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ESPAÑA SAGRADA,
TOMO XXXIII.
CONTIENE LAS ANTIGÜEDADES
Civiles y Eclesiásticas de Calahorra:
Y LAS MEMORIAS CONCERNIENTES A LOS
Obispados de Nágera y Alaba.
AÑÁDESE AL FIN UNA BREVE CONFUTACIÓN
de la Obra publicada por el R. P. Fr. Lamberto del
Orden de Capuchinos contra el
Tomo XXX.
SU AUTOR
EL R, P, M, FRAT MANUEL RISCO
di I Orden de S» Agustín.
En Madrid , en la Imprenta de Pedro Marik.
Año de M.DCC.LXXXl.
CON PRIVILEGIO PARTICULAR.
fk-L
AL ILUSTRISIMO SEÑOR
D. JUAN LUELMO Y PINTO,
OBISPO
DE CALAHORRA
y LA CALZADA,
ILL.MO SEÑOR.
L,
^OS asuntos de que trato en esta Obra, con-
curren á comunicarme la satisfacción , con que
me atrevo á consagrarla al esclarecido nombre
de V. S. I. y la confianza , con que espero será
recibida con benignidad y complacencia. Por-
que dirigiéndose todos ellos á manifestar y apo-
yar
yar las excelencias y prerogativas , que ilustran
á Calahorra , y á su antiquísima Sede y Santa
Iglesia, su mismo obgeto les da el derecho in-
violable , con que aspiran á la protección de la
suprema Dignidad que preside en ella, y á quien
pertenece conservar y defender como proprios
ios honores é intereses de toda la Diócesis.
El gran número de noticias , que contiene la
misma Obra , ofrece á V. S. I. otros tantos tí-
tulos para gozarse santamente de gobernar el
territorio , que ha sido el theatro de sucesos
tan memorables ; y para engrandecer la bondad
de Dios en las ventajosas felicidades , que con
mano liberal derramó en ios siglos pasados sobre
todas las regiones á que se extiende la jurisdic-
ción Episcopal. Reconocense bajo el dominio Ro-
mano los gloriosos diólados y privilegios con
que la m.ayor República del mundo ennobleció
á Calahorra : y se pondera la singular estima-
ción que ios Emperadores hicieron de los Cala-
gurritanos , recompensando el valor y fidelidad,
que los distinguió entre todas las gentes , que to-
caban al Imperio. Se establece en el mismo tiem-
po , y primeros siglos de la Iglesia la predica-
ción del Evangelio en esos paises ; y se vé tes-
tificada la Fé con la sangre de los Santos Mar-
tyres : confundida la infidelidad con portentos
vi-
visibles y soberanos ; y aumentada la Christian-
dad con una infinita multitud de prodigios , cu-
ya fama convidó y movió á las Provincias es-
trangeras á venir en peregrinación á Calahorra,
como á lugar en que Dios ostentaba su poder y
misericordia. En elReynado de los Godos, quan-
do otras regiones de España se hallaban inficio-
nadas con los errores de Arrio, se representa esa
Diócesis conservando la pureza de la Fé soste-
nida por el feliz y acertado gobierno de los Pre-
decesores de V. S I. y por los señalados egem-
plos de los Santos que florecieron en ella y en
su comarca. Bajo la dominación de los Árabes,
que fue la mas triste para los pueblos é iglesias
de nuestro Reyno , se encuentran muchas memo-
rias concernientes al territorio que abraza el
Obispado de V. S. I. las quales infunden en el
ánimo particular consuelo y alegria. Traense en
esta Obra testimonios evidentes, de que una gran
parte de esa Diócesis se mantuvo siempre esenta
del yugo de los barbaros , reteniendo con sus
poblaciones la antigua libertad en la profesión y
culto del nombre de Jesu Christo. Pruébase
también , que aun el trecho de que se apodera-
ron los Infieles , debe al cielo la anticipación de
su conquista , respeólo de las mas regiones de
España j y que puede gozarse con la gloria in-
com-
comparable , que le resulta de haber salido de él
aquellos primeros y famosos Reyes de Asturias,
que comenzaron á reprimir el violento furor de
los Sarracenos. Verdad es, que por estos mismos
siglos ocurre la dura y larga esclavitud de la
Santa Esposa de V. S. I. pero muéstrase al fin
la grandeza del poder divino , sacándola mila-
grosamente de su penoso cautiverio ; y á este
hecho maravilloso se sigue la justificación de los
Reyes de Navarra y de Castilla , restituyéndola
su primera dignidad , y levantándola á su anti-
guo esplendor por la reunión de las Sedes , cu-
yo establecimiento se habla ocasionado por la
tyrana opresion,que padecía la que era verdade-
ra Madre y Cabeza de todas las Iglesias de esa
Diócesis. De esta misma condición son todas las
otras antigüedades relativas á los Prelados y San-
tos , cuyo conjunto forma una historia completa
de ese Obispado ; por lo que no puedo menos
de esperar , que serán no solo aceptas , sino dul-
ces y deliciosas al piadosísimo Prelado , que glo-
riosamente le gobierna.
Si V. S. I. se dignare pasar la vista por es-
tas memorias entresacadas de las reliquias de la
antigüedad , reconocerá el conato con que he
procurado ilustrarlas á costa de una prolija apli-
cación , y vindicarlas en parte de los que las han
mi-
mirado con envidia. Y si mi trabajo mereciese
la aprobación de V. S. I. y hubiese conseguido
poner en claro asuntos tan obscuros , y de tan
grande importancia , quedará también justifica-
do el zelo ardiente coa que he tomado esta em-
presa ; el amor sencillo con que he buscado la
verdad ; y la devoción intensa con que he solici-
tado la mayor honra y gloria de la Santa Iglesia
y Sede de V. S. I. en cuyas manos pongo esta
Obra con el respeto mas profundo , y para tes-
timonio perpetuo de mi gratitud , y de que soy
ILLMO SEÑOR
el mas humilde , obediente y obligado
servidor de V. S. I.
Fr. Manuel Risco.
Tom.XXXIIL ^^ PRO-
PROLOGO.
L Obispado de Calahorra , obgeto
del Tomo presente , ha sido tan
poco ilustrado hasta aquí , que
apenas se podrá ofrecer alguno^
cuyas memorias estén menos es-
clareciaas. Otros lograron la fe-
licidad de tener diversos Autores , que escri-
bieron y adornaron sus historias, si no con to-
da la erudición y exaditud que requiere este
genero de trabajo , á lo menos con la diligen-
cia y esmero , que permitian los tiempos en que
ellos florecieron. Pero el de Calahorra , sin em-
bargo de merecerse singular atención , y de ha-
ber producido sugetos muy capaces de esta em-
presa , ha padecido la desgracia de ser muy con-
fados los que se aplicaron al reconocimien-
to de sus antigüedades , y estos demasiado fá-
ciles en admitir noticias fabulosas , y poco ái"
^^ 2 li^
ligentes en referir y apoyar los sucesos mas au -
tenticüs y constantes.
No solo estaban sin la ilustración nece^^iria las
antigüedades de la Diócesis Calagurritana , sino
que las mismas se hallaban envueltas en una no-
che tan profunda , que ningunas tenían mayor
necesidad de aclararse. En las que pertenecen
á lo civil no bastaba vencer las dificultades co-
munes á las de otras poblaciones , para cuyas
historias suele ser suficiente el cuidado y esme-
ro de recoger sencillamente las memorias que
se leen dispersas en los Antiguos ; sino que ade-
más de esto era necesario empezar la averigua-
ción de principios mas remotos , por ser níu*
chos los pueblos , que tubieron el nombre de
Calahorra. En las concernientes á lo sagrado
no ocurría esta especie de obscuridad, por ser
cosa muy cierta que la Calahorra, situada en los
Vascones , fue la única de las que se llamaron
asi , que desde los primeros siglos obtubo Si*
Ha Episcopal : pero aun en esta linea se ofre-
cian nuevas y extraordinarias obscuridades, que
no tienen lugar en los demás Obispados. Por-
que interrumpiéndose el titulo de Calahorra , se
substituyeron en su distrito otras Sedes y Tir
tulos diferentes , por cuyo establecimiento era
forzoso averiguar el motivo de haber cesado
el
el primero , é investigar el origen de los pos-
teriores , y ordenar en fin los Catálogos diver-
sos , que les corresponden , asuntos que no po-
dian tratarse dignamente sin desenredar muchos
nudos difíciles y casi indisolubles.
El conocimiento de la fatal constitución en
que se hallaba la historia de esta Diócesis , y
el deseo particular de hacer algún servicio á la
Santa Iglesia , á cuya Sede pertenece mi pa-
tria , después de otras razones generales que me
tienen obligado , me empeñaron á una singular
aplicación para desvanecer, enquanto me fuese
posible , las nubes espesas que la obscurecian.
Y aunque no puedo lisongearme de que el su-
ceso habrá sido igual á mi deseo , tengo la con-
fianza de que este trabajo será tanto mas acep-
to á los andantes y estudiosos de la venerable
antigüedad , quanto es mas obscuro el obgeto,
a cuya ilystracion se dirige.
Antes de dar una breve idea de lo. que he.
trabajado á fin de ilustrar esta Diocesisí , debo
hacer presente que no ha sido necesario tratar
aqui de las antigüedades civiles concernientes á
la región en que entubo situada la Ciudad dq
Calahorra, y á las otras , á que se extiende su
jurisdicción ; porque de la primera escribí lar-
gamente en el tom. 32. donde no tube otro ob-.
ge-
geto;, que el de establecer todas las noticias
geográficas é históricas de la Vasconia ; y de las
segundas escribió el M. Florez ea su Diserta-
ción de la Cantabria ; y en el tomo 2 4. preli-
minar á las Memorias Eclesiásticas de Tarrago-
rta. Asi que todo mi trabajo se ha dirigido á ios
asuntos, que son proprios y privativos de Cala-
horra ' y ' su Sede, y de las otras poblaciones y
Sillas Episcopales ;, que se fundaron en ellas por
áefeéto de la pTimitiva ; aunque alguna vez me
ha parecido conveniente escribir las noticias,
que en medio de ser comunes á los países en
que se erigieron las mismas Sedes , sq omitieron
en ios lugares citados , y pueden servir para mas
puntual inceiigencia del estado de las Iglesias.
Para esclarecer pues , y disipar la grandes
obscuridades y dificultades , que embarazaban
las materias de este tratado , examino y esta-
blezco primero en lo respeélivo á lo civil la dis-
tincioa^de los pueblos que tubieron antigua-
merrte el nombre de Calahorra , por cuyo me-
dio sé vlívdica nuestra Ciudad' de algunas im-
posturas ,• y se la restituyen las glorias de que
muchos Escritores pretendieron privarla. Presu-
puesta la grande y desconocida antigüedad de
esta póbí^on , trato del origen y variaciones
de su nombre > de los diólados y singulares pri-
vi-
vilegíos con que la honraron los Romanos , y
refiero finalmente los sucesos que son respeti-
vos á ella , y relativos al tiempo en que estu-
bo bajo el poder del Imperio. Todos estos pun-
tos se apoyan con testimonios de Historiadores
los mas auténticos y cercanos á los hechos; por
lo que tengo la confianza de que con estas lu-
ces he aclarado , quanto me ha sido posible , el
estado civil y mas antiguo de Calahorra.
Una de las cosas , que mas ennoblecieron á
esta Ciudad , mientras se mantubo agregada á la
república de Roma, fue el nacimiento del exce-
lente Orador , y padre de los Oradores Quinti-
iiano. Nuestros Historiadores hablan de este
hombre insigne con tal brevedad , que apenas
se puede formar idea de sus relevantes méritos,
y honoríficos empleos , y del admirable esplen-
dor que de su erudición resultó á nuestra Espa-
ña , y aun al vasto Imperio de los Romanos.
Por esta causa he juzgado conveniente dilatar-
me en las noticias de su vida, talento, obras,
y familia : y en este asunto he puesto tal dili-
ligencia, que no contento con leer lo que se ha-
lla en los Escritores antiguos , y modernos que
le mencionan , tomé el trabajo de revolver sus
mismas obras , á fin de conocer mas de cerca
lus nobles prendas y de extraer memorias mas
se-
seguras , y exa£las. Y porque algunos Estráu-
geros émulos de nuestras mas legitimas glorias
han intentado despojar á España del honor de
haber producido á este principe de la literatüT
ra , y eloquencia de. su siglo, demuestra; que
ios argumentos de los contrarios son demasiado
débiles é inencaces para derribar la . aut.orida;d
de todos los Escritores antiguos , que tienea
constantemente á Quintiliano por Español y rtí^
tural de. GalahorM.
En lo concerniente á lo sagrado se esta-
blece el origen de k Christiandad de esta Dió-
cesis ; se forma el Catalogo de los Obispos co-
nocidos que presidieron en su Sede hasta prin-
cipios del siglo décimo, en que cesó el titulo
de Calahorra ; y se dan finalmente en sus lu-
gares proprios las noticias Civiles , que condu-
cen al conocimiento de la Religión Christiana
en aquel te-rritorio,dominando los Godos, y Ara-
bes. El tiempo expresado fue la época en que
interrumpiéndose él titulo de Calahorr^w se dívír
dio el distrito que comprehendk , ea dosQbis^
pados que fueron los de Nágera y zulaba. Por
lo qual^despues de referir las antigüedades de esr
ta Provincia, y de aq^u el pueblo, pongK^ la serie
de los Preladov que . tubieroa aquellas' Sedes, la
que continuo hasta que ambas se reunie.ron i
la
la Santa Iglesia de Calahorra, desde cuya reu-
nión deberá tomar principio el tratado que con
el favor de Dios se escribirá del nuevo estado
de la misma Iglesia.
En la historia de los Santos de esta Dióce-
sis se hallaba una multitud de noticias falsas e
inventadas sin duda con el fin de promover la
piedad de los fieles. Estas ficciones é impostu-
ras son en di6lamen de todos los doctos y jui-
ciosos muy perjudiciales á las memorias ciertas,
y verdaderas de los mismos Santos ; ni pueden
servir de medio para el aumento de la piedad
Christiana , la qual debe ser sólida, y fun-
dada en verdad , no falsa ó supersticiosa , como
es la que se apoya sobre la mentira. Conociendo
pues que el examen , que se hace en esta sagra-
da materia , es el mas importante , y tanto mas
útil á la Iglesia , quanto fuere mas exaélo , he
procurado poner la mayor diligencia en discer-
nir las adas y memorias supuestas y fabulosas
de las legitimas y seguras. En esta conformi-
dad , desecho alguna vez aun las noticias que
se leen vulgarmente en Autores juiciosos, y sa-
bios, y en algunos Breviarios particulares de las
Iglesias de España, como se verá en el marty-
rio de los Santos Emeterio, y Celedonio ; pe-
ro procediendo en esta parte sin la mas leve
Tom. XXXIIL ^^^ te-
temeridad, y fundado en testimonios mas anti-
guos, y auténticos , y por tanto dignos de pre-
ferirse á Escritores modernos , por grandes que
sean sus talentos, y prerogativas. No siempre
me ha sido posible comunicar memorias Cier-
tas , y seguras en lugar de las que refuto co-
mo inciertas ó falsas, de lo que por ventura no
quedará satisfecho el gusto y deseo de los que
piadosamente curiosos apetecen historias de los
Santos naturales de su pais, ó cuyas Reliquias
poseen: pero estos deberán advertir, que yo no
soy reponsable del silencio de los antiguos, y
solo estoy obligado á reconocer las noticias que
tenemos , á fin de que los fieles no conciban
falsas opiniones de los Santos que veneran , y
su devoción sea conforme á la solidez que ea
todo guarda la santa Religión que profesamos,
ERRATAS.
Pag.4 I. lin.3 5. hominum dare^ leg. homlnum ve^
niam daré. Pag.474. lin.5. curres^ leg. currens.
TES^
TESTIMONIO antiquísimo,
nuevamente publicado en favor de la venida del
Apóstol Santiago á España.
Aunque la famosa , é ilustre tradición de que el Após-
tol Santiaf^o predicó el Evangelio en las Provincias
de España, se tuvo por cierta y constante en todos los
siglos anteriores á Baronio , ni llegó á perder su legitimo
derecho con las contradicciones , que desde el tiempo de
este Cardenal se excitaron contra ella , antes se autorizó
mucho mas , como probé en el tom. 30. pag. 53,7 sigg.
sin embargo el recelo que concebimos de los émulos de
nuestras glorias , nos pone en el cuidado de asegurarla me-
jor con qualesquiera testimonios auténticos , que se descu-
bran de nuevo , y puedan servirla de apoyo. La autori-
dad mas antigua y expresa que hasta aquí se ha traido en
su favor , es la del Máximo Doécor S. Gerónimo , sobre
el cap. 34. y 42. de Isaías ; pero al presente tenemos otra
algo anterior , que para complacencia de nuestro Reyno
me ha comunicado el limo. Señor D. Juan Guerra , digní-
simo Obispo de Siguenza. Esta es del Maestro del mismo
S. Gerónimo , Didimo Alejandrino , que nació por los años
de 309. en su Obra de Trinitate , mencionada por Sócra-
tes, lib. 4. cap. 25. la qual se ha mantenido inédita hasta
el año de 1769. en que se publicó en Bolonia con este ti-
tulo : Didymt Alexnndrini de Trinitate Libri tres , nunc
primum ex Passioneyano Códice Gr¿ece editi , latine con-
versi ac notis illustrati á R.Joanne Aloysio Mingarelio^
Canónico regulan Ordinis S. Augustini Congregat. Rhe-
navece S, Salvatoris , S, Theologice Legare emérito^ S, Con-
gregar, Indicis Consultare , & in Bononiensi Arcbigymna-
sio Grcvcarum literarum Leciore publico.
En esta Obra, pues, escribe el célebre Doélor de Alejan-
dría,que los Apostóles de tal manera fueron distribuidos por
el mundo , que uno de ellos fue destinado á la India , otro
á España, y otros á otras Regiones hasta la.extremidad de la
♦♦* 2 tier—
tierra. Sus palabras se hallan en el llb. 2, cap. 4. fol. 135.
I3Ó. y son las siguientes : «tím,- '¿ti cí^xa ¡xlv rm aros-Tohuí it'tiyom
7>^. Hac ratióne videlicet , quod alteri quidem Apostolorum
in India degenti ^ alteri vero in Hispania , alteri auíem ab
ipso in alia Regione usque ad extremitatem terree distri-
éu!o.
En el qual testimonio tenemos exprCvSamente , que en
la distribución que los Apostóles hicieron , tocó en suerte
á uno de ellos la España sola , y como Región particu-
lar y distinta de las otras del mundo , para que aquí co-
mo en terreno proprio sembrase el grano del Santo Evan-
gelio , deteniéndose en ella todo el tiempo que era mer
nester para el cumplimiento de su destino , lo que signir-
fica la voz griega S'ríym. Este Apóstol mencionado por
Didimo no es S. Pablo ; porque ni de él se puede veriíkar
tan larga detención en España , ni tampoco que este Rey-
no le tocase en suerte como territorio proprio , pues ni
se halló en aquella distribución , ni fue destinado á una
sola Región V sino elegido para Maestro y Predicador de
todas las -gentes. Y como excluido éste de la sentencia
de Didimo , no resta otro Apóstol , á quien pueda adap-
tarse el texto expresado , sino Santiago, como es patente,
se colige , qiie el P. y Dodor citado indicó la verdad de
íiue^trá tradición. Por eso el Escritor é ilustrador de su
Obra dá' á la Nación Española el parabién , de que tiene
•é'n favor-de' su célebre creencia un nuevo y antiquísimo
testimonió del' .siglo quarto. Y porque su Nota sobre el lu-
gar exhibido contiene razones sólidas é irrefnigables , la
pongo aqtii literalmente para mayor confirmación de lo
■que dejó' expuesto. Dice asi : In Hispania. Grccce iv (¡';r(i.n<f
Bih^cj) 'aitíem nomine , S sui sceculi scriptovihus usita-
to Hispanimn vocat : ea enim dprofanis Scriptoribus UnfU,
ah Iren¿eo a(ip.r^fici': ^ ab auSiore secundi Machabívorum^ alus-
que ^(TTráviu , sed d Paulo bis , ab Atbanasio in Epist. ad
' y^rit^finum fmp, toni. 2. pag 783.' « Constantino Imper atore in
■ Bpist* Encyclica ad orttnes Ecclesias , d Gelasio CjzicenQ,
Mtque ah alits , vi ürcecis vero Conciliorum clrcA Didy-
ftii témpora hahitorum afiis pasiim a-iretvíet dicitur : qua
ratione apud Gregorium quoque Mognum legimus in
Epist, iig. lib. 9. vel Epist. 45. lií\ 13. Eunti in Spaniam.
'Et apud Beatum Liebane?isem Presbytcrum in Commenta-
riis in yípocalypsirn : Jacobus Spania. Et in MartyrolO'
gio Blumano^ qacd BenedidiusClemens Arostegui in Disser-
iatione eruditionis plena de Jacobi Mifjris pn^dicatione
in Hispania citat exFlorentinio : Hic Spaniam & occiden-
talia loca prsdicatur. De illo autem Apostólo^ quemDi^
dyihüs hic iadicat , dixi in mea ad Arcbiníum Prcesulem
Epístola: Ntilli sciliceí aJteri Didymi. verba melius con-
veniunt , quam ei , qui ex duodecim Apostolis unus extite-
rit ; qui ihter eos pr¿esens fiierit , qüos' Christus Dominus
alloquebatur , cum ait : Eritis mihi testes usque ad extre-
mum terrse , vt colUgo ex hujus Didymi loci collatione
cum num. 6. lib. de Spiritu Sar^Sfo , qui ex eorum numero
sit , quos á Spiritu Sandio ad concionandum vmwny.íy«?- id
^st distributos vocat Didymus , cui scilicet Hi¿pania in
ca distributione per Apostólos fadta obtigerit ; qui de-
snum in Hispania biennio saltem aut triennio Jlayav ^ i. e*
CGvimoratus esse , ibique Evangelium prcedicasse dici qiteat»
At hujusmodi magnus Ule universarum gentium Aposto-
his Taulus non exiitit , nec enim idla ex quatuor hisce no"
tis ei convenit. Quinimo Didymus noster Ecclesias á Pau"
Jo fúndalas commemorans in Commentariis in Psalmos ad
V. 2. ps. CXf, iníra eosdem fines illas concludere videtur^
ac eos ^ quos Apostolus ipse ^ cum ad Romanos scripsit suíe
príedicationi cap. Xl^. v^ 19. assignaverat. Sic enim ibi
hquitur noster Bibliorum Interpres , catechista , ac Tbeo-
T' 0ew fj.v.\ct\'S'f\sí íKKKmxiwr oiÁQiaíií -^ai ray Konrm ¡u.cS»rm íy^-ciSTo?, fd estj
veluti Paulu? Ap(\stoii]s qui ah Jerusalem usque ad liliricum
numerosissimas Deo constitiiit Ecclesias... ac similiter unu5ií
.quisque ex alus Discipuüs. Catholicis itaque Regnis^ indi-
tceque Hispanorum nationi gratuhr , quod novum ipsis
Theologus noster niGn-umentum svppeditet , quQ ^orum serh
tentia ac traditio magis confinneíur, ÍN-
índice
DE LO CONTENIDO
Tomo XXXIIL
EN ESTE
TRATADO LXIX.
DE LA S, IGLESIA
de CaJagurris , hoy
Calahorra,
i^Apítuh /. Ciudades con
el nombre de Calas^urris
en tiempo de los Romi-
nos. Pag. I.
Cap, IL Es mas probable
que la Calahorra de los
Vascones fue la condeco-
rada con los didados de
■ lulia , Ñas sica, §.
CapAlL Antigüedad,/ nom-
bre de Calahorra. 20.
Cap, IV, Privilegios, y dic-
tados con que los Roma-
nos condecoraron la Ciu-
dad de Calahorra. 25.
Cap. V, Memorias de Cala-
horra desde la venida de
los Romanos, hasta su des-
trucción por Pompeyo , ó
Afranio su Legado. 33.
Cap, VL Memorias de Ca-
lahorra desde su reedifi-
cación. 45.
Cap. VIL Noticias del cé-
lebre Orador Quintiliano,
natural de Calahorra. 55,
Cap, VIIL Antigüedad de
la Santa Iglesia de Cala-
horra. 113.
Cap, IX, Catálogo de los
Obispos de la S. iglesia da
Calahorra , hasta ía irrup-
ción de los Árabes. 123.
Cap. X, Estado de Calahor-
ra , y su Iglesia desde la
irrupción de ios Árabes,
166.
Cap, XI, Obispos de Cala-
horra bajo la dominacioa
de los Sarracenos. 173.
Cap, XI!, Estado misera-
ble á que vino la Iglesia
de Calahorra en el siglo
décimo. 182.
Restauración del Monaste-
rio de S. Columba , junto
á Tricio , y fundación de I
de S. Martin de Albel-
da. 185.
Cap. Xlü, Antigüedades de
la Ciudad de Nágera , é
institución de su Obispa-
do. 193.
Cap, XIV, Catálogo de los
Obis-
Obispos de Nágera. 199,
Cap. XíA Reunión del Titu-
lo de Nágera al de Cala-
horra. 215.
Cap. A7^I. Memorias de la
Provincia de Alaba. 223.
Cap, XF'IL Establecimiento
del Obispado de Alaba en
Armentia. 231.
Cap. Xl/llL Catálogo de los
Obispos de Alaba. 237.
Cap.XlJí. Santos del Obis-
pado de Calahorra. 271.
S. Emeterio , y Celedo-
nio. 272.
S. Formerio Martyr , cuyo
cuerpo se venera en el
Condado de Treviño. 330.
S. Formerio Martyr , cuyas
Reliquias se veneran en
Vanares. 356.
S. Columba Virgen , y Mar-
tyr. 362.
S. Félix, Maestro del famoso
San Millan de la Cogu-
lla. 391.
Advertencia sobre San Mi-
llan de la Cogolla. 414.
Sobre la patria de las San-
tas Virgines , y Martyres
Nunilo , y Alodia, 415.
APÉNDICES.
I. Aurelii Prudentii hymnus.
Passio SS. Emeterii &
Cheledonii. 421.
TI. Afla. 426.
II I. Ex Míssali mixto sen
Mozárabe juxta regulara
B'jati Isidori. 430.
IV. Elogiuní per S, Grego-
riu:n Turón. 433.
V. Ex Ecclesiae Burgensis,
Castellae veteris Metrópo-
lis , Ecclesiasticis Tabú-
lis. 434.
VI. Ex Cerratensi in Vitis
Sanétorum. 435.
VII. Translatio corporum
San¿torum,qua3 Cardonen-
ses esse credunt Emeterii-
& Celedonii Martyrum
Calagurritanorum. 436.
Vííl. Translatio corporis S,
Felicis ex castro Bilibien-
si in celebre Monasterium
SandiiEmlliani CucuUati,
Auétore GrimoaldoMona-
cho iíímilianensi. 439.
IX. Incipiunt miracula B. Fe-
licis , Auétore eodem Gri-
moaldo. 450.
X. Officium in translatione
corporis B. Felicis. 458.
Xí. Fundatio Monasterii S.
Martini de Albelda. 465.
XII. Restauratio Monasterii
S. Columbee prope Trltium
in Beronibus. 469.
XIII. Perpulcra carmina, qui-
bus finitur Codex Albel-
densis. 471.
TRA-
JUICIO
Y CONVENCIMIENTO
DÉLA OBRA
QUE EL R. P. FR. LAMBERTO
de Zaragoza , del Orden de Capuchinos , pU"
blicó el año pasado de 17^80. contra el
Tom. XXX. de la España
Sagrada.
E-
(III)
N el Prologo del Tom. 30, declaré que mi deseo , y pro-
posito en lo respeétivo á la Critica era imitar el egetrplo de
aquellos sabios, que apartándose de los extremos siguen la equi-
dad , y reélitud en sus decisiones ; y caminando entre la faci-
lidad de unos en creer . y la obstinación de otros en no creer,
y aun olvidados de su propia reputación , colocan toda su in-
dustria en ilustrar la Historia , separando lo verdadero de ío
falso , y eligiendo siempre lo que según su juicio es respedti-
vamenle mas cierto , sólido , b verosimil. Esta máxima , que
entonces me propuse , es la que he observado inviolablemente
en los TotjOs publicados hasta ahora ; pero sin embargo he vi-
vido siempre con la desconfianza que sígniñqué en el mismo
lugar , de que mis dictámenes serian generalmente conformes
al gusto de los Leílores . en especial de aquellos que , ó por
su nacimiento , b por otra razón particular , apetecen sin dis-
creción las glorias de los Obispados , cuyas antigüedades se
ilustran. Porque dirigiéndose esta Obra de la España Sagrada
á limpiar la Historia de la Nación de una casi infinita multi-
tud de noticias fabulosas , que con dolor de los sabios , y
juiciosos ^e introdugeron en ella en los últimos siglos , era
forzoso temer , que no se darían por satisfechos de este tra-
bajo aquellos a quienes el destemplado afeCfto ciega de suer-
te , que están muy contentos con las excelencias de sus países,
aunque éstas hayan sido falsamente atribuidas. Este recelo
que al emprender la continuación de esta Obra concebí go-
bernado de las repelidas experiencias , que han tenido de ordi-
nario los que se arrestaron al mismo genero de trabajo , y de
las pasiones , que con apariencia de zelo , y de piedad domi-
nan comunmente á los interesados , se ha verificado en mí
mismo , siendo ya este suceso un nuevo egemplo, con que po-
dran justificar sus temores los que poniéndose de parte de 1«
verdad , pretendiesen refutar las invenciones falsas, pero recibi-
das con aplauso. Porque habiendo publicado el Tomo r<ífer¡do
en que trato de las antigüedades de la Ciudad y Santa Iglesia
de Zaragoza , algunos aunque muy pocos del Reyno de Aragón
que lo leyeron mas como partes , que como jueces , se dierop
por sentidos de la censura que hago con aaimo libre , pero
<* « rec-
(IV)
refto y equitativo , 6e cierta<; noticias introducidas sin funda-
mento por algunos Historiadores del mismo Keyno. Tomó h
pluma en su defensa el R. P. Fr. Lamberto de Zaragoza , ere
yendo que como patricio , Diocesano , y buen Aragonés es-
taba obligado á sostener los blasones que yo impugno, y que
en su concepto extienden su esplendor a toda España ; y en ca-
lidad de tal defensor compuso un libro , que pudo imprimir en
Pamplona el ano pasado de 1780. con el titulo de Tom.i, pre-
liminar al Teatro Histórico de ias Iglesias de Aragón. Este
doéto , pero excesivamente apasionado Aragonés , se muestra
en su Obra muy sentido de que yo excluyese del Catalago de
Zaragoza , impreso en las Constituciones Synodales no menos
que once Obispos ; y presume temerariamente que acaso no
muy satisfecho de la firmeza de mis ratones , b demasiada-
mente confijdo de ellas quise autorizar mis opiniones dedican-
do mi Escrito al liusfrisimo Cabildo de aquella Santa Iglsia.
PJaniíiestase también tan descontento de mi Critica , que en el
num. 9. de su introducción dice de ella , que no sabe rendirse
con docilidad , que es severa , y que como tal ocasionó en el
nobilísimo pueblo de Zaragoza aquella especie de escándalo,
que suelen inducir los críticos que se oponen á la fé recibida
<ie los Progenitores y Maestros.
Los dos Tomos , que he trabajado , y publicado del Estado
Civil y Eclesiástico de la referida Ciudad , é Iglesia desde su
fundación hasta el aiio de i i 18. en que fue ganada á los Mo-
ros , son el mas seguro desengaño de todo lo que este R. P.
me imputa en fuerza de su preocupación. En ellos habrán vis-
to los Leíítores , no solo que procuro buscar la verdad por to-
tíos los medios conducentes , y que la sigo con la mayor cons-
tancia siempre que tengo la felicidad de hallarla , sino tam-
bién que todo mi Escrito es un continuado testimonio de mi fi-
na devoción , é intenso afeito para con aquella insigne y santa
Ciudad , prorrumpiendo muy repetidas veces en expresiones
<ie amor , y de alabanza que con fuerte impulso me sacaban
del pecho las excelentes prerogativas que meditaba , y escri-
bía de ella. Mi desinterés , é imparcialidad tiene entre otras una
prueba muy evidente en la Disertación sobre la patria del fa-
moso Poeta Prudencio ^ pues sin embargo de que muchos y
muy
.muy graves Autores Nacionales y Extrangeros le adjudican á
Calahorra , en cuya Diócesis nací , yo olvidándome de mi p. -
tria le hago Cesaraugustano por parecerme esta opinión algo
mas probable, y lo defiendo con tanto conato , y esfuerzo co-
mo podria el mas interesado en esta gloria.
Muestro igualmente mi desaféelo á la Critica indiscreta , é
inmoderada impugnando á los Autores , que se han levantado
con el renombre de Críticos , en diversos puntos , en que sin
testimonio , b razón suficiente niegan su asenso á noticias muy
creíbles y bien fundadas. Asi que estas propriedades se hallan
tan impresas en los dos Tomos referidos , que sola su lección
es bastante para que yo quede vindicado del rigor , y de la
severidad , é indocilidad que rae imputa el R. P. Fr. Lamberto
de Zaragoza.
Habría yo caído en la mas torpe necedad y vanidad , si hu-
biese dedicado mis trabajos al Ilustrisimo Señor Arzobispo , y á
la Santa Iglesia de Zaragoza , b creyendo que tan esclarecidos
nombres afiadirian nueva firmeza , y peso á mis razones- , b te-
niendo demasiada satisfacción de la eficacia de estas. Las ver-
daderas causas que me movieron á hacer esta oferta , además
de la respetable autoridad de un Excelentísimo personage que
me lo aconsejó , y de mi propia devoción , fueron los asuntos
mismos que se tratan en las obras dedicadas , que son sin duda
los mas honoríficos y ventajosos á aquella Santa Sede , é Igle-
sia , por contenerse en ellas muchas y muy particulares memo-
rias que contribuyen grandemente a su explendor , y estaban
ignoradas de todos los Historiadores. Se restituyen también á
Zaragoza muchos Santos, conque otros pretendieron glorificar
sus países consintiendo con ellos les mismos Aragoneses ,que
debían asegurar á su patria en la posesión de tan estimables
prendas. Ofrecí en las mismas Obras los célebres Escritos de
San Braulio , y de Tajón, que se remitieron de los Archivos de
la Santa Iglesia de León , y del Ilustre Monasterio de San Mi-
llan , y se mantuvieron hasta entonces obscurecidos entre las
tinieblas de la antigüedad , y distantes de la Ciudad en que los
trabajaron sus propíos Prelados. No solo se dieron al público
estos Escritos , sino que salieron con toda la ilustración que
fue posible ; sufriendo especialmente en la colección de Tajón
las
(VI)
las grandes molestias, que pondero en el Prologo del Tom. 3 r.
De las mismas Obras saqué excelentes noticias para las vidas de
sus Autores ; y por este medio se tiene ya conocimiento muy
extenso de los hechos de San Braulio , que estuvieron descono-
cidos en los siglos anteriores. Finalmente , no se puede negar
que los dichos tratados dan en todas sus partes nuevas luces,
para conocer con solidez y claridad las antigüedades respeti-
vas á la Diócesis de Zaragoza , que como confiesan Jos Escri-
tores de Aragón , eran de las mas diricÜes y obscuras. Juzgue
pues ahora el piadoso Leétor , si los asuntos contenidos en mis
Obras eran por sí solos dones dignísimos de presentarse al ílus»
trisimo Prelado , y Cabildo de aquella Metropolitana Iglesia,
' sin que en esto se mezclase mi propia satisfacción , 6 el deseo
de autorizar mis diétamenes , como presume el R. P, Fr. Lam-
berto , sin haberle yo dado el mas leve fundamento para tan
baja sospecha.
Responderá acaso este zeloso Aragonés , que nadie pone
en duda el señalado servicio que con mis trabajos y obras se
ha hecho a Zaragoza en estos particulares ", y que antes bieti
lo confiesan y reconocen todos , entre los quales debe tenerse
por voto de excepción el sabio Prebendado que él menciona en
el num. 4. de su introducción , del qual dice: Que habiendo vis-
■ i o en el Tomo 30. un gran cúmulo de glorias , excelencias ,_y ala^
"hanzas mvy justas de la Imperial Ciudad de Zaragoza , de su dis-
• iiriguida Iglesia , y de los muchos Santos que la ennoblecen , y la
' doBa Disertación sobre la tenida de Maria Santísima , viviendo
■ en carne mortal d aquella Ciudad Augusta , escrito todo con buen
• método , y eloquente estilo informó d su Uustrisimo Cabildo , que
mi Obra era digna en qunnto d esto del aprecio y estimación de los
■ eruditos, Pero que excluyendo yo de la Sede Cesaraugustana
algunos héroes que la ilustraron , y refutando ciertas opinio-
nes y tradiciones admitidas por muchos Escritores , y glorio-
sas á aquella Ciudad , no podia el amor á la patria , y el ho-
nor que caracteriza al buen Aragonés mirar con indiferencia
mis censuras en una Obra dedicada á la Santa Metropolitana
Iglesia.
No estraño ,que de mí se escriban estas y otras expresio-
nes de queja , que como es notorio divulgaron en otro tiempo
del
(Vil)
áel insigne Analista Gerónimo Zurita , los que eran de su mis-
ina patria, acusándole de parco en escribir las cosas de sus mayo-.
res , temático en callar cosas vulgares dignas de ser escritas^
contestando con otros Autores ^ y escrupuloso en los hechos pro-
pios , &c, Pero asi como este candido y diligente Historiador
merecia alabanza en lo mismo que le culpaban ; porque como
él dice en su Carta á Juan de Almenara , su principal intento
fue escribir con toda verdad las cosas pasadas , y no seguir inven-
ciones falsas y fantasías de gente que ha tenido mas cuenta con
agradar , y lisongear al vulgo ; lo qual era servir a Dios , y a
los Reyes ^ y a sus Reynos ; asi también no debía calumniarse,
sino estimarse mucho la diligencia que yo puse en el examen
de las noticias que escriben los modernos , y la libertad senci-
lla con que propuse mi didamea acerca de su verdad , b fal-
sedad. Mi animo pues fue el mismo que el de Zurita ; y por
tanto en la respuesta que di al Ilustrisimo Cabildo de Zaragoza
satisfaciendo á la pretensión del doélo Prebendado sobre que
yo depusiese la opinión que había seguido , excluyendo algu-
nos Obispos , escribí , entre otras cosas , lo siguiente : Con esta
ocasión no puedo menos de reproducir lo que tengo escrito en
mi Prologo.^ esto es, que toda mi solicitud se dirigió á que la His*
toria de la Santa Sede andubiese con la verdad que corresponde
a su propio honor.. Y si hu^^ese de hacer lo que ese Señor intenta,
y lo que otros con semejantes razones pueden solicitar en otros
puntos , lejos de lograr este bien sacarla sola et fruto, de que
las noticias ciertas , y legitimas se hiciesen sospechosas por la
mezcla de otras inciertas, 6 mal fundadas , lo que en ninguna
manera convenia a la excelencia y gloria de esa Santa Iglesia,
Por lo qual , en conformidad de mí solicitud , cuidé de poner
todas las memorias en solo aquel grado de verdad , que yo
juzgaba era correspondiente á los fundamentos sobre que se
apoyaban , y de este cuidado añadido al desvelo de recoger lo
concerniente á la ilustración de esa Sede, ha resultado , si no
me engaño mucho , que su Tratado contenga al presente una
colección de noticias ciertas , y gloriosíslnMs , cuyo numero ex-
cede á las que anteriormente se han escrito , aunque entren
€n esta cuenta las fábulas, y nuevas invenciones.
¿Pero qué tradiciones son las que yo refuto en mi Obra?
¿ Son
(VIH)
2 Son por ventura aquellas que pueden contarse entre las an-
tiguas, seguras, y continuadas? Nada menos ; sino las que se
han alzado con aquel venerable y sagrado nombre , siendo
realmente de leves , y falsos principios , y aun opuestas a
otras memorias mas autorizadas. Nadie ignora el abuso que
ha r¿ynado en los pueblos de honrar con «1 especioso titu-»
lo de tradiciones las noticias , que por ignorancia b falsa
piedad escribieron algunos Autores , y se recibieron incauta-
mente , y sin el examen necesario , echando lue^o tan hon-
das raices que suelen ser vanos los esfuerzos de. los eru-
ditos , que pretenden arrancarlas de los ánimos vulgares.
Tilles son las tradiciones que yo refuto en el Tomo 30. aten-
diendo á la verdad , al honor de la Santa Iglesia de Zara-
goza , al cumplimiento de la obligación ? y al empeño eti
que S. M. me puso, deseando se continuase, y perfeccionase ua
proyecto tan útil , y necesario , como es el de ilustrar la His^
toria Eclesiástica de sus Reynos , disipando las fábulas que el
falso celo habia introducido. Tales son las que el R, P. Fr.
Lamberto quiere defender aspirando , como él dice , a con~
servar los honores antiguos de la Santa iglesia de Zaragoza , y
(i manifestar y fomentar la devoción , y piedad de su Augusta
Patria: Empresa muy apreciable por su naturaleza , y muy
importante , si correspondiese el efedo ; pero inútil , y sin
fruto por sus circunstancias , y por dirigirse á sostener glo-
rias , no fundadas en verdad , sino falsas y supuestas.
Para que se perciba con claridad el genero de Tradicio-
nes á que yo roe opongo , pondré egempio en una, cuya
refutación se hizo mas sensible á nn Sabio Prebendado , y al
R, P, Fr. Lamberto. De los Santos Discipulos de Santiago Ata--
nasio y Theodoro escribí en el Tomo cit. pag. 39. num. 8;
que por los monumentos de alguna antigüedad , quales son
la Epístola de' León líl. y el Instrumento de Calixto II. qtise
se publicaron en el- Apéndice del tom, 3. num. 9. solo s-e sá^
be de ellos , que estuvieron en Galicia , y permanecieron siem-
pre alli guardando el sepulcro de su santo Alaestro hasta que
ambos murieron , y fueron enterrados uno á la diestra , y
orro á la siniestra del cuerpo del Apóstol, Leamos el texto
i^ue es la única memoria que tenemos deles referidos Santos.
Ini^
(IX) ^ _
hito autem , dice , saluhri consilio , dúo clienttdi refííítr^eruní
ibi ad custodisndum pretiosum talentum heati , sciücet , Jacobi
Corpus venevanditm , quorum unus di^us est Theodorus , alíer
vero Athanasíus. Alii vero Discipuli , Deo comité^ ^d pradican-
áum Hispmias ingressi sunt ; ut prcemisimus , illi dúo discipuli
pedisequi pro reverentia illius magistri , dum summo cum affedítí
■prcefatum sepulcrum pervigiles indesinenter pervigilarent , jusse-
runt y se post ohitum suum á Christianis juxta magistrum suu^
sepeliri, Sicque , deñnito termino vit¿e , naturce dsbitum persol-
ventes felici excessu spiritum exhalarunt , Cíeloque animas gau-
dentes intulerunt, Y constando por este tan expreso testinr.oni»
que estos Santos residieron siempre indesinenter en Galicia has-
ta su preciosa muerte , colegí que poner su residencia en Za-
ragoza , y hacerlos Obispos de aquella Ciudad , es invención
de Autores modernos , contraria á memorias mas antiguas y
legitimas.
En efedo, Pedro Antonio Beuter fue según el P. Fr. Lam-
berto el primero que escribió que hecha Li Iglesia de Zarago-
za , puso Santiago en ella dos Discipnhs llamados Athmasio el
tino , y el otro Theodoro , ordenando al uno en Preste , y al otro
en Obispo , para que predicasen la Fé del Señor, Siguióle Geró-
nimo Blancas , de quien con justísima razón dice D. Gregorio
Mayans que fue escritor mas eloquente que critico. Este en
la Carta , que dirigió al P, Gerónimo de la Higuera , habló
ya de esta noticia como de tradición , asegurando que Beu-
ter y Vaseo trahen en su apoyo los gravísimos testimonios
de Calixto , y de S. Basilio el Grande : Neq-te tamen irinori,
imo vero majori veterum monumentorum niíitur copia , quod tra-
ditum est nobis de B, Athanasio , ut is primas nostrce urhis
Episcopus statuatur, Nam inter ea , qu<s a Beuterio & Vasceo af-
feruntur gravissirna Calixti Pap¿e y & Magni Basilii de funda^
iione nostra; hujus Augustissimce Ecclesice de Pilari testimonia &c.
Y para que se vea la critica de Blancas en este punro , ni
Calixto dice palabra del Obispado de S. Athanasio en Zara-
goza , ni Eejuter le cita para esto , ni S, Basilio el Grande
Jiizo memoria de la fundación de la Iglesia del Pilar , ni Va-
seo le trahe para otro fin que para comprobar una verdad
tan cierta como es que muchas cosas se saben por h tradt-
b cion»
clon. He aqui las palabras de este Autor: Atqne heec futí prt'
ma Christianorum tato orbe Ecclesia , ut est constans á multis
retro s¿eculis , ac perpetua fama , é? memoria , per auam multa
antiquorum gesta , tes:e magno Basilio , nobis vehit per manus
tradiia sunt. Asimismo Ambroíio de Morales escribió en su
lib. 9, cap, 7. que Athanasio y Theodoro fueron Discípulos
de Santiago , y que al primero , según en Zaragoza afirman^ dejó
el Apóstol por Obispo de aquella Ciudad , y al otro por Pres-
bítero. En lo qual , además de que él nada asegura de su
propia sentencia , no podía tampoco resolver en contrarío , por
no haber leído , como confiesa poco antes , la Epístola de
León lll, por donde le hubiera sido fácil saber, que S, Atha-
nasio no residió en Zaragoza, sino en Galicia.
No solo se inventó esta noticia del Obispado de S. Atha-
nasio y Theodoro cerca de nuestros tiempos , y sin autoridad
suficiente , sino que tuvo casi en sus mismos principios la
oposición que se merecia. Porque Vaseo mencionando lo que
dice Beuter de los dos Santos , le impugna con el testimonio
de la expresada Epíst. de León III. Sed hoc , dice , cum Epís-
tola B, Leonis non concordat. La misma contradicción tuvo de
parte de algunos juiciosos Aragoneses , como Espes , Arrue-
go , y otros muchos. Sin embargo el P. Lamberto pretendió
autorizarla con el ¡lustre nombre de tradición , y aun se atre-
vió a pronunciar contra mí en el num. 50. estas palabras:
I Quién no juzgará prudentemente que hizo (el P. Risco) agravio
á la Santa Iglesia de Zaragoza deposito sagrado de esta tradi-
cion'i Y en el num. 52. Véase ahora si es digno de admiración ^ que
a vista del castigo amenazado le quite (el P. Risco) a S. Atha-
nasio el honor de Obispo , y de una Diócesi de tanta distinción
como Zaragoza , sin que le temblase la mano ^y se le cayese la
pluma. Tales son pues las tradiciones que yo impugno , y el
P, Lamberto pretende defender con exclamaciones vanísimas,
y sin fundamento , nacidas de poca reflexión , 6 de un
animo ciegamente apasionado por su país , que debía apreciar
mas la verdad imitando al diligente Zurita , y a Don Anto-
nio Agustín sus compatriotas , que jamás admitieron estas fá-
bulas.
Si me fuera licito interrumpir el trabajo principal y mas
ne-
(XI)
necesario de continuar esta Obra , y examinar cada uno de
los argumentos que opone el R. P, Fr. Lamberto , mostraría
con evidencia , que escribiéndose con expresiones acomoda-
das para que el vulgo los estime en algo , carecen efedliva-
mente de la solidez , y peso que se requiere , para que los
eruditos tengan por probables las cosas que se pretenden^
Pero no debiendo yo consumir el tiempo en una ocupacíoa
tan ¡outil desamparando otra de mayor importancia , y bas-
tándome tener el animo sencillamente preparado para con-
fesar mis yerros siempre que fuere convencido de ellos , me
parece suficiente notar algunas cosas con que prevenidos los
mas indodos conocerán la ineficacia de la impugnación j que
se ha hecho contra mi Obra,
El R. P. Fr. Lamberto nombra en la pag. r. el Catalogo
de los Obispos de Zaragoza impreso en las Constituciones
Synodales en el año de 1697. quejándose de que yo he ex-
cluido no menos que once ; y en la pag. 6. cita los Catálo-
gos del Excelentísimo Señor D. Hernando de Aragón , de Don
Gerónimo Blancas , de D. Martin Carrillo , de las Constitucio-
nes Synodales , y el Ms. del Arzobispo D. Juan Saena de Bu-
ruaga , y dice que los examinó con la posible exaélitud , y
los adaptó conforme á los Mss. del Archivo de aquella Santa
Iglesia, Estas piezas suenan mucho ; pero la verdad es , que
todas ellas son m.odernas , y no tienen autoridad alguna en
orden á los Obispos que yo tengo excluidos , ni en el Archi-
vo de la Santa Iglesia existe instrumento antiguo con que
se puedan comprobar los Prelados , que dicho P quiere in-
troducir. El Catalogo de las Constituciones Synodales , don-
de debia haberse puesto la mayor diligencia, además de ad-
mitir Obispos, que no constan sino de Chroniccnes fingidos,'
está lleno de errores en los puntos históricos que en él se to-
can. V. g. Para hacer aparente que S. Athanasio fue Obispo
de Zaragoza , dice , que este Santo padeció martirio en la ri-
bera del Ebro , siendo ¡negable que murió en Galicia, De San
Theodoro afirma , que pasó á la África , y que padeció mar-
tirio en la Ciudad de Pentapolis , constando que murió tam-
bién en Galicia, y que fue enterrado a el lado del cuerpo de
Santiago como su Condiscipuio Aihanasio. De S, Epiteéio 6
b 2 Epí-
(XII)
Epitacio escribe , qu€ murió mártir en la ribera del Ebro,
alegando el Martiroicgio Romano, que no pene sino el nom-
bre de España sin mayor determinación cíei lugar b pueblo
donde este Santo padeció. Prueba el C'bispado de Félix con
un testimonio de San Cipriano convelido en estos términos:
Pelix Cesaraugustimus Episccpus fidei cultor , ac defensor veri-
tatis , y asegura que murió mártir ; pero es cierto que no hay-
memoria del tal mariirio , y que San Cipriano no expresa el
Obispado de Félix , pues dice solo, Félix de Ccesarai4gusta
ftdei cultor & defehsor veritatis. Asi que será conveniente , que
los Leólores de la Obra del P. Fr. Lamberto no se detengan
mucho en los nombres solos de las piezas que cita , sino que
pasen á desear autoridad competente 6 testimonio antiguo
tn prueba de los Obispos que yo excluyo , y que no se es-
tablecen sino con Autores modernos , que no sirven para co-
sas tan rem.otas.
Si se examinan los fundamentos, sobre que se apoya, pa-
ra defender las tradiciones , que yo refuto por no ser o;ra
co:a que invenciones de Autores modernos, se hs liará que
proponiéndose con voces ayrosas , y que significan mucho,
son realmente fíaquiiimos é incapaces de m.antener lo que so-
bre ellos se edifica^ Pongamos egemplo en la 1. Disertación,
que es la que con mayor conato y zelo han trabajado el Se-
ñor Prebendado N. y el R. P. Fr. Lamberto. Para establecer;
el Obispado de S. Athanasio en Zaragoza se alega no menos
que la autoridad de la Iglesia , y la de dos gravisimos Tri--
bunales , es á saber el de la Corte de Justicia de Aragón , y
el de la Sagrada Rota en dos decisiones dadas en el siglo
pasado , en que expresamente se asegura que Santiago hizo
Obispo de Zaragoza á S. Athanasio. La autoridad de la Igle-
sia está reducida á una breve oración , que se usa en los ¿os
Templos de S. Salvador , y del Pilar haciendo conmemora-
ción de los nueve Discípulos del Santo Apóstol en la qual
nada se dice del Obispado de S. Athanasio en Zaragoza , y
si se lee en el Códice mas antiguo, ni aun indica que este San-
to tuvo la Dignidad Episcopal. El Justicia de Aragón alega
testimonios que no existen \ porque cita los Breviarios anti-
quísimos 5 los Martirologios Romanos 5 y otros gravisimos Pa«
dres,
(>-ni)
ares , en los quales no se halla palabra con que se testtñque
que Santiago hizo Obispo de Zaragoza a S. Athanasto. La
Sagrada Eota no pudo exhibir prueba legitima de este asun-
to , y la principal autoridad que tuvo presente , fue la de
Pedro Antonio Beuter , á quien por eso da el P. Fr. Lam-
berto el nonabre de Coronista de tanto crédito , que fue segui-
do en la Sagrada Rota no aprobados otros sobre este punto ^ co^
mo no lo fueron ni la Historia de Dextro ^ ni el Epigrama de
Marco Máximo ; aunque yo veo , que aquel Tribunal hizo
aprecio de Lucio Dextro citándole , y siguiéndole en la pa-
gina 14. de sus Egecutoriales.
¿Pues qué diré del testimonio que me opone venido de
Lorena a rranos de D. Juan Tainayo Salazar en un hymno de
S, Policeto mártir de Caravis junto á Zaragoza , en cuyas es-
írophas , dice el P. Lamberto , se puede disimular la po:a
pureza del estilo y yerros del metro por lo estimab'e de la
noticia? Bolando imprimió este hyrano al dia 13. de Febrero-
tomándolo del Martirologio de Tamayo , con lo que parece
logró alguna recomendación en la grande Obra de las Aftas
de Jos Santos. Pero no hsy duda en que Felipe F¿rrario fue
e! primero que hizo memoria de S. Policeto citando el Ka-
lendario y Tablas de la Iglesia de Zaragoza , siendo asi que
ésta jamás tuvo noticia de este Santo, ni ha habido memoria '
de él en España. Asi que este mártir de Caravis junro a Za-
ragoza es fingido , y por consiguiente lo son también las Ac-
tas , qut trahe Tamayo ; en cuyo tiempo , como notan los
Continuadores del citado Bolando, se inventaron otras muchas,
que no merecen sino el desprecio de los hombres de algún
juicijO.
'.'■Si se reflexionan con mediana atención las soluciones , con
Que se pretende obviar á mis pruebas , se notará que estas
quedan en la misma fuerza , que si no se hubiese respondido.
V. gr. al argumento que dejó propuesto contra lo que escri-
bieron algunos Autores del Obispado de S. Athanasio y Theo-
doro , y su residencia en Zaragoza , responde él Señor Pre-
bendado, que pudieron estos Santos ocuparse en la acordada
• vigilancia del sepulcro de Santiago , y servir en Zarag^'Z! á
nuestra Señora ^ desempeñar eo Aragón las obligaciones de
sa
(XIV)
su ministerio Pastorsl , y cumplir en Galicia las áeí piadoso
empleo de guardar el sepulcro. Esta solución está muy dis-
tante de satisfacer á la dificultad que yo fundé en la Epís-
tola de León ill. por ser enteramente contraria al texto que
dejó exhibido , del qual consta que los Santos expresados re-
sidierojí siempre , y sin alguna intermisión en Galicia hssta sxx
muerte , después deja qual fueron enterrados junto al cuer-,
po de su Santo Maestro. Oigamos ahora ia respuesta del R.í
P. Fr. Lamberto : Si alguno , dice en el num. 77. ¡mentara />íí-...
cer de dos Santos quatro , como el P. Higuera de dos uno , /)a-
diera decir , que los dos Discípulos de Santiago Theodoro y Atba^
nasio , de que habla .el Papa León JII, eran distintos de los que
venera, la. Santa Iglesia de .Zaragoza, Pone luego las pruebas
que se podrían ofrecer , las quales no tienen otro fundamen-:
to que el filso supuesto de lo mismo que debían probar, y
concluye asi ; £ualquiera pues que quisiera hacer dos Athana^
sios y dos Theodoro s llegaría por este rumbo a concordar el Obis-*
pado de S, Aihanasio con las Cartas de León y de Calixto, Ni
le faltaría apoyo en la autoridad de Muriílo ^c. Feliz discurso
para sostener las glorias de Zaragoza ¡ Dichosa España , que
si en el siglo pasado tuvo un escritor que hacia de dos San-
tos uno , ya en el presente goza otro de mejor condición,
que facilita el modo de hacer de dos quatro.
Si tan insubsistentes son los fundamentos con que el R.-
P. Fr. Lamberto aspira a sostener el Obispado de los Santos;
Athanasio y Theodoro , en cuyo favor puso el mayor conato,
no espere el discreto Ledor de su Obra hallar mejores cosas
en los demás Obispos , que quiere añadir al Catalogo de Za--
ragoza. Corramos por todos ellos no partiendo de ligero , si-,
no haciendo reflexiones -breves, que basten para' evidenciar
que el libro de este doíto Aragonés no sirve para ilustrar-
la historia de su Patria , ni para aumentar sus prerogativas:
y que es vana la esperanza que explica en el num, 6, de su
introducción, de que el publico aprobará los Obispos impug-
nados por los rigores de. mi critica , mayormente £n un siglo
tat^ ilustrado como el presente ^ que ya no trata estas materias.
con una destemplada severidad , sino con una piadosa y dócil-
modei'acior\
En
(XV)
En la pag. 7. establece dos Obispos con los nombres Je
Valeriano y Lucio , el primero por el año de 409. y el se-
gundo de 525:. De Valeriano nada trabe que merezca res-
puesta , pues solo reproduce lo mismo á que tengo dada ple-
na satisfacción en los Tomos 30. y 31. Mas no puedo pasar
de aqui sin hacer al P. Fr. Lamberto dos cargos que rae pa-
recen oportunos. El primero es sobre el num. 15'. que co-
mienza con las palabras siguientes : No ignoramos , que hay
quien dice , qt4e los Romanos llamahan indiferentemente Valerios
6 Valerianos a los que se distinguian con este nombre , de lo
que no hace memoria el P. Risco ; y no sé como echa menos esta
especie habiendo leido el Tom, 31, en cuya pag. 109. n. 314.
hago expresa mención de esta costumbre de los Romanos. El
segundo es, que siendo el R, P, Fr, Lamberto tan amante de
los honores de su patria debia no tenerme por severo en es-
te punto , en que no distingo á Valeriano de Valerio, como
D. Nicolás Antonio, y otros Autores, que sostienen con gran
probabilidad , que el primero fue Obispo de Calahorra , don-
de creen rambien nació el Poeta Prudencio , que consagró
á este Prelado el hymno de S. Hypolito Mártir, Para prueba
del Obispado de Lucio no trahe otros testimonios que la au-
toridad de Gerónimo Blancas , y de D. Hernando de Aragón,
que cita á Fere Antón, ¿Quién no ve aqui el justo motivo,
que obligó á este mi opositor á no mirar con indiferencia
las censuras de mi critica , con la que borré del Catalogo
Cesaraugustano un Obispo que gobernó por los años de 525".
sin embargo de que son testigos de su dignidad los celebres
escritores expresados , que florecieron solos mil años después
de Lucio?
En la pag, 1 1. num, i 8. se halla un precioso descubrimien-
to de este noble Aragonés. Yo puse en el Catalogo por los años
de 45'8, un Obispo de quien se hace honorífica memoria en la
Carta que los Padres de la Provincia Tarraconense escribie-
ron al Romano Pontífice Hilario. Pero como no hallaba su
nom.bre en documento antiguo , confesé mi ignorancia , y le
señalé con una N. Gracias al R, P. Fr, Lamberto , que nos lo
«lanifiesta diciendo , que se llamó Lidoro , porque dice Carrillo
haber él hallado en algunos Mss. que este fue San Isidoro Már-
tir,
hr , de quien se hace memoria en el Martyrologío a 2. de Ene-
ro. Es verdad que el Martyrologío dice : Antiochice passio beati
Jsidori Episcopí. Pero Baronio nota , que parece no pudo ser
Obispo de Antioquia , y que ninguno dice de dónde ío fue : y
en caso de duda bueno será, que un Escritor Aragone's le ad-
judique á Zaragoza su patria.
Bastante se ha dicho de los Santos x\tanasio y Theodoro:
pasemos á la tercera disertación , que es sobre el Obispado de
S. Félix , y detengámonos un poco en este titulo. Mi impug^
nador se empeña en llamar a Félix Santo á boca llena , y aua
en eí num. 60. exhorta á todos con estas palabras : TenjamoS"
le por Santo hasta que nos lo prohiba la iglesia. Los esfuerzos
del P. Lamberto en este punto tuvieron por motivo estas pa-
labras que yo puse en el Tom. 31. pag. 18. num. 30: Volvien-
do á nuestro F¿H,v , Baronio , y otros le mencionan con el didfado
de Santo. To no sé , que para darle un titulo tan honorífico se pue-
da alegar otra causa , que los elogios de San Cypriano ; pero ex-
tos no me parecen suficientes ; y en cosa de tanta importancia
y gravedad es digna de seguirse la. moderación que con los Bo-*
landistas expuse en el Tomó, precedente , pag, 140. num, 9.
Esta Critica hizo tal eco en el pecho de mi Opositor , que pror-
rumpió en ciertas exclamaciones que me pondrían miedo, si no
hubiese escribo aquella proposición con la mayor solidez que
se puede desear. Pong.imqs una de ellas. ^ Es verosímil , dice^
cue Baronio le hubiese dado a nuestro Obispo el renombre de
Santo , sin "hah'erh hallado en los originales del Vaticano , 6 en
la tradición inmemorial ds ¡a cabeza del mundo } l A quién se le
puede ocultar esta invjroyimilitud , ó violencia'^
Suplico al R. P. Fr. Lamberto que oyga con sosiego la
respuesta á esta pregunta. La única memoria que se halla de
Félix , es la que hizo S. Cypriino con estas palabras : Utque
alius Félix de C(esaraugusta , fidei cultor , atque defensor verita-
tis litteris suis significat. Desde el tiempo de San Cypriano has-
ta el siglo 16. nadie mencionó a Félix con el título de San-
to. Don Gerónimo Blancas fue el primero , b de los prime-
ros que le nombró con este glorioso dtétado. En esta verda-
dera suposición ^ qué causa hubo para que este Escritor ^ y
otros mas cercanos á nuestca edad expresasen á Félix con el
ti-
(XVII)
titulo de Santo , sino el elogio de San Cypríano , que- áclemás
de darse á sugeto que no estaba fuera de los peligros de esta
vida mortal, puede convenir aun a los que teniendo la fé ca-
recen de la santidad ? No siendo pues este elogio suficiente, n¡
habiéndose dado á Félix en algún tiempo culto coa^rinado por
el Juicio Supremo de la Sede Apostólica , ni aun por la piedad
de los fieles con asenso de la misma Sede ¿ con qué palabras
iras prudentes , debia yo avisar la discreción que este impor-
tantísimo negocio se merece , que con las de la clausula exhi-
bida que tanto desagradó al R, P. Fr. Lamberto ? ¿ Con qué
razones podrá éste vindicarse de toda temeridad, dando muy
repetidas veces en su Disertación el did:ado de S.into a, un su-
geto , cuya santidad no está aprobada por autoridad legitima?
Dirá que siguió á Baronio , de quien no es creíble diese á Fé-
lix tan glorioso titulo , sin haberlo bailado en los originales del
Vaticano ^ 6 en la tradición inmemorial de la cahcza del mundo.
Esta respuesta podrá satisfacer á hombres demasiado vulga-
res , é ignorantes ; pero la tendrán por volu-ntaria y frivola los
que saben que no es otra cosa , que un vano recurso á hecho
de que hasta ahora no ha habido noticia en el mundo , qual
es que en los originales del Vaticano se halle Félix con el re-
nombre de Santo , b que en Roma haya tradición inmemorial
de la santidad de este Varón. Yo no dudo que Baronio {\:>.q
Escritor dcílisirao , y de muy vasta erudición , mayormente
en la Histeria Eclesiástica ; pero no creeré que tuvo noticia
cierta de todos los que deben , b no venerarse con los hono-
res concedidos á la santidad. Si este sabio Cardenal hubiese
hecho particular examen del titulo de Santo dado á Félix , no
habría padecido este descuido ; pero como el asunto de que
trataba era la Epístola de San Cypriano , dirigió á ella todo
su reconocimiento , dando sin reparo a Félix aquel honor con
que le trató Gerónimo Blancas en los Comenrarios que leyó
el mismo Baronio. Finalmente el R. P. Fr. Lamberto no trae
prueba alguna en confirmación de que á Félix se le debe el
tratamiento de Santo , si no lo son sus exclamaciones , y los
Autores modernos que cita ; y la Santa Iglesia de Zaragoza
podrá desengañarle en esta materia , como testigo el roas fiel,
y abonado de que jamás dio culto á este varón mencionado en
la Epístola de S, Cypriano, e I Pues
(XVIII)
¿ Pues qué diré de la impugnación que hace de lo" que ten-
go escrito acerca del Obispado de Félix? Yo afirrao.que la dig-
nidad Episcopal de este Cesaraugustano no es cierta , sino du-
dosa ; pero que es muy verisímil , atendiendo al empeño con
que trató el negocio , b causa de Marcial y Ba^iíides. El P. Fr,
Lamberto escribe no menos que 22. hojas , pretendiendo que
Félix fue Obispo cierto, é indubitable ; pero el Leftor se can"-
sará con su lección , y vendrá á quedarse en la misma duda
que yo expongo. No solo no opone diüculrad a que yo de-
ba satisfacer ; sino que sabe ponderar como argumentos muy
poderosos contra mi sentencia los diftamenes de Escritores
modernos , que dicen lo mismo que yo tengo establecido. V.g,
en el num. 9. ofrece lá autoridad de la sabia Congregación
de San Mauro , que puesta en romance por el P. Lamberto
dice de este modo : No puede negarse ser cierto , t^¿4e San Cy-
jiriuno no llama Obispo a San Félix '^ sin embargo, atendiendo
á su estilo nadie hallará dificultad , ni dejará de inclinarse al
pensamiento de que tuvo el caraéler Episcopal , porque el No-
tario que escribió las Aftas del Concilio de Cartago , no refie-
re las dignidades de los Obispos que asistieron , sino solo sus
nombres, y los de las Ciudades á que presidian ; lo que egecu-
tó de este modo : Cecilio de Bilta , Primo de Misgirpa , Poli-
carpo de Adumetro , y asi los demás. Por lo que , aunque San
Cypriano escribió solamente : Félix de Cesaraugusta , no prue-
ba el silencio de la dignidad Episcopal , ^ue San Félix no la
tuvo. Aquí dice el P. Lamberto : Asi discurrieron discreiisima-
mente estos célebres Literatos a favor del Obispado de este Cesar"
augustano en fuerza de una ilación concluyente»
¿ Pero qué h<iy en estas clausulas de los sabios Benediéli-
nos de San Mauro , que no sea conforme á mi sentencia , sino
el titulo de Santo , que precede al nombre de Félix , el quaí
no se lee en el texto Latino , sino que es añadido por el Pa-
dre Lamberto , que por autorizar su pretensión traduce á Fe^
licem , 5. Félix ? Yo escribí en el Tom. 30. pag. 100. num. 10,
estas palabras : No obstante hace dificidtad que S. Cypriano no
le dá titulo de Obispo ; y los PP. Benediftinos : Sane certum est^
Felicem non vocari Episcopum d Cypriano. Yo escribí en el Tom,
¿r. pag, 12, num. 18. Por lo q^ue toca a la dignidad de este ilus-
tre
(XIX)
tre varón, tfté pavede Muy verosímil que fue Ohíspo de Zaragoza ^y
uno de los comprehendidos en la clausula que escribió S. Cypriano^
&c, y los PP, Benediólinos : Sed ex modo scribendi Cyprianico
facile , <&? proclive est existimare , illum ea dignitate decoratum
fuisse. Estos PP. concluyen, que el silencio de San Cypriano no
prueba que Félix no fue Obispo ; y yo estoy tan lejos de inten-
tar que el silencio del santo Doélor es argumento de que
Félix no tuvo aquella dignidad , que en mi sentencia es muy
verisimil haberla gozado. ¿Quién no vé ya que mi modo de
pensar en este punto es tan parecido al de los PP. Benediéli-
nos , como un huebo á otro ? Sin embargo , éstos discurrieron
díscretisimamente , según el P. Lamberto ; pero el P. Risco con
una Critica indócil y severa , que despoja á su amada patria
de las prerogativas que la adornan.
La piadosa y dócil moderación ., que este R. P. atribuye
en el num. 6. de su Introducción al siglo presente , llegaba en
su concepto á tal grado , que creyó aprobaria el público sus
fundamentos , con ser éstos tan despreciables , que yo me es-
panto deque un hombre dodo se atreviese á estamparlos , y
ofrecerlos indiferentemente á sabios , é ignorantes. Veamos la
solidez con que prueba que el Obispado de Félix es cierto y
constante. Sabiendo el P. Lamberto que ninguno de los Escri-
tores antiguos trató de su noble paysano Félix , sino es el
IVlartyr Cypriano , puso todas las fuerzas de su ingenio en sa-.
car la certeza de la dignidad Episcopal de estas palabras del
Santo : Utque alius Félix de Cíesaraugusta fidei cultor , & de-
fensor veritatis litteris suis signifcat. Y mostrando su afición
á las letras de la humanidad , propone en esta forma su pri-
mera reflexión que puede ser espécimen de las demás, /¿ten-
diendo , dice , a la propriedad de la lengua latina en que teñe-
mos la Carta de San Cypriano , se perciben algunas alusiones a la
dignidad Episcopal de San Félix. Esta dicción Cultor de que usa
el Santo , la une Ovidio a la dicción Antistes , para expresar la
superioridad del sugeto de que habla sobre los Varones dorios ; y
sabiendo todos que la voz Antistes significa el Sacerdote Supe-
rior del Templo , y que éste en la Religión Christiana es inegable-
mente el Obispo , parece que el elogio dado por San Cypriano d S,
Félix , no le viene violento , antes bien insinúa en él esta dignidad,
C2 El
(XX)
El verso de Ovidio que ofrece , es del lib. 3. de les Tris-
tes. Eleg. ultima , que dice asi:
Cultor , (^ Amistes doBorum sarSe virorim,
A vista de un tan delicado modo de discurrir , nadie extra-
ñará que el P. Lamberto tenga á Félix por Obispo indubitable,
y también por Santo : porque si San C> priano le llama Cultor^
y. Ovidio une á esta dicción la voz Antlstes , y a esta el titulo
de Santo , sale por legitima consequencia , que Félix fue Obis-
po , y también Santo. ¡ Oh , nuevo , agudo , é ingenioso argu-
mento ! ¿ Y qué responderá este Aragonés , si aprovechándose
otro de su discurso dice, que Félix era poco aficionado a los
egercicios de Religión , y lo prueba con aquel verso de Hora-
cio , lib. 1. Carm, Ode. 34,
Piírcus deorum cultor , <S? infrequens'^
IjQué responderá a quien intentare , que en iquellas pala-
bras "del Canon de la Misa : Cum ómnibus orthodoxis atque Cíf
lholie:e- ^ & A¡iO!toUc(e fidsi citltoribus , está insinuada la digni-
dad episcopal de todos los fieles , y lo probare con el versí-
to de Ovidio , que á la voz Cultor une la de Antistes ^ que sig-
nifica ál Sacerdote Superior del Templo?
Vengamos á la quarta Disertación. Dirígese ésta á probar,
que al principio del siglo quarto presidieron en Zaragoza dos
Obispos con el nombre de Valero , ambos Santos , pero uno
Confesor , y otro Mariyr, Yo probé con sólidos argumentos
la identidad del Valero, que subscribió en el Concilio de Eli-
beri , con el presentado á Daciano , contra Baronio y D. An-
tonio Agustín , que creyeron ser distinto uno de otro , por su
equivocación acerca del año en que se celebró el referido Con-
cilio. Ilustré también la Historia del Santo desembarazándola
de todas las confusiones que se hablan introducido en ella, con
tanto esmero , y afeéto á hi Santa Iglesia de Zaragoza , que
este fue uno de los trabajos que la fueron mas aceptos , como
me declaro su Ilustrisimó Cabildo en Carta que se dignó di-
fiíjirme,
Bas-
i
(XXI)
Basta la lección óq lo que tengo escrito en el Tom. 30.
para que qualquiera quede instruido , y desengañado en or-
den á la obscuridad en que el R. P. Fr, Lamberto pretende
envolver la Historia de San Valerio , haciendo inútil quanto
es de su parte la diligencia que yo puse en esclarecerla. No
obstante me parece del caso proponer aqui dos advertencias,
las quales por sí solas son suficientes para conocer con clari-
dad la flaqueza de que adolece toda la Disertación de este
Padre. La primera es , que la Iglesia de España nunca ha
celebrado otro Valerio Obispo de Zaragoza que al que Íüq
Maestro de S. Vicente , y este es el mismo que el Misal Mozá-
rabe pone en el dia 28. de Enero , y también los Breviarios
antiguos de nuestras Iglesias , como el Hispalense , que nos
opone el P. Fr. Lamberto, sin embargo de expresarse en sus
lecciones , que el Valerio de quien se rezaba la Historia con-
tenida en ellas ,fue presentado á Daciano junto con el célebre
Martyr Vicente. Véase el Tom. 30. pag. 118, A este mismo
se dá alguna vez el titulo de Martyr por la razón que expu-
se en la pag. 123. del Tom. cit.
La segunda es , que la distinción que el P. Fr. Lamberí-o
quiere establecer de los Valerios, uno Confesor, y otro Martyr
se funda solo en los errores de algunas A«fias que ter.'Lo
rotados en el referido Tom. Para cuya inteligencia conviene
advertir , que todas las Adas hablan expresamente de un
Valerio, y este el que tuvo por su Arcediano á San Vicente;
pero algunas dicen , que fue desterrado á Viena de Francia,
y que alli padeció martyrio. De este error , pues , se apro-
vecha el citado Aragonés para poner dos Valerios, uno que
murió en Enet , y otro que fue martyrizado en Francia , sien-
do asi que este segundo es desconocido de todos los Escrito-
res; y las Adas mismas que yerran en el lugar de la muerte
de S. Valerio, no hablan sino del célebre Maestro de S.Vicente:
Cur,} Diacor. US Pr ceses , dicen , pnccepisset B. Valeritim deportari
in exilium., sicLt in passlone Sandli Vincentii scriptum est,B,Fale'
rius vehementer flere ccepit , quod separahatur á S, Vine era io.
Asimismo el amor puro á la verdad , y el deseo sencillo,
que me anima de que nuestra Histeria se trate con la grave-
dad , y sinceridad que la corresponde , me impele á prevenir
al
(XXII)
al Leflor, descubriendo defeftos muy reprehensibles, que Ocul-
taría de buena gana por no sonrojar á su Autor. Digo esto
porque en el asunto que voy tratando , me veo necesitado á
hacer presente la ¡legalidad en que incurre el P. Lamberto por
autorizar mas sus intentos. Dice asi en la pag. 171. num, 22,
Ahora es preciso advertir , que las Aétas de Chiflecio tomadas
del Códice de Borgoña , y cotejadas con las del Ms. Marken-
tense , que son las que ofrece el Breviario Hispalense , como
afirma Tamayo Saiazar , no fueron notadas de ilegitimas por
Bolando , ni las dio censura alguna ; antes bien lo movieron
al juicio de ser constante , haber sido dos los Valeros Obispos
de Zaragoza á los principios del siglo 4. de los quales el uno
fue Confesor , y el otro Martyr. Que éste no puede ser el
que presenta el P. Risco por Valero segundo , se prueba tam-
bién porque éste , según el Continuador , era el que asistió al
Concilio Cesaraugustano en 380. &c,
Entendiendo este R. P. que su Disertación no salía bien
fundada, si no se daba crédito á los errores contenidos en las
Adas de Chiflecio , quiso autorizarlas con el nombre de Bo-
lando , como si éste las hubiese tenido por legitimas siguién-
dolas en lo concerniente á la distinción de los Valerios , que
se pretenden. Advierta pues , el que leyere el lib. del P. Fr,
Lamberto , que es falso quanto éste atribuye á Bolando. Este
sabio Escritor desaprobando lo que las Adas de Chiflecio di-
cen del lugar de la muerte de San Valerio Obispo , y Maes-
tro de Vicente , trae el testimonio del Breviario Cesaraugus-
tano de I5'72. que la pone en el pueblo de Enet ; y prosigue
suponiendo esta noticia como verdadera hasta el cap. 3. ea
que tr^ita de las reliquias del Santo , y su traslación , empe-
zando con estas palabras ; Eneti igitur cura migrasset é v/-
vis Valerius , in propinquo Stradie Castello conditce sunt illius
exuviíp. Es también falso , que Bolando movido de las Adas
de Chiflecio tuvo por constante haber sido dos los Valeros
Obispos de Zaragoza al principio del siglo IV. porque en el
num. 3. del cap. i. que cita el P. Lamberto tiene literalmente
la misma sentencia que yo sigo en el Catalogo. Porque afir-
ma primeramente , que fueron muchos los Obispos con el
nombre de Valerio , que es lo mismo que yo escribo en la
pag.
( XXIII )
png, 1 1 8. num. 32. Dice también , que los Valerios conocidos^
é indubitables son dos , pero no pone á ambos al principio
del siglo IV. como le atribuye mi Opositor , sino en los mis-
mos años que yo. Esto es j al primero en tiempo del Concilio
Eliberitano , y al segundo en el año de 380. en que se celebró
el Concilio primero de Zaragoza. De éste dice Bolando lo si-
guiente : Alter indubie fuit Valeríus C-esaraugustanus , qfAt Con^
Cilio Cícsaraugustano subscripsit sub annum Christi 380. ut con-
jtcit Loaysa , & patet ex coUegarum , qui isthic adfuerunt , ceTate,
Tampoco dice el Autor de las Aótas de los Santos , que Va-
lerio el segundo fue Martyr ; el qual titulo solo se ha dado
por algunos á Valerio el primero , cuyo Arcediano fue San
Vicente; y de aquí se colige , que todas las citas que el P.
Lamberto pone en el §. V. num. 13. son también artificiosas, é
ilegales ; porque él las trae para prueba de un Valerio Már-
tir distinto del Valerio que fue Maestro de San Vicente ; y
los lugares que se citan hablan expresamente de este mismo:
V, gr. cita el Ms. de Florario , cuyas palabras se hallan en
Bolando ; pero no las exhibe por ser contrarias á su intento,
y tratarse en ellas , no del Valerio Martyr que él pretende in-
troducir , sino del Valerio que enseñó á San Vicente : hem
S, Valerii Episcopi , & Martyris, Hic B. Vincentium Leviiam ad
omne opus bonum aptavit , cum qao apud Civitatem CaíarauguS"
tanam martyrium tolerat anno salutis 305".
El mismo vicio se descubre en el num, 31, donde el Pa-
dre Lamberto cita á Bolando , cuya perspicacia , dice , cono-
ció que el Autor de las Lecciones del Breviario Hispalense
en el Oficio de S. Valero juntó a las Adas del primero las del
segundo ; y por medio de este conocimiento vino el mismo
Bolando á distinguir dos Valeres Obispos de Zaragoza. Sé-
pase pues , que Bolando no infirió los dos Valerios que dis-
tingue el P. Lamberto , de las Lecciones del Breviario Hispa-
lense, ni formó el juicio que se le atribuye ; pues solo cono-
ció los dos Vaieros que yo puse en el Catalogo de los Obis-
pos de Zaragoza , y por lo que toca á las Lecciones Hispa-
lenses , que dicen que San Valero . cuyo Arcediano y disci-
pulo fue San Vicente , padeció martyrio en Viena de Fran-
cia j no las dio crédito en esta parte con jusiisima razón , por-
que
(XXIV)
que consta que el Santo murió en Enet, ni hay memoria de que
ctro San Valero muriese en Viena , como yo escribí en el
Tom, 30. pag. 1 18. num, 34. Ni se mueva alguno por las pa-
labras de Bolando , que el P. Lamberto pone al pie : Verisi-
milius videtur diversos bos fuisse Valerios , &c, porque en ellas
no trata aquel sabio Escritor de Valeros Obispos de Z-jrago-
za , sino de otros de quienes traté yo también en ei Tomo
cit. pag. 1 16.
Estas advertencias bastan para persuadir la cautela que
se ha de tener en la lección del P. Lamberto , y la infunda-
da satisfacción de éste en felicitar á la Santa Iglesia de Za-
ragoza al fin de su Disertación , no habiendo hecho en ella
ctra cosa que confundir la verdadera Historia del célebre y
famoso San Valero , y despojar a este Santo del culto que
tuvo en tiempo de los Godos por introducir otro Vakro
IVIartyr , no conocido hasta ahora en nuestras Iglesias.
En el principio de la Disertación quinta extraña ei P. Lam-
berto , que yo prefiriese la exclusión de Clemeníe , 6 Clemea-
cio á la de Valerio II. y dice que no le era fácil adivinar la
causa de haber yo invertido el orden , que se halla en los
Catálogos , y Escritores de Aragón , que ponen á Valerio
antes de Clemente. No tenia este P. necesidad de adivinar, pa-
ra venir en conocimiento de la razón que tuve para hablar
de Clemencio antes que de Valerio ; porque sin recurrir á
conjeturas difíciles , que son ios medios de la adivinación , en
el mismo Catalogo que yo escribí , pudo hallarla fácilmente,
AUi digo, que Clemencio asistió al Concilio Arelatense que
se celebró en el año de 314. y que Don Antonio Agustín in-
trodujo a Valerio II. en tiempo del Concilio Eliberitano , que
según su opinión , se juntó cerca del año de 325'. Siendo,
pues el año de 314. anterior al de 325". ningún enigma, 6
quisicosa ocurría en este punto que pudiese fatigar al P. Fr.
Lamberto. Es cierto que el Catalogo impreso en las Consti-
tuciones Synodales de Zaragoza , nombra , no solo Valerio II.
sino Valerio III. antes de Clemente ; pero también lo es , que
afirma haberse celebrado el Concilio Arelatense en el año de
326. y nadie será de parecer que yo debii seguir este, y
Otros errores que se notan eo el Catalogo referido.
Prc-
(XXV)
Pretende luego mi Impugnador vindicar el Obispado de
C'emencio , y no dando en su favor sípo pruebas inútiles que
soio consisten en citas de Autores modernos , pasa á desatar
las dificultades que yo propongo , á las quales dá en el fin
de su Disertación el nombre de vanos esfuerzos de la Cri-
tica. Y para que se perciba con evidencia , que todo lo que
escribe sobre este asunto es como todo lo demás de su Obra,
solo aparente , y dispuesto para lisongear el gusto de los que
se detienen en el sonido de las palabras , y no penetran la
fuerza de las razones , quiero prevenir a su Le¿tor con esta
advertencia. De Clemencio , b Clemente , que todo es uno,
sin que haya verdadero vestigio de significarse por estos nom-
bres personas distintas , no hay otra memoria antigua que la
subscripción del Concilio Arelatense , que dice : Clememius
Tresbyter ; Rufinus Exorcisía de Civltate Ccesarangusta : y fir-
mándose Clemencio con la dignidad de Presbytero , y no cons-
tando por otro testimonio antiguo, que llegase á obtener la de
Obispo , se colige evidentemente, que el dársela es voluntarie-
dad de los Escritores Aragoneses que yo cito en la pag. 1 1 j.
Para eludir la fuerza de este argumento , que es el principal
que propongo , halló el P. Lamberto una lisongera apariencia
en la Colección de Binio, Trae éste en sus Notas al Concilio
Arelatense una conjetura de Baronio , sobre que los Donatis»
tas depravaron en algunas cosas las Ad:as del Concilio ; pa-
ra cuya justificación alega dos razones , de las quales la pri-
mera se funda en que Ceciliano Obispo Cartaginense tiene en
la subscripción el titulo solo de Presbytero, Esta sospecha,
pues , hizo tan animoso á mi Opositor , que juzgó se desva-
necerla como el humo toda ro¡ dificultad con estas reflexiones.
Pues si Ciciliano , dice , que ciertamente ocupaba la Sede de
Cartago , lo que era notorio á todo el Concilio que examiinó su
causa , se subscribe precisamente Presbytero, ¿quién proba-
rá que Clemencio no fue Obispo de Zaragoza , por verlo fir-
mado solamente Presbytero en el mismo Concilio? ^Y quién
podrá hacer constante que no está alterada , y mutilada la
firma de Clemencio del mismo modo que la de Ceciüano?
Añade luego ia subscripción de Genial , de la qual dice
Labbé en las Notas de Sirmondo : Genial Diácono '^yasi ss
d ha-*
(XXVI)
hiTÜa firmat^o tamlien en el Rbemense , pero en algunos se Jimut
Genial Obispo , como en los ya divulgados. Y de aquí infiere el
P. Lamberto , que no se puede negar con certeza á Ckmen-
c¡o Ja dignidad de Obispo , h aliándose s.'gun algunos Autores
citados por Espes : Clemente Obispo de Zcmigoza.
Esta evasión discurrida soio á fin de obscurecer la since-
ridad y peso del argumento íormado de la subscripción de
Clemencio , se convence fácilmente de sofistica con las refle-
xiones siguientes. I. La conjetura de Earonio puede ser veri-
símil , respeíto de los egemplares del Concilio Arelatense que
estaban en poder de los Donatistas ; pero no es creíble que
éstos corrompiesen los que tenían los Católicos , como arguye
San Gerónimo de ios Códices Hebreos , viciados por los Ju-
díos ; y estando uniformes todos los egemplares en atribuir á
Clemencio la dignidad de Presbytero , se colige que los Do-
natistas no corrompieron su firma. IL Aun concediendo que
los Donatistas depravaron las Adas en lo que expresa Baro-
nio , ninguno ha presumido hasta ahora que lo hiciesen en U
subscripción de Clemencio , ni tenían contra éste Ja ojeriza
que contra Ceciliano , cuya inocencia fue vindicada por los
PP. del Concilio. IlL Es verdad que Genial se lee en unos
egemplares con el titulo de Diácono , y en otros con el de
Obispo; pero esta variedad no se verifica en la subscripción
de Clemencio , que constantemente se lee con la dignidad de
Presbytero. Si el P. Fr. Lamberto tiene la felicidad de descu-
brir algunos egemplares antiguos del Concilio Arelatense , en
que su Clemencio se nombre Obispo , llegaremos en caso de
discordia con otros á dudar si fue Obispo. Entre tanto , ni de-
bemos , ni podemos asentir a Espes en su Historia Ms. ni a
Carrillo, que sostiene que los Obispos se llamaban Presbyteros,
T.\ al P. Lamberto , que concluye su disertación , diciendo:
£ue la exclusión de ClemetUe está infundada , y que debe perse-
verar en la Sede sin contradicción , cediendo los vanos esfuerzos
de la Critica a la antigua posesión de un Prelado , que sentado
con honor en la Cátedra , r.o hace nial a nadie»
El Obispado de Ciríaco , que dio en rostro aun a Geróni-
mo Blancas , y el de Bencio serán bien recibidos de los Crí-
ticos 5 quando consten de mejores instrumentos que la Cano-
(XXVIÍ)
Rica de San Pedro ds Tabernas , que el P. Fr. Lamberto pre-
tende ilustrar , defender , y emendar , á fin de que pueda
ser tolerable en el siglo presente, de i}U¡en hace en el num.
5. de su Disertación 6. un juicio tan contrario al del num. 6.
de su introducción , que habiendo dicho alli que ya no se tra^
tan las cosas sñw con una piadosa y fácil moderación , dice aho-
ra que h critica del día es de un gusto tan delicado , que la
sobe mal quaíquiera tradición piadosa , que no muestre algún
fipoyo que la sostenga.
Si alguno desea saber , con qué acierto vindica este R. P,
la fluforidad de la referida escritura, formada como dije eti
el Tom, 30. pr.g. 202. por algún hombre ignorante de la his-
toria , que por egercitarse en escribir ílngió á su arbitrio los
tiempos , personas, y sucesos , procuraré hacérselo patente con
esteegemplo. La primera prueba, que pongo en el Tomo cita-
do pag, 136. de que en el contexto de la narración de la
Canónica se leen algunas cosas falsas é increibles respec-
tivamente , es la siguiente : Dicese en ella , que habiendo con-
seguido Ciríaco del Pontifice S. Gregorio la reliquia que le.
pidió , se volvió a España , y luego que llegó á Zaragoza,
supo como S. Isidoro Arzobispo de Sevilla habia muerto : lo
qual es falsedad manifiesta , pues S. Istdoro sobrevivió á San
Gregorio no menos que 32. años.
Para satisfacer a este argumento escribió mí impugnador
el §, 10. de su Disertación 6. confesando redondamente que
es falso todo lo que trahe la Canónica , estableciendo á un
mismo tiempo el Pontificado de S. Gregorio Magno , el Obis-
pado de S. Isidoro en Sevilla , y el de Ciríaco en Zaragoza.
Mas empeñado sin embargo de estos yerros chronologicos en
sostener la autoridad del instrumento, dice asi en el num. 44,
Ta está convencido este yerro en la Canónica , que no consiste
en otra cosa que en haber equivocado el nombre del Obispo
de Sevilla escribiendo Isidoro en lugar de Leandro, Siendo
esta escritura un manuscrito , y copia , ninguno que sepa lo
que son copiantes , tendria violencia en atribuir este yerro
al que lo copió , y no al Autor que la didó de memoria , y
de palabra , ya por lo que llevamos dicho , y ya porque aten-
diendo el copiante á que el Obispo de que trataba la escri-
di tu-
(XXVIÍÍ)
tura era el de Sevilla , y preocupado de la idea de haberlo
sido S. Isidoro , trasladó la de éste al papel ; y escrito la
primera vez, continuó la misma sin reparar en ella en las qua-
tro veces en que lo nombra ^ y ya se ve que esta equivocación
no pide el negar la fe á la escritura , sino la diligencia carita-
tiva y critica de enmendarla.
Con esta notable pero caritativa emienda del nombre
de Isidoro , repetido quatro veces en la escritura , queda el
P. Fr. Lamberto muy satisfecho de que la Canónica estará
corriente y libre de los reparos de mi severidad é indocili-
dad. IVlas pongamos una de las clausulas en que está el nom-
bre de Isidoro, y reconozcamos si hay lugar para esta sa-
tibíaccion. Post h^c fuit Hispalensis civitutis EpÍ5Copus Senc-
tus hidorus , ^ in Ctesarangustcma civitate Episcopus Ciriacus^
in Corduhensi Suintila Rex erat , & in Iherice partihus Reci-
frcdus Regnum obtinehnt. Corríjase ahora con piedad el nom-
bre de Isidoro , y substituyase como quiere el caritativo P.
el de Leandro , ¿quedará ya la escritura sin tropiezo en estia
parte? Nada menos. Porque pregunto ¿en qué años fue Obis-
po S. Leandro? Responde el P. Fr. Lamberto en el num. 43.
que desde el año 579. hasta cerca de 599. ¿Y cómo será
verdad, que siendo Obispo de Sevilla S.Leandro reynaba Suin-
tila , que no entró á reynar hasta el año de 621.? Fuera
de esto , ¿quién es este Suintila , cuyo reynado se pone en
la Ciudad de Córdoba ? ¿Quién es Recifredo que reynaba en
las partes de Iberia? Convenga pues el P. Fr. Lamberto en
que la Canónica se halla con tales desconciertos asi en esta
.clausula como en otras , que no puede parecer en publico
en medio de la diligencia caritativa y critica que ha puesto
en corregirla.
Pero no quiero salir de esta Disertación sin decir algo
de los defeétos de sinceridad que se me atribuyen en ella,
y no me permite disimular el amor que profeso á esta virtud,
-que es la mas necesaria en el que desea aprovechar al pu-
'.blico con sus escritos. El primero está en la pag. 251. num.
53, donde el P.Lamberto oponiéndose una dificultad que yo
propuse contra el Obispado de Ciiiaco , dice asi : Esie argu-
mento pudiera hacer una insuperable fuerza , ii ¿as subscripciones
(XXIX)
que expví^'a el K, Risco fuzran copla tío alterada de las del Con-
cilio, He aquí las del Concilio. Simplicius in Christi nomine
suhscripsi, Magnus in Christi nomine Episcopus subscripsi. He
aquí las de Risco. Simplicio Obispo de Urgél, Magno o Maxi-
mo Obispo de Zaragoza. Siendo esto asi , dice en el num. 54.
ya se ve que quaiq-uiera que lea al P. Risco dará entera fe
a estas dos subscripciones , como autorizadas por el mismo
Concilio , sin relación ni reserva alguna.
Esta acusación podrá ser admitida en el juicio de aque-
llos que dieren crédito á este R. P. mi opositor , sin recono-
cer los lugares que él cita de mi Obra ; mas los que se sir-
vieren de cotejarlos con lo que se me imputa , hallnrán que
la falta de legalidad no está en mí , sino en quien me la
atribuye. Porque tratando yo del Concilio segundo de Za-
ragoza , y de las subscripciones de los Prelados , pongo en
la pag. 240. num. 20, estas formales palabras : Los Obispos
que concurrieron a este Concilio fueron de la Provincia Tarra-
conense, Nó expresaron aqui sus Sedes , pero las dejaron de-
claradas en el Concilio tercero de Toledo , celebrado tres años
antes de éste , donde los mas de ellos subscribieron. Habiendo
pues hecho esta prevención ¿ quién será tan necio , que
leyendo el num. 21. de la misma pag. no entienda que la ex-
presión de las Sedes no es copia literal de las subscripciones,
sino instrucción que doy al Leótor á fin de que sepa por ei
Concilio tercero de Toledo las Iglesias , que gobernaban los
Obispos , que no las determinaron en el Concilio segundo de
Zaragoza?
En el mismo num. 54. me atribuye falsamente otra ile-
galidad por estas palabras : No olvidamos , que previene este
dodio Continuador , que sigue las Ediciones de Loaysa y Aguir-
re , que son de mayor autoridad , por ser conformes al Códice
Gótico Emilianense , copiado por Don Antonio Agustín» Pero
aun en atención a la de Loaysa no guarda con esta la debi-
,da conformidad. En la de éste se lee asi: Simplicio Cesarau-
gustatw , ó mejor Urgelitano, Y después en el ultimo lugar es-^
cribe asi : Magno. To leo Máximo , que fue Cesarangustano, Ma&-
el R. Risco, dice absolutamente de este modo : SimpUcio
Obispo de Ur^él, M'-^^ng , q MmmQ Qhis^o de Zaragoza,
En
(XXX)
En esra ímpósturá^es faíso prime rimotite . que yn cito las
ediciones de Loaysa y de Agairre en orden á estas dos subs-
cripciones , pues solo las traigo para conjprobacion del nu-
mero de los subscribientes. He aquí mis palabras: En las edi-
ciones de Loaysa y Aguirre son 1 4, los que firmaron ; los doce por
sí mismos , y los dos restantes por sus Procuradores. En la edi~
cio^-i de Labbe se omite la subscripción del duodécimo lugar , acá'
so por creer que el naynbre de 'Julián se hallaba repetido super-
jiuamenie. Vero son de mayor autoridad las otras ediciones por
ser conformes al Códice Gótico Emilianense , copiado por D, An^
ionio Agustín , en ayo traslado se halla en dos lugares aquel
nombre. Además de esto ¿cómo podría yo citar las referidas
ediciones en prueba de que Simplicio fue Obispo de ürgél,
y Magno 6 Rliximo de Zaragoza, habiendo dicho en la clau-
sula que precede , que los Obispos que concurrieron al Con-
ciüo segundo de Zaragoza, no expresaron sus Sedes qua ndo
subscribieron las x\das?
Aun suponiendo que yo citase no la edición de Loaysa,
sino la sentencia de este Coleftor en favor de las Sedes , que
atribuyo á los subscribientes , no hibria incurrido en falta
de legalidad , nombrando absolutamente á Simolicio Obispo
de Urgél , y á Magno 6 Máximo Obispo de Ziragoza. Por-
que esto mismo se halla literalmente en las notas de Loay-
sa , que dice asi : Mamaus. Lego Mfv'mus , qui fmt C^sar-
augustanus ^ de qtiO' infra in Concilio Barclnonensi ., & Simpli^
cius est Urgelítanus, Y he aquí una prueba evidente de la
ilegalidad del P, Lamberto , que citando la nota de Loaysa
en el ultimo lugar , no pone sino estas palabras : Magno,
To leo Máximo que fue Cesaraugustano ^ omitiendo de proposir
tola 'traducción de lo que se sigue: Et Simplicius est Urge^
litanus, en que se halla to4a la conformidad con mi sentencia,
í En. la pag. :19o, quiere desatar una congetura , que pu-
se en el Tom, 30, pag. 202, contra la Canónica de S. Pedro
de Taberna , fundada en la Carra de S. Braulio á Jaétato
Presbítero : y aqui me arguye de una notable omisión en or~
dtcn á. los que no entienden la lengua latina: Dice asi : De-
cimos en segundo lugar , que de la Cierta de S, Braulio al PreS'
bit ero Ja^iato , no se infiere que se impusieron ais amenté a las
Re-
(XXXI)
Eellquias expresadas en la Canónica los nomhres que llevan. Lo
primtro , porque habiendo escrito el Santo y sabio Ooispo que
fue determinación de sus Predecesores quitar de las Reliquias
Jos nombres de los Santos , añade inmediatamente : Pero fue-
ron reservadas unas setenta que se usan , entre las quales
no se hallan las que deseas. Y siendo esto asi , no solo es
natural , sino preciso que las que nombra la Canónica, sean
de las reservadas , pues estas fueron las que quedaron con
nombre; en lo que consta que la sospecha del P. Risco es-
taba no bien fundada. Añadimos á esto la reflexión de que
traduciendo este erudito el concepto del texto latino de la
Epístola de S. Braulio omite dar noticia en Castellano de la
reserva de las setenta Reliquias , en que no pedia dejar de
hallar disipada su sospecha, porque le ocarriria la obvia res-
puesta de que las nombradas en la Canónica erara de las
setenta Reliquias reservadas. Siendo también notable preseti-
tar la calidad de la reservación á los inteligentes de la len-
gua Latina , y ocultarla á los que solo entienden la Castellana.
Prosigue aqui el P. Fr. Lamberto incurriendo en los mis-
mos defeéíos de que me acusa ; pues quejándose de que yo
no puse en lengua Castellana todo el concepto del texto la-
tino de S. Braulio, él no lo pone en latin ni en romance , con-
tentándose con exhibir el lugar donde el Santo habla de se-
tenta Reliquias que se reservaron para el uso de la Iglesia
de Zaragoza , en cuyo numero dice después , caben las diez
y siete que el V. Belastuto expresó en la Canónica de S. Pe-
dro de Taberna. Los que no tienen conocimiento de la lengu*
Latina, y aun también los que teniéndole no leyeren mi Obra,
creerán que este Padre prueba muy bien su intento , de que
Ja sospecha que yo expuse contra la referida escritura , es-
tá muy mal fundada. Pero unos y otros se desengañarán ea
este punto , supliéndose la falta , y omisión notable del im-
pugnador.
Jacinto presbítero escribió á S. Braulio , rogándole que
le remitiese algunas Reliquias de los Apostóles. El Santo res-
pondió que no podia complacerle; porque.: los Obispos sus
predecesores quitaron á Jas Reliquias de Jos Mártires , que
poseía la Santa Iglesia de Zaragoza , los títulos que expresa-
ban
(XXXIÍ)
ban los nombres de los Sancos de quienes eran , a fin de que
nadie tuviese noticia de ellas , y de este modo se asegurase
mejor su custodii. Por este hecho dice S. Braulio a Jaétato:
Te digo con verdad » que la ignorancia que tengo acerca de
las Reliquias de los Mártires , que se veneran en esta Igle-
sia es tan universal , que de ninguna puedo afirmar : Esta
Reliquia es de tal IMartir.
Tratando , pues , yo de la autoridad de la escritura llama-
da Canónica de S. Pedro de Taberna en mí Tomo 30. desde
la pag, 19S. puse varios , y fuertes argumentos que prueban
su falsedad, y por ultimo me pareció añadir uno con el
r.ombre de sospecha no mal fundada , formándole de lo que
S. Braulio testifica de las Reliquias que en su tiempo tenia
la Santa Iglesia que gobernaba. En el referido instrumento
se dice, qufe Bencio Obispo de Zaragoza sabiendo la entrada
de los Sarracenos en España huyó de su Obispado llevando
consigo las Reliquias de los Santos , las quales se colocaron
en el Monasterio de S. Pedro de Tabernas. Declaranse los
nombres de quienes eran en esta forma : El Brazo de S, Pe-
dro Apóstol : Reliquias del vestido de nuestra Señora : Re-
liquias del Cuerpo de S. Pablo Apóstol , de S. iíVndres , de San-
tiago el Mayor, de S. Loren¿o Levita y Mártir : Un vaso de
plata con la Sangre preciosa de los Santos Apostóles : Ceni-
zas del Cuerpo de S. Juan Baptista ; del vestido y cabellos
de S. Juan Evangelista ^ dos dedos de S. Esteban*. Reliquias
de S, Bartolomé , y de S. Bernabé Apostóles ; La Cabeza de
Santa Nonnia ; y la Espalda de Santa Albina. No se expresan
los nombres de las demás, pero esta omisión se atribuye , no
á ignorancia , sino a inhabilidad 6 flaqueza de memoria , que
no pudo retener los mismos nombri's por ser muchos. De ma-
nera que quando se colocaron en el dicho IVIonasterio , se
¿•eterminaron todos los Santos , cuyas eran las Reliquias , pe-
ro el declarante solo conservó en su memoria los que deja-
mos expresados.
De aqui colegia yo , que el instrumento era falso en es-
ta parte. Porque si en tiempo de S. Braulio , que floreció a
la mitad del siglo séptimo , estaba la Santa Iglesia de Zara-
goza enriquecida de Reliquias , y no se sabia de qué Apóstol
(XXXIII)
b Mártir era alguna de ellas , ¿cómo en la Canónica se áecla-
ran los nombres de tantos Apostóles y Mártires , y se indica
que también se sabían los cenas , quando se depositaron ea
Tabernas , aunque no pudieron imprimirse lodos en la me-
moria por su gran multitud ? Verdad es , que dice S. Brau-
lio que se reservaron unas setenta para el uso de la Santa
Iglesia de Zaragoza ; pero además de que estas eran las rae-
nos , afirma el Santo absolutamente que de ninguna , que fue-
se de Mártir , podia saber de quién era ; y dice también que
entre las setenta no habia Reliquias de Apostóles , que eran
las que Jafíato pedia : por donde se colige evidentemente,
que las expresadas en la Canónica no pueden incluirse en
aquel numero. Vea pues el P. Lamberto como dándose en
romance el concepto de todo lo que dice S. Braulio , hace
mas fuerza a los que no saben latin que lo poco que yo les
manifesté en mi Tomo ; y entienda que es muy fuera de pro-
posito su queja , mayormente ocultando él misrro todo el tex-
to á excepción de aquella clausula , que leyéndose sola po-
día servirle de apoyo. Infiera también con estas luces si es-
taría en la Iglesia de Zaragoza el brazo de S. Pedro Apóstol,
traído por Ciríaco antes de S. Braulio , como él pretende de-
fender en honor de su Canónica , y de los dos Obispos que
en ella se mencionan , testificando el Santo que no solo no
tenía noticia de Reliquia de algún Apóstol , sino tampoco de
algún Mártir , de modo que pudiese asegurar de quien era:
De Reliquiis vero Reverendorum Apostolorum , quas a nohis fia-
gitastis vohis dehere mitti , fideliter ' narro , nullius Martyrum
me ita hahere , ut , qtiee cujus sint , possim scire.
En la Disertación séptima y ultima se esfuerza el P, Fr.
Lamberto á dar á la Santa Iglesia de Zaragoza un nuevo
honor en el Obispo Anabado b Anambaudo , que ni ella ni
«scritor alguno antes de Pellicér conoció jamás por su Pre-
lado. En el num, 2. manifiesta el motivo que tuvo para opo-
nerse á lo que yo escribí en el Tom. 30. pag. 211. y sigg.
Dice que pesó en su balanza critica mis fundamentos , y los
de la opinión contraria , y que hallando que los de ésta tie-
nen solidez , y que los mios se destruyen sin dificultad , se
resolvió á establecer el Obispado de Anabado en la Sede
e de
(XXXIV)
de Zaragoza de modo que aquella Santa Iglesia pueda con-
tar en adelante un Obispo mas de los que sabia ^ y de ta-
les circunstanciMS , que se glorifique singularmente su Cata-
logo.
De Anabado no tenemos otra memoria , que la de Isidoro
Pacense en su Chronicon , que dice asi : Nempe ubi in Cerri-
tanensi oppido reperitur vallatus , obsidione oppressus , & ali^
quandiu itifra muraíus judicio Dei statim in fugam prosiliens ce-
dit e^aucforatus : & quia a sanguine Christianorum , quem ibi~
dem innocentem fuderat , nimium erat crapulaíus , 6? Anabadi
illustris Episcopi , <^ decore juventutis proceritatem , quam igne
eremaverat , valde exhaustus , atque adeo ob hoc jam satis dam-
natus , Civitatis poenitudim olitn abnndantia aquarum affiuentis si-
ti prceventus , dum qno aufugeret , non reperit mortíurus statim
exercitu insequente in diversis anfradíibus manet elapsus, Cons-.
tando , pues , por el testimonio presente , que Munuz se retiró
á una Ciudad de Cerdania en Cataluña , y que en el mismo
territorio derramó la sangre inocente de muchos Christianos,
y quemó al Obispo Anabado , I por dónde nos persuadiremos
á que la Sede , en que presidió este ilustre Prelado , fue la de
Zaragoza?
Responde el P. Fr. Lamberto, que Don Josef Pellicer , Ca-
ballero de la Orden de Santiago , Cronista I\Iayor del Conseja
de su Magestad , y Gentil-hombre de su Real Boca y Casa,
testifica en el lib. 2. de sus Anales , num. gy. que el Códice
Gótico de Alcalá , y una Copia bien antigua que tenia , no leen:
In Cerritanensi oppido , sino in Ceesaraugustanense oppido • y que
por tanto , a lo que se puede y debe entender , Anabado fue
Obispo de Zaragoza. He aqui el único apoyo de mi Impugna-
dor para asegurar , sostener , y defender este Obispado , y pa-
ra escribir en el num. 27. que puede , y debe la Santa Igle-
sia de Zaragoza contarle en el num. y clase de sus Prelados.
Veamos ahora la reftitud , é igualdad con que el Padre
Lamberto pondera en su balanza Critica mis fundamen-
tos , y los de la opinión contraria , y reconozcamos sí su
peso merece se tenga por justo como él espera. Yo escri-
bí asi de la leccioa que Pellicer pretendió introducir ; Tara-
poco se debe inmutar la voz Cerritanensi , ponitcdo en su
lu-
(XXXV)
lugar desnratigustanerisi , asi porque la primera lección se ha
seguido en todos ios Códices in-presos , como porque el Ar-
zobispo D. Rodrigo , que siendo mas cercano á los tiempos
del Pacense pudo usar IVlss. mas puros , pone dos veces : In
tppido Cerritania en el cap. 13. de la Historia délos Árabes.
Y para que sepa mi Impugnador , que es lo que se incluye
en estas palabras mias , acerca de lo qual m.uestra su inadver-
tencia en el num. 23. de esta Disertación , diré brevemente
que no ha sido uno , sino varios los Códices que se tuvieron
presentes para las ediciones que se han hecho del Pactnse,
Entra , pues , en esta cuenta el mismo Códice Gótico de Al-
calá , que cita Pellicer , de que sacaron copias Ambro-«.io de
Morales , y Sandoval , leyendo ambos Cerritanensi^ como cons-
ta de las ediciones del mismo Sandoval , y de Berganza , qua
se hicieron por ellas. Entran también el Ms. que sirvió al
P. Juan de Mariana , y el del Colegio mayor de S. Ildefonso,
de que se valió el Rmo. Fiorez para la im.presion que hizo
del mismo Chronicon en el Apéndice del Tom. 8. Entra el
Códice de Osma , por donde se corrigió la copia de Morales,
que Berganza publicó con sus correcciones. Entra el Ms. de
la Biblioteca del Colegio de Navarra en París, que vio el Se-
ñor Marca , leyendo también , In oppiüo Cerritanensi , como
se puede ver en su Historia de Bearne , cap, 3. num, 3. Entra
también la grande autoridad del Arzobispo Don Rodrigo, que
en el lugar citado concuerda con todos estos Mss. que han
servido para las ediciones del Pacense , refiriendo el suceso
con estas palabras : Et non multis diebus ititerpositis Abáerra-
men expeditionem agitans rebellem insequitur conturbalus , & in
Cerritaniíe oppido concliisit ohsessum, Hic muliorum ckrisíinriorum
efudit sanguinem ir.nocentem , ^ JÍnaladum illustrem Episcopum
fioridte juventutis incendio concremavit , «^ sic Sandiorum sanguine
crcipulatus siti meruit laborare , nam quamvis oppidum Cerritani<e
(iffluentibus aquis rigaretur , &c. Finalmente , ningún egemplar
IMs. 6 impreso de que yo tenga noticia , se debe excluir de la
clausula referida que puse en el Tom. 30. conviniendo todos
«n la voz Cerritanensi , tan uniformemente , que la lección
Casaraugustanensi no se halla anotada en ninguna edición , aun
como variante.
e 2 Pon-
(XXXVI)
Pongamos , pues , en una parte de la balanza critica a D.
Josef Pellicer. Este Caballero fue natural de Zaragoza , y Es-
critor , aunque juicioso y erudito en las mas de sus obras ; pe»
ro no siempre desafecto a los Chronicones falsos, como prue-
bo en el Tom. 3 i. pag. 21. Su amor a la patria le hizo admi-
tir el Chronicon de Pedro Cesaraugustano , siguiéndole en la
relación de los antiguos , y fingidos Monarcas de España.
Este , pues , afirma , que en el Códice Gótico de Alcalá se leía
claramente Cesardugusianense, Pongamos ahora en la parte
contraria de la balanza a Ambrosio de Morales , y á Sando-
val. Estos dos Escriiores juiciosos , é ¡mparciales dicen , que
en el mismo Códice leyeron Cerritanensi, Nosotros no pode-
mos averiguar quál de estas voces debe leerse por no existir
ya el Códice que se cita , como escribe el Rmo. Fiorez en su
Tom. 8. pag, 274. Mas lo que leyeron Ambrosio de Morales,
y Sandoval concuerda con los demás egemplares Mss. é im-
presos , y con la Historia del Arzobispo D. Rodrigo , que he
citado. En este supuesto pregunto : ¿á que extremidad de la
balanza se inclina mas el fiel ? El P. Lamberto dice , que él
ha hecho ya este examen , y que ha viáto que la mayor gra-
vedad está de parte de Don Josef P«llicer. Pero el P. Risco
tiene la satisfacción de que no habrá hombre que tal vea,
si tiene los ojos de su animo limpios de la pasión que obscu-
rece los del P. Lamberto. Estemos , pues , en que la voz Oe-
saraugustanensi , es tan agena del Pacense , como la de Filias^
tris , que en lugar de periUustris , leyó el mismo Pellicer en
otro Códice , pretendiendo casi , que Anarabado se dice cla-
ramente en el Pacense Obispo del Pilar , que era la Iglesia en
que se juntaban los Christianos.
Tales son los fundamentos principales que el R. P. Fr,
Lamberto alega en su Tom. preliniiíiar contra mi tratado de
la Ciudad , y Santa Iglesia de Zaragoza , á los quales , no obs-
tante su insubsistencia , tuvo por tan solidos y firmes , que
creyó le daban libertad para atribuir á la Critica opuesta á
ellos , las notas de severa , rigida , indócil , y aun ocasional-
mente escandalosa. La eneficacia de su Obra es tan manifies-
ta , que no temo que aquella noble y prudente Ciudad se
coniBOverá con las quejas y expresiones nada justificadas de
su
(XKKVíí)
su apasíoüado hijo ; antes bien confio , que h$ personas me-
nos dedicadas á las letras , y menos capaces de discernir en
estas materias , se conformarán con los sugetos mas discretos
y sabios , que me han declarado su condescendencia con mis
diétamenes , y el gusto que han recibido de ver , que por
medio de mi Obra se hallan las memorias ciertas, no solo mas
confirmadas , sino también separadas de las ficciones que las
obscurecían , y deslustraban.
Ni presuma mi R. Opositor que yo miro con emulación
las glorias y prerogativas de su amada patria. Ojalá hu-
biese él logrado el efedo que la ofreció anunciándola en la
introducción de su Obra el dulce consuelo, que tendría viendo
rebatidos mis argumentos , y- la constancia con que perma-
necería en la fé de las tradiciones que dice , adelantándose mas
y mas y con nuevo gusto en sus devotos afeótos , á vista
de sus contrarios. Tan lejos estarla yo de privarla de bienes
tan señalados , que seria el primero en la complacencia de
que otros muchos blasones se pudiesen añadir al copioso nu-
mero de los que establecí , ¡lustré , y confirmé en mi Obra
con un amor nada inferior en la fineza al del P. Lambert:o,
y mas fundado , según raí juicio en la verdad. Asimismo cum-
pliría exactamente en orden á mi Impugnador la oferta que
en el Prologo de mi Tom. 30. hice á todos los eruditos ha-
blando a cada uno con aquellas palabras del famoso Agusti-
niano Noris al célebre Franciscano Antonio Pagi : Scito me
tibí longe aádi^iorem futurum , ubi aberrantem erudita manu
reduces , quam ubi príeeuntem Sequi malueris. Mas siendo tan
ineficaz la impugnación hecha por aquel Religioso Aragonés,
no me es lícito acomodarme á sus intentos sin perjuicio de la
verdad , y aun de los honores legit/mos de la S.inta Iglesia de
Zaragoza ; y hasta ahora puedo aplicar á mi Obra aque-
lla sentencia de Clemente Alejandrino , que otro Aragonés
aplicó antes á las de Zurita : Nullam existimo Scripturam ali-
quAtn itafortunatam procederé , cui nullus omnino contraáicat : sed
illíim existimandum est , esse rationi consentaneam , cid nemo ju^
re contradicit.
TRATADO LXIX.
DE LA S.TA IGLESIA DE CALAGURRIS,
HOY CALAHORRA.
CAPITULO L
CIUDADES CON EL NOMBRE
de Calagurris en tiempo de los
Romanos,
L nombre an-
tiguo de Ca-
lagurris , que
en nuestros
siglos se con-
serva en una
sola Ciudad , fue dominando
los Romanos en nuestras pro-
vincias proprio de otros pue-
blos , que pertenecian á di-
ferentes regiones. Esta ver-
dad indubitable ha sido oca*
sion de haber tropezado en
TonuXXXllL
varios puntos históricos al-
gunos Escritores famosos y
eminentes en todo género de
erudición , adjudicando á una
población del referido nom-
bre las noticias y sucesos,
que debían aplicarse á otra
del mismo , como se verá en
el presente Tratado. Para
ocurrir pues á este inconve-
niente , y para que se tenga
conocimiento mas claro de
la Calagurris , cuyas memo-
A rías
Q, España Sagrada.
rías preteiido ilustrar , he
venido en tratar ante todas
cosas de la distinción que de-
be establecerse entie los
pueblos , que los antiguos
mencionaron con ei nombre
expresado.
2 Plinio , contando los lu-
gares que concurrían al Con-
vento Jurídico de C^sarau-
gusta , pone entre ellos á los
Calagurrítatios Nassicos , y
á los Calagurritanos Fibu-
iarenses ; lo que en sentir de
todos coincide con señalar
dos Ciudades sujetas á la ju-
risdicción de Zaragoza , cu-
yos nombres eran Calagurrís
yassica , y Calagurris Fibu-
]¿ina. De este segundo dic-
tado no hay otra memoria
en los Geógrafos , ni en los
Historiadores antiguos; mas
ei primero quedó , según el
juicio de muchos eruditos,
gravado en monedas de Ca-
lahorra , de las quales diré
luego quanto juzgare condu-
cente á la declaración de
esta materia.
3 La autoridad del citado
Geógrafo es tan expresa en
prueba de la distinción en-
tre estas dos Ciudades , que
basta leerla sin expoier sus
palabras. Porque habiendo
dicho , que Cesaraugnsta re-
Trat. 6g. Cap, i.
cibia en su Convento CLíí.
pueblos , nombra primero los
que eran de Ciudadanos Ro-
manos : Ex bis Civium Ro~
manorwn Belitanos , Celsen-
ses , ex Colonia : Cal agur rí-
tanos , qui Nassici cognomi-
nantiir,
4 En tercer lugar pone los
Estipendiarios , y en estos
coloca Calagurritanos , qui
Fibularenses cognomínantur.
Sin embarco , Loaysa en sus
Not. al Concilio Lucense,
confunde las dos Calahorras
haciéndolas una , de la qual
afirma haberse nombrado
primero Nassica , y después
Fibularia ; cuyo error q leda
bien convencido con la lec-
ción sola del testimonio de
Plinio , que habla de las dos
Ciudades como existentes en
su tiempo, y distintas en las
particulares circunstancias,
que las atribuye.
5 Julio Cesar menciona
ciertos Calagurritanos con la
nota de que eran encabeza-
dos con los Oscenses ; y de
estos dos pueblos refiere, que
hallándose él cerca de Léri-
da le enviaron sus Legados
ofreciendo obedecerle en
quaiHo les mandase. El enca-
bezamieutosehacíaentreCiu-
dades cornarcanas ; y de este
pria-
Ciudades con el nombre de Calagurris, 3
principio infieren los mas giin didado ; podíamos colC'
doctos , que el Cesar habla
en este lugar de Calahorra
situada en los llergetes , y
diversa de la que los Geó-
grafos ponen en los Vasco-
iies , cuya distancia de mas
de 20. leguas persuade no
haber sido ella la encabezada
con Huesca. Asimismo es sen-
tencia común, que la Cala-
horra del Cesar es una de las
mencionadas por Pünio ; pe-
g¡r tres ó quatro Ciudades
diferentes con identidad en
la denominación principal,
Pero como no tenemos otro
vestigio en prueba de este
número de Calahorras , y
fuera de esto nos consta,
que los diétados no eran in-
separables del nombre , no
es justo multiplicar pueblos
de este nombre por la dicha
variedad que se observa en
ro hay muy grave dificul- las medallas,
tad en resolver, si fue ésta 7 Otra Calahorra se pone
la que tubo el sobrenombre
de Nassica ; sobre lo qual
expondré luego lo que me
parece mas verdadero ó ve-
risímil.
6 Si las monedas , que se
han descubierto con el nom-
bre de Calagurris , y otras
que se atribuyen á esta Ciu-
dad , fueran seguro argu-
mento , para inferir de su
variedad en expresar ó su-
primir los diélados , distin-
tas Calahorras , sacaríamos
que éstas fueron en España
mas de las dos referidas.
Porque hallándose unas con
los títulos de lulia Nassica:
otras con solo el de lulia:
otras con solo el de Nassica-^
y otras en fin con el nombre
:proprio de Calagurris sin al-
en el Itinerario de Aíitonino
en el viage que describe
desde Aguas Tarbelicas , ó
Ciudad de Acs , como pro-
nuncian los Franceses, 6 Daqs
como los Vascones , á Tolo-
sa de Francia por cerca del
Pyrineo. Algunos Códices
nombran este pueblo Cala-
^orgis ; pero la autoridad
del Ms. Vaticano ha hecho
que se adopte el nombre de
Calagorris; y me persuado
haber sido el mismo en to-
das sus letras con el de las
dos Ciudades de España, por
indicarlo asi S. Gerónimo
contra Vigilincio, llamando
á este herege Calagurritciuo,
por ser natural de este pue*
blo. He querido dar tan^bien
noticia de esta población,
A 3 por-
4 España Sagrada,
porque no ha faltado Escri-
tor .doétisimo que le hay^
ccnfundido con ía Calahorra
de los Vascones, no sin gran-
de desdoro é tgnomhiia de
esta Ciudad.
8 Algunos han puesto otra
Calagurris en- ía región ' de
l(]s Arevacos entre Osnia y
Aranda de D.iero , atribu-
yendo este nombre á Cale-
ruega , pueblo célebre , y fa-
moso por el glorioso Patriar-
ca Santo Domingo de Guz-
nian , que nació en él. De
ene diííamen fueron Lucio
Marineo Siculo , y Alfonso
Garcia Matamoros , que ha-
ciendo memoria de este San-
to le Jlaman expresamente
Calagurritano. Los PP. An-
luerpienses adjudican la mis-
mi sentencia á Tarapha ; pe-
ro no da éste á la patria de
Santo Domingo el nombre de
Calagurris, sino eldeGí/i-
gurium. El M. Argaiz creyó
también que Caleruega se
llamó primeroCalagurris,sin
otro apoyo que el desprecia-
ble testimonio de Luithpran-
do, que dice : Mauri voca-
a:eruiit Culagurrim Caler ue--
gam. El erudito D. Anto-
nio Agustin casi llegó a du-
dar desde que tubo noti-
cia de esto mismo , si esta
Tr¿ií. 69. Cap, I.
Calagurris fue la Nassica;
porque escribiendo desde Ro-
ma al C!. Zurita, le dice : Ve
lü Calagurris ÍJ¡¿i Nassicd
no dudo , ni del lugar de Plí-
nio que V^md. enmienda bien.
Dicenme que hay un Luga-
rejo cabe el Burgode Osma,
que se dice asi; pero no se-
rá éste según Ce.^ar , y Pu-
nió. También dudo, si el Iti-
nerario de Antcniiio hace
mención de esta Calahorra,
o de la otra , &c.
9 Yo no encuentro noticia
alguna de esta Calagurris en
los Escritores antiguos. La
patria de Santo Domingo se
llama en las Adas mas au-
torizadas Calaroga , y nunca
Calagurris. Por tanto, Cale-
ruega no debe ponerse 6 conr
tarse entre los pueblos anti-»
guos que se nombraron Ca-?
Jagurris; ni hay fundamento
para las dudas de Don An-
tonio Agustin ; y por lo que
toen á Marineo , y Mata?
moros creo, que estos Au-
tores , ó. se engañaron en la
.patria de Santo Domingo , ó
se equivocaron en el nombre
de ella.
10 Resulta de lo dicho, que
en tiempo de los Romanos
solo existian tres Ciudades
con ei nombre de Calagurris:
una
Dictados de luUa Nasska, 5
una en la Galia á la raíz del cabezada con esta Ciudad:
Pyrineo , que según Adrián
Valesio,y OLros se dice hoy
Caseres : otra en los Ilerge-
t<;s , vecina á Huesca , y en-
otra finalmente en los Vas-
cones , que es la única que
ha retenido hasta ahora su
nombre antiguo.
CAPITULO II.
ES MAS PROBABLE QUE LA
Calahorra de los Vascor.es fue la condecorada .
coníos diÚados delu\\^^]<\2iSÚQ^,
rónimo Zurita , y Don Anto-
nio Agustín pretendieron ilus-
trar la Calahorra de Aragón
con los expresados diñados;
pero los motivos de que se'
valieron son tan insubsisten-
tes , que según mi juicio nin-
gún hombre discreto puede
inclinarse á esta opinión sin'
que se le ofrezcan otros mas-
eficaces y sólidos. Con todo'
eso veo , que se adopta su
didamen por otros de aquel
país, celebrando , y glorifi-
cando á Loharre de manera,
que apenas dejan noticia me-
morable que no apliquen á
este pueblo. No asi los Crí-
ticos imparciales, y de jui-
cio mas severo , para' con
quienes la fama , gloria, y
grandeza que desde la en-
trada de los Romanos en es-
tas provincias ha tenido per-
pe-
I T TNA de las mayores
VJ dificultades que los
doélos Antiquarios han tenido
en puntos concernientes á
la Geografía antigua de Es-
paña , consiste en determi-
nar , quál de las dos "Cala-
horras que menciona Pli-
nio , fue la que tubo los ti-
tules de Julia , Nasslca , y
el privilegio de batir las mo-
nedas en que se gravó su
nombre. De los Autores que
he leído, unos soponen co-
mo verdad constante , que la
Calahorra de los Vascones
se apellidó Fibularia , y la
de los Ilergetes Nassica ; otros
al contrario dan á ésta el so-
brenombre de Fibularia , y
á aquella el de Nassica, sin
alegar razón ó fundamento
que justifique su sentencia.
Los insignes Aragoneses Ge-
6 España Sagrada»
petiiamente la Calahorra
Vasconica , es argumento
mas poderoso que quantos
producen los referidos Au-
tores para persuadirse á que
ésta es el municipio en que
se batieron las medallas con
los diétados de lulia Nassi-
ca. Pero como aún estos Es-
critores no han hecho otra
cosa que seguir lo que les
pareció mas verisímil sin .
nuevo reconocimiento de es-
ta dificultad , se halla hasta
ahora el asunto tan enmara-
ñado como al principio. Por
lo qual me parece será tra-
bajo muy acepto á los estu-
diosos , y aficionados á las
Antigüedades el que se pusie-
re en el examen de un punto
tan curioso : para cuya ilus-
tración pondré prim.'ro lo
que acerca de él han escrito
los mas famosos Antiquarios.
2 Gerónimo Zurita en una
Carta que dirigió á D. An-
tonio Agustín , reside^íte en
Roma , da noticia de las mo-
nedas, que había juntado de
Colonias , y Municipios de
España, y hablando de las
que tenia de Calahorra , di-
ce asi : Muchas cuti estas le-
tras CAL. IVL. que creo es
Calagurris lulia » y en una
de ellas mucho de notar;
Trat.óc}, Cap. 2,
hay de la una parte estas
mismas letras , y de la otra
una cabeza sin titulo , que
parece ser de Augusto , y de-
bajo NASSíCA ; por donde
vengo á persuadirme que es
la Calagurris que estaba en
los Ilergetes, que dice Plinio
de los vecinos de ella haber-
se llamado NASÍCI , aun-
que en los impresos está mal
NASCICI ó NASSICí , y se
diferenciaban por este ape-
llido de los otros Calagurri-
taños que llama el mismo Fi-
bularenses , que es la Cala-
horra conocida que está den-
tro de los Vascones. La con-
getura es grande; porque á
estos Calagurritanos Nassi-
cos pone Plinio entre los lu-
gares de los Ilergetes , y de-
bían estar junto con Lérida,
y son los que siguieron á Ju-
lio Cesar contra el egercito
de Afranio , y Petreyo , que
él dice que estaban contribu-
tos con los Oscenses : lo que
parece mas verisímil , por-
que Osea fue p.ieblo de los
Ilergetes , que entenderlo de
los Calagurritanos Vascones
que caen tan lejos ; y por
esto quizá tomó aquel lugar
siendo gratificado de Julio
Cesar el cognomento de CA-
LAGVRRIS IVLIA. Tenga
ea
DlHados de
en mucho esta medalla por
estas con9<der?;cioijes, y pen-
sarhe que oo es desatino sien-
do Vpu di este parecer.
3 Empreniió Zurita algu-
nos años después las enmien-
das y Notas , con que ilus-
tró el Itinerario de Antoni-
EO ; y en las que escribió
sobre el viage de Italia á Es-
paña en que se expresa Ca-
]agurra,se ratificó en la mis-
ma sentencia afirmando, que
los Calagurritanos Nassicos
pertenecieron á los Ilerge-
tes , y que las monedas an-
tiguas testifican que la Cala-
gurris encabezada con Hues-
ca tomó el didado de íulia,
acaso por iiaber ayudado al
Cesar en el cerco , y con-
quista de Lérida.
4 Don Antonio Agustín res-
pondió á la Carta de Zuri-
ta aprobando su pensamien-
to acerca de la Calagiirris
lulia Nassica ; y en sus Diá-
logos de Medallas adoptó la
misma opinión escribiendo
de este modo : 'Plinio pone
dos Calagurris que venían á
Zaragoza á pleytos : los Ca-
lagurritanos Nassicos , y es*
tos hace del privilegio de
municipes , ó según otra le-
tura son de Colonia : y los
Calagurritanos Fibularenses,
Julia Nassíca. y
que hace estipendiarios ó tri-
butarios , creo yo que porque
fueron conquistados con los
Caniabros por Augusto Ce-
sar. De manera , que haga-
mos que la Calahorra de
Aragón sea la de ios Nassi-
cas, y sea Colonia , d muni-
cipio.
5 Ambrosio de Morales en
el cap. 15. de sus Antigüeda-
des siguió el diélamen de Ge-
rónimo Zurita , quien dice le
mostró una moneda de co-
bre antigua , que de una par-
te tenia un rostro de los tos-
cos que se hallan ordina-
riamente en las monedas de
España , con estas letras
NASSÍCA ; y de la otra par-
te los bueyes arando, como
insignia acostumbrada de las
Colonias , v Municipios , con
la letra MV. CAL. IVL. De-
clara después los títulos atri-
buyendo á la Calahorra cer-
ca de Huesca todas las pre-
eminencias que las medallas,
y Plinio testifican de laNassi-
ca ; y poniendo á la Calahor-
ra de losVascones en la suer-
te mas miserable y desgra-
ciada , dice de ella , que ha-
biendo merecido mucho con
el pueblo Romano por la sin-
gular lealtad que con él man-
tubo , quedó después culpada
por
8 España Sagrada.
por ciertos" respectos , y oca-
siones , y que por eso fue
hecha tributaria , y por tal
]a cuenta Plinio. Asimismo
asegura que ninguna moneda
es de esta Calaiiorra ; por-
que estando , dice , tan aba-
tida , y en tan baja sujeción,
no se le diera licencia para
labrarla.
6 Omitiendo otros muchos
de los mas modernos , fue
también de este sentir Ge-
rónimo Blancas en sus Co-
mentarios de Aragón , quien
no contento con esto se ade-
l-aató á señalar el sitio de la
Calagurris Nassica , reducién-
dola al pueblo llamado Lo-
harre , donde dice , se man-
tienen muchos vestigios de
ediñcios Romanos ; á lo qual
no se atrevió el ilustre Zurita,
que sobre el texto del Ce-
sar en que se mencionan los^
Calagurritanos Nassicos , di-
ce asi : Apparst enim , de
regionihus Ilerdce urbi vici-
áis Cíesarem ciñere : & bavc
Calagurrim , cujas hcdie nu-
il a extare scinius v:stigía^
in llergetihus esse sltam.
7 Dije antes , que las ra-
zones alegadas por los Es-
critores citados en favor de
la Calahorra de Ar:^gon , son
tan ineficaces , y. débiles , que
Trat.6(). Cap.^i,
ninguno que esté adornado
de mediana discreción podrá
determinarse á aquella sen-
tencia sin otros nuevos fun-
damentos. Y para justificar
que esta proposición pronun-
ciada contra Escritores tan
famosos y eruditos nada
tiene de temeraria, expon-
dré los motivos que me in-
ducen á esta censura. Geró-
nimo Zurita no tubo , como
hemos visto , otra razón pa-
ra creer haber sido una mis-
ma la Calagurris Nassica,
que el contarse los Nassicos
en el texto de Plinio entre
los pueblos de los Ilergetes;
pero en la inteligencia de es-
te lugar incurrió el célebre
Aragonés en una equivoca-
ción muy notable ; la qual
se hará manifiesta leyendo
el testimonio del Geógrafo,
y observando su estilo. Pli-
nio , pues, hecha memoria de
Ce>araugusta , pasa a seña-
lar los pueblos que concur-
rían á su Convento , y co-
menzando de los que eran de
Ciudadanos Romanos, los po-
ne con este orden : Belita-
rios^Cilsenses ex Colonia : Gi-
lugurritanos , qtñ Nassici
cognominantur : IlerdenseSy
Surdaoniim gentis , juxta
quos Sicoris fiuvius : Oscen-
ses
Dictados de lulia Ñas sica.
ses regicnis Vi s citan i ce : Tu-
riasonerises. Viendo aqui Zu-
rita á los CalagurritanosNas-
sicos puestos entre losCel-
senses y los llerdenses , que
pertenecian á los ílergetes,
infirió 5)n otro antecedente
que los Calagurritanos Nas-
sicos eran de esta misma re-
gión. En lo qual es muy de
estrañar que un hombre tan
curioso y perspicaz, no ad-
virtiese , que Plinio tubo la
costumbre de nombrar los
pueblos siguiendo la serie
del alfabeto ; por donde se
expuso Zurita á caer en
grandes errores geográficos.
Véase lo que dejo notado á
este mismo proposito en el
tom. precedente pag. 95. n.
10. Por los pueblos estipen-
diarios , que se ponen mas
abajo del texto exhibido,
pudo este Escritor observar
el estilo del Geógrafo. Por-
que siendo asi que los Cala-
gurritanos Fibularenses per-
tenecian según el mismo Zu-
rita á los Vascones , no los
nombra Plinio entre los An-
doiogenses y Arocelitanos,
que eran de la Vasconia, si-
no entre los Bursaonenses y
Complutenses , aquellos Cel-
tiberos, y estos Carpetanos,
por pedirlo asi el orden al-
Tom. XXXIIL
fabetico que se propuso. Te-
nemos pues que el argumen-
to de Zurita para establecer
la Calagurris Nassica en los
ílergetes no se apoya en otro
fundamento que su descuido
é inadvertencia acerca del
estilo de Plinio.
8 Don Antonio Agustin
quiso ennoblecer á la Cala-
horra de Aragón con la dig-
nidad , y privilegios de co-
lonia ó municipio , creyendo
que los Calagurritanos Vas-
cones fueron estipendial ios
á causa de haber sido con-
quistados por Augusto Cesar
en la guerra Cantábrica. Es-
ta prueba es indigna de tan
doéto varón por dos razones
especiales. La i. porque el
Senado , y los Emperadores
de Roma no tubieron la cos-
tumbre que insinúa D. An-
tonio Agustin de hacer sier-
vas y tributarias á las Ciu-
dades que conquistaban con
la fuerza de sus armas; an-
tes bien fue tal su indus-
tria y prudencia , que conce-
dieron á muchas privilegios
muy particulares, para man-
tenerlas mas adidas al pue-
blo Romano. En lo qual imi-
taron el egemplo de Romulo,
de quien Claudio Empera-
dor dijo : At conditor nos-
B ter
10 España Sagrada, Trat.ó^, Cap, i.
ier Romulus tantum sapien- cives habuerit. Foresta x?í-
tiavaluit ^ ut plerosque po- zon cantó Rutilio en alaban^
pulos eodem die hostes , dein za de Roma:
Fecisti patriam diversis genttbus unam:
Profuit jnjastis , te dominante , capi,
Dumque offcrs viñis proprii consortia juris^
Urbem fecisti , quce prius orbis erat.
La 2. es que los Vasco-
nes no se mezclaron con
los Cántabros montañeses en
las guerras de Augusto : y
es cosa certísima que toda
la Vasconia se mantubo en la
mas firme obediencia á los
Romanos desde muchos años
antes del referido Empera-
dor como lo demostré en el
tom. 32. cap. 8. Asi que de-
be tenerse por error histó-
rico el decir que la Cala-
horra de los Vascones fue
conquistada por Augusto en
la guerra Cantábrica ; y por
lanto no debe ser despojada
esta Ciudad de los privile-
gios municipales por la fal-
sa creencia de D. Antonio
Agustín en esta parte.
9 No escribió menos equi-
vocado Ambrosio de Mo-
rales hablando de la misera-
ble bajeza á que vino la
CalahorraVasconica por cier-
tos respedos y ocasiones,
que dice trata en la histo-
ria. A la margen señala el
lugar con esta palabra en
Scrtorio ; por donde quiso
significar que los delitos con
que esta Ciudad mereció la
privación de sus privilegios,
y ser contada entre los pue-
blos estipendiarios , no fue-
ron otros que la fé y lealtad
constante con que siguió el
partido del famoso Capitán
Q. Sertorio. Pero este dis-
curso es una mera imagi-
nación y sospecha , por no
haber Escritor autorizado,
que pueda alegarse como tes-
tigo de la pena con que fue
castigada Calahorra. Si los
Romanos hubieran hecho
tributarias á todas las Ciu-
dades , que se entregaron á
Sertorio , y le guardaron fi-
delidad,muy pocas serian las
que no hubiesen venido á esta
ignominia , habiéndole ama-
do casi todas con la mayor
fineza á causa del animo y
valentía , con que él traba-
ja-
. DiÓíados de
jaba por poner á España en
estado de poder y mages-
tad respetable á las otras
Naciones del mundo. Fuera
de esto la fé de Calahorra
para con Sertorio no solo no
fue castigada por los Em-
peradores de Roma, sino an-
tes atendida como una prue-
ba excelente de que los Ca-
lagurritanos eran por aque-
lla propriedad los mas ap-
tos para la seguridad de las
personas Imperiales , como
después veremos. Por lo qual
el discurso de Morales bien
reflexionado solo se funda en
que Plinio cuenta á Cala-
horra en los pueblos estipen-
diarios. Pero hablando este
Geógrafo de la Calahorra
Fibularia sin declarar que
ésta pertenecía á los Vasco-
nes ; todo lo que se dice de
la Calahorra Vasconica , y
de su abatimiento y servi-
dumbre , procede bajo de la
suposición de que ella es la
Fibularia : quando esto era
lo único que debia disputar-
se y averiguarse.
10 Los reparos propues-
tos bastan en mi juicio para
convencer la ineficacia de
las pruebas que alegaron
los Escritores referidos en
favor de la Calahorra de los
Julia Nassica.
Ilergetes: de la qual afirma,
que la noticia que de ella
tenemos es enteramente con-
traria á los relevantes títu-
los , que sus apasionados la
adjudican. La única memo-
ria , que se ha conservado de
esta Calagurris cercana á la
Ciudad de Huesca , es la que
se lee en Julio Cesar lib. i.
de Bello civ. cap. óo. donde
dice : ínter im Os censes ¿?
Calagurritani , qui erant
cum Oscensibus contributi^
mittunt ad eum legatos ^ se-
seque iinperata f adiaros pol-
licentur. Para cuya inteli-
gencia se ha de advertir,que
ser un pueblo contributo
con otro , es lo mismo que
depender de él , y estar ba-
jo de su jurisdicción , ha-
ciendo el menos principal
una misma Ciudad con el
mayor, qué es como cabeza
suya. En la España citerior
eran muchas las poblaciones
de esta calidad , y las mis-
mas eran reputadas por las
menos nobles de todas. Pli-
nio describiendo aquella pro-
vincia cuenta sus pueblos de
este modo : Accedunt insu-
Ice , quarum mentione seposi-
ta , prceter civitates contri-
butas alHs CCXCn^, pro-
vincia ipsa continet oppida
B 2 CLXJ^IX.
12 España Sagrada.
CLXXIX, In bis colonias
XI I, oppida civium Romano -
rum XI 11. Latinorum vete-
Tum XVllL fcederaforum
vnum. Stipendiaria CXXXf^,
De donde es fácil colegir
que las Ciudades menos so-
bresalientes, y que excedían
en número eran las contri-
butas con otras , de las
quales no se hacía aprecio
en comparación de las que
se distinguían en alguna de
las circunstancias con que
Plinio las expresa. De esta
condición pues enseña el
Cesar haber sido la Cala-
horra de los Ilergetes ; y
aunque el referido Geógrafo
la cuenta por pueblo esti-
pendiario , se ha de entender
de manera que fuese al mis-
mo tiempo dependiente de
Huesca como contributo
con esta Ciudad. En cuyo
supuesto ¿q-iien se persuadi-
rá á que esta Calahorra fue
la condecoraba con los dic-
tados deluüa Nassica , y
con los privilegios de muni-
cioio : y á que sus vecinos
tubieron el honor de Ciuda-
danos Romanos , y debatir
el copioso número de mo-
nedas que se encuentran con
aquellos renombres?
1 1 Pero responderá algu-
Trat. 6 i). Cap. i.
no que el Cesar habla de la
Calahorra de los Üer.^etes
según lo que era en el tiem-
po , en que vino á España , y
puso cerco á Lérida contra
el egercito de Afranio y Pe-
treyo ; pero que por el so-
corro con que ayudó al mis-
m.o Emperador en aquella
guerra , fue después honra-
da con varios privilegios , y
con el didado de luÜa. Mas
concedido que esto pudo ser
asi , digo que no hay testi-
monio en comprobación de
que este pueblo subió con el
favor del Cesar á tanta gran-
deza ; antes bien parece que
aun en la edad de Ptolomeo
no era digno de particular
memoria , en vista de que
este Geógrafo no le mencio-
nó en sus tablas. Por lo qual
no hallándose autoridad po-
sitiva por la Calahorra de
los Ilergetes , ni sabiéndose
su calidad por otro testigo
que el Cesar , juzgo que no
llevan camino los que pre-
tenden glorificarla despojan-
do de todos los referidos ho-
nores á la Calahorra de la
Vasconia.
12 La nobleza y gloria en
que ésta sobresalió siempre
entre otras Ciudades de Es-
paña pudo tanto en el jui-
cio
Diciados de lidia Nassica,
cío de los Críticos moder-
nos , que por ella principal-
mente se apartaron de la
sentencia de Zurita y D. An-
tonio Agustín , de cuya au-
toridad hicieron grande es-
timación en otras especies.
El íiustrisimo Pedro de Mar-
ca trata de Loharre en el
3ib.2.c.28.de su Marc. Hisp,
donde después de convenir
con Blancas en reducir á es-
te pueblo la Calagurris de
Julio Cesar , niega haber
sido él mismo la Ciudad que
tubo el didado de Nassica.
Sed qui sententiam illius se~
^uimur in hoc loco , ab illius
& ab Antonii quóqtie Au-
giistini , S Hieronyfui Suri-
tce opinione di s cederé cogi-
mur existiwantium^ hanc Ca-
lagurrim Oscce vicinaw^ ilii-
que contribtítíim , atque adeo
llergetibus odscriptam earfi
esse , quce^ d Plinio vocatur
Nascica , non autem Fibula-
rensem. Pone luego la dis-
tinción de las dos Calahor-
ras , y de la Nassica dice,
que fue atendida de Plinio
con mayor equidad -qué'de
otros modernos ; pues aquel
la contó con Lérida y Hues-
ca en el número de las co-
lonias , y estos la despoja-
ron de está dignidad i^iijus-
13
ta mente* Reconoce las mo-
nedas en que solo tiene el
titulo de municipio ; pero
afirma que estas son ante-
riores al Imperio de Augus-
to, á quien atribuye el bene-
ficio dé haber sido erigida
en colonia , desde q\ie el di-
cho Emperador envió á ella
los soldados Eméritos de la
Cohorte Calagurritana , que
habia sacado para su cus-
todia. Concluye con que és-
ta es la Calahorra situada por
Ptolomeo cerca del Ebro , y
en la región de los Vasco •
nes , célebre por la memo-
ria que de ella hicieron los
Escritores antiguos , y glo-
riosa por haber sido patria
del famoso orador Quinti-
liano.
13 La autoridad de Mar-
ca hizo , que algunos céle-
bres Escritores abrazasen la
misma opinión. Celario en
el lib. 2. de su Geografía an-
tigua cap. 1. sed. 3. escribe
de este modo : A'on equidem
ignoro , do&issimos essé , qui
Calagíirrim Nascicam cis
Iberum pcnant quatuor leu-
cis ab Osea in Septentrionem:
alte} am vero^quce Fibularen-
¿is ccgnominatur apvd Pli-
nititn transflumen in ripa dex ■
tfa. Égo vero , summo duce
Pe-
14 España Sagrada.
Peíro de Mjrca , hcec pror-
sus invertenda statuo. We-
seling en sus notas al Itine-
rario de A.Jtonino tubo tam-
bién presente el difamen
de Marca para desamparar
\a sentencia de Zurita , de
cuya nota sobre la voz Ca-
latfurra del mismo Itinera-
rio iiace el juicio siguiente:
Jam que Suri ta hic accumur
lavit ^ non omnia pro bonis
ducenda sunt, Calaíjurris
enim , cujus incoLv Fíbula-
renses Píiruo di c un tur , non
h^'ec, sed Loharre XI L M,P.
ab Osea est : ahera cogno-
mento Nassioa , cujusque a
Surita numi sunt exscripti^
nostra est in l^asconum finirr
bus Ibero flwnini adposita,
14 De lo que traen es-
tos Autores acerca de la di-
ficultad presente resulta, que
no se les ofreció algún apo-
yo especial , que pudiese
servir de prueba á su opi-
nión inclinándose como he
dicho á abrazarla solo por la
grandeza de la Calahorra
Vasconicaen comparación de
la de los liergetes. Y á la
verdad faltando testimonios
antiguos con que se pudie-
se decidir esta question , y
no teniéndose otra noticia
de la Calahorra de Aragón
Trat,6g, Cap. 2.
que la comunicada porjtiiio
Cesar , la qual como he pro-
bado se opone positivamen-
te á los honoríficos didados
de la Calahorra Nassica , era
justo que se resolviese en fa-
vor de la Calahorra d3 los
Vascones. Por esta misma
razón el Revereadisi no Flo-
rez , cuya aph'cacion y dili-
gencia no pudo hallar ar-
gumentos particulares por
una ni otra pane , se deter-
minó á seguir la sentencia
de los referidos Escritores:
Mientras tanto , dice , esta-
mos por la Ciudad a¿lual,cu -
yo nombre, cuya fama, y cu-
yo honor de Silla Pontificia
pide que no la defraudemos
este fuero , mientras no se
descubra cosa en contra , y
no conste con certeza , que
la Fibularia ( quiere decir la
Calahorra de Aragón ) tas
batió ^ es á saber, las mone-
das con los títulos de lulia
Nassica , que aplica á la Ca-
lahorra adual.
15 Yo juzgo que la me-
dalla , que se batió con el
nombre de Nassica , puede
hacer muv verisímil este
didamen , si se reconoce se-
riamente asi su propria for-
ma, como el motivo porque
ie puso la voz expresada.
Trae-
Diñados de lidia Nasska.
Traela el M. Florez en su
tom. I. de Med. Tab. ii. n.
9. y tiene por un lado una
cabeza con esta Inscripción
NASSICA , y por el otro un
buev , y encima de él CA-
LAGURRÍ , y debajo lU-
LIA. Acerca de la primera
parte de esta medalla dis-
putan los Antiquarios , si la
cabeza desnuda que repre-
senta , se puso para memo-
ria de Augusto Cesar , ó del
famoso Scipion Nassica , que
consta haber sido Pretor en
España. Algunos quieren que
sea cabeza del Emperador,
y que el nombre Nassica sea
didado de la Ciudad , que
se nombra en la otra parte,
lo qual tienen ellos por muy
probable en visfa de que
Plinio menciona Cah^gnrriía-
nos Nassicos , y de que Mo-
rales trae una Inscripción en
que se lee : Mufucipium^ Ca-
iagurris Julia Nassica, Pero
aunque el texto de Plinio in-
dica bastantemente , que la
Calahorra de quien tomaban
su denominación los Cala-
gurritanos Nassicos , tenia el
nombre de Nassica ; esto no
puede confirmarse con la Ins-
cripción que alegan de Mora-
les, por no ser diferente de la
que se contiene en esta me-
dalla sobre cuyo significado
se controvierte. Asi que no
se ha descubierto hasta aho-
ra inscripción , en que el
sobrenombre de Nassica se
junte con el de íulia , y
solo existe la moneda en que
ambos nombres están sepa-
dos : por lo que de ningún
modo puede traerse en com-
probación de su sentencia
siendo ella el objeto de la
contienda y disputa.
16 Ei Rmo. Florez cita á
Pedro W
que aaju-
dicando la medalla á la me-
moria de n^.ugusto explica el
nombre de Nassica refirién-
dole á alguna fábrica que in-
titulase asi á Calahorra al
modo que' la otra Ciudad del
mismo nombre se dijo Fibu-
laria por la fábrica de fíbu-
las ó hebillas según prome-
te la ethimologia de esta
voz. írxlinase é!" á este mis-
mo pensamiento , y quiere
que de la manera que se in-
terpretan los Fibularenses,
deban también interpretar-
se los Nassicos , esto es , por
algún egercicio que hoy ig-
noramos. Con esta preven-
ción podrá alguno sospe-
char-, que asi Como la Ca-
lahorra Fibularia se llamó de
este modo de la voz latina
fi-
i 6 Bsp.iíía Sagrada^
fj ¡fula ^por fabricarse en ella
las hebillas con que solian
prenderse las extremidades
de los vestidos largos ; asi
también la Calahorra Nas-
sica tomó este nombre de
Ja voz nai'Sa^ que en latin , y
en nuestro castellano signi •
íica un instrumento tegido
de vimbres , é inventado pa-
ra la pesca. Pero á la ver-
dad es muy inconstante el
origen de la voz Fihularia,
ni se tiene memoria alguna
de que en estas Ciudades
florecieron tanto aquellas fá-
bricas que se denominasen
por ellas como por especial
distintivo.
17 Vaillant es de pare-
cer,que la cabeza eTi la expre-
sada moneda es de Augus-
to, y que el nombre ]Vas-
sica no es aqui proprio de
algún varón , sino diélado de
Calahorra ; pero con todo
eso afirma que se mezcla en
él Cornelio Scipion, de quien
cree venir este titulo á la
dicha Ciudad por algún se-
ñalado beneficio , que la hi-
zo siendo Pretor en España.
Harduino en su Antirrheti-
co impugna á Vaillant acer -
ca de lo ultimo diciendo,
que si Calahorra se dijo Ñas -
sica , porq'ie Cornelio Sci-
Trat. 69. Cap, 2.
pión fue Pretor en la Espa -
ña citerior , parece que igual
cauf^a tubieron los dtmas
pueblos de esta provincia
para llamarse Nassícos. Pe-
ro este Critico supone en su
impugnación dos cosas fal-
sas ; !a una es que Vaillant
juzgó haberse llamado Nas-
sica la Ciudad de Calahor-
ra, porqje Scipion fue Pre-
tor en Españ i ; siendo asi
q le aquel Aator no da por
causa de este dictado la dig-
nidad de S::ipion , sino algu-
na merced particular con qué
honró á Calahorra : la otra
es , que Scipion fue Pretor
en la España citerior , lo que
ni fue asi , ni lo escribió Vai-
llant , quien solo supone ha-
ber sido Pretor en España
exhibiendo un testimonio de
Livio , en que expresamen-
te se trae por Pretor de
aquella provincia Sex. Di-
gicio , en el mismo tiempo
en que Scipion obtenia ja mis-
ma dignidad , la que preci-
samente habia de egercitar
en la España ulterior.
18 Yo tengo por el mas
obvio y sencillo el dictamen
de los que sostitr-nen que el ros-
tro gravado en esta moneda
no es de Augusto , ni el nom-
bre que se lee en ella , dic-
ta-
Dictados de luUa Nassica. 1 7
tado de Calahorra; sino uno, apellido de Ncisslca , y que
y otro proprio de Cornelio
Scipion Nasica. Fundóme en
que siendo el rostro de artí-
fice bastante diestro , y en
medio de esto tan diferente
de los que se vén en otras
medallas batidas en memoria
del expresado Emperador asi
en Calahorra , como en las
demás Ciudades de España,
tenemos suficiente razón pa-
ra adjudicarla á distinto per-
sonage. Fuera de esto , el uso
mas común de los Gravado-
res fue poner junto á las ca-
bezas el nombre del sugeto
á quien representaban : en
cuya suposición ,j porqué no
tendremos ésta por cabeza
de Nasica, no expresándose
junto á ella otro nombre que
el de este Pretor? Mas , si
el rostro es de Augusto , y
el nombre Nassica dictado
de Calahorra, ¿por qué no se
puso en el lado de la cabe-
za el nombre del Empera-
dor , y el didado Nassica a
continuación de Calagurris
lulia , dando el bronce sufi-
ciente espacio para ambas
cosas?
