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Full text of "Espectaculo de la naturaleza : ò conversaciones a cerca de las particularidades de la historia natural, que han parecido mas a proposito para excitar una curiosidad util, y formarles la razon à los jovenes lectores"

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J.  odos  lo^  tíotnbrv*  no  son  amados . 

Véase  IcLpi^eiSS.  del  TotnoJ^ . 

!a  i^da  de  Turena  aS'crtra  vot-Jíamj'ai. 


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ESPECTÁCULO 
NATURALEZA. 

ó  CONVERSACIONES 

A  CERCA  DE  LAS  PARTICULARIDADES 

DE  LA  HISTORIA  NATURAL, 

QUE  HAN  PARECIDO  MAS  A  PROPOSITO 

paia  excitar  una  curiosidad  utU,y  formarles  la  tazcn 

á  loe  Jóvenes  Le¿tores. 

QUECOKTIEKE  LO  QVB  PERTENECE  AL  HOMBRE 

en  lockdad 

XSCKITO  EN  EL  IDIOMA  FRANCÉS 

POfi  £L   ABAD   M.  PLÜCHE. 

¥  TRADUCIDO  AL  CASTELLANO. 

TERCERA  EDICIÓN. 
PARTE  VI.  TOMO  XL 


Con  las  Licencias  nbcbsarfas. 


En  Madrid :  «a  la  Imprenta  de  Pbsro  Marín. 
.  Año  de  1773. 

^  tMta  it  la  Sítal  Ctm^aáia  4e  Imjiruont  ^  y  Llírtrat  Jtl  Xjytltt 


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DE  LAS  CONVERSACIONES 

contenidas  en  este  Tomo  XL 


Conversación  L  El  origen  de  la  sociedad, 
pag.  I. 

G)nversacioQ IL  El  Matrimonio ,  pag.  ti. 

Conversación  ni.  La  Educación ,  pag.  $a 

Conversación  IV.  Los  egercicios  de  la  in£in- 
cia,  pag.  6i. 

Conversación  V.  Aditamento  á  cerca  de  la  edu- 
cación, pag.  76. 

Carta  de  un  Padre  de  Familias ,  pag.  77. 

Conversación  VL  La  diversidad  de 
nes,  pag.  276. 

Conversación  VIL  La  supredon  de  la 
guéz ,  pag^  J96, 


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ESPECTÁCULO 

DE   LA 

NATURALEZA. 

;      TOMO  XI.  PARTE  VI. 

QUE  CONTIENE  LOQUE  PERTENECE 
'   al 'hombre  en  sociedad. 

CONVERSACIÓN  PRIMERA. 

EL  ORIGEN  DE  LA   SOCIEDAD. 

ANTA    multii'ücidad  de  He- 

nes  coma  cercAn   al  Iwir.breí 

y  se  renuevan  por  la  mayor  par. 

te  todos  los  anos,  í  proporcioa 

de  su  nectísidad ;  tanta,  variedad 

de  órganos  ,  iáestinadus  i  asegurarle  en    el 

pxe  1  y  una  inteligencia  capaz  de  perfeccior 

nar  el  uso ,  y  gilorUic^l  al  Autor  ;  .tod«i  soif 

V  Tm.XL  A  pter- 

* 


a  Espectáculo  de  la  Naturaleza. 
prerrogativas  >  que  no  se  haUan  jootas  sino  en 
el  hombre ,  y  nos  han  manifestado  y  i  quién 
es  el  Inspeétor  de  la  Naturaleza ,  el  Usufiruc** 
tuarío  de  la  tierra ,  y  el  Señor  de  lo  que  este 
suelo ,  y  vivienda  común  contiene*  Sus  luces, 
y  su  experiencia  debían  abrazar  ^  y  estendersc; 
á  otro  tanto  como  se  estiende  su  dominio  $  y 
así  le  vemos  gozar  de  so  dignidad ,  y  apro- 
vecharse de  todas  sus  ventajas  quando  se  ocu- 
pa en  arreglar  su  conduela  9 .  y  sus  trabajos. 
Solo  se  hace  ridiculo  ^  quando  de  Labrador, 
y  efe  Gobernador  9  que  son  los  títulos  Con  qué 
sació  )  se  mete  á  Intei^prete  de  la  Natura* 
leza ,  y  á  atribuir  %  su  ii\teligencia  la  depisioa 
de  lo  que  Dios  reseivó  para  su  proprio  con- 
sejo.  - 

Pero  no  obstante  ser  cierto,  que  es  Due- 
ño ,  y  Gobernador  de  todo  quanto  le  cerca, 
unJ  cosa  parece  que  le  degrada ,  y  obscurece  la 
preeminencia  del  puesto ,  á  que  le  hemos  vis- 
to elevado.  El  hombre  no  está  solo  aqui :  el 
Genero  Humano  cubre  la  tierra  :  podrémosle, 
pues,  llamar  todavía  preeminente,  y  mirar co^ 
mo elevado  á  un  puesto, en  que  tiene  milloi:tt|S 
de  compañeros  que  le  igualan?  1^ 

La  sociedad  '       Biene$  hay ,  que  se  pueden  poseer  con  ze- 
Cretn'pofc   íos,  y^eft  qué  uo  sufrimos  compañía ,  nidivi* 
sioD   íie  lu  tíon ;  pero  no  es  de  esta  especie  nuestro  domi*- 
nio ,  del  qual  no  se  reviste  el  hombre  5  sino 

mientras  está'  acompañado  de  $us  semejantes^ 

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.  £7  origen  áela  sociedad.  % 

y  en  efeéto  pierde  todos  sus  derechos ^i  media- 
da qae  deja  de  ser  sociable* 

Anoque  la  Providencia  Divina  nos  dispen- 
sa sus  fajroiesoQO  tal  economía  ^  que  pueden 
comunmente  servir  de  recompensa  á  nuestros 
a&neS)  pata  animar  de  esta  -suerte-  mas  nues- 
tro tr^jo :  con  todo  eso,  no  es  necesfrio ,  ni 
conduceoie  i  que  la  vista  de  tan  ricas  posesión 
oes  f  de  tan  bellas  luces  ,  y  .  claros  conocí^ 
mientos  ,  de  tantas-  operaciones  ,  á  quienes 
;fiígne  un  efeélo  cierto ,  é  indeft¿Uble ,  nos 
hagan  mirar  al  hombre  .con  medida  distinta  de 
la  que. tiene  ,  precipitándonos  de  este  modo 
en  la  ilusión.  Uno  de  los  er^años  que  pin 
diéramos  padecer  eú  esta  raíon ,  sería  persua^ 
dirnos ,;  que  le  fuese  concedicb  á  un  hombre 
sok>  descubrir  suCoesivatnente  ,  y  adquirir  por 
4  mismo  todo  h  que  acabamos  de  ver  9  y  que* 
da  expuesto  en  .esta  Obra.  Los  frutos  del  entena 
df miento ,  y  los  frutos  de  la.  tierra  00  se  han 
concedido  á  ^guno  de  nosotros  con  extensión 
suficiente ,  si  no  concurre  el  ministerio  de  otros 
hombres,  y  con  lú  oUi^;acion  reciproca  de 
ayudamos  mutuamente.  Mientras  cada  hom^ 
«^^Deifírv^  9on  SU:  industria  ípart^ukr  al  Cómun; 
^  la  sociedad  Je  tfiifiifkía  su  iéconóoimiento/aba4« 

'       teciendole'  de  tíos  socorros.  que«  necesita^  Ls 

^aoquéfi  ios.  descubrimientos  dé  iodks  las  eda* 

des^  j'ká  producciones ,  y  frutos  de  todos  los 

.  mwtt:  iñjbom  éa^péndia  de  ^íeiqpO'^  y^  1« 

•       na  A  a  li^ 


•        l/ 


4  Espe^factílo  de  Ja  Naturakéa. 
libra  de  fatigosas  tareas.  Al  común  es  pro^riár 
mente ,  y  á  la  sociedad ,  á  qitien  todo  se  le  én^ 
"  tregó ,  y  por  ella  participa  el  hombre  de  los 
presentes ,  que  le  hizo  con  taata  19)eralidad  el 
Criador;  -    '  ^ 

J>el  mismo  modo  qiie  Tas  producciones  dé 
la  tierra  están  esparcidas  por  todas  partes  ,  lé 
están  también  los  talentos  desde  el  xM  cabo  al 
citro  de  esta  nuestraliabitacion,  para  que  los  que 
inoran  en  ella  se  preguiyen^  y  se  enseñen  mu^ 
tuamente ,  como  mutuamente  se  comunican 
ios  bienes  que  poseen.  El  que  se  sale  de  la  so^ 
ciedad  baee  dos  males  ^  pierde  e}  tiempo  en  it>- 
qvirir  laboriosamente  lo  que  la  sociedad  le 
ofrece  de  un  moda  expedito ^  y  libre^  y  dea^ 
precia  ^  6  huye  injustametM  un  talento  ^  que 
babia  recibido  para  el  l»en  de  la  misma  socie^ 
diad.  De  aquí  se  deduce  claramente,  que  Dios 
^ae  propuso,  poner  en  la  tierra  »  no  Solitarios^ 
Mno  Giíadacknos;».!  .  -  ' 

GluardemonoS)  con  todb  eso  V  de  confluí^ 
n!Lin^sc.in  dif«í  fetirocon  Uí  soledad.  Para  ser  Ciudada^ 
é^i^nót  "er  w  ,:no.ea  «cesario  estár  siempre  entre  el  bu^ 
ciu4a4aiios.    Ujcio;  aotes  bien  ^  por  .el  contrario,  la  vida  mlÉ. 
(mnnltudsa.ea'  por  loJ  comuña  la  mas  irimiRSe 
AqtfeH  quien  el  espirím  dé  Dios  cbddiice  al 
letiroi  00 es  usi Solitaria CBisantro^^ó-devo-^ 
xador  de  bombire&,  que  abomina  y  ó  reqsa  d 
Ikn  ConHtn  v^í^^  un  Qudádano  prudente ,  (|ud 
em  |q»- pdjgcos  máts  fiíertes  qoe  éL  Ssceseid 


/ 


^'Et  origen  de  ia  iúcMidl'  '^\    ^ 
-iinVablo^ó  tin  Hilarión  V  quésfe  riedrá  dé'tt 
•ftiria  de  los  perseguidores ,  y  hoye  el  peligró  dé 
'vna  deplorable  caldd;  ó  un  Raneé  >  que  se 
burra  al  cohtügk)  dd  siglb  en  que    vivió ,  7 
'coya  impresión  ,  y  malignidad    hdVia  éx^pe^ 
timentado  no  poeto ;  ó  será  un'MdbilIÓn ,  qife 
«  recoge  del  todo ,  para  "distráHetie  tiitnbs ,  y 
entregarse  á  trabajos  verdadefartrente  'Eclesiás- 
ticos ;  pero  tales  hombres  no  dejaron  de  Uebat 
"en  el  corazón  á  sus  herniaños ,  ni  de  trabajar 
por  ellos  y  segnn  toda  la  extensión  de  üi  'pó¿ 

Retiíx)s  hay,  en  donde  ño  se  excitan  ^álil¿ 
talentos  muy  comunes  ^  y  muy  liiíiitádos ;  tú 
es  ei  cultivo  de  un  jardin ,  el  servir  á  lúA  etífeH 
mos^el  tegér ,  el  hacer  BilásVjT  ^'  sacaí^j  f 
Sabrair  piedraSé'  Pero  settíéjaÁIes  estóblie^ciiínen^ 
tos,  lejos  dé  ser  despredebles;!)  jpofque  a'^ue'^ 
130$  que  los  egetcitaQ  estén  en  lugares  apartad 
do$j  son  por  el  contrario  el  'airtparo-',-  sicor- 
fo,y  iredeft^delrfs¿V?iedsd,- guindo'  el-  tráí^ 
bajo )  y  la  bermañbaá  s^  vén  aUIcoB'^f^lArbcti^ 
lar  boMK  ••'••'•''''  *^  :" '*  '-'••'  -  •  '  » '' 
^  E»  efiéla»  este  «nb^  febórfoso'^  ^y-*stái 
^arid&d adiva  es ák)^ qáb  dos-^xdtán,  y  á  kí 
^tíes  Unhib  casi^t^dás  hs  'pmtíi^étí  EVatK 
gdio;  la^tentíBéfo,^  y  ol^fdd.  de  tsif  ihisttbsj 
que  fidé  esté  letitoVn^es'liísafiüádÉl  müt)¿k^> 
afetaboriecimfento  de  la  sociedad;  sfea'!» 
ássbpxtíúú^  dé  loa  lasos  ^smar  ^roprío ,  qué 


^  Esps&aruh  (k  h  Naturakz^ 
todoloquiere  para  sí,  y  que  en  lqMr)de9eie« 
.yira  SQS  hermanos  ^  busca  solo^^  s€;r  servido. 
Lejos  de  permitirnos  el  encono  y  el  aborrecí*- 
míeato ,  y  la  ira  5.  no  pqrmite  aun  1^  indifer 
xencia  ^  é  inaccioq  ^  pues  nos  obliga  4  ^mar 
i  todQS  los  bombres ,  como  nos  amamos  á  nor 
^rros  mismos;  asegura  la  protección  f  y  el 
imparo  á  quaotos  viven  cercanos ,  y  en  parar 
geen  que  pueden  ser  socorridos:  qos enseña 
á  ngr  d^r  oídos  al  odio ,  á  aborrecer  la  enemisr 
t^áy  y:  aui}  ii^mds  ^1  eqen^jrgjiy  bol  viéndole  hieo 
por  mal ,  y  correspondiendo  con  beneficios  4 
}z  ingratitud  Qiialquiera  que  buscara  un  de- 
^er^to  por  eironerarse  de  las  obligaciones  qu« 
lfenp.4  la  ,isopiedad,  sería  una  fiera «  un  ;Salva-^ 
ge^¿^  un  n^on^rup;  y  liden  lftjvJ!S,deseit  f^hxi^c 
jóano  y '  no  sería  ni  a^n .  FhUpfopbo ,  •  aunqt^ 
es  cosa  bien  ^pequeña   el    no  ser  Plülosor 

pho.  ..'•'.': 

.  ;  En  ^cíeao ,  la  PbMpspphía  i  qw  pe  jaé^i^ 
baqerf4  Ips  l^iQbijes  sopi^bles^qQ  ^^  conQcir 
d9,el.yer^a|erq  origen. de  la  sodedí^d^^  ,ni¡íJ4 
ha  asegurado  los  apoyos  verdaderos^  ^  ique.;)^ 


o-tgen  ,   j  pu94^  ^nHu^ener.  ^M  ^averiguación  en  M^e 
¿M™odc.  ^  ¿a  inetiJo  dgl  principio ,  que;  p>ido^  uqirT 
^^'  guiias  faip jiias  ^  h,i  h^cho  el  ^i^or  de  e^ta  conr 

fetjeracipn  >,  jf.  junt«  á  ,Ía^  pec^sidad  rqpi?   la? 

oprifijía,! y  4  las.  teftexíone^.de  alg^fios  Legpi»? 

fedores:  ala  verdad. en  esftq^cftqippjwt^^ 

cpmoquando  se  figuj^  ,::^we,  pl  ínoviipi^q», 


V 


/ 


W  origen  de  la  socfcáad.  i 

qáe  mantiene  la  Kattiraieza  ,  la  pudo  fbrmar^ 
táirUen:  y  1^  la  putrefacción  que  sustenta 
los  gusanos  que  provienen  del  EscaraK'>jo ,  y 
de  la  Mosca ,  babia  necesariamente  ordenado 
también  las  seroiUas  especificas.  De  aquí  vie*' 
nen  todos  los  systémas  de  Pbysica ,  y  de  umi' 
virtud  moral  \  en  que  Dios  no  entra  para  cosa 
alguna» 

No  será  pfailosophar  ,  si  creemos  á  estos' 
Dolores  ;  recurrir  á  Dios'quando  se  trata  de 
las  causas  ibrulatrices  de  las  cosas  ;  pues  un  po- 
co de  cieho ,  fomentado  del  cálot  ,  liará  que 
nazcan:  todo  es  consigui'eíite á  un  Sol, y  á' 
una  Tierra,  las  aves  ,  los  quadrupedos  ,  un 
bomhre,  seguido  fielmente  de  su  muger  ^  el' 
trigo  ,'Ios  graíiós ,  el  agua  para  nutrirlos ,  y^ 
en  uúa  palabra,  el  mundo ,  y  todas  las  aHiajasI 
que  le  adornan,  y  íiermo^an.  El  gran  Descaí^*" 
tes  vio  salir  todo  esto  de  su  materia ,  movida 
á  modo  de  torbellino ,  sin  que  Dios  pusiese  átlt 
arden  álgiino.  T  después  de  Descartes  ¡^  otros^ 
han  llebado  aun  mucho  mas  adelante  su  Phy*' 
sica.  Descartes  no  pudo  obtener  ,  sin  recurrir^ 
áDíos ,  aquel  cieno ,  6 barro  primitivo , y  el 
^g^Rvímiento  ibrmador  de  las  especies  :  estas* 
dos  únicas  cosas  pedia  al  Criador  i  pero  *  lo¿» 
Moderaos  que  le  siguieron ,  después  de  Itebeé' 
visto, 6  creído  ,  que  veían  con  Descartes  el 
Sol,  y  la  ¿una,  un  hombre ,  y  puntualmente, 
una  múgeír,  salir  del  polvo^  npcomo  produc-; 

do* 

é 


&  Espe^iMth  de  ¡a  NaturaJef;^. 
QOQes  de  pn  consejo,  particular,  sino  como  efeo. 
Ips  necesarios  del  movimiento;  de  un  remolino,- 
6  tqrbillon,  tampoco  vieron  necesidad  para  atri« 
Ijuir  el  cieno ,  y  el  movimiento  á  consejo  algu- 
no del  Criador ;  con  que  le  dejaron  á  parte ,  j 
splo  conocieron  la  materia» 

Según  estos  tales  9  la  moral  debe  ser  trata-, 
da  del  mismo  modo,  sin  qiie  Dios  intervenga 
qn  ellaT  porque ,  qué  otra  cosa  es  sino  el  con- 
junto ,  6  cuerpo  de  .reg^ ,  que  deben  observar 
en^re^s^  los  hombres?  ,Cpn  que  para  los  tales 
est  preqsQ  \f\}^t  ef tas  .reglas  en .  la  causa  ,  jj 
efí  la  intención  que  juntó  los  hombres  >  y  los-, 
puso  en  sociedad :  porque  no  hay  otro  moti-^ 
Mf>  <|up  los  reuniese ,  sino  la  necesidad ,  y  las; 
Inflexiones  fipl  Legislador:  luego  no  hay  razón. 
[|ára: «sten^sr jos  derechos,  jc^obiig^ciones. . de^ 
la^óciedads  sino  según  nos  lo  pedia  el  inter^^) 
Pe  aquí  viene  aquella  lisongera ,  y  fastidiosa^ 
ipof  al  de  Epicuro ,  que  arregb  la  medida  de 
QUfstras  obligaciones  por  el  contentamiento^ 
^satisfacción  absoluta  de  todas  nuestras  faculta-^ 
4^1  (^^)  ^  '^9^  Ip^  risibles  principios  de  Hol^^ 
bes ,  y.  Machiabelo ,  que  nada  reconocen  led- 
tjmo ,  y  honesto  sino  lo  que  agrada  al  Legisu|L 
4pir :  porque  e$te  Qefe  df  la  sociedad  ,  techen- . 
éfi^i  ppr.  razón  del  puesto  ,  conocimiento  de>     f  • 

r««-)Bien  subiJo  es,  que  k  Epicuro  le  escás»   muchos,  «fir-» . 
mmdo ,  que  poto  Ik  fet^cidji^  en  U  quietad  ,  j  pa«   «el  atma; 
HA  obttance  el  defeft^  de  no  lleSarU  mas  «U9»  de  modot  que  im« 
rist  como  £n  la  viitá  cUra  de  ta  X>úMl 

-    I*-  4. 


aEÍ origéh'dé Id  séciedáí  ^        t^r 

lai  necesidades  de  todo  el  cuerpo  de  la  repn«^ 

bUca.9  vienen  á  ser ,  dicen  los  tales »  la  re^ 

de  la  justida  »  y  aun  de  la  Religión ,  que  bos: 

es  preciso  aeguir.  Los  Ddstte  nrodemds  ^|t>K 

03  d^erentes  de  los  Epicúreos  antiguos  yüÁy 

rao  al  tx>mbre  cooio  un  i  animal ,  sin  preeitai-^ 

ijüencía  alguna  ^  qm  le  diferencie  de  los  demákí 

anicnales ,  sus  consortes  9  y  .cottitnepsalés»  Poti 

sa  oHgeo^  Iíbi  bestia  ^ty  el  b&oibié  todc^  hdrba* 

jariandíl  mismo  modo  los  piados  ,  Gopaeríanc 

las  bayas  mas  insipidas  y  é.  insulsas  ,  irkli  át 

montanera  9  y  .cascarían  ,W  béÜcita;^  qúeicru^, 

g^ría  igualmente  deb^  de  Ips  .dientes  de  bs) 

«eidos^  y^Josbcxnbees^Peío.pasa  lo^oír me^ 

jpr  parte  en  loa  frucbs  .de  U  tiferra  ,  se  juntó: 

d  bombre.  al  biytnbre :  y  4si,,  las>  obl^^cioúesr 

de  la  sociedad  no  son  X)tra:  oosa »  sino  tomn 

lieosacioóes  de  las  varía$  utíUdades  y  .^ue  no^ 

sienen  efe  eUa^lKMl^oycQs^  tomaron  este  ne» 

¿OCIO  a>n {úguna diversidad ^y sti^nimieoda el 

interés ,  se  eximieton^d^  ¡toda^  especie  de  deu^ 

da[:  loqualen  mi  so^tklo  vi  á  d^^  ftiímio 

principio.  Porque.  Qom9  estos  P^jllwc|>boft  m% 

an  peasuadidos  á  queel  boibbr^  sd  basca  <) 

nlsmo ,  y  que  ni  d  dolor  personal ,  ni  los 

ultos  ágenos  pueden  fadcec  n^^  ^  ni  empiít 

iper  á  un  alma^qiie  r9aio9if)at.flQmlr9biiq^c;pma 

cosa  i  p^rte^que  no  bace  juegpcoKloa demái^ 

ni  ti^i^  Qomp^oftiJe  flqueUQs.é/}ttQ  seiUamai» 

Ini^K^ ;  y  ¿|  <nifq^.tl^«é»^Ji«eb^^  in^ 

i;^7<9m.az  *         B  pe* 


:• 


m  EspeSfacuhd¿1dNatürafeia. 
pedia  exigir  cosa  alguna  de  los  otros ,  íos  ponia 
también  en  estado  de  que  nadie  se  la  deba.  De 
aqui  se  signe  ,  que  tds  Phílosopbos  ,  que  hacen 
al  hoinbft  nn  aniúnal  sditario  ,  arroinan  por 
cónsequencia  su  obligación ;  y  Bi  mayor  parte 
de  los  que  le  hacen  animal  sociable ,  no  le  esta* 
Uecen  mejor » midiendo  por  solo  el  interés  la 
obligación  ^  y  las  deuda$« 

Después  de  hiber  consultado  i  los  Pbilo- 
sophos ,  escuchemos  la  experiencia :  El  lengua- 
ge  de  esta  es  muy  diverso ,  y  se  encuentra 
que  haUa  el  idioma  mismo  que  la  Escritura* 
Observemos  lo  que  pasa  etitre  los  animales; 
ks  inclinaciones,  y  loa  orgatios  que  recibie- 
ron deciden  el  puntó ,  determinan  su  suerte^ 
y  la  intención  del  Autor.  Algunos,  como 
los  Castores  ,  y  las  Abejas ,  aman  la  com« 
pafíia  ,  gustan  de  vivir  en  comunidad  ,  y  sus 
órganos  no  les  bastan  ,  quando  viven  solóse 
y  esie  amor  á  la  sociedad  produce ,  «n  duda, 
su  verdadera  ventaja  ;  pero  no  es  de  modo  al* 
gutío  la  observación  de  la  utilidad  quien  los 
diiponé  i  que  se  unan :  su  felicidad  es  efedo 
de  una  impresión  dominante  ,  y  aAc^ior  al 
•entimienh) ,  que  pueden  tener  de  la  milidaflL 
Por  d  contrario  en  los  otros  animales ;  orga* 
nos,  ¿inclinaciones  ,  tcxlo  los  dispone  i  lá  i^ 
desunión. '  Es  verdad ,  que  la  madre  manifiesta 
desde  que  nacen  un  tierno  carifío ,  que  la  obli- 
ga á  coidair  de  sus  bij|uÚo«9  por  lo  que  mira  i 

su 


* 

) 


/ 


Bl  erigen ík la sodedaié  tt 

su  manutencioD  ,  y  alimento ,  aunque  no  esií* 
pera  correspondenc»  reciproca  alguna  de  ellos» 
Y  esta  ternura  inexplicable  ^  que  la  inspiran ,  6 
infunden  para  con  sus  hijos ,  dora  otro  taa<^ 
to ,  quanto  dura  en  ellos  la  neoesidad  4ñ  do 
cuid»io  ageno.  Quando  connieoBan  á  poder 
valerse  á  sf  mismos ,  la  madre  se  aparta  con  «n* 
tereza  ^  se  aleja  sin  dolor  ^  y  su  ternura  se  trueca 
en  indiferencia,  y  aun  «o  tedio,  ira,  y  d^svfo*  £1 
padie,  que  no  está  destinado  á  mantener  al  \á^ 
jo,  no  fedád menor  testimonio  de  cariño,  y 
oomuúmeme  parece  desconocerle.  Todas  las 
señas  que  vé,  le  astán  advirtiendo  al  hijuelo,  que 
podhrábién  piesto*  mantenerse  por  4  mismo,  y 
proveer  á  su  necesjdad  ^  y  peftoria.  Hecba  la  se^ 
pairacion ,  el  padre ,  la  madre  >  y  los  hijos  yá  no 
se  conocen ,  cesó  el  carfito,  y  se  acabó  laternu« 
ra.  En  efeéfco ,  sus  órganos  «no  los  disponen  á 
aytriane  mutuamente ,  ni  á  construir  casas ,  y 
habitaciones  comunes. -No  dei^n  oonúdmien* 
to  alguno  de  números  ^  m  medidas ,  ni  saben 
dBtingoir  sino  su  alimento  ^  ni  aprender  otra 
cosa,  Di  instruirse  en  materia  albina. BICíp 
balb  ooo  su  Casco  (**}  manejará  d  martiilo^ 
i  esquadra  por  ventura  ?  El  Ciervo  se  ñi^ 
ricará  con  sus  mand  alguna  cabafia ,  dcieii» 
da?  No  hay  entre  estos  animales  lierramieii^ 
tas^  deseos ^  ni  jadustris v9ua  vloa  cmtroqife 

Ba  % 


na 


it       Espe&actdo  dg  h  Ndhffáíha. 
&  vivir  juntos ; «antes  por  el  contrario,  toda 
los  dispone  á  vivir  cada  uno  separado  de  los 
otros ,  y  aun  los  que'  habitan  én  comunidad,' 
no  forman  stnío  unas  pequeñas  tropas ,  del  to-^ 
do  disternunadas  á  ua  lugar  misma  El  hom" 
be  solo  ,  aunque.  Ueo' avecindado  ,  estiende 
mas  lejos  su  correspondencia ,  y  se  comunica, 
y  ama  i  otro ,  aunque-  le  separeti  immensas? 
golfos ,  y  honduras.  Esta  pasión  universa]  pon 
la  sociedad  es  en  el  bonibre  ^  coma  to  son  sua 
brazos  9  un^  presente  del  Criador*  No  fíie  j3ñ 
modo  alguna  la  esperatizn  de  utilidad  la  que 
le  dio  al  hombre  los  brazos  ,  las .  manos ,  las 
jgipturas»  y  esta  admirable  diversidad  de  tíio- 
vimientos;  Nd  fue  ^tamptMd^yk  necieádad  qti«! 
b»y.  de  vestirse  ^.y  alojarsfe,  ^  la  que  pu$o  la- 
na:en  las  espalda»  déla  Obeja,  y  la  quehi* 
Co  bf otat  las  bi^ibas  V  y  Aorecer  los  pmdos 
^ca  .-dieliboii^hre  ^  ó  estender  betaa  de  piedm 
dí^b^  4et  sus  pies^  Batoa  úoorvos  -  rens^aif 
au4AeCe$^bdei  v.pero  precediemni  ellas.  Upa 
amencioo'  ^-uná  voluntad  superior  formó  loa 
•iiMb^w^rde 'manera,  t)ne  -pudiesen  áac^  de 
jiU$iisanielBs;ry  conar  dé!,  sos.' bancos  las  pie^ 
4la^:Al;modo  ;ip&]es,.que  la  Piñiox^faía  tfl^ 
^üpí^  mal  .en.  atribuirse  la,  mvencion  de  lar^ 
4H$)}tas:9  3t  k)^  biázos,  porqnejha  h^dtío'nor      ^ 
t«^ yescbolíos  aoM: tlbrádird^  osar.br^aos, 
iy  piedras ;  asi  fiokitendrá  mas  razón  en  atri- 
buir el  origen  de  la  sociedad  á  las^n^c^idades    *     v 

COi  ^ 


aarnuocs  9  7  recíprocas^  y  i  la<  ¡nviencioo  dá 
MiomKl  9  ó  de  Diaea¿  f^*)  Kaes  dudable^ 
que  los  socorros  mutuos  séan^^éu  los  design 
JEMOS  de  DícBf  fruto  Infiífible  de  las  población 
fiés^  y:  justa  reoompeusa  de  la  harmoDÍa ,,  7 
ttDún  ;.  peni  dt  amor  de  -  b.sociédad  e&  rotes 
^uf^  toda:utflidad ,  i  inferes.  EaÉi  es  la  ioteo* 
ckmdeDios.r  este  es  nuestro  estada ,.  de  suer- 
te ^.que  aun  c(esaodo  la  utilidad»  na  ces^urían 
las  pobteiouear,  ui  m»  ^paatartooi^uDw  d« 
otros 9  quebrando  los  Untos ^]erno>;.iiiantie^ 
nen  unidos:  es  k  niano  de  Dios  quien  kv 

fi34nUOft  .*  '•  < 

La  Bfailosbpfifo.itiealaM^ 
iWDpéilds  ^.qémclo¿te:jQfadfiK*>:fwr;mjad^ 
«tantas  séfUs  antiguas  ^«y  flMdemas  ^ rdnedjr 
nuestras. ohKgaciooeií  coa  nuestros  placeres ,  ^ 
jiécestdades.  La  becc^sidad  sola   ea  «n  mal 
AAa^stso  ^  ddqníea:ímd(.%ay>i)ue:esp€^i:  jbuer 

•^ jiteleme  cou'íla  iiMrsa^  E^ra  fora^ar  SKos  1$ 
(Sociedad  5  <fDé.  aahr^  .la  ..tseiia ,  uo  e»pa6  i^ 

cy¿itos:dí  .lt»oL^)i»d£ar^i  J^ple^ 

^j^lo  medios  mas  eficaces  ^  y  npss  ÍQfa][ibl<^ 
^W^  d(ó  4ilfa(M3plMe  biyzes ,  y  diversidad  de  ta- 


r 


'if 


dtotoft  I  peiQ  tiileafos  ^^^  y  bracos  ^  que  le  sofi 

^  ff*y  RF'^  f^Crl"*  M|tiS90  J.e;gi«ladpf  ¿ú  A^en:is   Sus  Ley»  eran 
^twá  hñproileátes,  dt^mporcionáda^)  y-^cTaff',^ii^  se  dccU  4f<- 

•oa 


14  EípitShílBtd&d^hNkbirát^ 
bmt^  i'áuo  iofe  pone  eo  obra .  jaotameate 
sos  semejantes.  El  le  mueitfa  pra^isbotís  praiH» 
C8S  para  vestirie  i  abjarle  ^  y  oíameoerie  $  pero 
d  hombre  pierde  el  uso  de  loüeOBsarío^siae 
s^artade  la  sodé(^.  Yá  ea  otm^ocaricxi»  Ansí'* 
cm*T"uc  dá  ^  "^^^  >  hablamos  de  cato.  *  Nb  hay  coaa  eo 
fia  al  como  i.  que  no  se  le  haga  sensible  al  iiombre  la  ohM 
de  Dios ,  y  entonces  se  conforma  coa  la  inteiH» 
Clon  del  Criador  ^  qoando  trsdiaja ,  y  ayuda  á 
su  semejante ;  petó  como  las  leflexiones ,  qué 
puede  hacer  acerca  de  la  necesidad  de  susten^ 
tiirse ,  no  han  intfododdo  la  necesidad  de  co^ 
mer  ,  ni  producen  tampoco  los  manjares:  del 
tnismo  modo )  la  maa  phllosophloa  reflexión  á 
terca  de  la  rentaia  que  ios  homlires  hallan  en 
líyadiirseinntQflmentet  oo  ha  producido  lasoo» 
Ciedad » como  no  ha  produddo  otros  hombrea. 
Todos  juntos ,  los  hombres,  las  materias  que  loa 
ocupan ,  y  correspofldenoía^qiK'los  aneit^sOB 
rtiblemente  efedo^  tma  insihiidoii  smperiar 
é  los  dempos^  y  áílas  miras,  é'idáasdelosFhí- 
4oso[¿ios.  Por  esta  causa ,  las  obligaciones ,  6 
fundamentes  de  esta  sociedad  se  hallan  tan  an* 
ttguas ,  y  tan  immatables  como  la  intendoft 
•de  su  Antevé  \x 

No  es ,  según  esto )  el  movimiento  ét  quS^ 
formó  la  Naturaleza  ^  y  la»  diversas  esenoias  ^ 
de  las  cosas ;  ni  son  la  necesidad ,  ó  la  Philo» 
sophia ,  y  I4  Política  Lis  que  formaron  las  dl- 
*ferentes  pattes ,  y  las  varias  inclinaciones  de  la       \ 


El  wigim  dtUsúckáaJL  if 

aidedttt;  sino  que  ésta ,  j  h  HmmUtlstsoi^ 
óbfa  de  om  pmidcncsi  idonfeto  ,  que  ttnplte 
d  isoviifiienca  pan  coMcníar  y  y  maoteoer  ak 
\3íHtenOi<y  que  llefataddaMr  ta^Qckdad,  tao^ 
to  por  mecfio  de  la  diiecddin  de  lo^  entena 
mjentos  mas  altos  j  como  del  aguijón ,  ^  estípt 
mulo  de  la  necesidad. 

Los  Pfailosoplios  y  sefidaoda  por  isausn.  da 
la  sociedad  to  que  era  onicamanie.  ai^uda  y  y 
mecfio  para  ella^  oa  han  ésialUeddo3SÍ^o  emh* 
das,  7  fekas  obKgaciones^  mas  capaces  de  sntA^ 
car  la  noion^  ^ue  de  afirmarla.,  (ii  ei^ieiiria¿ 
tía ,  que  nos  '«conduce  i^mw  :<^\isaáia«f  riaUe^ 
cttaUttW  «amblen  «trnaainir  i»i»alr  i%  sooi^, 
dad  9  y  áiCÍertas^b%Kridaas  5  sfeaKpse  lasmo^ 
mas ,  aunque  se  interrumpa  nuestro  inteféa>  y 
cesen  miesttoa  plape^ai: /Loff.  mfernUos:  que 
componen  esÉb^todo  j.tnDapodrfai;(&ñar  ^  óéak^ 
Mai^de  Ueiies>(!{ieraoitffaartiinivaiielhast¿> 
nos  diipeosaii'de  traba^  por  la  «Mojhd  ^  ni  el 
enftdoyóel  bofror nqa  permite  apaccamosde 
ella ,  pfie&en  elordcnide  Dk)^  tirine  rdeiecfa^ 
iocoimasidbfeá  nuestras  br^ama^^'  ,    á 

Los  Pl9^nos^  guiados  de  fiílsas  lucres  Y  y  los 
J0m  f  aimqoíi  Uuminado^  .con  una  revelan 
^Bon  ;  per»  solo  pasparatóiia  ^  y  00..  perftccsoF» 
^  Mdft^'todo^  pidi9mnfW6faEíy^^  noesti^ 
baticM^acios^á  amái^sittoi.^1^^  Lee» 

dooai firlarv y  bioes imprtifeAar.txy  pndMoÉ 
Ipaoer  que  loa  «io44loa  de  iaJowdaá  fuea» 

muy 


:t 


'  .4 


'       qnuy  coteUDes  -^  m  ]»qdíeroa'  multiplicSir^  <Sm  $^ 
UKiíta  csQotíni^acioa  fes  cigemplos  de  la  dulzur/ 
ifafrattcaas.parafíbtfEier  part&jdei  híen^  qui^ 
aecesilabaa^  fiii¿  {«eciso  ayiKiár  ^; 
yl  con.  ley^  (tenalesy  y  yá  cob  ideas  ^de  ^. 
fipr  9  de  Teoganzá  ^^  y  del  amor  de  la  paiar£si«i 
Jlias  pasiones  venían  en  sóconro  de  la  do¿lfi-*4 
BO^y^supHao  ^stde&Slo  de  principios  y¿trda« 
jdei^Vi  qoe^^  6 .  ae  faabian  i  peidído  ^  ohscurefí 
cido^.y'  ofuseado.  Pero',  ni  la  ípasíon >  ni  laai 
idías  liibitadas  de  los  hombres  sabea  nias  qnej 
kinboqudad.,  niiaciefftan  á  llegar,  basta  el  t^ir-j 
|BÍóoti{nocia9^9  pacandoí^dondec. era   necesaria» 
{Miar;  !£a  ünarfúdabca:  v  esa  7,  qnrlIaoian/9ltQ0# 
.fioHba  Imrtadí^  pon  hacet .'  Ctndadaote.  p6c^ 

f)  >  Solo:  ei  amor  «iace»i,  y  ^1  amor  deroos^ 
tódotS  Jos.  Üioinihfes  ,  consideradosi  comQ  hí^ 
jos^  imlnúsmo  PáAe  V  y  €QP3tO:heriiali09^ 
hn  mismo  Salvador ;  y  sólo  el  CfaristíaoismOi 
son  los  qne  sin  iocertklumbreí  ni  disputa,4teom 
tódas  medidas,  y  ciimt^en  paracon  loahombíe* 
toda  justicia.  Qjialqniér.otro  pnaC^  e$  imkt 
Bdence.,  y  sospechoso^  La  caridad  sola  evita  ea 
todas,  las  oosas  )A  dañar  a!  progtmo^  ^^^ 
4]uerr6  yo  hacer  nuil  i  quien  amó  ?  ElCbípistil'ir 
Rom.  13. 10.  ^Bosaio  es ,  según  eatq  ^ilaipeiftf  <;ii)A<delar.sQdH^  f 
dad^>  pues^  pefsiguecitf ^  ifgnstioia ,  ;arf aáo^ndcf 
liasta'ks  iránma  ndíces  ^  y  ísupiimí^ 

ftura> el rá»QtiAieato<y y^k «Ek: J   :.  ^^  i.:..i 

El 


vli  U 


r 


Eí  orígen  de  la  sociedad.  17 

£1  Pbílosopho  puede  parecer  Gudadano,  y 
amar  su  patria ,  sin  amar  con  todo  eso  la  jus* 
tida;  pero  aquel  que  ama  la  justicia  ^  y  aun 
á  sus  enemigos,  ama  ciertamente,  y  comoá 
golpe  seguro  su  patria.  Pero  no  hasta  para  ser 
Cbrístiano  saber  el  Cbristianismo ,  y  hacer  pro- 
fesión pública  de  él.  Todas  las  Críticas  que  se 
han  faecho  contra  los  Christianos  ,  con  inten- 
ción de  expugnar  el  Christianismo  ,  caminan 
visiblemente  á  la  fiílsedad ,  y  asestan  sus  ti- 
tos á  Manco  incierta  No  es  verdadeíramente 
Qiristiaiio^l  que  no  ama  á  sus  hermanos ;  y 
aquel  que  carece  de  este  amor ,  aunque  honra- 
do con  un  decoroso  nombre,  está  muerto  á  la 
jostída.  El  caraftefr,  por  cuya  impresión,  y  me- 
-díose  itpconoceel  disdpulodel  Dodor  de  la  y^l  ''''^' 
caridad, es  amar  á  los  hombres ,  como  él  mis-  ' 
mo  los  amó.  Si  el  6dio  es  la  ruina  de  la  socie- 
dad, y  el  amor  es  su  la^  mas  seguro ,  es  claro, 
ique  quien  dice  iih  verdadero  Christiano  ,  dice 
im  Ciudadano  verdadero;  y  sí  y  o  busco  aqui  mi 
Ondadáno  «n  el  Christianismo  ^  es  porque  no  le 
encuentro  en  otra  parte.  Eb  todas  las  demás  no 
liállo  ^íno  apariencias  destituidas  de  principios, 

Por  conseqúenda ,  es  cosa  bien  inútil  ir  i 
l>u9CBi!.las  primetás  obligaciones ,  y  la  verda« 
den  deúcfa  de  ta  sociedad  entre  los  raciocinios 
dé  una  FfaÜóAophia  aémpre  timida  ,  y  siem- 
-pre  incierta.4^o%rán ,  ni  Aristóteles  i  ni  Puf- 
T(m.XIm  C  fttH 


j. 


.  X  ^     R^peStacülo  de  la  Naturaleza. 
fendorff  los  que  tome  yo  por  Maestros*  Es- 
tos me  podráa  enseñar  algunos  usos  de  una 
institución  prudente ,  aunque  arbitraria  ^y  bu- 
mana  ^  donde  encontraremos   conocimientos 
seguros ,  incontrastables ,  y  sólidos ,  es  solo  en 
la  revelación.  Los  defedos  admirables  que  res^ 
pira  este  espirita  benéfico  d^  Evangelio  ^  nos 
manifiesta ,  que  pertenece  á  aquel  que  hizo  ú 
hombre ,  y  formó  la  sociedad ,  enseñarnos  lo 
que  podía  Uebar  á  laperfeccioo  de  los  miembros 
que  la  componen»  £1 ,  condujo  so  amiguo  Pue- 
blo ,  encargado  del  depósito  de  las.  prónfiesad» 
por  medio  de  leyes  duras  ^  y  proporcionadas 
áel  grosero  proceder  de  los.  Hebreos 3  y  ^no 
menos  i  la  conse];vju:áot)  del  jd^pósito»  Nosor 
tro9^  pues  9  hallamos  toda  la ;  proporción  ^  bellb- 
za9.y  obiigapioneff'de  la  sociedad  en  la  ptírai> 
ra  creación  del  hombre ,  y  en  el  Ey ang^  que 
le  reforma.  •  -  ', 

[ .  Una  de  las^ verdades  mas .|nip9rtante$  de  h 
Antigua  Escritura ,  ó  Viejo  7e^anM»tí> » d  esf 
ta:que  I^os  crid-^  honí4;Nr<imflecnejtoz^ 
para  gob^narlo.  todo  sobre  la  tierra ;  y  una  de 
las  ma»  importantes  máxima^  del  NoeVoTes^ 
tamento,  y  el  fin  de  la  revelaclod  ^  ,  w\ 
amando  áDios«  animosa,  los  otros*^  com^ 
nos  amamos  á  nosotros  mismos»  £f tas  idos^er^ 
dades  se  ayudan  admirablemedt^  Hnvi'.ft'  otráé 
La  primera^nos  instruye  de  nuestrdfi  obligacic^ 
/pes  9;y  la  segunda  nos  dá  el  modo  de  cumplir^ 

'  .     .las. 


/ 


f 


El  erigen  de  la  sociedad.  19 
las.  La  esi^eríencia  manüíesta ,  que  están  de 
acuerdo  ^  y  quáota  verdad  nos  dicen  :  quanto 
mas  ban  tespetado  los  hombres  la  unión ,  y 
fraternidad ,  tanto  mas  felices  ban  sido.  £1  Mi* 
aaottope  ^  ó  el  bombre  que  se  sustenta  de  la  rui- 
na del  Geoeio  Humano »  por  el  contrario^ 
echándose  fuera  de  la  sociedad  y  no  conserva 
derecho  al  pan  ^  que  Dios  multiplica  por  las 
manos  de  los  hombres  sus  semejantes,  y  pierde 
ti  egeicicio  de  su  dominio  sobre  los  animales: 
impunemente  se  verá  insultado  en  la  soledad^y 
acometido  en  los  áionüBs:  es  un  Rey ,  que  salió 
desús  Estados;,  nadie  le  <2oooce :  solo  yá,  y  fue» 
la  de  sus  fronteras,  todo  lo  perdió ,  y  de  todo 
se  ha  enageoado.     . 

.  . }  Bero  sí  tos  Misartfippes  t.quales  se»  ,  por 
cgemplo»  los  Bonzos  deja  Cbitia^y  los  Brach- 
ipanes  de  las.  Indias,  y  tactos  otios  Phílosophos 
ssdv^ges,  qqe  pasan  su  vida  separados,  y  me« 
tidos  en  éxtasb,  i  que  Dios  no  los  lUioia  de 
qiodo^lgaao » pueden  ser  mirados  justamen- 
te oomo. desertores  de  la  sociedad  i  con  toda 
eso  no  son ,  hablando  propríametott  ^  sus  des* 
truidores :  son  dignos  de  llorarse ;  peno  no  son 

groaos. 

Xos.  vetdadeíos  destmidoies  de  la  sociedad 
soa  los  Philosdphos  Anti-Cbrístianos,  ú  opues» 
tos  al  Cbristiaqismo.  Estos  son  los  que  rompep 
)os  primeros  lazos  de  la  unión  por  medio  de 
(¿aceres  desreglados  ,  añadiendo  el  menospre** 

C  a  cío 


ao     EspeSlacuJo  de  Ja  Naturalexa. 
cío  de  las  Leyes  reveladas.  Qué  pensariadios  dé 
un  hombre ,  que  os¿se  bolver  á  decir  pública- 
mente  lo  que  Cariucho  (*^)  enseñaba  á  sus  s&-^ 
quaces  en  el  centro  de  los  desienos ,  y  bosques 
de  VUlers-Cotteréts  ^  que  puede  ser  bueno  un 
hombre,  y  aun  ntil  i  su  patria,  hurtando  al  pro*' 
gimo.  lo  que  tiene ,  con  tal,  que  no  le  quite  la  vi- 
da? Esta  doéirina  diriacnos,  que  turbaba- todo  el 
orden  de  la  sociedad;  y  la  suavidad  de  Cartucho 
es  una  extravagancia  ridicula ;  pues  permitir  el 
hurto,  és  abrir  dos  puertas  muy  anchas  al  hotpi« 
ddior  porque  el  que  quisiere  defeáder  su  hactefi^ 
da,  será  tirando  ata  vida  de  quien  lé  acomete: y 
éste,  6  4»ra  acometer , y  hurtar  ,  ó  para  defeo-* 
derse  á  sí ,  matará  tamtrien*  Tal  es ,  y  aun  iñas 
pernicioso,  el  discurso  de  los  que  miran  co* 
mo  indiferente  el  quitar  á  un  markló  el  cora<^ 
son  de  su  esposa,  y  que  en  menosprecio  del. 
matrimonio ,  de  la  educación ,  y  de  los  pri« 
meros,  y  mas  principales  intereses  de  laaocie- 
dad  se  han  atrevido  á  adelantar ,  y  á  pubticar, 
dándola  á  la  estampa ,  esta  estratía  máxima: 
que  si  David  havia  sido   reprehensible  ,  fué 
por  quitar  la  vida  á  Urías  ,  y  no  por  haver 
conocido  á   Bethsabée.    Quando  la  Pfaiiolth^ 
phía ,  y  el  entendimiento  del  hombre  no  Uera^- 
por  guia  la  revelación , si  raciocina  mal, corre    ^ 
peHg^,  y  le  amenaza  naufragio:  y  si  dfecurre     ^ 

Uen^ 

I**)  lt4rott  famoso »  ajusticiado  ca  Francia  d  aftd  4c  i7ii. 


\ 


y 


&  9latrimoiéh.  .^' ^  air 

bien  DO  tfeoe. autoridad  infidente  Imm;!]^: 
cene  craer  i  coa  qp]«  vie&e^át  ser  una  escudaf^rj 
lign» ,  6  pocaiitü ,  demódo^  queneoesitattiQ» 
otra,  que  noa  asegiire4náa» 


'    i  H 


.''»(,'  f  '.'f     1      *    ' 


j^fl 


M  fc  tr-  » 


r^'*i  I  ;;!•)> 


CONVERSACION.SeGUNJ3!A. 

EL  IMatrimomo  esh-€eiiiiÍiáv7^cl>Asem(b 
doQ  de  toda  la  sodcdaciiEs  la  seitoílla, 
y  el  origet)  9  pues  todos  los  bomlires  pr orieaea 
de  un  hombre 9  y  una  mugen  es:  la.coQservaF-i 
tíon ,  y ^ffiíndamento,  pueswpi^mdoiétiMait, 
tranoúio  y  sef  acabaría  ^  Gaaeio  Humano..  Bu9r 
quamoís  desde  lo^o  'ifBáh^A  primer 
de  esta  umoú,  y  oouocerémos  iasi:  osas 
te  so  mérito^  y  obligaciones.  . .     1    r^ 

Al  sacar  DIds  al  hombre '  de  m  aoledidí 
pudo  darle  átídt  luego  muchas '  mageres  9  ó 
darle  una  sola.  Si  la  pluralidad  de  mugeies  bor 
viera  sido  bien  del  hombre  ,  y  ventaja  de  la 
,  Dios  no  ^  huviera  dejado,  á  Adám 
el  espacio  de  una  largan  duración  de  año^ 
fiiii  otia  compañía  9^  que  la  de  una  sola  espofea^ 
ni  empetira  con  orna  imperfección  el  disonó* 
Luego  ú  jq^  que  ut)a  muger  era  para  Adám 
compañera  j  y  ayuda  sufidente »  fiíe  para  ma- 
ní- 


iS^  Espe&acüla ihJa MtturéeMé 
mfiát^  desde  jiucgoL  el  iiKsidél^^  y  la  ragbi 
dé'^sib' estado;'  Todos aquiettof  que  baii;9ii€9rfd(» 
ifitídafleste  ordea  primitívo,  QihaQ  proctiraK 
do ,  en  esta  razoa^  ni  oooocido  €l  bieq,  de  k> 
sociedad. 

^M!$.^%xxf^^t9^^  y  otras  evir 

taí'^ci  inbterefiléiite  ^ibb  4  ó  .Magínfidc^ 
prefiriendo  los  Phíbsopbos  sus  discursos  al  or- 

átfééi^^^f^^  de 

tiempo  en  tiempo  systémas  muy  diferentes  á 

cííea^^maiiimooia.  ^ 7  '  •'\T 

,'  Ili  Aldivio^Plátónie  paneció  vér.claramentfe 
k'-nebesi^adiafaaolúta  deque  fu^s^n  ^Qpiiuoés 
k6viiiitgeares.i  Mafaom«(^iy;$us  Senarios ,  qii9  no 
8^fl^ot!i»(liosa;>9W^flMti^^^ 

d^bdos  yjl2ícomp9áad9.  de:9]g«92^^ 
fiad'cereniDnias  feáo^ir^a^^^véft  «úflíjra^ai;!»^ 
iiimeirákiiaeQesidadde.a$eggr9r,á.pada  upo^ 
á  fuerza  de  clausuras^  i^eríallos^  jt  prec^aoio^ 
^^  lagpropribdad^e  stís  mauetesi^vy  d?  te- 
dei  caditgquah  tfesjy  y  aua  Otr^^  tuntas ,  quao* 

t»s  pueda  mantefieí^OrrfOs  Peíwagillehap  eliem^í 
i^fto  de  un  inatr|moftÍQ  Xtpásno ,  y  cooocido^ 

<36n  btras  comuniqadoQíes  clan<|estÍ9as.t  Aw 

)arw^«- 


^iéageifas^  y  es  áii  wasoil  ^  y  .disoarso:  ^[4x>pr 
sdarnenté  i  quien  Ips  guiaiá.estt.^ystémaf  .Ma<  w 
<]ti6  cosa  lay^  que  la  t^iaQu  humM^  iiQ.baya  ^ 
emprendida  establecer  f  y  defender:^  autorizan-      \ 

doM  con  la  evidencia?  \ 

Por     J 


E7  Matrimonio^      *         'a  j 

•  '  Tor  lo  qUe  á  nosotros  toca ,  amado  Cato* 
llero  mío,  no  ponemos  el  laoro,  y  gloria  dé 
nuestra  razonen  establecer  reglas  nuevas ,  sino 
en  seguirla  regla  que  yá  está  dada ,  y  en  con<« 
formar  la  unión  del  hombre,  y  déla  iHuger  coi> 
la  voluntad  dé  aquislr  que  la  instituyó. 

El  introducir  en  la  ísodedadrla  ^pst^  labue^ 
tía  educación ,  láis  provisióhes  necesarias  á  una 
ccxigrua  sustentacioü  ^  el  cJoosejo  ,  y  consuelo 
mutuo ,  cbn  todos-  'Itís  demás '  socorros »  tan 
i6t)Ití^cadds ,  c<Hno' itfalibleí  y  =  filé  la-éauss 
pbf  que  imptiáó  ^DlosT^-y  f&kHüt^  iX  tiombreí 
desde  el  prindpio;  lá'  obügáctbib  de  aniar  á  sti 
mttgef ,  y  de  serle  fiel ,  haciéndole  que  lá  mi* 

*  f^'como «I  una  parter  á& ú tí&ácáxii -Quiso  qoe 
flíésüAed  lar  fórmadái'lú  <^  <teUü  ^^  en  la 
tixitíeapis^iaktidxí  i  f^  (SoaiA  la  úst^en 

iU  ¿aüle  yaé  Ufi  dói  sé  fiimfe"  id  iodo  stttí^ 

■   rtWW.t-'í' •:   '•■■•■■■''■    ;  . '  '.-"''-i •-.'  (. í ' •"• '  •'  t '  •'» 

'  tat^di  lá  gfevadá  idéd  ^  que  'Jfi-'&Gtltma  fiM 

dá  dd  matiimonio :  y  tD!raaddle'4$gi¿i  lá  alt^ 

tíi  áb  esttfiiQ»i^ )  nos  ttianlfiestA'faitti-  daéa  su 

est|lnlidad,  y  excelencia.  La  estaUlidad  es-tdti 

J0Dñt  quipdo  puedd  foásper  el-  marido^  Uh 

<^^^qúele  «neá-atí  eftfiosa , -sio  AMn^tei'  el  qoé 

M  le'  une  eif  rf  iniaaio :  y  lavexedenda  eá'  tan  alta, 

r    ^e  el  eddCe ,'  que  «8  VixifííióA  ptía  c<^'  toe 

/padres ,  iMá  con  todoT  eso  bubordioado  id  que 
tie- 


Espe&actíhde  ía  Naturiáessa. 
A&»  ú  maiido  con  la  muger ,  y  al  t»ntrariO| 
la  muger  con  el  marido* 

Después  ^  en  los  tiempos  que  se  siguieron^ 
el  egemplo  de  Lam^qb ,  uno  d^  los  deseen- 
luientes  49  Caín ,  y  .el  d?seo ,  yá  fuese. de  que 
no  le  rait^  sijcceskm)  é  (}e  dejar  ima  posterí- 
da4^a(Q^K>sa:,.:ia.tnxl)ijo.  casi  ^venalmen- 
te  la  ptufalidad  de  miigiBres  ,  y  b  libertad  ds 

vor    a<  «e  ^^W^^  ^'9^  '><'  l'O^  necesarío  sujetar  á 

cMc¿i¿  u  yaa  l^y.  seivera  á  los  qi)e  quiso  elevar  á  la  digoj-; 

im'^pmUrt  ^  dé  PatTÍfircas.  Goofióles  sus  |ttomesas;per 

*^''  fo  no  lo;  f^4nB6  i  fe^Mrpaar  el  corazón  huma» 

po,,^  fe!9tab)Qcer  el  orden  primitivo.  Esta  obra 

gran^(  estaba  destinada  .para  su  Unigénito,  para 

su  ü^ejrboyq!í»j0^t^._  s^r  el  Reformador  4d ' 

Íjreg§ro.Hi]iD^fip^'Í]9QiPrJbat)ia,$ido  e|  Autor. 

P^.»P9a>  «^  te'  üUipiidaá  áfi.  Se0pjr.,y  4« 
MJa^ttro,  er^qui^ti  ^si^oijlieti^»  pata  siempre 

I4  liberta  (¿1  r^pudiOt,  ^  W  uaíone^  «rbitmr 

fias ,  llama ,  y  buelve  eí  matrimonio  á  su.liw^ 

i^í  r.gstw  pejCMífKílabws^  que^bamos  dfccí- 
^,-4^01»  ditü  1^4^!  oonio  del  Npelw.TW" 
m^tm  t .  sstftWejspn:  ísi^.yf!^34f»  fy.  W^P  rajjp 
|)i<yi9l  á^^j (9Q»9fM,  1  -^.  t9d^.  ios  <^¡^ténu9^ 

ítelikWíjPWlfififtpíWácy  iquí < íodpft  I09.  íKKildQi  w 
^  ftrt^Qaí.fluíí,5?f:l»n  «cri»  ^  áwsiwlel  o»-'  '^ 
áSisn<KU$h.  !t9^.M:ifd^ifjf^iím  9K  se  han     \  i 
-sii  he-      \' 


E2  Matrimonio.  ^$ 

hecho  9  y  méthodos^  que  se  han  dada  en  esta 
materia  ,  miran  mas  á  lisong^r  el  particular 
enemigo  del  apremio  ^  y  la  viotencía  ^  que  á 
procurar  al' genero  humano  el  orden ,  el  wposo^ 
y  la  buena  crianza.  No  pertenece  sino  al  Autw 
de  la  sociedad  asegurar  al  estado ,  como  de  un 
golpe,  todo  d  bfen  9  por  medio  de  las  rerda* 
den»  ventajas  de  nna  estrecha  obligación  im«* 
puesta  al  hcMabre  i  de  amar ,  y  rontentarsecoa 
nna  sola  muger  >  permanedeikk)  unidos  insepa^ 
sablemente  entre  sL  La  Phílosophía  ,  y  el  ape- 
tito j  Á  ]podemos  acaso  separar  lo  uno  de  la 
otro ,  corren  en  sus  opiniones  detrás  de  úgat^ 
ms  ventajas  particulares,  ó  sumamente  limita- 
das  ,  y  &Uan  á  los  bienes  mas  esenciales ,  y- 
que  mas  se  deben  mirar. 

El  matrimonio  indisoluble  de  un  solo  hom- 
bre con  una  sola  múger,  podrá  ocasionar  algo» 
na  amaingura  ,  6  ^dgun  inconveniente  para  el 
paniculw  ;  pero  miradas  umversalmente  las 
ventajas ,  que  dimanan  de  aquí  al  genero  huma- 
no, se  hdla  ser  esta  disposición  prdferible  á  qual-» 
guiéca  otra.  La  razón  ,  y  la  experiencia  nos 
manifiestan  en. sem^ante  estsUédmlento  una* 

caía ,  digna  de  aqud que  le  determinó,  j 
vio  á  renovar  este  orden ,  pues  él  trahe  mar» 
yor  imdtiplicacion  al  genero  humano  ,  y  ma- 
yor reposi^t-fas  fan^ilias. 

Hase  notado ,.  que  d  numero  de  nilbi^ 
qoe  nacen  de  cada  matrimonio ,  es  casi  siempre, 
Tm.XI.  D  con 


3  6  EspeSlacuh  de  la  Naturakxiu 
con  corta  diferencia  ^  igual  al  de  las  niñas :  y 
ü  las  guerras ,  los  viages  ^  los  grandes  ^  y  du- 
ros trabajos  arrebatan  antes  de  tiempo  bastan^ 
te  numero  de  varones  9  parece  que  aun  es  ma* 
yor  el  numero,  que  falta  en  el  otro  sexo  ^  y 
en  edad  semejante  ,  por  la  debilidad  en  el  tem« 
peramento  ,  y  principalmente  por  los  peligros 
que  experimentan  las.  mugeres,  yS  por  razo«i 
de  los  partos ,  y  yá  por  la  alteración  que  les 
ocasiona  su  leche  misma  ,  quando  hacen ,  que 
madres  estrañas  crien  ,  y  alimenten  zvis  hijos. 
Sin  riesgo ,  pues  ,  podremos  suponer  di  Dumé« 
ro  de  varones  ,  y  hembras ,  con  corta  :  dife» 
rencia^  igual ,  y  la  b^nza  quedará  sin  tor«* 
cerse  mucho ,  ni  faltar  él  fiel  á  su  ¿aja.  Su** 
pongamos  que  hay  en  la  tierra  den  manee- 
bos  9  y  cien  doncellas ,  y  discurramos  ,  ó  ra- 
dodnemos  como  si  no  hubiera  mas  ral  pre-» 
senté.  Lo  que  fuere  verdad  ,  hablando  de  este 
pequeño  numero  ^  lo  será  también  respectó  de 
todo  el  genero  humano.  En  las  alianzas  que 
pueda  haber  entre  estas  doscientas  personas^ 
6  nos  podemos  atetíer  á  la  primera  institución^ 
6  seguir  las  ideas  ^  que  se  introdugeron  de»* 
pues.  Veamos  él  bien  ^  ó  el  mal  que  se  dche 
seguir ,  si  nos  conformamos  con  las  costun^^ 
bres  de  los  Orientales.  Veinte  de  estos  jove? 
nes  9  habiendo  llegado.^  ó  por  su  valor  ^  6  po(  N 
su  industria  ,  á  colmarse  de  honor  ^  y  lograr 

los  derechos  que  les  dio  su  propria  fuerza  ^  ó 

el 


\ 


Eí  Matrímonió.  27 

él  consentiinieDto  de  los  otros  ^  desposará  cada 
qual  ooasígo  tfes  doncellas:  y  es  un  rasgo  de 
modMacion  9  y  de  condescendencia  en  séme^  *^ 

jante  libertad  ^el  no  apropriarse  mayor  ntime* 
ID*  De  otros  diez  menos  poderosos  »  y  de  ea^ 
phera  subdtema ,  tomará  cada  uno  dos.  Que* 
dañóos  todavía  setenta  varones ,  y  veinte  don« 
odas  que  casar«  Siendo  otros  diez  mas  pobres 
que  los  precedentes  ;  pero  que  puede  mante*  V 

ner  cada  qual  una  muger  ^  se  contenta  con  ella^ 
an  aspinor  i  mas :  quedan  sesenta  hombres  ^  y 
iiiezmugereSyáquienesnóse  tratará  casamien* 
10  9  y  unos  ^  y  ptros  son  mirados  como  escla- 
vos ,  7  que  se  entrarán  á  uiia  comunica- 
dcMiy  y  libertad  desr^lada.  Gentes  hay,  que 
tendrán  esta  distribución  por  bastantemente 
joBta,  si  la  hallan»  utiL  JComencemos  por  la 
utilidad;  yo  entro  en  ella  por  aora ;  después  ^ 

pesaremos  i  lo  que  pide  la  esáéla  jusdda ,  y  la 
iMCTtrJifc  honestidad* 

la  utilidad  grande^  que  solicitan,  aquf  los 
aequaces^  dejesta  idea ,  es  la  mayor  multiplica- 
donde  los  hQ0s.S^;un  la  experiencia  de  los 
Qriebtáles  9  que  viven  con  tres  miigeres ,  es 
tener  ties  ,  6  quatro  hijos  de  cada  una. 
j  de  quatro  esposas  no  tubo  sino  trece 
ligoí ;  concedamos  con  todo  eso  dnco  en  ca- 
da una  ,  y  serán  quince  hijos  de  lastres  muge- 
res  :  que  los  que  se  casan  cún  dos  tengan  de  ca- 
da una  seis  |  que  son  doce  en  las  dos  mugeres. 

Da  en 


/ 


/ 


.  98  Espe^acuto déla  Naturaleza* 
itn  cada  fiuDilia  :  y  se  puede  admitir  que  tenga 
«ocho  de:dla ,  el  que  tiene  solo  una  muger.  Las 
demás  yfcuyo  estado,  no  será  constaate^  d  la  mis^ 
ffia  licencia  les  quitará  absolutamente  los  hi* 
jos ,  ó  tjeodrán  muy  pocos  ^  y  sin  duda  será 
mucho  ,.si  con  el  desorden  de  su  conduela 
pueden  conservar  una  leche  pura  ^  yU^ar  á 
criar  dos. hijos  cada  una.  Las  cien  oraga^es^ 
pues  j  del  modo  que  las  hemos  supuesto  cfistri* 
buidas  9  darán: 

i.""  Las  6a  que  contrahen  los  C  ¿a  veces.- 
ao.  enlaces  primeros.  • . . .  ¿    $.  hijos... 

•    O  por  ao.  hombres^  que  con^  Tía  veces.» 
.tragetoQ  la  utiion  dicha.....  (,  1 5», 

i    .    .     Esto  e&  ........... «M    jcahijos.. 


•  de  los  enlaces  de 
orden .  daránmitttt 


íia  veoesu 

■0«  ..*..• 

la  veces*. 
xa....... 


Atoes  la  snma  de»....  ^  laa  hyos^ 


S«^  Las  la  del  tercer  orden....  fia  v^ 


^#^#^^9..^^^^^ 


{la 
8.híjo8,i».. 


\ 


Estoes.. •....«    8a  híjostM.      ' 

Las 


ES  Matrimonio.  t^ 

4/  Las  lo.  cuyo  estado  no  se  V  xo»  V€ces^ 

^1 é^^^^.  •  .\   2;'fa^os.M« 


airegl^ 


Esto  eB*.v.  ••;  •    <io. 

laoii 

'  Total.....'.  510. 


•   •  •  • 


>•  <• 


Es  evidente  5  que  en  esta  distribución  y  la 
mas  numerosa  posteridad  es  de  aquel  que  tiene 
tres  mugefes  ^  y  la  menor  dei  qfoenó  tiene  sino 
«na :  de  donde  parece  qué  se  conduye ,  que 
la  unidad  en  el  matrimomo  es  el  orden  mas 
conírarío  á  la  fecundidad.  En  buen  hoia ,  que 
apa];ezca  asi 

'  Fofo  botraanos  d:|mntoiáidóode  los  den 
jóvenes  estaban  püontos  á  casarse*,  y  que  de 
las  den  doncdbs ,  que  Dios  hábia  puesto  en 
la  tierva  » cada  uno  tomó  la  soya :  este  és  el 
mismo  ciiden ,  y  el  mismo  caso  que  d  de 
ASám  y  que  no  tubo  mas  muger  ^  que  aquella 
que  Dios  había  puesto  entonces  sobre  la  haa 
tierra* 

Muchas  de  estas  mugares  tendrán  diez  y 
<)cbo  ,  h  veintt  fai)OS  |  y  ^un^maf :  otras  caaDr* 
oe>óquinoe;a%\inas«iueire> ódfez,  yotrasme* 
Qos.  Quitemos  de  un  golpe  nueve  ^  ó  diez  hi- 
jos á  laa  qiie  tnfaíerin  ma^  y  no  añadamos  sino 

dos 


é 


20       Espe&acido  de  la  Naturaleza. 
dos  9  d  tres  á  las  que  tutúeraa   menos*  Esta 
cuenÉtmedia.Uegvía.á  dac  .oosa  de  diez »  6 
doce-faijos^  cada  una :  Utnitemonos  á  nueve: 
feduzcamoslos  á.ocho.>  paca  acercarnos  mas 
á  la  veidad.  Las  cíen  mugeres  juntas  tendrían 
800  hyQS|K>r  lo  menos:  lo  qualdá  aSo  hi- 
jos,  y.  aH^  daría  por  ventura  fa  mitad  mas^  ^ 
que^ea-^^^aso  de  la  polygamia  ^  suponiendo  ' 
por.  una^  y  {lor.  otra  parte  que  viven  todos» 
Asi ,  aunque  la  pluralidad  de  mugeres  pudie* 
ra  aumentar  hijos  en  una  misma  casa  ^  como 
un  bien  particular  \  aunque  no  parece  ser  este 
d  objeto  de  ciertos  PfaUosopfaos  tmagínarkis^ 
que  intentan  tal  libertad  ;  pero  al  genero  hu- 
mano le  .daría  mucho  menos ,  lo  qual  escoo- 
trario  á  la  manifiesta  intención  de  Dios»  La 
Philospphf^  misma  cpnyiene  en  general  ^  en 
quieel  fio  dd  matrimonio  es  la  indtipliai- 
don  del\ genero  humana  Cómo',  pues  9  sé 
atreverá  á  lébantar  d  grito  contraía  mono* 
gamia  primitiva ,  y  evangélica  ^  que  aumenta 
tanto,  esta  multiplicación  \  y  piefimrá  yá  eí 
que  sean  Gqmunes:  las  mugeres  j^  6  yila  pío* 
ralidad  de  ellas ,  pues  disminuye  tanto  una  ,  y 
otra  el  numero  de  los  hombres?  ^^ 

Para  cortar  por  el  pie  toda  vana  dispm^»^ 
notemos  solamente  ^  qpe  náoclias  de  estas  den  % 
mugeres ,  de  las  quales  tres ,  ¿  qua;tro  tubie-  ^ 
ran  sedo  un  marido  común  ,.no  tendrían  ja* 
más  ciulbi  una  otros  tantos  fa^ctt  f  como  si  cada 

qual 


El  MatrimMio.  %  t 

qnal  sola  viviera  con  solo  un  marido.  For  otra 
parte ,  aquellas  que  fuesen  comunes ,  y  en* 
llegadas  á  una  libertad  brutd  ^  notoriamente 
serían  menos  fecundas  5  6  absolutamente  aa 
quedarían  estérfles,  por  fazon  d6  aü  desor* 
deo.  Esta  es  una  verdad  evidente  ,  sacada  de 
h  experiencia  comunique  den  inug^res ca- 
sadas según  la  costüníil»!^  de  los  Orientales^ 
darían  knénos  Mjos  id  genero  faumano ,'  Com« 
puesto  de  den  íiombres  solamente  ,  qué  si  se 
hubiesen  formado  cien  casas ,  ó  iaimiJias  dis* 
tintas  por  medio  áé  la  unidad  del  hombre^  j 
debffiugén'"     '  "   :•■'.« -'i''   - 

'  El  interés  general ,  ú  mas.  digno  -sin  dtida 
dd  discurso ,  y  examen  de  tiñ  colráten  vdrda* 
deramente  philosophico  \  aseg|ura  iiasta  aquí  á 
la  tnbnog^ia  un  motivo  graAdé^  (^refefiecH 
tí2iiVtfb  iadertás'  dé  ie^Í  és  ':p^  ^quis  áe 
ayudeil  totituáineké  iWbkMtvoB^y'tió  sea  ^lifi 
está  primera  Ventaja  se  hallé  dísirul^b  cdn  mtf- 
cbos^  y  muy  grandes  kicodveüridntesL  Kó  ae 
puede  juzgar  bien  del  mérítbV  y  dé'lasinCb* 
modídades  déedK>sidó6  estadú6,án&*  ptít 
de  la  compáradon  de  tinoMn  ófira 

itiiémos  desde  Itiégo  en  las  Tiendas  de 
lech  y  y  veamos  c¿mó  Vive  con  sus  dba 
Ada^  y  SeUá:  éf  es  el*  primero  que 
dio  esté'  égemplo  /  y  según  paittce ,  pesaría  de 
antemano  los  inconvenientes  ^  y  meditaría  las 
conseqoetícias  de  su  nuevo  empeño.  Y  halló 

aca« 


•  f*  r. 


3^       Espe&acuh  de  la  NaturaUta. 
acaso  las  ventajas  'que  se  había  prometido  ^  j 
con  que  se  lisongeó  su  discurso. 

To  no  reo  en  e^ta  casa  sino  diversidad  de 
intereses ,  y.  pasiones:  Qué  zel^s,  qué  alterca-» 
dones  enere  las  dos.  mugeres !  Qué  rencillas^  ^ 
respetos  ^  ideas .,  y  malignidad  de  interpretado-, 
nes  para  d^ri ibsur^  una  i,  ojtra  mutuamente  de  h 
estima  9  yciKtizqA  deÍ^i||arido!:Qué  debates» 
y  aun  fjirofes  emre  los  .hijiis  >*^090s  parada*, 
ríos  de  sus  madres !  Qué  aflicdones ,  qué  pley- 
tos  9  y  qngas  para  con  Lamech!  Teme  su  pro«     ^ 
(Mria  morada  9  y  en  ella  todo  b  vé  en  cpmbua« 
tion  9  todo  es  incendio  :  cada  día  hay  zcxxK^ 
QÍ9Qi^  nuevas  ;y^i^linjileodo  dMefioM ,  y 
lleno  de  desagrado  9   6  llantos  colmadoa  de 
^epesf  9  ocapaa  9  y  hacen  resonar  la  habita* 
c«on«  Dp;P^,v<e9e4  parar  ep  Jue?  9  y  el  re- 
«iiedi(^iquQ9¥^uflsg^^lígado  es.  todavía  mat) 

fupesip.psm,éLt^iie^l  itiatdeqm:nqp^  li«; 

Ivac  9  pues  no  poede  ccnduir  aqtt 

t(9tlo9  aíxiQ  í«>Q  I9.  muerte  de  Ips  npoy  sedido* 

•    » 

uo,^ae  hjbin^Qt  iQQPtaab^!  pmlwt«»nedte>) 
d(9pHtt  de[avefigiiadono$ ,  y  s^urkJlíd^  pr^s- 
m.&a.  jt^tída,  y  «3909  entre  dosde  un  oL 
t^^^mmoyAnnm  e^^tl^^ ,  y.boeqa  criao-^ 
^^.t4^|Qop!Hg(>^I«  uddad  eó  tos  intereses,  \ 
¿Idjfi&iwíiííad  dei  huioor  i  y  realsanüentos,.  V    ^ 
cAlMbfdldbarse  uno  á  otro ,  el  oonsesjo  mutuo,      \  1 

la      >1 


SI  Miarimonlú.  3} 

|a  paz  9  y  en  üoa  palabra ,  la  mas  ()iiloe  coinpa« 

&a  y  que  se  puede  concebir :  luego  h  urúáñá 

en  d  matríooomo  es  incomparabletnente   mas 

^TeniajDsa^qpela  polygamla :  al  genero buma- 

fiDporla  propagarioQ)  y  á  los  particulares 

fogh  vasfOf  concordia,  y  reposo. 

Esta  verdad  se  baria  todavia  mas  sensible^ 
si  ala  deacripdoadel  estado  de  k»  Poligámoa 
a&adíesempak  pintoiade  las  iiífiímias  ,  y  de 
las  ipfdiddades,  á  que  redugera  neoeáariamei^ 
telapaskmal  resto  del  genero  bumano >  pues- 
to en  semejantes  dicunstandaSi  Condbs^  des- 
de loqgo  la 'mitá4  de  la  sociedad;  esto  es,'  to« 
das  las  muleles  sin  honor  9  por  la  deseonfian- 
sa  ootverKd  que  se  tiene  de  eUas ,  aprisiona- 
das por  toda  su  vida,  y  obl%adáiá  vivir  per» 
petuamente  coq  otras,  á  quienes  le  parece 
ipie  deben  aborreoer,  y  «que  tienen  el  motívo 
mas  eficaz  para  el  cdío^'y  en»ihi ,  abandona-^ 
das  como  in&lices  captivas  al  capricho  de  un 
pequeño  numero  de  brutos ,  que  no  pueden 
asegurarse  de  esta  odiosa  plimdidad ,  sino  á 
fiíerza  de  barreras,  y  cfemineleis. : 

Concíbase  por  otra  pártela  míeail  dé  los 
nres  reducida  á  retíuncSar  hs  sabias  le* 

ide  la  Naturaleza ,  y4  sea  por  la  dificultad 

hallar  una  gompafiia  faonesta,:y  fiel,d  yí 
por  las  precauciones  violentas,  que  tomanloi 
iiinirp«ifweá^:p^rapápesefyat 

Tm.jn.  E  in- 


34        EspeSíactílo  déla  Ifatutalexa. 
interpresas ,  que  recelan  de  aquellos  que  na 
las  tienen. 
^.^  >    Peio  yo  ofendería  la  modestia  con  la  re« 

lacion  de  estos  hprrores ;  y  si  la  [natura  ,sola 
de  ellos  €3  escandalosa  ,  qiiánto  mas  con* 
trario  será  el  objeto  misntio ,  á  la  institución  del 
Criador^  y  á  las  primeras  luce^ ,  y  sentimien- 
tos de  fauípanidad  ?  El  Eváíigelia  ;^  pues ,  qué 
supripiió, estes  bortón  ^  y.desofdeniss'^  ledqíciii 

su  primer  estado  la  sociedad* 
.  Despu^  de  estas  diferentes  fórmas  ^  que  le 
ban  hechp^  tomar  al  matrimonio^  y  ipie.  se- 
gún los  tiempos. ;  y  lugares  /ha  lomeado  ál<- 
gupa  estabilidad  por  razón  d6  los  fieg^aoBneu*^ 
tos  diversos,  de  los  hombres  ,  hay  tamhtea^ 
otras  dos  sociedades  9:  en  que  no  sé  coRooen 
mas  leyes ,  que  el  capricho )  y  en  donde  no 

**u^fortica-  ^  respeta,  niel  honor  de  las  famiUas^  nil^. 

«ioa.  ventaja  del  genero  humano  :  quiero  dedr^ 

aquellas  dos  esi^es  de  cometido  »  que  se 
mantiene ,  6  con  personas  ligadas  yá  con  el 
matrimopfoVi^  con  peraóoaaUbres^desuyugo. 
Honremos  con. :di' nombre  de  sodedadá  estas 
alianzfis  ^  jKglaVibnoadas  á  I9  avdntura  ^r 
un  apetito,  y  pasión  brutal ,  que  todo  16 
duce  ^  y  convoca  á  sí ,  ^  á  pe^r  de'  los  grit 
deÍa.fasOQ^;y  del  menosprecio  ,  y  nútía  det 

-    No  txaberémosá  questíbnvd^adukeri 

■í   •  -  y 


'^ 


Ei  BSiitrtmonhm  %  5 

y  él  ^comercio  ilegUimode  penonas  bbres  des* 

figixn^  y  emponzañaa  la  sociedad  ;  ni  si  estas 

alianzas  ^  paramente  fortuitas  ^    deshonran  á 

aqóel  ,:qiie'ddie  ser  ia  imagen  áñ.  Dios  en  h 

tierra  >  el  obrador  de  todo  bien  durable ^y  el 

apQ]po  del  bnea  onien» No  hssg'  pénona^  que 

no  reconozca  ealo  interior  de  su  conciencia^ 

qoe  ño  es  digna  esta  question  de  que  se  tray- 

ga  á  disputa  9  si  yá  np  ^^¿ta  alucinarse  con 

furiorinins,  que  pqeden  pasar  umcamenie por 

fotSe»»ddl)amor  fropfio;Mo<eti'S»4ogar  to- 

caréflios  othi  9  d^napor  derto  de  exagítarse» 

y  coyaqí¿uck»i  lo  será  también  en  la  precedefir 

vtxf^i  fR^Sisabee  qioéi^ «trias  contrario  á 

Javsodtdad,  y  Ja  ini¿e  mbyor  ii^usiitía ,  aqu^ 

que*  domercia  <3oa  la  fauíger  agena ;  d>t  aqud*, 

^ue  por  d  tratocoK  una  persona  Jibre  impide 

d  atagiirar  d;  est^do^  y  erianata  de  los  Ujoa 

pot  inedio;deoaQ  manimotiioileptimow 

lndá6:]así'^aQkux8 i  qué  d  adull^rip  es  ^  desputt 
del  liomicidia^d  masdjgpode  castigo  entre 
lodos  los  deitoos;  pesque  es  d  robo  inas  cruel» 
yjyi  'uhrqp  capas  d$  ocasionar  hs  muertt^ 

r  exoBsoa  ma^  deploraHes.^ 
especie  de  comercio  ilegitimo  no 
dá  lugar  comunmeirte  á  tantas  quejas,  y  esh 

mod  addierioL  Los  mdes  que 

sotíedad  na  aoo  tau  daros.,  ni 

ttáheiconsigoí  tama  apaidénda  de  tnales^d 

£a  Úen 

é 


.*      sé 

>  ii 


i 


30  Expe&ofiaJo  d^  Id  Naiwákta. 
bíeo  no  son  menos  verdaderos ;  y  aunque  esb| 
culpa  tiene  inferior  grado  en  rasson  de  eoormi* 
dad 9 es  acaso,  el  dafío  mayor^  por. las  con« 
sequencias  qiie  ae  la  signen  :«s¿i  tratamos  aquí 
de  vjÉr^     ,  » 

ii  adaiccno.  El  adulcerip  es  cosa  cierta  ^  qoe  es  la  unión 
de do(f  covezones  corrompidos,  y  llenos  de 
injusticia , .  de  dos  almas  ,  á  quienes  ha  hedió 
bastardear  la  pasión,  y  que  deberían  ser  el  ob* 
jeto  de  un  horror  mutuo ,  pori  la .  mtsina  ra^ 
•zon,  ^pie  dos  iadrohqi/fle  despredan  nnb  i 
ptro ,  porque  se  conocen:  mejor.  La  adnlteía 
puede  hacer  «UQodafioá.k»  hijas, que  pío? 
vieoen.del  adulterio ;  pues  ao  hay  que  e^ient 
tK)r  k)  coikiuik ,  qne  los  mhé  cbo  aquella  ter^ 
Aura  materna,  ñique  tosialoancen sus efisdos^ 
de  parte  de  una  muger ,  que  no  vé  en  dios 
aino  motivos  de  icM|uietnd-,y  Depidiensiofies 
de  su  infidelidsdi  Tampoco  hay.  que  ^xpem 
,  tsgSbnda  tobie  su  crianaa,  y  costumliies  eo 
ana  madre ,  qub  perdió  la  quietud,  y  ddUdas 
de  la  innocencia ;  pero  aunque  estosseanda- 
fios  bien  grandes,  mientras  el  desorden  está  se- 
.cretoal  patecer , sufire poco  la  sociedad ,^os 
hijos  se  alhtociifesn^  y  logran  una  especie 
criaojsa  honesta.  No  pasa  asi  en  el  conierciJ 
4Kisag^jro  de  personas  libres. 
u  i<>mi5ft-  -  Quíleseóefefitoel  destino.de los atrafii* 
¿wci^dHÍ*  »^^^ ^"*^  previenen  al  hombre?  Quál  es  el 
Al  verdadero  de  los  placeres^  Por  qué,  pongo 

por 


Bltíatrnnoíiiú.  3Í7 

pur  egemplo  ^^praa  el  Criador  00  sabor  agra- 
dable en  los  mantenítnieMos  ^  ás  que  debe 
usar  el  hombre?  Por  qué  se  siente  movido  coc- 
ina de  un  •poderoso  aliciente ,  á. con  versar  coa 
su  semejante?  El  entendimiento  ^  destituido  d^ 
jbcéxes  que  le  exciten  j  y  cerrado  en  sus 
aver^uaciones^  7  discursos^  pudiera  oWidat^ 
se  de  las  necesidades  del  cuerpo  ,  6  desdeñar 
la  compañía^  y  cuidado  de  la  sociedad » á  cu* 
yo  servido  le  destinó  el  Criador.  -  Perof  para 
evitar  este  incsAveniente^  és  el  (dacér  un- ad4 
Hxmitór  eíicáz,que  condoce ál entendimien^ 
10  al  logro  de  su  fin  ;  conoce  ^  iiombre  el 
va^MT  del  tién^^  y  el  precia  de  la  salpd)  y  asi 
«edooe  el  gusto  de  laccDiversadon,  y  db  la  me* 
saá  loB  términos  prudentes^ y  quejus^abr 
santamente  necesarios:  con  que  lejcis  de  gober* 
naiaeporlos  atraifttvai^.la.raz0n.mismalo&dt«> 
viSB^y  |ps  gobieniatten'  una  pálabr^^  elatcac^ 
tívo  ffiii%i  el  desd^,  y  la  drazon  modera  el 
aira£tivoi> 

Xo  mismo  sucede  en  los^más  alicientes^ 

y  en  particular  en  los  que  el  Criador  ordeoóren 

la  j|ciecbd conjuga  Estosatraélivos  miran  al 

dd  genero  humano^  y  el  eféfio^igue 

institución  de  la  providencfo^  quando  los  pb¿- 

cétvs  se  scgetan  á  una  regla ;  pero  quando  son 

despioporcíobados  9  y  de  tratos  irregulares,  son 

coKoú  oonsequéncias  necesarias  U  ruina  de  la 

í;  y  el  oprQbfk>  ddt  getiero  huinaoo. 

