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Full text of "España sagrada. Theatro, geographico-historico de la iglesia de España. Origen, divisions, y terminos de todas sus provincias. Antiguedad, traslaciones, y est ado antiguo y presente de sus sillas, en todos los dominios de España, y Portugal. Con varias dissertaciones criticas, para ilustrar la historia eclesiastica de España"

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ESPAÑA   SAGRADA, 

TOMO     XXXIII. 

CONTIENE    LAS     ANTIGÜEDADES 

Civiles  y  Eclesiásticas  de  Calahorra: 

Y    LAS     MEMORIAS     CONCERNIENTES    A     LOS 

Obispados  de  Nágera  y  Alaba. 

AÑÁDESE  AL  FIN   UNA    BREVE  CONFUTACIÓN 

de  la  Obra  publicada  por  el  R.  P.  Fr.  Lamberto  del 

Orden  de  Capuchinos  contra  el 

Tomo  XXX. 

SU    AUTOR 

EL    R,    P,     M,     FRAT    MANUEL     RISCO 
di  I  Orden  de  S»  Agustín. 


En  Madrid  ,  en  la  Imprenta  de  Pedro  Marik. 
Año  de  M.DCC.LXXXl. 

CON  PRIVILEGIO  PARTICULAR. 


fk-L 


AL  ILUSTRISIMO    SEÑOR 

D.  JUAN  LUELMO  Y  PINTO, 
OBISPO 

DE  CALAHORRA 

y    LA    CALZADA, 


ILL.MO  SEÑOR. 


L, 


^OS  asuntos  de  que  trato  en  esta  Obra,  con- 
curren á  comunicarme  la  satisfacción  ,  con  que 
me  atrevo  á  consagrarla  al  esclarecido  nombre 
de  V.  S.  I.  y  la  confianza ,  con  que  espero  será 
recibida  con  benignidad  y  complacencia.  Por- 
que dirigiéndose  todos  ellos  á  manifestar  y  apo- 
yar 


yar  las  excelencias  y  prerogativas  ,  que  ilustran 
á  Calahorra  ,  y  á  su  antiquísima  Sede  y  Santa 
Iglesia,  su  mismo  obgeto  les  da  el  derecho  in- 
violable ,  con  que  aspiran  á  la  protección  de  la 
suprema  Dignidad  que  preside  en  ella,  y  á  quien 
pertenece  conservar  y  defender  como  proprios 
ios  honores  é  intereses  de  toda  la  Diócesis. 

El  gran  número  de  noticias  ,  que  contiene  la 
misma  Obra  ,  ofrece  á  V.  S.  I.  otros  tantos  tí- 
tulos para  gozarse  santamente  de  gobernar  el 
territorio  ,  que  ha  sido  el  theatro  de  sucesos 
tan  memorables  ;  y  para  engrandecer  la  bondad 
de  Dios  en  las  ventajosas  felicidades ,  que  con 
mano  liberal  derramó  en  ios  siglos  pasados  sobre 
todas  las  regiones  á  que  se  extiende  la  jurisdic- 
ción Episcopal.  Reconocense  bajo  el  dominio  Ro- 
mano los  gloriosos  diólados  y  privilegios  con 
que  la  m.ayor  República  del  mundo  ennobleció 
á  Calahorra  :  y  se  pondera  la  singular  estima- 
ción que  ios  Emperadores  hicieron  de  los  Cala- 
gurritanos ,  recompensando  el  valor  y  fidelidad, 
que  los  distinguió  entre  todas  las  gentes ,  que  to- 
caban al  Imperio.  Se  establece  en  el  mismo  tiem- 
po ,  y  primeros  siglos  de  la  Iglesia  la  predica- 
ción del  Evangelio  en  esos  paises  ;  y  se  vé  tes- 
tificada la  Fé  con  la  sangre  de  los  Santos  Mar- 
tyres  :  confundida  la  infidelidad  con  portentos 

vi- 


visibles  y  soberanos ;  y  aumentada  la  Christian- 
dad  con  una  infinita  multitud  de  prodigios  ,  cu- 
ya fama  convidó  y  movió  á  las  Provincias  es- 
trangeras  á  venir  en  peregrinación  á  Calahorra, 
como  á  lugar  en  que  Dios  ostentaba  su  poder  y 
misericordia.  En  elReynado  de  los  Godos,  quan- 
do  otras  regiones  de  España  se  hallaban  inficio- 
nadas con  los  errores  de  Arrio,  se  representa  esa 
Diócesis  conservando  la  pureza  de  la  Fé  soste- 
nida por  el  feliz  y  acertado  gobierno  de  los  Pre- 
decesores de  V.  S  I.  y  por  los  señalados  egem- 
plos  de  los  Santos  que  florecieron  en  ella  y  en 
su  comarca.  Bajo  la  dominación  de  los  Árabes, 
que  fue  la  mas  triste  para  los  pueblos  é  iglesias 
de  nuestro  Reyno ,  se  encuentran  muchas  memo- 
rias concernientes  al  territorio  que  abraza  el 
Obispado  de  V.  S.  I.  las  quales  infunden  en  el 
ánimo  particular  consuelo  y  alegria.  Traense  en 
esta  Obra  testimonios  evidentes,  de  que  una  gran 
parte  de  esa  Diócesis  se  mantuvo  siempre  esenta 
del  yugo  de  los  barbaros  ,  reteniendo  con  sus 
poblaciones  la  antigua  libertad  en  la  profesión  y 
culto  del  nombre  de  Jesu  Christo.  Pruébase 
también  ,  que  aun  el  trecho  de  que  se  apodera- 
ron los  Infieles ,  debe  al  cielo  la  anticipación  de 
su  conquista  ,  respeólo  de  las  mas  regiones  de 
España  j  y  que  puede  gozarse  con  la  gloria  in- 

com- 


comparable ,  que  le  resulta  de  haber  salido  de  él 
aquellos  primeros  y  famosos  Reyes  de  Asturias, 
que  comenzaron  á  reprimir  el  violento  furor  de 
los  Sarracenos.  Verdad  es,  que  por  estos  mismos 
siglos  ocurre  la  dura  y  larga  esclavitud  de  la 
Santa  Esposa  de  V.  S.  I.  pero  muéstrase  al  fin 
la  grandeza  del  poder  divino  ,  sacándola  mila- 
grosamente de  su  penoso  cautiverio  ;  y  á  este 
hecho  maravilloso  se  sigue  la  justificación  de  los 
Reyes  de  Navarra  y  de  Castilla  ,  restituyéndola 
su  primera  dignidad  ,  y  levantándola  á  su  anti- 
guo esplendor  por  la  reunión  de  las  Sedes ,  cu- 
yo establecimiento  se  habla  ocasionado  por  la 
tyrana  opresion,que  padecía  la  que  era  verdade- 
ra Madre  y  Cabeza  de  todas  las  Iglesias  de  esa 
Diócesis.  De  esta  misma  condición  son  todas  las 
otras  antigüedades  relativas  á  los  Prelados  y  San- 
tos ,  cuyo  conjunto  forma  una  historia  completa 
de  ese  Obispado  ;  por  lo  que  no  puedo  menos 
de  esperar ,  que  serán  no  solo  aceptas ,  sino  dul- 
ces y  deliciosas  al  piadosísimo  Prelado ,  que  glo- 
riosamente le  gobierna. 

Si  V.  S.  I.  se  dignare  pasar  la  vista  por  es- 
tas memorias  entresacadas  de  las  reliquias  de  la 
antigüedad  ,  reconocerá  el  conato  con  que  he 
procurado  ilustrarlas  á  costa  de  una  prolija  apli- 
cación ,  y  vindicarlas  en  parte  de  los  que  las  han 

mi- 


mirado  con  envidia.  Y  si  mi  trabajo  mereciese 
la  aprobación  de  V.  S.  I.  y  hubiese  conseguido 
poner  en  claro  asuntos  tan  obscuros  ,  y  de  tan 
grande  importancia  ,  quedará  también  justifica- 
do el  zelo  ardiente  coa  que  he  tomado  esta  em- 
presa ;  el  amor  sencillo  con  que  he  buscado  la 
verdad  ;  y  la  devoción  intensa  con  que  he  solici- 
tado la  mayor  honra  y  gloria  de  la  Santa  Iglesia 
y  Sede  de  V.  S.  I.  en  cuyas  manos  pongo  esta 
Obra  con  el  respeto  mas  profundo  ,  y  para  tes- 
timonio perpetuo  de  mi  gratitud  ,  y  de  que  soy 


ILLMO  SEÑOR 


el  mas  humilde  ,  obediente  y  obligado 
servidor  de  V.  S.  I. 


Fr.  Manuel  Risco. 


Tom.XXXIIL  ^^  PRO- 


PROLOGO. 

L  Obispado  de  Calahorra  ,  obgeto 
del  Tomo  presente  ,  ha  sido  tan 
poco  ilustrado   hasta    aquí ,  que 
apenas    se  podrá  ofrecer  alguno^ 
cuyas  memorias  estén  menos  es- 
clareciaas.   Otros  lograron  la  fe- 
licidad de  tener   diversos  Autores  ,   que  escri- 
bieron y  adornaron  sus  historias,  si  no  con  to- 
da la  erudición  y  exaditud    que    requiere  este 
genero  de  trabajo  ,  á  lo  menos  con  la  diligen- 
cia y  esmero  ,  que  permitian  los  tiempos  en  que 
ellos  florecieron.    Pero  el  de  Calahorra  ,  sin  em- 
bargo de  merecerse  singular  atención  ,  y  de  ha- 
ber producido  sugetos  muy  capaces  de  esta  em- 
presa ,  ha  padecido  la  desgracia  de  ser  muy  con- 
fados  los    que    se    aplicaron  al  reconocimien- 
to de  sus  antigüedades  ,  y  estos   demasiado  fá- 
ciles en  admitir  noticias  fabulosas ,  y  poco  ái" 
^^  2  li^ 


ligentes  en  referir  y  apoyar  los  sucesos  mas  au  - 
tenticüs  y  constantes. 

No  solo  estaban  sin  la  ilustración  nece^^iria  las 
antigüedades  de  la  Diócesis  Calagurritana  ,  sino 
que  las  mismas  se  hallaban  envueltas  en  una  no- 
che tan  profunda  ,  que  ningunas  tenían   mayor 
necesidad  de  aclararse.    En  las   que  pertenecen 
á  lo  civil  no  bastaba  vencer  las  dificultades  co- 
munes á  las   de  otras  poblaciones  ,  para  cuyas 
historias  suele  ser  suficiente  el  cuidado  y  esme- 
ro de   recoger  sencillamente  las  memorias  que 
se  leen  dispersas  en  los  Antiguos  ;  sino  que  ade- 
más de  esto  era  necesario  empezar  la  averigua- 
ción de  principios  mas  remotos  ,  por  ser   níu* 
chos  los  pueblos  ,   que  tubieron  el    nombre  de 
Calahorra.    En   las  concernientes   á  lo  sagrado 
no  ocurría  esta  especie  de  obscuridad,  por  ser 
cosa  muy  cierta  que  la  Calahorra,  situada  en  los 
Vascones  ,   fue  la  única  de  las  que  se  llamaron 
asi ,  que  desde  los  primeros  siglos    obtubo  Si* 
Ha  Episcopal  :  pero  aun  en  esta  linea  se   ofre- 
cian  nuevas  y  extraordinarias  obscuridades,  que 
no  tienen  lugar   en  los  demás  Obispados.    Por- 
que interrumpiéndose  el  titulo  de  Calahorra  ,  se 
substituyeron  en   su  distrito  otras  Sedes  y  Tir 
tulos  diferentes ,  por  cuyo   establecimiento  era 
forzoso  averiguar  el  motivo  de  haber  cesado 

el 


el  primero ,  é  investigar  el  origen  de  los  pos- 
teriores ,  y  ordenar  en  fin  los  Catálogos  diver- 
sos ,  que  les  corresponden ,  asuntos  que  no  po- 
dian  tratarse  dignamente  sin  desenredar  muchos 
nudos  difíciles  y  casi  indisolubles. 

El  conocimiento  de  la  fatal  constitución  en 
que  se  hallaba  la  historia  de  esta  Diócesis  ,  y 
el  deseo  particular  de  hacer  algún  servicio  á  la 
Santa  Iglesia  ,  á  cuya  Sede  pertenece  mi  pa- 
tria ,  después  de  otras  razones  generales  que  me 
tienen  obligado  ,  me  empeñaron  á  una  singular 
aplicación  para  desvanecer,  enquanto  me  fuese 
posible  ,  las  nubes  espesas  que  la  obscurecian. 
Y  aunque  no  puedo  lisongearme  de  que  el  su- 
ceso habrá  sido  igual  á  mi  deseo  ,  tengo  la  con- 
fianza de  que  este  trabajo  será  tanto  mas  acep- 
to á  los  andantes  y  estudiosos  de  la  venerable 
antigüedad  ,  quanto  es  mas  obscuro  el  obgeto, 
a  cuya  ilystracion  se  dirige. 

Antes  de  dar  una  breve  idea  de  lo.  que  he. 
trabajado  á  fin  de  ilustrar  esta  Diocesisí  ,  debo 
hacer  presente  que  no  ha  sido  necesario  tratar 
aqui  de  las  antigüedades  civiles  concernientes  á 
la  región  en  que  entubo  situada  la  Ciudad  dq 
Calahorra,  y  á  las  otras  ,  á  que  se  extiende  su 
jurisdicción  ;  porque  de  la  primera  escribí  lar- 
gamente en  el  tom.  32.  donde  no  tube  otro  ob-. 

ge- 


geto;,  que  el  de  establecer  todas  las  noticias 
geográficas  é  históricas  de  la  Vasconia ;  y  de  las 
segundas  escribió  el  M.  Florez  ea  su  Diserta- 
ción de  la  Cantabria ;  y  en  el  tomo  2  4.  preli- 
minar á  las  Memorias  Eclesiásticas  de  Tarrago- 
rta.  Asi  que  todo  mi  trabajo  se  ha  dirigido  á  ios 
asuntos,  que  son  proprios  y  privativos  de  Cala- 
horra '  y  '  su  Sede,  y  de  las  otras  poblaciones  y 
Sillas  Episcopales  ;,  que  se  fundaron  en  ellas  por 
áefeéto  de  la  pTimitiva  ;  aunque  alguna  vez  me 
ha  parecido  conveniente  escribir  las  noticias, 
que  en  medio  de  ser  comunes  á  los  países  en 
que  se  erigieron  las  mismas  Sedes  ,  sq  omitieron 
en  ios  lugares  citados ,  y  pueden  servir  para  mas 
puntual  inceiigencia  del  estado  de  las  Iglesias. 

Para  esclarecer  pues  ,  y  disipar  la  grandes 
obscuridades  y  dificultades  ,  que  embarazaban 
las  materias  de  este  tratado  ,  examino  y  esta- 
blezco primero  en  lo  respeélivo  á  lo  civil  la  dis- 
tincioa^de  los  pueblos  que  tubieron  antigua- 
merrte  el  nombre  de  Calahorra  ,  por  cuyo  me- 
dio sé  vlívdica  nuestra  Ciudad'  de  algunas  im- 
posturas ,•  y  se  la  restituyen  las  glorias  de  que 
muchos  Escritores  pretendieron  privarla.  Presu- 
puesta la  grande  y  desconocida  antigüedad  de 
esta  póbí^on  ,  trato  del  origen  y  variaciones 
de  su  nombre  >  de  los  diólados  y  singulares  pri- 

vi- 


vilegíos  con  que  la  honraron  los  Romanos  ,  y 
refiero  finalmente  los  sucesos  que  son  respeti- 
vos á  ella  ,  y  relativos  al  tiempo  en  que  estu- 
bo  bajo  el  poder  del  Imperio.  Todos  estos  pun- 
tos se  apoyan  con  testimonios  de  Historiadores 
los  mas  auténticos  y  cercanos  á  los  hechos;  por 
lo  que  tengo  la  confianza  de  que  con  estas  lu- 
ces he  aclarado  ,  quanto  me  ha  sido  posible ,  el 
estado  civil  y  mas  antiguo  de  Calahorra. 

Una  de  las  cosas  ,  que  mas  ennoblecieron  á 
esta  Ciudad  ,  mientras  se  mantubo  agregada  á  la 
república  de  Roma,  fue  el  nacimiento  del  exce- 
lente Orador  ,  y  padre  de  los  Oradores  Quinti- 
iiano.  Nuestros  Historiadores  hablan  de  este 
hombre  insigne  con  tal  brevedad  ,  que  apenas 
se  puede  formar  idea  de  sus  relevantes  méritos, 
y  honoríficos  empleos  ,  y  del  admirable  esplen- 
dor que  de  su  erudición  resultó  á  nuestra  Espa- 
ña ,  y  aun  al  vasto  Imperio  de  los  Romanos. 
Por  esta  causa  he  juzgado  conveniente  dilatar- 
me en  las  noticias  de  su  vida,  talento,  obras, 
y  familia :  y  en  este  asunto  he  puesto  tal  dili- 
ligencia,  que  no  contento  con  leer  lo  que  se  ha- 
lla en  los  Escritores  antiguos ,  y  modernos  que 
le  mencionan ,  tomé  el  trabajo  de  revolver  sus 
mismas  obras ,  á  fin  de  conocer  mas  de  cerca 
lus  nobles  prendas  y  de  extraer  memorias  mas 

se- 


seguras  ,  y  exa£las.  Y  porque  algunos  Estráu- 
geros  émulos  de  nuestras  mas  legitimas  glorias 
han  intentado  despojar  á  España  del  honor  de 
haber  producido  á  este  principe  de  la  literatüT 
ra  ,  y  eloquencia  de.  su  siglo,  demuestra; que 
ios  argumentos  de  los  contrarios  son  demasiado 
débiles  é  inencaces  para  derribar  la .  aut.orida;d 
de  todos  los  Escritores  antiguos  ,  que  tienea 
constantemente  á  Quintiliano  por  Español  y  rtí^ 
tural  de.  GalahorM. 

En  lo  concerniente  á  lo  sagrado  se  esta- 
blece el  origen  de  k  Christiandad  de  esta  Dió- 
cesis ;  se  forma  el  Catalogo  de  los  Obispos  co- 
nocidos que  presidieron  en  su  Sede  hasta  prin- 
cipios del  siglo  décimo,  en  que  cesó  el  titulo 
de  Calahorra ;  y  se  dan  finalmente  en  sus  lu- 
gares proprios  las  noticias  Civiles  ,  que  condu- 
cen al  conocimiento  de  la  Religión  Christiana 
en  aquel  te-rritorio,dominando  los  Godos,  y  Ara- 
bes.  El  tiempo  expresado  fue  la  época  en  que 
interrumpiéndose  él  titulo  de  Calahorr^w  se  dívír 
dio  el  distrito  que  comprehendk ,  ea  dosQbis^ 
pados  que  fueron  los  de  Nágera  y  zulaba.  Por 
lo  qual^despues  de  referir  las  antigüedades  de  esr 
ta  Provincia,  y  de  aq^u el  pueblo,  pongK^  la  serie 
de  los  Preladov  que .  tubieroa  aquellas'  Sedes,  la 
que   continuo   hasta  que  ambas  se  reunie.ron  i 

la 


la  Santa  Iglesia  de  Calahorra,  desde  cuya  reu- 
nión deberá  tomar  principio  el  tratado  que  con 
el  favor  de  Dios  se  escribirá  del  nuevo  estado 
de  la  misma  Iglesia. 

En  la  historia  de  los  Santos  de  esta  Dióce- 
sis se  hallaba  una  multitud  de  noticias  falsas  e 
inventadas  sin  duda  con  el  fin  de  promover  la 
piedad  de  los  fieles.  Estas  ficciones  é  impostu- 
ras son  en  di6lamen  de  todos  los  doctos  y  jui- 
ciosos muy  perjudiciales  á  las  memorias  ciertas, 
y  verdaderas  de  los  mismos  Santos ;  ni  pueden 
servir  de  medio  para  el  aumento  de  la  piedad 
Christiana  ,  la  qual  debe  ser  sólida,  y  fun- 
dada en  verdad ,  no  falsa  ó  supersticiosa ,  como 
es  la  que  se  apoya  sobre  la  mentira.  Conociendo 
pues  que  el  examen  ,  que  se  hace  en  esta  sagra- 
da materia  ,  es  el  mas  importante  ,  y  tanto  mas 
útil  á  la  Iglesia  ,  quanto  fuere  mas  exaélo ,  he 
procurado  poner  la  mayor  diligencia  en  discer- 
nir las  adas  y  memorias  supuestas  y  fabulosas 
de  las  legitimas  y  seguras.  En  esta  conformi- 
dad ,  desecho  alguna  vez  aun  las  noticias  que 
se  leen  vulgarmente  en  Autores  juiciosos,  y  sa- 
bios, y  en  algunos  Breviarios  particulares  de  las 
Iglesias  de  España,  como  se  verá  en  el  marty- 
rio  de  los  Santos  Emeterio,  y  Celedonio  ;  pe- 
ro procediendo  en  esta  parte  sin  la  mas  leve 
Tom.  XXXIIL  ^^^  te- 


temeridad,  y  fundado  en  testimonios  mas  anti- 
guos, y  auténticos ,  y  por  tanto  dignos  de  pre- 
ferirse á  Escritores  modernos ,  por  grandes  que 
sean  sus  talentos,  y  prerogativas.  No  siempre 
me  ha  sido  posible  comunicar  memorias  Cier- 
tas ,  y  seguras  en  lugar  de  las  que  refuto  co- 
mo inciertas  ó  falsas,  de  lo  que  por  ventura  no 
quedará  satisfecho  el  gusto  y  deseo  de  los  que 
piadosamente  curiosos  apetecen  historias  de  los 
Santos  naturales  de  su  pais,  ó  cuyas  Reliquias 
poseen:  pero  estos  deberán  advertir,  que  yo  no 
soy  reponsable  del  silencio  de  los  antiguos,  y 
solo  estoy  obligado  á  reconocer  las  noticias  que 
tenemos  ,  á  fin  de  que  los  fieles  no  conciban 
falsas  opiniones  de  los  Santos  que  veneran  ,  y 
su  devoción  sea  conforme  á  la  solidez  que  ea 
todo  guarda  la   santa  Religión  que  profesamos, 

ERRATAS. 
Pag.4  I.  lin.3  5.  hominum  dare^  leg.  homlnum  ve^ 
niam  daré.   Pag.474.  lin.5.  curres^  leg.  currens. 


TES^ 


TESTIMONIO     antiquísimo, 

nuevamente  publicado  en  favor  de  la  venida  del 
Apóstol  Santiago  á  España. 

Aunque  la  famosa  ,  é  ilustre  tradición  de  que  el  Após- 
tol Santiaf^o  predicó  el  Evangelio  en  las  Provincias 
de  España,  se  tuvo  por  cierta  y  constante  en  todos  los 
siglos  anteriores  á  Baronio  ,  ni  llegó  á  perder  su  legitimo 
derecho  con  las  contradicciones  ,  que  desde  el  tiempo  de 
este  Cardenal  se  excitaron  contra  ella  ,  antes  se  autorizó 
mucho  mas ,  como  probé  en  el  tom.  30.  pag.  53,7  sigg. 
sin  embargo  el  recelo  que  concebimos  de  los  émulos  de 
nuestras  glorias  ,  nos  pone  en  el  cuidado  de  asegurarla  me- 
jor con  qualesquiera  testimonios  auténticos  ,  que  se  descu- 
bran de  nuevo  ,  y  puedan  servirla  de  apoyo.  La  autori- 
dad mas  antigua  y  expresa  que  hasta  aquí  se  ha  traido  en 
su  favor  ,  es  la  del  Máximo  Doécor  S.  Gerónimo  ,  sobre 
el  cap.  34.  y  42.  de  Isaías ;  pero  al  presente  tenemos  otra 
algo  anterior ,  que  para  complacencia  de  nuestro  Reyno 
me  ha  comunicado  el  limo.  Señor  D.  Juan  Guerra  ,  digní- 
simo Obispo  de  Siguenza.  Esta  es  del  Maestro  del  mismo 
S.  Gerónimo  ,  Didimo  Alejandrino  ,  que  nació  por  los  años 
de  309.  en  su  Obra  de  Trinitate  ,  mencionada  por  Sócra- 
tes, lib.  4.  cap.  25.  la  qual  se  ha  mantenido  inédita  hasta 
el  año  de  1769.  en  que  se  publicó  en  Bolonia  con  este  ti- 
tulo :  Didymt  Alexnndrini  de  Trinitate  Libri  tres  ,  nunc 
primum  ex  Passioneyano  Códice  Gr¿ece  editi  ,  latine  con- 
versi  ac  notis  illustrati  á  R.Joanne  Aloysio  Mingarelio^ 
Canónico  regulan  Ordinis  S.  Augustini  Congregat.  Rhe- 
navece  S,  Salvatoris  ,  S,  Theologice  Legare  emérito^  S,  Con- 
gregar, Indicis  Consultare  ,  &  in  Bononiensi  Arcbigymna- 
sio  Grcvcarum  literarum  Leciore  publico. 

En  esta  Obra,  pues,  escribe  el  célebre  Doélor  de  Alejan- 
dría,que  los  Apostóles  de  tal  manera  fueron  distribuidos  por 
el  mundo  ,  que  uno  de  ellos  fue  destinado  á  la  India  ,  otro 
á  España, y  otros  á  otras  Regiones  hasta  la.extremidad  de  la 

♦♦*  2  tier— 


tierra.  Sus  palabras  se  hallan    en  el  llb.  2,  cap.  4.  fol.  135. 

I3Ó.  y   son  las   siguientes  :  «tím,-  '¿ti  cí^xa  ¡xlv  rm  aros-Tohuí  it'tiyom 

7>^.  Hac  ratióne  videlicet  ,  quod  alteri  quidem  Apostolorum 
in  India  degenti ^  alteri  vero  in  Hispania  ,  alteri  auíem  ab 
ipso  in  alia  Regione  usque  ad  extremitatem  terree  distri- 
éu!o. 

En  el  qual  testimonio  tenemos  exprCvSamente  ,  que  en 
la  distribución  que  los  Apostóles  hicieron  ,  tocó  en  suerte 
á  uno  de  ellos  la  España  sola  ,  y  como  Región  particu- 
lar y  distinta  de  las  otras  del  mundo  ,  para  que  aquí  co- 
mo en  terreno  proprio  sembrase  el  grano  del  Santo  Evan- 
gelio ,  deteniéndose  en  ella  todo  el  tiempo  que  era  mer 
nester  para  el  cumplimiento  de  su  destino  ,  lo  que  signir- 
fica  la  voz  griega  S'ríym.  Este  Apóstol  mencionado  por 
Didimo  no  es  S.  Pablo  ;  porque  ni  de  él  se  puede  veriíkar 
tan  larga  detención  en  España  ,  ni  tampoco  que  este  Rey- 
no  le  tocase  en  suerte  como  territorio  proprio  ,  pues  ni 
se  halló  en  aquella  distribución  ,  ni  fue  destinado  á  una 
sola  Región  V sino  elegido  para  Maestro  y  Predicador  de 
todas  las  -gentes.  Y  como  excluido  éste  de  la  sentencia 
de  Didimo  ,  no  resta  otro  Apóstol  ,  á  quien  pueda  adap- 
tarse el  texto  expresado  ,  sino  Santiago,  como  es  patente, 
se  colige  ,  qiie  el  P.  y  Dodor  citado  indicó  la  verdad  de 
íiue^trá  tradición.  Por  eso  el  Escritor  é  ilustrador  de  su 
Obra  dá'  á  la  Nación  Española  el  parabién  ,  de  que  tiene 
•é'n  favor-de'  su  célebre  creencia  un  nuevo  y  antiquísimo 
testimonió  del' .siglo  quarto.  Y  porque  su  Nota  sobre  el  lu- 
gar exhibido  contiene  razones  sólidas  é  irrefnigables  ,  la 
pongo  aqtii  literalmente  para  mayor  confirmación  de  lo 
■que  dejó'  expuesto.  Dice  asi :  In  Hispania.  Grccce  iv  (¡';r(i.n<f 
Bih^cj)  'aitíem  nomine  ,  S  sui  sceculi  scriptovihus  usita- 
to  Hispanimn  vocat :  ea  enim  dprofanis  Scriptoribus  UnfU, 
ah  Iren¿eo  a(ip.r^fici':  ^  ab  auSiore  secundi  Machabívorum^  alus- 
que  ^(TTráviu ,  sed  d  Paulo  bis ,  ab  Atbanasio  in  Epist.  ad 
' y^rit^finum  fmp,  toni.  2.  pag  783.' «  Constantino  Imper atore  in 
■  Bpist*  Encyclica  ad  orttnes  Ecclesias ,  d  Gelasio  CjzicenQ, 


Mtque  ah  alits  ,  vi  ürcecis  vero  Conciliorum  clrcA  Didy- 
ftii  témpora  hahitorum  afiis  pasiim  a-iretvíet  dicitur  :  qua 
ratione  apud  Gregorium  quoque  Mognum  legimus  in 
Epist,  iig.  lib.  9.  vel  Epist.  45.  lií\  13.  Eunti  in  Spaniam. 
'Et  apud  Beatum  Liebane?isem  Presbytcrum  in  Commenta- 
riis  in  yípocalypsirn  :  Jacobus  Spania.  Et  in  MartyrolO' 
gio  Blumano^  qacd  BenedidiusClemens  Arostegui  in  Disser- 
iatione  eruditionis  plena  de  Jacobi  Mifjris  pn^dicatione 
in  Hispania  citat  exFlorentinio  :  Hic  Spaniam  &  occiden- 
talia  loca  prsdicatur.  De  illo  autem  Apostólo^  quemDi^ 
dyihüs  hic  iadicat ,  dixi  in  mea  ad  Arcbiníum  Prcesulem 
Epístola:  Ntilli  sciliceí  aJteri  Didymi. verba  melius  con- 
veniunt  ,  quam  ei ,  qui  ex  duodecim  Apostolis  unus  extite- 
rit ;  qui  ihter  eos  pr¿esens  fiierit  ,  qüos'  Christus  Dominus 
alloquebatur  ,  cum  ait :  Eritis  mihi  testes  usque  ad  extre- 
mum  terrse  ,  vt  colUgo  ex  hujus  Didymi  loci  collatione 
cum  num.  6.  lib.  de  Spiritu  Sar^Sfo  ,  qui  ex  eorum  numero 
sit  ,  quos  á  Spiritu  Sandio  ad  concionandum  vmwny.íy«?-  id 
^st  distributos  vocat  Didymus  ,  cui  scilicet  Hi¿pania  in 
ca  distributione  per  Apostólos  fadta  obtigerit  ;  qui  de- 
snum  in  Hispania  biennio  saltem  aut  triennio  Jlayav  ^  i.  e* 
CGvimoratus  esse ,  ibique  Evangelium  prcedicasse  dici  qiteat» 
At  hujusmodi  magnus  Ule  universarum  gentium  Aposto- 
his  Taulus  non  exiitit ,  nec  enim  idla  ex  quatuor  hisce  no" 
tis  ei  convenit.  Quinimo  Didymus  noster  Ecclesias  á  Pau" 
Jo  fúndalas  commemorans  in  Commentariis  in  Psalmos  ad 
V.  2.  ps.  CXf,  iníra  eosdem  fines  illas  concludere  videtur^ 
ac  eos  ^  quos  Apostolus  ipse  ^  cum  ad  Romanos  scripsit  suíe 
príedicationi  cap.  Xl^.  v^  19.  assignaverat.  Sic  enim  ibi 
hquitur  noster  Bibliorum  Interpres  ,  catechista  ,  ac  Tbeo- 

T'  0ew  fj.v.\ct\'S'f\sí  íKKKmxiwr  oiÁQiaíií  -^ai  ray  Konrm  ¡u.cS»rm  íy^-ciSTo?,  fd  estj 

veluti  Paulu?  Ap(\stoii]s  qui  ah  Jerusalem  usque  ad  liliricum 
numerosissimas  Deo  constitiiit  Ecclesias...  ac  similiter  unu5ií 
.quisque  ex  alus  Discipuüs.  Catholicis  itaque  Regnis^  indi- 
tceque  Hispanorum  nationi  gratuhr  ,  quod  novum  ipsis 
Theologus  noster  niGn-umentum  svppeditet ,  quQ  ^orum  serh 
tentia  ac  traditio  magis  confinneíur,  ÍN- 


índice 


DE    LO  CONTENIDO 
Tomo  XXXIIL 


EN    ESTE 


TRATADO  LXIX. 

DE    LA    S,     IGLESIA 

de  CaJagurris  ,  hoy 
Calahorra, 

i^Apítuh  /.  Ciudades  con 
el  nombre  de  Calas^urris 
en  tiempo  de  los  Romi- 
nos.  Pag.  I. 

Cap,  IL  Es  mas  probable 
que  la  Calahorra  de  los 
Vascones  fue  la  condeco- 
rada con   los  didados  de 

■   lulia  ,  Ñas  sica,  §. 

CapAlL  Antigüedad,/  nom- 
bre  de  Calahorra.   20. 

Cap,  IV,  Privilegios, y  dic- 
tados con  que  los  Roma- 
nos condecoraron  la  Ciu- 
dad de  Calahorra.  25. 

Cap.  V,  Memorias  de  Cala- 
horra desde  la  venida  de 
los  Romanos,  hasta  su  des- 
trucción por  Pompeyo  ,  ó 
Afranio  su  Legado.  33. 

Cap,  VL  Memorias  de  Ca- 
lahorra desde  su  reedifi- 
cación. 45. 

Cap.  VIL   Noticias  del  cé- 


lebre Orador  Quintiliano, 
natural   de  Calahorra.  55, 

Cap,  VIIL  Antigüedad  de 
la  Santa  Iglesia  de  Cala- 
horra. 113. 

Cap,  IX,  Catálogo  de  los 
Obispos  de  la  S.  iglesia  da 
Calahorra  ,  hasta  ía  irrup- 
ción de  los  Árabes.   123. 

Cap.  X,  Estado  de  Calahor- 
ra ,  y  su  Iglesia  desde  la 
irrupción  de  ios  Árabes, 
166. 

Cap,  XI,  Obispos  de  Cala- 
horra bajo  la  dominacioa 
de  los  Sarracenos.   173. 

Cap,  XI!,  Estado  misera- 
ble á  que  vino  la  Iglesia 
de  Calahorra  en  el  siglo 
décimo.   182. 

Restauración  del  Monaste- 
rio de  S.  Columba  ,  junto 
á  Tricio ,  y  fundación  de  I 
de  S.  Martin  de  Albel- 
da. 185. 

Cap.  Xlü,  Antigüedades  de 
la  Ciudad  de  Nágera  ,  é 
institución  de  su  Obispa- 
do.  193. 

Cap,  XIV,  Catálogo  de  los 
Obis- 


Obispos  de  Nágera.   199, 

Cap.  XíA  Reunión  del  Titu- 
lo de  Nágera  al  de  Cala- 
horra. 215. 

Cap.  A7^I.  Memorias  de  la 
Provincia  de  Alaba.  223. 

Cap,  XF'IL  Establecimiento 
del  Obispado  de  Alaba  en 
Armentia.  231. 

Cap.  Xl/llL  Catálogo  de  los 
Obispos  de  Alaba.  237. 

Cap.XlJí.  Santos  del  Obis- 
pado de  Calahorra.  271. 

S.  Emeterio  ,  y  Celedo- 
nio. 272. 

S.  Formerio  Martyr  ,  cuyo 
cuerpo  se  venera  en  el 
Condado  de  Treviño.  330. 

S.  Formerio  Martyr  ,  cuyas 
Reliquias  se  veneran  en 
Vanares.  356. 

S.  Columba  Virgen  ,  y  Mar- 
tyr. 362. 

S.  Félix,  Maestro  del  famoso 
San  Millan  de  la  Cogu- 
lla. 391. 

Advertencia  sobre  San  Mi- 
llan de  la  Cogolla.  414. 

Sobre  la  patria  de  las  San- 
tas Virgines ,  y  Martyres 
Nunilo  ,  y  Alodia,  415. 

APÉNDICES. 

I.  Aurelii  Prudentii  hymnus. 
Passio  SS.  Emeterii  & 
Cheledonii.  421. 


TI.  Afla.  426. 

II I.  Ex  Míssali  mixto  sen 
Mozárabe  juxta  regulara 
B'jati  Isidori.  430. 

IV.  Elogiuní  per  S,  Grego- 
riu:n  Turón.   433. 

V.  Ex  Ecclesiae  Burgensis, 
Castellae  veteris  Metrópo- 
lis ,  Ecclesiasticis  Tabú- 
lis.  434. 

VI.  Ex  Cerratensi  in  Vitis 
Sanétorum.  435. 

VII.  Translatio    corporum 
San¿torum,qua3  Cardonen- 
ses  esse  credunt  Emeterii- 
&     Celedonii    Martyrum 
Calagurritanorum.   436. 

Vííl.  Translatio  corporis  S, 
Felicis  ex  castro  Bilibien- 
si  in  celebre  Monasterium 
SandiiEmlliani  CucuUati, 
Auétore  GrimoaldoMona- 
cho  iíímilianensi.  439. 

IX.  Incipiunt  miracula  B.  Fe- 
licis ,  Auétore  eodem  Gri- 
moaldo.  450. 

X.  Officium  in  translatione 
corporis  B.  Felicis.  458. 

Xí.  Fundatio  Monasterii  S. 
Martini  de  Albelda.  465. 

XII.  Restauratio  Monasterii 
S.  Columbee  prope  Trltium 
in  Beronibus.  469. 

XIII.  Perpulcra  carmina, qui- 
bus  finitur  Codex  Albel- 
densis.  471. 

TRA- 


JUICIO 

Y  CONVENCIMIENTO 

DÉLA  OBRA 

QUE  EL  R.  P.  FR.    LAMBERTO 

de  Zaragoza  ,  del  Orden  de  Capuchinos ,  pU" 

blicó  el  año  pasado  de  17^80.  contra  el 

Tom.  XXX.    de  la    España 

Sagrada. 


E- 


(III) 


N  el  Prologo  del  Tom.  30,  declaré  que  mi  deseo  ,  y  pro- 
posito en  lo  respeétivo  á  la  Critica  era  imitar  el  egetrplo  de 
aquellos  sabios,  que  apartándose  de  los  extremos  siguen  la  equi- 
dad ,  y  reélitud  en  sus  decisiones  ;  y  caminando  entre  la  faci- 
lidad de  unos  en  creer  .  y  la  obstinación  de  otros  en  no  creer, 
y  aun  olvidados  de  su  propia  reputación  ,  colocan  toda  su  in- 
dustria en  ilustrar  la  Historia  ,  separando  lo  verdadero  de  ío 
falso  ,  y  eligiendo  siempre  lo  que  según  su  juicio  es  respedti- 
vamenle  mas  cierto  ,  sólido  ,  b  verosimil.  Esta  máxima  ,  que 
entonces  me  propuse  ,  es  la  que  he  observado  inviolablemente 
en  los  TotjOs  publicados  hasta  ahora  ;  pero  sin  embargo  he  vi- 
vido siempre  con  la  desconfianza  que  sígniñqué  en  el  mismo 
lugar  ,  de  que  mis  dictámenes  serian  generalmente  conformes 
al  gusto  de  los  Leílores  .  en  especial  de  aquellos  que  ,  ó  por 
su  nacimiento  ,  b  por  otra  razón  particular  ,  apetecen  sin  dis- 
creción las  glorias  de  los  Obispados  ,  cuyas  antigüedades  se 
ilustran.  Porque  dirigiéndose  esta  Obra  de  la  España  Sagrada 
á  limpiar  la  Historia  de  la  Nación  de  una  casi  infinita  multi- 
tud de  noticias  fabulosas  ,  que  con  dolor  de  los  sabios  ,  y 
juiciosos  ^e  introdugeron  en  ella  en  los  últimos  siglos  ,  era 
forzoso  temer  ,  que  no  se  darían  por  satisfechos  de  este  tra- 
bajo aquellos  a  quienes  el  destemplado  afeCfto  ciega  de  suer- 
te ,  que  están  muy  contentos  con  las  excelencias  de  sus  países, 
aunque  éstas  hayan  sido  falsamente  atribuidas.  Este  recelo 
que  al  emprender  la  continuación  de  esta  Obra  concebí  go- 
bernado de  las  repelidas  experiencias  ,  que  han  tenido  de  ordi- 
nario los  que  se  arrestaron  al  mismo  genero  de  trabajo  ,  y  de 
las  pasiones  ,  que  con  apariencia  de  zelo  ,  y  de  piedad  domi- 
nan comunmente  á  los  interesados  ,  se  ha  verificado  en  mí 
mismo  ,  siendo  ya  este  suceso  un  nuevo  egemplo,  con  que  po- 
dran justificar  sus  temores  los  que  poniéndose  de  parte  de  1« 
verdad  ,  pretendiesen  refutar  las  invenciones  falsas,  pero  recibi- 
das con  aplauso.  Porque  habiendo  publicado  el  Tomo  r<ífer¡do 
en  que  trato  de  las  antigüedades  de  la  Ciudad  y  Santa  Iglesia 
de  Zaragoza  ,  algunos  aunque  muy  pocos  del  Reyno  de  Aragón 
que  lo  leyeron  mas  como  partes  ,  que  como  jueces  ,  se  dierop 
por  sentidos  de  la  censura  que  hago   con  aaimo  libre  ,   pero 

<* «  rec- 


(IV) 

refto  y  equitativo  ,  6e  cierta<;  noticias  introducidas  sin  funda- 
mento por  algunos  Historiadores  del  mismo  Keyno.  Tomó  h 
pluma  en  su  defensa  el  R.  P.  Fr.  Lamberto  de  Zaragoza  ,  ere 
yendo  que  como  patricio  ,  Diocesano  ,  y  buen  Aragonés  es- 
taba obligado  á  sostener  los  blasones  que  yo  impugno,  y  que 
en  su  concepto  extienden  su  esplendor  a  toda  España  ;  y  en  ca- 
lidad de  tal  defensor  compuso  un  libro  ,  que  pudo  imprimir  en 
Pamplona  el  ano  pasado  de  1780.  con  el  titulo  de  Tom.i,  pre- 
liminar al  Teatro  Histórico  de  ias  Iglesias  de  Aragón.  Este 
doéto  ,  pero  excesivamente  apasionado  Aragonés  ,  se  muestra 
en  su  Obra  muy  sentido  de  que  yo  excluyese  del  Catalago  de 
Zaragoza  ,  impreso  en  las  Constituciones  Synodales  no  menos 
que  once  Obispos  ;  y  presume  temerariamente  que  acaso  no 
muy  satisfecho  de  la  firmeza  de  mis  ratones  ,  b  demasiada- 
mente confijdo  de  ellas  quise  autorizar  mis  opiniones  dedican- 
do mi  Escrito  al  liusfrisimo  Cabildo  de  aquella  Santa  Iglsia. 
PJaniíiestase  también  tan  descontento  de  mi  Critica  ,  que  en  el 
num.  9.  de  su  introducción  dice  de  ella  ,  que  no  sabe  rendirse 
con  docilidad  ,  que  es  severa  ,  y  que  como  tal  ocasionó  en  el 
nobilísimo  pueblo  de  Zaragoza  aquella  especie  de  escándalo, 
que  suelen  inducir  los  críticos  que  se  oponen  á  la  fé  recibida 
<ie  los  Progenitores  y  Maestros. 

Los  dos  Tomos ,  que  he  trabajado  ,  y  publicado  del  Estado 
Civil  y  Eclesiástico  de  la  referida  Ciudad  ,  é  Iglesia  desde  su 
fundación  hasta  el  aiio  de  i  i  18.  en  que  fue  ganada  á  los  Mo- 
ros ,  son  el  mas  seguro  desengaño  de  todo  lo  que  este  R.  P. 
me  imputa  en  fuerza  de  su  preocupación.  En  ellos  habrán  vis- 
to los  Leíítores  ,  no  solo  que  procuro  buscar  la  verdad  por  to- 
tíos  los  medios  conducentes  ,  y  que  la  sigo  con  la  mayor  cons- 
tancia siempre  que  tengo  la  felicidad  de  hallarla  ,  sino  tam- 
bién que  todo  mi  Escrito  es  un  continuado  testimonio  de  mi  fi- 
na devoción  ,  é  intenso  afeito  para  con  aquella  insigne  y  santa 
Ciudad  ,  prorrumpiendo  muy  repetidas  veces  en  expresiones 
<ie  amor  ,  y  de  alabanza  que  con  fuerte  impulso  me  sacaban 
del  pecho  las  excelentes  prerogativas  que  meditaba  ,  y  escri- 
bía de  ella.  Mi  desinterés  ,  é  imparcialidad  tiene  entre  otras  una 
prueba  muy  evidente  en  la  Disertación  sobre  la  patria  del  fa- 
moso Poeta  Prudencio  ^   pues  sin  embargo  de  que  muchos  y 

muy 


.muy  graves  Autores  Nacionales  y  Extrangeros  le  adjudican  á 
Calahorra  ,  en  cuya  Diócesis  nací  ,  yo  olvidándome  de  mi  p.  - 
tria  le  hago  Cesaraugustano  por  parecerme  esta  opinión  algo 
mas  probable,  y  lo  defiendo  con  tanto  conato  ,  y  esfuerzo  co- 
mo podria  el  mas  interesado  en  esta  gloria. 

Muestro  igualmente  mi  desaféelo  á  la  Critica  indiscreta  ,  é 
inmoderada  impugnando  á  los  Autores  ,  que  se  han  levantado 
con  el  renombre  de  Críticos ,  en  diversos  puntos  ,  en  que  sin 
testimonio  ,  b  razón  suficiente  niegan  su  asenso  á  noticias  muy 
creíbles  y  bien  fundadas.  Asi  que  estas  propriedades  se  hallan 
tan  impresas  en  los  dos  Tomos  referidos  ,  que  sola  su  lección 
es  bastante  para  que  yo  quede  vindicado  del  rigor  ,  y  de  la 
severidad  ,  é  indocilidad  que  rae  imputa  el  R.  P.  Fr.  Lamberto 
de  Zaragoza. 

Habría  yo  caído  en  la  mas  torpe  necedad  y  vanidad  ,  si  hu- 
biese dedicado  mis  trabajos  al  Ilustrisimo  Señor  Arzobispo  ,  y  á 
la  Santa  Iglesia  de  Zaragoza  ,  b  creyendo  que  tan  esclarecidos 
nombres  afiadirian  nueva  firmeza  ,  y  peso  á  mis  razones- ,  b  te- 
niendo demasiada  satisfacción  de  la  eficacia  de  estas.  Las  ver- 
daderas causas  que  me  movieron  á  hacer  esta  oferta  ,  además 
de  la  respetable  autoridad  de  un  Excelentísimo  personage  que 
me  lo  aconsejó  ,  y  de  mi  propia  devoción  ,  fueron  los  asuntos 
mismos  que  se  tratan  en  las  obras  dedicadas  ,  que  son  sin  duda 
los  mas  honoríficos  y  ventajosos  á  aquella  Santa  Sede  ,  é  Igle- 
sia ,  por  contenerse  en  ellas  muchas  y  muy  particulares  memo- 
rias que  contribuyen  grandemente  a  su  explendor  ,  y  estaban 
ignoradas  de  todos  los  Historiadores.  Se  restituyen  también  á 
Zaragoza  muchos  Santos,  conque  otros  pretendieron  glorificar 
sus  países  consintiendo  con  ellos  les  mismos  Aragoneses  ,que 
debían  asegurar  á  su  patria  en  la  posesión  de  tan  estimables 
prendas.  Ofrecí  en  las  mismas  Obras  los  célebres  Escritos  de 
San  Braulio  ,  y  de  Tajón,  que  se  remitieron  de  los  Archivos  de 
la  Santa  Iglesia  de  León  ,  y  del  Ilustre  Monasterio  de  San  Mi- 
llan  ,  y  se  mantuvieron  hasta  entonces  obscurecidos  entre  las 
tinieblas  de  la  antigüedad  ,  y  distantes  de  la  Ciudad  en  que  los 
trabajaron  sus  propíos  Prelados.  No  solo  se  dieron  al  público 
estos  Escritos  ,  sino  que  salieron  con  toda  la  ilustración  que 
fue  posible  ;  sufriendo  especialmente  en  la  colección  de  Tajón 

las 


(VI) 
las  grandes  molestias,  que  pondero  en  el  Prologo  del  Tom. 3  r. 
De  las  mismas  Obras  saqué  excelentes  noticias  para  las  vidas  de 
sus  Autores  ;  y  por  este  medio  se  tiene  ya  conocimiento  muy 
extenso  de  los  hechos  de  San  Braulio  ,  que  estuvieron  descono- 
cidos en  los  siglos  anteriores.  Finalmente  ,  no  se  puede  negar 
que  los  dichos  tratados  dan  en  todas  sus  partes  nuevas  luces, 
para  conocer  con  solidez  y  claridad  las  antigüedades  respeti- 
vas á  la  Diócesis  de  Zaragoza  ,  que  como  confiesan  Jos  Escri- 
tores de  Aragón  ,  eran  de  las  mas  diricÜes  y  obscuras.  Juzgue 
pues  ahora  el  piadoso  Leétor  ,  si  los  asuntos  contenidos  en  mis 
Obras  eran  por  sí  solos  dones  dignísimos  de  presentarse  al  ílus» 
trisimo  Prelado  ,  y  Cabildo  de  aquella  Metropolitana  Iglesia, 
'  sin  que  en  esto  se  mezclase  mi  propia  satisfacción  ,  6  el  deseo 
de  autorizar  mis  diétamenes ,  como  presume  el  R.  P,  Fr.  Lam- 
berto ,  sin  haberle  yo  dado  el  mas  leve  fundamento  para  tan 
baja  sospecha. 

Responderá  acaso  este  zeloso  Aragonés  ,  que  nadie  pone 
en  duda  el  señalado  servicio  que  con  mis  trabajos  y  obras  se 
ha  hecho  a  Zaragoza  en  estos  particulares  ",  y  que  antes  bieti 
lo  confiesan  y  reconocen  todos  ,  entre  los  quales  debe  tenerse 
por  voto  de  excepción  el  sabio  Prebendado  que  él  menciona  en 
el  num.  4.  de  su  introducción  ,  del  qual  dice:  Que  habiendo  vis- 

■  i  o  en  el  Tomo  30.  un  gran  cúmulo  de  glorias  ,  excelencias  ,_y  ala^ 
"hanzas  mvy  justas  de  la  Imperial  Ciudad  de  Zaragoza  ,  de  su  dis- 

•  iiriguida  Iglesia  ,  y  de  los  muchos  Santos  que  la  ennoblecen  ,  y  la 
'  doBa  Disertación  sobre  la  tenida  de  Maria  Santísima  ,  viviendo 

■  en  carne  mortal  d  aquella  Ciudad  Augusta  ,  escrito  todo  con  buen 

•  método  ,  y  eloquente  estilo  informó  d  su  Uustrisimo  Cabildo  ,  que 
mi  Obra  era  digna  en  qunnto  d  esto  del  aprecio  y  estimación  de  los 

■  eruditos,  Pero  que  excluyendo  yo  de  la  Sede  Cesaraugustana 
algunos  héroes  que  la  ilustraron  ,  y  refutando  ciertas  opinio- 
nes y  tradiciones  admitidas  por  muchos  Escritores  ,  y  glorio- 
sas á  aquella  Ciudad  ,  no  podia  el  amor  á  la  patria  ,  y  el  ho- 
nor que  caracteriza  al  buen  Aragonés  mirar  con  indiferencia 
mis  censuras  en  una  Obra  dedicada  á  la  Santa  Metropolitana 
Iglesia. 

No  estraño  ,que  de  mí  se  escriban  estas  y  otras  expresio- 
nes de  queja  ,  que  como  es  notorio  divulgaron  en  otro  tiempo 

del 


(Vil) 

áel  insigne  Analista  Gerónimo  Zurita  ,  los  que  eran  de  su  mis- 
ina  patria,  acusándole  de  parco  en  escribir  las  cosas  de  sus  mayo-. 
res  ,  temático  en  callar    cosas  vulgares   dignas  de  ser  escritas^ 
contestando  con   otros  Autores  ^  y  escrupuloso  en  los  hechos  pro- 
pios ,  &c,  Pero  asi  como  este  candido  y  diligente  Historiador 
merecia  alabanza  en  lo  mismo  que  le  culpaban  ;  porque  como 
él  dice  en  su  Carta  á  Juan   de  Almenara  ,  su  principal  intento 
fue  escribir  con  toda  verdad  las  cosas  pasadas ,  y  no  seguir  inven- 
ciones falsas  y  fantasías  de  gente  que  ha  tenido  mas  cuenta   con 
agradar ,  y  lisongear    al  vulgo  ;  lo  qual  era  servir  a    Dios  ,  y  a 
los  Reyes  ^  y  a  sus  Reynos  ;  asi  también  no  debía  calumniarse, 
sino  estimarse  mucho  la  diligencia  que  yo  puse  en  el  examen 
de  las  noticias  que  escriben  los  modernos  ,  y  la  libertad  senci- 
lla con  que   propuse  mi  didamea  acerca  de  su  verdad  ,   b  fal- 
sedad. Mi  animo  pues  fue  el  mismo  que  el  de  Zurita  ;  y  por 
tanto  en  la  respuesta  que  di  al  Ilustrisimo  Cabildo  de  Zaragoza 
satisfaciendo  á  la  pretensión  del  doélo  Prebendado  sobre  que 
yo  depusiese  la  opinión  que  había  seguido  ,  excluyendo  algu- 
nos Obispos  ,  escribí ,  entre  otras  cosas  ,  lo  siguiente  :  Con  esta 
ocasión  no  puedo  menos  de  reproducir  lo  que  tengo  escrito  en 
mi  Prologo.^  esto  es,  que  toda  mi  solicitud  se  dirigió  á  que  la  His* 
toria  de  la  Santa  Sede  andubiese  con  la  verdad  que  corresponde 
a  su  propio  honor..  Y  si  hu^^ese  de  hacer  lo  que  ese  Señor  intenta, 
y  lo  que  otros  con  semejantes  razones  pueden  solicitar  en  otros 
puntos  ,  lejos  de  lograr  este  bien  sacarla  sola  et  fruto,  de  que 
las  noticias  ciertas  ,  y  legitimas  se  hiciesen  sospechosas  por  la 
mezcla  de  otras  inciertas,  6  mal  fundadas  ,  lo  que  en  ninguna 
manera  convenia  a  la  excelencia  y  gloria  de  esa  Santa  Iglesia, 
Por  lo  qual ,  en  conformidad  de  mí  solicitud  ,  cuidé  de   poner 
todas  las  memorias  en  solo  aquel  grado  de  verdad  ,  que  yo 
juzgaba  era   correspondiente  á   los  fundamentos  sobre  que  se 
apoyaban  ,  y  de  este  cuidado  añadido  al  desvelo  de  recoger  lo 
concerniente  á  la  ilustración  de  esa  Sede,  ha  resultado  ,  si  no 
me  engaño  mucho  ,  que  su  Tratado  contenga  al  presente  una 
colección  de  noticias  ciertas  ,  y  gloriosíslnMs  ,  cuyo  numero  ex- 
cede á  las  que  anteriormente  se  han  escrito  ,  aunque  entren 
€n  esta  cuenta  las  fábulas,  y  nuevas  invenciones. 

¿Pero  qué  tradiciones  son  las  que  yo  refuto  en  mi  Obra? 

¿  Son 


(VIH) 
2  Son  por  ventura  aquellas  que  pueden  contarse  entre  las  an- 
tiguas, seguras,  y  continuadas?  Nada  menos  ;  sino  las  que  se 
han  alzado  con  aquel  venerable  y  sagrado  nombre  ,  siendo 
realmente  de  leves  ,  y  falsos  principios  ,  y  aun  opuestas  a 
otras  memorias  mas  autorizadas.  Nadie  ignora  el  abuso  que 
ha  r¿ynado  en  los  pueblos  de  honrar  con  «1  especioso  titu-» 
lo  de  tradiciones  las  noticias  ,  que  por  ignorancia  b  falsa 
piedad  escribieron  algunos  Autores  ,  y  se  recibieron  incauta- 
mente ,  y  sin  el  examen  necesario  ,  echando  lue^o  tan  hon- 
das raices  que  suelen  ser  vanos  los  esfuerzos  de.  los  eru- 
ditos ,  que  pretenden  arrancarlas  de  los  ánimos  vulgares. 
Tilles  son  las  tradiciones  que  yo  refuto  en  el  Tomo  30.  aten- 
diendo á  la  verdad  ,  al  honor  de  la  Santa  Iglesia  de  Zara- 
goza ,  al  cumplimiento  de  la  obligación  ?  y  al  empeño  eti 
que  S.  M.  me  puso,  deseando  se  continuase,  y  perfeccionase  ua 
proyecto  tan  útil  ,  y  necesario  ,  como  es  el  de  ilustrar  la  His^ 
toria  Eclesiástica  de  sus  Reynos  ,  disipando  las  fábulas  que  el 
falso  celo  habia  introducido.  Tales  son  las  que  el  R,  P.  Fr. 
Lamberto  quiere  defender  aspirando  ,  como  él  dice  ,  a  con~ 
servar  los  honores  antiguos  de  la  Santa  iglesia  de  Zaragoza ,  y 
(i  manifestar  y  fomentar  la  devoción  ,  y  piedad  de  su  Augusta 
Patria:  Empresa  muy  apreciable  por  su  naturaleza  ,  y  muy 
importante  ,  si  correspondiese  el  efedo  ;  pero  inútil  ,  y  sin 
fruto  por  sus  circunstancias  ,  y  por  dirigirse  á  sostener  glo- 
rias ,  no  fundadas  en  verdad  ,  sino  falsas  y  supuestas. 

Para  que  se  perciba  con  claridad  el  genero  de  Tradicio- 
nes á  que  yo  roe  opongo  ,  pondré  egempio  en  una,  cuya 
refutación  se  hizo  mas  sensible  á  nn  Sabio  Prebendado  ,  y  al 
R,  P,  Fr.  Lamberto.  De  los  Santos  Discipulos  de  Santiago  Ata-- 
nasio  y  Theodoro  escribí  en  el  Tomo  cit.  pag.  39.  num.  8; 
que  por  los  monumentos  de  alguna  antigüedad  ,  quales  son 
la  Epístola  de' León  líl.  y  el  Instrumento  de  Calixto  II.  qtise 
se  publicaron  en  el- Apéndice  del  tom,  3.  num.  9.  solo  s-e  sá^ 
be  de  ellos  ,  que  estuvieron  en  Galicia  ,  y  permanecieron  siem- 
pre alli  guardando  el  sepulcro  de  su  santo  Alaestro  hasta  que 
ambos  murieron  ,  y  fueron  enterrados  uno  á  la  diestra  ,  y 
orro  á  la  siniestra  del  cuerpo  del  Apóstol,  Leamos  el  texto 
i^ue  es  la  única  memoria  que  tenemos  deles  referidos  Santos. 

Ini^ 


(IX)  ^       _ 

hito  autem  ,  dice ,  saluhri  consilio  ,  dúo  clienttdi  refííítr^eruní 
ibi  ad  custodisndum  pretiosum  talentum  heati  ,  sciücet  ,  Jacobi 
Corpus  venevanditm  ,  quorum  unus  di^us  est  Theodorus  ,  alíer 
vero  Athanasíus.  Alii  vero  Discipuli ,  Deo  comité^  ^d  pradican- 
áum  Hispmias  ingressi  sunt  ;  ut  prcemisimus  ,  illi  dúo  discipuli 
pedisequi  pro  reverentia  illius  magistri  ,  dum  summo  cum  affedítí 
■prcefatum  sepulcrum  pervigiles  indesinenter  pervigilarent  ,  jusse- 
runt  y  se  post  ohitum  suum  á  Christianis  juxta  magistrum  suu^ 
sepeliri,  Sicque  ,  deñnito  termino  vit¿e  ,  naturce  dsbitum  persol- 
ventes  felici  excessu  spiritum  exhalarunt ,  Cíeloque  animas  gau- 
dentes  intulerunt,  Y  constando  por  este  tan  expreso  testinr.oni» 
que  estos  Santos  residieron  siempre  indesinenter  en  Galicia  has- 
ta su  preciosa  muerte  ,  colegí  que  poner  su  residencia  en  Za- 
ragoza ,  y  hacerlos  Obispos  de  aquella  Ciudad  ,  es  invención 
de  Autores  modernos ,  contraria  á  memorias  mas  antiguas  y 
legitimas. 

En  efedo,  Pedro  Antonio  Beuter  fue  según  el  P.  Fr.  Lam- 
berto el  primero  que  escribió  que  hecha  Li  Iglesia  de  Zarago- 
za  ,  puso  Santiago  en  ella  dos  Discipnhs  llamados  Athmasio  el 
tino  ,  y  el  otro  Theodoro  ,  ordenando  al  uno  en  Preste  ,  y  al  otro 
en  Obispo  ,  para  que  predicasen  la  Fé  del  Señor,  Siguióle  Geró- 
nimo Blancas  ,  de  quien  con  justísima  razón  dice  D.  Gregorio 
Mayans  que  fue  escritor  mas  eloquente  que  critico.  Este  en 
la  Carta  ,  que  dirigió  al  P,  Gerónimo  de  la  Higuera  ,  habló 
ya  de  esta  noticia  como  de  tradición  ,  asegurando  que  Beu- 
ter y  Vaseo  trahen  en  su  apoyo  los  gravísimos  testimonios 
de  Calixto  ,  y  de  S.  Basilio  el  Grande  :  Neq-te  tamen  irinori, 
imo  vero  majori  veterum  monumentorum  niíitur  copia  ,  quod  tra- 
ditum  est  nobis  de  B,  Athanasio  ,  ut  is  primas  nostrce  urhis 
Episcopus  statuatur,  Nam  inter  ea  ,  qu<s  a  Beuterio  &  Vasceo  af- 
feruntur  gravissirna  Calixti  Pap¿e  y  &  Magni  Basilii  de  funda^ 
iione  nostra;  hujus  Augustissimce  Ecclesice  de  Pilari  testimonia  &c. 
Y  para  que  se  vea  la  critica  de  Blancas  en  este  punro  ,  ni 
Calixto  dice  palabra  del  Obispado  de  S.  Athanasio  en  Zara- 
goza ,  ni  Eejuter  le  cita  para  esto  ,  ni  S,  Basilio  el  Grande 
Jiizo  memoria  de  la  fundación  de  la  Iglesia  del  Pilar  ,  ni  Va- 
seo  le  trahe  para  otro  fin  que  para  comprobar  una  verdad 
tan  cierta  como  es  que  muchas  cosas  se  saben  por  h  tradt- 

b  cion» 


clon.  He  aqui  las  palabras  de  este  Autor:  Atqne  heec  futí  prt' 
ma  Christianorum  tato  orbe  Ecclesia  ,  ut  est  constans  á  multis 
retro  s¿eculis  ,  ac  perpetua  fama  ,  é?  memoria  ,  per  auam  multa 
antiquorum  gesta  ,  tes:e  magno  Basilio ,  nobis  vehit  per  manus 
tradiia  sunt.  Asimismo  Ambroíio  de  Morales  escribió  en  su 
lib.  9,  cap,  7.  que  Athanasio  y  Theodoro  fueron  Discípulos 
de  Santiago  ,  y  que  al  primero ,  según  en  Zaragoza  afirman^  dejó 
el  Apóstol  por  Obispo  de  aquella  Ciudad  ,  y  al  otro  por  Pres- 
bítero. En  lo  qual  ,  además  de  que  él  nada  asegura  de  su 
propia  sentencia  ,  no  podía  tampoco  resolver  en  contrarío  ,  por 
no  haber  leído  ,  como  confiesa  poco  antes  ,  la  Epístola  de 
León  lll,  por  donde  le  hubiera  sido  fácil  saber,  que  S,  Atha- 
nasio  no  residió  en  Zaragoza,  sino  en  Galicia. 

No  solo  se  inventó  esta  noticia  del  Obispado  de  S.  Atha- 
nasio y  Theodoro  cerca  de  nuestros  tiempos  ,  y  sin  autoridad 
suficiente  ,  sino  que  tuvo  casi  en  sus  mismos  principios  la 
oposición  que  se  merecia.  Porque  Vaseo  mencionando  lo  que 
dice  Beuter  de  los  dos  Santos  ,  le  impugna  con  el  testimonio 
de  la  expresada  Epíst.  de  León  III.  Sed  hoc  ,  dice  ,  cum  Epís- 
tola B,  Leonis  non  concordat.  La  misma  contradicción  tuvo  de 
parte  de  algunos  juiciosos  Aragoneses  ,  como  Espes  ,  Arrue- 
go ,  y  otros  muchos.  Sin  embargo  el  P.  Lamberto  pretendió 
autorizarla  con  el  ¡lustre  nombre  de  tradición  ,  y  aun  se  atre- 
vió a  pronunciar  contra  mí  en  el  num.  50.  estas  palabras: 
I  Quién  no  juzgará  prudentemente  que  hizo  (el  P.  Risco)  agravio 
á  la  Santa  Iglesia  de  Zaragoza  deposito  sagrado  de  esta  tradi- 
cion'i  Y  en  el  num.  52.  Véase  ahora  si  es  digno  de  admiración ^  que 
a  vista  del  castigo  amenazado  le  quite  (el  P.  Risco)  a  S.  Atha- 
nasio el  honor  de  Obispo  ,  y  de  una  Diócesi  de  tanta  distinción 
como  Zaragoza  ,  sin  que  le  temblase  la  mano  ^y  se  le  cayese  la 
pluma.  Tales  son  pues  las  tradiciones  que  yo  impugno  ,  y  el 
P,  Lamberto  pretende  defender  con  exclamaciones  vanísimas, 
y  sin  fundamento  ,  nacidas  de  poca  reflexión  ,  6  de  un 
animo  ciegamente  apasionado  por  su  país  ,  que  debía  apreciar 
mas  la  verdad  imitando  al  diligente  Zurita  ,  y  a  Don  Anto- 
nio Agustín  sus  compatriotas  ,  que  jamás  admitieron  estas  fá- 
bulas. 

Si  me  fuera  licito  interrumpir  el   trabajo  principal  y  mas 

ne- 


(XI) 
necesario  de  continuar  esta  Obra  ,  y  examinar  cada  uno  de 
los  argumentos  que  opone  el  R.  P,  Fr.  Lamberto  ,  mostraría 
con  evidencia  ,  que  escribiéndose  con  expresiones  acomoda- 
das para  que  el  vulgo  los  estime  en  algo  ,  carecen  efedliva- 
mente  de  la  solidez  ,  y  peso  que  se  requiere  ,  para  que  los 
eruditos  tengan  por  probables  las  cosas  que  se  pretenden^ 
Pero  no  debiendo  yo  consumir  el  tiempo  en  una  ocupacíoa 
tan  ¡outil  desamparando  otra  de  mayor  importancia  ,  y  bas- 
tándome tener  el  animo  sencillamente  preparado  para  con- 
fesar mis  yerros  siempre  que  fuere  convencido  de  ellos  ,  me 
parece  suficiente  notar  algunas  cosas  con  que  prevenidos  los 
mas  indodos  conocerán  la  ineficacia  de  la  impugnación  j  que 
se  ha  hecho  contra  mi  Obra, 

El  R.  P.  Fr.  Lamberto  nombra  en  la  pag.  r.  el  Catalogo 
de  los  Obispos  de  Zaragoza  impreso  en  las  Constituciones 
Synodales  en  el  año  de  1697.  quejándose  de  que  yo  he  ex- 
cluido no  menos  que  once  ;  y  en  la  pag.  6.  cita  los  Catálo- 
gos del  Excelentísimo  Señor  D.  Hernando  de  Aragón  ,  de  Don 
Gerónimo  Blancas  ,  de  D.  Martin  Carrillo  ,  de  las  Constitucio- 
nes Synodales  ,  y  el  Ms.  del  Arzobispo  D.  Juan  Saena  de  Bu- 
ruaga  ,  y  dice  que  los  examinó  con  la  posible  exaélitud  ,  y 
los  adaptó  conforme  á  los  Mss.  del  Archivo  de  aquella  Santa 
Iglesia,  Estas  piezas  suenan  mucho  ;  pero  la  verdad  es ,  que 
todas  ellas  son  m.odernas  ,  y  no  tienen  autoridad  alguna  en 
orden  á  los  Obispos  que  yo  tengo  excluidos  ,  ni  en  el  Archi- 
vo de  la  Santa  Iglesia  existe  instrumento  antiguo  con  que 
se  puedan  comprobar  los  Prelados  ,  que  dicho  P  quiere  in- 
troducir. El  Catalogo  de  las  Constituciones  Synodales  ,  don- 
de debia  haberse  puesto  la  mayor  diligencia,  además  de  ad- 
mitir Obispos,  que  no  constan  sino  de  Chroniccnes  fingidos,' 
está  lleno  de  errores  en  los  puntos  históricos  que  en  él  se  to- 
can. V.  g.  Para  hacer  aparente  que  S.  Athanasio  fue  Obispo 
de  Zaragoza  ,  dice  ,  que  este  Santo  padeció  martirio  en  la  ri- 
bera del  Ebro  ,  siendo  ¡negable  que  murió  en  Galicia,  De  San 
Theodoro  afirma  ,  que  pasó  á  la  África  ,  y  que  padeció  mar- 
tirio en  la  Ciudad  de  Pentapolis  ,  constando  que  murió  tam- 
bién en  Galicia,  y  que  fue  enterrado  a  el  lado  del  cuerpo  de 
Santiago  como  su  Condiscipuio  Aihanasio.   De  S,  Epiteéio  6 

b  2  Epí- 


(XII) 
Epitacio  escribe  ,  qu€  murió  mártir  en  la  ribera  del  Ebro, 
alegando  el  Martiroicgio  Romano,  que  no  pene  sino  el  nom- 
bre de  España  sin  mayor  determinación  cíei  lugar  b  pueblo 
donde  este  Santo  padeció.  Prueba  el  C'bispado  de  Félix  con 
un  testimonio  de  San  Cipriano  convelido  en  estos  términos: 
Pelix  Cesaraugustimus  Episccpus  fidei  cultor  ,  ac  defensor  veri- 
tatis  ,  y  asegura  que  murió  mártir  ;  pero  es  cierto  que  no  hay- 
memoria  del  tal  mariirio  ,  y  que  San  Cipriano  no  expresa  el 
Obispado  de  Félix  ,  pues  dice  solo,  Félix  de  Ccesarai4gusta 
ftdei  cultor  &  defehsor  veritatis.  Asi  que  será  conveniente  ,  que 
los  Leólores  de  la  Obra  del  P.  Fr.  Lamberto  no  se  detengan 
mucho  en  los  nombres  solos  de  las  piezas  que  cita  ,  sino  que 
pasen  á  desear  autoridad  competente  6  testimonio  antiguo 
tn  prueba  de  los  Obispos  que  yo  excluyo  ,  y  que  no  se  es- 
tablecen sino  con  Autores  modernos  ,  que  no  sirven  para  co- 
sas tan  rem.otas. 

Si  se  examinan  los  fundamentos,  sobre  que  se  apoya,  pa- 
ra defender  las  tradiciones  ,  que  yo  refuto  por  no  ser  o;ra 
co:a  que  invenciones  de  Autores  modernos,  se  hs liará  que 
proponiéndose  con  voces  ayrosas  ,  y  que  significan  mucho, 
son  realmente  fíaquiiimos  é  incapaces  de  m.antener  lo  que  so- 
bre ellos  se  edifica^  Pongamos  egemplo  en  la  1.  Disertación, 
que  es  la  que  con  mayor  conato  y  zelo  han  trabajado  el  Se- 
ñor Prebendado  N.  y  el  R.  P.  Fr.  Lamberto.  Para  establecer; 
el  Obispado  de  S.  Athanasio  en  Zaragoza  se  alega  no  menos 
que  la  autoridad  de  la  Iglesia  ,  y  la  de  dos  gravisimos  Tri-- 
bunales  ,  es  á  saber  el  de  la  Corte  de  Justicia  de  Aragón  ,  y 
el  de  la  Sagrada  Rota  en  dos  decisiones  dadas  en  el  siglo 
pasado  ,  en  que  expresamente  se  asegura  que  Santiago  hizo 
Obispo  de  Zaragoza  á  S.  Athanasio.  La  autoridad  de  la  Igle- 
sia está  reducida  á  una  breve  oración  ,  que  se  usa  en  los  ¿os 
Templos  de  S.  Salvador  ,  y  del  Pilar  haciendo  conmemora- 
ción de  los  nueve  Discípulos  del  Santo  Apóstol  en  la  qual 
nada  se  dice  del  Obispado  de  S.  Athanasio  en  Zaragoza  ,  y 
si  se  lee  en  el  Códice  mas  antiguo,  ni  aun  indica  que  este  San- 
to tuvo  la  Dignidad  Episcopal.  El  Justicia  de  Aragón  alega 
testimonios  que  no  existen  \  porque  cita  los  Breviarios  anti- 
quísimos 5  los  Martirologios  Romanos  5  y  otros  gravisimos  Pa« 

dres, 


(>-ni) 

ares  ,  en  los  quales  no  se  halla  palabra  con  que  se  testtñque 
que  Santiago  hizo  Obispo  de  Zaragoza  a  S.  Athanasto.  La 
Sagrada  Eota  no  pudo  exhibir  prueba  legitima  de  este  asun- 
to ,  y  la  principal  autoridad  que  tuvo  presente  ,  fue  la  de 
Pedro  Antonio  Beuter  ,  á  quien  por  eso  da  el  P.  Fr.  Lam- 
berto el  nonabre  de  Coronista  de  tanto  crédito  ,  que  fue  segui- 
do en  la  Sagrada  Rota  no  aprobados  otros  sobre  este  punto  ^  co^ 
mo  no  lo  fueron  ni  la  Historia  de  Dextro  ^  ni  el  Epigrama  de 
Marco  Máximo  ;  aunque  yo  veo  ,  que  aquel  Tribunal  hizo 
aprecio  de  Lucio  Dextro  citándole  ,  y  siguiéndole  en  la  pa- 
gina 14.  de  sus  Egecutoriales. 

¿Pues  qué  diré  del  testimonio  que  me  opone  venido  de 
Lorena  a  rranos  de  D.  Juan  Tainayo  Salazar  en  un  hymno  de 
S,  Policeto  mártir  de  Caravis  junto  á  Zaragoza  ,  en  cuyas  es- 
írophas  ,  dice  el  P.  Lamberto  ,  se  puede  disimular  la  po:a 
pureza  del  estilo  y  yerros  del  metro  por  lo  estimab'e  de  la 
noticia?  Bolando  imprimió  este  hyrano  al  dia  13.  de  Febrero- 
tomándolo  del  Martirologio  de  Tamayo  ,  con  lo  que  parece 
logró  alguna  recomendación  en  la  grande  Obra  de  las  Aftas 
de  Jos  Santos.  Pero  no  hsy  duda  en  que  Felipe  F¿rrario  fue 
e!  primero  que  hizo  memoria  de  S.  Policeto  citando  el  Ka- 
lendario  y  Tablas  de  la  Iglesia  de  Zaragoza  ,  siendo  asi  que 
ésta  jamás  tuvo  noticia  de  este  Santo,  ni  ha  habido  memoria  ' 
de  él  en  España.  Asi  que  este  mártir  de  Caravis  junro  a  Za- 
ragoza es  fingido  ,  y  por  consiguiente  lo  son  también  las  Ac- 
tas ,  qut  trahe  Tamayo  ;  en  cuyo  tiempo ,  como  notan  los 
Continuadores  del  citado  Bolando,  se  inventaron  otras  muchas, 
que  no  merecen  sino  el  desprecio  de  los  hombres  de  algún 
juicijO. 

'.'■Si  se  reflexionan  con  mediana  atención  las  soluciones ,  con 
Que  se  pretende  obviar  á  mis  pruebas  ,  se  notará  que  estas 
quedan  en  la  misma  fuerza  ,  que  si  no  se  hubiese  respondido. 
V.  gr.  al  argumento  que  dejó  propuesto  contra  lo  que  escri- 
bieron algunos  Autores  del  Obispado  de  S.  Athanasio  y  Theo- 
doro  ,  y  su  residencia  en  Zaragoza  ,  responde  él  Señor  Pre- 
bendado, que  pudieron  estos  Santos  ocuparse  en  la  acordada 
•  vigilancia  del  sepulcro  de  Santiago  ,  y  servir  en  Zarag^'Z!  á 
nuestra  Señora  ^  desempeñar  eo  Aragón  las  obligaciones  de 

sa 


(XIV) 
su  ministerio  Pastorsl ,  y  cumplir  en  Galicia  las  áeí  piadoso 
empleo  de  guardar  el  sepulcro.  Esta  solución  está  muy  dis- 
tante de  satisfacer  á  la  dificultad  que  yo  fundé  en  la  Epís- 
tola de  León  ill.  por  ser  enteramente  contraria  al  texto  que 
dejó  exhibido  ,  del  qual  consta  que  los  Santos  expresados  re- 
sidierojí  siempre  ,  y  sin  alguna  intermisión  en  Galicia  hssta  sxx 
muerte  ,  después  deja  qual  fueron  enterrados  junto  al  cuer-, 
po  de  su  Santo  Maestro.  Oigamos  ahora  ia  respuesta  del  R.í 
P.  Fr.  Lamberto  :  Si  alguno  ,  dice  en  el  num.  77.  ¡mentara  />íí-... 
cer  de  dos  Santos  quatro  ,  como  el  P.  Higuera  de  dos  uno  ,  /)a- 
diera  decir  ,  que  los  dos  Discípulos  de  Santiago  Theodoro  y  Atba^ 
nasio  ,  de  que  habla  .el  Papa  León  JII,  eran  distintos  de  los  que 
venera,  la.  Santa  Iglesia  de  .Zaragoza,  Pone  luego  las  pruebas 
que  se  podrían  ofrecer  ,  las  quales  no  tienen  otro  fundamen-: 
to  que  el  filso  supuesto  de  lo  mismo  que  debían  probar,  y 
concluye  asi ;  £ualquiera  pues  que  quisiera  hacer  dos  Athana^ 
sios  y  dos  Theodoro s  llegaría  por  este  rumbo  a  concordar  el  Obis-* 
pado  de  S,  Aihanasio  con  las  Cartas  de  León  y  de  Calixto,  Ni 
le  faltaría  apoyo  en  la  autoridad  de  Muriílo  ^c.  Feliz  discurso 
para  sostener  las  glorias  de  Zaragoza  ¡  Dichosa  España  ,  que 
si  en  el  siglo  pasado  tuvo  un  escritor  que  hacia  de  dos  San- 
tos uno  ,  ya  en  el  presente  goza  otro  de  mejor  condición, 
que  facilita  el  modo  de  hacer  de  dos  quatro. 

Si  tan  insubsistentes  son   los   fundamentos  con   que   el  R.- 
P.  Fr.  Lamberto  aspira  a  sostener   el  Obispado  de   los  Santos; 
Athanasio  y  Theodoro  ,  en  cuyo  favor  puso  el  mayor  conato, 
no  espere  el  discreto  Ledor  de  su  Obra  hallar  mejores  cosas 
en  los  demás  Obispos  ,  que  quiere  añadir  al  Catalogo  de  Za-- 
ragoza.    Corramos   por  todos  ellos   no  partiendo  de  ligero  ,  si-, 
no  haciendo  reflexiones -breves,   que   basten    para'  evidenciar 
que  el   libro   de  este   doíto  Aragonés   no  sirve  para    ilustrar- 
la historia  de  su  Patria  ,   ni  para  aumentar  sus   prerogativas: 
y  que  es  vana  la   esperanza  que   explica  en  el  num,  6,  de  su 
introducción,  de  que  el  publico  aprobará  los  Obispos  impug- 
nados por  los  rigores  de.  mi  critica  ,  mayormente  £n   un  siglo 
tat^  ilustrado  como  el  presente  ^   que  ya   no    trata  estas  materias. 
con  una  destemplada  severidad  ,    sino    con    una  piadosa  y  dócil- 
modei'acior\ 

En 


(XV) 

En  la  pag.  7.  establece  dos  Obispos  con  los  nombres  Je 
Valeriano  y  Lucio  ,  el  primero  por  el  año  de  409.  y  el  se- 
gundo de  525:.  De  Valeriano  nada  trabe  que  merezca  res- 
puesta ,  pues  solo  reproduce  lo  mismo  á  que  tengo  dada  ple- 
na satisfacción  en  los  Tomos  30.  y  31.  Mas  no  puedo  pasar 
de  aqui  sin  hacer  al  P.  Fr.  Lamberto  dos  cargos  que  rae  pa- 
recen oportunos.  El  primero  es  sobre  el  num.  15'.  que  co- 
mienza con  las  palabras  siguientes  :  No  ignoramos  ,  que  hay 
quien  dice  ,  qt4e  los  Romanos  llamahan  indiferentemente  Valerios 
6  Valerianos  a  los  que  se  distinguian  con  este  nombre  ,  de  lo 
que  no  hace  memoria  el  P.  Risco  ;  y  no  sé  como  echa  menos  esta 
especie  habiendo  leido  el  Tom,  31,  en  cuya  pag.  109.  n.  314. 
hago  expresa  mención  de  esta  costumbre  de  los  Romanos.  El 
segundo  es,  que  siendo  el  R,  P,  Fr,  Lamberto  tan  amante  de 
los  honores  de  su  patria  debia  no  tenerme  por  severo  en  es- 
te punto  ,  en  que  no  distingo  á  Valeriano  de  Valerio,  como 
D.  Nicolás  Antonio,  y  otros  Autores,  que  sostienen  con  gran 
probabilidad  ,  que  el  primero  fue  Obispo  de  Calahorra  ,  don- 
de creen  rambien  nació  el  Poeta  Prudencio  ,  que  consagró 
á  este  Prelado  el  hymno  de  S.  Hypolito  Mártir,  Para  prueba 
del  Obispado  de  Lucio  no  trahe  otros  testimonios  que  la  au- 
toridad de  Gerónimo  Blancas  ,  y  de  D.  Hernando  de  Aragón, 
que  cita  á  Fere  Antón,  ¿Quién  no  ve  aqui  el  justo  motivo, 
que  obligó  á  este  mi  opositor  á  no  mirar  con  indiferencia 
las  censuras  de  mi  critica  ,  con  la  que  borré  del  Catalogo 
Cesaraugustano  un  Obispo  que  gobernó  por  los  años  de  525". 
sin  embargo  de  que  son  testigos  de  su  dignidad  los  celebres 
escritores  expresados  ,  que  florecieron  solos  mil  años  después 
de  Lucio? 

En  la  pag,  1 1.  num,  i  8.  se  halla  un  precioso  descubrimien- 
to de  este  noble  Aragonés.  Yo  puse  en  el  Catalogo  por  los  años 
de  45'8,  un  Obispo  de  quien  se  hace  honorífica  memoria  en  la 
Carta  que  los  Padres  de  la  Provincia  Tarraconense  escribie- 
ron al  Romano  Pontífice  Hilario.  Pero  como  no  hallaba  su 
nom.bre  en  documento  antiguo  ,  confesé  mi  ignorancia  ,  y  le 
señalé  con  una  N.  Gracias  al  R,  P.  Fr,  Lamberto  ,  que  nos  lo 
«lanifiesta  diciendo  ,  que  se  llamó  Lidoro ,  porque  dice  Carrillo 
haber  él  hallado  en  algunos  Mss.  que  este  fue  San  Isidoro  Már- 
tir, 


hr  ,  de  quien  se  hace  memoria  en  el  Martyrologío  a  2.  de  Ene- 
ro. Es  verdad  que  el  Martyrologío  dice  :  Antiochice  passio  beati 
Jsidori  Episcopí.  Pero  Baronio  nota  ,  que  parece  no  pudo  ser 
Obispo  de  Antioquia  ,  y  que  ninguno  dice  de  dónde  ío  fue  :  y 
en  caso  de  duda  bueno  será,  que  un  Escritor  Aragone's  le  ad- 
judique á  Zaragoza  su  patria. 

Bastante  se  ha  dicho  de  los  Santos  x\tanasio  y  Theodoro: 
pasemos  á  la  tercera  disertación  ,  que  es  sobre  el  Obispado  de 
S.  Félix  ,  y  detengámonos  un  poco  en  este  titulo.  Mi  impug^ 
nador  se  empeña  en  llamar  a  Félix  Santo  á  boca  llena  ,  y  aua 
en  eí  num.  60.  exhorta  á  todos  con  estas  palabras  :  TenjamoS" 
le  por  Santo  hasta  que  nos  lo  prohiba  la  iglesia.  Los  esfuerzos 
del  P.  Lamberto  en  este  punto  tuvieron  por  motivo  estas  pa- 
labras que  yo  puse  en  el  Tom.  31.  pag.  18.  num.  30:  Volvien- 
do á  nuestro  F¿H,v ,  Baronio  ,  y  otros  le  mencionan  con  el  didfado 
de  Santo.  To  no  sé  ,  que  para  darle  un  titulo  tan  honorífico  se  pue- 
da alegar  otra  causa  ,  que  los  elogios  de  San  Cypriano  ;  pero  ex- 
tos  no  me  parecen  suficientes  ;  y  en  cosa  de  tanta  importancia 
y  gravedad  es  digna  de  seguirse  la.  moderación  que  con  los  Bo-* 
landistas  expuse  en  el  Tomó,  precedente  ,  pag,  140.  num,  9. 
Esta  Critica  hizo  tal  eco  en  el  pecho  de  mi  Opositor  ,  que  pror- 
rumpió en  ciertas  exclamaciones  que  me  pondrían  miedo,  si  no 
hubiese  escribo  aquella  proposición  con  la  mayor  solidez  que 
se  puede  desear.  Pong.imqs  una  de  ellas.  ^  Es  verosímil  ,  dice^ 
cue  Baronio  le  hubiese  dado  a  nuestro  Obispo  el  renombre  de 
Santo  ,  sin  "hah'erh  hallado  en  los  originales  del  Vaticano  ,  6  en 
la  tradición  inmemorial  ds  ¡a  cabeza  del  mundo  }  l  A  quién  se  le 
puede  ocultar  esta  invjroyimilitud  ,  ó  violencia'^ 

Suplico  al  R.  P.  Fr.  Lamberto  que  oyga  con  sosiego  la 
respuesta  á  esta  pregunta.  La  única  memoria  que  se  halla  de 
Félix  ,  es  la  que  hizo  S.  Cypriino  con  estas  palabras  :  Utque 
alius  Félix  de  C(esaraugusta  ,  fidei  cultor  ,  atque  defensor  verita- 
tis  litteris  suis  significat.  Desde  el  tiempo  de  San  Cypriano  has- 
ta el  siglo  16.  nadie  mencionó  a  Félix  con  el  título  de  San- 
to. Don  Gerónimo  Blancas  fue  el  primero  ,  b  de  los  prime- 
ros que  le  nombró  con  este  glorioso  dtétado.  En  esta  verda- 
dera suposición  ^  qué  causa  hubo  para  que  este  Escritor  ^  y 
otros  mas  cercanos  á  nuestca  edad  expresasen  á  Félix  con  el 

ti- 


(XVII) 
titulo  de  Santo  ,  sino  el  elogio  de  San  Cypríano  ,  que-  áclemás 
de  darse  á  sugeto  que  no  estaba  fuera  de  los  peligros  de   esta 
vida  mortal,  puede  convenir  aun  a  los  que  teniendo  la  fé  ca- 
recen de  la  santidad  ?  No  siendo  pues  este  elogio  suficiente,  n¡ 
habiéndose  dado  á  Félix  en  algún  tiempo  culto  coa^rinado  por 
el  Juicio  Supremo  de  la  Sede  Apostólica  ,  ni  aun  por  la  piedad 
de  los  fieles  con  asenso  de   la  misma  Sede  ¿  con  qué   palabras 
iras  prudentes  ,  debia  yo  avisar  la  discreción  que  este  impor- 
tantísimo negocio  se   merece  ,  que  con  las  de  la  clausula  exhi- 
bida que  tanto   desagradó  al  R,  P.  Fr.  Lamberto  ?  ¿  Con  qué 
razones  podrá  éste  vindicarse  de  toda  temeridad,  dando  muy 
repetidas  veces  en  su  Disertación  el    did:ado  de  S.into  a,  un  su- 
geto ,  cuya  santidad  no  está  aprobada  por  autoridad  legitima? 
Dirá  que  siguió  á  Baronio  ,  de  quien  no  es  creíble  diese  á  Fé- 
lix tan  glorioso  titulo  ,  sin   haberlo  bailado  en  los  originales  del 
Vaticano  ^  6  en  la  tradición  inmemorial  de  la  cahcza   del  mundo. 
Esta  respuesta   podrá  satisfacer  á  hombres  demasiado  vulga- 
res ,  é  ignorantes  ;  pero  la  tendrán  por  volu-ntaria  y  frivola  los 
que  saben  que  no  es  otra  cosa  ,  que  un  vano  recurso  á  hecho 
de  que  hasta  ahora  no  ha  habido  noticia  en    el  mundo  ,  qual 
es  que  en  los  originales  del  Vaticano  se  halle  Félix  con  el  re- 
nombre de  Santo  ,  b  que  en  Roma  haya  tradición   inmemorial 
de  la   santidad  de  este  Varón.  Yo  no  dudo   que   Baronio  {\:>.q 
Escritor  dcílisirao  ,  y  de  muy  vasta  erudición  ,  mayormente 
en  la   Histeria  Eclesiástica  ;  pero  no  creeré  que  tuvo  noticia 
cierta  de  todos  los  que   deben  ,  b  no  venerarse   con  los  hono- 
res concedidos  á  la   santidad.  Si    este  sabio  Cardenal  hubiese 
hecho  particular  examen  del  titulo  de  Santo  dado  á  Félix  ,  no 
habría  padecido  este   descuido  ;  pero  como  el  asunto  de  que 
trataba  era  la  Epístola  de  San  Cypriano  ,   dirigió  á  ella   todo 
su  reconocimiento  ,  dando  sin  reparo  a  Félix  aquel  honor  con 
que  le    trató  Gerónimo  Blancas  en  los  Comenrarios   que  leyó 
el  mismo  Baronio.  Finalmente  el  R.  P.  Fr.  Lamberto  no  trae 
prueba  alguna  en  confirmación  de  que  á  Félix   se  le   debe  el 
tratamiento  de  Santo  ,  si  no  lo  son  sus  exclamaciones  ,  y  los 
Autores  modernos  que  cita  ;  y  la  Santa  Iglesia  de  Zaragoza 
podrá  desengañarle  en  esta  materia  ,  como  testigo  el  roas  fiel, 
y  abonado  de  que  jamás  dio  culto  á  este  varón  mencionado  en 
la  Epístola  de  S,  Cypriano,  e  I  Pues 


(XVIII) 

¿  Pues  qué  diré  de  la  impugnación  que  hace  de  lo"  que  ten- 
go escrito  acerca  del  Obispado  de  Félix?  Yo  afirrao.que  la  dig- 
nidad Episcopal  de  este  Cesaraugustano  no  es  cierta  ,  sino  du- 
dosa ;  pero  que  es  muy  verisímil  ,  atendiendo  al  empeño  con 
que  trató  el  negocio ,  b  causa  de  Marcial  y  Ba^iíides.  El  P.  Fr, 
Lamberto  escribe  no  menos  que  22.  hojas  ,  pretendiendo  que 
Félix  fue  Obispo  cierto,  é  indubitable  ;  pero  el  Leftor  se  can"- 
sará  con  su  lección  ,  y  vendrá  á  quedarse  en  la  misma  duda 
que  yo  expongo.  No  solo  no  opone  diüculrad  a  que  yo  de- 
ba satisfacer  ;  sino  que  sabe  ponderar  como  argumentos  muy 
poderosos  contra  mi  sentencia  los  diftamenes  de  Escritores 
modernos  ,  que  dicen  lo  mismo  que  yo  tengo  establecido.  V.g, 
en  el  num.  9.  ofrece  lá  autoridad  de  la  sabia  Congregación 
de  San  Mauro  ,  que  puesta  en  romance  por  el  P.  Lamberto 
dice  de  este  modo  :  No  puede  negarse  ser  cierto  ,  t^¿4e  San  Cy- 
jiriuno  no  llama  Obispo  a  San  Félix '^  sin  embargo,  atendiendo 
á  su  estilo  nadie  hallará  dificultad  ,  ni  dejará  de  inclinarse  al 
pensamiento  de  que  tuvo  el  caraéler  Episcopal  ,  porque  el  No- 
tario que  escribió  las  Aftas  del  Concilio  de  Cartago  ,  no  refie- 
re las  dignidades  de  los  Obispos  que  asistieron  ,  sino  solo  sus 
nombres,  y  los  de  las  Ciudades  á  que  presidian  ;  lo  que  egecu- 
tó  de  este  modo  :  Cecilio  de  Bilta  ,  Primo  de  Misgirpa  ,  Poli- 
carpo  de  Adumetro  ,  y  asi  los  demás.  Por  lo  que  ,  aunque  San 
Cypriano  escribió  solamente  :  Félix  de  Cesaraugusta  ,  no  prue- 
ba el  silencio  de  la  dignidad  Episcopal  ,  ^ue  San  Félix  no  la 
tuvo.  Aquí  dice  el  P.  Lamberto  :  Asi  discurrieron  discreiisima- 
mente  estos  célebres  Literatos  a  favor  del  Obispado  de  este  Cesar" 
augustano  en  fuerza  de  una  ilación  concluyente» 

¿  Pero  qué  h<iy  en  estas  clausulas  de  los  sabios  Benediéli- 
nos  de  San  Mauro  ,  que  no  sea  conforme  á  mi  sentencia  ,  sino 
el  titulo  de  Santo  ,  que  precede  al  nombre  de  Félix  ,  el  quaí 
no  se  lee  en  el  texto  Latino  ,  sino  que  es  añadido  por  el  Pa- 
dre Lamberto  ,  que  por  autorizar  su  pretensión  traduce  á  Fe^ 
licem  ,  5.  Félix  ?  Yo  escribí  en  el  Tom.  30.  pag.  100.  num.  10, 
estas  palabras  :  No  obstante  hace  dificidtad  que  S.  Cypriano  no 
le  dá  titulo  de  Obispo  ;  y  los  PP.  Benediftinos  :  Sane  certum  est^ 
Felicem  non  vocari  Episcopum  d  Cypriano.  Yo  escribí  en  el  Tom, 
¿r.  pag,  12,  num.  18.  Por  lo  q^ue  toca  a  la  dignidad  de  este  ilus- 
tre 


(XIX) 

tre  varón,  tfté  pavede  Muy  verosímil  que  fue  Ohíspo  de  Zaragoza ^y 
uno  de  los  comprehendidos  en  la  clausula  que  escribió  S.  Cypriano^ 
&c,  y  los  PP,  Benediólinos  :  Sed  ex  modo  scribendi  Cyprianico 
facile  ,  <&?  proclive  est  existimare  ,  illum  ea  dignitate  decoratum 
fuisse.  Estos  PP.  concluyen,  que  el  silencio  de  San  Cypriano  no 
prueba  que  Félix  no  fue  Obispo  ;  y  yo  estoy  tan  lejos  de  inten- 
tar que  el  silencio  del  santo  Doélor  es  argumento  de  que 
Félix  no  tuvo  aquella  dignidad  ,  que  en  mi  sentencia  es  muy 
verisimil  haberla  gozado.  ¿Quién  no  vé  ya  que  mi  modo  de 
pensar  en  este  punto  es  tan  parecido  al  de  los  PP.  Benediéli- 
nos  ,  como  un  huebo  á  otro  ?  Sin  embargo  ,  éstos  discurrieron 
díscretisimamente  ,  según  el  P.  Lamberto  ;  pero  el  P.  Risco  con 
una  Critica  indócil  y  severa  ,  que  despoja  á  su  amada  patria 
de  las  prerogativas  que  la  adornan. 

La  piadosa  y  dócil  moderación  .,  que  este  R.  P.  atribuye 
en  el  num.  6.  de  su  Introducción  al  siglo  presente  ,  llegaba  en 
su  concepto  á  tal  grado  ,  que  creyó  aprobaria  el  público  sus 
fundamentos  ,  con  ser  éstos  tan  despreciables  ,  que  yo  me  es- 
panto deque  un  hombre  dodo  se  atreviese  á  estamparlos  ,  y 
ofrecerlos  indiferentemente  á  sabios  ,  é  ignorantes.  Veamos  la 
solidez  con  que  prueba  que  el  Obispado  de  Félix  es  cierto  y 
constante.  Sabiendo  el  P.  Lamberto  que  ninguno  de  los  Escri- 
tores antiguos  trató  de  su  noble  paysano  Félix  ,  sino  es  el 
IVlartyr  Cypriano  ,  puso  todas  las  fuerzas  de  su  ingenio  en  sa-. 
car  la  certeza  de  la  dignidad  Episcopal  de  estas  palabras  del 
Santo  :  Utque  alius  Félix  de  Cíesaraugusta  fidei  cultor  ,  &  de- 
fensor veritatis  litteris  suis  signifcat.  Y  mostrando  su  afición 
á  las  letras  de  la  humanidad  ,  propone  en  esta  forma  su  pri- 
mera reflexión  que  puede  ser  espécimen  de  las  demás,  /¿ten- 
diendo ,  dice  ,  a  la  propriedad  de  la  lengua  latina  en  que  teñe- 
mos  la  Carta  de  San  Cypriano  ,  se  perciben  algunas  alusiones  a  la 
dignidad  Episcopal  de  San  Félix.  Esta  dicción  Cultor  de  que  usa 
el  Santo  ,  la  une  Ovidio  a  la  dicción  Antistes  ,  para  expresar  la 
superioridad  del  sugeto  de  que  habla  sobre  los  Varones  dorios  ;  y 
sabiendo  todos  que  la  voz  Antistes  significa  el  Sacerdote  Supe- 
rior  del  Templo  ,  y  que  éste  en  la  Religión  Christiana  es  inegable- 
mente  el  Obispo  ,  parece  que  el  elogio  dado  por  San  Cypriano  d  S, 
Félix  ,  no  le  viene  violento ,  antes  bien  insinúa  en  él  esta  dignidad, 

C2  El 


(XX) 
El  verso  de  Ovidio  que  ofrece  ,  es  del  lib.  3.  de  les  Tris- 
tes. Eleg.  ultima  ,  que  dice  asi: 

Cultor  ,  (^  Amistes  doBorum  sarSe  virorim, 

A  vista  de  un  tan  delicado  modo  de  discurrir  ,  nadie  extra- 
ñará que  el  P.  Lamberto  tenga  á  Félix  por  Obispo  indubitable, 
y  también  por  Santo  :  porque  si  San  C>  priano  le  llama  Cultor^ 
y.  Ovidio  une  á  esta  dicción  la  voz  Antlstes  ,  y  a  esta  el  titulo 
de  Santo  ,  sale  por  legitima  consequencia  ,  que  Félix  fue  Obis- 
po ,  y  también  Santo.  ¡  Oh  ,  nuevo  ,  agudo  ,  é  ingenioso  argu- 
mento !  ¿  Y  qué  responderá  este  Aragonés  ,  si  aprovechándose 
otro  de  su  discurso  dice,  que  Félix  era  poco  aficionado  a  los 
egercicios  de  Religión  ,  y  lo  prueba  con  aquel  verso  de  Hora- 
cio ,  lib.  1.  Carm,  Ode.  34, 

Piírcus  deorum  cultor  ,  <S?  infrequens'^ 

IjQué  responderá  a  quien  intentare  ,  que  en  iquellas  pala- 
bras "del  Canon  de  la  Misa  :  Cum  ómnibus  orthodoxis  atque  Cíf 
lholie:e-  ^  &  A¡iO!toUc(e  fidsi  citltoribus  ,  está  insinuada  la  digni- 
dad episcopal  de  todos  los  fieles  ,  y  lo  probare  con  el  versí- 
to  de  Ovidio  ,  que  á  la  voz  Cultor  une  la  de  Antistes ^  que  sig- 
nifica ál  Sacerdote  Superior  del  Templo? 

Vengamos  á  la  quarta  Disertación.  Dirígese  ésta  á  probar, 
que  al  principio  del  siglo  quarto  presidieron  en  Zaragoza  dos 
Obispos  con  el  nombre  de  Valero  ,  ambos  Santos  ,  pero  uno 
Confesor  ,  y  otro  Mariyr,  Yo  probé  con  sólidos  argumentos 
la  identidad  del  Valero,  que  subscribió  en  el  Concilio  de  Eli- 
beri  ,  con  el  presentado  á  Daciano  ,  contra  Baronio  y  D.  An- 
tonio Agustín  ,  que  creyeron  ser  distinto  uno  de  otro  ,  por  su 
equivocación  acerca  del  año  en  que  se  celebró  el  referido  Con- 
cilio. Ilustré  también  la  Historia  del  Santo  desembarazándola 
de  todas  las  confusiones  que  se  hablan  introducido  en  ella,  con 
tanto  esmero  ,  y  afeéto  á  hi  Santa  Iglesia  de  Zaragoza  ,  que 
este  fue  uno  de  los  trabajos  que  la  fueron  mas  aceptos  ,  como 
me  declaro  su  Ilustrisimó  Cabildo  en  Carta  que  se  dignó  di- 
fiíjirme, 

Bas- 


i 


(XXI) 
Basta  la  lección  óq  lo  que  tengo  escrito  en  el  Tom.  30. 
para  que  qualquiera  quede  instruido  ,  y  desengañado  en  or- 
den á  la  obscuridad  en  que  el  R.  P.  Fr,  Lamberto  pretende 
envolver  la  Historia  de  San  Valerio  ,  haciendo  inútil  quanto 
es  de  su  parte  la  diligencia  que  yo  puse  en  esclarecerla.  No 
obstante  me  parece  del  caso  proponer  aqui  dos  advertencias, 
las  quales  por  sí  solas  son  suficientes  para  conocer  con  clari- 
dad la  flaqueza  de  que  adolece  toda  la  Disertación  de  este 
Padre.  La  primera  es  ,  que  la  Iglesia  de  España  nunca  ha 
celebrado  otro  Valerio  Obispo  de  Zaragoza  que  al  que  Íüq 
Maestro  de  S.  Vicente  ,  y  este  es  el  mismo  que  el  Misal  Mozá- 
rabe pone  en  el  dia  28.  de  Enero  ,  y  también  los  Breviarios 
antiguos  de  nuestras  Iglesias  ,  como  el  Hispalense  ,  que  nos 
opone  el  P.  Fr.  Lamberto,  sin  embargo  de  expresarse  en  sus 
lecciones  ,  que  el  Valerio  de  quien  se  rezaba  la  Historia  con- 
tenida en  ellas  ,fue  presentado  á  Daciano  junto  con  el  célebre 
Martyr  Vicente.  Véase  el  Tom.  30.  pag.  118,  A  este  mismo 
se  dá  alguna  vez  el  titulo  de  Martyr  por  la  razón  que  expu- 
se en  la  pag.  123.  del  Tom.  cit. 

La  segunda  es  ,  que  la  distinción  que  el  P.  Fr.  Lamberí-o 
quiere  establecer  de  los  Valerios,  uno  Confesor,  y  otro  Martyr 
se  funda  solo  en  los  errores  de  algunas  A«fias  que  ter.'Lo 
rotados  en  el  referido  Tom.  Para  cuya  inteligencia  conviene 
advertir  ,  que  todas  las  Adas  hablan  expresamente  de  un 
Valerio,  y  este  el  que  tuvo  por  su  Arcediano  á  San  Vicente; 
pero  algunas  dicen  ,  que  fue  desterrado  á  Viena  de  Francia, 
y  que  alli  padeció  martyrio.  De  este  error  ,  pues  ,  se  apro- 
vecha el  citado  Aragonés  para  poner  dos  Valerios,  uno  que 
murió  en  Enet  ,  y  otro  que  fue  martyrizado  en  Francia  ,  sien- 
do asi  que  este  segundo  es  desconocido  de  todos  los  Escrito- 
res; y  las  Adas  mismas  que  yerran  en  el  lugar  de  la  muerte 
de  S.  Valerio,  no  hablan  sino  del  célebre  Maestro  de  S.Vicente: 
Cur,}  Diacor. US  Pr ceses  ,  dicen  ,  pnccepisset  B.  Valeritim  deportari 
in  exilium.,  sicLt  in passlone  Sandli  Vincentii  scriptum  est,B,Fale' 
rius  vehementer  flere  ccepit  ,  quod  separahatur  á  S,  Vine  era  io. 

Asimismo  el  amor  puro  á  la  verdad  ,  y  el  deseo  sencillo, 
que  me  anima  de  que  nuestra  Histeria  se  trate  con  la  grave- 
dad ,  y  sinceridad  que  la  corresponde ,  me  impele  á  prevenir 

al 


(XXII) 
al  Leflor, descubriendo  defeftos  muy  reprehensibles,  que  Ocul- 
taría de  buena  gana  por  no  sonrojar  á  su  Autor.  Digo  esto 
porque  en  el  asunto  que  voy  tratando  ,  me  veo  necesitado  á 
hacer  presente  la  ¡legalidad  en  que  incurre  el  P.  Lamberto  por 
autorizar  mas  sus  intentos.  Dice  asi  en  la  pag.  171.  num,  22, 
Ahora  es  preciso  advertir  ,  que  las  Aétas  de  Chiflecio  tomadas 
del  Códice  de  Borgoña  ,  y  cotejadas  con  las  del  Ms.  Marken- 
tense  ,  que  son  las  que  ofrece  el  Breviario  Hispalense  ,  como 
afirma  Tamayo  Saiazar  ,  no  fueron  notadas  de  ilegitimas  por 
Bolando  ,  ni  las  dio  censura  alguna  ;  antes  bien  lo  movieron 
al  juicio  de  ser  constante  ,  haber  sido  dos  los  Valeros  Obispos 
de  Zaragoza  á  los  principios  del  siglo  4.  de  los  quales  el  uno 
fue  Confesor  ,  y  el  otro  Martyr.  Que  éste  no  puede  ser  el 
que  presenta  el  P.  Risco  por  Valero  segundo  ,  se  prueba  tam- 
bién porque  éste  ,  según  el  Continuador  ,  era  el  que  asistió  al 
Concilio  Cesaraugustano  en  380.  &c, 

Entendiendo  este  R.  P.  que  su  Disertación  no  salía  bien 
fundada,  si  no  se  daba  crédito  á  los  errores  contenidos  en  las 
Adas  de  Chiflecio  ,  quiso  autorizarlas  con  el  nombre  de  Bo- 
lando ,  como  si  éste  las  hubiese  tenido  por  legitimas  siguién- 
dolas en  lo  concerniente  á  la  distinción  de  los  Valerios  ,  que 
se  pretenden.  Advierta  pues  ,  el  que  leyere  el  lib.  del  P.  Fr, 
Lamberto  ,  que  es  falso  quanto  éste  atribuye  á  Bolando.  Este 
sabio  Escritor  desaprobando  lo  que  las  Adas  de  Chiflecio  di- 
cen del  lugar  de  la  muerte  de  San  Valerio  Obispo  ,  y  Maes- 
tro de  Vicente  ,  trae  el  testimonio  del  Breviario  Cesaraugus- 
tano de  I5'72.  que  la  pone  en  el  pueblo  de  Enet  ;  y  prosigue 
suponiendo  esta  noticia  como  verdadera  hasta  el  cap.  3.  ea 
que  tr^ita  de  las  reliquias  del  Santo  ,  y  su  traslación  ,  empe- 
zando con  estas  palabras  ;  Eneti  igitur  cura  migrasset  é  v/- 
vis  Valerius  ,  in  propinquo  Stradie  Castello  conditce  sunt  illius 
exuviíp.  Es  también  falso  ,  que  Bolando  movido  de  las  Adas 
de  Chiflecio  tuvo  por  constante  haber  sido  dos  los  Valeros 
Obispos  de  Zaragoza  al  principio  del  siglo  IV.  porque  en  el 
num.  3.  del  cap.  i.  que  cita  el  P.  Lamberto  tiene  literalmente 
la  misma  sentencia  que  yo  sigo  en  el  Catalogo.  Porque  afir- 
ma primeramente  ,  que  fueron  muchos  los  Obispos  con  el 
nombre  de  Valerio  ,  que  es  lo  mismo  que  yo  escribo  en  la 

pag. 


(  XXIII ) 
png,  1 1 8.  num.  32.  Dice  también  ,  que  los  Valerios  conocidos^ 
é   indubitables  son  dos  ,  pero  no  pone   á  ambos    al  principio 
del  siglo  IV.  como  le  atribuye   mi  Opositor  ,  sino  en  los  mis- 
mos años  que  yo.  Esto  es  j  al  primero  en  tiempo  del  Concilio 
Eliberitano  ,  y  al  segundo  en  el  año  de  380.  en  que  se  celebró 
el  Concilio  primero  de  Zaragoza.  De  éste  dice  Bolando  lo  si- 
guiente :  Alter  indubie  fuit  Valeríus  C-esaraugustanus  ,  qfAt  Con^ 
Cilio  Cícsaraugustano   subscripsit  sub  annum  Christi  380.  ut  con- 
jtcit  Loaysa  ,  &  patet  ex  coUegarum  ,  qui  isthic  adfuerunt  ,  ceTate, 
Tampoco  dice  el  Autor  de  las  Aótas  de  los  Santos  ,  que  Va- 
lerio el   segundo  fue  Martyr  ;  el  qual  titulo  solo  se  ha  dado 
por  algunos  á  Valerio  el  primero  ,  cuyo  Arcediano  fue  San 
Vicente;  y  de  aquí   se  colige  ,  que  todas  las  citas  que  el  P. 
Lamberto  pone  en  el  §.  V.  num.  13.  son  también  artificiosas,  é 
ilegales  ;  porque  él  las  trae  para  prueba  de  un  Valerio  Már- 
tir distinto  del  Valerio  que  fue  Maestro  de  San  Vicente  ;  y 
los  lugares  que  se  citan  hablan  expresamente  de  este  mismo: 
V,  gr.  cita  el  Ms.  de  Florario  ,  cuyas  palabras  se  hallan  en 
Bolando  ;  pero  no  las  exhibe  por  ser  contrarias  á  su  intento, 
y  tratarse  en  ellas  ,  no  del  Valerio  Martyr  que  él  pretende  in- 
troducir ,  sino  del  Valerio  que  enseñó   á   San  Vicente  :   hem 
S,  Valerii  Episcopi  ,  &  Martyris,  Hic  B.  Vincentium  Leviiam  ad 
omne  opus  bonum  aptavit  ,  cum  qao  apud  Civitatem  CaíarauguS" 
tanam  martyrium  tolerat  anno  salutis  305". 

El  mismo  vicio  se  descubre  en  el  num,  31,  donde  el  Pa- 
dre Lamberto  cita  á  Bolando  ,  cuya  perspicacia  ,  dice  ,  cono- 
ció que  el  Autor  de  las  Lecciones  del  Breviario  Hispalense 
en  el  Oficio  de  S.  Valero  juntó  a  las  Adas  del  primero  las  del 
segundo  ;  y  por  medio  de  este  conocimiento  vino  el  mismo 
Bolando  á  distinguir  dos  Valeres  Obispos  de  Zaragoza.  Sé- 
pase pues  ,  que  Bolando  no  infirió  los  dos  Valerios  que  dis- 
tingue el  P.  Lamberto  ,  de  las  Lecciones  del  Breviario  Hispa- 
lense, ni  formó  el  juicio  que  se  le  atribuye  ;  pues  solo  cono- 
ció los  dos  Vaieros  que  yo  puse  en  el  Catalogo  de  los  Obis- 
pos de  Zaragoza  ,  y  por  lo  que  toca  á  las  Lecciones  Hispa- 
lenses ,  que  dicen  que  San  Valero  .  cuyo  Arcediano  y  disci- 
pulo  fue  San  Vicente  ,  padeció  martyrio  en  Viena  de  Fran- 
cia j  no  las  dio  crédito  en  esta  parte  con  jusiisima  razón  ,  por- 
que 


(XXIV) 
que  consta  que  el  Santo  murió  en  Enet,  ni  hay  memoria  de  que 
ctro  San  Valero  muriese  en  Viena  ,  como  yo  escribí  en  el 
Tom,  30.  pag.  1 18.  num,  34.  Ni  se  mueva  alguno  por  las  pa- 
labras de  Bolando  ,  que  el  P.  Lamberto  pone  al  pie  :  Verisi- 
milius  videtur  diversos  bos  fuisse  Valerios  ,  &c,  porque  en  ellas 
no  trata  aquel  sabio  Escritor  de  Valeros  Obispos  de  Z-jrago- 
za  ,  sino  de  otros  de  quienes  traté  yo  también  en  ei  Tomo 
cit.  pag.   1 16. 

Estas  advertencias  bastan  para  persuadir  la  cautela  que 
se  ha  de  tener  en  la  lección  del  P.  Lamberto  ,  y  la  infunda- 
da satisfacción  de  éste  en  felicitar  á  la  Santa  Iglesia  de  Za- 
ragoza al  fin  de  su  Disertación  ,  no  habiendo  hecho  en  ella 
ctra  cosa  que  confundir  la  verdadera  Historia  del  célebre  y 
famoso  San  Valero  ,  y  despojar  a  este  Santo  del  culto  que 
tuvo  en  tiempo  de  los  Godos  por  introducir  otro  Vakro 
IVIartyr  ,  no  conocido  hasta  ahora  en  nuestras  Iglesias. 

En  el  principio  de  la  Disertación  quinta  extraña  ei  P.  Lam- 
berto ,  que  yo  prefiriese  la  exclusión  de  Clemeníe  ,  6  Clemea- 
cio  á  la  de  Valerio  II.  y  dice  que  no  le  era  fácil  adivinar  la 
causa  de  haber  yo  invertido  el  orden  ,  que  se  halla  en  los 
Catálogos  ,  y  Escritores  de  Aragón  ,  que  ponen  á  Valerio 
antes  de  Clemente.  No  tenia  este  P.  necesidad  de  adivinar,  pa- 
ra venir  en  conocimiento  de  la  razón  que  tuve  para  hablar 
de  Clemencio  antes  que  de  Valerio  ;  porque  sin  recurrir  á 
conjeturas  difíciles  ,  que  son  ios  medios  de  la  adivinación  ,  en 
el  mismo  Catalogo  que  yo  escribí  ,  pudo  hallarla  fácilmente, 
AUi  digo,  que  Clemencio  asistió  al  Concilio  Arelatense  que 
se  celebró  en  el  año  de  314.  y  que  Don  Antonio  Agustín  in- 
trodujo a  Valerio  II.  en  tiempo  del  Concilio  Eliberitano  ,  que 
según  su  opinión  ,  se  juntó  cerca  del  año  de  325'.  Siendo, 
pues  el  año  de  314.  anterior  al  de  325".  ningún  enigma,  6 
quisicosa  ocurría  en  este  punto  que  pudiese  fatigar  al  P.  Fr. 
Lamberto.  Es  cierto  que  el  Catalogo  impreso  en  las  Consti- 
tuciones Synodales  de  Zaragoza  ,  nombra  ,  no  solo  Valerio  II. 
sino  Valerio  III.  antes  de  Clemente  ;  pero  también  lo  es  ,  que 
afirma  haberse  celebrado  el  Concilio  Arelatense  en  el  año  de 
326.  y  nadie  será  de  parecer  que  yo  debii  seguir  este,  y 
Otros  errores  que  se  notan  eo  el  Catalogo  referido. 

Prc- 


(XXV) 
Pretende  luego  mi  Impugnador  vindicar  el  Obispado  de 
C'emencio  ,  y  no  dando  en  su  favor  sípo  pruebas  inútiles  que 
soio  consisten  en  citas  de  Autores  modernos  ,  pasa  á  desatar 
las  dificultades  que  yo  propongo  ,  á  las  quales  dá  en  el  fin 
de  su  Disertación  el  nombre  de  vanos  esfuerzos  de  la  Cri- 
tica. Y  para  que  se  perciba  con  evidencia  ,  que  todo  lo  que 
escribe  sobre  este  asunto  es  como  todo  lo  demás  de  su  Obra, 
solo  aparente  ,  y  dispuesto  para  lisongear  el  gusto  de  los  que 
se  detienen  en  el  sonido  de  las  palabras  ,  y  no  penetran  la 
fuerza  de  las  razones  ,  quiero  prevenir  a  su  Le¿tor  con  esta 
advertencia.  De  Clemencio  ,  b  Clemente  ,  que  todo  es  uno, 
sin  que  haya  verdadero  vestigio  de  significarse  por  estos  nom- 
bres personas  distintas  ,  no  hay  otra  memoria  antigua  que  la 
subscripción  del  Concilio  Arelatense  ,  que  dice  :  Clememius 
Tresbyter  ;  Rufinus  Exorcisía  de  Civltate  Ccesarangusta  :  y  fir- 
mándose Clemencio  con  la  dignidad  de  Presbytero  ,  y  no  cons- 
tando por  otro  testimonio  antiguo,  que  llegase  á  obtener  la  de 
Obispo  ,  se  colige  evidentemente,  que  el  dársela  es  voluntarie- 
dad de  los  Escritores  Aragoneses  que  yo  cito  en  la  pag.  1 1  j. 
Para  eludir  la  fuerza  de  este  argumento  ,  que  es  el  principal 
que  propongo  ,  halló  el  P.  Lamberto  una  lisongera  apariencia 
en  la  Colección  de  Binio,  Trae  éste  en  sus  Notas  al  Concilio 
Arelatense  una  conjetura  de  Baronio  ,  sobre  que  los  Donatis» 
tas  depravaron  en  algunas  cosas  las  Ad:as  del  Concilio  ;  pa- 
ra cuya  justificación  alega  dos  razones  ,  de  las  quales  la  pri- 
mera se  funda  en  que  Ceciliano  Obispo  Cartaginense  tiene  en 
la  subscripción  el  titulo  solo  de  Presbytero,  Esta  sospecha, 
pues  ,  hizo  tan  animoso  á  mi  Opositor  ,  que  juzgó  se  desva- 
necerla como  el  humo  toda  ro¡  dificultad  con  estas  reflexiones. 
Pues  si  Ciciliano  ,  dice ,  que  ciertamente  ocupaba  la  Sede  de 
Cartago  ,  lo  que  era  notorio  á  todo  el  Concilio  que  examiinó  su 
causa  ,  se  subscribe  precisamente  Presbytero,  ¿quién  proba- 
rá que  Clemencio  no  fue  Obispo  de  Zaragoza  ,  por  verlo  fir- 
mado solamente  Presbytero  en  el  mismo  Concilio?  ^Y  quién 
podrá  hacer  constante  que  no  está  alterada  ,  y  mutilada  la 
firma  de  Clemencio  del  mismo  modo  que  la  de  Ceciüano? 
Añade  luego  ia  subscripción  de  Genial  ,  de  la  qual  dice 
Labbé  en  las  Notas  de  Sirmondo  :  Genial  Diácono  '^yasi  ss 

d  ha-* 


(XXVI) 
hiTÜa  firmat^o  tamlien  en  el  Rbemense  ,  pero  en  algunos  se  Jimut 
Genial  Obispo  ,  como  en  los  ya  divulgados.  Y  de  aquí  infiere  el 
P.  Lamberto  ,  que  no  se  puede  negar  con  certeza  á  Ckmen- 
c¡o  Ja  dignidad  de  Obispo  ,  h  aliándose  s.'gun  algunos  Autores 
citados  por  Espes  :  Clemente  Obispo  de  Zcmigoza. 

Esta  evasión  discurrida  soio  á  fin  de  obscurecer  la  since- 
ridad y  peso  del  argumento  íormado  de  la  subscripción  de 
Clemencio  ,  se  convence  fácilmente  de  sofistica  con  las  refle- 
xiones siguientes.  I.  La  conjetura  de  Earonio  puede  ser  veri- 
símil ,  respeíto  de  los  egemplares  del  Concilio  Arelatense  que 
estaban  en  poder  de  los  Donatistas  ;  pero  no  es  creíble  que 
éstos  corrompiesen  los  que  tenían  los  Católicos  ,  como  arguye 
San  Gerónimo  de  ios  Códices  Hebreos  ,  viciados  por  los  Ju- 
díos ;  y  estando  uniformes  todos  los  egemplares  en  atribuir  á 
Clemencio  la  dignidad  de  Presbytero  ,  se  colige  que  los  Do- 
natistas no  corrompieron  su  firma.  IL  Aun  concediendo  que 
los  Donatistas  depravaron  las  Adas  en  lo  que  expresa  Baro- 
nio  ,  ninguno  ha  presumido  hasta  ahora  que  lo  hiciesen  en  U 
subscripción  de  Clemencio  ,  ni  tenían  contra  éste  Ja  ojeriza 
que  contra  Ceciliano  ,  cuya  inocencia  fue  vindicada  por  los 
PP.  del  Concilio.  IlL  Es  verdad  que  Genial  se  lee  en  unos 
egemplares  con  el  titulo  de  Diácono  ,  y  en  otros  con  el  de 
Obispo;  pero  esta  variedad  no  se  verifica  en  la  subscripción 
de  Clemencio  ,  que  constantemente  se  lee  con  la  dignidad  de 
Presbytero.  Si  el  P.  Fr.  Lamberto  tiene  la  felicidad  de  descu- 
brir algunos  egemplares  antiguos  del  Concilio  Arelatense  ,  en 
que  su  Clemencio  se  nombre  Obispo  ,  llegaremos  en  caso  de 
discordia  con  otros  á  dudar  si  fue  Obispo.  Entre  tanto  ,  ni  de- 
bemos ,  ni  podemos  asentir  a  Espes  en  su  Historia  Ms.  ni  a 
Carrillo,  que  sostiene  que  los  Obispos  se  llamaban  Presbyteros, 
T.\  al  P.  Lamberto  ,  que  concluye  su  disertación  ,  diciendo: 
£ue  la  exclusión  de  ClemetUe  está  infundada  ,  y  que  debe  perse- 
verar en  la  Sede  sin  contradicción  ,  cediendo  los  vanos  esfuerzos 
de  la  Critica  a  la  antigua  posesión  de  un  Prelado  ,  que  sentado 
con  honor  en  la  Cátedra  ,  r.o  hace  nial  a  nadie» 

El  Obispado  de  Ciríaco  ,  que  dio  en  rostro  aun  a  Geróni- 
mo Blancas  ,  y  el  de  Bencio  serán  bien  recibidos  de  los  Crí- 
ticos 5  quando  consten  de    mejores  instrumentos  que  la  Cano- 


(XXVIÍ) 
Rica  de  San  Pedro  ds  Tabernas  ,  que  el  P.  Fr.  Lamberto  pre- 
tende ilustrar  ,  defender  ,  y  emendar  ,  á  fin  de  que  pueda 
ser  tolerable  en  el  siglo  presente,  de  i}U¡en  hace  en  el  num. 
5.  de  su  Disertación  6.  un  juicio  tan  contrario  al  del  num.  6. 
de  su  introducción  ,  que  habiendo  dicho  alli  que  ya  no  se  tra^ 
tan  las  cosas  sñw  con  una  piadosa  y  fácil  moderación  ,  dice  aho- 
ra que  h  critica  del  día  es  de  un  gusto  tan  delicado  ,  que  la 
sobe  mal  quaíquiera  tradición  piadosa  ,  que  no  muestre  algún 
fipoyo  que  la  sostenga. 

Si  alguno  desea  saber  ,  con  qué  acierto  vindica  este  R.  P, 
la  fluforidad  de  la  referida  escritura,  formada  como  dije  eti 
el  Tom,  30.  pr.g.  202.  por  algún  hombre  ignorante  de  la  his- 
toria ,  que  por  egercitarse  en  escribir  ílngió  á  su  arbitrio  los 
tiempos  ,  personas,  y  sucesos  ,  procuraré  hacérselo  patente  con 
esteegemplo.  La  primera  prueba,  que  pongo  en  el  Tomo  cita- 
do pag,  136.  de  que  en  el  contexto  de  la  narración  de  la 
Canónica  se  leen  algunas  cosas  falsas  é  increibles  respec- 
tivamente ,  es  la  siguiente  :  Dicese  en  ella  ,  que  habiendo  con- 
seguido Ciríaco  del  Pontifice  S.  Gregorio  la  reliquia  que  le. 
pidió  ,  se  volvió  a  España  ,  y  luego  que  llegó  á  Zaragoza, 
supo  como  S.  Isidoro  Arzobispo  de  Sevilla  habia  muerto  :  lo 
qual  es  falsedad  manifiesta  ,  pues  S.  Istdoro  sobrevivió  á  San 
Gregorio  no  menos  que  32.   años. 

Para  satisfacer  a  este  argumento  escribió  mí  impugnador 
el  §,  10.  de  su  Disertación  6.  confesando  redondamente  que 
es  falso  todo  lo  que  trahe  la  Canónica  ,  estableciendo  á  un 
mismo  tiempo  el  Pontificado  de  S.  Gregorio  Magno  ,  el  Obis- 
pado de  S.  Isidoro  en  Sevilla  ,  y  el  de  Ciríaco  en  Zaragoza. 
Mas  empeñado  sin  embargo  de  estos  yerros  chronologicos  en 
sostener  la  autoridad  del  instrumento,  dice  asi  en  el  num.  44, 
Ta  está  convencido  este  yerro  en  la  Canónica  ,  que  no  consiste 
en  otra  cosa  que  en  haber  equivocado  el  nombre  del  Obispo 
de  Sevilla  escribiendo  Isidoro  en  lugar  de  Leandro,  Siendo 
esta  escritura  un  manuscrito  ,  y  copia  ,  ninguno  que  sepa  lo 
que  son  copiantes  ,  tendria  violencia  en  atribuir  este  yerro 
al  que  lo  copió  ,  y  no  al  Autor  que  la  didó  de  memoria  ,  y 
de  palabra  ,  ya  por  lo  que  llevamos  dicho  ,  y  ya  porque  aten- 
diendo el  copiante  á  que  el  Obispo  de  que  trataba  la   escri- 

di  tu- 


(XXVIÍÍ) 

tura  era  el  de  Sevilla  ,  y  preocupado  de  la  idea  de  haberlo 
sido  S.  Isidoro  ,  trasladó  la  de  éste  al  papel  ;  y  escrito  la 
primera  vez,  continuó  la  misma  sin  reparar  en  ella  en  las  qua- 
tro  veces  en  que  lo  nombra  ^  y  ya  se  ve  que  esta  equivocación 
no  pide  el  negar  la  fe  á  la  escritura  ,  sino  la  diligencia  carita- 
tiva y  critica  de  enmendarla. 

Con  esta  notable  pero  caritativa  emienda  del  nombre 
de  Isidoro  ,  repetido  quatro  veces  en  la  escritura  ,  queda  el 
P.  Fr.  Lamberto  muy  satisfecho  de  que  la  Canónica  estará 
corriente  y  libre  de  los  reparos  de  mi  severidad  é  indocili- 
dad. IVlas  pongamos  una  de  las  clausulas  en  que  está  el  nom- 
bre de  Isidoro,  y  reconozcamos  si  hay  lugar  para  esta  sa- 
tibíaccion.  Post  h^c  fuit  Hispalensis  civitutis  EpÍ5Copus  Senc- 
tus  hidorus  ,  ^  in  Ctesarangustcma  civitate  Episcopus  Ciriacus^ 
in  Corduhensi  Suintila  Rex  erat  ,  &  in  Iherice  partihus  Reci- 
frcdus  Regnum  obtinehnt.  Corríjase  ahora  con  piedad  el  nom- 
bre de  Isidoro  ,  y  substituyase  como  quiere  el  caritativo  P. 
el  de  Leandro  ,  ¿quedará  ya  la  escritura  sin  tropiezo  en  estia 
parte?  Nada  menos.  Porque  pregunto  ¿en  qué  años  fue  Obis- 
po S.  Leandro?  Responde  el  P.  Fr.  Lamberto  en  el  num.  43. 
que  desde  el  año  579.  hasta  cerca  de  599.  ¿Y  cómo  será 
verdad,  que  siendo  Obispo  de  Sevilla  S.Leandro  reynaba  Suin- 
tila ,  que  no  entró  á  reynar  hasta  el  año  de  621.?  Fuera 
de  esto  ,  ¿quién  es  este  Suintila  ,  cuyo  reynado  se  pone  en 
la  Ciudad  de  Córdoba  ?  ¿Quién  es  Recifredo  que  reynaba  en 
las  partes  de  Iberia?  Convenga  pues  el  P.  Fr.  Lamberto  en 
que  la  Canónica  se  halla  con  tales  desconciertos  asi  en  esta 
.clausula  como  en  otras ,  que  no  puede  parecer  en  publico 
en  medio  de  la  diligencia  caritativa  y  critica  que  ha  puesto 
en  corregirla. 

Pero  no  quiero  salir  de  esta  Disertación  sin  decir  algo 
de  los  defeétos  de  sinceridad  que  se  me  atribuyen  en  ella, 
y  no  me  permite  disimular  el  amor  que  profeso  á  esta  virtud, 
-que  es  la  mas  necesaria  en  el  que  desea  aprovechar  al  pu- 
'.blico  con  sus  escritos.  El  primero  está  en  la  pag.  251.  num. 
53,  donde  el  P.Lamberto  oponiéndose  una  dificultad  que  yo 
propuse  contra  el  Obispado  de  Ciiiaco  ,  dice  asi  :  Esie  argu- 
mento pudiera  hacer  una  insuperable  fuerza  ,  ii  ¿as  subscripciones 


(XXIX) 
que  expví^'a  el  K,  Risco  fuzran  copla  tío  alterada  de  las  del  Con- 
cilio, He  aquí  las  del  Concilio.  Simplicius  in  Christi  nomine 
suhscripsi,  Magnus  in  Christi  nomine  Episcopus  subscripsi.  He 
aquí  las  de  Risco.  Simplicio  Obispo  de  Urgél,  Magno  o  Maxi- 
mo  Obispo  de  Zaragoza.  Siendo  esto  asi  ,  dice  en  el  num.  54. 
ya  se  ve  que  quaiq-uiera  que  lea  al  P.  Risco  dará  entera  fe 
a  estas  dos  subscripciones  ,  como  autorizadas  por  el  mismo 
Concilio  ,  sin   relación  ni   reserva  alguna. 

Esta  acusación  podrá  ser  admitida  en  el  juicio  de  aque- 
llos que  dieren  crédito  á  este  R.  P.  mi  opositor  ,  sin  recono- 
cer los  lugares  que  él  cita  de  mi  Obra  ;  mas  los  que  se  sir- 
vieren de  cotejarlos  con  lo  que  se  me  imputa  ,  hallnrán  que 
la  falta  de  legalidad  no  está  en  mí  ,  sino  en  quien  me  la 
atribuye.  Porque  tratando  yo  del  Concilio  segundo  de  Za- 
ragoza ,  y  de  las  subscripciones  de  los  Prelados ,  pongo  en 
la  pag.  240.  num.  20,  estas  formales  palabras  :  Los  Obispos 
que  concurrieron  a  este  Concilio  fueron  de  la  Provincia  Tarra- 
conense,  Nó  expresaron  aqui  sus  Sedes  ,  pero  las  dejaron  de- 
claradas en  el  Concilio  tercero  de  Toledo  ,  celebrado  tres  años 
antes  de  éste  ,  donde  los  mas  de  ellos  subscribieron.  Habiendo 
pues  hecho  esta  prevención  ¿  quién  será  tan  necio  ,  que 
leyendo  el  num.  21.  de  la  misma  pag.  no  entienda  que  la  ex- 
presión de  las  Sedes  no  es  copia  literal  de  las  subscripciones, 
sino  instrucción  que  doy  al  Leótor  á  fin  de  que  sepa  por  ei 
Concilio  tercero  de  Toledo  las  Iglesias  ,  que  gobernaban  los 
Obispos ,  que  no  las  determinaron  en  el  Concilio  segundo  de 
Zaragoza? 

En  el  mismo  num.  54.  me  atribuye  falsamente  otra  ile- 
galidad por  estas  palabras  :  No  olvidamos  ,  que  previene  este 
dodio  Continuador  ,  que  sigue  las  Ediciones  de  Loaysa  y  Aguir- 
re  ,  que  son  de  mayor  autoridad  ,  por  ser  conformes  al  Códice 
Gótico  Emilianense  ,  copiado  por  Don  Antonio  Agustín»  Pero 
aun  en  atención  a  la  de  Loaysa  no  guarda  con  esta  la  debi- 
,da  conformidad.  En  la  de  éste  se  lee  asi:  Simplicio  Cesarau- 
gustatw  ,  ó  mejor  Urgelitano,  Y  después  en  el  ultimo  lugar  es-^ 
cribe  asi  :  Magno.  To  leo  Máximo  ,  que  fue  Cesarangustano,  Ma&- 
el  R.  Risco,  dice  absolutamente  de  este  modo  :  SimpUcio 
Obispo  de  Ur^él,  M'-^^ng ,  q  MmmQ  Qhis^o  de  Zaragoza, 

En 


(XXX) 
En  esra  ímpósturá^es  faíso  prime rimotite  .  que  yn  cito  las 
ediciones  de  Loaysa  y  de  Agairre  en  orden  á  estas  dos  subs- 
cripciones ,  pues  solo  las  traigo  para  conjprobacion  del  nu- 
mero de  los  subscribientes.  He  aquí  mis  palabras:  En  las  edi- 
ciones de  Loaysa  y  Aguirre  son  1 4,  los  que  firmaron  ;  los  doce  por 
sí  mismos  ,  y  los  dos  restantes  por  sus  Procuradores.  En  la  edi~ 
cio^-i  de  Labbe  se  omite  la  subscripción  del  duodécimo  lugar  ,  acá' 
so  por  creer  que  el  naynbre  de  'Julián  se  hallaba  repetido  super- 
jiuamenie.  Vero  son  de  mayor  autoridad  las  otras  ediciones  por 
ser  conformes  al  Códice  Gótico  Emilianense  ,  copiado  por  D,  An^ 
ionio  Agustín  ,  en  ayo  traslado  se  halla  en  dos  lugares  aquel 
nombre.  Además  de  esto  ¿cómo  podría  yo  citar  las  referidas 
ediciones  en  prueba  de  que  Simplicio  fue  Obispo  de  ürgél, 
y  Magno  6  Rliximo  de  Zaragoza,  habiendo  dicho  en  la  clau- 
sula que  precede  ,  que  los  Obispos  que  concurrieron  al  Con- 
ciüo  segundo  de  Zaragoza,  no  expresaron  sus  Sedes  qua  ndo 
subscribieron  las  x\das? 

Aun  suponiendo  que  yo  citase  no  la  edición  de  Loaysa, 
sino  la  sentencia  de  este  Coleftor  en  favor  de  las  Sedes  ,  que 
atribuyo  á  los  subscribientes  ,  no  hibria  incurrido  en  falta 
de  legalidad  ,  nombrando  absolutamente  á  Simolicio  Obispo 
de  Urgél  ,  y  á  Magno  6  Máximo  Obispo  de  Ziragoza.  Por- 
que esto  mismo  se  halla  literalmente  en  las  notas  de  Loay- 
sa ,  que  dice  asi  :  Mamaus.  Lego  Mfv'mus  ,  qui  fmt  C^sar- 
augustanus  ^  de  qtiO' infra  in  Concilio  Barclnonensi  .,  &  Simpli^ 
cius  est  Urgelítanus,  Y  he  aquí  una  prueba  evidente  de  la 
ilegalidad  del  P,  Lamberto  ,  que  citando  la  nota  de  Loaysa 
en  el  ultimo  lugar  ,  no  pone  sino  estas  palabras  :  Magno, 
To  leo  Máximo  que  fue  Cesaraugustano  ^  omitiendo  de  proposir 
tola  'traducción  de  lo  que  se  sigue:  Et  Simplicius  est  Urge^ 
litanus,  en  que  se  halla  to4a  la  conformidad  con  mi  sentencia, 
í  En.  la  pag.  :19o,  quiere  desatar  una  congetura  ,  que  pu- 
se en  el  Tom,  30,  pag.  202,  contra  la  Canónica  de  S.  Pedro 
de  Taberna  ,  fundada  en  la  Carra  de  S.  Braulio  á  Jaétato 
Presbítero  :  y  aqui  me  arguye  de  una  notable  omisión  en  or~ 
dtcn  á.  los  que  no  entienden  la  lengua  latina:  Dice  asi  :  De- 
cimos en  segundo  lugar  ,  que  de  la  Cierta  de  S,  Braulio  al  PreS' 
bit  ero  Ja^iato  ,  no  se  infiere  que  se  impusieron     ais  amenté  a  las 

Re- 


(XXXI) 
Eellquias  expresadas  en  la  Canónica  los  nomhres  que  llevan.  Lo 
primtro  ,  porque  habiendo  escrito  el  Santo  y  sabio  Ooispo  que 
fue  determinación  de  sus  Predecesores  quitar  de  las  Reliquias 
Jos  nombres  de  los  Santos ,  añade  inmediatamente  :  Pero  fue- 
ron reservadas  unas  setenta  que  se  usan  ,  entre  las  quales 
no  se  hallan  las  que  deseas.  Y  siendo  esto  asi  ,  no  solo  es 
natural  ,  sino  preciso  que  las  que  nombra  la  Canónica,  sean 
de  las  reservadas  ,  pues  estas  fueron  las  que  quedaron  con 
nombre;  en  lo  que  consta  que  la  sospecha  del  P.  Risco  es- 
taba no  bien  fundada.  Añadimos  á  esto  la  reflexión  de  que 
traduciendo  este  erudito  el  concepto  del  texto  latino  de  la 
Epístola  de  S.  Braulio  omite  dar  noticia  en  Castellano  de  la 
reserva  de  las  setenta  Reliquias  ,  en  que  no  pedia  dejar  de 
hallar  disipada  su  sospecha,  porque  le  ocarriria  la  obvia  res- 
puesta de  que  las  nombradas  en  la  Canónica  erara  de  las 
setenta  Reliquias  reservadas.  Siendo  también  notable  preseti- 
tar  la  calidad  de  la  reservación  á  los  inteligentes  de  la  len- 
gua Latina  ,  y  ocultarla  á  los  que  solo  entienden  la  Castellana. 

Prosigue  aqui  el  P.  Fr.  Lamberto  incurriendo  en  los  mis- 
mos defeéíos  de  que  me  acusa  ;  pues  quejándose  de  que  yo 
no  puse  en  lengua  Castellana  todo  el  concepto  del  texto  la- 
tino de  S.  Braulio,  él  no  lo  pone  en  latin  ni  en  romance  ,  con- 
tentándose con  exhibir  el  lugar  donde  el  Santo  habla  de  se- 
tenta Reliquias  que  se  reservaron  para  el  uso  de  la  Iglesia 
de  Zaragoza  ,  en  cuyo  numero  dice  después  ,  caben  las  diez 
y  siete  que  el  V.  Belastuto  expresó  en  la  Canónica  de  S.  Pe- 
dro de  Taberna.  Los  que  no  tienen  conocimiento  de  la  lengu* 
Latina,  y  aun  también  los  que  teniéndole  no  leyeren  mi  Obra, 
creerán  que  este  Padre  prueba  muy  bien  su  intento  ,  de  que 
Ja  sospecha  que  yo  expuse  contra  la  referida  escritura  ,  es- 
tá muy  mal  fundada.  Pero  unos  y  otros  se  desengañarán  ea 
este  punto  ,  supliéndose  la  falta  ,  y  omisión  notable  del  im- 
pugnador. 

Jacinto  presbítero  escribió  á  S.  Braulio  ,  rogándole  que 
le  remitiese  algunas  Reliquias  de  los  Apostóles.  El  Santo  res- 
pondió que  no  podia  complacerle;  porque.:  los  Obispos  sus 
predecesores  quitaron  á  Jas  Reliquias  de  Jos  Mártires  ,  que 
poseía  la  Santa  Iglesia  de  Zaragoza  ,  los  títulos  que  expresa- 
ban 


(XXXIÍ) 
ban  los  nombres  de  los  Sancos  de  quienes  eran  ,  a  fin  de  que 
nadie  tuviese  noticia  de  ellas  ,  y  de  este  modo  se  asegurase 
mejor  su  custodii.  Por  este  hecho  dice  S.  Braulio  a  Jaétato: 
Te  digo  con  verdad  »  que  la  ignorancia  que  tengo  acerca  de 
las  Reliquias  de  los  Mártires  ,  que  se  veneran  en  esta  Igle- 
sia es  tan  universal  ,  que  de  ninguna  puedo  afirmar  :  Esta 
Reliquia   es   de    tal  IMartir. 

Tratando  ,  pues  ,  yo  de  la  autoridad  de  la  escritura  llama- 
da Canónica  de  S.  Pedro  de  Taberna  en  mí  Tomo  30.  desde 
la  pag,  19S.  puse  varios  ,  y  fuertes  argumentos  que  prueban 
su  falsedad,  y  por  ultimo  me  pareció  añadir  uno  con  el 
r.ombre  de  sospecha  no  mal  fundada  ,  formándole  de  lo  que 
S.  Braulio  testifica  de  las  Reliquias  que  en  su  tiempo  tenia 
la  Santa  Iglesia  que  gobernaba.  En  el  referido  instrumento 
se  dice,  qufe  Bencio  Obispo  de  Zaragoza  sabiendo  la  entrada 
de  los  Sarracenos  en  España  huyó  de  su  Obispado  llevando 
consigo  las  Reliquias  de  los  Santos ,  las  quales  se  colocaron 
en  el  Monasterio  de  S.  Pedro  de  Tabernas.  Declaranse  los 
nombres  de  quienes  eran  en  esta  forma  :  El  Brazo  de  S,  Pe- 
dro Apóstol  :  Reliquias  del  vestido  de  nuestra  Señora  :  Re- 
liquias del  Cuerpo  de  S.  Pablo  Apóstol ,  de  S.  iíVndres ,  de  San- 
tiago el  Mayor,  de  S.  Loren¿o  Levita  y  Mártir  :  Un  vaso  de 
plata  con  la  Sangre  preciosa  de  los  Santos  Apostóles  :  Ceni- 
zas del  Cuerpo  de  S.  Juan  Baptista  ;  del  vestido  y  cabellos 
de  S.  Juan  Evangelista  ^  dos  dedos  de  S.  Esteban*.  Reliquias 
de  S,  Bartolomé  ,  y  de  S.  Bernabé  Apostóles  ;  La  Cabeza  de 
Santa  Nonnia  ;  y  la  Espalda  de  Santa  Albina.  No  se  expresan 
los  nombres  de  las  demás,  pero  esta  omisión  se  atribuye  ,  no 
á  ignorancia  ,  sino  a  inhabilidad  6  flaqueza  de  memoria  ,  que 
no  pudo  retener  los  mismos  nombri's  por  ser  muchos.  De  ma- 
nera que  quando  se  colocaron  en  el  dicho  IVIonasterio  ,  se 
¿•eterminaron  todos  los  Santos  ,  cuyas  eran  las  Reliquias  ,  pe- 
ro el  declarante  solo  conservó  en  su  memoria  los  que  deja- 
mos expresados. 

De  aqui  colegia  yo  ,  que  el  instrumento  era  falso  en  es- 
ta parte.  Porque  si  en  tiempo  de  S.  Braulio  ,  que  floreció  a 
la  mitad  del  siglo  séptimo  ,  estaba  la  Santa  Iglesia  de  Zara- 
goza enriquecida  de  Reliquias  ,  y  no  se  sabia  de  qué  Apóstol 


(XXXIII) 
b  Mártir  era  alguna  de  ellas ,  ¿cómo  en  la  Canónica  se  áecla- 
ran  los   nombres  de  tantos  Apostóles  y  Mártires  ,  y   se   indica 
que  también  se   sabían  los  cenas  ,  quando  se  depositaron  ea 
Tabernas ,    aunque   no  pudieron   imprimirse  lodos  en   la  me- 
moria por  su  gran  multitud  ?  Verdad  es  ,  que   dice  S.  Brau- 
lio  que  se   reservaron  unas  setenta   para   el   uso  de   la  Santa 
Iglesia  de  Zaragoza  ;  pero  además   de  que  estas  eran  las  rae- 
nos  ,  afirma  el  Santo  absolutamente  que  de  ninguna  ,  que  fue- 
se de  Mártir  ,   podia  saber  de  quién  era  ;  y  dice  también  que 
entre   las  setenta   no   habia  Reliquias  de  Apostóles ,  que  eran 
las  que  Jafíato  pedia  :    por    donde   se   colige    evidentemente, 
que   las   expresadas  en    la    Canónica   no   pueden    incluirse   en 
aquel  numero.    Vea    pues    el  P.  Lamberto   como    dándose   en 
romance  el  concepto   de  todo  lo  que  dice    S.  Braulio  ,   hace 
mas  fuerza  a  los  que  no  saben  latin  que  lo  poco  que  yo  les 
manifesté  en  mi  Tomo  ;  y  entienda  que   es  muy  fuera  de  pro- 
posito su  queja  ,  mayormente  ocultando  él  misrro  todo  el  tex- 
to á  excepción  de  aquella    clausula  ,  que   leyéndose  sola   po- 
día servirle   de   apoyo.  Infiera  también  con  estas  luces  si  es- 
taría en  la  Iglesia  de  Zaragoza   el  brazo  de  S.  Pedro  Apóstol, 
traído  por  Ciríaco  antes  de  S.  Braulio  ,   como  él  pretende  de- 
fender en  honor  de  su  Canónica  ,   y  de  los  dos   Obispos  que 
en  ella  se  mencionan  ,   testificando  el   Santo  que  no  solo  no 
tenía  noticia  de  Reliquia  de  algún  Apóstol  ,  sino  tampoco  de 
algún  Mártir  ,   de  modo  que    pudiese  asegurar   de   quien  era: 
De  Reliquiis  vero  Reverendorum  Apostolorum  ,  quas  a  nohis  fia- 
gitastis  vohis  dehere  mitti  ,  fideliter '  narro  ,   nullius  Martyrum 
me  ita  hahere  ,  ut  ,  qtiee  cujus  sint  ,  possim  scire. 

En  la  Disertación  séptima  y  ultima  se  esfuerza  el  P,  Fr. 
Lamberto  á  dar  á  la  Santa  Iglesia  de  Zaragoza  un  nuevo 
honor  en  el  Obispo  Anabado  b  Anambaudo  ,  que  ni  ella  ni 
«scritor  alguno  antes  de  Pellicér  conoció  jamás  por  su  Pre- 
lado. En  el  num,  2.  manifiesta  el  motivo  que  tuvo  para  opo- 
nerse á  lo  que  yo  escribí  en  el  Tom.  30.  pag.  211.  y  sigg. 
Dice  que  pesó  en  su  balanza  critica  mis  fundamentos  ,  y  los 
de  la  opinión  contraria  ,  y  que  hallando  que  los  de  ésta  tie- 
nen solidez  ,  y  que  los  mios  se  destruyen  sin  dificultad  ,  se 
resolvió  á  establecer  el  Obispado    de  Anabado  en  la  Sede 

e  de 


(XXXIV) 
de  Zaragoza  de  modo  que  aquella  Santa  Iglesia  pueda  con- 
tar  en  adelante    un  Obispo   mas    de  los   que   sabia  ^   y  de  ta- 
les circunstanciMS ,  que  se  glorifique  singularmente  su   Cata- 
logo. 

De  Anabado  no  tenemos  otra  memoria  ,  que  la  de  Isidoro 
Pacense  en  su    Chronicon  ,  que  dice  asi  :   Nempe  ubi  in  Cerri- 
tanensi  oppido  reperitur   vallatus  ,  obsidione   oppressus  ,   &   ali^ 
quandiu  itifra  muraíus  judicio  Dei  statim  in  fugam  prosiliens  ce- 
dit  e^aucforatus  :  &  quia  a  sanguine  Christianorum  ,   quem  ibi~ 
dem  innocentem  fuderat  ,  nimium  erat    crapulaíus  ,   6?  Anabadi 
illustris  Episcopi  ,  <^  decore  juventutis  proceritatem  ,  quam  igne 
eremaverat  ,  valde  exhaustus  ,  atque  adeo  ob  hoc  jam  satis  dam- 
natus  ,  Civitatis  poenitudim  olitn  abnndantia  aquarum  affiuentis  si- 
ti  prceventus  ,  dum  qno  aufugeret  ,  non   reperit   mortíurus  statim 
exercitu  insequente  in    diversis  anfradíibus  manet  elapsus,  Cons-. 
tando  ,  pues  ,  por  el  testimonio  presente  ,  que  Munuz  se  retiró 
á  una  Ciudad  de  Cerdania  en  Cataluña  ,  y  que   en   el  mismo 
territorio  derramó  la  sangre  inocente  de  muchos  Christianos, 
y  quemó  al  Obispo  Anabado  ,  I  por  dónde  nos  persuadiremos 
á  que  la  Sede  ,  en  que  presidió  este  ilustre  Prelado  ,  fue  la  de 
Zaragoza? 

Responde  el  P.  Fr.  Lamberto, que  Don  Josef  Pellicer  ,  Ca- 
ballero de  la  Orden  de  Santiago  ,  Cronista  I\Iayor  del  Conseja 
de  su  Magestad  ,  y  Gentil-hombre  de  su  Real  Boca  y  Casa, 
testifica  en  el  lib.  2.  de  sus  Anales  ,  num.  gy.  que  el  Códice 
Gótico  de  Alcalá ,  y  una  Copia  bien  antigua  que  tenia  ,  no  leen: 
In  Cerritanensi  oppido ,  sino  in  Ceesaraugustanense  oppido  •  y  que 
por  tanto  ,  a  lo  que  se  puede  y  debe  entender  ,  Anabado  fue 
Obispo  de  Zaragoza.  He  aqui  el  único  apoyo  de  mi  Impugna- 
dor para  asegurar  ,  sostener  ,  y  defender  este  Obispado  ,  y  pa- 
ra escribir  en  el  num.  27.  que  puede  ,  y  debe  la  Santa  Igle- 
sia de  Zaragoza  contarle  en  el  num.  y  clase  de  sus  Prelados. 

Veamos  ahora  la  reftitud  ,  é  igualdad  con  que  el  Padre 
Lamberto  pondera  en  su  balanza  Critica  mis  fundamen- 
tos ,  y  los  de  la  opinión  contraria  ,  y  reconozcamos  sí  su 
peso  merece  se  tenga  por  justo  como  él  espera.  Yo  escri- 
bí asi  de  la  leccioa  que  Pellicer  pretendió  introducir  ;  Tara- 
poco  se  debe  inmutar  la  voz  Cerritanensi  ,  ponitcdo   en  su 

lu- 


(XXXV) 
lugar  desnratigustanerisi ,  asi  porque  la  primera  lección  se  ha 
seguido  en    todos  ios  Códices  in-presos  ,  como  porque  el  Ar- 
zobispo D.  Rodrigo  ,  que  siendo  mas  cercano   á   los  tiempos 
del  Pacense   pudo   usar  IVlss.  mas  puros  ,  pone  dos  veces  :  In 
tppido  Cerritania  en  el  cap.  13.  de  la  Historia  délos  Árabes. 
Y  para  que  sepa   mi    Impugnador  ,   que   es  lo  que  se  incluye 
en  estas  palabras  mias  ,  acerca  de  lo  qual  m.uestra  su  inadver- 
tencia en  el  num.  23.   de  esta   Disertación   ,  diré    brevemente 
que  no  ha  sido  uno  ,  sino   varios  los  Códices  que  se  tuvieron 
presentes   para   las  ediciones  que  se  han  hecho  del  Pactnse, 
Entra ,  pues  ,  en  esta  cuenta  el  mismo  Códice  Gótico   de  Al- 
calá ,  que   cita   Pellicer  ,  de  que   sacaron    copias  Ambro-«.io  de 
Morales  ,  y  Sandoval ,  leyendo  ambos  Cerritanensi^  como  cons- 
ta de  las  ediciones  del  mismo  Sandoval  ,  y  de  Berganza  ,  qua 
se  hicieron   por   ellas.  Entran   también  el    Ms.    que  sirvió  al 
P.  Juan  de  Mariana  ,  y  el  del  Colegio  mayor  de  S.  Ildefonso, 
de  que  se  valió  el    Rmo.  Fiorez  para  la    im.presion   que  hizo 
del  mismo    Chronicon  en   el  Apéndice  del  Tom.  8.  Entra  el 
Códice  de  Osma  ,  por  donde  se  corrigió  la  copia  de  Morales, 
que  Berganza  publicó    con  sus  correcciones.  Entra  el  Ms.   de 
la  Biblioteca  del  Colegio  de  Navarra  en  París,  que  vio  el  Se- 
ñor Marca  ,  leyendo  también  ,  In  oppiüo  Cerritanensi  ,  como 
se  puede  ver  en  su  Historia  de  Bearne  ,  cap,  3.  num,  3.  Entra 
también  la  grande  autoridad  del  Arzobispo  Don  Rodrigo,  que 
en  el   lugar   citado   concuerda  con  todos  estos  Mss.   que   han 
servido   para   las   ediciones  del  Pacense  ,  refiriendo  el  suceso 
con  estas  palabras  :  Et  non  multis  diebus  ititerpositis  Abáerra- 
men  expeditionem  agitans  rebellem  insequitur  conturbalus  ,  &  in 
Cerritaniíe  oppido  concliisit   ohsessum,  Hic  muliorum  ckrisíinriorum 
efudit  sanguinem  ir.nocentem  ,  ^  JÍnaladum  illustrem  Episcopum 
fioridte  juventutis  incendio  concremavit ,  «^  sic  Sandiorum  sanguine 
crcipulatus  siti  meruit  laborare  ,  nam  quamvis  oppidum  Cerritani<e 
(iffluentibus  aquis  rigaretur  ,  &c.  Finalmente  ,  ningún  egemplar 
IMs.  6  impreso  de  que  yo  tenga  noticia  ,  se  debe  excluir  de  la 
clausula  referida  que  puse  en  el  Tom.  30.  conviniendo   todos 
«n  la    voz  Cerritanensi  ,    tan  uniformemente  ,  que  la   lección 
Casaraugustanensi  no  se  halla  anotada  en  ninguna  edición  ,  aun 
como  variante. 

e  2  Pon- 


(XXXVI) 
Pongamos ,  pues  ,  en  una  parte  de  la  balanza    critica  a  D. 
Josef  Pellicer.  Este  Caballero  fue  natural  de  Zaragoza  ,  y  Es- 
critor ,  aunque  juicioso  y  erudito  en  las  mas  de  sus  obras  ;  pe» 
ro  no  siempre  desafecto  a  los  Chronicones  falsos,  como  prue- 
bo en  el  Tom.  3  i.  pag.  21.  Su  amor  a  la  patria  le  hizo  admi- 
tir el  Chronicon    de  Pedro  Cesaraugustano  ,  siguiéndole  en  la 
relación  de   los  antiguos  ,  y  fingidos  Monarcas  de   España. 
Este  ,  pues ,  afirma  ,  que  en  el  Códice  Gótico  de  Alcalá  se  leía 
claramente   Cesardugusianense,    Pongamos  ahora   en    la    parte 
contraria  de  la  balanza  a  Ambrosio  de  Morales  ,  y  á  Sando- 
val.  Estos  dos  Escriiores  juiciosos  ,  é  ¡mparciales  dicen  ,  que 
en  el  mismo  Códice  leyeron  Cerritanensi,  Nosotros   no  pode- 
mos averiguar  quál  de  estas  voces  debe  leerse  por  no   existir 
ya  el  Códice  que  se  cita  ,  como  escribe  el  Rmo.  Fiorez  en  su 
Tom.  8.  pag,  274.  Mas  lo  que  leyeron  Ambrosio  de  Morales, 
y  Sandoval  concuerda  con  los  demás  egemplares  Mss.  é   im- 
presos ,  y  con  la  Historia  del  Arzobispo  D.  Rodrigo  ,  que  he 
citado.  En  este  supuesto  pregunto  :  ¿á  que  extremidad  de  la 
balanza   se   inclina   mas  el  fiel  ?  El  P.  Lamberto  dice  ,  que  él 
ha  hecho  ya  este  examen  ,  y  que  ha  viáto  que  la  mayor  gra- 
vedad está  de  parte  de  Don  Josef  P«llicer.  Pero  el  P.  Risco 
tiene  la  satisfacción  de  que  no  habrá  hombre  que  tal    vea, 
si  tiene  los  ojos  de   su   animo  limpios  de  la  pasión  que  obscu- 
rece los  del  P.  Lamberto.  Estemos  ,  pues  ,  en  que  la  voz  Oe- 
saraugustanensi  ,  es  tan  agena  del  Pacense  ,  como  la  de  Filias^ 
tris  ,  que  en  lugar  de  periUustris  ,  leyó  el  mismo  Pellicer   en 
otro  Códice  ,  pretendiendo  casi  ,  que  Anarabado  se  dice  cla- 
ramente en  el  Pacense  Obispo  del  Pilar  ,  que  era  la  Iglesia  en 
que  se  juntaban  los  Christianos. 

Tales  son  los  fundamentos  principales  que  el  R.  P.  Fr, 
Lamberto  alega  en  su  Tom.  preliniiíiar  contra  mi  tratado  de 
la  Ciudad  ,  y  Santa  Iglesia  de  Zaragoza  ,  á  los  quales  ,  no  obs- 
tante su  insubsistencia  ,  tuvo  por  tan  solidos  y  firmes  ,  que 
creyó  le  daban  libertad  para  atribuir  á  la  Critica  opuesta  á 
ellos  ,  las  notas  de  severa  ,  rigida  ,  indócil  ,  y  aun  ocasional- 
mente escandalosa.  La  eneficacia  de  su  Obra  es  tan  manifies- 
ta ,  que  no  temo  que  aquella  noble  y  prudente  Ciudad  se 
coniBOverá  con  las  quejas  y  expresiones  nada  justificadas  de 

su 


(XKKVíí) 
su  apasíoüado  hijo  ;  antes  bien  confio  ,  que  h$  personas  me- 
nos dedicadas  á  las  letras  ,  y  menos  capaces  de  discernir  en 
estas  materias  ,  se  conformarán  con  los  sugetos  mas  discretos 
y  sabios ,  que  me  han  declarado  su  condescendencia  con  mis 
diétamenes  ,  y  el  gusto  que  han  recibido  de  ver  ,  que  por 
medio  de  mi  Obra  se  hallan  las  memorias  ciertas,  no  solo  mas 
confirmadas  ,  sino  también  separadas  de  las  ficciones  que  las 
obscurecían  ,  y  deslustraban. 

Ni  presuma  mi  R.  Opositor  que  yo  miro  con  emulación 
las  glorias  y  prerogativas  de  su  amada  patria.  Ojalá  hu- 
biese él  logrado  el  efedo  que  la  ofreció  anunciándola  en  la 
introducción  de  su  Obra  el  dulce  consuelo,  que  tendría  viendo 
rebatidos  mis  argumentos  ,  y-  la  constancia  con  que  perma- 
necería en  la  fé  de  las  tradiciones  que  dice  ,  adelantándose  mas 
y  mas  y  con  nuevo  gusto  en  sus  devotos  afeótos  ,  á  vista 
de  sus  contrarios.  Tan  lejos  estarla  yo  de  privarla  de  bienes 
tan  señalados  ,  que  seria  el  primero  en  la  complacencia  de 
que  otros  muchos  blasones  se  pudiesen  añadir  al  copioso  nu- 
mero de  los  que  establecí  ,  ¡lustré  ,  y  confirmé  en  mi  Obra 
con  un  amor  nada  inferior  en  la  fineza  al  del  P.  Lambert:o, 
y  mas  fundado  ,  según  raí  juicio  en  la  verdad.  Asimismo  cum- 
pliría exactamente  en  orden  á  mi  Impugnador  la  oferta  que 
en  el  Prologo  de  mi  Tom.  30.  hice  á  todos  los  eruditos  ha- 
blando a  cada  uno  con  aquellas  palabras  del  famoso  Agusti- 
niano  Noris  al  célebre  Franciscano  Antonio  Pagi  :  Scito  me 
tibí  longe  aádi^iorem  futurum  ,  ubi  aberrantem  erudita  manu 
reduces  ,  quam  ubi  príeeuntem  Sequi  malueris.  Mas  siendo  tan 
ineficaz  la  impugnación  hecha  por  aquel  Religioso  Aragonés, 
no  me  es  lícito  acomodarme  á  sus  intentos  sin  perjuicio  de  la 
verdad  ,  y  aun  de  los  honores  legit/mos  de  la  S.inta  Iglesia  de 
Zaragoza  ;  y  hasta  ahora  puedo  aplicar  á  mi  Obra  aque- 
lla sentencia  de  Clemente  Alejandrino  ,  que  otro  Aragonés 
aplicó  antes  á  las  de  Zurita  :  Nullam  existimo  Scripturam  ali- 
quAtn  itafortunatam  procederé  ,  cui  nullus  omnino  contraáicat  :  sed 
illíim  existimandum  est  ,  esse  rationi  consentaneam  ,  cid  nemo  ju^ 
re  contradicit. 


TRATADO  LXIX. 

DE  LA  S.TA  IGLESIA  DE    CALAGURRIS, 

HOY    CALAHORRA. 

CAPITULO     L 

CIUDADES    CON   EL    NOMBRE 

de    Calagurris  en     tiempo    de  los 
Romanos, 


L  nombre  an- 
tiguo de  Ca- 
lagurris ,  que 
en  nuestros 
siglos  se  con- 
serva en  una 
sola  Ciudad  ,  fue  dominando 
los  Romanos  en  nuestras  pro- 
vincias proprio  de  otros  pue- 
blos ,  que  pertenecian  á  di- 
ferentes regiones.  Esta  ver- 
dad indubitable  ha  sido  oca* 
sion  de  haber  tropezado  en 
TonuXXXllL 


varios  puntos  históricos  al- 
gunos Escritores  famosos  y 
eminentes  en  todo  género  de 
erudición ,  adjudicando  á  una 
población  del  referido  nom- 
bre las  noticias  y  sucesos, 
que  debían  aplicarse  á  otra 
del  mismo ,  como  se  verá  en 
el  presente  Tratado.  Para 
ocurrir  pues  á  este  inconve- 
niente ,  y  para  que  se  tenga 
conocimiento  mas  claro  de 
la  Calagurris ,  cuyas  memo- 
A  rías 


Q,  España  Sagrada. 
rías  preteiido  ilustrar  ,  he 
venido  en  tratar  ante  todas 
cosas  de  la  distinción  que  de- 
be establecerse  entie  los 
pueblos  ,  que  los  antiguos 
mencionaron  con  ei  nombre 
expresado. 

2  Plinio ,  contando  los  lu- 
gares que  concurrían  al  Con- 
vento Jurídico  de  C^sarau- 
gusta  ,  pone  entre  ellos  á  los 
Calagurrítatios  Nassicos  ,  y 
á  los  Calagurritanos  Fibu- 
iarenses ;  lo  que  en  sentir  de 
todos  coincide  con  señalar 
dos  Ciudades  sujetas  á  la  ju- 
risdicción de  Zaragoza  ,  cu- 
yos nombres  eran  Calagurrís 
yassica  ,  y  Calagurris  Fibu- 
]¿ina.  De  este  segundo  dic- 
tado no  hay  otra  memoria 
en  los  Geógrafos ,  ni  en  los 
Historiadores  antiguos;  mas 
ei  primero  quedó  ,  según  el 
juicio  de  muchos  eruditos, 
gravado  en  monedas  de  Ca- 
lahorra ,  de  las  quales  diré 
luego  quanto  juzgare  condu- 
cente á  la  declaración  de 
esta  materia. 

3  La  autoridad  del  citado 
Geógrafo  es  tan  expresa  en 
prueba  de  la  distinción  en- 
tre estas  dos  Ciudades  ,  que 
basta  leerla  sin  expoier  sus 
palabras.  Porque  habiendo 
dicho  ,  que  Cesaraugnsta  re- 


Trat.  6g.  Cap,  i. 
cibia  en  su  Convento  CLíí. 
pueblos  ,  nombra  primero  los 
que  eran  de  Ciudadanos  Ro- 
manos :  Ex  bis  Civium  Ro~ 
manorwn  Belitanos  ,  Celsen- 
ses  ,  ex  Colonia  :  Cal agur rí- 
tanos ,  qui  Nassici  cognomi- 
nantiir, 
4  En  tercer  lugar  pone  los 
Estipendiarios  ,  y  en  estos 
coloca  Calagurritanos ,  qui 
Fibularenses  cognomínantur. 
Sin  embarco  ,  Loaysa  en  sus 
Not.  al  Concilio  Lucense, 
confunde  las  dos  Calahorras 
haciéndolas  una  ,  de  la  qual 
afirma  haberse  nombrado 
primero  Nassica ,  y  después 
Fibularia  ;  cuyo  error  q  leda 
bien  convencido  con  la  lec- 
ción sola  del  testimonio  de 
Plinio  ,  que  habla  de  las  dos 
Ciudades  como  existentes  en 
su  tiempo,  y  distintas  en  las 
particulares  circunstancias, 
que   las  atribuye. 

5  Julio  Cesar  menciona 
ciertos  Calagurritanos  con  la 
nota  de  que  eran  encabeza- 
dos con  los  Oscenses  ;  y  de 
estos  dos  pueblos  refiere, que 
hallándose  él  cerca  de  Léri- 
da le  enviaron  sus  Legados 
ofreciendo  obedecerle  en 
quaiHo  les  mandase.  El  enca- 
bezamieutosehacíaentreCiu- 
dades  cornarcanas ;  y  de  este 
pria- 


Ciudades  con  el  nombre  de  Calagurris,       3 
principio    infieren    los    mas     giin  didado ;  podíamos  colC' 


doctos ,  que  el  Cesar  habla 
en  este  lugar  de  Calahorra 
situada  en  los  llergetes  ,  y 
diversa  de  la  que  los  Geó- 
grafos ponen  en  los  Vasco- 
iies  ,  cuya  distancia  de  mas 
de  20.  leguas  persuade  no 
haber  sido  ella  la  encabezada 
con  Huesca.  Asimismo  es  sen- 
tencia común,  que  la  Cala- 
horra del  Cesar  es  una  de  las 
mencionadas  por  Pünio  ;  pe- 


g¡r  tres  ó  quatro  Ciudades 
diferentes  con  identidad  en 
la  denominación  principal, 
Pero  como  no  tenemos  otro 
vestigio  en  prueba  de  este 
número  de  Calahorras  ,  y 
fuera  de  esto  nos  consta, 
que  los  diétados  no  eran  in- 
separables del  nombre  ,  no 
es  justo  multiplicar  pueblos 
de  este  nombre  por  la  dicha 
variedad  que  se  observa  en 


ro  hay   muy   grave  dificul-     las  medallas, 

tad  en  resolver,  si  fue  ésta       7  Otra  Calahorra  se  pone 


la  que  tubo  el  sobrenombre 
de  Nassica  ;  sobre  lo  qual 
expondré  luego  lo  que  me 
parece  mas  verdadero  ó  ve- 
risímil. 

6  Si  las  monedas  ,  que  se 
han  descubierto  con  el  nom- 
bre de  Calagurris  ,  y  otras 
que  se  atribuyen  á  esta  Ciu- 
dad ,  fueran  seguro  argu- 
mento ,  para  inferir  de  su 
variedad  en  expresar  ó  su- 
primir los  diélados  ,  distin- 
tas Calahorras  ,  sacaríamos 
que  éstas  fueron  en  España 
mas  de  las  dos  referidas. 
Porque  hallándose  unas  con 
los  títulos  de  lulia  Nassica: 
otras  con  solo  el  de  lulia: 
otras  con  solo  el  de  Nassica-^ 
y  otras  en  fin  con  el  nombre 
:proprio  de  Calagurris  sin  al- 


en el  Itinerario  de  Aíitonino 
en  el  viage  que  describe 
desde  Aguas  Tarbelicas  ,  ó 
Ciudad  de  Acs  ,  como  pro- 
nuncian los  Franceses, 6  Daqs 
como  los  Vascones ,  á  Tolo- 
sa  de  Francia  por  cerca  del 
Pyrineo.  Algunos  Códices 
nombran  este  pueblo  Cala- 
^orgis  ;  pero  la  autoridad 
del  Ms.  Vaticano  ha  hecho 
que  se  adopte  el  nombre  de 
Calagorris;  y  me  persuado 
haber  sido  el  mismo  en  to- 
das sus  letras  con  el  de  las 
dos  Ciudades  de  España,  por 
indicarlo  asi  S.  Gerónimo 
contra  Vigilincio,  llamando 
á  este  herege  Calagurritciuo, 
por  ser  natural  de  este  pue* 
blo.  He  querido  dar  tan^bien 
noticia  de  esta  población, 
A  3  por- 


4  España  Sagrada, 
porque  no  ha  faltado  Escri- 
tor .doétisimo  que  le  hay^ 
ccnfundido  con  ía  Calahorra 
de  los  Vascones,  no  sin  gran- 
de desdoro  é  tgnomhiia  de 
esta  Ciudad. 

8  Algunos  han  puesto  otra 
Calagurris  en-  ía  región  '  de 
l(]s  Arevacos  entre  Osnia  y 
Aranda  de  D.iero  ,  atribu- 
yendo este  nombre  á  Cale- 
ruega  ,  pueblo  célebre  ,  y  fa- 
moso por  el  glorioso  Patriar- 
ca Santo  Domingo  de  Guz- 
nian  ,  que  nació  en  él.  De 
ene  diííamen  fueron  Lucio 
Marineo  Siculo ,  y  Alfonso 
Garcia  Matamoros  ,  que  ha- 
ciendo memoria  de  este  San- 
to le  Jlaman  expresamente 
Calagurritano.  Los  PP.  An- 
luerpienses  adjudican  la  mis- 
mi  sentencia  á  Tarapha ;  pe- 
ro no  da  éste  á  la  patria  de 
Santo  Domingo  el  nombre  de 
Calagurris,  sino  eldeGí/i- 
gurium.  El  M.  Argaiz  creyó 
también  que  Caleruega  se 
llamó  primeroCalagurris,sin 
otro  apoyo  que  el  desprecia- 
ble testimonio  de  Luithpran- 
do,  que  dice  :  Mauri  voca- 
a:eruiit  Culagurrim  Caler ue-- 
gam.  El  erudito  D.  Anto- 
nio Agustin  casi  llegó  a  du- 
dar desde  que  tubo  noti- 
cia de  esto  mismo  ,  si  esta 


Tr¿ií. 69.  Cap,  I. 

Calagurris  fue  la  Nassica; 
porque  escribiendo  desde  Ro- 
ma al  C!.  Zurita, le  dice  :  Ve 
lü  Calagurris  ÍJ¡¿i  Nassicd 
no  dudo  ,  ni  del  lugar  de  Plí- 
nio  que  V^md.  enmienda  bien. 
Dicenme  que  hay  un  Luga- 
rejo  cabe  el  Burgode  Osma, 
que  se  dice  asi;  pero  no  se- 
rá éste  según  Ce.^ar  ,  y  Pu- 
nió. También  dudo,  si  el  Iti- 
nerario de  Antcniiio  hace 
mención  de  esta  Calahorra, 
o  de  la  otra  ,  &c. 

9  Yo  no  encuentro  noticia 
alguna  de  esta  Calagurris  en 
los  Escritores  antiguos.  La 
patria  de  Santo  Domingo  se 
llama  en  las  Adas  mas  au- 
torizadas Calaroga  ,  y  nunca 
Calagurris.  Por  tanto,  Cale- 
ruega  no  debe  ponerse  6  conr 
tarse  entre  los  pueblos  anti-» 
guos  que  se  nombraron  Ca-? 
Jagurris;  ni  hay  fundamento 
para  las  dudas  de  Don  An- 
tonio Agustin  ;  y  por  lo  que 
toen  á  Marineo  ,  y  Mata? 
moros  creo,  que  estos  Au- 
tores ,  ó.  se  engañaron  en  la 
.patria  de  Santo  Domingo  ,  ó 
se  equivocaron  en  el  nombre 
de  ella. 

10  Resulta  de  lo  dicho,  que 
en  tiempo  de  los  Romanos 
solo  existian  tres  Ciudades 
con  ei  nombre  de  Calagurris: 

una 


Dictados  de  luUa  Nasska,  5 

una  en  la  Galia  á  la  raíz  del     cabezada  con   esta  Ciudad: 


Pyrineo  ,  que  según  Adrián 
Valesio,y  OLros  se  dice  hoy 
Caseres :  otra  en  los  Ilerge- 
t<;s ,  vecina  á  Huesca  ,  y  en- 


otra  finalmente  en  los  Vas- 
cones  ,  que  es  la  única  que 
ha  retenido  hasta  ahora  su 
nombre  antiguo. 


CAPITULO  II. 

ES      MAS     PROBABLE     QUE    LA 

Calahorra  de  los  Vascor.es  fue  la  condecorada      . 
coníos  diÚados  delu\\^^]<\2iSÚQ^, 

rónimo  Zurita  ,  y  Don  Anto- 
nio Agustín  pretendieron  ilus- 
trar la  Calahorra  de  Aragón 
con  los  expresados  diñados; 
pero  los  motivos  de  que  se' 
valieron  son  tan  insubsisten- 
tes ,  que  según  mi  juicio  nin- 
gún hombre  discreto  puede 
inclinarse  á  esta  opinión  sin' 
que  se  le  ofrezcan  otros  mas- 
eficaces  y  sólidos.  Con  todo' 
eso  veo  ,  que  se  adopta  su 
didamen  por  otros  de  aquel 
país,  celebrando  ,  y  glorifi- 
cando á  Loharre  de  manera, 
que  apenas  dejan  noticia  me- 
morable que  no  apliquen  á 
este  pueblo.  No  asi  los  Crí- 
ticos imparciales,  y  de  jui- 
cio mas  severo  ,  para'  con 
quienes  la  fama  ,  gloria,  y 
grandeza  que  desde  la  en- 
trada de  los  Romanos  en  es- 
tas provincias  ha  tenido  per- 
pe- 


I  T  TNA  de  las  mayores 
VJ  dificultades  que  los 
doélos  Antiquarios  han  tenido 
en  puntos  concernientes  á 
la  Geografía  antigua  de  Es- 
paña ,  consiste  en  determi- 
nar ,  quál  de  las  dos  "Cala- 
horras que  menciona  Pli- 
nio  ,  fue  la  que  tubo  los  ti- 
tules de  Julia  ,  Nasslca  ,  y 
el  privilegio  de  batir  las  mo- 
nedas en  que  se  gravó  su 
nombre.  De  los  Autores  que 
he  leído,  unos  soponen  co- 
mo verdad  constante  ,  que  la 
Calahorra  de  los  Vascones 
se  apellidó  Fibularia  ,  y  la 
de  los  Ilergetes  Nassica ; otros 
al  contrario  dan  á  ésta  el  so- 
brenombre de  Fibularia  ,  y 
á  aquella  el  de  Nassica,  sin 
alegar  razón  ó  fundamento 
que  justifique  su  sentencia. 
Los  insignes  Aragoneses  Ge- 


6         España  Sagrada» 
petiiamente      la     Calahorra 
Vasconica    ,   es    argumento 

mas  poderoso  que  quantos 
producen  los  referidos  Au- 
tores para  persuadirse  á  que 
ésta  es  el  municipio  en  que 
se  batieron  las  medallas  con 
los  diétados  de  lulia  Nassi- 
ca.  Pero  como  aún  estos  Es- 
critores no  han  hecho  otra 
cosa  que  seguir  lo  que  les 
pareció  mas  verisímil  sin . 
nuevo  reconocimiento  de  es- 
ta dificultad  ,  se  halla  hasta 
ahora  el  asunto  tan  enmara- 
ñado como  al  principio.  Por 
lo  qual  me  parece  será  tra- 
bajo muy  acepto  á  los  estu- 
diosos ,  y  aficionados  á  las 
Antigüedades  el  que  se  pusie- 
re en  el  examen  de  un  punto 
tan  curioso  :  para  cuya  ilus- 
tración pondré  prim.'ro  lo 
que  acerca  de  él  han  escrito 
los  mas  famosos  Antiquarios. 

2  Gerónimo  Zurita  en  una 
Carta  que  dirigió  á  D.  An- 
tonio Agustín  ,  reside^íte  en 
Roma  ,  da  noticia  de  las  mo- 
nedas, que  había  juntado  de 
Colonias  ,  y  Municipios  de 
España,  y  hablando  de  las 
que  tenia  de  Calahorra  ,  di- 
ce asi :  Muchas  cuti  estas  le- 
tras CAL.  IVL.  que  creo  es 
Calagurris  lulia  »  y  en  una 
de  ellas    mucho    de   notar; 


Trat.óc},  Cap.  2, 
hay  de  la  una  parte  estas 
mismas  letras ,  y  de  la  otra 
una  cabeza  sin  titulo  ,  que 
parece  ser  de  Augusto ,  y  de- 
bajo NASSíCA  ;  por  donde 
vengo  á  persuadirme  que  es 
la  Calagurris  que  estaba  en 
los  Ilergetes,  que  dice  Plinio 
de  los  vecinos  de  ella  haber- 
se llamado  NASÍCI  ,  aun- 
que en  los  impresos  está  mal 
NASCICI  ó  NASSICí ,  y  se 
diferenciaban  por  este  ape- 
llido de  los  otros  Calagurri- 
taños  que  llama  el  mismo  Fi- 
bularenses  ,  que  es  la  Cala- 
horra conocida  que  está  den- 
tro de  los  Vascones.  La  con- 
getura  es  grande;  porque  á 
estos  Calagurritanos  Nassi- 
cos  pone  Plinio  entre  los  lu- 
gares de  los  Ilergetes  ,  y  de- 
bían estar  junto  con  Lérida, 
y  son  los  que  siguieron  á  Ju- 
lio Cesar  contra  el  egercito 
de  Afranio  ,  y  Petreyo  ,  que 
él  dice  que  estaban  contribu- 
tos con  los  Oscenses  :  lo  que 
parece  mas  verisímil  ,  por- 
que Osea  fue  p.ieblo  de  los 
Ilergetes ,  que  entenderlo  de 
los  Calagurritanos  Vascones 
que  caen  tan  lejos ;  y  por 
esto  quizá  tomó  aquel  lugar 
siendo  gratificado  de  Julio 
Cesar  el  cognomento  de  CA- 
LAGVRRIS  IVLIA.  Tenga 
ea 


DlHados  de 
en  mucho  esta  medalla  por 
estas  con9<der?;cioijes,  y  pen- 
sarhe  que  oo  es  desatino  sien- 
do Vpu  di  este  parecer. 

3  Empreniió  Zurita  algu- 
nos años  después  las  enmien- 
das y  Notas ,  con  que  ilus- 
tró el  Itinerario  de  Antoni- 
EO  ;  y  en  las  que  escribió 
sobre  el  viage  de  Italia  á  Es- 
paña en  que  se  expresa  Ca- 
]agurra,se  ratificó  en  la  mis- 
ma sentencia  afirmando, que 
los  Calagurritanos  Nassicos 
pertenecieron  á  los  Ilerge- 
tes  ,  y  que  las  monedas  an- 
tiguas testifican  que  la  Cala- 
gurris  encabezada  con  Hues- 
ca tomó  el  didado  de  íulia, 
acaso  por  iiaber  ayudado  al 
Cesar  en  el  cerco ,  y  con- 
quista  de  Lérida. 

4  Don  Antonio  Agustín  res- 
pondió á  la  Carta  de  Zuri- 
ta aprobando  su  pensamien- 
to acerca  de  la  Calagiirris 
lulia  Nassica  ;  y  en  sus  Diá- 
logos de  Medallas  adoptó  la 
misma  opinión  escribiendo 
de  este  modo  :  'Plinio  pone 
dos  Calagurris  que  venían  á 
Zaragoza  á  pleytos  :  los  Ca- 
lagurritanos Nassicos ,  y  es* 
tos  hace  del  privilegio  de 
municipes  ,  ó  según  otra  le- 
tura  son  de  Colonia  :  y  los 
Calagurritanos  Fibularenses, 


Julia  Nassíca.  y 

que  hace  estipendiarios  ó  tri- 
butarios ,  creo  yo  que  porque 
fueron  conquistados  con  los 
Caniabros  por  Augusto  Ce- 
sar. De  manera  ,  que  haga- 
mos que  la  Calahorra  de 
Aragón  sea  la  de  ios  Nassi- 
cas,  y  sea  Colonia  ,  d  muni- 
cipio. 

5  Ambrosio  de  Morales  en 
el  cap.  15.  de  sus  Antigüeda- 
des siguió  el  diélamen  de  Ge- 
rónimo Zurita ,  quien  dice  le 
mostró  una  moneda  de  co- 
bre antigua  ,  que  de  una  par- 
te tenia  un  rostro  de  los  tos- 
cos que  se  hallan  ordina- 
riamente en  las  monedas  de 
España  ,  con  estas  letras 
NASSÍCA  ;  y  de  la  otra  par- 
te los  bueyes  arando,  como 
insignia  acostumbrada  de  las 
Colonias  ,  v  Municipios  ,  con 
la  letra  MV.  CAL.  IVL.  De- 
clara después  los  títulos  atri- 
buyendo á  la  Calahorra  cer- 
ca de  Huesca  todas  las  pre- 
eminencias que  las  medallas, 
y  Plinio  testifican  de  laNassi- 
ca ;  y  poniendo  á  la  Calahor- 
ra de  losVascones  en  la  suer- 
te mas  miserable  y  desgra- 
ciada ,  dice  de  ella  ,  que  ha- 
biendo merecido  mucho  con 
el  pueblo  Romano  por  la  sin- 
gular lealtad  que  con  él  man- 
tubo ,  quedó  después  culpada 
por 


8  España  Sagrada. 
por  ciertos"  respectos ,  y  oca- 
siones ,  y  que  por  eso  fue 
hecha  tributaria  ,  y  por  tal 
]a  cuenta  Plinio.  Asimismo 
asegura  que  ninguna  moneda 
es  de  esta  Calaiiorra  ;  por- 
que estando  ,  dice  ,  tan  aba- 
tida ,  y  en  tan  baja  sujeción, 
no  se  le  diera  licencia  para 
labrarla. 

6  Omitiendo  otros  muchos 
de  los  mas  modernos ,  fue 
también  de  este  sentir  Ge- 
rónimo Blancas  en  sus  Co- 
mentarios de  Aragón  ,  quien 
no  contento  con  esto  se  ade- 
l-aató  á  señalar  el  sitio  de  la 
Calagurris  Nassica ,  reducién- 
dola al  pueblo  llamado  Lo- 
harre  ,  donde  dice  ,  se  man- 
tienen muchos  vestigios  de 
ediñcios  Romanos ;  á  lo  qual 
no  se  atrevió  el  ilustre  Zurita, 
que  sobre  el  texto  del  Ce- 
sar en  que  se  mencionan  los^ 
Calagurritanos  Nassicos ,  di- 
ce asi  :  Apparst  enim  ,  de 
regionihus  Ilerdce  urbi  vici- 
áis Cíesarem  ciñere  :  &  bavc 
Calagurrim  ,  cujas  hcdie  nu- 
il a  extare  scinius  v:stigía^ 
in  llergetihus   esse  sltam. 

7  Dije  antes  ,  que  las  ra- 
zones alegadas  por  los  Es- 
critores citados  en  favor  de 
la  Calahorra  de  Ar:^gon  ,  son 
tan  ineficaces ,  y.  débiles  ,  que 


Trat.6().  Cap.^i, 
ninguno   que   esté  adornado 
de  mediana  discreción  podrá 
determinarse  á  aquella   sen- 
tencia sin  otros  nuevos  fun- 
damentos. Y   para  justificar 
que  esta  proposición  pronun- 
ciada contra  Escritores  tan 
famosos    y     eruditos     nada 
tiene  de  temeraria,  expon- 
dré los  motivos  que  me   in- 
ducen á  esta  censura.  Geró- 
nimo Zurita  no  tubo  ,  como 
hemos  visto  ,  otra  razón  pa- 
ra creer  haber  sido  una  mis- 
ma   la  Calagurris    Nassica, 
que  el  contarse  los  Nassicos 
en  el  texto   de  Plinio  entre 
los  pueblos  de  los  Ilergetes; 
pero  en  la  inteligencia  de  es- 
te lugar  incurrió  el   célebre 
Aragonés   en  una  equivoca- 
ción  muy    notable  ;  la  qual 
se   hará    manifiesta  leyendo 
el  testimonio  del  Geógrafo, 
y  observando  su  estilo.  Pli- 
nio ,  pues,  hecha  memoria  de 
Ce>araugusta  ,  pasa  a  seña- 
lar los  pueblos  que  concur- 
rían á  su  Convento ,   y  co- 
menzando de  los  que  eran  de 
Ciudadanos  Romanos,  los  po- 
ne con  este  orden  :  Belita- 
rios^Cilsenses  ex  Colonia :  Gi- 
lugurritanos  ,    qtñ   Nassici 
cognominantur   :   IlerdenseSy 
Surdaoniim    gentis  ,    juxta 
quos  Sicoris  fiuvius :  Oscen- 
ses 


Dictados  de  lulia  Ñas  sica. 


ses  regicnis  Vi  s  citan  i  ce  :  Tu- 
riasonerises.  Viendo  aqui  Zu- 
rita á  los  CalagurritanosNas- 
sicos  puestos  entre  losCel- 
senses  y  los  llerdenses  ,  que 
pertenecian  á   los  ílergetes, 
infirió   5)n  otro  antecedente 
que  los  Calagurritanos  Nas- 
sicos  eran  de  esta  misma  re- 
gión. En  lo  qual  es  muy  de 
estrañar  que  un  hombre  tan 
curioso  y  perspicaz,  no  ad- 
virtiese ,  que  Plinio  tubo  la 
costumbre   de  nombrar    los 
pueblos    siguiendo    la   serie 
del  alfabeto  ;   por  donde  se 
expuso    Zurita    á    caer    en 
grandes  errores  geográficos. 
Véase  lo  que  dejo  notado  á 
este  mismo  proposito  en  el 
tom.  precedente  pag.  95.  n. 
10.  Por  los  pueblos  estipen- 
diarios ,  que  se  ponen  mas 
abajo    del    texto    exhibido, 
pudo  este  Escritor  observar 
el  estilo  del  Geógrafo.   Por- 
que siendo  asi  que  los  Cala- 
gurritanos Fibularenses  per- 
tenecian según  el  mismo  Zu- 
rita á  los  Vascones  ,  no  los 
nombra  Plinio  entre  los  An- 
doiogenses    y    Arocelitanos, 
que  eran  de  la  Vasconia,  si- 
no entre  los  Bursaonenses  y 
Complutenses  ,  aquellos  Cel- 
tiberos, y  estos  Carpetanos, 
por  pedirlo  asi  el  orden  al- 
Tom.  XXXIIL 


fabetico  que  se  propuso.  Te- 
nemos pues  que  el  argumen- 
to de  Zurita  para  establecer 
la  Calagurris  Nassica  en  los 
ílergetes  no  se  apoya  en  otro 
fundamento  que  su  descuido 
é  inadvertencia  acerca  del 
estilo  de  Plinio. 

8     Don  Antonio  Agustin 
quiso  ennoblecer  á  la  Cala- 
horra de  Aragón  con  la  dig- 
nidad ,   y  privilegios  de  co- 
lonia ó  municipio ,  creyendo 
que   los  Calagurritanos  Vas- 
cones   fueron  estipendial  ios 
á  causa  de  haber  sido  con- 
quistados por  Augusto  Cesar 
en  la  guerra  Cantábrica.  Es- 
ta prueba  es  indigna  de  tan 
doéto  varón  por  dos  razones 
especiales.  La  i.  porque  el 
Senado  ,  y  los  Emperadores 
de  Roma  no  tubieron  la  cos- 
tumbre que   insinúa  D.  An- 
tonio Agustin  de  hacer  sier- 
vas  y  tributarias  á  las  Ciu- 
dades que  conquistaban  con 
la  fuerza  de  sus  armas;  an- 
tes  bien   fue  tal   su    indus- 
tria y  prudencia  ,  que  conce- 
dieron á  muchas  privilegios 
muy  particulares,  para  man- 
tenerlas mas  adidas  al  pue- 
blo Romano.  En  lo  qual  imi- 
taron el  egemplo  de  Romulo, 
de  quien  Claudio  Empera- 
dor dijo   :  At  conditor  nos- 
B  ter 


10       España  Sagrada,  Trat.ó^,  Cap,  i. 

ier  Romulus  tantum  sapien-  cives  habuerit.  Foresta  x?í- 

tiavaluit  ^  ut  plerosque  po-  zon  cantó  Rutilio  en  alaban^ 

pulos  eodem  die  hostes  ,  dein  za  de  Roma: 

Fecisti  patriam  diversis  genttbus  unam: 
Profuit   jnjastis  ,  te  dominante  ,  capi, 

Dumque  offcrs  viñis  proprii  consortia  juris^ 
Urbem  fecisti ,  quce  prius  orbis  erat. 


La  2.  es  que  los  Vasco- 
nes  no  se  mezclaron  con 
los  Cántabros  montañeses  en 
las  guerras  de  Augusto  :  y 
es  cosa  certísima  que  toda 
la  Vasconia  se  mantubo  en  la 
mas  firme  obediencia  á  los 
Romanos  desde  muchos  años 
antes  del  referido  Empera- 
dor como  lo  demostré  en  el 
tom.  32.  cap.  8.  Asi  que  de- 
be tenerse  por  error  histó- 
rico el  decir  que  la  Cala- 
horra de  los  Vascones  fue 
conquistada  por  Augusto  en 
la  guerra  Cantábrica  ;  y  por 
lanto  no  debe  ser  despojada 
esta  Ciudad  de  los  privile- 
gios municipales  por  la  fal- 
sa creencia  de  D.  Antonio 
Agustín  en  esta  parte. 

9  No  escribió  menos  equi- 
vocado Ambrosio  de  Mo- 
rales hablando  de  la  misera- 
ble bajeza  á  que  vino  la 
CalahorraVasconica  por  cier- 
tos respedos  y  ocasiones, 
que  dice  trata  en   la  histo- 


ria. A  la  margen  señala  el 
lugar  con  esta  palabra  en 
Scrtorio  ;  por  donde  quiso 
significar  que  los  delitos  con 
que  esta  Ciudad  mereció  la 
privación  de  sus  privilegios, 
y  ser  contada  entre  los  pue- 
blos estipendiarios  ,  no  fue- 
ron otros  que  la  fé  y  lealtad 
constante  con  que  siguió  el 
partido  del  famoso  Capitán 
Q.  Sertorio.  Pero  este  dis- 
curso es  una  mera  imagi- 
nación y  sospecha  ,  por  no 
haber  Escritor  autorizado, 
que  pueda  alegarse  como  tes- 
tigo de  la  pena  con  que  fue 
castigada  Calahorra.  Si  los 
Romanos  hubieran  hecho 
tributarias  á  todas  las  Ciu- 
dades ,  que  se  entregaron  á 
Sertorio  ,  y  le  guardaron  fi- 
delidad,muy  pocas  serian  las 
que  no  hubiesen  venido  á  esta 
ignominia ,  habiéndole  ama- 
do casi  todas  con  la  mayor 
fineza  á  causa  del  animo  y 
valentía  ,  con  que  él  traba- 
ja- 


.  DiÓíados  de 
jaba  por  poner  á  España  en 
estado  de  poder  y  mages- 
tad  respetable  á  las  otras 
Naciones  del  mundo.  Fuera 
de  esto  la  fé  de  Calahorra 
para  con  Sertorio  no  solo  no 
fue  castigada  por  los  Em- 
peradores de  Roma,  sino  an- 
tes atendida  como  una  prue- 
ba excelente  de  que  los  Ca- 
lagurritanos  eran  por  aque- 
lla propriedad  los  mas  ap- 
tos para  la  seguridad  de  las 
personas  Imperiales  ,  como 
después  veremos.  Por  lo  qual 
el  discurso  de  Morales  bien 
reflexionado  solo  se  funda  en 
que  Plinio  cuenta  á  Cala- 
horra en  los  pueblos  estipen- 
diarios. Pero  hablando  este 
Geógrafo  de  la  Calahorra 
Fibularia  sin  declarar  que 
ésta  pertenecía  á  los  Vasco- 
nes  ;  todo  lo  que  se  dice  de 
la  Calahorra  Vasconica  ,  y 
de  su  abatimiento  y  servi- 
dumbre ,  procede  bajo  de  la 
suposición  de  que  ella  es  la 
Fibularia  :  quando  esto  era 
lo  único  que  debia  disputar- 
se y  averiguarse. 

10  Los  reparos  propues- 
tos bastan  en  mi  juicio  para 
convencer  la  ineficacia  de 
las  pruebas  que  alegaron 
los  Escritores  referidos  en 
favor  de  la  Calahorra  de  los 


Julia  Nassica. 
Ilergetes:  de  la  qual  afirma, 
que  la  noticia  que  de  ella 
tenemos  es  enteramente  con- 
traria á  los  relevantes  títu- 
los ,  que  sus  apasionados  la 
adjudican.  La  única  memo- 
ria ,  que  se  ha  conservado  de 
esta  Calagurris  cercana  á  la 
Ciudad  de  Huesca  ,  es  la  que 
se  lee  en  Julio  Cesar  lib.  i. 
de  Bello  civ.  cap.  óo.  donde 
dice  :  ínter  im  Os  censes  ¿? 
Calagurritani  ,  qui  erant 
cum  Oscensibus  contributi^ 
mittunt  ad  eum  legatos  ^  se- 
seque  iinperata  f adiaros  pol- 
licentur.  Para  cuya  inteli- 
gencia se  ha  de  advertir,que 
ser  un  pueblo  contributo 
con  otro  ,  es  lo  mismo  que 
depender  de  él  ,  y  estar  ba- 
jo de  su  jurisdicción  ,  ha- 
ciendo el  menos  principal 
una  misma  Ciudad  con  el 
mayor,  qué  es  como  cabeza 
suya.  En  la  España  citerior 
eran  muchas  las  poblaciones 
de  esta  calidad  ,  y  las  mis- 
mas eran  reputadas  por  las 
menos  nobles  de  todas.  Pli- 
nio describiendo  aquella  pro- 
vincia cuenta  sus  pueblos  de 
este  modo  :  Accedunt  insu- 
Ice  ,  quarum  mentione  seposi- 
ta  ,  prceter  civitates  contri- 
butas alHs  CCXCn^,  pro- 
vincia ipsa  continet  oppida 
B  2  CLXJ^IX. 


12       España  Sagrada. 

CLXXIX,    In  bis    colonias 

XI I,  oppida  civium  Romano - 
rum  XI 11.  Latinorum   vete- 
Tum   XVllL   fcederaforum 
vnum.  Stipendiaria  CXXXf^, 
De  donde    es    fácil   colegir 
que  las  Ciudades  menos  so- 
bresalientes, y  que  excedían 
en  número  eran  las  contri- 
butas   con  otras    ,    de    las 
quales    no  se  hacía  aprecio 
en  comparación  de  las  que 
se  distinguían  en  alguna  de 
las   circunstancias    con   que 
Plinio  las  expresa.  De  esta 
condición    pues    enseña    el 
Cesar  haber    sido  la  Cala- 
horra  de  los  Ilergetes  ;     y 
aunque  el  referido  Geógrafo 
la  cuenta    por    pueblo  esti- 
pendiario ,  se  ha  de  entender 
de  manera  que  fuese  al  mis- 
mo tiempo  dependiente  de 
Huesca      como     contributo 
con  esta  Ciudad.   En  cuyo 
supuesto  ¿q-iien  se  persuadi- 
rá á  que  esta  Calahorra  fue 
la  condecoraba  con  los  dic- 
tados   deluüa  Nassica  ,    y 
con  los  privilegios  de  muni- 
cioio  :  y   á  que  sus  vecinos 
tubieron  el  honor  de  Ciuda- 
danos Romanos  ,  y  debatir 
el   copioso   número  de   mo- 
nedas que  se  encuentran  con 
aquellos  renombres? 

1 1  Pero  responderá  algu- 


Trat.  6 i).  Cap.  i. 
no  que  el  Cesar  habla  de  la 
Calahorra   de    los  Üer.^etes 
según  lo  que  era  en  el  tiem- 
po ,  en  que  vino  á  España  ,  y 
puso  cerco  á   Lérida   contra 
el  egercito  de  Afranio  y  Pe- 
treyo  ;  pero    que  por  el  so- 
corro con  que  ayudó  al  mis- 
m.o   Emperador   en    aquella 
guerra  ,  fue  después  honra- 
da con  varios  privilegios  ,  y 
con  el  didado  de  luÜa.  Mas 
concedido  que  esto  pudo  ser 
asi ,  digo  que  no  hay  testi- 
monio en  comprobación  de 
que  este  pueblo  subió  con  el 
favor  del  Cesar  á  tanta  gran- 
deza ;  antes  bien  parece  que 
aun  en  la  edad  de  Ptolomeo 
no  era   digno  de  particular 
memoria  ,  en  vista   de  que 
este  Geógrafo  no  le  mencio- 
nó en  sus  tablas.  Por  lo  qual 
no  hallándose  autoridad  po- 
sitiva por   la   Calahorra  de 
los  Ilergetes  ,  ni  sabiéndose 
su  calidad  por   otro  testigo 
que  el  Cesar ,  juzgo  que  no 
llevan  camino  los  que  pre- 
tenden glorificarla  despojan- 
do de  todos  los  referidos  ho- 
nores á  la  Calahorra  de  la 
Vasconia. 

12    La  nobleza  y  gloria  en 
que  ésta  sobresalió  siempre 
entre   otras  Ciudades  de  Es- 
paña pudo  tanto  en  el  jui- 
cio 


Diciados  de  lidia  Nassica, 


cío   de  los  Críticos  moder- 
nos ,  que  por  ella  principal- 
mente se    apartaron    de  la 
sentencia  de  Zurita  y  D.  An- 
tonio Agustín ,  de  cuya  au- 
toridad hicieron  grande  es- 
timación   en  otras   especies. 
El  íiustrisimo  Pedro  de  Mar- 
ca trata    de  Loharre   en   el 
3ib.2.c.28.de  su  Marc.  Hisp, 
donde  después  de  convenir 
con  Blancas  en  reducir  á  es- 
te pueblo  la  Calagurris  de 
Julio  Cesar   ,  niega    haber 
sido  él  mismo  la  Ciudad  que 
tubo  el  didado  de  Nassica. 
Sed  qui  sententiam  illius  se~ 
^uimur  in  hoc  loco  ,  ab  illius 
&   ab  Antonii  quóqtie  Au- 
giistini ,  S  Hieronyfui Suri- 
tce  opinione  di s cederé   cogi- 
mur  existiwantium^  hanc  Ca- 
lagurrim  Oscce  vicinaw^  ilii- 
que  contribtítíim  ,  atque  adeo 
llergetibus  odscriptam  earfi 
esse  ,  quce^  d  Plinio  vocatur 
Nascica  ,  non  autem  Fibula- 
rensem.   Pone  luego  la  dis- 
tinción de  las  dos  Calahor- 
ras ,   y  de  la  Nassica  dice, 
que  fue  atendida  de   Plinio 
con  mayor   equidad  -qué'de 
otros  modernos  ;  pues  aquel 
la  contó  con  Lérida  y  Hues- 
ca en  el    número  de  las  co- 
lonias ,  y  estos  la  despoja- 
ron de  está   dignidad  i^iijus- 


13 


ta mente*  Reconoce  las  mo- 
nedas en  que  solo  tiene  el 
titulo  de  municipio  ;  pero 
afirma  que  estas  son  ante- 
riores al  Imperio  de  Augus- 
to, á  quien  atribuye  el  bene- 
ficio dé  haber  sido  erigida 
en  colonia  ,  desde  q\ie  el  di- 
cho Emperador  envió  á  ella 
los  soldados  Eméritos  de  la 
Cohorte  Calagurritana  ,  que 
habia  sacado  para  su  cus- 
todia. Concluye  con  que  és- 
ta es  la  Calahorra  situada  por 
Ptolomeo  cerca  del  Ebro  ,  y 
en  la  región  de  los  Vasco  • 
nes  ,  célebre  por  la  memo- 
ria que  de  ella  hicieron  los 
Escritores  antiguos  ,  y  glo- 
riosa por  haber  sido  patria 
del  famoso  orador  Quinti- 
liano. 

13  La  autoridad  de  Mar- 
ca hizo  ,  que  algunos  céle- 
bres Escritores  abrazasen  la 
misma  opinión.  Celario  en 
el  lib.  2.  de  su  Geografía  an- 
tigua cap.  1.  sed.  3.  escribe 
de  este  modo :  A'on  equidem 
ignoro  ,  do&issimos  essé ,  qui 
Calagíirrim  Nascicam  cis 
Iberum  pcnant  quatuor  leu- 
cis  ab  Osea  in  Septentrionem: 
alte} am  vero^quce Fibularen- 
¿is  ccgnominatur  apvd  Pli- 
nititn  transflumen  in  ripa  dex ■ 
tfa.  Égo  vero  ,  summo  duce 
Pe- 


14      España  Sagrada. 

Peíro  de  Mjrca ,  hcec  pror- 
sus  invertenda  statuo.  We- 
seling  en  sus  notas  al  Itine- 
rario de  A.Jtonino  tubo  tam- 
bién presente  el  difamen 
de  Marca  para  desamparar 
\a  sentencia  de  Zurita  ,  de 
cuya  nota  sobre  la  voz  Ca- 
latfurra  del  mismo  Itinera- 
rio iiace  el  juicio  siguiente: 
Jam  que  Suri ta  hic  accumur 
lavit  ^  non  omnia  pro  bonis 
ducenda  sunt,  Calaíjurris 
enim  ,  cujus  incoLv  Fíbula- 
renses  Píiruo  di c un  tur  ,  non 
h^'ec,  sed  Loharre  XI L  M,P. 
ab  Osea  est  :  ahera  cogno- 
mento Nassioa  ,  cujusque  a 
Surita  numi  sunt  exscripti^ 
nostra  est  in  l^asconum  finirr 
bus  Ibero  flwnini  adposita, 

14  De  lo  que  traen  es- 
tos Autores  acerca  de  la  di- 
ficultad presente  resulta,  que 
no  se  les  ofreció  algún  apo- 
yo especial  ,  que  pudiese 
servir  de  prueba  á  su  opi- 
nión inclinándose  como  he 
dicho  á  abrazarla  solo  por  la 
grandeza  de  la  Calahorra 
Vasconicaen  comparación  de 
la  de  los  liergetes.  Y  á  la 
verdad  faltando  testimonios 
antiguos  con  que  se  pudie- 
se decidir  esta  question  ,  y 
no  teniéndose  otra  noticia 
de  la  Calahorra  de  Aragón 


Trat,6g,  Cap.  2. 
que  la  comunicada  porjtiiio 
Cesar  ,  la  qual  como  he  pro- 
bado se  opone  positivamen- 
te á  los  honoríficos  didados 
de  la  Calahorra  Nassica  ,  era 
justo  que  se  resolviese  en  fa- 
vor de  la  Calahorra  d3  los 
Vascones.  Por  esta  misma 
razón  el  Revereadisi  no  Flo- 
rez  ,  cuya  aph'cacion  y  dili- 
gencia no  pudo  hallar  ar- 
gumentos particulares  por 
una  ni  otra  pane  ,  se  deter- 
minó á  seguir  la  sentencia 
de  los  referidos  Escritores: 
Mientras  tanto  ,  dice  ,  esta- 
mos por  la  Ciudad  a¿lual,cu  - 
yo  nombre,  cuya  fama,  y  cu- 
yo honor  de  Silla  Pontificia 
pide  que  no  la  defraudemos 
este  fuero  ,  mientras  no  se 
descubra  cosa  en  contra ,  y 
no  conste  con  certeza  ,  que 
la  Fibularia  (  quiere  decir  la 
Calahorra  de  Aragón  )  tas 
batió  ^  es  á  saber,  las  mone- 
das con  los  títulos  de  lulia 
Nassica  ,  que  aplica  á  la  Ca- 
lahorra adual. 

15  Yo  juzgo  que  la  me- 
dalla ,  que  se  batió  con  el 
nombre  de  Nassica  ,  puede 
hacer  muv  verisímil  este 
didamen  ,  si  se  reconoce  se- 
riamente asi  su  propria  for- 
ma, como  el  motivo  porque 
ie  puso  la  voz  expresada. 
Trae- 


Diñados  de  lidia  Nasska. 


Traela  el  M.  Florez    en   su 
tom.  I.  de  Med.  Tab.  ii.  n. 
9.  y  tiene    por  un  lado  una 
cabeza  con  esta  Inscripción 
NASSICA  ,  y  por  el  otro  un 
buev  ,  y  encima  de  él  CA- 
LAGURRÍ  ,  y  debajo    lU- 
LIA.  Acerca  de  la  primera 
parte  de  esta  medalla   dis- 
putan los  Antiquarios  ,  si  la 
cabeza  desnuda  que  repre- 
senta ,  se  puso  para  memo- 
ria de  Augusto  Cesar  ,  ó  del 
famoso  Scipion  Nassica  ,  que 
consta  haber  sido  Pretor  en 
España.  Algunos  quieren  que 
sea  cabeza  del  Emperador, 
y  que  el  nombre  Nassica  sea 
didado  de   la  Ciudad  ,  que 
se  nombra  en  la  otra  parte, 
lo  qual  tienen  ellos  por  muy 
probable    en    visfa    de  que 
Plinio  menciona  Cah^gnrriía- 
nos  Nassicos  ,   y  de  que  Mo- 
rales trae  una  Inscripción  en 
que  se  lee  :  Mufucipium^  Ca- 
iagurris  Julia  Nassica,  Pero 
aunque  el  texto  de  Plinio  in- 
dica bastantemente  ,  que  la 
Calahorra  de  quien  tomaban 
su   denominación    los  Cala- 
gurritanos  Nassicos ,  tenia  el 
nombre  de  Nassica  ;  esto  no 
puede  confirmarse  con  la  Ins- 
cripción que  alegan  de  Mora- 
les, por  no  ser  diferente  de  la 
que  se  contiene  en  esta  me- 


dalla sobre  cuyo  significado 
se  controvierte.  Asi  que  no 
se  ha  descubierto  hasta  aho- 
ra inscripción  ,  en  que  el 
sobrenombre  de  Nassica  se 
junte  con  el  de  íulia  ,  y 
solo  existe  la  moneda  en  que 
ambos  nombres  están  sepa- 
dos  :  por  lo  que  de  ningún 
modo  puede  traerse  en  com- 
probación de  su  sentencia 
siendo  ella  el  objeto  de  la 
contienda  y  disputa. 

16     Ei  Rmo. Florez  cita  á 


Pedro  W 


que  aaju- 


dicando  la  medalla  á  la  me- 
moria de  n^.ugusto  explica  el 
nombre  de  Nassica  refirién- 
dole á  alguna  fábrica  que  in- 
titulase asi  á  Calahorra  al 
modo  que' la  otra  Ciudad  del 
mismo  nombre  se  dijo  Fibu- 
laria  por  la  fábrica  de  fíbu- 
las ó  hebillas  según  prome- 
te la  ethimologia  de  esta 
voz.  írxlinase  é!"  á  este  mis- 
mo pensamiento  ,  y  quiere 
que  de  la  manera  que  se  in- 
terpretan los  Fibularenses, 
deban  también  interpretar- 
se los  Nassicos ,  esto  es ,  por 
algún  egercicio  que  hoy  ig- 
noramos. Con  esta  preven- 
ción podrá  alguno  sospe- 
char-, que  asi  Como  la  Ca- 
lahorra Fibularia  se  llamó  de 
este  modo  de  la  voz  latina 

fi- 


i  6  Bsp.iíía  Sagrada^ 
fj ¡fula  ^por  fabricarse  en  ella 
las  hebillas  con  que  solian 
prenderse  las  extremidades 
de  los  vestidos  largos  ;  asi 
también  la  Calahorra  Nas- 
sica  tomó  este  nombre  de 
Ja  voz  nai'Sa^  que  en  latin  ,  y 
en  nuestro  castellano  signi  • 
íica  un  instrumento  tegido 
de  vimbres  ,  é  inventado  pa- 
ra la  pesca.  Pero  á  la  ver- 
dad es  muy  inconstante  el 
origen  de  la  voz  Fihularia, 
ni  se  tiene  memoria  alguna 
de  que  en  estas  Ciudades 
florecieron  tanto  aquellas  fá- 
bricas que  se  denominasen 
por  ellas  como  por  especial 
distintivo. 