19 Pero declaremos el moti-
vo que pudo hacer , que Ca-
lahorra , y P. Cornelio Sci-
pion fuesen conformes en el
Tom.XXXlIL
la misma Ciudad batiese mo-
nedas con el fin de perpe-
tuar la memoria de aquel
Pretor. Vaillant se inclina á
que la Ciudad referida se di-
jo Nassica obligada de algún
beneficio singular que reci-
bió de P. Cornelio , asi como
se nombró también luUa^
por el privilegio de inmuni-
dad que la concedió Julio Ce-
sar. Luego afirma , que sien-
do Nasica Pretor de España
se dio á Calahorra el honor
Municipal ; y que para me-
moria de tan señalada mer-
ced gravó su nombre en las
monedas , y tomó su proprio
apellido. Wesseling duda si
los Calagurritanos debieron
al Pretor el titulo de Muni-
cipio concedido á su pueblo.
El erudito D.Gregorio Ma-
yans en suObrita de Hispa^
na progenie vocis itr es del
mismo didamen , que Vai-
llant. Cita en su favor á Li-
vio al principio del Lib.XLV.
y á Diodoro en las Excerp-
tas de Valesio,pag. 380. pe-
ro en estos lugares no se lee
cosa que pueda probar haber
sido Calahorra Municipio por
merced de P. Cornelio,
20 En el Tomo preced. pa-
gia, 303. escribí, que entre
C \Q%
1 8 España Sagrada.
los pueblos conquistados por
el Pretor Nasica deben con-
tarse los que tenían los Vas-
cones á este lado del Ebro.
Allí misn:io ofrecí tratar de
la causa por qué Sciplon , y
Calahorra se apellidaron con
el sobrenombre de que ha-
blamos. Exponiendo , pues,
ahora mi parecer, digo, que
la razón de esta conformi-
dad fue haberse conquistado
por P. Corneüo en el año de
su Pretura la Ciudad de Ca-
lahorra , que era la mas fa-
mosa de los Vascones. Para
comprobación de este dida-
iricn quiero reproducir el
texto de Liv. lib. 35. cap.
I Principio anni , quo hcec
gesta sunt Sex~Digitius pne-
tor in Híspanla citeriot'e
cum Civitatibus iis , quct post
prüfedioncm.31. Catonis per-
liultíc re'->e¡¡averant , crebra
niagis quam dicíu digna pr ce-
lia fccit , S adeo pleraque
adveisa , ut vix dimidium
fíiíliíi.m^ quam quod accepe-
rat , successori tradidtrit»
Nec duoium est , quin om-
nis H'spania sublatura áni-
mos fuerit ^ ni alter prcetor
P. Corneiius Oi, F. Scipio
trans Itterum multa secunda
proelia fecisset , quo terrore
non minus quinquaginta oppi-
Trat. 69 . Cap, 2.
da ad eum defecerunt. Este
lugar me persuade que en
el año mencionado por Li-
vio , que fue el de 559. de la
fundación de Roma, conquis-
tó Scipion Nasica la insigne
Ciudad de Calahorra. Hasta
este tiempo se mantubieron
los Vascones libres del Impe-
rio , de manera que ninguno
de los pueblos de su región
estubo antes de ahora suje-
to á los Romanos ,..cuya do-
minación se estendia por la
parte occidental del Ebro so-
lo á los Sedetanos que aca-
baban de sujetarse á M. Ca-
tón , á quien se entregaron
de su voluntad , quando no
pudiendo tomar á Saguncia
se volvió á las cercanias del
expresado rio. Véase Liv.
lib. 34. cap. 20. No es me-
nos cierto que desde el año
559. de Roma hasta el de
566. no se dio batalla alguna
en esta parte de Vasconia.
Con todo eso se sabe que en
este ultirr.o año estaban los
Romanos apoderados de las
Ciudades de los Vascones,
situadas á este lado del
Ebro ; porque consta de Li-
vio, que en el mismo año sa-
lieron los Celtiberos de los
fines de su región , y fueron
á buscar á los Romanos en
su
Diñados de
su proprio territorio , con el
íín de presentarles una bata-
lla , como lo egecutaron cer-
ca de Calahorra , siendo ésta
la primera memoria que te-
nemos de esta Ciudad. Co-
ligese , pues, que Calahorra
fue tomada en el año de 559.
entre los pueblos que con-
quistó P.Cornelio'en la ribe-
ra occidental del Ebro : en
lo qual tenemos una razón
mucho mas probable que las
publicadas por otros Auto-
res acerca del didado de
esta Ciudad , idéntico con el
de P. Cornelio Scipion , y
también acerca del motivo
por qué se gravaron en ella
algunas monedas con la efi-
gie , y sobrenombre del mis-
mo Pretor.
21 Además de no poder se-
ñalarse con alguna verisimi-
litud otro año distinto del
año 559. en que fuese con-
quistada Calahorra , la ex-
presión misma de Livio , y
los efedos que resultaron de
las conquistas de Cornelio
Scipion , indican suficiente-
mente la verdad de mi opi-
nión. Porque usando el cita-
do Historiador en otros lu-
gares de las voces Provincia
ulterior , ó España ulterior^
aqui solo puso trans Iberum^
lidia Nassica. 1 9
lo que junto con lo que dejo
expuesto , muestra que los
sucesos de las guerras de Sci-
pion fueron no lejos del fio
que nombra. Quanto á los
efeélos es constante , que sin
embargo de que la España
citerior salió siempre viélo-
riosa peleando contra Sex,
Digicio , cuyo exercito fue
desbaratado en la mayor par-
te , los pueblos de la dicha
Provincia se pacificaron , y
volvieron á la amistad del
pueblo Romano. Por tanto,
dice Livio , que quandovin»
C. Flaininio por sucesor de
Digicio , no halló aqui tan
encendida guerra , como el
mismo Flaminio, y otros cre-
yeron en Roma , fundados en
la noticia de la rebelión de la
Provincia citerior, y del es-
trago del exercito de suPre^
tor. Y no pudiendo atribuir-
se la pacificación de los pue-
blos de la misma Provincia á
Sex. Digicio , que fue des-
graciado en quanto hizo ; ni
tampoco á sus soldados , que
como pondera Livio queda-
ron tan acobardados, que so-
lo sabian huir, resta que el
Autor de esta obra fue el
otro Pretor Cornelio Scipion,
que peleando junto al Ebro
conquistó algunas Ciudades
C2 á
10 España Sagrada.
á fuerza de armas , é hizo de
su partido cincuenta pueblos
que se le entregaron volun-
tariamente. De aqui pudo
xesultar la confianza que la
España citerior tenia en el
patrocinio del mismo Sci-
pion , como lo manifestó el
caso que refiere Liv. en el
lib.43. ^'^P* 2' donde dice,
que habiendo ido á Roma al-
gunos Embajadores á quere-
llarse de la tiranía , y ava-
ricia de los Pretores que acá
gobernaban , y habiendo
nombrado por sus abogados
á M. Catón , Scipion Nasi-
ca , Paulo Emilio , y C. Sul-
picio Galo , los de la España
citerior eligieron los prime'
ros á M. Catón , y á Nasica,
quedando los oíros dos para
Trat. 69. Cap. 2.
la España ulterior. Todo lo
qual hace muy probable el
asunto que he intentado pro-
bar ; esto es , que la razón
de ser uno mismo el sobre-
nombre de Calahorra , y de
P. Cornelio Scipion , fue el
haberse sujetado esta Ciudad
al Imperio Romano bajo los
auspicios de este Pretor , y
que por esta causa se gra-
varon algunas monedas con
los nombres del mismo pue-
blo , y de Nasica. Y asi-
mismo , que la Calahorra
ilustrada con el diclado de
Nassica , no es la de Aragón,
sino la de los Vascones si-
tuada á esta parte del Ebro,
donde Scipion hizo todas sus
conquistas.
CAPITULO IIL
ANTIGÜEDAD , T NOMBRE
de Calahorra,
I T OS primeros poblado-
\^j res deEspaña se esta
blecieron , según el didamen
de muchos Autores , en los
montes Pyrineos , de donde
bajaron luego á las riberas del
Ebro , cerca de las quales
fundaron algunas Ciudades
insignes , y entre ellas á Ca-
lahorra. El Arzobispo D. Ro-
drigo parece haber seguido
esta opinión en el lib. i. de
P^ebus Hisp. cap. 3. y des-
pués de él la Chronica ge-
neral de D. Alonso el Sabio,
publicada por Florian de
Ocaní-
Antigüedad , y nombre de Calahorra, 2 i
Gcampo. Otros Escritores
mas modernos señalaron por
su fundador al Patriarca Tu-
bal , apoyados en que éste
fue el primer poblador de
España , y en que el referido
Arzobispo, y la Chronica la
cuentan entre las primeras
poblaciones que se erigieron
en estas Provincias. La no-
table antigüedad , que estos
Autores dan á Calahorra , no
tiene fundamento en Escrito-
res menos distantes de aquel
remotisimo tiempo , á que
pertenece la población de
España. Por lo qual , y por-
que no se halla memoria de
su fundación , no podemos
afirmar otra cosa mas de que
Calahorra es una de las Ciu-
dades, cuyo principio se des-
conoce á causa de su mu-
cha antigüedad , lo qual es
muy suficiente para hacerla
recomendable entre los de-
más pueblos de estas Provin-
cias.
2 El nombre primitivo de
esta Ciudad es el mismo que
se ha conservado hasta nues-
tros tiempos , aunque como
diré luego ha tenido algu-
nas leves variaciones en su
pronunciación. En Plinio,
Strabon , y otros Autores se
lee con unaR. pero ea JU-
vio , Julio Cesar , y otros se
duplica la misma letra , y
de aquí se origina la dificul-
tad sobre el modo con que
debe pronunciarse. Celario,
lib. 2. Geog. antiq. cap. i.
sed. 3. juzga que debe escri-
birse , y pronunciarse con
una R. pero de tal manera,
que sea larga la sílaba que
la precede , como lo enseñan
los Poetas , de los quales ci-
ta á Prudencio , y Ausonio.
La autoridad que alega para
esto , es , además del uso de
los Griegos , una Inscripción
latiga que trae Ambrosio de
Morales , y dice : Alun. Ca-
la^urís lid. Nassica, Pero
este diélamen se desvanece
fácilmente con el apoyo de
la medalla que el Rmo. Flo-
rez estampó en su tom. i.
tab. II. num. 9. y es la «ni-
ca que pone entero el nom-
bre de Cahigurrts duplicada
la R. Léese también con dos
RR. la voz Caíagurritanus
en otra Inscripción que pon-
dremos luego , y es de Be-
bricio , que se ofreció á la
muerte por Q. Sertorio. Asi
que en comprobación de la
R. duplicada en el nombre
de Calagurris hay ciertos , y
constantes m.onumentos;' pe-
ro ftlíiguno se halla que prue-
be
Q, 2 España Sagrada.
be la opinión de Celario.
Porque la Inscripción que
trae Morales solo dice: Mun,
Cah que él mismo lee Mu-
nicipi'^ff* Calagurris , como
se puede ver en sus Antigüe-
dades fol. g6. por lo que sos-
pecho que Celario se engañó
leyendo la misma Inscrip-
ción del modo que la pone,
en algún Autor moderno que
la copió sin legalidad:.
3 En la medalla referida
acaba el nombre de Cala-
gurris no en S. sino en I. sig-,
niñeando , según el Rmo.
Florez , que la moneda se
batió en la misma Ciudad.
Sin embargo, tengo por muy
probable, que, la terminación
en S. no es propria de este
nombre en su origen, sino
acomodada al uso , y lengua,
de los Romanos. En el idio-
ma Vasconico es muy fre-
cuente la terminación en I.'
como en Eriberri , llumberri,
Ologiti ; por lo que es creí-
ble,que en esta medalla que
reputo por la mas antigua , se
puso el nombre de la Ciudad
en su ser puro , y nativo , y
sin la variación que en su fi-
nal nicieron los Romanos,
asi como en los nombres de
otros muchos pueblos. A este
modo la anticua Ciudad, á
. Trat.óg. Cap, 3.
quien los Romanos llamaron
llliberis, se nombraba en el
idioma proprio del país Eli-
berri , y asi lo escribió Me-
la : l^icus Eliberri ^magnce
quondam urhis. , S ma^na^
rum opum tenue vestigium,
4 Las monedas de Cala-
horra , y la memoria que de
esta Ciudad hicieron Livio,
y Strabon,nos dan una prue-.
ba evidente, para convencer
la insubsistencia y volunta--
riedad de dos invenciones
que se introdujeron acerca:
de SU; nombre. La primera
del> que afirmó , que primi-
tivamente se dijo Calct , y
que pasado algún tiempo se
la añadió la voz forra , lla-
mándola Calaforra. La se-
gunda es del Canónigo de
Barcelona Francisco Tara-
pha , que- tratando de Cayo
Caligula escribió , que del
sobretiombre de este Empe-
rador se llamaron los Cali^
guritanos, que antiguamen-
te se dijeron Nassicos. Con-
véncese , pues , la falsedad
de estas imaginaciones don
las monedas , y los testimo-
nios de los Autores citados;
porque siendo éstas las pri-
meras memorias de esta Ciu-
dad , y muy anteriores al
Lúperií) de, Caligula , se sa-
be
Antigüedad ^ y nom
Jbe con evidencia , que el
nombre primitivo que ha lle-
gado á nuestra noticia , es
el de Cala^urris , no el de
Caía ; y asimismo es paten-
te , que su origen no puede
referirse á Caligula , pues lo
tenia Calahorra mucho an-
tes de la edad de este Em-
perador. Coligese también,
que aunque los Calagurrita-
nos se llamaron antiguamen-
te Nassicos , no por eso se
ha de creer que se hizo al-
guna mutación en su nombre
bajo el Imperio de Caligula,
porque siempre se dijeron
Calagurritanos Nassicos , dis-
tinguiéndose con este sobre-
nombre de los Fibularenses
que vivían en la Calagurris
de los Ilcrgetes.
5 ■ Yerran también los cue
deducen este ncmbre de la
lengua Ar¿:be. En ésta es
t\ \QQ^h\GCnJ ahorra común
á teda fortaleza ó torre , se-
gún el Vocabularista Arábi-
go de Alcalá ; aunque consta
de varios testim.onios , que
trae D. Juan Antonio Ma-
ya ns en su llUci' ilustrada^
haberse atribuido con cierta
propriedad á la que los Mo-
ros hicieron en Elche. Lla-
mase también asi en algunas
partes de España , seg-ua el
hre de Calahorra. 23
Diccionario de nuestra len-
gua , la Casa pública con re-
jas , por donde se dá el pan
en tiempo de carestía. Pero
siendo la Ciudad , y el nom-
bre de Calagurris tantos si-
glos anterior al uso de esta
lengua en España , es muy
absurdo el pretender que
trae de ella su origen.
6 Algunos Autores sostie-
nen , que Calagurris es nom-
bre Céltico , aunque le dáa
diverso significado , confor-
me á la diversa resolución
que hacen de él en las vo-
ces de que se compone.
Mons. Bullet en sus Memo-
rias sobre la lengua Céltica
dloe , que. se deriva de C¿z//,
elevación , Cwr^ y en com-
posición Gwr , ribera , y de
Js , rio , lo que conviene sin
duda á Calahorra situada en
la punta de una colina , cu-
ya planicie toca por la pane
oriental al rio Ebro. D.Gre-
gorio Mayans juzga que se
compone de Cala , voz Cél-
tica , y de urj , ó uria , que
hasta hoy se usa en el Vas-
cuence , y significa pueblo.
No es inverisimjil este dic-
tamen en vista de que los
Celtas estubieron apodera-
dos largo tiempo de estas
regiones de la parte septen-
trio-
1 4 Esparta Sagrad,
trional de España ; por don-
de se hace creíble , que mu-
chas poblaciones recibieron
de ellos sus nombres. Pero
no puede afirmarse cosa cier-
ta en este punto , ni en or-
den á la ethiraología , por
hallarse en muchas de las
lenguas primitivas las voces
de que se compone el nom-
bre de que tratamos. La pri-
mera parte , que es Cala^
pertenece también á las len-
guas Hebrea , y Caldea , y se
dice de todo lugar fortifica-
do y ceñido de murallas
para su defensa, A las mis-
mas puede referirse la se-
gunda parte , que se deriva
de ur ^ y significa pueblo,
en cuya significación se ha-
lla esta voz en los nombres
de muchas Ciudades de Es-
pana, Por tanto , los que afir-
man que los descendientes
de Tubal poblaron la Espa-
ña , y que comenzando por
losPyrineos, y cercanías del
Ebro fundaron la Ciudad de
Calahorra , pueden atribuir-
les e^te nombre con igual
probabilidad que á los Cel-
tas. Coligese , pues , que ig-
noramos el primer origen de
la voz Calagurris ; y solo po-
demos decir con gran pro-
babilidad , que siendo Cala-
Trat,6g, Cap, 3.
horra de una antigüedad re-
motísima , su nombre viene
de uno de los idiomas pri^
mitivos de E;paña ; y que
significando en estos la voz
uri 6 urri pueblo , y aplicán-
dose la voz Cala , que es co-
mún en las lenguas princi-
pales á las poblaciones forti-
cadas y muradas ^Cíi¿ a furris
es lo mismo que Ciudad 6
pueblo ceñido con muralla.
7 Entre las variaciones que
ha tenido este nombre , la
mas notable es la que se ha-
lla en las Tablas de Prolo-
meo , donde se lee Cala^ori-
na. Ni hay duda en que debe
entendersede esta Ciudad, asi
por la alusión de esta voz,
como porque siendo Cala-
horra la población mas fa-
mosa , y conocida de los
Vascones , no debia aquel
Geógrafo omitirla expresan-
do los pueblos de la Vasco»
nia.
8 El Itinerario deAntonino
puso el mismo nombre en la
primera declinación , escri-
biendo en el viage desde
Italia á España : Cascan^
to M. l\L, Culaffurra, M. P.
XXIX, Del mismo modo es-
cribieron Ascanio, y los Obis-
pas de la Provincia Tarraco-
nense en su Epístola á Hua-
ro,
Antigüedad , y nombre de Calahorra, i
ro Pontífice Romano. Silva-
tws Episcopus CrJagurrce
in ultima parte nostr¿e Pro'
vincice constitutus. No fue
singular en esto , pues lo
mismo acaeció con otras
Ciudades de España , como
Barcelona , Tarragona , ¿kc.
cuyos nombres se mudaron
de la tercera declinación á la
primera , lo que debe atri-
buirse á que en esta edad
5
comenzó á corromperse ia
lengua Latina.
9 En tiempo de los Árabes
se substituyó la letra F. ó H.
en lugar de la G. pronuncián-
dose Calaforra , Calahorra.
De este segundo modo, que
hoy está en uso , se halla ya
en el Núblense en la part. i.
del Clima 5. aunque con
una R.
CAPITULO IV.
PRIVILEGIOS , T DICTADOS
/ con que los Romanos condecoraron la Ciudad
de Calahorra.
I \ Unque los Vascones
ü tul
ibieron la desgracia
de seguir con el mayor tesón
algunas Cabezas de partido
que no llegaron á prevale-
cer , como se verificó en Ser-
torio , y Pompeyo , con todo
consiguieron después con su
valor , y fidelidad , que los
Emperadores Romanos los
estimasen y honrasen no
menos que á los otros de
otras regiones muy adheri-
das al. Imperio. Plinio, con-
tando los pueblos que con-
currían al Convento Cesar-
^ugustano , se esmeró en po-
Tom, XXXllL
ner mayor número de los de
la Vasconia , por hallarse si-
tuados en esta región mu^
chos que se distinguían no
solo por su propria grande-
za , sino también por los pri-
vilegios y títulos con que
fueron ilustrados por el Sena-
do de Roma. Expresa entre
los que gozaban el derecho
de Ciudadanos Romanos á los
CalagurritaiosNassicos:entre
los del Lacio antiguo, á Cas-
cante , y Graccurris: entre los
Estipendiarios , á los Andolo-
genses, Arocelitanos,Caren-
ses,Lumberitanos, Pómpelo-
D nen-
c6 España Sagrada*
nensesty por único pueblo,no
solo del Convento de Zarago-
za ,sino de toda la España Ci-
terior , señala á los Tarragen-
ses , conio confederados con
la Ciudad de Roma. Final-
mente, entre los Pueblos que
he nombrado , tres á lo menos
tubieron los honores Muni-
cipales , y son Calagürris,
Cascante , y Graccurris , co-
mo consta de las medallas
que se batieron en ellos.
2 De estas Ciudades de
la Vasconia fue la mas no-
ble y esclarecida, durante el
Imperio de los Romanos , la
de Calahorra , como se co-
nocerá por sus didados , so-
bre los quales se controvier-
ten algunas dificultades , que
ilustraré con la exactitud po-
sible.
.Municipio,
3 Las mas de las me-
dallas que se gravaron en es-
ta Ciudad la representan con
el iioaor.de. Manicipio ; en el
que- íe aventajaba á Cascan-
te, ;y=GraccurrÍ5 , situadas en
Ja misma región ^ porque es-
tos pueblos eran Municipios
con solo el derecho de Lati-
nos viejos; pero Calahorra
tenia' ei- de Ciudadanos Ro-
manos , qu€ era íuas aoble,
Trat. 69. Cap.^.
y honroso. Por esta digni-
dad los Calagurritanos po-
dían sin otra razón militar
en las Legiones , dar su vo-
to en las elecciones que se
hacian en Roma , y obtener
los Pi'lagistrados no menos
que los vecinos de la misma
Ciudad de Roma, y esto vi-
viendo ellos según sus pro-
prias leyes y fueros , como
consta de todos los Antiqua-
riüs.
4 El limo. Pedro de
Marca es de parecer , que
Calahorra fue no solo Mu-
nicipio , sino también Colo-
nia , de cuya dij^tiidad cree
la despojan envidiosamente
algunos contra el testimonio
expreso de Plinio , que la
cuenta entre las Colonias con
Lérida , y Huesca. Propone-
se contra esto las monedas
en que se lee Municipium
Calagürris Julia ; y respon-
de, que éstas son anteriores
á la dignidad de Colonia,
que la concedió Augusto,
quando envió á ella los sol-
dador de la Cohorte Cala-
gurritana , que habia esco-
gido para su custodia. D¡ó
motivo á la equivocación de
este erudito el texto de Pu-
nió , según la lección que se
halla en las ediciones anti-
guas
Privilegios de ¡a Ci
guas con esta puntuación:
Celsenses , ex Colonia Cala-
gurritanos , qui Nassici cog-
nominantur ; donde mencio-
nándose los pueblos que con-
currían al Convento Cesa-
raugustano , se ponen los Ca-
lagurritanos con la expresión
de que iban á Zaragoza de
su Colonia Calagurrts. Har-
duino fue el primero que no-
tó el vicio de este lugar , y
lo corrigió de este modo:
Celsenses ex Colonia :. Cala-
gurritanos , qui Nassici cog-
nominantur , adjudicando la
dignidad de Colonia á Celsa,
que estaba despojada injus-
tamente de ella. La razón que
tubo para esta corrección es,,
que ningún Escritor antiguo,
ni medalla , ni lápida puso
á Calahorra en el número de
Lis Colonias ; pero Celsa tu-
bo este honor , como consta
de las monedas que se ba-
tieron en estaCiudad.
5 Manifiéstase el error
del limo. Marca en afirmar,
que Augusto premió á Cala-
horra con la dignidad de Co-
lonia , quando relevó de su
custodia la Cohorte Calagur-
ritana , con el excelente tes-
timonio de las medallas que
gravo esta Ciudad para me-
moria del mismo Emperador
udad de Calahorra, ij
en el tiempo posterior á este
suceso. Suetonio escribe, que
Augusto removió á los sol-
dados de Calahorra de aquel
honorífico empleo después de
la viéloria que alcanzó de
Antonio : Certum numerum
partim in urbis , partim in
sui custodiam udkgit , dimi-
ssa Calagurritanorum ttianu^
quam US que ad devidium Ai-
tanium : : inter armígero ? cir-
ca se habuerat. Antonio fue
vencido en el año 724. de
la fundación de Roma ; y
de los años siguientes tene-
mos varias medallas que re-
presentan á Calahorra con
solo el titulo de Municipio.
Tales son las que traen et
rostro de Augusto con el elo-
gio de Padre de la Patria,
que comenzó á tributárse-
le en la sentencia que mis
lo anticipa en el año 752.
como dije en mí tom. 30.
pag. 19. Con el mismo ho-
nor de Municipio se engran-
dece aun en el Imperio de
Tiberio , sucesor de Augusto,
como se vé en las que con-
sagró á la memoria de aquel
Emperador. Por lo qual de-
be tenerse por constante,
que Calahorra no mudó de
fortuna con la dimisión que
Augusto hizo de la Cohorte
D 2 que
i8 España Sagrada,
que le custodiaba. Igualmen-
te se ha de confesar, que es
muy fundada la corrección
del texto de Plinio hecha
por Harduino;porque no hay-
documento ni testimonio, con
que se pueda probar que es-
ta Ciudad fue erigida en co«
lonia antes que Plinio escri-
biese su Obra ; y por el con-
trario se sabe que Celsa go-
zaba esta dignidad en los
Impjerios de Augusto y Ti-
berio , como probé contra el
mismo Marca en el tom.cit.
pag. 41. Asi que el titulo de
colonia se hallaba en las an-
tiguas ediciones usurpado á
Celsa , y atribuido falsa-
mente á Calahorra.
Ni es muy aproposito la
expresión de que usa el ci-
tado Marca diciendo , que
algunos Autores negaron con
envidia , y contra toda equi -
dad á Calahorra el honor de
colonia. Porque sin embar-
go de que muchas Ciuda-
des pretendían este diélado
por parecerse mas á la Cor-
te Romana , no gozaban la
dignidad de Colonia sin mu-
chos gravámenes , pues se
privaban de vivir según sus
proprias leyes y costum-
bres ; por lo que estrañó el
Emperador Hadriano , que
Trat. 69. Cap. 4.
Itálica su patria se arrojase
á trocar el derecho munici-
pal por el de Colonia , co-
mo escribe Aulo Gell. Nodf*
Att, ¡ib. 16. cap. 13. Por
tanto fuera de que se sigue
la verdad dando á Calahor-
ra la dignidad sola de mu-
nicipio , se la restituye su
libertad , y la mejor y mas
estimable condición , de que
la despoja Marca haciendo-
la graciosamente colonia y
efigie del pueblo Romano.
Iiilia,
Esta Ciudad es una de
las que gozaron el hooori-
fico didado de Tulia , como
lo testifican las mas de sus
medallas , de las quales unas
lo traen con todas las letras,
otras con las tres primeras,
y otras con la inicial sola.
Pero al paso que es cierto
y constante que fue ilustra-
da con este titulo, es difícil
y obscuro el conocimiento
de la causa que tubieron ios
Romanos para engrandecer-
la de este modo. Vaillant
dando una razón general á
todas las. Ciudades que se
denominaron lulias ó Au-
gustas , ó con ambos sobre-
nombres juntamente , dice,
que
Privilegios de la Ciudad de Calahorra, 29
que las erigidas en colonias
ó municipios,ó premiadas con
algún derecho de inmuni-
dad por Julio Cesar se ape-
llidaron Iulias,y las que reci-
bieron alguno de los hono-
res dichos por beneficio de
Augusto , se denominaron
Augustas , y finalmente las
que fueron establecidas por
Julio , y pobladas después
por Augusto con veteranos
ó nuevos ciudadanos , se lla-
maron en memoria de am-
bos Emperadores lulias Au-
gustas. Conforme á esta doc-
trina dice de Calahorra, que
habiéndose fundado con el
derecho del antiguo Lacio
en tiempo de la república
de Roma , fue premiada ba-
jo el imperio del Cesar con
el privilegio del sufragio.
El Rmo. Florez en las meda-
llas de esta Ciudad dice , que
estas añaden á su nombre el
didado de lulia , ó bien por-
que habiendo servido á Ju-
lio Cesar en las guerras civi-
les la poblarla con veteranos,
ó bien porque en premio de
su fidelidad la concedió es-
te Emperador el honor de
municipio. Por alguno de
estos titules , dice , ó por
ambos se ilustró la Ciudad
con el didado de lulia , pues
viéndole ostentado con fir-
meza en las medallas, no po-
demos dudar que el Senado
aprobó aquel didado , ni
descubrir otro motivo para
que Calahorra le gozase.
8 Aunque el didado de
Julia parece nos obliga á no
dudar de esta dodrina , con
todo eso no puedo menos de
advertir , que no todas las
Ciudades que le gozaron fue -
ron erigidas en colonias ó
municipios por Julio Cesar,
ni recibieron de este Em-
perador algún beneficio , que
quisiesen eternizar tomando
este sobrenombre. Son mu-
chos los egemplares que te-
nemos de poblaciones con-
decoradas por Augusto , y
en medio de esto denomi-
nadas lulia?. Plinio en el lib.
5. cap. T. menciona algunas
Ciudades engrandecidas por
otros Emperadores con el
honor de colonias , y al mis-
mo tiempo con el referido
didado. De Tánger dice:
Nunc est Tingi , quondam
ab Antceo conditum\ postea
á Claudio Casare , cum co'
loniam- faceret , appellatum
Traducá Julia Se, De lulia
ConstanciaZilis. Ab eoXXV,
M, P, in ora oceani colonia
Au^ustijulia Con st amia Zi-
lis
JO España Sagrada,
lis regum ditioni exempta,
(^ jura Bvticam peterejus-
Sil! De Babba : Ah Lixo
XL, M. P, in mediterráneo
altera u^ugusti colonia est
Babba^Julia Campestrisap-
pellata. Llegó á conocer es •
ta verdad el Rmo. Florez,
pues habiendo escrito en las
medallas de Acci Tab. 2. n.
2. que las monedas ofrecen
en algunas Ciudades el titulo
de lulias como perpetuo tes-
timonio del beneficio que las
hizo el Cesar , 6 bien ha-
ciéndolas colonias ó dando
el fuero de Ciudadanos Ro-
manos, ó libertad de tribu-
tos , ó veteranos que las po-
blasen , puso de su propria
letra esta adición en el egem-
piar que tengo en mi poder.
Pera .aunque el dictado de
I alia suena como proprio de
Julio Cesar puede aplicarse
al heredero Augusto , que
se intituló Cayo Julio Oda-
viano , y hay el egemplar
referido por Dion Casio lib.
53. pag.512.de que Agripa
intituló lulia por Augusto la
Septa del campo Marcio:y«-
lia ea ab Augusto cognomi-
navit. Consta pues , que el
diélido de lulias no s'ignifi-
ca precisamente que las Ciu-
dades asi nombradas recibie-
Trat, 95. Cap, 4.
ron de Julio Cesar alguna
gracia particular; pues mu-
chas veces no dice aquel ti-
tulo relación á la persona
de este Emperador , sino ó á
la familia íulia , ó á Cesar
Augusto , que tubo el sobre-
nombre de Julio. Por esta ra-
zón algunas colonias erigi-
das por el Cesar, viendo que
no se distinguían de las de
Augusto por el didado solo
de lulias, añadieron á este el
de Paternas como enseña el
eruditísimo Cardenal de No-
ris Cenotaph. Pisan, disert.i.
cap. 2.
9 En vista de que el ti-
tulo de lulias es común á las
Ciudades honradas por Ju-
lio Cesar , y otros sucesores
suyos , no podemos colegir
por solo este medio que cons-
ta de las monedas, que Ca-
lahorra fne llamada íulia en
obsequio del expresado Em-
perador. Los Escritores an-
tiguos tampoco traen noti-
cia alguna perteneciente á
esta Ciudad , por donde po-
damos averiguar si se dijo
lulia por respeto del Cesar,
ó de otro de los que le si-
guieron en el Imperio. Y
aunque el Rmo. Florez supo-
ne que Calahorra sirvió á.
Julio Cesar en las guerras
ci-
Privilegios de Ja Ciudad de Calahorra. 3 i
civiles , y que por esto qui-
so este Emperador remune-
rar su fidelidad , se debe
confesar, que no hay Histo-
riador , que insinué haberle
hecho esta Ciudad algún
particular servicio en aque-
llas guerras , ni aun haber
seguido su partido. D. Gre-
gorio Mayans en el cap.
S- de Hisp. prog.voeisUr,
num. 10. cita el lib. i. de
Bello Civili en prueba de
que Calahorra tomó el so-
brenombre de Julia por ha-
berse agregado al Cesar.
Didla vero Calagurris Julia
á C Cesare , propterea quod
ad suas partes transmigra-
runt , ut legimus in i. de
Bello Civili. Pero teniendo
este Autor , que esta Cala
horra de los Vascones fue
la que batió monedas , y la
que tubo los didados de
lulia Nassica , y que era dis-
tinta de la Fibularense , y
aun lo que es mas , enten^
diendo él mismo como de-
bía el testimonio del Cesar
de esta segunda Calahorra,
como se puede ver en el n.
8. cayó sin advertencia en
una inconexión t^n patente,
qual es la de aplicar un mis
mo lugar á dos Ciudades
distintai. El texto pues del
libro I. de Bello Ciz\ habla
expresamente de los Cala-
gurritanos encabezados con
Huesca , y de la región de
los Ilergetes, no delosCa-
lagurritanos Vascones ó Nas-
sicos , los quales de «ingun
modo siguieron en las guer-
ras civiles el partido del
Cesar sino el de Pompeyo,
como todos los demás pue-
blos de la Vasconia , scgua
dige en el tom. 32. pag. 306.
y se infiere del mismo Ju-
lio lib. I. de Bello Civ.cap.
60. donde nombra los pue-
blos que se le agregaron en
esta ocasión , y son los Os*
censes y los Calagurritanos
Fibularenses , y después de
estos los Tarraconer>ses , Ja-
cetanos , ó según otros La -
cetanos , Ausetanos y lo$
Ilergavonenses. Consta asi-
mismo de Dion , que Afra-
nio legado de Pompeyo re-
conocíendo,que no podia de-
tenerse largo tiempo en Lé-
rida á causa de que varios
pueblos cercanos se habian
entregado al Cesar , deter-
minó retirarse para su ma-
yor seguridad á las Ciuda-
des situadas á las riberas del
Ebro : de donde se infiere
que estas favorecían en las
guerras civiles las partes de
Pom
32 España Sagrada.
Poinpeyo. Asi que no hay,
como decía , testiinonio por
donde se paeda probar que
los Calagurritanos Nassicos
se pasaroa á Julio Cesar,
tomando las armas contra
]os legados Afranio y Petre-
yo ; antes debemos creer,
que estos fueron de los pue -
blos,que en esta misma guer-
ra se rindieron al Cesar con
la condición da no ser for-
zados á militar contra Pom-
peyo , á quien debian singu-
lares beneñcios.
10 No obstante lo dicho,
soy de sentir que el titulo
de lulia , que gozó Calahor-
ra , debe referirse á Julio
Cesar. Los Vascones desde
que se sujetaron á este Em-
perador se mintubieron cons-
tantemente en su amistad
como dige eu el tomo pre •
c:dente. Por tanto no es de
e^tranar , que atendida Li fi-
delidad de estos, y la libera-
lidad del Cesar, les tocase al-
guna parte de la bizarría con
que se portó para con aque-
llos que se le mostraron afec-
tos : Q':orum vero benevolen^
?/¿i,dice Díonlib.43. p.233.
usus erat , eos agris alios^
aliosimmunitate^Civitatenon-
nuil os , aut jure coloniarum
li'jrr.anaruip donavit* Y pa-
Trat, 6^. Cap. 4.
rece que Calahorra logró en
el Imperio de Julio el bene-
ficio de su reedificación; por-
que habiendo sido destruida
por Afranio poco antes , era
ya en ei tiempo de Augus-
to Ciudad muy floreciente
como veremos después. Por
lo qual me inclino á que es
verdadera la sentencia co-
mún de los Autores citados
y otros , quanto a señalar
el Emperador que la dio el
sobrenombre ; aunque no
puedo admitir la causa que
ellos dan , para que el mis-
mo Emperador la ennoble-
ciese con aquel didado ho-
noriñco.
I £ D. Antonio Agustín
en su Dial. Vlí.de las meda-
llas de España , dice que en-
tre las que hay con el nom ■
bre de Calahorra , unas ex-
presan un municipio con el
titulo de lulia , otras una co-
lonia con el nombre de Au-
gusta. De aqui se podría de -
ducir , como parece preten-
der este doáisimo varón,
que ambas Calahorras es-
to es la de los Vascones,
y la de los Ilergetes tubie-
ron el privilegio de batir
moneda ; ó si no que co-
mo quieren otros , Calahor-
ra tubo primero el- dictado
de
Privilegios de la Ciudad de Calahorra, 3 3
de lulia , y después se di- ris Augusta , siendo asi que
jo Augusta por algún bene-
ficio que recibió de Cesar
Augusto. Estas equivocacio-
nes se han originado de las
cifras C. CA. y C. C. A. que
estos Autores interpretaron
falsamente Colonia Calagur-
debe leerse Colonia Ccesar-
augusta como confiesan ya
todos los Antiquarios per-
suadidos de la combinación
de las dichas medallas cou
las que ponen entero el nom^
bre de Zaragoza. '■
CAPITULO V.
MEMORIAS BE CALAHORRA DESDE
la venida de los Romanos hasta su destrucción
por Pompeyo ó Afranio su Legado,
■A
NTES de establecer
las noticias que se
hallan en los Escritores an-
tiguos concernientes á Ca-
lahorra , no puedo menos de
examinar un suceso muy par-
ticular , que escriben mu-
chos, respetivo al tiempo en
que Aníbal dominó á los Es-
pañoles. El Maestro Pedro
de Medina en su libro de las
grandezas y cosas memora-
bles de España impreso pri-
meramente en Sevilla año de
1543. y después en Alcalá
año de 1566. lo refiere en
el cap. 15-. en esta forma:
Dice Tito Livio , que quan-
do aquel esforzado Capitán
Cartaginés llamado Aníbal
pliso cerco sobre esta Ciu-
Tom, XXXI II,
dad (Calahorra) estubo tan-
to tiempo sobre ella , que
los de la Ciudad acabaron la?
provisiones que en ella ha-
bla , y manteníanse de la
carne de los hombres que
mataban del Real , y los que
á ellos mataban , poníanlos
en la cerca arrimados al
muro , y á las almenas , y
por el temor de estos que
vian arrimjados á la cerca,
no osaban los áe\ Real alle-
gar á los de la Ciudad,
hasta que siendo ya todos
les de la Ciudad miUertos,
y los del Real viendo algu-
nos dias; las puertas sin
gente, y no viendo ningu-
na dentro, ni que sallan á
ellos ; aunque con tenioi
E Aiii-
34 España Sagrada.
Aníbal entró dentro por una
puerta que era cerfca' del
rio , é yendo por una calle
vido á un cantón dos espa-
das desnudas combatiéndose
]a una con la otra , y echa-
ban muchas centellas de
fuego de . los golpes que
se daban , y llegando á
ellas , maravillóse de ver
como se combatían por sí,
que ninguna persona las
maddábyi y'víó cerca de
ellas un hombre viejo caido
en la calle , y preguntóle
que donde era la ge.ite de
la Ciudad. El le dijo como
todíps eran , muertos de ham-
bre,, y mostró un pedazo
de carne de hombre , qué
trahia en el seno asado , de
que. comía. Estas dos espa-
das dejó Anibal por armas
é insignias í/e está Ciudad.
2 La autoridad de Li-
vio , con que el M. Medina
publicó el suceso sin citar
el lugar de este antiguo y
grave Historiador , ha sido
bastante para que otros lo
crean , y repitan en sus es-
critos. El escudo de armas,
con que se distingue é ilus-
tra Calahorra , puede tra~
herse también para confir-
rrncion del mismo caso. Por
que en él se representan
Trat. 69. Cap. 5.
dos brazos desnudos com-
batiéndose con dos espadas,
que centellean fuego : y la
Ciudad se figura en una mu-
ger , que en su mano dere-
cha tiene una espada des-
nuda, y en la izquierda me-
dio brazo humano , con es-
ta ietra : Prevalecí contra
Cartago , y Roma. El p.
Anguiano en su historia de
la Rioja ajustó á esta em-
presa la maravillosa visión,
que se dice haber tenido
Aníbal , quando entró en
la Ciudad ; pues aunque Me-
dina , á quien cita , escribió
que este famoso Cartaginés
vio dos espadas desnudas
comb:itiendose por sí solas,
él añadió los brazos pelean-
do reciamente el uno con-
tra, el otro, conforme se
representan en el blasón con
¡que cree engrandeció Aní-
bal á Calahorra, asi que la
dio nuevos pobladores.
3 Si el referido Medi-
na no es Autor de esta es-
pecie , ignoro qual sea su
verdadero origen. Lo cier-
to es , que ninguno de los
antiguos hizo memoria de
un suceso tan extraño , y
que por esta razón debe
atribuirse á alguno de Jos
muchos , que en los últimos
si-
Memorias de Calahorra. 3 5
siglos se emplearon en ven- acometieron los Celtíberos á'
der al vulgo las mas ridicu-
las y fabulosas invenciones.
Anibal jamas emprendió la
conquista de Calahorra. Su
imperio mientras se detubo
en España se redujo á ia
costa del Mediterráneo ,á
los Olcades, Carpetanos y
Vaceos. Tampoco se apode-
ró de aquella Ciudad , quan-
do pasó á las guerras de
Italia , porque como consta
de Livio , sus primeras jor-
nadas después de salir de
Cartagena, se dirigieron por
la Edetania, por la qual
región pasó con su eger-
cito el Ebro llegando á los
Uergetes á quienes sujetó
con otros pueblos del otro
lado del rio. Habiéndose
pues hecho estas conquistas'
en brevisimo tiempo , como;
pondera Polybio, y á la otra
parte del Ebro,se infiere evi-'
dentemente que es muy fal-
sa la sujeción de Calahor-
ra después de un asedio tan
largo, que obligase á sus
vecinos á comerse unos á
otros.
4 La primera mención
que se halla de Calahorra
es la que hace Livio en su
lib. qo. cap. 21. dcnde refie-
39. cap.
re , que junto á esta Ciudad
los Romanos, en la qual ba-'
talla 'mataron estos doce mil
Españoles, y cautivaron mas
de dos mil.' De este lugar se
infiere , que en el año 568.
d é ■' Ro m a esf a ba' Cal ah o r ra
sujeta al Imperio ; porque
los Celtiberos salieron de su
región , y fueron á provo-
car á los Romanos con el
fin de pelear contra ellos,
como lo ejecutaron en el
Campo contiguo á la mis-
ma Ciudad. Y de aqui se
puede colegir también, que
los Vascones de este lado
del Ebro eran de los pue-
blos asociados al Imperio,
cuyos campos talaban los
Celtiberos, de quienes, y de
los Lusitanos escribieron al
Senado los dos Pretores C.
Atinio y L. Manlio, que es-
taban en armas , y hacían
at]uel perjuic'o. Livio lib*
39. cap. 7. Per idsm. tempus
(esto es al fin del año de
567. ) tribu7ii militum dúo
ex duabus Hispaniis cum
liíteris C. Atinii & L. Man-
l'ú , qid eas provincias obti-
nebait , vencrunt. Ex iis
co^nkum est , Celtiberos^ Lu-
sitanos que in armis esse^ &
socii rwn agros popular i,
S La n-,emoria mas cé-
E 2 le-
3 6 España Sagrada.
lebre de esta Ciudad es la
<3ue hacen los Escritores an-
tiguos, que trataron de las
guerras de Sertorio. Este fa-
moso Caudillo perdió casi
todo su egercito en la ba-
talla que dio á Pompeyo cer-
ca del rio Thuria ( hoy Gua-
dalaviar ) en las comarcas de
Valencia. Viendo tan desba-
ratadas y extenuadas sus
fuerzas , determinó retirarse
á Calahorra con animo de
guarecerse dentro de sus
muros, y de rehacerse de
nuevo egercito , á fin de
continuar sus empresas con-
tra Pompeyo y Mételo. Es-
te hecho de Sertorio es efi-
cacissima prueba asi de la
benevolencia , con que era
amado de los Calagurrita-
cos , como de la fortaleza
de Calahorra: pues siendo
de su partido las mas Ciu-
dades de España, la esco-
gió entre todas para su de-
fensa , y para reparo de su
poder sumamente debilita-
do en la espresada batalla,
6 Plutarco no declara el
nombre de la Ciudad , y so-
lo dice , que Sertorio se
acogió á un pueblo mon-
tuoso y fortalecido : y aun-
que lo primero no convie-
ce con la mayor propriedad
Trat.óg, Cap, j.
á Calahorra , con todo eso
se puede verificar por ra-
zón de la punta ó colina
sobre que está situada. Lo
cierto es , que las guerras
ultimas de Sertorio fueron
en la Calahorra de los Vas-
cenes , como consta del tes-
timonio expreso de Strabon,
que habiendo mencionado á
Lérida y Huesca ciudades
de los Ilergetes dice; In
his urbíhus postremam bel-
Ji partem Sertorius confe-
cit , S Calaguri Vasconum
urbe,
7 Lo prim^ero , que Ser-
torio hizo en Calahorra se-
gún Plutarco, fue cerrar por
todas partes sus murallas,
y fortalecer sus puertas; en
lo que como en otras co-
sas se portó con singular
astucia , porque creyeron
sus enemigos , que su inten-
to era solo mantenerse den-
tro de la Ciudad , y defen-
derse desde ella, siendo muy
diversa la idea de Sertorio.
Consintió éste , que Pompe-
yo y Mételo cercasen á Ca-
lahorra , y mandando á al-
gunos que saliesen de la
Ciudad fingiendo que huian,
sus contrarios no entendie-
ron el ardid , y les permi-
tieron ir libres j y juntar
un
Memorias de
un grueso egercito por los
pueblos que seguían el par-
tido de Señorío. Entretan-
to que estos reclutaban sol-
dados , hizo Sertorio algu-
nas salidas con su gente , y
quebrantó las fuerzas de los
que le tenían asediado , co-
mo se refiere en el Epito-
me del lib. 92. de Livio:
Obsessus deiiide Calagurii
Sertorius assiduis eruptioni-
hus non levlora damna ob-
Sídentibus intulit. Sus lega-
dos le dieron luego aviso
de como tenían ordenado
un buen egercito ; lo qual
cabido tubo modo de salir
de Calahorra , y de ir por
medio de los enemigos en
busca de su gente. El P. Ma
riana escribe , que en esta
salida perdió Sertorio tres
mil de los suyos ; pero lo
contrario se colige de Plu-
tarco , que hablando de este
caso dice : Quod poitquam
ti significavere , ex facili
per medios e lapsus b os íes
ecnjunxít se cum sms. El
nuevo socorro de las Ciuda-
des amigas de Sertorio , y
las disposiciones que éste
dio en orden á prohibir que
por alguna parte viniesen á
los Romanos los víveres y
lefuerzos que necesitaban,
Calahorra, 3 7
bastaron para que Pompeyo
y Mételo recelosos de su
total destrucion desistie-
sen del cerco de Calahorra,
y se retirasen á partes muy
distantes y diversas : Quos
etiam ab obsidione Calagu-
rii oppidi depíilsos coegit di'
versas regiones petere , Me-
tellum ulterior em Hispaniam^
Pompcjum Gallianu
8 Sertorio se hizo tan
formidable á los Romanos
con estas vidorias , que al-
canzó de ellos , ayudado de
sus amigos y especialmen-
te de los Calagurritanos
mientras estubo cercado en
Calahorra , que desde en-
tonces comenzaron á temer
grandemente aquellos dos
poderosos y esforzados Ca-
pitanes Pompeyo y Mételo.
La Ciudad de Roma se vio
en esta sazón tan afligida,
que se decia publicamente,
que antes habia de llegar á
Italia Sertorio que Pompeyo,
á quien el Senado habia en-
viado á España con el ú^s»
tino de concluir la guerra
contra aquel enemigo del
pueblo Romano. Mételo de-
sesperado ya de poder ven-
cerle con las armas , pro-
puso grandísimos premios de
dineros y heredades al ciu-
da-
•38 España Sagrada,
•dadano de Roma , que qui-
tase la vida á Sertorio. Plu-
tarco después de haber re-
ferido es;a guerra de Cala-
horra , escribe este hecho
de Mételo con estas pala-
bras : Quantum vero hunc
virum exhorruerit Mete/lus,
& quanti fecerit ^ declara-
vit hac re ; siquidem pro-
nunciavit in caput ejus , si
civis Romanus illum inter-
fecisset prceviium centum ar-
genti talcnta , & agruní vi-
ginti millium jugerum ; si
exul , rcditum in patriam.
9 Apiano Alejandrino
trae en el lib. 2. de Bellis
CiviL otra batalla , que los
deí partido de Sertorio die-
ron á Pompeyo en Calahor-
ra hasta donde le fueron
siguiendo desde Palencia,
tjuando le hicieron levantar
el cerco de esta Oiudad,
y salir de la tierra de los
Vaceos. También en esta
ocasión vencieron los Ser-
torianos matando tres mil
de los Romanos : Sertoria-
v.i , rcparata mxnium par-
te , quce corruerat , hostem
Trat.69, Cap. 5.
ad Cálas^ürrim adepti occi^
deruní tria millia,
10 Aun lue las cosas dé
Sertorio mudaron de sem-
blante después de los suce-
sos prósperos que he refe-
rido , y por esta razón le
desampararon muchos de los
suyos , los Caiagurritanos
se mantuvieron constantes
en su amistad. Ni se acabó
en sus pechos el amor que
le tenían, con la desgracia-
da muerte , que le sobrevino
poco tiempo después oor la
conjuración de Perpena, Ha-
llóse cerca de Logroño una
piedra de aquel tiempo , en
que se vio gravada esta fé
y lealtad de los vecinos de
Calahorra. Y aunque Gru-
tero pone su Inscripción en-
tre las espurias y supuestas,
me parece debo copiarla
aquí en vista de que otros
Escritores muy diligentes
en el reconocimiento de las
Antigüedades la tienen por
legitima , y de que el citado
Antiquario no da razón algu-
na con que se pueda justificar
su sospecha. Dice pues asi:
DIIS
. j ,, :, jMfinpvias de Calahorra. 39
'■'"'/' DlIS.'^MANIBVS.
Q. SERTORII.
:Me . Bebrici vs. Galagvrritanvs .
Devovi .
arbitratvs .
Religionem. ESSE.
EO . SVBLATO .
QVI . OMNIA .
'¡:-lfym:^:m^ ■, immortalibvs .
commvnia . habebat .
me . incolvmem.
retiñere. animam . ; ;
Vale . viator . qvi. haec.legis. í
et . meo . disce . exemplo . ; ;'
FIDExM . SERVARE .
IPSA . FIDES .
ETIAM . MORTVIS. PLACET .
CORPORE . HVMANO . EXVTIS .
Am-
V 4 o E sp oiña Sag rada
II Ambrosio de Mora-
les la tradujo con esta ele-
gancia. Yo Bebrício , natural
de Calahorra , me ofrecí á
la muerte por ir en compa-
ñía del alma de Quinto Ser-
'íoríoi Porque tube por caso
contra religión detener mas
mi alma dentro en el cuer-
po , después de muerto aquel
que no tenia cosa que no fue-
se divina. Ve en buen hora
tú que pasas y lees esto , y
aprende en el egemplo que te
dejo , guardar siempre fé , y
lealtad. La lealtad también
agrada á los muertos, aun des-
pués que han salido de la vida.
12 ' Muerto Sertorio , y
vencido Perpena, se entre-
garon á Pompeyo las Ciuda-
des de la España Citerior , á
excepción de Osma , y Cala-
horra , cuyos vecinos qui-
sieron dar las' ultimas prue-
bas de su amor á Serto-
rio, siguiendo la máxima de
Bebricio de que la fé es
mas fírm'e que la vida , y
agrada aun á las almas que
salieron de los 'cuerpos. Ca-
lahorra fue tan obstinada en
esta pasión , que no se aca-
bó su fidelidad de otra ma-
nera que muriendo todos sus
habitantes , como constará
de lo que diremos ahora.
Resistiéndose , pues , á los
Romanos , la cercaron éstos
con un egércíto grande , y
poderoso. Acerca del Capi-
tán hay variedad en los Es-
critores antiguos ^ expresan-
do unos á Pompeyo , y otros
á Afranio. Julio Exuperan-
ció, y Valerio Máximo nom-
bran al primero. Paulo Oro-
sio , y otros , al segundo;
aunque no es improprio atri-
buir á Pompeyo lo que hizo
Afranio , á quien él crió con
su dodrina , y tubo después
en España por su Legado»
13 El cerco de Cala-.
horra duró tan largo tiempo,
que los vecinos llegaron á
consumir la provisión que
hablan hecho de todo géne-
ro de víveres, previendo la
necesidad en que se veriaii
por no sujetarse á los Ro-
manos. Sin embargo no se
dieron por vencidos ; pues
para perseverar mas constan-
tes en la fé de Sertorio , y
frustrar el intento de Afranio,
determinaron mntar sus pro-
prios hijos , y mugeres , de
cuyos cuerpos hicieron ce-
ciiía para que les durase mas
la horrible vianda á que los
obligaba el hambre.
14 Valerio Máximo no
halla palabras con que enca-
re-
Metnorias de Calahorra. 41
recer la impiedad de los Ca- tajaban á las serpientes , y
lagurritanos en este hecho.
Dice , que la execrable cruel-
dad de estos excedió gran-
demente la feroz pertinacia
de losNumantinOs en el cer-
co de Scipion. Que la juven-
tud armada de esta Ciudad
alimentó sus entrañas con
sus proprias entrañas , no du-
dando salar para este fin las
mismas carnes que ellos ha-
bían engendrado. Que nadie
podria exhortar á los Cala-
gurritanos á pelear fuerte-
mente por la vida de sus mu-
geres, é hijos , como lo hi-
cieron otros pueblos , y Na-
ciones , pues ellos mismos los
mataron para su proprio sus-
tento. Que mas debia Pom-
peyo castigar,que trabajar en
vencer á unos hombres que
en materia de fiereza se aven-
fieras ; porque estos anmia-
Tes exponen su vida , por de-
fender la de sus hijos , y los
de Calahorra se sirvieron de
sus hijos comiendo y cenan-
do sus cadáveres.
15 Juvenal en la Sátira
15- V. 93. hablando también
de este caso , y haciendo co-
tejo de la fiereza de los Ca-r
lagurritanos con la de lo»
que habitaban una Isla de
Égypto llamada Tentyra,
disculpa en parte á aquellos,
exponiendo que no comieron
carne humana por costumbre
como los Tentyritas ,sino so-
lo quando consumidas todas
sus vituallas fueron puestos
en extrema necesidad por la
guerra , y el largo asedio de
los Romanos.
Gascones ^ut fama est ^ alimentis talihus usi
Produxere animas : sed res diversa , sed Ulia
Fortunce invidia est , bellorumque ultima^ casus
Extremi , longce dirá obsidionis egestas.
Hujus eriim , quod nunc agitur , miserabile dehet
Exemplum esse cibi: sicut modo didia mihi gens
Post omnes herbas^ post cundía animalia quidquid
Cogebat vacui ventris furor , hostibus ipsis
Pallorem , ac maciem , ac tenueis miserantibus artus
Membra aliena f ame lacerabant ^esse parati
Et sua. Quisnam hominum dare^ qiiisve deorum
Urbibus abnuerit dirá , atque immania passis'i
Tom.XXXUL F Et
42 España Sagrada» Trat. 69. Cap. 5.
Et quibus ipsorum poteravt ignoscere mane
Quorum corporibus vescebantur,
16 Prosigue luego el Poe-
ta Satírico diciendo , que
enmedio de tan grave nece-
sidad no era licito el hecho
de los Calagurritanos , y que
debia seguirse la doélrina de
Zenon , Principe de los Stoi-
cos , en la qual no se per-
mitía conservar la vida por
medios tan inhumanoí». Pero
escusalos otra vez haciendo
presente , que los de Cala-r
horra no podian saber los
documentos de la seda Stoi-
ca en aquel tiempo tan re-
moto del suyo, jbi,¿ij
Melhis nos
Zenonis prcecepta monent, Nec omnia qu^edam
Pro vita facienda putat. Sed Cantaber mide
Stoicus antiqui prcesertim cetate MetelW^
17 Escusalos finalmente
con el egemplo de Sagunto,
Ciudad nobilísima , y fidelí-
sima , la qual se vio en la
misma necesidad , quando
Aníbal la tubo cercada por
ocho meses.
Nobilis Ule i amen popuJus , quem diximus , & par
Virtute atque fide ; sed majar clade Saguntus
Tale quid excusar.
18 Los Comentadores de
Juvenaí entendieron el nom-
bre de Vascones por los pue-
blos de la Vasconia en gene-
ral; pero el Pcer.;3 debe in-
terpretarse de los Calagurri-
tanos solos , como es patente
en todos los Historiadores
que hablan de este caso.
Proponen también las opinio-
nes de varios Autores acerca
del Capitán que los cercó; y
ellos sostienen que fue Mé-
telo , movidos de aquellas
palabras : Antiqui prcesertim
cetate Metelli ; en lo qual
sienten contra el universal
consentimiento de los anti-
guos , que como dije antes,
convienen en que Pompeyo
ó Afrjnio su Legado puso el
cerco á Calahorra. Ni con-
tra-
Memorias de
tradice Jüvenal en la men-
ción de Mételo , porque su
intento solo era señalar la an-
tigüedad de este suceso , el
qual corresponde sin duda al
tiempo del Capitán mencio-
nado , que juntamente con
Pompeyo peleó por los Ro-
manos contra el famoso Ser-
torio.
19 De este mismo suce-
so de Calahorra se cree es-
cribió Salustio en el lib. 3.
de las Historias, en que trata
de Sertorio , donde se encu-
entra este fragmento : Parte
consumpta , reliqua cadave-
rum ad diuturnitatem usus
fallerent. Por lo qual Dou-
coe afirma , que estas pala-
bras debian ponerse en las
ediciones de Salustio después
de la epistola de Pompeyo,
que se escribió antes del su-
ceso mencionado en este iu-
gar.
20 Los Calagurritanos
después de haber sufrido un
asedio de muchos meses;
después de haber padecido
una hambre tan cruel , que
puso en olvido todas las ham-
bres de que se tenia memo-
ria , pasando por esta razón
á ser proverbio , como lo era
antes la Saguntina , quando
se quería exagerar la ham-
Calahorra, 43"
bre , que llegó al grado de
extremada ; después en fin de
haber comido sus proprios hi-
jos, y mugeres, casi consumi-
dos ya de la necesidad y des-
tituidos de todo socorro fue-
ron forzados á entregarse á
los Romanos. De aquí puede
colegirse , que Calahorra era
en aquel tiempo una de las
Ciu lades mas valientes y
fortificadas , pues no pudo ser
vencida con la fuerza exte-
rior del egército Romano ; y
fue necesario rendirla por
medio de un enemigo inte-
rior que consumiese á sus mo*
radores, yde quien dijoVege-
cíoi Ferro scevíor fames est*
21 Acerca de la suje-
ción de Calahorra , y de lo
que Pompeyo , y Afranio hi-
cieron después de apartarse
de esta Ciudad, escribe Lu-
cio Floro, bajo la misma ex-
presión que de la conquista
de Huesca , Termes , y Tu-
cia : Tum illis , dice , ad po-
pulationem aarorum , bis ad
urbium excidia conversis^
misera ínter Romanos His^
panla discordice posnas da-
bat , doñee oppresso domes^
tica fraude Sertorio , vi&o,
deditcque Perpenna , ips¿e
queque in Romanam fidem
venere urbes Osea , Termes^
Fa Tu-
44 "España Sagrada,
Ttitia , yalentin , Auxima^
& infame nihil non experta
Cúlaguris, Añade luego, que
viniendo las Ciudades aqui
expresadas á la fé de los
K orna nos , se verificó que es-
tos se pacificaron con la Es-
paña : Sic recepta in pacem
riispania. De aqui podia
alguno inferir , que es falso
lo que vulgarmente se escri-
be sobre la total destrucción
de Calahorra; porque si esta
Ciudad vino, aunque después
de una larga , y obstinada
resistencia , á ser amiga de
]os Romanos ; y si estos la
admitieron pacificamente á
su amistad , como insinúa
Floro , parece que lejos de
destruirla enteramente , la
recibirían bajo de su protec-
ción como lo acostumbra-
ban con los pueblos con quie-
nes trababan amistad , según
aquello de Cicerón , lib. i. de
Offic. cap. II. In quo tan-
t opere d nostris justitia cul-
tá est , ut ii , qiii civitates
a^t nationes bello devidias
helio in fidem recepissent^ea-
rum patrcni essent more ma-
jorum.
22 No obstante lo dicho,
se ha de tener por cierto,
que Pompeyo , y Afranio te~
nian tal encono contra Ca~
Trat.69. Cap. 5.
lahorra , que no satisfechos
con la hambre que los Cala-
gurritanos padecieron duran-
te el cerco, la qual movia á
conmiseración á los mismos
enemigos , como dice Juve-
nal, abrasaron la Ciudad , y
pasaron á cuchillo á todos
sus moradores. Julio Exupe-
rancio, Historiador antiquísi-
mo , aunque de edad incier-
ta dice , que Pompeyo aso-
ló áOsma , Clunia , y Cala-
horra : Postea Pompejus Per-
pennam subegit , Auxum^
Clunium , Calagurrim civita-
tes delevit. Paulo Orosio tes-
tifica , que Pompeyo echó
por el suelo á Osma , y que
Afranio quemó á Calahorra,
y mató á sus habitantes : Ci-
vitatibus vero cunctis ultro^
ac sine mora per deditionem
receptis , duce tantum resti-
terunt Uxa-ma , & Calagtiris^,
quarum Uxamam Pompejus-
evertii ^Calagurim Afranins
jugi obsidione confeGiam , at-
que ad infames escás mise-
randa inopia coadiam ultima
ccvde , incendicque delevit.
Por lo qual no comprehendió
á Calahorra la equidad que
Cicerón enseña haber obser-
vado los Romanos coq las
Ciudades vencidas , que ellos
admitían á su amistad , sino
el
Memorias de Calahorra. 45
el rígí)r con que acostumbra- crudeles in bello , nec'imma
ban castigar á las que fueron
demasiado crueles , y obsti-
nadas , de lo qual escribe el
mismo Cicerón de este mo-
do : Parta autem vidtoria^
fonservandi sunt ti , qui non
fies fuerunt :ut nmjores nos^
tri Tusculanos, Mquos^ Vols-
eos , Sabinos , Hernicos in
Civitatem etiam acceperunt;
at Carthaginem , S Numan-
tiam funditus susüuléruüt^^''^
CAPITULO VI.
MEMORIAS BE CALAHORRA
desde su reedificación.
. iTPVEspues que Pompe-
X-^ yo sujetó , y paci-
ficó toda la España Citerior^
puso sui! conato en reconci-
liar consigo á los Vascones,
^ue eran los mas devotos á
^ertorio , y se hallaban re-
sentidos con el triste fin
que acababa de tener Cala-
horra , Ciudad la mas noble
y belicosa de su -región,; A
este fin les hizo muy. seña-
lados, beneficios ; y como en
recompensa de la insigne po-
blación- que hablan perdida,
les fundó otra Ciudad , á
qviien dio el nombre de Porii-
pejopolis , que como dice
Strabon se interpreta Ciu*
dad de Pompeyo. Por este
ipedio consiguió el amor; de-
los Vascones , que estos mos-
Uarqn después, en la guerrai
Civil , que se encendió entre
él , y Julio Cesar.
- 1 Concluida la guerra
Civil , y vencidos los hijos
de Pompeyo , procuró el Ce-
sar ganar la voluntad de los
Españoles , haciendo merce-
des á diversos pueblos, co-
mo consta del testimonio de
Dion.Dió muestras de sin^
guiar benevolencia ai'in á laS
gentes que habiendo segui-
do el partido de Sertorio, y
luego el de Pompeyo, le
ofrecieron fidelidad y obe-
diencia. Es buena prueba de
su amor para con los Lusi-''
taños , a quien el mismo Ce-
sar llama Beneficiarios de
Petreya , Legado de Pompe-
yo ,'la:;Ciudad de Ebora, que
para memoria de los privile-
gios que U concedió , se lla-
mó
46 España Sagrada
jTÓ desde, este tiempo» ¿i-
beralitas jitlia , como cons-
ta de una Inscripción que tu-
bo en su poder Resende , y
publicaron Jacobo Metieses
Vasconcelos , y Ambrosio de
IVIprales. Igual expresión de
su cariño recibieron los Vas-
cones ; pues entonces se re-
edificó su Ciudad de Cala-
horra coF^ los > derechos ^de
Ciudadanos de Roma ,' y c}e '
Municipio , llamándose por '
esta razón con el sobrenom-
bre de Juiia. -Poblóla de los
Colonos R(:m:mos , que esta-
l^leció en España,- los quales
^ran también ' de ios qiie Ll-
vio menci'si^na. .hablando' de
Empurias : t^niím gemís
Rornani Coloni ab Vivo Ce-
bare post dcviGios Pompeji
Uiferos adjecii. Algunas de
ías' familias que. se avecin-
daron en Calahorra, queda-
ron gravadas en las meda-
llas de esta Ciudad ; por las
quales consta , que fueron de
las mas ilustres , pues se ha-
llan los apellidos de Valerio
Bosthumio, Emilio, Antonio,
Fabio,Memmio,&c. que son
de los mas antiguos , y no-
bles ;de los Romanos.
:.^ Recibió Calahorra su
niayor lustre y honor en el
Imperio de Augusto; Este;
. Trat.óg, Cap. 6.
Emperador, vi^no á España
al fin del 3^0*727. de Ro-
ma , como escribe Dion , y
puso orden y concierto en
el gobierno de estas Provin-
vincias. Entonces , pues , con •
decoró á muchas Ciudades^
en especial de la España Ci-
terior , que él habia tomado
á su cargo con la Lusitania,
dejando al Senado , y pue-
blo Romano ia Andalucía,
alegando que ésta se halla-
ba pacificada del todo , y
sin necesidad de guerra pa-
ra conservarse bajo del Im-
perio. No tocó pequeña par-
te de las mercedes qiie hizo'
en esta ocasión á la Ciudad
de Calahorra. Concedióla'
primeramente el privilegio
de batir moneda , del que
usó tan repetidas veces , que'
hoy es una de las Ciudades
mas conocidas por la copia
de sus medallas que se en-
cuentran en los gabinetes,
y en las Colecciones que han
publicado los Antiquarios.
Hasta ahora no se ha des-
cubierto alguna anterior al
referido Emperador ; y to-
das las que tienen el nom»
bre de éste, le expresan con^
el de Augusto ; lo que es una;
prueba evidente de que Ca-
lahorra obtuvo este fuero'
des-
Memorias de
después del año dicho en que
el Senado coiljcedip alQesar
aquel glorioso ^renomWe.
4 Desde el mismo Im-
perio de Augusto representa
esta Ciudad en sus monedas
haber sido su gobierno con-
forme al de Roma su C^ipi-
tal. En casi todas gravó los
nombres de sus Duumviros,
que eran el Supremo Magis-
trado , y tenían á s\i cafgo
los principales negocios de
la República. Es muy pro-
bable que el Duumvirato de
Calahorra fue tan honorífi-
co, que Cesar Augusto no se
desdeñó de aceptarlo , como
parece por la medalla que
trae el Rmo, Florez en el
tom. I. de su Colección , Tab.
13. num.2. la qual tiene el
rostro del Emperador , y los
nombres de Cayo Mario , y
Marco Valerio , que subs-
tituían la dicha dignidad.
Alguna vez se nombra la
Curia ó Senado de Calahorra
en las medallas que contra-
marcó ó sobresello con dos
DD. indicando que está di-
visa se puso por mandado ó
Calahorra* 47
Decreto de los Decuriones.
Hallase también la dignidad
de sus Ediles , á quienes per-
tenecía el cuidado de los
edificios , caminos , Templos,
y juegos póblicos. Véase el
tom. cit. Tab, 13. num. 5.
10. y ir.
5 El mismo Cesar Au-
gusto hizo sumamente reco-
mendable el nombre de Ca-
lahorra con el grande con-
cepto que formó del valor,
y lealtad de sus vecinos,
honrándolos y distinguiéndo-
los entre todas las gentes de
su vastísimo Imperio con el
oficio de Guardias ,i,y Defen-
sores de su vida por todo el
tiempo en que corría mas
nesgo , esto es , hasta que
venció á Antonio. Además
del Esquadron que tenia
destinado á este fin , puso
soldados Calagurritanos en
las Legiones que él estable-
ció el primero. Smetio , y
Grutero traen una Inscrip-
ción , de la qual constan los
nombres de algunos. Dice
asi:
AVRELIVS. T. F. CAL
vos. CAL MIL. LEG.x.
GEM. ANN. XL. STÍP. XVIII
ET.
48 España Sagrada. Trat. 69. Cap. 6.
ET. M. AVRELIVS. T. F
GAL. FESTVS. CALAG
ANN. XXXVIII. STIP. XVII
ET. AVRELIVS. FLAVLF
FLAVIANVS. LIXA. ANN
XVIII. HIC. SÍTL SVNT
S. V. T. L. H. F. C.
6 Don Gregorio Mayans
en su Tratado de Hispana
progenievocis C/r,pag.53. es
de pirecer , que esta Ins-
<:ripcion debe interpretarse
de soldados Calagurritanos,
que acompañaron á Augus-
to, y custodiaron su cuerpo.
No trae razón alguna en
prueba de su diélamen ; y es
de presumir , que se funda-
se en la abreviatura STIP.
leyendo acaso Stipator. Pe-
ro se ha de advertir , que
en ésta, y otras Inscripcio-
nes puestas para memoria
de los que militaron, debe
leerse i'í/p^/? í//í<?, significándo-
se con esta voz los años que
siguieron la Milicia; de ma-
nera , que lo mismo es decir
que los Calagurritanos nom-
brados en esta Inscripción
merecieron i8. o 17. esti-
pendios , que decir que mi-
litaron otros tantos años. En
este sentido escribe Corne-
lio Nep. de Catón , que me-
reció el primer estipendio
siendo de edad de 17. años.
Véase también Tácito, Annal.
I. 36. Y Grutero , pagg.
DLXXIlí. DLXXIV. DL-
XXV. donde se hallan otras
Inscripciones , en que se po-
ne la voz de Estipendios c:)n
todas sus letras. Por tan:o,
no se pone
!a abreviatura
STÍP. en el ultimo que se ex-
presa en la Inscripción ; por-
que no teniendo sino 18. años
de edad , no habia acaso mi-
litado antes del año 18. y
era éste el primero de su
milicia.
7 La suntuosidad de Ca-
lahorra fue por este tiempo
correspondiente á su digni-
dad.
Memorios de
dad , y á los honores muni-
cipales , y militares de sus
vecinos. Los vestigios que se
mantienen de sus antiguos
edificios en la parte que hoy
sirve de heras , muestran
que se estendia mas que aho-
ra acia la parte septentrio-
nal. Por este mismo lado se
descubren los rastros de un
célebre aqueduélo , cuya ar-
gamasa indica haber sido
fábrica de aquellos siglos re-
.motos. Es difícil averiguar
de qué rio ó fuente venian
dirigidas por él las aguas pa-
ra el uso de los Ciudadanos,
afirmando Moret que se tra-
ían á gran costa desde las
montañas de Navarra de acia
]a Berrueza , por verse sobre
€l Ebro algunos trozos de
puente o aquedudo. Pero no
puede dudarse que esta obra
se iiizo á costa de muy gran-
des expensas, por las muchas
dificultades que se ofrecían,
á causa de la elevada situa-
ción de la Ciudad , y que tío
pudieron vencerse, sino con
arcos muy fuertes y altos.
8 Es también buen argu-
mento de la magnificencia
de Calahorra el Circo que se
hizo en tiempo de los Ro-
manos para los espedácu-
los , y juegos públicos cerca
Tom, XXXIíl.
Calahorra,
4^S^
de la puerta oriental del ca-
mino para Logroño. Sus pa-
redes son de ladrillo , y ar-
gamasa ; de las quales se con-
servan tan claros vestigios,
que con mediana diligencia
podria descubrirse la forma
y construcción del Circo , y
la distribución de sus par-
tes por lo mas bajo del edi-
ficio. Sa longitud es de 489.
pasos ordinarios; y geomé-
tricos , 244. y medio. Su li-
titud de 1 16. y geométricos,
io3. Sus paredes tienen de
grueso 22. pies comunes, con
disposición para las gradas,
que servían de asiento á los
que concurrían á los juegos.
9 El P. Moret , fundado
en que pocos años antes que
él escribiese se descubrieron
en el Circo muchos aqueduc-
tos de plomo, dice , que los
juegos que en él se celebra-
ban eran los que se llarftaban
Nauma^uias , por ser cierta
imitación y; -remedo de las
batallas Navales. Pero- fuera
<de ^ue no consta haberse
acostumbrado en España es-
te género de espectáculo , no
se hace verisímil que ei Cir-
co de Caiahorra estubíese
destinado á esta diversión en
vista de que siendo necesa-
ria para lá Naumaquia gran
G co-
Jo España Sagrada,
copia de agua , carecería el
pueblo de la que necesitaba
para su uso , por no ser el
aquedudo , como se recono-
ce en sus vestigios, tan capaz
que pudiese llenar ei Circo,
abastecidos juntamente los
Ciudadanos. Aun los Empe-
radores de Roma , quando
daban las Naumaquias , te-
nían el cuidado de no pri-
var al pueblo del agua que
era de sa uso ; por lo que,
ó se celebraban aquellos jue-
gos cerca del Tiberis , ó se
traían para este fin aguas
.qiue; por sus malas calidades
no /pudiesen servir al públi-
co, como de Augusto lo ad-
vierte Julio Frontino en su
lib. I. Asi , que basta decir,
que el Circo Calagurritano
-se fabricó, par a los juegos
que 4e]-J:ií2af- en que se ha-
.q\^Sí ^^ ' 4ij<¿roa Circenses.
•. to-> Mdhüdel en su Di-
sertación histórica de las
Med. antvde España afirma,
fque',est4. Ciudad podia ala-
-barse de- haber celebrado
como Roma los juegos Me-
galenses , instituidos para
culto y obsequio de la diosa
Cybel.es, Lo mismo sostubo
antes Vaillant , declarando
de^ estos juegos dos mone-
das de Calahorra , que el
Trat. 69. Cap. 6.
Rmo. Florez reprodujo en su
tom. I. de Med. Tab. 13. nu-
mer.4. y 5. Afirman , pues,
los Autores citados , que las
dos Ciudades Roma , y Cala-
horra tubieron los referidos
juegos , aquella en honor de
la Madre de los dioses ; y
ésta en memoria de Scipion
Nasica , que los instituvó y
celebró á expensas suyas
por espacio de diez dias.
Nuestro erudito Florez im-
pugna el fundamento de Vai-
llant por lo respectivo á la
medalla del num. 4. de la
Tab. cit. porque poniendo en
ella los nombres de los Du-
umviros L. Prisco , y C.
Brocho , se colige que no ha-
ce relación á fiestas públi-
cas, sino á sacrificios; pero
consiente en que la medalla
del num. 5. puede interpre-
tarse de los expresados jue-
gos, por estar gravados en
ella los nombres de los Edi-
les , á cuyo cargo estaba la
recreación del pueblo.
II Es muy creíble que
la Ciudad de Calahorra ba-
tió la medalla del num. 5.
agradecida á la ostentación
y gastos de sus Ediles Cayo
Valerio, y Cayo Sextío en los
juegos solemnes que celebra-
ron. Asimismo es verisimil
que
Memorias de Calahorra, 5 1
qae estas fiestas tubieron a!u- líos juegos al dios Júpiter,
:ipion,
gravado
sion á P. Cornelio S
pues en el rostro
en la moneda se pone el
nombre solo deNasica , que
como vimos antes es comm
á la Ciuaad que conquistó
siendo Pretor en España. Pe-
ro yerran mucho los Auto-
res citados , estableciendo
que Scipion celebró los jue-
gos Megalenses , y fue el
inventor de ellos ; y consi-
guientemente en afirmar que
Calahorra los renovó para
memoria del mismo Nasica.
Tito Livio refiere , lib. 36.
c. 36. que P.Corneüo Scipion
suplicó al Senado, que se le
diese alguna suma de dinero
para los juegos que'siendo
Propretor en España habla
ofrecido en el mayor riesgo
de una batalla que tubo; pe-
ro que los Padres respondie-
ron, que pues hizo aquel vo-
to sin consultar al Senado,
y por sola su voluntad , lo
cumpliese usando del di-
nero que hubiese reservado
de los despojos de la mis-
ma batalla, 6 si no á su pro-
pria costa : como lo hizo,
celebrando los juegos por
diez días. El mismo Liv. di-
ce en el lib.35. cap. i. que
Scipion hizo voto de aque-
si le concedía alcanzar vic-
toria de los Lusitanos , que
después de- haber talado la
España ulterior , volvían á
sus casas cargados de ricos
desp.ojos. í i hoc discrimine,
ludas. Jovi^ si vi ¡[udi.sset^
cecidissetque host.es , Pr^?^
pretor vovi't. Vemos , pues,
que P, Corn. Nasica, no-hizo
los juegos .en honor de^la^
gran. JVÍ^dre "de los ,*üioses.
Idea ó.rCy|3eíes,siiio dejú-'
piter , á quien" hizo aquel
voto ; por lo que estosrio'
fueron los Megalenses con-
sagrados áCybeies.,,s]no I05
que se dijeron Romanos ó
grandes ^áQÚicdáos á los dio-
ses mayores, de los quaies es-
cribe Cicerón Verr. V. 14.
3Iihi h/dos antiquisstmos^quí
primum Ro nani sunt nomina-
ti, máxima cum dignitate , ac
religione Jovi , Junoni ^ Mi~
nervceque es se facienkos,
12 Es también error el
atribuir á Scipion Nasica
la institución de los juegos
Megalenses. El trajo á Ro-
ma por orden del Senado
la diosa Cybeles ; pero los
juegos no se hicieron hasta
trece años después , quando
M. Junio Bruto dedicó el
templo que se la hizo en la
G 2 mis-
5 2 España Sagrada.
misma Ciudad. Véase Liv.
lib. 36. cap. 36. y de los
mismos escribe este Histo-
riador 34. 54. Megalesia Ju-
dos scetúcos C, AtiUus Ser-
ranus , L. Scribonius Libo
ediles cumies primi fecerunt.
Por lo qiial no hay funda-
mento para creer , que los
ediles de Calahorra imita-
ron á Roma en la celebra-
ción de los juegos Megalen-
ses , renovando la memoria
de Nassica ; y si tuvieron
algún respedo al Pretor,
como indica la moneda ci-
tada , es mas verisímil ha-
ber celebrado el mismo ge-
nero de juegos , que este
personage su conqiiistador
ofreció á Júpiter en Espa-
ña peleando contra los Lu-
sitanos.
13 Desde Augusto hasta
que murió Tiberio no tene-
mos de Calahorra otras no-
ticias que las de sus me-
dallas , las quales cesaíon
Trat,6cj, Cap, 6.
en el Imperio de Caligu';?,
por cuyo decreto se quitó
á todas las Ciudades de Es-
paña el privilegio de batir-
las en !a opinión mas pro-
bable ÓM los Antiquarios.
14 Por los años de esta
prohibición nació en Cala-
horra el famoso M. Fabio
Quintiliano gloria de su pa-
tria y de España , Orador
eminentisimo entre todos los
de su tiempo , primer Maes-
tro de Retorica en Roma,
Restaurador de la eloquen-
cia latina , de cuyas miemo-
rias trataré luego largamen-
te , añadiendo mucho á lo
poco que traen nuestras
historias , en honor de un
Español tan ilustre.
15 En el Imperio de Ha-
driano año de 119. de la
Era vulgar residía en esta
Ciudad Claudio Quartino; y
desde ella dirigió á los
Duumviros de Pamplona la
Carta siguiente:
CLAV-
vie monas úf
áta/JOtTá'
CLAVDIVS QVARTINVS
II VIRIS POMPEI SALVTEM
ET IVS MAGíSTRATVS VESTRÍ
EXEOVI ADVERSVS CONTVMACES
POTESTIS ET NIHILOMINVS QVí
CAVTÍONIBVS ACCIPIENDIS DE
SVNT SCIANT FVTVRVM VT NON
PER HOC TVTI SINT NAM ET NON
ACCEPTARVM CAVTIONVM PERí
CVLVM ADEOS RESPICIET ET QVID
QVID PRAESENTES QVOQVE EGERÍNT
ID COMIVIVNIS ONERÍS ERIT BENE
VÁLETE DAT. NON. OCTVBRIS CA
LLAGORI IMP. CAES. TRAIANO
HADRIANO AVG. III. COS
Hallóse esta Carta en
una lamina de bronce , que
copió el Licenciado Subiza
Oidor ; y la traen Sandoval
en el Catal. de los Obispos
de Pamplona pag. 3. Oihe-
nart en su Notic. de la Vasc.
P^S' 77» Sponio en la ^edt,
8. de sus Miscel. de la an-
tigüedad erudita pag. 278.
De su Autor Claudio Quarti-
no consta haber sido hombre
muy distinguido entre losRo-
manos, á quien el expresado
EmperadorHadriano dirigió
un Rescripto sobre la tortura
de los Siervos. Véase Ulp'a-
no ///-'. 8. de OfficProc, /.i.
j^. de Quivstion.
16 El Illmo. Pedro de
Marca dice en el lib. t. de
la Hist. de Bearne cap. 2,
que en este mismo Imperio
de Hadriano se establecie-
ron por calezas las Ciuda-
diís de Calahorra y de Pam-
plona , quedando sometidcs
á ésta en lo civil la mayor
parte de los Vascones , y
agregados á aquella con
otra parte de la Vascon"j
las regiones á que despue
54 "España Sagrada.
se extendió su Obispado.
Esta especie se funda en la
división de Provincias, que
comunmente se atribuye al
referido Emperador ; pero
no h:]biendo fundamento só-
lido en prueba de que en
este tiempo se hizo la di-
cha división , como prueba
ei Rmo. Florez en el tom. i.
de la España Sagrada , no
puedo dar fácilmente mi
asenso al establecimiento
que el citado Arzobispo po-
ne bajo el Imperio de Ha-
driano.
17 Después que se hizo
la división , que se dice de
Constantino , y se desmem-
braron de la provincia Tar-
raconense los distritos que
formaron la Cartaginense y
la de Galicia , Calahorra
quedó por cabeza de todo
el territorio , que se exten-
día desde ella hasta tocar
con la Galicia; por lo que su
jurisdicción civil era muy
dilatada , y pertenecían á
ella muchas Ciudades prin-
Trat. 6g. Cap. 4.
cipales con las regiones en
que estaban situadas , es á
saber , la de los Autrigones,
Caristos , Vardulos , Bcro-
nes , y una parte de la Vas-
conia. De todas estas y de
sus pueblos, se ha tratado lar
gamente en la 2. part. del
tom. 24. en la Disertación
de la Cantabria , y en mi
tom. 31. donde hallarán los
Curiosos quanto se podria
decir en este lugar. La ma-
yor parte del referido ter-
ritorio fue muy poco fre-
quentada y habitada de los
Romanos , y por esta ra-
zón no se hallan aqui ves-
tigios de la antigüedad , co-
mo en otras regiones ; de
manera que de todo el dis-
trito sujeto á Calahorra á
la parte septentrional del
Ebro , solo he tenido noti-
cia de una lápida sepulcral,
que se conserva en la Her-
mita de N. Señora de la Asa
en la ribera del expresado
rio junto á la Puebla de la
Barca , la qual dice asi:
Memorias de Calahorra.
5S
P SEMPRONIO TITVLLO
AN L AEMILIAE TITVLLAE
AN XXX G SEMPRONIV
AEMILIANVS ET POMPEI
MATERNA NVRVS ET
S E M P R ONl V S TÍTVLLV
NEPOS D F C
CAPITULO VIL
NOTICIAS DEL CELEBRE ORADOR
Quintiliano natural de Calahorra.
I TWTO fue tan ilustre la
i^ Ciudad de Cala-
horra por los privilegios y
edificios , y por el valor , y
honores militares de sus hi-
jos, quanto por haber dado
al Imperio el varón que
mas sobresalió en ingenio,
dodrina y eloquencia bajo
los Emperadores Galba, Ves-
pasiano , Tito y Domiciano.
Este es el famoso Marco Fa-
bio Quintiliano , Orador que
con sus preceptos y escri-
tos no solo enseñó á los Ro-
manos , sino que restauró la
Oratoria levantándola de la
decadencia á que había ve-
nido desde Cicerón y Hor-
tensio , en que tubo la ma??
alta perfección. Todos los
Escritores antiguos , que han
expresado su patria , afir-
man constantemente , que
fue Español , y natural de
Calahorra. Véase Ensebio
en su Chronicon á los años
69. y 89. de Christo , Saa
Gerónimo contra Vigilancio,
Ausonio en sus Profesores
Burdigalenses , y Casiodoro
en su Chronicon , en el Im-
perio de Flavio Domiciano,
y Consulado de Silvano y
Pris-
5 a España Sagrada.
Prisco. Ignorase el año de
su nacimiento , pero de los
pasages que aliora he de
referir , puede congeturarse
que nació al fia del Impe-
rio de Tiberio , 6 principio
del de Caligula , que es de-
cir cerca del año 40. de
Jesu Christo.
'2 Hallándose aun en la
edad pueril florecían Dorni-
cío Afro , Crispo Pasieno y
Décimo Lelio , cuyas ora-
ciones eran muy celebradas
por todos los Romanos : Et
njhis pueris , dice el mismo
Quintiliano , insignes pro
/^"oluseno Catulo , Domitií
Afri , Crispí Passieni , De -
clml Lcelii oralioncs fere-
hantur. Movido su padre de
esta fama , determinó en-
viarle á Roma , para que
oyendo á tan doétos Orado-
res adelantase en las dis-
ciplinas quanto ya en sus
tiernos años prometía la vi-
vacidad de su ingenio. En
sus Instituciones se leen re-
petidos testimonios , que
comprueban haber conoci-
do y oído á Djmicio Afro.
En el lib. 12. cap. 11. di-
ce : que él era testigo ocu-
lar , de que este Orador , en
medio de ser el mas exce-
lente de todos los que pu-
Trat. 69. Cap. 7.
dü conocer , perdía mucho
de la reputación que se ha-
bla grangeado , á causa de
no desistir de su egercicio
aun quando por la suma se •
neélud le faltaba ya la voz,
y otras propriedades que
necesita el Orador , y con -
sume el tiempo ó la enfer-
medad. ^hí¿ ego Ij?ige om-
nlum , quos mibi cognosccre
contlgit , suminum Orato-
re-n valde senem , quotidie
ai i quid ex ea , quam merue-
rat , au6ioritate perdentem^
cu,n , agente illo , quem prin-
cipcm fuisse quondam fori^
non erat dubiam , alii [qtwd
indignum vldehatur ) ride-
renü , alii erubescerent : quíS
occasio illis fnit dicendi^
malle Ulum deficere , quan
dcsinere. En el lib. la. c. i.
reñere la respuesta de Dj ■
micio , satisfaciendo á una
pregunta del mismo Quin-
tiliano sobre qué Poeta re-
putaba por el primero des-
pués de Homero. Uíar enim
ver bis iisdem , qu¿e ex Afro
Domitio juvenis accepi , qui
mibi interroganti , quem Ho-
mero credcret máxime ac-
cederé ; secundas , inqait^
est í^irgil US proplor prino^
quam icrtio. Pero el lugar
mas exDre.:o y convincente,
de
Noticias del Orador Quintiliano. 57
de que fue discípulo del bien nuestra Orador á Julio
mencionado Orador , es el
que pone en el lib. 5. c. 7.
donde hablando de los tes-
tigos, que intervienen en las
causas forenses , dice , que
en los primeros años de su
adolescencia freqnentó la
escuela de Domicio Afro,
que ya entonces era viejo.
Sufficicbant alioqui libri dúo
á Domitio Afro in hanc
rem composiH , quem ado-
kscentul'ts sencm colui , ut
non ledia mihi tantum ea,
sed pleraque ex ipso stnt
cognita. C. PünioCecilio Se-
cundo discípulo de Quinti-
liano refiriendo (r) lo que su
preceptor le habia contado
de una sentencia de Domi-
cio Afro en ocasión , en que
eraba Larcio Licinio , y los
oyentes interrumpían su ora-
ción con repetidos aplausos,
empieza la narración con es-
tas palabras , que comprue-
ban lo mismo. Ita certe ex
Quintíliano prcüceptors meo
audisse memini. Narrabat
Ule : AsseÜabar Domitium
Afrum cum apud centumvi-
ros diceret grcivíter , &
lente hoc enim illi actionis
genus erat» Conoció tam-
il) Epist. Uh. 2.
Tom, XXXllL
Africano , el qual después
de Domicio era el mas so-
bresaliente de aquel tiempo.
De ambos hace memoria en
el lib. ro. cap. i. cerca del
fin : y del juicio que forma
de los dos se colige , que
tubo por Maestros á los mas
aventajados en la Oratoria.
Eorum , quos viderim , di.
ce , Domitius Afer S Ju^
lilis Africanus Ion ge prces-
tantissimi. Verborum arte
ille^ & tota genere dicendi
prc^ferendus^ & quem in nu^
mero veterum hahere non
ti meas, Hic concitatior , sed
in cura verborum nimius^
& compositione nonnumquam
longior , S translationibus
pariim modicus,
3 No solo se aplicó á
la Oratoria sino también á
la Jurisprudencia en cuyo
estudio tubo en mi sentir
por Maestro á Marco Ser-
vilio Noviano , ó como otros
escriben Noniano , que , co-
mo dice Tácito , fue famo-
so en el derecho Civil , y
en la Historia Romana que
escribió en sus últimos años.
El mismo Quintíliano men-
ciona á este Servilio en el
lib.
epist. ad Muxinmm,
H
5 8 España Sagrada. Trat, 69, Cap, 7.
lib. 10. cap. 19. donde ex-
presamente dice , que le
oyó ; y asegura que fue
hombre de excelente in-
genio, y copioso de bellas
sentencias , pero menos ce-
ñido de lo que pide la ma-
gestad de la Historia. Qui
S ipse d nobis auditus est
clari vir ingenii ^ & sen-
teníiis creber ; sed minus
pressus , quam bistorice au-
díoritas postnlat.
'■ 4 Tácito en el lugar ci-
tado pone la muerte de Do-
micio Afro, y de Marco
Servilio en el Consulado de
Vipsanio Aproniano , y de
Fonteyo Capitón , que con-
currió con el año 59. de
la era vulgar. Por lo qual
se ha de tener por cier-
to , que Quintiiiano residió
y estudió en Roma antes
de la muerte de Nerón ; y
consiguientemente que quan-
do Éusebio escribe que
Galba proclamado ya Em-
perador le llevó consigo á
Roma, debe suponerse que
Quintiiiano , ó por el deseo
de- ver. á su familia' y pa-
tria , ó por su aborrecimien-
to á los desordenes de Ne-
rón se habia restituido á
Calahorra.
S Henrique Dodwell se
inclina , á que Quintiiiano
vino á Calahorra en el
principio del año de la era
vulgar 61. y á que fue
traido por Galba , á quien
Nerón en el medio de su
Imperio ofreció la provin-
cia Tarraconense , como es-
cribe Suetonio. Juzga tam-
bién que no estubo ocioso
en su patria , sino que se
empleó hasta el año de 68.
en la enseñanza de la Ju-
risprudencia y de la Ora-,
toria , cuyo estudio florecía
no solo en Roma sino tam-
bién en las Provincias , por
ser muy nesesario el uso de
ambas facultades en los
juicios públicos , que en ellas
se tenian. Y que en Espa-
ña estaban en su vigor los
estudios lo comprueban, di-
ce , los egemplares de tan-
tos y tan doélos varones
como dio aquella provincia^
es á saber , Lucano , los Sé-
necas , Marcial , y los otros
Quintilianos fuera del núes*
tro. No hay testimonio en
favor de la congetura de
Dodwell sobre lo que escribe
de Galba ; pero puede te-
nerse por verisímil en vista
de que éste se declaró pro-
tedor de los estudios de
Quintiiiano. Asimismo e
mijys
Noticias del Orador QuintilJano. 59
muy probable, que nuestro Italicenses ^ (e quíbus Tra
joven Calagurritano se ocupó
en la instrucción de sus pai-
sanos y conciudadanos, pues
como veremos luego , fue
muy propenso á la enseñan-
za de niños y jóvenes, y
es muy natural que en su-
posición de residir como
residió en Calahorra mien-
tras Galba gobernó la pro-
vincia de Tarragona , hicie-
se este beneficio á su patria,
ó por particular comisión,
ó por su proprio deseo de
aprovechar á los suyos. Lo
cierto es, que España, fue
una de las provincias en que
mas florecieron las escuelas
públicas principalmente des-
de el Imperio de Augusto,
como afirma Celarlo en su
Disertación de los estudios
de los Romanos en Roma,
y en las provincias: Sed hcec
facies antigua erat:pulcbrior
sub Augusto tot novis Colo-
rí ti s in eam dedu6tis , ^
veteribus in melius cultius-
que reformatis , ex quo tem-
pere Corduba etiam ingenio-
rummater fa&a ^ ut Luca-
nus , & uterque Séneca , ad
cmnem elegantiam erud'Ui
alumni testimonio sunt luru-
lento. Emeritenses , Casar-
augusiatios , Tarraconenses,
jjnus f'uit) Bilbilitanos unde
Miirtia/is , Calagurritanos^
alias que nunc mis sos faci^
mus,
6 En el año 68. fue
sublimado al Imperio Sul-
picio Galba estando en la
España Tarraconense , cu-
yo gobierno tubo por ocho
años. Este hizo gran apre-
cio de los Vascones , de
cuya región sacó algunas
Cohortes , y las llevó á Ro-
ma , esperando de su va-
lor , que le ayudarían á
establecer su Imperio. Lle-
vóse también de Calahorra
á M, Fabio Quintiliano,
para que el grande inge-
nio y la superior eloquen-
cia de este joven tubiesen
mayor lucim"ento y esplen-
dor entre los honrbres sa-
bios de aquella Corte. Poco
tiempo logró nuestro Cala-
gurritano la protección de
Galba , porque haciéndose
éste odioso por el dema-
siado rigor, con que trató
algunos pueblos de Espa-
ña , y de las Gallas, que
no le reconocían con gus-
to ; y desacreditándose por
la mala conduda de sus
ministros , fue abandonado
de todos , y muerto al fin
H 2 en
6o España Sagrada*
en el año de sesenta y
nueve.
7 En Los Imperios de
Vespasiano y de Tito se
egercitó Quintiliano en las
causas forenses , siguien-
do el egemplo de los Ora-
dores mas famosos de su
edad. Gaspar Barthio en el
libro 44. cap. 8. de sus Ad-
vers. parece negar este pun-
to ; pero demuéstrase su
equivocación con muchos
lugares del mismo Quintilia-
no. En el lib. 7. cap. i. tra -
tando de la división ó dis-
posición de las partes de
que consta la oración, ex-
pone lo que él hacía en las
controversias del foro. Igi-
tur quid ego sim secutus^
quodpartim praceptis^ par-
thn u'surpatum ratione cog-
noveram , promatfi ^necenim
umquam dissimulavi. Erat
rtiihi cur<:e in controversiis
forensibus nosse omnia , quú^
in causis versarentur , &c.
En el lib. 4. cap. 2. tratan-
do de la narración , y en-
señando que ésta se debe
hacer de todas las cosas,
que el Orador ha de admi-
tir ó rechazar en las prue-
bas , refiere con modestia lo
que él prad'caba con apro-
bación y aplauso de los eru-
Trat, 69. Cap. 7.
ditos y de los Jueces que le-
oian : Me certe ^ quantacum-
que nostris experimentis ha-
benda est fides , fecisse hoc
in foro , quoties ipsa desi-
derabat iitilitas , probanti-
bus , S eruditis , S bis , qui
judicabant , scio ; S quod
non arroganter dixerim^quia
sunt plurimi , quibuscum
egl , qui 7ns refellcre pos-
sint, si mentí ar , fire po-
nendce a me aauscv officium
exigebatur,
8 Consta asimismo , que
se ocupó en las causas fo-.
renses siendo aun de poca
edad ; porque hablando en
el lib. 7. cap. 2. de la cau-
sa deNevio Aproniano, que
estubo á su cargo , dice que
la publicó llevado como jo-
ven del apetito de la gloria.
Quam a&ionem equidem so~
lam in hoc tempus emise-
« ram , quod meipsum fecis-
se sediidiwn juvenili cupi-
ditate gloria: fateor,
9 Pasado el año 70. de
Christo egercia aún el ofi-
cio de Abogado , lo que se
convence de otro testimo-
nio que trae en el lib. 4. c.
I. donde tratando del mo-
do con que el Orador po-
drá concillarse la benevo-^
lencia del juez , hace me-
mo-
. Noticias del Orador QuintUiano.
mofia^de una causa de que en el concepto de
oró en favor de la Reyna
Berenice hallándose .ella pre-
sente á la acción. Fuerunt
quídam rerum suarum judi-
ces. Nam & in\ libris obser^
vationum ú Septimio editis
adfuisse Ciceronem tali cau-
see invenio. Et ego pro Re-
gina Berenice apud ipsam
causam dixi, ,
10 Esta Berenice , ó co-
mo escriben otros Beroni-
ce , fue hija de Agripa el
mayor ultimo Rey de Ja-
dea , hermana de Agripa el
menor Rey de Iturea. Ca-
sóse prim.ero con Herodes
Rey de Chalcide su tio , y
después con Polemon Rey de
Ciiicia. Hallándose Vespa-
íiano y Tito en la guerra
contra los Judios , pudo ga-
nar la voluntad de Vespa-
siano haciéndole magníficos
presentes , y favoreciendo
el partido de los Romanos;
y encendió á Tito en su
^mor , de suerte que des-
pués de la conquista de Je-
Tusalén , fue llevada á Ro-
ma , y hospedada en el pa-
lacio del Emperador , don-
de manejaba los negocios
del Imperio no menos que
si fuera Emperatriz^ , ó co^
mo quien estaba destinada
6i
todos
para ser esposa de Tito.
Hacese mención de esta Rey-
na en los hechos Apostóli-
cos en los cap. 25. y 26. de
donde consta que oyó la de-
fensa , que San Pablo hizo
vindicándose en presencia
de Festo de las acusacio-
nes de los Judios. Dion la
pone residiendo ' en Roma
en el año 75.^ en el Consu.
lado VI. de Vespasiano y
IV. de Tito. De donde se
colige evidentemente , que
Quintiliano se egercitaba to«
davia por este tiempo en
las causas concernientes al
foro ; pues se le encomen-
dó la de Berenice , que en
el año dicho vino á Roma,
y se halló presente á laaC'-
cion de su propria causa. -í*
1 1 Acerca del negocio
de Berenice sospecha D;
Nicolás Antonio , que futí
en materia de intereses ,' sirt
otro fundamento que afir-^
mar Josefo lib. 20 cap. 54
que fue muger muy rica¿
Pero sin recurrir á esta
presunción tenemos en los
Historiadores algunos indi^
cios-del rtiotivo -que ocur-^
rió para la defensa, que hí-í-
zo Quintiliano en honor de
esta Reyna. Siendo públi»
eos
02 España Sagrada. Trat. 69. Cap. 7.
eos en Roma los amores de borotos del pueblo la ím-
Tito , y creyéndose que es-
te Principe pretendía casar-
se con Berenice , lo quj
murmuraba grandem nte el
pueblo Romano , se espirr
cian muchas voces , de que
resultaba mucha infamia al
mismo Tito , y á su queri-
da Berenice. Lkgó ei atre-
vimiento á tal grado , que
un Profesor Cmico llama-
do Diogenes se presentó en
el Theatro , que estaba lle-
no de gente , y sin temer
la autoridad .de Principes
tan podero'sos dijo contra
ellos muchas afreutas ; de-
lito por el qual fue conde-
nado á azoie^:. Otro de la
misma profesión por nom-
bre Heros , creyendo que no
le darían castigo mis gra-
ve que á Diogenes , se ex-
cedió de modo , que en to-
no de perro enfurecido
arrojó de su boca muchas
injurias, é insolencias. Vlnita
^ insolentia , dice Dion,
canum more exclamavlt , cu-
ya osadía se castigó cortán-
dole la cabeza. Es pues
muy verisímil , que Quintí-
liano defendió á Berenice
por mandado de Tito en
asunto de algunas falsas ca-
lumnias , que ea aquellos al«
putanan los desafedos á su
persona.
12 Hacíase en Roma
grande aprecio de las ora-
ciones de nuestro insigne
Calagurritano , y por esta
razón tenían algunos. el cui*
dado de copiarlas movidos
del ínteres que les resulta-
ba de la venta de los egem-
piares. Así lo indica él mis-
mo en el lib. 7. cap. r,
donde mencionando la ac-
ción que tubo en la causa
de Nevío Aproníano dice,
que ésta sola fue divulgada
por él , pero que las demás
que corrían con su nombre,
estaban corrompidas en la
mayor parte por la negli-
gencia de los que las co-
piaban para sus lucros. Nam
ccetertV omnes^ quce sub nomi-
ne meo feruntur , negligeri'-
tia excipienthim in qucestum
notariorum corruptce mini"
mam partem mei habent,
[3 Fue Orador perfedi-
simo no solo en todo lo que
abraza la eloquencia ó el
arte , sino también en los
requisitos que nacen , y de-
penden de la naturaleza ó
propria experiencia. Tra-
tando en el cap. 3. del
lib. ó. de los medios que
ha
Noticias del Orador Quintil ¡ano, 63
ha de usas el Orador para y juicio , que podia discer-
¿nover los afedos del juez,
y mudar y como transfi-
gurar su animo, enseña,
que el principal está en
representarse el mismo Ora-
dor los sucesos de que ha-
bla con tal viveza , que no
contentándose con . mostrar
su conmoción en las pala-
bras , acciones y rostro,
procure hacer que su in
terior se conmueva real-
mente. En lo qual dice se
esmeró él de modo, qué quan-
do el caso lo pedia , arroja^
ba lágrimas , y aun muda-
ba el color , manifestando
que su dolor era muy cerca-
no al verdadero. H¿ec dissi-
mulanda mihi '- non fuerunt^
quibus ipse , quantuscumque
usus fuit , nam pervenisse
tne ad aliquod nomen ingenii
credo, frequenter motus sum^
ut me non lachrymce solum
áeprehenderent , sed pallor-
¿? verJsimilis dolor,
14 Como Quintiliano se
formó en la eloquencia po-
niendo su estudio en imitar
á los oradores mas famo-
sos que le precedieron.
Griegos , y Latinos , como
Demosthenes y Platón , Hor
tensio y Cicerón ; y ademas
de esto tenia tal ingenio
nir la propriedad en que
mas sobresalía cada uno , y
añadir la perfección que
faltaba en ellos, enmendando
los defeétos, en que hablan
caído , llegó á ser admirado
y aplaudido de todos como
dechado de la eloquencia vms,
pura ■■ y sólida. Por lo mismb
se presuaofieron los Roma-
nos, a que tenian en él uti
hombre capaz , á lo menos
de restaurar la erudición , y
elegancia; de los que flore-
cieron en el tiempo de Au-
gusto; y como viesen que
el mejor medio para lograr
este ñn era el establecimien^
to de una escuela pública,
en que fuesen instruidos los
jóvenes de Roma, le indu-
geron á que tomase por su
cuenta este proyedo , seña-
lándole ciertos' gages que
dehíian sacarse del fisco 6
tesoro general.
15 El Chronicon de Eu-
sebio pone esta noticia en
el año 89. de Christo con
estas palabras. Quhnilmnus
ex Híspanla Calagurrita-
ñus primus Romee publicam
scholam, & salarium é fuco
acccpit , S claruit, Casiodo-
ro después de nombrar los
Cpiísules Silvano y Prisco
usa
64 España Sagrada»
usa de los mismos términos
copiando sin duda este lu-
gar de Eusebió , á excep-
ción de que no expresa la
Patria de Quintiliano , sino
solo la Nación. En el año
referido gobernaba el Impe-
rio Domiciano ; y de aquí
parece resultar. , que en el
tiempo de este Emperador
se abrieron en Roma las Es-
cuelas de Retórica , asig-
nándose á los Preceptores sa-
lario público.
-• 16 Suetonio en Vespa-
siano escribe, que este Empe-
rador fue el primero que es-
tableció gages á los Maes-
tros de Retórica, asi Grie-
ga como Latina : Ingenia &
artes máxime fovit. Primus
e fisco Latinis , Gr^ecisque
Rethoribus annua centena
constituit. Siendo , pues , el
Imperio de Vespasiano an-
terior, al de Domiciano , pa-
rece que nuestro Orador no
fue el primero en el honor
de tener escuela pública , y
salario del fisco Roma«o. Pe-
ro esta dificultad se resuel-
ve concillando á Eusebio
con Suetonio , y diciendo
que tubo este empleo por
Vespasiano , pero que flo-
recía aún en e! Imperio de
Domiciano, y que estoso-
Trat, 69. Cap. 7.
lo es lo que significó Eu-
sebio , y no precisamente el
año primero de su Magis-
terio.
17 Ambrosio de Mora-
les en el lib. 9. cap. 27. tiene
gran dificultad en creer lo
que escribe Eusebio. Funda-
se en que Marco Tullo ha-
ce algunas veces memoria
de los que enseñaron en Ro-
ma públicam.ente !a Elocuen-
cia; y asimismo Séneca el
Viejo , y aun Quintil iano ha-
blan de escuelas públicas^
y de los que en ellas dieron
preceptos de Retórica mu-
cho antes de la edad de
estos Autores. D. Nicolás An-
tonio , convencido de esta
razón dice , qué. el lugar de
Eusebio para ser verdade-
ro , debe entenderse de ma-
nera que diga , que Quinti-
liano fue el primero que go-
zó pensión pública del fis-
co , pero no el primero que
enseñó públicamente la Ora^
toria.
18 Sin embargo , soy de
sentir, que antes de Vespa-
siano no florecieron en Ro-
ma escuelas , que hubiesen
sido instituidas por la Repú-
blica , ó por los Emperado-
res , ó el Senado ; y consi-
guientemente que merecie-.
sen
Noticias del Or
sen e! nombre de públicas.
Es verdad , que muchas en-
señaron á los jóv'ene> ¡a Gra-
mática , y Retórica ; v que
en alguii tieni^ > creció tan-
to el nú ñero de Precepto-
res , qae pasaban de veinte
Kis E'^cneids. Pero estos eger-
ciaii el Magisterio en sus
proprias casas , y eran pa-
gados por sus discípulos, ó
por algunas personas parti-
culares , que deseosas del
bien general fomentaban las
letras con sus caudales. Si
alguno logró gages del Em-
perador , no fue porque en-
señase públicamente , sino
por otro motivo especial.
De este modo Verrio Flaco,
que gozó , según Suetonio,
una buena pensión por be-
neficio de Augusto , no fue
premiado asi porque ense-
ñase públicamente ; antes
bien testifica el citado His-
toriador , que el lugar don-
de enseñaba fue el Atrio de
Catilina, que era parte del
Palacio , y con la condición
de que no habia de tener
en adelante otros discípulos
que los sobrinos del expre-
sado Emperador. Véase el
cap. 17. de íllustr. Gramm.
El mismo Escritor trae en
el cap. I. de CL Retb, eá
Tom, KXXllL
ador QuintiUam, 65
Edieto de los Censores Do-
micio Enobarbo , y L. Lici-
nio Craso , contra los Maes-
tros de Retórica ; y de las
palabras en que está conce-
bido , se infiere que las Es-
cuelas no habían sido erigi-
das por otra autoridad que
la de los mismos que ense-
ñaban. Por lo qual , es mas
probable que Quintiliano fue
el primer Maestro público»
de Eloqüencia , asi porque;
fue elegido por la potestad
pública, como porque se le
asignó pensión anual del
fisco ó tesoro del Empera-
dor.
19 Aunque el oficio de
Orador era mas acomodado
al proprio esplendor , y lu-
cimiento , aceptó Quintilia-
no con mucho gusto el em-
pleo de enseñar á la juven-
tud , conociendo que sin em-
bargo de que este egercicio
le impedia orar con tanta
freqüencia en el Foro , re-
sultaría de él mayor y mas
general provecho , que es lo
que un buen Ciudadano de-
be apetecer sobre todo. Ocu-
póse en este Magisterio con
el mayor aplauso por espa-
cio de veinte años , como él
mismo testifica en el Prólo-
go del lib, I. de sus Institu-
I cío-
66 España Sagrada.
ciones. Salieron de su Es-
cuela jóvenes muy aventa-
jados en la Eloqüencia , los
quales hicieron mucho ho-
nor á su Maestro , y á su
siglo. De estos fue C. Plinio
Cecilio , el qual adelantó con
los preceptos de Quintilia-
no en tan breve tiempo , que
á los diez y nueve años de
su edad oraba ya en el Foro,
y decía en presencia del
Senado sobre las causas de
mayor importancia. El mis-
mo Plinio en la epist. 14.
del lib. 2. le llama á boca
Ijena su Preceptor ; y en la
epist. 6. del lib. 6. afirma,
que el Padre de Julio Nason,
hombre muy amante de los
estudios y de los estudio-
sos , concurría á las escue-
]í;«í de Quiíitiliano, y de Ni-
cetas . á quienes él también
oía como á Maestros.
áo Para que' sfe perciba
mejor el provecho que Quin-
tiliano hizo en los Romanos
enseñándoles públicaínente
les preceptos déla verdadera
Elocuencia , se ha de saber
que este nobilisimo Arte vi-
no decayendo scnsibk^menfe
desde la edad de Cicerón
hasta el imperio deVespa-
'|i) ¿ib'^ío.'cap. I. '
Trat. 6g. Cap. 7.
síano , en que nuestro Ofa-
dor abrió su Escuela. Ver-
dad es , que aun en este
tiempo florecían algunos que
eran dignos del nombre de
eloqüentes y Oradores ; pe-
ro estos, además de ser muy
inferiores respeéto de Cice-
rón , eran imitados de muy
pocos , siguiendo la mayor
parte de sus coetáneos el
depravado gusto ciie enton-
ces reynaba. A excepción de
estos pocos que mantenían
de algún modo la Eloqüen-
cia de los antiguos , en los
demás estaba ya tan perdi-
da , que parece no se ama-
ba sino el vicio. Asi consta
del mismo Quintiliaiio , que
haciendo crisis de Séneca , y
de sus Obras dice , que no
agradaba á sus Lcélores si-
no por lo vicio*>o de su esti-
lo : Sea pla.ebat propter so-
la vitia , S ad ea se quis-
que dirlgebut effíngcnda^
quce pote,- ai fi). Y en otra
parte: Muchisimos hay , di-
ce , que ponen su conato
en iniÍLar lo pésimo, y mas
corrompido: N'wv sunt plw
rin¡i , qui similitudinem pe-
ssimi cujusque , S corrup^
tissimi coiiíupierint* Algu-
nos
Noticias del Orador Quintiliano. 6j
nos tenían tan perdida la ita utuntur ^ut lascivia ver-
idea de la Eloqiiencía , que
creían haber imitado per-
feélamente á Cicerón con so-
lo haber puesto en la clau-
sula las palabras e^se vidca-
tur. Noveram quosdam , di-
ce , qui se pulchre expresi-
sse ^enus illud ccelestis hu-
jiís in dicendo viri (Cicero-
nis ) , si in clausula posui-
■fsent^es^e videatur(i). Otros
eran aficionados á la Ora-
ción , que solo se componía
de pompa , y ojarasca , cu-
yo artificio no tenia otro ob-
jeto , que deleytar los oí-
dos del vulgo ignorante:
yílios recens hcec lascivia^
áeliticeque , ¿? omnia ad vo-
Juptatem multitudinis impe-
ritas composita dclediant.
En fin , la Oratoria habia
perdido en casi todos los
que vivían en tiempo de
Quintiliano la nobleza , so-
lidez, y naturalidad antigua;
y solo se veían en ella la
afedacion , y otros vanisi-
mos adornos , que la hacim
afeminada , é hinchada : Ñe-
que enim oratovius isíe^
immo hercule^ne viril i s qui-
dem cultas est ^ quo plerique
temporum nosírorum adiares
(i) Lib. 10. cap. 2.
horum , ¿5* levitate sen t en-
tiarum ^ & Ucencia cor:pa^
sitionis histrionales modos
exprimant , quodque vix au^
di tu fas es se debeat , laa-
dis , ^ ^lorice , ^ ingenii
loco plerique ja&ant , cari"
tari , saltarique commenta-
ríos suos, Unde oritur illa
fceda , & prepostera , sed
tamen frequens quibusdam,
exclamatio^ ut or atores nos-
tri teneré dicere , histriones
diserte saltare dicantur.
21 Advirtiendo , pues,
Quintiliano los grandes de-
fedos de los Oradores de su
edad , se esforzó á dester-
rar el mal gusto que domi-
naba , mostrando que en las
oraciones nada se encon-
traba menos que el buen es-
tilo. Y deseando que éste
volviese al estado de que
habia caido , puso todo su
conato en persuadir á sus
discípulos, que si pretendían
hacerse dignos del nombre,
y g'oria de Oradores , pu-
siesen su estudio y aplica-
ción en imitar á los anti-
guos , en especial á Cice-
rón , en quien no solo en-
contrarían la vehemencia de
I 2 De-
68 España Sagrada.
Demóstenes , la amenidad
de Platón, y la suavidad, y
dulzura de Isócrates , y las
demás perfecciones de los
que le precedieron , sino
también otras muchas exce-
lencias que inventó , y pro-
dujo la felicísima fecundi-
dad de su ingenio , por las
quales consiguió que los de
su edad le mirasen como á
Rey entre los Oradores , y
que en los tiempos siguien-
tes valga tanto nombrar á
Cicerón , como nombrar á la
misma Eloqüencia.
22 Con estos avisos , y
con las reglas y documen-
tos que enseñó y diéló du-
rante su Magisterio , logró
que antes de su muerte se
viese Roma enriquecida no
solo de Oradores , sino de
Poetas muy semejantes á los
antit^uos. De los Oradores
escribe él mismo en el cap.
I. del lib. 10. Hahebunt^ qui
post nos de cratorihus scri-
¿ent^ magnam , eos^ qui nunc
vigent , materiam veré Jau~
dandi. S'iht enim summa ho-
ciie , quibus illmtratur fo-
rum , Í7ifrer,ia. Níimque S
ccnsum'.uati ja^n patrcni ve-
ter^bus ceriudcintur , <S? eos
juvenum ad óptima tenden-
tium imitatur , ac sequiíur
Trat.óg. Cap.j,
industria. De los Poetas en
el mismo lugar : Sunt dci'
ri hodie quoque , -í? qui olim
nomlnabw'tur. Plinio Secun-
do su discípulo , es también
testigo de lo mucho que flo-
recían los estudios en Roma
después de Qjintiliano : Si
quandi Urks tíosfra libera^
libus studíis fioruit , nunc
máxime fioret. Multa , clara-
que exempla sunt» Y en otra
parte : Juvat me , quod vi-
gent studia. Proferimt se
ingenia hominum , S osten^
tant,
23 Habiéndose emplea-
do Quintíliano veiwte años
en la enseñanza de la ju-
ventud, alcanzó ser relevado
de este trabajo , y tomar el
descanso que merecían sus
fatigas. Escarmentado tam-
bién con el ege;rplo de su
Maestro Domicio Afro , cu-
yas oraciones en el tiempo
de su vejez excitaban en
unos la ris.1, en otros la ver-
güenza por falta no de doc-
trina , y eloqüencia , sino de
voz , y fortaleza corporal,
renunció el oficio de Orador,
quando todavía se bailaba
con fuerzas , y los Romanos
gustaban de oírle en el Foro.
Asi lo dice él nismo en el
cap. 12. del iib. 1, Nos quan»
do
Noticias del Orador Quintiliano.
do pr¿ecfpieTidi munus & jam les con esta razón
pridem deprecati sumns , &
in foro quoque dlcend? ..quia
honestissimum finem putaha-
mus desinere , dum desidera-
remur , Se. Atendió en esto,
como aqui lo insinúa , á po-
ner en seguro su fama an-
tes que los muchos años de-
bilitasen el vigor de su cuer-
po , y le expusiesen á la
mofa del público ; consejo
que dá á todos los Oradores
en el cap. ii. del lib. 12.
Quare antequam in has ceta-
tis venial insidias , recep-
tui canet ^ & in portum inte-
gra nave perveniet,
24 Asi que los Amigos
de Quintiliano le vieron due-
ño de sí mismo , le roga-
ron con instancia que escri-
biese de la Oratoria , para
que los mismos preceptos
que habia enseñado á sus
Escolares , fuesen de eterno
y general provecho á los
estudiosos. Escusóse por al-
gún tiempo exponiendrles,
que su trabajo parecía inú-
til en vista de que andaban
en las manos de todos va-
rias Obras de Escritores an-
tiguos , asi Griegos , como
Latinos , que trataron con
mucha diligencia este asun-
to. Pero lejos de satisfacer-
69
encen-
dió mas sus deseos. Repusié-
ronle , pues , que no ignora-
ban lo que él decia ; pero que
también les constaba que en
los mismos Escritores se
leían varias opiniones , no
solo diversas , sino contra-
rias , que hacian difícil la
elección de lo que debian
seguir en aquellos puntos.
Asi que sería muy justo y
conveniente , que él se en-
cargase , si no de inventar
cosas nuevas , á lo menos
de hacer examen de las an-
tiguas , enseñando quáles
eran los preceptos mas dig-
nos de abrazarse. Vencido
en fin , no tanro de la satis-
facción de su proprio inge-
nio , quanto de la vergüenza
que tenia en negar lo que sus
Amigos le rogaban, empren-
dió la Obra de las Institu-
ciones del Orador , tomán-
dose mayor trabajo del que
se le encomendaba , asi por
obligar mas con este obse-
quio á los que ya le amaban,
como por no seguir preci-
samente las huellas de los
que antes de él andubieron
este mismo camino. Los Es-
critores que habían tratado
de la Oratoria empezaron sus
Obras diseñando los iJocu-
9 o España Sagrad
mentos de la mas alta EIo-
qiiencia , por suponer á sus
discípulos instruidos en las
otras ciencias , y facultades
necesarias al Orador.Lo qual
hicieron (dice Quintiliano),
ó porque despreciaban co-
mo de poca entidad las ma-
terias que primero se apren-
den , ó porque no las mira-
ban como proprias de su
profesión , 6 lo que es mas
verisímil , porque no espe-
raban ganar mucha reputa-
ción , ni ostentar su ingenio
con doétrinas tan pueriles . y
que son como los cimientos
de los edificios que se ocul-
tan a los ojos de los hom-
bres. Pero nuestro insigne
Maestro de Retórica , no te-
niendo por agena de !a Ora-
toria ninguna de aquellas
disciplinas sin cuyo conoci-
miento no puede el Orador
ser perfedo , empreniió su
Obra por los p^-eceptos me •
ñores , no de orra m mera
que sí se le confiara la edu-
car.ion de un niño , cuyos es-
tudios debiese formar desde
lo mas bajo , hasta lo mas
alto de la Eloqiiencia.
2S No bien había per-
feccionado el l'b. 3. de las
instituciones del Orador,
qádnáo el Emperador Domi-
. Trat^ 69. Cap. 7.
ciano confió a su Magisterio
la enseñanza de los nietos
de su hermana , como él mis-^
mo escribe en el Prólogo del
lib.4. Estos Principes , dis-
cípulos de Quintiiiano , fue-
ron , según el común sentir
de los Eruditos , hijos de
Flavio Clemente , y de Do'
mitila , hija de una hermana
de Domiciano del mismo
nombre. Flavio Clemente
fue Cónsul con el menciona^
do Emperador en e¡ año
848. de la fundación de Ro-
ma. Créese, que así él como
su muger Dotnitila padecie-
ron por la Fé de C!,risto , y
que toda su familia seguía
la Religión Chrisü ina. Dion
hace memoria de él al año
dicho con estas palabras:
Eodem anno Domitianus cwn
al ios multas , tum vero Fia-
víum Clementem Consulen
{etsi is consohrinus ejus
erat , ac Flavia-n Domiti-
llam^ & ipsam Domitiani
consanguineam , uxorem ha-
bebat ) morte affecit , Hiato
amhohus crimine impieíatis
in déos : quo crimine 3 plu^
res alii , qui ad mores jfu-
díPoram aberraveraní , dam-
nati sunt , quorum pars oc-
cisa est , pars spoliata fa-
cultatibus, Domitilla tan-
tum-
Noticias del Orador Qulntiliano, 71
tummcdo in Pandateriam re-
legata est. El mismo Flavio
Clemente tubo una herma-
na, que fue madre de Santa
Domitila Martyr , cuya me-
moria se celebra en el Mar-
tyrologio Romano en el día
siete de Mayo , y de laqual
hace también mención Sun
Gerónimo en Ja epist. 27.
donde refiriendo la navega-
ción de Santa Paula , dice:
Delata ad insulatn VohtL¿m^
qucm chxrhsi'rce quondam
fcemUxürum suh Uamitiavo
Pri-iiipe pro confe^sione no-
niinis Christjaní Flavi¿8 Do-
initillíe nobilitavit exilium,
26 En el Prólogo citado
hace Quintiliano mucha es-
timación del honor que Do-
miciauo le hizo encomen-
dándole tan nobles discípu-
los ; los quales , además de
ser nietos del Emperador,
estaban destinados para sus
succcsores , como dice Sue-
tonio; y á este fin, mutrto
su padre Clemente , les hizo
mudar los nombres que te-
nían , y llamarse el uno Ves-
pasiano , y el otro Domi-
ciano.
27 Flavio Clemente pa-
rece se m.ostró agradecido á
la diligencia con que Quinti-
liano educaba sus hijos ;pues
como era pariente del Em-
perador , y de grande auto-
ridad, y valimiento, alcanzó
que se le diesen los honores
Consu'ares , como escribe
Ausoniü en la Acción de gra-
cias ai Emperador Gracia-
no su discir-u'o : Q-.í.iíi'ia-
flus Ccnsulciria fer elemen-
ten ornarneota i<rt?tus ho-
nesto-^'enta ncr, inis pe t tus
videfur , qufím r^.sigr^/a po"
tcstüíis kahu'sse, Jnvenal
aí'rma í;-^mUen , que Quinti-
liano usó el calzado que d?s-.
tinguia á io^ Patricios y Se-
nadores del primer orden; y
consLtia en tener sobrepues-
ta un C forü ada de piel , \z
qual sigi.ificaba , que e?ta
dignidad traíi su origen de
los cien Senadores que hjsti-
tuyó RóiiiUlo : Nam patri^
c'ti in urbe ( dice Zonara?)
gesíabant calceos adornatos
corrigiarum inflexione , S
forma ¡ittercü C , la d cen-
tum Romuli Senatorthus cri-
gincm trahere vidercntur. Es-
ta C se llamaba Luna , y el
calzado , según San Isidoro,
lib. 19. ethim. cap. 34, Cal-
ceus lunatiis \ por doiide se
entiende ir;uy bien lo que el
citado Poeta escribe de Quin-
tiliano:
Fe-
72; España Sagrada, Trat, 6^, Cap. 7.
Félix , í? sapiens , ^ nohilis , í? generosas
Adpositam nigrce Lunam subtexit alutce.
28 Aunque Quintiliano
se vio cargado con la nueva
obligación de educar los nie-
tos del Emperador , no in-
terrumpió por eso la gran-
de Obra de las Instituciones;
antes bien la continuó con
mayor diligencia , como
consta del Prefacio al lib. 4.
Antes de comenzar el lib. 6.
le sucedió una desventura,
que él llora amarguisima-
mente en el Prólogo. Esta
fue la muerte de un hijo,
que era el único que le ha-
bía quedado , al qual ama-
ba tiernisimamente por ver-
le dotado de prendas ex
celentes , y apenas creíbles
en un niño de diez anos, que
era la edad que entonces
tenia. La aflicción de Quin-
tiliano en este caso llegó á
tal punto ,que según la des-
cripción que él hace , íe pu-
so en términos de apartarse
enteramente de los libros:
Q,uis enim bonus parens ig-
Hoscat ^ {áxQt) , si studere
amplius possum'^. Ac non
oderit banc cnimi mei firmi-
tatem^ si quis in me est aUus
usus VQcis , qaam ut incusem
déos supersíes omnium meO"
runj'^ Nullam t:rras despi'
cete providentiam te^cr"^
Mas después de haber con-
cedido algún desahogo á la
naturaleza , reconoció que
sería muy culpable su dolor
durando largo tiemp-); y si-
guió el saludable consejo de
los prudentes , que tubieron
por único consuelo en las
adversidades la aplicación á
las letras. Nenio (dice) nisi
sua culpa diu dolet. Sed vi~
vimus , S aliqua vivendi ra-
tio quícrenda esticredendum'
que doctiisimis hominibus^
qui unicum adversorum sola-
tium litteras pufaverunt.
Atentado - pues, con esta con-
sideración prosiguió su Obra,
esperando que el público la
recibirla con mayor gusto,
por trabajarla de aquí ea
adelante por solo el bien , jr
utilidad común.
29 Algunos dudan , si
nuestro Qumtiliano después
de haberse hecho tan glorio-
so , y poderoso en Roma se
redujo á poner Cátedra en
Besanzon , y en León de Fran-
cia. Para esta duda no tienen;
otro
Noticias del Orador QiiintiUano, 7 3
otro fundamento que unas tes. Flavio Clemente asi que
palabras de Ausonio , que
después de mencionar á
Quintiliano, y Ticiano,dice:
Sed gloriosius Ule munici-
palem scholam apud luisón-
tionem , Lugdiinumque va-
riando , non áltate quidem^
sed vi lítate consenuit» Pero
este lugar no debe enten-
derse de Quintiliano , si-
no de Ticiano , que enseñó
la Eloqüencia al Emperador
Maximino I. y al Principe
su hijo del mismo nombre,
los quales fueron muertos en
el año de 238. en el cerco
de Aquileya. Estos Princi-
pes habían dado á su Maes-
tro los honores Consulares;
pero como éste quedase po-
bre después de la muerte de
tan esclarecidos discípulos,
tubo necesidad de regentar
alternativamente las escue-
las de los dos expresados Mu-
nicipios. Mas Quintiliano se
mantubo en Roma aún des-
pués de la muerte de Domi-
ciano, abundante de bienes
de fortuna, como se verá por
las noticia que se siguen,
30 Concluida la Obra de
las Instituciones del Orador,
murieron los poderosos Pro-
teélores que le habían favo-
recido y honrado poco an-
TovuXXXllL
acabó su Consulado fue con-
denado á muerte por Domi-
ciano , sin duda por seguir
la Religión Christiana , se-
gún los delitos que le im-
putan los Historiadores gen-
tiles. Este hecho fue el que
acceleró la muerte al Empe*
rador , porque se hizo tan
detestable , que se conjura-
ron contra él sus mas ín-
timos amigos , y le quitaron
la vida en el mismo año, que
fue el 96. de Christo. Los
Historiadores no dan noti-
cia de los hijos de Clemen-
te, y nietos de Domiciano
después de estos sucesos;
pero lo cierto es , que nun-
ca llegaron á obteier el Im-
perio , á que estaban desti-
nados ; lo que no sería de
leve sentimiento á su Maes-
tro Quintiliano.
31 Ignorase, qtiánto tiem-
po vivió nuestro Orador des-
pués de la muerte de Domi-
ciar.o ; pero se puede asegu-
rar , que sobrevivió á este
Emperador a'gLncs años.
Pruébase con el testimonio
de Juvenal , que escribió sus
Poesías después del año 100,
de Christo , como consta de
la Sátira primera , donde ha-
ce mención del deaierro de
K Ma-
74 España Sagrada, Trat. 6^. Cap 7
Mario Prisco , Procónsul de
África , que sucedió en el
referido año. Este Poeta ha-
bla de Quintiliano en la sa-
tura 7, desde el verso 186.
y por lo que dice en este
lugar se colige que vivía
pasado aquel año con mu -
cha gloria , y con grandes
conveniencias. Porque re-
prehendiendo ios demasía-
dos gastos que se hacían en
cosas de muy poca entidad,
y la escasez en otras de
grande importancia , qual
es la buena crianza de los
hijos , dice:
Hos Ínter sumtus scstertia Quintiliano
Ut multu'n^ dúo sufñcient : res nullu minoris
Constahit patria quam filius.
Opone«e luego una réplica en nombre del rico avariento,
que dice:
Un de igitur tot
QuintUianus habct saltus"^
Como si digera : Si los
Oradores que enseñan en las
escuelas públicas tienen tan
corto salario como tú pon-
deras , j como vemos á Qain-
tiliano tan poderoso , tan ri-
co, y con tantas posesiones?
A esta pregunta satisface
Juvenal representando las
propriedades de Quintilia-
no, y su fortuna , é indi-
cando que este Orador asi
como fue singuiarisimo en
su habilidad , lo fue tam-
bién en la felicidad , y dig-
nidades á que le elevaron los
hados.
Exempla novorum
Fatorum transí : felix & jjulcer , & acer:
Félix & sapiens^ & nobilis^ & generosas
AdpGsitam nigrce Lunam subtexit ahitce\
Félix , Orator quoque maximus , & jaculatoK
Et si perfrixit , cantat bene , distat enim ^ quce
Sidera te excipiant modo primos incipientem
Ederevagitus , 6^ adhuc d wat re rubentem.
Si
Noticias del Orador Quintiliano,
Si fortuna volet , fies de Rethore cónsul'^
Si volet hcec eadcm , fies de Cónsule Rbetor,
7S
32 Quintiliano según lo
que podemos congeturar de
sus escritos fue de costum-
bres muy loables, porque
siempre habla de la virtud
con el mayor aprecio po-
niéndola respedo de otras ca-
lidades en el lugar superior
que la corresponde. Asi
tratando en el cap. 2. del
lib. I, la question , si es
mas útil que el niño sea
enseñado en la casa de sus
proprios padres, ó en las
escuelas públicas , asienta,
Gue si estas solo aprove-
charan en lo concerniente
á las ciencias , y perjudica-
ran á las costumbres , debia
elegirse para la enseñanza
otro lugar distinto , por ser
mucho mejor vivir bien,
que habiar eloqaentemente.
En todas las Instituciones
del Orador lleva por prime-
ra , y principal máxima,
que éste debe ser ante to-
das cosas hombre de bon-
dad y virtud , y poner su
estudio en cultivar las cos-
tumbres del animo con ia
lección de buenos libros. A
este fin enseña en su libro
12. cap. 2. que el Orador
ha de aprender la Filosofía
moral : Quando igitur Ora--
tor est vir bonus ^is autetn
citra virtutem intelligi non
potest^vjrtus ^ etiamsi quoS'
dam Ímpetus á natura sumit,
tamen perficienda dotlrina
est : mores ante omnia ora-
tori studiis erunt excolendiy
atque omnis honesti justique
disciplina pertradianda, si-
tie qua nemo nec vir bonus
esse , nec dicendi peritas^
potest &c. Por la misma
causa enseña en el lib. i.
cap. r. que el niño , que
se destina para Orador , se
ha de entregar á amas y
ayos , que no solo hablen
con propriedad , sino que
principalmente sean de bue-
na vida , y en este particu-
lar procede tan ajustado,
que prescribe santísimas
leyes que por todas partes
cierran la entrada á las im-
presiones del vicio en la
edad tierna. En el cap. 1,
reprehende con grande se-
veridad la educación que
comunmente se daba á los
hijos en casa de sus padres.
Sus palabras son dignas de
hacerse pre^jentes , para que
K 2 mu '
j6 España Sagrada.
muchos Christianos se aver-
guencen á vista de los do-
cumentos didados por un
gentil , y quebrantados por
ellos á pesar de la mayor
luz que tienen por la doc-
trina del Evangelio. Plu-
guiera á Dios , dice , que
nosotros no corrompiése-
mos las costumbres de nues-
tros hijos. Pero ello es,
que desde luego ablanda-
mos su infancia , criandolos
en todo genero de delicade-
za. Esta educación dema-
siado suave, que reboza-
mos con el nombre de indul-
gencia , debilita todas las
fuerzas de su espíritu y de'
su cuerpo. ¿ Que cosa no se
le antojará al adulto , que
quando niño gateaba en la
purpura? Apenas nuestros
infantes pronuncian bien las
primeras voces . quando ya
saben pedir los bocados mas
dulces, y exquisitos. An-
tes les damos los documen-
tos que miran al regalo de
su paladar , que los que sir-
ven al gobierno de su len-
gua. Crecen en sillas blan-
das , y quando comienzan
s pisar la «-ierra andan como
colgados de las m^nos que
los sostienen. Mostramos
placer , si les olmos alguna
Trat. 69. Cap. 7.
palabra licenciosa. Si pro-
nuncian alguna cosa , que
aun no debe tolerarse en los
mas relajados, 'la celebramos
con risa , y besamos su bo-
ca en testimonio del gusto
que recibimos. Mas no es
de estrañar .: porque á la
verdad de nosotros lo oye-
ron , de nosotros lo apren-
dieron. Ellos son testigos
de nuestras pasiones , y ven
nuestra vergonzosa livian-
dad. Ellos oyen en nuestras
casas los cantares obscenos,
y ven lo que no puede de-
cirse sin vergüenza. Todo
esto viene á ser en ellos
primero costumbre , y des-
pués naturaleza , de suerte
que los miserable,'- aprenden
lo mas vicioso, quando no
saben aun el nombre del vi-
cio ; y asi sucede , que de
sus casas traen á las es-
cuelas las malas costum-
bres , no" que las llevan de
las escuelas á sus casas.
33 [Mr. Gedoyn , que
leyó los libros de las Insti-
tuciones con el .sosiego y
esmero que pedia la tra-
ducción que hizo de ellos
á la lengua Francesa , reco-
noció las excelentes prendas
que adornaban el animo de
nuestro insigne Orador. El
amor
Noticias del Orador Quintiliano, jj
amor, dice, á la verdad, el palabras sino en una extre-
desinterés, la justicia, la
humanidad, la cortesania, el
pudor , la modestia , en una
palabra , el honor y la bon-
dad resplandecen en toda
su obra. Aunque fue suma-
mente apasionado á las
letras , siempre antepuso el
hombre virtuoso al discreto,
y la virtud , y buenas cos-
tumbres á la ciencia , y bue-
nos talentos. Solo su pro-
yedo manifiesta la grandeza
de su alm.a , y la elevación
de sus pensamientos. Si in-
tenta formar un Orador , no
tiene otro fin que dar á la
República un sabio emplea-
do no en el bien proprio y
particular , sino en el co-
mún y general ; y un hom-
bre que con la persuasión
<3e sus palabras y la fuerza
de sus egemplos pueda con-
ducir sus ciudadanos al cum-
plimiento de sus obliga-
ciones. Los Abogados in-
discretos , que lisongean las
pasiones de los litigantes,
y de un proceso forman una
querella irreconciliable, pu >
den aprender de este hom-
bre criado en el parjanismo,
la circunspección que deben
tener en sus alegatos , para
no ofender ni herir con sus
ma , y manifiesta necesidad.
Verán en los escritos de Quin-
tiliano ,que no merecen sino
el nombre de eloquencia ca-
nina los ultrages que todos
los dias vemos permitidos
en los pleytos , sin tener-
se respeéto al nacimiento,
ni al estado-, y dignidad de
las personas. Conocerán en
fin que su modestia debe
ser tanto mayor , quanto es
mas noble la facultad que
profesan,
34 Lo que no podemos
disimular en Quintiliano es,
que no obstante su erudi-
ción , y la grandeza de su
alma se abatió á escribir en
honor del Emperador unas
alabanzas indignas de un
varón , no digo prudente y
dodo , sino que solo merez-
ca el nombre de lacional.
La sobervia , ambición y
orgullo de Domiciano llegó
á tal grado , que ademas de
consentir que el pueblo le
tratase con el titulo de Se-
ñor , tubo atrevimiento pa-
ra didar una carta en nom-
bre de sus procuradores , cu-
yo principio aludia á sí mis-
mo , y constaba de esta ar-
rogante expresión : Domi^
ñus , S De US nostsr iia fie-
ri
y 2 España Sagrada. Trat. (íp. Cap, 7,
ri jubet. No se satisfizo con
esto su vanidad , sino que
mandó que todos le diesen
este mismo tratamiento asi
en los escritos como en las
conversaciones familiares.
Quintiliano consintió en es-
ta impiedad intolerable , y
de tal suerte aduló al Empe-
rador , que no solo le igua
ló á Dios en el nombre , si-
no que le invocó pidiéndo-
le su protección , como si
realmente lo fuese. Aú en el
Prologo del lib. 4. refirien-
do á su amigo Marcelo Vic-
forlo la grande honra que
el Emperador le hizo en
confiarle sus nietos , y re-
conociendo la dificultad del
nuevo cargo , escribe alu-
diendo á Domiciano es-
tas vergonzosas expresiones:
Quod si nemo miratiir poe-
tas máximos scepe fecisse^
ut non solum initiis operum
sucriim Musas invocarent^
sed provecti quoque longius^
cum ad aliquem graviorem
venissent locum , repeterent
vota , S vehit nova preca-
tíone uterentur : mibi quoque
profe&o potcrit ignosci , si
quod initio , quum primum
hanc matcriam tnchoavi , non
fecerim , nunc omnes in au-
scilium déos , ipsumque in
primis , quo ñeque prcesen-
tius aliud , ñeque studiis ma^
gis propitium numen est ^ in-
vócenla uí, quantum nobis ex-
pe&atíonis adjecit , tantum
ingenií nspiret , dexterque
ac volcns adsit , & me^ qua-
lem es se credidit , faciat.
35 Es verdad que Quin-
tiliano no hizo en esto sino
lo que fue común en aquel
tiempo. Domiciano era su-
mamente aficionado á la li-
sonja , y daba crédito á la?
mas falsas alabanzas. Juve'
nal en el lib. i. sat. 4. ha-
ce una bella pintura de esta
propriedad del Emperador,
fingiendo un pescador , que
ofreciéndole un pez muy
grande , le decia:
Et tua servatum consume in scecula rhombumx
Ipse capi voluit , quid apcrtiusl
A cuya adulación , dice, los peces reconocían su Im*
asentía Domici-^.no hinchado perio , y se le mostraban
con la gloria de que hasta obsequiosos, Pero ¿que no
cree-
Noticias del Orador Quintiliano. 79
creería , concluye Juvenal, potestad como los dioses?
quien juzgaba tener tanta
Et tamen ilH
Surgehant cristíe, Nihil est quod credere de se
Non possit , cum laudatur diis cequa potestas.
Ademas de esto su cruel- mayores amigos andaban
dad y tiranía llegó á ser pálidos en su presencia,
tan temida , que hasta sus
Vocantur
Ergo in concilium proceres ^ quos oderat ille^
In quorum fucie miseree magnceque sedebat
Pa/lor amicitíce.
Por esta razón ninguno gró no solo conservar su
se atrevió á decir la verdad vida , sino crecer en los
en tiempo tan calamitoso; honores y riquezas. Reprcr
todos adulaban al Empera- hensible es é inexcusable
dor,y aun con esta esclavitud en este hecho , pero aten-
no se contaban por segu- didas las otras costumbres,
ros. Quintiliano pues con- se le puede aplicar lo que
temporizó con todos los pa- el Poeta citado cantó de Vi^
ganos de Roma , acom.odan- vio Crispo , que también
dose al gusto y genio de andubo al lado de Domi-
su Mecenas , por donde lo- ciano.
''P''enít & Crispí juCimda sene&us^
Cujas erant mores , qualis facundia , mite
Ingsnium, Maria , ac térras , populosque regenti
Qiiis comes utiHor , si clade S peste sub illa
Scevitiam damnare , & honestum afferre liceret
Co7isilium ? Sed quid violentius aure tyranni;
Cum quo de pluviis , ciut asiibus , aut nimboso
l^ere locuturi fatum pendebat amici'^
Ule igitur numquam direxit bracbia contra
Tor-
8o España Sagrada, Trat, 69, Cap. 7.
Torretitem : nec civis erat , qui libera posscí
yerba animi pro/erre , & vitam impenderé vero*
Sic multas hiemes , atque odiogesima vidlí
Solstitia,
36 Fue también culpa-
ble Quintíliano en el exceso
con que se dolió sobre la
muerte temprana de sus dos
hijos. Su impiedad llegó en
este caso á prorrumpir en
expresiones tan detestables
como estas : Quis enim mi-
hi bonus parens ignoscat , si
studere amplius pQSSurn^ Ac
fion oderií hanc animi mei
firmitatem , si quis in me est
alius usas vocis , quam ut
incusem déos siiperstes om-
niitm meorum'^ NuUam tér-
ras despicere providentiam
tester"^
37 Últimamente parece
que nuestro Orador no care-
ció de ia noticia del Evan -
gelio , mas cerró los ojos á
su luz anteponiendo las ti-
nieblas de la gentilidad. El
frequentó la casa de Cle-
inente , cuyos hijos tubo
por discipulos , y por quien
logró los honores consula-
res. La familia de aquel no-
bilisimo Caballero esparcía
por todas partes el suave
olor de la fé , y de las vir-
tudes christianas. Entre sus
grandes riquezas y dignida-
des vivia con suma pobre-
za , modestia y humildad
conforme á los preceptos
Evangélicos. Esta profesión
de Clemente y de su casa
no pudo menos de ser ma-
nifiesta á Quintíliano , á
quien el Cónsul • estimó y
honró como hemos visto.
En medio de esto , y de ver
por sus proprios ojos , que
el mismo Clemente , y al-
gunos de su familia sufrie-
ron la muerte y el destier-
ro por la confesión de la
Fé , él si no fue enemigo del
nombre de Christo , á lo
menos no hizo de él el
aprecio que debia , ó por
decir mejor le tubo por des-
preciable , como se puede
ver en el cap. 7. de su lib. 3.
Obras de Quintíliano,
38 Los primeros libros,
que se publicaron en Roma
con el nombre de nuestro
famoso Calagurritano , fue-
ron dos que trataban del
arte de la Rhetorica. Esta
obra
Obras del Orador QuintUiano. 8i
Obra no fue compuesta por tro deseo como otras Obras
su Autor con el fin de que
se ofreciese al público , y
se reduela solo á algunos
discursos que Quintiliano di-
jo en la escuela , para que
con ellos se impusiesen sus
discípulos en el conocimien-
to de aquel arte. Algunos
de estos recogían y escri-
bían las lecciones, que Quin-
tiliano les daba vocalmen-
te , y zelosos de la gloria
de su Maestro formaron los
dichos libros y los divulga-
ron , sin darle antes noticia
de su intento. Todo consta
por el testimonio de nues-
tro Orador en el prefacio de
sus Instituciones , donde
mencionando sus libros de
Rhetorica dice de ellos:
Ñeque editi á me , ñeque
in hoc comparati, Namque
altcrum , sermone per bi~
duum habito , pueri ^ quibus
id prcüstahatur , excepcrtiní,
alterum pluribus sane die-
bus , quantum notando- con-
sequi pcterant ^ interceptum
boni juvenes ,. sed niniium
awantes mei temerario edi-
tionis hcnore vulgaverant.
Estos libros no han pareci-
do hasta ahora.; aunque si
he de decir lo que siento,
no son tan dignos de nues-
' TonuXXXÍll,
del Autor ; porque á Ja, ver-
dad en las Instituciones se
trata perfedamente quanto
pertenece á la naturaleza^
utilidad , y partes de . la
Rhetorica , y todo ésto con
mayor esmero que en los
libros perdidos , si creemos-
ai mismo Quintiliano , que
dice asi en el lugar citado:
Quare in bis quoque libris
erunt eadem aliqua multa
mutata , plurima adjedta^
omnia vero compositiora , <^
quam nos poterimus elabo-
rata.
39 Compuso también
y público nuestro Escritor
otra Obra en que declaraba
las causas porque vino á
corromperse la eloquenciai
Esta era sin duda de mayor
utilidad , porque en el.i.a
descubría Quintiliano con
grande particularidad y ra-
dicalmente los motivos de
la decadencia de aquel nobir
lisimo Arte, y. prescribía
el antídoto ó remedio que
podría precaverlos en ade-
lante , y mantener la Orato-
ria en el estado de perfec-
ción , en que fue .puesta per
Cicerón y Hortensio. El
mismo Autor en medio de
la gran moderación , con
L que
§2 España Sagrada.
que habla de sus proprias
Obras , da á ésta el epitheto
de óptima en el prologo del
lib. 6. donde mencionando
el suceso triste , que le so-
brevino al emprehenderla
dice : Nam ita forte accí-
dit , ut eum queque Ubrum^
quem de causis corrupta
eloquentice emisi^jam ser ite-
re aggressus , simili idiu fe -
rirer. Tune igitur optimum
fuit iffaustuw opus &c\ Era
asimismo estimable esta obra
por tratarse en ella mas
copiosamente algunos asun-
tos que se tocan en las Ins-
tituciones , como parece por
el cap. 6. del lib. 8. donde
habla de los tropos , y di-
ce al fin que no era nece-
sario tratar mas largamente
del hyperbole , por haber
explicado con mayor lati-
tud esta materia en el lib.
en que asignó las causas de
la corrupción de la eloquen-
cia.
40 Muchos Críticos sos-
tienen que esta Obra existe,
y que es una misma con
la que se intitula : Dialogus
de ciar i s Oratcribus, Don
Nicolás Antonio sigue este
diélamen en su Bibliotheca
Vet, lib. I. cap. 10. Los fun-
damentos en que se" apoya
Trat, 59. Cap. 7.
se reducen á que el estilo
es mas semejante al de Quin-
tiliano que al de Cornelio
Tácito , á quien otros la
atribuyen , y ademas de es-
to el asunto del Dialogo , es
muy digno y muy proprio
de nuestro Orador , cuyos
escritos se dirigen todos á
ilustrar las materias de elo-
quencia , quando de Tácito
no tenemos noticia de que
se dedicase á escribir diser-
taciones del Arte de Rheto-
rica. Justo Lipsio fue de es-
te parecer en algún tiempo,
y se fundaba en que el es-
tilo es enteramente uno
mismo con el de Quintilla -
no , y en que este Orador
testifica haber escrito la
Obra dicha de ias causas
por que vino á decaer la
eloquencia , el qual titulo es
muy conveniente al argu-
mento del Dialogo , cuyo
principal objeto es decla-
rar ó señalar las mismas cau-
sas ; por lo que Materno,
que es una de las personas
que hablan en él , dice asi
á Mésala otro de los Inter-
locutores. Exprime nohis non
Jaudationem antiquorum , sed
causas cur in tantum ab elo'
quentia eorum recesserimus*
Sin embargo no perseveró es-
te
Obras del Orador Quintiliano. 83
te erudito en tener al Dialo-
go por Obra cierta de Quin-
tiiiano , pues su ultima re-
solución fue confesarse du-
doso, é ignorante en este
punto : Itaque ambigo , S
cum multa dixerim , claudo
tamen omv.ia , S signo hoc
responso , mihi non liquere.
La razón , q-ie le hizo du »
dar y temer de la verdad
de su primer diélamen,fue
el parecerle que Quintiliano
tenia mas edad que el Au-
tor del Dialogo , el qual
confiesa que era muy joven
en el año 6. del Imperio
de Vespasiano , en que se
tubo aquel tratado ; lo que
no puede componerse con
la edad de nuestro Orador,
que por aquel tiempo pasa-
ba mucho de los primeros
años de la juventud.
41 En las Memorias de
Trevoux del año de 17 19.
se adjudica el Dialogo á
otro Escritor distinto de
Quintiliano : Cet ouvrage^
dicen , dont nous avons un
tres-beau fragment parmi-
les ¿euvres de Tacite n* est
selon toutes les apparences
fii de Quintilien , ni de Taci-
te < non que ce dialogue ne
soit tres digne de Quinti-
¡iin
; mats ce n est pomt
son stile , S la matiere n*
y est qu^ efflcurée \ au-lieit
qu^ elle etoit approfondie
S détaillée dans le livre des
causes de la corruption de V
eloquence. Esta censura se
halla á la letra en el pre-
facio de la traducción que
hizo Mr. Gedoyn pag. IX. y
XXXÍV. y de ella se colige
quan diferente era el gusto
de este Autor del de Lipsio
en orden á discernir los es-
tilos.
42 Juan Alberto Fabri-
cio en su Biblioth. Lat.
confiesa que hay muchos
argumentos en prueba de
que el Dialogo es de Quin-
tiliano ; pero sin embargo
se persuade á lo contrario,
por no hallarse en éste lo
que el mismo Quintiliano
asegura haber tratado en
la Obra de las Causas de
la corrupción de la eloquen-
cia. Sería muy eficaz esta
razón , si el Dialogo per-
severara entero mas no
existiendo sino un fragmen-
to, que compone la prime-
ra parte , como se colige de
las ultimas palabras, no ha-
ce mucha fuerza para el
intento.
43 Yo tengo por indu-
bitable, que esta Obra no
La es
84 España Sagrada.
es de Quintiliano , y por
consiguiente que- no debe
confundirse con la de ¡as
causas. Fundóme en la ra-
nzón que apunta Lipsío to-
mada 'de la edad que tenia
el-Autor del Dialogo ,quan-.
do los ' interlocutores tra-.
íarorí la ipateria que en él
se disputa. Dice pues éste
en el principio de su Obra,
que era muy joven enton-
ces :^(2iwo''í^¿ü////t"'.y hanc quccs-
tionem pertra&antes juve-
nis' áolmodum audivL De el
cap. 17. consta asimismo
que esta controversia se tu-
bo en ' el afioí €. de Vespa-^
sumó', esto es, en el año
74, t). 75. de Christo. Pues
ahora; ¿como podrá com-
ponerse que Quintiliano era
muy joven en este ticmpq?
El mismo testifica v^ como
digé antes , que oyó á Do-
micio Afro'' siendo joven:
Utar etiim ver bis iisdem^
quce ex Domitio yífro jwvenis
víccepí. :Este Orador murió
segim Tácito en el año 59.
de íaEra vulgar. ¿Gomo pues
se verificíirá que Quintiliano
era muy joven en el año
74. ó 75. si antes, -del 5f>.
se hallaba en los años de la
juventud ? ^i 'i-'? oY
45 ' Don- Nicolás, Antonio
Trat, 69. Cap, 7.
se empeña en hacer verisi-r
mil , que la expresión admo".
dum jiivenis puede adaptarse
muy bien á Quitlliano ; y pa-
ra esto omitiendo la quenta,
que . debia formar de los
años, que tenia según ios,
testimonios que leemos en,
sus Instituciones , comienza
á numerar ios años desde el
sexto del imperio de Ves-i
pasiano en esta forma, Poq-;
gamos quatro, años masy
que gobernó, este Empera-t
dor , do'^ de Tito , y catorce
de Domiciano. Estos juntos
hacen la su^ua de Y<¿inte
años; Contemos ahora, vein-
te ly- cinco años que es el
principio de la juventud , y.
la edad del Autor del Dialo-
go , y hallaremos que Quin-
tiliano tenia quarenta y cin-
co años después de haber
enseñado veinte, y quando
escribía las Instituciones.