Son 


%•  s 


11  %r»(^ri 


y 


.  6on  la  ruiw  ik'h  &qiiqgH^ 
fbrque  hs  mugarett^  de90om)Cen  sus  obliga^ 
clones ,  estiman  eo^  poca  la  '<)uaUdad  de  m»» 
dres>  y  acaso  estáo  podo  expuestas  á  lograrla^ 
pero  si  les  es  éontingéotey  ó  las  áaieoUza  >  na^^ 
4a  temeoí  mas  5  que  el  fruto  de  so,  comércapr 
-AQnca  Ten  con  -agrado  salir  it  la  Ia2  estos  iii*^ 
ielicea  In&ntes  ;  de  nüódo ,  que  parece  ^  que 
iia  tiedeo '  derecho  á  entraren  la  vida.    Stt 
6iecit8yS^  saspÍTa^se>vén  «1  sumo  émfaano^ 
Ui;m«lnes4ÍQ  impide  el  que  logren  la  íáía,^ 
dad  deVivir^  cbn^abortos,  y  con*  remedios  mor- 
bles:  seles  quita  la  vida,  quando  apénasele* 
garó»  Si  pisar  leltmáfard  priinerp  d¿  ella,  ¿^  se 
Vhtmi  dé  hj  peaidiimbre,.  dejabdoloa;  espoestot 
jrbindénienda:;  7  ae  introdoce  entre  les 
padres ,  y  los  hijos,  un*  caos ,  que  fes  tendrá 
entre  tioiéHas  ^  .desQonocidoa»,  y  >  sepavdi  os 
para  *  ^Sempre.  Ete  este  conjuato.  de  faíjbsr  abaír» 
donados  se  forma  una  tospéest»  de  Poebb^  di 
mas  Ínfimo ,  el  mas  vil ,  y  despreciable.'^  ^sia 
educación ,  y  sin  profesión ,  ni  faatíenda&  Na- 
die los  protege  ,¿  ninguno  los  conoce.  La  li«» 
bertadsuma  en  queae  criarpn^y  en  qo|b^uul 
"Vivido ,  los  deja  neeesaiiamente^in  prinap|^ 
sin  regla  ^  y  sin  frenó  alguno :  mochas  vec^ 
se  apoderan  de  ellos  la  inquietud  9  el  desasosíe-*\ 
go,  y  ta  rabia;  y  por  rengarse  del  abandono  \ 
«n  que  se  miran,  se  entregán^á  Ips  mas  fimes*    \ 
IOS ,  y  ^rjudiciales  excesos»  '      \ 

1 


El  menor  de  los  maks ,  que  pudieran  cau- 
sar estos  ameres  ilegitíoios ,  es  cubrir  la.tíerra 
de  Cmdadanos  Henoade  dofitttunfOa  i^qot  ^pere^ 
cen  y  sin  poderse  casar  ^  6  unir  con  {Kícsona  te» 
lada  y  y  que  no  tian  traédo  aínomalea  ^.i  la^so- 
9  donde  sola  «e  lian,  d^do  v¿r¡  con  des* 

)iada;:cs^^u6i, maslx^^idídaLí^Jii  mat 
ttarmd  d  acreoeolamiento^  y jQeposot  ije  bi 
[^•qoe  b  doftrtaa^  y  el  oelibatorióiamQ 
de  aqnellosi  falsos  Phüosopbo^,  que  seeaeociief» 
ea  d  jnttBdo.^l7riq)i^na  hd)kade  ptfa.c^sa  9^ 
del  bieh.de kaockdadf^(ftLiiusíiao.:t^^ 
affuinaa  ¡ana.  msodadéros  fuodúaontos*  áVm- 
otra  parte,  nada  hay  maá  saludabb  al  «stati 
do  9  que  la  (fodr^na^  y  el  sselo  de  }»  Iglesia». 
que  no  ix»ira  dcepfaato  ystíiQ:ep  agudüas-pech 
sona^  i  que  le  ábraaán  por  ilegir^  s^,mas  pei^. 
feébB,  y  mas  uliM  ái  loa  otrosí  que  sie  aplicat: 
á  inculcar^  y  persuadir  á  los  .gisodes,  y  k  U»i 
peque&)8>la<¿Úgnidad/del  )natñcP4>nia  ^  pafEi 
establécerlosljea¡.iiiia)¡saQt»>  jchmcggfá^^fsnoer 
pañia;  y  quBi^afapiénte  tn^s^/cobcwqu^ 
todiji;  jtfdofi'|)Ot  f^obrar  9  tsriiiri,  á.inffQPiiif^ 
itiños  y  qoe  dejahar.afaaAdOQados  .una^ 

:  Qi^  {ml^  J^MQsophikv:q«e  «.  detílam^ 
lar  fa^flifam '«Ri^r^QaoiiB^  ^lafán,^  pon 
criUbatode  :Hpíctpro.?  <^uedar  eseíatp  r4$> 
;  ciQda<ioc^dr  los  sttto»^.ii^^         t^SMr- 

•   .  •>  •  *•  Wo»-. 


ft 


40       Espe&acido  de  ki  Niaiirdega. 
bledtniento  ^  y  de  toda  pena  ^  y  trabajo  ^  que 
es  lo  misnio  que  dedr  9  que  lo  hará  todo  por 
étlaaoofedad^  qoaiidó  ¿o  faaoe  Ú  la  metior 
GQsaporella.     .  • ;      .       - 

No  rehusetños  escachar  lasiasaonesde  esta 
süblínfe  Bhilosopi^ ,  qae  vé  maa  cíaramente 
que  la  Iglesia  ,  y  halla  que  leprebender  ea  la 
nevielacioo.  Los  Sedarlos .  de  Epicnio  no  se 
creen  can  imiqles  ¿  70  ksherjoído  dedr^qoe» 
sm  alianzas  no  eran  siempre  infiroébiosas  r  que 
era  menester  siempre  en  un  estado  de  gente  de 
todk  especie ;  y  que  si  la  República  aolicítafaa 
por  una  paite  Qudadanos  bieacriados,  é  ina^ 
tnádos  9  necesitaba  también '  tener  quien  ma-»  - 
nejase  la  escoba^  y  la  carduza. 

Convengo  en  la  equUad ,  con  que  qaáe^ . 
ren  ¡estos  Phitosopliofi^  conspirar  á  que  d  na« 
cimiento ,  y  eduoaicion  de  ios  Reyes ,  y  el  de 
aquellos,  que  acttpaa  en  la  República  los  em« 
pieos  9  y  logares  mas  distingoidos  ^  deben  ser 
los  felices  frutos  del  matrimonio  j  legítima* 
mentí  contr^Udo;  peto  qué  equidades  Iñson' ' 
ya,qaando  quieren  atriiraívásustobra^^que, 
se  propague  en  el  mundo  la  canalla  9  jdbés- 
del  Pueblo  T  Pretensión  semejante  trabe  ñato- 
ca vanidad  consigo ,  é  infiere  mucha  icjus^ 
da.  Ellos  se  apiopiiah  una  ^liia  ^  et^  que  *  loaV 
naa  brutales ,  violentos^  y  menos  PfailQ90«l\, 
pho5selld»n  la  mayor  paree-:  de  donde  se  i 
^iffi^f  qvfe  la  sockdad^  que  no  lia  anido  jamás 


.fi. 


JE/  Matrlfnonio^  .4 1 

sa  alguna  á  degas,  y  desordenadas 
as  9' no  se  cree  mas  obligada  al  agra- 
decimiento para  con  aquellas  personas,  que 
se  atreren  á  dar  el  nombre  de  Philosophía  i 
SB  desenfrenada  9  y  barbara  libertad 

La  expeiíencta  enseña  ,  que  el  bien  del 
.g^eio  humano  conviene  perfe&amente  con 
4a  revelación  9  que  pide  la  unidad  9  y  lazo  i» 
disoluble  del  matrimonio  ;  pues  suprimiendo 
esta  firmeza  9  y  perpetuidad  9  se  suprimen  los 
a&Aoa  maa  honrados ,  el  amparo ,  y  el  abri^ 
^  mas  durable  9  la  estimación  9  la  amistad,  lá 
prudencia  9  y  el  egerdcio  de  todas  las  virtudes, 
con  todos  aquellos  socorros  9  que  perpetúan 
eficazmente  todos  los  estados 

Bsbisvao  pnelvistD  Ekqs : Jas  (onsequencias  cer  je  ei  h«in. 
ioesiiattbles  de  <sta  unión  ,  facilita  di  cum<i  dlu' mug^!^ 
pUmiento  de  las  obligaciones  ,  y  ayuda  de 
hecho  á  la  conaervacion  ,  y.  efe¿to  feliz  con 
la  dív«fstdad  de  qualidades  9  que  puso  en  el 
hombre  9  y  en  la  cmigfer.  Al  hombre  le  di6 
lo^ :  honrosos  títulos  de-  Gefe  9  Gobernador  9  y 
Defensor  de  su  familia :  y  para  ponerle  en  t^Ast 
dode  hacer á  íesta  familia  feliz  con  el produc- 
oe  su  trabajo  9  y  con  la,  3^vidad  de  su 
roceccion  9  le  díó  ona  estattir^.yeot^^a  9  uo 
naagest^ld  ,  un  t^mperanhínto  robu^ 
e;>^  y  un9  adividad  enemiga  de  la  inaccion9 
y  del  ocip.  Por  esta  causa  las  diversiones  de 
su  niñez  son.  tiKnaltUOsas  9  llenan  de  viv$»a  9  y* 
Tm.  XI.  F  bu-- 


j.  Ji. 


4  a  Espe^aculo.  de  la  Naturales. 
bullicio.  Después ,  yá>  que  la  edad  viril  iné- 
doró  sus  deseos ,  y  puso  ordeo  én  sus  ideáis, 
aparece  un  juicio  seatado*  Pero  obsérvesele 
aun  eo  aquel  reposo  aparente :  Un  fuego  se- 
creto le  consume:  forma  á  golpe  seguro  un 
proyeétb,  si  acaso  no  partió  yá  á  egecutar- 
ie :  es  como  preciso  á  su  inclinación  natural 
estar  en  todo,  reparar  en  quanto  sucede ,  no^ 
tar  lo  que  pasa  ,  y  advertir  cómo  van  todas 
las  cosas :  es  necesario  que  n^antenga  la  abun- 
dancia ,  y  .la  seguridad  en^or  casar;  pn^iebe 
la  intemperie  de  las  estaciones^  ^  y  repava  1^ 
ruinas  con  quie  amenazan  los  edificios;  Si  in« 
terrumpe  el  trabajo  con  alguna  diversión  ,  6 
algún  juego  ,  aquel  le  desagrada  mas  ,  que 
pide  mgas  quietud  ,  y  •  elige  1^  carrera^  á  {xe »  ó 
á  caballo  :  socí  de  su  gusto  el  juego  de  lá  re^ 
queta ,  6  pebta ,  y  se*  divierte  con  stngutaf 
placer  en  la  caza  ,  6  en  la  pesca :  su  descatisó 
es  el  egercicio ,  y  la  acción  es  quien  le  forti- 
fica ,  y  dá  vida.  £1  hombre  se  -  parece'  á  laá 
plantas  vigorosas ,  qite'  peiiscen  á  la  sombra^ 
%  secan  en  los  rincones ,  y  solo  saben  vivir  á 
irampo  de^ubieno »  y  á  cielo  claro.  De  gce- 
nodo ,  su  gusto ,  sus  diversiones  ^  y  su  caraC^ 
universal  le  mantienen  en  una  agilidad  sali^ 
dable  ^  y  le  ponen  en  estado  de  adelantar  sus 
bienes ,  y  prosperar  sü  hacienda ,  y  i&mília  ,>d 
por  medio  de  una  legitima  defensa  y  6  por  el 
de  un  trabajo  constante  ^  y  provechoso» 

El 


£7  MatHémio.  4S 

El  destino  de  la  muger  es  muy  dtvefso ,  j 
sus  qnalidades  corresponden  sensiblemente  al 
destino.  Aunque  á  titulo  de  criatura  racional 
tiene  derecho ,  como  su  marido  ,  y  como  tg> 
do  el  genero  humano ,  al  dominio  de  la  tierra; 
pen)  con  su  Bimilia  y  solo   tiene  el  segundo 
asiento :  es  la  segunda  persona  de  la  casa  ,  está 
siijeta  á  su  marido ,  y  «s  su  ayuda,  y  compañera; 
pero  es  una  compañera  semejante  á  él :  es  digna 
de  respeto  en  la  casa^  tanto  por  sus.^óprios  de- 
rechos y  como  por  el  poder ,  que  su  marido 
la  comunica;  pero  no  ha  recibido  la  misma  me- 
dida de  fuen^ ,  y  robustez ,  ni  la  misma  adi« 
vidad.  Esta  fue  unambia  precaución ,  que  mi^ 
ró  á  reducirla  á  nxeoores  cuidados,  y  á  hacer 
que  tómase  por  su  cuenta  las  operaciones  in« 
tenores  de  la  casa ,  mientras  el  marido  vela*- 
ba  9  y  trabajaba  fiíera*  Par  Ifacerle  á  éste  siem- 
pre am^e  su  compat^a  » y  au  presencia  agra- 
dable á  la  familia ,  le  dió  el  Autor  tanta  dul- 
zura ,  y  tantas  gracias.  Es  obedecida  ,  porque 
agrada^  pero  sí  la  dulzura  ,  y  las  inclinado^ 
nes  beioéfícas ,  de^ique  est^  naturalmente  dota-, 
da  l^mugeil ,  sisu  exterior  réfl«5te  del  interior, 
de  adeotfo  la  aparieocia  hermosa,  coa 
se  manifiesta  por  fuera ,  y  si  se  viste  de  un 
^canRfít  naturalmente  señoril ,  entonces  es  obe^ 
decida  peiseTOniitemeoCe ,  no  ^lo  porque  agrá* . 
dak ,  sino  porque  se  la  estima ,  y  aprecia. 

El  todo  del  marido  e$  mas  dooxtoaote,  y 

F  a  res- 


4  4       Espe^ aculo  dé  la  Naturaleza. 
respetoso  que  el  de  la  miiger ;  pero  la  áuto«- 
ridad  de  la  mnger  no  es  menos  provechosa ,  ni 
menos  eíicáz.  Egercíta  esta  autoridad  conti- 
nuamente ^  y  la  hace  mil ,  unas  veces  por  el 
exaéto  conocimiento  que  adquiere  de  las  ma-- 
yores  menudencias  de  la  casa ,  y  por  la  necesi- 
dad perpetua  que  tiene  la  familia  de  sus  luces;  y 
otras  veces  por  el  acierto  de  su  parecer  y  y  ■ 
consejo ,  6  por  la  moderación  de  sus  avisos, 
y  amonestaciones ;  y  en   tal  ,  d  tal  ocasión^ 
también  su  disimulo  ,  y  silencio  es  provecho- 
so. Aun  sus  lágrimas  ayudan  i  su  autoridad; 
pero  su  poder  mas  in&Uble  es  el  que  le  comu* 
nica  su  dulzura ,  y  su  virtud 

La  hermosura  ,  gracia ,  y  deiícade2a  ,  que 
hacen  á  la  muger  mas  sedentaria ,  y  retirada^ 
po  la  dispensan  sino  de  los  trabajos  que  piden 
mayores  fuerzas  ,  y  de  los  afónes  mas  duros; 
y  se  creería  deshonrada- ,  si  sus  atraéUvos ,  y 
su  descanso  hiciesen  de  ella  un  ídolo  sin  uso 
de  pies ,  y  manos ,  ó  una  fea  divinidad  y  pre- 
parada  siempre ,  y  siempre  eti  parage  de  reci* 
hír  inciensos ,  cultos  ^  y  faomenages*  Ai  mo-  • 
do  que  participa  de  tos  honores  del  ^obi^o, 
toma  también  sobre  sí  los  a&nes ,  y  el  c 
do :  y  aunque  su  adividad  ,  y  jornadas  se 
cierran  en  espacios  muy  limitados  y  y  miran 
los  objetos  mas  pequeños ;  con  todo  eso  sus 
ocupaciones  son  continuas  y  y  continuameo» 
te  necesarias.  Cuida  de  las  compráis  diarias,  ar- 
re- 


£7  Matrimonio.  45 

legla  los  salarios  ^  las  pagas  ,  las  raciones  ^  la 
distribución  ,  la  buena  crianza ,  el  ceremonial^ 
y  orden  de  la'  casa.  Su  ptesenda  lo  alumbra^ 
aclara ,  y  anítna  todo ,  no  se  le  huye  á  su 
penetración  la  menor  fiílta  ;  aunque  no  se 
queja  de  todo  lo  que  advierte  reprehensible, 
bástale  que  noten  ,  el  que  su  silencio  no  es 
eftéto  de  estupidez ,  ni  descuido  ,  sino  de  re* 
tentiva  ,  y  prudencia.  De  esta  manera  man- 
tiene la  casa  toda  pendiente  de  sus  determi- 
naciones, y  juicio.  Consigue  que  sus  quejas, 
y  advertencias  ,  cuya  fuerza  se  disminuye  ,  y 
embota  quáudo-  son  demasiado  ñequentes, 
hagan  ,  por  ser  muy  raras ,  una  impresión 
«til,  siempre  que  lasí  hace;  Su  inspección, 
aunque  apacible  ,  y  sin  afeétadon  alguna, 
mantiene  en  su  deber  á  todo  el  mundo,  al 
mismo  ¡tiánpa  qué  su  paciencia  la  hace  tan 
fespetabie ,  que  se  vé  (hígada  á  endulzar  con 
un  semblante  risHeño  ,  y  ct>n  su  naturalidad, 
y  humor  ,  síeftipre  benéfico ,  dulce ,  y  amoro» 
90  ,  lo  qne  podía  tener  de  auáéro ,  é  incomo- 
do una  v^ílatída  continua. 

unqúe  el  borden  ,1a  limpien  9  y  1^  paz, 
esfeaUeóe  i?n  toda  la  l^mflsa ,  y  habitatíon 
cosas  tan  estimables  ,  y  ventajas  por  sí 
mismas  naturalmente  dignas  de  todo  aplauso; 
no  obstante ,  ia  muger  tiene  otra  mira ,  di- 
f^ptendolo  todo  i  im  fin  n^s  importante ,  qual 
es  k  satisficctan  4e  w  marido.  fiUa  quiere  masí 

que 


^6  EspeSíapüIo  de  la  Naturaleza* 
que  todo ,  que  en  entrando  éste  en  sií  casa^ 
después  del  trabajo  del  día  ,  pueda  sentarse  ^  j 
descansar  libremente  9  np  p^ra  oir  quejas  ^  ni 
juchar  9  ó  juzgar  procesos  9  mas  fastidioso» 
para  él ,  que  los  mas  duros  trabajos.  Todo  lo 
halla  arreglado  á  su  buelta  ;  y  la  amante ,  y 
cuidadosa  muger  quiere  9  que  con  el  buen  or-» 
den  encuentre  también  la  tranquilidad  9  y  ale- 
gria  9  00  hallando  otro  m^dío'  cpas  seguro  pan 
ra  hacerle  amable  su  casa.  Eo  la  oecesidaddé: 
elegir  entre  una  economía  9  la  mas  arreglada, 
y  una  calma  9  y  paz  inalterable  9  le  dá  siem*^ 
pre  á  esta  la  preferencia ,  no  arándose  tal 
vez  en.  algunos  gemidos  intereses  9  y  pequen 
ñas  pérdidas  9  por  mirar  la  pa^  9  y  d  tosiego 
como  la  mayor  ganancia  de  todas. 

,  Quando  alguna  justa  9  y  racional  nficest^ 
dad  la  .obliga  ^  informar  al  dueño  de  jla  cada^ 
^  de  Aio  negocio  sérib ',  6:  de  U9  accidente  ^  6* 
novedad  9  que  es  preciso  llegue  á  su  ñoticia9 
se  apodera  de  las  avenidas ,  y  cierta  los  coü-»- 
du^9s  del  mal  .9  impidiendo  que  alguna  lengua-, 
imprudente  le  anuncie  sin  discmciotí  aquelue*** 
ge>cio  9  que  !  ptiede: ;  turbarle .  el:  jsomgoi  Esta 
prudente  9*  y  ^ahia.n>uger  iprepcnrai,  sü  mantos 
á  escucharla  sin  desazón  9  le  instfiúa  que 
s^  altere  9  y  que  conserve  absolutamente  la 
p^Z  9  por  penoaa  quesea  la:  noticia  que  le  dé:, 
no  solameat^'  ^ndbilea*  la^amalrgaiGa ,  sino  que  t 
después  de¡haber  dadQ'el^tííano^inec&sariopara  j 

•  ."1  re* 


j 


lili 


JE/  lUatrímonh.  47 

teflexiotiar  k)  qiié  tonviené  hacer  en  aquel  ca- 
-so  ,  y  para  que  se  tomen  las  medidas  condu- 
centes ,  sabe  hacer  una  diversión  sutil ,  y  dies- 
tra ,  de  modo  ,  que  insensiblemente  le  saca  de 
aquella  conversación  lúgubre  ,  y  de  repeticio- 
íies  inu tí lesw  Tuerce  la  plática  ,  y  Ueba  él  dis- 
curso é  objetos  -pYoximoá  5  y  <fe  menos  aflic- 
ción :  ocupa  sti  espíritu ,  y  divierte  su  entendi- 
miento con  otras  necesidades*.  De  esta  mane- 
ra 9  por  la  discreción  con  que  maneja  el  dolor, 
y  ocupa  poco  á  poco  el  pensamiento  de  su 
marido  9  dístrabe  de  su  imaginación  aquella 
penosa  idea  ,  que  le  pudiera  ,  sola  ,  ser  mortal, 
y  restituye  insensiblemente  á  su  rostro  la  sere- 
nidad 9  tan  necesaria  al  hombre ,  como  la  mis- 
ma salud 

Aunque  sepa  variar  con  '  prudencia  la  con- 
versación ,  no  varía  el  genio  ,  y  se  queda  siem- 
pre usual  9  y  siempre  dócil.  La  abertura  de 
corazón  ,  y  el  candor  la  son  insepafables;  pe- 
ro esta  franqueza  de  alma,  no  la  conduce  ja- 
más á  introducirse  en  toda  especie  de  questio- 
nes  ,  y  menos  emplea  el  arte  peligroso  de 
oblijgr  al  marido  á  que  diga  lo  que  tenía 
inacion  de  callar.  Detesta  una  indigna 
File^  /  proprb  ^  solamente  jpara  turbarb  to^- 
,'  y  de  poner '  la  casa  en  combustión.  Lejos 
de  nianffilstiarse  deiséonfiada  con  un  empeño 
a&noso  9  y  desasoseg-ado  de  saberlo  todo  ,  6 
coa  la  lfl)ertád  indiscreta  de  criticarlo ,  no  le 

de* 


48  EspeSí aculo  de  la  Natvrakza. 
deja  peroebir  eo  sí  abismo  sipo  rvma  ^soSa  pa- 
.  sion  ,  que  es  d^nrle  libre  ^  lenetJe  con^eor 
to ,  y  hacerle  feliz*  Este  deseo ,  que  se  (descubre 
en  toda  su  conduéta  j  y  que  anima  igualmente 
sus  precauciones ,  su  silencio,  y  sus  discursos, 
hace  su  compañia  verdaderanientis  amable ,  ¡y 
.deliciosa.  £1  marido  es  feliz,  pqrqcie  se  quieije 
seria  ,  y  umversalmente  que  lo  sea  ;  no  se  vé 
mortificado  con  réplicas  y  con  i:esoluciones 
contrarias  ,  ni  con  censuras ,  del  wpáo  de  prot* 
ceder  con  que  vive  i  y  se  maneja*  Si  el  marido 
sabe  quánto  vale  un  carader  de  esta.especie ,  y 
una  muger  semejante  corresponde  con  aten^ 
cion ,  y  cuidado :  cómo  podrá  comprebender . 
el  tesoro  que  posee ,  quando  á  pesar  de  las  mo^ 
dales  rusticas  ,  que  tal  vez  usa ,  de  las  distraer 
ciones ,  que  pueden  traher  consigo  el  ayre  de 
menosprecio  ,  y  de  los  legítimos  motivos  df 
quejas  y  y  sentimiento  en  la  muger ,  encueo*^ 
tra  en  ella  la  misma  igualdad ,  y  una  serena ,  y 
constante  alegría?  ; 

El  corazón  excelente  de  su  esposa  se  der 
clara  todos  los  dias  con  nuevos  rasgos  á  quat 
quiera  prueba  que  venga  ;y  su  inalterabte^dul« 
zura  adquiere  con  la  duración  un  nuevouMt 
rito  y  y  grado  de  estimación  en  el  conce^- 
que  yá  formando  su  esposo.  El  tiempo ,  y  iW 
costumbre ,  que  debilitan  el  gusto  sensible  de 
la  posesión ,  no  sirven  sino  para  .convencer 
con  qias  evidencia  la  felicidad  que  goza :  el 

hom* 


faoáibrie  ODn.séBie|BiitB  réittiHa»  f!íjtHi\6ni^« 
Gasa,y  oadaVéen  dh-y/qneac»' vfiy<  eoi^r-, 
den  9  niTdado  coa  su  gusto  i  f  oía  much^. 
filas  allá  de  sus  deseosJ  A  b=  afictoo  ^  é  índus- 
tria  de  su  esposa  debe  laqueUa  ^raota  ob^eui. . 
cia^  todos  9  aquella  ^gilid^  >^  akgria  coa , 
que  le  sirven  ,y  que  logreen  aucasa  uua.^var-^ 
dadera  soberanía.  Dónde  hallará ,  pues^  el  hom- 
bre mas  ^so'edoo  ^  OMS  solidase»  y.  nacaos  es-* 
pinas )  junto  con  tanta  obediencia  ?  Ello  es  asi» 
qbela  espfsaVll  pesár^de : l<s  joíídsicione» »  ér 
ihipedímehtos  mas  grandes^  viene  á  ser  el  obJeW* 
de  una  estimacioo  stoeera^  de  ^a  amw  sóli* 
do*,  y  por  fin  lá  depositaría  de  todos  los  pen- 

samieotoi  dé  su  nianddbl^tieaí^tSDlQi  s|(ra4. 
luz  -todo  el  mécko  de  Ir  pnofe^cia » y  dp*  uii^cof 
neón  constaoce^  y  íieL 

£liagasa}o»y  di^ztifa^  bí$|i  lejos  de  ea-r 
vkostyó  il^ndar  á  la  q^uger  ei^  Iqís  ojpi;. 
de  fltt  mafida^.U  aa|)ÚQ99a  tarde  »  6.  t^tfir: 
pianoá  cjue  logpttdi  prioMMr  m^to  en  su  €0* 
laooo 3  y  di  pcímer  lugar » quede,  derecho  no 
la   pertenecía  •en  la -cafa  ;  pero  J^ara  hacer 
este  ^niÍQk> estable» y.  utü,  se  gparda  la  mu-, 
uy  hie»  de  aprt)priarsele:  na  i»a>  4e  él, 
b  para  asegurar  él  Padre  de  familias  lasub* 
rdinadon »  y  d  respeto  ^  y  á  la  fiuniUa  mis- 
ua  d  buen  orden » y  el  reposo  :.  yent^  de 
todas  maneras .apreciables^ y  hiea^.dignpsde 
ser  buscados  sobre  la  ti^ca!  Pero  coora  la  ad- 
Tm.  XI.  G  qui- 


i_ 


$^  Espe£tacuIo:^de^lá  NíMñiikza. 
qllisioÍDrí^^^ltd^ed'iar  dülsqpratde  ia  dhftdre^ 
de^feflfilfó^ V la  roiqa.fiJera  in&Uhte ,  m^aáo^ 
ift>peri6sa  $  6  sir  hinriera  intentado  con  quejad 
amargas  ,  y  Con '  voces*  desconopasadas  la  obe- 
dienda  prt)Mait}ek)0|iie  tnabda^yxiue.  ob  se 
dft skidiáLutr  boeti jtUi¿io ,  á  inna  n^tuilal. di^n¿-« 
dad  /  y' á  Uña  tianquüidad  sereiia.» 


^A    EI5UC AGIOK 

CONVERSACIÓN  TERCERA. 

m 

QUátKb'  et  Cielo  ^bendijoryá  leL  mauirno* 
vos  senumientoé  >'  y  aiedoa ,  animan 
también  la  condona  del  padce  #  y  de  la  ma«* 
áte^  Está  Mira  i  su  hija'i  %  'isti^  al  fi^iito  ^ 
sO'Viénritetpor'  medüy^fos  lázos^dé un  aoioii' 
tierno ,  y  pro{$tiO)  paw¿  >i}aberla  v  fijante  ^  y\ 
suavizar  sus  trabajos^  Este  infame  ^  qae'  la  per* 
sigue xón llantos 9  ^tid  Ilota,  y  le  <faiut  aun 
dreposodé  la  noche'/  patsece -que  lav  ha^ia 
de' ser  un'súpücio;  peirotoque  se  ama  IÍLn<-» 
pte  agrada ,  y  na  Iiay  aiicionf  comparable  á^|k^ 
que  el  Crlacbr  ha  puesto  en  ti  corazón  deL 
tina  madre.  La  menor  seña  de  apacibilldád  y  la 
mas  leve  sonrisa  del  niño  ^  que  los  demás  aun 
no  la  advierten,  penetra  á  la  madre  de  una  ale^ 

«ri- 


te  toda  sa  sajtcisldi  y.tdRía.1^ 
•  •  .  fi|KamQdclrit4MflGS(es  miSi  Ir^oqtukbb  ye  .^i 
•fiien<  um  jonaibte  ,:]iljiii^n)C^  ei9ia9}^!#^4iift>> 
.dfe,  Bo;hafariabqinoR  j^Bif(lnca$e  ,4e  au  casa, 
coh  perjdcio  de  itít«ieMS  ,  y  ii^gpcku,,  que 
•le  llananá  otras  «panes.  JLa  isarpant:  vas$etak 
4e  ase^osa  BuSdeitt^vaBt^,^  to4<»l(>»$iWlaT 
<lo8  %3teffÍDtt&yydel».lt)licitiid;  nfOMUja.  J^ 
-faomlxeis^ifiKB  VK^g^mfiS&vesla^tái^k  P^KQ 
Bnoque-merad.  matenpr  y:DQ  9»,  laeow  dScá^ 
7  aéiivo  di  amor  del  p(íáre)if(  speM  W»M 
'fiunittftse  3iimi3iía.^  leslp^jibi  )YÍg*NQl!>'»i^ 

cuidado^  nqevQ$  iii0^0s]»t|aiHa9ttfV)s  fvffiiifí^ 
«se»;  se  tegocija  d» tntntewr  aigttialmfAte  jea 
sa  casa  «oa  abiindaaíia.faoop^ .,  y  um  fí^^ 
«Bapía  bodroaa'»  iá.liiM)gé«  ^'  9X9vm:  $^ 
aieoBinvy  ^aotfriIasniÍMitttilis  fs^blán^^f 

ide-aoBirafaagos  «  pti^  'Íu!(g9r  fliMQri  i)ieq.  I? 

eBcacia  del  antor  {p^CerOQu  IMos  J^s ^ftáeiao^ 

•«pnieotosidd'  ii^EdOte  igícttoo  iie«'  f^.vcgrazoa 

<dei  •  padre  .tnu  aeortta  ia}^;nia>  li^e;^  hru^é^» 

y  deácnbcc  a%iin  4an«i«  ^qa^(  ^  ^oiofk.emr 

^     -pi^á andar ,  y  á afírroiar sus  paso»^ ^ue, %^ 

TlBj^las  darás  yá^.y^in  di$naittlf>,á  los  ^|^^f|i^ 

'  L|^Grepa8euk»<de  la  raac^<:  ,'¡    -. 

ijg  -      ^  pesar  de  ia,vj  veza,  i^  uoipefes^^Elad ),  q«|e 

Wñ  árve  para  desentumecer  la  in&nda,  yqueh^- 

yí\  oeaLniño .,  qoe  solo  d^  un  juqgp  jwr  otro, 

s,   •  Ga  la 


%  álegrfá  de  la  aiadrenola  inipide  diiponei^ 
se  suamente  á  la  ptÜBÚcsk  de  sos  obligaci» 
^eS<Mn  mtir'búená  ^ise^mzb^^Laijnagtstuo- 
n  ré^fe^tíicioaf  detipHdK-le  ioiprifi»  elisMi- 
^ta,  detiene  iM  desaciertos  ^  6  los  pceviene, 
^  consei^vk  en  tOdD  el  orden ,  y  reAitud.  los 
isSños  son -felices' efr  esp^riqíentaf  cada  ¡ostaa* 
tfe  k  éteneicm^^  el '^sotíwio, d  caricias 4e  la  maf- 
te^  y'y^^en^'reciblr-  úú  üitfeVnlisvDiic  mieros  dones 
del  arñor  paterno  ;  pérá  su  m^íyot '  iákidad  coar 
abte  eo  conocerá  quiéo  se  lo  deben  todo  ^  y 
hontar  to  retbrndá  súSí  Uénfaecbofes.  Impr»* 
'tneslélés  tídÉrci}ldadi>esn9t)tticioftv  j  cmocA- 
mkÁtó  j- ^  lísiitl  M  paca 

itíodarar  séi  ^destos  ^  esiteadíeiidoi  al  mian» 
tietepa,  qüís  la  Religión  los  arregla  ^  y  los  di?* 
tigí :  algunas  Veeesse  tes  admite  á  facaár  .aqaep 
Ha  maáe^  H]c]e '4¿d  Uéoa  coniiMiadaa^eate  de 
ibiéáéS',  y  do  ¥éli  t^d»  todas  panbs  rstno  pénalis^ 
ilad,'^  triMézá ,  qnánd&el  púdrelos  piofaSbe  su 
presentía  y  y  los  destíerra  de  sL  ^ 

Atnedídá  que  kiieddd^  los  fortifica  ^súreaN 
«peta,  f  feconociinieiiia  < vá^ccreaendo.  cobto 
süs'áñds,  3^  liefgaii'ft  ser  k»  «f^  tiernos. ,  y 
mas  seguros  amigos  de  sus  padres  y  y  no^^|o»-  i 

cas  veiris  su  báculo,  y  su  sustento^  Pero  ve%-    "^^ 
mos  mas  de  cerca  poi^^qué  grados^,  6  conj^ub^ 
'^reeátieKJ6éi'ú|5l'a  todos  ^  estos  bicaes;  la  Pro- 
•Videncia;-'  v     :.:  ;.  •     .    .         '.    -*. .    ^    :,, 

Esta  «8  ¿  sin  (Alda,  quttD  poop  fa  las  maac 


éA  padie  aquellas  comodidades ,  y  provisio- 
nes siempre  nuevas  9  que  cada  aoo  ,  y  cada 
día  traslada  i  las  macos  de  sus  hijos.  Esta  es 
ama  providencia  tan  sensíUe  y  que  llena  no- 
che 9  y  dia  d  seno  materno  de  un  licor  pro- 
porcionado á  la  debilidad  del  infante ,  y  la  que 
á  este  niiío  sin  experiencia  le  dá  industria  para 
pedir  con  lagrimas,  y  apretar  con  ansia  aquel 
-pecho ,  que  provee  solo  todas  sus  necesidades: 
pero  esta  providencia ,  que  la  edad ,  y  la  ra- 
4Eon  descubre  9  se  esconde  á  los  ojos  de  la  in- 
&ncia ,  que  no  los  levanta  sído  basta  aquella 
mano ,  de  quien  todo  lo  recibe  immediata* 
mente.  Dios  le  muestra  ^  aegun  sus  designios^ 
.las  liberalidades  paternas  ,  sin  dejarles  todsH 
:  vía  percibir  las  suyas.  Parece  que  es  tarea  ^  y 
premio  suyo  hacerle  amables  i  sus  padres,  por- 
que son  Lugar^Tenientes  suyos,  en  quienes 
descansa  y  para  la  ejecudon  de  los  intentos ,  y 
.deteitninaciones  que  tiene.  No  solamente  qui^ 
jre  el  Criadpr  asociar  á  los  padrea  en  aquellas 
«joperadónei^  con  que  asegura  la  vida ,  el  ves- 
.tkk>^  el  .mantenimiento  ^  y  el  cultivo  de  la 
á  la  &milia  que  nace ,  sino  que ,  en  der- 
odo y  Its  reserva  .toda  la  gloria  de  la  edi^ 
^(ftlgÉacion.  Y  esto  es  en  lo  que  ,  además  de  su 
j  l^esenda^descubre  el  bonibre  ser  verdaderameiv- 
jm  4etmage)t  de  Dios,  cuya  .inteUg^ncia  imíta^ 
mi    .variando  los  movimientos,  y. determinaciones 

Y     xx)Qfi>ime  al  modo  con  que  quiere  disponer  los 

•     '  cuer- 


ura2^ 
tcdRo 


54       Espe&acuJo^  de  /¿  ^JShturaleza. 
cuerpos  de  sus  Hijos,  y  las* ideas ,  y  las  inclina- 
ciones ,  que  pretende   infundir  ea  su  espi* 
ritu.  .    .  * 

No  dejemos  la  tierna  hifiíncía^  ^sici  deck 
plicdc  TiiTre!  una  palabra  á  cerca  de  la  célebre  quescion  de 
su'h.To!paíí  si  las  madres  están  obligadas  á  criar  á  los  ni- 
que  le  cric,     gos  por  sí  mismas ;  ó  pueden ,  sin  perjudicar 
su  conciencia )  ó  el  bien  de  los  lujos  ^  entregar- 
los á  otras  mugeres,  6  amas ,  que  ios  afímeo*- 
ten  y  y  crien. 

liOS  que  no  han  sido  nunca  casados  y  tie^^ 
nen  esta  quesúon  por  estraña,  y  afirman ,  qt» 
es  perjudicial  á  la  razón ,  y  que  no  debía  po- 
nerse siquiera  en  dtida,  ni  disputarse:  ;que  no 
hay  sino  una  enfermedad  declarada ,  ó  alguna 
otra  necesidad  absoluta ,  que  pueda  dispensar  á 
la  madre  de  aumentar  á  su  hijo  con  la  lecbe^ 
4ue  ha  recibitlo  para  éL  * 

Por  otra )pari» ,  los  padres,  y  las  madte 
creen  tener  derecho  para  juzgar  de  otro  modé. 
Yo  expondré  aquí  las  principales  razones ,  que 
-fie  alegan  de  utia  ^  y  otra  parte ,  d  ün  de  dejaf Je 
á  V.m.  Cábalferomio,  el  gusto  libre,  pata  que 
pesadas  unas,  y  otras  pruebai  ,  elija  ia^rte 
mas  racional ,  y  necesaria.  ^ 

£1  amor  materno  es  obra  de  la  Provideik.  -  " 
cía,  la  qual  no  ins^ra  á  la  madre  aquella  pa^ 
sion  viva ,  sino  para  asegurar  mejor  la  conseiw  1 
vacion  de  su  f¥uto ,  y  con  la  dulce  satisfacción^    \v^] 

que  experimenta  criando  por  sí  misma  á  su  bíjo^      "^ 

en- 


*  la  Edaíatioñ.  f  j 

encuentia  el  interés  duplicado,  quiero  decir, 
la  salud  propría ,  y  la  del  infadte  tierno ,  que 
alimenta. 

Este  licor  admirable ,  que  nunca  abunda 
eo  los  pechos  de  la  madre ,  sino  quandoyá  ha 
entrado  el  niño  en  el  Mundo  9  y  le  pide  con 
I/antOy  y  lagrimas,  puede  venir  á  ser  mortífe- 
ro para  la  madre ,  por  falta  de  salida ;  y  reti- 
rándose á  lo  interior ,  estancarse ,  y  causarla  por 
lo  menos,  una  peligrosa  calentura ,  quando  ella 
entregó  su  .fruto,  para  que  manos  ,  y  pechos 
ágenos  le  alimenten :  y  como  quiera  poco,  ó 
mucho,  siempre  halla  castigo  la  madre  por 
aquella  especie  de  dureza  ,  y  mal  trato ,  que 
parece  hacerle  á  su  hijo. 

Por  otra  parte ,  hay  una  proporción  natu- 
fal  entre  la  leche ,  que  su  propria  madre  le  mi«; 
nistra  al  niño ,  y  la  sangre,  que  corre  en  las  ve-^ 
aas  de  éste  ;  lo  qual  hace  que  le  sirva  de  ali- 
mento saludable,  y  siempre  mas  provechoso, 
que  otta  leche  estraña ,  y  alimento  estrangero 
s^su  complexión ,  y  humores.  La  madre  es  ver- 
dad tardará  mas  tiempo  en  dar  á  luz  otro  fruto, 
porque  una  preñez  nueva  Uam^  la  substancia 
álrlnterior  para  alimentar  el  feto  ,  encani* 
ido ,  y  arruinando  la  salud  de  aquel  ,  que 
ne  en  los  brazos :  pero  no  obstante  que  este 
inconveniente^  parece  que  disminuirá  las  po- 
Iriaciones; ,  se  . puede  asegurar  sin  riesgo,  que 
aunque  es  verdad  ^.^le  dará  míenos iluz;^  lo 

es 


$6  .  EspeffacuJo  de  Ja I^ahiraJeaiL 
es  también  el  qtie  se  conservarán  mas  ;  por*» 
que  los  hijos  serin  nías  robustos  ,  estarán  me* 
jor  proveídos  de  todo ,  no  siendo  posible  que 
:^  se  encuentre  quien  supla  adequadamente  el 
amor  materno.  Añadamos  á  esto  el  que  un  ni- 
ño criado  por  su  misma  madre  se  vé  querido 
muy  de  otra  suerte ,  y  con  mas  intensión ,  y 
ternura :  y  los  socorros  de  toda  especie ,  el  au- 
xilio continuado  9  que  nunca  sobra  en  la  deli- 
cadeza suma  de  aquella  edad  primera^  crecen  á 
medida  del  amor,  que  toma  á  su  cargo  este 
afán. 

Nada  es  capiz  de  compensar  el  tierno  amor 
de  las  madres,  y  el  de  las  amas  no  pasa  de  una 
endeble  imitación,  pues  jamases  tan  vivo,  taa 
cauto ,  y  tan  cuidadoso ;  y  no  pocas  veces  con 
una  infidelidad ,  conocida  tarde ,  y  cuyas  con* 
aequencias  son  tan  infelices,  como  frequentes, 
vienen  á  ser  madres ,  habiendo  prometido  el  sec 
solamente  amas :  estas  pocas  palabras  eader^ 
ran  muchas  vqrdades. 

Por  ei  contrario ,  los  que  se  declaran  por 
él  uso  que  prevalece  tanto ,  de  buscar  amas  de 
leche ,  aikman ,  y  traben  en  favor  de  su  opi- 
nión innegable ,  que  se  vén  perecer  miSi^s 
madres ,  que  seria  faédble  librarlas ,  sí  se  entre!|,. ..  ^ 
gasen  sus  hijos  para  que  los  criasen  otras ,  yQ 
en  esto  convienen  todos;  y  que  es  mucho 
mejor ,  añaden  estos,  expcxief  los  hijos  á  un 
riesgo,  que  dejarlos  sin  m^re  ^  amenazados 

de 


I J  ^ 


laEdneaciim.  '  *  $7  ' 
de  ima  lafinldid  de  peligros.  Por  cotisequencui 
neofesaria  del  modo  con  qoe  se  crian  las  doñee* 
Ibf  en  la  mayor  parte  de  nuestras  Ciudades^  sih 
cede  ^  que  no  lle^  á  ser  madres  sin  peligro;  j 
ai  crian  á  sos  fa^^  viene  á  ser  extremó^  y  eyi^ 
daite  d  riesgo.  Comp^radones  hay ,  que  tri- 
llen consigo  mismas  la  prueba.  Todos  confesa- 
fán  ,  que  le  sucede  á  una  donbella  criada  á  la 
sombra ,  y  con  descanso  5  y  regaloensa  cama* 
dn  9  óením  qoarto  ^  lo  que  alas  plantas  jfcnyas 
ixgasse  qukroi  poner  Mancas  atándolas  ^  y  pri* 
vanA^  del  ay re.  liss  damas  de  todos  es¿ulo% 
por  razón  del  poco  ayre  que  toman ,  y  del  casi 
nangpn  éxercido  que  hacen  ^  son  de  un  tempes- 
lamento  tan  dettcado ,  que  solo  criar  un  niño 
instara  á  acabar  con  ellas ,  y  á  él  le  sería  insu« 
ftáente  el  alimenta  Si  nosotros  solicitamos 
que  las  Madres  de  fiímilia  tei^n  recurso  á 
ctxa  ledie ,  no^  es  por  autorizar  su  :ddicadeza^ 
ai  pcNT'  dejarlas  én  astado  de  estriarse  al  jaego^ 
á  la  dfversbñ  ^i  las  delicias  ^  ranos  entretenía 
míentos,  y:oompañías  incompatibles  para  una 
señora  con>un  niño  en  ]o9  brazos  para  ctíarie; 
m^  q^  solo  se  intebta^iio'alivio  5  que  iaspfta 
pmdencia:^^  y ensélíaela  écooomíáy  y  auá 
satreremesádedr^qneila  necesidkl't  ;mas 
t  la  dettcadgga  ^  d  Vfx^  indutgénda » y  alivio 

nos  obliga  á  esta  o(ñn«>n.  N» 
peosiguen  V  sino  escucbar  la  vofc 
kNatundtea^  y  s^guif  Jeliateiésde  1^^ 
TonkXL  H  dad: 


-«• 


-.   %  ^1  [lir^rU 


^■^i  f  -  n  » . 


5t  Esp€&ag§JodeJaNi9urdlexa. 
isid ;  nuestra  leteiicion  oo  €8  ottá ,  que  praah 
nt  i  Duestíos  fagos  ^juti  maútímmkmo  sano  >  y 
abundante,  y  eanronigirles  con  lalfiche  de  una 
paysana  ff>bu3ta  ^^fde^buentCüfaCleVjdlgiui  taor 
to  siquiera  ide  aqiuél  ietopefunneoto  .isaniaÍDio 
que  ella  tiene.  Por  «ira  {Mine  decretos  isevetosi 
y  arreg^amentos  sftbiw  oos  responden^  y  asegu- 
fan  de  Ja  condu&s  í^eftendráñ  las  amas :  y  de 
este  nodo  ias  madrea  ^k»  tij/OSyy  é  estado  se 
encuentran  ton  anudaos  socónos  r,  queocsoferos 
ludíamos  tú  h  ptáéHca  imoderna» 

Vans*  que  se  opíObeo.,  y  nos.prAefaan'muy 
luen  ^ique  la  iotendon  de  la  Naturaleza  es^ 
que  la  madte  f  que  dió.tl  fruto , le  alimente; y 
Uebe  á  sazón,  no  prueban  otfa' .  cosa  » sino  lo 
mismo  que  concedemos.  Unos ,  y  ouros  conr 
venimos  en  otra  segunda  verdad  ;  y  es  ,  que 
no  debe .  haber  recurso  á  la^  amas ,  sino  en 
iBBa  necesidad  ¡emStí  >  y  cbora^  Añadamos  tK>* 
davja  tana  cesa 9 .^le es  mny  cieña ;  y>es  ^  que 
<tl  SB^emeoto  I  no  Ú^  de  isec  innocente  por 
lial)erae  hecÍM>  común.  N0sotcos  solicitaremos 
xon  V^ms.  sefiores  ^  que^man  ei  cdd)ato  ^  y 
fiftorffeceír  qué  ilaa  madscs/ tcadádeaft  ^^ras 

wsáiy  yi  ka  crien '  paf;  sí,  mismas :;'  pera  pafaT^^ 
oréfomiar  la  libaitad  ^  y^ga^to  qiieé8tíis.tien^^^ 
tde  aaalárísr  una  ¿ma  ^  (íomensad  por  cefonnai 
iavedúcacion  anÍMr^.;  oómtgpid  ^  J)Be/k|9 
"      ^*      "'     jiMíN|9imti(eKá!aDdaíia  ¿yíK 

^  ^  .  lí- 

«I  » •        •  •    0* 


♦  M '  fc  w  I  "^  K  -•  I :  • ' » r ./  -n  '  Hl ; ;  * '      -  i '  j  1 1 1  j  ( • 


Jm  EAécackmn  i^ 

ttife,y  tíos  trabajos  del  campO)  como  lo  eje* 
catan  las  Aldeaous,  Hace J  coa  vuestras  pro«> 
puestas  y  y  representaciones  ^  que  el  público  se. 
convenga  en  adelante }  ganad  ef  pley to » y  con^* 
i^gttíd ,  qáetodas  las  solteras  as  empleen  en  uo; 
irnhajo  serio ;  que  los  cuerpos  se  ensefien  i  Ue-- 
bar  cargas  pesadas  $  que  se  endurezcan  al  firio, 
y  al  calor  ;  y  que  resistan  á  las  m^^res  fatigas. 
Procarad  i  todas  la  educado» ,  que  tubierao^ 
las  tujas  deBathuel^  y  lasde  Labáo#  Entotioea 
podrán  V.ais«  señores  Reformadores ,  poner  stf 
r^;Ia  en  vigor  ,  y  suprimir  excepciones ,  que 
iip  hacemos  et  gasto  por  cierto  ^  sino  es  á  mas- 
Ao  poder.  Estamos  muy  persuadidos  á  que  las^ 
madres  de  un  temperamento  robusto  no  de« 
ben  dndar  de  esta  obligación ;  pero  quisiera^ 
mos  Ter  en  las  Ciudades  el  vigor  9  y  la  simplici- 
dad, que  miramos  con  evidencia  en  los  campos^ 
y  en  ks  Aldeas» 

'  Bien  lejos  vivimos  deesió  :  pero  sttpúest» 
k  ddñlidad  de  nuestro»  cuerpos  ,  y  aún  eos* 
tumbres,  juzgamos  ser  una  potidca  laudable^ 
y  aun  nos  atrevemos  á  dedr  ,  que  christia* 
aa  0á  asociar  k»  mugeres  de  1(b  Lugares ,  y 

Ideas ,  á  la»  de  las  Ciudades  en  la  prime- 

educación  ^  coa  la  robusta  crianza  de  loa 

hijos  y  que  ea  el  primer  fundamento  de  la  so-^ 

ciedad.  Supuesta  la  buena  eleedonde  las  ama% 

«restablecen  laíoB  9  que  ünen^  estrechaminte- 

hs  fiuufias' iéoÉioáadBS  CM  I^^  mas  pobres/ 

H^  To- 


.6o  Espe&actJo  de  Ja  NafuraksUL 
Todas  las  riquezas  9  y  aun  los  socohjDa  -  de  lü: 
caridad  están  casi  encerrados  en  las  Ciodadm* 
Iiias  Aldeas  embian  á  éstas  lo  mejor  que  reco« 
gen  de  sus  frutos .;  y  como  carecen  de  pro«^ 
|>rios ,  y  bienes  raíces » aquello,  que  les  vale  lo 
qae.CDndiKen.á  las  Ciudades  ^  no*  les  alcanza* 
para,  maptenerse ;  pero  esparciéndose  los  hijps 
de  la  Ciudad  por  las  Aldeas ,  y  Víllages  ctrcun- 
wcint>s  y  e^parpen  también  algooa  pljua^ que 
baoe  reynar  la  abuodaocia ,  en  donde  üoIq  se 
v^'.antes  pna  lastimosa .  miseria*   . 

Entre  los  habitadores  de  Iqs  Ciudades  ^  y 
los  de  lasAld^  no  se  baila  de  suyo  sino  una 
iodíferenda  suma.  En  .muchos  meses  del  afio 
se  ven  los  Aldeanos  destituidos  de  urabajo  >  que 
los  socorra  ;  pero  fiandoles  los  Ciudadanos  las 
prendas  que  tienen  mas  amadas  en  su  casa^cgra 
^os  veptajas  principales  la  sociedad ,  porque  ae 
socorren ,  y  alivian  las  Aldeas  ^  cuyo  feliz  esf  ar- 
do ,  y  abundaACia  son  la  primera  raiz  cíe  la 
prosperidad  del  comercio  interior  de  un  Reyno^ 
y  se  asegura  una  buena  constitución  á  los  nifio^ 
que  descaecerían  en  I09,  brazos  de  sif$  madres»- 
Todos  los  dias  los  vemos  bplverde  su  crknza* 
con  los  mas  beílcsr  colores ;  y  de  diez^que  diex    ^ 


Viadres  y  criadas  delicadamente  »  tomaron 
Cuidado  de  criarlos  por  sí  mistnas^  se  haUaráiB  ^'    I 
^  duda  ocho ,  cuya  crianza  es  menester  que    V>  í 


abandonen  las.  ocho  mad^  ep  mitad  de  la  car- 
lesa  ^  púa  salfar  la  vida  de  las  auidies^  y  los; 

hi- 

4> 


\ 


bij06.  Guardémonos  ^  pues  y  de  atajar ,  6  romper 
los  condtdos  de^  la  kmidád  ^  y  fes  aoconror  más 
cieito$de.4aaA14é«s.-7  •  :  -^  .^  ^  r^.,.-^.  ; 
*  ^e  iFeinos^^éti^anifefit^  ^a4ra  eóia^eaáa 
día  9  qvie  vemr  esta  jbvpria  gente  á  las  Ciada* 
des  con  la  gloria  de  liabér  criado ,  y  de  eoo^h» 
dr  i  ellas  un  niño^  átdeahc^'/bien  n^antifi^ 
do ,  roltizo^  y  grueso ,  y  que  con  un  licor  abnn» 
4anté.y  y  sano^  bdelve.  medio  caapfesi^  ár  sa 
casa.  Éi  marido  de  la  ama  que  le  Cf  i¿  ts  4ete« 
pre  bien  recibido  en  la  casa  d«  su  Sefior ,  se  le 
ampara  en  todas  sus  iiecesi^ades  ^  y  se  le  proí- 
4ege  en  todossos  negocios  , . escootieiidas  ^  y 
sKxidenties;  £1  dia  que-¥Íeoe.  la  ama  de,  leeb% 
es  fiesta,  psra  toda  la  c^sa,  .entonces  es  esquíes 
manda.  La  Madre  de  fimiliast  qcie  no  tiene  oca* 
aion  y  m  n^esida^  de  secibir  algún  lifi^  de  ^ 
{«quQñp  infente^ ,; se x^gpqijíi y  jc^p^^lace^df 
q|tte  por  su  medio  se  vea  protegía  aquella  que 
la  represeoca«  Esta  ternura  se  poqpetéa  ^  y  esta- 
blece entre  Ips  tdjos  de  una ,  y  otra  madre ,  qué 
se  alimentaron  de*  un  licor  mismo  •  concedien* 
jdoÜes  la  leche  utm  .hamaiiéaá ,  qoe  ao  perná» 
te  ^e.atgiiinó  ^de  éUos  wá  entie  peoa«,  m  sé 
«ta  co  uabajos.  '  '  ' 


••«  •  j 


tos 


e^       EtpéSamhiAii^aÜtdkta, 


-íi/r-)  i)E  "'EA  ■•INFANCIA.  -  -  ^V 

CONVERSACIÓN   QüARTA. 

^ ''^'  A  c Hr €ge»)plo vy  '^^tiiclado ' del  padre-,  y  de 
h  ttíadfé  es  á  qüien^  deben  loí  hijos  sus 
piiméiras  idead  ,  sos  modales ,  y  comunmente 
iái  inclitiaclbnes#  También  el  cuidado ,  y  ofi* 
tio  de  la  madre', ceticefradb  siempre  en  loin* 
tt^M  de  k  casa ,  C(>iñútii&a ,  é  infunde  en  la 
failfoda ,  qtíé  &ti  continüíainenté  á  su  vista ,  ua 
exterior  agradable ,  y  un  fondo  de  buena ,  sin-^ 
J;^J|"if*JJ5?:cera ,  y  compasiva  voluhtad ,  que  vaya  siem* 
M.  («»j      |)ie  delante  iie  ks  neóesldades  agenás  /previa 


t  >  • 


"f^y  £^vá  tomamos  té  tHirtt^%  tío  legan  hi  mtriticiicl  xle  tke^* 
^ioRjCs  <|u«  cieii«  $  ya  c^mprcb^dioido  ItC  prjiner?.  farte  -dcU 
H6raF,  en'quánco  mira  «r  gobierno,' v  biéen  orden  ¿t  los  Bstadoí^ 
iTárdéiiojapio  la  cop^u^af  articular  ili|  «aHa  mío  con  an  €|mtUa|^ 
y.a  significando  la  reserya  ^  cauccla  ,  prudencia  ,^  circunspección» 
T'asHfetoéfé  tM  qnese  prheedt^ttt  Jaa'Jhiig(kfoB»aeBstatio  •  y  costea 
quencia.  La  acepción^ pues»  en  qae  (Oleamos  aquí  ecce  i^mb¡re 
4«  #olitipi^^,  e»  ifi  't(vHtmt^  sigi^ica-tifta  'especit  de  buena  mUn^ 
ka  i  aiodestia  >  noble  apariencia  •  y  modo  de  presentarte  cofaw 
ftyre  magestuoso,  cortés»  y  señoril :  estendleMlofe  cambien  ^  l4,^^^,^^ai^ 
urbanidad  ,  trato  civil  t  propriedad ,  y  cultura  en  el  hablar ,  coJlf^^^^í 
otras  habilidades  »  y  usos  caballerosos.  Esta  prenda»  6  virtud  mo  - 
4era  la  rusticidad ,  la  descortesía ,  la  altivez »  el  silencio  desde* 
Aoso  »  6  íatuo  ,  la  familiaridad  ridicula  »  h  licenciosa  ,  de  modo» 
qoc  parexca  el  hombre  en  lo  exteri  >r  »  como  debe  ser  eu  lo  ia- 
cerior  ,  haciendo  cortesanas  ,  y  agradables  las  virtudes,  tat.  Vf  • 
kmnitds  ,  fmitdi  ,  wurmm,  tltg^ntié.  Ital  Pmtittxj^»  dpUitúy  nr- 
ésmirs  t  f§rt0tis.  Vcansctof  Dicción.  4c  Trcvoiix  »  Odiii»  Sobr* 
Aacoam*  &c. 


t 


.ák0dcda$  pan'el  ^dcoricK  Sabe  teftífíkt  los 
gestos  I  y  tnovimiei^ios  j^xinordí^nos ,  lasaOr 
Clones  rusticas^  y  groseras,  perqfíiueodole  al  vom 
mo  tiempo,  i*  su  peqUefioPkieblo  aqudlos  juer 
{;os,  y  ^'ifooe^  ^'/qnc^  |MMg«i  &eiii  :de  tietppa^ 
ijor  darles  aigpmdMogQo  SúajteittíMcNi^  i  í^f 
qualea  hacef  ¡eirqi^iü  ^m^eafe  smvidad>,y  didr 
«iia^  y^b  pifBe!veieiia£^ñddbítahtQioem  utir 
lea »  ^ocpi^poctíit  9  cadi  st^^li^liiaf^pidabiii^ 
<x>iiágpctf  el<^ntte>[Joag9fB<^^^ 
poatma^  J««ai)tea  ,.Ik  üt^adon  jde^  e^nir 
ésa .  tAíxksldídfúií  n^Wáffñ-éldtíiitáOiét'^nr 
4ar  sin  prespacSóp  ;.y  isiáá  b^  aparitaci»  ddl 
cnerpo  gratíoaa  ^-y  adUa  :  ^  , ',  >  .  «y 
'^  CoooCt  aouy^hfepjaiiradee^  .qiie' lfluM¿iÍr 
«nd'del  cnerpp^^yrja-  lopgdstádjfeieiien'  IVQIi^»- 
mente  cóxiióitohse^ueodas^deídaledciaoes^^ 
timarte ,  y  mas  qnaodo  uht  aaaditf  i^  todo  calP 
fDoddba  tan.sea8tble5<^y:?jmi^ade!iafitd  ^gnKW 
a^  sus  ¿votenciaa  ^ry  flMreciiíQnc^éi:)^»  t»do|e 
4ei41egi  i^^crt^cSl  á^siis  (tijoa  «9ta  ikeotMv^ 
rke  sota ,  y  cof^  k  JtÉ&af:ÍQa.iF(»  Ihco  dipileslp 
que  sea  etcuerpr.deliiÓ^y  yídela  bvapanrif- 

^Mbo  qaandD ectatífi^aMñ^^pe^^ 

JHBopaitce  mandada!  ^sirieflexa,  sui(i^<|iie  ae  iilji- 
I  ^'  -ttfíesca^f  y  lacoooseivii^  spmsá^  ostAitá  afiüli* 
'leñad  i»  7  ^uOiCtt  ¡If  ixuiniii  ji^tgcbeia;  yr^lh 

'TidoiuttnQBL'ii  't\\i\\  tjúj-  í?  ,U!/bi:¡  ¿i 
*i  Pe- 


»•••. 


(->•> 


•i*  _• 


I  i 'I  (« 


Sdeli!  ^^"  ^  ^  ^^  ^^  moy-bten  la^dbdie^  Quel'niedi- 
da  que  .s6  empiezan  á  descubrir  las  primeras  la<* 
ees  de  la  razón ,  ha  de  buscar  ocasiones  para 
introducirse  por  medb  de  4ulces  documentos 
«I  el  Gorazoo  dé  stuPbljD^ ,  tfalKgftdo  ^€n^ 
ttiunicarles  alguna- oosfinM^  ^qqé  b  exterior 
iSdad  y^  apatienda^^Sabe^  qn^^inexterior  sua« 
«viisadoooD  b  cukfora^no'dsinudqs  yecos  sino 
Ana  tnaisoMía* ,  apta  sdb  paiji  «Inclndr  y  y  U^ms^ 
ICIOS  lA\:en{^DO  vesical»  aqiidla^p^ 
-étqso  MtMescilK»  ysi  AíaqMl  ip^e:eiég|iiite>  j 
'típiíñkútíM  á¿  ta^^  afia^ 

ide  nh  deseí^  verdadero ;de  tibUgarlos»  y  ser« 
virios.  Sabe ,  que  la  ve«dadera  poliiica  e«¿en 
-^  vCDftizttK  V  d  nb '  mei  eñ  -  p9ne  a%una^  que 

-«dtfftleose^'deiddlaqtiitl'cocre^  y  se^estiea^ 
4a'átíáiaii  démis  pactes  ,  brillando  en:to» 
<dili  1»  aóifHíes ;  y  que  qoando  la  piano ,  h 
¿^riiCít,  taleagna^  yttQjüp'iel  cuerpo  maoifiettaB 
^ 'kMÜ  >otfos  f^  y  les  dan  7;tesdnion¡os  de  non 
-ipobimaidt  sineera  ^  quelles  £dta  éa;  la  cealS- 
'4lad'',¡  lóf  qoe  se  llama  policio»  yno  e?  sino  mtti 
-^ura  representación^  y  6  entremés  ^^  yi  no  es 
fUna  occdta  trsydon  '^^  %  fierdaderaf  (lí^|^« 
rOomó  oooséqoenáiadefesca  persuasión  ^d^ 
c'{>ues  de  «haliñse*  apfowcfaado  de  b  dopi 
-de  la  niñez  y  y  teroaráde  los  años  para  el 
*  ne^  de  U»  órganos ,  é  <  imiQ;¡nacio|i ,  ea ;  oa- 
*defl[  ^  ie  bgéiyí  crianftu^  firiAica  ^  y  <ttato  db 
h  sociedad »  se  aplica  mas  JMfawinienici  4 


Lo5  egerchios  dé  la  infancia.        6  y 
Insinuar  en  su  razón ,  que  empiezan  yá  á  ama^ 
•necer  todos  los  principios  de  una  verdadera 
«dulzura^y  de  unatumaoidad  lamas  oficiosa: 
pone  anclar  cuidado  ^n  repetir  á  sus  hijos ,  fe 
inculcar  prudentemente  ^  enseñandcHes  de  cien 
modos  esta  verdad  importante:  jgt^  tt>dos,  Iüs 
éombres ,  ^  viven  ^en  nuestra   ccnnpa^a  ^  d 
cerca  ^y  aun  hs  que  viven  mtff  lejos  ,  traban 
¡an  eficamnefite  for  'hacemos  felices  ^   noso^ 
tras.  De  suerte ,  qué  no  hay  -  bombré^  dlgurib 
^n  el  MvKidD^  á  quién*  no  debamos  amor 5  y 
«eamodaiieüto?  ^ue  aquel  que  abate  su  cüeHéí, 
y  enoorba^sus  espaldas  debajo  de  4as  mas  pe^ 
sadas  car^ ,  es  tan  esdmable  por  ^us  senrí cios^ 
como  el  qioeiiQsddSendei'biirentedeim  Ege¿ 
cito  podáfoso't  que  fiO'báy  cosa  mehbspiteek^ 
htoj  siso  los  hombres  9  ^  ^nada-  hacen  por 
los  otros;  pero  qm  lea  el  buen  régimen  ^  y 
distribudott  de  nuestnt^rtcoooGiñ^úti)',  'ú 
ptétíso  hóorar  tñséé:  ^qptetl€s/<}i]eie]é«^i])iD| 
inas^^pnieib^^Atitor^áeijEOdtf  qmeb  esé^Ukúl 
este  orden,  y  nos  hallaríamos  faltos  dé 'qiian»^ 
tflsrcosas  necesitamos, á'áiesen  todos losKom- 
frrffftiágiwífff.  Bsta  á%6tuosd  m«dré  toiste  era 
geam^  este  punto  ^  ¿o  'Soiamen  te  porque  la  kt^ 
^«cucfaai^y  a{tfendesia<  ¿rkh2^,  mtiáo 
pruebas  otras  tantas  pinturas  delidosaír ,  quí 
la  llenan  de  regocijo,  y  sinreti  de  diversión;  ^no 
porque  Ana nacdiO'taa  ^  pmpo^¡iooyp$x$^Sopam9 


66  EspeStaculo  de  la  Naturaleza. 
el  corazón ,  destruyendo  en  él  las  primeras 
millas  de  la  fiereza ,  y  del  desdén ,  taQto  con  el 
conocinüepto  de  la  justicia  ,  cooqp  de  quanto 
nos  interesa  2^  todos  los  hopnbce^ 

^Vi^ue  la  Religión  le  imi^trai  Ip»  bom- 
Inres  uncidos  p9r  noe^io  de  una  i^pr^ioa  dir 

viw  >  y  cQ«í  U¡¡im  o?a5t  re^íwabWs  >  que  \q%  de 

la  necesidad)  kq  en»^  ^tf^  cpn  h  in&Dcia 
.ana  ai^eU?)  qu»  ppc  ia  natijHFaiew  iniwaa 
.C9pdece,y  se dejja esqHcbw*  Loí^moíWosfior 

derQW)6)  q!^  (e:aem!M  t«4m  pa|^  rWM^ 

mo  berffii%BQ$9  s»  rdii«r<v«^  p«rft  uj^  ttfaidtxi)» 
capá?  de  coQOcer  la  d^ntd^d  »  y  consequen^ 
cías  de  esta  saluiJaÜ^  dp^rina.  £ln.l»  medida  de 
luz,  que  coi»^j3iÍC9Jt  fm  Mj03  ^ ^  acdmod»  á 
sttcapacid^d  ^U9l ^  ¿r  io))ts^  para  coadljlos  la 
condiu^,  qito  pbs^sv»  Pití9  «PO  todo  el  Qeod^ 
fo  Humsno^  I«w  priaierjs  k<?cimie^  dadíis  á  lot 
}K>iiLlv$»lmid^eonJq»fKi:^osiba^  la 
fnlUíCacípa  del JSvaDgpUoi  y  h  ffííOA del&ilT 
l^iadoi^  lo^  hij2Í99eo:»ipilcecüle  't^  latmplitud 
déla  verdadé 

:    Nuestra  Masase  de  ^pailias  ae^susta  de  to^ 
do  #  y  de  todo  pipoura  apRP^ediaisetrlQ^Bie^' 

das  de  ferobídad:;latReJ«(i.  ^cuidadd^  ¡ápálr^^ 
oen  en  aróla  9  y  la  obligan  i  aervit  de  cermr^ 
nela  vigilante^  Atiende  silenciosa  ^.  basta  éa  hi 


tos  egercichs  de  ta  infancia.       67 
sus  bijos  y  los  quales  son  observados ,  é  ins- 
truidos en  sus  mismos,  juegos ;  y  quando  es- 
tán naturalmente  con  mas  descuido ,  juzgan- 
do que  nadie  repara  en  ellos  ,  los  deja   go* 
*  zar  de  la  seguridad  necesaria  ,  para  que  sa(^ 
gan  sus  pequeñas  pasiones  á  plaza  con  ev^ 
dencia^  sin  riña^  ni  corrección    instantánea, 
que    los  haga  disimulados^  de  modo  ,  qué 
"pasen  luego  á  insensibles.  Después  ordena  siís 
^discursos  >  dirige  su  filática  ^  j  teáó  quantb 
^tá  en  su  mano ,  á  Imfint  el  aboflrecíníiieR^ 
to ,  y  horror  á  ésta  >  6  á  la  otra  inclinación 
t}ue  notó.  ^  j  por  egemplo ,  advirtió  un  fonh 
do  de  Indiferencia ,  para  ver  sin  léstíftMi  ié& 
In&Ccictídes  agenas ,  ó  acaso  un  prindpío  de 
^crueldad,  que  se  estienda  hasta   dáfktr  á  Ids 
otros,  %  aplica  de  veras  á  humanizar  su  co« 
irazon  con  historias ,  y  relaciones  >  que  le  ert* 
temezean ^ íejos  de  aumentaren  ellos esia  du^ 
rtisk  tiattiral  ^XM  tratamientos  rigurosos  ,  mé^ 
t)08  propylds ,  st  la  verdad ,  para  trocar  di  co^ 
razón ,  que  pftfa  ésttítar  6fi  <tiel  desagrado ,  y 
deseos  <fe  iudepeúdenda  ,   los  hace  diestra*- 
mej^  sen^bles  al  plücer,  y  guste  de  hacei 
^     Irien  á  todos ,  yá  enópegaíSlotes  albinas  cosas^ 
^^^^ra  probar  su  generosidad,  y  yá  con  la  visca  de 
1,^  algún  objeto  lastimoso ,  que  cotno  casual ,  sabe 
f  ponerles  á  los  ojos.  Todo  aquello  que  denota 
^     entrañas  de  {ñedad ,  ó  un  corazón  elementé ,  y 

la  tiey* 


.68  Espe&acuh  de  ia  Naturakxa: 
.tierno  ^  yá  se  encuentre  en  su  &míUa » *  6  yá 
.en  la  agena  ,  recibe  de  esta  nuidre  la  rd- 
.  compensa  y  6  el  elegió  al  punta  Por  el  con- 
.trarioi  no  hallan  sino  oprobrio  ^.  y  confur 
.sion  las  acciones  que  indican  ,  6  por  quie- 
joes  se  declaran  algunas  señas  ^  y  rasgos  de 
avaricia  y  de  fiereza  ^  ó  de  duro  >  y  áspero 
corazón.  Esto  mismo  egecuta  para  abogar  las 
¡semillas  de  todos  los  demás  vicios  que  adr 
<vierte ,  su£x!andolas  en  la  cuna  j  si  es  po^i^ 
úHe  y  y  ahogándolas  en  su^  nacimiento  ^  sieoír 
pre  con  nuevas,  trazas  y  destreza  ^  ¿  invencio»* 
jiea ,  que  varían ,  como  se  vén  vaf iac  las  ci£p 
¡constancias. 

Estas  pruebas  no  son  instantáneas ,  y  pa-« 
s^eras  y  ni  solamente  en  las  ocasiones. ,  que 
¿>frece  la  casualidad  ;.y  como  no  se  puede  bar 
xer  juicio  de  una  enmienda  sólida  y  sino  coa 
jel  fundamenta  del  habito  contrario  y  se  mut- 
JtipUcan  las  advertencias ,  y  luces ,  según  pa- 
tece  9  y  se  desea»  Todos  los  dias  se  reiterai} 
las  tentativas,  que  dan  lugar  á  el  egercicio  de 
aquella  qualidad,  que  idea*  plantear  en  el  co^ 
razón  del  niño.  Todos  los  (fias  trabaja  kuna* 
dre  con  infetigable  cuidado  y  perseverancia ,  y 
arte,  principalmente  en  zanjar  ,  y  fortificaár^-v^ 
en  toda  la  familia  la   beneficencia*   Con  estav 


mira  ,  todos  los  rasgos  de  amistad  y  y  todas  i . 
las  señas  de  un  bue»  natural^  yá  sean  aque?     v 

.i  lías, 


Jlas^que  por..c4  fni%a^:»obeC€p  ^^  yá  }as 

que  se  haceq  venir  4e  pftofosxto  >  y  á  i€pr^- 

.sentar,  en  la  scei^a  ,  aon  pqestas  en   tan  alto 

:pr^q,y^^|eat>ea/CQo  .t»nt^  alab^n;»^,  iy 

.  lK>QonfV^s)s  (¿lapiacioq^  ^ .  t^ft.  |o^  P^ra^oi^s 

^inas  durps^  y  i^üefr  alrseatimjispto»  y.  )h|« 

.manidady.recoooceA  pocaá  poco  la  bermo* 

tfura^y  se  coQviert^n  áci^  el,  bien  fromuí^^ 

^yá  que  ao  por  Qtpa. cosa ,  4  ^  l^^^oo^  Eor  wafí 

.especie de*  emulaqioo ,  y  átzcifi^zy^  siempK 

es  provechoso  moderar  el  fuego  del  aoqpr  pror 

prio ,  y  reprimir  uoa  pasión  incónimoda  á  todo 

el  Genero  Humano ,  aun  por  medio  de.  otr^ 

pasión  y^con  ttl  ^  que  sea  mas  apacible  y  6  me^ 

pos  perjudicial  ^y  violenta.  ElV>vCts  ^si^f  queeu 

lugar  de  &stidiosas  lecciones ,  que  no  alcanzan 

otro  bien ,  que  desflorar  el  alma  ^  y  robarle  sin 

fruto  sus p^micias y  ni|estira  i^Aa^i^ ^.familias 

imaginsí  njil  nv^Jios,  líjeqo;  fJ?  rp»09aOj|,y  no? 

jredad,q^é  en  cada  reencuentra,^,  j( ; en  cad^ 

(paso  inducen  en  sus  biyos  un  egeicicio  perpe» 

too  desimpresiones  proprias,  para  .que  /lazcan^ 

y  se   exciten  los  sentiojiientos  mas, vivos  del 

xpf^áero  Jbuoor',  para  hacer  á  su  familia  ap^-* 

^^   pblM?,  oblif^te.>afeíluosa5y  apasionada  de 

^^!^cx]as  las  obligsiciones  en  que  nos  constituye  i 

.^'lodos  la  humanidad. 

f         Pero  aguarda  del  dueík>  de  los  coraza- 
^    nes  aqud  espíritu  de  qtfi4ad,9  9ae   lo  perfec« 

cio^. 


/ 


V  70       Éspe&acuíó  ik  la  ÑOtíPtaliM. 
dona  todo ,  y  <}ué'  íote  *  él  ^  céttíiinica  la  pií- 
litícá  verdadera  ^  pues  él  'ísoio  itidína  siefI^- 
ptt  á  cbrar  bien.  A  medida  qtiela  edad  pei^ 
mite  -y  qué   k»  liijée '^áyan^  cdfloÜeftd^  ^  ti 
valor  dé  todo^>\les '^ns^ñá  á  ')A) '1orhiat>  (^ 
tes  apar fentkis  dé  la  úrhadiáad  ^^jaqítel  >  juicíé^ 
'  que  forma  el  Müúdo  ^  é\  qual  estima  ^  y  ca*- 
c  noniza  una  viñud  fri^dia  ,  despreciando  ki 
^caridad  verdlsldeti  \^  iéH  4íáce  díéstranüeMe^  enr 
*  tender  ^ácrco  Se '«ítgeflan  'los    hombres  ft 
Cérea  de  ^bs  fííks  sólidos  intereses  »  ménos-^ 
^jreciando  la   caridad  ,  cayo  mérito   cono-» 
ce  y  basta  Uegar  i  comraherle  ,  falseando  s9 
tealidádf,  y  «despérdidando  él  arte  de  oompIa*f» 
fcér ,  qtié^  i!ió'^lé  del  corazón*^  es  solo  artetié 
engañar. 

Con  la  tttisma  solicitud  con  que  hemoi 
wdaiL         Visto  á^ esta -éíceíerite  madre  aplicarse  á  íbr^ 
niár  «uhós'' Sóra¿6nes  ben¿íkx>s  ^^  y  dispuea^' 
tos  i  idází'  vürtod  ,   la  veremos   tálMbien  ¡t*- 
Trodücir  en  éltos  i4na  reCtítüd  litrariáble.  Ní> 
tendrá  -paz  ^u  corassoní  ,  ni  se  tiéjará  ver  -lá 
alegría  en  su  sdfnMahte  en  presencia  de  sfaYa4 
biüía,  hasta  táiito  qué  Vea  altamente  és||ila¿ 
dala  verdad; y  mientras  hola  céiftilíque  unA  ^ 
multitud  consecutiva  de  pruebas  satisfadoria#>^»^ 
y  convincentes ,  que  no   se    abre  boca  al*^ 
guna  en  su  casa  ,  sino  para  decir  la  verdad  V 
éxaéla,  y  las  cosas  como  son  en  sL  £1  uso  del    v 
^  -  MuQ« 


Amor  de   la 


Los  egerckios  de  la  hfoHcía.         jt 
Mundo,  y  el  tratóla  ha  enseñado  bien  clara- 
mente^  que  quien  no  respeta  á  la  verdad  cono- 
cida y  no  respeta  tampoco  á  Dios  y  ni  atiende  i 
la  humanidad* 

Ejecutada  v  Ja  primera  ohia  tfe  inspirar  á  cultura  de  u 
MS  hijos  aquellas  calidades  esebcia^  ^  que  loa  '*^^^ 
hacán  Ciudádapos  ^  y  de  cora^poes  f  edos  ^  to-* 
ma  por  pasaiiempp^  y  ie  siir^e  de  lecreacion 
íxtdinmn  fortsBcaries :  la  mzon  que  vacila  en 
cUes^  erissñaiHieAQsárandar:,  d  el  modo  c6« 
ino.hande  acaihiiiar^ipBaBaiiRie^'y'sdtr.al  pú*i 
bCco,  éxjdipaeíqprá  ide  las,  cosas  que  ocur«* 
reO)  y  se  ofrecen  á  Ja  yistá  ;  pequeñas  admi« 
fadones;  objetos  nuevos,  que.se  les  proponen 
con  destreza  í;:*  paseos  elegidos  ^á  prDpasitd 
fBria/introdvicic  aúevas  qkiésriQniss  f  y  rolacior 
ees  ^agradables;  gtan  divdpsidad  (fe  estaaipas^i 
y  quadros  histáricos,  todo  se  pqne  en  eger-* 
^káo )  y.  de  todo  ise  aprevedia  para  dtsper«. 
lar  la  curiosidad :,  .y  leoar  él )  vado  de  aqne^ 
^  inteiig^ncsa.^qxíe  00  espera  .sino  ideas; 
de,  iodo  se  debe  «taler  la  cuidadosa  no&dre  pa-» 
ra  ii  las  itUfoducfendo.  %tuiUnente  atiende  á 
que^o^Vfdcn^^jtéas  ^tílsas  d  (a  ^a^on  ^  y  sli 
1^  i^flái<i|xy<á,5^-ai>ugha«Í:^:está  siempre  en 
^'^ntíqeb ',  |)ara  ^bílítdr  k  ^  ifyspceslocí  \  qaó 
t  hay  a  hecki  ^  é  pufd^  hacera  piieviene  los  ac« 
^  cidemes,  cierra  los  condudos  ,  d  impide  los 
^  atii^lt? :  más  ^SPtturibs  yf6twíuié&  balseras 
--:  i-  imr 


7f       E^dtMuhdeta  Nütwále¿(U^'^ 
impenetrables ,  y  atrkichemftdd  aquella'  rki 
zon  deticada  ,  para  itxipedir    todo'  g^Ipe  dfe 

i«^'íísmri«  *^^^^  nocirán,  6  falsas*  Castíllos  encantadosi 
espantosas.  Líbros  de  Caballería,  todo  eDCuentro  de  \^ 
áronés, ¿fe  : maetfes  vI^tÍDciftios»,  prisiones, 
'  ajusticiadoi^^'.  toda  conseja  de  viejas ^  tod^^  pfaH 
Mra  de  WsÍDRes^:de'  faritas^as^^  duendes'  y  4 
trasgos;  todo  es  /perjtidioial '  ^  todo  es  daQoso; 
No  je  basta  á  la  temnra!  macema  n^nrané  ds 
ks  costumbfes  /Sy. redará  ^a<hFiQitehcia>d&  sus 
doméstioós:  nad^i  quiere ^  ,<  -riMoliitatnbtice  i  üsk 
da 9  que  deshoare , é  extenúe,  iy  pferrierta  ia 
razón :  sabe  muy  bfeá,  qihe.  estas  historias  -  son 
comunmente  toda  la  ciencia  dd  Pad)lo,  y  que 
bacen  bqyoá:,  y  flbcen  zanjas:  profundasSen.  b 
imaginación  ^dejándola  tanfasríday  que  ,ó  imf 
primen  en  efla  un  desórdeayqueitóes&dlte^ 
mbcfiar^é  de^an  un  ^boáo  de  timidez,  y  uns| 
indioacion  .peodiente-iáiaa  di  lúísdo^i  y  eLpa-« 
iFor^  qu¿  ni  la  edaft  ,-nr  .&  refleidon^  la  pédié 
jiBnüsicurár.  Toda  la  casa  tteae,,téaieatá.razoa^' 
ordenes  tan  seriad, y  precauciones  tan  faíeu  tov 
niadas^queei  nifíorque.iio  aprehende ,  ni -peli-f 
gro  verdadero.;  ni  mtilds  imaginarios  .5 
}ndi£ereiitg9ietKe;en  b  obseurídad^*  y^pa  ibMq 
tad  del  día ,  y  nút  conoce  la  isoleda^  síné  por 
que  es'  realmente  ;  esto  «es ,  por  un  disfefto  y 
carencia  d^  eompañia.    .  > 

<  .  Um  nstKbejQíciosa  oq  im^  de  aqDf^ 
-.  ;  per- 


personas ,  que  andan  al  rededor ,  y>  eerc9  di 
ella  9  que  á  sus  hijos  le  hagan  sumisíoiies,  y  rea« 
dimientos;  pero  quiere  respeten  su  enteqdknien* 
t<^  aunque  todavía  endeble»  Sufre  COh  ipaciea^ 
da,  qiie  ^u  razón  se  vaya  pócaipocoactarando, 
é  instruyendD.^  y  aunque  no  .<^»irra  todavi^ 
easi  nada  por  sí  misma ,  aleja  con  iñdignacioa 
todo  aqueUo ,  qué  la  pueda  pervertir  5  6  haces 
(jpe  tome  algun^  resabio  tnjudiciaL      ; 

Los  progrésQSilél  leocúan  del  nitk>  son  có^  caMado  k  ctt^ 
mo  los  de  «u  tazón*  Algunas  veces  son  mas  ráp^i  nimcUcioii, 
dos,  y  U^áip  basta  imponerse  con  la  mayor  per« 
&ccÍDn  en  las  fSras^  .^  6  tortao  del  idioma ,  y  ea 
el  mayor  encantP  déla  articulación.  La  madcé» 
^936  sábe'miq^  6iearqiiámdi$tiníto  es  el  leoguagp 
del  rectbimieáto  ^  ó  de  h' antesala ,  deaquel  qud 
se  usa  en  sqqcmrto ,  cuida  de  que  nose  ^^je  la 
infancia  de  su  lado.  Entonces  podrá  estar  segu^ 
ra ,  que  si  ella  por  sí  misma  pronuncia  Uen ,  de<i» 
adió  para  stenrprQ  de  I9  pronunctadop  de  sua 
hijos.  Los  oídos  ,  que  no  escuchan  sino  her mor 
fas  voces ,  inñesdones  puras  ^  y  palabras  expresi-» 
vas ,  casti2»s  y  y  proprias^  las  aprenden  correda» 
píente  ,  y  las  pa&n  i  su  lengua  con  perfecta  fi^ 
delAd:  un  eco  es  quantb  twblan ;  él  por  41  >  eí 

I^mJ^^S^^S^  ^^  ^^  madre. 
I^f      Tra^adese  este  niño  desde  Toledo,  á  hiU 
'  •  J  vao  •^  desd«  Madrid  i  Malaga ,  (♦*)  el  soni-» 
;  ^        Tonh  XL  K  .        do, 


74  EfpeSlactélo  de  la  NaturalezdL 
lio  9  y  el  tono  de  la  voz ,  la  elección  de  la»  pa« 
labras  despierta  la  atención  9  convoca  el  cui« 
dado  y  y  corren  todos  á  oirle.  Las  cosas  que 
dice  son  comunes ,  y  aparecen  llenas  de  mará* 
villoso  encanto.  Quién  pudo  ^  pues ,  infuQ-> 
dirles  una  impresión  semejante?  Es  alguna  no^ 
vedad  ?  Alguna  vez  podrá  ser  ;  pero  todos  los 
dias  aparecen  en  estas  Ciudades  cosas  nuevas^ 
y  se  ven  objetos  estraños  :  y  con  todo  eso^ 
ni  mueven  la  atmdon  ^  ni  atraben  la  curiosí* 
dad.  Este  acento  que  embelesa  9  y  que  ningiH 
na  lengua  pudo  enseñar  ,  es  obra  infalible  dé 
una  madre » que  habla  bien  y  y  que  sufre  á  aul 
hijos  junto  á  si. 