17  Vaillant  es  de  pare- 
cer,que  la  cabeza  eTi  la  expre- 
sada moneda  es  de  Augus- 
to, y  que  el  nombre  ]Vas- 
sica  no  es  aqui  proprio  de 
algún  varón  ,  sino  diélado  de 
Calahorra  ;  pero  con  todo 
eso  afirma  que  se  mezcla  en 
él  Cornelio  Scipion,  de  quien 
cree  venir  este  titulo  á  la 
dicha  Ciudad  por  algún  se- 
ñalado beneficio  ,  que  la  hi- 
zo siendo  Pretor  en  España. 
Harduino  en  su  Antirrheti- 
co  impugna  á  Vaillant  acer  - 
ca  de  lo  ultimo  diciendo, 
que  si  Calahorra  se  dijo  Ñas - 
sica  ,  porq'ie  Cornelio  Sci- 


Trat.  69.  Cap,  2. 

pión  fue  Pretor  en  la  Espa - 
ña  citerior  ,  parece  que  igual 
cauf^a  tubieron  los  dtmas 
pueblos  de  esta  provincia 
para  llamarse  Nassícos.  Pe- 
ro este  Critico  supone  en  su 
impugnación  dos  cosas  fal- 
sas ;  !a  una  es  que  Vaillant 
juzgó  haberse  llamado  Nas- 
sica  la  Ciudad  de  Calahor- 
ra, porqje  Scipion  fue  Pre- 
tor en  Españ  i  ;  siendo  asi 
q  le  aquel  Aator  no  da  por 
causa  de  este  dictado  la  dig- 
nidad de  S::ipion  ,  sino  algu- 
na merced  particular  con  qué 
honró  á  Calahorra  :  la  otra 
es  ,  que  Scipion  fue  Pretor 
en  la  España  citerior  ,  lo  que 
ni  fue  asi ,  ni  lo  escribió  Vai- 
llant ,  quien  solo  supone  ha- 
ber sido  Pretor  en  España 
exhibiendo  un  testimonio  de 
Livio ,  en  que  expresamen- 
te se  trae  por  Pretor  de 
aquella  provincia  Sex.  Di- 
gicio ,  en  el  mismo  tiempo 
en  que  Scipion  obtenia  ja  mis- 
ma dignidad  ,  la  que  preci- 
samente habia  de  egercitar 
en  la  España  ulterior. 

18  Yo  tengo  por  el  mas 
obvio  y  sencillo  el  dictamen 
de  los  que  sostitr-nen  que  el  ros- 
tro gravado  en  esta  moneda 
no  es  de  Augusto  ,  ni  el  nom- 
bre que  se  lee  en  ella ,  dic- 
ta- 


Dictados  de  luUa  Nassica.  1 7 

tado  de  Calahorra;  sino  uno,     apellido  de  Ncisslca  ,  y  que 


y  otro  proprio   de    Cornelio 
Scipion  Nasica.   Fundóme  en 
que  siendo  el  rostro  de  artí- 
fice bastante   diestro  ,  y  en 
medio  de  esto  tan  diferente 
de  los  que  se   vén  en    otras 
medallas  batidas  en  memoria 
del  expresado  Emperador  asi 
en  Calahorra  ,  como  en  las 
demás  Ciudades   de  España, 
tenemos  suficiente  razón  pa- 
ra adjudicarla  á  distinto  per- 
sonage.  Fuera  de  esto ,  el  uso 
mas  común  de  los  Gravado- 
res  fue  poner  junto  á  las  ca- 
bezas el  nombre  del  sugeto 
á  quien   representaban  :   en 
cuya  suposición  ,j porqué  no 
tendremos  ésta  por  cabeza 
de  Nasica,  no  expresándose 
junto  á  ella  otro  nombre  que 
el  de  este  Pretor?  Mas  ,  si 
el  rostro  es  de  Augusto  ,  y 
el   nombre   Nassica   dictado 
de  Calahorra,  ¿por  qué  no  se 
puso  en  el  lado  de  la  cabe- 
za el   nombre  del  Empera- 
dor ,  y  el  didado  Nassica  a 
continuación   de  Calagurris 
lulia  ,  dando  el  bronce  sufi- 
ciente espacio    para  ambas 
cosas? 

19  Pero  declaremos  el  moti- 
vo que  pudo  hacer  ,  que  Ca- 
lahorra ,  y  P.  Cornelio  Sci- 
pion fuesen  conformes  en  el 
Tom.XXXlIL 


la  misma  Ciudad  batiese  mo- 
nedas con  el  fin  de  perpe- 
tuar   la   memoria    de  aquel 
Pretor.  Vaillant  se  inclina  á 
que  la  Ciudad  referida  se  di- 
jo Nassica  obligada  de  algún 
beneficio  singular  que  reci- 
bió de  P.  Cornelio ,  asi  como 
se    nombró    también    luUa^ 
por  el  privilegio  de  inmuni- 
dad que  la  concedió  Julio  Ce- 
sar. Luego  afirma  ,  que  sien- 
do Nasica  Pretor   de  España 
se  dio  á  Calahorra  el  honor 
Municipal ;  y  que  para   me- 
moria de  tan  señalada  mer- 
ced gravó  su  nombre  en  las 
monedas ,  y  tomó  su  proprio 
apellido.  Wesseling  duda  si 
los  Calagurritanos  debieron 
al  Pretor  el  titulo  de  Muni- 
cipio concedido  á  su  pueblo. 
El  erudito  D.Gregorio  Ma- 
yans  en  suObrita  de  Hispa^ 
na  progenie  vocis  itr  es  del 
mismo  didamen  ,  que  Vai- 
llant.  Cita  en  su  favor  á  Li- 
vio  al  principio  del  Lib.XLV. 
y  á  Diodoro  en  las  Excerp- 
tas  de  Valesio,pag.  380.  pe- 
ro en  estos  lugares  no  se  lee 
cosa  que  pueda  probar  haber 
sido  Calahorra  Municipio  por 
merced  de  P.  Cornelio, 
20  En  el  Tomo  preced.  pa- 
gia,  303.  escribí,  que  entre 

C  \Q% 


1 8        España  Sagrada. 
los  pueblos  conquistados  por 
el  Pretor  Nasica    deben  con- 
tarse los  que  tenían  los  Vas- 
cones  á  este  lado  del  Ebro. 
Allí  misn:io  ofrecí  tratar  de 
la  causa  por  qué  Sciplon  ,  y 
Calahorra  se  apellidaron  con 
el  sobrenombre  de  que  ha- 
blamos.   Exponiendo  ,   pues, 
ahora  mi  parecer,  digo,  que 
la  razón  de   esta   conformi- 
dad fue  haberse  conquistado 
por  P.  Corneüo  en  el  año  de 
su  Pretura  la  Ciudad   de  Ca- 
lahorra ,  que  era  la  mas  fa- 
mosa de  los  Vascones.  Para 
comprobación  de  este  dida- 
iricn    quiero    reproducir     el 
texto    de  Liv.  lib.  35.  cap. 
I     Principio  anni  ,  quo  hcec 
gesta  sunt  Sex~Digitius  pne- 
tor    in    Híspanla    citeriot'e 
cum  Civitatibus  iis ,  quct  post 
prüfedioncm.31.  Catonis  per- 
liultíc   re'->e¡¡averant ,  crebra 
niagis  quam  dicíu  digna  pr ce- 
lia fccit  ,   S  adeo   pleraque 
adveisa  ,    ut   vix   dimidium 
fíiíliíi.m^  quam  quod  accepe- 
rat  ,  successori    tradidtrit» 
Nec  duoium  est   ,   quin  om- 
nis  H'spania  sublatura  áni- 
mos fuerit  ^  ni   alter  prcetor 
P.   Corneiius  Oi,  F.   Scipio 
trans  Itterum  multa  secunda 
proelia  fecisset  ,  quo  terrore 
non  minus  quinquaginta  oppi- 


Trat.  69 .  Cap,  2. 
da  ad  eum  defecerunt.  Este 
lugar  me  persuade  que  en 
el  año  mencionado  por  Li- 
vio  ,  que  fue  el  de  559.  de  la 
fundación  de  Roma,  conquis- 
tó Scipion  Nasica  la  insigne 
Ciudad  de  Calahorra.  Hasta 
este  tiempo  se  mantubieron 
los  Vascones  libres  del  Impe- 
rio ,  de  manera  que  ninguno 
de  los  pueblos  de  su  región 
estubo  antes  de  ahora  suje- 
to á  los  Romanos  ,..cuya  do- 
minación se  estendia  por  la 
parte  occidental  del  Ebro  so- 
lo á  los  Sedetanos  que  aca- 
baban de  sujetarse  á  M.  Ca- 
tón ,  á  quien  se  entregaron 
de  su  voluntad  ,  quando  no 
pudiendo  tomar  á  Saguncia 
se  volvió  á  las  cercanias  del 
expresado  rio.  Véase  Liv. 
lib.  34.  cap.  20.  No  es  me- 
nos cierto  que  desde  el  año 
559.  de  Roma  hasta  el  de 
566.  no  se  dio  batalla  alguna 
en  esta  parte  de  Vasconia. 
Con  todo  eso  se  sabe  que  en 
este  ultirr.o  año  estaban  los 
Romanos  apoderados  de  las 
Ciudades  de  los  Vascones, 
situadas  á  este  lado  del 
Ebro ;  porque  consta  de  Li- 
vio,  que  en  el  mismo  año  sa- 
lieron los  Celtiberos  de  los 
fines  de  su  región  ,  y  fueron 
á  buscar  á  los  Romanos  en 
su 


Diñados  de 
su  proprio  territorio  ,  con  el 
íín  de  presentarles  una  bata- 
lla ,  como  lo  egecutaron  cer- 
ca de  Calahorra  ,  siendo  ésta 
la  primera  memoria  que  te- 
nemos de  esta  Ciudad.  Co- 
ligese  ,  pues,  que  Calahorra 
fue  tomada  en  el  año  de  559. 
entre   los  pueblos    que   con- 
quistó P.Cornelio'en  la  ribe- 
ra occidental  del  Ebro  :  en 
lo  qual    tenemos  una  razón 
mucho  mas  probable  que  las 
publicadas  por   otros  Auto- 
res   acerca    del   didado   de 
esta  Ciudad  ,  idéntico  con  el 
de  P.   Cornelio  Scipion  ,  y 
también  acerca  del    motivo 
por  qué  se  gravaron  en  ella 
algunas  monedas  con  la  efi- 
gie ,  y  sobrenombre  del  mis- 
mo Pretor. 

21  Además  de  no  poder  se- 
ñalarse con  alguna  verisimi- 
litud otro  año  distinto  del 
año  559.  en  que  fuese  con- 
quistada Calahorra  ,  la  ex- 
presión misma  de  Livio  ,  y 
los  efedos  que  resultaron  de 
las  conquistas  de  Cornelio 
Scipion  ,  indican  suficiente- 
mente la  verdad  de  mi  opi- 
nión. Porque  usando  el  cita- 
do Historiador  en  otros  lu- 
gares de  las  voces  Provincia 
ulterior  ,  ó  España  ulterior^ 
aqui  solo  puso  trans  Iberum^ 


lidia  Nassica.  1 9 

lo  que  junto  con  lo  que  dejo 
expuesto  ,  muestra  que   los 
sucesos  de  las  guerras  de  Sci- 
pion fueron  no  lejos  del  fio 
que    nombra.   Quanto  á  los 
efeélos  es  constante  ,  que  sin 
embargo  de  que   la  España 
citerior  salió  siempre  viélo- 
riosa    peleando  contra  Sex, 
Digicio  ,  cuyo    exercito  fue 
desbaratado  en  la  mayor  par- 
te ,  los  pueblos  de  la  dicha 
Provincia  se  pacificaron  ,  y 
volvieron  á   la   amistad  del 
pueblo  Romano.  Por   tanto, 
dice  Livio  ,  que  quandovin» 
C.  Flaininio  por  sucesor  de 
Digicio  ,  no  halló   aqui  tan 
encendida  guerra  ,  como  el 
mismo  Flaminio,  y  otros  cre- 
yeron en  Roma  ,  fundados  en 
la  noticia  de  la  rebelión  de  la 
Provincia  citerior,  y  del  es- 
trago del  exercito  de  suPre^ 
tor.  Y  no  pudiendo  atribuir- 
se la  pacificación  de  los  pue- 
blos de  la  misma  Provincia  á 
Sex.  Digicio  ,  que   fue  des- 
graciado en  quanto  hizo  ;  ni 
tampoco  á  sus  soldados  ,  que 
como   pondera  Livio  queda- 
ron tan  acobardados,  que  so- 
lo sabian  huir,  resta  que  el 
Autor  de  esta   obra  fue    el 
otro  Pretor  Cornelio  Scipion, 
que  peleando  junto  al  Ebro 
conquistó  algunas  Ciudades 
C2  á 


10  España  Sagrada. 
á  fuerza  de  armas ,  é  hizo  de 
su  partido  cincuenta  pueblos 
que  se  le  entregaron  volun- 
tariamente. De  aqui  pudo 
xesultar  la  confianza  que  la 
España  citerior  tenia  en  el 
patrocinio  del  mismo  Sci- 
pion  ,  como  lo  manifestó  el 
caso  que  refiere  Liv.  en  el 
lib.43.  ^'^P*  2'  donde  dice, 
que  habiendo  ido  á  Roma  al- 
gunos Embajadores  á  quere- 
llarse de  la  tiranía  ,  y  ava- 
ricia de  los  Pretores  que  acá 
gobernaban  ,  y  habiendo 
nombrado  por  sus  abogados 
á  M.  Catón  ,  Scipion  Nasi- 
ca  ,  Paulo  Emilio  ,  y  C.  Sul- 
picio  Galo  ,  los  de  la  España 
citerior  eligieron  los  prime' 
ros  á  M.  Catón  ,  y  á  Nasica, 
quedando  los  oíros  dos  para 


Trat.  69.  Cap.  2. 
la  España  ulterior.  Todo  lo 
qual  hace  muy  probable  el 
asunto  que  he  intentado  pro- 
bar ;  esto  es  ,  que  la  razón 
de  ser  uno  mismo  el  sobre- 
nombre de  Calahorra  ,  y  de 
P.  Cornelio  Scipion  ,  fue  el 
haberse  sujetado  esta  Ciudad 
al  Imperio  Romano  bajo  los 
auspicios  de  este  Pretor  ,  y 
que  por  esta  causa  se  gra- 
varon algunas  monedas  con 
los  nombres  del  mismo  pue- 
blo ,  y  de  Nasica.  Y  asi- 
mismo ,  que  la  Calahorra 
ilustrada  con  el  diclado  de 
Nassica  ,  no  es  la  de  Aragón, 
sino  la  de  los  Vascones  si- 
tuada á  esta  parte  del  Ebro, 
donde  Scipion  hizo  todas  sus 
conquistas. 


CAPITULO     IIL 

ANTIGÜEDAD  ,    T    NOMBRE 

de  Calahorra, 


I  T  OS  primeros  poblado- 
\^j  res  deEspaña  se  esta 
blecieron  ,  según  el  didamen 
de  muchos  Autores  ,  en  los 
montes  Pyrineos  ,  de  donde 
bajaron  luego  á  las  riberas  del 
Ebro  ,  cerca  de  las  quales 
fundaron    algunas  Ciudades 


insignes  ,  y  entre  ellas  á  Ca- 
lahorra. El  Arzobispo  D.  Ro- 
drigo parece  haber  seguido 
esta  opinión  en  el  lib.  i.  de 
P^ebus  Hisp.  cap.  3.  y  des- 
pués de  él  la  Chronica  ge- 
neral de  D.  Alonso  el  Sabio, 
publicada  por  Florian  de 
Ocaní- 


Antigüedad  ,  y  nombre  de  Calahorra,      2  i 


Gcampo.  Otros  Escritores 
mas  modernos  señalaron  por 
su  fundador  al  Patriarca  Tu- 
bal  ,  apoyados  en  que  éste 
fue  el  primer  poblador  de 
España ,  y  en  que  el  referido 
Arzobispo,  y  la  Chronica  la 
cuentan  entre  las  primeras 
poblaciones  que  se  erigieron 
en  estas  Provincias.  La  no- 
table antigüedad  ,  que  estos 
Autores  dan  á  Calahorra ,  no 
tiene  fundamento  en  Escrito- 
res menos  distantes  de  aquel 
remotisimo  tiempo  ,  á  que 
pertenece  la  población  de 
España.  Por  lo  qual ,  y  por- 
que no  se  halla  memoria  de 
su  fundación  ,  no  podemos 
afirmar  otra  cosa  mas  de  que 
Calahorra  es  una  de  las  Ciu- 
dades, cuyo  principio  se  des- 
conoce á  causa  de  su  mu- 
cha antigüedad  ,  lo  qual  es 
muy  suficiente  para  hacerla 
recomendable  entre  los  de- 
más pueblos  de  estas  Provin- 
cias. 

2  El  nombre  primitivo  de 
esta  Ciudad  es  el  mismo  que 
se  ha  conservado  hasta  nues- 
tros tiempos  ,  aunque  como 
diré  luego  ha  tenido  algu- 
nas leves  variaciones  en  su 
pronunciación.  En  Plinio, 
Strabon  ,  y  otros  Autores  se 
lee  con  unaR.  pero  ea  JU- 


vio  ,  Julio  Cesar  ,  y  otros  se 
duplica  la  misma  letra  ,  y 
de  aquí  se  origina  la  dificul- 
tad sobre  el  modo  con  que 
debe  pronunciarse.  Celario, 
lib.  2.  Geog.  antiq.  cap.  i. 
sed.  3.  juzga  que  debe  escri- 
birse ,  y  pronunciarse  con 
una  R.  pero  de  tal  manera, 
que  sea  larga  la  sílaba  que 
la  precede  ,  como  lo  enseñan 
los  Poetas  ,  de  los  quales  ci- 
ta á  Prudencio  ,  y  Ausonio. 
La  autoridad  que  alega  para 
esto  ,  es ,  además  del  uso  de 
los  Griegos  ,  una  Inscripción 
latiga  que  trae  Ambrosio  de 
Morales ,  y  dice  :  Alun.  Ca- 
la^urís  lid.  Nassica,  Pero 
este  diélamen  se  desvanece 
fácilmente  con  el  apoyo  de 
la  medalla  que  el  Rmo.  Flo- 
rez  estampó  en  su  tom.  i. 
tab.  II.  num.  9.  y  es  la  «ni- 
ca que  pone  entero  el  nom- 
bre de  Cahigurrts  duplicada 
la  R.  Léese  también  con  dos 
RR.  la  voz  Caíagurritanus 
en  otra  Inscripción  que  pon- 
dremos luego  ,  y  es  de  Be- 
bricio  ,  que  se  ofreció  á  la 
muerte  por  Q.  Sertorio.  Asi 
que  en  comprobación  de  la 
R.  duplicada  en  el  nombre 
de  Calagurris  hay  ciertos ,  y 
constantes  m.onumentos;'  pe- 
ro ftlíiguno  se  halla  que  prue- 
be 


Q,  2  España  Sagrada. 
be  la  opinión  de  Celario. 
Porque  la  Inscripción  que 
trae  Morales  solo  dice:  Mun, 
Cah  que  él  mismo  lee  Mu- 
nicipi'^ff*  Calagurris  ,  como 
se  puede  ver  en  sus  Antigüe- 
dades fol.  g6.  por  lo  que  sos- 
pecho que  Celario  se  engañó 
leyendo  la  misma  Inscrip- 
ción del  modo  que  la  pone, 
en  algún  Autor  moderno  que 
la  copió  sin  legalidad:. 

3  En  la  medalla  referida 
acaba  el  nombre  de  Cala- 
gurris  no  en  S.  sino  en  I.  sig-, 
niñeando  ,  según  el  Rmo. 
Florez  ,  que  la  moneda  se 
batió  en  la  misma  Ciudad. 
Sin  embargo,  tengo  por  muy 
probable, que,  la  terminación 
en  S.  no  es  propria  de  este 
nombre  en  su  origen,  sino 
acomodada  al  uso  ,  y  lengua, 
de  los  Romanos.  En  el  idio- 
ma Vasconico  es  muy  fre- 
cuente la  terminación  en  I.' 
como  en  Eriberri ,  llumberri, 
Ologiti ;  por  lo  que  es  creí- 
ble,que  en  esta  medalla  que 
reputo  por  la  mas  antigua  , se 
puso  el  nombre  de  la  Ciudad 
en  su  ser  puro  ,  y  nativo  ,  y 
sin  la  variación  que  en  su  fi- 
nal nicieron  los  Romanos, 
asi  como  en  los  nombres  de 
otros  muchos  pueblos.  A  este 
modo  la  anticua  Ciudad,  á 


.  Trat.óg.  Cap,  3. 
quien  los  Romanos  llamaron 
llliberis,  se  nombraba  en  el 
idioma  proprio  del  país  Eli- 
berri ,  y  asi  lo  escribió  Me- 
la  :  l^icus  Eliberri  ^magnce 
quondam  urhis. ,  S  ma^na^ 
rum  opum  tenue  vestigium, 

4  Las  monedas  de  Cala- 
horra ,  y  la  memoria  que  de 
esta  Ciudad  hicieron  Livio, 
y  Strabon,nos  dan  una  prue-. 
ba  evidente,  para  convencer 
la  insubsistencia  y  volunta-- 
riedad  de  dos  invenciones 
que  se  introdujeron  acerca: 
de  SU;  nombre.  La  primera 
del>  que  afirmó  ,  que  primi- 
tivamente se  dijo  Calct  ,  y 
que  pasado  algún  tiempo  se 
la  añadió  la  voz  forra  ,  lla- 
mándola Calaforra.  La  se- 
gunda es  del  Canónigo  de 
Barcelona  Francisco  Tara- 
pha  ,  que- tratando  de  Cayo 
Caligula  escribió  ,  que  del 
sobretiombre  de  este  Empe- 
rador se  llamaron  los  Cali^ 
guritanos,  que  antiguamen- 
te se  dijeron  Nassicos.  Con- 
véncese ,  pues  ,  la  falsedad 
de  estas  imaginaciones  don 
las  monedas ,  y  los  testimo- 
nios de  los  Autores  citados; 
porque  siendo  éstas  las  pri- 
meras memorias  de  esta  Ciu- 
dad ,  y  muy  anteriores  al 
Lúperií)  de,  Caligula  ,  se  sa- 
be 


Antigüedad ^  y  nom 
Jbe   con  evidencia  ,  que    el 
nombre  primitivo  que  ha  lle- 
gado á  nuestra  noticia  ,   es 
el   de  Cala^urris  ,  no  el  de 
Caía  ;  y  asimismo  es  paten- 
te ,  que  su  origen  no   puede 
referirse  á  Caligula  ,  pues  lo 
tenia   Calahorra  mucho   an- 
tes de   la  edad  de  este  Em- 
perador.   Coligese   también, 
que  aunque  los  Calagurrita- 
nos  se  llamaron  antiguamen- 
te Nassicos  ,  no  por  eso  se 
ha  de  creer  que  se  hizo  al- 
guna mutación  en  su  nombre 
bajo  el  Imperio  de  Caligula, 
porque   siempre   se    dijeron 
Calagurritanos  Nassicos , dis- 
tinguiéndose con  este  sobre- 
nombre de  los  Fibularenses 
que  vivían  en  la  Calagurris 
de  los  Ilcrgetes. 

5  ■  Yerran  también  los  cue 
deducen  este  ncmbre  de  la 
lengua  Ar¿:be.  En  ésta  es 
t\  \QQ^h\GCnJ ahorra  común 
á  teda  fortaleza  ó  torre  ,  se- 
gún el  Vocabularista  Arábi- 
go de  Alcalá  ;  aunque  consta 
de  varios  testim.onios  ,  que 
trae  D.  Juan  Antonio  Ma- 
ya ns  en  su  llUci'  ilustrada^ 
haberse  atribuido  con  cierta 
propriedad  á  la  que  los  Mo- 
ros hicieron  en  Elche.  Lla- 
mase también  asi  en  algunas 
partes  de  España  ,  seg-ua  el 


hre  de  Calahorra.  23 
Diccionario  de  nuestra  len- 
gua ,  la  Casa  pública  con  re- 
jas ,  por  donde  se  dá  el  pan 
en  tiempo  de  carestía.  Pero 
siendo  la  Ciudad  ,  y  el  nom- 
bre de  Calagurris  tantos  si- 
glos anterior  al  uso  de  esta 
lengua  en  España  ,  es  muy 
absurdo  el  pretender  que 
trae  de  ella  su  origen. 

6  Algunos  Autores  sostie- 
nen ,  que  Calagurris  es  nom- 
bre Céltico  ,  aunque  le  dáa 
diverso  significado  ,  confor- 
me á  la  diversa  resolución 
que  hacen  de  él  en  las  vo- 
ces de  que  se  compone. 
Mons.  Bullet  en  sus  Memo- 
rias sobre  la  lengua  Céltica 
dloe  ,  que.  se  deriva  de  C¿z//, 
elevación  ,  Cwr^  y  en  com- 
posición Gwr  ,  ribera  ,  y  de 
Js  ,  rio  ,  lo  que  conviene  sin 
duda  á  Calahorra  situada  en 
la  punta  de  una  colina  ,  cu- 
ya planicie  toca  por  la  pane 
oriental  al  rio  Ebro.  D.Gre- 
gorio Mayans  juzga  que  se 
compone  de  Cala  ,  voz  Cél- 
tica ,  y  de  urj ,  ó  uria  ,  que 
hasta  hoy  se  usa  en  el  Vas- 
cuence ,  y  significa  pueblo. 
No  es  inverisimjil  este  dic- 
tamen en  vista  de  que  los 
Celtas  estubieron  apodera- 
dos largo  tiempo  de  estas 
regiones  de  la  parte  septen- 
trio- 


1 4         Esparta  Sagrad, 
trional  de  España ;  por  don- 
de se  hace  creíble  ,  que  mu- 
chas poblaciones  recibieron 
de  ellos   sus   nombres.  Pero 
no  puede  afirmarse  cosa  cier- 
ta en  este  punto ,  ni  en   or- 
den á  la  ethiraología  ,   por 
hallarse    en   muchas  de  las 
lenguas  primitivas  las  voces 
de  que  se  compone  el  nom- 
bre de  que  tratamos.  La  pri- 
mera   parte  ,   que  es  Cala^ 
pertenece  también  á  las  len- 
guas Hebrea  ,  y  Caldea  ,  y  se 
dice  de  todo  lugar  fortifica- 
do y    ceñido     de    murallas 
para  su  defensa,  A  las  mis- 
mas   puede   referirse  la  se- 
gunda parte  ,  que  se  deriva 
de  ur  ^   y   significa    pueblo, 
en  cuya  significación  se  ha- 
lla esta  voz  en  los  nombres 
de  muchas  Ciudades  de  Es- 
pana,  Por  tanto  ,  los  que  afir- 
man   que   los   descendientes 
de  Tubal  poblaron  la  Espa- 
ña ,  y  que  comenzando  por 
losPyrineos,  y  cercanías  del 
Ebro  fundaron  la  Ciudad  de 
Calahorra  ,  pueden  atribuir- 
les e^te   nombre  con    igual 
probabilidad  que  á  los  Cel- 
tas. Coligese  ,  pues ,  que  ig- 
noramos el  primer  origen  de 
la  voz  Calagurris  ;  y  solo  po- 
demos decir  con  gran   pro- 
babilidad ,  que  siendo  Cala- 


Trat,6g,  Cap,  3. 
horra  de  una  antigüedad  re- 
motísima ,  su  nombre  viene 
de  uno  de   los   idiomas  pri^ 
mitivos  de  E;paña ;  y   que 
significando  en   estos  la  voz 
uri  6  urri  pueblo ,  y  aplicán- 
dose la  voz  Cala  ,  que  es  co- 
mún en   las  lenguas   princi- 
pales á  las  poblaciones  forti- 
cadas  y  muradas  ^Cíi¿  a  furris 
es  lo  mismo  que  Ciudad   6 
pueblo  ceñido  con   muralla. 
7  Entre  las  variaciones  que 
ha  tenido  este  nombre  ,  la 
mas  notable  es  la  que  se  ha- 
lla  en  las  Tablas   de  Prolo- 
meo  ,  donde  se  lee  Cala^ori- 
na.  Ni  hay  duda  en  que  debe 
entendersede  esta  Ciudad, asi 
por  la  alusión   de  esta  voz, 
como    porque   siendo  Cala- 
horra la  población  mas  fa- 
mosa ,    y    conocida    de  los 
Vascones  ,    no    debia  aquel 
Geógrafo  omitirla  expresan- 
do los  pueblos  de  la  Vasco» 
nia. 

8  El  Itinerario  deAntonino 
puso  el  mismo  nombre  en  la 
primera  declinación  ,  escri- 
biendo en  el  viage  desde 
Italia  á  España  :  Cascan^ 
to  M.  l\L,  Culaffurra,  M.  P. 
XXIX,  Del  mismo  modo  es- 
cribieron Ascanio,  y  los  Obis- 
pas de  la  Provincia  Tarraco- 
nense en  su  Epístola  á  Hua- 
ro, 


Antigüedad  ,  y  nombre  de  Calahorra,      i 


ro  Pontífice  Romano.  Silva- 
tws  Episcopus  CrJagurrce 
in  ultima  parte  nostr¿e  Pro' 
vincice  constitutus.  No  fue 
singular  en  esto  ,  pues  lo 
mismo  acaeció  con  otras 
Ciudades  de  España  ,  como 
Barcelona  ,  Tarragona  ,  ¿kc. 
cuyos  nombres  se  mudaron 
de  la  tercera  declinación  á  la 
primera  ,  lo  que  debe  atri- 
buirse  á   que  en   esta  edad 


5 

comenzó  á   corromperse    ia 
lengua   Latina. 

9  En  tiempo  de  los  Árabes 
se  substituyó  la  letra  F.  ó  H. 
en  lugar  de  la  G.  pronuncián- 
dose Calaforra  ,  Calahorra. 
De  este  segundo  modo,  que 
hoy  está  en  uso  ,  se  halla  ya 
en  el  Núblense  en  la  part.  i. 
del  Clima  5.  aunque  con 
una  R. 


CAPITULO     IV. 


PRIVILEGIOS  ,     T    DICTADOS 

/   con  que  los  Romanos  condecoraron  la  Ciudad 
de  Calahorra. 


I  \  Unque    los    Vascones 
ü  tul 


ibieron  la  desgracia 
de  seguir  con  el  mayor  tesón 
algunas  Cabezas  de  partido 
que  no  llegaron  á  prevale- 
cer ,  como  se  verificó  en  Ser- 
torio  ,  y  Pompeyo ,  con  todo 
consiguieron  después  con  su 
valor  ,  y  fidelidad  ,  que  los 
Emperadores  Romanos  los 
estimasen  y  honrasen  no 
menos  que  á  los  otros  de 
otras  regiones  muy  adheri- 
das al.  Imperio.  Plinio,  con- 
tando los  pueblos  que  con- 
currían al  Convento  Cesar- 
^ugustano ,  se  esmeró  en  po- 
Tom,  XXXllL 


ner  mayor  número  de  los  de 
la  Vasconia ,  por  hallarse  si- 
tuados en  esta  región  mu^ 
chos  que  se  distinguían  no 
solo  por  su  propria  grande- 
za ,  sino  también  por  los  pri- 
vilegios y  títulos  con  que 
fueron  ilustrados  por  el  Sena- 
do de  Roma.  Expresa  entre 
los  que  gozaban  el  derecho 
de  Ciudadanos  Romanos  á  los 
CalagurritaiosNassicos:entre 
los  del  Lacio  antiguo,  á  Cas- 
cante ,  y  Graccurris:  entre  los 
Estipendiarios ,  á  los  Andolo- 
genses,  Arocelitanos,Caren- 
ses,Lumberitanos,  Pómpelo- 
D  nen- 


c6  España  Sagrada* 
nensesty  por  único  pueblo,no 
solo  del  Convento  de  Zarago- 
za ,sino  de  toda  la  España  Ci- 
terior ,  señala  á  los  Tarragen- 
ses ,  conio  confederados  con 
la  Ciudad  de  Roma.  Final- 
mente,  entre  los  Pueblos  que 
he  nombrado ,  tres  á  lo  menos 
tubieron  los  honores  Muni- 
cipales ,  y  son  Calagürris, 
Cascante  ,  y  Graccurris ,  co- 
mo consta  de  las  medallas 
que  se  batieron  en  ellos. 

2  De  estas  Ciudades  de 
la  Vasconia  fue  la  mas  no- 
ble y  esclarecida,  durante  el 
Imperio  de  los  Romanos  ,  la 
de  Calahorra  ,  como  se  co- 
nocerá por  sus  didados  ,  so- 
bre los  quales  se  controvier- 
ten algunas  dificultades ,  que 
ilustraré  con  la  exactitud  po- 
sible. 

.Municipio, 

3  Las  mas  de  las  me- 
dallas que  se  gravaron  en  es- 
ta Ciudad  la  representan  con 
el  iioaor.de. Manicipio  ;  en  el 
que- íe  aventajaba  á  Cascan- 
te, ;y=GraccurrÍ5  ,  situadas  en 
Ja  misma  región  ^  porque  es- 
tos pueblos  eran  Municipios 
con  solo  el  derecho  de  Lati- 
nos viejos;  pero  Calahorra 
tenia'  ei-  de  Ciudadanos  Ro- 
manos ,  qu€  era  íuas  aoble, 


Trat.  69.  Cap.^. 

y  honroso.  Por  esta  digni- 
dad los  Calagurritanos  po- 
dían sin  otra  razón  militar 
en  las  Legiones  ,  dar  su  vo- 
to en  las  elecciones  que  se 
hacian  en  Roma  ,  y  obtener 
los  Pi'lagistrados  no  menos 
que  los  vecinos  de  la  misma 
Ciudad  de  Roma,  y  esto  vi- 
viendo ellos  según  sus  pro- 
prias  leyes  y  fueros  ,  como 
consta  de  todos  los  Antiqua- 
riüs. 

4  El  limo.  Pedro  de 
Marca  es  de  parecer ,  que 
Calahorra  fue  no  solo  Mu- 
nicipio ,  sino  también  Colo- 
nia ,  de  cuya  dij^tiidad  cree 
la  despojan  envidiosamente 
algunos  contra  el  testimonio 
expreso  de  Plinio  ,  que  la 
cuenta  entre  las  Colonias  con 
Lérida  ,  y  Huesca.  Propone- 
se  contra  esto  las  monedas 
en  que  se  lee  Municipium 
Calagürris  Julia  ;  y  respon- 
de, que  éstas  son  anteriores 
á  la  dignidad  de  Colonia, 
que  la  concedió  Augusto, 
quando  envió  á  ella  los  sol- 
dador de  la  Cohorte  Cala- 
gurritana  ,  que  habia  esco- 
gido para  su  custodia.  D¡ó 
motivo  á  la  equivocación  de 
este  erudito  el  texto  de  Pu- 
nió ,  según  la  lección  que  se 
halla  en  las  ediciones  anti- 
guas 


Privilegios  de  ¡a  Ci 
guas  con  esta  puntuación: 
Celsenses  ,  ex  Colonia  Cala- 
gurritanos  ,  qui  Nassici  cog- 
nominantur  ;  donde  mencio- 
nándose los  pueblos  que  con- 
currían al  Convento  Cesa- 
raugustano  ,  se  ponen  los  Ca- 
lagurritanos  con  la  expresión 
de  que  iban  á  Zaragoza  de 
su  Colonia  Calagurrts.  Har- 
duino  fue  el  primero  que  no- 
tó el  vicio  de  este  lugar  ,  y 
lo  corrigió  de  este  modo: 
Celsenses  ex  Colonia  :.  Cala- 
gurritanos  ,  qui  Nassici  cog- 
nominantur  ,  adjudicando  la 
dignidad  de  Colonia  á  Celsa, 
que  estaba  despojada  injus- 
tamente de  ella.  La  razón  que 
tubo  para  esta  corrección  es,, 
que  ningún  Escritor  antiguo, 
ni  medalla  ,  ni  lápida  puso 
á  Calahorra  en  el  número  de 
Lis  Colonias  ;  pero  Celsa  tu- 
bo este  honor  ,  como  consta 
de  las  monedas  que  se  ba- 
tieron en  estaCiudad. 

5  Manifiéstase  el  error 
del  limo.  Marca  en  afirmar, 
que  Augusto  premió  á  Cala- 
horra con  la  dignidad  de  Co- 
lonia ,  quando  relevó  de  su 
custodia  la  Cohorte  Calagur- 
ritana  ,  con  el  excelente  tes- 
timonio de  las  medallas  que 
gravo  esta  Ciudad  para  me- 
moria del  mismo  Emperador 


udad  de  Calahorra,  ij 
en  el  tiempo  posterior  á  este 
suceso.  Suetonio  escribe,  que 
Augusto  removió  á  los  sol- 
dados de  Calahorra  de  aquel 
honorífico  empleo  después  de 
la  viéloria  que  alcanzó  de 
Antonio  :  Certum  numerum 
partim  in  urbis  ,  partim  in 
sui  custodiam  udkgit ,  dimi- 
ssa  Calagurritanorum  ttianu^ 
quam  US  que  ad  devidium  Ai- 
tanium  : :  inter  armígero  ?  cir- 
ca  se  habuerat.  Antonio  fue 
vencido  en  el  año  724.  de 
la  fundación  de  Roma  ;  y 
de  los  años  siguientes  tene- 
mos varias  medallas  que  re- 
presentan á  Calahorra  con 
solo  el  titulo  de  Municipio. 
Tales  son  las  que  traen  et 
rostro  de  Augusto  con  el  elo- 
gio de  Padre  de  la  Patria, 
que  comenzó  á  tributárse- 
le en  la  sentencia  que  mis 
lo  anticipa  en  el  año  752. 
como  dije  en  mí  tom.  30. 
pag.  19.  Con  el  mismo  ho- 
nor de  Municipio  se  engran- 
dece aun  en  el  Imperio  de 
Tiberio  ,  sucesor  de  Augusto, 
como  se  vé  en  las  que  con- 
sagró á  la  memoria  de  aquel 
Emperador.  Por  lo  qual  de- 
be tenerse  por  constante, 
que  Calahorra  no  mudó  de 
fortuna  con  la  dimisión  que 
Augusto  hizo  de  la  Cohorte 
D  2  que 


i8  España  Sagrada, 
que  le  custodiaba.  Igualmen- 
te se  ha  de  confesar,  que  es 
muy  fundada  la  corrección 
del  texto  de  Plinio  hecha 
por  Harduino;porque  no  hay- 
documento  ni  testimonio, con 
que  se  pueda  probar  que  es- 
ta Ciudad  fue  erigida  en  co« 
lonia  antes  que  Plinio  escri- 
biese su  Obra  ;  y  por  el  con- 
trario se  sabe  que  Celsa  go- 
zaba esta  dignidad  en  los 
Impjerios  de  Augusto  y  Ti- 
berio ,  como  probé  contra  el 
mismo  Marca  en  el  tom.cit. 
pag.  41.  Asi  que  el  titulo  de 
colonia  se  hallaba  en  las  an- 
tiguas ediciones  usurpado  á 
Celsa  ,  y  atribuido  falsa- 
mente á  Calahorra. 

Ni  es  muy  aproposito  la 
expresión  de  que  usa  el  ci- 
tado Marca  diciendo  ,  que 
algunos  Autores  negaron  con 
envidia  ,  y  contra  toda  equi  - 
dad  á  Calahorra  el  honor  de 
colonia.  Porque  sin  embar- 
go de  que  muchas  Ciuda- 
des pretendían  este  diélado 
por  parecerse  mas  á  la  Cor- 
te Romana  ,  no  gozaban  la 
dignidad  de  Colonia  sin  mu- 
chos gravámenes  ,  pues  se 
privaban  de  vivir  según  sus 
proprias  leyes  y  costum- 
bres ;  por  lo  que  estrañó  el 
Emperador  Hadriano  ,  que 


Trat.  69.  Cap.  4. 
Itálica  su  patria  se  arrojase 
á  trocar  el  derecho  munici- 
pal por  el  de  Colonia  ,  co- 
mo escribe  Aulo  Gell.  Nodf* 
Att,  ¡ib.  16.  cap.  13.  Por 
tanto  fuera  de  que  se  sigue 
la  verdad  dando  á  Calahor- 
ra la  dignidad  sola  de  mu- 
nicipio ,  se  la  restituye  su 
libertad  ,  y  la  mejor  y  mas 
estimable  condición  ,  de  que 
la  despoja  Marca  haciendo- 
la  graciosamente  colonia  y 
efigie  del    pueblo  Romano. 

Iiilia, 

Esta  Ciudad  es  una  de 
las  que  gozaron  el  hooori- 
fico  didado  de  Tulia  ,  como 
lo  testifican  las  mas  de  sus 
medallas  ,  de  las  quales  unas 
lo  traen  con  todas  las  letras, 
otras  con  las  tres  primeras, 
y  otras  con  la  inicial  sola. 
Pero  al  paso  que  es  cierto 
y  constante  que  fue  ilustra- 
da con  este  titulo,  es  difícil 
y  obscuro  el  conocimiento 
de  la  causa  que  tubieron  ios 
Romanos  para  engrandecer- 
la de  este  modo.  Vaillant 
dando  una  razón  general  á 
todas  las.  Ciudades  que  se 
denominaron  lulias  ó  Au- 
gustas ,  ó  con  ambos  sobre- 
nombres juntamente  ,  dice, 
que 


Privilegios  de  la  Ciudad  de  Calahorra,   29 


que  las  erigidas  en  colonias 
ó  municipios,ó  premiadas  con 
algún  derecho  de  inmuni- 
dad por  Julio  Cesar  se  ape- 
llidaron Iulias,y  las  que  reci- 
bieron  alguno  de  los  hono- 
res dichos  por  beneficio  de 
Augusto  ,  se  denominaron 
Augustas  ,  y  finalmente  las 
que  fueron  establecidas  por 
Julio  ,  y  pobladas  después 
por  Augusto  con  veteranos 
ó  nuevos  ciudadanos  ,  se  lla- 
maron en  memoria  de  am- 
bos Emperadores  lulias  Au- 
gustas. Conforme  á  esta  doc- 
trina dice  de  Calahorra,  que 
habiéndose  fundado  con  el 
derecho  del  antiguo  Lacio 
en  tiempo  de  la  república 
de  Roma ,  fue  premiada  ba- 
jo el  imperio  del  Cesar  con 
el  privilegio  del  sufragio. 
El  Rmo.  Florez  en  las  meda- 
llas de  esta  Ciudad  dice  ,  que 
estas  añaden  á  su  nombre  el 
didado  de  lulia  ,  ó  bien  por- 
que habiendo  servido  á  Ju- 
lio Cesar  en  las  guerras  civi- 
les la  poblarla  con  veteranos, 
ó  bien  porque  en  premio  de 
su  fidelidad  la  concedió  es- 
te Emperador  el  honor  de 
municipio.  Por  alguno  de 
estos  titules  ,  dice  ,  ó  por 
ambos  se  ilustró  la  Ciudad 
con  el  didado  de  lulia ,  pues 


viéndole  ostentado  con  fir- 
meza en  las  medallas,  no  po- 
demos dudar  que  el  Senado 
aprobó  aquel  didado  ,  ni 
descubrir  otro  motivo  para 
que  Calahorra  le  gozase. 

8  Aunque  el  didado  de 
Julia  parece  nos  obliga  á  no 
dudar  de  esta  dodrina  ,  con 
todo  eso  no  puedo  menos  de 
advertir  ,  que  no  todas  las 
Ciudades  que  le  gozaron  fue  - 
ron  erigidas  en  colonias  ó 
municipios  por  Julio  Cesar, 
ni  recibieron  de  este  Em- 
perador algún  beneficio  ,  que 
quisiesen  eternizar  tomando 
este  sobrenombre.  Son  mu- 
chos  los  egemplares  que  te- 
nemos de  poblaciones  con- 
decoradas por  Augusto  ,  y 
en  medio  de  esto  denomi- 
nadas lulia?.  Plinio  en  el  lib. 
5.  cap.  T.  menciona  algunas 
Ciudades  engrandecidas  por 
otros  Emperadores  con  el 
honor  de  colonias  ,  y  al  mis- 
mo tiempo  con  el  referido 
didado.  De  Tánger  dice: 
Nunc  est  Tingi  ,  quondam 
ab  Antceo  conditum\  postea 
á  Claudio  Casare  ,  cum  co' 
loniam-  faceret ,  appellatum 
Traducá  Julia  Se,  De  lulia 
ConstanciaZilis.  Ab  eoXXV, 
M,  P,  in  ora  oceani  colonia 
Au^ustijulia  Con st amia  Zi- 
lis 


JO  España  Sagrada, 
lis  regum  ditioni  exempta, 
(^  jura  Bvticam  peterejus- 
Sil!  De  Babba  :  Ah  Lixo 
XL,  M.  P,  in  mediterráneo 
altera  u^ugusti  colonia  est 
Babba^Julia  Campestrisap- 
pellata.  Llegó  á  conocer  es  • 
ta  verdad  el  Rmo.  Florez, 
pues  habiendo  escrito  en  las 
medallas  de  Acci  Tab.  2.  n. 
2.  que  las  monedas  ofrecen 
en  algunas  Ciudades  el  titulo 
de  lulias  como  perpetuo  tes- 
timonio del  beneficio  que  las 
hizo  el  Cesar  ,  6  bien  ha- 
ciéndolas colonias  ó  dando 
el  fuero  de  Ciudadanos  Ro- 
manos,  ó  libertad  de  tribu- 
tos ,  ó  veteranos  que  las  po- 
blasen ,  puso  de  su  propria 
letra  esta  adición  en  el  egem- 
piar  que  tengo  en  mi  poder. 
Pera  .aunque  el  dictado  de 
I  alia  suena  como  proprio  de 
Julio  Cesar  puede  aplicarse 
al  heredero  Augusto  ,  que 
se  intituló  Cayo  Julio  Oda- 
viano  ,  y  hay  el  egemplar 
referido  por  Dion  Casio  lib. 
53.  pag.512.de  que  Agripa 
intituló  lulia  por  Augusto  la 
Septa  del  campo  Marcio:y«- 
lia  ea  ab  Augusto  cognomi- 
navit.  Consta  pues ,  que  el 
diélido  de  lulias  no  s'ignifi- 
ca  precisamente  que  las  Ciu- 
dades asi  nombradas  recibie- 


Trat,  95.  Cap,  4. 
ron  de  Julio  Cesar  alguna 
gracia  particular;  pues  mu- 
chas veces  no  dice  aquel  ti- 
tulo relación  á  la  persona 
de  este  Emperador  ,  sino  ó  á 
la  familia  íulia  ,  ó  á  Cesar 
Augusto  ,  que  tubo  el  sobre- 
nombre de  Julio.  Por  esta  ra- 
zón algunas  colonias  erigi- 
das por  el  Cesar,  viendo  que 
no  se  distinguían  de  las  de 
Augusto  por  el  didado  solo 
de  lulias,  añadieron  á  este  el 
de  Paternas  como  enseña  el 
eruditísimo  Cardenal  de  No- 
ris  Cenotaph.  Pisan,  disert.i. 
cap.  2. 

9  En  vista  de  que  el  ti- 
tulo de  lulias  es  común  á  las 
Ciudades  honradas  por  Ju- 
lio Cesar  ,  y  otros  sucesores 
suyos ,  no  podemos  colegir 
por  solo  este  medio  que  cons- 
ta de  las  monedas,  que  Ca- 
lahorra fne  llamada  íulia  en 
obsequio  del  expresado  Em- 
perador. Los  Escritores  an- 
tiguos tampoco  traen  noti- 
cia alguna  perteneciente  á 
esta  Ciudad  ,  por  donde  po- 
damos averiguar  si  se  dijo 
lulia  por  respeto  del  Cesar, 
ó  de  otro  de  los  que  le  si- 
guieron en  el  Imperio.  Y 
aunque  el  Rmo.  Florez  supo- 
ne que  Calahorra  sirvió  á. 
Julio  Cesar  en  las  guerras 
ci- 


Privilegios  de  Ja  Ciudad  de  Calahorra.     3  i 


civiles  ,  y  que  por  esto  qui- 
so este  Emperador  remune- 
rar su  fidelidad  ,  se  debe 
confesar,  que  no  hay  Histo- 
riador ,  que  insinué  haberle 
hecho  esta  Ciudad  algún 
particular  servicio  en  aque- 
llas guerras  ,  ni  aun  haber 
seguido  su  partido.  D.  Gre- 
gorio Mayans  en  el  cap. 
S-  de  Hisp.  prog.voeisUr, 
num.  10.  cita  el  lib.  i.  de 
Bello  Civili  en  prueba  de 
que  Calahorra  tomó  el  so- 
brenombre de  Julia  por  ha- 
berse agregado  al  Cesar. 
Didla  vero  Calagurris  Julia 
á  C  Cesare ,  propterea  quod 
ad  suas  partes  transmigra- 
runt ,  ut  legimus  in  i.  de 
Bello  Civili.  Pero  teniendo 
este  Autor  ,  que  esta  Cala 
horra  de  los  Vascones  fue 
la  que  batió  monedas  ,  y  la 
que  tubo  los  didados  de 
lulia  Nassica  ,  y  que  era  dis- 
tinta de  la  Fibularense  ,  y 
aun  lo  que  es  mas  ,  enten^ 
diendo  él  mismo  como  de- 
bía el  testimonio  del  Cesar 
de  esta  segunda  Calahorra, 
como  se  puede  ver  en  el  n. 
8.  cayó  sin  advertencia  en 
una  inconexión  t^n  patente, 
qual  es  la  de  aplicar  un  mis 
mo  lugar  á  dos  Ciudades 
distintai.  El  texto  pues  del 


libro  I.  de  Bello  Ciz\  habla 
expresamente  de  los  Cala- 
gurritanos  encabezados  con 
Huesca  ,  y  de  la  región  de 
los  Ilergetes,  no  delosCa- 
lagurritanos  Vascones  ó  Nas- 
sicos ,  los  quales  de  «ingun 
modo  siguieron  en  las  guer- 
ras civiles  el  partido  del 
Cesar  sino  el  de  Pompeyo, 
como  todos  los  demás  pue- 
blos de  la  Vasconia  ,  scgua 
dige  en  el  tom.  32.  pag.  306. 
y  se  infiere  del  mismo  Ju- 
lio lib.  I.  de  Bello  Civ.cap. 
60.  donde  nombra  los  pue- 
blos que  se  le  agregaron  en 
esta  ocasión  ,  y  son  los  Os* 
censes  y  los  Calagurritanos 
Fibularenses  ,  y  después  de 
estos  los  Tarraconer>ses  ,  Ja- 
cetanos ,  ó  según  otros  La  - 
cetanos  ,  Ausetanos  y  lo$ 
Ilergavonenses.  Consta  asi- 
mismo de  Dion  ,  que  Afra- 
nio  legado  de  Pompeyo  re- 
conocíendo,que  no  podia  de- 
tenerse largo  tiempo  en  Lé- 
rida á  causa  de  que  varios 
pueblos  cercanos  se  habian 
entregado  al  Cesar  ,  deter- 
minó retirarse  para  su  ma- 
yor seguridad  á  las  Ciuda- 
des situadas  á  las  riberas  del 
Ebro  :  de  donde  se  infiere 
que  estas  favorecían  en  las 
guerras  civiles  las  partes  de 
Pom 


32  España  Sagrada. 
Poinpeyo.  Asi  que  no  hay, 
como  decía  ,  testiinonio  por 
donde  se  paeda  probar  que 
los  Calagurritanos  Nassicos 
se  pasaroa  á  Julio  Cesar, 
tomando  las  armas  contra 
]os  legados  Afranio  y  Petre- 
yo  ;  antes  debemos  creer, 
que  estos  fueron  de  los  pue  - 
blos,que  en  esta  misma  guer- 
ra se  rindieron  al  Cesar  con 
la  condición  da  no  ser  for- 
zados á  militar  contra  Pom- 
peyo  ,  á  quien  debian  singu- 
lares beneñcios. 

10  No  obstante  lo  dicho, 
soy  de  sentir  que  el  titulo 
de  lulia  ,  que  gozó  Calahor- 
ra ,  debe  referirse  á  Julio 
Cesar.  Los  Vascones  desde 
que  se  sujetaron  á  este  Em- 
perador se  mintubieron  cons- 
tantemente en  su  amistad 
como  dige  eu  el  tomo  pre  • 
c:dente.  Por  tanto  no  es  de 
e^tranar  ,  que  atendida  Li  fi- 
delidad de  estos,  y  la  libera- 
lidad del  Cesar,  les  tocase  al- 
guna parte  de  la  bizarría  con 
que  se  portó  para  con  aque- 
llos que  se  le  mostraron  afec- 
tos :  Q':orum  vero  benevolen^ 
?/¿i,dice  Díonlib.43.  p.233. 
usus  erat  ,  eos  agris  alios^ 
aliosimmunitate^Civitatenon- 
nuil  os  ,  aut  jure  coloniarum 
li'jrr.anaruip  donavit*  Y  pa- 


Trat,  6^.  Cap.  4. 
rece  que  Calahorra  logró  en 
el  Imperio  de  Julio  el  bene- 
ficio de  su  reedificación;  por- 
que habiendo  sido  destruida 
por  Afranio  poco  antes  ,  era 
ya  en  ei  tiempo  de  Augus- 
to Ciudad  muy  floreciente 
como  veremos  después.  Por 
lo  qual  me  inclino  á  que  es 
verdadera  la  sentencia  co- 
mún de  los  Autores  citados 
y  otros  ,  quanto  a  señalar 
el  Emperador  que  la  dio  el 
sobrenombre  ;  aunque  no 
puedo  admitir  la  causa  que 
ellos  dan  ,  para  que  el  mis- 
mo Emperador  la  ennoble- 
ciese con  aquel  didado  ho- 
noriñco. 

I  £     D.  Antonio   Agustín 
en  su  Dial.  Vlí.de  las  meda- 
llas de  España  ,  dice  que  en- 
tre las  que  hay  con  el  nom  ■ 
bre  de  Calahorra  ,  unas  ex- 
presan un  municipio  con  el 
titulo  de  lulia  ,  otras  una  co- 
lonia con  el  nombre  de  Au- 
gusta. De  aqui  se  podría  de  - 
ducir  ,  como  parece  preten- 
der   este    doáisimo    varón, 
que  ambas   Calahorras  es- 
to  es    la   de   los  Vascones, 
y  la  de  los  Ilergetes  tubie- 
ron    el    privilegio    de   batir 
moneda  ;  ó  si  no  que   co- 
mo quieren  otros ,  Calahor- 
ra   tubo  primero  el-  dictado 
de 


Privilegios  de  la  Ciudad  de  Calahorra,   3  3 
de  lulia  ,   y  después  se  di-     ris  Augusta  ,  siendo  asi  que 


jo  Augusta  por  algún  bene- 
ficio que  recibió  de  Cesar 
Augusto.  Estas  equivocacio- 
nes se  han  originado  de  las 
cifras  C.  CA.  y  C.  C.  A.  que 
estos  Autores  interpretaron 
falsamente  Colonia  Calagur- 


debe  leerse  Colonia  Ccesar- 
augusta  como  confiesan  ya 
todos  los  Antiquarios  per- 
suadidos de  la  combinación 
de  las  dichas  medallas  cou 
las  que  ponen  entero  el  nom^ 
bre  de  Zaragoza.  '■ 


CAPITULO     V. 


MEMORIAS   BE    CALAHORRA    DESDE 

la  venida  de  los  Romanos  hasta  su  destrucción 
por  Pompeyo  ó  Afranio  su  Legado, 


■A 


NTES  de  establecer 
las  noticias  que  se 
hallan  en  los  Escritores  an- 
tiguos concernientes  á  Ca- 
lahorra ,  no  puedo  menos  de 
examinar  un  suceso  muy  par- 
ticular ,  que  escriben  mu- 
chos, respetivo  al  tiempo  en 
que  Aníbal  dominó  á  los  Es- 
pañoles. El  Maestro  Pedro 
de  Medina  en  su  libro  de  las 
grandezas  y  cosas  memora- 
bles de  España  impreso  pri- 
meramente en  Sevilla  año  de 
1543.  y  después  en  Alcalá 
año  de  1566.  lo  refiere  en 
el  cap.  15-.  en  esta  forma: 
Dice  Tito  Livio  ,  que  quan- 
do  aquel  esforzado  Capitán 
Cartaginés  llamado  Aníbal 
pliso  cerco  sobre  esta  Ciu- 
Tom,  XXXI II, 


dad  (Calahorra)  estubo  tan- 
to tiempo  sobre  ella ,  que 
los  de  la  Ciudad  acabaron  la? 
provisiones  que  en  ella  ha- 
bla ,  y  manteníanse  de  la 
carne  de  los  hombres  que 
mataban  del  Real ,  y  los  que 
á  ellos  mataban  ,  poníanlos 
en  la  cerca  arrimados  al 
muro  ,  y  á  las  almenas  ,  y 
por  el  temor  de  estos  que 
vian  arrimjados  á  la  cerca, 
no  osaban  los  áe\  Real  alle- 
gar á  los  de  la  Ciudad, 
hasta  que  siendo  ya  todos 
les  de  la  Ciudad  miUertos, 
y  los  del  Real  viendo  algu- 
nos  dias;  las  puertas  sin 
gente,  y  no  viendo  ningu- 
na dentro,  ni  que  sallan  á 
ellos  ;  aunque  con  tenioi 
E  Aiii- 


34  España  Sagrada. 
Aníbal  entró  dentro  por  una 
puerta  que  era  cerfca'  del 
rio  ,  é  yendo  por  una  calle 
vido  á  un  cantón  dos  espa- 
das desnudas  combatiéndose 
]a  una  con  la  otra  ,  y  echa- 
ban muchas  centellas  de 
fuego  de  .  los  golpes  que 
se  daban  ,  y  llegando  á 
ellas ,  maravillóse  de  ver 
como  se  combatían  por  sí, 
que  ninguna  persona  las 
maddábyi  y'víó  cerca  de 
ellas  un  hombre  viejo  caido 
en  la  calle  ,  y  preguntóle 
que  donde  era  la  ge.ite  de 
la  Ciudad.  El  le  dijo  como 
todíps  eran ,  muertos  de  ham- 
bre,, y  mostró  un  pedazo 
de  carne  de  hombre ,  qué 
trahia  en  el  seno  asado  ,  de 
que. comía.  Estas  dos  espa- 
das dejó  Anibal  por  armas 
é  insignias  í/e  está  Ciudad. 

2  La  autoridad  de  Li- 
vio  ,  con  que  el  M.  Medina 
publicó  el  suceso  sin  citar 
el  lugar  de  este  antiguo  y 
grave  Historiador  ,  ha  sido 
bastante  para  que  otros  lo 
crean  ,  y  repitan  en  sus  es- 
critos. El  escudo  de  armas, 
con  que  se  distingue  é  ilus- 
tra Calahorra  ,  puede  tra~ 
herse  también  para  confir- 
rrncion  del  mismo  caso.  Por 
que    en   él    se    representan 


Trat.  69.  Cap.  5. 
dos  brazos  desnudos  com- 
batiéndose con  dos  espadas, 
que  centellean  fuego  :  y  la 
Ciudad  se  figura  en  una  mu- 
ger ,  que  en  su  mano  dere- 
cha tiene  una  espada  des- 
nuda, y  en  la  izquierda  me- 
dio brazo  humano  ,  con  es- 
ta ietra  :  Prevalecí  contra 
Cartago ,  y  Roma.  El  p. 
Anguiano  en  su  historia  de 
la  Rioja  ajustó  á  esta  em- 
presa la  maravillosa  visión, 
que  se  dice  haber  tenido 
Aníbal ,  quando  entró  en 
la  Ciudad  ;  pues  aunque  Me- 
dina ,  á  quien  cita  ,  escribió 
que  este  famoso  Cartaginés 
vio  dos  espadas  desnudas 
comb:itiendose  por  sí  solas, 
él  añadió  los  brazos  pelean- 
do reciamente  el  uno  con- 
tra, el  otro,  conforme  se 
representan  en  el  blasón  con 
¡que  cree  engrandeció  Aní- 
bal á  Calahorra,  asi  que  la 
dio   nuevos  pobladores. 

3  Si  el  referido  Medi- 
na no  es  Autor  de  esta  es- 
pecie ,  ignoro  qual  sea  su 
verdadero  origen.  Lo  cier- 
to es  ,  que  ninguno  de  los 
antiguos  hizo  memoria  de 
un  suceso  tan  extraño ,  y 
que  por  esta  razón  debe 
atribuirse  á  alguno  de  Jos 
muchos  ,  que  en  los  últimos 
si- 


Memorias  de  Calahorra.  3  5 

siglos  se  emplearon  en  ven-     acometieron  los  Celtíberos  á' 
der  al  vulgo  las  mas  ridicu- 
las  y  fabulosas  invenciones. 

Anibal  jamas  emprendió  la 

conquista  de  Calahorra.  Su 

imperio  mientras  se  detubo 

en  España    se   redujo    á  ia 

costa   del    Mediterráneo  ,á 

los  Olcades,  Carpetanos   y 

Vaceos.  Tampoco  se  apode- 
ró de  aquella  Ciudad  ,  quan- 

do    pasó  á  las    guerras  de 

Italia ,  porque  como  consta 

de  Livio  ,  sus  primeras  jor- 
nadas después   de    salir   de 

Cartagena,  se  dirigieron  por 

la    Edetania,    por    la   qual 

región  pasó    con    su    eger- 

cito  el  Ebro   llegando  á   los 

Uergetes   á    quienes    sujetó 

con  otros   pueblos  del  otro 

lado    del    rio.     Habiéndose 

pues  hecho  estas  conquistas' 

en   brevisimo  tiempo  ,  como; 

pondera  Polybio,  y  á  la  otra 

parte  del  Ebro,se  infiere  evi-' 

dentemente  que  es  muy  fal- 
sa la  sujeción  de  Calahor- 
ra después  de  un  asedio  tan 

largo,    que  obligase    á   sus 

vecinos   á    comerse    unos  á 

otros. 

4     La    primera  mención 

que  se    halla   de   Calahorra 

es  la  que  hace  Livio  en   su 

lib.  qo.  cap.  21.  dcnde  refie- 


39.  cap. 
re  ,  que  junto  á  esta  Ciudad 


los  Romanos,  en  la  qual  ba-' 
talla 'mataron  estos  doce  mil 
Españoles,  y  cautivaron  mas 
de  dos  mil.'  De  este  lugar  se 
infiere  ,  que  en   el  año  568. 
d  é  ■'  Ro  m  a  esf  a  ba'  Cal  ah  o  r  ra 
sujeta    al  Imperio  ;  porque 
los  Celtiberos  salieron  de  su 
región  ,  y  fueron  á  provo- 
car á  los  Romanos    con   el 
fin    de    pelear  contra  ellos, 
como    lo  ejecutaron    en    el 
Campo    contiguo  á  la   mis- 
ma Ciudad.    Y   de   aqui  se 
puede  colegir  también,  que 
los  Vascones   de   este    lado 
del  Ebro   eran  de  los  pue- 
blos  asociados    al    Imperio, 
cuyos   campos    talaban    los 
Celtiberos,  de  quienes,  y  de 
los  Lusitanos  escribieron  al 
Senado  los  dos  Pretores  C. 
Atinio  y  L.  Manlio,  que  es- 
taban en  armas  ,  y  hacían 
at]uel    perjuic'o.    Livio   lib* 
39.  cap.  7.  Per  idsm.  tempus 
(esto  es  al  fin  del  año  de 
567.  )  tribu7ii    militum  dúo 
ex    duabus  Hispaniis    cum 
liíteris  C.  Atinii  &  L.  Man- 
l'ú  ,  qid  eas  provincias  obti- 
nebait  ,    vencrunt.    Ex  iis 
co^nkum  est ,  Celtiberos^  Lu- 
sitanos que  in  armis  esse^  & 
socii  rwn  agros  popular  i, 
S     La   n-,emoria  mas  cé- 
E  2  le- 


3  6      España  Sagrada. 
lebre  de  esta  Ciudad  es  la 
<3ue  hacen  los  Escritores  an- 
tiguos, que  trataron  de  las 
guerras  de  Sertorio.  Este  fa- 
moso Caudillo    perdió  casi 
todo   su  egercito  en  la  ba- 
talla que  dio  á  Pompeyo  cer- 
ca del  rio  Thuria  (  hoy  Gua- 
dalaviar )  en  las  comarcas  de 
Valencia.  Viendo  tan  desba- 
ratadas   y    extenuadas    sus 
fuerzas ,  determinó  retirarse 
á  Calahorra   con  animo  de 
guarecerse    dentro    de    sus 
muros,  y   de    rehacerse   de 
nuevo    egercito ,  á    fin    de 
continuar  sus  empresas  con- 
tra Pompeyo  y  Mételo.    Es- 
te hecho  de  Sertorio  es  efi- 
cacissima    prueba  asi  de  la 
benevolencia  ,  con   que  era 
amado  de  los    Calagurrita- 
cos ,  como   de  la   fortaleza 
de   Calahorra:    pues  siendo 
de  su   partido  las  mas  Ciu- 
dades de   España,  la  esco- 
gió  entre  todas  para  su  de- 
fensa ,  y  para  reparo  de  su 
poder    sumamente   debilita- 
do en  la  espresada  batalla, 
6     Plutarco  no  declara  el 
nombre  de  la  Ciudad  ,  y  so- 
lo   dice  ,  que    Sertorio    se 
acogió  á    un    pueblo   mon- 
tuoso y  fortalecido :  y  aun- 
que   lo    primero  no  convie- 
ce  con  la  mayor  propriedad 


Trat.óg,  Cap,  j. 
á  Calahorra  ,  con  todo  eso 
se  puede  verificar  por  ra- 
zón de  la  punta  ó  colina 
sobre  que  está  situada.  Lo 
cierto  es ,  que  las  guerras 
ultimas  de  Sertorio  fueron 
en  la  Calahorra  de  los  Vas- 
cenes  ,  como  consta  del  tes- 
timonio expreso  de  Strabon, 
que  habiendo  mencionado  á 
Lérida  y  Huesca  ciudades 
de  los  Ilergetes  dice;  In 
his  urbíhus  postremam  bel- 
Ji  partem  Sertorius  confe- 
cit ,  S  Calaguri  Vasconum 
urbe, 

7  Lo  prim^ero  ,  que  Ser- 
torio  hizo  en  Calahorra  se- 
gún Plutarco,  fue  cerrar  por 
todas  partes  sus  murallas, 
y  fortalecer  sus  puertas;  en 
lo  que  como  en  otras  co- 
sas se  portó  con  singular 
astucia  ,  porque  creyeron 
sus  enemigos  ,  que  su  inten- 
to era  solo  mantenerse  den- 
tro de  la  Ciudad  ,  y  defen- 
derse desde  ella,  siendo  muy 
diversa  la  idea  de  Sertorio. 
Consintió  éste  ,  que  Pompe- 
yo y  Mételo  cercasen  á  Ca- 
lahorra ,  y  mandando  á  al- 
gunos que  saliesen  de  la 
Ciudad  fingiendo  que  huian, 
sus  contrarios  no  entendie- 
ron el  ardid  ,  y  les  permi- 
tieron ir  libres  j  y  juntar 
un 


Memorias  de 
un  grueso  egercito  por  los 
pueblos  que  seguían  el  par- 
tido de  Señorío.  Entretan- 
to que  estos  reclutaban  sol- 
dados ,  hizo  Sertorio  algu- 
nas salidas  con  su  gente  ,  y 
quebrantó  las  fuerzas  de  los 
que  le  tenían  asediado  ,  co- 
mo se  refiere  en  el  Epito- 
me  del  lib.    92.    de  Livio: 
Obsessus    deiiide  Calagurii 
Sertorius  assiduis  eruptioni- 
hus   non  levlora  damna   ob- 
Sídentibus  intulit.  Sus  lega- 
dos  le    dieron    luego   aviso 
de    como   tenían    ordenado 
un  buen  egercito  ;  lo   qual 
cabido    tubo  modo  de  salir 
de  Calahorra  ,  y  de  ir  por 
medio    de  los  enemigos  en 
busca  de  su  gente.  El  P.  Ma 
riana  escribe  ,  que  en  esta 
salida  perdió   Sertorio   tres 
mil  de  los  suyos  ;    pero  lo 
contrario  se  colige  de  Plu- 
tarco ,  que  hablando  de  este 
caso  dice  :  Quod  poitquam 
ti  significavere  ,    ex  facili 
per   medios    e  lapsus    b  os  íes 
ecnjunxít   se  cum    sms.  El 
nuevo  socorro  de  las  Ciuda- 
des  amigas  de  Sertorio  ,  y 
las    disposiciones    que    éste 
dio  en  orden  á  prohibir  que 
por  alguna  parte  viniesen  á 
los  Romanos  los    víveres  y 
lefuerzos    que   necesitaban, 


Calahorra,  3  7 

bastaron  para  que  Pompeyo 
y  Mételo  recelosos  de  su 
total  destrucion  desistie- 
sen del  cerco  de  Calahorra, 
y  se  retirasen  á  partes  muy 
distantes  y  diversas  :  Quos 
etiam  ab  obsidione  Calagu- 
rii oppidi  depíilsos  coegit  di' 
versas  regiones  petere ,  Me- 
tellum  ulterior  em  Hispaniam^ 
Pompcjum  Gallianu 

8  Sertorio  se  hizo  tan 
formidable  á  los  Romanos 
con  estas  vidorias  ,  que  al- 
canzó de  ellos  ,  ayudado  de 
sus  amigos  y  especialmen- 
te de  los  Calagurritanos 
mientras  estubo  cercado  en 
Calahorra  ,  que  desde  en- 
tonces comenzaron  á  temer 
grandemente  aquellos  dos 
poderosos  y  esforzados  Ca- 
pitanes Pompeyo  y  Mételo. 
La  Ciudad  de  Roma  se  vio 
en  esta  sazón  tan  afligida, 
que  se  decia  publicamente, 
que  antes  habia  de  llegar  á 
Italia  Sertorio  que  Pompeyo, 
á  quien  el  Senado  habia  en- 
viado á  España  con  el  ú^s» 
tino  de  concluir  la  guerra 
contra  aquel  enemigo  del 
pueblo  Romano.  Mételo  de- 
sesperado ya  de  poder  ven- 
cerle con  las  armas  ,  pro- 
puso grandísimos  premios  de 
dineros  y  heredades  al  ciu- 
da- 


•38  España  Sagrada, 
•dadano  de  Roma  ,  que  qui- 
tase la  vida  á  Sertorio.  Plu- 
tarco después  de  haber  re- 
ferido es;a  guerra  de  Cala- 
horra ,  escribe  este  hecho 
de  Mételo  con  estas  pala- 
bras :  Quantum  vero  hunc 
virum  exhorruerit  Mete/lus, 
&  quanti  fecerit  ^  declara- 
vit  hac  re  ;  siquidem  pro- 
nunciavit  in  caput  ejus  ,  si 
civis  Romanus  illum  inter- 
fecisset  prceviium  centum  ar- 
genti  talcnta  ,  &  agruní  vi- 
ginti  millium  jugerum  ;  si 
exul ,  rcditum  in  patriam. 

9  Apiano  Alejandrino 
trae  en  el  lib.  2.  de  Bellis 
CiviL  otra  batalla  ,  que  los 
deí  partido  de  Sertorio  die- 
ron á  Pompeyo  en  Calahor- 
ra hasta  donde  le  fueron 
siguiendo  desde  Palencia, 
tjuando  le  hicieron  levantar 
el  cerco  de  esta  Oiudad, 
y  salir  de  la  tierra  de  los 
Vaceos.  También  en  esta 
ocasión  vencieron  los  Ser- 
torianos  matando  tres  mil 
de  los  Romanos  :  Sertoria- 
v.i  ,  rcparata  mxnium  par- 
te ,   quce  corruerat  ,  hostem 


Trat.69,  Cap.  5. 

ad  Cálas^ürrim   adepti  occi^ 
deruní  tria  millia, 

10     Aun  lue  las  cosas  dé 
Sertorio   mudaron    de  sem- 
blante después  de  los  suce- 
sos   prósperos  que  he  refe- 
rido ,  y  por  esta  razón   le 
desampararon  muchos  de  los 
suyos  ,    los    Caiagurritanos 
se    mantuvieron    constantes 
en  su  amistad.  Ni  se  acabó 
en  sus   pechos  el  amor  que 
le  tenían,  con  la  desgracia- 
da muerte  ,  que  le  sobrevino 
poco  tiempo  después  oor  la 
conjuración  de  Perpena,  Ha- 
llóse cerca  de  Logroño  una 
piedra  de  aquel  tiempo  ,  en 
que  se  vio   gravada  esta  fé 
y  lealtad  de  los  vecinos  de 
Calahorra.   Y   aunque  Gru- 
tero   pone  su  Inscripción  en- 
tre las  espurias  y  supuestas, 
me    parece    debo    copiarla 
aquí    en  vista  de  que  otros 
Escritores    muy     diligentes 
en  el   reconocimiento  de  las 
Antigüedades  la  tienen  por 
legitima  ,  y  de  que  el  citado 
Antiquario  no  da  razón  algu- 
na con  que  se  pueda  justificar 
su  sospecha.  Dice  pues  asi: 


DIIS 


.  j  ,,  :,  jMfinpvias  de  Calahorra.  39 

'■'"'/' DlIS.'^MANIBVS. 
Q.  SERTORII. 

:Me  .  Bebrici vs.  Galagvrritanvs  . 

Devovi  . 

arbitratvs  . 

Religionem.  ESSE. 

EO  . SVBLATO  . 
QVI  .  OMNIA  . 

'¡:-lfym:^:m^  ■,  immortalibvs  . 
commvnia .  habebat . 
me .  incolvmem. 
retiñere.  animam  .         ;  ; 
Vale  .  viator  .  qvi.  haec.legis.  í 
et .  meo .  disce .  exemplo  .      ;  ;' 

FIDExM  .  SERVARE  . 

IPSA  .  FIDES  . 

ETIAM .  MORTVIS.   PLACET  . 

CORPORE  .  HVMANO  .  EXVTIS  . 

Am- 


V 4 o  E sp oiña  Sag rada 
II  Ambrosio  de  Mora- 
les la  tradujo  con  esta  ele- 
gancia. Yo  Bebrício ,  natural 
de  Calahorra  ,  me  ofrecí  á 
la  muerte  por  ir  en  compa- 
ñía del  alma  de  Quinto  Ser- 
'íoríoi  Porque  tube  por  caso 
contra  religión  detener  mas 
mi  alma  dentro  en  el  cuer- 
po ,  después  de  muerto  aquel 
que  no  tenia  cosa  que  no  fue- 
se divina.  Ve  en  buen  hora 
tú  que  pasas  y  lees  esto  ,  y 
aprende  en  el  egemplo  que  te 
dejo  ,  guardar  siempre  fé  ,  y 
lealtad.  La  lealtad  también 
agrada  á  los  muertos,  aun  des- 
pués que  han  salido  de  la  vida. 

12  '  Muerto  Sertorio  ,  y 
vencido  Perpena,  se  entre- 
garon á  Pompeyo  las  Ciuda- 
des de  la  España  Citerior  ,  á 
excepción  de  Osma  ,  y  Cala- 
horra ,  cuyos  vecinos  qui- 
sieron dar  las'  ultimas  prue- 
bas de  su  amor  á  Serto- 
rio, siguiendo  la  máxima  de 
Bebricio  de  que  la  fé  es 
mas  fírm'e  que  la  vida  ,  y 
agrada  aun  á  las  almas  que 
salieron  de  los 'cuerpos.  Ca- 
lahorra fue  tan  obstinada  en 
esta  pasión  ,  que  no  se  aca- 
bó su  fidelidad  de  otra  ma- 
nera que  muriendo  todos  sus 
habitantes  ,  como  constará 
de    lo  que    diremos   ahora. 


Resistiéndose  ,  pues  ,  á  los 
Romanos  ,  la  cercaron  éstos 
con  un  egércíto  grande  ,  y 
poderoso.  Acerca  del  Capi- 
tán hay  variedad  en  los  Es- 
critores antiguos  ^  expresan- 
do  unos  á  Pompeyo  ,  y  otros 
á  Afranio.  Julio  Exuperan- 
ció,  y  Valerio  Máximo  nom- 
bran al  primero.  Paulo  Oro- 
sio  ,  y  otros  ,  al  segundo; 
aunque  no  es  improprio  atri- 
buir á  Pompeyo  lo  que  hizo 
Afranio  ,  á  quien  él  crió  con 
su  dodrina  ,  y  tubo  después 
en  España  por  su  Legado» 

13  El  cerco  de  Cala-. 
horra  duró  tan  largo  tiempo, 
que  los  vecinos  llegaron  á 
consumir  la  provisión  que 
hablan  hecho  de  todo  géne- 
ro de  víveres,  previendo  la 
necesidad  en  que  se  veriaii 
por  no  sujetarse  á  los  Ro- 
manos. Sin  embargo  no  se 
dieron  por  vencidos  ;  pues 
para  perseverar  mas  constan- 
tes en  la  fé  de  Sertorio  ,  y 
frustrar  el  intento  de  Afranio, 
determinaron  mntar  sus  pro- 
prios  hijos  ,  y  mugeres ,  de 
cuyos  cuerpos  hicieron  ce- 
ciiía  para  que  les  durase  mas 
la  horrible  vianda  á  que  los 
obligaba  el   hambre. 

14  Valerio  Máximo  no 
halla  palabras  con  que  enca- 
re- 


Metnorias  de  Calahorra.  41 

recer  la  impiedad  de  los  Ca-     tajaban  á  las  serpientes  ,  y 


lagurritanos  en  este   hecho. 
Dice ,  que  la  execrable  cruel- 
dad  de  estos  excedió   gran- 
demente  la  feroz  pertinacia 
de  losNumantinOs  en  el  cer- 
co de  Scipion.  Que  la  juven- 
tud armada  de  esta  Ciudad 
alimentó    sus   entrañas    con 
sus  proprias  entrañas  ,  no  du- 
dando salar  para  este  fin  las 
mismas  carnes   que  ellos  ha- 
bían engendrado.  Que  nadie 
podria  exhortar  á  los  Cala- 
gurritanos   á  pelear    fuerte- 
mente por  la  vida  de  sus  mu- 
geres,  é  hijos  ,  como  lo  hi- 
cieron otros  pueblos ,  y  Na- 
ciones ,  pues  ellos  mismos  los 
mataron  para  su  proprio  sus- 
tento. Que  mas  debia  Pom- 
peyo  castigar,que  trabajar  en 
vencer  á  unos  hombres  que 
en  materia  de  fiereza  se  aven- 


fieras  ;  porque  estos  anmia- 
Tes  exponen  su  vida  ,  por  de- 
fender la  de  sus  hijos  ,  y  los 
de  Calahorra  se  sirvieron  de 
sus  hijos  comiendo  y  cenan- 
do sus  cadáveres. 

15  Juvenal  en  la  Sátira 
15-  V.  93.  hablando  también 
de  este  caso ,  y  haciendo  co- 
tejo de  la  fiereza  de  los  Ca-r 
lagurritanos  con  la  de  lo» 
que  habitaban  una  Isla  de 
Égypto  llamada  Tentyra, 
disculpa  en  parte  á  aquellos, 
exponiendo  que  no  comieron 
carne  humana  por  costumbre 
como  los  Tentyritas  ,sino  so- 
lo quando  consumidas  todas 
sus  vituallas  fueron  puestos 
en  extrema  necesidad  por  la 
guerra  ,  y  el  largo  asedio  de 
los  Romanos. 


Gascones  ^ut  fama  est  ^  alimentis  talihus  usi 
Produxere  animas :   sed  res  diversa  ,  sed  Ulia 
Fortunce  invidia  est ,  bellorumque  ultima^  casus 
Extremi ,  longce  dirá  obsidionis  egestas. 
Hujus  eriim  ,  quod  nunc  agitur  ,  miserabile  dehet 
Exemplum  esse  cibi:  sicut  modo  didia  mihi  gens 
Post  omnes  herbas^  post  cundía  animalia  quidquid 
Cogebat  vacui  ventris  furor  ,  hostibus  ipsis 
Pallorem  ,  ac  maciem ,  ac  tenueis  miserantibus  artus 
Membra  aliena  f ame  lacerabant ^esse  parati 
Et  sua. Quisnam  hominum  dare^  qiiisve  deorum 
Urbibus  abnuerit  dirá  ,  atque  immania  passis'i 

Tom.XXXUL  F  Et 


42        España  Sagrada»  Trat.  69.  Cap.  5. 


Et  quibus  ipsorum  poteravt  ignoscere  mane 
Quorum  corporibus  vescebantur, 

16  Prosigue  luego  el  Poe- 
ta Satírico  diciendo  ,  que 
enmedio  de  tan  grave  nece- 
sidad no  era  licito  el  hecho 
de  los  Calagurritanos ,  y  que 
debia  seguirse  la  doélrina  de 
Zenon  ,  Principe  de  los  Stoi- 
cos ,  en  la  qual  no  se  per- 


mitía conservar  la  vida  por 
medios  tan  inhumanoí».  Pero 
escusalos  otra  vez  haciendo 
presente  ,  que  los  de  Cala-r 
horra  no  podian  saber  los 
documentos  de  la  seda  Stoi- 
ca  en  aquel  tiempo  tan  re- 
moto del  suyo,  jbi,¿ij 


Melhis  nos 
Zenonis  prcecepta  monent,  Nec  omnia  qu^edam 
Pro   vita  facienda  putat.   Sed  Cantaber  mide 
Stoicus  antiqui  prcesertim  cetate  MetelW^ 


17  Escusalos  finalmente 
con  el  egemplo  de  Sagunto, 
Ciudad  nobilísima  ,  y  fidelí- 
sima ,  la  qual   se  vio  en  la 


misma  necesidad  ,  quando 
Aníbal  la  tubo  cercada  por 
ocho  meses. 


Nobilis  Ule  i  amen  popuJus  ,  quem  diximus  ,  &  par 
Virtute  atque  fide  ;  sed  majar  clade  Saguntus 
Tale  quid  excusar. 


18  Los  Comentadores  de 
Juvenaí  entendieron  el  nom- 
bre de  Vascones  por  los  pue- 
blos de  la  Vasconia  en  gene- 
ral; pero  el  Pcer.;3  debe  in- 
terpretarse de  los  Calagurri- 
tanos solos  ,  como  es  patente 
en  todos  los  Historiadores 
que  hablan  de  este  caso. 
Proponen  también  las  opinio- 
nes de  varios  Autores  acerca 


del  Capitán  que  los  cercó;  y 
ellos  sostienen  que  fue  Mé- 
telo ,  movidos  de  aquellas 
palabras :  Antiqui  prcesertim 
cetate  Metelli  ;  en  lo  qual 
sienten  contra  el  universal 
consentimiento  de  los  anti- 
guos ,  que  como  dije  antes, 
convienen  en  que  Pompeyo 
ó  Afrjnio  su  Legado  puso  el 
cerco  á  Calahorra.  Ni  con- 
tra- 


Memorias  de 
tradice  Jüvenal  en  la  men- 
ción de  Mételo  ,  porque  su 
intento  solo  era  señalar  la  an- 
tigüedad de  este  suceso  ,  el 
qual  corresponde  sin  duda  al 
tiempo  del  Capitán  mencio- 
nado ,  que  juntamente  con 
Pompeyo  peleó  por  los  Ro- 
manos contra  el  famoso  Ser- 
torio. 

19  De  este  mismo  suce- 
so de  Calahorra  se  cree  es- 
cribió Salustio  en  el  lib.  3. 
de  las  Historias,  en  que  trata 
de  Sertorio  ,  donde  se  encu- 
entra este  fragmento  :  Parte 
consumpta  ,  reliqua  cadave- 
rum  ad  diuturnitatem  usus 
fallerent.  Por  lo  qual  Dou- 
coe  afirma ,  que  estas  pala- 
bras debian  ponerse  en  las 
ediciones  de  Salustio  después 
de  la  epistola  de  Pompeyo, 
que  se  escribió  antes  del  su- 
ceso mencionado  en  este  iu- 
gar. 

20  Los  Calagurritanos 
después  de  haber  sufrido  un 
asedio  de  muchos  meses; 
después  de  haber  padecido 
una  hambre  tan  cruel  ,  que 
puso  en  olvido  todas  las  ham- 
bres de  que  se  tenia  memo- 
ria ,  pasando  por  esta  razón 
á  ser  proverbio  ,  como  lo  era 
antes  la  Saguntina  ,  quando 
se  quería  exagerar  la  ham- 


Calahorra,  43" 

bre  ,  que    llegó  al  grado  de 
extremada  ;  después  en  fin  de 
haber  comido  sus  proprios  hi- 
jos, y  mugeres, casi  consumi- 
dos ya  de  la  necesidad  y  des- 
tituidos de  todo  socorro  fue- 
ron forzados  á  entregarse  á 
los  Romanos.  De  aquí  puede 
colegirse ,  que  Calahorra  era 
en  aquel  tiempo  una  de  las 
Ciu  lades   mas    valientes    y 
fortificadas ,  pues  no  pudo  ser 
vencida  con   la  fuerza  exte- 
rior del  egército  Romano  ;  y 
fue  necesario    rendirla    por 
medio  de   un  enemigo  inte- 
rior que  consumiese  á  sus  mo* 
radores,  yde  quien  dijoVege- 
cíoi  Ferro  scevíor  fames  est* 
21     Acerca    de    la  suje- 
ción  de  Calahorra  ,  y  de  lo 
que  Pompeyo  ,  y  Afranio  hi- 
cieron después  de  apartarse 
de  esta  Ciudad,  escribe  Lu- 
cio Floro,  bajo  la  misma  ex- 
presión que  de  la  conquista 
de  Huesca  ,  Termes  ,  y  Tu- 
cia  :  Tum  illis  ,  dice  ,  ad  po- 
pulationem  aarorum  ,  bis  ad 
urbium    excidia     conversis^ 
misera  ínter  Romanos  His^ 
panla   discordice  posnas  da- 
bat ,  doñee  oppresso  domes^ 
tica    fraude  Sertorio ,  vi&o, 
deditcque    Perpenna   ,    ips¿e 
queque  in    Romanam   fidem 
venere  urbes  Osea  ,  Termes^ 
Fa  Tu- 


44        "España  Sagrada, 
Ttitia  ,  yalentin  ,  Auxima^ 
&  infame  nihil  non  experta 
Cúlaguris,  Añade  luego, que 
viniendo  las  Ciudades   aqui 
expresadas    á   la  fé    de    los 
K orna  nos  ,  se  verificó  que  es- 
tos se  pacificaron  con  la  Es- 
paña :  Sic  recepta  in  pacem 
riispania.     De     aqui   podia 
alguno  inferir ,  que  es  falso 
lo  que  vulgarmente  se  escri- 
be sobre  la  total  destrucción 
de  Calahorra;  porque  si  esta 
Ciudad  vino,  aunque  después 
de  una   larga  ,   y  obstinada 
resistencia  ,  á  ser  amiga  de 
]os  Romanos ;  y   si    estos   la 
admitieron   pacificamente  á 
su   amistad    ,    como  insinúa 
Floro ,   parece  que  lejos  de 
destruirla    enteramente  ,  la 
recibirían   bajo  de  su  protec- 
ción   como   lo   acostumbra- 
ban con  los  pueblos  con  quie- 
nes trababan  amistad  ,  según 
aquello  de  Cicerón  ,  lib.  i.  de 
Offic.  cap.  II.    In   quo   tan- 
t opere  d  nostris  justitia  cul- 
tá  est ,  ut  ii  ,  qiii  civitates 
a^t  nationes   bello    devidias 
helio  in  fidem  recepissent^ea- 
rum  patrcni  essent  more  ma- 
jorum. 

22  No  obstante  lo  dicho, 
se  ha  de  tener  por  cierto, 
que  Pompeyo  ,  y  Afranio  te~ 
nian  tal  encono  contra  Ca~ 


Trat.69.  Cap.  5. 
lahorra  ,  que   no  satisfechos 
con  la  hambre  que  los  Cala- 
gurritanos  padecieron  duran- 
te el  cerco,  la  qual  movia  á 
conmiseración  á   los   mismos 
enemigos ,  como  dice  Juve- 
nal,  abrasaron  la  Ciudad  ,  y 
pasaron  á  cuchillo    á   todos 
sus  moradores.  Julio  Exupe- 
rancio, Historiador  antiquísi- 
mo ,  aunque  de  edad  incier- 
ta dice  ,  que  Pompeyo  aso- 
ló áOsma  ,  Clunia  ,   y  Cala- 
horra :  Postea  Pompejus  Per- 
pennam     subegit    ,  Auxum^ 
Clunium ,  Calagurrim  civita- 
tes delevit.  Paulo  Orosio  tes- 
tifica ,   que    Pompeyo   echó 
por  el  suelo  á  Osma  ,  y  que 
Afranio  quemó  á  Calahorra, 
y  mató  á  sus  habitantes  :  Ci- 
vitatibus  vero  cunctis  ultro^ 
ac  sine  mora  per  deditionem 
receptis  ,  duce  tantum  resti- 
terunt  Uxa-ma  ,  &  Calagtiris^, 
quarum    Uxamam    Pompejus- 
evertii  ^Calagurim  Afranins 
jugi  obsidione  confeGiam  ,  at- 
que  ad  infames  escás    mise- 
randa  inopia  coadiam  ultima 
ccvde   ,  incendicque    delevit. 
Por  lo  qual  no  comprehendió 
á   Calahorra  la  equidad  que 
Cicerón  enseña  haber  obser- 
vado   los   Romanos  coq    las 
Ciudades  vencidas  ,  que  ellos 
admitían  á  su  amistad  ,  sino 
el 


Memorias  de  Calahorra.  45 

el  rígí)r  con  que  acostumbra-     crudeles  in  bello  ,  nec'imma 


ban  castigar  á  las  que  fueron 
demasiado  crueles ,  y  obsti- 
nadas ,  de  lo  qual  escribe  el 
mismo  Cicerón  de  este  mo- 
do :  Parta  autem  vidtoria^ 
fonservandi  sunt  ti ,  qui  non 


fies  fuerunt  :ut  nmjores  nos^ 
tri  Tusculanos,  Mquos^  Vols- 
eos  ,  Sabinos  ,  Hernicos  in 
Civitatem  etiam  acceperunt; 
at  Carthaginem ,  S  Numan- 
tiam  funditus  susüuléruüt^^''^ 


CAPITULO     VI. 

MEMORIAS     BE     CALAHORRA 

desde  su  reedificación. 


.  iTPVEspues  que  Pompe- 
X-^  yo  sujetó  ,  y  paci- 
ficó toda  la  España  Citerior^ 
puso  sui! conato  en  reconci- 
liar consigo  á  los  Vascones, 
^ue  eran  los  mas  devotos  á 
^ertorio  ,  y  se  hallaban  re- 
sentidos   con    el    triste    fin 
que  acababa  de  tener  Cala- 
horra ,  Ciudad  la  mas  noble 
y  belicosa   de  su -región,;  A 
este    fin   les  hizo  muy. seña- 
lados, beneficios  ;  y  como  en 
recompensa  de  la  insigne  po- 
blación- que  hablan  perdida, 
les   fundó    otra   Ciudad  ,  á 
qviien  dio  el  nombre  de  Porii- 
pejopolis  ,    que   como  dice 
Strabon    se   interpreta  Ciu* 
dad  de  Pompeyo.  Por   este 
ipedio  consiguió  el  amor; de- 
los  Vascones ,  que  estos  mos- 
Uarqn  después, en  la  guerrai 


Civil ,  que  se  encendió  entre 
él  ,  y  Julio  Cesar. 
-    1     Concluida    la  guerra 
Civil  ,  y  vencidos  los  hijos 
de  Pompeyo  ,  procuró  el  Ce- 
sar ganar  la  voluntad  de  los 
Españoles  ,  haciendo  merce- 
des á  diversos  pueblos,  co- 
mo consta  del  testimonio  de 
Dion.Dió  muestras  de  sin^ 
guiar  benevolencia  ai'in  á  laS 
gentes  que  habiendo  segui- 
do el  partido  de  Sertorio, y 
luego   el    de    Pompeyo,  le 
ofrecieron    fidelidad  y  obe- 
diencia. Es  buena  prueba  de 
su  amor  para  con  los  Lusi-'' 
taños  ,  a  quien  el  mismo  Ce- 
sar  llama    Beneficiarios    de 
Petreya ,  Legado  de  Pompe- 
yo ,'la:;Ciudad  de  Ebora,  que 
para  memoria  de  los  privile- 
gios que  U  concedió  ,  se  lla- 
mó 


46  España  Sagrada 
jTÓ  desde,  este  tiempo»  ¿i- 
beralitas  jitlia  ,  como  cons- 
ta de  una  Inscripción  que  tu- 
bo en  su  poder  Resende  ,  y 
publicaron  Jacobo  Metieses 
Vasconcelos  ,  y  Ambrosio  de 
IVIprales.  Igual  expresión  de 
su  cariño  recibieron  los  Vas- 
cones ;  pues  entonces  se  re- 
edificó su  Ciudad  de  Cala- 
horra coF^  los  >  derechos ^de 
Ciudadanos  de  Roma  ,'  y  c}e  ' 
Municipio  ,  llamándose  por  ' 
esta  razón  con  el  sobrenom- 
bre de  Juiia. -Poblóla  de  los 
Colonos  R(:m:mos  ,  que  esta- 
l^leció  en  España,-  los  quales 
^ran  también '  de  ios  qiie  Ll- 
vio  menci'si^na.  .hablando'  de 
Empurias  :  t^niím  gemís 
Rornani  Coloni  ab  Vivo  Ce- 
bare post  dcviGios  Pompeji 
Uiferos  adjecii.  Algunas  de 
ías' familias  que.  se  avecin- 
daron en  Calahorra,  queda- 
ron gravadas  en  las  meda- 
llas de  esta  Ciudad  ;  por  las 
quales  consta  ,  que  fueron  de 
las  mas  ilustres  ,  pues  se  ha- 
llan los  apellidos  de  Valerio 
Bosthumio,  Emilio,  Antonio, 
Fabio,Memmio,&c.  que  son 
de  los  mas  antiguos  ,  y  no- 
bles ;de  los  Romanos. 
:.^  Recibió  Calahorra  su 
niayor  lustre  y  honor  en  el 
Imperio    de  Augusto;   Este; 


.  Trat.óg,  Cap.  6. 
Emperador,  vi^no  á  España 
al  fin  del  3^0*727.  de  Ro- 
ma ,  como  escribe  Dion  ,  y 
puso  orden  y  concierto  en 
el  gobierno  de  estas  Provin- 
vincias.  Entonces ,  pues ,  con  • 
decoró  á  muchas  Ciudades^ 
en  especial  de  la  España  Ci- 
terior ,  que  él  habia  tomado 
á  su  cargo  con  la  Lusitania, 
dejando  al  Senado ,  y  pue- 
blo Romano  ia  Andalucía, 
alegando  que  ésta  se  halla- 
ba pacificada  del  todo  ,  y 
sin  necesidad  de  guerra  pa- 
ra conservarse  bajo  del  Im- 
perio. No  tocó  pequeña  par- 
te de  las  mercedes  qiie  hizo' 
en  esta  ocasión  á  la  Ciudad 
de  Calahorra.  Concedióla' 
primeramente  el  privilegio 
de  batir  moneda ,  del  que 
usó  tan  repetidas  veces  ,  que' 
hoy  es  una  de  las  Ciudades 
mas  conocidas  por  la  copia 
de  sus  medallas  que  se  en- 
cuentran en  los  gabinetes, 
y  en  las  Colecciones  que  han 
publicado  los  Antiquarios. 
Hasta  ahora  no  se  ha  des- 
cubierto alguna  anterior  al 
referido  Emperador  ;  y  to- 
das las  que  tienen  el  nom» 
bre  de  éste,  le  expresan  con^ 
el  de  Augusto  ;  lo  que  es  una; 
prueba  evidente  de  que  Ca- 
lahorra obtuvo  este  fuero' 
des- 


Memorias  de 
después  del  año  dicho  en  que 
el  Senado  coiljcedip  alQesar 
aquel  glorioso  ^renomWe. 

4  Desde  el  mismo  Im- 
perio de  Augusto  representa 
esta  Ciudad  en  sus  monedas 
haber  sido  su  gobierno  con- 
forme al  de  Roma  su  C^ipi- 
tal.  En  casi  todas  gravó  los 
nombres  de  sus  Duumviros, 
que  eran  el  Supremo  Magis- 
trado ,  y  tenían  á  s\i  cafgo 
los  principales  negocios  de 
la  República.  Es  muy  pro- 
bable que  el  Duumvirato  de 
Calahorra  fue  tan  honorífi- 
co, que  Cesar  Augusto  no  se 
desdeñó  de  aceptarlo  ,  como 
parece  por  la  medalla  que 
trae  el  Rmo,  Florez  en  el 
tom.  I.  de  su  Colección ,  Tab. 
13.  num.2.  la  qual  tiene  el 
rostro  del  Emperador  ,  y  los 
nombres  de  Cayo  Mario  ,  y 
Marco  Valerio  ,  que  subs- 
tituían la  dicha  dignidad. 
Alguna  vez  se  nombra  la 
Curia  ó  Senado  de  Calahorra 
en  las  medallas  que  contra- 
marcó ó  sobresello  con  dos 
DD.  indicando  que  está  di- 
visa se  puso  por  mandado  ó 


Calahorra*  47 

Decreto  de  los  Decuriones. 
Hallase  también  la  dignidad 
de  sus  Ediles  ,  á  quienes  per- 
tenecía el  cuidado  de  los 
edificios ,  caminos ,  Templos, 
y  juegos  póblicos.  Véase  el 
tom.  cit.  Tab,  13.  num.  5. 
10.  y  ir. 

5  El  mismo  Cesar  Au- 
gusto hizo  sumamente  reco- 
mendable el  nombre  de  Ca- 
lahorra con  el  grande  con- 
cepto que  formó  del  valor, 
y  lealtad  de  sus  vecinos, 
honrándolos  y  distinguiéndo- 
los entre  todas  las  gentes  de 
su  vastísimo  Imperio  con  el 
oficio  de  Guardias  ,i,y  Defen- 
sores de  su  vida  por  todo  el 
tiempo  en  que  corría  mas 
nesgo  ,  esto  es  ,  hasta  que 
venció  á  Antonio.  Además 
del  Esquadron  que  tenia 
destinado  á  este  fin  ,  puso 
soldados  Calagurritanos  en 
las  Legiones  que  él  estable- 
ció el  primero.  Smetio  ,  y 
Grutero  traen  una  Inscrip- 
ción ,  de  la  qual  constan  los 
nombres  de  algunos.  Dice 
asi: 


AVRELIVS.  T.  F.  CAL 
vos.  CAL  MIL.  LEG.x. 
GEM.  ANN.  XL.  STÍP.  XVIII 


ET. 


48        España  Sagrada.  Trat.  69.  Cap.  6. 


ET.  M.  AVRELIVS.  T.  F 
GAL.  FESTVS.  CALAG 
ANN.  XXXVIII.  STIP.  XVII 
ET.  AVRELIVS.  FLAVLF 
FLAVIANVS.  LIXA.  ANN 
XVIII.  HIC.  SÍTL  SVNT 
S.  V.  T.  L.  H.    F.  C. 


6  Don  Gregorio  Mayans 
en  su  Tratado  de  Hispana 
progenievocis  C/r,pag.53.  es 
de  pirecer ,  que  esta  Ins- 
<:ripcion  debe  interpretarse 
de  soldados  Calagurritanos, 
que  acompañaron  á  Augus- 
to, y  custodiaron  su  cuerpo. 
No  trae  razón  alguna  en 
prueba  de  su  diélamen  ;  y  es 
de  presumir  ,  que  se  funda- 
se en  la  abreviatura  STIP. 
leyendo  acaso  Stipator.  Pe- 
ro se  ha  de  advertir  ,  que 
en  ésta,  y  otras  Inscripcio- 
nes puestas  para  memoria 
de  los  que  militaron,  debe 
leerse  i'í/p^/?  í//í<?, significándo- 
se con  esta  voz  los  años  que 
siguieron  la  Milicia;  de  ma- 
nera ,  que  lo  mismo  es  decir 
que  los  Calagurritanos  nom- 
brados en  esta  Inscripción 
merecieron  i8.  o  17.  esti- 


pendios ,  que  decir  que  mi- 
litaron otros  tantos  años.  En 
este  sentido  escribe  Corne- 
lio  Nep.  de  Catón  ,  que  me- 
reció el  primer  estipendio 
siendo  de  edad  de  17.  años. 
Véase  también  Tácito,  Annal. 
I.  36.  Y  Grutero  ,  pagg. 
DLXXIlí.  DLXXIV.  DL- 
XXV.  donde  se  hallan  otras 
Inscripciones  ,  en  que  se  po- 
ne la  voz  de  Estipendios  c:)n 
todas  sus  letras.  Por  tan:o, 


no  se  pone 


!a    abreviatura 


STÍP.  en  el  ultimo  que  se  ex- 
presa en  la  Inscripción  ;  por- 
que no  teniendo  sino  18.  años 
de  edad  ,  no  habia  acaso  mi- 
litado antes  del  año  18.  y 
era  éste  el  primero  de  su 
milicia. 

7     La  suntuosidad  de  Ca- 
lahorra fue  por  este  tiempo 
correspondiente  á  su  digni- 
dad. 


Memorios  de 
dad  ,  y  á  los  honores  muni- 
cipales ,  y  militares  de  sus 
vecinos.  Los  vestigios  que  se 
mantienen  de  sus  antiguos 
edificios  en  la  parte  que  hoy 
sirve  de  heras  ,  muestran 
que  se  estendia  mas  que  aho- 
ra acia  la  parte  septentrio- 
nal. Por  este  mismo  lado  se 
descubren  los  rastros  de  un 
célebre  aqueduélo  ,  cuya  ar- 
gamasa indica  haber  sido 
fábrica  de  aquellos  siglos  re- 
.motos.  Es  difícil  averiguar 
de  qué  rio  ó  fuente  venian 
dirigidas  por  él  las  aguas  pa- 
ra el  uso  de  los  Ciudadanos, 
afirmando  Moret  que  se  tra- 
ían á  gran  costa  desde  las 
montañas  de  Navarra  de  acia 
]a  Berrueza ,  por  verse  sobre 
€l  Ebro  algunos  trozos  de 
puente  o  aquedudo.  Pero  no 
puede  dudarse  que  esta  obra 
se  iiizo  á  costa  de  muy  gran- 
des expensas, por  las  muchas 
dificultades  que  se  ofrecían, 
á  causa  de  la  elevada  situa- 
ción de  la  Ciudad  ,  y  que  tío 
pudieron  vencerse,  sino  con 
arcos  muy  fuertes  y  altos. 

8  Es  también  buen  argu- 
mento de  la  magnificencia 
de  Calahorra  el  Circo  que  se 
hizo  en  tiempo  de  los  Ro- 
manos para  los  espedácu- 
los  ,  y  juegos  públicos  cerca 

Tom,  XXXIíl. 


Calahorra, 


4^S^ 


de  la  puerta  oriental  del  ca- 
mino para  Logroño.  Sus  pa- 
redes son  de  ladrillo  ,  y  ar- 
gamasa ;  de  las  quales  se  con- 
servan tan  claros  vestigios, 
que  con  mediana  diligencia 
podria  descubrirse  la  forma 
y  construcción  del  Circo  ,  y 
la  distribución  de  sus  par- 
tes por  lo  mas  bajo  del  edi- 
ficio. Sa  longitud  es  de  489. 
pasos  ordinarios;  y  geomé- 
tricos ,  244.  y  medio.  Su  li- 
titud  de  1 16.  y  geométricos, 
io3.  Sus  paredes  tienen  de 
grueso  22.  pies  comunes,  con 
disposición  para  las  gradas, 
que  servían  de  asiento  á  los 
que  concurrían  á  los  juegos. 
9  El  P.  Moret ,  fundado 
en  que  pocos  años  antes  que 
él  escribiese  se  descubrieron 
en  el  Circo  muchos  aqueduc- 
tos  de  plomo,  dice  ,  que  los 
juegos  que  en  él  se  celebra- 
ban eran  los  que  se  llarftaban 
Nauma^uias  ,  por  ser  cierta 
imitación  y;  -remedo  de  las 
batallas  Navales.  Pero-  fuera 
<de  ^ue  no  consta  haberse 
acostumbrado  en  España  es- 
te género  de  espectáculo ,  no 
se  hace  verisímil  que  ei  Cir- 
co de  Caiahorra  estubíese 
destinado  á  esta  diversión  en 
vista  de  que  siendo  necesa- 
ria para  lá  Naumaquia  gran 
G  co- 


Jo  España  Sagrada, 
copia  de  agua  ,  carecería  el 
pueblo  de  la  que  necesitaba 
para  su  uso  ,  por  no  ser  el 
aquedudo ,  como  se  recono- 
ce en  sus  vestigios,  tan  capaz 
que  pudiese  llenar  ei  Circo, 
abastecidos  juntamente  los 
Ciudadanos.  Aun  los  Empe- 
radores de  Roma  ,  quando 
daban  las  Naumaquias ,  te- 
nían el  cuidado  de  no  pri- 
var al  pueblo  del  agua  que 
era  de  sa  uso ;  por  lo  que, 
ó  se  celebraban  aquellos  jue- 
gos cerca  del  Tiberis ,  ó  se 
traían  para  este  fin  aguas 
.qiue;  por  sus  malas  calidades 
no  /pudiesen  servir  al  públi- 
co, como  de  Augusto  lo  ad- 
vierte Julio  Frontino  en  su 
lib.  I.  Asi ,  que  basta  decir, 
que  el  Circo  Calagurritano 
-se  fabricó,  par  a  los  juegos 
que  4e]-J:ií2af-  en  que  se  ha- 
.q\^Sí  ^^  '  4ij<¿roa  Circenses. 
•.  to->  Mdhüdel  en  su  Di- 
sertación histórica  de  las 
Med.  antvde  España  afirma, 
fque',est4. Ciudad  podia  ala- 
-barse  de-  haber  celebrado 
como  Roma  los  juegos  Me- 
galenses  ,  instituidos  para 
culto  y  obsequio  de  la  diosa 
Cybel.es,  Lo  mismo  sostubo 
antes  Vaillant  ,  declarando 
de^  estos  juegos  dos  mone- 
das de  Calahorra  ,  que  el 


Trat.  69.  Cap.  6. 
Rmo.  Florez  reprodujo  en  su 
tom.  I.  de  Med.  Tab.  13.  nu- 
mer.4.  y  5.  Afirman  ,  pues, 
los  Autores  citados  ,  que  las 
dos  Ciudades  Roma  ,  y  Cala- 
horra tubieron  los  referidos 
juegos  ,  aquella  en  honor  de 
la  Madre  de  los  dioses  ;  y 
ésta  en  memoria  de  Scipion 
Nasica  ,  que  los  instituvó  y 
celebró  á  expensas  suyas 
por  espacio  de  diez  dias. 
Nuestro  erudito  Florez  im- 
pugna el  fundamento  de  Vai- 
llant por  lo  respectivo  á  la 
medalla  del  num.  4.  de  la 
Tab.  cit.  porque  poniendo  en 
ella  los  nombres  de  los  Du- 
umviros  L.  Prisco  ,  y  C. 
Brocho  ,  se  colige  que  no  ha- 
ce relación  á  fiestas  públi- 
cas, sino  á  sacrificios;  pero 
consiente  en  que  la  medalla 
del  num.  5.  puede  interpre- 
tarse de  los  expresados  jue- 
gos, por  estar  gravados  en 
ella  los  nombres  de  los  Edi- 
les ,  á  cuyo  cargo  estaba  la 
recreación  del  pueblo. 

II  Es  muy  creíble  que 
la  Ciudad  de  Calahorra  ba- 
tió la  medalla  del  num.  5. 
agradecida  á  la  ostentación 
y  gastos  de  sus  Ediles  Cayo 
Valerio,  y  Cayo  Sextío  en  los 
juegos  solemnes  que  celebra- 
ron. Asimismo  es  verisimil 
que 


Memorias  de  Calahorra,  5  1 

qae  estas  fiestas  tubieron  a!u-     líos  juegos  al  dios  Júpiter, 


:ipion, 
gravado 


sion  á  P.  Cornelio  S 
pues  en  el  rostro 
en    la  moneda    se    pone  el 
nombre   solo  deNasica  ,  que 
como  vimos  antes  es  comm 
á  la  Ciuaad  que    conquistó 
siendo  Pretor  en  España.  Pe- 
ro yerran   mucho  los  Auto- 
res  citados    ,  estableciendo 
que  Scipion  celebró  los  jue- 
gos  Megalenses  ,  y  fue  el 
inventor  de  ellos  ;  y    consi- 
guientemente en  afirmar  que 
Calahorra  los    renovó  para 
memoria  del  mismo  Nasica. 
Tito  Livio  refiere  ,   lib.  36. 
c.  36.  que  P.Corneüo  Scipion 
suplicó  al  Senado,  que  se  le 
diese  alguna  suma  de  dinero 
para   los  juegos  que'siendo 
Propretor  en  España    habla 
ofrecido  en  el  mayor  riesgo 
de  una  batalla  que  tubo;  pe- 
ro que  los  Padres  respondie- 
ron, que  pues  hizo  aquel  vo- 
to sin  consultar    al  Senado, 
y   por  sola  su  voluntad  ,  lo 
cumpliese    usando    del    di- 
nero que  hubiese  reservado 
de  los  despojos  de  la  mis- 
ma batalla,  6  si  no  á  su  pro- 
pria  costa  :  como  lo  hizo, 
celebrando    los  juegos    por 
diez  días.  El  mismo  Liv.  di- 
ce en  el  lib.35.  cap.  i.  que 
Scipion  hizo  voto  de   aque- 


si  le  concedía  alcanzar  vic- 
toria de  los  Lusitanos ,  que 
después  de- haber  talado  la 
España  ulterior  ,  volvían  á 
sus  casas  cargados  de  ricos 
desp.ojos.   í  i  hoc  discrimine, 
ludas.  Jovi^  si   vi  ¡[udi.sset^ 
cecidissetque  host.es  ,   Pr^?^ 
pretor   vovi't.  Vemos  ,  pues, 
que  P,  Corn.  Nasica,  no-hizo 
los  juegos  .en   honor  de^la^ 
gran.  JVÍ^dre  "de  los  ,*üioses. 
Idea  ó.rCy|3eíes,siiio  dejú-' 
piter  ,  á   quien"   hizo  aquel 
voto  ;  por  lo   que  estosrio' 
fueron  los  Megalenses  con- 
sagrados áCybeies.,,s]no  I05 
que  se    dijeron   Romanos  ó 
grandes ^áQÚicdáos  á  los  dio- 
ses mayores, de  los  quaies  es- 
cribe Cicerón  Verr.  V.   14. 
3Iihi  h/dos  antiquisstmos^quí 
primum  Ro  nani  sunt  nomina- 
ti,  máxima  cum  dignitate ,  ac 
religione  Jovi  ,  Junoni  ^  Mi~ 
nervceque   es  se  facienkos, 

12  Es  también  error  el 
atribuir  á  Scipion  Nasica 
la  institución  de  los  juegos 
Megalenses.  El  trajo  á  Ro- 
ma por  orden  del  Senado 
la  diosa  Cybeles  ;  pero  los 
juegos  no  se  hicieron  hasta 
trece  años  después  ,  quando 
M.  Junio  Bruto  dedicó  el 
templo  que  se  la  hizo  en  la 
G  2  mis- 


5  2  España  Sagrada. 
misma  Ciudad.  Véase  Liv. 
lib.  36.  cap.  36.  y  de  los 
mismos  escribe  este  Histo- 
riador 34.  54.  Megalesia  Ju- 
dos scetúcos  C,  AtiUus  Ser- 
ranus  ,  L.  Scribonius  Libo 
ediles  cumies  primi  fecerunt. 
Por  lo  qiial  no  hay  funda- 
mento para  creer  ,  que  los 
ediles  de  Calahorra  imita- 
ron á  Roma  en  la  celebra- 
ción de  los  juegos  Megalen- 
ses  ,  renovando  la  memoria 
de  Nassica  ;  y  si  tuvieron 
algún  respedo  al  Pretor, 
como  indica  la  moneda  ci- 
tada ,  es  mas  verisímil  ha- 
ber celebrado  el  mismo  ge- 
nero de  juegos  ,  que  este 
personage  su  conqiiistador 
ofreció  á  Júpiter  en  Espa- 
ña peleando  contra  los  Lu- 
sitanos. 

13  Desde  Augusto  hasta 
que  murió  Tiberio  no  tene- 
mos de  Calahorra  otras  no- 
ticias que  las  de  sus  me- 
dallas ,   las  quales  cesaíon 


Trat,6cj,  Cap,  6. 
en  el  Imperio  de  Caligu';?, 
por  cuyo  decreto  se  quitó 
á  todas  las  Ciudades  de  Es- 
paña el  privilegio  de  batir- 
las en  !a  opinión  mas  pro- 
bable  ÓM  los  Antiquarios. 

14  Por  los  años  de  esta 
prohibición  nació  en  Cala- 
horra el  famoso  M.  Fabio 
Quintiliano  gloria  de  su  pa- 
tria y  de  España  ,  Orador 
eminentisimo  entre  todos  los 
de  su  tiempo  ,  primer  Maes- 
tro de  Retorica  en  Roma, 
Restaurador  de  la  eloquen- 
cia  latina  ,  de  cuyas  miemo- 
rias  trataré  luego  largamen- 
te ,  añadiendo  mucho  á  lo 
poco  que  traen  nuestras 
historias  ,  en  honor  de  un 
Español  tan  ilustre. 

15  En  el  Imperio  de  Ha- 
driano  año  de  119.  de  la 
Era  vulgar  residía  en  esta 
Ciudad  Claudio  Quartino;  y 
desde  ella  dirigió  á  los 
Duumviros  de  Pamplona  la 
Carta  siguiente: 


CLAV- 


vie monas  úf 


áta/JOtTá' 


CLAVDIVS     QVARTINVS 
II     VIRIS     POMPEI     SALVTEM 
ET     IVS     MAGíSTRATVS     VESTRÍ 
EXEOVI     ADVERSVS    CONTVMACES 
POTESTIS    ET    NIHILOMINVS    QVí 
CAVTÍONIBVS      ACCIPIENDIS      DE 
SVNT     SCIANT     FVTVRVM   VT    NON 
PER    HOC    TVTI     SINT     NAM     ET     NON 
ACCEPTARVM     CAVTIONVM     PERí 
CVLVM  ADEOS   RESPICIET  ET    QVID 
QVID  PRAESENTES    QVOQVE    EGERÍNT 
ID  COMIVIVNIS    ONERÍS    ERIT     BENE 
VÁLETE    DAT.    NON.     OCTVBRIS    CA 
LLAGORI    IMP.    CAES.    TRAIANO 
HADRIANO     AVG.     III.      COS 


Hallóse  esta  Carta  en 
una  lamina  de  bronce  ,  que 
copió  el  Licenciado  Subiza 
Oidor  ;  y  la  traen  Sandoval 
en  el  Catal.  de  los  Obispos 
de  Pamplona  pag.  3.  Oihe- 
nart  en  su  Notic.  de  la  Vasc. 
P^S'  77»  Sponio  en  la  ^edt, 
8.  de  sus  Miscel.  de  la  an- 
tigüedad erudita  pag.  278. 
De  su  Autor  Claudio  Quarti- 
no  consta  haber  sido  hombre 
muy  distinguido  entre  losRo- 
manos,  á  quien  el  expresado 
EmperadorHadriano  dirigió 
un  Rescripto  sobre  la  tortura 


de  los  Siervos.  Véase  Ulp'a- 
no  ///-'.  8.  de  OfficProc,  /.i. 
j^.  de  Quivstion. 

16  El  Illmo.  Pedro  de 
Marca  dice  en  el  lib.  t.  de 
la  Hist.  de  Bearne  cap.  2, 
que  en  este  mismo  Imperio 
de  Hadriano  se  establecie- 
ron por  calezas  las  Ciuda- 
diís  de  Calahorra  y  de  Pam- 
plona ,  quedando  sometidcs 
á  ésta  en  lo  civil  la  mayor 
parte  de  los  Vascones  ,  y 
agregados  á  aquella  con 
otra  parte  de  la  Vascon"j 
las  regiones  á  que  despue 


54       "España  Sagrada. 
se    extendió    su    Obispado. 
Esta  especie  se  funda  en  la 
división  de  Provincias,  que 
comunmente  se  atribuye  al 
referido  Emperador  ;    pero 
no  h:]biendo  fundamento  só- 
lido en    prueba    de   que  en 
este  tiempo   se  hizo  la  di- 
cha división  ,  como  prueba 
ei  Rmo.  Florez  en  el  tom.  i. 
de  la  España   Sagrada  ,  no 
puedo    dar    fácilmente    mi 
asenso     al     establecimiento 
que  el  citado  Arzobispo  po- 
ne bajo  el  Imperio  de  Ha- 
driano. 

17  Después  que  se  hizo 
la  división  ,  que  se  dice  de 
Constantino  ,  y  se  desmem- 
braron de  la  provincia  Tar- 
raconense los  distritos  que 
formaron  la  Cartaginense  y 
la  de  Galicia  ,  Calahorra 
quedó  por  cabeza  de  todo 
el  territorio  ,  que  se  exten- 
día desde  ella  hasta  tocar 
con  la  Galicia;  por  lo  que  su 
jurisdicción  civil  era  muy 
dilatada  ,  y  pertenecían  á 
ella  muchas  Ciudades  prin- 


Trat.  6g.  Cap.  4. 

cipales   con  las  regiones  en 
que   estaban  situadas  ,   es  á 
saber  ,  la  de  los  Autrigones, 
Caristos  ,  Vardulos  ,  Bcro- 
nes  ,  y  una  parte  de  la  Vas- 
conia.    De  todas  estas  y  de 
sus  pueblos,  se  ha  tratado  lar 
gamente  en  la  2.    part.  del 
tom.  24.  en  la   Disertación 
de  la  Cantabria  ,  y   en   mi 
tom.  31.  donde  hallarán  los 
Curiosos    quanto  se    podria 
decir  en  este  lugar.  La  ma- 
yor parte  del  referido  ter- 
ritorio  fue   muy   poco  fre- 
quentada  y   habitada  de  los 
Romanos  ,    y   por  esta  ra- 
zón  no  se  hallan   aqui  ves- 
tigios de  la  antigüedad  ,  co- 
mo  en  otras    regiones  ;  de 
manera  que  de  todo  el  dis- 
trito sujeto    á  Calahorra   á 
la    parte    septentrional   del 
Ebro  ,  solo  he  tenido  noti- 
cia de  una  lápida  sepulcral, 
que  se  conserva  en  la  Her- 
mita  de  N.  Señora  de  la  Asa 
en    la  ribera  del  expresado 
rio  junto  á  la  Puebla  de  la 
Barca  ,  la  qual  dice  asi: 


Memorias  de  Calahorra. 


5S 


P     SEMPRONIO     TITVLLO 
AN   L  AEMILIAE    TITVLLAE 
AN     XXX     G     SEMPRONIV 
AEMILIANVS    ET     POMPEI 
MATERNA     NVRVS     ET 
S  E  M  P  R  ONl  V  S     TÍTVLLV 
NEPOS        D       F       C 

CAPITULO     VIL 

NOTICIAS    DEL    CELEBRE     ORADOR 

Quintiliano  natural  de  Calahorra. 


I  TWTO  fue  tan  ilustre  la 
i^  Ciudad  de  Cala- 
horra por  los  privilegios  y 
edificios  ,  y  por  el  valor  ,  y 
honores  militares  de  sus  hi- 
jos, quanto  por  haber  dado 
al  Imperio  el  varón  que 
mas  sobresalió  en  ingenio, 
dodrina  y  eloquencia  bajo 
los  Emperadores  Galba,  Ves- 
pasiano ,  Tito  y  Domiciano. 
Este  es  el  famoso  Marco  Fa- 
bio  Quintiliano  ,  Orador  que 
con  sus  preceptos  y  escri- 
tos no  solo  enseñó  á  los  Ro- 
manos ,  sino  que  restauró  la 
Oratoria  levantándola  de  la 


decadencia  á  que  había  ve- 
nido desde  Cicerón  y  Hor- 
tensio  ,  en  que  tubo  la  ma?? 
alta  perfección.  Todos  los 
Escritores  antiguos ,  que  han 
expresado  su  patria  ,  afir- 
man constantemente  ,  que 
fue  Español  ,  y  natural  de 
Calahorra.  Véase  Ensebio 
en  su  Chronicon  á  los  años 
69.  y  89.  de  Christo  ,  Saa 
Gerónimo  contra  Vigilancio, 
Ausonio  en  sus  Profesores 
Burdigalenses  ,  y  Casiodoro 
en  su  Chronicon ,  en  el  Im- 
perio de  Flavio  Domiciano, 
y  Consulado  de  Silvano  y 
Pris- 


5  a  España  Sagrada. 
Prisco.  Ignorase  el  año  de 
su  nacimiento  ,  pero  de  los 
pasages  que  aliora  he  de 
referir  ,  puede  congeturarse 
que  nació  al  fia  del  Impe- 
rio de  Tiberio  ,  6  principio 
del  de  Caligula  ,  que  es  de- 
cir cerca  del  año  40.  de 
Jesu  Christo. 

'2  Hallándose  aun  en  la 
edad  pueril  florecían  Dorni- 
cío  Afro  ,  Crispo  Pasieno  y 
Décimo  Lelio ,  cuyas  ora- 
ciones eran  muy  celebradas 
por  todos  los  Romanos  :  Et 
njhis  pueris  ,  dice  el  mismo 
Quintiliano  ,  insignes  pro 
/^"oluseno  Catulo  ,  Domitií 
Afri  ,  Crispí  Passieni ,  De  - 
clml  Lcelii  oralioncs  fere- 
hantur.  Movido  su  padre  de 
esta  fama  ,  determinó  en- 
viarle á  Roma  ,  para  que 
oyendo  á  tan  doétos  Orado- 
res adelantase  en  las  dis- 
ciplinas quanto  ya  en  sus 
tiernos  años  prometía  la  vi- 
vacidad de  su  ingenio.  En 
sus  Instituciones  se  leen  re- 
petidos testimonios  ,  que 
comprueban  haber  conoci- 
do y  oído  á  Djmicio  Afro. 
En  el  lib.  12.  cap.  11.  di- 
ce :  que  él  era  testigo  ocu- 
lar ,  de  que  este  Orador  ,  en 
medio  de  ser  el  mas  exce- 
lente  de   todos  los  que  pu- 


Trat.  69.  Cap.  7. 
dü  conocer  ,  perdía  mucho 
de  la  reputación  que  se  ha- 
bla grangeado  ,  á  causa  de 
no  desistir  de  su  egercicio 
aun  quando  por  la  suma  se  • 
neélud  le  faltaba  ya  la  voz, 
y  otras  propriedades  que 
necesita  el  Orador  ,  y  con  - 
sume  el  tiempo  ó  la  enfer- 
medad. ^hí¿  ego  Ij?ige  om- 
nlum  ,  quos  mibi  cognosccre 
contlgit  ,  suminum  Orato- 
re-n  valde  senem ,  quotidie 
ai  i  quid  ex  ea  ,  quam  merue- 
rat  ,  au6ioritate  perdentem^ 
cu,n  ,  agente  illo  ,  quem  prin- 
cipcm  fuisse  quondam  fori^ 
non  erat  dubiam  ,  alii  [qtwd 
indignum  vldehatur  )  ride- 
renü  ,  alii  erubescerent :  quíS 
occasio  illis  fnit  dicendi^ 
malle  Ulum  deficere  ,  quan 
dcsinere.  En  el  lib.  la.  c.  i. 
reñere  la  respuesta  de  Dj  ■ 
micio  ,  satisfaciendo  á  una 
pregunta  del  mismo  Quin- 
tiliano  sobre  qué  Poeta  re- 
putaba por  el  primero  des- 
pués de  Homero.  Uíar  enim 
ver  bis  iisdem  ,  qu¿e  ex  Afro 
Domitio  juvenis  accepi ,  qui 
mibi  interroganti ,  quem  Ho- 
mero credcret  máxime  ac- 
cederé ;  secundas  ,  inqait^ 
est  í^irgil  US  proplor  prino^ 
quam  icrtio.  Pero  el  lugar 
mas  exDre.:o  y  convincente, 
de 


Noticias  del  Orador  Quintiliano.         57 
de    que    fue    discípulo    del     bien  nuestra  Orador  á  Julio 


mencionado  Orador  ,  es  el 
que  pone  en  el  lib.  5.  c.  7. 
donde  hablando  de  los  tes- 
tigos, que  intervienen  en  las 
causas  forenses  ,  dice  ,  que 
en  los  primeros  años  de  su 
adolescencia  freqnentó  la 
escuela  de  Domicio  Afro, 
que  ya  entonces  era  viejo. 
Sufficicbant  alioqui  libri  dúo 
á  Domitio  Afro  in  hanc 
rem  composiH  ,  quem  ado- 
kscentul'ts  sencm  colui  ,  ut 
non  ledia  mihi  tantum  ea, 
sed  pleraque  ex  ipso  stnt 
cognita.  C.  PünioCecilio  Se- 
cundo discípulo  de  Quinti- 
liano  refiriendo  (r)  lo  que  su 
preceptor  le  habia  contado 
de  una  sentencia  de  Domi- 
cio Afro  en  ocasión ,  en  que 
eraba  Larcio  Licinio  ,  y  los 
oyentes  interrumpían  su  ora- 
ción con  repetidos  aplausos, 
empieza  la  narración  con  es- 
tas palabras  ,  que  comprue- 
ban lo  mismo.  Ita  certe  ex 
Quintíliano  prcüceptors  meo 
audisse  memini.  Narrabat 
Ule  :  AsseÜabar  Domitium 
Afrum  cum  apud  centumvi- 
ros  diceret  grcivíter  ,  & 
lente  hoc  enim  illi  actionis 
genus   erat»    Conoció   tam- 


il)   Epist.  Uh.  2. 
Tom,  XXXllL 


Africano  ,  el  qual  después 
de  Domicio  era  el  mas  so- 
bresaliente de  aquel  tiempo. 
De  ambos  hace  memoria  en 
el  lib.  ro.  cap.  i.  cerca  del 
fin  :  y  del  juicio  que  forma 
de  los  dos  se  colige  ,  que 
tubo  por  Maestros  á  los  mas 
aventajados  en  la  Oratoria. 
Eorum  ,  quos  viderim  ,  di. 
ce  ,  Domitius  Afer  S  Ju^ 
lilis  Africanus  Ion  ge  prces- 
tantissimi.  Verborum  arte 
ille^  &  tota  genere  dicendi 
prc^ferendus^  &  quem  in  nu^ 
mero  veterum  hahere  non 
ti  meas,  Hic  concitatior ,  sed 
in  cura  verborum  nimius^ 
&  compositione  nonnumquam 
longior  ,  S  translationibus 
pariim  modicus, 

3  No  solo  se  aplicó  á 
la  Oratoria  sino  también  á 
la  Jurisprudencia  en  cuyo 
estudio  tubo  en  mi  sentir 
por  Maestro  á  Marco  Ser- 
vilio  Noviano  ,  ó  como  otros 
escriben  Noniano  ,  que  ,  co- 
mo dice  Tácito ,  fue  famo- 
so en  el  derecho  Civil  ,  y 
en  la  Historia  Romana  que 
escribió  en  sus  últimos  años. 
El  mismo  Quintíliano  men- 
ciona á  este  Servilio  en  el 
lib. 
epist.  ad  Muxinmm, 

H 


5  8      España  Sagrada.  Trat,  69,  Cap,  7. 


lib.  10.   cap.  19.    donde  ex- 
presamente   dice  ,    que    le 
oyó ;    y     asegura    que    fue 
hombre     de    excelente    in- 
genio, y  copioso  de  bellas 
sentencias  ,  pero  menos  ce- 
ñido de  lo  que  pide  la  ma- 
gestad  de  la   Historia.  Qui 
S  ipse  d  nobis  auditus  est 
clari  vir    ingenii  ^  &    sen- 
teníiis    creber ;    sed    minus 
pressus  ,   quam  bistorice  au- 
díoritas  postnlat. 
'■    4     Tácito  en  el  lugar  ci- 
tado  pone  la  muerte  de  Do- 
micio    Afro,    y    de   Marco 
Servilio  en  el  Consulado  de 
Vipsanio  Aproniano  ,  y  de 
Fonteyo  Capitón  ,   que  con- 
currió con  el   año    59.  de 
la  era  vulgar.   Por  lo   qual 
se  ha  de    tener  por    cier- 
to ,  que   Quintiiiano  residió 
y    estudió    en  Roma    antes 
de   la  muerte  de  Nerón  ;  y 
consiguientemente  que  quan- 
do     Éusebio     escribe     que 
Galba  proclamado  ya  Em- 
perador   le  llevó   consigo  á 
Roma,  debe   suponerse  que 
Quintiiiano  ,  ó  por  el  deseo 
de-  ver.  á  su   familia'  y  pa- 
tria ,  ó  por  su  aborrecimien- 
to á  los  desordenes  de  Ne- 
rón   se    habia    restituido  á 
Calahorra. 

S    Henrique  Dodwell  se 


inclina  ,  á    que  Quintiiiano 
vino    á    Calahorra     en    el 
principio  del  año  de  la  era 
vulgar    61.    y    á   que    fue 
traido  por  Galba  ,  á  quien 
Nerón    en  el   medio   de  su 
Imperio   ofreció    la  provin- 
cia Tarraconense ,  como  es- 
cribe Suetonio.  Juzga  tam- 
bién que   no    estubo  ocioso 
en    su    patria  ,  sino  que  se 
empleó   hasta  el  año  de  68. 
en  la    enseñanza  de    la  Ju- 
risprudencia y   de   la   Ora-, 
toria  ,  cuyo  estudio  florecía 
no  solo  en  Roma  sino  tam- 
bién en  las  Provincias  ,  por 
ser  muy  nesesario  el  uso  de 
ambas     facultades    en     los 
juicios  públicos  ,  que  en  ellas 
se  tenian.   Y  que  en   Espa- 
ña estaban  en  su   vigor  los 
estudios  lo  comprueban,  di- 
ce ,  los   egemplares  de  tan- 
tos   y    tan    doélos    varones 
como  dio  aquella  provincia^ 
es  á  saber ,  Lucano  ,  los  Sé- 
necas ,  Marcial ,  y  los  otros 
Quintilianos  fuera  del  núes* 
tro.  No  hay    testimonio  en 
favor    de    la  congetura   de 
Dodwell  sobre  lo  que  escribe 
de  Galba  ;  pero  puede  te- 
nerse por  verisímil  en  vista 
de  que  éste  se  declaró  pro- 
tedor    de    los     estudios   de 
Quintiiiano.     Asimismo     e 
mijys 


Noticias  del  Orador  QuintilJano.  59 

muy  probable,  que   nuestro     Italicenses  ^  (e  quíbus  Tra 
joven  Calagurritano  se  ocupó 
en  la  instrucción  de  sus  pai- 
sanos y  conciudadanos,  pues 
como    veremos    luego ,   fue 
muy  propenso  á  la  enseñan- 
za de  niños   y    jóvenes,  y 
es  muy  natural  que   en  su- 
posición    de    residir    como 
residió  en  Calahorra  mien- 
tras Galba  gobernó  la  pro- 
vincia de  Tarragona  ,  hicie- 
se este  beneficio  á  su  patria, 
ó   por    particular  comisión, 
ó  por  su  proprio  deseo  de 
aprovechar  á  los  suyos.  Lo 
cierto  es,  que    España,  fue 
una  de  las  provincias  en  que 
mas  florecieron  las  escuelas 
públicas  principalmente  des- 
de el    Imperio  de  Augusto, 
como  afirma  Celarlo  en  su 
Disertación  de    los  estudios 
de  los  Romanos   en    Roma, 
y  en  las  provincias:  Sed  hcec 
facies  antigua  erat:pulcbrior 
sub  Augusto  tot  novis  Colo- 
rí ti  s    in    eam   dedu6tis ,    ^ 
veteribus  in  melius  cultius- 
que  reformatis  ,  ex  quo  tem- 
pere Corduba  etiam  ingenio- 
rummater fa&a  ^  ut    Luca- 
nus  ,  &  uterque  Séneca  ,  ad 
cmnem    elegantiam     erud'Ui 
alumni  testimonio  sunt  luru- 
lento.  Emeritenses  ,  Casar- 
augusiatios  ,  Tarraconenses, 


jjnus  f'uit)  Bilbilitanos  unde 
Miirtia/is ,  Calagurritanos^ 
alias  que  nunc  mis  sos  faci^ 
mus, 

6     En   el    año    68.    fue 
sublimado   al    Imperio   Sul- 
picio    Galba  estando  en  la 
España    Tarraconense  ,  cu- 
yo gobierno  tubo   por  ocho 
años.  Este  hizo  gran  apre- 
cio   de     los    Vascones ,  de 
cuya    región   sacó    algunas 
Cohortes ,  y  las  llevó  á  Ro- 
ma ,  esperando   de   su    va- 
lor ,    que    le    ayudarían    á 
establecer  su  Imperio.  Lle- 
vóse también  de  Calahorra 
á     M,     Fabio    Quintiliano, 
para    que    el    grande  inge- 
nio y    la   superior  eloquen- 
cia  de  este  joven    tubiesen 
mayor    lucim"ento  y  esplen- 
dor entre   los  honrbres   sa- 
bios de  aquella  Corte.    Poco 
tiempo  logró  nuestro  Cala- 
gurritano   la    protección  de 
Galba ,    porque   haciéndose 
éste    odioso    por    el  dema- 
siado rigor,    con  que  trató 
algunos   pueblos    de    Espa- 
ña ,   y  de  las    Gallas,  que 
no  le  reconocían   con    gus- 
to ;  y  desacreditándose  por 
la    mala    conduda    de    sus 
ministros ,   fue    abandonado 
de   todos ,  y   muerto  al  fin 
H  2  en 


6o  España  Sagrada* 
en  el  año  de  sesenta  y 
nueve. 

7     En    Los  Imperios  de 
Vespasiano    y    de    Tito    se 
egercitó  Quintiliano  en    las 
causas     forenses  ,    siguien- 
do el  egemplo  de  los  Ora- 
dores  mas    famosos    de    su 
edad.  Gaspar  Barthio  en  el 
libro  44.  cap.  8.  de  sus  Ad- 
vers.  parece  negar  este  pun- 
to   ;    pero    demuéstrase    su 
equivocación     con     muchos 
lugares  del  mismo  Quintilia- 
no. En  el  lib.  7.  cap.  i.  tra  - 
tando  de  la    división  ó  dis- 
posición   de    las    partes  de 
que  consta   la  oración,   ex- 
pone lo  que  él  hacía   en  las 
controversias   del  foro.  Igi- 
tur   quid    ego    sim    secutus^ 
quodpartim  praceptis^  par- 
thn  u'surpatum  ratione  cog- 
noveram  ,  promatfi  ^necenim 
umquam   dissimulavi.     Erat 
rtiihi   cur<:e  in   controversiis 
forensibus  nosse  omnia  ,  quú^ 
in  causis  versarentur  ,  &c. 
En  el  lib.  4.  cap.  2.  tratan- 
do  de  la  narración  ,  y  en- 
señando  que   ésta    se   debe 
hacer    de    todas    las  cosas, 
que   el  Orador  ha  de  admi- 
tir ó  rechazar  en  las  prue- 
bas ,  refiere  con  modestia  lo 
que  él  prad'caba  con  apro- 
bación y  aplauso  de  los  eru- 


Trat,  69.  Cap.  7. 

ditos  y  de  los  Jueces  que  le- 
oian  :  Me  certe  ^  quantacum- 
que  nostris  experimentis  ha- 
benda  est  fides  ,  fecisse  hoc 
in  foro  ,  quoties  ipsa  desi- 
derabat  iitilitas  ,  probanti- 
bus ,  S  eruditis  ,  S  bis  ,  qui 
judicabant  ,  scio  ;  S  quod 
non  arroganter  dixerim^quia 
sunt  plurimi  ,  quibuscum 
egl  ,  qui  7ns  refellcre  pos- 
sint,  si  mentí ar  ,  fire  po- 
nendce  a  me  aauscv  officium 
exigebatur, 

8  Consta  asimismo  ,  que 
se  ocupó  en  las  causas  fo-. 
renses  siendo  aun  de  poca 
edad  ;  porque  hablando  en 
el  lib.  7.  cap.  2.  de  la  cau- 
sa deNevio  Aproniano,  que 
estubo  á  su  cargo  ,  dice  que 
la  publicó  llevado  como  jo- 
ven del  apetito  de  la  gloria. 
Quam  a&ionem  equidem  so~ 
lam  in    hoc  tempus    emise- 

«  ram  ,  quod  meipsum  fecis- 
se sediidiwn  juvenili  cupi- 
ditate  gloria:  fateor, 

9  Pasado  el  año  70.  de 
Christo  egercia  aún  el  ofi- 
cio de  Abogado  ,  lo  que  se 
convence  de  otro  testimo- 
nio que  trae  en  el  lib.  4.  c. 
I.  donde  tratando  del  mo- 
do con  que  el  Orador  po- 
drá concillarse  la  benevo-^ 
lencia  del  juez  ,  hace  me- 
mo- 


.  Noticias  del  Orador  QuintUiano. 
mofia^de  una  causa  de  que  en  el  concepto  de 
oró  en  favor  de  la  Reyna 
Berenice  hallándose  .ella  pre- 
sente á  la  acción.  Fuerunt 
quídam  rerum  suarum  judi- 
ces.  Nam  &  in\  libris  obser^ 
vationum  ú  Septimio  editis 
adfuisse  Ciceronem  tali  cau- 
see invenio.  Et  ego  pro  Re- 
gina Berenice  apud  ipsam 
causam  dixi,  , 

10     Esta  Berenice  ,  ó  co- 
mo escriben    otros    Beroni- 
ce  ,  fue  hija  de  Agripa  el 
mayor  ultimo  Rey   de  Ja- 
dea ,  hermana  de  Agripa  el 
menor  Rey  de  Iturea.    Ca- 
sóse   prim.ero   con  Herodes 
Rey  de  Chalcide  su   tio  ,  y 
después  con  Polemon  Rey  de 
Ciiicia.  Hallándose    Vespa- 
íiano  y  Tito  en   la  guerra 
contra  los  Judios  ,  pudo  ga- 
nar  la  voluntad  de   Vespa- 
siano  haciéndole  magníficos 
presentes  ,    y  favoreciendo 
el   partido  de  los  Romanos; 
y  encendió   á    Tito    en    su 
^mor  ,  de  suerte  que  des- 
pués de  la  conquista  de  Je- 
Tusalén  ,  fue  llevada  á  Ro- 
ma ,  y  hospedada  en  el  pa- 
lacio del  Emperador  ,  don- 
de manejaba    los    negocios 
del  Imperio  no    menos  que 
si  fuera  Emperatriz^  ,  ó  co^ 
mo  quien  estaba  destinada 


6i 

todos 
para   ser    esposa    de   Tito. 
Hacese  mención  de  esta  Rey- 
na en   los  hechos  Apostóli- 
cos en  los  cap.  25.  y  26.  de 
donde  consta  que  oyó  la  de- 
fensa ,  que  San  Pablo  hizo 
vindicándose    en    presencia 
de  Festo   de    las    acusacio- 
nes de  los  Judios.  Dion   la 
pone  residiendo  '  en    Roma 
en  el  año  75.^  en  el  Consu. 
lado  VI.    de  Vespasiano    y 
IV.  de  Tito.    De  donde  se 
colige  evidentemente  ,    que 
Quintiliano  se  egercitaba  to« 
davia  por    este    tiempo  en 
las   causas  concernientes  al 
foro  ;  pues  se  le  encomen- 
dó la  de  Berenice  ,  que  en 
el  año  dicho  vino  á  Roma, 
y   se   halló  presente  á  laaC'- 
cion  de  su  propria  causa.    -í* 
1 1     Acerca   del   negocio 
de    Berenice    sospecha    D; 
Nicolás    Antonio ,   que   futí 
en  materia  de  intereses  ,'  sirt 
otro    fundamento  que   afir-^ 
mar  Josefo  lib.   20  cap.  54 
que  fue   muger    muy   rica¿ 
Pero     sin    recurrir    á   esta 
presunción   tenemos    en  los 
Historiadores   algunos  indi^ 
cios-del  rtiotivo  -que  ocur-^ 
rió  para  la  defensa,  que  hí-í- 
zo  Quintiliano  en  honor  de 
esta  Reyna.   Siendo   públi» 
eos 


02        España  Sagrada.  Trat.  69.  Cap.  7. 
eos  en  Roma  los  amores  de     borotos  del   pueblo  la    ím- 


Tito  ,  y  creyéndose  que  es- 
te  Principe  pretendía  casar- 
se   con    Berenice  ,    lo    quj 
murmuraba  grandem  nte  el 
pueblo  Romano ,    se  espirr 
cian  muchas  voces ,  de  que 
resultaba  mucha  infamia  al 
mismo  Tito  ,   y  á  su  queri- 
da Berenice.    Lkgó   ei  atre- 
vimiento á    tal   grado  ,  que 
un  Profesor  Cmico    llama- 
do Diogenes  se   presentó  en 
el  Theatro  ,   que  estaba  lle- 
no de    gente ,  y  sin    temer 
la    autoridad   .de    Principes 
tan    podero'sos    dijo    contra 
ellos  muchas  afreutas  ;  de- 
lito por  el  qual    fue  conde- 
nado á    azoie^:.    Otro   de  la 
misma  profesión    por   nom- 
bre Heros  ,  creyendo  que  no 
le  darían   castigo  mis  gra- 
ve que  á    Diogenes ,   se  ex- 
cedió de  modo ,  que  en  to- 
no   de      perro     enfurecido 
arrojó    de   su   boca    muchas 
injurias,  é  insolencias.  Vlnita 
^  insolentia ,    dice     Dion, 
canum  more  exclamavlt ,  cu- 
ya osadía  se  castigó  cortán- 
dole    la    cabeza.    Es    pues 
muy  verisímil ,  que  Quintí- 
liano    defendió    á    Berenice 
por    mandado   de    Tito    en 
asunto  de  algunas  falsas  ca- 
lumnias ,  que  ea  aquellos  al« 


putanan  los  desafedos  á  su 
persona. 

12      Hacíase    en    Roma 
grande  aprecio  de  las   ora- 
ciones   de    nuestro    insigne 
Calagurritano ,    y  por   esta 
razón  tenían  algunos. el  cui* 
dado   de  copiarlas  movidos 
del  ínteres  que  les  resulta- 
ba de  la  venta  de  los  egem- 
piares.   Así  lo  indica  él  mis- 
mo   en    el   lib.    7.     cap.    r, 
donde    mencionando  la   ac- 
ción  que   tubo  en  la  causa 
de  Nevío    Aproníano    dice, 
que  ésta  sola  fue  divulgada 
por  él ,  pero  que  las  demás 
que  corrían  con  su  nombre, 
estaban   corrompidas  en   la 
mayor  parte  por   la   negli- 
gencia de    los  que   las    co- 
piaban para  sus  lucros.  Nam 
ccetertV  omnes^  quce  sub  nomi- 
ne meo   feruntur ,   negligeri'- 
tia  excipienthim  in  qucestum 
notariorum    corruptce    mini" 
mam   partem  mei  habent, 

[3  Fue  Orador  perfedi- 
simo  no  solo  en  todo  lo  que 
abraza  la  eloquencia  ó  el 
arte  ,  sino  también  en  los 
requisitos  que  nacen  ,  y  de- 
penden de  la  naturaleza  ó 
propria  experiencia.  Tra- 
tando en  el  cap.  3.  del 
lib.  ó.  de  los  medios  que 
ha 


Noticias  del  Orador  Quintil  ¡ano,         63 
ha  de  usas  el  Orador  para     y  juicio ,  que  podia  discer- 


¿nover  los  afedos  del  juez, 
y  mudar  y  como  transfi- 
gurar su  animo,  enseña, 
que  el  principal  está  en 
representarse  el  mismo  Ora- 
dor los  sucesos  de  que  ha- 
bla con  tal  viveza  ,  que  no 
contentándose  con  .  mostrar 
su  conmoción  en  las  pala- 
bras ,  acciones  y  rostro, 
procure  hacer  que  su  in 
terior  se  conmueva  real- 
mente. En  lo  qual  dice  se 
esmeró  él  de  modo,  qué  quan- 
do  el  caso  lo  pedia  ,  arroja^ 
ba  lágrimas  ,  y  aun  muda- 
ba el  color  ,  manifestando 
que  su  dolor  era  muy  cerca- 
no al  verdadero.  H¿ec  dissi- 
mulanda  mihi '-  non  fuerunt^ 
quibus  ipse ,  quantuscumque 
usus  fuit ,  nam  pervenisse 
tne  ad  aliquod  nomen  ingenii 
credo,  frequenter  motus  sum^ 
ut  me  non  lachrymce  solum 
áeprehenderent ,  sed  pallor- 
¿?   verJsimilis  dolor, 

14  Como  Quintiliano  se 
formó  en  la  eloquencia  po- 
niendo su  estudio  en  imitar 
á  los  oradores  mas  famo- 
sos que  le  precedieron. 
Griegos  ,  y  Latinos ,  como 
Demosthenes  y  Platón ,  Hor 
tensio  y  Cicerón ;  y  ademas 
de   esto   tenia    tal    ingenio 


nir  la  propriedad  en  que 
mas  sobresalía  cada  uno  ,  y 
añadir  la  perfección  que 
faltaba  en  ellos,  enmendando 
los  defeétos,  en  que  hablan 
caído  ,  llegó  á  ser  admirado 
y  aplaudido  de  todos  como 
dechado  de  la  eloquencia  vms, 
pura  ■■  y  sólida.  Por  lo  mismb 
se  presuaofieron  los  Roma- 
nos, a  que  tenian  en  él  uti 
hombre  capaz ,  á  lo  menos 
de  restaurar  la  erudición  ,  y 
elegancia;  de  los  que  flore- 
cieron en  el  tiempo  de  Au- 
gusto; y  como  viesen  que 
el  mejor  medio  para  lograr 
este  ñn  era  el  establecimien^ 
to  de  una  escuela  pública, 
en  que  fuesen  instruidos  los 
jóvenes  de  Roma,  le  indu- 
geron  á  que  tomase  por  su 
cuenta  este  proyedo  ,  seña- 
lándole ciertos'  gages  que 
dehíian  sacarse  del  fisco  6 
tesoro  general. 

15  El  Chronicon  de  Eu- 
sebio  pone  esta  noticia  en 
el  año  89.  de  Christo  con 
estas  palabras.  Quhnilmnus 
ex  Híspanla  Calagurrita- 
ñus  primus  Romee  publicam 
scholam,  &  salarium  é  fuco 
acccpit ,  S  claruit,  Casiodo- 
ro  después  de  nombrar  los 
Cpiísules  Silvano  y  Prisco 
usa 


64  España  Sagrada» 
usa  de  los  mismos  términos 
copiando  sin  duda  este  lu- 
gar de  Eusebió  ,  á  excep- 
ción de  que  no  expresa  la 
Patria  de  Quintiliano  ,  sino 
solo  la  Nación.  En  el  año 
referido  gobernaba  el  Impe- 
rio Domiciano  ;  y  de  aquí 
parece  resultar. ,  que  en  el 
tiempo  de  este  Emperador 
se  abrieron  en  Roma  las  Es- 
cuelas de  Retórica  ,  asig- 
nándose á  los  Preceptores  sa- 
lario público. 

-•  16  Suetonio  en  Vespa- 
siano  escribe,  que  este  Empe- 
rador fue  el  primero  que  es- 
tableció gages  á  los  Maes- 
tros de  Retórica,  asi  Grie- 
ga como  Latina  :  Ingenia  & 
artes  máxime  fovit.  Primus 
e  fisco  Latinis  ,  Gr^ecisque 
Rethoribus  annua  centena 
constituit.  Siendo  ,  pues  ,  el 
Imperio  de  Vespasiano  an- 
terior, al  de  Domiciano  ,  pa- 
rece que  nuestro  Orador  no 
fue  el  primero  en  el  honor 
de  tener  escuela  pública  ,  y 
salario  del  fisco  Roma«o.  Pe- 
ro esta  dificultad  se  resuel- 
ve concillando  á  Eusebio 
con  Suetonio  ,  y  diciendo 
que  tubo  este  empleo  por 
Vespasiano  ,  pero  que  flo- 
recía aún  en  e!  Imperio  de 
Domiciano,  y  que  estoso- 


Trat,  69.  Cap.  7. 
lo    es  lo  que  significó  Eu- 
sebio ,  y  no  precisamente  el 
año  primero  de    su  Magis- 
terio. 

17  Ambrosio  de  Mora- 
les en  el  lib.  9.  cap.  27.  tiene 
gran  dificultad  en  creer  lo 
que  escribe  Eusebio.  Funda- 
se en  que  Marco  Tullo  ha- 
ce algunas  veces  memoria 
de  los  que  enseñaron  en  Ro- 
ma públicam.ente  !a  Elocuen- 
cia; y  asimismo  Séneca  el 
Viejo  ,  y  aun  Quintil iano  ha- 
blan de  escuelas  públicas^ 
y  de  los  que  en  ellas  dieron 
preceptos  de  Retórica  mu- 
cho antes  de  la  edad  de 
estos  Autores.  D.  Nicolás  An- 
tonio ,  convencido  de  esta 
razón  dice  ,  qué. el  lugar  de 
Eusebio  para  ser  verdade- 
ro ,  debe  entenderse  de  ma- 
nera que  diga  ,  que  Quinti- 
liano  fue  el  primero  que  go- 
zó pensión  pública  del  fis- 
co ,  pero  no  el  primero  que 
enseñó  públicamente  la  Ora^ 
toria. 

18  Sin  embargo  ,  soy  de 
sentir,  que  antes  de  Vespa- 
siano no  florecieron  en  Ro- 
ma escuelas  ,  que  hubiesen 
sido  instituidas  por  la  Repú- 
blica ,  ó  por  los  Emperado- 
res ,  ó  el  Senado  ;  y  consi- 
guientemente que  merecie-. 

sen 


Noticias  del  Or 
sen  e!  nombre  de   públicas. 
Es  verdad  ,  que  muchas  en- 
señaron á  los  jóv'ene>  ¡a Gra- 
mática ,  y  Retórica  ;  v  que 
en   alguii  tieni^  >  creció  tan- 
to el   nú  ñero    de  Precepto- 
res ,  qae  pasaban  de    veinte 
Kis  E'^cneids.  Pero  estos  eger- 
ciaii   el  Magisterio    en    sus 
proprias  casas ,  y    eran  pa- 
gados por  sus  discípulos,  ó 
por  algunas  personas  parti- 
culares ,  que    deseosas    del 
bien  general  fomentaban  las 
letras  con   sus    caudales.  Si 
alguno  logró  gages  del  Em- 
perador ,  no  fue  porque  en- 
señase   públicamente  ,  sino 
por    otro    motivo    especial. 
De  este  modo  Verrio  Flaco, 
que  gozó  ,  según   Suetonio, 
una  buena  pensión  por  be- 
neficio de  Augusto  ,  no  fue 
premiado  asi  porque    ense- 
ñase   públicamente  ;    antes 
bien  testifica  el  citado  His- 
toriador ,  que  el  lugar  don- 
de enseñaba  fue  el  Atrio  de 
Catilina,  que  era  parte  del 
Palacio  ,  y  con  la  condición 
de  que   no  habia    de  tener 
en  adelante  otros  discípulos 
que  los  sobrinos  del  expre- 
sado Emperador.  Véase  el 
cap.  17.  de  íllustr.  Gramm. 
El    mismo  Escritor  trae  en 
el  cap.   I.   de  CL  Retb,  eá 
Tom,  KXXllL 


ador  QuintiUam,        65 
Edieto  de  los  Censores  Do- 
micio  Enobarbo ,  y  L.  Lici- 
nio  Craso  ,  contra  los  Maes- 
tros de  Retórica  ;  y  de   las 
palabras  en  que  está  conce- 
bido ,  se  infiere  que  las  Es- 
cuelas no  habían  sido  erigi- 
das por  otra  autoridad  que 
la  de  los  mismos  que  ense- 
ñaban. Por  lo  qual  ,  es  mas 
probable  que  Quintiliano  fue 
el  primer    Maestro   público» 
de  Eloqüencia  ,  asi  porque; 
fue  elegido    por  la  potestad 
pública,  como  porque   se  le 
asignó    pensión     anual     del 
fisco  ó   tesoro  del  Empera- 
dor. 

19  Aunque  el  oficio  de 
Orador  era  mas  acomodado 
al  proprio  esplendor  ,  y  lu- 
cimiento ,  aceptó  Quintilia- 
no con  mucho  gusto  el  em- 
pleo de  enseñar  á  la  juven- 
tud ,  conociendo  que  sin  em- 
bargo de  que  este  egercicio 
le  impedia  orar  con  tanta 
freqüencia  en  el  Foro  ,  re- 
sultaría de  él  mayor  y  mas 
general  provecho  ,  que  es  lo 
que  un  buen  Ciudadano  de- 
be apetecer  sobre  todo.  Ocu- 
póse en  este  Magisterio  con 
el  mayor  aplauso  por  espa- 
cio de  veinte  años  ,  como  él 
mismo  testifica  en  el  Prólo- 
go del  lib,  I.  de  sus  Institu- 
I  cío- 


66  España  Sagrada. 
ciones.  Salieron  de  su  Es- 
cuela jóvenes  muy  aventa- 
jados en  la  Eloqüencia  ,  los 
quales  hicieron  mucho  ho- 
nor á  su  Maestro  ,  y  á  su 
siglo.  De  estos  fue  C.  Plinio 
Cecilio ,  el  qual  adelantó  con 
los  preceptos  de  Quintilia- 
no  en  tan  breve  tiempo  ,  que 
á  los  diez  y  nueve  años  de 
su  edad  oraba  ya  en  el  Foro, 
y  decía  en  presencia  del 
Senado  sobre  las  causas  de 
mayor  importancia.  El  mis- 
mo Plinio  en  la  epist.  14. 
del  lib.  2.  le  llama  á  boca 
Ijena  su  Preceptor  ;  y  en  la 
epist.  6.  del  lib.  6.  afirma, 
que  el  Padre  de  Julio  Nason, 
hombre  muy  amante  de  los 
estudios  y  de  los  estudio- 
sos ,  concurría  á  las  escue- 
]í;«í  de  Quiíitiliano,  y  de  Ni- 
cetas .  á  quienes  él  también 
oía  como  á  Maestros. 

áo  Para  que'  sfe  perciba 
mejor  el  provecho  que  Quin- 
tiliano  hizo  en  los  Romanos 
enseñándoles  públicaínente 
les  preceptos  déla  verdadera 
Elocuencia  ,  se  ha  de  saber 
que  este  nobilisimo  Arte  vi- 
no decayendo  scnsibk^menfe 
desde  la  edad  de  Cicerón 
hasta  el  imperio  deVespa- 

'|i)    ¿ib'^ío.'cap.  I.   ' 


Trat.  6g.  Cap.  7. 
síano  ,  en  que  nuestro  Ofa- 
dor  abrió  su  Escuela.  Ver- 
dad es  ,  que  aun  en  este 
tiempo  florecían  algunos  que 
eran  dignos  del  nombre  de 
eloqüentes  y  Oradores ;  pe- 
ro estos,  además  de  ser  muy 
inferiores  respeéto  de  Cice- 
rón ,  eran  imitados  de  muy 
pocos  ,  siguiendo  la  mayor 
parte  de  sus  coetáneos  el 
depravado  gusto  ciie  enton- 
ces reynaba.  A  excepción  de 
estos  pocos  que  mantenían 
de  algún  modo  la  Eloqüen- 
cia de  los  antiguos  ,  en  los 
demás  estaba  ya  tan  perdi- 
da ,  que  parece  no  se  ama- 
ba sino  el  vicio.  Asi  consta 
del  mismo  Quintiliaiio  ,  que 
haciendo  crisis  de  Séneca  ,  y 
de  sus  Obras  dice  ,  que  no 
agradaba  á  sus  Lcélores  si- 
no por  lo  vicio*>o  de  su  esti- 
lo :  Sea  pla.ebat  propter  so- 
la vitia  ,  S  ad  ea  se  quis- 
que dirlgebut  effíngcnda^ 
quce  pote,- ai  fi).  Y  en  otra 
parte:  Muchisimos  hay  ,  di- 
ce ,  que  ponen  su  conato 
en  iniÍLar  lo  pésimo,  y  mas 
corrompido:  N'wv  sunt  plw 
rin¡i  ,  qui  similitudinem  pe- 
ssimi  cujusque  ,  S  corrup^ 
tissimi  coiiíupierint*  Algu- 
nos 


Noticias  del  Orador  Quintiliano.         6j 
nos    tenían   tan   perdida  la     ita  utuntur  ^ut  lascivia  ver- 


idea  de  la  Eloqiiencía  ,  que 
creían  haber    imitado   per- 
feélamente  á  Cicerón  con  so- 
lo haber  puesto  en   la  clau- 
sula las  palabras  e^se  vidca- 
tur.   Noveram  quosdam  ,  di- 
ce ,  qui  se  pulchre  expresi- 
sse  ^enus  illud  ccelestis  hu- 
jiís  in  dicendo  viri  (Cicero- 
nis  ) ,  si  in  clausula  posui- 
■fsent^es^e  videatur(i). Otros 
eran   aficionados  á  la  Ora- 
ción ,  que  solo  se  componía 
de  pompa  ,  y  ojarasca  ,  cu- 
yo artificio  no  tenia  otro  ob- 
jeto ,  que    deleytar   los  oí- 
dos   del    vulgo     ignorante: 
yílios  recens   hcec  lascivia^ 
áeliticeque  ,  ¿?  omnia  ad  vo- 
Juptatem  multitudinis   impe- 
ritas    composita    dclediant. 
En   fin  ,    la  Oratoria   habia 
perdido  en    casi    todos   los 
que   vivían  en    tiempo    de 
Quintiliano   la  nobleza  ,  so- 
lidez, y  naturalidad  antigua; 
y  solo  se  veían  en   ella  la 
afedacion  ,  y  otros  vanisi- 
mos  adornos  ,  que   la  hacim 
afeminada ,  é  hinchada  :  Ñe- 
que    enim     oratovius     isíe^ 
immo  hercule^ne  viril  i  s  qui- 
dem  cultas  est  ^  quo  plerique 
temporum  nosírorum  adiares 

(i)     Lib.  10.  cap.  2. 


horum  ,  ¿5*  levitate  sen t en- 
tiarum  ^  &  Ucencia  cor:pa^ 
sitionis  histrionales  modos 
exprimant ,  quodque  vix  au^ 
di  tu  fas  es  se  debeat  ,  laa- 
dis  ,  ^  ^lorice  ,  ^  ingenii 
loco  plerique  ja&ant ,  cari" 
tari ,  saltarique  commenta- 
ríos  suos,  Unde  oritur  illa 
fceda  ,  &  prepostera  ,  sed 
tamen  frequens  quibusdam, 
exclamatio^  ut  or atores  nos- 
tri  teneré  dicere  ,  histriones 
diserte  saltare  dicantur. 

21  Advirtiendo  ,  pues, 
Quintiliano  los  grandes  de- 
fedos  de  los  Oradores  de  su 
edad  ,  se  esforzó  á  dester- 
rar el  mal  gusto  que  domi- 
naba ,  mostrando  que  en  las 
oraciones  nada  se  encon- 
traba menos  que  el  buen  es- 
tilo. Y  deseando  que  éste 
volviese  al  estado  de  que 
habia  caido  ,  puso  todo  su 
conato  en  persuadir  á  sus 
discípulos,  que  si  pretendían 
hacerse  dignos  del  nombre, 
y  g'oria  de  Oradores  ,  pu- 
siesen su  estudio  y  aplica- 
ción en  imitar  á  los  anti- 
guos ,  en  especial  á  Cice- 
rón ,  en  quien  no  solo  en- 
contrarían la  vehemencia  de 
I  2  De- 


68  España  Sagrada. 
Demóstenes  ,  la  amenidad 
de  Platón,  y  la  suavidad,  y 
dulzura  de  Isócrates  ,  y  las 
demás  perfecciones  de  los 
que  le  precedieron  ,  sino 
también  otras  muchas  exce- 
lencias que  inventó  ,  y  pro- 
dujo la  felicísima  fecundi- 
dad de  su  ingenio  ,  por  las 
quales  consiguió  que  los  de 
su  edad  le  mirasen  como  á 
Rey  entre  los  Oradores  ,  y 
que  en  los  tiempos  siguien- 
tes valga  tanto  nombrar  á 
Cicerón ,  como  nombrar  á  la 
misma  Eloqüencia. 

22  Con  estos  avisos  ,  y 
con  las  reglas  y  documen- 
tos que  enseñó  y  diéló  du- 
rante su  Magisterio  ,  logró 
que  antes  de  su  muerte  se 
viese  Roma  enriquecida  no 
solo  de  Oradores  ,  sino  de 
Poetas  muy  semejantes  á  los 
antit^uos.  De  los  Oradores 
escribe  él  mismo  en  el  cap. 
I.  del  lib.  10.  Hahebunt^  qui 
post  nos  de  cratorihus  scri- 
¿ent^  magnam  ,  eos^  qui  nunc 
vigent ,  materiam  veré  Jau~ 
dandi.  S'iht  enim  summa  ho- 
ciie  ,  quibus  illmtratur  fo- 
rum  ,  Í7ifrer,ia.  Níimque  S 
ccnsum'.uati  ja^n  patrcni  ve- 
ter^bus  ceriudcintur  ,  <S?  eos 
juvenum  ad  óptima  tenden- 
tium  imitatur  ,  ac  sequiíur 


Trat.óg.  Cap.j, 

industria.  De  los  Poetas  en 
el  mismo  lugar  :  Sunt  dci' 
ri  hodie  quoque  ,  -í?  qui  olim 
nomlnabw'tur.  Plinio  Secun- 
do su  discípulo  ,  es  también 
testigo  de  lo  mucho  que  flo- 
recían los  estudios  en  Roma 
después  de  Qjintiliano  :  Si 
quandi  Urks  tíosfra  libera^ 
libus  studíis  fioruit ,  nunc 
máxime  fioret.  Multa ,  clara- 
que  exempla  sunt»  Y  en  otra 
parte  :  Juvat  me ,  quod  vi- 
gent  studia.  Proferimt  se 
ingenia  hominum  ,  S  osten^ 
tant, 

23  Habiéndose  emplea- 
do Quintíliano  veiwte  años 
en  la  enseñanza  de  la  ju- 
ventud, alcanzó  ser  relevado 
de  este  trabajo  ,  y  tomar  el 
descanso  que  merecían  sus 
fatigas.  Escarmentado  tam- 
bién con  el  ege;rplo  de  su 
Maestro  Domicio  Afro  ,  cu- 
yas oraciones  en  el  tiempo 
de  su  vejez  excitaban  en 
unos  la  ris.1,  en  otros  la  ver- 
güenza por  falta  no  de  doc- 
trina ,  y  eloqüencia  ,  sino  de 
voz  ,  y  fortaleza  corporal, 
renunció  el  oficio  de  Orador, 
quando  todavía  se  bailaba 
con  fuerzas  ,  y  los  Romanos 
gustaban  de  oírle  en  el  Foro. 
Asi  lo  dice  él  nismo  en  el 
cap.  12.  del  iib.  1,  Nos  quan» 
do 


Noticias  del  Orador  Quintiliano. 
do  pr¿ecfpieTidi  munus  &  jam  les  con  esta  razón 
pridem  deprecati  sumns  ,  & 
in  foro  quoque  dlcend?  ..quia 
honestissimum  finem  putaha- 
mus  desinere  ,  dum  desidera- 
remur  ,  Se.  Atendió  en  esto, 
como  aqui  lo  insinúa  ,  á  po- 
ner en  seguro  su  fama  an- 
tes que  los  muchos  años  de- 
bilitasen el  vigor  de  su  cuer- 
po ,  y  le  expusiesen  á  la 
mofa  del  público  ;  consejo 
que  dá  á  todos  los  Oradores 
en  el  cap.  ii.  del  lib.  12. 
Quare  antequam  in  has  ceta- 
tis  venial  insidias  ,  recep- 
tui  canet ^  &  in  portum  inte- 
gra  nave  perveniet, 

24  Asi  que  los  Amigos 
de  Quintiliano  le  vieron  due- 
ño de  sí  mismo  ,  le  roga- 
ron con  instancia  que  escri- 
biese de  la  Oratoria  ,  para 
que  los  mismos  preceptos 
que  habia  enseñado  á  sus 
Escolares  ,  fuesen  de  eterno 
y  general  provecho  á  los 
estudiosos.  Escusóse  por  al- 
gún tiempo  exponiendrles, 
que  su  trabajo  parecía  inú- 
til en  vista  de  que  andaban 
en  las  manos  de  todos  va- 
rias Obras  de  Escritores  an- 
tiguos ,  asi  Griegos  ,  como 
Latinos  ,  que  trataron  con 
mucha  diligencia  este  asun- 
to. Pero  lejos  de  satisfacer- 


69 

encen- 
dió mas  sus  deseos.  Repusié- 
ronle ,  pues  ,  que  no  ignora- 
ban lo  que  él  decia ;  pero  que 
también  les  constaba  que  en 
los    mismos    Escritores     se 
leían  varias    opiniones  ,  no 
solo  diversas  ,  sino  contra- 
rias ,  que    hacian   difícil   la 
elección   de    lo   que  debian 
seguir   en    aquellos    puntos. 
Asi  que    sería  muy  justo  y 
conveniente  ,  que  él  se  en- 
cargase ,  si  no  de    inventar 
cosas  nuevas  ,   á  lo  menos 
de  hacer  examen  de  las  an- 
tiguas   ,    enseñando    quáles 
eran   los  preceptos  mas  dig- 
nos de  abrazarse.    Vencido 
en  fin  ,  no  tanro  de  la  satis- 
facción de  su  proprio  inge- 
nio ,  quanto  de  la  vergüenza 
que  tenia  en  negar  lo  que  sus 
Amigos  le  rogaban,  empren- 
dió la  Obra  de  las  Institu- 
ciones del  Orador  ,  tomán- 
dose mayor  trabajo  del  que 
se  le  encomendaba  ,  asi  por 
obligar  mas   con    este  obse- 
quio á  los  que  ya  le  amaban, 
como  por  no  seguir   preci- 
samente las   huellas   de  los 
que  antes  de  él  andubieron 
este  mismo  camino.  Los  Es- 
critores  que  habían  tratado 
de  la  Oratoria  empezaron  sus 
Obras  diseñando  los  iJocu- 


9  o         España  Sagrad 
mentos  de   la  mas  alta  EIo- 
qiiencia  ,  por  suponer  á  sus 
discípulos  instruidos    en  las 
otras  ciencias  ,  y  facultades 
necesarias  al  Orador.Lo  qual 
hicieron  (dice  Quintiliano), 
ó  porque  despreciaban  co- 
mo de  poca  entidad  las  ma- 
terias que  primero  se  apren- 
den ,  ó  porque  no  las  mira- 
ban   como    proprias   de   su 
profesión  ,  6  lo  que  es  mas 
verisímil  ,  porque  no  espe- 
raban ganar  mucha  reputa- 
ción ,  ni  ostentar  su  ingenio 
con  doétrinas  tan  pueriles  .  y 
que  son  como  los  cimientos 
de  los  edificios  que  se  ocul- 
tan a  los  ojos    de  los  hom- 
bres.  Pero    nuestro    insigne 
Maestro  de  Retórica  ,  no  te- 
niendo por  agena  de  !a  Ora- 
toria    ninguna   de    aquellas 
disciplinas  sin  cuyo  conoci- 
miento no  puede  el  Orador 
ser  perfedo  ,  empreniió  su 
Obra  por  los  p^-eceptos  me  • 
ñores  ,  no  de  orra    m mera 
que  sí  se  le  confiara  la  edu- 
car.ion  de  un  niño  ,  cuyos  es- 
tudios debiese  formar  desde 
lo  mas  bajo  ,  hasta  lo  mas 
alto  de  la  Eloqiiencia. 

2S  No  bien  había  per- 
feccionado el  l'b.  3.  de  las 
instituciones  del  Orador, 
qádnáo  el  Emperador  Domi- 


.  Trat^  69.  Cap.  7. 
ciano  confió  a  su  Magisterio 
la   enseñanza  de  los   nietos 
de  su  hermana ,  como  él  mis-^ 
mo  escribe  en  el  Prólogo  del 
lib.4.  Estos  Principes  ,  dis- 
cípulos de  Quintiiiano  ,  fue- 
ron ,  según  el  común  sentir 
de   los   Eruditos  ,  hijos    de 
Flavio  Clemente  ,  y  de  Do' 
mitila  ,  hija  de  una  hermana 
de    Domiciano    del    mismo 
nombre.     Flavio    Clemente 
fue  Cónsul  con  el  menciona^ 
do    Emperador    en   e¡   año 
848.  de  la  fundación  de  Ro- 
ma. Créese,  que  así  él  como 
su  muger  Dotnitila  padecie- 
ron por  la  Fé  de  C!,risto  ,  y 
que   toda  su  familia  seguía 
la  Religión  Chrisü  ina.  Dion 
hace  memoria  de   él  al  año 
dicho    con    estas    palabras: 
Eodem  anno  Domitianus  cwn 
al  ios  multas  ,  tum  vero  Fia- 
víum    Clementem     Consulen 
{etsi    is    consohrinus    ejus 
erat  ,  ac    Flavia-n  Domiti- 
llam^  &    ipsam    Domitiani 
consanguineam  ,  uxorem  ha- 
bebat  )  morte    affecit ,  Hiato 
amhohus    crimine  impieíatis 
in  déos  :  quo  crimine  3  plu^ 
res  alii ,  qui  ad  mores  jfu- 
díPoram  aberraveraní ,  dam- 
nati  sunt ,  quorum  pars  oc- 
cisa est ,  pars   spoliata  fa- 
cultatibus,    Domitilla    tan- 
tum- 


Noticias  del  Orador  Qulntiliano,         71 


tummcdo  in  Pandateriam  re- 
legata  est.  El  mismo  Flavio 
Clemente  tubo  una  herma- 
na, que  fue  madre  de  Santa 
Domitila  Martyr ,  cuya  me- 
moria se  celebra  en  el  Mar- 
tyrologio  Romano  en  el  día 
siete  de  Mayo  ,  y  de  laqual 
hace  también  mención  Sun 
Gerónimo  en  Ja  epist.  27. 
donde  refiriendo  la  navega- 
ción de  Santa  Paula  ,  dice: 
Delata  ad  insulatn  VohtL¿m^ 
qucm  chxrhsi'rce  quondam 
fcemUxürum  suh  Uamitiavo 
Pri-iiipe  pro  confe^sione  no- 
niinis  Christjaní  Flavi¿8  Do- 
initillíe  nobilitavit  exilium, 

26  En  el  Prólogo  citado 
hace  Quintiliano  mucha  es- 
timación del  honor  que  Do- 
miciauo  le  hizo  encomen- 
dándole tan  nobles  discípu- 
los ;  los  quales  ,  además  de 
ser  nietos  del  Emperador, 
estaban  destinados  para  sus 
succcsores ,  como  dice  Sue- 
tonio;  y  á  este  fin,  mutrto 
su  padre  Clemente  ,  les  hizo 
mudar  los  nombres  que  te- 
nían ,  y  llamarse  el  uno  Ves- 
pasiano  ,  y  el  otro  Domi- 
ciano. 

27  Flavio  Clemente  pa- 
rece se  m.ostró  agradecido  á 
la  diligencia  con  que  Quinti- 
liano educaba  sus  hijos  ;pues 


como  era  pariente  del  Em- 
perador ,  y  de  grande  auto- 
ridad, y  valimiento,  alcanzó 
que  se  le  diesen  los  honores 
Consu'ares  ,  como  escribe 
Ausoniü  en  la  Acción  de  gra- 
cias ai  Emperador  Gracia- 
no su  discir-u'o  :  Q-.í.iíi'ia- 
flus  Ccnsulciria  fer  elemen- 
ten ornarneota  i<rt?tus  ho- 
nesto-^'enta  ncr,  inis  pe t tus 
videfur  ,  qufím  r^.sigr^/a  po" 
tcstüíis  kahu'sse,  Jnvenal 
aí'rma  í;-^mUen  ,  que  Quinti- 
liano usó  el  calzado  que  d?s-. 
tinguia  á  io^  Patricios  y  Se- 
nadores del  primer  orden;  y 
consLtia  en  tener  sobrepues- 
ta un  C  forü  ada  de  piel  ,  \z 
qual  sigi.ificaba  ,  que  e?ta 
dignidad  traíi  su  origen  de 
los  cien  Senadores  que  hjsti- 
tuyó  RóiiiUlo  :  Nam  patri^ 
c'ti  in  urbe  ( dice  Zonara?) 
gesíabant  calceos  adornatos 
corrigiarum  inflexione  ,  S 
forma  ¡ittercü  C  ,  la  d  cen- 
tum  Romuli  Senatorthus  cri- 
gincm  trahere  vidercntur.  Es- 
ta C  se  llamaba  Luna  ,  y  el 
calzado  ,  según  San  Isidoro, 
lib.  19.  ethim.  cap.  34,  Cal- 
ceus  lunatiis  \  por  doiide  se 
entiende  ir;uy  bien  lo  que  el 
citado  Poeta  escribe  de  Quin- 
tiliano: 

Fe- 


72;       España  Sagrada,  Trat,  6^,  Cap.  7. 

Félix  ,  í?  sapiens  ,  ^  nohilis ,  í?  generosas 
Adpositam  nigrce  Lunam  subtexit  alutce. 


28  Aunque  Quintiliano 
se  vio  cargado  con  la  nueva 
obligación  de  educar  los  nie- 
tos del  Emperador  ,  no  in- 
terrumpió por  eso  la  gran- 
de Obra  de  las  Instituciones; 
antes  bien  la  continuó  con 
mayor  diligencia  ,  como 
consta  del  Prefacio  al  lib.  4. 
Antes  de  comenzar  el  lib.  6. 
le  sucedió  una  desventura, 
que  él  llora  amarguisima- 
mente  en  el  Prólogo.  Esta 
fue  la  muerte  de  un  hijo, 
que  era  el  único  que  le  ha- 
bía quedado  ,  al  qual  ama- 
ba tiernisimamente  por  ver- 
le dotado  de  prendas  ex 
celentes ,  y  apenas  creíbles 
en  un  niño  de  diez  anos,  que 
era  la  edad  que  entonces 
tenia.  La  aflicción  de  Quin- 
tiliano en  este  caso  llegó  á 
tal  punto  ,que  según  la  des- 
cripción que  él  hace  ,  íe  pu- 
so en  términos  de  apartarse 
enteramente  de  los  libros: 
Q,uis  enim  bonus  parens  ig- 
Hoscat  ^  {áxQt)  ,  si  studere 
amplius  possum'^.  Ac  non 
oderit  banc  cnimi  mei  firmi- 
tatem^  si  quis  in  me  est  aUus 
usus  VQcis ,  qaam  ut  incusem 


déos  supersíes  omnium  meO" 
runj'^  Nullam  t:rras  despi' 
cete  providentiam  te^cr"^ 
Mas  después  de  haber  con- 
cedido algún  desahogo  á  la 
naturaleza  ,  reconoció  que 
sería  muy  culpable  su  dolor 
durando  largo  tiemp-);  y  si- 
guió el  saludable  consejo  de 
los  prudentes  ,  que  tubieron 
por  único  consuelo  en  las 
adversidades  la  aplicación  á 
las  letras.  Nenio  (dice)  nisi 
sua  culpa  diu  dolet.  Sed  vi~ 
vimus ,  S  aliqua  vivendi  ra- 
tio  quícrenda  esticredendum' 
que  doctiisimis  hominibus^ 
qui  unicum  adversorum  sola- 
tium  litteras  pufaverunt. 
Atentado  -  pues, con  esta  con- 
sideración prosiguió  su  Obra, 
esperando  que  el  público  la 
recibirla  con  mayor  gusto, 
por  trabajarla  de  aquí  ea 
adelante  por  solo  el  bien  ,  jr 
utilidad  común. 

29  Algunos  dudan  ,  si 
nuestro  Qumtiliano  después 
de  haberse  hecho  tan  glorio- 
so ,  y  poderoso  en  Roma  se 
redujo  á  poner  Cátedra  en 
Besanzon ,  y  en  León  de  Fran- 
cia. Para  esta  duda  no  tienen; 
otro 


Noticias  del  Orador  QiiintiUano,         7  3 
otro    fundamento  que  unas     tes.  Flavio  Clemente  asi  que 


palabras  de  Ausonio  ,  que 
después  de  mencionar  á 
Quintiliano,  y  Ticiano,dice: 
Sed  gloriosius  Ule  munici- 
palem  scholam  apud  luisón- 
tionem  ,  Lugdiinumque  va- 
riando ,  non  áltate  quidem^ 
sed  vi  lítate  consenuit»  Pero 
este  lugar  no  debe  enten- 
derse de  Quintiliano  ,  si- 
no de  Ticiano ,  que  enseñó 
la  Eloqüencia  al  Emperador 
Maximino  I.  y  al  Principe 
su  hijo  del  mismo  nombre, 
los  quales  fueron  muertos  en 
el  año  de  238.  en  el  cerco 
de  Aquileya.  Estos  Princi- 
pes habían  dado  á  su  Maes- 
tro los  honores  Consulares; 
pero  como  éste  quedase  po- 
bre después  de  la  muerte  de 
tan  esclarecidos  discípulos, 
tubo  necesidad  de  regentar 
alternativamente  las  escue- 
las de  los  dos  expresados  Mu- 
nicipios. Mas  Quintiliano  se 
mantubo  en  Roma  aún  des- 
pués de  la  muerte  de  Domi- 
ciano,  abundante  de  bienes 
de  fortuna, como  se  verá  por 
las  noticia  que  se  siguen, 

30  Concluida  la  Obra  de 
las  Instituciones  del  Orador, 
murieron  los  poderosos  Pro- 
teélores  que  le  habían  favo- 
recido y  honrado  poco  an- 

TovuXXXllL 


acabó  su  Consulado  fue  con- 
denado á  muerte  por  Domi- 
ciano  ,  sin  duda  por  seguir 
la  Religión  Christiana  ,  se- 
gún los  delitos  que  le  im- 
putan los  Historiadores  gen- 
tiles. Este  hecho  fue  el  que 
acceleró  la  muerte  al  Empe* 
rador  ,  porque  se  hizo  tan 
detestable  ,  que  se  conjura- 
ron contra  él  sus  mas  ín- 
timos amigos  ,  y  le  quitaron 
la  vida  en  el  mismo  año, que 
fue  el  96.  de  Christo.  Los 
Historiadores  no  dan  noti- 
cia de  los  hijos  de  Clemen- 
te, y  nietos  de  Domiciano 
después  de  estos  sucesos; 
pero  lo  cierto  es  ,  que  nun- 
ca llegaron  á  obteier  el  Im- 
perio ,  á  que  estaban  desti- 
nados ;  lo  que  no  sería  de 
leve  sentimiento  á  su  Maes- 
tro Quintiliano. 

31  Ignorase,  qtiánto  tiem- 
po vivió  nuestro  Orador  des- 
pués de  la  muerte  de  Domi- 
ciar.o  ;  pero  se  puede  asegu- 
rar ,  que  sobrevivió  á  este 
Emperador  a'gLncs  años. 
Pruébase  con  el  testimonio 
de  Juvenal  ,  que  escribió  sus 
Poesías  después  del  año  100, 
de  Christo ,  como  consta  de 
la  Sátira  primera  ,  donde  ha- 
ce mención  del  deaierro  de 
K  Ma- 


74        España  Sagrada,  Trat.  6^.  Cap  7 

Mario  Prisco  ,  Procónsul  de 
África  ,  que  sucedió  en  el 
referido  año.  Este  Poeta  ha- 
bla de  Quintiliano  en  la  sa- 
tura 7,  desde  el  verso  186. 
y  por  lo  que  dice  en  este 
lugar  se  colige  que  vivía 
pasado  aquel  año  con  mu  - 
cha  gloria  ,  y  con  grandes 


conveniencias.  Porque  re- 
prehendiendo ios  demasía- 
dos  gastos  que  se  hacían  en 
cosas  de  muy  poca  entidad, 
y  la  escasez  en  otras  de 
grande  importancia  ,  qual 
es  la  buena  crianza  de  los 
hijos  ,  dice: 


Hos  Ínter  sumtus  scstertia  Quintiliano 

Ut  multu'n^  dúo  sufñcient  :  res  nullu  minoris 

Constahit  patria  quam  filius. 

Opone«e  luego  una  réplica  en  nombre  del  rico  avariento, 
que  dice: 

Un  de  igitur  tot 
QuintUianus  habct  saltus"^ 


Como  si  digera  :  Si  los 
Oradores  que  enseñan  en  las 
escuelas  públicas  tienen  tan 
corto  salario  como  tú  pon- 
deras ,  j  como  vemos  á  Qain- 
tiliano  tan  poderoso  ,  tan  ri- 
co, y  con  tantas  posesiones? 
A  esta  pregunta  satisface 
Juvenal    representando    las 


propriedades  de  Quintilia- 
no,  y  su  fortuna  ,  é  indi- 
cando que  este  Orador  asi 
como  fue  singuiarisimo  en 
su  habilidad  ,  lo  fue  tam- 
bién en  la  felicidad  ,  y  dig- 
nidades á  que  le  elevaron  los 
hados. 


Exempla  novorum 
Fatorum  transí  :  felix  &  jjulcer ,  &  acer: 
Félix  &  sapiens^  &  nobilis^  &  generosas 
AdpGsitam  nigrce  Lunam  subtexit  ahitce\ 
Félix  ,  Orator  quoque  maximus  ,  &  jaculatoK 
Et  si  perfrixit ,  cantat  bene  ,  distat  enim ^  quce 
Sidera  te  excipiant  modo  primos  incipientem 
Ederevagitus  ,  6^  adhuc  d  wat  re  rubentem. 


Si 


Noticias  del  Orador  Quintiliano, 

Si  fortuna  volet ,  fies  de  Rethore  cónsul'^ 
Si  volet  hcec  eadcm  ,  fies  de  Cónsule  Rbetor, 


7S 


32  Quintiliano  según  lo 
que  podemos  congeturar  de 
sus  escritos  fue  de  costum- 
bres muy  loables,  porque 
siempre  habla  de  la  virtud 
con  el  mayor  aprecio  po- 
niéndola respedo  de  otras  ca- 
lidades en  el  lugar  superior 
que  la  corresponde.  Asi 
tratando  en  el  cap.  2.  del 
lib.  I,  la  question ,  si  es 
mas  útil  que  el  niño  sea 
enseñado  en  la  casa  de  sus 
proprios  padres,  ó  en  las 
escuelas  públicas ,  asienta, 
Gue  si  estas  solo  aprove- 
charan en  lo  concerniente 
á  las  ciencias ,  y  perjudica- 
ran á  las  costumbres  ,  debia 
elegirse  para  la  enseñanza 
otro  lugar  distinto  ,  por  ser 
mucho  mejor  vivir  bien, 
que  habiar  eloqaentemente. 
En  todas  las  Instituciones 
del  Orador  lleva  por  prime- 
ra ,  y  principal  máxima, 
que  éste  debe  ser  ante  to- 
das cosas  hombre  de  bon- 
dad y  virtud  ,  y  poner  su 
estudio  en  cultivar  las  cos- 
tumbres del  animo  con  ia 
lección  de  buenos  libros.  A 
este  fin  enseña  en  su  libro 
12.  cap.  2.  que  el  Orador 


ha  de  aprender  la  Filosofía 
moral :  Quando  igitur  Ora-- 
tor  est  vir  bonus  ^is  autetn 
citra  virtutem  intelligi  non 
potest^vjrtus  ^  etiamsi  quoS' 
dam  Ímpetus  á  natura  sumit, 
tamen  perficienda  dotlrina 
est :  mores  ante  omnia  ora- 
tori  studiis  erunt  excolendiy 
atque  omnis  honesti  justique 
disciplina  pertradianda,  si- 
tie qua  nemo  nec  vir  bonus 
esse ,  nec  dicendi  peritas^ 
potest  &c.  Por  la  misma 
causa  enseña  en  el  lib.  i. 
cap.  r.  que  el  niño  ,  que 
se  destina  para  Orador  ,  se 
ha  de  entregar  á  amas  y 
ayos  ,  que  no  solo  hablen 
con  propriedad  ,  sino  que 
principalmente  sean  de  bue- 
na vida  ,  y  en  este  particu- 
lar procede  tan  ajustado, 
que  prescribe  santísimas 
leyes  que  por  todas  partes 
cierran  la  entrada  á  las  im- 
presiones del  vicio  en  la 
edad  tierna.  En  el  cap.  1, 
reprehende  con  grande  se- 
veridad la  educación  que 
comunmente  se  daba  á  los 
hijos  en  casa  de  sus  padres. 
Sus  palabras  son  dignas  de 
hacerse  pre^jentes  ,  para  que 
K  2  mu  ' 


j6  España  Sagrada. 
muchos  Christianos  se  aver- 
guencen  á  vista  de  los  do- 
cumentos didados  por  un 
gentil ,  y  quebrantados  por 
ellos  á  pesar  de  la  mayor 
luz  que  tienen  por  la  doc- 
trina del  Evangelio.  Plu- 
guiera á  Dios ,  dice  ,  que 
nosotros  no  corrompiése- 
mos las  costumbres  de  nues- 
tros hijos.  Pero  ello  es, 
que  desde  luego  ablanda- 
mos su  infancia  ,  criandolos 
en  todo  genero  de  delicade- 
za. Esta  educación  dema- 
siado suave,  que  reboza- 
mos con  el  nombre  de  indul- 
gencia ,  debilita  todas  las 
fuerzas  de  su  espíritu  y  de' 
su  cuerpo.  ¿  Que  cosa  no  se 
le  antojará  al  adulto  ,  que 
quando  niño  gateaba  en  la 
purpura?  Apenas  nuestros 
infantes  pronuncian  bien  las 
primeras  voces  .  quando  ya 
saben  pedir  los  bocados  mas 
dulces,  y  exquisitos.  An- 
tes les  damos  los  documen- 
tos que  miran  al  regalo  de 
su  paladar ,  que  los  que  sir- 
ven al  gobierno  de  su  len- 
gua. Crecen  en  sillas  blan- 
das ,  y  quando  comienzan 
s  pisar  la  «-ierra  andan  como 
colgados  de  las  m^nos  que 
los  sostienen.  Mostramos 
placer  ,  si  les  olmos  alguna 


Trat.  69.  Cap.  7. 
palabra  licenciosa.  Si  pro- 
nuncian alguna  cosa  ,  que 
aun  no  debe  tolerarse  en  los 
mas  relajados, 'la celebramos 
con  risa  ,  y  besamos  su  bo- 
ca en  testimonio  del  gusto 
que  recibimos.  Mas  no  es 
de  estrañar .:  porque  á  la 
verdad  de  nosotros  lo  oye- 
ron ,  de  nosotros  lo  apren- 
dieron. Ellos  son  testigos 
de  nuestras  pasiones ,  y  ven 
nuestra  vergonzosa  livian- 
dad. Ellos  oyen  en  nuestras 
casas  los  cantares  obscenos, 
y  ven  lo  que  no  puede  de- 
cirse sin  vergüenza.  Todo 
esto  viene  á  ser  en  ellos 
primero  costumbre  ,  y  des- 
pués naturaleza  ,  de  suerte 
que  los  miserable,'- aprenden 
lo  mas  vicioso,  quando  no 
saben  aun  el  nombre  del  vi- 
cio ;  y  asi  sucede ,  que  de 
sus  casas  traen  á  las  es- 
cuelas las  malas  costum- 
bres ,  no"  que  las  llevan  de 
las  escuelas  á   sus  casas. 

33  [Mr.  Gedoyn  ,  que 
leyó  los  libros  de  las  Insti- 
tuciones con  el  .sosiego  y 
esmero  que  pedia  la  tra- 
ducción que  hizo  de  ellos 
á  la  lengua  Francesa  ,  reco- 
noció las  excelentes  prendas 
que  adornaban  el  animo  de 
nuestro  insigne  Orador.  El 
amor 


Noticias  del  Orador  Quintiliano,  jj 
amor,  dice,  á  la  verdad,  el  palabras  sino  en  una  extre- 
desinterés,  la  justicia,  la 
humanidad,  la  cortesania,  el 
pudor  ,  la  modestia  ,  en  una 
palabra  ,  el  honor  y  la  bon- 
dad resplandecen  en  toda 
su  obra.  Aunque  fue  suma- 
mente apasionado  á  las 
letras  ,  siempre  antepuso  el 
hombre  virtuoso  al  discreto, 
y  la  virtud  ,  y  buenas  cos- 
tumbres á  la  ciencia  ,  y  bue- 
nos talentos.  Solo  su  pro- 
yedo  manifiesta  la  grandeza 
de  su  alm.a  ,  y  la  elevación 
de  sus  pensamientos.  Si  in- 
tenta formar  un  Orador  ,  no 
tiene  otro  fin  que  dar  á  la 
República  un  sabio  emplea- 
do no  en  el  bien  proprio  y 
particular ,  sino  en  el  co- 
mún y  general ;  y  un  hom- 
bre que  con  la  persuasión 
<3e  sus  palabras  y  la  fuerza 
de  sus  egemplos  pueda  con- 
ducir sus  ciudadanos  al  cum- 
plimiento de  sus  obliga- 
ciones. Los  Abogados  in- 
discretos ,  que  lisongean  las 
pasiones  de  los  litigantes, 
y  de  un  proceso  forman  una 
querella  irreconciliable,  pu  > 
den  aprender  de  este  hom- 
bre criado  en  el  parjanismo, 
la  circunspección  que  deben 
tener  en  sus  alegatos  ,  para 
no  ofender  ni  herir  con  sus 


ma  ,  y  manifiesta  necesidad. 
Verán  en  los  escritos  de  Quin- 
tiliano  ,que  no  merecen  sino 
el  nombre  de  eloquencia  ca- 
nina los  ultrages  que  todos 
los  dias  vemos  permitidos 
en  los  pleytos ,  sin  tener- 
se respeéto  al  nacimiento, 
ni  al  estado-,  y  dignidad  de 
las  personas.  Conocerán  en 
fin  que  su  modestia  debe 
ser  tanto  mayor  ,  quanto  es 
mas  noble  la  facultad  que 
profesan, 

34  Lo  que  no  podemos 
disimular  en  Quintiliano  es, 
que  no  obstante  su  erudi- 
ción ,  y  la  grandeza  de  su 
alma  se  abatió  á  escribir  en 
honor  del  Emperador  unas 
alabanzas  indignas  de  un 
varón  ,  no  digo  prudente  y 
dodo  ,  sino  que  solo  merez- 
ca el  nombre  de  lacional. 
La  sobervia  ,  ambición  y 
orgullo  de  Domiciano  llegó 
á  tal  grado ,  que  ademas  de 
consentir  que  el  pueblo  le 
tratase  con  el  titulo  de  Se- 
ñor ,  tubo  atrevimiento  pa- 
ra didar  una  carta  en  nom- 
bre de  sus  procuradores ,  cu- 
yo  principio  aludia  á  sí  mis- 
mo ,  y  constaba  de  esta  ar- 
rogante expresión  :  Domi^ 
ñus  ,  S  De  US  nostsr  iia  fie- 
ri 


y  2        España  Sagrada.  Trat.  (íp.  Cap,  7, 


ri  jubet.  No  se  satisfizo  con 
esto  su  vanidad  ,  sino  que 
mandó  que  todos  le  diesen 
este  mismo  tratamiento  asi 
en  los  escritos  como  en  las 
conversaciones      familiares. 
Quintiliano  consintió  en  es- 
ta impiedad  intolerable ,  y 
de  tal  suerte  aduló  al  Empe- 
rador ,   que  no  solo  le  igua 
ló  á  Dios  en  el  nombre  ,  si- 
no que  le  invocó  pidiéndo- 
le su   protección  ,    como  si 
realmente  lo  fuese.  Aú  en  el 
Prologo  del  lib.  4.  refirien- 
do á  su  amigo  Marcelo  Vic- 
forlo  la    grande   honra   que 
el  Emperador    le    hizo    en 
confiarle  sus   nietos  ,  y  re- 
conociendo la  dificultad  del 
nuevo  cargo  ,   escribe  alu- 
diendo    á    Domiciano    es- 
tas vergonzosas  expresiones: 
Quod  si  nemo  miratiir  poe- 
tas máximos    scepe  fecisse^ 
ut  non  solum  initiis  operum 
sucriim     Musas  invocarent^ 
sed  provecti  quoque  longius^ 
cum  ad  aliquem   graviorem 


venissent  locum  ,  repeterent 
vota  ,  S  vehit  nova  preca- 
tíone  uterentur  :  mibi  quoque 
profe&o  potcrit  ignosci  ,  si 
quod  initio  ,  quum  primum 
hanc  matcriam  tnchoavi ,  non 
fecerim  ,  nunc  omnes  in  au- 
scilium  déos  ,  ipsumque  in 
primis  ,  quo  ñeque  prcesen- 
tius  aliud ,  ñeque  studiis  ma^ 
gis  propitium  numen  est ^  in- 
vócenla uí,  quantum  nobis  ex- 
pe&atíonis  adjecit  ,  tantum 
ingenií  nspiret  ,  dexterque 
ac  volcns  adsit ,  &  me^  qua- 
lem  es  se  credidit ,  faciat. 

35  Es  verdad  que  Quin- 
tiliano no  hizo  en  esto  sino 
lo  que  fue  común  en  aquel 
tiempo.  Domiciano  era  su- 
mamente aficionado  á  la  li- 
sonja ,  y  daba  crédito  á  la? 
mas  falsas  alabanzas.  Juve' 
nal  en  el  lib.  i.  sat.  4.  ha- 
ce una  bella  pintura  de  esta 
propriedad  del  Emperador, 
fingiendo  un  pescador  ,  que 
ofreciéndole  un  pez  muy 
grande ,  le  decia: 


Et  tua  servatum  consume  in  scecula  rhombumx 
Ipse  capi  voluit  ,  quid  apcrtiusl 

A  cuya  adulación  ,  dice,  los  peces  reconocían  su  Im* 
asentía  Domici-^.no  hinchado  perio ,  y  se  le  mostraban 
con  la  gloria  de  que  hasta     obsequiosos,   Pero    ¿que  no 

cree- 


Noticias  del  Orador  Quintiliano.  79 
creería  ,  concluye  Juvenal,  potestad  como  los  dioses? 
quien  juzgaba    tener  tanta 

Et  tamen  ilH 
Surgehant  cristíe,  Nihil  est  quod  credere  de  se 
Non  possit ,  cum  laudatur  diis  cequa  potestas. 

Ademas  de  esto  su  cruel-    mayores    amigos     andaban 
dad    y    tiranía   llegó    á  ser     pálidos  en  su  presencia, 
tan  temida  ,  que  hasta  sus 

Vocantur 

Ergo  in  concilium  proceres ^  quos  oderat  ille^ 
In  quorum  fucie  miseree  magnceque  sedebat 
Pa/lor  amicitíce. 

Por  esta  razón  ninguno  gró   no   solo    conservar   su 

se  atrevió  á  decir  la  verdad  vida  ,   sino    crecer    en  los 

en  tiempo   tan    calamitoso;  honores   y  riquezas.  Reprcr 

todos  adulaban  al  Empera-  hensible    es    é    inexcusable 

dor,y  aun  con  esta  esclavitud  en  este  hecho  ,    pero  aten- 

no  se    contaban   por   segu-  didas  las  otras  costumbres, 

ros.    Quintiliano  pues    con-  se   le   puede  aplicar  lo  que 

temporizó  con  todos  los  pa-  el  Poeta  citado  cantó  de  Vi^ 

ganos  de  Roma  ,  acom.odan-  vio  Crispo    ,    que    también 

dose  al  gusto  y   genio    de  andubo    al   lado  de    Domi- 

su  Mecenas ,  por  donde  lo-  ciano. 

''P''enít  &  Crispí  juCimda  sene&us^ 
Cujas  erant  mores ,  qualis  facundia  ,  mite 
Ingsnium,  Maria  ,  ac   térras  ,  populosque  regenti 
Qiiis  comes  utiHor ,  si  clade  S  peste  sub  illa 
Scevitiam  damnare  ,  &  honestum  afferre  liceret 
Co7isilium  ?   Sed  quid  violentius  aure  tyranni; 
Cum  quo  de  pluviis  ,  ciut  asiibus  ,  aut  nimboso 
l^ere  locuturi  fatum  pendebat  amici'^ 
Ule  igitur  numquam  direxit  bracbia  contra 

Tor- 


8o       España  Sagrada,  Trat,  69,  Cap.  7. 

Torretitem  :  nec  civis  erat ,  qui  libera  posscí 
yerba  animi  pro/erre  ,  &  vitam  impenderé  vero* 
Sic  multas  hiemes  ,  atque  odiogesima  vidlí 
Solstitia, 


36  Fue  también  culpa- 
ble Quintíliano  en  el  exceso 
con  que  se  dolió  sobre  la 
muerte  temprana  de  sus  dos 
hijos.  Su  impiedad  llegó  en 
este  caso  á  prorrumpir  en 
expresiones  tan  detestables 
como  estas  :  Quis  enim  mi- 
hi  bonus  parens  ignoscat ,  si 
studere  amplius  pQSSurn^  Ac 
fion  oderií  hanc  animi  mei 
firmitatem  ,  si  quis  in  me  est 
alius  usas  vocis  ,  quam  ut 
incusem  déos  siiperstes  om- 
niitm  meorum'^  NuUam  tér- 
ras despicere  providentiam 
tester"^ 

37  Últimamente  parece 
que  nuestro  Orador  no  care- 
ció de  ia  noticia  del  Evan  - 
gelio  ,  mas  cerró  los  ojos  á 
su  luz  anteponiendo  las  ti- 
nieblas de  la  gentilidad.  El 
frequentó  la  casa  de  Cle- 
inente  ,  cuyos  hijos  tubo 
por  discipulos  ,  y  por  quien 
logró  los  honores  consula- 
res. La  familia  de  aquel  no- 
bilisimo  Caballero  esparcía 
por  todas  partes  el  suave 
olor  de  la  fé  ,  y  de  las  vir- 
tudes christianas.  Entre  sus 


grandes  riquezas  y  dignida- 
des vivia  con  suma  pobre- 
za ,  modestia  y  humildad 
conforme  á  los  preceptos 
Evangélicos.  Esta  profesión 
de  Clemente  y  de  su  casa 
no  pudo  menos  de  ser  ma- 
nifiesta á  Quintíliano  ,  á 
quien  el  Cónsul  •  estimó  y 
honró  como  hemos  visto. 
En  medio  de  esto  ,  y  de  ver 
por  sus  proprios  ojos  ,  que 
el  mismo  Clemente  ,  y  al- 
gunos de  su  familia  sufrie- 
ron la  muerte  y  el  destier- 
ro por  la  confesión  de  la 
Fé  ,  él  si  no  fue  enemigo  del 
nombre  de  Christo  ,  á  lo 
menos  no  hizo  de  él  el 
aprecio  que  debia  ,  ó  por 
decir  mejor  le  tubo  por  des- 
preciable ,  como  se  puede 
ver  en  el  cap.  7.  de  su  lib.  3. 

Obras  de  Quintíliano, 

38  Los  primeros  libros, 
que  se  publicaron  en  Roma 
con  el  nombre  de  nuestro 
famoso  Calagurritano  ,  fue- 
ron dos  que  trataban  del 
arte  de  la  Rhetorica.  Esta 
obra 


Obras  del  Orador  QuintUiano.  8i 

Obra  no  fue  compuesta  por    tro  deseo  como  otras  Obras 


su  Autor  con  el  fin  de  que 
se  ofreciese  al  público  ,  y 
se  reduela  solo  á  algunos 
discursos  que  Quintiliano  di- 
jo en  la  escuela  ,  para  que 
con  ellos  se  impusiesen  sus 
discípulos  en  el  conocimien- 
to de  aquel  arte.  Algunos 
de  estos  recogían  y  escri- 
bían las  lecciones,  que  Quin- 
tiliano les  daba  vocalmen- 
te ,  y  zelosos  de  la  gloria 
de  su  Maestro  formaron  los 
dichos  libros  y  los  divulga- 
ron ,  sin  darle  antes  noticia 
de  su  intento.  Todo  consta 
por  el  testimonio  de  nues- 
tro Orador  en  el  prefacio  de 
sus  Instituciones  ,  donde 
mencionando  sus  libros  de 
Rhetorica  dice  de  ellos: 
Ñeque  editi  á  me  ,  ñeque 
in  hoc  comparati,  Namque 
altcrum  ,  sermone  per  bi~ 
duum  habito  ,  pueri  ^  quibus 
id  prcüstahatur ,  excepcrtiní, 
alterum  pluribus  sane  die- 
bus  ,  quantum  notando-  con- 
sequi  pcterant  ^  interceptum 
boni  juvenes  ,.  sed  niniium 
awantes  mei  temerario  edi- 
tionis  hcnore  vulgaverant. 
Estos  libros  no  han  pareci- 
do hasta  ahora.;  aunque  si 
he  de  decir  lo  que  siento, 
no  son  tan  dignos  de  nues- 
'    TonuXXXÍll, 


del  Autor  ;  porque  á  Ja, ver- 
dad en  las  Instituciones  se 
trata  perfedamente  quanto 
pertenece  á  la  naturaleza^ 
utilidad  ,  y  partes  de .  la 
Rhetorica  ,  y  todo  ésto  con 
mayor  esmero  que  en  los 
libros  perdidos ,  si  creemos- 
ai  mismo  Quintiliano  ,  que 
dice  asi  en  el  lugar  citado: 
Quare  in  bis  quoque  libris 
erunt  eadem  aliqua  multa 
mutata  ,  plurima  adjedta^ 
omnia  vero  compositiora ,  <^ 
quam  nos  poterimus  elabo- 
rata. 

39  Compuso  también 
y  público  nuestro  Escritor 
otra  Obra  en  que  declaraba 
las  causas  porque  vino  á 
corromperse  la  eloquenciai 
Esta  era  sin  duda  de  mayor 
utilidad  ,  porque  en  el.i.a 
descubría  Quintiliano  con 
grande  particularidad  y  ra- 
dicalmente los  motivos  de 
la  decadencia  de  aquel  nobir 
lisimo  Arte,  y.  prescribía 
el  antídoto  ó  remedio  que 
podría  precaverlos  en  ade- 
lante ,  y  mantener  la  Orato- 
ria en  el  estado  de  perfec- 
ción ,  en  que  fue  .puesta  per 
Cicerón  y  Hortensio.  El 
mismo  Autor  en  medio  de 
la  gran  moderación  ,  con 
L  que 


§2  España  Sagrada. 
que  habla  de  sus  proprias 
Obras ,  da  á  ésta  el  epitheto 
de  óptima  en  el  prologo  del 
lib.  6.  donde  mencionando 
el  suceso  triste  ,  que  le  so- 
brevino al  emprehenderla 
dice  :  Nam  ita  forte  accí- 
dit  ,  ut  eum  queque  Ubrum^ 
quem  de  causis  corrupta 
eloquentice  emisi^jam  ser  ite- 
re aggressus  ,  simili  idiu  fe - 
rirer.  Tune  igitur  optimum 
fuit  iffaustuw  opus  &c\  Era 
asimismo  estimable  esta  obra 
por  tratarse  en  ella  mas 
copiosamente  algunos  asun- 
tos que  se  tocan  en  las  Ins- 
tituciones ,  como  parece  por 
el  cap.  6.  del  lib.  8.  donde 
habla  de  los  tropos  ,  y  di- 
ce al  fin  que  no  era  nece- 
sario tratar  mas  largamente 
del  hyperbole  ,  por  haber 
explicado  con  mayor  lati- 
tud esta  materia  en  el  lib. 
en  que  asignó  las  causas  de 
la  corrupción  de  la  eloquen- 
cia. 

40  Muchos  Críticos  sos- 
tienen que  esta  Obra  existe, 
y  que  es  una  misma  con 
la  que  se  intitula  :  Dialogus 
de  ciar  i  s  Oratcribus,  Don 
Nicolás  Antonio  sigue  este 
diélamen  en  su  Bibliotheca 
Vet,  lib.  I.  cap.  10.  Los  fun- 
damentos en  que  se"  apoya 


Trat,  59.  Cap.  7. 
se  reducen  á  que  el  estilo 
es  mas  semejante  al  de  Quin- 
tiliano  que  al  de  Cornelio 
Tácito  ,  á  quien  otros  la 
atribuyen  ,  y  ademas  de  es- 
to el  asunto  del  Dialogo  ,  es 
muy  digno  y  muy  proprio 
de  nuestro  Orador  ,  cuyos 
escritos  se  dirigen  todos  á 
ilustrar  las  materias  de  elo- 
quencia  ,  quando  de  Tácito 
no  tenemos  noticia  de  que 
se  dedicase  á  escribir  diser- 
taciones del  Arte  de  Rheto- 
rica.  Justo  Lipsio  fue  de  es- 
te parecer  en  algún  tiempo, 
y  se  fundaba  en  que  el  es- 
tilo es  enteramente  uno 
mismo  con  el  de  Quintilla - 
no  ,  y  en  que  este  Orador 
testifica  haber  escrito  la 
Obra  dicha  de  ias  causas 
por  que  vino  á  decaer  la 
eloquencia  ,  el  qual  titulo  es 
muy  conveniente  al  argu- 
mento del  Dialogo  ,  cuyo 
principal  objeto  es  decla- 
rar ó  señalar  las  mismas  cau- 
sas ;  por  lo  que  Materno, 
que  es  una  de  las  personas 
que  hablan  en  él  ,  dice  asi 
á  Mésala  otro  de  los  Inter- 
locutores. Exprime  nohis  non 
Jaudationem  antiquorum ,  sed 
causas  cur  in  tantum  ab  elo' 
quentia  eorum  recesserimus* 
Sin  embargo  no  perseveró  es- 
te 


Obras  del  Orador  Quintiliano.         83 


te  erudito  en  tener  al  Dialo- 
go por  Obra  cierta  de  Quin- 
tiiiano  ,  pues  su  ultima  re- 
solución fue  confesarse  du- 
doso, é  ignorante  en  este 
punto  :  Itaque  ambigo  ,  S 
cum  multa  dixerim  ,  claudo 
tamen  omv.ia  ,  S  signo  hoc 
responso  ,  mihi  non  liquere. 
La  razón  ,  q-ie  le  hizo  du » 
dar  y  temer  de  la  verdad 
de  su  primer  diélamen,fue 
el  parecerle  que  Quintiliano 
tenia  mas  edad  que  el  Au- 
tor del  Dialogo  ,  el  qual 
confiesa  que  era  muy  joven 
en  el  año  6.  del  Imperio 
de  Vespasiano  ,  en  que  se 
tubo  aquel  tratado  ;  lo  que 
no  puede  componerse  con 
la  edad  de  nuestro  Orador, 
que  por  aquel  tiempo  pasa- 
ba mucho  de  los  primeros 
años  de  la  juventud. 

41  En  las  Memorias  de 
Trevoux  del  año  de  17 19. 
se  adjudica  el  Dialogo  á 
otro  Escritor  distinto  de 
Quintiliano  :  Cet  ouvrage^ 
dicen  ,  dont  nous  avons  un 
tres-beau  fragment  parmi- 
les  ¿euvres  de  Tacite  n*  est 
selon  toutes  les  apparences 
fii  de  Quintilien ,  ni  de  Taci- 
te <  non  que  ce  dialogue  ne 
soit   tres   digne  de  Quinti- 


¡iin 


;  mats  ce  n   est  pomt 


son  stile  ,  S  la  matiere  n* 
y  est  qu^  efflcurée  \  au-lieit 
qu^  elle  etoit  approfondie 
S  détaillée  dans  le  livre  des 
causes  de  la  corruption  de  V 
eloquence.  Esta  censura  se 
halla  á  la  letra  en  el  pre- 
facio de  la  traducción  que 
hizo  Mr.  Gedoyn  pag.  IX.  y 
XXXÍV.  y  de  ella  se  colige 
quan  diferente  era  el  gusto 
de  este  Autor  del  de  Lipsio 
en  orden  á  discernir  los  es- 
tilos. 

42  Juan  Alberto  Fabri- 
cio  en  su  Biblioth.  Lat. 
confiesa  que  hay  muchos 
argumentos  en  prueba  de 
que  el  Dialogo  es  de  Quin- 
tiliano ;  pero  sin  embargo 
se  persuade  á  lo  contrario, 
por  no  hallarse  en  éste  lo 
que  el  mismo  Quintiliano 
asegura  haber  tratado  en 
la  Obra  de  las  Causas  de 
la  corrupción  de  la  eloquen- 
cia.  Sería  muy  eficaz  esta 
razón  ,  si  el  Dialogo  per- 
severara entero  mas  no 
existiendo  sino  un  fragmen- 
to, que  compone  la  prime- 
ra parte  ,  como  se  colige  de 
las  ultimas  palabras,  no  ha- 
ce mucha  fuerza  para  el 
intento. 