En lo qual nada veo , di-
ce , que no convenga á las
cosas de este Orador. Pero
este erudito yerra mucho
en esta quenta ; porque pro^
cede en ella bajo el supues-
to falso de que Quintiliano
se hallaba en la primera, ju-
-ventud en el año 6. de
Vcspasiano , y 74* ó 75. de
Christo , siendo asi que cor
mo
Obra s del Orador QuintUiano, 8 5
mo he probado de algunos pues que el Autor del Dia-
lugares de las Instituciones,
nuestro Orador pasó los
primeros años de la juven-
tud en el Imperio de Ne-
rón , y antes del año 59,
de la Era vulgar en que
murió su Maestro Domicio
Afro: de donde se infiere
evidentemente , que tenia
cerca de sesenta años,
quando renunció el oficio de
Maestro de eloquencia.
45 Otro argumento nue-
vo se me ha ofrecido en
comprobación de que Quin-
tiliano no escribió el Dialo-
go de ios Oradores. El Au-
tor de este afirma que oia
él como discípulo á M.
Apro y á Julio Secundo, que
eran entonces los m>as céle-
bres ingenios del foro Ro-
mano , asistiendo con afición
no solo á las causas públi-
cas que ellos tenian , sino
también á sus conversacio-
nes familiares : Quos ego in
judiciis no7i utrosque wcdo
studiose aiidkbam , sed dcmi
quoque r, & in publico üssec-
tahar mira siudiorum cu-
pidíta te ^ S quodam ardor e
juvenili j, ut fábulas queque
-eorum , S Jisputat iones , &
-arcana semótce diStionis pe-
■nitus ejcd^erem». Tenemos
logo era muy joven , y
estudiante , quando Julio Se-
cundo corría con la fama
de Orador insigne y elo-
quente. Lo qual de ningún
modo conviene á Quintilia-
no , que haciendo mención
de este Julio en el cap. 3.
del lib. 10. de las Institu-
ciones , le llama igual en la
edad , y amigo suyo fami-
llar. Qua de re memitii nar-
rasse mibi Julium Secun^
dum , illum cequalem mcum,
ai que á me ^ ut noíum est^
füiíiiliaritate amatum , mi-
rcv facundice virum ^ infl-
niíce tome curce y quid esset
sibi á patruo suo diciun\
Confirmase pues lo que dige
antes , que la edad de Quin-
tiliano era mayor que la del
Autor del Dialogo; y poi
tanto se debe confesar que
esta Obra ni es la misma
que la de las causas de 1^
corrupción de la eloquencia,
ni parto de nuestro Orador,
sino de otro mas m*ozó;
auque coetáneo suyo.
46 Acerca de ias Decla-f
maciones quC: andan con el
nombre de Quintilíano , es
muy difícil resolver , si
todas ó á lo menos algunas
de ellas ,. pueden reputarse
por
8 6 España Sagrada,
porObras suyas. Es constan-
te que en tiempo de nues-
tro Orador se publicaron
causas forenses trabajadas
por él mismo , como referí
en las noticias que he dado
de su vida. S. Gerónimo
y Alcuino le atribuyen la
controversia , en que se
trataba de la acusación que
se hizo contra cierta ma-
trona, que parió un Ethio-
pe. Ladancio en el lib.
I. de las Instituciones cap.
Qi. cita el Fanático de
Quintiliano , y exhibe una
sentencia suya por estas pa-
labras : Optime igitur Quin-
tilianus in fanático , istud
inquit ^ú Deus cogit , iratus
est. En el lib. 5. cap. 7.
cita también otra Declama-
ción cuyo titulo era caput
obvolutum^ y pone un lugar
tomado de ella : Quod qui-
dem ípsum (¿uintilianus egre-
gie , ac brevitef ostendit in
capite obvoluto. Nam quae,
inquit , virtus esset innocen
tia , nisi laudem raritas de-
disset? Verum quia natura
sic comparatumest,utodium,
cupiditas , ira , in id , quod
incubuerint - agant caecos,
supra homines videtur culpa
vacare: Alioqui si natura
pares ómnibus aífedus dedis-
Trat.Sg. Cap. 6.
set , pietas nihil erat.
47 De las declamacio-
nes , que existen y corren
atribuidas á Quintiliano , las
unas que son las mas bre-
ves componen el numero de
145. y las otras largas no
pasan de 19. La sentencia
común de los Eruditos reco-
noce , que estas ultimas se
apartan mucho de la elegan-
cia de nuestro Orador , y de
las regias que prescribe en
sus Instituciones. De las pri-
meras creen algunos que son
de diversos Autores , y de
diversa edad , porque el
estilo no es igual en todas,
sino mas culto y elegante
en unas que en otras. Bar-
thio sostiene , que todas ellas
son fragmentos de las que
escribió nuestro Fabio Quin-
tiliano , á quien las adjudi-
can también absolutamente
Ángel Policiano, Juan An-
tonio Campano, y Pedro
Erodio , que las ilustró con
sus Notas. Entre tantas opi-
niones y tan diferentes gus-
tos acerca del estilo apenas
se halla razón , que deter-
mine ó incline á una parte
mas que á otra. Una sola
cosa me ocurre en este par-
ticular, la qual deben tener
presente los Eruditos que
pre-
Obras del Orador Quíntiliano* 87
pretenden deducir , si las por vicio de los copiantes de
aquel tiennpo , y de los si-
guientes?
46 Resta decir algo de
la Obra , que con toda certe-
za es propria y legitima de
Quintiiiano , la qual se cora^
pone de los doce Libros de
las Instituciones del Orador,
Emprendióla nuestro Cala-
gurritano , movido, como di-
je en su vida , de los ruegos
con que le importunaron al-
gunos amigos suyos , que
deseaban el acierto en la
elección de los preceptos de
Eloqüencia , de que otros
Autores habían escrito con
gran variedad y discordia.
Uno de éstos se llamaba
Marcelo Vidorio , á quien
declamacíoCwS son ó no de
Quintiiiano , por medio del
cotejo que hacen de ellas con
los Libros que son ciertamen-
te suyos ; y es , que sin em-
bargo de ser comunmente
el estilo la mejor prueba pa-
ra discernir ó mostraras! las
Obras son de los Autores á
quienes se atribuyen ; en las
declamaciones hay una cir-
cunstancia que nos obliga á
no tenerlas por absoluta-
mente agenas de Quintiiia-
no , aunque no sean muy
conformes con los demás Es-
critos de este Autor. El
misto testifica , que en sus
dias andaban por las manos
del público sus causas ó de-
clamaciones tan corrompi-
das , que apenas conservaban
algo de la primera pureza.
Nam ceter¿e , qu¿e suh nomi-
ne meo feruntur , negligen-
tia excipientium in qu<vs-
tum notariorum corruptce
minimam partem mei habent»
En esta suposición ¿qué in-
conveniente hay en que las
declamaciones que existen se-
an de Quintiiiano en su pri-
mer origen ; y que no obs-
tante se encuentre tanta di-
ferencia entre ellas , y los
Libros de las Instituciones
dirige su Obra , no solo por
la antigua y estrecha amis-
tad que con él tenia , y por
su intensa afición á las le-
tras , sino también por lo
mucho que le podría ser-
vir para la educación de un
hijo , que en la primera edad
daba ya muestras de un in-
genio feliz y sobresaliente.
Este Marcelo Viétorio es el
mismo á quien el Poeta Sta-
cio consagra el lib. 4. de su
Silva , sin que merezca aten-
ción lo que Bivar citado por
Fabricio alega , fundado so^
lo
•8S España Sagrada, Trat, 6g. Cap. 7,
io en el supuesto Chronicon
de Dextro ; por ser constan-
te , que el expresado Poeta
floreció en el Imperio de
Doir.iciano , y que por con-
siguiente fue coetáneo de
fluestro Orador.
47 Concluyó Quintilla-
no esta elegantísima Obra
en poco mas de dos años,
en medio de que mientras la
compuso, le ocuparon otros
negocios , de los quales na
sería el menos grave la edu-
cación de los nietos del Em-
perador. Su facilidad en es-
cribir lo que una vez habia
meditado, se hace patente
con lo que él mismo testi-
fica diciendo , que gastó la
mayor parte de los dos años
en inquirir lo que conducía
para esta Obra casi infinita,
y en leer , como era nece-
sario, inumerab'es Autores.
48 Concluidas las Insti-
tuciones, se abstubo por en-
tonces de su publicación ,pa-
reciendole que no habían
madurado bastante , y que
sería mas acertado repetir
la lección de su Obra , á ñn
de enmendar sus defedos,
cumpliendo asi lo que acon-
seja Horacio en el Arte Poé-
tico , V. :?38.
No'^'UmqUe prcmatur in annum,
Memhratus intus posltrs , de/ere ücebit^
O'.io.i non eiid-:ris : nescit v:x missa revertí.
49 P¿ro ocupándole en
este tan útil y necesario tra-
bajo , le fue preciso publi-
car sus Libros antes de cor-
regirlos quanto quería , por
las repetidas instancias de
los estudiosos , y por I03
ruegos continuos de un Li-
brero llamado Triphon , de
quien nuestro Marcial hace
memoria en su libro 4.
Epig. 72.
Exigís , íJt doíiem Postres tihi , Q-dnfe, libel/os;
Non babeo , sed babet bíbliopcla Triphoru
50 Algunos Autores es- que Q.úntiliano permitiese
criben , que esta Obra se en sus Libros las lisonjas é
publicó en el Imperio de indignas alabanzas con que
Trajano. Pero no es creíble quiso gratificar á Domicja-
no
Obras del Orador Quintiliano.
89
no, si ya habia muerto este
Principe. Por tanto , es mas
verisimil ,que las Institucio-
nes se pubiicaron bajo este
Emperador , y en el año 95.
ó 96. de la Era vulgar , co-
mo prueba el Inglés Enri-
que Düdvell.
51 Sería negocio muy
prolijo amontonar aquí los
singulares elogios que los
Sabios antiguos , y moder-
nos han hecho de Quintilia-
no , y de su Obra. Baste ex-
poner el juicio, que formaron
algunos de los mas cercanos
á nuestros tiempos. Poggi
en su epístola á Bautista
Guarin , escrita en el año de
1417. dice asi : Habiendo
tratado muchos , y excelen-
tes Autores latinos , como tú
sabes, del ornato y elegancia
del estilo , el mas eminente
entre todos es M.FabioQuin-
tiliano, quien escribe sobre lo
que toca á la instrucción del
Orador perfeétisimo con tan-
ta energía y exaditud , que
según mi juicio nada falta
después de sus preceptos, que
pueda conducir en orden á
la doctrina y eloqiiencia mas
elevada. Con él solo , aun-
que no tubiesemos á Cice-
rón padre de los Oradores
Romanos , podríamos aican-
Tom.XXXIJL
zar la citncia de decir pcr^
fcí^lameníe, Juan Antonia
Campano en la carta que di-
rige al Cardenal Senense:
Falta , dice, á la Eloqiien-
cia lo que no se aprende eti
los libros de Quintiliano ; /
alli se acaba el arte de ha-
blar bien , donde se halla el
ultimo de sus preceptos. Ha-
ce luego una comparación de
nuestro Orador, yTulio; y
después de reconocer en am-
bos las mas eminentes per-
fecciones , concluye con es-
tas palabras: Vor tanto ^ lo
que juzgo de Quintiliano es,
que después de Marco Tu-
llo , cuya felicidad en la
Oratoria debe mirarse y ad-
mirarse como la mas encum-
brada , él es á quien pode-
mos tener por Capitán , y
Maestro en la Eloqiiencia;
advirtiendo , que si después
de aprender su dodrina nos
falta todavía alguna cosa pa-
ra ser Oradores consumados,
ésta se habrá de tomar no
del Arte, sino de \3l natura-
leza. Claudio Capperoneri
en el Prefacio á su edición,
dirigido al Ilustrisimo An-
drés Hercules de Fleury , di-
ce : Quanto la Gramática
enseña sobre el modo de ha-
blar con pureza , la Retórir
M ca
po España Sagrada*
ca sobre el modo de decir
Gon ornato , la Dialedica so-
bre el arte de disputar con
sutileza , la Moral sobre la
educación santa de los ni-
ños , quanto los Retóricos
inventaron ó añadieron á fin
de componer y adornar la
Eloqüencia,todo esto se halla
en los Libros de Quintiliano,
si se leen de manera que se
entiendan,
52 La mayor alabanza
de las Tnstituciones de nues-
tro Orador está en que los
Eruditos juzgan comunmen-
te , que ellas son mas acaba-
das" y exaélas , y mas aco-
modadas y útiles para la
educación , instrucción , y
formación del que desea ser
perfedo en la Oratoria, que
las Obras escritas por Cice-
rón sobre esta misma mate-
ria. El famoso r Ángel Poli-
ciano dice de este modo:
Aunque no es mii animo ante-
poner absolutamente á Quin-
tiliano respedo de Cicerón^
con todo eso no puedo miC-
nos de creer, que las Insti-
tuciones de aquel son mas
llenas y copiosas que los li-
bros B^etó, icos de éste. Car-
los Rhollin es también: de
esta misma sentencia. Si no
me engaña ^áic(^ ^ el amor á
Trat. 69. Cap. 7.
la Obra que he tomado á
mi cargo , juzgo que no pue-
de hallarse entre todos los
Escritores antiguos , quien
pueda aprovechar á la ju-
ventud mas que Fabio Quin-
tiliano , asi en orden á culti-
var los ingenios con los mas
aventajados preceptos de la
Eloqiiencia , como á enno-
blecer el animo con la mas
sana dodrina de las costum-
bres. Hace luego examen de
la Retórica de Aristóteles , y
de Tulio , y concluye , que
en uno y otro se encuentran
algunos inconvenientes por
lo que mira al estilo de las
escuelas , de los quales, di-
ce , carece Quintiliano de tal
manera , que sobre esto po-
s^e las perfecciones de am-
bos.
53 Pero oigamos á Quin-
tiliano , que sin embargo de
la modestia y reverencia
con que habla de los Escri-
tores antiguos , y de sí mis-
mo , expone juiciosamente
algunas' razones que hacen
su Obra la mas apreciable
entre todas las otras de este
género. En el cap. i. del lib.
3. tratatando de los.que es*
cribieron de la Retórica, di-
ce asi : El principal orna*
mentó de la Eloqiiencia es
Ci-
Obras del O rador Quintiliano. 9 1
Cicerón , hombre verdadera- vivos. No obstante el respeto
mente incomparable , ya se
mire como Orador , ya co-
mo Maestro de Retórica. Se-
ría ciertamente justo callar
después de un hombre tan
doáo ,si él mismo no nos di-
jera que sus Tratados retóri-
cos se le escaparon de entre
las manos siendo joven , y si
en sus Libros del Orador no
hubiera omitido de proposito
algunas menudencias,que de-
sean los mas de los estudio-
sos. Cornificio escribió no
poco en esta materia : Sterti-
nio,yGallion el padre alguna
cosa ; y con mayor diligencia
que estos , Celso , y Lenas,
mas antiguos queGalüon ; y
en nuestra edad , Virginio,
Plinio, y Rutilio. Aun hoy
tenemos excelentes Autores
sobre este asunto ; los que
si hubiesen abrazado todas
las partes de que se compo-
ne esta Obra , me servirían
al presente de mucho auxi-
lio. Ellos merecen grandes
elogios ; pero yo me absten-
go de nombrarlos , porque
aún viven. Tiempo vendrá
en que serán alabados , por-
que su gloria durará hasta la
mas distante posteridad,
adonde no llegará la envi-
dia á que están sujetos los
que debo á hombres tan sa-
bios , no me arrepentiré de
exponer mi diétamen, porque
me parece conveniente na
adherirme con superstición á
la seéta de otro , sino solo jun-
tar las opiniones de muchos,
para que de este modo ten-
ga el Leélor libertad de ele-
gir lo que quisiere , conten-
tándome yo con el testimo-
HÍo de mi exaditud y dili-
gencia en este particular,
quando no pide mas la ma-
teria. En el cap. 4. del Hbp.
dice , que no se atrevería á
tratar después de M. Tulio
de la composición ó coloca-
ción de las palabras , si no
supiera que sin embargo de
que en este asunto se esme-
ró mas que en otros aquel
Orador eloqüentisimo , no
faltaron en su misma edad
hombres dodos , que le es-
cribieron desaprobando el or-
den y la estrudura que él
prescribía. Añade también,
que algunos Autores , que
florecieron después de Cice-
rón , establecieron algunos
preceptos que hacen al mis-
mo proposito ; y finalmente
propone , que seguirá en lo
mas su sentencia , y que por
ventura se apartará de ella
M 2 en
C}2 España Sagrada,
en algo, pero dejando siem-
pre libre á los Leélores el
juicio y parecer de aquel
grande hombre. Con estas
palabras llenas de modestia
y respeto insinúa Quintilia-
no , que su intento en esta
parte era enmendar los de-
feílos que algunos oponían
á Cicerón , y añadir lo que
acerca del modo de colocar
las voces enseñaron otros
Escritores mas cercanos k
su tiempo. De todo lo qual
se puede colegir , que no es
ageno de verdad el didamen
de muchos Eruditos , que
prefieren los Libros de las
Instituciones del Orador á
los que Cicerón compuso del
Arte de la Retórica ; y nos
persuadiremos mas fácilmen-
te al asenso de este j'Jcio,
si reconocemos que Q.iiati-
^ Hano trató largamente pun-
tos de mucha importancia,
que Cicerón omitió ó tocó
solo de paso, como lo ad-
vierte Fabricjn en su Bi-
blipth. líb.2. cap. 13. num.4.
S4 Estas particulares
ventajas, que se hallan en las
Instituciones , han excitado
en los Eru lítos vehementí-
simos deseos de que el estu-
dio de la Retórica de Quin-
tíliano se establezca en to-
Trat, 69. Cap, 7.
das las escuelas públicas. Y
á la verdad , si se pretende
poner remedio á los vicios
que en nuestros tiempos tie-
nen corrompida la Eioqüen-
cia , dudo que pueda seña-
larse otro mas oportuno que
esta Obra , cuyo único obje-
to es restituir á ia Oratoria
aquella antigua sanidad , y
robuistéz, con que desnuda de
todo color aparente y sobre-
puesto floreció en la edad
de oro ó en el tiempo en
que vivió Augusto. El famo-
so Mureto en el lib. 18. de
varias Lecciones , cap. 20. es
uno de los que desearon el
estudio de Quintiliano, por la
experiencia que él mismo
tubo de los progresos , que
con su lección se hacían en
las escuelas , y de la deca-
dencia á que vinieron las
buenas Artes , desde que se
pusieron en las manos de los
jóvenes otros libretes indig-
nos. Siendo yo muchacho,
dice , se explicaban con gran
cuidado en las escuelas las
Instituciones Oratorias de
M. Fabio Quintiliano , dili-
gentisimo , y exquisito Pre-
ceptor de Retórica; ni era
reputado por buen Maestro
de Eloqüencia , quien no tu-
biese la costumbre de eger-
ci-
Obras del Orador Quhniliano, 93
citar a sus discípulos en el afición en librillos insulsos.
estudio de la Obra referida.
Mudóse después de método;
y despreciados aquellos an-
cianos , y venerables arboles
de la antigüedad , crecieron
succesivamente los ramos
inútiles ; y la juventud hu-
yendo del trabajo, puso su
y en compendios , que me-
jor se dirian dispendios de
todas las Artes liberales , y
de todas las partes de la Fi-
losofía. De aquí se ha origi-
nado el verificarse de todas
las cosas ,
In pejus ruere , & retro subJapsa referri.
55 Ni hay para estos
males otro remedio mas se-
guro que renovar aquella
antigua costumbre , despre-
ciando estos nuevos maestros
tan indoélos como arrogan-
tes , y volver á tomar la ver-
dadera y sólida erudición de
los antiguos , á quienes sus
proprios méritos colocaron
€n la cumbre de la Eloqüen-
cia.
56 Ni el paganismo de
Quintiliano se ha tenido por
inconveniente , que impida
el uso de sus Obras en las
escuelas Christianas ; porque
enmedio de haber sido gen-
til , sus preceptos son tan
arreglados ,que no instruyen
menos en orden á las bue-
ñas costumbres , que á las
ciencias. Nadie , dice Pedro
Galland en su epístola al
Abad Enguilberto , sino el
que sea juez importuno , y
perverso , me tendrá por
descaminado y necio en de-
dicar estíís Instituciones á
un Eclesíasíico, y Religioso;
porque á la verdad no me-
rece el nombre de profano
un l'bro que instruye tanto
en lo moral , y virtuoso,
quanto en el Arte de la Elo-
qütncia. Porque ¿quién tra-
tó con mayor diligencia que
Quintiliano de lo que es jus-
ticia , bundad ,y honestidad,
sin las qua'es virtudes afir-
ma constantemente no puede
formarse el Orador? ¿Quién
sostiene con mayor tenaci-
dad , que el sagrado nombre
de Orador no conviene á
ninguno por eloqüente que
sea , M tiene su animo cor-
rompido con afedos vicio-
sos * Véase también sobre
este asunto ei Prefacio de
Car«
94 España Sagrada
Carlos RhoUin , Profesor de
Eloqiiencia en la Universi-
dad Parisiense , donde prue-
ba, que los Libros de Quin-
tiliano son utilisimos á las
costumbres , por los exce-
lentes avisos que dá freqüen-
temente , para aficionar á
los niños , y jóvenes á la vir-
tud , y hacerles odioso todo
lo que pfuede inficionar sus
tiernas almas.
Familia de Quintiliano,
57 Ambrosio de Mora-
les en el lib. 9. cap. 27. po-
ne una muy breve memoria
de nuestro famoso Quinti-
. Trat. 6c). Cap. 7.
liano , después de la qual di-
ce asi de su familia : Porque
Séneca nombra á un Quin-
tiliano también Orador , y
esto fue antes de Galba , al-
gunos han querido hacer dos
Quintilianos padre , y hijo.
Yo no tengo en esto cosa
cierta que pueda afirmar.
Solamente veo, que esta fa-
milia de los Quintilianos de-
bía ser natural de España;
porque demás de los dos
ya dichos ,yo veo una Arula
en Caravana, lugar cinco le-
guas de Alcalá de Hena-
res en el Alcarria , con esta
dedicación;
SATVRNINVS
PRO SALUTE
C.CLODII QUIN
TíLIANI . V .
58 También en los diez
y ocho Martyres de Zara-
goza ,: el Poeta Prudencio
nombra Quintiliano á uno de
ellos.
59 D. Nicolás Antonio
en el lib. i.de su Biblioth.vet.
cap. 3. num. 44. escribe, que
el fundamento que tienen al-
gunos en las Inscripciones
antiguas de España , para
afirmar que la casa ó fami-
lia de los Quintilianos es Es-
pañola , carece de la firme-
za necesaria para poner en
seguro esta noticia , espe-
cialmente haciendo Cornelio
Tácito mención de unQuin-
tiliano , que fue Tribuno dé
la plebe en Roma , cuyo ofi-
cio
Familia del Ora
cío no parece creíble se die-
se á un Español , aunque le
Jiubiesen concedido antes el
privilegio de Ciudadano Ro-
mano.
. 6o Esta razón de D. Ni-
colás Antonio no es de tanto
peso que haga inverisimil
la congetura de Morales.
Porque es indubitable , que
el derecho de Ciudadanos
Romanos que tenían muchos
pueblos de nuestra España,
consistía principalmente en
quitar el defeéto de origen
ó nacimiento , y habilitar á
ios que le gozaban para as-
cender á los magistrados , y
honores de Roma. En efeélo,
constan de los Fastos mu-
chos estrangeros , y nacidos
fuera de Italia , que llegaron
á obtener aun la dignidad del
Consulado. El mismo D. Ñi-
pólas Antonio trata en él cap.
Q.del lib.cit.de CornelioBal-
bo , natural de Cádiz , de
quien dice Plinio : Fui¿ &
Balbus Cornelius major Cón-
sul : : : Primus externorum^
atque etiam in^ Océano geni-
torum iisus illo honore , quem
majares Latió quoque nega-
verunt. No hay , pues , mo^
tivo para tener porincompa-
tible,que el Quintiliano men-
cionado por Tácito fuese Es-
dor Quintiliano. 95
pañol , y sin embargo tubie-
se en Roma el honorífico em-
pleo de Tribuno de la plebe.
61 Mi sentencia acerca
de la casa de los Quintilia-
nos es , que atendido el.
nombre , asi gentilicio , co-
mo proprio de la familia,
ésta es una de las que tie-
nen Autor , y origen cierto,
y de las mas antiguas de la
Italia, como derivada de los
Aborigines. Sexto Pompeyo
Festo de Verb, signifícate
señala el principio de ambos
nombres con estas palabras:
Quintiliani Luperci appella^
ti vídentur á Qin&ilio , qul
prcepositus est Lupercis , ut
á Fabio Fabiani di&i sunt,
ítem Luperci < quibus is
prcepositusfuerit. Fuisst au-
tem Romuli temporibus ins-
titutos & Fabianos & Quin-;
ámanos ,- multi sunt , qui
existiment , quorum nume-
rum postea auSium fuisse^
quia honoris grafía multi Lu-
percis adscribebantur. Cons-
ta , pues , por este testimo-
nio , que Fabio , y Quintilio,
Prepósitos de los Lupercos
ó Sacerdotes de Pan , dios de
los Pastores, son el origen de
los sobrenombres de los Pa-
blos , ó Fabianos , y de ios
Quintilios , ó Quintilianos,
am-
^6 España Sagrada, Trat, 6^, Cap, j.
ambas gentes patricias , y
de las mayores y mas anti-
guas de Italia. Los dos ape-
llidos , que antes se dieron á
gentes distinta*: entre sí , se
juntaron en la Casa de nu-
estro Quintiliano : pero de
modo que el de Fabio ser-
via de prenombre , y el de
Qjintiiiano de sobrenombre,
que distinguía su familia de
otras de los Fabios. El sobre-
nombre de Quintiliano pare-
ce se mantubo en esta Cisa
con estudio , y que se iiizo
hereditario , por lo que el
hijo mayor de nuestro Ora-
dor se decia también Qjin-
tiliano , como consta del Pre-
facio del lib. 6. de las Insti-
tuciones. Es verisimil que
esta conservación fuese efec-
to de algún particular es-
plendor o lustre del prime-
ro que lo tubo , como Plu-
tarco escribe del sobrenom-
bre de Cicerón \ pero igno-
ro quién fue este personage;
aunque es de creer , que por
señalado que fuese no trans-
fundió á los suyos aquel
nombre con tanta gloria
como la que recibió después
en el fnnioso Orador su des-
cendiente.
62 En este mismo siglo
primero florecieron antes del
nuestro dos Quinti llanos : eí
uno fue Sex. Nonio Quinti-
liano , Cónsul en el año 761,
de Roma , y 8. de Christo:
el otro fue el Declamador de
quien hace memoria Aneo
Séneca en el lib. 5. de la»
Controversias : Pertinere aj
rem non puto.... quomodo P,
Asprenas , aiit Quindíilia-
ñus declamaverint. Transeo
istos , quorum fana cum ip-
sis extin&a est. De este se-
gundo , á quien /muchos tie-
nen por Autor de las De^
clamaciones , dudan los Eru-
ditos si fue abuelo ó padre
del Orador. Yo no encuen-
tro razón positiva para re-
solver este punto ; pero me
inclino mas á la opinión de
Pitheo , Vosio , Andrés Sco-
to , y otros que añrman lo
primero. Séneca el padre flo-
reció en tiempo de Augusto,
y habla de Quintiliano co»
mo de un Declamador, que
era mas anciano que él , y
que habia muerto quando él
mismo escribia las Contro-
versias , como consta de las
palabras exhibidas. Habien-
do , pues, nacido el Orador
cerca del año de 40. según
lo que se puede colegir de
sus Instituciones , es necesa-
rio confesar que no fue hijo,
si-
Familia del Orador Quintiliano. 97
isino nieto del Declamador
mencionado por Séneca.
63 Algunos quieren que
el juicio , y crítica de nues-
tro Quintiliano acerca de las
Obras de Séneca , fue efeélo
del odio que tenia concebi-
do contra el padre de este
célebre Cordobés , por el
desprecio que en el lugar
referido hizo de Quintiliano
su abuelo. Ni ha bastado pa-
ra contener á los modernos
en esta sospecha la satisfa-
cion con que el mismo Quin-
tiliano pretendió justificar-
se , y purgarse de su des-
afedo á Séneca , que ya se
le atribuia en su tiempo:
Ex industria , dice , Sene-
cam in omni genere eloquen-
ticü distuli propter vulga-
tam falso de me opinionem,
qua damnare eum , & invi-
sum quoque hahere , sum cre-
ditus, Pero el candor que
resplandece en los Escritos
de Quintiliano , no permite
que pensemos tan bajamen-
te ; antes nos persuade , que
su juicio sobre el estilo de
Séneca nació solo de un ani-
mo libre en defensa de la
verdad. Una de las princi-
pales causas de la corrup-
ción de la Eloqüencia era
la grande estimación que los
TonuXXXllL
Romanos hacian del referi-
do Escr.'íor , en cuya com-
paración despreciaban ellos
á los antiguos , mirándole
como á un astro que había
venido nuevamente a ilumi-
na^-los. Los jóvenes no ttiii^n
otro em.peño que el de imi-
tar á un hombre , que en la
común opinión era reputa-
do por el mas dodo y elo-
qüente. El mayor daño es-p
taba en que teniendo Séne-
ca grandes y admirables
perfecciones , los Romanos
no ponian su estudio en la
imitación de ellas , sino solo
en conformarse con su esti-
lo , en el qual por la mayor
parte degeneraba de los que
escribieron en tiempo de Au-
gusto, quando la elocución
se vio adornada con la mas
sencilla y grave magestadi
Quintiliano no pudiendo di-
simular esta especie de ilu-
sión , y deseando desengañar
á los jóvenes con la autori-
dad é ingenuidad que pedia
el oficio, que se le habia con-
ferido por el Emperador y
Senado , tubo animo para
oponerse al consentimiento
común de los Romanos, ha-
ciéndoles patente , que al
estilo de Séneca faltaba d
concierto , peso , niímeroí.
N
har-
98 España Sagrada,
harmonía , y otras excelen-
tes propriedades,sin las qua-
les no puede hallarse la ver-
dadera Eioqüencia. Hizo es-
to con tal modestia y res-
peto , que al mismo tiempo
que publicaba los defedos
de Scneca , ensalzaba su mé-
rito , y volvia por su opinon
objetando á los Romanos,
que ellos le amaban mas que
le imitaban, y que se apar-
taban tanto de él , quanto
él se apartó de los antiguos:
que les agradaba no por sus
virtudes , sino por sus vicios;
de donde resultaba , que
gloriándose de que sus pro-
prias oraciones tenían el or-
nato y eioqüencia que las de
Séneca , infamaban el nom-
bre de este famoso Escri-
tor. Asi , que el intento de
Q.iintiliano no fue sacar de
entre las manos de los hom-
bres los Escritos de Séneca
haciéndolos menosprecia-
bles , sino solo manifestar,
que en lo concerniente á la
elocución no debía preferir-
se , como se prefería , á los
del tiempo de Augusto , á
quienes el mismo Séneca no
dejó de calumniar ; porque
sabía , que siendo su estilo
tan diverso del de Cicerón,
y otros , no podría él lie*
Trat, 69. Cap, 7.
varse los aplausos de eló-
qüente,mientras el público hi-
ciese estimación del gusto de
aquellos. Concluyese , pues,
que el juicio de Quintiliano
acerca del estilo de Séneca,
no procedió de odio ó des-
aféelo, sino del celo que tenia
del aprovechamiento de sus
discípulos , y de la necesidad
que hibía de restituir la Elo-*
quencia á su integridad y
pureza ; lo que no era posi-
ble consegiiir en tamo que el
famoso Cordobés fuese pre-
ferido á los mas antiguos.
64 Quintiliano, padre de
nuestro Orador , sobresalió
también en la Elocuencia:
pero no tenemos de su per-
sona otra memoria , que la
que nos dio su hijo en el
lib. 9. de las Instituciones,
cap. 3. por estas palabras:
Et cur me prohibeat pudor,
uti domestico exemplo ? Pa-
ter meiis contra eum , qui se
legationl immoriturwn dixe"
rat , dcínde vix paucis die-
bus insumptis re infedia re^
dierat : Non exigo , ut iti"
moriaris legationi , inmora-
re. Algunos coligen de aqui,
que el padre de Quintiliano
fue también Declamador, y
aun Abogado del Principe.
Mas á la verdad en este lu-
se menciona , no , se afirma
que egerció la Abogacía de-
Jante del Emperador , ni que
el discurso en que pronun-
ció esta aguda seiuencia fue
algún IJtií^io forma!. Nada,
pues , podemos establecer
.guiados del testimonio de
Quintiliano , sino solo que su
:padre estubo empleado en
uno de los oficios honorín-
cuyo
Familia del Orador Quintiliano. 99
igar, que es el único en que residencia en la patria hasta
que Galba le llevó en su
compania.
65 Dos hijos tubo nues-
tro famoso Calagurritano en
Roma , y ambos fueron prO'-
digios asombrosos por su in-
genio , y otras prendas na-
turales. El menor murió no
teniendo sino solos cinco
años, en los quales diceQuin-
tiliano , daba ya grandes mu-
estras de agudeza , y viva-
cidad ; y lo que es mas , de
un entendimiento profundo.
El primogénito , llamado
también Quintiliano , murió
á los diez años de su edad,
.del qual nos dejó su padre
un excelente elogio en el
Prefacio del lib. 6. de las
Instit. No tenia yo , dice,
otra esperanza , ni otro gus-
to, que el que hallaba en mi
hijo Quintiliano ; y á la ver-
dad , él solo bastaba para
consolarme en la pérdida de
su madre , y hermano. Por-
que no se reducia la fecun-
didad de su alma á ostentar
solas flores , como el otro
que murió á los cinco años,
sino que habiendo entrado
en los diez de su edad , lle-
vaba ya fi utos bien sazona-
dos. Juro por los mismos ma-
les que padezco , por esta in-
N2 fe-
icos de la República
cumpiimiento le obligó en
esta ocasión á reprehender
al Diputado , que se habia
yuel o sin evacuar el nego-
cio cometido. Ni bay apa-
riencia de que esto fuese en
Roma , y en presencia del
Emperador : antes bien es
mas verisímil que suce-
diese en Calahorra ; porque
además de que el Diputado
contra quien se procedió en
este caso mas parece Dipu-
tado de una Ciudad que Em-
bajador del Principe , como
dice Tillem.ont , es también
mas probable que la familia
de Quintiliano no pasó á Ro-
ma como la de Séneca , sino
que se mantubo siempre en
Calahorra , como lo indica el
hecho de volverse nuestro
Orador á España después que
concluyó sus estudios ; y su
ri 00 España Sagrada. Trat, 69. Cap. 7.
feliz conciencia atormenta-
da con mis penas , por la
misma alma de mi difunto
hijo , que entre tantos como
lie conocido y experimenta-
<3o , no he visto uno que se
le pueda comparar en la fa-
cilidad de su ingenio para
adquirir las Ciencias , y en
el gusto con que para satis-
-facer á su propria inclina-
cicn , estudiaba. Quando el
pudor me impusiera silencio
en eyta ocasión , sus mismos
Maestros podiian testificar
estas verJaJes ,que ellos co-
nocen muy bien. Además de
esto , eran muy notables en
mi hijo la bondad , piedad,
¡dulzura , y liberalidad ; vir-
tudes con que cautivaba á
cuantos le oían , ó veían. A
-estas admirables qualidades
ide su ahimo se agregaban las
gracias con que le adornó la
naturaleza ; quales eran la
suavidad y claridad de su
voz , el atractivo maraviilo-
•€o de todas las facciones de
"SU rostro , y la propriedad
con que pronunciaba las vo-
•ees de las lenguas Latina, y
Griega. Todas estas dotes
íios prometían un hombre,
^ue sería con el tiempo per-
íedo ; pero aún eran mucho
mas recümcndables , la cons-
tancia , la gravedad , y la
firmeza de su animo , que le
hacían superior á todo do-
lor , y á todo miedo. Porque
¿quién podrá explicar el va-
lor con que sufi ió la enfer-
medad de ocho meses?
¿O^ántas veces se admira-
ban los Médicos á vista de
una fortaleza tan rara en
aquella tierna edad? ¿Con
qué presencia de espíritu,
con qué razonamiento me
alentó en las ultimas horas
de su vida? En estas dio la
mayor muestra , de que si
viviera llegaría á poseer la
mayor erudición ; pues sien-
do asi que en fuerza de la
enfermedad padecía delirio,
y olvido de todas las demás
cosas , nunca llegó á perder
la memoria de lo que había
estudiado.
66 En el mismo Prefacio
hace Quintiliano memoria
de su muger , madre de los
dos hijos referidos. De es-
^ta , dice , que murió antes
que ellos , no habiendo cum-
plido los diez y nueve
años de su edad. Pondera
el grande amor que le te-
nia ; pues sin embargo de
ser tan moza , especialmen-
te si se comparaba con él
mismo , con todo eso de-
sea-
Familia del Orador Quintiliano, i o i
Seaba no sobrevivir á su
marido. Alábala también
exagerando sus virtudes,
pues dice , que la adorna-
ban todas aquellas de que
es capaz una muger.
67 Esta fue hermana de
algún noble Romano , que
tubo la dignidad Pretoria,
pues hablando el mismo
Quintiliano con su primo-
génito difunto dice : Te ne
consulari nuper adoptiom
ad omnhim spes honorum pa-
tris admotum , te avúnculo
pTíetori generum destinatum^
te omnitim spe Atticce elo-
quenti¿e Candidatum , su-
perstes parens tantum ad
poerias amisi ? Burman no-
ta , que el padre de ésta fue
Tutilio , también Pretor,
y se funda en que escri-
biendo á Quintiliano su dis*
cipulo Plinio llama nieta
de Tutilio á una hija del
mismo Quintiliano : Quam-
vis & ipse sis CGTitinentis-
simus , & filiam tuam iia
institueris^ ut deccbat filiam
tuam , Tuíilii neptem &c,
Pero en este diélamen hay
una equivocación manifies-
ta , que consiste en creer,
que la hija de Tutilio fue
madre de los niños , cuya
muerte Hora Quintiliano , y
de la hija que menciona Pli-
nio ; lo qual no se compone
bien con el Prefacio del lib.6.
de las Instituciones , y la
epístola citada. Según el Pre-
facio la muger de Quintiliano
murió antes de cumplir los
19. años , y sus dos hijos en
la edad el uno de g.años,
y el otro de diez. Después
del fallecimiento de estos
quedó Quintiliano solo sin
tener persona alguna de su
familia , que le pudiese ser-
vir de consuelo : Superstes^
dice , omnium meorum , ó á
quien dejase heredero de
los bienes de fortuna que
poseia; por lo qual dice
también , que su patrimo-
nio y la Obra de las Insti-
tuciones vendrían necesaria-
mente á poder de estraños:
Nos miseri , sicut facultates
paírimonii nostri , ita hoc
opus aliis paravimus ^ aliis
relinquemus. Lo qüal de nin-
gún modo sería verdad , si
la hija de Quintiliano , de
quien habla Plinio , fue her-
mana uterina de los dos
niños expresados ; porque
ésta , quando se escribió la
epístola citada , estaba ya
crecida , y en edad de casar-
se ; de donde resulta , que
si su madre fue la que mu-
rió
102 "España Sagrada,
rió á los diez y nueve años,
y cuya muerte llora nues-
tro Orador , ella vivió algún
tiempo mas que ios dos
hermanos ; y por consiguien-
te que Quintiliano no podia
quejarse , quando murió su
hijo primogénito que le ha-
bla quedado , de que él era
el único que vivia de todos
los suyos, y que no tenia
á quien dejar sus bienes.
63 Dodwell reconocien-
do esta dificultad establece
en sus Anales , que Quinti-
liano celebró dos matrimo-
nios, el primero por los años
de 82. de la Era vulgar , del
qual tubo los dos hijo> de que
habla en el prefacio, cuya
madre murió en el año 89.
el segundo cerca del año
de 94. con la hija de Tuti-
lio mencionada por Plinio el
mozo 3u discípulo , de la
que tubo una niña que
después se trató de casar
con Noaio Cjler. Pero en es-
te punto es mas conforme
á la verdad la sentencia de
D, Nicolás Antonio , que po-
ne primero el casamiento de
Quintiliano con la hija de
Tutilio : porque mientras
Quintiliano estubo casado
con esta muger , no abun-
dó de bienes de fortuna, y
Trat. 59. Cap- 7.
por -esta causa habiendo de
casarse su hija con el ex-
presado Nonio Celer , que
era hombre muy noble y
autorizado ; Plinio como dis-
cipu'iQ agradecido , y ca^
ballero rico y generoso , le
escribió , ofreciéndole un.i
buena cantidad de dinero,
y rogándole con instancia
que la aceptase , para que
de este modo andubicse su
hija con la decencia y co-
mitiva correspondiente á la
condición y di-^nidad de su
marido. Te porro , dice, ani'
mo heatíssimum , modicurn
facultatibus scio, Itaque.
partem oneris tuimihivtn'
dice , ^ tamqnam parens
alter puellce nostrt^ con f ero
qidnquaginta millia num~
múm , plus collaturus , nisi
á verecundia tita sola medio r
critate munusculi impetrari
posse confidere-n , n: recusa^
res. El estado de fortuna,
que aqui se representa , no
convino á Quintiliano sino
en los primeros años que
empleó en la enseñanza de
la juventud ; porque en los
siguientes fue tan opulento
como pondera Juvenal , y
como se infiere de la re-
nuncia que hizo de los ofi-
cios de Orador y de profesor
de
Familia del Orador Quintiliano»
de Rhetorica , por no nece-
sitar de ellos para el susten-
to de su famiüa ; y esto an-
tes de obtener los honores
consulares en tiempo no de
Hadriano , como pretende
Dodwell , sino de Domicia-
no , como dige en su vida.
69 Esta hija de Quinti-
liano habia muerto algunos
años antes que su padre es-
cribiese el Prefacio del lib.
6. y por esta razón pode-
mos creer no hizo memo-
ria de ella , como de los otros
hijos , cuya muerte le cau-
saba mayor pena asi por
ser mas reciente , como por
haberle privado de dos va-
rones , de quienes esperaba
la succesion y lustre de su
casa. De este modo se com-
ponen muy bien las noticias
que tenemos de la familia
de Quintiliano asi en las
Obras de este Orador , co-
mo en Juvenal y Plinio , sin
que sea necesario el recur-
so de Mr. Gedoyn , que sin
fundamento alguno se per-
suadió i que la epístola de
Plinio no se dirigió á Qjin-
tiliano , sino á Quintiano,
sentencia nuevamente inven-
tada contra la fé de los có-
dices , y común parecer de
los Autores.
103
DESVANÉCESE LA
opinión de algunos Escrito-
res modernos , que sin otro
apoyo que sus proprias é in--
subsistentes congeturas se
oponen a la nitor idad posi"
tiva de los antiguos acer-
ca de la patria de
Quintiliano,
70 En aquellos siglos re-
motos de nuestra edad , y
proximios á la del célebre
Orador Marco Fabio Quinti-
liano , en que por escritos,
y por la tradición se podia
tener cierta noticia de su
patria , jamás se dudó, que
fuese Español , y natural de
Calahorra. En el Chronicón
de Ensebio, referida la muer-
te de Nerón, y mencionados
Galba , Vitelio y Othon,
el primero de los quales se
apoderó del Imperio en Es-
paña , se lee luego de este
modo : Mar cus Fabius Quin-»
tilianusRomam á Galba per~
ducitur. En el mismo , al
año 89. Q'iintilianus ex His'
paiia Calagorritanus pri-
mus Rom¿e publicam scho^
lam aperuit , S salarium i
fisco accepit , ^ claruit. S,
Gerónimo suponiendo esta
verdad , dijo graciosamente
con-
104 España Sagrada, Trat. 6g. Cap, 7.
contra Vigilancio,que tenien
do su patria el mismo nom-
bre que la de Quintiliano,
salió tan indodo en el arte
de hablar bien , que com-
parado con este grande Ora-
dor , podía reputarse por
mudo. Iste caupo Calagurri-
tanus , S in pcrversum
propter numen viculi muius
Quíntilianus , &c, Ausonio
en la memoria que hace de
los Profesores Burdigalenses,
pondera á su preceptor Ti-
berio Vidor Minervio di-
ciendo, que con su Rheto-
rica habia ilustrado á su
patria , no menos que Quin-
tiliano á su Calahorra.
Adserat usqiie Jicet Fabiutn Calagurris alunmum^
Non sit Burdigal¿B dum catkedra inferior.
71 Casiodoro en su Cro-
nicón dice también expre-
samente , que Quintiliano fue
natural de España , y el
primero que abrió escuela
pública en Roma , y gozó
los gages del fisco. Asi que
todos los antiguos están
conformes en este punto,
sin que se halle alguno , que
haya testificado lo contra-
rio , ó á lo menos haya du-
dado acerca de esta verdad.
Por tanto los Autores mas
Criticos y Eruditos de los
últimos siglos convinieron
fácilmente como era justo
en afirmar fuera de toda
ambigüedad , que Quintilia-
no fue Español y de Ca-
lahorra. Ángel Policiano:
Mar cus Fabius Quinti/ia-
ñus ex Hispania oppido Ca-
laguri¿e máxime propter oh-
sessum in eo Sertorium in-
signi , Nerone imperante d
Galba ( qui & ipse deinde
Imperator fuit ) Romam
adclecens admodum perduc
tus est. Patre autem quan-
tum colligimus cum erudito
viro , tum in reipublicce su¿e
administratione honestissime
vérsate usus est. Véase tam-
bién Juan Andrés Obispo
Aleriense en su epistola al
Papa Paulo II. Rafael Vola-
terrano en su Antropología,
Cataneo sobre la epistola
14. de Plinio lib. 2. y Jaco-
bo Felipe Bergomense en el
suplemento al año 72.
72 El primero que des-
pués de tan largo consenti-
miento se opuso a la auto-
ridad de Escritores tan an-
ti-
Patria del Ora
tiguos y celebres fue el Au-
tor de la vida de Quintilia-
■no, que se halla en el prin-
'cipio de sus Obras. Este no
exhibe otro fundamento,
que una congetura, y esa muy
poco firme, aunque él la cali-
'íica de muy verdadera. Su
•poca fidelidad y su ignoran-
cia se muestra en que para
confirmar su presunción cita
á Quintiiiano , en prueba de
que su padre egerció la
abogacía en Roma en pre-
sencia del Emperador ; y en
que llama Marcelo al hijo
mayor del mismo Quintilia-
no ; siendo asi que lo pri-
mero no se halla en la men-
ción que este Orador hace
de su padre , y lo segundo
es contra el expreso testi-
monio que nos dejó en su
prefacio al lib. 6. donde dá
á su hijo el nombre de Quin-
tiliano. Sin embargo como
si el Autor referido fuera
digno de alguna fé , no
faltan Escritores modernos
que hacen aprecio de su
congetura. Pondré lo que
Mr. Gedoyn escribe en su
•prologo á la traducción de
Quindliano , por ser este
Académico Francés , el que
con mas vigor pretende ad-
judicar á los Romanos al cé-
lom. XXXllL
AoY QmnúViam. 105
lebre Orador , gloria y or-
nam.ento de nuestra España.
73 Si creemos , dice, á
Ausonio , á S. Gerónimo, Ca-
sicdoro, y algunos otros,
á quienes sigue Mr. de Tille-
mont , M. Fabio Quintiliano
fue natural de Calahorra
ciudad pequeña de España,
pero célebre por el valor
de Sertorio , á quien el gran
Pompeyo tubo sitiado en
ella. Pero aunque las autori-
dades de aquellos Escrito-
res son de mucha conside-
ración , yo sostengo con
Vosio, que Quintiliano fue
natural de Roma. Basta leec
sus Obras, para que qual-
quiera se dé por convencido
en este punto. En muchos
lugares de sus Instituciones
habla de los Maestros que
tubo , del modo con que
fue instruido , de las per^
sonas que él conoció ; y todo
lo que dice muestra , que
no fue educado en otra par-
te que en Roma.
74 Ademas de esto no
parece verisímil , que un es-
trangero hubiese pod'do al-
canzar un conocimiento tan
profundo como él tenia de
la lengua latina , y de las
leyes , costumbres , é Histo-
ria de los Romanos. Añada -
O se
I o5 España Sagrada,
se á esto , que Marcial Poeta
Español no hubiera dejado
de ponerle en el número de
otros muchos Españoles á
quienes alaba en un epigra-
ma ; pero lejos de esto hace
un elogio aparte sin dar á su
patria el honor de haber pro-
ducido un espíritu tan bello.
75 En fin si Quintiiiano
fue Español , nos veremos
reducidos á creer , que él
habia olvidado su propria
lengua ; porque hablando
en el lib. primero de sus
Instituciones de las voces
estrangeras, que se introdu-
geron en la lengua latina,
pone entre ellas la voz
giirdus ^ y dice él mismo que
no la conoció jamás , y que
tenia oido, que su origen
era de España.
76 Creyó sin duda este
erudito Francés , que S,
Gerónimo , Ausonio , y Ca-
siodoro expresaron la pa-
tria de Quintiiiano teme-
rariamente , y por m.era
imaginación , pues se atre-
vió á preferir tan débiles
congeturas á la venerable
autoridad de tan juiciosos,
y antiguos Escritores. Pero
¿quien se persuadirá á que
estos procedieron sin la
exaditud y critica acostum-
Trat. 69. Cap. 7.
brada , quando tan asertiva-
mente escribieron, que Quin-
tiiiano fue Español y natu-
ral de Calahorra? ¿Quien no
confesará que tubieron para
esta noticia algún testimo-
nio mas antiguo , y próxi-
mo á la edad del referido
Orador? En efedo no se
puede dudar, que S. Geró-
nimo tubo presente la ^auto-
ridad de Suetonio, que es-
cribió poco después de Quin-
tiiiano , y aun pudo ser su
discípulo como Plinio, con
quien se comunicó familiar-
mente. El mismo Santo afir-
ma en el Prefacio al Chro-
nicon de Ensebio , que en
la versión de esta Obra no
hizo solo el oficio de Inter-
prete, sino también el de
Escritor añadiendo muchas
noticias especialmente de la
Historia Romana , que Ense-
bio omitió no por ignoran-
cia de ellas , sino por no
parecerle nesesarias para su
Nación. Estas adiciones se
hallan en el tiempo que pasó
entre la cautividad de Tro-
ya , y el año veinte del
Imperio de Constantino, Jas
quales , dice, sacó con gran-
de esmero de Suetonio , y
otros ilustres Historiadores.
De este genero son las dos
no-
Patria del Orador QiiintlUano, 107
Jogo que se lee en el prin-
cipio de los Códices los
nombres siguientes.
noticias que puso concer-
nientes á Quintiliano; por lo
que no es S. Geroríiino el
primer Autor de cilas sino
Suctonio, que como he dicho
fue coetáneo de nuestro fa-
moso Orador.
77 Pero ¿como pudo S.
Gerónimo aprovecharse de
Suetonio quanto á las noti-
cias, que añadió al Chroni-
con de Ensebio respedivas á
Quintiliano , y á otros Ora-
dores y Preceptores de Re-
torica , de los quales no hace
memoria aquel Historiador
Romano? Es verdad, que
en las Obras que tenemos
de este Escritor no se halla
mención alguna de Quinti-
liano ; mas es indubitable
que escribió de este Orador
en el lib. que compuso De
claris Rhetoribus ; del quai
no se ha encontrado hasta
ahora sino un fragmento,
y ese muy diminuto. Dan
buen testimonio de esta
verdad los Eruditos que han
reconocido los Códices mss.
de donde se ha tomado es-
te libro; pues afirman que
ademas de los Varones ilus-
tres , cuya noticia se ha con-
servado hasta nuestros dias
en la referida Obra de Sue-
tonio , se hallan en el Cata-
L. Ca^nius Piso.
M. I^ürcius Latro,
Q. Curtius Rufus.
L. Valerius. Primanus.
Virgiiius Flavus.
L. Statius Ursulus.
P. Clodius Quirinalis.
M, Antonius Liberalis,
Sex. Julius Gabinianus.
M. Fabius Quintilianus.
Julius Tito.
78 Asi que Suetonio es-
cribió, como lo significa este
Índice , de M. Fabio Quinti-
liano , y de él tomó S. Ge-
rónimo las noticias que aña-
dió al Chronicon. Por tanto
Casaubon tubo por conve-
niente suplir lo que faltaba
al libro de Suetonio con las
mismas memorias que sacó
de él S. Gerónimo : Quo-
niam autem , dice, B, ///>-
ronymus y ut antea diceba-
mus , qucpcumque de claris
Oratoribusin Eusebii Chrorti'
co adnotavit^ ea ab hocScrip^
tore fuit mutuatus , nos vi^
cissim , quce hucpertinebant^
ex illo pr^stantisiimo opere
descripsimus , atque it.fra
subjecimus. Véase también
O 2 lo
io8 España Sagrada,
lo que sobre este asunto es-
cribe Dod\vel> en los Ana-
les Quintilianeos num. XIII.
79 Ahora pues , si la
autoridad.de S. Gerónimo,
Ausonio, y Casiodoro por sí
sola debia estimarse mas
que las débiles congeturas
de Gedoyn ; porque siempre
sería justo suponer que es-
tos Escritores como tan dili-
gentes , y puntuales no es-
cribieron de QuintilianOjSino
lo . que ellos mismos creían
en fuerza de algún funda-
mento grave ¿quanto mas
razonable será este mayor
aprecio, constandonos que
S, Gerónimo tubo presentes
á Suetonio , y otros ilustres
Historiadores Romanos para
Jas adiciones con que aumen-
tó el Chronicon de Ensebio?
8o Pero examinemos
los testigos , y las pruebas
que trae Gedoyn , para es-
tablecer que Quintiliano na-
ció en Roma. Dice primera-
ir ente que basta leer las
Obras de este Orador , para
que qualquiera se persuada
á que fue Romano ; y el
vínico ñmdamento que tiene
para esta confianza , es que
en las instituciones se hallan
varios lugares, .en que Quin-
tíiiano da noticia de al2U-
Trat, 69. Cap, 7.
nos sugetos , á quienes cono-
ció , ó que le enseñaron eti;
Roma. Ahora conozco que
Justo Lipsio fue muy dis-
creto , quando escribiendo
sus Notas sobre la Consola-
ción de Séneca , y llegando
al cap. 17. donde este ilustre
Escritor testifica que fue
llevado á Roma siendo mu-
chacho , llamó la atención
del Ledor con estas pala-
bras: Nota & gaudeat Hís-
panla, Natus igitur in ea
fiiit : sed piter aut infans
Romam latiis. Porque si el
mismo Séneca no hubiera
dejado tan expreso testimo-
nio, no faltarla algún Criti-
co que pretendiese hacerle
Romano arguyendo como
Gedoyn : Séneca fue educa-
do , y enseñado en Roma:
Luego fue Romano : Luego
nació en Roma: ¿Quien no
vé que esta ilación no sale
de aquel antecedente ? ¿Que
cosa mas sabida que la cos-
tumbre de el siglo i. y de
los siguientes de enviar los
padres de familias sus hijos
á Roma , á fin de que hi-
ciesen mayores progresos en,
el estudio de las letras?
Sola nuestra España nos
ofrece gran multitud de Jo-
venes que en el. mismo
si-
Patria del Orador QulntUiano, 1 09
siglo salieron de ella , y cia en Roma , sino solo la
se criaron en aquella gran
ciudad donde se instruyeron
en todo genero de erudición.
Véase el libro i de la Bi-
blioth. Vet. de D. Nicolás
Antonio. Pues esto mismo
sucedió con Quintiiiano. En
casa de sus padres estudió
los primeros elementos. 'Allí
dio muestras de un ingenio
vivo y sobresaliente. Y aun-
que en su misma patria po-
dría adelantarse mucho en
las Artes estando bajo el
cuidado de su padre , que
como sabemos , era do¿lo
y elcquente ; con todo eso
fue destinado á las escuelas
de Roma , como Lucano,
Marcial y otros Españoles,
para que en aquellos gran-
des concursos de Oradores
eminentes , de Maestros sa-
bios , y de condiscípulos
generosos se encendiese mas
su emulación, envidia y ad-
miración que son las pasio-
nes que alimentan los inge-
nios, é incitan mas á los estu-
dios. Todo esto se compone
muy bien con las Institucio-
nes del mismo Quintiiiano,
pues si refiere algún suceso
íiel tiempo de su puericia,
110 , habla con expresiones,
jque signifiquen su residen-
fama pública de lo que cuen-
ta como es aquello del lib.
10 cap. i, Nobis pueris in^
signes pro Voluseno^ Catulo^
Domitii Afri ^Crispí Paste-
ni , Decirni Lcelii orationes
ferebantur. De manera que
no hay una locución en to-
dos sus libros , por donde
pueda inferirse , que estubo
en Roma en los años de su
edad pueril. Los lugares,
en que testifica haberse edu-
cado en la referida Ciudad,
todos son respedivos á su
juventud ó adolescencia, has-
ta que concluyó sus- estu-
dios. Entonces vino á su pa-
tria Calahorra como escri-
be Dodwell : Inde , dice
este Escritor , biatus ma-
nifestus est. Nec enim pro^
jciince ¿etatis res , hujus
nimirum , quo illiim ahfuisse
piitamus , octctmii ullas un-
quam advocat. Ciir igitur
dubitemus , qui illum ex His-
patiia Romam reduxit , eum-
dem Roma illum in Hispa"
niam arcessivisse , amicum
nempe studiorum ejus^patro-
VMwque Galbam?:
81 Aun es menos funda-
do lo que añade Gedoyn en
prueba de su opinión. No
es verisímil , dice y que un
es-
lio España Sagrada. Trat,6^. Cap. 7.
estrangero alcanzase tan
profundo conocimiento de la
iengua latina , y de las cos-
tumbres de los Romanos.
De suerte que según el jui-
cio de este Escritor no era
suficiente vivir muidlos años
en Roma , para conocer pro-
fundamente las cosas Roma-
nas , sino que además se re-
queria nacer en aquella Ciu-
dad. Conforme á esto ¿co-
mo podremos creer que Mi-
nervio , V. g. á quien Auso-
nio iguala con Quintiliano,
era Francés , y natural de
Burdeos , mayormente no
habiendo residido en Roma
tan largo tiempo como nues-
tro Orador? Este nació en
Calahorra , Ciudad que se
comprehendia entre aque-
llos pueblos situados á las
riberas del Ebro , de los
quales escribe Strabon , que
andaban á la moda de Ita-
lia. Tubo un padre dodo y
eloquente , que pudo ins-
truirle en los primeros años
en la Gramática de la len-
gua latina ; bien que ésta,
como el mismo Quintiliano
avisa en el lib. i. cap. r.
era tan usada , que aun no
queriendo seaprenüa. Quan-
do llegó á la edad de con-
currir á las escuelas públi-
cas , fue llevado á Roma,
donde vivió toda su larga
vida , á excepción del tiem-
po que después de concluir
sus estudios , estuvo en su
patria. No se egercitó en
otro oficio que el de Orador
y de Maestro de Rhetorica;
por lo que se vio precisado
á ocuparse continuamente
en las materias , que por su
naturaleza contribuían al
conocimiento de la lengua
latina , y de las costumbres,
leyes , é Historias de los Ro-
manos. En esta suposición
¿ que razón tubo Gedoyn pa-
ra juzgar increíble , que
Quintiliano naciese en España
é hiciese tan grandes progre-
sos en las cosas Romanas?
82 El objeto de Marcial
en el epigrama , que nos
opone Gedoyn , no es ala-
bar á todos los Escritores
de nuestra nación , sino so-
lo al Poeta Liciniano natu-
ral de Bilbilis , patria tam-
bién del mismo Marcial. A
este fin hace memoria de
algunos Poetas que ilustra-
ron sus paises, y entre es-
tos pone á los dos Sénecas,
y á Lucano naturales de
Córdoba , á Caniode Cádiz,
á Deciano de Mérida , y
concluye cantando la gloria
que
Patria del Orador Quintiliano. 1 1 1
que en la posteridad ten- ducido á Liciniano , y á él
,dna Bilbilis por haber pro- mismo.
Te , Liciniane , gloriabitur riostra^
Nec me tacebit , Bilbilis.
ut hominem gurdonicum, Es'
ta es una de las voces que
consta haber tenido alguno
de los idiomas , que anti-
guamente se hablaban en Es-
paña , y se conserva hasta
hoy en nuestro Castellano,
aunque con la diferencia de
aplicarse solamente á los
obesos ó gruesos. Quintilia-
no pues distinguiendo las
voces latinas de las estran-
geras pone entre estas la
voz expresada , y de ella
dice asi : Et gurdos , qtws
pro stolidis acciph vulgus^
ex Hispania duxisse origi-
nem , audivi. En las quales
palabras no dice , que ja-
más tubo conocimiento de
esta voz , como le atribuye
Gedoyn; sino que conforme
á la noticia que le hablan da-
do , juzgaba que no era voz
propria de la lengua latina,
sino originada de alguno de
los idiomas Españoles. Acer-
ca de esto segundo pudo
ser instruido en Roma sin
embargo de conocer antes,
que en España llamaban
gurdui á los hombres insen-
sa-
83 Siendo pues dirigido
este epigrama á un Poeta,
convenia hacer memoria de
otros que con sus poesias
honraron á los pueblos en
que nacieron , no de Orado-
res como Quintiliano , el
qual no dio esplendor á su
patria , con la composición
de versos como Marcial y
Liciniano, sino con Obras de
genero muy diferente. Y so-
bre todo no siendo el in-
tento del Poeta mencionar
todos los Escritores de Es-
paña como se ve por los
muchos que omite , su si-
lencio acerca de Quintiliano
es , como dice Tillemont,
una mera omisión , sobre la
qual ninguno puede apoyar-
se con firmeza.
84 La voz gurdus era
muy usada en Roma en
tiempo de Quintiliano para
significar á los hombres es-
tólidos ó necios. Usáronla
también después muchos
Escritores de media latini-
dad , entre los quales Seve-
ro Sulpicio en el Dialogo i.
cap. 27. Audietis me íamen,
1 1 2 España Sagrada. Trat, 6g. Cap. 7.
satos ó mal considerados; Vascuence aunque el P. Lar
porque con el conocimiento
de que una voz está en uso
en diversos. países. é idiomas,
acaece muchas veces la
ignorancia de su origen , o
de la lengua que la usó
prjmero. Fuera de estoQuin-
tiliano era Vascon , y el len-
guage de su tierra era dife-
rente del de otras regiones,
como sostienen los mas doc-
tos ; residió también muy
poco en España; por todo
lo qual no sería estraño , que
no conociese la voz gurdas^
que creo no ser propria del
ramendi se empeña en darla
origen Vascongado.
85 Conviniendo pues to-
dos los Escritores antiguos,
en que Quintiliano fue Espa-
ñol , y natural de Calahor-
ra , y constandonos que San
Gerónimo leyó esto mismo
en Suetonio ú otros Historia-
dores Romanos, debemos es.
tablecer por cosa indubita-
ble la sentencia que he de-
fendido ; contra la qual nada
se ha opuesto hasta ahora si-
no las mal fundadas congé-
turas que dejo desvanecidas.
NOTA
Concluida esta breve Di-
sertación , tube noticia de la
Obra vaúiuhxó^^ Storia Le-
tteraria d' Italia ^escrita
por el célebre Abate Tira-
boschi , el qual preocupado
contra la literatura Españo-
la, y persuadido de su pasión
á que los nuestros fueron
los corruptores de laeloquen-
cia Romana , se vio forza-
do á no confesar la verdade-
ra patria de Quintiliano, á
quien ni podia atribuir aquel
vicio, ni negar la preeminen-
cia de haber restaurado en-
tre los Romanos la OratO'
ria poniéndola en el estado
mas sublime. Pero este Cri-
tico no añadió dificultad al-
guna á las que opuso pri-
mero Gedoyn , y la injusta
concordia , que inventó para
contentar á sus Italianos y
á los Españoles, está ya ner-
viosamente rebatida por el
erudito Lampillas en su Sag-
gío Stcrico-apologetico dep-
ila Lettcratura Spagnuolay
Obra dignísima de la co-
mún aceptación de nuestros
Sabios.
CA-
^^3
CAPITULO VIH.
ANTIGÜEDAD DE LA SANTA IGLESIA
de Calahorra.
I T OS Escritores Na-
I j cionales , que tra-
tan del primer estableci-
miento de la Religión Chris-
tiana en el Obispado de Ca-
lahorra , admiten como se-
guras las tradiciones parti-
culares , que tienen algunos
pueblos comprehendidos en
su territorio. Fundados en
solo este principio escriben,
que el Apóstol Santiago re-
sidió por a!gun tiempo cer-
ca de la Villa de Jube-
ra en el sitio , donde se
mantiene una Iglesia consa-
grada á su nomibre. Seña-
lan también el motivo por
que el Santo vivió en esta
parte , y es que los habitan-
tes de la sierra de Came-
ros adoraban á un solo Dios
sin mezcla de idolatría , de
donde se originaba , que
oian con gusto la predica-
ción Apostólica , y miraban
con gran veneración y res-
peto al Ministro que les
anunciaba el Evangelio. De
aqui , dicen , iba el Santo
Apóstol á Calahorra , don-
de no podia hacer asiento
á causa de que en esta
Ciudad habia tribunal de
Jueces Romanos , templo
gentílico dedicado al culto
de dioses falsos , y aun Si-
nagoga de Hebreos enemi-
gos mortales óqI nombre
Christiano.
2 En confirmación de
esta piadosa creencia traen
ciertas memorias , que se
hallan en algunos lugares,
y no pueden ser en su jui-
cio , sino testimonios coa
que quiso el Cielo mantener
la noticia de la predicación
del Apóstol destinado á las
Españas. Tales son las con-
chas que llaman vulgar-
mente veneras , y los bor-
dones y calabacitas, que se
encuentran por el espacio
de catorce leguas desde mas
arriba de la Villa de An-
guiano hasta la de Prejano
por toda la cordillera y fal-
P da
r 1 4 España Sagrada,
da de la sierra de Cameros,
las qiiales se han reputado
siempre por insignias de
Santiago , y según la tradi-
ción antiquísima de aquel
pais no son otra cosa , que
señales milagrosas ,que dejó
alli el Apóstol en testimo-
nio de su amor para con
aquellas gentes , y del be-
neficio que las hizo anuo
ciandolas la dodrina del
Evangelio.
3 Al fin del siglo i6.
corría la expresada tradi-
ción celebrada por la voz
.viva del pais; pero desco-
rocida y callada de todos
los Escritores , que florecie-
ron antes de aquel tiempo.
En el año 1596. se publicó
la Historia de las grandezas
de la Ciudad é Iglesia de
León compuesta por el P.
Fr. Atanasio Lobera ; y este
fue según mi juicio el pri-
mero que la extendió por
escrito en el cap. 8. de la
.segunda parte, donde tratan-
tío de la batalla de Clavijo
dice lo siguiente : Andando
yo mirando los lugares, don-
de afirma la tradición que se
dio la batalla , y pregun-
tando si se conservaba al-
guna señal ó rastro de ella,
me afirmaron , que después
Trat.69, Cap. 8.
que ellos se acordaban , ha-
bían desenterrado algunos
labradores arando hiiTros
de lanzas , y otros pedazos
de armas. Y no solamente
digeron esto , sino que tie-
nen por tradición muy cier-
ta y asentada en aquella co-
marca, que el glorioso Após-
tol Santiago asistió y predi-
có en ella quando la pri-
mera vez vino á España , y
que el tiempo que alli se
detuvo fue su habitación en
el lugar y sitio , que al pre-
sente tiene una Iglesia de
gran devoción llamada de
su nombre , que está junto
á la Villa de Jubera , adon-
de muy de ordinario obra
la Magestad de Dios mila-
gros por intercesión de su
Apóstol. Dicen pues , que
el glorioso Santiago apare-
ció á los Christianos mas en
esta tierra , que en otra , y
les ayudó á alcanzar viso-
ria de sus enemigos , por
haber él estado predicando
en ella. Comprueban esto
con mostrar todo aquel ter-
mino de la Villa de Jubera,
sembrado de conchas , bor-
dones y calabazas , que di-
cen son las insignias del
Apóstol. Yo andube miran-
do por diversas partes de
aquel
Antigueáad de la Iglesia de Calahorra. 115
aquel termino , y en breve escribieron muchos tratados,'.
en los quales se ven recogi-
das todas las circunstancias
y memorias con que podian
apoyarse aquellos sucesos.
Una de ellas es la tradi-)
cion particular del Obispar:
do de Calahorra, y por es-:
te medio vino á propagarse
y autorizarse la noticia de
las veneras en tanto grado,
que los mas de los Escritores
se valieron de ella , como
de un testimonio autentico,
y milagroso , en prueba de
la tradición general , que
desde los primeros sig'os se.
ha tenido de la venida del
Santo Apóstol. Véanse D.
Mauro Castella Ferrer fol.
266. el M. Fr. Hernando
de Oxea en los capp. 21.
y 28. y el Dodor D. Mi-
gué! Herce Ximenez pag.
232.
5 Aun el erudito Cister-
cíense Ángel Manrique ad-
virtió en el tom. 3. de sus
Anales , que las conchas 6
veneras que se encuentran
en los lugares referidos, son
los mas sagrados vestigios
de Santiago , tanto menos
observados quanto mas vul-
gares entre las gentes de
aquella comarca. Tiene por
cosa admirable que casi to-
P 2 das
espacio de tiempo halle mas
de cien conchas chicas y
grandes, muchos bordonci-
llos y calabazas , todo de
piedra , labradas en tanta
perfección , que ninguna de
las muy acabadas , que ha-
cen los Artífices , les exce-
de, ni llega. Y no solamente
están por el suelo , sino que
quebrando qualquiera peña
6 guijarro crecido , se des-
cubren muchas conchas y
bordoncillos labradas en el
corazón de la piedra. De
modo , que las casps , las
puentes , y los demás edi-
ficios de piedra están sem-
bradas de conchas : cosa
verdaderamente de las raras,
que hay en España , y á
quien no lo ha visto dificul-
tosa de creer. Pregunté ( y
nadie lo supo ) si habia al-
guna noticia de si estas con-
chas se hallaban después
que el glorioso Apóstol vivió
en aquella tierra , ó si acaso
comenzaron , quando muy
adelante se apareció al Rey
D. Ramiro , y á los suyos.
4 Moviéndose después
las celebres controversias
acerca de la venida y pre-
dicación de Santiago , y de
su aparición en Ciavijo se
1 1 6 España Sagrada.
das las piedras no solo tie-
nen la figura de concha,
sino qne aun divididas for-
irian otras tantas conchas,
quantas son las partes en
que se dividen. Sin embar-
go no se atreve a decidir,
si esta rara producción de- •
be atribuirse á la naturaleza
del terreno , ó á milagro
continuado del cielo.
6 Interesa mucho nues-
tro Reyno , en que la tra-
dición universal de la venida
de Santiago no se apoye sino
con prutbas solidas , y libres
de la malignidad ó rigor con
cue la han examinado algu-
nos estrangeros émulos de
Euestras glorias. Poi" tanto no
puedo m.enos de afirmar que
iü tradición particular de la
residencia del mismo Após-
tol cerca de Jubera carece
de continuados y repetidos
testimonios que la acredi-
ten de firme y constante.
Si ninguno de los Escrito-
res Nacionales hasta fin del
siglo i6. hizo mem>oria de
]as maravillosas circunstan-
cias que se nos refieren ¿per
donde se probará que la no-
ticia de ellas ha tenido otro
principio mas seguro que el
rumor de la gente vu'gar
é ignorante? Si el único
Trat.óg^, Cap.S.
apoyo, que se trae en con- ^
firmacion de la crcLMicia de
aquellos pueblos , es la pro-
ducción de las veneras, bor-
dones &c. y en el mismo
pais se ignora absolutamen-
te el tiempo en que empeza-
ron alli estas señales ¿ que
fundamento hay para tener-
las por testimonios , de que
Santiago dejó alli para eter-
no monumento de su predi-
cación?
7 Los primeros Autores,
que publicaron esta noticia
con el especioso nombre de
tradición , no se detubieron'
como debian en su examen,
antes- dieron ligeramente su
asenso á la relación del
vulgo leve, en quien rara vez
se encuentra la verdad , y
que de ordinario cree las
ficciones que le propone su
propria fantasia. De aqui
resulta, que los mas juicio-
sos y detenidos en el re-
conocimiento de los rumaO-
res del pueblo , desestiman
lo que ellos escribieron , co-
mo fabuloso y supuesto , ca-
lificándolos de hombres de-
masiado crédulos é incautos
en recibir las especies , qué
introdujo la ignorancia. Asi
D. Fr. Prudencio de Sando^
val mencionando lo que so-
bre
Antigüedad de la Iglesia de Calahorra, 1 1 7
bre este punto publicó D. ninguno de los que merecen
Mauro Castellá Ferrer , se
burla de él , con esta gra-
ciosa inveéliva : Pone , dice,
¡as memorias y tradiciones
que se hallan en Clavijo . y
su tierra ; trae las veneras;
dice los cuentos (que llama
tradiciones ) entre gente
vulgar , y sin letras , que las
recibe como si fueran Apos-
tólicas. Y me espanto , co-
mo las que hay en tierra de
Valdehorras de la venida
por alli de Cario Magno , de
las valentías de Roldan , de
los saltos de su caballo de
un monte á otro , y que se
convirtió en piedra , que alli
muestran , y otros tales dis-
parates que la gente de la
tierra cree firmemente no
las trae en este libro , y la
patada del caballo de Fer-
nán González, que dicen en
Santo Domingo de Silos , y
lo cree toda la tierra , que
se metió por una ptña.^ como
si fuera de cera. El mismo
desprecio ha tenido entre los
demás Eruditos el origen
que se atribuye á la produ-
cion de las conchas ; pues
sin embargo de haber sido
muchos los que se constitu-
yeron acérrimos defensores
de la venida de Santiago,
el nombre de Críticos se ha
valido de este medio , para
justificación dé su sentencia.
8 Para desengaño de los
menos discretos y sabios de-
bo advertir, que las vene-
ras no deben atribuirse á
milagro , sino creerse pura-
mente efedos de causa na-
tural , y muy comunes en
otras Provincias , y Rey nos.
En esta sentencia convienen-
todos los que han puesto al-
guna diligencia en la inves-
tigación de la naturaleza ; y
la única dificultad que ocu-
pa sus ingenios , consiste en
averigurar , si las piedras,
que se hallan con figuras de
concha , fueron en su origen
verdaderas conchas marinas,
y después petrificadas , ó
verdaderas piedras criadas
con los montes , y peñascos.
Véase esta qiiestion en el P,
Felipe Bonnani en su Obra,
Recreatio mentís ^ oculi^
part, I. cap. 7. Y en el P.
Torrubia en su Aparato , §. 5.
pag. 25, Conforme, pues,á
la sentencia que se abrace
de las conchas , y caraco-
les , que cada dia se descu-
bren en otras regiones , se
ha de juzgar también de las
que se encueotran en el
Obis-
1 1 8 España Sagrada
Obispado de Calahorra ; ó
dicie^ido, que en su origen
fueron conchas marinas , y
que en el diluvio universal
se elevaron sobre la tierra,
por cuya virtud lapidíñca se
eonvirtieron en piedras ; ó
que desde su principio fue-
ron realmente piedras , pero
análogas con las producio-
nes del mar , á que salen
parecidas. Y que de las con-
chas de Jubera se debe dis-
currir del mismo modo , que
de otras piezas semejantes,
que cada dia se descubren
en diversas Provinciis , lo
demuestra la experiencia de
hallarse en algunas partes
mezcladas con testáceos de
diferentes especies , que no
dicen alusión á Santiago. El
citado Padre Torrubia obser-
vó , que en el Señorío de
Molina de Aragón son sin
número las piezas marinas
petrificrídas y sin petrificar,
que se descubren dentro de
los peñascos. Entre ellas,
dice , había caracoles , al-
mejas ; glosopetras , cornu-
ammonis, equinos, equini-
tes , madréporas , nautilos.
Y por lo que toca á mi pro-
posito en una misma piedra
encontró una concha de las
que se llaman del Peregrino
. Trat, 69. Cap, 8.
de Santiaco , v conchas san-
tas , estando todo el resto de
la piedra quajado de otras
muchas , pero de diferente
especie.
9 El limo. Sandoval trae
también dos razones para
prueba de que las conchas
llamadas vulgarmente vene-
ras no son teítimonio de la
predicación de Santiago. La
primera es, que si el Santo
las hubiera dejado en aq-ie-
Uos lugares por memoria de
su Apostólico ministerio, las
mismas se hallarían en otras
partes donde estubo , pues
no hay motivo particular pa-
ra que solo Guipúzcoa, y Ju-
bera mereciesen tan venera-
bles insignias. La segunda,
que sin embargo de que las
conchas, bordones , &c. no5
representan á Santiago , no
por eso se colige ,que residió
en las partes en que se crian:
lo qual confirma con las pie-
dras que se producen junto
al Convento de Badaya cer^
c\ de Vitoria , las quales tie-
nen la figura de corazones,
y de la rueda de Santa Ca-
talina , titular del mismo
Convento ; y con todo qso,
¿quién podrá concluir que
S. Agustín , y la Santa Már-
tir estubieron en aquel sitio?
A
Antigüedad de la Iglesia de Calahorra*
A €stas razones añado otra,
que me parece no menos efi^
caz , y consiste en que las
conchasque se dicen de San-
tiago no son respetivas al
tiempo que vivió en Espa-
ña , porque el origen que
]os Autores señalan á las ve-
neras es posterior á la muer-
te del Santo; ni éstas fueron
instituidas para significar al-
gún suceso concerniente á
su vida , sino es que sea-
mos tan crédulos como D.
Mauro Castellá , quien por
las petrificaciones de Clav»-
jo llegó á creer, que el tra-
ge de los Hebreos fue el
mismo que sé representa en
las duras peñas de aquel
monte.
10 En vista de lo que
dejo alegado , no debe sos-
tenerse la tradición particu-
lar del Obispado de Cala-
horra , ni tampoco traerse
por apoyo de la universal,
que enseña la venida de San-
tiago á España. Su pcigen nó
ha sido otro que la estrañe-
za de los Naturales en la
producción de sus conchas,
y la ignorancia de la causa
que las produjo. Del mismo
principio se originó en los
Malteses la tradición popu-
lar , de que las piedras que
119
se encuentran en su país, y
se dicen lenguas de San Pa-
blo , son lenguas de víboras,
que se petrifican desde que
una picó al Apóstol en aque-
lla Isla , cuya creencia nun-
ca hubiera echado raíces en
ios ánimos de los Naturales,
si conocieran que las mis-
mas producciones se obser-
van en los montes de Espa-
ña , y de la America , y no
son otra cosa que dientes de
Taburones petrificados. Tan
inciertas son muchas de las
tradiciones recibidas en los
pueblos , y aun admitidas de.
algunos Escritores , por sa
poca diligencia en el exa-
men de las noticias.
1 1 Otros varios Autores
afirman ,que S. Pablo predi-
có en este Obispado, y que
fundó la Iglesia de Calahor-
ra , dejando por Obispo de
ella á un discípulo suyo lla-
mado Félix. Tienese también
por tradición , que el mismo
Apóstol anunció el Evange-
lio á la Ciudad de Viana,
pueblo de esta Diócesis , y
que en ella derribó un Tem-
plo dedicado á la diosa Dia-
na, nombre que antiguamen-
te tubo la expresada pobla-
ción. Asegurase , que en el
sitio en que se daba culto
á
ICO España Sagrada,
á la falsa deidad euitícó S.
Pable una Iglesia consagra-
da a San Miguel , y que los
Christianos pusieron luego
una Inscripción , que decía
asi : Paul US pr¿üco Crucis
fuit nohis prirnordia lucís.
Aun el Rmo. Florez se in-
clinó á tener por verdadera
esta tradición en el tom. 3.
cap. 2. §.3. pues dice, que
ho obstante de significar el
estilo de la Inscripción su
posterioridad al siglo oéla-
vo , no se hallará con qué
probar , que no se pusiese
en con>e']aencia de otra mas
antigua tradición recibida en
aquel territorio desde lo pri-
mitivo.
i¿ El sumo consenti-
miento de los Padres Grie-
gos , y Latinos , en que S.
Pablo puso en egecucion el
intento que tubo de venir á
España , y dejó testificado
en sus epístolas , no permite
que dudemos de su predi-
cación en estas Provincias.
Pero no siendo posible se-
ñalar las Iglesias que fundó,
ó Ciudades en que predicó,
por falta de documentos de
legítima autoridad , escriben
comunmente movidos de su
proprio afeólo los que la po-
nen en pueblos determina-
Trat, 69. Cap, 8.
dos. Asi acaece por lo que
toca á Calahorra, pues no
se halla testimonio autenti-
co en que pueda fundarse lo
que afirman los modernos de
la erección de aquella Igle-
sia por el Apóstol , ó del
Obispado de su discipulo Fé-
lix , sino es que se haga al-
gún aprecio del fingidoChro-
nicon del Hispalense. L;} no-
ticia , que se nos dá con el
siigrado caraóler de Tradi-
ción de Viana , no es tan
exaéia , que merezca aplau-
dirse como vestigio sólido
de la predicación del Após-
tol. Lo primero , porque esta
Ciudad no existia , ni cora
el nombre de Diana , ni cora
el de Viana en tiempo de la
promulgación del Evangelio.
Su fundación es tan poste-
rior , que se atribuye al Rey
de Navarra Don Sancho el
Fuerte , que juntó en ella
varias Aldeas de su contor-
no en la forma que escribió
Moret en el tom. 2. de sus
Anales , pag. 389. Por eso
Garibay en su lib. 22. cap.
33. dice : La yUla de Via-
tui , a lo que yo por algu-
nas congeturas vengo á sos-
pechar , no estaba en este
tiempo (en el aiío de 1063.)
poblada ; y en caso que al-
ga-
Antigüedad de la Iglesia de Calahorra, 121
guna población tubiese , se- mos establecer con mucha
ría con nombre diferenre,
porque en ningún Instrumen-
to de estos tiempos he po-
dido descubrir , ni rastrear
su nombre con hallar muy
expresa mención de otros
pueblos, que á respedo su-
yo no son hoy dia de tanta
cuenta. Lo segundo , porque
los Autores sienten varia-
mente acerca del sitio de la
Inscripción. Escolano en el
lib. 2. de la Historia de Va-
lencia dice lo siguiente :.-^/?i-
brosio de Morales cree con
bien flaca congetura , que la
Ciudad, donde moraba Xan-
tipe, sería Ecija en la Anda-
lucía. Yo me inclino á que
Viana , pueblo de Galicia,
por lo que refieren nuestras
Historias , que aun en vida
de S. Isidoro permanecía en
una puerta un letrero , que
decía : Paulus prceco Crucis
tibí dat primordia hicis. Lo
tercero , porque esta Ins-
cripción es muy moderna,
respeéto de S. Pablo ; ni al
presente se sabe su existen-
cia , sino en fé de los Auto-
res que lo aseguran sin ha-
berla visto. Por todo lo qual
parece que la Tradición de
Viana no es tan fundada,
que en virtud de ella poda-
Tom, XA'XIin
probabilidad la predicación
de S. Pablo en el Obispado
de Calahorra.
13 Mejor se apoya la
antiguelad de la Iglesia Ca«
lagurritana con lo que en
los Tomos precedentes que-
da firmemente establecida
del origen de la Religión
Christiana en la Provincia
Tarraconense , donde es
constante , predicaron los
Apostóles , y se encendió la
primera persecución de la
Iglesia, En el tomo 30. pag.
45. y 246. se hallarán prue-
bas muy sólidas de que en
tiempo de Nerón florecía
grandemente la Christian-
dad en Zaragoza , y de que
en esta Ciudai padecieron
muchos el martyrio bajo del
mismo Emperador. Siendo,
pues , Calahorra en este
tiempo una de las mas in-
signes Ciudades de la refe-
rida Provincia, y Municipio
famoso , y vecino al Con-
vento Cesaraugustano , i
quien pertenecía , tengo por
muy probable ,que este pue-
blo fue uno de los primeros
que oyeron , y recibieron la
doélrina celestial del Evan-
gelio.
14 Confirmase también
Q la
I c 2 España Sa¡j/ada. Trat. 69. Cap. 8.
la antigüedad de la Religión
Christiana en Calahorra con
el célebre martyrio de Jos
Santos Emetherio , y Cele-
donio. Este fue tan remoto
del siglo 4. que Prudencio,
cuyo nacimiento fue en el
año de 348. testifica , que ig-
noraba el tiempo en que su-
cedió. El mismo Poeta lla-
ma antiguo al silencio , que
se originó en la Iglesia acer-
ca de los tormentos que su-
frieron los Santos , por ha-
ber extinguido el Tyrano las
Aé^as que los Christianos de
Calahorra escribieron al
tiempo de su pasión. De don-
de se hace muy verisimii,que
una de las primeras perse-
cuciones se excitó en Cala-
horra , adonde por esta ra-
zón los Santos fueron lleva-
dos , ó se dirigieron de su
voluntad deseosos del mar-
tyrio , como creyó S. Eulo-
gio , y yo diré mas larga-
mente en su proprio lugar.
15 Otro fundamento se
tom.a de las Adas antiquísi-
mas , que tenemos de los ex-
presados Martyres. Tertu-
liano , que floreció en el si-
glo segundo , escribe, que en
su edad se hallaba en Espa-
ña tan dilatado el Christia-
nismo , que no habia en ella
parte que no confesase a Je-
su-Christo , y que en esto se
aventajaba á otras Naciones:
Getulorum , dice , varieta"
tes , S Maurorum multi fi-
nes , Hispa tüarum omnes
termini , Galliarum diversce
Nationes , S Britannorum
inaccessa Romanis loca^
Christo vero subdita, Pero
nuestras Adías exageran la
extensión de la gentilidad é
idolatría en tiempo de los
Santos Martyres Emetherio,
y Celedonio con estas nota-
bles expresiones : lUud , qub
loco poner, d:¡m est , quod
temporis illius nenio Mar-
tyr alius invenitur% Quart'
tum tum credinius ad ir¿im
persecütoris adje^iim , quod
hi tantum , cun&is- Deum we-
gantihus , confitentiir'^ Las
quales palabras , aunque pon-
deran demasiado el número
de los Idólatras , como se
convence por lo que escri-
bí en el tomo. 30. en los lu-
gares citados , arguyen con
evidencia , que el martyrio
de que hablamos fue en los
primeros tiempos de la pro-
pagación del Evangelio en
estas Provincias ; y consi-
guientemente , que en estos
se egecutó la persecución en
Calahorra , lo que no podia
ve-
Antigüedad de la Iglesia de Calahorra» 123
verificarse, sin haber prece- Imperio de Adriano. Por
dido Ici noticia , de que en
esta Ciudad se seguía el
Ghristianismo. Las mismas
Adas aseguran , que los ex-
presados Martyres padecie-
ron antes que Galicia se di-
vidiese de la Provincia de
Tarragona. La división se
hizo , en sentir del famoso
Agustiniano Onufrio Panvi-
nio , y de otros muclios Eru-
ditos que le siguen , bajo el
donde , si es verdadera esta
sentencia , se deberá cole-
gir de ella la verdad del
asunto , que se intentaba pro-
bar del antiguo origen de la
Christiandad en Calahorra.
Digo si es verdadera , por-
que realmente tiene contra
sí los fundamentos , que el
M. Florez expuso en el tom^
i.pag.224. Y sigg.
-S'
CAPITULO IX.
CATALOGO DE LOS OBISPOS
de la Santa Iglesia de Calahorra , hasta la
irrupción de los Árabes.
bernaron en España después
de la predicación de San-
tiago , y S. Pablo. Con esta
ingenua y necesaria confe-
sión suplimos los tres prime-
ros siglos de la Iglesia de
Calahorra en lugar de la se-
rie y continuada succesion
de Obispos que inventó el
prodigioso celebro del Au-
tor , que imitando al Artí-
fice de otros , irtrodujo el
Chronicon atribuido á Hau-
berto Hispalense.
2 Algunos pretenden de-
mostrar , que la Iglesia Ca-
Qa I4-
los Escritores cer-
canos al primer es-
tablecimiento de la Religión
Christiana tubieron por muy
difícil descubrir los primeros
Prelados de las Iglesias , que
fundaron los Apostóles , no
será estraño, que los que vi-
vimos en tiempos tan remo-
tos , y á que precedieron
tan horribles persecuciones
de Tyranos , y tan repetidas
irrupciones de gentes estran-
geras , confesemos- sencilla-
mente la ignorancia de los
primeros Pastores , que go-
1^4 España Sagrada.
lagurritana tenia Obispo en
tiempo del Concilio lliberi-
tano, celebrado cerca del ano
de 300. y para comproba-
ción de su intento hacen
presente la subscripción que
se halla en el r.J:r,. 13. entre
las firmas de los Presbyteros
que asistieron al mismo Con-
cilio , la qual dice asi: Eu-
i^harius Municipio , ó como
leyeron Mendoza , y Loaysa:
E tcharius á Municipio, hñv-
man , pues, que este Eucha-
rio concurrió en nombre del
Obispo de Calahorra, y que
esta Ciudad es la que debe
entenderse en la voz Muni-
cipio , como parece por las
monedas , que la expresan
freqüentemente con este dic-
tado. Asi lo sospechó tam-
bién el Cl. D. Fernando de
Mendoza , interpretando la
dicha subscripción con estas
palabras : Forte Calagurris:
fianí in nummo Agusti , apud
Gdtzium ¡egitur , MVN.
CALAG. IVL, quod ah
Aucfusto faÜa esseí Muñí-
cipiunu
3 Juan Filesaco discurre
de otra manera muy con-
traria en su Tratado del ori-
gen de las Parroquias. Por-
que sosteniendo algunos Au-
tores , que los Presbyteros
Trat.6^, Cap.g.
que subscribieron en el Con-
cilio Ilibcritano no eran Vi-
carios de Obispos , sino Pár-
rocos de los pueblos , que se
expresan , se vale de la subs-
cripción de Euchario para
prueba de su intento, y dice,
que no pudo subscribir por
su Obispo , á causa de que
en los Municipios no se eri-
gían Sedes Episcopales : Et
certe in illa Cathalogo fit
mentio Eucharii á Muñid'-
pió , in quo Episcopalis Ca-
thedra constituí non potuit,
4 Yo no encuentro en lo
que alegan estos Autores
fuerza que obligue á su mo-
do de pensar. El diélamcn
de los primeros sería pro-
bable , si nos constara , que
todos los Presbyteros con-
currieron al Concilio como
Vicarios de los Obispos ; y
que el nombre de Munici-
pio fue tan peculiar á Cala-
horra , que bastase á distin-
guir esta Ciudad de otras
muchas , que por concesión
de los Emperadores , ó el Se-
nado de Roma tubieron el
mismo dictado; pero ningu-
na de estas dos cosas tiene
fundamento. Quanto á la pri-
mera , véase el tom. 12. pa-
gin. 190. donde el Rmo. Fio-
rez dejó probado , que los
Fres-
Catálogo de los Obispo
Presbyteros go asistieron al
CoQcilio liiberitaco en nom-
bre de 51IS PreLacos , ni ore-
cisamente cerno Párrocos,
sino como Virones sobresa-"
lieates en santidad y dcdtri-
flá , y capaces de dar con-
sejo en los gravisinios nego-
cios , que se habijn de tra-
tar por los Padres. Por lo
que toca ai nonibre de .llu-
nicipic sabemos por Piiuio,
y las rr^edai: as . que fue ge-
neral a muchas Ciudades de
nuestra España : por io q-e
no haüandcse testimonio an-
tiguo que compruebe el uso
dei mismo nombre ec orden
á signitcar determinadamen-
te á Calahorra , es muy vo-
luntario aplicar á esta Ciu-
áad el Presbytero , que ea la
subscripción dice ser cUl
Munici^i:. Lo derto en este
punto es . qje en nempo del
Concilio era este njmbre tin
proprio de un pueblo , que
exr rosario absc u-
tasceete , paja venir en sn
conocimiento : pero hasta
ahora co se ha desccbierto
vestigio por donde podarccs
averiguar su situación. Ei
docto D. Lorenzo Rami-
fez de Prado . r^erica la
opiaÍ3D de D. Fernán ¿c? de
Mendoza ,y las <p^ han scs-
s de Calahorra. 125
tenido otros Autores , se 11-
soQJeo de haber encontrado
la luz , que era menester f a
un asunto tan contundido coa
las tiniebias de ia antigüe-
dad : y guiido de eila añr-
mó . que en la subscrirciva
át que trataoics se expresa-
ba la Ciudad de Ambrdcia,
que se dijo enfáticame.-ire
Municipio , Según ei testi-
monio de JuÜau Pérez en ei
Tratido i^ Er^mitertis. Pero
siendo esta Obra del mismo
que nngió los Cnrcnicoces
de Dcxtro . Luiípnndo , ¿¿c.
inventados para obscurecer
la Historia Eclesiástica de
Eipaña . lejos de comp.acer-
nos coo sus luces , nos con-
dolemos de los mjchos erro-
res en que el citado Caballe-
ro , y otros jaidoscs Varo-
nes c-iyercn , seduduos dei
?. Gerónimo Roaüon de la
Higuera.
5 Mas supongamos , que
el nombre de Muñid pí:: s g-
cinca á Calahorra , ccmo
quieren les Autores citacos,
¿ se inferirá de aquí , que ea
esta Ciudad no se nabia eri-
gido Cátedra Episcopal ea
liemzo del CaocLio liiberi-
lino i Asi lo creyó F.esaco,
fundado ea que ei ce acerró
es Muuidpjo deda oposi-
cica
12 6 Es p ciña Sagrada
cion con el establecimiento
de Obispado. Pero esta sen-
tencia se convence de falsa
con los repetidos egennpla-
res que nos ofrecen las Ciu-
dades de España , que sien-
do solo Municipios , logra-
ron el honor de tener Igle-
sias Catedrales. La misma
Ciudad, en que se juntó el
Concilio , es una prueba evi-
dente del error de Filesaco;
porque en ella se juntaron
la razón de Municipio , co-
mo consta de varias Inscrip-
ciones , y la dignidad de Se-
de Episcopal , no solo en el
tiempo de su Concilio , en
que subscribió Flaviano,
Obispo Iliberitano, sino mu-
cho antes, y desde el siglo
primero de la Iglesia , como
muestra el Catálogo del Có-
dice Emilianense , exhibido
en el tom. 1 2. de la Esp. Sag.
pag. 103.
6 El citado D. Fernando
de Mendoza tubo también
por probable , que Januario,
cuyo nombre está en el prin-
cipio del referido Concilio,
fue Obispo de Calahorra.
Fundase en los Códices de
la Santa Iglesia de Toledo,
donde este Prelado se nom-
bra asi : yanuarius de Fibla-
ria^ & FibulariaMi\\2iy in-
. Trat.óg. Cap, 9.
conveniente ,'segun este Eru-
dito , en que Calahorra se
llame aqui Fibularia ; y Eu-
chario Presbytero, se diga
de la misma Ciudad con la
expresión de Muiiícipio;pQV'
que atendiendo á la costum-
bre que observó Plinio en los
Italianos, y Españoles, era
muy común tener los pue-
blos dos nombres diferentes,
como Olisippo , que se di-
jo también Felicitas Julia,
Ebora Liberalitasjulia^ &c»
7 Esta especie podrá ser-
vir á los que no distinguea
la Calahorra de los Vasco-
nes de la que tubo el sobre-
nombre de Fibularia. Los
que sostienen la distinción,
pueden también servirse de
ella para honrar á la Cala-
horra de los Ilergetes , po-
niendo aqui silla Pontifical
en tiempo del Concilio Ili-
beritano , como lo hizo el
Cl. D. Gregorio Mayans en
su Tratado de Hisp. prog,
vocis Ur ^ cap. V. pag. 55.
En mi sentencia la Calahor-
ra, de que trato, no es la Fi-
bularia , sino la Nassica , co-
mo dejo probado en el prin-
cipio del Tomo presente, por
lo que la lección de los Có-
dices Toletanos es inútil en
orden al Catálogo de sus
Obis-
Catalogo 'de los Ohlsp
Obispos. Fuera de esto , son
tantas la.s variantes , que se
Jeen en los Códices del Con-
cilio Iliberitano en la subs-
cripción del Obispo Janua-
rio , que es sumamente di-
ficil averiguar quál sea la
lección original y legitima;
y si alguna parece verdade-
ra , es la que aprueban Am-
brosio de Morales, Garcia de
Loaysa ,y Fernando de Men-
doza , quienes leen Janua^
rius Episcopus Salariensis.
Véase el tom. i. de los Cou-
cil. de Aguirre , pag. 313.
8 Aunque ninguno de los
Códices del Concilio de Ili-
herl nos comunique luz para
descubrir el Obispo que go-
bernaba la Iglesia de Cala-
horra en aquel tiempo , no
por eso se puede presumir
que no asistió á él ; porque
como justamente receló el
■Rmo. Florez , los nombrados
en el exordio de las Adas
son los menos que concurrie-
ron , pues solo componen el
número de 19. habiendo lle-
gado á 43. según el Códice
citado en el tom. 12. pag.
i76.num. 200. Véase el mis-
mo tom.o , pag. 187. n. 222.
9 Tenemos igual obscu-
ridad en las cosas de esta
Iglesia concernientes al si-
OS de Calahorra. 127
glo quarto , porque no bay
monuíuento antiguo que nos
comunique memoria de algún
Obispo suyo. El Doétor Te-
jada pone , que en los años
380. y 38Ó. se celebraron
dos Concilios Cesaraugusta-
nos,á que asistieron 12. Obis-
pos de la Provincia Tarraco-
nense , siendo uno de ellos el
de Calahorra , como lo dicen
las Adas. Este Autor muestra
aqui no haber leído los re-
feridos Concilios. En el pri-
mero de Zaragoza subscri-
bieron 12. Obispos ; pero
ninguno declaró su Sede; y
consta que fueron de distin-
tas Provincias. Véase mi to-
mo 30, pag. 238. En el se-
gundo timpoco se expresan
las Iglesias; y aunque es cier-
to que concurrió el de Ca-
lahorra, como parece por el
Concilio líl.de Toledo, don-
de subscribió Munio ó Mu-
nimio , cuyo nombre se en-
cuentra también en el II. Ce-
saragustano , celebrado tres
años después , nada tenemos
respedivo al siglo quarto,
por haberse juntado éste en
la Era 630. año de Christo
592.
10 No va menos desca-
minado el P. Anguiano en su
Compendio Hist. de la Rio-
ja,
I -2 8 España Sagrada
ja, que habiendo puesto en el
primer lugar de su Catá-
logo á un S. Maximiliano
Martyr , conocido de solo
Tamayo Salazar , fiel Se-
cretario del fingido Julián
Pérez , pone en el segundo á
Aurelio Clemente Pruden-
cio , alegando la autoridad
de muchos Breviarios anti-
guos. Yo he reconocido al-
gunos que traen lecciones
de S. Prudencio , en las que
se afirma floreció este San-
to por los anos de 390. y que
predicó en Calahorra con
tanto fruto , que los Ciuda-
dinos dejaron la idolatría , y
se convirtieron á la verdad
de nuestra Fé. En el de Mon-
te Aragón se confunde el
mismo Smto con el famoso,
y Christiano Poeta Pruden-
cio , atribuyéndole con la
mayor expresión las Obras
de éste , y refiriendo , que
en Calahorra convenció á
Symico,defen-,orde un Ído-
lo , que alli se veneraba. So-
bre estos documentos hubo
de fundar el citado Historia-
dor el Obispado de Aurelio
Clemente Prudencio ; pero
sobre estar muy errados en
la Chronología é Historia,
como diré en su proprio lu-
gar , ba-sta por ahora adver-
. Trat, 6^. Cap. 9.
tir, que los referidos Bre-
viarios nada sirven para au-
mentar el Catálogo de los
Obispos de Calahorra ; pues
todos ellos dicen , que Pru-
dencio huyó de los aplausos
que tenia en esta Ciudad,
retirándose á Tarazona, don-
de le hicieron Obispo. Con
mayor probabilidad po-
día establecerse por Obispo
de Calahorra Valeriano , i
quien Prudencio dirigió el
Hymno de S. HypóÜto. Asi
lo creyó D. Nicolás Antonio
en su Biblioth. Vet. perD
véase lo que á cerca de este
Prelado escribí en el tom. 30.
pag. 123. y en el 31. pa-
gin. lo'J.
SILVANO.
Por los aíios 457.
I El largo silencio, que
nos ocultó los Obispos que
presidieron en Calahorra por
el espacio de quatro siglos»
se interrumpe finalmente por
un caso muy ruidoso , que
conmovió los ánimos de As-
canio , Metropolitano deTar-
ragona , y de todos sus Com-
provinciales. De este suceso
se trató en el tom. 25. donde
el Rmo. Fiorez procuró alla-
nar
Obispos de Calah
nar algunos tropiezos origi-
nados de la obscuridad , que
se halla en las Epístolas y
Adas que se escribieron con
este motivo, y se leyeron en
el Concilio que el Papa Hila-
rio celebró en Roma en el
año de 465. Pero habiendo
yo examinado lo que acer-
ca de este negocio escriben
J9S Autores , y lo que se ex-
puso en el tom. cit. hallé,
que debia poner mi diligen-
cia en ilustrar un asunto tan
principal entre los que per-
tenecen á nuestra Historia en
aquellos tiempos remotisi-
mos, á causa de las grandes
equivocaciones que han pa-
decido sobre su inteligencia
quantos le han tratado hasta
ahora.
2 Por los años 457. ocu-
paba la Silla de Calahorra
un Obispo llamado Silvano,
orra. Silvano. 11^
nombre de que usaban fre-
qüentemente los Romanos,
como parece de las muchas
Inscripciones que lo traen,
y pueden verse en Grutero.
Ignorase el año en que entró
en el gobierno de esta Igle-
sia ; y de sus hechos no te-
nemos otra memoria , que
las Cartas dirigidas por los
Obispas de la Provincia Tar-
raconense al referido Papa
Hilario , en las quales dan
cuenta de ciertos atentados
contra los antiguos Cánones.
Para que estos se perciban
con mayor claridad , y se
desvanezcan las confusiones,
que han nacido de la mala
inteligencia de los Autores,
pondré en nuestro Idioma la
Epístola, en que los expresa-
dos Obispos lo refieren con
individualidad. Dice asi:
^L beatísimo señor , r DIGNO VE SER
reverenciado por nosotros en Christo con Apostólica
reverencia Hilario Papa^ Ascanio , y todos los Obispos
de la Provincia Tarraconense.
Unque ninguna ne-
cesidad concer-
» niente á la disciplina Ecle-
»> siastica nos obligase á re-
» currir á vuestra Sede , con
»* todo eso debíamos procu-
ren. ^^^///,
*t rar ser participantes de los
fy saludables efeélos de aquel
»> excelente Privilegio que la
» está concedido, por el qual
99 recibidas las llaves del
w Cielo después de la Resur-
R ** rec-
130 España Sagrada.
»> reccion del Salvador , el
}) Bienaventurado S. Pedro,
M derramando su doéírina
5? por el mundo , iluminó á
y> los hombres ; cuyo Succe-
99 sor debe ser reverenciado,
»> y amado de todos, asi co*
íy mo á todos excede por la
»? superioridad de su Princi-
jy pado. Por tanto , nosotros
»? adorando en Vuestra San-
" tidad con el mas profundo
» respeto á Dios , á quien
9í servís sin querella , re-
'ocurrimos á la Fé, alaba-
?» da por boca del Apóstol,
>i buscando la respuesta en
« aquella Sede , de la qual
9í nada sale ron error ó pre-
yy suncion , sino autorízí-do
" con la deliberación Ponti-
yy fical.
4 Siendo esto asi como
decimos , nos vemos por
yy ahora en la urgencia de
?> hacer presente á Vuestra
« Santidad , que hay entre
yy nosotros un falso hermano,
w cuya presunción no puede
9y ya callarse sin culpa , an-
j> tes debe m.anifestarse por
»> la necesidad en que nos
9y pone el juicio futuro. Este
» es SJvano , Obiípo de Ca-
*y lahorra , cuya Diócesis es-
j? tá en la ultima parte de
w nuestra Provincia , el qual
Trat, 6^. Cap. 9.
yy usurpando la autoridad,
yy para Consagraciones que
>? no le tocan , ha llegado á
yy provocar nuestra humil-
»> dad , poniéndonos en la
» precisión de buscar en
yy vuestra Sede el remedio de
yy que necesita su atentado.
yy Hace , pues , siete , ü ocho
yy años que este Silvano , pos-
yy poniendo las reglas de los
yy Padres , y despreciando
yy vuestros decretos , ordenó
j> un Obispo , sin que lo pre-
" tendiesen algunos pueblos,
yy Pensábamos que este he-
(i cho precipitado pudiera
yy corregirse con una amo-
yy nestacion fraternal y pa-
yy cífica ; pero lejos de esto
yy ha ido de mal en peor.
?í Porque movido del espíri-
yy tu de presunción , y pro-
yy cediendo contra los antí-
?> guos Cánones , y contra
yy los Estatutos Sy nodales, ha
yy hecho Obispo á un Pres*
?> bytero de otro hermano
yy nuestro , poniéndole en el
» mismo lugar que antes se
yy destinó para aquel , á quien
»> contra su propria voluntad
?> habia coiKiagrado , y que
« ya estaba en nuestra Con-
>? gregacion. De este hecho
yy temerario nos hizo rela-
y> clon nuestro hermano el
0bi8-
Obispos de Cah
»» Obispo de Cesaraugusta,
j> quien también puso todo
Ȓ su conato en la enmienda
» de este desorden, oponien-
99 dose freqüentcmente á to-
f> dos los Obispos comiarca-
" nos , á fin de que no se
« juntasen con el Cismático;
9» pero éste malamente cbs-
» tinado, no se avergonzó de
»> hacer él solo todo lo que
V era ilícito , y lo que no
f9 podemos decir sin ver-
»f guenza.
5 Para inteligencia de
los hechos , que en esta epís-
tola atribuyen á Silvano los
Obispos de la Provincia de
Tarragona , se ha de adver-
tir , que en el Concilio Nice-
no can. 5. se estableció,
que ninguno fuese ordenado
de Obispo sin el consenti-
miento de los Obispos Com-
provinciales , y sin preceder
examen de la Fé del orde-
nando , de su piedad y te-
mor para con Dios, y sin
que al tiempo de su consa-
gración asistiesen algunos
Obispos en presencia del
Metropolitano ó Patriarca
consagrante. Requeríase ade-
más de esto el consentimien-
to del pueblo , pero so-
bre todo el del Metropoli-
tano se juzgaba tan necesa-
iorra. Silvano. 1 3 i
rio que en el canon 9. se
determina , que de ningún
modo se admita ó acepte el
Obispado de aquel , que le
hubiere obtenido por consen-
timiento de todos los habi-
tantes de la provincia, pero
sin el del Metropolitano. En-
medío pues de estos decre-
tos Silvano Obispo de Cala-
horra se atrevió á consa-
grar un Obispo sin esperar
la voluntad de los pueblos,
ni el consentimiento de As-
canio Obispo de Tarrago-
na, de quien era sufraga-
neo. Creyó este que sería
suficiente una amonestación
dulce y caritativa , para que
Silvano no procediese otra
vez con tanta ligereza; y
en esta buena fé no puso
por entonces otro remedio
á su desorden. Compade-
cióse también del Obispo
consagrado; pues aunque pa-
ra su consagración no ha-
bían precedido los requisitos,
que prescribió el Concilio
Niceno , y con arreglo á
sus Cañones podía no admi-
tirle en el numero de los
Obispos de su Provincia, con
todo eso tubo por conve-
niente aceptar su Obispado,
y permitirle egercer su dig-
nidad en el lugar que le
R2 fue
I 3 2 España Sagrada.
fue señalado, por haberse
hecho aquella consagración
contra la voluntad , y con
positiva repugnancia del mis-
mo Obispo nuevamente or-
denado por Silvano.
6 En tal estado queda-
ron las cosas, sin que el
Obispo de Calahorra diese
ocasión á nuevas querellas
en el espacio de los siete
ü ocho años siguientes; mas
pasados estos dio muestras
del poco fruto que había
hecho en él la pacifica re-
prehensión del Metrópoli'
taño de Tarragona. Porque
habiendo vacado la silla del
mismo , á quien ordenó sin
observar las santas determi-
naciones del Concilio Nice-
no , eligió para ella un Pres-
bítero de otro Dicce^ano.
El Obispo , que por este
t'empo gobernaba la iglesia
de Zaragoza , y cuyo nom-
bre se ignora , sabiendo el
intento de Silvano, puso gran
diligencia en que no llegase
a efeduarse una determina-
ción tan contraria á los Sa-
grados Cañones. A este fin
amonestó á los Obispos co-
marcanos , que no comuni-
casen con el de Calahorra,
ni asistiesen á la coa'-agra-
cion del que habla sido elec-
Trat.69. Cap. 9.
to sin el recurso al Metro-
politano. Pero nada de esto
bastó , para que Silvano
desistiese de lo que habia
intentado ; pues consagró
efedivamente á aquel Pres-
bítero, no solo sin haber
dado noticia al de Tarra-
gona , pero aun sin asistir
á la consagración el nume-
ro de Obispos que prescri-
bían los Cañones.
7 Referidos los hechos
de Silvano conforme á la le-
tra de la epístola dirigida
al Romano Pontífice Hilario
por los Obispos de la Pro-
vincia de Tarragona , no de-
bo omitir , que los Autores
han errado comunmente Ja
verdadera historia de ellos^
á causa de no haber enten-
dido el contexto de la mis-
ma epístola. Los mas escri-
ben , que la culpa del Obis-
po de Calahorra esiubo en
haber elegido sucesor suyo,
poniéndole en su lugar , y
consagrándole sin consulta
del Metropolitano , ni volun-
tad del pueblo. Creen tam-
bién que sin embargo de los
avisos christianos , con que
Asean io procuró reducirle
al arrepentimiento de su de-
lito , él perseveró obstina-
do é incorregible por espa-
cio
Chispos de Calahorra, Silvano. 133
cío de ocho años. El Rmo. fin de que el sabio Lector
Fiorez impugna el diclaMien
de estos Escritores , y dice,
que el sentido legitimo de
la carta escrita al Papa Hi-
lario indica , que el desor-
den de Silvano consistió en
que hallándose un Presbí-
tero agregado al gremio de
los Obispos , por estar ya
eledo y aprobado por el
Metropolitano , él se tomó
la autoridad de consagrar-
le , pero no destinándole á
otra Iglesia diversa de la que
los Padres le habian seña-
lado. Tillemont confiesa,que
el lugar de la epístola , en
que se habla del hecho de
Silvano, está muy obscuro,
y le expone afirmando , que
este Obispo ordenó á un Cu-
ra de otra Diócesis , ha-
ciéndole Prelado del mismo
pueblo , en que tenia el Cu-
rato.
8 He dichoque ningu-
no de estos Autores enten-
dió la epístola ce los Obis-
pos de la Frcvincia de Tar-
ragona ; y para que se vea
claramente , que no he pro-
nunciado esta preposición
con temeridad , 6 sin fun-
damento , exhibiré las dos
clausulas latinas , en cuya
inteligerxia han errado , á
se desengañe en este punto.
Dicen asi : Hic namque (Sil-
vanus ) jiim ante septcm^
aut odio amplias annos post-
ponens Patrum regulas , (B
vestra instituía dsspiciens^
fiullis petentibus populis,
Episcopum ordinavit , cujus
prcfpropcrum fadium existi-
mantes fraterna , & paci-
fica posse admoniticne sana-
ri , profecit in pejus. Dctii-
que cci4ra vetustatem ca-
nonum , contra Synodi cons-
tituía altcrius fratris nos-
tri Presbyterum spiritu tan-
tum prcPsumptionis üccen-
sus , in eodem loco , qui illi
fuerat destinatus , cui i /.vi'
to , S repvgvanti imposuC"
rat marus , ^ qui nostro
jam ccetui fuerat aggrega-
tus , Episcopum ftcit. Re-
flexione ahcra conmigo el
Ledcr estas dos clausulas,
y hallará que en ellas se
refieren dos Consagraciones
hechas por Silvano sin au-
toridad legitirria : la una sie-
te u ocho años antes de es-
cribirse la carta , la otra
pasado este mismo tiempo.
En la primera no hizo otra
cosa Ascanio con los demás
Obispos de su Provincia,
que reprehender pacifica y
blan-
1^4 España Sagrada
blandamente el atentado de
Silvano , creyendo que esto
bastaría para su enmienda.
En la segunda se vieron
obligados á escribir al Pon-
tífice Romano , por haber
experimentado , que el mis-
mo Silvano era contumaz;
pues menospreciando la amo ■
nestacion acerca de su pri-
mer desorden , repitió el he-
cho , Y con circunstaHcias
mas criminales, porque ade-
más de no consultar al Me-
tropolitano como en la pri-
mera ocasión , consagró al
Presbítero de otro Dioce-
sano , y esto sin la asisten-
cia de otros Obispos , co-
mo lo significan las pala-
bras , que se ponen luego:
Non erubuit soltis Ule com-
fnittere. Reñexionese otra
vez la clausula segunda que
ha sido el tropiezo de to-
dos los Autores , que tratan
de este caso ; y se hallará
que en ella se habla de los
dos Obispos consagrados ile-
gítimamente por Silvano.
Porque dice , que éste sin
respeto á los antiguos Ca-
líDnes y Decretos del Con-
cilio, ordenó de Obispo á un
Presbítero de otro Obispa-
do , poniéndole en el mismo
lugar que fue señalado pa-
. Trat. 69. Cap, 9.
ra aquel , á quien en medio
de resistirlo había consagra-
do antes , y á quien los Pre-
lados de la Provincia hicie-
ron miembro de su propria
Congregación.
9 Tenemos pues en es-
tas palabras dos Obispos ex-
presamente distinguidos; uno
que siendo Presbítero de
otra Diócesis fue consagra-
do por Silvano , sin recurso
al Metropolitano de Tarra-
gona ; otro á quien consagro
siete ü ocho años antes , el
qual había sido admitido en-
tre los Obispos de la Pro-
vincia , y como tal tubo Se-
de propria , en la que Sil-
vano puso al dicho Presbí-
tero. Con estas reflexiones
se hacen palpables los yer-
ros en que por inadverten-
cia han caído los Escritores.
Vaseo , Garibay , Morales,
y el Cardenal de Aguirre
creyeron , que la culpa de
Silvano se reducía á haber
nombrado sucesor suyo en
la Sede Calagurritana , or-
denándole de Obispo sin dar
noticia de ello al Metropo-
litano de Tarragona. Pero
ya hemos visto que aquellas
palabras in eodem loco , qui
illi fuerat destina tus , no
pueden entenderse del Obis-
po
Obispos de Calahorra. Silvano. 135
po de Calahorra , sino que de verificarse del Presbyte-
deben aplicarse al siigeto de
quien se dice inmediaramen-
te : Cui invito , S repugnan-
ti imposuerat manvs , &c,
y este es el Obispo ordena-
do violentamente por Silvano
siete ú ocho años antes,
que los Prelados Tarra-
conenses escribiesen esta
carta. Tillemont escribió,
que el Obispo de Calahor-
ra hizo á un Cura Obispo
del pueblo , en que éste te-
nia su Curato , y esto con-
tra la voluntad del mismo
consagrado. Mas Ja equivo-
cación de Cite Autor se des-
cubre con solo hacer paten-
te, que en su didamen se
aplica toda la clausula De-
ñique contra vetustatem^&c.
al Presbítero alli nombrado;
mas no es asi , ni el texto
es capaz de construcción
gramatical , que haga el sen-
tido que éi ofrece. Y para
evidencia de que en este
lugar se habla de dos suge-
tos distintos , y ambos con-
sagrados sin legiiim.a auto-
ridad , basta advertir que
del uno se dice , que ya se
le habia señalado Stá^ , y
que estaba admitido en el
m'imero de los Obispos de
Ja Provincia ; lo qual no pue-
ro , cuya consagración dio
motivo á la carta ; pues asi
que Silvano le consagró,
consultaron al Papa Ascanio,
y los Comprovinciales , qué
deberían hacer de él ; lo que
prueba evidentemiCnte , que
ellos no le habian agregado
á la junta de Obispos , antes
se hallaban inciertos é in-
decisos sobre si le excluirian
de su Congregación con-
forme al canon áQ\ Conciiio
Niceno. Por la misma razón
debe enmendarse la inteli-
gencia del Rm.o. Florez en
el tom. 25. pag. 44. num. 7.
dice , que hallándose el Pres^
bitero agregado al gremiio
de los Obispos como eleéío
y aprobado por el Metro-
politano , Silvano tubo la
presunción de consagrarle,
aunque el mismo Présbite-*-
ro lo repugnaba , pero que
no le aplicó á otra Iglesia
diversa, sino á la misma á
que ios Padres le tenian desr
tinado. En prueba de esta
inteipretacion añade lo si-
guiente : íLste parece el le-
gitimo sentido , especial-
m.ente refiexionando en las
demás ciausuias de que ya
estaba aírregado ai coro de
los Obispos , pero Je faltaba
I 3 <5 España Sagrada,
imponerle las manos ; y es-
to lo hizo Silvano sin acuer-
do del Metropolitano , en lo
que cstubo la presunción.
Debe ■ pues corregirse esta
declaración de la carta ; por-
que las palabras , qui illi
fuerat destinatus , cid invi-
to , Í5* repugnan ti , Se, se
refieren no al Presbítero,
sino al Obispo consagrado
mucho tiempo antes por Sil-
vano , y en cuya Sede puso
al mismo Presbítero. Ni es
verdad que aquí se habla
de un sugeto puesto en el
gremio de los Obispos , pe-
ro no consagrado ; porque
la clausula le expresa con
la mayor claridad primera-
mente consagrado , y des-
pués admitido entre los Obis-
pos. Cui invito , G repu^-
nanti imposuerat manus : He
aquí la consagración. Et qui
nostro jam ccetiii fuerat a o-
gregatus'.HQ aquí la admi-
sión en el número de los
Prelados de la Provincia.
lo Habiendo examinado
quanto á los hechos de Sil-
vano la epistola dirigida al
Papa Hilario , y mal enten-
dida de los Autores que la
han mencionado y recono-
cido , seguiré el proceso de
la causa , que se suscitó con
Trat, 6c), Cap. 9.
ocasión de las consagracio-
nes ilegitimas del mismo
Obispo. De estas represen-
taron Ascanio y sus Compro-
vinciales ,que siendo por su
naturaleza causas de divi-
sión y cisma , debían cor-
regirse prontamente, y que
por tanto recurrían á la Sede
Apostólica deseosos de sa-
ber , qué convendría deter-
minar asi del Obispo consa-
grante como del consagrado.
Sobre esta consulta dice el
Rmo. en el tom. cíf. pag.
54. nura. 34. que sin embar-
go de que habla en singular:
Quid oporteat de ordinjtore^
& ordinatofieri, debe enten-
derse locución figurada de
uno por muchos , pues no
solo el Papa en su respues-
ta, sino también los coisul-
tantes expresan de Silvano
haber hecho varias consa-
graciones: Ordinationes sibi
indehitas usurpando. Pero en
suposición de ser legitimo^
como lo es el sentido en que
he explicado los hechos atri-
buidos á Silvano , estas pa^
labras tienen su inteligencia
propria , y literal. Dos fue-
ron como he dicho las con-
sagraciones, que hizo el Obis-
po de Calahorra sin autori-
dad compéleme: la primera
sie-
Obispos de Calahorra, Silvano. 137
siete ü ocho años antes de Calahorra dio al Presbítero
las quejas de los Obispos nuevamente consagrado la
de la Provincia ; la segunda misma Sede, puede colec^ir-
en el mismo año en que es- se que el primero habia
tos escribieron su carta obli- fallecido, pues el delito que
gados de la reincidencia de se refiere no es de haber
Silvano. El Obispo consa- puesto dos Obispos en una
grado en la primera consa- misma Iglesia , ni el Papa
gracion fue no obstante el hubiera tolerado esto , como
defeéto de recurso al Me- toleró los hechos de que
tropolitano colocado en una Silvano fue acusado: lo qual
Sede, y admitido en la Con- es también prueba de que
gregacion de los Obispos la consulta se dirigía á la
comprovinciales , los quales instrucción acerca de solo
se contentaron por entonces uno de los consagrados,
con amonestar al de Cala- 11 Aunque el Pontífice
horra , se abstubiese en ade- Romano recibió la carta , en
lante de un hecho tan ilícito que los Obispos de la Pro-
y contrario á los Sagrados vincia Tarraconense se qi¡e-
Canones, En este supuesto, jaban de las presunciones
que consta de la epístola al del de Calahorra, no tubie-
Papa , la consulta no era so- ron estos tan pronta la res-
bre lo que convendría hacer puesta , que no sospechasen,
con el ordenado siete ü ocho que 6 por la negligencia del
años antes , el qual estaba correo , ó por las dificulta-
ya en pacifica posesión de óqs de un camino tan lar-
su Iglesia por consentimien- go, no habría llegado su
to ó tolerancia de los de- representación á la Sede
n:ás Obispos; sino acerca Apostólica. Por esta causa
de lo que se deberia egecutar ofreciéndoseles algún tierrpo
con el Presbítero consagra- después suplicar al Papa
do últimamente, y puesto Hilario , que se dignase con-
en la misma Sede, que tenia firmar en el Obispado de
ó tubo el Obispo á quien Sil- Barcelona, á un lrer.(o,á
vano consagró en la prime- quien ellos habían rxmbra-
ra ocasión. Digo que tubo^ do movidos asi del ir.erito
porque si el Obispo de del elegido como de la petir
Tom, XXXllL
cíoa
138 España Sagrada,
cion del Clero , y plebe de
la ciudad , y particularmen-
te del deseo que en la hora
de su fallecimiento manifes-
tó Nundinario Predecesor en
la misma Iglesia , que por
consentimiento del Metro-
politano habia hecho antes
al mismo íreneo Obispo de
un pueb'o de su Diócesis,
repitieron sus quejas estra-
ñando,que el Papa no hu-
biese respondido á la consul-
ta , que le hicieron por su
carta anterior. Después de
este ultimo escrito se dirigie-
ron á Roma diferentes repre-
sentaciones hechas en favor
de Silvano, y firmadas de
las personas mas nobles de
su territorio. Estas fueron
de las Ciudades de Tarazo-
na , Cascante , Calahorra,
Varea , Tricio , Livia y
Briviesca ; y se mencionan
en la respuesta del Pontifice
con estos nombres, honor a-
iorum í? possessorum , que
significan á los vecinos mas
distinguidos después de los
Eclesiásticos , según la serie
del Diurno Romano cap. 3.
tit. 2. que dice: Presbyteris,
Díaconibus^Clericis ^ hono-
ratis , possessoribus , í?
cuncice plebi illius Ecclesiíe
&c. Escribieron pues los
. Trat. 69. Cap, 9.
dichos personages , satisfá-*
ciendo á los cargos , que los
Obispos de la Provincia ha-
cían á Silvano ; mas en el
descargo se alegaban otras
consagraciones igualmente
reprehensibles , por haberse
hecho sin el consentimiento
de Ascanio. Sed reprehensión
ne justissima , dice el Papa
Hilario, eorum pariter justa
allegatío non carebat ; quia
pr¿üter conscientiamMetropO:
litani fratris , í? Coepiscopí
nostri Ascanii nonnullis ci-
vitatibus ordinatos claruit
Sacerdotes» Tillemont enten-
dió por estas palabras , que
los defensores de Silvano da-
ban cuenta de otras consa-
graciones , que él hizo , po-
niendo Obispos en algunas
Ciudades ; pero esto no sería
escusarle , como lo intenta-
ban , sino agravar la acusa-
ción de los Comprovinciales.
Por esta razón , y porque de
la epistola , que se escribió
contra el Obispo de Cala-
horra , no constan sino dos
consagraciones, y ambas de
Obispos de un mismo pue-
blo , debe tenerse por cier-
to , que las demás tubieron
otros Autores , y se traían
por egemplares , que en el
juicio de los exponentes po-
dían
Obispos de Calahorra. Silvano. 139
podían justificar la conduc- rabie asamblea fueron de
sentir, que debían corregirse
los abusos que acababan de
oír , y observarse la dis-
ciplina Eclesiástica , y ios
Sagrados Cañones en lodo lo
respedivo á las elecciones y
consagraciones de Obispos.
Conforme á esta sentencia,
aprobada también por el Pon-
tífice Hilario, parecía con-
siguiente la declaración , de
que no se tubiesen por Obis-
pos los que sin noticia del
Metropolitano habían sido
consagrados por el de Ca-
lahorra ; porque es muy ex-
preso entre otros el canon
6. del Concilio Niceno , que
dice : Quod siquis absque
Metropolitani sententia fac»
tus sit Episcopus ; eum mag»
na Synodus definit non esse
Episcopum, Pero la epísto-
la firmada por el Papa en
30. de Diciembre de 465.
y dirigida á Ascanío , y á
todos los Obispos de la Pro-
vincia por medio de un Sub-
diácono de Roma llamado
Trajano , es un argumento
evidente , de que no se guar»
dó acerca de las consagra-
ciones de Silvano el rigor
que establecieron los Conci-
lios. En ella dice Hilario,
que atendiendo á la necesi -
82 dad
ta de Silvano.
12 El Pa pa Hilario, des -
pues de haber leído lascar-
tas, que le enviaron de Es-
paña los Obispos , que acu-
saban á Silvano , y los per-
sonages que le defendían,
mandó que los asuntos so-
bre que era consultado , se
examinasen en el Concilio
que se juntó en la Iglesia de
Santa María bajo el Consu-
lado de Basilisco y Herme-
nerico , y se compuso de
Obispos de diversas Provin-
cias , que habían ido á Ro-
ma con el fin de celebrar
el aniversario de la consa-
gración del Papa. En el tom.
25. quedan referidas las Ac-
tas de este mismo Concilio,
por lo que al presente diré
solo de lo que resultó en
orden á los hechos de Sil-
vano , confutando lo que so-
bre este punto han escrito
algunos Autores , errando
aqui no menos que antes tn
la inteligencia de las car-
tas remitidas á Hilario.
Habiéndose pues examinado
los artículos comprehendi-
dos en las representaciones
hechas por los Obispos de
la Provincia Tarraconense,
los Padres de aquella vene-
España Sagrada. Trat\ 69. Cap. 9.
los tiempos , se le terum , eos , qui Episcópi:
fadii sunt , Ha volumus per-
140
dad de
perdona al Obispo de Ca
lahorra todo lo pasado , con
3a condición de que en ade-
lante se abstenga de hacer
alguna cosa , que se oponga
á los preceptos del Apóstol,
y á los decretos del Conci ■
lio Niceno : Tewporum ne-
ces sítate perspedia , hac ra~
tione decernimus ad veniam
pertinere , quod gestum est^
vít 7iibildjinceps contra pr^e-
cepta Beati Apostoli , nihil
contra Niccenorum canomim
constitutum tentetur. Con
firma también los Obispos
hechos sin noticia del Me-
tropolitano , no obstante que
asi estos como sus promoto-
res merecían ser depuestos
de la dignidad. Ordinatos er-
go nunc Episcopos , ( qui li-
eet , te ignorante , provee-
ti sunt , cum suis audicribus
tneruerint submoveri ) hac
rotione firmamus , (¿c. La
misma confirmación se lee
en la epistola que el Papa
escribió separadamente áAs-
canio : Et licet hi , qui prce-
tcr notitiam , atque consen-
sum tuce diledíicnis ordinati
sunt Sacerdotes , cum suis
debuerint audloribus submo-
veri ; ne quid lamen in tanta
ne ees sítate deccrnamus aus-
manere , &c,
13 En vista de tan
convincentes , y expresos
testimonios es fácil conocer
los yerros que algunos Auto-
res cometieron escribiendo
de la decisión Pontificia acer-
ca de los casos consultados
por los Obispos de España.
El P. Mariana mostró bien,
al tratar de este asunto,
con quanta verdad confesó
en la carta que escribió á
Leonardo de Árgensola, que
jamás habia pretendido ha-
cer Historia de España ni
examinar todos los particu-
lares , sino solo poner en es-
tilo lo que otros tenían jun-
tado. Dice lib. 5. de su Hist.
cap. 4. al fin, que la respues-
ta de Hilario decide, que por
no poderse en manera algu-
na distinguir la causa de
Barcelona de la de Calahor-
ra , y porque no pareciese
se heredaba lo que por be-
nignidad de Christo se da
conforme á los merecimien-
tos de la vida de cada uno,
que asi la elección de Silva-
no como la de Nundinario
se tubiesen por de ningún
efeéto , y se tornasen á ha-
cer conforme a las costum-
bres
.' Obispos de Calahorra, Silv^ino." • -141
bres y leyes legalmente. Es ra de las consa'graciones jle
mas de estrañar que el Car-
denal de Aguirre , en medio
de haber examinado las car-
tas que se escribieron en es-
te negocio , fuese del mismo
parecer que Mariana. Afir-
ma , que Hilario gobernán-
dose por los Cañones del
Concilio Niceno,y otros, anu-
ló las elecciones y consagra-
ciones hechas por Silvano,
á causa de haber procedido
en ellas sin el consentimien-
to del Metropolitano , y ele-
gido succesor sin que lo pi-
diese el pueblo , dándole la
posesión contra todo dere-
cho , como si el santuario
de Dios se hubiese de poseer
por herencia. Dice también,
que determinó el mismo
Papa , que no se consintiesen
en una Iglesia dos Obispos
juntamente, como se consin-
tieron en la de Barcelona
Nundinario é Ireneo , y en
la de Calahorra Silvano y el
Obispo é quien consagró
sin la autoridad que se re-
queria.
14 Estas equivocaciones
hacen , que los hechos del
Obispo de Calahorra parez-
can mas criminales y repre-
hensibles de lo que fueron
en la realidad ,^porquefue-
gitimas, le atribuyen el nom-
bramiento de sucesor por su
proprio arbitrio , y el esia-
biecimiento de otro Obispo
en su Igltsia antes de su
muerte , culpas muy abomi-
nables y contrarias á los de-
cretos de los Concilios. La
causa de las mismas equi-
vocaciones es la falsa inteli-
gencia de la epístola de As-
canio , y sus Comprovincia^
les , porque como los Auto-
res citados creyeron, que
el motivo de las quejas con-
sistia en los delitos expre-
sados, no pudieron persua-
dirse , á que el Papa repro-
base el hecho de Nundina-
rio Obispo de Barcelona,
tolerando los de Silvano, que
sobre convenir con el pri-
mero en haber elegido suc^
cesor , se arrojó á consa-
grarle sin noticia de Asea*
nio , ni petición del pueblo.
15 Es falso pues que la
causa del Obispo de Cala-
horra no podía separarse de
la de Barcelona. Ésta segun-
da consistía en que los Obis-
pos de la Provincia suplica-
ron al Papa se dignase apro'
bar el decreto, que ellos ha-
blan dado acerca de la trans-
lación de Ireneo á la Sede
Bar-
14'^ España Sagrada, Trat. 69. Cap,g,
Barcinonense vacante por también falso , que alguno
muerte de Nundinario , en
atención á que ésta fue la
voluntad del difunto , y á
que asi lo deseaban todos
los Eclesiásticos , y las per-
sonas principales de aque-
lla ciudad y provincia , y
que parecia lo mas conve-
niente á la utilidad de la
misma Iglesia. El Papa no
quiso condescender á esta
pretensión ; antes bien escri-
bió al Obispo Ascanio , es-
trañando grandemente , que
no solo no se hubiese opues-
to á la petición de los de
Bircelona,sino también pre-
tendiese de la Silla Apostó-
lica el cumplimiento de su
injusto deseo , haciendo en
el principio de su carta
mención de Concilio , como
si la grandeza de la culpa
se disminuyese por la mul-
titud de hombres ignoran-
tes. Nada de esto hall imos
en la causa de Cilahorra;
pues como consta de la car-
ta de los Obispos de la Pro-
vincia Tarraconense , y de
la respuesta del Pontifica,
el pecado de Silvano se re-
dujo á nombrar y consagrar
Obispos , sin haber prece-
dido petición del pueblo, ni
recurso al Metropoliíano. Es.
de los Obispos consagrados
por el de Calahorra fue
nombrado succesor suyo , y
Obispo de la misma Sede^
de manera que se consintie-
sen en ella dos Obispos jun-
tamente : porque como tam-
bién se declara en la carta,
el Obispo á quien Silvano
consagró primero , y los
Prelados de la Provincia ad-
mitieron en su Congrega-
ción , fue destinado á cier-
to pueblo que no expresan,
para que egerciese en él la
jurisdicción Episcopal. En
este mismo colocó Silvano al
Presbítero , á quien orden»
últimamente, dando con su
reincidencia motivo para las
quejas de los otros Obispos,
Por donde se hace patente,
que los dos consagrados re-
sidieron en Sede distinta de
la de Calahorra , y asimis-
mo , que Silvano no eligió
succesor suyo , ni puso otro
Obispo en su propria Igle-
sia : lo que de ningún mo-
do hubiera tolerado el Papa
en la Sede Calagurritana,
como tamooco lo toleró en
la Barcinonense. Por tanto
las dos causas eran muy
diferentes entre sí , y por
esta razón la sentencia, con
que
Obispos de Calahorra. Silvano. 143
qué sé terminaron , fue tam- .tiempo se perdonase todo lo
bien muy diversa ; pues co- -pasado. Tillemont sospecha,
jmo hemos visto , él Romanó que el Obispo de Calahorra
Pontífice confirmó las elec- era hombre de grande auto-
ciones, y consagraciones del ridad , y muy importante al
Obispo de Calahorra , aun- Estado , especialmente en
que contrarias á los Sagrar
áos Cánones , y reprobó la
traslación de Ireneo á la Igle-
sia de Barcelona.
16 Resta averiguar, por
^ué causa el Papa Hilario
usó de tanta indulgencia, y
blandura para con Silvano
enmedio de la sentencia de
los Padres del Concilio , se-
gún la qual , y los antiguos
decretos , debía ser castiga-
do siendo depuesto con el
Obispo , ú Obispos que con-
sagró sin recurrir al Metro-
politano. El Rmo. Florezfue
de sentir , que la causa de
esta piadosa moderación , y
condescendencia, fue la aten-^
cion del Pontífice á las tur-
baciones de aquellos tiem-
pos , que causaban tales ig-
norancias y desordenes. Fleu-
ry al año 465. cree , que las
cartas remitidas á Roma por
los Magistrados, y princi-
pales vecinos de los pueblos
arriba expresados , en las
quales se escusaba la con-
duela de Silvano , hicieron,
que vista la necesidad del
aquellas circunstancias en
que el Imperio se hallaba
muy debilitado, y que por
esta razón no pareció con-
veniente ofenderle castigán-
dole con la severidad q e
prescribían los Cánones.
17 Ya d ige antes , como
todos los Padres que se jun-
taron en el Concilio de Ro-
ma dieron su sentencia pi-
diendo en sus aclamaciones,
no solo que se observase la
disciplina antigua , sino que
se castigasen los transgre-
sores : Uó in prcesumptori-
bus vinoicetur , rogamus. El
Papa ordenó también , qué
las Aé^as dtl mismo Concilio^
como tan conformes á todo
derecho , fuesen publicadas
por los Notarios , para que
de este modo llegasen á no-
ticia de todas las Iglesias , y
ninguna por su ignorancia
tubiese por licito lo que en
realidad era contrarío á los
Estatutos Synodales. Enme-
dio de estas determinacio-
nes , dadas en el mes de No-
viembre , escribió Hilario á
30-
1 44 España Sagrada^ Trat, 69. Cap, 9.
30. del Diciembre próximo, riedad con que se indicaba,
perdonando las transgresio-
nes de Silvano, y confirman-
do los Obispos que fueron
consagrados sin noticia ó
consentimiento del Metropo-
litano. Esta moderación de
lo establecido por el Conci-
lio , y el silencio que se ob-
serva en sus Adas sobre los
descargos que se hicieron
€n favor de Silvano , arguye,
que las Cartas de las Ciuda-
des de España no llegaron á
Roma hasta después de con-
cluido el mismo Concilio, y
que éstas fueron las que tem-
plaron el rigor de la referi-
da sentencia. En efeéto , el
Papa insinúa en el principio
de su Epístola á los Obispos
de la Provincia Tarraconen-
se , que las representaciones
de los pueblos le movieron
á dispensar en el negocio de
Silvano; porque supone , que
lo alegado por estos era jus-
to , bien que no dejaba de
ser muy reprehensible el he-
cho ,que referian,de haberse
destinado y ordenado Obis-
pos para algunas Ciudades,
sin pedir primero el consen-
timiento del Metropolitano.
Dice también , que hallán-
dose confundida la verdad
de aquella causa por la va-
y constando por otra parte
la necesidad de los tiempos,
venía en perdonar las con-
sagraciones ilegítimas , en-
cargando solo la enmienda
para adelante.
18 He dicho, que el Pa-
pa Hilario supone , que era
justo el alegato de los pue-
blos de España ; porque la
clausula , conforme á su lec-
ción vulgar , se halla en es-
tas términos: Sed repreben-
sione justissima eorum pari^
ter justa allegatio non cU"
rebat , quia prceter conscien-
tiam Metropolitani , fratris
& Coepiscopi nostri Asca^'
nii nonnullis Civitatibus or^
dinatos claruit Sacerdotes.
Y aunque el M. Florez tub3
por agena del texto la voz
justa , acaso por parecerle
incompatible la justicia en
lo alegado con la reprehensi-
bilidad , no obstante , no hay
razón para tenerla por in-
troducida en vista del con»
sentimiento con que todos
la admitieron hasta aqui;
y de que se compone fácil-
mente , ser dignos de re-
prehensión los egemplares
qje alegiban de Obispos, en
cuya elección y consagra-
ción se procedió contra los
Cá-
Obispos de Calahorra. Silvano. 145
Cánones , y ser al mismo gun la división de aquella
tieqlpo justos lo^ motivos que
obligaban á poner y mante-
ner Prelados en aquellos
pueblos, en atención á la ne-
cesidad de los tiempos.
19 Esta necesidad , que
pondera el Papa en sus dos
Cartas , provenia de la opre-
sión que padecía la España
por la multitud de Barbaros
que algunos años antes ha-
bían entrado en ella , y es-
taban apoderados de algu-
nas Provincias. La Tarraco-
nense era todavía de los Ro-
manos ; pero como los Go*
dos , Y Suevos iban crecien-
do eo poder y fuerzas , y
el Imperio de Roma decaía
por instantes , temieron los
Obispos de esta Provincia la
invasión de los Barbaros.
Este recelo fue en mi jui-
cio la causa , que movió á
algunos de ellos á poner
Obispos, donde jamás se ha-
bía establecido Sede, á fin de
que en tiempo tan turbado
no careciesen los pueblos que
distaban mucho de la Capi-
tal , del consuelo , y consejo
de su Pastor. El de Calahor-
ra se hallaba en mayor ur-
gencia por dos razones muy
fuertes. La primera , porque
su Obispado confinaba , se-
Tom.XXXUL
edad , con la Provincia de
Galicia , que enteramente es-
taba sujeta á los Suevos ;poc
lo qual ios Obispos , que es-
cribieron quejándose de . él,
dicen , que su Obispado era
en lo ultimo de la Provincia
Tarraconense: Silvanas Epis-
cjpus Callagurrce , in ulti-
ma parte nostr.v Provlnc-i¿e
c&nstitutus ySe. La segunda,
porque la Diócesis de Cala*
horra tenia en el siglo quinto
mayor estension por la linea
occidental , que al presente^
aunque la tiene muy grande.
Sus límites eran los montes de
Oca , por donde tocaba coa
la' Provincia Cartaginense; y
por el nacimiento del Ebro
las montañas de Burgos , por
donde confinaba con Galicia,
Aún de éstas puede dudar-
se si se comprehendian ea
la misma Diócesis; pues aun-
que en lo civil pertenecían á
Galicia , como testifica Pau-
lo Orosio , hay fundamento
para congeturar , que en lo
Eclesiástico eran de la Pro-
vincia de Tarragona , y con-
siguientemente del Obispa^
do de Calahorra. Véase lo
que sobre este particular
escribió el M. Florez en el
tom. i5.pag. 12. num. 14. Por
T tan-
146 España Sagrada,
tanto , pues , creyó Silvano,
que debia atender al buen
gobierno de sus pueblos, es-
tableciendo otra Sede en el
territorio de su Diócesis , co-
mo sin tanta necesidad lo
hizo Nundinario en el Obis-
pado de Barcelona ; aun(}ue
éste recurrió primero al Me-
tropolitano pidiendo su con-
sentimiento ; pero Silvano lo
hizo sin este recurso con-
tra lo que tenían determina-
do los Sagrados Cánones. Por
lo mismo confirmó el Papa
al Obispo á quien consagró
Silvano ; pues aunque la Con-
sagración fue ilegítima , las
circunstancias pedian ma-
yor número de Prelados. To-
leró también los demás Obis-
pos consagrados con igual
defedo,de que tubo noti-
cia por las Cartas de los pue-
blos de España : los quales
Obispos, como ya dige an-
tes contra Tyllemont , no
fueron ordenados por Silva-
no , sino por otros , como lo
insinúa el Papa en la clausu-
la de Confirmación : Et li-
cet hi , qui prceter notitiam^
(itque consensum tuco dile-
diionis cr di fíat i sunt Sacer-
dotes ^cum suis debuerint au-
Sioribus submoveri , 6V.
T^'at. 69. Cap,g.
Desde el año de 466»
20 Apenas comenzába-
mos á disfrutar monumentos
seguros de la Sede Calagur-
ritana , quando por varios
accidentes nos hallamos otra
vez sumergidos en la obscu-
ridad primera. Poco después
de haber recibido en Espa-
ña la respuesta del Roma-
no Pontífice Hilario, Eurico
Rey Godo , destruida , y ro-
bada la Lusitania , intentó
conquistar la Provincia Tar-
raconense , que como he di-
cho se mantenía bajo el im-
perio de los Romanos. En-^
viando , pues , desde alli su
egército , tomó primero á
Pamplona, y Zaragoza , y
luego á Tarragona , pasando
á cuchillo á los mas nobles
de toda la Provincia , que se
resistieron á sus armas. S.
Isidoro no expresa el nom-
bre de Calahorra quando re-
fiere esta conquista ; pero no
hay duda, en que tambiert
fue sujetada en esta ocasión,
como se colige del testimo-
nio de Severo Sulpicio , que
com prebende las comarcas
de Pamplona , y Zaragoza;
Gauterit Comes Gothorum
Ispanias per Pampilonem^
Cce-
Obispos de Calahorra, Silvano. Í47
Ctesaraugustam , & vici^ formando ciertos discursos,
cuyo examen es muy nece-
sario para ilustración de es-
ta Iglesia, y la de Tarazo na.
Confiados , pues , en que al-
gunos Autores establecen,
que en tiempo de los Reyes
Godos se mudaron los tér-
minos de los Obispados , afir-
man , que después de Silva-
no fue uno mismo el de Ca-
lahorra , y Tarazona. El
Doctor Tejada, lib. 3. cap. 3.
§. 4. pone por primer Prela-
do de ambas Iglesias á S.
Prudencio , cuyo cuerpo se
venera en el Real Monaste-
rio de Santa Maria de Ná-
gera. De este Santo se leea
unos versos , escritos , segura
Yepes,en dos planchas de la-
tón morisco , y con letras gó-
ticas, halladas en el arca ,en
que se guardan sus Reliquias,
los quales indican ,que el San-
to fue Obispo de Calahorra,
y Tarazona. Dicen asi:
ñas urbes obtinuit. Véase
.el Chronicoíi publicado en
el tom. 4. de la Esp. Sag.
pag. 43. del qual no tubo
noticia Ambrosio de Mora-
rales , estrañando por eso la
referida noticia , que Vaseo
atribuye á Severo sobre el
año 475.
21 Desde este suceso hasta
el año de 589. río se halla
noticia de los Obispos que
presidieron en Calahorra;
pues aunque se celebraron
varios Concilios en la Pro-
vincia Tarraconense , no se
lee entre los que asistieron
á ellos y subscribieron, eF
nombre de alguno de los Pre-
lados , que por este interme-
dio gobernaron las Iglesias
de la Vasconia,
22 Los Escritcíres , que
han publicado Historia de es-
ta Diócesis , pretenden lle-
nar el Catálogo de Obispos,
tncUtus Antistes Vrudentias hic requiescit^
Qtio Calagurra vigct^ perqaem Tyrasona nitescit,
Eccleíice ftdei ^ morumque dedit documenta^
Perqiiem perpetuar vitiV capit emnlumenta,
Hnnc Rex Garsias huc attulit , hicque locavit^
Hanc quia Basilicam su nptu proprio fahricavit.
23 El mismo apunto pue-
de confirmarse con la auto-
ridad del Breviario de Ná-
gera , que en las lecciones
T2
del
148 España Sagrada,
del expresado Santo le- hace
Obispo de Calahorra v y
constando por el general
consentimiento de Adas , é
Historiadores , que gobernó
también la Iglesia de Tara-
zona, p,^ "ce colegirse haber
sido uno mismo el Obispa-
do de ambas Iglesias.
24 Acerca del tiempvo en
que este San Prudencio de
Nágera fue Obispo , dice el
Dodor citado , que en su
sentir entró á presidir en el
año 466. Congetura , que él
fue el primero que Silva-
no consagró para Coadju-
tor suyo y succésor en el
Obispado , del qual cons-
ta haber sido admitido á
las juntas Provinciales por
el Metropolitano , y de-i
inás Obispos. Infiere , que»
el mismo Metropolitano le
ííenaló por succésor de Sil-
vano ; y que viéndole de-
puesto por el Papa sin cul-
pa del elegido , que nunca
solicitó ser Coadjutor , an-
tes se opuso , como Ascanio
lo testifica en su Carta , le
nombró por Obispo de Ca-
lahorra , asi que esta Sede
quedó vacante por muerte
de Silvano.
2$ No hay cosa mas di-
fícil de averiguarse , que el
Trat. 69. Cap, 9.
origen y número de las Se^
des Episcopales , y los lí-
mites que correspondian á
cada una en los cinco pri-
meros siglos. Si fuera legí-
tima la división que se atri-
buye á Constantino, y anda
publicada con el nombre del
Moro Rasis , sabríamos a lo
menos qué Obispados se ha-
llaban establecidos en Espa-
ña desde el tiempo de aquel
Emperador. Pero siendo este
instrumento tan fabuloso,
como se convence en el tom,
|. de la Esp. Sag. queda en
pie la dificultad, ni podemos
suponer fundadas bajo este
Imperio todas las Sedes que
en él se refieren , como su-
fragáneas de-las Metrópolis,
en que se dividieron las Es-
pañas. Los demás documen-
tos que 'leemos sobre esta
materia , hablan de las Dió-
cesis ^ según el estado que*
tenían en ios siglos posterio-
res al quinto ; por lo que su
autoridad, qualquiera que ella
sea , nada conduce al cono-
cimiento del número y dis-
tinción de Obispados en todo
el tiempo precedente.
2Ó Siendo, pues , tal la
ignorancia que tenemos no
solo de los límites , sino aún
del número de Obispados en
los
.' Obispos de Calahorra, S'úv3ino, 149
los cinco primeros siglos, ¿c6- mos el arbitrio , quando fal-
mo podremos establecer que
con la entrada de los Godos
en la Provincia Tarraconen-
se se mudaron los términos
de sus Diócesis ? Y quando
no faltara , como falta , tes-
timonio antiguo,que nos die-
se noticia de alguna mudan-
za que se hubiese hecho con
el motivo de aquella irrup-
ción , ¿de dónde se inferi-
rá que los Obispados confi-
nantes de Calahorra , y Ta-
razona se alteraron de suer-
te , que de los dos se hizo
uno solo , gobernándose las
dos Iglesias por un mismo
Prelado hasta que á fines del
siglo sexto volvieron á su
primitivo establecimiento?
Es verdad , que no hay me-
moria de los Obispos inme-
diatos succesores de Silvano;
pero de esta escasez de no-
ticias no se arguye , que
una Sede t^n principal co-
mo la de Calahorra careció
entonces de Pastor , ni que
estubo agregada á la de Ta-
razona. Si este recurso fue^
ra adoptable , fácilmente
podríamos llenar los Catálo-
gos de otras Iglesias , en cu-
yas Sedes acontece muy de
ordinario el defedo mismo
de memorias ; pues tendria-
tase noticia de su Obispo, dé
aplicarla los de la Iglesia
confinante. Asi , que no de-
bemos estimar como funda-
do y juicioso el pensamien-
to de los Autores , que pre-
tenden aumentar el Catálo-
go de la Sede Calagurrita-
na con los nombres de los
Obispos de Tarazona.
27 Hablando ahora de-
terminadamente de S. Pru-
dencio , á quien el Dodor
Tejada hace succesor de Sil-
vano , y Obispo de las dos
Iglesias referidas , digo , que
las Adas de los Santos Espa-
ñoles que tubieron el nom-
bre de Prudencio , se hallan
tan confundidas , que se ne-
cesita un trabajo inmenso,
dirigido á reconocerlas y
aclararlas , como con el fa-
vor de Dios lo haré en él
Tratado de la Iglesia Turia-
sonénse , adonde pertenece.
Por ahora basta decir , que
si S. Prudencio el de Nágera
es el mismo que el del Mon-
te Laturce cerca de Logro-
ño , no pudo succeder á Sil-
vano en el Obispado de Ca-
lahorra ; porque según las
noticias mas autorizadas , és-
te floreció después de la
irrupción de los Árabes,
V
I JO España Sagrada.
y fue solo Obispo de Tara-
zona. Si es distinto , como
quieren otros , no se sabe
quién fue , ni en qué tiempo
floreció ; y es muy proba-
ble , que los versos de su
Sepulcro le equivocaron con
el primero , de quien se ve-
rifica aquello : Quo Cala-
gurra viget , ^er quem Tyra-
sona nitescit ^ por haber vi-
vido, y predicado en Calahor-
ra, y presidido como Obispo
en Tarazona. Por lo qual se
ha de tener por mera volun-
tariedad lo que escribe el
Djílor citado acerca de la
succesion de S. Prudencia en
el aña 466. y de su Prelacia
en las dos í^^lesias Calagur-
ritana , y Turiasonense.
28 ¿Mas cómo podre-
mos tolerar los errores del
mismo Autor en el sentido
que dá á la Epístola de los
Obispos de la Provincia Tar-
raconense? Es cierto que es-
tos admitieron en su Congre-
gación al primer Obispo que
consagró Silvano : Es ver-
dad también , que el Papa
mandó en su respuesta , que
ninguno se consagrase sin
noticia y consentiniiento dei
Metropolitano : ¿pero cómo
quiere el Dudor Tejada sa-
car de estos supuestos, que
Trat, 69. Cap. 9.
el mi^mo Metropolitano dio
su asenso para la consagra-
ción de aquel Obispo, y ¡e
señaló por succesor deSilva-
no , constando del mismo
contexto de la Carta , que el
Obispo de Calahorra proce^
dio en la elección , y orde-
nación sin arreglo á las leyes
Eclesiásticas, antes con des-
precio de todos los decretas
dados por los Concilios, y Pa-
pas? Es también falso, que el
Obispo consagrado fue elegí-?
do por succesor de Silvano, y
depuesto luego por el Papa;
porque de la respuesta de Hi-»
lario, no resulta sino la confir-
mación de los ordenados ile-i
gitimamente ; y de la Carta
de los Obispos de la Provin-
cia se infiere , que el Con-
sagrado egerció su dignidad
en otra Sede distinta de la
de Calahorra. De aqui se
evidencia el error de que
Ascanio , Metropolitano de
Tarragona , nombró por suc-
cesor de Silvano al mismo
Obispo , atribuyéndole un
hecho muy co'itrario á las
disposiciones del Pontífice
Romano , que de ningún mo-
do quiso consentir la trasla-
ción de Obispos de una Silla
á otra , como se vio en su
determinación sobre que Ire-
neo
Obispos de Calahorra, Silvano. 151
neo no pasase de Egara a la ticia de Didimo, que enton-
Iglesia de Barcelona. Que-
da , pues , desvanecido todo
el discurso del referido Au-
tor, que por medio de tan in-
subsistentes congeturas pre-
tendió sacar por succesor de
Silvano á S. Prudencio , cu-
yo cuerpo se venera en el
Monasterio de Nágera.