Por  lo  demás  9  contenta  la  madre  de  ver 
lograr  sus  cuidados  acerca.de  la  pronunctsN 
cion  9  de  la  unión  ^hermosa  de  las  palabras ,  é 
ideas  9  del  garbo  natural  de  presentarse ,  no  aé 
para  á  hablar  4e  esto  de  proposito  con  persona 
alguna  y  por  temor  de  que  una  pasión  tan  loa-* 
ble  no  degeneré  en  flaqueza  ;  ni  lo  manifiesta 
fuera  de  proposito  en  un  concurso ,  en  qtie  vá 
á  interesar  poco.  Se  regocija  en  secreto  de  h$ 
pequeñas  felicidades ,  conseguidas  por  medip  de 
las  piadosas  artes  que  ha  usado  ,  y  del  meKxIo 
de  que  se  ha  valido  para  adornar  aquello ,  quegiP^ 
tía  de  aparecer  á  su  tiempo ;  pero  aora  son  má^T^ 
quinas ,  que  se  quedan  escondidas  detrás  de  ka  4 
bastidores.  y 

Entretanto  que  la  madre  se«  aplica  incer 

san- 


y  ob  solo  á  faeimosearel  éxteriojly 
^ndéle  cada  dia  atguna  nueva  piúoelada^  sino 
mucho  .mas  á  ainobkoer  ^  y  dar  uoa  veida^ 
den  belleza  ,  y  gloría  al  alma ;  esto  es  ,  á  ha- 
«celia  stfioeiai ,  y  hméfíca  ^^sooCárreL^^ñiilefCel 
padre  de  su  parte  ^  ^niendo  de  un  gpipe  to- 
dos Ips  medios  •  can  éok>  acostumbrar  á  sus 
¿¡jos  al  trabajo.  No  gusta  de  que  con  algunas 
lkSKjdnss'i7;e^rcüciásde{)iedad9  hechos  pdr 
la  ma&ana ,  piense  su  familia  ,  que  adquirió 
deretfao^a^:  ebnspd^r  el  resto  de  di  dia>  ea 
obras  limas  á^  ociosidad  »  fantasía  ^  y  em«« 
baymieDtD»  Quiere  que  todo  vaya  ordena- 
do» y  ver  qofr  en  sus  hijos  crece  la  iodustríát 
eomo  vaa  cracsendo  los  años  %  y  sucoostam 
asL  eo  haeerte^ obedecer  en  esteémpeño,  pro^  . 
viene  de  la  intensión  de  so  amor  »  que  co^ 
noce  el  alto  precio  de  los  talentos,  y  la  ne^ 
dnoluta  de  una  vida  ocupada.  Fa^ 
cíonsolará  de.  no  dc;jar  I  sus  h£^ 
jos  stioo  sedo  un  pasar  homado  y  b  una  me- 
dianía en  la  foituha  ;  ^o  intenta  con  pa- 
sión 9  y  con  inquietud  inspirarles  un  gust<s  do^ 
minute  por  el  trabajo  9  lo  qual  Jli^a  finalr 
^te  á  conseguir  con  la  eficacia ,  y  suave  per-* 


Mf4l 


.^auasion  del  egemplo ,  y  con  la  nciudad  queda 
^  la  costumbre* 

El  miedo  de  errar  en  la  elección  de  las 

primeras  octqiaciones  de  la  juventud ,  le  obli« 

.  ¿a  i  comparar  entre  sí  5  y  unos  con  otros» 

Ka  los 


76  ^  EspeSactílo  de  h  Tfatttrakxh. 
los  varios  métodos  que  hay  de  fimoaila.)  y 
acertar ,  y  luegp  pone  en  ejecución  aqod ,  qu^ 
con  evidencia  trabe  la  solidez  consigo. 


ADITAMENTO 

A. CERCA   DE  LA  EDUCACIÓN. 

'■  >  CONVERSACIÓN  QUINTA.  ^ 


COMO  las  ideas  puestas  á  prneba^yafiaa- 
zadas  cond  fttts  suceso,  soq  mucho,  oias 
fleguras^.que  tas  que  tienen  sotamenfle  á  sQ  ñH 
^ot  una  ■  apariencia  de  razón  ^  yule^aptitud  feo 
lugar  de  producir  aquí  mis  pensamientos  ácer« 
ca  de  la  primera  educación  y  pondré  solamen^ 
te  la  copia  de  uña  Carta  ^  en  que  un^Piklte  de 
£im¡lia ,  respetable  pos  sa  espíritu  de:^discre^ 
don  ^  y  ;disc^nimíentb  ^ei^neá  uñ  Acmgo  e{ 
plan  ,  que  siempre  tubo  á  la  vista  en  la  táad^ 
cion  de  sus  ti^os  y  y. que  se  logró  en  .ellos 
per&éiamisnlie*     sí  ^  ..;^ 


'■•  *  «* 


^ 


V 


CAR* 


77 


CARTA 

- 

DE  UN  PADRE  DE  FAMILIAS, 
.  .    acerca  de  la  primera  cultura 
:  delarazoft. 

,     •  '  '  •  •  I       I  ' 

•  •  *  •«      •  w  i  •  ^ 

ES  verdad ,  señor  ^  que  los  (diversos  cuida- 
dos ,  que  me  ha  costado,  hf  educddoo 
^mis  lujos  5  7  cfei' mis.  hijas- V'lopsitk  alguna 
.  -Tentim  ;  y  asi  me  hailp-iantonsBldQ  QOn  J^  exp 
feríeoda  y  para  podedc.dar  á  y^.^mda  irespu€9- 
*ta  que  me  pde.  Cou  todo  eso  ^  «i  no  Íe.dea- 
-  ^agrada ;  callaré  aqui  lo  que  pertenece  al.ca- 
irader  V  y  progresos,  particular^  de  mis  hijo% 
l^júBa  atender  uoícainefite.  á.aqtteUa:^  en  que 
V.  Mil» «a  interesa:;  esto  es  i á  los .  medios ,  ^ 
lúe  báa;paieddo^.ii)a8  proiirio8.;.y  asílospict- 
pondré  gqieralinepte  9  y  de  jmiibodQ.  el  xsm 
ab8ti]d^ído:déoiáei^8taMiaáL  :^' .. :.    é  ;.  r   j 
.       :  \   Vi)mei)cemd5  por  bircducacíon  de/1^  btr  u  cdacacioa 
^  ¿^  ^  que.  ae  coptí^i:  ^tt^máior  lextertaípfi  de  ^  ^^  ^^ 
^^;ercidoi  ^  y.  cooodiiiienloa  >  que  la  de  los  h^ 
.  jos.  Toda»  las  es|)édes.de.edticadop  que  be  d<a 
«-    ;ála8h4jaa^8e  pnedeo;redqcíf  i  4o9>  dEAttoai 
eo  que  ae  cim^otw  o»  qiMLlíEiglKO  iiai»yt«d!e 

bue-* 


*7^  Espe&aculo  de  la  Natur cueza. 
buena  crianza,  con  algunas  ligeras  ocupaciones, 
proprias  pwa  ayo*?  i  Ja Jipariencia ,  gracia ,  .y 
ademanes ,  sin  añadir  algún  trabajo  sólido.  La 
otra ,  en  que ,  sip^descuidar  del  exterior,  se  pro- 
cura ,  que  Ana  doQcelkLalcance  ^j^se  adorne  de 
conocimientos  práélicos ,  y  se  acostumbre  á  no 
creerse  felís,síno  qnando  se  halla sólidaméQtB 
ocupada. 

Si  se  quiere  seguir  el  primer  método,  que 
tiene  un  gran  numero  de  partidarios  ,  el  úni- 
co cuidado  será  agradar  por  medio  de  las  gra* 
das  aparentes,  y  del  gusto  que  causan  sus  mo- 
dales, y  admianes  cultos :  la  que  así  se  cria,  S9 
guardará  nray  biea  de  aplicarse  á  cosa  alguna» 
que  fktigue  la  cabeza ,  ni  canse  la  menor  mo« 
^lestia;  de  modo ,  que  por  con^guíente,  nada  im* 
^ide,  aun  levemente,  su  alegría,  su  viveza, gra- 
tiá,  y  garbo.  Entregada  de  este  modo  i  conde»* 
^nder  conr  la  delicadeza  de  su  comple^oQ,  y 
avenida  oiuy  bim  con  toda  ocasión  4e  aqiieUúB 
^^satiempos ,  que  autoriza  la  casttmbre,  pasa^ 
-rt  sus  (fia»  entre  ela^pdon^elnzo^yhsecbe 
%i  salM'á  andar  con  sus  pies ,  ni  tampoco  obrar 
con  sus  manos  i  sin  iá^'^  sin  imeres»e  ea 
^dsa^)  y  por  iiaa  conaequenda  necesaria,  sia 
•Ascemimieato  al^uncr ,  si  yá  oo  es  acerca  ^Ú0^ 
-vestido  i  ka  tnoda,  la  díveisioo ,  y  d  paseo. E> 
«biciif svéd  ,  y  «I  <»9nwntal  seráif  el  único  ^ 
«fljgOGíb  qw  traK^í  yuoda  la;  cukura  de  sa  V 
%B»DllU¿ift»2V.aii  CBDQOetá  pieno  tal  criaq- 

•-4  '  «i 


Carta  de  tánPadre  4é  famiUas.  7^ 
sa  9  por  la  indiferencia  con  que  n^ira  todo  lo 
curíoqp,  é  ÍDStri)¿lÍTó  y  y  por  él  anda  con  que 
9e  lleba  sus  ojos  lo  que  es  pura  bagatela.  La  vista 
solo  de  un  Librajinporiante  hará  que  se  enage* 
ne  de  él ;  y  ;uó  hombre ,  que  en  lugar  de  chocar- 
lear  ,  y  hablar  truhanerías  meras  y  radocína  al 
caso ,  y  habla  con  un  método  serio  ,  le  parece 
venido  del  otro  mundo.  Toda  su  vanidad  está 
puesta  en  no  faltar  al  arancel  del  cumplimien- 
to ,  y  i  los  ápices  de  la  ultima  moda:  (**)  pon- 
go por  egemplo  ajamas  bajará  un  escalón  ^  ni 
pasará  de  una  pieza  á  otra  sin  un  brazo  segu« 
fo  en  que  estrive ;  y  si  se  siente  con  bastante  va- 
lor para  arriesgarse  á  este  viage  porsí  sola,  será 
guando  no  hay  compañía  cpmt  la  asegure ,  y 
escolte  ;  pero  se  acoitlará  muy.bien  quando  hi 
bay  ,  de  que  caminar  sin  bracero  9  ó  ar  á  pie,  es 
acercarse  demasiado  á  aer  Aldeana.  Foco  á  po^ 
Co  se  vá  revistiendo  de  estas  ideas ,  h  de  cien 
otras  semejantes  á  ellas ,  y  del  mismo  modo 
unponastes  para  el  bien  cciÉun  :y  la  úknision 
de  la  menor  etiqueta  le  parece  la  mayor  ruina 
de  la  ras^n ,  al  tiempo  mismo  queiescucha  tran* 
quilan^sote  discursos  enteros ,  que  vuln^an  la 
vinu£^y  dá  aplausos  á  un  desafio  incompatH 

con  la  humanidad. 
^^   £1  gran  arte  de  agradar,  en  que  ha  visto 
^inculcar  tanto  continuadamente ,  le  robatodq 


fo  Eípé&aculó  4t  Ja  ^alw'ahaa^ 
ú  tiempo  j  y  llenan  toda  la  capacidad  át  $n  en^ 
teodímiento.  Asi  pasa  la  juventud  en  la  mayo9 
inutilidad  :  anda  de  diversión  en  diversioO| 
de  cortejo  en  cortejo:  siempre  ocupada  en 
su  figura  ,  cómica  verdadera  ,  que  no  tiene 
otra  ambición  sino  la  de  representar  2  jamás 
ésta  será  unamuger  natural ,  ni  juiciosa ,  ni  ca** 
paz  de  gobierno  alguno.  Sale  del  tocador  ^  deja 
el  espejo ,  la  compañía ,  y  el  juego  1  Su  entena 
dimiento  queda  embotado  ,  y  sus  manos  ett^ 
tumeddas :  ella  vive  9  en  fin ,  de  un  modo  9  que 
el  demasiado  reposo  ^  y  el  poco  egercido  en« 
crasan  los  humores,  atraben  mil  desazonesi 
y  por  consiguiente  achaques  ,  y.eo&nnedai' 
des :  y  finalmente  cien  especies  de  vápore% 
que  se  intentan  curar  con  medicinas ,  pero  sin 
efeéto  $  pues  ja  mayor  parte  de  estos  vapores  no 
son  otra  cosa ,  que  pensamientos  triste9  9  y  los 
femedíoSy.y  m^oinasno  se  bao  hecho  para 
carae  pensamientos,  .       . 

£1  fruto  infalible  de  tab  frivola  educación 
es  una  grande  debilidad  >  y  una  especie  de  es^ 
tupidez  f  de  que  no  obstante  ae  ven  curar  nüu^ 
chas  sefioras  ,  quando  accidentes  imp|evistoa  g 
lis  obligan  á  pensar ,  y  á  que  usen  de  lAa^né     . 
l^ientras  aguardamos  estas  instrucciones  ^  qu^tf^ 
h  amargura  hace.efícaces  algunas  veces ;  qué  sw 

podrá  esperar  de  una  cabera  llena  de  espeáacu*. 
los  9  de  romancea  9  y  maiumas  &lsas  ?  Si  esta  V 
miiger  tiene  corto  entendimiento  1  es  preciso 

qu9 


qqe  úrtcávadi  m  fÜBoA) rcotúmn^f  y  | 
íom  átíj^&ümdz  verg(Mi9Ósi ;  Ó  que  abra  s^ 
Ixxra  pna  hablar  b  qoe  oo  entiende  s¡tu>  con** 
Ibsamente^  j  qae  ío  exftíéa  aun  popr  que  to 
ooidbe.  SI  liene  btiea  ettehdnisecto  ,:6itÉ 
dftinfaéBe.adbriiadórccmaqiiftte  aóticm.qw 
fe  .ilsniHián  ^  jr  deliabeiie  piéTOnJ(k.x»níaq«& 
ttw  aftAos  que  le  vríeglááy  sgerdtafi'tQda:  la 
afiiiridaA  de  su^  eqpuñÉrjpQ  (|aabtüNi  anden/ cert 
Cá^«i:'per^iB^3?[estt>'dDq  t^nbknii^  ari0r>i 
j  pettgrn^*:7]oanmf  ^ejOBiiániBu:  oafniri'BKiitr 
cfail  'el:egefcioi69  y  qc^u^tQ»  la  ptopriedaJ  de 
lipodn,7  sktyíBS  lé  consiflíáa  mas  apta^iA 
Marido ^  ^MEie^tíeoa  ^JveoinQB:,  pirioitete  ^  jf 
fiflBlgos/:beáia  ahefeoadf  ipeáté  'jdi  dt^sto  flejsn 
critotfiy^déosua  dje^aqiiCB  (^  set^s^^fLdeíBeAol^ 
taalignidad^^  tíhdatafOiuY  qaé  sfíA  ^  ú  bsté 
áímiento  ddira ,  oeobatido ,  6  ánitaíoá 

?  '  Qyé  difereñda  tin  giaade  «ifisnxMDfCBkt 
ra£tariaipefnfanrv4  qqien)  n(r^?uire^  ^4  ac^ 
fficav  3^  '^t^  ^ma v^eay ^tíiá  quat  aoon'Itast 
ta  petKvacatKli  y  ccurio  :saaii^^  chiriUi 
jttirtPábcathTOeiprp  um^altajidóa!  de  í^i  <BA 

4hDfalMena  ^e  qní:sUiidefl^iiaÍ9K  enogitdai^ 
miento  muy  mediano;  no  bay  duda^,  xfdeMid 
nor  'obÜanttv  catftmtgroi^fÉO'^  ycoailoadbeos 
d¿iseoBaraei^yájea>el  w^Mj/cyieiaém^ 

Ji  Tm.  XL  L  per- 


pertenezca  á  $u  pejssona  k  nairará  con  lionor* 
j^ro  vámoa  al  t^nnina  verdadero  de  la  edot 
cacion.  Esta  mir&á  pooer  á  una  jívcn  en  eat 
tído  de  poderse  gobernar  á  si  misma  ^  y  aun 
i  qike^*  ^hiérae  á  otrosí  algún  dia..  Para;  esto 
ea. necesario  ühprímir  en  sa  ébtenffimjebtb 
con  buenai  gracia^  \ con  alaria »  deatrezM^  ^ 
aob»  toda  con  oertiduinfafe)  de  moda^  qué 
XXX  "fncÜe^  uidode  i  pKÍDdpo&  qué  ia  mud** 
vanV^fat^uieni)^  jicá^Ioa  quatesL  pue^a: seguíri 
pk^c^btKidoaienfiD»  A:esi2e.|prímer;>gustQ(^^^  que 
tbberocxBig^  Id  que  e^  sólida^  y  vetdadb^ 
wo'j  na  se  dejará  de  <añddk  a^piel  egerdcio^ 
qu^  ddxL  ocup»  an&vmanoa^  y  que  la  ha? 
ce  uttt  ^  lar  ftfflllia  i  y  tal  vesi  á  la  aotíe*» 
^BBá^  iBbkdar  por  sí  misma,  ai  SGfo  un  tráfit^ 
j3faóDesto;peio  coser  para  loa  pobres  ea  titti 
obra  llena  de  noUeza  ^  y  dé  un  animo »  y 
corazón  grande..  No  nos  lisongeemos  ^  nide^ 
jtoior^^ng^dar^^toob  edflcackm  de  nu^Mroa 
ft|ba^yi^|k  h%ar.'de:propca]erie&  ocüpaciOT 
Bes  Ueoaa  de  esplendor,,  qiieraerá  pr¿c¡¡aabant 
dúnar;^  después  de^mucba  tfempor>  jjpsmfo^ 
dbdb,  para  botxer».  acam  nn]yjtaidfe»á^l%)iei 
ctúaneoterfaeceáatíQi^xhudteoflif  |)rlta  ^catoj 
qüertucuaae  segairilorbrülaittB.;^  si  acasaMiorf^ 
bíase^lt^ariL  '  ^^^n  .•  ;••«•'.• 'i    •••-íi^m^í 

JSÍQ  bay  niña  alguna,^  ^cugfO.eMsndidueckii    ^ 
tG(Fsea.tani  Jnnkado  ^,  «que  ino«'pn(c4&  •''fiKndes     ^ 


de  béchos-memorablM, gottaa  i  la  infeociá  ^.y 
la  ficUidadque  tieoQir  paiairpocoápooopo» 
«ic«i(W«s  en  orden ,  es  di  m^q  agradable,  y  s6» 
goro  0MdÍi>¿  al  mismo  4ieni()0<]ÍM  és  tamfaim 
daias  fwoatoftott  colocar  en  H«nifliMÍíni«i^ 
toma  ttiiiltkttd  de  ideas  ptorfdiotts  ,  ««  él 
aflta  de  kocioaes^  Este  egevdcio  ,  <^ndo  ci 
fionstaftte ,  la  «coatambiia  4  ^leasar  lefiaméate; 
yi  hablar  con  la  propriedad  mas  fifcilí  y  deli* 
€dta ,  aAebjb  de  tiotxliiiii^  6tfb '  bita  mayor. 
La  Rel%l(m,'<^es  ét  oifgén  de  latf  ñiixiaiás 
iuB  Iiimioosat ,  y-de  tai  eBfttrio^  mab  Brnes^ 
ae  aptendé  tüttoticañientd  9aaí  doupelta  joveói 
puede ,  «gtfk  estOj  i&qéifAr  ^eoMKdmfeob  de 
uña  ioftádad  dé^  tMtífM  r  que  lÁdiefí  conii-í 
go  mondidhd,di^miGdoÉi,'y'obetticlri  óoit 
áama  fiídKdad  la  Ctetida  que  \t  Baate,  reie^ 
■ieiido  solo4a  IdStbriá  d^  Eráogélio,  y  el  ei^ 
tilblMtmkat»  de  la  <Igle4a*  (ay^Ló-  qué  «ké 
étadáío  paedit  eotendsr  todtf^id  mKkPv  'j^ 
eabaite  á»  tÓB  efttendiitttemos  kK3tt  «nasdUK 
las,  que  pueden  introducir  en  ellos  todos  lar 
iMOiliieS»  jOfiitfe  fiscos  disputan  i  fastidian ,  y 
ttipQ#^  i  pél^fti.  •  Pefb  el  Bvá'ngeUa  agrap" 
dftjy  j^ropont  M^^tarñuí  mteiiiias,^  priiK 
dpjos  di  a}ftdttftai^  quihCQSc  son  tos  úasosqu» 
r^ere:  penque  el  hecho  es  siempire  intdig^ 
Me  I  y'  toaf  ^  ptopuifiDi,  qttt  it¿a  tetitoií  üán* 

-  ■  ■       "■-'>•  f'- 1  <  ■/C'l^^jíir)  íJ  ;'  ,  •%.!'■'  ^igbiK 


X*    librería 


guidá ,  y  d^  ,  para  hacer  ga«ir  el  bleü» 
que  es  necesario  Jiacer  ,  y.  para  hacer,  odioíi 
el  mal ,  que  es  preciso  huir,  fiste  es  verdadte 
nmemc  el  lulero  ^  qde  dá  iot^ligciiCJs^dc  ^ 
pequeños , ,  cotooi  ios  grandes»  Es»  «f  I«  t^ 
l^ca  universal :  pues  es  imporibie  teérlft  sin  adt 
quírir  mas  j)rop&rciop,  y  justicia  en  loí.  pcn? 
9amiem<»»<y  nM»<re^i|jid».  y  bondad,  «ft  ^ 
cDstiimbtiist  •-.  !  .  I-  t  .,  .'  -<  .  T •.'••••■  ■'  < 
.  .  Deheafr  a&adir¿á, .  la  ;b}atpó&  <te  loS  qoam 
Dya6getios,y  de!lapcedk:aci9i»j(%  fe»  Apo^ 
tt^e^  ^,el  Cathgcisnao  oqn  la  iostrucCiop  del 
éaiyxiCQ:  porqu!&l^'Pq$imi;Chrt$t»|pa.9eF«t 

tecssU  i  im  ^lei^A  ^iPiik>K>pl^ ,  á  Ja  der 
bleraiBos  solam^e^  4  mMa«n>  M^^^ » y  oc>  ila 
CKi^icacion  del  Pastor ,  encargado  de  la  eose^ 
fianza.  JPued^..  añadir  el.  Ó>tbedsino  dcji  Abad 
Fleuty ,  la  historia  del .  Antiglio .: TcstgmtwM» 
^del  Pueblo;,  de.  dIq»,  y.las  cc^iioabfefl 'de;10ii 
^rjsiiaaiMb  I^bii»  pequeño ,  qo»  Gp«tíeflí'4Í 
«qáritu,  y  la  üibataocM  de  la  HÍKÓria-  JBelf? 
vastica»  .     •..      .  i.t 

X  ,  Tal  es  la  (primera  Sibl«othei:a4e';niia49Q(( 
€^a  Joven.  Y  |y)drá  kh»fí»ú&  ,  y  :  iiíb(%!$»díft 
nuichoftaños  copsecutáv^p  i  hasta  fga/t  el  >p(0^  J 
lechó  sea  sensible )  y.  la  permita:  asfárará  at»»*^ 
g«oa  CQsamas»..    .  v         .....:..    i 

^  liDwpnQi  lúf^i  «Ha  j»jnttf»iji  iy<;.óec^«iií 

ii|At|j^cion » á  la  qu^.iodo  debe  estar  subor- 
ilinado ,  la  aegnoda ,  0119  or^ioaiiameate  ^está 

4 


ékñ'd^sfmáadky  bo  phstBmtéMqúe  á  'mi  jv^ 
-tío  debe  en  ]f  edoeacíoa,  jiburáii  piaoucí^ 
ner  el  primer  lugar  después  de  la  Religpoki, 
^s^-safaeic  ontah  éon'rficifidBdy  91  etorífaSr  una 
««nn  4ton  pMmiiud: :tpu9  iii%3e^aii  éoñ^ct^ 
S8S  ao  se  {^uede^  cspcráf  de  una  pencMsa  jp^ 
!weú  9  sea  en  el  vietíro  ybm  co  .el  matrimonia, 
9¡.  la  einpRaa  :dis  algnn  igoiiiessa en:  la .  qm^ ;Íe 
fqtteoezc^VBic  la^.  coaaerTa^kM  ¿afe.;  lin  rard^ 
anegladow  ..;  •  1  '^a\  .  :nvá 

Ibdoa.  púBÍbsn  saber  ^tar :  los  eotendi-^ 
-Biientos  maa. tnr^ ^.6 los mas; ümitadíoaá  GOe^ 
«B  ^  y  materna  ^deíér inioadwv  >  aftebdrn  t  imlg 
•bien  esta^cinieia  9.  y  ¿lireceri  alihliílc(jpfei;iia  lija 
«éntendímieBtbSímas  -si^iímirs^con  :Md,^ii^la 
-^jefciten  con  fieequenciir.  Tü¿  idepi^íde  a^ 
4e;la  '¡paciencia)>.>  la4^1  eoircoa^ppr  fíossomn^ 

^«  ifacbosmíBid$l)fl*eaii^lcpiéiiaMio  pBiaM% 
mm<jp9tOy:útajúíBG^afmM  tmvéraoi^yi  aar 
ttettude^  entyiMÜmifmttK^  itegoe  áipader  c|h 
-Cfibir  boa  tafia  -cm  nn  pnea^^  gv^^  ^ iiif^ 
a|i]lafida¿«^íLa.Oidio^  paftp» 

«•K  «l^alnigaas'.n^a?^  pfiMipdatti3ieiai£^ 
cesa 9  pKfeel  conorimiemó'.'deinraclfea^fe^eA^ 
y  eircepciones  solo  para  escuAsr  coi^eAamenf- 
te  9  y  con  *  la  puntuncioa .  necessriau :  Tenta-^ 
d>  esmbarft  creer -^  ^Ejat ina  ^laBCiaik  saber ;i 
lando  k.  GfaaatatkardErtqaalquíeiBí  Jengna  .^n^ 

ae  Inbia^  ^stadto^tiea^iccg-jwia.  Ift^iofinñn 


*y  gdei  caá  aiogimó  ^^etSsqctomfáf^ 
^f  dedr^  Jo»  árroyads^^ üoai  hasckí  á  tOf 

(fjbis^i' ^ 'i  **.  --^  '''•♦/  ^  "í '  '*  '''-í  í  i'-  ' 
í  :!i:  WfGbla  t^aagteifxfifiíailttA  á^wctíbU  o» 
•feCtaiáei]ce^3esi  la  qneiCJQbefikapsi^c  ia  mta^ 
^on  pant  pracora'  los  medios  db  que  mu  as* 
tfibrica  logie  ^ste  importante  sobiirro  ^  que  k 
iiioiBtitiiyecD'eatacbde.iio  d^arae  .engañar  ^ly 
ádé^aenir  á  Jm  omqss  ügunoáol  wofjpn.  ckgof 
bernarlos  bien.  u 

-í.  ^  >M'piittcipio  dfaaervfeae  ciiUbdoaataieiite  la 
HMüáiaá^  de  que  no  ofcawte  ^le  ttoga  la  aer» 
^[kdtaifbdal;  ^capadéd 
adkx  casi'lpfidiUe  {Mura  bacerta^perenm  eo:  Ü* 
léiftifi  ^y^aon'xaai  tidKula'CD^  Id  -qué  cscii* 
ilia^  eid^T  'de  «tlfais  y.  ana  reixoiiienídarla  aor 
la—ffwe^  v|Qe«a  loa  Isíllstei^ed  'papelea.de'pilr 
camoata,  que  ae  la  encarguea-^  .manififeate 
jBMebD]  eiasQdiipiqMul&jfar  «u  coit]|rii1icioa 
tne  pfnpsooit  ^nai  eoBj^íseat  ^  jeocari^iidobl  >*qus 
iM  baga  'la:  oaeiior  ptteniiacáítoiie.aoi^eiiieaí^ 
•dimleiico,  y  haceiia  entender  ^  qoe  ae  deaagf» 
^ ^  1  propordon  de .  loa.  isafiier^t^s.  ^  qoe  ae 
ireoofaoceo  \  en  uoá^  cartas  para  mostrar  %Ag» 
4eza5y  luces  en  ella  :  que  una  carm  es  ia 
4fmgen')6  d  subatítuto  detina  oonvqrsadoi^ 
«y que  asi  es  predao  escribqr  llaa  peíaopaa 
ausentes  del  vmi^nio  moáf^  que  ae  habla  á  iáa 
{veaentes;  coocar  una  noticia ,  como  aé  cto^ 
tám  na»A Qomrpmídkm  Jkxjo^  ima 

4 


que  le  hKpin  bfidto$y*á  <di8ctr^eirfiiri.9Ío.a(»« 
latD)  ni  altos  jdisGiixaos^síoaicaDta  ffaio.pec«^ 
{eAa>  senciUéE  » lo  ique.teega  ^le  decín. 

No  »  gMtt-pam»  tu  a&  ^cegiembía  la  ki« 
fimcia  á  aér  jiaiasal^  y*  á  coaientaÑ&.  ooo.  loft 
dÍ8eogs«.ipa>jCognines>.  A¿  »  alieiitÉ»  y:  í(»t 
DocededtarendiáV^qu^iM^  e&  negotib  ar^ 
doo^  eBK3)írnDa  canat  jd^: tiene:  rtpulsa^^ 
tachas» 6  notas^  que  sufrir^ toda*  la  cnficía.tit^ 
eiésohir  al^tal»  .feltMi  d¿:-Offtbogr4^  ^  j 
eaia  adveiádicia^iiLtiafae/peaatato  i.  JHk>eft 

Eb  las  cartar,.  yá  aea»  atcettnss^  ó  jt 
4de  uMst  inpQakJbo^y  1  egcfockf  ^  la.  lefionr 

te^á  lid  A(buris6riMbrvy  »  N ^ník^ j^pSám^ 
al  Giaa]kÍc^^ae:aM»sta¡ieíoApf^^ 
qoe  ae  tdUérccwieiiter^.'piifQ'  k  y  4iB^  «giMk 
éo  fiatmt  nbdoíjéít  liáUar[(  {pi»;,  ^  mbi9^ 
p»  nadaijÉKrfilaiiaifoíafiielíe^^ 

aude^qpift  fecM^e^^señJiúr^Iiues*  ae  %  «pbisih 

y  al  DaiaBcÉ»  iiaigpoüaai«|»4^iiyeMiJiaceim 

fúe(>€a8»dfefbb|jír¡UkÉilte  fekreviB^ 

láiBá.]a  pnsbiicSoib.  ' :  .><'   ^"^  .->'  '^  ^ 

ypíeidetodo  au  mérito  ^  ai  no  ea  ,amwnMlM> 


ítítMtúti  bwqoese^  pués^ia  nammüdid  ^ 
]^69s  00*  cafBo  f^gttlÁriyiicU  á  tai  pibm^ 
Ea  agadeza*^  y  elevados  peoBamiereros  Veodnía 
después^  si  ei  fimdo  b^di  de  siiyo  ;  y  como 
quiera ,  stempre  áarit  Ib  que  i)aBia  parsi  afcudír 
i  Ea  necesicbd :  y  aftado  ^  x]|beffii»  dosei  dárd 
ffodcv;  de  la  disereci6o/,.^aB*:  jpviadpaiaaeiiie 
eoQ  el  lenguage  mas  sípiple'^  y  :qué^  acerca 
maiá  la  dulzura  natural  ide  «la  cawreraachm 

X  f  fUraí  impoáértí  inui:  ÜeteriQíIíi  4b'  í^c» 
i^diiCQ  afí¿8  ^  :tti:*qstadaíidr  tm&ittíüá  na» 
turalmente  como  habla  ^  hay  ua  medk^,  4^ 
áip  <atf«ró'  i  deair ,  qcK,:ea  infóliUé  ^  y  es, 
<ionáariar.rre(]MflteRieDte^OQ'  cño  de  Fiii8a»ríi^ 
qpKÍ  la9aKá%a'v  y  ^mpcfbnrlaTen  qtíe^.  ibm» 
WB»íé'-  pepita  )'()afa  escfftftrle  iciego^  ddbnÉoé» 
4Úé  l)einoft  dicho.  Por  Yéntura  la  causaba  eni<* 
i»ra2o  v^empi^ndo  por  la.  oompOfltími  d^ 
cams^f ^  ear q«e  tiecetiiá  aÍKrar  4e  salioabeaa  (4 
di^'fMs*/  pioptíosi  ¿al6fati)rriar:::uniD»bdR  puK^ 
«ts^  y*lat  trmfisicfeiMr  nittic^^  ijuftadm 
fcib  nqui  fiada  hay  ^le  pens&r  ;  )elf:bedio  «t 
«nciiloi,  y  ads  Jie  buelfe  ád  ^  iiiiiinQ%aiikU| 
^ue  le  rebifaidy  .con-  qaer  >  m  queia  síudí  uq  ^um  J 
tbu]UÍ4lár^para)esGribiritíiQiiflbdb  yá^soidiíi 
con  alguna  ligereza  lo  que  ae^  le  ha  contado^ 
ttp será  ta^ibin  Acilelnesciibir  un  IfiMcy  d 
fttpel;  oiiyo'coacenidoaefebdNrádicbo  uui 


•-  -Bafii  fortificad  eti  a^me  «tjpí  pririQípÍQp^ 
y  unir  la  OrtbognphU^ ,  i  fos  oli^tos  o^s  orr 

9:circoQl<laacjone^  ^^JM.4ktJC)lw|:H»*«;:$9 

^  9ie:escríba  frequeq^egieiite  qinas  verdad?? 
fas  y  6  im3giQ9ríds  á  personas .  conocidas  ^  y  ^ 

cerca  de  cosas ,  (niya$id^.so9G)ari^^4i^gr 
l9liQiKe)8iaipIe^  i  y  "^l^o^  ^nit^res  á  la  per* 
aoioa  joven ,  que  «scríbe.^  Pe  esta  matiera  pres- 
to sstá  uo  m^ro  juego  para  ella  jel  escribir 
i  cerca  de  lo  quq  Jtqppi^t^ ,  y  ai|n  el  deseoír 
J^arasarsls  fyülm^^  t  y,  ^U  hm»  ff^Cf^  d(r 
«Igrtnos  eocaiilQS  ,;50flwjy,,gí«vs8  j/qneje  1? 
«quíeraD  hacer  .:*y  lasenpr^^:  «e;  regocijara  de 
-¥tf ,  que  es  utü  su  habiMd^d  i  aquellos  ^  que 
«n  la  casa  no  sab^ntesgpiWr.  ,Q)iando  yAelpa*- 
die  misnjo  quieni  egercifaria  ¿y^ppf  á:  íóg^ 

áú  oifB  necesidad  ,  que' decirla  su  pensamieo» 
to;  dígame  V.in.  le  ruegps  quál  de  los'do§^ 
<el  padre  ^  ó  ia  bya  ^  ^tíría  en  su  ooiafEQQ 
l^acer  mas  afeétuoso ,  y  mas  vivo  ?  La  qi:^t|fm 

L     toy  por.el  liadie.  u^  Ir 

Acaso  CQP  .una  facilidad  grande  d^  e^rir 
liir,se  hallará  todavía  falta  la  Orthographia 
eu  ésta »  ó  en  la  otra  cosa ;  pero  la  joven  don^ 
CAh  podrá  hacer  ^portable  «  y  aun  pruxítniiJá 
la  exaíftitud  y  lo  que  escriba  ,  copiando  mti« 
Tam.  JZ  M  Chat 


$0  EíféSlacuk  á¿h  N&t^Mem^^ 
chas  veces  las  inflexiones  de  tos  tiempos,  jf  per- 
sonas ,  que  forman  lo  que  llamamos  conjugación 
f¡e¿  decios  verbos ,  vátíenáofie  de'unl)uen  Arte,  6 
Gramática Ostelftana^f^To  yo  no  quinera  quo^ 
brarle  demasiado  la  óiibe^a  con' una 'l^rga  éxpH^ 
cacion  de  las  reglas  de  la  Lengua,  que  acMpez- 
Ceden  su  inteligencia ,  ó  disgustarla ,  y  causarle 
liastto  á'  cerca  detoda  le£turá«  <  ^ 

'  -,  llo^tie  acabamos*  de  decir  ,  será  acato  h 
|)arfe  de  lias  tíencias ,  que  k  toque  á  nues- 
tra joven  señorita :  la  qual  encontrará  en  lo  que 
^be  de  su  Reli^on  ,  en  la  predicación  ordi* 
'müíütáá  EWángéliá  ,y  en  algunos  Libros  bue- 
«líos^i^nie  ^titSUdad.  conocida  ,bá2»atites  luces 
'para'  gobernarse :  en  sli  Escritura ,  (**)  y  en  su 
Arithmetiea  hallará  suficientes  medios  pafira.  est»- 
i>Iecer  d  bued  orden  éií  su  casa ,  para  ocasión 
'nar  alegria ,  y  de^ñto  á  su  marido  ^  pera  co^ 
^itíiíerlbt  porte  de  sus  domesticas  y  y  lafideUddd 
'te  sus  Renteros  ,  6 '  Admin¿tradores ;  etir  una 
palabra ,  para  condiiarse  aquel  respetoso  temof) 
v^  iráhef  consigo  la  vigÜatacla ,  y  un  aneglado  ¡ 
¿)biernol  '  •  ^  -  ;       I 

*^"'  ^  la  séSfikitá^^tubler&singular  eotJed(men^ 
to ,  el  qual  no  es  justo  confundir   cotí   ijnh    J 
cierta  viveza  y  que  es  muchas  veces  fuera  de 


I » 


¿  <**)  El  parecer  <ie  aqae|I«f«  que  lienten  •  que   las  mareret  no 
aprendan  a  escribir  >' ni  otrtr letras »  ea  absolntatnente  fuera   «é 
.  moo  ,  y  Jai  que  alegan' por  csca  ^arte  ,  carecen  de  foda  eficacia 
por  mas  que  esté  por  ellas  la  apanentu. 


CkrtatktínPadteéefandHas.        91 
2CÍx»sQi,  y  sta  eiítensíon  de.  inteUgentía  ^  ni 
jpmienRKdon:  alguivi ;  oofiODcei  Ja  necesidad  de 
iocapar  su  proótittid  natural  9  es   tanto  m^ 
yor  ^  qaanto  falta  de  an.{>asto  sufideate » y  e^ 
cogida,  paede:dar  en  los  ma^peUgraias  tropie* 
-0O&  PotiOtra  parte  9  (jomo  se^  áJa  y^^^^i^'^o^ 
Quista  mi^grand^  consB^iktt^vqtie^uiii0tittnp 
idimieDia  muy  Balitado  adquiera  pw  medio  de 
bcdtuf^^l  capacidid),':qu¿  icitiíffTpeisona 
|a  ^fa^is&lida^  yide^deseinpefei,  jbs^  para  el 
fttdjf^  <denqa  fl9ti^0QÍDi»»U|f>'gt»idb¡#/mr  te 
Jriaa'ifelkbtuibpó»^     rea;^ujlQJa  i  iíabec- 
I»  h^cfaDiCretor  v  >y  Ud)^  á  ripobno  aoh  la 
fi&isñfm  <ét  tKhipacfiooes .  de  .mucha  utilidad, 
^  jeflOainMii !  ]b«  <]g^ii]9s,;taJento8  de;  un  ofc- 
ifio'fiaéekñ'.  Uqgae.ájsetiéi'amparo  de  toda  ixüa  * 
itoíli9$i4b9aiiuna.ihi^;d^  ex^        espítiti^ 
y  capacidad,  podrá  ser  su  recreo ,  y^u  coi%* 
«idow  liifytuÉilmiente^  y  sip  aftifícíQ  ,  uaa  se- 
AfHíta;  .entendida  atrah^üsí  i  la  f^Ua^cjl 
Jos  Aoiigoa  y\f  ¿.  los. JBnomg^rosr  yn/rpKrp 
iienBoao  ite  U«ba  las .primem  «teridones:  :V  pe- 
to poco  i  poCo  verá  V.m.  que  casi  se  «tror 
{ttU4f  todos;  poir  irse  :i?sentar  al  nededpr  de 
aquella ,  :«Q..i|pieo!adinii!an  !oti  Juicio  taa  di%- 
cretq ,  coitaocéUdQ.  Uua^aeooríta  ^Aw!»r.9^ 
fiora ,  que  time  adrfentei^idiidDtu.hiwJM 
do ,  y  que  se  explica  con  propriedad ,  es  el 
lazo,  que  une  toda  la/armUa.,np  solamen- 
te porque  es  sedentaria ,  sos«fgada  ,  y^  de  oná 
^^  Ma  coa- 


t  conversación  deliciosa  \  sino  'poniue  ea  todv 
ios  accidentes  i,  y  oegoeios. ,  que  aobrevienec!» 
los  consejos  acertados  .^  ti  espiritare,  paz  ^  y  U 
*dulce  persua»on  >  todo  cuela  de  sus  labios. 

Para  procurarle^  este  xatstélér  airahleV<]fK 
4b  Jmkálrespeüar  ^  y  ^ssr  buscada  de  todo^^  em^ 
-feaarémos  bfKri^odola  componer.:  themas:  latt^ 
'iio6  •  por  lespacioi  d^  m  uchds  áñosr  seguidos?  La 
KTondtiifiréiDoa  desloe  jA  Latín  á  la  Meta(.  faysicái 
Jó  iliof  p«Dt?lcnia^eiáXjtt3Qii][ei^siáal^e?(^ 
^b»n«le¿io6r  3p(9?C8te'ioedoí3fir€pararb  ^^ptifi 
^ué'S¿  inttcdlu«raa3  kddSciqtiiot&faiíaidelM 
^li^tUones*;  práicí^MbUe*  todas  laaxaoéS'^'  ¡6  «fi 
Jas  dáiusas:myiterá>sa8Lde  los  Planetfas  fnóf»,  tt 
-ácefoan.ina5vy  náa^y  taegosesepaioQ^loiiincv 
ide  «los  otro¿  en  vados^immáiso^  ^  sáobUKicM^ 
iTodé  oiroti  cuerpos  9  que  los  ánipeiiiq  ^Üd^liÉ 
«eparen?  .    '    '    -  -  '-•-  ,í  •.■-i'.^'::/  -; 

*  ^Una  séfioirita  podiia  adquirk  todos '4»^ 
itos  cÓÉodniíieDios ,  si  estos  sOct  :co0Ocittl8»> 
<tú&  i"  y  quedarse  con  todo  eso  en.  )asmá  pfoL 
-ftitidak  tinieblas :  y  ^corría  riiesgó  de  v  orest  'M 
-m  iBZOn  capaz  de  bastarse  ás<  npisma  ^' autíw 
que  iba  realmente  caminando  de  obsSírid^fj 
-th^dbscuridad.  'El  •  menor  mal  para  «ata  aefld^ 
lita  sería  no  encontrar  allí  cosa  algüta^  ^  ^ue 
ik  lücieie  mas  fdtÍ2  ^  ni  mas  capaz  de-  con^ 

*(^*)  traca  de  Ifl  déteriniitác¡oti.'¿  ígaaUclones  ^e  las  llutkt  cur- 
hit^f  y  ñt  i^  salidos,  ^u€  s«  engf i|^r|ui  de  €|Uv  Ckifl*  Vvol%) 
Slem.  ñíacrli^  t.S.p.  i".  !(€•  li.'Cap- ^«^       ""       '   *    *  '     a  * 


i     '1 


Offa  /k'vn  V^^  ^^fanHUarí,  ^ 
iri1>iitKá  b  felicidad  de  (k^ottQ&^P^doner 
nosla » pues ^  una apUcappniiatígtísa,, que po* 
toríamente ,  y  después  de  egi^mplos  reiterados 
muchas  veces ,  sabemos  que  no  la  puede  con- 
ducir á  cosa  alguna  9  que  s^  sólida  ^  y  propria 
^ra  peifecdúoar  d  natural  &1Í2^)  que  Dioy 
-fadió.  • 

Exceptúenlos. de  la  condenación  de  los  ea# 
tndíos  penosos  ,  la  del  latin  de  buenos  Autores» 
-y  de  las  preces  .dp  la  I^sía »  que  pueden  eo 
.ciertas  circunstaacias  y  y  estados  venir  á  ser  el 
mantedinDÓento  del  espirítu^y  de  mucha  práéU?» 
ca«  Si  este  idioma  le  fuere  necesario ,  conven- 
dria^  para  que  le  supiese ,  qué  se  tomase  et  mer 
.dio  9  qw  ya  toiñé »  y  que  he  viyo  pro))ar  fuur 
icfaasrvcsxs.  (Quaodo  haÜémm  de  bs.  estudíqs^  de 
dos  niííosysecár  tírnjpo  m^  opc^rtuuo  para  der 
-dr  lo  que  siento  eo  c?te  punip.. .  .  ^ 

El  fin  d^  lai  Idees ,  que  se  procurap^ 

-boa  sefiorim  de  buen  etittiñdimi^.tp ,  es  Jl^r 

f caria  sóUda  ^  áa  disminuir  sii  toatural  fiapde^ 

la  alegria:  ip ws  se  ¿^be  igUakaeuie  aciio^io^, 

y  Iniir  üo  modo  de  aiarla ,  que  U  hiciera 

-  nefa^G^^ca^íattfBtable  ^  .y  rustica  9  qw  el  qqe 

b  hiciera  vana  y  y  ligenu  Yo  no  conozcp 

*6Í00  jw  Igedúp  (de  léatudío* ,  que  .reúna ;  todos 

los  l»enes?  i^y  Yeniagas  verdaderamente  apeto- 

cibl^r'^  qué  traiga  consigoelreselodeiiiF- 

'  conveniente  alguna  Este  estudio  solo  es  (UH 

dei.  preoedetite ,  qncarvió  4p  prime- 


o  ]i;>4 iKf 'iv*  -  iBti«^« ^^*(-4 «I 


• 


^4      Espe&aciJ^HkU}^¡itkiré9h^ 
tS  cuitara  al  em^c^iedtá  dé  'fe  ^ «uÉMcil 
Tódñvh  e&  historia ;  pero  ttm  éxteíi$9 1  y  me- 
jor desmenuzada»  No  hay  que  ar-redrarae  con 
b1  nombre  de  estudio.  La  historia  es  una  ftieoce 
^erenae.de  gusto 9  que  ciecdJt  medida  que  se 
«defacHá/en   ella:  nO  es 'estíidid^  seco^  insír 
pido  9  y  descarnado  ,  sino  solamente  en  loí 
comperklíGis ;  pero  para^  evitar  la*  prol^idad, 
i  como  se  debe  evitar  la  brdvjedad  demasiada, 
^es  tfeottarto  nd  desciüdarse-cy  seguntel.mQH 
^o  cotí  que  se  arregle  este  agradable  estudio^ 
-83  puede  faoílmeQte  conseguir ,  que  la  seíki- 
Tira  aprenda  i  fondo  la  Religión  j  y  también 
ií  desembolver  ,  y  penetrar  el  corazón  hum»- 
lío  i  que  $aqúe  ideas ,  sentimientos  >  y  liicés, 
qué  la  c<^sti^uyan  apta  para  todófaim:  qx 
'adorne  &u  entendimiento  ^,  y  su  coaversadob 
de  millares  de»  pasages ,  ra^os ,  y  casos  ú> 
'irlosos;  que  api^snda  á  habbr  >  y  á  ieícrihír 
iiHjy  puraniente  au  lengua  \  y  qvéeííMa^ 
tjuierd  eñ  todas  las  cosas  ua  4i3cernmiiaotD 
f'^iMto  dé  to  verdadero ,  y  un  ^faDñedíniea- 
« to  absot«ita4e  lo-  falso ,  de  lo  fiivob  ^  y  de 
-todo  aqd^fc^ )  que  exceda*  la»xii^¿á& Vki^ 

'fias.  •  •  •  '•*'   <>^^    .  •      :í    'i    c  í-i    .:    '.  /   :'    .í 

^ Este  estOijKo. tan  titil ilo  plde^ioorunjt»- 
-  co  de  tnétodo  ^  y  de  pérseveraqcía^  ^  rid  exl-* 
^  esfuerzos  grandes ,  ni'  retiro  sumo«,  Qmt>^ 
do  una  persona  joven  estulnere  yá  en  esta- 
do de  dar  cuenta  fiel  de  los.  .quJKco^^  6  as* 


Carta  de  ftíiPítdfeékfmiliaf.  9^ 
eó  pequeños  libros  ,  de  que  compusimos  la 
libreTÍa  primera^  de  su  in&nda ,  y  quando 
se  hailáfe  ya  ágil  ea  contar  t  y  en  escribir 
bien  una  carta  ^  con  la  costumbre  d<e  no  ne- 
cesitar mochos,  ipre^tdtiyos  para  este  asun^ 
f o  9  yá  es  tiempo  de  echar  los  dmiemos  de 
el  sólido  /y  agradable  edificio  de  la  histo- 
ria. 

Bftá  obra  consiste  en  hace»  v»  illa  jor  '0"!^^ 
ven  nifíayique   ^   educa  ^  una  serie   inte»*  i«w$tona. 
tesante  9  y  bien  utíida  de   todos  los  aconte* 
cimientos  memorares » y  de  las  mayoies  re« 
Ixiludones  y  que  se  han  visto  en  la  extensión 
•de  todos  los  siglos  pasados  y  dlesde  el  principa 
dd  Muódó ,  hasta   nuestros  dias  ,  uniendo  á 
€stü8  bccbds  la  inspección»  y  conocimiento^ 
de  los  lugares  en   que  sucedieron*  Y  esta  es  u%    ¿Ycnat 
aqui  propriamtíite  una  Geograpfáa  histórica,  ^^*'^^** 
^ya  primera  v^tf^a  es  no  Ip^cer  á  parte  i)o 
largo  estudio  de  todos  los  otfmhfes  de  los  lur 
gareS)  que  estando  casi  unidos  entre  sí  en 
un  mapa  >  causan  sumo  fiístidip  y  y  se  0I7- 
vidan^espues  con  mucha  fiícilidad  y  hahieo- 
dose  prendido  con  gran  trabajo.  Otra  vetn 
taja  ,  no  menor;  que  .ésta  ,  y  acaso  superior» 
inseparablemente  unida  á   este  método  y  es» 
que  la  vista  de  los  lugares  en  el  mapa  »  uni<- 
da  con  las  ctrcunstancíns  de  a^g^n  hecho  cur 
irloso  ,  afi^nzTy  y.  fortifica  la. íspep^siy, Ja 
de  louno  excita  laidéa  :<ij^  lo  otro. 

Pe- 


M[«<M[ti 


^é 


Jj 


96  Espe&éMíh déla ^títwaktiju  • 
Pero  los  Maf>as ,  ó  Cartas  Geographicas  están 
sujetas  á  ua  grande  inconveniente  ,  pues  tur- 
ban la  imaginacioa  con  una  coriáistoQ  de 
nombres,  y  de  objeios,  en'ck>nde  el  enten-* 
dimiénto  no  acierta  á  distinguid  el  lugar,  que 
iaélualmente  busca  ;  y  quando  yi  lé  llegó  á  des* 
Cubrir  entre  la  multitud » la  impresión  que  tía- 
ce ,  es  siempre  endeble ,  enflaquecida  coa  Ja 
viita'ide  «amos  c&mpañeróft ,  que*  Ik  debilitan. 
flüti  que  es  nédeaario  tener,  ó^d^aear expre* 
sámente  con  esta  mira  mapas  particulares,  para 
véc  en  cada' País  los  nombres ,  y  objetos  de  que 
se  trata  en  la  parte  de  la  historia  \  ^  que  süccesli 
'vamente  'se  vá  legando ,  sf itofoscar  el  eotendfr 
miento,  rii  la  Vista  con  una  immehsídád  detaooi* 
bres  estrangeros  |-  é  inútiles  para  elásuiítopie* 
senté*  . ' 

Enipefiíaráse ,  pues ,  esta  GeograpUq  histON 
irica  ,  mostrando  k  Tierra  desnuda  ,  de«itu^ 

■  » 

"da  de  todo  nombre ,  de  habitaciones ,  y  lo- 
gares ,  y  aun  también  de  quien  los  ocupe.  En 
la  incertidumbre  del  estado  en  que  estdx)  el 
"Mar  desde  el  principio ,  y  que  visiblemeate  ha 
mudado  de  parage  en  muchas  partes  de  ÜlkTier-^ 
'fa  ,  será  suficiente  figurar '  en  el  Gbbo  ,  h 
-en  el  Mapa  del  Mundo  él  Gk)lfo  Pérsico  ,  el 
curso  de  los  Rios  Tygre,  y  Eupbntes,  paní 
colocar  el  Paraíso  entre  el  punto  en  que  e»- 
tos  des^  Ríos  se  juntan  ;  y  et.  ptro^  en  que  áe 
desuneh  siís  aguas  ¿  para  desembocar  en'el  Qofc> 


Coffade  tí»  Paiiñe  dé  fañiiUas^      9  7 
fo  Pérsico,  el  uooácla  el  Qrieme,y  el  otro 
átía  el  Occidente  j  ftente  po*  frente  de  la  I^ 
deliB  Parlas.  fil"«>it>de^AráUa ,,. te  peflasidé 
Catif,  lo9  nombf it  ds  Jos  Rfos  ,  y  PueUof^t 
que  después  habíiaron  sus  riberas^  y  otras  dí-^ 
versas  sefiales ,  que  nos  dá  Moysés  «  fijan  lar 
ÜDiag^nacion ,  y  nos  ayudan  ¿  balhr  de  eati^ 
manera  aquéUa.viiica  áiienfie  ,  qiie.  saUaenjef . 
higar  de  delicias ,  y  deanes  á  conocer  las  qua-* . 
tto  madres,  que  fuera  yá  del  fiaran ,  tomaba . 
cada  qoal  su  nombre»    .  .  j 

Desde  Adám  hasta  elDiín^iQlioliay  acOOfii 
Wdmientosiáetewiinttdosáitugac  aigaoa  Des- 
pués deesni  segunda^,  y  oieáiorable  EpOcír^j 
la  Tierra  se  muda.  Puédese  repceseotar  coa« 
sus  quaCfoOontíaentes,  con  sus  Mates  jdter*. 
nos, y  exteriv», am corta difefonda;Qeald£ 
oy  loa  vémo»  ;  pues  todos  ..quantoa  naoon«i 
memos  nos  quedan ,  aud  de  k./tnaa  ;rm0tai 
ant^aedad  ,  conspira  en  wio,  parji  0Éam«» 
ftsfaioos  después  del  Diluvio  los  .masmoa  Mar*: 
tea, los  iitisaioa^oa,i6s  mlsBat»  Mouias,,  y; 
loa Busmos Ciontiiietites. En  eata  aqgund^ Tier-«: 
ta ,  óJblaniente.en  la  parte  de  Asta,  será  su-  ' 
fldeme  colocar  en  el  nacimiento  del  Tygre 
loa  montes  Gordios,  en  que  se  detuvo  el  Accarj 
loa  campos  de  Sencnár ,  ^  pbnoa  de  r  Afest^^ 
potamia,^eiitw^iel  Tygóe;,  y.  dl.£aphr4teb^  jT, 
h  t^rre  de  Babel ,  que  los  descendientes  de 
N06  constituyafoaen^^una  Ijánauní  ^  paca  set 
TonuXU  N  via-i 


98       EspeSlaíulo  ík  lü  l^aturOlesfo^ 
▼tsta  de  lejos  y  y  para  qae  les  sirviere  de  se* 
nal,  (a)  de  uoioii ,  y  de  acogiaúefitP »  aegua . 
el  designio  que,  teáiaik  de  na.  sefiar^ní!  ir*  i  pe- 
sar de  la  iiecesidad  eo  que  cttabao  detesten- 
deise  por  el   Moodo  y  para  ser  proveidoi  de 
mantemmieotos*  El  tercer  mapa  llamará  la 
.dispersiM  ^  y  manifestará  la  ¿milla  de  Sexo  ea 
Asia,  la  de  Japhet  en  Europa^  y  al  Norte  del 
Asía  I  desde  donde  se  estiehde  en  America:  por 
la  Tartaria,  y  por  la. Tierra  verde ;  y  en  fin ,  la- 
de  Cham ,  propagada  desde  el  Cbuaistán ,  háa« 
ta  el  centib  de  Afiicá.. ; 

^    En  los  mapas  sigiaidnteias  aplicará  á  des*, 
cribir  clara ,  y  casi¿  uoicaniente  la  tístcaSa  lo- 
cal del  Pueblo  de  Dios,  desde  Abrafaam  hasta 
la  muía  de  Jemaalém  por    Vespasiana    Los 
Baíaeí  c¡rcimiNrcino9  no  deben  repreaoocaise  ea 
esta  especie  de'Cartas,;siiia  eo  quao^o  ae  ne^ 
cesiteti'  para  fijai)  los  limites  de.cada.reaideiv»; 
ciá;  "Aquí  ae  verán ,  {mes,  i.^  Ia)s,  vSa^  que; 
faf20  Abraiem^  2/^  La  situación  dé  «loa  Pue* 
hlos^tfot  deaotenden  rdéélylaaiaalíias^í  Idart 
neos',  tiraelte ,  MacOanitas^  &c« .  ^"^  Lo&iriarl 
*gea  de  Moysásy  y  de  Josaé.  ^°  £1  r^írtín 
miento  de  la  Tierra  <  pronletida ,  y  la  sicoacioa^ 
délas  Tribos.  f*""  Las  conqúistaa . de  David.) 
&.e  Los  viagesr  del»  Flotas  de  Salomón  ^  y: 
Jvsapfaat.  7^"^  JLa>  divisíon/d&^Jos  ;Bayiite  ,á^^ 

t  <a)  Sbem  üy\fiz  sígnum  Gm..  1 1**  ^4        < 


Carta  de  un  Vadre  de  familias^  99 
Judi,y  de  Israel.  8.'  La  ruina  del  d6  Sama-* 
lia  por  las  conquistas  de  los  Asyrios.  9^  La 
captividad  de  lus  Jucbos  en  Babylonia ,  7  su 
resdtndoQ  en  tiempo  de  Cyro.  xo."^  Las 
Colonias  de  los  Judíos,  ii.^  Su  dispersión^ 
sus  expulsiones  p«teriores ,  y  diversos  paragA 
de  su  resMencia ,  hasta  el  tiempo,  en  que  dé- 
4iíeodD  caoocer  á  )ni  Libertador ,  le  desedis^ 
ítoq» 

Md  dejará  de  ser  4]til  juntar  ioaeparablemea-  um  M*«ie. 
.terá(fai9  J^tnlieehosmaS'C&tKiguidos;  per6  auM^iegU. 
«unque  eito  16  juz^  1  convenirte ,  estoy  le^ 
jos  de  peflsar,  que  k>  sea  d  embarazar  el  ^1^ 
tencfimiemo  de  una  señorita  con  ias  reyertas^ 
y  arduídades  de  la  Chipodogia  antigiuu  Ape^ 
nas  los  Sabkii  debefbn  oo^Nnie'  en  eMaa  mu>- 
diotlempa  Bl'Bs^atu  Santo  ^  i^ué  puso  en 
orden  los  acomecimieútoa  de  su  Pueblo  9  por 
medio  de  las  datas  ,  no  juzgó  á  propo^to 
sacisfikcer  la  ^^^lidad  de  nuestras  precisíenésl 
Nos  enseña  que  tal  Patriarca  >  tal ,  y  tal  Pei^ 
iODs^  cékbre,  vifió,  y  foyoó  6a  9&dri »  ef 
otro  Id,  éste  70, aquel  lao,  pero  no  dice 
si  fMbn  60  años,  y  ocho  días,  si  599  y  ^ 
aemanas,  SÍ90  a&06,y  6.  meses. Todas  las 
adidoaes ,  que  puestas  sus  datas,  una  imme^ 
diata  á  otra ,  sin  interrupción ,  vienen  por  fía 
á  juntar  muchos  años  con  el  total  de  la  isuma. 
principal ,  introducen  por  este  medio  una  in- 
certidnmbit  laL  en  estas  Chtpoolo^  arbitra^ 

Ka  riaS| 


'i<x>     Espedlacuhdela  NaturaleiSií. 
ñas  9  y  añadidas  al  Texto ,  que  las  hace  inutiíéSy 
h  interiDioablés.  Pero  las  datas  síd  disputa^  a&e 
den  ordeo ,  yftjan  la  memoria. 

Otro  medio  para  facilitar  la  memoria  de 
,Ios  tiempos  9  seria  tomar  el  nacimiento  del  SaV 
.vador  por  un  punto ,  ó  época  comün  |de  que  \ 
comentasen  todas  las  enumeracioiües.  Desuei^ 
>te  y  que  como  nosotros  contamos  deide  el  na^ 
cimiento  de  Jesu-Christo  todos  los  acaedmle» 
tos  poiteri«es  á  él  /  se  crataten  tamhíen  los 
precedentes  pordl.numeflD^^a&xf^  qna.distaii 
de  su  venida;  y  así,  entibar  de: collta^4dvia^ 
^  de  Abrahan  eo  tal  afío'  del  Mundo ,  d  del 
periodo  Jultaoo,  lo  qual, ¿  e&  fncietto, 6  de 
jina  erudtcjpn  muy  siiperÍBua,  gustaría  yo  mas 
que  9e  duew  ^Jhfií  .yocacioo  de.  Aimhtt^  suc&f 
(^  CQsa  df^  X  9.t»glo&  antes  del  aacimieiito  dtí 
Salvador:  porque^este  cálculo  es  con  corta  dt* 
jferenda  ci«rto,  y  excka  una  idea  mas  &cil  pa>t 
pL  ^ordar^^  bacieoda á  Jesu-Cluristo  el  cen? 

!•  ^Dospue^^díi^ate  priméf.disefk>delah¡s(o« 
fiasa^ta,  hecho  con  algún  cuidado «  se  trata* 
fá  también  la  historia  proiaqa  ,  r^iesenando 
(tf  un  mapa  de  la .  antigua  Asia  los  dilatadoa 
Reyoop  de  Iqs  Asáríos  ,  de  los.Medos  ;  det 
lUbylonia  5  y  de.  Persia  t  íúxí  olvi(|ar  á  lo  lar-^ 
go  del  Meifitprraneo  >  y  en.su  circuito  las  priíi-^ 
cipales  Colonias  de  los  Phenicios.  Se  sefiAlará? 

COA  puDtos  el  yjageá  Car^  >  d  AndahttkJ 


Ckrtá  de  un  VaSre  3e  famUds.     lot 
3^1  pqr  d  Mar  Mediterráneo  9  yá  por  el  Mat 
Rojo^én  cuya  cesta  teniaá,  para  idejafi^n^r 
JxJver  á  tomar  sus  géneros  ^  un  Puerto^  ó'Es* 

:  -Cala  de  donde  tomaban  la  derrota  para  Es^ 
•paña  9  y  de  aquí  navegaban  ^  dando,  buelta  á 
las  Celtas  de  Afirica,  logrando ^nahciasim* 
acensas ,  por  medio  jde  so^jC8x^\oa  ^  eocré 
¡aquellas  Costas  >  y  Gestes   barbaras.   Se  dará 

.-  también  tina  idea  de  la  antigua  Grecia^  y  de 
todo  elJAófiterraneo  ^'  con  d*  ñiocivo  de  los 
errores  de  Ulises,  derrotas  de.  Eneas ,  y  via« 
ges  de  "Telobaco^,  sin  despreciar  la  dulzura  de 
ios  episodios; y  advirtiendo,  que  el  todo  es 

-  ^boloso.  No  hay  cosa  mas  fugitiva  ,  que  la 
rcjeocia  (fe  los  Lugares;  pero  jamás  se  olvidan 
jaqtielloS)  en  que,  61a  maravillado  la  nove«« 
«dad  dio  golpe  al  entencfimiento.  Continnaráse, 
{Hies,  en  la  historia  con  la  noticia  de  los  viages 
de  Cyro ,  de  Cambises  ,  Jerges  ^  Alejandro, 
Agatodes  >  Aonibal  \  iScipion  y  Julio  Cesar^ 
Xntjano^  Constantino ,  Juliano  ^  Carlo^Magno, 
del  Tamerlán  9  y  todos  aquellos ,  cuyos  via^ 
ges  9 ^expediciones  se  hallan  circunstancía<^ 
das  dir  modo ,  que  hacen  famosos ,  y,  notables 
los  LugareSi  Un  egemplo  solo  justüScairá  la 
i  de  este  método*  Después  de  las  exw 
de  Alejandro  en  los  TribaUos ,  & 
Uirios ,  le  vemos  llegar  á  Thebas  de  BoecL-?, 
^1á  qvial  sáquéii)  porque  réfanJa'  entrar  en  la 

liga  de  i».ilcimblíf»9'.<^ 


HftJí  i*.^ 


10  3  Espe&aculo  de  lá  Naturaleza. 
Corsas.  De  alli  se  dkige  áda  el  H«lesponto,  te 
^traviesa ,  y  llega  á  Ghranica :  pasa^  Jooia^  á.CT- 
Wch'j  Xso  iTyro ,  Gaza ,  Jerusatéor^  £gyp<^ 
«Libia  ^  ib  las  Arenasde  Amnon ,  de  donde  buei« 
ve  á  Egy  ptK>  i  pajra  lechar  loa  dmientos  de  Ale- 
jandría^ I^s{»iiesíjváá, buscará.  J>arío  detladó 
de  uliá  del  Tygre ,  encoentcaieen  las  Uanoras 
de  Arbelas,  le  hace  hxm  á  Miec&t  y  atraviesa  el 
Asia  acia  d  Orieítfie ,  dobla  sa  camino  al  Me« 
dioüa  acia  el. Oceaoo  Indico,  y  irieáeá  mo^ 
rirá  Bíjbybnia.  .   <  -  j*-»    /     /v 

f '  Qulcale  lo  geogra|ib2da  k  todoa  ¿Etoa;  ao^ 
cesos,  y  yá  no  se  sabe  eá  dónde  pasan  las 
cos^s ,  no  se  vé  la  concatenación ,  ni  las  razo^ 
nes  que  hubo  para  ellas ;  sin  este  socorro  no  se 
comprefaende ,  por  .qué  el  Rey  :de  Macedooía 
gasta  tanto  tiea>po  en  sujetar  laSyria ,  y  figyp* 
to ,  en  lugar  de  ir  desde  luego  acia  el  Tygre^ 
á  buscar  á  su  enemigo.  Los  Historiadores  ob« 
^rban  bien  ,  que  si  Alejandro  se  hubiera  ia* 
producido  á  guerrear  en  el  corazón  del  Asia^ 
dejando  detrás  de  sí,  y  en  poder  de  Darf^ 
los  Puertos  del  Mediterráneo ,  podrían  ^Ijr  de 
aquellas  partea  Armadas  capaces  de  arribar  la 
Greda,  y  Mpcftdonia ,  en  el  tiempo  de  la  ex-» 
pedición.  Pero  esta  írazon  eficiz  no  lo  parece, 
si  no  se  haca  seoábfe  ooo  la  disposícioo  de  los 
lugares. 

Qnítesedd  mismo  modo  lo  historicoála 
GeopaphÍR,.¿L  inténtese  cctepqp  en  lá  mena^*^ 


Carta  de  un  Taire  de  f4mAlias.  loj: 
oa  el  orden  de  los  Lugares  ^  sin  el  socx)rfo 
de  un  viage ,  é  de  una  historia ,  que  no  ba- 
ga seguir  á.  unrAj^emurero  j  ó.  Conquis^flo/} 
pítenos  ocp^,:y.cpQdttQe  como  uqij^os  á 
araf  ipter^s^  ^y,^  Kiotivo^  que  le  hace  4e« 
J9r  op  júlgar  >  y  pasaip  ¿  otro ;  no  es  dable  re- 
tejen nada^  y  Ja;  «itpacioa  de  Tyro^  ó  Ale*- 
jawlrfe.7íe,«»ap6í4  de  k  n^iiaoidar  con  la 
mjivi^  ipr«ae:fi^  ,qu«    l4njumm  ^  6  :i\íaííy- 

\    Por  d:  contrarío  9  la  id^  de  uq  aconteci- 
miento, memoiKable^  hi  4e  «Loa  ^ngulaiidad  dig^ 
mM. ««« i  ^Wfct^QSÉC^ó^  B0AjS3d8cUiK>^de  los^ 
parages  en   que  hubo    alguna  deteqf|on ,  d| 
pausa:  lahíizañay07^aioy«(l^Ís;qpe¿f^  eíc- 
pérímemó  en  esta ^d Id «ftr^-PloxipQla^ enea-, 
dena  agradab^omkjt«  sí  Cddftsji  »H  <;ote  .pP^. 
so  brdeqjeivla  m^ipprta^lL»^]^ 
que  aim  no^^e  cpnocetf ^«i  »  »o^^^p|l,  s^gqar 
ae  desea ,  enrel  mapa;  ^¡  ppr!  evitar  c'onfusion^r 
se  hacen  claros ,  y^taihcapaces  de  leteaerse^  co-* 
Ko  ft)do8^)0a!  <¿»[iís.,Jwgp  qi^se  «be,,  que 
cptánCacaiH»jáírtj^^ff43M4prr.pqp^         kIÍ 
f  .A«siOfj^¡fpnetíe©i,PBíifllr  Íí»  ^\^^m^i 
3I.IQ&  liecho»  #te  Iw.  WworiaíJ  ^fCprieg?  ,^R9l?»apa, , 
Gkxica»  Fmocesa ,  liomhardí ,  $ariacena>Nw-i 
manda»  X^P^^ñplfl^  6«K»<^)ft  q^^fú^»  ^..4^M*; 

.(«*)  Dos  Logare» ,  uoo  en  la  Isla  de  Francia  ,  yiacro  Ugiias  de 


ib'f     Espe&actílóde  Ja  tíatnráleziu  "^ 
ttid  de  la  i)ers6na  joven  que  se  instruye.   Yo- 
recelo  >  que  se  desdeñen  con  demasía  en  itnpo* 
ner  d  la  infancia  en   ios  acaécitnientúsde  la; 
edad  mediat  se  halla  acaá)  Imas  gusfó ,  d  uti«' 
llda4  leyendo  IsS  hazañas  die  Seitorio ,  que  ht 
de  los  Normandos,  y  sns  -  establedmientoB  én , 
Hotstein  ^  en  la  Neustria  ^  €n  la  EEalia-  Infib- 
rior^y  en  Inglaterra?  Se  pMd»^«títontT»'Cú- 
sa  que  interese  «a;,  á  estt  ledaá-  tffeámtt  ¡'  Kfáie 
el  matrimonio  honorífico  9  y  el  cará^r   de 
Rollón,  qiie  de  Pyyaítase  hizo  w»  admirable 
Politico ;  ó  que  la«  oónquktas ,  y  sábks  lc^é« 
dte  Rogerc^  eiiMSIcitía ,  y  las  de^^OuíKéfttcr  eni 
loglattílrííff ■  - -•  -i'-'r"»    <^^  •'   •- -i^    ''      '  \  '-: 
-"'  Q)áé  ddicik'«áti  «tévás^  tío  bkllárá  ana 
señórkar  en  lo¿  déstubritbteotos  de  Basco  de- 
Oamaiea  las  ImUaa^Oriemafes,  6  en  Ipfs  de^ 
OhfisHÍ^^á^€>616á^^  laf  Am&ríca ,  y'  ^  «kIos  - 
16s  ésfkblecitñiétitc»^  íaoderADsdfe  nuestras  Co« ' 
Imhi  £üropédá'9obre!  las' mejores  Coscas  de 
I9s  Contineniies  mai  lejanos?    - 
-  /Esta  Gedgráphíft  histórica  ,  bien' ordens^^ 
da  eñe éñteúólfokÁto  d«  dina  •pemn^Tet^j 
pdf  tnedk>dk  lm  Maeatito  iiitdigtnctt  V'seri 
una  llave,  ton  qoe  aé  podrá  entirar  yá  t)or^: 
misma  á  estodiarla  Historia  ^  y  auii  la  Qeo*^ 

imkncia;en  todo  se  halla  con  esta  noticia^ 
todo  lo  entiende ,  sabe  quanto  pasa ,  penetra 
c^  ^aa  ¿íasst.  ú  m^a  y  ^ue  tíeniSA  entre  4 : 


los  Iii|[ai»i9  y.íapibfeil  *ao»í«cín)j(entos, .  Y^ 

puede  ser  Maestra,  forpiar  una  s^rie  bistoric) 

para  ú  íDÍ»rt»  ,  y  •escribirla  ^e  ^u  mano.    ^ 

».     I^eQ(}9 1^.. a$ñorJíC9  las  traduacípi}es^dé  lof 

AuU2KS  antiguos ,.  íju?,  t^p^mfij  ,  conocerá,  dlWjK'ru! 

que  b  <|iie«  le  lia.  manifestada  iia^  ahora^  Jirf/poV'^'ÍJ 

por  deUciosQt  qu^.^a ,  á  causa  ^  sus  agrada-  ^^^^ 

bles  »y  GOdtinvas .  poyada^es^ ,  no  e;  tod^ia 

lo  ma»;  Ijermo^o  ,  qiie  tie«eií  í¿tpr¡a.  ^ue 

]a  substaodd  de  ^sjte  ..«^jqsp  ej^ucfiQ^  fWsjsíf 

eo  d^xxiocmií^mo  de  los  ixral>re&  y  en^i^  eíeor 

fia  dei  corazón  >  y  lea  l^s  reflexión^. ^  que 

cada  conocinHeat49,  trabe  cpqsigo »  sin  c^  ^^ 

^^  el  Autor^  Qof^^ti  ,  que,  es  ,f]epes^ú| 

ver  los  casos  ,€UQ^dÚd$|s  ^^  ^dori^adc^i /^Y.^^ 
sos  cíicttostaacsas  •  para  poder  juzgar  los  mo* 
tivos »  y  conocer  si  la^  medidas  fu^n  ¿ien| 
6  mal  »nu»4as4  j  ejH ujq?i ^íjxi ^ ¿í 
cernir  Ip  q^^e^2^ia:^(tgJjp^  tr^^^  PPÍWÍg?, 
We  ^^^.j^pr^ljeQffUfe  í)íp  4^^  ,de  ;?p' 
que  iiasta  aora  nos  faeinos  dMtenidof  ^  iat^ 
|ttCi(;  en  f^qe  iiaga  «stv  i^e^íooes  3^  p(^r  nó 
«s^  .«u^  aaájif^d  ,^  y.  yiyeza^  j^  <jpe  5plp  se 
]^  b^^^ado  ^1  hacerla  utíl^cofe  ciffifffs  ,,3^  cia- 
o^^starla^el  ,c?nwp;  ft  p^^  qup  y^  S5;í9??P0. 
de  que  pase  adelante  ^  y  entienda  aquello  de 
que  es  capaz. 