43  Yo  tengo  por  indu- 
bitable,  que  esta  Obra  no 

La  es 


84  España  Sagrada. 
es  de  Quintiliano  ,  y  por 
consiguiente  que-  no  debe 
confundirse  con  la  de  ¡as 
causas.  Fundóme  en  la  ra- 
nzón que  apunta  Lipsío  to- 
mada 'de  la  edad  que  tenia 
el-Autor  del  Dialogo  ,quan-. 
do  los  '  interlocutores  tra-. 
íarorí  la  ipateria  que  en  él 
se  disputa.  Dice  pues  éste 
en  el  principio  de  su  Obra, 
que  era  muy  joven  enton- 
ces :^(2iwo''í^¿ü////t"'.y  hanc  quccs- 
tionem  pertra&antes  juve- 
nis'  áolmodum  audivL  De  el 
cap.  17.  consta  asimismo 
que  esta  controversia  se  tu- 
bo en  '  el  afioí  €.  de  Vespa-^ 
sumó',  esto  es,  en  el  año 
74,  t).  75.  de  Christo.  Pues 
ahora;  ¿como  podrá  com- 
ponerse que  Quintiliano  era 
muy  joven  en  este  ticmpq? 
El  mismo  testifica  v^  como 
digé  antes  ,  que  oyó  á  Do- 
micio  Afro'' siendo  joven: 
Utar  etiim  ver  bis  iisdem^ 
quce  ex  Domitio  yífro  jwvenis 
víccepí.  :Este  Orador  murió 
segim  Tácito  en  el  año  59. 
de  íaEra  vulgar.  ¿Gomo  pues 
se  verificíirá  que  Quintiliano 
era  muy  joven  en  el  año 
74.  ó  75.  si  antes,  -del  5f>. 
se  hallaba  en  los  años  de  la 
juventud  ?    ^i  'i-'?   oY 

45  '  Don- Nicolás, Antonio 


Trat,  69.  Cap,  7. 
se  empeña  en  hacer  verisi-r 
mil ,  que  la  expresión  admo". 
dum  jiivenis  puede  adaptarse 
muy  bien  á  Quitlliano  ;  y  pa- 
ra esto  omitiendo  la  quenta, 
que  .  debia  formar  de  los 
años,  que  tenia  según  ios, 
testimonios  que  leemos  en, 
sus  Instituciones ,  comienza 
á  numerar  ios  años  desde  el 
sexto  del  imperio  de  Ves-i 
pasiano  en  esta  forma,  Poq-; 
gamos  quatro,  años  masy 
que  gobernó,  este  Empera-t 
dor  ,  do'^  de  Tito  ,  y  catorce 
de  Domiciano.  Estos  juntos 
hacen  la  su^ua  de  Y<¿inte 
años;  Contemos  ahora,  vein- 
te ly- cinco  años  que  es  el 
principio  de  la  juventud  ,  y. 
la  edad  del  Autor  del  Dialo- 
go ,  y  hallaremos  que  Quin- 
tiliano tenia  quarenta  y  cin- 
co años  después  de  haber 
enseñado  veinte,  y  quando 
escribía  las  Instituciones. 
En  lo  qual  nada  veo  ,  di- 
ce ,  que  no  convenga  á  las 
cosas  de  este  Orador.  Pero 
este  erudito  yerra  mucho 
en  esta  quenta  ;  porque  pro^ 
cede  en  ella  bajo  el  supues- 
to falso  de  que  Quintiliano 
se  hallaba  en  la  primera,  ju- 
-ventud  en  el  año  6.  de 
Vcspasiano  ,  y  74*  ó  75.  de 
Christo  ,  siendo  asi  que  cor 
mo 


Obra  s  del  Orador  QuintUiano,        8  5 
mo  he  probado  de  algunos     pues  que  el  Autor  del  Dia- 


lugares  de  las  Instituciones, 
nuestro  Orador  pasó  los 
primeros  años  de  la  juven- 
tud en  el  Imperio  de  Ne- 
rón ,  y  antes  del  año  59, 
de  la  Era  vulgar  en  que 
murió  su  Maestro  Domicio 
Afro:  de  donde  se  infiere 
evidentemente  ,  que  tenia 
cerca  de  sesenta  años, 
quando  renunció  el  oficio  de 
Maestro  de  eloquencia. 

45  Otro  argumento  nue- 
vo se  me  ha  ofrecido  en 
comprobación  de  que  Quin- 
tiliano  no  escribió  el  Dialo- 
go de  ios  Oradores.  El  Au- 
tor de  este  afirma  que  oia 
él  como  discípulo  á  M. 
Apro  y  á  Julio  Secundo,  que 
eran  entonces  los  m>as  céle- 
bres ingenios  del  foro  Ro- 
mano ,  asistiendo  con  afición 
no  solo  á  las  causas  públi- 
cas que  ellos  tenian  ,  sino 
también  á  sus  conversacio- 
nes familiares  :  Quos  ego  in 
judiciis  no7i  utrosque  wcdo 
studiose  aiidkbam  ,  sed  dcmi 
quoque  r,  &  in  publico  üssec- 
tahar  mira  siudiorum  cu- 
pidíta te  ^  S  quodam  ardor e 
juvenili  j,  ut  fábulas  queque 
-eorum  ,  S  Jisputat iones  ,  & 
-arcana  semótce  diStionis  pe- 
■nitus   ejcd^erem».   Tenemos 


logo  era  muy  joven  ,  y 
estudiante  ,  quando  Julio  Se- 
cundo corría  con  la  fama 
de  Orador  insigne  y  elo- 
quente.  Lo  qual  de  ningún 
modo  conviene  á  Quintilia- 
no  ,  que  haciendo  mención 
de  este  Julio  en  el  cap.  3. 
del  lib.  10.  de  las  Institu- 
ciones ,  le  llama  igual  en  la 
edad  ,  y  amigo  suyo  fami- 
llar.  Qua  de  re  memitii  nar- 
rasse  mibi  Julium  Secun^ 
dum  ,  illum  cequalem  mcum, 
ai  que  á  me  ^  ut  noíum  est^ 
füiíiiliaritate  amatum  ,  mi- 
rcv  facundice  virum  ^  infl- 
niíce  tome  curce  y  quid  esset 
sibi  á  patruo  suo  diciun\ 
Confirmase  pues  lo  que  dige 
antes  ,  que  la  edad  de  Quin- 
tiliano  era  mayor  que  la  del 
Autor  del  Dialogo;  y  poi 
tanto  se  debe  confesar  que 
esta  Obra  ni  es  la  misma 
que  la  de  las  causas  de  1^ 
corrupción  de  la  eloquencia, 
ni  parto  de  nuestro  Orador, 
sino  de  otro  mas  m*ozó; 
auque  coetáneo   suyo. 

46  Acerca  de  ias  Decla-f 
maciones  quC:  andan  con  el 
nombre  de  Quintilíano  ,  es 
muy  difícil  resolver  ,  si 
todas  ó  á  lo  menos  algunas 
de  ellas ,.  pueden  reputarse 
por 


8  6  España  Sagrada, 
porObras  suyas.  Es  constan- 
te que  en  tiempo  de  nues- 
tro Orador  se  publicaron 
causas  forenses  trabajadas 
por  él  mismo  ,  como  referí 
en  las  noticias  que  he  dado 
de  su  vida.  S.  Gerónimo 
y  Alcuino  le  atribuyen  la 
controversia ,  en  que  se 
trataba  de  la  acusación  que 
se  hizo  contra  cierta  ma- 
trona, que  parió  un  Ethio- 
pe.  Ladancio  en  el  lib. 
I.  de  las  Instituciones  cap. 
Qi.  cita  el  Fanático  de 
Quintiliano  ,  y  exhibe  una 
sentencia  suya  por  estas  pa- 
labras  :  Optime  igitur  Quin- 
tilianus  in  fanático  ,  istud 
inquit  ^ú  Deus  cogit ,  iratus 
est.  En  el  lib.  5.  cap.  7. 
cita  también  otra  Declama- 
ción cuyo  titulo  era  caput 
obvolutum^  y  pone  un  lugar 
tomado  de  ella  :  Quod  qui- 
dem  ípsum  (¿uintilianus  egre- 
gie  ,  ac  brevitef  ostendit  in 
capite  obvoluto.  Nam  quae, 
inquit ,  virtus  esset  innocen 
tia  ,  nisi  laudem  raritas  de- 
disset?  Verum  quia  natura 
sic  comparatumest,utodium, 
cupiditas  ,  ira  ,  in  id ,  quod 
incubuerint  -  agant  caecos, 
supra  homines  videtur  culpa 
vacare:  Alioqui  si  natura 
pares  ómnibus  aífedus  dedis- 


Trat.Sg.  Cap.  6. 
set  ,   pietas  nihil  erat. 

47  De  las  declamacio- 
nes ,  que  existen  y  corren 
atribuidas  á  Quintiliano  ,  las 
unas  que  son  las  mas  bre- 
ves componen  el  numero  de 
145.  y  las  otras  largas  no 
pasan  de  19.  La  sentencia 
común  de  los  Eruditos  reco- 
noce ,  que  estas  ultimas  se 
apartan  mucho  de  la  elegan- 
cia de  nuestro  Orador ,  y  de 
las  regias  que  prescribe  en 
sus  Instituciones.  De  las  pri- 
meras creen  algunos  que  son 
de  diversos  Autores  ,  y  de 
diversa  edad  ,  porque  el 
estilo  no  es  igual  en  todas, 
sino  mas  culto  y  elegante 
en  unas  que  en  otras.  Bar- 
thio  sostiene  ,  que  todas  ellas 
son  fragmentos  de  las  que 
escribió  nuestro  Fabio  Quin- 
tiliano ,  á  quien  las  adjudi- 
can también  absolutamente 
Ángel  Policiano,  Juan  An- 
tonio Campano,  y  Pedro 
Erodio  ,  que  las  ilustró  con 
sus  Notas.  Entre  tantas  opi- 
niones y  tan  diferentes  gus- 
tos acerca  del  estilo  apenas 
se  halla  razón  ,  que  deter- 
mine ó  incline  á  una  parte 
mas  que  á  otra.  Una  sola 
cosa  me  ocurre  en  este  par- 
ticular, la  qual  deben  tener 
presente  los  Eruditos  que 
pre- 


Obras  del  Orador  Quíntiliano*  87 

pretenden  deducir  ,    si    las     por  vicio  de  los  copiantes  de 

aquel  tiennpo  ,  y  de  los  si- 
guientes? 

46  Resta  decir  algo  de 
la  Obra  ,  que  con  toda  certe- 
za es  propria  y  legitima  de 
Quintiiiano  ,  la  qual  se  cora^ 
pone  de  los  doce  Libros  de 
las  Instituciones  del  Orador, 
Emprendióla  nuestro  Cala- 
gurritano  ,  movido, como  di- 
je en  su  vida  ,  de  los  ruegos 
con  que  le  importunaron  al- 
gunos amigos  suyos  ,  que 
deseaban  el  acierto  en  la 
elección  de  los  preceptos  de 
Eloqüencia  ,  de  que  otros 
Autores  habían  escrito  con 
gran  variedad  y  discordia. 
Uno  de  éstos  se  llamaba 
Marcelo  Vidorio  ,  á  quien 


declamacíoCwS  son  ó  no  de 
Quintiiiano  ,  por  medio  del 
cotejo  que  hacen  de  ellas  con 
los  Libros  que  son  ciertamen- 
te suyos ;  y  es ,  que  sin  em- 
bargo   de  ser  comunmente 
el  estilo  la  mejor  prueba  pa- 
ra discernir  ó  mostraras!  las 
Obras  son  de  los  Autores  á 
quienes  se  atribuyen  ;  en  las 
declamaciones  hay  una  cir- 
cunstancia que  nos  obliga  á 
no  tenerlas    por    absoluta- 
mente agenas  de  Quintiiia- 
no ,  aunque    no   sean  muy 
conformes  con  los  demás  Es- 
critos   de    este  Autor.     El 
misto  testifica  ,  que  en  sus 
dias  andaban  por  las  manos 
del  público  sus  causas  ó  de- 
clamaciones  tan  corrompi- 
das ,  que  apenas  conservaban 
algo  de  la  primera  pureza. 
Nam  ceter¿e  ,  qu¿e  suh  nomi- 
ne  meo  feruntur  ,  negligen- 
tia    excipientium    in   qu<vs- 
tum    notariorum     corruptce 
minimam  partem  mei  habent» 
En  esta  suposición  ¿qué  in- 
conveniente hay  en  que  las 
declamaciones  que  existen  se- 
an de  Quintiiiano  en  su  pri- 
mer origen  ;  y  que  no  obs- 
tante se  encuentre  tanta  di- 
ferencia entre  ellas  ,  y   los 
Libros   de  las  Instituciones 


dirige  su  Obra  ,  no  solo  por 
la  antigua  y  estrecha  amis- 
tad que  con  él  tenia  ,  y  por 
su  intensa  afición  á  las  le- 
tras ,  sino  también  por  lo 
mucho  que  le  podría  ser- 
vir para  la  educación  de  un 
hijo  ,  que  en  la  primera  edad 
daba  ya  muestras  de  un  in- 
genio feliz  y  sobresaliente. 
Este  Marcelo  Viétorio  es  el 
mismo  á  quien  el  Poeta  Sta- 
cio  consagra  el  lib.  4.  de  su 
Silva  ,  sin  que  merezca  aten- 
ción lo  que  Bivar  citado  por 
Fabricio  alega  ,  fundado  so^ 
lo 


•8S        España  Sagrada,  Trat,  6g.  Cap.  7, 


io  en  el  supuesto  Chronicon 
de  Dextro  ;  por  ser  constan- 
te ,  que  el  expresado  Poeta 
floreció  en  el  Imperio  de 
Doir.iciano  ,  y  que  por  con- 
siguiente fue  coetáneo  de 
fluestro  Orador. 

47  Concluyó  Quintilla- 
no  esta  elegantísima  Obra 
en  poco  mas  de  dos  años, 
en  medio  de  que  mientras  la 
compuso,  le  ocuparon  otros 
negocios  ,  de  los  quales  na 
sería  el  menos  grave  la  edu- 
cación de  los  nietos  del  Em- 
perador. Su  facilidad  en  es- 
cribir lo  que  una  vez  habia 
meditado,  se    hace  patente 


con  lo  que  él  mismo  testi- 
fica diciendo ,  que  gastó  la 
mayor  parte  de  los  dos  años 
en  inquirir  lo  que  conducía 
para  esta  Obra  casi  infinita, 
y  en  leer  ,  como  era  nece- 
sario, inumerab'es  Autores. 

48  Concluidas  las  Insti- 
tuciones, se  abstubo  por  en- 
tonces de  su  publicación  ,pa- 
reciendole  que  no  habían 
madurado  bastante  ,  y  que 
sería  mas  acertado  repetir 
la  lección  de  su  Obra ,  á  ñn 
de  enmendar  sus  defedos, 
cumpliendo  asi  lo  que  acon- 
seja Horacio  en  el  Arte  Poé- 
tico ,  V.  :?38. 


No'^'UmqUe  prcmatur  in  annum, 
Memhratus  intus  posltrs  ,  de/ere  ücebit^ 
O'.io.i  non  eiid-:ris  :  nescit  v:x  missa  revertí. 


49  P¿ro  ocupándole  en 
este  tan  útil  y  necesario  tra- 
bajo ,  le  fue  preciso  publi- 
car sus  Libros  antes  de  cor- 
regirlos quanto  quería  ,  por 
las  repetidas    instancias  de 


los  estudiosos  ,  y  por  I03 
ruegos  continuos  de  un  Li- 
brero llamado  Triphon  ,  de 
quien  nuestro  Marcial  hace 
memoria  en  su  libro  4. 
Epig.  72. 


Exigís  ,  íJt  doíiem  Postres  tihi ,  Q-dnfe,  libel/os; 
Non  babeo  ,  sed  babet  bíbliopcla  Triphoru 


50  Algunos  Autores  es-  que  Q.úntiliano  permitiese 
criben  ,  que  esta  Obra  se  en  sus  Libros  las  lisonjas  é 
publicó  en  el  Imperio  de  indignas  alabanzas  con  que 
Trajano.  Pero  no  es  creíble     quiso  gratificar  á  Domicja- 

no 


Obras  del  Orador  Quintiliano. 


89 


no,  si  ya  habia  muerto  este 
Principe.  Por  tanto  ,  es  mas 
verisimil  ,que  las  Institucio- 
nes se  pubiicaron  bajo  este 
Emperador  ,  y  en  el  año  95. 
ó  96.  de  la  Era  vulgar  ,  co- 
mo prueba  el  Inglés  Enri- 
que Düdvell. 

51  Sería  negocio  muy 
prolijo  amontonar  aquí  los 
singulares  elogios  que  los 
Sabios  antiguos ,  y  moder- 
nos han  hecho  de  Quintilia- 
no  ,  y  de  su  Obra.  Baste  ex- 
poner el  juicio,  que  formaron 
algunos  de  los  mas  cercanos 
á  nuestros  tiempos.  Poggi 
en  su  epístola  á  Bautista 
Guarin  ,  escrita  en  el  año  de 
1417.  dice  asi  :  Habiendo 
tratado  muchos ,  y  excelen- 
tes Autores  latinos ,  como  tú 
sabes, del  ornato  y  elegancia 
del  estilo  ,  el  mas  eminente 
entre  todos  es M.FabioQuin- 
tiliano, quien  escribe  sobre  lo 
que  toca  á  la  instrucción  del 
Orador  perfeétisimo  con  tan- 
ta energía  y  exaditud  ,  que 
según  mi  juicio  nada  falta 
después  de  sus  preceptos, que 
pueda  conducir  en  orden  á 
la  doctrina  y  eloqiiencia  mas 
elevada.  Con  él  solo ,  aun- 
que no  tubiesemos  á  Cice- 
rón padre  de  los  Oradores 
Romanos ,  podríamos  aican- 

Tom.XXXIJL 


zar   la  citncia  de  decir  pcr^ 
fcí^lameníe,     Juan     Antonia 
Campano  en  la  carta  que  di- 
rige   al  Cardenal    Senense: 
Falta  ,  dice,  á  la  Eloqiien- 
cia lo  que  no  se  aprende  eti 
los  libros  de  Quintiliano ;  / 
alli  se  acaba  el  arte  de  ha- 
blar bien  ,  donde  se  halla  el 
ultimo  de  sus  preceptos.  Ha- 
ce luego  una  comparación  de 
nuestro  Orador,  yTulio;  y 
después  de  reconocer  en  am- 
bos las  mas  eminentes  per- 
fecciones ,  concluye  con  es- 
tas palabras:  Vor  tanto  ^  lo 
que  juzgo  de  Quintiliano  es, 
que  después  de  Marco  Tu- 
llo ,  cuya    felicidad    en   la 
Oratoria  debe  mirarse  y  ad- 
mirarse como  la  mas  encum- 
brada ,  él  es  á  quien  pode- 
mos tener   por  Capitán  ,  y 
Maestro   en    la  Eloqiiencia; 
advirtiendo  ,  que  si  después 
de  aprender  su  dodrina  nos 
falta  todavía  alguna  cosa  pa- 
ra ser  Oradores  consumados, 
ésta  se  habrá   de  tomar  no 
del  Arte,  sino  de  \3l  natura- 
leza.  Claudio    Capperoneri 
en  el  Prefacio  á  su  edición, 
dirigido  al   Ilustrisimo  An- 
drés Hercules  de  Fleury ,  di- 
ce :  Quanto   la   Gramática 
enseña  sobre  el  modo  de  ha- 
blar con  pureza  ,  la  Retórir 
M  ca 


po  España  Sagrada* 
ca  sobre  el  modo  de  decir 
Gon  ornato  ,  la  Dialedica  so- 
bre el  arte  de  disputar  con 
sutileza  ,  la  Moral  sobre  la 
educación  santa  de  los  ni- 
ños ,  quanto  los  Retóricos 
inventaron  ó  añadieron  á  fin 
de  componer  y  adornar  la 
Eloqüencia,todo  esto  se  halla 
en  los  Libros  de  Quintiliano, 
si  se  leen  de  manera  que  se 
entiendan, 

52  La  mayor  alabanza 
de  las  Tnstituciones  de  nues- 
tro Orador  está  en  que  los 
Eruditos  juzgan  comunmen- 
te ,  que  ellas  son  mas  acaba- 
das" y  exaélas  ,  y  mas  aco- 
modadas y  útiles  para  la 
educación  ,  instrucción  ,  y 
formación  del  que  desea  ser 
perfedo  en  la  Oratoria,  que 
las  Obras  escritas  por  Cice- 
rón sobre  esta  misma  mate- 
ria. El  famoso  r  Ángel  Poli- 
ciano dice  de  este  modo: 
Aunque  no  es  mii  animo  ante- 
poner absolutamente  á  Quin- 
tiliano respedo  de  Cicerón^ 
con  todo  eso  no  puedo  miC- 
nos  de  creer,  que  las  Insti- 
tuciones de  aquel  son  mas 
llenas  y  copiosas  que  los  li- 
bros B^etó,  icos  de  éste.  Car- 
los Rhollin  es  también:  de 
esta  misma  sentencia.  Si  no 
me  engaña  ^áic(^  ^  el  amor  á 


Trat.  69.  Cap.  7. 
la  Obra  que  he  tomado  á 
mi  cargo  ,  juzgo  que  no  pue- 
de hallarse  entre  todos  los 
Escritores  antiguos  ,  quien 
pueda  aprovechar  á  la  ju- 
ventud mas  que  Fabio  Quin- 
tiliano ,  asi  en  orden  á  culti- 
var los  ingenios  con  los  mas 
aventajados  preceptos  de  la 
Eloqiiencia  ,  como  á  enno- 
blecer el  animo  con  la  mas 
sana  dodrina  de  las  costum- 
bres. Hace  luego  examen  de 
la  Retórica  de  Aristóteles ,  y 
de  Tulio  ,  y  concluye  ,  que 
en  uno  y  otro  se  encuentran 
algunos  inconvenientes  por 
lo  que  mira  al  estilo  de  las 
escuelas  ,  de  los  quales,  di- 
ce ,  carece  Quintiliano  de  tal 
manera  ,  que  sobre  esto  po- 
s^e  las  perfecciones  de  am- 
bos. 

53  Pero  oigamos  á Quin- 
tiliano ,  que  sin  embargo  de 
la  modestia  y  reverencia 
con  que  habla  de  los  Escri- 
tores antiguos  ,  y  de  sí  mis- 
mo ,  expone  juiciosamente 
algunas'  razones  que  hacen 
su  Obra  la  mas  apreciable 
entre  todas  las  otras  de  este 
género.  En  el  cap.  i.  del  lib. 
3.  tratatando  de  los.que  es* 
cribieron  de  la  Retórica,  di- 
ce asi  :  El  principal  orna* 
mentó  de  la  Eloqiiencia  es 
Ci- 


Obras  del  O  rador  Quintiliano.  9 1 

Cicerón  ,  hombre  verdadera-     vivos.  No  obstante  el  respeto 


mente  incomparable  ,  ya  se 
mire  como  Orador  ,  ya  co- 
mo Maestro  de  Retórica.  Se- 
ría ciertamente  justo  callar 
después    de   un  hombre  tan 
doáo  ,si  él  mismo  no  nos  di- 
jera que  sus  Tratados  retóri- 
cos se  le  escaparon  de  entre 
las  manos  siendo  joven  ,  y  si 
en  sus  Libros  del  Orador  no 
hubiera  omitido  de  proposito 
algunas  menudencias,que  de- 
sean los  mas  de  los  estudio- 
sos.   Cornificio   escribió   no 
poco  en  esta  materia  :  Sterti- 
nio,yGallion  el  padre  alguna 
cosa ;  y  con  mayor  diligencia 
que   estos  ,  Celso  ,  y  Lenas, 
mas  antiguos  queGalüon  ;  y 
en  nuestra    edad  ,  Virginio, 
Plinio,   y  Rutilio.  Aun  hoy 
tenemos  excelentes  Autores 
sobre  este  asunto  ;  los  que 
si  hubiesen  abrazado  todas 
las  partes  de  que  se  compo- 
ne esta  Obra  ,  me  servirían 
al  presente  de  mucho  auxi- 
lio. Ellos    merecen  grandes 
elogios ;  pero  yo  me  absten- 
go de  nombrarlos  ,  porque 
aún  viven.    Tiempo    vendrá 
en  que  serán  alabados ,  por- 
que su  gloria  durará  hasta  la 
mas    distante      posteridad, 
adonde  no  llegará  la  envi- 
dia á  que  están   sujetos  los 


que  debo  á  hombres  tan  sa- 
bios ,  no  me  arrepentiré  de 
exponer  mi  diétamen, porque 
me   parece  conveniente    na 
adherirme  con  superstición  á 
la  seéta  de  otro ,  sino  solo  jun- 
tar las  opiniones  de  muchos, 
para  que  de  este  modo  ten- 
ga el  Leélor  libertad  de  ele- 
gir lo  que  quisiere  ,  conten- 
tándome yo  con  el  testimo- 
HÍo  de  mi  exaditud  y   dili- 
gencia   en    este    particular, 
quando  no  pide  mas  la  ma- 
teria. En  el  cap.  4.  del  Hbp. 
dice  ,  que  no  se  atrevería  á 
tratar  después  de  M.  Tulio 
de  la  composición  ó  coloca- 
ción de  las  palabras ,  si  no 
supiera  que  sin  embargo  de 
que  en  este  asunto  se  esme- 
ró  mas  que   en  otros  aquel 
Orador    eloqüentisimo  ,   no 
faltaron  en  su  misma  edad 
hombres  dodos  ,  que  le  es- 
cribieron desaprobando  el  or- 
den y    la  estrudura  que  él 
prescribía.   Añade  también, 
que   algunos  Autores  ,  que 
florecieron  después  de  Cice- 
rón ,  establecieron  algunos 
preceptos  que  hacen  al  mis- 
mo proposito  ;  y  finalmente 
propone  ,  que  seguirá  en  lo 
mas  su  sentencia  ,  y  que  por 
ventura  se  apartará  de  ella 
M  2  en 


C}2  España  Sagrada, 
en  algo,  pero  dejando  siem- 
pre libre  á  los  Leélores  el 
juicio  y  parecer  de  aquel 
grande  hombre.  Con  estas 
palabras  llenas  de  modestia 
y  respeto  insinúa  Quintilia- 
no  ,  que  su  intento  en  esta 
parte  era  enmendar  los  de- 
feílos  que  algunos  oponían 
á  Cicerón  ,  y  añadir  lo  que 
acerca  del  modo  de  colocar 
las  voces  enseñaron  otros 
Escritores  mas  cercanos  k 
su  tiempo.  De  todo  lo  qual 
se  puede  colegir  ,  que  no  es 
ageno  de  verdad  el  didamen 
de  muchos  Eruditos  ,  que 
prefieren  los  Libros  de  las 
Instituciones  del  Orador  á 
los  que  Cicerón  compuso  del 
Arte  de  la  Retórica  ;  y  nos 
persuadiremos  mas  fácilmen- 
te al  asenso  de  este  j'Jcio, 
si  reconocemos  que  Q.iiati- 
^  Hano  trató  largamente  pun- 
tos de  mucha  importancia, 
que  Cicerón  omitió  ó  tocó 
solo  de  paso,  como  lo  ad- 
vierte Fabricjn  en  su  Bi- 
blipth.  líb.2.  cap.  13.  num.4. 
S4  Estas  particulares 
ventajas,  que  se  hallan  en  las 
Instituciones  ,  han  excitado 
en  los  Eru  lítos  vehementí- 
simos deseos  de  que  el  estu- 
dio de  la  Retórica  de  Quin- 
tíliano  se  establezca  en  to- 


Trat,  69.  Cap,  7. 
das  las  escuelas  públicas.  Y 
á  la  verdad  ,  si  se  pretende 
poner  remedio  á  los  vicios 
que  en  nuestros  tiempos  tie- 
nen corrompida  la  Eioqüen- 
cia ,  dudo  que  pueda  seña- 
larse otro  mas  oportuno  que 
esta  Obra  ,  cuyo  único  obje- 
to es  restituir  á  ia  Oratoria 
aquella  antigua  sanidad  ,  y 
robuistéz,  con  que  desnuda  de 
todo  color  aparente  y  sobre- 
puesto floreció  en  la  edad 
de  oro  ó  en  el  tiempo  en 
que  vivió  Augusto.  El  famo- 
so Mureto  en  el  lib.  18.  de 
varias  Lecciones ,  cap.  20.  es 
uno  de  los  que  desearon  el 
estudio  de  Quintiliano,  por  la 
experiencia  que  él  mismo 
tubo  de  los  progresos ,  que 
con  su  lección  se  hacían  en 
las  escuelas  ,  y  de  la  deca- 
dencia á  que  vinieron  las 
buenas  Artes  ,  desde  que  se 
pusieron  en  las  manos  de  los 
jóvenes  otros  libretes  indig- 
nos. Siendo  yo  muchacho, 
dice  ,  se  explicaban  con  gran 
cuidado  en  las  escuelas  las 
Instituciones  Oratorias  de 
M.  Fabio  Quintiliano  ,  dili- 
gentisimo  ,  y  exquisito  Pre- 
ceptor de  Retórica;  ni  era 
reputado  por  buen  Maestro 
de  Eloqüencia  ,  quien  no  tu- 
biese  la  costumbre  de  eger- 
ci- 


Obras  del  Orador  Quhniliano,  93 

citar  a  sus  discípulos  en  el     afición  en  librillos   insulsos. 


estudio  de  la  Obra  referida. 
Mudóse  después  de  método; 
y  despreciados  aquellos  an- 
cianos ,  y  venerables  arboles 
de  la  antigüedad  ,  crecieron 
succesivamente  los  ramos 
inútiles  ;  y  la  juventud  hu- 
yendo del  trabajo,  puso  su 


y  en  compendios  ,  que  me- 
jor se  dirian  dispendios  de 
todas  las  Artes  liberales  ,  y 
de  todas  las  partes  de  la  Fi- 
losofía. De  aquí  se  ha  origi- 
nado el  verificarse  de  todas 
las  cosas , 


In  pejus  ruere ,  &  retro  subJapsa  referri. 


55  Ni  hay  para  estos 
males  otro  remedio  mas  se- 
guro que  renovar  aquella 
antigua  costumbre  ,  despre- 
ciando estos  nuevos  maestros 
tan  indoélos  como  arrogan- 
tes ,  y  volver  á  tomar  la  ver- 
dadera y  sólida  erudición  de 
los  antiguos ,  á  quienes  sus 
proprios  méritos  colocaron 
€n  la  cumbre  de  la  Eloqüen- 
cia. 

56  Ni  el  paganismo  de 
Quintiliano  se  ha  tenido  por 
inconveniente  ,  que  impida 
el  uso  de  sus  Obras  en  las 
escuelas  Christianas  ;  porque 
enmedio  de  haber  sido  gen- 
til ,  sus  preceptos  son  tan 
arreglados  ,que  no  instruyen 
menos  en  orden  á  las  bue- 
ñas  costumbres  ,  que  á  las 
ciencias.  Nadie  ,  dice  Pedro 
Galland  en  su  epístola  al 
Abad  Enguilberto  ,  sino  el 


que  sea  juez  importuno ,  y 
perverso  ,  me  tendrá  por 
descaminado  y  necio  en  de- 
dicar estíís  Instituciones  á 
un  Eclesíasíico,  y  Religioso; 
porque  á  la  verdad  no  me- 
rece el  nombre  de  profano 
un  l'bro  que  instruye  tanto 
en  lo  moral  ,  y  virtuoso, 
quanto  en  el  Arte  de  la  Elo- 
qütncia.  Porque  ¿quién  tra- 
tó con  mayor  diligencia  que 
Quintiliano  de  lo  que  es  jus- 
ticia ,  bundad  ,y  honestidad, 
sin  las  qua'es  virtudes  afir- 
ma constantemente  no  puede 
formarse  el  Orador?  ¿Quién 
sostiene  con  mayor  tenaci- 
dad ,  que  el  sagrado  nombre 
de  Orador  no  conviene  á 
ninguno  por  eloqüente  que 
sea  ,  M  tiene  su  animo  cor- 
rompido con  afedos  vicio- 
sos *  Véase  también  sobre 
este  asunto  ei  Prefacio  de 
Car« 


94  España  Sagrada 
Carlos  RhoUin  ,  Profesor  de 
Eloqiiencia  en  la  Universi- 
dad Parisiense ,  donde  prue- 
ba, que  los  Libros  de  Quin- 
tiliano  son  utilisimos  á  las 
costumbres  ,  por  los  exce- 
lentes avisos  que  dá  freqüen- 
temente  ,  para  aficionar  á 
los  niños  ,  y  jóvenes  á  la  vir- 
tud ,  y  hacerles  odioso  todo 
lo  que  pfuede  inficionar  sus 
tiernas  almas. 

Familia  de  Quintiliano, 

57  Ambrosio  de  Mora- 
les en  el  lib.  9.  cap.  27.  po- 
ne una  muy  breve  memoria 
de  nuestro  famoso   Quinti- 


.  Trat.  6c).  Cap.  7. 
liano  ,  después  de  la  qual  di- 
ce asi  de  su  familia :  Porque 
Séneca  nombra  á  un  Quin- 
tiliano  también  Orador  ,  y 
esto  fue  antes  de  Galba  ,  al- 
gunos han  querido  hacer  dos 
Quintilianos  padre  ,  y  hijo. 
Yo  no  tengo  en  esto  cosa 
cierta  que  pueda  afirmar. 
Solamente  veo,  que  esta  fa- 
milia de  los  Quintilianos  de- 
bía ser  natural  de  España; 
porque  demás  de  los  dos 
ya  dichos  ,yo  veo  una  Arula 
en  Caravana,  lugar  cinco  le- 
guas de  Alcalá  de  Hena- 
res en  el  Alcarria  ,  con  esta 
dedicación; 


SATVRNINVS 
PRO   SALUTE 
C.CLODII  QUIN 
TíLIANI  .     V  . 


58  También  en  los  diez 
y  ocho  Martyres  de  Zara- 
goza ,:  el  Poeta  Prudencio 
nombra  Quintiliano  á  uno  de 
ellos. 

59  D.  Nicolás  Antonio 
en  el  lib.  i.de  su  Biblioth.vet. 
cap.  3.  num.  44.  escribe,  que 
el  fundamento  que  tienen  al- 
gunos  en  las  Inscripciones 


antiguas  de  España  ,  para 
afirmar  que  la  casa  ó  fami- 
lia de  los  Quintilianos  es  Es- 
pañola ,  carece  de  la  firme- 
za necesaria  para  poner  en 
seguro  esta  noticia  ,  espe- 
cialmente haciendo  Cornelio 
Tácito  mención  de  unQuin- 
tiliano ,  que  fue  Tribuno  dé 
la  plebe  en  Roma  ,  cuyo  ofi- 
cio 


Familia  del  Ora 
cío  no  parece  creíble  se  die- 
se á  un  Español  ,  aunque  le 
Jiubiesen  concedido  antes  el 
privilegio  de  Ciudadano  Ro- 
mano. 

.  6o  Esta  razón  de  D.  Ni- 
colás Antonio  no  es  de  tanto 
peso  que  haga  inverisimil 
la  congetura  de  Morales. 
Porque  es  indubitable  ,  que 
el  derecho  de  Ciudadanos 
Romanos  que  tenían  muchos 
pueblos  de  nuestra  España, 
consistía  principalmente  en 
quitar  el  defeéto  de  origen 
ó  nacimiento  ,  y  habilitar  á 
ios  que  le  gozaban  para  as- 
cender á  los  magistrados  ,  y 
honores  de  Roma.  En  efeélo, 
constan  de  los  Fastos  mu- 
chos estrangeros  ,  y  nacidos 
fuera  de  Italia  ,  que  llegaron 
á  obtener  aun  la  dignidad  del 
Consulado.  El  mismo  D.  Ñi- 
pólas Antonio  trata  en  él  cap. 
Q.del  lib.cit.de  CornelioBal- 
bo  ,  natural  de  Cádiz  ,  de 
quien  dice  Plinio  :  Fui¿  & 
Balbus  Cornelius  major  Cón- 
sul :  :  :  Primus  externorum^ 
atque  etiam  in^  Océano  geni- 
torum  iisus  illo  honore  ,  quem 
majares  Latió  quoque  nega- 
verunt.  No  hay  ,  pues ,  mo^ 
tivo  para  tener  porincompa- 
tible,que  el  Quintiliano  men- 
cionado por  Tácito  fuese  Es- 


dor  Quintiliano.  95 
pañol  ,  y  sin  embargo  tubie- 
se  en  Roma  el  honorífico  em- 
pleo de  Tribuno  de  la  plebe. 
61  Mi  sentencia  acerca 
de  la  casa  de  los  Quintilia- 
nos  es  ,  que  atendido  el. 
nombre  ,  asi  gentilicio  ,  co- 
mo proprio  de  la  familia, 
ésta  es  una  de  las  que  tie- 
nen Autor  ,  y  origen  cierto, 
y  de  las  mas  antiguas  de  la 
Italia,  como  derivada  de  los 
Aborigines.  Sexto  Pompeyo 
Festo  de  Verb,  signifícate 
señala  el  principio  de  ambos 
nombres  con  estas  palabras: 
Quintiliani  Luperci  appella^ 
ti  vídentur  á  Qin&ilio  ,  qul 
prcepositus  est  Lupercis  ,  ut 
á  Fabio  Fabiani  di&i  sunt, 
ítem  Luperci  <  quibus  is 
prcepositusfuerit.  Fuisst  au- 
tem  Romuli  temporibus  ins- 
titutos &  Fabianos  &  Quin-; 
ámanos  ,-  multi  sunt  ,  qui 
existiment  ,  quorum  nume- 
rum  postea  auSium  fuisse^ 
quia  honoris  grafía  multi  Lu- 
percis adscribebantur.  Cons- 
ta ,  pues ,  por  este  testimo- 
nio ,  que  Fabio  ,  y  Quintilio, 
Prepósitos  de  los  Lupercos 
ó  Sacerdotes  de  Pan ,  dios  de 
los  Pastores, son  el  origen  de 
los  sobrenombres  de  los  Pa- 
blos ,  ó  Fabianos  ,  y  de  ios 
Quintilios  ,  ó  Quintilianos, 
am- 


^6        España  Sagrada,  Trat,  6^,  Cap,  j. 


ambas   gentes  patricias  ,  y 
de  las  mayores  y  mas  anti- 
guas de  Italia.  Los  dos  ape- 
llidos ,  que  antes  se  dieron  á 
gentes  distinta*:  entre  sí  ,  se 
juntaron  en  la  Casa  de  nu- 
estro Quintiliano  :   pero  de 
modo  que  el  de  Fabio  ser- 
via de   prenombre  ,  y  el  de 
Qjintiiiano  de  sobrenombre, 
que  distinguía  su  familia  de 
otras  de  los  Fabios.  El  sobre- 
nombre de  Quintiliano  pare- 
ce se  mantubo  en  esta  Cisa 
con  estudio ,  y  que  se  iiizo 
hereditario  ,  por  lo  que  el 
hijo  mayor  de  nuestro  Ora- 
dor se   decia  también  Qjin- 
tiliano  ,  como  consta  del  Pre- 
facio del  lib.  6.  de  las  Insti- 
tuciones. Es   verisimil    que 
esta  conservación  fuese  efec- 
to de  algún    particular   es- 
plendor o  lustre  del  prime- 
ro que  lo  tubo   ,  como  Plu- 
tarco escribe  del  sobrenom- 
bre de  Cicerón  \  pero  igno- 
ro quién  fue  este  personage; 
aunque  es  de  creer ,  que  por 
señalado  que  fuese  no  trans- 
fundió  á    los     suyos   aquel 
nombre    con    tanta    gloria 
como  la  que  recibió  después 
en  el  fnnioso  Orador  su  des- 
cendiente. 

62     En  este  mismo  siglo 
primero  florecieron  antes  del 


nuestro  dos  Quinti llanos  :  eí 
uno  fue  Sex.  Nonio  Quinti- 
liano ,  Cónsul  en  el  año  761, 
de  Roma  ,  y  8.  de  Christo: 
el  otro  fue  el  Declamador  de 
quien  hace    memoria  Aneo 
Séneca  en   el  lib.  5.  de  la» 
Controversias :  Pertinere  aj 
rem  non  puto....  quomodo  P, 
Asprenas  ,  aiit    Quindíilia- 
ñus    declamaverint.  Transeo 
istos  ,  quorum  fana  cum  ip- 
sis  extin&a  est.  De  este  se- 
gundo ,  á  quien /muchos  tie- 
nen   por  Autor    de  las  De^ 
clamaciones ,  dudan  los  Eru- 
ditos si  fue  abuelo  ó  padre 
del  Orador.  Yo  no  encuen- 
tro razón  positiva  para  re- 
solver este  punto  ;  pero  me 
inclino  mas  á  la  opinión  de 
Pitheo  ,  Vosio  ,  Andrés  Sco- 
to  ,  y  otros  que   añrman  lo 
primero.  Séneca  el  padre  flo- 
reció en  tiempo  de  Augusto, 
y  habla  de  Quintiliano   co» 
mo  de  un  Declamador,  que 
era  mas  anciano  que  él ,   y 
que  habia  muerto  quando  él 
mismo  escribia   las  Contro- 
versias ,  como  consta  de  las 
palabras  exhibidas.  Habien- 
do ,  pues,  nacido  el  Orador 
cerca  del   año  de  40.  según 
lo  que  se   puede  colegir  de 
sus  Instituciones  ,  es  necesa- 
rio confesar  que  no  fue  hijo, 
si- 


Familia  del  Orador  Quintiliano.         97 


isino  nieto  del  Declamador 
mencionado  por  Séneca. 

63  Algunos  quieren  que 
el  juicio  ,  y  crítica  de  nues- 
tro Quintiliano  acerca  de  las 
Obras  de  Séneca  ,  fue  efeélo 
del  odio  que  tenia  concebi- 
do contra  el  padre  de  este 
célebre  Cordobés  ,  por  el 
desprecio  que  en  el  lugar 
referido  hizo  de  Quintiliano 
su  abuelo.  Ni  ha  bastado  pa- 
ra contener  á  los  modernos 
en  esta  sospecha  la  satisfa- 
cion  con  que  el  mismo  Quin- 
tiliano pretendió  justificar- 
se ,  y  purgarse  de  su  des- 
afedo  á  Séneca  ,  que  ya  se 
le  atribuia  en  su  tiempo: 
Ex  industria  ,  dice  ,  Sene- 
cam  in  omni  genere  eloquen- 
ticü  distuli  propter  vulga- 
tam  falso  de  me  opinionem, 
qua  damnare  eum  ,  &  invi- 
sum  quoque  hahere ,  sum  cre- 
ditus,  Pero  el  candor  que 
resplandece  en  los  Escritos 
de  Quintiliano  ,  no  permite 
que  pensemos  tan  bajamen- 
te ;  antes  nos  persuade  ,  que 
su  juicio  sobre  el  estilo  de 
Séneca  nació  solo  de  un  ani- 
mo libre  en  defensa  de  la 
verdad.  Una  de  las  princi- 
pales causas  de  la  corrup- 
ción de  la  Eloqüencia  era 
la  grande  estimación  que  los 

TonuXXXllL 


Romanos  hacian  del  referi- 
do Escr.'íor ,  en  cuya  com- 
paración despreciaban  ellos 
á  los  antiguos  ,  mirándole 
como  á  un  astro  que  había 
venido  nuevamente  a  ilumi- 
na^-los.  Los  jóvenes  no  ttiii^n 
otro  em.peño  que  el  de  imi- 
tar á  un  hombre  ,  que  en  la 
común  opinión  era  reputa- 
do por  el  mas  dodo  y  elo- 
qüente.  El  mayor  daño  es-p 
taba  en  que  teniendo  Séne- 
ca grandes  y  admirables 
perfecciones  ,  los  Romanos 
no  ponian  su  estudio  en  la 
imitación  de  ellas  ,  sino  solo 
en  conformarse  con  su  esti- 
lo ,  en  el  qual  por  la  mayor 
parte  degeneraba  de  los  que 
escribieron  en  tiempo  de  Au- 
gusto, quando  la  elocución 
se  vio  adornada  con  la  mas 
sencilla  y  grave  magestadi 
Quintiliano  no  pudiendo  di- 
simular esta  especie  de  ilu- 
sión ,  y  deseando  desengañar 
á  los  jóvenes  con  la  autori- 
dad é  ingenuidad  que  pedia 
el  oficio,  que  se  le  habia  con- 
ferido por  el  Emperador  y 
Senado  ,  tubo  animo  para 
oponerse  al  consentimiento 
común  de  los  Romanos,  ha- 
ciéndoles patente  ,  que  al 
estilo  de  Séneca  faltaba  d 
concierto  ,    peso  ,  niímeroí. 


N 


har- 


98  España  Sagrada, 
harmonía  ,  y  otras  excelen- 
tes propriedades,sin  las  qua- 
les  no  puede  hallarse  la  ver- 
dadera Eioqüencia.  Hizo  es- 
to con  tal  modestia  y  res- 
peto ,  que  al  mismo  tiempo 
que  publicaba  los  defedos 
de  Scneca  ,  ensalzaba  su  mé- 
rito ,  y  volvia  por  su  opinon 
objetando  á  los  Romanos, 
que  ellos  le  amaban  mas  que 
le  imitaban,  y  que  se  apar- 
taban tanto  de  él  ,  quanto 
él  se  apartó  de  los  antiguos: 
que  les  agradaba  no  por  sus 
virtudes ,  sino  por  sus  vicios; 
de  donde  resultaba  ,  que 
gloriándose  de  que  sus  pro- 
prias  oraciones  tenían  el  or- 
nato y  eioqüencia  que  las  de 
Séneca  ,  infamaban  el  nom- 
bre de  este  famoso  Escri- 
tor. Asi  ,  que  el  intento  de 
Q.iintiliano  no  fue  sacar  de 
entre  las  manos  de  los  hom- 
bres los  Escritos  de  Séneca 
haciéndolos  menosprecia- 
bles ,  sino  solo  manifestar, 
que  en  lo  concerniente  á  la 
elocución  no  debía  preferir- 
se ,  como  se  prefería  ,  á  los 
del  tiempo  de  Augusto  ,  á 
quienes  el  mismo  Séneca  no 

dejó  de  calumniar ;  porque 
sabía  ,  que  siendo  su  estilo 
tan  diverso  del  de  Cicerón, 
y  otros  ,  no  podría  él  lie* 


Trat,  69.  Cap,  7. 
varse  los  aplausos  de  eló- 
qüente,mientras  el  público  hi- 
ciese estimación  del  gusto  de 
aquellos.  Concluyese  ,  pues, 
que  el  juicio  de  Quintiliano 
acerca  del  estilo  de  Séneca, 
no  procedió  de  odio  ó  des- 
aféelo, sino  del  celo  que  tenia 
del  aprovechamiento  de  sus 
discípulos ,  y  de  la  necesidad 
que  hibía  de  restituir  la  Elo-* 
quencia  á  su  integridad  y 
pureza  ;  lo  que  no  era  posi- 
ble consegiiir  en  tamo  que  el 
famoso  Cordobés  fuese  pre- 
ferido á  los  mas  antiguos. 

64  Quintiliano,  padre  de 
nuestro  Orador  ,  sobresalió 
también  en  la  Elocuencia: 
pero  no  tenemos  de  su  per- 
sona otra  memoria  ,  que  la 
que  nos  dio  su  hijo  en  el 
lib.  9.  de  las  Instituciones, 
cap.  3.  por  estas  palabras: 
Et  cur  me  prohibeat  pudor, 
uti  domestico  exemplo  ?  Pa- 
ter  meiis  contra  eum ,  qui  se 
legationl  immoriturwn  dixe" 
rat ,  dcínde  vix  paucis  die- 
bus  insumptis  re  infedia  re^ 
dierat  :  Non  exigo ,  ut  iti" 
moriaris  legationi  ,  inmora- 
re.  Algunos  coligen  de  aqui, 
que  el  padre  de  Quintiliano 
fue  también  Declamador,  y 
aun  Abogado  del  Principe. 
Mas  á  la  verdad  en  este  lu- 


se  menciona  ,  no ,  se  afirma 
que  egerció  la  Abogacía  de- 
Jante  del  Emperador ,  ni  que 
el  discurso  en  que  pronun- 
ció esta  aguda  seiuencia  fue 
algún  IJtií^io  forma!.  Nada, 
pues  ,  podemos  establecer 
.guiados  del  testimonio  de 
Quintiliano ,  sino  solo  que  su 
:padre  estubo  empleado  en 
uno  de   los  oficios  honorín- 


cuyo 


Familia  del  Orador  Quintiliano.  99 

igar,  que  es  el   único  en  que     residencia  en  la  patria  hasta 

que  Galba  le  llevó    en    su 
compania. 

65  Dos  hijos  tubo  nues- 
tro famoso  Calagurritano  en 
Roma  ,  y  ambos  fueron  prO'- 
digios  asombrosos  por  su  in- 
genio ,  y  otras  prendas  na- 
turales. El  menor  murió  no 
teniendo  sino  solos  cinco 
años,  en  los  quales  diceQuin- 
tiliano  ,  daba  ya  grandes  mu- 
estras de  agudeza  ,  y  viva- 
cidad ;  y  lo  que  es  mas ,  de 
un  entendimiento  profundo. 
El  primogénito  ,  llamado 
también  Quintiliano  ,  murió 
á  los  diez  años  de  su  edad, 
.del  qual  nos  dejó  su  padre 
un  excelente  elogio  en  el 
Prefacio  del  lib.  6.  de  las 
Instit.  No  tenia  yo  ,  dice, 
otra  esperanza  ,  ni  otro  gus- 
to, que  el  que  hallaba  en  mi 
hijo  Quintiliano  ;  y  á  la  ver- 
dad ,  él  solo  bastaba  para 
consolarme  en  la  pérdida  de 
su  madre  ,  y  hermano.  Por- 
que no  se  reducia  la  fecun- 
didad de  su  alma  á  ostentar 
solas  flores  ,  como  el  otro 
que  murió  á  los  cinco  años, 
sino  que  habiendo  entrado 
en  los  diez  de  su  edad  ,  lle- 
vaba ya  fi utos  bien  sazona- 
dos. Juro  por  los  mismos  ma- 
les que  padezco ,  por  esta  in- 
N2  fe- 


icos  de  la  República 
cumpiimiento  le  obligó  en 
esta  ocasión  á  reprehender 
al  Diputado  ,  que  se  habia 
yuel  o  sin  evacuar  el  nego- 
cio cometido.  Ni  bay  apa- 
riencia de  que  esto  fuese  en 
Roma  ,  y  en  presencia  del 
Emperador  :  antes  bien  es 
mas  verisímil  que  suce- 
diese en  Calahorra  ;  porque 
además  de  que  el  Diputado 
contra  quien  se  procedió  en 
este  caso  mas  parece  Dipu- 
tado de  una  Ciudad  que  Em- 
bajador del  Principe  ,  como 
dice  Tillem.ont ,  es  también 
mas  probable  que  la  familia 
de  Quintiliano  no  pasó  á  Ro- 
ma como  la  de  Séneca  ,  sino 
que  se  mantubo  siempre  en 
Calahorra ,  como  lo  indica  el 
hecho  de  volverse  nuestro 
Orador  á  España  después  que 
concluyó  sus  estudios  ;  y  su 


ri  00        España  Sagrada.  Trat,  69.  Cap.  7. 


feliz  conciencia  atormenta- 
da con  mis  penas  ,  por  la 
misma  alma  de  mi  difunto 
hijo  ,  que  entre  tantos  como 
lie  conocido  y  experimenta- 
<3o  ,  no  he  visto  uno  que  se 
le  pueda  comparar  en  la  fa- 
cilidad de  su  ingenio  para 
adquirir  las  Ciencias  ,  y  en 
el  gusto  con  que  para  satis- 
-facer  á  su  propria  inclina- 
cicn  ,  estudiaba.  Quando  el 
pudor  me  impusiera  silencio 
en  eyta  ocasión  ,  sus  mismos 
Maestros  podiian  testificar 
estas  verJaJes  ,que  ellos  co- 
nocen muy  bien.  Además  de 
esto  ,  eran  muy  notables  en 
mi  hijo  la  bondad  ,  piedad, 
¡dulzura  ,  y  liberalidad  ;  vir- 
tudes con  que  cautivaba  á 
cuantos  le  oían  ,  ó  veían.  A 
-estas  admirables  qualidades 
ide  su  ahimo  se  agregaban  las 
gracias  con  que  le  adornó  la 
naturaleza  ;  quales  eran  la 
suavidad  y  claridad  de  su 
voz  ,  el  atractivo  maraviilo- 
•€o  de  todas  las  facciones  de 
"SU  rostro ,  y  la  propriedad 
con  que  pronunciaba  las  vo- 
•ees  de  las  lenguas  Latina,  y 
Griega.  Todas  estas  dotes 
íios  prometían  un  hombre, 
^ue  sería  con  el  tiempo  per- 
íedo  ;  pero  aún  eran  mucho 
mas  recümcndables ,  la  cons- 


tancia ,  la  gravedad  ,  y  la 
firmeza  de  su  animo  ,  que  le 
hacían  superior  á  todo  do- 
lor ,  y  á  todo  miedo.  Porque 
¿quién  podrá  explicar  el  va- 
lor con  que  sufi  ió  la  enfer- 
medad de  ocho  meses? 
¿O^ántas  veces  se  admira- 
ban los  Médicos  á  vista  de 
una  fortaleza  tan  rara  en 
aquella  tierna  edad?  ¿Con 
qué  presencia  de  espíritu, 
con  qué  razonamiento  me 
alentó  en  las  ultimas  horas 
de  su  vida?  En  estas  dio  la 
mayor  muestra ,  de  que  si 
viviera  llegaría  á  poseer  la 
mayor  erudición  ;  pues  sien- 
do asi  que  en  fuerza  de  la 
enfermedad  padecía  delirio, 
y  olvido  de  todas  las  demás 
cosas  ,  nunca  llegó  á  perder 
la  memoria  de  lo  que  había 
estudiado. 

66  En  el  mismo  Prefacio 
hace  Quintiliano  memoria 
de  su  muger  ,  madre  de  los 
dos  hijos  referidos.  De  es- 
^ta  ,  dice  ,  que  murió  antes 
que  ellos  ,  no  habiendo  cum- 
plido los  diez  y  nueve 
años  de  su  edad.  Pondera 
el  grande  amor  que  le  te- 
nia ;  pues  sin  embargo  de 
ser  tan  moza  ,  especialmen- 
te si  se  comparaba  con  él 
mismo  ,  con  todo  eso  de- 
sea- 


Familia  del  Orador  Quintiliano,         i  o  i 


Seaba  no  sobrevivir  á  su 
marido.  Alábala  también 
exagerando  sus  virtudes, 
pues  dice  ,  que  la  adorna- 
ban todas  aquellas  de  que 
es    capaz  una  muger. 

67  Esta  fue  hermana  de 
algún  noble  Romano  ,  que 
tubo  la  dignidad  Pretoria, 
pues  hablando  el  mismo 
Quintiliano  con  su  primo- 
génito difunto  dice :  Te  ne 
consulari  nuper  adoptiom 
ad  omnhim  spes  honorum  pa- 
tris  admotum  ,  te  avúnculo 
pTíetori  generum  destinatum^ 
te  omnitim  spe  Atticce  elo- 
quenti¿e  Candidatum  ,  su- 
perstes  parens  tantum  ad 
poerias  amisi  ?  Burman  no- 
ta ,  que  el  padre  de  ésta  fue 
Tutilio  ,  también  Pretor, 
y  se  funda  en  que  escri- 
biendo á  Quintiliano  su  dis* 
cipulo  Plinio  llama  nieta 
de  Tutilio  á  una  hija  del 
mismo  Quintiliano :  Quam- 
vis  &  ipse  sis  CGTitinentis- 
simus  ,  &  filiam  tuam  iia 
institueris^  ut  deccbat  filiam 
tuam  ,  Tuíilii  neptem  &c, 
Pero  en  este  diélamen  hay 
una  equivocación  manifies- 
ta ,  que  consiste  en  creer, 
que  la  hija  de  Tutilio  fue 
madre  de  los  niños ,  cuya 
muerte  Hora  Quintiliano  ,  y 


de  la  hija  que  menciona  Pli- 
nio ;  lo  qual  no  se  compone 
bien  con  el  Prefacio  del  lib.6. 
de  las  Instituciones  ,  y  la 
epístola  citada.  Según  el  Pre- 
facio la  muger  de  Quintiliano 
murió  antes  de  cumplir  los 
19.  años ,  y  sus  dos  hijos  en 
la  edad  el  uno  de  g.años, 
y  el  otro  de  diez.  Después 
del  fallecimiento  de  estos 
quedó  Quintiliano  solo  sin 
tener  persona  alguna  de  su 
familia  ,  que  le  pudiese  ser- 
vir de  consuelo  :  Superstes^ 
dice  ,  omnium  meorum  ,  ó  á 
quien  dejase  heredero  de 
los  bienes  de  fortuna  que 
poseia;  por  lo  qual  dice 
también  ,  que  su  patrimo- 
nio y  la  Obra  de  las  Insti- 
tuciones vendrían  necesaria- 
mente á  poder  de  estraños: 
Nos  miseri ,  sicut  facultates 
paírimonii  nostri ,  ita  hoc 
opus  aliis  paravimus  ^  aliis 
relinquemus.  Lo  qüal  de  nin- 
gún modo  sería  verdad  ,  si 
la  hija  de  Quintiliano ,  de 
quien  habla  Plinio  ,  fue  her- 
mana uterina  de  los  dos 
niños  expresados  ;  porque 
ésta  ,  quando  se  escribió  la 
epístola  citada ,  estaba  ya 
crecida  ,  y  en  edad  de  casar- 
se ;  de  donde  resulta  ,  que 
si  su  madre  fue  la  que  mu- 
rió 


102  "España  Sagrada, 
rió  á  los  diez  y  nueve  años, 
y  cuya  muerte  llora  nues- 
tro Orador ,  ella  vivió  algún 
tiempo  mas  que  ios  dos 
hermanos ;  y  por  consiguien- 
te que  Quintiliano  no  podia 
quejarse ,  quando  murió  su 
hijo  primogénito  que  le  ha- 
bla quedado ,  de  que  él  era 
el  único  que  vivia  de  todos 
los  suyos,  y  que  no  tenia 
á  quien  dejar  sus  bienes. 

63  Dodwell  reconocien- 
do esta  dificultad  establece 
en  sus  Anales  ,  que  Quinti- 
liano celebró  dos  matrimo- 
nios, el  primero  por  los  años 
de  82.  de  la  Era  vulgar  ,  del 
qual  tubo  los  dos  hijo>  de  que 
habla  en  el  prefacio,  cuya 
madre  murió  en  el  año  89. 
el  segundo  cerca  del  año 
de  94.  con  la  hija  de  Tuti- 
lio  mencionada  por  Plinio  el 
mozo  3u  discípulo  ,  de  la 
que  tubo  una  niña  que 
después  se  trató  de  casar 
con  Noaio  Cjler.  Pero  en  es- 
te punto  es  mas  conforme 
á  la  verdad  la  sentencia  de 
D,  Nicolás  Antonio  ,  que  po- 
ne primero  el  casamiento  de 
Quintiliano  con  la  hija  de 
Tutilio  :  porque  mientras 
Quintiliano  estubo  casado 
con  esta  muger  ,  no  abun- 
dó de  bienes  de  fortuna,  y 


Trat.  59.  Cap-  7. 
por -esta  causa  habiendo  de 
casarse  su  hija  con  el  ex- 
presado Nonio  Celer  ,  que 
era  hombre  muy  noble  y 
autorizado  ;  Plinio  como  dis- 
cipu'iQ  agradecido  ,  y  ca^ 
ballero  rico  y  generoso  ,  le 
escribió  ,  ofreciéndole  un.i 
buena  cantidad  de  dinero, 
y  rogándole  con  instancia 
que  la  aceptase  ,  para  que 
de  este  modo  andubicse  su 
hija  con  la  decencia  y  co- 
mitiva correspondiente  á  la 
condición  y  di-^nidad  de  su 
marido.  Te  porro  ,  dice,  ani' 
mo  heatíssimum  ,  modicurn 
facultatibus  scio,  Itaque. 
partem  oneris  tuimihivtn' 
dice  ,  ^  tamqnam  parens 
alter  puellce  nostrt^  con  f ero 
qidnquaginta  millia  num~ 
múm  ,  plus  collaturus  ,  nisi 
á  verecundia  tita  sola  medio  r 
critate  munusculi  impetrari 
posse  confidere-n  ,  n:  recusa^ 
res.  El  estado  de  fortuna, 
que  aqui  se  representa  ,  no 
convino  á  Quintiliano  sino 
en  los  primeros  años  que 
empleó  en  la  enseñanza  de 
la  juventud  ;  porque  en  los 
siguientes  fue  tan  opulento 
como  pondera  Juvenal  ,  y 
como  se  infiere  de  la  re- 
nuncia que  hizo  de  los  ofi- 
cios de  Orador  y  de  profesor 
de 


Familia  del  Orador  Quintiliano» 


de  Rhetorica  ,  por  no  nece- 
sitar de  ellos  para  el  susten- 
to de  su  famiüa  ;  y  esto  an- 
tes de  obtener  los  honores 
consulares  en  tiempo  no  de 
Hadriano  ,  como  pretende 
Dodwell  ,  sino  de  Domicia- 
no  ,  como  dige  en  su  vida. 

69  Esta  hija  de  Quinti- 
liano  habia  muerto  algunos 
años  antes  que  su  padre  es- 
cribiese el  Prefacio  del  lib. 
6.  y  por  esta  razón  pode- 
mos creer  no  hizo  memo- 
ria de  ella ,  como  de  los  otros 
hijos  ,  cuya  muerte  le  cau- 
saba mayor  pena  asi  por 
ser  mas  reciente  ,  como  por 
haberle  privado  de  dos  va- 
rones ,  de  quienes  esperaba 
la  succesion  y  lustre  de  su 
casa.  De  este  modo  se  com- 
ponen muy  bien  las  noticias 
que  tenemos  de  la  familia 
de  Quintiliano  asi  en  las 
Obras  de  este  Orador  ,  co- 
mo en  Juvenal  y  Plinio ,  sin 
que  sea  necesario  el  recur- 
so de  Mr.  Gedoyn  ,  que  sin 
fundamento  alguno  se  per- 
suadió i  que  la  epístola  de 
Plinio  no  se  dirigió  á  Qjin- 
tiliano  ,  sino  á  Quintiano, 
sentencia  nuevamente  inven- 
tada contra  la  fé  de  los  có- 
dices ,  y  común  parecer  de 
los  Autores. 


103 


DESVANÉCESE    LA 

opinión   de  algunos  Escrito- 
res modernos  ,  que  sin   otro 
apoyo  que  sus  proprias  é  in-- 
subsistentes    congeturas    se 
oponen  a  la  nitor idad  posi" 
tiva  de  los  antiguos  acer- 
ca  de  la  patria  de 
Quintiliano, 

70  En  aquellos  siglos  re- 
motos de  nuestra  edad  ,  y 
proximios  á  la  del  célebre 
Orador  Marco  Fabio  Quinti- 
liano ,  en  que  por  escritos, 
y  por  la  tradición  se  podia 
tener  cierta  noticia  de  su 
patria  ,  jamás  se  dudó,  que 
fuese  Español  ,  y  natural  de 
Calahorra.  En  el  Chronicón 
de  Ensebio,  referida  la  muer- 
te de  Nerón,  y  mencionados 
Galba  ,  Vitelio  y  Othon, 
el  primero  de  los  quales  se 
apoderó  del  Imperio  en  Es- 
paña ,  se  lee  luego  de  este 
modo :  Mar  cus  Fabius  Quin-» 
tilianusRomam  á  Galba  per~ 
ducitur.  En  el  mismo  ,  al 
año  89.  Q'iintilianus  ex  His' 
paiia  Calagorritanus  pri- 
mus  Rom¿e  publicam  scho^ 
lam  aperuit ,  S  salarium  i 
fisco  accepit ,  ^  claruit.  S, 
Gerónimo  suponiendo  esta 
verdad  ,  dijo  graciosamente 
con- 


104     España  Sagrada,  Trat.  6g.  Cap,  7. 


contra  Vigilancio,que  tenien 
do  su  patria  el  mismo  nom- 
bre que  la  de  Quintiliano, 
salió  tan  indodo  en  el  arte 
de  hablar  bien  ,  que  com- 
parado con  este  grande  Ora- 
dor ,  podía  reputarse  por 
mudo.  Iste  caupo  Calagurri- 
tanus  ,  S  in  pcrversum 
propter  numen  viculi   muius 


Quíntilianus  ,  &c,  Ausonio 
en  la  memoria  que  hace  de 
los  Profesores  Burdigalenses, 
pondera  á  su  preceptor  Ti- 
berio Vidor  Minervio  di- 
ciendo,  que  con  su  Rheto- 
rica  habia  ilustrado  á  su 
patria  ,  no  menos  que  Quin- 
tiliano á  su  Calahorra. 


Adserat  usqiie  Jicet  Fabiutn  Calagurris  alunmum^ 
Non  sit  Burdigal¿B  dum  catkedra  inferior. 


71  Casiodoro  en  su  Cro- 
nicón dice  también  expre- 
samente ,  que  Quintiliano  fue 
natural  de  España  ,  y  el 
primero  que  abrió  escuela 
pública  en  Roma  ,  y  gozó 
los  gages  del  fisco.  Asi  que 
todos  los  antiguos  están 
conformes  en  este  punto, 
sin  que  se  halle  alguno  ,  que 
haya  testificado  lo  contra- 
rio ,  ó  á  lo  menos  haya  du- 
dado acerca  de  esta  verdad. 
Por  tanto  los  Autores  mas 
Criticos  y  Eruditos  de  los 
últimos  siglos  convinieron 
fácilmente  como  era  justo 
en  afirmar  fuera  de  toda 
ambigüedad  ,  que  Quintilia- 
no fue  Español  y  de  Ca- 
lahorra. Ángel  Policiano: 
Mar  cus  Fabius  Quinti/ia- 
ñus  ex  Hispania  oppido  Ca- 


laguri¿e  máxime  propter  oh- 
sessum  in  eo  Sertorium  in- 
signi  ,  Nerone  imperante  d 
Galba  (  qui  &  ipse  deinde 
Imperator  fuit  )  Romam 
adclecens  admodum  perduc 
tus  est.  Patre  autem  quan- 
tum colligimus  cum  erudito 
viro  ,  tum  in  reipublicce  su¿e 
administratione  honestissime 
vérsate  usus  est.  Véase  tam- 
bién Juan  Andrés  Obispo 
Aleriense  en  su  epistola  al 
Papa  Paulo  II.  Rafael  Vola- 
terrano  en  su  Antropología, 
Cataneo  sobre  la  epistola 
14.  de  Plinio  lib.  2.  y  Jaco- 
bo  Felipe  Bergomense  en  el 
suplemento  al  año  72. 

72     El   primero  que  des- 
pués de  tan   largo  consenti- 
miento se  opuso  a  la  auto- 
ridad de  Escritores  tan  an- 
ti- 


Patria  del  Ora 
tiguos  y  celebres  fue  el  Au- 
tor de  la  vida  de  Quintilia- 
■no,  que  se  halla  en  el  prin- 
'cipio  de  sus  Obras.  Este  no 
exhibe  otro  fundamento, 
que  una  congetura,  y  esa  muy 
poco  firme,  aunque  él  la  cali- 
'íica  de  muy  verdadera.  Su 
•poca  fidelidad  y  su  ignoran- 
cia se  muestra  en  que  para 
confirmar  su  presunción  cita 
á  Quintiiiano  ,  en  prueba  de 
que  su  padre  egerció  la 
abogacía  en  Roma  en  pre- 
sencia del  Emperador  ;  y  en 
que  llama  Marcelo  al  hijo 
mayor  del  mismo  Quintilia- 
no  ;  siendo  asi  que  lo  pri- 
mero no  se  halla  en  la  men- 
ción que  este  Orador  hace 
de  su  padre  ,  y  lo  segundo 
es  contra  el  expreso  testi- 
monio que  nos  dejó  en  su 
prefacio  al  lib.  6.  donde  dá 
á  su  hijo  el  nombre  de  Quin- 
tiliano.  Sin  embargo  como 
si  el  Autor  referido  fuera 
digno  de  alguna  fé  ,  no 
faltan  Escritores  modernos 
que  hacen  aprecio  de  su 
congetura.  Pondré  lo  que 
Mr.  Gedoyn  escribe  en  su 
•prologo  á  la  traducción  de 
Quindliano  ,  por  ser  este 
Académico  Francés  ,  el  que 
con  mas  vigor  pretende  ad- 
judicar á  los  Romanos  al  cé- 
lom.  XXXllL 


AoY  QmnúViam.        105 
lebre  Orador  ,  gloria  y  or- 
nam.ento  de  nuestra  España. 

73  Si  creemos ,  dice,  á 
Ausonio  ,  á  S.  Gerónimo,  Ca- 
sicdoro,  y  algunos  otros, 
á  quienes  sigue  Mr.  de  Tille- 
mont ,  M.  Fabio  Quintiliano 
fue  natural  de  Calahorra 
ciudad  pequeña  de  España, 
pero  célebre  por  el  valor 
de  Sertorio  ,  á  quien  el  gran 
Pompeyo  tubo  sitiado  en 
ella.  Pero  aunque  las  autori- 
dades de  aquellos  Escrito- 
res son  de  mucha  conside- 
ración ,  yo  sostengo  con 
Vosio,  que  Quintiliano  fue 
natural  de  Roma.  Basta  leec 
sus  Obras,  para  que  qual- 
quiera  se  dé  por  convencido 
en  este  punto.  En  muchos 
lugares  de  sus  Instituciones 
habla  de  los  Maestros  que 
tubo ,  del  modo  con  que 
fue  instruido ,  de  las  per^ 
sonas  que  él  conoció  ;  y  todo 
lo  que  dice  muestra  ,  que 
no  fue  educado  en  otra  par- 
te que  en  Roma. 

74  Ademas  de  esto  no 
parece  verisímil ,  que  un  es- 
trangero  hubiese  pod'do  al- 
canzar un  conocimiento  tan 
profundo  como  él  tenia  de 
la  lengua  latina ,  y  de  las 
leyes ,  costumbres ,  é  Histo- 
ria de  los  Romanos.  Añada - 

O  se 


I  o5  España  Sagrada, 
se  á  esto  ,  que  Marcial  Poeta 
Español  no  hubiera  dejado 
de  ponerle  en  el  número  de 
otros  muchos  Españoles  á 
quienes  alaba  en  un  epigra- 
ma ;  pero  lejos  de  esto  hace 
un  elogio  aparte  sin  dar  á  su 
patria  el  honor  de  haber  pro- 
ducido un  espíritu  tan  bello. 

75  En  fin  si  Quintiiiano 
fue  Español  ,  nos  veremos 
reducidos  á  creer  ,  que  él 
habia  olvidado  su  propria 
lengua ;  porque  hablando 
en  el  lib.  primero  de  sus 
Instituciones  de  las  voces 
estrangeras,  que  se  introdu- 
geron  en  la  lengua  latina, 
pone  entre  ellas  la  voz 
giirdus  ^  y  dice  él  mismo  que 
no  la  conoció  jamás ,  y  que 
tenia  oido,  que  su  origen 
era  de  España. 

76  Creyó  sin  duda  este 
erudito  Francés  ,  que  S, 
Gerónimo  ,  Ausonio  ,  y  Ca- 
siodoro  expresaron  la  pa- 
tria de  Quintiiiano  teme- 
rariamente ,  y  por  m.era 
imaginación ,  pues  se  atre- 
vió á  preferir  tan  débiles 
congeturas  á  la  venerable 
autoridad  de  tan  juiciosos, 
y  antiguos  Escritores.  Pero 
¿quien  se  persuadirá  á  que 
estos  procedieron  sin  la 
exaditud  y  critica  acostum- 


Trat.  69.  Cap.  7. 

brada  ,  quando  tan  asertiva- 
mente escribieron,  que  Quin- 
tiiiano fue  Español  y  natu- 
ral de  Calahorra?  ¿Quien  no 
confesará  que  tubieron  para 
esta  noticia  algún  testimo- 
nio mas  antiguo ,  y  próxi- 
mo á  la  edad  del  referido 
Orador?  En  efedo  no  se 
puede  dudar,  que  S.  Geró- 
nimo tubo  presente  la  ^auto- 
ridad de  Suetonio,  que  es- 
cribió poco  después  de  Quin- 
tiiiano ,  y  aun  pudo  ser  su 
discípulo  como  Plinio,  con 
quien  se  comunicó  familiar- 
mente. El  mismo  Santo  afir- 
ma en  el  Prefacio  al  Chro- 
nicon  de  Ensebio  ,  que  en 
la  versión  de  esta  Obra  no 
hizo  solo  el  oficio  de  Inter- 
prete, sino  también  el  de 
Escritor  añadiendo  muchas 
noticias  especialmente  de  la 
Historia  Romana  ,  que  Ense- 
bio omitió  no  por  ignoran- 
cia de  ellas  ,  sino  por  no 
parecerle  nesesarias  para  su 
Nación.  Estas  adiciones  se 
hallan  en  el  tiempo  que  pasó 
entre  la  cautividad  de  Tro- 
ya ,  y  el  año  veinte  del 
Imperio  de  Constantino,  Jas 
quales  ,  dice,  sacó  con  gran- 
de esmero  de  Suetonio  ,  y 
otros  ilustres  Historiadores. 
De  este  genero  son  las  dos 
no- 


Patria  del  Orador  QiiintlUano,      107 
Jogo  que  se  lee  en  el  prin- 
cipio   de    los    Códices    los 
nombres  siguientes. 


noticias  que  puso  concer- 
nientes á  Quintiliano;  por  lo 
que  no  es  S.  Geroríiino  el 
primer  Autor  de  cilas  sino 
Suctonio,  que  como  he  dicho 
fue  coetáneo  de  nuestro  fa- 
moso Orador. 

77     Pero  ¿como  pudo  S. 
Gerónimo  aprovecharse   de 
Suetonio  quanto  á  las  noti- 
cias, que  añadió  al  Chroni- 
con  de  Ensebio  respedivas  á 
Quintiliano  ,  y  á  otros  Ora- 
dores y  Preceptores   de  Re- 
torica ,  de  los  quales  no  hace 
memoria    aquel  Historiador 
Romano?  Es    verdad,   que 
en    las  Obras  que    tenemos 
de  este  Escritor  no  se  halla 
mención  alguna  de    Quinti- 
liano ;   mas    es   indubitable 
que  escribió  de  este  Orador 
en  el  lib.  que  compuso  De 
claris  Rhetoribus ;  del  quai 
no  se  ha  encontrado  hasta 
ahora  sino    un    fragmento, 
y   ese  muy   diminuto.  Dan 
buen    testimonio      de    esta 
verdad  los  Eruditos  que  han 
reconocido  los  Códices  mss. 
de  donde  se  ha  tomado  es- 
te libro;  pues   afirman  que 
ademas  de  los  Varones  ilus- 
tres ,  cuya  noticia  se  ha  con- 
servado hasta  nuestros  dias 
en  la  referida  Obra  de  Sue- 
tonio ,  se  hallan  en  el  Cata- 


L.  Ca^nius  Piso. 
M.  I^ürcius   Latro, 
Q.  Curtius  Rufus. 
L.  Valerius.   Primanus. 

Virgiiius   Flavus. 
L.  Statius  Ursulus. 
P.  Clodius  Quirinalis. 
M,  Antonius  Liberalis, 
Sex.  Julius  Gabinianus. 
M.  Fabius  Quintilianus. 

Julius  Tito. 

78  Asi  que  Suetonio  es- 
cribió, como  lo  significa  este 
Índice  ,  de  M.  Fabio  Quinti- 
liano ,  y  de  él  tomó  S.  Ge- 
rónimo las  noticias  que  aña- 
dió al  Chronicon.  Por  tanto 
Casaubon  tubo  por  conve- 
niente suplir  lo  que  faltaba 
al  libro  de  Suetonio  con  las 
mismas  memorias  que  sacó 
de  él  S.  Gerónimo :  Quo- 
niam  autem ,  dice,  B,  ///>- 
ronymus  y  ut  antea  diceba- 
mus  ,  qucpcumque  de  claris 
Oratoribusin  Eusebii  Chrorti' 
co  adnotavit^  ea  ab  hocScrip^ 
tore  fuit  mutuatus  ,  nos  vi^ 
cissim  ,  quce  hucpertinebant^ 
ex  illo  pr^stantisiimo  opere 
descripsimus  ,  atque  it.fra 
subjecimus.  Véase  también 
O  2  lo 


io8      España  Sagrada, 
lo  que  sobre  este  asunto  es- 
cribe  Dod\vel>  en  los  Ana- 
les Quintilianeos   num.  XIII. 

79  Ahora  pues  ,  si  la 
autoridad.de  S.  Gerónimo, 
Ausonio,  y  Casiodoro  por  sí 
sola  debia  estimarse  mas 
que  las  débiles  congeturas 
de  Gedoyn  ;  porque  siempre 
sería  justo  suponer  que  es- 
tos Escritores  como  tan  dili- 
gentes ,  y  puntuales  no  es- 
cribieron de  QuintilianOjSino 
lo  .  que  ellos  mismos  creían 
en  fuerza  de  algún  funda- 
mento grave  ¿quanto  mas 
razonable  será  este  mayor 
aprecio,  constandonos  que 
S,  Gerónimo  tubo  presentes 
á  Suetonio  ,  y  otros  ilustres 
Historiadores  Romanos  para 
Jas  adiciones  con  que  aumen- 
tó el  Chronicon  de  Ensebio? 
8o  Pero  examinemos 
los  testigos  ,  y  las  pruebas 
que  trae  Gedoyn ,  para  es- 
tablecer que  Quintiliano  na- 
ció en  Roma.  Dice  primera- 
ir  ente  que  basta  leer  las 
Obras  de  este  Orador  ,  para 
que  qualquiera  se  persuada 
á  que  fue  Romano  ;  y  el 
vínico  ñmdamento  que  tiene 
para  esta  confianza  ,  es  que 
en  las  instituciones  se  hallan 
varios  lugares, .en  que  Quin- 
tíiiano  da    noticia  de   al2U- 


Trat,  69.  Cap,  7. 
nos  sugetos  ,  á  quienes  cono- 
ció ,  ó  que  le  enseñaron  eti; 
Roma.  Ahora  conozco  que 
Justo  Lipsio  fue  muy  dis- 
creto ,  quando  escribiendo 
sus  Notas  sobre  la  Consola- 
ción de  Séneca  ,  y  llegando 
al  cap.  17.  donde  este  ilustre 
Escritor  testifica  que  fue 
llevado  á  Roma  siendo  mu- 
chacho ,  llamó  la  atención 
del  Ledor  con  estas  pala- 
bras: Nota  &  gaudeat  Hís- 
panla, Natus  igitur  in  ea 
fiiit  :  sed  piter  aut  infans 
Romam  latiis.  Porque  si  el 
mismo  Séneca  no  hubiera 
dejado  tan  expreso  testimo- 
nio, no  faltarla  algún  Criti- 
co que  pretendiese  hacerle 
Romano  arguyendo  como 
Gedoyn  :  Séneca  fue  educa- 
do ,  y  enseñado  en  Roma: 
Luego  fue  Romano  :  Luego 
nació  en  Roma:  ¿Quien  no 
vé  que  esta  ilación  no  sale 
de  aquel  antecedente  ?  ¿Que 
cosa  mas  sabida  que  la  cos- 
tumbre de  el  siglo  i.  y  de 
los  siguientes  de  enviar  los 
padres  de  familias  sus  hijos 
á  Roma  ,  á  fin  de  que  hi- 
ciesen mayores  progresos  en, 
el  estudio  de  las  letras? 
Sola  nuestra  España  nos 
ofrece  gran  multitud  de  Jo- 
venes  que  en  el.  mismo 
si- 


Patria  del  Orador  QulntUiano,         1 09 
siglo    salieron    de    ella ,    y     cia  en  Roma ,  sino  solo  la 


se  criaron    en  aquella  gran 
ciudad  donde  se  instruyeron 
en  todo  genero  de  erudición. 
Véase  el  libro   i   de    la  Bi- 
blioth.  Vet.  de  D.  Nicolás 
Antonio.  Pues   esto    mismo 
sucedió  con  Quintiiiano.  En 
casa  de  sus  padres   estudió 
los  primeros  elementos. 'Allí 
dio  muestras  de  un  ingenio 
vivo  y  sobresaliente.  Y  aun- 
que en  su  misma  patria  po- 
dría adelantarse    mucho  en 
las    Artes  estando    bajo   el 
cuidado  de   su  padre  ,  que 
como    sabemos ,    era  do¿lo 
y  elcquente ;  con  todo  eso 
fue  destinado  á  las  escuelas 
de  Roma  ,    como   Lucano, 
Marcial  y  otros  Españoles, 
para  que  en  aquellos  gran- 
des concursos  de  Oradores 
eminentes  ,  de  Maestros  sa- 
bios ,  y    de    condiscípulos 
generosos  se  encendiese  mas 
su  emulación,  envidia  y  ad- 
miración que  son  las  pasio- 
nes que   alimentan  los  inge- 
nios, é  incitan  mas  á  los  estu- 
dios.  Todo  esto  se  compone 
muy  bien  con  las  Institucio- 
nes del  mismo  Quintiiiano, 
pues  si  refiere  algún  suceso 
íiel  tiempo  de  su   puericia, 
110 ,  habla  con    expresiones, 
jque  signifiquen  su  residen- 


fama  pública  de  lo  que  cuen- 
ta como  es  aquello  del  lib. 
10  cap.  i,  Nobis  pueris  in^ 
signes  pro  Voluseno^  Catulo^ 
Domitii  Afri  ^Crispí  Paste- 
ni ,  Decirni  Lcelii  orationes 
ferebantur.  De  manera  que 
no  hay  una  locución  en  to- 
dos  sus    libros  ,  por  donde 
pueda  inferirse  ,  que  estubo 
en   Roma  en  los  años  de  su 
edad     pueril.    Los   lugares, 
en  que  testifica  haberse  edu- 
cado en  la  referida  Ciudad, 
todos   son    respedivos  á  su 
juventud  ó  adolescencia,  has- 
ta que   concluyó  sus-  estu- 
dios. Entonces  vino  á  su  pa- 
tria Calahorra  como  escri- 
be   Dodwell  :   Inde  ,  dice 
este   Escritor  ,   biatus  ma- 
nifestus  est.  Nec   enim  pro^ 
jciince    ¿etatis    res  ,    hujus 
nimirum  ,  quo  illiim  ahfuisse 
piitamus  ,  octctmii  ullas  un- 
quam    advocat.    Ciir   igitur 
dubitemus ,  qui  illum  ex  His- 
patiia  Romam  reduxit ,  eum- 
dem  Roma  illum   in   Hispa" 
niam     arcessivisse  ,  amicum 
nempe  studiorum  ejus^patro- 
VMwque  Galbam?: 

81     Aun  es  menos  funda- 
do lo  que  añade  Gedoyn  en 
prueba  de  su  opinión.     No 
es  verisímil  ,  dice  y  que  un 
es- 


lio      España  Sagrada.  Trat,6^.  Cap.  7. 


estrangero     alcanzase     tan 
profundo  conocimiento  de  la 
iengua  latina  ,  y  de  las  cos- 
tumbres   de    los   Romanos. 
De  suerte  que  según  el  jui- 
cio de  este  Escritor  no  era 
suficiente  vivir  muidlos  años 
en  Roma ,  para  conocer  pro- 
fundamente las  cosas  Roma- 
nas ,  sino  que  además  se  re- 
queria   nacer  en  aquella  Ciu- 
dad. Conforme  á  esto  ¿co- 
mo podremos  creer  que  Mi- 
nervio  ,  V.  g.  á  quien  Auso- 
nio    iguala  con  Quintiliano, 
era  Francés  ,  y  natural  de 
Burdeos  ,    mayormente    no 
habiendo  residido  en  Roma 
tan  largo  tiempo  como  nues- 
tro Orador?    Este  nació   en 
Calahorra  ,  Ciudad  que  se 
comprehendia    entre   aque- 
llos  pueblos   situados  á  las 
riberas   del   Ebro  ,    de    los 
quales  escribe  Strabon  ,  que 
andaban  á  la  moda  de  Ita- 
lia. Tubo  un  padre  dodo  y 
eloquente  ,    que    pudo   ins- 
truirle en  los   primeros  años 
en   la  Gramática  de  la  len- 
gua latina  ;  bien    que  ésta, 
como   el  mismo  Quintiliano 
avisa  en  el  lib.   i.  cap.   r. 
era  tan  usada  ,  que  aun  no 
queriendo  seaprenüa.  Quan- 
do  llegó  á  la  edad  de  con- 
currir á  las  escuelas  públi- 


cas ,  fue  llevado  á  Roma, 
donde  vivió  toda  su  larga 
vida  ,  á  excepción  del  tiem- 
po que  después  de  concluir 
sus  estudios  ,  estuvo  en  su 
patria.  No  se  egercitó  en 
otro  oficio  que  el  de  Orador 
y  de  Maestro  de  Rhetorica; 
por  lo  que  se  vio  precisado 
á  ocuparse  continuamente 
en  las  materias ,  que  por  su 
naturaleza  contribuían  al 
conocimiento  de  la  lengua 
latina  ,  y  de  las  costumbres, 
leyes  ,  é  Historias  de  los  Ro- 
manos. En  esta  suposición 
¿  que  razón  tubo  Gedoyn  pa- 
ra juzgar  increíble  ,  que 
Quintiliano  naciese  en  España 
é  hiciese  tan  grandes  progre- 
sos en  las  cosas  Romanas? 

82  El  objeto  de  Marcial 
en  el  epigrama  ,  que  nos 
opone  Gedoyn  ,  no  es  ala- 
bar á  todos  los  Escritores 
de  nuestra  nación  ,  sino  so- 
lo al  Poeta  Liciniano  natu- 
ral de  Bilbilis  ,  patria  tam- 
bién del  mismo  Marcial.  A 
este  fin  hace  memoria  de 
algunos  Poetas  que  ilustra- 
ron sus  paises,  y  entre  es- 
tos pone  á  los  dos  Sénecas, 
y  á  Lucano  naturales  de 
Córdoba  ,  á  Caniode  Cádiz, 
á  Deciano  de  Mérida  ,  y 
concluye  cantando  la  gloria 
que 


Patria  del  Orador  Quintiliano.      1 1 1 
que   en   la   posteridad   ten-     ducido  á  Liciniano ,  y  á  él 
,dna  Bilbilis  por  haber  pro-     mismo. 

Te  ,  Liciniane  ,  gloriabitur  riostra^ 

Nec  me  tacebit ,  Bilbilis. 

ut  hominem  gurdonicum,  Es' 
ta  es  una  de  las  voces  que 
consta  haber  tenido  alguno 
de  los  idiomas  ,  que  anti- 
guamente se  hablaban  en  Es- 
paña ,  y  se  conserva  hasta 
hoy  en  nuestro  Castellano, 
aunque  con  la  diferencia  de 
aplicarse  solamente  á  los 
obesos  ó  gruesos.  Quintilia- 
no pues  distinguiendo  las 
voces  latinas  de  las  estran- 
geras  pone  entre  estas  la 
voz  expresada  ,  y  de  ella 
dice  asi  :  Et  gurdos  ,  qtws 
pro  stolidis  acciph  vulgus^ 
ex  Hispania  duxisse  origi- 
nem  ,  audivi.  En  las  quales 
palabras  no  dice  ,  que  ja- 
más tubo  conocimiento  de 
esta  voz  ,  como  le  atribuye 
Gedoyn;  sino  que  conforme 
á  la  noticia  que  le  hablan  da- 
do ,  juzgaba  que  no  era  voz 
propria  de  la  lengua  latina, 
sino  originada  de  alguno  de 
los  idiomas  Españoles.  Acer- 
ca de  esto  segundo  pudo 
ser  instruido  en  Roma  sin 
embargo  de  conocer  antes, 
que  en  España  llamaban 
gurdui  á  los  hombres  insen- 
sa- 


83  Siendo  pues  dirigido 
este  epigrama  á  un  Poeta, 
convenia  hacer  memoria  de 
otros  que  con  sus  poesias 
honraron  á  los  pueblos  en 
que  nacieron  ,  no  de  Orado- 
res como  Quintiliano  ,  el 
qual  no  dio  esplendor  á  su 
patria  ,  con  la  composición 
de  versos  como  Marcial  y 
Liciniano,  sino  con  Obras  de 
genero  muy  diferente.  Y  so- 
bre todo  no  siendo  el  in- 
tento del  Poeta  mencionar 
todos  los  Escritores  de  Es- 
paña como  se  ve  por  los 
muchos  que  omite  ,  su  si- 
lencio acerca  de  Quintiliano 
es  ,  como  dice  Tillemont, 
una  mera  omisión  ,  sobre  la 
qual  ninguno  puede  apoyar- 
se con  firmeza. 

84  La  voz  gurdus  era 
muy  usada  en  Roma  en 
tiempo  de  Quintiliano  para 
significar  á  los  hombres  es- 
tólidos ó  necios.  Usáronla 
también  después  muchos 
Escritores  de  media  latini- 
dad ,  entre  los  quales  Seve- 
ro Sulpicio  en  el  Dialogo  i. 
cap.  27.  Audietis  me  íamen, 


1 1  2       España  Sagrada.  Trat,  6g.  Cap.  7. 
satos    ó   mal    considerados;     Vascuence  aunque  el  P.  Lar 


porque  con  el  conocimiento 
de  que  una  voz  está  en  uso 
en  diversos. países. é  idiomas, 
acaece  muchas  veces  la 
ignorancia  de  su  origen  ,  o 
de  la  lengua  que  la  usó 
prjmero.  Fuera  de  estoQuin- 
tiliano  era  Vascon  ,  y  el  len- 
guage  de  su  tierra  era  dife- 
rente del  de  otras  regiones, 
como  sostienen  los  mas  doc- 
tos ;  residió  también  muy 
poco  en  España;  por  todo 
lo  qual  no  sería  estraño ,  que 
no  conociese  la  voz  gurdas^ 
que  creo  no  ser  propria  del 


ramendi  se  empeña  en  darla 
origen  Vascongado. 

85  Conviniendo  pues  to- 
dos los  Escritores  antiguos, 
en  que  Quintiliano  fue  Espa- 
ñol ,  y  natural  de  Calahor- 
ra ,  y  constandonos  que  San 
Gerónimo  leyó  esto  mismo 
en  Suetonio  ú  otros  Historia- 
dores Romanos,  debemos  es. 
tablecer  por  cosa  indubita- 
ble la  sentencia  que  he  de- 
fendido ;  contra  la  qual  nada 
se  ha  opuesto  hasta  ahora  si- 
no las  mal  fundadas  congé- 
turas  que  dejo  desvanecidas. 


NOTA 


Concluida  esta  breve  Di- 
sertación ,  tube  noticia  de  la 
Obra  vaúiuhxó^^  Storia  Le- 
tteraria  d'  Italia  ^escrita 
por  el  célebre  Abate  Tira- 
boschi  ,  el  qual  preocupado 
contra  la  literatura  Españo- 
la, y  persuadido  de  su  pasión 
á  que  los  nuestros  fueron 
los  corruptores  de  laeloquen- 
cia  Romana  ,  se  vio  forza- 
do á  no  confesar  la  verdade- 
ra patria  de  Quintiliano,  á 
quien  ni  podia  atribuir  aquel 
vicio,  ni  negar  la  preeminen- 
cia de  haber  restaurado  en- 


tre los  Romanos  la  OratO' 
ria  poniéndola  en  el  estado 
mas  sublime.  Pero  este  Cri- 
tico no  añadió  dificultad  al- 
guna á  las  que  opuso  pri- 
mero Gedoyn  ,  y  la  injusta 
concordia  ,  que  inventó  para 
contentar  á  sus  Italianos  y 
á  los  Españoles,  está  ya  ner- 
viosamente rebatida  por  el 
erudito  Lampillas  en  su  Sag- 
gío  Stcrico-apologetico  dep- 
ila Lettcratura  Spagnuolay 
Obra  dignísima  de  la  co- 
mún aceptación  de  nuestros 
Sabios. 


CA- 


^^3 


CAPITULO     VIH. 


ANTIGÜEDAD  DE  LA  SANTA  IGLESIA 

de  Calahorra. 


I  T  OS  Escritores  Na- 
I  j  cionales  ,  que  tra- 
tan del  primer  estableci- 
miento de  la  Religión  Chris- 
tiana  en  el  Obispado  de  Ca- 
lahorra ,  admiten  como  se- 
guras las  tradiciones  parti- 
culares ,  que  tienen  algunos 
pueblos  comprehendidos  en 
su  territorio.  Fundados  en 
solo  este  principio  escriben, 
que  el  Apóstol  Santiago  re- 
sidió por  a!gun  tiempo  cer- 
ca de  la  Villa  de  Jube- 
ra  en  el  sitio  ,  donde  se 
mantiene  una  Iglesia  consa- 
grada á  su  nomibre.  Seña- 
lan también  el  motivo  por 
que  el  Santo  vivió  en  esta 
parte  ,  y  es  que  los  habitan- 
tes de  la  sierra  de  Came- 
ros adoraban  á  un  solo  Dios 
sin  mezcla  de  idolatría  ,  de 
donde  se  originaba  ,  que 
oian  con  gusto  la  predica- 
ción Apostólica  ,  y  miraban 
con  gran  veneración  y  res- 
peto al  Ministro  que  les 
anunciaba  el  Evangelio.  De 


aqui  ,  dicen ,  iba  el  Santo 
Apóstol  á  Calahorra  ,  don- 
de no  podia  hacer  asiento 
á  causa  de  que  en  esta 
Ciudad  habia  tribunal  de 
Jueces  Romanos  ,  templo 
gentílico  dedicado  al  culto 
de  dioses  falsos  ,  y  aun  Si- 
nagoga de  Hebreos  enemi- 
gos mortales  óqI  nombre 
Christiano. 

2  En  confirmación  de 
esta  piadosa  creencia  traen 
ciertas  memorias  ,  que  se 
hallan  en  algunos  lugares, 
y  no  pueden  ser  en  su  jui- 
cio ,  sino  testimonios  coa 
que  quiso  el  Cielo  mantener 
la  noticia  de  la  predicación 
del  Apóstol  destinado  á  las 
Españas.  Tales  son  las  con- 
chas que  llaman  vulgar- 
mente veneras  ,  y  los  bor- 
dones y  calabacitas,  que  se 
encuentran  por  el  espacio 
de  catorce  leguas  desde  mas 
arriba  de  la  Villa  de  An- 
guiano  hasta  la  de  Prejano 
por  toda  la  cordillera  y  fal- 
P  da 


r  1 4  España  Sagrada, 
da  de  la  sierra  de  Cameros, 
las  qiiales  se  han  reputado 
siempre  por  insignias  de 
Santiago  ,  y  según  la  tradi- 
ción antiquísima  de  aquel 
pais  no  son  otra  cosa  ,  que 
señales  milagrosas  ,que  dejó 
alli  el  Apóstol  en  testimo- 
nio de  su  amor  para  con 
aquellas  gentes  ,  y  del  be- 
neficio que  las  hizo  anuo 
ciandolas  la  dodrina  del 
Evangelio. 

3  Al  fin  del  siglo  i6. 
corría  la  expresada  tradi- 
ción celebrada  por  la  voz 
.viva  del  pais;  pero  desco- 
rocida  y  callada  de  todos 
los  Escritores  ,  que  florecie- 
ron antes  de  aquel  tiempo. 
En  el  año  1596.  se  publicó 
la  Historia  de  las  grandezas 
de  la  Ciudad  é  Iglesia  de 
León  compuesta  por  el  P. 
Fr.  Atanasio  Lobera  ;  y  este 
fue  según  mi  juicio  el  pri- 
mero que  la  extendió  por 
escrito  en  el  cap.  8.  de  la 
.segunda  parte,  donde  tratan- 
tío  de  la  batalla  de  Clavijo 
dice  lo  siguiente  :  Andando 
yo  mirando  los  lugares,  don- 
de afirma  la  tradición  que  se 
dio  la  batalla  ,  y  pregun- 
tando si  se  conservaba  al- 
guna señal  ó  rastro  de  ella, 
me  afirmaron  ,  que  después 


Trat.69,  Cap.  8. 

que  ellos  se  acordaban  ,  ha- 
bían desenterrado  algunos 
labradores  arando  hiiTros 
de  lanzas ,  y  otros  pedazos 
de  armas.  Y  no  solamente 
digeron  esto  ,  sino  que  tie- 
nen por  tradición  muy  cier- 
ta y  asentada  en  aquella  co- 
marca, que  el  glorioso  Após- 
tol Santiago  asistió  y  predi- 
có en  ella  quando  la  pri- 
mera vez  vino  á  España ,  y 
que  el  tiempo  que  alli  se 
detuvo  fue  su  habitación  en 
el  lugar  y  sitio  ,  que  al  pre- 
sente tiene  una  Iglesia  de 
gran  devoción  llamada  de 
su  nombre  ,  que  está  junto 
á  la  Villa  de  Jubera  ,  adon- 
de muy  de  ordinario  obra 
la  Magestad  de  Dios  mila- 
gros por  intercesión  de  su 
Apóstol.  Dicen  pues  ,  que 
el  glorioso  Santiago  apare- 
ció á  los  Christianos  mas  en 
esta  tierra  ,  que  en  otra  ,  y 
les  ayudó  á  alcanzar  viso- 
ria de  sus  enemigos  ,  por 
haber  él  estado  predicando 
en  ella.  Comprueban  esto 
con  mostrar  todo  aquel  ter- 
mino de  la  Villa  de  Jubera, 
sembrado  de  conchas  ,  bor- 
dones y  calabazas  ,  que  di- 
cen son  las  insignias  del 
Apóstol.  Yo  andube  miran- 
do por  diversas  partes  de 
aquel 


Antigueáad  de  la  Iglesia  de  Calahorra.    115 
aquel  termino  ,  y  en  breve     escribieron  muchos  tratados,'. 

en  los  quales  se  ven  recogi- 
das todas  las  circunstancias 
y  memorias  con  que  podian 
apoyarse    aquellos   sucesos. 
Una  de    ellas    es   la   tradi-) 
cion   particular  del  Obispar: 
do   de  Calahorra,  y  por  es-: 
te  medio  vino  á  propagarse 
y  autorizarse  la  noticia  de 
las  veneras  en  tanto  grado, 
que  los  mas  de  los  Escritores 
se  valieron   de  ella  ,    como 
de  un   testimonio    autentico, 
y  milagroso  ,   en  prueba  de 
la    tradición   general  ,   que 
desde  los  primeros  sig'os  se. 
ha  tenido  de  la   venida  del 
Santo    Apóstol.   Véanse   D. 
Mauro  Castella  Ferrer   fol. 
266.   el    M.   Fr.    Hernando 
de  Oxea    en   los   capp.  21. 
y  28.  y  el  Dodor  D.  Mi- 
gué!   Herce  Ximenez   pag. 
232. 

5  Aun  el  erudito  Cister- 
cíense  Ángel  Manrique  ad- 
virtió en  el  tom.  3.  de  sus 
Anales  ,  que  las  conchas  6 
veneras  que  se  encuentran 
en  los  lugares  referidos,  son 
los  mas  sagrados  vestigios 
de  Santiago ,  tanto  menos 
observados  quanto  mas  vul- 
gares entre  las  gentes  de 
aquella  comarca.  Tiene  por 
cosa  admirable  que  casi  to- 
P  2  das 


espacio  de  tiempo  halle  mas 
de  cien  conchas  chicas  y 
grandes,  muchos  bordonci- 
llos y  calabazas  ,  todo  de 
piedra  ,  labradas  en  tanta 
perfección  ,  que  ninguna  de 
las  muy  acabadas  ,  que  ha- 
cen los  Artífices  ,  les  exce- 
de, ni  llega.  Y  no  solamente 
están  por  el  suelo  ,  sino  que 
quebrando  qualquiera  peña 
6  guijarro  crecido  ,  se  des- 
cubren muchas  conchas  y 
bordoncillos  labradas  en  el 
corazón  de  la  piedra.  De 
modo  ,  que  las  casps  ,  las 
puentes  ,  y  los  demás  edi- 
ficios de  piedra  están  sem- 
bradas de  conchas  :  cosa 
verdaderamente  de  las  raras, 
que  hay  en  España  ,  y  á 
quien  no  lo  ha  visto  dificul- 
tosa de  creer.  Pregunté  (  y 
nadie  lo  supo  )  si  habia  al- 
guna noticia  de  si  estas  con- 
chas se  hallaban  después 
que  el  glorioso  Apóstol  vivió 
en  aquella  tierra  ,  ó  si  acaso 
comenzaron  ,  quando  muy 
adelante  se  apareció  al  Rey 
D.  Ramiro  ,  y  á  los  suyos. 

4  Moviéndose  después 
las  celebres  controversias 
acerca  de  la  venida  y  pre- 
dicación de  Santiago  ,  y  de 
su  aparición  en   Ciavijo  se 


1 1  6  España  Sagrada. 
das  las  piedras  no  solo  tie- 
nen la  figura  de  concha, 
sino  qne  aun  divididas  for- 
irian  otras  tantas  conchas, 
quantas  son  las  partes  en 
que  se  dividen.  Sin  embar- 
go no  se  atreve  a  decidir, 
si  esta  rara  producción  de-  • 
be  atribuirse  á  la  naturaleza 
del  terreno ,  ó  á  milagro 
continuado    del  cielo. 

6  Interesa  mucho  nues- 
tro Reyno  ,  en  que  la  tra- 
dición universal  de  la  venida 
de  Santiago  no  se  apoye  sino 
con  prutbas  solidas  ,  y  libres 
de  la  malignidad  ó  rigor  con 
cue  la  han  examinado  algu- 
nos estrangeros  émulos  de 
Euestras  glorias.  Poi"  tanto  no 
puedo  m.enos  de  afirmar  que 
iü  tradición  particular  de  la 
residencia  del  mismo  Após- 
tol cerca  de  Jubera  carece 
de  continuados  y  repetidos 
testimonios  que  la  acredi- 
ten de  firme  y  constante. 
Si  ninguno  de  los  Escrito- 
res Nacionales  hasta  fin  del 
siglo  i6.  hizo  mem>oria  de 
]as  maravillosas  circunstan- 
cias que  se  nos  refieren  ¿per 
donde  se  probará  que  la  no- 
ticia de  ellas  ha  tenido  otro 
principio  mas  seguro  que  el 
rumor  de  la  gente  vu'gar 
é    ignorante?    Si    el    único 


Trat.óg^,  Cap.S. 

apoyo,  que  se  trae  en  con- ^ 
firmacion  de  la  crcLMicia  de 
aquellos  pueblos  ,  es  la  pro- 
ducción de  las  veneras,  bor- 
dones &c.  y  en  el  mismo 
pais  se  ignora  absolutamen- 
te el  tiempo  en  que  empeza- 
ron alli  estas  señales  ¿  que 
fundamento  hay  para  tener- 
las por  testimonios  ,  de  que 
Santiago  dejó  alli  para  eter- 
no monumento  de  su  predi- 
cación? 

7  Los  primeros  Autores, 
que  publicaron  esta  noticia 
con  el  especioso  nombre  de 
tradición  ,  no  se  detubieron' 
como  debian  en  su  examen, 
antes- dieron  ligeramente  su 
asenso  á  la  relación  del 
vulgo  leve, en  quien  rara  vez 
se  encuentra  la  verdad  ,  y 
que  de  ordinario  cree  las 
ficciones  que  le  propone  su 
propria  fantasia.  De  aqui 
resulta,  que  los  mas  juicio- 
sos y  detenidos  en  el  re- 
conocimiento de  los  rumaO- 
res  del  pueblo  ,  desestiman 
lo  que  ellos  escribieron  ,  co- 
mo fabuloso  y  supuesto  ,  ca- 
lificándolos de  hombres  de- 
masiado crédulos  é  incautos 
en  recibir  las  especies ,  qué 
introdujo  la  ignorancia.  Asi 
D.  Fr.  Prudencio  de  Sando^ 
val  mencionando  lo  que  so- 
bre 


Antigüedad  de  la  Iglesia  de  Calahorra,      1 1  7 
bre  este  punto    publicó  D.     ninguno  de  los  que  merecen 


Mauro  Castellá    Ferrer  ,  se 
burla  de  él  ,  con  esta  gra- 
ciosa inveéliva  :  Pone  ,  dice, 
¡as  memorias  y   tradiciones 
que  se  hallan  en  Clavijo .  y 
su  tierra ;  trae  las  veneras; 
dice  los  cuentos  (que  llama 
tradiciones  )      entre     gente 
vulgar  ,  y  sin  letras ,  que  las 
recibe  como  si  fueran  Apos- 
tólicas. Y  me  espanto  ,  co- 
mo las  que  hay  en  tierra  de 
Valdehorras    de   la    venida 
por  alli  de  Cario  Magno  ,  de 
las  valentías  de  Roldan  ,  de 
los  saltos  de   su  caballo  de 
un  monte  á  otro  ,  y  que  se 
convirtió  en  piedra  ,  que  alli 
muestran  ,  y  otros  tales  dis- 
parates que  la  gente  de  la 
tierra  cree    firmemente   no 
las  trae  en  este  libro  ,  y  la 
patada  del  caballo   de  Fer- 
nán González,  que  dicen  en 
Santo  Domingo  de  Silos  ,  y 
lo  cree  toda  la  tierra  ,  que 
se  metió  por  una  ptña.^  como 
si  fuera  de  cera.   El  mismo 
desprecio  ha  tenido  entre  los 
demás   Eruditos    el    origen 
que  se  atribuye  á  la  produ- 
cion  de   las  conchas  ;  pues 
sin   embargo  de  haber  sido 
muchos  los  que  se  constitu- 
yeron  acérrimos  defensores 
de  la  venida    de  Santiago, 


el  nombre  de  Críticos  se  ha 
valido  de  este  medio  ,  para 
justificación  dé  su  sentencia. 
8     Para  desengaño  de  los 
menos  discretos  y  sabios  de- 
bo advertir,  que   las   vene- 
ras   no   deben    atribuirse    á 
milagro  ,  sino  creerse  pura- 
mente efedos  de  causa  na- 
tural ,    y   muy   comunes  en 
otras  Provincias  ,   y  Rey  nos. 
En  esta  sentencia  convienen- 
todos  los  que  han  puesto  al- 
guna diligencia  en  la  inves- 
tigación de  la  naturaleza  ;  y 
la  única  dificultad  que  ocu- 
pa sus  ingenios  ,  consiste  en 
averigurar  ,  si    las  piedras, 
que  se  hallan  con  figuras  de 
concha  ,  fueron  en  su  origen 
verdaderas  conchas  marinas, 
y    después   petrificadas  ,  ó 
verdaderas   piedras    criadas 
con  los  montes  ,  y  peñascos. 
Véase  esta  qiiestion  en  el  P, 
Felipe  Bonnani   en  su  Obra, 
Recreatio   mentís    ^   oculi^ 
part,  I.  cap.  7.  Y   en   el    P. 
Torrubia  en  su  Aparato ,  §.  5. 
pag.  25,  Conforme,  pues,á 
la   sentencia   que  se  abrace 
de  las  conchas  ,  y  caraco- 
les ,  que  cada  dia  se  descu- 
bren en  otras  regiones ,  se 
ha  de  juzgar  también  de  las 
que    se  encueotran    en    el 
Obis- 


1 1  8      España  Sagrada 

Obispado  de  Calahorra  ;  ó 
dicie^ido,  que  en  su  origen 
fueron  conchas  marinas  ,  y 
que  en  el  diluvio  universal 
se  elevaron  sobre  la  tierra, 
por  cuya  virtud  lapidíñca  se 
eonvirtieron  en  piedras  ;  ó 
que  desde  su  principio  fue- 
ron realmente  piedras ,  pero 
análogas  con  las  producio- 
nes  del  mar  ,  á  que  salen 
parecidas.  Y  que  de  las  con- 
chas de  Jubera  se  debe  dis- 
currir del  mismo  modo  ,  que 
de  otras  piezas  semejantes, 
que  cada  dia  se  descubren 
en  diversas  Provinciis  ,  lo 
demuestra  la  experiencia  de 
hallarse  en  algunas  partes 
mezcladas  con  testáceos  de 
diferentes  especies  ,  que  no 
dicen  alusión  á  Santiago.  El 
citado  Padre  Torrubia  obser- 
vó ,  que  en  el  Señorío  de 
Molina  de  Aragón  son  sin 
número  las  piezas  marinas 
petrificrídas  y  sin  petrificar, 
que  se  descubren  dentro  de 
los  peñascos.  Entre  ellas, 
dice  ,  había  caracoles  ,  al- 
mejas ;  glosopetras ,  cornu- 
ammonis,  equinos,  equini- 
tes  ,  madréporas  ,  nautilos. 
Y  por  lo  que  toca  á  mi  pro- 
posito en  una  misma  piedra 
encontró  una  concha  de  las 
que  se  llaman  del  Peregrino 


.  Trat,  69.  Cap,  8. 

de  Santiaco  ,  v  conchas  san- 
tas ,  estando  todo  el  resto  de 
la  piedra  quajado  de  otras 
muchas  ,  pero  de  diferente 
especie. 

9  El  limo.  Sandoval  trae 
también  dos  razones  para 
prueba  de  que  las  conchas 
llamadas  vulgarmente  vene- 
ras no  son  teítimonio  de  la 
predicación  de  Santiago.  La 
primera  es,  que  si  el  Santo 
las  hubiera  dejado  en  aq-ie- 
Uos  lugares  por  memoria  de 
su  Apostólico  ministerio,  las 
mismas  se  hallarían  en  otras 
partes  donde  estubo  ,  pues 
no  hay  motivo  particular  pa- 
ra que  solo  Guipúzcoa,  y  Ju- 
bera mereciesen  tan  venera- 
bles insignias.  La  segunda, 
que  sin  embargo  de  que  las 
conchas, bordones ,  &c.  no5 
representan  á  Santiago  ,  no 
por  eso  se  colige  ,que  residió 
en  las  partes  en  que  se  crian: 
lo  qual  confirma  con  las  pie- 
dras que  se  producen  junto 
al  Convento  de  Badaya  cer^ 
c\  de  Vitoria  ,  las  quales  tie- 
nen la  figura  de  corazones, 
y  de  la  rueda  de  Santa  Ca- 
talina ,  titular  del  mismo 
Convento  ;  y  con  todo  qso, 
¿quién  podrá  concluir  que 
S.  Agustín  ,  y  la  Santa  Már- 
tir estubieron  en  aquel  sitio? 
A 


Antigüedad  de  la  Iglesia  de  Calahorra* 


A  €stas  razones  añado  otra, 
que  me  parece  no  menos  efi^ 
caz  ,  y  consiste  en  que  las 
conchasque  se  dicen  de  San- 
tiago no  son  respetivas  al 
tiempo  que  vivió  en  Espa- 
ña ,  porque  el  origen  que 
]os  Autores  señalan  á  las  ve- 
neras es  posterior  á  la  muer- 
te del  Santo;  ni  éstas  fueron 
instituidas  para  significar  al- 
gún suceso  concerniente  á 
su  vida  ,  sino  es  que  sea- 
mos tan  crédulos  como  D. 
Mauro  Castellá  ,  quien  por 
las  petrificaciones  de  Clav»- 
jo  llegó  á  creer,  que  el  tra- 
ge  de  los  Hebreos  fue  el 
mismo  que  sé  representa  en 
las  duras  peñas  de  aquel 
monte. 

10  En  vista  de  lo  que 
dejo  alegado  ,  no  debe  sos- 
tenerse la  tradición  particu- 
lar del  Obispado  de  Cala- 
horra ,  ni  tampoco  traerse 
por  apoyo  de  la  universal, 
que  enseña  la  venida  de  San- 
tiago á  España.  Su  pcigen  nó 
ha  sido  otro  que  la  estrañe- 
za de  los  Naturales  en  la 
producción  de  sus  conchas, 
y  la  ignorancia  de  la  causa 
que  las  produjo.  Del  mismo 
principio  se  originó  en  los 
Malteses  la  tradición  popu- 
lar ,  de  que   las  piedras  que 


119 

se  encuentran  en  su  país, y 
se  dicen  lenguas  de  San  Pa- 
blo ,  son  lenguas  de  víboras, 
que  se  petrifican  desde  que 
una  picó  al  Apóstol  en  aque- 
lla Isla  ,  cuya  creencia  nun- 
ca hubiera  echado  raíces  en 
ios  ánimos  de  los  Naturales, 
si  conocieran  que  las  mis- 
mas producciones  se  obser- 
van en  los  montes  de  Espa- 
ña ,  y  de  la  America  ,  y  no 
son  otra  cosa  que  dientes  de 
Taburones  petrificados.  Tan 
inciertas  son  muchas  de  las 
tradiciones  recibidas  en  los 
pueblos ,  y  aun  admitidas  de. 
algunos  Escritores  ,  por  sa 
poca  diligencia  en  el  exa- 
men de  las  noticias. 

1 1  Otros  varios  Autores 
afirman  ,que  S.  Pablo  predi- 
có en  este  Obispado,  y  que 
fundó  la  Iglesia  de  Calahor- 
ra ,  dejando  por  Obispo  de 
ella  á  un  discípulo  suyo  lla- 
mado Félix.  Tienese  también 
por  tradición  ,  que  el  mismo 
Apóstol  anunció  el  Evange- 
lio á  la  Ciudad  de  Viana, 
pueblo  de  esta  Diócesis  ,  y 
que  en  ella  derribó  un  Tem- 
plo dedicado  á  la  diosa  Dia- 
na, nombre  que  antiguamen- 
te tubo  la  expresada  pobla- 
ción. Asegurase  ,  que  en  el 
sitio  en  que    se  daba  culto 

á 


ICO      España  Sagrada, 
á   la  falsa  deidad  euitícó  S. 
Pable  una  Iglesia  consagra- 
da a  San  Miguel  ,  y  que  los 
Christianos    pusieron    luego 
una  Inscripción  ,  que    decía 
asi  :  Paul  US    pr¿üco   Crucis 
fuit  nohis    prirnordia  lucís. 
Aun  el   Rmo.  Florez  se  in- 
clinó á  tener  por  verdadera 
esta  tradición  en  el  tom.  3. 
cap. 2.  §.3.  pues  dice,  que 
ho  obstante  de  significar  el 
estilo   de    la  Inscripción  su 
posterioridad   al   siglo  oéla- 
vo  ,  no  se  hallará   con   qué 
probar  ,  que  no   se    pusiese 
en  con>e']aencia  de  otra  mas 
antigua  tradición  recibida  en 
aquel  territorio  desde  lo  pri- 
mitivo. 

i¿  El  sumo  consenti- 
miento de  los  Padres  Grie- 
gos ,  y  Latinos ,  en  que  S. 
Pablo  puso  en  egecucion  el 
intento  que  tubo  de  venir  á 
España  ,  y  dejó  testificado 
en  sus  epístolas ,  no  permite 
que  dudemos  de  su  predi- 
cación en  estas  Provincias. 
Pero  no  siendo  posible  se- 
ñalar las  Iglesias  que  fundó, 
ó  Ciudades  en  que  predicó, 
por  falta  de  documentos  de 
legítima  autoridad  ,  escriben 
comunmente  movidos  de  su 
proprio  afeólo  los  que  la  po- 
nen en  pueblos  determina- 


Trat,  69.  Cap,  8. 
dos.  Asi  acaece  por  lo  que 
toca   á  Calahorra,  pues   no 
se  halla   testimonio  autenti- 
co en  que  pueda  fundarse  lo 
que  afirman  los  modernos  de 
la  erección  de  aquella  Igle- 
sia  por  el   Apóstol  ,  ó  del 
Obispado  de  su  discipulo  Fé- 
lix ,  sino  es  que  se  haga  al- 
gún aprecio  del  fingidoChro- 
nicon  del  Hispalense.  L;}  no- 
ticia ,  que  se  nos  dá  con  el 
siigrado  caraóler  de  Tradi- 
ción de  Viana  ,    no  es  tan 
exaéia  ,  que  merezca  aplau- 
dirse   como  vestigio   sólido 
de  la  predicación  del  Após- 
tol. Lo  primero ,  porque  esta 
Ciudad   no  existia  ,   ni  cora 
el  nombre  de  Diana  ,  ni  cora 
el  de  Viana  en  tiempo  de  la 
promulgación  del  Evangelio. 
Su  fundación  es   tan   poste- 
rior ,  que  se  atribuye  al  Rey 
de  Navarra  Don  Sancho  el 
Fuerte   ,  que  juntó   en  ella 
varias  Aldeas   de  su  contor- 
no en  la  forma  que   escribió 
Moret  en  el  tom.  2.  de  sus 
Anales  ,  pag.  389.   Por   eso 
Garibay   en  su  lib.  22.  cap. 
33.  dice  :  La  yUla  de  Via- 
tui ,  a  lo   que  yo  por  algu- 
nas congeturas  vengo  á  sos- 
pechar ,   no  estaba  en   este 
tiempo  (en  el  aiío  de  1063.) 
poblada  ;  y  en  caso  que  al- 
ga- 


Antigüedad  de  la  Iglesia  de  Calahorra,      121 
guna  población  tubiese ,  se-     mos  establecer  con   mucha 


ría  con  nombre  diferenre, 
porque  en  ningún  Instrumen- 
to de  estos  tiempos  he  po- 
dido descubrir  ,  ni  rastrear 
su  nombre  con  hallar  muy 
expresa  mención  de  otros 
pueblos,  que  á  respedo  su- 
yo no  son  hoy  dia  de  tanta 
cuenta.  Lo  segundo  ,  porque 
los  Autores  sienten  varia- 
mente acerca  del  sitio  de  la 
Inscripción.  Escolano  en  el 
lib.  2.  de  la  Historia  de  Va- 
lencia dice  lo  siguiente :.-^/?i- 
brosio  de  Morales  cree  con 
bien  flaca  congetura ,  que  la 
Ciudad,  donde  moraba  Xan- 
tipe,  sería  Ecija  en  la  Anda- 
lucía. Yo  me  inclino  á  que 
Viana  ,  pueblo  de  Galicia, 
por  lo  que  refieren  nuestras 
Historias  ,  que  aun  en  vida 
de  S.  Isidoro  permanecía  en 
una  puerta  un  letrero  ,  que 
decía  :  Paulus  prceco  Crucis 
tibí  dat  primordia  hicis.  Lo 
tercero  ,  porque  esta  Ins- 
cripción es  muy  moderna, 
respeéto  de  S.  Pablo  ;  ni  al 
presente  se  sabe  su  existen- 
cia ,  sino  en  fé  de  los  Auto- 
res que  lo  aseguran  sin  ha- 
berla visto.  Por  todo  lo  qual 
parece  que  la  Tradición  de 
Viana  no  es  tan  fundada, 
que  en  virtud  de  ella  poda- 
Tom,  XA'XIin 


probabilidad  la  predicación 
de  S.  Pablo  en  el  Obispado 
de  Calahorra. 

13  Mejor  se  apoya  la 
antiguelad  de  la  Iglesia  Ca« 
lagurritana  con  lo  que  en 
los  Tomos  precedentes  que- 
da firmemente  establecida 
del  origen  de  la  Religión 
Christiana  en  la  Provincia 
Tarraconense  ,  donde  es 
constante  ,  predicaron  los 
Apostóles ,  y  se  encendió  la 
primera  persecución  de  la 
Iglesia,  En  el  tomo  30.  pag. 
45.  y  246.  se  hallarán  prue- 
bas muy  sólidas  de  que  en 
tiempo  de  Nerón  florecía 
grandemente  la  Christian- 
dad  en  Zaragoza  ,  y  de  que 
en  esta  Ciudai  padecieron 
muchos  el  martyrio  bajo  del 
mismo  Emperador.  Siendo, 
pues  ,  Calahorra  en  este 
tiempo  una  de  las  mas  in- 
signes Ciudades  de  la  refe- 
rida Provincia,  y  Municipio 
famoso ,  y  vecino  al  Con- 
vento Cesaraugustano  ,  i 
quien  pertenecía  ,  tengo  por 
muy  probable  ,que  este  pue- 
blo fue  uno  de  los  primeros 
que  oyeron  ,  y  recibieron  la 
doélrina  celestial  del  Evan- 
gelio. 

14     Confirmase  también 
Q  la 


I  c  2      España  Sa¡j/ada.  Trat.  69.  Cap.  8. 


la  antigüedad  de  la  Religión 
Christiana  en  Calahorra  con 
el  célebre  martyrio  de  Jos 
Santos  Emetherio  ,  y  Cele- 
donio. Este  fue  tan  remoto 
del  siglo  4.  que  Prudencio, 
cuyo  nacimiento  fue  en  el 
año  de  348.  testifica  ,  que  ig- 
noraba el  tiempo  en  que  su- 
cedió. El  mismo  Poeta  lla- 
ma antiguo  al  silencio  ,  que 
se  originó  en  la  Iglesia  acer- 
ca de  los  tormentos  que  su- 
frieron los  Santos ,  por  ha- 
ber extinguido  el  Tyrano  las 
Aé^as  que  los  Christianos  de 
Calahorra  escribieron  al 
tiempo  de  su  pasión.  De  don- 
de se  hace  muy  verisimii,que 
una  de  las  primeras  perse- 
cuciones se  excitó  en  Cala- 
horra ,  adonde  por  esta  ra- 
zón los  Santos  fueron  lleva- 
dos ,  ó  se  dirigieron  de  su 
voluntad  deseosos  del  mar- 
tyrio ,  como  creyó  S.  Eulo- 
gio ,  y  yo  diré  mas  larga- 
mente en  su  proprio  lugar. 

15  Otro  fundamento  se 
tom.a  de  las  Adas  antiquísi- 
mas ,  que  tenemos  de  los  ex- 
presados Martyres.  Tertu- 
liano ,  que  floreció  en  el  si- 
glo segundo  ,  escribe,  que  en 
su  edad  se  hallaba  en  Espa- 
ña tan  dilatado  el  Christia- 
nismo ,  que  no  habia  en  ella 


parte  que  no  confesase  a  Je- 
su-Christo  ,  y  que  en  esto  se 
aventajaba  á  otras  Naciones: 
Getulorum  ,  dice  ,  varieta" 
tes  ,  S  Maurorum  multi  fi- 
nes ,  Hispa  tüarum  omnes 
termini ,  Galliarum  diversce 
Nationes  ,  S  Britannorum 
inaccessa  Romanis  loca^ 
Christo  vero  subdita,  Pero 
nuestras  Adías  exageran  la 
extensión  de  la  gentilidad  é 
idolatría  en  tiempo  de  los 
Santos  Martyres  Emetherio, 
y  Celedonio  con  estas  nota- 
bles expresiones :  lUud ,  qub 
loco  poner, d:¡m  est  ,  quod 
temporis  illius  nenio  Mar- 
tyr  alius  invenitur%  Quart' 
tum  tum  credinius  ad  ir¿im 
persecütoris  adje^iim  ,  quod 
hi  tantum  ,  cun&is-  Deum  we- 
gantihus  ,  confitentiir'^  Las 
quales  palabras ,  aunque  pon- 
deran demasiado  el  número 
de  los  Idólatras  ,  como  se 
convence  por  lo  que  escri- 
bí en  el  tomo.  30.  en  los  lu- 
gares citados  ,  arguyen  con 
evidencia  ,  que  el  martyrio 
de  que  hablamos  fue  en  los 
primeros  tiempos  de  la  pro- 
pagación del  Evangelio  en 
estas  Provincias  ;  y  consi- 
guientemente ,  que  en  estos 
se  egecutó  la  persecución  en 
Calahorra  ,  lo  que  no  podia 
ve- 


Antigüedad  de  la  Iglesia  de  Calahorra»      123 
verificarse,  sin  haber  prece-     Imperio     de    Adriano.    Por 


dido  Ici  noticia  ,  de  que  en 
esta  Ciudad  se  seguía  el 
Ghristianismo.  Las  mismas 
Adas  aseguran  ,  que  los  ex- 
presados Martyres  padecie- 
ron antes  que  Galicia  se  di- 
vidiese de  la  Provincia  de 
Tarragona.  La  división  se 
hizo  ,  en  sentir  del  famoso 
Agustiniano  Onufrio  Panvi- 
nio  ,  y  de  otros  muclios  Eru- 
ditos que  le  siguen  ,  bajo  el 


donde  ,  si  es  verdadera  esta 
sentencia  ,  se  deberá  cole- 
gir de  ella  la  verdad  del 
asunto  ,  que  se  intentaba  pro- 
bar del  antiguo  origen  de  la 
Christiandad  en  Calahorra. 
Digo  si  es  verdadera  ,  por- 
que realmente  tiene  contra 
sí  los  fundamentos ,  que  el 
M.  Florez  expuso  en  el  tom^ 
i.pag.224.  Y  sigg. 


-S' 


CAPITULO     IX. 

CATALOGO  DE    LOS    OBISPOS 

de  la  Santa  Iglesia  de  Calahorra  ,  hasta  la 
irrupción  de  los  Árabes. 

bernaron  en  España  después 
de  la  predicación  de  San- 
tiago ,  y  S.  Pablo.  Con  esta 
ingenua  y  necesaria  confe- 
sión suplimos  los  tres  prime- 
ros siglos  de  la  Iglesia  de 
Calahorra  en  lugar  de  la  se- 
rie y  continuada  succesion 
de  Obispos  que  inventó  el 
prodigioso  celebro  del  Au- 
tor ,  que  imitando  al  Artí- 
fice de  otros  ,  irtrodujo  el 
Chronicon  atribuido  á  Hau- 
berto  Hispalense. 

2     Algunos  pretenden  de- 
mostrar ,  que  la  Iglesia  Ca- 
Qa  I4- 


los  Escritores  cer- 
canos al  primer  es- 
tablecimiento de  la  Religión 
Christiana  tubieron  por  muy 
difícil  descubrir  los  primeros 
Prelados  de  las  Iglesias ,  que 
fundaron  los  Apostóles  ,  no 
será  estraño,  que  los  que  vi- 
vimos en  tiempos  tan  remo- 
tos ,  y  á  que  precedieron 
tan  horribles  persecuciones 
de  Tyranos ,  y  tan  repetidas 
irrupciones  de  gentes  estran- 
geras  ,  confesemos-  sencilla- 
mente la  ignorancia  de  los 
primeros  Pastores  ,  que  go- 


1^4  España  Sagrada. 
lagurritana  tenia  Obispo  en 
tiempo  del  Concilio  lliberi- 
tano,  celebrado  cerca  del  ano 
de  300.  y  para  comproba- 
ción de  su  intento  hacen 
presente  la  subscripción  que 
se  halla  en  el  r.J:r,.  13.  entre 
las  firmas  de  los  Presbyteros 
que  asistieron  al  mismo  Con- 
cilio ,  la  qual  dice  asi:  Eu- 
i^harius  Municipio  ,  ó  como 
leyeron  Mendoza  ,  y  Loaysa: 
E  tcharius  á  Municipio,  hñv- 
man  ,  pues,  que  este  Eucha- 
rio  concurrió  en  nombre  del 
Obispo  de  Calahorra,  y  que 
esta  Ciudad  es  la  que  debe 
entenderse  en  la  voz  Muni- 
cipio ,  como  parece  por  las 
monedas  ,  que  la  expresan 
freqüentemente  con  este  dic- 
tado. Asi  lo  sospechó  tam- 
bién el  Cl.  D.  Fernando  de 
Mendoza  ,  interpretando  la 
dicha  subscripción  con  estas 
palabras  :  Forte  Calagurris: 
fianí  in  nummo  Agusti  ,  apud 
Gdtzium  ¡egitur  ,  MVN. 
CALAG.  IVL,  quod  ah 
Aucfusto  faÜa  esseí  Muñí- 
cipiunu 

3  Juan  Filesaco  discurre 
de  otra  manera  muy  con- 
traria en  su  Tratado  del  ori- 
gen de  las  Parroquias.  Por- 
que sosteniendo  algunos  Au- 
tores ,  que    los  Presbyteros 


Trat.6^,  Cap.g. 

que  subscribieron  en  el  Con- 
cilio Ilibcritano  no  eran  Vi- 
carios de  Obispos ,  sino  Pár- 
rocos de  los  pueblos ,  que  se 
expresan ,  se  vale  de  la  subs- 
cripción de  Euchario  para 
prueba  de  su  intento,  y  dice, 
que  no  pudo  subscribir  por 
su  Obispo  ,  á  causa  de  que 
en  los  Municipios  no  se  eri- 
gían Sedes  Episcopales  :  Et 
certe  in  illa  Cathalogo  fit 
mentio  Eucharii  á  Muñid'- 
pió  ,  in  quo  Episcopalis  Ca- 
thedra  constituí  non  potuit, 
4  Yo  no  encuentro  en  lo 
que  alegan  estos  Autores 
fuerza  que  obligue  á  su  mo- 
do de  pensar.  El  diélamcn 
de  los  primeros  sería  pro- 
bable ,  si  nos  constara  ,  que 
todos  los  Presbyteros  con- 
currieron al  Concilio  como 
Vicarios  de  los  Obispos  ;  y 
que  el  nombre  de  Munici- 
pio fue  tan  peculiar  á  Cala- 
horra ,  que  bastase  á  distin- 
guir esta  Ciudad  de  otras 
muchas  ,  que  por  concesión 
de  los  Emperadores ,  ó  el  Se- 
nado de  Roma  tubieron  el 
mismo  dictado;  pero  ningu- 
na de  estas  dos  cosas  tiene 
fundamento.  Quanto  á  la  pri- 
mera ,  véase  el  tom.  12.  pa- 
gin.  190.  donde  el  Rmo.  Fio- 
rez  dejó  probado  ,  que  los 
Fres- 


Catálogo  de  los  Obispo 
Presbyteros  go   asistieron  al 
CoQcilio  liiberitaco  en  nom- 
bre de  51IS  PreLacos  ,  ni  ore- 
cisamente    cerno    Párrocos, 
sino  como  Virones  sobresa-" 
lieates  en  santidad  y  dcdtri- 
flá  ,  y  capaces  de  dar  con- 
sejo en  los  gravisinios  nego- 
cios ,  que  se  habijn  de  tra- 
tar por    los  Padres.    Por   lo 
que  toca  ai  nonibre  de  .llu- 
nicipic  sabemos   por  Piiuio, 
y  las  rr^edai:  as  .  que  fue  ge- 
neral a  muchas  Ciudades  de 
nuestra  España  :  por  io  q-e 
no  haüandcse  testimonio  an- 
tiguo que  compruebe  el  uso 
dei  mismo  nombre  ec  orden 
á  signitcar  determinadamen- 
te á  Calahorra  ,  es  muy  vo- 
luntario aplicar  á  esta  Ciu- 
áad  el  Presbytero  ,  que  ea  la 
subscripción   dice    ser     cUl 
Munici^i:.  Lo  derto  en  este 
punto  es  .  qje  en  nempo  del 
Concilio  era  este  njmbre  tin 
proprio  de  un  pueblo  ,  que 
exr rosario    absc  u- 


tasceete  ,  paja  venir  en  sn 
conocimiento  :  pero  hasta 
ahora  co  se  ha  desccbierto 
vestigio  por  donde  podarccs 
averiguar  su  situación.  Ei 
docto  D.  Lorenzo  Rami- 
fez  de  Prado  .  r^erica  la 
opiaÍ3D  de  D.  Fernán ¿c?  de 
Mendoza  ,y  las  <p^  han  scs- 


s  de  Calahorra.      125 
tenido  otros  Autores ,  se  11- 
soQJeo  de  haber  encontrado 
la  luz  ,  que  era  menester  f  a 
un  asunto  tan  contundido  coa 
las  tiniebias  de  ia  antigüe- 
dad :  y  guiido  de    eila  añr- 
mó  .  que  en  la  subscrirciva 
át  que  trataoics  se  expresa- 
ba  la  Ciudad  de  Ambrdcia, 
que    se    dijo    enfáticame.-ire 
Municipio  ,  Según  ei  testi- 
monio de  JuÜau  Pérez  en  ei 
Tratido  i^  Er^mitertis.  Pero 
siendo  esta  Obra  del  mismo 
que  nngió  los  Cnrcnicoces 
de  Dcxtro  .  Luiípnndo ,  ¿¿c. 
inventados  para  obscurecer 
la  Historia  Eclesiástica    de 
Eipaña  .  lejos  de  comp.acer- 
nos  coo  sus  luces  ,  nos  con- 
dolemos de  los  mjchos  erro- 
res en  que  el  citado  Caballe- 
ro ,  y  otros  jaidoscs  Varo- 
nes c-iyercn  ,  seduduos  dei 
?.  Gerónimo  Roaüon  de  la 
Higuera. 

5  Mas  supongamos ,  que 
el  nombre  de  Muñid pí::  s  g- 
cinca  á  Calahorra  ,  ccmo 
quieren  les  Autores  citacos, 
¿  se  inferirá  de  aquí ,  que  ea 
esta  Ciudad  no  se  nabia  eri- 
gido Cátedra  Episcopal  ea 
liemzo  del  CaocLio  liiberi- 
lino  i  Asi  lo  creyó  F.esaco, 
fundado  ea  que  ei  ce  acerró 
es  Muuidpjo  deda  oposi- 
cica 


12  6      Es p ciña  Sagrada 
cion  con  el  establecimiento 
de  Obispado.  Pero  esta  sen- 
tencia se  convence  de  falsa 
con  los  repetidos  egennpla- 
res  que  nos  ofrecen  las  Ciu- 
dades  de  España  ,  que  sien- 
do solo  Municipios  ,  logra- 
ron el  honor  de  tener  Igle- 
sias Catedrales.    La  misma 
Ciudad,  en   que  se  juntó  el 
Concilio  ,  es  una  prueba  evi- 
dente del  error  de  Filesaco; 
porque  en  ella   se  juntaron 
la  razón  de  Municipio  ,  co- 
mo consta  de  varias  Inscrip- 
ciones ,  y  la  dignidad  de  Se- 
de Episcopal  ,  no  solo  en  el 
tiempo  de  su   Concilio  ,  en 
que     subscribió      Flaviano, 
Obispo  Iliberitano,  sino  mu- 
cho antes,  y  desde  el  siglo 
primero  de  la  Iglesia  ,  como 
muestra  el  Catálogo  del  Có- 
dice Emilianense  ,  exhibido 
en  el  tom.  1 2.  de  la  Esp.  Sag. 
pag.  103. 

6  El  citado  D.  Fernando 
de  Mendoza  tubo  también 
por  probable  ,  que  Januario, 
cuyo  nombre  está  en  el  prin- 
cipio del  referido  Concilio, 
fue  Obispo  de  Calahorra. 
Fundase  en  los  Códices  de 
la  Santa  Iglesia  de  Toledo, 
donde  este  Prelado  se  nom- 
bra asi :  yanuarius  de  Fibla- 
ria^  &  FibulariaMi\\2iy  in- 


.  Trat.óg.  Cap,  9. 
conveniente  ,'segun  este  Eru- 
dito ,  en   que  Calahorra  se 
llame  aqui  Fibularia  ;  y  Eu- 
chario  Presbytero,  se  diga 
de  la  misma  Ciudad  con  la 
expresión  de  Muiiícipio;pQV' 
que  atendiendo  á  la  costum- 
bre que  observó  Plinio  en  los 
Italianos,  y  Españoles,  era 
muy   común  tener    los  pue- 
blos dos  nombres  diferentes, 
como    Olisippo  ,  que  se  di- 
jo también  Felicitas  Julia, 
Ebora  Liberalitasjulia^  &c» 
7     Esta  especie  podrá  ser- 
vir á   los  que  no  distinguea 
la   Calahorra  de   los  Vasco- 
nes  de  la  que   tubo  el  sobre- 
nombre   de    Fibularia.   Los 
que    sostienen  la  distinción, 
pueden  también  servirse  de 
ella   para  honrar  á  la  Cala- 
horra de  los  Ilergetes  ,  po- 
niendo   aqui   silla  Pontifical 
en  tiempo  del    Concilio  Ili- 
beritano ,  como  lo   hizo  el 
Cl.  D.  Gregorio  Mayans  en 
su  Tratado    de  Hisp.  prog, 
vocis  Ur  ^  cap.  V.   pag.  55. 
En  mi  sentencia  la  Calahor- 
ra, de  que  trato,  no  es  la  Fi- 
bularia ,  sino  la  Nassica  ,  co- 
mo dejo  probado  en  el  prin- 
cipio del  Tomo  presente, por 
lo  que  la  lección  de  los  Có- 
dices Toletanos  es  inútil  en 
orden   al  Catálogo    de   sus 
Obis- 


Catalogo  'de  los  Ohlsp 
Obispos.  Fuera  de  esto  ,  son 
tantas  la.s  variantes  ,  que  se 
Jeen  en  los  Códices  del  Con- 
cilio Iliberitano  en  la  subs- 
cripción del  Obispo  Janua- 
rio  ,  que  es  sumamente  di- 
ficil  averiguar  quál  sea  la 
lección  original  y  legitima; 
y  si  alguna  parece  verdade- 
ra ,  es  la  que  aprueban  Am- 
brosio de  Morales, Garcia  de 
Loaysa  ,y  Fernando  de  Men- 
doza ,  quienes  leen  Janua^ 
rius  Episcopus  Salariensis. 
Véase  el  tom.  i.  de  los  Cou- 
cil.  de  Aguirre  ,  pag.  313. 

8  Aunque  ninguno  de  los 
Códices  del  Concilio  de  Ili- 
herl  nos  comunique  luz  para 
descubrir  el  Obispo  que  go- 
bernaba la  Iglesia  de  Cala- 
horra en  aquel  tiempo  ,  no 
por  eso  se  puede  presumir 
que  no  asistió  á  él  ;  porque 
como  justamente  receló  el 
■Rmo.  Florez  ,  los  nombrados 
en  el  exordio  de  las  Adas 
son  los  menos  que  concurrie- 
ron ,  pues  solo  componen  el 
número  de  19.  habiendo  lle- 
gado á  43.  según  el  Códice 
citado  en  el  tom.  12.  pag. 
i76.num.  200.  Véase  el  mis- 
mo tom.o  ,  pag.  187.  n.  222. 

9  Tenemos  igual  obscu- 
ridad en  las  cosas  de  esta 
Iglesia  concernientes  al   si- 


OS  de  Calahorra.      127 
glo  quarto  ,  porque  no    bay 
monuíuento antiguo  que  nos 
comunique  memoria  de  algún 
Obispo  suyo.  El  Doétor  Te- 
jada pone  ,  que  en  los  años 
380.  y   38Ó.    se   celebraron 
dos  Concilios  Cesaraugusta- 
nos,á  que  asistieron  12. Obis- 
pos de  la  Provincia  Tarraco- 
nense ,  siendo  uno  de  ellos  el 
de  Calahorra ,  como  lo  dicen 
las  Adas.  Este  Autor  muestra 
aqui  no  haber   leído  los  re- 
feridos Concilios.  En  el  pri- 
mero   de  Zaragoza  subscri- 
bieron  12.    Obispos  ;   pero 
ninguno  declaró  su  Sede;  y 
consta  que  fueron  de  distin- 
tas Provincias.  Véase  mi  to- 
mo 30,  pag.  238.  En  el  se- 
gundo timpoco  se  expresan 
las  Iglesias; y  aunque  es  cier- 
to que  concurrió  el  de  Ca- 
lahorra, como  parece  por  el 
Concilio  líl.de  Toledo,  don- 
de subscribió  Munio  ó  Mu- 
nimio  ,  cuyo  nombre  se   en- 
cuentra también  en  el  II.  Ce- 
saragustano  ,  celebrado  tres 
años  después  ,  nada  tenemos 
respedivo    al    siglo  quarto, 
por  haberse  juntado  éste  en 
la  Era  630.  año  de  Christo 
592. 

10     No  va  menos  desca- 
minado el  P.  Anguiano  en  su 
Compendio  Hist.  de  la  Rio- 
ja, 


I  -2  8  España  Sagrada 
ja,  que  habiendo  puesto  en  el 
primer  lugar  de  su  Catá- 
logo á  un  S.  Maximiliano 
Martyr  ,  conocido  de  solo 
Tamayo  Salazar  ,  fiel  Se- 
cretario del  fingido  Julián 
Pérez ,  pone  en  el  segundo  á 
Aurelio  Clemente  Pruden- 
cio ,  alegando  la  autoridad 
de  muchos  Breviarios  anti- 
guos. Yo  he  reconocido  al- 
gunos que  traen  lecciones 
de  S.  Prudencio ,  en  las  que 
se  afirma  floreció  este  San- 
to por  los  anos  de  390.  y  que 
predicó  en  Calahorra  con 
tanto  fruto  ,  que  los  Ciuda- 
dinos  dejaron  la  idolatría  ,  y 
se  convirtieron  á  la  verdad 
de  nuestra  Fé.  En  el  de  Mon- 
te Aragón  se  confunde  el 
mismo  Smto  con  el  famoso, 
y  Christiano  Poeta  Pruden- 
cio ,  atribuyéndole  con  la 
mayor  expresión  las  Obras 
de  éste  ,  y  refiriendo  ,  que 
en  Calahorra  convenció  á 
Symico,defen-,orde  un  Ído- 
lo ,  que  alli  se  veneraba.  So- 
bre estos  documentos  hubo 
de  fundar  el  citado  Historia- 
dor el  Obispado  de  Aurelio 
Clemente  Prudencio  ;  pero 
sobre  estar  muy  errados  en 
la  Chronología  é  Historia, 
como  diré  en  su  proprio  lu- 
gar ,  ba-sta  por  ahora  adver- 


.  Trat,  6^.  Cap.  9. 
tir,  que  los  referidos  Bre- 
viarios nada  sirven  para  au- 
mentar el  Catálogo  de  los 
Obispos  de  Calahorra  ;  pues 
todos  ellos  dicen  ,  que  Pru- 
dencio huyó  de  los  aplausos 
que  tenia  en  esta  Ciudad, 
retirándose  á  Tarazona, don- 
de le  hicieron  Obispo.  Con 
mayor  probabilidad  po- 
día establecerse  por  Obispo 
de  Calahorra  Valeriano  ,  i 
quien  Prudencio  dirigió  el 
Hymno  de  S.  HypóÜto.  Asi 
lo  creyó  D.  Nicolás  Antonio 
en  su  Biblioth.  Vet.  perD 
véase  lo  que  á  cerca  de  este 
Prelado  escribí  en  el  tom.  30. 
pag.  123.  y  en  el  31.  pa- 
gin.  lo'J. 

SILVANO. 

Por  los  aíios  457. 

I  El  largo  silencio,  que 
nos  ocultó  los  Obispos  que 
presidieron  en  Calahorra  por 
el  espacio  de  quatro  siglos» 
se  interrumpe  finalmente  por 
un  caso  muy  ruidoso  ,  que 
conmovió  los  ánimos  de  As- 
canio , Metropolitano  deTar- 
ragona ,  y  de  todos  sus  Com- 
provinciales. De  este  suceso 
se  trató  en  el  tom.  25.  donde 
el  Rmo.  Fiorez  procuró  alla- 
nar 


Obispos  de  Calah 
nar  algunos  tropiezos  origi- 
nados de  la  obscuridad  ,  que 
se  halla  en  las  Epístolas  y 
Adas  que  se  escribieron  con 
este  motivo,  y  se  leyeron  en 
el  Concilio  que  el  Papa  Hila- 
rio celebró  en  Roma  en  el 
año  de  465.  Pero  habiendo 
yo  examinado  lo  que  acer- 
ca de  este  negocio  escriben 
J9S  Autores  ,  y  lo  que  se  ex- 
puso en  el  tom.  cit.  hallé, 
que  debia  poner  mi  diligen- 
cia en  ilustrar  un  asunto  tan 
principal  entre  los  que  per- 
tenecen á  nuestra  Historia  en 
aquellos  tiempos  remotisi- 
mos,  á  causa  de  las  grandes 
equivocaciones  que  han  pa- 
decido sobre  su  inteligencia 
quantos  le  han  tratado  hasta 
ahora. 

2  Por  los  años  457.  ocu- 
paba la  Silla  de  Calahorra 
un  Obispo   llamado  Silvano, 


orra.  Silvano.         11^ 

nombre  de  que  usaban  fre- 
qüentemente  los  Romanos, 
como  parece  de  las  muchas 
Inscripciones  que  lo  traen, 
y  pueden  verse  en  Grutero. 
Ignorase  el  año  en  que  entró 
en  el  gobierno  de  esta  Igle- 
sia ;  y  de  sus  hechos  no  te- 
nemos otra  memoria  ,  que 
las  Cartas  dirigidas  por  los 
Obispas  de  la  Provincia  Tar- 
raconense al  referido  Papa 
Hilario  ,  en  las  quales  dan 
cuenta  de  ciertos  atentados 
contra  los  antiguos  Cánones. 
Para  que  estos  se  perciban 
con  mayor  claridad  ,  y  se 
desvanezcan  las  confusiones, 
que  han  nacido  de  la  mala 
inteligencia  de  los  Autores, 
pondré  en  nuestro  Idioma  la 
Epístola,  en  que  los  expresa- 
dos Obispos  lo  refieren  con 
individualidad.  Dice  asi: 


^L    beatísimo  señor  ,   r  DIGNO    VE   SER 

reverenciado  por  nosotros  en  Christo  con  Apostólica 
reverencia  Hilario  Papa^  Ascanio  ,  y  todos  los  Obispos 
de  la  Provincia  Tarraconense. 


Unque  ninguna  ne- 
cesidad concer- 
»  niente  á  la  disciplina  Ecle- 
»>  siastica  nos  obligase  á  re- 
»  currir  á  vuestra  Sede  ,  con 
»*  todo  eso  debíamos  procu- 
ren. ^^^///, 


*t  rar  ser  participantes  de  los 
fy  saludables  efeélos  de  aquel 
»>  excelente  Privilegio  que  la 
»  está  concedido,  por  el  qual 
99  recibidas  las  llaves  del 
w  Cielo  después  de  la  Resur- 
R  **  rec- 


130     España  Sagrada. 

»>  reccion  del  Salvador  ,  el 
})  Bienaventurado  S.  Pedro, 
M  derramando  su  doéírina 
5?  por  el  mundo  ,  iluminó  á 
y>  los  hombres ;  cuyo  Succe- 
99  sor  debe  ser  reverenciado, 
»>  y  amado  de  todos,  asi  co* 
íy  mo  á  todos  excede  por  la 
»?  superioridad  de  su  Princi- 
jy  pado.  Por  tanto ,  nosotros 
»?  adorando  en  Vuestra  San- 
"  tidad  con  el  mas  profundo 
»  respeto  á  Dios  ,  á  quien 
9í  servís  sin  querella  ,  re- 
'ocurrimos  á  la  Fé,  alaba- 
?»  da  por  boca  del  Apóstol, 
>i  buscando  la  respuesta  en 
«  aquella  Sede ,  de  la  qual 
9í  nada  sale  ron  error  ó  pre- 
yy  suncion  ,  sino  autorízí-do 
"  con  la  deliberación  Ponti- 
yy  fical. 

4  Siendo  esto  asi  como 
decimos  ,  nos  vemos  por 
yy  ahora  en  la  urgencia  de 
?>  hacer  presente  á  Vuestra 
«  Santidad  ,  que  hay  entre 
yy  nosotros  un  falso  hermano, 
w  cuya  presunción  no  puede 
9y  ya  callarse  sin  culpa  ,  an- 
j>  tes  debe  m.anifestarse  por 
»>  la  necesidad  en  que  nos 
9y  pone  el  juicio  futuro.  Este 
»  es  SJvano  ,  Obiípo  de  Ca- 
*y  lahorra  ,  cuya  Diócesis  es- 
j?  tá  en  la  ultima  parte  de 
w  nuestra  Provincia  ,  el  qual 


Trat,  6^.  Cap.  9. 

yy  usurpando  la  autoridad, 
yy  para  Consagraciones  que 
>?  no  le  tocan ,  ha  llegado  á 
yy  provocar  nuestra  humil- 
»>  dad  ,  poniéndonos  en  la 
»  precisión  de  buscar  en 
yy  vuestra  Sede  el  remedio  de 
yy  que  necesita  su  atentado. 
yy  Hace  ,  pues ,  siete  ,  ü  ocho 
yy  años  que  este  Silvano  ,  pos- 
yy  poniendo  las  reglas  de  los 
yy  Padres  ,  y  despreciando 
yy  vuestros  decretos  ,  ordenó 
j>  un  Obispo  ,  sin  que  lo  pre- 
"  tendiesen  algunos  pueblos, 
yy  Pensábamos  que  este  he- 
(i  cho  precipitado  pudiera 
yy  corregirse  con  una  amo- 
yy  nestacion  fraternal  y  pa- 
yy  cífica  ;  pero  lejos  de  esto 
yy  ha  ido  de  mal  en  peor. 
?í  Porque  movido  del  espíri- 
yy  tu  de  presunción  ,  y  pro- 
yy  cediendo  contra  los  antí- 
?>  guos  Cánones  ,  y  contra 
yy  los  Estatutos  Sy  nodales,  ha 
yy  hecho  Obispo  á  un  Pres* 
?>  bytero  de  otro  hermano 
yy  nuestro  ,  poniéndole  en  el 
»  mismo  lugar  que  antes  se 
yy  destinó  para  aquel ,  á  quien 
»>  contra  su  propria  voluntad 
?>  habia  coiKiagrado  ,  y  que 
«  ya  estaba  en  nuestra  Con- 
>?  gregacion.  De  este  hecho 
yy  temerario  nos  hizo  rela- 
y>  clon  nuestro  hermano  el 
0bi8- 


Obispos  de  Cah 
»» Obispo  de  Cesaraugusta, 
j>  quien  también  puso  todo 
Ȓ  su  conato  en  la  enmienda 
»  de  este  desorden, oponien- 
99  dose  freqüentcmente  á  to- 
f>  dos  los  Obispos  comiarca- 
"  nos  ,  á  fin  de  que  no  se 
«  juntasen  con  el  Cismático; 
9»  pero  éste  malamente  cbs- 
»  tinado, no  se  avergonzó  de 
»>  hacer  él  solo  todo  lo  que 
V  era  ilícito  ,  y  lo  que  no 
f9  podemos  decir  sin  ver- 
»f  guenza. 

5  Para  inteligencia  de 
los  hechos  ,  que  en  esta  epís- 
tola atribuyen  á  Silvano  los 
Obispos  de  la  Provincia  de 
Tarragona  ,  se  ha  de  adver- 
tir ,  que  en  el  Concilio  Nice- 
no  can.  5.  se  estableció, 
que  ninguno  fuese  ordenado 
de  Obispo  sin  el  consenti- 
miento de  los  Obispos  Com- 
provinciales ,  y  sin  preceder 
examen  de  la  Fé  del  orde- 
nando ,  de  su  piedad  y  te- 
mor para  con  Dios,  y  sin 
que  al  tiempo  de  su  consa- 
gración asistiesen  algunos 
Obispos  en  presencia  del 
Metropolitano  ó  Patriarca 
consagrante.  Requeríase  ade- 
más de  esto  el  consentimien- 
to del  pueblo  ,  pero  so- 
bre todo  el  del  Metropoli- 
tano se  juzgaba  tan  necesa- 


iorra.  Silvano.  1 3  i 
rio  que  en  el  canon  9.  se 
determina  ,  que  de  ningún 
modo  se  admita  ó  acepte  el 
Obispado  de  aquel ,  que  le 
hubiere  obtenido  por  consen- 
timiento de  todos  los  habi- 
tantes de  la  provincia,  pero 
sin  el  del  Metropolitano.  En- 
medío  pues  de  estos  decre- 
tos Silvano  Obispo  de  Cala- 
horra se  atrevió  á  consa- 
grar un  Obispo  sin  esperar 
la  voluntad  de  los  pueblos, 
ni  el  consentimiento  de  As- 
canio  Obispo  de  Tarrago- 
na, de  quien  era  sufraga- 
neo.  Creyó  este  que  sería 
suficiente  una  amonestación 
dulce  y  caritativa  ,  para  que 
Silvano  no  procediese  otra 
vez  con  tanta  ligereza;  y 
en  esta  buena  fé  no  puso 
por  entonces  otro  remedio 
á  su  desorden.  Compade- 
cióse también  del  Obispo 
consagrado;  pues  aunque  pa- 
ra su  consagración  no  ha- 
bían precedido  los  requisitos, 
que  prescribió  el  Concilio 
Niceno  ,  y  con  arreglo  á 
sus  Cañones  podía  no  admi- 
tirle en  el  numero  de  los 
Obispos  de  su  Provincia,  con 
todo  eso  tubo  por  conve- 
niente aceptar  su  Obispado, 
y  permitirle  egercer  su  dig- 
nidad en  el  lugar  que  le 
R2  fue 


I  3  2  España  Sagrada. 
fue  señalado,  por  haberse 
hecho  aquella  consagración 
contra  la  voluntad ,  y  con 
positiva  repugnancia  del  mis- 
mo Obispo  nuevamente  or- 
denado por   Silvano. 

6  En  tal  estado  queda- 
ron las  cosas,  sin  que  el 
Obispo  de  Calahorra  diese 
ocasión  á  nuevas  querellas 
en  el  espacio  de  los  siete 
ü  ocho  años  siguientes;  mas 
pasados  estos  dio  muestras 
del  poco  fruto  que  había 
hecho  en  él  la  pacifica  re- 
prehensión del  Metrópoli' 
taño  de  Tarragona.  Porque 
habiendo  vacado  la  silla  del 
mismo  ,  á  quien  ordenó  sin 
observar  las  santas  determi- 
naciones del  Concilio  Nice- 
no  ,  eligió  para  ella  un  Pres- 
bítero de  otro  Dicce^ano. 
El  Obispo  ,  que  por  este 
t'empo  gobernaba  la  iglesia 
de  Zaragoza  ,  y  cuyo  nom- 
bre se  ignora  ,  sabiendo  el 
intento  de  Silvano,  puso  gran 
diligencia  en  que  no  llegase 
a  efeduarse  una  determina- 
ción tan  contraria  á  los  Sa- 
grados Cañones.  A  este  fin 
amonestó  á  los  Obispos  co- 
marcanos ,  que  no  comuni- 
casen con  el  de  Calahorra, 
ni  asistiesen  á  la  coa'-agra- 
cion  del  que  habla  sido  elec- 


Trat.69.  Cap.  9. 
to  sin  el  recurso  al  Metro- 
politano. Pero  nada  de  esto 
bastó  ,  para  que  Silvano 
desistiese  de  lo  que  habia 
intentado  ;  pues  consagró 
efedivamente  á  aquel  Pres- 
bítero, no  solo  sin  haber 
dado  noticia  al  de  Tarra- 
gona ,  pero  aun  sin  asistir 
á  la  consagración  el  nume- 
ro de  Obispos  que  prescri- 
bían los  Cañones. 

7  Referidos  los  hechos 
de  Silvano  conforme  á  la  le- 
tra de  la  epístola  dirigida 
al  Romano  Pontífice  Hilario 
por  los  Obispos  de  la  Pro- 
vincia de  Tarragona  ,  no  de- 
bo omitir  ,  que  los  Autores 
han  errado  comunmente  Ja 
verdadera  historia  de  ellos^ 
á  causa  de  no  haber  enten- 
dido el  contexto  de  la  mis- 
ma epístola.  Los  mas  escri- 
ben ,  que  la  culpa  del  Obis- 
po de  Calahorra  esiubo  en 
haber  elegido  sucesor  suyo, 
poniéndole  en  su  lugar  ,  y 
consagrándole  sin  consulta 
del  Metropolitano  ,  ni  volun- 
tad del  pueblo.  Creen  tam- 
bién que  sin  embargo  de  los 
avisos  christianos  ,  con  que 
Asean io  procuró  reducirle 
al  arrepentimiento  de  su  de- 
lito ,  él  perseveró  obstina- 
do é  incorregible  por  espa- 
cio 


Chispos  de  Calahorra,  Silvano.        133 
cío  de  ocho  años.   El  Rmo.     fin  de   que   el  sabio  Lector 


Fiorez  impugna  el  diclaMien 
de  estos  Escritores  ,  y  dice, 
que  el    sentido  legitimo  de 
la  carta  escrita  al  Papa  Hi- 
lario indica  ,  que  el  desor- 
den de  Silvano  consistió  en 
que    hallándose    un    Presbí- 
tero agregado  al  gremio  de 
los   Obispos  ,   por  estar   ya 
eledo  y    aprobado    por    el 
Metropolitano  ,  él  se  tomó 
la  autoridad  de    consagrar- 
le ,  pero  no  destinándole  á 
otra  Iglesia  diversa  de  la  que 
los  Padres    le   habian  seña- 
lado. Tillemont  confiesa,que 
el    lugar  de  la  epístola  ,  en 
que  se  habla  del  hecho  de 
Silvano,  está  muy  obscuro, 
y  le  expone  afirmando  ,  que 
este  Obispo  ordenó  á  un  Cu- 
ra de  otra    Diócesis   ,    ha- 
ciéndole Prelado  del  mismo 
pueblo  ,  en  que  tenia  el  Cu- 
rato. 

8  He  dichoque  ningu- 
no de  estos  Autores  enten- 
dió la  epístola  ce  los  Obis- 
pos de  la  Frcvincia  de  Tar- 
ragona ;  y  para  que  se  vea 
claramente  ,  que  no  he  pro- 
nunciado esta  preposición 
con  temeridad  ,  6  sin  fun- 
damento  ,  exhibiré  las  dos 
clausulas  latinas  ,  en  cuya 
inteligerxia  han  errado  ,  á 


se  desengañe  en  este  punto. 
Dicen  asi  :  Hic  namque  (Sil- 
vanus   )    jiim   ante    septcm^ 
aut  odio  amplias  annos  post- 
ponens  Patrum  regulas  ,  (B 
vestra   instituía   dsspiciens^ 
fiullis     petentibus    populis, 
Episcopum  ordinavit ,  cujus 
prcfpropcrum  fadium  existi- 
mantes fraterna  ,  &  paci- 
fica posse  admoniticne  sana- 
ri ,  profecit  in  pejus.  Dctii- 
que    cci4ra    vetustatem  ca- 
nonum  ,  contra  Synodi  cons- 
tituía altcrius  fratris  nos- 
tri  Presbyterum  spiritu  tan- 
tum    prcPsumptionis    üccen- 
sus  ,  in  eodem  loco  ,  qui  illi 
fuerat  destinatus  ,  cui  i /.vi' 
to  ,  S  repvgvanti  imposuC" 
rat  marus   ,   ^   qui    nostro 
jam  ccetui  fuerat   aggrega- 
tus  ,  Episcopum  ftcit.  Re- 
flexione  ahcra    conmigo  el 
Ledcr  estas  dos    clausulas, 
y  hallará   que   en    ellas   se 
refieren  dos  Consagraciones 
hechas  por   Silvano  sin  au- 
toridad legitirria  :  la  una  sie- 
te u  ocho  años  antes  de  es- 
cribirse  la    carta  ,   la  otra 
pasado  este  mismo  tiempo. 
En  la  primera  no  hizo  otra 
cosa  Ascanio  con  los  demás 
Obispos    de     su    Provincia, 
que  reprehender  pacifica  y 
blan- 


1^4  España  Sagrada 
blandamente  el  atentado  de 
Silvano  ,  creyendo  que  esto 
bastaría  para  su  enmienda. 
En  la  segunda  se  vieron 
obligados  á  escribir  al  Pon- 
tífice Romano  ,  por  haber 
experimentado  ,  que  el  mis- 
mo Silvano  era  contumaz; 
pues  menospreciando  la  amo  ■ 
nestacion  acerca  de  su  pri- 
mer desorden  ,  repitió  el  he- 
cho ,  Y  con  circunstaHcias 
mas  criminales,  porque  ade- 
más de  no  consultar  al  Me- 
tropolitano como  en  la  pri- 
mera ocasión  ,  consagró  al 
Presbítero  de  otro  Dioce- 
sano ,  y  esto  sin  la  asisten- 
cia de  otros  Obispos  ,  co- 
mo lo  significan  las  pala- 
bras ,  que  se  ponen  luego: 
Non  erubuit  soltis  Ule  com- 
fnittere.  Reñexionese  otra 
vez  la  clausula  segunda  que 
ha  sido  el  tropiezo  de  to- 
dos los  Autores ,  que  tratan 
de  este  caso  ;  y  se  hallará 
que  en  ella  se  habla  de  los 
dos  Obispos  consagrados  ile- 
gítimamente por  Silvano. 
Porque  dice  ,  que  éste  sin 
respeto  á  los  antiguos  Ca- 
líDnes  y  Decretos  del  Con- 
cilio, ordenó  de  Obispo  á  un 
Presbítero  de  otro  Obispa- 
do ,  poniéndole  en  el  mismo 
lugar  que  fue  señalado  pa- 


.  Trat.  69.  Cap,  9. 
ra  aquel ,  á  quien  en  medio 
de  resistirlo  había  consagra- 
do antes  ,  y  á  quien  los  Pre- 
lados de  la  Provincia  hicie- 
ron miembro  de  su  propria 
Congregación. 

9  Tenemos  pues  en  es- 
tas palabras  dos  Obispos  ex- 
presamente distinguidos;  uno 
que  siendo  Presbítero  de 
otra  Diócesis  fue  consagra- 
do por  Silvano  ,  sin  recurso 
al  Metropolitano  de  Tarra- 
gona ;  otro  á  quien  consagro 
siete  ü  ocho  años  antes  ,  el 
qual  había  sido  admitido  en- 
tre los  Obispos  de  la  Pro- 
vincia ,  y  como  tal  tubo  Se- 
de propria  ,  en  la  que  Sil- 
vano puso  al  dicho  Presbí- 
tero. Con  estas  reflexiones 
se  hacen  palpables  los  yer- 
ros en  que  por  inadverten- 
cia han  caído  los  Escritores. 
Vaseo ,  Garibay  ,  Morales, 
y  el  Cardenal  de  Aguirre 
creyeron  ,  que  la  culpa  de 
Silvano  se  reducía  á  haber 
nombrado  sucesor  suyo  en 
la  Sede  Calagurritana  ,  or- 
denándole de  Obispo  sin  dar 
noticia  de  ello  al  Metropo- 
litano de  Tarragona.  Pero 
ya  hemos  visto  que  aquellas 
palabras  in  eodem  loco  ,  qui 
illi  fuerat  destina  tus  ,  no 
pueden  entenderse  del  Obis- 
po 


Obispos  de  Calahorra.  Silvano.        135 
po  de  Calahorra  ,  sino  que     de  verificarse  del  Presbyte- 


deben  aplicarse  al  siigeto  de 
quien  se  dice  inmediaramen- 
te  :  Cui  invito  ,  S  repugnan- 
ti  imposuerat  manvs  ,  &c, 
y  este  es  el  Obispo  ordena- 
do violentamente  por  Silvano 
siete  ú  ocho  años  antes, 
que  los  Prelados  Tarra- 
conenses escribiesen  esta 
carta.  Tillemont  escribió, 
que  el  Obispo  de  Calahor- 
ra hizo  á  un  Cura  Obispo 
del  pueblo  ,  en  que  éste  te- 
nia su  Curato  ,  y  esto  con- 
tra la  voluntad  del  mismo 
consagrado.  Mas  Ja  equivo- 
cación de  Cite  Autor  se  des- 
cubre con  solo  hacer  paten- 
te, que  en  su  didamen  se 
aplica  toda  la  clausula  De- 
ñique  contra  vetustatem^&c. 
al  Presbítero  alli  nombrado; 
mas  no  es  asi ,  ni  el  texto 
es  capaz  de  construcción 
gramatical ,  que  haga  el  sen- 
tido que  éi  ofrece.  Y  para 
evidencia  de  que  en  este 
lugar  se  habla  de  dos  suge- 
tos  distintos  ,  y  ambos  con- 
sagrados sin  legiiim.a  auto- 
ridad ,  basta  advertir  que 
del  uno  se  dice ,  que  ya  se 
le  habia  señalado  Stá^  ,  y 
que  estaba  admitido  en  el 
m'imero  de  los  Obispos  de 
Ja  Provincia  ;  lo  qual  no  pue- 


ro  ,  cuya  consagración  dio 
motivo  á  la  carta ;  pues  asi 
que  Silvano  le  consagró, 
consultaron  al  Papa  Ascanio, 
y  los  Comprovinciales ,  qué 
deberían  hacer  de  él ;  lo  que 
prueba  evidentemiCnte ,  que 
ellos  no  le  habian  agregado 
á  la  junta  de  Obispos  ,  antes 
se  hallaban  inciertos  é  in- 
decisos sobre  si  le  excluirian 
de  su  Congregación  con- 
forme al  canon  áQ\  Conciiio 
Niceno.  Por  la  misma  razón 
debe  enmendarse  la  inteli- 
gencia del  Rm.o.  Florez  en 
el  tom.  25.  pag.  44.  num.  7. 
dice ,  que  hallándose  el  Pres^ 
bitero  agregado  al  gremiio 
de  los  Obispos  como  eleéío 
y  aprobado  por  el  Metro- 
politano ,  Silvano  tubo  la 
presunción  de  consagrarle, 
aunque  el  mismo  Présbite-*- 
ro  lo  repugnaba  ,  pero  que 
no  le  aplicó  á  otra  Iglesia 
diversa,  sino  á  la  misma  á 
que  ios  Padres  le  tenian  desr 
tinado.  En  prueba  de  esta 
inteipretacion  añade  lo  si- 
guiente :  íLste  parece  el  le- 
gitimo sentido  ,  especial- 
m.ente  refiexionando  en  las 
demás  ciausuias  de  que  ya 
estaba  aírregado  ai  coro  de 
los  Obispos  ,  pero  Je  faltaba 


I  3  <5     España  Sagrada, 
imponerle  las  manos  ;  y  es- 
to lo  hizo  Silvano  sin  acuer- 
do del  Metropolitano  ,  en  lo 
que    cstubo    la    presunción. 
Debe  ■  pues  corregirse    esta 
declaración  de  la  carta  ;  por- 
que   las   palabras  ,    qui  illi 
fuerat  destinatus  ,  cid  invi- 
to ,  Í5*   repugnan  ti ,   Se,   se 
refieren    no    al    Presbítero, 
sino    al  Obispo  consagrado 
mucho  tiempo  antes  por  Sil- 
vano ,  y  en  cuya  Sede  puso 
al  mismo  Presbítero.   Ni  es 
verdad    que  aquí   se    habla 
de  un  sugeto  puesto    en  el 
gremio  de  los  Obispos ,  pe- 
ro no  consagrado   ;  porque 
la  clausula  le   expresa   con 
la  mayor  claridad  primera- 
mente consagrado  ,   y  des- 
pués admitido  entre  los  Obis- 
pos.  Cui  invito  ,  G  repu^- 
nanti  imposuerat  manus :  He 
aquí  la  consagración.  Et  qui 
nostro  jam  ccetiii  fuerat  a o- 
gregatus'.HQ  aquí  la  admi- 
sión en   el    número    de    los 
Prelados  de  la  Provincia. 

lo  Habiendo  examinado 
quanto  á  los  hechos  de  Sil- 
vano la  epistola  dirigida  al 
Papa  Hilario  ,  y  mal  enten- 
dida de  los  Autores  que  la 
han  mencionado  y  recono- 
cido ,  seguiré  el  proceso  de 
la  causa  ,  que  se  suscitó  con 


Trat,  6c),  Cap.  9. 

ocasión  de  las  consagracio- 
nes ilegitimas  del  mismo 
Obispo.  De  estas  represen- 
taron Ascanio  y  sus  Compro- 
vinciales ,que  siendo  por  su 
naturaleza  causas  de  divi- 
sión y  cisma  ,  debían  cor- 
regirse prontamente,  y  que 
por  tanto  recurrían  á  la  Sede 
Apostólica  deseosos  de  sa- 
ber ,  qué  convendría  deter- 
minar asi  del  Obispo  consa- 
grante como  del  consagrado. 
Sobre  esta  consulta  dice  el 
Rmo.  en  el  tom.  cíf.  pag. 
54.  nura.  34.  que  sin  embar- 
go de  que  habla  en  singular: 
Quid  oporteat  de  ordinjtore^ 
&  ordinatofieri,  debe  enten- 
derse locución  figurada  de 
uno  por  muchos  ,  pues  no 
solo  el  Papa  en  su  respues- 
ta, sino  también  los  coisul- 
tantes  expresan  de  Silvano 
haber  hecho  varias  consa- 
graciones: Ordinationes  sibi 
indehitas  usurpando.  Pero  en 
suposición  de  ser  legitimo^ 
como  lo  es  el  sentido  en  que 
he  explicado  los  hechos  atri- 
buidos á  Silvano  ,  estas  pa^ 
labras  tienen  su  inteligencia 
propria  ,  y  literal.  Dos  fue- 
ron como  he  dicho  las  con- 
sagraciones, que  hizo  el  Obis- 
po de  Calahorra  sin  autori- 
dad compéleme:  la  primera 
sie- 


Obispos  de  Calahorra,  Silvano.  137 

siete  ü  ocho  años  antes  de  Calahorra  dio  al  Presbítero 

las    quejas   de    los  Obispos  nuevamente    consagrado    la 

de  la  Provincia  ;  la  segunda  misma  Sede,   puede  colec^ir- 

en  el  mismo  año  en  que  es-  se    que    el    primero    habia 

tos  escribieron  su  carta  obli-  fallecido,  pues  el  delito  que 

gados   de  la  reincidencia  de  se   refiere   no  es  de    haber 

Silvano.  El    Obispo  consa-  puesto  dos  Obispos  en  una 

grado  en  la  primera  consa-  misma  Iglesia ,  ni  el  Papa 

gracion  fue  no  obstante    el  hubiera  tolerado  esto  ,  como 

defeéto  de    recurso   al  Me-  toleró    los    hechos    de    que 

tropolitano  colocado  en  una  Silvano  fue  acusado:  lo  qual 

Sede,  y  admitido  en  la  Con-  es  también   prueba  de  que 

gregacion    de    los   Obispos  la    consulta  se  dirigía  á  la 

comprovinciales ,  los  quales  instrucción   acerca    de  solo 

se  contentaron  por  entonces  uno  de  los  consagrados, 

con  amonestar  al   de  Cala-  11     Aunque    el  Pontífice 

horra  ,  se  abstubiese  en  ade-  Romano  recibió  la  carta  ,  en 

lante  de  un  hecho  tan  ilícito  que  los  Obispos  de  la  Pro- 

y  contrario  á  los    Sagrados  vincia  Tarraconense  se  qi¡e- 

Canones,  En  este  supuesto,  jaban    de    las    presunciones 

que  consta  de  la  epístola  al  del  de  Calahorra,   no  tubie- 

Papa  ,  la  consulta  no  era  so-  ron  estos  tan   pronta  la  res- 

bre  lo  que  convendría  hacer  puesta  ,  que  no  sospechasen, 

con  el  ordenado  siete  ü  ocho  que  6  por  la  negligencia  del 

años  antes  ,  el    qual  estaba  correo  ,  ó  por  las  dificulta- 

ya  en   pacifica  posesión  de  óqs  de  un  camino  tan  lar- 

su  Iglesia  por  consentimien-  go,  no    habría    llegado   su 

to    ó   tolerancia  de  los  de-  representación    á    la    Sede 

n:ás   Obispos;    sino    acerca  Apostólica.  Por    esta  causa 

de  lo  que  se  deberia  egecutar  ofreciéndoseles  algún  tierrpo 

con  el  Presbítero  consagra-  después     suplicar    al    Papa 

do    últimamente,   y  puesto  Hilario  ,  que  se  dignase  con- 

en  la  misma  Sede,  que  tenia  firmar   en    el   Obispado  de 

ó  tubo  el  Obispo  á  quien  Sil-  Barcelona,  á   un  lrer.(o,á 

vano  consagró  en  la  prime-  quien  ellos  habían  rxmbra- 

ra  ocasión.  Digo   que  tubo^  do  movidos  asi  del   ir.erito 

porque    si     el    Obispo    de  del  elegido  como  de  la  petir 


Tom,  XXXllL 


cíoa 


138  España  Sagrada, 
cion  del  Clero  ,  y  plebe  de 
la  ciudad  ,  y  particularmen- 
te del  deseo  que  en  la  hora 
de  su  fallecimiento  manifes- 
tó Nundinario  Predecesor  en 
la  misma  Iglesia  ,  que  por 
consentimiento  del  Metro- 
politano habia  hecho  antes 
al  mismo  íreneo  Obispo  de 
un  pueb'o  de  su  Diócesis, 
repitieron  sus  quejas  estra- 
ñando,que  el  Papa  no  hu- 
biese respondido  á  la  consul- 
ta ,  que  le  hicieron  por  su 
carta  anterior.  Después  de 
este  ultimo  escrito  se  dirigie- 
ron á  Roma  diferentes  repre- 
sentaciones hechas  en  favor 
de  Silvano,  y  firmadas  de 
las  personas  mas  nobles  de 
su  territorio.  Estas  fueron 
de  las  Ciudades  de  Tarazo- 
na  ,  Cascante  ,  Calahorra, 
Varea  ,  Tricio  ,  Livia  y 
Briviesca ;  y  se  mencionan 
en  la  respuesta  del  Pontifice 
con  estos  nombres,  honor  a- 
iorum  í?  possessorum  ,  que 
significan  á  los  vecinos  mas 
distinguidos  después  de  los 
Eclesiásticos  ,  según  la  serie 
del  Diurno  Romano  cap.  3. 
tit.  2.  que  dice:  Presbyteris, 
Díaconibus^Clericis  ^  hono- 
ratis  ,  possessoribus  ,  í? 
cuncice  plebi  illius  Ecclesiíe 
&c.    Escribieron    pues    los 


.  Trat.  69.  Cap,  9. 
dichos  personages  ,  satisfá-* 
ciendo  á  los  cargos  ,  que  los 
Obispos  de  la  Provincia  ha- 
cían á  Silvano  ;  mas  en  el 
descargo  se  alegaban  otras 
consagraciones  igualmente 
reprehensibles  ,  por  haberse 
hecho  sin  el  consentimiento 
de  Ascanio.  Sed  reprehensión 
ne  justissima ,  dice  el  Papa 
Hilario,  eorum  pariter  justa 
allegatío  non  carebat ;  quia 
pr¿üter  conscientiamMetropO: 
litani  fratris ,  í?  Coepiscopí 
nostri  Ascanii  nonnullis  ci- 
vitatibus  ordinatos  claruit 
Sacerdotes»  Tillemont  enten- 
dió por  estas  palabras  ,  que 
los  defensores  de  Silvano  da- 
ban cuenta  de  otras  consa- 
graciones ,  que  él  hizo  ,  po- 
niendo Obispos  en  algunas 
Ciudades  ;  pero  esto  no  sería 
escusarle ,  como  lo  intenta- 
ban ,  sino  agravar  la  acusa- 
ción de  los  Comprovinciales. 
Por  esta  razón  ,  y  porque  de 
la  epistola  ,  que  se  escribió 
contra  el  Obispo  de  Cala- 
horra ,  no  constan  sino  dos 
consagraciones,  y  ambas  de 
Obispos  de  un  mismo  pue- 
blo ,  debe  tenerse  por  cier- 
to ,  que  las  demás  tubieron 
otros  Autores  ,  y  se  traían 
por  egemplares  ,  que  en  el 
juicio  de  los  exponentes  po- 
dían 


Obispos  de  Calahorra.  Silvano.         139 
podían  justificar  la  conduc-     rabie    asamblea    fueron    de 

sentir,  que  debían  corregirse 
los  abusos  que  acababan  de 
oír  ,  y    observarse   la   dis- 
ciplina Eclesiástica  ,    y  ios 
Sagrados  Cañones  en  lodo  lo 
respedivo  á  las  elecciones  y 
consagraciones  de   Obispos. 
Conforme  á  esta  sentencia, 
aprobada  también  por  el  Pon- 
tífice Hilario,  parecía  con- 
siguiente la  declaración  ,  de 
que  no  se  tubiesen  por  Obis- 
pos los  que  sin   noticia  del 
Metropolitano    habían    sido 
consagrados  por   el  de  Ca- 
lahorra ;  porque  es  muy  ex- 
preso entre   otros  el  canon 
6.  del  Concilio  Niceno  ,  que 
dice  :    Quod  siquis   absque 
Metropolitani  sententia  fac» 
tus  sit  Episcopus  ;  eum  mag» 
na  Synodus  definit  non  esse 
Episcopum,    Pero  la  epísto- 
la firmada  por  el  Papa    en 
30.  de  Diciembre  de   465. 
y  dirigida  á  Ascanío  ,  y  á 
todos  los  Obispos  de  la  Pro- 
vincia por  medio  de  un  Sub- 
diácono  de  Roma    llamado 
Trajano  ,  es  un  argumento 
evidente  ,  de  que  no  se  guar» 
dó  acerca  de  las  consagra- 
ciones de   Silvano  el   rigor 
que  establecieron  los  Conci- 
lios.  En  ella   dice   Hilario, 
que  atendiendo  á  la  necesi  - 
82  dad 


ta  de  Silvano. 

12  El  Pa  pa  Hilario,  des  - 
pues  de  haber  leído  lascar- 
tas,  que  le  enviaron  de  Es- 
paña los  Obispos  ,  que  acu- 
saban á  Silvano  ,  y  los  per- 
sonages  que  le  defendían, 
mandó  que  los  asuntos  so- 
bre que  era  consultado  ,  se 
examinasen  en  el  Concilio 
que  se  juntó  en  la  Iglesia  de 
Santa  María  bajo  el  Consu- 
lado de  Basilisco  y  Herme- 
nerico  ,  y  se  compuso  de 
Obispos  de  diversas  Provin- 
cias ,  que  habían  ido  á  Ro- 
ma con  el  fin  de  celebrar 
el  aniversario  de  la  consa- 
gración del  Papa.  En  el  tom. 
25.  quedan  referidas  las  Ac- 
tas de  este  mismo  Concilio, 
por  lo  que  al  presente  diré 
solo  de  lo  que  resultó  en 
orden  á  los  hechos  de  Sil- 
vano ,  confutando  lo  que  so- 
bre este  punto  han  escrito 
algunos  Autores  ,  errando 
aqui  no  menos  que  antes  tn 
la  inteligencia  de  las  car- 
tas remitidas  á  Hilario. 
Habiéndose  pues  examinado 
los  artículos  comprehendi- 
dos  en  las  representaciones 
hechas  por  los  Obispos  de 
la  Provincia  Tarraconense, 
los  Padres  de  aquella  vene- 


España  Sagrada.  Trat\  69.  Cap.  9. 

los  tiempos  ,  se  le     terum  ,  eos  ,  qui  Episcópi: 
fadii  sunt ,  Ha  volumus  per- 


140 

dad  de 

perdona  al    Obispo  de  Ca 
lahorra  todo  lo  pasado  ,  con 
3a  condición  de  que  en  ade- 
lante se  abstenga  de  hacer 
alguna  cosa  ,  que  se  oponga 
á  los  preceptos  del  Apóstol, 
y  á  los  decretos  del  Conci  ■ 
lio   Niceno  :  Tewporum    ne- 
ces sítate  perspedia  ,  hac  ra~ 
tione  decernimus  ad  veniam 
pertinere  ,    quod  gestum  est^ 
vít  7iibildjinceps  contra  pr^e- 
cepta  Beati  Apostoli ,  nihil 
contra  Niccenorum  canomim 
constitutum    tentetur.     Con 
firma    también    los  Obispos 
hechos  sin  noticia   del  Me- 
tropolitano ,  no  obstante  que 
asi  estos  como  sus  promoto- 
res merecían  ser  depuestos 
de  la  dignidad.  Ordinatos  er- 
go  nunc  Episcopos  ,  ( qui  li- 
eet ,  te  ignorante  ,  provee- 
ti  sunt ,  cum  suis  audicribus 
tneruerint   submoveri  )    hac 
rotione  firmamus   ,  (¿c.  La 
misma   confirmación   se   lee 
en  la  epistola    que  el  Papa 
escribió  separadamente  áAs- 
canio  :  Et  licet  hi ,  qui  prce- 
tcr  notitiam  ,  atque  consen- 
sum  tuce  diledíicnis  ordinati 
sunt  Sacerdotes  ,  cum   suis 
debuerint  audloribus  submo- 
veri ;  ne  quid  lamen  in  tanta 
ne  ees  sítate  deccrnamus  aus- 


manere  ,  &c, 

13      En    vista    de  tan 
convincentes  ,     y    expresos 
testimonios  es  fácil  conocer 
los  yerros  que  algunos  Auto- 
res   cometieron   escribiendo 
de  la  decisión  Pontificia  acer- 
ca  de  los  casos  consultados 
por  los  Obispos  de  España. 
El  P.  Mariana  mostró  bien, 
al     tratar   de    este    asunto, 
con  quanta  verdad    confesó 
en   la    carta  que  escribió  á 
Leonardo  de  Árgensola,  que 
jamás   habia  pretendido  ha- 
cer Historia   de    España  ni 
examinar  todos  los   particu- 
lares ,  sino  solo  poner  en  es- 
tilo lo  que  otros  tenían  jun- 
tado. Dice  lib.  5.  de  su  Hist. 
cap.  4.  al  fin,  que  la  respues- 
ta de  Hilario  decide,  que  por 
no  poderse  en  manera  algu- 
na   distinguir    la   causa    de 
Barcelona  de  la  de  Calahor- 
ra ,   y  porque  no   pareciese 
se  heredaba  lo   que  por  be- 
nignidad de   Christo  se   da 
conforme  á  los  merecimien- 
tos de  la  vida  de  cada  uno, 
que  asi  la  elección  de  Silva- 
no  como  la   de  Nundinario 
se   tubiesen   por  de   ningún 
efeéto ,  y  se  tornasen  á  ha- 
cer conforme  a  las  costum- 
bres 


.'    Obispos  de  Calahorra,  Silv^ino."  •       -141 

bres  y  leyes  legalmente.  Es     ra  de  las  consa'graciones  jle 


mas  de  estrañar  que  el  Car- 
denal de  Aguirre  ,  en  medio 
de  haber  examinado  las  car- 
tas que  se  escribieron  en  es- 
te negocio  ,  fuese  del  mismo 
parecer  que  Mariana.   Afir- 
ma ,  que  Hilario  gobernán- 
dose   por    los   Cañones   del 
Concilio Niceno,y  otros,  anu- 
ló las  elecciones  y  consagra- 
ciones hechas    por  Silvano, 
á  causa  de  haber  procedido 
en  ellas  sin  el  consentimien- 
to del  Metropolitano  ,  y  ele- 
gido succesor  sin  que  lo  pi- 
diese el   pueblo  ,  dándole  la 
posesión  contra  todo    dere- 
cho ,  como  si  el    santuario 
de  Dios  se  hubiese  de  poseer 
por  herencia.  Dice  también, 
que    determinó    el     mismo 
Papa  ,  que  no  se  consintiesen 
en  una  Iglesia  dos   Obispos 
juntamente,  como  se  consin- 
tieron  en    la  de    Barcelona 
Nundinario  é  Ireneo  ,  y  en 
la  de  Calahorra  Silvano  y  el 
Obispo    é     quien    consagró 
sin    la  autoridad  que  se  re- 
queria. 

14  Estas  equivocaciones 
hacen  ,  que  los  hechos  del 
Obispo  de  Calahorra  parez- 
can mas  criminales  y  repre- 
hensibles de  lo  que  fueron 
en  la  realidad  ,^porquefue- 


gitimas,  le  atribuyen  el  nom- 
bramiento de  sucesor  por  su 
proprio  arbitrio  ,  y   el  esia- 
biecimiento  de  otro  Obispo 
en   su  Igltsia    antes    de   su 
muerte  ,  culpas  muy  abomi- 
nables y  contrarias  á  los  de- 
cretos de  los  Concilios.  La 
causa    de  las  mismas   equi- 
vocaciones es  la  falsa  inteli- 
gencia de  la  epístola  de  As- 
canio  ,  y  sus  Comprovincia^ 
les  ,  porque  como  los  Auto- 
res   citados    creyeron,  que 
el  motivo  de  las  quejas  con- 
sistia  en   los  delitos   expre- 
sados, no    pudieron   persua- 
dirse ,  á  que  el  Papa  repro- 
base el  hecho  de  Nundina- 
rio   Obispo    de    Barcelona, 
tolerando  los  de  Silvano,  que 
sobre  convenir  con   el  pri- 
mero en  haber  elegido  suc^ 
cesor  ,   se  arrojó   á  consa- 
grarle sin  noticia  de  Asea* 
nio ,  ni  petición  del  pueblo. 

15  Es  falso  pues  que  la 
causa  del  Obispo  de  Cala- 
horra no  podía  separarse  de 
la  de  Barcelona.  Ésta  segun- 
da consistía  en  que  los  Obis- 
pos de  la  Provincia  suplica- 
ron al  Papa  se  dignase  apro' 
bar  el  decreto,  que  ellos  ha- 
blan dado  acerca  de  la  trans- 
lación de  Ireneo  á  la  Sede 
Bar- 


14'^      España  Sagrada,  Trat.  69.  Cap,g, 
Barcinonense    vacante    por     también   falso  ,   que  alguno 


muerte  de   Nundinario  ,  en 
atención  á  que  ésta    fue  la 
voluntad   del   difunto  ,  y  á 
que  asi   lo    deseaban  todos 
los  Eclesiásticos  ,  y   las  per- 
sonas  principales    de  aque- 
lla ciudad  y  provincia  ,   y 
que  parecia  lo   mas  conve- 
niente   á   la  utilidad   de   la 
misma  Iglesia.  El  Papa  no 
quiso   condescender   á    esta 
pretensión  ;  antes  bien  escri- 
bió  al  Obispo  Ascanio  ,  es- 
trañando  grandemente  ,  que 
no  solo  no  se  hubiese  opues- 
to á  la  petición  de    los  de 
Bircelona,sino  también  pre- 
tendiese de  la  Silla  Apostó- 
lica el  cumplimiento  de   su 
injusto  deseo  ,  haciendo  en 
el    principio    de     su    carta 
mención  de  Concilio ,  como 
si   la   grandeza  de  la  culpa 
se  disminuyese   por  la  mul- 
titud de   hombres    ignoran- 
tes. Nada  de  esto  hall  imos 
en  la   causa   de  Cilahorra; 
pues  como  consta  de  la  car- 
ta de  los  Obispos  de  la  Pro- 
vincia Tarraconense  ,  y    de 
la    respuesta   del    Pontifica, 
el  pecado  de  Silvano  se  re- 
dujo á  nombrar  y  consagrar 
Obispos  ,    sin  haber  prece- 
dido petición  del  pueblo,  ni 
recurso  al  Metropoliíano.  Es. 


de  los  Obispos  consagrados 
por    el    de    Calahorra    fue 
nombrado  succesor  suyo  ,  y 
Obispo  de   la  misma  Sede^ 
de  manera  que  se  consintie- 
sen en  ella  dos  Obispos  jun- 
tamente :  porque  como  tam- 
bién se  declara  en  la  carta, 
el  Obispo  á   quien   Silvano 
consagró    primero   ,   y    los 
Prelados  de  la  Provincia  ad- 
mitieron   en    su  Congrega- 
ción ,  fue  destinado  á  cier- 
to pueblo  que  no  expresan, 
para  que  egerciese  en  él  la 
jurisdicción    Episcopal.    En 
este  mismo  colocó  Silvano  al 
Presbítero  ,  á  quien  orden» 
últimamente,  dando  con  su 
reincidencia  motivo  para  las 
quejas  de  los  otros  Obispos, 
Por  donde  se  hace  patente, 
que  los  dos  consagrados  re- 
sidieron en  Sede  distinta  de 
la  de  Calahorra  ,  y  asimis- 
mo ,  que  Silvano    no   eligió 
succesor  suyo  ,  ni  puso  otro 
Obispo  en  su   propria  Igle- 
sia :  lo  que   de  ningún  mo- 
do hubiera  tolerado  el  Papa 
en    la    Sede    Calagurritana, 
como  tamooco  lo   toleró  en 
la  Barcinonense.    Por   tanto 
las    dos   causas    eran    muy 
diferentes  entre   sí  ,  y  por 
esta  razón  la  sentencia,  con 
que 


Obispos  de  Calahorra.  Silvano.  143 

qué  sé  terminaron  ,  fue  tam-  .tiempo  se   perdonase  todo  lo 

bien  muy  diversa  ;  pues  co-  -pasado.  Tillemont  sospecha, 

jmo  hemos  visto  ,  él  Romanó  que  el  Obispo  de  Calahorra 

Pontífice  confirmó   las  elec-  era  hombre  de  grande  auto- 

ciones,  y  consagraciones  del  ridad  ,  y  muy  importante  al 

Obispo  de  Calahorra ,  aun-  Estado  ,  especialmente    en 


que  contrarias  á  los  Sagrar 
áos  Cánones ,  y  reprobó  la 
traslación  de  Ireneo  á  la  Igle- 
sia de  Barcelona. 

16  Resta  averiguar,  por 
^ué  causa  el  Papa  Hilario 
usó  de  tanta  indulgencia,  y 
blandura  para  con  Silvano 
enmedio  de  la  sentencia  de 
los  Padres  del  Concilio  ,  se- 
gún la  qual  ,  y  los  antiguos 
decretos  ,  debía  ser  castiga- 
do siendo  depuesto  con  el 
Obispo  ,  ú  Obispos  que  con- 
sagró sin  recurrir  al  Metro- 
politano. El  Rmo.  Florezfue 
de  sentir  ,  que  la  causa  de 
esta  piadosa  moderación  ,  y 
condescendencia, fue  la  aten-^ 
cion  del  Pontífice  á  las  tur- 
baciones de  aquellos  tiem- 
pos ,  que  causaban  tales  ig- 
norancias y  desordenes.  Fleu- 
ry  al  año  465.  cree  ,  que  las 
cartas  remitidas  á  Roma  por 
los  Magistrados,  y  princi- 
pales vecinos  de  los  pueblos 
arriba  expresados  ,  en  las 
quales  se  escusaba  la  con- 
duela de  Silvano  ,  hicieron, 
que  vista  la    necesidad  del 


aquellas  circunstancias  en 
que  el  Imperio  se  hallaba 
muy  debilitado,  y  que  por 
esta  razón  no  pareció  con- 
veniente ofenderle  castigán- 
dole con  la  severidad  q  e 
prescribían  los  Cánones. 

17  Ya  d  ige  antes  ,  como 
todos  los  Padres  que  se  jun- 
taron en  el  Concilio  de  Ro- 
ma dieron  su  sentencia  pi- 
diendo en  sus  aclamaciones, 
no  solo  que  se  observase  la 
disciplina  antigua ,  sino  que 
se  castigasen  los  transgre- 
sores  :  Uó  in  prcesumptori- 
bus  vinoicetur  ,  rogamus.  El 
Papa  ordenó  también  ,  qué 
las  Aé^as  dtl  mismo  Concilio^ 
como  tan  conformes  á  todo 
derecho  ,  fuesen  publicadas 
por  los  Notarios  ,  para  que 
de  este  modo  llegasen  á  no- 
ticia de  todas  las  Iglesias  ,  y 
ninguna  por  su  ignorancia 
tubiese  por  licito  lo  que  en 
realidad  era  contrarío  á  los 
Estatutos  Synodales.  Enme- 
dio de  estas  determinacio- 
nes ,  dadas  en  el  mes  de  No- 
viembre ,  escribió  Hilario  á 
30- 


1 44       España  Sagrada^  Trat,  69.  Cap,  9. 
30.  del  Diciembre  próximo,     riedad   con  que  se  indicaba, 


perdonando  las  transgresio- 
nes de  Silvano,  y  confirman- 
do los    Obispos   que  fueron 
consagrados    sin    noticia    ó 
consentimiento  del  Metropo- 
litano. Esta  moderación  de 
lo  establecido  por  el  Conci- 
lio ,  y  el  silencio  que  se  ob- 
serva en  sus  Adas  sobre  los 
descargos   que  se    hicieron 
€n  favor  de  Silvano  , arguye, 
que  las  Cartas  de  las  Ciuda- 
des de  España  no  llegaron  á 
Roma  hasta  después  de  con- 
cluido el  mismo  Concilio,  y 
que  éstas  fueron  las  que  tem- 
plaron el  rigor  de  la  referi- 
da sentencia.  En  efeéto  ,  el 
Papa  insinúa  en  el  principio 
de  su  Epístola  á  los  Obispos 
de  la  Provincia  Tarraconen- 
se ,  que  las  representaciones 
de  los  pueblos   le  movieron 
á  dispensar  en  el  negocio  de 
Silvano;  porque  supone  ,  que 
lo  alegado  por  estos  era  jus- 
to ,  bien  que  no   dejaba  de 
ser  muy  reprehensible  el  he- 
cho ,que  referian,de  haberse 
destinado  y  ordenado  Obis- 
pos   para  algunas  Ciudades, 
sin  pedir  primero  el  consen- 
timiento del  Metropolitano. 
Dice  también  ,  que  hallán- 
dose confundida  la    verdad 
de  aquella  causa  por  la  va- 


y  constando  por  otra  parte 
la  necesidad  de  los  tiempos, 
venía  en  perdonar  las  con- 
sagraciones ilegítimas  ,  en- 
cargando solo  la  enmienda 
para  adelante. 

18  He  dicho,  que  el  Pa- 
pa Hilario  supone  ,  que  era 
justo  el  alegato  de  los  pue- 
blos de  España  ;  porque  la 
clausula  ,  conforme  á  su  lec- 
ción vulgar  ,  se  halla  en  es- 
tas términos:  Sed  repreben- 
sione  justissima  eorum  pari^ 
ter  justa  allegatio  non  cU" 
rebat ,  quia  prceter  conscien- 
tiam  Metropolitani ,  fratris 
&  Coepiscopi  nostri  Asca^' 
nii  nonnullis  Civitatibus  or^ 
dinatos  claruit  Sacerdotes. 
Y  aunque  el  M.  Florez  tub3 
por  agena  del  texto  la  voz 
justa  ,  acaso  por  parecerle 
incompatible  la  justicia  en 
lo  alegado  con  la  reprehensi- 
bilidad  ,  no  obstante ,  no  hay 
razón  para  tenerla  por  in- 
troducida en  vista  del  con» 
sentimiento  con  que  todos 
la  admitieron  hasta  aqui; 
y  de  que  se  compone  fácil- 
mente ,  ser  dignos  de  re- 
prehensión los  egemplares 
qje  alegiban  de  Obispos,  en 
cuya  elección  y  consagra- 
ción se  procedió  contra  los 
Cá- 


Obispos  de  Calahorra.  Silvano.         145 
Cánones  ,  y   ser  al  mismo    gun  la   división   de  aquella 


tieqlpo  justos  lo^  motivos  que 
obligaban  á  poner  y  mante- 
ner Prelados  en  aquellos 
pueblos,  en  atención  á  la  ne- 
cesidad de  los  tiempos. 

19  Esta  necesidad  ,  que 
pondera  el  Papa  en  sus  dos 
Cartas  ,  provenia  de  la  opre- 
sión que  padecía  la  España 
por  la  multitud  de  Barbaros 
que  algunos  años  antes  ha- 
bían entrado  en  ella  ,  y  es- 
taban apoderados  de  algu- 
nas Provincias.  La  Tarraco- 
nense era  todavía  de  los  Ro- 
manos ;  pero  como  los  Go* 
dos ,  Y  Suevos  iban  crecien- 
do eo  poder  y  fuerzas  ,  y 
el  Imperio  de  Roma  decaía 
por  instantes  ,  temieron  los 
Obispos  de  esta  Provincia  la 
invasión  de  los  Barbaros. 
Este  recelo  fue  en  mi  jui- 
cio la  causa  ,  que  movió  á 
algunos  de  ellos  á  poner 
Obispos,  donde  jamás  se  ha- 
bía establecido  Sede,  á  fin  de 
que  en  tiempo  tan  turbado 
no  careciesen  los  pueblos  que 
distaban  mucho  de  la  Capi- 
tal ,  del  consuelo  ,  y  consejo 
de  su  Pastor.  El  de  Calahor- 
ra se  hallaba  en  mayor  ur- 
gencia por  dos  razones  muy 
fuertes.  La  primera  ,  porque 
su  Obispado  confinaba  ,  se- 

Tom.XXXUL 


edad  ,  con  la  Provincia  de 
Galicia ,  que  enteramente  es- 
taba sujeta  á  los  Suevos  ;poc 
lo  qual  ios  Obispos  ,  que  es- 
cribieron quejándose  de .  él, 
dicen  ,  que  su  Obispado  era 
en  lo  ultimo  de  la  Provincia 
Tarraconense:  Silvanas  Epis- 
cjpus  Callagurrce  ,  in  ulti- 
ma parte  nostr.v  Provlnc-i¿e 
c&nstitutus ySe.  La  segunda, 
porque  la  Diócesis  de  Cala* 
horra  tenia  en  el  siglo  quinto 
mayor  estension  por  la  linea 
occidental ,  que  al  presente^ 
aunque  la  tiene  muy  grande. 
Sus  límites  eran  los  montes  de 
Oca  ,  por  donde  tocaba  coa 
la' Provincia  Cartaginense;  y 
por  el  nacimiento  del  Ebro 
las  montañas  de  Burgos ,  por 
donde  confinaba  con  Galicia, 
Aún  de  éstas  puede  dudar- 
se si  se  comprehendian  ea 
la  misma  Diócesis;  pues  aun- 
que en  lo  civil  pertenecían  á 
Galicia  ,  como  testifica  Pau- 
lo Orosio ,  hay  fundamento 
para  congeturar  ,  que  en  lo 
Eclesiástico  eran  de  la  Pro- 
vincia de  Tarragona  ,  y  con- 
siguientemente del  Obispa^ 
do  de  Calahorra.  Véase  lo 
que  sobre  este  particular 
escribió  el  M.  Florez  en  el 
tom.  i5.pag.  12.  num.  14.  Por 
T  tan- 


146  España  Sagrada, 
tanto ,  pues  ,  creyó  Silvano, 
que  debia  atender  al  buen 
gobierno  de  sus  pueblos,  es- 
tableciendo otra  Sede  en  el 
territorio  de  su  Diócesis ,  co- 
mo sin  tanta  necesidad  lo 
hizo  Nundinario  en  el  Obis- 
pado de  Barcelona  ;  aun(}ue 
éste  recurrió  primero  al  Me- 
tropolitano pidiendo  su  con- 
sentimiento ;  pero  Silvano  lo 
hizo  sin  este  recurso  con- 
tra lo  que  tenían  determina- 
do los  Sagrados  Cánones.  Por 
lo  mismo  confirmó  el  Papa 
al  Obispo  á  quien  consagró 
Silvano ;  pues  aunque  la  Con- 
sagración fue  ilegítima ,  las 
circunstancias  pedian  ma- 
yor número  de  Prelados.  To- 
leró también  los  demás  Obis- 
pos consagrados  con  igual 
defedo,de  que  tubo  noti- 
cia por  las  Cartas  de  los  pue- 
blos de  España :  los  quales 
Obispos, como  ya  dige  an- 
tes contra  Tyllemont  ,  no 
fueron  ordenados  por  Silva- 
no ,  sino  por  otros  ,  como  lo 
insinúa  el  Papa  en  la  clausu- 
la de  Confirmación  :  Et  li- 
cet  hi ,  qui  prceter  notitiam^ 
(itque  consensum  tuco  dile- 
diionis  cr  di  fíat  i  sunt  Sacer- 
dotes ^cum  suis  debuerint  au- 
Sioribus  submoveri ,  6V. 


T^'at.  69.  Cap,g. 
Desde  el  año  de  466» 

20  Apenas  comenzába- 
mos á  disfrutar  monumentos 
seguros  de  la  Sede  Calagur- 
ritana  ,  quando  por  varios 
accidentes  nos  hallamos  otra 
vez  sumergidos  en  la  obscu- 
ridad primera.  Poco  después 
de  haber  recibido  en  Espa- 
ña la  respuesta  del  Roma- 
no Pontífice  Hilario,  Eurico 
Rey  Godo ,  destruida  ,  y  ro- 
bada la  Lusitania  ,  intentó 
conquistar  la  Provincia  Tar- 
raconense ,  que  como  he  di- 
cho se  mantenía  bajo  el  im- 
perio de  los  Romanos.  En-^ 
viando  ,  pues  ,  desde  alli  su 
egército  ,  tomó  primero  á 
Pamplona,  y  Zaragoza  ,  y 
luego  á  Tarragona  ,  pasando 
á  cuchillo  á  los  mas  nobles 
de  toda  la  Provincia  ,  que  se 
resistieron  á  sus  armas.  S. 
Isidoro  no  expresa  el  nom- 
bre de  Calahorra  quando  re- 
fiere esta  conquista  ;  pero  no 
hay  duda,  en  que  tambiert 
fue  sujetada  en  esta  ocasión, 
como  se  colige  del  testimo- 
nio de  Severo  Sulpicio  ,  que 
com prebende  las  comarcas 
de  Pamplona  ,  y  Zaragoza; 
Gauterit  Comes  Gothorum 
Ispanias  per  Pampilonem^ 
Cce- 


Obispos  de  Calahorra,  Silvano.        Í47 
Ctesaraugustam  ,    &    vici^     formando  ciertos   discursos, 

cuyo  examen  es  muy  nece- 
sario para  ilustración  de  es- 
ta Iglesia,  y  la  de  Tarazo  na. 
Confiados  ,  pues  ,  en  que  al- 
gunos Autores  establecen, 
que  en  tiempo  de  los  Reyes 
Godos  se  mudaron  los  tér- 
minos de  los  Obispados ,  afir- 
man ,  que  después  de  Silva- 
no fue  uno  mismo  el  de  Ca- 
lahorra ,  y  Tarazona.  El 
Doctor  Tejada,  lib.  3.  cap. 3. 
§.  4.  pone  por  primer  Prela- 
do de  ambas  Iglesias  á  S. 
Prudencio  ,  cuyo  cuerpo  se 
venera  en  el  Real  Monaste- 
rio de  Santa  Maria  de  Ná- 
gera.  De  este  Santo  se  leea 
unos  versos ,  escritos  ,  segura 
Yepes,en  dos  planchas  de  la- 
tón morisco  ,  y  con  letras  gó- 
ticas, halladas  en  el  arca  ,en 
que  se  guardan  sus  Reliquias, 
los  quales  indican  ,que  el  San- 
to fue  Obispo  de  Calahorra, 
y  Tarazona.  Dicen  asi: 


ñas  urbes  obtinuit.  Véase 
.el  Chronicoíi  publicado  en 
el  tom.  4.  de  la  Esp.  Sag. 
pag.  43.  del  qual  no  tubo 
noticia  Ambrosio  de  Mora- 
rales  ,  estrañando  por  eso  la 
referida  noticia  ,  que  Vaseo 
atribuye  á  Severo  sobre  el 
año  475. 

21  Desde  este  suceso  hasta 
el  año  de  589.  río  se  halla 
noticia  de  los  Obispos  que 
presidieron  en  Calahorra; 
pues  aunque  se  celebraron 
varios  Concilios  en  la  Pro- 
vincia Tarraconense  ,  no  se 
lee  entre  los  que  asistieron 
á  ellos  y  subscribieron,  eF 
nombre  de  alguno  de  los  Pre- 
lados ,  que  por  este  interme- 
dio gobernaron  las  Iglesias 
de  la  Vasconia, 

22  Los  Escritcíres  ,  que 
han  publicado  Historia  de  es- 
ta Diócesis ,  pretenden  lle- 
nar el  Catálogo  de  Obispos, 


tncUtus  Antistes  Vrudentias  hic  requiescit^ 
Qtio  Calagurra  vigct^  perqaem  Tyrasona  nitescit, 
Eccleíice  ftdei  ^  morumque  dedit  documenta^ 
Perqiiem  perpetuar  vitiV  capit  emnlumenta, 
Hnnc  Rex  Garsias  huc  attulit ,  hicque  locavit^ 
Hanc  quia  Basilicam  su  nptu  proprio  fahricavit. 


23    El  mismo  apunto  pue- 
de confirmarse  con  la  auto- 


ridad del  Breviario  de  Ná- 
gera  ,  que  en    las   lecciones 


T2 


del 


148  España  Sagrada, 
del  expresado  Santo  le-  hace 
Obispo  de  Calahorra  v  y 
constando  por  el  general 
consentimiento  de  Adas  ,  é 
Historiadores ,  que  gobernó 
también  la  Iglesia  de  Tara- 
zona,  p,^  "ce  colegirse  haber 
sido  uno  mismo  el  Obispa- 
do de  ambas  Iglesias. 

24  Acerca  del  tiempvo  en 
que  este  San  Prudencio  de 
Nágera  fue  Obispo ,  dice  el 
Dodor  citado  ,  que  en  su 
sentir  entró  á  presidir  en  el 
año  466.  Congetura  ,  que  él 
fue  el  primero  que  Silva- 
no consagró  para  Coadju- 
tor suyo  y  succésor  en  el 
Obispado  ,  del  qual  cons- 
ta haber  sido  admitido  á 
las  juntas  Provinciales  por 
el  Metropolitano  ,  y  de-i 
inás  Obispos.  Infiere  ,  que» 
el  mismo  Metropolitano  le 
ííenaló  por  succésor  de  Sil- 
vano ;  y  que  viéndole  de- 
puesto por  el  Papa  sin  cul- 
pa del  elegido  ,  que  nunca 
solicitó  ser  Coadjutor  ,  an- 
tes se  opuso  ,  como  Ascanio 
lo  testifica  en  su  Carta  ,  le 
nombró  por  Obispo  de  Ca- 
lahorra ,  asi  que  esta  Sede 
quedó  vacante  por  muerte 
de  Silvano. 

2$     No  hay  cosa  mas  di- 
fícil de  averiguarse  ,  que  el 


Trat.  69.  Cap,  9. 
origen  y  número  de  las  Se^ 
des  Episcopales  ,  y  los  lí- 
mites que  correspondian  á 
cada  una  en  los  cinco  pri- 
meros siglos.  Si  fuera  legí- 
tima la  división  que  se  atri- 
buye á  Constantino,  y  anda 
publicada  con  el  nombre  del 
Moro  Rasis  ,  sabríamos  a  lo 
menos  qué  Obispados  se  ha- 
llaban establecidos  en  Espa- 
ña desde  el  tiempo  de  aquel 
Emperador.  Pero  siendo  este 
instrumento  tan  fabuloso, 
como  se  convence  en  el  tom, 
|.  de  la  Esp.  Sag.  queda  en 
pie  la  dificultad, ni  podemos 
suponer  fundadas  bajo  este 
Imperio  todas  las  Sedes  que 
en  él  se  refieren  ,  como  su- 
fragáneas de-las  Metrópolis, 
en  que  se  dividieron  las  Es- 
pañas.  Los  demás  documen- 
tos que  'leemos  sobre  esta 
materia  ,  hablan  de  las  Dió- 
cesis ^  según  el  estado  que* 
tenían  en  ios  siglos  posterio- 
res al  quinto  ;  por  lo  que  su 
autoridad, qualquiera  que  ella 
sea  ,  nada  conduce  al  cono- 
cimiento del  número  y  dis- 
tinción de  Obispados  en  todo 
el  tiempo  precedente. 

2Ó     Siendo,  pues ,  tal  la 

ignorancia  que   tenemos  no 

solo  de  los  límites  ,  sino  aún 

del  número  de  Obispados  en 

los 


.'    Obispos  de  Calahorra,  S'úv3ino,        149 
los  cinco  primeros  siglos,  ¿c6-     mos  el  arbitrio  ,  quando  fal- 


mo  podremos  establecer  que 
con  la  entrada  de  los  Godos 
en  la  Provincia  Tarraconen- 
se se  mudaron  los  términos 
de  sus  Diócesis  ?  Y  quando 
no  faltara  ,  como  falta  ,  tes- 
timonio antiguo,que  nos  die- 
se noticia  de  alguna  mudan- 
za que  se  hubiese  hecho  con 
el  motivo  de  aquella  irrup- 
ción ,  ¿de  dónde  se  inferi- 
rá que  los  Obispados  confi- 
nantes de  Calahorra  ,  y  Ta- 
razona  se  alteraron  de  suer- 
te ,  que  de  los  dos    se  hizo 
uno  solo  ,  gobernándose  las 
dos  Iglesias  por   un   mismo 
Prelado  hasta  que  á  fines  del 
siglo  sexto    volvieron   á  su 
primitivo     establecimiento? 
Es  verdad  ,  que  no  hay  me- 
moria de  los  Obispos  inme- 
diatos succesores  de  Silvano; 
pero  de  esta  escasez  de  no- 
ticias no    se    arguye  ,  que 
una  Sede   t^n   principal  co- 
mo la  de  Calahorra  careció 
entonces  de  Pastor  ,  ni  que 
estubo  agregada  á  la  de  Ta- 
razona.  Si  este  recurso  fue^ 
ra    adoptable  ,     fácilmente 
podríamos  llenar  los  Catálo- 
gos de  otras  Iglesias  ,  en  cu- 
yas Sedes  acontece  muy  de 
ordinario  el    defedo  mismo 
de  memorias ;  pues  tendria- 


tase  noticia  de  su  Obispo,  dé 
aplicarla  los  de  la  Iglesia 
confinante.  Asi ,  que  no  de- 
bemos estimar  como  funda- 
do y  juicioso  el  pensamien- 
to de  los  Autores  ,  que  pre- 
tenden aumentar  el  Catálo- 
go de  la  Sede  Calagurrita- 
na  con  los  nombres  de  los 
Obispos  de  Tarazona. 