Excluyese Didimo,
los
se
29 El Catálogo de
Prelados de Calahorra
lee aumentado por diversos
Escritores de la Nación con
el nombre de Didimo , Obis-
po , que vivia por los años
560. De estos hay algunos
que le adjudican solo á esta
Iglesia , como D, Lorenzo
Padilla en la Chronología
de los Obispos contenidos
en su Historia , y que pre-
sidieron en Calahorra , don-
de después de mencionar á
Silvano , dice : Didimo , que
fiare ció en tiempo de S. Mi-
¡Jan de la Cogoila , como pa-
rece per la Historia del San-
to en la sexta Centuria^
cap. 31. año de 560. En este
lugar escribe , que la santi-
dad de S. Millan era tan
grande , que aunque procu-
raba esconderla , llegó á no-
ces era Obispo de Calahor-
ra , en cuyo Obispado esta-
ba , y por el qual fue orde-
nado de Sacerdote casi por
fuerza. Otros , reconociendo
ser inegable que Didimo go-
bernó la Iglesia de Tarazo-
na , afirman , que presidió
igualmente en Calahorra , lo
qual , según el P. Anguiano,
sucedió en castigo de la cul-
pa de Silvano , sobre que in-
sistieron los Sufragáneos de
Tarragona.
30 Los primeros Auto-
res que agregaron áDidim.o
á la serie de Obispos de Ca-
lahcrra , quitándole absolu-
tamente del Catálogo de la
Iglesia de Tarazona , deben
corregirse en este punto,
por haber escrito con ma-
nifiesta equivocación é ig-
norancia. La equivocación
se originó en ellos de que
teniendo por cierto que S.
Millan fue nati.ral de laRio-
ja , y de territorio que hoy
pertenece al Obispado de
Calahorra , supusieron desde
luego , que el Obispo en cu-
ya Diócesis estaba , y que le
ordenó de Sacerdote , no
presidia en otra Iglesia que*
la de Calahorra. La ignoran-
cia provino de que escribie-
roü
I 5 2 España Sagrada, Trat. 6g, Cap, 9.
ron la vida del mismo San- Calahorra , sin embargo de
Xo sin haber leído antes el
libro que compuso S. Brau-
lio , que expresamente afir-
ma , que Didimo fue Obispo
de Tarazona , y que S. Mi-
llan vivia en su Diócesis: Di-
dimo etiavt , qui tune Ponti-
ficatus gerebat in Tyrasona
ministerium , cum hoc qin-
quefuisset dcJatum , insequi-
tur hominem , ordini Eccle-
siastico vokns inserere , ejus
quippe erat in Dicecesi, Por
tanto , el citado Padilla , que
siguiendo á Marieta , puso
á Didimo entre los Obispos
de Calahorra , leyendo des-
pués la Obra que escribió
Sandoval de las fundaciones
de los Monasterios de S. Be-
nito , y en ella el libro de S.
Braulio , conoció su error , y
lo retrató en las Adiciones
á la Centuria 6. que publi-
có en su tom. 2. Asi , pues,
debe corregirse en los de-
más Autores , en quienes Di-
dimo se viere adjudicado á
Calahorra con exclusión de
Tarazona , por ser indubita-
ble , que este yerro nació
en ellos de no haber tenido
presente el lugar exhibido
de S. Braulio.
31 Los que dan á Didi-
mo el titulo de Obispo de
constarles que lo fue de Ta-
razona , no pueden ofrecer
autoridad ó razón que ha-
ga probable su didamen.
¿Quién podrá creer que el
Romano Pontince Hilario
agregó la Iglesia de Cala-
horra á la de Tarazona en
castigo de las culpas de Sil-
vano , constando de la Car-
ta esprita á los Obispos de la
Provincia Tarraconense , que
perdonó aquellos delitos , ni
quiso remover á Silvano ni
á los Obispos consagrados
sin la autoridad necesaria,
de las Sedes que poseían!
¿ Quién podrá sospechar ,que
privó á la Iglesia de Cala-
horra de sus proprios Obis-
pos un Papa que se portó con
tanta moderación é indul-
gencia con la persona del
Obispo delinqiiente? Es, pu-
es, inverisímil , y aun evi-
dentemente falsa la sospecha
que el P. Anguiano señaló de
su imaginada agregación del
Obispado de Calahorra al de
Tarazona.
32 El Doélor Tejada, pa-
ra hacer verisímil que Didi-
mo gobernó como Obispo el
territorio , que comprehen-
dian los dos Obispados refe-
ridos , escribe que el Rey
Catálogo de los Obispos de Calahorra, 153
Godo Eurico, quando sujetó
á Pamplona , Calahorra , y
Tarazona , persiguió por to-
dos Jos medios á los Cató-
licos , y especialmente á los
Obispos. Desde entonces , di-
ce , los de Calahorra residie-
ron en Garray , que era del
Obispado de Tarazona, asis-
tiendo desde alü á ios Fie-
les que vivían en las mon-
tañas de esta Diócesis, y en
los Cameros sus vecinos, que
eran parte muy principal de
la deCalahorra. Por este me-
tlio pretende justificar , que
Didimo no pudiendo residir
en ninguna de las Ciudades
Capitales , por hallarse en
poder de Infieles , fue Obis-
po de las montanas de am-
bos Obispados, y que por es-
ta razón ordenó á S. Millan,
y le hizo Cura de Berceo,
pueblo situado á las faldas
de los montes Distercios , y
de la jurisdicción de la Dió-
cesis de Calahorra. Expone
también el texto de S. Brau-
lio diciendo , que sin embar-
go de afirmar el Santo , que
Didimo era Obispo en Tara-
zona , no por eso se ha de
entender que vivia en esta
Ciudad ; sino solo que el
territorio donde estaba per-
tenecía á ella como á Capi-
Tom. XXX I II.
tal , y que por eso tenia el
titulo deObispoTyrasonense.
33 No podemos dudar,
que Eurico aborreció el
nombre Católico , no menos
que á los Romanos sus mor-
tales enemigos ; y que tubo
tanto celo por su sedla , que
atribuía á ella las viétorias
y estension dé su Reyno. De
aqui se movió á perseguir
la verdadera Religión , y á
mostrar su poder en la pro-
pagación de sus errores , de
manera , que se podia creec
que mas egercia en esto su
Principado , que en mandar
á sus vasallos. Sidonio Apo-
linar , y S. Gregorio Turo-
nense hacen expresa me-
moria de esta cruel perse-
cución ; y testifican , que
Eurico mató á muchos de
los que no abrazaban su sec-
ta, y que expHcó su crueldad
en los Eclesiásticos , matan-
do á unos , y desterrando á
otros , haciendo que las Igle-
sias quedasen desiertas , y
los Fieles sin Pastor que los
gobernase. Pero ni los Escri-
tores citados , ni otro de los
antiguos ponen esta perse-
cución en alguna de nues-
tras Provincias , sino solo en
la Aquitania en las Gallas
después de sus célebres con-
V quis-
I 5 4 España Sagrada.
quistas en España. Señala-
damente S.Gregorio Turo-
nense empieza á hablar de
el suceso con estas palabras:
Euricus Rex Gothoriim ex-
ccdens Hispanum limiteni in
Galliis superChristianos in-
tulit persecutionem. Por tan-
to , Ambrosio de Morales,
habiendo referido lo que
Eurico hizo en España , y
advirtiendo, que no comen-
zó á perseguir á los Cató-
licos hasta que pasó á Fran-
cia , dice asi : La vuelta de
Eurico á Francia fue triste
y cruel para los Católicos.
Parece que acabada la guer-
ra con los hombres , la qui-
so mover á la verdadera
Religión, Asi , que no hay
fundamento para creer lo
que Tejada escribe , esto es,
.que los Godos Arríanos hi-
rieron en las Ciudades de
Calahorra , y Tarazona lo
mismo que Sidonio , y Gre-
gorio Turonense testifican
haber egecutado en la Aqui-
tania.
34 Aun suponiendo ó
admitiendo que Eurico per-
siguió á los Católicos de la
Provincia Tarraconensequan-
do pasó á Francia , es falso
que en los años siguientes
hasta cl Reynado de Leo-
Trat.69. Cap.g.
vigildo carecian las Iglesias
de Obispos Católicos; pues
lo contrario se evidencia
con los Concilios , que se
celebraron freqüentemente
en la misma Provincia. Y si
esto se verifica en las Ciu-
dades , que estaban sujetas á
los Reyes Godos , ¿con quán-
ta mas firmeza se podrá ase-
gurar de Calahorra , y Pam-
plona , que se mantubieron
esentas de su dominación,
como muestran las entradas
que después hicieron Leo-
vigildo , y sus succesores
por sujetar estas tierras?
Véase el tom. 32. pag. 316.
35 La pureza de Reli-
gión en que se conservaron
las Iglesias de Calahorra , y
Tarazona , y que debemos
suponer , asi por lo que aca-
bo de decir. , como por no
haber testimonio , de donde
se pruebe que por estos
tiempos fueron contagiadas
con los errores de Arrio , nos
obliga á creer que ambas
Iglesias tubieron como an-
tes distintos Obispos , y que
el recurso del Dodor Teja-
da , además de ser insubsis-
tente , deslustra aquellas Ciu-
dades , despojándolas de la
excelencia mas apreciable,
solo por el empeño de au-
men-
Catalogo de los Oh
mentar el Catálogo de los
Obispos de Calahorra. Ni
porque en las subscripciones
Conciliares falta la memoria
de estos , es justo colegir,
que la Iglesia Calagurritana
se hallaba destituida deObis-
po , sabiendo que pudieron
ocurrir varias causas , que
les impidiesen su asistencia,
especialmente no estando
sujeta la región de los Vas -
cones á los Reyes Godos,
en cuyos dominios se cele-
braron todos los Concilios,
Nos consta, que la Sede Ty-
rasonense tubo por estos
mismos años algunos Obis-
pos, y con todo de ningu-
no sabemos que concurriese
á un Concilio antes del año
de 589. de manera que ni
tendríamos noticia de Didi-
mo , si S. Braulio no le hu-
biera mencionado en la vi-
da que escribió de S. Millán.
Resta pues que nos conten-
gamos en la ingenua confe-
sión de la ignorancia , que
padecemos de los Prelados,
que presidieron en Calahor-
ra desde Silvano hasta el
Concilio tercero de Toledo,
en que tenemos Obispo Ca-
lagurritano distinto del Ty-
rasonense , que es otro argu-
mento de la voluntariedad
ispQs de Calahorra, 155
con que los Autores afirman
la unión de las dos Sillas á
causa de la variación de lí-
mites , ó del Arrianismo,
que infestaba las Ciudades
de Calahorra y Tarazona.
MUÑÍ Mío ó MUMIO
Por los años de 589.
I Aunque en tiempo de
Silvano sujetó Eurico parte
del Obispado de Calahorra,
como insinúa Severo Sulpicio
en el testimonio que dejo ale-
gado , podemos asegurar,
que la dominación del Im-
perio Gótico en este pais
fue por muy breve tiempo, á
causa de haber pasado arre-
batadamente á Francia aquel
Rey con su egercito. Esta es
la razón, porque sin embargo
de ser verdad lo que escri-
ben nuestros Historiadores
del dominio casi universal
de Eurico en España , el
Reyno de los Godos estaba
reducido á estrechos limites
antes de Leovigildo , como
testifica S. Isidoro : Nam an-
tea gens Gothorum angustis
finibus ardiabatur. En efeéío
una de las partes de España,,
á que no se extendía su do-
minio , era el territorio de
V 2 es-
I ^6 España Sagrada,
esta Diócesis ; por lo que el
mismo Leovigildo empre-
hendió su conquista en el
año de 574. Apoderóse en-
tonces de Amaya , de Can-
tabria sobre Logroño , de
los Cántabros Alabeses y
Riojanos , y de la Ciudad
Aregia , que el Obispo D.
Rodrigo llama Baregia ^ cu-
yos habitantes escribieron
en favor de Silvano , como
dige tratando de este Obis-
po. No obstante la nueva
sujeción del pais al Rey Co-
tí ) y Arriano , y el furor
con que éste persiguió á las
Iglesias y sus Obispos , des-
terrando á unos , y aun atra-
yendo á otros con dadivas
á su impiedad , como se vio
en Vicente de Zaragoza, ha-
damos que el de Calahorra,
que asistió al Concilio ter-
cero de Toledo , fue uno de
los Obispos , que por ser ver-
tí ideros Católicos no tubie-
ron necesidad de abjurar la
heregia como otros. De aquí
se evidencia, que si en Ca-
lahorra , y su Obispado se
mantubo el Catolicismo des-
de el año de 574. en que se
sujetó á los Godos , no hay
motivo para negar á dicha
Ciudad , y su comarca la
Enisma pureza de Religión en
Trat, 6(}. Cap. 9.
todos los años anteriores.
2 Desde que el territo-
rio de esta Diócesis prestó
su obediencia á los Godos,
el Obispo de Calahorra em-
pezó á asistir á los Concilios^
y el primero á que con-
currió fue el tercero de To-
ledo celebrado en el año de
589. en que subscribió con
estas palabras : Mumius Ca-
lahorritance Ecclesi¿e Epis^
copus , iubscripsi. En las
ediciones se lee Muminius;
pero debe leerse Mumius^
como muestran los Códices
de los demás Concilios á
que asistió , que constante-
mente expresan el nombre
con solas tres silabas.
3 Vivió muchos años
después del Concilio tercero
de Toledo ; pues asistió al
segundo de Zaragoza del año-
de 592. al de Barcelona de
$99. Firmó el Decreto de
Gundemaro en el de 6io^
y finalmente concurrió al
Concilio Egarense en el de
614.
4 En tiempo de este
Prelado se hallaba ya des-
membrada de su Diócesis la
parte mas occidental , en
la que se estableció Sede
distinta de la de Calahorra
en la Ciudad de Auca , cuyo
pri-
Obispos de Calahorra. Munimio. i 57
primer Obispo conocido con- pueblos , y que movió al Pa-
currió con Mumio al Conci-
lio tercero Toledano. Desde
]a fundación de la Sede An-
éense empezó ésta á ser la
ultima de la Provincia Tar-
raconense , como lo era la
de Calahorra en tiempo de
Silvano , según la epístola
de los Obispos al Papa Hi-
lario. Ignorase el principio
de esta variación en los lí-
mites de la Diócesis Cala-
gurritana ; pero es constan-
te , que fue anterior á Mu-
mio , como convencen las
subscripciones del referido
Concilio, en que Asterio de
Auca tenia notable antigüe-
dad respeéío del Obispo de
Calahorra. Yo me inclino
mucho á que el origen de
esta nueva Silla Episcopal
venía desde Silvano, y á que
Auca fue el pueblo donde
este Prelado , atendiendo á
la grande extensión de su
Diócesis , y al cuidado de
sus ovejas , puso el Obispo,
á quien consagró sin avisar
al Metropolitano. Indúceme
á este pensamiento la con-
firmación Pcntificia , en cu-
ya virtud quedó aprobado
y establecido el nuevo Obis-
pado , y la necesidad que
hubieron de representar los
pa á tolerar el hecho de
Silvano. Porque a la verdad
de. ninguna otra Sede pode-
mos creer haberse fundado
en territorio de la Diócesis
de Calahorra , que de la eri-
gida en Auca en el siglo in-
mediato al de Silvano , ni
tampoco podia ocurrir ne-
cesidad mas' urgente , que
en el trecho que hay desde
Auca acia el Océano , que
era el mas distante de Ca-
lahorra , y mas cercano á
las Provincias , que ocupa-
ban ya los Barbaros inficio-
nados con la heregia de
Arrio.
5 El Rmo. Florez tom.
26. pag. 30. num. 4. escribe
como dudoso acerca de la
Diócesis , á cuya jurisdic-
ción tocaba el territorio en
que se estableció la Sede
de Auca, y dice que era del
Obispado de Calahorra , ó
de Palencia ; pero esta du-
da debe desvanecerse en
vista de que la Silla de Au-
ca perteneció desde su ori-
gen á la Provincia Tarraco-
nense , á la qual no se hu-
biera adjudicado , si aquel
trecho fuera del Obispado
de Palencia , que pertenecía
á la Cartaginense,
GA-
I 5 B España Sagrada
GABINO ó GABINÍO.
Año de 633. en adelante,
I Tenemos memoria au-
tentica de este Prelado eil
el Concilio quarto de Tole-
do celebrado en el año dé
633. y uno de los mas fa-
mosos de esta Ciudad por la
gravedad de los ^'íiegocios
que en él se trataron , por la
multitud de los Padres^ que
asistieron , y por la santi-
dad y dodrina de muchos
de los concurrentes. La fir-
ma del Obispo; de Calahor-
ra se lee en el num. iSvCon
estas palabras : Gdb'imus Ca -
lagurritance Ecclesite Epií-
copus suhscripsi. Subscriben
después de él no menos que
44. Obispos , lo que dá bas-
tante fundamento para Creer,
que pudo ser inmediato suc-
cesor de Mu mi o.
1 Segnn Gil González
Davila falleció Gabinio an-
tes del Concilio sexto de To-
ledo , que se junto en el año
de 638. Y á la verdad , si
nos gobernamos por la lec-
ción vulgar del dicho Con-
cilio, deberemos decir que en
el año expresado presidia en
Calahorra otro Obispo lla-
. Trat. 69. Cap, 9.
mado Güimo , por quien Cí-
tionio Presbítero firmó las
AélasConciliares en esta for-
ma : Cition'us Preshyter
agens vi ce ni Guimi Episcopi
EcclcsiceCalagurritancv^sub-
scripsi. En el Concilio 8.
Toledano subscribió tarri-
bien un Obispo de Calahor-
ra con el nombre no de Ga-
binio como en el quirto , si-
no de Gabiíio , y de aqai po-
drá a;guio concluir , qué
desde el año '633. hasta el
653. tubieron la Cátedra
Episcopal de Calahorra tres
Obispos distintos llamados
Gabinio ,• Güimo y Gabino.
- 3 La voz Guimi es muy
eomuá en las ediciones; y
aun está admitida en la co-
lecciom de Nicolás Coleti,
sia embargo de notarse so-
bré' las- 'subscripciones del
Concilio oélavo de Toledo,
qiie firmó sus Aétas Gabino,
que subscribió también las
del quarto , con lo qual no
puede compadecerse , que
en el sexto fuese Obispo de
Calahorra Güimo. Pero yo
no dudo que hay error en
la dicha voz , y que este
yerro nació de haberse es-
crito con V el nombre de
Gabino, y de haberle equi-
vocado algún Copiante con
la
Obispos de Calahorra. Gabino. i'jp
que también Toledo en. el de 653. como
la A gótica
se escribía abierta por ar-
riba. La razón que tengo
para afirmarlo asi es , que
Gabino subscribió en el Con-
cilio oélavo en el lugar in-
mediato á los Metropolita-
nos , como el mas antiguo
de todos los Obispo?. Entre
estos se leen Anserico Sego-
biense , Epartio Italicense,
los quales firmaron no solo
en el Concilio sexto , sino
también en el quarto. Eviden-
ciase pues , que este Gavi-
Xio que subscribió en el Con-
cilio oélavo , es el mismo
que se halló en el quarto , y
por consiguiente , que no
debe admitirse en el sexto
el Obispo Güimo; porque de
otra manera Gabino sería
Obispo miUy moderno , es-
pecialmente respeélo de An-
serico y Epartio , que es-
taban ya consagrados en el
aíío 633. y le corresponde-
ría lugar mucho mas bajo en
el Concilio del año de 653.
4 Del cómputo que aca-
bo de hacer fundado en las
subscripciones Conciliares se
colige , que este Prelado pre-
sidió largos años en la Sede
Calagurritana , pues Riendo
ya de notable antigüedad
.€nel de, 633. le hallamos en
á Decano del gran número
de Obispos , que concurrie-
ron al Concilio oélavo. Asi-
mismo se hace patente la
equivocación de Gil Gonza-f
lez , que dice no hallarse
luz de Obispo de Calahorra
desde el año 638. hasta el
de 682. siendo manifiestOi
que Gabino firmó las Aétas de
de un Concilio celebrado en
el de 653.
EUFRASIO
Por ¡os años 683.
I En el principio del
año quarto de Ervigio , y
fines del 683. de Christo se
celebró el Concilio trece T07
ledano con la asistencia de
48. Obispos , y 27. Vicarios
de otros que no concurrie-
ron. De las subscripciones
consta , que presidia en este
tiempo en Calahorra Eufra-r
sio , el qual no vino por sii
persona al Concilio, sii o que
asistió como casi todos los
Obispos de la Provincia Tar-
raconense por su Procurador,
que i:e decía Auderico , y
firm.ó las Adas de este modoí
Audericus Fresbyter , agens
viccifi Eufrasii Fphcopi Ca-
higurritanensis.
De
1 6o España Sagrada
1 De este Obispo es-
cribe el M. Argaiz , que
padeció grandes trabajos ori-
gin.idos de que el Conde
Paulo se levantó contra el
Rey Wamba , y pasando los
Pirineos con un egercito de
Gascones de la Aquitania,
entró en Navarra , y acome-
tió las tierras de Alaba,
Rioja , y Bureba , de don Je
el mismo Rey los echó,
deteniéndose en la Rioja, y
atendiendo á las cosas de
su gobierno.
3 La expedición de
Wamba á las tierras , que
tocan al Obispado de Cala-
horra fue en el año de 673.
y no teniéndose de Eafra-
sio otra memoria que la q:ie
ofrece el Concilio celebrado
diez años después , no po-
demos asegurar que los ex-
presados sucesos pasaron ei
el tiempo de su presiden-
cia. El Conde Paulo no se
apoderó de las referidas re-
giones, ni Wamba emprehen-
dió aquella guerra con el
fin de quitirl is á los Vasco-
nes de la Aquitania , y de
reducirlas á íu obediencia.
Lejos de esto el Rey se
dirigió á estos paises , quan-
do hacía tan gran confianza
del Conde que le envió por
. Trat, 59. Cap. 9.
General de su egercito á ía
Galia Narbonense ; ni tubo
noticia de la traición y tira-
nia que este fraguaba , sino
estanJo ya , como escribe
Juliano Arzobispo de Tole-
do , en los fines de Canta-
bria con animo de sujetar
á los Vascones que se habian
rebiílado : Illo tune tempo-
re , dice , cum hcec intra.
Gallias agerentur^ religiosus
Wamba Princeps feroces
Wasconum gentes dehella-
turus ag^rediens in parti^
bus commjrabatur Canta^
bri¿e ^ ubi cum de bis ^ qu.-e
intra Gal I i as gerebantur,
fana se se ad aures Princi'
pis adduxisset &c. Halla -
base pues el Conde Paula
en la Galia Narbonense ga-
nando las voluntades de los
Franceses y de los Españoles
comarcanos , con el fin de
levantarse contra Wamba, y
este Rey se detenia en la
Cantabria (nombre que com-
preht^ndia entonces las tier-
ras pertenecientes á la Dióce-
sis de Calahorra ) con el
fin no de conquistar este
pais sujeto desde Leovigil-
do al Imperio Gótico ; sino
de entrar desde alli á com-
batir á los Vascones que
después se digeron Navar-
ros.
tivo á este Obispado no
consta otra cosa , que la
detención del Rey , y su
transito á la Galla Narbo-
nense por la Ciudad de Cala^
horra después que sujetó la
Vasconia , como también
testifica el citado Arzobispo:
Utide acceptis ohsidibuy^ tri~
butisque solütis ,^ pace cam-
po sita , diredi um it'er in Gal-
lias profedíurus ascendlt per
Qfllagurrem G Hoscam ci^
Vítat^s transiium faciens.
Obispos de Calahorra» Eufrasio. 161
ros. Asi que por lo respec- los Concilios, acomodando la
jurisdicción espiritual al go-
bierno político , que pro-
hibía ó embarazaba la comu-
nicación con gentes , de cu-
ya obediencia procuraban
eximirse con frequentes hos-
tilidades. En el tom. 32.
pag. 338. dige , que no hay
testimonio que compruebe
que los Vascones se rebela-
sen alguna vez , desde que
los conquistó Wamba hasta
la irrupción de los Árabes,
y acerca de los Obispos de
Pamplona escribí que pudie-
ron intervenir otras vanas
razones . para no asistir
personalmente á los Conci-
lios. Mas sea lo que fuere
del fundamento que el P^
Moret tubo para su sospe-
cha , ninguno hay de parte
de los Vascones de Calahor-
ra, que desde Leovigildo
vivieron siempre sosegados,
y cuyos Obispos asistieron
por sus proprias personas á
Concilios , que se juntaron
en estos últimos años del,
imperio de los Godos. Uno
de los que concurrieron des-
pués de Wamba fue Vilie-
do ., ó según el cod. ant. cita-
do por Loaysa Ubiliedeo,,
el qual estubo en el Conci-
lio quince que se celebró
X en
.^. .. >yii^Epo
^^j/f^teS'^el año de 688.
I La asistencia de los
Obispos de Calahorra á los
Concilios celebrados en To-
ledo después que Wamba
vino á estos paises , no per-
mite que sospechemos de los
Vascones de esta Diócesis
lo que el P. Moret escribe
de los que tocaban á la de
Pamplona. Dice que estos no
estaban enteramente suje-
tos á los Reyes Godos , sino
antes inquietos y libres en
la mayor parte de la Vas-
conia, y que por esta cau-
sa se abstenían los Obispos
de Pamplona de acudir á
ToiiuXXXlU.
162 España Sagrada.
en el año primero de Egica
á lí. de Mayo de 688.
donde ñ^mó: yHiedus Cala-
gurritance (sedis) Episco-
pus subscripsi. Precede por
su antigüedad á treinta y
dos Obispos; y de aquí se in-
fiere que pudo ser succesor
inmediato de Eufrasio , cu-
yo Vicario Auderico firmó
en el Concili¿) 13. año de
683.
FÉLIX.
I En el año 693. halla-
mos presidiendo en esta Se-
de al Obispo Félix , que
asistió al Concilio Toledano
16. su firma está en el num.
29. según las ediciones; pero
atendiendo al tiempo de
su consagración no le cor-
respondía la antigüedad que
álli tiene precediendo á 30.
Obispos, porque algunos de
estos subscribieron en el
Concilio I?, como Adelfio
Tudense , Nepociano Ty-
rasonense , Juan Egarense,
quando el nuestro no estaba
aun elegido , por vivir toda-
vía su predecesor Eufrasio.
2 El M. Argaíz iiáce
memoria de este Prelado
Gon tan -¿raso olvido de sí
mismo, que habiéndole pues-
to en el año 693. diciendo
Trat. 69. Cap. 9.
que fue Félix tercero de este
nombre , y que concurrió
al Concilio 16. vuelve á
colocarle en el año 714.
después de haberle dado no
menos que tres succesores,
que le ofreció la liberalidad
de su Hauberto , con tan
expresa contradicción , que
haciéndole Félix quarto , al
tiempo que entraron los
Moros en España , dice del
que asistió al referido Conci-
lio 16. como antes lo dejo
dicho de Félix tercero.
3 Los demás Autores
que han escrito el Catalogo
de esta Diócesis afirman,
que el mismo Felix,que subs-
cribió en el Concilio 16. de
Toledo, vivía aun quando los
Africanos se apoderaron de
Calahorra ; y que lastima-
do del miserable cautiverio'
á^ que los barbaros reduge-
ron su Ciudad é Iglesia , se
retiró á la sierra de los Ca-
meros , donde hizo vida
muy penitente y santa á
la falda de una eminencia
cerca de la Villa de Horni-
llos, y el solar délos hijos-
dalgo de Valdosera. Alli
dicen fue sustentado mila-
grosamente : porque alimen-
tándose en los principios de
su vida eremítica con las
yer-
Obispos de Calahorra, Félix. 1 6^
yerbas y raices que le ofre- prodigioso se hace memoria
cian las montañas , le socor-
rió el cielo con la dulce y
suave leche de una vaca,
que apartándose de la mana-
da iba todos los días á su
pobre cueva. De este suceso
en unos versos latinos que
se escribieron en el arca,
donde se colocó su santo
cuerpo, de los quales solo
puede leerse lo siguiente:
Montis exceJsi
Dicitur ^ atque cavcü centrum coluisse cavern^e,
Ladíe bovis pingui illic sustentatus ab alto
Tándem morte domum vitce -penetravit Olympum,
4 Esta relación , que ha-
cen comunmente los Auto-
res , no debe admitirse fá-
cilmente en todas sus partes,
y sin discernir primero lo
cierto de lo dudoso. Es cons-
tante, que desde muchos si-
glos ha sido venerado en el
Obispado de Calahorra un
santo hermitaño llamado Fé-
lix , que vivió en la sierra,
que hoy de su nombre se
dice San Felices. Su santo
cuerpo , según la relación
dirigida al M. Yepes por el
P. Fr. Bernardo de Villalpan-
do , estubo antiguamente en
una Iglesia situada en tierra
del Camero entre las Villas
de Hornillos y Lasantá , don-
de le han visitado hasta
ahora las procesiones de mas
de treinta pueblos , y se
Junta una Cofradía de mas
de quatrocientas personas
Eclesiásticas y Seglares. La
sepultura de piedra , en que
descansaban sus sagradasRe-
liquias , estubo en el suelo,
hasta que el R. P.Fr. Marcos
del Barrio, Abad del Monas-
terio de S. Prudencio , hizo
que se colocasen sobre el
Altar en el año de 1551,
Después se trasladó la ma-
yor parte de ellas á este
Monasterio , y se pusieron
en una arca dorada á la
mano derecha de S. Pruden-
cio , y su santa cabeza se
puso en una medalla junta
con la de S. Funes , que está
en el Relicario del lado de
la Epístola del Altar ma-
yor.
5 A excepción de estas
noticias , todo lo que se re-
fiere del Santo es solo con-
X3 ge-
1 ^4 España Sagrada.
gctura , que no tiene otro
fundamento que el nombré
de Félix. Porque ¿de donde
pudieron conocer los Escri-
tores modernos , que este
San Félix fue Obispo , y que
presidia en Calahorra en
tiempo del Concilio di-z y
seis de Toledo , y de la en-
trada de los Árabes en Es-
paña 2 Es verdad , que en el
referido Monasterio se repre-
senta el Santo en una tabla
Trat. 69. Cap, 9.
grande , haciendo oración
con vestido Pontifical en el
hueco de una haya ; pero
esta pintura es muy moder-
na , como también los ver-
sos que se leen á la entra-
da de la cu^va , en que se
guardan las Reliquias de los
Santos Félix , Funes y Pru-
dencio, los quales versos em-
piezan dando la dignidad
episcopal á los tres.
En esta cueva se encierran fres Pastores^
Que de Christo rigieron el ganado.
6 Mas aunque conceda-
mos , que el Obispado de S.
Félix se cree en aquel ter-
ritorio como tradición con-
tinuada desde su preciosa
muerte , es tan desconoci-
do el lugar de su Sede , y
el tiem-po en que vivió , que
no se puede asegurar cosa,
que no sea insubsistente y
voluntaria. El erudito Cis-
tercíense An^el Manrique
afirma en sus Anales al año
ii8r. queS. Félix era estran-
gero, y que deseoso del mar-
tyrio vino á España , quan-
do toda elli se hallaba opri-
mida de Tyranos , y se re-
gaba con la sangre de los
fieles. Otros Autores , que
cita Argaiz sin expresión dé
sus nombres , dicen que fue
Obispo de Oca. Los mas,
como he dicho , sostienen,
que presidió en Calahorra.
¿De que nace pues esta va-
riedad sino de la amplitud
que concede á los modernos
el silencio de los antiguos
en este punto? ¿Y que de-
beremos juzgar de este ge-
nero de opiniones, sino que
son puramente voluntarias
nacidas de la libertad , que
cada uno de sus Autores te-
nia en vista de no hallarse
fundamento que determinase
la verdad? Asi que en su-
posición de que se admita,
que S. Félix fue Obispo , es
ne-
Oh} s pos de Calahorra, Vi! ledo.
i3ece«;ario confesar la igno-
rancia acerca de. su Sede,
como lo hizo el citado Pa-
dre Villalpando escribiendo
al M. Yepes.
7 No solo no hay prue-
ba de que este Santo fue
Obispo de Calahorra , sino
que parece inverosimil loque
refieren los Autores de su
retiro á la sierra de Came-
ros ^ dejando el Obispado,
y viviendo oculto y desco-
nocido , hasta que Dios le
manifestó por el prodigio de
la vaca que acudia ásu cue-
va. En esta Diócesis queda-
á*on algunas regiones libres
del yugo de los Sarracenos;
adonde podia el Santo reti-
rarse , y continuar su minis-
terio Pastoral con especial
consuelo de sus ovejas en
aquellos miserables tiempos.
65
La misma Ciudad c Iglesia
de Calahorra permaneció se-
gún el M. Argaiz , que afir-
ma el retiro del Santo , con
la libertad de vivir como
otras Ciudades é Iglesias do-
minadas de los Árabes , en
la Religión Christiana , que
profesaban. La sierra de los
Cameros perseveró según fel
Dodor Tejada, que también
defiende los sucesos referí-'
dos , esenta de los barba-
ros , y por lo mismo con
el mayor desembarazo para
seguir el culto público y sa-
grado. ¿Pues que necesidad
obligó al Santo Prelado á vi-
vir tan oculto y desconoci-
do de sus proprias ovejas,
qU'C fue necesario un mila-
gro , que le hiciese mani-
fiesto?
CA-
1 66 España Sagrada, Trat.6<^, Cap, lo.
CAPITULO X.
ESTADO DE CALAHORRA , T SU
n'j
Iglesia , desde la irrupción de los
Árabes.
X A Nte
J\ inl
Ntes de referir la
ifeliz suerte, á que
vjaa con la entrada de los
Arricanos él territorio , que
abraza la Diócesis de Cala-
horra , no puedo menos de
exponer la gloria , que le re-
sulta de haber sido en los
años próximos á aquella ca-
lamidad el lugar sagrado,
en q le se aseguró el origen
de la dichosa libertad , que
]a Divina clemencia conce-
dió á nuestra España después
de su largo cautiverio. Debe
reconocerse por muy parti-
cular providencia del cielo,
que cerca de la ruina del
Imperio Gótico , y poco
antes de la dominación de
los Sarracenos en estas pro-
vincias , se estableciese el
Ducado de Cantabria , que
como dige en el tom. 32.
pag. 79. comprehendia des-
de la región de los Berones
antiguos , que hoy llamamos
Rioja , hasta el océano por
donde España confina con
Francia. Gobernaba estas
tierras bajo el Reynado de
Flavio Egica un Caballero
por nombre Favila descen-
diente de la sangre Real de
los Godos ^ y según algunos
hijo del Ilustre Rey Chin-
dasvinto. Muerto Favila por
Witiza , recayeron aquellos
estados en su ^lijo Pelagio
ó Pelayo , á quien por eso
todos nuestros Historiadores
dan el titulo de Duque de
Cantabria.Este,temiendo que
Witiza le tratarla con igual
impiedad que a su padre,
huyó de su presencia , y se
retiró á los Cántabros , de
quienes confiaba le defen-
derían , asi por ser ya sus
vasallos, como por el grande
amor , que siempre tubieron
á su padre.
2 Dudan los Autores que
debe entenderse por el nom-
bre de Cantabria donde D.
Pelayo se aseguró de Witiza,
y
'Estado de Calahorra^ y su Iglesia. i6j
y residió hasta que fue á de Navarra aumentada des-
las Asturias para emprehen-
der desde alli la restaura-
ción de España. Zurita se
persuadió á que el estado de
los Duques de Cantabria se
reducía á la Rioja ; lo que
tubo por tan cierto, qué no
creia hubiese alguno tan in-
considerado que se atrevie-
se á afirmar , que aquel Du-
cado se incluía en alguna de
las tierras de Vizcaya, Alaba
ó Guipúzcoa. Si esta sen-
tencia fuera verdadera , no
tendriamos que dudar acer-
ca de la región donde se
mantubo D. Pelayo^ ;' 'pero
Constando dé varios testi-
inonios que exhibí en el tom.
32. pag. 78. que la provin-
cia de Cantabria abrazaba
en tiempo de io's Godos to-
das las' regiones expresadas
juntamente con la Rioja, no
debemos señalar tan estre-
chos límites á los estados,
que pertenecian á la juris
dicción dé los Duques de Can-
tabria.- Garibay en el lib. 8.
cap. 50. cita algunos Auto
res modernos, que afirma-
ron la residencia de D. Pela-
yo en Logroño , cuyo diéta-
men impugna fundado en que
esta Ciudad es muy poste-
rior-, y obra de los Reyes
pues por los de Castilla. Pero
siendo cierto que en el len-
guage común de los Histo-
riadores se dice , que Logro-
ño sucedió á la antigua Ciu-
dad de Cantabria , por nó
haber entre ellas sino el rio
Ebro , como advierte el mis-
mo Garibay , los Autores
deben entenderse , quando
nombran á Logroño , de la
Ciudad, que estaba situada
sobre el cerro que hasta
hoy se dice de Cantabria,
de la qual tomaban el titula
los Duques que gobernabam
aquellas ' comarcas. Asi Id
antigua traducción del Arzo-í
bispo D. Rodrigo reduce et
nombre de Cantabria al dé
Logroño por la cercanía dé
estas poblaciones. E como
qtiier\ dice , que este Rey
Witiza cementase á s.e'r bue^
no á los suyos en el cómién^
zo , empero después no les
fue tan bueno. Echó á I)\
Pe/ayo fijo de D, FaviU
iJuque' ■ de' Cantabria^ 'qué
agora dicen Logroño 'de lá
Cibdad de Toledo, Y en otra
parte : Estando España en
grana cuyta, acordóse nues-^
tro Señor della por su mer-
ced ^ e levantó un 'esfuerzo
asi como una centella de fue-
1 6 8 España Sagrada
go d el Rey D. Pelayo^
qu3 Dios quisiera. , . é. quiso
guardar para su servicio , e
para esfuerzo de la, Cristian-
dad, Este Rey D, Peluyo
fuera fijo de^,Fiiyi/afiuque
fie Cantahpa., que ^s f>ogro-
fio.^ que matara gl ^.^% Wi-
tiza cerca de Tuy :. . e . Wi-^
fiza persiguiera d este Fe-
íayo^ e quisierd sacarle los
ojos , ^cohio y^a digimos^ é
Pelayofuxerd d Cantabria.
3 Estos lugares del Arzo-
bispo según la versión Cas-
tellana indican que D. Pela-
yo se retiró á la Rioja , que
era ía principal y' mejor
porción de la Cantabria. Lo
mismo se puede comprobar
con otro testimonio de este
Escritor, del qual consta que
la Ciudad , en que los Du-
ques de Cantabria residian
de ordinario , fue íricio,
población antiquisima situa-
da en una hermosa y deli-
ciosa llanura , que está sobre
Kagera á la qual suele redu-
cirse Tricio , no de otro modo
que Cantabria á Logroño,
como lo hace Sampiro di-
ciendo de ella : Quce ab an-
tjquo Tricio vocabatur ; que
es también la r^zon , por-
que el citado Arzobispo la
nombra asiento de los Du-
. Trat.óc). Cap: 10.
ques de Cantabria , como
se pude ver en su lib. 5.
cap. 25.
4 No solo D. Pelayo,
sino también Pedro Duque
Y su hijo D. ' Alonso, -que
despqes .se llamó el Cató-
lico , salvaron sus vidas en
la Provincia de Cantabria,
y de aquí salieron para As-
turias , ppr donde se dio; fe->
liz principio al restableció
miento de la Christiandad;
ya la libertad de que los pue,-,
blos de España fueron pri-
vados con la miserable ser-
vidumbre, que les sobrevino.,
con la venida de los Sarra-
cenos. De todo lo qual re-
sulta , como decia , á la Dio^
cesis de Calahorra , de cuya
jurisdicción era casi toda la
Provincia , una gloria incoin-
parabie, pues en su territorio
conservó la Providencia divi-
na él origen de nuestra re-
dención , ó como dice el
Arzobispo la simiente de los
buenos en España. Persiguió,
otro si ( Witiza ) d D. Pela-
yo hijo del Duque D, Favi-
la , que él matara en Tuy,
e quisieralo matar , mas D,
Pelayo fuxo d su tierra que
es Logroño^ e asi escapó de
las manos del Rey , que no
quiso Dios que muriese » an-
tes
Estado de Calahor
tes quiso que fincase simien-
te de los buenos en España,
Ca él es el amparo de los que
lo han menester,
5 Estando las tierras del
Obispado de Calahorra bajo
el gobierno y protección de
los referidos Señores descen-
dientes de la sanj^re Real de
los Godos , entraron los Ara-
bes en España , y se apode-
raron de casi toda ella. No
es fácil descubrir , si en los
primeros años de sus con-
quistas ocuparon también á
Calahorra con las demás
poblaciones de la.Rioja. De-
beriamos establecer su do-
minación en esta parte prin-
cipal de Cantabria, si fuera
legitima la lección de la es-
critura del Rey Moro de
Coimbra impresa por San-
doval en las Historias de los
cinco Obispos pag. 87. cuya
primera clausula dice asi:
Alboacem iben Mahumet Al~
hamar Iben Tarif ^ bellator
fortis^vincitorHispaniarum^
domínate^ Cantabrjce Gotho-
rum , & magnce litis Rodé-
rici. Donde aunque con la-
tin muy desconcertado se
atribuye á Tarif primer con-
■quistador de España el se-
norio en la Cantabria de los
Godos , lo que solo podría
Tom.XAXIII.
ra , y su Iglesia. 1 69
entenderse de la Rioja , que
es la única porción que de
toda la provincia de Can-
tabria vino á ser poseida
de los barbaros. Pero la voz
Cantahrice se ha introduci-
do por error en lugar de.
Caballarite , como consta de
la traducción que hace el
mismo Sandoval , y de la
copia que publicó antes de
él el Autor de la Monarquía
Lusitana lib. 7. cap. 7. El
Arzobispo D. Rodrigo no
expresa la Cantabria entre
las regiones conquistadas
por Muza y Tarif, mencio-
nando solo á Zaragoza con
varias Ciudades de la Car-
petania y Celtiberia. La tra-
ducción antigua , que he ci-
tado , pone á D. Alonso exis-
tente en tierra de Logroño
algún tiempo después que,
D. Pelayo se retiró á Astu-
rias ; porque habiendo refe-
rido las viélorias , que éste
ganaba á los Árabes , dice
luego : En aquel tiempo D,
Alonso el Católico , hijo del
Duque D. Pedro de Canta-f
bria , que es Logroño , fuxo
de Logroño , é fuese para As-
turias , e ayudaba muy bien
al Rey D, Pelayo á lidiar
las lides de Dios ; de donde
se podría colegir , que D.
Y Alón-
170 España Sagrada,
Alonso se mantuvo en su
Ducado de la Cantabria Rio-
jana algún tiempo después
de entrar los Árabes en Es-
paña , y por consiguiente,
que este pais no fue ocupa-
do de estos barbaros en los
primeros años de sus con-
quistas. No obstante pode-
mos afirmar , que quando
reynaba este mismo Don
Alonso , se hallaba ya suje-
ta á los Árabes Calahorra
con los otros pueblos de su
Diócesis , que estaban situa-
dos en lo llano de la Rioja:
lo que se evidencia con los
testimonios de los Escrito-
res cercanos á aquellos tiem-
pos , que adjudican á este
Rey algunas conquistas de
poblaciones ocupadas por los
barbaros en el pais referi-
do , como son Briones , Ce-
nicero y Alesanco.
6 Todos nuestros Histo-
riadores antiguos consien-
ten , en que la mayor par-
te de esta Diócesis quedó
libre del yugo de los Sarra-
cenos , porque afirman , que
«o entraron en Vizcaya , ni
en lo interior de Ja provin-
cia de Alaba. Algunos Au-
tores modernos escriben, que
las sierras de la Rioja lo-
graron igual felicidad que
Trat.óg. Cap. 10.
las dichas provincias , para
lo qual no tienen otro apo-
yo , que el testimonio del
Arzobispo D. Rodrigo , que
tratando de las regiones á
que se extendió la domina-
ción de los barbaros , ex-
ceptúa entre oLras las mon •
tañas de la Ruconia , nom-
bre que aplican á la Rioja.
Mas acerca de las voces
Ruconia y Rucones expuse
mi sentir en el rom. 32. pag.
315. y 347. probando que^
por ellas debe entenderse
una parte de la Vasconia an-
tigua en los montes Pyri-
neos.
7 En varios Códices del
Real Monasterio de S. Mi-'
llán se halla memoria de un
Conde de los Rucones lla-
mado Tello , que según las
noticias que allí se dan , flo^
recia quando los Árabes en*
traron en España. En ei Có-
dice que contiene el Enqui-
ridion de N. P. S. Agustín,
y el Chronicon Emilianense,
se encuentra notado , que el
expresado Conde alcanzó in-
signes visorias de los Mo-^
ros desde los montes de la
CogoUa hasta la Ciudad de
Auca en ei año de la En*
carnación del Señor de 718.
Eq otro que se dice escrito
por
Estado de Calahor
por el Abad Milián año de
756. se ve en el principio
de un Evangelio la efigie
del mismo Conde con vesti-
do militar antiguo , lanza en
la mano derecha , y escudo
en la izquierda , y con es-
pada corta y ancha ceñi-
da , y debajo una Inscrip-
ción que dice , que aquel
Caballero es Teilo C<^nde de
los Rucones en la Era 756.
Mencionan los referidos Có-
dices como instrumentos au-
ténticos de esta noticia el
Dodor Tejada pag. 316. y
el M. Saz Benediétino en su
Chronica Emilianense pag.
107. citado por el Rmo. Fio-
rez en el tom. 16. pag. 55.
8 Si estas notas que se
leen en los Códices de S.
Milián tubieran la autori-
dad y legalidad , que han
creido los Escritores cita-
dos , estableceríamos con
ellas , que los Árabes se apo-
deraron de la Rioja en los
primeros años de su domi-
nación en España ; que los
Riojanos son los Rucones que
menciona San Isidoro en la
Historia de los Godos ; y fi-
nalmente que los barbaros
comenzaron á ser desaloja-
dos de este pais poco después
que le ocuparon. Pero estas
ra ,3' su Iglesia. i 7 1
especies deben reputarle por
invenciones , con que algu-
nos impostores mancharon
los preciosos pergaminos del
referido Monasterio , como
demuestra la forma de los
caracteres, y el color de la
tinta. Por esta razón el R,
P. Fr. Placido Romero , ha-
biendo reconocido las dichas
notas ó ficciones sobre el
Conde Tello, se queja agria*
mente en sus Advertencias-
mss. al extradlo que ha for-
mado de las escrituras , que
se guardan en su Archiva
del atrevimiento , que han
tenido en corromper sus Co -
dices algunos sugetos , que
lograron manejarlos con li-
bertad ; lo qual aviso á fin
de mostrar , quan desprecia-
ble es lo que se trae del
Conde Tello relativo á la
Rioja ; y principalrhente de
corregir lo que de él escri-
bió el Rmo. Flo.'ez en el to-
mo citado , remitiéndose al
M. Saz , que fundado en di^
chas notas estableció el Con-
dado deRuconia, teniéndo-
le por origen verisímil del
de Castilla.
9 Los Árabes poseyeron
largos años la Ciudad de
Calahorra , a la qual en tiem-
po de tan barbara domiíia-
V 2 cion
1 7^ España Sagrada.
cion la fue de grave per-
juicio su propria fortaleza;
porque esta era la causa de
que los Reyes de León y de
Navarra dilatasen demasia-
do su conquista , aun des-
pués de haber ganado las
otras plazas de la Rioja , re-
conociendo sin duda que sus
fuerzas eran desiguales para
empresa tan difícil. No obs-
tante la seguridad , con que
vivian aquí defendidos de los
Christianos , permitieron en
esta Ciudad , como en Cór-
doba , Toledo , Zaragoza , y
otras el culto público de la
Religión , tolerando aunque
impíos lo mismo que abor-
recían , por los grandes in-
tereses que por este medio
adquirían para aumento de
su fisco. Conservase en el
Archivo de esta Santa tlgle-
sia una Bula de Pasqual II.
dada en el año de 1 104. por
la que consta , que los fíe-
les de Calahorra retubieron
duranie su cautiverio una
Trat, Í9. Cap. 10.
buena parte del distrito , que
tenían antes de la entrada
de los paganos. Calagurris^
dice , cum Mohabitis , ac
Mauris proximasset , non
minimam parocbi^e partem
obtinuisse liberam,
10 Por lo que toca á los
Obispos de esta Diócesis se
ha de notar , que mientras
Calahorra estubo en poder
de los paganos , se estable-
cieron en el territorio que
se asignó á su Sede en su
primera institución otras Si-
llas Episcopales, y con diver-
sos títulos , cuya multitud es
bien estraña , y no conocida
en alguno de los demás
Obispados de estas Provin-
cias. Por lo qual trataré de
su origen , y ordenaré la se-
rie de los Prelados que las
gobernaron hasta el año,
en que estas Iglesias parti-
culares y sus territorios se
reunieron á la de Calahor-
ra madre y cabeza de to-
das ellas.
CA-
CAPITULO XI.
37
OBISPOS DE CALAHORRA BAJO
dominación de los Sarracenos.
LA
THEODEMIRO
En tiempo de D, Alonso
el Casto,
1 T^ON Alonso el Cas-
\J to, después que fue
expelido del Reyno por la
invasión de Mauregato , se
retiró á la Provincia de Ala-
ba , donde vivían los parien-
tes de su madre Doña Mu-
ñía muger de D. Fruela.
Aqui se mantubo asegurado
y defendido de la tiranía de
Mauregato hasta que este
murió , y entró á reynar
D. Bermudo, que trocando
el Reyno por el servicio de
la Iglesia , á que como Diá-
cono se habia dedicado,
puso luego el gobierno en
manos de su sobrino D. Alon-
so. Lo primero que este
gran Monarca hizo , asi que
entró á reynar, fue poner el
asiento de su Corte en Ovie-
do , Ciudad fundada por su
padre , á la qual en los pri-
meros años de su Reynado
amplió , y engrandeció el
mismo D. Alonso con gran-
des y suntuosos edificios.
Desde este tiempo fue Ovie-
do el lugar de asylo adeude
se acogían los Obispos , que
en sus respectivas Sedes eran
molestados y perseguidos
por los Moros, y por esta
razón era llamada Ciudad
de los Obispos. Esto parece
haber sucedido varias veces
álos de Calahorra, pues des-
de el referido Reynado, los
tenemos presentes en aquella
Corte subscribiendo los pri-
vilegios y donaciones de los
Reyes de Asturias. El pri-
mero que encuentro se llamó
Thedemiro , cuya memoria
consta por una escritura de
Donación que con el nom-
bre de testamento hizo el
dicho Rey D. Alonso en fa-
vor de la Iglesia de S. Sal-
vador de Oviedo , que aca-
baba de edificar de nuevo,
por ser pequeña la que su
padre habia fabricado , y es-
tar parte de ella arruinada
por los Moros. Confirínaron
es-
I 74 TLspaña Sagraáa, Trat. 6() Cap, i r
esta escritura los Obispos
Ataúlfo de Tria, Suintila de
León , Quindulfo de Sala-
manca , Maydo de Orense,
y en ultimo lugar Theode-
miro de Calahorra , que
también asistió á la bendi-
ción ó consagración de la
misma Cathedral , que se
hizo en el mismo año de la
donación.
2 La Era , que señala la
expresada escritura , es la
de 830. acerca de la qual
advierte Ambrosio de Mora-
les, que no puede ser Era del
Cesar, y que debe tomarse
por año de nuestra Reden-
ción. Si este pensamiento
fuera sólido, deberíamos po-
ner á nuestro Ooispo en el
350830. pero comino hay
egemplares legítimos , que
comprueben el estiio de los
antiguos en usar de la voz
Era en el sentido que pre-
tende Morales , y ademis
de esto no? consta , que la
causa de inventar esta nove-
dad , no fue otra que la fal-
ta de inteligencia , que el ci-
tado Escritor padeció acer-
,ca de ios números , y cifras
:de los Godos , como notó
-Sandoval en sus cinco Obis-
pos pgg. 165. no es justo
que admitamos fácilmente
esta invención de tomar Era
por año de Christo , que
Morales' introduce en varios
lugares. Con todo eso no
puedo menos de confosar,
que aquella data tiene algún
defedo ; porque no es creí-
ble que habiendo entrado D.
Alonso á reynar en el año
791. estubiese ya concluida
en el 792. que es la Era 830.
la Iglesia de S. Salvador,
cuya suntuosidad ponderan
grandemente nuestros anti-
guos Escritores. Mariana,
hablando de esta fabrica en
el lib. 7. cap. 9. dice asi:
Para aumento del culto divi-
no levantó (Don Alonso el
Casto) desde los cimientos
la Iglesia miyor de Oviedo
qu-* se llama de S. Salvador.
Ojien dic2 , que el Rey D.
B:írmu Jo fue el que dio prin-
cipio á esta noble fabrica,
y aun el letrero que está
á la entrada de aquel tem-
plo, como queda arriba apun-
tado , atribuye aquella obra
al Rey Silón. Pudo ser que
todos tres entendieron en
ella , y que el Rey que la
acabó , se llevó , como acon-
tece , toda Id fama. Si la
opinión que refiere Mariana
en este lugar fuera verda-
dera , no tendríamos dificul-
tad
Obispos de Calahorra. Theodemiro. 175
tad en admitir la data que no. Pero yo tengo por mas
probable, que una de las pri*
meras cbras de aquel piado-
so Rey fue la construcción
de la Iglesia mayor ; porque
atendiendo á la letra de di-
ferentes testimonios anti-
guos , ésta se siguió inme-
diatamente ai hecho de asen-
tar su Corte en Oviedo,
que es lo primero que nues-
tros Escritores refieren de
Don Alonso , como confiesa
el mismo Morales en el cap;
30. del lib. cit. El Obispo
Don Sebastian dice asi: Iste
prius solium R.egni Ovtti
firmavit, Basilicam quoque
in nomine Redemptoris nos-
tri , Salvatoris Jesu Chris-
se lee en la Escritura ; pero
todos los Escritores mas cer-
canos á aquellos tiempos
atribuyen enteramente la
obra á Don Alonso ; y lo
mismo consta de las dena-
ciones de este Rey , y de
uno de los letreros que él
puso en la Iglesia , y trae
Morales en el lib. 13. cap.
32. dcnde del dicho edificio
se leen estas palabras; Quod
denuo totum á fámulo Dei
Adefonso cognoscitur esse
fundatum^ S omne in melius
renovatum.
• 3 Otra razón parece tu-
bo Morales para persuadirse
á que la Era de la Escritu-
ra miencionada es año de la
Encarnación ; y se funda en
la serie de los hechos del
Rey D. Alonso, de quien cre-
yó que primero alcanzó vic-
toria de sus enemigos , que
pensase en edificar la Iglesia
Catedral de Oviedo. Por eso
dice en el cap. 32. del lib.
13. que habiendo quedado
los Moros tan quebrantados,
que nunca volvieron á en-
trar en Asturias , tubo D.
Alonso tiempo para emple-
arse en los negocios á que
le llevaba su grande devo-
ción , y celo del culto Divi-
// miro construxit opere ^&c
El mismo Rey en una dona-
ción que hizo á la Santa Igle-
sia de Lugo , cuya data en
el egemplar , que existe en
la Iglesia de Braga , es la
Era de 868. y en el que se
guarda en Lugo la de 870.
dá á entender haberse ocu-
pado en esta obra luego que
comenzó á reynar : Has ita-
que , dice , cum obtinuissem
Provincias . . . placuit meo
ánimo , ut Regium solium in
O veto cotifirmarem , ¿? ibi
Ecclesiam construerem in
honor em SanSii Salvatoris. ■
Acer-
I 76 España Sagrada.
4 Acerca del mismo
Obispo Theodemiro nota
Morales , que era titular so-
lamente,/que vivia en Ovie-
do , como otros muchos , de
quienes dice dará razón en
tiempo del Rey D. Alonso el
Magno. En este Reynado
habla del Concilio de Ovie-
do , que se celebró entonces;
y afirma, que muchos de los
Obispos que asistieron á él,
eran de los que comunmen-
te llamamos de Anillo, y co-
mo los que habia en Ro-
ma de las Ciudades que los
Árabes tenían ocupadas en
Asia. Yo no hallo funda-
mento para decir , que estos
Obispos eran propriamente
titulares , esto es , consagra-
dos desde su principio p:ira
Ciudad sin Clero , ni pueblo
Christiano , y poseída de
enemigos de la Religión , que
les impidiesen el egercicio
Pastoral. Aún los que se ha-
llaron en el referido Conci-
lio testifican de sí mismos,
que fueron molestados de
los Moros en sus proprias
Sedes : Nos vero in nos tris
(Sedibus) nimium inquieta-
ti ; lo que no puede verifi-
carse sin haber tenido ad-
ministración adual , y por
consiguiente Clero , y Fieles
Trat. 69. Cap. 1 1.
que compusiesen su Iglesia-
Consta también de las mis-
mas Adas , que se les señala-
ron tierras en Asturias con
que pudiesen mantenerse
quando concurriesen á Con-
cilio , y aun sustentar sus
respedivas Sedes. Finalmen -
te , aun mientras residían en
Oviedo gobernaban desde
alli los Obispados que esta-
ban fuera de los montes de
Asturias ; imitando en esto á
los Obispos que desde Roma
cuidaban de todo lo que
conduela á la administración
de sus Sillas ; Roma namque.
0.b hominihus ísdifícata , si'
mili modo plures habet Epis--
copos , qui foris prasunt.;,
& proviiient decenter suis
Sedih'ts, Por todo lo qual se
falsifica lo que dice Mora-
les ; y los Obispos que se ha-
llaron por estos tiempos en
Oviedo , deben tenerse por
Obispos con Sede , Iglesia,
y jurisdiccioM adual ; y lo
mas qie podrá verificarse de
alguno , es haber sido expe-
lido de la Ciudad , en que
residía ó tenia su Silla , por
el odio y molestias de los
Árabes , lo qual no basta pa-
ra que un Obispo se diga
propriamente titular.
< Hablando deterroina-
^ da-
Obispos de Calahorra, Theodemiro. 177
damente de los Obispos de tos , y!.vasos sagrados. Su da-
Calahorra , no se sabe que
estubiesen de asiento en la
Ciudad de Oviedo ; antes
bien es mas verisimil lo con-
trario , pues no S2 hallan los
nombres de Theodemiro , y
el succesor, sino en dos so-
las Escrituras, y faltan am-
bos en la Consagración de
la Iglesia de Oviedo, la qual
se hizo con la mayor solem-
nidad , y con asistencia de
los Prelados que estaban en
Asturias,
RECAREDO.
, For los años 812.
I La memoria de este
Prelado se halla en una Es-
critura , que existe en Ovie-
do , por la qual el Rey D.
Alonso con las mas devotas
y piadosas expresiones con-
firma lo que su Padre Froüa
habia dado á la Iglesia de
S. Salvador , y la ofrece
nuevamente el Atrio cercado
con muro , que el mismo D.
Alonso acababa de hacer al
rededor de ella ; y asimismo
el aquedudo , casas , y otros
edificios que habia fabrica-
do en aquella Ciudad ; y fi-
nalmente , varios ornamen-
to»!, xxxuu
ta es en esta forma : Fa-
£ía Scriptura testamenti^
vel confírmationis die XF'l,
KLDS. Decembris. Era
DCCCL, Y subscriben lúe-
go el Rey , y algunos Obis^
pos, de los quales soloRe-
caredo expresa su Sede con
estas palabras : Reccaredus
Calagurritana Sedis Epis^
copus.
1 En esta misma Escri-
tura se lee una clausula no-
table , en que se m?nciona
la pérdida de España , y el
año en que sucedió. Creo no
se ha publicado hasta aho-
ra ; y por eso , y por ser tan
importante , me ha pareci-
do ponerla aquí. Et quia tu
es Rex Regum regens cce^
lestia , simidque terrestria^
diligens intemporaliter jus-
titiam , temporaliter vero
terrarum populis pro obti^
nendü justitia distribuís Re~
ges , ¡eges , atque judicia;
cujus dono Ínter diversarum
gentium regna non minus in
terminis Spanite clara refuU
sit Gothorum vi&oria , sed
quia te offendit eorum prce-
potens jaciantia in Era.
DCCXLViUL simal cum
Rege Roderico regni amisit
gloriam,
z VI-
178 España Sagrada,
V I V E R E.
^ño de 871.
I En el Libro Gótico de
S. Millan , fol. 109. se halla
una Escritura , de la qual
hablan Garibay en el lib. 9.
cap. 22. Sandoval en la
Historia de dicho Monas-
terio ,£01.44. y Yepes sobre
el año 871. y es donación
que hicieron al Monasterio
de S.Vicente de Ocoizta el
Obispo D. Vivere , los Seño-
res Arroncio , y Tello , el
Abad Pedro, Alaquide Pres-
bytero , Vitulo su sobrino, y
D.Oélavia , madre del Obis-
po. No se determina el titulo
de éste en la Escritura ; pero
indicándose en ella que resi-
día en la Provincia de Ala-
ba , á donde sus ascendien-
tes se habian retirado en
tiempos anteriores desde la
Ciudad de León ; y cons-
tando también , que las Igle-
sias de que hace donación
juntamente con su madre , y
demás parientes , eran de
lugares de la misma Provin-
cia ; y en fin , no hallándose
su nombre en el Catálogo de
otra Iglesia , parece muy
verisimil , que su Obispado
Trat.69. Cap. II.
no fue otro que el de Cala*
horra.
2 Argaiz le pone en la
serie de los Obispos de Ar-
mentía; pero esta Sede no
se estableció hasta que cesó
el titulo de Calahorra , y la
Diócesis se dividió en dos,
que fueron las de Alaba, y
Nágera. La permanencia del
expresado titulo consta del
fragmento del Cod. Ms. de
D. Pelayo , impreso en el
tom. 14. de laEsp. Sag. pa-
gin. 401. donde á los Obis-
pos de Zaragoza , y de Ca-
lahorra se señaló la Iglesia
de S. Maria de Solis , para
que se sustentasen de sus
rentas qnando asistiesen á
los Concilios de Oviedo, yfi
Ccesaraugustanensem Epis^
copum , ÍB Calagurritanen-
sem Episcopum Ecclesiam.S,
Marice de Solis, Y habién-
dose hecho esta asignación
en el año de 900. como se
estableció en el tom. 19.
pag. 103. se colige , que en
el año 871. duraba el titulo
antiguo de Calahorra.
Excluyese Severo , Esteban,
y Gomesano.
3 No hay documento por
donde conste que el Obispo
de
Catálogo de los Obispos de Calahorra, 179
de Calahorra asistió á la
Consagración de la iglesia
de Santiago , ó al Concilio
que se celebró once meses
después en Oviedo , sin em-
bargo de que estos ados
fueron solemnísimos , y se
autorizaron por todos los
Prelados que residian en As-
turias en aquel tiempo. Solo
se sabe por el testimonio
que he exhibido del Cod.
de D. Pelayo , que entonces
se continuaba la succesion
de los Obispos de Calahorra,
ignorándose el nombre del
que presidia en esta Sede.
4 Trelles en su tom. r»
de las Asturias ilustradas,
pag. 293. pone traducida al
Castellano una Bula , que di-
ce existir original en el Ar-
chivo de Oviedo , con su se-
llo , y copia en pergamino,
y haberse expedido por el
Papa Juan VIII. á 17. de Sep-
tiembre en el año quinto de
su Pontificado , á petición de
D. Alonso el Magno , y en
favor de la Catedral de S.
Salvador de la expresada
Ciudad. En ella se expresan
muchos Obispos , que gober-
naban al tiempo de la data,
y entre ellos el de Calahor-
ra , llamado Severo ; por
donde parece, que podemos
añadir este nombre al Catá-
logo de la Santa Iglesia Ca-
lagurritana.
5 Pero acerca de esta
Bula se me ofrecen algunos
reparos de mucho peso, que
me persuaden no tiene la au-
tenticidad correspondiente,
según la copia que publicó
el Escritor citado. Afirma ea
ella el Pontífice , que tubo
noticia de la bondad de D.
Alonso por los dos Legados
que este Rey le dirigió , lla-
mados Severo , y Sidérico.
De estos hace también me-
moria el Chronicon de Sam-
piro en la copia de D. Pe-
layo , quien igualmente tes-
tifica, que D. Alonso, recibi-
das las Cartas del Papa , se-
ñaló dia para la Consagra-
ción de la Iglesia de Santia-
go , y para celebrar el Con-
cilio de Oviedo , como se hi-
zo con asistencia de los Obis-
pos , y Caballeros , que alli
se nombran. De aquí se co-
lige , que el Pontífice Roma-
no , á quien se atribuye la
Bula , era el mismo que go-
bernaba la Iglesia , quando
se celebró la dicha Consa-
gración. Este, según laChro-
nología que el Rmo. Florez
propuso con buenos funda-
mentos en el tom. 19. pag.
Z2 94.
1 8o España Sagrada.
94. y sigg. fue Juan IX. que
fue ensalzado al Trono en el
año de 898. cerca del mes
de Julio , y presidió solo
hasta fin del mismo mes del
año de 900. En este supues-
to , es falsa la data de la
Bula que ofreció Trelles ; por-
que señala el año quinto del
Pontificado del Papa Juan,
y éste no gobernó la Ij^lesia
sino por espacio de dos años,
6 Aún es mucho mas gra-
ve otra dificultad , que voy
á proponer , relativa á los
Obispos , cuyos nombres se
expresan en la misma Bula.
Estos son Cigila de León, Ri-
cimiro dePalencÍ3,Oveco de
Oca , Severo de Calahorra,
García de Pamplona , Seve-
ro de Tarazona , Eledo de
Zaragoza , Polimio de As-
torga , Manioc Britonen-
se , Nitigio de Lugo , Rici-
la de Iria , Virmundo de
Orense , Savarico de Tuy,
Viétor Dumiense , Rosendo
de Viseo, Romano de Lame-
go, Lucencio de Coimbra,
Avito de Salamanca , Bradi-
11a de Avila , Sintila de Se-
govia , Agila de Siguenza ,y
Gómelo de Oviedo. Cote-
gense ahora estos Prelados
con los que D. Pelayo pone
en el Chronicon de Sampiro,
Trat, 69. Cap, 1 1.
presidiendo en sus respe^íli-
vas Sedes , quando D. Alon-
so recibió la carta del Papa
Juan , que trae también á la
letra , aunque mas compen-
diada , el mismo Chronicon;
y se hallará , que la Bula
nombra mayor número de
Prelados, y estos de nombres
muy distintos en las Sedes,
que ambos Instrumentos
mencionan. Dice asi D. Pe-
layo en su interpolación:
yisis itaque Rcx epistolis^
magno gaudio gavisus est»
Tune constitu'U diem Conse-
crationis jam di£i¿e E cele-
si ¿e , sive & Concilium cele^
brandum apud Ovetiim cum
ómnibus Episcopis , qui in
illius erant Regno. Hi sunt
Joannes Aucensis , yincen-
tius Ligionensis , Genadius
Astoricensis , Hermenegil-
dus Ovetensis , Dulcidius
Sahnanticensis , Jacohus
Cauriensis , Naustus Conim'
brfcensis , Argimirus Lame-
censis , Theodoriciis l^isensis^
Gumadus Portugalensis ^Ar-
gimirus Braccharensis , Di-
dacus Tudensis, Egila Au'
riensis , Sisnandus Irien-
sis , Reccaredus Lucensis^
Theodesindus Britoniensis^
& Ekca Casaraugustanus
Episcopus ibi interfuít*
De
Catalogo de los Oblsp
7 De aquí se colige, que
si la Bula del Papa Juan fue-
ra legítima y autentica en
la forma que la publicó el
Autor de las Asturias ilus-
tradas , deberíamos enmen-
dar no solo el Chronicon de
Sampiro , sino también los
Catálogos que se han publi-
cado en la Esp. Sag. en lo
respeclivo á los Obispos que
se establecen en el tiempo
de la Consagración de la
Iglesia de Santiago , y del
Concilio de Oviedo. Mas ha-
biendo yo examinado con
diligencia qué Prelados te-
nían entonces las Sillas Epis-
copales , á fin de averiguar
si debía anteponerse la Bula
al Chronicon de Sampiro ,he
descubierto , que los Obis-
pos expresados en éste se
mencionan también en otros
documentos irrefragables,
que pueden verse en esta
misma Obra que continúo.
De este antecedente , y del
reparo pri-mero que he pro-
puesto , vengo á inferir , que
la Bula del Papa Juan con-
forme está publicada por
Trelles , no es autentica ; y
que por tanto no debe ad-
mitirse su autoridad para po-
ner en el Catálogo de la
Santa Iglesia de Calahorra
os de Calahorra. 1 8 i
el nombre de Severo.
8 Los que leyeren al M.
Argaiz , y á Tejada , se per-
suadirán fácilmente á que el
Obispo que presidia en Ca-
lahorra en tiempo del Con-
cilio de Oviedo se llamaba
Esteban ; pero tengase pre-
sente , que ni las Adas del
Concilio , ni los Autores que
se citan , comprueban esta
especie , la qual no tiene
realmente otro origen que
el Chronicon de Hauberto.
De la misma cabeza que es-
ta Obra fingida tubo su na-
cimiento D. Gomesano , de
quien los referidos Escrito*
res creyei'on haber sido suc-
cesor de Esteban , y parien-
te de D. Sancho García, Rey
de Navarra.
9 El titulo de Calahorra
se conservaba todavía en el
año de 900. como se justifi-
ca con el testimonio citado
en el num. 8. de la asigna-
ción de Parroquias , hecha
después del Concilio de Ovie-
do , en que el Obispo de es-
ta Iglesia se llama expresa-
mente Calagurritanense. Pe-
ro se ignora si lo gozaba aún
en dicho año D. Vivera, ó
si por muerte suya había
entrado D. Munio , de quien
trataré en el Catálogo de la
Igle-
1 8 2 España Sagrada.
Iglesia de Alaba. Lo que
lengo por constante es , que
eu el siglo décimo cesó
el referido titulo , no ha-
llándose expresado en me-
morias, ó Escritores , hasta
el año 1045. en que se con-
quistó la Ciudad de Cala-
horra. El qual silencio se
Trat. 59. Cap, 11.
originó de que ganada la
Rioja á los Moros por los
Reyes de Navarra , se divi-
dió esta Diócesis en dos
Obispados distintos , perte-
neciendo también su terri-.
torio á dos Monarcas di-
versos , como se verá en
adelante.
CAPITULO XII.
ESTADO MISERABLE A QUE FINO
la Iglesia de Calahorra en el siglo décimo.
^i T?L año de 922. fue
.. Slá la época feliz en que
casi toda la Diócesis de Ca-
lahorra salió del triste cau-
tiverio que habia padecido
por el espacio de dos siglos
enteros. Debióse este gran
beneficio al glorioso Principe
Don Sancho García , Rey de
Navarra , de quien el Chro-
nicon de Albelda testifica ha-
ber conquistado todos los
Castillos que ocupaban los
Moros desde Nágera hasta
Tudela. En el año 923. se
continuó la misma felicidad,
por las empresas de Don
Garcia ,hijo de Don Sancho,
y de Don Ordoño , Rey de
León , conquistando el pri-
mero á Viguera , y el segun-
do á Nágera , Plazas muy
fortificadas , asi por su sitio,
como por los gruesos presi-
dios con que los Moros las
tenian guarnecidas.
2 No tocó esta prospe-
ridad á Calahorra ; pues aun-
que el P. Moret en el lib. 13.
de sus Anales , cap. 2. se in-
clina á que esta Ciudad sería
comprehendida en las con-
quistas de Don Sancho ^ es
constante , como confiesa es-
te Autor, que ninguna me-
moria se halla de una po-
blación tan ilustre, ni cómo
ganada de los Christianos,
ni tampoco cómo perdida
de ellos en los años siguien-
tes , en que estaba cierta-
mente en poder de los.In-
fie-
Estado de la Iglesia de Calahorra. 183
año de Christo 932. fue des-
fieles. Ni es de estrañar , que
Don Sancho García no reco-
brase de los Moros esta Ciu-
dad , habiéndoles ganado
otras fortalezas ; porque la
conquista de Calahorra se
hacía tan difícil: , que ella
sola era bastante empresa
para un Rey desembaraza-
do , y podero.so. Por esta
causa vemos , que enmedio
de haber tenido la Navarra
después del año 922. otros
Reyes del mas encendido
celo por la Religión , y del
mas firme tesón en la guerra
contra los Árabes , princi-
palmente D. Sancho renom-
brado el Mayor , Calahorra
perseveró en su infeliz cau-
tividad hasta el año de 1045.
en que el Rey Don García,
libre de otros cuidados , la
tomó por asalto ,y no sin es-
pecial asistervcia del Cielo.
3 No ;30Ío no se redujo
esta Ciudad á mejor estado
con las conquistas referidas,
sino que padeció un trabajo
mucho mas sensible que ios
que había padecido en los
dos siglos pasados desde la
entrada de los Paganos. En
el Archivo de esta Santa
Iglesia hay una memoria,
que he leído , por la qual
se sabe que en la Era 970.
truido el Tem-plo , que aquí
tenían los ■Christianos,por
un Árabe , cuyo nom.bré era
Almorrid, El P. Moret sos-
pecha , que este- bárbaro se
ría enviado por Abdef rai-
men , Rey de Córdoba , 'á
fin de que con las fuerzas
de Abenhaya , qué goberna-
ba á Zaragoza , se apodera-
se de Calahorra ; pero ade-
más de no haber fundamen-
to para afirmar que esta
Ciudad se hallaba poseída
de Christianos , no hay ves-
tigios en nuestros Historia-
dores por donde se descubra
que el Rey de Zaragoza ern-
prehendió alguna conquista
en el territorio de esta Dióce-
sis. Aütes bien reflexionando
el estado de Abenhaya por
estos tí em. pos, encuentro que
hasta los Castillos ; y fortale-
zas de su jurisdicción se ha-
bían levantado contra él; por
lo que D. Ramiro II. le hizo
la merced de sujetárselos,
después que el mismo Aben-
haya se puso bajo de su obe-
diencia, haciéndose tributa-
rio del Rey de León , como
dije en el tom. 31. pag. 141.
Es.pues , mas verisímil qiíe
Almorrid era Prefedo de Ca-
lahorra , y que .'deseando»
ven-
184 España Sagrada, Trat. ó'p. Cap, 1 1.
vengarse de los prósperos lia. Pero tengase entendida.
sucesos que por aquel terri-
torio cercano á su Ciudad
tenían los Christianos , vino
en destruir las Iglesias de los
Muzárabes , por cuyo medio
pensaba también asegurarse
mejor en la posesión de Ca-
lahorra.
4 Fundándose el cit. P.
Moret en la congetura de
que el Rey D. Sancho de
Navarra ganó á Calahorra,
y viendo que las donaciones
hechas en su Reynado , y en
el de su hijo D. Garcia , es-
táa firmadas de los Obispos
Bivas, Oriolo , y Theodemi-
ro , al mismo tiempo que de
Pamplona , y de Aragón lo
eran D. Basilio , y D. Iñigo,
escribe, que aquel nuevo nú-
mero de Prelados significa la
restauración de varias Cate-
drales , de las que presume
fueron Calahorra, y Tarazo-
na. No se contentó con los
términos de congetura y pre-
5)ancion el Do¿t. Tejada , sino
que se adelantó á escribir en
la pag. 34 1. que en el año
922. firmó D. Theodemiro
con titulo de Obispo de Ca-
lahorra una donación del Rey
D. Garcia Sánchez , que trae
Sandoval , copiada del Tum-
bo de S. Millan de la Cogo-
que en ninguno de los Ins-
trumentos del Monasterio de
S. Millan se expresan las
Sedes de aquellos Obipos ; y
que por esta razón no pue-
de saberse con certeza á qué
Iglesias deben atribuirse.
S Lo que se puede afir-
mar como cierto, es que los
Obispos que subscribían las
Escrituras , y andaban en
compañía de los Reyes, ha-
cían el oficio de Consejeros,
y alentaban á los Soldados
á pelear en defensa de la Fé,
y por la restauración de la
Patria , cuidando juntamen-
te de consagrar para el cul-
to Divino las Mezquitas de
los Moros, y de restablecer
en los pueblos elChristianis-
mo. Es también muy veri-
símil , que los mismos Obis-
pos tendrían el titulo , y go-
bierno de alguna de las
Iglesias situadas en el terri-
torio que los Reyes de Na-
varra sacaron del poder de
los barbaros , logrando entre
todas este beneficio , las que
desde los primeros siglos ha-
bían sido Catedrales como la
de Tarazona , que se con-
quistó por estos tiempos.
Mas hablando de Calahor-
ra , soy de didamen., que si
al-
Estado de la Iglesia de Calahorra, 185
alí^üno de los referidos Obis- recien librado de la barba-
pos fue titulado de su Sede,'
esto no fue por haberse res-
taurado su Iglesia , sino para
mantener su tituio antiguo,
como es ereible haberse con-
servado hasta la conquista
estable dé Nágera , cuya Si^
lia fue erigida en lugar de
la Calagurritana.
RESTAUR^^CIQN BEL
Monasterio de 'S.CohmhUy
■junta d Trido ^ y f'indct' ■
cion d¿l de San /llar t tu
de Albelda,
6 Orando la S. Iglesia
de Calahorra padécia en el
siglo diez la. mas estrecha
esclavitud qie acabo de re-
ferir , se vio resucitar en la
Rioja , que es la mejor parte
de su Diócesis , aquel feliz
estado de paz , y ; religión
que experimentaron sus Na-
tuiaies antes de la irrupción
de los Moros. Porque no so-
lo fueron estos echados de
tados los pueblos comarca-
nos , sino que se estableció
un nuevo Obispado en la
Ciudad de Nágera , y se eri-
gieron indignes Monasterios,
cuyos Monges ilustrarou
grandemente con su virtud,
y dodrina todo aquel país
Tom.XXXlIÍ.
rie , y tinieblas que le opri-
mieron por doscientos años.
El primero fue el de S. Co-
lumba , situido en un pue-
blo , que hoy se dice S. Co-
loma , y fue antiguamente
arrabal de la famosa Ciudad
de Tricio en los Berones. El
M. Yepes hace memoria de
este Monasterio al año 923,
afirmando , q^^e fue erigido
muchos años antes del ex-
presado, ei que pone sa H 3-
toria. Confiesa su ignoran-
cia sobre el tiempo de su
fundación , y dice , que no
tenia cosa segura hasta el
ano 923. en que D rn Ordo-
ño II. dio su privilegio para
la restauración del mismo
Monasterio , entregándole al
Abad Senoniano , y demás
Monges que moraban en él
haciendo vida santa. Por es-
ta razón recurre á solas con-
geturas , y se inclina á que
fue edificado en sus princi-
pios por algunas Monges
Cordobeses , que huyeron de
la persecución de los Infie-
les,y se retiraron á la Rioja.
7 El P. Moret , al año de
1046. sigue la apinion de Ye-
pes quanto á adjudicar esta
obra á los Monges de Cór-
doba ; pero confesando tam-
Aa bien
iS6 España Sagrada.
bien , que ignoraba el tiem-
po de su fundación , tiene
por verisímil , que ésta fue
acia la entrada del Rey Ab-
derramen el Tercero, en que
parece había comodidad , y
disposición en la Rioja para
labrar Monasterio , por ha-
berse conquistado este país
en aquellos años por el Rey
D. S Micho de Navarra.
8 No tubieron los Auto-
res citados otro fundamen-
to para atribuir la fundación
de este Monasterio á los
Monges de Córdoba , que el
enár dedicado a la gloriosa
Virgen , y Martyr Santa Co-
lumba , de quien juzgaron
tí'on Ambrosio de Morales
^er la Religiosa del Monas-
terio T ibanense , cuyo mar-
tyrio refiere S. Eulogio en
su Memorial , y cuyas Reli-
tjuias creen haberse trasla-
dado á la Rioja. De este
punto trataré después lar-
gamente escribiendo de los
Sontos',que pertenecen á la
Diócesis de Calahorra , y
frustraré con razones muy
eficaces, que la S. Virgen , y
Alai ryr , cuyo cuerpo se ha
venerado desde siglos muy
peniotos en la comarca de
Tricio.,' es :mucho mas an-»
ligua queíia Martyr de Cor-^
Trat.óg, Cap. 12.
doba del mismo nombre.
Quanto á la fundación del
Monasterio , tengo también
por cierto haber precedido
á la venida , y dominación
de los Árabes , lo qual se
prueba fácilmente con solo
representar , que Tricio , y
su comarca estubo tan do-
minada de los Moros desde
su entrada en España , hasta
que los Reyes D Ordoño II.
de León , y D. García de Na-
varra aseguraron establea-
mente las Plazas de Nágera,
y de Viguera , que jamás se
verificó la oportunidad , y
disposición que requería el
establecimiento de un nue-^
vo Monasterio , que sirviese
de acogida á los Monges que
huían de Córdoba. No dudo
la probabilidad de que él
Rey D. Sancho conquistó
cerca del año 914. parte de
la Rioja , y que en ésta se*
incluyó Nágera, como se co-
lige de dos Escrituras , que
mencionaré luego hablando
de esta Ciudad. Pero tam-
bién es indubitable , que
aq'-ii se limitaron las con-
quistas de este Rey , y que
los Moros quedaron posee-
dores de todas las cercanías,
por cuya razón no tubo por
entonces estabilidad aquella
con-
Estado de la Iglesia de Calahorra» 187
conquista , sino solo por el
breve espacio de quatro , ó
cinco años. En cuyo supuesto
ya se deja percibir la inve-
risimilitud de que los Mon-
ges de Córdoba edificasen
Monasterio , y colocasen el
cuerpo de S. Columba en un
sitio nada fortificado , qual
era el pequeño pueblo , que
hasta hoy se dice S. Colo-
ma , y además de esto cer-
cano á los Moros , y expues-
to a riesgo próximo de per-
derse , como efectivamente
se perdió muy presto. El
mismo Analista de Navarra
reconoció, que no se halla
Instrumento , ni memoria
concerniente á las Plazas que
Don Sancho tomó en aque-
lla ocasión , y respediva á
los pocos años que duraron
en su poder , cuyo defedo
no puede atribuirse á otro
motivo que el de haber que-
dado estas tierras sumamen-
te arriesgadas á volver al
dominio tiránico de los Mo-
ros , que estaban por aque-
llas cercanias. Asi , que la
disposición del país , y en es-
pecial la comarca de Náge-
ra y no era acomodada para
labrar entonces Monasterio,
y depositar Reliquias de
Santos ; ni se puede presu-
mir , que los Monges de Cór-
doba andubiesen tan indis-,
cretos que eligiesen este si-
tio dejando otros incompa-
rablemente mas seguros de
Navarra , y de las tres Pro-
vincias de Alaba , Vizcaya;
y Guipúzcoa.
9 Desde la irrupción de
los Árabes parece se mantu-
bo este Monasterio con al-
gunos Monges , aunque el
pueblo de S. Columba esta-
ba desamparado de losChris-
tianos , los quales se retira-
ron huyendo de los Barba-
ros , como dice el Privile.qio
de D. Ordoño. Ello es , que
las Reliquias de la Santa per-
manecieron alli en tiempo de
los Moros , ni hay memoria
de que se trasladaron á otra
parte. Además de esto , el
referido Privilegio está con-
cedido al Abad Senoniano,
y á los demás Monges , que
vivian con él al tiempo de la
conquista de Nágera ; y juz-
go que se llama asi el Abad,
no por ser éste su nombre
proprio , sino por razón del
Monasterio , que se apelli-
daba Senoniano , como tam-
bién todo aquel territorio de
S. Columba se decia de Se-
nonas , por las razones que
expondré quando trate de
Aa 2 es-
i88 España Sagrada»
esta Santa. Pero sin embar-
go , habiendo estajo esta
venerable casa dossiglos en-
teros en poder de los Paga-
nos, se hallaba muy pobre
de bienes temporales , asi
para el sustento de los Mon-^
ges , como para el culto de
Dios , y de su Sierva S. Co-
lumba , cuyo cuerpo pose-
ían.
I o Considerando , pues,
el Rey D. Ordofio la necesi-
dad , y santidad de este sa-
grado lugar , creyó que no
podia hacer obra mas pia-
dosa, con que testificase me-
jor su agradecimiento al fa-
vor del Cielo , que acababa
de recibir en la conquista
de Nágera , una de las Pla-
zas mas fuertes de los Mo-
ros , que si restauraba aquel
antiquísimo ?vIonasterio, po-
niéndole en toda perfección,
y observancia ivíoná>tica , y
dotándole con la munificen-
cia que le era posible. Y
fue tan pronto y tan libe-
ral en. la egecucion de este
santo deseo , que estando
aún en el Castillo recien ga-
nado , firmó el Privilegio de
dotación á 21. de Odubre
del año, de 923. por el qual
señaló los términos del Mo-
nasterio , y le dio toda la
Trat, 69. Cap. i 2.
hacienda que era menester
para el culto de Dios , sus-
tento de los Mondes, y aun
de todos los pobre? y peregri-
nos que llegasen á sus puer-
tas.
II En el mismo año de
923. y según se presume á
1 1, de Noviembre , conquis-
tó el Rey D. Sancho de Na-
varra el Castillo de Viguera,
que era también de los mas
fuertes que los Moros tenian
en la Rioja ; y en agradeci-
miento de tan feliz suceso,
fundó , y dotó en Albelda
un Monasterio, que por aque-
llos tiempos fue de los mas
ilustres de la Christiandad.
Dio el Rey la Carta de fun-
dación á 5. de Enero del año
siguiente de 924. y aunque
Morales dudó si esta data
se sacó bien en el Instru-
mento , debe retenerse como
legitima , pues se halla asi
no solo en el pergamino,
que se conserva en la Iglesia
Colegial de Logroño , don-
de yo copié esta Escritura,
sino también en otro que vio
Loaysa en el Archivo de Si-
mancas ; y fuera de esto, el
Rey dice , que daba aquel
Privilegio en el año 20. de
suReynado, y habiendo si-
do su entrada en la Era 943.
co-
. Estado de la Iglesia
corro consta del Chronicon
Emilianense , se verifica que
]a data fue en la Era 962.
del modo que propone Mo-
ret en el tom. i.desus Anal,
al año 924.
12 En este Privilegio se
describe con vivos colores
el nuevo, y feliz estado en
que fue puesta la Rioja , par-
te muy principal de la Dió-
cesis ae Calahorra , mante-
niéndose esta Ciudad toda-
vía en su cautiverio, en que
perseveró hasta mediado el
siglo siguiente. Porque des-
pués de referir el Rey , como
por los pecados de los Chris-
tianos envió Dios sobre Es-
paña á los Moros , gente pa-
gana y barbara , que pose-
yeron estis regiones, hasta
que apiadado el Señor de la
aflicción de su pueblo , se
dignó reprimir la sobervia,
y audacia de los Barbaros,
prosigue contando sus vic-
torias con estas alegres clau-
sulas: Y ahora se ha servi-
do Dios conceder á noso-
tros , aunque indignos , vic-
toria de sus enemigos , dán-
doles el castigo. que m^erc-
cian las obras de sus manos.
Porque aqui en nuestras par-
tes que riega el Ebro , he-
ir-os tomado por ambas ri-
de Calahorra. 189
beras , favoreciéndonos la
Divina clemencia , muchisi-
mos pueblos , Ciudades , y
Castillos, echando de ellos
á los Infieles , á los quales
por la providencia de Dios
hemos obligado á vivir es-
parcidos en diversos lugares
no conocidos , conforme á lo
que dice la Sagrada Escri-
tura: Dispersi eos per om-^
nia regna mundi , qu¿e nes'
ciu7it , S térra desolata est
ab eis,
13 El pueblo , en que
D. Sancho fundó en acción
de gracias por el triunfo ob-
tenido de la Plaza de Vigue*
ra su insigne Monasterio, fue
en el siglo anterior , Ciudad
grande , y adornada con ex-
celentes edificios por el fa-
moso Árabe Muza , de quien
traté en el Catálogo de los
Reyes de Zaragoza, tom. 31.
pag. 132. Este la puso el
nombre de Albailda , que
suena , según el Privilegio
del mismo D. Sancho , lo
mismo que la voz latina Al~
ba ; y llamóla asi , por lo
vistoso y hermoso de sus
casas y palacios. Pero duró
tan poco esta población ilus-
tre , que se vio arruinada por
D. Ordoño el I. casi al miis-
mo tiempo que Muza acabó
de
I po España Sagrada,
de engrandecerla. Desde en-
tonces se mantubo reducida
á pocas casas , y se tenia co-
mo arrabal de Viguera , Ciu-
dad bien fortificada por los
Moros.
14 Erigióse el Monaste-
rio con Ta advocación de S.
Martin Obispo, y Confesor,
y de aquí ha nacido el cre-
erse , que aquella célebre
victoria de Viguera se alcan-
zó en el dia de este Santo.
El número de Monges que
aqui vivieron fue muy cre-
cido ya en los principios. Por-
que habiéndose fundado el
Monasterio en el año 924. te-
nia en el de 950. no menos
que doscientos , como se lee
en un testimonio muy expre-
so de Gomesano , Abad del
Monasterio Hildense , sito
cerca de Pamplona, el qual
por ruegos de Gotescalco,
Obispo de Anicio en la Aqui-
tania , copió la Obra que
compuso S. Ildefonso , De
laude virgiiiítatis SandicS
Maricü perpetu¿e ^irginis;
y en la portada del Códice
puso estas palabras : Ego
¿juidem Gomesanus ^ licet in-
dignus^ Presbjteri tamen or-
Trat, 6q, Cap. 12.
diñe futicíus in finibus Pam^
peloniiv Abha Hildense in ar-
chisterio , infra atria sacra
ferens Reliquias Sandii , ac
beatissim i Martin i Ep iscop i
regulariter degens sub rC"
g i mine videlicet Dulquin-
ti Abbatis inter agmina
Christi servorum ducento-
rum fere Monachorum , Se.
15 El Cl. Mabillon hace
memoria en sus An. Bened.
sobre el año 950. del Abad
de Albelda expresado en
el testimonio de Gomesano
con el nombre de Dulquinto;
y entiende , que los doscien-
tos iMonges que éste gober-
naba , eran de diferentes
Monasterios sujetos á la Aba-
dia principal de Albelda. Mas
no se ha de interpretar asi
aquel número , sino de Mon-
ges que vivían en solo el
Monasterio Albeldense , co-
mo se demuestra por los
versos que el Monge Vigila
puso al fin del Códice de
los Concilios , que existe hoy
en S. Lorenzo del Escorial,
donde rogando á Dios por
toda su venerable Comuni-
dad , dice :
Unaíim post illuc uniti jugiter ipsis conlatemur
Angelorum ctettu
Eoo
Estado de ¡a Iglesia de Calahorra. ipi
Eoo instar turma cent ¡es bina Coenobii Albelda
plurimum candida.
16 A vista de ser tan
crecido el número de Mon-
ges que vivían en Albelda,
y el sitio , en que estaba el
Monasterio, muy corto y es-
trecho , causa mucha admi-
ración y espanto á todos los
que reconocen los vestigios
que permanecen , la pobre-
za y espiritu de los Siervos
de Dios que le habitaron.
Porque se ha de notar , que
el lugar de Albelda está , co-
mo dice Ambrosio de Mora-
les , sobre una montaña toda
de yeso , y también de otra
peña fosa , y muy blanca,
que está debajo , llamada
por los Naturales Salagona.
Labranse en ella no solo cue-
vas , como en Madrid , y en
Guadalajara, sino aposentos
formados , y casas enteras,
quando pueden tener un la-
do derecho de peña tajada
á donde se saquen las luces.
El Monasterio, pues , de Al-
belda estaba situado sobre
un gran trecho de e^ta peña
tajada , que cae sobre el rio
Iruega , y en él tubitron los
Mcnges hechas sus celditas
con solo cavar la peña , y
dejar sus ventanillas , como
ahora se veen sobre dicho
rio. Por esta disposición de
las celdas, dice el M. Yepes,
que se espantó pasando por
Albelda de que pudiesen
los Monges vivir en aquel
sitio , mas acomodado para
nidos de palomas , y otras
aves , que para aposentos de
Religiosos. También el cita-
do Morales compara los
aposentos con los huecos, en
que las palomas ponen su
nido : y es de creer , que
cada uno de aquellos santos
Monges , asi como se pa-
recía á estas aves en la vi-
vienda , asi también mere-
cerían su nombre, por la sin-
ceridad y pureza , y por la
fidelidad y amor con que
despreciados los otros bienes
vivían adheridos á solo Dios.
17 Por los años de 960.
floreció en este Monasterio
un Monge insigne, llamado
Salvo , que fue succesor de
Dülquinto en la Abadía. Su
vida , y preciosa muerte se
lee en el tom. 2. de la Esp^
Ilustrada , pa^;. 16. y en el
tom. 3. delosConc.de Agu ir-
ip^ España Sagrada.
re, pag. 83. y está reducida
á este breve elogio. Salvo,
Ab.id del Monasterio de Al-
belda, Varón puüdo en el
len;:íiiage , erudito en la
ciencia , elegante en las sen-
tencias , compuesto en .las
palabras , escribió un Ubrito,
que era regla para sagradas
Virgines , hermoso en el es-
tilo , y claro en la verdad
del asunto. Compuso con
grande eleí];ancia Hvrnnos,
Oraciones, Versos , y Misis;
y su estHo en estas Obras
es tan devoto , que causa
mucha compunción , / sua-
vidad en los ánimos de los
que lo leen , ü oyen. Fue pe-
queño de cuerpo , y flaco de
fuerzas ; pero de espíritu
muy eficaz, y ardiente. ;Oh,
qué palabras sallan de su bo-
ca mas ddlces que la miel,
y que alegraban el cora-
zón de los liombres mas que
los vinos preciosos! M.irió
en los tiempos del Christia-
nisimo Rey Garcia , y del
Obispo Theudemiro á 10. de
Ftbrero en la Era de mil. Se
aventajaba á todos en la doc-
trina sana , y abundaba so-
bre todos en las obras de
caridad. Fue sepultado junto
á la Basiüca de S. Martin , y
á sus pies descansa también
Traf.6c).Cap. 12.
en paz su discípulo Velasco,
Obispo.
18 Este ¡lustre Abad
Salvo dejó en su Monasterio
dos insignes discípulos lla-
mados Vigila , y Sarracino,
á los quales debe nuestra Es-
paña gran parte de su eru-
dición. Empleábanse estos
dódos varones en aquel úti-
lísimo egercici ), que según
la regla de S. Ferriolo , es
m'iy proprio de los Mjnges,
y el que encarga S. Geróni-
mo ,enseñind) á Rústico el
método de vida que debía
segUT : Scribantur l'ibri , iit
5 manus opcrentur cibum^
6 animuí leciione saturetur.
En la Librería del Escorial
se gaarda todavía el graa
Códice llamado Albeldense,
en que se contienen varias
Obras , principalmente se-
senta y un Concilios , y cien-
to y una Epístolas Decreta-
les ; todas las quales fueron
escritas por los referidos Vi-
gila ^ y Sarracino , y un dis-
cípulo de Vigila , por nom-
bre García. Acabóse de es-
cribir á 25. de Mayo en la
Era de 1014. ano de Chrísto
976. siendo Reyes de Na-
varra D. Sancho , y D. Urra-
ca , y reynando en Vigue-
ra Don Ranimiro , de quien
Vi-
Estado de la Iglesia de Calahorra* 193
Vigila hace especial mención
ert los versos. Asclepiadeos
que él puso al fin del Códice,
y yo pondré en el Apéndice
del tomo presente , por no
haberlos visto publicados , y
darse en, ellQs un testimpniq.
muy expreso de lo que de-,
jp dicho , y de la devoción
y sania curiosidad de los
Monges del Monasterio Al-;
beldense. Dijo con mucha'
razón el.P. iMoret , que pa-
ree^ echaba Dios su bendi-
ción á los Monges de San
Martin de Albelda , los qua-
les se disponían para reci-
birla , empleando el ¡tiem-
po, quQ vacaban de 1^3 ala-¡
banzas divinas , en trabaj»
tan santo y tan necesario eti
aquellos siglos ; pues á poco!^
años de haberse fundado se
escribieron Obras tan insig-
nes como las que hemos re-
ferido del Abad Salvo , y del
Monge Vigila.
17 De este Monasterio
s-t sacó también el libro de
las Ordenes con el Oficio del
Bautismo , y .sepultura que
llevó á Roma Manió Obispo
de Calahorra , y reconoció
el Papa Alejandro II. en el
nuevo examen , que enton-
ces se hizo del Oncio Góti-
co , que se celebraba en E>-,
paña.
CAPITULO XIII.
ANTIGÜEDADES DE LA CIUDAD
de Nagera , é institución de su
Obispado.
I O Eñalandose en un pri-
C5 vilegio del Rey de
León D. Ordoño II. la situa-
ción del pueblo llamado de
Santa Columba en la Rioja
se dice , que este lugar, des-
amparado de los Christia-
nos por la persecución de
los Árabes , estaba cerca de
Tom. XXXUU
la Ciudad que antiguamen-
te tubo el nombre de Seno-
nas , después el de Tricio , y
ultimrímente el de Nagera,
De aquí coligen algunos la
grande antigüedad de la po-
blación que hoy llamamos
Nagera , diciendo que su
origen viene de los Celtas
1 9i:^ Esfáña Sagrada.
6'Francesés , qné' Componían
}a quarta provincia Lugdu-
«ense , cüyá Metrópoli era
la Ciudad de Senonas , nom-
bre que comunicaron al nue-
vo pueblo , que futldaron en
la- ré;;ron' dé lois 'Berones de
España , la qual andando el
tie mpo perdió su nombre
antiguo , y tomó el de Tri-
do , con que la mencio-
nan los Geogra fos d'el tiem-
po de los Romanos,
2 Estrabon dice expre-
samente , que los habitan-
tes de este pais , ó Berones,
fueron parte de los Celtas,
que vinieron á España , de
cuyo origen traté en el tom.
32. probando con graves tes-
timonios , que su nombre fue
conocido en estas Provincias
antes que. en 1^ Gaüa ,^ y
^ue por esta razón' no es tan
fundado como se ha creido:
comunmente el sistema , que
establece ser nuestros Cel-
tas ori;^inarios de los Galos.
Mas suponiendo' ahora iW
verdad de éste didamen , es
invención de aquel siglo ig-
norante Y baibaro^ en que
reynó D. Ordoño , el nom-
bre de éJertonas, adjudicado
a N■áge^á' , ' y antéfior al dé
Tricio ; y'- desconocido en
esta región , y en los Escri-
Trat.6^. Cap, 13.
tores por todos los siglos
pre cedentes , como proprio
de algún pueblo. Sin embar-
go , pudo la dicha inven-
ción originarse de este prin-
cipio , que ahora expondré
ú\ juicio de los hombres doc«
tos. El' pueblo , que men-
ciona el privilegio , como
adyacente á Nágera, y ar-
rabal suyo , tomó su nom-
bre de Santa Columba, por
venerarse en él sus Reliquias.
De esta insigne virgen y
martyr se creyó antigua-
mente en España , que era
la Santa , que en tiempo de
Aureüano padeció en Seño-
rías ( hoy Sens ) de Francia;
por lo que los Breviarios de
diferentes Iglesias traen su
fiesta en el día 31. de Di-
.ciemb're proprio ae laS^no-
iiense. Véase Morales lib.
* 14. cap. 21. y Florez tom.
10. pag. 414. En virtud de
esta creencia sé puede pre-
sumir , que el referido pue-
blo se llamó Santa Columba
de Senonas , y que por ser,
como dice- el privilegio ci-
tado, arrabal de la jurisdic-
ción de Nágera , se vino á
creei» que esta Ciudad tubo
en sus principios el nombre
de'Sfenonas: la qual conge-
lura' , si es vercUdera como
pa-
Antigüedades de la Ciiidad de Nagera. 195
parece , da nueva probabili- que la Ciudad de Nágera,
dad a, la opuiion , que sos-
tiene la identidad de Santa
Columba Scnonense con la
venerada en el Priorato de
su nombre cerca de Náge-
ra , de lo qual trataré mas-
largamente en su lugar. -^
3 Aunque el Priv.ilegio
de D, Ordoño , y el Chro-
nicon de Sampiro reducen
el antigua Tricio á U Ciu-
dad de Nágera , advierte el.
Rmo. Florez en su Diserta-?
cion de la Cantabria , que-
no por eso se ha de pensar,^
que estas dos poblaciones-
son indistintas , ó qiíe hu-
bieron un mismo sitio, por-,
que esta reducción no tiene
otro fundamento, que la ve-
cindad de los dos pueblos , y
la mayor fama y nobleza á
que vino en el tiempo de los
Árabes la Ciudad de Nágera
respedo deTricio,cuya gran-
deza se disminuyó grande-
mente después de los Ro-
manos. Sin embargo de e^tñ
advertencia mi juicio es, que
asi el Privilegio , como Sam-
piro, y otros Escritores ^ que
hacen Ja expresada reduc-
ción , se han de entender
en sentido proprio , que sig-
nifique la identidad de situa-
ción. Porque es constante,
que mencionan los antiguos,
pa es la que hoy existe con
este nombre junto á upa ele*
vadisima cordillera que 1^
domina , sino otra que estu-*
bo mucho tiempo bajo e^
dominio de los Moros , y fue
conquistada por D. Ordoño,
la qual no fue población
distinta de la de Tricio , si-
no solo en el nombre , que
inudó desde la entrada de.
los- barbaros. Esta fue tras-
ladada al sitio , que ocupa
al presente , pocos años des-
pués del 1042. en que el
Rey D. Garcia de Navarra
hizo aquel, maravilloso des:
cubrimiento de la Imagen de
nuestra Señora en el lugar
donde se fundó el Monaste-
rio de los PP. Benedictinos,
quedando desde entonces es-
ta Ciudad con el nombre
Arábigo de Nágera , y el
pueblo antiguo con el deTri-
cio , que tubo en tiempo de
los Romanos y Godos.
4 La voz Nágera, se lee
de varios mo|dos en los an-
tiguos. En el Archivo de la
Santa Iglesia de Pamplona
hay una escritura de la Era
de 862. con esta firma : Sé-
nior Fortunio Galindoiz in
Nazera. En ün Privilegio de
Bba D.
I9<5 España Sagrada,
D. Aton<;o VIH. qué trae la
Bibliotheca Clüniacense se
t^cT\he Na±^^ra y y áe aquí
se llarrian Nazarenos los ha-
bitnntes de esta Ciudad en
la Historia Compostelana ms.
en el lib. r.cap.' 73. El Ar-
zobvspo D. Rodrigo e^^cribe'
i'épeiidas vetes Anagarum,
La pronunciación mis co-
mún es Najara y Naxara;
pero elChronicon A'belden-
se escribe este nombre con
las mismas letras , con que
a! presente !e pronunciamos-,
porque hablando, de Sancho
García de Navarra dice:
Jdem cepit per Ca^.tnhrtam
a N.igerens^ urbe' ús qué dS
Tittelam omniá cci-^tra. '
5 Esta Ciudad , que con
el nombre de Tricio fae muy
populosa y noble en tiempo
de los Romanos , llegó á ser
fan estimada en iel Rey na-
do de los Godos , que ha-
biéndose instituido el Duca-
do de Cantabria , fue elegi-
da para asiento y corte de
los Duques , como' afirma- el
Arzobispo Don Rodrigo en
el lib. 5. cap. 25. donde di-
ce del expresado D. Sancho
Rey de Navarra : Qui Reg-
no Nüvarrcv Cantábrica ad-
did^rat Principatum , S
Trat. 6g. Cap. i 3.
Regnum Navarras , S Co-
ntitatiím Castcllce , S Vuca-
tum Cantabria bellis inde-
sinentibus mirnbiliter am-
pliarat^cujiis Sedes fuit Ana-
gnrum ab amiquo. Ni se es-
traiíe , que el Arzobispo pon-
ga por cabeza del Ducado
de Cantabria un pueblo tan
distante de los Cántabros
que venció Augusto , porque
como muchas veces se ha
notado en esta Obra , no
hay cosa mis fuera deques-
tion , que haberse llamado
Cántabros los Berones ó Rio-
janos en tiempo de los Got
dos , y h-iberse reducido
ácjüel nombi'e á casi sola es-
tá Región desde la irrup-
ción de los Árabes , toman-
do de ella los Reyes de Na-
varra^ el titulo de Cantabria
después que la conr^uistaron.
■ 6' Los Moros* ocuparon
á Nágera con las otras po-
blaciones de la Rioja en los
primeros años de su domi-
íiácion en España ; y ésta
fue un'a. de las pla¿as nias?
fuertes 'que ' tubieron cerca
de las riberas del Ebro. Mo-
ret en sus Investigaciones
lib. 3. cap. ro. pone dos con-
qu'r^f;as. de Nágera antes de
ía- que hizo D. Ordoño.. Atri-
Antigüedad de la C
buye la primera al Rey D.
Iñigo Ximenez segundo de
este nombre , sin otro apo-
yo ó autoridad que la de
Luis del Marmol , que pone
también la mmerte de aquel
Principe en esta miism.a Ciu
dad. Confiesa , que este Au-
tor , en quien se funda, er-
ró mucho en quanto al tiemi-
po ; y él sostiene en sus Ana-
les lib. 6. cap. 4. que falle-
ció en el año 857, ó prin-
cipios del siguiente. Pero
este D, Iñigo , que según lo
que establecí en el tcm. 31.
pag. 359. no es distinto del
que tubo el sobrencmibre de
Arista , no peleó contra los
IVloros fuera de Navarra , ni
hay fundamento sólido pa-
ra creer que este Rey no se
extendió á la Rioja antes del
Rey D. Sancho García , á
quien el Chronicon de Albel-
da adjudica grandes viéio-
rias en ella diciendo , que
ganó á los Moros todos los
castillos , que tenia n por la
Cantabria átsátNágera has-
ta Tudel a,
7 Aun se puede dudar,
si Nágera debe contarse en-
tre las conquistas deD. San-
cho , por DO saberse , si el
Alongé Vigila la incluyó en
ellas escribieiido , que este
h'dad de Ndgera* 1 97
Rey tomó todas las plazas
y castillos , que hay desde
la dicha Ciudad hasta Tu-
dela. Morales , tratando de
lo que escribe Sampiro so^
bre la jornada de D. Ordo-
no á la conquista de Náge-
ra dice: De Najara es está
la primera m.encion , que
en nuestras Historias halla-
mos , y ro parece haya sido
antes de agora de Christia-
ncs después de la general
destruicicn ; y asi se puede
bien creer , que no se co-
bró agora , sivo que se ga^
no de nueve. No obstante ha-
cen muy prtbable , que D.
Sancho ganó á les Moros
e5ta Ciudad dos escrituras
áei\ Monasterio de S. Millán
en los folios 50. y 13. del
Becerro, cuyas datas son de
la Era 958. y 960, y ante-
riores á la jornada de D.
Ordoño , en las quales se
dice , que D. Garcia hijo dé
D. Sancho reynaba en Pam-
plona y en Nágera. Por don-
de parece que habiendo si-
do conquistada por D. San-
cho , volvió á perderse des-
pués de la batalla de Val-
dejunquera.
8 Pocos meses estúvola
Ciudad en poder de les Mo-
ros en esta ocasión ; porque
vi-
I 98 España Sagrada, Trat. 69. Cap. i 3.
viniendo D.Ordoño, llama- ron también los Reyes
de D. Garcia
do de U. Vjarcia , para ayu-
dar con su egercito á la
conquista de ella , y de Vi-
guera , y tomando á su car-
go el cerco de Nágera , la
ganó en el mes de 0¿^ubre
de 923. Interim ^ dlcQ Sam-
piro , nutitii venerunt ex
parte Regís Garseani , ut
illuc pergere* Rex noster su-
prafatus ad dcbellandas ur-
bes perfidorum. Hx tunt
Nagcra S ¡Ceguera, Rex
vero iter eait cum magno
exercitu , S oppressit , at-
que cepit supradi&am Na-
geram , qu.'S ab anttquo Tri-
tio vocahatur,
9 Conquistados los dos
pueblos con sus castillos,
que eran de la mayor im-
portancia , y echados los
Moros de la sierra meri-
dional de la Rioja , y de las
faldas de Moncayo , y co-
marcas de Agreda , y hallán-
dose en ñn libre de los in-
fieles , y casi con entera de-
fensa y seguridad toda esta
tierra á «xcepcion de Cala-
horra , pareció necesario
restaurar la Sede Episcopal,
colocándola en Nágera , por
ser entonces el pueblo mas
crecido, que tenian losChris-
tianos , ai qual «ondecora-
de
Navarra , tomándole desde
este tiempo en sus escritu-
ras por nuevo titulo , que
agregaron al de Pamplona.
Ni se piense , que la erec-
ción de esta Silla fue resti-
tución de la que antes hu-
bo en Tricio , como le pare-
ció al célebre Agustiniano
Gerónimo Román , cuya His-
toria Eclesiástica ms. cita
Yepes en la cent. 6. aíio de
Christo 1052. cap. 3. porque
la Cátedra Episcopal de Tri-
cio es no menos fabulosa,
que la que el iM. Argaiz pu-
so en Nágera , fundada e^
los principios de la Iglesia,
y distinta de la de Tricio.
Sin embargo pues de no ha-
ber existido jamás Obispo
en estos pueblos , que siem-
pre reconocieron a Calahor-
ra por cabeza suya en lo
civil y eclesiástico desde que
la Vasconia se dividió en
dos Obispados , se puso la
S^áo. en Nágera por estar la
Capital antigua ocupada de
los Moros.
10 El M. Yepes en el lu-
gar citado cap. 2. dice , que
D. Sancho el mayor fue el
que acrecentó y ennobleció
á NágerA , asentando en es-
ta Ciudad su Corte , y eri-
gien-
Antigüedades de la Ciudad de Ndgera, 199
giendo también en ella la titulo de Nágera en la Era
Silla Episcopal , cuyo pri-
mer Obispo cree haber sido
D.Benito. Olvidóse sin du-
da este Autor de lo que es-
cribió en el tomo preceden-
te al año 950. c. 2. y de la
escritura que puso en el
Apend. num. 10. donde se ve
confirmándola un Obispo con
Asi que debe ponerse
la institución de esta Sede
en el Reynado de D.Garcia,
y cerca del año en que se
hizo la conquista de la Ciu-
dad , desde cuyo tiempo te--
nemos memorias de los Obis-'
pos siguientes.
CAPITULO XIV,
CATALOGO DE LOS OBISPOS
de Nágera,
TEODEMIRO
Por los años 950.
I fJRosiguiendo el M.
Jr Argaiz la serie de
los Obispos de Calahorra di-
ce , que Theodemiro suce-
dió en la Silla de Nágera á
D. Benito , que por los años
948. fue trasladado á la íg!e
sia Calagurritana. Es digna
^el mayor desprecio la
coexistencia de estas dos Se-
des , por quanto se funda
en la fantaí-tica aut( ridad de
Walabonso, Autor igualmen-
te fingido, que el Luithp.an-
4o que ccniinúa. Mas co-
mo el citado Benediélino
pretende al año 933. que el
Rey Don García Sánchez re-
cobró á Calahorra de los
Moros , y que por tanto es
muy verisímil que algurt
Obi"?po gobernaba su Iglesia
con el titulo antiguo , es
necesario advertir , que no
hay cosa mas íalsa , que
esta conqui'-ta de Calahor-
ra , ni cosa mas cierta que
el infeliz estado que expu-
se arriba , y en que perse-
veró esta Ciudad sin Obispo
hasta el año de 1045.
2 Ya veo que Argaiz
quiere confirmar su presun-^
cion con el privilegia del
Con-
200 "España Sagrada.
Conde Fernán González, que
se -dice de los votos de S.
Millán , en el qiial se nom-
bra Calahorra entre los pue-
blos que tenían los Christia-
Dos , y debían pagar á este
Santo por la batalla y vic-
toria de Simancas. Pero es-
te privilegio no es capaz de
inclinarnos á no creer u;ia
verdad tan asentadíi como
es la del cautiverio de Ca-
lahorra en estos años bajo
el yugo de los barbaros ; an -
tes bien de aquí se puede
formar un argumento muy
eficaz contra la autentici-
dad ó integridad del privi-
legio. Ya hablan sospecha-
do algunos dodos Varones
la falsedad de este Diplo-
ma , por expresarse en él
muchos pueblos , que de nin-
gún modo pertenecían á Fer-
nán González , sino á los Re-
yes de León y de Navarra;
lo que ni estos podrían to-
lerar , ni el Conde hacer sin
una especie de temeridad
insufrible. Pero esta grave
dificultad se aumenta ahora
en vista de nombrar tam-
bién á Calahorra , quando
esta Ciudad se hallaba fuera
de la potestad de todos los
Principes Christianos , prin-
cipalmente habieodo sucedi-
Trat, (íp. Cc^p. 14.
do dos años antes del privi-
legio la destrucción de su
Iglesia , que desde este tiem-
po no se menciona una vez
sola hasta el año referido
de 1045. en que D.Garciahi*
jodeD.Sancho el Mayor con-
quistó esta noble y antigua
población. Eu este supuesto
Theodemiro no fue J^ubsti*
tuido en la Silla Episcopal
de Nágera por otro Obispo
trasladad > á la Iglesia Cala -
gurritana , ni tampoco pue-
de admitirse la permanen-
cia del titulo de Calahorra,
ni unido , ni separado del
de Nágera , sino es que de-
mos crédito á los Chrotiico.
nes inventados con tan ma-
nifiesto perjuicio de la ver-
dad.
3 El mismo M. Argaiz
pondera la exaditud deTeo-
demiro en el cumplimiento
de su ministerio , diciendo
que lue<To que entró en el
Obispado de Nágera juntó
un Concilio en el Monaste-
rio de Santa Colomi adonde
concarrieron cinco Abades.
Mas las personas que nom-
bra no se juntaron con moti-
vo de Synodo , sino solo por
la causa siguiente. En el año
926, falleció el Rey D. San-
cho García , y fue sepul-
ta-
Obispos de Ndgera, Theodemiro. 201
tado en el Castillo de S.
Esteban de Deyo , que hoy
se llama Monjardin. Desde
entonces acostumbraron los
Prelados y Señores del Rey-
no juntarse en la pequeña
Iglesia del Castillo , para
celebrar aniversario , y reno-
var la memoria de aquel
Rey piadoio para con todos
los fieles , y misericordioso
para con los Católicos , que
estaban oprimidos por la
potestad de los Sarracenos,
como dice el breve elogio
del Chronicon Albeldense.
A este ado de gratitud con-
currían también los Rioja-
nos , asi por tocar en aquel
tiempo al Reyno de Navar-
ra , como por ser ellos de
Jos mas favorecidos de aquel
gran Principe. En la Era
pues de 98B. año de Christo
950. se hizo como era de
costumbre esta memoria fu-
neral; y volviendo ya de S.
Esteban los Prelados , y
otras personas de la Rioja,
se juntaron en un pueblo
llamado Santa Eulalia, situa-
do en la ribera del Ebro,
el Obispo de NágeraTheode-
miro, y los Abades Dulquin-
to de Albelda , Diego de
Desojo , Munio de Santa
Tcm, XXXllL
Coloma , Esteban de S. Mi-
llán de Berceo y Be la seo de
Cirueña con todos los veci-
nos de Leza , los quales fue-
ron testigos de la formal
entrevia que Abdica , Abad
del Monasterio de Laturce,
hacía de sí , de sus Monges,
y bienes , al Abad de Albel-
da , sujetándose á su obe-
diencia y dirección. Esto
es lo que consta de una es-
critura antigua , y original,
que existe en el Archivo de
la Iglesia Colegial de Logro-
ño, y es la única memoria
que temos de Theodemiro en
escritura , la qual nos des-
cubre también la anteriori-
dad de la Silla Episcopal de
Nágera al Reynado de D.
Sancho el Mayor , como ái-
ge antes contra Yepes ; por-
que además de la data que
tiene el año expresado , se
menciona el Rey D. García
y su madre la Reyna Doña
Toda , por cuya autoridad
debia corroborarse la escri-
tura. En el año de 962.
tenemos otra memoria de
este Obispo en el elogio,
que el Autor coetáneo hizo
de Salvo , Abad del Monas-
terio de Albelda , de quien
dice murió en la Era de
Ce 1000.
20 2 España Sagrada,
looo. bajo el Rey nado de
D. García , y. el Pontificado
de Theodemiro.
BENITO
Por ¡os años 971.
1 La primera memoria
que se halla de este Obis-
po con solo el titulo de
Nágera existe en el Archivo
de S. Pedro de Ciresa , y
es una donación de D. Én-
dregoto Galindez hijo del
Conde D. Galindo Aznar,
por la qual da al dicho Mo-
nasterio el pueblo de Xa-
vierre Martes , con todas
las casas , viñas &c. que te-
nia dentro de los términos
que alli se asignan. Su data
•es en el mismo dia de S.
Pedro de la Era 1009. y
dice que reynaban D. San-
cho Garcés y Doña Urraca
en Pamplona y Aragón, y
que eran Obispos D. Diego
en Aragón , D. Blasio en
Pamplona , y D. Benito en
Nagera.
2 En el mi^mo año con-
firmó otra escritura , por la
qual el Rey D. Sarcho de
Navarra ofrece á S. Milán
y f.l Abad de su Monaste-
rio , que se llama Luperco,
. Trat, 69. Cap, 1 4.
dos Pueblos cuyos nombres
eran Cordovin, y Villa Gon-
zalo cerca de Nágera, y jun-
to al rio Cárdenas. Confirmó
también esta escritura con
el titulo de Sénior el Juez
que entonces era de Nágera
llamado Belasco. D, Benito
no especificó aqui ni en otras
donaciones de los años si-
guientes la Sede , pero crée-
se ser el mismo que el ex-
presado en la memoria de
S. Pedro de Ciresa.
3 En el año de 983. hizo
una concordia con el Abad,
y demás Monges de A.bel-
da , con quienes parece te-
nia litigio sobre ios diez-
mos del lugar de Desojo.
Esta escritura se guarda ea
el Archivo de la Iglesia
Colegial de Logroño , y su
data dice Era TXXT. Xl\
Küh Ocí. Regnante Rex San-
ciore in Parupilcna S in
Cantabria. Y para mayor
autoridad , y firmeza de la
concordia confirman el Ins-
trumento el Rey D. Sancho,
y la Reyna Doña Urraca,
y los Infantes D. García,
D. Ramiro y D. Gonzalo;
y son testigos Benediélo y
Julián Obispos , Vigila y
Maurelló Abades , Belasco,
Sansón , y Garcia Presbíte-
ros,
Prosigue la memoria
Obispos de Nagera, Benito. 203
ros , y con titulo general sobre las Sedes á que deben
adjudicarse. El titulo de Si-
sebuío se expresa en una
donación de D.Sancho Gar-
res , y de su hermana Doña
ToJa , que ofrecieron á S.
Salvador de Leyre un Mo-
nasterio llamado Bayocoa,
poniendo en su data de la
Era de .1029. Episcopo Dono
Sisehuto in Pampilona^ Sin
embargo , como otros Obis-
pos callaron sus títulos , se
aprovechó Argaiz de esta
ocasión para explicar su li-
beralidad con Sisebuto , dán-
dole á un mismo tiempo
no menos que tres Iglesias,
que son las de Pamplona,
Nágera y Oca. El funda-
mento , que tubo para dar-
le este Obispado es , que en
el año 994. se acabó de
copiar el Códice Emilianen-
se de los Concilios por los
Monges Belasco y Sisebuto,
Jos quales dice se pintaron
en una hoja , y en medio
de ellos pusieron al Obispo
Sisebuto en esta forma: 5^-
lasco Scriha , Sisehutus Eps.
Siscbutus notar, Y siendo lo
mas creíble que pusiesen el
nombre del Prelado de su
propria Diócesis , que era
parece que
Ce 2 muer-
toda la Comunidad de los
Monges de Albelda.
4
de este Obispo hasta el año
988. en que asistió á las
Cortes celeoradas por el Rey
D. Sancho en Santa E'i la-
lia de Arreso. Aquí subscri-
bió la confirmación de un
Privilegio de donación que
en el año 946. habían hecho
D. Garcia y Doña Teresa
padres de D. Sancho , que
anualmente reynaba , ofre-
ciendo á S. Miüán las tres
Villas de Cordovin , Barba-
rana, y Barbaranilla,
DE SISEBUTO PUESTO
por Argaiz en el Catalogo
de los Obispos de Nágera por
los años 994. Es probable
hñher gobernado esta Sede
en dicho año Atton^
ó l^incencio»
S Algunos de los Obis-
pos que confirmaron las es-
crituras de los Reyes de Na-
varra al fin del siglo 10.
y principio del ir. no de-
clararon los títulos de sus
Iglesias , y de aqui ha na-
cido , que los Autores dis-
curran con mucha variedad
la de Nágera
204 España Sagrada»
muerto D. Benito se dio
este Opispado á Sisebuto,
que tenia también el de Pam-
plona.
6 Sería muy verisímil
el intento de Argaiz , si los
mismos , que escribieron el
Códice, no manifestaran la
razón que tubicron para po-
ner las tres figuras referi-
das con los nombres de las
personas que representaban.
Los Monges que escribie-
ron el libro Emílianense
imitaron á los Escritores del
Códice de Albelda , ponien-
do al fin de una plana nue-
ve quadros en tres ordenes,
y en cada orden tres figu-
ras con sus títulos , y con
notas á la margen que ex-
plican el contenido de los
quadros. Así pues como en
el libro Albeldense pusieron
en el tercer orden estos títu-
los : Sarracinus Sccius , /^i-
gil a Se riba , Garsea disci-
pulus ; y en la nota mar-
ginal , que corresponde á es-
tos nombres , declararon el
motivo de ponerlos diciendo:
Vigila Scriba cum Soáale
Sarracino , S Garsea discí-
pulo suo edidit hunc lihruní.
Asi también en el Códice
de S. Míllán colocaron en
Trat, 6c). Cap. 14.
el mismo orden los tres nom«
bres que trae Argaiz , y á
la margen se manifiesta la
causa por estas palabras:
Sisehutus Episcopus cum
scriba Belascone , pariter-
que cum Sisebuto discípulo
suo edidit hunc librum. Sabe-
mos pues que el Obispo Si-
sebuto se nombró áqui , no
por ser Prelado de aquella
Diócesis de Nágera , sino
porque siendo Monge en el
Monasterio de S. Míllán,
concurrió con los otros dos
á escribir y ordenar el Có-
dice , cuya formación empe-
zó mucho antes de ascen-
der Sisebuto al Obispado,
esto es , en el año 962. y
se acabó quando ya era
Obispo de Pamplona en el
año 994. Por tanto es muy
ineficaz la razón que ofrece
Argaiz para poner á un
mismo sugeto por Obispo de
dos Sedes tan distintas , co-
rneo las de Nágera y de Pam-
plona.
7 Yo me persuado , que
el sucesor de Benito en la
Silla de Nágera, fue o Atton,
ó Vincencio que con el titulo
solo de Obispos confirmaron
la donacicm , que el Rey D.
Sancho hizo en el año 992.
dan-
Obispo' de Nacerá
dando al Monasterio de S,
IVIillán , y á su Abad Este-
ban la Villa de Cárdenas.
Y me fundo para creerlo
asi , en que los Obispos que
acompañaban ordinariamen-
te á los Reyes siguiendo su
corte , eran el de Pamplo-
na , el de Aragón , y el de
Nágera , y no parece habia
de faltar este ultimo en una
ocasión, en que la casa Real
estaba ocupada en el entier-
ro de D. Ramiro , que se hi-
zo en S. Millán al mismo
tiempo , en que los dos Obis-
pos referidos , y Sisebuto de
Pamplona confirmaron aque-
lla donación hecha por el
alma del difunto Infante , á
quien los Reyes llaman su
hijo dulcísimo.
BELASCO
Eíi el año 996.
1 En donaciones hechas
á S. Millán en los años 996.
y 997. se leen las confirma-
ciones de los Obispos Sise-
buto , García y Belasco. No
expresan estos Prelados sus
Sedes , pero constando , que
Sisebuto ocupaba !a de Pam.-
plona , y que D, García
Belasco. 205
prosigue confirmando las es-
crituras de los años siguien-
tes en que tenemos áBene-
diéto Obispo de Nágera . se
colige que en los referidos
años de 996. y 997. gober-
naba esta Iglesia Belasco,
como creyeron Moret , y
Argaiz, en quienes pueden
verse las escrituras confirma-
das por este Prelado.
1 El M. Florez en el
tom. 26. pag. 104. escribe
que la donación dicha del
año de 997. en que el Rey
D. Garcia dá á S. Millán,
y al Abad Ferrucio el agua
que venía del valle de Ale-
son , para que sirviese al
riego de las viñas , y otras
heredades que el Monaste-
rio tenia en Nágera , fue
confirmada por Blas Obis-
po de Valpuesta , cuyo nom-
bre leyó en el traslado que
hizo Garíbay , y publicó en
el tom. 3. de su Comp. Hist.
pag. 61. Pero la escritura no
dice Blas, sino Belasco, como
leyeron también Sandoval
y Moret , ni el titulo de
Valpuesta se halla en dona-
ciones de los Reyes de Na-
varra hasta muchos años
adelante.
GAR-
c o5 España Sagrada,
garcía
Desde el año looi. hasta
el de 1 01 3.
1 En una donación que
se hizo á S. Milián en el
año primero del siglo once,
se hallan subscripciones de
tres Obispos, cuyos nombres
son Garcia , Benedicto , y
Mancio , pero sin expresión
de la Iglesia en que presidian.
Yepes , Garibay , Ar^aiz y
Tejada adjudicaron á Náge-
ra á Betiedido , cuyo titulo
se lee en una escritura , que
dicen haberse dado en el año
1012. y tiene estas firmas.St?-
7iediciiis Nagarensis Episco-
pus , ExJminus Pampilonen-
sis , Sancius Ara^onensis,
Pero la data d? e>ta dona-
ción no es de aquel año sino
del 1020. como notaron San-
doval , Moret , y aun el
mismo Argaiz con la ma-
nifiesta contradicción de
poner las dos datas á fin de
continuar por mas largo tietn-
po el Obispado de Benedido
en Nágera.
2 Yo, mientras no se
descubra privilegio ó escri-
tura , en que Benedido subs-
Trat.6c). Cap, 14.
criba con el titulo de esta
Sede, coloco en ella á Gar-
cia, cuyo nombre encuen-
tro en varias donaciones has-
ta el año de 1014. en que
expresa su presidencia en
Nágera. La primera memo-
ria de este Obispo se halla
en una escritura del año
1 00 1, por la qual D. Sancho
el Mayor , compadeciéndose
de la grande incomodidad,
que los Monges de S. Mi-
lián padecían en Nágera á
causa de no tener casa en que
hospedarse , quando iban á
aquella Ciudad , dio á su Mo-
nasterio la Iglesia de S. Se-
bastian con las casas y bie-
nes que la pertenecían en el
barrio que se llamaba Sope-
ña. La segunda está en otra
carta del mismo Rey , dada
en el año de ion. por la
que concedió al dicho Mo-
nasterio facultad , para pas-
tar sus ganados en todas las
tierras de su R^yno. La ter-
cera es del año 1014. y se
encuentra en escritura del
Monasterio de Leyre , en
qvc el mismo Rey dona á
los Mono:es de S. Salvador el
Monasterio y Parroquia de
S. Sebastian , que estaba eti
Guipúzcoa en los texminos
de
Obispos de Nágera, Garcia.
de Ernani con otras posesio- de Leyre se expresan los pa-
207
ECS que alíi se nombran , y
particularmente la Villa de
Iz«run , que aumentada en
edificios y vecinos se llama
hoy Ciudad de S. Sebastian.
Dice ü. Sancho , que hace
esta donación en presencia
de los Obispos , y de todo
el pueblo, y qne la confir-
ma con la autoridad Ponti-
fical , y después de las per-
sonas Reales , subscriben los
Prelados en esta íovms: Man-
chis Aragonensis Episcopus
confirmat, Sancius Jrunien-
S2S Episcopus confij'fuat.
Garseas Naialensis Episco-
pus cofifirmo, Julianus Bur-
gensis Episcopus confirmo.
La quarta memoria es del
año 1015. y se lee en otra
donación, hecha por D. San-
cho el Mayor al mismo Mo-
nasterio de Leyre á 21. de
Odubre , pagando el voto,
que hizo antes de dirigirse
á Funes contra los Moros,
de dar los diezmos de las
tierras que les ganase ; y
la confirmaron los Obispos
D. Mando de Araron , D.
Ximeno de Pamplona , D.
Garcia de Nágera, D. Munio
de Aisba y D. Juiian de Oca.
3 Entre las cosas que D.
Sancho dona al Monasterio
lacios, una viña, los huer-
tos y molinos , que el Rey
Micayo su pariente tubo en
Nágera , y dice que hace es-
ta donación por el alma del
mismo Micayo. Sena glorio-
so para esta Ciudad el cono-
cimiento de este personage,
pero como dice Moret , es
enigma que nadie ha desata-
do, y todos confiesan , que na
lo entienden. Garibay leyó
Antrayo^ pero es tan obscura
esta voz como la de Micayo.
Sandoval trae otra donicion
del año antecedente , esto es,
de 1014. en que se mencio-
na también el mismo Rey.
Sed sicut jam diximus pro
remedio animarum riostra-
rum , ^ pro anima Michaio
Regis cum omni integritaie
vohis ea deliberamus. Y no
debe dudarse , que las copias
de ambas escrituras tienen al-
terado el nombre;pues el que
ponen jamás fue conocido en
el Reyno de Navarra , y pa-
rece verdadera la congetura
de Moret , de que la memo-
ria se hacía de Ramiro ,que
íuQ Rey de Viguera , y que
por tanto debía leerse l^ica-
ri¿e Regis,
BE-
2o8 Espatla Sagrada.
BENEDICTO
Por los años de 1020.
I El nombre de este Pre-
lado se halla en una escri-
tura, por la que D. Sancho
el Mayor confirnaó á 15. de
Marzo del año de 1020. una
donación que en los años
anteriores se habia hecho
á S. Millán de la Villa de
Ventosa. Firmáronla con ex-
presión de sus Sedes los
Obispos D. Benedicto de Ná-
gera , D. Ximeno de Pamplo •
na y D. Mancio de Aragón.
garcía II.
yírw de 1022'
^ I Después que el Rey
D. Sancho alcanzó muchas
vido I ias , sujetando por va-
rias partes á los Moros , dio
las mayores muestras de su
religión y piedad, poniendo
todo su conato en la restau-
ración de las Iglesias , y re-
formación de la disciplina
Eclesiástica y Monástica.
Una de las cosas que con
mas ansia habia deseado
siempre , era el restrjbleci-
miento de la Iglesia de Iru-
Trat. 6g Cap, 14.
nia , nombre que entonces
se daba con freqüencia á la
Ciudad de Pamplona , cuya
Sede , aunque habia tenido
Obispos en los tiempos an-
teriores , se hallaba en el
principio del siglo once tan
destruida , que como el mis-
mo Rey pondera en su de-
creto , casi no tenia nom-
bre , y parecía haber per-
dido toda su gloria y her-
mosura antigua. A fin pues
de renovar esta Sede , y
de restituirla á su primer
esplendor , hizo juntar un
Concilio en Pamplona en el
año 1023. ^^ ^^^^ asistió Gar-
cía Obispo de Nágera con
otros seis Obispos que firma-
ron con este orden : Man-
cius Ara^oriensis Episcopus^
Sancius Pampilonensis Epis-
copus , Garsias Najarersis
Episcopus , Aniulphus Ri-
pagorcensís Episcopus^ Mu-
nio Alabensis Episcopus^Ju-
lianus Cdstellensis EpiscO'
pus^ Poncius Ovetensis Epis-
copus.
1 En el año siguiente de
1024. hay otra memoria de
este Obispo en una donación
hecha á Sta. Maria de Irache
por un caballero llamado D.
Sancho Galindez , y su her-
mana Doña Endregoto Ga-
lio-
Obispos de Ndger a. García II.
lindez , que dicen reynaba cap. 4. convencen
en la era 1062. D. Sancho
Garcés , y que D. García era
Obispo de Nágera,
3 Argaiz escribe , que
este Prelado firmó también
otra donación del Rey D,
Sancho perteneciente al ano
1025. que se lee en el Becer-
ro de S. Mi lian fol. 96* con
estas subscripciones : Gar-
sias Episcop'ís , Sancius
Episcopus , Munius Epis-
^opus.
4 El mismo Autor escribé,
que cansado nuestro Obispo
del gobierno , se retiró á S.
Millán , y que se le dio la
-Abadía de este Monasterio,
para cuya comprobación
•alega una escritura del año
de 1035. en que se contie-
nen estas palabras : In prt-e-
sentía Garsi^ Rex , & Ab~
'bate Domino Garsia Epis-
copus in Sandio Emiliano,
-Añade que su muerte fue
preciosa , y que este pare-
ce el Abad y Obispo Gar-
cía, á quien Santa Áurea vio
en el cielo , como se refiere
en Ja hi-storia de la misma
Santa escrita por el Monge
Muño. ¡
5 Ni estas escrituras,
ni las que Moret menciona
:en el lib. 12^ de sus Anales
Tom.XXXllL
^09
que D.
García p'asó del añolde 1024.
porque además de no expre-
sarse en, ellas' la. Sí^de , que
ocupaba el García , que se
nombra, consta, que en el
1024. presidió en Nágera
diverso Prelado,. Y aunque
pudo suceder que^éste. gí>>-
bernase el Obispado ooaao
Corepiscopo al modo que
gobernó el de Pamplona D.
Sancho , viviendo aun D.
Ximeno , como pretende
Moret en el cap. 2. del mis-
^mo lib. parece no debemos
abrazar este didamen sin
testimonios que lo demues-
tren. Aun prueba menos la
escritura del año de 1025.
que trae Argaiz , y otra
que menciona el referido
Analista de Navarra , y es
donación de un caballero por
nombre D. Belasco Sánchez,
,1a qual se hizo imperando
<ei Rey D. Garda \ ,y sien-
do Abad de S, Millán el
Obispo D. Garda , porque
es notorio que muchos Aba-
des tubieron • por honor él
'titulo de Obispos , y es cono-
cido yerro el ponerlos sin
otro fundamento en ios Catá-
logos de las Iglesias 6 Sede*
principales de España, 'u'^
■ --. r-'^'-yó^-
Dd FRÜE-
^ I o España Sagrada,
FRUELA
yííio de 1024.
1 El nombre de este
Obispo , omitido de muciios
Autores , se halla acreditado
en repetidas memorias , que
se conservan en diferentes
Archivos , y todas de la Era
de 1062. La primera está en
una donación del Rey D.
Sancho, que en comiiañii
de la Reuia Doña Muma
ofreció al Monasterio de
Hyarte y Anoz , que enton-
ces era de M.>n as , y hoy
es Priorato de Irai he , una
parte deT monte que llama-
bar.' Bíit'zar.o, y (tra tarn-
heíi cíe ios v liasde Ataondo,
yOliluze. Hallase este ins-
trumento en ei Archivo de
Santa María de kache con
las firmas de los Obispo^,
Frue'a de Nágera , Ximeno
de Pamplona , Mancio de
Aragón., y Munio de Alaba.
2 La segunda memoria
:de este Obispo se. encuen-
tra :en otra carta del mismo
Rey , qiie perteneció al Mo-
nasterio de S. Martin de
Albelda,; y se. guarda en el
Archivo.jdji la Colegial. d-?
Logroño , por la qual dona
Trat, 69. Cap. 1 4.
D. Sancho en compañía dé
su muger é hijos el Mo-
nasterio de Osoain con sus
entradas , y salidas , y una
viña. Firmaron con las Per-
sonas Reales los Obispos
D. Fruela de Nágera , D.
Ximeno de Pamplona , y D,
Mancio de Aragón,
3 La tercera se halla
en el Becerro de Leyre ea
una doinc'on , p )r la qual
el Rev D. Sancho da el Pa-
tronato del M ¡nasterio de
Odieta i una criada suya por
nombre Doña Ximena ea
reconoci miento de sus bue-
nos servicios. Dice que eran
Obispos D Sancho en Pam-
plona, D. M ncio en Ara-
gón , y D. Fruela en Ná-
gera, y esta exoresion indi-
ca que Fruela no era Cor-
episcopo, sino Ob'spo con to-
-da propriedad , o por muerr-
.te ó por voluntaria dimi-
sión de García su predece-
sor.
SANCHO
í..\ ..Desde el año 1028.
I Habiendo fallecido
.Fruela , se encomendó el go-
¿íerno del Obíspadp de Ná;-
;gera á D. Sancho qué ihabia
Obispos de Ndgéra, Sancho. ' 21 r
entrado á ser Obispo de Pam- ro Argaiz pone en el año de
piona en el año 1024. en que
murió el primero de aquel
nombre. Por razón de esta
encomienda firmó Don San-
cho varias Escrituras , ex-
presando los títulos de las
dos Iglesias que regia. San-
doval trae una en los Obis-
pos de Pamplona , pag. 43,
en que el Rey Don Sancho,
á pedimento de este Prela-
do señaló los términos á los
de Abarzuza. Es de la Era
10Ó6. añode Christo 1028.
y en ella se nombra el Obis-
po con estas palabras: Ego
Sancius Pampilonensis , at-
que Najalensis Episcopus
sub prcefati Regís imperio
pulsas & culmine fultus exa-
ravi. El mismo Autor , y
Moret traen una donación
del año 1031. en que el Rey
Don Sancho el Mayor dio á
la Iglesia de Pamplona el
Monasterio de Eloquain con
todas sus tierras , viñas , y
montes in conspediu Antis-
titis Sancionis Pampiloneii'
sis seu Naialensis Episcopi,
2 Se continúa la memo-
ria de este Prelado , según
Sandoval , en Escrituras has-
ta la Era 1088. intitulándose
en muchas de ellas Obispo
de Pamplona , y Nágera. Pe-
1034. otro Prelado con el
nombre de Gómez , dicien-
do, que Sancho dejó la Silla
de Nágera , quedándose cori
solo el título de Pamplona:
Fundase en un Privilegio del
Rey Don García , que ha-
biendo succedido á Don San-
cho el Mayor , restauró el
Monasterio de Sojuela , y le
señaló sus términos ,firmando
este Instrumento con otros
muchos Prelados el Obispo
de Nágera , que subscribió
asi : Gomesanus Naialensis
Episcopus Conf. y la Escri-
tura dice se mantiene ori-
ginal en el Archivo de Ná-
gera , y su data es del día
dos de Noviembre del año
1034. Yo no puedo dudar,
que el Privilegio alegado
por Argaiz no es del año que
él señala , porque todas las
memorias antiguas conspiran
en que Don Sancho el Ma-
yor murió en el año de 1035.
por lo que se evidencia , que
la Escritura del Monasterio
de Sojuela no fue dada en el
de 1034. en que aún no ha-
bía entrado en el Reyno D.
Garcia. Por tanto , soy de
sentir , que el Privilegio.es
del tiempo en que presidia
en Nágera el Obispo D. Go-
Dd 2 mez.
a 1 1 España Sagrada*
mez,á quien veremos con-
firmando Escrituras de Don
Garcia después del año J040.
3 Por lo que toca á las
donaciones , que menciona
Sandoval , firmadas por Don
Sancho con los títulos de
Pamplona , y Nágera junta-
mente , debe sostenerse, que
no son argumento de que
este Obispo gobernase todos
aquellos años las dos Igle-
sias referidas , sino solo de
la costumbre que entonces te-
nían los Obispos de titularse
por las Sedes qu2 ocuparon,
aun después de presidir en
ellas otros Prelados. Ello es,
que desde el año de 1030. en
adelante se encuentra en Es-
crituras de aquel tiempo un
Obispo del mismo nombre
que el de Pamplona firmm-
do con solo el tirulo de Ná-
gera : y se convence , que
éste era distinto del otro
Sancho, de quc! algunas ve-
ces concurrieron ambos á
confirmar las donaciones,
como veremos luego. Asi,
que ei Obispo de Pamplona
tubo en encomienda el Obis-
pado de Nágera hasta el año
dicho de- 1030. á lo mas , en
que tenemos ya presidiendo
en ésia'Sede al siguiente;
Trat» 69. Cap, 1 4,
SANCHO.
Desde el año 1030.
4 Uno de los prósperos
sucesos con que honró Dios
el glorioso Reynado de Don
Sancho el Mayor , fue el
descubrimiento, y elevación
del sagrado cuerpo deS. Mi-
!lan,que se hizo no en el año
de 1033. como escribieron
Sandoval , y Yepes , sino en
el de 1030. como consta de
varias memorias , que exis-
ten en el Monasterio del re-
ferido Santo. A este ado
asistió el Obispo de Nágera,
á quien nombra el Rey , dán-
dole solo este titulo en el
Privilegio, en que refiere la
dicha elevación , dado á 14.
de Mavo de la Era io63.
Ccnjundiis ¡taque víibi vene-
rahilihiis viris Sancio Na-
iarensi , Juliano Aucensi^
Munione Alahensi , & Man-
cío Oscensi Episcopis , cum
multis Regni viris óptima-
tJhus Ecclesiam SanSHssimi
Mniiliani adii^G peraclo ibi
triduano jejunio ^ venerabile
Corpus ejus dgbili adhuc , quo
detinebatur ^ sepulchro per
manus Rcligiosorum Mona-
chorum ac Clericorum in ¡o-
cu-
Obispos cíe Ndgera, Sancho. 2 i ra^
culo arcíü sihi á me prcepa- sin duda se junto en la Era
ratee dill^enter est transía-
tufv. El mismo titulo tiene
Don Sancho en otra memo-
ria de aquel tiempo , que
habla de la misma trasla-
ción ; pues dice , que vinie-
ron con el Rey á S- Millan
el Obispo Don Sancho de
Nágera, el Obispo Don Ju-
lián de Oca , y el Obispo
Don Munio de Alaba , y el
Obispo Don Mancio de
Huesca.
S El Doa. Tejada al año
1032. pone en esta Sede á
Garcia , citando á Gil Gon-
zález , Tamayo Salazar , Ye-
pes, y al Cardenal Baronio,
que afinnan haberse cele-
brado en este año el Con-
cilio de Pamplona. Trae tam-
bién , citando á Yepes , un
Privilecrio concedido por el
Rey Don Sancho al Monas-
terio de Leyre en la Era
1 07 1, año de 1033. en que
subscribió Garcia con titulo
de Obispo de Nágera. Esto
no es otra cosa que aprove-
charse de las equivocacio-
nes de los Autores , á fin de
multiplicar Obispos. Al año
de 1023. dejaba el mismo
Autor puesto á Garcia en el
Catálogo , y asistiendo al
Concilio de Pamplona , que
1 06 1, como consta del Pri-
vilegio de Don Sancho , que
con el nombre de Real y
Pontifical se halla en la Co-
lección de los Concilios de
España sobre el dicho año.
Ahora repite el mismo nom-
bre , valiéndose de los Au-
tores que fijaron el Concilio
en el año de 1032. como si
ambas épocas fuesen verda-
deras , ó como si se hubiesen
celebrado en aquellos años
dos distintos Concilios. Ten-
gase, pues, por cierto que
este Obispo Garcia puesto en
el año de 1032. no se funda
sino en la equivocación que
padecieron algunos Escrito-
res acerca del tiempo del
Concilio de Pamplona , co-
mo de Baronio lo notó el
Cardenal de Aguirre: Cardi-
nalis Baroniuí integra nnno'
rum decade hoc Concilium po-
sterius facit : aunque este
yerro mas debe atribuirse á
Mariana, á quien sigue y cita
el Eminentísimo Escritor de
los Anuales Eclesiast. Lo mis-
mo debe decirse del Privi-
legio que Yepes menciona en
la Cent. 6. fol. 147. porque
su data no es de la Era 1071.
sino diez años antes, como
dejo advertido.
No
1 1 4 España Sagrad (^
6 No solo en Escrituras
dadas en la Rioja , sino tam-
bién fuera de ella firmó Don
Sancho con el titulo de Ná-
gera. En el año de 1035, se
restauró la Sede é Iglesia de
Falencia, que se hallaba des-
truida enteramente por la
violencia de los Moros. Asis-
tieron á tan solemne fun-
ción el Rey Don Sancho el
Mayor con la Reyna su mu-
ger, y los Prelados , y Ca-
balleros principales de su
Reyno. Los Obispos fueron
tres , y entre ellos nuestro
Don Sancho, que confirmó
en primer lugar después de
las Personas Reales el Privi-
legio de restauración con es-
tas palabras : Episcopo do-
mino Sancio in Naiara con^
firmans. Véase Pulgar en la
Hist. de Pal. tom. 2. pag. 41.
7 En el año de 1040.
confirmó la Carta de Arrhas
del Rey Don Garcia á su
miiger Doña Estefanía , y
firma también con antela-
ción á los Obispos Don San-
cho de Pamplona , Don Gar-
cia de Alaba , Don Atto de
Oca , y Don Bernardo dePa-
lencia. En el año de 1042.
confirmó dos donaciones del
mismo Rey , y el Privilegio
con que éste premió el va-
. Trat, 6(). Cap. 14.
lor,y fidelidad de un Caba-
llero por nombre Don San-
cho Fortuñez , que se portó
con el mayor esfuerzo en el
sitio puesto sobre Tafalla.
En todas estas Escrituras fir-
man dos Sanchos , uno Obis-
po de Nágera , y otro de
Pamplona ; lo que , como di-
je antes, es prueba eviden-
te de que estas Sedes no es-
tubieron incorporadas todo
el tiempo que corrió desde
la Era 1071. hasta la de
1088. y en que se dieron
los Instrumentos menciona-
dos por Sandoval.
8 En la Era 1082. año
de Christo de 1044. hizo el
Rey Don Garcia con la Rey-
na su muger , y concurren-
cia de los Reyes Don Fer-
nando , y Don Ramiro sus
hermanos , una célebre dona-
ción , dando al Monasterio
de S. Julián de Sojuela , que
estaba á dos leguas de Lo-
groño , y tres de Nágera , las
Villas de Medrano , y de
Sojuela. En el Instrumento,
que se hizo para la firmeza
de este ado, ocurre la me-
moria de un Obispo llamado
Gomesano , que subscribe
con titulo de Nágera junta-
mente con D. Garcia, Obis-
po de Alaba , Don Sancho
de
Obispos de Ndgera, Sancho. s i 5
de Pamplona, Don Guillelmo lor de Don Sancho, cuyas
deUrgel , Don Atto de Oca,
y Don Bernardo de Falencia,
Pero este nombre no debe
colocarse por ahora en el
Catálogo, por no ser Gome-
sano Obispo en propriedad,
sino solo Auxiliar ó Coadju-
memorias se contmuaron en
los años siguientes , en que
á veces se introduce su Co-
repiscopo ya con el titulo
de Abad , ya con el de Obis-
po. Véase Moret en el tom.
I, de sus Ann. pag. 673.
CAPITULO XV.
REUNIÓN DEL TITULO DE NAGERA
al de Calahorra.
•S'
^Tguese el año de 1045.
que es el mas me-
morable , por la feliz y mila-
grosa conquista de la Ciudad
de Calahorra , que después
del cautiverio de mas de 300.
años alcanzó gloriosa liber-
tad por el egército del Rey
Don García , animado con la
admirable aparición de San
Millan , de quien se tiene
por cierto haber sido visto
sobre la muralla , mostran-
do á los soldados Chrinia
nos el lugar por donde de-
bian hacer el asalto. Hizose
la conquista en el principio
de la primavera del año ex
presado , é inrrediatamente
dio el dicho Rey su Caita
de r-estauracion de la Iglesia
. Calagurritana ,que como di-
je antes , padecicS mayor tri-
bulación desde el año 932.
en que fue destruida por
Almorrid.
2 El Obispo, á quien se
entregó esta Sede , fue el
mismo Don Sancho , que he-
mos visto hasta aqui con el
titulo deNágera. Asi consta
del Instrumento de restaura-
ción y de nación , dado por
Don Garcia en la Era de
1083. el diasegundo délas
Kalendas de Mayo . como se
vé en estas clausulas fiel-
mente traducidas por Moret
del original latino , que se
guarda en el Archivo de Ca-
lahorra. T rodas estas co^
jíi.r, dice el Rey , que hemos
reftrido ^ las conceden: o'; >á
la dicha Iglesia de Santa
Ma-
1 1 6 España Sagraila,
María , y de los Santos Mar-
tyres Emeterio , y Celedo-
nio , y á vos Don Sancho
Obispo , y al Clero de la
misma Silla á vos sujeto....
Y vuestro Clero , y familia
de vuestra Iglesia quede li-
bre y quieta del rodo de to-
da carga pública. Y final-
mente , todas estas cosis Yo
el Rey Don Gnrcia , y mi
muger la Rey na Dona Este-
fanh damos fiel y devoti-
mente á la dicha Iglesia de
S.inta Maria , y de los San-
tos Marty res, y á vos D. San-
cho Obi>oo, y al Clero de la
misüía Silla sujeto á vos con
obeliencia dibida , con li-
bertad competente á tan
gran Silla, &c.
3 Estas palab-as de la
Escritura d.M Rey Don Gar-
cía eran suficientes para per-
suadir , que sin embargo de
haberse introducido después
de esta conquista el titulo
de Calahorra , callado desde
la destrucción de aquella
Iglesia, y establecimiento de
. la Silla de Nágera, no se dio
la piresidencia de estas Se-
des á distintos Prelados. Pe-
ro Argaiz sostiene , que si
Don Sancho fue Obispo de
Calahorra , lo fue por tan
poco tiempo , que nunca se
Traf. 6g. Cap, i y.
firmó con este titulo ; y
pretende, que su jurisdicción
llegaba á Calahorra solo por
modo de extensión , como á
Ciudad recien conquistada,
y agregada á la de Nágera.
Escribe también , que con-
siderando el mismo Don San-
cho las antiguas calidades
de Cíl ahorra , y que su igle-
sia Cate J ni ñoreció en tiem'
po de los Romanos , y Go-
dos , co:isin[ió en que se lá
restituyese su Sede , no pa-
rando en titulo como solia,
sino con propriedad verda-
dera ; pero que en medio de
esto no se qaitó á Nágera
la dignidad de tener Obispa
distinto del de Calahorra , en
cu /a posesión pacífica se
mantubo por mas de dos-
cientos años. Dice final-
mente , que esta distinción
de Ooispados es un punto
digno de consideración pa-
ra saber los fundamentos y
principios de los grandes
pleytos que se tubieron en-
tre los Obispos de Calahor-
ra , y los Abades de Náge-
ra sobre la jurisdicción es-
piritual y ordinaria de esta
Ciudad, pretendiéndola aque-
llos como cosa que había
sido tan propria desde el
antiquísimo origen de .su
Obi-
/; 1 Reunión \ del ñí
Obispado ,, hasta el siglo dé-
cimo, y defendiéndose estos,
dice Argiiz , como sücceso-
res de los Obispos antiguos,
alegando que la-Silia de'Ná-
gera fue distinta desde' la
primitiva Iglesial , siendo
desde entonces muy dife-
rentes los títulos de Nágera,
Tricio ,y Calaiiorra , por lo
que solia ponerse Nágera en
cabeza dé un Prelado de
Pánsplona como cosa distin-
ta de Calahorra ; y aun des-
pués de la conquista de esta
Ciudad se hallan firmando
uñ mismo Privhlegio el Obis-^
po de Calahorrii ;, y el de
Nágera , ^ie donde eviden^
teniente se prueba su dis-
tinción.