Vé  aquí  los  Übtós  de  que  jpddi'S  áácár  los 

óaatetiales  def  Ja  historia,  qué  'seta  sumatp^^ 

tedigDOLdé  «lesen  componga  potosí  soímusí 

TfmhXt  O  é 


I 


i 66  Espectáculo  (k h  iJafuf'akisa.'^^ 
ú  quiere  adquirir  las  luces  ^  qtre  ,súa  k  res^ 
tan  y  y  una  facilidad ,  que  ía  hará  capaz  de  toctos 
I.""  La  obra  de  los  $eis  días.  %.""  La  his*» 
toría  del  Testamento'  Viejo  con'  sus  reflexio* 
nes  (a)l  3.°;  Lá  explicación  d«  Ibs-  Libíio^  cib 
ios  Beyes  (b).  4*"'  La  historia  de  los  Judíos 
por  Humfreí  Prideáux  (c):  obra  un  poco  fría^ 
fero  ekafta /y juiciosa.  jJ"  La  Vida  de  Je^ 
su^Ihristo  por  M/-de  Tóürncüx  (♦*>  6,^  Los 
Discursos  de  Bositet  soléela  Historiia^UniversaL 
V-"*  La  Histoiria  Eclesiaáica  por  Mi  Fleury* 

La  costumbre  que  hay  ^  ^es  di^r  á  laa 
íéñdrítás  algunos  compen^o^  de  estas  bisto^ 
íías  V ^  ha<í¿rseloS  aprender  de  memoria',  con 
ésto  y gúns^  veces  aparece  mucho  ^  aunque  la 
réali^d  sea  muy  poca*.  De^mos  falsos  bri^ 
liantes ,  que  no  tienen  consistencia  ^  y  quando 
itna  iseñóntü  muestra '  buena  fuerte  en  sus^ta^ 
lentos^,  ^^guirémós  iá^  soGáéis  >  qüfe  será  isiem* 
pk  *^h  mhíha  j  acotopañada'de  un  phé^w  iiH 

atitétfbfe.    ' .  ■      ,         "  '*''' 

Estar  solidez  no^  es  otra  ccísa^ ,  'qú&  s&be# 
peñW  cáú  équídads' yex^lk^  coh  tetó» 
yor  (ifopriédad  ^  posible  i  yi[  áea  discu^íéli£b 
feoiamáité  ^  6  yá'  e^cribieá^;  tód¿  de  lía  mb^ 


w  I 


,  (i)  .  Ciactf  rom*  eii^ia.  Bn.Patiíf  ,  jc«»  4e  Dttaíii» 

'  (f>}    Sclstom   eií  1  a.  París, -Cica  tíéBibüty*    --  t    .   -  / 

•.  <c>    Siett  com.€iv  12  £dic,  del  R.?*  de  (Tqumcmin^*  TmtU  «  dc<^ 

(««)  Por  todo  esto  se  podrá  stib&títliir  la  itislotU  dcí  Poéblo  dt 


»^ 


Carta  ¿k  unVadre  isfamiKd»,  IQ7 
do  silabe ,  y.  iddo  dp  ^o  tnodo  .n^blí^^  Este 
balñto  faa  iiprétíable  T)o  se  paede.ai^virír  con 
métbodo  raas  mt^ipVt ,  ni  mas  fecunda;,  qqe 
leyendo  tin  capittüode  historia  ^y  repitiéndo- 
le ,  de  modo ,  que  se  oyg9  á  sí  mismz  \  d  dar- 
le  cuenta  ^  él  á :t>tiia persona  >y  Itiegoal  pun- 
to escrihírie» 

]&£é.  ejercicio  será  ^n  t}uda  ma»  pto<re« 
cbosD^  7  eficaz ,  ú  aeohace>  wmo  d  opin- 
pendió  ^eogriptóco,  detejo  ife. 1/1^^.^^ 
-4fe  \m  Maestra  ji&lÍoío  >  qv^  puedf  jad^ttur 
.laa&leaa  que.biih¡efe),,«tt»ro  Cfístr^Ja/^ííSÍ- 
titod  histórica  ,  como  contra  la  regd[aiJ4%d 
ortbí>graphica;  0  tei^t  socorm  con  que  se 
puede  a]ri)dar  el  trabajo  deiinji  señorita,  ^.  i^ 
ae  aiplfca  á  escribir.^  es  aplaudirla  el  bwQ  gM9- 
to,  que  tubo  en  la  !caai$i0a  i  que'  ac^^^.l^ 
ya  hecho  de  tal,  6  tal  menHidenda  ppco 
muren  el  cuidado ,  que  puso  eb  iosíffir.ea 
•  ^ui  pasage  -liermoicft  ^\h^^  iloa  ÍQJietíei»#baBr 
-recíblet  en.  lo  8iÍB£luoaaY>y^^Qi!^^  %  Que  se 
manífesié  en.  nnii  futura  !vim!,  jé  i«tfre%^ 
te.  Muy  poc^o-vdeqnxs  doa.bueoaa;  atdig^i^ ,  dos 
bemmi^  >  que  sé.  iden  mutuamente  cuenta 
ót  lo.qaeihan  rtral^ajado ^^  aerairto  de JVb»- 
tíO.  La  historia  santa  ,  expuesta  en  libros  tan 
bien  escrftbs  ,  como  los^éúe  betn0S 'aconse- 
jado ,  y  mantenido  asimismo  en  la  memo- 
ria^ como  digimos  9  yá  con  h.  costumbre  larr 
ga  de  'hablar  de  esta  materia  mu^ha^  ,  yeces 


V 


N 


'dlgiiBíad  «ffíoritas  juntas 5  6  obla*  eo  ^n  gtfaínde 
^  quálquiera  de  ellas )  dyá  «scnhieodolaicorveSi* 
'meote^  no  puede  dejar  de  ^múries  áservir  de 

Una  escuela  de  moralidad  ,de  doquencia ,  y  de 
*^biíen  gusto.  El  verdadero  bien  ^  qué  de  esto  ks 
'^úedairfi  >  tío  es  cargar  cuidadosa  ^  yexa&ameá- 

te  la  memoria  de  una  larga  serie  de  acaeciiníei- 
*tús  j  qué  podrán  olvidar  como  aprendieron,  sin 
*  que  se  siga  de  ellos  consequencia  alguna.  La 
^verdadera  ventaja 4k  éstei  nikhoJkes  idr  insefh 
^'síMmimPe  ,  3(  ^  meMo  ¿k  uMprJdUca  in* 

Si  las  señoras  quieren  después  perfeccionar* 
vie  en  la  iMstoiia  profiuR,  libros  bay  tsimbien  ep 
-esta  raíon^n^y  e^imaMes.  ÍVinapakaé^te  ae 
"-(raeden^  apliear  á  los  de  M.  el  Abad  RüUm  yi,  la 
( Hisjtoríá  del  R.  P.  Daniel ,  del  R;  P.  de  Orlean^ 
'  y  de  M.el  Abad  de  Vertot,  &c.  (*^)  libros  todos 
ndet  mas  puro  estilo^ y  sii»  la  mendr  abacios. 
^^  -  -  Juntandoi esiTQs 'bs  traduodooes  lo^celeí?- 
-ti»9  que  íe  chah  /iiecbo  dp  las  historias  Grio^ 
^l^s  ,  y  Latinas  psaid  el- auxilio  particular,  de 
'láS  sefíofas /s«r  verán  iñucfaas  veces  iteradas 
-con  dibsionés^  lrequetiie$>  yá  rá  :io&  usos  de 

í¡}'3   '•  •  '   '   r,;  f:x  .-s.  /  »  «  'j':'.^  f/.    •    '    i  J  .  Ja 

rU  del  P.  Juan  «le  Mariana, .que  por  su  juicio,  estilo*,  universali* 
'^ad  »  prAprieiadU  y  critica  (  ño  oisstadcc  que  el  A%adrV>)trÁcÍc 

opooe.áesro  ulcimo  ,fio  con  demaMada  razón  >  en  orHeh  á  Jos 
^tiempos  remoti^tnos ie U  antigüedad)  rak  por  mnelios  ^  f^  'mis 

liabiendo  tafip]is.v4iueJ}eiiM(ic  fa^ulái  tu  narutifai  >;y  U  fanu^ 


■-i*« 


•  U 


,la^  iiDtigueda^ ,  j^  yá  á?  las  divíoidades ,  y  ce}- 
iremcsiia^  ét  h  religión  de  los  Pagaoos  ;  y 
ibíHidiin  mucha SQCcmro  parala  perfeéla  inteli- 
geücia  de  lo  mas  priocipal  en  la  historia  an- 
-tígba  de ;  M«  Rolfín.^  si  bien  no  se  estendíó 
lá  todos  1m.  héds.  de-  la  antígnédad»  Puede  sef, 
}queel  tiempc^nos  conceda  poder  preparar  en 
'«s^  m^rtieria  uoa  t>bra  udl  j  y  que  alcance ,  sin 
ser  difusa* 

r  *r  ^Kb'soUimenté  tieoéb  néc^daü  las  seño- 

-lasj  {tara  la  .historia  ^  de  alguo   ¿onociinientQ  f^l^  ^  *• 

de  la  fabbla ,  sillo  .que  no  podrán  dar  uñ  paso 

da  ella'  en   la  inteligencia  de  muchas  pintu^ 

tas  ,  ni  leer  sin  obstáculo  las  mas  oh'as  de 

.  literatunf.  Partí  acudir  9  pues  ,  i  este  incoo- 

-  .Teniente  >  se  podrán  servir  de  un  libro ,  que 

w  A  tíctíkió  con  estas  dos  excelentes  mkas  á  un 

tiempo :  este  es  el  pequeño  diccionario  de  b 

Quando  yá-  el  entendimiento  está  formaf* 
HSby  cambfeti'  están  las  séiíoras  en  estado  de 
i-conocer  ;el  oont^tto  9  aunque  frivolo ,  de  las 
'&bulas.r.  f&o  ^eria  :muy  pel%xoso  empezar  te 
liostiibeiQfi  3df  h  «in&ncia  otos  tüema  coú  e^ 
?tas';^ulosas!^^iftioj)esi,  y  ocupdr  cdd  semen 
«jante»  ciientAS(luQ9  ^ntasía-^ski  es^cies^yuna 
anzqtk  del  ilodo  ^uneva  y  en  qíiriío  ie  ha  pue»« 
ilo:  aun^en  í wdln*//V(erdod  alguna.  ^Coa*  todb 
^t»  efr^  nuiy  .«rdinyio  .bafcer  xamio»  il  -  oo 

^  I^Ea  Pj^ris  €0  CMü  d<  Dctaint»  («lie  de  San  Juan  4c  Bcauf^it 


»  1 


tío  Esp^acuJode  td  NatmráSexa.  > 
paso  igual  la  historia  sagrada  .|  y  la  febnfodl) 
ó  los  methamorphoseos  ^  de  suerte  i  qoe  una 
persona  joven  se  enternece  por  lo  menos  oteo 
tanto  por  la  suerte  que  les  cupo  á  las  her- 
manas de  Pha^ton  j  comb  por^  la  proximi- 
dad  del  sacrificio  de  Isaíc ,  y  iuiblia  con  ía 
.misma  gravedad  del  Din  Júpiter  ,•  qtie  de  el 
Dios  de  Abraham  ;  ¿osa  por  ckrtb  bien  io^ 
propria. 

Quándd  yi  la  se&oriita  hiya  adquirido  una 
idea  justa  de  la  Religión  n^' y  totnadole  el  gtUh 
to  á  la  verdad ,  será  rason  declararle  lo9  ob- 
j?tos  lastimosos  ,  y  razones  lameotaUes  >  eu 
que  estrivaba  la  seda  de  los  Paganos.  Es  pre« 
Kriso  darles  á  las  personas ,  y  á  los  hechos  un 
'jayre  ridículo  y  por  temor  de  que  estas  loctt^- 
xas  no  hicieran  la  imaginación  con  pinturas  át^ 
;masiado  vivas  ^  basta  para  esto  inctdcar ,  y  es* 
trivar  siempre  en  lo  absurdo  de  la  maraTlila^ 
-para  «nUaquecer'  la  in^^resion;  . 

.  Healmeóte  es  desperdiciar  el  tíebipo  y  y  la 
rrázon  enhreg^se  muchos^  años  seguidos  á  ai« 
.cnejantes extravagancias;  nunca  se  podri  dea- 
-pacbar  con  bascanoe  prontitud  un  estucIL  tan 
-miserable^  Pero  en  taneceddad  en  qué  estante 
í^  tener,  a^ná  noddn  ^  es  bastante  >  exooór  * 
-rarse  <le  la  fábula  en  menos  de  juú  ' mes  ^  qoe 
v'basta  para  ponerla  en  ^  muy  buen  orden  en  la 
anemoria  ^  haciéndola  aprender  ;w  píatiiraa, 
•<|qe  sean  modestaSi 


i  t  t\ , .       .    ^  -.../"">••»':  .         '-.j   í  ? 


C^a  de  imFadre  Je  familias,      x  ix 
Consieozase  dütribuyendo  los  Dioses  de  ^*  ^^^^  «• 

I       X   1    .  j.  '  -  -  pinturas^ 

alto  a  bap  en  diversas  clases ,  y  además  de 
los  diversos  puestos  >  que  ocupan  ,  se  le  pone 
por  carácter  á  cada  qual  aquella  aventura  ,  6 
atributo ,  .qiuí  tejdá  á  coi¥>ceff  Júpiter  trate 
^  cetro  ^.  ^  el   rayo»  Neptufi9  el   tridpnoe,, 
Mercurio  uP  caduceo ,  y   asi   los  demás.  A 
Juno  se  la  conoce  púr  su  Pabo  Real  ;  á  Ve- 
nus por  laSc  Patoims  ^  iqiie  tiran  4e  si)  Carro- 
sea  \  á  Diana  por.  «Uf  al[jaha,  d  Jg^t.  su  Perro:; 
Vttlcanotrahe  pot  <ára¿ler  «os  tei¥»sas  ^  y  Es-^. 
culapio  su  Serpiente.  Esto  €$  á  lo  que  yo  lla«. 
mo  anrlbitto  >  que  Jos  caraéierlza.  Además  de 
este  distintivo  ^  se  conocen  por  tal  ^  ó  tal  hisb 
u>ría.>  que  lea  sucedió»'      .        . 

.  Quando  todo  está  yá  contado  sucesiva* 
urente  ^  y  sin  conftision  ,  solo  de  palabra  ^  y 
sin  escribirlo «  se  buelve  á  tomar  cada  aven^ 
tura  para  sacarlas  á  todasen  unquadro^&in 
nombrar  en  él  los  persofaages.  Itóse  prinCi- 
pk>  y  rogando  á  la  señorita  ^  que  imagine  una 
Ciudad  9  un  Puerto  ,  Plaza  pública  y  ó  qual^ 
guier  otio  parage  y  que  del»  servir  de  fon- 
do á  ij^pintura ;  luego  se  la  buelve  á  pedlr^ 
que  conciba  este  persobage  ^  ó  el  otro,  con 
esta  >  6  la  otra  postura  y  transportados  de  tal 
padoD  y  ó  afeéto  y  comenzando  y  6  acabando 
esta^d^/ót^a  ^cción»  Tratase  de  adivinar  lo 
que  se  acabáde  pintar  coft  sola  U  YOZ  viva^ 
y  de  dar  ra2díí^4&  todo» 


\ 


f.- 


f  I  í  Fspe&aculoáé  U  l^dturaléia.  ^ 
Expliquenoa  Vhxl  se  le  dirá ,  esta  pHitfl; 
ra  ,  de  que  yá  la  hemos  hablado  J  aqiii  se  vé  urf 
magnifico  salón ,  lámparas,  colgadas  en  los  te-^ 
ehos,  un  Rey  senttdoásíi  taeto)  que  nwni-l 
fiesta  hastfoá  iln  ntónjar  ,  Sque!  léihan  servi- 
do,  y  en  fin  5  unadé  los  Cbm*iínsales ^  ^ 
se  lebantade  lá  mesa  coo  cabeia  de  Lobo  (**a).. 
Qué  es  lo  que  está  pkitadQ  en  on  qoadfo ,  ea. 
que  s¿  Vé  una  Diü8?i(*^b)  sobre  isa  eaijfow 
^*c)  tirada^  dos  Paboaw  ;  y  que  üega  4j 
uña  obscura  cüAa ,  donde  la  recibe  uo  Rey^ 
que  estieode  «u  cetro  acia  una  multitud  de 
éaras  botantes ,  hinchadas  ,  y  con  apariencias 
de  sedición  ('^d)?  -        ' 

Qué  representa  otra  figura  ,  co  ^e « 
.        -  ...:.•'     veo 

X**a)  lUtt  fae  Lytaoa  » ¡Asigne  lAtlhcchor. 

Ov  M«tk  I- .  i    •  .  j      ^    '    .  .  .     • 

'f**c)'  Dora V»  ^»  Mftti. ->•«.'*. '.'    •:.•...       ,         ' 
^(**d)   Juno  Ur|«i  a  la  cucba  de  B^  .  Key  de  ^09  VicntW  1  «V 
ñó  16  piuca  elegantemente  ct  fíoetaJen  éétor^rsós' 

í  Nvnjhnm  mpatriam,  loca  foeíéfurméut  AiMrU% 

^  jífolfom  vetúu  He  vasto  Rex  Áeolus  antro  * 

Ludantes^eníof  y  tempestiUesque  sonoras 
"  hipeñ^ premh iOcvincKs ,  fs  carcere jraerOim  '    ** 
^  pli  iná^namef  magn»  cum  fnurmtíremonHt;  ^t    ; 
,  Grcim  claustra /remum.  Celsa  sedet  Aeolus  Arce        . , 
^  Sceptra  teneñs ,  moUitque  ánimos  » &  temperas  iras» 
:  Kt  facías  mmia  y  ac  térras  y  Chdtm^fftfimium  * 

c  Qwppéfigrans  r^£  secum  ;  verrqnsquefer  fiurat^      -; 

SedPater  ommpotens  speUincis  abáiSt  atriSy  .^ 

'  Hoc  metaens ,  mokmqut ,  &  ffíom^/  f^t/a/in'  oAff»  '^  ' 
(  iqM>ji«tr ;  R^Miftfe  Adí/  qtájwiékre^tirtoii  %  ;  ? 

Er /r^ere ,  &  laxas  sdr^dorf  Jf^M^^  -^  Z 
Yftju  £n«  libt  u 


ÚBifthji^^PM^éfma  VIS 
jféfí  1 1«  riberas:  áA  Itfar  Itres  filaras » la  ídí; 
!tad  mtigeres  í  y  potts  (^*a)  la  otra  Qittad  9  y 
tque  parece  oombidatiár  uohooibn?  (^^b) vaca- 
do al  mástU  de  uo  Navio ,  que  j>Jtton  f^tsatr 
!por  la  Costa?  Pr^gmitaodo  a«i  tefietadartec^ 
«d  ñoitobye  de  todos,  estos  objitos^tae  nvitná  el 
-trabajo  de  didar^á  d  afia  de  las  kcciooes  i 
Cérea  de  esta  materia.  Asi  no  entra  en  el  ear 
■tendimientp»  sioo  b  que  se  qulene  que  éoire^ 
•4|uiodo  un  Übíodice^  acaso  mucha$  veces  mu 
'de  lo  que  coiivietie  saber :  y  aquí  ae  respeta » y 
-mira  a^oua  cosa  mas  estimable  ano ,  que  e( 
*tíempO|  y  que  el  cultivo  de  Jla  raaKXi. 

Acelerando  mucho* este  métbcdd  la obcá^ 
y  sfendo  somameote  gustoso  ^  no  digo  yo.(»>  ^f»^'  ^ 
«tlaio&ociá  9  sino  también  para,  ia  juveih- 
tud,  se  puejdte  usar  para  que  ^  m^'or. en  .lii 
imapnacton^  y  traiga  agradablememé  i^la  te» 
jnmia  los  mejores:  moQ«ineotx»i9:y<, rasgos^ 
«qúei  OQsquedaq  de  la  antigüedad*  Una^te^ 
&mtz  I  que  js$fi  imtvíM  tú  la  Ustosa  «• 
-grada  ,  y  pco&na  .^  no/  sola  responderá,  am 
9dattoJ^  sedMytites  qu^atiopea  ,  úaojqmjt 
egeidearlgasMsa!  en  tafmri  par  sí  miseMdi^ 
-fa«iins^yiima^[4icaf!«d^     uMjan^a  seh 

f*»«)  £stpf  ipa  lis  Sircüis^t  ^«e  scgtuí  alpnot  «tcnCA  U.  pn 
4e  oiwgeret  r  ]rT»tcscMtr  dcf  lyei.'TOBcli.'flijrcfaL  pars.  ).  7  cm 
io  eoBcrario  es  error  coman  de  ios  Pincores»  jr  alemas  aicdauM 
coBticiicaí  coa  esto:  otros  afirman  qac  antes  fueron  peces  ,  y  iae- 
fD te  «onvirueropí  en  aves« -  Vos CnAgos lofluronU  cthynwiygi^ 

'  ^^  9%^M.^  qoé  sM£€t  ca^cM*  Vcaie  el  Ote  &  Ttcr.     ^ 


r:  •;..  j   •? 


214  Espe&acuh  xfe  Ja  Nafür^deíOsu ' 
^a,  ó  á  alguna  paiáenta  aftcionadá^  Qué  po^ 
¿rá ,  por  egemplo ,  signiiicar  una  prntura^qoe 
tepresenta  un  campo  en  que  los  Soldados  se 
quitan  unos  á  otros  la  vida  ,  6  se  atiopellan^ 
y  ahogan  al  buir  confosafQente  ;  escando  al 
mi^mo  tiempo  el  recinto  ^  en  que  se  hallan^ 
acordonado  por  un  pequeño  numero  de  Sol- 
dados, cada  qualoon  una  iaz  en  la  manoÍ2S« 
^uierda ,  y  en  la  derecha  uña  trompeta,  que  to- 
caban al  mismo  tiempo  ¥  De  quéacontedmieo- 
to  sería  la  representación ,  ó  la  pintura ,  en  que 
«e  figurase  un  monte ,  cuyas  cuestas ,  ó  decli- 
ves estubiesen  cubiertos  de  viñas ,  en  las  qua- 
Jes'  se'  intródugete  multitud  de  Bueyes:  sus 
coercrps  con^  liachas  de  paja  encendidas ,  cuh- 
-70  refl^  alumbra  algún  ^taiitad  espacio  vei* 
tino  en  |a  obscuridad  de  la  noche  ?  Añádase 
-estar  alli  al  mismo  tiempo  dos  '^érdtos, dé 
tíos  quates  elutio  huye  del  todo  dnoMeiíado^ 
*éla  ciunbte  del  monte,  y  el  otrase^qoeda tte» 
*fiD  d0  traiiquilidad  éa  el  ttábo^  ^n>  doinSe'  7ie 
mecho  en  trjefcho  se  vén  teas  encendidas ,  -  7 
^UaiJos  con  «sus  casquetes ,  riéndose  ^carca^ 
^klaíe  ('•^)^qiié';signifl¿aciórf.téii(^  .; 

-y\'¿  itfbfo^ eMei  egerrieio^V ^^^  ^^^  ^  adoknqr 
Ja",  memoria ,  6  á  servir  de  diversioh  -después 
^ItfábajoV'no  debe  ser  sino  UjQÍYJueg!o*,.,Xia 

Véase  ^hi%t..JRotny  ppf  ^  Keli^<f  MM9.  J.  f^  10,  imfu:4í  fy» 
|ís »  Mo  de  MDQCXin.  ^ 


*  •  1  •, 


i  jcAímA  dd  4fMead¿cnt9Qto  ,  á.  I< 
lel'«atíta;gr  mod»  mas  al  djscer^ 
mbttíáúgtm'át ii  hetamanencía» 

lEBnwHnB  ivmiaet»  *    ,.  . 

>   '  Fomatái  yái  A giosto  coD'. «I  habito  d9 

flfepeib'kt  faitudií » y  de  escriUrifl » .iK>  ae  inaa« 
t¿átá '.  tmá»  úmpíytíKemástfiík  kIq  d  mon 
ooeÍBátamétIm  iKChot,:  fiiK».«p9  vataán 
qfttñJoúfsamt^&ietífiímfH  «NV>r:de..toÍQf 
los  Aetooll..  ifi^  ümáaátí  iqfitfibkaiente  á 
an  sefiotitaife  .dvÉrktt,  7  capit  ái  coaoou 
las  ¿girnnfi<Trt'4  .¿¿«m»  htfnMM  aompwicion, 

Á«pu«áuJ8«q<fehBrprÍPciH^ 
fioqaeactt^  y  B««líarf<  pas%.  «prwnechaiwi .  <Í8 

io  nagoc,  qoí  «ioeiiiM.«K$iitq  ao  fiBfegfiüf? 

«D.  Bmará  pat  r^attívt-M  kixioo.de  Un.  mv 

^aocioacaifwífeaasy^yifr  la»:  dldp,  m«  a^iam 

ést  ka  PúeoMU  de  Homdío » T^>  V*^  S^icah 

iíiao  en  veno'de  las  Obns  dt  Vlrg^l  Qté 

CDcanto  oo  le  serán  lastraducctoae»  de  1^  gran* 

des  liistDrias  de  Grecia,  y  de  Italia ,  casi  tan 

<ficaoe|,  y  perféfias»  como  loa  Poetas ,  y  las 

pinti]9&  or^linales!        ... 

La  curiosa  averignacioit»  que  fas  sido  ooii* 

docída  con  acierto »  nunca  está  ocÍ3sa ,  y  fin 

cUmente  se  inclina  á  buen  lado.  Es  cono  in? 

didñtable  d  adquirir  algún  conocimiento  de 

las  particidar&lades  ttias  beliasde  la  hbtona  na- 

tnial  :  trabióo  tan  apto  para  hacemos  ado- 

^  Pa  rar 


M6    EfpeSlaái^ Ah  líatuféhuu' 
faren  toda  la  pbvSdencJft  ^  cóina» 
tirnosile  nuestras  tnismas  nqoeaas. 

Pocóá  poco  irá  descubriendo  éo'sa  lea* 
gua  nativa  otrob  thesbiM-/  sm-ioompavadóo 
mas  estimables  9  que  quanto  bascávaon  'hémoi 
dlcboí' quiero  decir*;  excelente;  ilbios:  piado* 
sos,  llenos  de  grada  ^  y  solidez  ,  especie  de 
obfa&  eii  que  nuestra  Nación  (^)  >tienefiii]ia  de 
nO^cddeír  i  otra  aíguna»  K^  teáéáica 
{«iVa^c^irtnM  e n  n^entaja  nimcca* 
í  Tales  eí efeab  ,  y  el  ^privilegio  dé  el 
estudio  de  la  tdstoria :  ^no  fimüia^y^haoe  bio* 
tar  en  el  corazón  el  a«Mr-'de  la  verdad ,  y 
aolidéz:  dAiKie!s4elb^fiialsé'ptieifei»^ 
dbscatfs» 9 etí  Qtdw j| lo^emlsi  txi'^essa:  e¿i 
célente  pasStíñ  ',  ¿hadóla  catataar  ^»gun  sit 
propria'  conduáa.  Porel  coatrariD^  á  estaiH 
do  sáa  tierna'  la'  rMon » se  carga/^  e^kitñ 
desde iuégo^ de  mpniUdades 9 4]e  máximas,  y 
de'A)rmiilas ,  b  Ib  que  es  todavía  mas  noGH 
TO ,  de  abstracciones ,  y  disputan,  no  sientea 
tírfo  el  -peso  de  la  tarea ,  ni  anhelan  sino  por- 
que llegue  eLíin  de  un  egercicio  9  q^  moi* 
lesta ,  y  aflije  tanto.  Hágase  desear  elxoiio-r 
cer  las  verdades  prádicas;  pero  no  se  mani- 
jiésten  al  punto ,  sino  aquellas  que  pueden  agrá» 
dar.  Atiéndase  ^  pues  ^  á  la  historia  ,    porque 

:eUa 

^  (««)  Dicoe  por  la  Franccísi  j  pero  «n  ctu  mon  Juxgo  .que  n<f 
le  viene  cou  menos  propriedfld  á  la  Española ,  y  solos  »  eorre  in* 
4|Uini7nUef>  Tr»  Auis  dq  <}iaiiacU- >  el  jp.l^is(de  If  ^n^c^y  |^«i^ 
Kbio  Mícicmbcrg  >  pucdcu  bofiar'la  noia  i  toda  pasios. 


jese,  creédmelo. queld^o.^de^sela  monlk. 
dad  eir .  semUia ;  dUa  dai4  ^hitD  9  Uega^ 
pD  de  i]se:%nádpré^  yupor¿miibi  xroent^  > .  . * : 
-  7  QdaD^Ü  ík  i^pffiBenundfeiintde  ,U  j  ntocMb 
fe  báñete  JSíñaáidaipKoé'po»'}^ 
piéftíca  de  aqnoUas  laborto  pensmcSeotts^  á> 
toda  especie4é^  ncainadefc,  fe^xi]Qte5'^jb«!^^ 
lln«  eiicaiBes«:desfa9ado&4'if  acincUik  iTárifidadb 
jnimeiMa  cxta-qoe/  heroio«ab¿g^iic6ap»'tQd< 
suene  de  lienzos  ^  y  ^elaft;  la. costumbre dfe  áát> 
pasto  al  enteodimieEitD  llegará  á. ser  tan  9^m^ 
j  draoinanté^  qne  de  trasi^.  é  qpaattO:  hilenas. 
ami^^qneTer^aBiá  bateif » labdr;  de  íooiffijfiot 
fiía^ó  para'dUnjaiTeLásipasipm'^'^ 
siendo  para  los  pobres  ^  te  {^aqd&axUiQCJarjdsan 
de  Inego, que  ae Jbalbiá¿catt '«ecoppe. i)^ 

dlasquequ¡eml«gr4.  las  ctois^x -4*^^^ 

leramqrtrár  Ja  ledwd^y.^ilE^.ftenvdft 

gnoaa  rrf\e!iaií>rite »i«i<i.mÍBa4»wrad3>py»  ;  k|utt 

lo  jsiino  que  se  be*  y  ,:    oí. 

K  -  B  ^trabajo  ijnaoual  >  tan.tecomeodáUe  (xMt 

abráneg^:  paopf ioi^ij^ .tan  oecoiar» ;  para  :quo 

b&  ásiratt '  eiriíaiibiipa,  ociosidadí  tant^casis^da^ 

como pefaíkáosa ^ laa:..üi^  t)tfOvbieni  j.^oe 

hasta  por  ú  solo:  para  i^ki  oonaerveo  .sio-^ 

gphr  cariño! 9 ipuea.sirltt de jreboMláy lardea 


cia^ 


(MI)  Si  esdle  éii  rraAclfl|Í;  qife  l4<  sínórlttii^abfljéii  por  si 
afesna^  cosas  coo  qqe  arjean  >  4«SFiics  d«  ^casane »  su  quarco^ 
7  3e  «SCO  habU  a^uL 


cfer»  modobdo  anvw^i-^laíbéUiflr^iwíoa^  h 
veidod  fafeír  .moceóte^  peo  qúB^ithKBr^ 
meüto^'  y  ae  ::¥iÉé(aii()i)a/  ^  iqbé  ¡áe^  t\daéála^ 
iaimú^vkMiqík^um^BS^  dqkvíKf^y  se 
oúst ;  y  0Steiú9gafalt8'5  qpiaikdb  escái^  ccuij^ 
dalias  nooiOBi^r  elcntrarió^riiia  scñcxi^iíao 
lio  cpboce^ Jaililbor  (de'^iiiodo  algaoa^  »  dto^ 
hobM^^'sí  ftiisfiir'igp^lmeitte  y.qa^^sr  fijáca .  99ii 
bftpiuí  imctt  ^dí  el  ano ,  t6  él  om>  r  de  estos doá 
caytdes^:álf^ii  ^oi»  jr^  ;desth$a  para  eljuega^  (^) 
Atü  ^^mo-^s  para  que  vivan  tés  sabias.  ^) 
^r^.jiLsl  xtáMs^^  fNrivicada ,.  que  oUiga/á.  cn^ 
aofipOP^  ¡ikidmt{(fe>1od  que  la  v6o  »€9ta  afr« 
dwi  A  ld{I^tini^  y rque  ó&  para  día .  on  i^ 
moiiíarde  ioGca,  y;  de.  codsueloi  ^  U  0UÍ91 
eon^imiyw^razbDiá  suprimir  toda  p9rd8lidad^ 
todaofl^vm  i::si  todb  queja  eai  mstexia:  ^  fié* 
éBá%  y  .|90dW)¥«M9.  (^)<Anna''  deiiniii»ice  su 
Miglotí,'  yiki  eacucttaa  llena  'ét  léc/Yisin  db^ 
puta  en  las  decimoes ,  y  en  los  syndyobs^de 
la  Iglesia;  en  el  EmagéliD  9  y  en  laipiéflíca* 
doa  ooiqui¿:de  sos  P^tQr(»i;.ea\uii(Lkifiak 
dad  de  olma  lutnlnosas  ^  que  ia  «ucanSaufe^^ 
aprecio  universal  significad  ^  y  señaba.  Ooo 
estos  socorros  tan  extensos,  y  tan  s^uros  piao^ 
áca  su  EeligiioQ  con  el  mas  Immüde  sUea-" 

doc 

(**)  Vil  •Fk'aftjdtei  usa  especie  de  lafemia  tl^oiUr  tns  o^mi 
para  el  juego. 

C*)  o  ta  daeia  •  es  wM  Sdbla »  cem»  traduce  d  ttaliáao. 


Cífta  dt  mTiifáe  ét  fiBniB¡k.     «19 

demás  estados^  pues  díbiob  I»  iaído  eoibifldc 
para  su  re&rma.  Calla  á  cerca  de  lo  que  m> 
moeode,  y  auaá  cerca  de  to  ,€¡ae  entiende» 
aonafarírios.  o)»»  sinosobteisa'pippm  1IP0^  ''  . 
áú&a^  persuadida  á  que  Ja  úekewñ'  9  ci^  06 
ia  que  cbiBütuye  en- la  scicjedad  fai  ^oriadr 
jaoa  señora,  no  es  peift&i ,  Justa  ianto  que 
«aincQDStcasbUe^y  QQXvénsL  > 
^  Ssta^  sdidéz  en  su  jgnta  y  y;esu^  ifrudeacla 
«n  su  modo  ,  maotendrátoBan  fiuwUiMti'pas» 
y  hará  íeü^  al  marido.  Esto  podcásrir  jügpdQC» 
{üodigo^ y  sin  religión;  peto  no dejacáde  «m«^ 
^f  respetar  á  su  mugen  se  puede  casi  ^rqphetl^ 
«ar  y  .que  oopiquistaiá  i  sfrooaipdD^  y  ^oe  le 
bol  verá  á  ganar  para  el  cumptitmentó  de  sa 
-oblación ,  y  para  d  fivai^elio ,  con  el  cui- 
dado de  evitar  amaigurai,  y^t^ertas  en  lis 
-quedioe*  Una.^riitud  aieiapee  eoBSlaoié »  áú 
<xr  incómoda  j'  esrpl'^'SermMrtíiasr  éficáfe  ^de 
•qnantos  se  púedeo  «ifaruT  sÍJÍatk)lidá0>MJbLesse 
4bneD  gii^o  es  un  remedio,  táñ''  ptídeneo*  ep 
Jas  difipltades  de  la  sociedad' f  ^qué>  tfatso^ 
aró  taif  gDuídeO'VWDdr&  i';pe(^:si  iae  üásbídaud 

ffeára3^  -I   í-r-r,;  i^-^h-.  e:;[)    í.i.'T  (i'-ir:  j::;  ^.."^ 

,f      Vet^iaoB  yáánU'téDa^odqradob^V^''^  fos*bi-lr'^ 
.«ánnos  sestarywatmbdp  '^  'qtKr  -lo  egecütic- 

-moB^\  haUaocbdeJas  tufiaa'^  «ednasckmos  h 

-educiicipn  deJloft  bi^íí  dost  ^MStj^ettera- 

Jes>  qpeisoa  ^  laiveMad  kb  ddgMncdoS'  téh 


La  eiioeacioii 


91»     .1S^^eSdctíloá¿Jd?ültffüki^^ 
Igulaves^que  iny'deediicarlQSf8iio()de:Coii^ 
gima  variafed  eá  eL  más^  y  menos  de  cada  nrid 
da  ellos. 

f'  Segtmeii  primer  plin,  noa  pro|x>ndréinctt 
superaciia''^  saear  nq:ívquese/llama.nn  tiraibre  agradable; 
9o  ^^91^  I  que  scste  ek  el  blrácaáiquemíraalDs 
tdesedsdf  ñiudiba^  y.qiie.auQq^'Bii  lenguage 
'^  divsevsD^. todos  k» ésfueraoB ^  queae  faBCe% 
y  todos  los  cufldadosi^que  se  |XMeo^  ae  dmgea 
lÍ3€8lfa(;i|fAflao$  f  aon^jdB  qué  suferfce  se  ^ccuta^ 
^  qiiCwicir di  exeSMUilnpe  ^grad^e )  de  que 
A  3qelé  luGaar  eq  el  muaob  aadto  casa  De9^ 
.ptfss:  pasiÉéinbs  i  otio  plan  p  cpie  seguido  ^  pD« 
<]l¿íp:ip(MBÍReser^tatnbíen  agradable  á  toda  1^ 
^ioeiBdadi  9ÍQ  que:e9|é  Raines  io^apoda  4el  ides- 
Jiigúb  de  ^s^núkín 

- '  '  La  ícostunibre  es  ooúdiscir  á  los  túñoa  púí 
^  gfaa  camino  de  los  estudios  ordínariiss  ^  y 
ifaac^rkis. pnac»  de  dase  énrdase:  en  esie. mo^ 
'áoéé'jéáaf^aKm:i90iffíLi  ^gaoar  Dradb0>  pitti 
'Beodefeafgándeiüna  infiraca^  kj  wetáBáimF 
.porcoaa. .Sedidl /que  ae  s%«e  eneatalanocí^ 
*^»y  qurseüace  todo  quanto  esaemarid; 
ide añadirá ttidaírí?^. que  la. educacioQ !piibUca 
es  un  medio  para  que  adquieran  los  pnasa 
iHBiistades^  y 'conocimkntoa  ^  que  ^dl  tiempo^ 
y  las  ocasiones  les  podrán  hacer  muy  ntileii 
Esto  solo  nó  es  ciertamente  solicitarle' á  la  j^ 
^eotudy  ni  d  Griego»  lii  d  l4dn  /m.^pie- 
dkdy  jcd  reg^  de.  oondii^  Qué  bván  .eob 

«5» 


Qffta de  im  Padre  de  fandlias^    49t 
esta  crianza  entine  los  ingeniosos  ^  y  cohosff 
'Aun  les  falta  que  saber. .  Peto  no  es  malo, 
que  nn  joven  sepa  escribir  un  papel  ^  que  te» 
ga  algana  idea  de  la  historia  ,  y  sobre  toám 
el  cooochníento  de  los  Dioses,  y  Diosas,  s^ 
gun  aquel  orden  que  ocupan  sus  aventiúras ,  y 
metaaiori^xisís ;  y  en  una  palabra,  que  posean 
ia  febula*  La  fábula  hermosea  el  entendipiim- 
to ,  dá  materia  para  el  aduno  de  quartos ,  y 
jardmes,  está  inseparablemente  unida  1con  la 
música,  y  la  pintura.  Y  en  los  espedacdb^ 
y  en  el  trato  del  Mundo  se  podrá  acaso  pasar 
Btn  ella?  Preciso  es  siempre  tener  al^n  fin  en 
en  lo  que  se  hace. 

Con  miras. tai  relevantes á  cerca  4e  la 
educación ,  se  trabe .  acaso  un  Ayo ,  ó  per* 
sona ,  que  haya  de  instruir ,  y  enseñar  al  ni* 
fio.  Se  le  hace  lá  primera  acción  de  politi* 
ca  á  está  persona  ;  pera  quando  en.  adelan^ 
te  se  dga  ver,  ó.éotia^en  la  sala,  so ile  r» 
dbe  con  ún  ayrerde  iodtferencia  ,  semejauíf 
te  al  que  se  tiene  con  un  animal  domesti-» 
eo,  qim'entra  sin  hacer  ruido  en  el  quar«; 
to  ;  haée  ,nna '  demonstracion  4e  cortesía  .>  y 
se  bndveil  saUr  úa  coosequeocía,  6  Gp^iS^ 
no  faoviora  ehtrádúv  Coi^  todo  *eso  se  ^irá  al? 
guninedde  este  hdmbre,  si  él  niña  tíaiie 
tñfieodímienta ;  p^»  1^  causa  se  septencia 
eoDtraiéL  antes  con  aates^ai  el  jofielí;  Ctrc^ 
-  TGm.XL  Q  ce 


%  ^ 


i[^9    Esp^acvk  de  ¡a  Natur^dexa. 
iC6;de  él  ^  sin  ocultarle  á  éste  ymisu 

Acabado  el  tiempo  de  los  estudios  9  por- 
^[Be  el  tiempo ,  y  no  los  addantamientos  ^  es 
quien  lo  determina  txxlo ,  se  le  saca  al  joveo 
4  luz ,  y  al  trato  del  Mundo ,  se  le  procura 
tapafaíen  un  empleo,  y  alguo  difitado  ;  pero 
sin  afanarse  por  las  cargas ,  que  trabe  consi- 
•go ;  por  el  contrario ,  se  le  sugieren  los  me- 
dios que  hay  de  suplirlas ,  y  de  libertarse  de 
días.  Ko  és  necesario  sino  saberse  gobernar^ 
y  boorarse  con  el  talento  de  l^s  jsubalternosi 
dejando  siempre  en  buen  lugar  las  -  aparien^ 
das :  de  este  modo  todo  viene  á  ser  una  firus* 
lería,  y  puro  ju^a  £1  punto  que  se  le  encch 
mienda,  el  pimto  capital ^  es  el  erie de  agradar. 
Dá gustp^le  dicen, y  tú  lograrás,  hagas  loque 


JS^  verdad  9  que  un  hombre,  que  noesla* 
fcorioso,  que  lio  se  halla  instruido,  xa  k  £itigan 
tampoco  sus.  óbU^dones  ,  iiacá  -gútar  contra  él 
á  todos  quantO0tiehenáIgun  n^cKdo^.queper* 
fenezca  á  su  despacho.  Dilaciones^  rodéos^'des-t 
gracias, supercherías,  y  aun  injusticí^,  qnas 
yeces  unoyotrasioiTo,y  otras  todo^sektnh 
puta ,  porque  sus  operaciones  no  pioeeden  áá 
dbseo  ^e  hacer  bien^  ni  déla  intencioar'  de 
agradar  á  aquél ,  que  vé  d  ibndo  de  los  iranH 
¿ones;  peroél  no  dejará  de  verse  éntitofiadr» 
ettetMuodp>y  de  mantenerse  con  sma  «s^ 

:         pe- 


Cenata  de  un  Padre  defamfUas.     x  i  j 
pecie  de  repiitadon  ^  con  tai  que  sepa  agfa« 
dan  (**a) 

ffl  arte  de  agradar^  que  e«  carf  el  nttíco  l«  prí«ci- 
importante  en  el  Mundk),  paes  pasa  portxid^  SÍTií^*"^ 
liro^  por  talento^  y  por  TÍnud  émre  lo$  Hdm^' 
hresj  se  puede  reducir  á  ciertos  meifios  gems 
rales  y  que  son  como  las  fuentes  de  donde  sde 
la  dulzura  ^  y  todas  las  gracias. 

Después  de  la  sumisión  y  que  es  ef  afma  sumiito*. 
de  esta  arte^  y  que  mide  totfes  sus  oUígatío^ 
nes  con  los  deseos  de  aquellos  ,  á  quknes  vá 
á  hacer  la  corte  ,  los  ck>s  medios  ,  que  son 
mas  generalmente  á  gusto  del  Mundo  ,  son 

Qa  el 

•  (»iF)  Eocronadot  cmi  esta  ortJMia  »  crajairia  el   creiUto  k  m  1 

Triboodi,  h  Oficina»  aan<^ue  sea  la  mas  decorosa  ,  y  honrada.  Lle- 
gará á  ellos  un  TreceadicntenMl arreado »  acaso   porqae  le  des«  I 
«rayeron  sus  vescidos  los  erábalos  de  ia  gncrri  >  que  a^ndó  á  sos*  | 
tener  con  sa  sudor  »  y  su  sangre  >  en  dtfensa  de  la  Religión»  Rey» 
y  Patria  ;  esplicales  so  precensioa  á  e<cos  Héroes  i  y  >  6  porque 
se  espUca'mal ,  por  entender  mas  de  valor  aue  de  cloquencia»  h 

rir^ne  insiste  demasiado  en  sa  raxon>  6»  loque  es  mas  cierto« 
causa  de  sa  mal  restido  >  los  Héroes  >  de  que  tratamos  »  fe 
desazoaaB ,  tlaan  la  roz »  lebaman  las  manos  á  U  ftcnte  >  y  la) 
cabeza  »  y  dicen  >  que  ios  atormentan  »  y  matan  pretensiones 
tua  mole&tas  »  y  hombres  tan  porfiados  $  y  finalmente  >  los  des- 
piden desabridamente  del  puesto  ,  y  los  dejan  sm  esperanza :  %ím, 
cuidar  del  gasto  >  y  mala  obra  del  infeliz  Pretendiente  •  ai  ha- 
cerse carg^de  que  los  mantiene  el  Estado  en  aquel  oneato  par» 
sufrir  co^Vones  semejantes  >  para  amparar  al  dcsvalíAo  »  y  ser- 
ynx  de  esté  modo  á  la  sociedad »  y  4  la  Paertá :  pero  aij^ni  el  arte 
de  agradar  no  les  stnre  >  ni  es  del  caso.  Por  el  contrario «  si  lle- 
ga á  la  mesa  de  estos  hombres  grandes  nao  >  que  lo  sea  tú  el' 
Blando ,  que  los  pnede  valer  >  que  vá  ricti  y  costosamente  res^ 
ádo  » se  Icbantan  ae  sn  puesto  >  le  ákn  asiento ,  le  ofrecen  sv  a«« 
ailio  •  pondera»  ia  4iMl«Bddeta'pflietciiston  >  I»  arduo  de  U 
empresa  >  annqne  sea  un  pápelde  N.  h  alguna  licencia  de  tabla; 
•ero  asi  ■nietcraiis«  a(^M »  sm  qne  les  ¿nesfe  la  «MTor  <cm  •  le« 
Santan  sn  mérito  >  y.  ponderan  sn  trabajo  %  qne  no  viene  despees 
il  ser  dcvalde»  ni  i&gSp^  De  éste  aiodo»  con  ¡«tticlai,  ^  sW 
elbt  se  gatta^íttce  «  y  triuppha  Miren  si  el  arte  de  af^adar  im-; 
portnba  aqoi  :  .4t  tfn^  u  b$ét  Mimtrtt  fdttdi  .  «f^irff  *#fWs^ 
pues  la  Deidad  para  todos  es  igual. 


X14  Esp^acido  de  la  Naturakstiu  . 
el  juego  9  y  un  ayre  desembarazado,  y  libre* 
m  jaego.  '«"^  Una  de  las  primeras  obligaciones  de 
ú  hombre  agradaUe  ^  es  jugar  fuerce ,  y  sa- 
ber perder  su  dinero  con  una  apariencia  de 
tr$M)qiiiliÍ4ad ,  y  soriego,  £1  buen  jtidador  es 
ooa  especie  de  héroe ,  siempre  prcmto  á  obli« 
gara  los  otros, y  á  hacer  su  voluntad»  Este 
es  un  amable  Philosopho,  á  quien  V.  m.  encona 
.  trará  sienoipre  el  mismo  en  'fiodas  las  ocasio- 
nes :  acerca  con  un  ayre  de  indiferencia  la  pla^ 
ta ,  que  gana ,  y  aparta  con  ayre  risueño  las 
sumas  que  pierde*  Tien^  comumnente  la  ra- 
bia en  lo  íntimo  d^l  corazón  :  pero  la  seré- 
sudad  se  ha  de  dejar  ver  siempre  en  su  fren- 
te. Ko  hay  uno ,  que  no  admiresu  igualdad,  y 
que  no  aplauda  su  desinterés  ;  pero  ello  es  ver« 
dad ,  que  esta  calma  no  impide  que  la  sangre 
se  turbe,  queme,  y  corrompa  ;  que  la  negra 
melancolía  altere  ú  temperamento ;  ni  menos 
ti  que  este  héroe  liberal  perezca  de  miseria* 

Bero  antes  de  llegar  á  la  desesperación, 
6  á  la  triste  necesidad  de  ocultar  en  el  re^ 
tiro  la  ruina  de  sus  negocios ,  goza  ^r  al-» 
gun  tiempo  las  primeras  dulzuras  de  su  ofi« 
cia  El  juego  le  franquea  entradas  ,  y  le  ha« 
ce  esperar  protecciones :  también  hay  tiempos 
en  que  pintándole  bien  la  suerte ,  y  aun  con 
dguna  constancia,  se  le  pone  en  la  cabeza^ 
y  1&  persuade  eficazmente  aquella  opínon,  tan 
vana ,  como  lisongera ,  de  que  nadó  deba- 

•  JO 

% 


jo  de  algún  sigtjo ,  ó  Planeta  fesroraWe.  .  Aí^ 
gunos  rebeses  pasagerp?  no  son  capaces  <Je  bor^ 
farle  asta  .j^wHaáqo  t^p,  wciaaaj,  LÍég;ase  £| 
^empoi  tvrbsr  ?.$qhiffivienenfit«n)pQ9tades,qM 
le  destruyeo  ¡to^a.ac^a  leUcidad  de  sos  pri- 
meias  empresas.  Sú  Ptúlosophip  está  firme.  La 
aéiiie  de  triboladone^ ,  aüa  las  mas  obstinadas, 
» interfUBbpedp  qiiapdo)^,qi«andpx3{iD  «Igunáá 
vislumlms  d«  esp^i»^  1,7:  de^  Jíwl»  >  í  I ,  oo 
peide  jamás  de  vista  aq9<^  ^tidl»  ,  debajoc 
de  cayo  boroscop  feliz  nació»  £45- pruebas  de? 
etto  bao  £ida  muphas^f  ui^  poco  de.iiúr9<qf  qiiet 
bolvérá  el  Astjo  4 ,  tomaf  su  ^sQeddt^if^^ír,  ccto 
esue^eraaza  se  etpbida^,  ^Ám^i^  xwaúaáJ 
No  turbemos  el  esfiídQ  dei  tfnir :  wol  .una> 
previsioa  imponuná.ieS; viable ,.  ^cttotbomf . 
be,  que  ifiac^  ídía,,,  ^.iáíitít\<^  «m^i 
Yo  lo  quiero  q^eei  ^  y.eefO;]^9fta,tp^<abrar 
SMT  un  estado,:;^!  que  ^j^.5^BUian|Qfttd::g»n 
naocia  en  él  ^  Examinémo»  siquierd  un^iosoír 
pmt  I9S  nobles  mqtiTos , :  que, juman  <la$  .per- 
smas  apadooádas.pov  d:!J9«g»  ,:  d^adoífe  k) 
parte  |pdos  los  peligfoi  FodriasiQ& '  imi^nary: 
que  la  razón  qoepl^Ke,  (queiw  ijygbdoT:  ^an 
siempre  bien  recibido, es  la  t^ecesidad  ,  que 
tieoen  las  personas  desocupadas  (le  hallar  at-. 
{[UQO ,  que  les  haga  coinpaiíia  ,  y  que  esté 
pronto  para  su  diversión. ,  Yp  no  dudo ,  que 
esta  causa  coopére<  a%p  para  que  ba^n  ca- 
so de  éL  No  saben  estos   hombres  qué  ha- 
.»  cei 

'  é 


lid  EspéShíoiJó de ta  Naturtúeza.  ^ 
eér  del  dempo^  y  es  muy  justo  ^  que  estímea 
á  uno ,  que  sabe  perder  álegremeaie  con  ellos; 
^to  todavía  faay  otrb  tazón  nías  poderos ,  ^ 
mas  secreta  para  que  este  hombre  sea  recibido 
eon  un  semblante  risuefio  ^  y  con  un  tono  fes-^ 
tivo  á  donde  quiera  que  llega» 

Entre  toda  esta  buena  gente ,  que  ík>  ba« 
bla  sino  de  oUigar  j  de  afeétos  nnuy  ^íngtda-^ 
res  9  de  móstifar  un  corazón  nobfe  9  y  desíiáte*' 
resado ,  no  hay  tino  siquiera ,  que  no  entre  en 
el  juego  con  un  deseo  sincero ,  y  con-  útia  fir^ 
me  esperanza  de  ganan  Este  deseo  es  muy  eff-> 
cá2  en  todos  los  que  Juegan  con  pasión  :  y  si 
V.  m;  me  (ftegunta  quál  es  él  verdadero  mo^ 
tivo^  que  los  a|>risiona  día,  y  noche  á  una  me- 
sa de  juego ,  y  princípálméiiee  de  un  juego  fuer* 
te,  coii  perjuiék)  de  aü  suéfio^,  y  str  sáliid,  res* 
ponderé,  sin  tetbor  dé^ errar. ^áe;d  ^feí^pe^ 
maoLSitM  pítm^  interesa 

y  quees la  pura  avarficíái 
-  Un  jttgádot.,  y  ávr  tí  buenf  Jugador  ,  no 
es  akaoiHi  bone$tdí.harpáfg6n*  (**)  Hay  acá-- 
sp  aviroálg^MO i  que  no  vea  á>a  a^ía ,  y 
aaa  oná  iocÜnMiot»  natural  aquellos ,  dé  qtiie* 
nes  espera  ganar?  Por  esto  les  tiene  abiertas 
st»  puertas.  Luego  un  jugador  mira  á  otro  co« 
'-    '  '   ?  • "  •  *  *  mo 

^<^*)  Gtte  nombre  es  nuéyo  k'n  et  Iltómt  Franc^i »  ¡iitro<laci  Jo 
por  Moliere  en  la  Comedía  dcit  uiviér^  ¿-y  es  lo  mummjfíft  L^^ 
dr§ií  t  ií   honbre  que   enriquece   por   riu  injustas  :  .viene    del 

CWego  ^fXa^^m  t[4^u.  fcjiiinttp  ^ríéiA 


rM#. 


Caffa  de  m  l?a4x^^ fi'f^<*^      %^7 
B)0  á  su-  recunp,  y  ccunoá  uq lioqa]}re  i  k.cor 

ya  cosa/esperaeo|n(|i]ep^.Tad<S|80ii  los  por 
derosoc  laxos,  <]ue  los  uoqik  .  . 

Esto  es  «kcñ*)  me  op9Qdi^nánaí,.dei>' 
jpasiado  pqco:  «^  .6«  comparar  á  uo  taúr 
coa  ip  aviVFp.;  Un.ffwaiK}^  «%)?  >  y  w^-«  ^ 
«US  gaowoMs  ;!0B.^»9aQ9í$p^:Ia  i^<)aEifisri- 
«  de  un  tn^jo  €pj)$|aate. ,  y  obstinado..  Ua 
4vaio  yodura  ^  qiper  «dqui«re  ;  .pefo  sa^  cao* 

fa^,i6 1»  9ii«iKWii4f  ^WiCfnitniíe^  yf^nc;  «iiy 
xon«ui.<»s  i«i9^$  leye^:jE»ÍQ¡4miflooijafiitt7 
gador?E«tete(Di4>9sieatOieoii»p  OKsa  de  juegOf 
dos  l.fHaes(**')  soa  IP(lp<^  C9iidM>y.ao  qutrtá 
le^49(|i;se  delaiti(:^^^swl|p9lt8.:és|^twói^ 

^^  había  preparado  )a  {bcovideacía  pura  aeeoaif 
pensade  tm  tra))!ajohQii«MO»y.de.iii»aipdjastrái 
legitima  rpi)Q¡pto  i  ai^niprMo  todo  y  ata  dÉr 
oada'  «n  cambioiiSl;  jiifiíAHr  pasa;  auti.4im«de« 
Jante ; ^  tece  <Eqri^,iQii  i^eoe  ixütiea  coft 
Wro  J|igadot»S(^f  ti^od^^  cina  ituencionUtu;^ 
«noen^4(^|>qfarle,^de;5Mprle  sin  una  Uiúica,^ 
de  sacaur  de  ^  lo^gmí  np.ijea^^  yiobOgaik  á  qtiá 

le  pBgoe^cDpttiiy^Kb  dsNi^i9i9.yleti«o  e>»  t»». 
leacjútctMatancáasli  ver  Vi^rd^idl^^i»t(».£UKn' 
eo^iMKs»  se|;iijDret|p>  Bitlazp,de  uqn-imoenasob 


4.1.  •    ;       .  ,  . 

d  Tilpr  •  los  hay  d^  ce  fea  de  <tf  o.,  reales,  y  ttmbico  de  ocho^iuiE* 


tftS     Eipe&aetih  ^íá 
tíedcíd ,  ni  un  simple  dápeídieio  delliéilipo ,  \A 
-^tola  una  ávarick  paliada^  es  un  corsa  verdadero^ 
y  un  latrocinio  auté^izado  con  lá  costumbre.  Vé 
-«qui  la  objeción  Cbn  toda  la  {berza  <)ue  tienen 
Bfiteaiiior  del  ju^,  tan  esenctalá  un  lioní- 
aéijl^fo?  bre  agradable  ^  y  cortesano ,  can  necesario  para 
forqiar  un  bozñbre  <lel  tiempOyó  del  mundo,  no 
deja  ^  ¿igM  lo  que  dijeren ,  de  tener  sus  prmle* 
gios  singalaMs;  El  juego  arruínala  salud,ylaha- 
tienda  delds  nobles ;per^tlenje  ésto 4e  bueba» 
^oe  puede  peát  «a  >elioá  pdr^«odái«trtdémo,  y 
por  lociai  su  denóiai  El  juc^  impedirá  á  un  Juna^ 
perko  adquirir  d  conocimiento  i  y  noticias  prer 
cisas  á  suempléo;  peto  jes  cómodo,  popqoe  no  le 
esnrliarí  d  qué  se  duerma  en^  lá  Audiencia,  ni  ef 
ifoe  4eóida  despues^laí  Vida^  y-hácfeádá  a^ftal 
El  amor  del  juego  ^ieriectira  Ventaja ,  détíUta  Itf 
mayor  pane  de  las^masffuértesf  paciones,  y  la$ 
Ifeae:  én  «aptlvidad^  poír>«gempló  y  4eslt»ida  de 
)oigaiiM:á4^ur feí  b8l^  el  am6r  Cót^iigiil'f  M 

debida»  Í4itis}1iijM9Í)d(x»á  púh&díSrimtc6^tl 
«entiohlefiío  déla  eqp^ati^y  qúkt^Ióis'i^^ 
losrlbmsr  dfestta,  y^bcukíMie  e» 

sttyo'^ e»lmmm^rái^^ ^JM^tnJbdiaadéii^,  qu¿ 
cea6lobav>Se^ddigUdb  i'  ma^^  Íéáks^^pSSt^tí&A 
do^y  eadml^4:te  «e^éi^tkía^^édHI  «u^tibKgíH 
dones.  Es  preciso  confesar,  que  un  ladrón  mu* 
chas  veces  causa  menos  mal  que  un  jugadw; 
Pero  tú  esi  Jariuee&a  de  ú  ccfitumhMÍ,.elJd(j^ 

t 


Carta  d^tíh  Paire  de  fmílias.  '   tíif 
io  embiaal  ladrón  á  laborea  >  y  acoge  al  qué 
9b3x  ijae  es  un  jugador  perpetua» 
•     a."*  Después  db  la  bajeza ,  6  coodescenden*  ^•pj^'f?j  ^  % 

•     j  •   .  i*  ■_  í   ,*      •  ,..•'«<*«  libertad 

aa  del  juego  foette ,  no  hay  elcKa  de  oy  medfo  r  chtiUauK- 
toas  seguiró  pava  adelantarse  en  el  arte  dé  agrá^  '^^' 
dar  9  obcno.  un  áyre4e  libertad ,  (^a)  y  la  vatia 
ostentación  de  dw1atán«Lo$  Militaren /áqüie* 
Bes  so  ocupación  9  y  trato  de  Mundo  parece  que 
los  dispensa  deiácücuiispeocion,  yitserva  á  que 
está  sujeto  un  ^agismdo ;  títmen  naturalmente 
un  ayrede^ftanqueza, y  festividad ,  que  e«oy 
muy  lejos  de  criticar ;  y  asi ,  no  hay  que  equivo* 
car  uno  con  otro*  El  ayre  de  libertad  ,  de 
qoe  aqoi  bablamo;  «  se  dará  á  conocer  súfl« 
Cieatemente ,  afiadiendote  el  bullicioso 'atur^ 
dímien^^  d  la  locura  de  un  cbartatán  y[**h) 
Tom.XL  R  ^      dé 

LthtrUr  y  solmtUr.  ^  *    "        '  ' 

•<*^)  Bsm  fon  k»s  4|iie  €a'FrJUid4tlMiaa> etMttr<t(ftt¿r'>'Ji:«il 

tre.  Y  aunoué  $c,pudiera  disputar  muy  bteii>  si  los  <|ue  en  auescrt  ^ 

Ispaáji  se  Uamaii  J!«rMifftf  r^  áui  4Í<]  carador  ^A^peHosi  i¿jo  re  ¿ 
trato  se  poac  aquí;  pero  n©  ob^cancr» .  que  •  mochos  de  los  ile  Hspa* 
na  TÍTCfi  siempre  ^úmxvtéPw  Ae  H  mÍ5mo$,en  quieséS  co4o  los  ena- 
mora ¿^ae  su  primer  consultor  p^r  la  maiiaft-cf-el  espejo  >  ^i^ 
pasan  las  horas  enceras  ¿n  t\  cocaJor  ,  con  oprobrio  de   su   sexo,    ,^^  ^  fiara» 


coa  co4o.esaito  tiene  el  nombxe  dePetímecrc'ciifispsfta  b  «ígiiÜ 
ncacionque  en  Francia  >  donde  pasfin  lospeciiHecres  por  la  gen^c 
níáa  difoMta«  impia,/^ct9t  in  rcli^on  )  qtre  Kay  en  el  muntfor  poc 
lo  qnal  iHjo  DDtuy.  bienal.  Vqlucre  •  casi  al^rincipio  deji  Casca. 4« 
5U  Tragedla- ete  Z«i>4  !  S^ths'Petimitret  stn  Í9S  anfmtlermat  f$- 
ii&missd*  ^mémtti  t^ttm^tram  ^m  •rgnU»  flirt  l4its^éfíít  pitrré.foo 
razón*  pues9  de  esta  diferencia  ,  no  le  dáino$  aquí  el  ^nombre  d¿ 
P0tmttrts  ft  estos  ules»  Uamaaáoles  ChArUtmneú  nombre,  annqu^ 
>ügo  gcaeríco  >  bastante  proprio  «  y  capaz,  da  U  especio  de^hoin.*' 
itoes,  i|iie  ^«moi  ^  describir;  tí  bien  -  les  pudiéramos  'H ama?  coi) 
bastante  proporción  hmfiti  t  (r^f 4«sir4<  »  ¿ce.  nnmbres  »  ^uc  m 
ílesdic««dcsu-ttmAer. ülltalUnoles  U.ití>iiy«ffm«*».   «  *^ 


i^ja     Espe&actilo  de  la  NaturtJeza.     ) 
4b  qoieo  la  franquess^a  9  y  abertura  miBtar  efe 
solo  una  &lsa  copia.  Consiste  ^  si  esto  se  pue*^ 
de  explicar ,  en  un  modo  burlador ,  inipecuo- 
«0,  chocarrero»  que  parece  aer  sin  réflbúoó^ 
úñ  estudio  9  y  aun  sin  regla;  Yoquiaíeasiver  d 
un  Lógico  emprender  .la  defimdon^  dd:;ayre 
de  estos  trapacistas  por  su  generó ,  y  difereo^ 
cia.  Sin  duda ,  que  se  había  de  hallar  muy*  enn 
barazado*.  £1  modo  de  proceder  9  y  naspejatn 
se  uno  4e  estos  4Ebirlatsiie8  \  ^reoe  eoeni^ 
de  tod9  atención  >  y  cortesía' ;  <peK>  se^estienH 
de  atan  grande   numero  de  predicados^  que 
una  .corta  defíaicion  es  imposible  que  los  Gom«>i 
prebeqdOf  Sin  tanto  philosopfaar  arrieagnemos» 
una  doscrspcioQ  ,  que  admc^  la3  genriteig»¿> 
^e  incluye  este  caraéter^  el  día  d&  oy  taa 
importante. 

El  espíritu  ,  pues ,  del  charlatán ,  es  cier- 
to C0oq>ue8to  de  una  multitud  de  peque&oa 
viages  ^  y  pasos,  acciones  ,  ó  modos  de  por» 
fár^  y  y  de j>alabrás  alusivas,  y  suaves ,  que 
trabídas  á  proposito  ,  y  festivamente ,  pudie- 
ran gustar  9  aun  mas  que  las  que  preceden  de 
un  juicio  muy  sentado , .  de  la  ciencia  misma, 
y  de  los  mas  bellos  talentos.  Tales  son  ,  por 
egfímplo  j  la  averiguación  de  l;as  modas  tír 
gurosas ,  ói  grandes  modas ,  que  van  saliendo 
diariamente :  el  decidir  con  proporción  á  cer« 
ca  de  la  elección  de  los  colores  ,  del  lugar 
cabal ,  que  le  viene  á  un  bucle ,  á  un.  tren- 

«za- 


CartádemVadíreJefamSUm.      lat- 
eado y  6  á  on  filete:  el  picarse  de  tener  á  ttot^ 
fio  las  esencias ,  6  la  agua  de  dor,  la  mas  per- 
feéka  9  siempre  que  quiere ;  de*  hacer  pirovisíoít 
4e  todas  \vi^  fiíbufaa  ^  ó  historietas  que  córiets;^ 
áe  epilogar  ea  t(»oobUgaiDrioib>máiQr.cbi«* 
sa  que  se  haya  dicho  ,  hallaoda  delicadezas,^ 
mysterbs ,  ¿  inteticíooes  ^  en  que  no  se  bahia 
pensado ;  ingerine  ,  tordrado  con  siySézai,  ]r 
aun  con  vloleoeiaia  conVeiucion^  pasa  redu^ 
dría  por  fuerza ,  ó  por  grado  á  la  diocanreiia^ 
7  á  la  burla  ;  estar  de  acecho  para  arrojarse  co« 
mo.  ave  de  rapiña  sobre  al^n  abanico  ^  que 
«e  ouga ;  ofrecer  á  tiempo  el  «ooorro  de  una; 
mano  >  severamente  cubierta  con  el  jpafío ,  j^ 
tefa  del vestkio i  para  servir  de  braceroá  una* 
Señora  9  que  se  puede  tener  mejor  que  él ;  di- 
versíicar,  segad  lasdretmstaiyciasy  aquellas  for**: 
midas  suaves  de  los  cumpliaiietttos  ,  y  cortea 
alas  9  que  corren  ^traher  la  nótída  de  Ainai  pie^ 
2a  <fe  música  ItsAana,  que  acaban  dé  tocar  mal^- 
d desludr Guignon ^h  k Clero ^  (^^)  d  de  ua 
romance  absdutamente  nuevo,;  ydemcacce^ 
Imte  tn^l,  6  ima  obra  de  muy  sodbsdos)Erfe^os¡/ 
Petó  prindpalmente  donde  tríumpfaa  el  diar-^ 
latan  es  en  lamesa  ,  por  la  multitiíd,  é  idipor-^- 
tanda  de  los  oficios  que  egerce  ;  posee  eñ  su*, 
premo  gradc>  el  ^r^  maravilloso  de  partir  uní 
polto  sobre  fes  puQts^  de  los  dientes^de  \m  te*' 

R  a  ne* 

(W>    ÜM  VioIÍMi  de  Parts» 


IS^  EspéSoMhde  la  NatWTidna.  ^ 
nedor  ^  6  trinchante  /sin  afear ,  ni  desoíembrar 
las  pie^  que  corta  ;  con  la  vista  »  y  d  olfato 
dedde  sin  apelación  el  grado  ele- bondad^  el  pno-. 
tf^  del  cocido  ^  y  las  raxones  4e  pre&reoc¡a;i 
quita  todas  las  iocertidümhres  ^  ptevieae  todaft 
las  necesidades  ^  y  adiviq?  las  intepcktaes  ;  á  to- 
do atiende  :  sin  so  auiiUo  no  sabiian  los  que. 
están  allí  para  qué  'se*  baUao  «entiido  á  la  meau 
sobre  este  ege  rueda  la  máq<Ü£fa>  y.  todo  corre 
4  $u  cuenñi .  '     ^    .   ^      .      . 

£1  paseo  le  franquea  todavía  mucho  cam« 
po  para  egercitar  so  generosidad  >  y  su  carao* 
uest  oficioso;  El  arregla  quánto  pertenece  sd  Co-. 
dieio  y  ^mpide  los  atolladeros  ,  qoaodo  él  la 
iosinik  se  beján  del  coche  i  y  por  él  se  ea«^ 
Guentran  céspedes ,  6  campo  hermoso  en  que 
descansar  ;  no  l^y  ooss  que  no  se  le  deba^ 
oorreá  la  (fiestra ,  y  á  la  siniestra  \  aqui  sar^ 
€a  una  c^  ^ialli  un  tulpísp  de  fiJdriquera} 
eñ  otea  un  KakoSario  univeníá:  (^)  si  se  ofrar 
oe  refrescar  ^  él  escanda  ,  y  sirve  de  copéroj, 
conH>  quiera  ^  se  multiplica  9  y  se  halla  en  to-» 
das  partes  á  un  tiempo.  Pero  quién  p^4  ^e^ 

cribír  la  multitud  de  cosas  a^ad^les  Tqtie  ^ 
ca  á  luz  ,  yá  sea  de  memoria ,  yá  de  su  pro« 
prio  fondo^  6  despensa  ?  Quién  pocM  haces 
inducpon  de  las  sutiles  disputas  con  que  43e8- 
pieru  los  entendimientos  ^  y  <k  Im  qieniidas 

f^^)  Libro  9  que  9e  ma  en  Trahcia  %  y  t$  aaa  especie  ^c  Guia 
4c  forasccfof  9  niisque  pone  mucho  mt»  dc'iocoiiMUi«« 


gdaittcdas  con  que  oUigai  la»  petnoás ,  que 
nomoañji? 

I  Ea  hombre  s^S^,  y  SíidoadlniscaáDpreii 
pÉratitos  ser  titíbciiBif^ecto  U  bmtoa  rpm^j 
y  C(»itríJboye  eo  todo  á  la  dulzma  de;h  coaveM 
sadon  ;  pero  so  se  fie  por  la  provisión  que 
haya  hecfao  de  la  rea ,  ni  qinndo  no  hay» 
asunto  <ie  <]ue  i«ir ;  no  baee  osteotacioa.,  o» 
«ngna  i»i  lm(eoa  voluntad  m  cosas  ddicQbs^ 
reservando  su  afedo  para  servicie»  reales  ,  51 
^tíídos.  FMo  «1  charlatán ;  por  el  contrario, 
desaparece  como  un  relaropagp  ,  quando  8e[ 
trata  deoe|^0)ó.de  tra^jo;  Do  as:llamadq 
f«ra  «sQo ,  su  aaividod  seilítníta  4  las  dérasio^) 
ncs  nada  fuigosas^de ia  Yida;ctrll,  y  á  o»iut-) 
cer  casa«  ■        t 

% 

Quien  le  viere  daosar  «  boltear.  sobre  d 
t46n ,  awtar  jstlvar,i(tari|fs»j^l  t»^pi,\x9^, 
Uaoarse  «n  un  can^ ,  abrir  un  tibiio  ,  y  ti^ 
nofeal  tercer  reoi^y'podráimi^^nar^  que 
esielKMitlne.fip'iáens^  de  modo  á%uno,.6 
9ieM>«a  ti^i^yqiie  obedece  i  le  primem 
«topteq|^i;  pero  resto  «s ;  conoeUr  uria  ifiítei 
idea  de  lo  <j«ft  ^<)  paiecefi  iact^Ue  ^  quáa 
grimde .  designio  lUbe  i  y  cce  qiiéata 


-I  Wf 


baoe  quaoto  se  le  vé  ejecutar  tan  pred^iita^ 
dameme,  y  sin  seso.  Sabe  muy  bien. el  pnn 
vecho,  que  sacará  con  ta{. gasto,  d  tal  ac^ 
don,  vé  quíjato  le  hade  «¡^ryir  determinada 
nústura  ,  upa  sonrúa ,  «mi  palabra  .  un  des* 


f    -a 


CUi- 


f  3  4  E^éSacutoíkla  2V¡m^raftteiu 
CMÍdo«  V^nu:  le  verá  adáaf;  y^  M  -es  porque 
se  haya  propuesto  el  llegará  parte  alguna ^^a 
clea^goioe»  mostrar^  i^itetíene^  ta  pierna > bien 
^ledaa'j . órk» . hbml^ds '  bien-  sa«ado^  8e:rie( 
AO'  «B  posqite  X  haya  ^  dicho'  CúSá  m^y  idtt^ 
é  ingeoidsa  ,y  aun  muchas  veces  nada  se  ha 
cücho^siao  que  enseña  á  los  qiie  han  «ntr»^ 
do  .de  JúwsTO  y  qoe  tíene  los  dientes^  muy  blao-i 
costes  juay  justo  darles  prbsto^naiidóad?» 
pei;sond»  -  .'•.': 

,  Qué  quiere-  decir  aquel  sbmbrero  ridicuía,í 
7  andrajoso ,  que  cuelga  negligentemente  eo  la* 
|iQQtas.de  sus  dedos  ^  y  que  ileba  después oon  laa^ 
dosiwnbȇck  lo  inferior  de  la  barb^  ;^bajaQ-^ 
daJbsidjoSi  ¿•incfinátídcriie  %oñ  uh  -ayre  afto^ 
tuoso ;  que  le  pasa ,  y  repasa  de  un  ladaá  otio^ 
le  hohéa  por  largo  tiempo  en  eí  áyre  ,  y  biielve 
ea^(?  4  pa^^  d6baja4*l  toazo^dei^tePdf  úxt^ 

t  r )  ps&»  moViMÍéHtofl  s  qbe^á'V.M.'le  pam-t 
cen  casmles  \  y  tú-  veí  itiv^tuntariüs  s  soo 
muy  librea ,  y  ^bemados :  ese'  sófnbftrc^áyii» 
é»,.§a  rboenir'  dispéKsidón^  qu6  €»  já-^sa  dé 
tcxlq^sq'^íiiérito^  ése'^nfbifeM:^  dMOtd  so^aKM 
dot'dfTaccidmr ;  y^leíJiVérsiliíá/  O^^i^^  ^^ 
Heá^éa  í  y  qué  relaeieifk  tan  dilatada  sería 
meqester  parra:  saber  discurrir  i  cerc^  de  loa 
recufsds  5  y  novedbdes^^  qik'  este  hooibfe  ha^ 
lia  en  las-cosa^^  que  eliéoiiimi'^loB'detnáa 
desprecia  ;9  y  uAüí  ccmio  bagatelas  TEsas  buel-^ 

^s. 


«Byy  .g^ttjbetasbechak  con  arte  ,  todas  las 
ventajas  ,  dmique  pequé&as  ^  que  prcK!ura  ma^ 
9¡&starcáda  ^noinento  por  xúedio  de  inilla- 
les  de  acames  ^-que  cada  una  parsce  nada, 
inñdas  iJiésusaiBePte  4ia  la  i^ternipdon  de  vk^ 
iostaote  ,  muestran  la  extensión  ^^  y 'la-gran^ 
de  C9paítid8d  de  ^ste*  hombre^  f^ún.  Su  firín*- 
o^laetreto  sobretodo  es  dar  el  ayre  d¿  t^ 
saaUdad>«  ty  de.  dislaraccian  ^^  6  «ej^geiotja  á^ 
todo  ^biito  ^JedittB  ^  laifavcon-  ia;  inayt»  re-^ 
flexiotí» . '.'-» ',•    '  ''* c;>  •/> .  ^  •  '-•  i:^  ty-v'  e^  rb 

-     Si<  mayor  cuidado  es  dará 'emefiderVqtii6' 
tabe  vengarse.  ^  veráo  partir  5ufoi(anienté> 
tal ,  ^aetse  i  podría,  xm^j^  i^fue  un  negocien  S!b 
1^  xocMqdbDoalecstá  «pápatíd¿  4  sé  léflaP' 
fltoyfed  aieiiésterr'cenmr  ioda3  lias>|)Mert«íH'>  y^ 
Bo  cuesta  poco  trabajo  detenerle  ;  pe^^  éntóñ-^ 
ceses  quai^do  ttnia menos  que  hacer  ,  y  bas 
gana  de  quedarse  allí  ^  tík  él,  sábfei^á  ddndesL 
k  en^  ^)art»]dose  ;  >péro  con  todo  >eso  ^recibe 
ka  graciásL  de  haberle  detenido  ^  y  dado-ií^ü^ 
gusto  á  todos*  Siempre  tiene  algún  menságe-i 
fo  j  cup  ié  venga  á   hablar  al^  ¿ido;  ifecibe 
eartas  sdire: cartas i^  y.  larmáyor  j^rée-  süpues-^ 
tas  9  y  seUadas .  por  ^sü  m»n9.'  Algunas  vecés^ 
está  Invencible  ^  ^  liada  esorcha  i  parte  de  b&-- 
cbo;  pero  dá  esperanzas  de  que  le  bdivérán 
^  ver.  Para  ser  mas  ^leseado  ¡  le  vino  al  pen** 
aamiento  ausentar5e:>d¿.  doiKte  está  por  iatgiin^ 
tíenapQ^y^ncaminársB'íl  Jotra jp&he^tícMíide^ 
'  'fe  aun 

á 


/ 


aub  do  habun  .visco  el  áueVa  vestido ,  tpie "» 
babia  echado*  Aotesidé  bqlyer  9  averigu^t  el  joi^ 
cío ,  que  ha  hecho  ei  publico  en  las  Tbuílerías^ 
^n  la  GQmedía  Franoésat^  en  k.  Opera  ,  y  en  la 
Gwnedta  Itaíiaaa ,  á  ídonüe  vi  suoesifáaxemes 

todo io 'atid¿^ ■ .  '         ^  '.;  f:.:-.      .:  ^  ^  •>  •    i 
~     Un  bomlMre  9  que  skbe-  mabejar  bMeftsn 
tan  diversos^  íjue  se  perfecciona  toáoslos  diw 
qp  el  af  te  de  impo^ene  jeoeUbs  y  y.  que^  sabe  va-r 
Li^^r  aun:  el  prbvecbo¿qae  pvmte  saMudol  mo^ 
do  de  poner  su  mano ,  ó  de  alargar  el  dedo  pe* 
qpeñp,  puede  Ufegar  á  ser  un  excdente  Come- 
diante ;  y  realmente  00  es  cora  cosa  ;  pero  si 
qi)ie;e  introducir  $a  .carañer  eo  lo  serio ,  si 
quiere  €fi;v4l9ie  de  su  óaanepen  iarsodedad^y, 
eB  si}s^9$gocios  i  podrá  ser  un:  pcAígnssa  t]|fiffi4 
tero ,  que  debajo  de  lá  caipá  de  destresa  ^  y  ao4 
tj^yidad  esbooderá  oracha  ociosidad,  ó  grandes 
eKSI)^9fÍjti|iqttídide^r  .  •  ^      j>  ^     • 
dr^:j?^r9  %cajb»r  de  perfeccionar  este  agrada*^ 
hh  rC^baMejTOA^  M  madera  /  que  i  srá  el  déseme 
pmoep todas  las  cotas,  no  sé  trata,  sino.  de. 
^ner^^eu  Jas.  manos  algún  tratado  ^  Me^ 
t^ysffra^.la  moderna,  ,'ep  donde 'Sele  ba^ 
qe-eateiod^ir  \mn.^  que  no  es; necesario  xspet 
a^ii ,  ni  pena  por  rnssoá.  de  las  proebo&  faísto-' 
ricas ,  y  senstíl^  déla  revelací{>n ,  qiie^babien- 
donos  sido,  d^da  la  ráson  para  juzgar  de  todo, 
qq  e$  pi^lso^  que  se  !sujéie.  á  ia  fe^  sino  que 
antes  bien  lo^^ es ,  el  que  á  ésta  'la.aQp(eoqpe.  la 


iraott,  7  una  VC8  «nnadO'CODiccie  bcUtf|>rín- 

ei{ilo,  de  ttxkMje  bnrlaráenai  cdnsoni.tfeni 
por  cosa  inata  eiammtr  ha  pruebas  de  la  |W99 
laciBo,  coo  tal,  que  él  bs  baile  tibmiKMfítcKr 
dose'IoJia  dkio  la- suxio ,  gr  v%»rfVlMt ¿pej(9 
Uqgado  yiáier  Pbiktt^)b0,,y  qp  :QE«npi.i^itf 
(a ,  «ino  BUIpaofibodttl  ftwogt  fudeii  <  J^ij^.^f 

en^idido ,  que  la  .PfaÜQK)^  sabe  gobesnar 
su  le^Bkf  y  lio  jgaoei  el  merito^k  Ja  faqi^ff 
akla¿£Íih*o/43:«ttKfl^f$b(»«dusi|cÍ99j  9§t 
fá  exDiiecarsr.«n.  ad^Mte  d«  tfidft  ioqufetwJ  *  j 
ccMsipúeflítetneqt^.  *?g¡ik  eo  üpch>  «n  v^u^a4 
y  álvedriQ^  oo  dantieiiegtM  algiuiji  .deUs,^^ir 
tes,  y  malea  ágenos ,  ni  tím¿  Sfímí^lí^CS» 
cíb»,  q«e0qiieUa».«en3ti}o^;K;p9Hinegalbi]f!» 
landoap  confirine»  yddjfaovd»  ^vf^p^M 
todo  el  geoeio  fa^unanob  , 

Yo  e8^>y  muy  lejos  de  peoMr  ,  que  se 
leoga  a^m^teifia.  ^  el  ptela  de;  la  ,édMC;%r 
cíoD.of^oaRkitpero  }p»^  pooo  c^i<No»íi^f 
en  ella  ae  tiene  de  oirdeiuoijlftéimir^atr^l  í.#f 
cbiia^^ias^y  al  snnor.  dte  jiuetirois  berina^ 
tt»  i  cafe  bímlMs,i«gi^b(ffj ,  q^e  se  ^íici^ 
tín.de  ^bftherle  dlligido^(«$«s>P  .sft  ppf|p»'  íter 
Kary¡e8t4QkiLu%Jb9qibreide,  tbestrys.yQ  \%\¿f 
wwwdo*^  «abre J«  :t(^:  flu#>  aqr(a^,  ¿ 
9ié  balladamf^AiJe.quiji^ajpqp'^fulr  ^ní$ 

de  k%.  \MSd^mé^}/r^íkí^  ^tifi«l9f  :^  59  (^^i^' 
-  ^m*  Kt  %  Guar- 


igS     Efp^acáh  de  la  NatmrdkM.  ^^ 
-    i  Omideníionos  de  empdoiyofiaf  Ja 
hunUaáa  con  k» :eoIIseqabldas^cb'IHla  edneá^é 
dkm»  <}ue  tiD  iiatemdd  otib  &i,  sino  uoajcnl^ 
tura^  y  grada  exterior ,  finca  el  menor  oaal^ 
qne  proviene  de  ona  intencioo  tan  ffÍTOla:ieft 
lá  ignwtticia^  y  :esttt{)idéz:  fórmémda^n  Ineiá 
iíoi'a  él  e^tterior  de  tinestiós  hijog;  pera  no  aea 
isteel  uniéo  iaegodo;  cuidadoa  maa  .dignos 
nos  llaman :  tratase  de  hacerse  soci^Ues^  y  de 
adornarlos  con  tiempo  de  aquellas  Inoss  ^  qne 
\éi  hm  de  seríír  ¿T  la  prédieay  y  de  esüidiilarf 
Ibs  con*  íiiotivos  proprios^  yá-'^sea-paca  poner 
en  freno  sos  padones,  y.  yi  para  inclinar  sa 
ijofazcb  ái  cumpUnBiekitode  todas  Jas  obU^f 
tídnes  áe*<Sudadsnosí.     c 
"^     Los  joveñeft  tienen  tamó^  mayor  tiecesH 
'dad  dé  sw  fbrmados  con  estas  dos  Buras^  qnaní» 
to^  es  constante,  qne  se  criaa  para  xt  el  conse^ 
jo,  y  el  amparo*  de  su  famflla  ^  y.  qx  sú%  ta-» 
lientos,  y  ocapacíbp^  etponen  mas  comntH 
mente  su  vkttíd  á  'mucho  m^yoies  pd^rosé 
Es,  pues,  necesario  empezar   con  tiempo^ 
y  trabajar  desde  la  mas  tierna  ,iofiiq|p  ea 
los  preparativos  de  esta  hemsosa  obra  ;  .no 
úos  dexémos  vencer.,  ni  desmayemos  )ior  la 
pequenez' ,  6^  por  4a  ternura  de  la  iafiuK 
cia ,  ni  por  la  lentitud  de  los  primeros  pro» 
gresos»    Todo  quanto .  entonces   se    tfábsga 
aparece  obscuro ,  y  sin  belleza  ;  éste  es^  un 
cimiento  escondido ,  es  verdad  9  pero  es  ci* 


nkiito}  p«ra4B<  Setia  l0  tíúsaiQ.  «oeomen-. 
darátn  lob.Peoo  de  AlbaiíU  k  dife^do» 
de  los  ndHiMMeos»  y  «jtoientos!  4fi.«n;  ^4^ 
ItKio,  que  ^iModoMf  ío9^  ^icie^'it.pcbo'f&iSj 
de n»  «üb.  ^ .|(9híeCRf^de:qHa^iH9n'()ea[i«9-i 
tícDsio  educado»)  y.iStd-mlras,  h  ideas  justas* : 
"Dtíátxf»  la  naoD  d^punta ,  y  la  kt^a  de 
voestto  Ujo  mntiieaa  á  dejar  la  balbiideotét  e% 
imipenaa.  tíL  inñcés  ¡qiie  liay  >  fD  qMe:i¥ulc^ 
vea^y.-oadft  o%Ry  0109  lOiqoe  es'juotO)  y- 


lili-  I  » 


hetnoi  tímo  el  modo  con  que.  iin« 
1  fiílülfarle  puede  aleg^mr  «má  j^ue? 