27  Hablando  ahora  de- 
terminadamente de  S.  Pru- 
dencio ,  á  quien  el  Dodor 
Tejada  hace  succesor  de  Sil- 
vano ,  y  Obispo  de  las  dos 
Iglesias  referidas  ,  digo ,  que 
las  Adas  de  los  Santos  Espa- 
ñoles que  tubieron  el  nom- 
bre de  Prudencio  ,  se  hallan 
tan  confundidas  ,  que  se  ne- 
cesita un  trabajo  inmenso, 
dirigido  á  reconocerlas  y 
aclararlas ,  como  con  el  fa- 
vor de  Dios  lo  haré  en  él 
Tratado  de  la  Iglesia  Turia- 
sonénse  ,  adonde  pertenece. 
Por  ahora  basta  decir  ,  que 
si  S.  Prudencio  el  de  Nágera 
es  el  mismo  que  el  del  Mon- 
te Laturce  cerca  de  Logro- 
ño ,  no  pudo  succeder  á  Sil- 
vano en  el  Obispado  de  Ca- 
lahorra ;  porque  según  las 
noticias  mas  autorizadas  ,  és- 
te floreció  después  de  la 
irrupción    de     los    Árabes, 

V 


I  JO  España  Sagrada. 
y  fue  solo  Obispo  de  Tara- 
zona.  Si  es  distinto  ,  como 
quieren  otros  ,  no  se  sabe 
quién  fue  ,  ni  en  qué  tiempo 
floreció  ;  y  es  muy  proba- 
ble ,  que  los  versos  de  su 
Sepulcro  le  equivocaron  con 
el  primero  ,  de  quien  se  ve- 
rifica aquello  :  Quo  Cala- 
gurra  viget ,  ^er  quem  Tyra- 
sona  nitescit  ^  por  haber  vi- 
vido, y  predicado  en  Calahor- 
ra, y  presidido  como  Obispo 
en  Tarazona.  Por  lo  qual  se 
ha  de  tener  por  mera  volun- 
tariedad lo  que  escribe  el 
Djílor  citado  acerca  de  la 
succesion  de  S.  Prudencia  en 
el  aña  466.  y  de  su  Prelacia 
en  las  dos  í^^lesias  Calagur- 
ritana  ,  y  Turiasonense. 

28  ¿Mas  cómo  podre- 
mos tolerar  los  errores  del 
mismo  Autor  en  el  sentido 
que  dá  á  la  Epístola  de  los 
Obispos  de  la  Provincia  Tar- 
raconense? Es  cierto  que  es- 
tos admitieron  en  su  Congre- 
gación al  primer  Obispo  que 
consagró  Silvano  :  Es  ver- 
dad también  ,  que  el  Papa 
mandó  en  su  respuesta ,  que 
ninguno  se  consagrase  sin 
noticia  y  consentiniiento  dei 
Metropolitano  :  ¿pero  cómo 
quiere  el  Dudor  Tejada  sa- 
car de  estos  supuestos,  que 


Trat,  69.  Cap.  9. 
el  mi^mo  Metropolitano  dio 
su  asenso  para  la  consagra- 
ción de  aquel  Obispo,  y  ¡e 
señaló  por  succesor  deSilva- 
no  ,  constando  del  mismo 
contexto  de  la  Carta  ,  que  el 
Obispo  de  Calahorra  proce^ 
dio  en  la  elección  ,  y  orde- 
nación sin  arreglo  á  las  leyes 
Eclesiásticas,  antes  con  des- 
precio de  todos  los  decretas 
dados  por  los  Concilios,  y  Pa- 
pas? Es  también  falso,  que  el 
Obispo  consagrado  fue  elegí-? 
do  por  succesor  de  Silvano,  y 
depuesto  luego  por  el  Papa; 
porque  de  la  respuesta  de  Hi-» 
lario,  no  resulta  sino  la  confir- 
mación de  los  ordenados  ile-i 
gitimamente  ;  y  de  la  Carta 
de  los  Obispos  de  la  Provin- 
cia se  infiere ,  que  el  Con- 
sagrado egerció  su  dignidad 
en  otra  Sede  distinta  de  la 
de  Calahorra.  De  aqui  se 
evidencia  el  error  de  que 
Ascanio ,  Metropolitano  de 
Tarragona  ,  nombró  por  suc- 
cesor de  Silvano  al  mismo 
Obispo  ,  atribuyéndole  un 
hecho  muy  co'itrario  á  las 
disposiciones  del  Pontífice 
Romano  ,  que  de  ningún  mo- 
do quiso  consentir  la  trasla- 
ción de  Obispos  de  una  Silla 
á  otra  ,  como  se  vio  en  su 
determinación  sobre  que  Ire- 
neo 


Obispos  de  Calahorra,  Silvano.         151 

neo  no  pasase  de  Egara  a  la     ticia  de  Didimo,  que  enton- 


Iglesia  de  Barcelona.  Que- 
da ,  pues ,  desvanecido  todo 
el  discurso  del  referido  Au- 
tor, que  por  medio  de  tan  in- 
subsistentes congeturas  pre- 
tendió sacar  por  succesor  de 
Silvano  á  S.  Prudencio  ,  cu- 
yo cuerpo  se  venera  en  el 
Monasterio  de  Nágera. 


Excluyese  Didimo, 


los 
se 


29  El  Catálogo  de 
Prelados  de  Calahorra 
lee  aumentado  por  diversos 
Escritores  de  la  Nación  con 
el  nombre  de  Didimo  ,  Obis- 
po ,  que  vivia  por  los  años 
560.  De  estos  hay  algunos 
que  le  adjudican  solo  á  esta 
Iglesia  ,  como  D,  Lorenzo 
Padilla  en  la  Chronología 
de  los  Obispos  contenidos 
en  su  Historia  ,  y  que  pre- 
sidieron en  Calahorra  ,  don- 
de después  de  mencionar  á 
Silvano  ,  dice  :  Didimo  ,  que 
fiare  ció  en  tiempo  de  S.  Mi- 
¡Jan  de  la  Cogoila  ,  como  pa- 
rece per  la  Historia  del  San- 
to en  la  sexta  Centuria^ 
cap.  31.  año  de  560.  En  este 
lugar  escribe  ,  que  la  santi- 
dad de  S.  Millan  era  tan 
grande  ,  que  aunque  procu- 
raba esconderla  ,  llegó  á  no- 


ces era  Obispo  de  Calahor- 
ra ,  en  cuyo  Obispado  esta- 
ba ,  y  por  el  qual  fue  orde- 
nado de  Sacerdote  casi  por 
fuerza.  Otros ,  reconociendo 
ser  inegable  que  Didimo  go- 
bernó la  Iglesia  de  Tarazo- 
na  ,  afirman  ,  que  presidió 
igualmente  en  Calahorra  ,  lo 
qual ,  según  el  P.  Anguiano, 
sucedió  en  castigo  de  la  cul- 
pa de  Silvano  ,  sobre  que  in- 
sistieron los  Sufragáneos  de 
Tarragona. 

30  Los  primeros  Auto- 
res que  agregaron  áDidim.o 
á  la  serie  de  Obispos  de  Ca- 
lahcrra  ,  quitándole  absolu- 
tamente del  Catálogo  de  la 
Iglesia  de  Tarazona  ,  deben 
corregirse  en  este  punto, 
por  haber  escrito  con  ma- 
nifiesta equivocación  é  ig- 
norancia. La  equivocación 
se  originó  en  ellos  de  que 
teniendo  por  cierto  que  S. 
Millan  fue  nati.ral  de  laRio- 
ja  ,  y  de  territorio  que  hoy 
pertenece  al  Obispado  de 
Calahorra  ,  supusieron  desde 
luego  ,  que  el  Obispo  en  cu- 
ya Diócesis  estaba  ,  y  que  le 
ordenó  de  Sacerdote  ,  no 
presidia  en  otra  Iglesia  que* 
la  de  Calahorra.  La  ignoran- 
cia provino  de  que  escribie- 
roü 


I  5  2  España  Sagrada,  Trat.  6g,  Cap,  9. 
ron  la  vida  del  mismo  San-  Calahorra  ,  sin  embargo  de 
Xo  sin  haber  leído  antes  el 
libro  que  compuso  S.  Brau- 
lio ,  que  expresamente  afir- 
ma ,  que  Didimo  fue  Obispo 
de  Tarazona  ,  y  que  S.  Mi- 
llan  vivia  en  su  Diócesis:  Di- 
dimo etiavt ,  qui  tune  Ponti- 
ficatus  gerebat  in  Tyrasona 
ministerium  ,  cum  hoc  qin- 
quefuisset  dcJatum  ,  insequi- 
tur  hominem  ,  ordini  Eccle- 
siastico  vokns  inserere ,  ejus 
quippe  erat  in  Dicecesi,  Por 
tanto ,  el  citado  Padilla  ,  que 
siguiendo  á  Marieta  ,  puso 
á  Didimo  entre  los  Obispos 
de  Calahorra  ,  leyendo  des- 
pués la  Obra  que  escribió 
Sandoval  de  las  fundaciones 
de  los  Monasterios  de  S.  Be- 
nito ,  y  en  ella  el  libro  de  S. 
Braulio ,  conoció  su  error  ,  y 
lo  retrató  en  las  Adiciones 
á  la  Centuria  6.  que  publi- 
có en  su  tom.  2.  Asi ,  pues, 
debe  corregirse  en  los  de- 
más Autores  ,  en  quienes  Di- 
dimo se  viere  adjudicado  á 
Calahorra  con  exclusión  de 
Tarazona  ,  por  ser  indubita- 
ble ,  que  este  yerro  nació 
en  ellos  de  no  haber  tenido 
presente  el  lugar  exhibido 
de  S.  Braulio. 

31     Los  que  dan  á  Didi- 
mo el  titulo  de  Obispo  de 


constarles  que  lo  fue  de  Ta- 
razona ,  no  pueden  ofrecer 
autoridad  ó  razón  que  ha- 
ga probable  su  didamen. 
¿Quién  podrá  creer  que  el 
Romano  Pontince  Hilario 
agregó  la  Iglesia  de  Cala- 
horra á  la  de  Tarazona  en 
castigo  de  las  culpas  de  Sil- 
vano ,  constando  de  la  Car- 
ta esprita  á  los  Obispos  de  la 
Provincia  Tarraconense  ,  que 
perdonó  aquellos  delitos ,  ni 
quiso  remover  á  Silvano  ni 
á  los  Obispos  consagrados 
sin  la  autoridad  necesaria, 
de  las  Sedes  que  poseían! 
¿  Quién  podrá  sospechar  ,que 
privó  á  la  Iglesia  de  Cala- 
horra de  sus  proprios  Obis- 
pos un  Papa  que  se  portó  con 
tanta  moderación  é  indul- 
gencia con  la  persona  del 
Obispo delinqiiente?  Es,  pu- 
es, inverisímil  ,  y  aun  evi- 
dentemente falsa  la  sospecha 
que  el  P.  Anguiano  señaló  de 
su  imaginada  agregación  del 
Obispado  de  Calahorra  al  de 
Tarazona. 

32  El  Doélor Tejada, pa- 
ra hacer  verisímil  que  Didi- 
mo gobernó  como  Obispo  el 
territorio ,  que  comprehen- 
dian  los  dos  Obispados  refe- 
ridos ,  escribe  que  el  Rey 


Catálogo  de  los  Obispos  de  Calahorra,      153 


Godo  Eurico,  quando  sujetó 
á  Pamplona  ,  Calahorra  ,  y 
Tarazona  ,  persiguió  por  to- 
dos Jos  medios  á  los  Cató- 
licos ,  y  especialmente  á  los 
Obispos.  Desde  entonces  ,  di- 
ce ,  los  de  Calahorra  residie- 
ron en  Garray  ,  que  era  del 
Obispado  de  Tarazona,  asis- 
tiendo desde  alü  á  ios  Fie- 
les que  vivían  en  las  mon- 
tañas de  esta  Diócesis,  y  en 
los  Cameros  sus  vecinos,  que 
eran  parte  muy  principal  de 
la  deCalahorra.  Por  este  me- 
tlio  pretende  justificar  ,  que 
Didimo  no  pudiendo  residir 
en  ninguna  de  las  Ciudades 
Capitales  ,  por  hallarse  en 
poder  de  Infieles  ,  fue  Obis- 
po de  las  montanas  de  am- 
bos Obispados,  y  que  por  es- 
ta razón  ordenó  á  S.  Millan, 
y  le  hizo  Cura  de  Berceo, 
pueblo  situado  á  las  faldas 
de  los  montes  Distercios  ,  y 
de  la  jurisdicción  de  la  Dió- 
cesis de  Calahorra.  Expone 
también  el  texto  de  S.  Brau- 
lio diciendo  ,  que  sin  embar- 
go de  afirmar  el  Santo  ,  que 
Didimo  era  Obispo  en  Tara- 
zona  ,  no  por  eso  se  ha  de 
entender  que  vivia  en  esta 
Ciudad  ;  sino  solo  que  el 
territorio  donde  estaba  per- 
tenecía á  ella  como  á  Capi- 
Tom.  XXX I II. 


tal  ,  y  que  por  eso  tenia  el 
titulo  deObispoTyrasonense. 
33  No  podemos  dudar, 
que  Eurico  aborreció  el 
nombre  Católico  ,  no  menos 
que  á  los  Romanos  sus  mor- 
tales enemigos  ;  y  que  tubo 
tanto  celo  por  su  sedla ,  que 
atribuía  á  ella  las  viétorias 
y  estension  dé  su  Reyno.  De 
aqui  se  movió  á  perseguir 
la  verdadera  Religión  ,  y  á 
mostrar  su  poder  en  la  pro- 
pagación de  sus  errores  ,  de 
manera  ,  que  se  podia  creec 
que  mas  egercia  en  esto  su 
Principado  ,  que  en  mandar 
á  sus  vasallos.  Sidonio  Apo- 
linar ,  y  S.  Gregorio  Turo- 
nense  hacen  expresa  me- 
moria de  esta  cruel  perse- 
cución ;  y  testifican  ,  que 
Eurico  mató  á  muchos  de 
los  que  no  abrazaban  su  sec- 
ta, y  que  expHcó  su  crueldad 
en  los  Eclesiásticos ,  matan- 
do á  unos  ,  y  desterrando  á 
otros  ,  haciendo  que  las  Igle- 
sias quedasen  desiertas  ,  y 
los  Fieles  sin  Pastor  que  los 
gobernase.  Pero  ni  los  Escri- 
tores citados  ,  ni  otro  de  los 
antiguos  ponen  esta  perse- 
cución en  alguna  de  nues- 
tras Provincias  ,  sino  solo  en 
la  Aquitania  en  las  Gallas 
después  de  sus  célebres  con- 
V  quis- 


I  5  4       España  Sagrada. 

quistas   en  España.  Señala- 
damente S.Gregorio  Turo- 
nense  empieza  á  hablar  de 
el  suceso  con  estas  palabras: 
Euricus  Rex  Gothoriim  ex- 
ccdens  Hispanum  limiteni  in 
Galliis  superChristianos  in- 
tulit  persecutionem.  Por  tan- 
to ,  Ambrosio  de  Morales, 
habiendo    referido    lo    que 
Eurico  hizo  en   España  ,  y 
advirtiendo,  que  no  comen- 
zó á  perseguir  á  los  Cató- 
licos hasta  que  pasó  á  Fran- 
cia ,  dice  asi :  La  vuelta  de 
Eurico  á  Francia  fue  triste 
y   cruel  para  los  Católicos. 
Parece  que  acabada  la  guer- 
ra con  los  hombres  ,  la  qui- 
so mover    á   la    verdadera 
Religión,  Asi  ,    que  no  hay 
fundamento    para   creer    lo 
que  Tejada  escribe  ,  esto  es, 
.que  los  Godos  Arríanos  hi- 
rieron en   las  Ciudades  de 
Calahorra  ,    y  Tarazona  lo 
mismo  que  Sidonio  ,  y  Gre- 
gorio   Turonense    testifican 
haber  egecutado  en  la  Aqui- 
tania. 

34  Aun  suponiendo  ó 
admitiendo  que  Eurico  per- 
siguió á  los  Católicos  de  la 
Provincia  Tarraconensequan- 
do  pasó  á  Francia  ,  es  falso 
que  en  los  años  siguientes 
hasta  cl  Reynado  de  Leo- 


Trat.69.  Cap.g. 

vigildo  carecian  las  Iglesias 
de   Obispos  Católicos;  pues 
lo   contrario     se    evidencia 
con   los  Concilios  ,   que   se 
celebraron     freqüentemente 
en  la  misma  Provincia.  Y  si 
esto  se  verifica  en   las  Ciu- 
dades ,  que  estaban  sujetas  á 
los  Reyes  Godos ,  ¿con  quán- 
ta  mas  firmeza  se  podrá  ase- 
gurar de  Calahorra ,  y  Pam- 
plona ,  que  se  mantubieron 
esentas    de    su  dominación, 
como  muestran  las  entradas 
que   después    hicieron  Leo- 
vigildo  ,    y  sus    succesores 
por    sujetar    estas    tierras? 
Véase  el  tom.  32.  pag.  316. 
35     La  pureza    de  Reli- 
gión en  que  se  conservaron 
las  Iglesias  de  Calahorra  ,  y 
Tarazona  ,   y  que   debemos 
suponer  ,  asi  por  lo  que  aca- 
bo de  decir.  ,  como  por  no 
haber  testimonio  ,  de  donde 
se    pruebe    que    por    estos 
tiempos  fueron  contagiadas 
con  los  errores  de  Arrio ,  nos 
obliga  á    creer   que   ambas 
Iglesias  tubieron  como   an- 
tes distintos  Obispos ,  y  que 
el  recurso  del  Dodor  Teja- 
da ,  además   de  ser  insubsis- 
tente , deslustra  aquellas  Ciu- 
dades ,  despojándolas  de  la 
excelencia    mas   apreciable, 
solo  por  el  empeño  de  au- 
men- 


Catalogo  de  los  Oh 
mentar   el  Catálogo  de  los 
Obispos  de    Calahorra.    Ni 
porque  en  las  subscripciones 
Conciliares  falta  la  memoria 
de  estos  ,  es  justo  colegir, 
que  la  Iglesia  Calagurritana 
se  hallaba  destituida  deObis- 
po ,  sabiendo  que  pudieron 
ocurrir  varias  causas  ,  que 
les  impidiesen  su  asistencia, 
especialmente     no    estando 
sujeta  la  región  de  los  Vas - 
cones  á   los  Reyes    Godos, 
en  cuyos  dominios  se  cele- 
braron  todos   los  Concilios, 
Nos  consta,  que  la  Sede  Ty- 
rasonense     tubo    por    estos 
mismos  años   algunos  Obis- 
pos,  y   con  todo  de  ningu- 
no sabemos  que  concurriese 
á  un  Concilio  antes  del  año 
de  589.  de  manera  que  ni 
tendríamos  noticia  de  Didi- 
mo  ,  si  S.  Braulio  no  le  hu- 
biera mencionado  en  la  vi- 
da que  escribió  de  S.  Millán. 
Resta  pues  que  nos  conten- 
gamos en   la  ingenua  confe- 
sión de  la  ignorancia  ,  que 
padecemos   de  los  Prelados, 
que   presidieron  en  Calahor- 
ra   desde    Silvano   hasta   el 
Concilio  tercero  de  Toledo, 
en  que  tenemos  Obispo  Ca- 
lagurritano  distinto  del  Ty- 
rasonense ,  que  es  otro  argu- 
mento de  la   voluntariedad 


ispQs  de  Calahorra,    155 

con  que  los  Autores  afirman 
la  unión  de  las  dos  Sillas  á 
causa  de  la  variación  de  lí- 
mites ,  ó  del  Arrianismo, 
que  infestaba  las  Ciudades 
de  Calahorra  y  Tarazona. 

MUÑÍ  Mío  ó  MUMIO 

Por  los  años  de  589. 

I  Aunque  en  tiempo  de 
Silvano  sujetó  Eurico  parte 
del  Obispado  de  Calahorra, 
como  insinúa  Severo  Sulpicio 
en  el  testimonio  que  dejo  ale- 
gado ,  podemos  asegurar, 
que  la  dominación  del  Im- 
perio Gótico  en  este  pais 
fue  por  muy  breve  tiempo,  á 
causa  de  haber  pasado  arre- 
batadamente á  Francia  aquel 
Rey  con  su  egercito.  Esta  es 
la  razón,  porque  sin  embargo 
de  ser  verdad  lo  que  escri- 
ben nuestros  Historiadores 
del  dominio  casi  universal 
de  Eurico  en  España  ,  el 
Reyno  de  los  Godos  estaba 
reducido  á  estrechos  limites 
antes  de  Leovigildo  ,  como 
testifica  S.  Isidoro  :  Nam  an- 
tea gens  Gothorum  angustis 
finibus  ardiabatur.  En  efeéío 
una  de  las  partes  de  España,, 
á  que  no  se  extendía  su  do- 
minio ,  era  el  territorio  de 
V  2  es- 


I  ^6  España  Sagrada, 
esta  Diócesis  ;  por  lo  que  el 
mismo  Leovigildo  empre- 
hendió  su  conquista  en  el 
año  de  574.  Apoderóse  en- 
tonces de  Amaya  ,  de  Can- 
tabria sobre  Logroño  ,  de 
los  Cántabros  Alabeses  y 
Riojanos  ,  y  de  la  Ciudad 
Aregia  ,  que  el  Obispo  D. 
Rodrigo  llama  Baregia  ^  cu- 
yos habitantes  escribieron 
en  favor  de  Silvano  ,  como 
dige  tratando  de  este  Obis- 
po. No  obstante  la  nueva 
sujeción  del  pais  al  Rey  Co- 
tí )  y  Arriano  ,  y  el  furor 
con  que  éste  persiguió  á  las 
Iglesias  y  sus  Obispos ,  des- 
terrando á  unos  ,  y  aun  atra- 
yendo á  otros  con  dadivas 
á  su  impiedad  ,  como  se  vio 
en  Vicente  de  Zaragoza,  ha- 
damos que  el  de  Calahorra, 
que  asistió  al  Concilio  ter- 
cero de  Toledo  ,  fue  uno  de 
los  Obispos  ,  que  por  ser  ver- 
tí ideros  Católicos  no  tubie- 
ron  necesidad  de  abjurar  la 
heregia  como  otros.  De  aquí 
se  evidencia,  que  si  en  Ca- 
lahorra ,  y  su  Obispado  se 
mantubo  el  Catolicismo  des- 
de el  año  de  574.  en  que  se 
sujetó  á  los  Godos ,  no  hay 
motivo  para  negar  á  dicha 
Ciudad  ,  y  su  comarca  la 
Enisma  pureza  de  Religión  en 


Trat,  6(}.  Cap.  9. 
todos  los  años  anteriores. 

2  Desde  que  el  territo- 
rio de  esta  Diócesis  prestó 
su  obediencia  á  los  Godos, 
el  Obispo  de  Calahorra  em- 
pezó á  asistir  á  los  Concilios^ 
y  el  primero  á  que  con- 
currió fue  el  tercero  de  To- 
ledo celebrado  en  el  año  de 
589.  en  que  subscribió  con 
estas  palabras  :  Mumius  Ca- 
lahorritance  Ecclesi¿e  Epis^ 
copus  ,  iubscripsi.  En  las 
ediciones  se  lee  Muminius; 
pero  debe  leerse  Mumius^ 
como  muestran  los  Códices 
de  los  demás  Concilios  á 
que  asistió  ,  que  constante- 
mente expresan  el  nombre 
con  solas  tres  silabas. 

3  Vivió  muchos  años 
después  del  Concilio  tercero 
de  Toledo  ;  pues  asistió  al 
segundo  de  Zaragoza  del  año- 
de  592.  al  de  Barcelona  de 
$99.  Firmó  el  Decreto  de 
Gundemaro  en  el  de  6io^ 
y  finalmente  concurrió  al 
Concilio  Egarense  en  el  de 
614. 

4  En  tiempo  de  este 
Prelado  se  hallaba  ya  des- 
membrada de  su  Diócesis  la 
parte  mas  occidental  ,  en 
la  que  se  estableció  Sede 
distinta  de  la  de  Calahorra 
en  la  Ciudad  de  Auca  ,  cuyo 

pri- 


Obispos  de  Calahorra.  Munimio.      i  57 

primer  Obispo  conocido  con-     pueblos  ,  y  que  movió  al  Pa- 


currió  con  Mumio  al  Conci- 
lio tercero  Toledano.  Desde 
]a  fundación  de  la  Sede  An- 
éense empezó  ésta  á  ser  la 
ultima  de  la  Provincia  Tar- 
raconense ,  como  lo  era  la 
de  Calahorra  en  tiempo  de 
Silvano  ,  según  la  epístola 
de  los  Obispos  al  Papa  Hi- 
lario. Ignorase  el  principio 
de  esta  variación  en  los  lí- 
mites de  la  Diócesis  Cala- 
gurritana  ;  pero  es  constan- 
te ,  que  fue  anterior  á  Mu- 
mio ,  como  convencen  las 
subscripciones  del  referido 
Concilio,  en  que  Asterio  de 
Auca  tenia  notable  antigüe- 
dad respeéío  del  Obispo  de 
Calahorra.  Yo  me  inclino 
mucho  á  que  el  origen  de 
esta  nueva  Silla  Episcopal 
venía  desde  Silvano,  y  á  que 
Auca  fue  el  pueblo  donde 
este  Prelado  ,  atendiendo  á 
la  grande  extensión  de  su 
Diócesis  ,  y  al  cuidado  de 
sus  ovejas ,  puso  el  Obispo, 
á  quien  consagró  sin  avisar 
al  Metropolitano.  Indúceme 
á  este  pensamiento  la  con- 
firmación Pcntificia  ,  en  cu- 
ya virtud  quedó  aprobado 
y  establecido  el  nuevo  Obis- 
pado ,  y  la  necesidad  que 
hubieron  de  representar  los 


pa  á  tolerar  el  hecho  de 
Silvano.  Porque  a  la  verdad 
de.  ninguna  otra  Sede  pode- 
mos creer  haberse  fundado 
en  territorio  de  la  Diócesis 
de  Calahorra  ,  que  de  la  eri- 
gida en  Auca  en  el  siglo  in- 
mediato al  de  Silvano  ,  ni 
tampoco  podia  ocurrir  ne- 
cesidad mas' urgente  ,  que 
en  el  trecho  que  hay  desde 
Auca  acia  el  Océano  ,  que 
era  el  mas  distante  de  Ca- 
lahorra ,  y  mas  cercano  á 
las  Provincias  ,  que  ocupa- 
ban ya  los  Barbaros  inficio- 
nados con  la  heregia  de 
Arrio. 

5  El  Rmo.  Florez  tom. 
26.  pag.  30.  num.  4.  escribe 
como  dudoso  acerca  de  la 
Diócesis  ,  á  cuya  jurisdic- 
ción tocaba  el  territorio  en 
que  se  estableció  la  Sede 
de  Auca,  y  dice  que  era  del 
Obispado  de  Calahorra  ,  ó 
de  Palencia  ;  pero  esta  du- 
da debe  desvanecerse  en 
vista  de  que  la  Silla  de  Au- 
ca perteneció  desde  su  ori- 
gen á  la  Provincia  Tarraco- 
nense ,  á  la  qual  no  se  hu- 
biera adjudicado  ,  si  aquel 
trecho  fuera  del  Obispado 
de  Palencia  ,  que  pertenecía 
á  la  Cartaginense, 

GA- 


I  5  B      España  Sagrada 
GABINO  ó  GABINÍO. 
Año  de  633.  en  adelante, 

I  Tenemos  memoria  au- 
tentica de  este  Prelado  eil 
el  Concilio  quarto  de  Tole- 
do celebrado  en  el  año  dé 
633.  y  uno  de  los  mas  fa- 
mosos de  esta  Ciudad  por  la 
gravedad  de  los  ^'íiegocios 
que  en  él  se  trataron  ,  por  la 
multitud  de  los  Padres^  que 
asistieron  ,  y  por  la  santi- 
dad y  dodrina  de  muchos 
de  los  concurrentes.  La  fir- 
ma del  Obispo;  de  Calahor- 
ra se  lee  en  el  num.  iSvCon 
estas  palabras :  Gdb'imus  Ca - 
lagurritance  Ecclesite  Epií- 
copus  suhscripsi.  Subscriben 
después  de  él  no  menos  que 
44.  Obispos ,  lo  que  dá  bas- 
tante fundamento  para  Creer, 
que  pudo  ser  inmediato  suc- 
cesor  de  Mu  mi  o. 

1  Segnn  Gil  González 
Davila  falleció  Gabinio  an- 
tes del  Concilio  sexto  de  To- 
ledo ,  que  se  junto  en  el  año 
de  638.  Y  á  la  verdad  ,  si 
nos  gobernamos  por  la  lec- 
ción vulgar  del  dicho  Con- 
cilio, deberemos  decir  que  en 
el  año  expresado  presidia  en 
Calahorra  otro   Obispo  lla- 


.  Trat.  69.  Cap,  9. 

mado  Güimo  ,  por  quien  Cí- 
tionio  Presbítero  firmó  las 
AélasConciliares  en  esta  for- 
ma :  Cition'us  Preshyter 
agens  vi  ce  ni  Guimi  Episcopi 
EcclcsiceCalagurritancv^sub- 
scripsi.  En  el  Concilio  8. 
Toledano  subscribió  tarri- 
bien  un  Obispo  de  Calahor- 
ra con  el  nombre  no  de  Ga- 
binio como  en  el  quirto  ,  si- 
no de  Gabiíio  ,  y  de  aqai  po- 
drá a;guio  concluir  ,  qué 
desde  el  año '633.  hasta  el 
653.  tubieron  la  Cátedra 
Episcopal  de  Calahorra  tres 
Obispos  distintos  llamados 
Gabinio  ,•  Güimo  y  Gabino. 

-  3  La  voz  Guimi  es  muy 
eomuá  en  las  ediciones;  y 
aun  está  admitida  en  la  co- 
lecciom  de  Nicolás  Coleti, 
sia  embargo  de  notarse  so- 
bré' las-  'subscripciones  del 
Concilio  oélavo  de  Toledo, 
qiie  firmó  sus  Aétas  Gabino, 
que  subscribió  también  las 
del  quarto  ,  con  lo  qual  no 
puede  compadecerse  ,  que 
en  el  sexto  fuese  Obispo  de 
Calahorra  Güimo.  Pero  yo 
no  dudo  que  hay  error  en 
la  dicha  voz  ,  y  que  este 
yerro  nació  de  haberse  es- 
crito  con  V  el  nombre  de 
Gabino,  y  de  haberle  equi- 
vocado algún  Copiante  con 
la 


Obispos  de  Calahorra.  Gabino.         i'jp 

que  también     Toledo  en.  el  de  653.  como 


la  A  gótica 
se  escribía    abierta    por  ar- 
riba.   La   razón   que  tengo 
para   afirmarlo  asi  es  ,  que 
Gabino  subscribió  en  el  Con- 
cilio oélavo  en  el  lugar  in- 
mediato  á  los  Metropolita- 
nos ,  como  el  mas  antiguo 
de   todos  los  Obispo?.  Entre 
estos  se  leen  Anserico  Sego- 
biense  ,  Epartio  Italicense, 
los  quales  firmaron  no  solo 
en   el  Concilio  sexto  ,  sino 
también  en  el  quarto. Eviden- 
ciase pues  ,  que  este  Gavi- 
Xio  que  subscribió  en  el  Con- 
cilio oélavo  ,   es  el   mismo 
que  se  halló  en  el  quarto  ,  y 
por    consiguiente   ,  que   no 
debe  admitirse  en  el  sexto 
el  Obispo  Güimo;  porque  de 
otra    manera   Gabino    sería 
Obispo  miUy  moderno  ,   es- 
pecialmente respeélo  de  An- 
serico y  Epartio  ,   que  es- 
taban ya  consagrados  en  el 
aíío  633.  y  le  corresponde- 
ría lugar  mucho  mas  bajo  en 
el  Concilio  del  año  de  653. 

4  Del  cómputo  que  aca- 
bo de  hacer  fundado  en  las 
subscripciones  Conciliares  se 
colige ,  que  este  Prelado  pre- 
sidió largos  años  en  la  Sede 
Calagurritana  ,  pues  Riendo 
ya  de  notable  antigüedad 
.€nel  de, 633.  le  hallamos  en 


á  Decano  del  gran  número 
de  Obispos  ,  que  concurrie- 
ron al  Concilio  oélavo.  Asi- 
mismo se  hace  patente  la 
equivocación  de  Gil  Gonza-f 
lez  ,  que  dice  no  hallarse 
luz  de  Obispo  de  Calahorra 
desde  el  año  638.  hasta  el 
de  682.  siendo  manifiestOi 
que  Gabino  firmó  las  Aétas  de 
de  un  Concilio  celebrado  en 
el  de  653. 

EUFRASIO 

Por  ¡os  años  683. 
I  En  el  principio  del 
año  quarto  de  Ervigio  ,  y 
fines  del  683.  de  Christo  se 
celebró  el  Concilio  trece  T07 
ledano  con  la  asistencia  de 
48.  Obispos  ,  y  27.  Vicarios 
de  otros  que  no  concurrie- 
ron. De  las  subscripciones 
consta ,  que  presidia  en  este 
tiempo  en  Calahorra  Eufra-r 
sio  ,  el  qual  no  vino  por  sii 
persona  al  Concilio,  sii  o  que 
asistió  como  casi  todos  los 
Obispos  de  la  Provincia  Tar- 
raconense por  su  Procurador, 
que  i:e  decía  Auderico  ,  y 
firm.ó  las  Adas  de  este  modoí 
Audericus  Fresbyter  ,  agens 
viccifi  Eufrasii  Fphcopi  Ca- 
higurritanensis. 

De 


1 6o  España  Sagrada 
1  De  este  Obispo  es- 
cribe el  M.  Argaiz  ,  que 
padeció  grandes  trabajos ori- 
gin.idos  de  que  el  Conde 
Paulo  se  levantó  contra  el 
Rey  Wamba ,  y  pasando  los 
Pirineos  con  un  egercito  de 
Gascones  de  la  Aquitania, 
entró  en  Navarra  ,  y  acome- 
tió las  tierras  de  Alaba, 
Rioja  ,  y  Bureba  ,  de  don  Je 
el  mismo  Rey  los  echó, 
deteniéndose  en  la  Rioja,  y 
atendiendo  á  las  cosas  de 
su  gobierno. 

3  La  expedición  de 
Wamba  á  las  tierras ,  que 
tocan  al  Obispado  de  Cala- 
horra fue  en  el  año  de  673. 
y  no  teniéndose  de  Eafra- 
sio  otra  memoria  que  la  q:ie 
ofrece  el  Concilio  celebrado 
diez  años  después ,  no  po- 
demos asegurar  que  los  ex- 
presados sucesos  pasaron  ei 
el  tiempo  de  su  presiden- 
cia. El  Conde  Paulo  no  se 
apoderó  de  las  referidas  re- 
giones, ni  Wamba  emprehen- 
dió  aquella  guerra  con  el 
fin  de  quitirl  is  á  los  Vasco- 
nes  de  la  Aquitania  ,  y  de 
reducirlas  á  íu  obediencia. 
Lejos  de  esto  el  Rey  se 
dirigió  á  estos  paises ,  quan- 
do  hacía  tan  gran  confianza 
del  Conde  que  le  envió  por 


.  Trat,  59.  Cap.  9. 
General  de  su  egercito  á  ía 
Galia  Narbonense  ;  ni  tubo 
noticia  de  la  traición  y  tira- 
nia  que  este  fraguaba  ,  sino 
estanJo  ya  ,  como    escribe 
Juliano  Arzobispo  de   Tole- 
do ,   en  los  fines  de    Canta- 
bria con    animo   de  sujetar 
á  los  Vascones  que  se  habian 
rebiílado  :  Illo  tune    tempo- 
re  ,    dice  ,    cum  hcec  intra. 
Gallias  agerentur^  religiosus 
Wamba     Princeps    feroces 
Wasconum    gentes     dehella- 
turus  ag^rediens  in    parti^ 
bus     commjrabatur    Canta^ 
bri¿e  ^  ubi  cum  de   bis  ^  qu.-e 
intra    Gal  I  i  as    gerebantur, 
fana  se  se  ad  aures  Princi' 
pis    adduxisset   &c.  Halla - 
base  pues    el   Conde  Paula 
en  la  Galia  Narbonense  ga- 
nando  las  voluntades  de  los 
Franceses  y  de  los  Españoles 
comarcanos  ,  con   el   fin  de 
levantarse  contra  Wamba,  y 
este  Rey    se  detenia  en   la 
Cantabria  (nombre  que  com- 
preht^ndia  entonces  las  tier- 
ras pertenecientes  á  la  Dióce- 
sis de    Calahorra )    con   el 
fin    no   de    conquistar    este 
pais    sujeto  desde  Leovigil- 
do  al  Imperio  Gótico ;  sino 
de   entrar  desde   alli  á  com- 
batir   á    los   Vascones   que 
después  se   digeron  Navar- 
ros. 


tivo  á  este  Obispado  no 
consta  otra  cosa ,  que  la 
detención  del  Rey  ,  y  su 
transito  á  la  Galla  Narbo- 
nense  por  la  Ciudad  de  Cala^ 
horra  después  que  sujetó  la 
Vasconia  ,  como  también 
testifica  el  citado  Arzobispo: 
Utide  acceptis  ohsidibuy^  tri~ 
butisque  solütis  ,^  pace  cam- 
po sita  ,  diredi um  it'er  in  Gal- 
lias  profedíurus  ascendlt  per 
Qfllagurrem  G  Hoscam  ci^ 
Vítat^s    transiium   faciens. 


Obispos  de  Calahorra»  Eufrasio.        161 
ros.  Asi  que  por  lo  respec-     los  Concilios,  acomodando  la 

jurisdicción  espiritual  al  go- 
bierno político  ,  que  pro- 
hibía ó  embarazaba  la  comu- 
nicación con  gentes  ,  de  cu- 
ya obediencia  procuraban 
eximirse  con  frequentes  hos- 
tilidades. En  el  tom.  32. 
pag.  338.  dige  ,  que  no  hay 
testimonio  que  compruebe 
que  los  Vascones  se  rebela- 
sen alguna  vez  ,  desde  que 
los  conquistó  Wamba  hasta 
la  irrupción  de  los  Árabes, 
y  acerca  de  los  Obispos  de 
Pamplona  escribí  que  pudie- 
ron intervenir  otras  vanas 
razones  .  para  no  asistir 
personalmente  á  los  Conci- 
lios. Mas  sea  lo  que  fuere 
del  fundamento  que  el  P^ 
Moret  tubo  para  su  sospe- 
cha ,  ninguno  hay  de  parte 
de  los  Vascones  de  Calahor- 
ra, que  desde  Leovigildo 
vivieron  siempre  sosegados, 
y  cuyos  Obispos  asistieron 
por  sus  proprias  personas  á 
Concilios ,  que  se  juntaron 
en  estos  últimos  años  del, 
imperio  de  los  Godos.  Uno 
de  los  que  concurrieron  des- 
pués de  Wamba  fue  Vilie- 
do .,  ó  según  el  cod.  ant.  cita- 
do por  Loaysa  Ubiliedeo,, 
el  qual  estubo  en  el  Conci- 
lio quince  que  se  celebró 
X  en 


.^.  ..  >yii^Epo 

^^j/f^teS'^el  año  de  688. 

I  La  asistencia  de  los 
Obispos  de  Calahorra  á  los 
Concilios  celebrados  en  To- 
ledo después  que  Wamba 
vino  á  estos  paises ,  no  per- 
mite que  sospechemos  de  los 
Vascones  de  esta  Diócesis 
lo  que  el  P.  Moret  escribe 
de  los  que  tocaban  á  la  de 
Pamplona.  Dice  que  estos  no 
estaban  enteramente  suje- 
tos á  los  Reyes  Godos  ,  sino 
antes  inquietos  y  libres  en 
la  mayor  parte  de  la  Vas- 
conia, y  que  por  esta  cau- 
sa se  abstenían  los  Obispos 
de    Pamplona   de    acudir  á 

ToiiuXXXlU. 


162  España  Sagrada. 
en  el  año  primero  de  Egica 
á  lí.  de  Mayo  de  688. 
donde  ñ^mó:  yHiedus  Cala- 
gurritance  (sedis)  Episco- 
pus  subscripsi.  Precede  por 
su  antigüedad  á  treinta  y 
dos  Obispos;  y  de  aquí  se  in- 
fiere que  pudo  ser  succesor 
inmediato  de  Eufrasio ,  cu- 
yo Vicario  Auderico  firmó 
en  el  Concili¿)  13.  año  de 
683. 

FÉLIX. 

I  En  el  año  693.  halla- 
mos presidiendo  en  esta  Se- 
de al  Obispo  Félix  ,  que 
asistió  al  Concilio  Toledano 
16.  su  firma  está  en  el  num. 
29.  según  las  ediciones;  pero 
atendiendo  al  tiempo  de 
su  consagración  no  le  cor- 
respondía la  antigüedad  que 
álli  tiene  precediendo  á  30. 
Obispos,  porque  algunos  de 
estos  subscribieron  en  el 
Concilio  I?,  como  Adelfio 
Tudense  ,  Nepociano  Ty- 
rasonense  ,  Juan  Egarense, 
quando  el  nuestro  no  estaba 
aun  elegido  ,  por  vivir  toda- 
vía su  predecesor  Eufrasio. 
2  El  M.  Argaíz  iiáce 
memoria  de  este  Prelado 
Gon  tan -¿raso  olvido  de  sí 
mismo,  que  habiéndole  pues- 
to en  el  año  693.  diciendo 


Trat.  69.  Cap.  9. 
que  fue  Félix  tercero  de  este 
nombre  ,  y  que  concurrió 
al  Concilio  16.  vuelve  á 
colocarle  en  el  año  714. 
después  de  haberle  dado  no 
menos  que  tres  succesores, 
que  le  ofreció  la  liberalidad 
de  su  Hauberto ,  con  tan 
expresa  contradicción  ,  que 
haciéndole  Félix  quarto  ,  al 
tiempo  que  entraron  los 
Moros  en  España  ,  dice  del 
que  asistió  al  referido  Conci- 
lio 16.  como  antes  lo  dejo 
dicho  de  Félix  tercero. 

3  Los  demás  Autores 
que  han  escrito  el  Catalogo 
de  esta  Diócesis  afirman, 
que  el  mismo  Felix,que  subs- 
cribió en  el  Concilio  16.  de 
Toledo,  vivía  aun  quando  los 
Africanos  se  apoderaron  de 
Calahorra  ;  y  que  lastima- 
do del  miserable  cautiverio' 
á^  que  los  barbaros  reduge- 
ron  su  Ciudad  é  Iglesia ,  se 
retiró  á  la  sierra  de  los  Ca- 
meros ,  donde  hizo  vida 
muy  penitente  y  santa  á 
la  falda  de  una  eminencia 
cerca  de  la  Villa  de  Horni- 
llos, y  el  solar  délos  hijos- 
dalgo de  Valdosera.  Alli 
dicen  fue  sustentado  mila- 
grosamente :  porque  alimen- 
tándose en  los  principios  de 
su  vida  eremítica  con  las 
yer- 


Obispos  de  Calahorra,  Félix.  1 6^ 

yerbas  y  raices  que  le  ofre-     prodigioso  se  hace  memoria 


cian  las  montañas  ,  le  socor- 
rió el  cielo  con  la  dulce  y 
suave  leche  de  una  vaca, 
que  apartándose  de  la  mana- 
da iba  todos  los  días  á  su 
pobre  cueva.  De  este  suceso 


en  unos  versos  latinos  que 
se  escribieron  en  el  arca, 
donde  se  colocó  su  santo 
cuerpo,  de  los  quales  solo 
puede  leerse  lo  siguiente: 


Montis  exceJsi 

Dicitur  ^  atque  cavcü  centrum  coluisse  cavern^e, 
Ladíe   bovis   pingui  illic  sustentatus  ab  alto 
Tándem  morte  domum  vitce  -penetravit  Olympum, 


4  Esta  relación  ,  que  ha- 
cen comunmente  los  Auto- 
res ,  no  debe  admitirse  fá- 
cilmente en  todas  sus  partes, 
y  sin  discernir  primero  lo 
cierto  de  lo  dudoso.  Es  cons- 
tante, que  desde  muchos  si- 
glos ha  sido  venerado  en  el 
Obispado  de  Calahorra  un 
santo  hermitaño  llamado  Fé- 
lix ,  que  vivió  en  la  sierra, 
que  hoy  de  su  nombre  se 
dice  San  Felices.  Su  santo 
cuerpo  ,  según  la  relación 
dirigida  al  M.  Yepes  por  el 
P.  Fr.  Bernardo  de  Villalpan- 
do  ,  estubo  antiguamente  en 
una  Iglesia  situada  en  tierra 
del  Camero  entre  las  Villas 
de  Hornillos  y  Lasantá ,  don- 
de le  han  visitado  hasta 
ahora  las  procesiones  de  mas 
de  treinta  pueblos  ,  y  se 
Junta  una  Cofradía  de  mas 


de  quatrocientas  personas 
Eclesiásticas  y  Seglares.  La 
sepultura  de  piedra  ,  en  que 
descansaban  sus  sagradasRe- 
liquias  ,  estubo  en  el  suelo, 
hasta  que  el  R.  P.Fr.  Marcos 
del  Barrio,  Abad  del  Monas- 
terio de  S.  Prudencio  ,  hizo 
que  se  colocasen  sobre  el 
Altar  en  el  año  de  1551, 
Después  se  trasladó  la  ma- 
yor parte  de  ellas  á  este 
Monasterio  ,  y  se  pusieron 
en  una  arca  dorada  á  la 
mano  derecha  de  S.  Pruden- 
cio ,  y  su  santa  cabeza  se 
puso  en  una  medalla  junta 
con  la  de  S.  Funes ,  que  está 
en  el  Relicario  del  lado  de 
la  Epístola  del  Altar  ma- 
yor. 

5     A  excepción  de  estas 
noticias ,  todo  lo  que  se  re- 
fiere del  Santo  es  solo  con- 
X3  ge- 


1  ^4  España  Sagrada. 
gctura  ,  que  no  tiene  otro 
fundamento  que  el  nombré 
de  Félix.  Porque  ¿de  donde 
pudieron  conocer  los  Escri- 
tores modernos  ,  que  este 
San  Félix  fue  Obispo  ,  y  que 
presidia  en  Calahorra  en 
tiempo  del  Concilio  di-z  y 
seis  de  Toledo  ,  y  de  la  en- 
trada de  los  Árabes  en  Es- 
paña 2  Es  verdad  ,  que  en  el 
referido  Monasterio  se  repre- 
senta el  Santo   en  una  tabla 


Trat.  69.  Cap,  9. 
grande  ,  haciendo  oración 
con  vestido  Pontifical  en  el 
hueco  de  una  haya  ;  pero 
esta  pintura  es  muy  moder- 
na ,  como  también  los  ver- 
sos que  se  leen  á  la  entra- 
da de  la  cu^va  ,  en  que  se 
guardan  las  Reliquias  de  los 
Santos  Félix  ,  Funes  y  Pru- 
dencio, los  quales  versos  em- 
piezan dando  la  dignidad 
episcopal  á  los  tres. 


En  esta  cueva  se  encierran  fres  Pastores^ 
Que  de  Christo  rigieron  el  ganado. 


6  Mas  aunque  conceda- 
mos ,  que  el  Obispado  de  S. 
Félix  se  cree  en  aquel  ter- 
ritorio como  tradición  con- 
tinuada desde  su  preciosa 
muerte  ,  es  tan  desconoci- 
do el  lugar  de  su  Sede  ,  y 
el  tiem-po  en  que  vivió  ,  que 
no  se  puede  asegurar  cosa, 
que  no  sea  insubsistente  y 
voluntaria.  El  erudito  Cis- 
tercíense  An^el  Manrique 
afirma  en  sus  Anales  al  año 
ii8r.  queS.  Félix  era  estran- 
gero,  y  que  deseoso  del  mar- 
tyrio  vino  á  España ,  quan- 
do  toda  elli  se  hallaba  opri- 
mida de  Tyranos  ,  y  se  re- 
gaba con  la  sangre  de  los 
fieles.  Otros  Autores  ,  que 


cita  Argaiz  sin  expresión  dé 
sus  nombres ,  dicen  que  fue 
Obispo  de  Oca.  Los  mas, 
como  he  dicho  ,  sostienen, 
que  presidió  en  Calahorra. 
¿De  que  nace  pues  esta  va- 
riedad sino  de  la  amplitud 
que  concede  á  los  modernos 
el  silencio  de  los  antiguos 
en  este  punto?  ¿Y  que  de- 
beremos juzgar  de  este  ge- 
nero de  opiniones,  sino  que 
son  puramente  voluntarias 
nacidas  de  la  libertad  ,  que 
cada  uno  de  sus  Autores  te- 
nia en  vista  de  no  hallarse 
fundamento  que  determinase 
la  verdad?  Asi  que  en  su- 
posición de  que  se  admita, 
que  S.  Félix  fue  Obispo  ,  es 
ne- 


Oh} s pos  de  Calahorra,  Vi! ledo. 


i3ece«;ario  confesar  la  igno- 
rancia acerca  de.  su  Sede, 
como  lo  hizo  el  citado  Pa- 
dre Villalpando  escribiendo 
al  M.  Yepes. 

7  No  solo  no  hay  prue- 
ba de  que  este  Santo  fue 
Obispo  de  Calahorra  ,  sino 
que  parece  inverosimil  loque 
refieren  los  Autores  de  su 
retiro  á  la  sierra  de  Came- 
ros ^  dejando  el  Obispado, 
y  viviendo  oculto  y  desco- 
nocido ,  hasta  que  Dios  le 
manifestó  por  el  prodigio  de 
la  vaca  que  acudia  ásu  cue- 
va. En  esta  Diócesis  queda- 
á*on  algunas  regiones  libres 
del  yugo  de  los  Sarracenos; 
adonde  podia  el  Santo  reti- 
rarse ,  y  continuar  su  minis- 
terio Pastoral  con  especial 
consuelo  de  sus  ovejas  en 
aquellos  miserables  tiempos. 


65 


La  misma  Ciudad  c  Iglesia 
de  Calahorra  permaneció  se- 
gún el  M.  Argaiz  ,  que  afir- 
ma el  retiro  del  Santo  ,  con 
la  libertad  de  vivir  como 
otras  Ciudades  é  Iglesias  do- 
minadas de  los  Árabes  ,  en 
la  Religión  Christiana  ,  que 
profesaban.  La  sierra  de  los 
Cameros  perseveró  según  fel 
Dodor  Tejada,  que  también 
defiende  los  sucesos  referí-' 
dos  ,  esenta  de  los  barba- 
ros ,  y  por  lo  mismo  con 
el  mayor  desembarazo  para 
seguir  el  culto  público  y  sa- 
grado. ¿Pues  que  necesidad 
obligó  al  Santo  Prelado  á  vi- 
vir tan  oculto  y  desconoci- 
do de  sus  proprias  ovejas, 
qU'C  fue  necesario  un  mila- 
gro ,  que  le  hiciese  mani- 
fiesto? 


CA- 


1 66     España  Sagrada,  Trat.6<^,  Cap,  lo. 
CAPITULO     X. 
ESTADO     DE    CALAHORRA   ,  T  SU 


n'j 


Iglesia  ,  desde  la  irrupción  de  los 

Árabes. 


X     A  Nte 
J\  inl 


Ntes  de  referir  la 
ifeliz  suerte,  á  que 
vjaa  con  la  entrada  de  los 
Arricanos  él  territorio  ,  que 
abraza  la  Diócesis  de  Cala- 
horra ,  no  puedo  menos  de 
exponer  la  gloria ,  que  le  re- 
sulta de  haber  sido  en  los 
años  próximos  á  aquella  ca- 
lamidad el  lugar  sagrado, 
en  q  le  se  aseguró  el  origen 
de  la  dichosa  libertad  ,  que 
]a  Divina  clemencia  conce- 
dió á  nuestra  España  después 
de  su  largo  cautiverio.  Debe 
reconocerse  por  muy  parti- 
cular providencia  del  cielo, 
que  cerca  de  la  ruina  del 
Imperio  Gótico  ,  y  poco 
antes  de  la  dominación  de 
los  Sarracenos  en  estas  pro- 
vincias ,  se  estableciese  el 
Ducado  de  Cantabria  ,  que 
como  dige  en  el  tom.  32. 
pag.  79.  comprehendia  des- 
de la  región  de  los  Berones 
antiguos ,  que  hoy  llamamos 
Rioja  ,  hasta  el  océano  por 


donde  España  confina  con 
Francia.  Gobernaba  estas 
tierras  bajo  el  Reynado  de 
Flavio  Egica  un  Caballero 
por  nombre  Favila  descen- 
diente de  la  sangre  Real  de 
los  Godos  ^  y  según  algunos 
hijo  del  Ilustre  Rey  Chin- 
dasvinto.  Muerto  Favila  por 
Witiza  ,  recayeron  aquellos 
estados  en  su  ^lijo  Pelagio 
ó  Pelayo ,  á  quien  por  eso 
todos  nuestros  Historiadores 
dan  el  titulo  de  Duque  de 
Cantabria.Este,temiendo  que 
Witiza  le  tratarla  con  igual 
impiedad  que  a  su  padre, 
huyó  de  su  presencia ,  y  se 
retiró  á  los  Cántabros ,  de 
quienes  confiaba  le  defen- 
derían ,  asi  por  ser  ya  sus 
vasallos,  como  por  el  grande 
amor ,  que  siempre  tubieron 
á  su  padre. 

2  Dudan  los  Autores  que 
debe  entenderse  por  el  nom- 
bre de  Cantabria  donde  D. 
Pelayo  se  aseguró  de  Witiza, 

y 


'Estado  de  Calahorra^ y  su  Iglesia.      i6j 
y  residió    hasta    que  fue  á    de  Navarra  aumentada  des- 


las  Asturias  para  emprehen- 
der  desde  alli  la    restaura- 
ción de  España.   Zurita    se 
persuadió  á  que  el  estado  de 
los  Duques  de  Cantabria  se 
reducía  á  la  Rioja  ;  lo  que 
tubo  por  tan  cierto,  qué  no 
creia  hubiese  alguno  tan  in- 
considerado que  se  atrevie- 
se á  afirmar  ,  que  aquel  Du- 
cado se  incluía  en  alguna  de 
las  tierras  de  Vizcaya,  Alaba 
ó  Guipúzcoa.   Si  esta   sen- 
tencia fuera  verdadera  ,  no 
tendriamos  que  dudar  acer- 
ca  de   la   región   donde  se 
mantubo    D.  Pelayo^ ;'  'pero 
Constando    dé  varios    testi- 
inonios  que  exhibí  en  el  tom. 
32.  pag.  78.  que  la  provin- 
cia de  Cantabria    abrazaba 
en  tiempo  de  io's  Godos  to- 
das las'  regiones  expresadas 
juntamente  con  la  Rioja,  no 
debemos  señalar  tan    estre- 
chos límites  á   los  estados, 
que  pertenecian  á  la  juris 
dicción  dé  los  Duques  de  Can- 
tabria.- Garibay  en  el  lib.  8. 
cap.  50.  cita  algunos  Auto 
res  modernos,  que    afirma- 
ron la  residencia  de  D.  Pela- 
yo  en  Logroño  ,  cuyo  diéta- 
men  impugna  fundado  en  que 
esta  Ciudad   es  muy  poste- 
rior-, y  obra  de  los  Reyes 


pues  por  los  de  Castilla.  Pero 
siendo  cierto  que  en  el  len- 
guage  común  de  los  Histo- 
riadores se  dice ,  que  Logro- 
ño sucedió  á  la  antigua  Ciu- 
dad de  Cantabria  ,  por  nó 
haber  entre  ellas  sino  el  rio 
Ebro  ,  como  advierte  el  mis- 
mo Garibay  ,  los  Autores 
deben  entenderse  ,  quando 
nombran  á  Logroño  ,  de  la 
Ciudad,  que  estaba  situada 
sobre  el  cerro  que  hasta 
hoy  se  dice  de  Cantabria, 
de  la  qual  tomaban  el  titula 
los  Duques  que  gobernabam 
aquellas  '  comarcas.  Asi  Id 
antigua  traducción  del  Arzo-í 
bispo  D.  Rodrigo  reduce  et 
nombre  de  Cantabria  al  dé 
Logroño  por  la  cercanía  dé 
estas  poblaciones.  E  como 
qtiier\  dice  ,  que  este  Rey 
Witiza  cementase  á  s.e'r  bue^ 
no  á  los  suyos  en  el  cómién^ 
zo  ,  empero  después  no  les 
fue  tan  bueno.  Echó  á  I)\ 
Pe/ayo  fijo  de  D,  FaviU 
iJuque'  ■  de'  Cantabria^  'qué 
agora  dicen  Logroño  'de  lá 
Cibdad  de  Toledo,  Y  en  otra 
parte  :  Estando  España  en 
grana  cuyta,  acordóse  nues-^ 
tro  Señor  della  por  su  mer- 
ced ^  e  levantó  un 'esfuerzo 
asi  como  una  centella  de  fue- 


1 6 8  España  Sagrada 
go  d  el  Rey  D.  Pelayo^ 
qu3  Dios  quisiera.  , .  é.  quiso 
guardar  para  su  servicio ,  e 
para  esfuerzo  de  la, Cristian- 
dad, Este  Rey  D,  Peluyo 
fuera  fijo  de^,Fiiyi/afiuque 
fie  Cantahpa.,  que  ^s  f>ogro- 
fio.^  que  matara  gl  ^.^%  Wi- 
tiza  cerca  de  Tuy  :. .  e  .  Wi-^ 
fiza  persiguiera  d  este  Fe- 
íayo^  e  quisierd  sacarle  los 
ojos  ,  ^cohio  y^a  digimos^  é 
Pelayofuxerd  d  Cantabria. 

3  Estos  lugares  del  Arzo- 
bispo según  la  versión  Cas- 
tellana indican  que  D.  Pela- 
yo  se  retiró  á  la  Rioja  ,  que 
era  ía  principal  y'  mejor 
porción  de  la  Cantabria.  Lo 
mismo  se  puede  comprobar 
con  otro  testimonio  de  este 
Escritor,  del  qual  consta  que 
la  Ciudad  ,  en  que  los  Du- 
ques de  Cantabria  residian 
de  ordinario  ,  fue  íricio, 
población  antiquisima  situa- 
da en  una  hermosa  y  deli- 
ciosa llanura ,  que  está  sobre 
Kagera  á  la  qual  suele  redu- 
cirse Tricio  ,  no  de  otro  modo 
que  Cantabria  á  Logroño, 
como  lo  hace  Sampiro  di- 
ciendo de  ella  :  Quce  ab  an- 
tjquo  Tricio  vocabatur  ;  que 
es  también  la  r^zon  ,  por- 
que el  citado  Arzobispo  la 
nombra  asiento  de  los  Du- 


.  Trat.óc).  Cap:  10. 
ques  de    Cantabria  ,   como 
se  pude  ver   en   su  lib.    5. 
cap.  25. 

4  No  solo  D.  Pelayo, 
sino  también  Pedro  Duque 
Y  su  hijo  D. '  Alonso, -que 
despqes  .se  llamó  el  Cató- 
lico ,  salvaron  sus  vidas  en 
la  Provincia  de  Cantabria, 
y  de  aquí  salieron  para  As- 
turias ,  ppr  donde  se  dio;  fe-> 
liz  principio  al  restableció 
miento  de  la  Christiandad; 
ya  la  libertad  de  que  los  pue,-, 
blos  de  España  fueron  pri- 
vados con  la  miserable  ser- 
vidumbre,  que  les  sobrevino., 
con  la  venida  de  los  Sarra- 
cenos. De  todo  lo  qual  re- 
sulta ,  como  decia  ,  á  la  Dio^ 
cesis  de  Calahorra  ,  de  cuya 
jurisdicción  era  casi  toda  la 
Provincia  ,  una  gloria  incoin- 
parabie,  pues  en  su  territorio 
conservó  la  Providencia  divi- 
na él  origen  de  nuestra  re- 
dención ,  ó  como  dice  el 
Arzobispo  la  simiente  de  los 
buenos  en  España.  Persiguió, 
otro  si  (  Witiza  )  d  D.  Pela- 
yo hijo  del  Duque  D,  Favi- 
la ,  que  él  matara  en  Tuy, 
e  quisieralo  matar  ,  mas  D, 
Pelayo  fuxo  d  su  tierra  que 
es  Logroño^  e  asi  escapó  de 
las  manos  del  Rey  ,  que  no 
quiso  Dios  que  muriese » an- 
tes 


Estado  de  Calahor 
tes  quiso  que  fincase  simien- 
te de  los  buenos  en  España, 
Ca  él  es  el  amparo  de  los  que 
lo  han  menester, 

5  Estando  las  tierras  del 
Obispado  de  Calahorra  bajo 
el  gobierno  y  protección  de 
los  referidos  Señores  descen- 
dientes de  la  sanj^re  Real  de 
los  Godos  ,  entraron  los  Ara- 
bes  en  España ,  y  se  apode- 
raron de  casi  toda  ella.  No 
es  fácil  descubrir  ,  si  en  los 
primeros  años  de  sus  con- 
quistas ocuparon  también  á 
Calahorra  con  las  demás 
poblaciones  de  la.Rioja.  De- 
beriamos  establecer  su  do- 
minación en  esta  parte  prin- 
cipal de  Cantabria,  si  fuera 
legitima  la  lección  de  la  es- 
critura del  Rey  Moro  de 
Coimbra  impresa  por  San- 
doval  en  las  Historias  de  los 
cinco  Obispos  pag.  87.  cuya 
primera  clausula  dice  asi: 
Alboacem  iben  Mahumet  Al~ 
hamar  Iben  Tarif  ^  bellator 
fortis^vincitorHispaniarum^ 
domínate^  Cantabrjce  Gotho- 
rum  ,  &  magnce  litis  Rodé- 
rici.  Donde  aunque  con  la- 
tin  muy  desconcertado  se 
atribuye  á  Tarif  primer  con- 
■quistador  de  España  el  se- 
norio  en  la  Cantabria  de  los 
Godos  ,  lo  que  solo  podría 

Tom.XAXIII. 


ra ,  y  su  Iglesia.  1 69 
entenderse  de  la  Rioja  ,  que 
es  la  única  porción  que  de 
toda  la  provincia  de  Can- 
tabria vino  á  ser  poseida 
de  los  barbaros.  Pero  la  voz 
Cantahrice  se  ha  introduci- 
do por  error  en  lugar  de. 
Caballarite  ,  como  consta  de 
la  traducción  que  hace  el 
mismo  Sandoval  ,  y  de  la 
copia  que  publicó  antes  de 
él  el  Autor  de  la  Monarquía 
Lusitana  lib.  7.  cap.  7.  El 
Arzobispo  D.  Rodrigo  no 
expresa  la  Cantabria  entre 
las  regiones  conquistadas 
por  Muza  y  Tarif,  mencio- 
nando solo  á  Zaragoza  con 
varias  Ciudades  de  la  Car- 
petania  y  Celtiberia.  La  tra- 
ducción antigua  ,  que  he  ci- 
tado ,  pone  á  D.  Alonso  exis- 
tente en  tierra  de  Logroño 
algún  tiempo  después  que, 
D.  Pelayo  se  retiró  á  Astu- 
rias ;  porque  habiendo  refe- 
rido las  viélorias  ,  que  éste 
ganaba  á  los  Árabes  ,  dice 
luego  :  En  aquel  tiempo  D, 
Alonso  el  Católico  ,  hijo  del 
Duque  D.  Pedro  de  Canta-f 
bria ,  que  es  Logroño  ,  fuxo 
de  Logroño ,  é  fuese  para  As- 
turias ,  e  ayudaba  muy  bien 
al  Rey  D,  Pelayo  á  lidiar 
las  lides  de  Dios  ;  de  donde 
se  podría  colegir  ,  que  D. 
Y  Alón- 


170  España  Sagrada, 
Alonso  se  mantuvo  en  su 
Ducado  de  la  Cantabria  Rio- 
jana  algún  tiempo  después 
de  entrar  los  Árabes  en  Es- 
paña ,  y  por  consiguiente, 
que  este  pais  no  fue  ocupa- 
do de  estos  barbaros  en  los 
primeros  años  de  sus  con- 
quistas. No  obstante  pode- 
mos afirmar  ,  que  quando 
reynaba  este  mismo  Don 
Alonso  ,  se  hallaba  ya  suje- 
ta á  los  Árabes  Calahorra 
con  los  otros  pueblos  de  su 
Diócesis  ,  que  estaban  situa- 
dos en  lo  llano  de  la  Rioja: 
lo  que  se  evidencia  con  los 
testimonios  de  los  Escrito- 
res cercanos  á  aquellos  tiem- 
pos ,  que  adjudican  á  este 
Rey  algunas  conquistas  de 
poblaciones  ocupadas  por  los 
barbaros  en  el  pais  referi- 
do ,  como  son  Briones  ,  Ce- 
nicero y  Alesanco. 

6  Todos  nuestros  Histo- 
riadores antiguos  consien- 
ten ,  en  que  la  mayor  par- 
te de  esta  Diócesis  quedó 
libre  del  yugo  de  los  Sarra- 
cenos ,  porque  afirman  ,  que 
«o  entraron  en  Vizcaya  ,  ni 
en  lo  interior  de  Ja  provin- 
cia de  Alaba.  Algunos  Au- 
tores modernos  escriben,  que 
las  sierras  de  la  Rioja  lo- 
graron   igual   felicidad  que 


Trat.óg.  Cap.  10. 
las  dichas  provincias  ,  para 
lo  qual  no  tienen  otro  apo- 
yo ,  que  el  testimonio  del 
Arzobispo  D.  Rodrigo  ,  que 
tratando  de  las  regiones  á 
que  se  extendió  la  domina- 
ción de  los  barbaros  ,  ex- 
ceptúa entre  oLras  las  mon  • 
tañas  de  la  Ruconia  ,  nom- 
bre que  aplican  á  la  Rioja. 
Mas  acerca  de  las  voces 
Ruconia  y  Rucones  expuse 
mi  sentir  en  el  rom.  32.  pag. 
315.  y  347.  probando  que^ 
por  ellas  debe  entenderse 
una  parte  de  la  Vasconia  an- 
tigua en  los  montes  Pyri- 
neos. 

7  En  varios  Códices  del 
Real  Monasterio  de  S.  Mi-' 
llán  se  halla  memoria  de  un 
Conde  de  los  Rucones  lla- 
mado Tello  ,  que  según  las 
noticias  que  allí  se  dan  ,  flo^ 
recia  quando  los  Árabes  en* 
traron  en  España.  En  ei  Có- 
dice que  contiene  el  Enqui- 
ridion  de  N.  P.  S.  Agustín, 
y  el  Chronicon  Emilianense, 
se  encuentra  notado  ,  que  el 
expresado  Conde  alcanzó  in- 
signes visorias  de  los  Mo-^ 
ros  desde  los  montes  de  la 
CogoUa  hasta  la  Ciudad  de 
Auca  en  ei  año  de  la  En* 
carnación  del  Señor  de  718. 
Eq  otro  que  se  dice  escrito 
por 


Estado  de  Calahor 
por  el  Abad  Milián  año  de 
756.  se  ve  en  el  principio 
de  un  Evangelio  la  efigie 
del  mismo  Conde  con  vesti- 
do militar  antiguo  ,  lanza  en 
la  mano  derecha  ,  y  escudo 
en  la  izquierda  ,  y  con  es- 
pada corta  y  ancha  ceñi- 
da ,  y  debajo  una  Inscrip- 
ción que  dice  ,  que  aquel 
Caballero  es  Teilo  C<^nde  de 
los  Rucones  en  la  Era  756. 
Mencionan  los  referidos  Có- 
dices como  instrumentos  au- 
ténticos de  esta  noticia  el 
Dodor  Tejada  pag.  316.  y 
el  M.  Saz  Benediétino  en  su 
Chronica  Emilianense  pag. 
107.  citado  por  el  Rmo.  Fio- 
rez  en  el  tom.  16.  pag.  55. 

8  Si  estas  notas  que  se 
leen  en  los  Códices  de  S. 
Milián  tubieran  la  autori- 
dad y  legalidad  ,  que  han 
creido  los  Escritores  cita- 
dos ,  estableceríamos  con 
ellas  ,  que  los  Árabes  se  apo- 
deraron de  la  Rioja  en  los 
primeros  años  de  su  domi- 
nación en  España  ;  que  los 
Riojanos  son  los  Rucones  que 
menciona  San  Isidoro  en  la 
Historia  de  los  Godos ;  y  fi- 
nalmente que  los  barbaros 
comenzaron  á  ser  desaloja- 
dos de  este  pais  poco  después 
que  le  ocuparon.  Pero  estas 


ra  ,3'  su  Iglesia.      i  7 1 
especies  deben  reputarle  por 
invenciones  ,  con  que  algu- 
nos  impostores     mancharon 
los  preciosos  pergaminos  del 
referido  Monasterio  ,  como 
demuestra  la   forma   de  los 
caracteres,  y   el  color  de  la 
tinta.   Por  esta  razón  el  R, 
P.  Fr.  Placido  Romero  ,   ha- 
biendo reconocido  las  dichas 
notas   ó    ficciones    sobre    el 
Conde  Tello,  se  queja  agria* 
mente  en    sus  Advertencias- 
mss.  al  extradlo  que  ha  for- 
mado de  las  escrituras ,  que 
se   guardan   en   su    Archiva 
del  atrevimiento  ,  que  han 
tenido  en  corromper  sus  Co  - 
dices   algunos   sugetos  ,  que 
lograron  manejarlos  con  li- 
bertad ;  lo  qual  aviso  á  fin 
de  mostrar  ,  quan  desprecia- 
ble es    lo  que  se    trae   del 
Conde    Tello    relativo  á  la 
Rioja  ;  y  principalrhente  de 
corregir  lo  que  de  él  escri- 
bió el  Rmo.  Flo.'ez  en  el  to- 
mo citado  ,  remitiéndose  al 
M.  Saz  ,  que  fundado  en  di^ 
chas  notas  estableció  el  Con- 
dado deRuconia,  teniéndo- 
le   por  origen   verisímil  del 
de  Castilla. 

9     Los  Árabes  poseyeron 
largos    años   la    Ciudad    de 
Calahorra  ,  a  la  qual  en  tiem- 
po de  tan  barbara  domiíia- 
V  2  cion 


1 7^      España  Sagrada. 
cion  la   fue   de  grave  per- 
juicio su   propria  fortaleza; 
porque  esta  era  la  causa  de 
que  los  Reyes  de  León  y  de 
Navarra  dilatasen  demasia- 
do su  conquista   ,  aun   des- 
pués   de   haber   ganado  las 
otras  plazas  de  la  Rioja  ,  re- 
conociendo sin  duda  que  sus 
fuerzas  eran  desiguales  para 
empresa  tan  difícil.  No  obs- 
tante la  seguridad  ,  con  que 
vivian  aquí  defendidos  de  los 
Christianos  ,  permitieron  en 
esta  Ciudad  ,  como  en  Cór- 
doba ,  Toledo  ,  Zaragoza  ,  y 
otras  el   culto  público  de  la 
Religión ,  tolerando  aunque 
impíos   lo  mismo  que  abor- 
recían ,  por  los  grandes  in- 
tereses que  por  este  medio 
adquirían    para  aumento  de 
su   fisco.   Conservase   en   el 
Archivo  de  esta  Santa  tlgle- 
sia  una  Bula  de  Pasqual  II. 
dada  en  el  año  de  1 104.  por 
la   que  consta  ,  que  los  fíe- 
les de  Calahorra  retubieron 
duranie  su    cautiverio    una 


Trat,  Í9.  Cap.  10. 
buena  parte  del  distrito ,  que 
tenían  antes  de  la  entrada 
de  los  paganos.  Calagurris^ 
dice  ,  cum  Mohabitis  ,  ac 
Mauris  proximasset  ,  non 
minimam  parocbi^e  partem 
obtinuisse  liberam, 

10  Por  lo  que  toca  á  los 
Obispos  de  esta  Diócesis  se 
ha  de  notar  ,  que  mientras 
Calahorra  estubo  en  poder 
de  los  paganos ,  se  estable- 
cieron en  el  territorio  que 
se  asignó  á  su  Sede  en  su 
primera  institución  otras  Si- 
llas Episcopales,  y  con  diver- 
sos títulos ,  cuya  multitud  es 
bien  estraña ,  y  no  conocida 
en  alguno  de  los  demás 
Obispados  de  estas  Provin- 
cias. Por  lo  qual  trataré  de 
su  origen  ,  y  ordenaré  la  se- 
rie de  los  Prelados  que  las 
gobernaron  hasta  el  año, 
en  que  estas  Iglesias  parti- 
culares y  sus  territorios  se 
reunieron  á  la  de  Calahor- 
ra madre  y  cabeza  de  to- 
das ellas. 


CA- 


CAPITULO     XI. 


37 


OBISPOS    DE    CALAHORRA    BAJO 

dominación  de  los  Sarracenos. 


LA 


THEODEMIRO 

En  tiempo  de  D,  Alonso 
el  Casto, 

1  T^ON  Alonso  el  Cas- 
\J  to,  después  que  fue 
expelido  del  Reyno   por  la 
invasión   de  Mauregato ,  se 
retiró  á  la  Provincia  de  Ala- 
ba ,  donde  vivían  los  parien- 
tes de  su   madre  Doña  Mu- 
ñía   muger    de    D.    Fruela. 
Aqui  se  mantubo  asegurado 
y  defendido  de  la  tiranía  de 
Mauregato   hasta    que    este 
murió  ,  y  entró  á    reynar 
D.  Bermudo,  que  trocando 
el  Reyno  por  el  servicio  de 
la  Iglesia  ,  á  que  como  Diá- 
cono    se    habia    dedicado, 
puso  luego  el  gobierno  en 
manos  de  su  sobrino  D.  Alon- 
so.   Lo    primero     que    este 
gran  Monarca  hizo  ,  asi  que 
entró  á  reynar,  fue  poner  el 
asiento  de  su  Corte  en  Ovie- 
do ,  Ciudad  fundada  por  su 
padre  ,  á  la  qual  en  los  pri- 
meros años  de  su  Reynado 


amplió  ,  y    engrandeció  el 
mismo  D.  Alonso  con  gran- 
des    y     suntuosos    edificios. 
Desde  este  tiempo  fue  Ovie- 
do el  lugar  de  asylo  adeude 
se  acogían  los  Obispos  ,  que 
en  sus  respectivas  Sedes  eran 
molestados     y     perseguidos 
por  los  Moros,  y   por  esta 
razón    era    llamada   Ciudad 
de  los  Obispos.  Esto  parece 
haber  sucedido  varias  veces 
álos  de  Calahorra,  pues  des- 
de el  referido  Reynado,  los 
tenemos  presentes  en  aquella 
Corte  subscribiendo  los  pri- 
vilegios y  donaciones  de  los 
Reyes  de  Asturias.   El  pri- 
mero que  encuentro  se  llamó 
Thedemiro ,  cuya  memoria 
consta  por  una  escritura  de 
Donación   que  con  el  nom- 
bre   de  testamento   hizo  el 
dicho  Rey  D.  Alonso  en  fa- 
vor de  la  Iglesia  de  S.  Sal- 
vador de  Oviedo ,  que  aca- 
baba de  edificar  de  nuevo, 
por  ser   pequeña  la  que   su 
padre  habia  fabricado  ,  y  es- 
tar parte  de  ella  arruinada 
por  los  Moros.  Confirínaron 
es- 


I  74      TLspaña  Sagraáa,  Trat.  6()  Cap,  i  r 


esta  escritura  los  Obispos 
Ataúlfo  de  Tria,  Suintila  de 
León  ,  Quindulfo  de  Sala- 
manca ,  Maydo  de  Orense, 
y  en  ultimo  lugar  Theode- 
miro  de  Calahorra  ,  que 
también  asistió  á  la  bendi- 
ción ó  consagración  de  la 
misma  Cathedral  ,  que  se 
hizo  en  el  mismo  año  de  la 
donación. 

2  La  Era  ,  que  señala  la 
expresada  escritura  ,  es  la 
de  830.  acerca  de  la  qual 
advierte  Ambrosio  de  Mora- 
les, que  no  puede  ser  Era  del 
Cesar,  y  que  debe  tomarse 
por  año  de  nuestra  Reden- 
ción. Si  este  pensamiento 
fuera  sólido,  deberíamos  po- 
ner á  nuestro  Ooispo  en  el 
350830.  pero  comino  hay 
egemplares  legítimos  ,  que 
comprueben  el  estiio  de  los 
antiguos  en  usar  de  la  voz 
Era  en  el  sentido  que  pre- 
tende Morales  ,  y  ademis 
de  esto  no?  consta ,  que  la 
causa  de  inventar  esta  nove- 
dad ,  no  fue  otra  que  la  fal- 
ta de  inteligencia  ,  que  el  ci- 
tado Escritor  padeció  acer- 
,ca  de  ios  números ,  y  cifras 
:de  los  Godos  ,  como  notó 
-Sandoval  en  sus  cinco  Obis- 
pos pgg.  165.  no  es  justo 
que    admitamos    fácilmente 


esta  invención  de  tomar  Era 
por    año    de   Christo  ,  que 
Morales'  introduce  en  varios 
lugares.    Con    todo   eso    no 
puedo    menos    de    confosar, 
que  aquella  data  tiene  algún 
defedo  ;  porque  no  es  creí- 
ble que  habiendo  entrado  D. 
Alonso  á  reynar  en  el   año 
791.  estubiese  ya  concluida 
en  el  792.  que  es  la  Era  830. 
la   Iglesia    de    S.    Salvador, 
cuya  suntuosidad    ponderan 
grandemente    nuestros  anti- 
guos    Escritores.    Mariana, 
hablando  de  esta  fabrica  en 
el  lib.  7.  cap.   9.  dice    asi: 
Para  aumento  del  culto  divi- 
no levantó  (Don   Alonso    el 
Casto)  desde    los  cimientos 
la  Iglesia  miyor  de  Oviedo 
qu-*  se  llama  de  S.  Salvador. 
Ojien  dic2  ,  que  el  Rey    D. 
B:írmu  Jo  fue  el  que  dio  prin- 
cipio á  esta   noble    fabrica, 
y  aun    el    letrero    que  está 
á  la  entrada  de  aquel  tem- 
plo, como  queda  arriba  apun- 
tado ,  atribuye  aquella  obra 
al   Rey  Silón.  Pudo  ser  que 
todos    tres    entendieron    en 
ella  ,   y  que  el   Rey  que  la 
acabó ,  se  llevó ,  como  acon- 
tece ,  toda   Id  fama.    Si   la 
opinión  que  refiere   Mariana 
en  este   lugar   fuera    verda- 
dera ,  no  tendríamos  dificul- 
tad 


Obispos  de  Calahorra.  Theodemiro.       175 
tad  en  admitir  la  data  que     no.  Pero  yo  tengo   por  mas 

probable,  que  una  de  las  pri* 
meras  cbras  de  aquel  piado- 
so Rey  fue  la  construcción 
de  la  Iglesia  mayor  ;  porque 
atendiendo  á  la  letra  de  di- 
ferentes testimonios  anti- 
guos ,  ésta  se  siguió  inme- 
diatamente ai  hecho  de  asen- 
tar su  Corte  en  Oviedo, 
que  es  lo  primero  que  nues- 
tros Escritores  refieren  de 
Don  Alonso  ,  como  confiesa 
el  mismo  Morales  en  el  cap; 
30.  del  lib.  cit.  El  Obispo 
Don  Sebastian  dice  asi:  Iste 
prius  solium  R.egni  Ovtti 
firmavit,  Basilicam  quoque 
in  nomine  Redemptoris  nos- 
tri ,  Salvatoris  Jesu  Chris- 


se  lee  en  la  Escritura ;  pero 
todos  los  Escritores  mas  cer- 
canos á  aquellos  tiempos 
atribuyen  enteramente  la 
obra  á  Don  Alonso  ;  y  lo 
mismo  consta  de  las  dena- 
ciones de  este  Rey  ,  y  de 
uno  de  los  letreros  que  él 
puso  en  la  Iglesia  ,  y  trae 
Morales  en  el  lib.  13.  cap. 
32.  dcnde  del  dicho  edificio 
se  leen  estas  palabras;  Quod 
denuo  totum  á  fámulo  Dei 
Adefonso  cognoscitur  esse 
fundatum^  S  omne  in  melius 
renovatum. 

•  3  Otra  razón  parece  tu- 
bo Morales  para  persuadirse 
á  que  la  Era  de  la  Escritu- 
ra miencionada  es  año  de  la 
Encarnación  ;  y  se  funda  en 
la  serie  de  los  hechos  del 
Rey  D.  Alonso, de  quien  cre- 
yó que  primero  alcanzó  vic- 
toria de  sus  enemigos  ,  que 
pensase  en  edificar  la  Iglesia 
Catedral  de  Oviedo.  Por  eso 
dice  en  el  cap.  32.  del  lib. 
13.  que  habiendo  quedado 
los  Moros  tan  quebrantados, 
que  nunca  volvieron  á  en- 
trar en  Asturias  ,  tubo  D. 
Alonso  tiempo  para  emple- 
arse en  los  negocios  á  que 
le  llevaba  su  grande  devo- 
ción ,  y  celo  del  culto  Divi- 


//  miro  construxit  opere ^&c 
El  mismo  Rey  en  una  dona- 
ción que  hizo  á  la  Santa  Igle- 
sia de  Lugo  ,  cuya  data  en 
el  egemplar  ,  que  existe  en 
la  Iglesia  de  Braga  ,  es  la 
Era  de  868.  y  en  el  que  se 
guarda  en  Lugo  la  de  870. 
dá  á  entender  haberse  ocu- 
pado en  esta  obra  luego  que 
comenzó  á  reynar  :  Has  ita- 
que  ,  dice  ,  cum  obtinuissem 
Provincias  .  .  .  placuit  meo 
ánimo  ,  ut  Regium  solium  in 
O  veto  cotifirmarem  ,  ¿?  ibi 
Ecclesiam  construerem  in 
honor em  SanSii  Salvatoris.  ■ 
Acer- 


I  76  España  Sagrada. 
4  Acerca  del  mismo 
Obispo  Theodemiro  nota 
Morales  ,  que  era  titular  so- 
lamente,/que  vivia  en  Ovie- 
do ,  como  otros  muchos  ,  de 
quienes  dice  dará  razón  en 
tiempo  del  Rey  D.  Alonso  el 
Magno.  En  este  Reynado 
habla  del  Concilio  de  Ovie- 
do ,  que  se  celebró  entonces; 
y  afirma,  que  muchos  de  los 
Obispos  que  asistieron  á  él, 
eran  de  los  que  comunmen- 
te llamamos  de  Anillo,  y  co- 
mo los  que  habia  en  Ro- 
ma de  las  Ciudades  que  los 
Árabes  tenían  ocupadas  en 
Asia.  Yo  no  hallo  funda- 
mento para  decir  ,  que  estos 
Obispos  eran  propriamente 
titulares ,  esto  es ,  consagra- 
dos desde  su  principio  p:ira 
Ciudad  sin  Clero  ,  ni  pueblo 
Christiano  ,  y  poseída  de 
enemigos  de  la  Religión  ,  que 
les  impidiesen  el  egercicio 
Pastoral.  Aún  los  que  se  ha- 
llaron en  el  referido  Conci- 
lio testifican  de  sí  mismos, 
que  fueron  molestados  de 
los  Moros  en  sus  proprias 
Sedes :  Nos  vero  in  nos  tris 
(Sedibus)  nimium  inquieta- 
ti ;  lo  que  no  puede  verifi- 
carse sin  haber  tenido  ad- 
ministración adual  ,  y  por 
consiguiente  Clero  ,  y  Fieles 


Trat.  69.  Cap.  1 1. 
que  compusiesen  su  Iglesia- 
Consta  también  de  las  mis- 
mas Adas  ,  que  se  les  señala- 
ron tierras  en  Asturias  con 
que  pudiesen  mantenerse 
quando  concurriesen  á  Con- 
cilio ,  y  aun  sustentar  sus 
respedivas  Sedes.  Finalmen  - 
te  ,  aun  mientras  residían  en 
Oviedo  gobernaban  desde 
alli  los  Obispados  que  esta- 
ban fuera  de  los  montes  de 
Asturias ;  imitando  en  esto  á 
los  Obispos  que  desde  Roma 
cuidaban  de  todo  lo  que 
conduela  á  la  administración 
de  sus  Sillas  ;  Roma  namque. 
0.b  hominihus  ísdifícata  ,  si' 
mili  modo  plures  habet  Epis-- 
copos  ,  qui  foris  prasunt.;, 
&  proviiient  decenter  suis 
Sedih'ts,  Por  todo  lo  qual  se 
falsifica  lo  que  dice  Mora- 
les ;  y  los  Obispos  que  se  ha- 
llaron por  estos  tiempos  en 
Oviedo  ,  deben  tenerse  por 
Obispos  con  Sede  ,  Iglesia, 
y  jurisdiccioM  adual  ;  y  lo 
mas  qie  podrá  verificarse  de 
alguno  ,  es  haber  sido  expe- 
lido de  la  Ciudad  ,  en  que 
residía  ó  tenia  su  Silla  ,  por 
el  odio  y  molestias  de  los 
Árabes  ,  lo  qual  no  basta  pa- 
ra que  un  Obispo  se  diga 
propriamente  titular. 

<     Hablando  deterroina- 
^  da- 


Obispos  de  Calahorra,  Theodemiro.      177 
damente  de  los  Obispos  de     tos ,  y!.vasos  sagrados.  Su  da- 


Calahorra  ,  no  se  sabe  que 
estubiesen  de  asiento  en  la 
Ciudad  de  Oviedo  ;  antes 
bien  es  mas  verisimil  lo  con- 
trario ,  pues  no  S2  hallan  los 
nombres  de  Theodemiro  ,  y 
el  succesor,  sino  en  dos  so- 
las Escrituras,  y  faltan  am- 
bos en  la  Consagración  de 
la  Iglesia  de  Oviedo,  la  qual 
se  hizo  con  la  mayor  solem- 
nidad ,  y  con  asistencia  de 
los  Prelados  que  estaban  en 
Asturias, 

RECAREDO. 

,  For  los  años  812. 

I  La  memoria  de  este 
Prelado  se  halla  en  una  Es- 
critura ,  que  existe  en  Ovie- 
do ,  por  la  qual  el  Rey  D. 
Alonso  con  las  mas  devotas 
y  piadosas  expresiones  con- 
firma lo  que  su  Padre  Froüa 
habia  dado  á  la  Iglesia  de 
S.  Salvador  ,  y  la  ofrece 
nuevamente  el  Atrio  cercado 
con  muro  ,  que  el  mismo  D. 
Alonso  acababa  de  hacer  al 
rededor  de  ella  ;  y  asimismo 
el  aquedudo  ,  casas ,  y  otros 
edificios  que  habia  fabrica- 
do en  aquella  Ciudad  ;  y  fi- 
nalmente ,  varios  ornamen- 
to»!, xxxuu 


ta  es  en  esta  forma  :  Fa- 
£ía  Scriptura  testamenti^ 
vel  confírmationis  die  XF'l, 
KLDS.  Decembris.  Era 
DCCCL,  Y  subscriben  lúe- 
go  el  Rey  ,  y  algunos  Obis^ 
pos,  de  los  quales  soloRe- 
caredo  expresa  su  Sede  con 
estas  palabras  :  Reccaredus 
Calagurritana  Sedis  Epis^ 
copus. 

1  En  esta  misma  Escri- 
tura se  lee  una  clausula  no- 
table ,  en  que  se  m?nciona 
la  pérdida  de  España  ,  y  el 
año  en  que  sucedió.  Creo  no 
se  ha  publicado  hasta  aho- 
ra ;  y  por  eso  ,  y  por  ser  tan 
importante  ,  me  ha  pareci- 
do ponerla  aquí.  Et  quia  tu 
es  Rex  Regum  regens  cce^ 
lestia  ,  simidque  terrestria^ 
diligens  intemporaliter  jus- 
titiam  ,  temporaliter  vero 
terrarum  populis  pro  obti^ 
nendü  justitia  distribuís  Re~ 
ges  ,  ¡eges  ,  atque  judicia; 
cujus  dono  Ínter  diversarum 
gentium  regna  non  minus  in 
terminis  Spanite  clara  refuU 
sit  Gothorum  vi&oria  ,  sed 
quia  te  offendit  eorum  prce- 
potens  jaciantia  in  Era. 
DCCXLViUL  simal  cum 
Rege  Roderico  regni  amisit 
gloriam, 

z  VI- 


178     España  Sagrada, 

V  I  V  E  R  E. 

^ño  de  871. 

I  En  el  Libro  Gótico  de 
S.  Millan  ,  fol.  109.  se  halla 
una  Escritura  ,  de  la  qual 
hablan  Garibay  en  el  lib.  9. 
cap.  22.  Sandoval  en  la 
Historia  de  dicho  Monas- 
terio ,£01.44.  y  Yepes  sobre 
el  año  871.  y  es  donación 
que  hicieron  al  Monasterio 
de  S.Vicente  de  Ocoizta  el 
Obispo  D.  Vivere ,  los  Seño- 
res Arroncio  ,  y  Tello  ,  el 
Abad  Pedro,  Alaquide  Pres- 
bytero  , Vitulo  su  sobrino,  y 
D.Oélavia  ,  madre  del  Obis- 
po. No  se  determina  el  titulo 
de  éste  en  la  Escritura ;  pero 
indicándose  en  ella  que  resi- 
día en  la  Provincia  de  Ala- 
ba ,  á  donde  sus  ascendien- 
tes se  habian  retirado  en 
tiempos  anteriores  desde  la 
Ciudad  de  León  ;  y  cons- 
tando también  ,  que  las  Igle- 
sias de  que  hace  donación 
juntamente  con  su  madre ,  y 
demás  parientes  ,  eran  de 
lugares  de  la  misma  Provin- 
cia ;  y  en  fin ,  no  hallándose 
su  nombre  en  el  Catálogo  de 
otra  Iglesia  ,  parece  muy 
verisimil  ,  que  su  Obispado 


Trat.69.  Cap.  II. 
no  fue  otro  que  el  de  Cala* 
horra. 

2  Argaiz  le  pone  en  la 
serie  de  los  Obispos  de  Ar- 
mentía;  pero  esta  Sede  no 
se  estableció  hasta  que  cesó 
el  titulo  de  Calahorra  ,  y  la 
Diócesis  se  dividió  en  dos, 
que  fueron  las  de  Alaba,  y 
Nágera.  La  permanencia  del 
expresado  titulo  consta  del 
fragmento  del  Cod.  Ms.  de 
D.  Pelayo  ,  impreso  en  el 
tom.  14.  de  laEsp.  Sag.  pa- 
gin.  401.  donde  á  los  Obis- 
pos de  Zaragoza  ,  y  de  Ca- 
lahorra se  señaló  la  Iglesia 
de  S.  Maria  de  Solis  ,  para 
que  se  sustentasen  de  sus 
rentas  qnando  asistiesen  á 
los  Concilios  de  Oviedo,  yfi 
Ccesaraugustanensem  Epis^ 
copum  ,  ÍB  Calagurritanen- 
sem  Episcopum  Ecclesiam.S, 
Marice  de  Solis,  Y  habién- 
dose hecho  esta  asignación 
en  el  año  de  900.  como  se 
estableció  en  el  tom.  19. 
pag.  103.  se  colige  ,  que  en 
el  año  871.  duraba  el  titulo 
antiguo  de  Calahorra. 

Excluyese  Severo ,  Esteban, 
y  Gomesano. 

3  No  hay  documento  por 
donde  conste  que  el  Obispo 

de 


Catálogo  de  los  Obispos  de  Calahorra,      179 


de  Calahorra  asistió  á  la 
Consagración  de  la  iglesia 
de  Santiago  ,  ó  al  Concilio 
que  se  celebró  once  meses 
después  en  Oviedo  ,  sin  em- 
bargo de  que  estos  ados 
fueron  solemnísimos  ,  y  se 
autorizaron  por  todos  los 
Prelados  que  residian  en  As- 
turias en  aquel  tiempo.  Solo 
se  sabe  por  el  testimonio 
que  he  exhibido  del  Cod. 
de  D.  Pelayo  ,  que  entonces 
se  continuaba  la  succesion 
de  los  Obispos  de  Calahorra, 
ignorándose  el  nombre  del 
que  presidia  en  esta  Sede. 

4  Trelles  en  su  tom.  r» 
de  las  Asturias  ilustradas, 
pag.  293.  pone  traducida  al 
Castellano  una  Bula  ,  que  di- 
ce existir  original  en  el  Ar- 
chivo de  Oviedo  ,  con  su  se- 
llo ,  y  copia  en  pergamino, 
y  haberse  expedido  por  el 
Papa  Juan VIII.  á  17.  de  Sep- 
tiembre en  el  año  quinto  de 
su  Pontificado  ,  á  petición  de 
D.  Alonso  el  Magno  ,  y  en 
favor  de  la  Catedral  de  S. 
Salvador  de  la  expresada 
Ciudad.  En  ella  se  expresan 
muchos  Obispos  ,  que  gober- 
naban al  tiempo  de  la  data, 
y  entre  ellos  el  de  Calahor- 
ra ,  llamado  Severo  ;  por 
donde  parece,  que  podemos 


añadir  este  nombre  al  Catá- 
logo de  la  Santa  Iglesia  Ca- 
lagurritana. 

5  Pero  acerca  de  esta 
Bula  se  me  ofrecen  algunos 
reparos  de  mucho  peso, que 
me  persuaden  no  tiene  la  au- 
tenticidad correspondiente, 
según  la  copia  que  publicó 
el  Escritor  citado.  Afirma  ea 
ella  el  Pontífice  ,  que  tubo 
noticia  de  la  bondad  de  D. 
Alonso  por  los  dos  Legados 
que  este  Rey  le  dirigió ,  lla- 
mados Severo  ,  y  Sidérico. 
De  estos  hace  también  me- 
moria el  Chronicon  de  Sam- 
piro  en  la  copia  de  D.  Pe- 
layo  ,  quien  igualmente  tes- 
tifica, que  D.  Alonso,  recibi- 
das las  Cartas  del  Papa  ,  se- 
ñaló dia  para  la  Consagra- 
ción de  la  Iglesia  de  Santia- 
go ,  y  para  celebrar  el  Con- 
cilio de  Oviedo ,  como  se  hi- 
zo con  asistencia  de  los  Obis- 
pos ,  y  Caballeros ,  que  alli 
se  nombran.  De  aquí  se  co- 
lige ,  que  el  Pontífice  Roma- 
no ,  á  quien  se  atribuye  la 
Bula ,  era  el  mismo  que  go- 
bernaba la  Iglesia  ,  quando 
se  celebró  la  dicha  Consa- 
gración. Este,  según  laChro- 
nología  que  el  Rmo.  Florez 
propuso  con  buenos  funda- 
mentos en  el  tom.  19.  pag. 
Z2  94. 


1 8o  España  Sagrada. 
94.  y  sigg.  fue  Juan  IX.  que 
fue  ensalzado  al  Trono  en  el 
año  de  898.  cerca  del  mes 
de  Julio  ,  y  presidió  solo 
hasta  fin  del  mismo  mes  del 
año  de  900.  En  este  supues- 
to ,  es  falsa  la  data  de  la 
Bula  que  ofreció  Trelles ;  por- 
que señala  el  año  quinto  del 
Pontificado  del  Papa  Juan, 
y  éste  no  gobernó  la  Ij^lesia 
sino  por  espacio  de  dos  años, 

6    Aún  es  mucho  mas  gra- 
ve otra  dificultad  ,  que  voy 
á  proponer  ,  relativa  á  los 
Obispos  ,  cuyos  nombres  se 
expresan  en  la  misma  Bula. 
Estos  son  Cigila  de  León,  Ri- 
cimiro  dePalencÍ3,Oveco  de 
Oca  ,  Severo  de  Calahorra, 
García  de  Pamplona  ,  Seve- 
ro de  Tarazona  ,  Eledo  de 
Zaragoza  ,  Polimio  de  As- 
torga   ,     Manioc    Britonen- 
se  ,  Nitigio  de  Lugo  ,  Rici- 
la  de  Iria  ,    Virmundo    de 
Orense  ,   Savarico  de  Tuy, 
Viétor  Dumiense  ,  Rosendo 
de  Viseo,  Romano  de  Lame- 
go,  Lucencio  de  Coimbra, 
Avito  de  Salamanca  ,  Bradi- 
11a  de  Avila  ,  Sintila  de  Se- 
govia  ,  Agila  de  Siguenza  ,y 
Gómelo  de   Oviedo.   Cote- 
gense  ahora  estos   Prelados 
con  los  que  D.  Pelayo  pone 
en  el  Chronicon  de  Sampiro, 


Trat,  69.  Cap,  1 1. 
presidiendo  en  sus  respe^íli- 
vas  Sedes  ,  quando  D.  Alon- 
so recibió  la  carta  del  Papa 
Juan  ,  que  trae  también  á  la 
letra  ,  aunque  mas  compen- 
diada ,  el  mismo  Chronicon; 
y  se  hallará  ,  que    la  Bula 
nombra  mayor    número  de 
Prelados, y  estos  de  nombres 
muy  distintos  en  las  Sedes, 
que      ambos     Instrumentos 
mencionan.   Dice  asi  D.  Pe- 
layo    en    su    interpolación: 
yisis  itaque   Rcx  epistolis^ 
magno  gaudio    gavisus  est» 
Tune  constitu'U  diem  Conse- 
crationis  jam  di£i¿e  E cele- 
si  ¿e  ,  sive  &  Concilium  cele^ 
brandum  apud  Ovetiim  cum 
ómnibus  Episcopis  ,   qui  in 
illius  erant  Regno.  Hi  sunt 
Joannes  Aucensis  ,  yincen- 
tius  Ligionensis  ,  Genadius 
Astoricensis  ,    Hermenegil- 
dus    Ovetensis  ,    Dulcidius 
Sahnanticensis     ,    Jacohus 
Cauriensis  ,  Naustus  Conim' 
brfcensis  ,  Argimirus  Lame- 
censis ,  Theodoriciis  l^isensis^ 
Gumadus  Portugalensis  ^Ar- 
gimirus  Braccharensis ,  Di- 
dacus  Tudensis,  Egila  Au' 
riensis  ,    Sisnandus    Irien- 
sis  ,  Reccaredus    Lucensis^ 
Theodesindus     Britoniensis^ 
&   Ekca  Casaraugustanus 
Episcopus  ibi  interfuít* 

De 


Catalogo  de  los  Oblsp 
7     De  aquí  se  colige,  que 
si  la  Bula  del  Papa  Juan  fue- 
ra legítima   y   autentica  en 
la  forma  que  la   publicó  el 
Autor  de  las  Asturias  ilus- 
tradas ,  deberíamos  enmen- 
dar no  solo  el  Chronicon  de 
Sampiro  ,  sino    también  los 
Catálogos  que  se  han  publi- 
cado en  la  Esp.  Sag.  en  lo 
respeclivo  á  los  Obispos  que 
se  establecen  en  el  tiempo 
de   la    Consagración   de  la 
Iglesia  de  Santiago ,  y  del 
Concilio  de  Oviedo.  Mas  ha- 
biendo  yo    examinado    con 
diligencia  qué   Prelados  te- 
nían entonces  las  Sillas  Epis- 
copales ,  á  fin  de  averiguar 
si  debía  anteponerse  la  Bula 
al  Chronicon  de  Sampiro  ,he 
descubierto  ,   que  los  Obis- 
pos  expresados    en  éste  se 
mencionan  también  en  otros 
documentos      irrefragables, 
que  pueden   verse    en   esta 
misma  Obra  que   continúo. 
De  este  antecedente  ,  y  del 
reparo  pri-mero  que  he  pro- 
puesto ,  vengo  á  inferir ,  que 
la  Bula  del  Papa  Juan  con- 
forme   está    publicada    por 
Trelles  ,  no  es  autentica ;  y 
que  por  tanto  no  debe  ad- 
mitirse su  autoridad  para  po- 
ner en    el  Catálogo    de  la 
Santa  Iglesia  de  Calahorra 


os  de  Calahorra.      1 8  i 
el  nombre  de  Severo. 

8  Los  que  leyeren  al  M. 
Argaiz  ,  y  á  Tejada ,  se  per- 
suadirán fácilmente  á  que  el 
Obispo  que  presidia  en  Ca- 
lahorra en  tiempo  del  Con- 
cilio de  Oviedo  se  llamaba 
Esteban  ;  pero  tengase  pre- 
sente ,  que  ni  las  Adas  del 
Concilio  ,  ni  los  Autores  que 
se  citan  ,  comprueban  esta 
especie  ,  la  qual  no  tiene 
realmente  otro  origen  que 
el  Chronicon  de  Hauberto. 
De  la  misma  cabeza  que  es- 
ta Obra  fingida  tubo  su  na- 
cimiento D.  Gomesano  ,  de 
quien  los  referidos  Escrito* 
res  creyei'on  haber  sido  suc- 
cesor  de  Esteban  ,  y  parien- 
te de  D.  Sancho  García,  Rey 
de  Navarra. 

9  El  titulo  de  Calahorra 
se  conservaba  todavía  en  el 
año  de  900.  como  se  justifi- 
ca con  el  testimonio  citado 
en  el  num.  8.  de  la  asigna- 
ción de  Parroquias  ,  hecha 
después  del  Concilio  de  Ovie- 
do ,  en  que  el  Obispo  de  es- 
ta Iglesia  se  llama  expresa- 
mente Calagurritanense.  Pe- 
ro se  ignora  si  lo  gozaba  aún 
en  dicho  año  D.  Vivera,  ó 
si  por  muerte  suya  había 
entrado  D.  Munio  ,  de  quien 
trataré  en  el  Catálogo  de  la 
Igle- 


1  8  2  España  Sagrada. 
Iglesia  de  Alaba.  Lo  que 
lengo  por  constante  es  ,  que 
eu  el  siglo  décimo  cesó 
el  referido  titulo  ,  no  ha- 
llándose expresado  en  me- 
morias, ó  Escritores ,  hasta 
el  año  1045.  en  que  se  con- 
quistó la  Ciudad  de  Cala- 
horra.   El  qual    silencio  se 


Trat.  59.  Cap,  11. 

originó  de  que  ganada  la 
Rioja  á  los  Moros  por  los 
Reyes  de  Navarra ,  se  divi- 
dió esta  Diócesis  en  dos 
Obispados  distintos  ,  perte- 
neciendo también  su  terri-. 
torio  á  dos  Monarcas  di- 
versos ,  como  se  verá  en 
adelante. 


CAPITULO     XII. 

ESTADO  MISERABLE  A  QUE  FINO 

la  Iglesia  de  Calahorra  en  el  siglo  décimo. 


^i  T?L  año  de  922.  fue 
..  Slá  la  época  feliz  en  que 
casi  toda  la  Diócesis  de  Ca- 
lahorra salió  del  triste  cau- 
tiverio que  habia  padecido 
por  el  espacio  de  dos  siglos 
enteros.  Debióse  este  gran 
beneficio  al  glorioso  Principe 
Don  Sancho  García  ,  Rey  de 
Navarra  ,  de  quien  el  Chro- 
nicon  de  Albelda  testifica  ha- 
ber conquistado  todos  los 
Castillos  que  ocupaban  los 
Moros  desde  Nágera  hasta 
Tudela.  En  el  año  923.  se 
continuó  la  misma  felicidad, 
por  las  empresas  de  Don 
Garcia  ,hijo  de  Don  Sancho, 
y  de  Don  Ordoño  ,  Rey  de 
León  ,  conquistando  el  pri- 
mero á  Viguera ,  y  el  segun- 


do á  Nágera  ,  Plazas  muy 
fortificadas  ,  asi  por  su  sitio, 
como  por  los  gruesos  presi- 
dios con  que  los  Moros  las 
tenian  guarnecidas. 

2  No  tocó  esta  prospe- 
ridad á  Calahorra  ;  pues  aun- 
que el  P.  Moret  en  el  lib.  13. 
de  sus  Anales ,  cap.  2.  se  in- 
clina á  que  esta  Ciudad  sería 
comprehendida  en  las  con- 
quistas de  Don  Sancho  ^  es 
constante ,  como  confiesa  es- 
te Autor,  que  ninguna  me- 
moria se  halla  de  una  po- 
blación tan  ilustre,  ni  cómo 
ganada  de  los  Christianos, 
ni  tampoco  cómo  perdida 
de  ellos  en  los  años  siguien- 
tes ,  en  que  estaba  cierta- 
mente en  poder  de  los.In- 
fie- 


Estado  de  la  Iglesia  de  Calahorra.        183 
año  de  Christo  932.  fue  des- 


fieles.  Ni  es  de  estrañar  ,  que 
Don  Sancho  García  no  reco- 
brase de  los  Moros  esta  Ciu- 
dad ,  habiéndoles  ganado 
otras  fortalezas  ;  porque  la 
conquista  de  Calahorra  se 
hacía  tan  difícil:  ,  que  ella 
sola  era  bastante  empresa 
para  un  Rey  desembaraza- 
do ,  y  podero.so.  Por  esta 
causa  vemos ,  que  enmedio 
de  haber  tenido  la  Navarra 
después  del  año  922.  otros 
Reyes  del  mas  encendido 
celo  por  la  Religión  ,  y  del 
mas  firme  tesón  en  la  guerra 
contra  los  Árabes  ,  princi- 
palmente D.  Sancho  renom- 
brado el  Mayor ,  Calahorra 
perseveró  en  su  infeliz  cau- 
tividad hasta  el  año  de  1045. 
en  que  el  Rey  Don  García, 
libre  de  otros  cuidados  ,  la 
tomó  por  asalto  ,y  no  sin  es- 
pecial asistervcia  del  Cielo. 

3  No  ;30Ío  no  se  redujo 
esta  Ciudad  á  mejor  estado 
con  las  conquistas  referidas, 
sino  que  padeció  un  trabajo 
mucho  mas  sensible  que  ios 
que  había  padecido  en  los 
dos  siglos  pasados  desde  la 
entrada  de  los  Paganos.  En 
el  Archivo  de  esta  Santa 
Iglesia  hay  una  memoria, 
que  he  leído  ,  por  la  qual 
se  sabe  que  en  la  Era  970. 


truido  el  Tem-plo ,  que  aquí 
tenían    los  ■Christianos,por 
un  Árabe  ,  cuyo  nom.bré  era 
Almorrid,  El  P.  Moret  sos- 
pecha ,  que  este-  bárbaro  se 
ría  enviado    por   Abdef rai- 
men ,  Rey  de  Córdoba  , 'á 
fin   de  que  con  las  fuerzas 
de  Abenhaya  ,  qué  goberna- 
ba á  Zaragoza  ,  se  apodera- 
se de  Calahorra  ;  pero  ade- 
más de  no  haber  fundamen- 
to   para   afirmar    que    esta 
Ciudad  se  hallaba    poseída 
de  Christianos  ,  no  hay  ves- 
tigios en  nuestros  Historia- 
dores por  donde  se  descubra 
que  el  Rey  de  Zaragoza  ern- 
prehendió   alguna  conquista 
en  el  territorio  de  esta  Dióce- 
sis. Aütes  bien  reflexionando 
el  estado  de  Abenhaya  por 
estos  tí em. pos, encuentro  que 
hasta  los  Castillos ;  y  fortale- 
zas de  su  jurisdicción  se  ha- 
bían levantado  contra  él;  por 
lo  que  D.  Ramiro  II.  le  hizo 
la   merced   de    sujetárselos, 
después  que  el  mismo  Aben- 
haya  se  puso  bajo  de  su  obe- 
diencia, haciéndose  tributa- 
rio del  Rey  de  León ,  como 
dije  en  el  tom.  31.  pag.  141. 
Es.pues  ,  mas  verisímil   qiíe 
Almorrid  era  Prefedo  de  Ca- 
lahorra ,  y    que  .'deseando» 
ven- 


184      España  Sagrada,  Trat.  ó'p.  Cap,  1 1. 

vengarse   de   los   prósperos     lia.  Pero  tengase  entendida. 


sucesos  que  por  aquel  terri- 
torio cercano  á  su  Ciudad 
tenían  los  Christianos  ,  vino 
en  destruir  las  Iglesias  de  los 
Muzárabes ,  por  cuyo  medio 
pensaba  también  asegurarse 
mejor  en  la  posesión  de  Ca- 
lahorra. 

4  Fundándose  el  cit.  P. 
Moret  en  la  congetura  de 
que  el  Rey  D.  Sancho  de 
Navarra  ganó  á  Calahorra, 
y  viendo  que  las  donaciones 
hechas  en  su  Reynado ,  y  en 
el  de  su  hijo  D.  Garcia  ,  es- 
táa  firmadas  de  los  Obispos 
Bivas,  Oriolo  ,  y  Theodemi- 
ro  ,  al  mismo  tiempo  que  de 
Pamplona  ,  y  de  Aragón  lo 
eran  D.  Basilio  ,  y  D.  Iñigo, 
escribe,  que  aquel  nuevo  nú- 
mero de  Prelados  significa  la 
restauración  de  varias  Cate- 
drales ,  de  las  que  presume 
fueron  Calahorra,  y  Tarazo- 
na.  No  se  contentó  con  los 
términos  de  congetura  y  pre- 
5)ancion  el  Do¿t.  Tejada  ,  sino 
que  se  adelantó  á  escribir  en 
la  pag.  34 1.  que  en  el  año 
922.  firmó  D.  Theodemiro 
con  titulo  de  Obispo  de  Ca- 
lahorra una  donación  del  Rey 
D.  Garcia  Sánchez  ,  que  trae 
Sandoval ,  copiada  del  Tum- 
bo de  S.  Millan  de  la  Cogo- 


que  en  ninguno  de  los  Ins- 
trumentos del  Monasterio  de 
S.  Millan  se  expresan  las 
Sedes  de  aquellos  Obipos  ;  y 
que  por  esta  razón  no  pue- 
de saberse  con  certeza  á  qué 
Iglesias  deben  atribuirse. 

S     Lo  que  se  puede  afir- 
mar como  cierto,  es  que  los 
Obispos  que  subscribían  las 
Escrituras  ,   y  andaban   en 
compañía  de  los  Reyes,  ha- 
cían el  oficio  de  Consejeros, 
y  alentaban  á  los  Soldados 
á  pelear  en  defensa  de  la  Fé, 
y  por  la  restauración  de  la 
Patria ,  cuidando  juntamen- 
te de  consagrar  para  el  cul- 
to Divino  las   Mezquitas  de 
los  Moros,  y  de  restablecer 
en  los  pueblos  elChristianis- 
mo.  Es  también  muy  veri- 
símil ,  que  los  mismos  Obis- 
pos tendrían  el  titulo  ,  y  go- 
bierno  de    alguna     de    las 
Iglesias  situadas  en  el  terri- 
torio que   los  Reyes  de  Na- 
varra sacaron  del  poder  de 
los  barbaros  ,  logrando  entre 
todas  este  beneficio  ,  las  que 
desde  los  primeros  siglos  ha- 
bían sido  Catedrales  como  la 
de  Tarazona  ,  que  se  con- 
quistó  por    estos    tiempos. 
Mas    hablando  de  Calahor- 
ra ,  soy  de  didamen.,  que  si 
al- 


Estado  de  la  Iglesia  de  Calahorra,  185 
alí^üno  de  los  referidos  Obis-  recien  librado  de  la  barba- 
pos  fue  titulado  de  su  Sede,' 
esto  no  fue  por  haberse  res- 
taurado su  Iglesia  ,  sino  para 
mantener  su  tituio  antiguo, 
como  es  ereible  haberse  con- 
servado hasta  la  conquista 
estable  dé  Nágera  ,  cuya  Si^ 
lia  fue  erigida  en  lugar  de 
la  Calagurritana. 


RESTAUR^^CIQN    BEL 

Monasterio   de  'S.CohmhUy 

■junta  d  Trido  ^  y  f'indct'  ■ 

cion  d¿l  de  San  /llar t tu 

de  Albelda, 

6  Orando  la  S.  Iglesia 
de  Calahorra  padécia  en  el 
siglo  diez  la.  mas  estrecha 
esclavitud  qie  acabo  de  re- 
ferir ,  se  vio  resucitar  en  la 
Rioja  ,  que  es  la  mejor  parte 
de  su  Diócesis  ,  aquel  feliz 
estado  de  paz  ,  y ;  religión 
que  experimentaron  sus  Na- 
tuiaies  antes  de  la  irrupción 
de  los  Moros.  Porque  no  so- 
lo fueron  estos  echados  de 
tados  los  pueblos  comarca- 
nos ,  sino  que  se  estableció 
un  nuevo  Obispado  en  la 
Ciudad  de  Nágera  ,  y  se  eri- 
gieron indignes  Monasterios, 
cuyos  Monges  ilustrarou 
grandemente  con  su  virtud, 
y  dodrina  todo  aquel  país 
Tom.XXXlIÍ. 


rie  ,  y  tinieblas  que  le  opri- 
mieron por  doscientos  años. 
El  primero  fue  el  de  S.  Co- 
lumba ,  situido  en  un  pue- 
blo ,  que  hoy  se  dice  S.  Co- 
loma ,  y  fue  antiguamente 
arrabal  de  la  famosa  Ciudad 
de  Tricio  en  los  Berones.  El 
M.  Yepes  hace  memoria  de 
este  Monasterio  al  año  923, 
afirmando ,  q^^e  fue  erigido 
muchos  años  antes  del  ex- 
presado, ei  que  pone  sa  H  3- 
toria.  Confiesa  su  ignoran- 
cia sobre  el  tiempo  de  su 
fundación  ,  y  dice  ,  que  no 
tenia  cosa  segura  hasta  el 
ano  923.  en  que  D  rn  Ordo- 
ño  II.  dio  su  privilegio  para 
la  restauración  del  mismo 
Monasterio  ,  entregándole  al 
Abad  Senoniano  ,  y  demás 
Monges  que  moraban  en  él 
haciendo  vida  santa.  Por  es- 
ta razón  recurre  á  solas  con- 
geturas  ,  y  se  inclina  á  que 
fue  edificado  en  sus  princi- 
pios por  algunas  Monges 
Cordobeses ,  que  huyeron  de 
la  persecución  de  los  Infie- 
les,y  se  retiraron  á  la  Rioja. 
7  El  P.  Moret ,  al  año  de 
1046.  sigue  la  apinion  de  Ye- 
pes quanto  á  adjudicar  esta 
obra  á  los  Monges  de  Cór- 
doba ;  pero  confesando  tam- 
Aa  bien 


iS6  España  Sagrada. 
bien  ,  que  ignoraba  el  tiem- 
po de  su  fundación  ,  tiene 
por  verisímil  ,  que  ésta  fue 
acia  la  entrada  del  Rey  Ab- 
derramen  el  Tercero, en  que 
parece  había  comodidad  ,  y 
disposición  en  la  Rioja  para 
labrar  Monasterio  ,  por  ha- 
berse conquistado  este  país 
en  aquellos  años  por  el  Rey 
D.  S  Micho  de  Navarra. 

8  No  tubieron  los  Auto- 
res citados  otro  fundamen- 
to para  atribuir  la  fundación 
de  este  Monasterio  á  los 
Monges  de  Córdoba  ,  que  el 
enár  dedicado  a  la  gloriosa 
Virgen  ,  y  Martyr  Santa  Co- 
lumba ,  de  quien  juzgaron 
tí'on  Ambrosio  de  Morales 
^er  la  Religiosa  del  Monas- 
terio T  ibanense  ,  cuyo  mar- 
tyrio  refiere  S.  Eulogio  en 
su  Memorial  ,  y  cuyas  Reli- 
tjuias  creen  haberse  trasla- 
dado á  la  Rioja.  De  este 
punto  trataré  después  lar- 
gamente escribiendo  de  los 
Sontos',que  pertenecen  á  la 
Diócesis  de  Calahorra  ,  y 
frustraré  con  razones  muy 
eficaces,  que  la  S.  Virgen  ,  y 
Alai  ryr  ,  cuyo  cuerpo  se  ha 
venerado  desde  siglos  muy 
peniotos  en  la  comarca  de 
Tricio.,'  es  :mucho  mas  an-» 
ligua  queíia  Martyr  de  Cor-^ 


Trat.óg,  Cap.  12. 
doba  del  mismo  nombre. 
Quanto  á  la  fundación  del 
Monasterio  ,  tengo  también 
por  cierto  haber  precedido 
á  la  venida ,  y  dominación 
de  los  Árabes  ,  lo  qual  se 
prueba  fácilmente  con  solo 
representar ,  que  Tricio  ,  y 
su  comarca  estubo  tan  do- 
minada de  los  Moros  desde 
su  entrada  en  España ,  hasta 
que  los  Reyes  D  Ordoño  II. 
de  León , y  D.  García  de  Na- 
varra aseguraron  establea- 
mente  las  Plazas  de  Nágera, 
y  de  Viguera  ,  que  jamás  se 
verificó  la  oportunidad  ,  y 
disposición  que  requería  el 
establecimiento  de  un  nue-^ 
vo  Monasterio  ,  que  sirviese 
de  acogida  á  los  Monges  que 
huían  de  Córdoba.  No  dudo 
la  probabilidad  de  que  él 
Rey  D.  Sancho  conquistó 
cerca  del  año  914.  parte  de 
la  Rioja  ,  y  que  en  ésta  se* 
incluyó  Nágera, como  se  co- 
lige de  dos  Escrituras  ,  que 
mencionaré  luego  hablando 
de  esta  Ciudad.  Pero  tam- 
bién es  indubitable  ,  que 
aq'-ii  se  limitaron  las  con- 
quistas de  este  Rey  ,  y  que 
los  Moros  quedaron  posee- 
dores de  todas  las  cercanías, 
por  cuya  razón  no  tubo  por 
entonces  estabilidad  aquella 
con- 


Estado  de  la  Iglesia  de  Calahorra»        187 


conquista ,  sino  solo  por  el 
breve  espacio  de  quatro  ,  ó 
cinco  años.  En  cuyo  supuesto 
ya  se  deja  percibir  la  inve- 
risimilitud de  que  los  Mon- 
ges  de  Córdoba  edificasen 
Monasterio  ,  y  colocasen  el 
cuerpo  de  S.  Columba  en  un 
sitio  nada  fortificado  ,  qual 
era  el  pequeño  pueblo  ,  que 
hasta  hoy  se  dice  S.  Colo- 
ma ,  y  además  de  esto  cer- 
cano á  los  Moros ,  y  expues- 
to a  riesgo  próximo  de  per- 
derse ,  como  efectivamente 
se  perdió  muy  presto.  El 
mismo  Analista  de  Navarra 
reconoció,  que  no  se  halla 
Instrumento  ,  ni  memoria 
concerniente  á  las  Plazas  que 
Don  Sancho  tomó  en  aque- 
lla ocasión  ,  y  respediva  á 
los  pocos  años  que  duraron 
en  su  poder  ,  cuyo  defedo 
no  puede  atribuirse  á  otro 
motivo  que  el  de  haber  que- 
dado estas  tierras  sumamen- 
te arriesgadas  á  volver  al 
dominio  tiránico  de  los  Mo- 
ros ,  que  estaban  por  aque- 
llas cercanias.  Asi  ,  que  la 
disposición  del  país  ,  y  en  es- 
pecial la  comarca  de  Náge- 
ra  y  no  era  acomodada  para 
labrar  entonces  Monasterio, 
y  depositar  Reliquias  de 
Santos  ;  ni  se  puede   presu- 


mir ,  que  los  Monges  de  Cór- 
doba andubiesen  tan  indis-, 
cretos  que  eligiesen  este  si- 
tio dejando  otros  incompa- 
rablemente mas  seguros  de 
Navarra  ,  y  de  las  tres  Pro- 
vincias de  Alaba  ,  Vizcaya; 
y  Guipúzcoa. 

9  Desde  la  irrupción  de 
los  Árabes  parece  se  mantu- 
bo  este  Monasterio  con  al- 
gunos Monges  ,  aunque  el 
pueblo  de  S.  Columba  esta- 
ba desamparado  de  losChris- 
tianos ,  los  quales  se  retira- 
ron huyendo  de  los  Barba- 
ros ,  como  dice  el  Privile.qio 
de  D.  Ordoño.  Ello  es  ,  que 
las  Reliquias  de  la  Santa  per- 
manecieron alli  en  tiempo  de 
los  Moros  ,  ni  hay  memoria 
de  que  se  trasladaron  á  otra 
parte.  Además  de  esto  ,  el 
referido  Privilegio  está  con- 
cedido al  Abad  Senoniano, 
y  á  los  demás  Monges  ,  que 
vivian  con  él  al  tiempo  de  la 
conquista  de  Nágera ;  y  juz- 
go que  se  llama  asi  el  Abad, 
no  por  ser  éste  su  nombre 
proprio  ,  sino  por  razón  del 
Monasterio  ,  que  se  apelli- 
daba Senoniano ,  como  tam- 
bién todo  aquel  territorio  de 
S.  Columba  se  decia  de  Se- 
nonas  ,  por  las  razones  que 
expondré  quando  trate  de 
Aa  2  es- 


i88  España  Sagrada» 
esta  Santa.  Pero  sin  embar- 
go ,  habiendo  estajo  esta 
venerable  casa  dossiglos  en- 
teros en  poder  de  los  Paga- 
nos, se  hallaba  muy  pobre 
de  bienes  temporales  ,  asi 
para  el  sustento  de  los  Mon-^ 
ges  ,  como  para  el  culto  de 
Dios  ,  y  de  su  Sierva  S.  Co- 
lumba ,  cuyo  cuerpo  pose- 
ían. 

I  o  Considerando  ,  pues, 
el  Rey  D.  Ordofio  la  necesi- 
dad ,  y  santidad  de  este  sa- 
grado lugar  ,  creyó  que  no 
podia  hacer  obra  mas  pia- 
dosa, con  que  testificase  me- 
jor su  agradecimiento  al  fa- 
vor del  Cielo  ,  que  acababa 
de  recibir  en  la  conquista 
de  Nágera  ,  una  de  las  Pla- 
zas mas  fuertes  de  los  Mo- 
ros ,  que  si  restauraba  aquel 
antiquísimo  ?vIonasterio,  po- 
niéndole en  toda  perfección, 
y  observancia  ivíoná>tica  ,  y 
dotándole  con  la  munificen- 
cia que  le  era  posible.  Y 
fue  tan  pronto  y  tan  libe- 
ral en. la  egecucion  de  este 
santo  deseo  ,  que  estando 
aún  en  el  Castillo  recien  ga- 
nado ,  firmó  el  Privilegio  de 
dotación  á  21.  de  Odubre 
del  año, de  923.  por  el  qual 
señaló  los  términos  del  Mo- 
nasterio ,  y  le   dio  toda  la 


Trat,  69.  Cap.  i  2. 
hacienda  que  era  menester 
para  el  culto  de  Dios  ,  sus- 
tento de  los  Mondes,  y  aun 
de  todos  los  pobre?  y  peregri- 
nos que  llegasen  á  sus  puer- 
tas. 

II  En  el  mismo  año  de 
923.  y  según  se  presume  á 
1 1,  de  Noviembre  ,  conquis- 
tó el  Rey  D.  Sancho  de  Na- 
varra el  Castillo  de  Viguera, 
que  era  también  de  los  mas 
fuertes  que  los  Moros  tenian 
en  la  Rioja  ;  y  en  agradeci- 
miento de  tan  feliz  suceso, 
fundó  ,  y  dotó  en  Albelda 
un  Monasterio,  que  por  aque- 
llos tiempos  fue  de  los  mas 
ilustres  de  la  Christiandad. 
Dio  el  Rey  la  Carta  de  fun- 
dación á  5.  de  Enero  del  año 
siguiente  de  924.  y  aunque 
Morales  dudó  si  esta  data 
se  sacó  bien  en  el  Instru- 
mento ,  debe  retenerse  como 
legitima  ,  pues  se  halla  asi 
no  solo  en  el  pergamino, 
que  se  conserva  en  la  Iglesia 
Colegial  de  Logroño  ,  don- 
de yo  copié  esta  Escritura, 
sino  también  en  otro  que  vio 
Loaysa  en  el  Archivo  de  Si- 
mancas ;  y  fuera  de  esto,  el 
Rey  dice  ,  que  daba  aquel 
Privilegio  en  el  año  20.  de 
suReynado,  y  habiendo  si- 
do su  entrada  en  la  Era 943. 
co- 


.  Estado  de  la  Iglesia 
corro  consta  del  Chronicon 
Emilianense  ,  se  verifica  que 
]a  data  fue  en  la  Era  962. 
del  modo  que  propone  Mo- 
ret  en  el  tom.  i.desus  Anal, 
al  año  924. 

12     En  este  Privilegio  se 
describe    con  vivos  colores 
el  nuevo,  y  feliz  estado  en 
que  fue  puesta  la  Rioja  ,  par- 
te muy  principal  de  la  Dió- 
cesis ae  Calahorra  ,  mante- 
niéndose  esta  Ciudad   toda- 
vía en  su  cautiverio,  en  que 
perseveró  hasta  mediado  el 
siglo  siguiente.  Porque  des- 
pués de  referir  el  Rey ,  como 
por  los  pecados  de  los  Chris- 
tianos  envió  Dios   sobre  Es- 
paña á  los  Moros ,  gente  pa- 
gana y  barbara  ,  que  pose- 
yeron estis  regiones,  hasta 
que  apiadado  el  Señor  de  la 
aflicción  de   su  pueblo  ,  se 
dignó  reprimir  la    sobervia, 
y  audacia  de  los  Barbaros, 
prosigue  contando  sus    vic- 
torias con  estas  alegres  clau- 
sulas: Y  ahora  se  ha  servi- 
do Dios   conceder    á  noso- 
tros ,  aunque  indignos  ,  vic- 
toria  de  sus  enemigos  ,  dán- 
doles el  castigo. que  m^erc- 
cian  las  obras  de  sus  manos. 
Porque  aqui  en  nuestras  par- 
tes que  riega  el  Ebro  ,  he- 
ir-os  tomado  por  ambas  ri- 


de  Calahorra.  189 
beras  ,  favoreciéndonos  la 
Divina  clemencia  ,  muchisi- 
mos  pueblos  ,  Ciudades  ,  y 
Castillos,  echando  de  ellos 
á  los  Infieles  ,  á  los  quales 
por  la  providencia  de  Dios 
hemos  obligado  á  vivir  es- 
parcidos en  diversos  lugares 
no  conocidos ,  conforme  á  lo 
que  dice  la  Sagrada  Escri- 
tura: Dispersi  eos  per  om-^ 
nia  regna  mundi  ,  qu¿e  nes' 
ciu7it  ,  S  térra  desolata  est 
ab  eis, 

13      El   pueblo  ,  en  que 
D.  Sancho  fundó   en  acción 
de  gracias  por  el  triunfo  ob- 
tenido de  la  Plaza  de  Vigue* 
ra  su  insigne  Monasterio, fue 
en  el   siglo  anterior  ,  Ciudad 
grande  ,  y  adornada  con  ex- 
celentes edificios  por  el  fa- 
moso Árabe  Muza  ,  de  quien 
traté  en  el  Catálogo  de  los 
Reyes  de  Zaragoza, tom.  31. 
pag.  132.    Este    la    puso  el 
nombre   de  Albailda  ,    que 
suena  ,  según  el  Privilegio 
del    mismo  D.  Sancho  ,  lo 
mismo  que  la  voz  latina  Al~ 
ba  ;    y  llamóla  asi  ,  por   lo 
vistoso    y    hermoso  de    sus 
casas  y  palacios.  Pero  duró 
tan  poco  esta  población  ilus- 
tre ,  que  se  vio  arruinada  por 
D.  Ordoño  el  I.  casi  al  miis- 
mo  tiempo  que  Muza  acabó 
de 


I  po  España  Sagrada, 
de  engrandecerla.  Desde  en- 
tonces se  mantubo  reducida 
á  pocas  casas ,  y  se  tenia  co- 
mo arrabal  de  Viguera ,  Ciu- 
dad bien  fortificada  por  los 
Moros. 

14  Erigióse  el  Monaste- 
rio con  Ta  advocación  de  S. 
Martin  Obispo,  y  Confesor, 
y  de  aquí  ha  nacido  el  cre- 
erse ,  que  aquella  célebre 
victoria  de  Viguera  se  alcan- 
zó en  el  dia  de  este  Santo. 
El  número  de  Monges  que 
aqui  vivieron  fue  muy  cre- 
cido ya  en  los  principios.  Por- 
que habiéndose  fundado  el 
Monasterio  en  el  año  924.  te- 
nia en  el  de  950.  no  menos 
que  doscientos ,  como  se  lee 
en  un  testimonio  muy  expre- 
so de  Gomesano  ,  Abad  del 
Monasterio  Hildense  ,  sito 
cerca  de  Pamplona,  el  qual 
por  ruegos  de  Gotescalco, 
Obispo  de  Anicio  en  la  Aqui- 
tania  ,  copió  la  Obra  que 
compuso  S.  Ildefonso  ,  De 
laude  virgiiiítatis  SandicS 
Maricü  perpetu¿e  ^irginis; 
y  en  la  portada  del  Códice 
puso  estas  palabras  :  Ego 
¿juidem  Gomesanus  ^  licet  in- 
dignus^  Presbjteri  tamen  or- 


Trat,  6q,  Cap.  12. 

diñe  futicíus  in  finibus  Pam^ 
peloniiv  Abha  Hildense  in  ar- 
chisterio  ,  infra  atria  sacra 
ferens  Reliquias  Sandii ,  ac 
beatissim  i  Martin  i  Ep  iscop  i 
regulariter  degens  sub  rC" 
g  i  mine  videlicet  Dulquin- 
ti  Abbatis  inter  agmina 
Christi  servorum  ducento- 
rum  fere  Monachorum  ,  Se. 
15  El  Cl.  Mabillon  hace 
memoria  en  sus  An.  Bened. 
sobre  el  año  950.  del  Abad 
de  Albelda  expresado  en 
el  testimonio  de  Gomesano 
con  el  nombre  de  Dulquinto; 
y  entiende  ,  que  los  doscien- 
tos iMonges  que  éste  gober- 
naba ,  eran  de  diferentes 
Monasterios  sujetos  á  la  Aba- 
dia  principal  de  Albelda.  Mas 
no  se  ha  de  interpretar  asi 
aquel  número  ,  sino  de  Mon- 
ges que  vivían  en  solo  el 
Monasterio  Albeldense  ,  co- 
mo se  demuestra  por  los 
versos  que  el  Monge  Vigila 
puso  al  fin  del  Códice  de 
los  Concilios  ,  que  existe  hoy 
en  S.  Lorenzo  del  Escorial, 
donde  rogando  á  Dios  por 
toda  su  venerable  Comuni- 
dad ,  dice  : 


Unaíim  post  illuc  uniti  jugiter  ipsis  conlatemur 
Angelorum  ctettu 


Eoo 


Estado  de  ¡a  Iglesia  de  Calahorra.        ipi 


Eoo  instar   turma  cent  ¡es  bina  Coenobii  Albelda 
plurimum  candida. 


16  A  vista  de  ser  tan 
crecido  el  número  de  Mon- 
ges  que  vivían  en  Albelda, 
y  el  sitio  ,  en  que  estaba  el 
Monasterio,  muy  corto  y  es- 
trecho ,  causa  mucha  admi- 
ración y  espanto  á  todos  los 
que  reconocen  los  vestigios 
que  permanecen  ,  la  pobre- 
za y  espiritu  de  los  Siervos 
de  Dios  que  le  habitaron. 
Porque  se  ha  de  notar ,  que 
el  lugar  de  Albelda  está  ,  co- 
mo dice  Ambrosio  de  Mora- 
les ,  sobre  una  montaña  toda 
de  yeso  ,  y  también  de  otra 
peña  fosa  ,  y  muy  blanca, 
que  está  debajo  ,  llamada 
por  los  Naturales  Salagona. 
Labranse  en  ella  no  solo  cue- 
vas ,  como  en  Madrid  ,  y  en 
Guadalajara,  sino  aposentos 
formados  ,  y  casas  enteras, 
quando  pueden  tener  un  la- 
do derecho  de  peña  tajada 
á  donde  se  saquen  las  luces. 
El  Monasterio,  pues  ,  de  Al- 
belda estaba  situado  sobre 
un  gran  trecho  de  e^ta  peña 
tajada  ,  que  cae  sobre  el  rio 
Iruega  ,  y  en  él  tubitron  los 
Mcnges  hechas  sus  celditas 
con  solo  cavar  la  peña  ,  y 


dejar  sus  ventanillas  ,  como 
ahora  se  veen  sobre  dicho 
rio.  Por  esta  disposición  de 
las  celdas,  dice  el  M.  Yepes, 
que  se  espantó  pasando  por 
Albelda  de  que  pudiesen 
los  Monges  vivir  en  aquel 
sitio  ,  mas  acomodado  para 
nidos  de  palomas  ,  y  otras 
aves  ,  que  para  aposentos  de 
Religiosos.  También  el  cita- 
do Morales  compara  los 
aposentos  con  los  huecos,  en 
que  las  palomas  ponen  su 
nido  :  y  es  de  creer  ,  que 
cada  uno  de  aquellos  santos 
Monges  ,  asi  como  se  pa- 
recía á  estas  aves  en  la  vi- 
vienda ,  asi  también  mere- 
cerían su  nombre,  por  la  sin- 
ceridad y  pureza  ,  y  por  la 
fidelidad  y  amor  con  que 
despreciados  los  otros  bienes 
vivían  adheridos  á  solo  Dios. 
17  Por  los  años  de  960. 
floreció  en  este  Monasterio 
un  Monge  insigne,  llamado 
Salvo  ,  que  fue  succesor  de 
Dülquinto  en  la  Abadía.  Su 
vida  ,  y  preciosa  muerte  se 
lee  en  el  tom.  2.  de  la  Esp^ 
Ilustrada  ,  pa^;.  16.  y  en  el 
tom.  3.  delosConc.de  Agu ir- 


ip^  España  Sagrada. 
re,  pag.  83.  y  está  reducida 
á  este  breve  elogio.  Salvo, 
Ab.id  del  Monasterio  de  Al- 
belda, Varón  puüdo  en  el 
len;:íiiage  ,  erudito  en  la 
ciencia  ,  elegante  en  las  sen- 
tencias ,  compuesto  en  .las 
palabras ,  escribió  un  Ubrito, 
que  era  regla  para  sagradas 
Virgines ,  hermoso  en  el  es- 
tilo ,  y  claro  en  la  verdad 
del  asunto.  Compuso  con 
grande  eleí];ancia  Hvrnnos, 
Oraciones, Versos ,  y  Misis; 
y  su  estHo  en  estas  Obras 
es  tan  devoto  ,  que  causa 
mucha  compunción  ,  /  sua- 
vidad en  los  ánimos  de  los 
que  lo  leen  ,  ü  oyen.  Fue  pe- 
queño de  cuerpo ,  y  flaco  de 
fuerzas  ;  pero  de  espíritu 
muy  eficaz, y  ardiente.  ;Oh, 
qué  palabras  sallan  de  su  bo- 
ca mas  ddlces  que  la  miel, 
y  que  alegraban  el  cora- 
zón de  los  liombres  mas  que 
los  vinos  preciosos!  M.irió 
en  los  tiempos  del  Christia- 
nisimo  Rey  Garcia  ,  y  del 
Obispo  Theudemiro  á  10.  de 
Ftbrero  en  la  Era  de  mil.  Se 
aventajaba  á  todos  en  la  doc- 
trina sana ,  y  abundaba  so- 
bre todos  en  las  obras  de 
caridad.  Fue  sepultado  junto 
á  la  Basiüca  de  S.  Martin  ,  y 
á  sus  pies  descansa  también 


Traf.6c).Cap.  12. 

en  paz  su  discípulo  Velasco, 
Obispo. 

18  Este  ¡lustre  Abad 
Salvo  dejó  en  su  Monasterio 
dos  insignes  discípulos  lla- 
mados Vigila  ,  y  Sarracino, 
á  los  quales  debe  nuestra  Es- 
paña gran  parte  de  su  eru- 
dición. Empleábanse  estos 
dódos  varones  en  aquel  úti- 
lísimo egercici ),  que  según 
la  regla  de  S.  Ferriolo  ,  es 
m'iy  proprio  de  los  Mjnges, 
y  el  que  encarga  S.  Geróni- 
mo ,enseñind)  á  Rústico  el 
método  de  vida  que  debía 
segUT  :  Scribantur  l'ibri  ,  iit 

5  manus  opcrentur    cibum^ 

6  animuí  leciione  saturetur. 
En  la  Librería  del  Escorial 
se  gaarda  todavía  el  graa 
Códice  llamado  Albeldense, 
en  que  se  contienen  varias 
Obras  ,  principalmente  se- 
senta y  un  Concilios  ,  y  cien- 
to y  una  Epístolas  Decreta- 
les ;  todas  las  quales  fueron 
escritas  por  los  referidos  Vi- 
gila ^  y  Sarracino  ,  y  un  dis- 
cípulo de  Vigila  ,  por  nom- 
bre García.  Acabóse  de  es- 
cribir á  25.  de  Mayo  en  la 
Era  de  1014.  ano  de  Chrísto 
976.  siendo  Reyes  de  Na- 
varra D.  Sancho  ,  y  D.  Urra- 
ca ,  y  reynando  en  Vigue- 
ra  Don  Ranimiro  ,  de  quien 

Vi- 


Estado  de  la  Iglesia  de  Calahorra*        193 


Vigila  hace  especial  mención 
ert  los  versos.  Asclepiadeos 
que  él  puso  al  fin  del  Códice, 
y  yo  pondré  en  el  Apéndice 
del  tomo  presente  ,  por  no 
haberlos  visto  publicados  ,  y 
darse  en,  ellQs  un  testimpniq. 
muy  expreso  de  lo  que  de-, 
jp  dicho ,  y  de  la  devoción 
y  sania  curiosidad  de  los 
Monges  del  Monasterio  Al-; 
beldense.  Dijo  con  mucha' 
razón  el.P.  iMoret ,  que  pa- 
ree^ echaba  Dios  su  bendi- 
ción á  los  Monges  de  San 
Martin  de  Albelda  ,  los  qua- 
les  se  disponían  para  reci- 
birla ,  empleando  el  ¡tiem- 
po, quQ  vacaban  de  1^3  ala-¡ 


banzas  divinas  ,  en  trabaj» 
tan  santo  y  tan  necesario  eti 
aquellos  siglos  ;  pues  á  poco!^ 
años  de  haberse  fundado  se 
escribieron  Obras  tan  insig- 
nes como  las  que  hemos  re- 
ferido del  Abad  Salvo  ,  y  del 
Monge  Vigila. 

17  De  este  Monasterio 
s-t  sacó  también  el  libro  de 
las  Ordenes  con  el  Oficio  del 
Bautismo  ,  y  .sepultura  que 
llevó  á  Roma  Manió  Obispo 
de  Calahorra  ,  y  reconoció 
el  Papa  Alejandro  II.  en  el 
nuevo  examen  ,  que  enton- 
ces se  hizo  del  Oncio  Góti- 
co ,  que  se  celebraba  en  E>-, 
paña. 


CAPITULO     XIII. 


ANTIGÜEDADES    DE    LA   CIUDAD 

de  Nagera  ,   é   institución    de  su 
Obispado. 


I  O  Eñalandose  en  un  pri- 
C5  vilegio  del  Rey  de 
León  D.  Ordoño  II.  la  situa- 
ción del  pueblo  llamado  de 
Santa  Columba  en  la  Rioja 
se  dice  ,  que  este  lugar,  des- 
amparado de  los  Christia- 
nos  por  la  persecución  de 
los  Árabes  ,  estaba  cerca  de 
Tom.  XXXUU 


la  Ciudad  que  antiguamen- 
te tubo  el  nombre  de  Seno- 
nas  ,  después  el  de  Tricio ,  y 
ultimrímente  el  de  Nagera, 
De  aquí  coligen  algunos  la 
grande  antigüedad  de  la  po- 
blación que  hoy  llamamos 
Nagera  ,  diciendo  que  su 
origen  viene  de  los  Celtas 


1 9i:^     Esfáña  Sagrada. 
6'Francesés ,  qné' Componían 
}a  quarta  provincia  Lugdu- 
«ense  ,  cüyá  Metrópoli  era 
la  Ciudad  de  Senonas ,  nom- 
bre que  comunicaron  al  nue- 
vo pueblo  ,  que  futldaron  en 
la-  ré;;ron'  dé  lois 'Berones  de 
España  ,  la  qual  andando  el 
tie  mpo   perdió    su    nombre 
antiguo  ,  y   tomó  el  de  Tri- 
do  ,    con  que    la  mencio- 
nan los  Geogra  fos  d'el  tiem- 
po de  los  Romanos, 

2  Estrabon  dice  expre- 
samente ,  que  los  habitan- 
tes de  este  pais  ,  ó  Berones, 
fueron  parte  de  los  Celtas, 
que  vinieron  á  España  ,  de 
cuyo  origen  traté  en  el  tom. 
32.  probando  con  graves  tes- 
timonios ,  que  su  nombre  fue 
conocido  en  estas  Provincias 
antes  que. en  1^  Gaüa  ,^  y 
^ue  por  esta  razón' no  es  tan 
fundado  como  se  ha  creido: 
comunmente  el  sistema  ,  que 
establece  ser  nuestros  Cel- 
tas ori;^inarios  de  los  Galos. 
Mas  suponiendo'  ahora  iW 
verdad  de  éste  didamen  ,  es 
invención  de  aquel  siglo  ig- 
norante Y  baibaro^  en  que 
reynó  D.  Ordoño  ,  el  nom- 
bre de  éJertonas,  adjudicado 
a  N■áge^á' , '  y  antéfior  al  dé 
Tricio  ;  y'-  desconocido  en 
esta  región  ,  y  en  los  Escri- 


Trat.6^.  Cap,  13. 
tores  por  todos  los  siglos 
pre  cedentes  ,  como  proprio 
de  algún  pueblo.  Sin  embar- 
go ,  pudo  la  dicha  inven- 
ción originarse  de  este  prin- 
cipio ,  que  ahora  expondré 
ú\  juicio  de  los  hombres  doc« 
tos.  El'  pueblo  ,  que  men- 
ciona el  privilegio  ,  como 
adyacente  á  Nágera,  y  ar- 
rabal suyo  ,  tomó  su  nom- 
bre de  Santa  Columba,  por 
venerarse  en  él  sus  Reliquias. 
De  esta  insigne  virgen  y 
martyr  se  creyó  antigua- 
mente en  España  ,  que  era 
la  Santa  ,  que  en  tiempo  de 
Aureüano  padeció  en  Seño- 
rías (  hoy  Sens )  de  Francia; 
por  lo  que  los  Breviarios  de 
diferentes  Iglesias  traen  su 
fiesta  en  el  día  31.  de  Di- 
.ciemb're  proprio  ae  laS^no- 
iiense.  Véase  Morales  lib. 
*  14.  cap.  21.  y  Florez  tom. 
10.  pag.  414.  En  virtud  de 
esta  creencia  sé  puede  pre- 
sumir ,  que  el  referido  pue- 
blo se  llamó  Santa  Columba 
de  Senonas  ,  y  que  por  ser, 
como  dice- el  privilegio  ci- 
tado, arrabal  de  la  jurisdic- 
ción de  Nágera  ,  se  vino  á 
creei»  que  esta  Ciudad  tubo 
en  sus  principios  el  nombre 
de'Sfenonas:  la  qual  conge- 
lura' ,  si  es  vercUdera  como 
pa- 


Antigüedades  de  la  Ciiidad  de  Nagera.     195 
parece  ,  da  nueva  probabili-     que   la  Ciudad  de  Nágera, 


dad  a,  la  opuiion  ,  que  sos- 
tiene la  identidad  de  Santa 
Columba  Scnonense  con  la 
venerada  en  el  Priorato  de 
su  nombre  cerca  de  Náge- 
ra  ,  de  lo  qual  trataré  mas- 
largamente  en  su  lugar. -^ 

3  Aunque  el  Priv.ilegio 
de  D,  Ordoño  ,  y  el  Chro- 
nicon  de  Sampiro  reducen 
el  antigua  Tricio  á  U  Ciu- 
dad de  Nágera  ,  advierte  el. 
Rmo.  Florez  en  su  Diserta-? 
cion  de  la  Cantabria  ,  que- 
no  por  eso  se  ha  de  pensar,^ 
que  estas  dos  poblaciones- 
son  indistintas  ,  ó  qiíe  hu- 
bieron un  mismo  sitio,  por-, 
que  esta  reducción  no  tiene 
otro  fundamento,  que  la  ve- 
cindad de  los  dos  pueblos  ,  y 
la  mayor  fama  y  nobleza  á 
que  vino  en  el  tiempo  de  los 
Árabes  la  Ciudad  de  Nágera 
respedo  deTricio,cuya  gran- 
deza se  disminuyó  grande- 
mente después  de  los  Ro- 
manos. Sin  embargo  de  e^tñ 
advertencia  mi  juicio  es,  que 
asi  el  Privilegio ,  como  Sam- 
piro, y  otros  Escritores  ^  que 
hacen  Ja  expresada  reduc- 
ción ,  se  han  de  entender 
en  sentido  proprio ,  que  sig- 
nifique la  identidad  de  situa- 
ción.   Porque    es  constante, 


que  mencionan  los  antiguos, 
pa  es  la  que  hoy  existe  con 
este  nombre  junto  á  upa  ele* 
vadisima  cordillera  que  1^ 
domina  ,  sino  otra  que  estu-* 
bo  mucho  tiempo  bajo  e^ 
dominio  de  los  Moros ,  y  fue 
conquistada  por  D.  Ordoño, 
la  qual  no  fue  población 
distinta  de  la  de  Tricio  ,  si- 
no solo  en  el  nombre  ,  que 
inudó  desde  la  entrada  de. 
los-  barbaros.  Esta  fue  tras- 
ladada al  sitio ,  que  ocupa 
al  presente  ,  pocos  años  des- 
pués del  1042.  en  que  el 
Rey  D.  Garcia  de  Navarra 
hizo  aquel,  maravilloso  des: 
cubrimiento  de  la  Imagen  de 
nuestra  Señora  en  el  lugar 
donde  se  fundó  el  Monaste- 
rio de  los  PP.  Benedictinos, 
quedando  desde  entonces  es- 
ta Ciudad  con  el  nombre 
Arábigo  de  Nágera  ,  y  el 
pueblo  antiguo  con  el  deTri- 
cio  ,  que  tubo  en  tiempo  de 
los  Romanos  y  Godos. 

4  La  voz  Nágera,  se  lee 
de  varios  mo|dos  en  los  an- 
tiguos. En  el  Archivo  de  la 
Santa  Iglesia  de  Pamplona 
hay  una  escritura  de  la  Era 
de  862.  con  esta  firma  :  Sé- 
nior Fortunio  Galindoiz  in 
Nazera.  En  ün  Privilegio  de 
Bba  D. 


I9<5  España  Sagrada, 
D.  Aton<;o  VIH.  qué  trae  la 
Bibliotheca  Clüniacense  se 
t^cT\he  Na±^^ra  y  y  áe  aquí 
se  llarrian  Nazarenos  los  ha- 
bitnntes  de  esta  Ciudad  en 
la  Historia  Compostelana  ms. 
en  el  lib.  r.cap.'  73.  El  Ar- 
zobvspo  D.  Rodrigo  e^^cribe' 
i'épeiidas  vetes  Anagarum, 
La  pronunciación  mis  co- 
mún es  Najara  y  Naxara; 
pero  elChronicon  A'belden- 
se  escribe  este  nombre  con 
las  mismas  letras ,  con  que 
a!  presente  !e  pronunciamos-, 
porque  hablando,  de  Sancho 
García  de  Navarra  dice: 
Jdem  cepit  per  Ca^.tnhrtam 
a  N.igerens^  urbe' ús qué  dS 
Tittelam  omniá  cci-^tra.     ' 

5  Esta  Ciudad  ,  que  con 
el  nombre  de  Tricio  fae  muy 
populosa  y  noble  en  tiempo 
de  los  Romanos ,  llegó  á  ser 
fan  estimada  en  iel  Rey  na- 
do de  los  Godos  ,  que  ha- 
biéndose instituido  el  Duca- 
do de  Cantabria  ,  fue  elegi- 
da para  asiento  y  corte  de 
los  Duques  ,  como'  afirma-  el 
Arzobispo  Don  Rodrigo  en 
el  lib.  5.  cap.  25.  donde  di- 
ce del  expresado  D.  Sancho 
Rey  de  Navarra  :  Qui  Reg- 
no  Nüvarrcv  Cantábrica  ad- 
did^rat    Principatum   ,    S 


Trat.  6g.  Cap.  i  3. 

Regnum  Navarras  ,  S  Co- 
ntitatiím  Castcllce  ,  S  Vuca- 
tum  Cantabria   bellis    inde- 
sinentibus    mirnbiliter    am- 
pliarat^cujiis  Sedes  fuit  Ana- 
gnrum  ab  amiquo.  Ni  se  es- 
traiíe  ,  que  el  Arzobispo  pon- 
ga  por  cabeza  del   Ducado 
de  Cantabria  un  pueblo  tan 
distante    de   los    Cántabros 
que  venció  Augusto  ,  porque 
como   muchas  veces   se  ha 
notado    en    esta  Obra  ,  no 
hay  cosa  mis  fuera  deques- 
tion  ,  que  haberse  llamado 
Cántabros  los  Berones  ó  Rio- 
janos  en  tiempo  de  los  Got 
dos  ,    y    h-iberse    reducido 
ácjüel  nombi'e  á  casi  sola  es- 
tá Región   desde   la    irrup- 
ción de  los  Árabes ,  toman- 
do de  ella  los  Reyes  de  Na- 
varra^  el  titulo  de  Cantabria 
después  que  la  conr^uistaron. 
■    6'    Los  Moros*  ocuparon 
á  Nágera  con  las  otras  po- 
blaciones de  la  Rioja  en  los 
primeros    años  de  su  domi- 
íiácion  en    España  ;  y   ésta 
fue  un'a.  de  las  pla¿as  nias? 
fuertes  'que  '  tubieron    cerca 
de  las  riberas  del  Ebro.  Mo- 
ret    en   sus    Investigaciones 
lib.  3.  cap.  ro.  pone  dos  con- 
qu'r^f;as.  de  Nágera  antes  de 
ía-  que  hizo  D.  Ordoño..  Atri- 


Antigüedad  de  la  C 
buye  la  primera  al  Rey  D. 
Iñigo  Ximenez  segundo  de 
este  nombre  ,  sin  otro  apo- 
yo ó  autoridad  que  la  de 
Luis  del  Marmol  ,  que  pone 
también  la  mmerte  de  aquel 
Principe  en  esta  miism.a  Ciu 
dad.  Confiesa  ,  que  este  Au- 
tor ,  en  quien  se  funda,  er- 
ró mucho  en  quanto  al  tiemi- 
po  ;  y  él  sostiene  en  sus  Ana- 
les lib.  6.  cap.  4.  que  falle- 
ció en  el  año  857,  ó  prin- 
cipios del  siguiente.  Pero 
este  D,  Iñigo  ,  que  según  lo 
que  establecí  en  el  tcm.  31. 
pag.  359.  no  es  distinto  del 
que  tubo  el  sobrencmibre  de 
Arista  ,  no  peleó  contra  los 
IVloros  fuera  de  Navarra  ,  ni 
hay  fundamento  sólido  pa- 
ra creer  que  este  Rey  no  se 
extendió  á  la  Rioja  antes  del 
Rey  D.  Sancho  García  ,  á 
quien  el  Chronicon  de  Albel- 
da adjudica  grandes  viéio- 
rias  en  ella  diciendo  ,  que 
ganó  á  los  Moros  todos  los 
castillos  ,  que  tenia n  por  la 
Cantabria  átsátNágera  has- 
ta Tudel  a, 

7  Aun  se  puede  dudar, 
si  Nágera  debe  contarse  en- 
tre las  conquistas  deD.  San- 
cho ,  por  DO  saberse ,  si  el 
Alongé  Vigila  la  incluyó  en 
ellas  escribieiido  ,  que  este 


h'dad  de  Ndgera*  1 97 
Rey  tomó  todas  las  plazas 
y  castillos ,  que  hay  desde 
la  dicha  Ciudad  hasta  Tu- 
dela.  Morales  ,  tratando  de 
lo  que  escribe  Sampiro  so^ 
bre  la  jornada  de  D.  Ordo- 
no  á  la  conquista  de  Náge- 
ra dice:  De  Najara  es  está 
la  primera  m.encion  ,  que 
en  nuestras  Historias  halla- 
mos ,  y  ro  parece  haya  sido 
antes  de  agora  de  Christia- 
ncs  después  de  la  general 
destruicicn  ;  y  asi  se  puede 
bien  creer  ,  que  no  se  co- 
bró agora  ,  sivo  que  se  ga^ 
no  de  nueve.  No  obstante  ha- 
cen muy  prtbable  ,  que  D. 
Sancho  ganó  á  les  Moros 
e5ta  Ciudad  dos  escrituras 
áei\  Monasterio  de  S.  Millán 
en  los  folios  50.  y  13.  del 
Becerro,  cuyas  datas  son  de 
la  Era  958.  y  960,  y  ante- 
riores á  la  jornada  de  D. 
Ordoño  ,  en  las  quales  se 
dice  ,  que  D.  Garcia  hijo  dé 
D.  Sancho  reynaba  en  Pam- 
plona y  en  Nágera.  Por  don- 
de parece  que  habiendo  si- 
do conquistada  por  D.  San- 
cho ,  volvió  á  perderse  des- 
pués de  la  batalla  de  Val- 
dejunquera. 

8     Pocos  meses  estúvola 
Ciudad  en  poder  de  les  Mo- 
ros en  esta  ocasión  ;  porque 
vi- 


I  98       España  Sagrada,  Trat.  69.  Cap.  i  3. 
viniendo  D.Ordoño,  llama-     ron   también   los  Reyes 
de  D.  Garcia 


do  de  U.  Vjarcia  ,  para  ayu- 
dar con  su  egercito  á  la 
conquista  de  ella  ,  y  de  Vi- 
guera ,  y  tomando  á  su  car- 
go el  cerco  de  Nágera  ,  la 
ganó  en  el  mes  de  0¿^ubre 
de  923.  Interim  ^  dlcQ  Sam- 
piro  ,  nutitii  venerunt  ex 
parte  Regís  Garseani  ,  ut 
illuc  pergere*  Rex  noster  su- 
prafatus  ad  dcbellandas  ur- 
bes perfidorum.  Hx  tunt 
Nagcra  S  ¡Ceguera,  Rex 
vero  iter  eait  cum  magno 
exercitu  ,  S  oppressit ,  at- 
que  cepit  supradi&am  Na- 
geram  ,  qu.'S  ab  anttquo  Tri- 
tio vocahatur, 

9  Conquistados  los  dos 
pueblos  con  sus  castillos, 
que  eran  de  la  mayor  im- 
portancia ,  y  echados  los 
Moros  de  la  sierra  meri- 
dional de  la  Rioja  ,  y  de  las 
faldas  de  Moncayo  ,  y  co- 
marcas de  Agreda  ,  y  hallán- 
dose en  ñn  libre  de  los  in- 
fieles ,  y  casi  con  entera  de- 
fensa y  seguridad  toda  esta 
tierra  á  «xcepcion  de  Cala- 
horra ,  pareció  necesario 
restaurar  la  Sede  Episcopal, 
colocándola  en  Nágera  ,  por 
ser  entonces  el  pueblo  mas 
crecido,  que  tenian  losChris- 
tianos  ,  ai  qual  «ondecora- 


de 
Navarra  ,  tomándole  desde 
este  tiempo  en  sus  escritu- 
ras por  nuevo  titulo  ,  que 
agregaron  al  de  Pamplona. 
Ni  se  piense  ,  que  la  erec- 
ción de  esta  Silla  fue  resti- 
tución de  la  que  antes  hu- 
bo en  Tricio  ,  como  le  pare- 
ció al  célebre  Agustiniano 
Gerónimo  Román ,  cuya  His- 
toria Eclesiástica  ms.  cita 
Yepes  en  la  cent.  6.  aíio  de 
Christo  1052.  cap.  3.  porque 
la  Cátedra  Episcopal  de  Tri- 
cio es  no  menos  fabulosa, 
que  la  que  el  iM.  Argaiz  pu- 
so en  Nágera  ,  fundada  e^ 
los  principios  de  la  Iglesia, 
y  distinta  de  la  de  Tricio. 
Sin  embargo  pues  de  no  ha- 
ber existido  jamás  Obispo 
en  estos  pueblos ,  que  siem- 
pre reconocieron  a  Calahor- 
ra por  cabeza  suya  en  lo 
civil  y  eclesiástico  desde  que 
la  Vasconia  se  dividió  en 
dos  Obispados  ,  se  puso  la 
S^áo.  en  Nágera  por  estar  la 
Capital  antigua  ocupada  de 
los  Moros. 

10  El  M.  Yepes  en  el  lu- 
gar citado  cap.  2.  dice  ,  que 
D.  Sancho  el  mayor  fue  el 
que  acrecentó  y  ennobleció 
á  NágerA  ,  asentando  en  es- 
ta Ciudad  su  Corte  ,  y  eri- 
gien- 


Antigüedades  de  la  Ciudad  de  Ndgera,  199 
giendo  también  en  ella  la  titulo  de  Nágera  en  la  Era 
Silla  Episcopal  ,  cuyo  pri- 
mer Obispo  cree  haber  sido 
D.Benito.  Olvidóse  sin  du- 
da este  Autor  de  lo  que  es- 
cribió en  el  tomo  preceden- 
te al  año  950.  c.  2.  y  de  la 
escritura  que  puso  en  el 
Apend.  num.  10.  donde  se  ve 
confirmándola  un  Obispo  con 


Asi  que  debe  ponerse 
la  institución  de  esta  Sede 
en  el  Reynado  de  D.Garcia, 
y  cerca  del  año  en  que  se 
hizo  la  conquista  de  la  Ciu- 
dad ,  desde  cuyo  tiempo  te-- 
nemos  memorias  de  los  Obis-' 
pos  siguientes. 


CAPITULO     XIV, 

CATALOGO    DE    LOS    OBISPOS 

de  Nágera, 


TEODEMIRO 

Por  los  años  950. 

I  fJRosiguiendo  el  M. 
Jr  Argaiz  la  serie  de 
los  Obispos  de  Calahorra  di- 
ce ,  que  Theodemiro  suce- 
dió en  la  Silla  de  Nágera  á 
D.  Benito  ,  que  por  los  años 
948.  fue  trasladado  á  la  íg!e 
sia  Calagurritana.  Es  digna 
^el  mayor  desprecio  la 
coexistencia  de  estas  dos  Se- 
des ,  por  quanto  se  funda 
en  la  fantaí-tica  aut(  ridad  de 
Walabonso,  Autor  igualmen- 
te fingido,  que  el  Luithp.an- 
4o  que  ccniinúa.    Mas  co- 


mo el  citado  Benediélino 
pretende  al  año  933.  que  el 
Rey  Don  García  Sánchez  re- 
cobró á  Calahorra  de  los 
Moros  ,  y  que  por  tanto  es 
muy  verisímil  que  algurt 
Obi"?po  gobernaba  su  Iglesia 
con  el  titulo  antiguo  ,  es 
necesario  advertir  ,  que  no 
hay  cosa  mas  íalsa  ,  que 
esta  conqui'-ta  de  Calahor- 
ra ,  ni  cosa  mas  cierta  que 
el  infeliz  estado  que  expu- 
se arriba  ,  y  en  que  perse- 
veró esta  Ciudad  sin  Obispo 
hasta  el  año  de  1045. 

2      Ya   veo    que    Argaiz 

quiere  confirmar  su  presun-^ 

cion  con    el    privilegia  del 

Con- 


200      "España  Sagrada. 
Conde  Fernán  González,  que 
se -dice   de  los   votos  de  S. 
Millán  ,  en  el   qiial  se  nom- 
bra Calahorra  entre  los  pue- 
blos que  tenían  los  Christia- 
Dos  ,  y  debían  pagar  á  este 
Santo   por  la  batalla  y  vic- 
toria de  Simancas.   Pero  es- 
te privilegio  no  es  capaz  de 
inclinarnos  á  no   creer   u;ia 
verdad    tan  asentadíi   como 
es  la  del  cautiverio  de  Ca- 
lahorra   en  estos  años    bajo 
el  yugo  de  los  barbaros ;  an  - 
tes  bien  de  aquí  se    puede 
formar  un    argumento  muy 
eficaz    contra    la  autentici- 
dad ó  integridad  del   privi- 
legio. Ya  hablan  sospecha- 
do algunos  dodos   Varones 
la  falsedad   de   este   Diplo- 
ma  ,  por  expresarse  en   él 
muchos  pueblos  ,  que  de  nin- 
gún modo  pertenecían  á  Fer- 
nán González  ,  sino  á  los  Re- 
yes de  León  y  de  Navarra; 
lo  que  ni  estos  podrían  to- 
lerar ,  ni  el  Conde  hacer  sin 
una    especie   de    temeridad 
insufrible.   Pero   esta  grave 
dificultad  se  aumenta  ahora 
en   vista   de  nombrar  tam- 
bién á   Calahorra  ,  quando 
esta  Ciudad  se  hallaba  fuera 
de  la  potestad  de  todos   los 
Principes  Christianos  ,  prin- 
cipalmente habieodo  sucedi- 


Trat,  (íp.  Cc^p.  14. 
do  dos  años  antes  del  privi- 
legio   la    destrucción  de  su 
Iglesia  ,  que  desde  este  tiem- 
po no  se  menciona  una  vez 
sola   hasta    el  año    referido 
de  1045.  en  que  D.Garciahi* 
jodeD.Sancho  el  Mayor  con- 
quistó esta   noble  y  antigua 
población.  Eu  este  supuesto 
Theodemiro    no  fue  J^ubsti* 
tuido  en  la  Silla   Episcopal 
de  Nágera  por   otro  Obispo 
trasladad  >  á  la  Iglesia  Cala - 
gurritana  ,  ni  tampoco  pue- 
de  admitirse    la  permanen- 
cia del  titulo  de  Calahorra, 
ni   unido  ,  ni    separado  del 
de  Nágera  ,  sino  es  que  de- 
mos crédito  á  los  Chrotiico. 
nes  inventados  con  tan  ma- 
nifiesto perjuicio  de  la  ver- 
dad. 

3  El  mismo  M.  Argaiz 
pondera  la  exaditud  deTeo- 
demiro  en  el  cumplimiento 
de  su  ministerio  ,  diciendo 
que  lue<To  que  entró  en  el 
Obispado  de  Nágera  juntó 
un  Concilio  en  el  Monaste- 
rio de  Santa  Colomi  adonde 
concarrieron  cinco  Abades. 
Mas  las  personas  que  nom- 
bra no  se  juntaron  con  moti- 
vo de  Synodo  ,  sino  solo  por 
la  causa  siguiente.  En  el  año 
926,  falleció  el  Rey  D.  San- 
cho García  ,  y  fue  sepul- 
ta- 


Obispos  de  Ndgera,  Theodemiro.      201 


tado  en   el    Castillo    de   S. 
Esteban  de  Deyo  ,  que  hoy 
se   llama  Monjardin.   Desde 
entonces  acostumbraron   los 
Prelados  y  Señores  del  Rey- 
no   juntarse  en    la    pequeña 
Iglesia    del   Castillo  ,  para 
celebrar  aniversario  ,  y  reno- 
var  la    memoria  de    aquel 
Rey  piadoio  para  con  todos 
los  fieles  ,  y  misericordioso 
para  con  los  Católicos ,  que 
estaban    oprimidos    por    la 
potestad   de  los  Sarracenos, 
como  dice    el   breve  elogio 
del    Chronicon    Albeldense. 
A  este  ado  de  gratitud  con- 
currían   también  los   Rioja- 
nos  ,  asi   por  tocar  en  aquel 
tiempo  al  Reyno  de  Navar- 
ra ,  como   por  ser   ellos  de 
Jos  mas  favorecidos  de  aquel 
gran    Principe.    En    la   Era 
pues  de  98B.  año  de  Christo 
950.   se  hizo   como   era  de 
costumbre  esta  memoria  fu- 
neral; y  volviendo  ya  de  S. 
Esteban     los    Prelados   ,    y 
otras  personas  de  la  Rioja, 
se   juntaron    en    un    pueblo 
llamado  Santa  Eulalia,  situa- 
do en    la  ribera    del    Ebro, 
el  Obispo  de  NágeraTheode- 
miro,  y  los  Abades  Dulquin- 
to   de  Albelda  ,  Diego   de 
Desojo  ,    Munio    de    Santa 
Tcm,  XXXllL 


Coloma  ,  Esteban  de    S.  Mi- 
llán  de  Berceo  y  Be  la  seo  de 
Cirueña  con  todos  los  veci- 
nos de   Leza  ,  los  quales  fue- 
ron   testigos    de    la    formal 
entrevia  que  Abdica ,   Abad 
del   Monasterio    de  Laturce, 
hacía  de  sí  ,  de  sus  Monges, 
y  bienes  ,  al  Abad  de  Albel- 
da ,    sujetándose  á  su  obe- 
diencia   y     dirección.    Esto 
es  lo  que  consta  de  una  es- 
critura antigua  ,  y  original, 
que  existe  en  el  Archivo  de 
la  Iglesia  Colegial  de  Logro- 
ño, y  es  la  única  memoria 
que  temos  de  Theodemiro  en 
escritura  ,  la  qual  nos  des- 
cubre también   la  anteriori- 
dad de  la  Silla  Episcopal  de 
Nágera  al   Reynado   de   D. 
Sancho  el  Mayor  ,  como  ái- 
ge  antes  contra  Yepes  ;  por- 
que además  de  la  data  que 
tiene  el  año  expresado  ,  se 
menciona  el  Rey   D.  García 
y  su  madre  la  Reyna  Doña 
Toda  ,  por   cuya    autoridad 
debia   corroborarse  la  escri- 
tura.  En   el    año    de    962. 
tenemos    otra     memoria  de 
este  Obispo    en    el    elogio, 
que  el  Autor  coetáneo  hizo 
de  Salvo  ,  Abad  del  Monas- 
terio de  Albelda  ,   de  quien 
dice  murió   en  la    Era   de 
Ce  1000. 


20  2       España  Sagrada, 
looo.  bajo    el  Rey  nado  de 
D.  García  ,  y.  el  Pontificado 
de  Theodemiro. 

BENITO 

Por  ¡os   años  971. 

1  La  primera  memoria 
que  se  halla  de  este  Obis- 
po con  solo  el  titulo  de 
Nágera  existe  en  el  Archivo 
de  S.  Pedro  de  Ciresa  ,  y 
es  una  donación  de  D.  Én- 
dregoto  Galindez  hijo  del 
Conde  D.  Galindo  Aznar, 
por  la  qual  da  al  dicho  Mo- 
nasterio el  pueblo  de  Xa- 
vierre  Martes  ,  con  todas 
las  casas  ,  viñas  &c.  que  te- 
nia dentro  de  los  términos 
que  alli  se  asignan.  Su  data 
•es  en  el  mismo  dia  de  S. 
Pedro  de  la  Era  1009.  y 
dice  que  reynaban  D.  San- 
cho Garcés  y  Doña  Urraca 
en  Pamplona  y  Aragón,  y 
que  eran  Obispos  D.  Diego 
en  Aragón  ,  D.  Blasio  en 
Pamplona  ,  y  D.  Benito  en 
Nagera. 

2  En  el  mi^mo  año  con- 
firmó otra  escritura  ,  por  la 
qual  el  Rey  D.  Sarcho  de 
Navarra  ofrece  á  S.  Milán 
y  f.l  Abad  de  su  Monaste- 
rio ,  que   se  llama  Luperco, 


.  Trat,  69.  Cap,  1  4. 
dos  Pueblos  cuyos  nombres 
eran  Cordovin,  y  Villa  Gon- 
zalo cerca  de  Nágera,  y  jun- 
to al  rio  Cárdenas.  Confirmó 
también  esta  escritura  con 
el  titulo  de  Sénior  el  Juez 
que  entonces  era  de  Nágera 
llamado  Belasco.  D,  Benito 
no  especificó  aqui  ni  en  otras 
donaciones  de  los  años  si- 
guientes la  Sede  ,  pero  crée- 
se ser  el  mismo  que  el  ex- 
presado en  la  memoria  de 
S.  Pedro  de  Ciresa. 

3  En  el  año  de  983.  hizo 
una  concordia  con  el  Abad, 
y  demás  Monges  de  A.bel- 
da  ,  con  quienes  parece  te- 
nia litigio  sobre  ios  diez- 
mos del  lugar  de  Desojo. 
Esta  escritura  se  guarda  ea 
el  Archivo  de  la  Iglesia 
Colegial  de  Logroño ,  y  su 
data  dice  Era  TXXT.  Xl\ 
Küh  Ocí.  Regnante  Rex  San- 
ciore  in  Parupilcna  S  in 
Cantabria.  Y  para  mayor 
autoridad  ,  y  firmeza  de  la 
concordia  confirman  el  Ins- 
trumento el  Rey  D.  Sancho, 
y  la  Reyna  Doña  Urraca, 
y  los  Infantes  D.  García, 
D.  Ramiro  y  D.  Gonzalo; 
y  son  testigos  Benediélo  y 
Julián  Obispos  ,  Vigila  y 
Maurelló  Abades ,  Belasco, 
Sansón  ,  y  Garcia  Presbíte- 
ros, 


Prosigue   la    memoria 


Obispos  de  Nagera,  Benito.  203 

ros ,  y    con   titulo    general     sobre  las  Sedes  á  que  deben 

adjudicarse.  El  titulo  de  Si- 
sebuío  se   expresa    en    una 
donación  de   D.Sancho  Gar- 
res ,  y  de  su  hermana  Doña 
ToJa ,  que    ofrecieron   á   S. 
Salvador  de   Leyre  un  Mo- 
nasterio   llamado    Bayocoa, 
poniendo  en  su    data  de  la 
Era  de  .1029.  Episcopo  Dono 
Sisehuto   in    Pampilona^  Sin 
embargo ,    como  otros  Obis- 
pos   callaron  sus  títulos ,  se 
aprovechó   Argaiz    de    esta 
ocasión  para  explicar  su  li- 
beralidad con  Sisebuto ,  dán- 
dole   á  un    mismo     tiempo 
no  menos  que    tres  Iglesias, 
que  son    las   de    Pamplona, 
Nágera  y  Oca.    El    funda- 
mento ,  que  tubo  para  dar- 
le este  Obispado  es  ,  que  en 
el    año  994.   se   acabó    de 
copiar  el  Códice  Emilianen- 
se  de  los  Concilios  por  los 
Monges   Belasco  y  Sisebuto, 
Jos  quales  dice   se  pintaron 
en  una   hoja  ,  y  en     medio 
de  ellos   pusieron  al  Obispo 
Sisebuto  en  esta  forma:  5^- 
lasco  Scriha  ,  Sisehutus  Eps. 
Siscbutus   notar,  Y  siendo  lo 
mas  creíble  que  pusiesen  el 
nombre   del    Prelado  de  su 
propria  Diócesis  ,  que   era 
parece  que 
Ce  2  muer- 


toda  la    Comunidad    de  los 
Monges  de  Albelda. 

4 
de  este  Obispo  hasta  el  año 
988.  en  que  asistió  á  las 
Cortes  celeoradas  por  el  Rey 
D.  Sancho  en  Santa  E'i la- 
lia  de  Arreso.  Aquí  subscri- 
bió la  confirmación  de  un 
Privilegio  de  donación  que 
en  el  año  946.  habían  hecho 
D.  Garcia  y  Doña  Teresa 
padres  de  D.  Sancho  ,  que 
anualmente  reynaba  ,  ofre- 
ciendo á  S.  Miüán  las  tres 
Villas  de  Cordovin  ,  Barba- 
rana,  y  Barbaranilla, 

DE   SISEBUTO  PUESTO 

por  Argaiz  en    el   Catalogo 

de  los  Obispos  de  Nágera  por 

los   años    994.  Es  probable 

hñher  gobernado  esta  Sede 

en  dicho  año  Atton^ 

ó  l^incencio» 

S  Algunos  de  los  Obis- 
pos que  confirmaron  las  es- 
crituras de  los  Reyes  de  Na- 
varra al  fin  del  siglo  10. 
y  principio  del  ir.  no  de- 
clararon los  títulos  de  sus 
Iglesias  ,  y  de  aqui  ha  na- 
cido ,  que  los  Autores  dis- 
curran con  mucha  variedad 


la  de  Nágera 


204     España  Sagrada» 
muerto   D.    Benito    se   dio 
este    Opispado    á   Sisebuto, 
que  tenia  también  el  de  Pam- 
plona. 

6  Sería  muy  verisímil 
el  intento  de  Argaiz  ,  si  los 
mismos  ,  que  escribieron  el 
Códice,  no  manifestaran  la 
razón  que  tubicron  para  po- 
ner las  tres  figuras  referi- 
das con  los  nombres  de  las 
personas  que  representaban. 
Los  Monges  que  escribie- 
ron el  libro  Emílianense 
imitaron  á  los  Escritores  del 
Códice  de  Albelda  ,  ponien- 
do al  fin  de  una  plana  nue- 
ve quadros  en  tres  ordenes, 
y  en  cada  orden  tres  figu- 
ras con  sus  títulos  ,  y  con 
notas  á  la  margen  que  ex- 
plican el  contenido  de  los 
quadros.  Así  pues  como  en 
el  libro  Albeldense  pusieron 
en  el  tercer  orden  estos  títu- 
los :  Sarracinus  Sccius  ,  /^i- 
gil  a  Se  riba  ,  Garsea  disci- 
pulus  ;  y  en  la  nota  mar- 
ginal ,  que  corresponde  á  es- 
tos nombres  ,  declararon  el 
motivo  de  ponerlos  diciendo: 
Vigila  Scriba  cum  Soáale 
Sarracino  ,  S  Garsea  discí- 
pulo suo  edidit  hunc  lihruní. 
Asi  también  en  el  Códice 
de  S.    Míllán  colocaron  en 


Trat,  6c).  Cap.  14. 
el  mismo  orden  los  tres  nom« 
bres  que  trae  Argaiz  ,  y  á 
la  margen  se  manifiesta  la 
causa  por  estas  palabras: 
Sisehutus  Episcopus  cum 
scriba  Belascone  ,  pariter- 
que  cum  Sisebuto  discípulo 
suo  edidit  hunc  librum.  Sabe- 
mos pues  que  el  Obispo  Si- 
sebuto se  nombró  áqui ,  no 
por  ser  Prelado  de  aquella 
Diócesis  de  Nágera  ,  sino 
porque  siendo  Monge  en  el 
Monasterio  de  S.  Míllán, 
concurrió  con  los  otros  dos 
á  escribir  y  ordenar  el  Có- 
dice ,  cuya  formación  empe- 
zó mucho  antes  de  ascen- 
der Sisebuto  al  Obispado, 
esto  es ,  en  el  año  962.  y 
se  acabó  quando  ya  era 
Obispo  de  Pamplona  en  el 
año  994.  Por  tanto  es  muy 
ineficaz  la  razón  que  ofrece 
Argaiz  para  poner  á  un 
mismo  sugeto  por  Obispo  de 
dos  Sedes  tan  distintas ,  co- 
rneo las  de  Nágera  y  de  Pam- 
plona. 

7  Yo  me  persuado  ,  que 
el  sucesor  de  Benito  en  la 
Silla  de  Nágera,  fue  o  Atton, 
ó  Vincencio  que  con  el  titulo 
solo  de  Obispos  confirmaron 
la  donacicm  ,  que  el  Rey  D. 
Sancho  hizo  en  el  año  992. 
dan- 


Obispo'  de  Nacerá 
dando  al  Monasterio  de  S, 
IVIillán ,  y  á  su  Abad  Este- 
ban la  Villa  de  Cárdenas. 
Y  me  fundo  para  creerlo 
asi  ,  en  que  los  Obispos  que 
acompañaban  ordinariamen- 
te á  los  Reyes  siguiendo  su 
corte  ,  eran  el  de  Pamplo- 
na ,  el  de  Aragón  ,  y  el  de 
Nágera  ,  y  no  parece  habia 
de  faltar  este  ultimo  en  una 
ocasión,  en  que  la  casa  Real 
estaba  ocupada  en  el  entier- 
ro de  D.  Ramiro  ,  que  se  hi- 
zo en  S.  Millán  al  mismo 
tiempo  ,  en  que  los  dos  Obis- 
pos referidos ,  y  Sisebuto  de 
Pamplona  confirmaron  aque- 
lla donación  hecha  por  el 
alma  del  difunto  Infante  ,  á 
quien  los  Reyes  llaman  su 
hijo  dulcísimo. 


BELASCO 

Eíi  el  año  996. 

1  En  donaciones  hechas 
á  S.  Millán  en  los  años  996. 
y  997.  se  leen  las  confirma- 
ciones de  los  Obispos  Sise- 
buto ,  García  y  Belasco.  No 
expresan  estos  Prelados  sus 
Sedes ,  pero  constando  ,  que 
Sisebuto  ocupaba  !a  de  Pam.- 
plona  ,  y  que    D,    García 


Belasco.  205 

prosigue  confirmando  las  es- 
crituras de  los  años  siguien- 
tes en  que  tenemos  áBene- 
diéto  Obispo  de  Nágera .  se 
colige  que  en  los  referidos 
años  de  996.  y  997.  gober- 
naba esta  Iglesia  Belasco, 
como  creyeron  Moret  ,  y 
Argaiz,  en  quienes  pueden 
verse  las  escrituras  confirma- 
das  por   este    Prelado. 

1  El  M.  Florez  en  el 
tom.  26.  pag.  104.  escribe 
que  la  donación  dicha  del 
año  de  997.  en  que  el  Rey 
D.  Garcia  dá  á  S.  Millán, 
y  al  Abad  Ferrucio  el  agua 
que  venía  del  valle  de  Ale- 
son  ,  para  que  sirviese  al 
riego  de  las  viñas  ,  y  otras 
heredades  que  el  Monaste- 
rio tenia  en  Nágera  ,  fue 
confirmada  por  Blas  Obis- 
po de  Valpuesta ,  cuyo  nom- 
bre leyó  en  el  traslado  que 
hizo  Garíbay  ,  y  publicó  en 
el  tom.  3.  de  su  Comp.  Hist. 
pag.  61.  Pero  la  escritura  no 
dice  Blas,  sino  Belasco,  como 
leyeron  también  Sandoval 
y  Moret  ,  ni  el  titulo  de 
Valpuesta  se  halla  en  dona- 
ciones de  los  Reyes  de  Na- 
varra hasta  muchos  años 
adelante. 

GAR- 


c  o5      España  Sagrada, 

garcía 

Desde  el  año  looi.  hasta 
el  de  1 01 3. 

1  En  una  donación  que 
se  hizo  á  S.  Milián  en  el 
año  primero  del  siglo  once, 
se  hallan  subscripciones  de 
tres  Obispos,  cuyos  nombres 
son  Garcia  ,  Benedicto  ,  y 
Mancio ,  pero  sin  expresión 
de  la  Iglesia  en  que  presidian. 
Yepes ,  Garibay  ,  Ar^aiz  y 
Tejada  adjudicaron  á  Náge- 
ra  á  Betiedido  ,  cuyo  titulo 
se  lee  en  una  escritura  ,  que 
dicen  haberse  dado  en  el  año 
1012.  y  tiene  estas  firmas.St?- 
7iediciiis  Nagarensis  Episco- 
pus  ,  ExJminus  Pampilonen- 
sis ,  Sancius  Ara^onensis, 
Pero  la  data  d?  e>ta  dona- 
ción no  es  de  aquel  año  sino 
del  1020.  como  notaron  San- 
doval  ,  Moret  ,  y  aun  el 
mismo  Argaiz  con  la  ma- 
nifiesta contradicción  de 
poner  las  dos  datas  á  fin  de 
continuar  por  mas  largo  tietn- 
po  el  Obispado  de  Benedido 
en  Nágera. 

2  Yo,  mientras  no  se 
descubra  privilegio  ó  escri- 
tura ,  en  que  Benedido  subs- 


Trat.6c).  Cap,  14. 
criba  con  el  titulo  de  esta 
Sede,  coloco  en  ella  á  Gar- 
cia, cuyo  nombre  encuen- 
tro en  varias  donaciones  has- 
ta el  año  de  1014.  en  que 
expresa  su  presidencia  en 
Nágera.  La  primera  memo- 
ria de  este  Obispo  se  halla 
en    una    escritura    del   año 

1 00 1,  por  la  qual  D.  Sancho 
el  Mayor  ,  compadeciéndose 
de  la  grande  incomodidad, 
que  los  Monges  de  S.  Mi- 
lián padecían  en  Nágera  á 
causa  de  no  tener  casa  en  que 
hospedarse  ,  quando  iban  á 
aquella  Ciudad ,  dio  á  su  Mo- 
nasterio la  Iglesia  de  S.  Se- 
bastian con  las  casas  y  bie- 
nes que  la  pertenecían  en  el 
barrio  que  se  llamaba  Sope- 
ña. La  segunda  está  en  otra 
carta  del  mismo  Rey  ,  dada 
en  el  año  de  ion.  por  la 
que  concedió  al  dicho  Mo- 
nasterio facultad ,  para  pas- 
tar sus  ganados  en  todas  las 
tierras  de  su  R^yno.  La  ter- 
cera es  del  año  1014.  y  se 
encuentra  en  escritura  del 
Monasterio  de  Leyre  ,  en 
qvc  el  mismo  Rey  dona  á 
los  Mono:es  de  S.  Salvador  el 
Monasterio  y  Parroquia  de 
S.  Sebastian ,  que  estaba  eti 
Guipúzcoa  en  los  texminos 
de 


Obispos  de  Nágera,  Garcia. 
de  Ernani  con  otras  posesio-     de  Leyre  se  expresan  los  pa- 


207 


ECS  que  alíi  se  nombran  ,  y 
particularmente   la  Villa   de 
Iz«run  ,  que  aumentada   en 
edificios  y   vecinos  se  llama 
hoy  Ciudad  de  S.  Sebastian. 
Dice  ü.  Sancho  ,  que  hace 
esta  donación  en    presencia 
de  los  Obispos  ,  y   de  todo 
el  pueblo,  y  qne   la  confir- 
ma con   la  autoridad  Ponti- 
fical ,  y  después  de  las  per- 
sonas Reales ,  subscriben  los 
Prelados  en  esta  íovms:  Man- 
chis  Aragonensis  Episcopus 
confirmat,    Sancius  Jrunien- 
S2S      Episcopus     confij'fuat. 
Garseas  Naialensis  Episco- 
pus  cofifirmo,  Julianus  Bur- 
gensis    Episcopus    confirmo. 
La  quarta   memoria  es   del 
año  1015.  y  se  lee  en  otra 
donación,  hecha  por  D.  San- 
cho el  Mayor  al  mismo  Mo- 
nasterio de  Leyre  á  21.  de 
Odubre  ,  pagando    el  voto, 
que  hizo  antes   de  dirigirse 
á   Funes   contra   los  Moros, 
de  dar  los    diezmos  de   las 
tierras  que  les   ganase   ;   y 
la    confirmaron  los  Obispos 
D.  Mando  de  Araron  ,  D. 
Ximeno   de   Pamplona   ,  D. 
Garcia  de  Nágera,  D.  Munio 
de  Aisba  y  D.  Juiian  de  Oca. 
3     Entre  las  cosas  que  D. 
Sancho  dona  al  Monasterio 


lacios,  una  viña,  los  huer- 
tos y  molinos  ,  que  el  Rey 
Micayo  su   pariente  tubo  en 
Nágera ,  y  dice  que  hace  es- 
ta donación    por  el  alma  del 
mismo  Micayo.  Sena  glorio- 
so para  esta  Ciudad  el  cono- 
cimiento de  este  personage, 
pero   como   dice  Moret ,  es 
enigma  que  nadie  ha  desata- 
do, y  todos  confiesan  ,  que  na 
lo  entienden.   Garibay   leyó 
Antrayo^  pero  es  tan  obscura 
esta  voz  como  la  de  Micayo. 
Sandoval  trae  otra  donicion 
del  año  antecedente  ,  esto  es, 
de  1014.  en  que  se  mencio- 
na también  el  mismo  Rey. 
Sed  sicut  jam  diximus   pro 
remedio    animarum    riostra- 
rum  ,  ^  pro  anima  Michaio 
Regis  cum  omni  integritaie 
vohis  ea  deliberamus.  Y  no 
debe  dudarse  ,  que  las  copias 
de  ambas  escrituras  tienen  al- 
terado el  nombre;pues  el  que 
ponen  jamás  fue  conocido  en 
el  Reyno  de  Navarra  ,  y  pa- 
rece verdadera  la  congetura 
de  Moret ,  de  que  la  memo- 
ria se  hacía  de  Ramiro  ,que 
íuQ  Rey  de  Viguera ,  y  que 
por  tanto  debía  leerse  l^ica- 
ri¿e  Regis, 


BE- 


2o8      Espatla  Sagrada. 
BENEDICTO 

Por  los  años  de  1020. 

I  El  nombre  de  este  Pre- 
lado se  halla  en  una  escri- 
tura, por  la  que  D.  Sancho 
el  Mayor  confirnaó  á  15.  de 
Marzo  del  año  de  1020.  una 
donación  que  en  los  años 
anteriores  se  habia  hecho 
á  S.  Millán  de  la  Villa  de 
Ventosa.  Firmáronla  con  ex- 
presión de  sus  Sedes  los 
Obispos  D.  Benedicto  de  Ná- 
gera  ,  D.  Ximeno  de  Pamplo  • 
na  y  D.  Mancio  de  Aragón. 

garcía    II. 

yírw  de  1022' 

^  I  Después  que  el  Rey 
D.  Sancho  alcanzó  muchas 
vido I  ias ,  sujetando  por  va- 
rias partes  á  los  Moros  ,  dio 
las  mayores  muestras  de  su 
religión  y  piedad,  poniendo 
todo  su  conato  en  la  restau- 
ración de  las  Iglesias  ,  y  re- 
formación de  la  disciplina 
Eclesiástica  y  Monástica. 
Una  de  las  cosas  que  con 
mas  ansia  habia  deseado 
siempre  ,  era  el  restrjbleci- 
miento  de  la  Iglesia  de  Iru- 


Trat.  6g  Cap,  14. 
nia  ,  nombre  que  entonces 
se  daba  con  freqüencia  á  la 
Ciudad  de  Pamplona  ,  cuya 
Sede  ,  aunque  habia  tenido 
Obispos  en  los  tiempos  an- 
teriores ,  se  hallaba  en  el 
principio  del  siglo  once  tan 
destruida  ,  que  como  el  mis- 
mo Rey  pondera  en  su  de- 
creto ,  casi  no  tenia  nom- 
bre ,  y  parecía  haber  per- 
dido toda  su  gloria  y  her- 
mosura antigua.  A  fin  pues 
de  renovar  esta  Sede  ,  y 
de  restituirla  á  su  primer 
esplendor  ,  hizo  juntar  un 
Concilio  en  Pamplona  en  el 
año  1023.  ^^  ^^^^  asistió  Gar- 
cía Obispo  de  Nágera  con 
otros  seis  Obispos  que  firma- 
ron con  este  orden  :  Man- 
cius  Ara^oriensis  Episcopus^ 
Sancius  Pampilonensis  Epis- 
copus  ,  Garsias  Najarersis 
Episcopus  ,  Aniulphus  Ri- 
pagorcensís  Episcopus^  Mu- 
nio  Alabensis  Episcopus^Ju- 
lianus  Cdstellensis  EpiscO' 
pus^  Poncius  Ovetensis  Epis- 
copus. 

1  En  el  año  siguiente  de 
1024.  hay  otra  memoria  de 
este  Obispo  en  una  donación 
hecha  á  Sta.  Maria  de  Irache 
por  un  caballero  llamado  D. 
Sancho  Galindez  ,  y  su  her- 
mana Doña  Endregoto  Ga- 
lio- 


Obispos  de  Ndger a.  García  II. 
lindez ,    que  dicen  reynaba     cap.    4.  convencen 


en  la  era  1062.  D.  Sancho 
Garcés ,  y  que  D.  García  era 
Obispo  de  Nágera, 

3  Argaiz  escribe  ,  que 
este  Prelado  firmó  también 
otra  donación  del  Rey  D, 
Sancho  perteneciente  al  ano 
1025.  que  se  lee  en  el  Becer- 
ro de  S.  Mi  lian  fol.  96*  con 
estas  subscripciones :  Gar- 
sias  Episcop'ís  ,  Sancius 
Episcopus  ,  Munius  Epis- 
^opus. 

4  El  mismo  Autor  escribé, 
que  cansado  nuestro  Obispo 
del  gobierno  ,  se  retiró  á  S. 
Millán  ,  y  que  se  le  dio  la 
-Abadía  de  este  Monasterio, 
para  cuya  comprobación 
•alega  una  escritura  del  año 
de  1035.  en  que  se  contie- 
nen estas  palabras :  In  prt-e- 
sentía  Garsi^  Rex  ,  &  Ab~ 
'bate  Domino  Garsia  Epis- 
copus in  Sandio   Emiliano, 

-Añade  que  su  muerte  fue 
preciosa ,  y  que  este  pare- 
ce el  Abad  y  Obispo  Gar- 
cía, á  quien  Santa  Áurea  vio 
en  el  cielo  ,  como  se  refiere 
en  Ja  hi-storia  de  la  misma 
Santa  escrita  por  el  Monge 
Muño.  ¡ 

5       Ni  estas  escrituras, 
ni  las  que  Moret  menciona 
:en  el  lib.  12^  de  sus  Anales 
Tom.XXXllL 


^09 

que  D. 
García  p'asó  del  añolde  1024. 
porque  además  de  no  expre- 
sarse en, ellas'  la.  Sí^de  ,  que 
ocupaba  el  García  ,  que  se 
nombra,  consta,  que  en  el 
1024.  presidió  en  Nágera 
diverso  Prelado,.  Y  aunque 
pudo  suceder  que^éste.  gí>>- 
bernase  el  Obispado  ooaao 
Corepiscopo  al  modo  que 
gobernó  el  de  Pamplona  D. 
Sancho  ,  viviendo  aun  D. 
Ximeno  ,  como  pretende 
Moret  en  el  cap.  2.  del  mis- 
^mo  lib.  parece  no  debemos 
abrazar  este  didamen  sin 
testimonios  que  lo  demues- 
tren. Aun  prueba  menos  la 
escritura  del  año  de  1025. 
que  trae  Argaiz  ,  y  otra 
que  menciona  el  referido 
Analista  de  Navarra  ,  y  es 
donación  de  un  caballero  por 
nombre  D.  Belasco  Sánchez, 
,1a  qual  se  hizo  imperando 
<ei  Rey  D.  Garda  \  ,y  sien- 
do Abad  de  S,  Millán  el 
Obispo  D.  Garda  ,  porque 
es  notorio  que  muchos  Aba- 
des tubieron  •  por  honor  él 
'titulo  de  Obispos  ,  y  es  cono- 
cido yerro  el  ponerlos  sin 
otro  fundamento  en  ios  Catá- 
logos de  las  Iglesias  6  Sede* 
principales  de  España,    'u'^ 

■  --.  r-'^'-yó^- 

Dd  FRÜE- 


^  I  o     España  Sagrada, 
FRUELA 

yííio  de  1024. 

1  El  nombre  de  este 
Obispo  ,  omitido  de  muciios 
Autores  ,  se  halla  acreditado 
en  repetidas  memorias ,  que 
se  conservan  en  diferentes 
Archivos  ,  y  todas  de  la  Era 
de  1062.  La  primera  está  en 
una  donación  del  Rey  D. 
Sancho,  que  en  comiiañii 
de  la  Reuia  Doña  Muma 
ofreció  al  Monasterio  de 
Hyarte  y  Anoz  ,  que  enton- 
ces era  de  M.>n  as ,  y  hoy 
es  Priorato  de  Irai  he  ,  una 
parte  deT  monte  que  llama- 
bar.'  Bíit'zar.o,  y  (tra  tarn- 
heíi  cíe  ios  v  liasde  Ataondo, 
yOliluze.  Hallase  este  ins- 
trumento en  ei  Archivo  de 
Santa  María  de  kache  con 
las  firmas  de  los  Obispo^, 
Frue'a  de  Nágera  ,  Ximeno 
de  Pamplona  ,  Mancio  de 
Aragón.,  y  Munio  de  Alaba. 

2  La  segunda  memoria 
:de  este  Obispo  se.  encuen- 
tra :en  otra  carta  del  mismo 
Rey  ,  qiie  perteneció  al  Mo- 
nasterio de  S.  Martin  de 
Albelda,;  y  se.  guarda  en  el 
Archivo.jdji  la  Colegial. d-? 
Logroño  ,  por  la  qual  dona 


Trat,  69.  Cap.  1 4. 
D.  Sancho  en  compañía  dé 
su  muger  é  hijos  el  Mo- 
nasterio de  Osoain  con  sus 
entradas  ,  y  salidas  ,  y  una 
viña.  Firmaron  con  las  Per- 
sonas Reales  los  Obispos 
D.  Fruela  de  Nágera  ,  D. 
Ximeno  de  Pamplona ,  y  D, 
Mancio  de  Aragón, 

3  La  tercera  se  halla 
en  el  Becerro  de  Leyre  ea 
una  doinc'on  ,  p  )r  la  qual 
el  Rev  D.  Sancho  da  el  Pa- 
tronato del  M  ¡nasterio  de 
Odieta  i  una  criada  suya  por 
nombre  Doña  Ximena  ea 
reconoci  miento  de  sus  bue- 
nos servicios.  Dice  que  eran 
Obispos  D  Sancho  en  Pam- 
plona, D.  M  ncio  en  Ara- 
gón ,  y  D.  Fruela  en  Ná- 
gera, y  esta  exoresion  indi- 
ca que  Fruela  no  era  Cor- 
episcopo,  sino  Ob'spo  con  to- 
-da  propriedad  ,  o  por  muerr- 
.te  ó  por  voluntaria  dimi- 
sión de  García  su  predece- 
sor. 

SANCHO 

í..\  ..Desde   el  año  1028. 

I  Habiendo  fallecido 
.Fruela  ,  se  encomendó  el  go- 
¿íerno  del  Obíspadp  de  Ná;- 
;gera  á  D.  Sancho  qué  ihabia 


Obispos  de  Ndgéra,  Sancho.  '       21  r 
entrado  á  ser  Obispo  de  Pam-     ro  Argaiz  pone  en  el  año  de 


piona  en  el  año  1024.  en  que 
murió  el  primero  de  aquel 
nombre.  Por  razón  de  esta 
encomienda  firmó  Don  San- 
cho varias  Escrituras  ,  ex- 
presando los  títulos  de  las 
dos  Iglesias  que  regia.  San- 
doval  trae  una  en  los  Obis- 
pos de  Pamplona  ,  pag.  43, 
en  que  el  Rey  Don  Sancho, 
á  pedimento  de  este  Prela- 
do señaló  los  términos  á  los 
de  Abarzuza.  Es  de  la  Era 
10Ó6.  añode  Christo  1028. 
y  en  ella  se  nombra  el  Obis- 
po con  estas  palabras:  Ego 
Sancius  Pampilonensis  ,  at- 
que  Najalensis  Episcopus 
sub  prcefati  Regís  imperio 
pulsas  &  culmine  fultus  exa- 
ravi.  El  mismo  Autor  ,  y 
Moret  traen  una  donación 
del  año  1031.  en  que  el  Rey 
Don  Sancho  el  Mayor  dio  á 
la  Iglesia  de  Pamplona  el 
Monasterio  de  Eloquain  con 
todas  sus  tierras  ,  viñas ,  y 
montes  in  conspediu  Antis- 
titis  Sancionis  Pampiloneii' 
sis  seu  Naialensis  Episcopi, 
2  Se  continúa  la  memo- 
ria de  este  Prelado  ,  según 
Sandoval ,  en  Escrituras  has- 
ta la  Era  1088.  intitulándose 
en  muchas  de  ellas  Obispo 
de  Pamplona  ,  y  Nágera.  Pe- 


1034.  otro  Prelado   con    el 
nombre  de  Gómez  ,  dicien- 
do, que  Sancho  dejó  la  Silla 
de  Nágera  ,  quedándose  cori 
solo  el  título  de  Pamplona: 
Fundase  en  un  Privilegio  del 
Rey  Don  García  ,  que  ha- 
biendo succedido  á  Don  San- 
cho el  Mayor  ,  restauró  el 
Monasterio  de  Sojuela  ,  y  le 
señaló  sus  términos  ,firmando 
este   Instrumento    con  otros 
muchos  Prelados  el  Obispo 
de  Nágera  ,  que  subscribió 
asi :  Gomesanus  Naialensis 
Episcopus  Conf.  y  la  Escri- 
tura dice  se  mantiene    ori- 
ginal   en  el  Archivo  de  Ná- 
gera ,  y  su  data  es  del  día 
dos  de  Noviembre  del  año 
1034.  Yo  no  puedo  dudar, 
que    el    Privilegio    alegado 
por  Argaiz  no  es  del  año  que 
él   señala  ,  porque  todas  las 
memorias  antiguas  conspiran 
en  que  Don  Sancho  el  Ma- 
yor murió  en  el  año  de  1035. 
por  lo  que  se  evidencia ,  que 
la  Escritura  del  Monasterio 
de  Sojuela  no  fue  dada  en  el 
de  1034.  en  que  aún  no  ha- 
bía entrado  en  el  Reyno  D. 
Garcia.  Por  tanto  ,  soy  de 
sentir  ,  que  el  Privilegio.es 
del  tiempo  en  que  presidia 
en  Nágera  el  Obispo  D.  Go- 
Dd  2  mez. 


a  1 1  España  Sagrada* 
mez,á  quien  veremos  con- 
firmando Escrituras  de  Don 
Garcia  después  del  año  J040. 
3  Por  lo  que  toca  á  las 
donaciones  ,  que  menciona 
Sandoval  ,  firmadas  por  Don 
Sancho  con  los  títulos  de 
Pamplona ,  y  Nágera  junta- 
mente ,  debe  sostenerse,  que 
no  son  argumento  de  que 
este  Obispo  gobernase  todos 
aquellos  años  las  dos  Igle- 
sias referidas  ,  sino  solo  de 
la  costumbre  que  entonces  te- 
nían los  Obispos  de  titularse 
por  las  Sedes  qu2  ocuparon, 
aun  después  de  presidir  en 
ellas  otros  Prelados.  Ello  es, 
que  desde  el  año  de  1030.  en 
adelante  se  encuentra  en  Es- 
crituras de  aquel  tiempo  un 
Obispo  del  mismo  nombre 
que  el  de  Pamplona  firmm- 
do  con  solo  el  tirulo  de  Ná- 
gera :  y  se  convence  ,  que 
éste  era  distinto  del  otro 
Sancho,  de  quc!  algunas  ve- 
ces concurrieron  ambos  á 
confirmar  las  donaciones, 
como  veremos  luego.  Asi, 
que  ei  Obispo  de  Pamplona 
tubo  en  encomienda  el  Obis- 
pado de  Nágera  hasta  el  año 
dicho  de- 1030.  á  lo  mas  ,  en 
que  tenemos  ya  presidiendo 
en  ésia'Sede  al  siguiente; 


Trat»  69.  Cap,  1 4, 
SANCHO. 

Desde  el  año  1030. 

4  Uno  de  los  prósperos 
sucesos  con  que  honró  Dios 
el  glorioso  Reynado  de  Don 
Sancho  el  Mayor  ,  fue  el 
descubrimiento,  y  elevación 
del  sagrado  cuerpo  deS.  Mi- 
!lan,que  se  hizo  no  en  el  año 
de  1033.  como  escribieron 
Sandoval  ,  y  Yepes  ,  sino  en 
el  de  1030.  como  consta  de 
varias  memorias  ,  que  exis- 
ten en  el  Monasterio  del  re- 
ferido Santo.  A  este  ado 
asistió  el  Obispo  de  Nágera, 
á  quien  nombra  el  Rey  ,  dán- 
dole solo  este  titulo  en  el 
Privilegio,  en  que  refiere  la 
dicha  elevación  ,  dado  á  14. 
de  Mavo  de  la  Era  io63. 
Ccnjundiis  ¡taque  víibi  vene- 
rahilihiis  viris  Sancio  Na- 
iarensi  ,  Juliano  Aucensi^ 
Munione  Alahensi ,  &  Man- 
cío  Oscensi  Episcopis  ,  cum 
multis  Regni  viris  óptima- 
tJhus  Ecclesiam  SanSHssimi 
Mniiliani  adii^G  peraclo  ibi 
triduano  jejunio  ^  venerabile 
Corpus  ejus  dgbili  adhuc  ,  quo 
detinebatur  ^  sepulchro  per 
manus  Rcligiosorum  Mona- 
chorum  ac  Clericorum  in  ¡o- 
cu- 


Obispos  cíe  Ndgera,  Sancho.  2  i  ra^ 

culo  arcíü  sihi  á  me  prcepa-     sin  duda    se  junto  en  la  Era 


ratee  dill^enter  est  transía- 
tufv.  El  mismo  titulo  tiene 
Don  Sancho  en  otra  memo- 
ria de  aquel  tiempo  ,  que 
habla  de  la  misma  trasla- 
ción ;  pues  dice  ,  que  vinie- 
ron con  el  Rey  á  S-  Millan 
el  Obispo  Don  Sancho  de 
Nágera,  el  Obispo  Don  Ju- 
lián de  Oca  ,  y  el  Obispo 
Don  Munio  de  Alaba  ,  y  el 
Obispo  Don  Mancio  de 
Huesca. 

S  El  Doa.  Tejada  al  año 
1032.  pone  en  esta  Sede  á 
Garcia  ,  citando  á  Gil  Gon- 
zález ,  Tamayo  Salazar  ,  Ye- 
pes,  y  al  Cardenal  Baronio, 
que  afinnan  haberse  cele- 
brado en  este  año  el  Con- 
cilio de  Pamplona.  Trae  tam- 
bién ,  citando  á  Yepes  ,  un 
Privilecrio  concedido  por  el 
Rey  Don  Sancho  al  Monas- 
terio de  Leyre  en  la  Era 
1 07 1,  año  de  1033.  en  que 
subscribió  Garcia  con  titulo 
de  Obispo  de  Nágera.  Esto 
no  es  otra  cosa  que  aprove- 
charse de  las  equivocacio- 
nes de  los  Autores  ,  á  fin  de 
multiplicar  Obispos.  Al  año 
de  1023.  dejaba  el  mismo 
Autor  puesto  á  Garcia  en  el 
Catálogo  ,  y  asistiendo  al 
Concilio  de  Pamplona  ,  que 


1 06 1,  como   consta  del  Pri- 
vilegio de  Don  Sancho  ,  que 
con  el  nombre  de  Real    y 
Pontifical  se   halla  en  la  Co- 
lección de  los   Concilios  de 
España  sobre  el  dicho  año. 
Ahora  repite  el  mismo  nom- 
bre ,  valiéndose  de  los  Au- 
tores que  fijaron  el  Concilio 
en  el  año  de  1032.  como  si 
ambas  épocas   fuesen  verda- 
deras ,  ó  como  si  se  hubiesen 
celebrado  en  aquellos    años 
dos  distintos  Concilios.  Ten- 
gase, pues,  por  cierto   que 
este  Obispo  Garcia  puesto  en 
el  año  de  1032.  no  se  funda 
sino  en  la  equivocación  que 
padecieron  algunos  Escrito- 
res acerca    del    tiempo  del 
Concilio  de  Pamplona  ,  co- 
mo de  Baronio   lo    notó   el 
Cardenal  de  Aguirre:  Cardi- 
nalis  Baroniuí  integra  nnno' 
rum  decade  hoc  Concilium  po- 
sterius  facit  :    aunque  este 
yerro  mas  debe  atribuirse  á 
Mariana, á  quien  sigue  y  cita 
el  Eminentísimo  Escritor  de 
los  Anuales  Eclesiast.  Lo  mis- 
mo debe  decirse  del  Privi- 
legio que  Yepes  menciona  en 
la  Cent.  6.  fol.  147.  porque 
su  data  no  es  de  la  Era  1071. 
sino  diez  años  antes,  como 
dejo  advertido. 

No 


1 1 4     España  Sagrad (^ 

6  No  solo  en  Escrituras 
dadas  en  la  Rioja  ,  sino  tam- 
bién fuera  de  ella  firmó  Don 
Sancho  con  el  titulo  de  Ná- 
gera.  En  el  año  de  1035,  se 
restauró  la  Sede  é  Iglesia  de 
Falencia,  que  se  hallaba  des- 
truida enteramente  por  la 
violencia  de  los  Moros.  Asis- 
tieron á  tan  solemne  fun- 
ción el  Rey  Don  Sancho  el 
Mayor  con  la  Reyna  su  mu- 
ger,  y  los  Prelados  ,  y  Ca- 
balleros principales  de  su 
Reyno.  Los  Obispos  fueron 
tres  ,  y  entre  ellos  nuestro 
Don  Sancho,  que  confirmó 
en  primer  lugar  después  de 
las  Personas  Reales  el  Privi- 
legio de  restauración  con  es- 
tas palabras  :  Episcopo  do- 
mino Sancio  in  Naiara  con^ 
firmans.  Véase  Pulgar  en  la 
Hist.  de  Pal.  tom.  2.  pag.  41. 

7  En  el  año  de  1040. 
confirmó  la  Carta  de  Arrhas 
del  Rey  Don  Garcia  á  su 
miiger  Doña  Estefanía  ,  y 
firma  también  con  antela- 
ción á  los  Obispos  Don  San- 
cho de  Pamplona  ,  Don  Gar- 
cia de  Alaba  ,  Don  Atto  de 
Oca  ,  y  Don  Bernardo  dePa- 
lencia.  En  el  año  de  1042. 
confirmó  dos  donaciones  del 
mismo  Rey  ,  y  el  Privilegio 
con  que  éste  premió  el  va- 


.  Trat,  6().  Cap.  14. 
lor,y  fidelidad  de  un  Caba- 
llero por  nombre  Don  San- 
cho Fortuñez  ,  que  se  portó 
con  el  mayor  esfuerzo  en  el 
sitio  puesto  sobre  Tafalla. 
En  todas  estas  Escrituras  fir- 
man dos  Sanchos  ,  uno  Obis- 
po de  Nágera  ,  y  otro  de 
Pamplona ;  lo  que  ,  como  di- 
je antes,  es  prueba  eviden- 
te de  que  estas  Sedes  no  es- 
tubieron  incorporadas  todo 
el  tiempo  que  corrió  desde 
la  Era  1071.  hasta  la  de 
1088.  y  en  que  se  dieron 
los  Instrumentos  menciona- 
dos por  Sandoval. 

8  En  la  Era  1082.  año 
de  Christo  de  1044.  hizo  el 
Rey  Don  Garcia  con  la  Rey- 
na su  muger  ,  y  concurren- 
cia de  los  Reyes  Don  Fer- 
nando ,  y  Don  Ramiro  sus 
hermanos ,  una  célebre  dona- 
ción ,  dando  al  Monasterio 
de  S.  Julián  de  Sojuela  ,  que 
estaba  á  dos  leguas  de  Lo- 
groño ,  y  tres  de  Nágera ,  las 
Villas  de  Medrano  ,  y  de 
Sojuela.  En  el  Instrumento, 
que  se  hizo  para  la  firmeza 
de  este  ado,  ocurre  la  me- 
moria de  un  Obispo  llamado 
Gomesano  ,  que  subscribe 
con  titulo  de  Nágera  junta- 
mente con  D.  Garcia,  Obis- 
po de  Alaba  ,  Don  Sancho 
de 


Obispos  de  Ndgera,  Sancho.  s  i  5 

de  Pamplona, Don  Guillelmo  lor  de  Don  Sancho,  cuyas 
deUrgel  ,  Don  Atto  de  Oca, 
y  Don  Bernardo  de  Falencia, 
Pero  este  nombre  no  debe 
colocarse  por  ahora  en  el 
Catálogo,  por  no  ser  Gome- 
sano  Obispo  en  propriedad, 
sino  solo  Auxiliar  ó  Coadju- 


memorias  se  contmuaron  en 
los  años  siguientes ,  en  que 
á  veces  se  introduce  su  Co- 
repiscopo  ya  con  el  titulo 
de  Abad  ,  ya  con  el  de  Obis- 
po. Véase  Moret  en  el  tom. 
I,  de  sus  Ann.  pag.  673. 