4 Como el intento , que
llevo en la formación dé este
Tomo , es el de tratar las an^
tiguedades del Obispado de
Calahorra hasta el tiempo en
que se reunieron en su Igle-
sia principal las Sillas de
Nágera, y de Alaba ,no pue-
do menos de examinar este
discurso de Argaiz , de cu-
yo re::onocimiento depende
también la noticia del esta-
do antiguo de la Diócesis
Calagurritana. La primera
dificultad , que se ofrece, es,
si el Obispado de Calahorra
Tom. XXXlll.
ido, de Ndg'érct* ■ / T. iij
fue «distinto y separado del?
de' Nágera después de su
conquista. Ya hemos visto
cómo el Rey Don Garcia.
habla en su Carta de res-¡
tauracion de la Sede é Igle-^
sia de Santa Maria, y de loa
Santos Martyres Emeterio^
y Celedonio , como de cosas
entregadas al Obispo Doa
Sancho, que hasta el año de
1045. habia tenido el titulo
de Nágera. Que igualmente
menciona al Clero , como
sujeto á la potestad y juris-
dicción de Don Sancho ; y
esto no como, quiere Argaiz,
por modo dé accesión 6
agregadioi} áMa Iglesia de
Nágera , 'sino con la liber^
tad competente á tan gran
Silla \,tsXo es , con la inde-
pendencia que era debida á
una Sede que desde el prin-r
cipio de la Religión Chris-
tiana hasta su cautividad
habia sido de las mas ilus-
tres de estas Provincias , y
cabeza de todas las Iglesias,
que se fundaron dentro de
los limites antiguos , que en
otro lugar dejo señalados.
Veamos ahora , si las dos
Iglesias de Calahorra, y Ná-
gera se vsepararon tan presto
como intenta Argaiz en su
discurso. Dice, pues , que
Ee el
^ 1 8 España Sagrada*
el Obispo nombrado para la
Igksia de Calahorra fue D.
Gómez , Monge, y Abad de
S. Millan , quedando en la
Silla de Nágera Don Sancho,
que jamás firmó con el titu-
lo de Calahorra. Ttae para
comprobación de este nom^^
bramiento un lugar del Mon-
ge FeTnando en la Historia
de lá traslación del cuerpo
deiS.'MíUan , que dice asi;
Pús4quam streúüisjmus Rex
GarsiJs filiuí ejus- (Sancii
Majoris ) Calagurram Civi-
tatcm potenti virtute d Sa-
rcioeñk c£pit , S ijomesa-
num Sancii .Mmiham Abba*
tem Pontifican ünfda illum
ibi decoravit ;, '&a. Puede
también probarse el mismo
intento con una Escritura de
donación del año isiguientq
á la conquista de Calahorra;
pues habiendo donado,, él
Rey Don García á S. Millan
la Iglesia de Alesanco , fir-
mó. Don Gómez ;el Instru-
mento con <los Obispos de
Pamplona ,f ¡y Alaba en esta
furnia: Gomes anus'Ca'lagw
rritauus Episcopus.
5 Pero estas pruebas qué
p¿irrece;-án; dicaces,! los i$ií~
nos,dfDd\7S ^no so«.,sfcíficico-!
tes paral ^^stóbieeerrla dtís-)
unión c)^p^raciün..íie los
Trat, 69. Cap, 15.
títulos de Calahorra , y Ná-
gera , que hemos visto uni-
dos en la persona de D. San-
cho , á quien , como dice
Sandoval , se dio la Ciudad
de Calahorra , y Silla Obis-
pal que , els Rey puso» Es
cierto , que Don Garcia nom-
bró por Obispo Calagurrita-
no á Don Gómez , Abad de
S. Millan , como dice Fer-»*
nando ; pero este Escritor no
pretertde que la elección de
este Prelado fuese inmediata
á la conquista , lo que sería
opuesto á la Escritura au-
t-entica, y original ya exhi-
bida. Menciona , pues , á D.
Gómez , sólo porque la tras-
lación del' 'cuerpo de S. Mi-
llan no se hizo sino después
qu^ por muerte de Don San-
cho; fiíe ^elegido aqu^l: Abad
para Obispo de Galahorráí,
con la qual dignidad , y él
titulo de- Castilla la. Vieja,'
asistió á este a¿lo en el año
deio53i''Xomo dice una me-s^
morja de- aíqüéi tiempo-,.que
habiendo referido la trasla-
ción hecha I por Don Sancho
el Mayor en el año de la
Encarnación de 1030. dá no-
ticia,-Üti ia 54ue hizo^Doa
Chapela.-, coij esias: palabrasi
U^.jiaGQ-'.'el cuerpo de Sí -Mi ->
íiarty.át Suso; 23; añosí Pasa-
.■\\Vkí:í. dos
Reunión del titulo de Nao-era,
dos -los .23. años , vino el Rey
Don Gárcia V fijo del "Rey Di
Sancho el iMayor ,rá, S. Mt-
llan dé Suso , é vinieron icón
él el Obispo Don Sancho de
Pamplona , é el" Obispo -Don
Gómez de Calahorra' ,: é de
Gastiellá la Vieja , e el Obis-i
po Don García de Alaba , é
tomaron el cuerpo dé San
Millan deSusodielIIÍ. Ka-
lend. Junií, é descendiéron-
lo' á yuso , & pusiéronlo en
la enfermería , & estidü en*
de catorce años , & en ese
comedio ficieron la Iglesia,
& ese tiempo andaba el afio
de la Encarnación en mil j^
cinquenta y tresl. ^¿ ^ y/;,;.",
.6 El titulo de •Obispo
Calagurritano, con que subs-
cribe Don Gómez , es ente-
ramente inútil para confir-
mar el intento- dé Argaiz:
porque no hay cosa mas sar
bida que la costumbre de
firmar los Obispos Auxilia-
res de este tiempo con los
mismos titulos que gozaban
jos Prelados en propriedad,
quando estos no asistían por
estar enfermos , ü otra cau-
sa , á los aétos , donaciones,
é instrumentos públicos. Asi,
pues, Don Comez , á quien
vimos usar del titulo de Ná-
gera eo.el año i de 1044. co-
219
mo^ Coadjutor de .Don San-r
oho V toma ahora en Ja do*
nación de la Iglesia de. Ale-
sanco él de Calahorra , que
desde el año antecedente de
1045. era proprio del mis-
mo Don Sancho. Asimismo
emotra donación que el Rey
Don García hizo á 15. de
Marzo de 1046. dando á S.
Millan el Monasterio de San-
ta María, en el valle de Sv
Vieenteí se nombra Don Got
mez con el titulo de Nágera^
Conccii^mus tibi Patri >^piri^
tuali Gomesano Abbati Na-
xarense terree Episcopo , '3
^onclofwyiiAS propter honorem
Q)(d¡'natí(^n¡s tuce Pontificar
¿is^i^f. Tenemos,, pues , que
Don Gómez gozaba los mis-
mos titulos que Don Sancho
íiespues de la conquista de
Calahorra: y si del titulo de
Nágera no se puede argüir,
que gobernaba aquella Igle-
sia como Obispo proprio,
¿cómo quiere Argaiz inferir
del de Calahorra el nombra-
miento de Don Gómez para
Obispo en propriedad de esta
Cathedral?
7 Coligese también la
unión de los títulos de Cala-
horra , y de Nágera en la
persona de Don Sancho por
los indicios que tenemos de
Ee 2 que
C20 España Sagrada.
que Don Gómez perseveró
en el estado de Corepiscopo.
En el reconocimiento que
tengo hecho de las Escritu-
ras de estos tiempos , he
advertido , que los Obispos
Auxiliares solo subscribían
con titulo Episcopal , quan^
do los Prelados , cuyos Co-
adjutores eran , no se halla-
ban presentes. Esta circuns-
tancia se verifica en Don Gó-
mez , pues jamás firmó como
Obispo , sino en los aétos á
que no concurrió Don San-
cho por su ausencia ; y por
igual razón nunca subscri-
bió como tal en Escrituras
confirmadas por el mismo
Don Sandio , cuyo nombre
se lee en losinstrumentos pú-
blicos hasta el año de 1049.
Por tanto , dijo bien el ?¿
Moret al año de 1045. que
es de estrañar que siendo
Gomesano Obispo Caodjli-
tor, firmase unas veces como
Obispo , hallándose ausente
Don Sancho , que lo era en
propriedad , y otras con so-
lo el titulo de Abad que te^
nia , por regir actualmente
el Monasterio de San Millan.
Con este nombre de Abad sin
titulo de Obispo,' se le hi*
ciéron algiinas donaciones -Cü
el año de 1048. y este --fes
Tr^í. 99. Cap/i 5.
otro indicio de que no p;o-
bernaba ' la Iglesia de Ca-
lahorra. Tal es la de un Ca-
ballero llamado Don Jimeno,
escrita al fol. 117. del Be-
cerro de S. Milian. Et tibi
Abbati Domino Gomesano^
cum ےVter.is\fratribus Dea
servientihns. Tal es otra del
Rey Don García , por la qual
le dio el Monasterio de San
Cebrian del CistÜio, cerca
del rio Arlanxon. : Et tibi
venerabili Patri Gomesano
Abbaf i ^S ómnibus tecum sub
regula S, Benedidíi Abba-
tis ibi Veo scrvientibus, Y
luego : Nos vero Garsicb
Rex , í? St^pbania Regina
accepimus in honore' de te
Magistro nostro Gomesaríó
j4bbate unum caballum,
8 Evideñjciase mas Lt ntW"
Ilion de Nágera á 'la ígresia
de Calahorra con la costüm4
bre que observaron constan-
temente los Obispos succe-
sores de Don Sancho , inti-
tulándose con indiferencia
de Nágera , y de Calahorra;
y otras veces con ambos tí-
tulos , hasta el año de 1 109.
en que el Papa Pasqual Se-
gundo definió expresamente
qjuestro asunto , señalando
los términos del Obispado
de'Gaiahorra en esta forma;
'Reunión del titulo de Ndgera.
Tárrochiam , quam nos tris
temporibus eadem Ecchsia
fossidet^ videlicct, Alabam^
f^íZcayam , Naxeram , ^
títrumque Camberum , Se,
Por lo qual , aunque admi-
tiéramos lo que pretende
Argaiz , esto es , que algu-
na vez se verificó haber en
Nágera Obispo distinto del
de Calahorra , siempre de-
beríamos asentar como cosa
fija , y permanente la unión
de ambas iglesias en el go-
bierno de una misma Cabe-
za , y confesar solo la sepa-
xacion casual por razón de
..algún plcyto ó disturbio que
durase poco tiempo.
9 Las razones , con que
Argaiz quiere probar la dis-
tinción de los Obispos de Ca-
lahorra , y de Nágera desde
los sig'.os primeros de la Re-
ligión Chrisiiana , deben ser
despreciadas de todos los que
conozcan los fakos cimien-
tos sobre que este Autor fun-
da la antigüedad de esta po-
blación , y de su Silla. Dice,
que á un mismo tiempo se
hallaban en la primitivalgle-
sia Obispos de Nágera, Ti i-
cio , y Calahorra ; y alega
ería especie como si fuera
fundamento muy sólido con-
Uí\ la pretensioü de los Obis-
pos de Calahorra. Mas nin-
guno le dará crédito en esta
parte , sino el que ignoran-
do el carader de Gregorio
Iliberitano , y de Hauterto;
asintiese á las ficciones de
que Nágera es Ciudad anti-r
quisima , que primero se lla-
mó Garusia , después Tera-
na , y últimamente con el
nombre que recibió de los
Árabes ; y que su Cátedra
Pontificia fue establecida en
ios primeros tiempos de la
Christiandad , aunque sedes-
conocen sus Obispos hasta
el año de 300. en que lo fue
S. Honorato , que ;^adeció en
la persecución de Dioclecia-
no. Mas los hom.bres doc*
tos que conocen ya , y des-
precian aquellas obras sur
puestas , y se gobiernan por
otras mejores luces , saben
muy bien, que Nágera, ó no
fue antiguamente población
distinta de Tricio , ó si lo
fue , como juzga Argaiz , no
precedió á la venida de los
Moros , que la edificaron , y
comunicaron el nombre que
se ha conservado hasta noso-
tros. Saben también , que la
Silla Episcopal de Nágera
fue ignorada en la Iglesia
Christiana hasta el siglo diez,
en que debe establecerse su
ori-
2 2 2 España Sagrada,
origen; y que la de Tricio,
que se pone separada de ésta,
no t'jbo otra existencia en el
ir.inido mas de la que qui-
sieron darla los que para
engaño de los pueblos inven-
taron y publicaron prerro-
gativas que nunca tubieron.
lo Otra razón de Argaiz
se funda , en que el Obispa-
do de Nágera solía ponerse
en cab&za de un Prelado de
Pamplona , como cosa distin-
ta de Calahorra. Dos erro-
res encuentro en esta prue-
ba , que deben refutarse co-
ino falsos y perjudiciales al
derecho antiguo de la Sede
Calagurritana. El primero
consiste en afirmar la incor-
poración de la Silla de Ná-
gera con la de Pamplona,
como hecho muchas veces
repetido , siendo asi , que
solo se verificó en la per-
sona de D. Sancho por los
■ años de 1030, que siendo
: Obispo en i-.ropíkdad . de
Tvat, 6c), Cap. i j.
Pamplona , tuh)o porbrevisl-
mo tiempo bajo de'^ su . cara-
go el gobierno de*Nágera:,
como dije tratando de este
Prelado. El segundo está en
el caso de suponer en el
tiempo de esta agregación
la existencia de la Sede de
Calahorra , para inferir me-
jor la desunión , y como
independencia que la de Ná-
gera tubo respedo de ella,
incorporándose no con esta
sino con la de Pamplona.
Pero este supuesto es muy
falso ; porque como hemos
visto no hubo Silla Episco-
pal en Calahorra desde el
año 932. hasta el de 1045.
Asi que la agregación di-
cha no podia hacerse á la
Sede Calagurritana que no
existia , y necesariamente se
debia hacer á otra de las
mas cercanas en el territo-
rio proprio de los Reyes de
Navarra , cuyo dominio se
estendia entonces á la Rioja.
CA-
121
CAPITULO XVI.
MEMORIAS
DE LA
de Alaba,
PROVINCIA
I T A noble Provincia
L/ de Alaba corres-
ponde á parte de la tierra
mediterránea , que en tiem-
po de los Romanos ocupa-
ban las gentes;, que se d^-
cian Caristos y Varduios.
De estas queda establecido
en el tom. 32* que se cora-
prehendieron bajo, el nom-
bre de Cántabros , que antes
de . la guerra de Augusto era
el único con que se signifi-
caban los habitantes de
aquellas regiones , que se
extendiíin por la costa des-
de ; e.i líinixe oriental de los
Asturianos , hasta el pro^
montorio Oeaso en que se
terminaba la España. De las
mismas dejo dicho , que des -
de las expediciones del re-
ferido Emperador , dirigidas
á sujetar los Montañeses y
Asturianos , que habitaban
en el remate del Perineo,
que ;corre por dentro de Es-
paña acia las Asturias , em^
pezaroa. a- dislinguirse , de
ordinario con los nombres
expresados de Várdulos y
Caristos , no debiendo ya-
confundirse con los Canta-'
bros vencidos por Augusto^ <
como se evidencia en^laDi-1
sertacion de la Cantabria,
y en la vindicación de esta
Obra que tengo publicada. .
2 Manteníase el nom^bré;*
de Várdulos en el siglo quin-!
to , como consta deldacio,;
el qual imitando á Mela,.
que repartió entre Canta-
tabros ; y Várdulos el trecho
de costa que se sigue á los'
Asturianos acia el Oriífnte,.
escribe dé los Erulos gente^
del Norte : Cantabriarum S-
l^arduliarum loca maritima.
crudclissime deprcedítti sunL.
Muchos Autores quienenv
que en el siglo sexto faltaba
ya el mismo nombre , por el
qual dicen se introdujo el de
Vascones,por haberse apode^
rado estas gentes de la tier-
ra de losVárdu'los con quie'
nes co;ifiiiabanw Esta opinión
que-
-2 -2 4' España Sagrad-.
queda refutada en el tom.
32. pag. 316. y 344. donde
probé , que no hay en los
Escritores antiguos memo-
ria dé que los Vasconeseur
tra-ron en Alaba , ó esten-
dieron su nombre á éstas
partes.
3 Después de la irrup-
ción de los Árabes se intro-
dugeron , coaio dige en el
tom. citado pag. 80. los nom-
bres de Alaba , Vizcaya , é
Ipuzcoa ó Guipúzcoa , ds
<;uyo origen no es posible
dar razón , que satisfaga á
los curiosos. Alaba , según
Covarrubias , se dijo de Ara •
bia , y según otros de Arab;
pero fuera de la desemejan-
za que se nota en las voce?,
no es creíble que se llama-
se con nombre Arábigo una
provincia , en que nunca se
establecieron los que habla-
ron este idioma. No es mas
verdadera la opinión deGa-
ribay , en cuyo diclamen
Alaba se deriva de Uraba,
nombre proprio de una de
las montañas , que hay en
esta región ; pues aunque se
pone por principio una cosa
no estrangera sino del mis-
mo pais , es muy visible la
diferencia de aquellos dos
nombres. El origen , que me
í. Trat,6 9.Cáp, i(?.
parece mas cercano á la
verdad , es el que Oihenart
y el M. Florez sostienen di •
ciendo , que la Provincia de
Alaba se dijo de Alba , nom-
bre que tubo la Ciudad prin-
cipal de los Várdulos men-
cionada por Plínio , Ptolo-
meo y el Itinerario de Anto-
nino. Los Escritores mas an-
tiguos V en quienes se lee
esta voz como propria de'
una provincia , son el Obis-<
po D. Sebastian , y el Chro-i
ni-con de Albelda , y su uso'
es mjy freqüente en las es-
crituras y privilegios desde»
el siglo décimo en adelkn--
te. i
4 Los límites primitivos'
de esta provincia fueron por
el Occidente la Bardulia , que
desoues se dijo Castilla , de
cuyo primer territorio se tra-
tó en el tom. 26. pag. ro.
por el Norte la Vizcaya,
por el Oriente la Ipuzcoa , y
montañas de Navarra , y por
el Mediodía la Cantabria,
que era entonces la Rioja.
Por esta parte se extendía
la provincia de Alaba en su
principio mas que al pre-
sente , porque llegaba á la
sierra, que ciñe á la Rioja
por el lado seotentrional,
donde teaia tr;;s fuertes cas-
ti-
' Memorias de la Pr
tlUos , que la sirvieron de
principal defensa mientras
ios Moros dominaron en las
tierras cercanas. Estos fue-
ron Bilibio , del qiial hace
particular mem.oria S, Brau-
lio en la vida de S. Millán.
Ceüorigo , que en sentir de
un Interprete é Historiador
ridiculo , es lo mismo que
sceleris oriiro , y se atribu-
yó á aquel sitio , por haber
suredldo en él aquella in-
signe maldad , que fue ori-
gen de la pérdida de Espa-
ña. Pancorvo , que debia
pronunciarfe Poncorvo , por
derivarse de pons y curvusy
según el Ch ron icón Aibel-
dense , que menciona estas
dos ultimas fortalezas como
gobernadas por D. Vela Xi-
menez Conde de Alaba.
5 Aunque esta provincia
fue siempre distinta de las
de Vizcaya y Guipúzcoa,
con quienes confina , con to-
do eso su nombre se exten-
día antiguamente á significar
también estas dos regiones,
no de otro modo que en
nuestro tiempo el nombre
de Vizcaya se aplica á las
tres provincias , lo que como
<iice el P. Larramendi en el
Prol. á su Diccionario , sue-
le ser causa de enojos y dis-
Tom.XXXIII,
■ovinda de Alaba, 2i<y
turbios. Ni se limitaba esta
accepcion al estilo vulgar,
corno sucede con el nom-
bre de Vizcaya ; sino que
se verificaba también en los
privilegios é instrumentos
públicos, sobre lo que pue-
de verse Oihenart en la pag.
144. de su Vascon. y Moret
en sus Investig. pag. 550.
6 Acerca de los Señores,
que los Alabeses reconocie-
ron en el tiem.po inmediato
después de la entrada de los
Moros en España , se ha de-
advertir , que el P. Moret en.
la Obra cir. pag. 549. divi-
de la Provincia de Alaba en
parte interior y primitiva,
y parte exterior y extensi-
va. La primera , dice , es
desde las conchas de Argan-
zón por el Occidente, has-
ta el puerto de S. Adrián
por Oriente ; y se cierra por
el lado meridional con las
peñas que la dividen de la
Sonsierra de Navarra y de la
Rioja. La segunda desde las
mismas conchas en la parte
en que el rio Zadorra sale
estrechado entre dos gran-
des peñas hasta Pancorvo,
abrazando también las co-
marcas de Ceüorigo y Velo-
rado , las quales tierras se
entienden hoy en el acíiibre
Ff de
ii6 España Sagrada.
de Bureba. Dice pues el re-
ferido Investigador , que no
se halla instrumento , ni me-
moria antigua de que los
Reyes de Asturias reynasen
en la parte de Alaba primi-
tiva , sino solo en el terri-
torio que ahora se llama Bu-
reba : y afirma que la inte-
rior fue la que dio titulo á
los Reyes primero^ de Pam
piona , aunque por falta de
instrumentos no se pueda
averiguar el año, en que em-
pezaron á dominar en esta
parte.
7 Mi didamen acerca de
]os primeros Señores de está'
provincia en toda su exten-
sión , es el mismo que pro-
puse y probé en el tom. 32.
tratando de los Principes,
que doíninaroíi á los Vasco-
nes y Navarros después de
la irrupción de ¡os Árabes,
esto es , que no fueron otros
que los Duques de Cantabria
y Reyes de Asturias. Este
asunto se evidenciará con
los testimonios de todos nues-
tros antiguos Escritores , los
qualcs se hallan tan expre-
sos en este particular , que
á vista de ellos se desvane-
ce quanto alega el P. Moret
en favor de los primt^ros y
fingidos Reyes , que él poue
Trat. 69. Cap. 1 6.
en Navarra. Sea el primero
del Obispo D. Sebastian , que
refiriendo en el numero 14.
los lugares que repobló el
Rey D. Alonso el Católico
hasta incluir la Bardulia,que
como he dicho confinaba
con Alaba , añade que no
tubo necesidad de reparar
esta provincia , como tam-
poco la de Vizcaya , por no
haber entrado en ella los
Moros , insinuando tacita-
mente el dominio , que D.
Alonso tenia en estas tier-
ras , y exponiendo la causa
de no haberlas poblado co-
mo las otras , sin embargo
de pertenecer á su Reyno.
De este mismo Rey escribe
el Arzobispo D. Rodrigo, que
para mayor defensa de los
Christiarios fortificó muchos
Castillos por Alaba , Vizca-
ya y Navarra , de donde
se infiere evidentemente, que
todas estas regiones esta-
ban bajo de su protección y
gfibieruo. Sampiro es tam-
bién testigo de esta sujeción
de los Alabeses á los Reyes
de Asturias ; porque empe-
zando su Chronicon por D.
Alonso el Grande refiere,
que teniendo este Principe
noticia, deque los habitan-
tes^ d« Alaba s^ le habían re-
be-
Memorias de ¡a Pr
helado , se dirigió contra
ellos , y los obligó á pro-
meter fidelidad , sujetando
á su Imperio aquella provin-
cia, y llevando á Oviedo al
Conde Eylón , que como es
creible fue cabeza de la re-
belión y alzamiento de los
Alabeses.
8 En el mismo Reynado
era Conde de Alaba D. Vela
Scemeniz ó Ximenez , pero
con dependencia del Rey de
Asturias. Cou'^ta asi de dos
lugares del Chronicon de
Albelda. El primero es del
num. 73. donde se refiere,
que los Condes de Castilla
y Alaba, que eran D. Diego
y D. Vela fatigaban mucho
con sus armas al Rey Árabe
Abaddella; por lo que éste
no cesaba de dirigir lega-
dos al Rey D. Alonso , á
fin de alcanzar la paz. El
segurido es del mismo num,
y sig. donde cuenta que Al-
mundir , hijo de Mahomad,
Rey de Córdoba , después
ée haber talado los campos
que poseian en Aragón y
Navarra los Moros , que se
decian f^enikazi^ entró en el
territorio del Rey D. Alonso,
y dio la primera batalla en
el Castillo de Cellorigo , que
pertenecía á Alaba , y esta-
ounncla de Alaba, iij
ba á cargo de D. Vela su
Conde. Coligese pues que la
tierra de Alaba , y sus Con-
des dependieron de los Re-
yes de Asturias hasta el año
883. en que pasaron y se
escribieron estos sucesos.
9 Aun después de D.
Alonso el Grande , y del
establecimiento del Reyno
de Navarra , que como pro-
bé en el tom. 32. fue á fines
del siglo nono, se mantu-í
bo por algunos años la pro-
vincia de Alaba en la suje-
ción á los Reyes de León,
como consta del estilo que
se guardó de mencionar en
los instrumentos públicos el
nombre del que reynaba
aétualmente , y del Conde
de Alaba. Sandoval trae
una donación hecha por Mu-
nio Nequites , y su muger
Doña Lupa al Monasterio
de S. Miguel de Salcedo , y
de su Abad Ñuño : cuya data
es del año 927. y dice asi:
Regnante Regirniro in Le-
giorte , 6? Comité Fredinando
Gundisalviz in Castella , S
in Alaba, Argaiz en el tom.
6. de su Sol. Laur. pag. 263.
hace memoria de otra dona-
ción que hizo un Presbítero
llamado Vigila á Juliano,
Abad del Monasterio de S.
Ff2 Pe-
17^ España Sagrada
Pedro y S. Pablo de Tobillas
en Val de Gobia , y en su
data se dice que era Conde
de Castilla y Alaba Fernán
González , y que el año de
Ja fecha era el primero del
Reynado de D. Ramiro en
León. Véase también Ber-
ganza part. i. pag. 238.
donde trae una escritura
de Diego y su hijo Tello,
que dieron al Abad de Cár-
dena Recesvindo la Iglesia
de S. Sebastian de Qiiinta-
nar , expresándose el mismo
Conde de Alaba y el Rey
D. Sancho de León.
10 En vista de tan expre-
sos testimonios es necesario
sostener , que la provincia
de Alaba perteneció á los
Reyes de Asturias y de
León desde la irrupción de
los Árabes hasta el tiem-
po de Fernán González , á
quien los Condes de la mis-
ma provincia reconocie-
ron homenage. Consta asi-
mismo , que el Privilegio de
los Roncaleses , en que el
Rey de Navarra tiene los
títulos de Pamplona , Alaba
y las Montañas , es muy
posterior al año en que lo
fija el P. Moret. Véase lo
que sobre este particular
eícribí en el tom. 32. desde.
Trat.óg, Cap. 16.
la pag. 365. Coligese final-
mente , que la división que
este Auror hace de la pro-
vincia de Alabí en interior
y exterior, es solo arbitra-
ria é inventada contra la
primera idea , que nos dan
los Escritores antiguos , qus
hablan absolutamente de ella
como dominada de los Re-
yes de Asturias, no insinuan-
do jamás que alguna parte
suya estubiese sujeta á los
de Navarra , como se pre-
tende con esta nueva dis-
tinción.
II Las memorias mis
autenticas , que tene-aos de
las regiones que se gmaron
por los M )ro> , exceptúan de
su opresión las tres provin-
cias de Alaba , Vizcaya y
Guipúzcoa. Vean>e los testi-
monios que acerca de este
punto exhibí en el tom. 32.
cap. 13. Algunos Autores
dicen, que sin embargo de
haberse libertado de la cau-
tividad la mayor parte de
Alaba , los Moros tomaror»
la porción mas inmediata á
la BarduÜa 6 Castilla ,1o que
comprueban con el Obispo
D. Sebastian , que afirma
haber sacado Don Alonso el
C:itolico del poder de los
barbargs á Miranda de Ala-
ba
Memorias de la Vrovtncia de Alaba. 229
ba conforme á la lección de
un Códice ms. del Colegio
de Navarra en París citndo
por Oihenart en su Vascon.
pag. 144. Pero este lugar
se lee de tan varios modos,
que no es posible colegir que
el Obispo Salmanticense
mencionó á Miranda de
Ebro , que en aquel tiempo
pertenecía á la provincia de
Alaba ; S indoval y Bergan-
za imprimieron : Alúnense
Mirandam , Pellicer Aláben-
se , Mirandam, El Rmo.
Florez Alabensem , Miran-
dam, Y aun atendiendo á la
puntuación , que divide es-
tas dos voces en todos ¡os
mss. parece que por ellas
se deben entender dos po-
blaciones distintas , y no
precisamente la Miranda de
Alaba. Por eso Ambrosio
de Morales lib. 13. cap. 13.
cuenta, siguiendo á D. Sebas-
tian en las conquistas de D.
Alonso , un pueblo llamado
Alábense , y de Miranda di-
ce , que no es la que llaman
de Ebro , sino la del Cas-
tañal que está nueve o diez
leguas de Salamanca , y da
titulo al Condado. Y á la
verdad es mas probable que
el Obispo Salmanticense no
mencionó entre los pueblos
conquistados , algunos que
tocasen á la provincia de
Alaba , diciendo de ésta
poco después , que hasta el
tiempo , en que éi escribía
su Chronicon , habia sido
constantemente poseída por
sus Naturales.
12 Moret para confir-
mar la división , que hizo
de Alaba en interior y exte-
rior , trae en el lib. 3 . de las
Investig. cap. i. dos instru-
mentos , de los quales , dice,
consta con certeza , que toda
la tierra , que hay desde Mi-
randa de Ebra á la peña de
Orduña , fue ocupada de los
Moros , y que sus Iglesias
permanecieron diruidas has-
ta el Reynado de D. Alon-
so el Casto. Las dos escri-
turas que cita son de S. Ma-
ría de Val puesta , y se ha-
llaran en ei tomo 26. de la
España Sag. pag. 442. pero
sobre ser poco conocidos los
nombres de los términos,
que alli se señalan ; ni el
Rey , ni el Obispo Juan
dicen , que los Moros ocupa-
ron aquella tierra ó destru-
yeron las Iglesias , que se
expresan en los instrumen-
tos; por lo que estos son in-
útiles en orden al intento de
Moret \ y debemos consen-
tir
c^o España Sagrada,
tir con el Obispo D. Sebas-
tian , que hablando de las
tierras , que ganó y pobló
D.Alonso el Católico, mues-
tra , que no tuvo necesidad
de hacer esto en Alaba,
porque siempre se mantu-
bo en poder de Christia-
nos : Alaba namqus , Visca-
ya , Alaone , í? Urdunia d
juis incoUs reperiuntitr sem-
per esse possess¿e , &c.
13 Retubo su libertad
esta provicia hasta el año
861. en que como refiere
el Arzobispo D. Rodrigo
en el cap. 27. de la Histo-
ria de los Árabes , Maho-
rnad , Rey de Córdoba , en-
vió á su hijo Almundir con-
tra los Alabeses , el qual hi-
zo en ellos grandes estra-
gos , y volvió triunfante,
llevando consigo muchas
cabezas de los Christianos
que mató en aquella guerra.
Esta entrada de Almundir
no fue mas que una apre-
surada correrla , en la que
no tomó pueblo ni castillo
alguno , como consta de las
memorias de los años si-
guientes , por las quales se
sabe , que Alaba se gober-
naba por su Conde Eilón,
y bajo el Imperio de D.
Alonso el Grande.
Trat. 69, Cap. 1 6.
14 En el año 882. Ma-
homad , pretendiendo Ven-
garse de los grandes daños,
que el Rey D. Alonso le ha-
cía en sus tierras , envió un
egercito contra Alaba; pero
en la primera batalla , que
se dio en el Castillo de Ce-
llorigo , fueron los Moros
vencido* con grande pérdida
de los suyos. Sirque bastes
Caldceorum , dice el Chroni-
con de Albeláa , ad Cellori-
cum Castruwi pugnaverunt^
& ñihiJ egcrunt ^sedmultos
suos ibi perdiderunt. No
escarmentaron los barbaros
con esta desgracia ; antes
bien resueltos á entrar en
aquella provincia , y viendo
la resistencia insuperable de
aquel Castillo , determina-
ron hacer segunda tentativa,
combatiendo á Pancorvo; pe-
ro también fueron rebatidos
aqui con no menor perdida
que en Cellorigo. Ipsa quo-
que hastis in extremis Cas-
tellaa veniens ad castrwn^
cui Pontecurvum nomen est^
tribus diebus pugnavit , &
nibil ví&ori¿e gessit^ sed plu-
rimos suorum gludio vindi-
ce perdidit»
15 En el año 883. vol-
vieron los Moros á emprehen-
der la entrada en Alaba,
com-
Memorias de la Provincia de Alaba, 231
combatiendo los mismos Cas- grandes viéíorias de los Mo«
tillos de Cellorigo y Pan-
corvo ; pero el fruto que
consiguieron no fue otro que
perder una gran parte de su
egercito, sin embargo de que
Mahomad juntó para esta
expedición todas las fuerzas
que tenia en España , como
se escribe en el Chronicon
citado.
16 Cerca de este tiempo
se estableció el Reyno de
Navarra, como probé en el
tom. 32. y los primeros Re-
yes alcanzaron muchas y
ros , con las que consiguieron
desalojarlos de todas las tier-
ras finitimas a la provincia
de Alaba. Asi que pode-
mos asegurar atendidas to-
das las memorias antiguas,
que los barbaros nunca pu-
dieron tener dominación esta»
ble en este pais,reservandole
Dios para que en él se man-
tubiese la Christiandad , /
no se apagase , como dice
el Arzobispo D. Rodrigo , la
centella de los Santos.
CAPITULO XVII.
ESTABLECIMIENTO DEL OBISPADO
de Alaba en Armentia.
I XJ N la provincia , cu-
Jtjy y as memorias anti-
guas acabo de referir , exis-
te hasta hoy una población,
que antiguamente se llamó
Armentegui ó Armentegi,
ilustre y esclarecida por el
nacimiento de S. Prudencio
Obispo de Tarazona , y por
la Sede Episcopal que se eri-
gió en ella después que fal-
tó el titulo de Calahorra. Al
presente &e dice Armentia,
y su antigua grandeza e?tá
reducida á un corto núme-
ro de casas de Labradores,
habiendo sido causa muy
principal de esta reducción
el aumento de otro pueblo
cercano , que primero se di-
jo Gastheiz , y después de
fortificado y engrandecido
por D. Sancho el Sabio , se
llamó Vidoria. La casuall*
dad de tener los montes
rios y pueblos de su comar-
ca*
1^^ España Sagrada,
ca , nombres muy semejan-
tes á los de la región en que
descansó el Arca de Noé , ha
dado ocision á que algunos
Escritores atribuyan la fun-
dación de este lugar á los
primeros pobladores después
del diluvio universal. Creen
estos , que nuestra España
empezó á poblarse por el
Pyrineo , y tierras de Gui-
púzcoa , Vizcaya y Alaba,
para cuya comprobación
Iraen por argumento princi-
pal los nombres , que pasa-
dos tantos siglos se conser-
van en estas partes monta-
ñosas. Si el monte , dicen,
en que se paró el arca de
Noé se II una GorUcyo se-
gún Josefo en el lib. i. de
sus Antig. Jud. cap, 4. en la
provincia de Alaba hay una
montaña alta , que con leve
corrupción se dice Garbeya.
Si la Armenia Mayor,en que
está situado aquel monte,
tiene el nombre hebreo de
Ararat , en la jurisdicción
de Villafranca de Guipúzcoa
se levanta otra montaña,
que con su grande altnra
domina las costas del mar
Cantábrico , y se llama tam-
bién con ligera variación
Araliv. A la falda de esta
montaña nace un rio , que
Trát. 6 i) Cap, ij,
se dice Araxes , y en la Ar*
menia es muy celebrado otro
rio , cuyo nombre se escri-
be con las mismas letras.
Asi van discurriendo por los
nombres que tienen otros
pueblos , montes , valles y
ñimilias de Alaba y sus cot
marcas , de los quales y de
la costumbre que observa-r
ron siempre los pobladores,
ó conquistadores de alguna
provincia de comunicarla
los nombres de la tierra de
donde salieron , infieren, que
los primeros habitantes de
Alaba , y de las regiones
fiuitimas, vinieron de xÁrme-
nia poco después del dilu-
vio. De estos pues añrmín,
que habiendo llegado a di-
cha provincia , fundaron la
población llamada Armente-
g:ii , que se interpreta pue-
blo de Armenios ; y de aquí
colige D. B?rnardo íbañez.
Autor de la vida de S.Pru-
dencio, queTubal estableció
en Alaba su colonia , y que
desde aquel tiempo fue Ar-
mentia la Ciudad capital de
aquellos pjises.
2 Yo no dudo que si
fueran subsistentes las con-
geturas , que estrivan en la
uniformidad ó semejanza de
los nombres , serian las mas
le-
Bstahkchnlénto del Obispado de Alaba. 233
legítimas las que se hacen ser Logroño , ó á los de
Vaipuesta , ó á otro de los
que partían términos ; pero
en favor de la primera po-
blación de Alaba , y tierras
vecinas , por encontrarse la
mayor conformidad entre
los de ésta , y los de Ar-
menia. Pero como este gene-
ro de pruebas es comunmen-.
te desestimado de los doc-
tos , y pudo ser acaso lo que
Moret y otros reputan por
cuidado de los primeros po-
bladores , no me parece se
á^h^ porfiar mucho sobre
esta gloria y antigüedad de
Armentia , cuyo principal
í|onor consiste en haber sido
patria de S. Prudencio , y
en haber tenido Silla Epis-
copal , y lo que es muy
digno de aprecio en haber
dado con santa paz y liber-
tad culto á Jesu Christo to-
do el tiempo , que las Ciu-
dades de otras regiones se
vieron en tribulación y es-
clavitud después de la veni-
da de los Árabes.
. 3 Tratando el M. Argaiz
de las antigüedades Ecle-
siásticas de la provincia de
Alaba dice , que en los qua-
tro primeros siglos de la
Iglesia perteneció en lo es-
piritual á los Obispos deFla-
viobriga , que es Bilvao , 6
á los de Alberito , que dice
Tom. XXXllL
que en el año de 43 ti- se
erigió Sede Episcopal en Ar-
mentia , teniendo la provin*
cia desde este tiempo en
adelanteObispo proprio. Los
Obispados de Flaviobriga y
Alberito no tienen otro fun-
damento que el Autor de
estas y otras ridiculas inven ^
clones, Antonio Lupian , que
se encubrió con el nombre
de Hauberto. La Silla de Val-
puesta es también fingida
respedo de los quatro siglos
primeros , ni se halla me-
moria suya hasta los años
de 804. en que vivia su Obis-
po Juan , restaurador de la
Iglesia de Santa María , /
primer Prelado de ella. Dei
mismo modo , el origen que
se atribuye al Obispado de
Alaba en los años de 431;
es supuesto por el que in-
ventó las Sillas Episcopales.
de Fiaviobriga y Alberito.
Asi que debemos entrar en
el reconocimiento de !a Igle-
sia Alábense , suponienda
que todas estas noticias , que
trae Argaiz son fabulosas,
despreciables y contrarias á
documentos auténticos , qual
es la Epístola de los Padres
Gg Tar-
a 3 4 España Sagrada*
Tarraconenses al Pontífice
Hilario , de la qual consta,
como dejo escrito en otro lu-
gar , que el Obispado de Ca-
lahorra era en el siglo quin-
to el ultimiD de la Provincia
de Tarragona , por la parte
en que confinaba con la de
Galicia: de donde se infiere
evidentemente , que no ha-
bla Sede en las Ciudades,
que Argaiz nombra , y que
toJo el territorio desde Ca-
lahorra hasta el límite de la
dicha Provincia Tarraconen-
se , pertenecía á la jurisdic-
ción de la Iglesia Calagurri-
tana.
4 Parecía increíble, que
en nuestros tiempos , en que
quitado ya el velo á la men-
tira , que dominaba antes di-
simulada con la máscara de
nombres grandes y famosos,
trabajan todos en limpiar la
Historia de las inumerables
ficciones que se habían in-
troducido en ella , hubiese
alguno que pretendiese en-
ga fiarnos con la producción
de instrumentos y manus-
critos fabulosos. Pero la ex-
periencia nos enseña , que
se verifica aun ahora lo que
D. Nicolás Antonio lloraba'
en su edad , esto es , que no
se jba cocido aún aquel mal
Trat. 69. Cap. 1 7.
humor , que se gastaba en
estas ficcicnes , antes pate^
ce que le han heredado otros.
Digo esto , porque el Lie.
D. Bernardo Ibañez , deseo-
so de honrar al Obispado de
Alaba , y á la Iglesia de Ar-
mentia, publicó como auten-
tico el testamento de un Ca-
ballero llamado lldemiro,eti
el qual se nombran algunos
Obispos inmediatos á la pér-
dida general de España , y
se cuenta la tradición de
los Alabeses antiguos sobre
que la expresada lijlesia fue
fundada por San Saturnino.
Los Eruditos de la Provincia
de Alaba saben muy bien
quien fue el Artífice de esta
Escritura , y señalan con el
dedo la oficina en que se fin-
gió ; por lo que lejos de que-
rer que se acredite , traba-
jan ellos mismos en quitarla
toda la reputación que po-
día tener en el concepto de
los menos prudentes. Igual-
mente conocen la invención
de las Aét 'S de S. Prudencio,
que el mismo Ibañez impri-
mió en la Historia de este
Santo ; y su publicación los.
irritó de manera , que lle-
nos de verdadero y piadoso
zelo prohibieron la venta de
los egemplares impresos. Es-
te
Establecimiento del Obispado de Alaba. 235
te es el aplauso que mere- dad que en tiempo de este
ció el inventor , en lugar
del aprecio , que según la
pag. 83. de la Hist. cit. espe-
raba con mucha satisfac-
ción de los sabios continua-
dores de Botando. En este
supuesto , nadie estrañará,
que no quiera yo gastar el
tiempo en el eximen de ins-
trumentos notoriamente fin-
gidos , en especial dando
ellos mismos las mejores mu-
estras de ser obra moderna,
y de Autor que ignoraba el
arte de contrahacer, casi en
todas sus clausulas , las qua-
Jes no constan sino de expre-
siones que hoy se usan vul-
garmente en nuestro idioma,
«in mas diferencia , que la
de estar latinizadas,
S Desechados , pues , los
referidos documentos , como
fabulosos é inútiles en orden
al establecimiento de la Se-
de Episcopal de Alaba , di-
gamos ya de su verdadero
ó mas probable principio.
Oihenart afirma, que no pu-
do tener notic-ia de Obispo
de Armentia , que presidiese
antes del siglo once , y por
tanto pone en primer lugar
á D. Munio , que gobernaba
este Obispado en laEra 1052.
y 1073. Pero aunque es ver-
Prelado empezó á sonar en
las memorias el titulo de
Alaba , desconocido en las
que se escribieron en !os si-
glos anteriores, debemos cre-
er que este Obispado se esta-
bleció mucho antes del Obis-
po expresado. Esto se per-
suade fácilmente con solo
advertir el estado que tubo
la Provincia de Alaba, y la
de Vizcaya su confinante , en
todo el siglo décimo. Por-
que primeramente es indu-
bitable , que éstas se con-
servaron libres de los Mo-
ros , y ocupadas de un gran
numero de Christianos , j
mayor que antes de la ve-
nida de los Barbaros , de cu-
ya persecución escaparon
muchos retirándose a ellas:
de donde se colige, que na
habia impedimento, sino an-
tes motivo muy particular
l>ara tener Obispo que go-
bernase aquellas Iglesias.
iAdemás de esto , no hay
vestigio por donde se pueda
descubrir que alguno de los
Obispos confinantes , es á
saber , el de Val puesta, ó el
de Nágera , tubiesen juris-
dicción en las dichas Pro-
vincias según toda su exten-
sión ; y solo consta, que el
G 2 pri-
2 3 <5 España Sagrada*
primero gobernaba desde su
Capital hasta cerca de Mi-
randa Ebro, como luego ve-
remos. Asi , que parece que
la Sede Alábense empezó en
el siglo décimo , quando ce-
só el titulo de Calahorra , y
se instituyó el Obispado de
Nrlgera , como se hará mas
patente en el Catálogo de los
Obispos de Armcntia.
6 La Diócesis de Alaba
confinaba por el hdo orien-
tal con la de Pamplona, á
la qual pertenecía por esta
parte todo el territorio que
abrazaba entonces el nom-
bre de Ipúzcoa , como cons-
ta del Diploma de D. San-
cho el Mayor en el frag-
mento que publiqué en el
tom. 32. pag. 230. Por la
parte meridional compre-
hendia hasta la Sonsierra de
Navarra , y Rioja , confinan-
do por aquí con el Obispa-
do de Nágera. Por el Occi-
dente se extendía hasta el
rioOronciilo ,como baja des-
Trat. 6g. Cap, 1 7.
de Pancorvo á Miranda , don-
de entra en el Ebro , y
por este lado partía térmi-
nos con la Diócesis de Val-
puesta , cuya jurisdicción
llegaba al pueblo , y rio de
Orón , como se expresa en
las Escrituras del Rey Don
Alonso , y del Obispo Don
Juan , publicadas en el Ap.
del tom. 26. pag. 442. y
444. y se confirma con la
memoria , que se lee en el
libro Gótico de S. Millan,
fol. 10. por la que consta,
que el Monasterio de Orbá-
ñanos , entre Frias , y Pan-
corvo , pertenecía al Obis-
pado de Valpuesta. Véase el
tom. cit, pag. 93. Finalmen-
te , por la parte septentrio-
nal era de este Obispado to-
da la Provincia de Vizcaya;
de manera , que los límites
de ésta , y de Alaba encerra-
ban todo el distrito que to-
caba á la Sede establecida
en Armentia.
CA-
CAPITULO XVIIL,.
m
CATALOGO DE LOS
de Alaba,
OBISPOS
MUNIO.
Por los años de 927.
'* T7^ nombre Munio es
' ' XZá muy común en los
Obispos de Alaba , como ire-
mos viendo en su Catálogo.
El primero,que hallamos con
él , consta de una Escritura,
que existe en el Archivo del
Monasterio de S. Millan , y
pertenece al año de 927. Nó
se expresa en ella la Se-
de ; pero con todo eso debe
estimarse esta memoria co-
rro prueba evidente de qué
la Silla Ep 'seo pal de Alaba
se instituyó asi que la Rioja
fue conquistada por los Re-
yes de Navarra. Porque ade-
más de no leerse el nombré
de Munio en los Catálogos, ni
en las Escrituras de e.ste ti£ m-
po concernientes á otras Igle-
sias confinantes, tratase aqui
de cosas proprias del terri-
torio de la expresada Pro-
vincia , donando un Abad
llamado Lisuario,y los Mon-
ges que vivían con él algu-
ñas Iglesias al Abad de Su
Esteban de Salcedo. A está
donación , pues , se halló
presente el Obispo Munio,
de quien la Escritura hace
mención por estás palabras:
Hcec scriptaÉprsco'pusMurtJÓ
primitus Jtgit & ccnfirwavit»
2 En ía data de la mis-
ma memoria se dice , qué
rey naba D. Ramiro en León,
y Fernán González en Cas-
tilla ; y de aqui 'se infiere
también contra Moret , qué
la Provincia de Alaba no es-
taba aún agregada al Rey-í-
no de Navarra , com.o dejo
probado en otro lugar. Igual-
meíite se puede discurrir,
que la ca:usa principal de
haberse dividido en dos
Obispados el territorio del
de Calahorra , fue por estar
dominaido por diversos Re-
yes , y Señores , pertene-
ciendo la Rioja á los de Na-
varra , que la conquistaron;
y Alaba , y Vizcaya á los
de León , y á los Condes de
Castilla.
MU-
«3
España Sagrada^ Trat. 6g. Cap. 1 8.
MUNIO
Año de 95 6. y en adelante*
1 Los Obispos , que pre-
«dipron en esta Sede desde
el auQ 927. hasta el 1033. tie-
nen en las Escrituras que loi
mencionan un mismo nom-
brg, s:n .qu,e se halle nota
álWufía qu(^^los distinga. Por
ta-ito , no pudiendo averi-
cuirse , si fueron dos , tres,
p mis los que gobernaron
la Iglesia de Alaba en aquel
largo intermedio de años,
me veo reducido á distribuir
este tiempo en tres Obispos
con el nombre de Pvlunio,
confesando primero mi igno-
rancia acerca de su número.
2 En el año , pues , de
956. se donaron al Monaste-
rio referido de S. Esteban de
Salcedo otros varios Monas-
terios situados en la Provin-
cia de Alaba. La donación
existe en el Becerro Gótico
de S. Milhn , y está firma-
da Dor el OhisDO Munio , que
debe adjudicnrse á esta Se-
de por las mismas razones
que el precedente.
3 E! Atitor de la Vida de
S. Prudencio pone por pri-
mera memoria de este Obis-
po la confirmación de un Pri-
vilegio, que el Rey D.San-
cho , y la Reyna D. Urraca
dieron á la Cofradía de Ala-
ba , reformando algunos abu-
sos y fueros antiguos. Esta
Escritura se halla traducida
al Castellano en un proceso
Ms. de las Antigüedades de
Alaba , cuyo Autor fue D.
Juan de Lazarraga , hombre,
según el juicio del referido
Escritor, erudito , y extre-
madamente curioso en las
noticias que juntó , y muy
puntual en los instrumentos
que puso á la letra. La data
de la Escritura dice asi : Fe^
cha fue esta carta de con-
firmación en ¡as Kalendat
de Enero , Era de mil ailos,
en el Monasterio de Santa
Cruz, E yo D. Sancho , y
la Reyna D. Urraca mi m«-
gcr , y los infantes mis hi-
jos D. Garcianes , D, Fer-
nando , y D, Remiro , qug
la mandamos facer , la fir-
piamos de nuestras manos ^ y
la entregamos á treinta tes-
tigos , para la autorizar é
corroborar. D. Benito ^Obis-
po de Nágera , que la con-
firmó. D. Munio de Alaba^
D. Si se b uto de Pamplona , e
todos ¡os antiguos de Ara-
gón , y de Pamplona y que U
COñ'
Obispos de Alaba. Munio. «39
fonfirwaron, Eugenio Sacer- es muy posterior la memo-
dote la escribió , é fizo aqui
ista señal, '^
4 Yo no puedo dudar,
que aun suponiendo la au-
tenticidad de este Privile-
gio , debemos tener por fal-
sa la data , que se halla en
Ja copia de Lazarraga. No
quiero detenerme ahora en
los muchos reparos que se
me ofrecen quanto al Rey-
nado de D. Sancho , y D,
Urraca , de que por ventura
trataré de proposito en otro
lugar. Lo cierto es , que en
la Era de mil , año de Chris-
to novecientos y sesenta y
dos , no pueden verificarse
estos Reyes de Navarra ; por-
que consta de los Códices
Albíldense , y Emilianense,
que en el año expresado rey-,'
naba D. Gnrcia Sánchez , el
qual no murió hasta el dé
970. La conjunción de ios'
Obispos confirmantes es tam-
bién argumento que eviden-
cia el error de la data ; pues
de'i reconocimiento de los
Catálogos de las Iglesias, que
se nombran, resulta , que no
fue posible la concurrencia
deObispos con aquéllos nom-
bres antes del año 988. Asi,
que aun supuesta la legiti-
midad de dicho Privilegio,
ría del Obispo Munio , que
le confirmó expresando la
Sede Alábense.
Excluyen. re Julián , y ,
García. '
5 t), Bernardo Ibañex
pone presidiendo en esta Se-
de en el apo de 990. un Obis-
po llamado Julián, cuya fir-'
ma dice se lee én el Becerro*
Emilianeníe al fol. 22. El
nombre de este Prelado se
halla en varios Insrrumen-"
tos , y en ninguno se encuen-'
tra la expresión de su Sil!a,¡^
Argaiz , y Moret citan Es--"'
crituras de les añ^s 982. y ,
983. con lis su^sc'p i-nes
de este Obispo, Y rra- en do
el mismo Ibañe'í^ la Es r tu-^
ra de litigio der Ob-'sp) D;'
PJnnio cdn Alvaro , Ab?.d de
S. Vicenfe de Ozcoita ,con la
Era de 1022. añodeCbrJsto
984. debia advertir , que no
tocaba al Catálogo de A 'aba
el nom.bré 'de Julián , quG se
lee en Escrituras anteriores
á la dicha Era , y también
en otras posteriores que él
señala.
6 El mismo Autor , si-'
guiendo el Catálogo forma-
do por Argaiz , hace á D.
Gar-
^ 40 Es papa Sagrada.
Garda succesQr .(k ,I>Qn,j4L:
Üan. P^fo , fíi%n:í^^ ^cfe^^qpe,'
^ste obispo ] taip poco^ subs-
cribió alguna vez conrel ti-
tulo de Alaba ", es mas pro-
bable , (^ue su Sede fue,. lav de
Nágera ; porque , foinó dTge
tratando dé este Obispado,
^1 nombre de Garcia* se en-
cuentra en diferentes Escri-,
turas, continuándose su me-
m^cia .desde el principio del
sfglo once , hasta el aiio de
1014. en que subscribió con
expresión de la Silla Nage-
rense. iVrgaiz prosigue las
noticias del mismo O. Gar-
ci^ hista el año de 1020. y
de aqui se hace contra él
un buen argumento eñ prue-
ba de que no pudo ser Obis-
po de Alaba desde el año de
996. en que oQue su priniera
memoria hasta, el de j^oiq.^en
que trae la ultima, haílaqdose
entre estos años otro Obispo
de nombre muy diverso, que
es el siguiente.
M u k I O.
Desde el año 1014.
I Los Obispos de Alaba
empiezan desde ahora á ser
mas conocidos , porque se-
guían con freqUencia á los
Trat.6<). Cap, 18.
Reyes- de Navarra yC^ cuy^
compafíia andubieron mas de
ordinario hasta.aqui los.Obis-
pos de Pamplona , Nágera , y
Aragón, Por eso Arnaldo
Oihenart haciendo una bre-
ve mención de los OipispQs
de, Alaba » muestra no hiber;'
tenido noticia de los pasa-'
dos , y pone por primero á,
D. Munio: Episcopos ajten^
q'4Í huic Se di pi'ieFuerun!:,
¡075 duntaxat in veterihuy
monumentis observare licuiti
Munionem , qui Era 1052.
í? Erj 1073. fiírcbat , ^c.
2 La primera memoria,
que tenemos de D, Munio,
es del año de 1014. en que
subscribió y confirmó la in-
signe donación que D. San-
cho el Mayor hizo al Mo-
nasterio . de S.Salvador de
l^eyre, dándole á S. Sebastian
^1 viejo y el antiguo pueblo
de Izurumcon sus Iglesias,
como dige en D. Gíarcia,
Obispo de Nágera , que tam-
bién firmó esta Escritura con
expresión de 3u titulo. En
los años siguientes confirmó
otros muchos Instrumentos,
que no me parece reprodu-
cir en este lugar , por ha-
berlos mencionado en el Ca-
tálogo de los Obispos Nage-
renses , nombrando á Munio,
co-
Ohh pos de Alaba. M\imo, 241
de los coníír- Escritura de unión del Mo-
nasterio de S. Eulalia de Pe-
quera al de S. Juan de la Pe-
ña , quedando desde enton-
ces Sancho , Prior de S. Eu-
lalia , y sus Monges Ximeno,
Diaco , y Bancio , sujetos á
la Reforma Cluniacense. En
este año falleció Manió, y
en el mismo tomó posesión
de esta Sede el siguiente.
como a uno
mantés,
3 En el año de 1030.
asistió á la elevación , y tras-
lación que D. Sancho el Ma-
yor hizo de las Reliquias
de S. Millan ; y poco después
firmó la Escritura de dona-
ción , por la que este Princi-
pe , para memoria , y honor
de aquel aélo piadoso , dio
2\ Obispo D. Sancho , Abad
del Monasterio del mismo
Santo , un Village ,que esta-
ba cercano , y se decia Ma-
driz. En el de 1032, subscri-
bió otra donación del ex-
presado Rey á 26. de Di-
ciembre , por la que éste do-
nó á S. Salvador de Leyre
el Monasterio de S. Juan, si-
to en la Valdonsella , junto
á la Villa de Pitillas , y la
Parroquia de S. Cecilia , que
al presente es Basílica , re-
fundida en la Iglesia Parro-
quial de S. Juan Baptista , que
está dentro de la Catedral
de Pamplona. Firmáronla,
además de D. Munio , Obis-
po de Alaba , los Obispos
Mancio de Aragón, Sancho
de Pamplona , Arnulfo de
Ribagorza , Juliano de Cas-
lilla , Poncio de Oviedo.
4 En el año 1033. firmó
con los mismos Obispos la
Tom, XXXllL
JUAN.
Año de 1033.
r Habiéndose introduci-
do la observancia Monásti-*
ca Cluniacense en el Monas-
terio de S. Juan de la Peña
por disposición de D. San-
cho el Mayor , los Obispos
y principales del Reyno de
Navarra suplicaron á este
Christianisimo Principe ilus-
trase con el mismo género
de vida el célebre Monaste-
rio de Oña , fundado á hon-
ra del Salvador por el reli-
gioso Conde Don Sancho.
Uno de los Prelados que hi-
cieron esra santa pretensión,
fue Don Juan , Obispo de
Alaba , el qual aprobó , y
confirmó la Escritura de re-
formación con estas pala-
bras ; Ego Joannes Alaben-
Hh sis
a 4^ España Sagrada,
sis EccJesi<e Episcopus con-
ditionem hujus Monasterii
laudo & confirmo. Subscri-
bieron también como testi-
gos los dos Condes de las
dos Provincias que compre-
hendia la Diócesis de Alaba
en esta forma : Cowes Mu-
nio GundisalvíZ AJahensis
hic tcsti^. Comes Enego Lu-
piz Vizcayensis hic testis.
El M. Yepes leyó en la fir-
ma del Conde Munío Alven-
sis en lugar de ^labensis-^
pero se ha de tener por yer-
ro del copiante , parecido á
otro que se halla en el Pri-
vilegio que D. Sancho, Rey-
de Navarra , por sobrenom-
bre el Sabio , concedió á los
vecinos de Estella , donde se
lee Alva por Alaba ; ni de
aqui se podrá comprobar,
que el nombre de esta Pro-
vincia se pronunció también
con dos sílab-^s solas, como
pretende Olhenart en su
Vascon. pag. 143.
2 Argaiz escribe , que
este Prelado vivió poco en
ei oficio Pastoral , persuadi-
do de que el succesor gober-
naba esta Iglesia en el afio
siguiente de 1034. según la
Escritura de donación que
ei Rey D.Garcia hizo al Mo-
nasterio de S. Juan de Sojue-
Trat, 69. Cap, 1 8.
la ; pero como dige en el
Obispo de Nágera D. San-
cho, en aquel año no rey na-
ba D. Garcia , y la Escritura
debe ponerse en la Era 1082.
año de Christo 1044. en que
se vieron juntos en la Corte
de Don Garcia los Reyes sus
hermanos , y los Obispos de
Pamplona, Nágera , Urgel,
Oca ,Palencia, y el de Ala-
ba , que era el que se sigue.
GARCÍA.
Desde el año de 1037.
I La primera memoria,
que encuentro de este Obis-
po, pertenece al año de 1037.
y es una Carta de venta del
Monasterio de San MÜlan,
escrita al fol. 107. de su Be-
cerro , y firmada por Doa
Sancho , Obispo de Pamplo-
na , D. Atton de Casulla la
Vieja, y D.Garcia de Alaba.
2 En el año de 1039.
Aznar Sánchez donó á S.
Mi lian , y á su Abad D. Gó-
mez ciertas heredades , que
tenia en Fermella de arriba,
que ahora se dice Hormi-
lla. Dice , que reynaba D.
Garcia , y que eran Obispos
D. Sancho de Nágera , y D.
Garcia de Alaba. Desde el
año
Obispos de Alaba. García 243
año 1040. en adelante con- Villa de Bríñas , que esfá en
firmó varias Escrituras. Por-
que en éste confirmó las
Arrhas del Rey D. García á
su muger D. Estefanía. En
el de 1042. á 13. de Abril, la
Carta de donación , por la
qual estos Reyes dieron á S.
Salvador de Leyre el Mo-
nasterio de Ariztuya. En el
de 1043. ^' Privilegio del
Rey D. Garcia á D. Sancho
Fortuñez, donándole la Villa
de Ororbia con el Patronato
de su Iglesia. En el de 1044.
una donación del mismo Rey
al Monasterio de Sojuela. En
el de 1045. la dotación de la
Iglesia de Calahorra, recien
jacada del poder de los Mo
ros. En el de 1046. la Escri-
tura de donación , por la
qual el Rey D. Garcia dio á
S. Millan todas las casas , y
tierras de liiigo, Presbytero
de Alesanco.
3 En el de 1047. fue
testigo de la donación que
el mismo Principe hizo á la
Sede Episcopal de Irunia,
que es Pamplona , del Mo-
nasterio de Anoz , que esta-
ba situado sobre el rio Ar-
ga. En otra Escritura , por
la quríl D. Sancho Fortuñez
dio al Monasterio de Leyre
d lugar de Ororbia , y la
la Rioja sobre el rio Ebro,
se dice , que eran Obispos
D. Sancho en Irunia , D. Gar-
cia en Alaba , y D. Gomesa-
no en Nágera. Omitidas otras
Escrituras de este año , y
del siguiente, son dignas de
mencionarse las del de 1049.
que traen Argaiz , y Moret,
en las quales el Rey D. Gar-
cia dice , seg'?'^ estos Auto-
res ,que el Obispo D. Garcia
de Aiaba , y D. Gomesano
de Nágera militaban en el
Monasterio de S. Millan ba-
jo la Regla del glorioso P.
S. Benito : Necno Dominis
TJ os tris Episcopio GD-mesano
& Garseatn^ccsterisq.te M;-
nachis sub Regula Sancii
BenediSii in prcedicio Cceno'
bio Sandii Benedi6ii mili-
tantibus. Sin embargo , es-
tas palabras suenan , que D.
Gomesano , y D. Garcia vi-
vían de asiento en el Monas-
terio ; y se puede dudar si
estos nombres significarían
á los Obispos de Nágera , y
Alaba, ó á Monges asi llama-
dos que hubiesen sido Abades
y juntamente Obispos titu-
lares , como acontecía de or-
dinario á los que llegaban á
gobernar aquella grande y
observante Comunidad.
Hh2 En
2 44 España Sagrada.
4 En el de 1050. subs-
cribió en tres donaciones,
que refiere Argaiz en el Ca-
tálogo de Armentia sobre es-
te año. En el de 105 r. acom-
paiió al Rey D. Garcia , que
estaba enfermo, y quiso ser
llevado á Leyre , donde es-
peraba recobrar su salud por
los méritos é intercesión de
los S'uitos , cuyos Cuerpos y
ReÜqu'as se venerabju en
aquel Monasterio- Aqui firmó
el Obisp ) D. Garcia la dona-
ción que hizo el Rey en agra-
decimiento de haberse liber-
tado de la rebelde y prolija
enfermedad que le tenia pu-
C'^to en manifiesto peligro de
perder la vida. En el mis-
mo año, D. Iñigo López, y
Doña Toda , Señores de Viz-
caya , y devotísimos de nu-
estro Obispo, le donaron, por
sus dias , el Monasterio de
So Maria de ízpeya , con la
Decanía y Priorato de Bar-
cici. Dánle en esta Escritu-
ra el titulo de Serenisimó
Püutifice , y ie hablan con
esta devoción : Et tibi Fa-
tri spirituali Domino Gar-
sia Ai'fíbcnsis térra Episco-
pe. En el de 1052. confir-
mó la célebre y magnifica
Carta de dotación del Mo-
nasterio de S. Maria de Ná-
Trat, 69. Cap, 18.
gera , fabricado , adornado,
y enriquecido por la gran-
diosa liberalidad del Rey D.
Garcia.
5 Del principio del año
de 1053. hay otra memoria
original , escrita en letra
Gótica , y descubierta por
Garibay , en que se lee re-
petido el nombre de D. Gar-
cia. Es dotación de un Mo-
nasterio de Religiosos con
el titulo y advocación de N,
glorioso Dodor y P. S. Agus-
tín , fundado á una legua de
Durango , que a! presente es
Iglesia Parroquial, cerca del
sitio donde está la Villa de
Elorrio , pueblo mucho mas
moderno que el Monasterio.
Dotáronle D. Ñuño Sánchez,
Conde de Durango, y D. Le-
guncia su muger , dándole
muchas tierras y heredades
del distrito cercano al Mo-
nasterio , á quien juntamente
hacen donaciones particula-
res muchos Caballeros de
aquel' país , que se nombran
en el Privilegio. Mencicnan-
se en la data quatro Obis-
pos con este orden : Gome"
ssatms Episcopus BurgeU'
sis : Gomessanus Episcopus
Nagerensis : Sancius Epis-
copus Rediur Ecclesice Na-
varrsr.sium : Garcia Epis-
co-
Obispos de Alaba, García. 245
copus Alahensis sive in Viz- apartado de ella con una
haya. En la confirmación
que se dio a primero de Fe-
brero , se nombran los mis-
mos , á excepción del de
Burgos , pero con otro or-
den : García Episcopus in
Alaba : Sanciits Episcopus
in Pampilona : Gomessanus
in Nagera.
6 A este Obispo sucedió
un caso muy extraordinario,
que refiere Grimaldo, Mon-
ge de S. Millan ,en la Histo-
ria que por mandado de su
Abad Blas escribió de la tras-
lación del cuerpo de S. Feli-
ces , hecha en el año de
1090. Encargóle el Rey Don
Garcia , que trasladase las
Reliquias de este Santo , con
el fin , como se presume , de
enriquecer con este tesoro su
Monasterio de Nágera , que
acababa de edificar. Ei Obis
po quiso poner en egecucion
la voluntad del Rey ; y pa-
ra ello pasó al Castillo de
Bi libio , acompañado de otros
ilustres personages. Mas ha-
biendo llegado al sitio del
venerable Sepulcro , mani-
festó Dios , que no era de su
agrado la traslación que se
inteFitaba ; porque al primer
golpe que dio para abrir la
sepultura , el Obispo fue
fuerza oculta y soberana , y
afeado con un horrible tor-
cimiento de la boca. Levan-
tóse además de esto una
tempestad tan recia, que to-
dos los que le acompañaban
creyeron que aquella era la
ultima hora de su vida. Con
esto desistió nuestro Obispo
de su intento ; y recofio-
ciendo la m,ano del Señor,
de donde venia aquel casti-
go , se humilló é hizo gran-
des votos para aplacar la ira
Divina. Sintió después algu-
na mejoría en el ma! con
que fue herido , mas nunca
recobró perfecta sanidad,
como dice el Escritor cita-
do : In deformitate tamen
sui oris , non plene recepta
sanitate ^ómnibus diebus vi"
tcE suce permansit,
7 Argaiz pone este su-
ceso en el año de 1053. y
afirma , que el Obispo D.
Garcia se retiró á S. Mülan,
donde fue Abad por dos , 6
tres años ; pero de GrimaU
do solo se sabe, que el pro-
digio sucedió en el Reyna-
do de D. Garcia , y que el
Obispo se mantubo con la
fealdad referida mientras vi-
vió , y parece no hubiera ca-
llado el retiro del Obispo ai
Mo-
C4^ España Sagrada
Monasterio de S. Millan , si
hubiera sido efedo del su-
ceso que referia.
FORTUNIO.
I Argaiz hace succesor de
García á Muiiio , de quien
d)ce asi : Gobernaba por el
ano de 105 3. porque dio el
Rey D. G ircia á S. Miría
de Nágera los Monasterios
de S. Mar-LÍii del Castillo , y
■el de S. Maria de Berbenza-
na en 15. de Abril , y firma
Munius Episcopus, Mas es-
tá la data en la copia que yo
he visto errada, porque dice
Era 1094. que hacen el año
de 1056. de Christo, quando
ya el Rey D. García era mu-
erto , y no pudo ser sino la
Era 1091. ó 1092. Firman
también : Joannes Episco-
pus testis , que era el de
Pamplona: Fortunio Episco
pus testis , que si no lo fue
.de Oca , ó Va! puesta , lo fue
de Alaba en los años a'delan-
te, y esta firma sería rubri-
ca ; y Pedro Abad , sin de-
clarar de donde. De Nágera
lo era siempre D. Gómez ; y
asi , es conseqiiencia, que D.
A'lunio lo fue de Alaba, yi-
vid poco rnüs ó menos dos
años.
. Trat, 6^, Cap. 1 8.
2 Moret , hablando de la
data de esta Escritura , dice:
El Becerro de Nágera sacó
la Era mil sesenta y quatro;
y el Cartulario Magno de
la Cámara de Comptos de
Pamplona , sacó el mismo
yerro manifiestisimo ; pues
resultaba el año de Christo
mil y veinte y seis , nueve
años antes que entrase á rey-
nar D. García, y tantos an-
tes que casase con D. Este-
fanía , que interviene en este
aéío con sus hijos. Pero re-
curriendo á la Escritura ori-
ginal del Archivo de Náge-
ra , hallamos con toda cer-
teza la ya dicha Era de mil
y noventa , significada con
la cifra de la x^ con rayue-
lo , cuyo valor ignorado de
quarenta debió de ocasionar
el yerro.
3 Este segundo Escri-
tor , que tiene en sus Anale?
la co-ítumbre de nombrar al
referir las donaciones de los
Reyes de Navarra , los Obis-
pos que las subscribían,
ios pasa aquí en silencio,
acaso por la gran dificultad
que tenia en señalar las Se-
des de los tres que firmaron
en ella. Y á la verdad , yo no
hallo modo de componer la
coexistencia de los Prelados,
que
Obispos de Alaba, Fort unió. 247
que sirven de testigos en la lo que es muy difícil de en-
Era de 1090. y estoy per-
suadido á que la data debe
corregirse como pensó Ar-
galz, poniéndose la de 1091.
ó la de 1092. Pero se ha de
notar, que la Silla de Alaba
estaba presidida no de Mu-
nio , como juzgó este Autor,
sino de Fortunio , que como
veremos ahora sucedió á
García , cuya ultima memo-
ria es la que he exhibido del
Monasterio de S, Agustín de
Elorrio correspondiente al
principio de la Era 1091.
4 Consta pues que For~
tunio era Obispo de Alaba
en la Era 1092. por una do-
nación que se halla en el
Becerro de Santa Maria de
Irache al fol. 4. cuya data
dice asi : Fadia carta Era
1092. regrianie Rege Sancio
Carsiano in Pampíloíia, Ra-
fiimiro Rege in Aragone^
Fer diñando in Leione , Epis-
copo joannes in Pamp i lo-
ria , Gcmesano in Calagorra,
Fortunio Episcopo in yí/a-
ba. Hizo esta donación una
Señora , por nombre Froni-
Ja, y dice ser hija del Rey
D. Garcia , y de la Reyna
Doña Toda, adviríiendo que
su madre vivia en este año,
en que hacía esta escritura;
tenderse en vista de que D.
Garcia , que murió en esta
misma Era en la batalla de
Ata puerca , tubo por muger
á Doña Estefanía : y nomr
brandóse sus hijos en los tes-
tamentos , que el Rey y
Reyna hicieron, no mencio-
nan entre ellos á Fronila.
Al fol. 27. del mismo Becer-
ro se encuentra una Señora
del mismo nombre casada
con un Caballero muy ilus-
tre llamado Aznario Garcés,
el qual subscribe una escri-
tura que está en el mismo
Archivo caj, 2. quad. 2. pie-
za 3. con el titulo de Señor
de Tobia y de Grañón.
S Yo juzgo, que esta Fro-
nila fue hermana de D, San-
cho , Doña Mencía y Doña
Sancha hijos todos del Rey
D. Garcia , habidos en otra
muger distinta de Dona Es-
tefanía. Moret sostiene en
el lib, 14. de sus An. al año
1066. que D. Garcia los tu-
bo fuera de matrimonio , y
que por tanto no son estos
hijos legítimos , sino natura-
les. Lo contrario se infiere
de la escritura de Fronila,
que á boca llena dá titulo
de Reyna á su madre Doña
Toda ; lo que arguye haber
si-
2 4 S España Sagrada
sido esta muger legitima de
D. García , y por consi-
guiente que este Rey se
ca:.ó dos veces. Pero de este
asunto difícil trataré en otro
lugar.
6 Otra escritura hay en
el Becerro del mi«:mo Mo-
nasterio , en la qual Sancho
Furtuniones de Arinzano , y
su muger Doña Toda nom-
bra i las posesiones que die-
ron al Monasterio de Santa
María de íquirri : ysudata
dice de este rrrodo : Fa6ia
caria Era 1093. reinante
Rege Sanción in Pampilona^
KanimirQ in Aragone^Fre di-
ñando in Legione^ Episcopo
Fortunio in Alaba , Epis-
é'Qpo Joanne in Pampilona.
VIGILA
Alño de 105$.
T Es creíble , que Fortu-
nio murió en la entrada del
año de 1055. porque además
de que no tenemos memo-
ria de él después de la que
se ha exhibido de la Era de
1093. que parece se escri-
bió en el principio de este
■año , vemos , que en el Mar-
zo del mismo presidia en
Alaba otro Obispo por nom
. Trat. 69, Cap. 18.
bre Vigila. El instruraent©
que nos dá noticia de este
Prelado , es una escritura de
restitución , que el Rey D.
Sancho de Peñalen hace al
Monasterio de S. Míllán por
descargo de su conciencia,
y descanso del alma de su
padre D. García. Dice que
daba aquella carta en el
año primero de su Reyna-
do en la Era de 1093. ¿ n»
del mes de Marzo , y la
confirman los Obispos Don
Juan , y Don Vigila , que
aunque no expresaron sus
Sedes , se ha de creer lo fue-
ron el primero de Pamplona,
y el segundo de Alaba de
la ilustre casa de los Vigilas,
como lo juzgaron Moret y
Argaiz, persuadidos de que
las otras Sedes del Reyno
de Navarra estaban ocupa-
das de otros Prelados.
2 En los tres años si-
guientes se halla memoria
de e<íte Obispo en diferen-
tes donaciones con la expre-
sión de su Sede. En el de
1056. dio el Rey D. Sancho
los lugares de Villanueva y
Sagoncillo á Don Sancho
Fotuñez , y su muger Doña
Velasquida , y la escritura
de esta donación se guarda
en el Archivo de S. Juan
de
Obispos de Alaba, Vigila, 249
de la Peña, y su data es de dad , y el otro solo Coad-
29. de Enero , que fue Lu-
nes , de la Era 1094. siendo
Obispos D. Gomesano en S.
Mülán , D. Juan en írunia,
y Don Vigila en Alaba.
Parece que Don Vigila mu-
rió en este mismo año ; por-
que habiéndose hecho por
Junio la consagración de la
Iglesia de Santa Maria de
Nágera con la asistencia de
muchos Prelados , faltó el
Obispo de Alaba , -y en el
mes de Abril del ario siguien-
te tenemos en esta Silla á
otro con el nombre de
MUNIO.
I Los privilegios y do-
naciones de e.>tos años,de que
vamos hablando, hacen muy
difícil la averiguación de la
calidad y circunstancias de
los Obispos , que se nombran
con el titulo de esta Sede.
Porque descubriéndose en
ellos dos Prelados en un mis-
mo íiño , y sonando la Silla
Alábense unas veces en Vi-
gila , otras en Munio , se en-
cuentra grande embarazo en
discernir , si el uno sucedió
en la dignidad por muerte
ó renuncia del otro , ó si el
uno era Obispo en proprie-
Tom.XXXllL
jutor , que subscribiese coa
el mismo titulo. Moret al
año de 1058. atribuye esta
confusión á las retiradas de
los Obispos i los Monaste-
rios, por cuya causa , so-
nando á veces (son palabras
suyas ) la dignidad en ellos
( los Obispos proprios ) y á
veces en sus Coadjutores,
embaraza á veces la Histo-
ria , y hace sumamente difí-
cil el apurar los años de sus
Pontificados... y es menes-
ter lo lleve advertido el
Ledor , y que perdone ai
Escritor alguna confusión
que se causa , y fuera co-
sa infinita el deshacerlas.
2 Sin embargo de esta
juiciosa advertencia del Ana-
lista de Navarra , me pare-
ce que siendo imposible de-
cidir esta dificultad , y no
hallándose argumento que
convenza la coexistencia de
dos Obispos con el titulo de
Alaba , debo colocarlos en
el Catalogo como distintos.
Muéveme también á creer
que estos Obispos fueron pro-
prics , y se sucedieron en la
dignidad , el hallar entre Vi-
gila y Munio otro con el
nombre de García , y titulo
de Alaba ; y si se admite que
li ei
c ^ o España Sagrada.
el Vigila , que subscribe en
los años siguientes al de
1056. es el mismo, que el de
los pasados hasta éste , ha-
bremos de poner dos Coad-
jutores suyos á un mismo
tiempo , lo que no parece
conforme á razón , especial-
mente no teniendo los de-
más Prelados vecinos tal eos
tumbre. Verdad es, que no
fn'.tan en los Archivos de
España privilegios antiguos,
en que firman dos ó tres
Obispos de una misma Sede,
en cuyo caso es necesario
confesar, que ó no firmaron
en un mismo tiempo, sino que
después sucediendose legiti-
mamente , llenaron los hue-
cos que se dejaron para es-
te fin , ó que el uno era Obis-
po en propriedad , y los de-
más solo Coadjutores suyos.
Pero esta circunstancia falta
en los que tuvieron el titu-
lo de Alaba , porque siem-
pre subscribe uno solo con
expresión de esta Sede ; por
lo que no hay otro funda-
mento que incline á creer,
que no fueron Obispos en
propriedad todos los que
suenan en las escrituras de
estos años , sino la dertia-
siada repetición de. unos
mismos nombres , alternados
Trat. 6g. Cap, 1 8.
con freqüencia en las subs-
cripciones. Mi intento en fin
es formar este Catalogo, po-
niendo los Obispos por el
orden , que aparece por los
Instrumentos ; y si el corto
espacio de tiempo , que pa-
sa de un Obispado á otro,
fuere bastante para que el
Leétor se persuada á que los
nombres de Vigila y Munio,
que iré colocando con la al-
ternativa , que tienen en las
escrituras , no significan si-
no dos solos Obispos , uno
en propriedad, y otro Coad-
jutor ^ no me atreveré á te-
ner su did imen por inveri-
simil ó descam'ín:ido.
3 Cesando pues el nom-
bre de Vigila en Junio de
1056. tenemos en Abril del
año siguiente otro Prelado
con el de Munio , de quien
se halla memoria en el Be-
cerro Gótico de S. Millán
fol. 70. en una donación que
hizo al Santo una Señora,
que se decia Doña Ánderqui-
na Alvarez. Subscribióla el
Obispo Munio , expresando
su Sede con estas palabras:
Mí^nius Alab^nsis EpiscO'
pus,
4 A ^stQ Obispo , ó á
otro que pondremos luego
del mismo nombre , se de-
be
Obispos de Alaba. Munio. 2 5 i
be adjudicar una memoria, cii Regís , & prolis su¿e
que se halla en el Archivo
de Irache , y contiene lo si-
guiente. En la Era de 1070.
año deChristo de 1032. ha-
bia dado el Rey D. Sancho
el Mayor con su muger Do-
ña Munia un privilegio de
esencion en favor de un pe-
queño Monasterio , que es-
taba en el Valle de Oyuni
cerca de Villa Oria , funda-
do por D. Gómez , á quien
concedió el Rey , que des-
pués de su posteridad pu-
diese donarlo á quien qui-
siese , con tal que la dona-
ción no se hiciese á perso-
na de la milicia secular , si-
no á los Santuarios ( asi dice)
de Dios. Parece que el fun-
dador D. Gómez hizo dona-
ción del dicho Monasterio
en favor del de Santa Ma-
ría de irache, de cuyo po^
der pretendieron sacarle cier-
tos Caballeros después de la
muerte de D. Sancho , y de
su hijo D. García , como se
refiere en la escritura de
reintegración , que merece
ponerse á la letra por la me-
moria que en ella se hace de
Munio , Obispo de Alaba , y
de S. Veremundo Abad en-
tonces de Irache : Denique^
dice , j^osí occubitionem San-
Garsine Regís consurrexe-
runt Sénior Ranimirus San-
chiz , S Sénior Marcellus^
& Sénior Gondezalvo Alba-
roiz , & Sénior f^eila Gon-
desalviz , & Sénior Guideri
Guideriz , ut educerent illud
Monasterium suprascriptum
de imperio S. Mar i ce ubi erat
traditum» Sed illis siwiil col-
loquentibus^ adest Eplscopus
Niinvs Alavensis , etiamAb-
bas Veremudus Dominus de
Iraxe ^ & cum collocuti suní
invicem , penituerunt se Sé-
niores de proprio dicio , S
eonfit maveruni didium , vel
fa&umpriscum^ & tradide-
runt illud universi SanciíS
Mari¿e de Iraxe , quasi cum
manibus suis di cent i bus illis y
ut intercederet Sandia Dei Ge-
nitrix pro illis ad Dominum.
5 La data de esta escri-
tura de confirmación es en
esta forma: Fa'Sia carta Era
M,X,C. Regnante Domino
tiostro jfesu Cbristo , S sub
ejus Imperio Sancio Rege in
Pampilona , Avúnculo ejus
Fredenando in Legione , Ra-
nimiro in Aragone^ E pise o-
po jfoanne in Irunia , Epis'
copo Gomesano in Calagur-
ra , Nunno in Álava, Pero
la muerte del Rey D. Gar-
li 2 cia.
2 5 2 España Sagrada,
cía , y el Reynado de su hi-
jo y succesor Sancho , que
se expresan en esta escritu-
ra , y no se verificaron has-
ta la Era de 1092. muestran
con evidencia, que la data
está defeduosa. La concur-
rencia del Obispo D. Munío
é Ñuño , y de la Abadia de
S. Veremundo , puede justi-
ficarse en la Era 1094. y
1095. y no antes de estos
años ; por lo que soy de pa-
recer , que á la data debe
añadirse el número IV. ó el
V. y que la mención , que
se hace en esta escritura
del Obispo de Alaba , per-
tenece al Munio , cuya pre-
sidencia solo se puede esta-
blecer en las Eras 1094. Y
J095.
VIGILA
j^uo de 1057.
I Vuelve á sonar el nom-
bre de Vigila en los últimos
meses del año de 1057. Este
Obispo acompañó al Rey D.
Sancho , que fue á Ley re
convidado del Obispo Don
Juan de Pamplona , y de los
Monges de aquel Monaste-
rio , para asistir á la con-
sagración de su Iglesia , con-
Trat,6p. Cap.i'i.
firmó aqui nuestro Obispo la
escritura de donación , por
la qual el Rey dio como eii
dote de la Iglesia consagra-
da el Monasterio de Arrosa,
que estaba en el Valle de
Sarasaz , que hoy se dice Sa-
l-azar. Al fin del mismo año
á 7. de Diciem.bre hizo el
mismo Rey donación del Mo-
nasterio de S. Miguel de Bi-
hurco en favor de D. San-
cho Fortuñez ; y la data de
este Instrumento dice , que
eran Obispos D. Gomesano
en Nágcra , D. Juan en Iru-
nia y D. Vigila en Alaba.
2 En el año de 105B,
confirmó con Juan , Obispo
de Pamplona , la donación
que Doña Jimena Sánchez
hizo á S. Millán , ofrecit?n-
do por el alma de su hijo
D. Lope Garcés los palacios,
que éste poseía al extremo
y parte mas baja de la Vi-
lla que se decia Escalivia.
3 Mor.et se inclina á
creer , que en este año hu-
bo alguna novedad en el
Obispado de Alaba , por ha-
llarse en Instrumentos dos
Obispos con el titulo de esta
Sede en un mismo año , que
fueron Vigila y Munio. Del
primero dice , que se retiró
ai Monasterio de Irache , y
que
Obispos de Alaba, Vig ila. í2 5 3
que S. Veremiindo , que era en el otro fue titulo de ho-
cntonces Abad , le cedió el
nombre , y todo lo honorífi-
co de su dignidad. En este
sentido interpreta ciertas pa-
labras , que se contienen en
una escritura de donación
del año de 1058. por la qual
el Rey Don Sancho anejó á
Santa María de Irache un
Monasterio con la advoca-
ción de S. Clemente junto
al lugar de Sorlada , y de-
bajo de la peña , que se Ha
maba Piniana. Dice pues el
Rey , que hace la entrega
de este Monasterio al Ahad
/). f^ellajete que regía á Ira-
she ^ y á los demás hernia-
nos , que alU servían á Dios
en cornpañia de D. Vcre
mundo debajo de la regla de
S. Benito, Sí bre las quales
palabras, dice Moret , halló
Yepes tan gran dificultad
que dijo , que para él era
un nudo ciego , quien ó co-
mo fuese Abad ahora aqueste
nombrado Vellajete , cons-
tando que antes y después
lo era San Veremundo. Dá
luego el Analista de Navarra
su sentencia en estos tér-
minos. Pero el mismo tex-
to insinúa lo era al tiem
po San Veremundo : en
quanto podemos entender,
ñor llamarle Abad , y que
era Obispo retirado alli á
la Mongía , como solian á
veces los Obi.^pos acídanos,
4 Las donaciones que ci-
ta este Escriror , no sT^^n
para comproba'- su dictamen
de la coexistencia de los dos
Obispos de Alaba Vigila y
Muiiio , porque aunque son
de un mismo -año , la una
señala el mes de Abril , y
está confirmada por D. Vi-
gila ; la otra no tiene mes
determinado , y hay lugar
para que desde el Abril has-
ta fin del año pudiese veri-
ficarse el fallecimiento de
Vigila , y la entrada de Mu-
nio á goberrar la Iglesia de
Alaba. Añádese á esto , que
esta segunda donación , que
es de Doña Sancha hija na-
tural del Rey D. García se-
gún Sandcval y Moret , soio
se lee el nombre de Ñuño,
sin determinación de la Sede,,
que tenja ; por lo que de
ello no puede hacerse argu-
mento de la coexistencia de
dos Obispos en la Silla Alá-
bense , ni tampoco sirve pa-
ra ponerle en este Cátalago
por continuarse la memoria
de Vigila en los años siguien-
tes 5 como lue£o veremos.
Acer-
54 España Sagrada. Trat. 6(). Cap. 1 8.
5 Acerca del retiro de juxta ly^illulam , quce fertur
Vigila al Monasterio de Ira-
che, y del titulo de Abad,
que se le dio en honor, yo
me persuado , que este es
un efugio poco sólido é in-
ventado para ocurrir á la di-
ficultad que nace de creer,
que S. Vereoiundo fue Abad
de Irache por mas dequa-
renta años , y de nombrar-
se en la escritura referida
otro Abid distinto dentro de
los mismos años , en que lo
fue el Santo ; lo qual tienen
algunos por falso, creyendo
que S. Veremundo tubo aque-
lla dignidad quarenta años
continuados. Exhibamos á la
letra la clausula de la do-
nación , que ella misma ha-
rá demonstracion de la vo-
luntariedad con que se ase-
gura el retiro de Vigila , y
de la falsedad con que se es-
cribe , que el Santo expre-
sado fue Abad por todo
aquel tiempo de quarenta
años sin alguna interrup-
ción. Dice pues D. Sancho:
Placuit mihi devota mente
daré illud Monasteriolum ab
omni secular i s officii jugo
suhlatum , atque consecra-
tum in honor c S. Clementis
Episcopi , quod sítum est sub
rupe , quív dicitur Piniana
Suruslñta in honorc S. Ma-
ricü Virginis , atque Cceno-
hio , quod vocitatur Hyrazi^
& Abbati Domino Vellage
tune regenti , ¿j" cceteris
fratribus ibi servientibus
Deo una cum Domino y ere •
mude sub regula S. Patris
Benedidii , Se. Muéstrase
pues primeramente, que en
estas palabras no sa hace
mención del Obispo Vigila;
porque sobre ser muy dis-
tinto el nombre de Vellase
del sayo , no se le dá otro
di(ítido al sugeto de quien
se habla que e\ de Abad,
lo que no se praéticaria con
Vigila , á quien se le debía
otro mas honorífico , qual es
el de Obispo ; porque sería
tratarle con poco de:oro,si
por honrarle con el titula
de Abad , que se le dio de
gracia , se le quitaba el mas
noble , que le correspondía
por su dignidad Episcopal.
Muéstrase también, que Ve-
llage no tenia el titulo de
Abad solo por honor , sino
con propriedad y egercicio,
porque él era el que regía
el Monasterio de Irache, co-
mo significa aquella palabra
del privilegio , tune regenti.
Evidenciase en fia , que San
Ve-
Obispos de Alaba, Vigila. 255
Veremundo no era en el año critura del Rey D. Sancho.
de 1058. Abad , sino subdi-
to como los otros Monges,
con quienes se nombra con
particular expresión, asi por-
que en los años anteriores
gobernó aquel Monasterio,
como porque su santidad , y
relevantes méritos le distin-
guían entre todos : Et c<^-
teris fratribus , dice , ibi
servientibus Deo cum Domi-
no yeremundo. Siendo este el
sentido claro y literal de la
clausula , es muy estraño lo
que el P. Moret afirma , es-
to es , que el mismo texto
insinúa , que S. Veremundo
era Abad al tiempo de esta
donación ; y se ha de tci}er
por falso lo que éste y otios
Autores escriben , diciendo
que el Santo gobernó su Mo-
nasterio de Irache por mas
de quarenta años , sin haber
desistido jamás dei cgerci-
cio de su dignidad. Conven-
cese asimJ.sm.o , que no me-
rece crédito lo que se esta-
blece de nuestro Obispo Alá-
bense Vigila en orden á su
retiro, y al titulo honorario
de Abad en el Monasterio de
Santa Maria de Irache , por
no tener otro apoyo que una
inteligencia violenta y con-
traría al contexto de la es-
6 Prosigue la memoria
de Vigila en el mismo año
de 1058. en otra escritura
de donación , por la qual el
Rey D. Sancho premió los
grandes servicios de D. For-
tuno Sánchez , dfndo leste
Caballero los solares y divi-
sas , que el Rey tenia en
Cembrana. Vigila fue el úni-
co Obispo testigo de esta
merced , y dice con pala-
bras expresas , que regía la
Iglesia de Alaba.
7 Finalmente en el añO/
de 1059. á ir. de Diciem-
bre firmó la licencia , que
el Rey D. Sancho dio á Go-
mesano , Obispo y Abad de
S. Miilán , para poblsr el
barrio de S. Martin en Gra-
ííón , concediendo á sus po-»
bladcres , que se sirvieren
dt los montes y pastos de
la jurisdicción de este lugar
con la misir.a libertad qué
los vecinos antiguos.
GARCÍA
Año de 1 060.
I La Reyna Doña Este-
fanía , muger del Rey D.
García ya difunto, compa-
deciéndose del trabajo dé
ciertos fugitivos, les señnló
coa
2 5^ España Sagrada.
con consejo de los Monges
de Nágera unas sernas , que
tenia en Sojueln; y en la es-
critura de esta donación
subscriben los Obispos D.
Juan de Pamplona , D. Go
mesaEO de Nágera , y D.
García de Alaba , y es la
única memoria que tenemos
de este Prelado.
MUNIO
^ño de 1060.
I Sin salir del año de
1060. en que hemos visto
en esta Sede á D. García,
hallamos presidiendo á D.
Munio , cuyo nombre se ha-
lla la primera vez en el tes-
tamento de un Caballero lla-
mado Tello Muñoz , que res-
tituyó á S. Millán el Monas-
terio de S. Pelayo de Cello-
rigo en el sitio que dicen
Hoz de la Morcuera. Fir-
móle con el Abad de S, Mi-
llán el Obispo Munio , pero
sin expresión de la Sede , la
qual se sabe por las escritu-
ras siguientes.
1 En el año de 1062.
el Rey D. Sancho donó á
D. García Garcés en pre-
mio de su fidelidad, y buenos
sevicios las casas Reales con
las heredades que le pene-
Trat, 69 Cap, 18.
necian en el Valle de ZaN
ratón. Está la escritura en
el Archivo de S. Millán con
las firmas de los Obispos
Gomesano de Calahorra,
Juan de Pamplona, y Mu-
nio de Alaba. En el mismo
año dio el Rey al Obispo
de Alaba el Monasterio de
Santa María de Urrecha;
y dirigiendo al donatario
sus palabras , le habla coa
esta expresión : Tihi Patri
meo spirituali Murcio Ala-
ben sis terree Episcopo. La
ultima memoria es del año
expresado , y está en un
instrumento de S. Millán,
por el que consta que este
Obispo , Doña Jimena y sus
hijos , y el Señor Gonza-
lo Muñoz de Gamarra, pa-
tronos y divíseros de San
Vicente de Ocoizta , unie-
ron este Monasterio al de S.
Millán con el consentimien-
to del Rey D. Sancho.
VIGILA
Año de 10^2.
I En el Monasterio de
S. María de írache se guar-
da un instrumento que em-
pieza : Sub Chrtsti nomine^
& individüce Trinitatisi
Hcec est carta donationis
Obispos de M
& confirmationis , quam
facto ego Zorraqtiinus yíb-
has de Sardii Romani Do-
mino Veo y S Sancfcü Ma-
ri ¿e , (S? DoTnino J/^ermudo
una cum Collegio Mo-nacho-
riim Iraxensiufi!» Sigúese la
donación , y es de un Monas-
terio pequeño con el titulo
de Santa Engracia , que el
Abad Zorraquin habia com-
prado ai Sénior D. Garcia
Garceiz , y lo dona con la
condición de que lo reten-
dría él por su vida , pagando
cierto censo que declara con
el non:ibre de septem Assa-
tas. Confirman la donación
algunos Caballeros Alabeses
en esta forma : Sénior San-
cío Garceiz de Gauna , Se~
nior Lope Guideriz de Oc-
cariz , Sénior Semeno Gon-
salvoz de j^lventz^ Fortun
Sansoiz Sandii Romani , For-
tun Munioz San&i Romani,
Sancio 3íunioiz de Eguino.
La data es de la Era iioo,
y dice reynaba D. Sancho
Garzeiz en Pamplona , y en
Nágera , y prosigue de este
modo : Comité in Alaba
Domino Marcielle , Episco-
po Domino Veila regente
Alabensem Ecclesiam Sedis
Armendi, Concluye en el
original con el testimonio
Tunu XXXllL
Haba. Vigila. ^57
de D. Jimeno , que dice
escribió la carta de dona-
ción por mandado del Abad
su Señor , que lo era S.
Veremundo.
2 En el Archivo de S.
Millán hay otra escritura
perteneciente al mismo año,
y es donación de D. Aure-
lio López que dio á S. Mi-
llán , y á su Obispo, y Abad
Gomesano los palacios que
tenia en Castañares ; y el
único Prelado que la confir-
ma es D. Vigila con expre-
sión de su Sede.
MUNIO
Año de 1063.
I En el año de 1063.
era Obispo con titulo de
Alaba D. Munio , sin qua
alterne mas en adelante , di-
ce Moret , el nombre de
Vela como solia. Hay me-
moria de este Obispo en eí
Archivo de S. Millán en un
instrumento de donación que
hizo el Rey D. Sancho al
mismo D.Munio, á quien ha-
bla con estas palabras : Con-
cedo tibi paíri spirituali
Abba Munio , Alábense ter-
ree Episc po^ Y luego : Sic
tibi af firmo pr^ediclam offer-
Kk tio'
c 5 S España Sagrada,
tioncm , ó screnissimc Ponti-
fcx, Garibay , que vio este
instrumento , refiere su con-
tenido de este modo: En
primero de Julio del año de
1063. según parece por es-
crituras de S. Millán el Rey
D. Sancho Garcia hizo do-
nación á D. Ñuño Obispo
de la tierra de Alaba de la
Iglesia de Santa Mariade \3.
Vega con su cimenterio , y
á la redonda de la iglesia
setenta y dos pasos , según
los Cánones , con todas las
casas y haciendas á esta Igle-
sia pertentcientes. Mas le
dona unci heredad de un Ju-
dio llamado Marh.hin , que
habia sido Rabí con otras
haciendas cerca de los rios
Ebro y Tirón , porque de él
tubiese memoria en sus ora-
ciones.
2 Llega la memoria de
este Obispo al año de 1064.
en que D. Sancho dio una
carta de donación y confir-
mación en favor del Monas-
terio de S. Millán , en que
cerno refiere Garibay en su
lib. 22. cap. 33. subscribe el
Rey diciendo era el unde-
cim.o año de su Reynado,
y dia primero de Noviem-
bre , y después de él sus
hermanos los Infantes Don
Trat, 69. Cap. 1 8.
Ramiro , D. Fernando y D.
Ramón , y los Obispos Don
Juan de Pamplona y D. Mu-
nio de Alaba.
FORTUNIO
Desde el año de 1065,
I Sería necesario empe-
zar desde el año de 1064.
las cosas de D. Fortunio su-
cesor inmediato del Obispo
D. Munio, si fuera verdade-
ra la Chronologia del Car-
denal Baronio , que pone en
este año el viage que hi-
cieron á Roma , llevando los
Códices de todo el Oficio
Eclesiástico según el uso de
España , los Obispos D. Mu-
nio de Calahorra , D. Jime-
no de Oca y D. Fortunio de
Alaba , cuyos nombres se
declaran en el instrumento,
que se lee al fol. 395. del
Códice de los Concilios Emi-
lianense , y se puede ver en
el tom. 3- de la España Sa-
grada pag. 390. Pero fun-
dándose el el. Escritor de
los Anales Eclesiásticos , en
que el Concilio de Mantua,
á que dice asistieron los tres
Prelados , se juntó en aquel
año ; y siendo patente por
los testimonios , que alega
el
Obispos de Alaba, Fortunio. c 59
el P. Pagi en sus Not. Crit. muchos instrumentos de los
á Baronio , que el Concilio
Mantuano no se celebró has-
ta el año de 1067. no po-
demos anticipar al de 1064.
el viage de Fortunio, ni su-
poner que era ya Obispo,
confirmándose también ser
esto falso con el Obispado de
Munio , á quien hemos vis-
to en la Sede Alábense has-
ta fines del expresado año
de 1064.
2 Empiezan las memo-
rias de Fortunio desde el año
de 1065. en que firmó una
donación , que está al fol.
60, del Becerro Gótico de S.
Millán , y es del dia 20. de
Marzo ; por donde se cono-
ce que entró á gobernar la
Iglesia de Alaba muy á los
principios del dicho año. En
el siguiente aseguró el Rey
D. Sancho al Monasterio de
S. Millán , cuyo Abad era
D. Pedro , en la posesión de
unas casas que estaban en
Calahorra, y fueron de un
Caballero por nombre Don
Quirame ; y en esta escri-
tura se lee también el nom-
bre de Fortunio. En las do-
naciones de estos dos años
no declaró nuestro Obispo
su Sede , pero se expresa en
años inmediatos.
3 Algunos escriben si-
guiendo á Baronio , que nues-
tro Fortunio , y los Obipos
de Calahorra y Oca , que ya
nombramos , asistieron en
el año de 1067. al Concilio
de Mantua celebrado contra
el Antipapa Cadaloo , que
usurpó el nombre de Hono-
rio segundo. Dicen también
que alli se reconocieron y
examinaron los libros del
Oficio Eclesiástico llevados
por los tres Obispos Espa-
ñoles , y presentados al Ro-
mano Pontífice Alejandro. Pe-
ro no se puede adoptar fa -
cílmente esta asistencia al
Concilio , por ser especie que
no tiene apoyo en documen-
to antiguo. El mismo Baro-
nio confiesa , que por no
existir las Aélas del Conci-
lio Mantuano , se veia en la
necesidad de recoger con
gran trabajo las noticias,
que hallaba esparcidas en
otros. Y en efedo , la que
pone de la concurrencia de
nuestros Obispos , está saca-
da de Mariana , á quien cita
con la satisfacción de que
este Escritor moderno la ha-
bla tomado de otros mas an-
Kk 2 ti-
1 6o España Sagrada»
tiguos Historiadores de las
cosas relativas á España.
4 El instrumento masau-
tentico,que tenemos de lo que
pasó por este tiempo en or-
den al Oficio Eclesiástico de
España , es la memoria que
he citado del libro de los
Concilios , llafnado comun-
mente Emilianense , consta
de ella , que sentidos los
Obispos de estas provincias
del conato , que ponían al-
gunos legados en abolir el
orden del rezo, y la forma
de celebrar , que acá se usa-
ba desde muchos siglos , en-
viaron á Roma los tres Pre-
lados referidos. Pro qua re
Hispaniantrn Episcopi vehe-
mer^tcr irati , consilio inito,
tres Episcopos Romam mise-
r-unt , ícilicet Muniencm Ca-
laffiírritanum , S Eximinum
yiiicensem , í? Fortunionem
j^Iabenxem. Consta asimis-
mo, que estos tres Obispos
fueron i Roma , y llevaron
consigo los Códices del Ofi-
cio Eclesiástico, que presen-
taron al Papa Alejandro II.
el qual y el Abad de S. Be-
nito de Roma , y otros sa-
bios , después del examen
que duró diez y nueve dias,
los bailaron puros y catoli-
Trat, 69. Cap. 1 8.
eos en todo su contenida^
y mandaron con censuras,
que nadie se atreviese á tur-
bar , condenar ó mudar el
Oficio Divino , según el uso
antiquísimo de España. Es-
tando pues todo lo dicho
tan expreso en el citado do-
cumento , que es notoria-
mente el de mayor antigüe-
dad y autoridad en este asun-
to , debe corregirse lo que
escriben algunos modernos
sobre el viage de nuestros
Obispos á Mmtua , y el re-
conocimiento que en el Con-
cilio celebrado en estaCiu^
dad el año de 1067. se hizo
de los libros que contenían
el Oficio Eclesiástico. Ni se
oponga lo que el Rmo. Flo-
rez dice en el tom. 3. pag.
283. sobre la conformidad
que parece tener lo que es-
cribe Baronio , siguiendo k
Mariana con el documento
del Códice Emilianense, don-
de se lee la expresión de
que el Papa , y todo el Con-
cilio recibió los libros; por-
que leyéndose alli que los
Obispos fueron enviados á
Roma , y los libros llevados
á esta Ciudad , y presenta-
dos á Alejandro II. es indu-
bitable , que la voz Concilio
sig-
Obispos de Alaba, Fortunio. 16 1
significa solo el Consistorio pasados estos volvieron los
ó Junta de hombres do6los,
que el Pontífice tenia en Ro-
ma, para examinar los pun-
tos graves que se ofrecían
en orden al gobierno de la
Iglesia.
; 5 Argaiz dice , que en
ios afios de 1068. y 1069.
no hay memoria de Fortu-
nio , y tiene por verisimii,
que la causa es haberse ocu-
pado en este tiempo en el
viage que hizo á Roma. Yo
no puedo señalar con certi-
dumbre el año , en que nues-
tro Obispo salió de España;
porque de la memoria an-
tigua , que dejo citada , so-
lo se puede inferir , que los
tres Obispos fueron destina-
dos á Roma después de la
primera venida del lüarde-
nal Hugo Cándido, que fue
en el año de 1068. y de la
pretensión de otros Lega-
dos que le sucedieron é in-
tentaron también abrogar el
Oficio Eclesiástico de estas
-Provincias. Pero hallándose
el nombre de Munio Obispo
de Calahorra , y compañero
de Fortunio en algunas es-
crituras de aquellos dos años,
y constando que el reconoci-
miento de los libros se hizo
en die¿; y nueve días , y que
Obispos á España , no tengo
al referido viage por causa
legitima del silencio , que se
nota en las memorias de núes-
tro Obispo.
6 Tampoco es verdad,
que no hay memoria de For-
tunio en el año de 1069.
porque en el Archivo de Ira-
che se guarda una donación
de la Era 1107. que coinci-
de con dicho año, en la qual
se mencionan los Obispos
Munio de Calahorra , Bela-
sio de Pamplona y Fortunio
de Alaba. Véase Moret en
los Anales de Navar*-a lib,
14. cap. 3. num. 4.
7 En el año de 1070. subs-
cribió la donación que el Rey
D. Sancho y Doña Placen-
cia su muger hicieron á S.
Millán á 2$. de Febrero de
los Canales de Vadalongo,
y algunas heredades en ter-
mino de Varea junto a Lo-
groño. Desde este mismo
ano se lee el nombre de
Fortunio tan repetido en las
escrituras , que sería muy
prolijo hacer mención de
todas ellas en particular , por
lo que solo haré presentes
las mas notables é impor-
tantes en orden á las cosas
de este Obispo , y de las
lier-
2 02 España Sagrada,
tierras de su Diócesis.
8 De este genero es
una escritura de donación
del año de 1072. dia 3.
de Julio , por la qual el
Rey D, Sancho dio al Obis-
po D. Fortunio y al Monas-
terio de S. Salvador de Ley-
re una villa que se llamaba
Tondón , y estaba situada
entre Briñas y Faro , que
es Haro, en cuya jurisdicción
se mantiene el nombre de
aquel puebl^o donado , en un
termino que está á la ribe-
ra del Ebro , y se dice
vulgarmente Hondón.
9 Sandoval habiendo
mencionado una carta del
libro Redondo de la Santa
Iglesia de Pamplona perte-
neciente al año de 1071.
cuya data dice : Sancius Ra-
mmirus , pro Rege in Ara-
gone ^ Guillelmus Episcopus,
Belasius Episcopus in Iru-
nia ^ Fortunius Episcopus in
Alaba , hace memoria dé es-
ta escritura , y dice que el
Rey D. Sancho hizo en Ná-
gera esta donación á D. For-
tunio Abad de Leyre y Obis-
po de Pamplona , siendo asi
que en los anteriores y si-
guientes lo fue D. Blas , co-
mo consta de muchos ins-
trumentos , y de Alaba el
. Trat.6(). Cap, 18.
mismo D. Fortunio. Y seña-
lando la razón que le parc-
cia verisímil , dehian , dice,
de mudarse los Obispos con
facilidad de un Monasterio
ó Iglesia á otra , como no
habia Bulas ni las costosas
expensas de ellas , que en
estos tiempos se pagan por-
que debe convenir asi.
10 La dificultad , que
aqui pone Sandoval , no pide
otra resolución mas que
probar la falsedad del su-
puesto en que procede. Se
ha de notar pues que no
solo en los años anteriores,
y siguientes al de 1072. sino
en este mismo,Belasio y For-
tunio fueron constantemente
y sin mudanza Obispos, aquel
de Pamplona , y este de Ala-
ba. De Belasio consta por
una donación del Infante D.
Ramiro al Monasterio de
S. Prudencio , que á 20. de
Mayo de 1072. era Obispo
de Irunia , que es Pamplona,
Por otra,que en 26. de Agos-
to del mismo año hicieron
el Rey D. Sancho y la Rey-
na Doña Placencia á S. Mi-
llán , se sabe que Belasio y
Fortunio retenían los mis-
mos títulos que en los años
pasados , firmando con ellos
esta escritura , por la que
dic-
Obispos de Alaba, Fort unió. 263
dieron los Reyes al expresa-
do Santo un Monasterio,
que estaba cerca de Duran-
go con la Decanía del territo-
rio de Vizcaya , cuyo nom-
bre era Ihurrueta. Por lo que
toca á la donación referida
de la Villa de Tondón es
cierto que se hizo al mis-
mo Fortunio, que fue Obispo
de Alaba; pero en la escritu-
ra no se nombra con el titu-
lo de Pam.plona , y lo único
que puede estrañarse es, que
los Reyes le hicieron esta
merced en uno con el Monas-
terio de Lejre , lo que como
dice Moret , sería ó por-
que la Villa se les dio á me-
dias , 6 porque se dio á D.
Fortunio con la condición
de que después de sus dias
viniese á poder de] Monas-
terio. Resulta pues que ni
el nombre de Belasio debe
ponerse en el Catálogo de
Alaba , ni el de Fortunio en
el de Pamplona , como qui-
so Sandoval , equivocándose
sin duda en la inteligencia
de la escritura de Leyre,
y nada noticioso de las que
en el año de 1072. mencio-
nan á estos Obispos con los
mismos títulos que siempre
tubieron.
i I Es también notable
la escritura de donación
hecha á D. Fortunio , por
advertirse en ella que en el
año de su data murió el Sé-
nior D. Marcelo. Este caba-
llero gobernó la provincia
de Alaba con el titulo de
Conde. Nombrase en las es-
crituras con cierta singulari-
dad ; porque firmando los de-
más Grandes,que acompaña-
ban al Rey , con el antenom-
bre de Setiiur ^ él se distin-
gue con este y el de Donmo
juntamente , como en dos
escrituras de Irache , que
tengo presentes , y son de
los años de 1062. y 1063.
Su piedad quedó muy per-
petuada en una rica dona-
ción que en el año de 1071.
hizo en compañía de su mu-
ger Doña Goto , expresando
el Obispado de D. Fortunio,
en favor del Monasterio de
Leyre , ofreciendo á S. Sal-
vador, y á las Santas Virgi-
nes, que en él se veneran,
muchos pueblos , y moneda
de plata del cuño de Alaba.
Su nobleza en fin y los altos
empleos que obtubo, le gran-
gearontan grande autoridad,
que en algunos instrumentos
públicos se halla señalado el
año de su muerte.
12 Continuase la memo-
ria
(204 España Sagrada
ria de D. Fortunio en dife-
rentes escrituras desde el
año de 1072. hasta el de
1076. y en este se mencio-
na su Obispado en algunas
donaciones que trae Moret
hechas por el Rey D. San-
cho antes del dia quatro de
Junio , en que este Principe
llamado el Noble por la
generosidad y bondad de su
corazón , fue precipitado en
la cumbre de Peñalen por
traición de su hermano D.
Ramón y su hermana Doña
Ermisenda, y otros Persona-
ges de su Reyno.
13 La mudanza que hu-
bo en la Diócesis de Alaba
por la muerte del Rey D.
Sancho , fue que te do su ter-
ritorio quedó desmembrado
de la Corona de Navarra,
y unido á la de Castilla en
el mismo año de aquel des-
graciado suceso. Por esta
razón , aunqae el nombre del
Obispo de Alaba se halla
aiq;una vez en escrituras per-
tenecientes al Reyno de Na-
varra , y dadas en los años
siguientes á esta separación,
no suena tan repetido , co-
mo en el tiempo anterior
en que la Provincia daba á
los Reyes de aquella Corona
uno de sus títulos.
. Trat, 6g Cap. 1 8.
14 Argaiz escribe que
el año de 1077. pasa en
blanco sin memoria alguna
de este Prelado: pero San-
doval en las Fund. de los
Monast. pag. 77. trae una
escritura del mismo año,
y es donación de Doña Se-
gunda Muñoz a S. Millán,
dándole el Monasterio de
Santa Maria de Orsales , y
dice que reynaba D. Alonso
en Castilla, León , y Gali-
cia, y el Rey D. Sancho Ra-
mírez en Aragón, y Pam-
plona ; y que eran Obispos
Fortunio en Alaba , D. San-
cho en Nágera , D. Gómez
en Burgos , y D. Pedro en
Pamplona. Yo he examinado
esta data , y veo que está
defeduosa , por no poder
verificarse en el año, que
señala Sandoval , los Obispos
que en ella se nombran. D.
Sancho no entró á gober-
nar la Iglesia de Calahorra
y Nágera hasta el año de
1080. en que Tvlanio su pre-
decesor se reritó al Monas-
terio de Cluni. D. Gómez
no empezó á presidir en Bur-
gos hasta el año de 1082.
en que falleció Simón su an-
tecesor. Véase el tom. 26.
pag. 209. La Silla de Pam-
plona estaba ocupada por
Be-
Obispos de Alaba. Fortunio, 265
Be^asio , que murió en el
año de 1078. Desde éste
hasta el de 1084. tubo la
administración y gobierno
de esta Diócesis el Infante
D. Garcia, que era Obispo
de Jaca. De manera , que
el D. Pedro nombrado en la
data no tomó posesión de la
Sede de Pamplona hasta di-
cho año de 1084. en que fue
su elección , la qual se no-
ta en alimañas escrituras de
}a Era 1122. por estas pa-
labras : Sien io el Obispo D.
Pedro eicírid-) para el Obis-
pado de Pamplona. Asi que
la donación que refiere San-
doval dsbe atrasarse hasta
el ano de 1084. á lo menos,
que es el primero en que se
encuentran presid'endo jun-
tamente los Obispos que alli
se mencionan. (*)
15 Argaiz pone otra me-
moria de Fortunio del año de
1078. y dice , que está en
un Privilegio de D. Sancho
el Noble concedido á S. Mi-
llán : pero constando de mu-
chos instrumentos , que este
Rey habia muerto en el año
de 1076. no puede dudarse,
que la fecha de esta escri-
tura necesita de enmienda.
16 En el año de 1080.
dio á Leyre una Señora muy
principal llam.adaDoñaMen-
cía Fortuñez las tierras , que
poseia en un lugar por nom-
bre Huza , y dice en la es-
critura de donación , que
eran Obispos Don Garcia en
Jaca , D. Munio en Calahor-
ra y D. Fortunio en Alaba.
En este mismo año el Rty
D. Alonso con la Reyna Da-
ña Constanza su muger otor-
garon la escritura de dota-
ción del Monasterio de Sa-
hagun. Firmáronla muchos
Obispos del Reyno de Don
Alo.iso , y entre ellos Don
Fortunio con estas palabras:
Fortunius Alabensis Episco-
pus confirmat.
17 Entre las donaciones
de los años siguientes , que
mencionan á estePielado, la?
mas dignas de referirse son
aquellas que manifiestan su
particular devoción á los Mo-
nasterios del gran Padre San
Benito. En el año de 1051.
hablan hecho los Señores de
Vizcaya D. Iñigo López y
Do-
(*) En efe^o la data es del ano 1087. como me ha cowimicado el R.
P. M. Fr. Segismundo Beltrán , Abad que fue del Monasterio de San
Millán.- ■
Tom.XXXllh U
a 65 España Sagrada^
Doña Toda donación del Mo-
nasterio de S. Maria de Iz-
peya,en favor de D. Gar-
cia , como dige tratando de
este Obispo. Parece que des-
pués de ios dias del donata-
rio , pasó este Monasterio á
S. Miilan ; y para que su po-
sesión fuese mas estable, dio
Carta de confirmación D.
Fortunio en el año de 1084.
diciendo , que presidia en
Armentia.
18 En el ano de 1085.
dio un particular testimonio
de su afeito á S. Juan de la
Peña. Tenia este Monasterio
en la Diócesis de Alaba al-
gunas Iglesias, que le fueron
concedidas por varios Seño-
res , y estaban en los pueblos
de Huhulla , Traza , Quos-
quoriita , y Mundaca. Pues
todas estas Iglesias queda-
ron por devoción de Fortu-
nio libres, y absueltas de pa-
gar las tercias , y quartas
Episcopales. El Abad Don
Juan Briz en su Hist. de S.
Juan de ia Peña , lib. i. cap.
56. trae la data del Privile-
gio de nuestro Obispo, cuyas
palabras son estas : Hatic
fiutcti' Scripturawfec/^ & ro-
¿oruvi^S propn'a manu subs-
', e/¿psí hoc signum Crucis t
//; Sede ñ ostra , guíe vcca-
Trat, 69. Cap. 1 8.
tur Armentegi , pt\Tsetitibus
Clericis & Archidiaconibüs
ejiísdem Sedis , S firman ti-
bus. Pero Moret en sus Anal,
lib. ig. cap. 3. dice , que
subscriben D. Fortuno , Pre-
pósito , y Arcediano de Ar-
mentia , y D. Vela , Decano
de la misma Iglesia.
19 De esta concesión de
D. Fortunio quieren algunos
Autores inferir ,q'ie la juris-
dicción del Obispo de Alaba
se extendía hasta la Villa de
Cuzcurrita en la Rioja; pero
yo tengo por cierto , que asi
la Provincia de Alaba , como
^u Diócesis , comprehendia
solo hasta el ramo del Pyri-
neo , en que estaban los Cas-
tillos de Bilibio ,y Cellorigo,
que defendían la entrada en
la Provincia. El nombre de
Cuzcurrita y Cozcorrita ha
sido muy común en España;
y el pueblo que en la data
se menciona , se dice está si-
tuado en territorio del rio
.Olga , para distinguirle de
-Otros pueblos del mismo
nombre , como el de Rioja,
que se llama Cuzcurrita del
, rio Tirón. Alguna vez po-
seyó el Obispo de Alaba tier-
ras, en la Rioja ; pero tampo-
co puede colegirse de esta
posesión que se extendiese á
ellas
Obispos de Alaba. Fortunío. 267
elías su Obispado , por no D. Pedio Nazar , con estaá
tetier en ellas oira jurisdic-
ción que la temporal , en
fuerza del dominio que se le
habia dado por los Señores
á quienes pertenecieron.
20 En el año de 1086.
asistió D. Fortunio á la so-
lemne Consagración de la
Iglesia del Monasterio de
Santa Cruz en Ribarredon-
da , á que concurrió también
el Arzobispo de Tcjledo D,
Bernardo , con otros Prela-
dos , que se nombran en el
tom. 26. pag. 214.
21 Por Escrituras de S.
Millan consta, que Fortunio
vivia en el año de 1087. En
Jos siguientes no se halla
ya memoria suya , lo que es
indicio de haber fallecido
por este tiempo.
• 22 E! üoítor Tejada en
el lib. 3. del Abrahan de la
Rioja , cap.8. §. 5. dice , que
Fortunio murió por el año
de 1093. y que el Rey D.
Alonso agregó al Obispado
de Calahorra todo el terri-
torio que ccmprthendia el
de Alaba. De aquí temó oca-
sión el Licenciado ILañez,
Autor de la Vida de S. Pru-
dencio , para calumniar al
Obispo que entorxts presi-
dia en Calahorra , llamado
expresiones: iPero quién ha
de creer , dice , que un Rey
tan advertido se metiese ea
extinguir unas Diócesis para
engrosar otras , no siendo
eso de su incumbencia?. La
agregación que Tejada dice,
hecha el año de 1093. fue
una verdadera usurpación,
que se hizo dos años antes
el de 1091. pues ya D. Pe-
droNazar en la Era de 1 129.
metido en mies agena consa-
gró la Iglesia de S.Pedro de
Munguia en Vizcaya , como
reparó Gabriel Henaojib. i.
cap. 41. Añade , que después
de la muerte alevosa que dio
al Rey D. Sancho el Noble,
su hermano D. Ramiro en
Peñalen en el año de 1076.
Armentia iba en decadencia,
por mas que D. Fortunio sos-
tenia con tesón su Diócesis,
y Silla Episcopal : que D. Pe-
dro Nazar no pensó pedir á
á la Silla Apostólica la con-
firmación de haber unido am-
bos Obispados , y que esta
resolución fue [:o( o grata á
los Alabeses , y Navarros:,
que si Pasqiía! Segundo con-
firmó por su Bula los lími-
tes del Obispado de Cala-
horra , esta concesión se im-
petró fácilmente, por ro ha-
Ll 2 bcr-
i69 España Sagrada
ber^e representado la agre-
gación que se hizo veinte
años antes sin autoridad le-
gitima , ni citado al Capitu-
lo Sede Vacante de Armen-
tía.
23 Estas quejas no son
otra cosa que unas injuri.js
manifiestas contra la buena
memo'-ia de D. Pedro Nazar;
ni tienen otro origen que un
animo apasionado por su pa-
ís , y sentido de que se su-
primiese la Silla Episcopal
de Alaba resumiéndose en la
de Cal:i horra. Esta supresión
se hizo asi que murió Fortu-
nio , cuyo faileciiDÍento fue
sin duda cerca del año de
ig88. Por este mismo tiem-
po entró á gobernar la Igle-
sia, de Calahorra D. Pedro
Na/^ar , á quien se agregaron
has Provincias de Alaba , y
Vizcaya , que desde el pri-
mer establecimiento de los
Obispados hablan perteneci-
do á su jurisdicción hasta el
siglo d(?rimo, en que se fun-
dó la Cátedra Pontifical de
Armentia,que asi como la
deN.^jTera no fue sino efedo
del miserable cautiverio, que
padecía la Matriz de Cala-
horra bajo el poder de los
Arübes. Ni hay fundamento
para creer . que la incorpo-
. Trat. 69. Cap. i S.
ración ó reunión de las dos
Provincias referidas se hizo
sin autoridad competente.
Tampoco hay motivo para
presumir , que D. Alonso el
IT. no intervino con su au-
toridad Real en la agrega-
ción. Si este religiosísimo
Principe incorporó en el año
de 1075. la Sede Aucense
con la de Burgos menos an-
tigua , y su hecho fue apro-
bado, y confirmado por Ur-
bano Segundo en el de 1095.
¿qué inconveniente hallaba
el Licenciado Ibañez en cre-
er que el mismo Rey reunió
el territorio de la Diócesis
de Alaba al Obispado de Ca-
lahorra, de quien se desmem-
bró no por otra causa que
la persecución Sarracénica?
Debemos , pues , juzgar , que
D. Pedro , Obispo de Ca-
lahorra consagró en la Era
1 1 29. la Iglesia de Monguia,
no metiéndose en mies age-
na , sino egerciendo su ju-
risdicción Episcopal , des-
pués de haberse suprimido el
Obispado de Alaba ,é incor-
poradose su territorio con
el de Calahorra , y Nágera.
La agregación está confir-
mada no solo por Pasqual
Segundo, sino también por
otros, seiá Pontífices Roma-
nos;
Obispos de Alaba. Fortu nio. !2 o 9
nos ; e*5 á saber , Lucio IF. Eu- dominios , señala por Obispo
genio III. Alejandro IH. Ale-
jandro IV. Clemente UI- y
Urbano III. cuyas Bulas sq
guardan en el Archivo de la
S, Iglesia de Calahorra. Y es
gran temeridad fundar solo
én las causas que lbañ<iz pro-
pone ^ la facilidad de estas
concesiones, quando p>or ellas
no se dio á la Docesis Cala-
gurritana , re-^peéto d-e las
Provincias de A'aba, y Vizca-
ya, sino un territorio que po-
seyó muchos siglos antes de
establecerse la Sede en Ar-
mentia, y de que fue privado
solo por la necesidad que
provino de la cruel perse^
cucion de los Barbaros. '.,;•
24 No puedo apartar-
me de el Obispado de Alaba,
sin refutar primero lo que
el Autor citado escribe de
el restablecimiento de esta
Sede. Dice , que habiéndo-
se restaurado el Reyno de
Navarra por su legitimo Se-
ñor D. Garcia Ramirez , se
restauró también la StUa;
Episcopal de Alaba en la
Escritura que su hijo D.
Sancho el Sabio hizo de la
población de Vidoria en el
añode ii8r. porque ex pfe-
sando en ella los Obispas que
regían las Iglesias de., 5us
de Armentia á D. Rodrigoi
Discurre luego , que ó D*
Sancho elSabio no tenia no-
ticia de la supresión , que ca-
si un siglo antes se habia
hecho de esta Sede , ó que
se restituyó á Armentia la
Silla Episcopal ; y en me-
dio de confesar que la Pro-
vincia de Alaba no era go-^
bernada al tiempo de la re-
ferida Escritura por Obispo
distinto del de Calahorra,
concluye , que pues no se le
dio otro titulo que el de la
Iglesia de Armentia , ésta
fue restituida á su antiguo
honor de Catedral.
525 No se puede dudar,
que incorporada la Provin-
cia de Alaba con la Diócesis
de Calahorra, quedó la Igle-
sia de Armentia en forma de
Colegial , y con cierto nú-
mero de Canónigos ; y que
perseveró en t3l estado hasta
el año de 1498. en que por
autoridad del Papa Alejan-
dro VI. fue trasladada á S.
Maria de Vidoria. Es igual-
mente cierto , que suprimi-
do el Obispado de Alaba se
substituyó el Arcedianato de
este, titulo , que desde en-
tonces constituye una de las
dignidades de la Santa Igle-
sia
q,jo España Sagrada. Trat. 69. Cap. 1 8,
sia de Calahorra. Es final-
mente constante , que sin
enibargo de verse la Iglesia
de Armentia honrada en la
Carta de fundación y fuero
de Viítoria con ei titulo Epis-
copal que tubo antiguamen-
te, no por eso dejaba de es-
tár aneja al Obispado de Ca-
lahorra , y como tal al Obis-
po que entonces presidia,
que era D. Rodrigo de Gas-
cante. La dificultad está so-
lo ea averiguar, si el ^titulo
que en la mencionada Escri-
tura de D. Sancho el Sabio
se dá al expresado Obispo,
írguye liaber sido elevada
la Iglesia de Armentia á
los honores de Catedral que
pretende el Licenciado Iba-
ñez. Algunos , sin otro fun-
damento que semejantes tí-
tulos, han creído que en los
pueblos de donde los Obisi-
pos se titulaban, residían por
entonces las Iglesias Cate-
drales ; pero yo tengo por
cierto , que aunque el uso
mas ordinario de todos los
siglos ha sido tomarse los tí-
tulos deia Iglesia ,en que es-
taba asentada la Silla Pouti-
iical , no fue costumbre tan
inviolable en España, en los
tiempos de que hablamos
•jue no se verificase alguna
vez lo contrario por moti-
vos particulares. Véase el
tom. 28. pag. 25. donde se
hallarán muchos tirulos de
Obispados que no significan
Catedralidad , sino precisa-
mente territorios anejos al del
titulo principal. Sin salir- del
Obispado de Calahorra te- .
nemos egemplo en una do-
nación , que existe en el Ar-
chivo de la Iglesia Colegial
de Logroño , y perteneced
la Era de iiii. Dicese ea
ella , que eran Obispos en
este año Munio en Albelda,
Belasio en Pamplona, y For-
tunio en Alaba. Donde el tí-
tulo de Albelda no arguye
que alli hubiese Silla Ponti-
fical , sino solo que era terri-
torio de la jurisdicción de
Munio ; y expresase aqui es-
té titulo dejando los ordina-
rios de Calahorra , y Náge-
ra , de que usaba Munio fre-
qiientemente ; porque aque-
lla donación se dispuso de
modo, que el Monasterio de
S.Cosme , yS. Damián, qie
se donaba á D. Iñigo Azna-
rez , debia venir después al
dominio del Monasterio de
S. Martin de Albelda. Pues
por igual circunstancia se
dice en la Escritura de D.
Sancho el Sabio : Episco-
po
'^ Obispos de Alaba. 'Fortunlo. iji
po Roderico in Armentiense hizo quando se suprimió la
Ecclesia : porque siendo asi
que este Obispo jamás habia
usado de este titulo , sino so-
lo de los de Calahorra , y
Nágera , pareció dárselo en
este Instrumento , dirigido á
la fundación 6 reedificación
de un put blo con el nombre
nuevo de Vifíoria en el sitio
que tenia una pequeña po-
blación llamada Gasteiz , po-
co distante de Armentia , pa-
ra sign'fic. r de este, modo,
que todo aquel territorio era
de la jurisdicción de D. Ro-
drigo , por la reunión que se
Silla Episcopal Alábense. Y
se evidencia , que en este
ado no se restituyó á Ar-
mentia el honor de Igle-
sia Catedral , por el ningún
uso que hicieron los Obis^
pos de Calahorra de este ti-
tulo en los años siguientes,
como lo hicieron de los de
Calahorra , y Nágera; y des-
pués en lugar de éste del de
Santo Domingo de la Calza-
da , á. causa, de haber tenido
estas Iglesias la dignidad de
Catedrales.
CAPITULO XIX.
SANTOS DE LO BIS FADO
de Calahorra.
■s-
entre todas las exce-^
lencias,que ennoble-
cen á las Provincias ,1a mas
aventajada y gloriosa es la
que las resulta de tener mu-
chos Santos, que agradecidos
al suelo en que nacieron , ó
de donde pasaron a la eter-
na felicidad, las asisten, y
favorecen con su patrocinio;
con razón debe gloriarse el
Chispado de Calahorra de
ser uno de los mas sefiala-
dos, y esclarecidos en este
esplendor ilustre. En espe-
cial puede gozarse de esta
insigne prerrogativa el tre^
cho que hoy conocemos con
el nombre de Rioja , y en
tiempo de los Romanos , es-
tuvo repartido entre Vasco-
nes , y Berones : porque asi
como se distingue en otros
géneros de bienes, que con
razón se estiman, y hacen á
jas tierras mas célebres y
apre-
iqz España Sagrada.
apreciables , asi también so-
bresale en el número de San-
tos, no comoquiera , sino de
los mas famosos que ha dado
al cielo nuestra España. Esta
gloria se hará manifiesta en
el capitulo presente , pero
reduciéndome , como lo pi-
de el objeto de este Tomo,
á los Santos que florecieron
en el estado antiguo , cuyas
memorias referiré y exami-
naré con la diligencia que
me sea posible , y con tan-
to mayor confianza , y de-
leyte de mi animo , quanto
por el lugar de mi nacimien
to , me toca mas de cerca el
influjo de su afnparo y : pa-
trocinio, y el honor de sus
admirables hechos , y virtu-
des.
Be ¡os Santos Martyres
Emeterio, y Celedonio.
I El principal y mas an-
tiguo lustre , con que quiso
Dios ensalzar á la Diócesis
► Trat. 69. Cap. ig.
de Calahorra , consiste en los
gloriosos triunfos de los Bien-
aventurados Martyres Eme-
terio , y Celedonio ^ cuyos
nombres granjearon á aque-
lla tierra , que baña el Ebro,
tan excelente esplendor, que
sus brillos se extendieron
luego por todo el mundo.
Sabía el S^ñor , que en este
país se habian de venerar los
Santos con el obsequio , y
afecto que correspondía á sus
méritos , y por eso le miró
como á lugar digno de re-
cibir la sangre , que sus Sier-
vos derramaron por la Fé,/
de poseer perpetuamente sus
sagradas Reliquias. Esta pia-
dosa advertencia es del insig-
ne Poeta Prudencio en el
Hymnode los Santos Marty--
res, que es el primero del ?e-
ristephanon , y contiene los
mas expresos testimonios de
la fervorosa devoción con
que ya en aquel tiempo era
visitado su santo Sepulcro.
Dice asi:
PoUet hoc felix per orhem térra Hibera stemmafe:
Hic locus dignus tenendis osúbus visus Deo^
Quí beatorum pudicus esseí hospes corporum.
no
Las Adas del marty-
fueron escritas en el
mismo tiempo en que suce-
dió 5 mas qomo los Tiranos
no
Santos del Obispado de Calahorra, 273
Ro se contentaban con qui- tiraonio de la santidad de ios
tar la vida á los Santos, sino
que ponían todo su estudio
en extinguir la memoria y
fama de su pision , para evi-
tar la confusión y vergüen-
za que les resultaba del tes-
Martyres , no vencida por
su astucia y crueldad , cui-
daron los que presidian en
Calahorra de recoger las
referidas Adas de Autores
coetáneos.
O vetustatis silentis oB soleta ohliviol
Xnvidentur ista nohi.? ufanía S ipsa extin^uitur;
O'jartulas blasphenms olim nam satelles abstuliH
iVc? tenacihus libelUs erudita scecula
Ordinem , tempus , motu-nque passionis proditiim
Dulcibus linguis' per aures posteriorum spargerent.
3 Del qual lugar , y de
las Adas de S.Vicente cons-
ta expresamente , que ya en
los primeros siglos de la
Iglesia se observó eñ Espa-
ña el piadoso estilo de es-
cribir con diligencia los he-
chos de los Santos, y particu-
larmente de los que daban su
vida en defensa la Fé Cató-
lica ; pero no han podido
conservarse hasta nuestros
tiempos tan útiles escritos,
á causa de haberse quema-
do en egecucion de los Edic-
tos Imperiales ; á los que se
siguieron luego las irrup-
ciones de los Barbaros en
estas Provincias.
4 Logró la envidia de
los Tiranos, que las mas de
las cosas de los Santos Mar-
Tom. XXXllL
tyresEmeterio, y Celedonio
viniesen á borrarse de la
memoria de los Fieles ; pero
como su martyrio fue de los
mas ilustres , pudieron con-
servarse algunas noticias,
que derivadas de unos en
otros , llegaron á la edad de
Prudencio , que como probé
en el tom. 31. nació en el
año de 348. y fue el prime-
ro que las publicó por escri-
to por los años de 405. Si-
guióse á éste, el Autor de las
Adas que se hallan en varios
Códices , y se imprimieron
por Boiando al día 3. de Mar-
zo, conforme al egemplar de
un Ms. antiguo de la Biblio-
teca del Monasterio de S.
Maximino , que está cerca de
Treveris. No se sabe quién
Mra es
2 74 España Sagrada»
es éste , ni en qué tiempo
floreció ; aunque Tillemont
parece suponer que fue un
Obispo de Calahorra , que
según se colige del estilo,
vivió en el siglo quinto , ó
sexto. Lo cierto es , que pre-
cedió á la entrada de los
Moros en España, y que S.
Eulogio usó de estas Adas,
como se evidencia por un
lugar que sacó de ellas á la
letra en^ la mención que hizo
de los Martyres Emeterio,
y Celedonio en su Memorial,
lib. I. cap. 14. Estos son los
mas fieles monumentos , que
tenemos , concernientes á las
cosas de nuestros Santos,
por lo que me. aprovecharé
de sus luces para aprobar,
ó reprobar lo que se lee en
otros Autores , ni tan anti-
guos , ni de tan buena nota.
FAMIL JA , VATR I A,
y tiempo de los Martyres
Calagurritanos,
; ' \ti.-- hm rmas de nuestros
-Autores escriben , que los
Sanl<»s Etneterio, y Celedo-
nio fueron hijos de S. Mar-
celo Centurión , y de.S. No-
.na-o-Nonia!, JuegÍDnerises,de
-cuyo jTofcili^iirio linagé dis-
curre'.láT-g amenté .^andí)Vál
Trat.6^, Cap, 19.
en la fundación del Monas-i
terio de Sahagun. Baronio;
al año 298. tratando de S.
Marcelo , cuenta los hijos de
este Ínclito Martyr , dando
por asentado , que fueron
doce , y todos ellos partici-
pantes del triunfo que su
padre obtuvo por el mar-
tyrio , y entre ellos pone á
los dos Mirtyres Calagurri-
tanos. Ambrosio de Morales,
cuyo esmero en reconocer,
y descubrir las antigüeda-
des de España es muy no-
torio , confiesa en el lib. 10.
al principio del cap. 19. quq
no se averigua del todo
quiénes fueron , y cómo se
llamaron les doce hermanos
hijos de Marcelo ; y al fia
del mismo cap. dice , que no
hay bastante certidumbre
^n que todos los . doce fue*
ron hijos de este Santo Mar-
tyr ; y que sin embargo de
haber él trabajado en la
averiguación de ésta , y
.otras particularidades con
^rañ diligencia y deseo de
acertar , cjs ningún modo
podia dar satisfacción en
.ellas , por no haber ni aun
camino para entrar á ha-
blarlas.; Tjata luegQ en el
-cap. a I. de los. Santos Emef-
-terio , y Celedonio ; y aun-
que
Santos del Obispa,
que ofrece que escribirá de
tilos cosas m'iy ciertas y
autorizadas á causa de ha-
ber sido estos Martyres muy
celebrados por Escritores
antiguos , iiabla sobre et
asunto presente con mucha
perplejidad. Danlos , dice,
por hijos de S.Marcelo la
Historia general , y Fr. Juan
Gil de Zamora, y otros que
le siguen. Otros citan tam-
bién á D. Lucas dé Tuy , que
lo dice; yo no lo he podido
hallar en toda su Obra. Y
siempre á esto de ser los
Santos , que de aqui adelan*
te se contaren , hijos de S,
Marcelo, le falta el testimo-
nio de los Autores mas gra-
ves,
1 Sin embargo , el Bre-
viario de Ebora sigue expre-
samente esta sentencia; pues
en la segunda lección del
Oficio de estos Santos dice:
Hi beati Marcelli quondam
C¿nturtonis , deinde marty-
ris fila. Y en la tercera:
Legionarii namque fuerunt
milites ex ea Legione^in qua
eorum pater Centurio erat.
3 Otro testimonio mu-
cho mas antiguo puedo ofre-
cer en favor de la sentencia
común , que atribuye á S.
Marcelo algunos hijos Mar-
io de Calahorra. 275
tyres , y entre ellos á ICme-
terio , y Celedonio , y es de
un Códice Gótico de la S.
Iglesia de L^on , que se in-
titula Antifonario , en el
qual se contiene un largo
Tratado del Cómputo , es-
crito por un tal Arias , que
dá muestras de grande eru-
dición , y curiosidad , y tes-
fica haberlo compuesto en el
año de 10Ó9. Este parece que
peregrinó por varias partes
con el fin, sin duda, de averi-
guar algunas materias Ecle-
siásticas ; porque en una No-
ta que puso después de la
Tabla de contar según el
estiló Gótico, sobre los Au-
tores de la Historia Ecle-
siástica Tripartita , dice asi:
Ego Arias vidi ipsum Li-
brum 'in Francia , quem non-
dum videram. in Gallicia-é
También registró el Archi-
vo de la S. Iglesia de Tole-
do , como indica en la No-
ta que sigue inmediatamen-
te, á la citada , en la qual se
lee el testimonio sobre los
hijos de Marcelo. Dice asi:
Hcec sunt nomina Sandio-
rum^ quiv in Archivo Toleta-
no reperta sunt. Emeterium
& Celedonium Calahorrita-
na Ecclesia suscepit in urna,
Claudium atque Lupercium^
Mm 2 at-
z-]G España Sagraba.
otqiie l'^idioricum Legionen-
ses CGUtinent cives, Genva-
fium , & Servandum Ursa-
nensis alma vicus ccronat,
sed corpore divisas. Servan-
dum Hispalis. Gerwanum
Emérita pietas divina loca-
vit, Marcellum parentem
Tingitana Urbs fide reli-
gionis reiineí. He aqui un
lugar anterior en tiempo á
la Chronica general , y á
Fr. Juan Gil de Zamora , que
son los Autores mas anti-
guos en que leyó Morales,
que S. Emeterio , y Celedo-
nio fueron hijos de San Mar-
celo Martyr.
4 En conformidad de los
padres que los mas señalan
á estos Santos , se afirma
también comunmente , que
fueron naturales de la Ciu-
dad de León , donde S. Mar-
celo militaba , y de donde
fue remitido á Tánger , pa-
ra que alli fuese juzgado
por Valerio Agricolao , Vi-
cario de Prefedo Pretorio
en la Provincia Tingitana.
Asimismo se establece, que
vivieron , y padecieron en
tiempo de Diocleciano , y
Miximiano , por ser cons-
tante que su padre Maree-
Jo fue martirizado en la per-
secución movida por estos
Trat, 69. Cap. 19.
Emperadores , y b¿íjo el Con-
sulado de Anicio Fausto , y
Severo Galo , que concurrió
con el año de Christo 298.
5 Daria fácil y gustosa-
mente mi asenso á estas no-
ticias, creídas por los mas de
nuestros Escritores , y con-
firmadas con el testimonio
exhibido del siglo once , si
otras luces mas ciertas no
me obligaran á sospechar su
falsedad. Estas se toman de
las Adas que tenemos , mas
cercanas al martyrio , de las
quales , como dige tratando
de la antigüedad de la Reli-
gión Christiana en Calahor-
ra, se prueba evidentemente,
que los Martyres Emeterio,
y Celedonio fueron de un
tiempo , en que eran pocos
en España los Christianos en
comparación de los Idólatras;
y por tanto, que parece pre-
cedieron á la edad de Tertu-
liano, que pone el Christianis-
mo tan extendido por estas
Provincias , que no habia
parte donde no se conocie-
se , y venerase el nombre de
Jesu-Christo. Dicen también,
que no se tenia noticia de
otro Martyr, que padeciese
en la persecución en que
fueron atormentados' núes*
Uq^ Ciilagurritanos ; lo que
es
Santos del Obispado de Calahorra, 7jj
es muy contrario á lo que separarse. Profesaron juntos
se afirma de los hijos de
S. Marcelo , que padecieron
en un tiempo de que tene-
mos en Esnaña el mayor ná-
mero de Martyres conoci-
dos, esto es , bajo el Impe-
rio de Diocleciano , y Ma-
ximiano. Añádese á esto, que
en medio de ser muchos los
Escritores que hicieron me-
moria de estos Santos en los
siglos anteriores al undéci-
mo , ninguno dejó indicada
su patria , familia , ni el
tiempo en que florecieron.
Por esta razón las Adas de
la S. Iglesia de Burgos , que
Boiando puso en el quarto
lugar , testifican que todas
estas particularidades se ha-
llaban enteramente descono-
cidas : Nostrorum nonnulla
incuria , sed Ethnicorum su^
mmo s célere^ & malitia fa-
Ciurn est , i*t Emitherii SCe-
ledonii Mí%rtyrum prces-
íünííSdimorum ortvs^ nata-
leque solum^ tum etiam tem-
pus martyrii : : penitus obli-
tcrata inccmpertaque fue-
rint.
6 Las coFas que constan
ciertamente son , que Eme-
terio , y Celedonio fueron
hermanos; y que vivieron tan
unidos , que jamás quiskron
la Milicia , y ambos fueron
escogidos para soldados Le-
gionarios , para lo que se
requería que gozasen el pri-
vilegio de Ciudadanos de
Roma. La Legión en que me-
repieron fue la VIL con loa
sobrenombres de Gemina^
Pid^Felix ,que Augusto Ce-
sar fundó y colocó enDalma-
cia , y por orden de Nerón
fue trasladada á Syria , y úl-
timamente por decreto de
Nerva , ó de Trajano á Espa-
ña. Esta se estableció cerca
de la antigua , fuerte, y pa-
pulosa Ciudad de Sublancia,
de cuyas ruinas se levantó
otra nueva Ciudad, á quien
se dio el nombre de Legión,
que hoy pronunciamos Leon^
por haberse edificado para
asiento de los soldados que
componían la Legión Vil,
Gemina^ Fia^ Félix, Asi en e;l
sitio de esta población como
en sus cercanías se han des-
cubierto varias Inscripción
nes que autorizan esta ver-
dad en tanto grado, que los
Historiadores , y Geógrafos
mas críticos han venido á
conocer por ellas , que \a
expresada Ciudad no tubo el
sobrenombre de Germánica,
como se lee en Ptolomeo j sino
el
c;:^ lis paña Sagrada, Traf. 6g. Cap. 19.
el de Gemina , como tienen
):is lápidas de ac|uel tiempo.
De aqii se colige, que los
Santos Emeterio , y Celedo-
nio , sino fueron naturales de
León , vivieron á lo menos,
y militaron en ella por al-
j^un tiempo, lo que también
debe tenerse por cierto en
vista de haberlo enseñado
asi la antiquísima tradición,
testificada expresamente en
las Adas de los Santos M ir-
tyres , que como dejo dicho
T5e escribieron en el siglo
quinto , 6 sexto : Legiona-
rios fulsse milites Emetbe-
riu'nSCeledonium fama est^
dtque ibidem scecalaribus
primum stipendiis militasse^
u^í nunc signat oppidum
ap pe ¡latió antiqua castro-
rum.
7 Los que afirman que
estos Santos fueron hijos de
S. Marcelo, y de S. Nona,
creen también , que mien-
tras andabín debajo de las
vanderas Romanas , seguian
como sus padres la Vande-
ra y armas de Jesu-Christo;
y que habiéndose promulí^a-
do el Ediao de que todos
los Christianos fuesen com-
- pelidos á ofrecer sacrificio
•en las aras de los ídolos de
la gentilidad , se les intimó
á los Sancos soldados Eme-
terio , y Celedonio , como á
quienes públicamente mani-
festaban con sus obras, que
profesaban la Religión Chris-
tiana. El Autor de las AdUs
confiesa su ignorancia acer-
ca de este punto , y expone
su duda con esta proposi-
ción disyuntiva : Seu igitur
anteadi^ü vitíe operibus pro-
diti , quia Principi omnium
Deo etiam in cas tris Síücu*
laribus militarunt , sive re*
pentinoS.mdii Spiritiis ardo-
re succensi , positis armis
mundi ad hoc prcelium cu~
currerunt : in utroque felices^
in iitroque gloriosi ; qui aut
Dominum á principio suní
seciiti ^aut d Deo^quo inspe'
rata pr¿emia mererentur^
sunt eledíi. Yo tengo por
mis autorizado el Oficio que
la Iglesia Gótica de España
hacía en la Fiesta de estos
Santos Martyres , en cuya
Misa se afirma expresamen-
te , que sin haber sido ins-
truidos antes en los rudi-
mentos de la Fé , ni tenido
conocimiento de las Santas
Escrituras , fueron inspira-
dos interiormente por Dios,
y se convirtieron de repen-
te , dejando la milicia del
siglo , y abrazando la de
Chris-
Santos del Obispado de Calahorra. 279
Christo. Prudencio indica
también esto mismo dicien-
do, que nuestros Soldados no
vivian ociosos , sino emplea-
dos en el arte y duro eger-
cicio militar , quando Jesu-
Christo los llamó á la Mili-
cia celestial y eterna , y
que desde entonces empezó
á egercitarse en el servicio
de Dios aquel mismo valor,
que hasta alli se habia ocu-
pado en las guerras y armas
del Emperador de la tierra.
De aqui se forma otro efi-
caz argumento de que Eme-
terio , y Celedonio no fue-
ron hijos de S. Marcelo , y
S. Nona , como han creído
los Autores arriba citados;
pues á haberlo sido , no po-
drian menos de tener noti-
cia de los principales Mys-
terios. de la Religión Chris-
liana , de cuyo conocimien-
to carecían enteramente se-
gún el Misal Gótico : Ad no-
va príPÜa repente eo^versi
sunt , quos nec pri>nceva c?t ci-
te fides insinúala per dbciiit^
nec divinorum virtus ops-
rum , nec Sacrarum Littera-
rum cognitio , sed á te nutu
abdito inspirad martyrii ar*
dor accendit,
8 Asi que percibieron
en sus corazones el llama-
miento de Christo , desam-
pararon las vanderas Roma-
nas , y se abrazaron con la
Cruz , estimando mas , dice
Prudencio , aquel insigne le-
ño , que venció al dragón
infernal , que los estandar-
tes , en que para terror de
los enemigos solian los Ro^
manos entreteger figuras de
dragones. Lo mismo fue re-
cibir la luz del cielo , que
tener por bajeza indigna de
sus personas ocupar sus ma-
nos en llevar lanzas , en
abrir muros , en hacer fosos,
en mancharse con la sangre
de sus prógimos. En esta no-
ticia proceden conformes el
Misal Gótico , y Prudencio.
El primero dice : Projiciunf
pila^ signa destiiuunt ^iB ad
ccel stem procin&um , quem
priits non noverant , inci"
tantur. El segundo:
Cíe saris vexilla Unquunt^eligunt sigtium Crucisi
Proque ventosis draconum , quos gerebant , pallih^
Frceferunt insigne lignum^ quod draconem subdidit,
9 De los quales versos se colige también , que los
San-
2 8o España Sagrada
Santos llegaron á ser Alfére-
ces de la Lecjion Vil. Geini-
na, á quienes los Romanos
ll.::n:iban üracoiiarios ,coino
dice Vegecio ii. 7. Signi-
feri , quí signa portant,
^uos nunc draconarios vo-
cant, Y dióseles este nom-
bre, porque las vanderas que
. Traf.6^, Cap. 19.
llevaban tenían , como fie
dicho , entretegidas algunas
figuras de dragones, que por
eso las llama Prudencio:
[Rentosa pallia draconum. Lo
mismo se colige de loque,
según este Poeta , decían los
Santos á los Tiranos.
Ite signofum magistri : í? vos trihuni ahsistite^
Áureos auferte torques.
Porque era costumbre,
que los Alféreces trajesen
por insignia de su grado
collares de oro. Mauras
fiomine q'iid.vn ^ dice Amia-
no , postea Comes , tune has-
tatas , abstracium sibi tor-
qtiem , quo ut Draconarius
titehatiir , capiti Juliani im-
posuit,
10 El Breviario antiguo
de Monte Aragón les atri-
buye también el grado de
Alféreces en el Responsorio
de la Lección quarta del Ofi-
cio , que dice asi : yiri for-
tes , S strenui regís teme
signiferi , confortati in Do-
mino , linquenfes sa^cularia
signa \ sumunt c¿ü!estia.
■Martyrio de los Santos.
íi Todos los que tratan
de nuestros Martyres convie-
nen,en que al tiempo en que
se levantó la persecución con-
fesaban ya la Fé deChristo,
y residían en la Ciudad , que
habia sido destinada para su
Legión. Pero se advierte en-
tre ellos notable variedai
acerca del pueblo , en que
fueron aprisionados , y em-
pezaron á sufrir los tormen-
tos del martyrio. Algunos es-
criben, que sabiendo los San-
tos como losChristianos eran
perseguidos en Calahorra , y
que allí se les ofrecía oportu-
nidad de conseguir la palma
que deseaban , les pareció que
su Fé para con Dios no era
muy encendida , si ellos mis-
mos no iban sin ser buscados
a confesarla en presencia de
los tiranos Asterio , y Máxi-
mo , que pretendían extin-
guir-
Santos del Obispado de Calahorra, 281
jjDTla en aquella Ciudad. Es- Emeterio v Celedonio milí^
ta opinión puede confirmarse
coíj la autoridad de algunos
Breviarios de las Iglesias de
Espaíia , que la testifican ex-
presamente , como el de
Huesca y Jaca, que en la se-
gunda lección dice : Tune
Emetherius ^ Celedonius ad
desiderium florentis palmee^
passionemque venerunt non
^ucesiti. Y el Hispalense:
Igitur ad civitatem Cala-
gurritanam sponte venientes,
&c. Otros dicen , que fue-
ron arrastrados en León , y
que después de padecer gra-
ves tormentos en esta Ciu-
dad , fueron llevados á Ca-
lahorra. Autorizase este dic-
tamen con los Martyrologios
de Usuardo y Adon , cuyas
palabras se leen también en
el Romano.
1 2 Esta variedad no con-
siste sino en que , discur-
riendo el Autor de las Adas
mas antiguas sobre este pun-
to , quiso celebrar á los
Santos Martyres , estable-
ciendo dos congeturas, de las
quales los posteriores toma-
ron la que les pareció mas
verisimi!. Habiendo pues
aquel antiquísimo Escritor
referido la tradición que du-
raba en su tiempo , de que
Toffh XXXllL
taron en la Ciudad de León,
y queriendo referir ya su
martyrio , se queja de la
ignorancia que entonces se
tenia sobre si los Santos fue-
ron conocidos por las virtu-
des Christianas , que praéli-
caron antes de la persecu-
ción , ó si excitados ó encen-
didos repentinamente por la
divina gracia , dejaron las
armas y se ofrecieron gus-
tosamente á los tormentos.