^y  wi  íebgi^  pmO|  iA«DkT 
teoieodoleen  su  compañía  >  quedes  pan  )4 
fa  meooa  penosa,  7  la  mas  perfeéia  de  todas 
las  escudas  del  muiKk)íi  La  que  el  oído  pro4 
duce  en  kjleegua»»  eXecuta  la  vista  «o  to? 
dala  disposicioa;  y  i  pelar  db  la.  iimguUit 
ridad  oatuml  de  nU  iofiíocta  9  acostuQPfbfada 
ht  Tisca  á  uf»  bueo  ajrre  >  dispone  maquinal* 
niente.  todo  el  cuerpo  á  una  imitación  >  que 
nada  Jíene  de  difteil^  di  tioleato.  Loa  otr 
ños  temadaú  ákeinadaAeiKei  las  pfoqesiones 
de  las  Iglesias  ,  el  egerdcio^tde,  los  SoldsEdoSi 
el  ataque  de  las  Plaa^  ,  el '  gobierno  de  uo 
CocbCf  las  postoras  de  los  Artesanos ;  y  e« 
una  psdafara  5  joñeao  quaofo.tén  :  tengaseleii 
pues  9  i  la^?tsiih  ée.pefsonatbdídtas  i  y  bieo  pues* 
taS|  y  «Há  tereD3uek<ie>su  dispMoioQ  exitáor» 
•  Sa  y 


j  6u  poMura.  Lds  leceioiMS^e  >0Má^^itioin9nw 

(«rfídal^rin  entonées  laiiBo^&eiiba^  pdigno» 

cas  y  qtmto  *el  •  nifío  nó^pi^de  aéei  ^^ juij^  f « «na 

de  estos^'adeoianés ,  y  ápnriencitf^  qoe  btcenf 

impíreskm  en#^  dii  <]pi0  ptiedan  cdirifomfier^ 

le.  Este  niño  agftida  siii  tenar  ánn  ¿i  meooii 

pensanüento.  St  por  el  contrario  le  separáis  de^ 

masiado,  adquirirá  una   rastidddd  capá2  de 

txercitar  no  pocoeti  addaote.  vuestra  cultivo^ 

y:  paciencia  ^  y  apn  de  ^ttfigtiiar  el^  mas  1?elkB 

natural :  no  pocas  veces  hemos  visto  ,  que 

aquellos^  que  han  estado  mucho á la  sombra^ 

se  deslumhran  al  llegar  á  véi^el  dia  daro ,  de 

Mdid0  5  quQltifí^.  búelven  )a  cabes»  ^  y  mir«a 

áotro  lado*        ^  '  '  .   :  *     • 

Yo  qtüse  qqe  mi  hijo  aprendiese  á  feet 
desde  la  edad  de  cinco  afios ,  y  aun  se  podría 
empegar  antes :  el  medio  ^  que.  se ^empl¿  para 
^Kilkar  ilsf  \t&mt  de ;  los  oídos  5  puede  servv 
lambie»  para  las  ¿íifias;  pero  como  aquellos 
tengan  mayor  necesidad  de  un  cultivo  (m>a* 
to  9  creí  poder  diferir  hasta  aqui  el  articulo  ds 
estos  primeros  principios.  ^ 

Aprender  i  leer  desde  la  edad  de  quatio, 
^  cinco  años  »  nos  dirán  y  es  renunciar  de* 
masiado  apriesa  la  alegría ,  y  meter  en  pttvf 
ia  el  regocijo :  esto  es  ^  acortar  sumamente 
ai^lla  felicidad,  que  oosotros  mismos  logr»- 
mos  hasta  la  edad  de  ocho.,  6  nueve  afk>s«  Yo 
queenseñará  uanifioá  leer  desde 

4 


•  i»i.i- .• 


Carta  de  un  Padre  de  familias.  141  ^ 
h  edad  de  qoatro  años'^del  modo  :aér¡b  ,  qué 
se  acostambnra,  es  el  medio  de  matarle ,  d  de 
hacer  que  se  dfeguste  para  siempre  de  to» 
da  especie  de  lección  ;  y  esie  disgusto  se  con- 
rertiria  eo  ira  ,  y  abomciniento  ,  quando  ^ 
sea  eil  adelante  oece^rio  pasar  por  las  espinas 
de  la  Granbatica  ,  y  de  la  Phibsophíá  Escolas* 
tica.  ' 

Tomada  la  objeccion  asi ,  no  tiene  réplica: 
con  que  es-  necesario  introducir  íá  dulsora  en  kanu""^ 
h»  estudios,  gobernar : con  destreja  los  prin* 
cipíos ,  y  no  menos  los  ^ogresos.  La  infancia 
no  apetece  sino  el  juego ;  y  así,  para  no  opri* 
mida  9  tttbrémobde  fiecer  juego  dé  las  le- 
tTBs,  y  del  méúxxio  primero  de  enseñarlas: 
coo  que  puesto  que  no  se  trata ,  sino  de  jugar, 
se  podrá  empezar  muy  bien  desde  la  edad  de 
qoatro  años. 

Yo  aprecio  mucho  la  pantalla  {**)  agu^  paotaiuu 
gereada  con  dos,  ó  tres  pequeñas  aberturas^ 
ó  ventanillas  ,  por  las  quales  se  le  muestra 
al  niño  la  letra ,  ó  la  cifra ,  ó  sylaba  ,  que 
se  quiye  ,  que  pronuncie ,  poniéndoselas  de* 
lante  con  la  ayuda  de  un  papel  moviUe,  asi- 
do á  la  buelta  de  la  pantalla.  El  primer  pa« 
pél  no  contiene  sino  las  dnco  vocales  ma« 
yusculas ,  y  las  pequeñas  de  modo,  que  acom- 
pañe cada  una  de  estas  á  sa  correspondiente 

de 


X4a  EspeBaciéh  dt  la  Uaturakmu 
de  aquellas:  di  segundo  papel  contiene  %  f 
Tá  presentando  suoesiTamente  todas  las  con- 
sonantes :  el  tercero  unirá  las  vocales  con  al- 
gunas consonantes.  Porgedlo  de  de  estas  cat- 
tillas,  movibieriy  y  oortádasde  diversa  taane-' 
ra  y  se  halla  modo  para  poner  al  nifk)  delante  de 
los  ojos  lo  que  se  quiere.  El  mérito  de  esta  má- 
quina está  en  proponer  un  objeto  solo ,  quase* 
do  la  letra,  que  se  le  muestra  en  un  libio  ^  esti 
acompafiadade  otras  doscientas.  V.m,<pa¡efe# 
que  no  vea  sino  una;  ^pero  esto  le  es  imposi* 
ble,  pues  está  viéndolas  todas,  y  se  le  v4n  k 
ellas  los  ojos  sin  remedio^ 

Nada>diré  á  cerca  del  cuidado,  c)ue  se  tiene 
de  prometerle  esta  pajQfóllita  bien  adornada ,  y 
hermosa  muchos  dias  antes  que  se  le  dé,  ni  de 
la  determinación  de  no  dársela  sino  quando 
está  el  niño  de  buen  humor ,  b  la  pide;  ni  tam^ 
poco  de  la  destreza  con  que  se  le  reusa,  quan* 
do  no  están  gustosos  con  él  por  alguna  caussi 
que  haya  dado.  Todo  este  juego  se  encamina 
á  excitar  sus  deseos ;  y  es  necesario  portarse 
de  manera ,  que  este  egercido,  Heno  á|  diver- 
-oon,  se  le  conceda  con  tan  atenta  medida,  qu6 
-no  llegue  á  disgustarse  de  él ,  sino  de  modo 
que  le  ame ,  y  veúga  en  aquella  edad  á  ser  pft- 
fiion# 

La  pantalla  no  pide  gasto ,  ni  prepárala- 

^'^*'  vos ,  como  ni  taippoco  la  caja.  Esta  tiene  un 

pie  de  lar^  > y  tres^  6  quatro  pulgadas  de  an- 


CaftademíVadt9áefmdUii9.  143 
cba ,  dividida  endnco/ó  seis  cajonckos  ,  en 
que  se  acomodeo  otros  tantos .  paquetes  ^  ó  ba<- 
fajitas  de  naypes  con  que  podrá  jugar  d  niik) 
sin  dispendio  alguna  En  la  espalda  de  los  nay« 
pcs  ar  pega  un  papel  blanco ,  para  qué  la  vista 
DO  alcance ,  sino  aquel  caraéler  que  se  quiere 
dejar  ver.  Las  letras  están  señaladas  á  la  orilla 
de  los  naypes.  Un  paquete  ^  sirve  para  señalar 
separadamente  las  vocales  ^  que  es  preciso  se 
aprendan  las  primeras:  en  el  segunda  paquete 
están  las  consonantes :  en  el  tercero  las  naay  ús- 
enlas :  otro  contiene  las  letras  de  la  escritura 
corriente,  y  de  registros  antiguos  r  y  el  ultimo, 
salabas ,  6  palabras  ,  ó  números  ;  y  todo  se 
oiuda  conforme  se  necesita :  ponese  un  naype 
sobre  otro ,  y  sin  descubrir  sino  los  caradéres, 
acercándolos  unos  á  otros  sobre  una  mesa ,  se 
van  formando  sylabas,  que  el  niño  pronuncia** 
fá  poco  á  poco,  y  con  un  sonido  solo,  y  las 
deletreará ,  y  distinguirá  tan  fácilmente ,  como 
las  letras  separadas ,  si  la  paciencia  ,  la  maña^ 
y  suavidad  del  semblante  acompañan  la  ense» 
fianza*  f^ 

Puedense  disponer  taaibien  dos  bolas  de  Boi»con4i« 
marfil  con  sus^oaras,  ó  planos,  (^)  ponien^ 
do  en  el  uno  las  vocales^  ea  otro  las  coo^^ 

so« 

(H)  A  Riodo  ¿t  nn  cicagmid  %  exágono»  ftc.  ciC«ts  decacr- 
Tcaofidos ae  seis ,  &  ú^t  jplMMt  igutUí ^tM^U  ^ogad 

itc  las  ktrafc 


144  EipeOaítdod^hNimtakKa.  « 
aonaotes  9  después  de  echar  i  radat  las  bolitis^ 
y  bacede  adivinar  idm&ohqr]aba9  6.vos  que 
resulta  de  k»  dps  caraftém  ,  que  quedan  en 
la  parte  superior  9. poniendo  la  conaonantei 
yáá  la  derKfaa  de  la  vOcal  ,  y  yá  i  fe  Í2&^ 
quierda. 
variHas  de  Puedensete  poner  al  niño  en  la  mano^ 
plomo.  dándole  el  dominio  con  plena  libertad ,  unas 
varillas  de  plomo  y  llanas  por  los:  lados  ^  .des^ 
{Mies  de  haber  grabado  ;en  ellas  todas  laalttiaa. . 
Estos  méthodosy  y  otros  muchos  ae  vén 
justificados  con  una  experiencia  ü^  ;  peto 
yo  quiero  pasar  de  una  ve^  al  mas  útil  de 
todos ;  d  aquel^  de  quien  Jos  demás  son  der« 
ramos  solamente ;  este  es  el  Escritorio  ^ 
Imprenta* 

Esta  especie  de  Escritorio  es  un  pequefio 
armario^.mas  ancho  que  alto  y  con  qnatro^ 
6  cioc^'filaa  de  gabstas  ,  en  que  se.  ponen 
con  bqm  orden  diferente»  paqu9t^  ^  ¿>  ba-r 
fajitas  d&  Qaypes  ^  en  cuy^espalda  -  están  car 
ciitoslos  caraáémi  de  lasüetras ;  ^hbas ,  7 
todas  las  voces  simples  |  d  compnesip  4  que 
8fc  iBóesItant.QaáR*  gabeia  ti^e  no  totislo  de 
)o:qne;e4cferr^t  La:  puér^  i.  quer  cubiQiliMb 
al:  plaoi  ddbat60>fle.teite^títoiÍ9|iie.  «br» 
-( i  do 


t\  <i  n    é         —        *  i 


dfeaho  á  bajo,  yi  con  la  ayuda-  de  dos:  y^ 

^g'^  9  y  ^  pi^  9  V^  ^^  sosdeoen ,  queda 
en  forma  de '  mesa  piüpofoooada  para  el  m^ 
^yú  qnal  se  pone  en  pié  delante  de  esta 
joesa:  pan  ir  oidenan^o  enj  «atü  postuta;  lar Isí- 
nm^jtxmáio  pu^cKera  bacér  •4]n  Ifnpreáotj 
váosele  pidiendo  los  caradéres  de  las  voce% 
j  íás  yfá  sacando  de  las  gabetas  ,  ó  dajeti- 
CKS  en  GRie  están  OBdeaadas  •  viiien  diSDUM* 


La  piimefa  ventqa  de  éste  Escritorio  con-  ^^  Bfcrftorí 
aiste  en  qae  loa  nombres ,  qae'se  dan  alti  á  oh  f^ciiica  la  ice. 
da  caiaáter  ,  se  hallan  mas  ^unidos ,  y  coofor^  abrcru.^  ^ 
mes  con  las  voces  ,  qoe  expríáaea.j  que  lo    ,  .; 

estabaoren  la'  denomioacion.  ZDÚgazf^^  lo  qoai 
^&cjlíta  mucho  la  ledura.  To.añado ,  que  hay 
mudx>  numero  de  voces ,  expresadas  con  mo- 
chas letraa ,  para,  lat  qua^  voces^  .6^  sookjtos 
basta  aolo  tpEnaype/^coBBD:  sifueeá  una  jra^ 
aola^iiam  deasaoinsBa,^  k>  qüal  abj^e^iailqii^ 
dniíüobia,  o 

..liavsQjdnda  veniaja  de  el  fiscritorio  de 
fmpimta  ^^'yl> que' hace'- iffefiMribte  este  mé^ 
«aodor*  qualquíffo  otip  r,  ^  e$i  jd.  troodupr «  aú^  * 
^gnranittite  á  k^pei&cdon!  de  kr  IcAoear  á  ia 
ia&Dcia.  9  atritiismó  tiempo  qoe  la  entredene 
8Dmamente:iy  así;  i  xxé]  cada  día  por  este 
anedtOy  qne  uno»  ñiños  y  que  Jtodavia  no  en^ 
tienden  cosa  < alguna vde  quantd  leen-^  ló  ej6- 
.con  grada  I  y  ^üaiiáiA  ;  (Kvqtie  sus 


-ojos  9  y  sus  oídos  se  iiatlao  iinpcficbs  .'regútaiS 
.'iDfiqte.con  aquellas  repetíciooes  contionas  de 
-todas^las  voces  imagifiabieis  ^  unidas  poc  media 
jdecacáñéfcs ^ qu&^lasmismosináiKJaa 9 y  co- 
4dcari  V  de  .«iqrte^quevse^iiDtaicon  tiste  oqétodo^ 
iá  la  limitteaaikrlas  figaraa^íona  divereíoafGa» 
janua*.  ! 

La  inajTor  cruz  deíestia  edad  Ugera^yliblar 
4fl  9;eá.e8iaise.lo(  mfioscb  un  lugar  ¿un  libro  iw 
es  apto  solamente  para  embrollarles  el  entent 
éíodenioitaDJainQltiftud  depuras' 9  sina  que 
los  miirtifkii  >  7  aflíg^^  dtaiidolos  á  unrmeiiio 
á. pesar  suyo;  peio  vé  aquí  ¡reducida  á  bieo^ 
tpü.  "y'^dl'^  9  aprovediada  cata  causa  de  afliocáoiu  Pídat 
f^Mdl  '"^  ^  ^  ^  ^  niños  /  cómo  es  preciso  que  se  hat 
ga  en  las  Escuelas  publicas  ^  'que  estén  mu« 
chas  horas  consecutivas  sosegadamente  senta- 
dós^iíasta  que  lea  U^u^  su^  tump.de  dar  una 
fvquefia  lecdoo  rtcsie  leposoí  esipaia-  ellos  mi 
«upUdo^  jjc>asi  ,«stán^paBrtosaBc!nnr|K>ta^ 
co  9  ó  seis  horas  y  de  suerte ,  que  Ja  cefcuái 
út  esta  Ié|p3)ré^c¡ebcia  ios  jespfanta^^'.yi  fts  dá 
-una  idea;  desagradable  áé  la^rj^eó^u^  i;  dp^mi- 
*    "éd  9  qae  dqgébera:  en vpreocaputíte 

atas  veces  invencible^  5e  áonpod  biennelrpcii»» 
dpio  y  que  mueve  lop  pies  de  Já  infiaicia  ?  Pdes 
ae  ie  padfia«tener  por  aalitre^PoirgiiMlf  coo 
utilidad  én  movim^Qto :  démosle  aedop  i\att 
fiacrífioirio'es'  buen  medio  r  l^dt  «eneren 
orisioQ  í  la*  ¡nfertruit  «ogrcita  mQohas' 


Qnta  Sewí  'PaéEre  defamítiM.  ^  x^'^t 
ees  todas  sos  potencias.  AUi  usatf  de  los  ojcMi|i 
de  las  manos  y.  y  lo  <p]e  es  para  (íUús  el  pon^i 
to  mas  importante  ,  tienen  en  movimieotoi 
les  pies :  es -menester  sacar  los  na ypes  de  sur 
gabttas  j  hacer  cada  instante  noevosr  viagé^ 
colocaf  los  naypeí  éo  dirtí^  disposicícm  ,  yo 
ciden  ^  que  viene  ái ser  empiesar ,  aunque  di«^ 
vertida  9  Íx>lverÍos  después  á  lasgabetas  m¡s«i 
mas  de  que  salieron- ,  con^mne  lopideelró*- 
tttb  de  cada  una  y  oonque  coniienun  de  oiit?#t 
bsjomai^ 

De  los  que  componen  «sta  tropa  ^  unoaí 
sonAfioresty  otros  In^iedores,  otros  ínter* 
ventores»  Puede  haber'  sos  premios  -señalados 
para  aqodlos  ,  que  hicieron  mas  s^ustpda  ki^ 
operación r  los  puede  haber  también  i^ará-  k»' 
que  critiquen  mejor ,  y  corrijan  nías  apriesa. 
Quando  hquadrilla  es  numerosa, se  emplean 
varios  Escritorios  ,  con  que  se  puedea  poner  - 
en  pie  at'rmsmb  tiempo  mochos  nifios  ,  y 
i'  b  miónos  no  se  veri  condenados  á  la  cmél 
necesidad  de*  estar  perpetuamente  sentados.  8t 
se  ptnentan  vooes  algo  dificiles  i  la  pronuh- 
ciacian  ,  sé  les  haoep  bospaar  >  ea<  ^el '  sueb'  kié 
las  gabelas  dbsr  caraAérwv^que  icomengah'^ 
á  estas  voces ,  poniéndolas  ,  para .  alcntailBa^ « 
coas  veces  en)'flores  ^otíás  en/  frotas ,  y  otras 
en  hermosa  vitelas^  ó estampas^^ cuya  expli- 
cación viene  á  ser.  un  cebo; aun  mas  utfl 

T«  raí 


i^r    EspeffactíU  ¿k  Ja  Naturalexa»  ' ) 
r^  serán  asi  las  mas  cerrieotes.  Es  cosa  indubn  > 
table^quecoQ  arte  semejante  se  vendrá  felizs* 
mente  al  fin ,  que  se  intenta. 

La  ultima  ventaja ,  comparable  á.  la  pre« 
cedenle  y  es  ocupar  k  iñfinda  muchos  aik» 
cpqseGiftivos  5.  y  darle)  toda  amplitud  á  b  que  < 
aprende.  Feljcidad'sería  -^  jdióen  muchas  ^  que 
lio  nifio  supiese  leer  de  edad  de  quatro  año8| 
ú  pddiei^lueéo:  empegar  4  eacrihir;  pueses- 
ti^iios  cusas  sabidas V  serle,  ocuparía  utílmen«< 
te  9  y  se  adelantarían  muchos  arios ;  peio  se. 
ha«i{)erimeQtacb^  qmneatascleéiuras  keijfipra- 
oas  nada  producen  »'que  sea   útil  reí  enten-^ 
dimieBro  no  está  aun  hecho  9  y  no  concibe. 
CDtaa^una  de quanto  lee  :  la maotirno  lie* < 
tie  lodavia  9  eb'  edad  tto  tiiúrna  ^  vigor » :m  ú 
pulsó  sentado  para  escribir :  con  qué  lo  me» 
jor  es  diferir  estos  e^rcicios  para  tíempo  mas* 
maduro» 

u  Bscriedrio    '  ^  métcdo  ttferído  es  solo  quién  puede 
supiere!  cscri-  respondes  agesta  dificultad  9  supliendo  ^  y  firan- 
queando  lo  que  se  solicita.  El  Escrítoirio  no  en« 
seña  áescrl)ir ;  pero  hace  las^  veces ,  y  orupa '. 
d  Jugar  ^é  plana  '^^  puea  quien  sabe  impnmir^  > 
sabe  esoráxr  toml)iea testo  es  ^  sabefwitar  un  i 
amiento.  <  '<     ^     -     .  «  ^  ' 

Quando  en  un  aifio,  que  de. cinco ;afiof: 
lee  yá  Jbien ,  cosa  que  el  dia  de  oy  es  imíiy 
conofun  ,  se  nota  itha>  mcmcaria  íéioL  \  y  ^^  * 
proporcioittdas  p^  laa  bomas,  le* ; 
1  1  tra^ 


'f 


t''KU\%\%' 


Curta  A  m  PaA^e  défamiliaf.^     r^^  . 
tr» , ttn  miles á  todos  (os  estados  ^seU  pue* 
de  formar  el  juego  de  manera :  que  aprenda' 
á  leer  el  Hebreo^  el  Griego  ,  el  Gothico ,  y* 
el  modo  de  escribir  que  hubo  .en  lo»  siglos  püe- ' 
cedentes»  La  visca  sola  de  semejantes  CaraC"- 
teres  espanta  y  en  quálqniera   edad ,  i  quiea 
DO  está  hecho  de  algún  modo  ,  y  hasta  pa«^ 
ra  retraher  del  útil  conocimiento  de  estos  idio- 
tMs  á  un  numero  no:  pequeño  de  capacida- 
des y  qoe  le  hubieran  logrado  con  perfección. 
La  especie  de  Escritorio ,  de  que  hablamos^'  < 
desenreda  estos  caradéres ,  y  escritos  ,  de  aaer*^ 
le,qnese  hagan  tratables ,  aun  á  la  más  tier- 
na y^&nda,  con  la  misma  fiKrilidad  q^e  ha» 
ce  y  que  distinga  una  A  mayúscula  de  una  a  ' 
pequeña.  En  frente  de  mi  casa  Tive  aftual»' 
mente  un  niño  de  cinco  años  y  que  lee  ve* 
lozmente  el  Griego  de  qualqnier  Amor  y  ^ue* 
se  le  ponga  delante  9  y  fue  toda  esta  empresa 
n^ock>  de  ocho  días.  V.  m.  dispone-  el  Alpha 
en  la  gabeta  de  la  A ,  y  la  €iama  en  la  ga^' 
beta  déla  G^  y  asMdeilas:  demás  r  ub  ca- 
rafter  e^  lo  que  se  añade  en  cada  gabeta  con^ 
estauoperacfoii,  y  empieza  indiieitiMetíQénte^ 
^unagy  ¿y  una' y  en  lo  que  impnnpe;  Qui<^' 
tense  después^  todos  los  caraéiéres  ^  ^ift"*  dejar 
soo  los  Griq^  eo  ka  gabetüs  ,  penkndo  eá 
uno .  de  dios  la^  abreviaturas  y  ó  tetras  'ligtHi 
das ,  y  eo  pofraft ¿días.'  if^piimirá  -d:  niño  t«tíi 
letxaa  Griegas  todo  quanto  se  le  ponga  eftCüs^ 
^  te* 


I  -^  J:» 


teUnQOé  Los  meses  dgtiíeptes  sé  podrá 
liairAZ8r€(Hi:d  misino  método  dé  b  fisdeog^a^ 
p}iÍ34fs  íoí  siglos  de  U.€d^  medía  ^  que  está 
radtxada  á  veit)te>9  ^  tneiotk  íigons  nuevas^  que: 
séráo  tamliíeo  para  el  niño  an  nuevo  jiiegp. 
I2n  iiie9.es.ma$  que  aufideote  para  imponer*: 
sa  ea  la  letra.Gothica  del  sig^  dedmo  qiiia* 
to  I  y  décimo  sexto.  Si  no  logramos  aqneUos 
p»Dto» adelaiitamientos  ^queae  desean .,  y  el 
iQiik^car  con  tanta  praDámá  los  ipiepafaávoa 
dp  la  erudición  ^  no3  debemos  consolar  -■  con 
el  gusto  siquiera  de  haberks.  procurado  á  k». 
hijos  la  lecdon  de  una  lengua  materna  sin  dis«' 
gnseos  f  y  sin  lagrimas*  Cocos  entendimientoa' 
lisy  i  quienes  ettsespeditde  Escritorio  noay u* 
d«ái^qpre»derconpront¡tBdi  leer  bieou  Pero 
poMePlP^que^e*  hallen  los  progresos  5  que  ha- 
gp^«y]/«jsor|i3da  agudo, por  lo  menos.no  ex« 
perimeota  «qui  las  correcdones ,  y  obstáculos^ 
que  ae  encuentran  ^  y  ven  brotar  en  cada  paso, . 
que  se  dá ,  aegun  el  méttfdo  andguo  ,  y  que 
hacen  la  condición  del. nifio  dobladamente  iii-> 

Yé  que  hemos,  aptandido  i  eteno^ooB. 
esta  xoáqiúna  ,  empleémosla  en  su  .qso  -yer* 
dfidero:  yá  nos  ha  servido  de  muestra,  me 
dirá  Vt  m#  ventaja^  que  no  es  desptfediMe;  y 
puestp  ^que^  sabemos  escribir ,  entremos ,  sib 
perder  jtlempo ,  en  la  Gfaattt¡oa>.y  oomposí^ 
cíonia»!)»». 

Yo 


Carta  Jk  m  Paire  defan^ias.  rt  jrr 
To  cieo  lo  uno  ^  y  lo  otro  muy  nece- 
(ario  ;  p«K>  á  mi  payecer  j  es  demasiado  xtmr 
praoo.para  que- soñemos  eo  esou  Sabe  V.m* 
que  la  Gramatfca  es  un  conjunto  ite  coMs 
horríUemeñte  absmiAas;  que  lesee  etireiN^ien- 
.to  tierno,  que  se  quíeve  ocupar  ^  Da¿ii  ^ 
de  todo  quáuio  1¿  dicen  ;  ^e  4u '  mtmatík 
no  retiene  sino  palabfas  ;  y  que  su  juicio  fib  se 
eateía  j  une ,  lii  oombíná  lAéas^  iP«ra  ^OMenh 
to  de  la  injusticia  quieta  ¥«4».  que  radKÍM, 
9^  que  €00  iiott  COfido^^pida.  bien  iaoada  Vía^ 
dé  un  caso  ,  dejando  otro  ,  que  no  >viefie  ^  ^ 
«1  gerundio  en  4t(m  eq  Iv^r  del  supfao  en 
Uy  quando  4  ^  le  soB  todas  1^  cos»:ate»- 
Intamente  iguales.  La  injusticia  es  muy  teáo^ 
Ikf  y  A  n}0Q  no'saSe  yá  donde  está  >•  n| 
tonoce  cfefintametíte  sino  su  triste  pena ,  y 
k  amargura  de  Ins  reprehensiones  ,  que  le 
dai&Me  atre^eK)  á  decir  ^  que  tratar  asi  á  los 
oitíos  de  cinco  ,6  seis  arios  y  es  asesinar  los 
enrendimieHtDs  >  mas  que  formarlos  y  ^  im|)lQk 
T3rfa  yo  ^scoso  el^imtilio  de  las  leyes  tti.  su 

Ptsif^  emplear  Me^i^  la  habilidad  ^^qiie  y< 
teneoÉios  y  de  escribir  V  esto  ^^  para'«ir|de^ 
Qiejor  nuestro  Escrlv6«ft>  ^  <}ue  tíene  el  lugar 
ide  plana  y  y  nosha  dado  ¿  fóima  ;  hagá^ 
mosle  servir  en  alhajar  la  memoria  ^  y  que 
vaya  poco  á  poco  ftñrnfiando  ti  juido  ;  y  ad- 
quiridos estoB  dos  puntos'^  nos  abcisámoaas 

car 


:i(ii     Esp^acñh  de  h  NatuMhUL 
'Camíoo  en  quatfo  meses  ^  y  síempie^a  fCgod- 
-jo  9  que  podríamos  coDS^uir  en  quMro  años ,  y 
siempre  con  penalidad » y  aflicdoft  ^  empezan- 
do por  reglas ,  y  composicioaes. 

Métanse  al  principio  en  las  gabetas  de  este 
;EscritoríQ  los  paradigmas  detiombres^y  verboai 
tanto  ea  Latan,  como  en  la  Lengua  nativa*  Esta 
es  fai'|f)mera  provisión  samameace  útil  pwa  de- 
poner á  k»  niños  desiie  kifos  al  estudio  .de  las 
.Lenguas  antiguas  ^y  para  enseñarlea  la  Ortb»- 
^apUa  de  la  raya  j  y  por  aofa  oq  .necesita  mas 
Gramática* 

Otro  preparaiiro ,  ao  minos  util  para  tas 
-ciencias  5  y  que  nos*  le  fmnquéa  <tamhien  la 
-ioiama  máqmoá  V  es  el  atnjjwxto  de ,  la  OMyoc 
i|iaf;jte;i^  los  noa^res' Catinos  9  y  materacs  dé 
Ic^  .ol^QS:de  mayor  uso ,  y  que  Oías  1 6  menos 
comunmente  nos  ocurren.  Esto  es  lo  que  pro- 
curaron  ej^utar  el  P^Pómei  (a)  ^  y  Címenib  (1^ 
en  sus  Vocabularios  y  ea  que  idearon  unir  los 
-nlafieijales  de  las  I^eoguas  ¿adoa^  Fcaocesa  mas 
(iromameflte  9  que  «e  juntan  en  la  taemoriad^ 
los  niños  los  materiales  de  su  Lengua  patria  >  4t* 
j{áeiidoIes:las'h4iií4>rés  delos-ply^i^^ii^  ven. 

-jPeroeo  nuestro  casok  diferenciales  gr^ad^éfin  4 
«so  de  la  vida,  los  ojos  tropiezan  con  losobjetos^ 
3f  losüombres  se  graban  iacilmente  en  la  me- 
mo- 

(b)    Eñ  Nii  Ubco  >  nOkttUmcace  áacicttb«ia  ;  J^miié  (b^^iíéram 


Cma i$m  Ihiér^  4^  fixmiJhtí^    [til 

mor!a ,  y  no  se  puede  decir  lo  tnistto^de  x\& 

estalogo  de  palabras ,  queien  un  liBró  se'le'  fo^ 

ne  delante  áan  oifk>»  Esta  es  una  \tt»táá  vmy^ 

fría  ^  y  que  bien  presto  se  entrega  al   ot^i-^ 

do,  porque  sgn^pieaas  stídtas,  y  ún  traba*^ 

siÓD  álgona«.j  £1  /«¡scriéórÍDí  f  puede    fi|ar  'me--' 

j(Hr  las  idéás.  V.m.  pues  ,  mete  en  utía  jgabe-^ 

tá  los  nombres  de  los  animales   domesticósr! 

oi  otra  los  de  los  campesinos;  aquí  las  aves»^ 

alli  losiinseébos  y  ^  los ^pebes«  El  niño  sdbe^ 

donde  viven -todos^  y  k¿  imprime:  idierná-^ 

dáñente  sdve  la  ^mesa  >  y>  en  so' iném<Klá;i 

ydeqaies  los^buelvé  x:on  buena  orden  á  sus^^ 

lagares:  retendrá  los  nombres  en  Castellano^! 

en Ladii, yen la  (^gua qóe «se quiera.  Pre«: 

gpinteiele  después  por  nha  Ballena ,  por  um  C^ ' 

mello,  una  Cabra,  y>  dirá  k»  nombres  iLati^^^^ ^ 

nos j  que  les  convienen,  principalmente  si  se^ 

^  le  faaa  dicbo  algunas'  particularidades  de  estos ) 

animales.  Quiere:  V.^nu  jugar  á  golpe ,  todavía  '< 

ism  seguro,!  y  á  ganancia  cierta?  junte,  ,'yi 

distribuya  en  sus  gabetad  estampas ,  que  rqire^  i 

seotenÍ|tt  animal»  cod  tos  nombres  de  lot 

iostrumeñtDfiyvoces^ly: modos :de  vivir,  que' 

tiei^aida;anOv£xiipacticiiÍari:  ptestio,.  no^erá^ 

decesarío  ^ .  sia&asolianáente .  inamhrar  .una  de  i 

estoa.  animales  eú^Castefiaoo ,  6  en  I^tin  ,  ¿« 

if4  el  niño  sin^  detrnoíon  i.  buscar^  icn  sa  pro^ : 

pao  lugar  .,l  ty.  «aja  'ú-i  al^jeto  ^^que  lé  .  piden: : 

h  mismo  sucederá  con  las  plantas  ,  con  laa: 

ptm.XL  V  flo* 


'  I  $4  Espe&acuh de U  Naturcdeza. 
flores^ y  cod  los  frutos»  Colocad  en  la  pri« 
mera  hoja  de  uoa  gabet^  el  plan  de  una  Cíih 
dad^  bien  grabado  ,  y  dispuesto  ,  y  en  la 
bo^  segunck  los  nombres  de  las  partes  j  que 
le  coipponea  E41  otra  gabeta  póngase  la  ii« 
gura,  ó  planta  de  uní  Templo  ^  6  la  de  un 
Kavío  con  los  nombres  de  todas  las  píe^asi 
como  mali  ^  antenaty  rudetaes  ^  vela  ,  faríf 
transtra ,  retnigium ,  y  todos  loa  detcás  9  y 
lograremos  et  fío  de  grabados  en  la  raeino- 
úa  deljaííío;  con  estos  pocosá  egcmplos  co- 
nocerá V¿m..que  el  or%en  de  I2&  gsdbrtas  ^  la 
vista  de  los  objetos  ^  el  habito  de  aplicar  el 
npmbre  proprío  i  cada  qual  >  y  á  toáas^  sus 
piezas  1 6  de  imprimir^  ,  juntarán^  y  con^ 
senacáa  en  b  memoria  una  rica  provisíoa 
de  materiales  y  que  baá  de  servir  á  su  tiem-- 
p9«  Pero  no  perdamos  de  vista ,  que  el  prin- 
cipal mérito  de  este  Escritorio  es  cgercitar  la 
iafancia  en  imprimir»  d  de  memoria^  ó  dic« 
tadopor  alguno  otro:  y  esto  es.  para  el  ni- 
fk>  un  egereicio  veidadero  de  escribir ,  aun-- 
que  todavia  no  tome  la  pluma  en  lozano. 
Todas  estas  ventajas  han  hecho  admitít  el  too 
del  Escritorio  en  Pavís^i  en  León  ^  y  en  .to^^ 
das  partes,  y  él  sirvid  á  la  educación  de  et* 
Señor  Delfín.  Pero  todavia  releva  mas  su  mé- 
rito el  abreviar  mucho  et  tiempo,  y  el  tra- 
bajo en  las  Escuelas,  donde  concurran  los  po- 
bres* 


Carta  de  §m  Padre  d§  famlUas.  1 5  f 
Hemos  visto  yá  quán  proprio  es  este  mé^ 
ttxJo  para  formar  la  memoria  con  la  feer- 
za  de  la  impresión  ^  y  con  el  orden  de  las 
ideas ;  pero  no  se  ferma  metk>s  el  entendí-^ 
fDÍento  y  que  lá  memoria ,  aprendiendo  el  uso 
de  mucíias  cosas.  Ix>$  juicios  á  que  de  este 
modo  se  acostumbran  á  cerca  de  aquellas  co- 
sas ^  que  vén  ^  son  solamente  los  que  la  edad 
les  permite;  porque  buscar  en  tm  niño  dis^ 
cursos  y  y  aplicaciones  ajustadas  con  las  re^ 
glas  de  la  Syntaxis  9  es  pedirle  demasiado, 
y  aun  abusar  del  derecho^  que  se  tiene  dé 
mandariet  Mientras  *  tanto  se*  vá  habilitan- 
do mas,  y  mas  en  la  lesura*  JCamlna  ade^ 
kote  en  íki ,  y  yá  ^líedé  pasarse  sin  Escrito  W 
rio ;  pero  para  que  se  radique  mas  en  la  Iec« 
tura ,  es  conducente  ^  y  será  cosa  muy  fácil 
de  persuadir,  que  lé  tiene  una  pñu  cuenta^ 
y  que  le  será  muy  utíl  ^  y  decoroso  sabeí 
leer  con  perfección,  sin  permitirle  0I  piínci-^ 
pió,  para  este  efeéto,  otros  libros,  que  utiasl 
fabute  hermosas,  que  le  instruyan,  y  divier* 
tan ,  6#gunas  ttfstorias,  que'  le  atraigan  :  pues 
es  preciso,  que  se  contriste  en  ver  que  se  lai 
quitan  al  punto«   '  r^ 

yá  seguros ,  y  corrientes  en  la  lectura, 
se  sigue  el  egercído  de  escriWr.  Si  se  lleba  ade- 
lante el  método  ,  y  la  prudencia  ,  le  podri 
servir  al  nlfio  de  una  novedad  agradable.  Al 
principio  basta ,  hacerle  escribir  por  pauta,  3^ 
•  V  3t  pa- 


I  $6  EspeSíacuh' Je h  Nafurakza.  '- 
pasar  una  pluaia  sueltamente  coo  freqnencia 
sobre  todas  las  letras^,  y  rasgos  de  upsí  buena 
fornaa^  spñalajlajcon  liqeas  qncarqadas.^  J^sta  co^r 
tambre  ;Sola  h  coD4ucirá  á  escribir  4e  un  mOt 
00  tqler^able  >  basta  q.ue  llegue  lel  tíempQ,  eo  que 
fordfíeadas  razoo  >  y  mana ,  le  facUkarán  na 
modo  regular  de  escribir ,  cuyo  negocio  está  re* 
flucidoal  pri^cipio^  á  que  la  pluma  esté  suel- 
ta, y  bien  ¿<»rt^4^  >  después  á  ía  iijustada  eje? 
cucion  de  t^es  e&¿)p$  de  la  pluma ,  que.  son  li- 
nea llena  ^  delicada,  y  mixta ,  que  es  el  paso, 
que  se  dá  desde  lo  grueso ,  ó  Ueno  de  una  letra 
ár  lo;  delgado  >  el  manejo  de  los  dedos  ^  y  el  eje- 
cutar con  dellc^cde^a,  y  facilidad  est^s-linea^ 
primeras  ^deberla  ser  el  trabajo  del  principio 
por  algunos  meses  9  aun  mas  que  la  forma  4e 
l^is  letras )  que  S0I9  viene  ^  ser.un  juego ,  quan* 
^.yá  I?  vs^a/BíO  e$t4  b^biituada  á  ra^gps^y  tetras 

^indanjeisisfes^X^*)  :;.. 

P(^in3e;^^uto,d9*la,  habilidad  df  escri-r 

m 

|úr  será  acostumbrar  al  niño ,  por  espacio  da 
un  oHo  ^  \  -mas  ,  á  trasladar,  todos  los  dias 
9lgun:  párrafo  de  historia ,  ó  si  no,  al|(Q/i,  bi« 
}lete,.  al  principio  didado  por  otro^  y  des- 
pués por  sí  mismo ,  y  á  saber  ordenar  una 
cuenta,  «igviendo qualquiera  de  las  reglas  de 
la  Aritfametica*  No  repetiremos  aquí  lo  que 

i^*}  Lo  primero  debt  ser  tomar  buena  forma  de  Jerra>  de  modo» 
ifat  tea  como  una  bcrm^sa  pintura  :  jr  luego  se  egmita  esta  for* 
ma,  siik  apresurar  la  plHBM»  lus^A^at  U  maao  *c  incite  por  t( 


Gijrta  ¿k  un  Padre  de  Familias.     157 
fÁ;  dijfQios ,  tiablando  de  la  educación  de  las  ni* 
i)0s  ;  y  b  mismo  se  debe  entender  á.Círca  de  Stt 
príaieía  Bfl^Uotheca,  pues  no  les  es  menos  ne- 
cesaria á  \ú»  niños*       ^  ) 

.Quando  un  padre  no  descubre  en  su  hv^ 
jo  alguna  delicadeza  de.  ingenio  ^  ni  en  la  s}« 
tuadon  dé  sus  negocios  halla  causa  particular 
para  dirigirle  por  el  camino  de  Jas  buenas  le- 
tras 9  DO  puede  con  todo,  eso  rehusarle  aque- 
lla especie  de  cultura  >  que  le  hag^  ipas  ap« 
to  para  d4r  alguna  mas  extensión  á  su  en- 
tendimiento ,  y  propriedad  i  su  lenguage.  Uno^ 
y  otro  conseguirá  iofajiblemente  >  si  todos  los 
¿fias  y  con  un  rostro  placentero  ,  egerclta  á 
su  hijo'  en  quejen  dé  cuenta  de  lo  qu(  contie- 
ne su  pequeña  Bibliotbeca.  Todo  .«lio  es  his* 
toríco,y.facUde  traher  á  la  memoria.  Des- 
pués de  haberle  hecho  leer  »  no  de  un  modo:  MonofoAía» 
nionotimo  jdde  un  ^ííIo  temo  y  sino  con,  /^r  in^  SuiVcn^u 
fiexiones  ordinarias  de  la  conversación  ^  un  *****'*• 
capitulo  de  historia  del  Viejo  Testamento  y  6 
ik  las  costumbres  de  los  Christianos  y  pide  á 
«a  hijQ^  que  le  refiera  lo  qiie  ha  entendido^ 
y  con  que  se^  ha.  quedado.  Lo  qipe  el  niño 
le  podrá  decir  y  después  de  haberlo  .decorado^ 
pasa  poco  mas  allá  de  su  memoria  y  apenas 
d  entendimiento  se  habrá  hectp  cargo  de  so- 
la  una  psyrte  y  lo  qual  es  de  muy  poca  uti- 
lidad ;  pero  aquello ,  que  refiera  y  porque  lo 
y  lo  pensará  al  punto  :  y  al  punto 

lo 


ifS  Espe&acuh  ái  la  Namr^^enoB 
lo  dirá  tambieo*  Este  es  el  efedo  del  orden 
b  de  las  ideas,  y  obra  verdadera  del  eotendi* 
miento.  Si  la  leogua  exjwesa  luego  lo  que  coih 
cibió  el  enteodii^eoto ,  éste  es  quien  forma  el 
lenguage,  y  todo  sale  entonces  sin  preparativos^ 
sin  violencia  9  y  sin  trabajo» 

lia  felicidad  de  este  eg^rdcio  depende  de 
la  continuación  9  laqual  es  tanto  mas  ftdli 
quanto  es  cierto,  que  no  tfabe  espinas ,  ni  pe^ 
sadumbre  ,  que  turbe  aquel  e^iritii  ftcU  á 
conmoverse ,  y  á  contristarse»  Se  alaba  la  me» 
cor  dificultad ,  que  vence ,  6  la  facilidad ,  que 
adquiere.  El  cree ,  que  vale  mucho ,  y  se  le 
permite  el  creerlo^ 

Si  á  la  edad  de  doce,  6  trece  años  le  pone 
el  padre  en  la  mago  la  regla ,  y  el  compás  con 
nn  Rivard ,  6  un  Le  Clerc ,  (a)  no  son  necesa»' 
rias  otras  disposiciones  para  sacar  algunas  ve-' 
ees  grandes  utilidades,  aun  de  qualquier  en<» 
tendímiento  poco  vivo ,  y  muy  limitado,  que 
nomaniiiesta  sino  una  penetración  muy  co* 
mun.  El  estuche  de  Matbematica  es  la  llave  de 
la  Agrimensura ,  de  la  Astronomía ,  Abiuitec- 
tura ,  Qprica  ,  Navegación  ,  FoítÚlcacion  ^  y 
de  todas  las  mecánicas» 

Saber  leer,  escribir,  contar,  disponer, d 
di^ar  bien  una  carta ,  hablar  bástantemeote 
su  propria  lengua ,  leyendo ,  por  lo  común, 

(a)  Soo  Iqs  iiom|7C9  4p  ioi  mej^rt*  deii«At9S  át  Oeoaii«n4f 

fluc  ha^  CA  FraÉcia. 


Canta ék tm  Tiuke'de  famiUas^  1^9^ 
m  error ,  m  tropiezo  lo  que  se  ofrece  :  esto 
€6  lo  que  yo  llamo  el  primer  necesario  >  y  el 
comup  indispensable  efe  la  buena  crianza.  No 
^y  niñobkn  educada^ ni  en  estado  honroso^ 
que.  pueda  pasar  sin  estas  pioviriQnes»  Venga- 
mos yl  al  articulo  que  lleba  los  Buryores  cuida* 
dos  9  y  consume  h  mayor  parte  del  tiempo 
tu  la  educación  de  la  in&ncia.  V*  m»  juzgará 
dcade  luego ,  que  Toy  i  parar  al  estudio  de  las 
lenguas  antiguas.  Qu41e8  son  aquellas  9  que  les 
es  necesario  aprender  I  Y  quál  es  el  camino 
mas  seguro  para  lograrlo? 

Como  sea  asi  y  que  tenemos  muy  bábí* 
ks  Maestros  ^  y  grandes  socorros  para  facili- 
tar el  estudio  de  las  buenas  letras  y  me  deten- 
até  mas  panicularmente  en  la  práétíca  de  los 
prinneros  principios ,  porque  está  la  mas  olvi- 
dada, y  es  la  peor  gobernada  entre  todas  las 
demás»  Las  fiüttis,  que  en  esto  se  cometen^  son 
tales,  que  tos  pías  hábiles  profesares,  que  te- 
nemos, y  los  libros  mas  escogidos,  son  teso- 
ios  escondidos  para  nueAros  hijos ,  aun  los  mas 
capaces  ^  aprovechan  * 

Antes  de  hablarle  á  V»m.  de  esta  mate-:  ,  i>ivef líoiiet 

^  .  ,  -  de    It  iiifaii« 

na,  que  mteresa  a  tantos,  y  abie  la  puer-.  m. 
tz  á  tantas,  y  tan  agradables  ocupaciones  en 
la  sociedad ,  es  justo  detenernos  siquiem  un  ins* 
tante  en  las  diversiones  de  la   infimcia»  La  ' 
ocupación  ajgradaUe  de  los  ojos  ,  y  el  moví^^^ 
mknto  del  Cuerpo,  d  la  agimckm  contipua, 

son 


-^  I 


1 6o  EspéElaculade  ¡a  Namráhuí^ 
ma  sus  dos  apasiones  dominantes  ;  pero  qM 
se  pnecfe  apforecfaar  igualmente  en  favor  de 
los  que  buvieren  de  estudiar  las  Lenguas  5  y  de 
los  que,  ó  no  las  estudien ,  6  sí  las  estudian^ 
sea  soto  muj  por  encima,  y  superficialmente» 
lios  unos ,  y  los  otros  tendrán  necesidad  dead*^' 
quirir  algún  conocimiento  de  las  Artes  ,  y^ 
aqui  es  á  donde  se  les  puede  conducir  por  ú 
camino  de  la  (¿versión.  Las  ideas  ,  y  las  in^ 
tenciones  se  tendrán  siempre  escondidas ,  y  or« 
denarémos  dentro  de  nosotros  mismos  los  pro» 
ye¿tos ,  sin  dar  á  entender  jamás  á  donde  pre«' 
tendemos  llegar  con  nuestras  miras ;  pero  so- 
bre todo  nb  se  descubra  al  niño  idea  a%iH. 
na  en  que  aprenda  sujeción  ,  ni  liaya  aque-^ 
lias  repulsas  tan  regulares  ,  ni  aquellas  sobre-^ 
cargas  tan  penosas ,  como  suele  haber*  Quan*^ 
do  se  trata  de  divertir  á  *  la  niñez  ,  déjesela 
creer ,  x]ue  sos  conformamos  con  su  volun^ 
tad,  y  que  queremos  su  ^ato  ^  y  su  diver<( 

8Í00#  \  >         \  t 

Después  de  las  estampas ,  que  son  la  in- 
vención mas  feliz ,  que  hay  para  f^  la  U«« 
gereza  de  ios  pocos  años  ^  y  con  que  pode- 
mos^ jsín.  sacar  á  la  inÜBocia;  de  sii  lugar  v  trana* 
portarla  Ü  .díscieción  á  el ,  mundo  antíguo^  y 
¿las  partea  tan  diveraaa  ,  que  <x>mpQnen:;el 
munda  inCKkrn(3í;  00  hay  cosa  que  haga  ioík 
pfissiones)  ma$  ^cad^l^éjiikiKímps;  profrechn-^ 
pai:  que Í9sri0iéq)l«iíur.t  t  fixtqsé.jFu^Kse  uoo; 

joo* 


Carta  de  m  Vádre  de  famtliáí.      i6i 
't^ootesitar  con  mostrarles  éstas  á  los  niños  sii^ 
C^sivamente  ,  dando  lugar  á  sus  questiones  ,  y 
saus&cxdon  á  sus  preguntas  á  cerca  de  la  comu<- 
«licacioQ  de  los  movmüentos ,  6  de  la  ejecu!- 
don  de  la  obra  ^  con  mas  utilidad  ^  qua  daado«- . 
les  lecciones  muy  seguidas  ;  pero  el   medK> . 
mas  seguro  para  aficionarlos  ^  y  para  dar  al* 
guoades.trezaá'su  mano,  como  también  al-*, 
guna  extensión  al  entendimiento  ,  es  egercír 
tarles  su  curiosidad  con  aqiiellas  piezas  y  que 
se  les  entregaron  como  á  dueños ,  y  con  aque* 
líos  instrumentos ,  de  que  y¿  ellos  mismos  dis-* 
pooeo  coQ  propriedad  absoluta.  Batreguesdes 
enteramente  un  relox  antiguo ,  algún  taller ,  ü 
ofidoa  peqoeña  de  Carpimería  con  algunas  ciar 
TÍJ3S ,  que  pueda  manejar ,  quitándolas ,  y  po- 
niéndolas ,  algún  tomo  de  asador ,  el  diseno 
d&  una  groa ,  un  martinete  ("^a)  pequeño ,  d 
algunas  otras  maquinas  y  cuyas  piezas  se  pue^ 
dan  desunir  y  y  bolver  á  juntar  por  medio  de 
números  ,  que  las  ordenen  y  y  coloquen  cada 
qual  en  su  lugar  y  bolviendo  el  todo  á  su  estado 
natara^ 

A  la  madera  y  6  Carpintería  y  cuyas  pier 

zas  safarán  contar,  y  y  llamarán  bien  presto 

por  sus  nombres  propríos  y  se  puede  añadir 

una  caja  llena  de  zoquetillos  y  cortados  en 

TonuJO.  X  íbr- 

(«*a)  iksi  se  lUm*  la  jnáqnüía  con  que  %t  cUyaa  las  estacas ,  ^ 
IMÚílcras  graadn^gicioa  »  &c«  El  Italiano  traduce  máquina  de  le^ 


1 6  2  Espéñacuh  de  la  Uatúrákticu 
forma  de  ladrillos.  Con  solo  este » aparato  se 
verán  dentro  de  muy  poco  tiempo  obras  le«> 
bancadas  por  los  nifk)s ,  casas  con  tabiques  ^  j 
techos  muy  bien  hechos ;  en  una  palabra  ^  unos 
ediBcJos  completos.  V.  m«  verá  tomar  medí* 
das^  cautelar  inconvenientes,  y  sobresalir  la 
industria  en  todas  las  cosas.  Un  tonu)^  un  instrtí* 
memo  para  ensamblar ,  (^*b)  todo  un  taller  de 
herramientas  mecánicas  ,  entregadas  con  tiem*> 
po  al  Abad  NoUet  ,  al  Abad  de  la  Deuille ,  á 
Fuuchy ,  Secretario  de  la  Academia  de  las  Cíe» 
das  ,  no  han  sacado  Tortieros  ,  Ensamblado- 
res ,  ni  Carpinteros ,  síiki  hombres  capaces  éc 
dar  nbuchas  luces  á  los  que  manejan  todas  las 
Artes,  y  de  honrar  los  Estados  mas  distinguidos» 
£1  conocimiento ,  é  inteligencia  de  mu«- 
chas  lenguas  ,  no  supone  singular  penetración 
én  un  hombre ;  y  como  se  puede  renunciar  la 
noticia  de  muchas  lenguas  sin  sentimiento  par^ 
ticular  9  yo  puedo ,  >in  exponerme  i  aer  vano^ 
confesar  ^  que  he  logrado  entender-  bastantes- 
mente  dos  9  ó  tres  fuera  de  la  materna :  coa 
que  he  adquirido  el  derecho  de  que  i^  cveaa 
i,  cerca  de  los  medios ,  que.,  se  pueden  tomar 
para  conseguir  este  socorro  ^  sin  arriesgar  mu» 
Cho  tiempo, 

f»*b)    El  loftrumeHCA  t  que  nsaii  lof  Ctr jsmbMoref   4e  r^^í^ 
pflr?  s^cftr  los  embutidos  •  rs  un  escoplo  :  ««croiOfictateit  que  ñe* ' 
ccsican  cambirn  cm^nrídos    romo  OuÚWf€fO»rftC*  *Ma  4c  vuü 


Czrta  de  un  Vadre  de  familias.      163 
Aunque  las  Lenguas  no  comuniquen   por 
ií  mismas  luces  algunas  ,  son  un  medio  segn** 
fo  para  adquirirlas  ,  facilitándonos  el  poder- 
nos Uegar  á  las  memorias ,  cFencias  ,  y  mo* 
nümentos  ,  €^  las  contienen.   £1  Latin  ^  el  lengua ° 
Gnego  y  y  el  Hebreo  son  las  primeras  fueHi» 
tes  de  la  erudición  r  y  si  se  quiere  conse« 
guir  de  un  modo ,  que  se  asegure  prontameu* 
te  esta  adquisición  9  se  reserrará  lugar  bastan** 
te  para  a/íidírtes'  la   Inglesa  ,  y   la  Italiana* 
iios  qtás  se  desttnáii  á  las  ciencias  ,  en  pun« 
to  de  Lenguas  modernas  ,  podrán  atenerse  á 
hs  dos  ^  que  acabamos  de  nombran  El  Ale- 
mán ,  que  antes  era  oecesário   para   viajar^ 
aevé  by-  Cfommutádo  en  dt  Idioma  Francés^ 
que  de  mucho  tiempcl  á  está-  (3arte  ha  llega- 
do á  ser  la  Lengua  del  comercio  en  todas  las 
Cortes  9  y  Ciudades  áias  populosas  de  Euro- 
pa. Los  Franceses  la  han  estendído  por  to- 
das paites  9  y  las  Compañías  ,  que  han  esta-^ 
bleddo  en  Breslau  ^  en  Berlin  ,  en  Copehen- 
agoe  9  en  Londres  ^  en  los  Suizos  ^  en  toda  Ho- 
landa j  ^  hasta  en  el   Cabo  de  Buena-Espe- 
fanza*  El  buen  acogimiento  y  que  los  Estran- 
geros  baní  hecho á  muchos  libros  Franceses,  ha 
Contribuido  no  poco  á  hacer  su  Lengua ,  de  al- 
gún modo,  universal»  Añadamos,  que  la  Francia 
está  casi  en  el  centro  de  las  Naciones ,  que  son 
mas  aficionadas  i  viajar»  La  Lengua  Españo- 
la ^  por  el  contrario  y  encerrada  ea  un  rincón 
•  Xa  del 


1 6  4     EspeSf acolo  dé  la  Natufdeta. 
del  Mundo ,  (*'^)  y  no  habiéndose  distinguido 
en  la  literatura  ,  sino  es  por  medio  de  libros 
de  devoción ,  (**)  que  se  pueden  muy  bien  su- 
plir,  no  combida  á  persona  alguna  á  aprender-^ 
la  9  aunque  entre  todas  las  Lengua^  vivas  es  la 
que  tiene  ma$  harmonía ,  y  se  aproxima  mas 
á  la  riqueza  de  la  Lengua  Griega ,  yá  sea  por  la 
diversidad  de  su  colocación  ^  cg'den  ^  y  frases  ^  ó 
yá  sea  por  la  multitud  de  sus  terminaciones, 
siempre  llenas ,  y  perfedas ,  y  por  la  justa  loa** 
gitud  de  sus  términos ,  tan  hermosos  siempre^ 
y  tan  sonoros.  La  Lengua  Italiana  ,  por  la  ra- 
zón contraria  ,  se  estudia ,  á  pesar  del  enojo, 
que  causa  el   círculo  .perpetuo  de  sus  quatro 
sonidos  ,  a  ,  e  ^  i  ^^o  ,  que  terminso  casi  todas 
sus  palabras  ,  y  fatigan  los  oídos  con  una  des»* 
gradable  uniformidad.  En  la  Francia  se  comien* 
sa  tamUen  ü  estudiar  I9.  Lengua  Inglesa.,  aun-» 
Que  despedazada  en  las  menudas  fí^zasrde^  una 
9ylaba  ,  y  áspera,  y  herízada  de^  consmantes 
continuas ,  que  es  necesario  irlas' sil vando  ún. 
dejar  alguna.  Con    todo  eso  estas  dpa  Ien-« 
guas  han  sido  usadas  por  Escritores  %9  ^estn 
mables ,  los  unos  por  el  natural  atra&ivo  da 
su  entendimiento  ,  y  los  ^t|Os  pgtf  b  .6xten«> 

• .  /  -i*-  rion 

(**)    A  casi  coda  la  America  descubierta»  buena  parte  ^d  Asia^ 
y  muchos  otros  f  arn^es  de  Europa,  en  que  se  había  la  Lengua  fis« 

f>añola  ,  00  parece  justo  llamarles  un  riocou  del  kUindp  » ,si^a       4 
a  mayor  parre  de  él  " 

.    (*^;    Las  Qibliothedlu  dcf  EsD«íWi  iifs  ^'cfii ;  '^f.'n^   rs^  Vf{ 
Nación  tan  pobre  de  L¡t)ros  de  lite)racur|i  \  y  tal  yci^  las  es^ange\ 

ras  han  labíip  aprovfdwifn  4«  e1&qs%  .:     .: .    j  .  ¿  :;.  i  i  *  * 


vivas. 


Carta  de  un  Paire  de  familias*  1 6  J 
sion  de  sus  descubrimientos ,  y  averiguaciones, 
que  se  puede  sacar  de  ellas  ,  no  solo  casi  tanto 
provecho  como  de  las  Lenguas  antiguas ,  sino 
machas  luces  ,  y  conocimientos  ,  que  la  anti- 
güedad nos  escasea ,  ó  no  tubo. 

Todos  aquellos ,  á  quienes   yo  he  visto  ^^^^^  »"||^» 
aprender  él  Idioma  Italiano  ,  ó  el  Inglés  con  i»    Unguat 
el  estudio  de  reglas  y  y  composición  de  t he- 
ñías 9  han  gastado  mucha   plata  ,    y  no  han 
aprendido  la  lengua ,  que  querian  saber  ;  6  si 
consiguiercni  su  idea ,  fue  solo  mudando  de 
método.  No  hay  sino  uno  para  aprender  las 
Lenguas  vivas ,  y  es  ir  ai  País  en  que  se  ha^ 
blan  9  6  hablarlas  constantemente  con  las  per- 
sonas ,  que  las  poseen.  Bien  entendida  >  que 
al  frequente  egercido  de  la  conversación  se  le 
puede  añadir  con  utilidad   el  conocimiento 
de  algunas  reglas ,  y  la  lección  de  algunos  li» 
bros  bien  escritos  en  las  lenguas  mismas.  Yo 
confieso  mas  ^  y  6s ,  que  un  hombre  lalx> 
lioso  ^  á  fuerza  de  hojear  Libros  ,  y  Dicciona^ 
dos ,  se  puede  poner  en  estado  de  entender 
bastantemente  una  Lengua ;  pero  nunca  llegad 
ri  á  hablarla  ^  6  á  escribirla ,  sin   dar   que 
reír  á  los  que  la  saben.  Este  camino ,  por 
otra  parte  tan  largo  ,  está  lleno  de  tantos  em* 
barazos  ^  é  incertidumbres  ,  que  quando  hay 
á  mano  otro  medio  seguro ,   y  pronto ,  se 
puede  decir  y .  que  es  el   único.  Según    esto¿ 
^  sio  duda  neceSíUio  aprender  lasi  Lengtias  vi-r 
•    ^  vas 


1 6  6      EspeSiacuh  dk  la  NaturutezA. 
vas  por  el  uso  9  y  conversación  de  aquello»» 
que  las  hablan. 

No  es  det  todo  lo  mismo  ^  hablando  de 
las  lenguas  muertas :  Uamanse  lenguas  muer- 
tas ,  porque  no  son  yá  vulgares  :  yá  no  se 
baUan*  Y  aquellos ,  que  á  fuerza  de  leer  ,  y 
trabajar ,  las  entienden  mejor  que  los  demás, 
son  los  que  confiesan  con  mayor  candor, 
que  es  temeridad  snma  quererlas  hablar.  £n 
la  necesidad  de  recurrir  á  ellas  se  ejecuta 
lo  menos  mal  que  se  puede  ;  yasi.esnb  po^ 
ca  felicidad  llegarlas  á  entender  ;  pecó  si  se 
escriben  ,  ó  hablan  en  páblico ,  no  es  sin  tra« 
bajo ,  ni  sin  riesgo  ;  y  si  se  quiere  adqui- 
rir habito  de  hablarlas ,  casi  siempre  se  eje- 
cuta 5  dejándose  llebar  del  genio  ,  y  modo  de 
la  lengua  materna.  La  experiencia  de  la  mi- 
sera 9  y  lastimosa  latinidad  y  que  re}^  en  los 
¡Colegios  de  Alemania  ,  Flandes  ,  y  Holan- 
da,  y  en  todas  las  demás  partes  ,  donde  se  acos- 
tumbra hablar  en  Latin  ,  basta  para  hacemos 
renunciar  esta  costumbre ,  que  impide  á  un 
joven  hablar  bien  su  propria  Lengua^  le  faa« 
bitúa  á  un  Latin  grosero  y  capaz  de  perver« 
tirle  universalmente  el  gusto ;  porque  qutea 
habla  mal ,  escribirá  mal ,  y  apenas  discerni- 
rá el  mérito  de  lo  que  está  bien  escrita  Ei 
preciso ,  que  el  habito  de  una  btinidad  adul» 
terada  influya  poderosamente  en  el  entendí* 
miento  >  y  le  infunda  un  modo  extraño ,  y 

^u«- 


Carta  de  un  Taire  de  j Multas.  167 
fostico  ;  y  asi ,  á  causa  de  esta  educación  ,  in- 
finidad de  personas ,  aun  de  las  que  han  leído 
buenos  Autores ,  enseñan,  y  escriben  dé  un  mo- 
do tan  bárbaro ,  como  se  vé  cada  dia.  Sabios 
del  None  ^  quáhdo  escuchareis  la  razón  en  esta 
parte? 

Nuestros  mayores  comprehendieron  muy  tos  rudimcA* 
bien  la  necesidad  de  comenzar  el  estudio  de 
vna  Lengua  ,  haciendo  aprender  á  la  juven- 
tud las  declinaciones  de  los  nombres  ,  y  las 
conjugaciones   de  los  verbos  ^    trayendo  las 
palabras  á  ciertos  modos  de   hablar  ordina- 
rios ,  á  los  quales  dieron  el  nombre  de  re- 
glas. Estas  generalidades  sirven  comunmen- 
te de  n:odélos ,  y  principios  ,  yá   para  reco- 
tiocer  las  partes  fundamentales  de  un  discur- 
so en  la  explicación  de  un  Autor  Griego ,  ó 
Latino ;  y  yá  para  egercitar  el  entendimien* 
to  por  medio  de   la  propriedad  de  la  imita- 
ción en  la  estruñura  de   algun.?s  frases.  Yo 
báblo  aqui  de  los  primeros    fundamentos  de 
d  discurso ,  y  no  de  los  modos  menos  ordi* 
na  ríos,  i]^  de  las    expresiones   figuradas.   Un  ^l^^^l¿^  ¿J 
muchacho  se  hallará  siempre  en  medio  de  las  J^^„j*|^^""***" 
tinieblas  ,  y    detenido  en  cada  paso  ,  si  no 
se  le  muestra  con  cani¿téres  sensibles  en  un 
todo:  i.**  El  nominativo ;  ó  la  persona  que 
hace  ,  ó  de  que  se  habla,  i.""  El  verbo  prin- 
cipal ,  que  explica  eí  juicio  ,  que  se  forma, 
^'á  exprese  el  ser  ,  6  existencia ,  ó  yá  signi- 

fr 


1 6  8  EspeEíacuh  (k  la  Naiufükía. 
fique  alguna  acción.  3.''  £1  régimen  de  este 
verbo  ;  esto  es ,  el  nombre  de  la  persona  so- 
bre quien  se  eg^cita  la  acción ,  ó  de  quieo 
la  acdoa  misma  proviene.  4*''  £1  verbo  ior 
cidente ,  que  significa  un  juicio  accesorio  y  ó 
'  explicativo ,  y  que  se  halla  en  el  periodo  co- 
mo una  parte  sobreañadida  ^  ó  como  una  pie- 
za de  unión  ,  yá  sea  al  nominativo  ,  ó  yá 
al  régimen.  5.'' Las  preposiciones  ^  que  sirr 
ven  para  señalar  claramente  los  respetos ,  que 
las  cosas  dicen  entre  sí  ;  y  además  de  esto 
un  numero  bien  pequeño  de  otras  partes  de 
la  oración  ^  que  en  todo  discurso  vienen  siemr 
pre  á  ser  las  mismas.  Yo  confieso  ,  que  es«- 
tas  reglas  tienen  una  pbisonomia  extremameor 
te  metaphysica  9  y  poco  agradaUe  ,  con  es- 
pecialidad á  los  niños.  Y  qué  se  concluirá  de 
«sto  ?  Qué  se  ha  dé  abandonar  totalmente? 
De  ningún  modo.,  sino  que^  es  menester  ha- 
cérselo sensible  ,  y  agradable  con  lo  diverti- 
do de  los  egemplos  ,  y  reducir  el  numero  á 
lo  mas  necesario  ,  mas  simple  ,  y  mas  co- 
mun«  £1  uso  enseñará  lo  restan  te.  ^^  mucho 
mejor  ,  que  la  infancia  tome  el  trabajo  de 
aprender  bien  de  una  vez  estas  primeras  re- 
glas, y  que  sepa  distinguir  claramente  las 
siete  ,  ü  ocho  partes  elementales  de  que  la 
oradcHi  se  compone ;  que  no  el  que  cami' 
ne  continuadamente  á  obscuras  ,  traducien- 
do d  latin  sin  regla ,  y  sin  poder  dar  razón 

dé 


deeosa  aleuna.  I/»  niñoís  ^  es  verdad,  con  [«^'C^^q»» 

^  ,'  •'  hay  en  cstu- 

ua  Maestro  »  ^M  camina   ddame  de.  ^llps^*  ^^^  i«f  au- 
y  con  uiía  bbma  tnemoría ,  quá  s^mal  MaéfrD  ^Uf!  q»"  «Z 
tro  fidmetite^ó  guiados  por  él  ordeni  ivm^  ^"^^^^ 
mo  de  lat  id^^  podrán  mducír  Autores '  en« 
tef08,y  pareced  al  principio  ,  que  caminan 
mudio;pefo  lo  mismo  será  dejar  d  Maea« 
tro ,  é  interniiiipir  el  .^rcicio  de  la  memoria^. 
que  todo  se  disipará  por  ialta  de  alguoos^princH 
pios, ó  elementos,  qoe i^en  el  juicio,  y  radi* 
qoen  el  entendimiento ;  se  pararáo  en  el  latia 
mas  corriente ,  que:se  les  ponga  delante,  y  no 
podrán  descitrar  aun  el  Autor  m^  daro»  qoan^. 
do  quieran  bolrer  sobre  d:  con  que  el  conocí^ 
mi^to  de  las  partes  de  la  oración ,  y  las  pri<« 
meras  reglas,  conforme  i  las  qualeí  estas  par« 
tes  se  construyen ,  eon  absolutamente  neoesa* 
cias)  porqm  son  guias  ^  que  jamás  se  perderán» 
y  ñdlitarán  siempre  d  camino  al  entendió 
miento ,  sea  para  entender  qualquier  Autor  ,d 
na  para  traducir  qualesquiora  palabras  de  laJea:^ 
gua  oaciQualá^  Latina.  Dejemos  fuera  >todq^ 
k»  m9a?iUosos  métodos,  y  loa  nuevos  aecre^ 
tos ,  y  medios  cotíos  í  tomemos  el  partido  ae?^ 
guro:  esto  es ,  atengámonos  al  parecer  del  Aba4 
RpiUn ,  y  pf iocipali^ept^  i  \^i  prá^iicas  tati 
Jnlciasaa,  qu^  propones  con  el  apbre-escrlw  da 
deaeos ,  (a)  po(  Mur  establecida  lo  ooiyrarid. .. 
TwhXU  y  El 

(1)  TrtfKl»  4c  lo»  tnmlfOf « Arte  át  M«a4ae  U  tenga» 


1 70     Espe&aeuh  de  la  Naturakxa. 

Es  preciso  confesar ,  que  el  servicio  gran» 
de ,  que  nosbtzo  por  medio  de  su  tratado,  se 
Mdeüa  masut  b  substancial  «te  lói  eatudiov 
que  á  los  Tudímentos :  y  ésto  fíeg  ,  8efi6r ,  la 
qneá  V.in.Ie  inovi6(para  gobernarse'  eñ  or-- 
den  á  la  enseñanza  de  sti  amado  hijo)  á  pre-? 
guntarme  lo  que  yo  luívia  iiotaÜoi'ceicá  dr 
Ips  deféétos  de  los  pritxserós  estudios ,  que.  etf 
•alíenda  imperfetos,  no  pnoden  dejar  de  ser- 
vir de  grande  obstáculo  al  buen  eífefio  de  k* 
estudios  mayores;.  -  •>    , 

M.  Rollín  se  explica  coir  mucha  eficacia^ 
y  no  menos  daridád'  én  ordeo  á  uiia  espe-» 
•cié  de  ^ri&icu ,  de  que  bá  tiempo  que  se  la^* 
mentan.  „  Es  preciso ,  dice ,  comenizar  por  la 
„  composición  de  themas>  6  por  la  explica-- 
„  ci<m  de  Autores  ?  Esta  es  la  mayor  dificul-» 
„  tad ,  y  en  que  los  pareceres  están  divididos-' 
„  Si  se  oculta  solaínertte  el  jaita  sentido  d» 
„  la  reSta  razón  y  parece  que  el  ultimd  mé-< 
,,  todo  debería  ser  preferido.*  porque pai^  con»* 
„  poner  en  Latin  con  acierto ,  es  preciso  co^ 
¡f  nocer  algún  tanto  la  colocación  ,  la^iver- 
„  sidad ,  y  las  reglas  de  ésta  Lengua ,  y  tener 
„  hecha  una  li^  de  palabras  >  cuya  signica* 
„  don  se  penetk  a  bien  >  y  e»  fecil  de  apli^ 
„car  con  la  mayor  expresión' >  y  proprie- 
fy  dad,  Y  esto  no  se  consigue  sino  explicanr 
ff  do  los  Autores  f  que  son  como  un  Díccio- 
^pam  vivo  ,  y  una  Gramática   eloquente» 

„|n 


Carta  ék  un  Packe  de  familias.     171 
^  ea  donde  KBpieqde  por  experiencia  la  iii^r- 
'  t9  >A 9  y  radadeiD  váo de  las  palabrasiy  de hf 
f,  fiaaei,  y  de  laa  te^as  de la^ Syntáxis, 

M  Es  verdad  ,  qve  el  método  cootrario 
^yfaa  preralecido  ,  y  que  es  bastantemente 
^y  antiguó; 'piso  lia  x  sigue  de  a<^i  ,  que 
^  ae  ¿Aa^fAimu  degapdeQte^y  seguir  sin  ex»- 
^y  moj.  Mttcbas  vec9  /a  c^imére  egercHu 
fy  fífbre  ios  enúnáimentos  imr  especie  de  pjh 
yyraotaf  gue^  Jas  esclaoiza  ^  é ,  impide  H  sisa 
^jde  ¡a  razón ,  gue   en^  esta  fMteria  es  unts 
ji  gfda  fias  segura  y  ^ue  él  egempid  solo  y  por 
4»  mas  ^  h  autorice  el  tiempo.  QuintiKa^ 
jy  no  dice  y  que  en  los  veinte  años  y  que  ense^ 
^9  56  Ja  Rbetprica  ^a?>  ^havia  visto  oU%ado  á 
91  observar  en  pébtieo  la^costumbre,  que  halló 
ntestaUecida  en  la» Escuelas, de  no  explicar  eo 
jy  ellas  los  Autores  y  y  no  duda  confesar  la  di- 
II  ficultad  que  tubo  en  dgarse  llebar  de  la  cor« 
fy  riente»      «^ 

^^  No  se  experimenta  dafio  alguno  en  la 
fy  Universidad  de  París  y  por  haber  variado  en 
11  otra^cosas  algún  tanto  el  método  antiguo 
i9  de  oíseñar»  Yo  querría  ,  que  se  hiciese  po^ 
^  ailde  el  expefimentar  áqnfeía  y  eñ  orden  á 
91  la  materia  de  que  hablamos  al  presebc^^  á 
H  fin  de  asegurarse  con  esta  experiencia  y  si 
fy  se  conseguía  en  el  pdblico  el  feUz  suceso^ 
I»  que  me  consta  haberse  logrado ;  en  paiti- 
p  cular  f  con  muchos    oiííost   Pero  mien« 

•  Ya  '  ,,tfas 


17a     E^e&acíáo  A  la  Natúndeza.^ 
J  .  yy  tras  vivimos  con  esqp  «sperapza  9  debemos  €«r 

.^y  tar  muy  oontentos  dd*  sahíó  medíor^  qrn  si« 
,y  gue  .la.  Universidad ,  no :  eniregandoae  tcftat- 
,,  mente  á  4iQo  solo  de  estos  métodos  .^  sino 
I,  uniendo  los  dos  juntos. 

7r4iia{idd  M.  Róllia  de  h  jodqc^Qion'de  las 
•leñorftas  V  quiep^  juzg?  deben  apttQddr  Latioi 
00  hallando  knpedímeoto  por  mdtivoé  ,.ó ideas 
^ue  lo  embaracea^  decide ,  sin  la  menor  doda^ 
^,  qoe  la  €om{j05icion  de  thenias  se  4ebe  abso- 
^  lulamente  desteñir.  (*'•')      -  * 

Al  parecer  de  M.  RoUín  ¿  cerca  de  los  prir 
meros  estudios,  juntemos  el  parecer^y  conduéUi 
de  los  sabios  mas  capaces  de  hablar  en  esta  ma- 
•  ^e  crttor,  terla»  QCerón  í  ^  creía  \^  que  no  podia  fonxiaras 
»•  34-  líiejor  un  Romano  ,qak  traduciendo  en  su  len- 

gua lofe  Autofes  Griegos,  VL  Le  Fevre  de  Sau« 
mur ,  en  la  exposición  del  ipétodo ,  que  él  mis-> 
mo  seguía  en  la  educación ,  y  enseñanza  de  su 
bljo  y  y  con  que  le  adelantó  tanto  en  la  corta 
duración  de  dos  3üfk)S',  nos  manifiesta ,  que  no 
praéticó  sino  sola  la  traducdon*  M.  Amaud ,  en 
un  manuscrito,  que  aun  se  conserva  s^o,  á 
cerca  delímodode  enseñar  las  letras,  humanas} 
M«  Lancdot ,  en  susr  dos.excelentes  Grámafckat; 
ilel  Abad  Fleuri,  ML  Guet,  M*  deCfóu2ax,y  to« 

iioft 

(•«)  It  traducción  ItalisBa  omite  estot  patages  de  M.  Roflin» 
7  dice  solamcfite»  que  tu  método  se  reduce  k  ana  alternatira  ci»n« 
líaua  de  traducción  II  y  ^omfe^icion  9 'dando  siempre  mas  ciem* 
pd»  y  el  primer  logar  k  la  traducción  »  principalmente  en  )oi 
•rimeroa  añot.»  y  ateodicndo  ñas  á  Us  bucBM  «rí^MlM  »  ^tk 
m  meras  rcgUs »  k^  ^ 


Carta  de  un  Vadre  de  familras.  173 
do6  aquellos  ^  que  han  discurrido  mejor  á  cerca 
de  ia  edocacíoD ,  sdo  han  tenido  una  voz.  en 
oriien  al  modo  de  enseñar  bs  Lenguas  :  todo 
quanto  dicen  ^  se  reduce  á  estas  dos  palabras: 
Pocas  reglas  >  y  mucha  prd&ica. 

Póo  como  la  prádica  de  faablar  un  mal 
latín  es  pemicibsa^la  práética  de  componer  fre« 
qnentemente  un  mal  latin  lo   será  tamUen: 
hay  9  pues ,  una  precaución ,  que  tomar  á  cer« 
ca  de  la  composición  latina :  esta  precaución  no 
es  suprimir  la  composición ,  sino  hacerla  mas 
firequente  todavía ,  deteniéndose  mucho  tiem-  prjn,ef«edí4 
po  en  bolver  al  Idioma  Latino  aquello  que  se  E^'*  *p^«n- 
havia  traducido  antes  de  algún  Autor  estima-  g»* »  do  ^oir 
ble  9  7  piopordonado  á  la  capacidad  y  y  uso  gulige*  ^¡ 
posible  en  los  principiantes*  De  esta  manera  no  ^^ 
oir^  desde  luegq  sino  un  lenguage  puro,  que 
es  el  primer  medio  natural  para  aprender  bien 
una  lengua. 

La  composición ,  6  el  thema ,  que  se  dá 
á  uñ  nüío  para  que  lo  trabaje  ,  se  puede  eje^ 
cutar  repentinamente  sin  Diccitínario  9  y  sin 
perder  d^vista  un  excelente  modelo  de  latin: 
6  sí  no,  este  thema  se  puede  trabajar  de  e^ 
pado,  con  quietud,  y  con  la  ayuda  de  uo 
DiccJonario ,  x  sin:  teher  presente  otro  modelo 
alguno.  £1  thema,  que  se  trabaja  luego  ,  y 
poniendo  con  la  voz  viva  en  latin  ,  lo  qu€ 
se  ha  traducido^  oomoM.  Rollin,  y  los  mas 

hábili^  en  la  materia  lo  accms^  ^  y  el  the- 
ma, 


fi74      Espe&acuío  de  la  NaturakíUh 
tna ,  que  se  ordena  coo  la  pluma  en  h  oui» 
no,áiia  de  hacer  un   Iiadn  y  conforme  ai 
que  se  ha  leído  ^  son  composiciones  una  f  j 
otra  igualmente  de  una  utilidad  indecible»  To« 
do  esto  es  imitar ,  porque  las  Lenguas  no  se 
aprenden  sino  por  eco  ,  y    por  imitación* 
Aquí  no  hay  Diccionario  ^  aqui  do  hay  tro^ 
piezos  ,  aqui  hay  lagrimas»    En    lugar  de 
un  thema  al  dia ,  se  podrán  de  esta  suerte  sa» 
car  doce.  El  niño,  que  sabe  sus  reglas  ^  las 
aplica  sin  trabajo  con  la  ayuda  del  Latió  ex^ 
célente ,  que  le  guia ,  y  cuya  estruétura  man^» 
tiene  todavía  presente»  Si  el  Ladn ,  por  quien 
se  gobierna  j  yá  sea  componiendo  de  repen« 
te  9  6  tomando  tiempo  suficiente  en  su  quarto^ 
es  puro ,  y  sacado ,  no  de  la  cabeza  del  MEaes- 
tro>  sino  de  un  Autor  clasico ;  esto  s^i  y  á  jutito 
con  la  traducción  lo  que  se  puede  llamar  uso 
verdadero  de  los  Autores ,  y  latinidad  práo^ 
tica.  En  el  extremo  peligro  ^  que  hemos  v¡s^ 
to  poder  dar  el  entendimiento  de  los  nifio^ 
tomando  resabios  irremediid>le$  ^  por  obligarlos 
i  estropear ,  con  el  uso  continuo  de^us  coo*^ 
rersadones,  un  Latin^  que  no  saben  ^  y  que 
lio  habrá  punto  y  que  no  yerren  y  no  ijueda  otro 
lécurso  sino  la  práAica  de  la  traduccioo  y  y 
d  uso  de  las  composiciones»  Pero  como  da<» 
femos  también  en  el  mismo  inconveniente^ 
oUigandolosá  componerlo  una  Lengua  ^  que 
ignoran,  ^olo  resta,  que  lo  egecuten,  yá  sm 
c  ^con 


Carta  de  un  Padre  de  familias.  175 
om  sn  voz  viva ,  ó  yá  tomando  lugar  >  y  tiem- 
po proporcioaada  para  seguir  de  cerca  un  mo« 
délo ,  que  los  guíe  con  acierto.  La  composi^ 
don  de  un  latb ,  que  salga  totalmente  de  su 
capacidad  >  é  ingenio ,  es  preciso  reservarla  pa- 
ra quando  se  hayan  fortificado  mas  en  los  es« 
tudiosy  6  que  las  muchas  especies,  que  yá  po« 
seen  de  una  peftéta  latinidad  y  los  provea  con 
80  abundancia. 