CAPITULO     XV. 

REUNIÓN  DEL   TITULO  DE  NAGERA 
al  de  Calahorra. 


•S' 


^Tguese  el  año  de  1045. 
que  es  el  mas  me- 
morable ,  por  la  feliz  y  mila- 
grosa conquista  de  la  Ciudad 
de  Calahorra  ,  que  después 
del  cautiverio  de  mas  de  300. 
años  alcanzó  gloriosa  liber- 
tad por  el  egército  del  Rey 
Don  García  ,  animado  con  la 
admirable  aparición  de  San 
Millan  ,  de  quien  se  tiene 
por  cierto  haber  sido  visto 
sobre  la  muralla  ,  mostran- 
do á  los  soldados  Chrinia 
nos  el  lugar  por  donde  de- 
bian  hacer  el  asalto.  Hizose 
la  conquista  en  el  principio 
de  la  primavera  del  año  ex 
presado  ,  é  inrrediatamente 
dio  el  dicho  Rey  su  Caita 
de  r-estauracion  de  la  Iglesia 
.  Calagurritana  ,que  como  di- 


je antes  ,  padecicS  mayor  tri- 
bulación desde  el  año  932. 
en  que  fue  destruida  por 
Almorrid. 

2  El  Obispo,  á  quien  se 
entregó  esta  Sede  ,  fue  el 
mismo  Don  Sancho  ,  que  he- 
mos visto  hasta  aqui  con  el 
titulo  deNágera.  Asi  consta 
del  Instrumento  de  restaura- 
ción y  de  nación  ,  dado  por 
Don  Garcia  en  la  Era  de 
1083.  el  diasegundo  délas 
Kalendas  de  Mayo  .  como  se 
vé  en  estas  clausulas  fiel- 
mente traducidas  por  Moret 
del  original  latino  ,  que  se 
guarda  en  el  Archivo  de  Ca- 
lahorra. T  rodas  estas  co^ 
jíi.r,  dice  el  Rey  ,  que  hemos 
reftrido  ^  las  conceden:  o';  >á 
la  dicha  Iglesia  de  Santa 
Ma- 


1 1 6  España  Sagraila, 
María  ,  y  de  los  Santos  Mar- 
tyres  Emeterio  ,  y  Celedo- 
nio ,  y  á  vos  Don  Sancho 
Obispo  ,  y  al  Clero  de  la 
misma  Silla  á  vos  sujeto.... 
Y  vuestro  Clero  ,  y  familia 
de  vuestra  Iglesia  quede  li- 
bre y  quieta  del  rodo  de  to- 
da carga  pública.  Y  final- 
mente ,  todas  estas  cosis  Yo 
el  Rey  Don  Gnrcia  ,  y  mi 
muger  la  Rey  na  Dona  Este- 
fanh  damos  fiel  y  devoti- 
mente  á  la  dicha  Iglesia  de 
S.inta  Maria  ,  y  de  los  San- 
tos Marty  res,  y  á  vos  D.  San- 
cho Obi>oo,  y  al  Clero  de  la 
misüía  Silla  sujeto  á  vos  con 
obeliencia  dibida  ,  con  li- 
bertad competente  á  tan 
gran  Silla,  &c. 

3  Estas  palab-as  de  la 
Escritura  d.M  Rey  Don  Gar- 
cía eran  suficientes  para  per- 
suadir ,  que  sin  embargo  de 
haberse  introducido  después 
de  esta  conquista  el  titulo 
de  Calahorra  ,  callado  desde 
la  destrucción  de  aquella 
Iglesia,  y  establecimiento  de 
.  la  Silla  de  Nágera,  no  se  dio 
la  piresidencia  de  estas  Se- 
des á  distintos  Prelados.  Pe- 
ro Argaiz  sostiene  ,  que  si 
Don  Sancho  fue  Obispo  de 
Calahorra  ,  lo  fue  por  tan 
poco  tiempo  ,  que  nunca  se 


Traf.  6g.  Cap,  i  y. 

firmó  con  este  titulo  ;  y 
pretende,  que  su  jurisdicción 
llegaba  á  Calahorra  solo  por 
modo  de  extensión  ,  como  á 
Ciudad  recien  conquistada, 
y  agregada  á  la  de  Nágera. 
Escribe  también  ,  que  con- 
siderando el  mismo  Don  San- 
cho las  antiguas  calidades 
de  Cíl ahorra  ,  y  que  su  igle- 
sia Cate  J  ni  ñoreció  en  tiem' 
po  de  los  Romanos  ,  y  Go- 
dos ,  co:isin[ió  en  que  se  lá 
restituyese  su  Sede  ,  no  pa- 
rando en  titulo  como  solia, 
sino  con  propriedad  verda- 
dera ;  pero  que  en  medio  de 
esto  no  se  qaitó  á  Nágera 
la  dignidad  de  tener  Obispa 
distinto  del  de  Calahorra  ,  en 
cu /a  posesión  pacífica  se 
mantubo  por  mas  de  dos- 
cientos años.  Dice  final- 
mente ,  que  esta  distinción 
de  Ooispados  es  un  punto 
digno  de  consideración  pa- 
ra saber  los  fundamentos  y 
principios  de  los  grandes 
pleytos  que  se  tubieron  en- 
tre los  Obispos  de  Calahor- 
ra ,  y  los  Abades  de  Náge- 
ra sobre  la  jurisdicción  es- 
piritual y  ordinaria  de  esta 
Ciudad,  pretendiéndola  aque- 
llos como  cosa  que  había 
sido  tan  propria  desde  el 
antiquísimo  origen  de  .su 
Obi- 


/;  1  Reunión  \  del  ñí 
Obispado  ,,  hasta  el  siglo  dé- 
cimo, y  defendiéndose  estos, 
dice  Argiiz  ,  como  sücceso- 
res  de  los  Obispos  antiguos, 
alegando  que  la-Silia  de'Ná- 
gera  fue  distinta  desde'  la 
primitiva  Iglesial  ,  siendo 
desde  entonces  muy  dife- 
rentes los  títulos  de  Nágera, 
Tricio  ,y  Calaiiorra  ,  por  lo 
que  solia  ponerse  Nágera  en 
cabeza  dé  un  Prelado  de 
Pánsplona  como  cosa  distin- 
ta de  Calahorra  ;  y  aun  des- 
pués de  la  conquista  de  esta 
Ciudad  se  hallan  firmando 
uñ  mismo  Privhlegio  el  Obis-^ 
po  de  Calahorrii ;,  y  el  de 
Nágera  ,  ^ie  donde  eviden^ 
teniente  se  prueba  su  dis- 
tinción. 

4  Como  el  intento  ,  que 
llevo  en  la  formación  dé  este 
Tomo ,  es  el  de  tratar  las  an^ 
tiguedades  del  Obispado  de 
Calahorra  hasta  el  tiempo  en 
que  se  reunieron  en  su  Igle- 
sia principal  las  Sillas  de 
Nágera, y  de  Alaba  ,no  pue- 
do menos  de  examinar  este 
discurso  de  Argaiz  ,  de  cu- 
yo re::onocimiento  depende 
también  la  noticia  del  esta- 
do antiguo  de  la  Diócesis 
Calagurritana.  La  primera 
dificultad  ,  que  se  ofrece,  es, 
si  el  Obispado  de  Calahorra 

Tom.  XXXlll. 


ido, de  Ndg'érct* ■  / T.  iij 
fue  «distinto  y  separado  del? 
de'  Nágera  después  de  su 
conquista.  Ya  hemos  visto 
cómo  el  Rey  Don  Garcia. 
habla  en  su  Carta  de  res-¡ 
tauracion  de  la  Sede  é  Igle-^ 
sia  de  Santa  Maria,  y  de  loa 
Santos  Martyres  Emeterio^ 
y  Celedonio  ,  como  de  cosas 
entregadas  al  Obispo  Doa 
Sancho,  que  hasta  el  año  de 
1045.  habia  tenido  el  titulo 
de  Nágera.  Que  igualmente 
menciona  al  Clero  ,  como 
sujeto  á  la  potestad  y  juris- 
dicción de  Don  Sancho  ;  y 
esto  no  como,  quiere  Argaiz, 
por  modo  dé  accesión  6 
agregadioi}  áMa  Iglesia  de 
Nágera  ,  'sino  con  la  liber^ 
tad  competente  á  tan  gran 
Silla  \,tsXo  es  ,  con  la  inde- 
pendencia que  era  debida  á 
una  Sede  que  desde  el  prin-r 
cipio  de  la  Religión  Chris- 
tiana  hasta  su  cautividad 
habia  sido  de  las  mas  ilus- 
tres de  estas  Provincias  ,  y 
cabeza  de  todas  las  Iglesias, 
que  se  fundaron  dentro  de 
los  limites  antiguos ,  que  en 
otro  lugar  dejo  señalados. 
Veamos  ahora  ,  si  las  dos 
Iglesias  de  Calahorra,  y  Ná- 
gera se  vsepararon  tan  presto 
como  intenta  Argaiz  en  su 
discurso.  Dice,  pues  ,  que 
Ee  el 


^  1 8     España  Sagrada* 
el  Obispo  nombrado  para  la 
Igksia  de  Calahorra  fue  D. 
Gómez  ,  Monge,  y  Abad  de 
S.  Millan  ,  quedando  en  la 
Silla  de  Nágera  Don  Sancho, 
que  jamás  firmó  con  el  titu- 
lo de  Calahorra.  Ttae  para 
comprobación  de  este  nom^^ 
bramiento  un  lugar  del  Mon- 
ge FeTnando  en  la  Historia 
de  lá  traslación   del  cuerpo 
deiS.'MíUan  ,  que   dice  asi; 
Pús4quam  streúüisjmus  Rex 
GarsiJs  filiuí   ejus-  (Sancii 
Majoris )  Calagurram  Civi- 
tatcm  potenti  virtute  d  Sa- 
rcioeñk    c£pit  ,    S  ijomesa- 
num  Sancii  .Mmiham  Abba* 
tem   Pontifican  ünfda  illum 
ibi  decoravit  ;,  '&a.    Puede 
también   probarse  el  mismo 
intento  con  una  Escritura  de 
donación   del  año  isiguientq 
á  la  conquista  de  Calahorra; 
pues    habiendo    donado,,  él 
Rey  Don  García  á  S.  Millan 
la  Iglesia  de  Alesanco  ,  fir- 
mó. Don  Gómez  ;el  Instru- 
mento   con  <los  Obispos  de 
Pamplona  ,f ¡y  Alaba  en  esta 
furnia:  Gomes anus'Ca'lagw 
rritauus  Episcopus. 

5  Pero  estas  pruebas  qué 
p¿irrece;-án;  dicaces,!  los  i$ií~ 
nos,dfDd\7S  ^no  so«.,sfcíficico-! 
tes  paral  ^^stóbieeerrla  dtís-) 
unión  c)^p^raciün..íie    los 


Trat,  69.  Cap,  15. 
títulos  de  Calahorra ,  y  Ná- 
gera ,  que  hemos  visto  uni- 
dos en  la  persona  de  D.  San- 
cho ,  á  quien  ,  como  dice 
Sandoval ,  se  dio  la  Ciudad 
de  Calahorra  ,  y  Silla  Obis- 
pal que ,  els  Rey  puso»  Es 
cierto ,  que  Don  Garcia  nom- 
bró por  Obispo  Calagurrita- 
no  á  Don  Gómez  ,  Abad  de 
S.  Millan  ,  como  dice  Fer-»* 
nando ;  pero  este  Escritor  no 
pretertde  que  la  elección  de 
este  Prelado  fuese  inmediata 
á  la  conquista ,  lo  que  sería 
opuesto  á  la  Escritura  au- 
t-entica,  y  original  ya  exhi- 
bida. Menciona  ,  pues ,  á  D. 
Gómez ,  sólo  porque  la  tras- 
lación del' 'cuerpo  de  S.  Mi- 
llan no  se  hizo  sino  después 
qu^  por  muerte  de  Don  San- 
cho; fiíe  ^elegido  aqu^l:  Abad 
para  Obispo  de  Galahorráí, 
con  la  qual  dignidad  ,  y  él 
titulo  de- Castilla  la.  Vieja,' 
asistió  á  este  a¿lo  en  el  año 
deio53i''Xomo  dice  una  me-s^ 
morja  de- aíqüéi  tiempo-,.que 
habiendo  referido  la  trasla- 
ción hecha I  por  Don  Sancho 
el  Mayor  en  el  año  de  la 
Encarnación  de  1030.  dá  no- 
ticia,-Üti  ia  54ue  hizo^Doa 
Chapela.-,  coij  esias:  palabrasi 
U^.jiaGQ-'.'el  cuerpo  de  Sí -Mi -> 
íiarty.át  Suso;  23;  añosí  Pasa- 
.■\\Vkí:í.         dos 


Reunión  del  titulo  de  Nao-era, 


dos -los  .23.  años ,  vino  el  Rey 
Don  Gárcia  V  fijo  del  "Rey  Di 
Sancho  el  iMayor  ,rá,  S.  Mt- 
llan  dé  Suso  ,  é  vinieron  icón 
él  el  Obispo  Don  Sancho  de 
Pamplona  ,  é  el"  Obispo  -Don 
Gómez  de  Calahorra' ,:  é  de 
Gastiellá  la  Vieja ,  e  el  Obis-i 
po  Don  García  de  Alaba  ,  é 
tomaron   el  cuerpo    dé  San 
Millan  deSusodielIIÍ.  Ka- 
lend.  Junií,  é  descendiéron- 
lo' á  yuso  ,  &  pusiéronlo  en 
la  enfermería  ,  &  estidü  en* 
de  catorce  años  ,  &  en  ese 
comedio  ficieron  la  Iglesia, 
&  ese  tiempo  andaba  el  afio 
de  la  Encarnación  en  mil  j^ 
cinquenta  y  tresl.  ^¿   ^    y/;,;.", 
.6    El  titulo    de  •Obispo 
Calagurritano,  con  que  subs- 
cribe Don  Gómez  ,  es  ente- 
ramente inútil    para  confir- 
mar   el  intento-  dé  Argaiz: 
porque  no  hay  cosa  mas  sar 
bida  que  la    costumbre  de 
firmar  los  Obispos  Auxilia- 
res de  este  tiempo  con  los 
mismos  titulos  que  gozaban 
jos  Prelados  en  propriedad, 
quando  estos  no  asistían  por 
estar  enfermos  ,  ü  otra  cau- 
sa ,  á  los  aétos ,  donaciones, 
é  instrumentos  públicos.  Asi, 
pues,  Don  Comez  ,  á  quien 
vimos  usar  del  titulo  de  Ná- 
gera  eo.el  año  i  de  1044.  co- 


219 


mo^ Coadjutor  de  .Don   San-r 
oho  V  toma  ahora  en  Ja  do* 
nación  de  la  Iglesia  de. Ale- 
sanco  él  de  Calahorra  ,  que 
desde  el  año  antecedente  de 
1045.  era  proprio   del   mis- 
mo Don  Sancho.   Asimismo 
emotra  donación  que  el  Rey 
Don  García  hizo  á  15.   de 
Marzo  de  1046.  dando  á  S. 
Millan  el  Monasterio  de  San- 
ta María,  en  el  valle  de  Sv 
Vieenteí  se  nombra  Don  Got 
mez  con  el  titulo  de  Nágera^ 
Conccii^mus  tibi  Patri  >^piri^ 
tuali  Gomesano  Abbati  Na- 
xarense  terree  Episcopo  ,  '3 
^onclofwyiiAS  propter  honorem 
Q)(d¡'natí(^n¡s   tuce    Pontificar 
¿is^i^f.  Tenemos,, pues  ,  que 
Don  Gómez  gozaba  los  mis- 
mos titulos  que  Don  Sancho 
íiespues  de   la  conquista  de 
Calahorra:  y  si  del  titulo  de 
Nágera  no  se  puede  argüir, 
que  gobernaba  aquella  Igle- 
sia como    Obispo    proprio, 
¿cómo  quiere  Argaiz  inferir 
del  de  Calahorra  el  nombra- 
miento de  Don  Gómez  para 
Obispo  en  propriedad  de  esta 
Cathedral? 

7  Coligese  también  la 
unión  de  los  títulos  de  Cala- 
horra ,  y  de  Nágera  en  la 
persona  de  Don  Sancho  por 
los  indicios  que  tenemos  de 
Ee  2  que 


C20     España  Sagrada. 

que  Don  Gómez  perseveró 
en  el  estado  de  Corepiscopo. 
En  el  reconocimiento  que 
tengo  hecho  de  las  Escritu- 
ras de  estos  tiempos  ,  he 
advertido  ,  que  los  Obispos 
Auxiliares  solo  subscribían 
con  titulo  Episcopal  ,  quan^ 
do  los  Prelados  ,  cuyos  Co- 
adjutores eran  ,  no  se  halla- 
ban presentes.  Esta  circuns- 
tancia se  verifica  en  Don  Gó- 
mez ,  pues  jamás  firmó  como 
Obispo  ,  sino  en  los  aétos  á 
que  no  concurrió  Don  San- 
cho por  su  ausencia  ;  y  por 
igual  razón  nunca  subscri- 
bió como  tal  en  Escrituras 
confirmadas  por  el  mismo 
Don  Sandio  ,  cuyo  nombre 
se  lee  en  losinstrumentos  pú- 
blicos hasta  el  año  de  1049. 
Por  tanto ,  dijo  bien  el  ?¿ 
Moret  al  año  de  1045.  que 
es  de  estrañar  que  siendo 
Gomesano  Obispo  Caodjli- 
tor,  firmase  unas  veces  como 
Obispo  ,  hallándose  ausente 
Don  Sancho ,  que  lo  era  en 
propriedad  ,  y  otras  con  so- 
lo el  titulo  de  Abad  que  te^ 
nia  ,  por  regir  actualmente 
el  Monasterio  de  San  Millan. 
Con  este  nombre  de  Abad  sin 
titulo  de  Obispo,' se  le  hi* 
ciéron  algiinas  donaciones -Cü 
el  año  de  1048.  y   este  --fes 


Tr^í. 99.  Cap/i  5. 

otro  indicio  de  que  no  p;o- 
bernaba '  la  Iglesia  de  Ca- 
lahorra. Tal  es  la  de  un  Ca- 
ballero llamado  Don  Jimeno, 
escrita  al  fol.  117.  del  Be- 
cerro de  S.  Milian.  Et  tibi 
Abbati  Domino  Gomesano^ 
cum  ےVter.is\fratribus  Dea 
servientihns.  Tal  es  otra  del 
Rey  Don  García  ,  por  la  qual 
le  dio  el  Monasterio  de  San 
Cebrian  del  CistÜio,  cerca 
del  rio  Arlanxon.  :  Et  tibi 
venerabili  Patri  Gomesano 
Abbaf i ^S ómnibus  tecum  sub 
regula  S,  Benedidíi  Abba- 
tis  ibi  Veo  scrvientibus,  Y 
luego  :  Nos  vero  Garsicb 
Rex  ,  í?  St^pbania  Regina 
accepimus  in  honore'  de  te 
Magistro  nostro  Gomesaríó 
j4bbate  unum  caballum, 

8  Evideñjciase  mas  Lt  ntW" 
Ilion  de  Nágera  á 'la  ígresia 
de  Calahorra  con  la  costüm4 
bre  que  observaron  constan- 
temente  los  Obispos  succe- 
sores  de  Don  Sancho  ,  inti- 
tulándose con  indiferencia 
de  Nágera  ,  y  de  Calahorra; 
y  otras  veces  con  ambos  tí- 
tulos ,  hasta  el  año  de  1 109. 
en  que  el  Papa  Pasqual  Se- 
gundo definió  expresamente 
qjuestro  asunto  ,  señalando 
los  términos  del  Obispado 
de'Gaiahorra  en  esta  forma; 


'Reunión  del  titulo  de  Ndgera. 


Tárrochiam  ,  quam   nos  tris 
temporibus    eadem  Ecchsia 
fossidet^  videlicct,   Alabam^ 
f^íZcayam  ,    Naxeram  ,   ^ 
títrumque  Camberum   ,    Se, 
Por  lo  qual  ,  aunque  admi- 
tiéramos   lo    que     pretende 
Argaiz  ,  esto  es  ,  que  algu- 
na vez  se  verificó  haber  en 
Nágera  Obispo  distinto   del 
de  Calahorra  ,  siempre  de- 
beríamos asentar  como  cosa 
fija  ,  y  permanente  la  unión 
de  ambas  iglesias  en  el  go- 
bierno  de  una  misma  Cabe- 
za ,  y  confesar  solo  la  sepa- 
xacion  casual  por   razón  de 
..algún  plcyto  ó  disturbio  que 
durase  poco  tiempo. 

9  Las  razones  ,  con  que 
Argaiz  quiere  probar  la  dis- 
tinción de  los  Obispos  de  Ca- 
lahorra ,  y  de  Nágera  desde 
los  sig'.os  primeros  de  la  Re- 
ligión Chrisiiana  ,  deben  ser 
despreciadas  de  todos  los  que 
conozcan  los  fakos  cimien- 
tos sobre  que  este  Autor  fun- 
da la  antigüedad  de  esta  po- 
blación ,  y  de  su  Silla.  Dice, 
que  á  un  mismo  tiempo  se 
hallaban  en  la  primitivalgle- 
sia  Obispos  de  Nágera, Ti  i- 
cio  ,  y  Calahorra  ;  y  alega 
ería  especie  como  si  fuera 
fundamento  muy  sólido  con- 
Uí\  la  pretensioü  de  los  Obis- 


pos de  Calahorra.  Mas  nin- 
guno le  dará  crédito  en  esta 
parte  ,   sino  el  que  ignoran- 
do  el  carader  de  Gregorio 
Iliberitano  ,  y  de  Hauterto; 
asintiese  á   las  ficciones   de 
que  Nágera  es  Ciudad   anti-r 
quisima  ,  que  primero  se  lla- 
mó Garusia  ,  después  Tera- 
na   ,    y  últimamente  con  el 
nombre  que  recibió    de  los 
Árabes  ;  y  que  su  Cátedra 
Pontificia  fue  establecida  en 
ios   primeros    tiempos  de  la 
Christiandad  ,  aunque  sedes- 
conocen   sus  Obispos    hasta 
el  año  de  300.  en  que  lo  fue 
S.  Honorato  ,  que  ;^adeció  en 
la  persecución  de  Dioclecia- 
no.  Mas  los  hom.bres   doc* 
tos  que  conocen   ya  ,  y  des- 
precian aquellas    obras  sur 
puestas  ,  y  se  gobiernan  por 
otras  mejores  luces  ,  saben 
muy  bien,  que  Nágera, ó  no 
fue  antiguamente  población 
distinta   de  Tricio  ,  ó  si   lo 
fue  ,  como  juzga  Argaiz  ,  no 
precedió  á  la  venida  de  los 
Moros  ,  que  la  edificaron  ,  y 
comunicaron  el  nombre  que 
se  ha  conservado  hasta  noso- 
tros. Saben  también  ,  que  la 
Silla  Episcopal   de   Nágera 
fue    ignorada  en  la   Iglesia 
Christiana  hasta  el  siglo  diez, 
en  que  debe  establecerse  su 
ori- 


2  2  2  España  Sagrada, 
origen;  y  que  la  de  Tricio, 
que  se  pone  separada  de  ésta, 
no  t'jbo  otra  existencia  en  el 
ir.inido  mas  de  la  que  qui- 
sieron darla  los  que  para 
engaño  de  los  pueblos  inven- 
taron y  publicaron  prerro- 
gativas que  nunca  tubieron. 

lo  Otra  razón  de  Argaiz 
se  funda  ,  en  que  el  Obispa- 
do de  Nágera  solía  ponerse 
en  cab&za  de  un  Prelado  de 
Pamplona  ,  como  cosa  distin- 
ta de  Calahorra.  Dos  erro- 
res encuentro  en  esta  prue- 
ba ,  que  deben  refutarse  co- 
ino  falsos  y  perjudiciales  al 
derecho  antiguo  de  la  Sede 
Calagurritana.  El  primero 
consiste  en  afirmar  la  incor- 
poración de  la  Silla  de  Ná- 
gera  con  la  de  Pamplona, 
como  hecho  muchas  veces 
repetido  ,  siendo  asi  ,  que 
solo  se  verificó  en  la  per- 
sona de  D.  Sancho  por  los 
■  años  de  1030,  que  siendo 
: Obispo    en    i-.ropíkdad  .  de 


Tvat,  6c),  Cap.  i  j. 

Pamplona  ,  tuh)o  porbrevisl- 
mo  tiempo  bajo  de'^  su  . cara- 
go el  gobierno  de*Nágera:, 
como  dije  tratando  de  este 
Prelado.  El  segundo  está  en 
el  caso  de  suponer  en  el 
tiempo  de  esta  agregación 
la  existencia  de  la  Sede  de 
Calahorra  ,  para  inferir  me- 
jor la  desunión  ,  y  como 
independencia  que  la  de  Ná- 
gera  tubo  respedo  de  ella, 
incorporándose  no  con  esta 
sino  con  la  de  Pamplona. 
Pero  este  supuesto  es  muy 
falso ;  porque  como  hemos 
visto  no  hubo  Silla  Episco- 
pal en  Calahorra  desde  el 
año  932.  hasta  el  de  1045. 
Asi  que  la  agregación  di- 
cha no  podia  hacerse  á  la 
Sede  Calagurritana  que  no 
existia  ,  y  necesariamente  se 
debia  hacer  á  otra  de  las 
mas  cercanas  en  el  territo- 
rio proprio  de  los  Reyes  de 
Navarra  ,  cuyo  dominio  se 
estendia  entonces  á  la  Rioja. 


CA- 


121 


CAPITULO     XVI. 


MEMORIAS 


DE    LA 

de  Alaba, 


PROVINCIA 


I  T    A    noble    Provincia 
L/    de  Alaba    corres- 
ponde á  parte  de  la  tierra 
mediterránea  ,  que  en  tiem- 
po de  los  Romanos  ocupa- 
ban las  gentes;,  que  se  d^- 
cian   Caristos    y   Varduios. 
De  estas  queda  establecido 
en  el  tom.  32*  que  se  cora- 
prehendieron  bajo,  el  nom- 
bre de  Cántabros  ,  que  antes 
de  .  la  guerra  de  Augusto  era 
el  único  con  que  se  signifi- 
caban     los    habitantes     de 
aquellas   regiones  ,  que    se 
extendiíin  por  la  costa   des- 
de ;  e.i  líinixe  oriental  de  los 
Asturianos  ,  hasta    el  pro^ 
montorio   Oeaso   en  que  se 
terminaba  la  España.  De  las 
mismas  dejo  dicho ,  que  des  - 
de  las  expediciones  del  re- 
ferido Emperador  ,  dirigidas 
á   sujetar  los  Montañeses    y 
Asturianos  ,  que  habitaban 
en  el    remate   del  Perineo, 
que  ;corre  por  dentro  de  Es- 
paña acia   las  Asturias  ,  em^ 
pezaroa.  a-  dislinguirse  ,  de 


ordinario  con    los   nombres 
expresados    de    Várdulos  y 
Caristos  ,  no  debiendo    ya- 
confundirse  con  los  Canta-' 
bros  vencidos  por  Augusto^  < 
como  se   evidencia  en^laDi-1 
sertacion    de    la  Cantabria, 
y  en  la  vindicación  de  esta 
Obra  que  tengo  publicada.    . 
2     Manteníase  el  nom^bré;* 
de  Várdulos  en  el  siglo  quin-! 
to  ,  como  consta   deldacio,; 
el    qual    imitando   á  Mela,. 
que    repartió  entre    Canta- 
tabros ;  y  Várdulos  el  trecho 
de  costa  que  se  sigue  á  los' 
Asturianos  acia  el  Oriífnte,. 
escribe  dé   los  Erulos  gente^ 
del  Norte  :  Cantabriarum  S- 
l^arduliarum  loca  maritima. 
crudclissime  deprcedítti  sunL. 
Muchos    Autores     quienenv 
que  en  el  siglo  sexto  faltaba 
ya  el  mismo  nombre  ,  por  el 
qual  dicen  se  introdujo  el  de 
Vascones,por  haberse  apode^ 
rado  estas  gentes  de  la  tier- 
ra de  losVárdu'los  con  quie' 
nes  co;ifiiiabanw  Esta  opinión 

que- 


-2 -2 4'  España  Sagrad-. 
queda  refutada  en  el  tom. 
32.  pag.  316.  y  344.  donde 
probé  ,  que  no  hay  en  los 
Escritores  antiguos  memo- 
ria dé  que  los  Vasconeseur 
tra-ron  en  Alaba  ,  ó  esten- 
dieron su  nombre  á  éstas 
partes. 

3  Después  de  la  irrup- 
ción de  los  Árabes  se  intro- 
dugeron  ,  coaio  dige  en  el 
tom.  citado  pag.  80. los  nom- 
bres de  Alaba  ,  Vizcaya  ,  é 
Ipuzcoa  ó  Guipúzcoa  ,  ds 
<;uyo  origen  no  es  posible 
dar  razón  ,  que  satisfaga  á 
los  curiosos.  Alaba  ,  según 
Covarrubias  ,  se  dijo  de  Ara  • 
bia  ,  y  según  otros  de  Arab; 
pero  fuera  de  la  desemejan- 
za que  se  nota  en  las  voce?, 
no  es  creíble  que  se  llama- 
se con  nombre  Arábigo  una 
provincia  ,  en  que  nunca  se 
establecieron  los  que  habla- 
ron este  idioma.  No  es  mas 
verdadera  la  opinión  deGa- 
ribay  ,  en  cuyo  diclamen 
Alaba  se  deriva  de  Uraba, 
nombre  proprio  de  una  de 
las  montañas  ,  que  hay  en 
esta  región  ;  pues  aunque  se 
pone  por  principio  una  cosa 
no  estrangera  sino  del  mis- 
mo pais ,  es  muy  visible  la 
diferencia  de  aquellos  dos 
nombres.  El  origen  ,  que  me 


í.  Trat,6  9.Cáp,  i(?. 

parece    mas    cercano    á    la 
verdad  ,  es  el   que  Oihenart 
y  el  M.  Florez  sostienen  di  • 
ciendo  ,  que  la  Provincia  de 
Alaba  se  dijo  de  Alba  ,  nom- 
bre que  tubo  la  Ciudad  prin- 
cipal de  los  Várdulos  men- 
cionada por  Plínio  ,  Ptolo- 
meo  y  el  Itinerario  de  Anto- 
nino.  Los  Escritores  mas  an- 
tiguos V  en    quienes  se    lee 
esta    voz    como  propria  de' 
una   provincia  ,  son  el  Obis-< 
po  D.  Sebastian  ,  y  el  Chro-i 
ni-con  de  Albelda  ,  y  su  uso' 
es  mjy  freqüente  en  las  es- 
crituras y  privilegios  desde» 
el  siglo  décimo  en  adelkn-- 
te.  i 

4  Los  límites  primitivos' 
de  esta  provincia  fueron  por 
el  Occidente  la  Bardulia ,  que 
desoues  se  dijo  Castilla  ,  de 
cuyo  primer  territorio  se  tra- 
tó en  el  tom.  26.  pag.  ro. 
por  el  Norte  la  Vizcaya, 
por  el  Oriente  la  Ipuzcoa  ,  y 
montañas  de  Navarra  ,  y  por 
el  Mediodía  la  Cantabria, 
que  era  entonces  la  Rioja. 
Por  esta  parte  se  extendía 
la  provincia  de  Alaba  en  su 
principio  mas  que  al  pre- 
sente ,  porque  llegaba  á  la 
sierra,  que  ciñe  á  la  Rioja 
por  el  lado  seotentrional, 
donde  teaia  tr;;s  fuertes  cas- 
ti- 


'  Memorias  de  la  Pr 
tlUos  ,  que  la  sirvieron  de 
principal  defensa  mientras 
ios  Moros  dominaron  en  las 
tierras  cercanas.  Estos  fue- 
ron Bilibio  ,  del  qiial  hace 
particular  mem.oria  S,  Brau- 
lio en  la  vida  de  S.  Millán. 
Ceüorigo  ,  que  en  sentir  de 
un  Interprete  é  Historiador 
ridiculo  ,  es  lo  mismo  que 
sceleris  oriiro  ,  y  se  atribu- 
yó á  aquel  sitio  ,  por  haber 
suredldo  en  él  aquella  in- 
signe maldad  ,  que  fue  ori- 
gen de  la  pérdida  de  Espa- 
ña. Pancorvo  ,  que  debia 
pronunciarfe  Poncorvo  ,  por 
derivarse  de  pons  y  curvusy 
según  el  Ch  ron  icón  Aibel- 
dense  ,  que  menciona  estas 
dos  ultimas  fortalezas  como 
gobernadas  por  D.  Vela  Xi- 
menez  Conde  de  Alaba. 

5  Aunque  esta  provincia 
fue  siempre  distinta  de  las 
de  Vizcaya  y  Guipúzcoa, 
con  quienes  confina  ,  con  to- 
do eso  su  nombre  se  exten- 
día antiguamente  á  significar 
también  estas  dos  regiones, 
no  de  otro  modo  que  en 
nuestro  tiempo  el  nombre 
de  Vizcaya  se  aplica  á  las 
tres  provincias  ,  lo  que  como 
<iice  el  P.  Larramendi  en  el 
Prol.  á  su  Diccionario  ,  sue- 
le ser  causa  de  enojos  y  dis- 

Tom.XXXIII, 


■ovinda  de  Alaba,  2i<y 
turbios.  Ni  se  limitaba  esta 
accepcion  al  estilo  vulgar, 
corno  sucede  con  el  nom- 
bre de  Vizcaya  ;  sino  que 
se  verificaba  también  en  los 
privilegios  é  instrumentos 
públicos,  sobre  lo  que  pue- 
de verse  Oihenart  en  la  pag. 
144.  de  su  Vascon.  y  Moret 
en  sus  Investig.  pag.  550. 

6  Acerca  de  los  Señores, 
que  los  Alabeses  reconocie- 
ron en  el  tiem.po  inmediato 
después  de  la  entrada  de  los 
Moros  en  España  ,  se  ha  de- 
advertir  ,  que  el  P.  Moret  en. 
la  Obra  cir.  pag.  549.  divi- 
de la  Provincia  de  Alaba  en 
parte  interior  y  primitiva, 
y  parte  exterior  y  extensi- 
va. La  primera  ,  dice  ,  es 
desde  las  conchas  de  Argan- 
zón  por  el  Occidente,  has- 
ta el  puerto  de  S.  Adrián 
por  Oriente  ;  y  se  cierra  por 
el  lado  meridional  con  las 
peñas  que  la  dividen  de  la 
Sonsierra  de  Navarra  y  de  la 
Rioja.  La  segunda  desde  las 
mismas  conchas  en  la  parte 
en  que  el  rio  Zadorra  sale 
estrechado  entre  dos  gran- 
des peñas  hasta  Pancorvo, 
abrazando  también  las  co- 
marcas de  Ceüorigo  y  Velo- 
rado  ,  las  quales  tierras  se 
entienden  hoy  en  el  acíiibre 
Ff  de 


ii6     España  Sagrada. 

de  Bureba.  Dice  pues  el  re- 
ferido Investigador  ,  que  no 
se  halla  instrumento  ,  ni  me- 
moria antigua  de  que  los 
Reyes  de  Asturias  reynasen 
en  la  parte  de  Alaba  primi- 
tiva ,  sino  solo  en  el  terri- 
torio que  ahora  se  llama  Bu- 
reba :  y  afirma  que  la  inte- 
rior fue  la  que  dio  titulo  á 
los  Reyes  primero^  de  Pam 
piona  ,  aunque  por  falta  de 
instrumentos  no  se  pueda 
averiguar  el  año,  en  que  em- 
pezaron á  dominar  en  esta 
parte. 

7  Mi  didamen  acerca  de 
]os  primeros  Señores  de  está' 
provincia  en  toda  su  exten- 
sión ,  es  el  mismo  que  pro- 
puse y  probé  en  el  tom.  32. 
tratando  de  los  Principes, 
que  doíninaroíi  á  los  Vasco- 
nes  y  Navarros  después  de 
la  irrupción  de  ¡os  Árabes, 
esto  es ,  que  no  fueron  otros 
que  los  Duques  de  Cantabria 
y  Reyes  de  Asturias.  Este 
asunto  se  evidenciará  con 
los  testimonios  de  todos  nues- 
tros antiguos  Escritores ,  los 
qualcs  se  hallan  tan  expre- 
sos en  este  particular  ,  que 
á  vista  de  ellos  se  desvane- 
ce quanto  alega  el  P.  Moret 
en  favor  de  los  primt^ros  y 
fingidos  Reyes ,  que  él  poue 


Trat.  69.  Cap.  1 6. 

en  Navarra.  Sea  el  primero 
del  Obispo  D.  Sebastian  ,  que 
refiriendo  en  el  numero  14. 
los  lugares  que  repobló  el 
Rey  D.  Alonso  el  Católico 
hasta  incluir  la  Bardulia,que 
como  he  dicho  confinaba 
con  Alaba  ,  añade  que  no 
tubo  necesidad  de  reparar 
esta  provincia  ,  como  tam- 
poco la  de  Vizcaya  ,  por  no 
haber  entrado  en  ella  los 
Moros  ,  insinuando  tacita- 
mente  el  dominio  ,  que  D. 
Alonso  tenia  en  estas  tier- 
ras ,  y  exponiendo  la  causa 
de  no  haberlas  poblado  co- 
mo las  otras  ,  sin  embargo 
de  pertenecer  á  su  Reyno. 
De  este  mismo  Rey  escribe 
el  Arzobispo  D.  Rodrigo,  que 
para  mayor  defensa  de  los 
Christiarios  fortificó  muchos 
Castillos  por  Alaba  ,  Vizca- 
ya y  Navarra  ,  de  donde 
se  infiere  evidentemente,  que 
todas  estas  regiones  esta- 
ban bajo  de  su  protección  y 
gfibieruo.  Sampiro  es  tam- 
bién testigo  de  esta  sujeción 
de  los  Alabeses  á  los  Reyes 
de  Asturias  ;  porque  empe- 
zando su  Chronicon  por  D. 
Alonso  el  Grande  refiere, 
que  teniendo  este  Principe 
noticia,  deque  los  habitan- 
tes^ d«  Alaba  s^  le  habían  re- 
be- 


Memorias  de  ¡a  Pr 
helado  ,  se  dirigió  contra 
ellos  ,  y  los  obligó  á  pro- 
meter fidelidad  ,  sujetando 
á  su  Imperio  aquella  provin- 
cia, y  llevando  á  Oviedo  al 
Conde  Eylón  ,  que  como  es 
creible  fue  cabeza  de  la  re- 
belión y  alzamiento  de  los 
Alabeses. 

8  En  el  mismo  Reynado 
era  Conde  de  Alaba  D.  Vela 
Scemeniz  ó  Ximenez  ,  pero 
con  dependencia  del  Rey  de 
Asturias.  Cou'^ta  asi  de  dos 
lugares  del  Chronicon  de 
Albelda.  El  primero  es  del 
num.  73.  donde  se  refiere, 
que  los  Condes  de  Castilla 
y  Alaba,  que  eran  D.  Diego 
y  D.  Vela  fatigaban  mucho 
con  sus  armas  al  Rey  Árabe 
Abaddella;  por  lo  que  éste 
no  cesaba  de  dirigir  lega- 
dos al  Rey  D.  Alonso  ,  á 
fin  de  alcanzar  la  paz.  El 
segurido  es  del  mismo  num, 
y  sig.  donde  cuenta  que  Al- 
mundir  ,  hijo  de  Mahomad, 
Rey  de  Córdoba  ,  después 
ée  haber  talado  los  campos 
que  poseian  en  Aragón  y 
Navarra  los  Moros  ,  que  se 
decian  f^enikazi^  entró  en  el 
territorio  del  Rey  D.  Alonso, 
y  dio  la  primera  batalla  en 
el  Castillo  de  Cellorigo ,  que 
pertenecía  á  Alaba  ,  y  esta- 


ounncla  de  Alaba,  iij 
ba  á  cargo  de  D.  Vela  su 
Conde.  Coligese  pues  que  la 
tierra  de  Alaba  ,  y  sus  Con- 
des dependieron  de  los  Re- 
yes de  Asturias  hasta  el  año 
883.  en  que  pasaron  y  se 
escribieron  estos  sucesos. 

9  Aun  después  de  D. 
Alonso  el  Grande  ,  y  del 
establecimiento  del  Reyno 
de  Navarra  ,  que  como  pro- 
bé en  el  tom.  32.  fue  á  fines 
del  siglo  nono,  se  mantu-í 
bo  por  algunos  años  la  pro- 
vincia de  Alaba  en  la  suje- 
ción á  los  Reyes  de  León, 
como  consta  del  estilo  que 
se  guardó  de  mencionar  en 
los  instrumentos  públicos  el 
nombre  del  que  reynaba 
aétualmente  ,  y  del  Conde 
de  Alaba.  Sandoval  trae 
una  donación  hecha  por  Mu- 
nio  Nequites  ,  y  su  muger 
Doña  Lupa  al  Monasterio 
de  S.  Miguel  de  Salcedo  ,  y 
de  su  Abad  Ñuño  :  cuya  data 
es  del  año  927.  y  dice  asi: 
Regnante  Regirniro  in  Le- 
giorte  ,  6?  Comité  Fredinando 
Gundisalviz  in  Castella  ,  S 
in  Alaba,  Argaiz  en  el  tom. 
6.  de  su  Sol.  Laur.  pag.  263. 
hace  memoria  de  otra  dona- 
ción que  hizo  un  Presbítero 
llamado  Vigila  á  Juliano, 
Abad  del  Monasterio  de  S. 
Ff2  Pe- 


17^  España  Sagrada 
Pedro  y  S.  Pablo  de  Tobillas 
en  Val  de  Gobia  ,  y  en  su 
data  se  dice  que  era  Conde 
de  Castilla  y  Alaba  Fernán 
González  ,  y  que  el  año  de 
Ja  fecha  era  el  primero  del 
Reynado  de  D.  Ramiro  en 
León.  Véase  también  Ber- 
ganza  part.  i.  pag.  238. 
donde  trae  una  escritura 
de  Diego  y  su  hijo  Tello, 
que  dieron  al  Abad  de  Cár- 
dena Recesvindo  la  Iglesia 
de  S.  Sebastian  de  Qiiinta- 
nar  ,  expresándose  el  mismo 
Conde  de  Alaba  y  el  Rey 
D.  Sancho  de  León. 

10  En  vista  de  tan  expre- 
sos testimonios  es  necesario 
sostener  ,  que  la  provincia 
de  Alaba  perteneció  á  los 
Reyes  de  Asturias  y  de 
León  desde  la  irrupción  de 
los  Árabes  hasta  el  tiem- 
po de  Fernán  González  ,  á 
quien  los  Condes  de  la  mis- 
ma provincia  reconocie- 
ron homenage.  Consta  asi- 
mismo ,  que  el  Privilegio  de 
los  Roncaleses ,  en  que  el 
Rey  de  Navarra  tiene  los 
títulos  de  Pamplona  ,  Alaba 
y  las  Montañas  ,  es  muy 
posterior  al  año  en  que  lo 
fija  el  P.  Moret.  Véase  lo 
que  sobre  este  particular 
eícribí  en  el  tom.  32.  desde. 


Trat.óg,  Cap.  16. 

la  pag.  365.  Coligese  final- 
mente ,  que  la  división  que 
este  Auror  hace  de  la  pro- 
vincia de  Alabí  en  interior 
y  exterior,  es  solo  arbitra- 
ria é  inventada  contra  la 
primera  idea ,  que  nos  dan 
los  Escritores  antiguos  ,  qus 
hablan  absolutamente  de  ella 
como  dominada  de  los  Re- 
yes de  Asturias,  no  insinuan- 
do jamás  que  alguna  parte 
suya  estubiese  sujeta  á  los 
de  Navarra  ,  como  se  pre- 
tende con  esta  nueva  dis- 
tinción. 

II  Las  memorias  mis 
autenticas ,  que  tene-aos  de 
las  regiones  que  se  gmaron 
por  los  M  )ro> ,  exceptúan  de 
su  opresión  las  tres  provin- 
cias de  Alaba  ,  Vizcaya  y 
Guipúzcoa.  Vean>e  los  testi- 
monios que  acerca  de  este 
punto  exhibí  en  el  tom.  32. 
cap.  13.  Algunos  Autores 
dicen,  que  sin  embargo  de 
haberse  libertado  de  la  cau- 
tividad la  mayor  parte  de 
Alaba  ,  los  Moros  tomaror» 
la  porción  mas  inmediata  á 
la  BarduÜa  6  Castilla  ,1o  que 
comprueban  con  el  Obispo 
D.  Sebastian  ,  que  afirma 
haber  sacado  Don  Alonso  el 
C:itolico  del  poder  de  los 
barbargs  á  Miranda  de  Ala- 
ba 


Memorias  de  la  Vrovtncia  de  Alaba.    229 


ba  conforme  á  la  lección  de 
un  Códice  ms.  del   Colegio 
de  Navarra  en  París  citndo 
por  Oihenart  en   su  Vascon. 
pag.    144.    Pero   este  lugar 
se    lee  de  tan  varios  modos, 
que  no  es  posible  colegir  que 
el      Obispo     Salmanticense 
mencionó    á     Miranda      de 
Ebro ,  que   en  aquel  tiempo 
pertenecía   á  la  provincia  de 
Alaba  ;  S indoval  y  Bergan- 
za     imprimieron  :  Alúnense 
Mirandam ,  Pellicer  Aláben- 
se  ,    Mirandam,    El     Rmo. 
Florez  Alabensem  ,    Miran- 
dam, Y  aun  atendiendo  á  la 
puntuación  ,  que  divide  es- 
tas dos  voces    en  todos  ¡os 
mss.   parece    que    por  ellas 
se    deben  entender  dos  po- 
blaciones   distintas  ,    y   no 
precisamente  la  Miranda  de 
Alaba.    Por    eso   Ambrosio 
de  Morales  lib.   13.  cap.  13. 
cuenta,  siguiendo  á  D.  Sebas- 
tian en  las  conquistas  de  D. 
Alonso  ,  un  pueblo  llamado 
Alábense  ,  y  de  Miranda  di- 
ce ,  que  no  es  la  que  llaman 
de  Ebro  ,  sino  la  del  Cas- 
tañal que  está  nueve  o  diez 
leguas  de  Salamanca ,  y  da 
titulo    al  Condado.    Y  á   la 
verdad  es  mas  probable  que 
el  Obispo  Salmanticense  no 
mencionó  entre  los  pueblos 


conquistados  ,  algunos  que 
tocasen  á  la  provincia  de 
Alaba  ,  diciendo  de  ésta 
poco  después  ,  que  hasta  el 
tiempo  ,  en  que  éi  escribía 
su  Chronicon  ,  habia  sido 
constantemente  poseída  por 
sus  Naturales. 

12       Moret  para   confir- 
mar la   división  ,  que   hizo 
de  Alaba  en  interior  y  exte- 
rior ,  trae  en  el  lib.  3 .  de  las 
Investig.  cap.    i.  dos  instru- 
mentos ,  de  los  quales  ,  dice, 
consta  con  certeza  ,  que  toda 
la  tierra ,  que  hay  desde  Mi- 
randa de   Ebra  á  la  peña  de 
Orduña  ,  fue  ocupada  de  los 
Moros  ,  y    que   sus  Iglesias 
permanecieron  diruidas  has- 
ta el  Reynado  de  D.  Alon- 
so el  Casto.   Las  dos  escri- 
turas que  cita  son  de  S.  Ma- 
ría de  Val  puesta  ,   y  se  ha- 
llaran en  ei  tomo   26.  de  la 
España  Sag.  pag.  442.  pero 
sobre  ser  poco  conocidos  los 
nombres    de    los    términos, 
que   alli   se    señalan  ;  ni    el 
Rey  ,    ni    el    Obispo   Juan 
dicen  ,  que  los  Moros  ocupa- 
ron aquella  tierra  ó  destru- 
yeron las  Iglesias  ,  que    se 
expresan  en   los  instrumen- 
tos; por  lo  que  estos  son  in- 
útiles en  orden  al  intento  de 
Moret  \  y  debemos  consen- 
tir 


c^o     España  Sagrada, 

tir  con  el  Obispo  D.  Sebas- 
tian ,  que  hablando  de  las 
tierras  ,  que  ganó  y  pobló 
D.Alonso  el  Católico,  mues- 
tra ,  que  no  tuvo  necesidad 
de  hacer  esto  en  Alaba, 
porque  siempre  se  mantu- 
bo  en  poder  de  Christia- 
nos  :  Alaba  namqus  ,  Visca- 
ya  ,  Alaone  ,  í?  Urdunia  d 
juis  incoUs  reperiuntitr  sem- 
per  esse  possess¿e  ,  &c. 

13  Retubo  su  libertad 
esta  provicia  hasta  el  año 
861.  en  que  como  refiere 
el  Arzobispo  D.  Rodrigo 
en  el  cap.  27.  de  la  Histo- 
ria de  los  Árabes  ,  Maho- 
rnad  ,  Rey  de  Córdoba  ,  en- 
vió á  su  hijo  Almundir  con- 
tra los  Alabeses  ,  el  qual  hi- 
zo en  ellos  grandes  estra- 
gos ,  y  volvió  triunfante, 
llevando  consigo  muchas 
cabezas  de  los  Christianos 
que  mató  en  aquella  guerra. 
Esta  entrada  de  Almundir 
no  fue  mas  que  una  apre- 
surada correrla  ,  en  la  que 
no  tomó  pueblo  ni  castillo 
alguno  ,  como  consta  de  las 
memorias  de  los  años  si- 
guientes ,  por  las  quales  se 
sabe ,  que  Alaba  se  gober- 
naba por  su  Conde  Eilón, 
y  bajo  el  Imperio  de  D. 
Alonso  el  Grande. 


Trat.  69,  Cap.  1 6. 

14  En  el  año  882.  Ma- 
homad  ,  pretendiendo  Ven- 
garse de  los  grandes  daños, 
que  el  Rey  D.  Alonso  le  ha- 
cía en  sus  tierras  ,  envió  un 
egercito  contra  Alaba;  pero 
en  la  primera  batalla  ,  que 
se  dio  en  el  Castillo  de  Ce- 
llorigo  ,  fueron  los  Moros 
vencido*  con  grande  pérdida 
de  los  suyos.  Sirque  bastes 
Caldceorum  ,  dice  el  Chroni- 
con  de  Albeláa  ,  ad  Cellori- 
cum  Castruwi  pugnaverunt^ 
&  ñihiJ  egcrunt  ^sedmultos 
suos  ibi  perdiderunt.  No 
escarmentaron  los  barbaros 
con  esta  desgracia ;  antes 
bien  resueltos  á  entrar  en 
aquella  provincia  ,  y  viendo 
la  resistencia  insuperable  de 
aquel  Castillo  ,  determina- 
ron hacer  segunda  tentativa, 
combatiendo  á  Pancorvo;  pe- 
ro también  fueron  rebatidos 
aqui  con  no  menor  perdida 
que  en  Cellorigo.  Ipsa  quo- 
que  hastis  in  extremis  Cas- 
tellaa veniens  ad  castrwn^ 
cui  Pontecurvum  nomen  est^ 
tribus  diebus  pugnavit  ,  & 
nibil  ví&ori¿e  gessit^  sed  plu- 
rimos  suorum  gludio  vindi- 
ce  perdidit» 

15  En  el  año  883.  vol- 
vieron los  Moros  á  emprehen- 
der    la    entrada    en  Alaba, 

com- 


Memorias  de  la  Provincia  de  Alaba,    231 
combatiendo  los  mismos  Cas-     grandes  viéíorias  de  los  Mo« 


tillos  de  Cellorigo  y  Pan- 
corvo  ;  pero  el  fruto  que 
consiguieron  no  fue  otro  que 
perder  una  gran  parte  de  su 
egercito,  sin  embargo  de  que 
Mahomad  juntó  para  esta 
expedición  todas  las  fuerzas 
que  tenia  en  España  ,  como 
se  escribe  en  el  Chronicon 
citado. 

16  Cerca  de  este  tiempo 
se  estableció  el  Reyno  de 
Navarra,  como  probé  en  el 
tom.  32.  y  los  primeros  Re- 
yes  alcanzaron    muchas    y 


ros  ,  con  las  que  consiguieron 
desalojarlos  de  todas  las  tier- 
ras finitimas  a  la  provincia 
de  Alaba.  Asi  que  pode- 
mos asegurar  atendidas  to- 
das las  memorias  antiguas, 
que  los  barbaros  nunca  pu- 
dieron tener  dominación  esta» 
ble  en  este  pais,reservandole 
Dios  para  que  en  él  se  man- 
tubiese  la  Christiandad  ,  / 
no  se  apagase  ,  como  dice 
el  Arzobispo  D.  Rodrigo  ,  la 
centella  de   los  Santos. 


CAPITULO     XVII. 

ESTABLECIMIENTO     DEL     OBISPADO 

de  Alaba  en  Armentia. 


I  XJ  N  la  provincia  ,  cu- 
Jtjy  y  as  memorias  anti- 
guas acabo  de  referir  ,  exis- 
te hasta  hoy  una  población, 
que  antiguamente  se  llamó 
Armentegui  ó  Armentegi, 
ilustre  y  esclarecida  por  el 
nacimiento  de  S.  Prudencio 
Obispo  de  Tarazona  ,  y  por 
la  Sede  Episcopal  que  se  eri- 
gió en  ella  después  que  fal- 
tó el  titulo  de  Calahorra.  Al 
presente   &e  dice  Armentia, 


y  su  antigua  grandeza  e?tá 
reducida  á  un  corto  núme- 
ro de  casas  de  Labradores, 
habiendo  sido  causa  muy 
principal  de  esta  reducción 
el  aumento  de  otro  pueblo 
cercano  ,  que  primero  se  di- 
jo Gastheiz  ,  y  después  de 
fortificado  y  engrandecido 
por  D.  Sancho  el  Sabio  ,  se 
llamó  Vidoria.  La  casuall* 
dad  de  tener  los  montes 
rios  y  pueblos  de  su  comar- 
ca* 


1^^  España  Sagrada, 
ca  ,  nombres  muy  semejan- 
tes á  los  de  la  región  en  que 
descansó  el  Arca  de  Noé ,  ha 
dado  ocision  á  que  algunos 
Escritores  atribuyan  la  fun- 
dación de  este  lugar  á  los 
primeros  pobladores  después 
del  diluvio  universal.  Creen 
estos  ,  que  nuestra  España 
empezó  á  poblarse  por  el 
Pyrineo  ,  y  tierras  de  Gui- 
púzcoa ,  Vizcaya  y  Alaba, 
para  cuya  comprobación 
Iraen  por  argumento  princi- 
pal los  nombres  ,  que  pasa- 
dos tantos  siglos  se  conser- 
van en  estas  partes  monta- 
ñosas. Si  el  monte  ,  dicen, 
en  que  se  paró  el  arca  de 
Noé  se  II  una  GorUcyo  se- 
gún Josefo  en  el  lib.  i.  de 
sus  Antig.  Jud.  cap,  4.  en  la 
provincia  de  Alaba  hay  una 
montaña  alta  ,  que  con  leve 
corrupción  se  dice  Garbeya. 
Si  la  Armenia  Mayor,en  que 
está  situado  aquel  monte, 
tiene  el  nombre  hebreo  de 
Ararat ,  en  la  jurisdicción 
de  Villafranca  de  Guipúzcoa 
se  levanta  otra  montaña, 
que  con  su  grande  altnra 
domina  las  costas  del  mar 
Cantábrico  ,  y  se  llama  tam- 
bién con  ligera  variación 
Araliv.  A  la  falda  de  esta 
montaña  nace  un  rio  ,  que 


Trát.  6 i)  Cap,  ij, 
se  dice  Araxes  ,  y  en  la  Ar* 
menia  es  muy  celebrado  otro 
rio  ,  cuyo  nombre  se  escri- 
be con  las  mismas  letras. 
Asi  van  discurriendo  por  los 
nombres  que  tienen  otros 
pueblos  ,  montes  ,  valles  y 
ñimilias  de  Alaba  y  sus  cot 
marcas  ,  de  los  quales  y  de 
la  costumbre  que  observa-r 
ron  siempre  los  pobladores, 
ó  conquistadores  de  alguna 
provincia  de  comunicarla 
los  nombres  de  la  tierra  de 
donde  salieron  ,  infieren,  que 
los  primeros  habitantes  de 
Alaba  ,  y  de  las  regiones 
fiuitimas,  vinieron  de  xÁrme- 
nia  poco  después  del  dilu- 
vio. De  estos  pues  añrmín, 
que  habiendo  llegado  a  di- 
cha provincia  ,  fundaron  la 
población  llamada  Armente- 
g:ii ,  que  se  interpreta  pue- 
blo de  Armenios  ;  y  de  aquí 
colige  D.  B?rnardo  íbañez. 
Autor  de  la  vida  de  S.Pru- 
dencio, queTubal  estableció 
en  Alaba  su  colonia  ,  y  que 
desde  aquel  tiempo  fue  Ar- 
mentia  la  Ciudad  capital  de 
aquellos  pjises. 

2  Yo  no  dudo  que  si 
fueran  subsistentes  las  con- 
geturas  ,  que  estrivan  en  la 
uniformidad  ó  semejanza  de 
los  nombres  ,  serian  las  mas 
le- 


Bstahkchnlénto  del  Obispado  de  Alaba.    233 
legítimas   las  que   se  hacen     ser  Logroño  ,    ó  á    los  de 

Vaipuesta  ,  ó  á  otro  de  los 
que  partían  términos ;  pero 


en  favor  de  la  primera  po- 
blación de  Alaba  ,  y  tierras 
vecinas  ,  por  encontrarse  la 
mayor  conformidad  entre 
los  de  ésta  ,  y  los  de  Ar- 
menia. Pero  como  este  gene- 
ro de  pruebas  es  comunmen-. 
te  desestimado  de  los  doc- 
tos ,  y  pudo  ser  acaso  lo  que 
Moret  y  otros  reputan  por 
cuidado  de  los  primeros  po- 
bladores ,  no  me  parece  se 
á^h^  porfiar  mucho  sobre 
esta  gloria  y  antigüedad  de 
Armentia  ,  cuyo  principal 
í|onor  consiste  en  haber  sido 
patria  de  S.  Prudencio ,  y 
en  haber  tenido  Silla  Epis- 
copal ,  y  lo  que  es  muy 
digno  de  aprecio  en  haber 
dado  con  santa  paz  y  liber- 
tad culto  á  Jesu  Christo  to- 
do el  tiempo  ,  que  las  Ciu- 
dades de  otras  regiones  se 
vieron  en  tribulación  y  es- 
clavitud después  de  la  veni- 
da de  los  Árabes. 
.  3  Tratando  el  M.  Argaiz 
de  las  antigüedades  Ecle- 
siásticas de  la  provincia  de 
Alaba  dice  ,  que  en  los  qua- 
tro  primeros  siglos  de  la 
Iglesia  perteneció  en  lo  es- 
piritual á  los  Obispos  deFla- 
viobriga  ,  que  es  Bilvao ,  6 
á  los  de  Alberito  ,  que  dice 
Tom.  XXXllL 


que  en  el  año  de  43 ti-  se 
erigió  Sede  Episcopal  en  Ar- 
mentia ,  teniendo  la  provin* 
cia  desde  este  tiempo  en 
adelanteObispo  proprio.  Los 
Obispados  de  Flaviobriga  y 
Alberito  no  tienen  otro  fun- 
damento que  el  Autor  de 
estas  y  otras  ridiculas  inven ^ 
clones,  Antonio  Lupian  ,  que 
se  encubrió  con  el  nombre 
de  Hauberto.  La  Silla  de  Val- 
puesta  es  también  fingida 
respedo  de  los  quatro  siglos 
primeros  ,  ni  se  halla  me- 
moria suya  hasta  los  años 
de  804.  en  que  vivia  su  Obis- 
po Juan  ,  restaurador  de  la 
Iglesia  de  Santa  María ,  / 
primer  Prelado  de  ella.  Dei 
mismo  modo  ,  el  origen  que 
se  atribuye  al  Obispado  de 
Alaba  en  los  años  de  431; 
es  supuesto  por  el  que  in- 
ventó las  Sillas  Episcopales. 
de  Fiaviobriga  y  Alberito. 
Asi  que  debemos  entrar  en 
el  reconocimiento  de  !a  Igle- 
sia Alábense  ,  suponienda 
que  todas  estas  noticias  ,  que 
trae  Argaiz  son  fabulosas, 
despreciables  y  contrarias  á 
documentos  auténticos ,  qual 
es  la  Epístola  de  los  Padres 
Gg  Tar- 


a  3  4     España  Sagrada* 

Tarraconenses  al  Pontífice 
Hilario  ,  de  la  qual  consta, 
como  dejo  escrito  en  otro  lu- 
gar ,  que  el  Obispado  de  Ca- 
lahorra era  en  el  siglo  quin- 
to el  ultimiD  de  la  Provincia 
de  Tarragona  ,  por  la  parte 
en  que  confinaba  con  la  de 
Galicia:  de  donde  se  infiere 
evidentemente  ,  que  no  ha- 
bla Sede  en  las  Ciudades, 
que  Argaiz  nombra  ,  y  que 
toJo  el  territorio  desde  Ca- 
lahorra hasta  el  límite  de  la 
dicha  Provincia  Tarraconen- 
se ,  pertenecía  á  la  jurisdic- 
ción de  la  Iglesia  Calagurri- 
tana. 

4  Parecía  increíble,  que 
en  nuestros  tiempos  ,  en  que 
quitado  ya  el  velo  á  la  men- 
tira ,  que  dominaba  antes  di- 
simulada con  la  máscara  de 
nombres  grandes  y  famosos, 
trabajan  todos  en  limpiar  la 
Historia  de  las  inumerables 
ficciones  que  se  habían  in- 
troducido en  ella  ,  hubiese 
alguno  que  pretendiese  en- 
ga fiarnos  con  la  producción 
de  instrumentos  y  manus- 
critos fabulosos.  Pero  la  ex- 
periencia nos  enseña  ,  que 
se  verifica  aun  ahora  lo  que 
D.  Nicolás  Antonio  lloraba' 
en  su  edad  ,  esto  es  ,  que  no 
se  jba  cocido  aún  aquel  mal 


Trat.  69.  Cap.  1 7. 

humor  ,  que  se  gastaba  en 
estas  ficcicnes  ,  antes  pate^ 
ce  que  le  han  heredado  otros. 
Digo  esto  ,  porque  el  Lie. 
D.  Bernardo  Ibañez  ,  deseo- 
so de  honrar  al  Obispado  de 
Alaba  ,  y  á  la  Iglesia  de  Ar- 
mentia,  publicó  como  auten- 
tico el  testamento  de  un  Ca- 
ballero llamado  lldemiro,eti 
el  qual  se  nombran  algunos 
Obispos  inmediatos  á  la  pér- 
dida general  de  España  ,  y 
se  cuenta  la  tradición  de 
los  Alabeses  antiguos  sobre 
que  la  expresada  lijlesia  fue 
fundada  por  San  Saturnino. 
Los  Eruditos  de  la  Provincia 
de  Alaba  saben  muy  bien 
quien  fue  el  Artífice  de  esta 
Escritura  ,  y  señalan  con  el 
dedo  la  oficina  en  que  se  fin- 
gió ;  por  lo  que  lejos  de  que- 
rer que  se  acredite  ,  traba- 
jan ellos  mismos  en  quitarla 
toda  la  reputación  que  po- 
día tener  en  el  concepto  de 
los  menos  prudentes.  Igual- 
mente conocen  la  invención 
de  las  Aét  'S  de  S.  Prudencio, 
que  el  mismo  Ibañez  impri- 
mió en  la  Historia  de  este 
Santo  ;  y  su  publicación  los. 
irritó  de  manera  ,  que  lle- 
nos de  verdadero  y  piadoso 
zelo  prohibieron  la  venta  de 
los  egemplares  impresos.  Es- 
te 


Establecimiento  del  Obispado  de  Alaba.     235 
te  es  el  aplauso   que  mere-     dad  que  en  tiempo  de  este 


ció  el  inventor   ,  en    lugar 
del  aprecio  ,  que  según  la 
pag.  83.  de  la  Hist.  cit.  espe- 
raba   con    mucha  satisfac- 
ción de  los  sabios  continua- 
dores  de  Botando.    En  este 
supuesto  ,  nadie    estrañará, 
que  no  quiera  yo   gastar  el 
tiempo  en  el  eximen  de  ins- 
trumentos notoriamente  fin- 
gidos ,  en    especial    dando 
ellos  mismos  las  mejores  mu- 
estras de  ser  obra  moderna, 
y  de   Autor  que  ignoraba  el 
arte  de  contrahacer,  casi  en 
todas  sus  clausulas ,  las  qua- 
Jes  no  constan  sino  de  expre- 
siones que  hoy  se  usan  vul- 
garmente en  nuestro  idioma, 
«in  mas  diferencia  ,  que  la 
de  estar  latinizadas, 

S  Desechados ,  pues ,  los 
referidos  documentos ,  como 
fabulosos  é  inútiles  en  orden 
al  establecimiento  de  la  Se- 
de Episcopal  de  Alaba  ,  di- 
gamos ya  de  su  verdadero 
ó  mas  probable  principio. 
Oihenart  afirma,  que  no  pu- 
do tener  notic-ia  de  Obispo 
de  Armentia  ,  que  presidiese 
antes  del  siglo  once ,  y  por 
tanto  pone  en  primer  lugar 
á  D.  Munio  ,  que  gobernaba 
este  Obispado  en  laEra  1052. 
y  1073.  Pero  aunque  es  ver- 


Prelado  empezó  á  sonar  en 
las   memorias  el    titulo    de 
Alaba  ,  desconocido  en   las 
que  se  escribieron  en  !os  si- 
glos anteriores,  debemos  cre- 
er que  este  Obispado  se  esta- 
bleció mucho  antes  del  Obis- 
po expresado.  Esto   se  per- 
suade   fácilmente    con  solo 
advertir  el    estado  que   tubo 
la   Provincia  de  Alaba,  y  la 
de  Vizcaya  su  confinante ,  en 
todo  el   siglo  décimo.   Por- 
que primeramente  es  indu- 
bitable ,  que   éstas  se  con- 
servaron  libres  de  los  Mo- 
ros ,  y  ocupadas  de  un  gran 
numero  de  Christianos   ,  j 
mayor  que  antes  de  la  ve- 
nida de  los  Barbaros ,  de  cu- 
ya    persecución    escaparon 
muchos  retirándose  a  ellas: 
de   donde  se  colige,  que  na 
habia  impedimento,  sino  an- 
tes motivo    muy  particular 
l>ara  tener  Obispo  que  go- 
bernase   aquellas     Iglesias. 
iAdemás    de    esto  ,  no  hay 
vestigio  por  donde  se  pueda 
descubrir  que  alguno  de  los 
Obispos  confinantes   ,    es  á 
saber  ,  el  de  Val  puesta,  ó  el 
de  Nágera  ,  tubiesen  juris- 
dicción en   las  dichas  Pro- 
vincias según  toda  su  exten- 
sión ;  y  solo  consta,  que  el 
G  2  pri- 


2  3  <5  España  Sagrada* 
primero  gobernaba  desde  su 
Capital  hasta  cerca  de  Mi- 
randa Ebro,  como  luego  ve- 
remos. Asi  ,  que  parece  que 
la  Sede  Alábense  empezó  en 
el  siglo  décimo  ,  quando  ce- 
só el  titulo  de  Calahorra  ,  y 
se  instituyó  el  Obispado  de 
Nrlgera  ,  como  se  hará  mas 
patente  en  el  Catálogo  de  los 
Obispos  de  Armcntia. 

6  La  Diócesis  de  Alaba 
confinaba  por  el  hdo  orien- 
tal con  la  de  Pamplona,  á 
la  qual  pertenecía  por  esta 
parte  todo  el  territorio  que 
abrazaba  entonces  el  nom- 
bre de  Ipúzcoa  ,  como  cons- 
ta del  Diploma  de  D.  San- 
cho el  Mayor  en  el  frag- 
mento que  publiqué  en  el 
tom.  32.  pag.  230.  Por  la 
parte  meridional  compre- 
hendia  hasta  la  Sonsierra  de 
Navarra ,  y  Rioja  ,  confinan- 
do por  aquí  con  el  Obispa- 
do de  Nágera.  Por  el  Occi- 
dente se  extendía  hasta  el 
rioOronciilo  ,como  baja  des- 


Trat.  6g.  Cap,  1 7. 
de  Pancorvo  á  Miranda , don- 
de entra  en  el  Ebro  ,  y 
por  este  lado  partía  térmi- 
nos con  la  Diócesis  de  Val- 
puesta  ,  cuya  jurisdicción 
llegaba  al  pueblo  ,  y  rio  de 
Orón  ,  como  se  expresa  en 
las  Escrituras  del  Rey  Don 
Alonso ,  y  del  Obispo  Don 
Juan  ,  publicadas  en  el  Ap. 
del  tom.  26.  pag.  442.  y 
444.  y  se  confirma  con  la 
memoria  ,  que  se  lee  en  el 
libro  Gótico  de  S.  Millan, 
fol.  10.  por  la  que  consta, 
que  el  Monasterio  de  Orbá- 
ñanos  ,  entre  Frias ,  y  Pan- 
corvo  ,  pertenecía  al  Obis- 
pado de  Valpuesta.  Véase  el 
tom.  cit,  pag.  93.  Finalmen- 
te ,  por  la  parte  septentrio- 
nal era  de  este  Obispado  to- 
da la  Provincia  de  Vizcaya; 
de  manera ,  que  los  límites 
de  ésta  ,  y  de  Alaba  encerra- 
ban todo  el  distrito  que  to- 
caba á  la  Sede  establecida 
en  Armentia. 


CA- 


CAPITULO     XVIIL,. 


m 


CATALOGO    DE   LOS 

de  Alaba, 


OBISPOS 


MUNIO. 

Por  los  años  de  927. 

'*  T7^  nombre  Munio  es 
'  '  XZá  muy  común  en  los 
Obispos  de  Alaba ,  como  ire- 
mos viendo  en  su  Catálogo. 
El  primero,que  hallamos  con 
él ,  consta  de  una  Escritura, 
que  existe  en  el  Archivo  del 
Monasterio  de  S.  Millan  ,  y 
pertenece  al  año  de  927.  Nó 
se  expresa  en  ella  la  Se- 
de ;  pero  con  todo  eso  debe 
estimarse  esta  memoria  co- 
rro prueba  evidente  de  qué 
la  Silla  Ep 'seo pal  de  Alaba 
se  instituyó  asi  que  la  Rioja 
fue  conquistada  por  los  Re- 
yes de  Navarra.  Porque  ade- 
más de  no  leerse  el  nombré 
de  Munio  en  los  Catálogos,  ni 
en  las  Escrituras  de  e.ste  ti£  m- 
po  concernientes  á  otras  Igle- 
sias confinantes,  tratase  aqui 
de  cosas  proprias  del  terri- 
torio de  la  expresada  Pro- 
vincia ,  donando  un  Abad 
llamado  Lisuario,y  los  Mon- 
ges  que  vivían  con  él  algu- 


ñas  Iglesias  al  Abad  de  Su 
Esteban  de  Salcedo.  A  está 
donación  ,  pues  ,  se  halló 
presente  el  Obispo  Munio, 
de  quien  la  Escritura  hace 
mención  por  estás  palabras: 
Hcec  scriptaÉprsco'pusMurtJÓ 
primitus  Jtgit  &  ccnfirwavit» 
2  En  ía  data  de  la  mis- 
ma memoria  se  dice  ,  qué 
rey  naba  D.  Ramiro  en  León, 
y  Fernán  González  en  Cas- 
tilla ;  y  de  aqui 'se  infiere 
también  contra  Moret  ,  qué 
la  Provincia  de  Alaba  no  es- 
taba aún  agregada  al  Rey-í- 
no  de  Navarra  ,  com.o  dejo 
probado  en  otro  lugar.  Igual- 
meíite  se  puede  discurrir, 
que  la  ca:usa  principal  de 
haberse  dividido  en  dos 
Obispados  el  territorio  del 
de  Calahorra  ,  fue  por  estar 
dominaido  por  diversos  Re- 
yes ,  y  Señores  ,  pertene- 
ciendo la  Rioja  á  los  de  Na- 
varra ,  que  la  conquistaron; 
y  Alaba  ,  y  Vizcaya  á  los 
de  León  ,  y  á  los  Condes  de 
Castilla. 

MU- 


«3 


España  Sagrada^  Trat.  6g.  Cap.  1 8. 


MUNIO 


Año  de  95 6.  y  en  adelante* 

1  Los  Obispos ,  que  pre- 
«dipron  en  esta  Sede  desde 
el  auQ  927.  hasta  el  1033. tie- 
nen en  las  Escrituras  que  loi 
mencionan  un  mismo  nom- 
brg,  s:n  .qu,e  se  halle  nota 
álWufía  qu(^^los  distinga.  Por 
ta-ito  ,  no  pudiendo  averi- 
cuirse  ,  si  fueron  dos  ,  tres, 
p  mis  los  que  gobernaron 
la  Iglesia  de  Alaba  en  aquel 
largo  intermedio  de  años, 
me  veo  reducido  á  distribuir 
este  tiempo  en  tres  Obispos 
con  el  nombre  de  Pvlunio, 
confesando  primero  mi  igno- 
rancia acerca  de  su  número. 

2  En  el  año  ,  pues ,  de 
956.  se  donaron  al  Monaste- 
rio referido  de  S.  Esteban  de 
Salcedo  otros  varios  Monas- 
terios situados  en  la  Provin- 
cia de  Alaba.  La  donación 
existe  en  el  Becerro  Gótico 
de  S.  Milhn  ,  y  está  firma- 
da Dor  el  OhisDO  Munio ,  que 
debe  adjudicnrse  á  esta  Se- 
de por  las  mismas  razones 
que  el  precedente. 

3  E!  Atitor  de  la  Vida  de 
S.  Prudencio  pone  por  pri- 
mera memoria  de  este  Obis- 


po la  confirmación  de  un  Pri- 
vilegio, que  el  Rey  D.San- 
cho ,  y  la  Reyna  D.  Urraca 
dieron  á  la  Cofradía  de  Ala- 
ba ,  reformando  algunos  abu- 
sos y  fueros  antiguos.  Esta 
Escritura  se  halla  traducida 
al  Castellano  en  un  proceso 
Ms.  de  las  Antigüedades  de 
Alaba  ,  cuyo  Autor  fue  D. 
Juan  de  Lazarraga  ,  hombre, 
según  el  juicio  del  referido 
Escritor,  erudito  ,  y  extre- 
madamente curioso  en  las 
noticias  que  juntó  ,  y  muy 
puntual  en  los  instrumentos 
que  puso  á  la  letra.  La  data 
de  la  Escritura  dice  asi :  Fe^ 
cha  fue  esta  carta  de  con- 
firmación en  ¡as  Kalendat 
de  Enero  ,  Era  de  mil  ailos, 
en  el  Monasterio  de  Santa 
Cruz,  E  yo  D.  Sancho  ,  y 
la  Reyna  D.  Urraca  mi  m«- 
gcr  ,  y  los  infantes  mis  hi- 
jos D.  Garcianes ,  D,  Fer- 
nando ,  y  D,  Remiro  ,  qug 
la  mandamos  facer  ,  la  fir- 
piamos  de  nuestras  manos  ^ y 
la  entregamos  á  treinta  tes- 
tigos ,  para  la  autorizar  é 
corroborar.  D.  Benito  ^Obis- 
po de  Nágera  ,  que  la  con- 
firmó.  D.  Munio  de  Alaba^ 
D.  Si  se  b  uto  de  Pamplona  ,  e 
todos  ¡os  antiguos  de  Ara- 
gón ,  y  de  Pamplona  y  que  U 

COñ' 


Obispos  de  Alaba.  Munio.  «39 

fonfirwaron,  Eugenio  Sacer-    es  muy  posterior  la  memo- 
dote  la  escribió ,  é  fizo  aqui 
ista  señal,  '^ 

4  Yo  no  puedo  dudar, 
que  aun  suponiendo  la  au- 
tenticidad de  este  Privile- 
gio ,  debemos  tener  por  fal- 
sa la  data  ,  que  se  halla  en 
Ja  copia  de  Lazarraga.  No 
quiero  detenerme  ahora  en 
los  muchos  reparos  que  se 
me  ofrecen  quanto  al  Rey- 
nado  de  D.  Sancho  ,  y  D, 
Urraca  ,  de  que  por  ventura 
trataré  de  proposito  en  otro 
lugar.  Lo  cierto  es ,  que  en 
la  Era  de  mil ,  año  de  Chris- 
to  novecientos  y  sesenta  y 
dos  ,  no  pueden  verificarse 
estos  Reyes  de  Navarra ;  por- 
que consta  de  los  Códices 
Albíldense  ,  y  Emilianense, 
que  en  el  año  expresado  rey-,' 
naba  D.  Gnrcia  Sánchez  ,  el 
qual  no  murió  hasta  el  dé 
970.  La  conjunción  de  ios' 
Obispos  confirmantes  es  tam- 
bién argumento  que  eviden- 
cia el  error  de  la  data  ;  pues 
de'i  reconocimiento  de  los 
Catálogos  de  las  Iglesias, que 
se  nombran,  resulta  ,  que  no 
fue  posible  la  concurrencia 
deObispos  con  aquéllos  nom- 
bres antes  del  año  988.  Asi, 
que  aun  supuesta  la  legiti- 
midad de  dicho  Privilegio, 


ría  del  Obispo  Munio  ,  que 
le  confirmó  expresando  la 
Sede  Alábense. 

Excluyen. re  Julián  ,  y     , 
García.  ' 

5  t),  Bernardo  Ibañex 
pone  presidiendo  en  esta  Se- 
de en  el  apo  de  990.  un  Obis- 
po llamado  Julián, cuya  fir-' 
ma  dice  se  lee  én  el  Becerro* 
Emilianeníe    al  fol.  22.  El 
nombre  de  este  Prelado  se 
halla  en  varios  Insrrumen-" 
tos  ,  y  en  ninguno  se  encuen-' 
tra  la  expresión  de  su  Sil!a,¡^ 
Argaiz  ,  y  Moret  citan  Es--"' 
crituras  de  les  añ^s  982.  y , 

983.  con  lis  su^sc'p  i-nes 
de  este  Obispo,  Y  rra-  en  do 
el  mismo  Ibañe'í^  la  Es  r  tu-^ 
ra  de  litigio  der Ob-'sp)  D;' 
PJnnio  cdn  Alvaro  ,  Ab?.d  de 
S.  Vicenfe  de  Ozcoita  ,con  la 
Era  de  1022.  añodeCbrJsto 

984.  debia  advertir  ,  que  no 
tocaba  al  Catálogo  de  A 'aba 
el  nom.bré  'de  Julián  ,  quG  se 
lee  en  Escrituras  anteriores 
á  la  dicha  Era  ,  y  también 
en  otras  posteriores  que  él 
señala. 

6  El  mismo  Autor  ,  si-' 
guiendo  el  Catálogo   forma- 
do por  Argaiz ,  hace   á   D. 

Gar- 


^  40  Es  papa  Sagrada. 
Garda  succesQr  .(k  ,I>Qn,j4L: 
Üan.  P^fo ,  fíi%n:í^^  ^cfe^^qpe,' 
^ste  obispo  ]  taip poco^  subs- 
cribió alguna  vez  conrel  ti- 
tulo de  Alaba  ",  es  mas  pro- 
bable ,  (^ue  su  Sede  fue,. lav de 
Nágera ;  porque  ,  foinó  dTge 
tratando  dé  este  Obispado, 
^1  nombre  de  Garcia*  se  en- 
cuentra en  diferentes  Escri-, 
turas,  continuándose  su  me- 
m^cia  .desde  el  principio  del 
sfglo  once  ,  hasta  el  aiio  de 
1014.  en  que  subscribió  con 
expresión  de  la  Silla  Nage- 
rense.  iVrgaiz  prosigue  las 
noticias  del  mismo  O.  Gar- 
ci^  hista  el  año  de  1020.  y 
de  aqui  se  hace  contra  él 
un  buen  argumento  eñ  prue- 
ba  de  que  no  pudo  ser  Obis- 
po de  Alaba  desde  el  año  de 
996.  en  que  oQue  su  priniera 
memoria  hasta, el  de  j^oiq.^en 
que  trae  la  ultima,  haílaqdose 
entre  estos  años  otro  Obispo 
de  nombre  muy  diverso, que 
es  el  siguiente. 

M  u  k  I  O. 

Desde  el  año  1014. 

I  Los  Obispos  de  Alaba 
empiezan  desde  ahora  á  ser 
mas  conocidos ,  porque  se- 
guían con  freqUencia  á  los 


Trat.6<).  Cap,  18. 

Reyes-  de  Navarra  yC^  cuy^ 
compafíia  andubieron  mas  de 
ordinario  hasta.aqui  los.Obis- 
pos  de  Pamplona ,  Nágera ,  y 
Aragón,  Por  eso  Arnaldo 
Oihenart  haciendo  una  bre- 
ve mención  de  los  OipispQs 
de,  Alaba »  muestra  no  hiber;' 
tenido  noticia  de  los  pasa-' 
dos ,  y  pone  por  primero  á, 
D.  Munio:  Episcopos  ajten^ 
q'4Í  huic  Se  di  pi'ieFuerun!:, 
¡075  duntaxat  in  veterihuy 
monumentis  observare  licuiti 
Munionem  ,  qui  Era  1052. 
í?  Erj  1073.  fiírcbat  ,  ^c. 
2  La  primera  memoria, 
que  tenemos  de  D,  Munio, 
es  del  año  de  1014.  en  que 
subscribió  y  confirmó  la  in- 
signe donación  que  D.  San- 
cho el  Mayor  hizo  al  Mo- 
nasterio .  de  S.Salvador  de 
l^eyre, dándole  á  S. Sebastian 
^1  viejo  y  el  antiguo  pueblo 
de  Izurumcon  sus  Iglesias, 
como  dige  en  D.  Gíarcia, 
Obispo  de  Nágera  ,  que  tam- 
bién firmó  esta  Escritura  con 
expresión  de  3u  titulo.  En 
los  años  siguientes  confirmó 
otros  muchos  Instrumentos, 
que  no  me  parece  reprodu- 
cir en  este  lugar  ,  por  ha- 
berlos mencionado  en  el  Ca- 
tálogo de  los  Obispos  Nage- 
renses ,  nombrando  á  Munio, 
co- 


Ohh pos  de  Alaba.  M\imo,  241 

de  los  coníír-  Escritura  de  unión  del  Mo- 
nasterio de  S.  Eulalia  de  Pe- 
quera al  de  S.  Juan  de  la  Pe- 
ña ,  quedando  desde  enton- 
ces Sancho  ,  Prior  de  S.  Eu- 
lalia ,  y  sus  Monges  Ximeno, 
Diaco  ,  y  Bancio  ,  sujetos  á 
la  Reforma  Cluniacense.  En 
este  año  falleció  Manió,  y 
en  el  mismo  tomó  posesión 
de  esta  Sede   el  siguiente. 


como  a  uno 
mantés, 

3  En  el  año  de  1030. 
asistió  á  la  elevación  ,  y  tras- 
lación que  D.  Sancho  el  Ma- 
yor hizo  de  las  Reliquias 
de  S.  Millan  ;  y  poco  después 
firmó  la  Escritura  de  dona- 
ción ,  por  la  que  este  Princi- 
pe ,  para  memoria ,  y  honor 
de  aquel  aélo  piadoso  ,  dio 
2\  Obispo  D.  Sancho  ,  Abad 
del  Monasterio  del  mismo 
Santo  ,  un  Village  ,que  esta- 
ba cercano  ,  y  se  decia  Ma- 
driz.  En  el  de  1032,  subscri- 
bió otra  donación  del  ex- 
presado Rey  á  26.  de  Di- 
ciembre ,  por  la  que  éste  do- 
nó á  S.  Salvador  de  Leyre 
el  Monasterio  de  S.  Juan, si- 
to en  la  Valdonsella  ,  junto 
á  la  Villa  de  Pitillas  ,  y  la 
Parroquia  de  S.  Cecilia  ,  que 
al  presente  es  Basílica  ,  re- 
fundida en  la  Iglesia  Parro- 
quial de  S.  Juan  Baptista ,  que 
está  dentro  de  la  Catedral 
de  Pamplona.  Firmáronla, 
además  de  D.  Munio  ,  Obis- 
po de  Alaba  ,  los  Obispos 
Mancio  de  Aragón,  Sancho 
de  Pamplona  ,  Arnulfo  de 
Ribagorza  ,  Juliano  de  Cas- 
lilla  ,  Poncio  de  Oviedo. 

4     En  el  año  1033.  firmó 
con  los   mismos  Obispos  la 

Tom,  XXXllL 


JUAN. 

Año  de  1033. 

r  Habiéndose  introduci- 
do la  observancia  Monásti-* 
ca  Cluniacense  en  el  Monas- 
terio de  S.  Juan  de  la  Peña 
por  disposición  de  D.  San- 
cho el  Mayor  ,  los  Obispos 
y  principales  del  Reyno  de 
Navarra  suplicaron  á  este 
Christianisimo  Principe  ilus- 
trase con  el  mismo  género 
de  vida  el  célebre  Monaste- 
rio de  Oña  ,  fundado  á  hon- 
ra del  Salvador  por  el  reli- 
gioso Conde  Don  Sancho. 
Uno  de  los  Prelados  que  hi- 
cieron esra  santa  pretensión, 
fue  Don  Juan  ,  Obispo  de 
Alaba  ,  el  qual  aprobó  ,  y 
confirmó  la  Escritura  de  re- 
formación con  estas  pala- 
bras ;  Ego  Joannes  Alaben- 
Hh  sis 


a 4^  España  Sagrada, 
sis  EccJesi<e  Episcopus  con- 
ditionem  hujus  Monasterii 
laudo  &  confirmo.  Subscri- 
bieron también  como  testi- 
gos los  dos  Condes  de  las 
dos  Provincias  que  compre- 
hendia  la  Diócesis  de  Alaba 
en  esta  forma :  Cowes  Mu- 
nio  GundisalvíZ  AJahensis 
hic  tcsti^.  Comes  Enego  Lu- 
piz  Vizcayensis  hic  testis. 
El  M.  Yepes  leyó  en  la  fir- 
ma del  Conde  Munío  Alven- 
sis  en  lugar  de  ^labensis-^ 
pero  se  ha  de  tener  por  yer- 
ro del  copiante  ,  parecido  á 
otro  que  se  halla  en  el  Pri- 
vilegio que  D.  Sancho,  Rey- 
de  Navarra  ,  por  sobrenom- 
bre el  Sabio  ,  concedió  á  los 
vecinos  de  Estella  ,  donde  se 
lee  Alva  por  Alaba  ;  ni  de 
aqui  se  podrá  comprobar, 
que  el  nombre  de  esta  Pro- 
vincia se  pronunció  también 
con  dos  sílab-^s  solas,  como 
pretende  Olhenart  en  su 
Vascon.  pag.  143. 

2  Argaiz  escribe  ,  que 
este  Prelado  vivió  poco  en 
ei  oficio  Pastoral ,  persuadi- 
do de  que  el  succesor  gober- 
naba esta  Iglesia  en  el  afio 
siguiente  de  1034.  según  la 
Escritura  de  donación  que 
ei  Rey  D.Garcia  hizo  al  Mo- 
nasterio de  S.  Juan  de  Sojue- 


Trat,  69.  Cap,  1 8. 
la  ;  pero  como  dige  en  el 
Obispo  de  Nágera  D.  San- 
cho, en  aquel  año  no  rey  na- 
ba D.  Garcia  ,  y  la  Escritura 
debe  ponerse  en  la  Era  1082. 
año  de  Christo  1044.  en  que 
se  vieron  juntos  en  la  Corte 
de  Don  Garcia  los  Reyes  sus 
hermanos  ,  y  los  Obispos  de 
Pamplona,  Nágera  ,  Urgel, 
Oca  ,Palencia,  y  el  de  Ala- 
ba ,  que  era  el  que  se  sigue. 

GARCÍA. 

Desde  el  año  de  1037. 

I  La  primera  memoria, 
que  encuentro  de  este  Obis- 
po, pertenece  al  año  de  1037. 
y  es  una  Carta  de  venta  del 
Monasterio  de  San  MÜlan, 
escrita  al  fol.  107.  de  su  Be- 
cerro ,  y  firmada  por  Doa 
Sancho ,  Obispo  de  Pamplo- 
na ,  D.  Atton  de  Casulla  la 
Vieja,  y  D.Garcia  de  Alaba. 
2  En  el  año  de  1039. 
Aznar  Sánchez  donó  á  S. 
Mi  lian  ,  y  á  su  Abad  D.  Gó- 
mez ciertas  heredades ,  que 
tenia  en  Fermella  de  arriba, 
que  ahora  se  dice  Hormi- 
lla. Dice  ,  que  reynaba  D. 
Garcia ,  y  que  eran  Obispos 
D.  Sancho  de  Nágera  ,  y  D. 
Garcia  de  Alaba.  Desde  el 
año 


Obispos  de  Alaba.   García  243 

año  1040.  en   adelante  con-     Villa  de  Bríñas  ,  que  esfá  en 


firmó  varias  Escrituras.  Por- 
que en  éste  confirmó  las 
Arrhas  del  Rey  D.  García  á 
su  muger  D.  Estefanía.  En 
el  de  1042.  á  13.  de  Abril, la 
Carta  de  donación  ,  por  la 
qual  estos  Reyes  dieron  á  S. 
Salvador  de  Leyre  el  Mo- 
nasterio de  Ariztuya.  En  el 
de  1043.  ^'  Privilegio  del 
Rey  D.  Garcia  á  D.  Sancho 
Fortuñez,  donándole  la  Villa 
de  Ororbia  con  el  Patronato 
de  su  Iglesia.  En  el  de  1044. 
una  donación  del  mismo  Rey 
al  Monasterio  de  Sojuela.  En 
el  de  1045.  la  dotación  de  la 
Iglesia  de  Calahorra,  recien 
jacada  del  poder  de  los  Mo 
ros.  En  el  de  1046.  la  Escri- 
tura de  donación  ,  por  la 
qual  el  Rey  D.  Garcia  dio  á 
S.  Millan  todas  las  casas  ,  y 
tierras  de  liiigo,  Presbytero 
de  Alesanco. 

3  En  el  de  1047.  fue 
testigo  de  la  donación  que 
el  mismo  Principe  hizo  á  la 
Sede  Episcopal  de  Irunia, 
que  es  Pamplona  ,  del  Mo- 
nasterio de  Anoz  ,  que  esta- 
ba situado  sobre  el  rio  Ar- 
ga.  En  otra  Escritura  ,  por 
la  quríl  D.  Sancho  Fortuñez 
dio  al  Monasterio  de  Leyre 
d   lugar  de  Ororbia  ,  y  la 


la  Rioja  sobre   el  rio  Ebro, 
se  dice  ,   que  eran  Obispos 
D.  Sancho  en  Irunia , D.  Gar- 
cia en  Alaba  ,  y  D.  Gomesa- 
no  en  Nágera.  Omitidas  otras 
Escrituras  de   este  año   ,  y 
del  siguiente,  son  dignas  de 
mencionarse  las  del  de  1049. 
que  traen  Argaiz  ,  y  Moret, 
en   las  quales  el  Rey  D.  Gar- 
cia dice  ,  seg'?'^   estos  Auto- 
res ,que  el  Obispo  D.  Garcia 
de  Aiaba  ,  y  D.  Gomesano 
de  Nágera    militaban  en  el 
Monasterio  de  S.  Millan  ba- 
jo la  Regla  del  glorioso   P. 
S.  Benito  :   Necno    Dominis 
TJ  os  tris  Episcopio  GD-mesano 
&  Garseatn^ccsterisq.te  M;- 
nachis    sub    Regula    Sancii 
BenediSii  in  prcedicio  Cceno' 
bio   Sandii  Benedi6ii    mili- 
tantibus.  Sin  embargo  ,  es- 
tas palabras  suenan  ,  que  D. 
Gomesano  ,  y  D.  Garcia  vi- 
vían de  asiento  en  el  Monas- 
terio ;  y  se  puede   dudar  si 
estos    nombres  significarían 
á  los  Obispos  de  Nágera  ,   y 
Alaba, ó  á  Monges  asi  llama- 
dos que  hubiesen  sido  Abades 
y  juntamente  Obispos    titu- 
lares ,  como  acontecía  de  or- 
dinario á  los  que  llegaban  á 
gobernar   aquella    grande  y 
observante  Comunidad. 

Hh2  En 


2  44     España  Sagrada. 

4     En  el  de  1050.  subs- 
cribió   en    tres  donaciones, 
que  refiere  Argaiz  en  el  Ca- 
tálogo de  Armentia  sobre  es- 
te año.  En  el  de  105  r.  acom- 
paiió  al  Rey  D.  Garcia  ,  que 
estaba  enfermo,  y  quiso  ser 
llevado  á  Leyre  ,  donde  es- 
peraba recobrar  su  salud  por 
los  méritos   é  intercesión  de 
los  S'uitos  ,  cuyos  Cuerpos  y 
ReÜqu'as  se    venerabju    en 
aquel  Monasterio-  Aqui  firmó 
el  Obisp )  D.  Garcia  la  dona- 
ción que  hizo  el  Rey  en  agra- 
decimiento de  haberse  liber- 
tado de  la  rebelde  y  prolija 
enfermedad  que  le  tenia  pu- 
C'^to  en  manifiesto  peligro  de 
perder  la   vida.  En  el  mis- 
mo año,  D.  Iñigo  López,  y 
Doña  Toda  ,  Señores  de  Viz- 
caya ,  y  devotísimos  de  nu- 
estro Obispo,  le  donaron, por 
sus  dias  ,  el  Monasterio  de 
So  Maria  de  ízpeya  ,  con  la 
Decanía  y  Priorato  de  Bar- 
cici.   Dánle  en  esta  Escritu- 
ra  el    titulo    de  Serenisimó 
Püutifice  ,  y  ie   hablan  con 
esta  devoción  :  Et  tibi  Fa- 
tri  spirituali   Domino  Gar- 
sia  Ai'fíbcnsis  térra  Episco- 
pe.  En  el   de   1052.  confir- 
mó la  célebre   y  magnifica 
Carta  de   dotación  del  Mo- 
nasterio de  S.  Maria  de  Ná- 


Trat,  69.  Cap,  18. 
gera  ,  fabricado  ,  adornado, 
y  enriquecido  por    la  gran- 
diosa liberalidad  del  Rey  D. 
Garcia. 

5     Del   principio  del  año 
de  1053.  hay  otra  memoria 
original  ,  escrita    en    letra 
Gótica  ,  y   descubierta  por 
Garibay  ,  en  que  se  lee  re- 
petido el  nombre  de  D.  Gar- 
cia.  Es  dotación  de  un  Mo- 
nasterio   de   Religiosos  con 
el  titulo  y  advocación  de  N, 
glorioso  Dodor  y  P.  S.  Agus- 
tín ,  fundado  á  una  legua  de 
Durango  ,  que  a!  presente  es 
Iglesia  Parroquial,  cerca  del 
sitio  donde  está  la  Villa  de 
Elorrio  ,  pueblo   mucho  mas 
moderno  que  el  Monasterio. 
Dotáronle  D.  Ñuño  Sánchez, 
Conde  de  Durango, y  D.  Le- 
guncia  su  muger  ,  dándole 
muchas  tierras  y  heredades 
del  distrito  cercano  al  Mo- 
nasterio ,  á  quien  juntamente 
hacen  donaciones  particula- 
res   muchos  Caballeros    de 
aquel' país  ,  que  se  nombran 
en  el  Privilegio.  Mencicnan- 
se  en  la   data  quatro  Obis- 
pos con  este  orden  :  Gome" 
ssatms   Episcopus   BurgeU' 
sis  :  Gomessanus  Episcopus 
Nagerensis  :  Sancius   Epis- 
copus Rediur  Ecclesice  Na- 
varrsr.sium  :   Garcia  Epis- 
co- 


Obispos  de  Alaba,  García.  245 

copus  Alahensis  sive  in  Viz-     apartado   de  ella    con    una 


haya.  En  la  confirmación 
que  se  dio  a  primero  de  Fe- 
brero ,  se  nombran  los  mis- 
mos ,  á  excepción  del  de 
Burgos ,  pero  con  otro  or- 
den :  García  Episcopus  in 
Alaba  :  Sanciits  Episcopus 
in  Pampilona  :  Gomessanus 
in  Nagera. 

6     A  este  Obispo  sucedió 
un  caso  muy  extraordinario, 
que  refiere  Grimaldo,  Mon- 
ge  de  S.  Millan  ,en  la  Histo- 
ria que    por  mandado  de  su 
Abad  Blas  escribió  de  la  tras- 
lación del  cuerpo  de  S.  Feli- 
ces ,  hecha  en  el    año  de 
1090.  Encargóle  el  Rey  Don 
Garcia  ,  que  trasladase   las 
Reliquias  de  este  Santo  ,  con 
el  fin  ,  como  se  presume  ,  de 
enriquecer  con  este  tesoro  su 
Monasterio  de  Nágera  ,  que 
acababa  de  edificar.  Ei  Obis 
po  quiso  poner  en  egecucion 
la  voluntad  del  Rey  ;  y  pa- 
ra ello  pasó  al   Castillo  de 
Bi libio ,  acompañado  de  otros 
ilustres  personages.  Mas  ha- 
biendo  llegado  al  sitio  del 
venerable  Sepulcro  ,  mani- 
festó Dios  ,  que  no  era  de  su 
agrado  la  traslación  que  se 
inteFitaba  ;  porque  al  primer 
golpe  que  dio  para  abrir  la 
sepultura   ,    el  Obispo    fue 


fuerza  oculta  y  soberana  ,  y 
afeado  con  un  horrible  tor- 
cimiento de  la  boca.  Levan- 
tóse además  de  esto  una 
tempestad  tan  recia, que  to- 
dos los  que  le  acompañaban 
creyeron  que  aquella  era  la 
ultima  hora  de  su  vida.  Con 
esto  desistió  nuestro  Obispo 
de  su  intento  ;  y  recofio- 
ciendo  la  m,ano  del  Señor, 
de  donde  venia  aquel  casti- 
go ,  se  humilló  é  hizo  gran- 
des votos  para  aplacar  la  ira 
Divina.  Sintió  después  algu- 
na mejoría  en  el  ma!  con 
que  fue  herido ,  mas  nunca 
recobró  perfecta  sanidad, 
como  dice  el  Escritor  cita- 
do :  In  deformitate  tamen 
sui  oris  ,  non  plene  recepta 
sanitate  ^ómnibus  diebus  vi" 
tcE  suce  permansit, 

7  Argaiz  pone  este  su- 
ceso en  el  año  de  1053.  y 
afirma  ,  que  el  Obispo  D. 
Garcia  se  retiró  á  S.  Mülan, 
donde  fue  Abad  por  dos  ,  6 
tres  años ;  pero  de  GrimaU 
do  solo  se  sabe,  que  el  pro- 
digio sucedió  en  el  Reyna- 
do  de  D.  Garcia  ,  y  que  el 
Obispo  se  mantubo  con  la 
fealdad  referida  mientras  vi- 
vió ,  y  parece  no  hubiera  ca- 
llado el  retiro  del  Obispo  ai 
Mo- 


C4^     España  Sagrada 
Monasterio  de  S.  Millan  ,  si 
hubiera   sido   efedo  del  su- 
ceso que  referia. 

FORTUNIO. 

I  Argaiz  hace  succesor  de 
García  á  Muiiio  ,  de  quien 
d)ce  asi  :  Gobernaba  por  el 
ano  de  105 3.  porque  dio  el 
Rey  D.  G  ircia  á  S.  Miría 
de  Nágera  los  Monasterios 
de  S.  Mar-LÍii  del  Castillo  ,  y 
■el  de  S.  Maria  de  Berbenza- 
na  en  15.  de  Abril ,  y  firma 
Munius  Episcopus,  Mas  es- 
tá la  data  en  la  copia  que  yo 
he  visto  errada,  porque  dice 
Era  1094.  que  hacen  el  año 
de  1056.  de  Christo,  quando 
ya  el  Rey  D. García  era  mu- 
erto ,  y  no  pudo  ser  sino  la 
Era  1091.  ó  1092.  Firman 
también  :  Joannes  Episco- 
pus  testis  ,  que  era  el  de 
Pamplona:  Fortunio  Episco 
pus  testis  ,  que  si  no  lo  fue 
.de  Oca  ,  ó  Va! puesta  ,  lo  fue 
de  Alaba  en  los  años  a'delan- 
te,  y  esta  firma  sería  rubri- 
ca ;  y  Pedro  Abad  ,  sin  de- 
clarar de  donde.  De  Nágera 
lo  era  siempre  D.  Gómez  ;  y 
asi ,  es  conseqiiencia,  que  D. 
A'lunio  lo  fue  de  Alaba,  yi- 
vid  poco  rnüs  ó  menos  dos 
años. 


.  Trat,  6^,  Cap.  1 8. 

2  Moret ,  hablando  de  la 
data  de  esta  Escritura  ,  dice: 
El  Becerro  de  Nágera  sacó 
la  Era  mil  sesenta  y  quatro; 
y  el  Cartulario    Magno  de 
la  Cámara  de   Comptos  de 
Pamplona  ,  sacó   el    mismo 
yerro   manifiestisimo  ;  pues 
resultaba  el  año  de  Christo 
mil   y  veinte   y  seis  ,  nueve 
años  antes  que  entrase  á  rey- 
nar  D.  García,  y  tantos  an- 
tes que  casase  con  D.  Este- 
fanía ,  que  interviene  en  este 
aéío  con  sus  hijos.  Pero  re- 
curriendo á  la  Escritura  ori- 
ginal del  Archivo  de  Náge- 
ra ,  hallamos  con  toda  cer- 
teza la  ya  dicha  Era  de  mil 
y  noventa  ,  significada  con 
la  cifra  de  la  x^  con  rayue- 
lo ,   cuyo  valor  ignorado  de 
quarenta  debió  de  ocasionar 
el   yerro. 

3  Este  segundo  Escri- 
tor ,  que  tiene  en  sus  Anale? 
la  co-ítumbre  de  nombrar  al 
referir  las  donaciones  de  los 
Reyes  de  Navarra  ,  los  Obis- 
pos que  las  subscribían, 
ios  pasa  aquí  en  silencio, 
acaso  por  la  gran  dificultad 
que  tenia  en  señalar  las  Se- 
des de  los  tres  que  firmaron 
en  ella.  Y  á  la  verdad  ,  yo  no 
hallo  modo  de  componer  la 
coexistencia  de  los  Prelados, 

que 


Obispos  de  Alaba,  Fort  unió.  247 

que  sirven  de  testigos  en  la  lo  que  es  muy  difícil  de  en- 
Era  de  1090.  y  estoy  per- 
suadido á  que  la  data  debe 
corregirse  como  pensó  Ar- 
galz,  poniéndose  la  de  1091. 
ó  la  de  1092.  Pero  se  ha  de 
notar,  que  la  Silla  de  Alaba 
estaba  presidida  no  de  Mu- 
nio  ,  como  juzgó  este  Autor, 
sino  de  Fortunio  ,  que  como 
veremos  ahora  sucedió  á 
García ,  cuya  ultima  memo- 
ria es  la  que  he  exhibido  del 
Monasterio  de  S,  Agustín  de 
Elorrio  correspondiente  al 
principio  de  la  Era  1091. 

4  Consta  pues  que  For~ 
tunio  era  Obispo  de  Alaba 
en  la  Era  1092.  por  una  do- 
nación que  se  halla  en  el 
Becerro  de  Santa  Maria  de 
Irache  al  fol.  4.  cuya  data 
dice  asi :  Fadia  carta  Era 
1092.  regrianie  Rege  Sancio 
Carsiano  in  Pampíloíia,  Ra- 
fiimiro  Rege  in  Aragone^ 
Fer diñando  in  Leione  ,  Epis- 
copo  joannes  in  Pamp  i  lo- 
ria ,  Gcmesano  in  Calagorra, 
Fortunio  Episcopo  in  yí/a- 
ba.  Hizo  esta  donación  una 
Señora  ,  por  nombre  Froni- 
Ja,  y  dice  ser  hija  del  Rey 
D.  Garcia  ,  y  de  la  Reyna 
Doña  Toda,  adviríiendo  que 
su  madre  vivia  en  este  año, 
en  que  hacía  esta  escritura; 


tenderse  en  vista  de  que  D. 
Garcia ,  que  murió  en  esta 
misma  Era  en  la  batalla  de 
Ata  puerca  ,  tubo  por  muger 
á  Doña  Estefanía  :  y  nomr 
brandóse  sus  hijos  en  los  tes- 
tamentos ,  que  el  Rey  y 
Reyna  hicieron,  no  mencio- 
nan entre  ellos  á  Fronila. 
Al  fol.  27.  del  mismo  Becer- 
ro se  encuentra  una  Señora 
del  mismo  nombre  casada 
con  un  Caballero  muy  ilus- 
tre llamado  Aznario  Garcés, 
el  qual  subscribe  una  escri- 
tura que  está  en  el  mismo 
Archivo  caj,  2.  quad.  2.  pie- 
za 3.  con  el  titulo  de  Señor 
de  Tobia   y  de  Grañón. 

S  Yo  juzgo,  que  esta  Fro- 
nila fue  hermana  de  D,  San- 
cho ,  Doña  Mencía  y  Doña 
Sancha  hijos  todos  del  Rey 
D.  Garcia  ,  habidos  en  otra 
muger  distinta  de  Dona  Es- 
tefanía. Moret  sostiene  en 
el  lib,  14.  de  sus  An.  al  año 
1066.  que  D.  Garcia  los  tu- 
bo fuera  de  matrimonio  ,  y 
que  por  tanto  no  son  estos 
hijos  legítimos ,  sino  natura- 
les. Lo  contrario  se  infiere 
de  la  escritura  de  Fronila, 
que  á  boca  llena  dá  titulo 
de  Reyna  á  su  madre  Doña 
Toda  ;  lo  que  arguye  haber 
si- 


2  4 S  España  Sagrada 
sido  esta  muger  legitima  de 
D.  García  ,  y  por  consi- 
guiente que  este  Rey  se 
ca:.ó  dos  veces.  Pero  de  este 
asunto  difícil  trataré  en  otro 
lugar. 

6  Otra  escritura  hay  en 
el  Becerro  del  mi«:mo  Mo- 
nasterio ,  en  la  qual  Sancho 
Furtuniones  de  Arinzano  ,  y 
su  muger  Doña  Toda  nom- 
bra i  las  posesiones  que  die- 
ron al  Monasterio  de  Santa 
María  de  íquirri :  ysudata 
dice  de  este  rrrodo  :  Fa6ia 
caria  Era  1093.  reinante 
Rege  Sanción  in  Pampilona^ 
KanimirQ  in  Aragone^Fre di- 
ñando in  Legione^  Episcopo 
Fortunio  in  Alaba  ,  Epis- 
é'Qpo  Joanne  in   Pampilona. 

VIGILA 

Alño  de  105$. 

T  Es  creíble ,  que  Fortu- 
nio murió  en  la  entrada  del 
año  de  1055.  porque  además 
de  que  no  tenemos  memo- 
ria de  él  después  de  la  que 
se  ha  exhibido  de  la  Era  de 
1093.  que  parece  se  escri- 
bió en  el  principio  de  este 
■año  ,  vemos  ,  que  en  el  Mar- 
zo del  mismo  presidia  en 
Alaba  otro  Obispo  por  nom 


.  Trat.  69,  Cap.  18. 
bre  Vigila.  El  instruraent© 
que  nos  dá  noticia  de  este 
Prelado  ,  es  una  escritura  de 
restitución  ,  que  el  Rey  D. 
Sancho  de  Peñalen  hace  al 
Monasterio  de  S.  Míllán  por 
descargo  de  su  conciencia, 
y  descanso  del  alma  de  su 
padre  D.  García.  Dice  que 
daba  aquella  carta  en  el 
año  primero  de  su  Reyna- 
do  en  la  Era  de  1093.  ¿  n» 
del  mes  de  Marzo  ,  y  la 
confirman  los  Obispos  Don 
Juan  ,  y  Don  Vigila  ,  que 
aunque  no  expresaron  sus 
Sedes ,  se  ha  de  creer  lo  fue- 
ron el  primero  de  Pamplona, 
y  el  segundo  de  Alaba  de 
la  ilustre  casa  de  los  Vigilas, 
como  lo  juzgaron  Moret  y 
Argaiz,  persuadidos  de  que 
las  otras  Sedes  del  Reyno 
de  Navarra  estaban  ocupa- 
das de  otros  Prelados. 

2  En  los  tres  años  si- 
guientes se  halla  memoria 
de  e<íte  Obispo  en  diferen- 
tes donaciones  con  la  expre- 
sión de  su  Sede.  En  el  de 
1056.  dio  el  Rey  D.  Sancho 
los  lugares  de  Villanueva  y 
Sagoncillo  á  Don  Sancho 
Fotuñez ,  y  su  muger  Doña 
Velasquida  ,  y  la  escritura 
de  esta  donación  se  guarda 
en  el  Archivo  de  S.  Juan 
de 


Obispos  de  Alaba,  Vigila,  249 

de  la  Peña,  y   su  data  es  de     dad  ,  y  el  otro  solo  Coad- 


29.  de  Enero  ,  que  fue  Lu- 
nes ,  de  la  Era  1094.  siendo 
Obispos  D.  Gomesano  en  S. 
Mülán  ,  D.  Juan  en  írunia, 
y  Don  Vigila  en  Alaba. 
Parece  que  Don  Vigila  mu- 
rió en  este  mismo  año  ;  por- 
que habiéndose  hecho  por 
Junio  la  consagración  de  la 
Iglesia  de  Santa  Maria  de 
Nágera  con  la  asistencia  de 
muchos  Prelados  ,  faltó  el 
Obispo  de  Alaba  ,  -y  en  el 
mes  de  Abril  del  ario  siguien- 
te tenemos  en  esta  Silla  á 
otro  con  el  nombre  de 

MUNIO. 

I  Los  privilegios  y  do- 
naciones de  e.>tos  años,de  que 
vamos  hablando,  hacen  muy 
difícil  la  averiguación  de  la 
calidad  y  circunstancias  de 
los  Obispos  ,  que  se  nombran 
con  el  titulo  de  esta  Sede. 
Porque  descubriéndose  en 
ellos  dos  Prelados  en  un  mis- 
mo íiño  ,  y  sonando  la  Silla 
Alábense  unas  veces  en  Vi- 
gila ,  otras  en  Munio  ,  se  en- 
cuentra grande  embarazo  en 
discernir  ,  si  el  uno  sucedió 
en  la  dignidad  por  muerte 
ó  renuncia  del  otro  ,  ó  si  el 
uno  era  Obispo  en  proprie- 

Tom.XXXllL 


jutor  ,  que  subscribiese  coa 
el  mismo  titulo.  Moret  al 
año  de  1058.  atribuye  esta 
confusión  á  las  retiradas  de 
los  Obispos  i  los  Monaste- 
rios, por  cuya  causa  ,  so- 
nando á  veces  (son  palabras 
suyas  )  la  dignidad  en  ellos 
(  los  Obispos  proprios )  y  á 
veces  en  sus  Coadjutores, 
embaraza  á  veces  la  Histo- 
ria ,  y  hace  sumamente  difí- 
cil el  apurar  los  años  de  sus 
Pontificados...  y  es  menes- 
ter lo  lleve  advertido  el 
Ledor ,  y  que  perdone  ai 
Escritor  alguna  confusión 
que  se  causa  ,  y  fuera  co- 
sa infinita  el  deshacerlas. 

2  Sin  embargo  de  esta 
juiciosa  advertencia  del  Ana- 
lista de  Navarra  ,  me  pare- 
ce que  siendo  imposible  de- 
cidir esta  dificultad  ,  y  no 
hallándose  argumento  que 
convenza  la  coexistencia  de 
dos  Obispos  con  el  titulo  de 
Alaba  ,  debo  colocarlos  en 
el  Catalogo  como  distintos. 
Muéveme  también  á  creer 
que  estos  Obispos  fueron  pro- 
prics  ,  y  se  sucedieron  en  la 
dignidad  ,  el  hallar  entre  Vi- 
gila y  Munio  otro  con  el 
nombre  de  García  ,  y  titulo 
de  Alaba  ;  y  si  se  admite  que 
li  ei 


c  ^  o  España  Sagrada. 
el  Vigila  ,  que  subscribe  en 
los  años  siguientes  al  de 
1056.  es  el  mismo, que  el  de 
los  pasados  hasta  éste ,  ha- 
bremos de  poner  dos  Coad- 
jutores suyos  á  un  mismo 
tiempo  ,  lo  que  no  parece 
conforme  á  razón  ,  especial- 
mente no  teniendo  los  de- 
más Prelados  vecinos  tal  eos 
tumbre.  Verdad  es,  que  no 
fn'.tan  en  los  Archivos  de 
España  privilegios  antiguos, 
en  que  firman  dos  ó  tres 
Obispos  de  una  misma  Sede, 
en  cuyo  caso  es  necesario 
confesar, que  ó  no  firmaron 
en  un  mismo  tiempo,  sino  que 
después  sucediendose  legiti- 
mamente  ,  llenaron  los  hue- 
cos que  se  dejaron  para  es- 
te fin  ,  ó  que  el  uno  era  Obis- 
po en  propriedad  ,  y  los  de- 
más solo  Coadjutores  suyos. 
Pero  esta  circunstancia  falta 
en  los  que  tuvieron  el  titu- 
lo de  Alaba  ,  porque  siem- 
pre subscribe  uno  solo  con 
expresión  de  esta  Sede  ;  por 
lo  que  no  hay  otro  funda- 
mento que  incline  á  creer, 
que  no  fueron  Obispos  en 
propriedad  todos  los  que 
suenan  en  las  escrituras  de 
estos  años  ,  sino  la  dertia- 
siada  repetición  de.  unos 
mismos  nombres ,  alternados 


Trat.  6g.  Cap,  1 8. 
con  freqüencia  en  las  subs- 
cripciones. Mi  intento  en  fin 
es  formar  este  Catalogo,  po- 
niendo los  Obispos  por  el 
orden  ,  que  aparece  por  los 
Instrumentos ;  y  si  el  corto 
espacio  de  tiempo  ,  que  pa- 
sa de  un  Obispado  á  otro, 
fuere  bastante  para  que  el 
Leétor  se  persuada  á  que  los 
nombres  de  Vigila  y  Munio, 
que  iré  colocando  con  la  al- 
ternativa ,  que  tienen  en  las 
escrituras ,  no  significan  si- 
no dos  solos  Obispos  ,  uno 
en  propriedad,  y  otro  Coad- 
jutor ^  no  me  atreveré  á  te- 
ner su  did  imen  por  inveri- 
simil  ó  descam'ín:ido. 

3  Cesando  pues  el  nom- 
bre de  Vigila  en  Junio  de 
1056.  tenemos  en  Abril  del 
año  siguiente  otro  Prelado 
con  el  de  Munio  ,  de  quien 
se  halla  memoria  en  el  Be- 
cerro Gótico  de  S.  Millán 
fol.  70.  en  una  donación  que 
hizo  al  Santo  una  Señora, 
que  se  decia  Doña  Ánderqui- 
na  Alvarez.  Subscribióla  el 
Obispo  Munio  ,  expresando 
su  Sede  con  estas  palabras: 
Mí^nius  Alab^nsis  EpiscO' 
pus, 

4  A  ^stQ  Obispo  ,   ó  á 
otro  que    pondremos   luego 
del  mismo  nombre  ,  se  de- 
be 


Obispos  de  Alaba.  Munio.  2  5  i 

be   adjudicar  una  memoria,     cii  Regís  ,  &    prolis  su¿e 


que  se  halla  en  el  Archivo 
de  Irache  ,  y  contiene  lo  si- 
guiente. En  la  Era  de  1070. 
año  deChristo  de  1032.  ha- 
bia  dado  el  Rey  D.  Sancho 
el  Mayor  con  su  muger  Do- 
ña Munia  un  privilegio  de 
esencion  en  favor  de  un  pe- 
queño Monasterio ,  que  es- 
taba en  el  Valle  de  Oyuni 
cerca  de  Villa  Oria  ,  funda- 
do por  D.  Gómez  ,  á  quien 
concedió  el  Rey  ,  que  des- 
pués de  su  posteridad  pu- 
diese donarlo  á  quien  qui- 
siese ,  con  tal  que  la  dona- 
ción no  se  hiciese  á  perso- 
na de  la  milicia  secular  ,  si- 
no á  los  Santuarios  (  asi  dice) 
de  Dios.  Parece  que  el  fun- 
dador D.  Gómez  hizo  dona- 
ción del  dicho  Monasterio 
en  favor  del  de  Santa  Ma- 
ría de  irache,  de  cuyo  po^ 
der  pretendieron  sacarle  cier- 
tos Caballeros  después  de  la 
muerte  de  D.  Sancho  ,  y  de 
su  hijo  D.  García  ,  como  se 
refiere  en  la  escritura  de 
reintegración  ,  que  merece 
ponerse  á  la  letra  por  la  me- 
moria que  en  ella  se  hace  de 
Munio  ,  Obispo  de  Alaba  ,  y 
de  S.  Veremundo  Abad  en- 
tonces de  Irache  :  Denique^ 
dice  ,  j^osí  occubitionem  San- 


Garsine  Regís  consurrexe- 
runt  Sénior  Ranimirus  San- 
chiz  ,  S  Sénior  Marcellus^ 
&  Sénior  Gondezalvo  Alba- 
roiz  ,  &  Sénior  f^eila  Gon- 
desalviz  ,  &  Sénior  Guideri 
Guideriz  ,  ut  educerent  illud 
Monasterium  suprascriptum 
de  imperio  S.  Mar  i  ce  ubi  erat 
traditum»  Sed  illis  siwiil  col- 
loquentibus^  adest  Eplscopus 
Niinvs  Alavensis ,  etiamAb- 
bas  Veremudus  Dominus  de 
Iraxe  ^  &  cum  collocuti  suní 
invicem  ,  penituerunt  se  Sé- 
niores de  proprio  dicio  ,  S 
eonfit  maveruni  didium  ,  vel 
fa&umpriscum^  &  tradide- 
runt  illud  universi  SanciíS 
Mari¿e  de  Iraxe  ,  quasi  cum 
manibus  suis  di  cent  i  bus  illis  y 
ut  intercederet  Sandia  Dei  Ge- 
nitrix  pro  illis  ad  Dominum. 
5  La  data  de  esta  escri- 
tura de  confirmación  es  en 
esta  forma:  Fa'Sia  carta  Era 
M,X,C.  Regnante  Domino 
tiostro  jfesu  Cbristo  ,  S  sub 
ejus  Imperio  Sancio  Rege  in 
Pampilona  ,  Avúnculo  ejus 
Fredenando  in  Legione , Ra- 
nimiro  in  Aragone^  E pise  o- 
po  jfoanne  in  Irunia  ,  Epis' 
copo  Gomesano  in  Calagur- 
ra  ,  Nunno  in  Álava,  Pero 
la  muerte  del  Rey  D.  Gar- 
li  2  cia. 


2  5  2  España  Sagrada, 
cía  ,  y  el  Reynado  de  su  hi- 
jo y  succesor  Sancho  ,  que 
se  expresan  en  esta  escritu- 
ra ,  y  no  se  verificaron  has- 
ta la  Era  de  1092.  muestran 
con  evidencia,  que  la  data 
está  defeduosa.  La  concur- 
rencia del  Obispo  D.  Munío 
é  Ñuño  ,  y  de  la  Abadia  de 
S.  Veremundo  ,  puede  justi- 
ficarse en  la  Era  1094.  y 
1095.  y  no  antes  de  estos 
años  ;  por  lo  que  soy  de  pa- 
recer ,  que  á  la  data  debe 
añadirse  el  número  IV.  ó  el 
V.  y  que  la  mención  ,  que 
se  hace  en  esta  escritura 
del  Obispo  de  Alaba  ,  per- 
tenece al  Munio ,  cuya  pre- 
sidencia solo  se  puede  esta- 
blecer en  las  Eras  1094.  Y 
J095. 

VIGILA 

j^uo  de  1057. 

I  Vuelve  á  sonar  el  nom- 
bre de  Vigila  en  los  últimos 
meses  del  año  de  1057.  Este 
Obispo  acompañó  al  Rey  D. 
Sancho  ,  que  fue  á  Ley  re 
convidado  del  Obispo  Don 
Juan  de  Pamplona  ,  y  de  los 
Monges  de  aquel  Monaste- 
rio ,  para  asistir  á  la  con- 
sagración de  su  Iglesia  ,  con- 


Trat,6p.  Cap.i'i. 
firmó  aqui  nuestro  Obispo  la 
escritura  de  donación  ,  por 
la  qual  el  Rey  dio  como  eii 
dote  de  la  Iglesia  consagra- 
da el  Monasterio  de  Arrosa, 
que  estaba  en  el  Valle  de 
Sarasaz  ,  que  hoy  se  dice  Sa- 
l-azar. Al  fin  del  mismo  año 
á  7.  de  Diciem.bre  hizo  el 
mismo  Rey  donación  del  Mo- 
nasterio de  S.  Miguel  de  Bi- 
hurco  en  favor  de  D.  San- 
cho Fortuñez  ;  y  la  data  de 
este  Instrumento  dice  ,  que 
eran  Obispos  D.  Gomesano 
en  Nágcra  ,  D.  Juan  en  Iru- 
nia  y   D.  Vigila  en  Alaba. 

2  En  el  año  de  105B, 
confirmó  con  Juan  ,  Obispo 
de  Pamplona  ,  la  donación 
que  Doña  Jimena  Sánchez 
hizo  á  S.  Millán  ,  ofrecit?n- 
do  por  el  alma  de  su  hijo 
D.  Lope  Garcés  los  palacios, 
que  éste  poseía  al  extremo 
y  parte  mas  baja  de  la  Vi- 
lla que  se  decia  Escalivia. 

3  Mor.et  se  inclina  á 
creer ,  que  en  este  año  hu- 
bo alguna  novedad  en  el 
Obispado  de  Alaba  ,  por  ha- 
llarse en  Instrumentos  dos 
Obispos  con  el  titulo  de  esta 
Sede  en  un  mismo  año  ,  que 
fueron  Vigila  y  Munio.  Del 
primero  dice  ,  que  se  retiró 
ai  Monasterio  de  Irache  ,  y 
que 


Obispos  de  Alaba,  Vig  ila.  í2  5  3 

que  S.  Veremiindo  ,  que  era     en  el  otro  fue  titulo  de  ho- 


cntonces  Abad  ,  le  cedió  el 
nombre ,  y  todo   lo  honorífi- 
co de  su  dignidad.  En  este 
sentido  interpreta  ciertas  pa- 
labras ,  que  se  contienen  en 
una  escritura    de    donación 
del  año  de  1058.  por  la  qual 
el  Rey  Don  Sancho  anejó  á 
Santa    María  de  Irache   un 
Monasterio   con  la  advoca- 
ción de  S.  Clemente  junto 
al  lugar  de  Sorlada  ,  y  de- 
bajo de  la  peña  ,  que  se   Ha 
maba  Piniana.   Dice  pues  el 
Rey    ,  que  hace  la  entrega 
de  este  Monasterio  al  Ahad 
/).  f^ellajete  que  regía  á  Ira- 
she  ^  y  á  los  demás  hernia- 
nos  ,  que  alU  servían  á  Dios 
en   cornpañia    de  D.  Vcre 
mundo  debajo  de  la  regla  de 
S.  Benito,  Sí  bre  las  quales 
palabras,  dice  Moret ,  halló 
Yepes    tan    gran    dificultad 
que  dijo  ,   que  para  él  era 
un   nudo  ciego  ,  quien  ó  co- 
mo fuese  Abad  ahora  aqueste 
nombrado  Vellajete  ,  cons- 
tando que  antes  y    después 
lo  era  San  Veremundo.    Dá 
luego  el  Analista  de  Navarra 
su  sentencia   en    estos    tér- 
minos.   Pero  el   mismo  tex- 
to insinúa  lo    era    al  tiem 
po    San    Veremundo    :    en 
quanto    podemos    entender, 


ñor  llamarle  Abad  ,  y  que 
era  Obispo  retirado  alli  á 
la  Mongía  ,  como  solian  á 
veces  los  Obi.^pos  acídanos, 

4     Las  donaciones  que  ci- 
ta  este  Escriror  ,  no  sT^^n 
para  comproba'-  su  dictamen 
de  la  coexistencia  de  los  dos 
Obispos  de  Alaba  Vigila  y 
Muiiio  ,  porque  aunque  son 
de  un  mismo -año  ,  la  una 
señala  el  mes  de  Abril  ,  y 
está  confirmada  por  D.  Vi- 
gila ;  la  otra  no  tiene  mes 
determinado  ,   y  hay  lugar 
para  que  desde  el  Abril  has- 
ta fin  del  año  pudiese  veri- 
ficarse el    fallecimiento  de 
Vigila ,  y  la  entrada  de  Mu- 
nio  á  goberrar  la  Iglesia  de 
Alaba.  Añádese  á  esto  ,  que 
esta  segunda  donación  ,  que 
es  de  Doña  Sancha  hija  na- 
tural del  Rey  D.  García  se- 
gún Sandcval  y  Moret ,  soio 
se  lee  el  nombre  de  Ñuño, 
sin  determinación  de  la  Sede,, 
que  tenja  ;   por   lo  que  de 
ello  no  puede  hacerse  argu- 
mento de  la  coexistencia  de 
dos  Obispos  en  la  Silla  Alá- 
bense ,  ni  tampoco  sirve  pa- 
ra  ponerle  en  este  Cátalago 
por  continuarse  la  memoria 
de  Vigila  en  los  años  siguien- 
tes 5  como  lue£o  veremos. 

Acer- 


54      España  Sagrada.  Trat.  6().  Cap.  1 8. 
5     Acerca  del   retiro   de    juxta  ly^illulam ,  quce  fertur 


Vigila  al  Monasterio  de  Ira- 
che,  y  del  titulo  de  Abad, 
que  se  le  dio  en  honor,  yo 
me  persuado  ,  que  este  es 
un  efugio  poco  sólido  é  in- 
ventado para  ocurrir  á  la  di- 
ficultad que  nace  de  creer, 
que  S.  Vereoiundo  fue  Abad 
de  Irache  por  mas  dequa- 
renta  años  ,  y  de  nombrar- 
se en  la  escritura  referida 
otro  Abid  distinto  dentro  de 
los  mismos  años  ,  en  que  lo 
fue  el  Santo  ;  lo  qual  tienen 
algunos  por  falso,  creyendo 
que  S.  Veremundo  tubo  aque- 
lla dignidad  quarenta  años 
continuados.  Exhibamos  á  la 
letra  la  clausula  de  la  do- 
nación ,  que  ella  misma  ha- 
rá demonstracion  de  la  vo- 
luntariedad con  que  se  ase- 
gura el  retiro  de  Vigila  ,  y 
de  la  falsedad  con  que  se  es- 
cribe ,  que  el  Santo  expre- 
sado fue  Abad  por  todo 
aquel  tiempo  de  quarenta 
años  sin  alguna  interrup- 
ción. Dice  pues  D.  Sancho: 
Placuit  mihi  devota  mente 
daré  illud  Monasteriolum  ab 
omni  secular  i  s  officii  jugo 
suhlatum  ,  atque  consecra- 
tum  in  honor c  S.  Clementis 
Episcopi ,  quod  sítum  est  sub 
rupe  ,  quív  dicitur  Piniana 


Suruslñta  in  honorc  S.  Ma- 
ricü  Virginis  ,  atque  Cceno- 
hio  ,  quod  vocitatur  Hyrazi^ 
&  Abbati  Domino  Vellage 
tune  regenti  ,  ¿j"  cceteris 
fratribus  ibi  servientibus 
Deo  una  cum  Domino  y  ere  • 
mude  sub  regula  S.  Patris 
Benedidii  ,  Se.  Muéstrase 
pues  primeramente,  que  en 
estas  palabras  no  sa  hace 
mención  del  Obispo  Vigila; 
porque  sobre  ser  muy  dis- 
tinto el  nombre  de  Vellase 
del  sayo  ,  no  se  le  dá  otro 
di(ítido  al  sugeto  de  quien 
se  habla  que  e\  de  Abad, 
lo  que  no  se  praéticaria  con 
Vigila  ,  á  quien  se  le  debía 
otro  mas  honorífico ,  qual  es 
el  de  Obispo  ;  porque  sería 
tratarle  con  poco  de:oro,si 
por  honrarle  con  el  titula 
de  Abad  ,  que  se  le  dio  de 
gracia  ,  se  le  quitaba  el  mas 
noble  ,  que  le  correspondía 
por  su  dignidad  Episcopal. 
Muéstrase  también,  que  Ve- 
llage no  tenia  el  titulo  de 
Abad  solo  por  honor  ,  sino 
con  propriedad  y  egercicio, 
porque  él  era  el  que  regía 
el  Monasterio  de  Irache,  co- 
mo significa  aquella  palabra 
del  privilegio  ,  tune  regenti. 
Evidenciase  en  fia ,  que  San 
Ve- 


Obispos  de  Alaba,  Vigila.  255 

Veremundo  no  era  en  el  año    critura  del  Rey  D.  Sancho. 


de  1058.  Abad  ,  sino  subdi- 
to como  los  otros  Monges, 
con  quienes  se  nombra  con 
particular  expresión,  asi  por- 
que en  los  años  anteriores 
gobernó  aquel  Monasterio, 
como  porque  su  santidad  ,  y 
relevantes  méritos  le  distin- 
guían entre  todos  :  Et  c<^- 
teris  fratribus  ,  dice  ,  ibi 
servientibus  Deo  cum  Domi- 
no yeremundo.  Siendo  este  el 
sentido  claro  y  literal  de  la 
clausula  ,  es  muy  estraño  lo 
que  el  P.  Moret  afirma  ,  es- 
to es  ,  que  el  mismo  texto 
insinúa  ,  que  S.  Veremundo 
era  Abad  al  tiempo  de  esta 
donación  ;  y  se  ha  de  tci}er 
por  falso  lo  que  éste  y  otios 
Autores  escriben  ,  diciendo 
que  el  Santo  gobernó  su  Mo- 
nasterio de  Irache  por  mas 
de  quarenta  años  ,  sin  haber 
desistido  jamás  dei  cgerci- 
cio  de  su  dignidad.  Conven- 
cese  asimJ.sm.o  ,  que  no  me- 
rece crédito  lo  que  se  esta- 
blece de  nuestro  Obispo  Alá- 
bense Vigila  en  orden  á  su 
retiro,  y  al  titulo  honorario 
de  Abad  en  el  Monasterio  de 
Santa  Maria  de  Irache  ,  por 
no  tener  otro  apoyo  que  una 
inteligencia  violenta  y  con- 
traría al  contexto  de  la  es- 


6  Prosigue  la  memoria 
de  Vigila  en  el  mismo  año 
de  1058.  en  otra  escritura 
de  donación  ,  por  la  qual  el 
Rey  D.  Sancho  premió  los 
grandes  servicios  de  D.  For- 
tuno Sánchez ,  dfndo  leste 
Caballero  los  solares  y  divi- 
sas ,  que  el  Rey  tenia  en 
Cembrana.  Vigila  fue  el  úni- 
co Obispo  testigo  de  esta 
merced  ,  y  dice  con  pala- 
bras expresas ,  que  regía  la 
Iglesia   de  Alaba. 

7  Finalmente  en  el  añO/ 
de  1059.  á  ir.  de  Diciem- 
bre firmó  la  licencia  ,  que 
el  Rey  D.  Sancho  dio  á  Go- 
mesano  ,  Obispo  y  Abad  de 
S.  Miilán  ,  para  poblsr  el 
barrio  de  S.  Martin  en  Gra- 
ííón  ,  concediendo  á  sus  po-» 
bladcres  ,  que  se  sirvieren 
dt  los  montes  y  pastos  de 
la  jurisdicción  de  este  lugar 
con  la  misir.a  libertad  qué 
los  vecinos  antiguos. 

GARCÍA 

Año  de  1 060. 
I  La  Reyna  Doña  Este- 
fanía ,  muger  del  Rey  D. 
García  ya  difunto,  compa- 
deciéndose del  trabajo  dé 
ciertos  fugitivos,  les  señnló 
coa 


2  5^  España  Sagrada. 
con  consejo  de  los  Monges 
de  Nágera  unas  sernas ,  que 
tenia  en  Sojueln;  y  en  la  es- 
critura de  esta  donación 
subscriben  los  Obispos  D. 
Juan  de  Pamplona  ,  D.  Go 
mesaEO  de  Nágera  ,  y  D. 
García  de  Alaba  ,  y  es  la 
única  memoria  que  tenemos 
de  este  Prelado. 

MUNIO 

^ño  de  1060. 
I  Sin  salir  del  año  de 
1060.  en  que  hemos  visto 
en  esta  Sede  á  D.  García, 
hallamos  presidiendo  á  D. 
Munio  ,  cuyo  nombre  se  ha- 
lla la  primera  vez  en  el  tes- 
tamento de  un  Caballero  lla- 
mado Tello  Muñoz ,  que  res- 
tituyó á  S.  Millán  el  Monas- 
terio de  S.  Pelayo  de  Cello- 
rigo  en  el  sitio  que  dicen 
Hoz  de  la  Morcuera.  Fir- 
móle con  el  Abad  de  S,  Mi- 
llán el  Obispo  Munio  ,  pero 
sin  expresión  de  la  Sede  ,  la 
qual  se  sabe  por  las  escritu- 
ras siguientes. 

1  En  el  año  de  1062. 
el  Rey  D.  Sancho  donó  á 
D.  García  Garcés  en  pre- 
mio de  su  fidelidad,  y  buenos 
sevicios  las  casas  Reales  con 
las  heredades  que  le  pene- 


Trat,  69  Cap,  18. 
necian  en  el  Valle  de  ZaN 
ratón.  Está  la  escritura  en 
el  Archivo  de  S.  Millán  con 
las  firmas  de  los  Obispos 
Gomesano  de  Calahorra, 
Juan  de  Pamplona,  y  Mu- 
nio de  Alaba.  En  el  mismo 
año  dio  el  Rey  al  Obispo 
de  Alaba  el  Monasterio  de 
Santa  María  de  Urrecha; 
y  dirigiendo  al  donatario 
sus  palabras  ,  le  habla  coa 
esta  expresión  :  Tihi  Patri 
meo  spirituali  Murcio  Ala- 
ben sis  terree  Episcopo.  La 
ultima  memoria  es  del  año 
expresado  ,  y  está  en  un 
instrumento  de  S.  Millán, 
por  el  que  consta  que  este 
Obispo  ,  Doña  Jimena  y  sus 
hijos  ,  y  el  Señor  Gonza- 
lo Muñoz  de  Gamarra,  pa- 
tronos y  divíseros  de  San 
Vicente  de  Ocoizta  ,  unie- 
ron este  Monasterio  al  de  S. 
Millán  con  el  consentimien- 
to del  Rey   D.   Sancho. 

VIGILA 

Año  de  10^2. 
I  En  el  Monasterio  de 
S.  María  de  írache  se  guar- 
da un  instrumento  que  em- 
pieza :  Sub  Chrtsti  nomine^ 
&  individüce  Trinitatisi 
Hcec   est    carta    donationis 


Obispos  de  M 
&  confirmationis  ,  quam 
facto  ego  Zorraqtiinus  yíb- 
has  de  Sardii  Romani  Do- 
mino Veo  y  S  Sancfcü  Ma- 
ri ¿e  ,  (S?  DoTnino  J/^ermudo 
una  cum  Collegio  Mo-nacho- 
riim  Iraxensiufi!»  Sigúese  la 
donación  ,  y  es  de  un  Monas- 
terio pequeño  con  el  titulo 
de  Santa  Engracia  ,  que  el 
Abad  Zorraquin  habia  com- 
prado ai  Sénior  D.  Garcia 
Garceiz  ,  y  lo  dona  con  la 
condición  de  que  lo  reten- 
dría él  por  su  vida  ,  pagando 
cierto  censo  que  declara  con 
el  non:ibre  de  septem  Assa- 
tas.  Confirman  la  donación 
algunos  Caballeros  Alabeses 
en  esta  forma  :  Sénior  San- 
cío  Garceiz  de  Gauna  ,  Se~ 
nior  Lope  Guideriz  de  Oc- 
cariz  ,  Sénior  Semeno  Gon- 
salvoz  de  j^lventz^  Fortun 
Sansoiz  Sandii  Romani ,  For- 
tun Munioz  San&i  Romani, 
Sancio  3íunioiz  de  Eguino. 
La  data  es  de  la  Era  iioo, 
y  dice  reynaba  D.  Sancho 
Garzeiz  en  Pamplona  ,  y  en 
Nágera  ,  y  prosigue  de  este 
modo  :  Comité  in  Alaba 
Domino  Marcielle ,  Episco- 
po  Domino  Veila  regente 
Alabensem  Ecclesiam  Sedis 
Armendi,  Concluye  en  el 
original  con  el  testimonio 
Tunu  XXXllL 


Haba.  Vigila.  ^57 

de  D.  Jimeno  ,  que  dice 
escribió  la  carta  de  dona- 
ción por  mandado  del  Abad 
su  Señor  ,  que  lo  era  S. 
Veremundo. 

2  En  el  Archivo  de  S. 
Millán  hay  otra  escritura 
perteneciente  al  mismo  año, 
y  es  donación  de  D.  Aure- 
lio López  que  dio  á  S.  Mi- 
llán ,  y  á  su  Obispo,  y  Abad 
Gomesano  los  palacios  que 
tenia  en  Castañares ;  y  el 
único  Prelado  que  la  confir- 
ma es  D.  Vigila  con  expre- 
sión de  su  Sede. 

MUNIO 

Año  de    1063. 

I  En  el  año  de  1063. 
era  Obispo  con  titulo  de 
Alaba  D.  Munio  ,  sin  qua 
alterne  mas  en  adelante  ,  di- 
ce Moret  ,  el  nombre  de 
Vela  como  solia.  Hay  me- 
moria de  este  Obispo  en  eí 
Archivo  de  S.  Millán  en  un 
instrumento  de  donación  que 
hizo  el  Rey  D.  Sancho  al 
mismo  D.Munio,  á  quien  ha- 
bla con  estas  palabras  :  Con- 
cedo tibi  paíri  spirituali 
Abba  Munio  ,  Alábense  ter- 
ree Episc po^  Y  luego  :  Sic 
tibi  af firmo  pr^ediclam  offer- 
Kk  tio' 


c  5  S      España  Sagrada, 

tioncm  ,  ó  screnissimc  Ponti- 
fcx,  Garibay  ,  que  vio  este 
instrumento ,  refiere  su  con- 
tenido de  este  modo:  En 
primero  de  Julio  del  año  de 
1063.  según  parece  por  es- 
crituras de  S.  Millán  el  Rey 
D.  Sancho  Garcia  hizo  do- 
nación á  D.  Ñuño  Obispo 
de  la  tierra  de  Alaba  de  la 
Iglesia  de  Santa  Mariade  \3. 
Vega  con  su  cimenterio  ,  y 
á  la  redonda  de  la  iglesia 
setenta  y  dos  pasos  ,  según 
los  Cánones  ,  con  todas  las 
casas  y  haciendas  á  esta  Igle- 
sia pertentcientes.  Mas  le 
dona  unci  heredad  de  un  Ju- 
dio llamado  Marh.hin  ,  que 
habia  sido  Rabí  con  otras 
haciendas  cerca  de  los  rios 
Ebro  y  Tirón  ,  porque  de  él 
tubiese  memoria  en  sus  ora- 
ciones. 

2  Llega  la  memoria  de 
este  Obispo  al  año  de  1064. 
en  que  D.  Sancho  dio  una 
carta  de  donación  y  confir- 
mación en  favor  del  Monas- 
terio de  S.  Millán  ,  en  que 
cerno  refiere  Garibay  en  su 
lib.  22.  cap.  33.  subscribe  el 
Rey  diciendo  era  el  unde- 
cim.o  año  de  su  Reynado, 
y  dia  primero  de  Noviem- 
bre ,  y  después  de  él  sus 
hermanos  los  Infantes  Don 


Trat,  69.  Cap.  1  8. 
Ramiro  ,  D.  Fernando  y  D. 
Ramón  ,  y  los  Obispos  Don 
Juan  de  Pamplona  y  D.  Mu- 
nio  de  Alaba. 

FORTUNIO 

Desde  el  año  de  1065, 

I  Sería  necesario  empe- 
zar desde  el  año  de  1064. 
las  cosas  de  D.  Fortunio  su- 
cesor inmediato  del  Obispo 
D.  Munio,  si  fuera  verdade- 
ra la  Chronologia  del  Car- 
denal Baronio  ,  que  pone  en 
este  año  el  viage  que  hi- 
cieron á  Roma  ,  llevando  los 
Códices  de  todo  el  Oficio 
Eclesiástico  según  el  uso  de 
España  ,  los  Obispos  D.  Mu- 
nio de  Calahorra  ,  D.  Jime- 
no  de  Oca  y  D.  Fortunio  de 
Alaba  ,  cuyos  nombres  se 
declaran  en  el  instrumento, 
que  se  lee  al  fol.  395.  del 
Códice  de  los  Concilios  Emi- 
lianense  ,  y  se  puede  ver  en 
el  tom.  3-  de  la  España  Sa- 
grada pag.  390.  Pero  fun- 
dándose el  el.  Escritor  de 
los  Anales  Eclesiásticos  ,  en 
que  el  Concilio  de  Mantua, 
á  que  dice  asistieron  los  tres 
Prelados  ,  se  juntó  en  aquel 
año  ;  y  siendo  patente  por 
los  testimonios  ,  que  alega 
el 


Obispos  de  Alaba,  Fortunio.  c  59 

el  P.  Pagi  en  sus  Not.  Crit.  muchos  instrumentos  de  los 
á  Baronio  ,  que  el  Concilio 
Mantuano  no  se  celebró  has- 
ta el  año  de  1067.  no  po- 
demos anticipar  al  de  1064. 
el  viage  de  Fortunio,  ni  su- 
poner que  era  ya  Obispo, 
confirmándose  también  ser 
esto  falso  con  el  Obispado  de 
Munio  ,  á  quien  hemos  vis- 
to en  la  Sede  Alábense  has- 
ta fines  del  expresado  año 
de  1064. 

2  Empiezan  las  memo- 
rias de  Fortunio  desde  el  año 
de  1065.  en  que  firmó  una 
donación  ,  que  está  al  fol. 
60,  del  Becerro  Gótico  de  S. 
Millán  ,  y  es  del  dia  20.  de 
Marzo ;  por  donde  se  cono- 
ce que  entró  á  gobernar  la 
Iglesia  de  Alaba  muy  á  los 
principios  del  dicho  año.  En 
el  siguiente  aseguró  el  Rey 
D.  Sancho  al  Monasterio  de 
S.  Millán  ,  cuyo  Abad  era 
D.  Pedro  ,  en  la  posesión  de 
unas  casas  que  estaban  en 
Calahorra,  y  fueron  de  un 
Caballero  por  nombre  Don 
Quirame  ;  y  en  esta  escri- 
tura se  lee  también  el  nom- 
bre de  Fortunio.  En  las  do- 
naciones de  estos  dos  años 
no  declaró  nuestro  Obispo 
su  Sede  ,  pero  se  expresa  en 


años  inmediatos. 

3  Algunos  escriben  si- 
guiendo á  Baronio ,  que  nues- 
tro Fortunio  ,  y  los  Obipos 
de  Calahorra  y  Oca  ,  que  ya 
nombramos  ,  asistieron  en 
el  año  de  1067.  al  Concilio 
de  Mantua  celebrado  contra 
el  Antipapa  Cadaloo  ,  que 
usurpó  el  nombre  de  Hono- 
rio segundo.  Dicen  también 
que  alli  se  reconocieron  y 
examinaron  los  libros  del 
Oficio  Eclesiástico  llevados 
por  los  tres  Obispos  Espa- 
ñoles ,  y  presentados  al  Ro- 
mano Pontífice  Alejandro.  Pe- 
ro no  se  puede  adoptar  fa  - 
cílmente  esta  asistencia  al 
Concilio ,  por  ser  especie  que 
no  tiene  apoyo  en  documen- 
to antiguo.  El  mismo  Baro- 
nio confiesa  ,  que  por  no 
existir  las  Aélas  del  Conci- 
lio Mantuano ,  se  veia  en  la 
necesidad  de  recoger  con 
gran  trabajo  las  noticias, 
que  hallaba  esparcidas  en 
otros.  Y  en  efedo  ,  la  que 
pone  de  la  concurrencia  de 
nuestros  Obispos  ,  está  saca- 
da de  Mariana  ,  á  quien  cita 
con  la  satisfacción  de  que 
este  Escritor  moderno  la  ha- 
bla tomado  de  otros  mas  an- 
Kk  2  ti- 


1 6o     España  Sagrada» 
tiguos  Historiadores   de   las 
cosas  relativas  á  España. 

4  El  instrumento  masau- 
tentico,que  tenemos  de  lo  que 
pasó  por  este  tiempo  en  or- 
den al  Oficio  Eclesiástico  de 
España  ,  es  la  memoria  que 
he  citado  del  libro  de  los 
Concilios  ,  llafnado  comun- 
mente Emilianense  ,  consta 
de  ella  ,  que  sentidos  los 
Obispos  de  estas  provincias 
del  conato ,  que  ponían  al- 
gunos legados  en  abolir  el 
orden  del  rezo,  y  la  forma 
de  celebrar  ,  que  acá  se  usa- 
ba desde  muchos  siglos  ,  en- 
viaron á  Roma  los  tres  Pre- 
lados referidos.  Pro  qua  re 
Hispaniantrn  Episcopi  vehe- 
mer^tcr  irati  ,  consilio  inito, 
tres  Episcopos  Romam  mise- 
r-unt ,  ícilicet  Muniencm  Ca- 
laffiírritanum  ,  S  Eximinum 
yiiicensem  ,  í?  Fortunionem 
j^Iabenxem.  Consta  asimis- 
mo,  que  estos  tres  Obispos 
fueron  i  Roma  ,  y  llevaron 
consigo  los  Códices  del  Ofi- 
cio Eclesiástico,  que  presen- 
taron al  Papa  Alejandro  II. 
el  qual  y  el  Abad  de  S.  Be- 
nito de  Roma  ,  y  otros  sa- 
bios ,  después  del  examen 
que  duró  diez  y  nueve  dias, 
los  bailaron  puros  y  catoli- 


Trat,  69.  Cap.  1 8. 
eos  en  todo  su  contenida^ 
y  mandaron  con  censuras, 
que  nadie  se  atreviese  á  tur- 
bar ,  condenar  ó  mudar  el 
Oficio  Divino  ,  según  el  uso 
antiquísimo  de  España.  Es- 
tando pues  todo  lo  dicho 
tan  expreso  en  el  citado  do- 
cumento ,  que  es  notoria- 
mente el  de  mayor  antigüe- 
dad y  autoridad  en  este  asun- 
to ,  debe  corregirse  lo  que 
escriben  algunos  modernos 
sobre  el  viage  de  nuestros 
Obispos  á  Mmtua  ,  y  el  re- 
conocimiento que  en  el  Con- 
cilio celebrado  en  estaCiu^ 
dad  el  año  de  1067.  se  hizo 
de  los  libros  que  contenían 
el  Oficio  Eclesiástico.  Ni  se 
oponga  lo  que  el  Rmo.  Flo- 
rez  dice  en  el  tom.  3.  pag. 
283.  sobre  la  conformidad 
que  parece  tener  lo  que  es- 
cribe Baronio  ,  siguiendo  k 
Mariana  con  el  documento 
del  Códice  Emilianense,  don- 
de se  lee  la  expresión  de 
que  el  Papa  ,  y  todo  el  Con- 
cilio recibió  los  libros;  por- 
que leyéndose  alli  que  los 
Obispos  fueron  enviados  á 
Roma  ,  y  los  libros  llevados 
á  esta  Ciudad  ,  y  presenta- 
dos á  Alejandro  II.  es  indu- 
bitable ,  que  la  voz  Concilio 
sig- 


Obispos  de  Alaba,  Fortunio.  16 1 

significa  solo  el  Consistorio     pasados  estos   volvieron   los 


ó  Junta  de  hombres  do6los, 
que  el  Pontífice  tenia  en  Ro- 
ma, para  examinar  los  pun- 
tos graves  que  se  ofrecían 
en  orden  al  gobierno  de  la 
Iglesia. 

;  5  Argaiz  dice  ,  que  en 
ios  afios  de  1068.  y  1069. 
no  hay  memoria  de  Fortu- 
nio ,  y  tiene  por  verisimii, 
que  la  causa  es  haberse  ocu- 
pado en  este  tiempo  en  el 
viage  que  hizo  á  Roma.  Yo 
no  puedo  señalar  con  certi- 
dumbre el  año  ,  en  que  nues- 
tro Obispo  salió  de  España; 
porque  de  la  memoria  an- 
tigua ,  que  dejo  citada  ,  so- 
lo se  puede  inferir  ,  que  los 
tres  Obispos  fueron  destina- 
dos á  Roma  después  de  la 
primera  venida  del  lüarde- 
nal  Hugo  Cándido,  que  fue 
en  el  año  de  1068.  y  de  la 
pretensión  de  otros  Lega- 
dos que  le  sucedieron  é  in- 
tentaron también  abrogar  el 
Oficio  Eclesiástico  de  estas 
-Provincias.  Pero  hallándose 
el  nombre  de  Munio  Obispo 
de  Calahorra  ,  y  compañero 
de  Fortunio  en  algunas  es- 
crituras de  aquellos  dos  años, 
y  constando  que  el  reconoci- 
miento de  los  libros  se  hizo 
en  die¿;  y  nueve  días  ,  y  que 


Obispos  á  España  ,  no  tengo 
al  referido  viage  por  causa 
legitima  del  silencio  ,  que  se 
nota  en  las  memorias  de  núes- 
tro  Obispo. 

6  Tampoco  es  verdad, 
que  no  hay  memoria  de  For- 
tunio en  el  año  de  1069. 
porque  en  el  Archivo  de  Ira- 
che  se  guarda  una  donación 
de  la  Era  1107.  que  coinci- 
de con  dicho  año,  en  la  qual 
se  mencionan  los  Obispos 
Munio  de  Calahorra  ,  Bela- 
sio  de  Pamplona  y  Fortunio 
de  Alaba.  Véase  Moret  en 
los  Anales  de  Navar*-a  lib, 
14.  cap.  3.  num.  4. 

7  En  el  año  de  1070.  subs- 
cribió la  donación  que  el  Rey 
D.  Sancho  y  Doña  Placen- 
cia  su  muger  hicieron  á  S. 
Millán  á  2$.  de  Febrero  de 
los  Canales  de  Vadalongo, 
y  algunas  heredades  en  ter- 
mino de  Varea  junto  a  Lo- 
groño. Desde  este  mismo 
ano  se  lee  el  nombre  de 
Fortunio  tan  repetido  en  las 
escrituras  ,  que  sería  muy 
prolijo  hacer  mención  de 
todas  ellas  en  particular ,  por 
lo  que  solo  haré  presentes 
las  mas  notables  é  impor- 
tantes en  orden  á  las  cosas 
de    este  Obispo ,  y  de   las 

lier- 


2  02      España  Sagrada, 
tierras  de  su  Diócesis. 

8  De  este  genero  es 
una  escritura  de  donación 
del  año  de  1072.  dia  3. 
de  Julio ,  por  la  qual  el 
Rey  D,  Sancho  dio  al  Obis- 
po D.  Fortunio  y  al  Monas- 
terio de  S.  Salvador  de  Ley- 
re  una  villa  que  se  llamaba 
Tondón  ,  y  estaba  situada 
entre  Briñas  y  Faro  ,  que 
es  Haro,  en  cuya  jurisdicción 
se  mantiene  el  nombre  de 
aquel  puebl^o  donado  ,  en  un 
termino  que  está  á  la  ribe- 
ra del  Ebro  ,  y  se  dice 
vulgarmente   Hondón. 

9  Sandoval  habiendo 
mencionado  una  carta  del 
libro  Redondo  de  la  Santa 
Iglesia  de  Pamplona  perte- 
neciente al  año  de  1071. 
cuya  data  dice :  Sancius  Ra- 
mmirus  ,  pro  Rege  in  Ara- 
gone  ^  Guillelmus  Episcopus, 
Belasius  Episcopus  in  Iru- 
nia  ^  Fortunius  Episcopus  in 
Alaba  ,  hace  memoria  dé  es- 
ta escritura  ,  y  dice  que  el 
Rey  D.  Sancho  hizo  en  Ná- 
gera  esta  donación  á  D.  For- 
tunio  Abad  de  Leyre  y  Obis- 
po de  Pamplona  ,  siendo  asi 
que  en  los  anteriores  y  si- 
guientes lo  fue  D.  Blas ,  co- 
mo consta  de  muchos  ins- 
trumentos ,  y  de  Alaba  el 


.  Trat.6().  Cap,  18. 
mismo  D.  Fortunio.  Y  seña- 
lando la  razón  que  le  parc- 
cia  verisímil  ,  dehian  ,  dice, 
de  mudarse  los  Obispos  con 
facilidad  de  un  Monasterio 
ó  Iglesia  á  otra  ,  como  no 
habia  Bulas  ni  las  costosas 
expensas  de  ellas  ,  que  en 
estos  tiempos  se  pagan  por- 
que debe  convenir   asi. 

10  La  dificultad  ,  que 
aqui  pone  Sandoval ,  no  pide 
otra  resolución  mas  que 
probar  la  falsedad  del  su- 
puesto en  que  procede.  Se 
ha  de  notar  pues  que  no 
solo  en  los  años  anteriores, 
y  siguientes  al  de  1072.  sino 
en  este  mismo,Belasio  y  For- 
tunio fueron  constantemente 
y  sin  mudanza  Obispos,  aquel 
de  Pamplona  ,  y  este  de  Ala- 
ba. De  Belasio  consta  por 
una  donación  del  Infante  D. 
Ramiro  al  Monasterio  de 
S.  Prudencio  ,  que  á  20.  de 
Mayo  de  1072.  era  Obispo 
de  Irunia  ,  que  es  Pamplona, 
Por  otra,que  en  26.  de  Agos- 
to del  mismo  año  hicieron 
el  Rey  D.  Sancho  y  la  Rey- 
na  Doña  Placencia  á  S.  Mi- 
llán  ,  se  sabe  que  Belasio  y 
Fortunio  retenían  los  mis- 
mos títulos  que  en  los  años 
pasados ,  firmando  con  ellos 
esta  escritura  ,  por  la  que 
dic- 


Obispos  de  Alaba,  Fort  unió.        263 


dieron  los  Reyes  al  expresa- 
do   Santo    un    Monasterio, 
que  estaba  cerca  de  Duran- 
go  con  la  Decanía  del  territo- 
rio de  Vizcaya  ,  cuyo  nom- 
bre era  Ihurrueta.  Por  lo  que 
toca   á  la  donación  referida 
de   la   Villa  de   Tondón  es 
cierto  que  se  hizo    al    mis- 
mo Fortunio,  que  fue  Obispo 
de  Alaba;  pero  en  la  escritu- 
ra no  se  nombra  con  el  titu- 
lo de  Pam.plona  ,  y  lo  único 
que  puede  estrañarse  es,  que 
los  Reyes   le    hicieron   esta 
merced  en  uno  con  el  Monas- 
terio de   Lejre  ,  lo  que  como 
dice   Moret  ,   sería    ó   por- 
que la  Villa  se  les  dio  á  me- 
dias ,  6  porque  se  dio  á  D. 
Fortunio   con    la    condición 
de  que  después  de  sus  dias 
viniese  á  poder  de]  Monas- 
terio.   Resulta   pues  que   ni 
el  nombre  de  Belasio    debe 
ponerse  en  el    Catálogo  de 
Alaba  ,  ni  el  de  Fortunio  en 
el  de  Pamplona  ,  como  qui- 
so Sandoval  ,  equivocándose 
sin  duda  en   la  inteligencia 
de    la  escritura    de  Leyre, 
y  nada  noticioso  de  las  que 
en  el  año  de  1072.  mencio- 
nan á  estos  Obispos  con  los 
mismos  títulos  que  siempre 
tubieron. 

i  I     Es  también  notable 


la     escritura    de    donación 
hecha  á   D.  Fortunio ,   por 
advertirse  en  ella  que  en  el 
año  de  su  data  murió  el  Sé- 
nior D.  Marcelo.  Este  caba- 
llero gobernó   la    provincia 
de    Alaba  con  el   titulo  de 
Conde.  Nombrase  en  las  es- 
crituras con  cierta  singulari- 
dad ;  porque  firmando  los  de- 
más Grandes,que  acompaña- 
ban al  Rey  ,  con  el  antenom- 
bre de  Setiiur  ^  él  se  distin- 
gue con  este  y  el  de  Donmo 
juntamente  ,  como    en    dos 
escrituras  de   Irache  ,   que 
tengo  presentes  ,  y  son  de 
los  años  de    1062.  y    1063. 
Su   piedad  quedó  muy   per- 
petuada en  una  rica    dona- 
ción que  en  el  año  de  1071. 
hizo  en  compañía  de  su  mu- 
ger  Doña  Goto  ,  expresando 
el  Obispado  de  D.  Fortunio, 
en  favor  del  Monasterio  de 
Leyre  ,  ofreciendo  á  S.  Sal- 
vador, y  á  las  Santas  Virgi- 
nes,  que   en  él  se   veneran, 
muchos  pueblos ,  y  moneda 
de  plata  del  cuño  de  Alaba. 
Su  nobleza  en  fin  y  los  altos 
empleos  que  obtubo,  le  gran- 
gearontan  grande  autoridad, 
que  en  algunos  instrumentos 
públicos  se  halla  señalado  el 
año  de  su  muerte. 

12     Continuase  la  memo- 
ria 


(204     España  Sagrada 

ria  de  D.  Fortunio  en  dife- 
rentes escrituras  desde  el 
año  de  1072.  hasta  el  de 
1076.  y  en  este  se  mencio- 
na su  Obispado  en  algunas 
donaciones  que  trae  Moret 
hechas  por  el  Rey  D.  San- 
cho antes  del  dia  quatro  de 
Junio  ,  en  que  este  Principe 
llamado  el  Noble  por  la 
generosidad  y  bondad  de  su 
corazón  ,  fue  precipitado  en 
la  cumbre  de  Peñalen  por 
traición  de  su  hermano  D. 
Ramón  y  su  hermana  Doña 
Ermisenda,  y  otros  Persona- 
ges  de  su  Reyno. 

13  La  mudanza  que  hu- 
bo en  la  Diócesis  de  Alaba 
por  la  muerte  del  Rey  D. 
Sancho  ,  fue  que  te  do  su  ter- 
ritorio quedó  desmembrado 
de  la  Corona  de  Navarra, 
y  unido  á  la  de  Castilla  en 
el  mismo  año  de  aquel  des- 
graciado suceso.  Por  esta 
razón  ,  aunqae  el  nombre  del 
Obispo  de  Alaba  se  halla 
aiq;una  vez  en  escrituras  per- 
tenecientes al  Reyno  de  Na- 
varra ,  y  dadas  en  los  años 
siguientes  á  esta  separación, 
no  suena  tan  repetido  ,  co- 
mo en  el  tiempo  anterior 
en  que  la  Provincia  daba  á 
los  Reyes  de  aquella  Corona 
uno  de  sus  títulos. 


.  Trat,  6g  Cap.  1 8. 

14     Argaiz  escribe  que 
el    año   de   1077.    pasa   en 
blanco  sin   memoria  alguna 
de  este  Prelado:  pero   San- 
doval   en    las    Fund.   de  los 
Monast.   pag.   77.   trae  una 
escritura    del    mismo    año, 
y  es  donación  de  Doña  Se- 
gunda Muñoz  a    S.   Millán, 
dándole    el     Monasterio   de 
Santa   Maria   de  Orsales ,  y 
dice  que  reynaba  D.  Alonso 
en  Castilla,  León ,  y  Gali- 
cia, y  el  Rey  D.  Sancho  Ra- 
mírez en  Aragón,  y   Pam- 
plona ;  y  que  eran  Obispos 
Fortunio  en  Alaba  ,  D.  San- 
cho en  Nágera ,  D.  Gómez 
en  Burgos  ,  y  D.  Pedro  en 
Pamplona.  Yo  he  examinado 
esta  data  ,  y  veo  que  está 
defeduosa  ,     por  no   poder 
verificarse  en  el    año,  que 
señala  Sandoval  ,  los  Obispos 
que  en  ella  se  nombran.   D. 
Sancho   no   entró  á   gober- 
nar  la  Iglesia  de  Calahorra 
y    Nágera  hasta  el   año  de 
1080.  en  que  Tvlanio  su  pre- 
decesor se  reritó  al  Monas- 
terio  de    Cluni.  D.  Gómez 
no  empezó  á  presidir  en  Bur- 
gos hasta  el  año  de   1082. 
en   que  falleció  Simón  su  an- 
tecesor. Véase  el   tom.  26. 
pag.  209.  La  Silla  de  Pam- 
plona  estaba    ocupada   por 
Be- 


Obispos  de  Alaba.  Fortunio,        265 


Be^asio  ,  que  murió  en  el 
año  de  1078.  Desde  éste 
hasta  el  de  1084.  tubo  la 
administración  y  gobierno 
de  esta  Diócesis  el  Infante 
D.  Garcia,  que  era  Obispo 
de  Jaca.  De  manera  ,  que 
el  D.  Pedro  nombrado  en  la 
data  no  tomó  posesión  de  la 
Sede  de  Pamplona  hasta  di- 
cho año  de  1084.  en  que  fue 
su  elección  ,  la  qual  se  no- 
ta en  alimañas  escrituras  de 
}a  Era  1122.  por  estas  pa- 
labras :  Sien  io  el  Obispo  D. 
Pedro  eicírid-)  para  el  Obis- 
pado de  Pamplona.  Asi  que 
la  donación  que  refiere  San- 
doval  dsbe  atrasarse  hasta 
el  ano  de  1084.  á  lo  menos, 
que  es  el  primero  en  que  se 
encuentran  presid'endo  jun- 
tamente los  Obispos  que  alli 
se  mencionan.  (*) 

15  Argaiz  pone  otra  me- 
moria de  Fortunio  del  año  de 
1078.  y  dice  ,  que  está  en 
un  Privilegio  de  D.  Sancho 
el  Noble  concedido  á  S.  Mi- 
llán  :  pero  constando  de  mu- 
chos instrumentos ,  que  este 
Rey  habia  muerto  en  el  año 
de  1076.  no  puede  dudarse, 


que  la  fecha  de  esta  escri- 
tura necesita  de  enmienda. 

16  En  el  año  de  1080. 
dio  á  Leyre  una  Señora  muy 
principal  llam.adaDoñaMen- 
cía  Fortuñez  las  tierras  ,  que 
poseia  en  un  lugar  por  nom- 
bre Huza  ,  y  dice  en  la  es- 
critura de  donación  ,  que 
eran  Obispos  Don  Garcia  en 
Jaca  ,  D.  Munio  en  Calahor- 
ra y  D.  Fortunio  en  Alaba. 
En  este  mismo  año  el  Rty 
D.  Alonso  con  la  Reyna  Da- 
ña Constanza  su  muger  otor- 
garon la  escritura  de  dota- 
ción del  Monasterio  de  Sa- 
hagun.  Firmáronla  muchos 
Obispos  del  Reyno  de  Don 
Alo.iso  ,  y  entre  ellos  Don 
Fortunio  con  estas  palabras: 
Fortunius  Alabensis  Episco- 
pus  confirmat. 

17  Entre  las  donaciones 
de  los  años  siguientes  ,  que 
mencionan  á  estePielado,  la? 
mas  dignas  de  referirse  son 
aquellas  que  manifiestan  su 
particular  devoción  á  los  Mo- 
nasterios del  gran  Padre  San 
Benito.  En  el  año  de  1051. 
hablan  hecho  los  Señores  de 
Vizcaya  D.  Iñigo  López  y 
Do- 

(*)  En  efe^o  la  data  es  del  ano  1087.  como  me  ha  cowimicado  el  R. 
P.  M.  Fr.  Segismundo  Beltrán  ,  Abad  que  fue  del  Monasterio  de  San 
Millán.-  ■ 

Tom.XXXllh  U 


a  65     España  Sagrada^ 

Doña  Toda  donación  del  Mo- 
nasterio de  S.  Maria  de  Iz- 
peya,en  favor  de  D.  Gar- 
cia  ,  como  dige  tratando  de 
este  Obispo.  Parece  que  des- 
pués de  ios  dias  del  donata- 
rio ,  pasó  este  Monasterio  á 
S.  Miilan ;  y  para  que  su  po- 
sesión fuese  mas  estable,  dio 
Carta  de  confirmación  D. 
Fortunio  en  el  año  de  1084. 
diciendo  ,  que  presidia  en 
Armentia. 

18  En  el  ano  de  1085. 
dio  un  particular  testimonio 
de  su  afeito  á  S.  Juan  de  la 
Peña.  Tenia  este  Monasterio 
en  la  Diócesis  de  Alaba  al- 
gunas Iglesias,  que  le  fueron 
concedidas  por  varios  Seño- 
res ,  y  estaban  en  los  pueblos 
de  Huhulla  ,  Traza  ,  Quos- 
quoriita  ,  y  Mundaca.  Pues 
todas  estas  Iglesias  queda- 
ron por  devoción  de  Fortu- 
nio libres,  y  absueltas  de  pa- 
gar las  tercias  ,  y  quartas 
Episcopales.  El  Abad  Don 
Juan  Briz  en  su  Hist.  de  S. 
Juan  de  ia  Peña  ,  lib.  i.  cap. 
56.  trae  la  data  del  Privile- 
gio de  nuestro  Obispo,  cuyas 
palabras  son  estas  :  Hatic 
fiutcti'  Scripturawfec/^  &  ro- 
¿oruvi^S propn'a  manu  subs- 
',  e/¿psí  hoc  signum  Crucis  t 
//;  Sede  ñ ostra  ,  guíe  vcca- 


Trat,  69.  Cap.  1  8. 
tur  Armentegi ,  pt\Tsetitibus 
Clericis  &  Archidiaconibüs 
ejiísdem  Sedis  ,  S  firman  ti- 
bus.  Pero  Moret  en  sus  Anal, 
lib.  ig.  cap.  3.  dice  ,  que 
subscriben  D.  Fortuno  ,  Pre- 
pósito ,  y  Arcediano  de  Ar- 
mentia ,  y  D.  Vela ,  Decano 
de  la  misma  Iglesia. 

19  De  esta  concesión  de 
D.  Fortunio  quieren  algunos 
Autores  inferir  ,q'ie  la  juris- 
dicción del  Obispo  de  Alaba 
se  extendía  hasta  la  Villa  de 
Cuzcurrita  en  la  Rioja;  pero 
yo  tengo  por  cierto  ,  que  asi 
la  Provincia  de  Alaba  ,  como 
^u  Diócesis  ,  comprehendia 
solo  hasta  el  ramo  del  Pyri- 
neo  ,  en  que  estaban  los  Cas- 
tillos de  Bilibio  ,y  Cellorigo, 
que  defendían  la  entrada  en 
la  Provincia.  El  nombre  de 
Cuzcurrita  y  Cozcorrita  ha 
sido  muy  común  en  España; 
y  el  pueblo  que  en  la  data 
se  menciona  ,  se  dice  está  si- 
tuado en  territorio  del  rio 
.Olga  ,  para  distinguirle  de 
-Otros  pueblos  del  mismo 
nombre  ,  como  el  de  Rioja, 
que  se  llama  Cuzcurrita  del 
,  rio  Tirón.  Alguna  vez  po- 
seyó el  Obispo  de  Alaba  tier- 
ras, en  la  Rioja  ;  pero  tampo- 
co puede  colegirse  de  esta 
posesión  que  se  extendiese  á 
ellas 


Obispos  de  Alaba.  Fortunío.  267 

elías  su  Obispado  ,  por   no     D.  Pedio  Nazar ,  con  estaá 


tetier  en  ellas  oira  jurisdic- 
ción que  la  temporal  ,  en 
fuerza  del  dominio  que  se  le 
habia  dado  por  los  Señores 
á  quienes  pertenecieron. 

20  En  el  año  de  1086. 
asistió  D.  Fortunio  á  la  so- 
lemne Consagración  de  la 
Iglesia  del  Monasterio  de 
Santa  Cruz  en  Ribarredon- 
da  ,  á  que  concurrió  también 
el  Arzobispo  de  Tcjledo  D, 
Bernardo  ,  con  otros  Prela- 
dos ,  que  se  nombran  en  el 
tom.  26.  pag.  214. 

21  Por  Escrituras  de  S. 
Millan  consta,  que  Fortunio 
vivia  en  el  año  de  1087.  En 
Jos  siguientes  no  se  halla 
ya  memoria  suya  ,  lo  que  es 
indicio  de  haber  fallecido 
por  este   tiempo. 

•  22  E!  üoítor  Tejada  en 
el  lib.  3.  del  Abrahan  de  la 
Rioja  ,  cap.8.  §.  5.  dice  ,  que 
Fortunio  murió  por  el  año 
de  1093.  y  que  el  Rey  D. 
Alonso  agregó  al  Obispado 
de  Calahorra  todo  el  terri- 
torio que  ccmprthendia  el 
de  Alaba.  De  aquí  temó  oca- 
sión el  Licenciado  ILañez, 
Autor  de  la  Vida  de  S.  Pru- 
dencio ,  para  calumniar  al 
Obispo  que  entorxts  presi- 
dia en  Calahorra  ,  llamado 


expresiones:  iPero  quién  ha 
de  creer  ,  dice  ,  que  un  Rey 
tan  advertido  se  metiese  ea 
extinguir  unas  Diócesis  para 
engrosar  otras    ,    no  siendo 
eso  de  su  incumbencia?.  La 
agregación  que  Tejada  dice, 
hecha  el    año  de  1093.   fue 
una    verdadera   usurpación, 
que  se  hizo  dos  años  antes 
el  de  1091.  pues  ya  D.  Pe- 
droNazar  en  la  Era  de  1 129. 
metido  en  mies  agena  consa- 
gró la  Iglesia  de  S.Pedro  de 
Munguia  en  Vizcaya  ,  como 
reparó  Gabriel Henaojib.  i. 
cap.  41.  Añade  ,  que  después 
de  la  muerte  alevosa  que  dio 
al  Rey  D.  Sancho  el  Noble, 
su    hermano  D.  Ramiro   en 
Peñalen  en  el  año  de  1076. 
Armentia  iba  en  decadencia, 
por  mas  que  D.  Fortunio  sos- 
tenia  con  tesón  su  Diócesis, 
y  Silla  Episcopal :  que  D.  Pe- 
dro Nazar  no  pensó  pedir  á 
á  la  Silla  Apostólica  la  con- 
firmación de  haber  unido  am- 
bos Obispados  ,  y  que  esta 
resolución  fue  [:o(  o  grata  á 
los  Alabeses  ,  y  Navarros:, 
que  si  Pasqiía!  Segundo  con- 
firmó  por  su  Bula    los  lími- 
tes del   Obispado  de  Cala- 
horra ,  esta  concesión  se  im- 
petró fácilmente,  por  ro  ha- 
Ll  2  bcr- 


i69  España  Sagrada 
ber^e  representado  la  agre- 
gación que  se  hizo  veinte 
años  antes  sin  autoridad  le- 
gitima ,  ni  citado  al  Capitu- 
lo Sede  Vacante  de  Armen- 
tía. 

23  Estas  quejas  no  son 
otra  cosa  que  unas  injuri.js 
manifiestas  contra  la  buena 
memo'-ia  de  D.  Pedro  Nazar; 
ni  tienen  otro  origen  que  un 
animo  apasionado  por  su  pa- 
ís ,  y  sentido  de  que  se  su- 
primiese la  Silla  Episcopal 
de  Alaba  resumiéndose  en  la 
de  Cal:i horra.  Esta  supresión 
se  hizo  asi  que  murió  Fortu- 
nio  ,  cuyo  faileciiDÍento  fue 
sin  duda  cerca  del  año  de 
ig88.  Por  este  mismo  tiem- 
po entró  á  gobernar  la  Igle- 
sia, de  Calahorra  D.  Pedro 
Na/^ar ,  á  quien  se  agregaron 
has  Provincias  de  Alaba  ,  y 
Vizcaya  ,  que  desde  el  pri- 
mer establecimiento  de  los 
Obispados  hablan  perteneci- 
do á  su  jurisdicción  hasta  el 
siglo  d(?rimo,  en  que  se  fun- 
dó la  Cátedra  Pontifical  de 
Armentia,que  asi  como  la 
deN.^jTera  no  fue  sino  efedo 
del  miserable  cautiverio,  que 
padecía  la  Matriz  de  Cala- 
horra bajo  el  poder  de  los 
Arübes.  Ni  hay  fundamento 
para  creer  .  que  la  incorpo- 


.  Trat.  69.  Cap.  i  S. 

ración  ó  reunión  de  las  dos 
Provincias  referidas  se  hizo 
sin  autoridad  competente. 
Tampoco  hay  motivo  para 
presumir  ,  que  D.  Alonso  el 
IT.  no  intervino  con  su  au- 
toridad Real  en  la  agrega- 
ción. Si  este  religiosísimo 
Principe  incorporó  en  el  año 
de  1075.  la  Sede  Aucense 
con  la  de  Burgos  menos  an- 
tigua ,  y  su  hecho  fue  apro- 
bado, y  confirmado  por  Ur- 
bano Segundo  en  el  de  1095. 
¿qué  inconveniente  hallaba 
el  Licenciado  Ibañez  en  cre- 
er que  el  mismo  Rey  reunió 
el  territorio  de  la  Diócesis 
de  Alaba  al  Obispado  de  Ca- 
lahorra, de  quien  se  desmem- 
bró no  por  otra  causa  que 
la  persecución  Sarracénica? 
Debemos  ,  pues ,  juzgar  ,  que 
D.  Pedro  ,  Obispo  de  Ca- 
lahorra consagró  en  la  Era 
1 1 29.  la  Iglesia  de  Monguia, 
no  metiéndose  en  mies  age- 
na  ,  sino  egerciendo  su  ju- 
risdicción Episcopal  ,  des- 
pués de  haberse  suprimido  el 
Obispado  de  Alaba  ,é  incor- 
poradose  su  territorio  con 
el  de  Calahorra  ,  y  Nágera. 
La  agregación  está  confir- 
mada no  solo  por  Pasqual 
Segundo,  sino  también  por 
otros,  seiá  Pontífices  Roma- 
nos; 


Obispos  de  Alaba.  Fortu nio.  !2  o  9 

nos ;  e*5  á  saber ,  Lucio  IF.  Eu-     dominios ,  señala  por  Obispo 


genio  III.  Alejandro  IH.  Ale- 
jandro IV.  Clemente  UI-  y 
Urbano  III.  cuyas  Bulas  sq 
guardan  en  el  Archivo  de  la 
S,  Iglesia  de  Calahorra.  Y  es 
gran  temeridad   fundar  solo 
én  las  causas  que  lbañ<iz  pro- 
pone ^  la  facilidad   de  estas 
concesiones, quando  p>or  ellas 
no  se  dio   á  la  Docesis  Cala- 
gurritana  ,  re-^peéto   d-e  las 
Provincias  de  A'aba,  y  Vizca- 
ya, sino  un  territorio  que  po- 
seyó muchos  siglos  antes  de 
establecerse  la  Sede  en  Ar- 
mentia,  y  de  que  fue  privado 
solo   por    la  necesidad   que 
provino  de  la   cruel  perse^ 
cucion  de  los  Barbaros. '.,;• 
24      No  puedo   apartar- 
me de  el  Obispado  de  Alaba, 
sin  refutar    primero    lo  que 
el  Autor  citado  escribe   de 
el   restablecimiento  de  esta 
Sede.  Dice  ,  que   habiéndo- 
se  restaurado  el    Reyno  de 
Navarra  por  su  legitimo  Se- 
ñor D.  Garcia  Ramirez  ,  se 
restauró    también    la    StUa; 
Episcopal  de    Alaba    en   la 
Escritura    que   su    hijo    D. 
Sancho  el  Sabio  hizo   de  la 
población  de  Vidoria  en  el 
añode  ii8r.  porque  ex pfe- 
sando  en  ella  los  Obispas  que 
regían    las  Iglesias    de.,  5us 


de  Armentia  á  D.  Rodrigoi 
Discurre  luego  ,  que  ó  D* 
Sancho  elSabio  no  tenia  no- 
ticia de  la  supresión  ,  que  ca- 
si un  siglo  antes  se  habia 
hecho  de  esta  Sede  ,  ó  que 
se  restituyó  á  Armentia  la 
Silla  Episcopal  ;  y  en  me- 
dio de  confesar  que  la  Pro- 
vincia de  Alaba  no  era  go-^ 
bernada  al  tiempo  de  la  re- 
ferida Escritura  por  Obispo 
distinto  del  de  Calahorra, 
concluye  ,  que  pues  no  se  le 
dio  otro  titulo  que  el  de  la 
Iglesia  de  Armentia  ,  ésta 
fue  restituida  á  su  antiguo 
honor  de  Catedral. 

525  No  se  puede  dudar, 
que  incorporada  la  Provin- 
cia de  Alaba  con  la  Diócesis 
de  Calahorra,  quedó  la  Igle- 
sia de  Armentia  en  forma  de 
Colegial  ,  y  con  cierto  nú- 
mero de  Canónigos ;  y  que 
perseveró  en  t3l  estado  hasta 
el  año  de  1498.  en  que  por 
autoridad  del  Papa  Alejan- 
dro VI.  fue  trasladada  á  S. 
Maria  de  Vidoria.  Es  igual- 
mente cierto  ,  que  suprimi- 
do el  Obispado  de  Alaba  se 
substituyó  el  Arcedianato  de 
este,  titulo  ,  que  desde  en- 
tonces constituye  una  de  las 
dignidades  de  la  Santa  Igle- 
sia 


q,jo     España  Sagrada.  Trat.  69.  Cap.  1  8, 


sia  de  Calahorra.    Es  final- 
mente   constante  ,  que    sin 
enibargo  de  verse  la  Iglesia 
de  Armentia  honrada  en  la 
Carta  de  fundación  y  fuero 
de  Viítoria  con  ei  titulo  Epis- 
copal que  tubo  antiguamen- 
te, no  por  eso   dejaba  de  es- 
tár  aneja  al  Obispado  de  Ca- 
lahorra ,  y  como  tal  al  Obis- 
po   que    entonces    presidia, 
que   era  D.  Rodrigo  de  Gas- 
cante.  La  dificultad  está  so- 
lo ea  averiguar,  si  el  ^titulo 
que  en  la  mencionada  Escri- 
tura de  D.  Sancho   el  Sabio 
se  dá  al   expresado  Obispo, 
írguye  liaber  sido   elevada 
la    Iglesia    de    Armentia   á 
los  honores  de  Catedral  que 
pretende  el  Licenciado  Iba- 
ñez.  Algunos  ,  sin  otro  fun- 
damento que  semejantes  tí- 
tulos, han  creído   que  en  los 
pueblos  de  donde  los  Obisi- 
pos  se  titulaban,  residían  por 
entonces    las   Iglesias  Cate- 
drales ;  pero  yo  tengo  por 
cierto  ,  que  aunque  el  uso 
mas  ordinario  de   todos  los 
siglos  ha  sido  tomarse  los  tí- 
tulos deia  Iglesia  ,en  que  es- 
taba  asentada  la  Silla  Pouti- 
iical  ,  no  fue  costumbre  tan 
inviolable  en  España,  en  los 
tiempos  de    que   hablamos 
•jue  no  se  verificase  alguna 


vez  lo  contrario    por  moti- 
vos   particulares.    Véase  el 
tom.  28.  pag.  25.  donde  se 
hallarán   muchos  tirulos   de 
Obispados  que  no  significan 
Catedralidad ,  sino  precisa- 
mente territorios  anejos  al  del 
titulo  principal.  Sin  salir- del 
Obispado    de  Calahorra   te-  . 
nemos  egemplo   en   una  do- 
nación ,  que  existe  en  el  Ar- 
chivo de  la  Iglesia  Colegial 
de  Logroño  ,  y   perteneced 
la  Era  de  iiii.  Dicese  ea 
ella  ,  que    eran  Obispos  en 
este  año  Munio  en  Albelda, 
Belasio  en  Pamplona,  y  For- 
tunio  en  Alaba.  Donde  el  tí- 
tulo de  Albelda  no  arguye 
que  alli  hubiese   Silla  Ponti- 
fical ,  sino  solo  que  era  terri- 
torio de   la  jurisdicción  de 
Munio  ;  y  expresase  aqui  es- 
té titulo  dejando  los  ordina- 
rios de  Calahorra  ,  y  Náge- 
ra  ,  de  que  usaba  Munio  fre- 
qiientemente ;  porque  aque- 
lla donación   se  dispuso  de 
modo,  que  el  Monasterio  de 
S.Cosme  ,  yS.  Damián,  qie 
se  donaba  á  D.  Iñigo  Azna- 
rez  ,  debia  venir   después  al 
dominio   del   Monasterio  de 
S.  Martin  de  Albelda.  Pues 
por    igual  circunstancia   se 
dice  en   la  Escritura    de  D. 
Sancho   el  Sabio  :   Episco- 
po 


'^ Obispos  de  Alaba.  'Fortunlo.  iji 

po  Roderico  in  Armentiense     hizo  quando  se  suprimió   la 


Ecclesia  :  porque  siendo  asi 
que  este  Obispo  jamás  habia 
usado  de  este  titulo  ,  sino  so- 
lo de  los  de  Calahorra  ,  y 
Nágera  ,  pareció  dárselo  en 
este  Instrumento  ,  dirigido  á 
la  fundación  6  reedificación 
de  un  put  blo  con  el  nombre 
nuevo  de  Vifíoria  en  el  sitio 
que  tenia  una  pequeña  po- 
blación llamada  Gasteiz ,  po- 
co distante  de  Armentia  ,  pa- 
ra sign'fic.  r  de  este,  modo, 
que  todo  aquel  territorio  era 
de  la  jurisdicción  de  D.  Ro- 
drigo ,  por  la  reunión  que  se 


Silla  Episcopal  Alábense.  Y 
se  evidencia  ,  que  en  este 
ado  no  se  restituyó  á  Ar- 
mentia el  honor  de  Igle- 
sia Catedral ,  por  el  ningún 
uso  que  hicieron  los  Obis^ 
pos  de  Calahorra  de  este  ti- 
tulo en  los  años  siguientes, 
como  lo  hicieron  de  los  de 
Calahorra  ,  y  Nágera;  y  des- 
pués en  lugar  de  éste  del  de 
Santo  Domingo  de  la  Calza- 
da ,  á.  causa, de  haber  tenido 
estas  Iglesias  la  dignidad  de 
Catedrales. 


CAPITULO     XIX. 

SANTOS     DE  LO  BIS  FADO 

de  Calahorra. 


■s- 


entre  todas  las  exce-^ 
lencias,que  ennoble- 
cen á  las  Provincias  ,1a  mas 
aventajada  y  gloriosa  es  la 
que  las  resulta  de  tener  mu- 
chos Santos,  que  agradecidos 
al  suelo  en  que  nacieron  ,  ó 
de  donde  pasaron  a  la  eter- 
na felicidad,  las  asisten,  y 
favorecen  con  su  patrocinio; 
con  razón  debe  gloriarse  el 
Chispado  de  Calahorra  de 
ser  uno  de  los  mas  sefiala- 


dos,  y  esclarecidos  en  este 
esplendor  ilustre.  En  espe- 
cial puede  gozarse  de  esta 
insigne  prerrogativa  el  tre^ 
cho  que  hoy  conocemos  con 
el  nombre  de  Rioja  ,  y  en 
tiempo  de  los  Romanos ,  es- 
tuvo repartido  entre  Vasco- 
nes  ,  y  Berones  :  porque  asi 
como  se  distingue  en  otros 
géneros  de  bienes,  que  con 
razón  se  estiman,  y  hacen  á 
jas  tierras  mas  célebres  y 
apre- 


iqz  España  Sagrada. 
apreciables  ,  asi  también  so- 
bresale en  el  número  de  San- 
tos, no  comoquiera  ,  sino  de 
los  mas  famosos  que  ha  dado 
al  cielo  nuestra  España.  Esta 
gloria  se  hará  manifiesta  en 
el  capitulo  presente  ,  pero 
reduciéndome  ,  como  lo  pi- 
de el  objeto  de  este  Tomo, 
á  los  Santos  que  florecieron 
en  el  estado  antiguo  ,  cuyas 
memorias  referiré  y  exami- 
naré con  la  diligencia  que 
me  sea  posible  ,  y  con  tan- 
to mayor  confianza  ,  y  de- 
leyte  de  mi  animo ,  quanto 
por  el  lugar  de  mi  nacimien 
to  ,  me  toca  mas  de  cerca  el 
influjo  de  su  afnparo  y  :  pa- 
trocinio, y  el  honor  de  sus 
admirables  hechos ,  y  virtu- 
des. 

Be  ¡os  Santos  Martyres 

Emeterio,  y   Celedonio. 

I  El  principal  y  mas  an- 
tiguo lustre  ,  con  que  quiso 
Dios  ensalzar  á  la  Diócesis 


►  Trat.  69.  Cap.  ig. 
de  Calahorra ,  consiste  en  los 
gloriosos  triunfos  de  los  Bien- 
aventurados Martyres  Eme- 
terio ,  y  Celedonio  ^  cuyos 
nombres  granjearon  á  aque- 
lla tierra  ,  que  baña  el  Ebro, 
tan  excelente  esplendor,  que 
sus  brillos  se  extendieron 
luego  por  todo  el  mundo. 
Sabía  el  S^ñor  ,  que  en  este 
país  se  habian  de  venerar  los 
Santos  con  el  obsequio  ,  y 
afecto  que  correspondía  á  sus 
méritos  ,  y  por  eso  le  miró 
como  á  lugar  digno  de  re- 
cibir la  sangre  ,  que  sus  Sier- 
vos derramaron  por  la  Fé,/ 
de  poseer  perpetuamente  sus 
sagradas  Reliquias.  Esta  pia- 
dosa advertencia  es  del  insig- 
ne Poeta  Prudencio  en  el 
Hymnode  los  Santos  Marty-- 
res, que  es  el  primero  del  ?e- 
ristephanon  ,  y  contiene  los 
mas  expresos  testimonios  de 
la  fervorosa  devoción  con 
que  ya  en  aquel  tiempo  era 
visitado  su  santo  Sepulcro. 
Dice  asi: 


PoUet  hoc  felix  per  orhem  térra  Hibera  stemmafe: 
Hic   locus  dignus  tenendis   osúbus  visus  Deo^ 
Quí  beatorum  pudicus  esseí  hospes  corporum. 


no 


Las  Adas  del  marty- 
fueron   escritas  en   el 


mismo  tiempo  en  que  suce- 
dió 5  mas  qomo  los  Tiranos 
no 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,  273 
Ro  se  contentaban  con  qui-  tiraonio  de  la  santidad  de  ios 
tar  la  vida  á  los  Santos,  sino 
que  ponían  todo  su  estudio 
en  extinguir  la  memoria  y 
fama  de  su  pision  ,  para  evi- 
tar la  confusión  y  vergüen- 
za que  les  resultaba  del  tes- 


Martyres ,  no  vencida  por 
su  astucia  y  crueldad  ,  cui- 
daron los  que  presidian  en 
Calahorra  de  recoger  las 
referidas  Adas  de  Autores 
coetáneos. 


O  vetustatis   silentis  oB soleta  ohliviol 
Xnvidentur  ista  nohi.?  ufanía  S  ipsa  extin^uitur; 
O'jartulas  blasphenms  olim   nam  satelles  abstuliH 
iVc?  tenacihus  libelUs  erudita  scecula 
Ordinem  ,  tempus  ,  motu-nque  passionis  proditiim 
Dulcibus  linguis'  per  aures  posteriorum  spargerent. 


3  Del  qual  lugar  ,  y  de 
las  Adas  de  S.Vicente  cons- 
ta expresamente ,  que  ya  en 
los  primeros  siglos  de  la 
Iglesia  se  observó  eñ  Espa- 
ña el  piadoso  estilo  de  es- 
cribir con  diligencia  los  he- 
chos de  los  Santos, y  particu- 
larmente de  los  que  daban  su 
vida  en  defensa  la  Fé  Cató- 
lica ;  pero  no  han  podido 
conservarse  hasta  nuestros 
tiempos  tan  útiles  escritos, 
á  causa  de  haberse  quema- 
do en  egecucion  de  los  Edic- 
tos Imperiales ;  á  los  que  se 
siguieron  luego  las  irrup- 
ciones de  los  Barbaros  en 
estas   Provincias. 

4  Logró  la  envidia  de 
los  Tiranos,  que  las  mas  de 
las  cosas  de  los  Santos  Mar- 

Tom.  XXXllL 


tyresEmeterio,  y  Celedonio 
viniesen  á  borrarse  de  la 
memoria  de  los  Fieles ;  pero 
como  su  martyrio  fue  de  los 
mas  ilustres  ,  pudieron  con- 
servarse algunas  noticias, 
que  derivadas  de  unos  en 
otros  ,  llegaron  á  la  edad  de 
Prudencio  ,  que  como  probé 
en  el  tom.  31.  nació  en  el 
año  de  348.  y  fue  el  prime- 
ro que  las  publicó  por  escri- 
to por  los  años  de  405.  Si- 
guióse á  éste, el  Autor  de  las 
Adas  que  se  hallan  en  varios 
Códices  ,  y  se  imprimieron 
por  Boiando  al  día  3.  de  Mar- 
zo, conforme  al  egemplar  de 
un  Ms.  antiguo  de  la  Biblio- 
teca del  Monasterio  de  S. 
Maximino ,  que  está  cerca  de 
Treveris.  No  se  sabe  quién 
Mra  es 


2  74  España  Sagrada» 
es  éste  ,  ni  en  qué  tiempo 
floreció  ;  aunque  Tillemont 
parece  suponer  que  fue  un 
Obispo  de  Calahorra  ,  que 
según  se  colige  del  estilo, 
vivió  en  el  siglo  quinto  ,  ó 
sexto.  Lo  cierto  es  ,  que  pre- 
cedió á  la  entrada  de  los 
Moros  en  España,  y  que  S. 
Eulogio  usó  de  estas  Adas, 
como  se  evidencia  por  un 
lugar  que  sacó  de  ellas  á  la 
letra  en^  la  mención  que  hizo 
de  los  Martyres  Emeterio, 
y  Celedonio  en  su  Memorial, 
lib.  I.  cap.  14.  Estos  son  los 
mas  fieles  monumentos ,  que 
tenemos ,  concernientes  á  las 
cosas  de  nuestros  Santos, 
por  lo  que  me. aprovecharé 
de  sus  luces  para  aprobar, 
ó  reprobar  lo  que  se  lee  en 
otros  Autores ,  ni  tan  anti- 
guos ,  ni  de  tan  buena  nota. 

FAMIL  JA  ,  VATR I  A, 

y  tiempo  de  los  Martyres 
Calagurritanos, 

; '  \ti.--  hm  rmas  de  nuestros 
-Autores  escriben  ,  que  los 
Sanl<»s  Etneterio,  y  Celedo- 
nio fueron  hijos  de  S.  Mar- 
celo Centurión  ,  y  de.S.  No- 
.na-o-Nonia!,  JuegÍDnerises,de 
-cuyo  jTofcili^iirio  linagé  dis- 
curre'.láT-g  amenté  .^andí)Vál 


Trat.6^,  Cap,  19. 
en  la  fundación  del  Monas-i 
terio  de  Sahagun.  Baronio; 
al  año  298.  tratando  de  S. 
Marcelo ,  cuenta  los  hijos  de 
este  Ínclito  Martyr  ,  dando 
por  asentado  ,  que  fueron 
doce  ,  y  todos  ellos  partici- 
pantes del  triunfo  que  su 
padre  obtuvo  por  el  mar- 
tyrio  ,  y  entre  ellos  pone  á 
los  dos  Mirtyres  Calagurri- 
tanos.  Ambrosio  de  Morales, 
cuyo  esmero  en  reconocer, 
y  descubrir  las  antigüeda- 
des de  España  es  muy  no- 
torio ,  confiesa  en  el  lib.  10. 
al  principio  del  cap.  19.  quq 
no  se  averigua  del  todo 
quiénes  fueron  ,  y  cómo  se 
llamaron  les  doce  hermanos 
hijos  de  Marcelo  ;  y  al  fia 
del  mismo  cap.  dice  ,  que  no 
hay  bastante  certidumbre 
^n  que  todos  los .  doce  fue* 
ron  hijos  de  este  Santo  Mar- 
tyr ;  y  que  sin  embargo  de 
haber  él  trabajado  en  la 
averiguación  de  ésta  ,  y 
.otras  particularidades  con 
^rañ  diligencia  y  deseo  de 
acertar  ,  cjs  ningún  modo 
podia  dar  satisfacción  en 
.ellas ,  por  no  haber  ni  aun 
camino  para  entrar  á  ha- 
blarlas.; Tjata  luegQ  en  el 
-cap. a  I.  de  los.  Santos  Emef- 
-terio  ,  y  Celedonio  ;  y  aun- 
que 


Santos  del  Obispa, 
que  ofrece  que  escribirá  de 
tilos  cosas  m'iy  ciertas  y 
autorizadas  á  causa  de  ha- 
ber sido  estos  Martyres  muy 
celebrados  por  Escritores 
antiguos  ,  iiabla  sobre  et 
asunto  presente  con  mucha 
perplejidad.  Danlos  ,  dice, 
por  hijos  de  S.Marcelo  la 
Historia  general ,  y  Fr.  Juan 
Gil  de  Zamora,  y  otros  que 
le  siguen.  Otros  citan  tam- 
bién á  D.  Lucas  dé  Tuy  ,  que 
lo  dice;  yo  no  lo  he  podido 
hallar  en  toda  su  Obra.  Y 
siempre  á  esto  de  ser  los 
Santos  ,  que  de  aqui  adelan* 
te  se  contaren  ,  hijos  de  S, 
Marcelo,  le  falta  el  testimo- 
nio de  los  Autores  mas  gra- 
ves, 

1  Sin  embargo  ,  el  Bre- 
viario de  Ebora  sigue  expre- 
samente esta  sentencia;  pues 
en  la  segunda  lección  del 
Oficio  de  estos  Santos  dice: 
Hi  beati  Marcelli  quondam 
C¿nturtonis  ,  deinde  marty- 
ris  fila.  Y  en  la  tercera: 
Legionarii  namque  fuerunt 
milites  ex  ea  Legione^in  qua 
eorum  pater  Centurio  erat. 

3  Otro  testimonio  mu- 
cho mas  antiguo  puedo  ofre- 
cer en  favor  de  la  sentencia 
común  ,  que  atribuye  á  S. 
Marcelo  algunos  hijos  Mar- 


io  de  Calahorra.  275 
tyres  ,  y  entre  ellos  á  ICme- 
terio  ,  y  Celedonio  ,  y  es  de 
un  Códice  Gótico  de  la  S. 
Iglesia  de  L^on  ,  que  se  in- 
titula Antifonario  ,  en  el 
qual  se  contiene  un  largo 
Tratado  del  Cómputo  ,  es- 
crito por  un  tal  Arias  ,  que 
dá  muestras  de  grande  eru- 
dición ,  y  curiosidad  ,  y  tes- 
fica  haberlo  compuesto  en  el 
año  de  10Ó9.  Este  parece  que 
peregrinó  por  varias  partes 
con  el  fin, sin  duda,  de  averi- 
guar algunas  materias  Ecle- 
siásticas ;  porque  en  una  No- 
ta que  puso  después  de  la 
Tabla  de  contar  según  el 
estiló  Gótico,  sobre  los  Au- 
tores de  la  Historia  Ecle- 
siástica Tripartita  ,  dice  asi: 
Ego  Arias  vidi  ipsum  Li- 
brum  'in  Francia  ,  quem  non- 
dum  videram.  in  Gallicia-é 
También  registró  el  Archi- 
vo de  la  S.  Iglesia  de  Tole- 
do ,  como  indica  en  la  No- 
ta que  sigue  inmediatamen- 
te, á  la  citada ,  en  la  qual  se 
lee  el  testimonio  sobre  los 
hijos  de  Marcelo.  Dice  asi: 
Hcec  sunt  nomina  Sandio- 
rum^  quiv  in  Archivo  Toleta- 
no  reperta  sunt.  Emeterium 
&  Celedonium  Calahorrita- 
na  Ecclesia  suscepit  in  urna, 
Claudium  atque  Lupercium^ 
Mm  2  at- 


z-]G     España  Sagraba. 

otqiie  l'^idioricum  Legionen- 
ses  CGUtinent  cives,  Genva- 
fium  ,  &  Servandum  Ursa- 
nensis  alma  vicus  ccronat, 
sed  corpore  divisas.  Servan- 
dum Hispalis.  Gerwanum 
Emérita  pietas  divina  loca- 
vit,  Marcellum  parentem 
Tingitana  Urbs  fide  reli- 
gionis  reiineí.  He  aqui  un 
lugar  anterior  en  tiempo  á 
la  Chronica  general  ,  y  á 
Fr.  Juan  Gil  de  Zamora ,  que 
son  los  Autores  mas  anti- 
guos en  que  leyó  Morales, 
que  S.  Emeterio  ,  y  Celedo- 
nio fueron  hijos  de  San  Mar- 
celo Martyr. 

4  En  conformidad  de  los 
padres  que  los  mas  señalan 
á  estos  Santos  ,  se  afirma 
también  comunmente  ,  que 
fueron  naturales  de  la  Ciu- 
dad de  León  ,  donde  S.  Mar- 
celo militaba  ,  y  de  donde 
fue  remitido  á  Tánger  ,  pa- 
ra que  alli  fuese  juzgado 
por  Valerio  Agricolao  ,  Vi- 
cario de  Prefedo  Pretorio 
en  la  Provincia  Tingitana. 
Asimismo  se  establece,  que 
vivieron  ,  y  padecieron  en 
tiempo  de  Diocleciano  ,  y 
Miximiano  ,  por  ser  cons- 
tante que  su  padre  Maree- 
Jo  fue  martirizado  en  la  per- 
secución movida    por  estos 


Trat,  69.  Cap.  19. 

Emperadores ,  y  b¿íjo  el  Con- 
sulado de  Anicio  Fausto  ,  y 
Severo  Galo  ,  que  concurrió 
con  el  año  de  Christo  298. 

5  Daria  fácil  y  gustosa- 
mente mi  asenso  á  estas  no- 
ticias, creídas  por  los  mas  de 
nuestros  Escritores  ,  y  con- 
firmadas con  el  testimonio 
exhibido  del  siglo  once ,  si 
otras  luces  mas  ciertas  no 
me  obligaran  á  sospechar  su 
falsedad.  Estas  se  toman  de 
las  Adas  que  tenemos  ,  mas 
cercanas  al  martyrio  ,  de  las 
quales ,  como  dige  tratando 
de  la  antigüedad  de  la  Reli- 
gión Christiana  en  Calahor- 
ra, se  prueba  evidentemente, 
que  los  Martyres  Emeterio, 
y  Celedonio  fueron  de  un 
tiempo  ,  en  que  eran  pocos 
en  España  los  Christianos  en 
comparación  de  los  Idólatras; 
y  por  tanto,  que  parece  pre- 
cedieron á  la  edad  de  Tertu- 
liano, que  pone  el  Christianis- 
mo  tan  extendido  por  estas 
Provincias  ,  que  no  habia 
parte  donde  no  se  conocie- 
se ,  y  venerase  el  nombre  de 
Jesu-Christo.  Dicen  también, 
que  no  se  tenia  noticia  de 
otro  Martyr,  que  padeciese 
en  la  persecución  en  que 
fueron  atormentados'  núes* 
Uq^  Ciilagurritanos ;  lo  que 
es 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,       7jj 
es  muy  contrario  á  lo  que     separarse.  Profesaron  juntos 


se  afirma    de    los  hijos   de 
S.  Marcelo ,  que   padecieron 
en  un  tiempo  de  que   tene- 
mos en  Esnaña  el  mayor  ná- 
mero  de   Martyres   conoci- 
dos, esto  es ,  bajo  el  Impe- 
rio de  Diocleciano  ,   y  Ma- 
ximiano.  Añádese  á  esto, que 
en  medio  de  ser  muchos  los 
Escritores   que  hicieron  me- 
moria de  estos  Santos  en  los 
siglos  anteriores  al   undéci- 
mo ,  ninguno  dejó  indicada 
su    patria  ,  familia  ,    ni    el 
tiempo  en  que    florecieron. 
Por  esta  razón  las  Adas  de 
la  S.  Iglesia  de  Burgos  ,  que 
Boiando   puso  en   el  quarto 
lugar  ,  testifican    que  todas 
estas  particularidades  se  ha- 
llaban enteramente  descono- 
cidas :  Nostrorum  nonnulla 
incuria  ,  sed  Ethnicorum  su^ 
mmo  s célere^  &  malitia  fa- 
Ciurn  est ,  i*t  Emitherii  SCe- 
ledonii     Mí%rtyrum     prces- 
íünííSdimorum  ortvs^   nata- 
leque  solum^  tum  etiam  tem- 
pus  martyrii  :  :  penitus  obli- 
tcrata    inccmpertaque    fue- 
rint. 

6  Las  coFas  que  constan 
ciertamente  son  ,  que  Eme- 
terio  ,  y  Celedonio  fueron 
hermanos;  y  que  vivieron  tan 
unidos ,  que  jamás  quiskron 


la  Milicia  ,  y   ambos  fueron 
escogidos  para  soldados  Le- 
gionarios ,  para   lo  que   se 
requería   que  gozasen  el  pri- 
vilegio   de   Ciudadanos    de 
Roma. La  Legión  en  que  me- 
repieron  fue  la  VIL  con  loa 
sobrenombres    de     Gemina^ 
Pid^Felix  ,que  Augusto  Ce- 
sar fundó  y  colocó  enDalma- 
cia  ,  y  por  orden  de  Nerón 
fue  trasladada  á  Syria  ,  y  úl- 
timamente  por  decreto    de 
Nerva  ,  ó  de  Trajano  á  Espa- 
ña. Esta  se  estableció  cerca 
de  la  antigua  ,  fuerte,  y  pa- 
pulosa Ciudad   de  Sublancia, 
de  cuyas  ruinas    se  levantó 
otra   nueva  Ciudad,  á  quien 
se  dio  el  nombre  de  Legión, 
que  hoy  pronunciamos  Leon^ 
por  haberse  edificado    para 
asiento  de  los  soldados  que 
componían   la    Legión  Vil, 
Gemina^  Fia^  Félix,  Asi  en  e;l 
sitio  de  esta  población  como 
en  sus  cercanías  se  han  des- 
cubierto   varias    Inscripción 
nes  que  autorizan  esta  ver- 
dad en  tanto  grado,  que  los 
Historiadores  ,  y  Geógrafos 
mas   críticos   han  venido  á 
conocer  por   ellas  ,  que  \a 
expresada  Ciudad  no  tubo  el 
sobrenombre  de  Germánica, 
como  se  lee  en  Ptolomeo  j  sino 
el 


c;:^      lis  paña  Sagrada,  Traf.  6g.  Cap.  19. 


el  de  Gemina  ,  como  tienen 
):is  lápidas  de  ac|uel  tiempo. 
De  aqii  se  colige,  que  los 
Santos  Emeterio  ,  y  Celedo- 
nio ,  sino  fueron  naturales  de 
León  ,  vivieron  á  lo  menos, 
y  militaron  en  ella  por  al- 
j^un  tiempo,  lo  que  también 
debe  tenerse  por  cierto  en 
vista  de  haberlo  enseñado 
asi  la  antiquísima  tradición, 
testificada  expresamente  en 
las  Adas  de  los  Santos  M  ir- 
tyres ,  que  como  dejo  dicho 
T5e  escribieron  en  el  siglo 
quinto  ,  6  sexto  :  Legiona- 
rios fulsse  milites  Emetbe- 
riu'nSCeledonium  fama  est^ 
dtque  ibidem  scecalaribus 
primum  stipendiis  militasse^ 
u^í  nunc  signat  oppidum 
ap  pe  ¡latió  antiqua  castro- 
rum. 

7  Los  que  afirman  que 
estos  Santos  fueron  hijos  de 
S.  Marcelo,  y  de  S.  Nona, 
creen  también  ,  que  mien- 
tras andabín  debajo  de  las 
vanderas  Romanas ,  seguian 
como  sus  padres  la  Vande- 
ra  y  armas  de  Jesu-Christo; 
y  que  habiéndose  promulí^a- 
do  el  Ediao  de  que  todos 
los  Christianos  fuesen  com- 
-  pelidos  á  ofrecer  sacrificio 
•en  las  aras  de  los  ídolos  de 
la  gentilidad  ,  se  les  intimó 


á  los  Sancos  soldados  Eme- 
terio ,  y  Celedonio  ,  como  á 
quienes  públicamente  mani- 
festaban con  sus  obras, que 
profesaban  la  Religión  Chris- 
tiana.  El  Autor  de  las  AdUs 
confiesa  su  ignorancia  acer- 
ca de  este  punto  ,  y  expone 
su  duda  con  esta  proposi- 
ción disyuntiva  :  Seu  igitur 
anteadi^ü  vitíe  operibus  pro- 
diti ,  quia  Principi  omnium 
Deo  etiam  in  cas  tris  Síücu* 
laribus  militarunt ,  sive  re* 
pentinoS.mdii  Spiritiis  ardo- 
re  succensi  ,  positis  armis 
mundi  ad  hoc  prcelium  cu~ 
currerunt :  in  utroque  felices^ 
in  iitroque  gloriosi ;  qui  aut 
Dominum  á  principio  suní 
seciiti ^aut  d  Deo^quo  inspe' 
rata  pr¿emia  mererentur^ 
sunt  eledíi.  Yo  tengo  por 
mis  autorizado  el  Oficio  que 
la  Iglesia  Gótica  de  España 
hacía  en  la  Fiesta  de  estos 
Santos  Martyres ,  en  cuya 
Misa  se  afirma  expresamen- 
te ,  que  sin  haber  sido  ins- 
truidos antes  en  los  rudi- 
mentos de  la  Fé  ,  ni  tenido 
conocimiento  de  las  Santas 
Escrituras  ,  fueron  inspira- 
dos interiormente  por  Dios, 
y  se  convirtieron  de  repen- 
te ,  dejando  la  milicia  del 
siglo  ,  y  abrazando  la  de 
Chris- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       279 


Christo.  Prudencio  indica 
también  esto  mismo  dicien- 
do, que  nuestros  Soldados  no 
vivian  ociosos ,  sino  emplea- 
dos en  el  arte  y  duro  eger- 
cicio  militar  ,  quando  Jesu- 
Christo  los  llamó  á  la  Mili- 
cia celestial  y  eterna  ,  y 
que  desde  entonces  empezó 
á  egercitarse  en  el  servicio 
de  Dios  aquel  mismo  valor, 
que  hasta  alli  se  habia  ocu- 
pado en  las  guerras  y  armas 
del  Emperador  de  la  tierra. 
De  aqui  se  forma  otro  efi- 
caz argumento  de  que  Eme- 
terio  ,  y  Celedonio  no  fue- 
ron hijos  de  S.  Marcelo ,  y 
S.  Nona  ,  como  han  creído 
los  Autores  arriba  citados; 
pues  á  haberlo  sido  ,  no  po- 
drian  menos  de  tener  noti- 
cia de  los  principales  Mys- 
terios.  de  la  Religión  Chris- 
liana  ,  de  cuyo  conocimien- 
to carecían  enteramente  se- 
gún el  Misal  Gótico  :  Ad  no- 
va príPÜa  repente  eo^versi 
sunt ,  quos  nec pri>nceva  c?t ci- 
te fides  insinúala  per dbciiit^ 
nec  divinorum  virtus    ops- 


rum  ,  nec  Sacrarum  Littera- 
rum  cognitio  ,  sed  á  te  nutu 
abdito  inspirad  martyrii  ar* 
dor  accendit, 

8  Asi  que  percibieron 
en  sus  corazones  el  llama- 
miento de  Christo  ,  desam- 
pararon las  vanderas  Roma- 
nas ,  y  se  abrazaron  con  la 
Cruz  ,  estimando  mas  ,  dice 
Prudencio  ,  aquel  insigne  le- 
ño ,  que  venció  al  dragón 
infernal  ,  que  los  estandar- 
tes ,  en  que  para  terror  de 
los  enemigos  solian  los  Ro^ 
manos  entreteger  figuras  de 
dragones.  Lo  mismo  fue  re- 
cibir la  luz  del  cielo  ,  que 
tener  por  bajeza  indigna  de 
sus  personas  ocupar  sus  ma- 
nos en  llevar  lanzas  ,  en 
abrir  muros ,  en  hacer  fosos, 
en  mancharse  con  la  sangre 
de  sus  prógimos.  En  esta  no- 
ticia proceden  conformes  el 
Misal  Gótico  ,  y  Prudencio. 
El  primero  dice  :  Projiciunf 
pila^  signa  destiiuunt  ^iB  ad 
ccel  stem  procin&um  ,  quem 
priits  non  noverant  ,  inci" 
tantur.  El  segundo: 


Cíe  saris  vexilla  Unquunt^eligunt  sigtium  Crucisi 
Proque  ventosis  draconum  ,  quos  gerebant ,  pallih^ 
Frceferunt  insigne  lignum^  quod  draconem  subdidit, 

9    De  los  quales  versos    se  colige  también  ,  que  los 

San- 


2  8o  España  Sagrada 
Santos  llegaron  á  ser  Alfére- 
ces de  la  Lecjion  Vil.  Geini- 
na,  á  quienes  los  Romanos 
ll.::n:iban  üracoiiarios  ,coino 
dice  Vegecio  ii.  7.  Signi- 
feri  ,  quí  signa  portant, 
^uos  nunc  draconarios  vo- 
cant,  Y  dióseles  este  nom- 
bre, porque  las  vanderas  que 


.  Traf.6^,  Cap.  19. 
llevaban  tenían  ,  como  fie 
dicho  ,  entretegidas  algunas 
figuras  de  dragones,  que  por 
eso  las  llama  Prudencio: 
[Rentosa  pallia  draconum.  Lo 
mismo  se  colige  de  loque, 
según  este  Poeta  ,  decían  los 
Santos  á  los  Tiranos. 