Propone luego una question
en esta forma : ¿ Como cree-
remos que Calahorra fue el
lugar del martyrio de estos
Santos, estando tan distante
esta Ciudad de la de León,
donde ellos residían? ¿Dire-
mos que fueron traídos vio-
lentamente , ó que vinieron
por su propria voluntad? Y
porque no tenia noticia ni
de uno ni de otro , tomi el
partido de elogiar á los Mar-
tyres, proponiendo su con-
getura por ambas partes , y
preparándose para el elogio
con estas palabras: Canjee^
turam sensus in utrumque
mittamu9 , ut ubique precia-
rum , & subVme cernamus
insigne. Coligese pues , que
en la edad del Autor de las
referidas Adas no había tra-
Na di-
•2 8 a . España Sagrada
dicion de qué los Santos
Ala^rtyres fueron arrestados
en León , y empezaron á
padecer en esta Ciudad su
:glorioso martyrio : ni tam-
•poco de que ellos por sí mis-
inos se fueron á Calahorra,
y se presentaron á los jueces.
Y por tanto que los Auto-
res del tiempo posterior no
tubieron mas fundamento,
para lo que establecieron en
este asunto , que su propria
piedad , por la qual se incli-
naron mas á uno de los miem-
bros de aquella congetura,
resultando de aqui la diver-
sidad que se nota en sus nar-
raciones.
■ 13 Prudencio, que es el
Escritor mas cercano al mar-
tyrio de los Santos , es quien
nos dá las mejores luces pa-
ra referir de ellos lo que es
mas digno de crédito. El
testifica primeramente , co-
mo hemos visto, que hallán-
dose en el estado mjjitar,
fueron llamados por Dios á
la Religión Christiana , y
que inmediatamente renun-
ciar(!n las armas y los hono-
res que gozaban , de mane-
ra que los que servían al Em-
perador de Roma , ya no se
ocupaban sino en el culto de
Jesu Christo. El Oficio Go-
. Trat, 6g. Cap. 1 9.
tico cantaba lo mismo , es-
tableciendo su repentina con-
versión , y con ella el des-
precio que hicieron del eger.
cicio, y dignidades militares*
Por lo qual juzgo que la pri-
sión de los Santos Martyres
fue en tiempo , en que esta-
ban ya separados de la mi-
licia , y efedo de esta mis-
ma separación , y de la nue-
va vida que hacían. En cuyo
supuesto falta también la ra-
zón única , que han tenido
los Autores , para inclinarse
á que residían en León , y
que allí empezaron los tor-
mentos del martyrio. Fuera
de esto , aun quando se le-
vantase la persecución , es-
tando anualmente agrega-
dos á la Legión , en que ser-»
vían , no podemos inferir de
aqui , que residían en aque-
lla Ciudad , porque es cons-
tante que las Legiones esta-
ban destinadas para la con-
servación y tranquilidad de
las provincias del Imperio,
y que para este fin se re-í
partían los Soldados Legio-
narios por varias Regiones y
Ciudades según la necesidad
de cada una de ellas. Asi que
no hay fundamento para de-
terminar el' pueblo , en que
vivian los Santos al tiempo
de
Santos del Obispado de Calahorra, 283
de su prisión , y parece mas de el principio la suma de
verisímil, que residirian en
Calahorra , Ciudad que con-
sagraron con su precioso
martyrio , ó porque la eli-
gieron para su morada des-
pués de apartarse de la mi-
licia , ó porque siendo aun
militares , fueron remitidos
á esta Ciudad por el Legado
Consular ó el Prefeáo de su
Legión , á quien tocaba re-
partir los Soldados por los
distritos de su jurisdicción.
14 Por buena dicha de
nuestros Santos Soldados , di-
ce el mismo Prudencio , su-
cedió que en aquel tiempo,
en que ellos se convirtieron
á Christo , y dejaron las ar-
mas , habia dado el Empe-
rador un Decreto , por el
qual mandaba que todos los
Christianos (el Poeta los lla^
ma hijos segundos de Israel,
por haber sucedido á los Ju-
díos en el culto de Dios) sa-
crificasen á los ídolos , apos-
tatando de la Religión de Je-
su Christo. Por esta causa
celebra el Misal Gótico la
feliz suerte de estos Santos;
porque ofreciéndoseles tan
presto la ocasión de pade-
cer martyrio , fue lo mismo
que empezar su carrera por
el termino , y alcanzar des-
la perfección. Primor di a in
terminis ponunt , & quod est
jfjnis , incipiímt, Initiis suis
perfediionis summam rapiunt^
& fidem martyrii auspicari'
tur,
15 Se cansará vanamen-»
te el que pretendiere averi-
guar el tiempo de esta per-
secución ; pues unos la po-
nen en los años de 298. otros
como el Breviario citado de
Monte Aragón cerca del año
de 257. y otros confiesan Ja
ignorancia,que se tenia sobre
este asunto , como el Brevia-
rio de la Santa Iglesia de
Burgos. Lo cierto es , que
fue . una de las generales,
como se colige de la pintu-
ra que de ella hace Pruden-
cio ; y puede creerse tam-
bién , que fue de las prime-
ras en vista de las expresio-
nes , de que usa este Poeta,
las quales indican que habiü
pasado mucho tiempo desJe
la dicha persecución hasta
su edad , como quando di-
ce : O vetustatis silentis ob^
soleta oblivio : y aquello:
Hoc tamen solum vetusta
subtrahunt siJentia, Y final-
mente : Illa laus occulta non
est , nec senescit tempore.
Es también indubitable , que
Nn 2 fue
^84 España Sagrada.
fue anterior á la de Diocle -
ciano y Maximiano , por-
que como ya he dicho , el
martyrio de estos Santos era
el único de que los antiguos
tenían noticia haber sucedi-
do en aquella persecución,
como testifica el Autor de
las Adas diciendo: lllud quo
¡oco ponendum est , quod
temporis illius nemo Martyr
filius invenitur^ Quantum
tune crcdimus ad iram per-
sccutoris adje&um , quod hi
tantum , cundils Deum ne-
gantibus , confitenturl:
16 En esta persecución
pues decretada por el Em-
perador , y cuyo tiempo ca-
llan todos los antiguos , se
íntimo el impio ediélo á los
Santos hermanos Emeterio
y Celedonio , porque como
habían renunciado la mili-
cia , y observaban publica-
mente las costumbres de los
Christianos , no podían los
Gentiles ignorar , que debían
ser comprehendidos en el
Decreto Imperial. Argüyé-
ronlos al mismo tiempo de
infieles , porque se apartaron
de las vanderas Romanas,
solo por seguir una seda vil
y despreciable. Y querien-
do atraerlos primero con al-
hagos y premios , les cfre-
Trat, 69. Cap, 1 9.
cieron riquezas y honores
militares , si dejaban la nue-
va Religión que seguían , y
se alistaban otra vez en la
Legión á que estubieron
agregados. Oídas las sacrile-
gas ofertas , se encendieron
mucho mas en el amor de
Christo , como dice Pruden-
cio , aquellos dos santos pe-
chos , que en todo tiempo
estuvieron unidos con la mas
constante y fiel concordia.
Y aparejados á sufrir por
su Amado todos los tormen-
tos , que podia inventar la
malicia y furor de los Tira-
nos , respondieron con estas
sentencias que les didó en-
tonces el Espíritu Santo. ¿Se-
rá bueno que nosotros , que
por la santa y celestial re-
generación participamos la
vida y espíritu de Christo,
y por el don divino que re-
cibimos somos hijos suyos^
nos abracemos ahora con las
vanas riquezas del mundo , y
llevando impresa en nues-
tras almas la imagen del
Criador y Señor de todas las
cosas , volvamos á ser sier-
vos á^i mundo , que renun-
ciamo"? por la nueva profe-
sión? De ningún modo con-
sentiremos que la luz sobre-
natural , que nos ilumina , y
el
Santos del Obispado de Calahorra. i 8 5
el fuego celestial que nos en que está sentado como
abrasa , se mezcle con la Rey de Reyes , condena , ó
obscura y fria noche del er- Romanos , vuestras infames
ror. Bastante es , que nues-
tra primera vida se ha em-
pleado en servicio del Em-
perador de la tierra , cum-
pliendo con toda exaditud
las obligaciones de la mili-
cia : tiempo es ya de que
consagremos á Dios lo que
es tan suyo como la vida , y
quanto por su inmensa li-
beralidad tenemos y somos.
Apartaos pues muy lejos de
nosotros , honores militares
y collares de oro , que no
son mas que precios vani-
deidades , y á vosotros tam-
bién , ó necios , que os fingís
á vuestro arbitrio dioses
monstruosos y ridiculos.
17 Vista la invencible
constancia de los Soldados
de Jesu Christo , les ataron
las manos , y echaron á sus
cuellos muy pesadas cade-
nas de hierro ; á lo que si-
guieron luego los tormentos
mas crueles , que entonces
se usaban contra los Chris-
tianos. La tradicion,que des-
de aquel tiempo se conser-
simes de gente herida en las vó en la Iglesia , es , que el
sangrientas y abominables martyrio de estos Santos fue
guerras del mundo. Otros
iTaas excelentes y soberanos
estipendios nos llaman y ro-
ban nuestras atenciones , y
son los mismos que sin te-
xiior de perderlos gozan los
Angeles en el cielo. Alli es-
tá Christo presidiendo á las
Cohortes de los bienaventu-
rados , cuyo adorno consis-
te en vestiduras blancas y
resplandecientes de gloria;
y desde el altisimo trono.
uno de los mas crueles , que
se vieron en aquellos prime-
ros siglos de nuestra Reli-
gión. Por eso, ignorando los
Escritores antiguos los gene-
ros de penas que padecie-
ron , se contentaron con de-
clararlos , usando de expre-
siones generales , pero exa-
gerativas. Prudencio las com-
prehendió brevemente en es-
tos versos.
H<ec loquentes obruuntur mille pcems Martyren
Nexibus manus ut rasque flexus involvit rigor ^
Et cbuljhs atlrita colla grai'ibus ambit circidis.
Vean-
i 8 5 España Sagrada,
1 8 Véanse también los
discursos , que hicieron los
Autores de las Adas , y del
Oficio Gótico , que ponemos
en el Apéndice. El Compen-
dio Burgense , impreso por
Bolando, testifica asi la tra-
dición como la ninguna no-
ticia que tenia de las cir-
cunstancias particulares del
martyrio : Nostrorum non-
nuil a incuria , sed ethnico-
rum summo s célere t^ inali-
tia fj^um est , uí Emicbe-
rii & Celedona fratrum
Mjrtyrum prfesíantissimo-
rum ortus , nataíeque solum^
tum etiam tempus maríyrii^
generaque tormentorum^ quí^
memoria á patribus in filias
derivata tenet fuisse airo-
cissima , penltus obliterata^
incompertaque sint»
19 El mismo cuidado de
los Jueces en quemar las Ac-
tas arguye , que por haber
sido tan inauditas y bestia ■
les las penas, conque afli-
gieron á los Santos , tubieron
vergüenza de que se publi-
casen; consideración que con
grande agudeza hace el Ofi-
cio Gótico citado : Nibil non
cruentum in M.irtyres potuit
inferre , qui suam savitiam
puduit publicare.
Trat. 6^. Cap, 19.
20 Siendo cierto que tor-
dos los Escritores antiguos
confiesan su ignorancia acer-
ca de las particularidades de
este célebre martyrio , se
puede entender , que asenso
se deberá dar á los moder-
nos , que las representan tan
individualmente, como po-
drían si hubiesen sido tes-
tigos oculares, ó á lo me-»
nos leido algunas de las Ac*
tas , que los tiranos arroja-
ron al fuego. No pongo eri
el número de estos á Am-
brosio de Morales , porque
á la verdad trata con la de-
bida moderación de los tor*
mentos que padecieron es-
tos Santos ; pero empiezo
por él , corrigiendo una no-
ticia particular , en que le
han seguido otros muchos,
sin examinar primero el tex-
to con que pretendió auto-
rizarla. Dice , que el Poeta
Prudencio testifica que los
benditos Martyres estubie-
ron presos tanto tiempo , que
les creció muy largo el ca-
bello ; pero se equivocó sin
duda en la inteligencia de
los versos ; porque lejos de
lo que pone Morales , dice
expresamente , que una de
las circunstancias que se ig-
no-
Santos del Obispado de Calahorra. 287
inoraban , á causa del silen- tiempo que duró la prisión*
CIO de los antiguos , era el
fíoc tamen solum vetusta suhtrahtint silentia,
jfugibus longum catenis an capillum paverint*
nt Añade á esto , que
tampoco se sabía : Quo vi-
ros dolore tortor^ quave pom-
pa ornaverit. Y este testi-
monio con los demás , que
he puesto de los Escritores
mas graves , reprehende sin
duda la temeridad con que
los de nuestros siglos cuen-
tan en particular las penas
enormes , que padecieron los
Santos , y las maravillas que
acaecieron en su martyrio.
Tales son el P. Fr. Salvador
Pons en la vida que estam-
pó en Tarragona en el año
de 1594. Domenec en su
Historia general de les San-
tos , y Varones ilustres en
santidad del Princpac'o de
Cat. luf-a , á quií r¡(s sigue y
cita el Rev. Jo^ef I^nrcio
Abad , Prestyttio y F(.(flcr
de la Iglesia Píirrí qt-al c'e
S. Juan Eaptista de Bcigús
en la Historia de tst{ s San
tes , impresa en Cervera año
de 1778. Estos pues , ade-
n as de referir por su or-
den los tormentes , dicen
que no habiendo ya lugar
en los benditos cuerpos don-
de los tiranos pudiesen eger-
citar su fuerza , San Cele-
donio hizo una humilde ora-
ción diciendo : Mi Dios y
Señor Jesu Christo , pues yo
padezco este martyrio á
honra y gloria vuestra , os
suplico que seáis servido de
abrir los ojos del alma á es-
tos que me atormentan, para
que entiendan claramente,
que no hay otro Dios sino
vos. Que hecha esta oración
bajó una claridad y resplan-
dor , que cubriendo los cuer-
pos de los Santos , les curó
todas sus llagas , y que al
mismo tiem.po se oyó una
voz del cielo que decia: Buen
animo, Celedonio. Sé ccns-
tante y firme en la Fé , por-
que le hago saber , que pues
AGlurtarJamcnte te has of.e-
cido al mjarryrio per mí
amor,tii y ru hermano Eme-
terio seréis colocados en
uro de los principales luga-
res que yo tengo en el cie-
lo. QxiQ curados los Santos
de sus llagas , reprehendió
el
^88 España Sagrada. Trat, 69. Cap. 19.
el tirano á sus ministros , de
que no supiesen vencer á dos
hombres, y que luego em-
pezó otro nuevo martyrio,
en que perseveraron hasta
que de9engañ;idos de que no
podían quebrantar la forta-
leza y constancia de los Mir-
tyres , les mandó el juez que
los degollasen.
22 Es muy creíble , que
estos Santos padecieron los
tormentos que pintan estos
Autores , y asimismo que re-
cibieron del cielo particula-
res consuelos coi que fue-
sen mas fortalecidos en la
Fé , y mas confirmados en
el amor de Dios. Pero con-
fesando todos los Escritores
antiguos su ignorancia , de-
bían los modernos abstener-
se de referirlos historial-
mente , sabiendo que no es
proprio del Historiador dar
por ciertos los sucesos , solo
por lo que tienen de posi-
bles. Asi lo hizo el Autor
de las primeras Aélas del
Apéndice ; pues aunque su
devoción le incitaba á decir
mucho de los Santos Mar-
tyres , entra suponiendo el
silencio antiguo , que le ocul-
taba sus hechos particula-
res , y solo se extiende á for-
mar un discurso piadoso , en
que sin determinar las cosas
que pasaron en su martyrio,
declara con expresiones de
corigetura las que creía ve-
risímiles. Resta pues , que el
tiempo y el orden , y las
especies de tormentos se han
borrado enteramente de la
memoria de los hombres,
como se dice en las tablas
Eclesiásticas de la santa Igle-
sia de Birgos , que se pon-
drán también en el Apéndi-
ce : y que solo tenemos la
tradición , de que el mar-
tyrio de los Santos Emete-
rio y Celedonio fue cruelísi-
mo , y por eso de los mas
insignes de los primeros si-
glos de la Religión Christia-
na ; por lo que tenemos solo
muy justo motivo de llorar
la pérdida de las Adtas , y
el olvido que de ella resul-
tó en los fieles , imitando
al piadoso Prudencio.
O vetustatis silentis obsoleta ohlivio\
Invidentur ista nobis , fama & ipsa extinguitur.
PRO-
Santos del Obispado de Calahorra. c8p
'PRODIGIOS QUE PAR.A
gloría de los Santos Márti-
res , y para testimonio de
nuestra santa Religión
obró Dios al tiempo
de su muerte.
23 Con gran discreción
celebra el Oficio Gótico de
los Santos Martyres , que sin
embargo de la solicitud y
astucia , con que los genti-
les pretendieron borrar en-
teramente la memoria de
tan insigne martyrio , que-
dó impresa en los ánimos
de los que estubieron pre-
sentes una maravilla que to-
dos vieron , y no pudieron
menos de confesar. Frau-
dantur annalia : mirabilia
perseverant. Delentur pagi-
na; : mansere virtuíes : ser-
vavit fides majora , quam
perdidit. Dice que retubo
la Fé mayores cosas , que
las que perdió por el agudo
y malicioso ingenio de los
tiranos ; porque una mara-
villa y milagro tan gran-
de , y que se hizo á vista
de todos fieles , é infieles,
no solo era parte para
la conversión de la genti-
lidad de Calahorra , sino
que publicada por otras Ciu-
Tom.XXXIir.
dades y regiones , y conser*
vada en la memoria de los
hombres , convencía eviden-
temente la infidelidad , y
comprobaba la verdad de la
Religión Christiana. El caso
pues se halla autenticado
por Prudencio , y los Escri-
tores , Martyrologios y Bre-
viarios antiguos , que lo re-
fieren de este modo. Viendo
ya los jueces , que á los mi-
nistros de su impiedad les
faltaban fuerzas para conti-
nuar los tormentos , y que
creciendo estos crecia tam-
bién el valor y constancia
de Emeterio y Celedonio,
dieron por ultimo sentencia
de que les cortasen las cabe-
zas. Habiéndolos pues con-
ducido al lugar del supli-
cio, los Santos, inspirados de
Dios , quisieron antes de
ofrecer sus cervices hacec
al pueblo un argumento ne-
cesario y clarísimo , que les
pusiese fuera de toda duda
la verdad de la Fé que ha-
blan profesado , y por cuya
confesión esperaban , que asi
que muriesen serían sus al-
mas colocadas en el cielo,
adonde primero enviaban
ellos sus dones. Sacó uno el
anillo de oro que tenia , y
el otro el lienzo blanco de
Oo que
2 90 EspSiña Sagrada,
que usaba para limpiar el
rostro , que sueltos de las
manos fueron recibidos por
un ayre suave , y blando,
que levantándolos derecha-
ícente acia el cielo , los lle-
vaba lentamente , de mane-
ra que todos vieron por lar-
go tiempo el resplandor del
oro , y la blancura del pa-
ñuelo , hasta que perdiéndo-
se de vista penetraron los
astros, como joyas que Dios
aceptaba , no por su precio-
sidad, sino por el mérito de
la virtud que los ofrecía.
Quedaron admirados todos
los que se hallaron presen-
tes con un prodigio tan ex-
traordinario y visible, y aun
€l mismo verdugo , que ha-
bla deegecutar la sentencia,
se llenó de pasmo en tanto
grado , que perdió su color
natural , y se cubrió de pali-
<iéz , ni pudo hacer su ofi-
cio por algún espacio de
tiempo, el qual pasado dio
finalmente el golpe , que-
riéndolo asi Dios, para que
sus Siervos empezasen luego
á gozar de la gloria cor-
respondiente á sus méritos
y pasión.
24 No son tan autén-
ticos otros dos milagros, que
trae el libro de ia historia
Trat. 6g Cap, 19.
de estos Santos , que se guar-
da en el Archivo de la
Catedral de Calahorra cita-
do por el R. Josef Ii;nacio
Abad en la pag. 59. El pri-
mero es, que habiendo pues-
to el verdugo á sus pies
las cabezas de los Santos,
e'los las tomaron en sus ma-
nos , é imitando á S. Dioni-
sio , empezaron á predicar
la Fé Católica , perseveran-
do en esta acción estupenda
hasta que los jueces manda-
ron arrojar al rio las cabe-
zas , lo qual hecho murió
el ministro ejecutor , pade-
ciendo terribles dolores , y
dando furiosos gritos , como
se dice en el rezo antiguo,
que la misma Iglesia con-
serva escrito en pergamino,
y es tradición creida por
toda aquella Ciudad. El se-
gundo es , que echadas las
cabezas en el rio, ellas por
sí mismas se pusieron en una
nasa de juncos ó vimbres,
en que como otro Moysés
bajaron al Ebro , cuyas cor-
rientes siguieron hasta Tor-
tosa, desde donde tomaron
el rumbo del estrecho de
Gibraltar , y dando vuelta
á casi toda nuestra penínsu-
la, vinieron al océano Can-
tábrico , y se pararon en el
puer-
Santos del Obispado de Calahorra. *i 9 i
puerto , donde se fundó des- estos dos milagros, que cuen
pues la Ciudad de Santan-
der , en cuya Iglesia están
depositadas y veneradas con
gran devoción.
25 Digo pues , que estos
milagros no son tan autén-
ticos , ni merecen entrar en
cuenta con el otro del ani-
llo , y del pañuelo ; porque
éste consta por medio de
una tradición continuada
desde el martyrio de los San-
tos hasta nuestros tiempos,
y autorizada por los Escri-
tores mas remotos , y gra-
ves ; pero los dos últimos se
hallan destituidos de prueba
legitima : y el silencio, que
acerca de ellos noto en los
antiguos , me persuade , que
han sido inventados muchos
siglos después, y que no de-
ben adoptarse con facilidad.
Porque si lo único que Pru-
dencio , S. Isidoro , S. Gre-
gorio Turonense , el Autor
de las Aíías , y otros han
tenido que celebrar como
reservado de la astuta y ma-
liciosa intención de los tira-
nos , que pretendieron extin-
guir la memoria de los su-
cesos de este martyrio , es
el prodigio que obró Dios
antes de la muerte de los
Santos ¿como creeremos que
tan los modernos , se fundan
en tradición , que venga de-
rivada desde el tiempo, en
que los mismos Santos pade-
cieron?
26 Hablando determina-
damente de las sagradas
cabezas, Trugillo, Ambrosio
de Morales , Lobera , Padi-
lla , y otros afirman con unas-
mismas palabras, que se ha-
llaron milagrosamente en la
Abadia (hoy Obispado) de
Santander en la montaña , y
que se tenia por cierto que
vinieron aüi por el mar mi-
lagrosamente. Añaden que
algunas escrituras dan testi-
monio de que Santander se
llamaba antes el puerto de
S. Emeterio , cuyo vocablo
se ha corrompido viniendo
á decirse Santander.
27 Las Adas sacadas
del Archivo de la Santa Igle-
sia de Burgos , y puestas
por Bolando en el ultimo
lugar al dia 3. de Marzo,
dicen después de referir el
martyrio : Quorum corpora
Calaguricü , capita vero in
cppido de Sant Ander Colle-
giata Eccles'a Bur^ensis
Dtoecesis summa hominiim
venerattor-e sepulta jacenf.
Las mismas Adas componen
Oo 2 las
España Sagrada. Trat. 6(), Cap. 1 9.
lecciones , que el por escrituras del siglo 12.
292
las seis
Breviario Burgense pone en
la fiesta de nuestros Santos;
pero faltan estas palabras,
en que se mencionan sus
Reliquias. Ello es, que todos
suponen que las santas cabe
zas se veneran en Santander;
mas ninguno ha podido ave-
riguar , desde qué tiempo
están alli , ó cómo fueron
llevadas y descubiertas. Mo-
rales solo dice , que según
-algunos se descubrieron mi-
lagrosamente pocos años ha-
bía en tierra de Santander, y
que se creia haber venido por
el mar hasta aquel puerto,
no siin gran milagro. Es cier-
to que asi se cree .'comun-
mente , pero nadie lo apoya
con testimonio antiguo , por
€l qual conste el tiempo
y el modo ^ y tengo por
cierto , que el milagro que
se refiere de la nasa , en que
se metieron las santas cabe-
zas, y fueron por tan largo
rodeo á Santander , es solo
Silicio áí¿ los que sabido el
oescubrimiento que se hizo
,eri la montaña cerca de nues-
tros siglos, conge turaron que
habria sucedido de aquella
manera. Si el puerto expre-
sado recibió su nombre de
S. Emeterio , como parece
que cita el R. Florez en el
tom. 27. pag. 47. es proba-
ble que desde muchos siglos
á esta parte existen alli las
sagradas cabezas. Pero aun
esto es muy difícil de ave-
riguar, en vista de la varie-
dad con que se nombra en
documentos de aquel tiempo
el Monasterio que alli esta-
ba situado , cuyos Abades
se firman unos de S, Eme-
terio^ otros de S, yínderio^
otros de vS". yin d res.
28 Finalmente los Escri-
tores antiguos no dan noti-
cia de otro milagro , que
sucediese en el martyrio,
sino del que he puesto fun-
dado en la tradición firme,
constante , y recibida de
quantos han mencionado á
los Santos desde el principio
del siglo quinto hasta el pre-
senté. Por esta razón no
me parece son dignos de
adoptarse los que solo cons-
tan de Autores modernos;
aunque podemos creer lo que
algunos tienen por seguro,
esto es , que sucederían mu-
chos mas , que se ignoran.
Asi el Autor de las prime-
ras Adas , cuyas palabras
pondré aquí para gloria de
ip.s Saiítos M^rtyres en Igggr
de
Santos del Obispa
de los prodigios particulares
que les atribuyen sin apoyo.
Puede ^ dice, tenerse por cier-
to ^ que en el martyrio de
estos Santos se obraron gran
des maravillas , pues tanto
temió la envidia de los gen-
tiles , que se extendiese su
noticia. Yo pienso que el juez
de aquel tiempo , llamando
secretamente á los compañe-
ros , y egecutores de su ma-
licia , les habló en esta for-
ma: No podemos negar mi-
nistros mios los prodigios
raros é inefables , que á vista
de todo el pueblo se han
hecho en esta ocasión. Noso-
tros mismos los hemos visto;
y aunque no clamos crédito
á la Fé de estos Soldados,
que acabamos de matar, pero
cierto es que estamos sus-
pensos , y espantados de tan
grandes maravillas. Hemos
oido afrentosas contum.elias
contra nosotros de unas len-
guas constantes en la confe-
sión de Christo. Hemos vis-
to, que losatorm.entados han
sido mas fuertes que los ator-
mentadores , y aunque obe-
deciendo á los edidos de
nuestros Principes , hemos
puesto todo nuestro conato y
esfuerzo en añadir tormentos
á tormentos , nos ha sido ne-
do de Calahorra. 293
cesarlo desistir,no sin pública"
vergüenza de nuestra cruel-
dad. Ya que hemos padecido
este -etnpacho entre los que
se hallaron presentes, procu-
remos á lo menos evitar la
irrisión de los venideros. En
ningún tiempo se lean estos
milagros , ni queden libros
que conserven su memoria,
para que la Fé de los Chris-
tianos no se confirme en ade-
lante con egemplos tan ra-
ros, ni ellos se exciten á mag-
nificar la grandeza y gloria
de su Dios , ostentada en tan
ilustre valor y constancia.
Tenga á lo menos nuestra
persecución esta ganancia,
la que conseguiremos sin du-
da , si lograremos abrasar to-
do lo que se ha escrito de es^
tos admirables sucesos.
LUGAR EN QUE
fueron sepultados los cuer-
pos de los Santos MartyreSy
y milagros con que después
de su muerte glorificó
Dios su sepulcro.
29 Aunque los gentiles
se valieron de todos los me-
dios que les parecían condu-
centes á inducir perpetuo ol-
vido sobre las cosas de núes-
tros Santos , pero andubieroii
muy
2 94 España Sagrada,
muy neí^ligeiues en orden á
sus sagrados cuerpos , que
disponiéndolo asi Dios , que-
daron reservados de las astu-
tas providencias que se die-
ron para acabar su memoria.
Es constafite, que degollados
]os Santos Martyres, fueron
sepultadas sus Reliquias en
el mismo lugar del suplicio
que está junto al arroyo, que
los Breviarios llaman del
urlrena! por las arenas reco-
gidas alli por sus aguas , y
cuyo nombre proprio es ea
Trat, 69. Cap, 19.
nuestro tiempo Cidacos ^ rio
que nace junto á Yanguas,
y pasan io por el Mediodía
de Calahorra , entra inme-
diatamente en el Ebro. Pru.
dencio nos da un expreso
testimonio de esta verdad
en ios primeros versos de su
hymno , de los quales debía
formarse una elegautisima
inscripción , que insculpida
en una hermosa lapida mani-
festase á todos la gloria de
aquel sitio.
Hic locus dignus tenendis ossibus visus Deo,
Qui beatorum pudicus esset hospes corporum.
Hic calentes hausit undas ctede tincíns duplici,
Inlitas cruore sandio nunc arenas incolce
Confrequentant obsecrantes voce , votis , muñere.
30 Como el martyrio de
los Santos fue tan celebre,
y fue Dios servido de ma-
nifestar á todos los Calagur-
ritanos por medio del mila-
gro de elevarse hasta las
nubes el anillo y pañuelo,
la gloria que sus siervos
iban á gozar en el cielo en
premio y recompensa de su
pureza y de su Fé , debemos
suponer , que los paganos
quedaron confundidos, y que
una gran multitud de Idola-
tras abrazó entonces la Re-
ligión Christiana , cuya ver-
dad vieron tan claram^ente
testificada. De aqui provino,
que aquel santo lugar empe-
zó á ser venerado poco des-
pués del mjrtyrio, como se
puede colegir de la grande
extensión , que tenia el cul-
to de las santas Reliquias en
tiempo de Prudencio , que
ya he dicho nació al me-
dio del siglo quarto. Porque
hablando este insigne Poeta
de la devoción con que se
visitaba el sepulcro de estos
Mar-
Santos del Obispado de Calahorra. 2 g J
Martyres dice, que no solo nes la fama de que en Cala-
concurrían á él los Españo-
les , sino también los ha-
bitantes de otros países es-
trangeros , por haber cor-
rido ya por todas las Nacio-
horrra estaban dos patronos
de todo el mundo , que re-
mediaban las necesidades de
quantos pedían su interce-
sión.
Exteri necnnn & crbis huc colonus aávenif,
Fania nam tenas in tmties fercuci.rrit prccitíríx,
Hic patronos esse muncii , qiios precantcs ambiant.
31 En el mismo lugar
edificaron los Christianos an-
tiguos de Calahorra su Igle-
sia, como está al presente
la Catedral : y establecieron
en el sitio , en que murieron
los Santos,el Baptisterio ó pi-
la en que se adminisraha el
Sacramento del Baptismo, la
qual solía estar ó dentro de
las Iglesias principales , ó
cerca de ellas , como consta
de los Escritores de aquella
edad. Esta especie es muy
honorífica á la Santa Iglesia
de Calahorra , y porque
ninguno de los que yo he
leído , alega en prueba de
esta im.portante verdad un
testimonio antiguo, que la
convence, quiero exhibirle al
presente. Se ha de notar pues
que el poeta Prudencio de-,
vctisimo de los Santos M¿v-
tyres Emeterio y Celedonio,
compuso además del hym-
no largo, que empieza. Scrip^
ta siint c^Jo duorum Mar-
tyrum vocabuJa , otro mas
breve y muy elegante en ala-
banza del sitio en que pa-
decieron. El titulo de este
hymno se leía en las edicio-
nes de este modo: Locus^ ubi
Martyres passi sunt , qnod
nunc Baptisteriuvi appeila-
tur. Mas asi por no expre-
sarse los Martyres , á cuya
alabanza se dirigía , como
por estar fuera del lugar cor-
respondiente , no se podia
saber con certeza, qué San-
tos eran los dos que allí se
mencionan. Debemos ya es-
te descubrimjento á Nicolás
Heinsio , el qual restituyó
con la autoridad de tres Có-
dices mssc la lección mas pro-
pria y legítima en esta for-
ma : De loco , in quo Marty-
res passi erant^ nunc Buptiy-
terium esí Calagurri. Por lo
qual
Q,c)6 España Sagrada, Trat, 69. Cap, ip.
qual es indubitable , que el marón su sangre , se puso U
hyinno referido hace memo- pila del santo B.iptismo , de
.ria de los dos Santos herma- donde tomó el insigne Poe-
.nos Emeterio y Celedonio, ta ocasión para elogiar aquel
y que siendo el oétavo en el sagrado lugar , como muy
lib. Peristephanon, debia po- acomodado para subir des-
nerse en el lugar segundo e de él al cielo , ó bien por
inmediato al de estos Mar- medio del martyrio , ó bien
tyres. Estaba pues la ígle- por el Sacramento de la Re-
sia de Calahorra situada en generación. Pongamos sus
tiempo de Prudencio á la versos , que á la verdad de-
ribera del arroyo del Arenal bian escribirse con letras- de
ó Cidacos , donde fueron de- oro en el Baptisterio de la
goliados los Santos ; y en el Santa Iglesia de Calahorra.
mismo sitio , en que derra-
Eledtus Christo locus est , uhi corda prohata
Provehat ad ccelum sanguine , purget aqua,
Híc dúo purpureiim , domíni pro nomine ccesi^
Martyrium pulchra morte tulere viri,
Hic etiam liquido fluit indulgentia fonte^
Ac vetevés maculas diluit amne novo,
Qui cupit ccternum cceli conscendere regnum\
Huc veniat sitiens : ecce parata vía est.
Ante coronad scandebant ardua testes
Atria , nunc lott^ celsa petunt anim¿e.
Sp ir i tus (letberio solitus descenderé lapsu,
Ut dederat pahnam , sic tribuit veniam,
Haurit térra sacros , aut fonte , aut sanguine rores^
Exandatque suo jugiter uda Deo,
Jpse loci est Dominus : laterum cui vulnere utroque
Hinc crúor ejfussus fluit , & inde látex,
Ibitis hinc , ut quisque potest , per vulnera Christii ■
Evedtus gladiis alter , S alter aquis*
Los
•Q ^ Santos del Obispado de Calahorra. i^j
32 Los milagros , que dos fidelísimos testigos del
continuameníe se hacían con
los que visitaban las sagra-
das Reliquias , aumentaron
también la fama y gloria del
lugar , en que estaban depo*
sitadas. El mismo Pruden-
cio habla de ellos , y dá á
entender que eran infinitos.
Dice , que ninguno hizo ora-
ción delante del sepulcro,
que no consiguiese lo que
pretendía. Que los Santos
eran tan sólicítos en aten-
der á los que invocaban su
patrocinio, que , como se co -
nacia por los efeoos , lue-
g) presentaban sus memo-
riales al Rey eterno , que
jamás negó cosa alguna á los
nombre de Jesu Christo. Par-
ticularmente dice al fin del
hymno , que se veia con la
mayor evidencia , que los
demonios desamparaban lue-
go en aquel sitio los cuer-
pos que poseian , y que los
enfermos de varias enferme-
dades eran restituidos pron-
tamente á su antigua saUíi.
Y finalmente exhorta á las
mugéres casadas , á que can-
ten hymnos y alabanzas á
Dios , y que se conviden mu-
tuamente á celebrar con ale-
gría- la fiesta de los Santo;-,,
por cuya intercesión conse-
guían no ser estériles é infe-
cundas.
^taie nunc , hymnite , mntres , pro receptas pnrvulis,
Conjugum saJute lo'ía vox maritarum strepat:
Sit dies hcec festa nobis , sit sacratum gaudium.
33 Asi como todas las
Naciones de la Christiandad
dieron muestras de su devo-
vocion para con estos San-
tos, peregrinando desde las
partes mas remotas hasta
-Calahorra , por visitar y ado-
rar sus santas Reliquias , asi
también fue general la so-
lemnidad , con que en todas
partes se celebraba su glorio-
sa memo,ria. Por lo que toga
Tom, XXXIIL
á España se colige la fiesta,
que de ellos se hacía en tiem-
po de Prudencio , el qual es-
cribiendo al Obispo Valeria-
no , y dándole quenta del
martyrio de S. Hypolito , le
suplica que ponga al dia 13.
de Agosto , en que este San-
to era celebrado en Roma,
entre los dias festivos de S,
Cipriano , S. Celedonio y
Santa Eulalia.
Pp In-
f$9 .E^fimaSagxada,. Trat, 69. Cap, 1 9,
/«/¿r solemnes Cypriani , v^/ CheJidoni^
Eulaliceque dics currat S iste tibi^
34 El Autor de las Ac-
tas mas antiguas indica con
-enerq;ia el regocijo con que
los Españoles celebraban á
estos Santos diciendo , que
hasta los mas remotos Afri-
canos , que son gente vaga,
y de habitación incierta , so-
lemnizarian anualmente su
dia, si la falta de comuni-
cación con las gentes cultas,
y lo que es peor , su natural
barbarie , no los privara del
conocimiento de las causas
que habia para celebrar la
Fiesta de estos Martyres.
35 El Breviario, y Mi-
sal Isidorianos dan el mas
verdadero testimonio del
aplauso y alegría con que
los Godos, y Mozárabes los
festejaban. Léase principal-
mente la Misa, que empieza:
Sit dies br?c nobis festa^
-fratres , sit- sácratum gaii-
dium\ y en ella se verán vi-
vas expresiones del aféelo,
ternura , y devoción con que
los veneraban , y como cier-
,to empeño en honrados por
.vengarse santamente del co-
nato de los Gentiles en- sii-
primir hasta sus nombres.
Por eso dice la primera ora-
ción : Sed prodeunt h^vc eru"
bescentibus ex scriniis sU"
ppressa monumenta^^ fidelis
Í7iconscia püsterorum fama
testatur^plus quodamm:d)¡o^
guens tacendo , & silentii sui
habens testimonia majora^
quam vocis.
36 En los Breviarios an-
tiguos de nuestras Iglesias se
lee también el Oficio de es-
tos Santos ; y en algunos con
Lecciones tan elegantes, y
escritas con tanto ingenio,
decia Ambrosio de Morales,
que no creo se hallarán otras
mas aventajadas en esto. Par-
ticularmente la Iglesia de
Monte Aragón se esmeró en
celebrarlos , no solo con seis
Lecciones , en que se refiere
la vida , y martyrio , sino
con Hymnos proprios en Vis-
-peras , Maytines , y Laudes,
, y con Antifonas también pro-
prias , dispuestas en versos
exámetros y pentámetros, de
los que llamamos Leoninos.
-, 37 Reconócese también
4a veneración en que los
. tenían enr otras Provincias,
.por la memoria que hacen
de
Santos del Obispado de Calahorra. app
de ellos los Martylogios,que
andan con el nombre de S.
Gerónimo, los de Beda, Flo-
ro , Adon , Notkero, Usiiar-
do , Maurólico , el Romano,
y otros , aunque en algunos
con varías erratas , como no-
tó Bolando. Wandelberto,
que escribió cerca de los años
de &50. los mencionó en su
Martyrologio en estos ver-
sos.
Quinas Magra pió -Nonas defendit amore,
His ¿? Emetherius ^ Celidonius atque Marinus^
Asteriusque miccint éffussó sanguina chri.
TRANSLACIOKÍES
de las sagradas Reli-
quias, : '' ' '
38 Los cuerpos de los
Santos Martyres Emeterio,
y Celedonio se conservaron
depositados en él' lu^ar de
s'j primer sepulcro desde eí
tiempo de su martyrió hasta^
la irrupción de los Árabes.
El Hymno de Prudencio ex-
presamente confirma , que
allí se mantenían en la edad
de este Poeta ; pues no solo
refiere la devoción con que
los habitantes de la tierra de
Calahorra visitaban las are-
nas bañadas con la sangre
santa de los Martyres; sino
también dice , que este lu-
gar fue escogido por Dios,
para que diese honesto y
digno hospedage á los San-
tos cuerpos ; y que concur-
rían á él las gentes de la*
Naciones extranjeras por la
noticia que tenían de que
álli' estaban los Santos , cu-
yo patrocinio se extendía á
todas las Provincias del mun-
do. También hallo otro tes-
timonio , que convence la
existencia de las Reliquia»
en la misma Ciudad en tiem-
po de S. Isidoro , y se lee en
la Misa Gótica de los Santoj
Martyres , en cuya primera
Oración se dice : Quorum
eorpora ¿eíernis titulis viva-
cis memorice consecrata Ca^
lagurritana custodit Ecclc'
si a,
39 Asi como es cierto el
lugar , donde estubieron las
santas Reliquias bajo de la
dominación de los Romanos,
y de los Godos , a^i es difi-
cil y obscuro averiguar , en
qué parte se depositaron des-
de que los Árabes entraron
en España , hasta que la Ciu-
Pp 2 dad
3 00 España Sagrada.
dad dt? Calahorra fue saca-
da de su poder y tiranía.
Los Escritores de Cataliuia
pretenden haber sido trasla-
dadas desde Calahorra áSa-
llers , y que alli se manta-
bieron hasta el di i 19. de
Odnbre del- ana de 1399.
en que con girau solemniiaJ
fueron llevadas a la Ig'esii
Parroquial de S. Miguel de
la Villa de Cardona. De esta
Ultima traslación se tiene Es-
critura autentica , sobre la
qn^it se funda Domenec , pa-
ra afirmar , que no se pue-
de negar sin temeridad que
ex: íten en esta Villa los San-
tos cuerpos; y que por tanto
C!) Cílahcrra. solo se guar-
dan oigunas Reliquias pria-
cipales. Los m'smrs Escrito-
res C:ít:il.?nes conftv-san , que
no se sabe el modo, tiempo,
y. motivo de la primera tras-^
iacion; Ei R. Joef Ignacio,
que es el m.js moderno, dice
en ¡a pag. 68. que sui em-
bargo de liaber hetho va-
rias y extraordiiiariüs dili-
geixias para encoütrar al-
gún documento autentico,
fue vano v sin provecho to-
do su trabajo. No teniendo,.
pues , documento de la ex-)
pres'ída traslación ,'quieren>
apoyarla Cou algunas c<;iíge-j
Trat, 69. Cap, t q.
turas que se fundan cu el ay*
re ,como puros efectos de la;
imaginativa de sus Autores.
El M. Fr. Salvador Pons .cM"
yo librito de la vida , mila-
gros , y traslación de los
Santos Martyres , dicen los
PP. Continuadores de Rolan-
do , no hab'an podido alcan-
zar; y yo tengo presente,
por la adividad , diligencia,
y devoción de Fr/ Miguel
Llisterri de nuestra sagra-
da Religión , dice de esti
suerte en la pag. 32. de la
Edición de Barcelona : Acer*
ca del modo con que vinie-
ron los cuerpos de los San-
tos desde Calahorra , donde
fueron martyrizados , á el
lugar de Sallers , que está
dos leguas de Cardona , don-
de estubierou muchos años
deba;0 de tierra en el sitio
en que ahora está edificada
una Capilla de S. Celedonio,
hay diversos pareceres. Al-
gunos quieren decir ,que los
gloriosos Martyres eran
muy amigos del Señor de Sa-
llers , y que huyendo de I05.
Jueces saltaron con sus ca-
ballos en la tierra de Sa-
liera desde una montaña á
otra ,, pasando : de jan, salto,
mas de doscientos pasos , se-i
gun hoy día se vé en las pi-r
sa-
. Santos del Obispado' de Calahorra, 301
sadas de los caballos , que seaban , ni yo en medio del
perseveran esculpidas en la
tierra para perpetua memo-
ria : y como el Señor de Sa-
Ilers les era tan devoto , hi-
zo diligencias de tener los
cuerpos Santos. Otros, según
el V. P. M. Pablo Bells , dicen,
que las Reliquias esíubieron
dentro de un pozo , y que
llegándose á él una donce-
lla vio dos hachas encendi-
das debajo del agua , y con
grandes gritos llamó á su
amo , para que viese aque-
lla maravilli. Acudió éste
prontamente , y vio que pa-
saba en realidad de verdad
}o que decia ladoncelli. Sa-
cáronse los cuerpos S^,ntos,
y los llevó una Señora Con-
desa á Sallers , que entonces
era de los Cor. des de Car-
dona,
40 El R. Josef Ignacio,
conociendo que e.'tas conje-
turas , que él llama tradicio-
nes , no son capaces de sa-
tisfacer á los críticos, pro-
pone otras , que aunque mi
son tan inver'síniles , nada
tienen en su favor que pue-
dan inclinarnos al asenso.
Así , que ni los PP. Co:iti-
nuadores de Botando hubie-
ran conseguido con el libri'
to de Pons las luces que de^
empeño , y piadoso zelo del
referido Religioso de mi Or-
den, he podico rastrear co-
sa alguna qu-nro á la pri-
mera traslación que estable-
cen los Catalanes.
41 Oponer.se ü estos los
Monges de S. Salvador de
Leyre , los quales tienen poi:
cierto , que los cjerpos dé
los Santos Mir'yres fueron
trasladados á su iMonasterip
al tiempo de 'a venida de los
Árabes. El M. Yepes trata
de este punto al año 840. y
dice, en prueba de esta tras-
lación , que el P. Prior del
expresado Monasterio le re-
mitió una memoria antigua,
escrita antes del Oficio pro^
prio de los Santos Emeterio,
y Celedonio , en la qual se
leen las palabras siguientes:
Ad gloriam Omnipo-entis
Dei , S honorem Sandforum
Martyrum Emetberií & Ce-
ledona quoru»! sacra corpo-
ra in venerabili Monasterio
Ligereas i longo tempore fue-
re deposita , qnibus tempo^
rihus successis ad propriam
sui martyrii Calagurrita-
nam urbem translatis^ níhilo-
minus magna porfió Reli-
qt'iarum ips^rum ibidem con^
tin^tur. De esta memoria co-
302 España Sagrada*
lige el citado Yepes la ver-
dnJ de dos cosas que había
'afirmado ; la primera , que
los sagrados cuerpos están
enteros , y reposan en la
Ciudad de Calahorra ; la se-
gunda , que en S. Salvador
de Leyre hay solo a'gunas
Reliquias que se tienen en
grande veneración.
42 Otros Autores admi-
ten dos traslaciones , y di-
cen , que la primera se hi-
zo desde Calahorra a Ley-
fe , y la segunda desde Ley-
re á Cardona , no á Cala-
horra , como refiere la me-
moria exhibida. El R. Josef
Ignacio cita por esta opinión
al famoso Crítico Bayllet,
en cuya autoridad confia
mucho , como se puede ver
en las pagg. 77. y 78. Pero
además de que los Extran-
geros por eruditos que sean
no tienen en este asunto otras
noticias que las recogidas de
los Escritores de nuestra Na-
ción , Bayllet no hace mas
que referir las opiniones de
otros Autores. On pretenda
dice, que leurs corps furent
transportez depuis de Cala-
horra dans le celebre Monas-
tere de Le^er au Diocése de
'Pampelune dans la Navarre^
í? reportez ensuite á Ca-
Trat. dp. Cap. 1 9.
Jaharra se/on q'ielquas urif^
OH meme emportez d Scillers
en Catnlogn: selon d* autres'j
d^ ou r on detacha quclq ¡es
ossemens poiir Ja Ville de
Cardone Je XIX, d' Odtobre
1399. En quoi il faut avoner
qii on ne nous donne ríen de
certain si ce «' est q'i on
ceJebre Ja premier e de ees
translations le XXXI. d*
OdJohre. Si la opinión que
los dichos Autores sostienen
fuera verdadera , se podría
deducir , que habiendo que-
dado algunas Reliquias en
Leyre , y llevado'^e los cuer-
pos á Cardona , de donde no
hay noticia se hayan trasla-
dado á Calahorra , esta Ciu-
dad se halla privada del pre-
cioso tesoro, con que se cree
enriquecida. Y en efedo, el
P. Domenec lo sintió asi es-
cribiendo ,como dige antes,
que sería temeridad no creer
que los cuerpos de los San-
tos Martyres están en Car-
dona , y que se engañó el
Dodor Villegas afirmando
que reposan en Calahorra.
43 Los PP. Continuado-
res de Bolando se hallaron
tan embarazados con la di-
versidad de los pareceres que
leyeron en nuestros Autores,
que no teniendo documentos
coa
Santos del Obispado de Calahorra, 303
-con qué decidir esta disputa. Obispado , creen que se ve-
neran al presente. Por tan-
to, me veo en la necesidad
de valerme de otros princi-
pios , y discursos para cole-
gir el lugar en que las san-
tas Reliquias estubieron de-
positadas todo el tiempo que
pasó desde que los Moros se
apoderaron de Calahorra,
hasta el año de 1045. en que
esta Ciudad fue conquistada
por el Ruy D. García.
4S Exponiendo, pues , lo
que me pL'iiuaden las razo-
nes que se me ofrecen so-
bre este particular , mi opi-
nión es , que los Santos cu-
erpos nunca fueron sacados
del lugar en que padecie-
ron , s no solo algunas Reli-
quias , que se dieron á Lq-/^
re, Sa lers, y á la Iglesia de
S. Juan Baptista de la Villa
de Treviño. Para cuya com-
probación se ha de suponer,
que asi como es inegable que
los Christianos de nuestras
•Provincias recogieron mu-
chas Reliquias de Santos , y
las retiraron á las m.cntañas
por el recelo que teñir t* de
que los Moros las profana- '
sen ó tratasen con irreveren-
cia ; asi también es cierto
en todos nuestros Historia-
dores , (jue muchos cuerpos
San-
casi llegaron á sospechar,que
las Reliquias de Cardona son
de oíros Santos de ios mismos
nombres que los de Calahor-
ra. Sin embargo , no se atre-
vieron á sostener este dida-
men , por conocer que nin-
guna congetura tiene fuerza
contra la ant*»:yua creencia
de los pueblos, estando des-
tituida de testimonios sóli-
dos que la confirmen : y con-
tentándose con haber hecho
esta reflexión por ambas par-
tes , vinieron á dejar la ques-
tion en el mismo estado de
obscuridad que tenia antes
del examen, que ellos inten-
taron hacer en su Comenta-
rio histórico sobre las Reli-
quias de los Santos Marty-
res Emeterio , y Celedonio.
44 De lo que he dicho
hasta aquí resulta , que no
se encuentra d cumento au-
torizado por el qual conste,
por qué motivo se sacaron
los sagrados cuerpos de la
Ciudad de Calahorra ; en
qué ti-mpo se hizo la tras-
lación ; quántcs años se guar-
daron en otra parte; y quán-
do se trasladaron á la Santa
Iglesia Calagurritana, donde
casi todos los Escritores , y
, la tradición general de este
304 España Sagrada.
santos quedaron y se conser-
varon en los pueblos mis-
mos en que eran venerados,
por la confianza que tenian
los Fieles de que los barba-
ros no quebrantarían el pac-
to que con ellos hicieron de
q.ie les permitirían su Re-
ligión d Iglesias con tal , que
cuidasen de cultivar los cam-
pos , y les pagasen ciertos
•tributos. Este hecho , que
fie común á las Ciudades en
^que los Infieles onentaron
mas su dominio , como Cór-
doba , y Sevilla , en que es
-constante se retubieron para
conduelo de los Chrístianos
'muchas R-liquias sagradas,
se prad'có también en el
territorio de la Diócesis de
Calahorra. El cuerpo del
glorioso S. Millan se mantu-
ibo en el mismo sitio en que
fue sepultado hasta que los
Reyes de Navarra echaron
los' Moros de la Rioja. El
de Santa Columba se conser-
vó también en el lugar de
su nombre junto k Nágera,
en medio de que en él que-
d Ton tan pocos Ciiristianos,
como indica el Privilegio de
D. Ofdoño , que dice le des^
amoararon , y dejaron con
todas sus cosas , temerosos
de los daños que podrían pa-
Trat.óp. Cap. 19.
deccr de los Infieles. De aquí
se puede inferir , que nó
propongo ninguna cosa ex-
traña c increíble , sino muy
posible , y pradicada con las
Reliquias de muchos Santo*;,
quando afirmo que los cuer-
pos délos glorio os Marty-
res Calagurritanos permane';-
cierof) en Calahorra en po-
der de los Mozárabes , qut
com ) dige en otra parte , se
consintieron ene>ta Ciudad",
mientras fue dominada de
los Moros.
46 El discurso con que
me parece se puede probar
que se conservaron efedivá-
mente en Calahorra , es el si-
guiente. Siendo muchas las
donaciones que los Reyes de
Navarra , y otras personas
devotas hicieron a S. Salva-
dor de Leyre en el espacio
de tiempo que la dicha Ciu-
dad estubo bajo el dominio
de los Árabes , expresándo-
se en ellas los nombres de
las Saritas Virgines Nunilo,
y Alodia , cuyos cuerpos des-
cansaban en aquel Monaste-
rio , ninguna se halla hecha
con motivo 6 expresión de
los Santos Martyres Emete-
rio , y Celedonio. Esta omi-
sión parece increíble aten-
diendo á las circunstancias
de
Santos del Obispado de Calahorra. 305
déla multitud de donacio- orillas del Ebro , para cuya
nes , de la fama y célebre me-
moria de estos Santos, y de
la costumbre que entonces
habia de ofrecer á las Igle-
sias alhajas y heredades por
devoción á los cuerpos sa-
grados, que en ellas se guar-
daban y veneraban. Asi, que
de este silencio se puede con-
cluir , que los cuerpos no
fueron trasladados á Leyre,
como pensó el Autor de la
Nota alegada por Yepes, y
sacada del libro donde está
el Oficio de los Santos.
47 El P, Moret , que dio
crédito á la traslación que
se pone desde Calahorra á
Leyre , reconoció la gran di-
ficultad , que nace del olvi-
do , que se tubo de estos glo-
riosos Martyres en los Ins-
trumentos del Archivo de
aquel Monasterio ; y pre-
tendiendo desvanecerla di-
ce , que estubieron allí poco
tiempo , y que D. Iñigo, Rey
de Navarra primero de este
nombre , restituyó sus cuer-
pos á Calahorra. El mismo
Escritor establece este Rey-
nado á mitad del siglo oda-
vo ; y en la pag. ió6. del
tom. I. de sus Anal, refiere,
que D. Iñigo campeó y do-
minó en las tierras llanas y
Tütn. XXXllL
comprobación alega una me-
moria de la Santa Iglesia de
Calahorra , que es una dona-
ción del Rey D. Sancho el
Deseado de Castilla , quien
dio á esta Iglesia un solar queí
afrontaba por el Oriente cotí
dos casas que se decian del
Rey D. Iñigo , y de D. For-
tuno Fortuñez. En las Inves-
tig- pag. 534- trae un frag-
mento de esta donación que
dice asi : Qiiod est in illa.
aJfondega ad opus Alberga-
ri¿e seu confratri¿e , &c,
Quod solare circumdatur ab
Oriente singulis domibus^vk^.
delicet Enneco Rege , S
Fortun Fortuñez , Ge. Fac^
ta Cartilla Era M, C. LXXX
IIL nn, die Pascb^, XXLh
die mensis Apr¡lis , XI anno
Imperii Regís Adefonsi. Y
aunque en este lugar aplica
el nombre de Iñigo al que
él tiene por segundo de este
nombre , se retrata en sus
Anales diciendo , que la ca-
sa y habitación mencionada
en esta Escritura fue de D.
Iñigo el primero, que con-
quistó la Ciudad de Cala-
horra , la qual estubo en po-
der de Christianos hasta el
año 814. en que , como re-
fiere el Arzobispo D. Rodri-
Qq go,
306 España Sagrada.
go , Aliatan , Rey de Córdo-
ba , envió un Capitán Ara-
be llamado Abdelcarib , que
la ganó por cerco. De este
Iñigo , pues ,dice en la pag.
674. del tom. I, de los Ana-
les , ser muy creible , que
imaginando mas duradera
aquella conquista de Cala-
horra y pueblos de la Rioja
de lo que en hecho de ver-
dad fue , restituyó ó permi-
tió se restituyese el sagra-
do tesoro de las Reliquias de
los Santos Martyres.
48 Este discurso, y otros
muchos , de que abundan los
Anales de Navarra , se diri-
gen á multiplicar los Reyes
de este Rey no , cuyo es-
tablecimiento no se verificó
hasta el siglo nono , como
probé en el .tom. 32. siendo
el primero que tubo nombre
de Principe , aunque no con
total independencia Iñigo
Arista. Tampoco podrá com-
probarse con testimonio au-
torizado , qué algún pueblo
de la Rioia fue ginndo á los
Moros por los Reyes de Na-
varra hasta D.Sancho Gar-
cía , que reynó en principios
del siglo diez. Todos nues-
tros Escritores antiguos atri-
buyen las primeras conquis-
tas , que se hicieron por el
Trat. 69. Cap, 19.
Reyno de Navarra , al famo-
so Arista , que vivia por los
años de 850. y empezó des-
de el Pirineo á combatir á
los Moros ; y fueron tan re-
ducidas sus vidorias , que
aun la Ciudad de Pamplona
estubo ocupada de los Infie-
les hasta el referido D. San-
cho , que la conquistó. De
Calahorra es constante que
estubo dominada de los Ara-
bes , desde que estos la to-
maron hasta el año de 1045.
sin que haya vestigio de que
alguna vez la recobrasen los
Christianos. Y aunque es
cierto , que Aliatan envió á
Abdelcarib para que la pu-
siese cerco , no por eso de-
bemos colegir, que estaba
conquistada por el Rey de
Navarra, pues no hay cosa
mas sabida que las rebelio-
nes de : los Gobernidores
Árabes que se a izaban con
los pueblos , y las empresas
de !os Reyes de Córdoba pa-
ra obligarlos ai reconoci-
miento de su soberanía. Ad-
mitida la memoria que ex-
hibe Mortt del Archivo de
Calahorra , la qual es muy
posterior al suceso para cu-
ya, comprobación se trae,
solo tenemos que en el año
de 1 145. habia en esta Ciu-
dad
Santos del Obispado de Calahorra, 307
dad dos casas con Jos nom- año de 905. Pero como dejo
bres que alli se expresan;
pero de ningún modo pode-
mos inferir las conquistas,
que Moret pretende iiaber-
se hecho por el Rey Iñigo
que él pone , y no es otra
cosa que un Principe fabulo-
so, ni tampoco podemos sa-
ber el motivo que se tendria
presente para dar á las dos
casas aquellos nombres. Ca-
reciendo , pues , de funda-
mento legitimo la especie de
haberse recobrado Calahor-
ra por los Christianos , que-
da en pie la dificultad que se
deducia del silencio que se
observaba en las Escrituras
de Leyre ; pues la omisión
que se advierte de la me-
moria de los santos cuerpos
de los Martyres , no puede
atribuirse á traslación que se
hubiese hecho por algún
Rey de Navarra tan pocos
años después de la pérdida
de Calahorra , y quando aún
no se había instituido la dig-
nidad Real de aquella Mo-
narquía.
49 Podrá alguno preten-
der , que si la dicha tras-
lación no se hizo en tiempo
del Rey Iñigo, se haría en
el Reynado de D. Sancho
García , que empezó en el
dicho en otra parte , este
Príncipe ganó a los Moros
los Castillos que tenían des-
de Nágera hasta Tudela, co-
mo escribe el Chronicon
Albeldense ; pero la Ciudad
de Calahorra quedó sujeta
á los Árabes, quienes domi-
naron en ella con tanta se-
guridad , que desde que la
tomaron hasta el año de
1045. no se les quitó su po-
sesión. Yo á lo menos no pue-
do creer otra cosa , conven-
cido de que ni el Chronicon
citado, ni otro Escritor de
aquellos tiempos hace me-
moria de la conquista de una
Ciudad tan fuerte , tan ilus-
tre , y tan antigua , aña-
diéndose á este silencio el
ser la empresa tan difícil,
que como también ponderé
en otro lugar , fue necesa-
rio para recobrarla esperar
tiempo oportuno en que ella
sola fuese el objeto de todas
las fuerzas de Navarra; y aun
asi no se tomo sin particu-
lar favor del cíelo , como di-
ré tratando de S. Millan.
50 No solo no se trasla-
daron los cuerpos de los San-
tos Martyres de Leyre á Ca-
lahorra desde que esta Ciu-
dad fue tomada por los Mo-
Qq 2 ros
3o8 España Sagrada,
TOS hasta el año de 1045. en
que la conquistó D. García,
sino tampoco desde este
mismo año en adelante. En
la Escritura que este Rey
dio para restauración de la
Iglesia , y Sede Episcopal
Calagurritana asi que obtu-
bo aquella célebre conquista,
parece cierto , dice Moret,
que habla de las sagradas
Reliquias como de presen-
tes , y que se tenian alli
qúancfo ganó á Calahorra.
Y á haber hecho ahora esta
traslación , añade el mismo
Escritor , restituyéndolos á
esta Ciudad, parece increí-
ble no hiciera el Rey men-
ción de ado tan memo-
rable en alguno de tantos
Privilegios , en que habla de
esta conquista, y nombra á
los Santos , en especial en el
que dio aumentando la do-
nación primera dentro del
año de la conquista, y acu-
diendo el mismo Rey a cele-
brar en Calahorra el dia so-
Jemne de su martyrio , en
el qual Privilegio los llama
sus Pairónos fortisimos,
51 Es también buena
prueba de que jamás se tras-
ladaron las santas Reliquias
desde otro pueblo 6 Moiías-
terio , que habiéndose cele-
Trat, 6^. Cap, 19.
brado antiguamente en esta
Iglesia la traslación que se
hizo de ellas desde una Ca-
pilla á otra , como consta
del Breviario que usó en otro
tiempo , nunca se ha hecho
fiesta de traslación que se
hiciese desde otra parte,
siendo asi que sería mas
justa y debida esta solemni-
dad en memoria de la resti-
tución de un tesoro el mas
precioso después de una lar-
ga y lamentable privación.
52 Reñexionense ahora
como en una suma las razo-
nes que he propuesto hasta
aquí. En todo el Obispado
de Calahorra conservaron los
Christianos los cuerpos de
los Santos que veneraban en
sus respetivos pueblos an-
tes de la irrupción de les
Árabes , como los de S. Pru-
dencio , S. Millan , y S. Co-
lumba ; sin que haya memo-
ria de que sus Reliquias se
retirasen de donde estaban
depositadas á lugar mas se-
guro de la invasión de los
Infieles. En Calahorra que-
dó libre una buena parte de
aquella Parroquia , como di-
ce Pasqual Segundo en su
Bula , para que los Chris-
tianos' pudiesen' continuar,
aún dominados de los bar-
ba-
Santos del Obispado de Calahorra.
baros el culto público , y Ciudad recobrada
conforme á su Religión. Re-
tubose ésta todo el tiempo
que duró el cautiverio ; pues
aunque en el año de 932. el
Árabe Almorrid destruyó la
Iglesia Calagurritana y otras,
consta , que la reedificaron
y mantubieron hasta la con-
quista de esta Ciudad , co-
mo se deduce de la dona-
ción hecha inmediatamente
por Don Garcia , la qual su-
pone existente la Iglesia de
S. Maria , y de los Santos
Martyres Emeterio , y Ce-
ledonio. Asimismo el Rey en
^sta Escritura menciona á los
Santos como presentes en
Calahorra al tiempo que to-
mó la Ciudad ; ni se halla
instrumento legitimo de don-
de conste que sus cuerpos
fueron sacados de aqui en 'a
venida de los Moros , ni tras-
ladados á su proprio lugar
desde que estos se apodera-
ron de la Ciudad hasta qi;e
se les quitó enteramente la
posesión de ella. La domi-
nación de los barbaros en
Calahorra no se interrumpió
de manera que pueda seña-
larse tiempo, en que la tras-
lación de los cuerpos pudie-
se hacerse sin embarazo ; y
;si en alguna ocasión fue la
por los
Christianos , no hay funda-
mento para creer , que se
trasladaron á ella los cuer-
pos de otra parte en que hu-
biesen estado asegurados;
porque un suceso tan memo-
rable como éste se habría
celebrado por la S. Iglesia
de Calahorra , como se cele-
bró anualmente el ado de
mudarlos solo de una Capi-
lla á otra , no siendo tan dig-
no de solemnizarse. Conclu-
yamos , pues , que los sagra-
dos cuerpos de los Santos
Martyres Emeterio , y Cele-
donio nunca fueron sacados
de Calahorra , sino que se
conservaron alli no de otro
modo que lasReliquiasde los
otros Santos , que se vene-
ran en los pueblos de la Dió-
cesis Calagurritana.
53 Aunque los cuerpos
de los Santos Martyres estu-
bieron en Calahorra desde
el tiempo de los Romanos
hasta el presente , como de-
jo probado , se han celebra-
do diferentes traslaciones,
hechas de un sitio á otro
dentro de la misma Ciudad.
El Breviario de España en
las Lecciones que se rezan
en h Fiesta de los Santos ha-
ce memoria de la primera
tras-
3 I o España Sagrada,
traslación , la qual se hizo
desde el sepulcro, donde las
sagradas Reliquias fueron
depositadas después del mar-
tyrio,á la parte interior de
la Catedral , que se edificó
cerca del Arenal ó rio Cí-
dacos. Créese haberse hecho
esta traslación á 3 1 . de Agos-
to, en que la Iglesia Cala-
gurritana ha tenido la cos-
ta ubre de celebrar á los San
tos M irtyres por este moti-
vo. El Poeta Prudencio es-
cribe , como dige antes, que
el lugar , donde los Santos
fueron degollados , era en su
tiempo Baptisterio ; y de es-
te titulo , y de la traslación
de los cuerpos á lo interior
de la Iglesia , se puede infe-
rir , que la sagrada fuente,
en que se administraba el
Baptismo en los primeros
tiempos , estubo separada
de la Iglesia principal , pero
inmediata á ella , como se
usaba entonces casi siempre.
Véase S. Paulino, Epist. 12.
S. Greg. Turón, lib. 10. y el
Diurno Romano , cap. g. tit.
19. 20. 21.
54 En el Misal antiguo
de Calahorra se anotan en el
Kalendario otras dos trasla-
ciones. La primera en el dia
19. de Abril , la qual , según
Trat. 69. Cap, 19.
mi juicio , se hizo quando
conquistada la Ciudad en el
mismo mes de Abril se ex-
trageron las sagradas Reli-
quias del pozo que está en
el jardin del Claustro , don-
de es tradición se oculta-
ron por los Fieles , como
afirma D. Luis Rodríguez de
Vergara , Canónigo Magis-
tral de esta Iglesia en un Ms.
que tengo presente. También
pudo hacerse esta traslación
quando se reedificó la Cate-
tedral , cuya fábrica se atri-
buye á D. Alonso VI. Rey
de Castilla.
55 La segunda traslacioa
se pone en el dia 9. de No-
viembre por estas palabras:
Translatio Emetherii S Ce-
ledona , í? dedicatio ^¡ta-
ris eorumdem. De ésta se ha-
lla una memoria autentica
en el Archivo de la Santa
Iglesia en un pergamino muy
largo , que contiene la Es-
critura de donación que hi-
zo á la Catedral Pedro Juan
Enecomius , cuya data pon-
go á la letra por ser muy
notable. Fadía , 6^ rohoratay
seu testificata carta votiv¿e
donationis Era millessima
centessima septuagessima^
Dominica prima Adventus
Domini , Natali SS, Facun-
di
Santos del Obispado de Calahorra, 3 1 1
di & Primitivi V, Kalen^ in'de navigio ea deferret ad
das Decembris, Regnante
Domino nostrojesu Christo
sine fine , S sub eo Adefon-
so Sancii regnante de Mont-
son usque Vilforato & an^
tiqua Cas t ella , S usque S,
Stephano de Gormoz , (S?
Montegrale versus Barrad-
na , & usque Castello Orta
didio sex millibus distans d
Tortosa S infra, Venerabi-
li Episcopo Sancio Ossettano
alumno prcesidente prcvfatce
Sedi in Universo ejus EpiS'
copatu. Dominantibus Cala-
gurrce sub prcefato Rege
Fortum yícenarez , Fortum
Lober de Soria , Bertrán de
larbasa. Alcalde Fortum lo-
anes^ ludice Don Crispo ,Sa-
jon Lope Anguila.
56 Ipso tempore^odinvo die
cmniumSS, prcefato Episco-
po insistente , S strenue
elaborante translatio sandio-
rum cor por um Emethcrii &
Celedona simul <S dedicatio
Altaris eorum , ac sta^uta
sokmnitas eorum singulis
annis prcefato die ab Epis-
copo Oxomensi , ^ Arcbie-
piscopo Ausciensi , quoque.»,
tenipore jam didiis pr¿eci--
debat Ugna in montibus S,
E'riliani , & deponebat ea
ad Iberum fiuvium , ut per
oppugnandam civitatemDer-
tosam , S capiendam divino
adjutorio. Amen,
RE LIQUIAS DEL
Monasterio de San Sal-
vador de Leyre,
57 En muchos pueblos
se precian sus vecinos de
tener cuerpos de Santos te-
niendo solo una buena parte
de sus Reliquias. Esta vani-
dad santa se halla defendi-
da por muchos varones eru-
ditos , y piadosos, como cos-
tumbre introducida no por
fraude de los hombres , si-
no por la ocasión que dio
para ella la infinita largue-
za de Dios , obrando en los
lugares , donde se veneran,
los mismos prodigios , que se
digna obrar en las partes
en que existen los cuerpos.
Y á la verdad es tan atiguo
en la Iglesia este modo de
hablar , que ya S. Basilio ad-
virtió , que en su tiempo se
gloriaban varias Ciudades de
tener los cuerpos de los San-
tos quarenta Martyres , solo
porque cada una de ellas po-
seía alguna parte de sus Re-
liquias. Véase Baronio en sus
Anal.alañüSS.Wandelberto
es-
3 I 2 España Sagrada* Trat, 69, Cap, 1 9.
escribe también, que el cu- no habiéndose trasladado si-
erpo de S. Sebastian fue lie- no parte de él.
vado desde Roma á Soisoiis,
RofJta quem vc&um nunc Suessio L-eta frequentat.
Véase Molano en el cap. 23. sobre los Martyrologios , don-
de defiende este común estilo de los pueblos como piado-
so é irreprehensible.
58 Esta advertencia es
muy oportuna respeélo de
las Reliquias de los Santos
Emeterio , y Celedonio, cu-
yos cuerpos se leen estar en
diferentes lugares, no exis-
tiendo en ellos sino alguna
parte , como ahora dire-
mos. Y por lo que toca á S.
Salvador de Leyre , me pa-
rece trasladar aqui lo que
ingenuamente escribe el M.
Yepes en su tom. 4. pag. 82.
Aunque parezca , dice , que
Iqs cuerpos de S. Emeterio , y
S. Celedonio están en S. Sal va-
vador de Leyre, bien se echa
de ver que usan de la figura
Synedoche,y que nombran
la parte por el todo , y que
con poseer alguna Reliquia
ó Reliquias grandes , algún
hueso ó huesos , usurpan , y
dan el nombre de un miem-
bro á todo el cuerpo. Ni las
insignes Ciudades de Cala-
horra en España , y Limo-
ges en í'rincía , querrán ser
tan liberales , y aun pródi-
gas de la merced que el cie-
lo les ha hecho , que la una
quiera dar á Emeterio , y
Celedonio Patrones y ampa-
ro suyo , y la gloria de su
Iglesia ; y la otra á S. Mar-
cial , uno de los Discípulos
de Christo , y Apóstol de
gran parte de Francia. Y en
S.Salvador de Leyre tengo
á los Monges por tan discre-
tos , que no querrán publi-
car que poseen en su Tem-
plo cuerpos santos , quando
no tengan mucha seguridad
para afirmarlo. Asi , el P.
Prior de aquella Casa en las
relaciones que me envió,
habla con mucho tiento en
esta materia , y dice las pa-
labras siguientes. Tiene tam-'
bien el dicho Monasterio una
arca estrecha de dos varas
de largo con Reliquias , ,y
es antiquisima , donde están
mu-
Santos del Obispado áe Calahorra* 313
fimchos huesos de los Santos
Martyres Emcterio y Cele-
donio , retulada con letras
■góticas y doradas , y dice
asi : Emeterii & Celedonii.
Su fiesta á primero de Mar-
zo la celebra este Monaste-
rio con muy grande solem-
nidad , y como fiesta de las
mayores de la Orden. T de
otros muchos Santos tieneRe-
liquias principales, camode
S, Esteban , primer Martyr,
S.Juan Baptista^ S» Mar-
cial , Santa Emerenciana,
Santa Eulalia. De manera,
que por estas palabras se co-
noce , que aunque algunas
donaciones hagan insinua-
ción , y den á entender que
los cuerpos de aquellos glo-
riosos Martyres son poseídos
de la casa de Leyre : pero
el hijo de la misma casa las
declara y comenta , dicien-
do , que son Reliquias prin-
cipales y grandes , pero no
se quieren levantar con todo
el tesoro , que tiene Dios de-
positado en las Iglesias Ca-
tedrales que be dicho,
RELIQUIAS BE LA
Iglesia Parroquial de San
Miguel de Cardona.
«í8 La muy noble y anti-
Tom. XXXllL
gua Villa de Cardona , situa-
da en el centro del Princi-
pado de Cataluña , se gloría
también de hallarse enrique-
cida con buena porción de
las preciosas Reliquias de
los Santos Martyres Emete-
rio y Celedonio. En el aéto
de la translación , que pon-
dré en el Apéndice , se ex-
presan estas con el nombre
de cuerpos : Cum qucedam
dúo COI pora SanSiorum , unus
quorum nominatur B. Eme-
terius , ¿? alter B. Celedo-
nlus , quorum passio legitur
in Datarlo , &c. En el año
de 1705. se hizo público re-
conocimiento de las dichas
Reliquias , del qual me ha;
remitido copia autentica en
Catalán el Agustiniano Fr.
Miguel Llisterri, laque pon-
dré aqui , para que por ella
se tenga noticia individual
de las que creen los Cata-
lanes poseer la expresada
Villa. Dice asi:
S9 In Dei nomine. Amen,
Sea á todos notorio , como
hoy Jueves que contamos,
á los quatro dias del mes
de Junio del año de la Na-
tividad del Señor de mil se-
tecientos y cinco , el R. Se-
ñor Francisco Aynes , Pres-
bytero , Oficial de la Villa,
Rr y
314 España Sagrada,
y Oficialato de Cardona, por
el Illmo. y Rmo. Señor Don
Fr. Guillen de Goñalons por
la gracia de Dios , y de la
Santa Sede Apostólica, Obis-
po de Solsona , y del Con-
sejo de S. M. (que Dios guar-
de ) en presencia del Ilus-
tre y Reverendo Señor Doc-
tor Juan Olives , Presbytero
y Canónigo de la Santa Ca-
tedral Iglesia de Lérida , re-
sidente en la dicha ViUa de
Cardona , del Reverendo Se-
ñor Pablo Serra , Doélor en
Sagrada Theologia , R-íétor
de la Iglesia Parroquial de
S. Miguel de dicha Villa de
Cardona , de la R. Comuni-
dad de Presbyteros de la
misma Parroquial Iglesia con
la solemnidad de capas y
bordones ; del Ilustre Señor
D. Ramón de Anglasill , Go-
bernador general de dicha
Villa y Ducado de Cardo-
na , del magnifico Celdoni
Coma , Baile de la dicha Vi-
lla , y Ballias de Cardona
por el Excmo. Señor Duque
de Cardona, Medinaceli, &c.
de los magníficos Jayme Flo-
tan , Miguel Girabancas,
Juan Garrigo y Antonio
Font , Cónsules en el pre-
sente y corriente año de la
Universidad de dicha Villa
Trat. 69 Cap, 1 9.
de Cardona; de los magní-
ficos Francisco Jordana y
Cañáis , Asesor ordinario , y
Magí Aynes , Tesorero de
dicho Ducado de Cardona,
Dodores en ambos dere-
chos , de la mayor parte de
los Consiliarios del Consejo
ordinario de dicha Villa,
llevando en las manos velas
encendidas , y de muchos
otros Señores y personas en
gran número ; después de ha-
ber dichos Señores Oficial,Ca-
nonigo , Redor y RR. de di-
cha Real Comunidad , lle-
vado con dicha solemnidad
la caja de plata , en la qual
están custodiados y guarda-
dos los huesos de los cuer-
pos de los gloriosos é in-
vidos Martyres S. Emeterio
y S. Celedonio desde su Ca-
pilla honda de dicha Iglesia
Parroquial , en la qual están
veneradas , hasta el Presby-
terio de la misma Iglesia,
cantando solemnemente los
hymnos del Oficio de dichos
Santos Martyres , y puesta
alli , á petición de dichos
Magníficos Cónsules con la
debida reverencia abrió di-
cho Oficial la dicha caja de
plata , á fin y efedo de ma-
nifestarla á todos los que en
dicha Iglesia se hallaban, y
dar-
Santos del Obispado de Calahorra, 3 i 5
darles á adorar los huesos
de los cuerpos de dichos
Santos Martyres , que en ella
venían: la qual caja abierta
fueron halladas dentro de
ella dos. fundas de tela muy
delgada , dentro de cada
una de las quales se halló
otra funda hecha á modo de
colchoncito con sus separa-
ciones , esto es , la parte de
abajo de tela espesa , y lo
demás de gasa , dentro de
las quales separaciones es-
tan puestos los huesos de
los cuerpos de dichos glo-
riosos Martyres , como son
canillas de brazos , piernas
y muslos , y otros muchos
huesos de los cuerpos : y en
la tela , debajo de cada uno
de dichos colchoncitos , se
ha hallado un rotulo escri-
to con letras gruesas y an-
tiguas bordadas de hilo de
oro , en el uno de los qua-
les se lee Sant Celdoni , y
en el otro S. Henmerter ; y
en el que se lee S. Celdoni se
ha hallado una buena parte
del casco de la cabeza , y
un trozo de quijada con sus
muelas encajadas en ella,
y una canilla de brazo ó pier-
na , puesta dentro de una
bayna de tela blanca , que
dicense la llevaba el Señor
Obispo deUrgél , que por
un infortunio de tiempo , co-
mo fue un pedrisco que ca-
yó sin hacer daño , ni pa-
recer nubes , no paró hasta
haber restituido en dicha ca-
ja dicha santa Reliquia , es-
tando ya fuera de dicha Vi-
lla un quarto de legua. Ha-
llase todavía el pañuelo de
tela blanca , con el qual se
cree la llevaba. En la mis-
ma caja de plata se ha en-
contrado una bolsa de Da-
masco Carmesí guarnecida
de galón de oro , y dentro
de ella una caja pequeña de
madera , en la qual se ha
hallado una cabeza muy pe-
queña guarnecida de lamina
de plomo claraboyada con
un rotulo en dicha caja de
madera , que dice ; Cabeza,
de un Santo Inocente» Y de-
votamente adoradas dichas
santas Reliquias por todos
los sobredichos , por la ma-
yor parte de las personas
de dicha Villa , y otros fo-
rasteros , fueron vueltas por
dicho Señor Oficial y Redor
en dicha caja , y por ellos
cerrada con tres llaves de
tres cerraduras diferentes,
que se hallan en dicha caja,
las quales fueron entregadas
en esta forma : la de la ma-
Rr 2 no
3 1 6 España Sagrada
no derecha ai dicho Señor
Oficial y Redor , á efedo
de que se guarde en el Sa-
grario de dicha Iglesia ; la
del medio á dicha Rev. Co-
munidad , y por ella al R.
Dociüi Juan Blasi , Presby-
tero , Syndico de la misma,
á efecto de tenerla guarda-
da en el Archivo de dicha
Rev. Comunidad , y la otra
de la mano izquierda á ¡os
dichos magníficos Cónsules;
y aceptada por mano del di-
cho Señor Cónsul mayor , en-
continente á la dicha solem-
didad fue dicha caja de pla-
ta llevada y tornada al Al-
tar de dicha su Capilla. De
las quales cosas, á petición
de dichos magníficos Cón-
sules , se hizo el presente
ado pubíicado por Juan Ma-
Itrt -y Gerónimo Malet por
autoridad Apostólica y Real
Notarios públicos de dicha
Villa de Cardona , que fue
hecho en dicha Iglesia Par-
roquial de S. Miguel de dicha
Villa de Cardona en el dia,
irjes y año sobredichos,estan-
do presentes por testimonio
los magníficos Antón Franch
y Boix , Ciudadano honrado
de Barcelona , Juan Francis-
co Franch y de Cap de Vila,
Antón Jordanay Tristañ en
. Trat. 69. Cap, 1 9.
ambos derechos Dodores,
Josef Abad y Josef Celles,
Dodores en Medicina , do-
miciliarios en dicha Villa de
Cardona , y Francisco Llin-
sach , Ciudadano de Barce-
lona , Maestro de leer y es-
cribir , y contar en dicha
Villa de Cardona , y muchos
otros , asi de la dicha Vi-
lla, como forasteros en gran-
de número.
60 Signum meum Anto-
nii Thomasa & Font , Villis
Cardona Celsonensis Dioece^
sis^ atii^oritatíbus Apostóli-
ca & Regia Notari'us publi'
cus regens scripturas recep^
tas penes Joannem Malet ^
Notarium publicum relatas
Villce in Scribania publica»
didice Villce custoditas , in-
ter qiias prcescntem invenid
quam cum suo originali con-
cordare vidi , propria manu
scripsi , subsignavi , & re-
quisitus clausi in papiro si'
gilli quarti die nona mensis
Marta anni millessimi sep-
tingentessimi septuagessimi
sexti,
61 Las expresadas Re-
liquias estubieron primero
en Sallers , adonde según
los Catalanes se trasladaron
desde Calahorra ó Leyre,
Alli se guardaron hasta el
año
- Santos del Obispado de Calahorra,
año 1399. en que ílay mundo mayor aumento d
Füich de Cardona logró li-'
cencía de Ramón de Pinos,
Señor de Sallers , para tras-
ladarlas á la Villa de Cardo-
ña. La translación se hizo
en Domingo de 19. de Oétu-
bre de dicho año con os-
tentosa solemnidad y mag-
nificencia : todo lo qual cons-
ta de escritura , cuya copia
se me ha remitido , y se ha-
llará en el Apéndice á la le-
tra conforme á la que se
guarda en el Archivo Ducal
de Barcelona , arm. i. caj. i.
num. 333. y en el libro ms.
ée los milagros de'losSan-
tps Martyres citado por el
Padre Pons , el qual la puso
en idioma Catalán , que tra-
ducido á nuestro Castellano,'
es del tenor siguiente. ■ '
62 El noble y excelen-
te Señor Conde de Cardona
D. Juan Ramón de Cardo-'
na , Almirante del Rey Mar-,
tin de Aragón , trató- con
el Señor de Sallers D. Ra-'
monde Pinos (que entonces
tenia y poseia el Valle de
Sallers en feudo del dicho
Conde de- Cardona) y con
los de Cardona , sobre qjua'
los cuerpos ■ de, 'los Santos;
Em.eterio y Celedonio para
mas honra de ellos , y para
la del
vocion de los Fieles Christia-
nos fuesen llevados con .gfán
veneración á la Iglesia Par-
roquial de S. Miguel de Car-^-
dona. Y asilos fueron átraeí*
con una solemne y devotísi-
ma procesión , la qual acom-
pañaban él sobredicho Con-
de de Cardona con su hijo D.
Juan Ramón , y su hermano'
D. Hugo con otros muchos'
Caballeros , y toda la Uni-
versidud de la Villa de Car-
dona asi hombres como mu-
geres.: la Confiesa con- su
hija Doña Juana de Caf»-"
dona s y qüatro' Danfias hér-'
manas del Almirante, y con'
toda su casa y familia. Acom-
pañaba también en esta'
Procesión eí ilustre Abad 'deí-'
Mon'astério de Santa- Má ría
de Sarratex, llamado Beren^
guer deToriguesde la Dio-'
cesis de Urgél-,' juntamente'
con su yenerable Conyénró^
de los Xíonges ^ del Orden dé '
S. Benito , eí qukl Abad ce-^
lebró y dijo lá Misa mayor.
Asistieron también en dicha
procesión los venerables Se- '
ñores Canónigos Reglares"
del Ordéíi de 'S.' A'^ustíñ Üel
Monasterio d^ Si Vieérrtedé'
Cardona con el muy ilustre'
Señor Abad Francisco de
Be-
3 I 8 España Sagrada. Trat. 69. Cap, 19.
Besora. A mas de esto acu- todos los Redores de su Oñ>
dieron los Señores Canóni-
gos y Beneficiados del Mo-
nasterio de Santa Maria de
Solsona , Obispado de Urgel.
También fueron presentes á
dicha procesión el honora-
ble Prior del Monasterio de
S. Lorenzo de Morulls del
Orden de S. Benito con toda
su venerable Comunidad. Y
los Canónigos del Priorato
de S. Jayme de Calaf del
Orden de S. Agustín , Obis-
pado de Vique.
Ítem Fr. Juan de Pague-
ra , Maestro en Sagrada
Theología , del Orden de
Franciscos , con otros dos
Religiosos de la misma Or-
den del Monasterio y Con-
vento de Cervera.
ítem Fr. Bernardo Arti-
guen , Prior del Convento
de Predicadores de Castello
de Empurias , en compañía
del P. Fr. Antonio Carrera
del mismo Orden , Confesor
del Conde de Empurias.
ítem el Ledor del Car-
men de la Ciudad de Man-
resa con otros tres Religio-
sos suyos.
ítem el honorable Mos-
sen Romeu Grasset , Oficial
de Cardona juntamente con
cialato.
ítem el Reverendo Rec-
tor Müssen Francisco de Xa-
vel con todos los Beneficia-
dos de la Iglesia Parroquial
de San Miguel de Cardona.
63 Finalmente acom-
pañaron la dicha procesión
el Señor Hoguet de Rosa-
nes Caballero , y su Señor
Micer Pedro Ripoll Juez de
todo el Condado de Cardo-
na: y los Cónsules de Car-
dona, Pedro de Corp , Pedro
Jayme Merola , Pedro de Gi-
bert y Pedro de Olivo. Tam-
bién la acompañó el Maes-
tre escuela Arnaldo Viñies,
Maestro en Artes , y Bachi-
ller en Medicina , con otras
muchas personas ; y habien-
do llegado á la Iglesia ma-
yor , colocaron en ella los
cuerpos de los gloriosos San-
tos , en la qual están hoy día
para honra y gloria de Dios,
é intercesión de sus devo-
tos.
64 Después de mucho
tiempo,dice el P.Pons, deter-
minaron los Duques de Car-
dona edificarles una bella
Capilla debajo del Altar ma-
yor de la Iglesia Parroquial
de S. Miguel , la qual está
he-
Santos del Obispado de Calahorra. '>, 1 9
hecha al modo de la de Santa Almirante y gran Condesta-
Eulalia de la Ciudad de Bar-
celona; excepto que dentro
de é^ta de Cardona hay-
tres Capillas, la primera está
á mano derecha , bajando las
escaleras , la qual es el sepul-
cro de Jesu Christo Redemp-
tor nuestro La otra está á
la mano izquierda , y es el
sepulcro de nuestra Señora.
La tercera , que es la de en-
medio , (la qual se cierra
con otra reja de hierro) es
la de los cuerpos Santos.
En esta hay un Altar , en
medio del qual hay una be-
lla caja de plata , donde es-
tan los cuerpos Santos; tie-
ne la caja quatro palmos
de largo, dos de ancho, y
dos y medio de alto. Esta
caja se hizo por la gran
devoción de la Excelentisi-
ma Duquesa Doña Francisca
Manrique, abuela de la Du-
quesa que hoy es , hija que
fue del Duque de Nágera,
y muger del primer Duque
de Cardona Don Fernando,
como consta del siguiente
ado.
65 Manifiesta cosa sea
á todos los fieles Christianos
como los muy ilustres Seño-
res Don Fernando Ramón
Folch , Duque de Cardona,
ble de Aragón , Marqués de
Pallas , Conde de las Mon-
tañas de Prades , Vizconde
de Vilamúr', Señor de las Ba-
ronías Dentenza , Arbeca,
Juneda, Alcolea, Cambrils,
Agran;iiint , y de Pesonada:
y Doña Francisca Manrique
su muger.
66 A honra y gloria de
Dios omnipotente, y de su
gloriosa Madre Señora San-
ta Maria , y por el mucho
amor, y afeéiuosisima devo-
ción , que los dichos Señores
tienen y profesan á los glo-
riosos Santos S. Celedonio,
y S. Emeterio , cuyos cuer-
pos están depositados , y
se celebran y solemnizan
en la Iglesia mayor del glo-
rioso Archangel S. Miguel
de la insigne Villa de Car-
dona , para dotación de la
qual se ha servido Dios nues-
tro Señor dotarla de los cuer-
pos de los dichos gloriosos
Martyres , y caballeros de
nuestro Señor S. Celedonio
y S. Emeterio, por cuyos
méritos los dichos Señores,
y muchas otras infinitas per-
sonas han obtenido , y obtie-
nen cada dia muchas gra-
cias y mercedes , no solo
en los males del cuerpo, mas
tam-
3^0 España Sagrada. Trat. 6cf. Cap. 19.
también en la salud de sus dichos gloriosos Santos ; en
almas. Por tanto los dichos
Señores , vistas las gracias
y mercedes que. de Dios
Jiuestro Señor reciben cada
dia por los méritos y súpli-
cas devotas de los dichos
gloriosos' Martyres; á hon-
ra, y reverencia de ellos,
de su libre y espontanea
voluntad , en el presente dia
abajo escrito , estando per-
sonalmente congregados den-
tro de la Capilla nuevamen-
te, hecha á honra y reveren-
cia de lo5 dichos gloriosos
Martyres dentro de la dicha
Iglesia de S. Miguel , devo-
tamente presentaron en do-
nación irrevocable , que es
(Jicha entre vivos, y dona-
ron á Dios nuestro Señor , y
á los dichos gloriosos Mar-
tyres S. Emeterio y S. Cele-
donio una caja de plata , que
aceptaron por ellos con ho-
nor y reverencia , y gra-
cias debidas , los honrados
Francisco Rovira , Pedro
Ferrer, Juan Foncalda, Jay-
me Ferrer , Cónsules en el
presente año . de la dicha
Villa de Cardona ,• y por
consiguiente Administrado-
res , Redores y Goberna-
dores de las limosnas , can-
tares , y devociones de los
la quai caja quieren , man-
dan y ordenan , sus Señoría?^
que los cuerpos de ios glo-
riosos Santos sean coloca-
dos para su mayor honra y
veneración. Y por quanto es
intensa la devoción , y afec-
tuoso el amor que sus Seño-
rías tienen en cumplir su de-
voto proposito , estando per-
sonalmente , como arriba se
dijo , dentro de la. dicha
Capilla , y llamados y con-
vocados muchos devotos
Presby teros , entre los qua-
les asistieron los venerables,
y discretos Mossen Armen-
ter Señor Vicario , Mossea
Juan Noguers , , Mossen Juati
Guardies , Mossen Juan Bor-
ro, Mossen Juan Asamort,
Mossen Rafael Altarriba,
Presbyteros, y otros muchos
Presbyíeros de la dicha Igle-
sia: é interviniendo en el
mismo aéío, y siendo presen-
tes los dichos honrados Cón-
sules , y muchas principales
y particulares personas en
gran número , asi hombres
como mngeres , tanto de la.
dicha Villa, como de fuera
de ella , quisieron y manda^
ron sus Señorías, que la caja
de los gloriosos Santos fue-
se sacada alli en medio de
la
Santos del Obispado de Calahorra* 3^1
a Capilla sobre una bella rados: y mudados que fue-
alfombra de sus Señorías , y
sobre ella pusieron una sa-
bana blanca y limpia ; y
puesta que fue allí cantando
hymnos y alabanzas, abrie-
ron dicha caja , dentro de
la qual hallaron dos saqui-
tos de lienzo delgado y bue-
no , en que estaban puestos
y recogidos los huesos de los
dichos gloriosos Santos. Y
además de esto hallaron allí
una caja redonda , dentro
de la qual había dos cabe-
zas de los niños Inocentes.
Y la Señora Duquesa , que-
riendo ennoblecer aquellos
preciosos huesos , llevaba
consigo dos saquitos de lien-
zo de Olanda muy delgado
y delicado , y con seda , y
allí , en presencia de todos
los sobredichos , y de otros
muchos de que estaba la
Capilla casi llena , por las
manos de los dichos Vica-
rio , Mossen Juan Noguers,
y Juan Guardies , diciendo
y cantando hymnos fueron
mudados de una bolsa en
otra en la mejor manera y
forma que pudieron y supie-
ron , y aquellos dos saquitos
fueron puestos y metidos
dentro de otros , que la Se-
ñora Duquesa tenia prepa-
Tom. XXXllL
ron con toda aquella hon-
ra y reverencia que pudie-
ron , cantando loores y ala-
banzas á Dios , fueron meti-
dos y puestos dentro de la
caja de plata. En los saquitos
se puso con letras de oro
el nombre del Santo , cuyos
huesos se metieron en ellos,
para que en todos tiempos
se tubiese noticia cierta de
las Reliquias que cada uno
de los dos contenia , y lue-
go fue puesta la caja nue-
va en el lugar acostumbrada
de dicha Capilla : y de I3
antigua determinó la Señora
Duquesa , que se llevase á
Aberca con los dos saquitos,
donde escubieron primero
los sagrados huesos. Hicie-
ron los Señores Duque y Du-
quesa esta donación libre-
mente , y con buena volun-
tad , sin paélo ni condición
alguna, y prometieron no
revocarla por ningún titulo,
causa ó razón , y los dichos
honorables Cónsules la acep-
taron en nombre de los de-
más arriba nombrados. To-
do lo qual mandaron y orde-
naron sus Señorías , que yo
Pons Botres, Notario de Car-
dona , lo escribiese para me-
moria de los venideros , en
Ss la
^22 España Sagrada,
la Villa de Cardona dentro
de la Capilla de los dichos
gloriosos cuerpos á 5. de
Julio año mil D. y XXIIII.
EXAMINASE SI
todas las reliquias , que se
tienen en Cardona con ¡os
nombres de S. Emeterioy Ce-
ledonio se deben reputar por
idénticas con las de los
Martyres de Ca-
lahorra,
67 La autoridad de los
documentos , que dejo exhi-
bidos , concernientes á las
santas Reliquias que se ve-
neran en Cardona con los
nombres de los Santos Eme-
terio y Celedonio , es tanta
en el concepto de los Escri-
tores de Cataluña , que con-
fiados en ella , se atreven á
negar , que los sagrados
cuerpos de los dichos Mar-
tyres existen actualmente en
Calahorra , y pretenden que
en esta Ciudad solo se con-
servan algunasRel'quias prin-
cipales. El R. P. Fr. Salva-
dor Pons en su librito de la
vida , y milagros de e^tos
Santos , dice asi : T si lo
Dofior [Villegas en lo Cata -
loffo del Sants extrave^ants
de Espanya diu , que los
Trat.óg. Cap. 19.
cossos de aquestos Sants eS'
tan en Calahorra , es se so*
breentes prenent los Caps
per les cossos , pero parlen
cartes^ y callen barbes , com
se ven aqui per adíe de No-
tar i autenticament. Lo mis-
mo intenta el Padre Dorrle-
nec , como dige antes , lle-
gando 1 calificar de teme-
rarios á los que no creye-
ren , que los cuerpos están
en Cardona ; y se empeña
en que de las Reliquias de
esta Villa debe tomarse en
su mayor propriedad y ri-
gor la voz cuerpos^ permi-
tiendo solo á Calahorra el
uso de ella , en quanto na
signifique mas que alguna
parte.
63 El R. Josef Ignacio
pretende en la Historia de
estos Santos cap.4. §. 4. pro-
bar la identidad de las Re-
üquias , que se expresan en
la escritura de reconocimien-
to del año de 1705. mas
hablando con mas modera-
ción que Pons y Domenec,
dice ser cierto, que no hay
en Cardona todos los hue-
sos de los dichos Santos ; pe-
ro que no obstante se nom-
bran aquellas santas Reli-
<5uias con el nombre de cuer-
pos. Juzga también sucede
lo
Santos d el Obispado de Calahorra. 323
]o mismo en Calahorra , y hay en este asunto, se nom
que por tanto nada se re-
fiere contra la verdad é iden-
tidad de las Reliquias de
Cardona , aunque se diga que
en Calahorra , Leyre , San-
tander y Sallers se veneran
Reliquias de estos Santos.
Trae finalmente lo que es-
cribe Guiberto Belvacense
en su Obra de Sanáis , & de
pignoribus Sandiar um , don-
de tratando de varias Reli-
quias , y de los fraudes que
hay acerca de ellas , asegu-
ra que en este punto se han
admitido en el mundo mu-
chos errores. Lo qual , dice
el Escritor Catalán, no se ve-
rifica , quando aun faltan-
do las autenticas , como su-
cede con las Reliquias muy
antiguas , son vehementes
los indicios , antiquísima la
tradición y el culto , y pa-
tentes los milagros , mien-
tras no se evidencie lo con-
trario, Y todas estas circuns-
tancias , concluye , se obser-
van en las que veneramos
en Cardona con los nombres
de los Santos Emeterio y Ce-
ledonio.
69 Sería á la verdad ne-
gocio de la mayor impor-
tancia , que para evitar las
contiendas é ignorancias que
brasensugetos celosos y eru'
ditos , á quienes se come«
tiese y encomendase el cui-
dado de informarse de las
Reliquias y cuerpos santos,
que se guardan y veneran
en los Monasterios é Iglesias
de España , asi como lo hi-
zo Ambrosio de Morales poc
mandado de Felipe II. en el
Principado de Asturias , y
en los Reynos de León y Ga-
licia , y el Cardenal Xavier-
re , que por comisión del
mismo Monarca inventarió
las Reliquias de S. Valero,
que tiene el Monasterio de
Roda. Convenía hacer este
reconocimiento principal-
mente en la Diócesis de Ca-
lahorra en vista de las gran-
des y reñidas controversias,
que se han excitado acerca
de los cuerpos santos , que
posee, como de algunos ve-
remos en el tomo presente.
Mas entre tanto que no se
hace la información que se
desea, juzgo quesera de mu-
cha utilidad examinar estos
asuntos con el esmero po-
sible, pues aunque por este
medio no pueda siempre
conseguirse la satisfaccioa
que es menester , y se pro-
ceda con algún peligro de
Ss 2 er-
324 España, Sagrada,
errar , con todo eso condu-
cirá mucho, ó bien para que
se muevan otros á publicar
mejores documentos para
iluscracion de una materia
tan grave , ó bien para que
á vista de las dificultades,
que se propongan, se advier-
ta mas vivamente la nece-
sidad que hay del reconoci-
miento que he dicho.
70 Vmiendo pues á tra-
tar de las Reliquias , que se
veneran en Cardona con los
nombres de S. Emeterio y
S. Celedonio digo , que sin
embargo de Jas precaucio-
nes con que habla de ellas
e¡ R. Josef Ignacio , que es
e! mas moderno de los Es-
critores de Cataluña , no
puedo menos de sospechar,
que no son todas de los Mar-
tyres de Calahorra. Se tiene
por cierto , que en Santan-
der están depositadas las sa-
gradas cabezas de estos San-
ios. El Prior de Leyre escri-
bió al M. Yepes , que en
aquel Monasterio hay una
2 rea estrecha de dos varas
de largo con muchos huesos
de les mismos. El aélo de
visura de Cardona dice pri-
mero absolutamente , que
alli se hallaron los huesos de
los dichos dos Santos. Luego
Trat, 6c) Cap. 19.
especificando algunos , dice
como por via de egeniplo,
como son cánulas de brazos^
y piernas , añadiendo , y
otros muchos. Además dees-
tas Reliquias dice , que en
otra almohada hay una ca-
nilla de brazo ó pierna , que
se llevaba el Obispo de Úr-
gél , quien fue forzado por
un suceso milagroso á resti-
tuirla. Pone también un gran
pedazo del casco de la ca-
beza de San Celedonio con
una quijada , y muelas enca-
jadas en ella. Finalmente es-
criben los Catalanes , que en
Sallers quedaron algunas Re-
liquias aunque pequeñas. Ao-
ra pues : ¿que Reliquias son
las que anualmente posee la
Santa Iglesia de Calahorra?
¿Diremos que en esta Ciu-
dad no hay sino quando mas
una cortísima parte de los
cuerpos de los Santos? Esto
es lo que pretenden los Es-
critores de Cataluña , de-
fendiendo la identidad de
las Reliquias de Cardona.
Pero ¿como podremos creer
que la Catedral de Calahor-
ra ha sido tan liberal en la
distribución del rico tesoro,
que poseía , que se ha que-
dado casi pobre por enrique -
cer á otros pueblos?
Res-
. Santos del Obispado de Calahorra. 325
71 Responden los Escri- al conceder en feudo el Con
tores de Ci^taluña , que no
saben como vinieron á su
Principado los cuerpos de ios
Santos Martyres , pero que
es indubitable haberse tras-
ladado á Saliers. Sea como
fuere , dice el R. Josef Igna-
cio , la venida de nuestras
veneradas Reliquias ct Sa-
liers , no puede dudarse sin
temeridad , que ellas vinie-
ron acá, ledos los Autores
antiguos y modernos nacio-
fiales , y estrangeros afir-
man comunmente ^y supinen
esta venida. El célebre Bay-
ilet Historiador Francés mo-
derno y muy critico asegura,
que los cuerpos de les San-
tos Emeterioy Celedón fo , de
Jos quales trata con mucha
particularidad afueren tras-
ladados deCalabotra á Ley-
re , Obispado de Tanphna
en la Navarra y de alli á
Saliers ^ y de aqui á Car-
dona, Tamayo Salazar dice:
Como los cuerpos de los
Santos Emeterio y Celedo-
nio Martyres , que padecie-
ron en Calahorra , fueron
trasladados al lugar de Sa-
liers , y descansaron alli , D.
Juan de Cardona Almirante
del Rey Martin de Aragón
entre otros paClos que hizo
dado de Saliers á D. Ramón
de Pinos , el mas solemne
y necesario fue, que las sa-
gradas Reliquias de ¡os San-
tos Martyres, guardadas des-
de mucho tiempo en la Igle-
sia de Saliers , fuesen lleva-
das lutgo á la de Cardona
como se hizo.
72 Sería razón que en-
mudeciésemos , y confesase-
m.os sin resistencia , que los
cuerpos de los Santos Marty-
res fueron trasladados á Sa-
liers y y desde aqui á Car-
dona , y que por eso son
tantas las Reliquias que tiene
esta Viüa , si las expresio-
nes que acabo de poner fue-
sen tan verdaderas como
exagerativas. Porque si to-
dos los Escritores antiguos,
y modernos nacionales , y
estrangeros afirman gene-
ralmente y suponen la refe-
rida traslación ¿ quien se
arrojará sin temeridad á
decir lo contrario? Mas para
desengaño de los que no
manejan los A.utores que tra-
tan de nuestros Martyres,
debo advertir que estas pon-
deraciones se escriben sin la
debida sinceridad , y con
demasiado afedoá la patria»
Porque lejos de ser común.
y
3 ci ó España Sagrada, Trat, 6g. Cap. i g,
y general sentencia de los gurritana. Hlnc crecierem^
Escritores la traslación que
se pretende , ni aun los dos
(jue se nombran , como si
fueran los mas expresos en
favor del diélamen de los
Catalanes, se acordaron de
abrazar este partido. Arri-
ba hice presente el rexto
literal de Bayllet , y se re-
duce á proponer los parece-
res de otros sobre el asun-
to que tratamos. La cliusu-
la, que se trae deTamayo,
no contiene la sentencia de
este Autor , sino que es el
principio de lo que escriben
los Catalanes de las santas
Reliquias de Cardona ; por
lo qual puso por titulo de
aquella relación: A£ia trans-
lationis sacrorum pignorum
Emetherii , & Celedonii
Martyrum Calagurritano-
rwn in Hispaniis ad urbem
Cardonensem ex Scriptori-
bus Cathalanis. La opinión
del citado Escritor se lee
mas abajo , y dice de este
modo : Hcec est hujus trans-
Jationis relatio ; sed procul-
dubio maximam continet
discrepantiam communi con-
sensu nostrorum Scriptoriim,
qui enixius affirmant , sa-
cra hcec lipsana adíervari
in E celesta Cathedrali Cala-
tantum. aliquam exuviarum
partcm -apud Cardonenses
custodiri, Y antes había es-
crito, que es sentencia de to-
dos los Escritures de Cas-
tilla , que los cuerpos de los
Santos Martyres se guardan
en Calahorra , y que por
ellos está la posesión , por
no constar que se llevasen
en algún tiempo á Cataluña.
Concluyese pues que sola-
mente los Catalanes creen
y escriben la dicha tras-
lación hecha á Sallers , de la
qu-il no han podido hasta
ahora descubrir testimonio
que la compruebe.
73 Además de no favo-
recer los Escritores al dic-
tamen de los Catalanes, se
halla este no solo destituido
de apoyo , sino expuesto á
grandes é insuperables difi-
cultades. Lo primero consta
por confesión de los que
afirman haberse trasladado
los Santos cuerpos á Sallers,
que no hay documento, me-
moria ó escritura antigua,
que pueda traerse en prueba
de esta traslación; por lo que
los Catalanes , que han que-
rido confirmarla de algún
modo , solo han propuesto
algunas congeturas respeti-
va-
Santos del Obispa
vámente falsas, é insubsisten-
tes , como he dicho antes.
Queda también probado con
testimotíios expresos, que los
cuerpos se conservaron en
Calahorra mientras duró el
imperio de los Romanos , y
de los Godos; y por lo que
toca á la dominación de los
Árabes he dado algunas ra
zones eficaces , que hacen
muy probable la permanente
conservación de las sagra-
das Reliquias en Calahorra.
Es verdad , que se lee en
una memoria de l.eyre su
traslación á aquel Monaste-
rio ; pero la autoridad de
este instrumento , qualquiera
que ella sea , es también
contraria a los Catalanes,
porque refiere igualmente,
que pasados algunos tiem-
pos , se restituyeron á la
iglesia Calagurritana , de
donde fueron sacadas. Asi-
iTiismo e*í el tiempo ,en que
se conquistó Ci'.lahcrra , se
creia que los cuerpos santos
existían alli , rrencionsndo-
los el Rey D. García en
sus primeras donaciones, co-
mo presentes en aquella
Catedral , que se mantenía
en peder de MuzaTabes , pe-
ro trasladada por entonces
su Sede á la Ciudad de Ná-
do de Calahorra, 327
gera , que estaba Ubre del
yugo de los Sarracenos.
74 Pues ¿que diremos
de los tiempos , que se han
seguido á la conquista? Si
algunas memorias , ó los
Breviarios antiguos nombran
el lugar donde los cuerpos
están depositados , constan-
temente expresan á Calahor-
ra. La Nota , que puse en el
nüm.3. sacada de un Códice
Gótico de la Santa Iglesia de
León , y escrita en el año
de 1069. veinte y quatro
años después que se conquis-
tó Calahorra , señala los pue-
blos., en :que estaban en
aquel tiempo los cuerpos de
los Santos , que alii se men-
cionan , y de los de S. Eme-
terjo y S. Celedonio no dice
otra . cosa .mas que esta:
EnjcteriumS Celedonium Ca-
lahcrritona Ecclesia susce-
pít in urna, Y no hay duda,
que si. entonces se hallaran
en otro pueblo que el de su
martyrio , lo advirtiera , co-
mo lo advierte de los San-
tes Servando y Germano , de
quienes dice asi ; Gcrmanum
& ServanduwUrsotiiensis al^
ira viicus coronat , sed cor-
pore divisos, SerDandufn His-
palis : Germanum Emérita
pietas divina ¡ocavit. El
Bre-
3^8 España Sagrada, Trat. 6c), Cap. 6í.
Breviario de Avila : Quorum veneran y están depositidos
en Cardona, y no en C ila-
horra , como quieren Pons
y üomenec?
7S Convéncese también»
que Calahorra posee el te-
soro de sus Santos Patronos
con el hecho de su Ooispo
D. Aznar , que en el año de
1231. consaqjró la Iglesia de
S. Juan de Treviño , y colocó
en ella Reliquias de nuestros
Santos , como consta de la
escritura que trae Gil Gon-
zález, y dice asi: Hec Eccle-
sia fuit dedicata per domi--
num Aziarun Calagurrita^
nensem Episcopum, ad preces
Fortuna Archipresbiteri me^
morati auno 1251. mense
Julii , reg ríante Rege Fer^
nando in Castella, Didaco
Lupi Prestimerario de Tre^
vino & in bonore Beati Joan-
nis Baptistíü , secunda Do^
minica ipsius mensis Julii,
Dominus Aznar Epíscopus
Calagurritanensis consecra^
vit istam Ecclesiarft , & po-
suit ibi Reliquias SanSiorurn
Martyrum Emeterii & Cele-
dona. Deditqjie indulgentias
perpetuas quadraginta die-
rum , qui in quolibet auno in
AnniversarÍQ Dedijationis
convenerint ad eamdem ora-
re
corpora apud Calagurrim
magno cum honore sepulta
visuntur. El de Palencia usa
casi de las mismas palabras:
■Quorum corpora Calagorrim
urbem magno honore sepulta
visuntur. Las A¿las del Ar-
chivo de la Santa Iglesia de
Burgos : Quorum corpora
Calai^urice,.. sumna homi-
num veneratione sepulta ja-
cent. Este ha sido siempre
el común consentimiento de
los Escritores Cistellanos,
y es al presente muy firme
y general el concepto de las
gentes sobre la existencia
aé^ual de los cut;rpas en la
misma Ciudad , en que pade-
cieron su glorioso martyrio.
De manera , que no se ha-
llará testimonio de algu-
na autoridad y antigüedad,
que usando de !a voz cuer-
pos , y hablando de los Mar-
tyres de Calahorra , diga
que se veneran en Cardona.
En cuya inteligencia ¿como
podremos convenir, en que
todas las Reliquias , que tie-
ne esta Villa con los nom-
bres de S. Emeterio y S.
Celedonio , son de los Mjr-
tyres Calagurritanos , ó en
que los cuerpos de estos se
Santos del Obispado de Calahorra. 329
re pro eodcm Episcopo , <£? Cardona , y otras partes.
pro B ene f actor ibus istiusEc
cleshv.
76 Responderán acaso
los Catalanes , que ellos no
liiegan , antes confiesan la
existencia de Reliquias en
Calahorra , en virtud de las
quales se puede verificar,
que los cuerpos están allí,
y que el Obispo de aquella
Sede colocó algunas en la
Iglesia de Treviño. Pero si
todos los huesos , que dice
el aá^o de visura son de los
Martyres Calagurritanos ,
¿que porción puede ser la
que hay en Calahorra , es-
pecialmente si se admite la
identidad de las Reliquias de
Santander , Leyre y Sallers?
Si á lo menos la mayor par*
te está en Cardona , ¿como
ningún instrumento antiguo
de los que hablan con expre-
sión de las Reliquias de los
Martyres deCalahorra hace
memoria de aquel pueblo de
Cataluña , sino solo de esta
Ciudad de Castilla 1 ¿Como
todos los testimonios de los
antiguos concuerdan en de-
cir absolutamente , que los
cuerpos se veneran con gran-
de honor y reverencia en
Calahorra? Si concedida la
identidad de las Reliquias de
Tom. XXXUL
apenas queda una para Ca-
lahorra , ¿como fue el Obis-
po de esta Iglesia tan liberal,
que quiso honrar á la Igle-
sia de Treviño con Reliquias
de los Santos Martyres?
77 De todo lo dicho
vengo á colegir , que quan-
do concedamos, que algunas
de las Reliquias de Cardona
son de los Santos Emeterio
y Celedonio Martyres de Ca-
lahorra , no podemos con-
sentir con los Catalanes , en
que lo son todas las que se
nombran en el aélo de vi-
sura de 1705. y que no es
despreciable la sospecha, que
proponen los Continuadores
de Rolando , de que los cuer-
pos de Cardona son por ven-
tura de algunos otros Mar-
tyres. Lo qual , además de
lo que llevo dicho , se pue-
de confirmar con el aéto de
traslación del año de 1399.
Dicese en él , que estando
los dos cuerpos santos en Sa-
llers , era poca la reveren-
cia en que se tenian , y que
muchos pueblos perdieron
la memoria de ellos , por
no haber quien predicase la
gloria de aquellos Santos.
Esto no se puede admitir de
los Santos Martyres deCa-
Tt la-
5 30 España Sagrada,
lahorra , con cuyas Reliquias
se ha tenido perpetuamen-
te en España la mas encen-
dida devoción , como lo ma-
nifiestan las memorias , que
hay de ellas en todos los
siglos, que han pasado des-
de que los Santos padecie-
ron hasta nuestros tiempos.
Lo mismo se comprueba con
el ado de visura , que en-
tre otras Reliquias que espe-
cifica , dice se hallaron en la
caja de Cardona una gran
parte del casco de la cabe-
za , y la quijada con sus
muelas , y parece difícil sean
estas Reliquias de losMarty-
res de Calahorra , si es ver-
dad lo que escriben comun-
mente los Autores de las ca-
bezas de estos Santos , halla-
das milagrosamente en San-
tander.
SAN FORMERIO
Martyr , cuyo cuerpo se ve-
nera en el Condado de
Treviño,
78 Entre los pueblos mas
antiguos y fortificados , que
en el siglo doce tenia la
Provincia de Alaba , y han
perseverado hasta nuestros
días , debe ponerse Va Villa
de Treviño , que hoy es ea-
Trat. 69 Cap. 19.
beza de Condado agregada
a Castilla. Se ignora e\ año
de su fundación ; pero se sa-
be que la amplió y fortifi-
có el Rey D. Sancho de Na-
varra , por sobrenombre el
Sabio , de quien por eso di-
ce el Escritor anónimo coe-
táneo del Arzobispo D. Ro-
drigo : Pobló ¡a Guardia , é
Treviño^ é Arganzón , e Vi-
toria. Conócese, que el mis-
mo Rey hizo grande estima-
ción de Treviño por la es-
critura de concordia hecha
el año de 1179. entre él y
D. Alonso de Castilla , donde
dice , que deja á los Alabe-
ses suS heredamientos á ex-
cepcion de los Castillos y de
Treviño. Es buen argumen-
to de que este pueblo era
una de las mejores fortale-
zas pertenecientes al Reyno
de Navarra en las provincias
de Alaba , Vizcaya y Gui-
púzcoa , lo que el Arzobispo
escribe en el lib. 7. de Reb.
Hisp. cap. 32. diciendo que
el Rey D. Alonso se apode-
ró de las dichas provincias
con sus castillos y fortifi-
caciones fuera de Treviño,
que se níintuvo constante-
mente por el Rey D. San^
cho. Segregóse del patrimo-
nio del Reyno de Navarra,
Santos del Obispado de Calahorra. 331
y se incorporó con Castilla de Ermitaño con rostro gra-
por voluntad del mismo D.
Sancho, que después de ha-
ber vuelto de África , trans-
firió el dominio de Treviño
al Rey D. Alonso en trueque
de Inzura , que también se
habia perdido en el tiempo
de su ausencia.
79 En el territorio ju-
risdiccional de esta pobla-
ción antigua hay una emi-
nente sierra sin enlace con
otras montañas de tres quar-
tos de legua de longitud , y
uno de latitud , cuyo limite
oriental es junto á un lugar
llamado Muergas , y el oc^
cidental en el rio Zadorra.
Formanse en su cima tres
puntas á modo de chapiteles,
y en la mas alta se ve eri-
gida una Iglesia dedicada al
Siervo de Dios , y glorioso
Martyr S. Formerio , cuyas
Reliquias están depositadas
en ella desde tiempo inme-
morial , y tenidas en gran
veneración de todos los pue-
blos comarcanos. La fábrica
de esta Iglesia, según la re-
lación que he recibido , es
de buena forma , pero redu-
cida. En el nicho principal
del retablo mayor está co-
locada ia efigie del Santo , el
qual se representa en trage
ve y poblado de barba , uti
libro en la mano izquierda,
y báculo en la derecha. El
sepulcro se ve levantado en
la Capilla , que está al lado
de la Epístola , y es un
Mausoleo de piedra blanca
de la mas pulida escultura,
y talle , que pudo dar el ar-
te , aunque ya muy maltra-
tado por la ambiciosa y atre-
vida devoción de los Fieles,
que para su consuelo se lo lle-
van á pedazos. Su figura es
en esquadria de mas de dos
varas de largo y mas de
una de ancho. En su suelo
está tendido el bulto del
Santo labrado de la misma
piedra , pero tan disfigura-
do , á causa de la demoli-
ción que han hecho los de-
votos, que apenas se conoce.
En la circunferencia de es-
te bulto hay seis arcos,
quatro en los costados , y
otros dos que corresponden
á la cabeza y pies de la
efigie. Estos son como de
media vara de alto , ador-
nados con delicadas labores
hechas con cincel ; y en
ellos descansa segundo suelo
de losas cerrado por todas
partes, sobre el qual se le-
vanta el tercero , en cuyo
Tt 2 hue-
33'^ E.í/7¿?.^^ Sagrada.
hueco están custodiados los
sagrados huesos de S. For-
rnerio en una urna de ma-
dera de buena talla sobre-
dorada. El remate es en for-
ma de enrejado en circunfe-
rencia, hecho de piedras la-
bradas á modo de filigrana,
en cuyo medio está colocada
Ja Imagen de Christo Crucifi-
cado ; y todo él está en fi-
gura piramidal muy ayrosa,
y agradable á la vista. Den-
tro de la dicha arca están
los huesos del Santo envuel-
tos en tafetanes , pero la ca-
beza en un cascaron 6 caja
de plata. No hay fuera de
ella sino la parte de un de-
do , que se guarda en el Sa-
grario del Altar mayor , á
fin de que los devotos tea-
gm mayor facilidad en ado-
rar de cerca alguna Reliquia
del Santo. La urna se cierra
con seis llaves , que están en
poder de los Curas Párrocos
de seis pueblos , que son Mu-
ergas, Anastro, San E'-teban,
Paugua,Burgueta, y Estavi-
llo,los quales cuidan de man-
tener, y reparar la fábrica de
la Iglesia , y Casa. El sepul-
cro está cerrado con una pu-
erta de hierro, cuya llave,
y la del Sagrario tiene el
Cura á quien toca ia presi-
Trat. 6(}. Cap.K).
dencia , en la quil , y en
la Mayordomia alternan los
pueblos referidos.
80 Está contigua á la
fábrica de la Iglesia una Ca-
sa con buenos aposentos y
oficinas , para el decente
hospedage de los devotos
que concurren á visitar al
Santo , y principalmente de
los Diviseros , y Sacerdotes
de los seis pueblos intere-
sados. Vive en ella de con-
tinuo una f>ersona á quien to-
ca el aseo de la Iglesia y
de sus alhajas , el cuidado-
de que arda incesantemen-
te la lampara del Santo , la
asistencia á los Sacerdotes
que van á celebrar el santa
Sacrificio de la Misa , y fi-
nalmente tocar al principia
y fin del dia la campana del
Santo , para que oyéndola
los pueblos de la comarca
se encomienden á las ora-
ciones de su Patrono.
8 1 Por lo que toca al
culto del Santo , el mayor
concurso de gentes que váa
á celebrarle y adorarle , se
verifica en dos dias ,que son
el segundo de la Pasqua de
Pentecostés , y el 25. de Sep-
tiempre , en que se hace su
fiesta. En estos se saca de la
urna la santa cabeza , y se
Santos del Obispado de Calahorra, 333
lleva en procesión , y ade- to no solo del culto con que
más de esto se celebra con
gran solemnidad el santo Sa-
crificio de la Misa , y se pre-
dican las glorias del bien-
aventurado Martyr. Si en el
discurso del año ocurren al-
gunas necesidades públicas,
sacan la urna , y la llevan en
procesión , dejándola des-
pués en el Altar principal
par nueve dias , en los que
se mantiene en la Cvisa del
Santo el Cura , á quien toca ia
presidencia , para celebrar
en ellos las Misas votadas
por la Divisa.
82 Existe también una
Cofradía antigua con el titu-
lo y advocación del Santo,
que se compone de los pue-
blos Diviseros que arribase
nombraron. En el Archivo
de su Iglesia hay algunas
Bilas , por las que los Sumos
Pontífices concedieron á los
Cofrades varias Indu licen-
cias,y son de Clemente VIIÍ.
y de Benedido XíV. Además
de estas Indulgencias , tienen
otras concedidas á todos los
Fieles por el Nuncio de su
Santidad , y por el Ülmo.
Don Andrés de Porras, Obis-
po de Calahorra.
83 Estas noticias, que he
í!ado,sirven para conocimien-
S. Formerio es venerado en
el territorio de Treviño , si-
no también del sirio en que
están sus sagradas Reliquias,
acerca del qual han escrito
algunos con menos puntua-
lidad , como pue le verse eti
bs PP. Continuadores de Ro-
lando al día 25. de Septiem-
bre ,los quales timbien men-
cionan á nuestro Santo en el
dia primero de Octubre en
S. Fermerio de la Francia,
donde gobernados de lo que
leyeron en Tamayo , le con-
funden con otro del mismo
nombre , que se venera en
Vanare^, pueblo de la Rioja,
á quien sitúan en el Condado
de Treviño de la Provincia
de Alaba , engañados de es-
tas palabras del citado Es-
critor del Martyrologio dé
España : Cujus (Formerii)
sacra pignora á multis retro
s^culis in Ecclesia ¡^atina-
ren si Comitatus Trevinien-^
sis in Cantabria custodiun'
tur , S venerantur.
84 Por la descripción
que dejamos hecha del sepul-
cro donde están depositadas
las Reliquias ,y de la solem-
nidad con que se celebra la
fiesta del Santo , consta tam-
bién ^ que el mismo Tamayo
no
3 34 J^spaña Sagrada
no se apartó lejos de la ver-
dnd en la clausula en que
con breves palabras pinta el
arca en que descansan los
sagrados huesos , y el con-
curso de gente á solemni-
zar su dia , sobre cuya pin-
tura dicen asi los citados
Continuadores : H^ec vera
esse poterant Tiimayi tem-
pore , & j-i'n din ante, l^i-
deant tamen i n col ce, an sint
accurata.
Examinase quien fue este
S. Formerio de Treviño.
85 Celebranse en Espa-
ña muchos Santos antiquisi-
mos, de los quales se igno-
ran , á causa del silencio de
nuestros pasados , todas las
particularidades que al pre-
sente deseamos saber , y no
podemos averiguar por gran-
de diligencia que en ello pon-
gamos. U[io de estos es nu-
estro San Formerio , cuyo
tiempo , lugar , y martyrio
ha estado tan olvidado de
los Escritores antiguos , que
apenas se encontrará en ellos
ni aun la memoria de su nom-
bre. De la ignorancia , que
ha nacido de esta omisión,
viene , que los Autores mo-
dernos recurren á conjeturas
. Trat. 6g, Cap. 19.
poco verisímiles , preten-
diendo confundirle con otros
Santos de nombre semejante,
pero algo mas conocidos y
famosos.
86 D. Francisco de Pa-
dilla en la Cent. 4. cap. 3r,
viendo que Marieta enme-
dio de ser natural de Vido-
ria no supo dar mas noticia
de S. Formerio, sino que los
naturales le tenían por Es-
trangero , y Martyr; y ha-
llando que el Martyrologio
Rom. hace mención en el
mismo dia 25, de Septiembre
de S. Fermin , Obispo , y
Martyr Aurelianense , que
padeció en la persecución de
Diocleciano , vino á decir,
fundado en la semejanza del
nombre , y en las dichas ca-
lidades de Martyr, y estran-
gero , y la circunstancia de
celebrarse en un mismo dia
su Fiesta, que el cuerpo san-
to , que se venera en Tre-
viño, es el de S. Fermin de
la Galia Bélgica , aunque se
ha perdido la memoria de
cómo , y quándo fue traido
á Espaila. Los PP. Continua-
dores de Bolando confutan
con dos buenos argumentos
esta conjetura. Porque sin
embargo de que las particu-
laridades expuestas la hacen
al-
Santos del Obispado de Calakorra, 335
algo verisímil , no puede
admitirse por verdadera , en
vista de que el cuerpo de S.
Formerio está en el Conda-
do de Treviño , y el de S.
Fermín en Amiens ; y ade-
más de esto , siendo este se-
gundo tan conocido en Na-
varra , á cuyo Reyno perte-
necía la Provincia Alábense,
no podían ignorarse en esta
tierra las cosas de San Fer-
mín , como se ignoran las de
S. Formerio. Asi, que no hay
fundamento para confundir
estos dos Santos, aunque mi-
radas por sí solas las cir-
cunstancias, que propone Pa-
dilla , no parecía su dida-
men enteramente inverisi-
mii.
87 Refutada la opinión
de este Escritor , íiacen los
referidos Continuadores otra
conjetura , teniendo por mas
verisímil , que el S. Forme-
río de Treviño no es distinto
de S. Fermerio , ,á quien los
Franceses llaman .y. Fraig-
ne ^ y á cuyo nombre está
dedicada una Abadía del Or-
den de S. Benito en el Obis-
pado Vasatense en la No-
vempopulania , de donde di-
cen pudo trasladarse á Tre-
viño todo el cuerpo ó gran
parte de él. Llegando al dia
primero de Octubre tratan
del Santo Francés , y aqui
reproducen la misma conje-
tura diciendo , que pues los
Españoles nada saben de su
Santo , y solo, creen que es
Martyr , y estrangero , y
además de esto tienen tam-
bién sus Reliquias , no dan-
do los Franceses noticia al-
guna de las de S. Fermerio,
prarece que de este Santo es
el cuerpo que se venera en
el Condado de Treviño. No
obstante, advierten repetidas
veces los Eruditos citados,
que su didamen no pasa de
una sospecha verisímil; pe-
ro que nada pueden asegu-
rar ó establecer como ci-
erto.
88 Yo juzgo que habién-
dose propagado en los pri-
meros siglos la Religión
Chrístiana por todos los tér-
minos de estas nuestras Pro-
vincias , como dice Tertulia-
no, y corrido por todas ellas
las persecuciones de los Em-
peradores Romanos y sus
Pretores , se debe suponer,
que fuera de los Santos Mar-
tyres , cuyas particularida-
des han llegado á nuestros
tiempos , ó por escrito , ó por
medio de la tradición , pa-
decieron martirio otros mu-
chos,
33^ España Sagrada
chos , de cuyas memorias ca-
recemos enteramente , ó no
sabemos sino los nombres , ó
quinde mas los lugares en
que padecieron. En suposi-
ción de esta verdad,que tienen
por cierta nuestros mas jui-
ciosos Escritores , me parece
que la ignorancia acerca de
los Santos , cuyos cuerpos
poseemos desde tiempos muy
remotos , no es suficiente pa-
ra obligarnos á salir de nu-
estro Reyno , y traer de fue-
ra de él las Reliquias sagra-
das , que le enriquecen. La
posesión de muchos siglos
por sí sola, sin que haya ves-
tigio de habernos venido de
otra parte los Santos que se
venaran en nuestro paisanos
hace mas creible que pade-
cieron en España ; y esto es
lo que debemos sostener mi-
entras no se nos oponga ar-
gumento, que teaga la fuerza
necesaria para sacarnos de
nuestro derecho. Contrayjen
do , pues , esta regla general
á nuestro S. Formerio , cons-
ta, que él es uno de los Mar-
tyres , cuyas Reliquias se
han poseído y venerado des-
de tiempo inmemorial en la
Provincia de Alaba ; ni hay
fundamento para creer que
su cuerpo fue trasladado des-
. Trat,6^, Cap, 19.
de la Francia. Es verdai^
que en el Obispado Vasaten-
se , cuya Capital no está le-
jos de Burdeos , se venera un
Santo , cuyo nombre , seguti
la pronunciación latina , es
algo semejante con el del
nuestro , porque le llaman
Fermerio , y Fremerio ; aun-
que en la lengua Francesa es
bien diverso , pues le pro-
nuncian S. Ft-aí^ne , S. Fer^
me , y San Frenir ; mas te-
niendo nosotros no uno solo,
sino dos en el Obispado de
Calahorra con el nombre
constante de Formerio , co-
nocemos haber sido en Es-
paña muy antiguo el uso de
este nombre , y escusamos
recurrir a otro semejante de
Reyno estrangero. Por lo que
toca al sagrado cuerpo , no
tubieron los sabios Continua-
dores de Bolando otras razo-
nes para conjeturar , que el
del Condado de Treviño es
indistinto del de Francia , que
la mera posibilidad de su
trashcion, el silencio de los
Escritores Franceses acerca
de las Reliquias de su S.
Fralgne , y la fé con que los
nuestros creen , que S. For-
merio es Santo estrangero.
Pero contra estas razones
militan otras mas fuertes en
prue-
Santos del Obispado de Calahorra. 337
prueba de la inverisimilirud de su país al de Alaba. Otros
de su conjetura. No vemos,
dicen ellos , por qué el cuer-
po de S. Fraigne no pudo
trasladarse desde Francia á
España. Yo tampoco veo por
qué , ó quándo se trasladó;
antes encuentro gran dificul-
tad en que se trajesen á Es-
paña las Reliquias de un San-
to , á quien estaba dedicada
una Abadía entera del Or-
den de S. Benito ; y además
una Iglesia , y una Vi la lla-
mada de su nombre. Es cier-
no , que los Escritores de
Francia no dan noticia del
lugar donde se guarda el
cuerpo de S. Fraigne ; pero
también lo es , que ninguno
indica que ha sido trasla-
dado á España , antes bien
parece que creen poseerlo,
pues celebran su traslación
en el dia primero de Odu-
bre. Marieta en su Flos
San&orum escribe , que S.
Formerio fue estrangero;
pero sobre confesar él mis-
mo , que no podia darse ra-
zón entera de ello , solo di-
ce , que vino á tierra del
Condado de Treviño , lo qual
no es asegurar que su cuer-
po fue traído de tierras es-
rañas , sino que el Santo por
fU propria persona se retiró
Tont. XXXIII.
Escritores posteriores á Ma-
rieta han afirmado , que el
Santo nació en Capadocia,
donde también fue martiri-
zado ; y que su cuerpo fue
traido desde alli milagrosa-
mente en una yegua ; pero
esta especie no tiene otro
apoyo que el Oficio del San-
to , impreso por Tamayo , y
refutado por los sabios Con-
tinuadores , como fingido al
mismo tiempo que se publi-
có el Martyrologio Español
del citado Escritor.
89 En vista, pues , de
que no hay fundamento aún
para sospechar que las Re-
liquias de S. Formerio se han
trasladado de otra Provincia
estrangera á la de Alaba,
tengo por mas verdadero,
que vivió , y padeció en
aquellas comarcas ; y que
los Christianos antiguos pa-
ra librar mejor su cuerpo de
la profanación de los Genti-
les , le sepultaron en la emi-
nencia de la sierra , donde
desde muchos siglos es ve-
nerado, como indica la efi-
gie del Santo, tendida sobre
el pavimento de su sepulcro,
á fin de significar el lugar
de su entierro.
Vv
So--
33^ T^spaña Sagrada,
Sobre ¡as noticias históri-
cas que se han divulgado
de este Santo,
90 El primero que hallo
haber escrito de S. Forme-
TÍo, es el M. Fr. Juan de Ma-
rieta en su Historia de San-
tos , que se imprimió el año
de 1596. donde al cap. 41.
pag;. 49. hace de él esta bre-
vísima narración. En el ter-
ritorio de la Ciudad de Vic-
toria , en un cerro alto, tier-
ra del Condado de Treviño,
'está el cuerpo de S. Forme-
rio Martyr , y reza de él to^
da aquella comarca , guar-
dando su Fiesta á los 25. del
mes de Septiembre , acu-
diendo muchas Cruces de la
tierra á su Fiesta. Fue es-
trangero , y vino alli; y co-
mo no tienen Historia pro-
pria , no saben dar entera
razón de ello, mas de rezar-
le por Martyr,
91 Esta es la ingenua re-
lación que se escribió al fin
del siglo 16. por un Histo-
riador natural de la Ciudad
de Vidoria , que como tan
cercano al Condado de Tre-
viño pudo informarse exac-
tamente de las noticias que
se tenían en aquel territorio.
Trat. 69. Cap, 1 9.
Pero al medio del siglo 17^
publicó Tamayo una Histo-
ria bastante larga é indivi-
dual con el nombre de Adas
de S. Formerio , sacadas , se-
gún asegura , de un Códice
antiquísimo , donde estaba
el Oficio que antiguamente
se rezaba del Santo , con las
Antífonas , Versillos , Lec-
ciones , Responsorios , é Hy ra-
nos proprios , cuya copla di-
ce haberle remitido el Prior
del Convento de Santa Ca-
talina de Badaya , del Orden
de N. P. S. Agustín. Los PP.
Continuadores de Bolando
leyeron estas Adas en él
'Martyrolog. de Tamayo ai
dia25. ^e Septiembre , y la
censura que dieron como dis-
cretos es la siguiente. Si al-
guno , dicen , no conociera
estas ficciones , como las co-
nocen los eruditos Españo-
les, creerla que enCapado-
cia nació S. Formerio , y pa-
deció martyrio en la perse-
cución de Aureliano. Pero no
tenemos necesidad de refu-
tar estas fábulas , lo que se-
ria muy fácil , sino fuera
constante su impostura. Es
cosa muy notoria , que Ta-
mayo publicó muchas Ac-
tas , que se inventaron en su
tiempo , y se vendieron por
Santos del Obispa
antiguas , y de este género
son sin duda las de S. For-
merio ; lo que se convence
suficientemente con los tes-
timonios de otros, que con-
fiesan con ingenuidad su ig-
norancia acerca de la Histo-
ria de este Santo.
92 Vemos aquí , que los
sabios Bolandistas no quisie-
ron entrar en el examen del
Oficio de S. Formerio , te-
niendo por argumento evi-
dente de su nueva invención
el testimonio de Marieta,
que confiesa que los nobles
Treviñeses no tenian Histo-
ria del Santo , y que por eso
no podian dar la razón que
era menester. Este argumen-
to no parece eficaz, si co-
mo escriben otros , el P. Ma-
rieta visitó la Iglesia de San
Formerio el dia 25. de Sep-
tiembre, y tradujo en Caste-
llano el Oficio del Santo , cu-
ya Vida escribió arreglado
al mismo Oficio, la que di-
cen se imprimió en Madrid,
y después en Logroño. El P.
Anguiano en la Historia de
la Rioja, pag. 159. dice, que
Marieta en este quadernillo,
impreso año de 1659. escri-
be , que S. Formerio nació en
el año de 348. en la Ciudad
de Capadocia en la Provin-
do de Calahorra, 339
cia de Cesárea en Asia : que
en el Bautismo se llamó Sier-
vo de Dios ; y que después
por su gran constancia en
la Fé le llamaron los Chris-
tianos Firmerio , que es lo
mismo que Firmis ero : que
padeció martyrio en la per-
secución de Aureliano, sien-
do el Santo de catorce años;
y que en fin , después de
varios tormentos , pasó de
esta vida á la eterna muri-
endo degollado por manda-
do del Presidente Alejandro
á los 25. de Septiempre del
año de 362. en Cesárea de
Capadocia. Tamayo corrige
este año , y dice , que el P,
Marieta no conoció el error,
y que siguió literalmente el
Oficio Ms, donde por igno-
rancia , ó negligencia se pu-
so Era CCCC. por Era CCC.
Parece , pues , que el Oficio
de S. Formerio es mas anti-
guo que Marieta ,y por con-
siguiente que no se inventó
en tiempo de Tamayo, co-
mo creyeron los Continua-
dores de Rolando ; y final-
mente , que de la confesión
que estos leyeron en el Flos
Sandtorim , no puede hacer-
se argumento contra las Ac-
tas impresas en el Martyro-
logio Español , en vista de
Vv 2 que
3 4^ España Sagrada,
que el mismo Marieta auto-
rizó con ellas la Vida de S.
Formerio en quadernillo se-
parado de su Historia gene-
ral de los Santos de España.
93 Quando leí esta no-
ticia de la Obra de Marieta,
se me ofrecieron dos razo-
nes eficaces , que me hicie-
ron increible , que este Au-
tor hubiese publicado la Vi-
da de S. Formerio , siguien-
do el Oficio que se dice re-
zaban ios lugares de la Di-
visa. La primera : Si Marie-
ta estubo en la Iglesia del
Santo el alio de 1589. y re-
gistró el Códice Ms. ¿cómo
afirma en su Historia de los
Santos de España , impresa
en el año de 1596. que en el
Condado de Treviño no ha-
bia Historia del Santo? La
segunda: Si este Escritor mu-
rió en el Colegio de S. To-
más de Madrid el año de
161 1, ¿cómo imprimió el
quadernillo citado por An-
guianoel año de 1659? Es-
tas dos razones, junto con no
hallar memoria de la Obra
en la Biblioteca de D. Nico-
colás Antonio, ni en la de
la Orden del glorioso P. S.
Domingo , me obligaron á
creer , que la referida noti-
cia fue fingida , con el in-
Trat, 69. Cap, 19,
lento de autorizar de este
modo las Adas del Santo,
publicadas por Tamayo.
94 Sin embargo de ha-
ber formado yo este juicio,
me pareció poner mayor di-
ligencia en averiguar , si el
P. Marieta habia escrito la
Vida de S. Formerio en libro
separado de la Historia de
los Santos de España ; y no
hallando esta Obra en Ma-
drid , ni aun razón de ella»
recurrí al Condado de Tre-
viño , y la respuesta , que de
allí tube, se redujo á remitir-
me el mismo quaderno.Com-
ponese éste de dos pliegos
impresos, y en su portada se
lee este titulo : Historia de^
la vida , y martirio del glo-
rioso S». Formerio Martyr^
Patrón de la Villa , y Con-
dado de Treviño , por el P¿
Fr, Juan de Marieta , de la
Orden de Predicadores , na-
tural de la Ciudad de Vidio-
ria. En Madrid , por Juan
de la Cuesta ; y ahora im-
preso en la Ciudad de Lo-
groño , con licencia del San-
to Oficio de la Inquisición del
Rey no de Navarra ,por Juan
Diez de Valderrama. Año
de 1659. Sigúese luego la
suma del Privilegio dado al
P. Fr. Tuan de Marieta , por
el
Santos del Obispado áe Calahorra. 341
el Rey Felipe III. en Denia, groño en ei de 1659. Y ^"í
á 17. de Agosto del año de
1599. y la Fé de Erratas,
dada en Alcalá de Henares
en el Colegio de la Madre de
Dios de los Teólogos , á 5. de
Junio de 1604. por el Lie.
Murcia de la Llana. Con el
mismo quaderno recibí el li-
bro intitiílado : Ramillete de
nuestra Señora de Codes , es-
crito por D. Juan de Amiax,
é impreso en Pamplona por
Carlos de Labayen^año de
1608. y en él hallé mencio-
nada la Obra del P.. Marieta,
que yo buscaba. Porque en
]a breve memoria que Amiax
hace de S» Formerio en el
Jardín odavo, pag. 83. di-
ce : El P, Fr, Juan de Ma-
rieta ha escrito la Vida de
este Santo , que anda impre-
sa-, y se convence que ha-
bla del qiíadernillo referido^,
por las noticias que sacó de
él , las quales no se leen en
el Flos Sandlorum , sino solo
en la Vida separada de esta.
Obra.
95 Consta , pues, no so-
lo que el P. Marieta escri-
bió el librito de la Vida de
S. Formerio , sino también
que éste se imprimió dos ve-
ces , una en Madrid en el.
año de 1604. y otra en Lo- ta , es realmente
el P. Anguiano confundió es^
ta segunda impresión con. la
primera.
96 Al fol. 8. del quader-
nillo pone el P. Marieta es-
tas palabras : To estube ' en
esta santa Hermita (de S.
Formerio) el dia de la Fiesta
del Santo á 25. de Septiem-
bre del año de 1589. donde
vi el Oficio proprio que sei
rezaba antiguimente , de.
nueve Lecciones , con Anti-
fonas , Hymnos , y Respon-
sorios proprios de la Historia
del Santo, con punto de Can-
to llano antiguo de prima
Regla. Y de ésta noticia se
colige primeramente , que
Marieta escribió su Flos"
San&orum , ó á lo menos la
primera parte de esta Obra,
en que trató de S. Formerio
antes del dicho año de 1589.:
en que estubo en su Hermi-
ta , y reconoció el Oficio del
Santo. Coligese también, que
aunque los Continuadores de
Bolando , no procedieron^
con temeridad , sino antes
con discreción en el juicio
que hicieron de las Adas,
publicadas por Tamayo, mo-
vidos de lo que leyeron era
la Obra principal de Marie-
falsa su
cen-
342 'España Sagrada. Trat.6g. Cap. 19.
censura , por constar ya con
evidencia , que las mismas
Adas no se inventaron en
tiempo de Tamayo , sino que
son mucho mas antiguas.
Por lo qual no podemos des-
echar este documento , fun-
dados solo en la razón de
estos Eruditos , la que sin
duda sería muy urgente en
mi concepto , si yo no hu-
biese llegado á saber lo que
dejo referido del quiiderno
de Marieta. Este Escritor fue,
como dice Echard en la Bli-
blioth. de los Autores de su
Orden , infatigable en el re-
Conocimiento y averiguación
de las cosas tocantes á la
Historia Eclesiástica de Es-
paña ; y sobre todo , fue tan
amante de la virtud , que mu-
rió con opinión de Santidad.
Estas excelentes prendas le
hacen digno de toda fé , en
lo que testifica del Oficio an-
tiguo de S. Formerio. En cu-
yo supuesto , no bastando ya
]a razón que alegaron los
Continuadores de Bolando,
és necesario entrar en el exa-
men crítico de las Adas , re-
conociendo su autoridad , y
antigüedad. Y por quanto el
breve quaderno de Marieta
dice literalmente todo lo que
traen las Lecciones , y los
egem piares de esta Obrita
se han hecho muy raros, co-
piaré aq.ii la vida, y mirty-
rio de San Formerio confor-
me á la tradaccion que el ci-
tado Autor hizo de las Ac-
tas del Santo.
DEL NACIMIENTO,
y santas costu-nbres del
glorioso S. Fo'-tmrio
Martyr,
97 ,, Estando la Santa
„ Reyna Ester en una grande
„ aflicción y trabajo de espi-
„ ritu , y que el remedio de
„ su aflicción solamente ha-
„ bia de venir de lo alto,
„ asi postrada por tierra su-
„ plicó á Dios mirase por
„ su pueblo, y lo librase de
„ las manos de sus enemi-
„ gos , que querían destru-
„ irlo , quitándoles á todos la
„ vida en un dia , y hora.
„ Oyó Dios las oraciones de
„ la Santa Re/na , y convir-
„ tió el luto y llanto en ale-
„ gria y regocijo dándole la
„ viétoria del pueblo contra-
„ rio. A la mesma traza de
„ esta muger flaca (aunque
„ fuerte ) se mostró este ní-
„ ño de catorce años For-
„ merio , resistiendo á Aure-
„ liano tirano , y quiso mas
/
, Santos det Obispado
„ padecer muerte por Jesu
„ Christo , que obedecer á
„ sus preceptos perversos.
„ Nació en la Ciudad de Ca-
„ padocia , que es en !a Pro-
„. vincia de Cesárea en la
^V Asia , año del Señor de
^, trescientos y quarenta y,
V, ocho, de padres Christia-
^, nos , y Nobles ; y lo mos-
„ traron muy bien en la
„ crianza de su hijo. Llamó-
,^ se en el Baptismo Siervo
„ de Dios ; aunque después
^5 los vecinos de Capadocia,
„ Viendo la firmeza del San-
ívta mancebo en sus virtudes^
^>^ Fé, le llamaron Firmerio»
„ que quiere. decir ,, estaré
,j fuerte. B:en conforme fue
^,' por cierto esta nueva im-
„ posición, pues tan confort
„ me fue con la fortaleza
„ que tubo en la Fé , que .ha-
„ bia recibido en: el Santo
„ Baptismo. Ahora corrom-
^, piendo algo el nombre de
,, Fiímerio, los Españoles lo
„ llam.an y nombran Forme?
„rio. Guardó siempre el
„ Santo mozo los documen-
„ tos santos , que sus padres
^, le hablan enseñado ; y por
„esto , como tan bien por su
^, mucho recogimiento , ho-
„ nestidad , y virtudes , era
„muy querido y amado de
de Calahorra, 343
„ todos los vecinos de. su Ciu-i
4, dad de, Capadocia. Siendo
„ de edad de catorce años,
„ se levantó la persecucioa
„ de Aureliano contra .lo^
„ Cbristianos : y ■ amigos ,clje
^', Dios, proveyendo y despa?
„ chando sus provisiones y,
„ edidos á todos los Magis-j
^, trados de su Im.perio , pa^
^, ra que por ellos compe-r
;, liesen á losi Cbristianos ^
,-^, que los Ídolos :, figuras del
,, demonio , fuesen adorados,
;, y sus templos freqiienta-,
„ dos ^castigando cruelmen-
„ te á ' los que lo contraria
„ hiciesen no obejdecientío á
„ :sus mandatos. Teiüia bueii
„ entendimiento , ■ el Santo
,, mancebo Formerio , y con-.
,^ sideraba lo que en la Ciu-
„ dad pasaba , que era obe-.
^, decer a los malos precep-,
^,:tos del Emperador Aure-
y^ liano , y que conforme i
^, ellos sacrificaban á los Ido-
„ los y falsos dioses en sus
,, templos. Dolíase mucho de
^, que por medio de los tor-
„ mentos negasen al verdade-
„ roDios,y adorasen a los der
„ nionios ; y tanto mayor era
í, su pena , quanto vía que
„ no podia poner rem.edio a
„ tantos males como quisie-;
„ ra. El mejor.mediQ que.ha^
„ lió
344 España Sagrada, Trat,6^, Cap. ig,
,, lió para sí , fue desampa- „ forma : Advierte Formerio
„ rar á su tierra , y todo
„ quanto en ella tenia (co-
„ mo oíro S. Pablo primer
^Hermitaíl)) de los bienes
»^ y posesiones que heredó
„ de sus pidres. Asi menos-
„ preciándolo todo se fue á
„ ser pastor de ganados, don-
„ de vivia con tanta tem-
„ planza,que no comía sino
„ ía leche que buenamente
^, ordeñaba ; de donde le vi-
„ no el nombre , que des-
„ pues tubo de guardador
„ de la castidad, y manse-
,^ dumbre. No se vía en él
„ sino un espejo limpisimo
„ de toia inocencia. Como-
„ pasaba en estos , y otroí
„ santos egercicios su vida
„ el santo mozo Formerio;
„ un dia oyó una voz que le
„ dijo de esta manera: For-
„ merio , baja á lo llano de
„ aquel campo. Hizolo asi,
„ y bajando halló en él una
„ vara fijaia en tierra , y
„ estaba puesto en. ella el
„ Santo Evangelio ; y leído
„ con mucha atención y de-
„vocion, dijo al Señor que
„ entendía se lo enviaba : Se-
„ ñor, ¿y á quién me man-
„ dais que declare este santo
„ Evangelio"? Respondióle la
„ voz segunda vez en esta
„ lo que te digo: EJiñca una
„ casa en este monte, y alli
„ te diré y declararé á quié-
„ nes has de declarar el
„ Evangelio. Luego sin dila-^
„ cion alguna subiendo S.
„ Formerio al monte , puso
„ por obra lo que el Señor
„ le mandaba , y comenzó á
,, cortar, y buscar los demás
„ materiales, y con la ma-
„ yor brevedad que pudo,
„ hizo una casita , y orato-
,, rio , adonde asentado de
„ rodillas leía el Evangelio,
„ que por orden del Señor
„ se le había enviado er>
„ aquel campo.
DE LA OCA SION
por qué le mandó prender el
Tirano^ y las pláticas que
tubo con los que le ve-
nían á buscar»
98 „ Ocupado , pues , el
„ Santo mancebo FormerÍ3
„ en la lección del Santo
„ Evangelio , a deshora vi-
„ nieron , por orden de Dios,
„ muchos anímales silvestres
„ de todas especies. Estos
„ animales , puestas sus ro-
„ dillas en el suelo , como si
„ fueran hombres , daban la
„ obediencia al Santo , mi-
,* ran-
Santos del Obispado de Calahorra, 3 45
ratido atentamente al cíe- ,, entre todos aquellos nece-
„ sitados lo que solamente
„ se le mandó, y viesen esto
„ los de la Ciudad , no faltó
„ quien de todo lo que pa-
„ saba diese aviso á Alejan-
„ dro , que era Presidente en
„ la Ciudad por el Empera-
„ dor Aureliano. Hicieronle
„ falsa relación, de que For-
„ merio era mago , y sup^rs-
,, ticioso, y que todo lo que
„ hacía era por virtud ex-
„ traorJinaria, y que encan-
,, taba á todos los animales
„ del campo , y con sus en-
„ cantamentos los hacía ve-
„ nir, y estar delante déi do-
„ mesticos. Entendido esto el
„ Juez Alejandro , envió dos
„ de sus caballeros al monte
„ donde estaba Formerio en
„ su oratorio. S. Formerio
„ les salió al encuentro , y
„ viéndolo los caballeros le
„ preguntaron diciendo: De-
„c¡dnos, hermano, já qué
„ parte del monte vive un
„ mancebo de poca edad,qu.e
„ se llama Formerio? ¿Adón-
„ de está , si sabéis por vea-
„ tura , la muchedumbre de
„ ganado que tiene ? Res.-
„ pondióles el glorioso Saa,-
,^ to : Por cierto que yo no
„ sé , ni conozco á hombre
„ alguno de ese nombre,
Xx „ ni
lo, y á su tiempo salían
todos los machos , y se
quedaban solas las hem-
bras de todas las diferen-
cias de los animales que se
habían juntado , y todas
con mucha abundancia de
leche. El glorioso S. For-
merio entendió luego co-
mo era orden y voluntad
de Dios que las ordeña':e.
Asi lo hizo el Santo , y las
unas y las otras estaban
tan domesticas como si él
las hubiera criado. Viendo
esto S. Formerio , dio or-
den de hacer quesos: y co-
mo vía que se le iba au-
mentando cada vez mas,
se puso en oración á Dios,
y le dixo : Señor , ¿qué
haré de esta tan grande
abundancia que me dais de
queso , y de todo lo demás
que tan largamente de vu-
estra mano me viene? A
esto le fue respondido y
dicho de parte de Dios:
Baja á las puertas de la
Ciudad de Cesárea , á don-
de hallarás infinitos po-
bres, muchas viudas, gran-
de número de huérfanos,
distribuyeles de eso á cada
uno según, su necesidad.
Como el Santo distribuyó
Tom. XXXllU
•^4^ J^spaña Sagrada
„ ni tampoco podría deciros
„ á dónde está , ni por qué
„ orden , ni guarda repas-
„ ta su ganado. Volvióles
., el Santo á decir : Decid,
„ Señores , |qué necesidad
-, os mueve á saber dónde
„ está ese mancebo? Sabed
„ que yo soy. Dijeronle
„ ellos : Sabed , hermano,
„ que han denunciado ante
„ nuestro Presidente de vos,
„ quejándose que con encan-
„ lamentos , y hechizos de-
„ tenéis á los animales sil-
„ vestres del campo , y para
„ se informar de esto el Juez
„ nos envia á buscaros. En-
„ tonces el bienaventurado
„ S. Formerio , lleno del Es-
„ piritu del Señor, les dijo:
„ Venid , hermanos mios , y
„ recibid de los bienes que
„ nuestro Señor nos envia,
„ y yéndose con el San-
„ to varón á su oratorio , les
„ hizo que reposasen un po-
„ co , y asentados á la me^-
„ sa Ws s'acó de! queso que
-„ tenia. Estando comiendo
„ de este regalo , á desho-
„ ra se juntaron como solian
„ aquella muchedumbre de
>, animales^ y asentándose
„ el Santo mancebo 'Forme-
^„ rio, les leía el Santo Evan-
„gelio,como teriia de cos-
Tr^f. 69. Cap. 19.