V.  m.  stñot  mió  9  podrá  conocer  mejor  que 
otfos  muchos,  pues  es  su  padre  ,  lo  que  en 
orden  á  esta  educación  quiero  notan  Quando 
el  seik>rito ,  su  hijo ,  esté  en  la  edad  de  siete  á 
ocha  años,  su  resolución  de  V.m.  será  sin 
duda  elegir  un  Maestro  ,  que  sepa  con  per* 
feccíon  la  Gramática  corriente ,  y  que  se  ex- 
plique con  claridad*  Pero  este  hombre  ,  que 
V.  m.  vá  á  introducir  con  su  provisión  de  re- 
glas y  i  que  ilumine  un  entendimiento,  que  co- 
mienza á  descubrirse ,  entiende  del  gobierno  de 
eotendimieÑtos  ?  conoce  las  consequencias  de 
bs  primeras  impresiones?  Ruegole  á  V.m*  que 
vea  quálep/án  á  ser  las  consequencias  preci- 
as de  este  método» 

'  Sea  en  particular ,  6  sea  en  una  Escuela 
|to>líca,  el  niño  no  oirá  otra  cosa  sino  reglas, 
7  definiciones  horriblemente  abstraétas.  A  la 
tristeza  de  una  larga  lección  sucederá  la  tris* 
teza  de  una  composición"  todavía  mas  larga* 
Figúrese  V.  nou  este  entendimiento,  cuyos  pro^ 


1 7  &  Esp:Slae(fIo  d^  la  N^ufakm^ 
gresos  le  son  tan  amables  ^  unas  vece»  elart» 
do  en  una  Sataxis  ioiütdigjible ,  otras  aven* 
turado  en  los  rodeos  de  un  lúgubre  Dicdona^ 
rio  9  donde  no  halla  lo  que  busca  de  nfüdo 
ftlguoo ,  y  donde  b  que  encuentra  9  \i  me-« 
te  en  un  abismo  de  perplegidades*  Si  quie* 
fe  hacer  la  aplicación  á  so  materia  9  hay  taur 
tD  que  obs^var  9  tantos  peligros  que  buift  que 
el  muchacho  aun  no  sabe  donde  está»  La  elec^ 
don  del  verbo,  el  modo  9  la  V099  el  tlem« 
p0  9el  nombre  9  la  persona  9  todo  esto  deeem? 
brc41ado  yá  9  todavia  no  tenemos  sino  una  pa^* 
labrai  nuevas  meditaciones  i  (%rca  de  la  siguien» 
te  9  le  ponen  en  igual  consternación  9  de  mane* 
ra  9  que  el  pobre  niño  no  vé  sino  predpiciosi 
y  apartándose  del  uno  9  perece,  y  dá  de  C9b9^ 
n  en  el  otro, 
cottieqscii»  Si  el  niño  no  tiene  &c¡Udad9  6  es  dema* 
¿wpifstcio"  tódo  vivo  9  cómo  quiere  V.  m.  que  ejecute  con 
íiVftKi¿aa4  presencia  de  ánimo ,  y  aplique  con  sosiego 
de  entendimiento  toda  esta  menuda  división  de 
preceptos  9  que  le  turban  9  6  le  confunden  9  y 
penetran  ?  Jamás  saldrá  bien  de  tami^  laberln« 
to  9  y  se  pasarán  seis  años  9  6  en  trabajar 
remando  9  ó  en  idear  medios  ^  hurtar  et 
cuerpo  al  trabajo.  De  tres  instantes  9  se  \i  CO** 
gerán  en  fraude  los  dos;  y  será  mucho  9  d  af 
fin  de  los  estudios  9  á  fuerza  de  bab^r  pídPt 
aunque  á  pesar  suyo  9  repetir  las  mismaj  cgsaa 
fontal  v^ce^i  comienM  á  s9C«r  xm  composh 

..  €loa 


Carta  de  un  Padre  dé  fimiHa¿.      177 
don  limpia  de  solecismos  ^  y  atada  á  las  reglas;  -^ 

jp&co  am  todo  eso  hay  cien  leguas  de  distancia 
^tesde  su  latín  al  de  los  buenos  Autores.  T  con 
toda  la  confinrmidad  de  ^us  ultimas  composí*.  ' 

ciones  con  las  teglas  de  la  Qiiamatica'le  suce-- 
derá  á  ese  niño  lo  que  á  otios  muchos  ,  que 
coa  un  buen  fondo  de  capacidad,  y  gran  pro« 
vision  de  r^ks ,  saldrá  del  Colegio  sin  saber  i 

húsu  De  mil  personas ,  que  han  estudiado ,  yo 
quiero  9  que  haya  cinquenta,  qué  puedan  ha^ 
blar  con  propriedad  la  lengua ,  y  doscientas  que 
la  entiendan ;  y  es  mucho  conceder:  y  si  las 
ochocientas  restantes,  ni  la  hablan,  ni  la  en- 
tienden ,  cierto ,  ,que  no  es  por  falta  de  themas, 
abo  por  sobca  de  pesadumbres,  y  hastío. 

Necesario  es,  pues,  reducir  á  mayor  faci- 
lidad la  práétíca  de  los  themas ,  lo  qual  se  ba- 
ria componiendo  .ú  nifk>  con  frequenda ,  y  por 
mocho  tiempo ,  ayudado  de  la  voz  viva  de  sii 
Maestro ,  ó  en  su  ^arto  ,  teniendo  por  guia 
un  modelo ,  de  que  está  llena  su  fantasía  ,  y 
fiescas  las  especies. 

Suppigamos  al  presente ,  que  el  joven ,  á  ct« " de" u« 
ouien  se  le  hace  sacar  la  composición  desde  corapoMcío- 
luego,  tiene  gran  facilidad  Concedamos  tam*  rUs ,  sacadas 

•  .  ^      f  .        .  ^   j      I  con  facilidad** 

neo  ,  contra  la  expenenaa ,  que  todos  los  ge- 
mes  tienen  bastante  paciencia  para  escuchar 
om  gusto  todas  las  reglas  del  libro  quarto ,  y 
bastante  aptitud  para  aplicarlas.  Todo  está  yá 
hecho :  vuestro  amado  hijo  entenderá  quan- 
Tom.XL  Z  tos 


1 78  EspeSacuJo  déla  Naturaleza. 
tos  modelos  le  propongan  y  qüantos  métodos  fe 
hagan  leer  ^  y  sabrá  ajüstar  sus  composiciones 
con  ellos:  vapor  complaceros  á  mortificarse^ 
y  á  recogerse  del  todo*  V«  m.  le  conducirá  de 
Aula  en  Aula  9  y  le  hará  pasar  de  clase  en  cla- 
se 9  hasta  practicar  sólidamente  las  mayores 
arduidades,  qué  se  hallan  en  la  Gramática*  Sía 
duda  creerá  V.  m.  que  ha  ganado  mucho:  y  es» 
toe&á  lo  que  los  Labradores  llaman  buena 
tierra ,  y  los  Arquiteños ,  y  Albafiiles  buen  ci« 
miento*  Pero  á  la  verdad  se  le  ha  hecho  uo 
agravio  irreparable*  No  era  esta  especie  de  cooi* 
posición  la  que  ese  niño  necesitaba*  Este  latln^ 
que  ha  sacado  de  su.  cabeza,  según  la  direc- 
ción de  algunas  reglas,  es  un  latín  ftlso,  que 
k  buelve  áciá  atrás  tanto,  quanto  camina  ade- 
lante: y  esta  seguridad,  que  le  comunica  ixtx 
largo  habito,  es  solo  un  resabio  nocibo , qiie 
será  casi  imposible  quitar* 

Notoriamente  es  una  especie  de  absurdo 
abandonar  á  un  niík)  la  composición  de  una 
lengua,  cuyo  caraéter,  cuya  colocación,  y 
modos  particulares  de  hablar  ,  le  ^.  ente- 
ramente desconocidos*  Pedirle  buen  latín ,  69 
señalar  la  paga  de  una  deuda  en  una  casa ,  que 
se  sabe  está  desalquilada :  (*^)  y  quando  esto 
no  obstante  pueda  llegar  á  ser  regular  di  kn«^ 
^age,  agenciando  para  esto  las  palabras^  se«» 

guq 

^#)  o  librar  U  laoa  en  U  Oreja  per<Uda« 


Cofta  'de  un  Vadré  de  fandlias.     1 79 
gan  las  reglas  que  le  gobiernan  ,  evitará  in<^ 
enrrir  en  faltas  groseras,  lo  confieso ;  pero  este 
latin  á  que  se  acostumbra ,  es  un  perpetuo  ^^ 
licisiaoy  (^y  quanto  giasse  fbrtífíca  ea  este 
leoguage,  que  es  ef  todo  de  str  composición^^ 
tanto  mas  se  ^leja  del' verdadero  mso  de  la  ber*^ 
mosa  latinidad*  Este  piño  está  precisamente  txx 
d  caso  en  que  se  vería  un  Estrangero,  que  qiii« 
siera  aprender  el  Francés  con  unaGraniatica,  y- 
un  Diccionario.  Yo  conocí  un  Holandés  ,  que' 
con  tstt  socorro  enseñaba  atrevidamente  lá¿ 
lengua  Francesa  en  su  Patria.  Pidiósele ,  que 
tradujese  en  la  lengua  Francesa  el  Porttdana 
Holandés,  ó  la  descripción  de  los  Puertos ,  y 
Gostasde  Mar,  que  se  acababa  de  relmpri^mir 
con  addiciones.  Es  costumbre  en  las  lenguas 
del  Norte  amontonar  epítetos,  y  ponerlos  to« 
dn^  en  fila  antes  de  aquel  nombre ,  ó  substanti- 
vo á  que  se  refieren.  Van*  podrá  juzgar  del  bello 
gusto  de  8u  traducción  por  la  letanía  de  epíte- 
tos ,  ^ue  componen  solo  el  titulo ;  Z£  nouoeau 

2i  2  grand 

(**)  GéUic^mt  es  niu  frate  » 6  régimen  particular  4é  la  Ungaa 
f^aaccsa  >  wk  se  aparta  ,  b  es  en  algo  contrario  á  las  regías  de 
Gramática  4e  las  lenguas  j  ^  idiomas  ordinarios.  También  se  lU-« 
na  Galicismo  aquella  frase  latina  ,  que  sieae  la  construccioa 
Francesa  mas  que  la  Latina  >  conservando  efrégtmeíi «  orden ,  f 
modo  de  liablar  Francés,  fisto  mismo  se  entiende  á  proporción 
del  HisféuitnM  :  y  asi ,  dijo  un  Sabio ,  hablando  de  un  mal  Lati- 
no :  ^«e  bitkli  Etf4M  en  Ldtim  »  y  Lmíh  tnBipdM  i  y  respedo 
d^  qualquiera  otra  lengua »,  se  podría  también  decir  esto  .:  por 
cgtmplo:  Si  onB^á&pV»  que  M  «st^ido  eq  Francia  »  6  vé  sos. 
escritos  ,  observa  en  lossu7o^>  6  en  sos  conversaciones  el  mo- 
¿^  >  colocación »  6  alusiones  Francesas  >  se  dirá  bien  ,  que  habla 
Español  en  Francés :  cada  lengua  tiene  su  caradcr  particular  >  f 
para  JiahtotU  biea  t  ca  «cccwiri»  obscrrarle. 


iSo     Espé&actsló  de  la  Naturakxa. 
grand  ilhminant  flambeau  de  la  fner.  Las  pa* 
labras  son. Francesas;  paro  la  colocación  Ho« 
landesa:  éste  es  un  puro  Holandés. 

Otro  caso  tengo  que  durk  á  V.  m.  que 
parece  nacido  para  la  materia  de  que  hablamos. 
Dos  amigos,  que  tengo  en  I/>ndres,  me  diri-' 
gieron ,  en  diversos  tiempos ,  dos  Mancebos 
viageros ,  de  los  quales  el  uno  po  sabía  una  pa« 
labra  en  Francés ,  y  el  otro  le  habia  estudiado 
en  sucasa  por  mas  de  seis  años  á  fuerza  de  the- 
mas ,  y  Diccionarios*  Procúreles  al  uno,  y  al 
otro  conocimientos ,  y  diversiones ,  y  al  cabo 
de  un  año,  el  primero  hablaba  con  propriedad 
el  Francés ,  sus^fra^es  eratk  ajustadas ,  y  á  ex- 
cepción de  uno ,  u  otro  genero  en  que  todavía* 
se  descuidaba ,  lo  demás  todo  era  muy  proprio^ 
y  conforme  con  el  idiolna  de  Francia*  JEi  otro 
se:l)aYÍa  formado  para  $í  una  io^ginada  lengua 
Francesa ,  que  messdaba  á  cada  paso  con  la  pro^ 
pria:  y  después  de  un. año  haUaba  con  Oieooft 
propriedad ,  que  el  primero.  Sus  mismo$  estu- 
dios le  havian  impreso  en  la  cabeza  una  geri« 
gonza,que  impedía  enteramente  las  ||ppresío^ 
nes  de  un  buen  estilo.  Lo  que  decia  mi  Joven 
Gramático,  havia  sido  mudbas  veces  compues*- 
to ,  y  escrito  en  su  casa ,  y  era  un  verdadero 
galimathías ;  (^'*')  porque  en  todas  las  frases^ 
aunque  conformes  á  las  reglas,  dislocaba  algu« 

ñas 

(««;  Bsto  €s  •  ana  pnm  confatioa  i  «kfctrHIiid  >  y  mbroUo. 


Curta  de  un  Padre  de  familias.  iSi 
oas  palabras ,  cuya  colocación » y  orden  se  pue- 
de fijar,  sino  por  medio  de  la  costumbre*  Yá 
había  diez  y  ocho  meses  que  estaba  en  París, 
quando  me  dijo  un  dia  al  entrar  en  las  Thui- 
lerías:  Qféevoila  un  jardín  beau  ,  &  de  bien 
taíBes  arbres.  El  Joven  y  que  praétíca  el  hablar, 
y  componer  después  de  haber  oído  un  latin  po« 
To,es  cabalmente  nuestro  primer  viagero;  y 
el  que  adquirió  el  habito  del  latin  de  los  tbe- 
mas ,  es  tsít&  segundo. 

V.  m.  le  advertirá  al  Joven ,  que  es  vicio- 
sa  la  estruélura  de  su  latin ;  que  el  genio  de 
la  lengua  Latina  muda  las  palabras ,  y  las  co- 
loca de  otro  modo,  que  se  colocan  en  el  idio- 
ma Francés;  pero  á  pesar  de  este  aviso  salu- 
dable ,  no  conoce  esta  inversión ,  para  la  qual 
tampoco  hay  que  esperar  reglas ,  pues  depe» 
de  únicamente  del  gusto ,  y  de  la  costumbre* 
Las  busca ,  y  se  atormenta  ;  pero  lo  que  ade>» 
lanta ,  es  dejar  casi  siempre  peor  colocado  lo 
que  muda.  Quiere  en  fin  hablar  sin  violen- 
cia,  ó  poner  en  lo  que  ha  compuesto  el  or- 
den sinyi^e ,  y  natural ,  que  tienen  en  sí  sus 
ideas :  pues  este  orden  gramaticalmente  es  bue- 
no ;  pero  el  ay re  de  la  frase  es  enteramente 
Francesa ,  y  la  naturalidad  de  su  lengua  mater- 
na se  le  llebará  siempre  tras  sí :  con  que  si 
hay  un  modo  át  componer  estos  themas ,  que 
los  separe  de  tales  imperfecciones  ,  es  claro^ 
^oe  debe  ser  preferido. 

Pe- 


I S  2  Fspedtacuh  de  la  Naturakza. 
Pero  vamos  adelante :  vé  aquí  otro  inconh 
veniente,  qiie  no  se  ha  notado  aún  bastan^ 
te.  Sucederá ,  que  entre  cien  niños  haya  tres^ 
6  quatro  j  que  tengan  una  penetración  de  en* 
tendimiento  nñas  feliz  que  los  otros  ; .  éstos 
percebírán  el  gusto ,  y  delicadeza  de  la  estaruc«> 
tura  >  que  caraéteriza  los  Autores ,  que  se  les 
muestran.  Y  yo  quiero ,  que  á  fuerza  de  me- 
ditar ,  y  aun  soñar  en  esto ,  imiten  su  estilo, 
y  se  aproximen  de  todos  modos  á  él.  Su  tra«- 
bajo  se  verá  recompensado.  Para  estos  serán 
las  distinciones,  los  premios,  y  las  coronas» 
Se  esforzarán  á  emplear ,  sí  es  preciso  ,  dos^ 
ó  tres  horas  en  traducir  una  docena  de  rea« 
piones  de  su  lengua  nativa  en  un  latin  sopor* 
table:  será,  si  V.  m.  quiere,  un  verdadero. la^^ 
tin.  Pero  dos  horas  para  componer  doce  ren« 
glones,esun  medio  muy  proprio  para  que 
Li  eoinpoii.  V.  m.  haga  cogitabundo  á  su  hijo.  El  gusto, 
cion  del  la-  que  le  causa  la  visoria ,  le  acostumbrará ,  en 

«m  por  reglas     *  ^  ^ 

hace  i  los  ni.  el  espacio  de  algunos  años  ,  á  no  hablar  oo- 

ñof  sombríos  .  i  •  •  •  ^  r-\ 

Y  cogicabuii.  sa ,  que  salga  sm  preparativos  ,  y  sin  afecta* 
^^^  cion ,  y  violencia*  Y  nótese ,  fuera  de  ^e ,  otro 

inconveniente ,  aun  mas  nocivo :  por  tres ,  que 
hayan  meditado  con  provecho  ,  quedarán 
ochenta ,  que  nada  hayan  peinado  sino  delirios, 
después  de  alambicarse  los  sesos.  Digame  V.  m. 
le  ruego  ,  composición  tan  trabajosa  saldrá 
natural ,  ó  podrá  serlo  jamás  el  habito  de 
medir  con  un  compás  todo  lo  que  quiere  de* 

cir? 


Ctrfa  de  un  Vadre  de  famiUas.  183 
cir?  No  es  causa ,  siguiendo  uaa  experiencia 
bien  notoria  ^  de  que  este  Joven  se  halle  sieni'- 
pre  preocupado  de  reglas ,  ó  de  modelos ,  y  fra- 
ses,  qnando  quiera  hablar?  Siempie  distraído 
8e  embaraza  á  sí  mismo  >  y  en  lugar  d^  faablari 
afeéta^y  compone. 

Cómo  es  9  pues,  necesario  portarse  con  los 
principiantes  para  afirmarlos  en  las  reglas, sip 
arruinar  la  dulzura  natural ,  con  la  pesadez  de 
las  composiciones  demasiadamente  afeébdas^y 
reflejas?  El  medio  es  ensenarles  desde  luego 
un  numero  pequeño  de  reglas  con  la  voz  viva» 
y  sin  libros:  y  después  ,  haciéndoles  tambieii 
con  su  voz  viva ,  que  apliquen  estas  reglas  por 
medio  de  algunos  renglones  de  un  Autor  ia«^ 
di ,  que  se  le  hará  al  principio  traducir  del  latia 
á  su  lengua  materna ,  y  luego  bol  verle  de  ésta 
al  latin  ,  siguiendo  las  mismas  reglas*  Y  aquí 
bailamos ,  como  se  praítíca  en  los  Colegios ,  la 
Gramática,  la  composición,  y  la  traducción. 

I."*  Luego  que  su  hijo  de  V.  m.  ha  apren-  ^^  cramat- 
dido  á  dedínar  los  nombres,  y  los  pronombres,  ca .  6  ],.  pril 
á  conjuga  muy  bien  los  verbos  regulares ,  y  á 
dar  efe  memoria  un  numero  de  nombres ,  y 
verbos  irregulares  ,  6  que  tienen  inflexiones 
diversas  del  común ,  y  habiéndole  hecho  co^ 
piar  muchas  veces  todo  esto  impreso  curio- 
samente en  paradigmas  ,  (**)  yá  es  tiempo 
de  enseñarle  sus  reglas.  Entonces  muestresele 

una 

(**)  Egemplos»^  modcl«9« 


meras  reglaa. 


T  8  4  Espe&acuk  de  la  Naturalexa. 
una  hoja  botante^  ó  sola  ^  yá  sea  impresa  ,  h 
yá  manuscrita  por  V.  m.  ó  lo  que  iserá  mejor, 
copiada  por  el  mismo  niño.  En  ésta  hoja  se  ha- 
(brán  juntado  cosa  de  cioquenta  egemplos  muy 
xortoÁ  ,.á  los  qu^bes  se  pueden  reducir  las  prin- 
cipales reglas  de  las  palabras  latinas  ,  y  aun  se 
podrían  comprehencter  en  menos :  véaqui  los 
primeros  egemplos;  !•  Müa  mens.  Malus  anh 
mus»  Cultus  ager»  Culta  novalia.  Tenerum  grch^ 
mn.  2«  Funus  procedió.  Séqtdmur.  3  •  Rem  cnf 
nem  audies.  Audita  eloquary  &c.  Por  la  como- 
xlidad  9  y  por  la  pureza  de  estos  egemplos ,  se 
¡puede  colegir  cómo  deben  ser  los  demás ,  y  de 
dónde  se  han  de  tomar.  Basta  uno  y  ó  dos  para 
^^  ^1^9  y  siempre  de  cosas  sensibles.  Y  se 
debe  solicitar  9  que  el  todo  no  exceda  las  dos 
paginas  de  una  hoja  en  dozavo.  De  suerte ,  que 
¿Lmño  con  sola  una  mirada  vea  el  fin  de  sq 
tarea,  y  quede  seguro  de  saber  el  primer  nece- 
sario ,  dando  razón  de  lo  que  está  contenido 
en  este  papeL 

En  lugar  de  los  egemplos  de  una  felsa, 
y  baja  latinidad  con  que  retumban  ^  Escue- 
las.poco  estimables  ,  ó  entregadas  á  la  igni>* 
rancia )  tómense  los  que  ofrecen  Terencio^  Pbe- 
dro  y  y  Cesar ,  donde  quiera  que  se  abra,  ó  aque- 
llos que  se  escogieron  expresamente  para  el 
asunto  por  Sanchez,(**)ó  por  Lanceloto.  Pero  la 

Mi« 

(**)  Francifco  Sanchct,  llamado  coinunmenee  el  Sr«^#»/t  i  por 
Justo  Lypfio  MfTcufh  >  h  oifl*  de  España  :  y  por  Sctpio  H9tm^ 
krt  Diviu:  Véase  la  Bibliock.  4e  D«  Nicolás  Aacoiiío, 


Carta  Je  un  Padre  de  favilas.  1 8  f 
Minerva  (♦*)  del  primero ,  y  las  Gramáticas 
Griega ,  y  Latina  del  seguodo ,  con  todas  las 
demás  Gramáticas ,  aunque  sean  ,  si  las  hay, 
mas  estimables ,  no  deben  servirle  sino  á  V.  m* 
Tiempo  vendrá  9  en  que  su  Alumno  se  halla- 
rá en  una  edad  y  en  oña  amplitud  de  en- 
tendimiento ^  que  pueda  usarlas ,  y  alternar* 
se  con  V.  m.  Pero  mientras  los  primeros  es-« 
todios  ,  ojalá  pueda  ignorar  la  infancia  ^  ¿  igna« 
rarlo  por  largo  tiempo  ^  que  hay  Gramati-^ 
cas  en  el  mundo.  Ks  predso ,  que  no  co-< 
oozca  sino  sus  paradigmas  ,  su  hoja  bobnte¿ 
y  buenos  Autores.  l)esaparezcan  Im  Despau*^ 
teres ,  los  Bohours ,  los  Bretonneaux  ,  el  gran^ 
de  9  y  pequeño  método ,  todos  los  Gaulyers 
ant^uos ,  modernos  ,  y  por  venir.  Degüellen^ 
ie  9  y  déseles  por  el  sueb  á  todos  los  trata^* 
dos  de  la  Syntaxis ,  de  partículas  ,  de  glosas^ 
de  elegancias  9  de  anómalos,  de  heteroclites,  (**) 
ó  irr^ulares»  Fadlitesele  la  entrada  para  bue* 
O06  Autores ,  que  esta  edad  no  necesita  otra 
cosa.  La  práéUca  de  éstos  acabará  de  ense* 
fiarles  IcPque  les  fiílta  mas  agradable  ,  y  mas 
prontamente  y  que  lo  hacen  los  cámulos ,  d 
montones  de  preceptos :  y  V.  m*  se  los  fran« 
quéa  por  sí  m&mo ,  y  se  los  abre ,  quando 
eX  menor  mal  que  ^das  las  otras  gergas  le 
Tom.  n.  Aa  ha- 

fM)    %^  u  ohrft »  ^«c  le  dio  iiiAs  nombre  »  j  k  hixo  lUmu 
Ééáf9  di  hs  S¿bi9$, 


1 8  6      EspeBtacuh  de  ta  hatufcieta. 
harán ,  será ,  además  de  brqmarles  él  entendi- 
miento ,  y  no  enseñar  líitin  á  vuestro  hijo, 
hacer  ,  que  todos  los  libros ,  que  vea  en  ade- 
lante ,  le  parezcan  otros'  tantos  Gaulyers,  y 

Bohours. 
La  traducción, .    ^^'  Quondo  yá  cstos  priflieíos  pTepafatl* 
y  composición.^^  ^.j^^j^   algo  ordenados  ,. es  < necesario 

ponerlos  éb  práélica  ,  af^cando  di  todo  á  ua 
Autor ,  que  se  traduzca  del  latin  en  la  leo-»» 
^a  natural ,  y  después  se  buelva  de  ésta  al  \k^ 
tax.  Pero  qué  Autor  quiere  V«  m.  que  tomé* 
píos  ?  Le  hay  acaso  tan  simple ,  como  requie^ 
re  la  necesidad  de  un  niík)  ?  No  están  todos  fu^ 
ra  de  su  conocimiento,  y  alcance  ?  No  será 
preciso  atenernos  á  estas  frases  tan  traqueada^? 
£•  L^íq  \;ui  sttídes.  a.  Joannes  laborat '-  ai 
¡ucrandas  pecunias.  3  •  Vapulo  á  Praeceptore. 
^.  Osculot .  á  matre.  5 ,  Nicalaus  celavit  tm 
hünc  rem.  -6,  Res  ,  quas  doSH  sumus  d  Msh 
gistro  i  Se.  JEstos  ¿gemplós  no  son  ,  es  ver^ 
dad ,  ni  muy  nobles ,  ni  muy  justw ,  pitincft 
pálmente  d  tercero  ,  y  él  quarto;:  Pero  los 
Preceptores  se  han  hecho  yá  á  ellos  %  éste  es 
6u  camino  ^  y  para  ellos  una  máquina  moj 
cómoda':  mas  la  facíHdad ,  que encuentcan  ea 
desenredar  su  doñrina ,  nos  tfeberá  p^mitir, 
que  pasemos  por  encima  de]  este  latin  ,  á  ^ 
vetdad  bastante  pobre;  y  contodoeso.foastan- 
te  bueno  para  principiantes.     '    ' 

Este  razon^imii^to ,  ^u&  a»iega  á  n^uchos 

JPar 
4 


Coffade  unVadre  Jefamilioí.       1S7 
Padres: ,  hace  un  infinito  agravio  á  la  sodé* 
dad  ,  autorizando    una  práéUca  enteramente 
opfuesta  al  fin  de  los  estudios»  Yo  be  visto  rnu^ 
efaas  veces  á  los.  Profesores  mas  tiábiles  ,  y 
á  todas  las  personas  de  buen  gusto  lamentar^ 
como  cosa  deplorable  9  él    que  la    infancia 
ae  abandonase    de  este  modo    á   Precepto* 
íes  ^  y  Maestfos ,  que  no  saben ,  ó  no  quie-» 
ren^saber  sino  reglas  ,  y  que  todo  lo  reducen 
i  ellas.  Qoantos  han  mirado  con  alguna  aten- 
ción este  desorden  ,  convienen  en  que  es  ne- 
eesario  ,  que  no  se  dejen  las  primeras  reglas, 
poes  acuitan  la  inteligencia  de  los  Autores; 
pero  se  afligen  de  ver  sacrificar  el  gu^to  de 
éstos  >  y  la  colocación  verdadera  de  la  lengua 
á  la  adquisición  ,  y  memoria  de  las  reglas^ 
En  e&éto ,  la  juventud  se  exercita  quatro ,  6 
cinco  años  seguidos  en  componer  latin ,  si- 
guiendd  modelos  falsos  9  y  se  le  permite  co- 
munmente echar  todas  sus  frases  en  la  tur- 
quesa de  la  lengua  patricia  ;  sirva  de  testigo 
esto  t^oarntes  ^  qtd  labarat  ad  lucrandas  pe-- 
cumias.  Í^Motros  nos  acordamos  de  haber  pa- 
sado por  el  mismo  método ,  y  nos  podemos  ^^^  pr¡,rerw 
acordar  por  una  parte  de  quántas  amarguras  impresiones 
costaron  a  los  que  aprovechaban  poco  en  él;  más  ser  i^auas. 
y  por  otra  parte,  quánto  mayores  hubieran 
sido  los  adelantamientos ,  y  quánto  mas  pron- 
tos,  sí  d  primer  latín  ,  que  se  les  hizo  com- 
poner y  y  traducir ,  no  hubiera  sido  tan  vi- 
^  Aa  a  ció* 


/ 


'i88  Espe&acuk  de  la  Naturaleza. 
cioso.  Naturalmente  retenemos  mejor  lo  que 
aprendemos  en  la  infancia*  Pues  qué  especie 
de  injusticia  no  será  habituar  á  los  nifíos  á  un 
lenguage  ,  que  es  necesario  arrancarle  después 
de  la  cabeza?  (a) 

Qué  pensaría  Vi  m.  de  un  Espafíol ,  que 
queriendo  ,  que  aprendiese  el  idioma  Fran* 
cés  un  hijo  suyo  y  dijese :  El  lenguage  Parif 
cíense  es  muy  alto  para  un  niño.  Empezaré* 
mos,  ejercitándole  dos  años  largos  en  algu< 
na  Aldea  de  Limosin.  El  primer  Maestro 
de  qualquiera  Escuela  que  se  halle  ^  le  basta- 
rá.  De  alli  le  pasaré  á  las  vecindades  de  Or- 
leans ,  en  que  se  habla  un  poco  mejor.  T 
quando  de  este  modo  fuere  adelantando  de  gra- 
do en  grado,  le  Uebaré  á  la  Corte ^^en  que 
«e  habla  con  toda  perfección.  Es  cosa  eviden- 
te y  que  lo  que  ¿febe  ejecutar  por  el  contra- 
fio  ,  es  Uebar  al  Joven  Español  á  París  desde 
luego ,  ü  á  Versalles  ,  en  donde  no  oyendo 
otra  cosa ,  sino  lo  que  es  mas  proprio  en  la 
lengua ,  la  sabrá  desde  luego  con  cultural  quan- 
do  tomando  ese  otro  método  ,  se%rá  á  ex- 
poner con  evidencia  á  mil  trabajos ,  para  qui- 
tarle los  hábitos ,  y  resabios  ,  que  contrajo. 
A  cada  paso  sacará  términos  de  Limosin ,  la 

co- 

(a)  Natura  tetMcissifni  sumus  ecrum  quae  n^ 
iibusannis  ptr9ipifnus.^mn  asntescat  ergo{Puer) 
ne  dum  infans  quidem  est ,  sermoni ,  quf  dedis^^ 
iendus  rít.  QuintilíaOt  lib.  i.  cap.  i.       y^     ¡ 


Gnrta  de  un  Padre  de  Familias.      i  S9 
colocación  será  limosiiía ,  y  Límosíoa  tam- 
bién la  pronunciación» 

No  se  diga ,  pues  ,  de  modo  alguno ,  que 
es  menester  atender  en  esta  materia  á  la  debil¿- 
úad  de  la  infancia.  La  debilidad  es  derta ;  pe» 
4t>  no  autoriza  y  para  que  se  la  obligue  á  pa- 
sar por  un  mal  latin ,  y  que  por  este  me* 
dio  llegue  después  á  otro  bueno  :  nada  se  la 
fecilíta,  haciéndola  empezar  por  la  barbarie 
pues  lo  que  es  falso  9  y  vicioso  y  no  puede 
ser  escalón  para  subir  á  lo  justo  ,  y  verda« 
dero«  La  condescendencia  necesaria  con  lo 
endeble  de  la  niñez  consiste  en  no  •  propo* 
nerlede  una  vez  sino  un  corto  numero  de 
palabras.  Pero  estas  palabras  deben  ser  bue«- 
fias ,  y  colocadas  con  gusto.  Una  madre  dé 
ñimiUas  no  carga  á  sus  hijos  de  discursos  muy 
largos  9  ni  de  harengas  muy  seguidas.  Menos 
les  propondrá  las  reglas  de  Vaugelas  ,  6  de 
Bobours  :  i*"^  no  la  entenderían  sus  hijos: 
contentase,  pues,  con  quatro  ,  ó  dnco  dic^ 
dones  juntas  ,  dirigiéndoselas  á  ellos  :  estas 
falabra;»  serán  proprias ,  colocadas  según  d 
gusto  de  la  Nación ,  y  bien  articuladas.  Sea, 
pues ,  para  el  Castellano ,  ó  sea  para  el  Latin, 
es  absolutamente  preciso ,  que  las  primeras  im« 
presiones  sean  ajustadas ,  y  que  jamás  baya 
necesidad  de  suplirlas,  6  reformiarlas  con  otras. 

En 

t**>    VeAse  el  Diccionario  de  Mtrcri  >  palabra  Vaugelas «  ^. 


T90  Espe^aúuloae:laN(^ura!^xa^. 
£n  la  exten^OQ  desluces  ^  de  que  los  juzga 
capaces  »  puede  haber  difereotes. grados;  pero 
en  la  propriedád  no'  bay  mas  i  y  menos ,  y 
todo  quantaha.Uegado  á  los  oídos  del  níño^ 
desde  que  entró  en  lá  Escuela- ,  hasta  que  sa!« 
k  de  los  estudios  y  debe  ser  proprio  ^  y  tx* 
presivo.  La  propríedad  >  y  la  colocación  de 
los  términos  para  la  lengua  >  es  lo  que  el  man- 
tenimienta  para  la  sai^' ^  y  la  vida*  Alimen- 
tos hay  maft ,  6  menos  fíiertes ;  y  es  cierto, 
qne  no  todo  estomago  es  apto  para  digerir 
qualqniera  especie  de  viandas ;  pero  como  quie- 
ra ,  npnca  debe  «ntrar^  en  él  alguna  ,  que  no 
sea  saludable.  Nuestros  primónos  Maestros  y  coa 
4oB  rudimentos  en  que  pos  imbuyen ,  y  coa 
los  egemplos ,  que  tienen  siempre  á  mano^ 
vierten  en  él  entendimiento  de  los  nifíos  una 
especie  deveneoo/^  de  modo  y  que  habrá  no 
poco  trabajo  en  atajar  las  consequencias ,  y  ea 
impedir  sus  malos  efeoos. 

La  impropriedad  de  los  egemplos  se  vé 
seguida  de  otro  desorden ,  tanto  mas  perjudi- 
cial y  quanto  Id  vemos  durar  tres  ,  ^  quatio 
años ,  y  aun.  masj  Es ,  pnes  ,  sujetar  á  la  ju« 
ventud  á  que  traduzca  qualquier  libro  impreso^ 
y  le  vaya  poniendo  en  latín.  Esto  le  vá  in- 
sensiblemente introduciendo  una  colocación 
del  todo  semejante  á  la  propria ,  y  natural  de 
su  lengua.  Quando  ,  por  egemplo ,  en  la  len- 
gua Francesa  encuentra  V.  m.  la  partícula  on^ 

^la 


Carta  de  un  Vaáre  defmAlias^       191 

la  partfeula  que  ji^  los  fioseMvos  san  9  sa^  ,ses^ 

&c.  trocará  la  aSávñ  en  paiívs  ^  y  pas^r^  sin 

embarazo  adelante  :  V.m.   t6ndr4.s¿i9^i;ite 

precaixion  ;  pero  el  xúrio  jamás  pone  dos  paf 

•iahras  latinas ,  síq  observar  al  punta  I9  estfuc^- 

tura  de  .las  dos  palabras   Ftanceías  ,  que  le 

-guían  ,  sea  :para  dejarlas  en  latiú  con^l  mismo 

orden ,  si  el  método  no  se  opone  ^  ^  sea  parn 

bacer  solamente  una  mutación  muy  leve  ,  sí 

d  método  se  lo  ordena.  £1  genio  de  la  len* 

•gua  natural,  presicje  á  todas  las  operaciones* 

£1  mucbaciio  aprenderá  ^i1  tres  años  veinte 

i:osas  9  en  que  no  se  goléeme  por  su  lengtia 

nativa  OÍ:  un  todo;  pero  le  quedan  aiui  mas 

«de  mil  en  ^que .  se  d^a  üehar  dé  la  ei^ce$ioQ 

natural,  que*fcurles)gua.fo  inspira  t  en  qoé  edfld 

llegará  á  saber  ?'Quanto  mas  se  radica  en  I9 

prádica  de  su  método ,  tantp  mas  se  le  sepá^ 

^ra  del  dso  ahti^w,  y  dei^  buen  latín :  ñiei[a 

9¡t  los  vantÉ  tík  ;tréiata  ¿rticulps  á  que  se  es^ 

hiende  toda  la  peopriedad  de  .sa  wUo ,  b^i^ir 

poñdoo-ilátina  sigue  la  patria;»,  lo  qu»l:l)aQeb 

^e  d  ruó  llebe  un  estílo  entódo ,  y  porto- 

-dosemgante-áéste;yM»q^if.>^  qtíi  ¡O^mst'ú^ 

^Jucmndatn  pecMam^'   '   .   -     '  ^    . 

1  Si  estafriaatoes  iia.  apaíecín  tod^v»:  der  Jxf^i  2 
monsfratitas ,  ved  aqui  un  principio  ^o,  p^  ^w«* 
jra  esffircir.  mas  luz  eaesta 'materia*  la  ktt- 
-gioMr  ^gme  ia\  cenáki^n}  éel/Mowr^  asi  ^^d  que 
*€9  áhwloiamcn^tsoidQr  de  oacuitt9nilO;(e&pf«r 

a- 


r 


i9i  E^éSiacuh  de  la  Naturakssa. 
riso  que  sea  mudo-:  con  que  por  conseqnen^ 
tía  no  podtá  6l  lenguage  dejar  de  ser  defeo 
tuoso  I  si  el  crfdo  esiubiere  hecho  á  malas  co« 
locaciones.  Juzgue  V.  m.  por  aqui  los  peligros 
i  que  se  hallará  expuesta  ki  infancia  ^  esparcír 
da  en  Escuelas  libres  ,  y  ún  régimen. 

Lo  natural  era ,  que  se  la  egercitase  ^  em- 
pezando con  la  pequeña  Historia  Sagrada  de 
Severo  Sulpicío  ,  ó  con  d  Compendio  liecho 
por  Aurelio  Viélor ,  quitándole  lo  que  no  es 
suyo.  Debríase  continuar  y  tomando  de  Cor* 
nelio  Nepote  ,  del  Cesar  >  ó  de  otros  buenos 
Escritores  algunos  pedazos  ^  ó  pasages  ,  que 
sean  lo  que  fueren ,  traben  consigo  siempre  un 
estilo  simplidsimo ,  y  una  perfeSa  latinidad^ 
sin  dislocar  Jamás  cosa  alguna.  Pero  la  mayor 
parte  de  los  Maestros  egercitan  á  los  princi* 
plantes  en  frases ,  que  juzgan  de  maravillosa 
utilidad  f  porque  son ,  dicen  los  tales  ,  hechas 
expresamente  para  la  infancia.  Nosotros  los 
creemos  capaces  i  estos  Maestros  de  mejor  com» 
posición  ;  y  asi ,  no  lloramos  aquí  su  talen* 
to  9  sino  la  demasiada  indulgencia  dtn  que  s» 
primen  la  bu^na  latinidad.  Ea  efeéto  estas  fra- 
ses están  mas  lejos  del  vetdadero  latin  y  que 
vMenguage  de  las  Aldeas  lo  está  del  de  la 
Corte 9 y  aun  del  de  qualquíera  Ciudad:  el 
genio  y  y  el  fondo  de  la  lengua  Española  se 
hallará  en  los  campos ;  pero  quien  es  con  to* 
tío  eso. di  yecíQ0»aua  elmas  simple  deMa^ 

«drid. 


Qírta  ds  un  Tadte  defamiÜas.      193 
éid ,  que  emhíe  su  hip  á  la  abuela  á  un  Villa- 
ge  ,  6  Aldea  de  qualquiefa  oira  Provincia ,  para 
qiie  apreodaá  leer ,  hablar  Castellano  ,  y  á  dis* 
poner  una  carta? 

Otros  creen,  que  obran  con  mucha  mas 
pnKkocia  ,  haciéndoles  traducir  á  los  niños 
desde  luego  historias  ,  sacadas  del  latin  de  la 
Vidgata  ;  pero  si  se  los  quiere  imponer  en  los 
mas  bellos  ra^os  de  la  Historia  Santa  ,  ó  en 
las  máximas  de  Salomón  9  y  del  Eclesiástico,  es 
mejor  hacerseb  leer  en  alguna  otra  |iarte  9  dis* 
tiiita  C^)  de  la  Vulgata  9  la  qual  no  nos  fue 
dada  para  enseñamos  d  orden  9  y  colocación 
dd  latín. 

No  faltan  a%unos  9  que  juntando  á  los  ru« 
duaeotos  comunes  ciertas  historias  9  sacadas 
de  los  Autores  profanos ,  truecan  elorden  de 
la  firase  latina  9  y  añaden  algunos  preceptos 
de  la  Moral :  pero  muchas  veces  estos  pre« 
ceptos  son  largos  9  y  la  relación  sobre  que  re- 
caen muy  breve  9  b  qual  es  cosa  fuera  de  to- 
da razon«  El  latin  de  la  Moral  no  puede  de- 
jvde  S(^so^echo80  9  siendo  moderno  9  y  el 
de  la  historia  9  en  perdiendo  su  primera  dis- 
po^cion  9  y  ^ntaxis  ^  perdió  el  sabor :  yá  no 
eslatin. 

Después  de  estos  preparativos  roas  pro* 

(rios  para  corromper  9  en  razón  de  latinidad, 

TmiuXL  Bb  los 

(**)   U  Flaacés  »  j  d  Italia  no  dUco  •  ^«c  o  mejor  hacérselo 
iCcrcBiiM  cradttccioA  Fraaccst. 


194       Espe&aculo  de  la  Naturaleza. 
los  oídos ,  que  para  formarlos  y  se  praétíca  ha» 
cer  traducir  todos  los  días  algunos  renglones 
de  un  Autor  antiguo ,  lo  qual  es  el  egerci* 
cío  mas  provechoso  que  hay  ;  pero  por  des- 
gracia es  el  mas  corto  ,  y  aun  parece  que 
se  hace  estudio  de  impedir  el  buen  efedo, 
pasando  á  lo  que  se  llama  construcción  del  La* 
m1i\"oViírur  ^ÍD-  Esto  realmente  no  es  sino  la  destrucción, 
lín"  M  ai  i*  P"^  construyendo ,  como  se  construye ,  se  le 
jiarít.  disloca  el  Latió  ^  y  se  le  Ueba  palabra  por  pala* 

bra  al  genio ,  y  á  la  estruéhira  de  nuestra  Len- 
gua materna»  No  bastaría  notar  el  objeto  de 
que  se  habla,  y  el  verbo , que  expresa  el  juicio^ 
que  se  formó ,  sin  tocar  en  lo  demás  ?  Há- 
gase 9  que  luego  correspondan  las  palabras  cas- 
tellanas á  las  latinas ;  pero  sin  quitar  éstas  de 
su  lugan  £1  niño  se  reirá  del  desorden  de  la 
lengua  natural  4  pero  pondrá  al  punto  después 
cada  pieza  en  d  lugar  que  le  toca.  Este  pe- 
queño trabajo  (^geraita  jsu  juicio ,  y  no  se  re* 
cele  por  esto  ^  que  se  pervierta  su  lengua  na- 
tural ,  pues  la  colocación  de  ésta  le  es  muy 
familiar  ^  para  que  se  descuide  en  qj^.  El  ni- 
ño encuentra  en  el  Español  otros  tantos  Maes- 
tros ,  como  son  las  personas  con  quienes  tra« 
ta :  en  todas  partes  oye  un  Cattellaoo  pérfbc* 
to ,  y  al  contrario  9  un  poco  de  Latin  puro, 
que  llega  á  sus  oídos  cada  dia  ^  se  vé  puesto 
al  punto  en  tormento  ,  y  en  un  estado  in- 
fapázde  conocerle.  Una  Lengua  no  consiste 


Carta  de  un  Padre  ikfamiUas.  195 
soló  en  las  palabras  ^  sino  que  consta  princi- 
palmente de  su  estruétura  propría ,  y  natural. 
Es  indiferente  decir  un  blanco  pomelo  y  6 
un  panueh  blanco  ?  De  estos  dos  modos  iguala 
meóte  confimnes  á  ks  reglas  de  la  Syntaxis^  pe- 
ro qae  d  uno  será  proprio  de  una  AldÉr ,  y  el 
otro  proprio  de  la Cbrte»  V.m.  hará ,  queoy- 
ga  siempre  éste  y  y  jamás  el  otro*  Cómo ,  pues» 
querrá  imprimir  en  la  cabeza  de  su  byo  una 
idea  justadeIacoIocadoodeAthenas,6deRo-> 
ma  adámente  9  si  fimna  una  ley  de  descompo- 
nerla ^  destruir  su  naturaleza  >  y  de  hacerla  ri- 
dicula j  lu^o  al  punto  que  aparece  ?Este  L»- 
tin  quecb  semejante  á  una  naranja ,  que  pasó 
por  analysis  quinsica ;  no  hay  yá  aquel  espíritu, 
que  hairiá :  después  de  la  operación  no  resta^ 
ni  naranja ,  ni  latín. 

A  la  descomposición  del  latín  sucede  otra 
prédica  todavía  nuis  peroidosa  9  y  es ,  com- 
p(Mier  themaa  j  según  las  reglas  dadas »  en  lu* 
gar  de  sacar  una  composición  con  la  voz  vi- 
va >  6  por  escrito»  siguiendo  el  latín  de  un 
éxcelen^  Autor  9  que  se  acaba  de  traducir» 
y  cuyo  estila  se  budve  á  llamar  á. la  lengua» 
ó  á  la  pUmuu  Quién  no  lamentará  aquí  la 
mitsxít  infeliz  de  la  infancia  %  La  mayor  per- 
fección y  que  se  e^ra  de  su  trabajo ,  es  lle- 
gar después  de  quatro »  6  cinco  años  á  nosa-* 
car  scrfecismos  en  el  patanmno  de  sus  themas. 
Todos  los  días  se  emplea  infinito  tiempo  en 

Bb  2  mos^ 


19  &     Éspe&aculo  de  la  Naturakxa. 
mostrarle  por  todos  los  caminos   las  faltas, 
que  ha   hecho  contra  las  re^as :  cada  falta 
Ueba  una  cruz ,  y  el  pobre  niño  las  Ueba  to- 
das ,  pues  se  pregonan  ,  y  burlan  sus  defeo* 
tos.  Para  aumento  de  esta  miseria ,  después  de 
haber  ocupado  muchas  horas  seguidas  en  la 
composición  de  su  proprio  latín  y  y  en  refle- 
xionar  atentamente  un   lenguage  tan'  lasti- 
moso ,  se  vé  obligado  á  escuchar  tranquila» 
mente  los  solecismos,  y  los  barbaríamos  de  otra 
Y  yé  aquí  sus  oídos  golpeados  oontinuamente 
de  un  lenguage  rustico ,  é  intratable.  Todo 
quanto  llega  á  ellos  por  espacio  de  quatro  ,  ó 
dncQ  años  seguidos  ^  es  sediente  lo  que  j^ 
más  había  de  oír. 

Este  método  viene  á  parecerse  al  de  cierto 
frtqfíactmcn.  Cabalkro  ,  que  creía  ensefíar  maravillosamente 
*íe'barbTrÍ*'*'^^"'^J°^  la  LeuguaFrancésa^haciendo hablar  de- 
lante de  él  á  todos  los  nifíos  de  hs  Aldeas  veci- 
nas ,  advirtiendole ,  que  todo  aquello-  era  cotitra 
b  lengua ,  y  contra  la  prommciaciixi.  £1  mu- 
chacho ,  que  no  tenia  en  sus  oídos  sino  im«* 
presiones  barbaras ,  sonidos  rústicos^ y  fhisea 
ridiculas  I  las  contrahacía  con  eminencia^  Qy- 
piaba  con  naturalidad  á  todos  Mos  pequeños 
paisanos ,  é  imprimía  muy  bien  en  su  me- 
moria la  algaravía  de  su  crianza.  Lo  que  me- 
nos tomaba  en  la  boca  era  su  misma  lengua. 
Sin  duda  y  que  ignoraba  este  Caballero  ,  que 
po  se  aprende  la  música  ,  ni  las  lenguas  oyen- 
do 


Carta  de  un  Fadre  de  familias.      197 
do  malos  sonidos ,  y  peores  composiciones. 

El  tbema ,  que  como  yá  conegído  á  su  Fakj  cesrum 
modo ,  di6hi  el  Maestro  •  no  reéUiíca  •  ni  re-  !!'lí*  í*™*' 

'  '  '  corregidos. 

media  el  mal  >  pues  todo  su  mérito  está  en 
ser  una  composición  escrupulosamente  confor- 
me á  las  reglas.  La  causa  es  por  haberse  pues* 
to  cuidado  en  extenuar  ,  ó  bajar  obligante* 
mente  la  latinidad  en  fiívor  de  la  edad ;  y  asi, 
sale  un  latín  todavía  falto ,  y  de  pernicioso 
eg^mplo :  y  hablando  con  puridad ,  es  para 
los  oídos  una  nueva  herida ,  que  se  mira  con 
respeto. 

Vé  aqui ,  según  todo  esto  9  una  serie  suma- 
mente larga  de  impreaonessin  propriedad,  mas 
aptas  pata  corromper  los  oídos  ,  que  para  for- 
marlos. Esta  obra  de  arruinar  el  oído ,  se  acaba 
dé  ejecutar  ^  y  acaso  sin  remedio ,  con  la  bajá  la- 
tinidad de  dos  años  de  cierta  Philosophia ,  que 
se  usa.  En  vano,  me  dirán^se  habrán  podido  re- 
formar los  oídos 9  y  perfeccionarse,  escuchara 
áo  la  Rbetorica  de  un  Hersán ,  6  de  un  Tur- 
nébe.  (a)  £1  hijo  de  un  Oficial ,  que  está  hecho 
al  lengt^ge  popular  ^  no  se  reforma  por  haber 
oído  algunas  veces  i  Bourdalu  ,  ó  á  Masillon ;  oi 
un  joven ,  cuyo  mérito  é^i  todo  en  haber  sido 
fiel  á  las  reglas  en  las  cortas  composiciones,  que 
sacó ,  podrá ,  como  de  un  sako  ,  corregirlo 
todo  con  escuchar  las  lecciones  de  un  Juven- 

cio> 

(a)    Dof  celebres  profesores  de  ta  UiiivcrsMa<l^  de  Firífe. 


198  Espe&acufo  ck  la  Naturaítía^ 
cío ,  de  un  Le  Beau  ,  ó  de  un  Crevien  A 
pesar  de  la  bondad  de  los  socx)rras  de  estos 
excelentes  Maestros  ,  su  oído  ,  por  ser  socor* 
ros  pasageros ,  le  llebará  siempre »  por  egem- 
plo ,  al  galticisaia ,  6  á  alguna  colocacíoa 
viciosa  ,  á  causa  de  estar  sin  oomporadon  mas 
habituado  á  esta  corrupción ,  que  á  lo  mas  pu- 
ro ^  y  correólo.  Se  fiítígarán  repitiéndole  á  es- 
te joven  ,  que  yá  es  tiempo  de  que  buelva 
sobre  sí  el  buen  gusto  ^  y  que  yá  en  fio  es 
preciso  renunciar  aquel  estilo  aniñado  ^  en  que 
estubo  tantos  años.  El  entendimiento  recono* 
cera  la  necesidad  ;  pero  el  oído ,  hecho  al  mal, 
está  viciado ,  y  ^qui  todo  ^  todo ,  depende  del 
oído. 

Dos  son  las  ventajas ,  que  se  hanpreten* 
dido  sacar  del  establecimiento  ^  y  (»den  de 
los  estudios  públicos ;  es  á  saber ,  poner  á  la 
mayor  aparte  de  los  jóvenes  concurrentes  en 
estado  de  entender  por  lo  menos  los  mejo« 
res  Autores  de  la  antigüedad  ,  y  hacer ,  que 
los  niños  de  genio  mas  elevado  lleguen  á 
imitarlos ,  hablando  con  grada ,  y^scrihien- 
do  con  dignidad.  Pero  la  desgracia  está  en 
que  la  inversión  &tal  de  los  egerctcios  ,  que 
acabamos  de  ver ,  arruina  estos  dos  bienes; 
y  si  el  mal  se  disminuye ,  ó  se  repara  en  al- 
gunos ,  es  por  la  aplicación  infatigable  de  los 
Maestros  juiciosos  ,  que  se  dedican  ,  no  sola* 
mente  i  hacer  traducir  ,  sino  también  á  que 


Carta  de  un  Padre  de  familias.  199 
je  penetre  lo  mas  perfe¿to  que  se  halla  en 
la  antigüedad ,  y  á  no  arriesgar  composición 
alguna ,  que  no  siga  en  algún  modelo  los  ras- 
gos tirados  por  los  Antiguos.  Y  si  algunos 
bombies  de  poca  autoridad  9  á  pesar  de  quan« 
to  reclaman  continuadamente  contra  su  mé« 
todo  los  Profesores  mas  sensatos ,  han  intn>- 
ducido  en  los  primeros  estudios  rubricas ,  que 
arruinan ,  ó  alteran  los  buenos  efedos  ^  su 
opinión  mal  nos  servirá  de  ley.  El  amor  pa- 
terno se  pone  alerta ,  y  se  lastima  de  ver  Ue- 
bar  á  la  juventud  por  caminos  ,  que  no  la 
eonducen  al  fin ,  que  se  {mtende  ;  y  del  mis- 
mo modo  que  no  entregaremos  nuestros  hi- 
jos,  en  sus  últimos  estudios  9  sino  al  gobier- 
no de  los  mejores  Maestros ,  remediemos  ^  si 
es  posiUe^  el  desorden  de  los  primeros,  por-^ 
que  si  estos  no  son ,  como  conviene ,  6  des-^ 
truyen  de  antemano ,  6  retardan  por  lo  me- 
nos el  efeSo  de  los  ¿guientes.  Algunos  Ami- 
gos de  M.  RoUin  le  hicieron  en  sus  últimos 
años  ^  que  notase  la  insuficiencia  de  los  ru«* 
dimentos^omunes  «  y  de  las  palabras ,  saca-- 
das  de  la  Yulgata  para  este  e&éto ,  como  de 
qualquier  otro  latín  9  á  quien  se  haya  quita- 
do la  inversión  9  y  colocación  nativa.  Y  asi, 
aconsejaba  ,  aun  mas  eficazmente  9  que  lo  eje- 
cuta en  sus  Tratados  9  que  se  diese  siempre 
principios  por  egemplos  escogidos  en  los  me- 
jores Autores.  En  fin ,  en  su  ultimo  Trata-> 

do, 


a  co  EspeSlacuh  de  la  NatufakzA 
do  ,  que  es  el  del  estudio  de  las  señoritas, 
hablando  del  que  deben  hacer  en  las  lenguas, 
truncó  la  palabra ,  y  suprimió  la  composición 
de  los  themas ,  como  (Juien  conocía  muy  hiea 
lo  largo  que  es  este  método  ,  lo  ridicu* 
lo ,  y  lo  inútil.  Tanto  estos  deseos  ,  como 
los  mejores  avisos  de  M.  Le  Fevre  ,  de  M. 
Arnauld ,  y  de  M.  Duguet  se  pueden  redo* 
dr  á  las  quatro ,  ó  cinco  precauciones  ,  que 

se  siguen, 
precaucioncí      j  a   Reuulr  ctt  una  hoja  un  numero  su- 

neccsarias.  . 

ficiente  de  eg^mplos  muy  cortos ,  pero  siem« 
pre  puros ,  y  sacados  de  buenas  Autores ,  pa- 
ra explicar  con  la  viva  voz  los  primeros  prin-* 
cipios ,  sin  mostrar  á  los  niños  mas  Gramas- 
tica  que  esta  hoja  ,  y  júntense  los  paradigmas 
de  nombres  ,  y  verbos  regulares ,  é  irregu- 
lares. 

a.^  No  recurrir  i  egemplo  trivial  j  ó  in- 
ventado 9  ni  á  latinidad  alguna »  sino  solo  hacec 
traducir  lo  mas  simple ,  que  se  halle  en  los  Au- 
tores 9  aplicando  frequentemente  á  las  partes  es- 
cogidas las  reglas  fiíciles,  ysinlasq[^les  nose 
pu^  pasar. 

3.*  No  quitar  del  lugar  ^  que  tienen  loa 
términos  de  las  frases  latinas ,  que  se  han  tra- 
ducido, sino  solamente  hacer  notar  la  per- 
sona ,  que  entra  en  la  oración  ,  y  el  verbo 
principal  en  que  estriva  el  pensamiento ,  que 
ae  enuncia  :  después  leer  una  1  y  otra  vez  la 

mifi- 


Citta  de  un  Vadre  défanüUdi.      10 1 
misma  frase  Utína,  según  la  perfeéla  integri-^ 
dad  que  tiene  9  para  que  de  esit  modo  se  co- 
nozca ,  y  tome  el  gusto  al  iorno  9  6   coloca- 
don  natural. 

4.''  No  hacer  componer  tbenáa  alguno, 
sea  con  la  voz.  viva  »  y  repentinamente ,  6 
sea  con  la  pluma  en  la  manó^  7  á  solas^  sino 
con  el  auxilio  de  un  modelo  agradable  ,  y  de 
un  latin  castigado ,  y  puro  9  que  se  haya  ex«( 
pilcado  el  mismo  dia^  ó  poco  antes  de  b  com- 
posición. 

5.''  No  d^r  composición  9  por  mas  cor-* 
leg^  que  parezca»  que  no  sea  tomada  en 
obra  de  buenos  siglos.  El  método  para  el 
Idioma  Griego  9  será  el  mismo   que  para   el 

LttÍDO. 

De  esta  manera  todo  viene  á  ser  fácil, 
y  s^ro  9  sea  que  se  egercite  un  niño  en 
componer  repentinamente  9  y  con  la  voz  vi- 
va ctespoes  de  haber  escuchado  un  latin  per- 
idStOy6  sea  que  se  le  diéte  el  Castellano  de 
aquello  mismo  9  que  acabó  de  traducir ,  pa- 
ra hacexftio  bolver  al  latin  con  sosiego  9  y 
á  sos  solas.  La  necesidad  9  que  tiene  el  mu- 
chacho de  este  texto  9  y  la  comodidad  9  que 
halla  en él9  le  hace  mas  cuidadoso  9  y  mas 
atento.  Todo  quanto  retiene  9  le  sirve  de  guia; 
d  uso  continuado  afirma  sus  pasos  9  y  nada 
le  expone  á  peligro.  Si  alguna  vez  se  descui- 
da por  ana  9  d  por  otra  parte  9  en  ordea  á 
f ofn.  J7«  Ce  la 


30 1       Espe&acuh  de  la  NcAuraJeíUU 
la  estruétura,  las  reglas,  que  yá  sabe,  le  di« 
rigen.  Si  se  aleja  de  la  colocación  ,  que  pi- 
de de  la  bu^na  latinidad,  el  modélp  que  tiene 
en  su  entendimiento,  le  buelve  al  camino  ver* 
dadero.  Y  si  con  todas  estas  prevenciones,  y 
ayudas  se  halla  algún  defeSo  ,>  ó  contra  las 
reglas ',6  contra  la  justa  inversioD  ^^  las  dic- 
ciones ,  se  le  pone  otra  vez  delainte  de  los  ojos 
el  modelo  á  que  faltó*  El  Maestro  decide  aquí 
con  una  total  certidumbre,  y  en  lugar  de  per- 
vertir el  gusto  de  su  Discípulo  con  las  compOf 
sidones,  dispuestas á su  modo, en  queno{x>- 
drá  ser  sino  muy  dudoso  el  acierto  ,  tiene  di 
placer  de  ser  infalible  en  todo  el  orden,  y  co«* 
locación ,  que  pide  el  lenguage.  que  enseña ,  y 
de  quien  hace  el  elogio  con  seguridad  de  con^ 
ciencia. 

Para  justificar  esta  idea ,  basta  notar ,  que 
todo  el  Griego  puro ,  y  el  puro  Latín ,  que  nos 
queda ,  se  contiene  en  los  Autores  buenos:  es«^ 
tos  son  aquellos  buenos  hombres  de  la  antigua 
Roma ,  y  de  la  antigua  Atfaenas ,  de  quienes 
podemos  fiar  en  esta  parte ,  y  con  q  Acnés  po^ 
demos  conversar  para  aprender  su  lengua ;  y 
un  Maestro  inteligente  conocerá  siempre, me-* 
jor  que  el  que  no  lo  sea  tanto ,  que  escucfaacr^- 
do  este  lenguage ,  adelantarán  sus  Disdptdos 
mas  seguramente ,  que  escuchando  eUuyo. 

Es  cosa  inútil  examinar  aq^i  la  qnestion^ 
de  si  los  Romanos  eo  sus^  C9aTersaciones  &«- 


Ccorta  (k  un  Padre  de  familias,  aoj 
miliares  dejaban  la  inversión  de  las  palabras^  co 
mo  la  bailamos  nosotros  en  todos  sns  escritos 
incoacüsámeoee»  Nuestro  fin  .es  entender  estos 
escritos  9  y  después  imitólos ;  acxBOimbrémos 
ios  (^dos  á  su»  modos  de  explicarse ,  princí^ 
en  las  primeras  impresiones :  y  guar* 
de  emplear  mudx»  años  en  golpeap- 
los  con  uña  coíocadon  de  voces,  y  de  idéas^ 
que  no  sea  todo  de  aquella  venerable  antigüe» 
dad*  Bsto  no  esdecir^qne  nosotros  hayamos  de 
empezar  á. enseñar  á  los  niños  desde  luego  con 
periodos,  quadrados.  (^  Haremos  elección  de 
aquello  mas  simple ,  que  podamos :  encontrar^ 
perodsntrode  esta  sencillez ,  que  se  busca,  bay 
un  gusto^  y  una  harmonía,  que  debe  ser  in viola« 
blef  y  ved  aquí  lalmgua  de  los  Autores»  £1  oído 
se  hará  i  esto ,  Como  el  de  una  señorita,  á  quien 
V»  m.  pusiera  en  Londres ,  en  lugar  de  ponerla 
en  San  Germán  de  Laya,  (^*)  que  poco  á  po- 
co se  haría  dueña  de  aquella  colocación  Ingle- 
sa, que  hallaría  alterada  en  San  Germán :  y 
bieD  Igos  de  que  le  fuese  necesario  dislocar 
las  palahAs  Inglesas  ,  haciéndolas  correspon- 
der escrupulosamente  á  la  colocación  de  su  len^ 
gua  ^  no  lo  ejecuta  ,  porque  la  inversión  con» 
riBoadacon  que  escucha  las  íiases  Inglesas ,  la 

a  ha« 


(*«)  Ü  orceionefl  ¿t  quiltro  micmbrof  s  pttCf  M  catifodeii  mil* 
iho  mejor  qnaoto.mas  breves. 
(**)  eitt«i4  de  U  Isla  de  FraocU. 


904      Esp^acuío  de  la  NaturúJexa^ 
hace  mas  ímpredoa ,  á  fuerza  4e  ser  éstas  las 
que  solamente  oye. 

Como  quiera ,  es  excelente  ventaja  para  ha- 
blar bien  una  lengua ,  no  oír  jamás  á  poraona^ 
qjue  la  hable  mal ,  y  hallarse  en  prc^rcíon  de 
escuchar  con  frequenda  á  quien  hable  bien :  y 
•yo  me  atrevo  á  decir  ^  que  los  Maestros  hablan 
nal  el  latín  siempre  que  lecastellanisan^yqué 
«>lé  hablan  jamás  bien  y  sino  quando  le  dejan 
enteramente  con  su  propria  colocación.  El  bien 
del  oído  y  que  se  quiere  acostumbrar  al  Latín, 
pide  9  que  nunca  se  toque  á  la  inversión :  esta 
es  una  cosa  t  sagrada. 

Pero  'no  basta  que  el  oído  9  y  la  imag¡« 
nación  estén  acostumbrados ;  es  también  pre* 
ciso  9  que  la  lengua   poco  d  poco    se  vaya 
ensayando  9  y  que  como  un   Parisiense  habla 
bien  el  Parisiense  ,  siguiendo  á  aquellps ,  qué 
a.  Medio  pa-  «^Q  ^^  rcdedor  de  él  ,  asi   el  joven  Disd^ 
blcn'^Ena^en-  "P"^^  *  despucs  dc  haber  oído  á  Terencio ,  y 
gaa,  hablar  Cíceróu ,  habla  como  eti  tumo  despues  dc  eUo8| 
cfr'^r^otros!  y  exaéiaménte  como  dios.  Las  laigoas  na  ise 
2um  b?€ii.***    aprenden  sino  con  el  uso,  y  priilKpálmen- 
-te  con  el  buen   uso.  Busquemos ,  pues ,  en 
el  ^tudio  de  el  Griego ,  y  de  el  Latín  lo  que 
nos  puede ..  acercar  á  este  buen  uso  con  la  ma^ 
-yor  prontitud.  Será^te,  por  ventura ,  estar  cin« 
-co ,  ó  seis  años  seguidos  escribiendo  thema^ 
que  se  dicen  corregidos  ^  sin  ser  siquiera  la- 
tín? 


Carta áe  un  Vaére de  famUas.       205 
tío  ?  Será  el  ensuciar  los  oídos  y  escuchando  dos 
boras  enteras  las  monstruosas  faltas  y  que  hor* 
roiguean ,  y  se  cruzan  en  los  themas  ?  Será 
guardar  un  álencio  inviolable  en  orden  al  la^ 
tin ,  que  se  vá  á  aprender,  y  no  hablarle  sino 
con  una  pluma  mal  conada  y  y  después  de  una 
4arga  meditack)n  ?  No ,  no  se  puede  apren^ 
der  por  estos  medios  y  sino  á  liablar  mal ,  ta^ 
.tamudear ,  6  guardar  un  vergonzoso  silencia 
Haga  V.  m.  lo  que  se  hace  en  todo  el  Mtin» 
dO)  quando  se  trata  de   instruirse  en  alguna 
Lengua«  H^,que  su  hijo  oiga  desde  luego 
aquel  lenguage,  que  hablaban  los    Ciudada- 
nos dr  Roma;  y  que  los  s^  en  oyéndolos. 
Si  riñen,  si  se  saludan  y  si  relatan  y  ó  forman 
algún  razonamiento  y  que  el  nifk>  refiera  coa 
sus  proprios  términos  los  debates  y  las  forma- 
^de  su  cortesía ,  sus  relaciones  ,  6  razona* 
•alientos.  Que  Phedro  le  cuente  ál  nifío  una 
•&bula  divertí ,  y  luego  que  la  haya  enten* 
dido,  y  gustado  de  ella,  la  repetirá  Belmen- 
te á  su^  Bidre ,  al  principio  en  su  lengua  na^ 
tiva  par;Jl6Cár  asegurado  del  orden  de  las  ideas, 
.y  yá  no  queda  sino  un  solo  paso  que  dar  ;  y  es, 
jqne  la  diga  en  latín,  sin  saberla  de  memoria, 
4]ue  él  la  Ik^afá  á  saber.  ExpUquele  V.  m.  1^ 
•Scena  üe  la  Andria  ,  en  que  Simón  declara 
á  Sosia  su  liberto :  C^^)  la  causa  que. tiene  par 

ra 
'    C*^)  Ter&Kius  And.  a&vs  ^imi  Sxnáftimd^ 


3o6  Espe&acuh  de  Ja  Naturailezcu 
ta  fingir  el  que  quiere  casar  á  su  hijo :  y  cfes* 
pues  la  otra  Scena ,  (**)  en  que  el  viejo  Simoa 
amenaza  á  Davo^  que  le  embiará  todo  el  res«- 
to  de  sus  diasé  andar  Ja  piedra  de  una  tahona^ 
si  trama  algo  contra  el  proyeéto  y  ó  idea  de 
este  casamiento.  Su  Discípulo  de  V.  m.  no  per- 
derá una  palabra.  Inti^udd  después  al  viage- 
ro  Menegmo ,  que  .riñe ,  y  Uega  á  las  manos 
con  los  domésticos'  de  su  hermano  mellizo, 
porique  le  tubieron  por  su  mismo  Señor  ;  y 
después  de  rdtseel  mño  á  carcajadasy  le  dirá 
á  V.  m.  todo  el  caso  con  un  latin  tan  puro,  co« 
ffio  lo  Ihzo  Planto  ¿  ó  si  al  principio  tropieza, 
mudará  semblante  felÉs  su  lenguage  dentro  de 
bien  pocos  meses, y  no  pasarán  muchos  ,  sin 
que  tome  un  nuevo  ayre  de  firmeza ,  y  solidez, 
•¿a  naturalidad ,  y  jA  gusto,  de  estos  dialc^^ 
■harán  seguramente ,  que  los  bueUba  mny  bien 
€n  su  propria  lengna ,  isigmeridola  luego  el  la- 
tín. Quiere  V.  nu  no  haUar  sino  Moral ,  Gra^ 
matica^ó  Eloquencia?  De  quantos  se  hallaa 
ptesentes ,  los  dos  tercios .noe^áo .allí , y  los 
que  atienden  se  cansan  de  escuchafl^  aunqoe 
ae  hable  con  un  estilo  clausulado ,  y  sublime; 
Tómase  el  partido  dé  cif»tarles  la  atencfoa 
{x>r  medio  del  placer?  Todbsse  ponen  aten- 
tos: todos  hablarán ,  y  lo  ejecutúán  con  n^ 
turaljdad* 

Yo 


Carta  de  un  Padre  de  famlias.  107 
Yo  convengo ,  me  dirá  V.  tcu  en  que  los 
objetos  de  suyo  divertidos  y  manejados  de  un 
modo  familiar ,  y  Uano ,  embelesan  á  la  in* 
fimda  9  y  la  ensanchan  el  corazón*  Si  se  la 
habitúa  con  tiempo  á  poner  al  punto  en  la- 
tín las  mismas  cosas ,  lo  ejecutará  término 
por  término ,  y  colocación  por  colocación^ 
Bien  presto  vendrá  á  ser  para  el  nífk>  un  pu« 
fo  juego ,  pero  juego  muy  útil  9  que  le  hará  sin 
tardanza ,  ni  trabajo  adquirir  habito  del  mas 
hermoso  latió  ,  y  aquel  ayre  de  liberal  9  y 
expedición  ^  que  cara¿lefiza  el  estilo  de  la  con- 
versación familiar.  Todo  esto  es  cierto ;  pero 
por  de^^cia  nuestra  los  Autores  mas  á  pro- 
txidto  para  producir  este  buen  efeélo  ,  están 
sembradas  de  pelaros  para  las  buenas  costnm* 
bres :  y  Planto,  que  es  todavia  mas  vivo ,  y 
mas  festivo  que  Terencio,  monifica^á  cada 
pa^  el  buen  gusto  con  dooayre^,  y  truhaner 
-rías  9  i}ue  secamente  son  del  caso  para  hacer,  reir 
-al  pueblo  mas  iofímo  ,  6  á  mosqueteros  sío 
*jmcio«  V,  m.  sabe  moy  bien  quánto  se  qu^jabft 
Horacio.  # 

No  obstante  todo  etto,  es  tan  dificU  ^cx)r 
*mo  necesario  9  el  pasar  ^sin  dafk)   por  enct- 
ma  de  estsos  dos  peligros  ^  y  hacer 
los. primeros  estudios  ,  no    per^^idicando 
i  la  piedad  ,-  ni  al  buen   gusto»    No  ti 
Jos  que  enseñan  toda  Ja . :  aniciguedad  á:  su 
posición?.  No'  son  dueñas' de  cxtrabei^'de  óor^ 

tai 


Tenemos  to- 
dos los  %%• 
corros  nece- 
sarios pasa 
caminar    sin 


ao8  EípeSíacuhde  la  Nafuraksiaw 
tar ,  y  de  unir  las  (oezas  elegidas  como  juz« 
garen  conveniente  ^  según  la  necesidad  ac^- 
tual  de  sus  Discípulos?  Provisiones  tienen  en 
abundancia ,  y  provisiones  excelentes.  Hermo* 
sos  rasgos  en  la  Historia ,  Diálogos  gustosos^ 
y  Scenas  llenas  de  pinturas  agradables  :  todo 
es  suyo  ,  solo  les  falta  elegir.  Si  no  se.  baHan 
impresas  separadamente  aquellas  partes ,  que 
juzgan  conducentes ,  no  las  pueden  hacer  im« 
primir,  según  necesiten ,  ó  didarlas,  con  mas 
utilidad  que  los  themas  de  su  Composición! 
Los  niños  se  enterarán  todavía  mejor  de  aque^ 
Uo ,  que  escribieron  por  sí  mismos  y  y  se  au« 
mentará  su  facilidad  y  como  se  aumenta  su  gas- 
to.  Multipliqúense 9  pues.,  recitados  agrada- 
bles:  póngase  consecutivamente  bastante na« 
mero  de  Scenas,  yá  de  Plauto ,  y  yá  de  Te- 
rencío,  con  que  se  forme  un  z&o  honesto^ 
pero  seguido ;  porque  tanto  mas  seguro  est^ 
fá  d  Maestro  de  atraber  y  y  formar  el  ea- 
tendimieneo  del  niiVo  ^  quánto  la  acción  fue- 
te mas  seguida ,  ¿  interesante  :  para,  compo- 
ner un  año  completo  y  y  divertida  y  no  son 
necesarias  algunas  veces  sino; tres >  d  quatro 
Scenas.  Mucho  mejor  es  anie^ar  el  que  en- 
seña algunas  costuras  proprías ,  y  tal  qual  plie*- 
gue  á  su  modo ,  como  todo  el  resto  sea  un 
latín  exquisito  y  que  dejar  de  ejercitar  á  la 
faermosa  juventud  en  d  gusto  dd  Dialogo 
antiguo  I  tan  proprio  para  omunicar  al  estUo 

.    nn 


Qtrta  de  un  Padre  de  familias.      209 
nñ  caraAer  natural  para  apartar  de  su  enten* 
dimiento  et  espíritu  de  agudeza ,  y  para  dis^ 
pertar  los  estudios  por  medio  de  una  diver-' 
sion  racional 

El  M^^tro  mismo  se  puede  perfecdooar^ 
y  ocupar  con  gusto  en  el  discernimiento  da 
estas  partes  ,  que  elige  como  mas  aptas  para 
ibrmar  el  estilo  de  los  jóvenes: él  tiene  en  stf 
mano  el  allegar  tbesoros  proprios  de  su  eleo 
don  9  ¿  el  servirse  de  lo  que  halla  trabajado  yá 
por  otros.  Un  Literato  acaba  de  imprimir  en 
París  (a)  muchos  tomos  de  extractos  y  sacados 
con  esta  mira.  El  primero  tiene  al  príndpio  la 
excelente  historia  de  Severo  Sulpido ,  y  otras 
oompiladones  históricas  ,  sacadas  de  los  mas 
simples  Autores.  Los  extrados  siguientes  van 
subiendo  por  su  grado.  El  tomo  segundo  es  una 
cdecdon  de  los  lugares  mas  apreciablesde  Poe- 
tas escogidos,  y  contiene  entre  otras  piezas  has- 
ta treinta  drammas  pequeños,  sacados  de  un  to- 
do de  Terencio,  y  Plauto.  La  acción  está  tro* 
cada  9  y  el  motivo  se  conoce  muy  bien.  Estas 
acdones.^  acaban  algunas  veces  con  algún  g> 
nero  de  dureza :  pero  en  dónde  está  el  peli« 
gro?  El  que  las  saca  á  luz  ha  querido  mas 
pasar  por  endma  de  esta  imperfección  ,  que 
añadir  suplemeiitos  á  su  modo.  Para  facilitar 
TanuXL  Dd  en 

(a)  Latini  sermanis  exemplaria  é  Scriptorihus  pro^ 
hatisims.  A  París  cbez  ks  freres  Guerio ,  &c. 


9 10  Espe^ácuh  de  la  N^uriúeM. 
en  todas  partes  la  leétura  ^  aun  en  el  paseo  mis- 
mo ,  vienen  estos  estraétos  acompañados  de  un 
comentario  á  proposito  con  la  explicación  de 
los  términos.  Yo  no  he  visto  hasta  aora  obra 
mejol*  hecha  que  esta  recopilación  ^  tanto  para 
la  utilidad  de  los,  principiantes  >,  como  de  los 
Maestros  jóvenes ,  y  aun  de  las  personas  hoa* 
radas,  qué  quieren, ó* bolver  csobre  sus  estu- 
dio6 ,  h  solamente  divertirse  en  las  buenas  le« 
tras  sin  preparativos  particulares. 

Pero  en  qué  tiempo  ^  poco  mas ,  tc^  me- 
nos, será  conducente  hacerle  al  joven  ^  que 
hable  prontamente  latin ,  aunque  siempre  con 
la  cautela  de  que  nunca  pierda  de  vista  aquel 
excelente  modelo,  que  acaba  de  copiar? Quan- 
do  se  reconozca ,  que  está  já  firme  en  sos 
principiéis ,  y  que  á  fuerza  de  traducir  el  la- 
tin en  su  lengua  natural  ,  y  de  bolverlo  de 
ésta  al  latín ,  conüenza  á  abundar  ^tí  su  me-? 
moria  los  términos  comunes  ,  y  los  prime- 
ros, y  mas  regulares  modos  ,  frases  ,.  y  co^ 
locación  de  la  lengua  ,  yá  es  tiempo  de  de-< 
clararle  algunas  verdades,  que  hast^entonces 
se  le  ocultaron;  convienen  s^ber,  que  aque-r 
lias  regla3  ,  que  para  facilitar  el  usó  de  los 
Autores  se  le  han  repetido  tantas,  veces,  no 
son,  con  todo  .eso ,  ley  es  inviolables  ;  y  que 
apenas  se  hallará  entre  todas  ellas  alguna ,  que 
no  admita  variedad  de  excepciones ;  que  hay- 
tai  regla ,  que  su  excepción  es  de  po.  menor 


ÜSO^ 


Czrtadk  un  Padre  ds  familiat.  ^i  r 
uso  y  y  hertitosttra  de  estilo ,  que  la  regla  mis* 
roa ;  que  hablará  ,  y  espñbírá  con  propríe- 
dad  y  siempre  que  se  coofbrme  con  la  regla; 
pero,  que  si  oo  se.estieodeá  mas  todavía^  lo- 
grará muy  poca  perfección  en  la  lengua  ;  que 
con  toda  esta  tegularídad  en  la  composición, 
se  saldrá  del  Colegio  sin  que  pueda  entender 
4ds  Autores  ^  cuyo  g^nio  ,  modo  ^  colocación, 
y  estilo  son  diversos  ;  que  la  hermosura  de 
una  lengua  consiste  en  tal  infinidad  de  cir- 
cunstancias y  que  es  imposible  reducirlas  to- 
das  á  regla  y  y  aun  ridicula  el  intentarlo ,  y 
.que  sokftnentp  se  aprenden  por  medio  de  la 
,firequedté  lecdon  ^  y  manejo  de  los  mejores 
Áutoies;  que  trahe  consiga  una  utilidad  muy 
diminuta;  notar  fríamente  este»  diversos  mo- 
dos de  hablar  y  quando  se  advierten  en  los 
Autores^  sí  na  se  les  hacen  familiares  á  sí 
mismos  9  y  se  los  aproprian  y  sirviéndose  de 
ellos  con  cuidado ;  que  para  adquirir  la  prác- 
tica de  esto,  solo  es  necesario  imponerse  una 
ley. ,  y  adquirir  un  habito  constante  de  re- 
currir á  ^  Maestro  ,  6  pensar  á  solas  con* 
a^  mismo  á  cerca  de  aquello  ,  que  acaba  de 
traducir ,  haciendo  esta  reflexión  al  principio^ 
después  de  solo  el  trabajo  de  media  pagina, 
y  poco á  poca,  después  de  un  discurso,  6 
capitob  entero  ;  que  puede  muy  bien  ejer« 
dtarse  en  lá  imitación  y  mudando  el  objeta,  y 
las  circunstancias ,  esforzandose  quanta  pue^ 

Dda  da 


1 II  Espeñaculo  de  la  Naturdk^ta. 
do  para  aproximarse  al  estilo  del  Autor,  y 
priacipalmente  en  tomar  basta  el  ayre  de  su 
frase;  que  si  hay  medio  alguno  para  adquí-* 
rir  facilidad ,  y  gracia  en  el  lenguage  >  no  es 
'Otro  que  éste;  que  habituándose  á  hablar  con 
mucha  frequencia  entre  sí ,  ^n ,  particular  si- 
guiendo á  Salustio  9  á  Cesar ,  Tito  Livio ,  d 
.Cicerón ,  puede  cada  qual  servirse  de  Mae»* 
!tro  á  sí  mismo ,  y  adquirir  otea  tanta  pror 
-priedad  como  habito  ;  pero  que  aun  qoan^ 
do  no  logremos  de  esta  manera  alcanzar  el 
talento ,  que  pide  una  Cathedra ,  6  la  eloqueo- 
x:ia  ,  que  requiere  un  Estrado,  6  Audiencia 
pública ,  ni  Uégar  á  la  perfección  del  estitd, 
será  como  fruto  infalible  de  este  habito  d  ade* 
lantar  en  la  inteligencia  de  los  Autores ,  y  ca« 
minar  á  pie  llano  por  sus  obras ;  y  á  lo  menos 
es  el  medio  de  lograr  un  placer  honesto  eo  su 
leétura. 

La  perfección  de  este  ^rcicio  r  tan  sim« 
pie  ,  y  tan  semejante  al  modo  común  con 
que  aprendemos  las  lenguas  vivas ,  nos  debe 
estimular  á  que  se  ponga  en  práétí^g ,  lu^o 
que  se  empieza  á  abrir  el  entendimiento.  El 
niño ,  que  tiene  fondo  de  capacidad  conse* 
guirá  sin  duda  el  fin  ;  el  que  tiene  memoria^ 
sacará  también  provecho  ;  y  ^V  quQ  no  tubie- 
^  tanto  talento ,  hallará  por  lo  menos  naas 
alivio  9  y  mas  socorro  para  repetir  lo  que  ha 
oído  muchas  veces ,  que  trabajando  amarrado 


•* 


Gtrfa  de  un  Vadre  de  familias.  113 
á  un  Diccionario  en  la  creación  de  una  fra- 
se, de  que  no  sabe  aun  la  primera  pala- 
bra. T  aun  aquel ,  que  ni  poco  ,  ni  mucho 
entiende  9  no  encontrará  con  todo  eso  aquel 
immenso  embarazo  ,  que  halla  en  el  labe- 
rinto  de  las  composiciones  didadas  ,  según 
las  r^las.  Todos  los  otros  >  en  fin ,  por  quan^ 
to  este  egercicio  llega  j  por  razan  de  la  fre^ 
quencia  grande  que  ha¡f  de  hacerle ,  á  engen^ 
erar  habito ,  todos ,  digo ,  aprenderán  á  hablar 
de  repente ,  y  seguido.  Es  verdad ,  que  lo  que 
dicen ,  no  es  suyo  todavía  ;  pero  no  es  poca 
ventaja,  que  vayan  colocandb  una  multitud 
.de  pegamientos ,  que  han  entendido  muy  bien, 
que  se  vaya  desatando  su  lengua ,  y  que  sea 
-el  lenguag^  ,  que  usaron  las  Naciones  mas 
cultas  del  Mimdo ,  todo  quanto  articula  por  es- 
pacio de  muchos  ark>s :  y  el  método  para  infor- 
marnos de  la  lengua  de  Anacreonte ,  y  de  De<- 
mostbents,  no  es  diverso  de  aquel,  que  nos  pue- 
de familiarizar  prontamente  con  Horacio,  y 
Cicerón. 