Ite  signofum  magistri :  í?  vos  trihuni  ahsistite^ 
Áureos  auferte  torques. 


Porque  era  costumbre, 
que  los  Alféreces  trajesen 
por  insignia  de  su  grado 
collares  de  oro.  Mauras 
fiomine  q'iid.vn  ^  dice  Amia- 
no  ,  postea  Comes  ,  tune  has- 
tatas  ,  abstracium  sibi  tor- 
qtiem  ,  quo  ut  Draconarius 
titehatiir  ,  capiti  Juliani  im- 
posuit, 

10  El  Breviario  antiguo 
de  Monte  Aragón  les  atri- 
buye también  el  grado  de 
Alféreces  en  el  Responsorio 
de  la  Lección  quarta  del  Ofi- 
cio ,  que  dice  asi :  yiri  for- 
tes ,  S  strenui  regís  teme 
signiferi ,  confortati  in  Do- 
mino ,  linquenfes  sa^cularia 
signa  \  sumunt  c¿ü!estia. 

■Martyrio  de  los  Santos. 

íi     Todos  los  que  tratan 


de  nuestros  Martyres  convie- 
nen,en  que  al  tiempo  en  que 
se  levantó  la  persecución  con- 
fesaban ya  la  Fé  deChristo, 
y  residían  en  la  Ciudad ,  que 
habia  sido  destinada  para  su 
Legión.  Pero  se  advierte  en- 
tre ellos    notable    variedai 
acerca  del   pueblo  ,  en  que 
fueron   aprisionados  ,  y  em- 
pezaron á  sufrir  los  tormen- 
tos del  martyrio.  Algunos  es- 
criben, que  sabiendo  los  San- 
tos como  losChristianos  eran 
perseguidos  en  Calahorra  ,  y 
que  allí  se  les  ofrecía  oportu- 
nidad de  conseguir  la  palma 
que  deseaban ,  les  pareció  que 
su  Fé  para  con  Dios  no  era 
muy  encendida  ,  si  ellos  mis- 
mos no  iban  sin  ser  buscados 
a  confesarla  en  presencia  de 
los  tiranos  Asterio  ,  y  Máxi- 
mo ,  que   pretendían  extin- 
guir- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,  281 
jjDTla  en  aquella  Ciudad.  Es-  Emeterio  v  Celedonio  milí^ 
ta  opinión  puede  confirmarse 
coíj  la  autoridad  de  algunos 
Breviarios  de  las  Iglesias  de 
Espaíia  ,  que  la  testifican  ex- 
presamente ,  como  el  de 
Huesca  y  Jaca,  que  en  la  se- 
gunda lección  dice  :  Tune 
Emetherius  ^  Celedonius  ad 
desiderium  florentis  palmee^ 
passionemque  venerunt  non 
^ucesiti.  Y  el  Hispalense: 
Igitur  ad  civitatem  Cala- 
gurritanam  sponte  venientes, 
&c.  Otros  dicen  ,  que  fue- 
ron arrastrados  en  León  ,  y 
que  después  de  padecer  gra- 
ves tormentos  en  esta  Ciu- 
dad ,  fueron  llevados  á  Ca- 
lahorra. Autorizase  este  dic- 
tamen con  los  Martyrologios 
de  Usuardo  y  Adon  ,  cuyas 
palabras  se  leen  también  en 
el  Romano. 

1 2  Esta  variedad  no  con- 
siste sino  en  que  ,  discur- 
riendo el  Autor  de  las  Adas 
mas  antiguas  sobre  este  pun- 
to ,  quiso  celebrar  á  los 
Santos  Martyres  ,  estable- 
ciendo dos  congeturas,  de  las 
quales  los  posteriores  toma- 
ron la  que  les  pareció  mas 
verisimi!.  Habiendo  pues 
aquel  antiquísimo  Escritor 
referido  la  tradición  que  du- 
raba en  su  tiempo ,  de  que 

Toffh  XXXllL 


taron  en  la  Ciudad  de  León, 
y  queriendo  referir  ya  su 
martyrio ,  se  queja  de  la 
ignorancia  que  entonces  se 
tenia  sobre  si  los  Santos  fue- 
ron conocidos  por  las  virtu- 
des Christianas  ,  que  praéli- 
caron  antes  de  la  persecu- 
ción ,  ó  si  excitados  ó  encen- 
didos repentinamente  por  la 
divina  gracia  ,  dejaron  las 
armas  y  se  ofrecieron  gus- 
tosamente á  los  tormentos. 
Propone  luego  una  question 
en  esta  forma  :  ¿  Como  cree- 
remos que  Calahorra  fue  el 
lugar  del  martyrio  de  estos 
Santos,  estando  tan  distante 
esta  Ciudad  de  la  de  León, 
donde  ellos  residían?  ¿Dire- 
mos que  fueron  traídos  vio- 
lentamente ,  ó  que  vinieron 
por  su  propria  voluntad?  Y 
porque  no  tenia  noticia  ni 
de  uno  ni  de  otro ,  tomi  el 
partido  de  elogiar  á  los  Mar- 
tyres, proponiendo  su  con- 
getura  por  ambas  partes ,  y 
preparándose  para  el  elogio 
con  estas  palabras:  Canjee^ 
turam  sensus  in  utrumque 
mittamu9  ,  ut  ubique  precia- 
rum ,  &  subVme  cernamus 
insigne.  Coligese  pues  ,  que 
en  la  edad  del  Autor  de  las 
referidas  Adas  no  había  tra- 
Na  di- 


•2  8  a      .  España  Sagrada 

dicion  de  qué  los  Santos 
Ala^rtyres  fueron  arrestados 
en  León  ,  y  empezaron  á 
padecer  en  esta  Ciudad  su 
:glorioso  martyrio  :  ni  tam- 
•poco  de  que  ellos  por  sí  mis- 
inos se  fueron  á  Calahorra, 
y  se  presentaron  á  los  jueces. 
Y  por  tanto  que  los  Auto- 
res del  tiempo  posterior  no 
tubieron  mas  fundamento, 
para  lo  que  establecieron  en 
este  asunto  ,  que  su  propria 
piedad  ,  por  la  qual  se  incli- 
naron mas  á  uno  de  los  miem- 
bros de  aquella  congetura, 
resultando  de  aqui  la  diver- 
sidad que  se  nota  en  sus  nar- 
raciones. 

■  13  Prudencio,  que  es  el 
Escritor  mas  cercano  al  mar- 
tyrio de  los  Santos ,  es  quien 
nos  dá  las  mejores  luces  pa- 
ra referir  de  ellos  lo  que  es 
mas  digno  de  crédito.  El 
testifica  primeramente  ,  co- 
mo hemos  visto,  que  hallán- 
dose en  el  estado  mjjitar, 
fueron  llamados  por  Dios  á 
la  Religión  Christiana  ,  y 
que  inmediatamente  renun- 
ciar(!n  las  armas  y  los  hono- 
res que  gozaban  ,  de  mane- 
ra que  los  que  servían  al  Em- 
perador de  Roma  ,  ya  no  se 
ocupaban  sino  en  el  culto  de 
Jesu  Christo.  El  Oficio  Go- 


.  Trat,  6g.  Cap.  1 9. 
tico  cantaba  lo  mismo  ,  es- 
tableciendo su  repentina  con- 
versión  ,  y  con  ella  el  des- 
precio que  hicieron  del  eger. 
cicio,  y  dignidades  militares* 
Por  lo  qual  juzgo  que  la  pri- 
sión de  los  Santos  Martyres 
fue  en  tiempo  ,  en  que  esta- 
ban ya  separados  de  la  mi- 
licia ,  y  efedo  de  esta  mis- 
ma separación  ,  y  de  la  nue- 
va vida  que  hacían.  En  cuyo 
supuesto  falta  también  la  ra- 
zón única  ,  que  han  tenido 
los  Autores ,  para  inclinarse 
á  que  residían  en  León  ,  y 
que  allí  empezaron  los  tor- 
mentos del  martyrio.  Fuera 
de  esto  ,  aun  quando  se  le- 
vantase la  persecución  ,  es- 
tando anualmente  agrega- 
dos á  la  Legión  ,  en  que  ser-» 
vían  ,  no  podemos  inferir  de 
aqui  ,  que  residían  en  aque- 
lla Ciudad  ,  porque  es  cons- 
tante que  las  Legiones  esta- 
ban destinadas  para  la  con- 
servación y  tranquilidad  de 
las  provincias  del  Imperio, 
y  que  para  este  fin  se  re-í 
partían  los  Soldados  Legio- 
narios por  varias  Regiones  y 
Ciudades  según  la  necesidad 
de  cada  una  de  ellas.  Asi  que 
no  hay  fundamento  para  de- 
terminar el' pueblo  ,  en  que 
vivian  los  Santos  al  tiempo 
de 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,      283 
de  su  prisión  ,  y    parece  mas     de  el  principio  la  suma  de 


verisímil,  que  residirian  en 
Calahorra  ,  Ciudad  que  con- 
sagraron con  su  precioso 
martyrio  ,  ó  porque  la  eli- 
gieron para  su  morada  des- 
pués de  apartarse  de  la  mi- 
licia ,  ó  porque  siendo  aun 
militares  ,  fueron  remitidos 
á  esta  Ciudad  por  el  Legado 
Consular  ó  el  Prefeáo  de  su 
Legión  ,  á  quien  tocaba  re- 
partir los  Soldados  por  los 
distritos  de  su  jurisdicción. 

14  Por  buena  dicha  de 
nuestros  Santos  Soldados  ,  di- 
ce el  mismo  Prudencio  ,  su- 
cedió que  en  aquel  tiempo, 
en  que  ellos  se  convirtieron 
á  Christo  ,  y  dejaron  las  ar- 
mas ,  habia  dado  el  Empe- 
rador un  Decreto  ,  por  el 
qual  mandaba  que  todos  los 
Christianos  (el  Poeta  los  lla^ 
ma  hijos  segundos  de  Israel, 
por  haber  sucedido  á  los  Ju- 
díos en  el  culto  de  Dios)  sa- 
crificasen á  los  ídolos ,  apos- 
tatando de  la  Religión  de  Je- 
su  Christo.  Por  esta  causa 
celebra  el  Misal  Gótico  la 
feliz  suerte  de  estos  Santos; 
porque  ofreciéndoseles  tan 
presto  la  ocasión  de  pade- 
cer martyrio  ,  fue  lo  mismo 
que  empezar  su  carrera  por 
el  termino  ,  y  alcanzar  des- 


la  perfección.  Primor  di  a  in 
terminis  ponunt ,  &  quod  est 
jfjnis  ,  incipiímt,  Initiis  suis 
perfediionis  summam  rapiunt^ 
&  fidem  martyrii  auspicari' 
tur, 

15  Se  cansará  vanamen-» 
te  el  que  pretendiere  averi- 
guar el  tiempo  de  esta  per- 
secución ;  pues  unos  la  po- 
nen en  los  años  de  298.  otros 
como  el  Breviario  citado  de 
Monte  Aragón  cerca  del  año 
de  257.  y  otros  confiesan  Ja 
ignorancia,que  se  tenia  sobre 
este  asunto  ,  como  el  Brevia- 
rio de  la  Santa  Iglesia  de 
Burgos.  Lo  cierto  es  ,  que 
fue  .  una  de  las  generales, 
como  se  colige  de  la  pintu- 
ra que  de  ella  hace  Pruden- 
cio ;  y  puede  creerse  tam- 
bién ,  que  fue  de  las  prime- 
ras en  vista  de  las  expresio- 
nes ,  de  que  usa  este  Poeta, 
las  quales  indican  que  habiü 
pasado  mucho  tiempo  desJe 
la  dicha  persecución  hasta 
su  edad  ,  como  quando  di- 
ce :  O  vetustatis  silentis  ob^ 
soleta  oblivio  :  y  aquello: 
Hoc  tamen  solum  vetusta 
subtrahunt  siJentia,  Y  final- 
mente :  Illa  laus  occulta  non 
est  ,  nec  senescit  tempore. 
Es  también  indubitable ,  que 
Nn  2  fue 


^84  España  Sagrada. 
fue  anterior  á  la  de  Diocle - 
ciano  y  Maximiano  ,  por- 
que como  ya  he  dicho  ,  el 
martyrio  de  estos  Santos  era 
el  único  de  que  los  antiguos 
tenían  noticia  haber  sucedi- 
do en  aquella  persecución, 
como  testifica  el  Autor  de 
las  Adas  diciendo:  lllud  quo 
¡oco  ponendum  est  ,  quod 
temporis  illius  nemo  Martyr 
filius  invenitur^  Quantum 
tune  crcdimus  ad  iram  per- 
sccutoris  adje&um  ,  quod  hi 
tantum  ,  cundils  Deum  ne- 
gantibus  ,  confitenturl: 

16  En  esta  persecución 
pues  decretada  por  el  Em- 
perador ,  y  cuyo  tiempo  ca- 
llan todos  los  antiguos  ,  se 
íntimo  el  impio  ediélo  á  los 
Santos  hermanos  Emeterio 
y  Celedonio  ,  porque  como 
habían  renunciado  la  mili- 
cia ,  y  observaban  publica- 
mente las  costumbres  de  los 
Christianos  ,  no  podían  los 
Gentiles  ignorar ,  que  debían 
ser  comprehendidos  en  el 
Decreto  Imperial.  Argüyé- 
ronlos al  mismo  tiempo  de 
infieles  ,  porque  se  apartaron 
de  las  vanderas  Romanas, 
solo  por  seguir  una  seda  vil 
y  despreciable.  Y  querien- 
do atraerlos  primero  con  al- 
hagos  y  premios ,  les  cfre- 


Trat,  69.  Cap,  1 9. 
cieron  riquezas  y  honores 
militares  ,  si  dejaban  la  nue- 
va Religión  que  seguían  ,  y 
se  alistaban  otra  vez  en  la 
Legión  á  que  estubieron 
agregados.  Oídas  las  sacrile- 
gas ofertas ,  se  encendieron 
mucho  mas  en  el  amor  de 
Christo  ,  como  dice  Pruden- 
cio ,  aquellos  dos  santos  pe- 
chos ,  que  en  todo  tiempo 
estuvieron  unidos  con  la  mas 
constante  y  fiel  concordia. 
Y  aparejados  á  sufrir  por 
su  Amado  todos  los  tormen- 
tos ,  que  podia  inventar  la 
malicia  y  furor  de  los  Tira- 
nos ,  respondieron  con  estas 
sentencias  que  les  didó  en- 
tonces el  Espíritu  Santo.  ¿Se- 
rá bueno  que  nosotros  ,  que 
por  la  santa  y  celestial  re- 
generación participamos  la 
vida  y  espíritu  de  Christo, 
y  por  el  don  divino  que  re- 
cibimos somos  hijos  suyos^ 
nos  abracemos  ahora  con  las 
vanas  riquezas  del  mundo ,  y 
llevando  impresa  en  nues- 
tras almas  la  imagen  del 
Criador  y  Señor  de  todas  las 
cosas  ,  volvamos  á  ser  sier- 
vos á^i  mundo  ,  que  renun- 
ciamo"?  por  la  nueva  profe- 
sión? De  ningún  modo  con- 
sentiremos que  la  luz  sobre- 
natural ,  que  nos  ilumina  ,  y 

el 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       i  8  5 
el  fuego   celestial   que    nos    en  que    está   sentado  como 
abrasa  ,  se    mezcle  con  la     Rey  de  Reyes  ,  condena  ,  ó 
obscura  y  fria  noche  del  er-     Romanos  ,  vuestras  infames 


ror.  Bastante  es  ,  que  nues- 
tra primera  vida  se  ha  em- 
pleado en  servicio  del  Em- 
perador de  la  tierra  ,  cum- 
pliendo con  toda  exaditud 
las  obligaciones  de  la  mili- 
cia :  tiempo  es  ya  de  que 
consagremos  á  Dios  lo  que 
es  tan  suyo  como  la  vida  ,  y 
quanto  por  su  inmensa  li- 
beralidad tenemos  y  somos. 
Apartaos  pues  muy  lejos  de 
nosotros  ,  honores  militares 
y  collares  de  oro  ,  que  no 
son  mas  que  precios   vani- 


deidades ,  y  á  vosotros  tam- 
bién ,  ó  necios ,  que  os  fingís 
á  vuestro  arbitrio  dioses 
monstruosos  y  ridiculos. 

17  Vista  la  invencible 
constancia  de  los  Soldados 
de  Jesu  Christo  ,  les  ataron 
las  manos  ,  y  echaron  á  sus 
cuellos  muy  pesadas  cade- 
nas de  hierro  ;  á  lo  que  si- 
guieron luego  los  tormentos 
mas  crueles  ,  que  entonces 
se  usaban  contra  los  Chris- 
tianos.  La  tradicion,que  des- 
de aquel  tiempo  se  conser- 


simes  de  gente  herida  en  las    vó  en  la  Iglesia  ,  es  ,  que  el 
sangrientas    y    abominables    martyrio  de  estos  Santos  fue 


guerras  del  mundo.  Otros 
iTaas  excelentes  y  soberanos 
estipendios  nos  llaman  y  ro- 
ban nuestras  atenciones  ,  y 
son  los  mismos  que  sin  te- 
xiior  de  perderlos  gozan  los 
Angeles  en  el  cielo.  Alli  es- 
tá Christo  presidiendo  á  las 
Cohortes  de  los  bienaventu- 
rados ,  cuyo  adorno  consis- 
te en  vestiduras  blancas  y 
resplandecientes  de  gloria; 
y  desde    el  altisimo   trono. 


uno  de  los  mas  crueles ,  que 
se  vieron  en  aquellos  prime- 
ros siglos  de  nuestra  Reli- 
gión. Por  eso,  ignorando  los 
Escritores  antiguos  los  gene- 
ros  de  penas  que  padecie- 
ron ,  se  contentaron  con  de- 
clararlos ,  usando  de  expre- 
siones generales  ,  pero  exa- 
gerativas.  Prudencio  las  com- 
prehendió  brevemente  en  es- 
tos versos. 


H<ec  loquentes  obruuntur  mille  pcems  Martyren 
Nexibus  manus  ut rasque  flexus  involvit  rigor ^ 
Et  cbuljhs  atlrita  colla  grai'ibus  ambit  circidis. 

Vean- 


i  8  5      España  Sagrada, 
1 8      Véanse   también  los 
discursos  ,  que  hicieron  los 
Autores  de   las  Adas ,  y  del 
Oficio  Gótico  ,  que  ponemos 
en  el  Apéndice.  El  Compen- 
dio Burgense  ,  impreso  por 
Bolando,  testifica  asi  la  tra- 
dición como  la  ninguna  no- 
ticia que    tenia  de  las   cir- 
cunstancias particulares  del 
martyrio  :  Nostrorum  non- 
nuil  a  incuria  ,    sed  ethnico- 
rum  summo  s célere  t^  inali- 
tia  fj^um  est ,  uí   Emicbe- 
rii    &     Celedona    fratrum 
Mjrtyrum    prfesíantissimo- 
rum  ortus  ,  nataíeque  solum^ 
tum  etiam  tempus  maríyrii^ 
generaque  tormentorum^  quí^ 
memoria  á  patribus  in  filias 
derivata  tenet  fuisse   airo- 
cissima  ,  penltus  obliterata^ 
incompertaque  sint» 

19  El  mismo  cuidado  de 
los  Jueces  en  quemar  las  Ac- 
tas arguye  ,  que  por  haber 
sido  tan  inauditas  y  bestia  ■ 
les  las  penas,  conque  afli- 
gieron á  los  Santos ,  tubieron 
vergüenza  de  que  se  publi- 
casen;  consideración  que  con 
grande  agudeza  hace  el  Ofi- 
cio Gótico  citado  :  Nibil  non 
cruentum  in  M.irtyres  potuit 
inferre  ,  qui  suam  savitiam 
puduit  publicare. 


Trat.  6^.  Cap,  19. 

20  Siendo  cierto  que  tor- 
dos los  Escritores  antiguos 
confiesan  su  ignorancia  acer- 
ca de  las  particularidades  de 
este  célebre  martyrio  ,  se 
puede  entender  ,  que  asenso 
se  deberá  dar  á  los  moder- 
nos ,  que  las  representan  tan 
individualmente,  como  po- 
drían si  hubiesen  sido  tes- 
tigos oculares,  ó  á  lo  me-» 
nos  leido  algunas  de  las  Ac* 
tas  ,  que  los  tiranos  arroja- 
ron al  fuego.  No  pongo  eri 
el  número  de  estos  á  Am- 
brosio de  Morales  ,  porque 
á  la  verdad  trata  con  la  de- 
bida moderación  de  los  tor* 
mentos  que  padecieron  es- 
tos Santos  ;  pero  empiezo 
por  él  ,  corrigiendo  una  no- 
ticia particular  ,  en  que  le 
han  seguido  otros  muchos, 
sin  examinar  primero  el  tex- 
to con  que  pretendió  auto- 
rizarla. Dice  ,  que  el  Poeta 
Prudencio  testifica  que  los 
benditos  Martyres  estubie- 
ron  presos  tanto  tiempo  ,  que 
les  creció  muy  largo  el  ca- 
bello ;  pero  se  equivocó  sin 
duda  en  la  inteligencia  de 
los  versos ;  porque  lejos  de 
lo  que  pone  Morales  ,  dice 
expresamente  ,  que  una  de 
las  circunstancias  que  se  ig- 
no- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.      287 
inoraban  ,  á  causa  del  silen-    tiempo  que  duró  la  prisión* 
CIO  de  los  antiguos  ,  era  el 

fíoc  tamen  solum  vetusta  suhtrahtint  silentia, 
jfugibus  longum  catenis  an  capillum  paverint* 


nt  Añade  á  esto  ,  que 
tampoco  se  sabía  :  Quo  vi- 
ros  dolore  tortor^  quave  pom- 
pa ornaverit.  Y  este  testi- 
monio con  los  demás  ,  que 
he  puesto  de  los  Escritores 
mas  graves  ,  reprehende  sin 
duda  la  temeridad  con  que 
los  de  nuestros  siglos  cuen- 
tan en  particular  las  penas 
enormes ,  que  padecieron  los 
Santos  ,  y  las  maravillas  que 
acaecieron  en  su  martyrio. 
Tales  son  el  P.  Fr.  Salvador 
Pons  en  la  vida  que  estam- 
pó en  Tarragona  en  el  año 
de  1594.  Domenec  en  su 
Historia  general  de  les  San- 
tos ,  y  Varones  ilustres  en 
santidad  del  Princpac'o  de 
Cat.  luf-a  ,  á  quií  r¡(s  sigue  y 
cita  el  Rev.  Jo^ef  I^nrcio 
Abad  ,  Prestyttio  y  F(.(flcr 
de  la  Iglesia  Píirrí  qt-al  c'e 
S.  Juan  Eaptista  de  Bcigús 
en  la  Historia  de  tst{  s  San 
tes  ,  impresa  en  Cervera  año 
de  1778.  Estos  pues  ,  ade- 
n  as  de  referir  por  su  or- 
den los  tormentes  ,  dicen 
que  no    habiendo   ya  lugar 


en  los  benditos  cuerpos  don- 
de los  tiranos  pudiesen  eger- 
citar  su  fuerza  ,  San  Cele- 
donio hizo  una  humilde  ora- 
ción diciendo  :  Mi  Dios  y 
Señor  Jesu  Christo  ,  pues  yo 
padezco  este  martyrio  á 
honra  y  gloria  vuestra  ,  os 
suplico  que  seáis  servido  de 
abrir  los  ojos  del  alma  á  es- 
tos que  me  atormentan,  para 
que  entiendan  claramente, 
que  no  hay  otro  Dios  sino 
vos.  Que  hecha  esta  oración 
bajó  una  claridad  y  resplan- 
dor ,  que  cubriendo  los  cuer- 
pos de  los  Santos ,  les  curó 
todas  sus  llagas  ,  y  que  al 
mismo  tiem.po  se  oyó  una 
voz  del  cielo  que  decia:  Buen 
animo,  Celedonio.  Sé  ccns- 
tante  y  firme  en  la  Fé  ,  por- 
que le  hago  saber  ,  que  pues 
AGlurtarJamcnte  te  has  of.e- 
cido  al  mjarryrio  per  mí 
amor,tii  y  ru  hermano  Eme- 
terio  seréis  colocados  en 
uro  de  los  principales  luga- 
res que  yo  tengo  en  el  cie- 
lo. QxiQ  curados  los  Santos 
de  sus  llagas ,  reprehendió 
el 


^88      España  Sagrada.  Trat,  69.  Cap.  19. 


el  tirano  á  sus  ministros ,  de 
que  no  supiesen  vencer  á  dos 
hombres,  y  que  luego  em- 
pezó otro  nuevo  martyrio, 
en  que  perseveraron  hasta 
que  de9engañ;idos  de  que  no 
podían  quebrantar  la  forta- 
leza y  constancia  de  los  Mir- 
tyres  ,  les  mandó  el  juez  que 
los  degollasen. 

22  Es  muy  creíble  ,  que 
estos  Santos  padecieron  los 
tormentos  que  pintan  estos 
Autores ,  y  asimismo  que  re- 
cibieron del  cielo  particula- 
res consuelos  coi  que  fue- 
sen mas  fortalecidos  en  la 
Fé  ,  y  mas  confirmados  en 
el  amor  de  Dios.  Pero  con- 
fesando todos  los  Escritores 
antiguos  su  ignorancia  ,  de- 
bían los  modernos  abstener- 
se de  referirlos  historial- 
mente  ,  sabiendo  que  no  es 
proprio  del  Historiador  dar 
por  ciertos  los  sucesos ,  solo 
por  lo  que  tienen  de  posi- 
bles. Asi  lo  hizo  el  Autor 
de  las  primeras  Aélas  del 
Apéndice  ;  pues  aunque  su 
devoción  le  incitaba  á  decir 
mucho  de  los   Santos  Mar- 


tyres  ,  entra  suponiendo  el 
silencio  antiguo ,  que  le  ocul- 
taba sus  hechos  particula- 
res ,  y  solo  se  extiende  á  for- 
mar un  discurso  piadoso ,  en 
que  sin  determinar  las  cosas 
que  pasaron  en  su  martyrio, 
declara  con  expresiones  de 
corigetura  las  que  creía  ve- 
risímiles. Resta  pues  ,  que  el 
tiempo  y  el  orden  ,  y  las 
especies  de  tormentos  se  han 
borrado  enteramente  de  la 
memoria  de  los  hombres, 
como  se  dice  en  las  tablas 
Eclesiásticas  de  la  santa  Igle- 
sia de  Birgos  ,  que  se  pon- 
drán también  en  el  Apéndi- 
ce :  y  que  solo  tenemos  la 
tradición  ,  de  que  el  mar- 
tyrio de  los  Santos  Emete- 
rio  y  Celedonio  fue  cruelísi- 
mo ,  y  por  eso  de  los  mas 
insignes  de  los  primeros  si- 
glos de  la  Religión  Christia- 
na  ;  por  lo  que  tenemos  solo 
muy  justo  motivo  de  llorar 
la  pérdida  de  las  Adtas  ,  y 
el  olvido  que  de  ella  resul- 
tó en  los  fieles  ,  imitando 
al  piadoso  Prudencio. 


O  vetustatis  silentis  obsoleta  ohlivio\ 
Invidentur  ista  nobis  ,  fama  &  ipsa  extinguitur. 


PRO- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       c8p 


'PRODIGIOS  QUE  PAR.A 

gloría  de  los  Santos  Márti- 
res ,  y   para   testimonio   de 
nuestra    santa   Religión 
obró  Dios  al  tiempo 
de  su  muerte. 

23  Con  gran  discreción 
celebra  el  Oficio  Gótico  de 
los  Santos  Martyres  ,  que  sin 
embargo  de  la  solicitud  y 
astucia  ,  con  que  los  genti- 
les pretendieron  borrar  en- 
teramente la  memoria  de 
tan  insigne  martyrio ,  que- 
dó impresa  en  los  ánimos 
de  los  que  estubieron  pre- 
sentes una  maravilla  que  to- 
dos vieron  ,  y  no  pudieron 
menos  de  confesar.  Frau- 
dantur  annalia  :  mirabilia 
perseverant.  Delentur  pagi- 
na; :  mansere  virtuíes  :  ser- 
vavit  fides  majora  ,  quam 
perdidit.  Dice  que  retubo 
la  Fé  mayores  cosas  ,  que 
las  que  perdió  por  el  agudo 
y  malicioso  ingenio  de  los 
tiranos  ;  porque  una  mara- 
villa y  milagro  tan  gran- 
de ,  y  que  se  hizo  á  vista 
de  todos  fieles  ,  é  infieles, 
no  solo  era  parte  para 
la  conversión  de  la  genti- 
lidad de  Calahorra  ,  sino 
que  publicada  por  otras  Ciu- 

Tom.XXXIir. 


dades  y  regiones ,  y  conser* 
vada  en  la  memoria  de  los 
hombres  ,  convencía  eviden- 
temente la  infidelidad  ,  y 
comprobaba  la  verdad  de  la 
Religión  Christiana.  El  caso 
pues  se  halla  autenticado 
por  Prudencio  ,  y  los  Escri- 
tores ,  Martyrologios  y  Bre- 
viarios antiguos  ,  que  lo  re- 
fieren de  este  modo.  Viendo 
ya  los  jueces ,  que  á  los  mi- 
nistros de  su  impiedad  les 
faltaban  fuerzas  para  conti- 
nuar los  tormentos ,  y  que 
creciendo  estos  crecia  tam- 
bién el  valor  y  constancia 
de  Emeterio  y  Celedonio, 
dieron  por  ultimo  sentencia 
de  que  les  cortasen  las  cabe- 
zas. Habiéndolos  pues  con- 
ducido al  lugar  del  supli- 
cio, los  Santos,  inspirados  de 
Dios  ,  quisieron  antes  de 
ofrecer  sus  cervices  hacec 
al  pueblo  un  argumento  ne- 
cesario y  clarísimo  ,  que  les 
pusiese  fuera  de  toda  duda 
la  verdad  de  la  Fé  que  ha- 
blan profesado  ,  y  por  cuya 
confesión  esperaban  ,  que  asi 
que  muriesen  serían  sus  al- 
mas colocadas  en  el  cielo, 
adonde  primero  enviaban 
ellos  sus  dones.  Sacó  uno  el 
anillo  de  oro  que  tenia  ,  y 
el  otro  el  lienzo  blanco  de 
Oo  que 


2  90  EspSiña  Sagrada, 
que  usaba  para  limpiar  el 
rostro  ,  que  sueltos  de  las 
manos  fueron  recibidos  por 
un  ayre  suave  ,  y  blando, 
que  levantándolos  derecha- 
ícente  acia  el  cielo  ,  los  lle- 
vaba lentamente  ,  de  mane- 
ra que  todos  vieron  por  lar- 
go tiempo  el  resplandor  del 
oro  ,  y  la  blancura  del  pa- 
ñuelo ,  hasta  que  perdiéndo- 
se de  vista  penetraron  los 
astros,  como  joyas  que  Dios 
aceptaba  ,  no  por  su  precio- 
sidad, sino  por  el  mérito  de 
la  virtud  que  los  ofrecía. 
Quedaron  admirados  todos 
los  que  se  hallaron  presen- 
tes con  un  prodigio  tan  ex- 
traordinario y  visible,  y  aun 
€l  mismo  verdugo  ,  que  ha- 
bla deegecutar  la  sentencia, 
se  llenó  de  pasmo  en  tanto 
grado  ,  que  perdió  su  color 
natural  ,  y  se  cubrió  de  pali- 
<iéz  ,  ni  pudo  hacer  su  ofi- 
cio por  algún  espacio  de 
tiempo,  el  qual  pasado  dio 
finalmente  el  golpe  ,  que- 
riéndolo asi  Dios,  para  que 
sus  Siervos  empezasen  luego 
á  gozar  de  la  gloria  cor- 
respondiente á  sus  méritos 
y   pasión. 

24  No  son  tan  autén- 
ticos otros  dos  milagros,  que 
trae  el  libro  de  ia  historia 


Trat.  6g  Cap,  19. 
de  estos  Santos ,  que  se  guar- 
da   en    el    Archivo     de    la 
Catedral  de  Calahorra  cita- 
do  por  el   R.  Josef  Ii;nacio 
Abad  en  la  pag.  59.   El  pri- 
mero es,  que  habiendo  pues- 
to   el    verdugo  á    sus  pies 
las  cabezas    de  los    Santos, 
e'los  las  tomaron  en  sus  ma- 
nos ,  é  imitando  á  S.  Dioni- 
sio ,  empezaron   á  predicar 
la  Fé  Católica  ,  perseveran- 
do en  esta  acción  estupenda 
hasta  que  los  jueces  manda- 
ron arrojar  al  rio  las  cabe- 
zas ,   lo   qual    hecho   murió 
el  ministro  ejecutor  ,  pade- 
ciendo terribles  dolores  ,  y 
dando  furiosos  gritos ,  como 
se  dice  en  el   rezo  antiguo, 
que    la   misma   Iglesia  con- 
serva escrito  en  pergamino, 
y   es    tradición   creida    por 
toda  aquella  Ciudad.  El  se- 
gundo es  ,  que    echadas  las 
cabezas  en  el  rio,  ellas  por 
sí  mismas  se  pusieron  en  una 
nasa  de  juncos  ó   vimbres, 
en  que  como  otro    Moysés 
bajaron  al  Ebro  ,  cuyas  cor- 
rientes siguieron  hasta  Tor- 
tosa,  desde  donde   tomaron 
el   rumbo  del    estrecho    de 
Gibraltar  ,   y    dando  vuelta 
á  casi  toda  nuestra  penínsu- 
la, vinieron  al  océano  Can- 
tábrico ,  y  se  pararon  en  el 
puer- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.        *i  9  i 
puerto  ,  donde  se  fundó  des-     estos  dos  milagros,  que  cuen 


pues  la  Ciudad  de  Santan- 
der ,  en  cuya  Iglesia  están 
depositadas  y  veneradas  con 
gran  devoción. 

25     Digo  pues  ,  que  estos 
milagros  no  son  tan  autén- 
ticos ,  ni  merecen  entrar  en 
cuenta  con  el  otro  del  ani- 
llo ,   y  del  pañuelo  ;  porque 
éste    consta   por    medio    de 
una      tradición     continuada 
desde  el  martyrio  de  los  San- 
tos hasta   nuestros  tiempos, 
y  autorizada  por  los  Escri- 
tores mas  remotos ,  y  gra- 
ves ;  pero  los  dos  últimos  se 
hallan  destituidos  de  prueba 
legitima  :  y  el  silencio,  que 
acerca  de  ellos  noto  en  los 
antiguos ,  me  persuade  ,  que 
han  sido  inventados  muchos 
siglos  después,  y  que  no  de- 
ben adoptarse  con  facilidad. 
Porque  si  lo  único  que  Pru- 
dencio ,  S.   Isidoro  ,  S.  Gre- 
gorio Turonense  ,  el  Autor 
de  las  Aíías  ,  y  otros  han 
tenido    que    celebrar    como 
reservado  de  la  astuta  y  ma- 
liciosa intención  de  los  tira- 
nos ,  que  pretendieron  extin- 
guir la  memoria  de  los   su- 
cesos de  este  martyrio  ,  es 
el    prodigio  que  obró  Dios 
antes    de  la   muerte  de  los 
Santos  ¿como  creeremos  que 


tan  los  modernos  ,  se  fundan 
en  tradición  ,  que  venga  de- 
rivada desde  el  tiempo,  en 
que  los  mismos  Santos  pade- 
cieron? 

26  Hablando  determina- 
damente de  las  sagradas 
cabezas,  Trugillo,  Ambrosio 
de  Morales  ,  Lobera  ,  Padi- 
lla ,  y  otros  afirman  con  unas- 
mismas  palabras,  que  se  ha- 
llaron milagrosamente  en  la 
Abadia  (hoy  Obispado)  de 
Santander  en  la  montaña  ,  y 
que  se  tenia  por  cierto  que 
vinieron  aüi  por  el  mar  mi- 
lagrosamente. Añaden  que 
algunas  escrituras  dan  testi- 
monio de  que  Santander  se 
llamaba  antes  el  puerto  de 
S.  Emeterio  ,  cuyo  vocablo 
se  ha  corrompido  viniendo 
á  decirse  Santander. 

27  Las  Adas  sacadas 
del  Archivo  de  la  Santa  Igle- 
sia de  Burgos  ,  y  puestas 
por  Bolando  en  el  ultimo 
lugar  al  dia  3.  de  Marzo, 
dicen  después  de  referir  el 
martyrio  :  Quorum  corpora 
Calaguricü  ,  capita  vero  in 
cppido  de  Sant  Ander  Colle- 
giata  Eccles'a  Bur^ensis 
Dtoecesis  summa  hominiim 
venerattor-e  sepulta  jacenf. 
Las  mismas  Adas  componen 
Oo  2  las 


España  Sagrada.  Trat.  6(),  Cap.  1 9. 

lecciones  ,  que    el     por   escrituras  del  siglo  12. 


292 

las   seis 

Breviario   Burgense   pone  en 
la   fiesta  de  nuestros  Santos; 
pero   faltan    estas    palabras, 
en    que   se    mencionan    sus 
Reliquias.  Ello  es,  que  todos 
suponen  que  las  santas  cabe 
zas  se  veneran  en  Santander; 
mas  ninguno  ha  podido  ave- 
riguar ,   desde    qué    tiempo 
están  alli  ,   ó    cómo  fueron 
llevadas  y  descubiertas.  Mo- 
rales solo  dice  ,  que    según 
-algunos  se  descubrieron  mi- 
lagrosamente pocos  años  ha- 
bía en  tierra  de  Santander,  y 
que  se  creia  haber  venido  por 
el  mar   hasta  aquel   puerto, 
no  siin  gran  milagro.  Es  cier- 
to que  asi  se  cree  .'comun- 
mente ,  pero  nadie  lo  apoya 
con  testimonio  antiguo ,  por 
€l    qual    conste    el    tiempo 
y  el  modo  ^  y    tengo    por 
cierto  ,    que   el  milagro  que 
se  refiere  de  la  nasa  ,  en  que 
se  metieron  las  santas  cabe- 
zas, y  fueron   por  tan  largo 
rodeo  á  Santander  ,  es  solo 
Silicio  áí¿  los  que  sabido   el 
oescubrimiento  que  se  hizo 
,eri  la  montaña  cerca  de  nues- 
tros siglos,  conge turaron  que 
habria  sucedido   de    aquella 
manera.  Si  el   puerto  expre- 
sado recibió  su   nombre   de 
S.  Emeterio ,  como   parece 


que  cita  el  R.  Florez  en  el 
tom.  27.  pag.  47.  es  proba- 
ble que  desde  muchos  siglos 
á  esta  parte  existen  alli  las 
sagradas  cabezas.  Pero  aun 
esto  es  muy  difícil  de  ave- 
riguar, en  vista  de  la  varie- 
dad con  que  se  nombra  en 
documentos  de  aquel  tiempo 
el  Monasterio  que  alli  esta- 
ba situado  ,  cuyos  Abades 
se  firman  unos  de  S,  Eme- 
terio^ otros  de  S,  yínderio^ 
otros  de  vS".   yin d res. 

28     Finalmente  los  Escri- 
tores antiguos  no  dan  noti- 
cia de  otro    milagro  ,   que 
sucediese     en    el    martyrio, 
sino  del  que  he  puesto  fun- 
dado en  la   tradición  firme, 
constante    ,   y    recibida    de 
quantos    han    mencionado  á 
los  Santos  desde  el  principio 
del  siglo  quinto  hasta  el  pre- 
senté.    Por    esta    razón    no 
me    parece   son    dignos   de 
adoptarse  los  que  solo  cons- 
tan   de    Autores    modernos; 
aunque  podemos  creer  lo  que 
algunos  tienen   por    seguro, 
esto  es ,  que  sucederían  mu- 
chos mas ,   que  se  ignoran. 
Asi  el  Autor  de  las  prime- 
ras  Adas  ,   cuyas    palabras 
pondré  aquí   para  gloria  de 
ip.s  Saiítos  M^rtyres  en  Igggr 
de 


Santos  del  Obispa 
de  los  prodigios  particulares 
que  les  atribuyen  sin  apoyo. 
Puede ^  dice,  tenerse  por  cier- 
to ^  que  en  el  martyrio  de 
estos  Santos  se  obraron  gran 
des  maravillas  ,  pues  tanto 
temió  la  envidia  de  los  gen- 
tiles ,  que  se  extendiese  su 
noticia.  Yo  pienso  que  el  juez 
de  aquel  tiempo  ,  llamando 
secretamente  á  los  compañe- 
ros ,  y  egecutores  de  su  ma- 
licia ,  les  habló  en  esta  for- 
ma: No  podemos  negar  mi- 
nistros mios  los  prodigios 
raros  é  inefables ,  que  á  vista 
de  todo  el  pueblo  se  han 
hecho  en  esta  ocasión.  Noso- 
tros mismos  los  hemos  visto; 
y  aunque  no  clamos  crédito 
á  la  Fé  de  estos  Soldados, 
que  acabamos  de  matar,  pero 
cierto  es  que  estamos  sus- 
pensos ,  y  espantados  de  tan 
grandes  maravillas.  Hemos 
oido  afrentosas  contum.elias 
contra  nosotros  de  unas  len- 
guas constantes  en  la  confe- 
sión de  Christo.  Hemos  vis- 
to, que  losatorm.entados  han 
sido  mas  fuertes  que  los  ator- 
mentadores ,  y  aunque  obe- 
deciendo á  los  edidos  de 
nuestros  Principes  ,  hemos 
puesto  todo  nuestro  conato  y 
esfuerzo  en  añadir  tormentos 
á  tormentos ,  nos  ha  sido  ne- 


do  de  Calahorra.  293 
cesarlo  desistir,no  sin  pública" 
vergüenza  de  nuestra  cruel- 
dad. Ya  que  hemos  padecido 
este  -etnpacho  entre  los  que 
se  hallaron  presentes,  procu- 
remos á  lo  menos  evitar  la 
irrisión  de  los  venideros.  En 
ningún  tiempo  se  lean  estos 
milagros  ,  ni  queden  libros 
que  conserven  su  memoria, 
para  que  la  Fé  de  los  Chris- 
tianos  no  se  confirme  en  ade- 
lante con  egemplos  tan  ra- 
ros, ni  ellos  se  exciten  á  mag- 
nificar la  grandeza  y  gloria 
de  su  Dios  ,  ostentada  en  tan 
ilustre  valor  y  constancia. 
Tenga  á  lo  menos  nuestra 
persecución  esta  ganancia, 
la  que  conseguiremos  sin  du- 
da ,  si  lograremos  abrasar  to- 
do lo  que  se  ha  escrito  de  es^ 
tos  admirables  sucesos. 

LUGAR     EN    QUE 

fueron  sepultados   los   cuer- 
pos de  los  Santos  MartyreSy 
y  milagros   con  que  después 
de  su  muerte  glorificó 
Dios  su  sepulcro. 

29  Aunque  los  gentiles 
se  valieron  de  todos  los  me- 
dios que  les  parecían  condu- 
centes á  inducir  perpetuo  ol- 
vido sobre  las  cosas  de  núes- 
tros  Santos  ,  pero  andubieroii 
muy 


2  94  España  Sagrada, 
muy  neí^ligeiues  en  orden  á 
sus  sagrados  cuerpos  ,  que 
disponiéndolo  asi  Dios  ,  que- 
daron reservados  de  las  astu- 
tas providencias  que  se  die- 
ron para  acabar  su  memoria. 
Es  constafite,  que  degollados 
]os  Santos  Martyres,  fueron 
sepultadas  sus  Reliquias  en 
el  mismo  lugar  del  suplicio 
que  está  junto  al  arroyo,  que 
los  Breviarios  llaman  del 
urlrena!  por  las  arenas  reco- 
gidas alli  por  sus  aguas  ,  y 
cuyo   nombre  proprio  es  ea 


Trat,  69.  Cap,  19. 
nuestro  tiempo  Cidacos ^  rio 
que  nace  junto  á  Yanguas, 
y  pasan io  por  el  Mediodía 
de  Calahorra  ,  entra  inme- 
diatamente en  el  Ebro.  Pru. 
dencio  nos  da  un  expreso 
testimonio  de  esta  verdad 
en  ios  primeros  versos  de  su 
hymno  ,  de  los  quales  debía 
formarse  una  elegautisima 
inscripción  ,  que  insculpida 
en  una  hermosa  lapida  mani- 
festase á  todos  la  gloria  de 
aquel  sitio. 


Hic  locus  dignus  tenendis  ossibus  visus  Deo, 
Qui  beatorum  pudicus  esset  hospes  corporum. 
Hic  calentes  hausit  undas  ctede  tincíns  duplici, 
Inlitas  cruore  sandio  nunc  arenas  incolce 
Confrequentant  obsecrantes  voce  ,  votis  ,  muñere. 


30  Como  el  martyrio  de 
los  Santos  fue  tan  celebre, 
y  fue  Dios  servido  de  ma- 
nifestar á  todos  los  Calagur- 
ritanos  por  medio  del  mila- 
gro de  elevarse  hasta  las 
nubes  el  anillo  y  pañuelo, 
la  gloria  que  sus  siervos 
iban  á  gozar  en  el  cielo  en 
premio  y  recompensa  de  su 
pureza  y  de  su  Fé  ,  debemos 
suponer  ,  que  los  paganos 
quedaron  confundidos,  y  que 
una  gran  multitud  de  Idola- 
tras abrazó  entonces  la  Re- 


ligión Christiana ,  cuya  ver- 
dad vieron  tan  claram^ente 
testificada.  De  aqui  provino, 
que  aquel  santo  lugar  empe- 
zó á  ser  venerado  poco  des- 
pués del  mjrtyrio,  como  se 
puede  colegir  de  la  grande 
extensión ,  que  tenia  el  cul- 
to de  las  santas  Reliquias  en 
tiempo  de  Prudencio  ,  que 
ya  he  dicho  nació  al  me- 
dio del  siglo  quarto.  Porque 
hablando  este  insigne  Poeta 
de  la  devoción  con  que  se 
visitaba  el  sepulcro  de  estos 
Mar- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.      2  g  J 
Martyres  dice,  que  no  solo     nes  la  fama  de  que  en  Cala- 


concurrían  á  él  los  Españo- 
les ,  sino  también  los  ha- 
bitantes de  otros  países  es- 
trangeros  ,  por  haber  cor- 
rido ya  por  todas  las  Nacio- 


horrra  estaban  dos  patronos 
de  todo  el  mundo  ,  que  re- 
mediaban las  necesidades  de 
quantos  pedían  su  interce- 
sión. 


Exteri  necnnn  &  crbis  huc  colonus  aávenif, 
Fania  nam  tenas  in  tmties  fercuci.rrit  prccitíríx, 
Hic  patronos  esse  muncii ,  qiios  precantcs  ambiant. 


31  En  el  mismo  lugar 
edificaron  los  Christianos  an- 
tiguos de  Calahorra  su  Igle- 
sia, como  está  al  presente 
la  Catedral :  y  establecieron 
en  el  sitio  ,  en  que  murieron 
los  Santos,el  Baptisterio  ó  pi- 
la en  que  se  adminisraha  el 
Sacramento  del  Baptismo,  la 
qual  solía  estar  ó  dentro  de 
las  Iglesias  principales  ,  ó 
cerca  de  ellas  ,  como  consta 
de  los  Escritores  de  aquella 
edad.  Esta  especie  es  muy 
honorífica  á  la  Santa  Iglesia 
de  Calahorra  ,  y  porque 
ninguno  de  los  que  yo  he 
leído  ,  alega  en  prueba  de 
esta  im.portante  verdad  un 
testimonio  antiguo,  que  la 
convence,  quiero  exhibirle  al 
presente.  Se  ha  de  notar  pues 
que  el  poeta  Prudencio  de-, 
vctisimo  de  los  Santos  M¿v- 
tyres  Emeterio  y  Celedonio, 
compuso  además   del  hym- 


no  largo,  que  empieza.  Scrip^ 
ta  siint  c^Jo  duorum  Mar- 
tyrum  vocabuJa ,  otro  mas 
breve  y  muy  elegante  en  ala- 
banza del  sitio  en  que  pa- 
decieron. El  titulo  de  este 
hymno  se  leía  en  las  edicio- 
nes de  este  modo:  Locus^  ubi 
Martyres  passi  sunt ,  qnod 
nunc  Baptisteriuvi  appeila- 
tur.  Mas  asi  por  no  expre- 
sarse los  Martyres  ,  á  cuya 
alabanza  se  dirigía  ,  como 
por  estar  fuera  del  lugar  cor- 
respondiente ,  no  se  podia 
saber  con  certeza,  qué  San- 
tos eran  los  dos  que  allí  se 
mencionan.  Debemos  ya  es- 
te descubrimjento  á  Nicolás 
Heinsio  ,  el  qual  restituyó 
con  la  autoridad  de  tres  Có- 
dices mssc  la  lección  mas  pro- 
pria  y  legítima  en  esta  for- 
ma :  De  loco ,  in  quo  Marty- 
res passi  erant^  nunc  Buptiy- 
terium  esí  Calagurri.  Por  lo 
qual 


Q,c)6  España  Sagrada,  Trat,  69.  Cap,  ip. 
qual  es  indubitable  ,  que  el  marón  su  sangre  ,  se  puso  U 
hyinno  referido  hace  memo-  pila  del  santo  B.iptismo  ,  de 
.ria  de  los  dos  Santos  herma-  donde  tomó  el  insigne  Poe- 
.nos  Emeterio  y  Celedonio,  ta  ocasión  para  elogiar  aquel 
y  que  siendo  el  oétavo  en  el  sagrado  lugar  ,  como  muy 
lib.  Peristephanon,  debia  po-  acomodado  para  subir  des- 
nerse  en  el  lugar  segundo  e  de  él  al  cielo  ,  ó  bien  por 
inmediato  al  de  estos  Mar-  medio  del  martyrio  ,  ó  bien 
tyres.  Estaba  pues  la  ígle-  por  el  Sacramento  de  la  Re- 
sia  de  Calahorra  situada  en  generación.  Pongamos  sus 
tiempo  de  Prudencio  á  la  versos ,  que  á  la  verdad  de- 
ribera del  arroyo  del  Arenal  bian  escribirse  con  letras- de 
ó  Cidacos  ,  donde  fueron  de-  oro  en  el  Baptisterio  de  la 
goliados  los  Santos  ;  y  en  el  Santa  Iglesia  de  Calahorra. 
mismo  sitio  ,  en  que  derra- 

Eledtus  Christo  locus  est ,  uhi  corda  prohata 

Provehat  ad  ccelum  sanguine  ,  purget  aqua, 
Híc  dúo  purpureiim  ,  domíni  pro  nomine  ccesi^ 

Martyrium  pulchra  morte  tulere  viri, 
Hic  etiam  liquido  fluit  indulgentia  fonte^ 

Ac  vetevés  maculas  diluit  amne  novo, 
Qui  cupit  ccternum  cceli  conscendere  regnum\ 

Huc  veniat  sitiens  :  ecce  parata  vía  est. 
Ante  coronad  scandebant  ardua  testes 

Atria  ,  nunc  lott^  celsa  petunt  anim¿e. 
Sp  ir  i  tus  (letberio  solitus  descenderé  lapsu, 

Ut  dederat  pahnam ,  sic  tribuit  veniam, 
Haurit  térra  sacros  ,  aut  fonte  ,  aut  sanguine  rores^ 

Exandatque  suo  jugiter  uda  Deo, 
Jpse  loci  est  Dominus  :  laterum  cui  vulnere  utroque 

Hinc  crúor  ejfussus  fluit ,  &  inde  látex, 
Ibitis  hinc  ,  ut  quisque  potest ,  per  vulnera  Christii    ■ 

Evedtus  gladiis  alter  ,  S  alter  aquis* 


Los 


•Q  ^  Santos  del  Obispado  de  Calahorra.      i^j 
32      Los  milagros ,  que     dos  fidelísimos    testigos  del 


continuameníe  se  hacían  con 
los  que  visitaban  las  sagra- 
das Reliquias  ,  aumentaron 
también  la  fama  y  gloria  del 
lugar  ,  en  que  estaban  depo* 
sitadas.  El  mismo  Pruden- 
cio habla  de  ellos  ,  y  dá  á 
entender  que  eran  infinitos. 
Dice  ,  que  ninguno  hizo  ora- 
ción delante  del  sepulcro, 
que  no  consiguiese  lo  que 
pretendía.  Que  los  Santos 
eran  tan  sólicítos  en  aten- 
der á  los  que  invocaban  su 
patrocinio,  que ,  como  se  co - 
nacia  por  los  efeoos  ,  lue- 
g)  presentaban  sus  memo- 
riales al  Rey  eterno  ,  que 
jamás  negó  cosa  alguna  á  los 


nombre  de  Jesu  Christo.  Par- 
ticularmente dice  al  fin  del 
hymno  ,  que  se  veia  con  la 
mayor  evidencia  ,  que  los 
demonios  desamparaban  lue- 
go en  aquel  sitio  los  cuer- 
pos que  poseian  ,  y  que  los 
enfermos  de  varias  enferme- 
dades eran  restituidos  pron- 
tamente á  su  antigua  saUíi. 
Y  finalmente  exhorta  á  las 
mugéres  casadas  ,  á  que  can- 
ten hymnos  y  alabanzas  á 
Dios  ,  y  que  se  conviden  mu- 
tuamente á  celebrar  con  ale- 
gría- la  fiesta  de  los  Santo;-,, 
por  cuya  intercesión  conse- 
guían no  ser  estériles  é  infe- 
cundas. 


^taie  nunc  ,  hymnite  ,  mntres  ,  pro  receptas  pnrvulis, 
Conjugum  saJute  lo'ía  vox  maritarum  strepat: 
Sit  dies  hcec  festa  nobis  ,  sit  sacratum  gaudium. 


33  Asi  como  todas  las 
Naciones  de  la  Christiandad 
dieron  muestras  de  su  devo- 
vocion  para  con  estos  San- 
tos, peregrinando  desde  las 
partes  mas  remotas  hasta 
-Calahorra  ,  por  visitar  y  ado- 
rar sus  santas  Reliquias  ,  asi 
también  fue  general  la  so- 
lemnidad ,  con  que  en  todas 
partes  se  celebraba  su  glorio- 
sa memo,ria.  Por  lo  que  toga 

Tom,  XXXIIL 


á  España  se  colige  la  fiesta, 
que  de  ellos  se  hacía  en  tiem- 
po de  Prudencio  ,  el  qual  es- 
cribiendo al  Obispo  Valeria- 
no ,  y  dándole  quenta  del 
martyrio  de  S.  Hypolito  ,  le 
suplica  que  ponga  al  dia  13. 
de  Agosto ,  en  que  este  San- 
to era  celebrado  en  Roma, 
entre  los  dias  festivos  de  S, 
Cipriano  ,  S.  Celedonio  y 
Santa  Eulalia. 

Pp  In- 


f$9     .E^fimaSagxada,.  Trat,  69.  Cap,  1 9, 

/«/¿r  solemnes  Cypriani ,  v^/  CheJidoni^ 
Eulaliceque  dics  currat  S  iste  tibi^ 


34  El  Autor  de  las  Ac- 
tas mas  antiguas  indica  con 
-enerq;ia  el  regocijo  con  que 
los  Españoles  celebraban  á 
estos  Santos  diciendo  ,  que 
hasta  los  mas  remotos  Afri- 
canos ,  que  son  gente  vaga, 
y  de  habitación  incierta  ,  so- 
lemnizarian  anualmente  su 
dia,  si  la  falta  de  comuni- 
cación con  las  gentes  cultas, 
y  lo  que  es  peor  ,  su  natural 
barbarie  ,  no  los  privara  del 
conocimiento  de  las  causas 
que  habia  para  celebrar  la 
Fiesta  de  estos  Martyres. 

35  El  Breviario,  y  Mi- 
sal Isidorianos  dan  el  mas 
verdadero  testimonio  del 
aplauso  y  alegría  con  que 
los  Godos,  y  Mozárabes  los 
festejaban.  Léase  principal- 
mente la  Misa, que  empieza: 
Sit  dies    br?c    nobis   festa^ 

-fratres  ,  sit-  sácratum  gaii- 
dium\  y  en  ella  se  verán  vi- 
vas expresiones  del  aféelo, 
ternura  ,  y  devoción  con  que 
los  veneraban  ,  y  como  cier- 
,to  empeño  en  honrados  por 
.vengarse  santamente  del  co- 
nato de  los  Gentiles  en- sii- 
primir   hasta  sus  nombres. 


Por  eso  dice  la  primera  ora- 
ción :  Sed  prodeunt  h^vc  eru" 
bescentibus  ex  scriniis  sU" 
ppressa  monumenta^^ fidelis 
Í7iconscia  püsterorum  fama 
testatur^plus  quodamm:d)¡o^ 
guens  tacendo ,  &  silentii  sui 
habens  testimonia  majora^ 
quam  vocis. 

36     En  los  Breviarios  an- 
tiguos de  nuestras  Iglesias  se 
lee  también  el  Oficio  de  es- 
tos Santos  ;  y  en  algunos  con 
Lecciones  tan   elegantes,  y 
escritas   con   tanto  ingenio, 
decia  Ambrosio  de  Morales, 
que  no  creo  se  hallarán  otras 
mas  aventajadas  en  esto.  Par- 
ticularmente   la   Iglesia    de 
Monte  Aragón  se  esmeró  en 
celebrarlos  ,  no  solo  con  seis 
Lecciones  ,  en  que  se  refiere 
la  vida  ,   y  martyrio ,  sino 
con  Hymnos  proprios  en  Vis- 
-peras  ,  Maytines  ,  y  Laudes, 
,  y  con  Antifonas  también  pro- 
prias  ,  dispuestas  en  versos 
exámetros  y  pentámetros, de 
los  que  llamamos  Leoninos. 
-,    37     Reconócese  también 
4a    veneración    en  que    los 
.  tenían   enr  otras  Provincias, 
.por  la  memoria  que  hacen 
de 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       app 


de  ellos  los  Martylogios,que 
andan  con  el  nombre  de  S. 
Gerónimo,  los  de  Beda,  Flo- 
ro ,  Adon  ,  Notkero,  Usiiar- 
do  ,  Maurólico  ,  el  Romano, 
y  otros ,  aunque  en  algunos 


con  varías  erratas ,  como  no- 
tó Bolando.  Wandelberto, 
que  escribió  cerca  de  los  años 
de  &50.  los  mencionó  en  su 
Martyrologio  en  estos  ver- 
sos. 


Quinas  Magra  pió  -Nonas  defendit  amore, 
His  ¿?  Emetherius  ^  Celidonius  atque   Marinus^ 
Asteriusque  miccint  éffussó  sanguina  chri. 


TRANSLACIOKÍES 
de  las  sagradas  Reli- 
quias,   :    ''       '  ' 

38  Los  cuerpos  de  los 
Santos  Martyres  Emeterio, 
y  Celedonio  se  conservaron 
depositados  en  él'  lu^ar  de 
s'j  primer  sepulcro  desde  eí 
tiempo  de  su  martyrió  hasta^ 
la  irrupción  de  los  Árabes. 
El  Hymno  de  Prudencio  ex- 
presamente confirma  ,  que 
allí  se  mantenían  en  la  edad 
de  este  Poeta  ;  pues  no  solo 
refiere  la  devoción  con  que 
los  habitantes  de  la  tierra  de 
Calahorra  visitaban  las  are- 
nas bañadas  con  la  sangre 
santa  de  los  Martyres;  sino 
también  dice  ,  que  este  lu- 
gar  fue  escogido  por  Dios, 
para  que  diese  honesto  y 
digno  hospedage  á  los  San- 
tos cuerpos ;  y  que  concur- 
rían á  él  las  gentes  de  la* 


Naciones  extranjeras  por  la 
noticia  que  tenían  de  que 
álli'  estaban  los  Santos ,  cu- 
yo patrocinio  se  extendía  á 
todas  las  Provincias  del  mun- 
do. También  hallo  otro  tes- 
timonio ,  que  convence  la 
existencia  de  las  Reliquia» 
en  la  misma  Ciudad  en  tiem- 
po de  S.  Isidoro  ,  y  se  lee  en 
la  Misa  Gótica  de  los  Santoj 
Martyres ,  en  cuya  primera 
Oración  se  dice  :  Quorum 
eorpora  ¿eíernis  titulis  viva- 
cis  memorice  consecrata  Ca^ 
lagurritana  custodit  Ecclc' 
si  a, 

39  Asi  como  es  cierto  el 
lugar  ,  donde  estubieron  las 
santas  Reliquias  bajo  de  la 
dominación  de  los  Romanos, 
y  de  los  Godos ,  a^i  es  difi- 
cil  y  obscuro  averiguar  ,  en 
qué  parte  se  depositaron  des- 
de que  los  Árabes  entraron 
en  España ,  hasta  que  la  Ciu- 
Pp  2  dad 


3  00  España  Sagrada. 
dad  dt?  Calahorra  fue  saca- 
da de  su  poder  y  tiranía. 
Los  Escritores  de  Cataliuia 
pretenden  haber  sido  trasla- 
dadas desde  Calahorra  áSa- 
llers  ,  y  que  alli  se  manta- 
bieron  hasta  el  di  i  19.  de 
Odnbre  del-  ana  de  1399. 
en  que  con  girau  solemniiaJ 
fueron  llevadas  a  la  Ig'esii 
Parroquial  de  S.  Miguel  de 
la  Villa  de  Cardona.  De  esta 
Ultima  traslación  se  tiene  Es- 
critura autentica  ,  sobre  la 
qn^it  se  funda  Domenec  ,  pa- 
ra afirmar  ,  que  no  se  pue- 
de negar  sin  temeridad  que 
ex:  íten  en  esta  Villa  los  San- 
tos cuerpos;  y  que  por  tanto 
C!)  Cílahcrra.  solo  se  guar- 
dan oigunas  Reliquias  pria- 
cipales.  Los  m'smrs  Escrito- 
res C:ít:il.?nes  conftv-san ,  que 
no  se  sabe  el  modo,  tiempo, 
y.  motivo  de  la  primera  tras-^ 
iacion;  Ei  R.  Joef  Ignacio, 
que  es  el  m.js  moderno,  dice 
en  ¡a  pag.  68.  que  sui  em- 
bargo de  liaber  hetho  va- 
rias y  extraordiiiariüs  dili- 
geixias  para  encoütrar  al- 
gún documento  autentico, 
fue  vano  v  sin  provecho  to- 
do su  trabajo.  No  teniendo,. 
pues  ,  documento  de  la  ex-) 
pres'ída  traslación  ,'quieren> 
apoyarla  Cou  algunas  c<;iíge-j 


Trat,  69.  Cap,  t  q. 
turas  que  se  fundan  cu  el  ay* 
re  ,como  puros  efectos  de  la; 
imaginativa  de  sus  Autores. 
El  M.  Fr.  Salvador  Pons  .cM" 
yo  librito  de  la  vida  ,  mila- 
gros ,  y  traslación  de  los 
Santos  Martyres  ,  dicen  los 
PP.  Continuadores  de  Rolan- 
do ,  no  hab'an  podido  alcan- 
zar; y  yo  tengo  presente, 
por  la  adividad  ,  diligencia, 
y  devoción  de  Fr/  Miguel 
Llisterri  de  nuestra  sagra- 
da Religión  ,  dice  de  esti 
suerte  en  la  pag.  32.  de  la 
Edición  de  Barcelona :  Acer* 
ca  del  modo  con  que  vinie- 
ron los  cuerpos  de  los  San- 
tos desde  Calahorra  ,  donde 
fueron  martyrizados  ,  á  el 
lugar  de  Sallers  ,  que  está 
dos  leguas  de  Cardona  ,  don- 
de estubierou  muchos  años 
deba;0  de  tierra  en  el  sitio 
en  que  ahora  está  edificada 
una  Capilla  de  S.  Celedonio, 
hay  diversos  pareceres.  Al- 
gunos quieren  decir  ,que  los 
gloriosos  Martyres  eran 
muy  amigos  del  Señor  de  Sa- 
llers ,  y  que  huyendo  de  I05. 
Jueces  saltaron  con  sus  ca- 
ballos en  la  tierra  de  Sa- 
liera desde  una  montaña  á 
otra  ,,  pasando :  de  jan, salto, 
mas  de  doscientos  pasos  ,  se-i 
gun  hoy  día  se  vé  en  las  pi-r 
sa- 


.  Santos  del  Obispado'  de  Calahorra,         301 
sadas  de  los   caballos  ,  que     seaban  ,  ni   yo  en  medio  del 


perseveran  esculpidas  en  la 
tierra  para  perpetua  memo- 
ria :  y  como  el  Señor  de  Sa- 
Ilers  les  era  tan  devoto  ,  hi- 
zo diligencias  de  tener  los 
cuerpos  Santos.  Otros, según 
el  V.  P.  M.  Pablo Bells ,  dicen, 
que  las  Reliquias  esíubieron 
dentro  de  un  pozo  ,  y  que 
llegándose  á  él  una  donce- 
lla vio  dos  hachas  encendi- 
das debajo  del  agua  ,  y  con 
grandes  gritos  llamó  á  su 
amo  ,  para  que  viese  aque- 
lla maravilli.  Acudió  éste 
prontamente  ,  y  vio  que  pa- 
saba en  realidad  de  verdad 
}o  que  decia  ladoncelli.  Sa- 
cáronse los  cuerpos  S^,ntos, 
y  los  llevó  una  Señora  Con- 
desa á  Sallers  ,  que  entonces 
era  de  los  Cor.  des  de  Car- 
dona, 

40  El  R.  Josef  Ignacio, 
conociendo  que  e.'tas  conje- 
turas ,  que  él  llama  tradicio- 
nes ,  no  son  capaces  de  sa- 
tisfacer á  los  críticos,  pro- 
pone otras  ,  que  aunque  mi 
son  tan  inver'síniles  ,  nada 
tienen  en  su  favor  que  pue- 
dan inclinarnos  al  asenso. 
Así  ,  que  ni  los  PP.  Co:iti- 
nuadores  de  Botando  hubie- 
ran  conseguido  con  el  libri' 
to  de  Pons  las  luces  que  de^ 


empeño  ,  y  piadoso  zelo  del 
referido  Religioso  de  mi  Or- 
den,  he  podico  rastrear  co- 
sa alguna  qu-nro  á  la  pri- 
mera traslación  que  estable- 
cen los  Catalanes. 

41  Oponer.se  ü  estos  los 
Monges  de  S.  Salvador  de 
Leyre  ,  los  quales  tienen  poi: 
cierto  ,  que  los  cjerpos  dé 
los  Santos  Mir'yres  fueron 
trasladados  á  su  iMonasterip 
al  tiempo  de  'a  venida  de  los 
Árabes.  El  M.  Yepes  trata 
de  este  punto  al  año  840.  y 
dice, en  prueba  de  esta  tras- 
lación ,  que  el  P.  Prior  del 
expresado  Monasterio  le  re- 
mitió una  memoria  antigua, 
escrita  antes  del  Oficio  pro^ 
prio  de  los  Santos  Emeterio, 
y  Celedonio  ,  en  la  qual  se 
leen  las  palabras  siguientes: 
Ad  gloriam  Omnipo-entis 
Dei ,  S  honorem  Sandforum 
Martyrum  Emetberií  &  Ce- 
ledona quoru»!  sacra  corpo- 
ra  in  venerabili  Monasterio 
Ligereas  i  longo  tempore  fue- 
re deposita  ,  qnibus  tempo^ 
rihus  successis  ad  propriam 
sui  martyrii  Calagurrita- 
nam  urbem  translatis^  níhilo- 
minus  magna  porfió  Reli- 
qt'iarum  ips^rum  ibidem  con^ 
tin^tur.  De  esta  memoria  co- 


302  España  Sagrada* 
lige  el  citado  Yepes  la  ver- 
dnJ  de  dos  cosas  que  había 
'afirmado  ;  la  primera  ,  que 
los  sagrados  cuerpos  están 
enteros  ,  y  reposan  en  la 
Ciudad  de  Calahorra  ;  la  se- 
gunda ,  que  en  S.  Salvador 
de  Leyre  hay  solo  a'gunas 
Reliquias  que  se  tienen  en 
grande  veneración. 

42  Otros  Autores  admi- 
ten dos  traslaciones  ,  y  di- 
cen ,  que  la  primera  se  hi- 
zo desde  Calahorra  a  Ley- 
fe  ,  y  la  segunda  desde  Ley- 
re  á  Cardona  ,  no  á  Cala- 
horra ,  como  refiere  la  me- 
moria exhibida.  El  R.  Josef 
Ignacio  cita  por  esta  opinión 
al  famoso  Crítico  Bayllet, 
en  cuya  autoridad  confia 
mucho  ,  como  se  puede  ver 
en  las  pagg.  77.  y  78.  Pero 
además  de  que  los  Extran- 
geros  por  eruditos  que  sean 
no  tienen  en  este  asunto  otras 
noticias  que  las  recogidas  de 
los  Escritores  de  nuestra  Na- 
ción ,  Bayllet  no  hace  mas 
que  referir  las  opiniones  de 
otros  Autores.  On  pretenda 
dice,  que  leurs  corps  furent 
transportez  depuis  de  Cala- 
horra dans  le  celebre  Monas- 
tere  de  Le^er  au  Diocése  de 
'Pampelune  dans  la  Navarre^ 
í?  reportez    ensuite  á  Ca- 


Trat.  dp.  Cap.  1 9. 

Jaharra  se/on  q'ielquas  urif^ 
OH  meme  emportez  d  Scillers 
en  Catnlogn:  selon  d*  autres'j 
d^  ou  r  on  detacha  quclq  ¡es 
ossemens  poiir  Ja  Ville  de 
Cardone  Je  XIX,  d'  Odtobre 
1399.  En  quoi  il  faut  avoner 
qii  on  ne  nous  donne  ríen  de 
certain  si  ce  «'  est  q'i  on 
ceJebre  Ja  premier e  de  ees 
translations  le  XXXI.  d* 
OdJohre.  Si  la  opinión  que 
los  dichos  Autores  sostienen 
fuera  verdadera  ,  se  podría 
deducir  ,  que  habiendo  que- 
dado algunas  Reliquias  en 
Leyre  ,  y  llevado'^e  los  cuer- 
pos á  Cardona  ,  de  donde  no 
hay  noticia  se  hayan  trasla- 
dado á  Calahorra  ,  esta  Ciu- 
dad se  halla  privada  del  pre- 
cioso tesoro, con  que  se  cree 
enriquecida.  Y  en  efedo,  el 
P.  Domenec  lo  sintió  asi  es- 
cribiendo ,como  dige  antes, 
que  sería  temeridad  no  creer 
que  los  cuerpos  de  los  San- 
tos Martyres  están  en  Car- 
dona ,  y  que  se  engañó  el 
Dodor  Villegas  afirmando 
que  reposan  en  Calahorra. 

43  Los  PP.  Continuado- 
res de  Bolando  se  hallaron 
tan  embarazados  con  la  di- 
versidad de  los  pareceres  que 
leyeron  en  nuestros  Autores, 
que  no  teniendo  documentos 
coa 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,  303 
-con  qué  decidir  esta  disputa.  Obispado  ,  creen  que  se  ve- 
neran al  presente.  Por  tan- 
to, me  veo  en  la  necesidad 
de  valerme  de  otros  princi- 
pios ,  y  discursos  para  cole- 
gir el  lugar  en  que  las  san- 
tas Reliquias  estubieron  de- 
positadas todo  el  tiempo  que 
pasó  desde  que  los  Moros  se 
apoderaron  de  Calahorra, 
hasta  el  año  de  1045.  en  que 
esta  Ciudad  fue  conquistada 
por  el  Ruy  D.  García. 

4S  Exponiendo,  pues ,  lo 
que  me  pL'iiuaden  las  razo- 
nes que  se  me  ofrecen  so- 
bre este  particular  ,  mi  opi- 
nión es  ,  que  los  Santos  cu- 
erpos nunca  fueron  sacados 
del  lugar  en  que  padecie- 
ron ,  s  no  solo  algunas  Reli- 
quias ,  que  se  dieron  á  Lq-/^ 
re,  Sa  lers,  y  á  la  Iglesia  de 
S.  Juan  Baptista  de  la  Villa 
de  Treviño.  Para  cuya  com- 
probación se  ha  de  suponer, 
que  asi  como  es  inegable  que 
los  Christianos  de  nuestras 
•Provincias  recogieron  mu- 
chas Reliquias  de  Santos  ,  y 
las  retiraron  á  las  m.cntañas 
por  el  recelo  que  teñir  t*  de 
que  los  Moros  las  profana-  ' 
sen  ó  tratasen  con  irreveren- 
cia ;  asi  también  es  cierto 
en  todos  nuestros  Historia- 
dores ,  (jue  muchos  cuerpos 
San- 


casi  llegaron  á  sospechar,que 
las  Reliquias  de  Cardona  son 
de  oíros  Santos  de  ios  mismos 
nombres  que  los  de  Calahor- 
ra. Sin  embargo  ,  no  se  atre- 
vieron á  sostener  este  dida- 
men  ,  por  conocer  que  nin- 
guna congetura  tiene  fuerza 
contra  la  ant*»:yua  creencia 
de  los  pueblos,  estando  des- 
tituida de  testimonios  sóli- 
dos que  la  confirmen  :  y  con- 
tentándose con  haber  hecho 
esta  reflexión  por  ambas  par- 
tes ,  vinieron  á  dejar  la  ques- 
tion  en  el  mismo  estado  de 
obscuridad  que  tenia  antes 
del  examen, que  ellos  inten- 
taron hacer  en  su  Comenta- 
rio histórico  sobre  las  Reli- 
quias de  los  Santos  Marty- 
res  Emeterio ,  y  Celedonio. 

44  De  lo  que  he  dicho 
hasta  aquí  resulta  ,  que  no 
se  encuentra  d  cumento  au- 
torizado por  el  qual  conste, 
por  qué  motivo  se  sacaron 
los  sagrados  cuerpos  de  la 
Ciudad  de  Calahorra  ;  en 
qué  ti-mpo  se  hizo  la  tras- 
lación ;  quántcs  años  se  guar- 
daron en  otra  parte;  y  quán- 
do  se  trasladaron  á  la  Santa 
Iglesia  Calagurritana, donde 
casi  todos  los  Escritores ,  y 
,  la  tradición  general  de  este 


304     España  Sagrada. 

santos  quedaron  y  se  conser- 
varon  en  los   pueblos    mis- 
mos en  que  eran  venerados, 
por  la   confianza  que    tenian 
los  Fieles  de  que  los  barba- 
ros no  quebrantarían  el  pac- 
to que  con  ellos  hicieron  de 
q.ie  les    permitirían  su  Re- 
ligión d  Iglesias  con  tal ,  que 
cuidasen  de  cultivar  los  cam- 
pos ,  y  les  pagasen  ciertos 
•tributos.   Este    hecho   ,  que 
fie  común  á  las  Ciudades  en 
^que    los  Infieles    onentaron 
mas  su  dominio  ,  como  Cór- 
doba ,  y  Sevilla  ,  en  que   es 
-constante  se  retubieron  para 
conduelo  de   los  Chrístianos 
'muchas  R-liquias   sagradas, 
se   prad'có    también   en   el 
territorio  de  la  Diócesis  de 
Calahorra.    El   cuerpo    del 
glorioso  S.  Millan  se  mantu- 
ibo  en  el  mismo  sitio  en  que 
fue  sepultado  hasta   que  los 
Reyes  de  Navarra  echaron 
los'  Moros  de  la   Rioja.  El 
de  Santa  Columba  se  conser- 
vó también  en  el   lugar  de 
su  nombre  junto  k  Nágera, 
en  medio  de  que  en  él  que- 
d  Ton  tan  pocos  Ciiristianos, 
como  indica  el  Privilegio  de 
D.  Ofdoño  ,  que  dice  le  des^ 
amoararon  ,  y  dejaron  con 
todas  sus  cosas   ,  temerosos 
de  los  daños  que  podrían  pa- 


Trat.óp.  Cap.  19. 
deccr  de  los  Infieles.  De  aquí 
se  puede  inferir  ,  que  nó 
propongo  ninguna  cosa  ex- 
traña c  increíble  ,  sino  muy 
posible  ,  y  pradicada  con  las 
Reliquias  de  muchos  Santo*;, 
quando  afirmo  que  los  cuer- 
pos délos  glorio  os  Marty- 
res  Calagurritanos  permane';- 
cierof)  en  Calahorra  en  po- 
der de  los  Mozárabes  ,  qut 
com )  dige  en  otra  parte  ,  se 
consintieron  ene>ta  Ciudad", 
mientras  fue  dominada  de 
los  Moros. 

46  El  discurso  con  que 
me  parece  se  puede  probar 
que  se  conservaron  efedivá- 
mente  en  Calahorra  ,  es  el  si- 
guiente. Siendo  muchas  las 
donaciones  que  los  Reyes  de 
Navarra  ,  y  otras  personas 
devotas  hicieron  a  S.  Salva- 
dor de  Leyre  en  el  espacio 
de  tiempo  que  la  dicha  Ciu- 
dad estubo  bajo  el  dominio 
de  los  Árabes  ,  expresándo- 
se en  ellas  los  nombres  de 
las  Saritas  Virgines  Nunilo, 
y  Alodia ,  cuyos  cuerpos  des- 
cansaban en  aquel  Monaste- 
rio ,  ninguna  se  halla  hecha 
con  motivo  6  expresión  de 
los  Santos  Martyres  Emete- 
rio  ,  y  Celedonio.  Esta  omi- 
sión parece  increíble  aten- 
diendo á  las  circunstancias 
de 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       305 
déla  multitud   de  donacio-     orillas  del  Ebro  ,  para  cuya 


nes ,  de  la  fama  y  célebre  me- 
moria de  estos  Santos,  y  de 
la  costumbre  que  entonces 
habia  de  ofrecer  á  las  Igle- 
sias alhajas  y  heredades  por 
devoción  á  los  cuerpos  sa- 
grados, que  en  ellas  se  guar- 
daban y  veneraban.  Asi, que 
de  este  silencio  se  puede  con- 
cluir ,  que  los  cuerpos  no 
fueron  trasladados  á  Leyre, 
como  pensó  el  Autor  de  la 
Nota  alegada  por  Yepes,  y 
sacada  del  libro  donde  está 
el  Oficio  de  los  Santos. 

47  El  P,  Moret ,  que  dio 
crédito  á  la  traslación  que 
se  pone  desde  Calahorra  á 
Leyre  ,  reconoció  la  gran  di- 
ficultad ,  que  nace  del  olvi- 
do ,  que  se  tubo  de  estos  glo- 
riosos Martyres  en  los  Ins- 
trumentos del  Archivo  de 
aquel  Monasterio  ;  y  pre- 
tendiendo desvanecerla  di- 
ce ,  que  estubieron  allí  poco 
tiempo ,  y  que  D.  Iñigo, Rey 
de  Navarra  primero  de  este 
nombre ,  restituyó  sus  cuer- 
pos á  Calahorra.  El  mismo 
Escritor  establece  este  Rey- 
nado  á  mitad  del  siglo  oda- 
vo  ;  y  en  la  pag.  ió6.  del 
tom.  I.  de  sus  Anal,  refiere, 
que  D.  Iñigo  campeó  y  do- 
minó en  las  tierras  llanas  y 

Tütn.  XXXllL 


comprobación  alega  una  me- 
moria de  la  Santa  Iglesia  de 
Calahorra  ,  que  es  una  dona- 
ción del  Rey  D.  Sancho  el 
Deseado  de  Castilla  ,  quien 
dio  á  esta  Iglesia  un  solar  queí 
afrontaba  por  el  Oriente  cotí 
dos  casas  que  se  decian  del 
Rey  D.  Iñigo  ,  y  de  D.  For- 
tuno Fortuñez.  En  las  Inves- 
tig-  pag.  534-  trae  un  frag- 
mento de  esta  donación  que 
dice  asi  :  Qiiod  est  in  illa. 
aJfondega  ad  opus  Alberga- 
ri¿e  seu  confratri¿e  ,  &c, 
Quod  solare  circumdatur  ab 
Oriente  singulis  domibus^vk^. 
delicet  Enneco  Rege  ,  S 
Fortun  Fortuñez  ,  Ge.  Fac^ 
ta  Cartilla  Era  M,  C.  LXXX 
IIL  nn,  die  Pascb^,  XXLh 
die  mensis  Apr¡lis ,  XI  anno 
Imperii  Regís  Adefonsi.  Y 
aunque  en  este  lugar  aplica 
el  nombre  de  Iñigo  al  que 
él  tiene  por  segundo  de  este 
nombre  ,  se  retrata  en  sus 
Anales  diciendo  ,  que  la  ca- 
sa y  habitación  mencionada 
en  esta  Escritura  fue  de  D. 
Iñigo  el  primero,  que  con- 
quistó la  Ciudad  de  Cala- 
horra ,  la  qual  estubo  en  po- 
der de  Christianos  hasta  el 
año  814.  en  que  ,  como  re- 
fiere el  Arzobispo  D.  Rodri- 

Qq  go, 


306  España  Sagrada. 
go  ,  Aliatan  ,  Rey  de  Córdo- 
ba ,  envió  un  Capitán  Ara- 
be  llamado  Abdelcarib ,  que 
la  ganó  por  cerco.  De  este 
Iñigo  ,  pues  ,dice  en  la  pag. 
674.  del  tom.  I,  de  los  Ana- 
les ,  ser  muy  creible  ,  que 
imaginando  mas  duradera 
aquella  conquista  de  Cala- 
horra y  pueblos  de  la  Rioja 
de  lo  que  en  hecho  de  ver- 
dad fue ,  restituyó  ó  permi- 
tió se  restituyese  el  sagra- 
do tesoro  de  las  Reliquias  de 
los  Santos  Martyres. 

48  Este  discurso, y  otros 
muchos  ,  de  que  abundan  los 
Anales  de  Navarra  ,  se  diri- 
gen á  multiplicar  los  Reyes 
de  este  Rey  no  ,  cuyo  es- 
tablecimiento no  se  verificó 
hasta  el  siglo  nono  ,  como 
probé  en  el  .tom.  32.  siendo 
el  primero  que  tubo  nombre 
de  Principe  ,  aunque  no  con 
total  independencia  Iñigo 
Arista.  Tampoco  podrá  com- 
probarse con  testimonio  au- 
torizado ,  qué  algún  pueblo 
de  la  Rioia  fue  ginndo  á  los 
Moros  por  los  Reyes  de  Na- 
varra hasta  D.Sancho  Gar- 
cía ,  que  reynó  en  principios 
del  siglo  diez.  Todos  nues- 
tros Escritores  antiguos  atri- 
buyen las  primeras  conquis- 
tas ,  que  se  hicieron  por  el 


Trat.  69.  Cap,  19. 
Reyno  de  Navarra  ,  al  famo- 
so Arista  ,  que  vivia  por  los 
años  de  850.  y  empezó  des- 
de el  Pirineo  á  combatir  á 
los  Moros  ;  y  fueron  tan  re- 
ducidas sus  vidorias  ,  que 
aun  la  Ciudad  de  Pamplona 
estubo  ocupada  de  los  Infie- 
les hasta  el  referido  D.  San- 
cho ,  que  la  conquistó.  De 
Calahorra  es  constante  que 
estubo  dominada  de  los  Ara- 
bes  ,  desde  que  estos  la  to- 
maron hasta  el  año  de  1045. 
sin  que  haya  vestigio  de  que 
alguna  vez  la  recobrasen  los 
Christianos.  Y  aunque  es 
cierto  ,  que  Aliatan  envió  á 
Abdelcarib  para  que  la  pu- 
siese cerco  ,  no  por  eso  de- 
bemos colegir,  que  estaba 
conquistada  por  el  Rey  de 
Navarra,  pues  no  hay  cosa 
mas  sabida  que  las  rebelio- 
nes de  :  los  Gobernidores 
Árabes  que  se  a  izaban  con 
los  pueblos  ,  y  las  empresas 
de  !os  Reyes  de  Córdoba  pa- 
ra obligarlos  ai  reconoci- 
miento de  su  soberanía.  Ad- 
mitida la  memoria  que  ex- 
hibe Mortt  del  Archivo  de 
Calahorra  ,  la  qual  es  muy 
posterior  al  suceso  para  cu- 
ya, comprobación  se  trae, 
solo  tenemos  que  en  el  año 
de  1 145.  habia  en  esta  Ciu- 
dad 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,       307 
dad  dos  casas  con  Jos  nom-     año  de  905.  Pero  como  dejo 


bres  que  alli  se  expresan; 
pero  de  ningún  modo  pode- 
mos inferir  las  conquistas, 
que  Moret  pretende  iiaber- 
se  hecho  por  el  Rey  Iñigo 
que  él  pone  ,  y  no  es  otra 
cosa  que  un  Principe  fabulo- 
so, ni  tampoco  podemos  sa- 
ber el  motivo  que  se  tendria 
presente  para  dar  á  las  dos 
casas  aquellos  nombres.  Ca- 
reciendo ,  pues ,  de  funda- 
mento legitimo  la  especie  de 
haberse  recobrado  Calahor- 
ra por  los  Christianos ,  que- 
da en  pie  la  dificultad  que  se 
deducia  del  silencio  que  se 
observaba  en  las  Escrituras 
de  Leyre  ;  pues  la  omisión 
que  se  advierte  de  la  me- 
moria de  los  santos  cuerpos 
de  los  Martyres  ,  no  puede 
atribuirse  á  traslación  que  se 
hubiese  hecho  por  algún 
Rey  de  Navarra  tan  pocos 
años  después  de  la  pérdida 
de  Calahorra  ,  y  quando  aún 
no  se  había  instituido  la  dig- 
nidad Real  de  aquella  Mo- 
narquía. 

49  Podrá  alguno  preten- 
der ,  que  si  la  dicha  tras- 
lación no  se  hizo  en  tiempo 
del  Rey  Iñigo,  se  haría  en 
el  Reynado  de  D.  Sancho 
García  ,  que  empezó  en  el 


dicho  en  otra  parte  ,  este 
Príncipe  ganó  a  los  Moros 
los  Castillos  que  tenían  des- 
de Nágera  hasta  Tudela,  co- 
mo escribe  el  Chronicon 
Albeldense  ;  pero  la  Ciudad 
de  Calahorra  quedó  sujeta 
á  los  Árabes,  quienes  domi- 
naron en  ella  con  tanta  se- 
guridad ,  que  desde  que  la 
tomaron  hasta  el  año  de 
1045.  no  se  les  quitó  su  po- 
sesión. Yo  á  lo  menos  no  pue- 
do creer  otra  cosa  ,  conven- 
cido de  que  ni  el  Chronicon 
citado,  ni  otro  Escritor  de 
aquellos  tiempos  hace  me- 
moria de  la  conquista  de  una 
Ciudad  tan  fuerte  ,  tan  ilus- 
tre ,  y  tan  antigua  ,  aña- 
diéndose á  este  silencio  el 
ser  la  empresa  tan  difícil, 
que  como  también  ponderé 
en  otro  lugar  ,  fue  necesa- 
rio para  recobrarla  esperar 
tiempo  oportuno  en  que  ella 
sola  fuese  el  objeto  de  todas 
las  fuerzas  de  Navarra;  y  aun 
asi  no  se  tomo  sin  particu- 
lar favor  del  cíelo  ,  como  di- 
ré tratando  de  S.  Millan. 

50  No  solo  no  se  trasla- 
daron los  cuerpos  de  los  San- 
tos Martyres  de  Leyre  á  Ca- 
lahorra desde  que  esta  Ciu- 
dad fue  tomada  por  los  Mo- 
Qq  2  ros 


3o8  España  Sagrada, 
TOS  hasta  el  año  de  1045.  en 
que  la  conquistó  D.  García, 
sino  tampoco  desde  este 
mismo  año  en  adelante.  En 
la  Escritura  que  este  Rey 
dio  para  restauración  de  la 
Iglesia  ,  y  Sede  Episcopal 
Calagurritana  asi  que  obtu- 
bo  aquella  célebre  conquista, 
parece  cierto  ,  dice  Moret, 
que  habla  de  las  sagradas 
Reliquias  como  de  presen- 
tes ,  y  que  se  tenian  alli 
qúancfo  ganó  á  Calahorra. 
Y  á  haber  hecho  ahora  esta 
traslación  ,  añade  el  mismo 
Escritor  ,  restituyéndolos  á 
esta  Ciudad,  parece  increí- 
ble no  hiciera  el  Rey  men- 
ción de  ado  tan  memo- 
rable en  alguno  de  tantos 
Privilegios ,  en  que  habla  de 
esta  conquista,  y  nombra  á 
los  Santos ,  en  especial  en  el 
que  dio  aumentando  la  do- 
nación primera  dentro  del 
año  de  la  conquista,  y  acu- 
diendo el  mismo  Rey  a  cele- 
brar en  Calahorra  el  dia  so- 
Jemne  de  su  martyrio  ,  en 
el  qual  Privilegio  los  llama 
sus  Pairónos  fortisimos, 

51  Es  también  buena 
prueba  de  que  jamás  se  tras- 
ladaron las  santas  Reliquias 
desde  otro  pueblo  6  Moiías- 
terio  ,  que  habiéndose  cele- 


Trat,  6^.  Cap,  19. 
brado  antiguamente  en  esta 
Iglesia  la  traslación  que  se 
hizo  de  ellas  desde  una  Ca- 
pilla á  otra  ,  como  consta 
del  Breviario  que  usó  en  otro 
tiempo ,  nunca  se  ha  hecho 
fiesta  de  traslación  que  se 
hiciese  desde  otra  parte, 
siendo  asi  que  sería  mas 
justa  y  debida  esta  solemni- 
dad en  memoria  de  la  resti- 
tución de  un  tesoro  el  mas 
precioso  después  de  una  lar- 
ga y  lamentable  privación. 

52  Reñexionense  ahora 
como  en  una  suma  las  razo- 
nes que  he  propuesto  hasta 
aquí.  En  todo  el  Obispado 
de  Calahorra  conservaron  los 
Christianos  los  cuerpos  de 
los  Santos  que  veneraban  en 
sus  respetivos  pueblos  an- 
tes de  la  irrupción  de  les 
Árabes  ,  como  los  de  S.  Pru- 
dencio ,  S.  Millan ,  y  S.  Co- 
lumba ;  sin  que  haya  memo- 
ria de  que  sus  Reliquias  se 
retirasen  de  donde  estaban 
depositadas  á  lugar  mas  se- 
guro de  la  invasión  de  los 
Infieles.  En  Calahorra  que- 
dó libre  una  buena  parte  de 
aquella  Parroquia  ,  como  di- 
ce Pasqual  Segundo  en  su 
Bula  ,  para  que  los  Chris- 
tianos' pudiesen'  continuar, 
aún  dominados  de  los  bar- 
ba- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra. 
baros  el  culto  público  ,  y  Ciudad  recobrada 
conforme  á  su  Religión.  Re- 
tubose  ésta  todo  el  tiempo 
que  duró  el  cautiverio  ;  pues 
aunque  en  el  año  de  932.  el 
Árabe  Almorrid  destruyó  la 
Iglesia  Calagurritana  y  otras, 
consta  ,  que  la  reedificaron 
y  mantubieron  hasta  la  con- 
quista de  esta  Ciudad  ,  co- 
mo se  deduce  de  la  dona- 
ción hecha  inmediatamente 
por  Don  Garcia  ,  la  qual  su- 
pone existente  la  Iglesia  de 
S.  Maria  ,  y  de  los  Santos 
Martyres  Emeterio  ,  y  Ce- 
ledonio. Asimismo  el  Rey  en 
^sta  Escritura  menciona  á  los 
Santos  como  presentes  en 
Calahorra  al  tiempo  que  to- 
mó la  Ciudad  ;  ni  se  halla 
instrumento  legitimo  de  don- 
de conste  que  sus  cuerpos 
fueron  sacados  de  aqui  en  'a 
venida  de  los  Moros ,  ni  tras- 
ladados á  su  proprio  lugar 
desde  que  estos  se  apodera- 
ron de  la  Ciudad  hasta  qi;e 
se  les  quitó  enteramente  la 
posesión  de  ella.  La  domi- 
nación de  los  barbaros  en 
Calahorra  no  se  interrumpió 
de  manera  que  pueda  seña- 
larse tiempo,  en  que  la  tras- 
lación de  los  cuerpos  pudie- 
se hacerse  sin  embarazo  ;  y 
;si  en  alguna  ocasión  fue   la 


por  los 
Christianos  ,  no  hay  funda- 
mento para  creer  ,  que  se 
trasladaron  á  ella  los  cuer- 
pos de  otra  parte  en  que  hu- 
biesen estado  asegurados; 
porque  un  suceso  tan  memo- 
rable como  éste  se  habría 
celebrado  por  la  S.  Iglesia 
de  Calahorra  ,  como  se  cele- 
bró anualmente  el  ado  de 
mudarlos  solo  de  una  Capi- 
lla á  otra ,  no  siendo  tan  dig- 
no de  solemnizarse.  Conclu- 
yamos ,  pues  ,  que  los  sagra- 
dos cuerpos  de  los  Santos 
Martyres  Emeterio  , y  Cele- 
donio nunca  fueron  sacados 
de  Calahorra  ,  sino  que  se 
conservaron  alli  no  de  otro 
modo  que  lasReliquiasde  los 
otros  Santos  ,  que  se  vene- 
ran en  los  pueblos  de  la  Dió- 
cesis Calagurritana. 

53  Aunque  los  cuerpos 
de  los  Santos  Martyres  estu- 
bieron  en  Calahorra  desde 
el  tiempo  de  los  Romanos 
hasta  el  presente  ,  como  de- 
jo probado  ,  se  han  celebra- 
do diferentes  traslaciones, 
hechas  de  un  sitio  á  otro 
dentro  de  la  misma  Ciudad. 
El  Breviario  de  España  en 
las  Lecciones  que  se  rezan 
en  h  Fiesta  de  los  Santos  ha- 
ce memoria  de  la  primera 
tras- 


3  I  o     España  Sagrada, 
traslación  ,  la  qual  se  hizo 
desde  el  sepulcro,  donde  las 
sagradas    Reliquias     fueron 
depositadas  después  del  mar- 
tyrio,á  la  parte  interior  de 
la  Catedral ,  que  se   edificó 
cerca  del  Arenal  ó  rio  Cí- 
dacos.  Créese  haberse  hecho 
esta  traslación  á  3 1 .  de  Agos- 
to, en   que  la  Iglesia  Cala- 
gurritana   ha  tenido  la  cos- 
ta ubre  de  celebrar  á  los  San 
tos  M  irtyres  por  este  moti- 
vo. El  Poeta  Prudencio  es- 
cribe ,  como  dige  antes,  que 
el   lugar  ,  donde  los  Santos 
fueron  degollados  ,  era  en  su 
tiempo  Baptisterio  ;  y  de  es- 
te titulo  ,  y  de  la  traslación 
de  los  cuerpos   á  lo  interior 
de  la  Iglesia  ,  se  puede  infe- 
rir ,  que  la  sagrada  fuente, 
en  que  se    administraba  el 
Baptismo  en    los    primeros 
tiempos   ,   estubo    separada 
de  la  Iglesia  principal  ,  pero 
inmediata  á  ella  ,  como  se 
usaba  entonces  casi  siempre. 
Véase  S.  Paulino,  Epist.  12. 
S.  Greg.  Turón,  lib.  10.  y  el 
Diurno  Romano ,  cap.  g.  tit. 
19.  20.  21. 

54  En  el  Misal  antiguo 
de  Calahorra  se  anotan  en  el 
Kalendario  otras  dos  trasla- 
ciones. La  primera  en  el  dia 
19.  de  Abril ,  la  qual ,  según 


Trat.  69.  Cap,  19. 
mi  juicio  ,  se  hizo  quando 
conquistada  la  Ciudad  en  el 
mismo  mes  de  Abril  se  ex- 
trageron  las  sagradas  Reli- 
quias del  pozo  que  está  en 
el  jardin  del  Claustro  ,  don- 
de es    tradición  se  oculta- 
ron   por   los  Fieles  ,  como 
afirma  D.  Luis  Rodríguez  de 
Vergara  ,  Canónigo  Magis- 
tral de  esta  Iglesia  en  un  Ms. 
que  tengo  presente.  También 
pudo  hacerse  esta  traslación 
quando  se  reedificó  la  Cate- 
tedral  ,  cuya  fábrica  se  atri- 
buye á  D.  Alonso  VI.   Rey 
de  Castilla. 

55  La  segunda  traslacioa 
se  pone  en  el  dia  9.  de  No- 
viembre por  estas  palabras: 
Translatio  Emetherii  S  Ce- 
ledona ,  í?  dedicatio  ^¡ta- 
ris eorumdem.  De  ésta  se  ha- 
lla una  memoria  autentica 
en  el  Archivo  de  la  Santa 
Iglesia  en  un  pergamino  muy 
largo  ,  que  contiene  la  Es- 
critura de  donación  que  hi- 
zo á  la  Catedral  Pedro  Juan 
Enecomius  ,  cuya  data  pon- 
go á  la  letra  por  ser  muy 
notable.  Fadía  ,  6^  rohoratay 
seu  testificata  carta  votiv¿e 
donationis  Era  millessima 
centessima  septuagessima^ 
Dominica  prima  Adventus 
Domini ,  Natali  SS,  Facun- 
di 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,       3  1 1 
di  &  Primitivi  V,  Kalen^     in'de  navigio  ea  deferret  ad 


das  Decembris,  Regnante 
Domino  nostrojesu  Christo 
sine  fine  ,  S  sub  eo  Adefon- 
so  Sancii  regnante  de  Mont- 
son  usque  Vilforato  &  an^ 
tiqua  Cas t ella  ,  S  usque  S, 
Stephano  de  Gormoz  ,  (S? 
Montegrale  versus  Barrad- 
na  ,  &  usque  Castello  Orta 
didio  sex  millibus  distans  d 
Tortosa  S  infra,  Venerabi- 
li  Episcopo  Sancio  Ossettano 
alumno  prcesidente  prcvfatce 
Sedi  in  Universo  ejus  EpiS' 
copatu.  Dominantibus  Cala- 
gurrce  sub  prcefato  Rege 
Fortum  yícenarez  ,  Fortum 
Lober  de  Soria  ,  Bertrán  de 
larbasa.  Alcalde  Fortum  lo- 
anes^  ludice  Don  Crispo  ,Sa- 
jon  Lope  Anguila. 

56  Ipso  tempore^odinvo  die 
cmniumSS,  prcefato  Episco- 
po insistente  ,  S  strenue 
elaborante  translatio  sandio- 
rum  cor  por  um  Emethcrii  & 
Celedona  simul  <S  dedicatio 
Altaris  eorum  ,  ac  sta^uta 
sokmnitas  eorum  singulis 
annis  prcefato  die  ab  Epis- 
copo Oxomensi ,  ^  Arcbie- 
piscopo  Ausciensi  ,  quoque.», 
tenipore  jam  didiis  pr¿eci-- 
debat  Ugna  in  montibus  S, 
E'riliani  ,  &  deponebat  ea 
ad  Iberum  fiuvium  ,  ut  per 


oppugnandam  civitatemDer- 
tosam  ,  S  capiendam  divino 
adjutorio.  Amen, 

RE  LIQUIAS  DEL 

Monasterio  de  San  Sal- 
vador de  Leyre, 

57  En  muchos  pueblos 
se  precian  sus  vecinos  de 
tener  cuerpos  de  Santos  te- 
niendo solo  una  buena  parte 
de  sus  Reliquias.  Esta  vani- 
dad santa  se  halla  defendi- 
da por  muchos  varones  eru- 
ditos  ,  y  piadosos,  como  cos- 
tumbre introducida  no  por 
fraude  de  los  hombres  ,  si- 
no por  la  ocasión  que  dio 
para  ella  la  infinita  largue- 
za de  Dios  ,  obrando  en  los 
lugares  ,  donde  se  veneran, 
los  mismos  prodigios ,  que  se 
digna  obrar  en  las  partes 
en  que  existen  los  cuerpos. 
Y  á  la  verdad  es  tan  atiguo 
en  la  Iglesia  este  modo  de 
hablar  ,  que  ya  S.  Basilio  ad- 
virtió ,  que  en  su  tiempo  se 
gloriaban  varias  Ciudades  de 
tener  los  cuerpos  de  los  San- 
tos quarenta  Martyres ,  solo 
porque  cada  una  de  ellas  po- 
seía alguna  parte  de  sus  Re- 
liquias. Véase  Baronio  en  sus 
Anal.alañüSS.Wandelberto 
es- 


3  I  2      España  Sagrada*  Trat,  69,  Cap,  1 9. 
escribe  también,  que  el  cu-     no  habiéndose  trasladado  si- 
erpo  de  S.  Sebastian  fue  lie-     no  parte  de  él. 
vado  desde  Roma  á  Soisoiis, 

RofJta  quem  vc&um  nunc  Suessio  L-eta  frequentat. 

Véase  Molano  en  el  cap.  23.  sobre  los  Martyrologios ,  don- 
de defiende  este  común  estilo  de  los  pueblos  como  piado- 
so é  irreprehensible. 


58  Esta  advertencia  es 
muy  oportuna  respeélo  de 
las  Reliquias  de  los  Santos 
Emeterio  ,  y  Celedonio,  cu- 
yos cuerpos  se  leen  estar  en 
diferentes  lugares,  no  exis- 
tiendo en  ellos  sino  alguna 
parte  ,  como  ahora  dire- 
mos. Y  por  lo  que  toca  á  S. 
Salvador  de  Leyre  ,  me  pa- 
rece trasladar  aqui  lo  que 
ingenuamente  escribe  el  M. 
Yepes  en  su  tom.  4.  pag.  82. 
Aunque  parezca  ,  dice  ,  que 
Iqs  cuerpos  de  S.  Emeterio ,  y 
S.  Celedonio  están  en  S.  Sal  va- 
vador  de  Leyre,  bien  se  echa 
de  ver  que  usan  de  la  figura 
Synedoche,y  que  nombran 
la  parte  por  el  todo  ,  y  que 
con  poseer  alguna  Reliquia 
ó  Reliquias  grandes  ,  algún 
hueso  ó  huesos  ,  usurpan  ,  y 
dan  el  nombre  de  un  miem- 
bro á  todo  el  cuerpo.  Ni  las 
insignes  Ciudades  de  Cala- 
horra en  España  ,  y  Limo- 


ges  en  í'rincía  ,  querrán  ser 
tan  liberales  ,  y  aun  pródi- 
gas de  la  merced  que  el  cie- 
lo les  ha  hecho  ,  que  la  una 
quiera  dar  á  Emeterio  ,  y 
Celedonio  Patrones  y  ampa- 
ro suyo  ,  y  la  gloria  de  su 
Iglesia ;  y  la  otra  á  S.  Mar- 
cial ,  uno  de  los  Discípulos 
de  Christo  ,  y  Apóstol  de 
gran  parte  de  Francia.  Y  en 
S.Salvador  de  Leyre  tengo 
á  los  Monges  por  tan  discre- 
tos ,  que  no  querrán  publi- 
car que  poseen  en  su  Tem- 
plo cuerpos  santos ,  quando 
no  tengan  mucha  seguridad 
para  afirmarlo.  Asi  ,  el  P. 
Prior  de  aquella  Casa  en  las 
relaciones  que  me  envió, 
habla  con  mucho  tiento  en 
esta  materia  ,  y  dice  las  pa- 
labras siguientes.  Tiene  tam-' 
bien  el  dicho  Monasterio  una 
arca  estrecha  de  dos  varas 
de  largo  con  Reliquias ,  ,y 
es  antiquisima  ,  donde  están 
mu- 


Santos  del  Obispado  áe  Calahorra*       313 


fimchos  huesos  de  los  Santos 
Martyres  Emcterio  y  Cele- 
donio ,  retulada  con  letras 
■góticas  y  doradas  ,  y  dice 
asi  :  Emeterii  &  Celedonii. 
Su  fiesta  á  primero  de  Mar- 
zo la  celebra  este  Monaste- 
rio con  muy  grande  solem- 
nidad ,  y  como  fiesta  de  las 
mayores  de  la  Orden.  T  de 
otros  muchos  Santos  tieneRe- 
liquias  principales,  camode 
S,  Esteban  ,  primer  Martyr, 
S.Juan  Baptista^  S»  Mar- 
cial ,  Santa  Emerenciana, 
Santa  Eulalia.  De  manera, 
que  por  estas  palabras  se  co- 
noce ,  que  aunque  algunas 
donaciones  hagan  insinua- 
ción ,  y  den  á  entender  que 
los  cuerpos  de  aquellos  glo- 
riosos Martyres  son  poseídos 
de  la  casa  de  Leyre  :  pero 
el  hijo  de  la  misma  casa  las 
declara  y  comenta  ,  dicien- 
do ,  que  son  Reliquias  prin- 
cipales y  grandes  ,  pero  no 
se  quieren  levantar  con  todo 
el  tesoro  ,  que  tiene  Dios  de- 
positado en  las  Iglesias  Ca- 
tedrales que  be  dicho, 

RELIQUIAS  BE    LA 

Iglesia  Parroquial  de  San 
Miguel  de  Cardona. 

«í8     La  muy  noble  y  anti- 
Tom.  XXXllL 


gua  Villa  de  Cardona  ,  situa- 
da en  el  centro  del  Princi- 
pado de  Cataluña  ,  se  gloría 
también  de  hallarse  enrique- 
cida con  buena  porción  de 
las  preciosas  Reliquias  de 
los  Santos  Martyres  Emete- 
rio  y  Celedonio.  En  el  aéto 
de  la  translación  ,  que  pon- 
dré en  el  Apéndice ,  se  ex- 
presan estas  con  el  nombre 
de  cuerpos  :  Cum  qucedam 
dúo  COI  pora  SanSiorum ,  unus 
quorum  nominatur  B.  Eme- 
terius  ,  ¿?  alter  B.  Celedo- 
nlus  ,  quorum  passio  legitur 
in  Datarlo  ,  &c.  En  el  año 
de  1705.  se  hizo  público  re- 
conocimiento de  las  dichas 
Reliquias  ,  del  qual  me  ha; 
remitido  copia  autentica  en 
Catalán  el  Agustiniano  Fr. 
Miguel  Llisterri, laque  pon- 
dré aqui ,  para  que  por  ella 
se  tenga  noticia  individual 
de  las  que  creen  los  Cata- 
lanes poseer  la  expresada 
Villa.   Dice  asi: 

S9  In  Dei  nomine.  Amen, 
Sea  á  todos  notorio  ,  como 
hoy  Jueves  que  contamos, 
á  los  quatro  dias  del  mes 
de  Junio  del  año  de  la  Na- 
tividad del  Señor  de  mil  se- 
tecientos y  cinco ,  el  R.  Se- 
ñor Francisco  Aynes ,  Pres- 
bytero  ,  Oficial  de  la  Villa, 
Rr  y 


314  España  Sagrada, 
y  Oficialato  de  Cardona,  por 
el  Illmo.  y  Rmo.  Señor  Don 
Fr.  Guillen  de  Goñalons  por 
la  gracia  de  Dios  ,  y  de  la 
Santa  Sede  Apostólica,  Obis- 
po de  Solsona  ,  y  del  Con- 
sejo de  S.  M.  (que  Dios  guar- 
de )  en  presencia  del  Ilus- 
tre y  Reverendo  Señor  Doc- 
tor Juan  Olives  ,  Presbytero 
y  Canónigo  de  la  Santa  Ca- 
tedral Iglesia  de  Lérida  ,  re- 
sidente en  la  dicha  ViUa  de 
Cardona ,  del  Reverendo  Se- 
ñor Pablo  Serra  ,  Doélor  en 
Sagrada  Theologia  ,  R-íétor 
de  la  Iglesia  Parroquial  de 
S.  Miguel  de  dicha  Villa  de 
Cardona  ,  de  la  R.  Comuni- 
dad de  Presbyteros  de  la 
misma  Parroquial  Iglesia  con 
la  solemnidad  de  capas  y 
bordones  ;  del  Ilustre  Señor 
D.  Ramón  de  Anglasill ,  Go- 
bernador general  de  dicha 
Villa  y  Ducado  de  Cardo- 
na ,  del  magnifico  Celdoni 
Coma  ,  Baile  de  la  dicha  Vi- 
lla ,  y  Ballias  de  Cardona 
por  el  Excmo.  Señor  Duque 
de  Cardona,  Medinaceli,  &c. 
de  los  magníficos  Jayme  Flo- 
tan ,  Miguel  Girabancas, 
Juan  Garrigo  y  Antonio 
Font  ,  Cónsules  en  el  pre- 
sente y  corriente  año  de  la 
Universidad   de  dicha  Villa 


Trat.  69  Cap,  1 9. 
de  Cardona;  de  los  magní- 
ficos Francisco  Jordana  y 
Cañáis  ,  Asesor  ordinario  ,  y 
Magí  Aynes  ,  Tesorero  de 
dicho  Ducado  de  Cardona, 
Dodores  en  ambos  dere- 
chos ,  de  la  mayor  parte  de 
los  Consiliarios  del  Consejo 
ordinario  de  dicha  Villa, 
llevando  en  las  manos  velas 
encendidas  ,  y  de  muchos 
otros  Señores  y  personas  en 
gran  número ;  después  de  ha- 
ber dichos  Señores  Oficial,Ca- 
nonigo  ,  Redor  y  RR.  de  di- 
cha Real  Comunidad  ,  lle- 
vado con  dicha  solemnidad 
la  caja  de  plata ,  en  la  qual 
están  custodiados  y  guarda- 
dos los  huesos  de  los  cuer- 
pos de  los  gloriosos  é  in- 
vidos  Martyres  S.  Emeterio 
y  S.  Celedonio  desde  su  Ca- 
pilla honda  de  dicha  Iglesia 
Parroquial ,  en  la  qual  están 
veneradas  ,  hasta  el  Presby- 
terio  de  la  misma  Iglesia, 
cantando  solemnemente  los 
hymnos  del  Oficio  de  dichos 
Santos  Martyres  ,  y  puesta 
alli  ,  á  petición  de  dichos 
Magníficos  Cónsules  con  la 
debida  reverencia  abrió  di- 
cho Oficial  la  dicha  caja  de 
plata  ,  á  fin  y  efedo  de  ma- 
nifestarla á  todos  los  que  en 
dicha  Iglesia  se  hallaban,  y 
dar- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,      3  i  5 


darles  á  adorar  los  huesos 
de   los   cuerpos    de    dichos 
Santos  Martyres ,  que  en  ella 
venían:  la  qual  caja  abierta 
fueron   halladas    dentro   de 
ella  dos.  fundas  de  tela  muy 
delgada  ,    dentro    de   cada 
una  de    las  quales  se  halló 
otra  funda  hecha  á  modo  de 
colchoncito  con  sus  separa- 
ciones ,  esto  es  ,  la  parte  de 
abajo  de  tela  espesa ,  y   lo 
demás  de  gasa  ,  dentro  de 
las  quales  separaciones  es- 
tan  puestos   los   huesos    de 
los  cuerpos  de   dichos  glo- 
riosos Martyres ,  como  son 
canillas  de  brazos  ,  piernas 
y  muslos  ,  y  otros  muchos 
huesos  de  los  cuerpos :  y  en 
la  tela  ,  debajo  de  cada  uno 
de  dichos  colchoncitos  ,  se 
ha  hallado  un  rotulo  escri- 
to con  letras  gruesas  y  an- 
tiguas bordadas  de  hilo  de 
oro ,  en  el  uno  de  los  qua- 
les se  lee  Sant  Celdoni ,  y 
en  el  otro  S.  Henmerter  ;  y 
en  el  que  se  lee  S.  Celdoni  se 
ha  hallado  una  buena  parte 
del  casco  de  la  cabeza  ,  y 
un  trozo  de  quijada  con  sus 
muelas   encajadas    en    ella, 
y  una  canilla  de  brazo  ó  pier- 
na ,   puesta  dentro  de  una 
bayna  de  tela  blanca ,  que 
dicense  la  llevaba  el  Señor 


Obispo  deUrgél  ,  que  por 
un  infortunio  de  tiempo  ,  co- 
mo fue  un  pedrisco  que  ca- 
yó   sin    hacer  daño  ,  ni  pa- 
recer nubes  ,  no  paró  hasta 
haber  restituido  en  dicha  ca- 
ja dicha  santa  Reliquia  ,  es- 
tando ya  fuera  de  dicha  Vi- 
lla un  quarto  de  legua.  Ha- 
llase todavía  el  pañuelo  de 
tela  blanca  ,  con  el  qual  se 
cree  la  llevaba.  En  la  mis- 
ma caja  de  plata  se  ha  en- 
contrado una  bolsa  de  Da- 
masco  Carmesí  guarnecida 
de  galón  de  oro  ,  y  dentro 
de  ella  una  caja  pequeña  de 
madera  ,  en  la  qual  se  ha 
hallado  una  cabeza  muy  pe- 
queña guarnecida  de  lamina 
de   plomo  claraboyada  con 
un  rotulo  en  dicha  caja   de 
madera  ,  que  dice ;  Cabeza, 
de  un  Santo  Inocente»  Y  de- 
votamente adoradas  dichas 
santas   Reliquias   por   todos 
los   sobredichos ,  por  la  ma- 
yor  parte    de  las  personas 
de  dicha  Villa  ,  y  otros  fo- 
rasteros ,  fueron  vueltas  por 
dicho  Señor  Oficial  y  Redor 
en  dicha  caja  ,  y  por  ellos 
cerrada  con  tres  llaves  de 
tres    cerraduras    diferentes, 
que  se  hallan  en  dicha  caja, 
las  quales  fueron  entregadas 
en  esta  forma  :  la  de  la  ma- 
Rr  2  no 


3  1 6  España  Sagrada 
no  derecha  ai  dicho  Señor 
Oficial  y  Redor  ,  á  efedo 
de  que  se  guarde  en  el  Sa- 
grario de  dicha  Iglesia  ;  la 
del  medio  á  dicha  Rev.  Co- 
munidad ,  y  por  ella  al  R. 
Dociüi  Juan  Blasi  ,  Presby- 
tero  ,  Syndico  de  la  misma, 
á  efecto  de  tenerla  guarda- 
da en  el  Archivo  de  dicha 
Rev.  Comunidad  ,  y  la  otra 
de  la  mano  izquierda  á  ¡os 
dichos  magníficos  Cónsules; 
y  aceptada  por  mano  del  di- 
cho Señor  Cónsul  mayor ,  en- 
continente  á  la  dicha  solem- 
didad  fue  dicha  caja  de  pla- 
ta llevada  y  tornada  al  Al- 
tar de  dicha  su  Capilla.  De 
las  quales  cosas,  á  petición 
de  dichos  magníficos  Cón- 
sules ,  se  hizo  el  presente 
ado  pubíicado  por  Juan  Ma- 
Itrt -y  Gerónimo  Malet  por 
autoridad  Apostólica  y  Real 
Notarios  públicos  de  dicha 
Villa  de  Cardona  ,  que  fue 
hecho  en  dicha  Iglesia  Par- 
roquial de  S.  Miguel  de  dicha 
Villa  de  Cardona  en  el  dia, 
irjes  y  año  sobredichos,estan- 
do  presentes  por  testimonio 
los  magníficos  Antón  Franch 
y  Boix  ,  Ciudadano  honrado 
de  Barcelona  ,  Juan  Francis- 
co Franch  y  de  Cap  de  Vila, 
Antón  Jordanay  Tristañ  en 


.  Trat.  69.  Cap,  1 9. 
ambos  derechos  Dodores, 
Josef  Abad  y  Josef  Celles, 
Dodores  en  Medicina  ,  do- 
miciliarios en  dicha  Villa  de 
Cardona  ,  y  Francisco  Llin- 
sach ,  Ciudadano  de  Barce- 
lona ,  Maestro  de  leer  y  es- 
cribir ,  y  contar  en  dicha 
Villa  de  Cardona  ,  y  muchos 
otros  ,  asi  de  la  dicha  Vi- 
lla, como  forasteros  en  gran- 
de número. 

60  Signum  meum  Anto- 
nii  Thomasa  &  Font  ,  Villis 
Cardona  Celsonensis  Dioece^ 
sis^  atii^oritatíbus  Apostóli- 
ca &  Regia  Notari'us  publi' 
cus  regens  scripturas  recep^ 
tas  penes  Joannem  Malet ^ 
Notarium  publicum  relatas 
Villce  in  Scribania  publica» 
didice  Villce  custoditas  ,  in- 
ter  qiias  prcescntem  invenid 
quam  cum  suo  originali  con- 
cordare vidi ,  propria  manu 
scripsi  ,  subsignavi ,  &  re- 
quisitus  clausi  in  papiro  si' 
gilli  quarti  die  nona  mensis 
Marta  anni  millessimi  sep- 
tingentessimi  septuagessimi 
sexti, 

61  Las  expresadas  Re- 
liquias estubieron  primero 
en  Sallers  ,  adonde  según 
los  Catalanes  se  trasladaron 
desde  Calahorra  ó  Leyre, 
Alli  se  guardaron    hasta  el 

año 


-    Santos  del  Obispado  de  Calahorra, 
año  1399.  en  que  ílay mundo     mayor  aumento    d 
Füich  de   Cardona  logró  li-' 


cencía  de  Ramón  de  Pinos, 
Señor  de  Sallers  ,  para  tras- 
ladarlas á  la  Villa  de  Cardo- 
ña.    La  translación  se  hizo 
en  Domingo  de  19.  de  Oétu- 
bre  de   dicho    año  con  os- 
tentosa  solemnidad  y  mag- 
nificencia :  todo  lo  qual  cons- 
ta de  escritura ,  cuya  copia 
se  me  ha  remitido  ,  y  se  ha- 
llará en  el  Apéndice  á  la  le- 
tra conforme  á    la    que  se 
guarda  en  el  Archivo  Ducal 
de  Barcelona  ,  arm.  i.  caj.  i. 
num.  333.  y  en  el  libro  ms. 
ée   los  milagros  de'losSan- 
tps  Martyres  citado  por  el 
Padre  Pons  ,  el  qual  la  puso 
en  idioma  Catalán ,  que  tra- 
ducido á  nuestro  Castellano,' 
es  del  tenor  siguiente.       ■     ' 
62     El  noble  y  excelen- 
te Señor  Conde  de   Cardona 
D.  Juan  Ramón   de  Cardo-' 
na  ,  Almirante  del  Rey  Mar-, 
tin  de    Aragón  ,   trató- con 
el   Señor  de  Sallers  D.  Ra-' 
monde  Pinos  (que  entonces 
tenia  y   poseia  el  Valle   de 
Sallers  en  feudo   del  dicho 
Conde   de-  Cardona)   y  con 
los  de  Cardona  ,  sobre  qjua' 
los  cuerpos  ■  de,  'los   Santos; 
Em.eterio  y  Celedonio  para 
mas  honra  de  ellos ,  y  para 


la  del 
vocion  de  los  Fieles  Christia- 
nos  fuesen  llevados  con  .gfán 
veneración  á  la  Iglesia  Par- 
roquial de  S.  Miguel  de  Car-^- 
dona.  Y  asilos  fueron  átraeí* 
con  una  solemne  y  devotísi- 
ma procesión  ,  la  qual  acom- 
pañaban  él  sobredicho  Con- 
de de  Cardona  con  su  hijo  D. 
Juan  Ramón  ,  y  su  hermano' 
D.  Hugo  con  otros  muchos' 
Caballeros  ,  y  toda  la  Uni- 
versidud  de  la  Villa  de  Car- 
dona asi  hombres  como  mu- 
geres.:  la   Confiesa    con-  su 
hija   Doña   Juana    de    Caf»-" 
dona  s  y  qüatro'  Danfias  hér-' 
manas  del  Almirante,  y  con' 
toda  su  casa  y  familia.  Acom- 
pañaba    también     en    esta' 
Procesión  eí  ilustre  Abad  'deí-' 
Mon'astério  de  Santa-  Má  ría 
de  Sarratex,  llamado  Beren^ 
guer  deToriguesde  la  Dio-' 
cesis  de  Urgél-,' juntamente' 
con  su  yenerable  Conyénró^ 
de  los  Xíonges ^  del  Orden  dé ' 
S.  Benito  ,  eí  qukl  Abad  ce-^ 
lebró  y  dijo  lá  Misa  mayor. 
Asistieron  también  en  dicha 
procesión  los  venerables  Se-  ' 
ñores    Canónigos    Reglares" 
del  Ordéíi  de  'S.' A'^ustíñ  Üel 
Monasterio  d^  Si  Vieérrtedé' 
Cardona  con  el  muy  ilustre' 
Señor    Abad    Francisco    de 
Be- 


3  I  8      España  Sagrada.  Trat.  69.  Cap,  19. 
Besora.  A  mas  de  esto  acu-     todos  los  Redores  de  su  Oñ> 


dieron  los  Señores  Canóni- 
gos y  Beneficiados  del  Mo- 
nasterio de  Santa  Maria  de 
Solsona  ,  Obispado  de  Urgel. 
También  fueron  presentes  á 
dicha  procesión  el  honora- 
ble Prior  del  Monasterio  de 
S.  Lorenzo  de  Morulls  del 
Orden  de  S.  Benito  con  toda 
su  venerable  Comunidad.  Y 
los  Canónigos  del  Priorato 
de  S.  Jayme  de  Calaf  del 
Orden  de  S.  Agustín  ,  Obis- 
pado de  Vique. 

Ítem  Fr.  Juan  de  Pague- 
ra  ,  Maestro  en  Sagrada 
Theología  ,  del  Orden  de 
Franciscos  ,  con  otros  dos 
Religiosos  de  la  misma  Or- 
den del  Monasterio  y  Con- 
vento de  Cervera. 

ítem  Fr.  Bernardo  Arti- 
guen ,  Prior  del  Convento 
de  Predicadores  de  Castello 
de  Empurias  ,  en  compañía 
del  P.  Fr.  Antonio  Carrera 
del  mismo  Orden  ,  Confesor 
del   Conde  de  Empurias. 

ítem  el  Ledor  del  Car- 
men de  la  Ciudad  de  Man- 
resa  con  otros  tres  Religio- 
sos suyos. 

ítem  el  honorable  Mos- 
sen  Romeu  Grasset ,  Oficial 
de  Cardona  juntamente  con 


cialato. 

ítem  el  Reverendo  Rec- 
tor Müssen  Francisco  de  Xa- 
vel  con  todos  los  Beneficia- 
dos de  la  Iglesia  Parroquial 
de  San  Miguel  de  Cardona. 
63      Finalmente    acom- 
pañaron la  dicha  procesión 
el  Señor   Hoguet  de  Rosa- 
nes   Caballero  ,  y  su  Señor 
Micer  Pedro  Ripoll  Juez  de 
todo  el  Condado  de  Cardo- 
na: y  los  Cónsules  de  Car- 
dona, Pedro  de  Corp  ,  Pedro 
Jayme  Merola ,  Pedro  de  Gi- 
bert  y  Pedro  de  Olivo.  Tam- 
bién la  acompañó  el  Maes- 
tre escuela   Arnaldo  Viñies, 
Maestro  en  Artes  ,  y  Bachi- 
ller en  Medicina  ,  con  otras 
muchas  personas ;  y  habien- 
do llegado  á  la  Iglesia  ma- 
yor ,  colocaron  en   ella  los 
cuerpos  de  los  gloriosos  San- 
tos ,  en  la  qual  están  hoy  día 
para  honra  y  gloria  de  Dios, 
é  intercesión  de  sus  devo- 
tos. 

64  Después  de  mucho 
tiempo,dice  el  P.Pons,  deter- 
minaron los  Duques  de  Car- 
dona edificarles  una  bella 
Capilla  debajo  del  Altar  ma- 
yor de  la  Iglesia  Parroquial 
de  S.  Miguel  ,  la  qual  está 
he- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.      '>,  1 9 
hecha  al  modo  de  la  de  Santa     Almirante  y  gran  Condesta- 
Eulalia  de  la  Ciudad  de  Bar- 
celona; excepto   que  dentro 
de    é^ta    de    Cardona    hay- 
tres  Capillas,  la  primera  está 
á  mano  derecha  ,  bajando  las 
escaleras ,  la  qual  es  el  sepul- 
cro de  Jesu  Christo  Redemp- 
tor  nuestro    La  otra  está  á 
la   mano  izquierda  ,  y  es  el 
sepulcro  de  nuestra  Señora. 
La  tercera  ,  que  es  la  de  en- 
medio  ,  (la  qual    se  cierra 
con  otra  reja  de  hierro)  es 
la    de   los    cuerpos    Santos. 
En   esta  hay  un  Altar  ,  en 
medio  del  qual   hay  una  be- 
lla caja  de  plata  ,  donde  es- 
tan  los  cuerpos  Santos;  tie- 
ne  la    caja    quatro    palmos 
de  largo,  dos   de  ancho,  y 
dos  y  medio  de   alto.   Esta 
caja   se  hizo    por    la    gran 
devoción  de   la  Excelentisi- 
ma  Duquesa  Doña  Francisca 
Manrique,  abuela  de  la  Du- 
quesa que  hoy  es  ,  hija  que 
fue  del  Duque  de   Nágera, 
y  muger  del  primer  Duque 
de  Cardona  Don  Fernando, 
como    consta    del  siguiente 
ado. 

65  Manifiesta  cosa  sea 
á  todos  los  fieles  Christianos 
como  los  muy  ilustres  Seño- 
res Don  Fernando  Ramón 
Folch  ,  Duque  de  Cardona, 


ble  de  Aragón  ,  Marqués  de 
Pallas  ,  Conde  de  las  Mon- 
tañas de  Prades  ,  Vizconde 
de  Vilamúr',  Señor  de  las  Ba- 
ronías Dentenza  ,  Arbeca, 
Juneda,  Alcolea,  Cambrils, 
Agran;iiint  ,  y  de  Pesonada: 
y  Doña  Francisca  Manrique 
su  muger. 

66  A  honra  y  gloria  de 
Dios  omnipotente,  y  de  su 
gloriosa  Madre  Señora  San- 
ta Maria  ,  y  por  el  mucho 
amor,  y  afeéiuosisima  devo- 
ción ,  que  los  dichos  Señores 
tienen  y  profesan  á  los  glo- 
riosos Santos  S.  Celedonio, 
y  S.  Emeterio  ,  cuyos  cuer- 
pos están  depositados ,  y 
se  celebran  y  solemnizan 
en  la  Iglesia  mayor  del  glo- 
rioso Archangel  S.  Miguel 
de  la  insigne  Villa  de  Car- 
dona ,  para  dotación  de  la 
qual  se  ha  servido  Dios  nues- 
tro Señor  dotarla  de  los  cuer- 
pos de  los  dichos  gloriosos 
Martyres  ,  y  caballeros  de 
nuestro  Señor  S.  Celedonio 
y  S.  Emeterio,  por  cuyos 
méritos  los  dichos  Señores, 
y  muchas  otras  infinitas  per- 
sonas han  obtenido  ,  y  obtie- 
nen cada  dia  muchas  gra- 
cias y  mercedes  ,  no  solo 
en  los  males  del  cuerpo,  mas 
tam- 


3^0     España  Sagrada.  Trat.  6cf.  Cap.  19. 

también   en  la  salud  de  sus     dichos  gloriosos  Santos  ;  en 


almas.  Por  tanto  los  dichos 
Señores  ,  vistas   las  gracias 
y    mercedes    que.  de    Dios 
Jiuestro  Señor  reciben  cada 
dia  por  los  méritos  y  súpli- 
cas devotas  de    los  dichos 
gloriosos'  Martyres;  á  hon- 
ra, y   reverencia  de   ellos, 
de    su    libre    y    espontanea 
voluntad  ,  en  el  presente  dia 
abajo  escrito  ,  estando  per- 
sonalmente congregados  den- 
tro de  la  Capilla  nuevamen- 
te, hecha  á  honra  y  reveren- 
cia de  lo5   dichos    gloriosos 
Martyres  dentro  de  la  dicha 
Iglesia  de  S.  Miguel ,  devo- 
tamente presentaron  en  do- 
nación  irrevocable  ,  que  es 
(Jicha  entre  vivos,  y  dona- 
ron á  Dios  nuestro  Señor ,  y 
á   los  dichos  gloriosos  Mar- 
tyres S.  Emeterio  y  S.  Cele- 
donio una  caja  de  plata  ,  que 
aceptaron  por  ellos  con  ho- 
nor  y  reverencia  ,    y   gra- 
cias debidas  ,   los  honrados 
Francisco     Rovira  ,    Pedro 
Ferrer,  Juan  Foncalda,  Jay- 
me  Ferrer  ,  Cónsules  en  el 
presente    año  .  de   la    dicha 
Villa  de   Cardona  ,•  y   por 
consiguiente    Administrado- 
res ,  Redores    y  Goberna- 
dores de  las  limosnas  ,  can- 
tares ,  y  devociones   de  los 


la  quai  caja  quieren  ,  man- 
dan  y  ordenan  ,  sus  Señoría?^ 
que  los  cuerpos  de  ios  glo- 
riosos Santos    sean    coloca- 
dos  para  su  mayor  honra  y 
veneración.  Y  por  quanto  es 
intensa  la  devoción  ,  y  afec- 
tuoso el  amor  que  sus  Seño- 
rías tienen  en  cumplir  su  de- 
voto proposito ,  estando  per- 
sonalmente ,  como  arriba  se 
dijo  ,   dentro  de    la.  dicha 
Capilla  ,  y   llamados  y  con- 
vocados    muchos     devotos 
Presby  teros ,  entre  los  qua- 
les  asistieron  los  venerables, 
y  discretos  Mossen  Armen- 
ter  Señor  Vicario  ,   Mossea 
Juan  Noguers  , ,  Mossen  Juati 
Guardies  ,  Mossen  Juan  Bor- 
ro, Mossen  Juan   Asamort, 
Mossen     Rafael     Altarriba, 
Presbyteros,  y  otros  muchos 
Presbyíeros  de  la  dicha  Igle- 
sia:   é    interviniendo   en    el 
mismo  aéío,  y  siendo  presen- 
tes los  dichos  honrados  Cón- 
sules ,   y  muchas  principales 
y    particulares    personas  en 
gran   número  ,  asi  hombres 
como  mngeres  ,  tanto  de  la. 
dicha  Villa,  como  de  fuera 
de  ella  ,  quisieron  y  manda^ 
ron  sus  Señorías,  que  la  caja 
de  los  gloriosos  Santos  fue- 
se sacada  alli  en  medio  de 
la 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra*  3^1 
a  Capilla  sobre  una  bella  rados:  y  mudados  que  fue- 
alfombra  de  sus  Señorías ,  y 
sobre  ella  pusieron  una  sa- 
bana blanca  y  limpia  ;  y 
puesta  que  fue  allí  cantando 
hymnos  y  alabanzas,  abrie- 
ron dicha  caja  ,  dentro  de 
la  qual  hallaron  dos  saqui- 
tos  de  lienzo  delgado  y  bue- 
no ,  en  que  estaban  puestos 
y  recogidos  los  huesos  de  los 
dichos  gloriosos  Santos.  Y 
además  de  esto  hallaron  allí 
una  caja  redonda  ,  dentro 
de  la  qual  había  dos  cabe- 
zas de  los  niños  Inocentes. 
Y  la  Señora  Duquesa ,  que- 
riendo ennoblecer  aquellos 
preciosos  huesos  ,  llevaba 
consigo  dos  saquitos  de  lien- 
zo de  Olanda  muy  delgado 
y  delicado  ,  y  con  seda  ,  y 
allí  ,  en  presencia  de  todos 
los  sobredichos ,  y  de  otros 
muchos  de  que  estaba  la 
Capilla  casi  llena  ,  por  las 
manos  de  los  dichos  Vica- 
rio ,  Mossen  Juan  Noguers, 
y  Juan  Guardies  ,  diciendo 
y  cantando  hymnos  fueron 
mudados  de  una  bolsa  en 
otra  en  la  mejor  manera  y 
forma  que  pudieron  y  supie- 
ron ,  y  aquellos  dos  saquitos 
fueron  puestos  y  metidos 
dentro  de  otros  ,  que  la  Se- 
ñora Duquesa  tenia  prepa- 
Tom.  XXXllL 


ron  con  toda  aquella  hon- 
ra y  reverencia  que  pudie- 
ron ,  cantando  loores  y  ala- 
banzas á  Dios ,  fueron  meti- 
dos y  puestos  dentro  de  la 
caja  de  plata.  En  los  saquitos 
se  puso  con  letras  de  oro 
el  nombre  del  Santo  ,  cuyos 
huesos  se  metieron  en  ellos, 
para  que  en  todos  tiempos 
se  tubiese  noticia  cierta  de 
las  Reliquias  que  cada  uno 
de  los  dos  contenia  ,  y  lue- 
go fue  puesta  la  caja  nue- 
va en  el  lugar  acostumbrada 
de  dicha  Capilla :  y  de  I3 
antigua  determinó  la  Señora 
Duquesa  ,  que  se  llevase  á 
Aberca  con  los  dos  saquitos, 
donde  escubieron  primero 
los  sagrados  huesos.  Hicie- 
ron los  Señores  Duque  y  Du- 
quesa esta  donación  libre- 
mente ,  y  con  buena  volun- 
tad ,  sin  paélo  ni  condición 
alguna,  y  prometieron  no 
revocarla  por  ningún  titulo, 
causa  ó  razón ,  y  los  dichos 
honorables  Cónsules  la  acep- 
taron en  nombre  de  los  de- 
más arriba  nombrados.  To- 
do lo  qual  mandaron  y  orde- 
naron sus  Señorías ,  que  yo 
Pons  Botres,  Notario  de  Car- 
dona ,  lo  escribiese  para  me- 
moria de  los  venideros  ,  en 
Ss  la 


^22      España  Sagrada, 
la  Villa  de  Cardona  dentro 
de  la  Capilla  de  los  dichos 
gloriosos     cuerpos  á   5.   de 
Julio  año  mil   D.  y  XXIIII. 

EXAMINASE       SI 

todas  las  reliquias  ,  que  se 
tienen    en    Cardona  con    ¡os 
nombres  de  S.  Emeterioy  Ce- 
ledonio se  deben  reputar  por 
idénticas  con  las  de  los 
Martyres  de  Ca- 
lahorra, 

67  La  autoridad  de  los 
documentos  ,  que  dejo  exhi- 
bidos ,  concernientes  á  las 
santas  Reliquias  que  se  ve- 
neran en  Cardona  con  los 
nombres  de  los  Santos  Eme- 
terio  y  Celedonio ,  es  tanta 
en  el  concepto  de  los  Escri- 
tores de  Cataluña  ,  que  con- 
fiados en  ella  ,  se  atreven  á 
negar  ,  que  los  sagrados 
cuerpos  de  los  dichos  Mar- 
tyres existen  actualmente  en 
Calahorra  ,  y  pretenden  que 
en  esta  Ciudad  solo  se  con- 
servan algunasRel'quias  prin- 
cipales. El  R.  P.  Fr.  Salva- 
dor Pons  en  su  librito  de  la 
vida  ,  y  milagros  de  e^tos 
Santos  ,  dice  asi  :  T  si  lo 
Dofior  [Villegas  en  lo  Cata  - 
loffo  del  Sants  extrave^ants 
de  Espanya   diu  ,    que    los 


Trat.óg.  Cap.  19. 

cossos  de  aquestos  Sants  eS' 
tan  en  Calahorra  ,  es  se  so* 
breentes  prenent  los  Caps 
per  les  cossos  ,  pero  parlen 
cartes^  y  callen  barbes  ,  com 
se  ven  aqui  per  adíe  de  No- 
tar i  autenticament.  Lo  mis- 
mo intenta  el  Padre  Dorrle- 
nec  ,  como  dige  antes ,  lle- 
gando 1  calificar  de  teme- 
rarios á  los  que  no  creye- 
ren ,  que  los  cuerpos  están 
en  Cardona  ;  y  se  empeña 
en  que  de  las  Reliquias  de 
esta  Villa  debe  tomarse  en 
su  mayor  propriedad  y  ri- 
gor la  voz  cuerpos^  permi- 
tiendo solo  á  Calahorra  el 
uso  de  ella  ,  en  quanto  na 
signifique  mas  que  alguna 
parte. 

63  El  R.  Josef  Ignacio 
pretende  en  la  Historia  de 
estos  Santos  cap.4.  §.  4.  pro- 
bar la  identidad  de  las  Re- 
üquias  ,  que  se  expresan  en 
la  escritura  de  reconocimien- 
to del  año  de  1705.  mas 
hablando  con  mas  modera- 
ción que  Pons  y  Domenec, 
dice  ser  cierto,  que  no  hay 
en  Cardona  todos  los  hue- 
sos de  los  dichos  Santos  ;  pe- 
ro que  no  obstante  se  nom- 
bran aquellas  santas  Reli- 
<5uias  con  el  nombre  de  cuer- 
pos. Juzga  también  sucede 
lo 


Santos  d  el  Obispado  de  Calahorra.      323 
]o  mismo  en  Calahorra  ,  y     hay  en  este  asunto,  se  nom 


que  por  tanto  nada  se  re- 
fiere contra  la  verdad  é  iden- 
tidad de  las  Reliquias  de 
Cardona  ,  aunque  se  diga  que 
en  Calahorra  ,  Leyre  ,  San- 
tander y  Sallers  se  veneran 
Reliquias  de  estos  Santos. 
Trae  finalmente  lo  que  es- 
cribe Guiberto  Belvacense 
en  su  Obra  de  Sanáis  ,  &  de 
pignoribus  Sandiar um  ,  don- 
de tratando  de  varias  Reli- 
quias ,  y  de  los  fraudes  que 
hay  acerca  de  ellas ,  asegu- 
ra que  en  este  punto  se  han 
admitido  en  el  mundo  mu- 
chos errores.  Lo  qual  ,  dice 
el  Escritor  Catalán, no  se  ve- 
rifica ,  quando  aun  faltan- 
do las  autenticas ,  como  su- 
cede con  las  Reliquias  muy 
antiguas  ,  son  vehementes 
los  indicios  ,  antiquísima  la 
tradición  y  el  culto ,  y  pa- 
tentes los  milagros  ,  mien- 
tras no  se  evidencie  lo  con- 
trario, Y  todas  estas  circuns- 
tancias ,  concluye  ,  se  obser- 
van en  las  que  veneramos 
en  Cardona  con  los  nombres 
de  los  Santos  Emeterio  y  Ce- 
ledonio. 

69  Sería  á  la  verdad  ne- 
gocio de  la  mayor  impor- 
tancia ,  que  para  evitar  las 
contiendas  é  ignorancias  que 


brasensugetos  celosos  y  eru' 
ditos  ,  á  quienes  se  come« 
tiese  y  encomendase  el  cui- 
dado de  informarse  de  las 
Reliquias  y  cuerpos  santos, 
que  se  guardan  y  veneran 
en  los  Monasterios  é  Iglesias 
de  España  ,  asi  como  lo  hi- 
zo Ambrosio  de  Morales  poc 
mandado  de  Felipe  II.  en  el 
Principado  de  Asturias  ,  y 
en  los  Reynos  de  León  y  Ga- 
licia ,  y  el  Cardenal  Xavier- 
re  ,  que  por  comisión  del 
mismo  Monarca  inventarió 
las  Reliquias  de  S.  Valero, 
que  tiene  el  Monasterio  de 
Roda.  Convenía  hacer  este 
reconocimiento  principal- 
mente en  la  Diócesis  de  Ca- 
lahorra en  vista  de  las  gran- 
des y  reñidas  controversias, 
que  se  han  excitado  acerca 
de  los  cuerpos  santos  ,  que 
posee,  como  de  algunos  ve- 
remos en  el  tomo  presente. 
Mas  entre  tanto  que  no  se 
hace  la  información  que  se 
desea,  juzgo  quesera  de  mu- 
cha utilidad  examinar  estos 
asuntos  con  el  esmero  po- 
sible, pues  aunque  por  este 
medio  no  pueda  siempre 
conseguirse  la  satisfaccioa 
que  es  menester  ,  y  se  pro- 
ceda con  algún  peligro  de 
Ss  2  er- 


324  España,  Sagrada, 
errar  ,  con  todo  eso  condu- 
cirá mucho,  ó  bien  para  que 
se  muevan  otros  á  publicar 
mejores  documentos  para 
iluscracion  de  una  materia 
tan  grave  ,  ó  bien  para  que 
á  vista  de  las  dificultades, 
que  se  propongan,  se  advier- 
ta mas  vivamente  la  nece- 
sidad que  hay  del  reconoci- 
miento que  he  dicho. 

70  Vmiendo  pues  á  tra- 
tar de  las  Reliquias  ,  que  se 
veneran  en  Cardona  con  los 
nombres  de  S.  Emeterio  y 
S.  Celedonio  digo  ,  que  sin 
embargo  de  Jas  precaucio- 
nes con  que  habla  de  ellas 
e¡  R.  Josef  Ignacio  ,  que  es 
e!  mas  moderno  de  los  Es- 
critores de  Cataluña  ,  no 
puedo  menos  de  sospechar, 
que  no  son  todas  de  los  Mar- 
tyres  de  Calahorra.  Se  tiene 
por  cierto  ,  que  en  Santan- 
der están  depositadas  las  sa- 
gradas cabezas  de  estos  San- 
ios. El  Prior  de  Leyre  escri- 
bió al  M.  Yepes  ,  que  en 
aquel  Monasterio  hay  una 
2 rea  estrecha  de  dos  varas 
de  largo  con  muchos  huesos 
de  les  mismos.  El  aélo  de 
visura  de  Cardona  dice  pri- 
mero absolutamente  ,  que 
alli  se  hallaron  los  huesos  de 
los  dichos  dos  Santos.  Luego 


Trat,  6c)  Cap.  19. 
especificando  algunos ,  dice 
como  por  via  de  egeniplo, 
como  son  cánulas  de  brazos^ 
y  piernas  ,  añadiendo  ,  y 
otros  muchos.  Además  dees- 
tas  Reliquias  dice  ,  que  en 
otra  almohada  hay  una  ca- 
nilla de  brazo  ó  pierna  ,  que 
se  llevaba  el  Obispo  de  Úr- 
gél  ,  quien  fue  forzado  por 
un  suceso  milagroso  á  resti- 
tuirla. Pone  también  un  gran 
pedazo  del  casco  de  la  ca- 
beza de  San  Celedonio  con 
una  quijada  ,  y  muelas  enca- 
jadas en  ella.  Finalmente  es- 
criben los  Catalanes ,  que  en 
Sallers  quedaron  algunas  Re- 
liquias aunque  pequeñas.  Ao- 
ra  pues :  ¿que  Reliquias  son 
las  que  anualmente  posee  la 
Santa  Iglesia  de  Calahorra? 
¿Diremos  que  en  esta  Ciu- 
dad no  hay  sino  quando  mas 
una  cortísima  parte  de  los 
cuerpos  de  los  Santos?  Esto 
es  lo  que  pretenden  los  Es- 
critores de  Cataluña  ,  de- 
fendiendo la  identidad  de 
las  Reliquias  de  Cardona. 
Pero  ¿como  podremos  creer 
que  la  Catedral  de  Calahor- 
ra ha  sido  tan  liberal  en  la 
distribución  del  rico  tesoro, 
que  poseía  ,  que  se  ha  que- 
dado casi  pobre  por  enrique  - 
cer  á  otros  pueblos? 

Res- 


.    Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       325 
71     Responden  los  Escri-     al  conceder  en  feudo  el  Con 


tores  de   Ci^taluña  ,  que   no 
saben    como  vinieron    á  su 
Principado  los  cuerpos  de  ios 
Santos  Martyres  ,  pero  que 
es  indubitable  haberse  tras- 
ladado  á  Saliers.  Sea  como 
fuere  ,  dice  el  R.  Josef  Igna- 
cio ,  la  venida    de   nuestras 
veneradas   Reliquias  ct    Sa- 
liers ,  no  puede  dudarse  sin 
temeridad  ,  que   ellas  vinie- 
ron acá,  ledos   los  Autores 
antiguos  y  modernos   nacio- 
fiales  ,  y  estrangeros  afir- 
man comunmente  ^y  supinen 
esta  venida.  El  célebre  Bay- 
ilet  Historiador  Francés  mo- 
derno y  muy  critico  asegura, 
que  los  cuerpos  de  les  San- 
tos Emeterioy  Celedón fo  ,  de 
Jos  quales  trata  con   mucha 
particularidad  afueren  tras- 
ladados deCalabotra  á  Ley- 
re  ,   Obispado  de    Tanphna 
en  la  Navarra  y  de  alli  á 
Saliers  ^  y  de  aqui  á   Car- 
dona,  Tamayo  Salazar  dice: 
Como    los   cuerpos   de    los 
Santos  Emeterio  y  Celedo- 
nio Martyres  ,  que   padecie- 
ron   en  Calahorra  ,  fueron 
trasladados    al  lugar  de  Sa- 
liers ,  y  descansaron  alli ,  D. 
Juan  de  Cardona  Almirante 
del   Rey  Martin  de  Aragón 
entre  otros  paClos  que  hizo 


dado  de  Saliers  á  D.  Ramón 
de  Pinos  ,  el  mas  solemne 
y  necesario  fue,  que  las  sa- 
gradas Reliquias  de  ¡os  San- 
tos Martyres,  guardadas  des- 
de mucho  tiempo  en  la  Igle- 
sia de  Saliers  ,  fuesen  lleva- 
das lutgo  á  la  de  Cardona 
como  se  hizo. 

72  Sería  razón  que  en- 
mudeciésemos ,  y  confesase- 
m.os  sin  resistencia  ,  que  los 
cuerpos  de  los  Santos  Marty- 
res fueron  trasladados  á  Sa- 
liers y  y  desde  aqui  á  Car- 
dona ,  y  que  por  eso  son 
tantas  las  Reliquias  que  tiene 
esta  Viüa  ,  si  las  expresio- 
nes que  acabo  de  poner  fue- 
sen tan  verdaderas  como 
exagerativas.  Porque  si  to- 
dos los  Escritores  antiguos, 
y  modernos  nacionales ,  y 
estrangeros  afirman  gene- 
ralmente y  suponen  la  refe- 
rida traslación  ¿  quien  se 
arrojará  sin  temeridad  á 
decir  lo  contrario?  Mas  para 
desengaño  de  los  que  no 
manejan  los  A.utores  que  tra- 
tan de  nuestros  Martyres, 
debo  advertir  que  estas  pon- 
deraciones se  escriben  sin  la 
debida  sinceridad  ,  y  con 
demasiado  afedoá  la  patria» 
Porque  lejos  de  ser  común. 

y 


3  ci  ó       España  Sagrada,  Trat,  6g.  Cap.  i  g, 
y  general  sentencia  de    los    gurritana.    Hlnc    crecierem^ 


Escritores  la  traslación  que 
se  pretende  ,  ni  aun  los  dos 
(jue  se   nombran  ,  como   si 
fueran   los  mas  expresos  en 
favor  del   diélamen    de    los 
Catalanes,  se  acordaron  de 
abrazar  este   partido.  Arri- 
ba   hice    presente    el   rexto 
literal   de  Bayllet ,  y  se  re- 
duce á  proponer  los  parece- 
res de  otros  sobre  el  asun- 
to que  tratamos.  La  cliusu- 
la,  que   se  trae  deTamayo, 
no  contiene  la  sentencia  de 
este  Autor  ,  sino  que   es   el 
principio  de  lo  que  escriben 
los  Catalanes  de  las  santas 
Reliquias  de  Cardona  ;  por 
lo  qual    puso  por    titulo  de 
aquella  relación:  A£ia  trans- 
lationis   sacrorum  pignorum 
Emetherii    ,     &     Celedonii 
Martyrum      Calagurritano- 
rwn  in  Hispaniis   ad  urbem 
Cardonensem   ex    Scriptori- 
bus  Cathalanis.   La  opinión 
del    citado  Escritor   se  lee 
mas  abajo  ,  y  dice  de  este 
modo  :  Hcec  est  hujus  trans- 
Jationis  relatio  ;  sed  procul- 
dubio      maximam      continet 
discrepantiam  communi  con- 
sensu  nostrorum  Scriptoriim, 
qui   enixius  affirmant  ,   sa- 
cra hcec  lipsana   adíervari 
in  E celesta  Cathedrali  Cala- 


tantum.  aliquam  exuviarum 
partcm  -apud  Cardonenses 
custodiri,  Y  antes  había  es- 
crito, que  es  sentencia  de  to- 
dos los  Escritures  de  Cas- 
tilla ,  que  los  cuerpos  de  los 
Santos  Martyres  se  guardan 
en  Calahorra  ,  y  que  por 
ellos  está  la  posesión ,  por 
no  constar  que  se  llevasen 
en  algún  tiempo  á  Cataluña. 
Concluyese  pues  que  sola- 
mente los  Catalanes  creen 
y  escriben  la  dicha  tras- 
lación hecha  á  Sallers  ,  de  la 
qu-il  no  han  podido  hasta 
ahora  descubrir  testimonio 
que   la  compruebe. 

73  Además  de  no  favo- 
recer los  Escritores  al  dic- 
tamen de  los  Catalanes,  se 
halla  este  no  solo  destituido 
de  apoyo  ,  sino  expuesto  á 
grandes  é  insuperables  difi- 
cultades. Lo  primero  consta 
por  confesión  de  los  que 
afirman  haberse  trasladado 
los  Santos  cuerpos  á  Sallers, 
que  no  hay  documento,  me- 
moria ó  escritura  antigua, 
que  pueda  traerse  en  prueba 
de  esta  traslación;  por  lo  que 
los  Catalanes  ,  que  han  que- 
rido confirmarla  de  algún 
modo  ,  solo  han  propuesto 
algunas  congeturas  respeti- 
va- 


Santos  del  Obispa 
vámente  falsas,  é  insubsisten- 
tes ,  como  he  dicho  antes. 
Queda  también  probado  con 
testimotíios  expresos,  que  los 
cuerpos  se  conservaron  en 
Calahorra  mientras  duró  el 
imperio  de  los  Romanos  ,  y 
de  los  Godos;  y  por  lo  que 
toca  á  la  dominación  de  los 
Árabes  he  dado  algunas  ra 
zones  eficaces  ,  que  hacen 
muy  probable  la  permanente 
conservación  de  las  sagra- 
das Reliquias  en  Calahorra. 
Es  verdad  ,  que  se  lee  en 
una  memoria  de  l.eyre  su 
traslación  á  aquel  Monaste- 
rio ;  pero  la  autoridad  de 
este  instrumento ,  qualquiera 
que  ella  sea  ,  es  también 
contraria  a  los  Catalanes, 
porque  refiere  igualmente, 
que  pasados  algunos  tiem- 
pos ,  se  restituyeron  á  la 
iglesia  Calagurritana  ,  de 
donde  fueron  sacadas.  Asi- 
iTiismo  e*í  el  tiempo  ,en  que 
se  conquistó  Ci'.lahcrra  ,  se 
creia  que  los  cuerpos  santos 
existían  alli  ,  rrencionsndo- 
los  el  Rey  D.  García  en 
sus  primeras  donaciones,  co- 
mo presentes  en  aquella 
Catedral  ,  que  se  mantenía 
en  peder  de  MuzaTabes  ,  pe- 
ro trasladada  por  entonces 
su  Sede  á  la  Ciudad  de  Ná- 


do  de  Calahorra,      327 
gera  ,  que  estaba   Ubre  del 
yugo  de  los  Sarracenos. 

74  Pues  ¿que  diremos 
de  los  tiempos ,  que  se  han 
seguido  á  la  conquista?  Si 
algunas  memorias  ,  ó  los 
Breviarios  antiguos  nombran 
el  lugar  donde  los  cuerpos 
están  depositados  ,  constan- 
temente expresan  á  Calahor- 
ra. La  Nota  ,  que  puse  en  el 
nüm.3.  sacada  de  un  Códice 
Gótico  de  la  Santa  Iglesia  de 
León  ,  y  escrita  en  el  año 
de  1069.  veinte  y  quatro 
años  después  que  se  conquis- 
tó Calahorra ,  señala  los  pue- 
blos., en  :que  estaban  en 
aquel  tiempo  los  cuerpos  de 
los  Santos  ,  que  alii  se  men- 
cionan ,  y  de  los  de  S.  Eme- 
terjo  y  S.  Celedonio  no  dice 
otra .  cosa  .mas  que  esta: 
EnjcteriumS  Celedonium  Ca- 
lahcrritona  Ecclesia  susce- 
pít  in  urna,  Y  no  hay  duda, 
que  si.  entonces  se  hallaran 
en  otro  pueblo  que  el  de  su 
martyrio  ,  lo  advirtiera  ,  co- 
mo lo  advierte  de  los  San- 
tes  Servando  y  Germano ,  de 
quienes  dice  asi ;  Gcrmanum 
&  ServanduwUrsotiiensis  al^ 
ira  viicus  coronat ,  sed  cor- 
pore  divisos,  SerDandufn  His- 
palis  :  Germanum  Emérita 
pietas  divina  ¡ocavit.  El 
Bre- 


3^8      España  Sagrada,  Trat.  6c),  Cap.  6í. 

Breviario  de  Avila  :  Quorum     veneran  y  están  depositidos 

en  Cardona,  y  no  en  C ila- 
horra  ,  como  quieren  Pons 
y  üomenec? 

7S     Convéncese  también» 
que   Calahorra  posee  el  te- 
soro  de  sus  Santos  Patronos 
con  el  hecho  de  su  Ooispo 
D.  Aznar ,  que  en  el  año  de 
1231.  consaqjró  la  Iglesia  de 
S.  Juan  de  Treviño ,  y  colocó 
en  ella  Reliquias  de  nuestros 
Santos  ,  como  consta  de  la 
escritura  que  trae  Gil  Gon- 
zález, y  dice  asi:  Hec  Eccle- 
sia  fuit  dedicata    per  domi-- 
num  Aziarun  Calagurrita^ 
nensem  Episcopum,  ad  preces 
Fortuna  Archipresbiteri  me^ 
morati    auno    1251.    mense 
Julii  ,   reg ríante  Rege  Fer^ 
nando    in    Castella,    Didaco 
Lupi   Prestimerario  de  Tre^ 
vino  &  in  bonore  Beati  Joan- 
nis  Baptistíü  ,  secunda  Do^ 
minica  ipsius   mensis  Julii, 
Dominus  Aznar    Epíscopus 
Calagurritanensis  consecra^ 
vit   istam  Ecclesiarft ,  &  po- 
suit  ibi  Reliquias  SanSiorurn 
Martyrum  Emeterii  &  Cele- 
dona. Deditqjie  indulgentias 
perpetuas  quadraginta  die- 
rum  ,  qui  in  quolibet  auno  in 
AnniversarÍQ     Dedijationis 
convenerint  ad  eamdem  ora- 
re 


corpora    apud     Calagurrim 
magno    cum    honore  sepulta 
visuntur.  El  de  Palencia  usa 
casi  de  las  mismas  palabras: 
■Quorum  corpora  Calagorrim 
urbem  magno  honore  sepulta 
visuntur.  Las  A¿las  del  Ar- 
chivo de  la  Santa  Iglesia  de 
Burgos   :     Quorum    corpora 
Calai^urice,..    sumna     homi- 
num  veneratione  sepulta  ja- 
cent.  Este  ha  sido  siempre 
el  común  consentimiento  de 
los    Escritores    Cistellanos, 
y  es  al  presente  muy  firme 
y  general  el  concepto  de  las 
gentes    sobre    la    existencia 
aé^ual  de  los  cut;rpas  en  la 
misma  Ciudad  ,  en  que  pade- 
cieron su  glorioso  martyrio. 
De  manera  ,  que  no  se  ha- 
llará    testimonio     de   algu- 
na autoridad  y  antigüedad, 
que  usando  de  !a  voz  cuer- 
pos ,  y  hablando  de  los  Mar- 
tyres  de  Calahorra   ,    diga 
que  se  veneran  en  Cardona. 
En  cuya  inteligencia  ¿como 
podremos  convenir,  en  que 
todas  las  Reliquias ,  que  tie- 
ne esta  Villa  con  los  nom- 
bres  de    S.  Emeterio   y   S. 
Celedonio  ,   son  de  los  Mjr- 
tyres   Calagurritanos  ,  ó  en 
que  los  cuerpos  de  estos  se 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       329 
re  pro  eodcm  Episcopo  ,  <£?    Cardona   ,  y   otras   partes. 


pro  B ene f actor ibus  istiusEc 
cleshv. 

76  Responderán  acaso 
los  Catalanes ,  que  ellos  no 
liiegan  ,  antes  confiesan  la 
existencia  de  Reliquias  en 
Calahorra ,  en  virtud  de  las 
quales  se  puede  verificar, 
que  los  cuerpos  están  allí, 
y  que  el  Obispo  de  aquella 
Sede  colocó  algunas  en  la 
Iglesia  de  Treviño.  Pero  si 
todos  los  huesos  ,  que  dice 
el  aá^o  de  visura  son  de  los 
Martyres  Calagurritanos , 
¿que  porción  puede  ser  la 
que  hay  en  Calahorra  ,  es- 
pecialmente si  se  admite  la 
identidad  de  las  Reliquias  de 
Santander  ,  Leyre  y  Sallers? 
Si  á  lo  menos  la  mayor  par* 
te  está  en  Cardona  ,  ¿como 
ningún  instrumento  antiguo 
de  los  que  hablan  con  expre- 
sión de  las  Reliquias  de  los 
Martyres  deCalahorra  hace 
memoria  de  aquel  pueblo  de 
Cataluña ,  sino  solo  de  esta 
Ciudad  de  Castilla  1  ¿Como 
todos  los  testimonios  de  los 
antiguos  concuerdan  en  de- 
cir absolutamente  ,  que  los 
cuerpos  se  veneran  con  gran- 
de honor  y  reverencia  en 
Calahorra?  Si  concedida  la 
identidad  de  las  Reliquias  de 
Tom.  XXXUL 


apenas  queda  una  para  Ca- 
lahorra ,  ¿como  fue  el  Obis- 
po de  esta  Iglesia  tan  liberal, 
que  quiso  honrar  á  la  Igle- 
sia de  Treviño  con  Reliquias 
de  los  Santos  Martyres? 

77  De  todo  lo  dicho 
vengo  á  colegir ,  que  quan- 
do  concedamos,  que  algunas 
de  las  Reliquias  de  Cardona 
son  de  los  Santos  Emeterio 
y  Celedonio  Martyres  de  Ca- 
lahorra ,  no  podemos  con- 
sentir con  los  Catalanes ,  en 
que  lo  son  todas  las  que  se 
nombran  en  el  aélo  de  vi- 
sura de  1705.  y  que  no  es 
despreciable  la  sospecha, que 
proponen  los  Continuadores 
de  Rolando  ,  de  que  los  cuer- 
pos de  Cardona  son  por  ven- 
tura de  algunos  otros  Mar- 
tyres. Lo  qual  ,  además  de 
lo  que  llevo  dicho  ,  se  pue- 
de confirmar  con  el  aéto  de 
traslación  del  año  de  1399. 
Dicese  en  él  ,  que  estando 
los  dos  cuerpos  santos  en  Sa- 
llers ,  era  poca  la  reveren- 
cia en  que  se  tenian  ,  y  que 
muchos  pueblos  perdieron 
la  memoria  de  ellos  ,  por 
no  haber  quien  predicase  la 
gloria  de  aquellos  Santos. 
Esto  no  se  puede  admitir  de 
los  Santos  Martyres  deCa- 
Tt  la- 


5  30     España  Sagrada, 

lahorra  ,  con  cuyas  Reliquias 
se  ha  tenido  perpetuamen- 
te en  España  la  mas  encen- 
dida devoción  ,  como  lo  ma- 
nifiestan las  memorias  ,  que 
hay  de  ellas  en  todos  los 
siglos,  que  han  pasado  des- 
de que  los  Santos  padecie- 
ron hasta  nuestros  tiempos. 
Lo  mismo  se  comprueba  con 
el  ado  de  visura  ,  que  en- 
tre otras  Reliquias  que  espe- 
cifica ,  dice  se  hallaron  en  la 
caja  de  Cardona  una  gran 
parte  del  casco  de  la  cabe- 
za ,  y  la  quijada  con  sus 
muelas ,  y  parece  difícil  sean 
estas  Reliquias  de  losMarty- 
res  de  Calahorra  ,  si  es  ver- 
dad lo  que  escriben  comun- 
mente los  Autores  de  las  ca- 
bezas de  estos  Santos  ,  halla- 
das milagrosamente  en  San- 
tander. 

SAN      FORMERIO 

Martyr  ,  cuyo  cuerpo  se  ve- 
nera en  el  Condado  de 
Treviño, 

78  Entre  los  pueblos  mas 
antiguos  y  fortificados ,  que 
en  el  siglo  doce  tenia  la 
Provincia  de  Alaba  ,  y  han 
perseverado  hasta  nuestros 
días ,  debe  ponerse  Va  Villa 
de  Treviño  ,  que  hoy  es  ea- 


Trat.  69  Cap.  19. 
beza  de  Condado  agregada 
a  Castilla.  Se  ignora  e\  año 
de  su  fundación  ;  pero  se  sa- 
be que  la  amplió  y  fortifi- 
có el  Rey  D.  Sancho  de  Na- 
varra ,  por  sobrenombre  el 
Sabio  ,  de  quien  por  eso  di- 
ce el  Escritor  anónimo  coe- 
táneo del  Arzobispo  D.  Ro- 
drigo :  Pobló  ¡a  Guardia  ,  é 
Treviño^  é  Arganzón  ,  e  Vi- 
toria. Conócese,  que  el  mis- 
mo Rey  hizo  grande  estima- 
ción de  Treviño  por  la  es- 
critura de  concordia  hecha 
el  año  de  1179.  entre  él  y 
D.  Alonso  de  Castilla ,  donde 
dice  ,  que  deja  á  los  Alabe- 
ses  suS  heredamientos  á  ex- 
cepcion  de  los  Castillos  y  de 
Treviño.  Es  buen  argumen- 
to de  que  este  pueblo  era 
una  de  las  mejores  fortale- 
zas pertenecientes  al  Reyno 
de  Navarra  en  las  provincias 
de  Alaba  ,  Vizcaya  y  Gui- 
púzcoa ,  lo  que  el  Arzobispo 
escribe  en  el  lib.  7.  de  Reb. 
Hisp.  cap.  32.  diciendo  que 
el  Rey  D.  Alonso  se  apode- 
ró de  las  dichas  provincias 
con  sus  castillos  y  fortifi- 
caciones fuera  de  Treviño, 
que  se  níintuvo  constante- 
mente por  el  Rey  D.  San^ 
cho.  Segregóse  del  patrimo- 
nio del  Reyno  de   Navarra, 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.      331 
y  se  incorporó  con  Castilla     de  Ermitaño  con  rostro  gra- 


por  voluntad  del  mismo  D. 
Sancho,  que  después  de  ha- 
ber vuelto  de  África  ,  trans- 
firió el  dominio  de  Treviño 
al  Rey  D.  Alonso  en  trueque 
de  Inzura  ,  que  también  se 
habia  perdido  en  el  tiempo 
de  su  ausencia. 

79  En  el  territorio  ju- 
risdiccional de  esta  pobla- 
ción antigua  hay  una  emi- 
nente sierra  sin  enlace  con 
otras  montañas  de  tres  quar- 
tos  de  legua  de  longitud  ,  y 
uno  de  latitud  ,  cuyo  limite 
oriental  es  junto  á  un  lugar 
llamado  Muergas  ,  y  el  oc^ 
cidental  en  el  rio  Zadorra. 
Formanse  en  su  cima  tres 
puntas  á  modo  de  chapiteles, 
y  en  la  mas  alta  se  ve  eri- 
gida una  Iglesia  dedicada  al 
Siervo  de  Dios  ,  y  glorioso 
Martyr  S.  Formerio  ,  cuyas 
Reliquias  están  depositadas 
en  ella  desde  tiempo  inme- 
morial ,  y  tenidas  en  gran 
veneración  de  todos  los  pue- 
blos comarcanos.  La  fábrica 
de  esta  Iglesia,  según  la  re- 
lación que  he  recibido  ,  es 
de  buena  forma  ,  pero  redu- 
cida. En  el  nicho  principal 
del  retablo  mayor  está  co- 
locada ia  efigie  del  Santo  ,  el 
qual  se  representa  en  trage 


ve  y  poblado  de  barba  ,  uti 
libro  en  la  mano  izquierda, 
y  báculo  en  la  derecha.   El 
sepulcro  se  ve  levantado  en 
la  Capilla  ,  que  está  al  lado 
de   la  Epístola    ,    y  es  un 
Mausoleo  de  piedra  blanca 
de  la  mas  pulida  escultura, 
y  talle  ,  que  pudo  dar  el  ar- 
te ,  aunque  ya  muy  maltra- 
tado por  la  ambiciosa  y  atre- 
vida devoción  de  los  Fieles, 
que  para  su  consuelo  se  lo  lle- 
van á  pedazos.  Su  figura  es 
en  esquadria  de  mas  de  dos 
varas   de    largo   y   mas   de 
una  de  ancho.  En  su  suelo 
está    tendido    el    bulto   del 
Santo  labrado  de   la  misma 
piedra  ,  pero  tan  disfigura- 
do ,  á  causa  de  la  demoli- 
ción que  han  hecho  los  de- 
votos, que  apenas  se  conoce. 
En   la  circunferencia  de  es- 
te   bulto    hay    seis    arcos, 
quatro  en  los   costados  ,  y 
otros  dos  que  corresponden 
á  la  cabeza   y   pies    de  la 
efigie.  Estos  son    como    de 
media  vara  de  alto  ,  ador- 
nados con  delicadas  labores 
hechas     con    cincel  ;  y  en 
ellos  descansa  segundo  suelo 
de   losas   cerrado  por  todas 
partes,  sobre  el  qual  se  le- 
vanta   el   tercero  ,  en  cuyo 
Tt  2  hue- 


33'^      E.í/7¿?.^^  Sagrada. 

hueco  están  custodiados  los 
sagrados  huesos  de  S.  For- 
rnerio  en  una  urna  de  ma- 
dera de  buena  talla  sobre- 
dorada. El  remate  es  en  for- 
ma de  enrejado  en  circunfe- 
rencia, hecho  de  piedras  la- 
bradas á  modo  de  filigrana, 
en  cuyo  medio  está  colocada 
Ja  Imagen  de  Christo  Crucifi- 
cado ;  y  todo  él  está  en  fi- 
gura piramidal  muy  ayrosa, 
y  agradable  á  la  vista.  Den- 
tro de  la  dicha  arca  están 
los  huesos  del  Santo  envuel- 
tos en  tafetanes  ,  pero  la  ca- 
beza en  un  cascaron  6  caja 
de  plata.  No  hay  fuera  de 
ella  sino  la  parte  de  un  de- 
do ,  que  se  guarda  en  el  Sa- 
grario del  Altar  mayor  ,  á 
fin  de  que  los  devotos  tea- 
gm  mayor  facilidad  en  ado- 
rar de  cerca  alguna  Reliquia 
del  Santo.  La  urna  se  cierra 
con  seis  llaves  ,  que  están  en 
poder  de  los  Curas  Párrocos 
de  seis  pueblos ,  que  son  Mu- 
ergas,  Anastro,  San  E'-teban, 
Paugua,Burgueta,  y  Estavi- 
llo,los  quales  cuidan  de  man- 
tener, y  reparar  la  fábrica  de 
la  Iglesia  ,  y  Casa.  El  sepul- 
cro está  cerrado  con  una  pu- 
erta de  hierro,  cuya  llave, 
y  la  del  Sagrario  tiene  el 
Cura  á  quien  toca  ia  presi- 


Trat.  6(}.  Cap.K). 

dencia  ,  en  la  quil ,  y  en 
la  Mayordomia  alternan  los 
pueblos  referidos. 

80  Está  contigua  á  la 
fábrica  de  la  Iglesia  una  Ca- 
sa con  buenos  aposentos  y 
oficinas  ,  para  el  decente 
hospedage  de  los  devotos 
que  concurren  á  visitar  al 
Santo  ,  y  principalmente  de 
los  Diviseros  ,  y  Sacerdotes 
de  los  seis  pueblos  intere- 
sados. Vive  en  ella  de  con- 
tinuo una  f>ersona  á  quien  to- 
ca el  aseo  de  la  Iglesia  y 
de  sus  alhajas  ,  el  cuidado- 
de  que  arda  incesantemen- 
te la  lampara  del  Santo ,  la 
asistencia  á  los  Sacerdotes 
que  van  á  celebrar  el  santa 
Sacrificio  de  la  Misa  ,  y  fi- 
nalmente tocar  al  principia 
y  fin  del  dia  la  campana  del 
Santo  ,  para  que  oyéndola 
los  pueblos  de  la  comarca 
se  encomienden  á  las  ora- 
ciones de  su  Patrono. 

8 1  Por  lo  que  toca  al 
culto  del  Santo  ,  el  mayor 
concurso  de  gentes  que  váa 
á  celebrarle  y  adorarle  ,  se 
verifica  en  dos  dias  ,que  son 
el  segundo  de  la  Pasqua  de 
Pentecostés ,  y  el  25.  de  Sep- 
tiempre ,  en  que  se  hace  su 
fiesta.  En  estos  se  saca  de  la 
urna  la  santa  cabeza ,  y  se 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,        333 
lleva  en  procesión  ,   y  ade-     to  no  solo  del  culto  con  que 
más  de  esto  se  celebra  con 
gran  solemnidad  el  santo  Sa- 


crificio de  la  Misa  ,  y  se  pre- 
dican las  glorias  del  bien- 
aventurado Martyr.  Si  en  el 
discurso  del  año  ocurren  al- 
gunas necesidades  públicas, 
sacan  la  urna  ,  y  la  llevan  en 
procesión  ,  dejándola  des- 
pués en  el  Altar  principal 
par  nueve  dias ,  en  los  que 
se  mantiene  en  la  Cvisa  del 
Santo  el  Cura ,  á  quien  toca  ia 
presidencia  ,  para  celebrar 
en  ellos  las  Misas  votadas 
por  la  Divisa. 

82  Existe  también  una 
Cofradía  antigua  con  el  titu- 
lo y  advocación  del  Santo, 
que  se  compone  de  los  pue- 
blos Diviseros  que  arribase 
nombraron.  En  el  Archivo 
de  su  Iglesia  hay  algunas 
Bilas  ,  por  las  que  los  Sumos 
Pontífices  concedieron  á  los 
Cofrades  varias  Indu licen- 
cias,y  son  de  Clemente  VIIÍ. 
y  de  Benedido  XíV.  Además 
de  estas  Indulgencias ,  tienen 
otras  concedidas  á  todos  los 
Fieles  por  el  Nuncio  de  su 
Santidad  ,  y  por  el  Ülmo. 
Don  Andrés  de  Porras, Obis- 
po de  Calahorra. 

83  Estas  noticias,  que  he 
í!ado,sirven  para  conocimien- 


S.  Formerio  es  venerado  en 
el  territorio  de  Treviño  ,  si- 
no también  del  sirio  en  que 
están  sus  sagradas  Reliquias, 
acerca  del  qual  han  escrito 
algunos  con  menos  puntua- 
lidad ,  como  pue  le  verse  eti 
bs  PP.  Continuadores  de  Ro- 
lando al  día  25.  de  Septiem- 
bre ,los  quales  timbien  men- 
cionan á  nuestro  Santo  en  el 
dia  primero  de  Octubre  en 
S.  Fermerio  de  la  Francia, 
donde  gobernados  de  lo  que 
leyeron  en  Tamayo  ,  le  con- 
funden con  otro  del  mismo 
nombre  ,  que  se  venera  en 
Vanare^,  pueblo  de  la  Rioja, 
á  quien  sitúan  en  el  Condado 
de  Treviño  de  la  Provincia 
de  Alaba  ,  engañados  de  es- 
tas palabras  del  citado  Es- 
critor del  Martyrologio  dé 
España  :  Cujus  (Formerii) 
sacra  pignora  á  multis  retro 
s^culis  in  Ecclesia  ¡^atina- 
ren si  Comitatus  Trevinien-^ 
sis  in  Cantabria  custodiun' 
tur  ,  S  venerantur. 

84  Por  la  descripción 
que  dejamos  hecha  del  sepul- 
cro donde  están  depositadas 
las  Reliquias  ,y  de  la  solem- 
nidad con  que  se  celebra  la 
fiesta  del  Santo  ,  consta  tam- 
bién ^  que  el  mismo  Tamayo 
no 


3  34     J^spaña  Sagrada 
no  se  apartó  lejos  de  la  ver- 
dnd  en    la   clausula  en  que 
con  breves  palabras  pinta  el 
arca  en   que    descansan  los 
sagrados  huesos ,   y  el  con- 
curso de    gente  á  solemni- 
zar su  dia  ,  sobre  cuya  pin- 
tura   dicen    asi    los  citados 
Continuadores  :    H^ec    vera 
esse  poterant  Tiimayi    tem- 
pore  ,  &  j-i'n  din  ante,  l^i- 
deant  tamen  i  n  col  ce,  an  sint 
accurata. 

Examinase  quien  fue  este 
S.  Formerio  de  Treviño. 

85  Celebranse  en  Espa- 
ña muchos  Santos  antiquisi- 
mos,  de  los  quales  se  igno- 
ran ,  á  causa  del  silencio  de 
nuestros  pasados  ,  todas  las 
particularidades  que  al  pre- 
sente deseamos  saber  ,  y  no 
podemos  averiguar  por  gran- 
de diligencia  que  en  ello  pon- 
gamos. U[io  de  estos  es  nu- 
estro San  Formerio  ,  cuyo 
tiempo  ,  lugar  ,  y  martyrio 
ha  estado  tan  olvidado  de 
los  Escritores  antiguos ,  que 
apenas  se  encontrará  en  ellos 
ni  aun  la  memoria  de  su  nom- 
bre. De  la  ignorancia  ,  que 
ha  nacido  de  esta  omisión, 
viene  ,  que  los  Autores  mo- 
dernos recurren  á  conjeturas 


.  Trat.  6g,  Cap.  19. 
poco  verisímiles  ,  preten- 
diendo confundirle  con  otros 
Santos  de  nombre  semejante, 
pero  algo  mas  conocidos  y 
famosos. 

86  D.  Francisco  de  Pa- 
dilla en  la  Cent.  4.  cap.  3r, 
viendo  que  Marieta  enme- 
dio  de  ser  natural  de  Vido- 
ria  no  supo  dar  mas  noticia 
de  S.  Formerio,  sino  que  los 
naturales  le  tenían  por  Es- 
trangero  ,  y  Martyr;  y  ha- 
llando que  el  Martyrologio 
Rom.  hace  mención  en  el 
mismo  dia  25,  de  Septiembre 
de  S.  Fermin  ,  Obispo  ,  y 
Martyr  Aurelianense  ,  que 
padeció  en  la  persecución  de 
Diocleciano  ,  vino  á  decir, 
fundado  en  la  semejanza  del 
nombre  ,  y  en  las  dichas  ca- 
lidades de  Martyr,  y  estran- 
gero  ,  y  la  circunstancia  de 
celebrarse  en  un  mismo  dia 
su  Fiesta, que  el  cuerpo  san- 
to ,  que  se  venera  en  Tre- 
viño, es  el  de  S.  Fermin  de 
la  Galia  Bélgica  ,  aunque  se 
ha  perdido  la  memoria  de 
cómo  ,  y  quándo  fue  traido 
á  Espaila.  Los  PP.  Continua- 
dores de  Bolando  confutan 
con  dos  buenos  argumentos 
esta  conjetura.  Porque  sin 
embargo  de  que  las  particu- 
laridades expuestas  la  hacen 
al- 


Santos  del  Obispado  de  Calakorra,       335 


algo  verisímil  ,  no  puede 
admitirse  por  verdadera  ,  en 
vista  de  que  el  cuerpo  de  S. 
Formerio  está  en  el  Conda- 
do de  Treviño  ,  y  el  de  S. 
Fermín  en  Amiens  ;  y  ade- 
más de  esto  ,  siendo  este  se- 
gundo tan  conocido  en  Na- 
varra ,  á  cuyo  Reyno  perte- 
necía la  Provincia  Alábense, 
no  podían  ignorarse  en  esta 
tierra  las  cosas  de  San  Fer- 
mín ,  como  se  ignoran  las  de 
S.  Formerio.  Asi,  que  no  hay 
fundamento  para  confundir 
estos  dos  Santos,  aunque  mi- 
radas por  sí  solas  las  cir- 
cunstancias, que  propone  Pa- 
dilla ,  no  parecía  su  dida- 
men  enteramente  inverisi- 
mii. 

87  Refutada  la  opinión 
de  este  Escritor ,  íiacen  los 
referidos  Continuadores  otra 
conjetura  ,  teniendo  por  mas 
verisímil ,  que  el  S.  Forme- 
río  de  Treviño  no  es  distinto 
de  S.  Fermerio  ,  ,á  quien  los 
Franceses  llaman  .y.  Fraig- 
ne  ^  y  á  cuyo  nombre  está 
dedicada  una  Abadía  del  Or- 
den de  S.  Benito  en  el  Obis- 
pado Vasatense  en  la  No- 
vempopulania  ,  de  donde  di- 
cen pudo  trasladarse  á  Tre- 
viño todo  el  cuerpo  ó  gran 
parte  de  él.  Llegando  al  dia 


primero  de  Octubre  tratan 
del  Santo  Francés  ,  y  aqui 
reproducen  la  misma  conje- 
tura diciendo  ,  que  pues  los 
Españoles  nada  saben  de  su 
Santo  ,  y  solo,  creen  que  es 
Martyr  ,  y  estrangero  ,  y 
además  de  esto  tienen  tam- 
bién sus  Reliquias  ,  no  dan- 
do los  Franceses  noticia  al- 
guna de  las  de  S.  Fermerio, 
prarece  que  de  este  Santo  es 
el  cuerpo  que  se  venera  en 
el  Condado  de  Treviño.  No 
obstante,  advierten  repetidas 
veces  los  Eruditos  citados, 
que  su  didamen  no  pasa  de 
una  sospecha  verisímil;  pe- 
ro que  nada  pueden  asegu- 
rar ó  establecer  como  ci- 
erto. 

88  Yo  juzgo  que  habién- 
dose propagado  en  los  pri- 
meros siglos  la  Religión 
Chrístiana  por  todos  los  tér- 
minos de  estas  nuestras  Pro- 
vincias ,  como  dice  Tertulia- 
no, y  corrido  por  todas  ellas 
las  persecuciones  de  los  Em- 
peradores Romanos  y  sus 
Pretores ,  se  debe  suponer, 
que  fuera  de  los  Santos  Mar- 
tyres  ,  cuyas  particularida- 
des han  llegado  á  nuestros 
tiempos ,  ó  por  escrito ,  ó  por 
medio  de  la  tradición  ,  pa- 
decieron martirio  otros  mu- 
chos, 


33^  España  Sagrada 
chos ,  de  cuyas  memorias  ca- 
recemos enteramente  ,  ó  no 
sabemos  sino  los  nombres ,  ó 
quinde  mas  los  lugares  en 
que  padecieron.  En  suposi- 
ción de  esta  verdad,que  tienen 
por  cierta  nuestros  mas  jui- 
ciosos Escritores ,  me  parece 
que  la  ignorancia  acerca  de 
los  Santos  ,  cuyos  cuerpos 
poseemos  desde  tiempos  muy 
remotos ,  no  es  suficiente  pa- 
ra obligarnos  á  salir  de  nu- 
estro Reyno  ,  y  traer  de  fue- 
ra de  él  las  Reliquias  sagra- 
das ,  que  le  enriquecen.  La 
posesión  de  muchos  siglos 
por  sí  sola,  sin  que  haya  ves- 
tigio de  habernos  venido  de 
otra  parte  los  Santos  que  se 
venaran  en  nuestro  paisanos 
hace  mas  creible  que  pade- 
cieron en  España  ;  y  esto  es 
lo  que  debemos  sostener  mi- 
entras no  se  nos  oponga  ar- 
gumento, que  teaga  la  fuerza 
necesaria  para  sacarnos  de 
nuestro  derecho.  Contrayjen 
do  ,  pues ,  esta  regla  general 
á  nuestro  S.  Formerio  ,  cons- 
ta, que  él  es  uno  de  los  Mar- 
tyres  ,  cuyas  Reliquias  se 
han  poseído  y  venerado  des- 
de tiempo  inmemorial  en  la 
Provincia  de  Alaba  ;  ni  hay 
fundamento  para  creer  que 
su  cuerpo  fue  trasladado  des- 


.  Trat,6^,  Cap,  19. 
de  la  Francia.  Es  verdai^ 
que  en  el  Obispado  Vasaten- 
se  ,  cuya  Capital  no  está  le- 
jos de  Burdeos  ,  se  venera  un 
Santo  ,  cuyo  nombre  ,  seguti 
la  pronunciación  latina  ,  es 
algo  semejante  con  el  del 
nuestro  ,  porque  le  llaman 
Fermerio  ,  y  Fremerio ;  aun- 
que en  la  lengua  Francesa  es 
bien  diverso  ,  pues  le  pro- 
nuncian S.  Ft-aí^ne  ,  S.  Fer^ 
me  ,  y  San  Frenir  ;  mas  te- 
niendo nosotros  no  uno  solo, 
sino  dos  en  el  Obispado  de 
Calahorra  con  el  nombre 
constante  de  Formerio  ,  co- 
nocemos haber  sido  en  Es- 
paña muy  antiguo  el  uso  de 
este  nombre  ,  y  escusamos 
recurrir  a  otro  semejante  de 
Reyno  estrangero.  Por  lo  que 
toca  al  sagrado  cuerpo  ,  no 
tubieron  los  sabios  Continua- 
dores de  Bolando  otras  razo- 
nes para  conjeturar ,  que  el 
del  Condado  de  Treviño  es 
indistinto  del  de  Francia ,  que 
la  mera  posibilidad  de  su 
trashcion,  el  silencio  de  los 
Escritores  Franceses  acerca 
de  las  Reliquias  de  su  S. 
Fralgne  ,  y  la  fé  con  que  los 
nuestros  creen  ,  que  S.  For- 
merio es  Santo  estrangero. 
Pero  contra  estas  razones 
militan  otras  mas  fuertes  en 
prue- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       337 
prueba  de  la  inverisimilirud     de  su  país  al  de  Alaba.  Otros 


de  su  conjetura.  No  vemos, 
dicen  ellos  ,  por  qué  el  cuer- 
po de  S.  Fraigne  no  pudo 
trasladarse  desde  Francia  á 
España.  Yo  tampoco  veo  por 
qué  ,  ó  quándo  se  trasladó; 
antes  encuentro  gran  dificul- 
tad en  que  se  trajesen  á  Es- 
paña las  Reliquias  de  un  San- 
to ,  á  quien  estaba  dedicada 
una  Abadía  entera  del  Or- 
den de  S.  Benito  ;  y  además 
una  Iglesia  ,  y  una  Vi  la  lla- 
mada de  su  nombre.  Es  cier- 
no ,  que  los  Escritores  de 
Francia  no  dan  noticia  del 
lugar  donde  se  guarda  el 
cuerpo  de  S.  Fraigne  ;  pero 
también  lo  es  ,  que  ninguno 
indica  que  ha  sido  trasla- 
dado á  España  ,  antes  bien 
parece  que  creen  poseerlo, 
pues  celebran  su  traslación 
en  el  dia  primero  de  Odu- 
bre.  Marieta  en  su  Flos 
San&orum  escribe  ,  que  S. 
Formerio  fue  estrangero; 
pero  sobre  confesar  él  mis- 
mo ,  que  no  podia  darse  ra- 
zón entera  de  ello  ,  solo  di- 
ce ,  que  vino  á  tierra  del 
Condado  de  Treviño ,  lo  qual 
no  es  asegurar  que  su  cuer- 
po fue  traído  de  tierras  es- 
rañas  ,  sino  que  el  Santo  por 
fU  propria  persona  se  retiró 
Tont.  XXXIII. 


Escritores  posteriores  á  Ma- 
rieta han  afirmado  ,  que  el 
Santo  nació  en  Capadocia, 
donde  también  fue  martiri- 
zado ;  y  que  su  cuerpo  fue 
traido  desde  alli  milagrosa- 
mente en  una  yegua  ;  pero 
esta  especie  no  tiene  otro 
apoyo  que  el  Oficio  del  San- 
to ,  impreso  por  Tamayo  ,  y 
refutado  por  los  sabios  Con- 
tinuadores ,  como  fingido  al 
mismo  tiempo  que  se  publi- 
có el  Martyrologio  Español 
del  citado  Escritor. 

89  En  vista,  pues  ,  de 
que  no  hay  fundamento  aún 
para  sospechar  que  las  Re- 
liquias de  S.  Formerio  se  han 
trasladado  de  otra  Provincia 
estrangera  á  la  de  Alaba, 
tengo  por  mas  verdadero, 
que  vivió  ,  y  padeció  en 
aquellas  comarcas  ;  y  que 
los  Christianos  antiguos  pa- 
ra librar  mejor  su  cuerpo  de 
la  profanación  de  los  Genti- 
les ,  le  sepultaron  en  la  emi- 
nencia de  la  sierra  ,  donde 
desde  muchos  siglos  es  ve- 
nerado, como  indica  la  efi- 
gie del  Santo,  tendida  sobre 
el  pavimento  de  su  sepulcro, 
á  fin  de  significar  el  lugar 
de  su  entierro. 


Vv 


So-- 


33^      T^spaña  Sagrada, 

Sobre  ¡as   noticias  históri- 
cas que  se  han  divulgado 
de  este  Santo, 

90  El  primero  que  hallo 
haber  escrito  de  S.  Forme- 
TÍo,  es  el  M.  Fr.  Juan  de  Ma- 
rieta en  su  Historia  de  San- 
tos ,  que  se  imprimió  el  año 
de  1596.  donde  al  cap.  41. 
pag;.  49.  hace  de  él  esta  bre- 
vísima narración.  En  el  ter- 
ritorio de  la  Ciudad  de  Vic- 
toria ,  en  un  cerro  alto,  tier- 
ra del  Condado  de  Treviño, 
'está  el  cuerpo  de  S.  Forme- 
rio  Martyr ,  y  reza  de  él  to^ 
da  aquella  comarca  ,  guar- 
dando su  Fiesta  á  los  25.  del 
mes  de  Septiembre  ,  acu- 
diendo muchas  Cruces  de  la 
tierra  á  su  Fiesta.  Fue  es- 
trangero  ,  y  vino  alli;  y  co- 
mo no  tienen  Historia  pro- 
pria  ,  no  saben  dar  entera 
razón  de  ello,  mas  de  rezar- 
le por   Martyr, 

91  Esta  es  la  ingenua  re- 
lación que  se  escribió  al  fin 
del  siglo  16.  por  un  Histo- 
riador natural  de  la  Ciudad 
de  Vidoria  ,  que  como  tan 
cercano  al  Condado  de  Tre- 
viño pudo  informarse  exac- 
tamente de  las  noticias  que 
se  tenían  en  aquel  territorio. 


Trat.  69.  Cap,  1 9. 

Pero  al  medio  del  siglo  17^ 
publicó  Tamayo  una  Histo- 
ria bastante  larga  é  indivi- 
dual con  el  nombre  de  Adas 
de  S.  Formerio ,  sacadas  ,  se- 
gún asegura  ,  de  un  Códice 
antiquísimo  ,  donde  estaba 
el  Oficio  que  antiguamente 
se  rezaba  del  Santo  ,  con  las 
Antífonas  ,  Versillos  ,  Lec- 
ciones ,  Responsorios ,  é  Hy  ra- 
nos proprios  ,  cuya  copla  di- 
ce haberle  remitido  el  Prior 
del  Convento  de  Santa  Ca- 
talina de  Badaya  ,  del  Orden 
de  N.  P.  S.  Agustín.  Los  PP. 
Continuadores  de  Bolando 
leyeron  estas  Adas  en  él 
'Martyrolog.  de  Tamayo  ai 
dia25.  ^e  Septiembre  ,  y  la 
censura  que  dieron  como  dis- 
cretos es  la  siguiente.  Si  al- 
guno ,  dicen  ,  no  conociera 
estas  ficciones  ,  como  las  co- 
nocen los  eruditos  Españo- 
les, creerla  que  enCapado- 
cia  nació  S.  Formerio  ,  y  pa- 
deció martyrio  en  la  perse- 
cución de  Aureliano.  Pero  no 
tenemos  necesidad  de  refu- 
tar estas  fábulas  ,  lo  que  se- 
ria muy  fácil  ,  sino  fuera 
constante  su  impostura.  Es 
cosa  muy  notoria  ,  que  Ta- 
mayo publicó  muchas  Ac- 
tas ,  que  se  inventaron  en  su 
tiempo  ,  y  se  vendieron  por 


Santos  del  Obispa 
antiguas  ,  y  de  este  género 
son  sin  duda  las  de  S.  For- 
merio  ;  lo  que  se  convence 
suficientemente  con  los  tes- 
timonios de  otros,  que  con- 
fiesan con  ingenuidad  su  ig- 
norancia acerca  de  la  Histo- 
ria  de  este  Santo. 

92  Vemos  aquí  ,  que  los 
sabios  Bolandistas  no  quisie- 
ron entrar  en  el  examen  del 
Oficio  de  S.  Formerio  ,  te- 
niendo por  argumento  evi- 
dente de  su  nueva  invención 
el  testimonio  de  Marieta, 
que  confiesa  que  los  nobles 
Treviñeses  no  tenian  Histo- 
ria del  Santo  ,  y  que  por  eso 
no  podian  dar  la  razón  que 
era  menester.  Este  argumen- 
to no  parece  eficaz,  si  co- 
mo escriben  otros ,  el  P.  Ma- 
rieta visitó  la  Iglesia  de  San 
Formerio  el  dia  25.  de  Sep- 
tiembre, y  tradujo  en  Caste- 
llano el  Oficio  del  Santo ,  cu- 
ya Vida  escribió  arreglado 
al  mismo  Oficio,  la  que  di- 
cen se  imprimió  en  Madrid, 
y  después  en  Logroño.  El  P. 
Anguiano  en  la  Historia  de 
la  Rioja,  pag.  159.  dice, que 
Marieta  en  este  quadernillo, 
impreso  año  de  1659.  escri- 
be ,  que  S.  Formerio  nació  en 
el  año  de  348.  en  la  Ciudad 
de  Capadocia  en  la  Provin- 


do  de  Calahorra,  339 
cia  de  Cesárea  en  Asia  :  que 
en  el  Bautismo  se  llamó  Sier- 
vo  de  Dios  ;  y  que  después 
por  su  gran  constancia  en 
la  Fé  le  llamaron  los  Chris- 
tianos  Firmerio  ,  que  es  lo 
mismo  que  Firmis  ero  :  que 
padeció  martyrio  en  la  per- 
secución de  Aureliano,  sien- 
do el  Santo  de  catorce  años; 
y  que  en  fin  ,  después  de 
varios  tormentos  ,  pasó  de 
esta  vida  á  la  eterna  muri- 
endo degollado  por  manda- 
do del  Presidente  Alejandro 
á  los  25.  de  Septiempre  del 
año  de  362.  en  Cesárea  de 
Capadocia.  Tamayo  corrige 
este  año  ,  y  dice  ,  que  el  P, 
Marieta  no  conoció  el  error, 
y  que  siguió  literalmente  el 
Oficio  Ms,  donde  por  igno- 
rancia ,  ó  negligencia  se  pu- 
so Era  CCCC.  por  Era  CCC. 
Parece  ,  pues ,  que  el  Oficio 
de  S.  Formerio  es  mas  anti- 
guo que  Marieta  ,y  por  con- 
siguiente que  no  se  inventó 
en  tiempo  de  Tamayo,  co- 
mo creyeron  los  Continua- 
dores de  Rolando  ;  y  final- 
mente ,  que  de  la  confesión 
que  estos  leyeron  en  el  Flos 
Sandtorim  ,  no  puede  hacer- 
se argumento  contra  las  Ac- 
tas impresas  en  el  Martyro- 
logio  Español ,  en  vista  de 
Vv  2  que 


3  4^  España  Sagrada, 
que  el  mismo  Marieta  auto- 
rizó con  ellas  la  Vida  de  S. 
Formerio  en  quadernillo  se- 
parado de  su  Historia  gene- 
ral de  los  Santos  de  España. 

93  Quando  leí  esta  no- 
ticia de  la  Obra  de  Marieta, 
se  me  ofrecieron  dos  razo- 
nes eficaces  ,  que  me  hicie- 
ron increible  ,  que  este  Au- 
tor hubiese  publicado  la  Vi- 
da de  S.  Formerio  ,  siguien- 
do el  Oficio  que  se  dice  re- 
zaban ios  lugares  de  la  Di- 
visa. La  primera  :  Si  Marie- 
ta estubo  en  la  Iglesia  del 
Santo  el  alio  de  1589.  y  re- 
gistró el  Códice  Ms.  ¿cómo 
afirma  en  su  Historia  de  los 
Santos  de  España  ,  impresa 
en  el  año  de  1596.  que  en  el 
Condado  de  Treviño  no  ha- 
bia  Historia  del  Santo?  La 
segunda: Si  este  Escritor  mu- 
rió en  el  Colegio  de  S.  To- 
más de  Madrid  el  año  de 
161 1,  ¿cómo  imprimió  el 
quadernillo  citado  por  An- 
guianoel  año  de  1659?  Es- 
tas dos  razones, junto  con  no 
hallar  memoria  de  la  Obra 
en  la  Biblioteca  de  D.  Nico- 
colás  Antonio,  ni  en  la  de 
la  Orden  del  glorioso  P.  S. 
Domingo  ,  me  obligaron  á 
creer ,  que  la  referida  noti- 
cia fue  fingida  ,  con  el  in- 


Trat,  69.  Cap,  19, 
lento  de   autorizar  de  este 
modo  las    Adas    del  Santo, 
publicadas  por  Tamayo. 

94  Sin  embargo  de  ha- 
ber formado  yo  este  juicio, 
me  pareció  poner  mayor  di- 
ligencia en  averiguar  ,  si  el 
P.  Marieta  habia  escrito  la 
Vida  de  S.  Formerio  en  libro 
separado  de  la  Historia  de 
los  Santos  de  España  ;  y  no 
hallando  esta  Obra  en  Ma- 
drid ,  ni  aun  razón  de  ella» 
recurrí  al  Condado  de  Tre- 
viño ,  y  la  respuesta  ,  que  de 
allí  tube,  se  redujo  á  remitir- 
me el  mismo  quaderno.Com- 
ponese  éste  de  dos  pliegos 
impresos,  y  en  su  portada  se 
lee  este  titulo :  Historia  de^ 
la  vida  ,  y  martirio  del  glo- 
rioso S».  Formerio  Martyr^ 
Patrón  de  la  Villa  ,  y  Con- 
dado de  Treviño  ,  por  el  P¿ 
Fr,  Juan  de  Marieta  ,  de  la 
Orden  de  Predicadores  ,  na- 
tural de  la  Ciudad  de  Vidio- 
ria.  En  Madrid  ,  por  Juan 
de  la  Cuesta  ;  y  ahora  im- 
preso en  la  Ciudad  de  Lo- 
groño ,  con  licencia  del  San- 
to Oficio  de  la  Inquisición  del 
Rey  no  de  Navarra  ,por  Juan 
Diez  de  Valderrama.  Año 
de  1659.  Sigúese  luego  la 
suma  del  Privilegio  dado  al 
P.  Fr.  Tuan  de  Marieta ,  por 
el 


Santos  del  Obispado  áe  Calahorra.  341 
el  Rey  Felipe  III.  en  Denia,  groño  en  ei  de  1659.  Y  ^"í 
á  17.  de  Agosto  del  año  de 
1599.  y  la  Fé  de  Erratas, 
dada  en  Alcalá  de  Henares 
en  el  Colegio  de  la  Madre  de 
Dios  de  los  Teólogos ,  á  5.  de 
Junio  de  1604.  por  el  Lie. 
Murcia  de  la  Llana.  Con  el 
mismo  quaderno  recibí  el  li- 
bro intitiílado  :  Ramillete  de 
nuestra  Señora  de  Codes ,  es- 
crito por  D.  Juan  de  Amiax, 
é  impreso  en  Pamplona  por 
Carlos  de  Labayen^año  de 
1608.  y  en  él  hallé  mencio- 
nada la  Obra  del  P..  Marieta, 
que  yo  buscaba.  Porque  en 
]a  breve  memoria  que  Amiax 
hace  de  S»  Formerio  en  el 
Jardín  odavo,  pag.  83.  di- 
ce :  El  P,  Fr,  Juan  de  Ma- 
rieta ha  escrito  la  Vida  de 
este  Santo  ,  que  anda  impre- 
sa-, y  se  convence  que  ha- 
bla del  qiíadernillo  referido^, 
por  las  noticias  que  sacó  de 
él ,  las  quales  no  se  leen  en 
el  Flos  Sandlorum  ,  sino  solo 
en  la  Vida  separada  de  esta. 
Obra. 

95  Consta  ,  pues,  no  so- 
lo que  el  P.  Marieta  escri- 
bió el  librito  de  la  Vida  de 
S.  Formerio  ,  sino  también 
que  éste  se  imprimió  dos  ve- 


ces ,  una  en  Madrid  en  el. 

año  de  1604.  y  otra  en  Lo-    ta  ,  es  realmente 


el  P.  Anguiano  confundió  es^ 
ta  segunda  impresión  con. la 
primera. 

96  Al  fol.  8.  del  quader- 
nillo  pone  el  P.  Marieta  es- 
tas palabras  :  To  estube  '  en 
esta  santa  Hermita  (de  S. 
Formerio)  el  dia  de  la  Fiesta 
del  Santo  á  25.  de  Septiem- 
bre del  año  de  1589.  donde 
vi  el  Oficio  proprio  que  sei 
rezaba  antiguimente  ,  de. 
nueve  Lecciones  ,  con  Anti- 
fonas  ,  Hymnos ,  y  Respon- 
sorios  proprios  de  la  Historia 
del  Santo, con  punto  de  Can- 
to llano  antiguo  de  prima 
Regla.  Y  de  ésta  noticia  se 
colige  primeramente  ,  que 
Marieta  escribió  su  Flos" 
San&orum  ,  ó  á  lo  menos  la 
primera  parte  de  esta  Obra, 
en  que  trató  de  S.  Formerio 
antes  del  dicho  año  de  1589.: 
en  que  estubo  en  su  Hermi- 
ta ,  y  reconoció  el  Oficio  del 
Santo.  Coligese  también,  que 
aunque  los  Continuadores  de 
Bolando  ,  no  procedieron^ 
con  temeridad  ,  sino  antes 
con  discreción  en  el  juicio 
que  hicieron  de  las  Adas, 
publicadas  por  Tamayo, mo- 
vidos de  lo  que  leyeron  era 
la  Obra  principal  de  Marie- 


falsa    su 
cen- 


342      'España  Sagrada.  Trat.6g.  Cap.  19. 


censura  ,  por  constar  ya  con 
evidencia ,  que  las  mismas 
Adas  no  se  inventaron  en 
tiempo  de  Tamayo  ,  sino  que 
son  mucho  mas  antiguas. 
Por  lo  qual  no  podemos  des- 
echar este  documento ,  fun- 
dados solo  en  la  razón  de 
estos  Eruditos  ,  la  que  sin 
duda  sería  muy  urgente  en 
mi  concepto  ,  si  yo  no  hu- 
biese llegado  á  saber  lo  que 
dejo  referido  del  quiiderno 
de  Marieta.  Este  Escritor  fue, 
como  dice  Echard  en  la  Bli- 
blioth.  de  los  Autores  de  su 
Orden  ,  infatigable  en  el  re- 
Conocimiento  y  averiguación 
de  las  cosas  tocantes  á  la 
Historia  Eclesiástica  de  Es- 
paña ;  y  sobre  todo  ,  fue  tan 
amante  de  la  virtud ,  que  mu- 
rió con  opinión  de  Santidad. 
Estas  excelentes  prendas  le 
hacen  digno  de  toda  fé ,  en 
lo  que  testifica  del  Oficio  an- 
tiguo de  S.  Formerio.  En  cu- 
yo supuesto  ,  no  bastando  ya 
]a  razón  que  alegaron  los 
Continuadores  de  Bolando, 
és  necesario  entrar  en  el  exa- 
men crítico  de  las  Adas  ,  re- 
conociendo su  autoridad  ,  y 
antigüedad.  Y  por  quanto  el 
breve  quaderno  de  Marieta 
dice  literalmente  todo  lo  que 
traen  las  Lecciones ,  y  los 


egem piares  de  esta  Obrita 
se  han  hecho  muy  raros,  co- 
piaré aq.ii  la  vida,  y  mirty- 
rio  de  San  Formerio  confor- 
me á  la  tradaccion  que  el  ci- 
tado Autor  hizo  de  las  Ac- 
tas del  Santo. 

DEL    NACIMIENTO, 

y  santas   costu-nbres  del 

glorioso  S.  Fo'-tmrio 

Martyr, 

97  ,,  Estando  la  Santa 
„  Reyna  Ester  en  una  grande 
„  aflicción  y  trabajo  de  espi- 
„  ritu  ,  y  que  el  remedio  de 
„  su  aflicción  solamente  ha- 
„  bia  de  venir  de  lo  alto, 
„  asi  postrada  por  tierra  su- 
„  plicó  á  Dios  mirase  por 
„  su  pueblo,  y  lo  librase  de 
„  las  manos  de  sus  enemi- 
„  gos  ,  que  querían  destru- 
„  irlo  ,  quitándoles  á  todos  la 
„  vida  en  un  dia  ,  y  hora. 
„  Oyó  Dios  las  oraciones  de 
„  la  Santa  Re/na  ,  y  convir- 
„  tió  el  luto  y  llanto  en  ale- 
„  gria  y  regocijo  dándole  la 
„  viétoria  del  pueblo  contra- 
„  rio.  A  la  mesma  traza  de 
„  esta  muger  flaca  (aunque 
„  fuerte )  se  mostró  este  ní- 
„  ño  de  catorce  años  For- 
„  merio ,  resistiendo  á  Aure- 
„  liano  tirano  ,  y  quiso  mas 


/ 


,  Santos  det  Obispado 
„  padecer  muerte  por  Jesu 
„  Christo  ,   que  obedecer  á 
„  sus   preceptos     perversos. 
„  Nació  en  la  Ciudad  de  Ca- 
„  padocia ,  que  es  en  !a  Pro- 
„.  vincia    de  Cesárea   en  la 
^V  Asia  ,  año  del    Señor   de 
^,  trescientos    y    quarenta   y, 
V,  ocho,  de  padres  Christia- 
^,  nos  ,  y  Nobles ;  y  lo  mos- 
„  traron    muy     bien   en    la 
„  crianza  de  su  hijo.  Llamó- 
,^  se  en  el  Baptismo  Siervo 
„  de  Dios  ;  aunque   después 
^5  los  vecinos  de  Capadocia, 
„  Viendo  la  firmeza  del  San- 
ívta  mancebo  en  sus  virtudes^ 
^>^  Fé,  le  llamaron Firmerio» 
„  que  quiere. decir  ,,  estaré 
,j  fuerte.  B:en  conforme  fue 
^,'  por  cierto  esta  nueva  im- 
„  posición,  pues  tan  confort 
„  me    fue    con   la   fortaleza 
„  que  tubo  en  la  Fé ,  que  .ha- 
„  bia  recibido    en:  el   Santo 
„  Baptismo.   Ahora  corrom- 
^,  piendo  algo  el  nombre  de 
,,  Fiímerio,  los  Españoles  lo 
„  llam.an  y  nombran  Forme? 
„rio.    Guardó    siempre    el 
„  Santo  mozo  los  documen- 
„  tos  santos  ,  que  sus  padres 
^,  le  hablan  enseñado  ;  y  por 
„esto  ,  como  tan  bien  por  su 
^,  mucho  recogimiento  ,  ho- 
„  nestidad  ,  y  virtudes  ,  era 
„muy  querido  y  amado  de 


de  Calahorra,       343 
„  todos  los  vecinos  de.  su  Ciu-i 
4,  dad  de, Capadocia.  Siendo 
„  de  edad  de  catorce   años, 
„  se  levantó  la  persecucioa 
„  de   Aureliano    contra  .lo^ 
„  Cbristianos  :  y  ■  amigos  ,clje 
^',  Dios,  proveyendo  y  despa? 
„  chando  sus    provisiones  y, 
„  edidos  á  todos  los  Magis-j 
^,  trados  de  su  Im.perio ,  pa^ 
^,  ra  que  por    ellos  compe-r 
;,  liesen  á  losi  Cbristianos  ^ 
,-^,  que   los  Ídolos :,  figuras  del 
,,  demonio ,  fuesen  adorados, 
;,  y  sus    templos  freqiienta-, 
„  dos  ^castigando  cruelmen- 
„  te  á  '  los  que  lo  contraria 
„  hiciesen  no  obejdecientío  á 
„  :sus  mandatos.  Teiüia  bueii 
„  entendimiento ,  ■  el     Santo 
,,  mancebo  Formerio  ,  y  con-. 
,^  sideraba  lo  que  en  la  Ciu- 
„  dad  pasaba  ,  que  era  obe-. 
^,  decer  a  los  malos  precep-, 
^,:tos  del  Emperador  Aure- 
y^  liano  ,  y  que  conforme  i 
^,  ellos  sacrificaban  á  los  Ido- 
„  los  y  falsos  dioses  en  sus 
,,  templos.  Dolíase  mucho  de 
^,  que   por  medio  de  los  tor- 
„  mentos  negasen  al  verdade- 
„  roDios,y  adorasen  a  los  der 
„  nionios  ;  y  tanto  mayor  era 
í,  su  pena  ,  quanto  vía   que 
„  no  podia  poner  rem.edio  a 
„  tantos  males  como  quisie-; 
„  ra.  El  mejor.mediQ  que.ha^ 
„  lió 


344      España  Sagrada,  Trat,6^,  Cap.  ig, 

,,  lió  para  sí ,  fue  desampa-     „  forma  :  Advierte  Formerio 


„  rar  á   su    tierra  ,   y  todo 
„  quanto  en   ella  tenia  (co- 
„  mo   oíro  S.   Pablo  primer 
^Hermitaíl))  de  los   bienes 
»^  y    posesiones  que    heredó 
„  de  sus  pidres.  Asi  menos- 
„  preciándolo  todo  se  fue  á 
„  ser  pastor  de  ganados, don- 
„  de  vivia  con   tanta    tem- 
„  planza,que  no  comía  sino 
„  ía  leche    que  buenamente 
^,  ordeñaba  ;  de  donde  le  vi- 
„  no  el  nombre  ,  que   des- 
„  pues   tubo    de    guardador 
„  de  la  castidad,  y  manse- 
,^  dumbre.  No  se   vía  en  él 
„  sino  un  espejo    limpisimo 
„  de  toia   inocencia.   Como- 
„  pasaba  en  estos  ,  y  otroí 
„  santos    egercicios  su  vida 
„  el    santo  mozo  Formerio; 
„  un  dia  oyó  una  voz  que  le 
„  dijo  de  esta  manera:  For- 
„  merio  ,  baja   á  lo  llano  de 
„  aquel  campo.    Hizolo   asi, 
„  y  bajando  halló  en  él  una 
„  vara  fijaia    en   tierra  ,   y 
„  estaba    puesto   en.  ella   el 
„  Santo  Evangelio ;  y   leído 
„  con  mucha  atención  y  de- 
„vocion,  dijo  al  Señor  que 
„  entendía  se  lo  enviaba  :  Se- 
„  ñor,  ¿y  á  quién  me  man- 
„  dais  que  declare  este  santo 
„  Evangelio"?  Respondióle  la 
„  voz  segunda  vez  en  esta 


„  lo  que  te  digo:  EJiñca  una 
„  casa  en  este  monte,  y  alli 
„  te  diré  y  declararé  á  quié- 
„  nes  has  de  declarar  el 
„  Evangelio.  Luego  sin  dila-^ 
„  cion  alguna  subiendo  S. 
„  Formerio  al  monte  ,  puso 
„  por  obra  lo  que  el  Señor 
„  le  mandaba ,  y  comenzó  á 
,,  cortar,  y  buscar  los  demás 
„  materiales,  y  con  la  ma- 
„  yor  brevedad  que  pudo, 
„  hizo  una  casita  ,  y  orato- 
,,  rio  ,  adonde  asentado  de 
„  rodillas  leía  el  Evangelio, 
„  que  por  orden  del  Señor 
„  se  le  había  enviado  er> 
„  aquel  campo. 