„tumbre. Oyendo, y vien-
„ do aquellos caballeros lo
„ que pasaba, se fueron para
„ el santo varón con grande
„ temor de lo que aquella
„ vista les habia causado.
„ S. Formerio los esforzó , y
„ dijo con grande animo: No
„ temáis , porque os hago
„ saber , que yo soy Forme-
„ rio á quien vosotros bus-
„ cais , y aunque hasta aho-
„ ra os lo he andado encu-
„ briendo , ahora me mani-
„ fiesto y declaro ser yo; y
,. aunque me llaman Forme-
„ rio , mi proprio nombre es
„ Siervo de Dios. Con estas
„ y otras palabras amorosas
„ los esforzaba y animaba del
„ temor grande que les ha-
„ bia causado lo que habían
„ visto. Dijeronle entonces
„ los caballeros : Si queréis
„ venir con nosotros de vu-
„ estra voluntad , vedlo vos;
„ y si no queréis venir, noso-
„ tros nos volveremos. Res-
„ pendióles á esto S. Forme-
„rio: Vosotros os podéis ir,
„ que yo os seguiré acom-
„ panado del Espíritu del
„ Señor. Partiéronse los ca-
.^, balleros de la presencia del
:„ Santo , y al tiempo que se
;, despidieron de él , oyeron
„ una voz del Espíritu San-
„ ío,
Santón del Obispado de Calahorra
„ to , que le dijo : Forme-
,, rio , llama á un León pa-
,, ra que coma á los niños,
,, y hijos de los Paganos,
,, que burlan de tí. A esto
,, respondió S. Formerio :Se-
,, ñor mió y Dios mío , Pa-
347
DE COMO SE PRE-
sentó ante el Juez Alejan^
dro S. Formerio , y las
razones que tubo
con éL
,, dre de toda consolación , y
,, misericordia , que sois Se-
,, ñor universal de todos , mi-
,, rad con ojos de misericor-
,, dia á este vuestro Siervo
„ Formerio-, y no me des-
.j, amparéis, que por machas
„ penas y torm^iüos , que
,, por Vos y vuestro amor
,, me den , todas las tengo
,, de padecer con mucha pa-
,, ciencia y sufrimiento. Es-
,, tando S. Formerio ocupa-
,, do en esta santa oración,
,, á deshora salió de lo es-
,, peso del monte un feroci-
„ simo León dando grandes
„ bramidos. Viendo esto el
„ Santo, se volvió para él , y
,, le habló de esta manera:
„ Animal feroz , en virtud
,, del Señor en cuyo nombre
,, ando , te mando que te va-
„ yas á tu habitación por
5, ahora , y quando sepas que
„ me llevan delante el Juez,
„ saliendo entonces de tu
„ morada irás contra los que
„ me persiguen.
99 „ Pasadas estas cosas
„ que se han dicho , S. For-
„ merio volvió la cabeza , y
„ miró á la Ciudad de Cesá-
„ rea de Capadocia , á don-
„ de le estaban aguardando
„ aquellos caballeros , que
„ había enviado el Juez ti^
„ rano en busca suya ; y
„ viéndole ellos se fueron á
„ postrar á sus pies , y le
„ hablaron de esta manera:
„ Seáis bien venido , Siervo
„ de Dios Formerio; y luego
„ en levantándose , se fue-
„ ron para el Juez Alejan-
„ dro , y le hablaron de esta
„ manera : Señor , este hom-
:„ bre no es hechizero , ni
„ encantador , ni tampoco
„ engañador , ni jamás hizo
„ cosas de esas de que ha
„ sido acusado , sino que an-
„ tes conocemos que es fi-
„ delisimo siervo de Dios,
„ y os hacemos saber como
„ está sin culpa. Respondió-
„ \qs á esto el Juez tirano
„ con mucho enojo , y dijo-
„les : Vosotros habéis sido
XX 2 „ CO-
3 4 ^ E^p a ña Sagra da .
„ cohechados con dineros de
„ su parte , pues de esa ma-
„ nera habláis en su favor.
„ A e«;to respondieron los
„ caballeros : Nosotros no
„ hemos recibido cosa algu-
„ na del , ni de su parte , ni
„ jamás del oímos otra cosa
„ mas de que sus peticio-
„ nes y plegarias son llamar
„ el nombre de Jesu Chris-
„ to , y á su voz luego acu-
„ dian á él muchedumbre de
„ bestias fieras de todas es-
„ pecies , y todas estaban
„ mansas , y domesticas en
„ su cumpañia , y en ora-
„ C!on. Esto hemos visto ; y
„ siendo asi , ¿cómo puede
„ ser encantador y maléfi-
„ co? Si no eréis , Señor , lo
„ que os decimos , aqui es-
„ tá él aparejado á vuestro
„ mandado. Mandadle , Se-
„ ñor, venir ante vos, y pre-
„ guntadle en todo lo que
„ quisieredes del saber. És-
„ tando en esto con algunos
„ de los Christianos que se
„ iiallaron presentes , oyen-
„ do estas cosas de aquellos
.„ dos caballeros que habia
„ enviado el Juez , corrieron
„ luego á S. Formerio con
„ deseo de hablar con él.
„ Llegado , pues , S. Forme-
„ rio delante del Juez Ale-
Trat, 69. Cap, 1 9.
„ jandro , le dijo de esta ma-
„nera.: ¿Sois vos á quien
„ llaman Formerio? Respon-
„dió el Santo: Yo soy el sier-
„ vo del Señor. Dijole el Pre-
„ sidente : Decid , ¿ cómo ha-
„ ceis estas encantaciones á
„ los animales silvestres en
„el monte? Respondió S,
„ Formerio : Yo soy siervo
„ de Dios Crucificado , que
„ reyna en el cíelo , y en la
„ tierra , y no entiendo de
„ las cosas que me pregun-
„ tais. rDijole otra vez el
„ Juez '.Decidme , amigo,
„ ¿qué orden tenéis en jun-
„ tar tantos animales silves-
„trcs? ¿Con qué encanta-
5, ciones hacéis esto ? Res-
„ pondedme a esto , porque
„ si no lo decis de voluntad,
„ haré que io digáis con tor-
„ mentos antes que de aqui
„ os apartéis. A esto res-
„ pondiá S. Formerio : Yo,
„ señor , llamo é invoco el
„ dulcisim.o nombre de mi
„ Señor Jesu Christo. La ar-
„ te mágica , y de encan-
„ tamentos jamás la enseñé;^
„ ni de ella jamás traté, ni
„ sé qué cosa es. Yo , señor,
„ os entrego este mi cuer-
„ po , para que lo pongáis
„ en los tormentos que qui-
„ sieredes, porque tengo con-
Santos del Obispado de Calahorra, 349
fianza en mi Señor Jesu ,, adorásemos, A esto le dijo
„ el Juez : No andes conmi-
„ go con diversas artes, sino
„ con la verdad posible :con-
„ fiesa todo lo que en el
,, monte has hecho. S. For-
., merlo respondió : ¿Qué
„ quieres que te confiese?
„ Dixole Alejandro ; Haz ju-
„ ramento por la fortuna de
„ Cesar , si es verdad que
„ sabes estos encantamen-
„ tos , porque confesando-
„ melos , yo te daré liber-
„ tad para que te vayas en
„paz. Respondió S.Formerio:
„ No juro yo sino por Dios
„ todo poderoso , y por su
„ Unigento Hijo ; mas por el
„ nacimiento de los hom-
„ bres , y de los demonios,
„ te hago saber que no pue-
„ do jurar. A esto le dijo
„ Alejandro : ¿Niega á ese
„ tu Señor , y sacrifica á los
„ diosas como lo manda Au-
„ gusto Cesar Aureliano.
„ Respondió Formerio : Des-
„ de mi tierna edad fui en-
„ señado á sacrificar á solo
„ Dios , todo poderoso, y no
„ á ios demonios. Dijole Ale-
„ jandro : Por cierto ,man-
„ cebo, que tengo pena de tu
„ edad tan tierna, de tu her-
„ mosura , de tan aventaja-
„ do rostro con que estás
-, ador-
Christo , que no podréis
atormentar mi alma , por-
que no la tendréis en vu-
estro poder. Muy cierto
estoy de esto , porque es
palabra de su santo Evan-
gelio , y no es posible fal-
, tar. Ofrecida la tengo á
mi Señor Jesu Christo, que
la crió de nada , y hi^o los
cielos , la tierra , el mar,
y todo lo que en ellos
hay. Alejandro le dijo:
Ten tú quanta confianza
quisieres en las artes má-
gicas , que por mucho
que menospreciéis á mí, y
á mis mandamientos , te
digo que á mí no me po-
drás encantar. S. Forme-
rio le respondió : Todo gé-
nero de encantamientos
aborrece Dios , porque se
hace por invocaciones del
demonio ; y asi, ¿cón-.o
puedo ser yo encantador,
, que temo á Dios , y deseo
servirle , aborrecer á sa-
tanás , y á sus cosas? Óye-
me Juez , lo que te digo:
Ni temo tus amenazas , ni
tormentos , porque tengo
al Señor de mi parte , que
, está en los cielos , y en la
tierra , y nos mandó, que
á él solo sirviésemos , y
3 50 España Sagrada,
„ adornado. Dcsto te hago
„ saber tengo pena , y esto
„ es lo que siento. Acaba ya,
„ haz lo que digo ; niega á
„ ese tu Dios , y Señor, y sa-
„ crifica á los dioses según
„ el mandamiento de nues-
„ tro Emperador Aureliano,
„ y no vendrás á padecer los
„ tormentos que te están apa-
„ rejados. A esto respondió
„ S. Formerio : Tú puedes
„ llorar de veras , y llora tu
„ triste estado , y entriscez-
„ cate eso mas de veras : Uo-
„ ra , y gime tu edad , que
„ por mí no tienes que en-
„ tristecerte. Fio en el Se-
„ ñor , en quien creo , que
„ él saldrá por mí en su
„ nombre vencedor. El Pre-
„ sidente Alejandro le dijo:
„ Déjate de esas razones,
„ niega á ese tu Dios , y sa-
^, crifica á nuestros dioses,
„ como lo manda el Empe-
„ rador , que esto es lo que
„ importa. A esto volvió á
„ responder San Formerio:
„ A mi Dios solo sacrifico,
„ que hizo el cielo , y la ti-
„erra. Supuesto esto , haz
„ lo que quisieres de mí,
„ porque de este proposito
„ no me podrás apartar por
„ ninguna via , ni tormen-
„ tos que en mí egecutes por
Trat.6^. Cap. 19.
„ grandes que sean.
D EL MAR TTR ÍO
del glorioso S, Formerh,
100 „ Mucho se enojó
, Alejandro de estas cosas,
que S. Formerio decia ; y
asi mandó, que lo pusie-
sen en tormentos , y des-
pués lo mandó llevará la
cárcel , á donde halló qua-
rerita hombres religiosos,
que estaban presos por la
Confesión del nombre de
Jesu Christo. Entrando ea
la cárcel S. Formerio , hin-
có sus rodillas en tierra,
y se puso en oración , di-
ciendo: Señor mió, y Padre
de todas las misericordias,
mirad con ojos de miseri-
cordia á este pecador de
vuestro siervo Formerio,
y no me desamparéis en
esta tribulación. Diciendo
esto quedaron con grande
espanto los caballeros , y
gente que habian sido en-
viados con el Santo á la
cárcel , y postrados á sus
pies les dijo: ¿Qué que-
réis amigos? Ellos le res-
pondieron : Señor , mori-
mos de hambre ; quería-
mos comer algo , si hubie-
se. Diciendo estas cosas
,» oye-
Santos del Obispado de Calahorra.
oyeron un estruendo , y
entró por las ventanas una
paloma cargada de leche,
y miel , y dijo en voz alta;
Siervo de Dios Formerio,
toma este presente que te
envia tu Señor Jesu Chris-
to. Tomándolo el Santo,
comió de ello , y dio tam-
bién á los demás sus com-
pañeros ,que estaban pre-
sos por Jesu Christo , y
comieron todo lo que qui-
sieron. A la media noche
, se abrió la cárcel , y to-
, das sus puertas , y salie-
, ron todos , quedando solo
S. Formerio. A la mañana
, fueron el Presidente Ale-
, jandro , y Socimo, que era
el Sacerdote de los ídolos,
y dijo : Tomad á Forme-
, rio , y llevadlo á la hor-
naza de fuego , para que
, allí se abrase , se queme,
, y se consuma. Tomándolo
, los ministros del infierno,
, lo llevaron , y metieron
en el horno de fuego.
Quando Formerio entraba
, en el fuego , se comenzó
á santiguar , y encomen-
, dar á Dios , y al punto se
, apagó la llama del fuego.
, Vieron esta maravilla tan
, grande los que cataban pre-
, sentes egecutando el man-
„ damiento y sentencia dt- 1
„ Juez , y se lo enviaron á
„ decir. Oyendo estas nue-
„ vas , se espantó , y mas de
,. que un fuego tan grande
„ no empeciese solamente
„ al Santo , mas ni á un pe-
„ lo de ropa. Admirado el
„ Juez Alejandro dijo: Sin
„ duda ninguna , que sus ar-
„ tes mágicas han tornado á
„ vivir , y obrar. Traedlo
„ ante mí. Fueron aquellos
„ sayones , y abriendo el
„ horno de fuego, vieron en
„ medio del grande número
,. de Angeles con grande glo-
„ ria,y tenian en medio de
„ sí rodeado al santo manee-
„ bo Formerio , que estaba
„ en medio del fuego cantan-
„ do alabanzas á Dios , y á
,, la Santísima Trinidad en
„ compañía de los Angeles,
„ y con esto dio su santa aní-
„ ma , y espíritu á su Cría-
„ dor : ios Santos Angeles se
„ la presentaron al Señor,
„ que la habia criado, y re-
.5 dimido con su preciosa
„ sangre, y muerte. Fue su
„ santo martyrio á los veinte
„ y cinco dias del mes de
„ Septiembre , en la Era de
,, Cesar quatrocientos , que
,, viene á ser año del Señor
7, de txescieiiLos y sesenta y
„ dos,
-^ 5 í "España Sagrada
„ dos , en la Ciudad de Ce-
„ sárea de Capadocia. Por-
„ qae después no tomasen
„ el santo cuerpo los minis-
„ tros del Tirano , los Chris-
„ tianos lo hurtaron , y por
„ entonces lo escondieron lo
„ mejor que pudieron.
BE LA TRASLACIÓN
del cuerpo del glorioso S,
Formerio d España.
lor »» Quando , de qué
»í manera , y en qué tiem-
?> po fue traído su santo
ft cuerpo á este Obispado de
M Calahorra en España , no
»» se sabe ; porque de tiem-
j> po inmemorable lo cono-
»» cen los vecinos de la tier-
»» ra , y por tradición de
»? unos en otros , conservada
ty de muchos años cuentan,
?> que vino encima de una
» yegua , y que viniendo , y
>» subiendo á una punta de
M sierra , que está encima de
»j un pueblo , que se llama
»> Pangua , una legua de la
M Villa de la Puebla de Ar-
»> ganzón , hacía grande ca-
» íor , y con el peso del
r» cuerpo santo iba cansada
»» y fatigada , y dando una
» patada en una peña viva,
i> salió UHa fuente de agua
. Trat, 69. Cap. 1 9.
»> donde bebió y se refres-
" có , con que acabó de su-
»> bir la sierra. Esta fuente
fy permanece hasta hoy dia
» en testimonio del milagro.
yy Está su santo cuerpo en
» una Ermita en la sierra
»> alta , que se ha dicho en-
» tre la Villa de Miranda de
M Ebro y Treviño , jurisdic-
» cion del Condado , donde
yy es venerado y tenido por
yy Patrón de toda aquella
» tierra. Está i un lado del
»> cuerpo de la Iglesia en un
»> sepulcro de piedra muy
» bien labrado , y metido eti
V un cofre grande de made-
« ra aferrado con barras de
»> hierro por defuera , y sie-
yy te candados , cuyas llaves
»? guardan los siete pueblos
»> mas vecinos para mayor
» guarda del santo tesoro.
»> Yo estube en esta santa
» Ermita el dia de la fiesta
»> del Santo á 25. de Sep-
» tiembre del año de rail y
>» quinientos y ochenta y
» nueve , donde vi el Oficio
» proprio,que le rezaban an-
»» íiguamente de nueve lec-
yy ciones con Antiphonas,
»» Hymnos y Responsorios
yy proprios de la Historia del
yy Santo, con punto de can-
y* to llano antiguo de prima
» re-
Santos del O bispado de Calahorra, 3^3
todo el Conda- de Boíando , no obstante se
descubre por el cotejo del
original con la copia impre-
sa en el Martyrologio de
España , que en esta se aña-
dieron algunas clausulas, que
no se leen en el oficio del
Santo , que se guarda en el
Archivo de su Iglesia. En
especial es digno de reparo,
que en la lección nona se
dice , que habiendo llegado
milagrosamente el cuerpo
del Santo á la cumbre , don-
de al presente se venera,
los habitantes del Condado
de Treviño abrieron el arca,
y encontraron en ella las
Adas del martyrio escritas
en laminas de plomo. Al
quaderno de pergamino , en
que se contienen las leccio-
nes y el rezo en el modo
que refiere Maneta, le falta
hoy el folio oélavo , adon-
de correspondía la dicha
lección nona, pero se colige
haber sido inventada la noti-
cia referida con intento de
exagerar la antigüedad de
las Aétas , por la traducción
que de ellas hizo el citado
Marieta , que pasa en silen-
cio esta especie tan impor-
tante. La misma lección
indica , que el oficio se es-
cribió muchos siglos des-
Yy pues
« do de Treviño se reza de
» él en su dia , como fiesta
íí solemne con oélava , co-
»> mo de Patrón , acudiendo
» toda la tierra á visitar
Ȓ sus santas Reliquias , y
» traerlas en procesión , con
» Misa y Sermón , y en el
»> Verano acuden también
»> en diferentes dias , yendo
»> en Letanías á pedir á nues-
« tro Señor , por intercesión
» de su santo Martyr , les
» conserve los frutos de la
fi tierra. Esto es lo que se
>» puede saber de esta tras-
oí lacion del santo cuerpo de
» la Ciudad de Cesárea de
»> Capadocia á España , sin
iy poder descubrir mas de que
>» nuestro Señor lo quiso dar
»> por Patrón y amparo de
í> toda esta tierra.
EXAMINANSE LAS
Adías de S, Formerio pu-
blicadas en lengua latina
por Tamayo , y en lengua
Castellana por el P, Fr.
Juan Marieta,
102 Aunque como probé
antes , las Adas de S. For-
merio no fueron fingidas en
tiempo de Tamayo , como
creveron los Continuadores
Tom, XXXlll,
3 54 España Sagrada
pues del martyrio del Santo,
y su Autor confiesa su igno-
rancia aun acerca del modo
con que las sagradas Reli-
quias fueron traidas á aquel
sitio : de donde se infiere,
que por mas que algunos
pretendan ensalzar la anti-
güedad del rezo y del Códi-
ce , en que está escrito , de-
bemos reputarle por moder-
no , y por obra de tiempo
muy posterior á los suce-
sos que refiere.
103 Debo también ad-
vertir , que este oficio se
halla aplicado á dos Santos
diferentes de un mismo nom-
bre , el uno venerado en el
Condado de Treviño , de
quien trato ahora , y el
otro en Vanares de quien
trataré inmediatamente. De
este segundo escribió en
lengua latina el Licenciado
D. Luis Rodriguez de For-
res, cuya historia publicó
traducida al romance el P.
Anguiano en la pag. 189.
de su Historia de la Rioja,
y es enteramente conforme
á las Adas impresas por
Tamayo. El Autor de esta
relación quiso autorizar los
sucesos , que en ella se con-
tienen , poniendo por rema-
te estas palabras ; Hcec om-
. Trat, 69. Cap, 1 9.
nía ego ipse eóc diversis Co^
dicibus jam veíustate diru-^
tis in unum collegi. Lo que
también confirma el P. An-
guiano con esta nota , que
puso á la margen: He visto
los quadernos antiguos del
rezo de este Santo en el Ar-
chivo de la Iglesia de Imana-
res donde está su Santo cuer-
po. Ninguno de estos Co^
dices existe hoy en este pue-
blo , pero , como he dicho,
la Historia escrita por For-
res es la misma que la del
oficio de Treviño, excepto
lo tocante á sepultura y
traslación del Santo en que
están muy discordes. Y esta
discordia con tan gran con?
formidad en todo lo pre-
cedente es buen argumento
de que algún impostor dis-
puso el rezo , de modo que
una misma Historia se apli-
case" á dos Santos diferen-
tes ; pero con tan poca
cautela que lo único , en que
los distinguió,son las circuns-
tancias que se refieren en
la conclusión de las Adas.
104 Viniendo ahora al
examen particular de las
noticias , que nos comunican
las lecciones , es constante
que muchas cosas se pue-
den refutar fácilmente, como
ya
Santos del O btspado de Calahorra, ^55
ya. notaron , aunque solo en encendido , y se apagan mi-
general , los Continuadores
de Rolando. Tal es la época
que se señala al martyrio
de S. Formerio diciendo,
que padeció en tiempo de
Aureliano en la Era 400.
año de Christo 362. lo que
es evidentemente falso, pues
murió este Emperador con
muerte violenta en su quarto
Consulado año de 275. á 29.
de Enero. Refiérese tam-
bién , que el Santo mandó
á un León , que se retirase
á los montes , y que quando
le tragesen al Anfiteatro,
acometiese á los Infieles que
le habian de perseguir; pero
la Historia se tege de ma-
nera que no vuelve á ha-
cerse memoria , ni del León
ni del Anfiteatro. Si se cote-
jan las lecciones con lo res-
tante del oficio , se leen
especies que no pueden jus-
tificarse de algún modo.
Porque ya se representa el
Santo como gloria de Mon-
ges, é instruido en las reglas
de su Orden ; ya como mu-
chacho , que padeció mar-
tyrio en la edad de catorce
años , en que se egercitaba
en el oficio de pastor de su
proprio rebano. Echan al
Santo en un horno de fuego
lagrosamente sus: llamas,
y no recibiendo lesión algu-
na , da su espíritu al Cria-
dor según las lecciones: y
en el oficio de la Misa se
dice , que irritado el Juez
con aquel prodigio , mandó
le sacasen del horno , y le
volviesen á la cárcel : mu-
riendo después degollado
según las pinturas de su
retablo antiguo. Esta con-
trariedad de noticias es noto-
ria á los hombres discretos
del Condado de Treviño,
y es indicio manifiesto da
que las cosas de S. Forme-
rio se han escrito sin la
luz de memorias antiguas,
y por algún ignorante que
ni aun supo fingir con el
artificio necesario , para que
las noticias pareciesen veri-
símiles. Por tanto no siendo
ya dificil entender , que las
Adas han sido supuestas , y
no constando por otra parte,
que el cuerpo del Santo ha
venido desde una Ciudad
tan remota , como es la de
Cesárea de Capadocia , ten-
go por mas creíble , que
este es uno de los martyres
de España , cuyo martyrio
se sabe solo por una tradi-
ción continuada y conser-
Yy 2 va-
3 5 <? España Sagrada. Trat. 69. Cap, 1 9.
vada en el Obispado de tyr. Habiéndose pues equi-
Calahorra,
S, FORME RIO, CUTAS
Reliquias se veneran en
el lugar de Va-
riar es,
105 Entendiendo algu-
nos Autores de la Nación,
que solo se tenia en Espa-
ña el cuerpo de un Santo
llamado Formerio, y tenien-
do por otra parte noticia de
que este se veneraba en Tre-
viño y en Vanares , erraron
en la situación de este se-
gundo pueblo de manera,
que le pusieron entre los
Jugares , que pertenecen al
titulo de Condado que se
toma de Treviño , y muy
cerca de esta Villa. Tama-
yo Salazar en su Marty-
Tolog. dice:0(;W(Formerii)
sacra pignora á multis retro
s ce culis in E cele si a Van-
f.arensi comitatus Trevin-
niensis in Cantabria custo-
diuntur , S venerantur,
Gil González Davila en el
Teatro Eclesiast. de España
tom. 2. pag. 338. En la
Villa de Vanares , dice , á
media legua de Santo Do-
fningo de Treviño se venera el
cuerpo de S.Formerio Mar-
vocado de este modo los
Escritores naturales de Es-
paña , que pudieron infor-
marse con gran facilidad
sobre este punto , no es de
estrañar , que los Continua-
dores de Bolando escribie-
sen , como dige antes , ha-
ciendo memoria de S. For-
merio en el dia primero de
Odubre , que sus Reliquias
se veneraban desde muchos
siglos en el lugar de Va^
nares pueblo de Alaba , pro-
vincia de España ; ni tam-
poco , que no conociesen
sino un S. Formerio , que
sospecharon ser el mismo
que S. Fermerio de Fran-
cia.
106 Además pues del
Santo , de quien he tratado
hasta aqui , cuyo cuerpo
tsiá. depositado en el Con-
dado de Treviño , y en el
territorio de Pangua , se
celebra otro del mismo nom-
bre en Vanares pueblo de
la Rioja, y distante como
seis leguas de la sierra en
que están las Reliquias del
primero. Su culto viene tam-
bién desde tiempo inme-
morial , y es muy antigua
la institución de una Cofra-
día, que está dedicada á su
ve-
Santos del Obispado de Calahorra, 357
veneración. Yo he tenido
en mis manos la Bula ori-
ginal , que se guarda en el
Archivo , por la qual dife-
rentes Cardenales de las
tres ordenes de Obispos,
Presbyteros y Diáconos con-
cedieron á esta Cofradía al-
gunas Indulgencias en el
Pontificado de Inocencio Oc-
tavo á 29. de Mayo del
año de 1487. y porque sirve
para confirmación del culto,
que el Santo tenia en este
tiempo , pondré aqui su tex-
to , á excepción de algunas
palabras , que no pude en-
tender con claridad , por
e«tar ya casi enteramente
gastadas. Dice asi después
de haber expresado los nom-
bres , y títulos de los Car-
denales.
107 Universís^& singu-
Jis Christifidelibusprcesen-
tes Utteras inspedturis salit-
tem in Domino sempiter-
nam, Cum indita gesta glo-
riosorum Martjyrum pro
Christi fide constanter wa-
Tjutenenda variis suppliciis
occisorum devote considera-
t?ws ^ dignum , quinimo debi-
tum reputamus , quod Eccle-
si¿e , ac sacra in ciijuslibet
ipsorum honorem dedicata
loca congrua debeant devo-
tíone veneran , ac repara-
ri, Cupientes igitur , ut Ec-
clesia San&i Formerii Mar-
tyris oppidí de ¡^añares Ca-
lagurritan¿e Dicecesis in
qua , ut accepimus , prcetio-
sun Corpus diSii Martyris
requiescit , in qua similiter^
ut accepimus , quísdam nota-
bilis ^ & devota confrater-
iiitas in honorem^ S sub va-
ca bulo prafati Sandii Mar-
tyris devote est instituía^
ad quam venerabilis vir
Michael Pérez in decretis
baccalarius , ac Parochia^
lis Ecdesice Santce crucis
didiioppidi de Imanares Be^
neficiatus ^ nec non confrater
diSíce confraternitatis singw
Jarem gerit devotionis affec-
tum , congruis frequentetur
honor ibus , S á Christi fide-
libus jugiter veneretur, ac in
suis struciuris S ¿edificiis
debite reparetur^conservetur,
5 manuteneatur ^ necnon lu^
minar ibus, libris , calicibus^
6 aliis Ecclesiasticis or-
namentis divino cultui neces-
sariis decoretur , & decen^
ter muniatur, in ea quoque
cultus augmentetur divinus,
utque Christi fideles ipsi eo
Hbentius devotionis causa
confluant ad eamdem , quo
ex hoc ibidem dono cheles-,
iis
3 5 B España Sagrada
tis gratice uberius conspe-
xerint , se refinos ; de om-
nipotentis Dei misericordia^
ac beatorum Petri & Pau-
li Apostolorum ejus auSio-
ritate confisi , ómnibus , &
singulis utriusque sexus
Christi fidelibus veré poeni-
tentibus S confessis , qui
didiam Ecclesiam SantJi
Formerii in singulis vide-
licet ejusdem San&i Forme-
rii Martyris , G Dominicte
inmediate sequentis , ac f erice
secundce , & terti¿e Pente-
costés.., ipsiüsque... Eccle-
sice dedicationis..,festivita-
tibus , & diebus.., á primis
vesperis,,. usque ad secun-
das vesperas inclusive de^
vote visitaverint annuatim,
ac ad reparationem , conser-
vationsm , munitionem , aug-
mentationem , í?... alia ope-
ra.., manus porrexerint ad--
jutrices : Nos Cardinales
prcefati , videlicet quilibet
nostrum per se pro singulis
festivitatibus , S diebus
pro'fatis , quibus id fece-
rint,., centum dies.,, de in-
jundiis eis pcenitentiis mi-
sericorditer in Domino rela-
xamus , pr^sentibus perpe*
tuis futuris temporibus du-
raturis, In quorum fidem
presentes nostras litteras,*.
. Trat,6c}, Cap. 19.
fieri nostroruwqne,., sigillO"
rum jussimus appensione
communiri, Dat. Romee in
domibus nostris sub anno d
Nativitate Domini millessi^
mo quadringentessimo odiua^
ge s simo séptimo , die vero
vicésima nona mensis Maii^
Pontificatus Sandiissimi in
Christo Patris & Domini
Jiostri , Domini Innocentii
divina Providentia PP,
o6iavi anno tertio.
108 Las Reliquias que
existen en la Iglesia de San-
ta Cruz de Vanares ponen
fuera de duda la distinción
entre este S. Formerio y el
de Treviño , y para noticia
individual de ellas pongo
el siguiente testimonio dado
en el año de 1612.
109 En la Villa de Va-
nares , dentro de la Iglesia
Parroquial de Santa Cruz de
la dicha Villa, dia del glo-
rioso MartyrS. Formerio Pa-
trón de esta Villa , cuyas san-
tas Reliquias están dentro de
la dicha Iglesia , á veinte y
cinco de Septiembre de mil
seiscientos y doce , después
de haber dicho la Misa ma-
yor y Conventual , y estan-
do presentes Sebastian Bollo,
Sebastian de Gomara , Láza-
ro Marín de Marrón , y el
Li-
Santos del Obispado de Calahorra. 359
Licenciado Antonio Hernán- y que está sembrada de fí-
dez , Beneficiados enteros de
dicha Iglesia , Luis Rodri-
guez de Forres , Hernando
de Palacios y Sebastian Díaz
de Comarcana, medios Be-
neficiados en ella , y Diego
Arista y Zuíiiga , Alcalde
en la fortaleza de esta Vi-
lla, y Pedro de Momediano,
y Andrés de Trepeana , Al-
caides Ordinarios en la di-
cha Villa , y su jurisdicción,
Alonso de Olarte el Mozo,
Juan de Medina , Mateo Ra-
mírez y Juan del Campo,
Regidores , Diego de Villa-
verde, Procurador general,
y la mayor parte de los ve-
cinos de la dicha Villa , y
muy grande multitud de gen-
te forastera , que á esta Vi-
lla habian acudido á dicha
fiesta por ante mí Martin de
Zamora , Escribano del Rey
nuestro Señor, y del Núme-
ro , y Ayuntamiento de di-
cha Villa , se mostraron las
Reliquias óq\ glorioso San
Formerio Martyr, en virtud
de licencia , que para ello
hay de los Señores Proviso-
res de este Obispado por las
Madres Iglesias en Sedeva-
cante. Y asi para las mos-
trar , se abrió una arca cu-
bierta de chapas de metal,
guras y armas , y esmalta-
da con esmaltes , que está
dentro de la Capilla del di-
cho glorioso Santo , y abier-
ta , se hallaron en ella los
huesos y reliquias siguien-
tes : En un paño de lienzo
blanco labrado de negro es-
tá una cabeza, con una mue-
la y una quijada apartada,
la qual tiene seis muelas.
Y dentro de la dicha cabeza
están cantidad de huesos, y
otros pedacitos : ítem una
toca larga de hasta cinco
varas de largor con unas
manchas á manera de san-
gre , y apolilladas en algu-
nas partes : ítem una cagi-
ta pequeña pintada con tres
papelejos doblados , y en el
uno un Agnus de cera , y
en otro un pedacito de pa-
ño pardo , que dicen es del
habito del Señor S. Francis-
co : Ítem en un paño grande
están seis cañas grandes , y
seis pequeñas , y las espal-
das , y dos caderas , y diez
y nueve huesos del espina-
zo , y veinte y tres costi-
llas , y están algunas que-
bradas : treinta y tres pe-
dacitos de huesos pequeños,
y otro pequen. to: todos los
quales están en unos man-
te-
360 España Sagrada, Trat,6g. Cap, 19.
teles alemaniscos , y en una D. Andrés de Porras , Obís-
sabana grande. Y hay un
pañito de olanda pequeño,
y un Inventario de las di-
chas reliquias , y un Sudario
viejo : y asi está todo en-
vuelto en los dichos man-
teles , y atado con una cin-
ta azul. Todo lo qual se
mostró por dicho Sebastian
Bollo Cura : lo qual todo se
tornó á meter en la dicha
arca luego incontinenti : y
fueron testigos , y se halla-
ron presentes á todo lo su-
sodicho Bartolomé Rodri-
guez Bergara , y Pedro de
Baradán , y Juan Martínez,
y otros muchos vecinos de
la dicha Villa. Y asi se tor-
nó á cerrar la dicha arca,
y lo firmó el dicho Cura,
y el dicho Andrés de Tre-
peana , Alcalde , por sí , e
por los demás.i= Sebastian
Bollo.ir Andrés de Trepea-
na .= Ante mí , Martin de
Zamora.
1 10 Don Pedro Guarda-
mino , Beneficiado de la mis-
ma Villa de Vanares , me ha
comunicado la siguiente no-
ticia, que comprueba la per-
manencia de las mismas Re-
liquias en nuestros tiempos.
111 En 4. de Septiem-
bre de 1759. el Ilustrisimo
po de Calahorra , con su Se-
cretario de Cámara D. Ma-
nuel Abecia , mandó abrir
la arca ó urna, en que esta-
ban las Reliquias de S. For-
merio , citadas en el testimo-
nio , que dio de ellas el Es-
cribano Zamora , y por fal-
tar una de las dos llaves que
tiene , determinó que un Ar-
quitedo la descerrajase ; y
habiéndolo egecutado , se
descubrieron las dichas Re-
liquias, que están divididas
en dos paños blancos atados
con sus cintas , según refe-
ria el testimonio del mencio-
nado Zamora : y habiéndolas
puesto el Secretario de Cá-
mara encima del Altar , las
desató , y se vio en los di*
chos paños , haber muchos
huesos grandes y pequeños,
como cañas de piernas y
brazos , y con especialidad
é individuación , yo D. Pe-
dro Guardamino vi , con el
motivo de estar enfrente de
la abertura , y pegante á la
reja que mandó cerrar su
Ilustrisima, para que no en-
trara gente , lo siguiente: La
cabeza con una muela , una
quijada separada con seis
muelas ó dientes , y los de-
más huesos que menciona el
tes-
Santos del Obispado de Calahorra, 3 d) i
testimonio de Zamora dado
año de 161 2. en que se ha-
blan reconocido , y sé que
también se vieron los paños
blancos , cintas y Agnus que
refiere diciio testimonio , pa-
ra cuya verdad se podrá re-
currir ai Arctiivo de Villa,
donde está la copia y Bula
antes citada. Prevengo, que
en 4. deSeptiembre de 1 759.
en que vimos muchos las Re-
liquias, no se sacó testimo-
nio por el motivo , de que
el Ilustrisimo Porras se llevó
la llave de la urna , y man-
dó que estubiese cerrada la
Capilla , hasta que viniese
á reconocer despacio todas
las Reliquias , y que enton-
ces se pondría el testimonio;
y como la Villa intentase
hacer demonstracion de su
júbilo y contento , suplicó
á su Ilustrisima lo suspen-
diese , hasta hallarse en dis-
posición ; mas antes de lle-
gar este caso , murió el Ilus-
trisimo Porras ; por lo que
restituida la llave á instan-
cia de la Villa , se quedó la
cosa en este estado , hasta
que otro Ilustrisimo quiera
reconocerlas , para poner
con toda individualidad y
formalidad la relación de
€llas,
Tm. XXXllh
112 El Licenciado Don
Luis Rodríguez de Porres
escribió , como dige antes,
en lengua latina la Historia
de este Santo Martyr , la
qual existia en el Archivo
de la Iglesia de Vanares por
ios año^ ^7^7» y 17 18. co-
mo consta del Inventario de
papeles. Me dicen que no
parece ya ; mas no debe re-
putarse por lamentable su
pérdida , porque el P. An-
guiano la trae en su Histo-
ria de la Rioja , y veo que
no tiene otro apoyo , que
las Aétas que publicó Tama-
yo , de las quales dejo ex-
puesto mi juicio. Al fin de
dicha Historia pone su Autor
el modo con que fue traido
á Vanares el santo cuerpo,
y dice , alegando Códices
casi consumidos por su mu-
cha antigüedad , que Santa
Columba , viéndole arrojado
por los tyranos , lo recogió
y envolvió en una sabana,
y acompañada de dos sol-
dados , que se convirtieron á
la Fé , lo trajo hasta la ex-
presada Villa. Pero esta es-
pecie es tan poco autoriza-
da como las demás , que re-
fiere la Historia ; y aunque
creo que la sabana , y pa-
ños , que yo he visto en la
Zz Igle-
3^2 "España Sagrada»
Iglesia de Vanares , y se ex-
ponen á la pública venera-
ción , habrán servido algu-
na vez para envolver las
santas Reliquias , lo que se
dice de Santa Columba, ade-
más de no comprobarse con
testimonio antiguo , carece
de toda verisimilitud , como
se verá por las noticias , que
daré luego de esta Santa
Martyr.
I T 3 Por lo que toca pus^s
á los hechos del S. Formerio
de Vanares , tormentos que
padeció , y lugar y tiempo
de su pasión , debemos con-
fesar lo mismo que dige del
de Treviño , esto es , que na-
da sabemos , sino lo que en-
seña la tradición constante,
de que es Martyr, y que co-
mo á tal se le ha dado culto
desde tiempos muy remotos
en el Obispado de Calahor-
ra , y podemos congeturar,
que padeció martyrio en al-
guna de las primeras perse-
cuciones , como indica la
misma ignorancia de sus
particularidades , y la anti-
gua posesión de su cuerpo,
sin que haya vestigio de ha-
ber sido trasladado de otra
parte.
Trat. 6p, Cap. 19.
Santa Columba Virgen y
Martyr.
114 Tres razones me im-
pelen con gran fuerza á dar
lugar en este tratado á la
insigne Virgen y Martyr
Santa Columba , llamada
vulgarmente en la Rioja San-
ta Coloma. La primera se
funda en la excelente glo-
ria , con que muchos siglos
há se dignó la Divina Bon-
dad condecorar al Obispado
de Calahorra, dándole la po-
sesión del sagrado y virginal
cuerpo de esta Santa. La
segunda estriva en la liber-
tad , con que algunos Críti-
cos han despreciado las Ac-
tas del martyrio , ignorando
sin duda la grande autori-
dad , que tienen en el Oficio
antiquísimo de las Iglesias
de España las noticias , que
por ellas se nos comunican.
La tercera se origina del
concepto , que tengo forma-
do de que la Santa, que con
el nombre de Columba ó Co-
loma se venera en la Rioja,
anda confundida en nuestros
Autores , por no haber es-
tos considerado según mi
Juicio los motivos poderosos,
que hay para la distinción,
que
Santos del Obispado de Calahorra. 3 (í 3
que debe establecerse entre viario Gótico en el día 3r,
]as Santas del mismo nom-
bre. Podrá ser , que con to-
do mi trabajo , y nuevas re-
flexiones no llegue á ilustrar
este asunto, que á la verdad
es de los mas obscuros y
remotos de nuestra memo-
ria, quanto baste para la sa-
tisfacción de los Leélores;
pero á lo menos espero dar
nuevas luces , que le desem-
baracen de algún modo de
las tinieblas que le ofuscan.
Culto de la Santa en Es-
paña,
1 15 Para conocer la re-
ligiosidad y veneración con
que la Santa y gloriosa Vir.
gen y Martyr Columba ha
sido celebrada en las provin-
cias de España en todos los
siglos , de que tenemos al-
gunas noticias , no es nece-
saria otra cosa , que hacer
presentes los públicos monu-
mentos , que han quedado
de esta insigne devoción. La
piedad y ternura , con que
nuestros mayores la festeja-
ron bajo el imperio de ios
Godos y Árabes , se demues-
tra con mucha claridad en
el devotísimo Oficio , que
leemos en el Misal y Bre-
de Diciembre, dedicado solo
á la solemnidad de esta San-
ta. Continuaron nuestras Igle-
sias este religioso culto des-
pués de los Árabes, dando
expreso testimonio de su de-
voción en los Breviarios, que,
como entonces se acostum-
braba , se formaron para el
uso peculiar de cada una de
ellas. Y aunque el dia 31. de
Diciembre se consagró en
algunas al glorioso Pontífice
S. Silvestre , no por eso se
omitió del todo la memoria
de nuestra Santa , pues en
otras se retubo constante-
mente su solemnidad ; y las
que admitieron otra fiesta,
ó trasladaron á otro dia la
de Santa Columba , ó hacian
en el mismo conmemoración
de ella.
ir6 No solo en los Ofi-
cios Eclesiásticos se observa
la piadosa devoción de nues-
tros pasados para con la
Santa, sino también en los de-
más aétos que suelen decla-
rar el amor y reverencia, con
que los Christianos obse-
quian á los Santos. El afedo
á Santa Columba ha movido
á los padres de familias á
poner este nombre á sus
hijas , y es tan antiguo este
Zz 2 uso
3^4 España Sagrada. Trat. 69. Cap, 1 9.
uso que leemos en la vida
de S. Millán , escrita por S.
Braulio , como el Santo sanó
milagrosamente en la Rioja
á una doncella llamada Co-
lumba , hija de un Curial
por nombre Máximo. En
muchos lugares principales
hay Ermitas con la advo-
cación de la Santa , adon-
de los pueblos vecinos con-
curren procesionalmente en
diferentes dias , solemnizan-
do también el de su Aboga-
da con singular devoción y
alegría. En Burgos hubo
Iglesia erigida con el nom-
bre de Santa Columba , la
qual se cree haber sido an-
terior á la población de la
Ciudad. Véase el tom. 27.
de la Esp. Sag. pag. 651.
y sigg. En Siguenza hay
dignidad con el mismo ti-
tulo , dice Ambrosio de Mo-
rales , y una Capilla tam-
bicn con su advocación , ri-
quísima en labor , y mas en
la renta, y de mucha de-
voción en el servicio y
oficios que en ella se cele-
bran. Las regiones de As-
turias , Galicia y Portugal
ilenas están , dice el mismo
Autor , de la veneración
de esta Santa en Iglesias,
y en celebrar %^ fiesta , y
en otras solemnidades. Jun-
to á Benavente hay un ex-
celente Monasterio de Mon-
jas dedicado á la memoria
de la misma Virgen , y
Martyr. Cerca de Barcelo-
na hay otro Convento de
Religiosos Franciscos con
el mismo titulo. Finalmente,
no solo han tomado el nom-
bre de la Santa las Iglesias,
Ermitas , y Conventos , sino
también muchos pueblos,
aunque con la variedad de
Columba , Colomba , Colo-
ma y Comba. Todo lo qual
es evidentísimo argumento
de que en todos tiempos ha
sido general en España la
costumbre de solemnizar á
la Santa , y perpetuar su
memoria con to<ias las par-
ticularidades que parecían
conducentes ñ tan piadoso
y loable obgeto.
EXAMINASE A QUE
Santa de las que tienen el
nombre de Columba , se ha
dudo en España culto tan
célebre , y general,
117 Estoy firmemente
persuadido á que no ten-
dríamos necesidad de ave-
riguar , á qué Santa Colum-
ba ha venerado nuestra Es-
pa-
Santos del Obispado de Calahorra, 365
paña en todos los siglos pa- " en tiempo del Emperador
'> Aureliano el postrer dia
>' de Diciembre , y muchos
»> Breviarios de España ce-
»> lebran aquel dia su fiesta,
y> sin que en niní^uno , ni
» aun en el de Córdoba , que
»> tiene las de m.uchos de es-
" tos Santos , se ponga la
'> fiesta de esta nuestra Santa,
>' de quien hemos contado. Y
»> también es cosa notable,
" que ni los Martyrologio%
" ni el Catalogo de Equi-
" lino , que suelen (como
Ȓ hemos visto) hacer me-
V moria de muchos de es-
" tos Martyres de Córdoba,
" ninguna hacen de esta
" Santa , habiendo ella sido
" tan señalada en su vida,
» y martyrio , como en esta
'? Historia parece , y aun
" yo la he abreviado mucho,
» que S. Eulogio con mucho
" mas largo discurso la es-
" tiende , y se ve en todo
" quanta mas estima hacía
" de esta Santa, que de mu-
'? ches de los pasados , y
'í quanto se remiraba,y quan-
'? to gusto tenia en contar
'> su vida, y como atan prin-
i> cipal Santa , en acabando
» de contarla , le hace ora-«
" cion , celebrando las gran-
i> dezas d^ sw yida y muer-
" te.
sados con el afeólo y devo-
ción que se ha dicho , si el
diligente y dodo Historia-
dor Ambrosio de Morales
no hubiera excitado la ques-
tion , que sobre este asunto
propone en sus Notas al lib.
2. del Memorial de los San-
tos de S. Eulogio , y en el
lib. 14. de su Chronica cap.
21. Las razones , que me
asisten para este modo de
pensar son las mismas que
expondré luego resolviendo
esta dificultad ; antes de lo
qual me parece conveniente
exhibir á la letra el inge-
nioso alegato del referido
Escritor , en el qual se verán
asi el motivo de dudar como
los argumentos con que
prueba su didamen. Hablan-
do pues de Santa Columba
la de Córdoba , de cuya
santidad y martyrio trata
S. Eulogio en el lugar cita-
do , y distinguiéndola de
otra famosa , y mas anti-
gua Santa del mismo nom-
bre , que padeció en Sens
Ciudad de Francia , hace el
discurso siguiente.
118 » En Francia hubo
»> otra Santa Martyr de este
» mismo nombre, que pade-
ti ció en la Ciudad Senonica
3 66 España Sagrada,
7f te , y pidiéndole su inter-
?> cesión , y su ayuda delan-
yy te de Dios.
119 "Siendo todo esto
ff asi tan excelente y aventa-
ja jado en esta Santa , creo
»> yo verdaderamente , que
»>á ella , y no á la de Fran-
7) cia , celebramos los Espa-
f> ñoles con grandisima de-
f> vocion , y muchas mane-
»> ras de solemnidad. Aun-
?» que no hubiera nada de lo
>» dicho de ser ella tan m-
7> signe en vida y martyrio,
i> de ensalzarla tanto , y con
j> tanta razón S. Eulogio,
f> y de no hallarse (como
» debia) mención de ella en
;> las Iglesias y Autores, que
j> celebran estos otros Mar-
f> tyres de Córdoba , sola
?> esta devoción de toda Es-
}> paña general en toda ella,
ty y extraordinaria en gran-
9> des particularidades , y
»> maneras de solemnizarla,
>> bastará enteramente para
9> creer que todo esto se ha-
»> ce por nuestra Santa na-
» tural , y no por la estran-
?> gera.
120 Refiere luego al-
gunas demonstraciones con
que los naturales de Espa-
-ña , y las Iglesias de este
Reyno • han testificado . su
Trat. 69. Cap. 19.
religiosa devoción acia Santa
Columba , y prosigue su ar-
gumento en esta forma:
121 »> ¿Pues que diremos?
» ¿ que toda esta devoción
» de tantos pueblos , y de-
»> clarada con tantas señales,
" toda esta reverencia y ve-
yy neracion mostrada con tan-
y» tos testimonios , esta so-
» lemnidad tan conservada y
»> acrecentada se hace á San-
» ta Columba la de Francia,
>? y no á la de España? ¿Te-
jí niamos á nuestra Santa na-
yf tural , y hablamos de ir á
yy buscar la estrangera? jTe-
j» niamos la propría y habia-
yy mos de tomar la agena?
jí Verdaderamente losEspa-
j> ñoles celebramos , y con
yy tanta fiesta solemnizamos
>j nuestra Santa Martyr Co-
» lumba , como á nacida,
ff criada y coronada glorio-
» sámente acá , le damos la
jj debida solemnidad , debi-
j> da por toda su tierra , y
jj celebrándola asi como á
»> legitima Patrona nuestra,
yy casi por derecho la pedi-
» mos su amparo y su ínter-
j> cesión. Y la Santa glorio-
j> sa Columba de Francia
yy desde el cielo nos escucha
j> agora esto que asi trata-
j? mos , y se huelga , que la
;; SO-
Santos del Obispado de Calahorra, 367
w solemnidad que los Espa- »> ello , y era fácil cosa lle-
9> ñoles debemos á nuestra
f> Santa Española , se la atri-
?? huyamos , y dando la no-
9? ticia, que es razón tenga-
9> mos de ella , aclaremos asi
» de esto la verdad.
122 „ También es bue-
" na señal de ser nuestra
9> Santa Columba , y no la
» de Francia , la que no-
9) sotros celebramos , la que
9> ahora diré. El Real Mo-
9} nesterio de Santa Maria de
9> Najara de la Orden de S.
" Benito tiene alli cerca un
9* Priorato llamado Santa Co-
w lumba , y alli está el cuer-
«> po de esta Santa con mu-
sí cha veneración, y visita-
»> do con mucha freqüencia
9> y devoción de los pueblos
5> de toda la comarca , y su
9> santa cabeza está en el di-
9> cho Real Monesterio en-
" cerrada en un bulto de la
» Santa hermosamente labra-
»> do , y suntuosamente en-
9f riquecido , el qual yo he
f> visto. Todo esto verdade-
" ramente es de nuestra San*
?? ta Columba; ¿porque quien
" habia de traer alli desde
V Francia el cuerpo de la de
"allá? A lo menos ninguna
99 m.emoria hay de esto , ni
9> nadie sabe dar razón de
varse la de Cordova por
?> muchas ocasiones, que por
yy la vecindad y comunica -
>? cion sucedían. Asi veremos
'> luego algunas traslaciones
yy de otros Santos Marty-
yy res de Córdoba , y la prin-
» cipal causa de hacerse asi
» estas traslaciones , era li-
» brar los santos cuerpos de
»> las injurias con que los
i) Moros ios podían profanar.
123 » Mas dirá alguno
yy que á Santa Columba cele-
y> bramos el postrer dia de
?> Diciembre , y asi es la de
» Francia , que cae enton-
9> ees , y no la de Córdoba,
7í que fue martyrizada en
?> Setiembre. Ya lo veo , y
y> diré sencillamente lo que
yy siento. Quanto á lo prime-
?> ro en los Breviarios de
yy España hay variedad en
f> señalar la fiesta de esta
yy Santa , pues el de Siguen-
>> za la tiene á ocho de
yy Enero , y el de Coria á
yy los tres de Abril , y asi
yy Otros. Lo que yo creo es,
yy que de tiempo mucho
»> atrás , como se tratase
" entre algunos devotos de
yy celebrar la fiesta de nuef-
»> tra Santa Columba la de
ff Cordova , de cuyo marty.
„ri9
368 España Sagrada
}> rio se tenia noticia , sin
^» saber el dia en que pade-
,, ció , porque no habia
„ comunmente los libros de
„S, Eulogio, de donde se
„ podia saber , y viendo
,, como en el ultimo de Di-
„ ciembre se celebraba San-
„ ta Columba , pensaron que
„ era la de Córdoba , y sin
?> mas diferenciar , ni mirar,
„ contentáronse con tener
„ alli su fiesta , y no cura-
„ ron de hacer otra diferen-
,, te. No vale nada eso,
„dirá el que quisiere por-
>,, fiar , pues las liciones de
„ aquel dia en los Brevia-
,„ rios , cuentan el martyrio
„ deSanta Columba de Fran-
„ cia. Yo diré , que como
„ ignoraban los Españoles
„ el dia de su Santa , por no
„ leer los libros de S. Eulo-
„ gio , asi también les falta-
„ ba la noticia de su vida
„ y muerte , y tomaron lo
„ que hallaron en general de
„ la Santa Columba , y como
„ el nombre era uno,hicLeron
„ toda una la Historia. Qua-
,, si lo mismo vemos se hi-
,, zoen otra nuestra Virgen
^ y Martyr Santa Marina de
^ Galicia. No hallaron His-
,, toria propria que darla, to-
,,, marón un pedazo de la de
. Trat, 6g Cap, 19.
„ Santa Margarita , y atri-
„ buyeronsela. Con haber
„ dicho asi esto , he traba-
„ jado, como he podido, en
„ aclarar la verdad de nues-
„ tra devoción de España con
„ nuestra bendita Santa , su-
„ jetando este mi parecer á
„ quien mejor lo tubiere.
124 Este discuso de Mo-
rales se creyó tan eficaz en
el concepto de los Escrito-
res , que florecieron después
de él , que no dudaron abra-
zar la misma sentencia : en-
tre los quales los Continua-
dores de Bolando declararon
la fuerza de sus razones di-
ciendo, que en su vista que-
daban ellos casi sin rastro
de duda en este asunto. Yo
no encuentro en todo lo que
alega tanto peso , que pue-
da inclinarme á su opinión;
antes bien los fundamentos,
que hay por la parte con-
traria , me parecen tan con-
vincentes , que estoy en la
inteligencia , de que Ambro-
sio de Morales se dejó llevar
mas de la propensión , que
como Cordobés profesaba á
los Santos Martyres de su pa-
tria , que de las razones que
se le ofrecieron , las quales
son como ahora probaré
contrarias á hechos públi-
cos
Santos del Obispado de Calahorra, 3 69
eos y evidentes , que sin
duda deben estimarse mis
en todo genero de proban-
zas , que lo que se trae por
solo discurso.
125 Mucho antes que pa-
deciese la insigne Virgen de
Córdoba , se veneró en Es-
paña con gran solemnidad S.
Columba, como expresamen-
te se vé en el Misal , y Bre-
viario Gótico. Los Españo-
les ponían también á sus hi-
jas el nombre de esta San-
ta , por la devoción que la
tenian, como hemos visto en
ia hija de Máximo Curial,
que menciona S. Braulio , y
vemos en la misma Santa
Cordobesa , en cuyo favor
litiga su devoto Ambrosio
4e Morales, La Iglesia que
con su nombre existió en
Burgos antes de la pobla-
ción de esta Ciudad , es tan
antigua , que no se conoce
su principio. De su consa-
gración escribe Berganza,
que fue en el año de 863.
como se puede ver en su
tom. I. pag.343. El marty-
rio de la Santa , y sus parti-
cularidades eran muy sabi-
das en España ; pues co-
mo luego veremos, el Oficio
Eclesiástico del tiempo de
los Godos , y Árabes lo can-
Tom. XXXIU.
ta con todas sus circunstan-
cias. Habiéndose, pues, ce-
lebrado S. Columba tan so-
lemnemente en los siglos que
precedieron á la Santa que
padeció en Córdoba, ¿qué
motivo hay para negar que
las Iglesias de España conti-
nuaron en los tiempos suc-
cesivos el mismo culto? ¿O
por qué Ambrosio de Mora-
les pretende adjudicar toda
la devoción de este Reyno,
á la Santa Cordobesa , des-
pojando de ella , y poniendo
en olvido á la Virgen , y
Martyr , cuya devoción era
tan antigua , y estaba tan
arraigada en los ánimos de
los Españoles ? La Santa glo-
riosa Columba de Córdoba,
digo imitando á Morales,
desde el cielo nos escucha
ahora esto , que asi trata-
mos , y se huelga que la so-
lemnidad que los Españoles
dieron á la Santa Columba,
de quien ella tomó su nom-
bre ,y cuya santidad y cons-
tancia en la Fé imitó per-
fedamente , se la restituya-
mos , asegurando , y confir-
mando la verdad de la con-
tinuación de, su culto.
126 Es argumento evi-
dentísimo de que la misma
S, Columba , que fue tan ve-
Aaa ne^
370 España Sagrada
nerada en España hasta el
martyrio de la Santa Cordo-
besa , lo fue también en los
tiempos que se siguieron á
él, la conformidad que guar-
daron nuestras Iglesias en su
Fiesta. Celebróse ésta en ti-
empo de los Godos , y Ara-
bes 331. de Diciembre , y
en el mismo dia se halla en
los Breviarios de uso poste-
rior , lo que no corresponde
á Santa Columba de Córdo-
ba, cuyo glorioso tránsito fue,
según S. Eulogio , á 17. de
Septiembre. La Historia del
martyrio que rezaron nues-
tras Iglesias después de los
Árabes , es idéntica , como
probaré luego , con la que
contienen el Hymno , y Lec-
ciones del Breviario Gótico,
y Muzárabe, y enteramente
distinta de la que S. Eulogio
escribió de la Santa Martyr
Cordobesa. ¿ Quién , pues , si
reflexiona bien esta unifor-
midad , podrá negar , que el
culto que en España se dio á
S. Columba hasta cerca de
nuestros tiempos , fue conti-
nuación del que nuestros ma-
yores practicaron en reve-
rencia, de la misma? Y en
conseqiiencia de esto, ¿con
qué fundamentóse podrá ase-
gurar , que la Santa festeja-
. Trat. 59. Cap, 1 9.
da después de los Árabes es
diversa de la que antes se
veneró en España , siendo
uno mismo el dia , y unas
mismas las circunstancias del
martyrio?
127 Responde Morales,
que en los Breviarios hay va-
riedad en señalar el dia de
S. Columba; y cree , que co-
mo se tratase de celebrar
la Martyr Cordobesa sin sa-
berse el dia en que padeció,
viendo que en el ultimo de
Diciembre se celebraba una
Santa con el nombre de Co-
lumba , pensaron que era la
de Córdoba , y sin mas mi-
rar pusieron en él su Fiesta.
Quando considero la debili-
dad de estas razones, no pue-
do menos de estrañar , que
tan sin reparo hayan segui-
do los Continuadores de Bo-
lando , y otros Escritores el
pensamiento de Morales. Ci-
erto es , que algunos Brevia-
rios ponen la Fiesta de S.
Columba fuera del dia 31.
de Diciembre ; pero estos
son los menos , y no proce-
dieron con ignorancia de que
ésiQ era el dia proprio , sino
que lo hicieron por dar lu-
gar á otra solemnidad. Evi-
denciase esto con el egem-
plo de la S. Iglesia de Barce-
lo-
Santos del Obispado de Calahorra, 371
lona, que habiendo admití- diversa, y sabiendo que ia
do la Fiesta de S. Silvestre
en el dia 31. de Diciembre,
coloco la de S. Columba el
31. de Enero ; pero con cla-
ro conocimiento de que el
ultimo dia de Diciembre era
el que estaba señalado á la
Santa. Por eso en las Ta-
blas de su Breviario del año
de 1540. se fija la Festividad
de S. Columba en el 3r. de
Enero con estas palabras:
Columh(ü Virginis ^ & Mar-
tyris. Fuit 31. Decenibris,
En el Breviario de la S. Igle-
sia de Toledo del año de
1493. se pone esta adver-
tencia en el dia 31. de Di-
ciembre : Isto die est Fes-
tum San&íP Columbee Vir-
ginis , sed non celebra tur
usque post Odí, Epiphani^,
Asi , que la variedad en el
dia en que se celebra la
Fiesta de S. Columba no na-
ció de ignorancia , sino de
tener ocupado con otra so-
lemnidad el proprio de su
glorioso tránsito.
128 ¿Y quién admitirá
fácilmente que algunos de-
votos pensaron , que la San-
ta que se celebraba en 31.
de Diciembre era la de Cór-
doba , señalándose en sus
Lecciones otra Ciudad muy
historia de eiias era coi-
forme al OficioGótico y Mu-
zárabe , que se rezaba aun
antes que naciese la de Cór-
doba ? Responde Morales,
que ignorando nuestros Es-
pañoles , por no haber leido
los libros de S. Eulogio , la
vida , y muerte de la Santa
Cordobesa , tomaron la his-
teria de la otra Santa Co-
lumba , y se la aplicaron á
la de Córdoba. Yo bien se
que varias veces se han ad-
judicado las Adas de los San-
tos á otros del mismo nom-
bre , por el error en no dis-
tinguirlos como convenía;
pero se me hace increíble,
que nuestras Iglesias atribu-
yesen la historia de S. Co-
lumba la antigua á la mas
moderna de Córdoba , sa-
biendo por la historia de la
primera , que ésta era muy
diferente de la segunda. Fue-
ra de esto, ¿quién se per-
suadirá á que los Españoles
aplicaron las Lecciones á la
Santa Cordobesa , dejando
en ellas el nombre de la
Ciudad en que padeció la
mas antigua? Si el Rezo mis-
mo dice , que la Santa á quien
se dirige el Oficio padeció
en Senonas jcómo
Aaa 2
creere-
mos
37^ España Sagrada.
mos por otra parte , que ías
Iglesias rezaban de la San-
ta que fue martirizada en
Córdoba? He aquí la razón,
por qué dige antes que los
argumentos de Ambrosio de
Morales son opuestos expre-
samente á hechos constan-
tes , é irrefragables , y que
por tanto deben desestimarse
como fundados solo en las
aprehensiones que le inspira-
ba el afedo á los Santos de
Córdoba su patria.
129 Es también argu-
mento , de que el culto ge-
neral de España á S. Colum-
ba no se enderezaba á la
Martyr Cordobesa , la con-
fesión que hace el mismo
Ambrosio de Morales. El di-
ce , que esta Santa estubo
tan olvidada, que ni aun el
Breviario de Córdoba hace
mención de ella , y que los
Españoles no tubieron noti-
cia de su vida , y muerte,
por no haber leido los libros
¿le S. Eulogio. Pues si esto
es asi , ¿cómo pretende que
lodos los obsequios se ha-
cían á la Santa de su patria,
que estaba tan desconocida,
y no á la otra , que desde el
tiempo de ios Godos ha si-
do célebre , y famosa en es-
te Reyno? Si no se sabíalo
Trat. 6g, Cap. 1 9.
que escribió S.Eulogio, ¿cót^
mo estraña Morales en vista
de las excelencias que el
Santo refiere de la Martyr de
Córdoba , que ésta no se ce-
lebrase en España , y se hi-
ciese fiesta á la otra , cuyo
martyrio era tan ilustre , y
sabida , como dejamos di-
cho , y él mismo confiesa?
PRUÉBASE QUE EL
sagrado cuerpo , que se ve-
ñera en el Obispado de Ca-
lahorra , no es de Santa
Columba de Córdoba^
sino de otra mas
antigua^
130 Tratando los Conti-
nuadores de Rolando al dia
17. de Septiembre de S. Co-
lumba Virgen , y Martyr de
Córdoba , ofrecen en el § i.
mostrar , que su cuerpo fue
trasladado á Nágera ó cerca
de esta Ciudad. Y llegando
al §. 2. que era el lugar pro-
prio donde correspondía to-
car este asunto, solo dicen,
que se ignora quánto tiem-
po permaneció el sagrado
cuerpo en la Basílica de S.
Eulalia de Fragelas , donde
fue sepultado, según S. Eu-
logio ; y que asimismo no se
sabe con qué motivo fue le-
van-
Santos del Obispado de Calahorra. 373
vantado de aUl , y traslada- Monasterio están en esta per-
do á otra parte ; pero que al-
gunos sospechan , no sin pro-
babilidad , que los Christia-
nos hicieron la traslación k
fin de que las sagradas Re-
liquias no fuesen profanadas
por los Sarracenos. Na te-
niendo , pues , testimonio con
qué probar la traslación á
Nágera , se contentan con
citar á su favor á los Es-
critores Españoles que lo
aseguran» exhibiendo por to-
dos las palabras de uno solo,
que es Ambrosio de Morales
en el discurso que ten^o co-
piado en el §» antecedente.
131 El u]timo,que escri-
bió de este asunto, es D. Bar-
tolomé Sánchez de Feria , en
el tom. 3. de la Palestra sa-
grada a Memorial de los
Santos de Córdoba , pag. 83..
donde afirmando que las Re-
liquias de S. Columba Cor-
dobesa se veneran en el Mo-
nasterio de S. Maria de Ná-
gera , y en el Priorato del
mismo y que tiene el nombre
de la Santa , cita por este
parecer al P.Marieta , á Am-
brosio de Morales , al P..
Martin de Roa , al Dodor
Bravo , y á D. Nicolás An-
tonio. Dice también , que los
d.oélos Padres del expresada
suasion , y que lo confesa-
ron plenamente en la infor-
mación que se hizo quando
se llevó de alli á Córdoba
una Reliquia, de la Santa.
Añade en fin estas palabras:
To soy de este parecer , y
me parece lo será qualquie-
ra , que atentamente medi"
tare las congeturas de Ma^
rales,
132 Las congeturas de
este Autor se reducen á las
palabras siguientes : ¿ Q^uién
habia de traer , dice , á la
Rioja desde Francia el cu-
erpo de la de al Id "i Alome--
nos ninguna memoria hay de
esto y ni nadie sabe dar ra--
zon de ello. T era fácil co^
sa llevarse la de Córdoba^
por muchas ocasiones , que
por la vecindad , y comuni^
cacion sucedían» Yo he me~ ,
ditado con bastante diligen-
cia estas razones, que al re-
ferido Feria le parecieron po-
derosas para inclinar á qual-
quiera á- su didamen ; pero
lejos de moverme á su sen-
tencia , las juzgo muy débi-
les , insubsistentes , y falsas-
Dejemos por ahora el exa-
men , de si las Reliquias de
S. Columba fueron traídas
desde Fraacia , de lo que
tra-
374 España Sagrada, Trat. 69. Cap, 19.
trataré luego, y veamos, que
verdad tenga la traslación
que se establece desde Cór-
doba. La Santa de es-aCiu-
dad padeció martyrio , se-
gún S. Eulogio , en el año de
853. y su cuerpo fue enter-
rado en la Iglesia de S. Eu-
lalia , que estaba en un bar-
rio de la misma Ciudad, el
qual tenia el nombre de
Fragelas. Ahora pues, ¿qué
causa pudo ofrecerse después
del año referido para sacar
de Córdoba el bendito cuer-
po , y llevarlo á la Rioja?
¿Fue por ventura la de li-
brarle de las injurias con que
los Moros le podian profa-
nar , como sospechan los
Continuadores de Rolando?
¿ Pero quién ha de creer que
los Christianos sacasen con
este fin las sagradas Reliquias
de una Ciudad , donde , co-
mo es constante ,tubieron los
Fieles todo el tiempo del
cautiverio dentro , y fuera
de ella mayor y mas ampia
facultad de mantener Igle-
sias , y Monasterios? ¿ De
una Ciudad , á donde escribe
Morales , lib. 14. cap. 32. se
acogían en tiempo de per-
secución los Monges que vi-
vian en la comarca, llevan-
do consigo las Reliquias, que
el mismo Autor cree estar
allí depüsitad.is hasta ahora?
Aun aiiinitiendo que el cuer-
po de S. Col'imba fue tras-
ladado de Córdoba por li-
bertarle de la barbarie de
los Árabes , ¿quién podrá
conceder que para esto fue
llevado á un pequeño lugar
de la Rioja, que desde el año
del martyrio de la Santa es-
tubo ocupado de los Moros
por todo el tiempo en que
pudo hacerse la traslación?
133 Evidenciase mas es-
te asunto desmostrando, que
S. Columba, cuyo cuerpo se
venera en la Rioja , es mu-
cho mas antiguo que la de
Córdoba. Entre los pueblos
que tomaron los Árabes quan-
do entraron en España , y se
apoderaron de la tierra Ib-
na del Obispado de Cala-
horra , fue Tricio, que desde
los Romanos se contaba por
Ciudad de los Berones. Esta
población , como tan princi-
pal en aquel tiempo , tenia
en sus cercanías algunos pue-
blos menores , que eran co-
mo aldeas ó barrios suyos,
según la ordinaria costumbre
que puede observarse en otras
Ciudades. Uno de ellos era
S. Coloma , que existe hasta
hoy con el mismo nombre,
y
. Santos del Obispado de Calahorra, 375
y dista dos leguas de la Ciu- le han seguido , sin reñexio-
dad de Nágera ; el qual es-
tubo en poder de los Moros
hasta el año 923. en que el
Rey D. Ordoño el Segundo
le recobró juntamente con
Nágera , y reedificó el Mo-
nasterio consagrado al ho-
nor de la gloriosa Martyr Co-
lumba , cuyas Reliquias se
guardaban en aquel lugar,
que por esa razón tenia el
mismo nombre de la Santa.
Constando , pues , todo esto
de Escritura del referido
Rey , dada en la Era 961.
que corresponde al año de
la conquista, y no habiendo
memoria , ni siendo posible,
que mientras los Moros ocu-
paron la Rioja se fundase en
este país un pueblo con el
nombre de S. Columba , se
colige claramente , que asi
este lugar, como el cuerpo de
la Santa de quien le vino el
nombre , existieron con mu-
cha anterioridad al año 853.
en que padeció la Virgen de
Córdoba , y aun antes de la
venida de los Moros á Es-
paña. En esta suposición se
hace forzoso confesar , que
el cuerpo que se venera en
la Rioja no es de la Santa
Cordobesa , como creyeron
Morales , y los demás que
nar estas razones
fundado en la ninguna
que he
ne-
cesidad que habia de sacar
las Reliquias de Córdoba , en
el impedimento que se opo-
nía de parte de la Rioja,
por hallarse ocupada de Mo-
ros , y finalmente en la an-
tigüedad del pueblo llamado
desde aquellos tiempos re-
motos con el nombre de S.
Columba , que sin duda fue
muy anterior al martyriode
de la de Córdoba.
ESTABLÉCESE CON
gran prohabilidad , que el
sagrado cuerpo es de la fa-
mosa Virgen , y Martyr Co-
lumba , que padeció en la
Ciudad de Senonas ^hoy
Sens de Francia,
134 Comprobada ya la
equivocación de los que ase-
guraron que las Reliquias de
S. Columba , que se conser-
van en la Rioja , son de la
Virgen Cordobesa , cuya vi-
da , y martyrio escribió S.
Eulogio , resta averiguar de
qué Santa son , que tubiese
el mismo nombre, Tamayo
pone en el dia 28. de Mayo
una Santa Columba , dicien-
do que fue martirizada en
Tri-
37Ó Españú Sagrada
Tricio ó Nágera , y que de
ésta es el cuerpo que alli se
venera. Abrazaríamos con
gran facilidad esto segundo,
si liallásemos fundado lo pri-
mero ; pero como esto no se
apoya en otra autoridad que
la (ie Luitprando , cuya fic-
ción es notoria , ni debemos
abrazar la noticia , ni aún
podemos malgastar el tiem-
po en impugnarla. D. Juan
Amiax , y el P. Anguiano
sostienen, que en tiempo del
Emperador AureÜano flore-
ció una S-inta Virgen llama-
da Columba en la Ciudad de
Senonas en la Rioja , la qual
se dijo después Tricio ; y
que esta población es la ver-
dadera patria donde la Santa
nació , vivió , y padeció mar-
tyrio, dominando por estas
tierras los Romanos. No se
funda este didamen enChro-
nicones falsos , sino en Pri-
vilegios verdaderos , en que
se testifica expresamente que
la antigua Ciudad de Tricio
se llamó en otro tiempo Se-
nonas. El Rey D. Ordoño,
después de haber ganado á
los Moros laCiudad deNáge-
ra , y el lugar de S. Colum-
ba , movido de su devoción
á la Santa , y en agradeci-
miento al favor que habia
. Trat. 6^, Cap, 1 9.
recibido sacando del poder
de los Infieles el pueblo en
que estaba su cuerpo , vino
en reedificar su Monasterio,
y en la Escritura dice asi:
Dum esset locum B:atíü ac
venerandce l^irginis Colum-
bce pro infestatione incre-
dulorum d Cbristianis deser-
tum , S cum omnia reli-
6tam , qui esí sitwn ¿n su-
burhio Civitatis , qiice anti-
quitiis vocitata fuit Seño-
rías , postea quoque disse^
rente tempore d:rivato eos-
nomen habuit Tricium , S
nunc nostris temporibus Na^
xara appellatur , dedit eum^
Se, El P. Anguiano trae
también la donación que el
Rey D. Garcia , y la Reyna
D. Estefanía su muger hicie-
ron del Monasterio de S. Co-
lumba , vulgarmente S. Co-
loma , al de S. María de Ná-
gera , diciendo que estaba
sobre el rio Aleson , al pie
del monte Ero , que hoy se
dice Serra de Ero , in terri»
torio de Senonas , quce nos^
tris temporibus vocatur Tri'
tium. De estos testimonios,
pues , infiere este Autor lo
primero , que es yerro cono-
cido hacer natural de Fran-
cia á S. Columba , y mayor
el trasladar de allá sus Re-
a-
Santos del Obispado de Calahorra. 3 jj
líquias á su sepulcro en ia propriedad decir, que S. Co-
Rioja , donde por tantos si-
glos estubieron : lo segundo,
que esta Santa es distinta de
la de Córdoba, y ia misma
que se anuncia en el Marty-
logio Romano con otros dos
Martyres : ^pud Senonas
beatorum Sabiniani , S Po~
tentiani , qui á Pontífice Ro-
mano illuc ad prcedicandum
diredfi eamdem Metropolim
confessionis suce martyrio
iJlustrarunt. Ibtdem Sandice
ColumbcV l^irginis , 'S Mar-
tyrts , qtice igne supéralo
in perseciitione Aureliani
Imperatoris gladio aesa est,
134 Tratando de las an-
tigüedades de Nágera,dige
haber nacido de la barbarie
é ignorancia del siglo en que
reynó D. Ordoño la persua-
sión de que Tricio se llamó
antiguamente Senonas. El
nombre que tubo esta Ciu-
dad en tiempo de los Ro-
manos , es el mismo que tie-
ne en nuestros tiempos : ni
hay vestigio en los Geógra-
fos , ó Historiadores de que
antes hubiese tenido otro di-
ferente. Aun suponiendo que
la dicha población de los
Berones se hubiese llamado
en algún tiempo muy remo-
to Senonas , sería grande im-
Tom.XXXllL
lumba era Senonense , ó que
padeció martyrio en Senonas,
entendiendo por este nom-
bre á Tricio, que mucho an-
tes lo había perdido. Por esta
razón es increíble que el Mar-
tyrologio Romano significase
á Tricio por el nombre de Se-
nonas , que no le convenia , ni
quando aquel se escribió , ni
quando la Santa fue martiri-
zada. Finalmente , aunque
Tricio era bajo el Imperio de
los Romanos una de las ilus-
tres Ciudades de la Provincia
Tarraconense , ni entonces,
ni después llegó á tanta dig-
nidad que mereciese el dic-
tado de Metrópoli , que ex-
presa el Martyrologio. Con-
cluyamos , pues , que Tricio
en ningún tiempo se llamó
Senonas ó Seos , y que la
Ciudad de este nombre solo
se conoce en Francia , la
qual , como consta de la no-
ticia de las Provincias , y
Ciudades de la Galia, es Me-
trópoli de la Provincia Lug-
dunense , que de ella se dijo
Senonia. Aqui estubo Aure-
liano, quando vino al Orien-
te , con el fin de reunir al
Imperio las Galias ; y aqui,
y no en España persiguió y
atormentó á los Christianos,
Bbb y
37^ España Sagrada,
y entre ellos á S. Columba
Senonense.
136 Aunque he dicho,
que en tiempo de D. Ordo-
ño se creía por ignorancia
que Tricio tubo el nombre
de Senonas , no obstante es-
toy persuadido á que esta
equivocación se originó de
una verdad mal entendida
por los que d ida ron los Pri-
vilegios. El pueblo que has-
ta hoy se llama S. Coloma,
se decia vulgarmente S. Co-
lumba de Senonas ; y no en-
tendiendo los que escribie-
ron los Instrumentos citados
la fuerza y' propriedad de
esta denominación, y viendo
que el dicho pueblo era al-
dea ó barrio de Tricio, cre-
yeron que Tricio tubo en
otros tiempos el nombre de
Senonas, En lo qual erraron
grandemente ; porque no se
decia de Senonas , como bar-
rio de Tricio , sino por res-
pecio á la Ciudad de Seno-
nas de donde era la Santa,
cuyas Reliquias se venera-
ban en el referido territo-
rio de la Rioja
137 Esta advertencia
acerca de la equivocación de
los que escribieron los Pri-
vilegios citados, me parece
muy acomodada para refu-
Trat, 69. Cap. i^.
tar el pensamiento de los
Continuadores de Rolando.
Pretendiendo estos confirmar
el parecer de Morales , que
dejo impugnado , juzgan que
á las razones de este Espa-
ñol se podria añadir otra , si
la Ciudad de Nágera se lla-
mó antiguamente Senonas,
como escribe Yepes , citan-
do el Privilegio de Ordoño
el Segundo. Porque si esto
es asi , dicen , fue mucho mas
fácil , que habiéndose trasla-
dado á la Rioja el cuerpo de
S. Columba Cordobesa , la
confundiesen con la Senonen-
se, adjudicando á aquella las
Adas , y día festivo de ésta.
Pero no puedo menos de vin-
dicar á los Españoles de este
error que les atribuyen los
referidos Eruditos. Porque
siendo tantas las Iglesias que
han celebrado á S. Columba,
¿quién podrá persuadirse,
que todas ellas confundieron
á una Santa , que sabían ha-
berse venerado en España
■con gran singularidad , y sin
alguna interrupción desde el
tiempo de los Godos , hasta
que ellas formaron sus Bre-
viarios , con una Santa que
padeció en Córdoba en tiem-
po-de los Árabes ? ¿Tan ig-
norantes se hallaban en es-
tos
Santos del Obispado de Calahorra, 379
tos puntos , que de una Santa 1 38 Este argumento de-
martirizada en Córdoba , y
reynando Mahomad en esta
Corte Árabe , firmasen en
las Lecciones que liabia pa-
decido en Senonas , y siendo
Emperador Aureliano? Crea-
mos, pues , que las Iglesias
de España no confundieron
la Martyr Senonense con la
de Córdoba , como suponen
los Continuadores de Bolan-
do ; y que ni esto fue tan fa-
ñc'ú como dicen , aun supo-
niendo que Nágera se llama
Senonas en los Privilegio?.
La facilidad en la equivoca-
ción estubo no en nuestras
Iglesias , sino en los que es-
cribieron los Privilegios, que
no entendiendo el verdadero
significado del nombre que
tenia el pueblo de S. Colum-
ba de Senonas ^aplicaron esta
voz á Tricio ,ó Nágera, Ciu-
dad que nunca se llamó asi,
aunque en su territorio fue
ilustre , el mismo nombre de
Senonas, por ser desde tiem-
po inmemorial depósito de
las sagradas Reliquias de la
Santa Virgen , y Martyr Se-
nonense , como indica la alu-
sión de la voz , y demues-
tra la particularísima devo-
ción de nuestra España para
con esta Santa,
ducido del nombre de Seno-
nas en la Rioja , y del culto
general que en todas estas
Provincias se ha dado á San-
ta Columba Senonense desde
siglos muy distantes , vence,
según mi juicio , á los que
hacen las otras Ciudades,
que se glorían de poseer el
cuerpo de la Santa. El Rmo.
Florez , aprobando la sen-
tencia de Morales , y la so-
lución con que este Autor sa-
tisface á la dificultad , fun-
dada en la Fiesta que han
celebrado nuestras Iglesias
en el dia 31. de Diciembre,
rezando la historia de S. Co-
lumba de Senonas, dice en su
confirmación estas solas pala-
bras : yf w/ me parece bien
esta respuesta , en vista de
que el cuerpo , que se venera
en España , no es el de S, Co-
lumba Senonense^ el qual per-
severa en Francia , según
Baillet en el dia 31. ¿/t? Di-
ciembre ; y siendo de la Es-
pañola el cuerpo que hay acá,
se propagarla por éste el
culto de la Santa. He aqui
no tubo nuestro Erudito otro
fundamento que la autoridad
de Baillet para inclinarse á
que el cuerpo de S. Colum-
ba de Senonas permanece
Bbb 2 has-
.^So TLspam Sagrada,
hasta ahora en Francia. Pero
quien leyere a este Escritor
Francés , verá que no trae
testimonio , que justifique su
opinión , y que además de
esto menciona la sentencia
de los que afirman , que el
cuerpo de la Santa está en
Rimini , Ciudad de Italia.
En efeéto no es tan cierta
]a posesión, de la Ciudad de
Senonas , que no se la dis-
puten los Ariminenses. Don
Fernando Ughell en el tom,
2. de su Italia Sacra trae,
hablando de Stemnion , Obis-
po de Rimini por los años
307. lo que creen comun-
mente los Ariminenses acer-
ca de las Reliquias de Santa
Columba Senonense , lleva-
das por ciertos mercaderes
de Sens , que se embarcaron
con ellas , solo por lograr
de este modo un viage fe-
liz ; y habiendo llegado á
vista de Rimini , quedó in-
moble el navio , hasta tan-
to que dejaron aíli el teso-
ro que llevaban. Mas tam-
poco escribe este ultimo Au-
tor algún fundamento de la
tradición de los Ariminenses,
la que parece inverisímil, por
el hecho que atribuye á los
mercaderes de sacar el cuer-
po de Sens , esperando te-
Trat. 69 Cap, 1 9.
ner con tan buena compa-
ñía una prospera navegación.
119 El M. Yepes al
año 853. de Christo , reco-
nociendo que el discurso de
Morales en favor de la San-
ta de Córdoba , sin embargo
de estar lleno de agudeza,
y de buenas congeturas , no
convencía el intento , vino
en apoyarle con otros argu-
mentos, que estraña no se hu-
biesen ofrecido al citada
Historiador. A este fin pro-
pone dos autoridades , que
parece concluyen , que el
cuerpo de Santa Columba
Senonense está en Francia.
La primera es de muchos
Autores que celebran un Mo-
nasterio muy famoso llama-
do con el nombre de la San-
ta , el qual está en la Ciu-
dad de Sens , y ha sido en-
tierro de algunos Reyes de
Borgoña , y es , según los
Franceses , donde reposa
anualmente el cuerpo de
S. Columba de Senonas. La
segunda es del antiguo Es-
critor de la vida de S. Lu-
po , que refiere como este
Santo , por devoción a San-
ta Columba, se mandó enter-
rar á sus pies , y de aquí,
dice Yepes , se convence
evidentemente , que el cuer-
po
chosa suerte , y por nin-
guna cosa nos querrían con
Santos del Obispado de Calahorra, 381
po de Santa Colun:iba esta- Ni podemos creer facümen-
ba en Francia por los años te , lo que Yepes quiere
550. reynando Clotario , en creamos , esto es , que la
cuyo tiempo floreció San Santa Columba, celebrada en
Lupo. Por estos testimonios España , es la Santa Cor-
de los Escritores de Fran- dobesa ; pues evidencian lo
cia dice el mismo Autor, contrario los argumentos
que pues los Franceses se que dejo hechos contra el
hallan contentos con su di- intento de Morales , y de
los que le han seguido. Solo
el Oficio Isidoriano , que da
ceder que tenemos acá el fiesta á S. Columba con
cuerpo de S. Columba Se- oficio proprio , tomado de
nonense , parece justo dejar- las Adas de la Senonense,
los gozar de la posesión, hizo que un varón tan jui-
creyendo nosotros los Espa- cioso como D. Nicolás An-
tonio negase su crédito á
la opinión de Yepes , y
sostubiese , que la Santa
120 Yo bien sé , que de Francia fue quien alcan-
pueden alegarse muchos Es- zó mas celebridad en Espa-
critores Franceses en favor ña , sospechando de aqui la
de la opinión de Yepes , y traslación de algunas Reli-
por ventura podrán ellos quias suyas á nuestro Rey-
gloriarse de la posesión de no.
alguna Reliquia de la Santa 121 La segunda auto-
de su Nación. Pero asi como ridad , que parece convencer
el consentimiento de los el intento de Yepes , no tie-
mismos no es bastante, para ne fuerza alguna, si se en-
que los Ariminenses desis- tiende en su verdadero y
tan de su piadosa preten- proprio sentido. El Autor
sion , tampoco lo debe ser de la vida de S. Lupo dice
para imponer silencio á los asi : Corpus impositum in
Españoles en su contienda, féretro , divinis canticis
nacida de su antigua devo- circumdatum^ caterva seque^
cion á la Santa , y fundada batur plangentium ; atque
en razones mas subsistentes, ¿uxta prí^ceptum ipsius virt
Sane-
fióles , que la S. Columba ce-
lebrada en España es la
Cordobesa.
382 Eip.xnx Sagraix.
Sandíi in stilliciciio bastí I ce
di peJjs San^.ff Columbi-e
tradídcrimt corpiscu^um an-
tro scpulchrí verentes trans-
cenderé jussa magistri. Las
quales palabras no pueden
interpretarse mejor que ha-
ciendo presente lo que el
Martyrologio Galicano de
Saussayo trae al dia 23. de
Abril de la traslación del
cuerpo del mismo" S. Lupo.
Ihidsm , dice , in Monaste-
rio Sandice Columbee elevatlo^
G trans latió S. Lupi Epis-
vópi ejusdem metrópolis , S
confessoris , quando ex atrio
EcclesicV , ubi , sicut jusse-
^at ^subías stillicidiumfue'
rat butfjatus , levata ejus
sacratissima gleba miraca-
lis fulgens intus basilicam
depórtala Se. He aqui co-
mo el cuerpo de S. Lupo
fue enterrado fuera de la
Iglesia de Santa Columba,
en el atrio , y en el sitio
que en nuestro castellano
ó^zimos gotera. ^Quien pues
ha de creer , que el cuerpo
de Santa Columba , á quien
estaba dedicada la misma
Iglesia , se guardaba fuera
de ella , y en un lugar tan
humilde , que el Santo eligió
por su virtud , y donde sus
discípulos le enterraron obli-
Trat. 6g. Cap. 19.
gados del precepto de su
Maestro? Por tanto aquella
locución ad pedes San^ce Co-
lumbee no debe entenderse
como si digera ad pedes
corporis SanSícV Columbee^
sino de este modo ad pedes
basilicce Sandi¿e Columbee. Ni
se puede afirmar que las
Reliquias de Santa Columba
se trasladaron de aquel sitio
juntamente con las de San
Lupo , porque la traslación
de estas se hizo en el año
853. según ]VIabillon,á quien
siguen los Continuadores de
Bolando , y no es creíble,
que el cuerpo de Santa Co-
lumba estubiese desde el Im-
perio de Aureliano hasta el
año expresado en lugar tan
indecente , y por cuya hu-
milde elección se cumplió
después en S. Lupo, como
dicen los citados Continua-
dores , aquella promesa de
Christo : Qui se bumiliat,
exaltabitur.
122 Hallándose pues en
estado de question el lugar,
en que existe el cuerpo de
Santa Columba Senonense,
y no presentándose testimo-
nio que convenza estar de-
positado en Sens ó en Ri-
mini , juzgo que el nombre
de Senonas , conservado en
el
Santos del Obispado de Calahorra. 3S3
el territorio de Santa Co-
loma de la Diócesis de Ca-
lahorra , y el particularisí-
mo culto que desde los Go-
dos hasta nuestros tiempos
se ha dado á la Santa Seno-
nense, persuaden suficiente-
mente , que á lo menos la
parte principal de sus sa-
gradas Reliquias se ha ve-
nerado en el dicho Obis-
pado desde muchos siglos.
El principio de la posesión
del bendito cuerpo , y de
la devoción á esta Santa es
tan remoto , que su mucha
distancia nos tiene privados
de las memorias acerca del
irodo , y tiempo de la tras-
lación, y sugeto que la hizo.
Mas esta falta de noticias
no debe movernos á estra-
ñar ó dificultar el suceso,
como lo hizo Morales ; por-
que esta misma escasez de
memorias padecemos acer-
ca de varias traslaciones,
que se han hecho de cuer-
pos Santos de España á otras
Provincias estrangeras , y
sin embargo sabemos que
estas se glorian justamente
de poseer los sagrados te-
soros, que antiguamente po-
• seian las nuestras.
NOTICIAS DEL MAR.-
tyrio de Santa Columba con-
firmadas con la autoridad de
la antiquísima Iglesia de
España , y defendidas de la
censura de algunos Criti- •■
eos modernos,
123 Las Adas del mar-
tyrio de Santa Columba , que
andaban publicadas por va-
rios Autores , y admitidas
generalmente sin contradic-
ción , se hallan hoy tan des-
preciadas de algunos Críti-
cos , que no queda lugar pa-
ra que podamos sin emba-
razo ofrecer alguna memo-
ria de su pasión. Tillemont
en las Notas , que escribió
sobre la persecución de Au-
reliano , trata de la Histo-
ria de esta Santa , y men-
ciona tres diversas Adas.
Las primeras dice se hallan
citadas por Bosquet , aunque
éste no las puso en su Obra,
sin duda por estar ya im-
presas en otros como en
Mombricio, de quien las ci-
ta Baronio en el dia 31. de
Diciembre. Confiesa que él
no las habia visto, pero las
reprueba, fundado , en que
traen que Aureliano prome-
tió á la Santa desposarla con
su
384 España Sagrada
su hijo el Cesar , y este Ce-
sar es un sugeto descono-
cido en la Historia , la qual
no habla sino de una hija
del Emperador , antes dice
positivamente , que éste mu-
rió sin dejar varón hijo su-
yo. Las segundas son las
que trae Surio tomadas del
Belvacense , de las quales
afirma , que están llen:is de
milagros sin verisimilitud.
Las terceras dice haber él
leido en algunos mss. que
empiezan : In diehus illis
adveniens Imperator , Se.
las que refuta con solo ase-
gurar que nada valen. No
hallando púas este Critico
cosa que le agradase , no
quiso decir de la Santa , si-
no que su nombre se pone
en el dia 31. de Diciembre
con los títulos de Virgen y
Martyr en los Martyrolo-
gios de Beda , Usuardo , y
otros muchos, y que Beda
y los siguientes escriben, que
padeció bajo el imperio de
Aureliano. Baillet parece hi-
zo la misma estimación de
las Adas ; pues habiendo
afirmado , que no se^ podia
tener seguridad de ninguno
de los sucesos , de que es-
taba compuesta la Historia
de ia Santa , se contenta con
. Trat. 6g Cap. 19.
decir , que esta ilustre Vir-
gen hizo una excelente con-
fesión de la Féde JtsuChris-
to , y que consiguió la pal-
ma del martyrio.
124 La libertad con que
estos Críticos reprobaron las
Adas , desechando , ó á lo
menos poniendo en duda to-
das las memorias , que se
referían del martyrio , me
obliga á mostrar , en obse-
quio de esta famosa Vir-
gen , venerada con el mcíyor
esmero en nuestras Provin-
cias , la autenticidad y ver-
dad de las noticias de su
Historia ^ las quales igual-
mente que sus Reliquias se
han conservado en nuestra
Iglesia con mayor integri-
dad que en la Galicana. Na-
die ignora , que es antiquí-
simo el Oficio Gótico , que
se usó en España , y se con -
tiene en el Misal y Brevia-
rio , que llamamos Mozara-
bíco é Isidoriano. El Carde-
nal Bona reconoce , que se
hallaba ya establecido en el
siglo quinto , pero que no
hay memoria de su primer
Autor. Afirma también , que
S. Leandro , S. Lsidoro , y
otros , lo ilustraron, aumen-
taron y amplificaron ; pero
que üo fueron los primeros
en
Santos del Obispado de Calahorra. 385
en su composición , sobre 10
qiial véase lo que escribió
dodamente el Rmo. Florez
en el tom. 3. Disertación
Histórico- Chronologica de
la Misa antigua de España.
En esta inteligencia pode-
mos tener por cierto , que
las noticias , que leemos en
este rezo , son de las mas
autorizadas , asi por su an -
tiguedad , como por la dili-
gencia , que debemos creer
pusieron aquellos antiguos
Padres , que ordenaron el
Oficio , no usando para ne-
gocio de tanta importancia
sino de Aélas puras y legiti-
mas. Veamos pues lo que
nuestra Iglesia antigua tes-
tifica acerca del martyrio
de Santa Columba , y si se
•hallare conforme con las
Adas , colegiremos que no
son estas de tan poca auto-
ridad , como juzgaron Ti-
llemont y Baillet , que no
tubleron presente el testi-
monio de nuestro Oficio Gó-
tico.
125 Pero antes de tratar
de los sucesos , que pasaron
en el martyrio , debo ad-
vertir , que sin embargo de
que la Misa y rezado de la
Santa , no habla del lugar y
tiempo , en que fue marty-
lom.XXXlIÍ
rizada , consta que padecifS
en Senonas , hoy Sens de
Francia , en el Imperio de
Aure'iano , y á 31. de Di-
ciembre. El Martyrologio
antiquísimo con el nombre
de S. Gerónimo , y todos los
posteriores convienen en ce-
lebrar su fiesta en el dicho
dia , como proprio de su
glorioso martyrio y transito.
La Ciudad de Senonas se ex •
presa en muchos de ellos,
como el de Usuardo, Adon,
el Fuldense , el Kalendario
Vaticano , aunque este ulti-
mo escribe Sennis en lugar
de Ssnonis. El Ottoboniano,
no solo nombra á esta Ciu-
dad , sino que añade la re-
gión , en que está situada:
In Gallia civitate Senonas
passio SandiiV Columbee l^ir •
ginis. El de Beda y Rábano
señalan , además del lugar
del martyrio, al Emperador
que entonces gobernaba : Et
passio Sandtce Columbee Vir-
gtnis , Senones , sub Aure-
liano Imper atore , quee supe-
rato igne ccesa est. Asi que
las circunstancias del tiem-
po y lugar , en que padeció
Santa Columba , constan su-
ficientemente , aunque no se
expresan en el Oficio Goti^
co de España.
Ccc Pe-
386 España Sagrada
126 Pero habiendo esta-
do Aureliano en las Galias
en tres diferentes tiempos,
se puede dudar sobre el año,
en que debe fijarse este mar-
tyrio. Yo juzgo , que no
puede señalarse otro que el
de 273. en que siendo ya
Emperador hizo su primer
viage desde el Oriente á las
Provincias de !a Galia , con
el fin de sacarlas del poder
de Tétrico , y restituirlas
al Imperio. Porque constan-
do , que Aureliano era ya
Emperador , quando pade-
ció Santa Columba , como
testifica el Martyrologio de
Beda , y siendo cierto, que
el martyrio fue en el 31. de
Diciembre , y á presencia
del mismo Aureliano,se coli-
ge , que ni puede señalar-
se el año 25,9. en que tenia
el Imperio Valeriano , y Au-
reliano no era sino Gober-
nador de la provincia de
Sens ; ni tampoco el de 274.
en cuyos últimos meses se
hallaba muy distante de
Francia.
127 Lo que he dicho
acerca del tiempo y lugar,
en que padeció Santa Co-
lumba , justifica lo primero
que refieren las Aétas , esto
es , que viniendo el Empera-
Trat. 6c). Cap. 1 9.
dor Aureliano desde el Orien-
te á las partes occidentales,
y entrando en la Ciudad de
Senonas , empezó á inquirir,
qué Christianos habia en
ella ; y como le digesen que
alli era muy conociíja una
hermosa doncella llamada
Columba , mandó que se la
llevasen á su presencia.
128 Siguense en las Ac-
tas las preguntas , que Au-
reliano hizo personalmente
á la Santa , y las respuestas
que ella dio , detestando los
Ídolos , y confesando cons-
tantemente el nombre de
Jesu Christo. La presencia
del Emperador , y su inter-
rogatorio se comprehende
en estas breves palabras de
nuestro Oficio Gótico : Cum
interrogata ( Columba ) im-
perial ex voce , quem colé-
ret , Christum se test ata esP
credidis.se , cum jam. vulne-
rata fuerat charitate,
129 Por lo que toca á
los sucesos del martyrio
consta de la parte de la Mi^-
sa , que se dice- Inlacion^
que la Santa tubo diversas
luchas , y fue probada con
muchos tormentos. Q^ui bea^
tisslmam Mi'rtyrem 6? /^/r-
ginem suam Columbam di ver-
sis certaminibus dimicantém
- Cíe-
Santos del Obispado de Calahorra, 387
C^hstibus mtineribus cumu-
lavit. j^rgidtur qw'dem mul-
tis tor mentís , & corona ip-
síus diversis margar iíis or-
natur in ccelum.
130 Las Aélas cuentan
en particular lo siguiente.
Aureliano , después de va-
rias preguntas mandó , que
Columba fuese llevada al
anfiteatro, adonde envió lue-
go á un mozo deshonesto
llamado Barucha , para que
abusase de ella á su arbi-
trio , y conforme á su livian-
dad. La Santa , viendo en-
trar á este bárbaro en el
aposento, en que estaba cer-
rada ; y conociendo su mal-
vado intento , le habló de
este modo : ¿Como te atre-
ves á entrar aqui con fin tan
perverso y bestial ? Si yo
fiara solo en las fuerzas de
mi cuerpo , de ninguna ma-
nera podria resistirte ó des-
echarte de mí ^ mas procu-
ra contenerte, porque no ex-
perimentes la ira de mi Se-
ñor Jesu Christo , y caigas
repentinamente muerto. Fue-
ron estas palabras de tanta
virtud , que aquel mozo,
aunque bruto y sensual , no
tubo osadia para tocar á la
Santa. Entonces hizo Colum-
ba oración , pidiendo á Dios
no permitiese , que su vir-
ginidad fuese violada ; y sa-
liendo una osa de la cerca
del anfiteatro , en que se
guardaban las fieras , entró
en el aposento de la Santa,
y derribando aquel mozo
contra el suelo , puso sus
ojos en Columba , como es-
perando la mandase lo que
fuese de su agrado. La San-
ta la mandó en nombre de
Jesu Christo , que no le mal-
tratase , sino que le dejase
tiempo para oir sus palabras;
y vuelta al joven licencioso,
le habló en esta forma : Ya
has visto como esta fiera,
oido el nombre de Christo,
honra á Dios , obedeciendo
á su sierva : ¿como tú po-
drás tener animo para per-
severar en tu maldad? Por
tanto pues , ó promete ha-
certe Christiano , ó si no se-
rás devorado por esa bestia.
El joven exclamó y dijo:
Si yo no confieso á Christo,
no salga vivo de este lugar.
Entonces la osa , que se ha-
bla puesto á la puerta , pa-»
ra que ni saliese el que es-
taba dentro , ni entrase otro
alguno , se apartó un poco,
para que aquel joven pudie-
se salir, el qual fue publi-
cando por toda la Ciudad,
Ccc 2 que
380 España Sagrada
que no habia otro Dios sino
el que Columba veneraba.
131 Oyendo Aureliano,
que el mozo , lejos de per-
vertir á Columba , salió con-
vertido , y hecho un prego-
nero del nombre de Jesu
Christo , mandó que lleva-
sen á su presencia á !a Santa;
pero como le di^^esen , que
esto no era posible , por es-
tar defendida de la osa , or-
denó que se encendiese fue-
go al rededor de la cárcel.
La osa empezó á rugir asi
que vio el fuego ; pero man-
dándola la Santa que no te-
miese , salió del aposento , y
escapó libre y sin lesión por
entre el fuego y la gente.
Convencido el pueblo con
tales prodigios pedia , que
se apagase el fuego , por-
que la Santa no pereciese , y
sucedió asi , enviando Dios
una nube, que le extinguió
enteramente.
132 Después mandó Au-
reliano , que la sacasen de la
cárcel ; y conducida á la
presencia del Emperador , la
dijo este : Que artificios son
los tuyos , p>ues ni el fuego,
ni las fieras te tocan? Yo,
respondió Columba , no co-
nozco sino á Cíiristo con el
Padre y el Espíritu Santo.
. Trat, 69. Cap. 1 9.
Y diciendole Aureliano, que
no pronunciase delante de
él aquel nombre , mandó que
la sacasen de la Ciudad , y
la degollasen. Luego que la
Santa llegó al lugar del su-
plicio , rogó á los ministros
que la permitiesen orar un
breve espacio de tiempo,
y aunque se lo negaron
primero, concediéronla al fin
lo que pedia movidos de la
bondad con que la bendita
Virgen les dio la capa de
seda que llevaba.
133 Estando la Santa
empleada en la oración , se
oyó una voz del cielo que
decia : Ven paloma mia:
los cielos están ya abiertos
para tí; el paraíso se goza
contigo , y te da el parabién
por la vidoria que has al-
canzado en tus peleas. El
hijo de Dios te espera , para
poner en tu cabeza la coro-
na de gloria. Los Angeles
están prevenidos para reci-
birte y traerte á esta gran
Ciudad de la ce'estial Je-
rusalen. Finalmente perse-
verando Columba en su ora-
ción , uno de los ministros
desenvainó el cuchillo y la
coríó la cabeza. Su Marty-
rio fue en el dia antes de las
Kakndas de Enero.
To-
. . Santos del Obispado de Calahorra, 389;
134 Todas estas nctki- con>pleta de los dos géneros
de fuego ciinque el mun-
do pretfcTid ó vencerla , esto
es, del de senuaiidad , con
que el n ancebo enviado por
Aureliai o i tentó profanar
su pureza, y del (^ue el mís-
mo Emperador mandó poner
al rededor de la casa:
as , que nos comunican las
Adas de Santa Columba , ?e
hallan confirmiadas con la
irrefragable autoridad del
Breviario y Misal Gótico de
España. En el hymno de
Vísperas se representa la
Santa , alcanzando vidoiia
Jgnes gewellos sceculi
Stravit , subegit , depuUt^
Flammam petulcam Barbaria
Focosque admotos sihi,
Cum in lupanar posita
Intraritis ad se luridam
Lihidinem compescfdt^
Se se que fiammls exuit»
135 En la oración , que
se dice ^ost pridie de la
Misa , se hace también me-
moria de la osa , que por
providencia muy particular
de Dios entró en el aposen-
to de la Santa para defen-
derla y servirla en aquella
necesidad y angustia : Qid
virginem tuam Coiumbam^ &
in amphitecitjo^ bestia obse-t
guetíte , glorificas , &c,
136 En las Laudes á la
Capitula se hace expresa
mención del mancebo sen-
sual y convertido por la
Santa , y hecho predicadoj?
de las maravillas que Dios
obraba por su esposa : Do-
f?.it:e Je su Christe , gui ser-
moni bus ColumbcB bcatissimue
virginis S martyris tuce
eieriis' sensum juvenis pe--
tulcntis , ut qui nomen tuum
blasphemaíurus ad virginis
prosíiiutioriem ingredituf^
prtedicmor tuus esse egre-
ckens mcnsiraretur , C^c,
La orden de Aureliano
mandando , que la sacasen
de. anfi'.eatra, y la degolla-
sen , se contiene en el hym-
no de Vísperas: •
oi^b 3up E
Sic
3po España Sagrada. Trat. 69. Cap. 61,
Sic liberata ah ignibus,
Lücis retradía scenicis,
Mucrone stricio pleSiitur^
Nuptura C£slo adiciscitur.
137 La voz del cielo,
con que la Santa fue convi-
dada á tomar la posesión de
la corona y reyno , que cor-
respondía á sus ílustr'.js vic-
torias , se halla literalmente
en el post Sandius de la
Misa: Qui certatricem pro
nomine suo Columbam inter
suprema supplicia , emis.^a
de cúelis voce , ad se vocat^
Veni quippe ait Columba^
aperti sunt tibí C(Vli Se,
138 Finalmente el dia,
que se señala de su marty-
rio , es el mismo que po-
nen .todos los Martyrologios»
y en que nuestra Iglesia ha
hecho fiesta á la Santa des-
de el tiempo de los Godos.
139 Siendo pues las Ac-
tas , que trae el Belvacense
tan conformes en todos sus
pasages con el Oficio Ga-
tico , que se celebró en Es-
paña , se concluye que los
sucesos que se refieren en
ellas . son .auténticos , y no
inverisímiles ,;€omo .e^cfibiá
Tillemont , y que por tan-
to las memorias que dejo
autorizadas deben admitirse
como verdaderas , no esti-
mando la censura de los
C'-iticos , que ignorando los
exoresos testimonios del Bre-
viario y Misal antiquisimo
de nuestra España reduje-
ron el elogio de Santa Co-
lumba á las prerogativas
de Virgen y Martyr. Asi
mismo los eruditos Continua-
dores de Rolando deberán
según mi juicio tener pre-
sente el cotejo , que he
formado de las Aélas con
estos documentos conserva-
dos en los Códices Góticos
de nuestra Iglesia , quando
llegaren á tratar de Santa
Columba en el dia 31. de
Diciembre. Lo qual advier-
to , porque el P. Juan Bau-
tista Sollér en el tom. 7.
de las Adías de los SS. cor-
respondiente á los últimos
dias de Junio puso sus no-
tas á la segimda parte del
Martyrologio de Usuardo,
y en las que escribió sobre
el expresado dia de; Piciem
bre dice asi : Late patet
in-
Santos del Obispado de Calahorra, 3 9 1
incíit(e yirginií ( CoUitn- salir de la región de \oi
bae ) cultus , «^r desunt Ac^
ta varia , ^¿<í? np^/^í nos
etiam extant tum Mss. tum
typis edita , in quibus , ut
tnitissime dicam , sincerita-
tis notíV desiderantur : nec
quisquam satis digeret obla-
tum í^irgini ab Aureliano
Ccesaris filii sui, quem igne-
rat Historia , conjugium,
An cetera omnia satis excu-
sar i possint , suo loco exa-
niinabitur,
S, FÉLIX , O COMO
vulgarmente se nombra Fe-
lices , Maestro del famoso
San Millán de la
Cogolla,
I En el ramo del Piri-
neo , que ^e abanza por den •
tro de Es}3aña , y en la
parte que dividía antigua-'
mente á los Berones de los
Vardulos , y Cántabros Co-
niscos hubo un pueblo iia-
mado Bilíbio , cuya antigüe-
dad se ignora , aunque cons-
ta su existencia en el siglo
quinto. Su determinada si-
tuación fue cerca de la
boca , que Dios con parti-
cular "providencia abrió en
el expresado ramo , para
que el famoso Ebro pudiese
referidos Cántabros, y en-
trar en la de los Berones.
Esta boca se forma de dos
eminentes é inacesibles ris-
cos , á los quales creen al-
gunos pero sin fundamento
conviene el nombre Bili^
bium^ que tienen por corrup-
ción de BUabium^ por ser
como dos labios que toca y
lame el agua del rio. Sobre
el risco , que está á la parte
del poniente ,se hallaba eri-
gido un Castillo, que por
pertenecer á dicho pueblo
tenia el nombre de Castrum
Bilibium , con que le men-
ciona S. Braulio en la vida
de S. Millán , y era tan fuer-
te por su situación , que los
Moros nunca se atrevie-
ron á emprender su en«
trada por aquella parte co^
mo lo intentaron repetidas
veces , aunque en vano , por
Cellorigo , y Pancorvo, co-
mo di ge en otro lugar con
el Chronicon Albeldense.
Permanecía este pueblo, eil
el tif^mpo en que se escri^
bió el Privilegio del Con-
de Fernán González , que se
dice de los votos de San
Millán , donde se nombra
como lugar principal con
sus aldeas , junto con Cello-
ri-
39^ España Sagrada. Trat, 6g. Cap, 19.
rigo , y Bu radon : Termino
Ce I ¿o rico , Bsllibio , B urden y
istce prcedicice cum suis vi-
llis ad suas ii'fozí's perti-
nentibus. &c. También se
mencioria en el año de 1040.
en la escritura de Arrbas
que el Rey D. García de
Navarra dio á D. Estefanía
su muger, señalándola varios
Señoríos , y tierras con los
Señores y Caballeros que
las gobernaban , entre los
quales se expresa el Sénior
D. Aznar Fortuiio con Cas-
tro Bilibio y quinto le per-
tenecía. Finalmente en Ro-
gerio Hoveden se cuenta
este pueblo alano de 1177.
en la legacía que los Em-
bajadores hicieron enel com-
promiso del Rey Enríqpe
de Inglaterra , de parte de
D. Sancho el Sabio : Pr¿e-
terea petit hcec , quce impe-
rator abstiilit \Regi Garsia*
patri suo per vim , scUfcet^
Nágeram castellum Chris-
lianorum , & Judaorum^
Gr(inion^ Pancorvo ^ Belfo-
rat , Zcrezo Monasterium^
Cellorigo , Bilibio, &c.
2 Moret en el lib. 2. de
sus Anales cap. 3. escribe,
que Bilibio es el mismo
pueblo que el Lybio , pues-
to en el Itinerario de Anto-
nino á diez y ocho millas
de Tricio caminando á Bri-
viesca , y que sin duda está
algo inmutado el nombre
en los Códices como sucede
con los de otros pueblos.
Pero aunque la distancia pue-
de ajustarse muy bien á
Bilibio , hay otras circuns-
tancias, que comprueban la
falsedad de este didlamen,
y son la diferencia en el
nombre , que ningún Códice
escribe Bilibio, ni Lybio, sino
todos Libia, y principalmen-
te la situación que he dicho
tenia Bilibio, por donde no
podia dirigirse la vía mili-
tar desde Tricio á Bríviesca.
Acerca de Libia y del sitio
que la corresponde , véase
la Disertación de la Canta-
bria §. 25. pag. 192.
3 En este antiguo pue-
blo vivió en el siglo quinto
un varón muy santo llama-
do Félix , cuya dodrina y
santidad ilustró y consoló
soberanamente al territorio
de la Rioja en aquellos mi-
serables tiempos , en que
otras regiones se vieron in-
ficionadas con los errores de
los barbaros que poco antes
habían entrado en España.
Coligese en que años florecía
este Santo en Bilibio , por
lo
Santos del Obispado de Calahorra,
lo que S. Braulio dice de tos , y vehementes
la conversión de S. MÜián.
Tenia este veinte de edad,
qiiando conduciendo las ove-
jas de su padre, y quedan-
do adormecido con la mu-
sica de su pastoril instru-
mento , le inspiró Dios al-
393
deseos
de seguir la perfección chris-
tiana. Su preciosa muerte
fue en el año ciento y uno
de su edad, y en el de 574.
de Christo , como cantó el
Poeta D. Gonzalo de Ber-
ceo:
Ve seiscientos é doize corrie entoz la Era^
Quando murió Sane Millán y esto es cosa vera»
Siendo pues al tiempo
de su conversión muy cono-
cida la santidad de Félix,
como testifica San Braulio, se
infiere que éste florecia por
los años de 493,.
5 Debemos la memoria
de S. Félix al citado Obispo
Cesaraugustano , cuyo tes-
timonio es de la mayor ex-
cepción por su dodrina y
santidad , y por haber co-
municado con algunos Santos
discípulos de S. Millán , en
cuya vida dice lo siguiente:
DiStaverat ei fama , esse
guemdam eremitam , nomine
Felicem , virum san&issi-
rnum , cui se non immerito
prccberet discipulum , qui
tutic morahatur in castello
Bilibio. ^rripiens iter per-
ven i í ítd eum , cujus se fa-
mulatui cum suhjicit promp-
tum instituitiir ah eo , quo
Tom.XXXllL
pació innutabundum possit
ad supernum regnum dirige-
re gressum, Hoc , credo , nos
fa^o instruens , neminem si-
ne magistrorum\ institutione
recle ad beatam vitam ten-
dere posse. Quod ñeque vir
iste fecit , ñeque Paulum
Christus instruxit , ñeque
Samuelem^ ut fuceret divina
potentia permisit : cum hunc
ad eremitam , S Paulum al
Ananiam , & Samuelem re-
currere jussit ad Heli , quos-
tamen jam signis , alloquio-'
que animaverat suo, Post-
quam igitur ab eo est optime
vias vít(ü edodius , ac disci-
plín¿e divitiis aflatim , tbs-
saurisque salu^is dit itus, re-
meat ad sua doSirince gratia
copiosus.
5 En estas breves clau-
sulas dejó San Braulio com-
pendiada la vida de S. Félix.
Ddd Da-
394 España Sagrada,
Dale el nombre de Eremita,
y llámale asi , no porque vi-
vía en desierto muy retira-
do de los pueblos , sino por-
que su ordinaria habitación
era en el castillo de Bilibio,
donde se ocupaba- en los
e^c^ercicios de penitencia , y
en altisima contemplación de
las cosas celestiales. Dice,
que tenia fama de varón san
ti simo , y mav docto en los
ca.ninos del espíritu , y que
por estas excelencias S. Mi-
liáT , después de haber senti-
do en su corazón el movi-
miento de la gracia , fue en-
vii io á Felijí como S. Pablo
á \naaiis, y Samuel á Helí.
Tes ifivü que S. Mil'án salió
de aquella santa escuela lie •
m de instrucciones acerca
de la vid i eterna , abundan-
te de celestial sabidurá", y
enriquecido de los tesoros de
la verdadera salud , efedos
que manifiestan evidente-
mente las soberanas calida-
des del Maestro. No cuenta
S. Braulio las particularida-
dvís respedivas á San Félix,
por no ser este el objeto de
su obra; pero oodemos creer,
que estas qned iron estampa-
das enS. Milián su discípu-
lo , y después Maestro de
otros muchos Santos , que ílo
Trat.óc). Cap. 19.
recieron bajo su dirección en
la Rioja, todos los quales de-
ben reputarse por frutos,
que correspondieron á los
santos documentos de nues-
tro Félix Bilibiense. Ignora-
se el año de su santa muer-
te , pero es constante que
murió en Bilibio , y que su
cuerpo fue sepultado en el
Oratorio del castillo donde
se conservó venerado de
aquel pueblo y los comar-
canos hasta el año de 1090,
como diré tratando de su
traslación.
6 La ansia , con que el
Doctor O, Mi^.'él MirtineíS
Villar pretendió , que S. Mi-
lián fuj Arag [íes, le cegó de
suerte , que ilecíó á confua-
dir el ca^til!o deB^ibio en la
R'oja con el de B '¡bilis eü
Araron, donle* pone á San
Félix haciendo vida eremí-
tica , y enseñando á S. Mi-
lián el cam'uo de la p^-rfec-
cion christiana. Trae para
prueba de su intento la mis-
ma auloridai de S. B-'aulio,
leyendjla de este modo: Dic-
tavcrat ei fa^n.i ex se quem-
dcim crenutam noivine Feli-
c:m , viru.n sn^i^'^sslmum.,,
qui tur.c morahatur in cas-
tellun BiWiJium , cuya de-
claración, dice, p;}nen algu-
nos
Santos del Obispado de Calahorra. 395
nos Breviarios del Obispado escribieron in CasteUo BU-
de Tarazona , y de la Orden
del santo Sepulcro en esta
forma : Nunciatmn est quem-
dam es se in B.Ihili cas t ello
magncc saní^itañs , S doc-
trina virum Felicenu Y co-
mo Ambrosio de Morales,
Marieta , Mariana , y otros
Autores no ponen á Bilbilis,
ni su castillo en. la Rioja si-
no en Aragón , infiere que S.
Félix fue también Aragonés.
7 Este argumento pro-
cede , como he dicho , de
un afedo deslumhrado , que
por hacer aparente ó verisi-
mil lo que intenta , echa
mano aun de las equivoca-
ciones ó errores , que otros
han padecido. San Braulio
no escribió Bilbilium , ni fue
gramático tan rudo, quede-
clinese tan mal el nombre
de Bilbilis proprio de una
Ciudad de los Celtiberos,
cuyos vestigios se ven hoy
en el monte Bambola distan-
te media legua de Calata-
yud. Los Códices antiguos
leen uniformemente Bilibio^
nombre que desde los Go-
dos hasta hoy ha conserva-
do incorrupto el Castillo de
la Rioja , de que he tratado.
Es cierto que los Breviarios
de la Diócesis de Tarazona
bili , com.o he visto en el
de la Colegiata de Santa
Maria de Tudela que tengo
presente ; pero esta equivo-
cación es tan conocida, que
no es razón obgetarla con-
tra una verdad manifiesta,
qual es la de haber vivido,
y muerto S. Félix en Bilibio
de Rioja, lo que además de
lo dicho se comprueba evi-
dentemente con la certeza
de haberse guardado alli el
cuerpo del Santo , como lo
veremos ahora en la his-
toria de su traslación. Ten-
ga pues norabuena Bilbilis
la gloria de haber sido Ciu-
dad celebrada por los Geó-
grafos antiguos , ilustrada
con el ingenio del Poeta
Marcial , y aplaudida por la
nobleza de sus aguas ; pero
no quiera desposeer á Bili-
bio del rico tesoro , que en-
grandeció é hizo famoso el
nom.bre de esta pequeña po-
blación.
Ddd2
VES'
39^ España Sagrada,
DESPUÉBLASE
Bilihio en el si;rIo once , y
se ' grcga á la y'illa de Ha-
ro , y por esta causa se in-
tenta y efe&ú>i la traslación
de hs sagradas Reliqtias
* de San Félix al insig-
ne Monasterio de
S. Mi Han,
I Uno de los mejores
pueblos de la Rioja es la
muy ilustre , y antigua Vi-
lla de Haro , situadií entre
los ríos Tirón , y Ebro , los
quales , y las muchas y co-
piosas fuentes , que nacen en
su terreno ,feriilizan , y her-
ínosean su ameno y delicio-
so campo. Su sitio , según
muchos Autores , correspon-
de al que tubo antiguamen-
te Castro Bilibio ; pero esto
no se ha de entender con to-
do rigor , sino con respeélo
á la corta distancia de poco
m.as de media legua , que
hay á las ruinas de Bilibio,
que se vén á la parte del
Norte , entre la misma Villa,
y Miranda de Ebro. Su nom-
bre , dice Covarrubias , vie-
ne de la voz ¡:arr , que tras-
ladada del Árabe á nuestro
Castellano quiere decir ¿il^rc;
pero escribiéndose en los
Trat, 69. Cap, 1 9.
Privilegios antiguos Faro^
parece mas verdadero, que
su origen es el mismo que
el de esta voz Castellana, que
según nuestro D'ccionario es
tomada del G<iego , pharos^
en cuya significicion la co 1-
vieue de algún modo el non-
bre , por la eminencia , y al-
tura de su Castillo que do-
mina todo aquel terreno.
Yerran evidentemente los que
afirman , que D. Lope Diaz
de Hüro , de los Señores de
Vizcaya , la fundó , ó la dio
su nombre en el año de i r68.
porque consta de Privilegio
del siglo antes , que existia
por ios años de [072. y se
llamaba Faro ; y siendo tam-
bién cierto, que el apellido
de Haro añad do al de Lope
no suena en Es rituras ante-
riores al siglo dcce , se coli-
ge que la rtfeiida Villa no
recibió su nombre de los Se-
ñores de Vizcaya , sino que
los de este nobilísimo lina-
ge lo tomaron de ella.
2 El Fundador de esta po-
blación , según la Cbronica
general , part. 4. fue Fernán
Laynez , Juez de Castilla : E
diremos de Layn Calvo ^ por
^uál razón él casó con D,
Teresa Nmez ^flja de Ñuño
Rasucra , & él ovo en ella
qua-
Santos del Obispado de Calahorra, 397
quatro fijns , e al mayor di- Leyre , y al Obispo D. For-
jerrn Fernán Layne% , é de
éste descendieron ¡os- de Viz-
caya , porque pobló a Ffaro.
Pero no es verisímil que los
Jueres de Castilla fm da«en
en la Rioja pueblos nuevos,
hallan lose ent(>nce.s toda es-
ta tierra ocupada de los Mo-
ros. Yo no he podido averi-
guar á quién debe atribuir-
se la fundación de esta Vi-
lla, ni se encuentra su erigen
tn documentos aniigiios , lo
que es sin duda argumento
de su nucha ai.tiguedr.d.San-
doval en la Vida'de D. Urra-
ca , dice , que la pt in era me-
moria que vio de Haro , es
del año de 1116. en que se
hacian guerra cruel el Rey
D. Alonso de Aragón, y D.
Diego López , Señor de Viz-
caya ; y e! Rey testifica en
el Instrumento , que estaba
tn un Castillo nuevo ante Ta-
rum^ que es Haro en la Rio-
ja , dice , pueblo bien cono-
cido ahora , del qual eran Se-
ñores los de Vizcaya , que
tomaron de él aquel nom-
bre tan honrado, que de ellos
ha habido en Castilla. Pero
en otra parte menciona una
donación de D. Sancho Peña-
len del año de 1072. por la
qual dio á S, Salvador de
tuniola Villa deTondon,que
dice estaba situada á la ri-
bera del Ebro entre Briñas,
y Faro. Esta misma Escritu-
ra convence, que Haro, y
toda su comarca pertenecía
en el siglo once á los Reyes
de Navarra , qu€ la habían
conquistado echando de toda
esta tierra á los Moros , los
quales jam.ás volvieron á po-
seerla. Y de aquí se con-
vence el error de D. Loren-
zo de Padilla , que escribe
de D. Diego López de Haro,
que viendo que los Moros
hacian mucho daño desde
esta Villa , de que estaban
apoderados con sus comar-
cas , vino sobre ella , y la
cercó y combatió , hasta que
los barbaros se la entrega-
ron en el año de 1 1 1 $. en me-
moria de lo qual trocó su
sobrenombre de Vizcaya por
ei de Haro. Debe , pues , te-
nerse por cierto , que la con-
quista de esta tierra se hizo
por los Reyes de Navarra en
el siglo diez con todo lo de-
más de la Rioja, á excepción
de Calahorra , lo que advier-
to por lo que conduce, asi al
conocimiento de Jo que ahora
estableceré acerca del m,oti-
vo que ocurrió para trasla-
dar
3 9 S ^^P ^^^ Sagrada
dar laS' Reliquias de S. Félix,
como para que, se entienda
qne los Señores de Vizcaya
tomaron el apellido de Haro,
lio porque ganaron á los Mo-
ros^ esta- Villa , ni menos por-
que la fundaron , sino en vir-
tud de la gracia y merced
que les Reyes les hicieron de
ella, como se la hicieron des-
pués de Náa;era , y Grañon.
. 3 Conquistada toda la
Rioja por los Reyes de Na-
varia , y expelidos muy le-
jos de sus contornos los bar-
baros ,que la habían ocupa-
do , varias poblaciones pe-
queñas se fueron agregando
á la Villa de Haro , atraídas
de la belleza y amenidad de
su terreno , y de otras gran-
des comodidades que en to-
dos tiempos han disfrutado
sus vecinos. Los nombres de
estos pueblos se conservan
hasta hoy dentro de los tér-
minos de la expresada Villa,
coa otrps vestigios eviden-
tes de paredes ., sepulcro?,
-&C. como de la Villa de Ton-
don , donada al-. Obispo D.
Fortunio por el Rey de Na-
varra D. Sancho de Peñalen
i^n. ^\ zxio de 1072.se man-
tiene el Hon^bre en el distri-
to, que se dice HQudpn, á la
ribera septentrional del Ebro
. Trat\6g, Cap, 19.
entre Briñas , y Haro. Uno
de estos pueblos fue Bilibió,
el qual quedó tan desampa-
rado de sus vecinos , que ro-
do su alfoz 6 pago con los
montes que le pertenecian,
se dieron y concedieron á
los pobladores de Haro por
el Rey Don Alonso , como
consta del Privilegio que tie-
ne esta Villa , dado en S.
Esteban el dia 15. de Mayo
de la Era 1225. Henaoenel
lib. 3. de las Antig. de Cant.
cap. 22. dice, que hasta la ar-
mazón de las puertas del an-
tiquísimo Castillo de Bilibio
se conservaban el año de
1 601. en casa de un vecino de
Haro, el qual, según Garibay
citado en el Memorial de D.
Diego de Viana , Beneficiado
de esta Villa , y Sandoval en
el Monasterio de S. Millan,
era D. Francisco de Ojeda,
cuyas casas estaban en el bar-
rio que se dice de la Paz.
4 Esta agregación de Bi-
libio , y otros pueblos á la
Villa de Haro , fue el moti-
vo especial de que se pen-
sase en trasladar las Reli-
quias de S. Félix al Monas-
terio de S. Millan , que dista
del Castillo cinco leguas. Ha-
blase intentado varias veces
sacar de allí el santo cuerpo
pa-
Santos del Obispado de Calahorra. 399
para llevarlo á otras partes; vido con gran edificación de
pero lo cierto es, que nunca
io consintió Dios , mi'jiitras
Bilibio , y los lu^^ares veci-
nos se mantubieron pobla-
dos , y pudieron darle reve-
rente culto. Vióse esto par-
ticularmente en el Reynado
de D. García , el qual que-
riendo enriquecer y enno-
blecer el Monasterio de S.
Maria de Nágera que habia
fundado , procuró llevar á
él una gran copia de Reli-
quias , asi de fuera de su
Rey no, como de la comarca.
Tomó esta empresa con tan-
to calor , que se^un escribe
el M. Yepes , intentó mover
de su lugar aun el cuerpo de
S. Miilan de la Cogolla , lo
que no pudo egecutar á cau-
sa de un señalado milagro,
con que , según tradición de
ia tierra, manifestó D'os no*
ser aquella su voluütri.Qje-
riendü, pues, igual mente sa-
car ce Bilibio las Re ¡quias
de S. Félix, sucedieron -i! po-
nerlo por obra los prodi'^ios
que referí en García , Obis-
po de Alaba, por medio de
los quales conocieron los Pre
lados , y demás personas que
fueron al Cisiillo , que Dios
queria se quedise el Smro
en el lugar en qu¿ hubia vi-
toda aquella comarca, feo
despoblándose después Bili-
bio á fines del siglo once , y
no pudiendo proseguir el
culto del Santo con la fre-
qüencia , y solemnidad que
antes por la distancia y difi-
cultad del carrino que hay en-
tre Haro , y Bilibio, tomaron
deaqui ocasión el Abad , y
Monges de S. Miilan , para
pretender la traslaci(.^n del
bendito cuerpo. Hizose ésta
en el año de 1090. del mo-
do que refiere Grimaldo, Au-
tor coeiá eo en la historia
que escribió de este suceso
en lengua La'ina , la qual^
traducida por el Señor Sando-
val , es como se sigue.
COMIENZA EL PR^^^
fació de la bii^oria de la
traslación d 7 bienav-n-
turado S, Felices , sin^
guiar Confesor de
Christo,
T „ Con autorid id pas-
„ toral y piedad d_> padre
„ minda>;te escribir ániíGri-
„ maído , ó Blas, Abad ve-
„ nerable de la Congrega-
„ cion del .Monasterio de Saa
„ Milian , Confesor de Chi is-
„ to , servidor del Omni po-
„ ten-
403 España Sagrada^
„ tente Dios , pues con tan-
„ ta brevedad , Sraulio dig-
„ no O'jispQ de Zaraq;oz3,
„ escribió la Vid i del dicho
„ beatisiino Emiliano, y el
„ feliz curso, contienda , y
„ triunfo del bieniventura-
„ do S. Félix Presbytero,
„ contra el enemigo antiguo
„ en el Castillo de Bilibiíj,
„ y la felicidad con que allí
„ acabíS , y hizo su dichoso
„ fin ; y que con su ege:n-
„ pío el bendito E:niliano
„ desprecio el mundo, y puso
„ sus cuidados y animo en
„ solo servir á Dios , instrui-
„ do con sabiduria soberana:
„ yo , á quien mandas escri-
„ ba la traslación del sagra-
„ do cuerpo del bendito Fe-
„ lix , hecha por tí , y por
„ la devota Coi^regacion,
„ que por Dios te fue da-
„ da , ordenándolo el cíe-
„ lo asi para edificación de
„ los que han de ser des-
„ pues de nos y nue«tra, obra
,, harto agradable , sino me
„ dañara el vicio de mi in-
„ suficiencia y tardo i:ige-
„ nio. Confiado » pues , en la
„ misericordia de nuestro
„ clementísimo Dios , con
„cuyo don inefable á. los
„ niños, indoétos , y humil-
„ des , y brutos animales
Trat. íp. Cap. 1 9.
„ dá valor y eficacia para
„ hablar dogamente ; obe-
,, dezco tus gustisimos man-
„ damientos, y los cumpliré
„ en la forma que pudiere , y
„ supiere. Tube cierto siem-
„ pre por muy peligroso , y
„ ser crimen , y temerario
j, atrevimiento contradecir
„ obstinadamente á tan justo
„ mandato , y no obedecer
„ con to:la voluntad emple-
„ ando mi candil en tal
„ obra y cuidado. Huniil-
,, mente invoco á Dios be-
„ nigno y pió , que me
„ ayude , para que pueda coa
„ entera fé , sano enteitdi-
„ miento , escribir , y con-
,, tar , y poner en orden esta
„ relación, el efecto que tu-
„ bo , en la forma que fue,
„ cíSmo se sacaron los sa-
,, grados miembros del va-
„ ron de Dios Félix Presby-
„ tero de su proprio túmu-
„ lo , y se trageron al lugar
„ donde agora son adorados
„ y venerados ^ y ponerlo
„ fielmente por escrito.
CO-
Santos del Obispado de Calahorra. 40 1
dio á esta Real Ciudad , que
COMIENZA EL TEXTO
de la historia de la trasla-
ción del sagrado cuerpo
del bendito S. Félix
Presbytero»
I „ Pues como el Rey D.
„ Alfonso , hijo del Rey D.
„ Fernando , varón excelen-
„ tisimo , reynase en España,
„ y con señaladas y conti-
„ nuas viétorias sujetase to-
„ dos sus enemigos , y los
„ trajese á su obediencia,
„ entre sus muy nobles y
„ continuos triunfos , fue uno
„ la toma de Toledo , Ciu-
'„ dad Real , teniendo la Mo-
•„ narquia de toda España,
„ que poco antes la sucisi-
5, ma gente de los Agarenos
„ habia impugnado y con-
„ quistado , y apoderándose
„ della con sucia y estraña
„ violencia , teniéndola opre-
„ sa y cautiva hasta los ti-
„ empos deste Rey. Favore-
',, ciendo y dándolo la mise-
„ ricordia de Dios, trabajan-
„ do varonilmente con mano
„ armada , la restituyó y
„ volvió á su antigua liber-
„ tad y nobleza , é ilustró , y
„ amplió la Religión Chris-
„ tiana. Y demás desto, el
„ Papa de la Silla Apostólica
Tom. XXXllL
, tubiese , como soüa , su
, Arzobispo ,con voto , elec-
, cion , y aclamación de to-
, do el pueblo. Pues en este
, dichoso tiempo , un vene-
, rabie Monge llamado Bias,
, varón muy religioso , era
, Abad en el Monasterio de
, S.Millan,sitoen la Diócesis
, de Calahorra , y en quan-
, to humanamente se puede
, alcanzar y es posible á
, nuestra fragilidad , con pa-
, labras y egemplo de ví-
, da adornaba aquel oficio.
, Hallando este prudente
, Abad en la vida y obras
, de S. Millan , que el varón
, de Dios Félix Presbytero
, hab'a pasado desta vida
, al descanso eterno en el
, Castillo de Bilibio , y que
, habia mucho tiempo que
, estaba alii sepultado su sa-
, grado cuerpo , y que por
, ser el sitio áspero é inac-
, cesible, apenas habia quiea
, lo visitase ; estaba con graíi
, cuidado , en qué manera,
, con qué ingenio y trabajo
, se podrían sacar los hue-
, sos del dicho siervo deDioá
, de aquel lugar tan vil y
, solo , y traerlos á la Igle-
,sia de su discípulo S. Mi-
, lian , donde puesto hono-
Eee „ ri"
402 España Sagrada,
rificamente fuese vene-
rado de todos , y todos por
su mérito é intercesión re-
cibiesen su favor , y en él
hallasen defensa de los aco-
metimientos de todos los
enemigos visibles, é invisi-
bles ; y finalmente , goza-
sen de su patrocinio y fa-
vor con su presencia. Y
comunicado a los Monges
su justo y loable deseo,
dijo en público lo que en
su animo habla tenido se-
creto. Dieron todos mu-
chas gracias á Dios con
gozo espiritual , y loaron
y aprobaron el intento y
deseo del Abad , teniéndo-
lo por bueno y santo : y
como el Abad era varón
muy diligente, y de cau-
dal, industria , y eficacia
en todas estas cosas , co-
menzó á pensar consigo,
viendo que á todos pare-
cia tan bien lo que él tan-
to deseaba , en qué mane-
ra podria poner por obra lo
que todos deseaban „ y pi-
dióles su consejo. Hallaba
en ello mucha dificultad,
y que de ninguna manera
lo podía hacer sin autori-
dad del Rey, Resuelto en
tratarlo con él , tomó con-
sigo algunos Monges de los
Trat. 6g, Cap. 1 9.
„ mas ancianos y graves que
„ tenia , y partieron para
,, donde estaba el Rey D.
„ Alonso. Dijole la causa de
„ su venida , y el deseo gran-
„ de que tenia de trasladar
„ las santas Reliquias ; y su-
„ pilcóle diese su Rea! con-
„ sentimiento para que asi se
„ hiciese. El Rey era huma-
„ nisimo , adornado de mil
„ virtudes ; y como entendió
„ el loable deseo del Abad , y
,, la justa demanda que traía,
„ luego dio su consentimien-
„ to y asenso para que se hi-
„ ciese, y que se trasladasen
„ los huesos del bienaventu-
„ rado S. Félix á la Iglesia de
„S. Millansu discípulo , y
„ se sacasen del Castillo de
„ Bilibio, hallándose en pre-
„ sencia del Rey todos los
„ Grandes del Reyno : y se
„ despacharon los recados en
„ pública forma del consen-
„ timiento que el Rey dio pa-
„ ra hacerse esta traslación.
„ Finalmente , le pareció al
„ Rey, y á todos los que con
„ él estaban ^ ser cosa inde-
„ cente que los huesos de
„ tan gran Santo estubiesen
„ en tan humilde lugar. Ha-
,, biendo alcanzado el Abad
„ D.Blas lo que deseaba, vol-
„ vio á su Monasterio muy
„ con-
Surtos del Obispado de Calahorra. 403
„ contento; mas como suele
„ acontecer , ofreciéndosele
„ muchas cosas y negocios
„ seculares . se embarazó de
„ manera , que se dilató su
„ buen deseo largo tiempo;
„y de dia en día , sin poder
5, poner mano en ello, vino á
„ detenerse tanto , que los
„ Monges lo sentian mucho,
„ y se aíiigian por extremo.
„ Y asi , viendo los Monges
„ que ei Abad se habia en-
„ friadoen aquella devoción,
„ y se detenia demasiado en
„ la egecucion de este nego-
„ ció , y que se ocupaba
„ tanto en otras cosas , que
„ parecia que olvidaba ésta,
„ juntáronse todos , y de co-
„ mun acuerdo hablaron al
„ Abad , y con la reveren-
„ cia y humildad que de-
,, bian , le dijeron : Provea
„ vuestra piedad , Padre nu-
„ estro muy amado , y con
„ cuidado solícito atienda,
,, que el estado de este Mo-
„ nesterio santísimo , que
„ la Divina providencia os
„ encomendó por toda vues-
„ tra vida , no se disminuya
„ ó menoscabe en alguna co-
„ sa,ó , lo que Dios no permi-
„ ta , con alguna negligtn-
cia pierda su
se dé ocasión
decoro , y
á que ha-
„ bien mal, y nos culpen , si-
„ no que con vuestro conti-
„ nuo cuidado , vigilancia,
„ y trabajo, y el nuestro qué
„ juntamente con vos en él
„ trabajamos , por la provi-
„ dencia Divina se aumente;
„ y ayudando los unos á los
„ otros , imitando lo santo y
,, virtuoso , crezca en el bien,
„ para que volviendo el Se-
„ ñor de su largo camino /
„ peregrinación , esto es,
„ nuestro Señor Jesu Chris-
„ to, sumo , verdadero , y
„ buen Pastor, no te mmde
„ poner recluso con el sier-
„ vo negligente , mas antes
„ con los siervos fieles y lea-
„ les entres en el gozo de ta
„ Señor. Suplicamos , venera-
„ ble Padre , que no se alte-
„ re vuestra bondad , ni se
„ pierda vuestra paciencia,
„ pensando que atrevida y
„ osadamente os decimos es-
„ tas cosas ; porque es Dios
„ testigo , que sabemos que
„ él solo vé , y entiende los
„ pensamientos de los hom-
„ bres , que nuestra oración,
,, esto que pedimos , proce-
„ de de la fuente , no de fin-
„ gida caridad , sir.o verda-
„ dera ; y que lo decimos coa
„ toda llaneza . limpio de to-
„ da falsedad , malicia , y en-
Eee 2
ga-
404 España Sagrada, Trat. 6g. Cap, 19
gano. Y SI vuestra santi-
., dad manda , diremos en
„ público , por qué razón os
,, referimos esto. Mandóles
„ el Abad que lo dijesen. Los
„ Monges con humildad di-
„ jeron : No ha mucho , Pa-
„ dre , que nos prometiste
„ hacer una obra que nos
„ habia de alegrar á todos,
„ esto es , que nos prome-
„ tiste de traer á este Mo-
„ nesterio el cuerpo del ben-
„ dito S. Félix Presbytero,
„ sacándole del lugar donde
„ está con tanta indecencia:
„y desto hiciste voto, y lo
„ trataste con el Rey , y ga-
„ naste su licencia y facul-
„ tad Real para sacarlo de
,, alli , y traerlo aqui,como
„ con tantas veras hablas de-
„ seado , y devotamente lo
„ prometieras. Agora , pues,
„ no sabemos , por qué cau-
„ sa una cosa tan codiciada,
„ y provechosa á todos , y
„ á nuestros succesores , te-
„ niendola en poco la des-
„ precias , y no curas de lle-
., varia á debido efedo, ha-
„ hiendo de ser esto tu sa-
„ lud perpetua del alma , y
„ defensa segura de tu cu-
,, erpo ; y que demás desto
„ dejarás perpetuo nombre
5, de tí ; y que acabada tu
vida, jamás quedes olvida-
„ do , y viva tu memoria : y
„ podría ser, que si no pro-
„ curas acabar de presto es-
„ ta obra , con el cuidado
,, que la comenzaste, te su-
„ ceda lo que tememos, que
„ se dé á otro el celestial
„ tesoro que se nos ha pro-
„ metido , y frustrados tra-
„ bajemos en valde. Por lo
„ qual rogamos á vuestra
„ misericordia y piedad , to-
„ dos en común , que lo que
„ propusiste , y comenzaste,
„ trabajando nosotros junta-
„ mente contigo , procures
„ cumplir sin tardanza , ni
„ escusa alguna. Movido el
„ Abad con esta petición
„ y queja de los venerables
„ Padres , prometióles que
,. sin falta ninguna con toda
„ brevedad haría lo que en
„ su justa y santa petición
„ le habían pedido. Conten-
„ tos los Monges con tan
„ blanda y benigna respues-
„ ta , y palabra que el Abad
„ les daba , con muy conti-
„ nuas y fervorosas oracio-
„ nes suplicaban áDios cum-
„ pliese por quien él era sus
„ deseos , dándoles el cuer-
„ po del dicho varón de Dios
„ S. Félix Presbytero. Los
„ quales deseos llenos de fe
„cum~
Santos del Obispa
„ cumplió Dios por su gran
„ clemencia muy en breve,
„ según lo dice el Apóstol:
„ Pidieron con fé , no duda-
5, ron en cosa , y por eso
„ merecieron alcanzar todo
5, lo que pidieron.
2 „ Será bien agora que
„ fiel y verdaderamente re-
„ firamos , como con el fa-
„ vor Divino fue trasladado
„ el felicisimo cuerpo de S.
„ Félix : y porque sería muy
„ largo de contar decirlo to-
9, do , no demos fastidio á
„ los leyentes , volvamos al
„ articulo de la traslación de
„ S. Felices , y contémosla
„ fiel y brevemente en la
,j manera que se hizo.
3 „ Juntándose , pues,
„ todos los Monges del Mo-
„ nesterio de S. Millan , fue-
„ ron al Abad D. Blas , y
„ con humiidfíd le regaron,
„ que como había prometí-
„ tido cumpliese , trayendo
„ á casa el cuerpo del bien-
„ aventurado S. Félix , que
5, estaba en el Castillo de Bi-
j, libio , y habláronle de es-
5, ta manera : Veis , Padre
„ muy amado , las muchas
,, guerras que hay por toda
p, España , y grandes perse-
^, cuciones , y que se levan-.
j, tan las gentes nnsb coa-
do de Calahorra. 405
„ tra otras : y asi , considere
„ vuestra pia vigilancia, que
„ si como determinaste , tras-
„ ladares el cuerpo de S,
„ Feiix , que está en el Cas-
„ tillo deB'übio, sin duda
„ alguna por los méritos san-
„ tisimos , y pia intercesión
„ del mismo Santo , el Señor
„ ofendido por los pecados
„ de toda la tierra , clemen-
„ temente les será favorar-
„ ble , y los perdonará , y
„ se dolerá de nuestra pa-
„ tria grandemente afligida
„ con la persecución de lo«
„ Barbaros , sin dilación al-
„ guna.
4 „ Viendo e! prudente
„ Abad D. Blas , que la peti-
„ cion y consejo de los sier-
„ vos de Dios era justa,
„ buena , y santa , y de tO'
„ das m.aneras razonable, de-
,, term:inó poner por obra lo
„ que pedían , sin dilación^
„ iñ escusa alguna. Tampo-
„ co fa^tó en este hecho tan
„ acepto á Dios , verdadera
„ visión del cielo , en que
„ quiso mostrarse la volun-
„ tad Divina. Estando un
„ Monge de santa vida en
„ contemplación en la ígle-
„ sía de S. Millan ^ dióle un
„ sueño, y vio en él una com-
„ paüia de hermosisimas fi-
,, guras , vei^tidos todos de
„ blancas y ricas vestidu.-
„ ras; y que venian , ó esta-
„ ban puestos en procesión,
„ como se suele hacer en la
„ Iglesia , con mucha com-
„ posición y modestia. Pasa
„ dos los desta procesión, lle-
„ garon luego dos hombres
„ de bulto y habito estrañ,.'S,
„ como que veii'aü de cami-
„ no ; los quales llegaron á
„ él , y con grandísima au-
„ toridad , y benigno sem-
„ blanre le dijeron: ¿Por qué
„ os detenéis tanto en traer
„ á e>ta Iglesia el cuerpo de
,, S. Felices? Esto se os di-
„ ce con verdad , que si mas
„ os detuvieredes en traer
„ aquí su cuerpo , qie de ai
„ adelante , ni tendréis su
„ cuerpo , ni su favor. A los
„ quales respondió el Mon-
„ ge: Señores mios , una car-
„ ga tan preciosa , y de taa-
„ to peso , no es bien que
„ me la echéis á mí , antes
„ os está bien á vosotros de-
„ cir esto al Señor Abad;
„ porque una cosa tan ar-
„ dua , y divina pertenece y
„ toca á su prudentísima ex-
„ celencia,y gran inteligen
„ cia y experiencia ; no á
,, mi baja ignorancia , y po-
„ co saber. El valor , y sa-
. Trat, 69. Cv.p, 1 9.
„ ber del Abad , es el que
„ basta para esto , que no
„ mi corto caudal , que es
„ ninguno. Respondieron lúe-
„ go los dichos : No te es-
„ cuses , no tengas pereza de
„ venir con nosotros, que sin
„ duda te mostraremos el lu-
„ gar donde está el cuerpo
„ sacratísimo de S. Felices
„ Presbytero: y como los si-
,> guiese el Monge , Uegaroa
„ al lugar asperísimo é inac-
„ cesible , donde estaba el
„ Castillo de Bilibio , á cuya
„ áspera y dificultosa entra-
„ da y altísimo asiento , ca-
„ si inaccesible , sin dificul-
,> tad alguna , ni trabajo, con
„ sosegado paso llegaron ; y
„ puestos en la gran cumbre
„ de aquel castro , mostra-
„ ron al dicho Monge dónde
„ estaba el cuerpo de S. Fe-
„ lices Presbytero , M lestro
„ que fue de S. Millan , y
„ luego le mostraron la pir-
„ te del sepulcro de S. Feli-
„ ees , que estaba debajo de
„ la pared del Altar. Visto
„ esto , despertó el Mon-
„ ge , y en amaneciendo jun-
„ tó todo el Convento de
„ Monges , presente el Abad
,, D. Blas , y les contó por
„ orden todo lo que babia
„ visco. Luego que el Abad,
Santos del Obispado de Calahorra. 407
„ y Monges esto oyeron ,to- „ gracia , favor ,y ayuda en
„ dos á un:i comenzaron á
„ cantar Fe Dcum la.udamusy
„ y dieron infinitas gracias
„ al Señor , de quien tanta
„ bien recibían , y encareci-
„ damente le suplicaron, im-
„ plorando su divina demen-
„ cía , que aquel don que por
„ su infinita bondad les ha-
„ bia descubierto , tubiese
,^por bien de llevarlo al
„ efeéto , que con tanta an-
„ sia deseaban. El castre de
„ Bilibio, que (como se ha
„ dicho ) tenia los sagrados
„ huesos de S. Felices Pres-
„ bytero , era en este tiem-
^, po del Excelente y seña-
„ ladisimo Conde , y gran
„ siervo de Dios D. Lope»
„ Señor de Vizcaya , que lo
„ tenia por donación Real,
„ y sin consentimiento y vo-
„ luntad del Conde no se po-
„ dian sacar las santas Reli-
„ quias , ni hacerse honesta-
„ mente la traslación dellas^
„ que tanto se deseaba, Es-
„ taba casado el Conde con
„ Doña Tecla , que, como es
„ notorio , era airada de
„ Dios , y de los boii^bres,
„ y en todas sus obras loa-
„ ble : á los quales Condes el
„ Abad D. Blas dijo el deseo
„ que tenia , y les pidió su
„ este hecho , y que le die-
„ sen licencia para poder en-
„ trar en el Castillo de Bili-
„ bio. Como los Condes eran
„ tan prudentes y discretos,
„ respondieron con mucho
„ acuerdo , que en lo que el
„ Abad D. Blas pedia , cer-
„ ca de la traslación del cu-
„ erpo de S. Felices , que
„ estaba en el Castillo de
„ Bilibio , para llevarlo al
„ Monasterio de S. Millan,
„ que en un tiempo fue su
„ discipulo , su deseo era
„ santo y loable ; mas que
„ ellos no tenian autoridad
„ para dar á nadie tal licen-
„ cia para romper los m.u-
„ ros del Castillo de Bilibio,
„que era del Rey, y llevar
„ de allí eí cuerpo de S. Fe-
„ lix á otra parte ; que lo
„ dijesen al Rey , y procu-
„ rasen alcanzarlo del , que
„ ellos ayudarían con todas
„ sus fuerzas. El Abad D.
„ Blas tom.audo el consejo
„ saludable que los Condes le
,^ dieron , partióse luego pa-
„ ra el Rty D. Alonso, y en
„ la manera que ante el Con-
„ de Don Lope habla dado
„ su petición , dio otra al
„ Rey , manifestándole lo
,, que tanto deseaba. Oyen-
,, do-
4o8 España Sagrada,
(Jola el Rey respondió al
Abad : Pareceme , Padre
Abad, negocio grave y di-,
ficiiltoso inquietar , ni mo-
ver el cuerpo de un Santo;
pero porque no parezca
que soy contrario á tan jus-
tos deseos , y obras tan
santas , id con la bendición
de Dios , y si os place tras-
ladad el cuerpo de S. Fe-
lices como lo deseáis ; y
si en esto (loqual no sea)
sucediere algún mal he-
cho , infortunio , ó desgra-
cia por orden del cielo , no
se me cargue á mí la cul-
pa del lo , que desde aquí
me juzgo y digo estar li-
bre , y no sabidor de tan
santísima cosa. Con este
despacho volvió el Abad
D. Blas muy contento al
Monesterio de S. Millan , y
tomando consejo con to-
dos, ayunaron tres dias, y
con continua y fervorosa
oración pidieron á Dios,
que por quien él era les
concediese cumplimiento
de tan justo deseo , tan
saludable y provechoso á
toda la tierra. Tomó el
Abad doce Monges escogi-
dos para esta santísima
obra , y poniendo en orden
todo 1.0 necesario , se par-
Trat.6g, Cap, ig.
„ tieron, ayudados de la grá-
,, cia de Dios , para el Cas-
„ tillo muchas veces dicho
„ de Bilibio. Y concediendo-
„ lo, y permitiéndolo el Con-
„ de D. Lope , y su muger la
„ Condesa Doña Tecla , les
„ abrió luego las puertas la
„ Guardia del Castillo. Su-
„ bieron á lo alto del castro,
„ hasta un gran llano que
„ se hace en la cumbre : di-
„jeron allí Mi>a on mucha
,, devoción. Hecho esto , cork
„ reverencia , y temor , y
„ con muchas oraciones que
„ hacían á Dios , y con la
„ devoción que podian , lle-
„ garon al lugar de la sepul-
„ tura , que en la visión ha-
„ bia sido revelado al Mon-
„ ge , como queda dicho,
„ Estaba el sepulcro en la
„ punta de una peña delan-
„ te del Altar de la Iglesia,
„ fundada en aquel lugar á
„ la parte del Oriente , en
„ una cuevecilla hecha á pi-
„ co de Cantero , con algu-
„ nos labores de cantería pa-
„ ra adorno. Hallaron abier-
„ ta la sepultura , y una ca-
„ja de madera , y dentro
„ del'a el precioso cuerpo de
„ S. Felices, ilustre Confesor
„ de Christo , mal puesto , y
„ no como convenia á tan
„ san-
. Santos del Obispado de Calahorra, 409
r> santo varón, vilmente pues- „ no gozo del tesoro halla-
, do por concesión del cie-
, lo , volvieron ricos al Mo-
, nasterio de S. Millán. Vo-
ló la fama de esta seña-
, lada obra por toda la tier-
, ra , como se hablan Ueva-
, do los huesos santos del
, bienaventurado S. Felices
, del castillo de Bilibio al
, Monasterio de S. Millán su
, discípulo , quedaron mu-
, chos admirados , otros no
, lo creían , y á muchos pa-
recía imposible un suceso
como este , y don tan di-
, vino haberse concedido á
, los presentes. Moviéronse
, ciertamente á hacer esta
, obra , esto es , sacar el
, cuerpo santisimo del san-
, tisimo S. Felices , Confe-
, sor de Christo , de su pro-
, pria sepultura , y llevarle
, á otro lugar , lo que á to-
, dos los pasados el secre-
, to juicio de Dios denegó.
, Esto vimos patentemente,
> y nos holgamos en el al-
, ma , y entendemos que di-
, vinamente nos fue conce-
, dido. Y de muchas , di-
, gamos una cosa llena de
, toda verdad , y fiel acia-
, maoion de muchos que lo
, dicen. Refieren con verdad
, muchos , y lo afirman , que
FiF „ Gar-
» to aquel gran tesoro de
i> los tesoros , mas preciado,
V mas fino que el obrizo pu-
» ro y acendrado. Era aquel
» sepulcro de la mesma ma-
» ñera , que en la visión se
w había mostrado al Monge
V cerca de la pared del Al-
» tar , y contiguo con él.