Percho  llamemos  método  á  lo  que  es 
la  misma  naturaleza  ;  y  veamos  acra  ú 
con  la  certidumbre  de  no  entregar  la  ima* 
ginacion ,  el  oído  ,  ni  la  lengua ,  sino  solo 
á  la  colocación  mas  propria ,  conseguimos  al* 
guna  otra  ventaja,  que  nos  haga  preferir  la 
perpetua  repetición  de  Autores,  y  la  compo- 
^on  de  themas ,  que  los  tienen  por  modé- 


a  1 4      Espe&acuh  de  la  Naturales. 
loa  aquella  composición  de  themas  >  cuyo  la» 
tin  no  se  había  oído  de  aotemeno» 
Bstt  praaL.        i*"^  Esto  quító  infinito  tiempo  ,  que  gas-» 
^\  ho**^"™'^*  ^^^  ^^  niño  en  hacerse  irresoluto,  y  distrahí- 
cicmpo.         do;  quando  del  otro  modo  aprovechará  los 
instantes,  y  en  lugar  de  cien  renglones,  aca- 
bados tristemente  en  ima  semana ,  y  vestidos 
de  un  latin ,  tal  qual ,  nos  traherá  setecien- 
tos ,  ü  ochocientos,  y  en  adelante  mucho  mas, 
y  mas  perfefto ,  sacando  repentinamente  ,  y 
con  la  voz  viva ,  su  latín ,  ó  restableciéndole 
con  la  pluma  en  la  mano ,  y  bolvíendole  á  su 
«ér.  Este  es  el  modo  con  que  se  llega  á  la  prác- 
tica, y  lo  que  es  mas  recomendable  ,  á   una 
prá^ca  acertada» 

a.*  Fáciles  de  reconocer,  que  este  eger- 

Consenra    la  ,  -        _^,     , 

salud  de  el  cicio ,  recayendo  mucho  mas  en  los  Disapu- 

tíga  éste  tanto  su  cabeza ,  ni  rebienta  sus  pul- 
mones, y  logra  el  placer  de  escuchar  aquellos 
nuevos  Oradores ,  ó  á  lo  menos  tiene  el  gus- 
to de  ver  cómo  se  despliegan  sus  entendimieti* 
tos ,  y  cómo  se  van  abriendo.  V^  el  con-» 
trario,  el  Maestro  acabaría  consigo  á  fuerza 
de  inculcar ,  y  repetir  las  reglas  á  sus  oyen*^ 
tes,  6  de  reprocharles  por  menor  tantas,  y 
tan  diversas  transgresiones ;  quando  en  nues- 
tro modo  de  gercitar  la  juventud  ,  no  teg 
queda  lugar  á  las  voces ,  ni  á  la  impaciett- 
cía.  La  cortesía  ^  y  el  agasajo  ocupan  sus  sib- 
ilas* 

4 


Carta  de  un  Vadte  de  familias,  a  i  $ 
Uais.  El  Maestro  calla ,  casi  nuDca  le  tcx:a  el  tur- 
no de  hablar;  sus  Discípulos  se.  le  ocupan,  y 
el  uno  viene  al  socorro  del  otro  :  si  éste  se 
desvía  del  modelo ,  que  le  está  dando  á  to- 
dos la  ley ^  otro  le  contradice^ y  emmienda; 
el  Maestro  se  interesa  en  sus  esfuer^s ,  y  en 
sos  vidorías ;  pero  él  es  Juez ,  y  los  Jueces 
hablan  poco. 

3  •**  El  mayor  provecho  de  esta  práélica^  Afuda  á  ha- 
es  alentar  cada  dia  mas  á  la  juventud ,  en  or-  ^^* 
dep  á  hablar  en  público ;  egercicio  casi  igualr . 
mente  necesario  en  todos  estados ;  quando  por 
el  contrario,  el  uso.de  las  composiciones  taci- 
turnas ,  y  penosas ,  si  no  se  les  junta  la  práéti- 
^ca  continuada  de  la  composición  verbal  ,  en 
jugar  de  Oradores,  saca  mudos. 

Yo  he  visto  muchos  jóvenes  de  catorce 
años ,  ó  mas ,  dar  cuenta  con  immenso  despejo, 
y  facilidad .  por  espacio  de  dos  horas  enteras  de 
machos  Libros  de  <^uinto  Curcio  ,  de  Tito 
Uvio,  y  algunas  veces  de  Mariana  ^  ó  del 
Argenisde  3arclayo,  (**)  y  que  los  hablan 
kido  en  ^a  una  semana  allá  en  particular, 
y  sin  perjuicio  de  su  estudio ,  y  lecciones  or-  . 
dífiarias.  Z^os  acaecimientos ,  que  referían ,  bol- 
vian  á  aparecer  en  su  boca  con  la  misma  ener-p» 
gía^  y  colocación,  que  se  hallaban  en  el  mo« 
délo.  Y  en  adelante  los  acompañaba  siempre 


(««)  En  lugar  de  MAriana  ,  y  MércUj»  >  que  offli(C  d  Italiano» 
iradace  solo  sl^wnt  ftrwin 


ii6     Espe&acuh  de  la  Naturaleza. 
este  lenguage » tan  puro  y  como  veloz  ,  distiti^ 
guiendolosde  todos  los  demás  eti  siis  egerci* 
dos ,  yá  fuesen  de  Pbilosophia ,  y á  de  Medi- 
cina 9  ó  de  qualquiera  otra  facultad. 

4*''  Aquí  descubro  yo  otro  bien ,  que  creo 
decdon^  dé  equivaler  á  todos  los  precedentes.  Hallando* 
loi  Maestros.  ^^  necesitados  á  no  elegir  para  la  enseñan- 
za de  los  jóvenes  sino  solamente  Maestros, 
de  una  virtud  experimentada ,  será  fácil  con- 
solarse  ^  quien  elija ,  si  acaso  el  Maestro  no 
está  adornado  de  un  explendor  lustroso  ,  6 
de  una  capacidad  mas  que  ordinaria.  Tiene 
piedad  política ,  y  reétitud  de  corazón  ?  Pues 
yá  es  listante  para  que  se  logre  la  infancia 
con  el  uso  de  hacerla  hablar  continuadamen- 
te 9  siguiendo  perfectos  modelos,  dsi  nada 
se  ostentará  á  sí  mismo  ;  pondrá  alternada- 
mente  ^  y  en  su  lugar  los  Autores ,  sin  que- 
rer que  aparezca  otro  sino  ellos  ,  ni  que  se 
piense ,  ni  hable ,  sino  como  ellos  hablan ,  y 
piensan.  Con  semejantes  socorros  conducirá  á 
sus  discípulos  bien  altos  ,  aun  en  razón  de 
gusto  ^  y  delicadeza  ,  sin  que  él  ^  ni  un 
Mureto,  ni  un  Buchanan  ,  ni  un  Mapheo. 
Oh  y  y  qué  satisfacción  para  un  padre ,  y  qué 
seguridad  de  los  progresos  en  las  Ciencias, 
sin  tener  que  recelar  las  lecciones  indiscre- 
tas de  un  ingenio  sublime ;  pero  poco  escni*» 
puloso! 

5.''  No   despreciemos  otra  ventaja  exoe* 

lethf 


Qtrtáik  un  ?i$áré  dé  familias:      917 
láDte  ,  que  encuentro  en  traducir ,  y  repetir  esVnái'J,"  «2 
mucbaís  veces  en  Latín  los  Autores  mas  sim«*  ^oidoi. 
pies,  y  después  los  mas  difíciles  ,  siguietido 
en  esto  los  grados ,  que  tienen :  es ,  pues  ^  el 
poder  restablecer  los  estudios  mal  tenidos ,  4 
olvidados  ;  porque ,  6  yá  sea  solo  en  su  quarto^ 
ó  en  compañía  de  un  buen  amigp ,  que  le  ea- 
cocha,  podrá  V.  m.  leyendo  uq  Autor  fácil» 
como  Phedro ,  d  Gorodlío  Nepote ,  servirae  de 
Maestro  á  sí  mismo.  Si  V.m.ae  descuidare ,  el 
Autor  mismo  le  avisará ,  con  la  circunstancia» 
de  que  sus  reprehensiones  9  ni  incomodan  ,  ni 
mortifican. 

La  prádica  de  i^tir  al  principio  en  la 
loigua  nativa ,  y  después  en  Latín  aquello,  que 
ae  ha  traducido ,  se  puede  perfeccionar  ,  suprí* 
miendo  la  repetición  en  la  lengua  propria.  E^ 
preciso ,  en  quanto  sea  posible ,  no.  confrontar 
una  coQ  otra  dos  lenguas  de  diferente  ca« 
lafter,  pues  la  impresión  de  la  una  amorti- 
gra  »  .y  confunde  la  impresión  de  la  otra« 
Excitad  eficazmente  la  imaginación  de  ua 
mucbachi^4e  espíritu  9  y  capaz  ,  con  alguna 
fdacion ,  6  discurso  seguido ,  sea  en  el  idio- 
ma Griego ,  6  en  el  Latino :  no  hay  que  te- 
mer ,  como  una  vez  le  entienda  »  que  haya 
detención  en  repetirle  en  el  Griego ,  6  La« 
tb  del  mismo  modo ,  que  le  e^ciichó.  Si 
b  lengua  halló  el  camino  ,  todo  está  ga- 
ndo ,  y  es  una  prueba  cierta  de  que  las 
TgnuJSL  £e  im» 


^  1 8  Espe&acuJo  de  Ja  Naturaleza. 
im  presiones  son  claras  en  la  imaginación  ét 
aquel  niño.  El  sabe  muy  bien  quanto  le  dixo 
su  Autor  9  con  que  para  qué  recunirémos  des* 
pues  á  un  Interprete ,  que  xx>s  es  del  todo  io- 
ütil? 

Tiempo  llegará  en  -que  le  veréis  substi- 
tuir al  fogoso  estilo  de  los  Poetas  aquella  sua- 
i^idad  9  y  gracia  proprta  de  un  lenguage  regu-* 
lar:  y  si  emprende  con  sosiego  sacar  vestido 
de  otro  n^odo ,  y  poner  en  prosa  un  Poeta ,  no 
le  descarnará,  dejándole  hecho  un  esqueleto^ 
como  lo  ejecutó  La  Kue  en  su  Interpretación 
de  Virgilio  ;  sino  que  le  conservará  aquella  subs* 
tiancia  regular ,  y  Razonable  ^  comoüssojuben* 
do  con  Horacio» 
?erc¡bc  el  6.**  Conocercoo  delicadeza  él  mérito  de 
uen  gusto.  ^^  Antlguos ,  y  llegar  á  explicarse  como  «se 
éxpUcarotí  ellos,  es  casi  imposible  sin  adquirir 
un  gusto,  que  pacfe  adelante,  y  se  estienda  á  mas; 
aun  la  lengua  materna  participará  algún  bien; 
y  aunque  tiene  su  genio  particular  ,  adquirirá 
«n  vigor ,  y  una  energía ,  que  lebante  de  pun- 
i!0  su  belleza  natural  CDn  sólo  leer  cqn  ñ'equen- 
cia  á  Cicerón  ,  ^  á  Tito  Livio.  Podráse  juzgar 
está  verdad  por  Bossuet ,  y  Róllin  solamente, 
que  fueron  de  los  que  escriWeiton  mejor  la  len- 
gua Latina ,  y  de  los  que  mas  dominio  tuhie- 
j^n  en  la  Francesa. 
DestrcM  para  Ésta  práéüca  tau  -estimal^le  de  tina  liep* 
^lla^t   *"*  -*osa  latinidad ,  se  puede  prevenir  desde  le- 


Cartá'át  un  Padre  de  familias. .      319 
JO89  y  facilitarla  coa  afganos»  ejercicios  ,  que 
la  ayudea  ;,  empteafida,.  por  egemploj  desde 
la  mas  tíema  in&icla  el  medio  cte  que*  to^^ 
camos;  algo  eo  el  articulo  det  Escritoria  db  . 
Impieota.  La  destreza  v^ie  mas  inúta  el  mo-» 
do^  coQ  que  apreodeb  tódo^  .  los?,  titños.  las 
lenguas  vulgaies  5  es  ponerles  en  I«atía  todas 
las  notas  ,  que  acampafiaa  á  las  estampas  lus^  , 
toncas:  estas  son ^ coma  V-^in.  sabe >  el «ncan« 
tocfe  esta  edad  ^  y  nos  £icilitan'el  hacerles.^ 
ver  iiimmie|:able :  mukiiud  de  o^jetor  cpn.  la 
propriedad  de  aquellos  nomines  qtie  tienent 
provisión  9  que  k^  servirá  después  mucho.  I^rQ^ 
en  lo  que  se  necesita  teqer  á  ia  infimcia  íiq  « 
gran,  respetoes  ¡^  si  en  adeianiieu9e  idés^hacer* 
fe  letener  ea  la  memoria  alguna  corta  historia 
en  latín  ^  ó  solamente  comenzar  á.  juntar  .dos 
6  tres  palabras  en  esta  misona  lengua.^  para 
que  conciba  el  niño  algiin  objeto  t^r  una  pala-!'* 
bra  ^  que  ^  en  este  cáso^  camiosi  sola^  no  ríe  podré 
dañar  muclio  >  y  se  le  puede  hacerconesta  cao^ 
tela  una  provisión  de  palabras  Griegas  ^  ó  La<* 
tinss  ^  taiyampla  como  se  quiera  ;  pero  trefi 
acciones  y  qne  se.  le  propongan  juntas; >  qud 
00  fomieQ  entre  sí  la.figum-mas  agradable^ 
y  i  le  cansarán  iastidio.  Bs  menbtet  colocarlas  • 
á  la  Griega  ^  6  á  la  Romana ,  como  nosotros 
colocamos  las  nuestras  en  la  lengua  materna. 
las  frases  ,  por  decirlo  asi  9,  «n  todas  las  len- 
guas se  encuentran  hechas.  Coloca  V*  m^  e^ 

Ee  a  al^ 

á 


1 10  EspeSaeido  de  la  NaturakseOé 
alguna  contra  el  común  estilo  9oh  una  pt» 
labra  ?  Pongo  por  egecnplo ,  si  en  la  lengu» 
Francesa  se  dixese :  un  Mane  moucboir  j  6un 
fMucboir  granJ.  (^^  Jamás  permitirá  una 
madre  bien  criada  ,  que  su  hijo  adquiera  ba« 
Uto  semejante  ,  ni  colocación  tan  violenta  en 
el  báblar  ;  aunque  no  falte  á  otras  reglas  con 
aquella  locución.  Del  mismo  modo  sí  le  muea» 
ira  á  un  niño  el  Paraíso  Terrenal ,  no  se  pue- 
aecnanr  cd  dé  jozgaf  cosa  indiferente,  el  decirle :  En  ma^ 


iiVc«^«"  "^  *  *^**  peccavét  prima,  i  6  prior  mMer 

peccavit.  La  primera  colocación  es  gallicismo^ 

y  la  segunda  propria  del  gusto  Latino.  Las 

psdabras  ^  y  k»  <¿jeii)s  todo  entra  de  com* 

pafíia  en  la  cabeza ;  y  no  es  razón ,  que  entre 

en  ella  cosa  ,  que  no  pueda  conservarse  ooo 

equidad. 

vcRtMa^e  ha-        Qoando  yá  está  formada  la  razón  «  y  la 

ños  en  mace-  leiigion  aigo  conocKia  9  no  se  podra  ^  como 

f  lÉs  se {iimUi.  p^^  consequencia  de  este  discurso ,  á  qui^  co* 

munica  no  poca  fuerza  la  experiencia ,  efei^ 
€itar  á  la  juventud  ^  haciéndola  dar  cuenta  en 
Latin  de  algunos  tratados  seguidos  ^y  escritos 
con  toda  la  pureza  de  esrilo  en  una  lengua^ 
como  lo  están  en  la  Francesa  los  Dioses  Poe<^ 
ticos  del  P.  Jubencio,  los  uüos  de  la  Repur 
Uica  Romana  del  Y.  CanteHo  ,  un  extracto 


*  (**)  fittáil  lonrmldM  »t7  mal  ¿dIocadMiü  j^nlaBrat :'  coma  ai 
f  R  Castellao»  4ixcramof  t  cra/gp  u»  k^im*  f  «H^/i  %  ^  V^.  TÚtf 
U  a#|Tt  AfÉi^rr »  ftc. '  '    * ^'       ,    --   -      J 


Carta  ieímVaán  de  famlioi^     %\x 

cabal  de   la  Geographia  antigua  de  Cellario^ 

ó  de  la  moderna  del  P.  Fournier ,  que  facilita 

d  conocimiento  de  cada  Pdís  por  medio  de  la 

disposicioo  de  los  Rios  ?  Estos  tratados  ayudan 

á  la  inteligencia  de  los  buenos  Autores  ;  y  es« 

ta  es  la  causa  principal  ,  después  de  la  exce^ 

ienda  de  su  estilo  ^  para  que  yo  los  estime  tan* 

ta  Los  nifíos ,  que  tienen  una  memoria  tenaz; 

letíenen  todo  lo  que  una  vez  comprehendie* 

ion  ,  solo  se  les  resisten  aquellas  disertaciones^ 

que  se  hacen  acerca  de  éstas  ^  6  de  las  otras 

palabras :  moesrrenseles  á  los  tales  aquellos  obr 

jetos  9  que  significan  las  palabras  9  y  las  hagan 

letener  ;  y  quaodo  finieron  por  medio  de  la 

lengua  nativa  en  C(»iocimiento  de  lo  que  aon 

los  objetos,  y  de  las  pabbras  9  que  los  signifi* 

can  y  lo  mismo  será  para  los  nifíos  ,  al  hablan» 

ks  de  ellos ,  preguntarles  en  Latin^  que  en  su 

propria  lengua.  Para  el  entendimiento  todas  las 

lenguas  son  iguales :  no  se  le  dá  mas  de  una^ 

que  de  otra.  Qnando  el  objeto  le  agrada  ,  ape* 

ñas  sabe  si  hay  lengua ,  6  no  para  expresarlet 

De  becb^  estos  ^on  los  elementos  de  las  len« 

gnas  ,  como  lo  son  de  la  razón. 

Preveo, que  vá  V.  m.  á  hacorme un  argn* 

mentó  terrible.  El  Latín  de  los  Autores,  queaca^ 

bamos  de  nombrar,  es  moderno,  y  acaso  duda«> 

tí  V.  m.  no  poco  en  fiarse  de  él :  yo  confieso^ 

que  estoy  tan  tímido  en  esta  razón  como  qual« 

solera^  y  ati ,  aun  á  pesar'dela&élo^y  aun  de  la 

preor; 


t  a  9  EspeSiacuIo  de  la  Naturakaa. 
preocapacipa^que  tengo  por  los  quatro,  quo 
nombré  ,7  ,por  otros  mucho&vw  parecer  es» 
que  los*  principios  de  la  ensetmiza  nadeben  go» 
bernarse  por  ellos :  vamos  aE  partido  mas  sá* 
bio  9  y  sírvanos  el  I^atín  de  la.mas  hermosa  an- 
tiguodad:  de  primera  ^  y  mas  am[^a  provisiooi 
pues  na  sernos ,  que  la  bondad  del  estilo  vi- 
viese  en  otra  parte ,  que  alli.  No  arrie^uemos 
nuestros  ejercicios  en  una  latinidad  equivoca^ 
IDodas  las  qiiestiones  ^  que  se  exdteoí » y  las  resr 
p.u«$;tas )  que  se:  prepOTeta  en  la  lengua  natural^ 
podrán. ser  con  mucbautflidad  acerca  dt  las 
leyes  de  la Eustori^  ^ de  la  hermosura»  y  reglas 
4et  apólogo  ^  Q  j&bula  moral ,  de  la  Uylia ,  4 
peqmm  poema  de  aventuras  agradables  ^  de 
los  di^lpgo^  de,  la  febula  épica  f  y  4e  todas 
las  obras  de  espíritu.. En  estos  principios  >  y  en 
la  aplicación  de  elbs  á  los  Autores  se  puede 
introducir  una  reditud  geométrica  ^  tan  pro- 
pria  i^ra  formar  el  entendimiento  y  como  pa- 
ra adornarle.  (**)  Pero  como  lo  substancial 
de  los  estudios  ,  y  los  ejercicios  nms  cuida» 
dosos  9  de  mas  trabajo  y  y  mas  largg^  se  ha- 
yan fundado  en  los  Autores  antiguos ,  se  pue- 
de yá  haber  ^adquirido  tanta  facilidad  y  y.  tan- 
ta práética  ^que  lob  tratados  escritos  en  La- 
tín por  los  modernos  acerca  de  los  usos  de 
la  misma  antigüedad  vengan  á  ser  un  acce- 


<^    L«  cmdHcdoii  Ic«UiM  mnite  «i  «a  tod»  lot  ¿os  poací 
frfc«dcBccs» 


Carta  de  un  Padre  defamlias.  ^  1 3 
sorio  muy  útil  ^  pues  además  de.  lo  divenjdoy 
y  gustoso  de  la  materia  ,  y  de  la  dicción^ 
ofrecen  con  muy  buen  orden  una^  aérie  de 
ideas  ,  que  también  se  necesitan  ^  y  que  110  se 
hallan  en  otra  parte  ^jsino  dispersas  ^y  jabando*- 
Dadas  á  la  casualidad* 

Hagamos  todavía  alguna  cosa  mejor:  con-  ventaja ,  qoe 
voquemos  en  nuestro  socorro  los  placeres  de  "sanio  'l^^\í 
la  infancia  ,  y  sus  inclinaciones  mas  conDcí*  «cdio^'dc  ^ul 
das.  Sea  el  grado>de  facilidad  9  b  de  lentitud  e"«to.6r*n<i€* 
el  que  se  fuere :  V.  m.  podrá  estar  jseguro  «de 
que  las  estampas  históricas  serán  sienipre  gus* 
tosas  á  los  díSos.  Latinícense  quanto  se  quie« 
ra  estas  estampas^  Jo  nüsmo  .es  dar  -noticia 
de  una  cosa  y  que  se  puede  ver ,  que  al  pun« 
to ,  aun  ia  razón  mas   ofuscada  ,  y  .d  enten- 
dimiento mas  lerdo  ,  jse   pondrá  á  su  lado.  coDieqaendaí 
Después  del  atraáiivo  ile  las  .estampas.,  cuyo  ***  ***  «««»- 
mérito  está  en  facilitar  el  ejercicio  ,  hacien* 
dolé'  amable »  hay  otro  ^  de  que  igualmente 
nos  podemos  afffoirecban  Los  niños  y  y  aun  L.,g^^j^„  ^^ 
los  que  no  lo  son  .  gustan  de  oír  hablar  de  '<»    anciguo* 
objetos   ^i^pesmos  4  esta .  .es  una  pasión  -en 
los  hombres  j  que  sob  se  Jes  acaba  con  la.  vi- 
da ;  pero  de  algún  modo  e$  máis.eficáz  en  los 
pocos  afios ;  porque  todas  las  .obras  de  la  .Agcl* 
cultura ,  además  de  aquella  natural  diversión, 
que  traben  consigo  ,  tienen  .para  los  jóvenes 
todo  el  mérito  de   la  novedad.  Si  los  niños 

jon  tan  aficionados  á  los  pasages  de  las  Geor«- 

j[i- 


^1324    Espe&acuh de  la  Naturakxa. 
gicas  j  que  no  están   cargadas  de  erudídoo 
coa  demasía;  qué  gusto ,  y  qué  provecho  no 
«acaran  con  la  leétura  de  aquellos  maravillo*' 
60S  lugares ,  ó  partes  j  de  que  abundan  tanto 
los  doce  libros  de  Columda  ?  El  mérito  de 
este  Autor ,  tan  poco  le^  9  no  es  solamen^ 
te  el  que  su  latinidad  sea  de  aquel  hermoso 
siglo  en  que  floreció  con  toda  su  pureza  d 
Latin  ;  pues  tiene  además  de  eso  el  de  tratar 
cosas  sumamente  prácticas  5  y  comunes  de  ua 
modo  simple  9  y  por  consequencia  proporcio- 
nado 9  componiendo  con  esta  natural  sencillez 
b  mayor  delicadeza  9  y  magestad  No  esté 
V.  m.  á  mi  dicho  9  léale,  y  encontrará  9  que  hay 
pocos  9  si  es  que  hay  alguno ,  que  hayan  co- 
nocido mejor  que  él  9  quán  bien  concuerdan 
k  nobleza  9  y  la  simplicidad :  unión  9  que  yo 
miro  como  el  lleno  de  toda  la  perfección ,  ó 
como  el  origen  de  un  estib  verdaderamente 
sublime»  Paladio  9  que  dcbia  de  saber  9  aun- 
que con  alguna  rusticidad  9  se  queja  algua 
tanto  de  que  aquellos  ,  que  escribieron  antes 
que  él  de  Agricultura  9  hubiesen  ^ppleado  en 
este  asunto  las  gracias  de  la  doquenda.  Lo 
que  quiere  dedhr  9  bien  se  conoce  ;  pero  esto 
se  llama  tener  los  cabdlos  nimiamente  hirsu« 
tos  9  ó  derechos  9  é  indomables  9  y  llebar  mal 
el  que  otroslos  tengan  por  naturaleza  rizadosi 
y  suaves. 

Los  tratados  de  amistad  ^  y  de  ofidosp 

que 


Qirta  de  un  Padre  defamiUas.  21^ 
'«{Oeen  mi  juventud  me  disgustaban  algunas 
creces,  acra  me  agradan  ,  y  aun  me  aprn 
sionan.  La  razón  de  esto  es  bien  clara.  Lo 
útil ,  lo  honesto ,  lo  justo  ^  la  buena  crianza^ 
y  todas  las  ideas  intelectuales,  tienen  muy  po^ 
co  dominio  en  aquella  edad  ;  pero  abrásele 
á  la  misma  la  Casa  de  Campo  de  Colume* 
la,  y  se  verá  á  todo  el  mundo  concurrir  á 
verla.  Todo  quanto  hay  en  ella  es  nuevo» 
todo  agradable ,  el  sitio  para  k  habitación'» 
d  favorable  aspe^  del  Oelo,el  discernimien- 
(o  del  ayre  puro ,  las  señales  saludables  en  las 
aguasólas  operaciones  del  cultivo  de  los  gra-r^ 
005 ,  el  beneficio  de  las  viñas ,  y  Olivares  ,  el 
tODÍkar ,  y  conservar  las  frutas,  y  en  una  pa« 
labra,  todo  es  delicioso,  y  todo  universal :  so* 
fe  se  necesita  quitar  las  es()inas  del  camino» 
suprimiendo  lo  que  es  dificil  ,  y  principal^ 
neute  algunas  particularidades  acerca  del  go^ 
Memo  de  las  Yeguadas ,  6  castas  de  los  Caba*^ 
Nos ,  que  no  convienen  de  modo  alguno  á  esta 
edad.  Siendo  este  apacible ,  y  juicioso  Autor 
muy  po9  común ,  es  necesario  diéiar  lo  que 
se  quiere  que  traduzcan  los  niños  ,  y^  solo  sé 
debe  diéiar  lo  mejor ;  pero  esta  cosecha ,  ó  la 
liega  de  lo  mejor  ,  es  aqui  muy  abundante, 
y  no  se  puede  buscar  ,  ni  alimento  mas  sano 
pva  la  razón ,  ni  luces  mas  provechosas  para 
b  sociedad* 

Cosa  sef  á  -  muy  f  rd^a  de  un  Maestro  ver- 
'TQm.XI.  Ff  da* 


9a6  EspeSactílo  di  la  Natufcie^a;. 
"río!"*  **  daderamente  deseoso  del  adelantamienta  4e 
sus  discipulos,  qiiaacb  yá  se  hallan  en  tér- 
minos de  perfeccionar  las  tetras  humanas,  jr. 
tienen  alguna,  facilidad  en  explicarse  noble^ 
y  prontamente ,  entendiendo  los  Autores  ma& 
dificiles  en  reservar  ^  como  por  ultimo  de 
los  servicios,  que  les  pueda  hacer  una  agrá* 
dable  colección  de  los  rasgos  mas  bellos  da 
la  historia  natural  j  entrasacandolos  de  Var^ 
ron  y  de  Columela»  Paladío,  y  princípalmenr 
te  de  la  historia  de  PUnio :  a&adíenda  a8imí$? 
mo  los  lugares  de  Agrícola  acerca  de  fbsiles^ 
^  minerales  ^  los  de  Rondekcío  ^  que  tratan  de 
los  peces  ^  y  de  WiUugbt  de  la^  aves»  y  tam^ 
bien  los  de  algunos  otros  mas  modernos*  Ls 
razón  de  este  ultimo  egercício  na  se  funda  so* 
lamente  en  la  facilidad  suma  con  que  los  jove* 
oes  dan  razón  de  las  particularidades  de  la  Na«^ 
turaleza  y  disponiéndose  ^  la  mas  sólida  de  to-r 
das  las  Philosophías ,  sino  que  además  de  esto 
brujuleo  yo  otro  bien  >  cuya  omisión  baria 
merecedores  de  las  reprehensiones  mas  justas  á 
los  que  enseñan  las  buena$  letras»  H>  bastan^ 
iii  con  mucho ,  los  Oradores»  los  Philosophos 
Morales,  y  los  Historiadores » que  se  vén  ma- 
nejar en  los  estudios  ordinarios  para  aprender 
bien  la  lengua.  Sola  la  historia  natural  »  por 
razón  de  la  gran  variedad  de  /sus  materias ,  les 
podrá  servir  de  suplemento  ^  como  sirven^los 
Boetas  cómico^.,  por  Í0:£idl ;  y  común  de  sus 
expresiones^  El 

4 


Carta  de  tm  Padre  de  familias.  3^7 
El  medio  tnas  oportuno  para  fijar  en  hir 
memoria  la  diversidad  de  especies  ,  que  se 
encuentran  en  la  historia  natural  ^  es  determt' 
oar  en  el  globo  terrestre  los  lugares  j  que  se 
hacen  notables 9  con  tal,  ó  tal  curiosidad ,  se* 
nalando  los  que  producen  las  cosas  9  que  trz^ 
faen  consigo  mas  atraélivo ,  y  admiración  ,  y 
en  cuya  pesquisa  se  ocupa  mas  la  industria 
humana.  La  Geographla  se  hará  sumamente 
deliciosa  ^  ayudada  de  la  historia  natural  y  y  la 
historia  natural  ayudada  de  la  Geograpbia.  Pe-> 
xo,  6  yá  hermosee  V«m.  la  Geographía  con  una 
sabia  enumeración  de  las  particularidades  lo- 
cales de  la  historia ,  ó  yá  se  limite  á  notar  so-« 
kmente  en  ella  las  revoluciones  sucedidas  en 
diversos  Pueblos ,  siempre  será  preciso  ,  que 
para  perfeccionar  toda  especie  de  estudios ,  se 
enteren  los  jóvenes  de  la  Geographia  antigua^ 
Jamás  la  sabrán ,  si  en  este  tiempo  no  apren- 
den. Un  Maestro  hábil  les  podrá  preparará 
sus  discípulos  estas  noticias  de  la  Geographia 
antígua,  sacándolas  del  Mundo  antiguo  de 
Cbristov^^  Cellario ,  (a)  añadiéndole  los  ma« 
pas  de  la  antigüedad ,  de  Guillermo  de  Lisle^ 
y  algunos  de  Sansón.  Cellario  empleó  trein^ 
ta  años  en  componer  este  excelente  libro ,  y 
k)  ejecutó  perfedisimamente  ^  aun  en  el  leo* 
guage  y  por  el  grande  ejercicio  de  leer  los  Au* 

Ff  7,  to^ 

(**)  Dos  volomenes  en  qaarco  »  edición  buena  de  Lipsu»  cor* 
rigiendoU  el  Autor.  Buena  ,  y  muy  hermosa  edición  del  primer 
Mmo  de  Cambrige  >  y  del  segundo  en  Amscerdám. 


1 18     Espéñaculo  de  hNátWíiSésuu    " 
tores  antiguos ,  imirando  de  tal  modo  el  ayre, 
7  estilo  de  aquella  edad  de  oro ,  que  se  puede 
con  mucho  provecho  seguir ,  aun  en  la  locu« 
cioD ,  y  modo  de  hablar.  Solo  ios  lugares ,  j 
acaecimientos  mas  notables  de  la  historia ,  de- 
ben ser  la  materia  de  este  estraéto,  pues  se  des^ 
truiria  el  fin  »  queriendo  decirlo  todo. 
El  egercicio         Acostumbrarse  los  que  tienen    una  me-' 
acja  memo-  ^^^i^í  felíz  á   decorar  aquellos    lugares   m» 
perfectas  de  Poetas ,  y  Oradores ,  es  una  prác^ 
tica  excelente.    Pero   habiendo  ^  como  bay^ 
gran  numero  de  jóvenes,  para  quienes  el  apreo* 
der  de  memoria  es  un  suplicio ,  nos  podremos 
contentar  con  pedirles  cuenta  todos  los  días 
de  alguna  pequeña  parte  de  la  Historia  Sagra*- 
da ,  ó  de  la  Eclesiástica ,  que  se  les  haya  leído, 
y  hacerlos,  que  la  refieran  en  su  propria,y  na- 
tural lengua ;  y  aun  será  mas  útil  hacérsela  es« 
críbir  como  por  cabeza  de  sus  mismas  traduc* 
clones ,  ó  de  las  composiciones  ,    que   sacan* 
Escribir  to-   De  este  modo,  además  de  la   utilidad  ,  que 
«igoa  ca^o  ae  trabe  la  memoria  consigo  9  y  de  la  facilidad 
f ro^4a  Un""  que  adqulereu  para  salir  bien  de  aq||lla  tarea, 
^^^  de  que  cada  uno  es  capaz ,  podremos  estar  se* 

guros  de  que  no  se  les  pasará  dia  alguno ,  sin 
haber  escrito  alguna  cosa  de  su  misma  cosecha 
ien  su  propria  lengua.  Fácil  es  de  comprehen« 
der  adonde  mira  todo  esto :  ah !  por  qué,  pues, 
de^uidarémos? 

Otros  muchos  modos  hay ,  y  otras  ideas, 

y 


Carta  de^m  Paire  de  FamiUas.  %%^ 
y  estratagemas  ^  que  inventa  la  afición  ,  y 
deseo  de  qtie  aprovechen  los  niños ;  de  mo- 
do ,  que  alternando  unas  con  otras  ^  Uega* 
rán  á  producir  feliz  efeéio.  Pero  el  punto, 
que  jamás  debe  perder  de  vista  nn  MaestrQ 
bábil  es,  conducir  á  sus  Discípulos  por  me^ 
dio  de  una  prdSlica  escogida  ,  y  nu(y  fre^ 
fuente ,  de  modo,  que  los  haya  hecho  tradu- 
cir, y  repetir  muchas  veces  una  serie  hermo* 
sa  de  Autores  ,  recogido  diversos  Tratados  la- 
tióos de  Agricultura,  de  Historia  Natural ,  de 
Geographia ,  de  las  costumbres  antiguas ,  d 
de  la  Historia  Prophana  ,  y  ^gercitado  en 
su  lengua  materna ,  acerca  de  la  Historia  Sa- 
grada ,  y  de  su  misma  Religión :  jamás  logra- 
rá mejor  eíedo ,  que  quando  por  medio  del 
eg^rcicio  lo  una  todo  ,  obligándolos  á  hablar, 
y  preguntándoles  sin  intermisión  acerca  de 
qoanto  saben.  £1  Latin  ,  que  sirve  para  ex- 
presar el  objeto ,  como  éste  les  agrade ,  yá 
te  les  fijó  para  siempre ,  nunca  huirá  de  sa 
memoria.  Asi  se  aprenden  las  lenguas ,  asi  se 
ibrma  ei^ntendimiento  ,  y  afina  el  gusto. 
Tales  son  los  cimientos  de  las  ciencias,  y 
tales  los  modos  de  hacer  estas  ciencias  prác- 
ticas. 

Yá  en  los  últimos  años  ,  principalmente 
quando  una  facilidad  dichosa  en  concebir ,  y 
en  explicarse ,  esfuerza  el  trabajo  de  los  jo* 
Yeoes,  é  inspira  nuevas  empresas  al  Maestro, 

qui** 


• 

« 


9  3^  Espe&acuío  de  la  Naturaleza. 
quisiera  yo  ,  que  se  insisriese  principalmente 
en  todo  aquello ,  que  tiene  ayre  de  discurso, 
de  deliberación ,  d  de  raciocinio.  Y  supues* 
to ,  que  no  hay  estado ,  ni  condición  en  que 
DO  se  necesite  hablar  de  repente ,  ó  como  di- 
cen 5  sobre  la  marcha ,  explicar  un  proyeéto, 
disputar  de  los  inconvenientes ,  y  dar  cuenta 
de  aquello  que  se  ha  visto ,  6  está  á  nues« 
tro  cuidado  ,  y  gobierno ,  gustaría  yo  mucho 
de  conducir  un  natural  bueno,  y  un  entendí*- 
miento  á  proposito á  una  grande  complacen^ 
cia  en  la  analysis ,  (**)  á  aquel  espíritu  me- 
tódico ,  despejado ,  y  natural ,  tan  buscado  y  j 
iiplaudido  en  todas  partes. 

No  nos  lisongeemos  de  sacar  ,  aun  de  es- 
te modo ,  Colbertos ,  Torcis  ,  Despreaux  ,  ó 
Bosuets.  Es  verdad  ,  que  se  pueden  repro- 
ducir y  y  que  acaso  se  producirán ,  gobernando 

el 

(**)  Analysis  en  el  Algebra  se  dice  de  la  reso- 
lución de  toda  especie  de  problemas ,  y  en  la  Chi- 
mica  es  la  resolución  de  los  mixtos  en  sus  princi- 
pios ,b  partes  simples ,  para  conocer  mas  exada- 
mente  toda  la  naturaleza ;  pero  aqui  W  toma  en 
otro  sentido ;  y  es,  en  quanto  Analysis  significa  el 
examen  de  algún  discurso ,  o  proposición  ,  aten- 
diendo á  su  composición ,  y  principios ,  desembol- 
viendo,  y  desenredando  las  partes  de  una  cosa,  que 
solo  se  cooocia  por  mayor  para  considerarlas  se- 
paradamente ,  á  fín  de  conocer  mejor  el  todo.  Es 
palabra  absolutamente  Griega  afxXva-Uj  que  sig- 
nifica duolucion.  Véase  el  Dic.  de  Trevoux. 


dffa  de  un  Vadre  de  familiar.  931 
di  magisterio  con  acierto,  y  sacando  á  la  luz 
talentos  que  hubiera  dejado  en  la  obscuridad^ 
6  en  la  nada  un  método  escabroso  9  y  ial- 
ao ;  pero  la  gloria  de  los  Maestros  es  ibrtí* 
ficar  la  razón ,  formar  el  entendimiento,  en^^ 
seriando  á  la  juventud  á  hablar  con  pro» 
priedad ,  y  sin  embarazo ,  ni  bajeza*  La  baje-^ 
za  la  podrán  impedir  ,  habituando  á  los  ni- 
ños por  grados  y  y  poco  á  poco  á  los  Autores 
mas  cultos  en  el  estilo :  el  embarazo  le  obvia- 
fán  también  ,  no  atenaceándoles  el  celebra 
con  la  necesidad  de  atender  á  doce  reglas  dis» 
tintas  para  zurcir  dos  palabras  ;  y  les  infun* 
dirán  la  propriedad  y  acostumbrándolos  al  ana- 
lysis  de  quanto  vén»  Discurra  ,  y  questione 
con  su  juventud  á  cerca  de  la  serie  natural  de 
un  poema  ;  sobre  el  fin ,  y  pruebas  de  un  dis** 
curso  ;  en  orden  á  las  circunstancias  en  que  se 
baila  éste ,  ó  el  otro  Principe  en  la  historia; 
toque  los  intereses ,  que  le  estimulan  ,  las  dí^ 
ficultades ,  que  encuentra ,  y  el  partido  y  que 
le  conviene  tomar  ;  no  omita  los  descuidos, 
que  desc^jpra  en  su  conduda ,  añadiendo  tam- 
bién la  ignorancia  en  que  todos  vivimos ,  y 
que  le  puede  disculpar  al  Principe  en  el  error, 
que  se  nota.  Si  no  llegáremos  por  esta  via  á 
sacar  Poetas  excelentes ,  é  Historiadores  exac* 
tos,  llegaremos  á  lo  menos á  multiplicaren  la 

República  Ciudadanos  sólidos  ,  y  hombres 

•  •  • 

m 


[•írtvt 


1^1     Espe&aculo  áeJa  Nattiraléxa. 

^f!¡[lrdc1of'^*  ^'  método  ,  que  una  en  sí  las  ventajas 
|ara  aliviar  Dias  díñcíles  de  concíUar  ,  será  sin  duda  al- 
eros» sin  per-  guna  ei  mejor ;  y  aunque  aquí  defendemos 
Di^püils!*'  la  causa  de  la  infancia ,  y  es  su  interés  quien 
DOS  dá  la  ley ,  con  todo  eso  es  preciso  guar« 
darnos  de  olvidar  el  descanso  proporcionado 
de  los  Maestros.  No  pedimos  por  cierto ,  que 
estén  siempre  ocupados ,  principalmente  en  el 
particular  de  hacer  hablar  sin  intermisión  á 
sus  discípulos  j  ni  que  abandonen  la  prádica 
de  las  diversas  especies  de  com  porciones ,  con 
especialidad  las  que  pertenecen  á  la  imitación.. 
Siempre  es  prudencia  dejarlos  vivir  á  todos; 
y  asi  será  conveniente ,  y á  sea  proporcionaos 
dose  á  la  diversidad  de  entendimientos  ,  ó  yá 
atendiendo  á  el  alivio  de  Maestros  ,  y  Disci<- 
pulos  j  mudar  un  egercicio  en  otro  de  di- 
verso caraéler ,  para  impedir ,  quanto  sea  po« 
sible,  el  fastidio.  Aunque  un  hombre  Ileno^ 
y  yá  hecho  haya  adquirido  una  loaicion  la 
mas  Ubre  9  y  despejada ,  no  está  por  eso  dis** 
pensado  de  discurrir  acerca  del  objeto  ,  que 
ha  de  tratar ,  6  de  que  ha  de  habl%  en  pá- 
blieo  9  ni  tampoco  de  poner  en  orden  aque* 
Uo^  que  ha  de  decir?  con  que  será  muy  del 
caso ,  no  menos  para  la  utilidad  del  EKscí- 
pulo  y  que  para  el  alivio  del  Maestro ,  que  al 
egercicio  de  hablar  le  suceda  el  de  la  lesu- 
ra,  y  á  la  ledura  se  le  substituya  la  compo- 
fiicion.  Después  de  haber  insistido  en*  las  pre- 

cao» 


Carta  de  un  Vadre  de  fafhilias.  133 
emciones ,  que  se  deben  tomar  pava  disminuir 
el  peligro  y  k  que  un  jo^pen  está  expuesco^aban-^ 
donándole  la  pluma  ^  y  dejándole  libre  para 
qne  se  fabrique  el  estilo  por  sí  mismo ,  apun- 
taremos algunos  otros  egercicios ,  con  que  se 
pueda  fomentar  ,  y  Uebar  adelante  sin  daño  al-* 
guno  este  alivb  del  Maestro. 

En  ana  excelente  Carta  ,  que  acerca  de 
los  estudios  de  Humanidad  se  halla  entre  las 
conversaciones  del  P.  Lami  ,  del  OratociOi 
aconseja  el  Abad  Guet  la  práctica  de  que  aca- 
bamos de  hablar ;  es  á  saber ,  reducir  de  nue- 
vo al  Latín  aquellos  lugares  mas  dignost  de 
Gcerón  ^de  Salustio ,  ó  de  Cesar ,  que  se  faa-^ 
yan  traducido  antecedentemente  á  nuestra 
lengua  nativa.  Este  grande  ingenio ,  que  pa-« 
rece  lo  posek  todo  junto  ,  y  sabía  á  fondo 
el  Franca  ,  el  Latin  ,  y  et  Griego  ,  con  toda 
la  cultura ,  y  delicadeza  ,  que  encierran  estos 
idiomas ,  comprehendió  perfeéiameiite  la  ne« 
ceádad  j  que  havia  de  conformarse  ,  por  ló 
que  mira  á  lenguas  muertas ,  con  los  textos 
oríginalqn  Pero  es  del  caso ,  como  Guet  lo 
desea  ,  que  intervenga  entre  la  traducción, 
y  composición  el  tiempo  de  veinte  y  quatra 
iiorss,  para  que  debilitada  de  este  modo  la 
impresión  d^l  mod^o,  se  reconozca  quán- 
tó  se  alejaroode  él ,  por  mas  conato  que  se 
poso ,  y  por  mas  esfuerzos  qtie  se  hicieíoit 
para  siaheile  á  la  memosi», -y  paia  segtíir 
*•  ^09iu  XI%  Gg 


134  EfpjSíaHito  Je  Ja  N^urJesío. 
sus  pisadas  ?'Qué  provecho  se  saca  de  rehe* 
rar  frequentemente  composiciones  defeéhio- 
sas  9  que  nos  convencen  de  la  superioridad 
del  estilo  de  Cicerón  ^  por  el  desorden  del  nifes^ 
tro  ?  Qu^  fruto  sacafía  un  Proveas^  ,  que  vi--' 
nlese  de  Ardennas  ^  6  del  Delpbinado  ,  en 
corp parar  nnuchas  yeces  el  modo  con  que  ea 
un  buen  Francés  se  expUcst  una  cosa ,  con 
el  modo  con  que  se  explicaría  en  su  tierral 
Para  hablar  bien  y  solo  es  necesario  oir  siem*- 
pre  el  lenguage  mas  perfeAo  ,  sin  que  se  ne- 
cesite cotejarle  con  el  de&duoso  y  ni  un9 
lengua  se  aprende  con  perfección  á  puro  nie^ 
ditar  faltas  resto  es  solo,  desbastar  el  mal* Guar« 
demonos  dei  caer  en  el  inconvenieote  de  aque- 
llos estudios,  públicos  ^  en  que  se  pasan  los 
años  enteip^.  en  corregir  ialta&deestUo,  y  mos- 
trar el  modo  con  que  no  debemos  hablan. 

jpll  único  ipedio  seguro  para  hacer  pro* 
vechosa  la  com|)osicion  ,  es  veit  si  una ,  dos^ 
ó  tres  pagina^  de  la  lengua  patvral  se  tradu* 
cen  con  propr|edad  á  un  I^tla  i  quQ  9^  haya 
leído ,  y  cuya  impresión  esté  todav^^  recién-» 
te.  £s  verdad  9  que  este  es  un  trabajo  fácil; 
perp  la  misma  ^Udad.,  coki  tal  que;  camí* 
tít  al  fia )  «j^  qiiiea  le  estüi  bacleodQ  el  elo- 
gio mas  seginrob  Síp  duda.  9  qme  es  mucho  roe* 
jor  juntar  sto  iariga  en  sola  una  hora  muluk 
tud  de  palabras  suaves  j  y  proprí«s  ,que  ba- 
h9r«  por  4eQirW  asi,  emtonastftlo  l¿ofia- 


Qmfadi  m  Paire  de  famiUaSi      %ii 
lamente  algunas  frases  vulgares ,  que  jamás  SQ 
liicieroQ  para  estar  juntas.  Tal  es  di  origen 
del  desorden  de  muchos  estilos »  infelices  á  la 
verdad. 

Y  qué  aqui  no  hay  peligro  que  temer? 
El  muchacho  encuentra  tan  presto  hecha  yá 
so  obra  por  este  medio ,  que  se  puede  decir^ 
que  la  facilidad  dd  egercicto  le  viene  á  ser* 
vir  de  ju^o ,  yá  que  no  para  conocer  t  á  lo 
míenos  para  entender  el  Latin  mas  puro :  esto 
es  asi  :  con  que  sobrará  infinito  tiempo  ea 
^le  ni  el  Maestro ,  ni  el  Discípulo  sabr¿i  qué 
faacene.  No  es  así  por  cierto ;  antes  bien  por 
d  contrario,  d  tiempo  que  sobra  ,  es  d  ara- 
to  verdadero  de  esta  práíáica^pueft  servirá  a>p 
grande  utilidad  para  iotroducir  en ,  él  aquer 
Jla  leftara'  apta  para  dispertar  la  curiosidad ,  / 
para  formar  la  razón.  Pero  antes  dq  hablarle 
á  V.  m.  de  esto ,  acabemos  de  recorrer  aque- 
llos medios ,  que  pueden  perfeccionar  el  habi- 
to de  escribir ,  y  hablar.  ; 

El  uso  de  componer  ^  al  fin  de  estos  es^  cómale?  sia 
tudios  9  ipi  modelo ,  y  de  caminar  sin  arri^  ^^^^^ 
mo ,  es  sin  duda  de  los  mas  provechosos ;  .p^- 
ro.  quál  es  el  punto  .preciso  de  los  estudios  de 
la  juventud »  en  que  se  podrá  Colocar,  e^.  práo- 
tica  sin  riesgo  alguno  %  Quando  un  joven ,  acos« 
tumbrado  por  espacio  de  muchos  íúíqs  á  no 
.  oír  ,  sino  las  locuciones  mas  apropriadas ,  y 
mas  justas,  teqga  1^  ioxigioacÍPO  UwA.  d^l 

Gg  a  len- 

1 


1 3  6     Espe&actí!¿  de  Ja  NatUTaktBu 
lenguagé  de  los  Autores ,  se  le  puede  expe-^ 
titnentar  y  j  fertifícarle  por   medio  de  com<» 
posícioaes  tnas  arduas  :  se   le  pueden   dídsor 
en  su  propria  lengua  Scenas  enteras  de  Teren*- 
icio  ^  y  de  Planto ,  y  algunos  lugares  de  las 
traducciones  de  Vaugelas  y  y  de  Ablaooourt* 
Entonces  ,se  trata  de  acercar  yá  aquel  jovea 
al  Latín  de  Cesar ,  ó  Quinto  Curdo  ^  ó  á  al* 
gun  otro   estilo  ,  del   mismo   modo  estima- 
ble ^  poniéndolo  todo  de  suyo ,  y  sin  que  le 
guie  modelo.  No  se  equivocará  con  Tere» 
cío  y  é  con  Salustio ,  dibujándolos  sin  discre^ 
par  en  su  Latín ;  pero  en  fin ,  hallará  V.m.  qué 
"es  Latín.  Nuestros  jóvenes  conservarán  en  n 
Idea  el  molde ,  y  verá  V.  m.  al  uno  indinarse 
al  Latín  corriente  de  Cesar  ;  al  otra  manifestar 
inas  su  'gmio  áda  la  iiarmonia  de  Cicerón, 
aegun  la  capacidad  ,  ó  entendimiento   parti- 
Cubr  de  cada  uno.  Si  se  hallare  todavia  al- 
aguna cosa  endeble  ea  la  composición  ,elori« 
ginal  lo  dirige ,  la  turquesa  lo  enmienda  to- 
do. Se  verá,  qiie  entienden    bien  los  Auto- 
res ,  y   que   con  todo  esq  no  d^|||ti  de  te* 
ner  las  composiciones  sus<defe£ios;  pero  no 
'  por  esto  lo  perdemos  todo.  Una  Sefk>ra  ^  que 
nendende  ,  y  hAla  bien  ^  y  fácilmente  su  len- 
-gúá  ,r  podfá  cometer .  muchas  faltas  al  escrí- 
^  bir^ita  «arta.  El  que  entiende  bien  los  Auto- 
res ^  aunque  no   tenga  su  jcomposicíon  una 
'aiimÉa«Da¿kitiid  ,  «o  es  tanto  para  }lotadoi  pues 
••i  :  •    »  en 


C^ttd  de  un  PáJre  defamiU¿fí.  a  3  7 
en  él  discurso  de  la  vida  tendrá  muchas  ven- 
ces precisión  de  entender  el  Latin  ,  y  jamás  la 
tendrá  acaso  de  saberle  componer.  Yo  no  me 
lamento ,  sino  de  aquellos ,  que  gastan  ocho 
aiíos  en  sacar  un  thema  corréelo ,  y  no  en- 
tienden d  Latto  de  las  obras  mejores  de  la 
antigüedad ,  ni  tampoco  saben  hablar  su  pro- 
pria  lengua ;  y  éste  es  el  blanco  á  que  con  todo 
eso  parece  9  que  miran  la  mayor  parte  de  los 
.estadios» 

El  hacerles  escribir  á  los  jóvenes ,  que  yjá  ^l¿¡^^^ 
«  hallan  adelantados  ,  algunas  <]uestiones  con 
fus  argunlentos  acerca  de  la  Geographia ,  de 
la  Historia  ^  de  lea  costumbres  ^  y  de  otras 
.niateriaa  ,  que  yá  empiezan  á  saber  bien  ^  y 
-eugtfles  las  respuestas  adequadas ,  y  verdade* 
•ras ,  es  un  trabajo ,  y  una  especie  de  com- 
posición muy  útil  á  esta  edad  ,  y  no  menos 
propria  pafa  eg^rcitar  la  fuerza  de  su  razón, 
^ue  ^reoe  perfeccionar  el  estilo. 

Pe»  3\  modP  que  hay  un  arte  dé  pregun^ 
tar  ,  y  de  insinuar  la  respuesta  con  la  misma 
{Mreguot^iA  <)ue  se  hace ;  asi  también  hay  mo-» 
do  infalible  de  embrollar  las  materias  ,  y  alu- 
cinar los  entendimientos  con  questiones  vagas 
de  preguntas  ,  y  generalidades  ,  que  no  fijan 
la  atención  del  que  responde  á  punto  determi- 
nado^ ni  le  mueven  en  la  cabeza  cuerda  algu- 
na de  quantaa  tiene.  „       ,   . 

'  Versot  Latí- 

£n  la  composición  de   versos  Latinos  se  nos. 

vá 

1 


%l%  EspeSíacuh  de  Ja  Naturáhuu 
Tá  á  ganar  miicho  para  aquellos  ^  qiie  tienen 
facilidad  en  hacerlos.  Este  trabajo  pone  eo 
acción  el  entendimiento  ,  y  puede  hermosear 
el  estilo  con  el  fuego  de  una  imaginación  fe^ 
líz ;  pero  también  hay  el  peligro  de  que  se 
pierda  mucho  tiempo  ,  teniendo  por  g^nio 
poético  )  lo  que  no  es  algunas  veces  sino  una 
fantasía  destituida  de  gusto*  £1  mecanismo 
para  los  versos  es  mas  sensible  ^  mas  aftivo, 
y  tnas  de  golpe ,  que  el  de  una  bella  prosa. 
Cada  dia  verá  V.  m»  entre  los  Jóvenes  ,  que 
se  dejan  llebar  de  este  fuego  poético  ,  aque^ 
Uos  que  tienen  mas  viva  b  imagínadoD  ;  y 
por  el  contrario  ^  la  mayor  parte  no  recono- 
ce al  principio  bs  gracias  de  la  prosa ,  sinD 
•^muy  levemente ,  por  «er  mas  finas ,  mas  di- 
versas ,  y  menos  artificiales.  Es  cosa  muy  co- 
mún ver  jóvenes  Humanistas  componer  ver- 
sos Latinos,  llenos  de  harmonía  ,  y  ardori 
al  mismo  tiempo  que  su  prosa  es  Indpida  ,  y 
dura.  Guardémonos  ^  pues  ,  á  los  principios 
de  insistir  demasiado  en  ésta  composición  poe- 
'  tica  j  en  la  qual  no  se  logra  alguni^eoes  co- 
sa estimable  ,  sino  á  costa  de  un  caraéler  mas 
simple  9  y  mas  aprectable.  Muchos  de  los  que 
se  distinguen  en  esto  ,  se  parecen  á  aquellos 
•  baylarines  ,  que  ejecutan  con  ayre  ^  y  brío 
pasos ,  cabriolas  ,  y  movimientos  capaces  de 
sorprender ,  y  con  todo  eso  su  paso  natu- 
ral es  sin  dignidad ,  y  sin  grada.  De  becho^ 

no 


Ctrta  áe  un  Vodftie  famlHof.  «{9 
no  es  ordinario  y  ni  aun  apetecible  ^  que,  e» 
tre  hombres ,  que  todos  saben  andar  ,  y  ha» 
Mar  ,  baya  muchos  ,  que  se  ocupen  en  la  dan<- 
za  figurada  ^  ni  en  el  estilo  poético*  Pedir^ 
pues  y  estas  especies  de  composición  indistin» 
lamente  á  todos  los  que  componen  la  clase^ 
y  lo  qiue  es  aun  peor  ^  exigirlo  con  rigor  ,  es 
exponer  á  aquellos ,  que  gusten  de  versos^ 
á  aplicarse  á  ellos  con  demasía ,  y  causarles 
un  bien  vano , .  atormentando  ¿  los  otros.  No 
obstante ,  quaodo  el  oído  ,  y  la  kogBa  estén 
yá  hechos  á  una  buena  prosa  ^  y  fortalecidoa 
en  el  discernimiento  de  ella  ^  no  embídiemos 
á  los  jóvenes  el  placer  ^  que  «pueden  hallar  en 
los  Poetas-  antiguos ,.  y  modernos,  con  cierta, 
y  prudente  elección»  Para  hacerles  conocer  á 
todos  la  estn^^ura  de  los  versos ,  y  aun  at» 
guna  cosa  mas  que  la  estructura  ,  se  les 
pueden  proponer  muy  I»en  ,  sin  pérdida  de 
tiempo  ,  los  tres  egercicios  ,  que  se  siguen, 
y  de  que  todos,  los  entendimientos  son  capar 
ces^ 

El  prjjper  paso  es  desleír  ,  ó  descomponer 
frequen témeme  algunos  versos  hermosos  ,  y 
hacer  á  los  niños ,  que  de  palabra  ,  y  sin  larga 
meditación  pongaa  cada. pieza  en  el  lugar  que 
pide  el  metn>.; 

El  segundo,  paso,  es  suprimir  algunos  epi^ 
tetos ,  6  alguna  otra  gracia  ,  que  pida  el  ob* 
jeto  de  que  se  trata  ,  y  proponer  á  los  Dis- 

ci- 

j 


a  40     Espe&aculo  de  la  Naturaleza.   • 
-dpulos ,  que  coloquen  allí  lo  que  faíta  ,  He* 
nando  aquellos  vacíos. 

El  tercer  egercicio ,  y  que  le  aprendí  de 
un  Maestro  bien  hábil ,  es  hacerlos  compo- 
ner de  compañía  9  é  in  solidum  j  ó  cada  uno 
obligado  al  todo ,  un  poema  peqnefk)  ,  dan« 
deles  el  plan  de  él ,  y  el  argumento  ^  según 
los  progresos ,  y  fuerzas ,  que  hayan  yá  ad- 
quirido. En  este  caso  dispierta  la  emuladon 
todos  los  entendimientos  para  cada   Teraode 
quantos  han  de  ir  componiendo  por  su  tar- 
rnó ;  de  una  fila  de  nifios  traben  uo  rerso  muy 
proprio ;  pero  el  de  la  íUa  opuesta  yieoe  con 
otro  ,  que?  parece  se  Ueba  la  palma :  se  com- 
paran los  dos  entre  sí  y  él  primero  pretende 
itodavia  el    tríuníb  ^  todos    toman    partido» 
-unos  en  rontra ,  y  otros  en  faror  :  se  alegan 
razones ,,  que  favorecen  á  éste  ^  y  excluyen 
á  aquel ,  con  que  hay  ocasión   para  que  se 
(digan  las  cosas  mas  lucidas ,  y  elegantes  ,  de* 
•fendiendo  i  estx>s  dos  ^  á  qiiiei^s   panece  que 
se  ladeó  sin  disputa  la  viéloria  ;  pero  quando 
se  piensa  yá  en  declararla  ,  se  ^||banta  otro 
tercero ,  que  abate  la  presunción  de  los  dos^ 
se  Ueba  eji   triunfo  ,  y  se  queda  con  la  co- 
rona. 

Con  esta  especie  de  egercicio ,  que  trahs 
mas  de  diversión  ,  que  de  trabajo ,  se  logra  la 
ventaja  grande  de  no  ocupar  jamás  los  en- 
tendimientos,  sic)0.  con  las  colocadonea-  fifias 

cle- 


# 


Curta  deanVadre  de  familias.  941 
elegantes  y  y  con  las  imágenes  mas  hermosas  de 
ia  Poesía  en  lugar  de  dejarlos  correr  allá  á  so- 
\2&  (ras  ideas  vanas,  y  zurcir  harapos»  que  so* 
lo  pueden  servir  para  que  se  vistan  con  ellos 
Arlequinesco  Truhanes. 

Puédeseles ,  en  fin ,  ordenar  á  aquellos,  que 
se  conocen  mas  ingeniosos ,  y  que  cierta  tra« 
•vesura  de  entendimiento ,  junta  con  so  mayor 
iifícion ,  les  permite  tarea  mas  larga ,  que  com« 
pongan  á  solas  en  verso  alguna  cosa  seguida; 
pero  que  sea  siempre  sin  dispendio  del  taten-" 
to  de  los  mas  cortos. 

Ysíes  ^uido,  d  mayor  que  je  pue- 
de imaginar  9  pedirles  á  los  nifk>s ,  que  com-^ 
pcxigan  en  prosa  en  una  lengua ,  que  todavía 
no  saben ,  y  á  cerca  da  la  qual  no  es  capaz  re<» 
gla  alguna  de  infundirles  gusto ;  no  es  menos 
absurdo,  el  pedirá  toda  una  multitud  de  ni«- 
fios  ^  que  se  ponga  *  por  espacio  de  dos  ho- 
ras enteras  á  meditar ,  y  que  saque  ocho ,  ó 
diez  versos,  sin  conocer  ni  la  estnidura ,  ni  la 
gracia ,  ni  el  sonido.  Mucho  mejor  les  estuhíe- 
f a  el  habd#escrito  una  pequeña  carta  en  su 
{vopria  lengua,  y  en  un  estUo  corriente,  y  na^ 
Cural ,  que  haberse  fiítigado  para  sacar ,  con 
total  s^uridad  1  nquy  malos  versos,  sean  Lati- 
nos ,6  sean  Griegos. 

Tres ,  ó  quatro  veces  cada  semana  los  han 

obQgado  á  este  remo » y  según  buena  cuenta^ 

son  cosa  de  dos  mil  versos  al  año;  pero   de<( 

Tmn.  XL  Hh  mos* 


342     EspeSácutodeh  Naturaleza. 
mosle  tres  mil  S0I03  en  tres  años ,  y  juzgué^ 
mos  del  valor  del  todo  por  el  ultimo  verso  de 
ellos^  que  será ,  si  V.  m.  lo  quiere,  un  poco  meó- 
nos miserable  que  los  primeros.  Lo  que  sola^ 
mente  se  halla  en  él ,  es  la  cantidad  de  las  sy^ 
labas;  pero  gracia ,  ni  dulzura  9  no  hay  que  espe* 
rarla ,  todo  faiulco  ^  flojo ,  y  trivial:  y  si  vamos 
á  contar  las  ñdtas,  que  se  hallan  en  cada  paUh 
bra  y  será  menester  multiplicar  cinco ,  6  seis 
por  los  tres  mil  para  sacar  el  totaL  Además  de 
que  aqui  debemos  pensar  lo  mismo  ^  que  dijí^ 
mos  del  latín ,  sacado  por  reglas  precisamente. 
£1  niño  honra  sus  reglas^  consumiendo  su  en- 
tendimiento 9  y  corrompiéndole   con  habitas 
viciosos ;  y  consagra  á  cultos ,  evidentemente 
nocivos^  el  tiempo  debido  al  egercido  de  su 
talento  natural,  que  se  deja  á. un  lado.      .  rv 
Peligro  de  us         Escosácbra,  que  muchos  corren  estos 
iiíncT^pfc?'  mismos  riesgos  con  el  egercicia  de  las  amplí- 
íicrcc  de^eí-  ficacioncs,  y  piezas  de  eloquencia ,  en  que  ne- 
tendimien-    cesita  el  entendimiento    ponerlo  todo  de  su 
casa  ,  el  fondo ,  los  pensaniientos ,  y  A  esti» 
lo :  no  llegarán  muchos  á  esto.  Sí^de  ciento 
se  haUan  seis,  na  será  poco;  puescoa  qué  prur 
dencía ,  y  verosimilitud  se  4es  pedirá  á  los  de^ 
níii&  la  invención ,  el  orden  y  el  raciocinio ,  las 
imágenes ,  las  acciones,  y  el  decir  bien,  ó  la  elo- 
quencia ?  Esto  es  pedir  una  cantada ,  b  una  área 
muy  suave ,  á  quien  na  tiene  música  ^  voz^  ni 
aun  gaznate. 

Aque- 


suerte 
ten 
tes* 


Cuta  dé  ttn  Padre  de  familias.  243 
Aqudlos  nifk»  ,  qiie  dan  mas  esperan- 
xas ,  se  los  puede  excitar  á  que  compongan  al- 
gunas crías ,  ó  piezas  pequeñas  de  eloquencia; 
y  esto  viene  á  ser  k>  mismo  que  ponerles  de- 
lante las  herramientas  á  los  que  nacieron  pa« 
la  las  artes  mecánicas,  TamUen  se  puede 
egercitar  en  esta  especie  de  composiciones  á 
aquellos,  que  maniífestan  mucho  gusto  en  irse 
imponiendo  en  ellas  ,  pues  casi  siempre  se 
perfeccipna  to  que  se  ejecuta  ^in  violencia^ 
jpor  razón  de  un  natural  atraéiivo.  Tales  son 
bs  principios  déUles  9  que  han  llegado  tantas 
veces  con  el  tkmpo  á  ilustrar  la  Catbedra  ^  y 
el  Estrado.  Pero  se  debe  prevenir  ,  que  estos 
egerdcios  particulares  de  algunos ,  ne  les, sean 
empachosos  á  los  otro^  Es  acaso  en  eiedo 
necesario,  que  todos  pasen  por.  una  misma 
hilera ?  (^*)  No  por  cierto,  antes  Uen  e»  im-» 
posibk  ,  y  conviene  ,  que  sus  incUoacio* 
nes  sean  diversas ,  y  esta  variedad  de  inclinado^ 
oes, y«  ñdlidad  para  unos  egercidos  ,  mas 
«pie  para  otros,  es  uno  de  los  mas  ricos  pre* 
lentes,  qií#  le  hace  la  Providencia  á  la  so- 
ciedad humana :  y  asi ,  es  muy  proprio  de 
un  Maestro  hábil ,  descubrir  los  talentos  de  sus 
Discipulos,  y  cultivarle  en  dios  á  la  Repú- 
blica sugetos  á  proposito  para  todos  bs  es- 

Hh»  ta- 


(<Hi)  Esto  es ,  per  aquel  ¡astnimenta  <  aue  tienen  los  Víate- 
rot »  Tiradores  de  oro  >  &c  con  mnlcítua  de  agiigeros  dc^f^r» 
íes  para  ir  adelgazando  luccsiraflicicc  tos  metales  :  umbiea  le 


> 


^44  Espe^acuTo  de  la  NtOutak^a. 
tados ,  repartiendo  con  caridad  los  egerdcios 
segun  la  necesidad  y  y  el  alcance  de  los  enteu* 
dimientos.y  que  le  entregaron :  y  asi ,  paraqoe 
entren  en  aqodlo  ^  que  es  de  su  genio ,  y 
para  renunciar  sin  pérdida  las  composiciones^ 
para  que  no  nacieron  >  se  les  abre  una  puerta 
honrosa* 

Aquel  9  á  quien  solamente  le  pküeren 
una  carta  en  su  propda  lengua  ^  y  á  cerca  de 
un  objeto  muy  común  y  se  piouá  ^  esfor- 
zandose para  el  acierto ,   éste  le  hace  amar 
el  trabajo » y  el  trabajo  hará    renacer   la  fe^ 
Itcidad  >  donde  antes  no  había  esperanza  de 
ella. 
fffeptraei(m         (^)  Un  Maestfo  hábil  9  y  que  sabe  muy 
ákios  Aaco-  j¿gQ  qoánto  vale  el  tiempo  ,  cuida  de  reser- 
var .alguna  parte  de  él  ,  con   desigiUo  de 
qné  sus  DSscipubs  no  se  vean  faltos ,  ni  ago^ 
viadosi  del  trabajo :  no  aplicando  sus  taten* 
tos ,  sino  á  cosas  que  k»  ceben  y  y  con   ua 
ayre  del:  buen  éxito  ,  que  espera  en  lo  .que 
laceO)  se  queda  ñempre  con  el  derecho  de 
hacer  nuevas  tentativas*  El  Maes%  será  en 
los  primeros  años  quien  haga  por  sí  mismo 
ia  traducción > él  lo  allana  todo;  pero  no  se 
pasará  mucho  tiempo  9  sin  que  d  niño  cami^ 
ne  el  primero  i  y  haga  por  sí  ^  tanto  la  pre- 
paración de  los  Autores  en  particular ,  como 

la 

C'^*)  Eb  la  craduccio&Italiaiui  m>  m  &aUi  eA  el  (« que  se  sigpM^ 
4c  modo»  q«c  se  omicc  lá  prcf  aracioa  de  los  Autores» 

0 

I 

4  ^ 


Carta  de  un  Vadre  de  famiUas.  34 ( 
k  éxplicacioD  púbüca  de  toda  la  tarea,  que  lie- 
ba«  EatODCes  se  conoce  bien  quánto  fbrtiÍK 
can  en  un  joven  el  uso  9  y  dominio  de  la  len* 
gua  las  repeticiones ,  las  analysis ,  las  qoestio- 
neS)  y  preguntas ,  y  las  composiciones  verba* 
les,  que  se  siguen  á  las  traducciones.  Siendo  fá- 
ciles las  composiciones  domesticas ,  que  se  ha- 
cen sin  Diccionarios ,  ni  laicas  meditaciones^ 
k  dejarán  la  libertad  necesaria  para  prevenir 
sus  Autores:  con  que  vendrá  á  ser  el  tiempo^ 
que  le  sobra ,  una  recreación  tan  útil  como  el 
mismo  estudia 

Puestos  yá  una  vez  los  jóvenes  en  el  ca- 
mino de  la  buena  latinidad ,  y  afirmados  por  ticuiares. 
razón  del   largo  habito  á  nn    latín  siempre 
puro,  seles  podrá  permitir  ,  después   de  ha- 
berlos hecho  esperar  algún  tiempo  y  la  liber- 
tad de  leer  por  algunos  ratos ,  que  se  les  se- 
Mlan»  los  libros  escritos   con   mas  proprie* 
dad  en  su  lengua  materna.   En   otras   se  les 
¡podrán  dejar  leer  las  obras  de    los  moder- 
nos 9  que  han  escrito  mas  puramente  el  latín, 
y  que  pa#:en  una  Bibliotbeca  hecha  expresa- 
mente para  ellos*  Solo  la  Conjtiracion  de  Por*- 
lugal  por  el  Abad  Vertot  convencerá  desde 
lusgo  á  muchos,  á  que  se  puede  encontrar  en 
los  labros  Franceses  no  poco  gusto  ;  presto 
pedirán  algunos  de  los  niños  las  Reboluciones 
de  Suecia^é  las  de  Inglaterra ,  las  Vidas    de 
^  del  Cardenal  Cisneros  ^  y  de  el 


34^  EsfeSacuh  de  la  Naturakxa. 
Tamerlán.  Harán  la  Corte  para  obtener  la  fab» 
toria  antigua ,  6  la  historia  de  Francia  9  6  la  de 
IVIalta.  (*♦)  Y  si  V»  m.  hubiere  de  contentar  to- 
dos los  niños,  que  le  pidan  libros »  bien  pue« 
de  hacer  provisión. 

Los  Autores  9  que  de  doscientos  años  á 
esta  parte  han  escrito  mas  pura  5  y  mas  noble- 
mente el  latín ,  tienen  en  particular  d§  bueno, 
que  las  costumbres  de  su  siglo ,  y  por  consi- 
guiente sus  ideas,  son  lo  mismo  casi  que  las  núes* 
tra&  Generalmente  hablando,  ningún  lugar  su* 
yo  pide  averiguaciones  ,  ni  comentaríoa  para 
que  se  entienda :  á  la  primera  leélura  se  allana 
todo*  En  el  desahogo ,  que  se  les  permite  á  los 
Humanistas ,  ó  en  el  tiempo  que  les  sobra  ^  por 
razón  de  la  prontitud  con  que  hayan  sacado  sus 
composiciones,  déjeseles  gossar  el  pensamiento 
alegre  9  de  que  caminan  yá  solos  en  la  lección  de 
los  Poetas,  de  los» Historiadores  ,  y  Oradores 
Latinos.  Las  fábulas  de  Faerno  serán  yá.  para 
«líos  un  mero  juego.  En  lugar  de  ponerles  en 
la  mano  á  Marcial,  que  los  embarazará  mu- 
cho 9  y  los  edificará  poco ,  permítase^  el  deUc^ 
tus  epigrammattm^  precedido  del  prefacio  La- 
tino sobre  la  diferencia  de  la  hermosura  natu- 
m1|  y  la  afedada ,  y  compuesta.  En  vez  de  la 

Phar- 

(*«)  Por  to  que  mira  ti  Castellano  ,  Ribadeneira  ,  Mariana» 
Fr.  Lult  de  Granada  ,  Fr.  Lait  de  León  >  Solíi ,  &c.  son  muy  bue- 
nof  por  la  pureza  de  su  lenguage  al  mismo  tiempo  que  las  mac9* 
ús  >  que  cratan ,  siendo  can  ▼ariasv  pueden  intcmir  mucho. 


■Of 
TUS 


» 


Carta  de  un  Padre  de  familias.      247 
Pharsalia  de  Lucano ,  y  de   la  Thebaida   de 
Stack),  que  podrían  inclinar  al  Humanista  á  la 
bincfaazon ,  muestreseles  la  Poética ,  ó  los  juegos 
de  ag^dréz  ,  y  los  gusanos  de  seda  de  Geroni*- 
mo  Vida.  Qué  latinidad  tan  hermosa !  Qué  di« 
versidad  de  mensura  9  y  de  harmonía !  Qué  se«* 
tnejanza  con  Virgilio,  tanto  en  la  riqueza   de 
%\\  narración ,  como  en  el  fuego  de  las  pinturas! 
Vot  Catulo,  Propercio,  y  Claudíano  substituí 
yase  la  numerosa  versificación  de  Sannazaro ,  6 
la  de  Commiro ,  en  quienes  no  se  hallará ,  ni 
]a  cadencia  demasiado  uniforme  de  los  versos 
de  Claudiano 9 ni  las  pinturas  peligrosas  délos 
otros  do&  Commiro  reemplazará  suíic¡entemei> 
témeme  los  caraéiéres  de  todos ,  tomando  di- 
versas formas,  sin  saberse  en  quál  sea  masagran 
daUe.  Lo  ^e  el  joven  Humanista  pu<&ra  pei^ 
der  9  no  viendo  sino  muy  poco  de  las  obras  de 
Ovidio ,  se  le  puede  resarcir  en  las  Elegías^  tan 
ficiles^y  abundantes,  como  ingeniosas,  del  P. 
Sidron.  C*'''^)  Qué  embeleso  no  encontrará  una 
imaginación  feliz,  y  qué  commocion  de  espiri*- 
tus  no  ciUarán  en  ella  aquellas    elevaciones, 
que  se  descubren  en  los  pequeíios  poemas  ,  y 
en  los  bymnos  de  M«  Santeuill! 

Pero  si  sucediese ,  que  á  pesar  del  fuego, 
y  sublimidad  de  este  gran  Poeta ,  experimen- 
ten los  Ledores  algún  disgusto ,  como  le  ex- 

pé- 

r^)  o  Sidroiiio.  £1  laUano  emite  el  punco ,  y  parrapho  >  que 
se  sigue*  ' 


3  48  Espectáculo  de  la  NatunJes^ 
perimentaráa  sin  duda ,  por  razoa  de  la  infi- 
nidad de  antíthesis  Í^^)  tan  ordinarias  en  él,  se 
puede  compensar 9  poniéndoles  en  la  mano  á 
los  niños  la  Colección  de  hymnos  de  M.  Co& 
fin  y  (a)  que  les  resarcirá  qualquier  pérdida  por 
medio  de  una  rica  variedad  de  pensamientos,  é 
inversiones,  multitud  de  imágenes, á la  ver- 
dad no  muy  vivas,  pero  graciosas,  nada  aiec« 
tadas ,  y  sin  afeminación  alguna  ;  jánto  oon 
la  mas  dichosa  latinidad ,  y  con  los  pensamien^ 
tos  mas  aptos  para  mover  el  corazón.  No  ha 
producido  nuestro  siglo  cosa  mas  perfeéla  en 
este  genero :  en  Cof  fin  nos  vino  un  Horacio, 
Christiano  sin  duda. 

Sí  se  hubieran  de  juzgar  los  Libros  por  los 
titulos ,  qualquiera  pensará  por  el  de  Terentius 
Cbristianus^  que  es  un  compendio  de  piezas  de 
theatro ,  compuesto  en  Harlem  (**)  acia  los 
principios  áA  siglo  pasado ,  que  Terendo  nos 
havia  también  venido  al  Mundo  con  este  Aator, 
como  Etorado  con  Coffin.  Su  estilo  es  copia  del 
4e  Terencio ,  y  los  argumentos  tomados  de  la 
Escritura.  El  titulo  plausible,  pero  e%iíioso,  de 
este  libro,  y  la  lección  de  algunas  Scenas  de  una 
latinidad  muy  pura ,  havian  preocupado  en  su 
fevor  al  Abad  Rollin ,  y  al  P.  Porée,  (**)y  fue 

<««)  OpOficJOB  de  peatamievtof  »  ^  i^ef^  de  pt labraf 
(a)  Ba  cAM  de  Desaiac  •  y  SaiUaat  •  calle  de  San  Juan  de  Bcaa* 
rats 

(«*|  ciudad  de  las  Províapias  Unidas. 

(•*}  La  tradttceíOB  Italiajia  oaice  «1  K.  Pore'e. 

f 


Cariade  un  Taire  defandÜdf.     949 
já  tar()e ,  quando  conocieron  sq  engaño  uno^ 
y  otro. 

Si  le  hubieran  leído  del  todo  ^  antes  de 
formar  el  concepto ,  fauvieran  visto  claramen« 
te»  que  no  se  halla  en  d  tal  libro,  ni  el  dis* 
cemimiento ,  ni  la  delicadeza  de  Terencio^ 
íbíndiriiítablemente  les  hubiera  dado  en  ros-^ 
tro ,  y  causado  hastío.  Encontrarán  por  todas 
partes  un  Autor  grosero»  un  Moralista  sempi« 
ternoy  un  hombre  que  se  mete  en  formar  píe* 
zas  de  theatro,  sin  tener  el  menor  conocimien- 
to del  camino ,  y  reglas  de  una  acción  dram* 
matica »  que  á  cada  paso  se  olvida  de  la  bue- 
na crianza » (*^)  con  caracteres  llenos  de  ba- 
jeza» y  con  grosjerías  chocantes»  y  lo  que  es 
aun  peor »  con  pinturas  muy  poco  christianai» 
y  pías» 

Si  queremos ,  pues » abreWar » 6  diferenciar 
el  trabajo  de  bs  jóvenes  por  medio  de  leduras» 
que  los  conduzcan  sin  rie^  al  modo  regular 
de  un  discurso ,  busquemos  lo  que  nos  conviene 
en  otra  parte.  Ellos  leerán  con  gusto  los  Día* 
logos  {^yS^  Erasmo,  y  aunque  tienen  menos 
sal»  que  convenia;  pero  encontrarán  mucha  mas 
pureza  de  estilo»  y  mayor  magestad  que  en  las 
Cartas  de  PauloManuciaEl  latin  de  la  traducción 
de  Herodiano  por  A^^g^  Policiano » les  será  sin 

Tm.XL  lí  du* 

^    («H»)  sin  Mordine  ¿t  tiempo,  l«g«r  9  iú  pcrsoftas  t  dfidail» 
f  lU  gaJir4ar  el  carader  de  tnu* 

(^  fixporgado  1q  |i9cÍTt« 
i  ■ 

> 


d5o     lEsp^aculó  de  la  ÑatnraleM.    * 
duda  grato  ^  y  acaso  se  *  acomüdar^n 
al  de  Justo  Lipsio  en  su  útil  tratado  de  la^ 
«sáquinas  de*  Guerra  ,  y  hallarán  en  él  fre- 
^utntefheme  las-  inversiones ,  y  disposición  de' 
Flauta  No  dejarán  tal  ve2  de  coropbcetse* 
en  poder  hacer  la  con^paracion  de  los  anti« 
guos  con  loa  nsodérnte  ,  y  determinar  con^ 
equidad  á  quál  de  los  estilo^   conocidos    eo 
la  antigüedad  sé  podrá  reducir  ei  de  la  histCH 
ría  de  Italia  por  Sigooio  \  el  de  la  historia  de 
Flandes  por  Estrada  ^  y  principalmente   el  de 
la  historia  de  España  por  Mariana*    Tainbten 
se  podrá  divertir  á  los  jóvenes  con  muchas 
traducciones  de  una  latinidad  muy  pura  ^  qua^ 
lesHHi  lai  de .  Jylandro  ,  de  .Cameratior  ^    de 
JLeunclavio  ^  de  Henríco  Estephano  ,  y  otsoa 
muchos.  El  siglo  17.  les  ofrece  leélurasmuy 
útiles  9  y'  sin  numero.    En  las  *  obras  latinas 
históricas  9  y  de  oratoria  9  6  en  otras  ,  qtie 
ks  podrán  destinar  á  los  pocos  afíos  ,  ks  da*p 
fia  yo  la  preferencia  á  aquellas  ^  que  al-  mérito 
de' una  dicción  exquisita  juntan  el  de  apriáonar 
el  alma  con  la  dulzura  de  la   n%eria  ^  que 
tratan.  Los  jóvenes  siguen  el  atra6ivo  de  la 
curiosidad  9  y  llegan  al  iin  del  libro  casi  sin 
pensar  en   qué  lengua  se  escribió  ;  lo  qoal 
es  aprender  un  idioma  por  la  práctica  ^  que 
en  hecho  de  idiomas  es  llegar  al  ün  desea* 
do.  Por  grandes  que  fara    consegiarle  seai) 
1m  auxilios  9  que  comunica  un  sabio  ASaestito 


f 


Carta^ie  un  Paire  de  fandUas.     i  f  x 
con  todas  aquellas  luces  de  que  acompaña  la 
^lección  póbUca ,  que  hace ,  no  son  menores  los 
^ue  din  estas  lecciones  particulares  ;  en  ellas 
experimentan  un  secreto  testimonio  de  la  íaci* 
tidad  adquirida ,  que  los  lisongéa  con  razón: 
el  atra(9ivo  se  aumenta ,  y  llega  yá  á  ser  pa- 
sión. Aconsejadles  entonces  y  que  abran  una 
excelente  Gramática.  El  joven  lo  Ueba  bien, 
y  este  es  el  tiempo  en  que  le  es  tan  provecho* 
sa  y  como  necesaria.  La  pasión  se  lo  hace  em- 
prender todo,  y  el  joven  ,  convencido  agrá*    Tiempo  de 
daUementede  la  &ciUdad,  que  ha  adquirido^  Grana J!uir 
no  se  rehusará  i  cosa  alguna :  nada  le  acobar- 
^  Esta  lengua  ha  venido  á  ser  para  él  un  te- 
«ofDy  y  será  bien  tecíbido ,  quanto  le  parezca^ 
'proporcionada  para  aumentarle.  £3v9^eas¿»/)^i^^, 
por  la  prd&ica  ^y  acabad  por  las  observado» 
*ms  gramas  icaks. 