DE     LA  OCA  SION 

por  qué  le  mandó  prender  el 
Tirano^ y  las  pláticas  que 
tubo  con  los  que  le  ve- 
nían á  buscar» 

98  „  Ocupado ,  pues ,  el 
„  Santo  mancebo  FormerÍ3 
„  en  la  lección  del  Santo 
„  Evangelio  ,  a  deshora  vi- 
„  nieron  ,  por  orden  de  Dios, 
„  muchos  anímales  silvestres 
„  de  todas  especies.  Estos 
„  animales  ,  puestas  sus  ro- 
„  dillas  en  el  suelo  ,  como  si 
„  fueran  hombres  ,  daban  la 
„  obediencia  al  Santo  ,  mi- 
,*  ran- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,      3  45 
ratido  atentamente  al  cíe-     ,,  entre  todos  aquellos  nece- 

„  sitados  lo  que  solamente 
„  se  le  mandó,  y  viesen  esto 
„  los  de  la  Ciudad  ,  no  faltó 
„  quien  de  todo  lo  que  pa- 
„  saba  diese  aviso  á  Alejan- 
„  dro  ,  que  era  Presidente  en 
„  la  Ciudad  por  el  Empera- 
„  dor  Aureliano.  Hicieronle 
„  falsa  relación,  de  que  For- 
„  merio  era  mago  ,  y  sup^rs- 
,,  ticioso,  y  que  todo  lo  que 
„  hacía  era  por  virtud  ex- 
„  traorJinaria,  y  que  encan- 
,,  taba  á  todos  los  animales 
„  del  campo  ,  y  con  sus  en- 
„  cantamentos  los  hacía  ve- 
„  nir,  y  estar  delante  déi  do- 
„  mesticos.  Entendido  esto  el 
„  Juez  Alejandro  ,  envió  dos 
„  de  sus  caballeros  al  monte 
„  donde  estaba  Formerio  en 
„  su  oratorio.  S.  Formerio 
„  les  salió  al  encuentro ,  y 
„  viéndolo  los  caballeros  le 
„  preguntaron  diciendo:  De- 
„c¡dnos,  hermano,  já  qué 
„  parte  del  monte  vive  un 
„  mancebo  de  poca  edad,qu.e 
„  se  llama  Formerio?  ¿Adón- 
„  de  está  ,  si  sabéis  por  vea- 
„  tura  ,  la  muchedumbre  de 
„  ganado  que  tiene  ?  Res.- 
„  pondióles  el  glorioso  Saa,- 
,^  to  :  Por  cierto  que  yo  no 
„  sé ,  ni  conozco  á  hombre 
„  alguno  de  ese  nombre, 
Xx  „  ni 


lo,  y  á  su  tiempo  salían 
todos  los  machos  ,  y  se 
quedaban  solas  las  hem- 
bras de  todas  las  diferen- 
cias de  los  animales  que  se 
habían  juntado  ,  y  todas 
con  mucha  abundancia  de 
leche.  El  glorioso  S.  For- 
merio entendió  luego  co- 
mo era  orden  y  voluntad 
de  Dios  que  las  ordeña':e. 
Asi  lo  hizo  el  Santo  ,  y  las 
unas  y  las  otras  estaban 
tan  domesticas  como  si  él 
las  hubiera  criado.  Viendo 
esto  S.  Formerio  ,  dio  or- 
den de  hacer  quesos:  y  co- 
mo vía  que  se  le  iba  au- 
mentando cada  vez  mas, 
se  puso  en  oración  á  Dios, 
y  le  dixo  :  Señor  ,  ¿qué 
haré  de  esta  tan  grande 
abundancia  que  me  dais  de 
queso  ,  y  de  todo  lo  demás 
que  tan  largamente  de  vu- 
estra mano  me  viene?  A 
esto  le  fue  respondido  y 
dicho  de  parte  de  Dios: 
Baja  á  las  puertas  de  la 
Ciudad  de  Cesárea ,  á  don- 
de hallarás  infinitos  po- 
bres, muchas  viudas, gran- 
de número  de  huérfanos, 
distribuyeles  de  eso  á  cada 
uno  según,  su  necesidad. 
Como  el  Santo  distribuyó 
Tom.  XXXllU 


•^4^      J^spaña  Sagrada 
„  ni  tampoco  podría  deciros 
„  á  dónde  está  ,  ni  por  qué 
„  orden  ,  ni  guarda    repas- 
„  ta    su    ganado.    Volvióles 
.,  el  Santo  á   decir  :  Decid, 
„  Señores  ,  |qué    necesidad 
-,  os  mueve   á  saber  dónde 
„  está  ese  mancebo?  Sabed 
„  que     yo     soy.     Dijeronle 
„  ellos  :    Sabed  ,  hermano, 
„  que  han  denunciado  ante 
„  nuestro  Presidente  de  vos, 
„  quejándose  que  con  encan- 
„  lamentos  ,  y  hechizos  de- 
„  tenéis  á   los  animales  sil- 
„  vestres  del  campo  ,  y  para 
„  se  informar  de  esto  el  Juez 
„  nos  envia  á  buscaros.  En- 
„  tonces   el   bienaventurado 
„  S.  Formerio  ,  lleno  del  Es- 
„  piritu  del  Señor,  les   dijo: 
„  Venid  ,  hermanos  mios  ,  y 
„  recibid  de  los  bienes  que 
„  nuestro  Señor  nos   envia, 
„  y   yéndose   con    el    San- 
„  to  varón  á  su  oratorio  ,  les 
„  hizo  que  reposasen  un  po- 
„  co  ,  y   asentados  á  la  me^- 
„  sa  Ws  s'acó  de!  queso  que 
-„  tenia.    Estando    comiendo 
„  de  este  regalo  ,  á  desho- 
„  ra  se  juntaron  como  solian 
„  aquella   muchedumbre  de 
>, animales^  y    asentándose 
„  el  Santo  mancebo 'Forme- 
^„  rio,  les  leía  el  Santo  Evan- 
„gelio,como  teriia  de  cos- 


Tr^f.  69.  Cap.  19. 
„tumbre.  Oyendo,  y  vien- 
„  do  aquellos    caballeros  lo 
„  que  pasaba, se  fueron  para 
„  el  santo  varón  con  grande 
„  temor    de   lo  que  aquella 
„  vista    les    habia  causado. 
„  S.  Formerio  los  esforzó ,  y 
„  dijo  con  grande  animo:  No 
„  temáis  ,  porque    os    hago 
„  saber  ,  que  yo  soy  Forme- 
„  rio  á  quien  vosotros  bus- 
„  cais ,  y  aunque  hasta  aho- 
„  ra  os  lo  he  andado  encu- 
„  briendo ,  ahora  me  mani- 
„  fiesto  y  declaro  ser  yo;  y 
,.  aunque  me  llaman  Forme- 
„  rio  ,  mi  proprio  nombre  es 
„  Siervo  de  Dios.  Con  estas 
„  y  otras  palabras  amorosas 
„  los  esforzaba  y  animaba  del 
„  temor  grande  que  les  ha- 
„  bia  causado  lo  que  habían 
„  visto.   Dijeronle    entonces 
„  los  caballeros  :  Si  queréis 
„  venir  con  nosotros  de  vu- 
„  estra  voluntad  ,  vedlo  vos; 
„  y  si  no  queréis  venir,  noso- 
„  tros  nos  volveremos.  Res- 
„  pendióles  á  esto  S.  Forme- 
„rio:  Vosotros  os  podéis  ir, 
„  que  yo  os  seguiré  acom- 
„  panado    del   Espíritu    del 
„  Señor.  Partiéronse  los  ca- 
.^,  balleros  de  la  presencia  del 
:„  Santo  ,  y  al  tiempo  que  se 
;,  despidieron  de  él  ,  oyeron 
„  una  voz  del  Espíritu  San- 
„  ío, 


Santón  del  Obispado  de  Calahorra 
„  to  ,  que  le  dijo  :  Forme- 
,,  rio  ,  llama  á  un  León  pa- 
,,  ra  que  coma  á  los  niños, 
,,  y  hijos  de  los  Paganos, 
,,  que  burlan  de  tí.  A  esto 
,,  respondió  S.  Formerio  :Se- 
,,  ñor  mió  y  Dios  mío  ,  Pa- 


347 


DE  COMO    SE    PRE- 

sentó  ante  el  Juez  Alejan^ 

dro  S.  Formerio ,  y  las 

razones  que  tubo 

con  éL 


,,  dre  de  toda  consolación  ,  y 
,,  misericordia  ,  que  sois  Se- 
,,  ñor  universal  de  todos ,  mi- 
,,  rad  con  ojos  de  misericor- 
,,  dia  á  este  vuestro  Siervo 
„  Formerio-,  y  no  me  des- 
.j,  amparéis,  que  por  machas 
„  penas  y  torm^iüos  ,  que 
,,  por  Vos  y  vuestro  amor 
,,  me  den  ,  todas  las  tengo 
,,  de  padecer  con  mucha  pa- 
,,  ciencia  y  sufrimiento.  Es- 
,,  tando  S.  Formerio  ocupa- 
,,  do  en  esta  santa  oración, 
,,  á  deshora  salió  de  lo  es- 
,,  peso  del  monte  un  feroci- 
„  simo  León  dando  grandes 
„  bramidos.  Viendo  esto  el 
„  Santo,  se  volvió  para  él ,  y 
,,  le  habló  de  esta  manera: 
„  Animal  feroz  ,  en  virtud 
,,  del  Señor  en  cuyo  nombre 
,,  ando  ,  te  mando  que  te  va- 
„  yas  á  tu  habitación  por 
5,  ahora  ,  y  quando  sepas  que 
„  me  llevan  delante  el  Juez, 
„  saliendo  entonces  de  tu 
„  morada  irás  contra  los  que 
„  me  persiguen. 


99  „  Pasadas  estas  cosas 
„  que  se  han  dicho  ,  S.  For- 
„  merio  volvió  la  cabeza  ,  y 
„  miró  á  la  Ciudad  de  Cesá- 
„  rea  de  Capadocia  ,  á  don- 
„  de  le  estaban  aguardando 
„  aquellos  caballeros  ,  que 
„  había  enviado  el  Juez  ti^ 
„  rano  en  busca  suya  ;  y 
„  viéndole  ellos  se  fueron  á 
„  postrar  á  sus  pies  ,  y  le 
„  hablaron  de  esta  manera: 
„  Seáis  bien  venido  ,  Siervo 
„  de  Dios  Formerio;  y  luego 
„  en  levantándose  ,  se  fue- 
„  ron  para  el  Juez  Alejan- 
„  dro  ,  y  le  hablaron  de  esta 
„  manera  :  Señor  ,  este  hom- 
:„  bre  no  es  hechizero  ,  ni 
„  encantador  ,  ni  tampoco 
„  engañador  ,  ni  jamás  hizo 
„  cosas  de  esas  de  que  ha 
„  sido  acusado ,  sino  que  an- 
„  tes  conocemos  que  es  fi- 
„  delisimo  siervo  de  Dios, 
„  y  os  hacemos  saber  como 
„  está  sin  culpa.  Respondió- 
„  \qs  á  esto  el  Juez  tirano 
„  con  mucho  enojo  ,  y  dijo- 
„les  :  Vosotros  habéis  sido 

XX  2  „  CO- 


3  4  ^      E^p  a  ña  Sagra  da . 

„  cohechados  con  dineros  de 
„  su  parte  ,  pues  de  esa  ma- 
„  nera  habláis  en  su  favor. 
„  A  e«;to  respondieron  los 
„  caballeros  :  Nosotros  no 
„  hemos  recibido  cosa  algu- 
„  na  del ,  ni  de  su  parte  ,  ni 
„  jamás  del  oímos  otra  cosa 
„  mas  de  que  sus  peticio- 
„  nes  y  plegarias  son  llamar 
„  el  nombre  de  Jesu  Chris- 
„  to  ,  y  á  su  voz  luego  acu- 
„  dian  á  él  muchedumbre  de 
„  bestias  fieras  de  todas  es- 
„  pecies  ,  y  todas  estaban 
„  mansas  ,  y  domesticas  en 
„  su  cumpañia  ,  y  en  ora- 
„  C!on.  Esto  hemos  visto  ;  y 
„  siendo  asi ,  ¿cómo  puede 
„  ser  encantador  y  maléfi- 
„  co?  Si  no  eréis ,  Señor ,  lo 
„  que  os  decimos  ,  aqui  es- 
„  tá  él  aparejado  á  vuestro 
„  mandado.  Mandadle  ,  Se- 
„  ñor,  venir  ante  vos,  y  pre- 
„  guntadle  en  todo  lo  que 
„  quisieredes  del  saber.  És- 
„  tando  en  esto  con  algunos 
„  de  los  Christianos  que  se 
„  iiallaron  presentes  ,  oyen- 
„  do  estas  cosas  de  aquellos 
.„  dos  caballeros  que  habia 
„  enviado  el  Juez  ,  corrieron 
„  luego  á  S.  Formerio  con 
„  deseo  de  hablar  con  él. 
„  Llegado ,  pues  ,  S.  Forme- 
„  rio  delante  del  Juez  Ale- 


Trat,  69.  Cap,  1 9. 

„  jandro  ,  le  dijo  de  esta  ma- 
„nera.:  ¿Sois  vos  á  quien 
„  llaman  Formerio?  Respon- 
„dió  el  Santo:  Yo  soy  el  sier- 
„  vo  del  Señor.  Dijole  el  Pre- 
„  sidente :  Decid ,  ¿  cómo  ha- 
„  ceis  estas  encantaciones  á 
„  los  animales  silvestres  en 
„el  monte?  Respondió  S, 
„  Formerio  :  Yo  soy  siervo 
„  de  Dios  Crucificado  ,  que 
„  reyna  en  el  cíelo  ,  y  en  la 
„  tierra  ,  y  no  entiendo  de 
„  las  cosas  que  me  pregun- 
„  tais.  rDijole  otra  vez  el 
„  Juez  '.Decidme  ,  amigo, 
„  ¿qué  orden  tenéis  en  jun- 
„  tar  tantos  animales  silves- 
„trcs?  ¿Con  qué  encanta- 
5,  ciones  hacéis  esto  ?  Res- 
„  pondedme  a  esto  ,  porque 
„  si  no  lo  decis  de  voluntad, 
„  haré  que  io  digáis  con  tor- 
„  mentos  antes  que  de  aqui 
„  os  apartéis.  A  esto  res- 
„  pondiá  S.  Formerio  :  Yo, 
„  señor  ,  llamo  é  invoco  el 
„  dulcisim.o  nombre  de  mi 
„  Señor  Jesu  Christo.  La  ar- 
„  te  mágica  ,  y  de  encan- 
„  tamentos  jamás  la  enseñé;^ 
„  ni  de  ella  jamás  traté,  ni 
„  sé  qué  cosa  es.  Yo ,  señor, 
„  os  entrego  este  mi  cuer- 
„  po ,  para  que  lo  pongáis 
„  en  los  tormentos  que  qui- 
„  sieredes, porque  tengo  con- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,       349 
fianza   en   mi  Señor  Jesu     ,,  adorásemos,  A  esto  le  dijo 

„  el  Juez  :  No  andes  conmi- 
„  go  con  diversas  artes, sino 
„  con  la  verdad  posible  :con- 
„  fiesa  todo  lo  que  en  el 
,,  monte  has  hecho.  S.  For- 
.,  merlo  respondió  :  ¿Qué 
„  quieres  que  te  confiese? 
„  Dixole  Alejandro  ;  Haz  ju- 
„  ramento  por  la  fortuna  de 
„  Cesar  ,  si  es  verdad  que 
„  sabes  estos  encantamen- 
„  tos  ,  porque  confesando- 
„  melos  ,  yo  te  daré  liber- 
„  tad  para  que  te  vayas  en 
„paz.  Respondió  S.Formerio: 
„  No  juro  yo  sino  por  Dios 
„  todo  poderoso  ,  y  por  su 
„  Unigento  Hijo  ;  mas  por  el 
„  nacimiento  de  los  hom- 
„  bres  ,  y  de  los  demonios, 
„  te  hago  saber  que  no  pue- 
„  do  jurar.  A  esto  le  dijo 
„  Alejandro  :  ¿Niega  á  ese 
„  tu  Señor  ,  y  sacrifica  á  los 
„  diosas  como  lo  manda  Au- 
„  gusto  Cesar  Aureliano. 
„  Respondió  Formerio :  Des- 
„  de  mi  tierna  edad  fui  en- 
„  señado  á  sacrificar  á  solo 
„  Dios  ,  todo  poderoso,  y  no 
„  á  ios  demonios.  Dijole  Ale- 
„  jandro  :  Por  cierto  ,man- 
„  cebo, que  tengo  pena  de  tu 
„  edad  tan  tierna, de  tu  her- 
„  mosura  ,  de  tan  aventaja- 
„  do  rostro  con  que  estás 
-,  ador- 


Christo  ,  que  no  podréis 
atormentar  mi  alma  ,  por- 
que no  la  tendréis  en  vu- 
estro poder.  Muy  cierto 
estoy  de  esto ,  porque  es 
palabra  de  su  santo  Evan- 
gelio ,  y  no  es  posible  fal- 
,  tar.  Ofrecida  la  tengo  á 
mi  Señor  Jesu  Christo,  que 
la  crió  de  nada  ,  y  hi^o  los 
cielos  ,  la  tierra  ,  el  mar, 
y  todo  lo  que  en  ellos 
hay.  Alejandro  le  dijo: 
Ten  tú  quanta  confianza 
quisieres  en  las  artes  má- 
gicas ,  que  por  mucho 
que  menospreciéis  á  mí,  y 
á  mis  mandamientos  ,  te 
digo  que  á  mí  no  me  po- 
drás encantar.  S.  Forme- 
rio le  respondió  :  Todo  gé- 
nero de  encantamientos 
aborrece  Dios  ,  porque  se 
hace  por  invocaciones  del 
demonio  ;  y  asi,  ¿cón-.o 
puedo  ser  yo  encantador, 
,  que  temo  á  Dios  ,  y  deseo 
servirle  ,  aborrecer  á  sa- 
tanás ,  y  á  sus  cosas?  Óye- 
me Juez  ,  lo  que  te  digo: 
Ni  temo  tus  amenazas  ,  ni 
tormentos  ,  porque  tengo 
al  Señor  de  mi  parte ,  que 
,  está  en  los  cielos ,  y  en  la 
tierra  ,  y  nos  mandó,  que 
á  él  solo  sirviésemos  ,  y 


3  50  España  Sagrada, 
„  adornado.  Dcsto  te  hago 
„  saber  tengo  pena  ,  y  esto 
„  es  lo  que  siento.  Acaba  ya, 
„  haz  lo  que  digo  ;  niega  á 
„  ese  tu  Dios ,  y  Señor,  y  sa- 
„  crifica  á  los  dioses  según 
„  el  mandamiento  de  nues- 
„  tro  Emperador  Aureliano, 
„  y  no  vendrás  á  padecer  los 
„  tormentos  que  te  están  apa- 
„  rejados.  A  esto  respondió 
„  S.  Formerio  :  Tú  puedes 
„  llorar  de  veras  ,  y  llora  tu 
„  triste  estado  ,  y  entriscez- 
„  cate  eso  mas  de  veras  :  Uo- 
„  ra  ,  y  gime  tu  edad ,  que 
„  por  mí  no  tienes  que  en- 
„  tristecerte.  Fio  en  el  Se- 
„  ñor  ,  en  quien  creo  ,  que 
„  él  saldrá  por  mí  en  su 
„  nombre  vencedor.  El  Pre- 
„  sidente  Alejandro  le  dijo: 
„  Déjate  de  esas  razones, 
„  niega  á  ese  tu  Dios ,  y  sa- 
^,  crifica  á  nuestros  dioses, 
„  como  lo  manda  el  Empe- 
„  rador  ,  que  esto  es  lo  que 
„  importa.  A  esto  volvió  á 
„  responder  San  Formerio: 
„  A  mi  Dios  solo  sacrifico, 
„  que  hizo  el  cielo ,  y  la  ti- 
„erra.  Supuesto  esto  ,  haz 
„  lo  que  quisieres  de  mí, 
„  porque  de  este  proposito 
„  no  me  podrás  apartar  por 
„  ninguna  via  ,  ni  tormen- 
„  tos  que  en  mí  egecutes  por 


Trat.6^.  Cap.  19. 

„  grandes  que  sean. 

D  EL    MAR  TTR  ÍO 

del  glorioso  S,  Formerh, 

100  „  Mucho  se  enojó 
,  Alejandro  de  estas  cosas, 
que  S.  Formerio  decia ;  y 
asi  mandó,  que  lo  pusie- 
sen en  tormentos  ,  y  des- 
pués lo  mandó  llevará  la 
cárcel ,  á  donde  halló  qua- 
rerita  hombres  religiosos, 
que  estaban  presos  por  la 
Confesión  del  nombre  de 
Jesu  Christo.  Entrando  ea 
la  cárcel  S.  Formerio  ,  hin- 
có sus  rodillas  en  tierra, 
y  se  puso  en  oración  ,  di- 
ciendo: Señor  mió, y  Padre 
de  todas  las  misericordias, 
mirad  con  ojos  de  miseri- 
cordia á  este  pecador  de 
vuestro  siervo  Formerio, 
y  no  me  desamparéis  en 
esta  tribulación.  Diciendo 
esto  quedaron  con  grande 
espanto  los  caballeros  ,  y 
gente  que  habian  sido  en- 
viados con  el  Santo  á  la 
cárcel ,  y  postrados  á  sus 
pies  les  dijo:  ¿Qué  que- 
réis amigos?  Ellos  le  res- 
pondieron :  Señor  ,  mori- 
mos de  hambre  ;  quería- 
mos comer  algo  ,  si  hubie- 
se. Diciendo    estas   cosas 

,» oye- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra. 


oyeron   un  estruendo  ,  y 
entró  por  las  ventanas  una 
paloma  cargada  de  leche, 
y  miel ,  y  dijo  en  voz  alta; 
Siervo   de  Dios  Formerio, 
toma  este  presente  que  te 
envia   tu  Señor  Jesu  Chris- 
to.  Tomándolo   el    Santo, 
comió  de  ello  ,  y  dio  tam- 
bién á  los  demás  sus  com- 
pañeros ,que  estaban  pre- 
sos  por  Jesu  Christo  ,  y 
comieron  todo  lo  que  qui- 
sieron. A  la  media   noche 
,  se  abrió   la  cárcel ,  y  to- 
,  das  sus  puertas  ,  y   salie- 
, ron  todos ,  quedando   solo 
S.  Formerio.  A  la  mañana 
,  fueron  el  Presidente  Ale- 
,  jandro  ,  y  Socimo,  que  era 
el  Sacerdote  de   los  ídolos, 
y  dijo  :  Tomad  á  Forme- 
,  rio  ,  y  llevadlo  á  la  hor- 
naza de  fuego  ,  para  que 
,  allí  se  abrase  ,  se  queme, 
,  y  se  consuma.  Tomándolo 
,  los  ministros   del  infierno, 
,  lo  llevaron  ,  y   metieron 
en    el     horno    de    fuego. 
Quando  Formerio  entraba 
,  en  el  fuego  ,  se  comenzó 
á  santiguar  ,  y  encomen- 
,  dar  á  Dios  ,  y  al  punto  se 
,  apagó  la  llama  del  fuego. 
,  Vieron  esta  maravilla  tan 
,  grande  los  que  cataban  pre- 
,  sentes  egecutando  el  man- 


„  damiento  y  sentencia  dt- 1 
„  Juez  ,  y  se  lo  enviaron  á 
„  decir.  Oyendo  estas  nue- 
„  vas  ,  se  espantó  ,  y  mas  de 
,.  que  un  fuego  tan  grande 
„  no  empeciese  solamente 
„  al  Santo  ,  mas  ni  á  un  pe- 
„  lo  de  ropa.  Admirado  el 
„  Juez  Alejandro  dijo:  Sin 
„  duda  ninguna  ,  que  sus  ar- 
„  tes  mágicas  han  tornado  á 
„  vivir  ,  y  obrar.  Traedlo 
„  ante  mí.  Fueron  aquellos 
„  sayones  ,  y  abriendo  el 
„  horno  de  fuego,  vieron  en 
„  medio  del  grande  número 
,.  de  Angeles  con  grande  glo- 
„  ria,y  tenian  en  medio  de 
„  sí  rodeado  al  santo  manee- 
„  bo  Formerio  ,  que  estaba 
„  en  medio  del  fuego  cantan- 
„  do  alabanzas  á  Dios  ,  y  á 
,,  la  Santísima  Trinidad  en 
„  compañía  de  los  Angeles, 
„  y  con  esto  dio  su  santa  aní- 
„  ma  ,  y  espíritu  á  su  Cría- 
„  dor  :  ios  Santos  Angeles  se 
„  la  presentaron  al  Señor, 
„  que  la  habia  criado,  y  re- 
.5  dimido  con  su  preciosa 
„  sangre,  y  muerte.  Fue  su 
„  santo  martyrio  á  los  veinte 
„  y  cinco  dias  del  mes  de 
„  Septiembre  ,  en  la  Era  de 
,,  Cesar  quatrocientos  ,  que 
,,  viene  á  ser  año  del  Señor 
7,  de  txescieiiLos  y  sesenta  y 
„  dos, 


-^  5  í  "España  Sagrada 
„  dos ,  en  la  Ciudad  de  Ce- 
„  sárea  de  Capadocia.  Por- 
„  qae  después  no  tomasen 
„  el  santo  cuerpo  los  minis- 
„  tros  del  Tirano ,  los  Chris- 
„  tianos  lo  hurtaron  ,  y  por 
„  entonces  lo  escondieron  lo 
„  mejor  que  pudieron. 

BE    LA   TRASLACIÓN 

del  cuerpo  del  glorioso  S, 
Formerio  d  España. 

lor  »»  Quando  ,  de  qué 
»í  manera  ,  y  en  qué  tiem- 
?>  po  fue  traído  su  santo 
ft  cuerpo  á  este  Obispado  de 
M  Calahorra  en  España  ,  no 
»»  se  sabe  ;  porque  de  tiem- 
j>  po  inmemorable  lo  cono- 
»»  cen  los  vecinos  de  la  tier- 
»» ra  ,  y  por  tradición  de 
»?  unos  en  otros ,  conservada 
ty  de  muchos  años  cuentan, 
?>  que  vino  encima  de  una 
»  yegua  ,  y  que  viniendo  ,  y 
>»  subiendo  á  una  punta  de 
M  sierra  ,  que  está  encima  de 
»j  un  pueblo  ,  que  se  llama 
»>  Pangua  ,  una  legua  de  la 
M  Villa  de  la  Puebla  de  Ar- 
»>  ganzón ,  hacía  grande  ca- 
»  íor  ,  y  con  el  peso  del 
r»  cuerpo  santo  iba  cansada 
»»  y  fatigada  ,  y  dando  una 
»  patada  en  una  peña  viva, 
i>  salió   UHa  fuente  de  agua 


.  Trat,  69.  Cap.  1 9. 
»>  donde  bebió  y  se  refres- 
"  có  ,  con  que  acabó  de  su- 
»>  bir  la  sierra.  Esta  fuente 
fy  permanece  hasta  hoy  dia 
»  en  testimonio  del  milagro. 
yy  Está  su  santo  cuerpo  en 
»  una  Ermita  en  la  sierra 
»>  alta  ,  que  se  ha  dicho  en- 
»  tre  la  Villa  de  Miranda  de 
M  Ebro  y  Treviño  ,  jurisdic- 
»  cion  del  Condado  ,  donde 
yy  es  venerado  y  tenido  por 
yy  Patrón  de  toda  aquella 
»  tierra.  Está  i  un  lado  del 
»>  cuerpo  de  la  Iglesia  en  un 
»>  sepulcro  de  piedra  muy 
»  bien  labrado  ,  y  metido  eti 
V  un  cofre  grande  de  made- 
«  ra  aferrado  con  barras  de 
»>  hierro  por  defuera  ,  y  sie- 
yy  te  candados  ,  cuyas  llaves 
»?  guardan  los  siete  pueblos 
»>  mas  vecinos  para  mayor 
»  guarda  del  santo  tesoro. 
»>  Yo  estube  en  esta  santa 
»  Ermita  el  dia  de  la  fiesta 
»>  del  Santo  á  25.  de  Sep- 
»  tiembre  del  año  de  rail  y 
>»  quinientos  y  ochenta  y 
»  nueve  ,  donde  vi  el  Oficio 
»  proprio,que  le  rezaban  an- 
»»  íiguamente  de  nueve  lec- 
yy  ciones  con  Antiphonas, 
»»  Hymnos  y  Responsorios 
yy  proprios  de  la  Historia  del 
yy  Santo,  con  punto  de  can- 
y*  to  llano  antiguo  de  prima 
»  re- 


Santos  del  O  bispado  de  Calahorra,       3^3 
todo  el  Conda-     de  Boíando  ,  no  obstante  se 
descubre  por  el    cotejo  del 
original  con  la  copia  impre- 
sa   en    el    Martyrologio   de 
España  ,  que  en  esta  se  aña- 
dieron algunas  clausulas,  que 
no  se   leen  en  el  oficio  del 
Santo  ,  que  se  guarda  en  el 
Archivo  de  su    Iglesia.   En 
especial  es  digno  de  reparo, 
que  en    la   lección    nona  se 
dice  ,  que   habiendo  llegado 
milagrosamente    el    cuerpo 
del  Santo  á  la  cumbre  ,  don- 
de al   presente    se    venera, 
los  habitantes  del  Condado 
de  Treviño  abrieron  el  arca, 
y    encontraron   en   ella    las 
Adas  del  martyrio  escritas 
en   laminas   de    plomo.   Al 
quaderno  de  pergamino ,  en 
que  se  contienen  las  leccio- 
nes y  el   rezo  en  el   modo 
que  refiere  Maneta,  le  falta 
hoy  el  folio   oélavo ,  adon- 
de   correspondía    la   dicha 
lección  nona,  pero  se  colige 
haber  sido  inventada  la  noti- 
cia referida  con   intento  de 
exagerar  la    antigüedad   de 
las  Aétas  ,  por  la  traducción 
que  de  ellas  hizo  el  citado 
Marieta ,  que  pasa  en  silen- 
cio esta  especie  tan  impor- 
tante.   La    misma    lección 
indica  ,  que  el  oficio  se  es- 
cribió  muchos    siglos    des- 
Yy  pues 


«  do  de  Treviño  se  reza  de 
»  él  en  su  dia  ,  como  fiesta 
íí  solemne  con  oélava  ,   co- 
»>  mo  de  Patrón  ,  acudiendo 
»  toda    la   tierra    á    visitar 
Ȓ  sus    santas  Reliquias    ,    y 
»  traerlas  en  procesión  ,  con 
»  Misa  y   Sermón  ,   y  en  el 
»>  Verano    acuden     también 
»>  en  diferentes  dias  ,  yendo 
»>  en  Letanías  á  pedir  á  nues- 
«  tro  Señor  ,  por  intercesión 
»  de  su  santo  Martyr  ,   les 
»  conserve  los   frutos  de   la 
fi  tierra.    Esto  es  lo  que  se 
>»  puede  saber  de  esta  tras- 
oí lacion  del  santo  cuerpo  de 
»  la    Ciudad  de  Cesárea  de 
»>  Capadocia  á  España  ,  sin 
iy  poder  descubrir  mas  de  que 
>»  nuestro  Señor  lo  quiso  dar 
»>  por  Patrón  y  amparo  de 
í>  toda  esta  tierra. 

EXAMINANSE  LAS 
Adías  de  S,  Formerio  pu- 
blicadas en  lengua  latina 
por  Tamayo  ,  y  en  lengua 
Castellana  por  el  P,  Fr. 
Juan  Marieta, 

102  Aunque  como  probé 
antes ,  las  Adas  de  S.  For- 
merio no  fueron  fingidas  en 
tiempo  de  Tamayo  ,  como 
creveron   los  Continuadores 

Tom,  XXXlll, 


3  54  España  Sagrada 
pues  del  martyrio  del  Santo, 
y  su  Autor  confiesa  su  igno- 
rancia aun  acerca  del  modo 
con  que  las  sagradas  Reli- 
quias fueron  traidas  á  aquel 
sitio  :  de  donde  se  infiere, 
que  por  mas  que  algunos 
pretendan  ensalzar  la  anti- 
güedad del  rezo  y  del  Códi- 
ce ,  en  que  está  escrito  ,  de- 
bemos reputarle  por  moder- 
no ,  y  por  obra  de  tiempo 
muy  posterior  á  los  suce- 
sos que  refiere. 

103  Debo  también  ad- 
vertir ,  que  este  oficio  se 
halla  aplicado  á  dos  Santos 
diferentes  de  un  mismo  nom- 
bre ,  el  uno  venerado  en  el 
Condado  de  Treviño ,  de 
quien  trato  ahora  ,  y  el 
otro  en  Vanares  de  quien 
trataré  inmediatamente.  De 
este  segundo  escribió  en 
lengua  latina  el  Licenciado 
D.  Luis  Rodriguez  de  For- 
res, cuya  historia  publicó 
traducida  al  romance  el  P. 
Anguiano  en  la  pag.  189. 
de  su  Historia  de  la  Rioja, 
y  es  enteramente  conforme 
á  las  Adas  impresas  por 
Tamayo.  El  Autor  de  esta 
relación  quiso  autorizar  los 
sucesos ,  que  en  ella  se  con- 
tienen ,  poniendo  por  rema- 
te estas  palabras ;  Hcec  om- 


.  Trat,  69.  Cap,  1 9. 
nía  ego  ipse  eóc  diversis  Co^ 
dicibus  jam  veíustate   diru-^ 
tis  in  unum  collegi.    Lo  que 
también  confirma   el  P.  An- 
guiano   con  esta   nota  ,  que 
puso  á  la  margen:  He  visto 
los  quadernos  antiguos    del 
rezo  de  este  Santo  en  el  Ar- 
chivo de  la  Iglesia  de  Imana- 
res donde  está  su  Santo  cuer- 
po.  Ninguno    de  estos  Co^ 
dices  existe  hoy  en  este  pue- 
blo ,  pero ,   como  he  dicho, 
la  Historia  escrita  por  For- 
res es  la  misma  que  la  del 
oficio  de  Treviño,  excepto 
lo    tocante   á    sepultura    y 
traslación  del  Santo  en  que 
están  muy  discordes.  Y  esta 
discordia  con  tan  gran  con? 
formidad   en    todo  lo  pre- 
cedente es  buen  argumento 
de  que  algún  impostor  dis- 
puso el  rezo  ,  de  modo  que 
una  misma  Historia  se  apli- 
case" á  dos  Santos  diferen- 
tes ;    pero    con   tan     poca 
cautela  que  lo  único  ,  en  que 
los  distinguió,son  las  circuns- 
tancias  que    se    refieren  en 
la  conclusión  de   las  Adas. 
104     Viniendo  ahora  al 
examen    particular    de    las 
noticias  ,  que  nos  comunican 
las    lecciones ,  es  constante 
que  muchas   cosas   se  pue- 
den refutar  fácilmente,  como 
ya 


Santos  del  O  btspado  de  Calahorra,      ^55 
ya. notaron  ,   aunque  solo  en     encendido  ,  y  se  apagan  mi- 


general  ,  los  Continuadores 
de  Rolando.  Tal  es  la  época 
que  se  señala  al  martyrio 
de  S.  Formerio  diciendo, 
que  padeció  en  tiempo  de 
Aureliano  en  la  Era  400. 
año  de  Christo  362.  lo  que 
es  evidentemente  falso,  pues 
murió  este  Emperador  con 
muerte  violenta  en  su  quarto 
Consulado  año  de  275.  á  29. 
de  Enero.  Refiérese  tam- 
bién ,  que  el  Santo  mandó 
á  un  León  ,  que  se  retirase 
á  los  montes ,  y  que  quando 
le  tragesen  al  Anfiteatro, 
acometiese  á  los  Infieles  que 
le  habian  de  perseguir;  pero 
la  Historia  se  tege  de  ma- 
nera que  no  vuelve  á  ha- 
cerse memoria  ,  ni  del  León 
ni  del  Anfiteatro.  Si  se  cote- 
jan las  lecciones  con  lo  res- 
tante del  oficio  ,  se  leen 
especies  que  no  pueden  jus- 
tificarse de  algún  modo. 
Porque  ya  se  representa  el 
Santo  como  gloria  de  Mon- 
ges,  é  instruido  en  las  reglas 
de  su  Orden ;  ya  como  mu- 
chacho ,  que  padeció  mar- 
tyrio en  la  edad  de  catorce 
años ,  en  que  se  egercitaba 
en  el  oficio  de  pastor  de  su 
proprio  rebano.  Echan  al 
Santo  en  un  horno  de  fuego 


lagrosamente  sus:  llamas, 
y  no  recibiendo  lesión  algu- 
na ,  da  su  espíritu  al  Cria- 
dor según  las  lecciones:  y 
en  el  oficio  de  la  Misa  se 
dice  ,  que  irritado  el  Juez 
con  aquel  prodigio  ,  mandó 
le  sacasen  del  horno ,  y  le 
volviesen  á  la  cárcel  :  mu- 
riendo después  degollado 
según  las  pinturas  de  su 
retablo  antiguo.  Esta  con- 
trariedad de  noticias  es  noto- 
ria á  los  hombres  discretos 
del  Condado  de  Treviño, 
y  es  indicio  manifiesto  da 
que  las  cosas  de  S.  Forme- 
rio se  han  escrito  sin  la 
luz  de  memorias  antiguas, 
y  por  algún  ignorante  que 
ni  aun  supo  fingir  con  el 
artificio  necesario  ,  para  que 
las  noticias  pareciesen  veri- 
símiles. Por  tanto  no  siendo 
ya  dificil  entender  ,  que  las 
Adas  han  sido  supuestas ,  y 
no  constando  por  otra  parte, 
que  el  cuerpo  del  Santo  ha 
venido  desde  una  Ciudad 
tan  remota  ,  como  es  la  de 
Cesárea  de  Capadocia  ,  ten- 
go por  mas  creíble  ,  que 
este  es  uno  de  los  martyres 
de  España  ,  cuyo  martyrio 
se  sabe  solo  por  una  tradi- 
ción continuada  y  conser- 
Yy  2  va- 


3  5  <?     España  Sagrada.  Trat.  69.  Cap,  1 9. 
vada    en    el    Obispado    de     tyr.   Habiéndose   pues  equi- 
Calahorra, 

S,    FORME  RIO,  CUTAS 

Reliquias  se  veneran  en 
el  lugar  de  Va- 
riar es, 

105     Entendiendo    algu- 
nos Autores   de   la  Nación, 
que  solo  se  tenia  en  Espa- 
ña el  cuerpo    de  un    Santo 
llamado  Formerio,  y  tenien- 
do por  otra  parte  noticia  de 
que  este  se  veneraba  en  Tre- 
viño  y  en  Vanares ,  erraron 
en  la  situación  de  este  se- 
gundo   pueblo    de    manera, 
que   le    pusieron    entre    los 
Jugares  ,  que  pertenecen  al 
titulo   de  Condado    que    se 
toma    de  Treviño  ,   y  muy 
cerca  de  esta  Villa.  Tama- 
yo    Salazar  en     su   Marty- 
Tolog.  dice:0(;W(Formerii) 
sacra  pignora  á  multis  retro 
s  ce  culis    in     E  cele  si  a    Van- 
f.arensi    comitatus    Trevin- 
niensis   in   Cantabria  custo- 
diuntur    ,     S     venerantur, 
Gil    González  Davila  en  el 
Teatro  Eclesiast.  de  España 
tom.  2.    pag.    338.    En    la 
Villa  de  Vanares  ,  dice  ,  á 
media  legua  de  Santo   Do- 
fningo  de  Treviño  se  venera  el 
cuerpo  de  S.Formerio  Mar- 


vocado  de  este  modo  los 
Escritores  naturales  de  Es- 
paña ,  que  pudieron  infor- 
marse con  gran  facilidad 
sobre  este  punto  ,  no  es  de 
estrañar ,  que  los  Continua- 
dores de  Bolando  escribie- 
sen ,  como  dige  antes  ,  ha- 
ciendo memoria  de  S.  For- 
merio  en  el  dia  primero  de 
Odubre  ,  que  sus  Reliquias 
se  veneraban  desde  muchos 
siglos  en  el  lugar  de  Va^ 
nares  pueblo  de  Alaba ,  pro- 
vincia  de  España  ;  ni  tam- 
poco ,  que  no  conociesen 
sino  un  S.  Formerio  ,  que 
sospecharon  ser  el  mismo 
que  S.  Fermerio  de  Fran- 
cia. 

106  Además  pues  del 
Santo  ,  de  quien  he  tratado 
hasta  aqui  ,  cuyo  cuerpo 
tsiá.  depositado  en  el  Con- 
dado de  Treviño  ,  y  en  el 
territorio  de  Pangua  ,  se 
celebra  otro  del  mismo  nom- 
bre en  Vanares  pueblo  de 
la  Rioja,  y  distante  como 
seis  leguas  de  la  sierra  en 
que  están  las  Reliquias  del 
primero.  Su  culto  viene  tam- 
bién desde  tiempo  inme- 
morial ,  y  es  muy  antigua 
la  institución  de  una  Cofra- 
día, que  está  dedicada  á  su 
ve- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,      357 


veneración.  Yo  he  tenido 
en  mis  manos  la  Bula  ori- 
ginal ,  que  se  guarda  en  el 
Archivo ,  por  la  qual  dife- 
rentes Cardenales  de  las 
tres  ordenes  de  Obispos, 
Presbyteros  y  Diáconos  con- 
cedieron á  esta  Cofradía  al- 
gunas Indulgencias  en  el 
Pontificado  de  Inocencio  Oc- 
tavo á  29.  de  Mayo  del 
año  de  1487.  y  porque  sirve 
para  confirmación  del  culto, 
que  el  Santo  tenia  en  este 
tiempo  ,  pondré  aqui  su  tex- 
to ,  á  excepción  de  algunas 
palabras  ,  que  no  pude  en- 
tender con  claridad ,  por 
e«tar  ya  casi  enteramente 
gastadas.  Dice  asi  después 
de  haber  expresado  los  nom- 
bres ,  y  títulos  de  los  Car- 
denales. 

107  Universís^&  singu- 
Jis  Christifidelibusprcesen- 
tes  Utteras  inspedturis  salit- 
tem  in  Domino  sempiter- 
nam,  Cum  indita  gesta  glo- 
riosorum  Martjyrum  pro 
Christi  fide  constanter  wa- 
Tjutenenda  variis  suppliciis 
occisorum  devote  considera- 
t?ws  ^  dignum  ,  quinimo  debi- 
tum  reputamus  ,  quod  Eccle- 
si¿e ,  ac  sacra  in  ciijuslibet 
ipsorum  honorem  dedicata 
loca   congrua  debeant  devo- 


tíone  veneran  ,  ac  repara- 
ri,  Cupientes  igitur ,  ut  Ec- 
clesia  San&i  Formerii  Mar- 
tyris  oppidí  de  ¡^añares  Ca- 
lagurritan¿e  Dicecesis  in 
qua  ,  ut  accepimus  ,  prcetio- 
sun  Corpus  diSii  Martyris 
requiescit  ,  in  qua  similiter^ 
ut  accepimus ,  quísdam  nota- 
bilis  ^  &  devota  confrater- 
iiitas  in  honorem^  S  sub  va- 
ca bulo  prafati  Sandii  Mar- 
tyris devote  est  instituía^ 
ad  quam  venerabilis  vir 
Michael  Pérez  in  decretis 
baccalarius  ,  ac  Parochia^ 
lis  Ecdesice  Santce  crucis 
didiioppidi  de  Imanares  Be^ 
neficiatus ^  nec  non  confrater 
diSíce  confraternitatis  singw 
Jarem  gerit  devotionis  affec- 
tum  ,  congruis  frequentetur 
honor ibus ,  S  á  Christi  fide- 
libus  jugiter  veneretur,  ac  in 
suis  struciuris  S  ¿edificiis 
debite  reparetur^conservetur, 

5  manuteneatur  ^  necnon  lu^ 
minar  ibus,  libris ,  calicibus^ 

6  aliis  Ecclesiasticis  or- 
namentis  divino  cultui  neces- 
sariis  decoretur ,  &  decen^ 
ter  muniatur,  in  ea  quoque 
cultus  augmentetur  divinus, 
utque  Christi  fideles  ipsi  eo 
Hbentius  devotionis  causa 
confluant  ad  eamdem  ,  quo 
ex   hoc  ibidem  dono  cheles-, 

iis 


3  5  B      España  Sagrada 

tis  gratice  uberius  conspe- 
xerint ,  se  refinos  ;  de  om- 
nipotentis  Dei  misericordia^ 
ac  beatorum  Petri  &  Pau- 
li  Apostolorum  ejus  auSio- 
ritate  confisi ,  ómnibus  ,  & 
singulis  utriusque  sexus 
Christi  fidelibus  veré  poeni- 
tentibus  S  confessis ,  qui 
didiam  Ecclesiam  SantJi 
Formerii  in  singulis  vide- 
licet  ejusdem  San&i  Forme- 
rii Martyris  ,  G  Dominicte 
inmediate  sequentis ,  ac  f erice 
secundce ,  &  terti¿e  Pente- 
costés.., ipsiüsque...  Eccle- 
sice  dedicationis..,festivita- 
tibus ,  &  diebus..,  á  primis 
vesperis,,.  usque  ad  secun- 
das vesperas  inclusive  de^ 
vote  visitaverint  annuatim, 
ac  ad  reparationem  ,  conser- 
vationsm  ,  munitionem  ,  aug- 
mentationem ,  í?...  alia  ope- 
ra.., manus  porrexerint  ad-- 
jutrices  :  Nos  Cardinales 
prcefati  ,  videlicet  quilibet 
nostrum  per  se  pro  singulis 
festivitatibus  ,  S  diebus 
pro'fatis  ,  quibus  id  fece- 
rint,.,  centum  dies.,,  de  in- 
jundiis  eis  pcenitentiis  mi- 
sericorditer  in  Domino  rela- 
xamus  ,  pr^sentibus  perpe* 
tuis  futuris  temporibus  du- 
raturis,  In  quorum  fidem 
presentes  nostras  litteras,*. 


.  Trat,6c},  Cap.  19. 

fieri  nostroruwqne,.,  sigillO" 
rum  jussimus  appensione 
communiri,  Dat.  Romee  in 
domibus  nostris  sub  anno  d 
Nativitate  Domini  millessi^ 
mo  quadringentessimo  odiua^ 
ge s simo  séptimo  ,  die  vero 
vicésima  nona  mensis  Maii^ 
Pontificatus  Sandiissimi  in 
Christo  Patris  &  Domini 
Jiostri  ,  Domini  Innocentii 
divina  Providentia  PP, 
o6iavi  anno  tertio. 

108  Las  Reliquias  que 
existen  en  la  Iglesia  de  San- 
ta Cruz  de  Vanares  ponen 
fuera  de  duda  la  distinción 
entre  este  S.  Formerio  y  el 
de  Treviño  ,  y  para  noticia 
individual  de  ellas  pongo 
el  siguiente  testimonio  dado 
en  el  año  de  1612. 

109  En  la  Villa  de  Va- 
nares ,  dentro  de  la  Iglesia 
Parroquial  de  Santa  Cruz  de 
la  dicha  Villa,  dia  del  glo- 
rioso MartyrS.  Formerio  Pa- 
trón de  esta  Villa ,  cuyas  san- 
tas Reliquias  están  dentro  de 
la  dicha  Iglesia  ,  á  veinte  y 
cinco  de  Septiembre  de  mil 
seiscientos  y  doce  ,  después 
de  haber  dicho  la  Misa  ma- 
yor y  Conventual ,  y  estan- 
do presentes  Sebastian  Bollo, 
Sebastian  de  Gomara ,  Láza- 
ro Marín  de  Marrón  ,  y  el 

Li- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       359 
Licenciado  Antonio  Hernán-     y  que  está  sembrada  de  fí- 


dez  ,  Beneficiados  enteros  de 
dicha  Iglesia ,  Luis  Rodri- 
guez  de  Forres ,  Hernando 
de  Palacios  y  Sebastian  Díaz 
de  Comarcana,  medios  Be- 
neficiados en  ella  ,  y  Diego 
Arista  y  Zuíiiga  ,  Alcalde 
en  la  fortaleza  de  esta  Vi- 
lla, y  Pedro  de  Momediano, 
y  Andrés  de  Trepeana  ,  Al- 
caides Ordinarios  en  la  di- 
cha Villa  ,  y  su  jurisdicción, 
Alonso  de  Olarte  el  Mozo, 
Juan  de  Medina  ,  Mateo  Ra- 
mírez y  Juan  del  Campo, 
Regidores  ,  Diego  de  Villa- 
verde,  Procurador  general, 
y  la  mayor  parte  de  los  ve- 
cinos de  la  dicha  Villa  ,  y 
muy  grande  multitud  de  gen- 
te forastera  ,  que  á  esta  Vi- 
lla habian  acudido  á  dicha 
fiesta  por  ante  mí  Martin  de 
Zamora  ,  Escribano  del  Rey 
nuestro  Señor,  y  del  Núme- 
ro ,  y  Ayuntamiento  de  di- 
cha Villa  ,  se  mostraron  las 
Reliquias  óq\  glorioso  San 
Formerio  Martyr,  en  virtud 
de  licencia  ,  que  para  ello 
hay  de  los  Señores  Proviso- 
res de  este  Obispado  por  las 
Madres  Iglesias  en  Sedeva- 
cante.  Y  asi  para  las  mos- 
trar ,  se  abrió  una  arca  cu- 
bierta de  chapas  de  metal, 


guras  y  armas  ,  y  esmalta- 
da con  esmaltes  ,  que  está 
dentro  de  la  Capilla  del  di- 
cho glorioso  Santo ,  y  abier- 
ta ,  se  hallaron  en  ella  los 
huesos  y  reliquias  siguien- 
tes :  En  un  paño  de  lienzo 
blanco  labrado  de  negro  es- 
tá una  cabeza,  con  una  mue- 
la y  una  quijada  apartada, 
la  qual  tiene  seis  muelas. 
Y  dentro  de  la  dicha  cabeza 
están  cantidad  de  huesos,  y 
otros  pedacitos  :  ítem  una 
toca  larga  de  hasta  cinco 
varas  de  largor  con  unas 
manchas  á  manera  de  san- 
gre ,  y  apolilladas  en  algu- 
nas partes  :  ítem  una  cagi- 
ta  pequeña  pintada  con  tres 
papelejos  doblados ,  y  en  el 
uno  un  Agnus  de  cera  ,  y 
en  otro  un  pedacito  de  pa- 
ño pardo  ,  que  dicen  es  del 
habito  del  Señor  S.  Francis- 
co :  Ítem  en  un  paño  grande 
están  seis  cañas  grandes ,  y 
seis  pequeñas ,  y  las  espal- 
das ,  y  dos  caderas  ,  y  diez 
y  nueve  huesos  del  espina- 
zo ,  y  veinte  y  tres  costi- 
llas ,  y  están  algunas  que- 
bradas :  treinta  y  tres  pe- 
dacitos de  huesos  pequeños, 
y  otro  pequen. to:  todos  los 
quales  están  en  unos  man- 
te- 


360      España  Sagrada,  Trat,6g.  Cap,  19. 
teles  alemaniscos  ,  y  en  una     D.  Andrés  de  Porras  ,  Obís- 


sabana  grande.  Y  hay  un 
pañito  de  olanda  pequeño, 
y  un  Inventario  de  las  di- 
chas reliquias  ,  y  un  Sudario 
viejo  :  y  asi  está  todo  en- 
vuelto en  los  dichos  man- 
teles ,  y  atado  con  una  cin- 
ta azul.  Todo  lo  qual  se 
mostró  por  dicho  Sebastian 
Bollo  Cura  :  lo  qual  todo  se 
tornó  á  meter  en  la  dicha 
arca  luego  incontinenti :  y 
fueron  testigos ,  y  se  halla- 
ron presentes  á  todo  lo  su- 
sodicho Bartolomé  Rodri- 
guez  Bergara  ,  y  Pedro  de 
Baradán  ,  y  Juan  Martínez, 
y  otros  muchos  vecinos  de 
la  dicha  Villa.  Y  asi  se  tor- 
nó á  cerrar  la  dicha  arca, 
y  lo  firmó  el  dicho  Cura, 
y  el  dicho  Andrés  de  Tre- 
peana ,  Alcalde  ,  por  sí  ,  e 
por  los  demás.i=  Sebastian 
Bollo.ir  Andrés  de  Trepea- 
na .=  Ante  mí  ,  Martin  de 
Zamora. 

1 10  Don  Pedro  Guarda- 
mino  ,  Beneficiado  de  la  mis- 
ma Villa  de  Vanares ,  me  ha 
comunicado  la  siguiente  no- 
ticia, que  comprueba  la  per- 
manencia de  las  mismas  Re- 
liquias en  nuestros  tiempos. 

111  En  4.  de  Septiem- 
bre de   1759.  el  Ilustrisimo 


po  de  Calahorra  ,  con  su  Se- 
cretario de  Cámara  D.  Ma- 
nuel Abecia  ,  mandó  abrir 
la  arca  ó  urna,  en  que  esta- 
ban las  Reliquias  de  S.  For- 
merio  ,  citadas  en  el  testimo- 
nio ,  que  dio  de  ellas  el  Es- 
cribano Zamora  ,  y  por  fal- 
tar una  de  las  dos  llaves  que 
tiene  ,  determinó  que  un  Ar- 
quitedo  la  descerrajase  ;  y 
habiéndolo  egecutado  ,  se 
descubrieron  las  dichas  Re- 
liquias, que  están  divididas 
en  dos  paños  blancos  atados 
con  sus  cintas ,  según  refe- 
ria el  testimonio  del  mencio- 
nado Zamora  :  y  habiéndolas 
puesto  el  Secretario  de  Cá- 
mara encima  del  Altar  ,  las 
desató  ,  y  se  vio  en  los  di* 
chos  paños  ,  haber  muchos 
huesos  grandes  y  pequeños, 
como  cañas  de  piernas  y 
brazos  ,  y  con  especialidad 
é  individuación  ,  yo  D.  Pe- 
dro Guardamino  vi  ,  con  el 
motivo  de  estar  enfrente  de 
la  abertura  ,  y  pegante  á  la 
reja  que  mandó  cerrar  su 
Ilustrisima,  para  que  no  en- 
trara gente  ,  lo  siguiente:  La 
cabeza  con  una  muela  ,  una 
quijada  separada  con  seis 
muelas  ó  dientes  ,  y  los  de- 
más huesos  que  menciona  el 
tes- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,      3  d)  i 


testimonio  de  Zamora  dado 
año  de  161 2.  en  que  se  ha- 
blan reconocido  ,  y  sé  que 
también  se  vieron  los  paños 
blancos  ,  cintas  y  Agnus  que 
refiere  diciio  testimonio  ,  pa- 
ra cuya  verdad  se  podrá  re- 
currir ai  Arctiivo  de  Villa, 
donde  está  la  copia  y  Bula 
antes  citada.  Prevengo,  que 
en  4.  deSeptiembre  de  1 759. 
en  que  vimos  muchos  las  Re- 
liquias, no  se  sacó  testimo- 
nio por  el  motivo  ,  de  que 
el  Ilustrisimo  Porras  se  llevó 
la  llave  de  la  urna  ,  y  man- 
dó que  estubiese  cerrada  la 
Capilla  ,  hasta  que  viniese 
á  reconocer  despacio  todas 
las  Reliquias  ,  y  que  enton- 
ces se  pondría  el  testimonio; 
y  como  la  Villa  intentase 
hacer  demonstracion  de  su 
júbilo  y  contento  ,  suplicó 
á  su  Ilustrisima  lo  suspen- 
diese ,  hasta  hallarse  en  dis- 
posición ;  mas  antes  de  lle- 
gar este  caso  ,  murió  el  Ilus- 
trisimo Porras  ;  por  lo  que 
restituida  la  llave  á  instan- 
cia de  la  Villa  ,  se  quedó  la 
cosa  en  este  estado ,  hasta 
que  otro  Ilustrisimo  quiera 
reconocerlas  ,  para  poner 
con  toda  individualidad  y 
formalidad  la  relación  de 
€llas, 
Tm.  XXXllh 


112  El  Licenciado  Don 
Luis  Rodríguez  de  Porres 
escribió  ,  como  dige  antes, 
en  lengua  latina  la  Historia 
de  este  Santo  Martyr  ,  la 
qual  existia  en  el  Archivo 
de  la  Iglesia  de  Vanares  por 
ios  año^  ^7^7»  y  17 18.  co- 
mo consta  del  Inventario  de 
papeles.  Me  dicen  que  no 
parece  ya  ;  mas  no  debe  re- 
putarse por  lamentable  su 
pérdida  ,  porque  el  P.  An- 
guiano  la  trae  en  su  Histo- 
ria de  la  Rioja  ,  y  veo  que 
no  tiene  otro  apoyo  ,  que 
las  Aétas  que  publicó  Tama- 
yo  ,  de  las  quales  dejo  ex- 
puesto mi  juicio.  Al  fin  de 
dicha  Historia  pone  su  Autor 
el  modo  con  que  fue  traido 
á  Vanares  el  santo  cuerpo, 
y  dice  ,  alegando  Códices 
casi  consumidos  por  su  mu- 
cha antigüedad  ,  que  Santa 
Columba ,  viéndole  arrojado 
por  los  tyranos  ,  lo  recogió 
y  envolvió  en  una  sabana, 
y  acompañada  de  dos  sol- 
dados ,  que  se  convirtieron  á 
la  Fé  ,  lo  trajo  hasta  la  ex- 
presada Villa.  Pero  esta  es- 
pecie es  tan  poco  autoriza- 
da como  las  demás  ,  que  re- 
fiere la  Historia  ;  y  aunque 
creo  que  la  sabana  ,  y  pa- 
ños ,  que  yo  he  visto  en  la 
Zz  Igle- 


3^2  "España  Sagrada» 
Iglesia  de  Vanares  ,  y  se  ex- 
ponen á  la  pública  venera- 
ción ,  habrán  servido  algu- 
na vez  para  envolver  las 
santas  Reliquias  ,  lo  que  se 
dice  de  Santa  Columba,  ade- 
más de  no  comprobarse  con 
testimonio  antiguo  ,  carece 
de  toda  verisimilitud  ,  como 
se  verá  por  las  noticias ,  que 
daré  luego  de  esta  Santa 
Martyr. 

I T  3  Por  lo  que  toca  pus^s 
á  los  hechos  del  S.  Formerio 
de  Vanares  ,  tormentos  que 
padeció  ,  y  lugar  y  tiempo 
de  su  pasión  ,  debemos  con- 
fesar lo  mismo  que  dige  del 
de  Treviño ,  esto  es ,  que  na- 
da sabemos  ,  sino  lo  que  en- 
seña la  tradición  constante, 
de  que  es  Martyr,  y  que  co- 
mo á  tal  se  le  ha  dado  culto 
desde  tiempos  muy  remotos 
en  el  Obispado  de  Calahor- 
ra ,  y  podemos  congeturar, 
que  padeció  martyrio  en  al- 
guna de  las  primeras  perse- 
cuciones ,  como  indica  la 
misma  ignorancia  de  sus 
particularidades  ,  y  la  anti- 
gua posesión  de  su  cuerpo, 
sin  que  haya  vestigio  de  ha- 
ber sido  trasladado  de  otra 
parte. 


Trat.  6p,  Cap.  19. 

Santa  Columba  Virgen  y 
Martyr. 

114  Tres  razones  me  im- 
pelen con  gran  fuerza  á  dar 
lugar  en  este  tratado  á  la 
insigne  Virgen  y  Martyr 
Santa  Columba  ,  llamada 
vulgarmente  en  la  Rioja  San- 
ta Coloma.  La  primera  se 
funda  en  la  excelente  glo- 
ria ,  con  que  muchos  siglos 
há  se  dignó  la  Divina  Bon- 
dad condecorar  al  Obispado 
de  Calahorra,  dándole  la  po- 
sesión del  sagrado  y  virginal 
cuerpo  de  esta  Santa.  La 
segunda  estriva  en  la  liber- 
tad ,  con  que  algunos  Críti- 
cos han  despreciado  las  Ac- 
tas del  martyrio ,  ignorando 
sin  duda  la  grande  autori- 
dad ,  que  tienen  en  el  Oficio 
antiquísimo  de  las  Iglesias 
de  España  las  noticias  ,  que 
por  ellas  se  nos  comunican. 
La  tercera  se  origina  del 
concepto  ,  que  tengo  forma- 
do de  que  la  Santa,  que  con 
el  nombre  de  Columba  ó  Co- 
loma se  venera  en  la  Rioja, 
anda  confundida  en  nuestros 
Autores  ,  por  no  haber  es- 
tos considerado  según  mi 
Juicio  los  motivos  poderosos, 
que  hay  para  la  distinción, 
que 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       3  (í 3 
que  debe  establecerse  entre     viario  Gótico  en  el  día  3r, 


]as  Santas  del  mismo  nom- 
bre. Podrá  ser  ,  que  con  to- 
do mi  trabajo  ,  y  nuevas  re- 
flexiones no  llegue  á  ilustrar 
este  asunto,  que  á  la  verdad 
es  de  los  mas  obscuros  y 
remotos  de  nuestra  memo- 
ria, quanto  baste  para  la  sa- 
tisfacción de  los  Leélores; 
pero  á  lo  menos  espero  dar 
nuevas  luces ,  que  le  desem- 
baracen de  algún  modo  de 
las  tinieblas  que  le  ofuscan. 

Culto  de  la  Santa  en  Es- 
paña, 

1 15  Para  conocer  la  re- 
ligiosidad y  veneración  con 
que  la  Santa  y  gloriosa  Vir. 
gen  y  Martyr  Columba  ha 
sido  celebrada  en  las  provin- 
cias de  España  en  todos  los 
siglos  ,  de  que  tenemos  al- 
gunas noticias ,  no  es  nece- 
saria otra  cosa  ,  que  hacer 
presentes  los  públicos  monu- 
mentos ,  que  han  quedado 
de  esta  insigne  devoción.  La 
piedad  y  ternura  ,  con  que 
nuestros  mayores  la  festeja- 
ron bajo  el  imperio  de  ios 
Godos  y  Árabes  ,  se  demues- 
tra con  mucha  claridad  en 
el  devotísimo  Oficio  ,  que 
leemos  en  el  Misal  y  Bre- 


de  Diciembre,  dedicado  solo 
á  la  solemnidad  de  esta  San- 
ta. Continuaron  nuestras  Igle- 
sias este  religioso  culto  des- 
pués de  los  Árabes,  dando 
expreso  testimonio  de  su  de- 
voción en  los  Breviarios, que, 
como  entonces  se  acostum- 
braba ,  se  formaron  para  el 
uso  peculiar  de  cada  una  de 
ellas.  Y  aunque  el  dia  31.  de 
Diciembre  se  consagró  en 
algunas  al  glorioso  Pontífice 
S.  Silvestre  ,  no  por  eso  se 
omitió  del  todo  la  memoria 
de  nuestra  Santa  ,  pues  en 
otras  se  retubo  constante- 
mente su  solemnidad  ;  y  las 
que  admitieron  otra  fiesta, 
ó  trasladaron  á  otro  dia  la 
de  Santa  Columba  ,  ó  hacian 
en  el  mismo  conmemoración 
de  ella. 

ir6  No  solo  en  los  Ofi- 
cios Eclesiásticos  se  observa 
la  piadosa  devoción  de  nues- 
tros pasados  para  con  la 
Santa, sino  también  en  los  de- 
más aétos  que  suelen  decla- 
rar el  amor  y  reverencia,  con 
que  los  Christianos  obse- 
quian á  los  Santos.  El  afedo 
á  Santa  Columba  ha  movido 
á  los  padres  de  familias  á 
poner  este  nombre  á  sus 
hijas ,  y  es  tan  antiguo  este 
Zz  2  uso 


3^4      España  Sagrada.  Trat.  69.  Cap,  1 9. 


uso  que  leemos  en  la  vida 
de  S.  Millán  ,  escrita  por  S. 
Braulio  ,  como  el  Santo  sanó 
milagrosamente  en  la  Rioja 
á  una  doncella  llamada  Co- 
lumba ,  hija    de  un    Curial 
por    nombre    Máximo.    En 
muchos   lugares  principales 
hay  Ermitas    con   la  advo- 
cación de  la  Santa  ,   adon- 
de los  pueblos  vecinos  con- 
curren procesionalmente  en 
diferentes  dias  ,  solemnizan- 
do también  el  de  su  Aboga- 
da con  singular  devoción  y 
alegría.     En    Burgos    hubo 
Iglesia  erigida  con  el  nom- 
bre   de  Santa  Columba ,  la 
qual  se   cree  haber  sido  an- 
terior á  la  población  de  la 
Ciudad.   Véase  el   tom.  27. 
de  la  Esp.   Sag.  pag.  651. 
y  sigg.    En  Siguenza    hay 
dignidad  con  el   mismo  ti- 
tulo ,  dice  Ambrosio  de  Mo- 
rales ,   y  una  Capilla   tam- 
bicn  con  su  advocación  ,  ri- 
quísima en  labor  ,  y  mas  en 
la  renta,  y  de   mucha  de- 
voción   en     el    servicio    y 
oficios  que  en  ella  se  cele- 
bran. Las  regiones   de  As- 
turias ,  Galicia  y  Portugal 
ilenas  están  ,  dice  el  mismo 
Autor  ,    de    la    veneración 
de  esta  Santa    en   Iglesias, 
y  en  celebrar  %^  fiesta ,  y 


en  otras   solemnidades.  Jun- 
to á  Benavente  hay  un  ex- 
celente Monasterio  de  Mon- 
jas dedicado   á   la  memoria 
de    la   misma    Virgen  ,    y 
Martyr.  Cerca   de  Barcelo- 
na  hay   otro   Convento   de 
Religiosos     Franciscos    con 
el  mismo  titulo.  Finalmente, 
no  solo  han  tomado  el  nom- 
bre de  la  Santa  las  Iglesias, 
Ermitas  ,  y  Conventos  ,  sino 
también    muchos     pueblos, 
aunque  con   la  variedad  de 
Columba  ,  Colomba  ,  Colo- 
ma y  Comba.  Todo  lo  qual 
es   evidentísimo   argumento 
de  que  en  todos  tiempos  ha 
sido   general   en  España  la 
costumbre    de    solemnizar  á 
la  Santa  ,    y  perpetuar    su 
memoria  con  to<ias  las  par- 
ticularidades   que    parecían 
conducentes    ñ   tan  piadoso 
y  loable  obgeto. 

EXAMINASE  A  QUE 

Santa  de   las  que   tienen  el 

nombre   de  Columba  ,  se  ha 

dudo  en  España  culto  tan 

célebre  ,  y  general, 

117  Estoy  firmemente 
persuadido  á  que  no  ten- 
dríamos necesidad  de  ave- 
riguar ,  á  qué  Santa  Colum- 
ba ha  venerado  nuestra  Es- 
pa- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,      365 
paña  en  todos  los  siglos  pa-     "  en  tiempo  del  Emperador 

'>  Aureliano  el  postrer  dia 
>'  de  Diciembre  ,  y  muchos 
»>  Breviarios  de  España  ce- 
»>  lebran  aquel  dia  su  fiesta, 
y>  sin  que  en  niní^uno ,  ni 
»  aun  en  el  de  Córdoba  ,  que 
»>  tiene  las  de  m.uchos  de  es- 
"  tos  Santos ,  se  ponga  la 
'>  fiesta  de  esta  nuestra  Santa, 
>'  de  quien  hemos  contado.  Y 
»>  también  es  cosa  notable, 
"  que  ni  los  Martyrologio% 
"  ni  el  Catalogo  de  Equi- 
"  lino  ,  que  suelen  (como 
Ȓ  hemos  visto)  hacer  me- 
V  moria  de  muchos  de  es- 
"  tos  Martyres  de  Córdoba, 
"  ninguna  hacen  de  esta 
"  Santa  ,  habiendo  ella  sido 
"  tan  señalada  en  su  vida, 
»  y  martyrio  ,  como  en  esta 
'?  Historia  parece  ,  y  aun 
"  yo  la  he  abreviado  mucho, 
»  que  S.  Eulogio  con  mucho 
"  mas  largo  discurso  la  es- 
"  tiende  ,  y  se  ve  en  todo 
"  quanta  mas  estima  hacía 
"  de  esta  Santa,  que  de  mu- 
'?  ches  de  los  pasados  ,  y 
'í  quanto  se  remiraba,y  quan- 
'?  to  gusto  tenia  en  contar 
'>  su  vida,  y  como  atan  prin- 
i>  cipal  Santa  ,  en  acabando 
»  de  contarla  ,  le  hace  ora-« 
"  cion  ,  celebrando  las  gran- 
i>  dezas  d^  sw  yida  y  muer- 
"  te. 


sados  con  el  afeólo  y  devo- 
ción que  se  ha  dicho  ,  si  el 
diligente  y  dodo  Historia- 
dor Ambrosio  de  Morales 
no  hubiera  excitado  la  ques- 
tion  ,  que  sobre  este  asunto 
propone  en  sus  Notas  al  lib. 
2.  del  Memorial  de  los  San- 
tos de  S.  Eulogio  ,  y  en  el 
lib.  14.  de  su  Chronica  cap. 
21.  Las  razones  ,  que  me 
asisten  para  este  modo  de 
pensar  son  las  mismas  que 
expondré  luego  resolviendo 
esta  dificultad  ;  antes  de  lo 
qual  me  parece  conveniente 
exhibir  á  la  letra  el  inge- 
nioso alegato  del  referido 
Escritor  ,  en  el  qual  se  verán 
asi  el  motivo  de  dudar  como 
los  argumentos  con  que 
prueba  su  didamen.  Hablan- 
do pues  de  Santa  Columba 
la  de  Córdoba  ,  de  cuya 
santidad  y  martyrio  trata 
S.  Eulogio  en  el  lugar  cita- 
do ,  y  distinguiéndola  de 
otra  famosa  ,  y  mas  anti- 
gua Santa  del  mismo  nom- 
bre ,  que  padeció  en  Sens 
Ciudad  de  Francia  ,  hace  el 
discurso  siguiente. 

118  »  En  Francia  hubo 
»>  otra  Santa  Martyr  de  este 
»  mismo  nombre,  que  pade- 
ti  ció  en  la  Ciudad  Senonica 


3  66     España  Sagrada, 
7f  te  ,  y  pidiéndole  su  inter- 
?>  cesión  ,  y  su  ayuda  delan- 
yy  te  de  Dios. 

119  "Siendo  todo  esto 
ff  asi  tan  excelente  y  aventa- 
ja jado  en  esta  Santa  ,  creo 
»>  yo  verdaderamente  ,  que 
»>á  ella  ,  y  no  á  la  de  Fran- 
7)  cia  ,  celebramos  los  Espa- 
f>  ñoles  con  grandisima  de- 
f>  vocion ,  y  muchas  mane- 
»>  ras  de  solemnidad.  Aun- 
?»  que  no  hubiera  nada  de  lo 
>»  dicho  de  ser  ella  tan  m- 
7>  signe  en  vida  y  martyrio, 
i>  de  ensalzarla  tanto  ,  y  con 
j>  tanta  razón  S.  Eulogio, 
f>  y  de  no  hallarse  (como 
»  debia)  mención  de  ella  en 
;>  las  Iglesias  y  Autores,  que 
j>  celebran  estos  otros  Mar- 
f>  tyres  de  Córdoba ,  sola 
?>  esta  devoción  de  toda  Es- 
}>  paña  general  en  toda  ella, 
ty  y  extraordinaria  en  gran- 
9>  des  particularidades  ,  y 
»>  maneras  de  solemnizarla, 
>>  bastará  enteramente  para 
9>  creer  que  todo  esto  se  ha- 
»>  ce  por  nuestra  Santa  na- 
»  tural ,  y  no  por  la  estran- 
?>  gera. 

120  Refiere  luego  al- 
gunas demonstraciones  con 
que  los  naturales  de  Espa- 
-ña  ,  y  las  Iglesias  de  este 
Reyno  •  han   testificado  .  su 


Trat.  69.  Cap.  19. 
religiosa  devoción  acia  Santa 
Columba  ,  y  prosigue  su  ar- 
gumento en  esta  forma: 

121  »>  ¿Pues  que  diremos? 
»  ¿  que  toda  esta  devoción 
»  de  tantos  pueblos ,  y  de- 
»>  clarada  con  tantas  señales, 
"  toda  esta  reverencia  y  ve- 
yy  neracion  mostrada  con  tan- 
y»  tos  testimonios  ,  esta  so- 
»  lemnidad  tan  conservada  y 
»>  acrecentada  se  hace  á  San- 
»  ta  Columba  la  de  Francia, 
>?  y  no  á  la  de  España?  ¿Te- 
jí niamos  á  nuestra  Santa  na- 
yf  tural  ,  y  hablamos  de  ir  á 
yy  buscar  la  estrangera?  jTe- 
j»  niamos  la  propría  y  habia- 
yy  mos  de  tomar  la  agena? 
jí  Verdaderamente  losEspa- 
j>  ñoles  celebramos  ,  y  con 
yy  tanta  fiesta  solemnizamos 
>j  nuestra  Santa  Martyr  Co- 
»  lumba  ,  como  á  nacida, 
ff  criada  y  coronada  glorio- 
»  sámente  acá  ,  le  damos  la 
jj  debida  solemnidad  ,  debi- 
j>  da  por  toda  su  tierra  ,  y 
jj  celebrándola  asi  como  á 
»>  legitima  Patrona  nuestra, 
yy  casi  por  derecho  la  pedi- 
»  mos  su  amparo  y  su  ínter- 
j>  cesión.  Y  la  Santa  glorio- 
j>  sa  Columba  de  Francia 
yy  desde  el  cielo  nos  escucha 
j>  agora  esto  que  asi  trata- 
j?  mos ,  y  se  huelga  ,  que  la 

;;  SO- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,      367 
w  solemnidad  que  los  Espa-     »>  ello  ,  y  era  fácil  cosa  lle- 


9>  ñoles  debemos  á  nuestra 
f>  Santa  Española  ,  se  la  atri- 
??  huyamos  ,  y  dando  la  no- 
9?  ticia,  que  es  razón  tenga- 
9>  mos  de  ella  ,  aclaremos  asi 
»  de  esto  la  verdad. 

122     „  También   es  bue- 
"  na    señal  de    ser  nuestra 
9>  Santa  Columba  ,  y  no  la 
»  de  Francia  ,   la  que  no- 
9)  sotros  celebramos  ,  la  que 
9>  ahora  diré.  El  Real  Mo- 
9}  nesterio  de  Santa  Maria  de 
9>  Najara  de  la  Orden  de  S. 
"  Benito  tiene  alli  cerca  un 
9*  Priorato  llamado  Santa  Co- 
w  lumba  ,  y  alli  está  el  cuer- 
«>  po  de  esta  Santa  con  mu- 
sí cha  veneración,  y  visita- 
»>  do  con  mucha  freqüencia 
9>  y  devoción  de  los  pueblos 
5>  de  toda  la  comarca  ,  y  su 
9>  santa  cabeza  está  en  el  di- 
9>  cho   Real  Monesterio  en- 
"  cerrada  en  un  bulto  de  la 
»  Santa  hermosamente  labra- 
»>  do  ,  y  suntuosamente  en- 
9f  riquecido  ,  el  qual  yo  he 
f>  visto.  Todo  esto  verdade- 
"  ramente  es  de  nuestra  San* 
??  ta  Columba;  ¿porque  quien 
"  habia   de  traer  alli  desde 
V  Francia  el  cuerpo  de  la  de 
"allá?  A  lo  menos  ninguna 
99  m.emoria  hay  de  esto  ,  ni 
9>  nadie  sabe   dar  razón  de 


varse  la  de  Cordova  por 

?>  muchas  ocasiones, que  por 

yy  la  vecindad  y   comunica - 

>?  cion  sucedían.  Asi  veremos 

'>  luego  algunas  traslaciones 

yy  de    otros   Santos  Marty- 

yy  res  de  Córdoba ,  y  la  prin- 

»  cipal  causa  de  hacerse  asi 

»  estas  traslaciones  ,  era  li- 

»  brar los  santos  cuerpos   de 

»>  las  injurias    con   que   los 

i)  Moros  ios  podían  profanar. 

123      »  Mas  dirá  alguno 

yy  que  á  Santa  Columba  cele- 

y>  bramos  el  postrer   dia  de 

?>  Diciembre  ,  y  asi  es  la  de 

»  Francia  ,  que    cae   enton- 

9>  ees  ,  y  no  la  de  Córdoba, 

7í  que    fue   martyrizada    en 

?>  Setiembre.    Ya  lo  veo  ,  y 

y>  diré  sencillamente   lo  que 

yy  siento.  Quanto  á  lo  prime- 

?>  ro    en   los   Breviarios   de 

yy  España   hay  variedad   en 

f>  señalar  la   fiesta   de  esta 

yy  Santa  ,  pues  el  de  Siguen- 

>>  za    la    tiene    á    ocho    de 

yy  Enero  ,    y  el  de  Coria  á 

yy  los    tres  de  Abril  ,  y  asi 

yy  Otros.  Lo  que  yo  creo  es, 

yy  que     de    tiempo    mucho 

»>  atrás  ,    como   se    tratase 

"  entre  algunos  devotos  de 

yy  celebrar  la  fiesta  de  nuef- 

»>  tra  Santa  Columba  la  de 

ff  Cordova ,  de  cuyo  marty. 

„ri9 


368  España  Sagrada 
}>  rio  se  tenia  noticia  ,  sin 
^»  saber  el  dia  en  que  pade- 
,,  ció  ,  porque  no  habia 
„  comunmente  los  libros  de 
„S,  Eulogio,  de  donde  se 
„  podia  saber  ,  y  viendo 
,,  como  en  el  ultimo  de  Di- 
„  ciembre  se  celebraba  San- 
„  ta  Columba ,  pensaron  que 
„  era  la  de  Córdoba  ,  y  sin 
?>  mas  diferenciar  ,  ni  mirar, 
„  contentáronse  con  tener 
„  alli  su  fiesta  ,  y  no  cura- 
„  ron  de  hacer  otra  diferen- 
,,  te.  No  vale  nada  eso, 
„dirá  el  que  quisiere  por- 
>,,  fiar  ,  pues  las  liciones  de 
„  aquel  dia  en  los  Brevia- 
,„  rios  ,  cuentan  el  martyrio 
„  deSanta  Columba  de  Fran- 
„  cia.  Yo  diré  ,  que  como 
„  ignoraban  los  Españoles 
„  el  dia  de  su  Santa  ,  por  no 
„  leer  los  libros  de  S.  Eulo- 
„  gio ,  asi  también  les  falta- 
„  ba  la  noticia  de  su  vida 
„  y  muerte  ,  y  tomaron  lo 
„  que  hallaron  en  general  de 
„  la  Santa  Columba  ,  y  como 
„  el  nombre  era  uno,hicLeron 
„  toda  una  la  Historia.  Qua- 
,,  si  lo  mismo  vemos  se  hi- 
,,  zoen  otra  nuestra  Virgen 
^  y  Martyr  Santa  Marina  de 
^  Galicia.  No  hallaron  His- 
,,  toria  propria  que  darla,  to- 
,,,  marón  un  pedazo  de  la  de 


.  Trat,  6g  Cap,  19. 

„  Santa  Margarita  ,  y  atri- 
„  buyeronsela.  Con  haber 
„  dicho  asi  esto  ,  he  traba- 
„  jado,  como  he  podido,  en 
„  aclarar  la  verdad  de  nues- 
„  tra  devoción  de  España  con 
„  nuestra  bendita  Santa  ,  su- 
„  jetando  este  mi  parecer  á 
„  quien  mejor  lo  tubiere. 

124  Este  discuso  de  Mo- 
rales se  creyó  tan  eficaz  en 
el  concepto  de  los  Escrito- 
res ,  que  florecieron  después 
de  él  ,  que  no  dudaron  abra- 
zar la  misma  sentencia  :  en- 
tre los  quales  los  Continua- 
dores de  Bolando  declararon 
la  fuerza  de  sus  razones  di- 
ciendo, que  en  su  vista  que- 
daban ellos  casi  sin  rastro 
de  duda  en  este  asunto.  Yo 
no  encuentro  en  todo  lo  que 
alega  tanto  peso  ,  que  pue- 
da inclinarme  á  su  opinión; 
antes  bien  los  fundamentos, 
que  hay  por  la  parte  con- 
traria ,  me  parecen  tan  con- 
vincentes ,  que  estoy  en  la 
inteligencia ,  de  que  Ambro- 
sio de  Morales  se  dejó  llevar 
mas  de  la  propensión  ,  que 
como  Cordobés  profesaba  á 
los  Santos  Martyres  de  su  pa- 
tria ,  que  de  las  razones  que 
se  le  ofrecieron  ,  las  quales 
son  como  ahora  probaré 
contrarias  á  hechos  públi- 
cos 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,      3  69 


eos  y  evidentes  ,  que  sin 
duda  deben  estimarse  mis 
en  todo  genero  de  proban- 
zas ,  que  lo  que  se  trae  por 
solo  discurso. 

125  Mucho  antes  que  pa- 
deciese la  insigne  Virgen  de 
Córdoba  ,  se  veneró  en  Es- 
paña con  gran  solemnidad  S. 
Columba, como  expresamen- 
te se  vé  en  el  Misal ,  y  Bre- 
viario Gótico.  Los  Españo- 
les ponían  también  á  sus  hi- 
jas el  nombre  de  esta  San- 
ta ,  por  la  devoción  que  la 
tenian,  como  hemos  visto  en 
ia  hija  de  Máximo  Curial, 
que  menciona  S.  Braulio  ,  y 
vemos  en  la  misma  Santa 
Cordobesa  ,  en  cuyo  favor 
litiga  su  devoto  Ambrosio 
4e  Morales,  La  Iglesia  que 
con  su  nombre  existió  en 
Burgos  antes  de  la  pobla- 
ción de  esta  Ciudad  ,  es  tan 
antigua ,  que  no  se  conoce 
su  principio.  De  su  consa- 
gración escribe  Berganza, 
que  fue  en  el  año  de  863. 
como  se  puede  ver  en  su 
tom.  I.  pag.343.  El  marty- 
rio  de  la  Santa  ,  y  sus  parti- 
cularidades eran  muy  sabi- 
das en  España  ;  pues  co- 
mo luego  veremos,  el  Oficio 
Eclesiástico  del  tiempo  de 
los  Godos  ,  y  Árabes  lo  can- 
Tom.  XXXIU. 


ta  con  todas  sus  circunstan- 
cias. Habiéndose,  pues, ce- 
lebrado S.  Columba  tan  so- 
lemnemente en  los  siglos  que 
precedieron  á  la  Santa  que 
padeció  en  Córdoba,  ¿qué 
motivo  hay  para  negar  que 
las  Iglesias  de  España  conti- 
nuaron en  los  tiempos  suc- 
cesivos  el  mismo  culto?  ¿O 
por  qué  Ambrosio  de  Mora- 
les pretende  adjudicar  toda 
la  devoción  de  este  Reyno, 
á  la  Santa  Cordobesa  ,  des- 
pojando de  ella  ,  y  poniendo 
en  olvido  á  la  Virgen  ,  y 
Martyr  ,  cuya  devoción  era 
tan  antigua  ,  y  estaba  tan 
arraigada  en  los  ánimos  de 
los  Españoles  ?  La  Santa  glo- 
riosa Columba  de  Córdoba, 
digo  imitando  á  Morales, 
desde  el  cielo  nos  escucha 
ahora  esto  ,  que  asi  trata- 
mos ,  y  se  huelga  que  la  so- 
lemnidad que  los  Españoles 
dieron  á  la  Santa  Columba, 
de  quien  ella  tomó  su  nom- 
bre ,y  cuya  santidad  y  cons- 
tancia en  la  Fé  imitó  per- 
fedamente  ,  se  la  restituya- 
mos ,  asegurando ,  y  confir- 
mando la  verdad  de  la  con- 
tinuación de,  su  culto. 

126     Es  argumento  evi- 
dentísimo de  que    la  misma 
S,  Columba  ,  que  fue  tan  ve- 
Aaa  ne^ 


370     España  Sagrada 
nerada   en  España  hasta  el 
martyrio  de  la  Santa  Cordo- 
besa ,  lo  fue  también  en  los 
tiempos  que  se  siguieron    á 
él,  la  conformidad  que  guar- 
daron nuestras  Iglesias  en  su 
Fiesta.  Celebróse  ésta  en  ti- 
empo de  los  Godos  ,  y  Ara- 
bes  331.  de  Diciembre  ,  y 
en  el   mismo  dia  se  halla  en 
los  Breviarios  de  uso  poste- 
rior ,  lo  que  no  corresponde 
á  Santa  Columba  de  Córdo- 
ba, cuyo  glorioso  tránsito  fue, 
según  S.  Eulogio  ,  á  17.  de 
Septiembre.  La  Historia  del 
martyrio   que  rezaron  nues- 
tras Iglesias  después  de  los 
Árabes  ,  es  idéntica  ,  como 
probaré  luego   ,  con  la  que 
contienen  el  Hymno  ,  y  Lec- 
ciones del  Breviario  Gótico, 
y  Muzárabe,  y  enteramente 
distinta  de  la  que  S.  Eulogio 
escribió  de  la  Santa  Martyr 
Cordobesa.  ¿  Quién ,  pues  ,  si 
reflexiona  bien  esta  unifor- 
midad ,  podrá   negar  ,  que  el 
culto  que  en  España  se  dio  á 
S.  Columba  hasta   cerca    de 
nuestros  tiempos  ,  fue  conti- 
nuación del  que  nuestros  ma- 
yores practicaron    en  reve- 
rencia, de   la   misma?  Y  en 
conseqiiencia  de  esto,  ¿con 
qué  fundamentóse  podrá  ase- 
gurar ,  que  la  Santa  festeja- 


.  Trat.  59.  Cap,  1 9. 
da  después  de  los  Árabes  es 
diversa  de  la  que  antes  se 
veneró  en  España  ,  siendo 
uno  mismo  el  dia  ,  y  unas 
mismas  las  circunstancias  del 
martyrio? 

127     Responde   Morales, 
que  en  los  Breviarios  hay  va- 
riedad en  señalar  el  dia  de 
S.  Columba;  y  cree ,  que  co- 
mo se    tratase  de    celebrar 
la  Martyr  Cordobesa  sin  sa- 
berse el  dia  en  que  padeció, 
viendo  que  en  el  ultimo  de 
Diciembre  se  celebraba  una 
Santa  con  el  nombre  de  Co- 
lumba ,  pensaron  que  era  la 
de  Córdoba  ,  y  sin  mas  mi- 
rar pusieron  en  él  su  Fiesta. 
Quando  considero  la  debili- 
dad de  estas  razones,  no  pue- 
do menos  de  estrañar  ,  que 
tan   sin  reparo  hayan  segui- 
do los  Continuadores  de  Bo- 
lando  ,  y  otros  Escritores  el 
pensamiento  de  Morales.  Ci- 
erto es  ,  que  algunos  Brevia- 
rios   ponen  la   Fiesta   de  S. 
Columba   fuera  del   dia  31. 
de   Diciembre  ;  pero    estos 
son  los  menos ,  y  no  proce- 
dieron con  ignorancia  de  que 
ésiQ  era  el  dia  proprio  ,  sino 
que  lo  hicieron  por  dar  lu- 
gar á   otra  solemnidad.  Evi- 
denciase esto  con  el  egem- 
plo  de  la  S.  Iglesia  de  Barce- 
lo- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,       371 
lona,   que  habiendo  admití-     diversa,  y  sabiendo  que  ia 


do  la  Fiesta  de  S.  Silvestre 
en  el  dia  31.  de  Diciembre, 
coloco  la  de  S.  Columba  el 
31.  de  Enero  ;  pero  con  cla- 
ro conocimiento  de  que  el 
ultimo  dia  de  Diciembre  era 
el  que  estaba  señalado  á  la 
Santa.  Por  eso  en  las  Ta- 
blas de  su  Breviario  del  año 
de  1540.  se  fija  la  Festividad 
de  S.  Columba  en  el  3r.  de 
Enero  con  estas  palabras: 
Columh(ü  Virginis  ^  &  Mar- 
tyris.  Fuit  31.  Decenibris, 
En  el  Breviario  de  la  S.  Igle- 
sia de  Toledo  del  año  de 
1493.  se  pone  esta  adver- 
tencia en  el  dia  31.  de  Di- 
ciembre :  Isto  die  est  Fes- 
tum  San&íP  Columbee  Vir- 
ginis  ,  sed  non  celebra  tur 
usque  post  Odí,  Epiphani^, 
Asi ,  que  la  variedad  en  el 
dia  en  que  se  celebra  la 
Fiesta  de  S.  Columba  no  na- 
ció de  ignorancia  ,  sino  de 
tener  ocupado  con  otra  so- 
lemnidad el  proprio  de  su 
glorioso  tránsito. 

128  ¿Y  quién  admitirá 
fácilmente  que  algunos  de- 
votos pensaron  ,  que  la  San- 
ta que  se  celebraba  en  31. 
de  Diciembre  era  la  de  Cór- 
doba ,  señalándose  en  sus 
Lecciones  otra  Ciudad  muy 


historia  de  eiias  era  coi- 
forme  al  OficioGótico  y  Mu- 
zárabe ,  que  se  rezaba  aun 
antes  que  naciese  la  de  Cór- 
doba ?  Responde  Morales, 
que  ignorando  nuestros  Es- 
pañoles ,  por  no  haber  leido 
los  libros  de  S.  Eulogio  ,  la 
vida  ,  y  muerte  de  la  Santa 
Cordobesa  ,  tomaron  la  his- 
teria de  la  otra  Santa  Co- 
lumba ,  y  se  la  aplicaron  á 
la  de  Córdoba.  Yo  bien  se 
que  varias  veces  se  han  ad- 
judicado las  Adas  de  los  San- 
tos á  otros  del  mismo  nom- 
bre ,  por  el  error  en  no  dis- 
tinguirlos como  convenía; 
pero  se  me  hace  increíble, 
que  nuestras  Iglesias  atribu- 
yesen la  historia  de  S.  Co- 
lumba la  antigua  á  la  mas 
moderna  de  Córdoba  ,  sa- 
biendo por  la  historia  de  la 
primera  ,  que  ésta  era  muy 
diferente  de  la  segunda.  Fue- 
ra de  esto,  ¿quién  se  per- 
suadirá á  que  los  Españoles 
aplicaron  las  Lecciones  á  la 
Santa  Cordobesa  ,  dejando 
en  ellas  el  nombre  de  la 
Ciudad  en  que  padeció  la 
mas  antigua?  Si  el  Rezo  mis- 
mo dice ,  que  la  Santa  á  quien 
se  dirige  el  Oficio  padeció 
en  Senonas   jcómo 


Aaa  2 


creere- 
mos 


37^  España  Sagrada. 
mos  por  otra  parte  ,  que  ías 
Iglesias  rezaban  de  la  San- 
ta que  fue  martirizada  en 
Córdoba?  He  aquí  la  razón, 
por  qué  dige  antes  que  los 
argumentos  de  Ambrosio  de 
Morales  son  opuestos  expre- 
samente á  hechos  constan- 
tes ,  é  irrefragables  ,  y  que 
por  tanto  deben  desestimarse 
como  fundados  solo  en  las 
aprehensiones  que  le  inspira- 
ba el  afedo  á  los  Santos  de 
Córdoba  su  patria. 

129  Es  también  argu- 
mento ,  de  que  el  culto  ge- 
neral de  España  á  S.  Colum- 
ba no  se  enderezaba  á  la 
Martyr  Cordobesa  ,  la  con- 
fesión que  hace  el  mismo 
Ambrosio  de  Morales.  El  di- 
ce ,  que  esta  Santa  estubo 
tan  olvidada,  que  ni  aun  el 
Breviario  de  Córdoba  hace 
mención  de  ella  ,  y  que  los 
Españoles  no  tubieron  noti- 
cia de  su  vida  ,  y  muerte, 
por  no  haber  leido  los  libros 
¿le  S.  Eulogio.  Pues  si  esto 
es  asi  ,  ¿cómo  pretende  que 
lodos  los  obsequios  se  ha- 
cían á  la  Santa  de  su  patria, 
que  estaba  tan  desconocida, 
y  no  á  la  otra ,  que  desde  el 
tiempo  de  ios  Godos  ha  si- 
do célebre ,  y  famosa  en  es- 
te Reyno?  Si  no  se  sabíalo 


Trat.  6g,  Cap.  1 9. 
que  escribió  S.Eulogio,  ¿cót^ 
mo  estraña  Morales  en  vista 
de  las  excelencias  que  el 
Santo  refiere  de  la  Martyr  de 
Córdoba  ,  que  ésta  no  se  ce- 
lebrase en  España  ,  y  se  hi- 
ciese fiesta  á  la  otra  ,  cuyo 
martyrio  era  tan  ilustre  ,  y 
sabida ,  como  dejamos  di- 
cho ,  y  él  mismo  confiesa? 

PRUÉBASE  QUE  EL 

sagrado  cuerpo  ,  que  se  ve- 
ñera  en  el  Obispado  de  Ca- 
lahorra ,  no  es  de  Santa 
Columba  de  Córdoba^ 
sino  de  otra  mas 
antigua^ 

130  Tratando  los  Conti- 
nuadores de  Rolando  al  dia 
17.  de  Septiembre  de  S.  Co- 
lumba Virgen  ,  y  Martyr  de 
Córdoba  ,  ofrecen  en  el  §  i. 
mostrar ,  que  su  cuerpo  fue 
trasladado  á  Nágera  ó  cerca 
de  esta  Ciudad.  Y  llegando 
al  §.  2.  que  era  el  lugar  pro- 
prio  donde  correspondía  to- 
car este  asunto,  solo  dicen, 
que  se  ignora  quánto  tiem- 
po permaneció  el  sagrado 
cuerpo  en  la  Basílica  de  S. 
Eulalia  de  Fragelas ,  donde 
fue  sepultado,  según  S.  Eu- 
logio ;  y  que  asimismo  no  se 
sabe  con  qué  motivo  fue  le- 
van- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.  373 
vantado  de  aUl ,  y  traslada-  Monasterio  están  en  esta  per- 
do  á  otra  parte  ;  pero  que  al- 
gunos sospechan ,  no  sin  pro- 
babilidad ,  que  los  Christia- 
nos  hicieron  la  traslación  k 
fin  de  que  las  sagradas  Re- 
liquias no  fuesen  profanadas 
por  los  Sarracenos.  Na  te- 
niendo ,  pues  ,  testimonio  con 
qué  probar  la  traslación  á 
Nágera  ,  se  contentan  con 
citar  á  su  favor  á  los  Es- 
critores Españoles  que  lo 
aseguran»  exhibiendo  por  to- 
dos las  palabras  de  uno  solo, 
que  es  Ambrosio  de  Morales 
en  el  discurso  que  ten^o  co- 
piado  en  el  §»  antecedente. 

131  El  u]timo,que  escri- 
bió de  este  asunto,  es  D.  Bar- 
tolomé Sánchez  de  Feria  ,  en 
el  tom.  3.  de  la  Palestra  sa- 
grada a  Memorial  de  los 
Santos  de  Córdoba ,  pag.  83.. 
donde  afirmando  que  las  Re- 
liquias de  S.  Columba  Cor- 
dobesa se  veneran  en  el  Mo- 
nasterio de  S.  Maria  de  Ná- 
gera ,  y  en  el  Priorato  del 
mismo  y  que  tiene  el  nombre 
de  la  Santa  ,  cita  por  este 
parecer  al  P.Marieta ,  á  Am- 
brosio de  Morales  ,  al  P.. 
Martin  de  Roa  ,  al  Dodor 
Bravo  ,  y  á  D.  Nicolás  An- 
tonio. Dice  también ,  que  los 
d.oélos  Padres  del  expresada 


suasion  ,  y  que  lo  confesa- 
ron plenamente  en  la  infor- 
mación que  se  hizo  quando 
se  llevó  de  alli  á  Córdoba 
una  Reliquia,  de  la  Santa. 
Añade  en  fin  estas  palabras: 
To  soy  de  este  parecer  ,  y 
me  parece  lo  será  qualquie- 
ra ,  que  atentamente  medi" 
tare  las  congeturas  de  Ma^ 
rales, 

132  Las  congeturas  de 
este  Autor  se  reducen  á  las 
palabras  siguientes  :  ¿  Q^uién 
habia  de  traer ,  dice  ,  á  la 
Rioja  desde  Francia  el  cu- 
erpo de  la  de  al  Id  "i  Alome-- 
nos  ninguna  memoria  hay  de 
esto  y  ni  nadie  sabe  dar  ra-- 
zon  de  ello.  T  era  fácil  co^ 
sa  llevarse  la  de  Córdoba^ 
por  muchas  ocasiones  ,  que 
por  la  vecindad ,  y  comuni^ 
cacion  sucedían»  Yo  he  me~ , 
ditado  con  bastante  diligen- 
cia estas  razones,  que  al  re- 
ferido Feria  le  parecieron  po- 
derosas para  inclinar  á  qual- 
quiera  á-  su  didamen  ;  pero 
lejos  de  moverme  á  su  sen- 
tencia ,  las  juzgo  muy  débi- 
les ,  insubsistentes ,  y  falsas- 
Dejemos  por  ahora  el  exa- 
men ,  de  si  las  Reliquias  de 
S.  Columba  fueron  traídas 
desde  Fraacia  ,  de  lo  que 
tra- 


374     España  Sagrada,  Trat.  69.  Cap,  19. 


trataré  luego, y  veamos,  que 
verdad   tenga  la    traslación 
que  se  establece  desde  Cór- 
doba. La  Santa  de  es-aCiu- 
dad  padeció  martyrio  ,   se- 
gún S.  Eulogio  ,  en  el  año  de 
853.   y  su  cuerpo  fue  enter- 
rado en  la  Iglesia  de  S.  Eu- 
lalia ,  que  estaba  en  un  bar- 
rio de  la  misma  Ciudad,  el 
qual    tenia    el    nombre    de 
Fragelas.  Ahora  pues,  ¿qué 
causa  pudo  ofrecerse  después 
del  año  referido  para  sacar 
de  Córdoba  el  bendito  cuer- 
po ,   y  llevarlo    á  la  Rioja? 
¿Fue  por   ventura  la  de  li- 
brarle de  las  injurias  con  que 
los  Moros    le  podian   profa- 
nar  ,    como    sospechan   los 
Continuadores   de    Rolando? 
¿  Pero  quién  ha  de  creer  que 
los  Christianos  sacasen   con 
este  fin  las  sagradas  Reliquias 
de  una  Ciudad  ,  donde  ,  co- 
mo es  constante  ,tubieron  los 
Fieles    todo  el    tiempo   del 
cautiverio  dentro  ,  y  fuera 
de  ella  mayor  y  mas  ampia 
facultad    de  mantener  Igle- 
sias ,  y  Monasterios?   ¿  De 
una  Ciudad  ,  á  donde  escribe 
Morales  ,  lib.  14.  cap.  32.  se 
acogían  en   tiempo  de  per- 
secución los  Monges  que  vi- 
vian  en  la  comarca,  llevan- 
do consigo  las  Reliquias,  que 


el  mismo  Autor    cree  estar 
allí  depüsitad.is  hasta  ahora? 
Aun  aiiinitiendo  que  el  cuer- 
po de   S.  Col'imba  fue  tras- 
ladado  de  Córdoba  por   li- 
bertarle  de   la  barbarie  de 
los   Árabes  ,  ¿quién    podrá 
conceder  que  para  esto  fue 
llevado  á  un    pequeño  lugar 
de  la  Rioja,  que  desde  el  año 
del  martyrio  de  la  Santa  es- 
tubo  ocupado  de  los  Moros 
por   todo  el    tiempo  en  que 
pudo    hacerse  la  traslación? 
133     Evidenciase  mas  es- 
te asunto  desmostrando,  que 
S.  Columba,  cuyo  cuerpo  se 
venera  en  la   Rioja  ,   es  mu- 
cho  mas  antiguo  que  la  de 
Córdoba.  Entre  los   pueblos 
que  tomaron  los  Árabes  quan- 
do  entraron  en  España  ,  y  se 
apoderaron  de  la  tierra  Ib- 
na    del  Obispado   de  Cala- 
horra ,  fue Tricio,  que  desde 
los  Romanos  se  contaba  por 
Ciudad  de  los  Berones.  Esta 
población  ,  como  tan  princi- 
pal en  aquel  tiempo  ,  tenia 
en  sus  cercanías  algunos  pue- 
blos menores  ,  que  eran  co- 
mo aldeas  ó  barrios   suyos, 
según  la  ordinaria  costumbre 
que  puede  observarse  en  otras 
Ciudades.  Uno  de  ellos   era 
S.  Coloma  ,  que  existe  hasta 
hoy  con  el  mismo  nombre, 

y 


.    Santos  del  Obispado  de  Calahorra,       375 
y  dista  dos  leguas  de  la  Ciu-     le  han  seguido  ,  sin  reñexio- 


dad  de  Nágera  ;  el  qual  es- 
tubo  en  poder  de  los  Moros 
hasta  el  año  923.  en  que  el 
Rey  D.  Ordoño  el  Segundo 
le  recobró  juntamente  con 
Nágera  ,  y  reedificó  el  Mo- 
nasterio consagrado  al  ho- 
nor de  la  gloriosa  Martyr  Co- 
lumba ,  cuyas  Reliquias  se 
guardaban  en  aquel  lugar, 
que  por  esa  razón  tenia  el 
mismo  nombre  de  la  Santa. 
Constando  ,  pues  ,  todo  esto 
de  Escritura  del  referido 
Rey  ,  dada  en  la  Era  961. 
que  corresponde  al  año  de 
la  conquista,  y  no  habiendo 
memoria  ,  ni  siendo  posible, 
que  mientras  los  Moros  ocu- 
paron la  Rioja  se  fundase  en 
este  país  un  pueblo  con  el 
nombre  de  S.  Columba  ,  se 
colige  claramente  ,  que  asi 
este  lugar, como  el  cuerpo  de 
la  Santa  de  quien  le  vino  el 
nombre  ,  existieron  con  mu- 
cha anterioridad  al  año  853. 
en  que  padeció  la  Virgen  de 
Córdoba  ,  y  aun  antes  de  la 
venida  de  los  Moros  á  Es- 
paña. En  esta  suposición  se 
hace  forzoso  confesar  ,  que 
el  cuerpo  que  se  venera  en 
la  Rioja  no  es  de  la  Santa 
Cordobesa  ,  como  creyeron 
Morales  ,  y  los  demás  que 


nar  estas   razones 


fundado  en  la   ninguna 


que  he 
ne- 
cesidad que  habia  de  sacar 
las  Reliquias  de  Córdoba  ,  en 
el  impedimento  que  se  opo- 
nía de  parte  de  la  Rioja, 
por  hallarse  ocupada  de  Mo- 
ros ,  y  finalmente  en  la  an- 
tigüedad del  pueblo  llamado 
desde  aquellos  tiempos  re- 
motos con  el  nombre  de  S. 
Columba  ,  que  sin  duda  fue 
muy  anterior  al  martyriode 
de  la  de  Córdoba. 

ESTABLÉCESE   CON 

gran   prohabilidad  ,    que  el 
sagrado  cuerpo  es  de  la  fa- 
mosa Virgen  ,  y  Martyr  Co- 
lumba ,  que  padeció  en  la 
Ciudad  de Senonas ^hoy 
Sens  de  Francia, 

134  Comprobada  ya  la 
equivocación  de  los  que  ase- 
guraron que  las  Reliquias  de 
S.  Columba  ,  que  se  conser- 
van en  la  Rioja  ,  son  de  la 
Virgen  Cordobesa  ,  cuya  vi- 
da ,  y  martyrio  escribió  S. 
Eulogio  ,  resta  averiguar  de 
qué  Santa  son  ,  que  tubiese 
el  mismo  nombre,  Tamayo 
pone  en  el  dia  28.  de  Mayo 
una  Santa  Columba  ,  dicien- 
do que  fue  martirizada  en 
Tri- 


37Ó  Españú  Sagrada 
Tricio  ó  Nágera  ,  y  que  de 
ésta  es  el  cuerpo  que  alli  se 
venera.  Abrazaríamos  con 
gran  facilidad  esto  segundo, 
si  liallásemos  fundado  lo  pri- 
mero ;  pero  como  esto  no  se 
apoya  en  otra  autoridad  que 
la  (ie  Luitprando  ,  cuya  fic- 
ción es  notoria  ,  ni  debemos 
abrazar  la  noticia  ,  ni  aún 
podemos  malgastar  el  tiem- 
po en  impugnarla.  D.  Juan 
Amiax  ,  y  el  P.  Anguiano 
sostienen,  que  en  tiempo  del 
Emperador  AureÜano  flore- 
ció una  S-inta  Virgen  llama- 
da Columba  en  la  Ciudad  de 
Senonas  en  la  Rioja  ,  la  qual 
se  dijo  después  Tricio  ;  y 
que  esta  población  es  la  ver- 
dadera patria  donde  la  Santa 
nació ,  vivió ,  y  padeció  mar- 
tyrio,  dominando  por  estas 
tierras  los  Romanos.  No  se 
funda  este  didamen  enChro- 
nicones  falsos ,  sino  en  Pri- 
vilegios verdaderos ,  en  que 
se  testifica  expresamente  que 
la  antigua  Ciudad  de  Tricio 
se  llamó  en  otro  tiempo  Se- 
nonas. El  Rey  D.  Ordoño, 
después  de  haber  ganado  á 
los  Moros  laCiudad  deNáge- 
ra  ,  y  el  lugar  de  S.  Colum- 
ba ,  movido  de  su  devoción 
á  la  Santa  ,  y  en  agradeci- 
miento al  favor  que  habia 


.  Trat.  6^,  Cap,  1 9. 
recibido  sacando  del  poder 
de  los  Infieles  el  pueblo  en 
que  estaba  su  cuerpo  ,  vino 
en  reedificar  su  Monasterio, 
y  en  la  Escritura  dice  asi: 
Dum  esset  locum  B:atíü  ac 
venerandce  l^irginis  Colum- 
bce  pro  infestatione  incre- 
dulorum  d  Cbristianis  deser- 
tum  ,  S  cum  omnia  reli- 
6tam  ,  qui  esí  sitwn  ¿n  su- 
burhio  Civitatis  ,  qiice  anti- 
quitiis  vocitata  fuit  Seño- 
rías ,  postea  quoque  disse^ 
rente  tempore  d:rivato  eos- 
nomen  habuit  Tricium  ,  S 
nunc  nostris  temporibus  Na^ 
xara  appellatur  ,  dedit  eum^ 
Se,  El  P.  Anguiano  trae 
también  la  donación  que  el 
Rey  D.  Garcia  ,  y  la  Reyna 
D.  Estefanía  su  muger  hicie- 
ron del  Monasterio  de  S.  Co- 
lumba ,  vulgarmente  S.  Co- 
loma ,  al  de  S.  María  de  Ná- 
gera  ,  diciendo  que  estaba 
sobre  el  rio  Aleson  ,  al  pie 
del  monte  Ero  ,  que  hoy  se 
dice  Serra  de  Ero  ,  in  terri» 
torio  de  Senonas  ,  quce  nos^ 
tris  temporibus  vocatur  Tri' 
tium.  De  estos  testimonios, 
pues  ,  infiere  este  Autor  lo 
primero ,  que  es  yerro  cono- 
cido hacer  natural  de  Fran- 
cia á  S.  Columba  ,  y  mayor 
el  trasladar  de  allá  sus  Re- 

a- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.      3  jj 
líquias  á  su  sepulcro  en  ia     propriedad  decir,  que  S.  Co- 


Rioja  ,  donde  por  tantos  si- 
glos estubieron  :  lo  segundo, 
que  esta  Santa  es  distinta  de 
la  de  Córdoba,  y  ia  misma 
que  se  anuncia  en  el  Marty- 
logio  Romano  con  otros  dos 
Martyres  :  ^pud  Senonas 
beatorum  Sabiniani  ,  S  Po~ 
tentiani ,  qui  á  Pontífice  Ro- 
mano illuc  ad  prcedicandum 
diredfi  eamdem  Metropolim 
confessionis  suce  martyrio 
iJlustrarunt.  Ibtdem  Sandice 
ColumbcV  l^irginis  ,  'S  Mar- 
tyrts  ,  qtice  igne  supéralo 
in  perseciitione  Aureliani 
Imperatoris  gladio  aesa  est, 

134  Tratando  de  las  an- 
tigüedades de  Nágera,dige 
haber  nacido  de  la  barbarie 
é  ignorancia  del  siglo  en  que 
reynó  D.  Ordoño  la  persua- 
sión de  que  Tricio  se  llamó 
antiguamente  Senonas.  El 
nombre  que  tubo  esta  Ciu- 
dad en  tiempo  de  los  Ro- 
manos ,  es  el  mismo  que  tie- 
ne en  nuestros  tiempos  :  ni 
hay  vestigio  en  los  Geógra- 
fos ,  ó  Historiadores  de  que 
antes  hubiese  tenido  otro  di- 
ferente. Aun  suponiendo  que 
la  dicha  población  de  los 
Berones  se  hubiese  llamado 
en  algún  tiempo  muy  remo- 
to Senonas  ,  sería  grande  im- 

Tom.XXXllL 


lumba  era  Senonense  ,  ó  que 
padeció  martyrio  en  Senonas, 
entendiendo  por  este  nom- 
bre á  Tricio,  que  mucho  an- 
tes lo  había  perdido.  Por  esta 
razón  es  increíble  que  el  Mar- 
tyrologio  Romano  significase 
á  Tricio  por  el  nombre  de  Se- 
nonas ,  que  no  le  convenia  , ni 
quando  aquel  se  escribió  ,  ni 
quando  la  Santa  fue  martiri- 
zada. Finalmente  ,  aunque 
Tricio  era  bajo  el  Imperio  de 
los  Romanos  una  de  las  ilus- 
tres Ciudades  de  la  Provincia 
Tarraconense  ,  ni  entonces, 
ni  después  llegó  á  tanta  dig- 
nidad que  mereciese  el  dic- 
tado de  Metrópoli  ,  que  ex- 
presa el  Martyrologio.  Con- 
cluyamos ,  pues ,  que  Tricio 
en  ningún  tiempo  se  llamó 
Senonas  ó  Seos  ,  y  que  la 
Ciudad  de  este  nombre  solo 
se  conoce  en  Francia  ,  la 
qual ,  como  consta  de  la  no- 
ticia de  las  Provincias  ,  y 
Ciudades  de  la  Galia,  es  Me- 
trópoli de  la  Provincia  Lug- 
dunense  ,  que  de  ella  se  dijo 
Senonia.  Aqui  estubo  Aure- 
liano,  quando  vino  al  Orien- 
te ,  con  el  fin  de  reunir  al 
Imperio  las  Galias  ;  y  aqui, 
y  no  en  España  persiguió  y 
atormentó  á  los  Christianos, 
Bbb  y 


37^      España  Sagrada, 
y  entre  ellos  á  S.  Columba 
Senonense. 

136  Aunque  he  dicho, 
que  en  tiempo  de  D.  Ordo- 
ño  se  creía  por  ignorancia 
que  Tricio  tubo  el  nombre 
de  Senonas ,  no  obstante  es- 
toy persuadido  á  que  esta 
equivocación  se  originó  de 
una  verdad  mal  entendida 
por  los  que  d  ida  ron  los  Pri- 
vilegios. El  pueblo  que  has- 
ta hoy  se  llama  S.  Coloma, 
se  decia  vulgarmente  S.  Co- 
lumba de  Senonas  ;  y  no  en- 
tendiendo los  que  escribie- 
ron los  Instrumentos  citados 
la  fuerza  y'  propriedad  de 
esta  denominación, y  viendo 
que  el  dicho  pueblo  era  al- 
dea ó  barrio  de  Tricio, cre- 
yeron que  Tricio  tubo  en 
otros  tiempos  el  nombre  de 
Senonas,  En  lo  qual  erraron 
grandemente  ;  porque  no  se 
decia  de  Senonas ,  como  bar- 
rio de  Tricio  ,  sino  por  res- 
pecio  á  la  Ciudad  de  Seno- 
nas de  donde  era  la  Santa, 
cuyas  Reliquias  se  venera- 
ban en  el  referido  territo- 
rio de  la  Rioja 

137  Esta  advertencia 
acerca  de  la  equivocación  de 
los  que  escribieron  los  Pri- 
vilegios citados,  me  parece 
muy  acomodada  para  refu- 


Trat,  69.  Cap.  i^. 
tar  el  pensamiento  de  los 
Continuadores  de  Rolando. 
Pretendiendo  estos  confirmar 
el  parecer  de  Morales  ,  que 
dejo  impugnado  ,  juzgan  que 
á  las  razones  de  este  Espa- 
ñol se  podria  añadir  otra  ,  si 
la  Ciudad  de  Nágera  se  lla- 
mó antiguamente  Senonas, 
como  escribe  Yepes ,  citan- 
do el  Privilegio  de  Ordoño 
el  Segundo.  Porque  si  esto 
es  asi  ,  dicen ,  fue  mucho  mas 
fácil  ,  que  habiéndose  trasla- 
dado á  la  Rioja  el  cuerpo  de 
S.  Columba  Cordobesa  ,  la 
confundiesen  con  la  Senonen- 
se, adjudicando  á  aquella  las 
Adas ,  y  día  festivo  de  ésta. 
Pero  no  puedo  menos  de  vin- 
dicar á  los  Españoles  de  este 
error  que  les  atribuyen  los 
referidos  Eruditos.  Porque 
siendo  tantas  las  Iglesias  que 
han  celebrado  á  S.  Columba, 
¿quién  podrá  persuadirse, 
que  todas  ellas  confundieron 
á  una  Santa  ,  que  sabían  ha- 
berse venerado  en  España 
■con  gran  singularidad  ,  y  sin 
alguna  interrupción  desde  el 
tiempo  de  los  Godos  ,  hasta 
que  ellas  formaron  sus  Bre- 
viarios ,  con  una  Santa  que 
padeció  en  Córdoba  en  tiem- 
po-de los  Árabes  ?  ¿Tan  ig- 
norantes se  hallaban  en  es- 
tos 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,       379 
tos  puntos ,  que  de  una  Santa         1 38     Este  argumento  de- 


martirizada  en  Córdoba  ,  y 
reynando  Mahomad  en  esta 
Corte  Árabe  ,  firmasen  en 
las  Lecciones  que  liabia  pa- 
decido en  Senonas ,  y  siendo 
Emperador  Aureliano?  Crea- 
mos, pues  ,  que  las  Iglesias 
de  España  no  confundieron 
la  Martyr  Senonense  con  la 
de  Córdoba  ,  como  suponen 
los  Continuadores  de  Bolan- 
do  ;  y  que  ni  esto  fue  tan  fa- 
ñc'ú  como  dicen  ,  aun  supo- 
niendo que  Nágera  se  llama 
Senonas  en  los  Privilegio?. 
La  facilidad  en  la  equivoca- 
ción estubo  no  en  nuestras 
Iglesias  ,  sino  en  los  que  es- 
cribieron los  Privilegios,  que 
no  entendiendo  el  verdadero 
significado  del  nombre  que 
tenia  el  pueblo  de  S.  Colum- 
ba de  Senonas  ^aplicaron  esta 
voz  á  Tricio  ,ó  Nágera,  Ciu- 
dad que  nunca  se  llamó  asi, 
aunque  en  su  territorio  fue 
ilustre  ,  el  mismo  nombre  de 
Senonas,  por  ser  desde  tiem- 
po inmemorial  depósito  de 
las  sagradas  Reliquias  de  la 
Santa  Virgen  ,  y  Martyr  Se- 
nonense ,  como  indica  la  alu- 
sión de  la  voz ,  y  demues- 
tra la  particularísima  devo- 
ción de  nuestra  España  para 
con  esta  Santa, 


ducido  del  nombre  de  Seno- 
nas en  la  Rioja  ,  y  del  culto 
general  que  en   todas   estas 
Provincias  se  ha  dado  á  San- 
ta Columba  Senonense  desde 
siglos  muy  distantes ,  vence, 
según  mi  juicio ,  á  los  que 
hacen    las    otras   Ciudades, 
que   se  glorían  de  poseer  el 
cuerpo  de  la  Santa.  El  Rmo. 
Florez  ,   aprobando  la  sen- 
tencia de  Morales  ,  y  la  so- 
lución con  que  este  Autor  sa- 
tisface á  la  dificultad  ,  fun- 
dada en  la  Fiesta  que   han 
celebrado    nuestras  Iglesias 
en  el  dia  31.  de  Diciembre, 
rezando  la  historia  de  S.  Co- 
lumba de  Senonas, dice  en  su 
confirmación  estas  solas  pala- 
bras :   yf  w/  me  parece  bien 
esta  respuesta  ,  en  vista  de 
que  el  cuerpo  ,  que  se  venera 
en  España ,  no  es  el  de  S,  Co- 
lumba Senonense^  el  qual per- 
severa en  Francia  ,  según 
Baillet  en  el  dia  31.  ¿/t?  Di- 
ciembre ;  y  siendo  de  la  Es- 
pañola el  cuerpo  que  hay  acá, 
se  propagarla    por  éste   el 
culto  de  la  Santa.  He   aqui 
no  tubo  nuestro  Erudito  otro 
fundamento  que  la  autoridad 
de  Baillet  para  inclinarse  á 
que  el  cuerpo  de  S.  Colum- 
ba  de  Senonas    permanece 
Bbb  2  has- 


.^So  TLspam  Sagrada, 
hasta  ahora  en  Francia.  Pero 
quien  leyere  a  este  Escritor 
Francés  ,  verá  que  no  trae 
testimonio  ,  que  justifique  su 
opinión  ,  y  que  además  de 
esto  menciona  la  sentencia 
de  los  que  afirman  ,  que  el 
cuerpo  de  la  Santa  está  en 
Rimini  ,  Ciudad  de  Italia. 
En  efeéto  no  es  tan  cierta 
]a  posesión,  de  la  Ciudad  de 
Senonas  ,  que  no  se  la  dis- 
puten los  Ariminenses.  Don 
Fernando  Ughell  en  el  tom, 
2.  de  su  Italia  Sacra  trae, 
hablando  de  Stemnion ,  Obis- 
po de  Rimini  por  los  años 
307.  lo  que  creen  comun- 
mente los  Ariminenses  acer- 
ca de  las  Reliquias  de  Santa 
Columba  Senonense  ,  lleva- 
das por  ciertos  mercaderes 
de  Sens  ,  que  se  embarcaron 
con  ellas  ,  solo  por  lograr 
de  este  modo  un  viage  fe- 
liz ;  y  habiendo  llegado  á 
vista  de  Rimini ,  quedó  in- 
moble el  navio  ,  hasta  tan- 
to que  dejaron  aíli  el  teso- 
ro que  llevaban.  Mas  tam- 
poco escribe  este  ultimo  Au- 
tor algún  fundamento  de  la 
tradición  de  los  Ariminenses, 
la  que  parece  inverisímil,  por 
el  hecho  que  atribuye  á  los 
mercaderes  de  sacar  el  cuer- 
po de  Sens ,   esperando   te- 


Trat.  69  Cap,  1 9. 
ner  con  tan  buena  compa- 
ñía una  prospera  navegación. 
119  El  M.  Yepes  al 
año  853.  de  Christo  ,  reco- 
nociendo que  el  discurso  de 
Morales  en  favor  de  la  San- 
ta de  Córdoba  ,  sin  embargo 
de  estar  lleno  de  agudeza, 
y  de  buenas  congeturas ,  no 
convencía  el  intento  ,  vino 
en  apoyarle  con  otros  argu- 
mentos, que  estraña  no  se  hu- 
biesen ofrecido  al  citada 
Historiador.  A  este  fin  pro- 
pone dos  autoridades ,  que 
parece  concluyen  ,  que  el 
cuerpo  de  Santa  Columba 
Senonense  está  en  Francia. 
La  primera  es  de  muchos 
Autores  que  celebran  un  Mo- 
nasterio muy  famoso  llama- 
do con  el  nombre  de  la  San- 
ta ,  el  qual  está  en  la  Ciu- 
dad de  Sens  ,  y  ha  sido  en- 
tierro de  algunos  Reyes  de 
Borgoña  ,  y  es  ,  según  los 
Franceses  ,  donde  reposa 
anualmente  el  cuerpo  de 
S.  Columba  de  Senonas.  La 
segunda  es  del  antiguo  Es- 
critor de  la  vida  de  S.  Lu- 
po ,  que  refiere  como  este 
Santo  ,  por  devoción  a  San- 
ta Columba,  se  mandó  enter- 
rar á  sus  pies ,  y  de  aquí, 
dice  Yepes  ,  se  convence 
evidentemente  ,  que  el  cuer- 
po 


chosa    suerte  ,   y   por    nin- 
guna cosa  nos  querrían  con 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,  381 
po  de  Santa  Colun:iba  esta-  Ni  podemos  creer  facümen- 
ba  en  Francia  por  los  años  te  ,  lo  que  Yepes  quiere 
550.  reynando  Clotario ,  en  creamos  ,  esto  es  ,  que  la 
cuyo  tiempo  floreció  San  Santa  Columba,  celebrada  en 
Lupo.  Por  estos  testimonios  España  ,  es  la  Santa  Cor- 
de  los  Escritores  de  Fran-  dobesa  ;  pues  evidencian  lo 
cia  dice  el  mismo  Autor,  contrario  los  argumentos 
que  pues  los  Franceses  se  que  dejo  hechos  contra  el 
hallan  contentos  con  su  di-     intento  de   Morales  ,  y  de 

los  que  le  han  seguido.  Solo 
el  Oficio  Isidoriano  ,  que  da 
ceder  que  tenemos  acá  el  fiesta  á  S.  Columba  con 
cuerpo  de  S.  Columba  Se-  oficio  proprio  ,  tomado  de 
nonense  ,  parece  justo  dejar-  las  Adas  de  la  Senonense, 
los  gozar  de  la  posesión,  hizo  que  un  varón  tan  jui- 
creyendo  nosotros  los  Espa-  cioso  como  D.  Nicolás  An- 
tonio negase  su  crédito  á 
la  opinión  de  Yepes  ,  y 
sostubiese  ,  que  la  Santa 
120  Yo  bien  sé  ,  que  de  Francia  fue  quien  alcan- 
pueden  alegarse  muchos  Es-  zó  mas  celebridad  en  Espa- 
critores  Franceses  en  favor  ña  ,  sospechando  de  aqui  la 
de  la  opinión  de  Yepes  ,  y  traslación  de  algunas  Reli- 
por  ventura  podrán  ellos  quias  suyas  á  nuestro  Rey- 
gloriarse  de  la  posesión  de     no. 

alguna  Reliquia  de  la  Santa  121  La  segunda  auto- 
de  su  Nación.  Pero  asi  como  ridad  ,  que  parece  convencer 
el  consentimiento  de  los  el  intento  de  Yepes  ,  no  tie- 
mismos  no  es  bastante,  para  ne  fuerza  alguna,  si  se  en- 
que  los  Ariminenses  desis-  tiende  en  su  verdadero  y 
tan  de  su  piadosa  preten-  proprio  sentido.  El  Autor 
sion  ,  tampoco  lo  debe  ser  de  la  vida  de  S.  Lupo  dice 
para  imponer  silencio  á  los  asi  :  Corpus  impositum  in 
Españoles  en  su  contienda,  féretro  ,  divinis  canticis 
nacida  de  su  antigua  devo-  circumdatum^  caterva  seque^ 
cion  á  la  Santa ,  y  fundada  batur  plangentium  ;  atque 
en  razones  mas  subsistentes,    ¿uxta  prí^ceptum  ipsius  virt 

Sane- 


fióles ,  que  la  S.  Columba  ce- 
lebrada en  España  es  la 
Cordobesa. 


382      Eip.xnx  Sagraix. 

Sandíi  in  stilliciciio  bastí  I  ce 
di  peJjs  San^.ff  Columbi-e 
tradídcrimt  corpiscu^um an- 
tro scpulchrí  verentes  trans- 
cenderé jussa  magistri.  Las 
quales  palabras  no  pueden 
interpretarse  mejor  que  ha- 
ciendo presente  lo  que  el 
Martyrologio  Galicano  de 
Saussayo  trae  al  dia  23.  de 
Abril  de  la  traslación  del 
cuerpo  del  mismo"  S.  Lupo. 
Ihidsm  ,  dice  ,  in  Monaste- 
rio Sandice  Columbee  elevatlo^ 
G  trans latió  S.  Lupi  Epis- 
vópi  ejusdem  metrópolis  ,  S 
confessoris ,  quando  ex  atrio 
EcclesicV  ,  ubi ,  sicut  jusse- 
^at  ^subías  stillicidiumfue' 
rat  butfjatus  ,  levata  ejus 
sacratissima  gleba  miraca- 
lis  fulgens  intus  basilicam 
depórtala  Se.  He  aqui  co- 
mo el  cuerpo  de  S.  Lupo 
fue  enterrado  fuera  de  la 
Iglesia  de  Santa  Columba, 
en  el  atrio ,  y  en  el  sitio 
que  en  nuestro  castellano 
ó^zimos  gotera.  ^Quien  pues 
ha  de  creer ,  que  el  cuerpo 
de  Santa  Columba  ,  á  quien 
estaba  dedicada  la  misma 
Iglesia ,  se  guardaba  fuera 
de  ella  ,  y  en  un  lugar  tan 
humilde  ,  que  el  Santo  eligió 
por  su  virtud  ,  y  donde  sus 
discípulos  le  enterraron  obli- 


Trat.  6g.  Cap.  19. 
gados  del  precepto  de  su 
Maestro?  Por  tanto  aquella 
locución  ad  pedes  San^ce  Co- 
lumbee no  debe  entenderse 
como  si  digera  ad  pedes 
corporis  SanSícV  Columbee^ 
sino  de  este  modo  ad  pedes 
basilicce  Sandi¿e Columbee.  Ni 
se  puede  afirmar  que  las 
Reliquias  de  Santa  Columba 
se  trasladaron  de  aquel  sitio 
juntamente  con  las  de  San 
Lupo  ,  porque  la  traslación 
de  estas  se  hizo  en  el  año 
853.  según  ]VIabillon,á  quien 
siguen  los  Continuadores  de 
Bolando  ,  y  no  es  creíble, 
que  el  cuerpo  de  Santa  Co- 
lumba estubiese  desde  el  Im- 
perio de  Aureliano  hasta  el 
año  expresado  en  lugar  tan 
indecente  ,  y  por  cuya  hu- 
milde elección  se  cumplió 
después  en  S.  Lupo,  como 
dicen  los  citados  Continua- 
dores ,  aquella  promesa  de 
Christo  :  Qui  se  bumiliat, 
exaltabitur. 

122  Hallándose  pues  en 
estado  de  question  el  lugar, 
en  que  existe  el  cuerpo  de 
Santa  Columba  Senonense, 
y  no  presentándose  testimo- 
nio que  convenza  estar  de- 
positado en  Sens  ó  en  Ri- 
mini ,  juzgo  que  el  nombre 
de  Senonas  ,  conservado  en 
el 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.      3S3 


el  territorio  de    Santa   Co- 
loma de  la  Diócesis  de  Ca- 
lahorra ,  y  el  particularisí- 
mo  culto  que  desde  los  Go- 
dos hasta  nuestros  tiempos 
se  ha  dado  á  la  Santa  Seno- 
nense,  persuaden  suficiente- 
mente ,  que  á  lo  menos  la 
parte    principal  de   sus  sa- 
gradas Reliquias  se  ha  ve- 
nerado en   el    dicho    Obis- 
pado desde    muchos  siglos. 
El  principio  de  la  posesión 
del   bendito   cuerpo  ,  y  de 
la  devoción  á  esta  Santa  es 
tan   remoto  ,  que  su    mucha 
distancia  nos  tiene  privados 
de  las  memorias  acerca  del 
irodo  ,  y  tiempo  de  la  tras- 
lación, y  sugeto  que  la  hizo. 
Mas    esta   falta  de  noticias 
no  debe  movernos  á  estra- 
ñar   ó  dificultar  el    suceso, 
como  lo  hizo  Morales  ;  por- 
que esta  misma  escasez  de 
memorias  padecemos   acer- 
ca   de    varias    traslaciones, 
que  se  han  hecho  de  cuer- 
pos Santos  de  España  á  otras 
Provincias    estrangeras  ,    y 
sin  embargo     sabemos   que 
estas  se  glorian  justamente 
de    poseer   los  sagrados  te- 
soros, que  antiguamente  po- 
•  seian  las  nuestras. 


NOTICIAS    DEL    MAR.- 

tyrio  de  Santa  Columba  con- 
firmadas  con  la  autoridad  de 
la  antiquísima  Iglesia  de 
España ,  y  defendidas  de  la 
censura  de  algunos  Criti-  •■ 
eos  modernos, 

123  Las  Adas  del  mar- 
tyrio  de  Santa  Columba ,  que 
andaban  publicadas  por  va- 
rios Autores  ,  y  admitidas 
generalmente  sin  contradic- 
ción ,  se  hallan  hoy  tan  des- 
preciadas de  algunos  Críti- 
cos ,  que  no  queda  lugar  pa- 
ra que  podamos  sin  emba- 
razo ofrecer  alguna  memo- 
ria de  su  pasión.  Tillemont 
en  las  Notas  ,  que  escribió 
sobre  la  persecución  de  Au- 
reliano ,  trata  de  la  Histo- 
ria de  esta  Santa  ,  y  men- 
ciona tres  diversas  Adas. 
Las  primeras  dice  se  hallan 
citadas  por  Bosquet ,  aunque 
éste  no  las  puso  en  su  Obra, 
sin  duda  por  estar  ya  im- 
presas en  otros  como  en 
Mombricio,  de  quien  las  ci- 
ta Baronio  en  el  dia  31.  de 
Diciembre.  Confiesa  que  él 
no  las  habia  visto,  pero  las 
reprueba,  fundado  ,  en  que 
traen  que  Aureliano  prome- 
tió á  la  Santa  desposarla  con 
su 


384  España  Sagrada 
su  hijo  el  Cesar  ,  y  este  Ce- 
sar es  un  sugeto  descono- 
cido en  la  Historia  ,  la  qual 
no  habla  sino  de  una  hija 
del  Emperador  ,  antes  dice 
positivamente  ,  que  éste  mu- 
rió sin  dejar  varón  hijo  su- 
yo. Las  segundas  son  las 
que  trae  Surio  tomadas  del 
Belvacense  ,  de  las  quales 
afirma  ,  que  están  llen:is  de 
milagros  sin  verisimilitud. 
Las  terceras  dice  haber  él 
leido  en  algunos  mss.  que 
empiezan  :  In  diehus  illis 
adveniens  Imperator  ,  Se. 
las  que  refuta  con  solo  ase- 
gurar que  nada  valen.  No 
hallando  púas  este  Critico 
cosa  que  le  agradase  ,  no 
quiso  decir  de  la  Santa  ,  si- 
no que  su  nombre  se  pone 
en  el  dia  31.  de  Diciembre 
con  los  títulos  de  Virgen  y 
Martyr  en  los  Martyrolo- 
gios  de  Beda  ,  Usuardo  ,  y 
otros  muchos,  y  que  Beda 
y  los  siguientes  escriben, que 
padeció  bajo  el  imperio  de 
Aureliano.  Baillet  parece  hi- 
zo la  misma  estimación  de 
las  Adas  ;  pues  habiendo 
afirmado  ,  que  no  se^  podia 
tener  seguridad  de  ninguno 
de  los  sucesos  ,  de  que  es- 
taba compuesta  la  Historia 
de  ia  Santa  ,  se  contenta  con 


.  Trat.  6g  Cap.  19. 

decir  ,  que  esta  ilustre  Vir- 
gen hizo  una  excelente  con- 
fesión de  la  Féde  JtsuChris- 
to  ,  y  que  consiguió  la  pal- 
ma del  martyrio. 

124  La  libertad  con  que 
estos  Críticos  reprobaron  las 
Adas  ,  desechando  ,  ó  á  lo 
menos  poniendo  en  duda  to- 
das las  memorias  ,  que  se 
referían  del  martyrio  ,  me 
obliga  á  mostrar  ,  en  obse- 
quio de  esta  famosa  Vir- 
gen ,  venerada  con  el  mcíyor 
esmero  en  nuestras  Provin- 
cias ,  la  autenticidad  y  ver- 
dad de  las  noticias  de  su 
Historia  ^  las  quales  igual- 
mente que  sus  Reliquias  se 
han  conservado  en  nuestra 
Iglesia  con  mayor  integri- 
dad que  en  la  Galicana.  Na- 
die ignora  ,  que  es  antiquí- 
simo el  Oficio  Gótico  ,  que 
se  usó  en  España  ,  y  se  con  - 
tiene  en  el  Misal  y  Brevia- 
rio ,  que  llamamos  Mozara- 
bíco  é  Isidoriano.  El  Carde- 
nal Bona  reconoce  ,  que  se 
hallaba  ya  establecido  en  el 
siglo  quinto  ,  pero  que  no 
hay  memoria  de  su  primer 
Autor.  Afirma  también ,  que 
S.  Leandro  ,  S.  Lsidoro  ,  y 
otros  ,  lo  ilustraron,  aumen- 
taron y  amplificaron  ;  pero 
que  üo  fueron  los  primeros 
en 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       385 


en  su  composición  ,  sobre  10 
qiial  véase  lo  que  escribió 
dodamente  el  Rmo.  Florez 
en  el  tom.  3.  Disertación 
Histórico- Chronologica  de 
la  Misa  antigua  de  España. 
En  esta  inteligencia  pode- 
mos tener  por  cierto  ,  que 
las  noticias  ,  que  leemos  en 
este  rezo  ,  son  de  las  mas 
autorizadas  ,  asi  por  su  an  - 
tiguedad  ,  como  por  la  dili- 
gencia ,  que  debemos  creer 
pusieron  aquellos  antiguos 
Padres  ,  que  ordenaron  el 
Oficio  ,  no  usando  para  ne- 
gocio de  tanta  importancia 
sino  de  Aélas  puras  y  legiti- 
mas. Veamos  pues  lo  que 
nuestra  Iglesia  antigua  tes- 
tifica acerca  del  martyrio 
de  Santa  Columba  ,  y  si  se 
•hallare  conforme  con  las 
Adas  ,  colegiremos  que  no 
son  estas  de  tan  poca  auto- 
ridad ,  como  juzgaron  Ti- 
llemont  y  Baillet  ,  que  no 
tubleron  presente  el  testi- 
monio de  nuestro  Oficio  Gó- 
tico. 

125  Pero  antes  de  tratar 
de  los  sucesos  ,  que  pasaron 
en  el  martyrio  ,  debo  ad- 
vertir ,  que  sin  embargo  de 
que  la  Misa  y  rezado  de  la 
Santa  ,  no  habla  del  lugar  y 
tiempo  ,  en  que  fue  marty- 

lom.XXXlIÍ 


rizada ,  consta  que  padecifS 
en  Senonas  ,  hoy  Sens  de 
Francia  ,  en  el  Imperio  de 
Aure'iano  ,  y  á  31.  de  Di- 
ciembre. El  Martyrologio 
antiquísimo  con  el  nombre 
de  S.  Gerónimo  ,  y  todos  los 
posteriores  convienen  en  ce- 
lebrar su  fiesta  en  el  dicho 
dia  ,  como  proprio  de  su 
glorioso  martyrio  y  transito. 
La  Ciudad  de  Senonas  se  ex  • 
presa  en  muchos  de  ellos, 
como  el  de  Usuardo,  Adon, 
el  Fuldense  ,  el  Kalendario 
Vaticano  ,  aunque  este  ulti- 
mo escribe  Sennis  en  lugar 
de  Ssnonis.  El  Ottoboniano, 
no  solo  nombra  á  esta  Ciu- 
dad ,  sino  que  añade  la  re- 
gión ,  en  que  está  situada: 
In  Gallia  civitate  Senonas 
passio  SandiiV  Columbee  l^ir  • 
ginis.  El  de  Beda  y  Rábano 
señalan  ,  además  del  lugar 
del  martyrio,  al  Emperador 
que  entonces  gobernaba  :  Et 
passio  Sandtce  Columbee  Vir- 
gtnis  ,  Senones  ,  sub  Aure- 
liano  Imper atore  ,  quee  supe- 
rato  igne  ccesa  est.  Asi  que 
las  circunstancias  del  tiem- 
po y  lugar  ,  en  que  padeció 
Santa  Columba  ,  constan  su- 
ficientemente ,  aunque  no  se 
expresan  en  el  Oficio  Goti^ 
co  de  España. 

Ccc  Pe- 


386      España  Sagrada 
126     Pero  habiendo  esta- 
do Aureliano  en    las  Galias 
en    tres  diferentes  tiempos, 
se  puede  dudar  sobre  el  año, 
en  que  debe  fijarse  este  mar- 
tyrio.   Yo  juzgo  ,    que    no 
puede  señalarse  otro  que  el 
de  273.   en    que   siendo  ya 
Emperador  hizo  su   primer 
viage  desde  el  Oriente  á  las 
Provincias  de  !a  Galia  ,  con 
el  fin  de  sacarlas  del  poder 
de    Tétrico  ,    y   restituirlas 
al  Imperio.  Porque  constan- 
do ,  que  Aureliano  era   ya 
Emperador  ,  quando  pade- 
ció Santa  Columba  ,  como 
testifica  el  Martyrologio  de 
Beda  ,  y  siendo  cierto,  que 
el  martyrio  fue  en  el  31.  de 
Diciembre  ,   y  á  presencia 
del  mismo  Aureliano,se coli- 
ge ,  que  ni   puede  señalar- 
se el  año  25,9.  en   que  tenia 
el  Imperio  Valeriano  ,  y  Au- 
reliano no  era  sino  Gober- 
nador  de    la    provincia   de 
Sens  ;  ni  tampoco  el  de  274. 
en   cuyos    últimos  meses  se 
hallaba    muy     distante    de 
Francia. 

127  Lo  que  he  dicho 
acerca  del  tiempo  y  lugar, 
en  que  padeció  Santa  Co- 
lumba ,  justifica  lo  primero 
que  refieren  las  Aétas  ,  esto 
es ,  que  viniendo  el  Empera- 


Trat.  6c).  Cap.  1 9. 
dor  Aureliano  desde  el  Orien- 
te á  las  partes  occidentales, 
y  entrando  en  la  Ciudad  de 
Senonas ,  empezó  á  inquirir, 
qué  Christianos  habia  en 
ella  ;  y  como  le  digesen  que 
alli  era  muy  conociíja  una 
hermosa  doncella  llamada 
Columba  ,  mandó  que  se  la 
llevasen  á  su  presencia. 

128  Siguense  en  las  Ac- 
tas las  preguntas ,  que  Au- 
reliano hizo  personalmente 
á  la  Santa  ,  y  las  respuestas 
que  ella  dio  ,  detestando  los 
Ídolos  ,  y  confesando  cons- 
tantemente el  nombre  de 
Jesu  Christo.  La  presencia 
del  Emperador  ,  y  su  inter- 
rogatorio se  comprehende 
en  estas  breves  palabras  de 
nuestro  Oficio  Gótico  :  Cum 
interrogata  (  Columba  )  im- 
perial ex  voce  ,  quem  colé- 
ret ,  Christum  se  test  ata  esP 
credidis.se  ,  cum  jam.  vulne- 
rata  fuerat  charitate, 

129  Por  lo  que  toca  á 
los  sucesos  del  martyrio 
consta  de  la  parte  de  la  Mi^- 
sa  ,  que  se  dice-  Inlacion^ 
que  la  Santa  tubo  diversas 
luchas  ,  y  fue  probada  con 
muchos  tormentos.  Q^ui  bea^ 
tisslmam  Mi'rtyrem  6?  /^/r- 
ginem  suam  Columbam  di  ver- 
sis  certaminibus  dimicantém 
-  Cíe- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,       387 

C^hstibus  mtineribus  cumu- 
lavit.  j^rgidtur  qw'dem  mul- 
tis  tor mentís  ,  &  corona  ip- 
síus  diversis  margar iíis  or- 


natur  in  ccelum. 

130  Las  Aélas  cuentan 
en  particular  lo  siguiente. 
Aureliano  ,  después  de  va- 
rias preguntas  mandó ,  que 
Columba  fuese  llevada  al 
anfiteatro, adonde  envió  lue- 
go á  un  mozo  deshonesto 
llamado  Barucha  ,  para  que 
abusase  de  ella  á  su  arbi- 
trio ,  y  conforme  á  su  livian- 
dad. La  Santa  ,  viendo  en- 
trar á  este  bárbaro  en  el 
aposento,  en  que  estaba  cer- 
rada ;  y  conociendo  su  mal- 
vado intento ,  le  habló  de 
este  modo  :  ¿Como  te  atre- 
ves á  entrar  aqui  con  fin  tan 
perverso  y  bestial  ?  Si  yo 
fiara  solo  en  las  fuerzas  de 
mi  cuerpo  ,  de  ninguna  ma- 
nera podria  resistirte  ó  des- 
echarte de  mí  ^  mas  procu- 
ra contenerte,  porque  no  ex- 
perimentes la  ira  de  mi  Se- 
ñor Jesu  Christo  ,  y  caigas 
repentinamente  muerto.  Fue- 
ron estas  palabras  de  tanta 
virtud  ,  que  aquel  mozo, 
aunque  bruto  y  sensual ,  no 
tubo  osadia  para  tocar  á  la 
Santa.  Entonces  hizo  Colum- 
ba oración  ,  pidiendo  á  Dios 


no  permitiese  ,  que  su  vir- 
ginidad fuese  violada  ;  y  sa- 
liendo una  osa  de  la  cerca 
del  anfiteatro  ,  en  que  se 
guardaban  las  fieras ,  entró 
en  el  aposento  de  la  Santa, 
y  derribando  aquel  mozo 
contra  el  suelo  ,  puso  sus 
ojos  en  Columba  ,  como  es- 
perando la  mandase  lo  que 
fuese  de  su  agrado.  La  San- 
ta la  mandó  en  nombre  de 
Jesu  Christo  ,  que  no  le  mal- 
tratase ,  sino  que  le  dejase 
tiempo  para  oir  sus  palabras; 
y  vuelta  al  joven  licencioso, 
le  habló  en  esta  forma  :  Ya 
has  visto  como  esta  fiera, 
oido  el  nombre  de  Christo, 
honra  á  Dios  ,  obedeciendo 
á  su  sierva  :  ¿como  tú  po- 
drás tener  animo  para  per- 
severar en  tu  maldad?  Por 
tanto  pues ,  ó  promete  ha- 
certe Christiano  ,  ó  si  no  se- 
rás devorado  por  esa  bestia. 
El  joven  exclamó  y  dijo: 
Si  yo  no  confieso  á  Christo, 
no  salga  vivo  de  este  lugar. 
Entonces  la  osa  ,  que  se  ha- 
bla puesto  á  la  puerta  ,  pa-» 
ra  que  ni  saliese  el  que  es- 
taba dentro  ,  ni  entrase  otro 
alguno  ,  se  apartó  un  poco, 
para  que  aquel  joven  pudie- 
se salir,  el  qual  fue  publi- 
cando por  toda  la  Ciudad, 
Ccc  2  que 


380      España  Sagrada 
que  no  habia  otro  Dios  sino 
el  que  Columba  veneraba. 

131  Oyendo  Aureliano, 
que  el  mozo  ,  lejos  de  per- 
vertir á  Columba  ,  salió  con- 
vertido ,  y  hecho  un  prego- 
nero del  nombre  de  Jesu 
Christo  ,  mandó  que  lleva- 
sen á  su  presencia  á  !a  Santa; 
pero  como  le  di^^esen  ,  que 
esto  no  era  posible  ,  por  es- 
tar defendida  de  la  osa  ,  or- 
denó que  se  encendiese  fue- 
go al  rededor  de  la  cárcel. 
La  osa  empezó  á  rugir  asi 
que  vio  el  fuego  ;  pero  man- 
dándola la  Santa  que  no  te- 
miese ,  salió  del  aposento  ,  y 
escapó  libre  y  sin  lesión  por 
entre  el  fuego  y  la  gente. 
Convencido  el  pueblo  con 
tales  prodigios  pedia  ,  que 
se  apagase  el  fuego  ,  por- 
que la  Santa  no  pereciese  ,  y 
sucedió  asi  ,  enviando  Dios 
una  nube,  que  le  extinguió 
enteramente. 

132  Después  mandó  Au- 
reliano ,  que  la  sacasen  de  la 
cárcel  ;  y  conducida  á  la 
presencia  del  Emperador  ,  la 
dijo  este  :  Que  artificios  son 
los  tuyos ,  p>ues  ni  el  fuego, 
ni  las  fieras  te  tocan?  Yo, 
respondió  Columba  ,  no  co- 
nozco sino  á  Cíiristo  con  el 
Padre  y   el  Espíritu  Santo. 


.  Trat,  69.  Cap.  1 9. 
Y  diciendole  Aureliano,  que 
no  pronunciase  delante  de 
él  aquel  nombre  ,  mandó  que 
la  sacasen  de  la  Ciudad  ,  y 
la  degollasen.  Luego  que  la 
Santa  llegó  al  lugar  del  su- 
plicio ,  rogó  á  los  ministros 
que  la  permitiesen  orar  un 
breve  espacio  de  tiempo, 
y  aunque  se  lo  negaron 
primero,  concediéronla  al  fin 
lo  que  pedia  movidos  de  la 
bondad  con  que  la  bendita 
Virgen  les  dio  la  capa  de 
seda  que  llevaba. 

133  Estando  la  Santa 
empleada  en  la  oración  ,  se 
oyó  una  voz  del  cielo  que 
decia  :  Ven  paloma  mia: 
los  cielos  están  ya  abiertos 
para  tí;  el  paraíso  se  goza 
contigo  ,  y  te  da  el  parabién 
por  la  vidoria  que  has  al- 
canzado en  tus  peleas.  El 
hijo  de  Dios  te  espera ,  para 
poner  en  tu  cabeza  la  coro- 
na de  gloria.  Los  Angeles 
están  prevenidos  para  reci- 
birte y  traerte  á  esta  gran 
Ciudad  de  la  ce'estial  Je- 
rusalen.  Finalmente  perse- 
verando Columba  en  su  ora- 
ción ,  uno  de  los  ministros 
desenvainó  el  cuchillo  y  la 
coríó  la  cabeza.  Su  Marty- 
rio  fue  en  el  dia  antes  de  las 
Kakndas  de  Enero. 

To- 


. .  Santos  del  Obispado  de  Calahorra,      389; 
134     Todas  estas   nctki-     con>pleta  de  los  dos  géneros 

de  fuego  ciinque  el  mun- 
do pretfcTid  ó  vencerla ,  esto 
es,  del  de  senuaiidad  ,  con 
que  el  n  ancebo  enviado  por 
Aureliai  o  i  tentó  profanar 
su  pureza,  y  del  (^ue  el  mís- 
mo  Emperador  mandó  poner 
al  rededor  de  la  casa: 


as ,  que  nos  comunican  las 
Adas  de  Santa  Columba ,  ?e 
hallan  confirmiadas  con  la 
irrefragable  autoridad  del 
Breviario  y  Misal  Gótico  de 
España.  En  el  hymno  de 
Vísperas  se  representa  la 
Santa  ,  alcanzando  vidoiia 


Jgnes  gewellos  sceculi 

Stravit ,  subegit  ,  depuUt^ 
Flammam  petulcam  Barbaria 
Focosque  admotos  sihi, 

Cum  in  lupanar   posita 
Intraritis  ad  se  luridam 
Lihidinem  compescfdt^ 
Se  se  que  fiammls  exuit» 


135  En  la  oración  ,  que 
se  dice  ^ost  pridie  de  la 
Misa ,  se  hace  también  me- 
moria de  la  osa  ,  que  por 
providencia  muy  particular 
de  Dios  entró  en  el  aposen- 
to de  la  Santa  para  defen- 
derla y  servirla  en  aquella 
necesidad  y  angustia  :  Qid 
virginem  tuam  Coiumbam^  & 
in  amphitecitjo^  bestia  obse-t 
guetíte  ,  glorificas  ,  &c, 

136  En  las  Laudes  á  la 
Capitula  se  hace  expresa 
mención  del  mancebo  sen- 
sual y  convertido  por  la 
Santa ,  y  hecho  predicadoj? 


de  las  maravillas  que  Dios 
obraba  por  su  esposa  :  Do- 
f?.it:e  Je  su  Christe  ,  gui  ser- 
moni  bus  ColumbcB  bcatissimue 
virginis  S  martyris  tuce 
eieriis'  sensum  juvenis  pe-- 
tulcntis  ,  ut  qui  nomen  tuum 
blasphemaíurus  ad  virginis 
prosíiiutioriem  ingredituf^ 
prtedicmor  tuus  esse  egre- 
ckens  mcnsiraretur ,  C^c, 

La  orden  de  Aureliano 
mandando  ,  que  la  sacasen 
de.  anfi'.eatra,  y  la  degolla- 
sen ,  se  contiene  en  el  hym- 
no de  Vísperas:  • 

oi^b   3up  E 

Sic 


3po     España  Sagrada.  Trat.  69.  Cap.  61, 


Sic  liberata  ah  ignibus, 
Lücis  retradía  scenicis, 
Mucrone  stricio  pleSiitur^ 
Nuptura  C£slo  adiciscitur. 


137  La  voz  del  cielo, 
con  que  la  Santa  fue  convi- 
dada á  tomar  la  posesión  de 
la  corona  y  reyno  ,  que  cor- 
respondía á  sus  ílustr'.js  vic- 
torias ,  se  halla  literalmente 
en  el  post  Sandius  de  la 
Misa:  Qui  certatricem  pro 
nomine  suo  Columbam  inter 
suprema  supplicia  ,  emis.^a 
de  cúelis  voce  ,  ad  se  vocat^ 
Veni  quippe  ait  Columba^ 
aperti  sunt  tibí  C(Vli  Se, 

138  Finalmente  el  dia, 
que  se  señala  de  su  marty- 
rio  ,  es  el  mismo  que  po- 
nen .todos  los  Martyrologios» 
y  en  que  nuestra  Iglesia  ha 
hecho  fiesta  á  la  Santa  des- 
de el   tiempo  de  los  Godos. 

139  Siendo  pues  las  Ac- 
tas ,  que  trae  el  Belvacense 
tan  conformes  en  todos  sus 
pasages  con  el  Oficio  Ga- 
tico  ,  que  se  celebró  en  Es- 
paña ,  se  concluye  que  los 
sucesos  que  se  refieren  en 
ellas  . son  .auténticos  ,  y  no 
inverisímiles  ,;€omo  .e^cfibiá 
Tillemont  ,  y  que  por  tan- 
to las    memorias  que   dejo 


autorizadas  deben  admitirse 
como  verdaderas  ,  no  esti- 
mando la  censura  de  los 
C'-iticos ,  que  ignorando  los 
exoresos  testimonios  del  Bre- 
viario y  Misal  antiquisimo 
de  nuestra  España  reduje- 
ron el  elogio  de  Santa  Co- 
lumba á  las  prerogativas 
de  Virgen  y  Martyr.  Asi 
mismo  los  eruditos  Continua- 
dores de  Rolando  deberán 
según  mi  juicio  tener  pre- 
sente el  cotejo  ,  que  he 
formado  de  las  Aélas  con 
estos  documentos  conserva- 
dos en  los  Códices  Góticos 
de  nuestra  Iglesia ,  quando 
llegaren  á  tratar  de  Santa 
Columba  en  el  dia  31.  de 
Diciembre.  Lo  qual  advier- 
to ,  porque  el  P.  Juan  Bau- 
tista Sollér  en  el  tom.  7. 
de  las  Adías  de  los  SS.  cor- 
respondiente á  los  últimos 
dias  de  Junio  puso  sus  no- 
tas á  la  segimda  parte  del 
Martyrologio  de  Usuardo, 
y  en  las  que  escribió  sobre 
el  expresado  dia  de;  Piciem 
bre  dice  asi :  Late  patet 
in- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,      3  9 1 
incíit(e     yirginií  ( CoUitn-     salir   de    la    región  de    \oi 


bae  )  cultus  ,  «^r  desunt  Ac^ 
ta    varia  ,    ^¿<í?   np^/^í    nos 
etiam  extant  tum   Mss.  tum 
typis    edita  ,  in  quibus  ,  ut 
tnitissime   dicam  ,  sincerita- 
tis    notíV  desiderantur  :  nec 
quisquam  satis  digeret  obla- 
tum    í^irgini    ab   Aureliano 
Ccesaris  filii  sui,  quem  igne- 
rat    Historia    ,    conjugium, 
An  cetera  omnia  satis  excu- 
sar i   possint ,  suo  loco  exa- 
niinabitur, 

S,  FÉLIX   ,  O    COMO 

vulgarmente  se  nombra  Fe- 
lices ,  Maestro  del  famoso 
San  Millán  de  la 
Cogolla, 

I     En  el  ramo  del  Piri- 
neo ,  que  ^e  abanza  por  den  • 
tro    de    Es}3aña  ,   y    en    la 
parte  que  dividía   antigua-' 
mente  á  los  Berones  de  los 
Vardulos  ,  y  Cántabros  Co- 
niscos  hubo  un  pueblo  iia- 
mado  Bilíbio  ,  cuya  antigüe- 
dad   se  ignora ,  aunque  cons- 
ta su  existencia  en   el  siglo 
quinto.  Su   determinada  si- 
tuación   fue    cerca    de     la 
boca  ,  que  Dios  con  parti- 
cular "providencia  abrió  en 
el    expresado    ramo  ,  para 
que  el  famoso  Ebro  pudiese 


referidos  Cántabros,  y  en- 
trar  en  la  de    los   Berones. 
Esta   boca  se  forma  de  dos 
eminentes   é  inacesibles  ris- 
cos ,  á   los   quales  creen  al- 
gunos  pero  sin   fundamento 
conviene    el    nombre  Bili^ 
bium^  que  tienen  por  corrup- 
ción de  BUabium^  por  ser 
como  dos  labios  que  toca  y 
lame  el  agua  del  rio.  Sobre 
el  risco  ,  que  está  á  la  parte 
del  poniente  ,se  hallaba  eri- 
gido  un  Castillo,  que    por 
pertenecer  á   dicho    pueblo 
tenia  el  nombre  de  Castrum 
Bilibium  ,  con  que  le  men- 
ciona S.  Braulio  en  la  vida 
de  S.  Millán ,  y  era  tan  fuer- 
te por  su  situación  ,  que  los 
Moros     nunca    se    atrevie- 
ron   á    emprender    su     en« 
trada  por  aquella  parte  co^ 
mo  lo  intentaron    repetidas 
veces ,  aunque  en  vano  ,  por 
Cellorigo  ,  y  Pancorvo, co- 
mo di  ge  en    otro  lugar  con 
el     Chronicon     Albeldense. 
Permanecía    este   pueblo,  eil 
el  tif^mpo  en  que  se  escri^ 
bió   el   Privilegio  del   Con- 
de Fernán  González  ,  que  se 
dice    de  los  votos  de    San 
Millán  ,    donde    se  nombra 
como    lugar    principal    con 
sus  aldeas ,  junto  con  Cello- 
ri- 


39^     España  Sagrada.  Trat,  6g.  Cap,  19. 


rigo  ,  y  Bu  radon  :   Termino 
Ce  I  ¿o  rico  ,  Bsllibio ,  B  urden  y 
istce  prcedicice  cum  suis  vi- 
llis   ad  suas  ii'fozí's   perti- 
nentibus.   &c.    También   se 
mencioria  en  el  año  de  1040. 
en  la   escritura   de    Arrbas 
que  el  Rey    D.   García    de 
Navarra  dio  á  D.  Estefanía 
su  muger,  señalándola  varios 
Señoríos ,  y   tierras  con   los 
Señores   y    Caballeros    que 
las   gobernaban  ,   entre  los 
quales  se  expresa  el   Sénior 
D.   Aznar  Fortuiio  con  Cas- 
tro Bilibio  y  quinto  le  per- 
tenecía. Finalmente  en  Ro- 
gerio    Hoveden    se    cuenta 
este  pueblo  alano  de  1177. 
en    la  legacía  que   los  Em- 
bajadores hicieron  enel  com- 
promiso   del    Rey    Enríqpe 
de  Inglaterra  ,  de  parte  de 
D.  Sancho  el  Sabio  :  Pr¿e- 
terea  petit  hcec  ,  quce  impe- 
rator  abstiilit  \Regi  Garsia* 
patri  suo  per  vim  ,  scUfcet^ 
Nágeram    castellum  Chris- 
lianorum   ,    &    Judaorum^ 
Gr(inion^  Pancorvo  ^  Belfo- 
rat ,   Zcrezo    Monasterium^ 
Cellorigo  ,  Bilibio,  &c. 

2  Moret  en  el  lib.  2.  de 
sus  Anales  cap.  3.  escribe, 
que  Bilibio  es  el  mismo 
pueblo  que  el  Lybio  ,  pues- 
to en  el  Itinerario  de  Anto- 


nino  á  diez    y   ocho  millas 
de  Tricio  caminando  á  Bri- 
viesca  ,   y  que  sin  duda  está 
algo    inmutado    el    nombre 
en  los  Códices  como  sucede 
con    los   de    otros    pueblos. 
Pero  aunque  la  distancia  pue- 
de   ajustarse     muy    bien    á 
Bilibio  ,  hay  otras  circuns- 
tancias, que  comprueban  la 
falsedad  de  este    didlamen, 
y  son    la    diferencia    en    el 
nombre  ,  que  ningún  Códice 
escribe  Bilibio, ni  Lybio,  sino 
todos  Libia,  y  principalmen- 
te la  situación  que  he  dicho 
tenia  Bilibio,  por  donde  no 
podia   dirigirse   la  vía  mili- 
tar desde  Tricio  á  Bríviesca. 
Acerca  de  Libia   y  del  sitio 
que  la  corresponde  ,  véase 
la  Disertación  de  la  Canta- 
bria  §.  25.  pag.  192. 

3  En  este  antiguo  pue- 
blo vivió  en  el  siglo  quinto 
un  varón  muy  santo  llama- 
do Félix  ,  cuya  dodrina  y 
santidad  ilustró  y  consoló 
soberanamente  al  territorio 
de  la  Rioja  en  aquellos  mi- 
serables tiempos  ,  en  que 
otras  regiones  se  vieron  in- 
ficionadas con  los  errores  de 
los  barbaros  que  poco  antes 
habían  entrado  en  España. 
Coligese  en  que  años  florecía 
este  Santo  en  Bilibio  ,  por 
lo 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra, 
lo  que  S.  Braulio  dice  de  tos ,  y  vehementes 
la  conversión  de  S.  MÜián. 
Tenia  este  veinte  de  edad, 
qiiando  conduciendo  las  ove- 
jas de  su  padre,  y  quedan- 
do adormecido  con  la  mu- 
sica  de  su  pastoril  instru- 
mento ,  le  inspiró  Dios  al- 


393 

deseos 
de  seguir  la  perfección  chris- 
tiana.  Su  preciosa  muerte 
fue  en  el  año  ciento  y  uno 
de  su  edad,  y  en  el  de  574. 
de  Christo  ,  como  cantó  el 
Poeta  D.  Gonzalo  de  Ber- 
ceo: 


Ve  seiscientos  é  doize  corrie  entoz  la  Era^ 
Quando  murió   Sane   Millán  y   esto  es   cosa  vera» 


Siendo  pues  al  tiempo 
de  su  conversión  muy  cono- 
cida la  santidad  de  Félix, 
como  testifica  San  Braulio,  se 
infiere  que  éste  florecia  por 
los  años  de  493,. 

5  Debemos  la  memoria 
de  S.  Félix  al  citado  Obispo 
Cesaraugustano  ,  cuyo  tes- 
timonio es  de  la  mayor  ex- 
cepción por  su  dodrina  y 
santidad  ,  y  por  haber  co- 
municado con  algunos  Santos 
discípulos  de  S.  Millán  ,  en 
cuya  vida  dice  lo  siguiente: 
DiStaverat  ei  fama  ,  esse 
guemdam  eremitam  ,  nomine 
Felicem  ,  virum  san&issi- 
rnum  ,  cui  se  non  immerito 
prccberet  discipulum  ,  qui 
tutic  morahatur  in  castello 
Bilibio.  ^rripiens  iter  per- 
ven  i  í  ítd  eum  ,  cujus  se  fa- 
mulatui  cum  suhjicit  promp- 
tum  instituitiir  ah  eo  ,  quo 

Tom.XXXllL 


pació  innutabundum  possit 
ad  supernum  regnum  dirige- 
re gressum,  Hoc  ,  credo  ,  nos 
fa^o  instruens  ,  neminem  si- 
ne  magistrorum\  institutione 
recle  ad  beatam  vitam  ten- 
dere posse.  Quod  ñeque  vir 
iste  fecit  ,  ñeque  Paulum 
Christus  instruxit  ,  ñeque 
Samuelem^  ut  fuceret  divina 
potentia  permisit :  cum  hunc 
ad  eremitam  ,  S  Paulum  al 
Ananiam  ,  &  Samuelem  re- 
currere  jussit  ad  Heli ,  quos- 
tamen  jam  signis ,  alloquio-' 
que  animaverat  suo,  Post- 
quam  igitur  ab  eo  est  optime 
vias  vít(ü  edodius  ,  ac  disci- 
plín¿e  divitiis  aflatim  ,  tbs- 
saurisque  salu^is  dit  itus,  re- 
meat  ad  sua  doSirince  gratia 
copiosus. 

5     En  estas  breves  clau- 
sulas dejó  San  Braulio  com- 
pendiada la  vida  de  S.  Félix. 
Ddd  Da- 


394     España  Sagrada, 

Dale  el  nombre  de  Eremita, 
y  llámale  asi  ,  no  porque  vi- 
vía en  desierto  muy  retira- 
do de  los  pueblos  ,  sino  por- 
que su  ordinaria  habitación 
era  en  el  castillo  de  Bilibio, 
donde  se  ocupaba-  en  los 
e^c^ercicios  de  penitencia  ,  y 
en  altisima  contemplación  de 
las  cosas  celestiales.  Dice, 
que  tenia  fama  de  varón  san 
ti  simo  ,  y  mav  docto  en  los 
ca.ninos  del  espíritu  ,  y  que 
por  estas  excelencias  S.  Mi- 
liáT ,  después  de  haber  senti- 
do en  su  corazón  el  movi- 
miento de  la  gracia  ,  fue  en- 
vii  io  á  Felijí  como  S.  Pablo 
á  \naaiis,  y  Samuel  á  Helí. 
Tes  ifivü  que  S.  Mil'án  salió 
de  aquella  santa  escuela  lie  • 
m  de  instrucciones  acerca 
de  la  vid  i  eterna  ,  abundan- 
te de  celestial  sabidurá",  y 
enriquecido  de  los  tesoros  de 
la  verdadera  salud  ,  efedos 
que  manifiestan  evidente- 
mente las  soberanas  calida- 
des del  Maestro.  No  cuenta 
S.  Braulio  las  particularida- 
dvís  respedivas  á  San  Félix, 
por  no  ser  este  el  objeto  de 
su  obra;  pero  oodemos creer, 
que  estas  qned  iron  estampa- 
das enS.  Milián  su  discípu- 
lo ,  y  después  Maestro  de 
otros  muchos  Santos ,  que  ílo 


Trat.óc).  Cap.  19. 

recieron  bajo  su  dirección  en 
la  Rioja,  todos  los  quales  de- 
ben reputarse  por  frutos, 
que  correspondieron  á  los 
santos  documentos  de  nues- 
tro Félix  Bilibiense.  Ignora- 
se el  año  de  su  santa  muer- 
te ,  pero  es  constante  que 
murió  en  Bilibio  ,  y  que  su 
cuerpo  fue  sepultado  en  el 
Oratorio  del  castillo  donde 
se  conservó  venerado  de 
aquel  pueblo  y  los  comar- 
canos hasta  el  año  de  1090, 
como  diré  tratando  de  su 
traslación. 

6  La  ansia  ,  con  que  el 
Doctor  O,  Mi^.'él  MirtineíS 
Villar  pretendió  ,  que  S.  Mi- 
lián fuj  Arag  [íes,  le  cegó  de 
suerte  ,  que  ilecíó  á  confua- 
dir  el  ca^til!o  deB^ibio  en  la 
R'oja  con  el  de  B '¡bilis  eü 
Araron,  donle*  pone  á  San 
Félix  haciendo  vida  eremí- 
tica ,  y  enseñando  á  S.  Mi- 
lián el  cam'uo  de  la  p^-rfec- 
cion  christiana.  Trae  para 
prueba  de  su  intento  la  mis- 
ma auloridai  de  S.  B-'aulio, 
leyendjla  de  este  modo:  Dic- 
tavcrat  ei  fa^n.i  ex  se  quem- 
dcim  crenutam  noivine  Feli- 
c:m  ,  viru.n  sn^i^'^sslmum.,, 
qui  tur.c  morahatur  in  cas- 
tellun  BiWiJium  ,  cuya  de- 
claración, dice,  p;}nen  algu- 
nos 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.      395 
nos  Breviarios  del  Obispado     escribieron  in  CasteUo   BU- 


de  Tarazona  ,  y  de  la  Orden 
del  santo  Sepulcro  en  esta 
forma  :  Nunciatmn  est  quem- 
dam  es  se  in  B.Ihili  cas  t  ello 
magncc  saní^itañs  ,  S  doc- 
trina virum  Felicenu  Y  co- 
mo Ambrosio  de  Morales, 
Marieta  ,  Mariana ,  y  otros 
Autores  no  ponen  á  Bilbilis, 
ni  su  castillo  en.  la  Rioja  si- 
no en  Aragón  ,  infiere  que  S. 
Félix  fue  también  Aragonés. 
7  Este  argumento  pro- 
cede ,  como  he  dicho  ,  de 
un  afedo  deslumhrado  ,  que 
por  hacer  aparente  ó  verisi- 
mil  lo  que  intenta  ,  echa 
mano  aun  de  las  equivoca- 
ciones ó  errores ,  que  otros 
han  padecido.  San  Braulio 
no  escribió  Bilbilium  ,  ni  fue 
gramático  tan  rudo,  quede- 
clinese  tan  mal  el  nombre 
de  Bilbilis  proprio  de  una 
Ciudad  de  los  Celtiberos, 
cuyos  vestigios  se  ven  hoy 
en  el  monte  Bambola  distan- 
te media  legua  de  Calata- 
yud.  Los  Códices  antiguos 
leen  uniformemente  Bilibio^ 
nombre  que  desde  los  Go- 
dos hasta  hoy  ha  conserva- 
do incorrupto  el  Castillo  de 
la  Rioja  ,  de  que  he  tratado. 
Es  cierto  que  los  Breviarios 
de  la  Diócesis  de  Tarazona 


bili  ,  com.o  he  visto  en  el 
de  la  Colegiata  de  Santa 
Maria  de  Tudela  que  tengo 
presente  ;  pero  esta  equivo- 
cación es  tan  conocida,  que 
no  es  razón  obgetarla  con- 
tra una  verdad  manifiesta, 
qual  es  la  de  haber  vivido, 
y  muerto  S.  Félix  en  Bilibio 
de  Rioja,  lo  que  además  de 
lo  dicho  se  comprueba  evi- 
dentemente con  la  certeza 
de  haberse  guardado  alli  el 
cuerpo  del  Santo  ,  como  lo 
veremos  ahora  en  la  his- 
toria de  su  traslación.  Ten- 
ga pues  norabuena  Bilbilis 
la  gloria  de  haber  sido  Ciu- 
dad celebrada  por  los  Geó- 
grafos antiguos  ,  ilustrada 
con  el  ingenio  del  Poeta 
Marcial  ,  y  aplaudida  por  la 
nobleza  de  sus  aguas  ;  pero 
no  quiera  desposeer  á  Bili- 
bio del  rico  tesoro  ,  que  en- 
grandeció é  hizo  famoso  el 
nom.bre  de  esta  pequeña  po- 
blación. 


Ddd2 


VES' 


39^     España  Sagrada, 

DESPUÉBLASE 

Bilihio  en  el  si;rIo  once  ,  y 
se  '  grcga  á  la  y'illa  de  Ha- 
ro ,  y  por  esta  causa  se  in- 
tenta y  efe&ú>i  la  traslación 
de  hs  sagradas  Reliqtias 
*  de  San  Félix  al  insig- 
ne Monasterio  de 
S.  Mi  Han, 

I  Uno  de  los  mejores 
pueblos  de  la  Rioja  es  la 
muy  ilustre  ,  y  antigua  Vi- 
lla de  Haro  ,  situadií  entre 
los  ríos  Tirón  ,  y  Ebro  ,  los 
quales  ,  y  las  muchas  y  co- 
piosas fuentes ,  que  nacen  en 
su  terreno  ,feriilizan  ,  y  her- 
ínosean  su  ameno  y  delicio- 
so campo.  Su  sitio  ,  según 
muchos  Autores ,  correspon- 
de al  que  tubo  antiguamen- 
te Castro  Bilibio  ;  pero  esto 
no  se  ha  de  entender  con  to- 
do rigor  ,  sino  con  respeélo 
á  la  corta  distancia  de  poco 
m.as  de  media  legua  ,  que 
hay  á  las  ruinas  de  Bilibio, 
que  se  vén  á  la  parte  del 
Norte  ,  entre  la  misma  Villa, 
y  Miranda  de  Ebro.  Su  nom- 
bre ,  dice  Covarrubias  ,  vie- 
ne de  la  voz  ¡:arr  ,  que  tras- 
ladada del  Árabe  á  nuestro 
Castellano  quiere  decir  ¿il^rc; 
pero   escribiéndose    en    los 


Trat,  69.  Cap,  1 9. 
Privilegios    antiguos    Faro^ 
parece  mas  verdadero,  que 
su  origen  es  el    mismo  que 
el  de  esta  voz  Castellana, que 
según  nuestro  D'ccionario  es 
tomada  del  G<iego  ,  pharos^ 
en  cuya  significicion  la  co  1- 
vieue  de  algún  modo  el  non- 
bre ,  por  la  eminencia  ,  y  al- 
tura de  su  Castillo  que  do- 
mina   todo    aquel    terreno. 
Yerran  evidentemente  los  que 
afirman  ,  que  D.  Lope  Diaz 
de  Hüro  ,  de  los   Señores  de 
Vizcaya  ,  la   fundó  ,  ó  la  dio 
su  nombre  en  el  año  de  i  r68. 
porque  consta  de  Privilegio 
del   siglo  antes ,  que   existia 
por   ios  años  de  [072.  y  se 
llamaba  Faro  ;  y  siendo  tam- 
bién cierto,   que  el  apellido 
de  Haro  añad  do  al  de  Lope 
no  suena  en  Es  rituras  ante- 
riores al  siglo  dcce  ,  se  coli- 
ge que  la  rtfeiida  Villa  no 
recibió  su  nombre  de  los  Se- 
ñores de  Vizcaya  ,  sino  que 
los  de  este  nobilísimo  lina- 
ge  lo  tomaron  de  ella. 

2  El  Fundador  de  esta  po- 
blación ,  según  la  Cbronica 
general  ,  part.  4.  fue  Fernán 
Laynez  ,  Juez  de  Castilla :  E 
diremos  de  Layn  Calvo  ^  por 
^uál  razón  él  casó  con  D, 
Teresa  Nmez  ^flja  de  Ñuño 
Rasucra  ,  &  él  ovo  en  ella 
qua- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,       397 
quatro  fijns  ,  e  al  mayor  di-     Leyre  ,  y  al  Obispo  D.  For- 
jerrn  Fernán  Layne%  ,  é  de 
éste  descendieron  ¡os-  de  Viz- 
caya ,  porque  pobló  a  Ffaro. 
Pero  no  es  verisímil  que  los 
Jueres  de  Castilla  fm  da«en 
en  la  Rioja  pueblos  nuevos, 
hallan  lose  ent(>nce.s  toda  es- 
ta tierra  ocupada  de  los  Mo- 
ros. Yo  no  he  podido  averi- 
guar á  quién  debe  atribuir- 
se la  fundación  de  esta  Vi- 
lla, ni  se  encuentra  su  erigen 
tn  documentos  aniigiios ,  lo 
que  es  sin   duda  argumento 
de  su  nucha  ai.tiguedr.d.San- 
doval  en  la  Vida'de  D.  Urra- 
ca ,  dice  ,  que  la  pt  in  era  me- 
moria  que  vio  de  Haro  ,  es 
del  año  de  1116.  en  que  se 
hacian  guerra  cruel  el   Rey 
D.  Alonso  de  Aragón,  y  D. 
Diego  López  ,  Señor  de  Viz- 
caya ;  y   e!  Rey  testifica  en 
el  Instrumento  ,  que   estaba 
tn  un  Castillo  nuevo  ante  Ta- 
rum^  que  es  Haro  en  la  Rio- 
ja ,  dice  ,  pueblo  bien  cono- 
cido ahora  ,  del  qual  eran  Se- 
ñores los  de    Vizcaya  ,  que 
tomaron  de    él   aquel  nom- 
bre tan  honrado,  que  de  ellos 
ha  habido  en  Castilla.  Pero 
en  otra  parte  menciona  una 
donación  de  D.  Sancho  Peña- 
len  del   año  de  1072.  por    la 
qual  dio  á    S,  Salvador    de 


tuniola  Villa  deTondon,que 
dice  estaba  situada  á  la  ri- 
bera del  Ebro  entre  Briñas, 
y  Faro.  Esta  misma  Escritu- 
ra convence,  que  Haro,  y 
toda  su  comarca  pertenecía 
en   el  siglo  once  á  los  Reyes 
de  Navarra  ,  qu€  la  habían 
conquistado  echando  de  toda 
esta  tierra   á  los  Moros ,  los 
quales  jam.ás  volvieron  á  po- 
seerla. Y  de    aquí    se  con- 
vence el  error  de  D.  Loren- 
zo de  Padilla  ,  que  escribe 
de  D.  Diego  López  de  Haro, 
que   viendo  que    los  Moros 
hacian  mucho    daño    desde 
esta  Villa  ,  de  que   estaban 
apoderados  con  sus  comar- 
cas ,  vino  sobre  ella  ,  y  la 
cercó  y  combatió  ,  hasta  que 
los   barbaros  se  la  entrega- 
ron en  el  año  de  1 1 1  $. en  me- 
moria de    lo  qual  trocó   su 
sobrenombre  de  Vizcaya  por 
ei  de  Haro.  Debe  ,  pues  ,  te- 
nerse por  cierto ,  que  la  con- 
quista de  esta  tierra  se  hizo 
por  los  Reyes  de  Navarra  en 
el  siglo  diez  con  todo  lo  de- 
más de  la  Rioja,  á  excepción 
de  Calahorra  ,  lo  que  advier- 
to por  lo  que  conduce,  asi  al 
conocimiento  de  Jo  que  ahora 
estableceré  acerca  del  m,oti- 
vo  que  ocurrió  para  trasla- 
dar 


3  9  S  ^^P  ^^^  Sagrada 
dar  laS'  Reliquias  de  S.  Félix, 
como  para  que,  se  entienda 
qne  los  Señores  de  Vizcaya 
tomaron  el  apellido  de  Haro, 
lio  porque  ganaron  á  los  Mo- 
ros^ esta- Villa  ,  ni  menos  por- 
que la  fundaron  ,  sino  en  vir- 
tud de  la  gracia  y  merced 
que  les  Reyes  les  hicieron  de 
ella, como  se  la  hicieron  des- 
pués de  Náa;era  ,  y  Grañon. 
.  3  Conquistada  toda  la 
Rioja  por  los  Reyes  de  Na- 
varia  ,  y  expelidos  muy  le- 
jos de  sus  contornos  los  bar- 
baros ,que  la  habían  ocupa- 
do ,  varias  poblaciones  pe- 
queñas se  fueron  agregando 
á  la  Villa  de  Haro  ,  atraídas 
de  la  belleza  y  amenidad  de 
su  terreno  ,  y  de  otras  gran- 
des comodidades  que  en  to- 
dos tiempos  han  disfrutado 
sus  vecinos.  Los  nombres  de 
estos  pueblos  se  conservan 
hasta  hoy  dentro  de  los  tér- 
minos de  la  expresada  Villa, 
coa  otrps  vestigios  eviden- 
tes de  paredes  .,  sepulcro?, 
-&C.  como  de  la  Villa  de  Ton- 
don  ,  donada  al-.  Obispo  D. 
Fortunio  por  el  Rey  de  Na- 
varra D.  Sancho  de  Peñalen 
i^n.  ^\  zxio  de  1072.se  man- 
tiene el  Hon^bre  en  el  distri- 
to, que  se  dice  HQudpn,  á  la 
ribera  septentrional  del  Ebro 


.  Trat\6g,  Cap,  19. 
entre  Briñas  ,  y  Haro.  Uno 
de  estos  pueblos  fue  Bilibió, 
el  qual  quedó  tan  desampa- 
rado de  sus  vecinos ,  que  ro- 
do su  alfoz  6  pago  con  los 
montes  que  le  pertenecian, 
se  dieron  y  concedieron  á 
los  pobladores  de  Haro  por 
el  Rey  Don  Alonso  ,  como 
consta  del  Privilegio  que  tie- 
ne esta  Villa  ,  dado  en  S. 
Esteban  el  dia  15.  de  Mayo 
de  la  Era  1225.  Henaoenel 
lib.  3.  de  las  Antig.  de  Cant. 
cap.  22.  dice, que  hasta  la  ar- 
mazón de  las  puertas  del  an- 
tiquísimo Castillo  de  Bilibio 
se  conservaban  el  año  de 
1 601.  en  casa  de  un  vecino  de 
Haro, el  qual, según  Garibay 
citado  en  el  Memorial  de  D. 
Diego  de  Viana ,  Beneficiado 
de  esta  Villa  ,  y  Sandoval  en 
el  Monasterio  de  S.  Millan, 
era  D.  Francisco  de  Ojeda, 
cuyas  casas  estaban  en  el  bar- 
rio que  se  dice  de  la  Paz. 

4  Esta  agregación  de  Bi- 
libio ,  y  otros  pueblos  á  la 
Villa  de  Haro  ,  fue  el  moti- 
vo especial  de  que  se  pen- 
sase en  trasladar  las  Reli- 
quias de  S.  Félix  al  Monas- 
terio de  S.  Millan  ,  que  dista 
del  Castillo  cinco  leguas.  Ha- 
blase intentado  varias  veces 
sacar  de  allí  el  santo  cuerpo 
pa- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       399 
para  llevarlo  á  otras  partes;     vido  con  gran  edificación  de 


pero  lo  cierto  es,  que  nunca 
io   consintió  Dios  ,  mi'jiitras 
Bilibio  ,  y  los  lu^^ares    veci- 
nos se    mantubieron    pobla- 
dos ,  y   pudieron  darle  reve- 
rente culto.   Vióse  esto  par- 
ticularmente en   el  Reynado 
de   D.  García  ,  el  qual  que- 
riendo enriquecer    y   enno- 
blecer el   Monasterio   de  S. 
Maria  de  Nágera   que  habia 
fundado  ,  procuró  llevar   á 
él    una  gran  copia  de   Reli- 
quias ,  asi  de   fuera    de   su 
Rey  no,  como  de  la  comarca. 
Tomó  esta  empresa  con  tan- 
to calor ,  que  se^un  escribe 
el  M.  Yepes  ,  intentó  mover 
de  su  lugar  aun  el  cuerpo  de 
S.  Miilan  de  la  Cogolla  ,  lo 
que  no  pudo  egecutar  á  cau- 
sa de  un  señalado  milagro, 
con  que ,  según  tradición  de 
ia  tierra,  manifestó  D'os  no* 
ser  aquella  su  voluütri.Qje- 
riendü,  pues,  igual  mente  sa- 
car ce   Bilibio  las   Re  ¡quias 
de  S.  Félix, sucedieron  -i!  po- 
nerlo por  obra  los   prodi'^ios 
que   referí  en  García  ,  Obis- 
po de   Alaba,  por  medio  de 
los  quales  conocieron  los  Pre 
lados  ,  y  demás  personas  que 
fueron  al  Cisiillo  ,  que   Dios 
queria    se  quedise  el  Smro 
en  el  lugar  en  qu¿  hubia  vi- 


toda  aquella  comarca,   feo 
despoblándose  después  Bili- 
bio á  fines  del  siglo  once  ,  y 
no    pudiendo    proseguir    el 
culto  del   Santo  con    la  fre- 
qüencia  ,  y    solemnidad  que 
antes  por  la  distancia  y  difi- 
cultad del  carrino  que  hay  en- 
tre Haro  ,  y  Bilibio,  tomaron 
deaqui    ocasión  el  Abad  ,  y 
Monges   de  S.  Miilan   ,  para 
pretender   la   traslaci(.^n  del 
bendito  cuerpo.  Hizose  ésta 
en  el  año  de  1090.  del  mo- 
do que  refiere  Grimaldo,  Au- 
tor coeiá  eo  en   la  historia 
que  escribió  de  este  suceso 
en   lengua  La'ina  ,  la   qual^ 
traducida  por  el  Señor  Sando- 
val ,  es  como  se  sigue. 

COMIENZA    EL    PR^^^ 

fació    de   la  bii^oria   de    la 

traslación  d  7  bienav-n- 

turado    S,  Felices  ,  sin^ 

guiar  Confesor  de 

Christo, 

T  „  Con  autorid  id  pas- 
„  toral  y  piedad  d_>  padre 
„  minda>;te  escribir  ániíGri- 
„  maído  , ó  Blas,  Abad  ve- 
„  nerable  de  la  Congrega- 
„  cion  del  .Monasterio  de  Saa 
„  Milian ,  Confesor  de  Chi  is- 
„  to  ,  servidor  del  Omni po- 
„  ten- 


403  España  Sagrada^ 
„  tente  Dios ,  pues  con  tan- 
„  ta  brevedad  ,  Sraulio  dig- 
„  no  O'jispQ  de  Zaraq;oz3, 
„  escribió  la  Vid  i  del  dicho 
„  beatisiino  Emiliano,  y  el 
„  feliz  curso,  contienda  ,  y 
„  triunfo  del  bieniventura- 
„  do  S.  Félix  Presbytero, 
„  contra  el  enemigo  antiguo 
„  en  el  Castillo  de  Bilibiíj, 
„  y  la  felicidad  con  que  allí 
„  acabíS ,  y  hizo  su  dichoso 
„  fin  ;  y  que  con  su  ege:n- 
„  pío  el  bendito  E:niliano 
„  desprecio  el  mundo,  y  puso 
„  sus  cuidados  y  animo  en 
„  solo  servir  á  Dios ,  instrui- 
„  do  con  sabiduria  soberana: 
„  yo  ,  á  quien  mandas  escri- 
„  ba  la  traslación  del  sagra- 
„  do  cuerpo  del  bendito  Fe- 
„  lix  ,  hecha  por  tí  ,  y  por 
„  la  devota  Coi^regacion, 
„  que  por  Dios  te  fue  da- 
„  da  ,  ordenándolo  el  cíe- 
„  lo  asi  para  edificación  de 
„  los  que  han  de  ser  des- 
„  pues  de  nos  y  nue«tra,  obra 
,,  harto  agradable  ,  sino  me 
„  dañara  el  vicio  de  mi  in- 
„  suficiencia  y  tardo  i:ige- 
„  nio.  Confiado  »  pues  ,  en  la 
„  misericordia  de  nuestro 
„  clementísimo  Dios  ,  con 
„cuyo  don  inefable  á.  los 
„  niños,  indoétos  ,  y  humil- 
„  des  ,    y  brutos    animales 


Trat.  íp.  Cap.  1 9. 
„  dá   valor  y    eficacia  para 
„  hablar  dogamente  ;  obe- 
,,  dezco  tus  gustisimos  man- 
„  damientos,  y  los  cumpliré 
„  en  la  forma  que  pudiere  ,  y 
„  supiere.  Tube  cierto  siem- 
„  pre   por  muy  peligroso  ,  y 
„  ser  crimen  ,   y  temerario 
j,  atrevimiento     contradecir 
„  obstinadamente  á  tan  justo 
„  mandato  ,  y   no  obedecer 
„  con  to:la  voluntad  emple- 
„  ando    mi    candil    en    tal 
„  obra    y    cuidado.  Huniil- 
,,  mente  invoco  á  Dios   be- 
„  nigno    y     pió  ,    que    me 
„  ayude  ,  para  que  pueda  coa 
„  entera  fé  ,  sano  enteitdi- 
„  miento  ,  escribir  ,  y  con- 
,,  tar ,  y  poner  en  orden  esta 
„  relación,  el  efecto  que  tu- 
„  bo  ,  en    la  forma  que  fue, 
„  cíSmo   se   sacaron  los    sa- 
,,  grados  miembros  del  va- 
„  ron  de  Dios  Félix  Presby- 
„  tero  de  su  proprio  túmu- 
„  lo ,  y  se  trageron  al  lugar 
„  donde  agora  son  adorados 
„  y  venerados  ^   y    ponerlo 
„  fielmente  por  escrito. 


CO- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.       40 1 
dio  á  esta  Real  Ciudad ,  que 


COMIENZA  EL  TEXTO 
de  la  historia  de  la    trasla- 
ción del  sagrado  cuerpo 
del  bendito   S.  Félix 
Presbytero» 

I  „  Pues  como  el  Rey  D. 
„  Alfonso  ,  hijo  del  Rey  D. 
„  Fernando  ,  varón  excelen- 
„  tisimo  ,  reynase  en  España, 
„  y  con  señaladas  y  conti- 
„  nuas  viétorias  sujetase  to- 
„  dos  sus  enemigos  ,  y  los 
„  trajese  á  su  obediencia, 
„  entre  sus  muy  nobles  y 
„  continuos  triunfos ,  fue  uno 
„  la  toma  de  Toledo  ,  Ciu- 
'„  dad  Real ,  teniendo  la  Mo- 
•„  narquia  de  toda  España, 
„  que  poco  antes  la  sucisi- 
5,  ma  gente  de  los  Agarenos 
„  habia  impugnado  y  con- 
„  quistado  ,  y  apoderándose 
„  della  con  sucia  y  estraña 
„  violencia ,  teniéndola  opre- 
„  sa  y  cautiva  hasta  los  ti- 
„  empos  deste  Rey.  Favore- 
',,  ciendo  y  dándolo  la  mise- 
„  ricordia  de  Dios,  trabajan- 
„  do  varonilmente  con  mano 
„  armada  ,  la  restituyó  y 
„  volvió  á  su  antigua  liber- 
„  tad  y  nobleza  ,  é  ilustró  ,  y 
„  amplió  la  Religión  Chris- 
„  tiana.  Y  demás  desto,  el 
„  Papa  de  la  Silla  Apostólica 

Tom.  XXXllL 


,  tubiese  ,  como  soüa  ,  su 
,  Arzobispo  ,con  voto  ,  elec- 
,  cion  ,  y  aclamación  de  to- 
,  do  el  pueblo.  Pues  en  este 
,  dichoso  tiempo  ,  un  vene- 
,  rabie  Monge  llamado  Bias, 
,  varón  muy  religioso  ,  era 
,  Abad  en  el  Monasterio  de 
,  S.Millan,sitoen  la  Diócesis 
,  de  Calahorra  ,  y  en  quan- 
,  to  humanamente  se  puede 
,  alcanzar  y  es  posible  á 
,  nuestra  fragilidad  ,  con  pa- 
,  labras  y  egemplo  de  ví- 
,  da  adornaba  aquel  oficio. 
,  Hallando  este  prudente 
,  Abad  en  la  vida  y  obras 
,  de  S.  Millan ,  que  el  varón 
,  de  Dios  Félix  Presbytero 
,  hab'a  pasado  desta  vida 
,  al  descanso  eterno  en  el 
,  Castillo  de  Bilibio  ,  y  que 
,  habia  mucho  tiempo  que 
,  estaba  alii  sepultado  su  sa- 
,  grado  cuerpo  ,  y  que  por 
,  ser  el  sitio  áspero  é  inac- 
,  cesible, apenas  habia  quiea 
,  lo  visitase ; estaba  con  graíi 
,  cuidado  ,  en  qué  manera, 
,  con  qué  ingenio  y  trabajo 
,  se  podrían  sacar  los  hue- 
,  sos  del  dicho  siervo  deDioá 
,  de  aquel  lugar  tan  vil  y 
,  solo  ,  y  traerlos  á  la  Igle- 
,sia  de  su  discípulo  S.  Mi- 
,  lian ,  donde  puesto  hono- 
Eee  „  ri" 


402  España  Sagrada, 
rificamente  fuese  vene- 
rado de  todos ,  y  todos  por 
su  mérito  é  intercesión  re- 
cibiesen su  favor  ,  y  en  él 
hallasen  defensa  de  los  aco- 
metimientos de  todos  los 
enemigos  visibles,  é  invisi- 
bles ;  y  finalmente  ,  goza- 
sen de  su  patrocinio  y  fa- 
vor con  su  presencia.  Y 
comunicado  a  los  Monges 
su  justo  y  loable  deseo, 
dijo  en  público  lo  que  en 
su  animo  habla  tenido  se- 
creto. Dieron  todos  mu- 
chas gracias  á  Dios  con 
gozo  espiritual ,  y  loaron 
y  aprobaron  el  intento  y 
deseo  del  Abad  ,  teniéndo- 
lo por  bueno  y  santo  :  y 
como  el  Abad  era  varón 
muy  diligente,  y  de  cau- 
dal, industria  ,  y  eficacia 
en  todas  estas  cosas  ,  co- 
menzó á  pensar  consigo, 
viendo  que  á  todos  pare- 
cia  tan  bien  lo  que  él  tan- 
to deseaba  ,  en  qué  mane- 
ra podria  poner  por  obra  lo 
que  todos  deseaban  „  y  pi- 
dióles su  consejo.  Hallaba 
en  ello  mucha  dificultad, 
y  que  de  ninguna  manera 
lo  podía  hacer  sin  autori- 
dad del  Rey,  Resuelto  en 
tratarlo  con  él  ,  tomó  con- 
sigo algunos  Monges  de  los 


Trat.  6g,  Cap.  1 9. 

„  mas  ancianos  y  graves  que 
„  tenia  ,  y  partieron  para 
,,  donde  estaba  el  Rey  D. 
„  Alonso.  Dijole  la  causa  de 
„  su  venida  ,  y  el  deseo  gran- 
„  de  que  tenia  de  trasladar 
„  las  santas  Reliquias ;  y  su- 
„  pilcóle  diese  su  Rea!  con- 
„  sentimiento  para  que  asi  se 
„  hiciese.  El  Rey  era  huma- 
„  nisimo  ,  adornado  de  mil 
„  virtudes ;  y  como  entendió 
„  el  loable  deseo  del  Abad ,  y 
,,  la  justa  demanda  que  traía, 
„  luego  dio  su  consentimien- 
„  to  y  asenso  para  que  se  hi- 
„  ciese,  y  que  se  trasladasen 
„  los  huesos  del  bienaventu- 
„  rado  S.  Félix  á  la  Iglesia  de 
„S.  Millansu  discípulo  ,  y 
„  se  sacasen  del  Castillo  de 
„  Bilibio,  hallándose  en  pre- 
„  sencia  del  Rey  todos  los 
„  Grandes  del  Reyno  :  y  se 
„  despacharon  los  recados  en 
„  pública  forma  del  consen- 
„  timiento  que  el  Rey  dio  pa- 
„  ra  hacerse  esta  traslación. 
„  Finalmente  ,  le  pareció  al 
„  Rey,  y  á  todos  los  que  con 
„  él  estaban  ^  ser  cosa  inde- 
„  cente  que  los  huesos  de 
„  tan  gran  Santo  estubiesen 
„  en  tan  humilde  lugar.  Ha- 
,,  biendo  alcanzado  el  Abad 
„  D.Blas  lo  que  deseaba, vol- 
„  vio  á  su  Monasterio  muy 
„  con- 


Surtos  del  Obispado  de  Calahorra.       403 


„  contento;  mas  como  suele 
„  acontecer  ,  ofreciéndosele 
„  muchas  cosas  y  negocios 
„  seculares .  se  embarazó  de 
„  manera  ,  que  se  dilató  su 
„  buen  deseo  largo  tiempo; 
„y  de  dia  en  día  ,  sin  poder 
5,  poner  mano  en  ello,  vino  á 
„  detenerse  tanto  ,  que  los 
„  Monges  lo  sentian  mucho, 
„  y  se  aíiigian  por  extremo. 
„  Y  asi  ,  viendo  los  Monges 
„  que  ei  Abad  se  habia  en- 
„  friadoen  aquella  devoción, 
„  y  se  detenia  demasiado  en 
„  la  egecucion  de  este  nego- 
„  ció  ,  y  que  se  ocupaba 
„  tanto  en  otras  cosas  ,  que 
„  parecia  que  olvidaba  ésta, 
„  juntáronse  todos  ,  y  de  co- 
„  mun  acuerdo  hablaron  al 
„  Abad  ,  y  con  la  reveren- 
„  cia  y  humildad  que  de- 
,,  bian  ,  le  dijeron  :  Provea 
„  vuestra  piedad  ,  Padre  nu- 
„  estro  muy  amado  ,  y  con 
„  cuidado  solícito  atienda, 
,,  que  el  estado  de  este  Mo- 
„  nesterio  santísimo  ,  que 
„  la  Divina  providencia  os 
„  encomendó  por  toda  vues- 
„  tra  vida  ,  no  se  disminuya 
„  ó  menoscabe  en  alguna  co- 
„  sa,ó  ,  lo  que  Dios  no  permi- 
„  ta  ,  con  alguna  negligtn- 


cia    pierda  su 
se  dé   ocasión 


decoro  ,  y 
á    que  ha- 


„  bien  mal,  y  nos  culpen  ,  si- 
„  no  que  con  vuestro  conti- 
„  nuo  cuidado  ,  vigilancia, 
„  y  trabajo,  y  el  nuestro  qué 
„  juntamente  con  vos  en  él 
„  trabajamos  ,  por  la  provi- 
„  dencia  Divina  se  aumente; 
„  y  ayudando  los  unos  á  los 
„  otros ,  imitando  lo  santo  y 
,,  virtuoso ,  crezca  en  el  bien, 
„  para  que  volviendo  el  Se- 
„  ñor  de  su  largo  camino  / 
„  peregrinación  ,  esto  es, 
„  nuestro  Señor  Jesu  Chris- 
„  to,  sumo  ,  verdadero  ,  y 
„  buen  Pastor,  no  te  mmde 
„  poner  recluso  con  el  sier- 
„  vo  negligente  ,  mas  antes 
„  con  los  siervos  fieles  y  lea- 
„  les  entres  en  el  gozo  de  ta 
„  Señor.  Suplicamos ,  venera- 
„  ble  Padre  ,  que  no  se  alte- 
„  re  vuestra  bondad  ,  ni  se 
„  pierda  vuestra  paciencia, 
„  pensando  que  atrevida  y 
„  osadamente  os  decimos  es- 
„  tas  cosas ;  porque  es  Dios 
„  testigo  ,  que  sabemos  que 
„  él  solo  vé  ,  y  entiende  los 
„  pensamientos  de  los  hom- 
„  bres ,  que  nuestra  oración, 
,,  esto  que  pedimos ,  proce- 
„  de  de  la  fuente  ,  no  de  fin- 
„  gida  caridad  ,  sir.o  verda- 
„  dera  ;  y  que  lo  decimos  coa 
„  toda  llaneza  .  limpio  de  to- 
„  da  falsedad ,  malicia ,  y  en- 


Eee  2 


ga- 


404      España  Sagrada,  Trat.  6g.  Cap,  19 


gano.  Y  SI   vuestra  santi- 
.,  dad   manda  ,  diremos   en 
„  público  ,  por  qué  razón  os 
,,  referimos    esto.  Mandóles 
„  el  Abad  que  lo  dijesen.  Los 
„  Monges  con  humildad  di- 
„  jeron  :  No  ha  mucho  ,  Pa- 
„  dre  ,  que  nos   prometiste 
„  hacer  una    obra   que   nos 
„  habia  de  alegrar  á  todos, 
„  esto  es  ,  que   nos  prome- 
„  tiste    de  traer  á  este  Mo- 
„  nesterio  el  cuerpo  del  ben- 
„  dito  S.   Félix   Presbytero, 
„  sacándole  del  lugar  donde 
„  está  con   tanta  indecencia: 
„y  desto  hiciste  voto, y  lo 
„  trataste  con  el  Rey  ,  y  ga- 
„  naste  su  licencia  y  facul- 
„  tad  Real   para  sacarlo  de 
,,  alli  ,  y  traerlo  aqui,como 
„  con  tantas  veras  hablas  de- 
„  seado  ,  y  devotamente  lo 
„  prometieras.  Agora  ,  pues, 
„  no  sabemos ,  por  qué  cau- 
„  sa  una  cosa  tan  codiciada, 
„  y  provechosa  á  todos   ,  y 
„  á  nuestros  succesores  ,  te- 
„  niendola  en    poco  la   des- 
„  precias ,  y  no  curas  de  lle- 
.,  varia  á  debido  efedo,  ha- 
„  hiendo  de  ser  esto   tu  sa- 
„  lud   perpetua  del  alma ,  y 
„  defensa  segura  de  tu  cu- 
,,  erpo ;  y  que  demás  desto 
„  dejarás    perpetuo   nombre 
5,  de  tí ;  y  que   acabada  tu 


vida, jamás  quedes  olvida- 
„  do  ,  y  viva  tu  memoria  :  y 
„  podría  ser,  que  si  no  pro- 
„  curas  acabar  de  presto  es- 
„  ta  obra  ,  con  el    cuidado 
,,  que  la  comenzaste,  te  su- 
„  ceda   lo  que  tememos, que 
„  se   dé  á  otro  el    celestial 
„  tesoro  que  se  nos  ha  pro- 
„  metido  ,  y  frustrados  tra- 
„  bajemos  en  valde.  Por   lo 
„  qual   rogamos    á    vuestra 
„  misericordia  y  piedad  ,  to- 
„  dos  en  común  ,  que  lo  que 
„  propusiste  ,  y  comenzaste, 
„  trabajando  nosotros  junta- 
„  mente   contigo  ,  procures 
„  cumplir  sin  tardanza  ,   ni 
„  escusa  alguna.  Movido  el 
„  Abad    con    esta    petición 
„  y  queja  de  los  venerables 
„  Padres  ,  prometióles    que 
,.  sin  falta  ninguna  con  toda 
„  brevedad  haría    lo  que   en 
„  su  justa    y  santa   petición 
„  le  habían  pedido.  Conten- 
„  tos    los  Monges    con  tan 
„  blanda  y  benigna  respues- 
„  ta  ,  y  palabra  que  el  Abad 
„  les  daba  ,  con  muy  conti- 
„  nuas  y   fervorosas  oracio- 
„  nes  suplicaban  áDios  cum- 
„  pliese  por  quien  él  era  sus 
„  deseos  ,  dándoles  el  cuer- 
„  po  del  dicho  varón  de  Dios 
„  S.  Félix  Presbytero.    Los 
„  quales  deseos  llenos  de  fe 
„cum~ 


Santos  del  Obispa 
„  cumplió  Dios  por  su  gran 
„  clemencia  muy  en  breve, 
„  según  lo  dice  el  Apóstol: 
„  Pidieron  con  fé  ,  no  duda- 
5,  ron  en  cosa  ,  y  por  eso 
„  merecieron  alcanzar  todo 
5,  lo  que  pidieron. 

2  „  Será  bien  agora  que 
„  fiel  y  verdaderamente  re- 
„  firamos  ,  como  con  el  fa- 
„  vor  Divino  fue  trasladado 
„  el  felicisimo  cuerpo  de  S. 
„  Félix :  y  porque  sería  muy 
„  largo  de  contar  decirlo  to- 
9,  do  ,  no  demos  fastidio  á 
„  los  leyentes  ,  volvamos  al 
„  articulo  de  la  traslación  de 
„  S.  Felices  ,  y  contémosla 
„  fiel  y  brevemente  en  la 
,j  manera  que  se  hizo. 

3  „  Juntándose  ,  pues, 
„  todos  los  Monges  del  Mo- 
„  nesterio  de  S.  Millan  ,  fue- 
„  ron  al  Abad  D.  Blas  ,  y 
„  con  humiidfíd  le  regaron, 
„  que  como  había  prometí- 
„  tido  cumpliese  ,  trayendo 
„  á  casa  el  cuerpo  del  bien- 
„  aventurado  S.  Félix  ,  que 
5,  estaba  en  el  Castillo  de  Bi- 
j,  libio  ,  y  habláronle  de  es- 
5,  ta  manera  :  Veis  ,  Padre 
„  muy  amado  ,  las  muchas 
,,  guerras  que  hay  por  toda 
p,  España  ,  y  grandes  perse- 
^,  cuciones  ,  y  que  se  levan-. 
j,  tan  las  gentes   nnsb  coa- 


do  de  Calahorra.  405 
„  tra  otras  :  y  asi ,  considere 
„  vuestra  pia  vigilancia, que 
„  si  como  determinaste  ,  tras- 
„  ladares  el  cuerpo  de  S, 
„  Feiix  ,  que  está  en  el  Cas- 
„  tillo  deB'übio,  sin  duda 
„  alguna  por  los  méritos  san- 
„  tisimos  ,  y  pia  intercesión 
„  del  mismo  Santo  ,  el  Señor 
„  ofendido  por  los  pecados 
„  de  toda  la  tierra  ,  clemen- 
„  temente  les  será  favorar- 
„  ble  ,  y  los  perdonará  ,  y 
„  se  dolerá  de  nuestra  pa- 
„  tria  grandemente  afligida 
„  con  la  persecución  de  lo« 
„  Barbaros  ,  sin  dilación  al- 
„  guna. 

4  „  Viendo  e!  prudente 
„  Abad  D.  Blas ,  que  la  peti- 
„  cion  y  consejo  de  los  sier- 
„  vos  de  Dios  era  justa, 
„  buena ,  y  santa  ,  y  de  tO' 
„  das  m.aneras  razonable,  de- 
,,  term:inó  poner  por  obra  lo 
„  que  pedían  ,  sin  dilación^ 
„  iñ  escusa  alguna.  Tampo- 
„  co  fa^tó  en  este  hecho  tan 
„  acepto  á  Dios  ,  verdadera 
„  visión  del  cielo  ,  en  que 
„  quiso  mostrarse  la  volun- 
„  tad  Divina.  Estando  un 
„  Monge  de  santa  vida  en 
„  contemplación  en  la  ígle- 
„  sía  de  S.  Millan  ^  dióle  un 
„  sueño,  y  vio  en  él  una  com- 
„  paüia  de  hermosisimas  fi- 


,,  guras  ,  vei^tidos  todos   de 

„  blancas    y    ricas  vestidu.- 

„  ras;  y  que  venian  ,  ó  esta- 

„  ban  puestos  en  procesión, 

„  como  se  suele  hacer  en   la 

„  Iglesia  ,  con  mucha  com- 

„  posición  y  modestia.  Pasa 

„  dos  los  desta  procesión,  lle- 

„  garon  luego    dos  hombres 

„  de  bulto  y  habito  estrañ,.'S, 

„  como  que  veii'aü  de  cami- 

„  no ;  los  quales  llegaron   á 

„  él  ,   y  con  grandísima  au- 

„  toridad  ,  y  benigno  sem- 

„  blanre  le  dijeron:  ¿Por  qué 

„  os  detenéis  tanto  en  traer 

„  á  e>ta  Iglesia  el  cuerpo  de 

,,  S.  Felices?  Esto  se  os  di- 

„  ce  con  verdad ,  que  si  mas 

„  os   detuvieredes    en  traer 

„  aquí  su  cuerpo  ,  qie  de  ai 

„  adelante  ,  ni    tendréis  su 

„  cuerpo  ,  ni  su  favor.  A  los 

„  quales  respondió  el  Mon- 

„  ge:  Señores  mios ,  una  car- 

„  ga  tan  preciosa  ,  y  de  taa- 

„  to  peso  ,  no  es  bien   que 

„  me  la  echéis  á  mí  ,  antes 

„  os  está  bien  á  vosotros  de- 

„  cir    esto  al   Señor    Abad; 

„  porque  una   cosa    tan   ar- 

„  dua  ,  y  divina  pertenece  y 

„  toca  á  su  prudentísima  ex- 

„  celencia,y  gran  inteligen 

„  cia   y    experiencia  ;  no  á 

,,  mi  baja  ignorancia  ,  y  po- 

„  co  saber.  El  valor ,  y  sa- 


.  Trat,  69.  Cv.p,  1  9. 
„  ber  del  Abad  ,  es  el  que 
„  basta  para  esto  ,  que  no 
„  mi  corto  caudal  ,  que  es 
„  ninguno.  Respondieron  lúe- 
„  go  los  dichos  :  No  te  es- 
„  cuses  ,  no  tengas  pereza  de 
„  venir  con  nosotros, que  sin 
„  duda  te  mostraremos  el  lu- 
„  gar  donde  está  el  cuerpo 
„  sacratísimo  de  S.  Felices 
„  Presbytero:  y  como  los  si- 
,>  guiese  el  Monge  ,  Uegaroa 
„  al  lugar  asperísimo  é  inac- 
„  cesible  ,  donde  estaba  el 
„  Castillo  de  Bilibio  ,  á  cuya 
„  áspera  y  dificultosa  entra- 
„  da  y  altísimo  asiento  ,  ca- 
„  si  inaccesible  ,  sin  dificul- 
,>  tad  alguna  ,  ni  trabajo, con 
„  sosegado  paso  llegaron  ;  y 
„  puestos  en  la  gran  cumbre 
„  de  aquel  castro  ,  mostra- 
„  ron  al  dicho  Monge  dónde 
„  estaba  el  cuerpo  de  S.  Fe- 
„  lices  Presbytero  ,  M  lestro 
„  que  fue  de  S.  Millan  ,  y 
„  luego  le  mostraron  la  pir- 
„  te  del  sepulcro  de  S.  Feli- 
„  ees  ,  que  estaba  debajo  de 
„  la  pared  del  Altar.  Visto 
„  esto  ,  despertó  el  Mon- 
„  ge  ,  y  en  amaneciendo  jun- 
„  tó  todo  el  Convento  de 
„  Monges  ,  presente  el  Abad 
,,  D.  Blas  ,  y  les  contó  por 
„  orden  todo  lo  que  babia 
„  visco.  Luego  que  el  Abad, 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.      407 
„  y  Monges  esto  oyeron  ,to-     „  gracia  ,  favor  ,y  ayuda  en 


„  dos  á  un:i  comenzaron  á 
„  cantar  Fe  Dcum  la.udamusy 
„  y  dieron  infinitas  gracias 
„  al  Señor  ,  de  quien  tanta 
„  bien  recibían  ,  y  encareci- 
„  damente  le  suplicaron, im- 
„  plorando  su  divina  demen- 
„  cía  ,  que  aquel  don  que  por 
„  su  infinita  bondad  les  ha- 
„  bia  descubierto  ,  tubiese 
,^por  bien  de  llevarlo  al 
„  efeéto  ,  que  con  tanta  an- 
„  sia  deseaban.  El  castre  de 
„  Bilibio,  que  (como  se  ha 
„  dicho  )  tenia  los  sagrados 
„  huesos  de  S.  Felices  Pres- 
„  bytero  ,  era  en  este  tiem- 
^,  po  del  Excelente  y  seña- 
„  ladisimo  Conde  ,  y  gran 
„  siervo  de  Dios  D.  Lope» 
„  Señor  de  Vizcaya  ,  que  lo 
„  tenia  por  donación  Real, 
„  y  sin  consentimiento  y  vo- 
„  luntad  del  Conde  no  se  po- 
„  dian  sacar  las  santas  Reli- 
„  quias  ,  ni  hacerse  honesta- 
„  mente  la  traslación  dellas^ 
„  que  tanto  se  deseaba,  Es- 
„  taba  casado  el  Conde  con 
„  Doña  Tecla  ,  que,  como  es 
„  notorio  ,  era  airada  de 
„  Dios  ,  y  de  los  boii^bres, 
„  y  en  todas  sus  obras  loa- 
„  ble  :  á  los  quales  Condes  el 
„  Abad  D.  Blas  dijo  el  deseo 
„  que  tenia  ,  y  les  pidió  su 


„  este  hecho  ,  y  que  le  die- 
„  sen  licencia  para  poder  en- 
„  trar  en  el  Castillo  de  Bili- 
„  bio.  Como  los  Condes  eran 
„  tan  prudentes  y  discretos, 
„  respondieron  con  mucho 
„  acuerdo  ,  que  en  lo  que  el 
„  Abad  D.  Blas  pedia  ,  cer- 
„  ca  de  la  traslación  del  cu- 
„  erpo  de  S.  Felices  ,  que 
„  estaba  en  el  Castillo  de 
„  Bilibio  ,  para  llevarlo  al 
„  Monasterio  de  S.  Millan, 
„  que  en  un  tiempo  fue  su 
„  discipulo  ,  su  deseo  era 
„  santo  y  loable  ;  mas  que 
„  ellos  no  tenian  autoridad 
„  para  dar  á  nadie  tal  licen- 
„  cia  para  romper  los  m.u- 
„  ros  del  Castillo  de  Bilibio, 
„que  era  del  Rey,  y  llevar 
„  de  allí  eí  cuerpo  de  S.  Fe- 
„  lix  á  otra  parte  ;  que  lo 
„  dijesen  al  Rey  ,  y  procu- 
„  rasen  alcanzarlo  del ,  que 
„  ellos  ayudarían  con  todas 
„  sus  fuerzas.  El  Abad  D. 
„  Blas  tom.audo  el  consejo 
„  saludable  que  los  Condes  le 
,^  dieron  ,  partióse  luego  pa- 
„  ra  el  Rty  D.  Alonso,  y  en 
„  la  manera  que  ante  el  Con- 
„  de  Don  Lope  habla  dado 
„  su  petición  ,  dio  otra  al 
„  Rey  ,  manifestándole  lo 
,,  que  tanto  deseaba.  Oyen- 
,,  do- 


4o8  España  Sagrada, 
(Jola  el  Rey  respondió  al 
Abad  :  Pareceme  ,  Padre 
Abad,  negocio  grave  y  di-, 
ficiiltoso  inquietar ,  ni  mo- 
ver el  cuerpo  de  un  Santo; 
pero  porque  no  parezca 
que  soy  contrario  á  tan  jus- 
tos deseos  ,  y  obras  tan 
santas ,  id  con  la  bendición 
de  Dios  ,  y  si  os  place  tras- 
ladad el  cuerpo  de  S.  Fe- 
lices como  lo  deseáis  ;  y 
si  en  esto  (loqual  no  sea) 
sucediere  algún  mal  he- 
cho ,  infortunio  ,  ó  desgra- 
cia por  orden  del  cielo  ,  no 
se  me  cargue  á  mí  la  cul- 
pa del  lo  ,  que  desde  aquí 
me  juzgo  y  digo  estar  li- 
bre ,  y  no  sabidor  de  tan 
santísima  cosa.  Con  este 
despacho  volvió  el  Abad 
D.  Blas  muy  contento  al 
Monesterio  de  S.  Millan  ,  y 
tomando  consejo  con  to- 
dos, ayunaron  tres  dias,  y 
con  continua  y  fervorosa 
oración  pidieron  á  Dios, 
que  por  quien  él  era  les 
concediese  cumplimiento 
de  tan  justo  deseo  ,  tan 
saludable  y  provechoso  á 
toda  la  tierra.  Tomó  el 
Abad  doce  Monges  escogi- 
dos para  esta  santísima 
obra ,  y  poniendo  en  orden 
todo  1.0  necesario  ,  se  par- 


Trat.6g,  Cap,  ig. 