*f Descubierto pues el sacro
» túmulo , no sufrió mas la
r* piedad del Señor , que es-
» tubiese encubierto lo que
n aquel bendito cuerpo me-
j? recia ; porque á la hora
w salió de la sepultura una
w fragrancia tal , que sintie-
»> ron los que allí estaban
n olores del cielo , tales que
» no se les igualan los aro-
» maticos de la tierra. Los
»> que allí estaban dieron tes-
» timonio con grandes ]\x-.
„ ramentos , que nunca se-
^, mejante olor habían sen-
„ tido , como el que hubo
„ luego que se descubrieron
„ las sagradas Reliquias. To-
„ cando á los sagrados hue-
„ sos con debida veneración
i, y reverencia , y con la
^, honra Eclesiástica , los sa-
„ carón de aquel humilde
„ lucillo , y los envolvieron
„ en paños muy liüipios y
„ preciosos , y .con sobera-
Tom.XXXUL
410 España Sagrada.
„ García, Ct-ispo de Alaba,
„ por n^nndado del Rey D,
„ García vino á la sepuku-
„ ra del bienaventurado San
„ Felices , con intento de sa-
^, car de ella el cuerpo san--
,, t?o con inconsiderada .y te^
„meraria osadía, sin tener
„ revelación alguna del cie-
„ lo : y porque presun?iió
;, hacer esto con dañada pre-
^, suücion , y iio por algún
„ divino ij-;síinto , al punto
^v.que llegó á abrir la sepul-
„ tura sagrada de este san-
i, nsimo varón , la ira divi-
„ na le hirió con riguroso
„ castigo. No solo le quitó
^, del i'Jgar do estaba el ve-
„ i.trable túirulo , mas da-
.^ ñóle con espantable feal-
^, dad la boca , que se le
„ terció , y quedó muy feo
„ y torpe. Testifican lo que
„ aquí refiero todos los que
„ lo vieron por sus ojos. De
,, más de esto se levantó una
„ tempestad tan grande , que
„ tocos los que acompaña-
„ ban al Obispo , quedaren
„ grandemenie espantados,
„ sin pensamiento de poder
„ escapar de tan evidente
„ peligro de la muerte , é
„ indignación de Dios. He-
„ rido el Obispo con tales
^, llagas , sintiendo la virtud
Trat. 69 Cap. 1 9.
„ del beatísimo varón San
„ Felices , Confesor , que allt
„ descansaba, haciendo gran-
„ des votos y promesas con
„ todos los suyos , luego se
„ apartó y fue de aquel lu-
,, gar donde estaba el sepul-
„ ero sagrado , donde otra
„ vez no se atrevió á llegar.
„ Quedóle por todos los dias
„ de su vida la fealdad de
„ la boca. Por esta causa
„ hasta estos mismos dias fue
;, inviolable el sagrado se-
„ pulcro de este varón , sin
„ que nadie se atreviese á
„ llegarle. Y por la gracia
„ inefable de Dios omnipo-
„ tente que rige , dispone y
„ gobierna todas Jas cosas
„ con suave igualdad y tem-
„ planza , y orden divino,
„ siendo servido de querer
„ visitar y honrar misericor-
„ diosamente el lugar que
„ tenia los dichosos miem-
„ bros de S. MiUán , descu-
„ brió , como queda dicho,
„ por revelación del cielo,
„ y hizo merced á este san-*
„ tísimo Monesteno de San
„ Millán del cuerpo del bien-.
„ aventurado S. Felices Pres*
„ bytero , por su ^^rüciosa é
„ inefable piedad. Conviene
„ pues , que nos gocemos
^, coa alegría espiritual, que-
„ ri-
I
mos con
ánimos devotos
á quienes con
Santos del Obispado de Calahorra. 4 1 1
ridos mios , y nos alegre- ria de su siervo. En el Ar-
chivo del referido Monaste-
rio existe un Códice Gótico
del siglo 13. en que se leen
siete de aquellos prodigios
que obró el Señor con los
que imploraron el patroci-
nio del Santo ; y tres de los
mismos se mencionan en el
Oficio proprio que los Mon-
ges de S. Millán han acos-
tumbrado rezar en la fies-
ta de la traslación. De am--
bas cosas se me ha remitid»
copia , la que se hallará en
el Apéndice del tomo pre-
sente después de la Historia
latina , que de la misma
traslación compuso Grimoal-
do Escritor coetáneo , y
aun testigo ocular de los
sucesos que refiere.
6 El cuerpo de S, Feli"
ees dice Sandoval en el fol.
33. de la fund. del Monaste-
rio dicho, está agora junto
al de S. Millán , metido en
una arca de plata , que ten-
drá de largo vara y quarta,
y de alto siete ochavas , con
seis figuras de plata sobre-
dorada de cada parte , y
cada quatro quadros de figu-
ras de marfil , que la una
parece al Salvador con sus
Apostóles , y en la otra de
la Cena ; en la otra de la
Fflf 3 ea-
„ nosotros ,
„ clara lumbre de mérito,
„ la presencia de tan gran-
„ des y sagrados cuerpos
„ nuestros patrones tubo
„ por bien de sublimar , hon-
„ rar y decorar : de forma,
„ que con los mismos pa-
„ trones nuestros merezca-
„ mos llegar á los gozos de
„ la bienaventuranza. Dan-
„ donos para esto su favor
„ y gracia nuestro Señor
„ Jesu Christo , que con el
„ Padre y el Espíritu Santo
„ vive y reyna por todos los
„ siglos de los siglos. Amen.
„ Fue hecha esta traslación
„ en la Era mil y ciento y
„ veinte y ocho , odavo idus
„ Novembrls , que es año
„ mil y noventa á seis de
„ Noviembre.
5 Trasladado el cuerpo
de S. Felices desde el casti-
llo de Bilibio al insigne Mo-
nasterio de San Millán , los
pueblos comarcanos empe-
zaron luego á visitar y ve-
nerar sus sagradas Reliquias,
y su devoción se aumentó
y confirmó grandemente por
medio de algunos célebres
milagros con que Dios quiso
manifestar la santidad y glo-
41^, EsiKiña Sagrada*
emrada de Egypto , y la
otra e<; de dos mesas con
SMS ánforas. De 'la otra par-
te del arca están ochci figu-
ras de largo de un gemc ca-
da una de plata sobredo-
rada , qiie parecen de los
Apostóles, cada una en su
tabernáculo curiosaniente la-
brado. Está rodeada esta
arca de piedras de cristal
muy grandes y buenas , y
otras pardas y diferentes.
En el un -frontispicio está
xm quadro á lo largo de figu-
ras de marfil , que tiene diez
y' seis figuras. La una es
uh Monge revestido ,. pues-
ta* la niario k un niño ' pe-
qMeiío en los- ojos, y los de-
más están en pie con libros
en las manos , y todos tie-
nen diademas. En medio
d<^! frontispicio está un es-
cudo pequeño de quatro van-
das de plata rayadas pe-
queñas, y otras quatro es-
maltadas de morado jaspea-
do. Sobre el escudo están
quatro piedras , las tres de
cristal y otra parda de lar-
go medio pulgar , y launa
de cristal es mayor que un
huevo , y dentro de ella
e?tá un letrero colorado,
que dice : Petriis Abbas fe-
en anno* 145.Í. Por^ donde
Trat.6^. Cap. 19.
parece que en este ano se
le hizo esta arca á S. Fe-
lices , porque debia ser muy
vieja la en que estaba. En
el otro frontispicio hay otro
quadro á lo Ir.rgo de figu-
ras de marfil , de quince
figuras sin rétulo mas de
que parecen de Santos. En
medio del frontispicio está
un escudo esmaltado en cam-
po azul con una mano cori
manga de cogulla dorada»
asida una espada desiuidn,
y sobre ella una cruz ce 11
vandera , que son las armas
de S. Mülán. Encima de
este escudo hay un campo
triangulado, en medio del
qual está una piedra de cris-
tal del tamaño de una ca-
muesa , al derredor de ella
tres cruces , cada una de
cinco piedlas coloradas, ver-
des, y pardas. Tiene otras
muchas piedras y labores,
y un letrero , que de gastado
no se puede leer.
'7 La Villa de Haro,
en cuyo territorio habia des-
cansado el cuerpo de San
Felices por el discurso de
ocho siglos, estubo privada
enteramente de sus Reli-
quias hr<sta el Reynado de
Felipe III; La Historia de
la Rioja escrita por el P.'
An-
Santos del Obispado de Calahorra* 4 1 y
mo , el qual puso en la par-
Anquiano refiere en la pag.
431. que a!can?é una hacien-
do devotas instancias al R.
P. Fr. Placido Alegria Abad
de S. Millán , y que efedi va-
mente se hizo la traslación
de la dicha Reliquia á 25.
de Junio , que es el dia en
que la expresada Villa ce-
lebra con cdava la fiesta
del Santo. Pero yo tengo
en mi poder copia autentica
de los instrumentos que tie-
ne la misma Villa relativos
á la Reliquia que consiguió,
por los quales constan las
cosas siguientes. I. En el año
de 1605. D. Iñigo Fernandez
de Veiasco Conde de Haro,
é hijo del Condestable de
Castilla y de León D. Juan
Fernandez de Veiasco , su-
plicó al R. P. Fr. Hernan-
do de Amesqua Abad enton-
ces de S. Milián , se sirviese
de dar á la Villa de Karo
alguna Reliquia especial de
S. Felices su Patrono , que
vivió y murió santamente
en su Castillo de Bilibio.
lí. A 16. de Oélubre del
mismo año el R. P. Abad
abrió el arca donde estaba
depositado el cuerpo del
Santo , y entresacó un hue-
so del muslo, que tenia de
largo algo mas de un pal-
te superior del arca coa
otras dos Reliquias menores ^
para el uso de su Monas-
terio y del de Valvnnera,
quedando en esta disposición
hasta que llegase el dia
señalado para !a ei^trega. IIT.
A 6. de Noviembre del mis-
mo año , que era Domingo,
y dia en que la Villa di
S. Mi'lán celebraba la fies-'
ta de S. FeUces , se cartó
con gran solemnidad la Mi-
sa , á que asistieron los Mon-
ges del Monasterio , casi
todos los feligreses de S-m
Millán , y en nombre del
Cabildo de Haro Diego de
Herrera , y Juan González
de Guevara , Beneficiados de
esta Villa , y por el Ayun-
tamiento de la misma Fran-
cisco González Regidor , D.
Juan de OllauriFuenmayor,
el Capitán D. Sancho de
Londoño Porcejana , Pedro
de Fuelles y Sancho Velez
de Salcedo vecinos de ella.
IV. Cantada la Misa el R. P.
Abad , hizo una platica es-
piritual , y en ella declaró,
que él y todo su P^lonaste-
rio habia venido- en dar á
la Villa de Haro una Relip-
quia principal por las ins-í^''
tancias del Conde D. Iñig;o'
Fer-
4 1 4 España Sagrada, Trat, 6^. Cap, 1 9.
Fernandez de Vclasco, y de ca el Licenciado Oribe y
su Cabildo y Ayuntamien-
, to , y porque parecia justo
lio careciese de tal prenda
un pueblo en cuya jurisdic-
ción habia vivido el Santo
hasta su preciosa muerte.
V. El mismo Abad sacó
luego del arca el hueso del
muslo, que adorado por to-
dos los circunstantes can-
tándose entretanto el Te
Deum , y llevado en proce-
sión , fue depositado en un
pequeño cofre , con el qual
se puso en una arca , que
para este efe¿to y el de
conducir á Haro la Reliquia
estaba prevenida en la Sa-
cristia del Monasterio. VI.
En el dia siguiente que fue
7. de Noviembre entre siete
y ocho de la mañana se sacó
la Reliquia fuera del Monas-
terio con gran solemnidad,
y habiendo llegado con ella
los referidos vecinos de Ha-
ro á el termino que llaman
de la Serna, esperaron allí
una procesión que salió de
la Iglesia de la Vega , com-
puesta de toda la Clerecía
de la dicha Villa , y de la
Comunidad de Religiosos
Agustinos , y de otras mu-
chas personas ; y tomando
devota y alegremente el ar-
D. Martin Ruiz de Lariz
Beneficiados , y dos Religio-
sos de la expresada Orden,
la llevaron en forma de pro-
cesión y con música á la
referida Iglesia de nuestra
Señora de la Vega. VIL En
esta misma Iglesia estubo
depositada la santa Reliquia
hasta el dia 25. de Junio
de 16J7. en que se trasla-
dó á ia Parroquia principal
de Santo Thomás x\postol,
donde está colocada en el
altar dedicado al nombre
del glorioso San Felices
Maestro de San Millán y
Patrono ilustre de Haro , á
quien en este mismo dia se
le "hace fiesta con el júbilo
y aféelo que se debe á tan
insigne protedor y vecino
de aquella noble Villa.
San Millán de la CogoUa,
I Aunque el lugar de
Verceo , patria del insigne
Confesor de Christo S. Mi-
llán , y el sitio de su famo-
so Monasterio se compre-
henden en la Rioja , y en
tierra de la Diócesis de Ca-
lahorra , desde que los Re-
yes de Navarra echaron los
Moros de toda esta provin-
cia.
Santos del Obispa
cía , es indubitable , que en
los siglos anteriores á la ve-
nida de estos Barbaros per-
teneció al Obispado de Ta-
razona todo aquel territorio,
como proprio entonces de la
región Celtiberia , la qual se
extendía por los montes Idu-
bedas , que en aquella par-
te se digeron Distercios. Ha-
ré demostración de esta ver-
dad en el tomo , que cor-
responderá k la ilustración
de las antigüedades de la
Santa Iglesia Turiasonense,
contentándome por ahora
con reproducir el testimo-
nio de S. Braulio , que dice
con la nriayor expresión, que
S. Miilán era subdito de üi-
dimo , Obispo de Tara^ona,
quien cerno á tal le ordenó
y compelió á que admitiese
el Curato de Verceo , de
que después le privó tam-
bién por testimonios falsos
de algunos Clérigos de su
Iglesia : Didimo etiam , qui
tum Poíitijicatus gerebat in
Tyrasona ministerium.., in-
sequitur hominem ordini Ec-
clesiastico volens ivserere
ejus quippe erat in Dicece-
si.., tándem coaElus est che •
diré , qua prcpter in FccJe-
siaVergeoii Vreshyteri est
fui dlus cfficiQ» Pertenecien-
do ie Calahorra, 4 t 5
do pues todas las memorias
de S. Miilán , relativas asi al
tiempo de su vida , como
al que pasó hasta la con-
quista de la Rioja , á la Dió-
cesis de Tarazona , sería co-
locarías fuera del lugar que
se las debe , si tratara de
ellas en el tomo presente,
reducido al estado antiguo
de la Iglesia de Calahorra,
Asi que las glorias , que re-
sultan del Santo y de su Mo-'
nasterio, deberán distribuir-
se de m.odo , que las anti-
guas ilustren a! Obispado de
Tarazona , y las modernas
al de Calahorra , como se
hará á su tiempo con el fa-
vor divino.
AD VEB TE NCI A
schre la patria de las San-
tas Virgines y Martyres
Nunilo y Alodia , ctiya vi-
da y niartyrio se remite
d otro lugar,
2 No puede ofrecerse
egemplo mas claro de las
variaciones , que con el dis-
curso de los tiempos han
tenido ios nombres de los
pueblos de España , que la
mudanza , que notamos en
el nombre del territorio y
población , en que nacieron
Jas
4 1 6 España Sagrada^
las Santas Vírgenes y Mar-
tyres Nunilo y Alodia. Las
lecciones de los Breviari.s
antigaos , que por no haber
noticia del Memorial de San
Eulogio , primer Escritor
del martyrio de las Santas,
se tomaron de un Santoral
antiquísimo del Monasterio
de Cárdena, que por man-
dado de Felipe 11. trajo Am-
brosio de Morales al del Es-
curial , señalan el lugar del
nacimiento con toda la exac •
titud é individualidad , que
era menester para la noti-
cia de los venideros. Acci-
dit autem in territorio Ber-
betano juxta antiquissimum
locum , qui dicitur Castro
Bígeti in f^ilhi Abosca esse
d'ias germanas , Se. Pero
fejtos nombres son ya tan
desconocidos , qae por ellos
solos no se puede esperar
el conocimiento del sitio , en
que las Santas hermanas na-
cieron y habitaron hasta su
glorioso transito. Yo á lo
menos he puesto la mayor
diligencia en descubrir el
significado proprio de las vo-
ces Berhetano , Castro Bi-
geti , y A'josca , pero ni en
las Historias , ni en las Es-
crituras antiguas he hallado
usados estos nombres , de
Trat. 69. Cap. 19.
manera , que sin otros prin-
cipios se pueda conocer su
situación. Esto mismo suce-
de con los que se leen en
el Memorial de S. Eulogio
impreso por Morales , cuyo
texto dice asi : Igitw refe-
rente viro sanciisslmo Ve-
nerio Complutensi Episcopo
dldicimus , in urbe Busca
apud oppidum Barbitanum
duas sórores vir^^ines fuis-
se , quarnm una Nunilo , al-
tera vocabatur Alodia , pa-
ire quide>n gentili ^ matre ve-
ro christiana pro^enitas. He
aqui tenemos una Ciudad lla-
mada Bjsca , y un pueblo
cercano á ella con el nom-
bre de Barbitano , de que no
hay noticia en otras memo-
rias , siendo por esta causí
difícil la reducción de estas
poblaciones. Reconocieron
esta grave dificultad los Es-
critores de la Nación , que
trataron de las Santas , por
lo qae se vieron ea la nece-
sidai de inquirir y descu-
brir otros vestigios , de los
quales pudiesen colegir la
patria de las Santas Nunilo y
Alodia , y el lugar en que
fueron martyrizadas. Los
que encontraron en la Rio -
ja fueron en su concepto tan
claros y evidentes , que se
per-
Santos del Obispa
persuadieron , que no debían
ponerse en otra región los
pueblos expresados por San
Eulogio y el Autor de las
Adas del Códice de Carde-
ña ; Y poi" tíinto vinieron los
mas a escribir , que las refe-
ridas Santas nacieron y vi-
vieron en dicho territorio.
3 Ambrosio de Morales
en las Notas al lib. 2. de
S. Eulogio dice , que es cosa
cierta é indubitable que las
Santas padecieron cerca de
Kágera en un pueblo que
hoy se llama Castroviejo,
porque alli se muestra el se-
pulcro de las benditas Mar-
tyres , y se hallan otras hue-
llas , que conservan la me-
moria antigua de su pasión,
esmerándose también toda
la comarca en venerarlas
como á naturales de aquel
pais , y criadas en él hasta
su dichosa muerte. Lo mis-
mo escribe en el lib. 13.
de su Chronica cap. 44.
donde habiendo advertido
la gran variedad que se
nota en los Breviarios , San-
torales , y en el Códice de S.
Eulogio acerca de los nom-
bres de los pueblos , dice:
To me c(ct:qo d lo cierto
y manifiesto , para verificar
de alii como mejor se pue-
do de Calahorra, /\ij
de lo demás. Lo cierto , y
en que parece no puede ha-
ber duda es , que estas San-
tas padecieron en el lugar
llamado Castroviejo cerca
de Nágera , porque alli se
ha conservado la memoria
de unos en otros , sin que
se le halle principio: mos-
trándose el lugar de su mar-
tyrio , y sepultura , y reve-
renciándose aquellos lugares
por lo que son , y las San-
tas como naturales, y patro-
nas verdaderas de su tierra.
Y los nombres Urbevetano,
y Castro Bigeti que en los
Breviarios , y en algunos
Santorales , y en el de San
Pedro de Cárdena se leen,
lo confirman mas,pues mani-
fiestamente , aunque con al-
guna corrupción, significan á
Castroviejo.
4 Los mismos vestigio?, .
que reconoció Morales cer-
ca de Kágera, persuadieron
tambijn á otros Autores que
le precedieron , que el ter-
ritorio del nacimiento , y
martyrio de estas Santas,
fue el que está cercano á la
Ciudad de Nágera. El Ar-
cediano de Ronda D. Loren?
ZQ de, PadUb eríteadió par
los noíiibr-es Barbituao óBer-
betano la Bureba-i la que él
f\ a<r fivo
4 1 8 España Sagrada,
extiende hasta el pueblo lla-
mado antiguamente Bosca
cerca de Ca- troviejo , don-
de dice habitaban las dos
bienaventuradas hermanas
Nunilo y Alodia. igualmente
Vaseo pone á Bosca cerca
de Nágera: ín oppido Bos-
ca prope Nageraui pro as-
ser en da fide Christi ^ladio
percussíB sunt tnense O&o-
bri sórores german(? Nu-
vUh ¿5* ^-Ihdia. Siguieron
á estos después , Garibay,
Marieta , Mariana , Sando-
val . Biiliet y otros muc-
hos.
S El P. Anguiano natu-
ral de e^ta parte de la Rio-
ja particulariza con mucha
individualidad losrastios que
se conservan cerca de Ná-
gera del maityriü de las San-
tas. Qu;inio al nacimiento
establece , que fue en Reza-
res pueblo llamado Bosca
bajo el dominio de los Ara-
bes , ácnáQ desde tiempo
inmemorial celebr^jn su fies-
ta el dia 27. de Oéiubre con
pioccsion y gran solemni-
dad. En la Iglesia Parroquial
de esta Villa tienen altar
dedicado á las Santas , y
Jas mugeres acostumbran
llamarse Nunilos y Alodias,
y lo mismo oucede en Cui-
Trat, 69. Cap, 1 9.
troviejo. En este pueblo
es tan constante la tradición
de que padecieron aqui su
martyrio , que hasta los ni-
ños , dice , muestran los si-
tios donde las degollaron,
y por donde las arrastraron,
y el hoyo donde fueron se-
pultadas. El sitio donde fue-
ron degolladas se llamó anti-
guamente las Pureas, como
se lee en los Breviarios, y
este nombre se conserva en
la parte que se dice los Hor^
cajos. Mantieaese también
el pozo donde las echaron,
y cerca de él hay una fuen-
te que llaman de Santa Nu-
nilo y Alodia , y junto á ia
fuente hay una Eimita de
las n.ismas Santas , adonde
acuden las Villas de Beza-
res y Castroviejo á cele-
brar la fiesta en el dicho
dia 27. de üélubre. Además
de esto hay un pequeño ar-
royo , que baja desde las
Pureas, hoy Horcajos , h.asta
el referido pozo dondt fue-
ron arrojadas , y -sus cuer-
pos escondidos , al qijai 11a-
mian los naturales ei barran-
co de las Santas Nunilo y
Alodia á causa de haber sido
arrastradas por é!.
6 Oa testimonio del
culto antiguo , que estas
Mar-
Santos del Obispado de Calahorra, 4 1 9
Martyres tubíeron en este les Misa el dia de su Fies-
pais , el Monasterio que se
consagró á su nombre poco
tiempo después de su mar-
tyrio. Hacese memoria de él
en la carta de fundación ó
testamento del Rey D. Gar-
cía hecho en favor de su
insigne Monasterio de Santa
María de Nágera en el año
de 1052. Yepes confiesa,
que no se sabía con distin-
ción su determinado sitio;
pero advierte , que estaba
cerca de Nágera , como se
colige de !a escritura citada,
en que mencionando el Rey
las heredades que donaba á
su nuevo Monasterio perte-
necientes al territorio de
esta Ciudad, pone entre ellas:
Híereditatem Satidtarum Nu-
milonis , & Alodice, Argaiz
escribe que estaba situado
entre los lugares de Castro
viejo y Bezares dos leguas
de Nágera , en el sitio que
llaman los Horcajos , y que
al presente está destruido,
y reducido á una Ermita
de los vecinos de Bezares,
los quales, dice, tienen por
sus naturales aquellas San-
tas , acudiendo con su Vica-
rio que es Monge , puesto
por los Abades de Santa
Maria la Real , para decir-
ta.
7 Todos estos vestigios,
que se hallan en la Rioja,
muestran al parecer con
evidencia la verdad de lo
que estableció Morales poc
cosa cierta y averiguada
sobre los lugares del Naci-
miento y Martyrio de las
Santas Nunilo , y Alodia.
Pero en la Ciudad de Huescii
en Aragón se encuentran
otros semejantes , que han
obligado á muchos Escrito*
res á sostener que las San*
tas nacieron en la Villa de
Adahuesca , y padecieron
en la expresada Ciudad. Yo
podría contentar fácilmente
á los Riojanos y Aragoneses,
partes interesadas en este
asunto , si tubiera por ver-
daderoel didamen del Abad
de S. Juan de la Peña Don
Juan Briz, que en el lib. i.
de la Hist. de su Monast.
cap. 41. dice que las dos
Martyres de la Rioja, aun-
que del mismo nombre , son
diferentes de las Oscenses,
porque los cuerpos de aque-
llas se veneran en ia Italia
en la Ciudad de Bolonia, y
los de estas fueron tralada-
dos desde Huesca á S. Sal-
dor de Leyre por Iñigo
Ggg 1 Aris-
4^0 España Sagrada.
Arista , como consta de los
Privilesi.)s y memorias de
este Monasterio. Mas sin
embarco d j que algunos Au-
tores afirman la traslación
de las Reliquias de Santa
Nunilo y AloJia á Italia , y
por este medio se podría
sentenciar en favor de am-
bas partes , el amor á la
verdad , y el desinterés con
que debo examinar las no-
ticias de nuestra Historia
sagrada, y que he procura-
do observar inviolablemen-
te hasta aquí, me obligan
á decir , que no se conocen
sino dos Santas de aquellos
nombres , y que estas fue-
ron naturales de Aragón, y
padecieron en la Ciudad de
Huesca , como evidenciaré
en el tratado de esta Santa
Iglesia. Por ahora me bas-
Trat. 6^ Cap, i o.
ta hacer preserite , que el
original de S. Eulogio no
lee Basca sino Osea como
confiesa Mora' es : que las
Adas del antiquísimo Códice
del Monasterio de Cardona
pone también en Huesca el
Marryrio , y del misma
modo todos los Martyrolo-
gios que las mencionan. De
todo lo qual escribiré larga-
mente con el favor de Dios
en el referido tratado , adon-
de debo remitir este asun-
to , como á su proprio lu-
gar , bastando haber hecho
aqui esta advertencia , para
que nadie estrañe mi silen-
cio acerca de estas Santas
ilustres , que muchos Auto-
res atribuyen al Obispado
de Calahorra y territorio
de la Rioja.
APEN-
APÉNDICES.
I.
AURELII PRUDENTII
HYMNUS.
FASSIO SS. EMETERII ET CHELIDONII,
Calagurritanorum Martyrum,
S Cripta sunt cáelo duorum martyrum vocabula,
Aureis quae Chrístus illic adnotavil litteris:
Sanguinis notis eadem scripta terris tradidit.
Pollet hoc felix per orbem térra Hibera stemmate:
Hic locus dignus tenendis ossibus visus Deo,
Qui beatorum pudicus esset hospes corpcrum.
Hic calentes hausit undas caede tínétus duplici:
Inlitas cruore sando nunc arenas incolse
Confrequentant obsecrantes voce , votis , muñere.
Exteri necnon & orbis huc colonus advenit:
Fama nam térras in omnes percucurrit proditrix,
Hic patronos esse mundi , quos precantes ambiant.
Nemo puras hic rogando frustra congessit preces:
Laetus iiinc tersis revertit suppiicator fletibus,
Omne , quod justum poposcit , impetratum sentiens.
Tanta pro nostris periclis cura suffragantium est:
Non sinunt , inane ut ullus voce murmur fuderit:
Audiunt , statimque ad aurem Regis seterni fcrunt.
Inde larga fcnte ab ipso dona terris influunt,
Supplicum causas petitis quae medelis inrigant,
Nil suls bonus negavit Christus umquam testibus:
Testibus , quos nec caten^ , dur^ j^ec mors termit
Uni-
42 2 "España Sagrada,
Uiiicum Deuní fateri sanguinis dispendio;
Singuinis sed tale damnum lux rependit longior.
Hoc genus inortis decorum est , hoc probis dignutn virís:
Membra morbis exedeiida , texta vetiis languidis,
Hostico donare ferro , tnorte & hostem vincere.
Pulchra res \tium siib ense persecutoris pati:
NobiÜs per vulnus atnplum porta justis panditur,
Lota mens in fonte rubro sede cordis exsilit.
Nec rudem cradi laboris ante vitam duxerant
Milites , quos ad perenne cingLilum Christus vocat:
Su?ta virtus bello & annis , militat sacrariis.
Cssaris vexiüa linqaunt , elig mt signum crucis:
Proque ventosis draconum, quos gerebant , palliis
Pr.eferant insigne lignum » quod draconem subdidit.
Vile censent , expeditis ferré dextris spicula,
Machinis murum ferire , castra fossis cingere.
Lupias manus cruentis inquinare stragibus.
Forte tune atrox s€cundos Israelis posteros
D-i¿tor aulae mundialis iré ad aram jusserat,
Idolis litare nigris , esse Christi defugas.
Liberam succlnda ferro pestis urgebat fidem:
lila virgas& secures , & bisulcas úngulas
Ultro fortis expetebat , Christi amore interrita .
Carcer inligata duris colla baccis impedit:
Birbaras forum per omne tortor exercet manus:
Veritas crinaen putatur , vox fidelis pleélitur.
Tune & ense cssa virtus triste percussit solum,
Et rogis ingesta moéstis ; ore flainntias sorbuit:
Dulce tune justis cremari , dulce ferrum perpeti.
Hic duorum chara fratrum concalescunt pedora,
Fida quo% per omne tempus junxerat sodalitas:
Stant parati ferré , quidquid sors tulisset ultima;
Seu foret prsebenda cervix ad bipennem pubücam,
Verberum post vim crepantum , post catastas ígneas;
Sive pardis ofFerendum pedus , aut leonibus.
Nosne Christo procreati mammonie dicabimyr?
Et Del formam gerentes scfviemus síeculol
Ab-
Apéndices. I. 423
Absit , ut caelestis ignis se tenebris misceat.
Sit satis , quod capta primo vita sub chirographo
Debitum persolvit omne , funíla rebus Cíesaris:
Tempus est Deo rependi , quidquid est pTOpriiim Dei.
Ite, signorum magistri ; & vos, tribuni , absistite.
Áureos auferte torques , sauciorum praemia;
Clara nos hinc angelorum jam vocant stipendia.
Christus illic candidatis praesidet cohortibus:
Et throno regnans ab alto , damnat infames déos;
Vosque qui ridenda vobis monstra divos fingitis.
Haec loquentes obruuntur mille poenis martyres:
Nexibus manus utrasque flexus involvit rigor,
Et calybs attrita colla gravibus ambit circulis.
O vetustatis silentis obsoleta oblivio!
Invidentur ista nobis , fama^í ipsa extínguitur,
Chartulas blasphemus olim nam satelles abstulít,
Ne tenacibus libellis erudita saecula
Ordincni , tcrppus , motumque passionis proditum,
Dulcibus linguis per aures posterorum spargerent.
Hoc tamen solum vetusta subtrahunt silentia,
Jugihus longum catenis an capillum paverint;
Quo viros dolore tortor , quave pompa ornaverit:
Illa laus occulta non est , nec senescit temporC;
Missa quod sursum per auras evolarunt muñera,
Qudd viam patere casli prsemicando ostenderent,
íllius fidem figurans nube ftrtur annulus;
ílic sui dat piguus cris , ut feri^nt , orarium:
Q:jse superno rapta /flatu lucís intiant intimum.
Fer poli líquentis axtm fulgor auri ab.scondítur:
Ac diu visum sequacem ttxtilis candor fugit;
Subvehumur usque in astra , nec videníur amplius.
Vidit hoc ccnventus adstans , ipse vidit carnifex;
Et manum repressit haerens , ac síupore oppalluit:
Sed tamen peregit i<ítum , ne periret gloria.
Jamne credis , bruta quondam Vasconum gentilitas,
Quam sacrum crudelis error immolarit sanguinem?
Cieuis in Deum relatos bostiaium spiritus?
Cer-
424 España Sagrada,
Cerne , quam palam feroces hic doinantiir daeínoues,
Qui lupino rapta ritu devorant pr¿ecordia:
Strangülant mentes & ipsas , seque miscent sensibiis.
Tune , suo jam plenus hostc , sistitur furens homo:
Spumeas eftlans salivas , cruda torquens lumina,
Expiandus quGcstione non suoruna criminum.
Audias , nec tortor instat , ejulatus flébiles:
Scinditur per flagra corpus , nec flagellum cernitur:
Crescit & suspensas ipse vinculis latentibus.
His modis spurcum latronem martyrum virtus quatit:
H^ec coercet , torquet , urit, haec catenas incutit:
Prsedo vexatus relidis se meduUis exuit.
Linquit inlsesam rapinam , faucibus siccis fugit,
Ungue ab imo usque ad capilhini salva reddit omnia,
Confitens arderé sese , nam gehenn^e est Íncola.
Quid loquar , purgata longis alba morbis corpora?
Algidus quum decoloros horror artus concutit:
Hic tumor vultum relinquit , hic color verus redit,
Hoc bonum Salvator ipse , quo fruamur ^ praestitit:
Martyrum quum membra nostro consecravit oppido,
Süspitant qu3e nunc colonos , quos Hiberus adluit.
State nunc, hymnite , matres , pro receptis parvulis,
Conjugum salute laeta vox maritarum strepat:
Sit dies tiíec festa nobis, sit sacratum gaudium.
HYM-
Apéndice I, 425
HYMNUS
De loco, quo Martyres passi erant, nunc Baptisterium
est Calagurri.
ELeclus Christo locus est , ubi co-da probata
Provehat ad caelum sanguine, purget aqua
Hic dúo purpureum , Domini pro nomine caesi,
Martyrium pulchra morte tulere viri.
Hic etiam liquido ñuit indulgentia fonte,
Ac veteres maculas diluit amne novo.
Qui cupit aeternum cseli conscendere regnum,
Huc veniat sitiens : ecce parata vía est.
Ante coronati scandebant ardua testes
Atria , nunc lotae celsa petunt animae.
Spiritus sstherio solitus descenderé lapsu,
Ut dederat palmam , sic tribuit veniam.
Haurit térra sacros , aut fonte , aut sanguine rores,
Exundatque suo jugiter uda Deo.
Ipse loci est Dominus : laterum cui vulnere utroque
Hinc crúor effusus fluxit, & inde látex.
Ibitis hinc , ut quisque potest , per vulnera Christi:
Evc¿tus gladiis aiter , 6c alter aquis.
Tom. XXÁ'IIL Hhii AC-
42Í Es paña Sagrada.
II.
ACTA.
Tsi priscarum antiquitatem passionum , quibus sunt
E
beati Martyres E.iieterius & Celedonius consecrati,
gestorumque fidem velamen obliteratce oblivionis obdiicat;
tamen , qiiia insigne vivax meritorum , ipso suo silen-
t'o proclamanduin, nec debet latere nec potest , in auc-
torum vice^n laiis celebrata succedac : quae etsi mensuram
caelestis gloricE sui dignitaíe non implet , contra invidam
tamen illorum temporum taciturnitatem anniium munus
votis solemnibus expleat. Quod , quia innumeris exemplis
de comprobatá eorum dignatione praesnmptum est , ut
officia obsequentis inciperent^ quod laudantis merita aequare
non possent ; famulatus iste non in verbis aestimandus est,
sed in votis. Major est enim quodammodó imposibilita-
tis effeétus , quia cessat in amore judicium, & verecun-
diae suae prodiga semper est, ac profusa diledio: quae pos-
se non cogitat , dum velle compensar. Pro plenitudine
conatus habeatur , & sit ausum fuisse perfedio , dum
asserentis infirmitas latet sub materia dignitatum : & quod
non potest laudans assequi , non sibi veretur adscribi , ac
sic sermonem securus aggreditur , qui ipsius sermonis
magnitudine , quam praedicaturus est, excusatur. Nec sic
omnis liistoriae series invidam abolevit oblivionem : sed
per aetatis ordinem revirescens fam'¿e vivax portio pul!u-
lavit , ut facile possit intelligi exinde quod proditur, quám
sit nragnificum , quod celatur. Exequendus est igitur ordo
rumoris, & laudis admiranda narratio : ut quod in habi-
ta sermo non implet , in veritate fábula subministret.
Legionarios fuisse milites Emetherium & Celedoniurn
fama est , atque ibidem saecularibus primum stipendiis
müitasse , ubi mine signat oppidum appellatio antiqua
castrorum. Et cum adhuc Gallaecia cu:ii Tarraconensi
pr-jvinciá sociata , Hispanice Citerioris haberetur , feralis
clangor classici gentilis intonuit , qui observantiam nomi-
nis
Apéndice 11. 427
nis Christlani rábida persecutione vexaret. Ecce híc nos
fama destituit , & pressa insignium faítorum gloria con-
ticescit : sed ipsa sibi decepta probatur oblivio , dum cre^
dentium pedoribus fides inserit , quod audientium auribus
taciturnitas abnegavit. Seu igitur anteadae vitae operibus
proditi , quia Principi omnium Deo etiam 4n castris s^cula-
ribus militarunt , si ve repentino sanéli Spiritus ardore suc-
censi , positis armis mundi , ad hoc praelium cucurrerunt;
in utroque felices , in utroque gloriosi : qui aut Dominum
a principio sunt secuti , aut á Deo , quo insperata prcemia
mererentur , sunt eledi. Sed unde hunc fuisse passionis
locum , cum ab hoc Legionensis civitas longis distet spa-
tiis , suspicamur? Attradosne huc credamus , an sponte
venisse? Conjeduram sensus in utrumque mittamus , ut
ubique praeclarum , & sublime cernamus insigne. Pone
hinc procellam persecutionis , in fidei naufragia tumes-
centis : ad desiderium fíorentis palmae periati sunt , rumo-
ribus excitati. ínter primas utique dignitates regnorum
caelestiam sunt ponendí , qui ad passionem venerunt non
quaesiti. Excellentis voti est inter tormenta prosilire , ubi
non est crimen latuisse.
Sic credo alter alterum afFatus est : Diu est , frater
carissime, quod in his vanis hujus síeculi stipendiis milita-
mus , ubi missio tantum otiosa brevissimo caduci tempo-
ris fine conclusa est. Sequamur ergo nunc veri Regís signa
victricia. Ecce nunc imminet beilum fidei , in quo inest
occasio nobis augendi ordinem miliíandi. Veteranos mun-
di tirocinium cseleste suscipiat : rejeótis mortalibus telis
sumat arma divina , quae in conflidibus non pavescant
nec infirmis mucronibus infrada dissolvantur. Fortius con-
tinuó nos sentiemus esse munitos , cum signiferi nominís
elata vexilla in hostem , qui á nobis vincendus est , infe-
rentur. ^ Firmet pedus intrepidum contexta opere fidei
.Jorica virtutum : operiat vulnerum loca opposita spei cus-
tode impenetrabili fiducia. Attollant conum gale^e adh^-
rentis invicem charitatis ereda fastigia : feriat'ubique hos-
tem missilibus suis vibrata confessio. Haec sunt munimina
Hhh 2 sem-
4 ^ ^ España Sagrada,
sempiterna , hnec veré dilapsa de ceeIo , pravo interpréta-
la erroregentilitatis ancilia. Et haecquidera dicente uno;
quid tam diu ad hoc cunétaretiir , sese alius increpavit,
haec referens: Méne diibitas , frater , summis rebus adhi-
bere consortem? Sic tibi anteada societate sum cognitus,
ut ad cselestem gloriam videar persuadendus ? Quinimo
disruDtis fabulis , probemus hoc fadis , & htente.u fidei
hostem, ubicumque fuerit , inquiramus. Ardeit anirnus iter
a^ígredi. Lentse etenim quodammodó credulitatis est exhi-
beri.
Sed q-.iia eos haélenus sponte huc advenisse traétavi-
mus,non existimemus attraClos. Uade in castris seciilari-
bas militantes non idonei visi sunt esse martyrio , nisi prio-
ris vitae proderentnr exemplo. Et quidem ultimam senten-
tiae sortem, ibidem potiierant excipere comprehensi ; nisi
propter constantiam passionis , longioribus suppliciis pa-
tassent eos posse superari. Apparent eorum virtutrní prae-
clara tamdiu merita , quibus tana differuntur extrema : quo-
tiens , credo , per tantos circiiitus civitatum , saeviente cir-
ca eos persecLitione , siint recursa tormenta , iteratce vul-
nerum viae , & in augmentum doloris saepiíis dilata sen-
tentia , ut repararet insaniam carnificum obduélio cica-
tricum. Qüotiens, gravius institit torquere parcendo , sa-
ritas indulta suppliciis , ut in cruciatibus excresceret , quod
in cruciatione cessaret? Quanta tormentorum genera ex-
cogitavit carnifex & ingeniosa crudelitas , ut in corpore
totiens lacerato , locum poeriae novitas inveniret ? Qüotiens
ergo flammis unguhe, qüotiens ungulis ñammae successere,
ut & illae hiantes cruorum vías excluderent ,& ista praeu-
stas vulnerum notas resecarent? Uno modo possumus cun-
eta invenire , quod nihil non á saeviente malí patitur , qui
tam diu confitens reservatur. Ulud quo loco ponendum est,
quod temporis illius nemo Martyr alius invenitur? Quan-
tum tune credimus ad iram persecutoris adjeélum , quod
hi tantüm , cundís Deum negantibus , confitentur? Quan-
tis in eos furoris stimulis Gentilitas incumbit , in quibus pu-
tavit pertinaciam , quod resistunt ? Non per inultos cru-
de-
Apéndice II. 429
deiltas spargitur, nec intentb plurimoriim poenis satiata
lassatur. Dúo sustinent quidquid populis praeparatum est.
Nemo potest mijori vi quaestionis incumbere , quam qni
vinci se á paucis existlmat non deberé. Qaas fuisse crc-
dimus Ínter hsec tanta supplicia constantissimorum Mir-
tyrum voces ; quae c£e!estinm signa virtutnai , cum tra¿to>
per carceres , per tam prolixa témpora , non custodiae sqiia-
lior afficeret , non macies deponeret , non pallor faedaret,
non dolor sensus afiligeret , sed interrita facies & decora,
cassam rabidi furoris insaniam Ínter exquisita membro-
rum tonnenta irridcret ? Q:iotié:is ínter urgentes minas
ex fiducia conitentium , vox cíelestis adhortationis audita
e>t? Quotiens adhibentibus liftoribas faces , ígnls testiñ-
cans vim hicis divinoe exclaruit?
Intelligi sine dnbio potest , quanta mirabiiía illa tem-
pestate sint fa6la , quorum prodi in posterum gesta Gen-
tilis expavit invidia. Reor quippe secreté ad socios suos
Judicein ilüus tempjris sic esse locurum : Audite , satelü-
tes mei : Vidimus ipsi ineffanda miracula ;& quamvis cre-
dere nolimus , iiorruimus, Accepimus auribus nostris con-
stantium linguaruoi contumeliosa convicia. Adspeximus
fortiores fuisse tortos tortóribus , & quamvis edidis Princi-
pum nostrorum in eorum tormenta ferremur , cum publi-
co tamen cradelitatis rubore cessavimus. Lucremur sal-
tem irrisionem temporís post futuri. Nulla hoc ae«^as legar,
volumina nulla conservent , ne Christiana fides tali unquam
armetuf exemplo, nec Oei sui gloriam tam clara virtute
magnificent. Habeat aliquod persecutio nostra lucrum , si
haec ada consumat incendium.
Quid tibí prodest malitia tua , stulta & vecors genti-
litas? Noluisti nos scire quodcredimus. Minet incorrupta
fides sensuum , etsi memoria chartarum est sepulta : Deuin
qui coepit nosse , scit cunda semper potuisse. Illud sané
quod post datam sententiam capitalem , visus vulgí plau-
dentis excet-it , subtrahere fraus inimica non valuit. Fe-
nint namqiie ad ronsummandae vidori^ locum euntes pne^
Via futuri munuris ad cseium signa misisse : ab uno ora-
ri-
43^ España Sagrada.
riiim , ab alio anniilum obsequenti cctheri datum fuisse:
viáorÍ£eque muñera non juxta specierum stigmatá aestimata
vilitate, praecelsa Domini & sedes flatu portante siiscepitv
arrhabonis geminipraemissafercula libenter amplexa;ununi-
quod esset fid.ei signum , aliud favoris indicium. Quae in
conspeélu omniuin circunstantinm volubili aéris motu sus-
cepta , tamdiu cunétis miraijtibus in sublime sublevata sunt,
doñee penitus liumanis visibus non apparerent.
Sálvete , Christi milites, sálvete par nobile : & haec ho-
rioris debiti festa solemni ketitia chorus caelestis invisitet.
Hanc ergo diem Getulus exul celebrare numquam votis
strenuis impediret , si aut consortiis hominum non esset
destituta solitudo, aut quod solitudine pejüs est,circum-
fusa barbaries. Hoc est , quod saevus auferre non potuit
inimicus , quod sacrorum títulos corporum & adorandi
sanguinis impressa vestigia, hic ubi se vicisse arbitratus est,
consecravit. Et quidem haec omnia luculentis aliorum ser-
monibus adornaada sacrosanéti Dei testes eloquentissimis
hominum oribus inspirassent; nisi quamlibet humilem obla-
tionem parvi muneris reservas«ent obsequiis sacerdotis;
auxiliante Deo Patre cum Jesu Christo , Filio suo, qui vi-
vit & regnat in unitate Spiritus Sancti per omnia saecula
SíCculorum. Amen.
IIL
EX MISSALI MIXTO SEU MOZÁRABE
juxta regulam Beati Isidori,
SIT dies hec nobis festa fratres : sit sacratum gaudium:
quod cara duorum peétora fratrum : fida sibi solidita-
te conjunta : & in caelesti tirocinia pompa feücibus ar-
niis instruéta : & hostem vicere simul & mortem. Nunc
nobis ilkid par nobÜe in precibus Emeterius & Celedonius
sufFragentur : qui sibi regnum celorum quesierunt merítis
tormentorum. Quorum corpora eternis titulis vivacis me-
iriOfie, consecrata Calagurritana custodie Ecclesia. Et licet
sa-
Apéndice III. 431
íacrarum passiomim monuínenta non extent: tanto tamen
beatissimis Mirtyribas plus honois accidit : qúod persecu-
tores sui virtutiin prodi gesta timuerunt. In promptu est
enim fidelibus existimare ,cujus fuerint passiones ille meri-
ti : quas predicavit gentilitas non publicari. Non illas pa-
ginas negligt^ncia perdidit : nec casus abolevit. Nec vetus-
tas incuriosa corrupit : sed malicia persecutoris invidit.
Non est usitatum profeélo : nec solemne , ac simplici per-
aélam passione martyrium: quorum prodi in posterum gen-
tibus formidarur exemplum. SeJ prodeunt hec erubescen-
tibus exscriniis supressa monuiaenta :& fidelis inconscia
posterorum fama testatur. Plus quodammodo loquens tacen-
do : & silentii sui habens testimonia majora quam vocis.
Amen,
IN LAT 10.
DTgnum & justum est , Omnipotens Deus noster : nos
tibi gratias agere, & Jesu Christo Filio tuo Domi-
no nostro. Pro cujus confessione beatissimi Martyres Eme-
terius & Celedonius relidls feliciter infelicibus castris : ad
nova preüa repente conversi sunt: quos nec primeva eta-
te fides insinuata perdoruit : nec divinorum virtus operum:
nec sacrarum cognitio litterarum : sed k te nutu abdito
inspirati martyrii ardor accendit. Deserunt aquilas: vexiila
eonvertnnt. Projiciunt pila : signa destituunt : & ad celes-
tem pi'ocinélum : quem prius non noverant : incitantur.
Priraordia in tcrmims ponunt ; & quod est finís incipiunt:
initiis suis perfeélionis sunmim rapiunt : Óc fiJem marty-
rii auspicaiitur. O veré milites Dei : quib-js poíissimura
visum est idum excipere : quam ferire. Sanguinem conse-
crare : dum funditur. Animam servare : dum perditur.
Pedus protegeré : dum nudatur. Propriis vulneribus cor-
pus hostile perfodere. Conseq li gauJia per dolorem : vi-
étoriam parare per mortem. Vobis ad ista venientibu; ille
celestis militie princeps : á quo Jesu Nave est conñrma-
tus occurrit non animo sequendus trepido : nec visu ad-
dubitandum incerto. Et agaitione clarus : ¡k nullius mcru-
pa-
43^ España Sagrada,
pavoris adorandiis. Nec interrogandus vobis ostenditur:
sed credendus. Mérito tam cito : mérito tam fortiter trium-
phastis. Niimquam enim occumbit vidus : qai sic proce-
dit armatus. Stiipet hic súbito bebes & bruta gentilitas ad
novas acies veteranos milites adveiiisse. Mutat stipendia:
& sacramenta conversa. Incusat mutdta;n fidem fiJelis ¡nfi-
delitate pérfida. Versat se variis in diversis coticiliis he-
roas Dei promissis primum ad(»ressura : post penis. Furit
gemino felle accensabilis j'idicis : gemuHt sepiíis repetita
supplicia : & reduda sensuum ipsorum excruciabili dila-
tione tormenta. Ingenióse peccantium pene: & recrudes-
centium cicatricum sensim semper recissa vestigta. Divisi
per momenta cruciatus : & misare neces artificii lan^^uo-
re lencate. Stridula caten irum O'iera : ceci carceres pro-
funda n pedoretu : excogitata acuminum instrumenta : &c
indormitabilium vexationum inqaietam quietem. Nihil noa
cruentum in M irtyres potuit ii)Ferre : qui suam seviciam
puJu't publicare. Qjia novorum Martyrum virtus solem-
nitate confessionis excessit furiam persequentis. Quamvis
autem cauta versutia memoriam monimentorum tentaret
abolere : non potuit tamen canela subtrafiere. Fraudantur
annalia : mirabiiia perseverant. Delentur pagine : manse-
ra virtutes. Servavit fides majora : quam perdidit. Slqui-
dem post decursas omnium conñiduuin questiones: cum per
ultimam sententi jm ducerentur : tantum videbatur perse-
cutoribus ad supplicium : quantum Martyribus ad trium-
phum. In consp^du omnium anulum atque orarium aurls:
ad celum subvehenda misenint. Suscipiuntur obsequente
flatu : in favoris divini testimonio fidelium pignora fercu-
lorum. Rarescunt diu sequentibus o valis stupefacla miracu-
la: & evanescente jam summi aeris spacio: fraudatur ins-
pedio destituta. Intrant astrorum secreta dignanter susci-
pienda donaría : non precio extiman la : sed mérito. Anu-
ius refert fidei signum ; orarium coafessionis iniicium.
Mirt/rii minera utraque testata : iliud cris: iaoc cordís.
Qii'a juxta divinam sententiam : & in corde fides est : &
ui ore confessio. Hec circa Martyres nostros dignationis
di-
Apéndice VI. 433
divine fuere principia : sed nunc manent : eternaque ma-
nebiint potiora premia conseciita. Per te Trinitas Deiis:
cui omnes Angelí atque Archangeli non cessant clamare:
ita dicentes ; Sandus.
IV.
ELOGIUM
PER S. GREGOR. TURÓN.
CAlagurris urbs Hispanise Hemeterium, Chelídoniumque
Martyres gestat , quae saepe ab eorum virtute mira-
cula cernendo , diversarum segritudinura medicamina ca-,
pit. Hi etenim Martyres á persecutore comprehensi , at-
que ad supplicium rapti , dum diversis poenis afficerentur,
ob divini nominis confessionem , excepta ultimae damnatio-
nis sententiá, deducuntur ad decoUandum. Cumque eorum
capita Helor incideret , rairaculum populis magnum appa-
ruit. Nam unius annulus , orariumque alterius, nube sus-
ceptum est , & in caelis eveélum viderunt. Haec omnes qui
aderant , usquequo acies oculorum intendere potuit , ful-
gorem scilicet auri, candoremque lintel , suspedu seque-
bantur attoniti. PrcTbet hujus rei testimonlum Aurelius Cle-
m^ns in libro Coronarum his versibus dlcens:
lila laus occulta non est , nec senescit tempore,
Missa quód sursum per auras evolarunt muñera.
Quae viam patere caeli pra?micando ostenderent.
IIÜus fidem figurans , nube fertur annulus:
Hic sui dat pignus oris , ut ferunt , orarlum:
Quae superno rapta flatu lucis intrant Intimum.
Per poli liquentis axera fulgor aurl absconditur;
Ac diu visum sequacem textllis candor fugit:
Subvehuntur usque in astra , nec videnlur amplius*
, ■ ; ; - f}^ ciJív. .
Tom. XXXllL " " ' - jii ^x
434 España Sagrada,
V.
EX ECCLESIM BURGENSIS , CASTELLM
veteris Metrópolis .¡ Ecclesiastlcis Tabulis,
NOstrorum nonnuUa incuria , sed Ethnicorum sumno
scelere Óí malitia fa¿lum est , ut Einiíherii & Cele-
donii fratrum , Martyrum praestantissimoruní , ortus nata-
leqiie solum , tüm etiafn tempus Martyrii , generaque tor-
mentorum (quae memoria á patribus in filios derivata
tenet füisse attrocissima) penitus oblitterata incomperta-
que sint. Quippe Consulem illum , á quo martyrio suiít
afeéli, constantiam eorum miraculaque admiratum , cons-
tat ad consilium retulisse , pertinere ad deorum suorum
majestatem ,ut Martyrum tam insignium prc-econia stupen-
daque miracula perpetuo silentio obruerentur , ne contemp-
tis Gentilium simulacris, Christus ubique praedicaretur , &
ab ómnibus Ciiristus veneraretur.
Quare paucula nobis vestigia supersunt , quae pii Scrip-
tores memoriae postea tradiderunt : Legionarios scilicet
fuisse- milites Emitherium & Celedonium , atque in Hispa-
nia sub Consolé Romano stipendia fecisse, conjedurn p^rci-
piturrquin etiam Legionem Hispaniae urbem , á Legione , in
quá hi Martyres militarunt , nomen traxisse : ut , quae ion-
gam ibi mansionem habuerit , principium & veluti semina-
rium dederit urbi. Quam^vis sint, qui dicant á Leovigildo
Gothorum Rege nomen inditum fuisse.
lUud etiam non potuit hominum é memoria excidere:
mutuis cohortationibus Sandos Martyres se animasse (natn
utriusque extat oratio) ad deserendam Romanorum mili-
tiam , Christique vidricia signa sequenda. Ceterum post-
quam se Christianos esse professi sunt , atque Calagurium
civitatem deportati ,- cum multis diebus sint in vinculis de-
tenti , quibus tormentis fuerint excruciati , quibus miracu-
lis Consulem ipsosque tortores attonitos reddiderint , ma-
Apéndice VI. 435
xíma Consulis solertia cautum & curatumest , ne in vul-
^,u^ prodiret. Sed improborum malicia occultare non va-
Iuit,quod in eorum martyrio admiratione máxima cele-
bratur. Nam cam ad supplicium traherentur , capite mox
pledendi Sané^i Martyres, signa non utique vulgaria dedé-
re , quó illis esset triincatis capitibus demigrandum. Al-
ter enioi annuUim projecit , alter orarium , qLue manibus
eorum elapsa tanta sunt velocitate sive á vento , sive á nu-
be correpta , sursumqiie delata, ut videntibus cunftis cáe-
los momento temporis penetraverint , quorum corpora Ca-
Iaguri:e, capita vero in oppido de Sant Ander CoUegiat^
Ecclesiá Burgensis Dioecesis , summá hominum veneratione
sepulta jacent.
VI.
EX CERRATENSI IN FITIS SS.
EMeterius & Celedonius apud Legionem urbem milites
militaría stipendia accipientes, exurgente persecutio-
nis procella , pro confessione nominis gratis inimicis Chris-
tianse fidei se obtulerunt dicentes: Satis mundo militaví-
mus , jam tempus est ut mundi Domino militemus. Qui
tempti , & plurimis afflidi tormentis , Calagurrim usque
perdiiííti , ibi sententia capitali martyrio coronati sunt.
Cumque occiderentur , magnum populis miraculum appa-
ruit ; nam unus orarium prsetiosum , alius annuium Deo
pariter obtulerunt, signum futuri muneris ad caelum praemi-
serunt,unum quod esset (*) fidei signum , aliud fa voris
indicium , & cundis qui aderant videntibus nubes ea sus-
cepit , & in caelum sunt (*): Corpora autem eorum se-
pulta sunt Calagurrim.
(*) Ms. essent. (*) deesl verhum.
I
43 6 España Sagrada.
vn.
TRANSLATIO CORPORUM SANCTORUM
qu¿e Cardonenses esse credunt Emetherii ^
Celedona Martyrum Calagurritanomm,
IN nomine Sandíe Trinitatis & indi viduae Uní tatís,Patris
& Filii & Spiritus Sandi. Amen.
Cum quaedam dúo corpora Sindorum , unus quorum no-
minatur Beatus Emetheríus , & alter B. Cele.ionius , quo-
rum passio legitur in datario tertía die mensis Martii essent
constituta in quadam valle sive forest , & in quadam Ca-
pilla minima loco vocato Sallers infra Cwmptatum Cardo-
nae , & servitium debitum prout merebantur secundum eo-
rum vitam , & utriusque corporis , & passionem per eos ad
honorem & propter amorem Domini nostri Jesu Christi
sustentatum in ipso loco sive foresc non fiebat , sive de-
corabantur , & memoria eorum data erat populis mukis
oblivioni, eo quod audientium auribus gloriam sanétv)ruin .
corporum taciturnitas pnedicantium abnegavit. Ideo nobi-
lis Vir Dominus Joannes Raymundus de Cardona Admiran-
dus sive Almirant Illustrisstmi Domni M^:rtini D¿\ gratia
Regís Aragonii, Valentiae , Majoricse, SaniiniEe , Corcica?,
Comesque Barcinonae, Rossilionis , <k Ceritanii , &omnium
suorum Regnorum & dominationura , filiusque h.^reaisa-
riüs egregii , ¿¿ multum potentis nobüis Viri Domni Hu-
gonis eadem gratia habens in príedidis Sauí^lis, qui in di-
da Valle foresta , & inhabitabili constituti erant donatio-
nem magnam traétavit , una cnm pn)bis hominibus Viilae
Cardoníe , cum venerabili Raymundo de Píaoslo domice-
]lo , qui vallem praedidam & castra de Sallers tenet in faeu-
dum pro dido Domno Comité Cardoníe, oí dido suo nobi-
li filio , quod didaSandorum corpora translntarentnr de
praedida valle sive forest , 6{ eorum Cupella ad Villam
-■'.'. suam
Jpendice VIL 437
suam Cárdense , & Ecclesiam Parochialem S. Michaelis ip-
sius Villae Cardonae propter honorem & augmentum gloriíe
didorum Sandorum corporum eis fiendam de cetero , & ut
etiam ipsa corpora Saiidorjm , & pro eis dida Ecclesia
Parochialis congruis honoribus frequententur , & Christi
fideles eis libentius causa devotionis confluant ad eosdem,
& visitent. Quae quidem translatio fuit fada proedidorum
duonim beatorum Sandorum in praedida Eccles;a Paro-
chiali S. Michaelis Cardonoe , scilicet die Dominica , quíe
computabatur decima nona mensisOdobris, anno áNativi-
tate Dñi. milessimo tricenteásimo nonage^^simo nono , cum
multorum devola oraiione processione , de qua ego Nota-
rius infrascriptus fidcm ocuJarem fació , quia praesens fui
& vidi. In qua quidem processione pra^didae translationis,
quae dida die celébrala fuit de quodam loco vocato les
Torres , qui est longe murum seu pórtale didc£ Villas Car-
donae per spatium de dos trest de ballesta , in quo fuerunt
posita ipsa Sandorum corpora : fiieruut prí£seníes videli-
cet , praedidus egregios Domnus Comes Cardonae ,& didus
ejus nobilis filius Joannes Raymundus de Cardona Admi-
randus didi lllustrissimi Domini Regis , & nobilis Hugo de
Angularia ejus frater ex utroque latere , cum ceteris plu-
ribus miliiibus , & hominibus de paratis , eo & tota Uní--
versitate Villae Cardonae , tam maribus, quam foemjnis , &
probis hominibus. ejusdem , & etiam nobilis Domina Jo-
anna filia incliti & multum & multum expedabilis Ducis de
ducia conjuxque prcedidi nobilis viri Jcannis de Cardona
Admirandi , & quatuor sórores nobilis Don ni Admirandi,
cum tota eorum curia. Quam quidem celebraiionem didae
sandae processionis fecerunt , & praesentes fuerunt vide-
licet Reverendus Fiater Berenga: ius de Torrigues, Abbas
Monasterü S. M?riae de Serraieixio Urgellensis Dioccesis
cum toto suo Conventu Ordinis S. Bencdidi , qui Missam
& Officium fecit & cekbravit. It.m Reverendus Francis-
cusde Besora, Abbas Monasterü S. Vincentii Cardorae cum
toto suo Conventu Ordinis S. Augustini didae Urgellensis
Diceccsjs. ítem 6í plures Canonici , 5í Beneficiati Monas-
- te-
4^8 España Sagrada,
terii S. Mari2e Celsonaí , did.e Urgellensis Dioecesis. Itera
'6c Venerabiiis Prior Monasterii S. Laurentii de Moninys,
(JrJinisS. Benedidi Urgellensis Dioecesis cum tote suo ho-
norabili Conveatu. Ítem & Canonici Prioratus S. Jacobi de
CalafF , Ordinis S. Auj^ustini Vicensis Dicecesis. Ítem & Fra-
ter Joannes de Pegueria , de Ordine Fratrum Minorum ¡n
Sacra pagina Magister. ítem dúo Fratres Minores de Con-
venta Monasterii Fratrum Minorum Cervarias diétae Vi-
censis Dioecesis. Ítem Frater Bernardus Antiguel , Prior
Conventus Prcedicatorum Monasterii Castiiionis Impuria-
rum Gerundensis Dioecesis cum Fratre Antonio Carrera,
Confessore Domni Comitis Imouriarum. ítem & Ledor
cum tribus Fratribu> Manasterii BeatcC Marías de Carmillo
Civitatis Minorissae. Ítem Discretus Sí Venerabiiis Romeas
Grosseti , Officialis Cardonx pro D.)mno Urgellensi Epis-
copo cum ómnibus Reéloribus sui Ofíicialatus. ítem & Ve-
nerabiiis & Discretas Franciscus de Xavei , Reélor diélae
Ecclesis Parochialis S. Michaelis Cardonae cum ómnibus
Beneficiatis didae suas Ecclesiae Parochialis, Similiter fue-
runt prcesentes in praediéla translatione & processione ejus-
dem dieta die Dominica honorabilis Ugnetusde Rosanes Mi-
les , & honorabilis Petrus Ripoili in Legibus Licenciatus Ju-
dex totius Comitatus Cardonas ; & Venerabiiis Petrus Des-
corp, Petrus Olivoni , & Jacobus Merola Cónsules. Petrus
Giberti , ügno de Aquüanio , Petrus probi homines
Villx Cardonse ,& Venerabiiis & Discretus Arnaldus Viñes,
Magister in Artibus , & Baccallareus in Medicina , & piu-
les probi homines diversorum locorum , 6c Villarum vici-
natus dito Vills Cardonse.
NO-
Apéndice VIII. 439
NOTA.
Nicolaus ^titonhs , Tom, 2. Biblioth, Vet, Lih, 7.
cap, I.
Ejusdem Ascetefii (Sandi l¿m\\\2Ln\){Monachus fuit e> -
dem fere tempore Grimoaldiis , seu Gv\m3.\dus ^ nempe cir-
ca annum sceculi (duodecimi ) nonagessimum odfavum. Hic
latino atque eleganti stylo scripsisse refertur vitatn &
mortem S, Dominici de Silos , translationem item corporis
S, Feliris d Castello B ¿libio {quod Haro nunc audire ere-
dunt) ad Monasterium Mmilianense,
VIH
TRANSLATJO CORPORIS S, FELICIS
ex castro Bilibiensi in per celebre Monasterium
S. Mmiliani Cucullati,
Incipit Praefatíum in Historiam translationis
B. Felicis egregii Christi Confessoris.
PAstorali audoritate , & paterna pietate , imposuisti mi-
hi Grimaldo , Biasi , Abba venerande Congregationis
¡n Monasterio S. iEmiliani Confessoris Christi , Omnipoten-
ti Deo servientis , ut quia Deo dignus Braulio Caesarau-
gustanae Sedis Episcoous inseruit adibus beatissimi Ó£ pr^e-
nominati yEmiliani brevissimo relatu felicem cursum , &
agonem, atque triumptium B. Felicis Presbyteri contra an-
tiquum hostem , in Bilibiensi castro feliciter fore comple-
tum , ejusque exemplo Beatum ^milianum ad mundi con-
temptum , & ad superni Regis servitium esse animatum,
doétrinaque perspicaci diligenter instrudum : ego quoque
translationem sacri corporis B. Felicis , quam per te, & per
devotam tibí quam Deo subditam Congregationem Donii-
iíUS
440 España í:^ agrada,
ñus complerí voluit , litteris tradatn ad íeiificationem pos»
reriorum, atque nostram qiiidem, opus optabile satis , ni
obstaret vitiuin meoe eloquentiae , atque imperiticc. Ergo
fisus de clementissimi Dei misericordia ,cujüs muñere ine-
íFabili, infantibus & indodis , atque mn«:is, brutisque ani-
rnalibus doélé loqucndi datur efficacia : aggressus sum tais
justissimis praeceptis , pro scire, & pro posse modo parere.
Periculosum nemp^ intellexi crimen esse , nimísque formi-
dabile , tam ?equissimce praeceptioni contradicere , obsti-
nantérque contraire,& non potius omni jussu (i) omníque
vigilantia obedire. Deum enim benignum supplíciter invo-
co, quo valeam , salvii fide , sanoque intelleélu seriem hu-
]us rolationis ad eíFedum perducere , & quomodo sacra
raembra viri Dei Felicis Presbyteri á proprio túmulo su-
biata, £í ad locum in qúo nunc venerantur , sunt delata,
fideü scripto elucidare.
INCIPIT TEXTUS HISTORIíE
Trunslationis sacri corporis
B. FELICIS
Confessoris Christi.
CUM Igitur gloriosas Rex Aldefonsus , filius Ferdinindí
Regis strenu'ssimi viri , apud Hispaniam arcem te-
neret imperii , & undique resistente? sibi numerosis, prae-
clarisque viéloriis suo subjugasset dominatui; inter suos no-
bilissimos frequentissimosque triumphos etiam Toletum ur-
bem Regiam retinentem , totiusque Hi.spanise monarchiam,
á spurcissima gente Agarenorum dudum impugnatam, &
expugnatam ^ 6i usque ad témpora sui regni eorum tur-
pissima violentia subadam , captivatam 6i oppressam , con-
ce-
(O Fidetar legendam,n\zu.
Apcrtáice Vííl. 441
medente misericordia Domini , & insudante vÍTÍliter manii
militari, pristinae libertnti , nobilitatique restituit, reírgióso-
■que cultu Christianitatis amiiiiavit , omiiigena honéstate de-
coravit, 6í insuper , Papa Sedis Apostolicae annueiite, eidem
Regiae urbi antiquam Archipr£e.su!atns infulam reddente,
curtí acclamatione cle'ri. ^& popiili Archicpiscopum irí ea
ordinavit. Hoc itaque ten-rpord quidam venerabilis Mo-
naclius BUisiiis vir bene rel{gio<:us iíí Monasterio S. ^milia-
ni sito intraCalagurritanura territorium ,onus pastorale ge-
rebat, quod , ut possibile est humanae fragilitati , & quan-
tum hotninibus datuin est cognoscere., exemplo & verbo
■decorabat. . Hic itaque Abba prudens reperiens in beati
u^nilíani gestis , viriim Oei Felicení Pre^byterum in cas-
tro Bilibiensi , migrasse ad-Dominam , ¿¿ ibi per multa
curricula temporis esse reconditum : ardua & pene in-
accessibili difficultate castri frequentem populorum pr^»hi-
bente accessum , in residuo intéruíe mentís desiderio aestua-
«bat , & quo ingenio , vel labore praefatr faniuli Dei Fe-
-licis Presbyteri artus ,' de tam inhabitabili j& vili loco,
•ad Ecclesiam S. i^rniliani ejus discipuli transferret , labo-
rabat , ubi honorifice reconditum , ab omni populo vene-
raretur , & ipse populus ipsius meritis ¿k precibus tuere-
.tQr^:& ab ómnibus incursibus inimicorum visibilium ,&
invisibilium ,ejus obtentu defenderetur , patrocinio frueré-
tur , príesentia ketificaretur. Quod suum justum & lauda-
bile desiderium cum fratribus retuiisset , (k quod animo ge-
reret, palám exposuisset , unanimiter omnts Deo gratia?
referentes , in magna exultationis voce proruperunt , ac
■desiderium Abbatis justum & bonum esse concjamaverunt.
.'Abbas igitur , ut erat vir solertissimus , & nulla iíidustria
ijustce ac reélíe rationis indigus , intrasui cordis arcana cce^
pit diligenter considerare , & sagaciter perpendere , quia
cundi licet suum desiderium laudarení , & ut ad effeétum
perduceret, pari consensu admonerent ; tamen judicavit
non posse juste & sine inquietud i ne omni compleri absque
auéloritate & permissioneRegali. Accepto hoc- itaque sa-
íiubri consilio, &. quibusdam fratribus viris boni testimo-
-yTQm.XXXAIL Kkk iiii
44*^ J^spaña Sagrada,
nú sibi adjunéti^ , nd pr.-enominatinn Aldefonsuin Regem
perrexit , desiderium , quod animo retineb^t , apeniit , Ó$
ut eo annuente , & adjuvante cotnplere posset , expetiit.
Rex vero (erat enim plenissime adornatus o;-nnl divino
ac humino studio) m3x ut laudabile desideriu:n , justam-
que petitionem Abbatis intellexit, beniq;fiissicne assensnm
praeb'iit : & nt membra B. FelicisPresbyteri de castro Bi-
libiensi , ad Ecclesiam B. /Einiliani illius discipuli honori-
fice transferrentur , corana adstante nobili multitadineop-
timatum totius provincine , publica audoritate annuit. De-
niqae ¡psi Reí^i , & omibu? inhonestuin videbatur , ut
tanti viri corpjs tina himili loco retineretur , ¿í tana vi-
li túmulo tegeretiir. Pr^efitus ergo Abbas Biasiiis adeptus,
ut optaverat , effjCtuTi sni desiderii , ac petiLio.iis , rever-
sus est ad suum M^nasterium cum magno affedii exulta-
tionis. Sed ut mos est, secularibis obstantibus , atque
omaj ex parte impedientibus plurimis ac diversis curis
Ecclesiasticis , mundanisque occupationibus , quod magno
voto suae mentís comptendum diffinierat , supradiélis ca-
sibus accidentibus , protelatione ómnibus fratribus moles-
ta, nimiumque t3eiiosa,non satis justa consideratione ac
deliberatione ,de die in diem prolongabat ;etenim ista traa-
sitoriis intentus negligebat : quas res omnes fratres nimia
ímportunitate vexabat, & vehementi anxietate affligebat.
Itaque fratres praefatiCoenobii , ac negligentia patris sui
coadi , & accepto consilio salubri, eumJem Abbatem co-
mmuniter convenerunt , & hu nili, convenientíque allocu-
tione reverenter dixerunt : Provideat , Pater Charissime,
pietas tna , & perspicax industria , ne status hujus sanéti-
ssimi Cxnobii tibi divina providentia commissi , dum ín
hoc corpore moraris , atque vitali spiritu frueris , aliquam
in partem vaciilet , vel labefaéletur , aut degradetur , vel
aliqui sui honéstate fraudetur, vel (quod absit) aliqua in-
curia dedecoretur , aut blasfemetur , sed semper tuo ¡ns-
tanti studio pervigiiíque labore, nobis ómnibus tecum co-
mmuniter laborantibus aiigmentetur providentia divina , at-
que imitabiii cenversatione nobilitetur & amplificetur , ut
do-
Apéndice VIII. 443
domino tuo redeunte de longinqua peregrlnatioñe , videli-
cet Domino Jesu , summo , vero , & bono pastore , non
cum negligenti servo in exterioribus tenebris retrudaris,
sed potius cum fidelibus servís in gaudium Domini tul in-
trare merearis. Non ergo moveat bonitatem , vel patien-
tiam tuam , pastor venerande , nos haec tibi temerario ausu
retulisse , qiiia Deo teste , quem solum visorem &intelle-
élorem humanarum cogitationiim scimus esse , quod omnis
nostra oratio de íonte procedit non fi<5iae charitatis , ca-
rens omnino execrabili nubilo falsitatis , seu calliditatis. Si
ergo jubet sanélitas tua , ad publicum proferemus , cur
ista tibi retulimus. Jubente ergo Abbate , fratres ei tale
responsum reddidere curnm agna honéstate :Dudum tu, pa-
ter , opus te faélurum nobis promisseras , de quo nos
ingenti gaudio laetificaveras , nempé corpus beati Felicis
Presbyteri , de loco in quo nunc negligenter , & inhoneste
tenetur reconditum, te ad nostrum Monasterium transla-
turum disposueras,& hoc etiam benigno voto proposueras,
auribusque RegalilDUs intimaveras , & ab eo jam licentiam
transferendi , ut dcsideranter optaveras , devotissima pro-
missione acceperas. Nunc vero nescimus , quo paélo rem
tam optabilem,& nobis, successoribusque nostris omnino
utilem , parvipendendo negligis , nec ad effedum perdu-
cere satagis , cum hoc foret perpetua salus tuae anims,
& funditus desiderabilis tui protedio corporis , & insuper
relinques nomen memoriale , expleto tuae vitae tempore,
quod nulla oblivio unquam possit obliterare : at fortasse
si ut coepisti perficere , quanto ejus hoc opus neglexeris,
eveniet quod timemus , nam concedetur alteri ccelestis the •
saurus nobis promissus , & nos ipso frustrati ^ frustra do-
lebimus. Quo circa rogamus tuam misericordem pictatem
communi obsecratione , ut quod proposuisti , & etiam in-
ccpisti , nobis tecum laborantibus coneris adimplere , re-
mota omni dilatione , aut excusatione. Motus igitur Abba
hac justa venerabilium fratrum admonitione & querimo-
iiia,spondet sub modesta & salubri testificatione se ocyus
completurum quod requirebat benigna, 61 Deo accepta-
Kkk 2 bi-
444 'España Sagrada..
bilis petitío ipsorum. Hac, miti & hiimiii responsioné Pa^
tris la?tificat¡ fratres valde , crebribii"? , studiosísque pre-
cibus exorab'ant Dominum , uC sua clemeniia , eorum non
despiceret desiderium , sed dignaretur ín bono complere,
concesso sibi praefati viri Del Felicis Presbyteri pretioso
corpore: quorunn vota fiJe poUentia omnipotentis üei cle-
mentia veloci effedu dignanter adimplevit , & postulata
concessit : juxta namque Apostolicum pnaeceptum, in fide
postulaverunt , & nihil haesitaverunt, & ideó tjuod petie-
rant, sine omni dÜatione accipere , meruerunt. Nunc er-
go fideli relatlone referamus , quomodo annuente misera-
tione Domini trans'atiiin sit felicissimum B. Felicis corpas.
Quia ergo longum est enarrare , ne fastidium videamur
legentibiis ingerere , ad enarrandam B. Felicis translitio-
rem , articulum revertamur , & ut fadi est , per ordinem
]ibenter , & fideliter audientibus referamus.
Igitur Monaciii Coenobii B. TEmiliani in unum congre-
gati ad domnunl Abbatem Blasium adeuntes , ut sicut oliin
promiserat , corpus beati Presbyteri Felicis tumulatum in
Castelio Bilibiensi transferre curaret , liumiliter hortantur,
6¿ his eum verbis alloquuntur : Cernís , Pater diledissime,
m partes Hispaniarum máxima bella & persecutiones non
módicas increvisse , & gentem suner gentem surrexisse.
^Perpendat ergo tua pía solertia , quia si transferre , sicut
destinasti , studueris beati Felicis Presbyteri quiescentis in
castro Bilibiensi sacratis^^ima membra , sine dubio sandissi-
mis meritis ipsius , & p'issimis intercessionibus , Dominus
pro peccatis totius terree ofFensus, & veliementer iratus,
clementer repropitiabitur , & patriee nostrae barbara per-
secutione vehementer 'afflid« pie ac benigné sine dilatione
miserebitur. Prudens igitur vir Abba Blasius intelligens con-
silium , ¿£ admonitionem Dei servofum esse justam , bo-
nam , & sanam , & omnino rationabilem , decrevit , quod
exposcebant , complere absque aliqua retardatione , seu
dilatione. In hoc itaque Deo acceptabili fado etiam non
defuit verax vi^^io divinitus ostensá. In Ecclesia ergo bea-i-
li iíilmiliafti cui^am raoFiacho quieacentlapparuit in sQmni»
- -i quae-
Apéndice VIH. 445
qjjsedam congregatio pulcherrima decorls & albis vestibus
decorata ( & ut mos est Religioni Ecclesiasticae ) ad pro-
cessionem parata decentissime. Ipsis igitur egressis , ap-
püruerunt ante oculos ejus alii dúo homines vuliu & ha-
biíii extraneo , veluti hospites , qui ad eum acoesserunt,
& hoc ei benignissimo ac reverentissimo sermone dixe-
runt : Cur tana .moróse , & negligenter diífertis deferre
ad istam Ecclesiam artus B'jati Felicis? Hoc in veritate
dicitur vobis , quod si amplius corpus ejus transferre ne-
glexeritis , & corpore, & patrocinio illiiis amplius care-
bitis. Quibus ille respondit : Doraini mei , onus tam pre-
tiosi & difficilis operis , non debetis (si placet vobis ) im-
ponere mihi , sed potius lioc decet vos indicare Domino
Abbati : res autem tam ardua & divina pertinet ad illius
prudentissimam excellentiam , & magnam peritiae intelli-
gentiam , non ad meam humilem , & penitus indodam in-
sipientiam. Hoc enim peritia , & consilium illius salubre
valet honestissime adimplere , non mea impossibilitas Sí
imperitia , quae funditus altioris ingenii est ignara. Qui
protinus tale responsum rcddiderunt : Ne ergo sit vo-
bis aliqua occasio excusationis , non pigeat te venire no-
biscum , & certissimé ostendemus tibi sacratissimi tumu^»
]i B. Felicis Presbyteri locum. Quos dum secutus fuisser,
& ad difficillimum , & perarduum ascensum Biiibiensis
castelli pervenerunt , cujus asperum introitum , & cacumen
altissimum , atque penitus inaccessibile , sine aliqua tardi-
tate , ac labore prospero , & inoffenso gradu ascenderunr,
Jn cujus castri valde eminenti cacumine pariter constitu-
ti , ostenderunt prsefato fratri locum sepulcri B. Feücis
Presbyteri , Beati /Emiliani quondam didascali , (k diligen-
ter designaverunt ei caput sepulcri B. Feücis confessoris
Christi esse positum sub pariete altaris. Hoc viso , ille
frater á somno surrexit , & sequenti die , congregatis fra-
tribus in presentía Domini Blasii Abbatis , cuíida , qu^
viderat , per ordinem exposuit. Ergo Domnus Abba Bla-
sius, & totus fratrum conventus, ut hoc audierunt, una-
tíimi voto , & consona vece Deum laudaverunt , gratlas
44^ España Sagrada,
magnas retulerunt , & obnixis precibus , ac devotisomni-
potentis Dei clementiam ñagitaverunt ; ut donum suae mi-
sericordiae , quod eis sua gratuita pietate dignatus fuerat
ostendere , dignaretur etiam ad dcsiderabilem effeduin
perducere. Castruiíi autem Bilibiense, quod retinebat , ut
supra retulimiis , sanéta B. Felicis membra , in ipso tem-
pore erat sub Lupi eyjregii Comitis , & streuuissimi militis,
atque devoti Deo famuli dominio Regali donativo , 6í
ideo sine ejus consensu , & adjutorio non poterat justé,
& honesté ad effertam perd.ici optabilis corporis Beati Fe-
licis translatio. At Comes Lupus habebat conjugem The-
clam nomine , Deo , ut hominibus potest esse notum , ia
ómnibus operibus suis satis acceptabilem : q libus Dvjminus
Abba Blasius patenti Óc humili prece desiderium sai cor-
dis intimavit , Óíutsui adjutores essent in hoc fado , hu-
militer expostulavit , praebendo facultatem intrandi intra
castra Bilibiensiscasteili. Qui , ut erant prudentissimi &
sagacis ingenii , vera & prudenti responsione sunt usi : nam
unanimi concordia , Óí una voce tale responsum reddide-
runt Abbati sacra membra Beati Felicis qucerenti de Cas-
tro Bilibiensi ad Monasterium S. /Emiliani sui quondam
discipuli transferre cupienti. Intelligimus , Pater dileélissi-
me , desiderium tuum sandum & justum esse , sed non est
nostr^ audoritatis & possibilitatis aücui viventi homini
hanc licentiam tribuere, ut castra Bilibiensis Regalis castri
temeré aut violenter irrumpat , & felicissimum corpus
Sandi Felicis ad alium locum transferat. Hoc ergo desi-
derii tui cordis monitis vestris obtemperans salubribus
Regalibus intimare non differas auribus , et si ab eo hoc
potueris impetrare , scito nos ómnibus modis tuae piae pe-
titioni libentissime favere. Vir itaque prudentissimus Ab-
ba Blasius tam salubri accepto consilio , sine dilatione Re-
gem Adefonsum adit : & ut ante Comiti Lupo intimaverat,
ipsi Regi voluntatem sui desiderii intimavit- Sed pruden-
tissimus Rex mox ut audivit , hujusmodi responsionem Ab-
bati d^dit : Mihi videtur , Pater venerande , nimis difficilli-
mum , ¿í grave aliquod sandissimi viri corpus inquietare,
ac
Apéndice VIÍI. 447
ac transferre : nttamen iie videar esse contrarius vesiris
justis desideriis , & sandis oper bus , pergite cu:ii omnipo-
tentis Dei benedidione , & si piacet ipsi Sando Feiici,
Corpus ejus secundum desideriu^n vestrum transferte ; si
aiitem super hoc (quod absit ) fadain , aliquod infortu-
nium divin'tus fuerit illatum , tn'hi itide non imputetur
culpa : ego me omnino judico indicrtuim ík ignarum esse
re tam sanítissima. Igitur Abbi Blasius 'a?tus ad Monaste-
rium Beati iEmiliani est reversus , ¿í communi ac salubri
consilio accepto, cunélisque indiéto triduano jejunio , om-
nes interno cordis nixu exorabant Dominum , ut suo gra-
tuito dono eorum complere dignaretur desiderium omni
patriae proficuum. Eleélis igitur ab Abbate duodecim. fra-
tribus ad hoc sandissimum opus idoneis ex omni congre-
gatione , ordinatisque rebus necesariis , profedi sunt gra-
tia Dei praeeunte ad castrum sjepe fatum Bilibiense. Ita-
que concedente Sí permitiente jussu Lupi Comitis , & suae
Deo dignse Theclae conjugis, á custode castelli statim aper-
tis portarum obstaculis ^ ascenderunt iilius arduam rupem,
& pervenerunt ad ipsius prsecelsam planitiem , in qua di-
vina mysteria congrua ac devota intentione celebraverunt.
Hisque rite pcraéíis , cum timore ac tremore , & curtí
magna precum supplicatione , & cum satis digna devo-
tione , ad locum sepulcri per visionem fratris , ut superius
reiuÜmus demonstrati , accesserunt. Quod sepulchrum in
summirate rupis ante altare Ecclesiae in eodem loco fun-
datae in orientali parte erat construflum , & artificis arte
faéto fornice , de suspenso punice coopertum : rataque sus-
pensi punicis congerie , invenerunt ligneum sepulcliruíH,
in quo erat pretiosum corpus Beati Feiicis Chrísti egregii
Confessoris , negligenter , & non ut decebat tam santUs-
simum virum reconditum , omninó viiiss mum , retinens
tamen thesaurum magnum omnium thesaurorum pretio-
sissimi obrizi purissimum : eratque illud sepulchrum sicut
in visu fuerat fratri demonstratum , parieti altaris satis
proximum atque contiguum. Ablata ergo opertione sacri
íumuii , íion est passa pietas Domini foré occultum meri-
tum
448 España Sagrada,
tum beati corporis in eo reconditi : nam statim ab éodem
túmulo cgressa suavissimi odoris fragrantia , odoribus
omnium anteponenda aromatum. Referebant denique illic
aJ-stantes cum magna terribilis sacramenti testificationc,
se numquam tam mirae suavitatis odorem setisisse , qua
us¡ sunt, detedo bt'ati viri corpore. Cum digna itaque ve-
neratione, & cum debiti cultus executione sacra membra
trafíantes , & cum magn^e reiigionis hon orificentia , de
^locello humilla tumuli erigentes , pretio^-issimis 61 mundis-
simis palliis diligentissime involverunt , atque tripudiantes
de caelesti ihesauro sibi ( Domino concedente ) concesso,
cum ingenti exuUatione ad proprium B¿ati /G nüiani Mo-
nasterium redierunt. interea fama iiujus praeclarissimi ope-
tís cito volátil innoiuit ómnibus circumjacentis regionis
■popuiis ; B^ati Feicis sacra membra de Castro Biübiensi
ad Monasterium viri Dei^miliani , sui quondam discipuli
esse translata : ob qaam rem multos invasitstupor nimius,
multosque ad credendum seduxit incredulitatis scrupulus^
(Omnino.]ue imoossibiie videbatur ómnibus hoc tam mira-
bile donum esse concessum praesentibus , quod omninó est
denegatum cunétis praedecessoribus. Moliti sunt certé hoc
•opiis perficere , videlicet sanéllssimi Felicis Presbyteri
CcnfessorisChristi sacratisslmum corpus á proprio túmu-
lo subtraliere , & alia ad loca transferre: sed quod om-
?nibus pr^decessoribus occultum Dei denegavit judicium,
•hoc patenter videmus, & intimo mentís aíFedu gaudemus
divinitus praesentibus esse donatum : & de muUis unuoi
•proferamus in médium omni veritate , & fideli referen-
tium relatione subuixum. Refert rumor veridicus mu!to-
írum assertione probatus , Garsiam Alabensem Episcopum
jussu Regís Garsiae , gratia transferendi corpus Beati Fe-
licis Presbyteri , ad ejus tumulumvenerabilem inconsulte &t
temerario ausu,& absque ulla divina adm.onicioneaocessisse:
"& quia hoc damnabili prae^umptione , & non aüquo divina
ínstinau faceré príe^umps^t : rnox ut sacratissimum sepul-
chrum sandlissirai viri , ut illud aperiret percussit , super-
•na ira terribili ültione non soluoi eum á ioco venerandl
tu-
Apéndice VIIT. 449
twmuli repulít, sed etiam deformi oris tortlone damnavit, ac
turpiter dehonestavit : & omnes \ qui eum viderunt , verum
^ssQ. hoc , quod de eo referimus , testificatí sunt. Orta er-
go insuper tempestate ingenti , omnes comités Episcopi
tanto terrore sunt exterriti , ut nnllus eorum crederet , ^q
posse periculura instantis. mortís evadere , & tam terribi-
lem vindictam severitatis supernae. Episcopu5 autem per-
cussus his plagis , & co'gni.ta virtute beatissimi Felicís
Confessoris ibi quiescentis , promissisque magnis votis, cura
sufs ómnibus á loco sacratissimi tumuli velociter recessír,
ñeque ad eumdem locum ulterius accederé praesumpsit: iíi
deformitate tamen sui oris non plene recepta sanitate óm-
nibus diebus vitse suse permansit. ígitur hac de causa usque
ad haec témpora Beati viri sepuichrum permansit inviolatum:
sed inefabilis gratia & benignitas omnipotentis Dei omnia
justissimo moderamine , & aequissima lance disponentis
dignata misericorditer visitare , locum retinentem felicia
membra Beati iEmiliani detexít, ut supra fideliter retulimus,
caelesti revelatioue, & concessit etdem sanétissimoCoeno-
bio sanélissimum corpas Beati Felicis Presbyteri su^i gratui-
ta & inenarrabili pietate. Gaudere igitur , & exultare
nos oportet , diledissimi , omni afF ctu devoti animi , .quos
praeclaro lumine meritorum reverenda praesentia tantorum
corporum sacrorum patronorum est dignata sublimiter ho-
norare & decorare : quuenus cum eisdem pvatronis nostris
pervenire mereamur ad gaudia ccternae beatitudinis. Prses-
tante Domino nostro Je-iu Christo, qui cum Patre oc Spiritu
Sando vivit & regnac per omnia scecula saeculorum. Amen.
Fada fuit haec translatio in Era M. C. XXVIIL viii. idus
Novembris.
Tom. XXXllL Lll IN-
4 c o España Sagrada,
IX
INCIPIUNT MIRACULA BEATI FELICIS,
-M Audore eodem Grimoaldo.-
De puero infirmo , & curvo sanato.
QUodam Dominico die , omni populo festivitatem bea-
ti Mirtini Turonici Episcopi celebrante, festo etiam
beati patroni nostri ^miliani instante , quidam pue-
rulus Julianus nomine , de Villa quae vulgariter vocatur
Cortices , medio nodis tempere percussus est súbita gra--
vis infirmitatis invalitudine ; qua nimium opprimente, tan-
ta est afflidus curvitate , ut penitus vultum sursum non
posset erigere : caput queque pedibus adhaerebat , nec
uHum membrum corporis officium sibi commissum adim-
plere valebat. Pater itaque pueri ipsius nimio dolore cor-
dis pro hoc infortunio filii sui vehementer affliétus , ata-
men de Oei misericordia non diffisus , eumdem filioluní
suum ad Monasterium beatorum confesiorum Felicis ¿c
^milianí dep' rtuvit , Óí eorum venerandis altaribus , mori-
bundum obtuüt , postulans precibus obnixis , ut eorura
meritis redderetur infelici puerulo optabiie munus inco^
luniitaüs. Stetit itaque ipso die festivo beati Martiui pa-
ter cum misérrimo filiólo ; sqquenti vero die naiaiis Beati
^miliani ,- iacens anie altare eontiguum corpori Beati
Feiicis Pre^ibytejL , tantae est redditus Süspitati,ut non so-
lum caput, quo veilet , erigere, sed etiam IcClus & agi-
lis hac & illac,nullo fulcieute , sed seioso proprios gres-
sus regente, discurreret. Hoc denique factum est coram
omni populi multitudine , qui ad soiemnitatem Beati jEmi-
liani undique coníiuxerat eodem die , & hoc divina m¡-
seratione concessum non discredimus utrorumque beatis-
simorum obüneíiiibus gloriosis meritis , & precibus.
Ve
Apéndice IX. 4Ji
Ve infirmo á febribus liberato,
QUidam etiam de Beati ^miliani Monasterii fratribusf»
Joannes nomine, vir bonae conversationis atque pru-
dentiae , custos Ecclesige , per annum integrum cuín
tribus mensibus , passus fuerat gravissimum quartanarum
febrium incommodum , qui Apostólica admonitione cum
fide , & sine haesitatione , & cum bona , humilique con-
fidentia ad Beati Felicis Confessoris Christi merita obse-
crans supplici devotarum precum instantia extinguí in
medullis sui corporis attrocium febrium incendia per
sandissimi Confessoris merita. Félix igitur confessor noxios
ardores infelicis passionis á membris se suppliciter pcstu-
lantis , benigna miseratione depulit , &: intra brevissimi
temporis spatium , pristinae ac melioratae sanitati resti-
tuit : qua perfedé recepta, Deum omnium bonorum lar-
gitorem , ac felicissimum Felicem egregium Christi Con-
fessorem summa cofdis devotione benedixit. ;
J)e infirmo d defeSiione sanato,
ALius quídam adolescentulus de congregatíone , Gar«
sia nomine, laborabat míserrimé totíus sui corporis
miserabili defedione , nec ab aliquo poterat aliquod reme-
dium tam onerosas infirmitatis percipere; sed ingravescente
quotidie , hujus gravissim:^ molestice invalitudine , into-
lerabili cruciatu cruciabatur : solumque exitum suae mise-
rabilis vitae anxia ,& nimium trémula pra^stolatione praes-
tolabatur : & penitus de temporali vita diffisus , de erep-
tione sua? animce assidua cordis contriti , & labiorum
deprecatione , Domiaum jugiter precabatur : hic itaque
aliquantulum recepto spiritu laudabilis fiduciae ad vene-
rabilem locum , in quo Beati Felicis Presbyteri saepe me-
morandi felicia membra retinebantur , plenus viva fide
prat^sumpsit accederé ; postulans devote tote mentís afFec-
tu , ut piissimus Confessor Félix sibi misereri , ac pene
Lil 2 jam
45^.' España Sagrada.
jam de salute sui corporis omnino despcranti , succurrere
dignaretur ; & sua santíia interccssione ab infesto hujus
tam horribilis & ititolcrabilis aegritudinis infortunio eripi
mereretur , & pristiniE sanitati suis Deo acceptabilibus
precibus & meritis , licet ipse hoc tanto beneficio esset
ingratus , & omniraodis indignus , redderetur. Non ergo
distuÜt sandus vir clementer exaudiré justas querimonias»
hurailesque preces sui pusilli supplicis ; sed in brevissi-
mo spatio temporis perfcde depulsa infirmitate, liorrends,
ac nimium execrandae defeétionis, largitus est suo devota
sérvalo optatum donnm expostulatae sanitatis. Félix igi-
tur adoltíscens recepto gratae salutis muñere , nomen Do-
nlini , & merita magnifica sui piissimi ereptoris studuit
gratanti devotione benedicere, & omnes adus suos quoti-
diana augmentatione ad meliora pervehere. Hoc igituc
speciali rckitione de nostris propriae congregationis fratri-
bus rairabiliter faftum vidimus , & fideliter retulimus ; at
nos omnes ejusdem Coenobii fratres hoc ídem qu3tidie ge-
neraliter experimur in ómnibus nostris necessjtatibus cor-
poralibus , sive spiritualibus : nemo enim, praeeunte gratia
divini muneris , ¿c omnium benefkiorum superni largitorís^
vacuatur justo desiderii efFedu , ñeque frustratur dono
suae petitionis , quicumque devote eífuderit preces in no-
mine Christi ad merita utriusque nostri Confessoris. '
2:. De cceca lUuminata, )
QUxdnm igitur mulier , Oria dida , de vico qui vul-
gari lingua Balneus dicilur, orta , céecitatem ocu-
lorum incurrerat , in^qua per mukorum tempurum
curricula permanens , omníno spem recuperandi visum
amiserat , etenim á nemine mortalium hujusmodi reme-
dium nec sperare, nec accipere poterat. Quocirca in in-
fortunio , in quo ceciderat , miserabili taedio aífeda moe-
rens , & obitus sui diem propinquare exoptans , perma-
nébat. Vir iiaque illius diro casu csecitatis sua3 uxoris in-
modicd'doloris anxictate ufflidus , assidua cordls sui con-
' -tri-
apéndice IX. ' 453
trkione laborabat; etenim prolongítio prsesentls.viííe ütrum-
que inínime obleétabat; sed potigs intolerabili amariiudinc;
vebementer afíiciebat. Eodem autem anno. translationis
sacratissimi corporis Bcati Fclicis Christi Confessoris , 61
longe , lateque per universam regionem divulgatis, atque
á multis expertis miraculonim signis , ac crebris ab ipso
infirtnis Gollatis beneficiis , híac fama excitalus praefatus
yir, cum sua miseranda conjqge ad audita suíFragia beati
virí cum fiducia boni desiderii disposuit pergere. Quinta
vero die post Domini nostri lesu Clirisíi natale, Monas-
terium Beati iEmiliani intrant , loco sacrae memoriae Bea-
ti Felicis Presbyteri cum devotione , qua poteraui , se
reprsesentant ; muneribus , quamvis vilibus , & exigris
tamen Deo acceptaiibus ac preiiosis de paupertatula sua
eumdem locum honorant , & ut Sanélus sui misereri dig-
naretur, plorant ; quatiiius sua piissima intercessione, im-
portuna depulsa caciíate , debitas referrent gratías om-
nium creatori ; necnon & laudes rependerent suo pió cu-r
raíori. In hac itaque supplicatione biduo permanentes , di
nulla intermissione ab ea cessantes , tertio die vir Do-
mini adest petirionibus se devote , obniseque petentium,
atque inimica depujsa ccecitate , perRcíe reddidit mise-
rabili miiiieri optatum visum cculorum per Icnga tem-
porum spatia perditum , & quae alieno dudu venerat ad
Sandi Felicis mérito. veriCrbüia, prcprio lumiiie gressys
suos regente , gaudeiis & Deum , suumcjue curatorem
beatura Felicem benedicens , incolumis rediii ad propria.
De puella d debilítate manus s anata,.
A Lia quaedam puella , nomine Anderecea ,- vici qui voca-
tur Puras íncola , eodtm anno trarislatiouis Beati
Felicis quadragesimali tempere , quadam Sabbati die ad
occasum jam descendente , & omni csetera tuibavillaead
ofíicium vespertinaie consueto veto properante , jussis siii
pa tris, cogen tilas ^ pistxjrise paijum arti crat intenta, á
irequeutia populi ad JÉcclcsiam properaníi , inrevfcfenri ¡U
íe-
454 España Sagrada,
femcraria presumptioae sequestrata atque separata , quarrt
síatim divina ultio est inseciita. Dcnique súbita vehe-
Tjentissimi dolófis gravedine irruente est percussa ; & in-
vsuper una manus ejus est funditus incurvata , & omnino
inutilis ad omne opus reddita. Cogeute igitur dolore ni-
mio , & infelici incurvatas manus intolerabili , & incre-
dibili incommodo , ad Beati Felicis Ecclesiam in monte,
qui Ancha vocatur, sitam , miserabiJis contrata puella
perrexit ; ubi aliquantisper morata , nimias dolor aliquan-
tülum quicvit : sed centralita manus ín suae debilitatis
deformitate permansit. Mónita itaque á suis, venit ad
sufFragia Beati Felicis Confessoris in Monasterio Sandi
iíímiliani quiescentis , die Sabbati , liora vespertinali,
jmminentibus in crastinum festivis gaudiis ramorum Pal-
m.irum. Quo in loco orationibus insistens continuis , ac
peinodans assidnis vígiliis , per meritum , & intercessio-
nem beati viri praestolabatur misericordiam ómnibus affluen-
tem clementissimi Domini , non diffidens suae infirmitati
á Domino clementi miserationis respedu subveniri. Ad-
veniente igitur no¿te Coens Domini , pervigil ante sa-
.cram aram stans , & supplici devotione Deum exorans,
& BeatumConfessorem Felicem , ut sui misereretur, ex-
postulans , cogente nimia fatigatione obdormivit : sed sta-
tim expergefada surrexit, manumque suam olim contrac-
tam , nimio ardoris incendio cremari sensit , ac nimis tre-
mebunda ómnibus circunstantibus, quia ardoremcontrac-
tíE manus pernimium patiebatur , indicavit. Horum ergo
monitu Ecclesia exivit , contradam atque cremantem
manum aqua lavit , quae statim ab ardore , & á contrac-
tione manus est liberata, & pristince sanitati de integro
reddita: quod cementes omnes príesentes , Deo cum mag-
na cordis laetitia laudes decantaverunt , gratias egerunt,
& nomen ejus per omnia saecula benedidum benedixe-
runt; meritaque sandi viri dignis laudibus extulerunt.
Puella vero excptata salute recepta , hilaris atque inco-
Jumis , mirante omni praeseati populo , reversa est ad
propria. ^^
De alia cceca ilhmimtai '\rA,x^ xX\
A Lia rursus mulier, nomine Tota , de Villa vocata
Petrosa orta , quse in territorio , quod vqlgari nun¿f
cupatione dicitur Ulbere rivus, est sita, per spaiia septe'm
annorum funditus , ut est noíum patriotiv ómnibus , ]«-■
men oculonim perdiderat , !&¿ augmentatione sin nimii;
cruciatus etiam longaevse vetustatis senio confeéta erat»
& insuper egestatis taedio ómnibus viventibus jm.portuna
laborabat ; qua miserenda afflidione omnino pressa , &
trita , atque contrita de prolongationesuíe vitse ,,Óc mor-
tis tarditate vehementer dolebat. Hic denique mos ora^:
nibus mortalibus esse cognoscitur , & ideo per qiiemdarrj
prudentem hoc satis vero intuitu cordis inteiiigentem
dicitur; O mors , quam dulcís es amare viv-cntibusJ.Audi-
ta igltur Felicis patiis nostri miracu.lojum fama/, ad'vener-
rabile-, Monasteriuin , in quG saiiáissima ililius membra 4
loco, in, quo priniitU:S fuerunt tpmulata , -suEt translatai;
& credufltur recóndita, á familiaribus suis est deduda,
& sacratissirno loco ipsius mem.oriae est oblata. Vesperas-
cente ergo die , in quo Ecclesiastica traditione festivitas
Beati Torquaii celebratur , ac veneratur. al> universali^
cliristiana plebe •, in illa noéle sacras vigiliarum exuvias»,
devota, observaticne , & religiosa intentione.temiit. Pie vera
sequenti illucescente- missarum soltminiis cum petera su-'
perveniente ad sufrVagia beatorum ccnfessorum Christi:
Felicis , & iEmiliani plebe , inicrfuit , .inrer qu^ ídeliter;
ad altare accésit, debitam reverentiam pro suo :sctre ,¡64-
posse exbibuit, orationem fidcpler.am effudit : ac paUiis-
ejusdem altaris oculos suos diuí|na tenebrarum caligjn«,
obnubilatos linivit , & statim lumen diu perdltum recepit:
gratias Deo &: sandis egit ; 6c ad propriam patriara curo,.
gaudio ¿t exultatioíie rediit* ^bT«.:a
.; ,irH
J>e
4 *5 5 España Sagrada.
De quodarri'fratre sanato ab humefi dolare,
QUidam frater de Beati /EmÜiani coní^re^atioae,Gár-
sia nomine , cruciabatur magno sjt nirnert dolore:
etenim tanta erat vis ÜIílis doloris, ut penitus tól-'
leret á brachía omne opus s'i« utiiitatís. In ipsa autem-
t'ranslatione corporis Beati Feücis áderat prcesens cunrr
eeteris fratribns, nimium de molestia su-e iafiríniraiis moes-
tus» & anxiiis, de recipieiida sanitate jam pene diñisus:
Domniis autem Abba Blasius prudenti consiüo iisus , &
Víva ñde plenas , uE eum respexit, ¿k veheminter tribu-'
hari eum de incomnodo sui inf^'t-nii, inteiiexit: ma^dtf
sacro corpore Beati Fe)icis ^ antequam silo lóculo condere-
tur y unam ex costis accepit; loco doloris ipsius humeri
apposuit , 6c hoc faéto sine uila temporis mora omnis
infirmitas a^-frdtris humero recessit , prístina sospitas re-
diit , Ói Félix 'beatissimus ac misericordissimus taliter dú-
plex beaefiátiim sibi' faníulantium , & corpus suum hono^
rifice transferentium , & studiose recondentium, impendit.'
Lgetabatui- denique frater de recepta sanitate : gaudebat
©.'omniís Abba Blasijueum omni Deo devota coogregaíione
detam a^rte cognita corporis beati viri vircate,: attanaen
^éadíMQ infinnitas' denuo ad enmlv^m fratrem occulto Deí
JtídicfO'i'ediit ; sed rursus ille eum fide ad medícum suum,
scilicet ad Beatum Felícein recurren;, absque omni dila-
fione desideratam sanitatem perfecté recepit. Deni<}ue
nullus fiieriüm- ^rrkvlter debet ferré se molestari gravi
vel assidua- ínfirmitaté corpórts : scriptiim est certe di-
Vina áapientíá docente: QMem DoiiJnus dilrgit, torrípit,
& flagillít omaem fili'Aii , quem redplt : q-rera enim Do-
minas amit , iilt pie ñ-jgella cor pora lia as.sidtLit , ut cor-
piraliter íiagellando ai) eelernae mortis flagello miseri-
cordissimí pietate eripiat. Ouapropter , fratres diledissi-
mXy io omni temoore Domiaurn noslrum benedicamu?,
& in omni tempore justum judicium custodiamus , & ve-
ram justitiam faciamus, ¿c Beatum Felicem, 6c ipsius me-
íV-
Apéndice IX. 4J7
ritis non inferiorem Sandum y^milianum amemus , laude-
mus , & puro mentis affedu ipsis serviamns ; hoc nempe
facientes cum eis ad seterna gaudia perveniemus.
Ve quodam paralj'tico sanato.
Quídam alius vir nobis funditus , & nomine , & na-
tione ignotus , tempore transiationis corporis Bea-
ti Felicis Presbyteri , venic ad Monasterium Beati
-ffimiliani , qui omnino monstruosa tortione amborum suo-
rum pedum erat debilis ; denique pedes ipsi penitus ca-
rebant effigie corporese imaginis : nam contra omnem na-
turam humani corporis, pars utrorumque pedum illius
anterior erat posterior , & é contra posterior erat anterior:
qui supplici voto, & humili devotione ad suíFragia Beati
Felicis veniens , & altari ipsius memoria , & corpore
decorato se oíFerens , sine omni düatione , quod petiit^
est consecutus : & compositis sat bene gressibus , & natu-
raliter , ut supradiximus , monstruosis pedibus cum decora
honéstate , ad propriae habitationis locum est regressus
cum magna velocitate , cernentibus ómnibus loco venerandi
altaris adstantibus. Non solum autem aujbulando , sed
etiam exiliendo á Monasterio Beati iEmiüani festinavit
recedere , & ita fetinanter labox'-avit absredere , ut nulli
fratrum Monasterii fas fuisset locum , vel patriam ipsius
paralytici á Beato Felice sanati requirere; atíamen , quod
de eo diximus, veré fadum esse creditur , praesentibus
enim , & videntibus idoneis testibus roboratur ; quibus
ipse non solum ambulando , sed etiam quod fortius , ac
robustius est, exiliendo more Paralytici ad Speciosam por-
tam templi sedentis Petri jussione , & Joannis coopera-
tiene sanati , bases & plantas suorum pedum esse sana-
tas , ac solidatas ostendebat , quibus ómnibus dicebat:
Nostis omnes me de útero matris meíe claudum natum
fuisse, & usque ad hoc tempus in illa claudicatione , &
in pedum meorum monstruosa deformitate mansisse , sed
nunc per Beati Felicis merita videte me sanatum faélum
Tom,XXXllL Mmm es-
458 España Sagrada.
csse , & ideo omni ex corde omnes mecum Deum omr
nium bonorum larj^itorem benedicite , ipsi gratias de óm-
nibus beneficiis vobis gratuita concessis ab eo reddite , &
Be itum Felirem pro suis inagiiis meritis laiidate , hono-
rificate , & debitiim venerationis officiuin impen.iite , ut
sicut ego ab ipso merui sanari á corporis mei dcbílitate,
ita vos ¡néreairiini satiiri ab omni pecc;Uoruin vestrorum
numerositace. His didis ad propria recessit inco!?imií?,
propitiunte Domino nostro Jesu Christo , qui cum Patre
ík Saadü Spiritu vivit óc regnat.
X.
IN TRANSLATIONE
BEATI FELICIS
PRESBYTERI ET CONFESSORIS.
AD VESPERAS.
Capitul. Justus cor suum
tradet,
IV. O pater egregie, nos fá-
mulos tuos doce , ut ad viam
seternse vitae mentium diri-
gamus cursus. Ps. Te duce.
^. Exora pro nobis Fé-
lix Confes'íor , ut mente sin-
cera mundi conteminamus ca-
duca. P. Te duce. Gloria.
H Y M N U S.
C"^i^lorum CbristeRex pie,
y Piebem tuam tu réspice,
Cujus est delere cuipam,
Vitam daré perpeiuam.
Gratia tua iliumina
Nostra delendo crimina,
Ut valeamus annua
Saíiéti laudare merita.
Domini Félix Confessor,
Nostrorum sis iutercessor,
Tuis in laudibus digna
Nostra promnnt eloquia.
^miliaiii magister
Vian
Apen
\ Viam pandisti & íter,
Quo ad superiium domi-
niim
Possit dirigere gressum.
Dodor fuisti nobiüs,
Pacem obtine servulis,
Tiiisque exorantibus
Nostris faveto precibus.
Per tua sacra merita
Nostra dimittantur mala
A Deo Rege polorum
In saecula saeculorum.
Amen.
3^. Os justi meditabitur.
Ad Magnificat,Antiphona.
O Félix Eremita , qui me-
ritis in hac vita meruisti ha-
bcre discipulum devotas in-
dolis ^milianum , noli nos
piissima deserere proieélio-
ne tui indigne fámulos.
Oratio.
INterveniat pro nobis apud
clementiam tuam omni-
potens Deus Beati Felicis
Confessoris tui felix inter-
ventio : & cujus gaiidemus
festivo translationis solem-
nio , ejus piis patrociniis
pervenire mereamur ad pe-
rennia gaudia summae beati-
tudinis. Per Dominum.
Ad Nodurnos. ínvitatorium.
Corde sereno laetemur in Do-
dlce X, 459
mino. P. Qui Confessorem
suuín Felicem laureavit in
Cíelo. P. Venite adoremus.
HYMNUS.
ANgelorum consortium
Et militum cslestium,
Hodie clangant Domino
Laudes de corde sereno.
Líetari decetDomini,
Torporem mentis deprimí,
Celebratur in libano
Cum Felicis translatio.
Visione demonstratur,
Ipsi fratrideclaratur
Parieti tam proximum
Sandi Felicis tumulum.
Perforara congerie
Odor resultat hodie,
Qmo Corpus felicissimum
Mireflragrat per tumulum.
Jubilantes in termino
Vota offerunt Domino,
Cujus pia clementia
Conditur in Ecclesia.
Per ejus sacra merita
Nostra dimitiantur mala
A Deo Rege polorum
In saecula saeculorum.
In primo Noálurno.
Antiphonae.
Elecli igitur fratres duode-
cim ascenderuíit ardiiam ru-
pem, in qua devota intentio-
ne divina mysteria celebra-
runt.
Mmm 2 Psal-
España Sagrada.
Unius Confes- etianiToIetiim urbem regiam
retinentem , totius Hispanice
monarchiam á spurcissimí
gente Agarenorum dudum
impugnatam , & expugna-
tam , & iisque ad témpora
sui regni eor.um turpissima
violentia subadam , capti-
vatam , & oppressam , con-
cedente misericordia Domi-
ni, viriliter de'^udante ma-
nu militari , pristince liberta-
ti nobilitatique restituit.
Tu autem.
I^. Confessor Christi Fé-
lix , felicem meruit habere
discipulum. P. Per quem ejus
vita mundo claresceret glo-
riosa.
f, Sanélus igitur iEmilia-
nus divina gratia illuminatus
hunc elegit Dodorem.
P. Per quem.
460
Psalmus
soris non Pontificis.
Aña. Cum timore ac tre-
meré accesserunt ad sepul-
chrum in summitate rupis in
orientali parte.
Aña. Perforata congerie
invenerunt ligneum sepul-
chrum, in quo erat pretio-
sum Corpus.
Aña. O quam humilis lo-
cus retinebatthesaurum mag-
num , omnium thesaurorum
purissimi obrizi pretiosissi-
mum.
Añj. Erat itaque sepul -
chrum , sicut in visione fue-
rat fatri demonstratum , pa-
rieti altaris contiguum-
Aña. Egressa est de tú-
mulo suavissimi odoris fra-
grantia , odoribus omnium
aromatum prseponenda.
3^. Amavit eum Dñus.
Leélio i.
CUM gloriosus Rex Alde-
phonsus , fiüus Ferdi-
nandi Regís strenuissimi,
apud Hispaniam arcemtene-
r.timperii, & undique re-
sistentes sibi innumerosis
príeclarisqiie vidoriis suo
subjugasset dominatui , Ín-
ter suos nobüissmiris fre
quentissimosque triumphos,
Ledio ii.
Eligiosoque cuitu chris-
tianitatis ampliavit:om-
nigena honéstate decoravit,
& insuper Papa Sedis Apos-
tolicae annuente , & eidem
repise urbi antiquam archi-
prsesulatus infulam reddente,
cum acclainatione deri &
populi Archiepiscopum in
ea ordinavit.
I^. Félix athleta in humi-
li
j4pendice X. 4<íi
11 rupe summo Creatori fa- Dominum, Sí illic per muí-
inulans. P. Gre^sum direxit
suum ad supernum regnum,
^. Contemptaqiie vaniía-
te soli Deo placeré deside-
rans. P. Gressum.
Leélio iii.
HOC itaque tempere, quí-
dam venerabilis Mo-
nachus nomine Blasius , vir
bene Relijíiosus, in Monas-
terio Sandi i?5miliani sito in-
tra Calagurritanum terriío-
rium onus pastorale gerebat.
Quod ut possibile est hu-
manae fragilitati , & quan-
tum hominibus datum est
cognoscere , exemplo ¿£ ver-
bo decorabat,
IV. Perforata congerie ín-
venerunt ligneum sepul-
chrum , in quo erat pretio-
sum Corpus. P. Beati Feicis.
3^. Ablata itaque opertio-
ne sacri tumuli non est pas-
sa pietas Domini forc cocui -
tum meiitum. P. B. Felicis,
Ledlio iv.
HÍC itaque Ahbas nni-
dens reperiens in Bea-
ti /í^miliani gestis , virum
Dci Felicem Presbyterum iíi
Castro Biiibiensi migrusse ad
ta curricula temporum esse
recondiuim , & pené inacce-
sibill difficultate Castri fre-
quentem populorum prohi-
bente accessum , in residuo
internae mentís desiderio ses-
tuabat.
^. O pater egregie nos
fámulos tuos doce , ut ad
viam seternae vitae mentium
dirigamus cursus. P. Te duce.
il. Exora pro nobis , Fe-
lix Confessor , ut mente sin-
cera mundi contempnamus
caduca. P. Te ducet Gloria.
IN II. NOCTURNO.
Aña. Tanta erat vis illius
doloris, ut penitus íolleret á
brachio omne opus suae uti-
litatis.
Aña. Erat frater quidam
de modestia suae infirmitatis
anxius , & de recipienda sa-
nitate jam pene diffisus.
Ana. Venerabilis namque
Abbas unam ex costil sacri
corporis Beati Felicis loco
doloris apposuit, ¿¿ sine ulla
mora infirmitas recessit.
Aña. Prístina sospitas re-
diit , & sibi famulairtibus
bt-neficium impenuit.
Aña. Ls'abatur frater de
recepta sanitate , gaudebst
4^2 España Sagrada,
deni^iue tota plebs de tam
aperte cognita Beati Felicis
virtute.
. Aña. Qiinpropter , fratres
charissimi , Deum beiiedica-
ínus , h. Beato Felici , ejus-
que devpto discípulo Emilia-
no puro mentís afFedu ser-
víamus.
Leélio vi.
Ledio V.
I"^T quo ingenio vel labore
^ prcefati famuli Dei Fe-
licis Presbvteri artus de tam
iuhabitabili ac vili loco ad
Ecclesiam Sandi jEmiliani
ipsius discipuli transferret,
laborabat , ubi honorifice re-
conditum ab omni populo
Veneraretur , & ipse popu-
Uis ip.sius meritis & preci-
bus tueretur , & ab ómnibus
i-ncursibus inimicorum visi-
biiium & invisibilium ejus
obtentu defenderetur, patro-
cinio frueretur , pra^sentia
laetíficarctur.
JJ?. Aperto túmulo sacri
corporis egressa est suavissi-
mi odoris fragrantia. P. OJo-
ribus oainium aromatum
praeppnenda.
;:.. 5í% Refert-bant dcnique
adstantes , ¡k cum magna sa-
cramenti testífijatione díce-
bant. P. Odoribus.
QUod suum justum &
laudabile desiderium
cum. fratribus retulis-
set , & quid animo gereret
palam exposuisset, unanimi-
ter omnes Deo gratias refe-
rentes in magnam exultatío-
nis vocem proruperunt , ac
desiderium Abbatis justum
& bonum esse conclamave-
runt.
^. Devoti itaque Mona-
chi cum digna veneratione,
& debiti cultus executione
sacra membra. P. Devote
tradantes sacri corporis sen-
serunt fragrantiam.
1^. Devotus circunstans
clerus cum ingenti exulta -
tíoue caeleste thesaurum in-
venit. P. Devote tradantes.
Ledio vii.
ABbas igitur , ut erat vir
solertissimus , & nuUa
industria justoe ac redas ra-
tionis indigus , intra sui cor-
dis arcana coepit diligenter
considerare , & sagaciter
perpendere , quia licet cundi
suum desiderium laudarent»
& ut ad efFedum perduceret
parí consensu admonerent,
ta-
Apéndice X.
'tamen jiidicavit non pose
juste , & sine inquietjdine
compleri absque aiidoritate^
& adminiculo resalí.
IV- Interea fama hujus,
pr3Eclariss¡miCoufe>^,soris óm-
nibus re,-;ionis populis. P. In-
notujr citissimo volatu.
3^. .Beati-Fciicis sanétissi-
mum Corpus de Castro su-
blatum , & ad suí 'almi disci-
pulí Monasterium deporta-
turné P. Innotuit.
Leélio viii.
ACcepto itaquc hoc tam
salubri consilio. & qui-
busdam fratribus boni testi-
iTiOnii viris secum adjundi-s
ad supranominatum Alde-
fonsum Regem perrexit : de-
siderium , quod animo reti-
nebat, aperuit, & ut eo an-
nuente ac juvante complere
posstt , expetiit.
I^. O felicissimum íhesau-
rum in arda rupe conditum,
& in pro!is basiiica egregie
collocatum. P. Dignare tuis
precibus nobis esse advoca-
tum. ■. í'il
t, Praebe opem nobis í)o-
trinum precando , ne culpa
gravi ruamus ad ima. P. Dig-
nare tuis. Gloria.
Ad Cántica.
4^3
Aña. ín^erea fama prae-
clarissi»ní operis innotuit B.
Feiicis^ Corpus sacratissimum
-de' 'Ca-tró BMibiensi subla-
tum , & ad sui almi discipu-
ii Moriasterium deportatum.
• Canticum. Beatus vir.
• .3(^ Justus ut palma flo-
rebit.
Evangel. Ncmo lucernam
accendit , cum sua honñlia.
T)¿. ix. Dominica die pue-
rulus quidam medio nodis
tempore percussus gravis in-
firmitatis invaletudine , \\t
sursum vultum non posset
erigere. P. Caput queque
pedibus adhíerebat.
t- Beatissinii Feücis meri-
tis ¿¿ precibu? prinjíevaesos-
pitati est redditus. P. Caput.
I^'. X. Félix Confessor , qui
noxios ardores iufelicis pas-
sionis á membris depuüsti. P.
& pristin.e sanitati inñimum
restituisti.
t,'' Benigna ifeiserationá
adjüva , 6í in viam saiutis
conserva tuum celebrantes
devote festum. P. Et prís-
tina; '
í"^^. xí. Non distulit Sandusf
Feiix clementer exaudiré hu-
miles preces, sed brevissimo
spatio temporis. P Depulsa
est iíifirínitas defedionis.
3^. Largitus est suo devo -
464 España
to serviilo optatiim donutn
expostulatLe sanitatis. P. De-
pulsa.
I^'. xii. O venerande Con-
fessorChristi,puritatem mcn-
íium obtine tuis gaudia fes-
tiva colentibus Moiíachis. P.
Ut praeclaro lumine utriusque
patroni ture feÜv-ritatis per-
fruamur claritate.
3^. Gaudere & exultare
nos oportet,dileétiss!mi, quos
grate tantorum praesentia pa-
íronorum dlgnata est deco-
rare. P. Ut praeclaro. Gloria.
íV. O venerande.
Te Deum laudamus.
Evang. Nemo lucernam.
Oratio. Intervenlat pro
nobis.
ín Laudibus Antiphoae.
Félix Confessor felicem ha-
buit discipulum totius Hispa-
nia3 iLicem Beatum M<m\\3.-
num. Pá. Domiiius regnavit.
Ana. Adiit magistrum B.
Felicem, á qiio est institutus
\n supernum regnum dirigere
cursuin. Ps. Jubílate.
Aña. Qa;a tuis in laudi-
bus diern occupamus , placa
nobis Deum Feüx athleta
Christi. Ps. Deus Deus meus.
Aña. Tuis precibus nos
refove pie pater, qui perpe-
tua frueris benedictione. Ps.
Benedicite.
Sagrada,
Aña. Tuatn réspice fami-
liam Félix Confessor , ut
tuis almis precibus plaque
discipuli intercessione utrius-
que mereamur perfrui so-
cietate. Ps. Laúdate Domi-
num.
Capitul. Justus cor suum.
I^. Justum deduxit.
HYMNUS.
IN laudem summi principis
Cantemus Sandio Felici
Jocunda vocis carmina
Pro ejus summa gloria,
Félix in rupe terminus,
In quo permisit Dominus
Sacri sui Confessoris
Laudes resplendere oris.
Proximatur discípulo
Emiliano cuculo
Quorum sánela sufFragia
Coruscant in Hispania.
Sanéli viri precamine
Nodis medio tempore
Adolescens liberatur,
SaUís prima restauratur.
Per ejus sacra merita
Nostra dimittantur mala
A DeoRege polorum
In süeculasseculorum.
3^. Osjusti meditabitur.
Ad Benediélus.
Aña. MuÜer quaedam css-
citatem oculorum per longa
temporum curricula patien^
piis
Apéndice X.
465
püssíma intercessione Beati
FeÜcis , depulsa importuna
csecitate perfedam obtinuit
curationem , & Beatum Fe-
licem benedicens , incolumis
redit ad propria. Ps. Bene-
didus.
Oratio. ínterveniat , &c.
Per horas diei Añae Laudum.
Ad Tertiam.
Capitul. Justus cor suum.
Versiculi de Nodurnis,.
. Oratio. ínterveniat.
Ad Sextam.
Capitulum. Collaudabit,
Oratio.
OMnipotens aeterne Deus,
majestatis tuse poten-
tiain humiliter imploramus,
ut sicut praesentem Eccle-
siam sacro corpore Beati Fe •
liéis Confessoris tui miseri-
corditer decorasti ; ita ipsius
meritis & precibus á pericu-
lis ómnibus liberati , ad oeter-
na gaudia pervenire valea-
mus. Per Dominum.
xit.
Ad Nonam.
Capitulum. Justum dedu^
Oratio.
ADesto,Domine, precibus
nostris , quas in Sanéti
Felicis Confessoris tui festi-
vicate deferimus , ut qui nos-
trse justitiae fiduciam non ha-
bemus, ejus , qui tibi placuit,
precibus adjuvemur. Per Do-
minum.
Ad Vesperas quatuor An-
tiphonae de primo Noélurno.
Psalm. Unius Confessoris.
Capitul. Justus cor suum,
IV. Justus ut palma.
Hymn. Caelorum Christe.
)^. Os justL
Ad Magnificat.
Aña. Te poscimus,gloríose
Confessor Félix nomine, feli-
cior vita , felicissime ssterna
adeptione , tua Deo accepta
intercessione caelestium an-
gelorum , ut mereamur gau-
dere perfeéla charitate.
Oratio. ínterveniat.
XL
FUNDATIO MONJSTERII
Albeldensis. >
rN nomine Sanél?e , atque individuae Trinitatis. Ego hu-
L millimus , <k omnium servoruin Dei ultimus , & tamen
Tom. XXXm, Nrní gra-
^66 España Sagrada.
p¡ratia Dei perfusus Sancius Rex , simul cum iixore mea
•Tuta Regina , tibi Petro Abbati vel ceteris fratribus tecum
in timore &l amore Majestatis supernae sub vinculo carita-
tis in unum commorantibus perpetiiam in Dño. felicitatem.
Amen. Denique ordinante Majestate superna , dum esset
térra Spanise áCtiristianis possessa , castella , urbes , oppi-
da quoque , ruraque quam plurima á Cíiristianis atque
Ecclesiis nimium repleta ,& in ómnibus habereturReligio
Christi , ac deinde nobis , & parentibus nostris assidue
peccantibus , & cotidiana detrimenta ab ejus praecepíis at-
que opere recedentibus , equissimus arbiter juxta meritum
nostrum , simulque & ob correptionem nostram induxit
super nos gentem barbaram, qu^e per infestationem ip-
sius gens incrédula , & persecutionem eorum rabidam
jam pene á Christianis depopulata eratSpania , doñee pros-
piciens ex alto Deus aflidionem populi sui ac miseriam
repressit eorum impia audacia , nostrisque modo tempori-
bus indignis nobis conferre dignatus est ex ipsius hostis
vidoria reddens illis dominus juxta raanuum suarum ope-
ra. Nostrique in partibus amnis Iberus , qui íustrat Spaniam
ex utrisque partibus suis quam plurima , opitulante nobis
superna clementia, comprehendimus oppida , urbes, atque
castella ,expulsis inde atque íncreduíis,quos tum Domini pro-
videntia non uno, sed diversis eos fecimus habitare in locis
non cognitis , teste nobis Sanda Scriptura , loquente Domino
per Prophetam: Dispersi eos per omnia regna mundi,qu^ nes-
ciunt , & térra desolata est ab eis. Haec non nostris meritis,
sed Altissimi dono pietatis. Ideoqueob honorem &gratiarum
adionem Creatoris nostri Jesu Ciiristi , & ad laudem no-
minis ejus , vel triumphum nuper gestum in Vecaria Cas-
tellum , quod Dominus noster JesusChristus nostris dig-
natus est daré in manibus , sed tamen quia Dei sunt om-
nia & quae de manu illius gratis accepimus , parva ex multis
illi ofFerimus loca ad collaudandum Dominum , atque ibi-
dem Deo deservientibus dignum , ut amodo ac deinceps
ad laudem nominis Dfi perenipniter construere Monaste-
riuní ,' vel Congregatlo Fratrum Deum collaudantium , &
■:.,u Vj i pro
Apéndice XT. 467
pro nostris offensionibus Deum inclesinenter orantium , qai
locus vocatur illorum incredulorum Caldea iingua Albei-
da , nosque latino sermone nuncnpamus Alba , qui es si-
tum in ñumine nomine Eyrocain suburbio Civitatis, quaní
supradiximus , Vecaria. Igitur sciat omnis posteritas nos-
tra , qui ex nostro descenderint genere , ortique ex Redo-
rum prosapia , hunc locum pro vidoria , quam nobis Do-
minus noster Jesús Christus super gentem perfidam nuper
donavit Domino perenniter pro Monasterio tibi cum su-
pradidis fratribus consecramus devotisime , & sine vi ali-
qua exigentibus ibidem contulimus. Si quis tamen ex nos-
tris successoribus hanc nostram conaverit conveliere de-
votionem , quia instindu diaboli minime fieret q%?>q , cum.
ipsis impiis atque incredulis , quos supra memoravimus>
perpetuam hic & in ceternum optineat diram damna-
tionem , & sic nostrum votum diutissime sancitum & in-
convulsum permaneat. Igitur poscimus , ut instruas , opi-
tulante divina clementia , monasticam ducere vitam se-
cundum Benedióli Regulam Patris , vel id quod á Sanétis
Patribus didicisti , absque uUa cundatione subditos imbua-
ris. Postremo namque liberam babeas facultatem edifican-
di , populandi , plantandi seu omni aditu loci ejus sepire,
ut pretereuntes itidem iiabeant tugurium liospitandi , &
quod itidem adunes ibidem Conventum Monachorum , qui
tecum monitis praecedentium patrum devotis mentibus in-
sequantur. Adjicimus etiam ad ejusdem loci in dedicatio-'
nem Sandi Martini Episcopi & Confessoris pro lumina-
ria , vel altaria Dei seu vido & segumento fratrum termi-
num , id est ,de parte superioris loci , qui dicitur Loreto,
Ecclesiam Sandi Pantelecnis , vel alus , qui ibidem cons-
trudae sunt , & ut ceftius exprimamus torrentem , qui in-
de surgit de flumine Eyroca , seseque vertens ambit unum
monticulum , qua finita torrente, surgit altior linea, quae
pergit usque in superiorem montem , quo monte dúo saxa.
existunt in ejus fronte. Et ex alia parte fluminis de aerbo
petrarum linea reda usque in margine : porro de parte
inferioris margine , quae pergit de ripa usque in flumine,
Nnn 2 ¿L
4^8 España Sagrada.
6í ultra pirteQi fluminis de confiuio Villoe quse dicitur Bo-
yo. De parte Orientis surr.mitaie riparum usque ad covam
de Sancho Espina , & linea reda usque ad Sarcolam Lupi
Vertix. Deinde ad lomum cardenum usque ad lacumSan-
cii Fortunii , & deinde ad Unionem & vía reda ad Vade-
lum , & deinde tendit usque ad ripam foratara , & ascen-
dit usque ad summitatem vallis lubricae , & deinde linea
reda usque ad summitatem montis , qui mons dicitur de Al-
belda. Ec tendit per sjmfnitatem montis Albeldae usque ad
ripam de Val de Taias. Hoc sane quod spoite tibi jam su-
prataxato Petro Abb:ui vovimus, simili huic modo, qui
post te successerit de filiis tuis in sorte sandae reg^m'nis
eandem potestatem habeat , vindicet , atque possideat. Si
quis tamen hujus scriptuae tenorem in aüquo conveliere &
mutilare, vel dicissere nititur pr^esenti in tevo ab utrisque
privetur luminibus , bonis ómnibus careat ,5í in futuro cum
justis non ascribatur , sedin saecula sxculorum baratri antra
dimersus penas seternas sustineat luiturus. Et hoc testamen-
tum á nobis rite connrmatum plenum in ómnibus optineat
firmitatis roborem. Fada ScripturaTestamenti nonas Janua-
rii Era DCCCCLX.^ ij." anno feliciter Regni nostriXX.^
Sancius Serenissimus Rex propria manu hunc testamen-
tum roborat, & confirmat.
Tuta Regina confirmat.
Oenneca ejusdem Prin EnnecoGarseanuscon Sunna Abba testís.
cipis filia confir- firm. Vincencius /^bba testis.
mat. Semeno G&rseanus Falcon Abba testis.
Garsea ejusdem Prin- conf. Munnio Abba testis.
cipis films confir- Galmdus Episcop. ro-
mat. boravit.
Blasquita ejusdemPrin Sesuldus Episcop. ro-
cipis filia conf. boravit.
Jaunti Abba testis. Abbolacen testis.
AnsericusAbba testis. Gudumer testis.
Blasco Preibyter tes Garsea Eneconis tes-
tis. tis.
Enneco Sancicnis tes- Endura testis,
ti¿. RES^
XIL
4^9
RESTJURATIO ANTIQVISSIMI
Monasterii S. Columbee prope Tritium
in Beronibus.
IN nomine Patris ac Filii simulque ex ambobus proce-
dentis Spiritus Sancli. Ego hiimilis , & omnium servo-
run:i domini ultimus , & tamen De¡ gratia Ordonius Rex,
vobis fratri Senoniani Abbati , simulque fratribus , tccum in
timore & amore majcstatis supernse sub vinculo cbarita-
tis in unum commorantibus , in Domino Jesu Christo per*
petuam felicitatem. Amen.
Inspirante bonitate divina , qui quotidie ingratis bene-
ficium prestar , & se blasphemantibus exhibet alimenta,
Dum esset locum beata? ac venerandcc Virginis Columbee,
pro infestatione incredulorum á Christianis desertum , &
cum omnia relidum , qui est situm in suburbio civitatis,
quae antiquitus vocitata fuit Senonas , postea quoque disse-
rente tempore derivato cognomen habuit Tricium, & nunc
nostris temporibus Naxara appellatur , dedit eumdem jam
nominatum castellum , á rivo afFato Naxara , manibus nos-
tris á Barbaris possessa , quos cum Domini providentia non
Uno sed diversis eos fccimus habitare in locis non cogni-
tis, teste nobis Sacra Scriptura loqueóte Domino per Pro-
phetam: Dispersi eos per omnia regna , qua^ nesciunt , <k
térra desolata est ab eis. Hiec non nostro mérito sed :.lti-
ssimi pietatis dono , obinde providentes salubre animíe ccn-
silium , ut & hic erepti permaneamus h malo , c¿ seterni
metuendique judicii die non cum hsedis ad siniftraiii , sed
cum eledis mereamur conlaetari ad dexteram. Evenit no-
bis, ut tibi jam nominato fratri Senoniani , vel ceteils íratri-
bus tuis facerem scripturae testamentum de jam vocitatum
locum Sanélae Columbas, ut opitulante superna clementia cni-
nis modi ratione teneas & curam impendas , ut sit ut an-
tea restauratum, quod dones ibidem fxatrum mansione per-
pe-
470 España Sagrada,
petua , & repelas illa de omni Monasterii sandi utilía.
Adjícimus ut tibi post paratum-cjusdem loci pro lumina-
ria , velaque ac vestimenta ad atrium Del , prp viduqi &
tegumentuin fratrurn , sive pro advenientia pauperum ,'vel
peregrinorum , unde liumanitatem denegatam non habe;int,
id est de Ecclesia Sandi Sebastian! , de parte Castelü , &
de alia parte de caput inferioris , & de alia parte de media
Maiaresci , & ex alia parte usque in monte , deinde usque
in térra de Ero. Ut sint propria Sanétae Columbae , h:ec
omnia vero Deo contulimus , & saepe tibi nominato dona
concessimus , ut amodo & deinceps sic pastorum ejusdem
Monasterii maneat perennitate confirmata,& qui hujus testa
mentí scripturce vel in módico conveliere voluerit praesentt
-in sevo , ab utrisque privetur luminibus , S¿ bonis ómnibus
careat , ut in futuro cum justis non adscribatur , sed in sae-
cula saeculorum baratri antra dimersns poenas aeternas susti-
neat luiturus , & hasc scripturae tibi dona hujusmodi ob-
tineat firmitatis robore. Faéla scriptiira testamenti sub die
XII. Kalen. Novembris Era DCCCC.LXl. anno feliciter
Regni nostri nono,commorantibus in Dei nomine in Cas-
tellum Naxara , anno Incarnationis Domini nostri Jesu
Chiristi DCCCC.XXIII. Ordonius Serenissimus Princeps
huno testamentum manu propria confirmamus. Aldefonsus
ejusdem Principis proles conf. Sub Christi nomine Albarus
Dei gratia Episcopus conf. Sub Ciiristi nomine Tiieudori-
cus Episcopus conf. Sub Christi nomine Vitica gratia Epis^
copus conf. Abdelmondo testis. Fernando Diez test. Aiba-
ni Ferramelíz test. Alloitus Lucidi test. Albeitus Nuniz test.
Gustius test. Didago Ncpzi test. Didago Diez test. Gutier
Ermendez test. Fernando Diez test. Ñunio Albarez test.
Gutier Assuriz test.
PER-
. 47 í
XIII.
PERPULCHRA CARMINA , QUIBUS
fnitur Codex Got. Vigilanus seu Albeldensis
' dicíüs^ Adpag,'\.^l,.hujusTom, ^^ ^
•< Irtus nempe Christi-micj- solacium Vigilaiji pré-
bens humillimo sep jt^
HH ncepta Canonis sacri hujus Libri ad calcem ope-
■ ra perduxi naviteé"..'...... í...... h^
Q lübans en vivida almorum florida patrum orientum
clara coneili..... '.. k^
^»4 ngentia dehinc neélens almifica regum ac presu-
lum occidentaliu g
|H ucet sicut Luna Sa neta Ecclesia- illustrata fulgens
-lurñine Domin..... ...............'•......; ' hh
^ postolorum-claris ornata doclrinis sácris lota.lim-
phis rutilat ceu so... i_j
^ uscipit fulgidam sanamque doélrinam inlitarum
fucis recipiens nici ^
^ pravo dogmate rerunr manantium manet luciflua
sancto m open. pj
1^ adió exempli rnundum inluminans vita purissima
simul cum angeli.....!... ^
H^Ü enitens elucet in célica sede quorum tándem pre-
ce perducamur ib ^«i
^ Imifica sepe agmina cementes sanétorura spiri-
tuum simulque martyru .,.,..,. g
Q oncretaque una Virginum fulgida almórumque pa-
trum turma luciflu |>.
»«4 nlustri mérito una cum opere turmis sidereis at-
que celicoli ,. ^
2 ostrorum nomina libro vite scribta counemur ipsis
■ in atria ceK. hh
^ ernantia pura atque florígera vivorum fruentes
cumulato fruCt , -<
47^ E<!paña Sagrada,
C/5 arracinus Salbi ipseqae Vigila Migistri obtimi ad-
juvati prec ^
^ uorum digessimus clara nunc nomina scribtores
gemini que tenet líber hi ^
C3^ natim post illuc uniti jugiter ipsis conletemur an-
geloruii cet ^
pj 00 in:;tar turma céneles bina cenabii Albelda
plurimjai candid ^
JT^ n Sa:iíli Alartini una fraternitas cum sandis ad
cel'im pervolet parite ^
y ucatus quidem Sanéti EvangeUi pergenies Dñi.
vías ut adü ^
^^ lia qui pro nobis sustinuit probra cujus ñas sequi
nam decet vestigi ^
y ecies centena ac unum decies quarta Era labens
pernotaque abi.... m
jra t notatum tempus Kalendarum Maii quintus vi-
cesimjs seu cursus lun, ^
pü animifi fratre regnante SancioRege ortodoxo scri-
btus est líber hl Q
C; na cum Regina Urraca preclara sexto anno obitus
Regís Garsean - i^
2 une onines cernuí legentes precamur nos ut exi-
guos apud sanítissima g
H rinitatem simplam conmendetis una fruamur glo-
ria cunda in secul... ^
O Dei Verbura Patris ore proditu ^
¡Tí utilant ijutu cujiis mundi macin .-.. >.
t^ ternum tuum ut fruamur dulcite 133
X pee, oramus nobis jam advenía ^
O audíum raagoum scribentibus tib ^
W nixe cundí ^:5etimu3 ut m'iní'ne Z
Z aburn hic prestes ruí al.ni Mirtin ^
*^ ubar enitens süaiper in Jais atni.... v>
Apéndice XÍÍI. 473
H ua & alma fulgeat hic glori >
W t gloriosum adspiret verum lume Z
^ nfestus hostis viétus sepe eac hin ^
Z obis & almum tuum juvamen adsi ^
"^ mmense Cliriste Filias Dai viv..., c *^
^ egaiiiur otnnes tuis sub signaculi ^
^ nlata luce nobis tui lum'ni ^
^ irtus hunc lociim summi Dei Fili ^
^ uniat semper & Sinétorum atriu ^
■^ loreat lucens sic lumiae Da -•
*^ ngenti alma vigeiis Sí per secul.... >
Z une aula Dei claritate fulgea -i
^ ntersit nostris Christe anlmis splendo ¡^
c/3 acre ac aule Martini Episcop ^
O ujus precatu tua proteéla maa ^
C Igeat alma turba hic Monacoru ^
t=1 t gaudens sacris virtutibus florea ^-j
O elibes faéti tuo Sanéto Spirit C
^ epleti bono tue ac clementi t=l
"-• nradiati fulgeamus jugite ?^
^ acris sic semper aélibus jnstiti , W
H ua ut alma coronemur glori >
tti terni regís tutamen domus he O
^ bi & cundí tegamur suis signi ^
Z os habitantes sacra in hac atri >
Q audium nobis Rex Jesús Emanue t^
fri nitens donet de almo & spirit <
2; ostro sic Regí Sancíoni glori ,., >
MH nclite Christe prebe & presidiu ^
H uo humili Ranimiro ángel , O
^ mperti clemens ac justitie lume 21
^ ossint ut frui tua semper grati >
> élus est liber Era labens enim hi (^
H erterna duda centena in calcul Q
7^ ite decies septem anni parite po
^ undi colledim seni sic in transit G
V5 olutum ubi revolutum circulu.... ^
Tum.XXXUL Ooo
Aj^ España Sagrada*
^ aus sit Patri honor atque glori >
C nico Proli equali semper huí n
^ anenti simul cu:ii utrisque perpeti ^
frj X equo almo Spiritui sanétoqu ^
2; une ¿i futura sécula curres AME 2;
FIN.
IN-
47S
índice
DE LAS COSAS NOTABLES
de este Tomo XXXIII.
A
ALaba. Origen de este
nombre. 224. Sus limi-
tes. Ib. Sus Señores des-
pués de la entrada de los
Moros en España. 225.
Establecimiento de su
Obispado. 235. Limites de
■ su Diócesis. 236. 266. Sus'
Obispos. 237. y sigg. Su
territorio desmembrado de
la Corona de Navarra.
264. Su Sede reunida á la
de Calahorra. 267. y sig.
Albelda, Ciudad Árabe. 189,
Su Monasterio. Ib. y sigg.
Privilegio de la fundación
de este. 465.
Alféreces de los Romanos.
Se llamaron draconan'os,
. y porque. 280.
Almundir, hijo de Maho-
mad Rey de Córdoba. Su
entrada en Alaba. 230.
D. Alonso el Católico. Vivió
. en la Rioja. 168. En Ala-
ba. 173.
Anibal no sujetó á Calahor-
ra. 35.
Arabes.Su entrada en la Dió-
cesis de Calahorra. 169.
Armentia. 231.
Ascanio, Obispo de Tarrago-
na. 129.
Auca , su primer Obispo co-
nocido. 157.
Augusto Cesar. Honró á Ca-
lahorra. 46.
Aureliano Emperador. Su
primer viage á las Galias.
3B9.
B
Baptisterio antiguo de Cala-
horra. 296.
Bebricio Calagurritano. 39.
Belasco , Obispo de Nágera,
205.
Benedifto , Obispo de Náge-
ra. 208.
Berenice, hija de Agripa
Rey ultimo de Judea. 61.
Bilibio. 391. Se despuebla»
y agrega á la Villa de Ha-
ro. 396.
Ooo 2 Ca-
47 6 índice de las cosas notohles
de dos Santos con el nom-
/^ bre de Emeterio y Celedo-
^^ nio. 313. ysigg.
Cellorigo. 225. 230.
Cicerón. Alabado por Quin-
tiliano. 6'2'
Claudio Quartino. Estubo
en Ciilahorra. 52.
Códice Albeldense. 192.
Santa Coíuinba Vlígen , y
Calag^rris, pueblo antiguo
de Francia 3.
Calagnrris, Pueblos de este
nombre. 2.
Calagurris de los Ilergetes.
12.
Calagurris de los Vascones.
Se llamó íuHa Nassica,
.5. y sigg. Porque se dijo
Juña, 28. Porque Ñas sica,
17. Su ant'guedad. 20. Su
nombre. 23. No fue Colo-
nia sino Municipio. 26.
Abrasada por Pompeyo y
• Afranio. 44. Sus armas 34.
Su Circo y aquedudo. 49.
'-Antigüedad de su Iglesia.
• 113. Conservó la Fé en
tiempo de los Godos. 154.
1 56. Sus Obispos hasta los
Árabes. 1-^3. y sigg. En
tiempo de la persecución
Sarracénica. 173. y sigg,
Calagurritanos. No fueron
conquistados por Augusto.
10. Guardias de este Em-
perador. 47.
Calahorra. Significado de es-
ta voz. 23.
Caleruega. 4.
Caligula. No dio su nombre
á Caiíhorra. ^23. •
Cantabria ( Ducado de ) 1 66.
Cardona. Reliquias que posee
Martyr. 352. Restaura-
ción del Monasteiio de su
nombre en la Rioja. 185.
469. Pueblo del mismo
nombre. 194. Noticias de
su martyrio. 383.
Conchas ó veneras ^el Obis-
pado de Calahorra. 1 13.
Concilio de Pam^-slona. Año
en que se celebró. 213.
D
Didimo Alejandrino. Nuevo
. testimonio suyo en fivor
de la predicadoii de San-
tiago en España. En el
Prol,
Didimo. No fue Obispo de
Calahorra. 151.
Dicgenes , profesor Cínico.
62.
Domiciano. Su ambición. 77.
Domicio Afro. Maestro de
■ Quintiliano 56.
Santa 'Domitiia Martyr. 71.
San
Celedonio.
Sus Aétas.
de este Tomo XXXIIL 477
pueblo de los Ilergetes. 14.
"ü Flaviobriga. No tubo Sede
-^ Episcopal. 233.
Fiavio Clemente. 70. 73.
S. Fornnerio de Treviño. 330.
De Vanares. 356.
Fortunio.Obispos deAlaba de
estG nombre. 246. 258.
Fruela. Obispo de Nágera.
201.
G
San Emeterio y
272. y sigg.
426. y sigg.
Escuelas públicas. Quando
empezaron en Roma. 64.
España. Sus Ecuelas en
tiempo de Augusto. 59.
Se observó en ella en los
primeros siglos el estilo de
escribir ¡as Adas de los
Martyres. 273.
Euchario. No fue Obispo de
Calahorra. 124.
Eufrasio. Obispo de Calahor-
ra. 159.
Eurico. Persiguió á los Cató-
licos en Francia, no en Es-
paña. 153.
Fabio Apellido Romano. 95.
Favila. Duque de Cantabria.
156.
San Félix, o Felices. 391.
Traslación desusReliquias
á S. Millán. 396. 439. Sus
milagros y Oficio de su
Traslación. Apend.9. 10.
Félix. Obispo de Calahorra.
162.
Fibularia. Sobrenombre de
una de las Calahorras de
España, 2, Proprio de un
Gabino. Obispo de Calahor-
ra. 158.
Galba Emperador. Su amor
acia los Vascones. 59.
Garcia. Obispos de Nágera
de este nombre. 206. 2g8.
de Alaba. 242. 255.
Grimaldo Monge del Monas-
terio de San Millán. 399.
439-
Gurdus, Voz Española anti-
gua. III.
H
Hambre de Calahorra. 41.
Haro se llamo antiguamen-
te Faro. 262. 396. Su si-
tuación y antigüedad. Ib.
Heros. Profesor Cínico. 62.
Hilario Papa. 139.
ido-
478
Idolatría. Su extensión en Es-
paña en tiempo de los Mar
tyres Emeterio y Celedo-
nio. 122.
J
índice de las cosas notables
Municipio. Pueblo antigr©
f de España. 125.
Municipios. Se establecieron
en ellos Sedes Episcopa-
les. 126.
Munio. Obispos de Alaba de
este nombre. 237. 238,
240. 249. 256. 257.
Muza Rey Árabe. 189.
Januario, No fue Obispo de
Calahorra. 126.
Juan. Obispo de Alaba. 241.
Julio Africano. 57.
Lampillas (Javier) 112.
León, Ciudad. 277.
Leovigildo Rey. Conquistó
el territorio de Calahor-
ra. 156.
Logroño. 167.
Loharre. 5. 8. 13,
M
San Marcelo Centurión. 274.
Marieta(P. F. Juan de) Es-
cribió la vida de San For-
merio. 340.
Magalenses juegos. No se ce-
lebraron en Calahorra. 51*
Ni se inventaron por Nasi-
ca. Ib.
S. MiUán de la CogoUa. 414.
Miranda de Ebro. 229.
N
Nágera. Si se llamó Senonas.
193. A ella se reduce la
antigua Ciudad de Trí-
elo. 168. 195. Es nombre
Arábigo, y sus variacio-
nes. Ib. Su conquista. 19^.
Sus Obispos. 199. y sigg.
Reunión de su Silla á la de
Calahorra. 215.
Nasica Pretor. Su rostro ea
moneda de Calahorra 16.
Conquistó á esta Ciudad.
18. Abogado de la España
Citerior. 20. De el se lla-
mó Nassica la Ciudad de
Calahorra. 17.
Niceno (Concilio) 131.
Santa Nunilo y Alodia.4is.
O
Obispado de Calahorra. Sus
limites por la parte Occi-
dental. 145.
Obispos de la Provincia Tar-
ra-
de este Tomo
raconense. Su carta al
Papa Hilario. 129.
Oficio Eclesiástico de Espa-
ña. Aprobado en Roma,
261.
Oficio Gótico su antigüedad,
y autoridad. 384.
Ordoño II. Restaura el Mo-
nasterio de Santa Colum-
ba. 188.469.
Oviedo Ciudad. 173. Su Igle-
sia. Ib. y sig.
S. Pablo Apóstol. Si predicó
en Viana. 1 19.
Pancorvo. 225.
Paulo Conde. 160.
D. Pedro Nazar , Obispo
de Calahorra. Vindicado,
268.
D. Pelayo Rey. 166.
Plinio segundo. Discípulo de
Qiiintiiiano 66. Su libera-
lidad para con el Maestro.
102.
S. Prudencio Obispo. Con-
fundido con el Poeta de es-
te nombre. 128. No fue
Obispo de Calahor ra,lb. y
150.
XXXIIL 479
56. Llevado á Roma por
Galba 59. Se egercitó en
las causas del Foro. 60,
Orador perfe(5tisimo. 62.
Quanto aprovechó á los
Romanos. 66. Enseñó á los
nietos de Domiciano 70.
Obtubo los honores Con-
sulares. 71. Sus costum-
bres. 75. Sus Obras. 80.
Alabado por todos los Sa-
bios. 89. Su familia. 94.
Vindicado del odio con-
tra Séneca. 97.
R
Recaiedo. Obispo de 'Cala-
horra. 177.
Rioja. Parte de Cantabria en
tiempo de los Godos. ió8.
Vivieron en ella los Du-
ques de Cantabria. 167.
Ocupada por los Árabes.
170. Conquistada por los
Reyes de Navarra. 182.
Ilustrada con Santos. 271,
Riojancs. Se llamaron Beío-
nes en lienipo de ios Roma-
nos, 194.
Qulntiliano. Su patria 52,
103. y sigg. Sus Maestros
Salvo Monge. 191.
Don Sancho el Mayor. No
estableció la Silla Episco-
pal de Nágera, 198.
San-
4^0 índice de las
Sancho. Obispo de Pamplo-
na y Nágera 210. De Ná-
gera solo. 212.
Santander. 291.
Santiago Aposto!. Su predi-
cación en España. En el
Prol. Si predicó en Cala-
horra. 113.
Sepulcro de los Santos Mar-
tyres de Calahorra. Glo-
rioso en todo el mundo.
295-
Sarracino , Monge de Albel-
da. 192.
Sertorio. Escogió á Calahor-
ra para su defensa. 36.
Amado de los Calagurrita-
nos. 38. 40.
M. Servilio Noviano. 57.
Silvano. Obispo de Calahor-
ra. 128.
Suetonio. Su Obra de claris.
Rhetoribus, 107.
Tello. Conde de los Rucones.
Fingido. 171.
Tentyritas. 41.
Theodemiro. Obispo de Ca-
lahorra. 173. De Nágera.
199.
cosas notables
Ticiano. Maestro de Maxí*
mino I. 73.
T re vi ño. 330.
Tricio. 138. 168. 195. No
tubo Sede Episcopal. 221.
No se llamó Senonas. 377.
V
Vanares, pueblo. 356.
Vascones. No se rebelaron
después que Wamba los
conquistó. 161.
S. Veremundo. 253.254.
Verrio Flaco. 65.
Vespasiano. Fue el primero,
que señaló gages á los Ma-
estros de Retorica. 64.
Viana, Ciudad. Su fundación.
120.
Vigila. Obispos de Alaba de
este nombre. 248. 252.
256.
Vigila, Monge. 192.
Viguera, Castillo. 188.
Viliedo. Obispo de Calahor-
ra. i6r.
Vivere. Obispo de Calahor-
ra. 178.
Wamba , Rey. 160,
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1583
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t.33
riorez, Enrique
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