„  tieron, ayudados  de  la  grá- 
,,  cia  de  Dios  ,  para  el  Cas- 
„  tillo  muchas  veces  dicho 
„  de  Bilibio.  Y  concediendo- 
„  lo, y  permitiéndolo  el  Con- 
„  de  D.  Lope ,  y  su  muger  la 
„  Condesa  Doña  Tecla  ,  les 
„  abrió  luego  las  puertas  la 
„  Guardia  del  Castillo.  Su- 
„  bieron  á  lo  alto  del  castro, 
„  hasta  un  gran  llano  que 
„  se  hace  en  la  cumbre  :  di- 
„jeron  allí  Mi>a  on  mucha 
,,  devoción.  Hecho  esto  ,  cork 
„  reverencia  ,  y  temor  ,  y 
„  con  muchas  oraciones  que 
„  hacían  á  Dios ,  y  con  la 
„  devoción  que  podian  ,  lle- 
„  garon  al  lugar  de  la  sepul- 
„  tura  ,  que  en  la  visión  ha- 
„  bia  sido  revelado  al  Mon- 
„  ge  ,  como  queda  dicho, 
„  Estaba  el  sepulcro  en  la 
„  punta  de  una  peña  delan- 
„  te  del  Altar  de  la  Iglesia, 
„  fundada  en  aquel  lugar  á 
„  la  parte  del  Oriente  ,  en 
„  una  cuevecilla  hecha  á  pi- 
„  co  de  Cantero  ,  con  algu- 
„  nos  labores  de  cantería  pa- 
„  ra  adorno.  Hallaron  abier- 
„  ta  la  sepultura  ,  y  una  ca- 
„ja  de  madera  ,  y  dentro 
„  del'a  el  precioso  cuerpo  de 
„  S.  Felices,  ilustre  Confesor 
„  de  Christo  ,  mal  puesto  ,  y 
„  no  como  convenia  á  tan 
„  san- 


.  Santos  del  Obispado  de  Calahorra,       409 
r>  santo  varón,  vilmente  pues-     „  no  gozo  del  tesoro  halla- 

,  do  por  concesión  del  cie- 
,  lo  ,  volvieron  ricos  al  Mo- 
,  nasterio  de  S.  Millán.  Vo- 
ló la  fama  de  esta  seña- 
,  lada  obra  por  toda  la  tier- 
,  ra  ,  como  se  hablan  Ueva- 
,  do  los  huesos  santos  del 
,  bienaventurado  S.  Felices 
,  del  castillo  de  Bilibio  al 
,  Monasterio  de  S.  Millán  su 
,  discípulo  ,  quedaron  mu- 
,  chos  admirados  ,  otros  no 
,  lo  creían  ,  y  á  muchos  pa- 
recía imposible  un  suceso 
como  este  ,  y  don  tan  di- 
,  vino  haberse  concedido  á 
,  los  presentes.  Moviéronse 
,  ciertamente  á  hacer  esta 
,  obra  ,  esto  es  ,  sacar  el 
,  cuerpo  santisimo  del  san- 
,  tisimo  S.  Felices  ,  Confe- 
,  sor  de  Christo  ,  de  su  pro- 
,  pria  sepultura  ,  y  llevarle 
,  á  otro  lugar  ,  lo  que  á  to- 
,  dos  los  pasados  el  secre- 
,  to  juicio  de  Dios  denegó. 
,  Esto  vimos  patentemente, 
>  y  nos  holgamos  en  el  al- 
,  ma  ,  y  entendemos  que  di- 
,  vinamente  nos  fue  conce- 
,  dido.  Y  de  muchas  ,  di- 
,  gamos  una  cosa  llena  de 
,  toda  verdad  ,  y  fiel  acia- 
,  maoion  de  muchos  que  lo 
,  dicen.  Refieren  con  verdad 
,  muchos ,  y  lo  afirman ,  que 
FiF         „  Gar- 


»  to  aquel  gran  tesoro  de 
i>  los  tesoros ,  mas  preciado, 

V  mas  fino  que  el  obrizo  pu- 
»  ro  y  acendrado.  Era  aquel 
»  sepulcro  de  la  mesma  ma- 
»  ñera  ,  que  en  la  visión  se 
w  había  mostrado  al  Monge 

V  cerca  de  la  pared  del  Al- 
»  tar  ,  y  contiguo  con  él. 
*f  Descubierto  pues  el  sacro 
»  túmulo  ,  no  sufrió  mas  la 
r*  piedad  del  Señor  ,  que  es- 
»  tubiese  encubierto  lo  que 
n  aquel  bendito  cuerpo  me- 
j?  recia  ;  porque  á  la  hora 
w  salió  de  la  sepultura  una 
w  fragrancia  tal ,  que  sintie- 
»>  ron  los  que  allí  estaban 
n  olores  del  cielo  ,  tales  que 
»  no  se  les  igualan  los  aro- 
»  maticos  de  la  tierra.  Los 
»>  que  allí  estaban  dieron  tes- 
»  timonio  con  grandes  ]\x-. 
„  ramentos ,  que  nunca  se- 
^,  mejante  olor  habían  sen- 
„  tido  ,  como  el  que  hubo 
„  luego  que  se  descubrieron 
„  las  sagradas  Reliquias.  To- 
„  cando  á  los  sagrados  hue- 
„  sos  con  debida  veneración 
i,  y  reverencia  ,  y  con  la 
^,  honra  Eclesiástica  ,  los  sa- 
„  carón  de  aquel  humilde 
„  lucillo  ,  y  los  envolvieron 
„  en  paños  muy  liüipios  y 
„  preciosos ,  y  .con  sobera- 

Tom.XXXUL 


410  España  Sagrada. 
„  García,  Ct-ispo  de  Alaba, 
„  por  n^nndado  del  Rey  D, 
„  García  vino  á  la  sepuku- 
„  ra  del  bienaventurado  San 
„  Felices  ,  con  intento  de  sa- 
^,  car  de  ella  el  cuerpo  san-- 
,,  t?o  con  inconsiderada  .y  te^ 
„meraria  osadía,  sin  tener 
„  revelación  alguna  del  cie- 
„  lo  :  y  porque  presun?iió 
;,  hacer  esto  con  dañada  pre- 
^,  suücion  ,  y  iio  por  algún 
„  divino  ij-;síinto  ,  al  punto 
^v.que  llegó  á  abrir  la  sepul- 
„  tura  sagrada  de  este  san- 
i,  nsimo  varón  ,  la  ira  divi- 
„  na  le  hirió  con  riguroso 
„  castigo.  No  solo  le  quitó 
^,  del  i'Jgar  do  estaba  el  ve- 
„  i.trable  túirulo  ,  mas  da- 
.^  ñóle  con  espantable  feal- 
^,  dad  la  boca  ,  que  se  le 
„  terció  ,  y  quedó  muy  feo 
„  y  torpe.  Testifican  lo  que 
„  aquí  refiero  todos  los  que 
„  lo  vieron  por  sus  ojos.  De 
,,  más  de  esto  se  levantó  una 
„  tempestad  tan  grande  ,  que 
„  tocos  los  que  acompaña- 
„  ban  al  Obispo  ,  quedaren 
„  grandemenie  espantados, 
„  sin  pensamiento  de  poder 
„  escapar  de  tan  evidente 
„  peligro  de  la  muerte  ,  é 
„  indignación  de  Dios.  He- 
„  rido  el  Obispo  con  tales 
^,  llagas  ,  sintiendo  la  virtud 


Trat.  69  Cap.  1 9. 

„  del  beatísimo  varón  San 
„  Felices ,  Confesor ,  que  allt 
„  descansaba, haciendo  gran- 
„  des  votos  y  promesas  con 
„  todos  los  suyos ,  luego  se 
„  apartó  y  fue  de  aquel  lu- 
,,  gar  donde  estaba  el  sepul- 
„  ero  sagrado  ,  donde  otra 
„  vez  no  se  atrevió  á  llegar. 
„  Quedóle  por  todos  los  dias 
„  de  su  vida  la  fealdad  de 
„  la  boca.  Por  esta  causa 
„  hasta  estos  mismos  dias  fue 
;,  inviolable  el  sagrado  se- 
„  pulcro  de  este  varón  ,  sin 
„  que  nadie  se  atreviese  á 
„  llegarle.  Y  por  la  gracia 
„  inefable  de  Dios  omnipo- 
„  tente  que  rige  ,  dispone  y 
„  gobierna  todas  Jas  cosas 
„  con  suave  igualdad  y  tem- 
„  planza  ,  y  orden  divino, 
„  siendo  servido  de  querer 
„  visitar  y  honrar  misericor- 
„  diosamente  el  lugar  que 
„  tenia  los  dichosos  miem- 
„  bros  de  S.  MiUán  ,  descu- 
„  brió  ,  como  queda  dicho, 
„  por  revelación  del  cielo, 
„  y  hizo  merced  á  este  san-* 
„  tísimo  Monesteno  de  San 
„  Millán  del  cuerpo  del  bien-. 
„  aventurado  S.  Felices  Pres* 
„  bytero  ,  por  su  ^^rüciosa  é 
„  inefable  piedad.  Conviene 
„  pues  ,  que  nos  gocemos 
^,  coa  alegría  espiritual, que- 
„  ri- 


I 


mos  con 


ánimos  devotos 
á   quienes  con 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra.  4 1 1 
ridos  mios ,  y  nos  alegre-  ria  de  su  siervo.  En  el  Ar- 
chivo del  referido  Monaste- 
rio existe  un  Códice  Gótico 
del  siglo  13.  en  que  se  leen 
siete  de  aquellos  prodigios 
que  obró  el  Señor  con  los 
que  imploraron  el  patroci- 
nio del  Santo  ;  y  tres  de  los 
mismos  se  mencionan  en  el 
Oficio  proprio  que  los  Mon- 
ges  de  S.  Millán  han  acos- 
tumbrado rezar  en  la  fies- 
ta de  la  traslación.  De  am-- 
bas  cosas  se  me  ha  remitid» 
copia  ,  la  que  se  hallará  en 
el  Apéndice  del  tomo  pre- 
sente después  de  la  Historia 
latina  ,  que  de  la  misma 
traslación  compuso  Grimoal- 
do  Escritor  coetáneo  ,  y 
aun  testigo  ocular  de  los 
sucesos  que  refiere. 

6  El  cuerpo  de  S,  Feli" 
ees  dice  Sandoval  en  el  fol. 
33.  de  la  fund.  del  Monaste- 
rio dicho,  está  agora  junto 
al  de  S.  Millán  ,  metido  en 
una  arca  de  plata  ,  que  ten- 
drá de  largo  vara  y  quarta, 
y  de  alto  siete  ochavas ,  con 
seis  figuras  de  plata  sobre- 
dorada de  cada  parte ,  y 
cada  quatro  quadros  de  figu- 
ras de  marfil ,  que  la  una 
parece  al  Salvador  con  sus 
Apostóles  ,  y  en  la  otra  de 
la  Cena ;  en  la  otra  de  la 
Fflf  3  ea- 


„  nosotros    , 

„  clara  lumbre  de  mérito, 
„  la  presencia  de  tan  gran- 
„  des  y  sagrados  cuerpos 
„  nuestros  patrones  tubo 
„  por  bien  de  sublimar ,  hon- 
„  rar  y  decorar  :  de  forma, 
„  que  con  los  mismos  pa- 
„  trones  nuestros  merezca- 
„  mos  llegar  á  los  gozos  de 
„  la  bienaventuranza.  Dan- 
„  donos  para  esto  su  favor 
„  y  gracia  nuestro  Señor 
„  Jesu  Christo  ,  que  con  el 
„  Padre  y  el  Espíritu  Santo 
„  vive  y  reyna  por  todos  los 
„  siglos  de  los  siglos.  Amen. 
„  Fue  hecha  esta  traslación 
„  en  la  Era  mil  y  ciento  y 
„  veinte  y  ocho  ,  odavo  idus 
„  Novembrls  ,  que  es  año 
„  mil  y  noventa  á  seis  de 
„  Noviembre. 

5  Trasladado  el  cuerpo 
de  S.  Felices  desde  el  casti- 
llo de  Bilibio  al  insigne  Mo- 
nasterio de  San  Millán  ,  los 
pueblos  comarcanos  empe- 
zaron luego  á  visitar  y  ve- 
nerar sus  sagradas  Reliquias, 
y  su  devoción  se  aumentó 
y  confirmó  grandemente  por 
medio  de  algunos  célebres 
milagros  con  que  Dios  quiso 
manifestar  la  santidad  y  glo- 


41^,  EsiKiña  Sagrada* 
emrada  de  Egypto  ,  y  la 
otra  e<;  de  dos  mesas  con 
SMS  ánforas.  De 'la  otra  par- 
te del  arca  están  ochci  figu- 
ras de  largo  de  un  gemc  ca- 
da una  de  plata  sobredo- 
rada ,  qiie  parecen  de  los 
Apostóles,  cada  una  en  su 
tabernáculo  curiosaniente  la- 
brado. Está  rodeada  esta 
arca  de  piedras  de  cristal 
muy  grandes  y  buenas ,  y 
otras  pardas  y  diferentes. 
En  el  un  -frontispicio  está 
xm  quadro  á  lo  largo  de  figu- 
ras de  marfil ,  que  tiene  diez 
y'  seis  figuras.  La  una  es 
uh  Monge  revestido  ,.  pues- 
ta*  la  niario  k  un  niño '  pe- 
qMeiío  en  los-  ojos,  y  los  de- 
más están  en  pie  con  libros 
en  las  manos  ,  y  todos  tie- 
nen diademas.  En  medio 
d<^!  frontispicio  está  un  es- 
cudo pequeño  de  quatro  van- 
das  de  plata  rayadas  pe- 
queñas, y  otras  quatro  es- 
maltadas de  morado  jaspea- 
do. Sobre  el  escudo  están 
quatro  piedras  ,  las  tres  de 
cristal  y  otra  parda  de  lar- 
go medio  pulgar ,  y  launa 
de  cristal  es  mayor  que  un 
huevo  ,  y  dentro  de  ella 
e?tá  un  letrero  colorado, 
que  dice  :  Petriis  Abbas  fe- 
en  anno*  145.Í.   Por^  donde 


Trat.6^.  Cap.  19. 

parece  que  en  este  ano  se 
le  hizo  esta  arca  á  S.  Fe- 
lices ,  porque  debia  ser  muy 
vieja  la  en  que  estaba.  En 
el  otro  frontispicio  hay  otro 
quadro  á  lo  Ir.rgo  de  figu- 
ras  de  marfil  ,  de  quince 
figuras  sin  rétulo  mas  de 
que  parecen  de  Santos.  En 
medio  del  frontispicio  está 
un  escudo  esmaltado  en  cam- 
po azul  con  una  mano  cori 
manga  de  cogulla  dorada» 
asida  una  espada  desiuidn, 
y  sobre  ella  una  cruz  ce  11 
vandera  ,  que  son  las  armas 
de  S.  Mülán.  Encima  de 
este  escudo  hay  un  campo 
triangulado,  en  medio  del 
qual  está  una  piedra  de  cris- 
tal del  tamaño  de  una  ca- 
muesa ,  al  derredor  de  ella 
tres  cruces ,  cada  una  de 
cinco  piedlas  coloradas,  ver- 
des,  y  pardas.  Tiene  otras 
muchas  piedras  y  labores, 
y  un  letrero  ,  que  de  gastado 
no  se  puede  leer. 
'7  La  Villa  de  Haro, 
en  cuyo  territorio  habia  des- 
cansado el  cuerpo  de  San 
Felices  por  el  discurso  de 
ocho  siglos,  estubo  privada 
enteramente  de  sus  Reli- 
quias hr<sta  el  Reynado  de 
Felipe  III;  La  Historia  de 
la  Rioja  escrita  por  el  P.' 
An- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra*      4 1  y 
mo  ,  el  qual  puso  en  la  par- 


Anquiano   refiere  en  la  pag. 
431.  que  a!can?é  una  hacien- 
do devotas  instancias  al  R. 
P.  Fr.  Placido  Alegria  Abad 
de  S.  Millán  ,  y  que  efedi va- 
mente  se   hizo  la  traslación 
de  la  dicha  Reliquia   á  25. 
de   Junio  ,  que  es  el   dia  en 
que  la  expresada  Villa  ce- 
lebra  con    cdava    la    fiesta 
del    Santo.  Pero    yo    tengo 
en  mi  poder  copia  autentica 
de  los  instrumentos  que  tie- 
ne la  misma  Villa  relativos 
á  la  Reliquia  que  consiguió, 
por    los   quales    constan  las 
cosas  siguientes.  I.  En  el  año 
de  1605.  D.  Iñigo  Fernandez 
de   Veiasco  Conde  de  Haro, 
é   hijo  del   Condestable    de 
Castilla  y  de  León  D.  Juan 
Fernandez  de   Veiasco  ,  su- 
plicó al  R.  P.  Fr.  Hernan- 
do de  Amesqua  Abad  enton- 
ces de  S.  Milián  ,  se  sirviese 
de  dar  á  la  Villa  de  Karo 
alguna  Reliquia  especial  de 
S.  Felices  su   Patrono  ,  que 
vivió   y   murió    santamente 
en   su    Castillo    de    Bilibio. 
lí.  A   16.    de   Oélubre    del 
mismo    año  el  R.  P.   Abad 
abrió  el  arca   donde  estaba 
depositado    el    cuerpo    del 
Santo  ,  y  entresacó  un  hue- 
so del  muslo,  que  tenia  de 
largo  algo  mas  de   un  pal- 


te    superior    del    arca   coa 
otras  dos  Reliquias  menores   ^ 
para   el    uso  de  su    Monas- 
terio   y   del    de   Valvnnera, 
quedando  en  esta  disposición 
hasta    que    llegase    el    dia 
señalado  para  !a  ei^trega.  IIT. 
A  6.  de  Noviembre  del  mis- 
mo año  ,  que  era  Domingo, 
y    dia  en   que  la    Villa  di 
S.  Mi'lán  celebraba  la  fies-' 
ta   de    S.   FeUces  ,  se  cartó 
con  gran  solemnidad  la  Mi- 
sa ,  á  que  asistieron  los  Mon- 
ges  del    Monasterio  ,    casi 
todos  los   feligreses  de  S-m 
Millán  ,  y    en    nombre  del 
Cabildo  de  Haro  Diego  de 
Herrera  ,  y  Juan  González 
de  Guevara  ,  Beneficiados  de 
esta  Villa  ,  y  por  el  Ayun- 
tamiento de  la  misma  Fran- 
cisco González  Regidor ,  D. 
Juan  de  OllauriFuenmayor, 
el   Capitán    D.    Sancho  de 
Londoño  Porcejana  ,  Pedro 
de  Fuelles  y  Sancho  Velez 
de  Salcedo  vecinos  de  ella. 
IV.  Cantada  la  Misa  el  R.  P. 
Abad  ,  hizo  una  platica  es- 
piritual ,  y  en  ella  declaró, 
que  él  y  todo  su  P^lonaste- 
rio    habia  venido-  en   dar  á 
la  Villa  de  Haro  una  Relip- 
quia    principal   por   las  ins-í^'' 
tancias  del  Conde  D.  Iñig;o' 
Fer- 


4 1 4      España  Sagrada,  Trat,  6^.  Cap,  1 9. 
Fernandez  de  Vclasco,  y  de     ca  el    Licenciado    Oribe  y 


su  Cabildo  y  Ayuntamien- 
,  to  ,  y  porque  parecia  justo 
lio  careciese  de  tal  prenda 
un  pueblo  en  cuya  jurisdic- 
ción habia  vivido  el  Santo 
hasta  su  preciosa  muerte. 
V.  El  mismo  Abad  sacó 
luego  del  arca  el  hueso  del 
muslo,  que  adorado  por  to- 
dos los  circunstantes  can- 
tándose entretanto  el  Te 
Deum ,  y  llevado  en  proce- 
sión ,  fue  depositado  en  un 
pequeño  cofre  ,  con  el  qual 
se  puso  en  una  arca  ,  que 
para  este  efe¿to  y  el  de 
conducir  á  Haro  la  Reliquia 
estaba  prevenida  en  la  Sa- 
cristia  del  Monasterio.  VI. 
En  el  dia  siguiente  que  fue 
7.  de  Noviembre  entre  siete 
y  ocho  de  la  mañana  se  sacó 
la  Reliquia  fuera  del  Monas- 
terio con  gran  solemnidad, 
y  habiendo  llegado  con  ella 
los  referidos  vecinos  de  Ha- 
ro á  el  termino  que  llaman 
de  la  Serna,  esperaron  allí 
una  procesión  que  salió  de 
la  Iglesia  de  la  Vega  ,  com- 
puesta de  toda  la  Clerecía 
de  la  dicha  Villa  ,  y  de  la 
Comunidad  de  Religiosos 
Agustinos  ,  y  de  otras  mu- 
chas personas  ;  y  tomando 
devota  y  alegremente  el  ar- 


D.  Martin  Ruiz  de  Lariz 
Beneficiados  ,  y  dos  Religio- 
sos de  la  expresada  Orden, 
la  llevaron  en  forma  de  pro- 
cesión y  con  música  á  la 
referida  Iglesia  de  nuestra 
Señora  de  la  Vega.  VIL  En 
esta  misma  Iglesia  estubo 
depositada  la  santa  Reliquia 
hasta  el  dia  25.  de  Junio 
de  16J7.  en  que  se  trasla- 
dó á  ia  Parroquia  principal 
de  Santo  Thomás  x\postol, 
donde  está  colocada  en  el 
altar  dedicado  al  nombre 
del  glorioso  San  Felices 
Maestro  de  San  Millán  y 
Patrono  ilustre  de  Haro  ,  á 
quien  en  este  mismo  dia  se 
le  "hace  fiesta  con  el  júbilo 
y  aféelo  que  se  debe  á  tan 
insigne  protedor  y  vecino 
de  aquella  noble  Villa. 

San  Millán  de  la  CogoUa, 

I  Aunque  el  lugar  de 
Verceo  ,  patria  del  insigne 
Confesor  de  Christo  S.  Mi- 
llán ,  y  el  sitio  de  su  famo- 
so Monasterio  se  compre- 
henden  en  la  Rioja  ,  y  en 
tierra  de  la  Diócesis  de  Ca- 
lahorra ,  desde  que  los  Re- 
yes de  Navarra  echaron  los 
Moros  de  toda  esta  provin- 
cia. 


Santos  del  Obispa 
cía  ,  es  indubitable  ,  que  en 
los  siglos  anteriores  á  la  ve- 
nida de  estos  Barbaros  per- 
teneció al  Obispado  de  Ta- 
razona  todo  aquel  territorio, 
como  proprio  entonces  de  la 
región  Celtiberia  ,  la  qual  se 
extendía  por  los  montes  Idu- 
bedas ,  que  en  aquella  par- 
te se  digeron  Distercios.  Ha- 
ré demostración  de  esta  ver- 
dad en  el  tomo ,  que  cor- 
responderá k  la  ilustración 
de  las  antigüedades  de  la 
Santa  Iglesia  Turiasonense, 
contentándome  por  ahora 
con  reproducir  el  testimo- 
nio de  S.  Braulio  ,  que  dice 
con  la  nriayor  expresión,  que 
S.  Miilán  era  subdito  de  üi- 
dimo  ,  Obispo  de  Tara^ona, 
quien  cerno  á  tal  le  ordenó 
y  compelió  á  que  admitiese 
el  Curato  de  Verceo  ,  de 
que  después  le  privó  tam- 
bién por  testimonios  falsos 
de  algunos  Clérigos  de  su 
Iglesia  :  Didimo  etiam  ,  qui 
tum  Poíitijicatus  gerebat  in 
Tyrasona  ministerium..,  in- 
sequitur  hominem  ordini  Ec- 
clesiastico  volens  ivserere 
ejus  quippe  erat  in  Dicece- 
si..,  tándem  coaElus  est  che  • 
diré  ,  qua  prcpter  in  FccJe- 
siaVergeoii  Vreshyteri  est 
fui  dlus  cfficiQ»  Pertenecien- 


do ie  Calahorra,      4  t  5 

do  pues  todas  las  memorias 
de  S.  Miilán  ,  relativas  asi  al 
tiempo  de  su  vida  ,  como 
al  que  pasó  hasta  la  con- 
quista de  la  Rioja  ,  á  la  Dió- 
cesis de  Tarazona  ,  sería  co- 
locarías fuera  del  lugar  que 
se  las  debe  ,  si  tratara  de 
ellas  en  el  tomo  presente, 
reducido  al  estado  antiguo 
de  la  Iglesia  de  Calahorra, 
Asi  que  las  glorias  ,  que  re- 
sultan del  Santo  y  de  su  Mo-' 
nasterio,  deberán  distribuir- 
se de  m.odo ,  que  las  anti- 
guas ilustren  a!  Obispado  de 
Tarazona  ,  y  las  modernas 
al  de  Calahorra  ,  como  se 
hará  á  su  tiempo  con  el  fa- 
vor divino. 

AD  VEB  TE  NCI  A 

schre  la  patria  de  las  San- 
tas    Virgines   y   Martyres 
Nunilo  y  Alodia  ,  ctiya  vi- 
da y  niartyrio  se  remite 
d  otro  lugar, 

2  No  puede  ofrecerse 
egemplo  mas  claro  de  las 
variaciones  ,  que  con  el  dis- 
curso de  los  tiempos  han 
tenido  ios  nombres  de  los 
pueblos  de  España  ,  que  la 
mudanza  ,  que  notamos  en 
el  nombre  del  territorio  y 
población ,  en  que  nacieron 
Jas 


4 1 6  España  Sagrada^ 
las  Santas  Vírgenes  y  Mar- 
tyres  Nunilo  y  Alodia.  Las 
lecciones  de  los  Breviari.s 
antigaos  ,  que  por  no  haber 
noticia  del  Memorial  de  San 
Eulogio  ,  primer  Escritor 
del  martyrio  de  las  Santas, 
se  tomaron  de  un  Santoral 
antiquísimo  del  Monasterio 
de  Cárdena,  que  por  man- 
dado de  Felipe  11.  trajo  Am- 
brosio de  Morales  al  del  Es- 
curial  ,  señalan  el  lugar  del 
nacimiento  con  toda  la  exac  • 
titud  é  individualidad  ,  que 
era  menester  para  la  noti- 
cia de  los  venideros.  Acci- 
dit  autem  in  territorio  Ber- 
betano  juxta  antiquissimum 
locum  ,  qui  dicitur  Castro 
Bígeti  in  f^ilhi  Abosca  esse 
d'ias  germanas  ,  Se.  Pero 
fejtos  nombres  son  ya  tan 
desconocidos  ,  qae  por  ellos 
solos  no  se  puede  esperar 
el  conocimiento  del  sitio  ,  en 
que  las  Santas  hermanas  na- 
cieron y  habitaron  hasta  su 
glorioso  transito.  Yo  á  lo 
menos  he  puesto  la  mayor 
diligencia  en  descubrir  el 
significado  proprio  de  las  vo- 
ces Berhetano  ,  Castro  Bi- 
geti ,  y  A'josca  ,  pero  ni  en 
las  Historias  ,  ni  en  las  Es- 
crituras antiguas  he  hallado 
usados    estos   nombres  ,   de 


Trat.  69.  Cap.  19. 
manera  ,  que  sin  otros  prin- 
cipios se  pueda  conocer  su 
situación.  Esto  mismo  suce- 
de con  los  que  se  leen  en 
el  Memorial  de  S.  Eulogio 
impreso  por  Morales  ,  cuyo 
texto  dice  asi  :  Igitw  refe- 
rente viro  sanciisslmo  Ve- 
nerio  Complutensi  Episcopo 
dldicimus  ,  in  urbe  Busca 
apud  oppidum  Barbitanum 
duas  sórores  vir^^ines  fuis- 
se  ,  quarnm  una  Nunilo  ,  al- 
tera vocabatur  Alodia  ,  pa- 
ire quide>n  gentili  ^  matre  ve- 
ro christiana  pro^enitas.  He 
aqui  tenemos  una  Ciudad  lla- 
mada Bjsca  ,  y  un  pueblo 
cercano  á  ella  con  el  nom- 
bre de  Barbitano  ,  de  que  no 
hay  noticia  en  otras  memo- 
rias ,  siendo  por  esta  causí 
difícil  la  reducción  de  estas 
poblaciones.  Reconocieron 
esta  grave  dificultad  los  Es- 
critores de  la  Nación  ,  que 
trataron  de  las  Santas  ,  por 
lo  qae  se  vieron  ea  la  nece- 
sidai  de  inquirir  y  descu- 
brir otros  vestigios  ,  de  los 
quales  pudiesen  colegir  la 
patria  de  las  Santas  Nunilo  y 
Alodia  ,  y  el  lugar  en  que 
fueron  martyrizadas.  Los 
que  encontraron  en  la  Rio - 
ja  fueron  en  su  concepto  tan 
claros  y  evidentes  ,  que  se 
per- 


Santos  del  Obispa 
persuadieron  ,  que  no  debían 
ponerse  en  otra  región  los 
pueblos  expresados  por  San 
Eulogio  y  el  Autor  de  las 
Adas  del  Códice  de  Carde- 
ña  ;  Y  poi"  tíinto  vinieron  los 
mas  a  escribir  ,  que  las  refe- 
ridas Santas  nacieron  y  vi- 
vieron en  dicho  territorio. 

3  Ambrosio  de  Morales 
en  las  Notas  al  lib.  2.  de 
S.  Eulogio  dice  ,  que  es  cosa 
cierta  é  indubitable  que  las 
Santas  padecieron  cerca  de 
Kágera  en  un  pueblo  que 
hoy  se  llama  Castroviejo, 
porque  alli  se  muestra  el  se- 
pulcro de  las  benditas  Mar- 
tyres  ,  y  se  hallan  otras  hue- 
llas ,  que  conservan  la  me- 
moria antigua  de  su  pasión, 
esmerándose  también  toda 
la  comarca  en  venerarlas 
como  á  naturales  de  aquel 
pais ,  y  criadas  en  él  hasta 
su  dichosa  muerte.  Lo  mis- 
mo escribe  en  el  lib.  13. 
de  su  Chronica  cap.  44. 
donde  habiendo  advertido 
la  gran  variedad  que  se 
nota  en  los  Breviarios ,  San- 
torales ,  y  en  el  Códice  de  S. 
Eulogio  acerca  de  los  nom- 
bres de  los  pueblos  ,  dice: 
To  me  c(ct:qo  d  lo  cierto 
y  manifiesto ,  para  verificar 
de  alii  como  mejor  se  pue- 


do  de  Calahorra,  /\ij 
de  lo  demás.  Lo  cierto  ,  y 
en  que  parece  no  puede  ha- 
ber duda  es  ,  que  estas  San- 
tas padecieron  en  el  lugar 
llamado  Castroviejo  cerca 
de  Nágera  ,  porque  alli  se 
ha  conservado  la  memoria 
de  unos  en  otros  ,  sin  que 
se  le  halle  principio:  mos- 
trándose el  lugar  de  su  mar- 
tyrio  ,  y  sepultura  ,  y  reve- 
renciándose aquellos  lugares 
por  lo  que  son  ,  y  las  San- 
tas como  naturales,  y  patro- 
nas  verdaderas  de  su  tierra. 
Y  los  nombres  Urbevetano, 
y  Castro  Bigeti  que  en  los 
Breviarios  ,  y  en  algunos 
Santorales  ,  y  en  el  de  San 
Pedro  de  Cárdena  se  leen, 
lo  confirman  mas,pues  mani- 
fiestamente ,  aunque  con  al- 
guna corrupción,  significan  á 
Castroviejo. 

4  Los  mismos  vestigio?, . 
que  reconoció  Morales  cer- 
ca de  Kágera,  persuadieron 
tambijn  á  otros  Autores  que 
le  precedieron  ,  que  el  ter- 
ritorio del  nacimiento ,  y 
martyrio  de  estas  Santas, 
fue  el  que  está  cercano  á  la 
Ciudad  de  Nágera.  El  Ar- 
cediano de  Ronda  D.  Loren? 
ZQ  de,  PadUb  eríteadió  par 
los  noíiibr-es  Barbituao  óBer- 
betano  la  Bureba-i  la  que  él 

f\  a<r  fivo 


4 1 8      España  Sagrada, 

extiende  hasta  el  pueblo  lla- 
mado antiguamente  Bosca 
cerca  de  Ca-  troviejo  ,  don- 
de dice  habitaban  las  dos 
bienaventuradas  hermanas 
Nunilo  y  Alodia.  igualmente 
Vaseo  pone  á  Bosca  cerca 
de  Nágera:  ín  oppido  Bos- 
ca prope  Nageraui  pro  as- 
ser  en  da  fide  Christi  ^ladio 
percussíB  sunt  tnense  O&o- 
bri  sórores  german(?  Nu- 
vUh  ¿5*  ^-Ihdia.  Siguieron 
á  estos  después  ,  Garibay, 
Marieta  ,  Mariana  ,  Sando- 
val  .  Biiliet  y  otros  muc- 
hos. 

S  El  P.  Anguiano  natu- 
ral de  e^ta  parte  de  la  Rio- 
ja  particulariza  con  mucha 
individualidad  losrastios  que 
se  conservan  cerca  de  Ná- 
gera del  maityriü  de  las  San- 
tas. Qu;inio  al  nacimiento 
establece ,  que  fue  en  Reza- 
res pueblo  llamado  Bosca 
bajo  el  dominio  de  los  Ara- 
bes  ,  ácnáQ  desde  tiempo 
inmemorial  celebr^jn  su  fies- 
ta el  dia  27.  de  Oéiubre  con 
pioccsion  y  gran  solemni- 
dad. En  la  Iglesia  Parroquial 
de  esta  Villa  tienen  altar 
dedicado  á  las  Santas  ,  y 
Jas  mugeres  acostumbran 
llamarse  Nunilos  y  Alodias, 
y  lo  mismo  oucede  en  Cui- 


Trat,  69.  Cap,  1 9. 
troviejo.  En  este  pueblo 
es  tan  constante  la  tradición 
de  que  padecieron  aqui  su 
martyrio  ,  que  hasta  los  ni- 
ños ,  dice  ,  muestran  los  si- 
tios donde  las  degollaron, 
y  por  donde  las  arrastraron, 
y  el  hoyo  donde  fueron  se- 
pultadas. El  sitio  donde  fue- 
ron degolladas  se  llamó  anti- 
guamente las  Pureas,  como 
se  lee  en  los  Breviarios,  y 
este  nombre  se  conserva  en 
la  parte  que  se  dice  los  Hor^ 
cajos.  Mantieaese  también 
el  pozo  donde  las  echaron, 
y  cerca  de  él  hay  una  fuen- 
te que  llaman  de  Santa  Nu- 
nilo y  Alodia  ,  y  junto  á  ia 
fuente  hay  una  Eimita  de 
las  n.ismas  Santas ,  adonde 
acuden  las  Villas  de  Beza- 
res  y  Castroviejo  á  cele- 
brar la  fiesta  en  el  dicho 
dia  27.  de  üélubre.  Además 
de  esto  hay  un  pequeño  ar- 
royo ,  que  baja  desde  las 
Pureas,  hoy  Horcajos  ,  h.asta 
el  referido  pozo  dondt  fue- 
ron arrojadas  ,  y  -sus  cuer- 
pos escondidos ,  al  qijai  11a- 
mian  los  naturales  ei  barran- 
co de  las  Santas  Nunilo  y 
Alodia  á  causa  de  haber  sido 
arrastradas  por  é!. 

6       Oa    testimonio    del 

culto    antiguo  ,    que    estas 

Mar- 


Santos  del  Obispado  de  Calahorra,  4 1 9 
Martyres  tubíeron  en  este  les  Misa  el  dia  de  su  Fies- 
pais ,  el  Monasterio  que  se 
consagró  á  su  nombre  poco 
tiempo  después  de  su  mar- 
tyrio.  Hacese  memoria  de  él 
en  la  carta  de  fundación  ó 
testamento  del  Rey  D.  Gar- 
cía hecho  en  favor  de  su 
insigne  Monasterio  de  Santa 
María  de  Nágera  en  el  año 
de  1052.  Yepes  confiesa, 
que  no  se  sabía  con  distin- 
ción su  determinado  sitio; 
pero  advierte  ,  que  estaba 
cerca  de  Nágera  ,  como  se 
colige  de  !a  escritura  citada, 
en  que  mencionando  el  Rey 
las  heredades  que  donaba  á 
su  nuevo  Monasterio  perte- 
necientes al  territorio  de 
esta  Ciudad,  pone  entre  ellas: 
Híereditatem  Satidtarum  Nu- 
milonis  ,  &  Alodice,  Argaiz 
escribe  que  estaba  situado 
entre  los  lugares  de  Castro 
viejo  y  Bezares  dos  leguas 
de  Nágera  ,  en  el  sitio  que 
llaman  los  Horcajos  ,  y  que 
al  presente  está  destruido, 
y  reducido  á  una  Ermita 
de  los  vecinos  de  Bezares, 
los  quales,  dice,  tienen  por 
sus  naturales  aquellas  San- 
tas ,  acudiendo  con  su  Vica- 
rio que  es  Monge  ,  puesto 
por  los  Abades  de  Santa 
Maria  la  Real ,  para  decir- 


ta. 

7     Todos  estos  vestigios, 
que  se  hallan  en    la  Rioja, 
muestran    al    parecer    con 
evidencia    la  verdad    de  lo 
que  estableció   Morales  poc 
cosa    cierta    y    averiguada 
sobre  los  lugares  del   Naci- 
miento y    Martyrio  de   las 
Santas    Nunilo  ,    y    Alodia. 
Pero  en  la  Ciudad  de  Huescii 
en    Aragón    se    encuentran 
otros    semejantes  ,  que  han 
obligado  á  muchos   Escrito* 
res  á  sostener  que  las  San* 
tas  nacieron  en  la  Villa  de 
Adahuesca  ,  y    padecieron 
en  la  expresada  Ciudad.  Yo 
podría  contentar  fácilmente 
á  los  Riojanos  y  Aragoneses, 
partes    interesadas   en    este 
asunto ,  si  tubiera  por  ver- 
daderoel  didamen  del  Abad 
de  S.  Juan  de  la  Peña  Don 
Juan  Briz,  que  en  el  lib.  i. 
de  la  Hist.   de    su  Monast. 
cap.    41.   dice   que  las   dos 
Martyres  de  la  Rioja,  aun- 
que del  mismo  nombre  ,  son 
diferentes  de  las  Oscenses, 
porque  los  cuerpos  de  aque- 
llas se  veneran  en  ia  Italia 
en  la  Ciudad  de  Bolonia,  y 
los  de  estas  fueron  tralada- 
dos  desde  Huesca  á  S.  Sal- 
dor  de  Leyre  por  Iñigo 
Ggg  1  Aris- 


4^0  España  Sagrada. 
Arista  ,  como  consta  de  los 
Privilesi.)s  y  memorias  de 
este  Monasterio.  Mas  sin 
embarco  d  j  que  algunos  Au- 
tores afirman  la  traslación 
de  las  Reliquias  de  Santa 
Nunilo  y  AloJia  á  Italia  ,  y 
por  este  medio  se  podría 
sentenciar  en  favor  de  am- 
bas partes  ,  el  amor  á  la 
verdad  ,  y  el  desinterés  con 
que  debo  examinar  las  no- 
ticias de  nuestra  Historia 
sagrada,  y  que  he  procura- 
do observar  inviolablemen- 
te hasta  aquí,  me  obligan 
á  decir  ,  que  no  se  conocen 
sino  dos  Santas  de  aquellos 
nombres ,  y  que  estas  fue- 
ron naturales  de  Aragón,  y 
padecieron  en  la  Ciudad  de 
Huesca  ,  como  evidenciaré 
en  el  tratado  de  esta  Santa 
Iglesia.  Por  ahora  me  bas- 


Trat.  6^  Cap,  i  o. 
ta  hacer  preserite  ,  que  el 
original  de  S.  Eulogio  no 
lee  Basca  sino  Osea  como 
confiesa  Mora' es :  que  las 
Adas  del  antiquísimo  Códice 
del  Monasterio  de  Cardona 
pone  también  en  Huesca  el 
Marryrio  ,  y  del  misma 
modo  todos  los  Martyrolo- 
gios  que  las  mencionan.  De 
todo  lo  qual  escribiré  larga- 
mente con  el  favor  de  Dios 
en  el  referido  tratado  ,  adon- 
de debo  remitir  este  asun- 
to ,  como  á  su  proprio  lu- 
gar ,  bastando  haber  hecho 
aqui  esta  advertencia  ,  para 
que  nadie  estrañe  mi  silen- 
cio acerca  de  estas  Santas 
ilustres  ,  que  muchos  Auto- 
res atribuyen  al  Obispado 
de  Calahorra  y  territorio 
de  la  Rioja. 


APEN- 


APÉNDICES. 
I. 

AURELII    PRUDENTII 

HYMNUS. 

FASSIO  SS.  EMETERII  ET  CHELIDONII, 

Calagurritanorum  Martyrum, 

S Cripta  sunt  cáelo  duorum  martyrum  vocabula, 
Aureis  quae  Chrístus  illic  adnotavil  litteris: 
Sanguinis  notis  eadem  scripta  terris  tradidit. 

Pollet  hoc  felix  per  orbem  térra  Hibera  stemmate: 
Hic  locus  dignus  tenendis  ossibus  visus  Deo, 
Qui  beatorum  pudicus  esset  hospes  corpcrum. 

Hic  calentes  hausit  undas  caede  tínétus  duplici: 
Inlitas  cruore  sando  nunc  arenas  incolse 
Confrequentant  obsecrantes  voce  ,  votis ,  muñere. 

Exteri  necnon  &  orbis  huc  colonus  advenit: 
Fama  nam  térras  in  omnes  percucurrit  proditrix, 
Hic  patronos  esse  mundi ,  quos  precantes  ambiant. 

Nemo  puras  hic  rogando  frustra  congessit  preces: 
Laetus  iiinc  tersis  revertit  suppiicator  fletibus, 
Omne  ,  quod  justum  poposcit ,  impetratum  sentiens. 
Tanta  pro  nostris  periclis  cura  suffragantium  est: 
Non  sinunt ,  inane  ut  ullus  voce  murmur  fuderit: 
Audiunt  ,  statimque  ad  aurem  Regis  seterni  fcrunt. 

Inde  larga  fcnte  ab  ipso  dona  terris  influunt, 
Supplicum  causas  petitis  quae  medelis  inrigant, 
Nil  suls  bonus  negavit  Christus  umquam  testibus: 
Testibus ,  quos  nec  caten^  ,  dur^  j^ec  mors  termit 

Uni- 


42  2  "España  Sagrada, 

Uiiicum  Deuní  fateri  sanguinis  dispendio; 
Singuinis  sed  tale  damnum  lux  rependit  longior. 

Hoc  genus  inortis  decorum  est  ,  hoc  probis  dignutn  virís: 
Membra  morbis  exedeiida  ,  texta  vetiis  languidis, 
Hostico  donare  ferro  ,  tnorte  &  hostem  vincere. 

Pulchra  res  \tium  siib  ense  persecutoris  pati: 
NobiÜs  per  vulnus  atnplum  porta  justis  panditur, 
Lota  mens  in  fonte  rubro  sede  cordis  exsilit. 

Nec  rudem  cradi  laboris  ante  vitam  duxerant 
Milites ,  quos  ad  perenne  cingLilum  Christus  vocat: 
Su?ta  virtus  bello  &  annis ,  militat  sacrariis. 

Cssaris  vexiüa  linqaunt  ,  elig mt  signum  crucis: 
Proque  ventosis  draconum,  quos  gerebant  ,  palliis 
Pr.eferant  insigne  lignum  »  quod  draconem  subdidit. 

Vile  censent ,  expeditis  ferré  dextris  spicula, 
Machinis  murum  ferire  ,  castra  fossis  cingere. 
Lupias  manus  cruentis  inquinare  stragibus. 

Forte  tune  atrox  s€cundos  Israelis  posteros 
D-i¿tor  aulae  mundialis  iré  ad  aram  jusserat, 
Idolis  litare  nigris  ,  esse  Christi  defugas. 

Liberam  succlnda  ferro  pestis  urgebat  fidem: 
lila  virgas&  secures  ,  &  bisulcas  úngulas 
Ultro  fortis  expetebat ,  Christi  amore  interrita  . 

Carcer  inligata  duris  colla  baccis  impedit: 
Birbaras  forum  per  omne  tortor  exercet  manus: 
Veritas  crinaen  putatur  ,  vox  fidelis  pleélitur. 

Tune  &  ense  cssa  virtus  triste  percussit  solum, 
Et  rogis  ingesta  moéstis  ;  ore  flainntias  sorbuit: 
Dulce  tune  justis  cremari  ,  dulce  ferrum  perpeti. 

Hic  duorum  chara  fratrum  concalescunt  pedora, 
Fida  quo%  per  omne  tempus  junxerat  sodalitas: 
Stant  parati  ferré  ,  quidquid  sors  tulisset  ultima; 

Seu  foret  prsebenda  cervix  ad  bipennem  pubücam, 
Verberum  post  vim  crepantum  ,  post  catastas  ígneas; 
Sive  pardis  ofFerendum   pedus  ,  aut  leonibus. 

Nosne  Christo  procreati  mammonie  dicabimyr? 
Et  Del  formam  gerentes  scfviemus  síeculol 

Ab- 


Apéndices.  I.  423 

Absit ,  ut  caelestis  ignis  se  tenebris  misceat. 

Sit  satis  ,  quod  capta  primo  vita  sub  chirographo 
Debitum  persolvit  omne  ,  funíla  rebus  Cíesaris: 
Tempus  est  Deo  rependi  ,  quidquid  est  pTOpriiim  Dei. 
Ite,  signorum  magistri ;  &  vos,  tribuni ,  absistite. 
Áureos  auferte  torques  ,  sauciorum  praemia; 
Clara  nos  hinc  angelorum  jam  vocant  stipendia. 
Christus  illic  candidatis  praesidet  cohortibus: 
Et  throno  regnans  ab  alto ,  damnat  infames  déos; 
Vosque  qui  ridenda  vobis  monstra  divos  fingitis. 

Haec  loquentes  obruuntur  mille  poenis  martyres: 
Nexibus  manus  utrasque  flexus  involvit  rigor, 
Et  calybs  attrita  colla  gravibus  ambit  circulis. 

O  vetustatis  silentis  obsoleta  oblivio! 
Invidentur  ista  nobis ,  fama^í  ipsa  extínguitur, 
Chartulas  blasphemus  olim  nam  satelles  abstulít, 

Ne  tenacibus  libellis  erudita  saecula 
Ordincni ,  tcrppus  ,  motumque  passionis  proditum, 
Dulcibus  linguis  per  aures  posterorum  spargerent. 

Hoc  tamen  solum  vetusta  subtrahunt  silentia, 
Jugihus  longum  catenis  an  capillum  paverint; 
Quo  viros  dolore  tortor  ,  quave  pompa  ornaverit: 

Illa  laus  occulta  non  est ,  nec  senescit  temporC; 
Missa  quod  sursum  per  auras  evolarunt  muñera, 
Qudd  viam  patere  casli  prsemicando  ostenderent, 

íllius  fidem  figurans  nube  ftrtur  annulus; 
ílic  sui  dat  piguus  cris  ,  ut  feri^nt ,  orarium: 
Q:jse  superno  rapta /flatu   lucís  intiant  intimum. 

Fer  poli  líquentis  axtm  fulgor  auri  ab.scondítur: 
Ac  diu  visum  sequacem  ttxtilis  candor  fugit; 
Subvehumur  usque  in  astra  ,  nec  videníur  amplius. 

Vidit  hoc  ccnventus  adstans ,  ipse  vidit  carnifex; 
Et  manum  repressit  haerens ,  ac  síupore  oppalluit: 
Sed  tamen  peregit  i<ítum  ,  ne  periret  gloria. 

Jamne  credis  ,  bruta  quondam  Vasconum  gentilitas, 
Quam  sacrum  crudelis  error  immolarit  sanguinem? 
Cieuis  in  Deum  relatos  bostiaium  spiritus? 

Cer- 


424  España  Sagrada, 

Cerne  ,  quam  palam  feroces  hic  doinantiir  daeínoues, 
Qui  lupino  rapta  ritu  devorant  pr¿ecordia: 
Strangülant  mentes  &  ipsas  ,  seque  miscent  sensibiis. 

Tune  ,  suo  jam   plenus  hostc  ,  sistitur  furens  homo: 
Spumeas  eftlans  salivas  ,  cruda  torquens  lumina, 
Expiandus  quGcstione  non  suoruna  criminum. 

Audias  ,  nec  tortor  instat ,  ejulatus  flébiles: 
Scinditur  per  flagra  corpus  ,  nec  flagellum  cernitur: 
Crescit  &  suspensas  ipse  vinculis  latentibus. 

His  modis  spurcum  latronem  martyrum  virtus  quatit: 
H^ec  coercet ,  torquet  ,  urit,  haec  catenas  incutit: 
Prsedo  vexatus  relidis  se  meduUis  exuit. 

Linquit  inlsesam  rapinam  ,  faucibus  siccis  fugit, 
Ungue  ab  imo  usque  ad  capilhini  salva  reddit  omnia, 
Confitens  arderé  sese  ,  nam  gehenn^e  est  Íncola. 

Quid  loquar  ,  purgata  longis  alba  morbis  corpora? 
Algidus  quum  decoloros  horror  artus  concutit: 
Hic  tumor  vultum  relinquit  ,  hic  color  verus  redit, 

Hoc  bonum  Salvator  ipse  ,  quo  fruamur  ^  praestitit: 
Martyrum  quum  membra  nostro  consecravit  oppido, 
Süspitant  qu3e  nunc  colonos  ,  quos  Hiberus  adluit. 

State  nunc,  hymnite  ,  matres  ,  pro  receptis  parvulis, 
Conjugum  salute  laeta  vox  maritarum  strepat: 
Sit  dies  tiíec  festa  nobis,  sit  sacratum  gaudium. 


HYM- 


Apéndice  I,  425 

HYMNUS 

De  loco,  quo  Martyres  passi  erant,  nunc  Baptisterium 
est  Calagurri. 

ELeclus  Christo  locus  est ,  ubi  co-da  probata 
Provehat  ad  caelum  sanguine,  purget  aqua 
Hic  dúo  purpureum ,  Domini  pro  nomine  caesi, 

Martyrium   pulchra  morte  tulere  viri. 
Hic  etiam  liquido   ñuit  indulgentia  fonte, 

Ac  veteres  maculas   diluit  amne  novo. 
Qui  cupit  aeternum  cseli  conscendere   regnum, 

Huc  veniat  sitiens :  ecce  parata  vía  est. 
Ante  coronati  scandebant  ardua  testes 

Atria ,  nunc  lotae  celsa  petunt  animae. 
Spiritus  sstherio  solitus  descenderé  lapsu, 

Ut  dederat  palmam  ,  sic  tribuit  veniam. 
Haurit  térra  sacros  ,  aut  fonte  ,  aut  sanguine  rores, 

Exundatque  suo  jugiter  uda  Deo. 
Ipse  loci  est  Dominus  :  laterum  cui  vulnere  utroque 

Hinc  crúor    effusus  fluxit,  &  inde  látex. 
Ibitis  hinc  ,  ut  quisque  potest ,  per  vulnera  Christi: 

Evc¿tus  gladiis  aiter  ,  6c  alter  aquis. 


Tom.  XXÁ'IIL  Hhii  AC- 


42Í  Es  paña  Sagrada. 

II. 

ACTA. 

Tsi   priscarum  antiquitatem  passionum  ,  quibus    sunt 


E 


beati   Martyres  E.iieterius  &  Celedonius   consecrati, 
gestorumque  fidem  velamen  obliteratce  oblivionis  obdiicat; 
tamen  ,  qiiia   insigne   vivax   meritorum  ,  ipso  suo   silen- 
t'o  proclamanduin,   nec  debet    latere  nec  potest ,  in  auc- 
torum  vice^n   laiis  celebrata  succedac  :  quae  etsi  mensuram 
caelestis  gloricE  sui  dignitaíe  non  implet ,  contra   invidam 
tamen   illorum   temporum   taciturnitatem  anniium   munus 
votis  solemnibus  expleat.  Quod  ,  quia  innumeris  exemplis 
de   comprobatá  eorum   dignatione    praesnmptum    est  ,   ut 
officia  obsequentis  inciperent^  quod  laudantis  merita  aequare 
non   possent ;  famulatus  iste  non  in  verbis  aestimandus  est, 
sed  in  votis.    Major  est  enim   quodammodó  imposibilita- 
tis  effeétus ,  quia  cessat  in  amore  judicium,  &  verecun- 
diae  suae  prodiga  semper  est,  ac  profusa  diledio:  quae  pos- 
se  non  cogitat  ,  dum   velle    compensar.   Pro    plenitudine 
conatus  habeatur  ,    &  sit  ausum  fuisse   perfedio  ,   dum 
asserentis  infirmitas  latet  sub  materia  dignitatum  :  &  quod 
non  potest  laudans   assequi ,  non  sibi  veretur  adscribi ,  ac 
sic  sermonem    securus  aggreditur  ,   qui   ipsius    sermonis 
magnitudine  ,  quam  praedicaturus  est,  excusatur.  Nec  sic 
omnis    liistoriae    series  invidam  abolevit   oblivionem  :  sed 
per  aetatis  ordinem  revirescens  fam'¿e  vivax  portio  pul!u- 
lavit ,  ut  facile  possit  intelligi  exinde  quod  proditur,  quám 
sit  nragnificum  ,  quod  celatur.   Exequendus  est   igitur  ordo 
rumoris,    &  laudis  admiranda  narratio :  ut  quod  in  habi- 
ta sermo  non   implet ,  in   veritate    fábula  subministret. 

Legionarios  fuisse  milites  Emetherium  &  Celedoniurn 
fama  est  ,  atque  ibidem  saecularibus  primum  stipendiis 
müitasse  ,  ubi  mine  signat  oppidum  appellatio  antiqua 
castrorum.  Et  cum  adhuc  Gallaecia  cu:ii  Tarraconensi 
pr-jvinciá  sociata  ,  Hispanice  Citerioris  haberetur  ,  feralis 
clangor  classici  gentilis  intonuit ,  qui  observantiam  nomi- 

nis 


Apéndice  11.  427 

nis  Christlani  rábida  persecutione  vexaret.  Ecce  híc  nos 
fama  destituit ,  &  pressa  insignium  faítorum  gloria  con- 
ticescit  :  sed  ipsa  sibi  decepta  probatur  oblivio  ,  dum  cre^ 
dentium  pedoribus  fides  inserit ,  quod  audientium  auribus 
taciturnitas  abnegavit.  Seu  igitur  anteadae  vitae  operibus 
proditi  ,  quia  Principi  omnium  Deo  etiam  4n  castris  s^cula- 
ribus  militarunt  ,  si  ve  repentino  sanéli  Spiritus  ardore  suc- 
censi  ,  positis  armis  mundi ,  ad  hoc  praelium  cucurrerunt; 
in  utroque  felices  ,  in  utroque  gloriosi :  qui  aut  Dominum 
a  principio  sunt  secuti ,  aut  á  Deo  ,  quo  insperata  prcemia 
mererentur  ,  sunt  eledi.  Sed  unde  hunc  fuisse  passionis 
locum  ,  cum  ab  hoc  Legionensis  civitas  longis  distet  spa- 
tiis  ,  suspicamur?  Attradosne  huc  credamus  ,  an  sponte 
venisse?  Conjeduram  sensus  in  utrumque  mittamus  ,  ut 
ubique  praeclarum  ,  &  sublime  cernamus  insigne.  Pone 
hinc  procellam  persecutionis  ,  in  fidei  naufragia  tumes- 
centis  :  ad  desiderium  fíorentis  palmae  periati  sunt ,  rumo- 
ribus  excitati.  ínter  primas  utique  dignitates  regnorum 
caelestiam  sunt  ponendí ,  qui  ad  passionem  venerunt  non 
quaesiti.  Excellentis  voti  est  inter  tormenta  prosilire  ,  ubi 
non  est  crimen  latuisse. 

Sic  credo  alter  alterum  afFatus  est  :   Diu   est  ,  frater 
carissime,  quod  in   his  vanis  hujus  síeculi  stipendiis  milita- 
mus  ,  ubi   missio  tantum  otiosa   brevissimo  caduci  tempo- 
ris  fine  conclusa  est.  Sequamur  ergo  nunc  veri  Regís  signa 
victricia.   Ecce  nunc   imminet   beilum  fidei  ,  in   quo  inest 
occasio  nobis  augendi  ordinem  miliíandi.    Veteranos  mun- 
di  tirocinium  cseleste  suscipiat  :  rejeótis  mortalibus  telis 
sumat  arma  divina  ,  quae  in    conflidibus    non   pavescant 
nec  infirmis  mucronibus  infrada  dissolvantur.  Fortius  con- 
tinuó  nos  sentiemus  esse  munitos ,  cum  signiferi  nominís 
elata  vexilla  in  hostem  ,  qui  á  nobis    vincendus  est  ,  infe- 
rentur.  ^  Firmet    pedus    intrepidum   contexta  opere    fidei 
.Jorica  virtutum  :  operiat  vulnerum  loca  opposita  spei  cus- 
tode  impenetrabili  fiducia.    Attollant  conum  gale^e  adh^- 
rentis  invicem  charitatis  ereda  fastigia  :  feriat'ubique  hos- 
tem missilibus  suis   vibrata  confessio.  Haec  sunt  munimina 

Hhh  2  sem- 


4  ^  ^  España  Sagrada, 

sempiterna  ,  hnec  veré  dilapsa  de  ceeIo  ,  pravo  interpréta- 
la erroregentilitatis  ancilia.  Et  haecquidera  dicente  uno; 
quid  tam  diu  ad  hoc  cunétaretiir  ,  sese  alius  increpavit, 
haec  referens:  Méne  diibitas  ,  frater  ,  summis  rebus  adhi- 
bere  consortem?  Sic  tibi  anteada  societate  sum  cognitus, 
ut  ad  cselestem  gloriam  videar  persuadendus  ?  Quinimo 
disruDtis  fabulis  ,  probemus  hoc  fadis  ,  &  htente.u  fidei 
hostem,  ubicumque  fuerit ,  inquiramus.  Ardeit  anirnus  iter 
a^ígredi.  Lentse  etenim  quodammodó  credulitatis  est  exhi- 
beri. 

Sed  q-.iia  eos  haélenus  sponte  huc  advenisse  traétavi- 
mus,non  existimemus  attraClos.  Uade  in  castris  seciilari- 
bas  militantes  non  idonei  visi  sunt  esse  martyrio ,  nisi  prio- 
ris  vitae  proderentnr  exemplo.  Et  quidem  ultimam  senten- 
tiae  sortem,  ibidem  potiierant  excipere  comprehensi  ;  nisi 
propter  constantiam  passionis  ,  longioribus  suppliciis  pa- 
tassent  eos  posse  superari.  Apparent  eorum  virtutrní  prae- 
clara  tamdiu  merita  ,  quibus  tana  differuntur  extrema  :  quo- 
tiens  ,  credo  ,  per  tantos  circiiitus  civitatum  ,  saeviente  cir- 
ca  eos  persecLitione  ,  siint  recursa  tormenta  ,  iteratce  vul- 
nerum  viae  ,  &  in  augmentum  doloris  saepiíis  dilata  sen- 
tentia  ,  ut  repararet  insaniam  carnificum  obduélio  cica- 
tricum.  Qüotiens,  gravius  institit  torquere  parcendo  ,  sa- 
ritas indulta  suppliciis  ,  ut  in  cruciatibus  excresceret  ,  quod 
in  cruciatione  cessaret?  Quanta  tormentorum  genera  ex- 
cogitavit  carnifex  &  ingeniosa  crudelitas  ,  ut  in  corpore 
totiens  lacerato  ,  locum  poeriae  novitas  inveniret  ?  Qüotiens 
ergo  flammis  unguhe,  qüotiens  ungulis  ñammae  successere, 
ut  &  illae  hiantes  cruorum  vías  excluderent  ,&  ista  praeu- 
stas  vulnerum  notas  resecarent?  Uno  modo  possumus  cun- 
eta invenire  ,  quod  nihil  non  á  saeviente  malí  patitur  ,  qui 
tam  diu  confitens  reservatur.  Ulud  quo  loco  ponendum  est, 
quod  temporis  illius  nemo  Martyr  alius  invenitur?  Quan- 
tum tune  credimus  ad  iram  persecutoris  adjeélum  ,  quod 
hi  tantüm ,  cundís  Deum  negantibus  ,  confitentur?  Quan- 
tis  in  eos  furoris  stimulis  Gentilitas  incumbit ,  in  quibus  pu- 
tavit  pertinaciam  ,  quod  resistunt  ?  Non  per  inultos  cru- 

de- 


Apéndice  II.  429 

deiltas  spargitur,  nec  intentb  plurimoriim  poenis  satiata 
lassatur.  Dúo  sustinent  quidquid  populis  praeparatum  est. 
Nemo  potest  mijori  vi  quaestionis  incumbere  ,  quam  qni 
vinci  se  á  paucis  existlmat  non  deberé.  Qaas  fuisse  crc- 
dimus  Ínter  hsec  tanta  supplicia  constantissimorum  Mir- 
tyrum  voces  ;  quae  c£e!estinm  signa  virtutnai ,  cum  tra¿to> 
per  carceres  ,  per  tam  prolixa  témpora  ,  non  custodiae  sqiia- 
lior  afficeret  ,  non  macies  deponeret  ,  non  pallor  faedaret, 
non  dolor  sensus  afiligeret  ,  sed  interrita  facies  &  decora, 
cassam  rabidi  furoris  insaniam  Ínter  exquisita  membro- 
rum  tonnenta  irridcret  ?  Q:iotié:is  ínter  urgentes  minas 
ex  fiducia  conitentium  ,  vox  cíelestis  adhortationis  audita 
e>t?  Quotiens  adhibentibus  liftoribas  faces ,  ígnls  testiñ- 
cans  vim   hicis  divinoe  exclaruit? 

Intelligi  sine  dnbio  potest  ,  quanta  mirabiiía  illa  tem- 
pestate  sint  fa6la  ,  quorum  prodi  in  posterum  gesta  Gen- 
tilis  expavit  invidia.  Reor  quippe  secreté  ad  socios  suos 
Judicein  ilüus  tempjris  sic  esse  locurum  :  Audite  ,  satelü- 
tes  mei :  Vidimus  ipsi  ineffanda  miracula  ;&  quamvis  cre- 
dere  nolimus  ,  iiorruimus,  Accepimus  auribus  nostris  con- 
stantium  linguaruoi  contumeliosa  convicia.  Adspeximus 
fortiores  fuisse  tortos  tortóribus ,  &  quamvis  edidis  Princi- 
pum  nostrorum  in  eorum  tormenta  ferremur  ,  cum  publi- 
co tamen  cradelitatis  rubore  cessavimus.  Lucremur  sal- 
tem  irrisionem  temporís  post  futuri.  Nulla  hoc  ae«^as  legar, 
volumina  nulla  conservent ,  ne  Christiana  fides  tali  unquam 
armetuf  exemplo,  nec  Oei  sui  gloriam  tam  clara  virtute 
magnificent.  Habeat  aliquod  persecutio  nostra  lucrum ,  si 
haec  ada  consumat   incendium. 

Quid  tibí  prodest  malitia  tua ,  stulta  &  vecors  genti- 
litas?  Noluisti  nos  scire  quodcredimus.  Minet  incorrupta 
fides  sensuum  ,  etsi  memoria  chartarum  est  sepulta  :  Deuin 
qui  coepit  nosse  ,  scit  cunda  semper  potuisse.  Illud  sané 
quod  post  datam  sententiam  capitalem  ,  visus  vulgí  plau- 
dentis  excet-it ,  subtrahere  fraus  inimica  non  valuit.  Fe- 
nint  namqiie  ad  ronsummandae  vidori^  locum  euntes  pne^ 
Via  futuri  munuris  ad  cseium  signa  misisse :  ab  uno  ora- 

ri- 


43^  España  Sagrada. 

riiim  ,  ab  alio  anniilum  obsequenti  cctheri  datum  fuisse: 
viáorÍ£eque  muñera  non  juxta  specierum  stigmatá  aestimata 
vilitate,  praecelsa  Domini  &  sedes  flatu  portante  siiscepitv 
arrhabonis  geminipraemissafercula  libenter  amplexa;ununi- 
quod  esset  fid.ei  signum  ,  aliud  favoris  indicium.  Quae  in 
conspeélu  omniuin  circunstantinm  volubili  aéris  motu  sus- 
cepta  ,  tamdiu  cunétis  miraijtibus  in  sublime  sublevata  sunt, 
doñee  penitus  liumanis  visibus  non  apparerent. 

Sálvete  ,  Christi  milites,  sálvete  par  nobile  :  &  haec  ho- 
rioris  debiti  festa  solemni  ketitia  chorus  caelestis  invisitet. 
Hanc  ergo  diem  Getulus  exul  celebrare  numquam  votis 
strenuis  impediret  ,  si  aut  consortiis  hominum  non  esset 
destituta  solitudo,  aut  quod  solitudine  pejüs  est,circum- 
fusa  barbaries.  Hoc  est  ,  quod  saevus  auferre  non  potuit 
inimicus ,  quod  sacrorum  títulos  corporum  &  adorandi 
sanguinis  impressa  vestigia,  hic  ubi  se  vicisse  arbitratus  est, 
consecravit.  Et  quidem  haec  omnia  luculentis  aliorum  ser- 
monibus  adornaada  sacrosanéti  Dei  testes  eloquentissimis 
hominum  oribus  inspirassent;  nisi  quamlibet  humilem  obla- 
tionem  parvi  muneris  reservas«ent  obsequiis  sacerdotis; 
auxiliante  Deo  Patre  cum  Jesu  Christo  ,  Filio  suo,  qui  vi- 
vit  &  regnat  in  unitate  Spiritus  Sancti  per  omnia  saecula 
SíCculorum.  Amen. 

IIL 

EX  MISSALI  MIXTO    SEU  MOZÁRABE 

juxta  regulam  Beati  Isidori, 

SIT  dies  hec  nobis  festa  fratres  :  sit  sacratum  gaudium: 
quod  cara  duorum  peétora  fratrum  :  fida  sibi  solidita- 
te  conjunta  :  &  in  caelesti  tirocinia  pompa  feücibus  ar- 
niis  instruéta  :  &  hostem  vicere  simul  &  mortem.  Nunc 
nobis  ilkid  par  nobÜe  in  precibus  Emeterius  &  Celedonius 
sufFragentur  :  qui  sibi  regnum  celorum  quesierunt  merítis 
tormentorum.  Quorum  corpora  eternis  titulis  vivacis  me- 
iriOfie,  consecrata  Calagurritana  custodie  Ecclesia.  Et  licet 

sa- 


Apéndice  III.  431 

íacrarum  passiomim  monuínenta  non  extent:  tanto  tamen 
beatissimis  Mirtyribas  plus  honois  accidit :  qúod  persecu- 
tores sui  virtutiin  prodi  gesta  timuerunt.  In  promptu  est 
enim  fidelibus  existimare  ,cujus  fuerint  passiones  ille  meri- 
ti :  quas  predicavit  gentilitas  non  publicari.  Non  illas  pa- 
ginas negligt^ncia  perdidit  :  nec  casus  abolevit.  Nec  vetus- 
tas incuriosa  corrupit  :  sed  malicia  persecutoris  invidit. 
Non  est  usitatum  profeélo  :  nec  solemne  ,  ac  simplici  per- 
aélam  passione  martyrium:  quorum  prodi  in  posterum  gen- 
tibus  formidarur  exemplum.  SeJ  prodeunt  hec  erubescen- 
tibus  exscriniis  supressa  monuiaenta  :&  fidelis  inconscia 
posterorum  fama  testatur.  Plus  quodammodo  loquens  tacen- 
do  :  &  silentii  sui  habens  testimonia  majora  quam  vocis. 
Amen, 

IN  LAT  10. 

DTgnum  &  justum  est ,  Omnipotens  Deus  noster  :  nos 
tibi  gratias  agere,  &  Jesu  Christo  Filio  tuo  Domi- 
no nostro.  Pro  cujus  confessione  beatissimi  Martyres  Eme- 
terius  &  Celedonius  relidls  feliciter  infelicibus  castris  :  ad 
nova  preüa  repente  conversi  sunt:  quos  nec  primeva  eta- 
te  fides  insinuata  perdoruit :  nec  divinorum  virtus  operum: 
nec  sacrarum  cognitio  litterarum  :  sed  k  te    nutu   abdito 
inspirati  martyrii  ardor  accendit.  Deserunt  aquilas:  vexiila 
eonvertnnt.  Projiciunt  pila  :  signa  destituunt :  &  ad  celes- 
tem  pi'ocinélum :  quem   prius    non    noverant  :   incitantur. 
Priraordia  in   tcrmims  ponunt ;  &   quod  est  finís  incipiunt: 
initiis  suis  perfeélionis  sunmim  rapiunt :  Óc  fiJem  marty- 
rii auspicaiitur.   O  veré  milites   Dei  :    quib-js  poíissimura 
visum  est  idum  excipere  :  quam  ferire.  Sanguinem  conse- 
crare :  dum  funditur.    Animam    servare  :  dum   perditur. 
Pedus  protegeré  :  dum   nudatur.  Propriis  vulneribus  cor- 
pus   hostile   perfodere.  Conseq  li  gauJia    per  dolorem  :  vi- 
étoriam  parare  per  mortem.  Vobis  ad  ista  venientibu;  ille 
celestis  militie  princeps :   á  quo  Jesu  Nave   est  conñrma- 
tus  occurrit    non   animo  sequendus   trepido  :  nec  visu  ad- 
dubitandum  incerto.  Et  agaitione  clarus  :  ¡k  nullius  mcru- 

pa- 


43^  España  Sagrada, 

pavoris  adorandiis.  Nec    interrogandus    vobis    ostenditur: 
sed  credendus.  Mérito  tam  cito  :  mérito  tam  fortiter  trium- 
phastis.  Niimquam  enim  occumbit  vidus  :  qai  sic  proce- 
dit  armatus.  Stiipet  hic  súbito  bebes  &  bruta  gentilitas  ad 
novas  acies  veteranos  milites  adveiiisse.   Mutat  stipendia: 
&  sacramenta  conversa.  Incusat  mutdta;n  fidem  fiJelis  ¡nfi- 
delitate  pérfida.  Versat   se  variis  in  diversis  coticiliis  he- 
roas  Dei   promissis  primum  ad(»ressura  :  post  penis.  Furit 
gemino  felle  accensabilis  j'idicis  :  gemuHt  sepiíis  repetita 
supplicia  :  &  reduda  sensuum  ipsorum  excruciabili  dila- 
tione   tormenta.  Ingenióse  peccantium    pene:  &  recrudes- 
centium  cicatricum  sensim  semper  recissa  vestigta.  Divisi 
per  momenta  cruciatus  :  &  misare  neces  artificii  lan^^uo- 
re  lencate.  Stridula  caten  irum  O'iera :  ceci  carceres  pro- 
funda n  pedoretu  :  excogitata   acuminum  instrumenta  :  &c 
indormitabilium  vexationum  inqaietam  quietem.  Nihil  noa 
cruentum  in  M irtyres   potuit   ii)Ferre  :  qui  suam  seviciam 
puJu't  publicare.  Qjia  novorum  Martyrum  virtus   solem- 
nitate  confessionis  excessit    furiam  persequentis.  Quamvis 
autem  cauta  versutia  memoriam  monimentorum   tentaret 
abolere  :  non   potuit  tamen  canela  subtrafiere.  Fraudantur 
annalia  :  mirabiiia  perseverant.   Delentur  pagine  :  manse- 
ra  virtutes.  Servavit  fides  majora  :  quam   perdidit.  Slqui- 
dem  post  decursas  omnium  conñiduuin  questiones:  cum  per 
ultimam  sententi  jm  ducerentur  :  tantum  videbatur  perse- 
cutoribus  ad  supplicium  :   quantum  Martyribus  ad  trium- 
phum.  In  consp^du  omnium  anulum  atque  orarium  aurls: 
ad  celum  subvehenda  misenint.  Suscipiuntur    obsequente 
flatu  :  in  favoris  divini  testimonio  fidelium  pignora  fercu- 
lorum.  Rarescunt  diu  sequentibus  o  valis  stupefacla  miracu- 
la:   &  evanescente  jam  summi  aeris  spacio:  fraudatur  ins- 
pedio  destituta.  Intrant  astrorum   secreta  dignanter  susci- 
pienda   donaría  :  non  precio  extiman  la  :  sed   mérito.  Anu- 
ius   refert  fidei   signum  ;    orarium    coafessionis  iniicium. 
Mirt/rii  minera  utraque  testata  :  iliud  cris:  iaoc  cordís. 
Qii'a  juxta  divinam  sententiam  :  &  in  corde  fides  est :  & 
ui  ore  confessio.  Hec  circa  Martyres   nostros  dignationis 

di- 


Apéndice  VI.  433 

divine  fuere  principia :  sed  nunc  manent :  eternaque  ma- 
nebiint  potiora  premia  conseciita.  Per  te  Trinitas  Deiis: 
cui  omnes  Angelí  atque  Archangeli  non  cessant  clamare: 
ita  dicentes ;  Sandus. 

IV. 
ELOGIUM 

PER    S.    GREGOR.    TURÓN. 

CAlagurris  urbs  Hispanise  Hemeterium,  Chelídoniumque 
Martyres  gestat ,  quae  saepe  ab  eorum  virtute  mira- 
cula  cernendo  ,  diversarum  segritudinura  medicamina  ca-, 
pit.  Hi  etenim  Martyres  á  persecutore  comprehensi ,  at- 
que ad  supplicium  rapti ,  dum  diversis  poenis  afficerentur, 
ob  divini  nominis  confessionem  ,  excepta  ultimae  damnatio- 
nis  sententiá,  deducuntur  ad  decoUandum.  Cumque  eorum 
capita  Helor  incideret ,  rairaculum  populis  magnum  appa- 
ruit.  Nam  unius  annulus  ,  orariumque  alterius,  nube  sus- 
ceptum  est ,  &  in  caelis  eveélum  viderunt.  Haec  omnes  qui 
aderant ,  usquequo  acies  oculorum  intendere  potuit ,  ful- 
gorem  scilicet  auri,  candoremque  lintel  ,  suspedu  seque- 
bantur  attoniti.  PrcTbet  hujus  rei  testimonlum  Aurelius  Cle- 
m^ns  in  libro  Coronarum  his  versibus  dlcens: 

lila  laus  occulta  non  est ,  nec  senescit  tempore, 
Missa  quód  sursum  per  auras  evolarunt  muñera. 
Quae  viam  patere  caeli  pra?micando  ostenderent. 
IIÜus  fidem  figurans  ,  nube  fertur  annulus: 
Hic  sui  dat  pignus  oris  ,  ut   ferunt ,  orarlum: 
Quae  superno  rapta  flatu  lucis  intrant  Intimum. 
Per  poli  liquentis  axera  fulgor  aurl  absconditur; 
Ac  diu  visum  sequacem  textllis  candor  fugit: 
Subvehuntur  usque  in  astra ,  nec  videnlur  amplius* 

,  ■     ;  ;  -  f}^   ciJív. . 

Tom.  XXXllL     " "    ' -    jii  ^x 


434  España  Sagrada, 

V. 


EX  ECCLESIM  BURGENSIS  ,  CASTELLM 

veteris  Metrópolis  .¡  Ecclesiastlcis  Tabulis, 

NOstrorum  nonnuUa  incuria  ,  sed  Ethnicorum  sumno 
scelere  Óí  malitia  fa¿lum  est ,  ut  Einiíherii  &  Cele- 
donii  fratrum  ,  Martyrum  praestantissimoruní ,  ortus  nata- 
leqiie  solum  ,  tüm  etiafn  tempus  Martyrii ,  generaque  tor- 
mentorum  (quae  memoria  á  patribus  in  filios  derivata 
tenet  füisse  attrocissima)  penitus  oblitterata  incomperta- 
que  sint.  Quippe  Consulem  illum  ,  á  quo  martyrio  suiít 
afeéli,  constantiam  eorum  miraculaque  admiratum  ,  cons- 
tat  ad  consilium  retulisse  ,  pertinere  ad  deorum  suorum 
majestatem  ,ut  Martyrum  tam  insignium  prc-econia  stupen- 
daque  miracula  perpetuo  silentio  obruerentur  ,  ne  contemp- 
tis  Gentilium  simulacris,  Christus  ubique  praedicaretur , & 
ab  ómnibus  Ciiristus  veneraretur. 

Quare  paucula  nobis  vestigia  supersunt ,  quae  pii  Scrip- 
tores  memoriae  postea  tradiderunt  :  Legionarios  scilicet 
fuisse-  milites  Emitherium  &  Celedonium  ,  atque  in  Hispa- 
nia  sub  Consolé  Romano  stipendia  fecisse,  conjedurn  p^rci- 
piturrquin  etiam  Legionem  Hispaniae  urbem  ,  á  Legione  ,  in 
quá  hi  Martyres  militarunt  ,  nomen  traxisse  :  ut ,  quae  ion- 
gam  ibi  mansionem  habuerit ,  principium  &  veluti  semina- 
rium  dederit  urbi.  Quam^vis  sint,  qui  dicant  á  Leovigildo 
Gothorum  Rege  nomen  inditum  fuisse. 

lUud  etiam  non  potuit  hominum  é  memoria  excidere: 
mutuis  cohortationibus  Sandos  Martyres  se  animasse  (natn 
utriusque  extat  oratio)  ad  deserendam  Romanorum  mili- 
tiam  ,  Christique  vidricia  signa  sequenda.  Ceterum  post- 
quam  se  Christianos  esse  professi  sunt ,  atque  Calagurium 
civitatem  deportati ,- cum  multis  diebus  sint  in  vinculis  de- 
tenti  ,  quibus  tormentis  fuerint  excruciati ,  quibus  miracu- 
lis  Consulem  ipsosque  tortores  attonitos  reddiderint  ,  ma- 


Apéndice  VI.  435 

xíma  Consulis  solertia  cautum  &  curatumest  ,  ne  in  vul- 
^,u^  prodiret.  Sed  improborum  malicia  occultare  non  va- 
Iuit,quod  in  eorum  martyrio  admiratione  máxima  cele- 
bratur.  Nam  cam  ad  supplicium  traherentur ,  capite  mox 
pledendi  Sané^i  Martyres,  signa  non  utique  vulgaria  dedé- 
re  ,  quó  illis  esset  triincatis  capitibus  demigrandum.  Al- 
ter  enioi  annuUim  projecit  ,  alter  orarium  ,  qLue  manibus 
eorum  elapsa  tanta  sunt  velocitate  sive  á  vento  ,  sive  á  nu- 
be correpta  ,  sursumqiie  delata,  ut  videntibus  cunftis  cáe- 
los momento  temporis  penetraverint ,  quorum  corpora  Ca- 
Iaguri:e,  capita  vero  in  oppido  de  Sant  Ander  CoUegiat^ 
Ecclesiá  Burgensis  Dioecesis ,  summá  hominum  veneratione 
sepulta  jacent. 

VI. 

EX   CERRATENSI    IN    FITIS   SS. 

EMeterius  &  Celedonius  apud  Legionem  urbem  milites 
militaría  stipendia  accipientes,  exurgente  persecutio- 
nis  procella  ,  pro  confessione  nominis  gratis  inimicis  Chris- 
tianse  fidei  se  obtulerunt  dicentes:  Satis  mundo  militaví- 
mus ,  jam  tempus  est  ut  mundi  Domino  militemus.  Qui 
tempti  ,  &  plurimis  afflidi  tormentis  ,  Calagurrim  usque 
perdiiííti  ,  ibi  sententia  capitali  martyrio  coronati  sunt. 
Cumque  occiderentur  ,  magnum  populis  miraculum  appa- 
ruit ;  nam  unus  orarium  prsetiosum  ,  alius  annuium  Deo 
pariter  obtulerunt,  signum  futuri  muneris  ad  caelum  praemi- 
serunt,unum  quod  esset  (*)  fidei  signum  ,  aliud  fa voris 
indicium  ,  &  cundis  qui  aderant  videntibus  nubes  ea  sus- 
cepit ,  &  in  caelum  sunt  (*):  Corpora  autem  eorum  se- 
pulta sunt  Calagurrim. 

(*)    Ms.  essent.    (*)    deesl  verhum. 


I 


43 6  España  Sagrada. 

vn. 


TRANSLATIO  CORPORUM  SANCTORUM 

qu¿e  Cardonenses    esse  credunt   Emetherii  ^ 
Celedona  Martyrum  Calagurritanomm, 

IN  nomine  Sandíe  Trinitatis  &  indi viduae  Uní tatís,Patris 
&  Filii  &  Spiritus  Sandi.  Amen. 

Cum  quaedam  dúo  corpora  Sindorum  ,  unus  quorum  no- 
minatur  Beatus  Emetheríus ,  &  alter  B.  Cele.ionius  ,  quo- 
rum passio  legitur  in  datario  tertía  die  mensis  Martii  essent 
constituta  in  quadam  valle  sive  forest ,  &  in  quadam  Ca- 
pilla minima  loco  vocato  Sallers  infra  Cwmptatum  Cardo- 
nae  ,  &  servitium  debitum  prout  merebantur  secundum  eo- 
rum  vitam ,  &  utriusque  corporis ,  &  passionem  per  eos  ad 
honorem  &  propter  amorem  Domini  nostri  Jesu  Christi 
sustentatum  in  ipso  loco  sive  foresc  non  fiebat  ,  sive  de- 
corabantur ,  &  memoria  eorum  data  erat  populis  mukis 
oblivioni,  eo  quod  audientium  auribus  gloriam  sanétv)ruin . 
corporum  taciturnitas  pnedicantium  abnegavit.  Ideo  nobi- 
lis  Vir  Dominus  Joannes  Raymundus  de  Cardona  Admiran- 
dus  sive  Almirant  Illustrisstmi  Domni  M^:rtini  D¿\  gratia 
Regís  Aragonii,  Valentiae  ,  Majoricse,  SaniiniEe  ,  Corcica?, 
Comesque  Barcinonae,  Rossilionis  ,  <k  Ceritanii  ,  &omnium 
suorum  Regnorum  &  dominationura  ,  filiusque  h.^reaisa- 
riüs  egregii ,  ¿¿  multum  potentis  nobüis  Viri  Domni  Hu- 
gonis  eadem  gratia  habens  in  príedidis  Sauí^lis,  qui  in  di- 
da  Valle  foresta  ,  &  inhabitabili  constituti  erant  donatio- 
nem  magnam  traétavit ,  una  cnm  pn)bis  hominibus  Viilae 
Cardoníe  ,  cum  venerabili  Raymundo  de  Píaoslo  domice- 
]lo  ,  qui  vallem  praedidam  &  castra  de  Sallers  tenet  in  faeu- 
dum  pro  dido  Domno  Comité  Cardoníe,  oí  dido  suo  nobi- 
li  filio  ,  quod  didaSandorum  corpora  translntarentnr  de 
praedida  valle  sive  forest  ,  6{  eorum  Cupella  ad  Villam 
-■'.'.  suam 


Jpendice  VIL  437 

suam  Cárdense  ,  &  Ecclesiam  Parochialem  S.  Michaelis  ip- 
sius  Villae  Cardonae  propter   honorem  &  augmentum  gloriíe 
didorum  Sandorum  corporum  eis  fiendam  de  cetero  ,  &  ut 
etiam  ipsa  corpora  Saiidorjm  ,  &  pro   eis   dida  Ecclesia 
Parochialis  congruis  honoribus  frequententur  ,   &  Christi 
fideles  eis  libentius  causa  devotionis  confluant  ad  eosdem, 
&  visitent.  Quae  quidem  translatio   fuit  fada  proedidorum 
duonim  beatorum  Sandorum    in  praedida  Eccles;a  Paro- 
chiali  S.  Michaelis  Cardonoe  ,  scilicet  die  Dominica  ,  quíe 
computabatur  decima  nona  mensisOdobris,  anno  áNativi- 
tate  Dñi.  milessimo  tricenteásimo  nonage^^simo  nono  ,  cum 
multorum  devola  oraiione  processione  ,  de  qua  ego  Nota- 
rius  infrascriptus  fidcm  ocuJarem  fació  ,  quia  praesens  fui 
&  vidi.  In  qua  quidem  processione  pra^didae   translationis, 
quae  dida  die  celébrala  fuit  de  quodam    loco    vocato  les 
Torres ,  qui  est  longe  murum  seu  pórtale  didc£  Villas  Car- 
donae  per  spatium  de  dos  trest  de  ballesta ,  in  quo  fuerunt 
posita  ipsa  Sandorum  corpora  :  fiieruut    prí£seníes  videli- 
cet ,  praedidus  egregios  Domnus  Comes  Cardonae  ,&  didus 
ejus  nobilis  filius  Joannes  Raymundus  de  Cardona  Admi- 
randus  didi  lllustrissimi  Domini  Regis  ,  &  nobilis  Hugo  de 
Angularia  ejus  frater  ex  utroque   latere  ,  cum  ceteris  plu- 
ribus  miliiibus ,  &  hominibus  de  paratis  ,  eo  &  tota   Uní-- 
versitate  Villae  Cardonae  ,  tam  maribus,  quam  foemjnis  ,  & 
probis  hominibus.  ejusdem  ,  &  etiam  nobilis  Domina   Jo- 
anna  filia  incliti  &  multum  &  multum  expedabilis  Ducis  de 
ducia   conjuxque   prcedidi  nobilis  viri  Jcannis  de  Cardona 
Admirandi  ,  &  quatuor  sórores  nobilis  Don  ni  Admirandi, 
cum  tota  eorum  curia.  Quam  quidem  celebraiionem  didae 
sandae  processionis  fecerunt  ,  &  praesentes  fuerunt  vide- 
licet  Reverendus  Fiater  Berenga: ius  de  Torrigues,  Abbas 
Monasterü  S.  M?riae    de  Serraieixio   Urgellensis  Dioccesis 
cum  toto  suo  Conventu  Ordinis  S.  Bencdidi  ,  qui   Missam 
&  Officium   fecit  &  cekbravit.  It.m  Reverendus  Francis- 
cusde  Besora,  Abbas  Monasterü  S.  Vincentii  Cardorae  cum 
toto  suo  Conventu  Ordinis  S.  Augustini  didae  Urgellensis 
Diceccsjs.  ítem  6í  plures  Canonici ,  5í  Beneficiati  Monas- 
-  te- 


4^8  España  Sagrada, 

terii  S.  Mari2e  Celsonaí  ,  did.e  Urgellensis   Dioecesis.  Itera 
'6c  Venerabiiis  Prior  Monasterii  S.  Laurentii  de  Moninys, 
(JrJinisS.  Benedidi  Urgellensis  Dioecesis  cum  tote  suo  ho- 
norabili  Conveatu.   Ítem  &  Canonici  Prioratus  S.  Jacobi  de 
CalafF ,  Ordinis  S.  Auj^ustini  Vicensis  Dicecesis.  Ítem  &  Fra- 
ter  Joannes  de  Pegueria  ,  de  Ordine  Fratrum  Minorum   ¡n 
Sacra  pagina  Magister.  ítem  dúo  Fratres  Minores  de  Con- 
venta  Monasterii   Fratrum    Minorum  Cervarias  diétae  Vi- 
censis Dioecesis.  Ítem   Frater   Bernardus  Antiguel  ,  Prior 
Conventus  Prcedicatorum    Monasterii  Castiiionis  Impuria- 
rum  Gerundensis  Dioecesis    cum  Fratre  Antonio  Carrera, 
Confessore    Domni  Comitis   Imouriarum.  ítem  &   Ledor 
cum  tribus  Fratribu>  Manasterii  BeatcC  Marías  de  Carmillo 
Civitatis  Minorissae.  Ítem  Discretus  Sí  Venerabiiis  Romeas 
Grosseti ,  Officialis  Cardonx  pro  D.)mno  Urgellensi  Epis- 
copo  cum  ómnibus  Reéloribus  sui  Ofíicialatus.  ítem  &  Ve- 
nerabiiis &   Discretas   Franciscus  de  Xavei ,  Reélor  diélae 
Ecclesis  Parochialis  S.  Michaelis  Cardonae  cum  ómnibus 
Beneficiatis  didae  suas   Ecclesiae  Parochialis,  Similiter  fue- 
runt  prcesentes  in  praediéla  translatione  &  processione  ejus- 
dem  dieta  die  Dominica  honorabilis  Ugnetusde  Rosanes  Mi- 
les ,  &  honorabilis  Petrus  Ripoili  in  Legibus  Licenciatus  Ju- 
dex  totius  Comitatus  Cardonas  ;  &  Venerabiiis  Petrus  Des- 
corp,  Petrus  Olivoni ,  &  Jacobus  Merola  Cónsules.  Petrus 

Giberti ,  ügno  de  Aquüanio ,  Petrus probi  homines 

Villx  Cardonse  ,&  Venerabiiis  &  Discretus  Arnaldus  Viñes, 
Magister  in  Artibus ,  &  Baccallareus  in  Medicina  ,  &  piu- 
les probi  homines  diversorum  locorum  ,  6c  Villarum  vici- 
natus  dito  Vills  Cardonse. 


NO- 


Apéndice  VIII.  439 

NOTA. 

Nicolaus    ^titonhs ,  Tom,  2.   Biblioth,  Vet,  Lih,  7. 
cap,  I. 

Ejusdem  Ascetefii  (Sandi  l¿m\\\2Ln\){Monachus  fuit  e>  - 
dem  fere  tempore  Grimoaldiis  ,  seu  Gv\m3.\dus  ^  nempe  cir- 
ca  annum  sceculi  (duodecimi )  nonagessimum  odfavum.  Hic 
latino  atque  eleganti  stylo  scripsisse  refertur  vitatn  & 
mortem  S,  Dominici  de  Silos  ,  translationem  item  corporis 
S,  Feliris  d  Castello  B ¿libio  {quod  Haro  nunc  audire  ere- 
dunt)  ad  Monasterium  Mmilianense, 

VIH 

TRANSLATJO    CORPORIS     S,    FELICIS 

ex  castro  Bilibiensi  in  per  celebre  Monasterium 
S.  Mmiliani  Cucullati, 

Incipit   Praefatíum   in  Historiam  translationis 
B.  Felicis  egregii  Christi  Confessoris. 

PAstorali  audoritate ,  &  paterna  pietate  ,  imposuisti  mi- 
hi  Grimaldo  ,  Biasi  ,  Abba  venerande  Congregationis 
¡n  Monasterio  S.  iEmiliani  Confessoris  Christi ,  Omnipoten- 
ti  Deo  servientis  ,  ut  quia  Deo  dignus  Braulio  Caesarau- 
gustanae  Sedis  Episcoous  inseruit  adibus  beatissimi  Ó£  pr^e- 
nominati  yEmiliani  brevissimo  relatu  felicem  cursum  ,  & 
agonem,  atque  triumptium  B.  Felicis  Presbyteri  contra  an- 
tiquum  hostem ,  in  Bilibiensi  castro  feliciter  fore  comple- 
tum  ,  ejusque  exemplo  Beatum  ^milianum  ad  mundi  con- 
temptum ,  &  ad  superni  Regis  servitium  esse  animatum, 
doétrinaque  perspicaci  diligenter  instrudum  :  ego  quoque 
translationem  sacri  corporis  B.  Felicis  ,  quam  per  te,  &  per 
devotam  tibí  quam  Deo  subditam  Congregationem  Donii- 

iíUS 


440  España  í:^ agrada, 

ñus  complerí  voluit ,  litteris  tradatn  ad  íeiificationem  pos» 
reriorum,  atque  nostram  qiiidem,  opus  optabile  satis  ,  ni 
obstaret  vitiuin  meoe  eloquentiae ,  atque  imperiticc.  Ergo 
fisus  de  clementissimi  Dei  misericordia  ,cujüs  muñere  ine- 
íFabili,  infantibus  &  indodis  ,  atque  mn«:is,  brutisque  ani- 
rnalibus  doélé  loqucndi  datur  efficacia  :  aggressus  sum  tais 
justissimis  praeceptis  ,  pro  scire,  &  pro  posse  modo  parere. 
Periculosum  nemp^  intellexi  crimen  esse  ,  nimísque  formi- 
dabile  ,  tam  ?equissimce  praeceptioni  contradicere  ,  obsti- 
nantérque  contraire,&  non  potius  omni  jussu  (i)  omníque 
vigilantia  obedire.  Deum  enim  benignum  supplíciter  invo- 
co, quo  valeam  ,  salvii  fide  ,  sanoque  intelleélu  seriem  hu- 
]us  rolationis  ad  eíFedum  perducere  ,  &  quomodo  sacra 
raembra  viri  Dei  Felicis  Presbyteri  á  proprio  túmulo  su- 
biata,  £í  ad  locum  in  qúo  nunc  venerantur  ,  sunt  delata, 
fideü  scripto  elucidare. 

INCIPIT  TEXTUS  HISTORIíE 

Trunslationis  sacri   corporis 

B.  FELICIS 

Confessoris   Christi. 

CUM  Igitur  gloriosas  Rex  Aldefonsus ,  filius  Ferdinindí 
Regis  strenu'ssimi  viri  ,  apud  Hispaniam  arcem  te- 
neret  imperii  ,  &  undique  resistente?  sibi  numerosis,  prae- 
clarisque  viéloriis  suo  subjugasset  dominatui;  inter  suos  no- 
bilissimos  frequentissimosque  triumphos  etiam  Toletum  ur- 
bem  Regiam  retinentem  ,  totiusque  Hi.spanise  monarchiam, 
á  spurcissima  gente  Agarenorum  dudum  impugnatam,  & 
expugnatam  ^  6i  usque  ad  témpora  sui  regni  eorum  tur- 
pissima  violentia  subadam ,  captivatam  6i  oppressam  ,  con- 

ce- 
(O     Fidetar  legendam,n\zu. 


Apcrtáice  Vííl.  441 

medente  misericordia  Domini  ,  &  insudante  vÍTÍliter  manii 
militari,  pristinae  libertnti ,  nobilitatique  restituit,  reírgióso- 
■que  cultu  Christianitatis  amiiiiavit ,  omiiigena  honéstate  de- 
coravit,  6í  insuper  ,  Papa  Sedis  Apostolicae  annueiite,  eidem 
Regiae    urbi   antiquam   Archipr£e.su!atns  infulam  reddente, 
curtí  acclamatione  cle'ri.  ^&  popiili  Archicpiscopum  irí  ea 
ordinavit.  Hoc    itaque   ten-rpord    quidam  venerabilis  Mo- 
naclius  BUisiiis  vir  bene  rel{gio<:us  iíí  Monasterio  S.  ^milia- 
ni  sito  intraCalagurritanura  territorium  ,onus  pastorale  ge- 
rebat,  quod  ,  ut  possibile  est  humanae  fragilitati  ,  &  quan- 
tum  hotninibus  datuin  est  cognoscere.,  exemplo   &  verbo 
■decorabat. .  Hic  itaque   Abba   prudens    reperiens    in   beati 
u^nilíani  gestis ,  viriim  Oei  Felicení  Pre^byterum  in  cas- 
tro Bilibiensi  ,  migrasse  ad-Dominam  ,  ¿¿  ibi    per    multa 
curricula  temporis  esse  reconditum  :   ardua    &    pene   in- 
accessibili  difficultate   castri  frequentem  populorum  pr^»hi- 
bente  accessum  ,  in  residuo  intéruíe  mentís  desiderio  aestua- 
«bat ,  &  quo  ingenio  ,  vel  labore   praefatr  faniuli    Dei  Fe- 
-licis  Presbyteri  artus  ,'  de  tam  inhabitabili  j&    vili  loco, 
•ad  Ecclesiam  S.  i^rniliani  ejus  discipuli  transferret ,  labo- 
rabat  ,  ubi   honorifice  reconditum  ,  ab  omni  populo  vene- 
raretur  ,  &  ipse  populus  ipsius  meritis  ¿k   precibus  tuere- 
.tQr^:&  ab  ómnibus   incursibus  inimicorum    visibilium  ,& 
invisibilium  ,ejus  obtentu   defenderetur ,  patrocinio  frueré- 
tur  ,  príesentia  ketificaretur.  Quod   suum  justum  &    lauda- 
bile  desiderium  cum  fratribus  retuiisset ,  (k  quod  animo  ge- 
reret,    palám  exposuisset  ,  unanimiter   omnts  Deo  gratia? 
referentes  ,  in  magna  exultationis  voce  proruperunt    ,  ac 
■desiderium  Abbatis  justum  &  bonum  esse  concjamaverunt. 
.'Abbas  igitur  ,  ut  erat  vir  solertissimus  ,  &  nulla   iíidustria 
ijustce  ac  reélíe  rationis  indigus  ,  intrasui  cordis  arcana  cce^ 
pit  diligenter  considerare  ,  &   sagaciter   perpendere  ,   quia 
cundi  licet  suum  desiderium  laudarení  ,  &  ut  ad  effeétum 
perduceret,    pari  consensu   admonerent  ;  tamen  judicavit 
non  posse  juste  &  sine  inquietud  i  ne  omni  compleri  absque 
auéloritate  &    permissioneRegali.  Accepto  hoc- itaque  sa- 
íiubri  consilio,  &.  quibusdam  fratribus  viris   boni  testimo- 
-yTQm.XXXAIL  Kkk  iiii 


44*^  J^spaña  Sagrada, 

nú  sibi   adjunéti^  ,  nd   pr.-enominatinn  Aldefonsuin  Regem 
perrexit ,  desiderium  ,  quod  animo  retineb^t  ,  apeniit ,  Ó$ 
ut   eo  annuente  ,  &  adjuvante  cotnplere  posset  ,  expetiit. 
Rex   vero  (erat  enim  plenissime    adornatus    o;-nnl  divino 
ac  humino  studio)   m3x  ut  laudabile  desideriu:n  ,  justam- 
que  petitionem  Abbatis  intellexit,   beniq;fiissicne   assensnm 
praeb'iit :  &  nt   membra  B.  FelicisPresbyteri  de  castro  Bi- 
libiensi  ,  ad  Ecclesiam  B.  /Einiliani  illius  discipuli  honori- 
fice  transferrentur  ,  corana  adstante  nobili  multitadineop- 
timatum   totius  provincine  ,  publica  audoritate  annuit.  De- 
niqae  ¡psi   Reí^i  ,  &  omibu?  inhonestuin   videbatur  ,  ut 
tanti   viri  corpjs  tina  himili  loco  retineretur  ,  ¿í  tana  vi- 
li  túmulo  tegeretiir.  Pr^efitus  ergo  Abbas   Biasiiis  adeptus, 
ut  optaverat  ,  effjCtuTi  sni  desiderii  ,  ac  petiLio.iis  ,  rever- 
sus  est  ad  suum  M^nasterium  cum   magno  affedii  exulta- 
tionis.   Sed   ut    mos    est,   secularibis  obstantibus  ,  atque 
omaj  ex   parte  impedientibus    plurimis   ac  diversis  curis 
Ecclesiasticis  ,  mundanisque  occupationibus  ,  quod    magno 
voto  suae  mentís  comptendum  diffinierat  ,  supradiélis  ca- 
sibus  accidentibus ,  protelatione  ómnibus  fratribus  moles- 
ta, nimiumque  t3eiiosa,non  satis  justa  consideratione   ac 
deliberatione  ,de  die  in  diem  prolongabat  ;etenim  ista   traa- 
sitoriis   intentus   negligebat :  quas  res  omnes  fratres  nimia 
ímportunitate  vexabat,  &  vehementi   anxietate  affligebat. 
Itaque  fratres  praefatiCoenobii ,  ac  negligentia  patris  sui 
coadi  ,  &  accepto  consilio  salubri,  eumJem  Abbatem  co- 
mmuniter  convenerunt  ,  &  hu  nili,  convenientíque  allocu- 
tione  reverenter  dixerunt  :  Provideat  ,  Pater  Charissime, 
pietas  tna  ,  &   perspicax  industria ,  ne  status  hujus  sanéti- 
ssimi  Cxnobii  tibi  divina  providentia  commissi  ,  dum  ín 
hoc  corpore  moraris  ,  atque  vitali  spiritu  frueris  ,  aliquam 
in  partem  vaciilet  ,  vel  labefaéletur ,  aut  degradetur  ,  vel 
aliqui  sui  honéstate  fraudetur,  vel  (quod  absit)  aliqua  in- 
curia dedecoretur ,  aut  blasfemetur  ,  sed  semper  tuo   ¡ns- 
tanti  studio  pervigiiíque  labore,  nobis  ómnibus  tecum  co- 
mmuniter  laborantibus  aiigmentetur  providentia  divina  , at- 
que imitabiii  cenversatione  nobilitetur  &  amplificetur  ,  ut 

do- 


Apéndice  VIII.  443 

domino  tuo  redeunte  de  longinqua  peregrlnatioñe  ,  videli- 
cet  Domino  Jesu ,  summo ,  vero  ,  &  bono    pastore  ,  non 
cum  negligenti  servo  in  exterioribus   tenebris  retrudaris, 
sed  potius  cum  fidelibus  servís  in  gaudium  Domini  tul  in- 
trare   merearis.  Non  ergo  moveat  bonitatem  ,  vel  patien- 
tiam  tuam  ,  pastor  venerande  ,  nos  haec  tibi  temerario  ausu 
retulisse ,  qiiia  Deo  teste  ,  quem  solum  visorem  &intelle- 
élorem   humanarum  cogitationiim  scimus  esse  ,  quod  omnis 
nostra  oratio  de  íonte  procedit  non  fi<5iae  charitatis ,  ca- 
rens  omnino  execrabili  nubilo  falsitatis  ,  seu  calliditatis.  Si 
ergo  jubet   sanélitas  tua  ,  ad  publicum  proferemus  ,  cur 
ista  tibi   retulimus.  Jubente  ergo  Abbate  ,  fratres  ei  tale 
responsum  reddidere  curnm  agna  honéstate  :Dudum  tu,  pa- 
ter  ,  opus    te   faélurum   nobis    promisseras  ,  de  quo  nos 
ingenti  gaudio  laetificaveras   ,  nempé  corpus  beati  Felicis 
Presbyteri  ,  de  loco  in  quo  nunc  negligenter  ,  &  inhoneste 
tenetur  reconditum,  te  ad  nostrum  Monasterium  transla- 
turum  disposueras,&  hoc  etiam  benigno  voto  proposueras, 
auribusque  RegalilDUs  intimaveras ,  &  ab  eo  jam  licentiam 
transferendi ,  ut  dcsideranter  optaveras  ,  devotissima  pro- 
missione  acceperas.  Nunc  vero  nescimus  ,  quo  paélo  rem 
tam  optabilem,&  nobis,  successoribusque  nostris  omnino 
utilem  ,  parvipendendo  negligis  ,  nec  ad  effedum  perdu- 
cere   satagis ,  cum  hoc  foret  perpetua   salus  tuae  anims, 
&  funditus  desiderabilis  tui  protedio  corporis  ,  &  insuper 
relinques  nomen  memoriale  ,   expleto  tuae  vitae  tempore, 
quod  nulla  oblivio  unquam  possit  obliterare  :   at  fortasse 
si  ut  coepisti  perficere ,  quanto  ejus  hoc  opus  neglexeris, 
eveniet  quod  timemus ,  nam  concedetur  alteri  ccelestis  the  • 
saurus  nobis  promissus  ,  &  nos    ipso  frustrati  ^  frustra  do- 
lebimus.  Quo  circa  rogamus  tuam   misericordem  pictatem 
communi  obsecratione  ,  ut  quod  proposuisti  ,  &  etiam  in- 
ccpisti  ,  nobis  tecum   laborantibus  coneris  adimplere  ,  re- 
mota omni  dilatione  ,  aut  excusatione.   Motus  igitur  Abba 
hac  justa  venerabilium   fratrum  admonitione  &  querimo- 
iiia,spondet  sub  modesta  &  salubri  testificatione  se  ocyus 
completurum  quod  requirebat  benigna,  61  Deo  accepta- 

Kkk  2  bi- 


444  'España  Sagrada.. 

bilis  petitío  ipsorum.  Hac,  miti  &  hiimiii  responsioné  Pa^ 
tris  la?tificat¡  fratres  valde  ,  crebribii"?  ,  studiosísque  pre- 
cibus  exorab'ant  Dominum  ,  uC  sua  clemeniia  ,  eorum  non 
despiceret  desiderium  ,  sed  dignaretur  ín  bono  complere, 
concesso  sibi  praefati  viri  Del  Felicis  Presbyteri  pretioso 
corpore:  quorunn  vota  fiJe  poUentia  omnipotentis  üei  cle- 
mentia  veloci  effedu  dignanter  adimplevit  ,  &  postulata 
concessit :  juxta  namque  Apostolicum  pnaeceptum,  in  fide 
postulaverunt  ,  &  nihil  haesitaverunt,  &  ideó  tjuod  petie- 
rant,  sine  omni  dÜatione  accipere  ,  meruerunt.  Nunc  er- 
go  fideli  relatlone  referamus ,  quomodo  annuente  misera- 
tione  Domini  trans'atiiin  sit  felicissimum  B.  Felicis  corpas. 
Quia  ergo  longum  est  enarrare  ,  ne  fastidium  videamur 
legentibiis  ingerere  ,  ad  enarrandam  B.  Felicis  translitio- 
rem  ,  articulum  revertamur ,  &  ut  fadi  est  ,  per  ordinem 
]ibenter  ,  &  fideliter  audientibus  referamus. 

Igitur  Monaciii  Coenobii  B.  TEmiliani  in  unum  congre- 

gati  ad  domnunl  Abbatem  Blasium  adeuntes  ,  ut  sicut  oliin 

promiserat  ,  corpus  beati  Presbyteri  Felicis  tumulatum  in 

Castelio  Bilibiensi  transferre  curaret  ,  liumiliter  hortantur, 

6¿  his  eum  verbis  alloquuntur  :  Cernís  ,  Pater  diledissime, 

m  partes  Hispaniarum  máxima  bella  &  persecutiones  non 

módicas   increvisse  ,  &  gentem  suner  gentem    surrexisse. 

^Perpendat  ergo  tua  pía  solertia  ,  quia  si  transferre ,  sicut 

destinasti  ,  studueris  beati  Felicis  Presbyteri  quiescentis  in 

castro  Bilibiensi  sacratis^^ima  membra  ,  sine  dubio  sandissi- 

mis  meritis  ipsius  ,  &  p'issimis  intercessionibus  ,  Dominus 

pro  peccatis  totius  terree  ofFensus,  &   veliementer  iratus, 

clementer  repropitiabitur ,  &    patriee  nostrae  barbara   per- 

secutione  vehementer  'afflid«  pie  ac  benigné  sine  dilatione 

miserebitur.  Prudens  igitur  vir  Abba  Blasius  intelligens  con- 

silium  ,  ¿£  admonitionem    Dei  servofum  esse  justam  ,   bo- 

nam  ,  &   sanam  ,  &  omnino  rationabilem  ,  decrevit ,  quod 

exposcebant  ,  complere  absque   aliqua    retardatione  ,  seu 

dilatione.  In  hoc  itaque  Deo  acceptabili   fado  etiam  non 

defuit   verax  vi^^io  divinitus  ostensá.  In  Ecclesia  ergo  bea-i- 

li  iíilmiliafti  cui^am  raoFiacho  quieacentlapparuit  in  sQmni» 

-      -i  quae- 


Apéndice    VIH.  445 

qjjsedam  congregatio  pulcherrima  decorls  &  albis  vestibus 
decorata  (  &  ut  mos  est  Religioni  Ecclesiasticae )  ad  pro- 
cessionem   parata  decentissime.   Ipsis  igitur  egressis  ,  ap- 
püruerunt  ante  oculos  ejus  alii  dúo  homines  vuliu  &  ha- 
biíii  extraneo   ,  veluti  hospites  ,  qui  ad  eum  acoesserunt, 
&  hoc  ei  benignissimo  ac  reverentissimo   sermone  dixe- 
runt :  Cur    tana  .moróse  ,  &   negligenter   diífertis    deferre 
ad  istam  Ecclesiam  artus  B'jati   Felicis?    Hoc  in  veritate 
dicitur  vobis  ,  quod  si  amplius  corpus  ejus  transferre  ne- 
glexeritis ,  &  corpore,  &  patrocinio   illiiis  amplius  care- 
bitis.  Quibus  ille  respondit :  Doraini  mei  ,   onus  tam  pre- 
tiosi  &  difficilis  operis ,  non  debetis  (si  placet  vobis )   im- 
ponere  mihi  ,   sed   potius  lioc  decet  vos  indicare  Domino 
Abbati :  res  autem  tam  ardua  &  divina  pertinet  ad  illius 
prudentissimam  excellentiam  ,  &  magnam  peritiae  intelli- 
gentiam  ,  non  ad  meam  humilem  ,  &  penitus  indodam  in- 
sipientiam.    Hoc  enim  peritia  ,  &  consilium  illius  salubre 
valet  honestissime    adimplere  ,  non  mea   impossibilitas  Sí 
imperitia  ,    quae  funditus  altioris   ingenii  est    ignara.    Qui 
protinus  tale   responsum  rcddiderunt  :    Ne  ergo  sit    vo- 
bis aliqua  occasio  excusationis  ,  non  pigeat  te  venire  no- 
biscum  ,  &  certissimé  ostendemus  tibi  sacratissimi  tumu^» 
]i  B.  Felicis  Presbyteri  locum.    Quos  dum  secutus  fuisser, 
&  ad  difficillimum   ,    &    perarduum  ascensum  Biiibiensis 
castelli  pervenerunt ,  cujus  asperum  introitum  ,  &  cacumen 
altissimum  ,  atque  penitus  inaccessibile  ,  sine  aliqua  tardi- 
tate  ,  ac  labore  prospero  ,  &  inoffenso  gradu  ascenderunr, 
Jn  cujus  castri  valde  eminenti  cacumine  pariter  constitu- 
ti   ,  ostenderunt  prsefato  fratri  locum  sepulcri    B.  Feücis 
Presbyteri ,  Beati  /Emiliani  quondam  didascali ,  (k  diligen- 
ter  designaverunt   ei  caput  sepulcri   B.  Feücis  confessoris 
Christi  esse    positum  sub  pariete  altaris.  Hoc  viso  ,    ille 
frater  á  somno  surrexit ,  &  sequenti  die  ,  congregatis  fra- 
tribus  in  presentía    Domini  Blasii  Abbatis  ,  cuíida  ,  qu^ 
viderat ,   per  ordinem  exposuit.    Ergo  Domnus  Abba  Bla- 
sius,  &  totus  fratrum  conventus,  ut  hoc  audierunt,  una- 
tíimi  voto  ,  &  consona  vece  Deum  laudaverunt  ,  gratlas 


44^  España  Sagrada, 

magnas  retulerunt ,  &  obnixis  precibus ,  ac  devotisomni- 
potentis  Dei  clementiam  ñagitaverunt ;  ut  donum  suae  mi- 
sericordiae  ,  quod  eis  sua  gratuita  pietate  dignatus  fuerat 
ostendere  ,  dignaretur  etiam    ad  dcsiderabilem  effeduin 
perducere.  Castruiíi  autem  Bilibiense,  quod  retinebat  ,  ut 
supra  retulimiis ,  sanéta  B.  Felicis  membra  ,   in  ipso  tem- 
pore  erat  sub  Lupi  eyjregii  Comitis ,  &  streuuissimi  militis, 
atque  devoti   Deo   famuli   dominio   Regali  donativo  ,  6í 
ideo  sine  ejus  consensu  ,  &  adjutorio    non   poterat  justé, 
&  honesté  ad  effertam  perd.ici  optabilis  corporis  Beati  Fe- 
licis translatio.  At  Comes  Lupus  habebat  conjugem  The- 
clam  nomine  ,  Deo  ,  ut  hominibus  potest  esse  notum  ,  ia 
ómnibus  operibus  suis  satis  acceptabilem  :  q  libus  Dvjminus 
Abba  Blasius  patenti  Óc  humili  prece  desiderium  sai  cor- 
dis  intimavit ,  Óíutsui  adjutores  essent  in  hoc  fado  ,   hu- 
militer  expostulavit ,   praebendo  facultatem  intrandi  intra 
castra  Bilibiensiscasteili.   Qui  ,  ut  erant  prudentissimi  & 
sagacis  ingenii ,  vera  &  prudenti  responsione  sunt  usi :  nam 
unanimi  concordia  ,  Óí  una  voce  tale  responsum  reddide- 
runt  Abbati  sacra  membra  Beati  Felicis  qucerenti  de  Cas- 
tro Bilibiensi  ad  Monasterium  S.  /Emiliani   sui  quondam 
discipuli  transferre  cupienti.  Intelligimus  ,  Pater  dileélissi- 
me  ,  desiderium  tuum  sandum  &  justum  esse  ,  sed  non  est 
nostr^  audoritatis  &  possibilitatis  aücui  viventi   homini 
hanc  licentiam  tribuere,  ut  castra  Bilibiensis  Regalis  castri 
temeré  aut    violenter  irrumpat  ,  &   felicissimum  corpus 
Sandi  Felicis  ad  alium  locum  transferat.  Hoc  ergo  desi- 
derii  tui   cordis    monitis   vestris    obtemperans    salubribus 
Regalibus  intimare  non  differas  auribus ,  et  si  ab  eo  hoc 
potueris  impetrare  ,  scito  nos  ómnibus  modis  tuae  piae  pe- 
titioni  libentissime  favere.  Vir  itaque   prudentissimus  Ab- 
ba Blasius  tam  salubri  accepto  consilio  ,  sine  dilatione  Re- 
gem  Adefonsum  adit :  &  ut  ante  Comiti  Lupo  intimaverat, 
ipsi  Regi  voluntatem  sui  desiderii  intimavit-  Sed  pruden- 
tissimus Rex  mox  ut  audivit ,  hujusmodi  responsionem  Ab- 
bati d^dit  :  Mihi  videtur  ,  Pater  venerande  ,  nimis  difficilli- 
mum  ,  ¿í  grave  aliquod  sandissimi  viri  corpus  inquietare, 

ac 


Apéndice  VIÍI.  447 

ac  transferre  :  nttamen    iie  videar  esse  contrarius  vesiris 
justis  desideriis  ,  &  sandis  oper  bus ,  pergite  cu:ii  omnipo- 
tentis  Dei   benedidione  ,  &  si    piacet    ipsi   Sando   Feiici, 
Corpus  ejus  secundum  desideriu^n  vestrum  transferte  ;  si 
aiitem  super  hoc  (quod   absit )  fadain  ,  aliquod  infortu- 
nium  divin'tus  fuerit  illatum   ,   tn'hi  itide  non   imputetur 
culpa  :  ego  me  omnino  judico  indicrtuim  ík  ignarum  esse 
re  tam  sanítissima.  Igitur  Abbi  Blasius  'a?tus  ad  Monaste- 
rium  Beati  iEmiliani  est  reversus  ,  ¿í  communi  ac  salubri 
consilio  accepto,  cunélisque  indiéto  triduano  jejunio  ,  om- 
nes  interno  cordis  nixu  exorabant  Dominum  ,  ut  suo  gra- 
tuito dono    eorum  complere  dignaretur   desiderium  omni 
patriae  proficuum.  Eleélis   igitur  ab  Abbate  duodecim.  fra- 
tribus  ad  hoc  sandissimum  opus  idoneis  ex  omni  congre- 
gatione ,  ordinatisque  rebus  necesariis  ,  profedi  sunt  gra- 
tia  Dei  praeeunte  ad  castrum  sjepe  fatum  Bilibiense.  Ita- 
que  concedente  Sí  permitiente  jussu  Lupi  Comitis  ,  &  suae 
Deo  dignse  Theclae  conjugis,  á  custode  castelli  statim  aper- 
tis  portarum  obstaculis  ^  ascenderunt  iilius  arduam  rupem, 
&   pervenerunt  ad  ipsius  prsecelsam  planitiem  ,  in  qua  di- 
vina mysteria  congrua  ac  devota  intentione  celebraverunt. 
Hisque  rite  pcraéíis    ,  cum  timore  ac  tremore  ,  &  curtí 
magna  precum  supplicatione  ,   &  cum   satis  digna  devo- 
tione ,  ad  locum  sepulcri  per  visionem  fratris  ,  ut  superius 
reiuÜmus  demonstrati  ,  accesserunt.  Quod   sepulchrum  in 
summirate  rupis  ante  altare  Ecclesiae  in  eodem  loco  fun- 
datae  in  orientali  parte  erat  construflum  ,  &  artificis  arte 
faéto  fornice  ,  de  suspenso  punice  coopertum  :  rataque  sus- 
pensi   punicis  congerie  ,    invenerunt  ligneum   sepulcliruíH, 
in  quo  erat   pretiosum  corpus  Beati  Feiicis  Chrísti  egregii 
Confessoris ,  negligenter  ,  &  non  ut  decebat  tam  santUs- 
simum  virum  reconditum  ,  omninó  viiiss  mum   ,  retinens 
tamen  thesaurum    magnum    omnium  thesaurorum  pretio- 
sissimi  obrizi  purissimum  :  eratque  illud  sepulchrum  sicut 
in  visu  fuerat  fratri  demonstratum  ,    parieti  altaris  satis 
proximum  atque  contiguum.  Ablata  ergo  opertione  sacri 
íumuii ,  íion  est  passa  pietas  Domini  foré  occultum  meri- 

tum 


448  España  Sagrada, 

tum  beati  corporis  in  eo  reconditi :  nam  statim  ab  éodem 
túmulo  cgressa  suavissimi    odoris     fragrantia  ,    odoribus 
omnium  anteponenda  aromatum.  Referebant  denique  illic 
aJ-stantes  cum   magna   terribilis  sacramenti   testificationc, 
se   numquam    tam   mirae  suavitatis  odorem   setisisse  ,   qua 
us¡  sunt,  detedo  bt'ati  viri  corpore.  Cum  digna  itaque  ve- 
neratione,  &  cum  debiti  cultus  executione  sacra    membra 
trafíantes    ,  &   cum  magn^e  reiigionis   hon orificentia  ,  de 
^locello  humilla  tumuli  erigentes ,  pretio^-issimis  61  mundis- 
simis  palliis  diligentissime  involverunt  ,  atque   tripudiantes 
de   caelesti  ihesauro  sibi  (  Domino  concedente  )  concesso, 
cum  ingenti  exuUatione  ad  proprium  B¿ati  /G  nüiani  Mo- 
nasterium  redierunt.  interea  fama  iiujus  praeclarissimi  ope- 
tís  cito    volátil    innoiuit  ómnibus  circumjacentis  regionis 
■popuiis  ;  B^ati  Feicis  sacra  membra   de  Castro  Biübiensi 
ad   Monasterium  viri  Dei^miliani  ,  sui  quondam  discipuli 
esse  translata  :  ob  qaam  rem  multos  invasitstupor  nimius, 
multosque  ad  credendum  seduxit  incredulitatis   scrupulus^ 
(Omnino.]ue  imoossibiie  videbatur  ómnibus  hoc  tam  mira- 
bile  donum  esse  concessum  praesentibus  ,  quod  omninó  est 
denegatum  cunétis  praedecessoribus.   Moliti  sunt  certé  hoc 
•opiis    perficere  ,   videlicet    sanéllssimi  Felicis    Presbyteri 
CcnfessorisChristi  sacratisslmum  corpus  á  proprio  túmu- 
lo subtraliere  ,  &  alia  ad  loca  transferre:  sed  quod  om- 
?nibus   pr^decessoribus    occultum  Dei  denegavit  judicium, 
•hoc  patenter  videmus,  &  intimo  mentís  aíFedu  gaudemus 
divinitus  praesentibus  esse  donatum  :    &   de  muUis  unuoi 
•proferamus  in   médium  omni  veritate  ,  &   fideli  referen- 
tium   relatione  subuixum.   Refert  rumor  veridicus  mu!to- 
írum   assertione  probatus  ,  Garsiam  Alabensem  Episcopum 
jussu  Regís  Garsiae  ,  gratia   transferendi   corpus  Beati   Fe- 
licis Presbyteri  ,  ad  ejus  tumulumvenerabilem  inconsulte  &t 
temerario  ausu,&  absque  ulla  divina  adm.onicioneaocessisse: 
"&  quia  hoc  damnabili   prae^umptione  ,  &  non  aüquo  divina 
ínstinau  faceré   príe^umps^t  :  rnox  ut  sacratissimum  sepul- 
chrum  sandlissirai  viri  ,  ut  illud  aperiret  percussit ,  super- 
•na  ira  terribili  ültione  non  soluoi  eum  á  ioco  venerandl 

tu- 


Apéndice  VIIT.  449 

twmuli  repulít,  sed  etiam  deformi  oris  tortlone  damnavit,  ac 
turpiter  dehonestavit  :  &  omnes  \  qui  eum  viderunt ,  verum 
^ssQ.  hoc  ,  quod  de  eo  referimus ,  testificatí  sunt.  Orta  er- 
go  insuper  tempestate  ingenti  ,  omnes  comités  Episcopi 
tanto  terrore  sunt  exterriti ,  ut  nnllus  eorum  crederet ,  ^q 
posse  periculura  instantis.  mortís  evadere ,  &  tam  terribi- 
lem  vindictam  severitatis  supernae.  Episcopu5  autem  per- 
cussus  his  plagis  ,  &  co'gni.ta  virtute  beatissimi  Felicís 
Confessoris  ibi  quiescentis  ,  promissisque  magnis  votis,  cura 
sufs  ómnibus  á  loco  sacratissimi  tumuli  velociter  recessír, 
ñeque  ad  eumdem  locum  ulterius  accederé  praesumpsit:  iíi 
deformitate  tamen  sui  oris  non  plene  recepta  sanitate  óm- 
nibus diebus  vitse  suse  permansit.  ígitur  hac  de  causa  usque 
ad  haec  témpora  Beati  viri  sepuichrum  permansit  inviolatum: 
sed  inefabilis  gratia  &  benignitas  omnipotentis  Dei  omnia 
justissimo  moderamine  ,  &  aequissima  lance  disponentis 
dignata  misericorditer  visitare  ,  locum  retinentem  felicia 
membra  Beati  iEmiliani  detexít,  ut  supra  fideliter  retulimus, 
caelesti  revelatioue,  &  concessit  etdem  sanétissimoCoeno- 
bio  sanélissimum  corpas  Beati  Felicis  Presbyteri  su^i  gratui- 
ta &  inenarrabili  pietate.  Gaudere  igitur  ,  &  exultare 
nos  oportet ,  diledissimi ,  omni  afF  ctu  devoti  animi ,  .quos 
praeclaro  lumine  meritorum  reverenda  praesentia  tantorum 
corporum  sacrorum  patronorum  est  dignata  sublimiter  ho- 
norare  &  decorare  :  quuenus  cum  eisdem  pvatronis  nostris 
pervenire  mereamur  ad  gaudia  ccternae  beatitudinis.  Prses- 
tante  Domino  nostro  Je-iu  Christo,  qui  cum  Patre  oc  Spiritu 
Sando  vivit  &  regnac  per  omnia  scecula  saeculorum.  Amen. 
Fada  fuit  haec  translatio  in  Era  M.  C.  XXVIIL  viii.  idus 
Novembris. 


Tom.  XXXllL  Lll  IN- 


4  c  o  España  Sagrada, 

IX 


INCIPIUNT  MIRACULA  BEATI    FELICIS, 

-M  Audore  eodem  Grimoaldo.- 

De  puero  infirmo  ,  &  curvo  sanato. 

QUodam  Dominico  die  ,  omni  populo  festivitatem  bea- 
ti  Mirtini  Turonici  Episcopi  celebrante,  festo  etiam 
beati  patroni  nostri  ^miliani  instante ,  quidam  pue- 
rulus  Julianus  nomine  ,  de  Villa  quae  vulgariter  vocatur 
Cortices  ,  medio  nodis  tempere  percussus  est  súbita  gra-- 
vis  infirmitatis  invalitudine  ;  qua  nimium  opprimente,  tan- 
ta est  afflidus  curvitate ,  ut  penitus  vultum  sursum  non 
posset  erigere  :  caput  queque  pedibus  adhaerebat  ,  nec 
uHum  membrum  corporis  officium  sibi  commissum  adim- 
plere  valebat.  Pater  itaque  pueri  ipsius  nimio  dolore  cor- 
dis  pro  hoc  infortunio  filii  sui  vehementer  affliétus  ,  ata- 
men  de  Oei  misericordia  non  diffisus  ,  eumdem  filioluní 
suum  ad  Monasterium  beatorum  confesiorum  Felicis  ¿c 
^milianí  dep' rtuvit ,  Óí  eorum  venerandis  altaribus ,  mori- 
bundum  obtuüt ,  postulans  precibus  obnixis  ,  ut  eorura 
meritis  redderetur  infelici  puerulo  optabiie  munus  inco^ 
luniitaüs.  Stetit  itaque  ipso  die  festivo  beati  Martiui  pa- 
ter  cum  misérrimo  filiólo ;  sqquenti  vero  die  naiaiis  Beati 
^miliani  ,-  iacens  anie  altare  eontiguum  corpori  Beati 
Feiicis  Pre^ibytejL  ,  tantae  est  redditus  Süspitati,ut  non  so- 
lum  caput,  quo  veilet  ,  erigere,  sed  etiam  IcClus  &  agi- 
lis  hac  &  illac,nullo  fulcieute  ,  sed  seioso  proprios  gres- 
sus  regente,  discurreret.  Hoc  denique  factum  est  coram 
omni  populi  multitudine  ,  qui  ad  soiemnitatem  Beati  jEmi- 
liani  undique  coníiuxerat  eodem  die  ,  &  hoc  divina  m¡- 
seratione  concessum  non  discredimus  utrorumque  beatis- 
simorum  obüneíiiibus  gloriosis  meritis  ,  &  precibus. 

Ve 


Apéndice  IX.  4Ji 

Ve  infirmo  á  febribus  liberato, 

QUidam  etiam  de  Beati  ^miliani  Monasterii  fratribusf» 
Joannes  nomine,  vir  bonae  conversationis  atque  pru- 
dentiae  ,  custos  Ecclesige  ,  per  annum  integrum  cuín 
tribus  mensibus  ,  passus  fuerat  gravissimum  quartanarum 
febrium  incommodum  ,  qui  Apostólica  admonitione  cum 
fide  ,  &  sine  haesitatione  ,  &  cum  bona ,  humilique  con- 
fidentia  ad  Beati  Felicis  Confessoris  Christi  merita  obse- 
crans  supplici  devotarum  precum  instantia  extinguí  in 
medullis  sui  corporis  attrocium  febrium  incendia  per 
sandissimi  Confessoris  merita.  Félix  igitur  confessor  noxios 
ardores  infelicis  passionis  á  membris  se  suppliciter  pcstu- 
lantis  ,  benigna  miseratione  depulit  ,  &:  intra  brevissimi 
temporis  spatium  ,  pristinae  ac  melioratae  sanitati  resti- 
tuit :  qua  perfedé  recepta,  Deum  omnium  bonorum  lar- 
gitorem  ,  ac  felicissimum  Felicem  egregium  Christi  Con- 
fessorem    summa  cofdis  devotione  benedixit.  ; 

J)e  infirmo  d   defeSiione  sanato, 

ALius  quídam  adolescentulus  de  congregatíone ,  Gar« 
sia  nomine,  laborabat  míserrimé  totíus  sui  corporis 
miserabili  defedione  ,  nec  ab  aliquo  poterat  aliquod  reme- 
dium  tam  onerosas  infirmitatis  percipere;  sed  ingravescente 
quotidie  ,  hujus  gravissim:^  molestice  invalitudine  ,  into- 
lerabili  cruciatu  cruciabatur  :  solumque  exitum  suae  mise- 
rabilis  vitae  anxia  ,&  nimium  trémula  pra^stolatione  praes- 
tolabatur  :  &  penitus  de  temporali  vita  diffisus  ,  de  erep- 
tione  sua?  animce  assidua  cordis  contriti  ,  &  labiorum 
deprecatione  ,  Domiaum  jugiter  precabatur  :  hic  itaque 
aliquantulum  recepto  spiritu  laudabilis  fiduciae  ad  vene- 
rabilem  locum  ,  in  quo  Beati  Felicis  Presbyteri  saepe  me- 
morandi  felicia  membra  retinebantur  ,  plenus  viva  fide 
prat^sumpsit  accederé  ;  postulans  devote  tote  mentís  afFec- 
tu ,  ut  piissimus  Confessor  Félix    sibi  misereri  ,  ac    pene 

Lil  2  jam 


45^.'  España  Sagrada. 

jam  de  salute  sui  corporis  omnino  despcranti  ,  succurrere 
dignaretur  ;  &  sua  santíia  interccssione  ab  infesto  hujus 
tam  horribilis  &  ititolcrabilis  aegritudinis  infortunio  eripi 
mereretur  ,  &  pristiniE  sanitati  suis  Deo  acceptabilibus 
precibus  &  meritis  ,  licet  ipse  hoc  tanto  beneficio  esset 
ingratus  ,  &  omniraodis  indignus ,  redderetur.  Non  ergo 
distuÜt  sandus  vir  clementer  exaudiré  justas  querimonias» 
hurailesque  preces  sui  pusilli  supplicis  ;  sed  in  brevissi- 
mo  spatio  temporis  perfcde  depulsa  infirmitate,  liorrends, 
ac  nimium  execrandae  defeétionis,  largitus  est  suo  devota 
sérvalo  optatum  donnm  expostulatae  sanitatis.  Félix  igi- 
tur  adoltíscens  recepto  gratae  salutis  muñere  ,  nomen  Do- 
nlini  ,  &  merita  magnifica  sui  piissimi  ereptoris  studuit 
gratanti  devotione  benedicere,  &  omnes  adus  suos  quoti- 
diana  augmentatione  ad  meliora  pervehere.  Hoc  igituc 
speciali  rckitione  de  nostris  propriae  congregationis  fratri- 
bus  rairabiliter  faftum  vidimus  ,  &  fideliter  retulimus ;  at 
nos  omnes  ejusdem  Coenobii  fratres  hoc  ídem  qu3tidie  ge- 
neraliter  experimur  in  ómnibus  nostris  necessjtatibus  cor- 
poralibus  ,  sive  spiritualibus :  nemo  enim,  praeeunte  gratia 
divini  muneris  ,  ¿c  omnium  benefkiorum  superni  largitorís^ 
vacuatur  justo  desiderii  efFedu  ,  ñeque  frustratur  dono 
suae  petitionis  ,  quicumque  devote  eífuderit  preces  in  no- 
mine Christi   ad  merita  utriusque  nostri  Confessoris.  ' 

2:.  De  cceca  lUuminata,  ) 

QUxdnm  igitur  mulier ,  Oria  dida ,  de  vico  qui  vul- 
gari  lingua  Balneus  dicilur,  orta ,  céecitatem  ocu- 
lorum  incurrerat ,  in^qua  per  mukorum  tempurum 
curricula  permanens ,  omníno  spem  recuperandi  visum 
amiserat  ,  etenim  á  nemine  mortalium  hujusmodi  reme- 
dium  nec  sperare,  nec  accipere  poterat.  Quocirca  in  in- 
fortunio ,  in  quo  ceciderat ,  miserabili  taedio  aífeda  moe- 
rens  ,  &  obitus  sui  diem  propinquare  exoptans ,  perma- 
nébat.  Vir  iiaque  illius  diro  casu  csecitatis  sua3  uxoris  in- 
modicd'doloris  anxictate  ufflidus ,  assidua  cordls  sui  con- 

'  -tri- 


apéndice  IX.    '  453 

trkione  laborabat;  etenim  prolongítio  prsesentls.viííe  ütrum- 
que  inínime  obleétabat;  sed  potigs  intolerabili  amariiudinc; 
vebementer  afíiciebat.  Eodem  autem  anno.  translationis 
sacratissimi  corporis  Bcati  Fclicis  Christi  Confessoris  ,  61 
longe  ,  lateque  per  universam  regionem  divulgatis,  atque 
á  multis  expertis  miraculonim  signis  ,  ac  crebris  ab  ipso 
infirtnis  Gollatis  beneficiis ,  híac  fama  excitalus  praefatus 
yir,  cum  sua  miseranda  conjqge  ad  audita  suíFragia  beati 
virí  cum  fiducia  boni  desiderii  disposuit  pergere.  Quinta 
vero  die  post  Domini  nostri  lesu  Clirisíi  natale,  Monas- 
terium  Beati  iEmiliani  intrant  ,  loco  sacrae  memoriae  Bea- 
ti Felicis  Presbyteri  cum  devotione  ,  qua  poteraui  ,  se 
reprsesentant ;  muneribus  ,  quamvis  vilibus  ,  &  exigris 
tamen  Deo  acceptaiibus  ac  preiiosis  de  paupertatula  sua 
eumdem  locum  honorant ,  &  ut  Sanélus  sui  misereri  dig- 
naretur,  plorant ;  quatiiius  sua  piissima  intercessione,  im- 
portuna depulsa  caciíate  ,  debitas  referrent  gratías  om- 
nium  creatori ;  necnon  &  laudes  rependerent  suo  pió  cu-r 
raíori.  In  hac  itaque  supplicatione  biduo  permanentes ,  di 
nulla  intermissione  ab  ea  cessantes  ,  tertio  die  vir  Do- 
mini adest  petirionibus  se  devote  ,  obniseque  petentium, 
atque  inimica  depujsa  ccecitate  ,  perRcíe  reddidit  mise- 
rabili  miiiieri  optatum  visum  cculorum  per  Icnga  tem- 
porum  spatia  perditum  ,  &  quae  alieno  dudu  venerat  ad 
Sandi  Felicis  mérito.  veriCrbüia,  prcprio  lumiiie  gressys 
suos  regente  ,  gaudeiis  &  Deum ,  suumcjue  curatorem 
beatura  Felicem  benedicens  ,  incolumis  rediii  ad  propria. 

De  puella  d  debilítate  manus  s anata,. 

A  Lia  quaedam  puella  ,  nomine  Anderecea  ,-  vici  qui  voca- 
tur  Puras  íncola  ,  eodtm  anno  trarislatiouis  Beati 
Felicis  quadragesimali  tempere  ,  quadam  Sabbati  die  ad 
occasum  jam  descendente  ,  &  omni  csetera  tuibavillaead 
ofíicium  vespertinaie  consueto  veto  properante  ,  jussis  siii 
pa  tris,  cogen  tilas  ^  pistxjrise  paijum  arti  crat  intenta,  á 
irequeutia  populi  ad  JÉcclcsiam  properaníi ,  inrevfcfenri  ¡U 

íe- 


454  España  Sagrada, 

femcraria  presumptioae  sequestrata  atque  separata  ,  quarrt 
síatim  divina  ultio  est  inseciita.  Dcnique  súbita  vehe- 
Tjentissimi  dolófis  gravedine  irruente  est  percussa  ;  &  in- 
vsuper  una  manus  ejus  est  funditus  incurvata  ,  &  omnino 
inutilis  ad  omne  opus  reddita.  Cogeute  igitur  dolore  ni- 
mio ,  &  infelici  incurvatas  manus  intolerabili  ,  &  incre- 
dibili  incommodo  ,  ad  Beati  Felicis  Ecclesiam  in  monte, 
qui  Ancha  vocatur,  sitam  ,  miserabiJis  contrata  puella 
perrexit  ;  ubi  aliquantisper  morata  ,  nimias  dolor  aliquan- 
tülum  quicvit :  sed  centralita  manus  ín  suae  debilitatis 
deformitate  permansit.  Mónita  itaque  á  suis,  venit  ad 
sufFragia  Beati  Felicis  Confessoris  in  Monasterio  Sandi 
iíímiliani  quiescentis  ,  die  Sabbati  ,  liora  vespertinali, 
jmminentibus  in  crastinum  festivis  gaudiis  ramorum  Pal- 
m.irum.  Quo  in  loco  orationibus  insistens  continuis  ,  ac 
peinodans  assidnis  vígiliis  ,  per  meritum  ,  &  intercessio- 
nem  beati  viri  praestolabatur  misericordiam  ómnibus  affluen- 
tem  clementissimi  Domini ,  non  diffidens  suae  infirmitati 
á  Domino  clementi  miserationis  respedu  subveniri.  Ad- 
veniente igitur  no¿te  Coens  Domini  ,  pervigil  ante  sa- 
.cram  aram  stans ,  &  supplici  devotione  Deum  exorans, 
&  BeatumConfessorem  Felicem  ,  ut  sui  misereretur,  ex- 
postulans  ,  cogente  nimia  fatigatione  obdormivit :  sed  sta- 
tim  expergefada  surrexit,  manumque  suam  olim  contrac- 
tam ,  nimio  ardoris  incendio  cremari  sensit ,  ac  nimis  tre- 
mebunda ómnibus  circunstantibus,  quia  ardoremcontrac- 
tíE  manus  pernimium  patiebatur  ,  indicavit.  Horum  ergo 
monitu  Ecclesia  exivit  ,  contradam  atque  cremantem 
manum  aqua  lavit ,  quae  statim  ab  ardore  ,  &  á  contrac- 
tione  manus  est  liberata,  &  pristince  sanitati  de  integro 
reddita:  quod  cementes  omnes  príesentes  ,  Deo  cum  mag- 
na cordis  laetitia  laudes  decantaverunt  ,  gratias  egerunt, 
&  nomen  ejus  per  omnia  saecula  benedidum  benedixe- 
runt;  meritaque  sandi  viri  dignis  laudibus  extulerunt. 
Puella  vero  excptata  salute  recepta  ,  hilaris  atque  inco- 
Jumis ,  mirante  omni  praeseati  populo ,  reversa  est  ad 
propria.  ^^ 


De  alia  cceca  ilhmimtai '\rA,x^  xX\ 

A  Lia   rursus    mulier,   nomine  Tota  ,  de   Villa  vocata 
Petrosa   orta  ,  quse  in  territorio  ,  quod  vqlgari  nun¿f 
cupatione  dicitur  Ulbere  rivus,  est  sita,  per  spaiia  septe'm 
annorum  funditus  ,  ut  est  noíum    patriotiv  ómnibus  ,  ]«-■ 
men  oculonim  perdiderat  ,  !&¿    augmentatione    sin   nimii; 
cruciatus  etiam  longaevse  vetustatis    senio  confeéta  erat» 
&  insuper  egestatis  taedio  ómnibus  viventibus  jm.portuna 
laborabat  ;  qua  miserenda   afflidione   omnino  pressa  ,  & 
trita  ,  atque   contrita  de  prolongationesuíe  vitse  ,,Óc  mor- 
tis  tarditate  vehementer  dolebat.  Hic   denique  mos   ora^: 
nibus  mortalibus  esse  cognoscitur  ,  &  ideo  per   qiiemdarrj 
prudentem  hoc    satis    vero    intuitu    cordis    inteiiigentem 
dicitur;  O  mors  ,  quam   dulcís  es  amare  viv-cntibusJ.Audi- 
ta  igltur  Felicis  patiis  nostri  miracu.lojum  fama/,  ad'vener- 
rabile-,  Monasteriuin  ,  in  quG  saiiáissima  ililius   membra  4 
loco,  in,  quo  priniitU:S  fuerunt   tpmulata  , -suEt   translatai; 
&  credufltur  recóndita,  á    familiaribus   suis   est   deduda, 
&  sacratissirno  loco  ipsius   mem.oriae  est  oblata.  Vesperas- 
cente  ergo   die  ,  in  quo  Ecclesiastica  traditione  festivitas 
Beati  Torquaii    celebratur  ,  ac  veneratur.  al>    universali^ 
cliristiana  plebe  •,  in  illa    noéle  sacras  vigiliarum   exuvias», 
devota,  observaticne  ,  &  religiosa  intentione.temiit.  Pie  vera 
sequenti  illucescente- missarum    soltminiis  cum  petera  su-' 
perveniente    ad  sufrVagia    beatorum  ccnfessorum    Christi: 
Felicis ,  &  iEmiliani  plebe ,  inicrfuit  ,  .inrer  qu^  ídeliter; 
ad  altare  accésit,  debitam  reverentiam  pro  suo  :sctre ,¡64- 
posse  exbibuit,  orationem  fidcpler.am  effudit  :  ac  paUiis- 
ejusdem  altaris  oculos  suos   diuí|na   tenebrarum    caligjn«, 
obnubilatos   linivit  ,  &  statim  lumen  diu  perdltum  recepit: 
gratias  Deo  &:  sandis  egit  ;  6c  ad  propriam  patriara  curo,. 
gaudio  ¿t  exultatioíie  rediit*  ^bT«.:a 

.;  ,irH 

J>e 


4  *5  5  España  Sagrada. 

De  quodarri'fratre  sanato  ab  humefi  dolare, 

QUidam  frater  de  Beati  /EmÜiani  coní^re^atioae,Gár- 
sia  nomine ,  cruciabatur  magno  sjt  nirnert  dolore: 
etenim  tanta  erat  vis  ÜIílis  doloris,  ut  penitus  tól-' 
leret  á  brachía  omne  opus  s'i«  utiiitatís.  In  ipsa  autem- 
t'ranslatione  corporis  Beati  Feücis  áderat  prcesens  cunrr 
eeteris  fratribns,  nimium  de  molestia  su-e  iafiríniraiis  moes- 
tus»  &  anxiiis,  de  recipieiida  sanitate  jam  pene  diñisus: 
Domniis  autem  Abba  Blasius  prudenti  consiüo  iisus ,  & 
Víva  ñde  plenas ,  uE  eum  respexit,  ¿k  veheminter  tribu-' 
hari  eum  de  incomnodo  sui  inf^'t-nii,  inteiiexit:  ma^dtf 
sacro  corpore  Beati  Fe)icis  ^  antequam  silo  lóculo  condere- 
tur  y  unam  ex  costis  accepit;  loco  doloris  ipsius  humeri 
apposuit ,  6c  hoc  faéto  sine  uila  temporis  mora  omnis 
infirmitas  a^-frdtris  humero  recessit  ,  prístina  sospitas  re- 
diit  ,  Ói  Félix  'beatissimus  ac  misericordissimus  taliter  dú- 
plex beaefiátiim  sibi'  faníulantium  ,  &  corpus  suum  hono^ 
rifice  transferentium ,  &  studiose  recondentium,  impendit.' 
Lgetabatui-  denique  frater  de  recepta  sanitate  :  gaudebat 
©.'omniís  Abba  Blasijueum  omni  Deo  devota  coogregaíione 
detam  a^rte  cognita  corporis  beati  viri  vircate,:  attanaen 
^éadíMQ  infinnitas'  denuo  ad  enmlv^m  fratrem  occulto  Deí 
JtídicfO'i'ediit ;  sed  rursus  ille  eum  fide  ad  medícum  suum, 
scilicet  ad  Beatum  Felícein  recurren;,  absque  omni  dila- 
fione  desideratam  sanitatem  perfecté  recepit.  Deni<}ue 
nullus  fiieriüm-  ^rrkvlter  debet  ferré  se  molestari  gravi 
vel  assidua-  ínfirmitaté  corpórts  :  scriptiim  est  certe  di- 
Vina  áapientíá  docente:  QMem  DoiiJnus  dilrgit,  torrípit, 
&  flagillít  omaem  fili'Aii  ,  quem  redplt  :  q-rera  enim  Do- 
minas amit ,  iilt  pie  ñ-jgella  cor  pora  lia  as.sidtLit ,  ut  cor- 
piraliter  íiagellando  ai)  eelernae  mortis  flagello  miseri- 
cordissimí  pietate  eripiat.  Ouapropter ,  fratres  diledissi- 
mXy  io  omni  temoore  Domiaurn  noslrum  benedicamu?, 
&  in  omni  tempore  justum  judicium  custodiamus ,  &  ve- 
ram  justitiam  faciamus,  ¿c    Beatum  Felicem,  6c  ipsius  me- 

íV- 


Apéndice  IX.  4J7 

ritis  non  inferiorem  Sandum  y^milianum  amemus ,  laude- 
mus  ,  &  puro  mentis  affedu  ipsis  serviamns ;  hoc  nempe 
facientes  cum  eis  ad  seterna  gaudia  perveniemus. 

Ve  quodam  paralj'tico  sanato. 

Quídam   alius   vir  nobis  funditus  ,  &  nomine  ,  &  na- 
tione  ignotus ,   tempore  transiationis  corporis    Bea- 
ti  Felicis  Presbyteri  ,  venic  ad   Monasterium  Beati 
-ffimiliani  ,  qui  omnino  monstruosa  tortione  amborum  suo- 
rum  pedum  erat  debilis  ;  denique  pedes  ipsi    penitus  ca- 
rebant  effigie  corporese  imaginis :  nam  contra  omnem  na- 
turam  humani   corporis,  pars    utrorumque    pedum    illius 
anterior  erat  posterior ,  &  é  contra  posterior  erat  anterior: 
qui  supplici  voto,  &  humili  devotione  ad  suíFragia  Beati 
Felicis    veniens  ,  &  altari    ipsius   memoria  ,  &   corpore 
decorato  se  oíFerens ,   sine  omni   düatione  ,  quod    petiit^ 
est  consecutus  :  &  compositis  sat  bene  gressibus ,  &  natu- 
raliter  ,  ut  supradiximus ,  monstruosis   pedibus  cum  decora 
honéstate  ,  ad   propriae    habitationis  locum   est   regressus 
cum  magna  velocitate  ,  cernentibus  ómnibus  loco  venerandi 
altaris    adstantibus.    Non   solum    autem    aujbulando  ,  sed 
etiam    exiliendo  á   Monasterio    Beati    iEmiüani   festinavit 
recedere  ,  &  ita   fetinanter  labox'-avit  absredere  ,  ut  nulli 
fratrum  Monasterii  fas  fuisset  locum  ,  vel  patriam  ipsius 
paralytici  á  Beato  Felice  sanati  requirere;  atíamen ,  quod 
de   eo  diximus,  veré  fadum  esse   creditur  ,    praesentibus 
enim  ,  &    videntibus    idoneis   testibus  roboratur  ;  quibus 
ipse  non  solum  ambulando  ,  sed    etiam  quod  fortius ,  ac 
robustius  est,  exiliendo  more  Paralytici  ad  Speciosam  por- 
tam  templi  sedentis  Petri  jussione  ,    &  Joannis  coopera- 
tiene  sanati ,  bases  &    plantas   suorum   pedum  esse  sana- 
tas  ,   ac  solidatas    ostendebat   ,  quibus    ómnibus    dicebat: 
Nostis  omnes  me  de   útero  matris   meíe   claudum    natum 
fuisse,  &  usque  ad  hoc  tempus  in   illa  claudicatione  ,  & 
in  pedum  meorum  monstruosa   deformitate  mansisse  ,  sed 
nunc  per  Beati  Felicis  merita  videte  me  sanatum  faélum 
Tom,XXXllL  Mmm  es- 


458  España  Sagrada. 

csse  ,  &  ideo  omni  ex  corde  omnes  mecum  Deum  omr 
nium  bonorum  larj^itorem  benedicite  ,  ipsi  gratias  de  óm- 
nibus beneficiis  vobis  gratuita  concessis  ab  eo  reddite  ,  & 
Be  itum  Felirem  pro  suis  inagiiis  meritis  laiidate  ,  hono- 
rificate  ,  &  debitiim  venerationis  officiuin  impen.iite  ,  ut 
sicut  ego  ab  ipso  merui  sanari  á  corporis  mei  dcbílitate, 
ita  vos  ¡néreairiini  satiiri  ab  omni  pecc;Uoruin  vestrorum 
numerositace.  His  didis  ad  propria  recessit  inco!?imií?, 
propitiunte  Domino  nostro  Jesu  Christo  ,  qui  cum  Patre 
ík  Saadü  Spiritu  vivit  óc  regnat. 

X. 
IN   TRANSLATIONE 

BEATI    FELICIS 

PRESBYTERI   ET   CONFESSORIS. 


AD   VESPERAS. 

Capitul.  Justus  cor  suum 
tradet, 

IV.  O  pater  egregie,  nos  fá- 
mulos tuos  doce  ,  ut  ad  viam 
seternse  vitae  mentium  diri- 
gamus  cursus.  Ps.  Te  duce. 

^.  Exora  pro  nobis  Fé- 
lix Confes'íor  ,  ut  mente  sin- 
cera mundi  conteminamus  ca- 
duca. P.  Te  duce.  Gloria. 


H  Y  M  N  U  S. 

C"^i^lorum  CbristeRex  pie, 
y  Piebem  tuam  tu  réspice, 
Cujus  est  delere  cuipam, 
Vitam  daré  perpeiuam. 
Gratia  tua  iliumina 

Nostra  delendo  crimina, 
Ut  valeamus  annua 
Saíiéti  laudare  merita. 
Domini  Félix  Confessor, 
Nostrorum  sis  iutercessor, 
Tuis  in  laudibus  digna 
Nostra  promnnt  eloquia. 
^miliaiii  magister 

Vian 


Apen 
\    Viam  pandisti  &  íter, 
Quo  ad    superiium  domi- 

niim 
Possit  dirigere  gressum. 
Dodor  fuisti  nobiüs, 
Pacem  obtine  servulis, 
Tiiisque  exorantibus 
Nostris  faveto  precibus. 
Per  tua  sacra  merita 
Nostra  dimittantur  mala 
A  Deo  Rege  polorum 
In  saecula  saeculorum. 
Amen. 
3^.    Os  justi  meditabitur. 

Ad  Magnificat,Antiphona. 
O  Félix  Eremita  ,  qui  me- 
ritis  in  hac  vita  meruisti  ha- 
bcre  discipulum  devotas  in- 
dolis  ^milianum  ,  noli  nos 
piissima  deserere  proieélio- 
ne  tui  indigne  fámulos. 

Oratio. 

INterveniat  pro  nobis  apud 
clementiam  tuam  omni- 
potens  Deus  Beati  Felicis 
Confessoris  tui  felix  inter- 
ventio  :  &  cujus  gaiidemus 
festivo  translationis  solem- 
nio  ,  ejus  piis  patrociniis 
pervenire  mereamur  ad  pe- 
rennia  gaudia  summae  beati- 
tudinis.  Per  Dominum. 
Ad  Nodurnos.  ínvitatorium. 
Corde  sereno  laetemur  in  Do- 


dlce  X,  459 

mino.  P.  Qui  Confessorem 
suuín  Felicem  laureavit  in 
Cíelo.  P.  Venite  adoremus. 

HYMNUS. 

ANgelorum  consortium 
Et  militum  cslestium, 
Hodie  clangant  Domino 
Laudes  de  corde  sereno. 

Líetari  decetDomini, 

Torporem  mentis  deprimí, 
Celebratur  in  libano 
Cum  Felicis  translatio. 

Visione  demonstratur, 
Ipsi  fratrideclaratur 
Parieti  tam  proximum 
Sandi  Felicis  tumulum. 

Perforara  congerie 
Odor  resultat  hodie, 
Qmo  Corpus  felicissimum 
Mireflragrat  per  tumulum. 

Jubilantes  in  termino 
Vota  offerunt  Domino, 
Cujus  pia  clementia 
Conditur  in  Ecclesia. 

Per  ejus  sacra  merita 
Nostra  dimitiantur  mala 
A  Deo  Rege  polorum 
In  saecula  saeculorum. 
In  primo  Noálurno. 
Antiphonae. 

Elecli  igitur  fratres  duode- 

cim  ascenderuíit  ardiiam  ru- 

pem,  in  qua  devota  intentio- 

ne  divina  mysteria  celebra- 

runt. 

Mmm  2  Psal- 


España  Sagrada. 
Unius  Confes-  etianiToIetiim  urbem  regiam 
retinentem  ,  totius  Hispanice 
monarchiam  á  spurcissimí 
gente  Agarenorum  dudum 
impugnatam  ,  &  expugna- 
tam  ,  &  iisque  ad  témpora 
sui  regni  eor.um  turpissima 
violentia  subadam  ,  capti- 
vatam  ,  &  oppressam  ,  con- 
cedente  misericordia  Domi- 
ni,  viriliter  de'^udante  ma- 
nu  militari  ,  pristince  liberta- 
ti  nobilitatique  restituit. 
Tu  autem. 

I^.  Confessor  Christi  Fé- 
lix ,  felicem  meruit  habere 
discipulum.  P.  Per  quem  ejus 
vita  mundo  claresceret  glo- 
riosa. 

f,  Sanélus  igitur  iEmilia- 
nus  divina  gratia  illuminatus 
hunc  elegit  Dodorem. 
P.  Per  quem. 


460 

Psalmus 
soris  non  Pontificis. 

Aña.  Cum  timore  ac  tre- 
meré accesserunt  ad  sepul- 
chrum  in  summitate  rupis  in 
orientali  parte. 

Aña.  Perforata  congerie 
invenerunt  ligneum  sepul- 
chrum,  in  quo  erat  pretio- 
sum  Corpus. 

Aña.  O  quam  humilis  lo- 
cus  retinebatthesaurum  mag- 
num  ,  omnium  thesaurorum 
purissimi  obrizi  pretiosissi- 
mum. 

Añj.  Erat  itaque  sepul - 
chrum  ,  sicut  in  visione  fue- 
rat  fatri  demonstratum  ,  pa- 
rieti  altaris  contiguum- 

Aña.    Egressa  est  de  tú- 
mulo suavissimi  odoris  fra- 
grantia  ,  odoribus  omnium 
aromatum  prseponenda. 
3^.     Amavit  eum  Dñus. 


Leélio  i. 

CUM  gloriosus  Rex  Alde- 
phonsus  ,  fiüus  Ferdi- 
nandi  Regís  strenuissimi, 
apud  Hispaniam  arcemtene- 
r.timperii,  &  undique  re- 
sistentes sibi  innumerosis 
príeclarisqiie  vidoriis  suo 
subjugasset  dominatui  ,  Ín- 
ter suos  nobüissmiris  fre 
quentissimosque    triumphos, 


Ledio  ii. 

Eligiosoque  cuitu  chris- 
tianitatis  ampliavit:om- 
nigena  honéstate  decoravit, 
&  insuper  Papa  Sedis  Apos- 
tolicae  annuente  ,  &  eidem 
repise  urbi  antiquam  archi- 
prsesulatus  infulam  reddente, 
cum  acclainatione  deri  & 
populi  Archiepiscopum  in 
ea  ordinavit. 

I^.   Félix  athleta  in  humi- 
li 


j4pendice  X.  4<íi 

11  rupe  summo  Creatori  fa-     Dominum,  Sí  illic  per  muí- 


inulans.  P.  Gre^sum  direxit 
suum  ad  supernum  regnum, 
^.  Contemptaqiie  vaniía- 
te  soli  Deo  placeré  deside- 
rans.  P.  Gressum. 

Leélio  iii. 

HOC  itaque  tempere,  quí- 
dam venerabilis  Mo- 
nachus  nomine  Blasius ,  vir 
bene  Relijíiosus,  in  Monas- 
terio Sandi  i?5miliani  sito  in- 
tra  Calagurritanum  terriío- 
rium  onus  pastorale  gerebat. 
Quod  ut  possibile  est  hu- 
manae  fragilitati  ,  &  quan- 
tum hominibus  datum  est 
cognoscere  ,  exemplo  ¿£  ver- 
bo decorabat, 

IV.  Perforata  congerie  ín- 
venerunt  ligneum  sepul- 
chrum  ,  in  quo  erat  pretio- 
sum  Corpus.  P.  Beati  Feicis. 

3^.  Ablata  itaque  opertio- 
ne  sacri  tumuli  non  est  pas- 
sa  pietas  Domini  forc  cocui - 
tum  meiitum.  P.  B.  Felicis, 

Ledlio  iv. 

HÍC  itaque  Ahbas  nni- 
dens  reperiens  in  Bea- 
ti /í^miliani  gestis  ,  virum 
Dci  Felicem  Presbyterum  iíi 
Castro  Biiibiensi  migrusse  ad 


ta  curricula  temporum  esse 
recondiuim  ,  &  pené  inacce- 
sibill  difficultate  Castri  fre- 
quentem  populorum  prohi- 
bente  accessum  ,  in  residuo 
internae  mentís  desiderio  ses- 
tuabat. 

^.  O  pater  egregie  nos 
fámulos  tuos  doce  ,  ut  ad 
viam  seternae  vitae  mentium 
dirigamus  cursus.  P.  Te  duce. 

il.  Exora  pro  nobis  ,  Fe- 
lix  Confessor  ,  ut  mente  sin- 
cera mundi  contempnamus 
caduca.  P.  Te  ducet  Gloria. 

IN  II.   NOCTURNO. 

Aña.  Tanta  erat  vis  illius 
doloris,  ut  penitus  íolleret  á 
brachio  omne  opus  suae  uti- 
litatis. 

Aña.  Erat  frater  quidam 
de  modestia  suae  infirmitatis 
anxius  ,  &  de  recipienda  sa- 
nitate  jam  pene  diffisus. 

Ana.  Venerabilis  namque 
Abbas  unam  ex  costil  sacri 
corporis  Beati  Felicis  loco 
doloris  apposuit,  ¿¿  sine  ulla 
mora  infirmitas  recessit. 

Aña.  Prístina  sospitas  re- 
diit  ,  &  sibi  famulairtibus 
bt-neficium  impenuit. 

Aña.  Ls'abatur  frater  de 
recepta  sanitate  ,  gaudebst 


4^2  España  Sagrada, 

deni^iue  tota  plebs  de  tam 
aperte  cognita  Beati  Felicis 
virtute. 

.  Aña.  Qiinpropter  ,  fratres 
charissimi  ,  Deum  beiiedica- 
ínus ,  h.  Beato  Felici ,  ejus- 
que  devpto  discípulo  Emilia- 
no puro  mentís  afFedu  ser- 
víamus. 


Leélio  vi. 


Ledio  V. 

I"^T  quo  ingenio  vel  labore 
^  prcefati  famuli  Dei  Fe- 
licis Presbvteri  artus  de  tam 
iuhabitabili  ac  vili  loco  ad 
Ecclesiam  Sandi  jEmiliani 
ipsius  discipuli  transferret, 
laborabat ,  ubi  honorifice  re- 
conditum  ab  omni  populo 
Veneraretur  ,  &  ipse  popu- 
Uis  ip.sius  meritis  &  preci- 
bus  tueretur  ,  &  ab  ómnibus 
i-ncursibus  inimicorum  visi- 
biiium  &  invisibilium  ejus 
obtentu  defenderetur,  patro- 
cinio frueretur  ,  pra^sentia 
laetíficarctur. 

JJ?.  Aperto  túmulo  sacri 
corporis  egressa  est  suavissi- 
mi  odoris  fragrantia.  P.  OJo- 
ribus  oainium  aromatum 
praeppnenda. 

;:..  5í%  Refert-bant  dcnique 
adstantes  ,  ¡k  cum  magna  sa- 
cramenti  testífijatione  díce- 
bant.  P.  Odoribus. 


QUod  suum  justum  & 
laudabile  desiderium 
cum.  fratribus  retulis- 
set ,  &  quid  animo  gereret 
palam  exposuisset,  unanimi- 
ter  omnes  Deo  gratias  refe- 
rentes in  magnam  exultatío- 
nis  vocem  proruperunt ,  ac 
desiderium  Abbatis  justum 
&  bonum  esse  conclamave- 
runt. 

^.  Devoti  itaque  Mona- 
chi  cum  digna  veneratione, 
&  debiti  cultus  executione 
sacra  membra.  P.  Devote 
tradantes  sacri  corporis  sen- 
serunt  fragrantiam. 

1^.  Devotus  circunstans 
clerus  cum  ingenti  exulta - 
tíoue  caeleste  thesaurum  in- 
venit.  P.  Devote  tradantes. 

Ledio  vii. 

ABbas  igitur ,  ut  erat  vir 
solertissimus ,  &  nuUa 
industria  justoe  ac  redas  ra- 
tionis  indigus ,  intra  sui  cor- 
dis  arcana  coepit  diligenter 
considerare  ,  &  sagaciter 
perpendere  ,  quia  licet  cundi 
suum  desiderium  laudarent» 
&  ut  ad  efFedum  perduceret 
parí  consensu  admonerent, 
ta- 


Apéndice  X. 


'tamen  jiidicavit  non  pose 
juste  ,  &  sine  inquietjdine 
compleri  absque  aiidoritate^ 
&  adminiculo  resalí. 

IV-  Interea  fama  hujus, 
pr3Eclariss¡miCoufe>^,soris  óm- 
nibus re,-;ionis  populis.  P.  In- 
notujr  citissimo  volatu. 

3^.  .Beati-Fciicis  sanétissi- 
mum  Corpus  de  Castro  su- 
blatum  ,  &  ad  suí  'almi  disci- 
pulí  Monasterium  deporta- 
turné  P.  Innotuit. 

Leélio  viii. 

ACcepto  itaquc  hoc  tam 
salubri  consilio.  &  qui- 
busdam  fratribus  boni  testi- 
iTiOnii  viris  secum  adjundi-s 
ad  supranominatum  Alde- 
fonsum  Regem  perrexit :  de- 
siderium  ,  quod  animo  reti- 
nebat,  aperuit,  &  ut  eo  an- 
nuente  ac  juvante  complere 
posstt  ,  expetiit. 

I^.  O  felicissimum  íhesau- 
rum  in  arda  rupe  conditum, 
&  in  pro!is  basiiica  egregie 
collocatum.  P.  Dignare  tuis 
precibus  nobis  esse  advoca- 
tum.  ■.  í'il 

t,  Praebe  opem  nobis  í)o- 
trinum  precando  ,  ne  culpa 
gravi  ruamus  ad  ima.  P.  Dig- 
nare tuis.  Gloria. 

Ad  Cántica. 


4^3 


Aña.  ín^erea  fama  prae- 
clarissi»ní  operis  innotuit  B. 
Feiicis^  Corpus  sacratissimum 
-de'  'Ca-tró  BMibiensi  subla- 
tum  ,  &  ad  sui  almi  discipu- 
ii  Moriasterium  deportatum. 

•  Canticum.  Beatus  vir. 

•  .3(^     Justus  ut  palma   flo- 
rebit. 

Evangel.  Ncmo  lucernam 
accendit  ,  cum  sua  honñlia. 

T)¿.  ix.  Dominica  die  pue- 
rulus  quidam  medio  nodis 
tempore  percussus  gravis  in- 
firmitatis  invaletudine  ,  \\t 
sursum  vultum  non  posset 
erigere.  P.  Caput  queque 
pedibus  adhíerebat. 

t-  Beatissinii  Feücis  meri- 
tis  ¿¿  precibu?  prinjíevaesos- 
pitati  est  redditus.  P.  Caput. 

I^'.  X.  Félix  Confessor  ,  qui 
noxios  ardores  iufelicis  pas- 
sionis  á  membris  depuüsti.  P. 
&  pristin.e  sanitati  inñimum 
restituisti. 

t,''  Benigna  ifeiserationá 
adjüva  ,  6í  in  viam  saiutis 
conserva  tuum  celebrantes 
devote  festum.  P.  Et  prís- 
tina; ' 
í"^^.  xí.  Non  distulit  Sandusf 
Feiix  clementer  exaudiré  hu- 
miles  preces,  sed  brevissimo 
spatio  temporis.  P  Depulsa 
est  iíifirínitas  defedionis. 

3^.    Largitus  est  suo  devo  - 


464  España 

to  serviilo  optatiim  donutn 
expostulatLe  sanitatis.  P.  De- 
pulsa. 

I^'.  xii.  O  venerande  Con- 
fessorChristi,puritatem  mcn- 
íium  obtine  tuis  gaudia  fes- 
tiva colentibus  Moiíachis.  P. 
Ut  praeclaro  lumine  utriusque 
patroni  ture  feÜv-ritatis  per- 
fruamur  claritate. 

3^.    Gaudere    &  exultare 
nos  oportet,dileétiss!mi,  quos 
grate  tantorum  praesentia  pa- 
íronorum  dlgnata  est  deco- 
rare. P.  Ut  praeclaro.  Gloria. 
íV.    O  venerande. 
Te  Deum  laudamus. 
Evang.  Nemo  lucernam. 
Oratio.     Intervenlat    pro 
nobis. 

ín  Laudibus  Antiphoae. 
Félix  Confessor  felicem  ha- 
buit  discipulum  totius  Hispa- 
nia3  iLicem  Beatum  M<m\\3.- 
num.  Pá.  Domiiius  regnavit. 
Ana.  Adiit  magistrum  B. 
Felicem,  á  qiio  est  institutus 
\n  supernum  regnum  dirigere 
cursuin.  Ps.  Jubílate. 

Aña.  Qa;a  tuis  in  laudi- 
bus diern  occupamus ,  placa 
nobis  Deum  Feüx  athleta 
Christi.  Ps.  Deus  Deus  meus. 
Aña.  Tuis  precibus  nos 
refove  pie  pater,  qui  perpe- 
tua frueris  benedictione.  Ps. 
Benedicite. 


Sagrada, 

Aña.  Tuatn  réspice  fami- 
liam  Félix  Confessor  ,  ut 
tuis  almis  precibus  plaque 
discipuli  intercessione  utrius- 
que mereamur  perfrui  so- 
cietate.  Ps.  Laúdate  Domi- 
num. 

Capitul.  Justus  cor  suum. 

I^.    Justum  deduxit. 

HYMNUS. 

IN  laudem  summi  principis 
Cantemus  Sandio  Felici 
Jocunda  vocis  carmina 
Pro  ejus  summa  gloria, 

Félix  in  rupe  terminus, 
In  quo  permisit  Dominus 
Sacri  sui  Confessoris 
Laudes  resplendere  oris. 
Proximatur  discípulo 
Emiliano  cuculo 
Quorum  sánela  sufFragia 
Coruscant  in  Hispania. 

Sanéli  viri  precamine 
Nodis  medio  tempore 
Adolescens  liberatur, 
SaUís  prima  restauratur. 
Per  ejus  sacra  merita 
Nostra  dimittantur  mala 
A  DeoRege  polorum 
In  süeculasseculorum. 
3^.   Osjusti  meditabitur. 

Ad  Benediélus. 

Aña.   MuÜer  quaedam  css- 

citatem  oculorum  per  longa 

temporum  curricula  patien^ 

piis 


Apéndice  X. 


465 


püssíma  intercessione  Beati 
FeÜcis  ,  depulsa  importuna 
csecitate  perfedam  obtinuit 
curationem  ,  &  Beatum  Fe- 
licem  benedicens ,  incolumis 
redit  ad  propria.  Ps.  Bene- 
didus. 

Oratio.  ínterveniat ,  &c. 

Per  horas  diei  Añae  Laudum. 

Ad  Tertiam. 

Capitul.  Justus  cor  suum. 

Versiculi  de  Nodurnis,. 
.   Oratio.  ínterveniat. 
Ad  Sextam. 

Capitulum.  Collaudabit, 

Oratio. 

OMnipotens  aeterne  Deus, 
majestatis  tuse  poten- 
tiain  humiliter  imploramus, 
ut  sicut  praesentem  Eccle- 
siam  sacro  corpore  Beati  Fe  • 
liéis  Confessoris  tui  miseri- 
corditer  decorasti ;  ita  ipsius 
meritis  &  precibus  á  pericu- 
lis  ómnibus  liberati ,  ad  oeter- 
na  gaudia  pervenire  valea- 
mus.  Per  Dominum. 


xit. 


Ad  Nonam. 
Capitulum.  Justum  dedu^ 

Oratio. 


ADesto,Domine,  precibus 
nostris  ,  quas  in  Sanéti 
Felicis  Confessoris  tui  festi- 
vicate  deferimus  ,  ut  qui  nos- 
trse  justitiae  fiduciam  non  ha- 
bemus,  ejus  ,  qui  tibi  placuit, 
precibus  adjuvemur.  Per  Do- 
minum. 

Ad  Vesperas  quatuor  An- 
tiphonae  de  primo  Noélurno. 

Psalm.  Unius  Confessoris. 

Capitul.  Justus  cor  suum, 

IV.  Justus  ut  palma. 

Hymn.  Caelorum  Christe. 

)^.  Os  justL 

Ad  Magnificat. 

Aña.  Te  poscimus,gloríose 
Confessor  Félix  nomine,  feli- 
cior  vita  ,  felicissime  ssterna 
adeptione  ,  tua  Deo  accepta 
intercessione  caelestium  an- 
gelorum  ,  ut  mereamur  gau- 
dere  perfeéla  charitate. 

Oratio.  ínterveniat. 


XL 

FUNDATIO     MONJSTERII 

Albeldensis.  > 

rN  nomine  Sanél?e  ,  atque  individuae  Trinitatis.  Ego   hu- 

L  millimus  ,  <k  omnium  servoruin  Dei  ultimus ,  &  tamen 

Tom.  XXXm,  Nrní  gra- 


^66  España  Sagrada. 

p¡ratia  Dei  perfusus  Sancius  Rex  ,  simul  cum  iixore  mea 
•Tuta  Regina  ,  tibi  Petro  Abbati  vel  ceteris  fratribus  tecum 
in  timore  &l  amore  Majestatis  supernae  sub  vinculo  carita- 
tis  in  unum  commorantibus  perpetiiam  in  Dño.  felicitatem. 
Amen.  Denique  ordinante  Majestate  superna  ,  dum  esset 
térra  Spanise  áCtiristianis  possessa  ,  castella  ,  urbes  ,  oppi- 
da  quoque  ,  ruraque  quam  plurima  á  Cíiristianis  atque 
Ecclesiis  nimium  repleta  ,&  in  ómnibus  habereturReligio 
Christi ,  ac  deinde  nobis  ,  &  parentibus  nostris  assidue 
peccantibus  ,  &  cotidiana  detrimenta  ab  ejus  praecepíis  at- 
que opere  recedentibus  ,  equissimus  arbiter  juxta  meritum 
nostrum  ,  simulque  &  ob  correptionem  nostram  induxit 
super  nos  gentem  barbaram,  qu^e  per  infestationem  ip- 
sius  gens  incrédula  ,  &  persecutionem  eorum  rabidam 
jam  pene  á  Christianis  depopulata  eratSpania  ,  doñee  pros- 
piciens  ex  alto  Deus  aflidionem  populi  sui  ac  miseriam 
repressit  eorum  impia  audacia  ,  nostrisque  modo  tempori- 
bus  indignis  nobis  conferre  dignatus  est  ex  ipsius  hostis 
vidoria  reddens  illis  dominus  juxta  raanuum  suarum  ope- 
ra. Nostrique  in  partibus  amnis  Iberus  ,  qui  íustrat  Spaniam 
ex  utrisque  partibus  suis  quam  plurima  ,  opitulante  nobis 
superna  clementia,  comprehendimus  oppida  ,  urbes,  atque 
castella  ,expulsis  inde  atque  íncreduíis,quos  tum  Domini  pro- 
videntia  non  uno,  sed  diversis  eos  fecimus  habitare  in  locis 
non  cognitis  , teste  nobis  Sanda  Scriptura  ,  loquente  Domino 
per  Prophetam:  Dispersi  eos  per  omnia  regna  mundi,qu^  nes- 
ciunt ,  &  térra  desolata  est  ab  eis.  Haec  non  nostris  meritis, 
sed  Altissimi  dono  pietatis.  Ideoqueob  honorem  &gratiarum 
adionem  Creatoris  nostri  Jesu  Ciiristi ,  &  ad  laudem  no- 
minis  ejus ,  vel  triumphum  nuper  gestum  in  Vecaria  Cas- 
tellum  ,  quod  Dominus  noster  JesusChristus  nostris  dig- 
natus est  daré  in  manibus ,  sed  tamen  quia  Dei  sunt  om- 
nia &  quae  de  manu  illius  gratis  accepimus  ,  parva  ex  multis 
illi  ofFerimus  loca  ad  collaudandum  Dominum ,  atque  ibi- 
dem  Deo  deservientibus  dignum  ,  ut  amodo  ac  deinceps 
ad  laudem  nominis  Dfi  perenipniter  construere  Monaste- 
riuní  ,'  vel  Congregatlo  Fratrum  Deum  collaudantium  ,  & 
■:.,u  Vj  i  pro 


Apéndice  XT.  467 

pro  nostris  offensionibus  Deum  inclesinenter  orantium  ,  qai 
locus  vocatur   illorum   incredulorum  Caldea  iingua  Albei- 
da  ,  nosque  latino  sermone  nuncnpamus  Alba  ,  qui  es  si- 
tum  in  ñumine  nomine  Eyrocain  suburbio  Civitatis,  quaní 
supradiximus ,  Vecaria.  Igitur  sciat  omnis   posteritas  nos- 
tra  ,  qui  ex  nostro  descenderint  genere  ,  ortique  ex  Redo- 
rum  prosapia  ,  hunc   locum  pro  vidoria  ,  quam  nobis  Do- 
minus  noster  Jesús  Christus  super  gentem  perfidam  nuper 
donavit  Domino   perenniter  pro  Monasterio  tibi   cum   su- 
pradidis  fratribus  consecramus  devotisime  ,  &  sine  vi  ali- 
qua  exigentibus  ibidem  contulimus.  Si  quis  tamen  ex  nos- 
tris  successoribus  hanc   nostram  conaverit  conveliere   de- 
votionem  ,  quia  instindu  diaboli  minime   fieret  q%?>q  ,  cum. 
ipsis  impiis   atque  incredulis  ,   quos  supra   memoravimus> 
perpetuam  hic  &    in    ceternum    optineat    diram    damna- 
tionem  ,  &  sic  nostrum  votum  diutissime  sancitum  &  in- 
convulsum  permaneat.  Igitur  poscimus ,  ut  instruas  ,  opi- 
tulante  divina  clementia  ,  monasticam   ducere  vitam   se- 
cundum  Benedióli  Regulam  Patris  ,  vel  id  quod  á  Sanétis 
Patribus  didicisti  ,  absque  uUa  cundatione  subditos  imbua- 
ris.  Postremo  namque  liberam  babeas  facultatem  edifican- 
di ,   populandi ,  plantandi  seu  omni  aditu  loci  ejus  sepire, 
ut   pretereuntes  itidem  iiabeant  tugurium   liospitandi  ,  & 
quod  itidem  adunes  ibidem  Conventum  Monachorum  ,  qui 
tecum  monitis  praecedentium  patrum  devotis  mentibus  in- 
sequantur.   Adjicimus  etiam  ad  ejusdem  loci  in  dedicatio-' 
nem  Sandi  Martini  Episcopi  &  Confessoris  pro   lumina- 
ria ,  vel  altaria  Dei  seu  vido  &  segumento  fratrum  termi- 
num  ,  id  est  ,de  parte  superioris  loci ,  qui  dicitur  Loreto, 
Ecclesiam  Sandi  Pantelecnis  ,  vel  alus  ,  qui  ibidem  cons- 
trudae  sunt ,  &  ut  ceftius  exprimamus  torrentem  ,  qui  in- 
de  surgit  de  flumine  Eyroca  ,  seseque  vertens  ambit  unum 
monticulum  ,  qua  finita  torrente,  surgit  altior  linea,  quae 
pergit  usque  in  superiorem  montem  ,   quo  monte  dúo  saxa. 
existunt  in  ejus  fronte.  Et  ex  alia  parte  fluminis  de  aerbo 
petrarum  linea  reda  usque  in  margine  :   porro   de  parte 
inferioris  margine  ,  quae  pergit  de  ripa  usque  in  flumine, 

Nnn  2  ¿L 


4^8  España  Sagrada. 

6í  ultra  pirteQi  fluminis  de  confiuio  Villoe  quse  dicitur  Bo- 
yo. De  parte  Orientis  surr.mitaie  riparum  usque  ad  covam 
de  Sancho  Espina  ,  &  linea  reda  usque  ad  Sarcolam  Lupi 
Vertix.  Deinde  ad  lomum  cardenum  usque  ad  lacumSan- 
cii  Fortunii ,  &  deinde  ad  Unionem  &  vía  reda  ad  Vade- 
lum  ,  &  deinde  tendit  usque  ad  ripam  foratara  ,  &  ascen- 
dit  usque  ad  summitatem  vallis  lubricae  ,  &  deinde  linea 
reda  usque  ad  summitatem  montis  ,  qui  mons  dicitur  de  Al- 
belda. Ec  tendit  per  sjmfnitatem  montis  Albeldae  usque  ad 
ripam  de  Val  de  Taias.  Hoc  sane  quod  spoite  tibi  jam  su- 
prataxato  Petro  Abb:ui  vovimus,  simili  huic  modo,  qui 
post  te  successerit  de  filiis  tuis  in  sorte  sandae  reg^m'nis 
eandem  potestatem  habeat ,  vindicet ,  atque  possideat.  Si 
quis  tamen  hujus  scriptuae  tenorem  in  aüquo  conveliere  & 
mutilare,  vel  dicissere  nititur  pr^esenti  in  tevo  ab  utrisque 
privetur  luminibus  ,  bonis  ómnibus  careat  ,5í  in  futuro  cum 
justis  non  ascribatur ,  sedin  saecula  sxculorum  baratri  antra 
dimersus  penas  seternas  sustineat  luiturus.  Et  hoc  testamen- 
tum  á  nobis  rite  connrmatum  plenum  in  ómnibus  optineat 
firmitatis  roborem.  Fada  ScripturaTestamenti  nonas  Janua- 
rii  Era  DCCCCLX.^  ij."  anno  feliciter  Regni  nostriXX.^ 
Sancius  Serenissimus  Rex  propria  manu  hunc  testamen- 
tum  roborat,  &  confirmat. 
Tuta  Regina  confirmat. 

Oenneca  ejusdem  Prin  EnnecoGarseanuscon  Sunna  Abba   testís. 

cipis     filia     confir-        firm.  Vincencius /^bba  testis. 

mat.  Semeno     G&rseanus      Falcon  Abba  testis. 
Garsea  ejusdem  Prin-       conf.  Munnio  Abba  testis. 

cipis    films    confir-  Galmdus  Episcop.  ro- 

mat.  boravit. 

Blasquita  ejusdemPrin  Sesuldus  Episcop.   ro- 

cipis  filia  conf.  boravit. 

Jaunti  Abba  testis.  Abbolacen  testis. 

AnsericusAbba  testis.  Gudumer  testis. 

Blasco  Preibyter  tes  Garsea  Eneconis    tes- 
tis. tis. 

Enneco  Sancicnis  tes-  Endura  testis, 

ti¿.  RES^ 


XIL 


4^9 


RESTJURATIO     ANTIQVISSIMI 

Monasterii  S.   Columbee  prope  Tritium 
in  Beronibus. 

IN  nomine  Patris  ac  Filii  simulque  ex  ambobus  proce- 
dentis  Spiritus  Sancli.  Ego  hiimilis  ,  &  omnium  servo- 
run:i  domini  ultimus ,  &  tamen  De¡  gratia  Ordonius  Rex, 
vobis  fratri  Senoniani  Abbati ,  simulque  fratribus  ,  tccum  in 
timore  &  amore  majcstatis  supernse  sub  vinculo  cbarita- 
tis  in  unum  commorantibus  ,  in  Domino  Jesu  Christo  per* 
petuam  felicitatem.  Amen. 

Inspirante  bonitate  divina  ,  qui  quotidie  ingratis  bene- 
ficium  prestar  ,  &  se  blasphemantibus  exhibet  alimenta, 
Dum  esset  locum  beata?  ac  venerandcc  Virginis  Columbee, 
pro  infestatione  incredulorum  á  Christianis  desertum  ,  & 
cum  omnia  relidum  ,  qui  est  situm  in  suburbio  civitatis, 
quae  antiquitus  vocitata  fuit  Senonas ,  postea  quoque  disse- 
rente  tempore  derivato  cognomen  habuit  Tricium,  &  nunc 
nostris  temporibus  Naxara  appellatur  ,  dedit  eumdem  jam 
nominatum  castellum  ,  á  rivo  afFato  Naxara ,  manibus  nos- 
tris  á  Barbaris  possessa  ,  quos  cum  Domini  providentia  non 
Uno  sed  diversis  eos  fccimus  habitare  in  locis  non  cogni- 
tis,  teste  nobis  Sacra  Scriptura  loqueóte  Domino  per  Pro- 
phetam:  Dispersi  eos  per  omnia  regna  ,  qua^  nesciunt ,  <k 
térra  desolata  est  ab  eis.  Hiec  non  nostro  mérito  sed  :.lti- 
ssimi  pietatis  dono  ,  obinde  providentes  salubre  animíe  ccn- 
silium  ,  ut  &  hic  erepti  permaneamus  h  malo  ,  c¿  seterni 
metuendique  judicii  die  non  cum  hsedis  ad  siniftraiii  ,  sed 
cum  eledis  mereamur  conlaetari  ad  dexteram.  Evenit  no- 
bis, ut  tibi  jam  nominato  fratri  Senoniani ,  vel  ceteils  íratri- 
bus  tuis  facerem  scripturae  testamentum  de  jam  vocitatum 
locum Sanélae Columbas, ut  opitulante  superna  clementia  cni- 
nis  modi  ratione  teneas  &  curam  impendas  ,  ut  sit  ut  an- 
tea restauratum,  quod  dones  ibidem  fxatrum  mansione  per- 
pe- 


470  España  Sagrada, 

petua  ,   &  repelas  illa  de  omni  Monasterii  sandi   utilía. 
Adjícimus  ut  tibi   post  paratum-cjusdem   loci  pro  lumina- 
ria ,  velaque  ac  vestimenta   ad  atrium  Del  ,  prp  viduqi  & 
tegumentuin  fratrurn  ,  sive  pro  advenientia  pauperum  ,'vel 
peregrinorum  ,  unde  liumanitatem  denegatam  non  habe;int, 
id  est  de  Ecclesia  Sandi  Sebastian!  ,  de  parte  Castelü ,  & 
de  alia  parte  de  caput  inferioris  ,  &  de  alia  parte  de  media 
Maiaresci ,  &  ex  alia  parte  usque  in  monte  ,  deinde  usque 
in  térra  de  Ero.  Ut  sint   propria  Sanétae  Columbae  ,  h:ec 
omnia  vero  Deo  contulimus  ,  &  saepe  tibi  nominato  dona 
concessimus ,  ut  amodo   &  deinceps  sic  pastorum  ejusdem 
Monasterii  maneat  perennitate  confirmata,&  qui  hujus  testa 
mentí  scripturce  vel  in  módico  conveliere  voluerit  praesentt 
-in  sevo  ,  ab  utrisque  privetur   luminibus ,  S¿  bonis  ómnibus 
careat ,  ut  in  futuro  cum  justis   non  adscribatur  ,  sed  in  sae- 
cula  saeculorum  baratri  antra  dimersns  poenas  aeternas  susti- 
neat  luiturus  ,  &  hasc  scripturae  tibi    dona  hujusmodi  ob- 
tineat  firmitatis   robore.  Faéla  scriptiira  testamenti  sub  die 
XII.  Kalen.  Novembris  Era  DCCCC.LXl.   anno  feliciter 
Regni  nostri  nono,commorantibus  in  Dei  nomine  in  Cas- 
tellum  Naxara  ,  anno   Incarnationis    Domini    nostri  Jesu 
Chiristi    DCCCC.XXIII.  Ordonius   Serenissimus     Princeps 
huno  testamentum  manu  propria  confirmamus.  Aldefonsus 
ejusdem  Principis  proles  conf.  Sub  Christi  nomine  Albarus 
Dei  gratia  Episcopus  conf.   Sub  Ciiristi  nomine  Tiieudori- 
cus  Episcopus  conf.  Sub  Christi  nomine  Vitica  gratia  Epis^ 
copus  conf.  Abdelmondo  testis.  Fernando  Diez  test.  Aiba- 
ni  Ferramelíz  test.  Alloitus  Lucidi  test.  Albeitus  Nuniz  test. 
Gustius  test.  Didago  Ncpzi  test.  Didago  Diez  test.  Gutier 
Ermendez  test.   Fernando  Diez  test.  Ñunio  Albarez  test. 
Gutier  Assuriz  test. 


PER- 


.    47  í 

XIII. 

PERPULCHRA    CARMINA  ,    QUIBUS 

fnitur  Codex  Got.  Vigilanus  seu  Albeldensis 
'  dicíüs^  Adpag,'\.^l,.hujusTom,      ^^  ^ 

•<  Irtus  nempe  Christi-micj-  solacium  Vigilaiji  pré- 

bens  humillimo  sep jt^ 

HH  ncepta  Canonis   sacri  hujus  Libri  ad  calcem  ope- 

■  ra  perduxi  naviteé"..'...... í...... h^ 

Q  lübans  en  vivida  almorum  florida  patrum  orientum 

clara   coneili..... '..    k^ 

^»4  ngentia  dehinc   neélens  almifica  regum  ac  presu- 

lum  occidentaliu g 

|H  ucet  sicut  Luna  Sa neta  Ecclesia- illustrata  fulgens 

-lurñine  Domin..... ...............'•......; '  hh 

^  postolorum-claris  ornata  doclrinis  sácris  lota.lim- 

phis  rutilat  ceu  so... i_j 

^  uscipit  fulgidam   sanamque  doélrinam   inlitarum 

fucis  recipiens   nici ^ 

^  pravo  dogmate  rerunr  manantium  manet  luciflua 

sancto  m  open. pj 

1^  adió  exempli  rnundum  inluminans  vita  purissima 

simul   cum  angeli.....!... ^ 

H^Ü  enitens  elucet  in  célica  sede  quorum  tándem  pre- 

ce  perducamur  ib ^«i 

^  Imifica  sepe    agmina  cementes    sanétorura  spiri- 

tuum    simulque    martyru .,.,..,.    g 

Q  oncretaque  una  Virginum  fulgida  almórumque  pa- 
trum turma  luciflu |>. 

»«4  nlustri   mérito  una  cum  opere  turmis  sidereis  at- 

que  celicoli ,.    ^ 

2  ostrorum  nomina  libro  vite  scribta  counemur  ipsis 

■  in  atria  ceK. hh 

^  ernantia  pura  atque  florígera    vivorum    fruentes 

cumulato  fruCt , -< 


47^  E<!paña  Sagrada, 

C/5  arracinus  Salbi  ipseqae  Vigila  Migistri  obtimi  ad- 

juvati  prec ^ 

^  uorum  digessimus  clara  nunc  nomina  scribtores 

gemini  que  tenet  líber  hi ^ 

C3^  natim  post  illuc  uniti  jugiter  ipsis  conletemur  an- 

geloruii  cet ^ 

pj  00  in:;tar  turma    céneles    bina    cenabii  Albelda 

plurimjai  candid ^ 

JT^  n  Sa:iíli  Alartini  una    fraternitas   cum  sandis  ad 

cel'im  pervolet  parite ^ 

y  ucatus  quidem    Sanéti   EvangeUi  pergenies  Dñi. 

vías  ut  adü ^ 

^^   lia  qui  pro  nobis   sustinuit  probra  cujus  ñas  sequi 

nam  decet  vestigi ^ 

y  ecies  centena  ac   unum  decies  quarta  Era  labens 

pernotaque  abi.... m 

jra  t  notatum  tempus  Kalendarum  Maii  quintus  vi- 

cesimjs  seu  cursus  lun, ^ 

pü  animifi  fratre  regnante  SancioRege  ortodoxo  scri- 

btus  est   líber  hl Q 

C;  na  cum  Regina  Urraca  preclara  sexto  anno  obitus 

Regís  Garsean - i^ 

2  une  onines  cernuí  legentes  precamur  nos  ut  exi- 
guos apud  sanítissima g 

H  rinitatem  simplam  conmendetis  una  fruamur  glo- 
ria cunda  in  secul... ^ 


O  Dei  Verbura  Patris  ore  proditu ^ 

¡Tí  utilant  ijutu  cujiis  mundi  macin .-..  >. 

t^  ternum   tuum  ut  fruamur  dulcite 133 

X  pee,  oramus  nobis  jam   advenía ^ 

O  audíum  raagoum  scribentibus  tib ^ 

W  nixe  cundí  ^:5etimu3  ut  m'iní'ne Z 

Z  aburn  hic  prestes  ruí  al.ni  Mirtin ^ 

*^  ubar  enitens  süaiper  in  Jais  atni.... v> 


Apéndice  XÍÍI.  473 

H  ua  &  alma  fulgeat  hic  glori > 

W  t  gloriosum  adspiret  verum  lume Z 

^  nfestus    hostis  viétus  sepe  eac  hin ^ 

Z  obis  &  almum  tuum  juvamen  adsi ^ 

"^  mmense  Cliriste  Filias  Dai  viv..., c *^ 

^  egaiiiur  otnnes  tuis  sub  signaculi ^ 

^  nlata  luce  nobis  tui  lum'ni ^ 

^  irtus  hunc  lociim  summi  Dei  Fili ^ 

^  uniat  semper  &  Sinétorum  atriu ^ 

■^  loreat  lucens  sic  lumiae  Da -• 

*^  ngenti  alma  vigeiis  Sí  per  secul.... > 

Z  une  aula  Dei  claritate   fulgea -i 

^  ntersit  nostris  Christe  anlmis  splendo ¡^ 

c/3  acre  ac  aule  Martini  Episcop ^ 

O  ujus  precatu  tua  proteéla    maa ^ 

C  Igeat  alma  turba  hic  Monacoru ^ 

t=1  t  gaudens  sacris  virtutibus  florea ^-j 

O  elibes  faéti  tuo  Sanéto  Spirit C 

^  epleti  bono  tue  ac  clementi t=l 

"-•  nradiati  fulgeamus  jugite ?^ 

^  acris  sic  semper  aélibus  jnstiti , W 

H  ua  ut  alma  coronemur  glori > 

tti  terni  regís  tutamen  domus  he O 

^  bi  &  cundí  tegamur  suis  signi ^ 

Z  os  habitantes  sacra  in  hac  atri > 

Q  audium  nobis  Rex  Jesús  Emanue t^ 

fri  nitens  donet  de  almo  &  spirit < 

2;  ostro  sic  Regí  Sancíoni  glori ,., > 

MH  nclite  Christe  prebe  &   presidiu ^ 

H  uo  humili  Ranimiro  ángel , O 

^  mperti  clemens  ac  justitie  lume 21 

^  ossint  ut  frui   tua  semper  grati > 

>  élus  est  liber  Era  labens  enim  hi (^ 

H  erterna  duda  centena  in  calcul Q 

7^  ite  decies  septem  anni  parite po 

^  undi  colledim  seni  sic  in  transit G 

V5  olutum  ubi  revolutum  circulu.... ^ 

Tum.XXXUL  Ooo 


Aj^  España  Sagrada* 

^  aus  sit  Patri  honor  atque  glori > 

C  nico  Proli  equali  semper  huí n 

^  anenti  simul  cu:ii  utrisque  perpeti ^ 

frj  X  equo  almo  Spiritui  sanétoqu ^ 

2;  une  ¿i  futura  sécula  curres AME  2; 


FIN. 


IN- 


47S 


índice 


DE     LAS    COSAS     NOTABLES 
de  este  Tomo  XXXIII. 


A 


ALaba.  Origen  de  este 
nombre.  224.  Sus  limi- 
tes. Ib.  Sus  Señores  des- 
pués de  la  entrada  de  los 
Moros  en  España.  225. 
Establecimiento  de  su 
Obispado.  235.  Limites  de 

■  su  Diócesis.  236.  266.  Sus' 
Obispos.  237.  y  sigg.  Su 
territorio  desmembrado  de 
la  Corona  de  Navarra. 
264.  Su  Sede  reunida  á  la 
de  Calahorra.  267.  y  sig. 

Albelda,  Ciudad  Árabe.  189, 
Su  Monasterio.  Ib.  y  sigg. 
Privilegio  de  la  fundación 
de  este.  465. 

Alféreces  de  los  Romanos. 
Se  llamaron  draconan'os, 

.    y  porque.  280. 

Almundir,  hijo  de  Maho- 
mad  Rey  de  Córdoba.  Su 
entrada  en  Alaba.  230. 

D.  Alonso  el  Católico.  Vivió 

.  en  la  Rioja.  168.  En  Ala- 
ba. 173. 


Anibal  no  sujetó  á  Calahor- 
ra. 35. 

Arabes.Su  entrada  en  la  Dió- 
cesis de  Calahorra.  169. 

Armentia.  231. 

Ascanio,  Obispo  de  Tarrago- 
na. 129. 

Auca ,  su  primer  Obispo  co- 
nocido. 157. 

Augusto  Cesar.  Honró  á  Ca- 
lahorra. 46. 

Aureliano  Emperador.  Su 
primer  viage  á  las  Galias. 
3B9. 


B 


Baptisterio  antiguo  de  Cala- 
horra. 296. 

Bebricio  Calagurritano.  39. 

Belasco ,  Obispo  de  Nágera, 
205. 

Benedifto  ,  Obispo  de  Náge- 
ra.  208. 

Berenice,  hija  de  Agripa 
Rey  ultimo  de  Judea.  61. 

Bilibio.  391.  Se  despuebla» 
y  agrega  á  la  Villa  de  Ha- 
ro.  396. 

Ooo  2  Ca- 


47 6  índice  de  las  cosas  notohles 

de  dos  Santos  con  el  nom- 
/^  bre  de  Emeterio  y  Celedo- 

^^  nio.  313.  ysigg. 

Cellorigo.  225.  230. 
Cicerón.  Alabado  por  Quin- 

tiliano.  6'2' 
Claudio    Quartino.    Estubo 

en  Ciilahorra.  52. 
Códice  Albeldense.  192. 
Santa  Coíuinba  Vlígen  ,  y 


Calag^rris,  pueblo   antiguo 

de  Francia  3. 
Calagnrris,  Pueblos  de  este 

nombre.  2. 
Calagurris  de  los  Ilergetes. 

12. 

Calagurris  de  los  Vascones. 
Se  llamó  íuHa  Nassica, 
.5.  y  sigg.  Porque  se  dijo 
Juña,  28.  Porque  Ñas  sica, 
17.  Su  ant'guedad.  20.  Su 
nombre.  23.  No  fue  Colo- 
nia sino  Municipio.  26. 
Abrasada  por  Pompeyo  y 

•  Afranio.  44.  Sus  armas  34. 
Su  Circo  y  aquedudo.  49. 

'-Antigüedad   de  su  Iglesia. 

•  113.  Conservó  la  Fé  en 
tiempo  de  los  Godos.  154. 
1 56.  Sus  Obispos  hasta  los 
Árabes.  1-^3.  y  sigg.  En 
tiempo  de  la  persecución 
Sarracénica.  173.  y  sigg, 

Calagurritanos.  No  fueron 
conquistados  por  Augusto. 
10.  Guardias  de  este  Em- 
perador. 47. 

Calahorra.  Significado  de  es- 
ta voz.  23. 

Caleruega.  4. 

Caligula.  No  dio  su  nombre 
á  Caiíhorra.  ^23.     • 

Cantabria  (  Ducado  de )  1 66. 

Cardona.  Reliquias  que  posee 


Martyr.  352.  Restaura- 
ción del  Monasteiio  de  su 
nombre  en  la  Rioja.  185. 
469.  Pueblo  del  mismo 
nombre.  194.  Noticias  de 
su  martyrio.  383. 

Conchas  ó  veneras  ^el  Obis- 
pado de  Calahorra.  1 13. 

Concilio  de  Pam^-slona.  Año 
en  que  se  celebró.  213. 

D 

Didimo  Alejandrino.  Nuevo 

.  testimonio  suyo  en  fivor 
de  la  predicadoii  de  San- 
tiago en  España.  En  el 
Prol, 

Didimo.  No  fue  Obispo  de 
Calahorra.  151. 

Dicgenes  ,  profesor  Cínico. 
62. 

Domiciano.  Su  ambición.  77. 

Domicio    Afro.  Maestro  de 

■    Quintiliano  56. 

Santa 'Domitiia  Martyr.  71. 

San 


Celedonio. 
Sus   Aétas. 


de  este  Tomo  XXXIIL  477 

pueblo  de  los  Ilergetes.  14. 
"ü  Flaviobriga.   No   tubo  Sede 

-^  Episcopal.  233. 

Fiavio  Clemente.  70.  73. 
S.  Fornnerio  de  Treviño.  330. 

De  Vanares.  356. 
Fortunio.Obispos  deAlaba  de 

estG  nombre.  246.  258. 
Fruela.  Obispo  de  Nágera. 
201. 

G 


San  Emeterio  y 
272.  y  sigg. 
426.  y  sigg. 

Escuelas  públicas.  Quando 
empezaron  en  Roma.  64. 

España.  Sus  Ecuelas  en 
tiempo  de  Augusto.  59. 
Se  observó  en  ella  en  los 
primeros  siglos  el  estilo  de 
escribir  ¡as  Adas  de  los 
Martyres.  273. 

Euchario.  No  fue  Obispo  de 
Calahorra.    124. 

Eufrasio.  Obispo  de  Calahor- 
ra. 159. 

Eurico.  Persiguió  á  los  Cató- 
licos en  Francia,  no  en  Es- 
paña.  153. 


Fabio  Apellido  Romano.  95. 
Favila.  Duque  de  Cantabria. 

156. 

San  Félix,  o  Felices.  391. 
Traslación  desusReliquias 
á  S.  Millán.  396.  439.  Sus 
milagros  y  Oficio  de  su 
Traslación.  Apend.9.  10. 

Félix.  Obispo  de  Calahorra. 
162. 

Fibularia.  Sobrenombre  de 
una  de  las  Calahorras  de 
España,  2,  Proprio  de  un 


Gabino.  Obispo  de  Calahor- 
ra. 158. 

Galba  Emperador.  Su  amor 
acia  los  Vascones.  59. 

Garcia.  Obispos  de  Nágera 
de  este  nombre.  206.  2g8. 
de  Alaba.  242.  255. 

Grimaldo  Monge  del  Monas- 
terio de  San  Millán.  399. 

439- 
Gurdus,  Voz  Española  anti- 
gua. III. 


H 


Hambre  de  Calahorra.  41. 

Haro  se  llamo  antiguamen- 
te Faro.  262.  396.  Su  si- 
tuación y  antigüedad.  Ib. 

Heros.  Profesor  Cínico.  62. 

Hilario  Papa.  139. 


ido- 


478 


Idolatría.  Su  extensión  en  Es- 
paña en  tiempo  de  los  Mar 
tyres  Emeterio  y  Celedo- 
nio. 122. 


J 


índice  de  las  cosas  notables 

Municipio.  Pueblo  antigr© 
f  de  España.  125. 

Municipios.  Se  establecieron 
en  ellos  Sedes  Episcopa- 
les. 126. 

Munio.  Obispos  de  Alaba  de 
este  nombre.  237.  238, 
240.  249.  256.  257. 

Muza  Rey  Árabe.  189. 


Januario,  No  fue  Obispo  de 

Calahorra.  126. 
Juan.  Obispo  de  Alaba.  241. 
Julio  Africano.  57. 


Lampillas  (Javier)  112. 

León,  Ciudad.  277. 

Leovigildo  Rey.  Conquistó 
el  territorio  de  Calahor- 
ra. 156. 

Logroño.  167. 

Loharre.  5.  8.  13, 


M 


San  Marcelo  Centurión.  274. 

Marieta(P.  F.  Juan  de)  Es- 
cribió la  vida  de  San  For- 
merio.  340. 

Magalenses  juegos.  No  se  ce- 
lebraron en  Calahorra.  51* 
Ni  se  inventaron  por  Nasi- 
ca.  Ib. 

S.  MiUán  de  la  CogoUa.  414. 

Miranda  de  Ebro.  229. 


N 

Nágera.  Si  se  llamó  Senonas. 
193.  A  ella  se  reduce  la 
antigua  Ciudad  de  Trí- 
elo. 168.  195.  Es  nombre 
Arábigo,  y  sus  variacio- 
nes. Ib.  Su  conquista.  19^. 
Sus  Obispos.  199.  y  sigg. 
Reunión  de  su  Silla  á  la  de 
Calahorra.  215. 

Nasica  Pretor.  Su  rostro  ea 
moneda  de  Calahorra  16. 
Conquistó  á  esta  Ciudad. 
18.  Abogado  de  la  España 
Citerior.  20.  De  el  se  lla- 
mó Nassica  la  Ciudad  de 
Calahorra.   17. 

Niceno  (Concilio)   131. 

Santa  Nunilo  y  Alodia.4is. 

O 

Obispado  de  Calahorra.  Sus 
limites  por  la  parte  Occi- 
dental. 145. 

Obispos  de  la  Provincia  Tar- 
ra- 


de  este  Tomo 
raconense.    Su    carta    al 
Papa  Hilario.  129. 

Oficio  Eclesiástico  de  Espa- 
ña. Aprobado  en  Roma, 
261. 

Oficio  Gótico  su  antigüedad, 
y  autoridad.  384. 

Ordoño  II.  Restaura  el  Mo- 
nasterio de  Santa  Colum- 
ba. 188.469. 

Oviedo  Ciudad.  173.  Su  Igle- 
sia. Ib.  y  sig. 


S.  Pablo  Apóstol.  Si  predicó 
en  Viana.  1 19. 

Pancorvo.  225. 

Paulo  Conde.   160. 

D.  Pedro  Nazar  ,  Obispo 
de  Calahorra.  Vindicado, 
268. 

D.  Pelayo  Rey.  166. 

Plinio  segundo.  Discípulo  de 
Qiiintiiiano  66.  Su  libera- 
lidad para  con  el  Maestro. 
102. 

S.  Prudencio  Obispo.  Con- 
fundido con  el  Poeta  de  es- 
te nombre.  128.  No  fue 
Obispo  de  Calahor  ra,lb.  y 
150. 


XXXIIL  479 

56.  Llevado  á  Roma  por 
Galba  59.  Se  egercitó  en 
las  causas  del  Foro.  60, 
Orador  perfe(5tisimo.  62. 
Quanto  aprovechó  á  los 
Romanos.  66.  Enseñó  á  los 
nietos  de  Domiciano  70. 
Obtubo  los  honores  Con- 
sulares. 71.  Sus  costum- 
bres. 75.  Sus  Obras.  80. 
Alabado  por  todos  los  Sa- 
bios. 89.  Su  familia.  94. 
Vindicado  del  odio  con- 
tra Séneca.  97. 


R 


Recaiedo.  Obispo  de  'Cala- 
horra. 177. 

Rioja.  Parte  de  Cantabria  en 
tiempo  de  los  Godos.  ió8. 
Vivieron  en  ella  los  Du- 
ques de  Cantabria.  167. 
Ocupada  por  los  Árabes. 
170.  Conquistada  por  los 
Reyes  de  Navarra.  182. 
Ilustrada  con  Santos.  271, 

Riojancs.  Se  llamaron  Beío- 
nes  en  lienipo  de  ios  Roma- 
nos,  194. 


Qulntiliano.  Su    patria    52, 
103.  y  sigg.  Sus  Maestros 


Salvo  Monge.  191. 

Don  Sancho  el  Mayor.  No 
estableció  la  Silla  Episco- 
pal de  Nágera,  198. 

San- 


4^0  índice  de  las 

Sancho.  Obispo  de  Pamplo- 
na y  Nágera  210.  De  Ná- 
gera  solo.  212. 

Santander.   291. 

Santiago  Aposto!.  Su  predi- 
cación en  España.  En  el 
Prol.  Si  predicó  en  Cala- 
horra. 113. 

Sepulcro  de  los  Santos  Mar- 
tyres  de  Calahorra.  Glo- 
rioso en  todo  el  mundo. 

295- 

Sarracino  ,  Monge  de  Albel- 
da. 192. 

Sertorio.  Escogió  á  Calahor- 
ra   para  su  defensa.    36. 

Amado  de  los  Calagurrita- 
nos.  38.  40. 

M.  Servilio  Noviano.  57. 

Silvano.  Obispo  de  Calahor- 
ra. 128. 

Suetonio.  Su  Obra  de  claris. 
Rhetoribus,  107. 


Tello.  Conde  de  los  Rucones. 
Fingido.  171. 

Tentyritas.  41. 

Theodemiro.  Obispo  de  Ca- 
lahorra. 173.  De  Nágera. 
199. 


cosas  notables 
Ticiano.  Maestro  de  Maxí* 

mino  I.  73. 
T  re  vi  ño.  330. 
Tricio.  138.   168.    195.  No 

tubo  Sede  Episcopal.  221. 

No  se  llamó  Senonas.  377. 


V 


Vanares,  pueblo.  356. 

Vascones.  No  se  rebelaron 
después  que  Wamba  los 
conquistó.   161. 

S.  Veremundo.  253.254. 

Verrio  Flaco.  65. 

Vespasiano.  Fue  el  primero, 
que  señaló  gages  á  los  Ma- 
estros de  Retorica.  64. 

Viana,  Ciudad.  Su  fundación. 
120. 

Vigila.  Obispos  de  Alaba  de 
este  nombre.  248.  252. 
256. 

Vigila,  Monge.  192. 

Viguera,  Castillo.  188. 

Viliedo.  Obispo  de  Calahor- 
ra. i6r. 

Vivere.  Obispo  de  Calahor- 
ra. 178. 

Wamba ,  Rey.  160, 


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1583 

FA6 

t.33 


riorez,  Enrique 
Espanp   sagradí 


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