Otro  mayor  Uen ,  que  el  de  afianzar  el  Medio  part 
entendimiento  en  la  práétíca  de  las  lenguas,  ^^'  ^^** 
traben  consigo  estas  lesuras  particulares  por 
•modo  de  diversión ,  y  sin  fatiga.  El  entendi- 
miento sáÉ»  conoce  Isi  infancia  ,  en  quanto     ^ 
ae  mira  vado  de  ideas, 6  juzga  de  las  cosaa 
sin  experiencia  ,  si   yá  no  es  que  absoluta* 
mente  no  juzga.  Sálese  al    remedio  de  estos 
defeétos,  no  haciéndola  componer  con  un  pro- 
fundo silencio  una  docena  de  rengbnes  car 
-da  dia  9  sino  habituándola  desde  la  mañana  á 
la  noche  á  oír  haUar  de  un  numero  gran- 

.lia  de 


1 5^  EsfeQacuh  de  Ja  Natilrdleta. 
de  de  objetos  ,  agradables  por  á  mismos  y  y 
proferidos  agradablemente;  después  á  dar  ra«^ 
zoo  de  todo,  y  á  repetir  ^yá  sea  en  su  pro* 
prla  lengua 9  yáen  Latín ,  ó  en  Griego,  ge* 
neralmente  lo  que  se  leyó,  ó  difió,  6  aque* 
Uo  que  se  baya  contado ,  6  explicado ,  y  oomp 
prehendido. 

Es  preciso  tratar  de  diverso  moáOj  j  ha« 
bernos  de  otra  manera  en  aqudlós objetos,  cu^ 
yo  conocimiento  intentamos ,  que  en  la  adf 
quisicion  de  las  lenguas  ,  que  deseamos  ha* 
blar ,  ó  por  cuyo  medio  nos  queremos  instruir^ 
Que  nos  cuesten  un  trabajo  serio  los  objetos^ 
que  nos  importan  ,  y  cuyos  descubrimiento! 
nos  interesan,  es  muy  justo,  y  se  Ueba  Uene 
y  mas  siendo  cosa  indubitable ,  y  derta,  que 
quando  alguna  nueva  verdad  se  aclara ,  6  quao- 
do  algún  otro  ccmodmientp  útil  es  el  frui9 
de  nuestro  sudor ,  y  trabajo ,  la  impresión  es 
mas  viva,  y  mas  durable.  Feto  para  las  leo* 
guas  es  preciso  seguir  otro  método.  La  ex- 
periencia nos  enseña  demasiadamente ,  que  d 
querer  ooos^uirlos  progresos  délMa  juven- 
tud por  medio  de  la  obediencia  á  las  reglan 
á  unos  se  les  impide  ,  y  ahuyenta  para  siemr 
.pre,y  á  otros  los  hace  ridiculos.  Ko  se  vé 
otra  cosa,  por  efeéto  de  este  método,  sino 
dilaciones ,  tartamudeos  ,  preparativos  ,  y  lo 
que  es  aun  peor,  hincbsuson,  y  ninguna  iMp 
turalidad 

Por 


Carta  áe  m  f aire  Je  fimílias .  ajj 
Por  el  coQtrario,  la  prádíca^y  uso  con* 
tíauadp,  que  hemos  dicbo^dá  á  todo  qyan^ 
tD  se  dice  cierto  ayre  de  expedicioo  ^  y  do* 
mioio  9  y  adquiere  al  enteodüniento .  aque-» 
lia  extensión  ,  que  le  falta.  Este  egpffcido 
dejará  en  la  razoo  de  los  Discípulos  una 
amplia  provisión  de  ideas  ^  que  na  podrán 
dejsr  de  crecer  ,  y  de  formar  esa  razón, 
«|ue  las  aposenta  ,  y  abriga.  No  puede  la  ra- 
zón ?ér  muchas  ideas  nuev^  y  unas  en  prer 
leocia  de  otras  ^  sin  que  las  compare  entre 
ú )  examine  sus  relaciones ,  y  determine  el  va« 
lor^  que  tienen.  Aptueba  la  una,  y  le  hac« 
guerra  á  k  otra.  AÍdmira  ,  se  enternece ,  y 
«ffla, ose  em>)a ,  y  ^  fastidia  conforme  el 
caraéter  d^  la  verdad ,  que  se  le  muestra  ;  y 
trayendo  é  la  balanza  muchas  veces  el  juicio, 
9ie  otros  forman » la  razón  introduce,  alli  tam^ 
faieo  el  suya  Buedese  suplir  ac^si^  cop  'Otr^^  co^^ 
sa  mejor  la  experiencia,  que  je* &Ua  todavía ü 
la  lazon? 

A  la  jQventud  se  le  hace  el  mayor  serví-  vúM%é  ét 
tío  posibl«|  habituándola  en  el  rfetiroá  ocupa-^  ¡TrccwcK 
9iooes  seguidas ,  y  facilitándole  la  adquisición  necesarias. 
de  aquellas  luct;s  ^  y  conocimii^vos  nece$a«» 
tíos ,  tanto  por  razón  de  la  lejanía  de  las  dis^ 
tracciones  9  y  fug^  del  tumulto ,  como  por  el 
estímulo  de  la  emulación ,  con  tal  y  que  se  ten» 
gala  sabia  precaución  de  sacar  á  sus  casas  de 
tiempo  en  tiempo^de  sus  Colegios  á  losjove-. 

nesj 


.« 


iH  Espe&Mítíp4kla  NoNirakza. 
nesy  yá  sea  para  qi)e  se  hagan  al  tinto  de 
las  gentes ,  comercio  de  los  Políticos  ,  y  al 
gusto  de  una  buena  crianza  ,  y  cortesía  ,  ó  yá 
sea  para>  formarles  el  coraron  9  lenovandd 
Amistades  dignas*. Los  Padres  conocen  may 
bien  por  ló  coman  la.  ventaja  de  sus  hijos 
con  esta  separación  :  solo  hay  que  recelar^ 
que  ios  padres  mismos  no  se  la  arruinen »  íok- 
pidiendo  la  educación  feliz  1  que  empezaron 
id^rá-^üs  hijos,  por  convenir  con  ellos  en 
salidas  muy  frequentes  ,  en  di  veranes  dema- 
siado vivas ,  ó  én  permitirles  espeétacidos  ap- 
tos para  perturbarles  la  imaginación  ^  y  per- 
Vertirles  el  gusto  ,  comparando  fi»  libertad^ 
que  logran  en  sus  casas ,  y  las  diversiones 
¿fué  tienen,  con  la  aligación  del  retiro..  Pe<« 
ro'éste ,  que  es  la  salva -guardia  de  su  juven-^ 
tud  y  podrá  por  otra  parte  servirles  de  tía  pe- 
figlto  süttfo  y  si  precisamente  ise  em^ean  los 
bellos  años  de  un  alto  entetodímiento  en  so* 
la  la  aplicación  metódica  de  algunas  r^las 
de  la  Syntaxis ,  amplificación  ,  y  mosodia.  Dá 
este  entendimiento  un  paso  segualttina  regla^ 
arriesga  el  segundo  siguiendo  otra  ;  y  para 
poner  el  segundo  en  onden ,  vienen  veinte  re^ 
glas  juntas.  La  jornada  se  hace  muy  lenta^ 
mente ,  parte  siguiendo  la  vereda  ,  y  parte 
siguiendo  el  discurso;  sale  al  fin  el  joven  ^6 
te  parece  que  sale  de  su  dificultad :  prosigue 
adelante ,  y  i  &erza  de  haber  praéticado  las 

pe- 


Cuarta  ék  w^  Tadre  de  familias.  15$* 
peligrosas  sendas  de  poenitety  toedet  ^  futurum 
fidsse  ut ,  llega  sin  desgracia  al  fin  de  la  ta» 
fea  diarias  Pero  sacadle  de  sus  composiciones 
fegulares^y  llanas,  quiteéele  su  plumas  y  sos 
regias :  pues  todo  se  le  ha  quitado :  él  no 
sabía  skioeso,  y  en  todo  lo  demás  se  que- 
da  mudo,  sea  en  su  propria  lengua  >  d  sea 
en  Latín ,  porque  su  entendimiento  no  se  ha 
mantenido  en  otra  cosa.  La  experiencia  nos 
enseña  ,  que  los  que  están  acostumbrados  % 
no  -faabbr ,  .ni  componer ,  sino  solamente  ata? 
dos  á  tal,  y  tal  regla ,  se  parecen  á  aquellas 
máquinas ,  que  no.  se  pueden  mudar  de  su 
puesto  un  puntó  ^  ni  sacarias  de  su  uniforau^ 
4ad,  sin  invertir  su  servicio.  Absolutamente 
•se  descomponen ,  todo  se  detiene  ^  si  las  mu«^ 

Ruegolei  V.  mvque  me  iSga,  por  qué 
-aprenden  los  niños  con  tanta  fecilidad  su  lenr 
:gua  materna^  sin  estudia  ^Igüix) ?  Porqué  las 
«ñoras  saben  pensar  tan  ajustadamente,  y  ex- 
plicarse con  tanta  propriedad,  sin  haber  co- 
nocido^ ^  Desm^iets ,  m  á  Vaugdaa  ?  Por 
qu6  los  que  viajan  aprenden  con  tanta  pron«- 
títud  las  L^ngiids  estrangeras ,  y  muchas  veces 
•áti  abrir  un  solo  jihro?  La  causa  es,  que  en 
.lugar  de  estudiar  con  ioipertinente  enfado  la 
lengua  paia  coáocenlos  obji^ais  ,  se  sirven  de 
la  vista ,  y  del  uso  de  las  cosas  ,  que  y  á  co- 
nocen, paira  setena  ptontamente  la  lengua 

con 

j 


af6  Espé&aModeJk  Naturdexéí 
coa  qué  se  explícaiu  Phitarca  se  determioé 
muy  tarde  á  aprender  la  latinidad  ,  de  que 
9ntes  había  descuidado;  pero  llegó  muy  pron*- 
tamente  á  entender  los  Autores  Latinos;  por- 
que ,  según  él  mismo  ^cma  al  principio  de 
las  vidas  de  Demostbenes  ^  y  de  Cicerón  ^  ,9  le 
^y  ayudaba  mucho  á  entender  esta  nuera  len-* 
99gua9y  conservarla  el  conocimiento  de  las 
59  materias  ^  que  hallaba  expresadas  en  eUa« 
Éste  es  el  orden  de  la  naturaleza  ^  porque  es 
(^  de  una  experienda  universal.  Bolvamos^ 
pues^  á  él  en  d  estudio  del  Griego  9  y  del  La- 
fin.  Pocas  disertaciones  á  cerca  de  las  pala* 
bras  9  y  mucho  atra¿tívo  eo  las  materias.  Sia 
que  mudemos  cosa  algum  en  quanto  al  tía* 
bajo 9  que  se  {Araéttca  en  los  Colegios^  pida« 
mosle  solamente  á  aquellos  que  dirigen  la  en« 
^señanza  en  eBos;9  que  en  lugar  de  las  abstrac- 
iciones  fugitivas  9  y  escabrosas  9  empleen  síem«* 
pre  para  la  enseñanza  una  serie  continuada  de 
materias  llenas  de  dulzura  9  y  aliciente  9  de  mo* 
do  9  que  atraigan  el  entendimiento  9  y  le  bar 
gan  retener  los  términos  9  que  Ülüsignificaii, 
y  que  sepan  de  antemano  los  niíios  todo  d 
latin  9  que  se  quiera  que  haUen ,  6  cómpoo?- 
^n ;  para  que  trabajando  en  producir  este  la^ 
tín  mismo  9  tal  9  qual  le  entendieron  antes, 
no  se  aparten  jamás  del  genio  de  ta  lengua  de 
que  tratan»  ' 

Todos  nos  acordamos'  muy  bien  de   el 


c 


de  m  ^aéte  de  Fan^of.  %sy 
estraSo  Latín ,  porque  hao  pasado  oaestras 
orejas  r  después  de  las  fórmulas  lastimosas  de 
los  qúatro  ,  6  cinco  primeros  aBos  ^  era  por 
ventura  modelo  mas  seguro  el  Latín  de  las 
amplificaciones  ,  que  sé  nos  diiftaban  como 
corregidas  ?  Los  ifiscursos  trabsjados  ,  que 
nnestros  Maestros  arriesgaban  irlgunas  vecea^ 
sacándolos  al  público  ^  son  la  prueba  demons- 
trativa  de  sus  descuidos ,  d  á  b  menos  de  la 
desiguafdad  en  razón  de  estilo ;  como  tam« 
bíeo  del  desorden  de  las  composiciones  quo* 
tidianas ,  que  nos  consumían  el  tiempa  El 
uno  no  tenia  otro  medio  ,  que  las  bagatelas^ 
6  afgumentiUos  de  los  dos  Plinios ,  ni  taiostra<» 
hi  mas  ofido ,  que  Séneca  el  Pfaílosopbo.  Otros 
JBSgaban ,  que  habían  llegado  k  conseguir  la 
eoei^  de  Tito  Livio ,  y  copiaban  con  fideli- 
dad aola  su  dureza.  La  mayor  parte » persuacfi- 
dos á  que  b grande, y  autorizado  del  audito* 
rio  peffia  un  poco  de  mas  nobleza ,  y  mas  pom« 
pa  9  echaban  á  bolar  los  felumbrones  de  Am^ 
miano  Mbráelino,  y  de  Apuleyo,  y  aun  tal  vez 
la  rastica  moéadon  de  Sydonío  Apolinar.  Se- 
gún esto,  podrá  suceder  muy fiKilmente , que 
sé  egerdten<los  jóvenes  seis  años  seguidos  en 
latines,  unos  muy  bajos ,  y  otros  muy  M^ 
sos.  Aqni ,  pues ,  tratamos  de  no  al 
á  la  casualidad,  ó  i  la  costumbre 
amamos;  quieto  decir,  la  primer 
que  dependerá  aquel  orden  de 

TofikXÍ  Kk  7 


%í'»  iK 


a  $  8  Espe^aculode  la  NaturakfUL 
y  fortuna  de  nuestros  hijos.  Los  Maestros  na 
cumplirán  jamás  con  aquello  que  deben  i  los 
niños ,  si  no  tienen  ^  según  el  consejo  de  Ar* 
nauld ,  la  generosidad  de  supríooir  en  sus  clases 
toda  composición ,  sacada  de  su  proprio  cau» 
dal  y  y  hacienda ,  ^rdtando  á  la  juventud 
con  egemplos ,  yá  sean  largos  y  6  yá  sean  cor-» 
tos  y  sacados  fielmente  de  los  Autores  mas  pu- 
ros; porque  coma  qu«sra 9  loque  convieoe  es 
ir  ppr  camip9  s^uró. 
La  ciencia  de       pg^Q  qq  {^^^^  qué'Ios  Macstrosfse  ábsteó? 

los       objetos  T 

crahc  consigo  gan  de  propouer  á  la  juventud  %  como  pdú^ 

Ja  vid  lengua-     ..*^*^,r.i:.f  •         1 

i;e  que  wc]^.  cipios  t  egemplos  falsos )  O  lo  que  viene  a  ser 
^^''^'  19  mismo, ^  ie  darles  par  modílo  sus  pio-^ 

prias  composiciones  ^  deben  haberse  ea  el 
Latin ,  d  en  el  Griego ,  del  mismo  modo  que 
lo-ejecutamos  con  un  ESscrangero  ^  que  quie* 
re  aprender  nuestro  idioma,  entre  nosotros» 
Muestransele  los  objetos )  que  le  pueden  ¿nte^ 
regar  mas  ^'  se  habla  en  su  presencia  ,  y  él  es^ 
cribe ,  6  repite  la  que  ha  oída  Que  lomen 
los  Maestros  la  tarea  d&  no  dirinr  fosi.ojos^ 
ni  el.  entendímientade  sust  Dísdi^wbs ,  sjoo  á 
CQsas  muy  encogidas  ^  varíadas^  toa  sagscídM» 
y  prudencia  i  y  que  traygan'  énsítm^cataéter 
proprio  para  excitar,  la  curiosidad  f  pero  pcrf 
sí  mismos  nada  digan ,  ó  nada  saquen  de  so^ 
ya,  dejen  hablar,  desde  lluego,  á  los  fGríegbs¿ 
dá  los  Rom^nos  t  que  vean  .daspues;.^)sL:sus 
9}umnos  repiten. fíelinente  lo  i^ababarúo*d^ 

oír, 

c 


Carta  áewnVaáre  di  fm^lias\<  959 
(rfr ,  6  repitietidolo  segakk» ,  ó  sí  oo ,  daiw 
dolo  por  respuesta  á  alguna  pregunta  ,  que 
€e  les  haga  de  ésta ,  ó  la  otra  cosa  ;  ó  escri* 
híendolo  á  su  espacio  el  mismo  dta  9  d  de 
allí  á  algunos :  su  cuidado  singular  será  ,  que 
no  &lten ,  ni  á  la  propríedad  de  los  térmi-» 
nos  9  ni  al  orden ,  y  alma  y  que  tiene  toda  la 
üraseu  La  perseverancia  en  el  egercicio  es  la 
que  se  le  pide  al  Maestro ;  y  aunque  no  ten- 
ga por  ysi  talentos  superiores  ^  sin  engañar  á 
nadie  con  ilusiones  y  ó  anuncios  de  caminos 
secretos  ^  ó  veredas  nuevas  ^  comprehendien* 
do  solsffiíente  la  fuerza,  y  mérito  de  una  prác- 
iic^  buena  y  téndri  la  ^tisfeccion  de  haber  en* 
aeñado  á  sus  Discípulos  el  lenguage  puro  de 
los  siglos.de  oro. 

Lejos  de  que  este  haWto  bien  radicado,  l'^;J^  ;«t 
no  solo  de  hablar  con  firequencia  •  sino  tam-  '* «'  '''<»  <^«^ 

V.  ,  .  1,  ..      mundo. 

bien  de  pensar ,  y  componer  noblemente ,  na* 
ga  á  un  joven  sombrío ,  é  inepto  para  todo, 
recogiéndole  con  demasía  dentro  de  sí  mis« 
mo ,  ae  le  dnre  una  puerta  muy  espaciosa  pa^ 
ta  adquirirlas  lenguas ,  las  deucias  ,  y  el  uso 
de  la  civilidad,  y  del  mundo ,  pues  habla  to* 
dos  los  dias  por  instantes  ,  y  de  repente ,  sin 
preparativos  $  y  en  público  cinoo,  6  seis  años 
seguidos. 

No  es  evidente  ,  tjue  aquel  ,  que  posee 
mas  aptitud ,  y  xrapacidad ,  que  memoria  ,  ha- 
bilitará su  lentitud  con  tan  multiplicado  eger- 

Kka  ci- 


26o  EspeÜacuk  ée  la  Natwakxa. 
cício ,  y  que  aonqentará  aén  la  memoria  coa  la 
serie  de  tantas  ideas  encadenadas  unas  eo 
otras  ?  Y  que  aquel  en  quien  domina  la  me* 
moria ,  formará  tamMen  la  razón  9  y  el  modo 
de  asentir  ^  ó  disentir  á  las  cosas  con  el  habip 
to  y  que  adquiere  de  juzgar  continuadamente 
de  ellas? 

vrmaiuirtktt*       Éntrela  multítud  de  jóvenes  concnnen? 

lar  de  este  ^¡^  ^  \^  Estudios  oúblicos  ,  se  baila  por  lo 

egercicto  para  %  ,  '  .      «  •  ■• 

lot   jóvenes,  comuu  un  0umeffD  raeii  grande  sm  oieoes  de 

due     carecen  ^ 

de  bienes  4e  fortuua »  y  Cfot  uo  eucuentrau  mas  recarso, 
fnrtnna.  ^^  ^  Escuelas ,  para  pasar  decentemente  la 
vida  9  y  suplir  los  socorros  domésticos  ^  que 
les  fiíltaa  Estos  reconocen  mucho  mejor  que 
los  ricos  y  por  lo  ordinario  ^  él  bien  ,  que  se 
les  quiere  hacer  enseñándolos  ^  y  se  entuban 
con  docilidad  á  quanto.  un  Maestro  laborio- 
so ks  aconse^Sé  Este  ks  recomienda  con  do^ 
1^0  singular ,  ó  las  Gramáticas  Griega  ^  y  La»- 
tina  de  Laocelot  ^  6  b  Gramática  Francesa 
del  Secr^arb  de  la  Academia ,  ya  las  partí- 
culas de  Turselino  >  y  yá  los  pennmientosinr 
geniosos  del  P.  Bohours  ^  comunrakiddes  al^ 
ganaa  aoticbs ,  y  haciéndoles  otras  adverten^ 
cia»  acerca  de  la  pxáética  de  las  lenguas  La* 
tina  y  y  ptopria.  Coa  estos  Ubros  y  ciertamen^ 
te  estimables  y  piensan  los  jóvenes  ,  que  He» 
garon  y  eom&  de  un  golpe  ^  á  la  perfección 
del  estilo  ^  y  á  la  práéUca  mas  bella  de  la 
lengua  ^  que  aétualmence  estudian.  Yo  no  dur 


Ci»fta4tmVaSre  defamitías.  261 
9o ,  que  sus  compoádcMies  lograrán  tú  algu- 
na bondad » que  no  faltarán  á  las  reglas  y  y  que 
las  acompañarán  con  algunos  remiendos  bri* 
fiantes ,  que  habrán  zurcido  ,  inal  que  bjen, 
en  todo  quwto  componen.  Pero  con  sok>e»- 
M ,  se  quedarán  tímidos  en  lo  exterior  ^  y  tan 
'informes  para  el  trato  público  ^  como  al  prin*- 
cípio ,  y  les  sucederá  siempre  que  se  aliguen 
á  mantenerse  siete ,  ü  ocho  aik»  seguidos  ocuW 
sos ,  atados  á  la  lentitud  de  una  composición 
sedentaria :  no  formarán  la  razón  ,  ni  redtfi» 
carán  el  juicio ,  atados  á  sola  la  libertad  de  una 
sofedad  desdeñosa  9  y  tímida. 

Quando  neceskan  producirse ,  sdir  al  p6- 
blico ,  y  habbr  repentinamente ,  los  abando^ 
na  la  mitad  de  su  razón  5  si  yá  no  desapa- 
rece del  todo.  Después  tendrán  las  teglas  de* 
los  sylogismos  |  el  futuro  contingente  y  j^^ 
materia  primera ,  que  ieifiadirán  la  barbark  á 
la  timidez.  Pongamos  en  salvo  ,  y  aymiemos 
los  talentos  de  los  pobres ,  pues  fonda  el  pé- 
bHco  en  rUbs  la  mejor  pane  de  sus  esperan- 
zas. CraMzcamoslos  por  medio  de  un  vaé^ 
todo,  que  sin  gastos  los  vista  ,  y  adonie ,  co* 
mo  á  los  ricos ,  del  buen  gusto  de  una  verda» 
dera  política  j  (^)  valiéndose  de  toda  la  efir 
cacia  de  un  egercicio  continuado.  Cómo  se» 
rán  bárbaros  ,  oyendo  diez  años  consecutivos 
d  lenguage  mismo  de  la  Corte  de  Augusto^ 

sin 

(<H»)    Vcase  acerca  de  csiq  la  aoea  al  princ^l»  4«  la  Cauy.  4. 

1 


1 


a6a  Espe&aa^ú  de  U  Natmraimk : 
5ia  mezcla  de  rusticidad ,  aun  la  mas  levé! 
Cómo  serán  dmidoa  después  de  .empleados 
diez  aík»  en  una  alternativa  continua  de  dis* 
cursos  repentinos ,  de  resolucaoiies  á  las  dudtfi 
y  dificultades  y  que  se  lespfx>ponen  y  paraque» 
según  su  modo  de  concebir  ^  las  desateti  ,.y  úl- 
timamente de  confiposicíones ,  que  han  de  exh 
fregar  por  escrito  ^  sin  dilación ,  y  sin  incerti- 
dumbfl^^  ni  dudas.       ^ 

V.  m»  ha  yisto  Uen  claro  y  Señok:  mió ,  d 
sumo  peligro ,  ^le  hay  ^  de  que  nuestros  ama- 
dos hijos   vean    atormentados  :  muchos  .  afios 
sin  intermisión  sus  oídos  con.  ks  imjHesiones 
de  im  lenguage  ridiculo ,  ()ue  inútilmente  de- 
spearemos ,  que  le  olviden.  Del  mismo  mo- 
^o  conoce  V.  m..  que  la  pesadé?  de  las  com- 
posiciones sedentarias ,  y  silenciosas^  es  c^páz 
de  hacerlos  tímidos,  taciturnos ,  y  sotnbríos. 
•Para  evitar  todos  'estos  ii:^nvenientes.,  qq  he 
propuesto  otro  medio ,  sino  el  qáe  tonkó  para 
sí  mismo  con  tiempo  Cicerón  ,  á  fin  de  hacer-> 
se  duefk)  de  la  lengua  de  Demost^enes ;  que  el 
que  acostumbraron  desde  luego  lldoleto  ^  el 
'Bembo,  Mureto,  los  Maoucios,  Petavio  ,  y 
otros  buenos  Escritores  en  la  lengua  de  Cice- 
rón ;  que  el  que  egerdtaron  Severo  Sulpicio, 
y el'P.  Turselino  para  imitarla  delicada  bre- 
*  vedad  del  estilo  de  Saluscio  ;  y  que  el  que  ha 
comunicado  á  algunos  modernos  la  amenidad 
del  estilo  de  Terencia 

Pero 


Curta  áe  un  Padre  de  familias.       163 
Peio  apeos»  oqs  hemos  librado  de  una  Vj¡r'tn^\t 

ioqnietud,  acerca  del  cultivo  de  nuestros  hi- jV5■"**"- 
■  7  ^^  piiicu  de  una 

4os  y  cuando  nos  hallamos  insensiblemente  ^^^^^  briiiaa. 
asaiiadcs  de  otras  muchas :  si  teo^enfios  ^  y  cíoa. 
•con  faíon  >  aqi^jetios  métodos  bastos , ,'  que 
fiieden  ^rrulpar  Ja  a^ivid^d  de  su  emendií- 
mtento ,  y  entorpecerles  siv  lengua -;  no  debe- 
mos rezelarnos  menos  de  un  falso  brillan- 
te ,  (**)  Con  que  ,el  uto  continuado:  de.buer 
i:os  Autores  suele  «lucíp^r  9  y  *  brvcei^  qiie^  peli^ 
gre  la  juTeptud,  dando,  ep^^d  escollo  contra^t 
río ,  6  en  la  mania  de  una  ingeniosidad  afec- 
tada. Los  Maestros  mismos ,  aun  los  mas^  há- 
biles , coo(i)^r3n  na  poco ^  mucbaaveces,  á en* 
getidrar  este.  defeAi)' )  >  ^  ^  se  ¡introduce  en  lá 
comítivb  de  ¿qúcllo^  cuidados ,,:  que :  tieneni 
*y  egercítao:  para  per^cionarlei  elgu^oá  sus 
Discípulos*:' Ladaeman  mochas  vt^ces  lo  que 
bailan  frivolo  ibiéso.  co  J«ís.ob^<as  ingeniosiasi 
y  (Gonduceá  ix^fél mi^mó.caibinQ á  susiBisci^ 

pul* > sin pepsEír en el'o*. ^  . '  U  ';   v   .  ' 

Nadie  iynora  ,^  que  se  procura  eco  xkm^ 

po  hacer f  ^MstírguiT'  á  la  juveptud  k:  díverst-» 
dad  'que .  hxg  dé  ^  pensar  r^  para,  ncostvmhf  arlar 
Íju2gac.s^e'j  ;^  teéibaiiiente;d&:ttoddx«.:De^ 
de  lQqg<> '4ie  Ja  4iM^  cridado  áquo-^ 

Uos  pensamfeotos  ,  que  hay  Henos- de  gr^pde^ 
xa,  y;;sablimi4ad  y  ^lyá:  porque  :el  ol^to ear 
en  ú  gitAde  ^isy-íyá:  jorque  ^  abn  iar^  ponípa^ 

'•..      •    ••;    |:*í     ÍÍVJM     ic-    t,r\     ■    ,.;,!•;     i\    ';dff* 
<*^  Teue  el  rjcc  de  TieTouic  tom.j.  pal.  Bel.  fiípirtc* 

t 


264     Espedfacuh  de  ía  l^ahirakza. 
de  los  términos ,  acompaña  allí  coo  razón  la 
magestad  de  la  acción.   Tal  vez  se  la  hace 
reparar  en  el  carañer  de  un  pensamiento  de- 
gante 9  y  florido ;  6  en  el  de  otro ,  que  sica-* 
do  del   todo   simple  ^  trahe  la  deOda  em- 
buelta  en   la  misma  naturalidad.    Tampoco 
se  deja ,  que  ignore  la  juventud  aquella  mi« 
xima  y  que  reconoce  capaz  de  arreglar  co- 
munmente nuestros'  juicios  ^  y  conduAa  ;  ni 
que  sea  una  pintura  y  que  por  h  vivacidad 
^  de  la  expresbn  parece  ,  que  nos  pone  el  ob« 
jeto  á  nuestra  vista  ;  tampoco  qué  cosa  sn 
un  pensamiento  delicado ,  y  que  toca  al  co* 
razón  con  una  moción  piadosa.  Tal  ves  se 
lé  propondrá  la  explicación  dímidiada  sola- 
mente de  una  cosa  ,  para  d^irle  al  joven  él 
placer  de  adivinar  lo  que  fiüta  ^  y  asociarle 
en  sacar  á  luz  aquel  pensamiento.  También 
9e  le  dan  señales  ciertas ,  con  que  pueda  reco« 
nocerla  diversidad  ,*  que  puíede  haber  de  ga» 
Uardía ,  y  de  hermosura  en  d  pensar*  Esta 
es  una  práética  excelente  ;  pero  trae  su  pela- 
gio.  Al  modo  que  el  eútendimielilo  se  cor- 
fómpe^  y  ae  pervierte  9  aun  sin  querer,  usan- 
do mucho  tiempo  un  mal  Latín  ,  se  puede 
también  pervertir ,  y  conomper  ,  ^  peosac 
en  ello ,  con  el  uso  frequeote  de  pensamieci^ 
tos  hermosos  9  y  con   un  ayre.  apasionadc» 
á  modps  de  hablar  poco  copmnrs.  Detenieii* 
dose  á  cada  paso  d  joven  en  estos  rasgos^ 

y 

f 
4,  ^ 


drta  de  un  Padre  de  familiof.     265 
y  sutilezas  mas  5eñaladas ,  y  pasando  muy  por 
encima  en  lo  testante ,  se  acostumbra  á  ele-- 
▼arse  goq  sns  Maestros  en  todo  quanto  en- 
cuentra ,  y  puede  llamarse  iagecHoso ;  lo  se- 
ñala en  los  libros,  busca  los  que  son  de  este 
caraéler  y  -corre   tras  todos  los    pensamientos 
agudos,  y  está  en  acecho  de  todas  4as  colec- 
cioaes ,  que  amontonan  las  ideas  mas  subli- 
mes ,  y  fes  ofirednrientos  mas  altos  :  en  to^ 
dD  qoaBto  oye,  y  lee,  sdlo  atiende  al  inge^ 
tiio.  Al  ingenio^  ai  ingenio  ,  esta  es  su  pa* 
sion^  y  su  esfermedad*  Sus  conatos  todos  se- 
rán fiallsr  la  ingeniosidad,  donde ne  se  quiso^ 
ni  la  hay,  y  de  introdacírla  donde  no  vengar  /^í»b^*  :f^ 
61  desiruirá  An,  naturalidad  ;  y  de  este  modo,  masiado  «a 
aquello 9  que  se  creyó  á  proposito   para  for*»'  mfeñtor'ul 
marle  el  entendimiento ,  contribuye  por  acd-  >í"*^**- 
dente  á  corromperle» 

Los  Maestras ,  pues ,  deberán  tener  gfatí 
cuidado  en  no  manifestarles  i  los  Discípulos 
ks  rasgos  mas  britlantas ,  y  lugares  mas  lu- 
cidos, tom^si  todo  k>  demás  ,  que  se  en* 
coentra  eri^l  discurso ,  fuera  menos  estima-»' 
ble ,  y  menos  rico.  En  lugar  de  permitirles, 
qoe  compiten  pensamientos,  que  deslumhran, 
y.  son  capaces  de  pervertirlos  ,  privandolós,- 
yá  que  no  del  gtisto  de  lo  verdadero ,  á  lo 
menos  de  lo  «imple,  se  les  recomendará ,  que 
noten,  y  recojan  a<)ueÍ]os  lugares  de  histo*^ 
cía,  que  conduzcan  á  formarles  la  .razón.  Sel 
Tm.XI.  Ll  les 


• 


9  6  6  EspeEiacído  de  la  Naturaleza. 
les  hará  conocer ,  que  los  pensamientos  mas 
simples ,  y  comunes  parecen  también  con  su 
nauual  sencillez,  como  los  mas  vivos ,  y  me- 
nos ordinarios  ,  con  tal ,  que  los  unos  ,  y 
los  otjros  pinten  su  objeto  prpprip  ,  según  sa 
forma  particular ,  y  cpa  ífus  verdaderos  colo- 
res: que  si  tal  vez,  con  todo  eso ,  oos  para«> 
^  mo6  un  poco  mas  en  aquellos,  que  dan  mas 

gplpe,  qoes  porque  su  l>riUantéz  los  aQte^ 
pong^  i  los  oOKis  » ^00  porque  trayendo  con- 
sigo la  siogolaridad,  es  justx)  fijar  el  caradat 
proprio,  <^  tienen, y  ver  si  están  puestos 
donde  corresponde  ;  si  la  persona ,  el  lag^r, 
-  y  el  objeto  ,d  acción  los  pedia; y  si  embiiel- 

vén  hinchazón,  bajeí^ ,  a&élacioo ,  ó  aigaoa 
cosa  contraria  á  las  cijrcanstancia&  en  que  se 

hallan. 

Imponer ,  pues ,  de  esta  manera  á  los  jo-< 
yenes ,  que  llegaron  á  -la  inteligencia  de  los 
Autores  en  lacQstuoibre  de  distingair  k>  su- 
blime de  b  a^raciadp,lo  natural  de  lo  sen- 
tencioso, lo  ^fícáz  de  lo.  florido;  un  pasa- 
ge  vivo,  que  la  colera,  6  el  dolc^trahe  en 
yirgilio ,  (fe  los  ornamentos  que  el  arte  acu* 
mqU  en  Ovidio ;  esto  es  formarles  el  discer- 
nimiento ,  haciéndoles  mirar  el  inviolable ,  y 
tjlerno  amor  á  la  verdad  ,  como  d  único  ori- 
gen de  la  belleza  ;  y  el  ansia  ,  ó  deseo  de 
mostrar  ingeniosidad,  como  fuente  de  la  ri** 
diculéz,  y  &ntasía«  Esto  es  darles  kceiam^ 

del 

f 


Carta  de  un  Vadre  de  familias.      Í67 
M  gusto  ,  y  conducirlos  en  todo  á  la    mas 
ajustada  variedad ,  que  es  dable   en  la  edu» 
cacion^  radicandolos  en  todo  por  medio  de 
compiradones  diversas.  Poco  cuidado  les  dá 
al  trabajador  ,  que  arranca   una  piedra  áú 
1>anco  de  le  cantera  ^  y  &i  que  la  corta  des* 
pues  de  sacada ,  del  destino  ^  que  ha  de  te^ 
ner  luego  la  piedra  '^  lo  que   hacen    única* 
mente ,  es  mirar  las  %fí(ldes ,  que  les  han  da* 
do,  y  seguirlas^  sin  discrepar ,  ni   pasar  mas 
adelante.  Pera  el  Arquiteiáo    obra  muy   de 
otra  manera^  examina  la  especie  de  que  es  la 
piedra ,  su  grano ,  y  solidez ;  si  será  conducen- 
te para  los  cimientos ,  6  diri  mejor  en  la  fa* 
cháda ,  y  arregla  los  cortes  conforme  el  lugar, 
que  determina  en  la  fabrica.  Asi  un   sabio 
Maestro, un  buen  Ayo,  un  Padre  amoroso^ 
no  trabajan  en  la  educación  como  Canteros, 
sujetos  á  las  lineas ,  que  les  tiraron ,  uno  como 
Arquitedos  inteligentes ,   que  ordenan   ope- 
raciones diversas  á  un  mismo  fin.    Todos  los 
^erdríM)  ^r  los  qoale»  se  hacen  pasar  los 
entendimiliíRos,  se  deben  suprimir,  d  ante* 
poner,  y  Uebar  adetaace,  segan  la  necesidad, 
que  se  advierte  en  el  sugeto,  que  se  cultiva; 
pero  principalmente ,  según  los  medios  ,  que 
pueden  ayudar ,  6  impedir  el  fin  general ,  que 
se  proponen  en  el  estudio  de  las  ba:^nas  le* 
tras.  El  fruto,  que  se  desea  en  esta  enseñan- 
za ^  es  ayudar  ai  particular ,  y  qi}e  un  hom* 

lia  bre;^ 


!i6S  EspeSlactíJo  de  Ja  J^atur^eztL 
bre^  que  ba  de  tivir  á  la  vista^  de-  todo  di 
muDdo,  9e  instruya  primeramente  á  slmismc^ 
para  que  pueda  de5piies  hacer  á  los  demás 
partícipes  de  sus  luces.  Los  estudios  ao  soa 
d^Dos  de  estimación ,  si.  no  enriquecen  la  so^ 
c4edad ,  hacienda  manifiesta  al  público  alguna 
verdad ,  que  le  utilice» 

Comensaráse  y  pues ,  imponiendo  i  la  ju^ 
ventud  en  la  imitación  habitual  del  lenguage 
de  los  buenos  Autores,. en  Lugar  de  reducirla 
al  silencio  con  preceptos  enfadosos,  y  coa  ad*. 
Tertencias^  antes  de  tiempo.,  6  ftiera  de  tcxlQ 
proposito.  Después  se  inculcará  eficazmente  al 
fotuto  Predicador^  Jue¿  »  Abogado  y.  6  Comi- 
sionado de  qualquier  negocio  y,  que  coa  ^ 
tiempo  pueda  manejar,  que  ia  v^ dad. no  ne- 
cesita proponerse  con  la  ?ana  ostentación  de 
multitud  de  pensamientos  ingeniosos  y  coaia 
tampoco  necesita  salir  al  público  con  bueltas 
de  puntas,  ni  coa  cabeUos,  ó  peluca^  de  tres 
altos ,  ó  de  seis ,  ó  siete  rizos.  Los  negocios^ 
sean  Eclesiásticos ,  ó  sean  Secular^,  solo  pide» 
dignidad ,  y  reéUiud»  Un  hombre^^ave  ^  que 
^n  una  Academia  ^  ó  en  un  Tribunal  abce  la 
boca  para  mostrar ,  que  es  ingeniosa,  y  en- 
tendido-, íio.  es  menos  ridiculo,,  que  un  Pe- 
timetre vestido  de  aquel  modo,  que  Uaoiaa 
Majo ,  con  mangas ,  y  cabeza  perdida* 

Quando  algún  razonamiento  se  dirige    al 
público^  es  por  con?enceEle  de  la  verdad,  que 


t      -'  -^         .K 


f 


Carta^de  wt  Vadte  ¿k  familias.    969 
le  interesa ;  y  ^  se  llera  otra  ititeocion  y  es 
solo  charlatanería  b  •  elQqjiieneia*   Todos^  loi 
preceptos,  nuis  aptos^  para  ibrmar  un  Orador, 
se  vén  abreviados ,  y  de  alguna  oíanera  reuni- 
dos ea  solo  éste  :    ^mar  d  los  gentes  y  y  á 
Xa  verdad.  El  respeta, á  lo»  oyea^es  le   hará 
atento  i  su  decoro ;  y  el  .amor  á  la  vercíad  le 
obligará  á  que  le  siira  como  única  objeto    < 
suyo;y  coQ  tanta  mayor  confianza  lesegui^ 
sá  el    auditorio  ¿  quanto  conozca  mas  clara 
esta  adhesión.  Quahdo  ,  por  el  contrario,  si 
percibe ,  qiae  el  Oradoif  le  pretende  captar ^ 
y  atraher  con  su  representacioa  y  ó  con  su 
ingenio ,  le  causa  enojo ,,  y  una  indignación 
secreta*. 

Todoquanto  he  dichp   hasta  aquí.  ,   se 
ha  dirigido  unicameare  á  desbastar  la  educar      \ 
don ;  deteniéndose  especialmente  en  la  pri^ 
mera  cultusa  de  la  juventud ,  que  se  vé  ex* 
tremamente  mal  conducida ;  y  en  el  princi- 
pal inconveniente ,  que  es  la  causa  de   este 
desorden ,  ^  que  proviene  muchas  veces  del 
método  Is^los  profesores  ,  aunque  por  otra 
parte  hábiles,  é  industriosos.  Después  de  esr 
tos  medios  preparativos  ,  y  cuya  importan- 
cia le  suplico  á  V.  m.  considere ,  no   porque 
sea  éste  mi  parecer ,  sino  porque  se  vé  con* 
firmada  con  una  continuach  experiencia,  será 
yá  tiempo  de  buscar  luces  absolutamente  ca- 
bales acerca  de  las  partes  diversas  á.  que  se 


« 

é 


2  70  Espe^acuh  de  la  Naturdl^ta. 
estienden  las  letras  humanas.  Nuestro  sígío  es 
ciertamente  feliz ,  pues  posee,  para  perfeccio- 
narse eñ  esta  razón ,  el  libro  del  mas  amable, 
y  mas  virtuoso  Maestro;  yá  entiende  V.m.de 
qué  libro  hablo ;  quiero  decir ,  el  Tratado  de 
los  Estudios  del  Abad  Rollin. 

La  Phílosophia  ,  que  se  ísigue  después  dé 
phia.^*''*'''**"  las  Letras  Humanas,  se  vé  acaso  puesta  poi' 
algunos  en  mas  alto  precio  ,  que  merece  ,  y 
por  otros  tasada  en  menos  dgl  justo  valor.  Su 
estudio  no  es ,  como  muchos  juzgan ,  el  estu;^ 
dio  de  la  sabiduría.  Los  qué  enseftaü  la  Phí- 
losopbia  mas  sólida ,  saben  muy  bieri ,  que  no 
hay  sino  una  escuela  de  sabiduría  ,  al  modo 
que  no  hay  sino  un  solo  Maestro  ,  que  es  el 
Pastor  de  las  almas.  Este  es  el  camino  ;  si  la 
razón  humana  nova  por  él,  camina  por  las 
tinieblas ;  y  si  quiere  tomar  Otro  rumbo  ,  di 
en  el  peligro ,  y  se  aventura.  Por  otra  parte 
sería  íbrrfiar  una  idea  muy  baja  de  la  Philo* 
sophi?,  el  mirarla  como  un  egercicío  traa* 
sitorio ,  y  únicamente  á    propositfc^  para    en- 
señar á  la  juventud  i  que  dispute ,  yl  para  ins« 
truirla  de  las  opiniones  ,   que    hacen   mucho 
ruido  en  el  mundo.  La  ciencia  de  dl<¡putar  es 
la  menos  necesaria  de  todas  las  Artes;  y  mu- 
chas opiniones  Philosophicas  ^  que  tienen  la 
mayor  apariencia  de  sublimes,  y  de  maravillo- 
sas, pasan  en  el  entendimiento  de  una  infinidad 
de  personas  sensatas  .  que  se  han  dedicado  d 


un 


f 

4 


Carta  de  m  Padre  de  familias.       171 
un  estudio  seiio  ^  por  monstruos  en  punto 
de  Pbyáca,ó  por  fábulas,  que  serán  la  risa 
de  los  venideros.    Este  juícÍQ   formaron  Pas- 
chai  9  y  Guet  de  la  idea  de  Descartes  acerca 
de  la  cKncia  de  la  materia,  y  de  la  idea ,  que 
él  HMsao  se  Ibrjó  de  la  generación  del  Mun- 
do por  medio  de  un  movimiento  ,  incapaz  á 
k  verdad  de  ordenar  la  franja  ,   el  bruñido^ 
moldvras ,  y  textura  de  las  alas  del   mas  pe- 
qnefio   mosquita  M.  de  Fontenelle ,  y  aun 
mochos  Ingleses  han  cretío ,  que  debían  fbr- 
arar  d  mismo  juicio  de  aquella  tendencia  con 
que  pretenden  los  Newtonianos  ^  que  los  cuer-» 
pos  Planetarios,  y^ otros ,  son  movidos,  y  real- 
mente transportados ,  atrayéndose  mutuamente 
los  unos  acia  los  otros  en  un  váBfb ,  en  que 
en  ningún  otro  cuerpo  k»   impele ,  con  ser 
asi ,  que  en  la  tierra  no  vemos  cosa,  que  se  le 
parezca  á  esta  atracción,  que  ellos  vén  allá- 
tan  lejos. 

Pero  yo  no  quiero  aora  ,  que  estas  opi* 
otoñes  sean^  mas  peligrosas ,  ó  mas  ridicu- 
las y  que  m  influencias  de  la  Astrologfa  Judi- 
ciaria ,  ó  que  las  qualidades  ocultas  de  la  anti- 
gua Pfailosópbia  ;  permito  ,  pues  ,  que  sean 
adaptables.  Mas  lo  cierto  es,  que  ninguna  de 
estas  opiniones ,  sea  de  ellas  lo  que  fuese ,  ha 
hecho  mas  feliz  al  Genero  Humano ,  ni  le  ha 
Megado  á  hacer  mas  utiL  Después  de  los  msK 
yores  conatos  >  y  después  de  habetse  buel- 

to 


0 


9T%  Espe^actíío  de  la  Ndurdeta. 
to  con  la  mayor  eficacia  á  todas  partes ,  la 
cazpn  se  halla  tan  poco  iluminada  ^  y  tan  p(H 
co  satisfecha ,  que  al  «fin  viene  á  confesa^ 
aunque  muy  tarde ,  que  no  era  ésta,  aunen 
materia  de  eatvicfios,  su  vocación  ^  hohieDdo 
sido  criada  ^  uo  para  entrarse  en  los  senos  de 
la  Naturaleza  del  Mundo ,  que  camina  muy 
|»ien  sin  esta  arerignadon  ^  sino  para  ocupar- 
se en  lo  q^e.  debe  hacer^  y  ea  aquello  y  qoe 
le  toca  goberaar«  Es  ^  pue¿,  na  tieoopo  may 
mal  emplead»  meterse  en  desembrollar  ideas, 
y  conc^toa  tenebrosos  ,  y  desembcrf  verlos  á 
los  ojos  de  una  juveatnd  sin  experiencia ,  que 
poco  á  pocQ  se  ?¿  epardeciendo  ,  confunde 
su  imagiaacipn «  y  se  jepulta  sio  fruto  ea 
unos  estucQ^fiescanMoadps  >,  sin  senda  para 
dar  con  la  verdad.  Oh ,  y  quin  mas  sabio  coa- 
s^  sería .  cultivar  á  esa  juventud  aquel  ta-* 
llanto  jiartícular ,  que  le  haría,  util.á  la  socie- 
dad ,  en  que  se  ha  de  incorporar  lu^  al 
puotcj     ^ 

En  esto  consiste  el  memo  dala  ^erdade^ 
ta  Philosophia  de  las  Escuelas  guando  se 
enseña  coo  discernimiento*  HaUase  esta  cíen* 
cía  <:alacad:i  eatreUidfaacU)  y  la  elecotoa 
de  algún  :camiiK>9  6  estado  de  v(da«  El  ver^ 
eidero  bien  9  y  el  bien  sumamente  grandef 
qqe  %t  ppdia  hacer  á  la  juventud  en  este  ca^. 
so,  era.,soadear  de  (ojos  los  modal  4)0SiMesL 
la  di^posicipst  n^tur^l  de  C9da  eipteodiaiieittciu  ^ 

La 


Gtirfa  ae  tm  Vadre  áe  familias,  a  7  j 
La  mayor  parte  de  estos  jovenís,  que  acu- 
den á  las  Escuelas,  y  Aulasde  Philo&ophía, igno- 
ran para  qné  serán  aptos.  El  uno  en  la  realidad 
es  nacido  para  Maquinista ,  el  otro  para  Arqui- 
4e¿to,  ó  Ingeniero.  Este,  que  es  naturalmente  de 
enteBdimieñto  delicado ,  y  recogido ,  será  bueno 
para  la  discusión,  y  el  raciocinio:  aquel  otro  mas 
a£tivo,  y  mas  curioso  se  logrará  mejor  en  los 
descubrimientos  de  la  tüstoria  natural ;  pero  el 
Alcón  mas  castizo  jamás  será  cazador ,  si  no  le 
muestran  la  presa.  La  Philosopbía  es  la  facultad 
en  que  sabe  la  destreza  de  un  Maestro  poner  de- 
lante á  los  que  se  entregan  á  su  gobierno  la  oca-* 
don  de  conocer  la  diversidad  de  genios ,  y  sacar- 
Jos  sin  equivocó  á  la  luz.  No  es  necesario  sino 
mostrarle  al  joven  Aquilés  una  espada  ;  ó  un 
relox  al  joven  Hughens :  la  naturaleza  misma 
se  declara ,  y  se  conocerá  bien  presto  el  corazorl 
marcial  del  uno ,  y  el  genio ,  nacido  por  las  me- 
cánicas ,  del  otro. 

Con  esta  mira  ,  algunos  de  nuestros  Pro- 
fesores de  ^ilosophía ,  que  prefieren  el  bien  d¿ 
la  juventiB  ,  que  instruyen ,  á  la  comodidad  de 
leperirles  seis  meses  consecutivos  una  opinión  á 
cerca  de  la  naturaleza  de  las  ideas ,  ó  de  la  es- 
trudura  imaginaria  de  pequeños  tuf  biiipnes,  eli- 
geti  aquellas  materias  ,  que  son  dé  utilidad  co- 
nocida á  la  República ,  y  con  mas  especialidad 
las  indispensablemente  necesarias.  Saben  ,  que 
entregándoles  sus  hijos,  tanto  la  Nobleza,  conio 
Tom.XL  Mm  Ift 


é 


^74  Eípe&acuh  de  la  Nátmakiuu 
la  Plebe  ,  dq  se  los  encomiendan  para  qne  loa 
saquen  turbillonistas  ^  ó  atraccionarios,  anopar 
ra  inspirarles  una  pasión  vehemente  por  los  oo» 
nodmientos  experimentales ,  que  son  el  tesoro 
de  la  sociedad*  Saben  ,  que  se  amootonaa  coo 
razón  los  elogios  para  aquellos  Maestros^  que 
han  dado  á  la  Patria  Mecánicos ,  Ópticos,  Ar« 
quitemos  9  Naturalistas,  6  Agricultores,  Coo  esta 
esperanza  versifican  sus  tratados ,  de  n^odo^qu^ 
tanteen ,  por  decirlo  asi ,  los  entendimientas^ 
^rcitando  ,  y  limando  en  cada  qual  el  talento 
particular ,  que  tenia  encerrado ,  y  estaba  des* 


•  5 


t}i  •:«r«  • 


No  se  les  arma  á  estos  talentos  lasso  alguoo^ 
sino  que  con  la  diversidad  de  tentativas  se  lol^ 
conduce  al  punto  en  que  se  conozcan  á  sí  mia-r 
mos ,  y  vean  el  parage,  en  que  estaban  sus  riqué-^ 
8sa&  Se  les  dice  aquello  para  que  vienen  como 
nacidos,  instruyéndolos  de  manera,  que  sigan  no 
método ,  que  se  Vé  no  solo  bien  recibido^  pero 
lleno  de  favor ,  ó  que  vá  tomando  buekx  en  los 
mejores  Colegios ;  la  Arithmetica  ^  Geome^ 
tría ,  las  Mecánicas,  la  Pbysica  expa^poental,  \k 
Esphera ,  la  Gnomonica  ,  la  lithologia,  (^J^a)  la 
Metálica ,  ("^^b)  las  plantas  de  mas  uso ,  los  ver-? 
daderos  principios  de  la  vejetacion ,  y  Agricul- 

tu- 

f**a)  Bstoes  >  cicnciAf  que  contiüera  U  forma  >  fignra  »  valor» 
«to  %  f  dcmit  <|iii4i<^aUcs  pcrteaccicntes  \  lat  piedras  »  Tiene  4e 

Al6®*  GrtCRo. 

'  («*b)  O  ciencia  ,  que  coniiiicr»  nctaks  %  y  mcdalUf.  VcafC  el 

Dic  de  TrcT'  pal.  Mccalliquc. 


t 


ik-un  Paé^  (^familias.      2yi' 

tura ;  y  en  fio  >  los  elementos  de  la  política ,  del 

comercio  ^  y  de  la  sociedad.  Un  entendimiento 

superk>r  conoce  desde  luego  quánto  valor  úe^ 

dgn  todas  estas  cosas ,  y  no  querrá  que  le  fal-- 

tase  alguna  de  ellas ,  todo  lo  quiere  poseer.  Los 

enteodiroientos  medianos ,  6  de  segundo  orden, 

se  entregan ,  et  uno  al  gusto  de  una  ciencia  se- 

paiaijamente.,  y  el  otro  al  gusto  de  otra  ^  que  íe 

paitare  mas  digna  9  y  en  que  saldrá  ventajoso* 

:       Todos  se  distinguen  en  aquello  que  eligieron ,  y 

la  sociedad  sé  mira  felfz  en  lograr,  en  todo  geríe- 

í      10  de  cosas  prédicas ,  hombres  de  inteligencia, 

y  acierto  á  quienes  poder  recurrir  por  socorro, 

'      b  por  consejo  en  todas  sus  necestdadeá ,  sin  soli- 

[      (atar  por  esto  encontrar  todas  las  luces  en  una 

cabeza  sola.  Tales  son  las  consequencias  de  una 

Philosophía  bien  elegida  y  y  prudente :  quando 

!      por  el  contrario ,  se  quedan  estériles  los  mejo-» 

I      res  establecimientos  ,  y  entorpecidos  los  talen* 

los  mas  singulares  por  cultivarse  con  demasía  l/ts 

disputas  metapbysicas ,  i^las  opiniones  mas  lei- 

jaoas  de  lasjiíecesidades  comunes  de  la  vida. 

La  PMDosophía ,  pues ,  que  se  sigue  á  los  es* 
todios  de  Humanidad. ,  tomada  como  se  debe, 
ti  la  prueba  de  las  talentos^  y  la  escuela  de  los 
Otídadanos:  no  es  otra  cosa ,  pero  ésta  encierra 
en áel  mayor  elogio.  Yoquedóde  V.m 


I..M. 


Mm  t  LA 


0 


176     Espe&ífctdo  de  la  Natunáauu  ') 


LA  DIVERSIDAD 

DE  CONDICIONES. 
CONVERSACIÓN   SEXTA. 


Cansa  ¿t  It 

^rsigualJad 
cnrre  los 
iiombrct. 


AL  salir  de  la  educación  delibera  d  hotn«* 
bre  á  cerca  de  la  elección  de  estado** 
Las  diferentes  ocupaciones  de  la  sociedad  se  le 
ponen  todas  á  la  vista»  Mientras  él  las  conaide-; 
ra  para  determinarse  con  prudencia  y  podemosi 
recorrerlas  en  su  compañía  ,  sin  dejar  alguna^ 
para  juzgar  por  los  efe¿ios  de  esta  pasmosa  di- 
versidad 9  qual  és  el  primer  origen^ » y  ^  primer 
móvil  de  todo. 

,.  Estos  efedos  nos  harán  tocar  con  las  ma-r 
nos  la  importante  y^ad  y  que  nos  enseña  la 
revelación  y  y  que  la  Philosopbía^esconoce»^ 
(juando  abandona  la  revelación  mlkúa  y  por 
seguir  su  proprío  capricho.  Como  los  Pbilon 
sophos  y  que  huyen  xie  la  senda  de  la  revela* 
cion  y  han  perdido  de  vista  la  verdadera  cau- 
sa ,  y  consiguientemente  las  verdaderas  ohli« 
gaciones  de  la  sociedad,  han  atribuido  tam- 
bién, del  mismo  modo  á  causas  imaginarias 
la  diversidad  de  condiciones  y  que  la  componen. 

El 


"N 


-~  El  PlBtowSWQ^iítiguQ^y.Bioclíriioatribw^. 
^  }a<i¿s¡gttirid0d.decf»)€Uci|}nes  á  foaViirícia;de{ 
lo»  Conquistadores ,  d  á  las  usurpaciones  de» 
díTereotts  Señores^  y  decide  ,  que  siendo  «stOi 
cpntr^ip  á  la  wzon  >  es  qecesqrío  reducir  con 
todt»  kw  «(f iMíffzos  posible»  á  Iqs  hprobre&á  un» 
nivel  perfecto ,  y  á  una  especie  de  comusidady 
que  loffiguale  á  todos. 

La:f mprew  ^  :gfVide ,  pue?  es  preci»  tr- 
fcriu8r,geiíer«lto€We;toílas  Ips  ÍJapone^ ,  por-, 
que:  tod^s  han  tenido  la  flaqueza  de  admitir  uq 
gobierno  ^  segiw  diversos-  grados  áe  suhordÍQa<* 
Cion  ,  yá  jnas  5  yá^  meóos.  Qué  gloria  tan  gran-: 
de  para  la  Pbilosopbía  ,  deshaqer  radicalmentei 
todos  los  tuertos ,  y  suprimir ,  y  veogaraodasr 
Ifis  iojqriasl  Dos  ir  órlales  ^  llenos  de  valor ,  haa 
comenzado  á  poner  mano  á  la  obra :  Platón  y  y, 
D,  Quijote* 

Lctt  sequaces  de  Leibnitz  ^  lo$  Optin>ista8, 
(**)  y  la  mayor  parte  de  los  Metaf^sicos^  quq 
comparan  los  diversos  mundos  posibles » á  fin 
de  determii^  los  intentos  ,  que  tubo  Dios  para 
atrreglar  lai»rra,dedden  lo  contrario  que  Platón: 
que  todo  está  bti^i^o;  qw  po  ppeíe  estar  mqorj 
que  el  bou  fere  es  tal,  qiial  debe  ser,  y  qiiecje  es* 
la  diversidad  de  estjido$,de  inclinaciones,  y  mo- 
dos de  obrar ,  tanto  los^  m^los.,  como  los  buenos, 
imvii»  uP9:^ie4f4:d«.prde« ,  en  que  se  qqvx^ 
*v   :  •  pla- 

t**)   A  cerra^clcl  error  de  los  Optianistas  yeasc  el  Diccionariv 
*e  Trer.  let.  O.  *. ,     :  '  ...vi 


/ 


^9^  EípéSaculo  de  id  Ñat3»éíMl 
place  IHds,  y>  tbkjiqúece  á  sa  tina  el  Uollrer- 
8&  ;  dando  á  nuestra  morada  una  constituciofi 
diferente  de  la  que  puso  en  los  demás  Pla« 
netas.  De  esta  sublime  CTOQfipafadoo  de  nue^^ 
Itú  ^lobó  (*^)  con  los  otros  mundos  ^  de  Im^ 
quales  ciertamente  no  han  t6tki))o  ^^toaí  Pht«: 
kisoptxxs  embajada ,  relación  ,  ni  instruocío- 
¿es  algunas ,  hacen  dimanar  los  pretendidos 
prihdpíos  de  nuestra  nKiral  ^  y  los  motivos 
de  nuestra  tranquilidad  ;  atendiendo  ,  dicen^ 
lo^  tales  9  i  que  nos  debemos  conformar  con* 
h  mira  ,  é  intentos  del  Criador  9  que  fadlló  al 
Universo  mas  diversificado  ,  y  biermo^  con 
esta  me^Ia  de  bíenes>  y  hoales  esparcidos  e» 
nuestra  esphera  y  que  con  uúa  iünccencia ,  todtf 
ttnifi)rme  >  que  sdo  sería  repetícion  dé  sdgun» 
otra  espherá» 

Dejemos  al  entendimiento  humano  hacer 
proye£tos  de  igualdad ,  y  de  refermfa,  6  desenre- 
dar hermosuras  relativas  ^  y  meramente  meta^ 
physicas.  Yo  no  dudo  y  que  á  muchos  de  estos^ 
que  miran  estas  conjeturas  imagínarfgs  como  una 
grande,  y  profunda  ciencia,  les  dá  mfl)^  poco  cui- 
dado el  conciliarias  con  las  decisiones  de  la  F& 
Há  ,  que  semejantes  principios  son  propriosde 
quien  no  mira  dereclio ,  y  poco  i  proposito  pa« 
la  indinarlos  al  bien !  O,  y  cómo  estos  oonsoe- 
ios  son  endebles  para  endulzalr  nuestros  trabajos! 

No- 

{**)  Bl  Vraoc^i  «Ucc  «ttcstr»  f Uuicts« 


t 


;^7oflokf06.  ifiDeDios  feUcíaiixwtaQeote  üaa  escuda 
4iias,Sí^te ,  y  más  tí>oforo9e  á  la  experiencia, 
x:oino  tamfaieD  ooas  propofdonada  con  nuestcas 
necesidades :  esta  es  Ja  Rel^idn  revelada. 

Ella  txi&  ^enseña ,  que  íA  faonbfe  q!üeil6 
iofe&o  y  y  que  está  conpaipidQ^  y  que  el 
motivo  por  que  Dios  estableció  la  autoridad, 
la  neoesüfld  de  la.  ofa^dieDCia  ,  y  diversidad 
4e  esfteras  ,*  ó . <:oad)CÍQiies  ,  fue!,  para  repfif^ 
fioár  ans  deUtos  ,  |)araf]i^oderar  la  p^idíeote^ 
que  le  fleba  al  ixuüt ,  para  egercttar  con  tas^ 
bajos  á  loa  delicqueotes  ,  aunque  lo  sientan, 
y  lo  repugnen  ^  -y  para  per&ccionar  á  losbuer 
«IOS  con  la  pfá^ka:  de;  tádás, lis  virtudes^ 
ál  modo,  que:  deiermiiiÓ  sujetar  idos  bombies  i 
la  alternativa  de.  las  etfarírinea,  del  año  ^  á  los 
m^heoros  los  mas  ásperos  y  y  penosos  ^  y  en 
fin  9  á  innumerables  necesidades ,  que  ios  d&^ 
jan  anix>rd¡nados /y  dependientjes  Unos  de 

otros»  i   :'.'.•.'.  j      .  • 

La  intención  de  sujetar  á  los  hombres  á . 
ima  vida  t||^josa  ,  consta  por  *  experiencia 
universal  ^fty  la  voluntad  de  unirlos  entre  af 
fxir  medio  át.  la:  diversidad  de  neoosidade^ 
y  condíciones^na  está  menos  atestiguada  dori 
knonuméntos  ^  y  lugares  tan  obvios ,  y  tan  oh 
muñes  ,  que  los  pueden  saber  todos.  No  ae 
contentó  Dios  00a.  suprimir  las  plaitas  be« 
néíicas ,  ^ue  si  se  hubieran  transplantddo  dA 
jardín  de  £dén  á  lo  restante  de  la  tierra  9 1^ 

htt- 


é 


\ 


•  1 


iBubiefan  hecho  de  tm  cabo  i  ooro  tíiótiSk 
ede  delicto ,  y  asiento  de  Immortalidad;  Quii* 
:so  ,  además  de  esto ,  si^imir  después  del  Di<^ 
luvio*  la  lar^  duración  de  la  vida  ^  y  puso 
cdesde  wtaaoéseü  la  NatmateEsí  las  catrlas  de 
inuestros  trabajos  ,  y  dé  los  iofort^njos ,  qué 
ihacen  nuestra  vida  penosa  ,  y  corta*  Bor  to- 
das partes  S3  vea  ea  la  tierra  iooimecables 
-vestigios  ,  de  qiie  no  cabe  dudar,  '^ue  proé^ 
Jban  can  evidencia  ,  que /^L  Dilovio  ramera 
gi6  todas  :las  antiguas^bitadooes  de  los ihooH 
^res ,  que  mudó  su:  madne  al  Mar  )  y  llenó 
detamblasy  y  de  quebradas^  la  tierra ,  que  cvir 
|3ria  el  ^agoa ,  b  de  que  antes  había  estado  cii^ 
bierta  ;  de  ikb.mocb  9  ^úe  esta .  mutadoa  dejó 
en  unas  partes.  dKÜik^  en  otras  pedr^hes  im** 
men9os ,  en  otras  buena  9  y  fertil  tierra  9  y  ea 
ca««a  <i«  j«  muchas   amontonó  ionumerabies  conchas ,  y* 
Vocu  gene-  obrog.  dfspojos  propños  d(l  Maxs  J>s  zipá  b¿^ 
Ua  de  provenir  9  como  ek&o  de  tan  txtnot^ 
fiinaria   diferencia' 9  ía  prodigiosa  fecundidad 
de  unos  parages ,  y  la  fsteriUc^  grande  de 
otros.  De  áquiinecesaciacnisnte  ,^íie.  los  que 
iMindosen  de  hier» ;  y  .  eanécieisen  de  vino^ 
Uebasen  á   otros  terrenas  lo    stiperflito  paní 
obtener ,  por  medio^  de  dgun  cambio  9  aquel 
licor  benéfico ;  y  de  aqui  9  el  que  unos  9  y 
otros  fiíesen  á  visitar  9  y  tratar  cange  coa  los 
^üe  tubiesén  granos  9  para  participar  alguna 
pár(e  de  su.  abundancia.     1  1.  .. 

De 


r«f« 


4 
t 


De  está  misma  <!iestguátdad  de  terrenos^  ^ucurü 
y  csDndidones  provendría ,  que  aquellos ,  que  ▼oíanurtA. 
se  Tiesea  desproveídos  de  todo  ^  oTreciesen  i 
loa  otros  sos  fuer»» ,  y  su  serVkio  ,  para  * 
jdcanasr  d  sustento,  y  socorros  ,  sm  que 
aa  podían  pasar.  La  disposicioQ  aélual  dé  la 
Naturateza  ^  obliga  vísíblemeote  á  los  hom-* 
bres  á  trabajar  ,  afiínar ,  y  á  ayudarse  recí- 
procamente. Dios  oo  es  de  modo  alguna' 
Aoeor  de  la  itialicia  de  los  hombres  ,  antes 
bieki  intentó  moderarla,  y  tenerla  á  raya  por 
medio  de  esta  dispostdon ,  y  es  Autor  suyo. 
Del  mismo  modo,  pues,  lo  es  también  de' 
la  desigualdad  de  condiciones ,  que  es  el  pri^ 
aier  efefiode  las  bubnas  ,  y  malas  qualida** 
des  ,  de  diferentes  Países ,  y  de  la  necesi« 
dad  en  que  están  los  hombres  de  reparar  el 
defeéto  de  aquellas  cosas  de  que  carecen ,  sub- 
miDistrando  las  que  no  tienen  los  otros.  Luen- 
go Dios  es  ¡el  que  quiere  ,  que  se  sujeten  los^ 
horobvesá  un  orden  de  que.depende  su  con*' 
senradon  ^mque  se  diversifiquen  los  traba* 
jos ,  que  loraantienen ,  y  por  cuyo  medio  sub- 
astan. Artificio  es  de  la  providencia  ,  el  que 
isooa  hombres ,  que  no  se  aman ,  antes  bien 
están  aianipre  preparido!t  al  furor'  de  continua- 
das iras  para  destruirse  mutuamente ,  se  unan, 
y  se  GOmncáqUen  <k>Q  todo  eso  ,  conspiran* 
do  ¿^prepararse  unos  i  otros  los  socorros ,  que 
necesitan.  ....-,.  - 

Tam.  XI.  No  Ix> 


s 


Lp  QDismot)  que  suce^^  ¿  Ío$  th«l»M£k>res 
de  una  gran  Ciudad ).  socede.á  los  que  pueUaft 
^oda  la  tierra.  ^  Aquellos  se  repanen  en  diversas 
pKofesipii^jj  y,  ofícios  ^  y.  aun  miuchos  de.  ellos 
ponen  sus  ta^l4S ,  y  c^t^Ies  ij  paca  qiieseaepa. 
su  e^Tcicio,  ry  . acudan. ár.su$  casas  96  á  su» 
tiendas :  todos  €;stos  trab^ap  sin  duda  para  si 
inisnsos ;  peío  como  quiera  síryeD  á  k  socio* 
dad.  £1  qno  DOS.  ofre^  z^atos^  ^  oiro  nos  fií- 
bríca  un  soiDbr^rQi  ^qit^L  nos  venderá  p^car 
dos  9  6  telas ,  y  ^e,  frq^Si^i  bebidas*  Todosi 
1<)S  carteles^  que  hay  en  Londres 9  jó  fcn  Ma-* 
dfid,  son  proniesas  d^  servirnos»  En  estas  Qa- 
dddes ,  como  en  todas  las .  demás  ,  cada  uno 
juzga, quQ  trabaja  pjirafiir^  y^  lio  se  enga&i;: 
pero  desde  el  un  cabo  di '  ot^ro  de  la  tierra  est- 
tan  las  cosas  ordenadas  de  tal  modo ,  como'  ai 
Qíqguno  de  quantos  la  habitan  tubilsra  maá 
ipira.,  que.  el  servicia  de  la  sociedad*  Lo  que 
se  faaqe^poc  la.  sociedad  )  se  hace  por  nSÍ^  y 
por  todos  quasios  la  qomponea  ;  con  qué  yo 
1;  debo  dar  i  Dios  1§$  gracias  pqSvla  diversi- 
dad  de  condiciones  ,  que  quiso  [xMieir  en  la 
tierra,  á^fin  de  conservEirla  ooi[x)umaicioii9  y 
los  .gorros  ^  y  de  habérmelos  ^  bt^  ibfidir 
bles.,  excitando  á  ca^a  particular  cop  .^^  etti^. 
mulo  de  Su  necesidad  proprk. 

£1  Epicurismo,  {*'^)  aoHgD^  "siempre  de- 


(**)  tft  PIül«sopUft  traduce  ti  iCaliiiM» 


♦ » 


la dhersidad áe  eofidiciones.  183 
camas  segundas,  bo  qtriso  reconocer  otra  co« 
ia  pora  el  estabiecimíeoto  dé  UsUyes^  y  or« 
den  de  (3  sociedad  r  sÍQ^  los  razonamientos 
de  los  Legisladores  ^  y  las  pasiones  de  los  ham* 
bves.  Confesamos  9  que  el  acicate  9  y  el  fre- 
oo  gobieman  al  Caballo;  pero  la  espuela,  y 
la  bdda  están  también  por  A  mismas  debajo 
de  otro  gobierna  La  experiencia  nos  ha  ma« 
nífestado,  que  es  preciso  moderar  los  ímpe- 
tus,  y  extravagancias  del  corazón  humano; 
pero  los  ttabeses  de  la  fortuna  ,  que  le  do* 
Biaa,y  las  necesidades,  que  le  amortiguan, 
y  sujetan ,  tienen  al  mismo  Dios  por  Autorj 
y  guia. 

Aquel ,  que  conozca  qiiánto  concuerdan 
la  lutturaleza ,  y  la  sociedad  con  los  testimo* 
añsdela  teYelacioa  ^  reconoce  también, 
que  el  hombre  00^  es  qual  debe  ser ,  y  qué 
la  dÍYeraidad  de  condiciones  es  obra  de  la 
Providencia  ^  atenta  áempre  á  disminuir  lo» 
efeoos  de  la  milicia  del  corazón  humano, 
yá^i^gag^  hombrea  hacer ^  siquiera  por 
interés ,  l^que  debía  obrar  por  virtud*  Con«» 
¿feotemente  se  entiende  muy  Htn ,  que  si 
hay  4imi  Religibn  ,  que  por  medio  de  im 
pciaripió  de  amor  para  con  los  boiiibres,  nos 
óUiga  ik  ^^atar  lo  que  hemds'  visto,  ierá 
esta  Religa  la  qud  forme  Ciudadanos  só-* 
lidoÉ ,  y  veidaderos :  por  quanto  los-  efedos 
áel  amor  soa  ndavia  mas  fif  mes ,  que  los  de. 

No  2  la 


ííll'-íU 


«I*    Mil   ti 


a84     Esp^ací^  de  la  NatwrúktíL 
h  necesidad ,  y  ei  interés.  £1  Christianbnia^ 
pues»  y  no  aquel  y  que  se   ostenta  ^  sino  el 
que  t)abica  en,  el  corazón  >  y  se  manifiesta  en 
las  obras,  es  la  perfección  de  la  sociedad. 

Si  quisiésemos  bacer  pasar  e: 
revista  á  los  diversos  estados ,  que 
esta  sociedad ,  que  es  ^1  instrumento  de  aque» 
lia  dicha ,  á  qué  los  hombres  pueden  llegar 
en  la  tierra  ^  hallariamcs  ser  iomimerafaies  ,  y 
nos  llenara  al  mismo  tiempo  de  regocijo  el  vec 
lo  que  se  trabaja  en  ;el  mundo  por  nosboros. 
Lo  mejor  es  reducir  estos  ittridos ,  y  hienec 
aun  numero determitiadó*.  . 

Todos  los  hombres  trabajan  •  ó  en  sa-» 
««^'t^oTen  h  car  de  la  tienra  aquettos .  frutos  ,  que  produ* 
Mcica^i.       ¿^^  y  metides ,.  que  éncieira  en  sos  éncrañasy 
den  disponM^riOíqae.yá  oogierott^y'^i^b^^^cr 
transportar  ^  6  distribuir  quanto  sirve  al  uso 
del  genero  humano:  6  en  fin  ,  en  hacer  fe* 
lízála  sociedad  9  JUDOS  con  d  trabajo  de  sus 
manos,  y  otros  con  la  fatiga  de  sus  cabezas* 
Otra  especie  de  hofubres  se  halla  ^  e^iecie,' 
que  por  desgracia  tfene  muchos  ndivkluo^ 
quiero  decir ,  aquellos ,  que  sirviéndolos   en- 
todo  la  sociedad  I  ellos  en.ndda  la  sirven^  imi»< 
da  la  buelven  en  cambio.  Y  estos  tales  .te»-' 
dráa  algún .  derecho  para  ser  ledbídQS  tnreilaf  > 
Saquemos  á  mas  clara  luz  su  ¡ojostida  y  no 
por  vengarnos  de  elloa  cpn.  la  ta^ra ,  «oo^ 
Epr  obligar  9  siquiei^á  3Í$pDm^á  hohaíí^ 

la 


h  fociéísid,  f  eftpeñiflús  éo  aervirW LosRd^ 
manos  hoiur»fen  con  una  ooronaá  aqiiél  9  qike 
faavia  librado  de  la  maeiteá  oúr  Ciudadano; 
y  qué  DO  halnréiiios  hecho  nosotros  mas  fO* 
davia  ,  la  podemos  cotí  sibias  ptecabdones 
festituifle  á  la  RepubUca*  ^e)  trabaja  de  tuto 
solo  de  aquéllos  ^  que  con  su  odosMad  la  sii^ 
ven  únicamente  át  carga  ?  No  la  habremos 
obligado  mas,  aún  ,  que  poniéndole  su  tidü 
en  libertad? 

Después  de  Dios,  nada  áttaitaos  inaat^  íá^  ^^  ha^M* 


H  rui  t  vt 


nos  es  mas  estimare  Cúsá '  (dlgtmy^  "^  «MUe» 

D  '      QUC  la  MOC-* 


*  .  o  '     ouc 

que  la  sociedad)  y  el  Autor  ,  por  {totiernos^  ¿ad. 
mayor  atraétivo ,  y  unimos  con  mas  eflca«^ 
da  á  ella  9  00  quis^  poner  al  hombre  en  po* 
seiíoQ  de  su  dominio  *,  Ui,  dejiúrle  goaar  los 
frfttos  de  la  tíetraí,'  sina  ¿ob  la  ayudh  de  sus 
semejantes.  Dios  mismo  esconde  su  mano  en 
los  beneficios,  que  nos  hace,  y  en  los  bid« 
i»a,  qué  (UstrAuye^  mosttfsndo  sbl&  h  ma^ 
no  del  hombie  ,  p<»  cuya  oiédlo  jies  loa' 
dispensa.     ;m'  ^  ^  *      ' 

Ei  rec¿ínectmieom,sube  sin  doaa  .hasta 
Dios,  el  qttal  se  descubie  á  la    piedad  ver* 
dadera;  y  aun  los   coracboes  maes-  'iúdiflren^' 
tes  9  y>dssaüeoR)9  no  pueden"  d^  de  eb^''- 
nocer  aqueUa  SQdeáiid,'q«ie4e8  míádtíeíae  lá- 
lida ^  ni  es   dable  reúsarle  alguna-  compen-* 
sado&.  Ninguno  sei^é^  &rzád»á*emrar  enlsi 
Mdedad de loi  joMMi  fnto\x  psoviden^Ua^ 


é 


«86     fi|ít(;g<«il(>^^.^.:^ft»ilíi^^ 
oiífíltífldfla  lofii  >Qisbr«tiry  l9¥3obl|ffi  .<)pft-«i« 

jElepablica^  sin  cuyo  auxüio  «^  imposiUe  i»- 
sar»  .Toflo  nos  vkqq  por  ipaoP:  del  liombret 
U  i^fíagu^  f  ú  y.9stiio  yiú  mjiptqoiipientO} 
la  foljlsííi^iiy  «jaix^l£4í^QiftP[d9:Ul»  irercMes, 
DiQs.!qi|Áere,  quq  dqscobraiiiQs^cOfl  jbienii^cboc 
siagolar  nuestro  en  cada  qdo  (le  quintos  tra- 
tK)Í4n  .por  nosotros  ,  para  qw, compensemos 
su  aiSn coa  el  rotorno  debido; y  que  almo? 
<te  fjíi^'fn  Jiiog»^  tÜjWnt»  pQáeflaoí  vivir  sin 
^U^S'k.'AUQstrQ  tcabiuoi)  y:  mmutsi  ^ncoooi^ 
oneiHP.Bo  seÍQtfrcptnpa,y'^  ^ual  ^:nif 
meip  de  iiiiestros  dMs*  í  .. 

-y,^  VMgewi  Hpbioapa  Cni^, 917:4  fixr- 

9^a  «oledadv  j:á !  .q  M  QO  sm. .  t^e^Mna  ,  ,.«$ '. 
i  I9  iQetfo^  v¥ieqiisiñ«l »  no  se  •ju^p|»»  iqjRettfl 
^  «u  Is(a  ^  si^  porque  cx>  fa^üba  eo  élk: 
su  s^mcgante ,  .p^im  ser  ajjrudado.  de.^  »  y  pa-' 

Kiayu(l^rls¡.«PcifitpiP9f:  Al  irse,  m  Mavíoíi 

de  su  destrozo,  tubo  cuidado  derivar  coa-; 
sjgp^,  y .  Sks^t  k  tiprra  sw  fiíail  ,\i  pólvora, 
bala» ,  hacluvs ,  una  si^nra^  y  otvos  iostrameñ- 
to^  de  su  rs^vicio  ,  MteDfendQ  en  la  pte/á'i 
sÍ9R  de  {«rdeff^  la- %^ciedad  sus  aiypntf ,  ioveo- , 
c;ion^;;;9plJÍ6<yae,á]^^earUi9,.y  etfeQ  le  sat^i 
vó  la  vi(^..To()a  su  faístiMriii  es  «a  t^ido. 
dte  ^napU»  ,  t  qns  minin'i  hacernos'  sentí-. 
bl«»  que  ití.  Áftmbjie.  a^  {>md0:.  fotac.  $ia  jsi» 


La.  üvenidad  lie  c¿nJÜckfíés^     i  $f 
«fiiqamtt ,  y  pck  coDsiguknte  tf^á  obfigddo  á 
mmúfescar^  qtie  íes  es  'deudor  reciproco. 

Pero  esto  ts-  absolutamente  cierto  ?  P«a 
asi  como  decinios?  Veamos  5  •qué  seria  de  ua 
PhílosopbO'  Misantrope  ,  que  pOr  --¡Ic^'  ^eno^ 
jtjs^y  hastía,  que  lei  causa '«I  getiefo'büiiia* 
no  9  ^i&se  no  deberle  mida  ,  y  adquirirlo 
todo  coo  su  prc^ria  inteligeticia ,  de  la  qua! 
.  ae  forma  él  mny  alta  idea.  Xos  PMtosophooí 
báo^cbo  tantas  veces v qt^eelSábio se  bas- 
ta^á  sí  mísaio ,  qoe  él  sé^lo'^ctieiitra  en  slí 
toda.  Sigamos^  este  negocio  ^  y  hagamos  la 
prueba. 

Vé  aqd  un  botttbre  y  qoe  por  librarse  de 
lar  ocmipafiía  de   sgoorantés  ,  y   de  Importu^ 
nos:,  deja  xtxi  despecho,  todo  quamo  gene-- 
lalmente  teóia  de  los  bombties  ,  vestidos  ^  ar« 
tes  9  oíidüs,  iñstramentos  ,  ciencias ,  religión. . 
Todo  lo  ha  olvidado  yá ,  y  todo  la  ha  aban*' 
donado.  Es^  es  oír '  Cafthesiano  rígido  v  <)ut 
vé^^que^scT' vaeoá4e  podré  servir  <de  todo; 
destierrase,  (|pV  coo  >Ha'd  -isna  sol^d  pro- 
fundar éf  'vfi^<  por  decirlo  asi,  á  fundir  tOi^' 
daa  «sus'  idéns ,  y  4iecba  la  fond^idín  genensiV 
vtf  iÉsacar')de  ¿I  cabeza  "utNi  «ériei^dft  C0nt>«  * 
€imfstí^c»^m€3íáÁ6^de^áMdt  (fimanarits  iccu^ 
sigoigiiogrtepié  ttxlai  las  invenciones^  necesa- 
rias» ifiro^peélos^  iinidkis  !  Esperanaas  vanas} 
Antes  es  vsvirV'^w  phüo$oi¿an  Ko  hablo 
déiKioc^^  «Bftiersgos^  inuta^ir^  '^ué  hari  pafa 
<    *  ha« 


T  1 


* 

é 


JüsAhr  en  su  ra^on  la  idéaiáe  ia  •  verdadera  te* 
ligion.vsieiido  una  revelación  libre  y  que  de* 
pende  de  la  elección  de  Dio» ,  cuya  señal  ^  y 
cuyo  hilóse  faaUaenlasociedad^estoes^enla 
Iglesia  ^  de  la  quri  no  le:  podrá  cfecir  cosa  id* 
gima  ÉVí  lason  sofau  Ooncéotome  coa  aotaf. 
luucamente ,  que  las  xieoesidadea  mas  oomiH* 
fies  de  la  vida ,  bastarán  para  consiinur  ooes* 
tro  Philosopho  9  y  acabar  Con  él. 

Los  áciinialea  naoeu  proveídos  de  todo 
to  oecesatio;  P^n  eltxHnbce  ai  entrar  en  el 
mundo  ^  y  tote  PhUoscpho  en  su  soledad  no 
tiene ,  ni  vestidos  ,  ni  provisiones  :  mas  ;  el 
hombre  encuentra  en  la  ternura  de  su  ma- 
dee ,  y  en  el  cuidado  de  cfoantps  le  cecoan. 
las  mantiUss.f  adorno»  y  alimento  ,  que    ne- 
cesita ;  pero  á .  nuestro   desbudo  Misantrope, 
yá  le  persigue  el  hambre  9  y  yá  le  deja  ate- 
rido 9  y  herizado  el  hielo  :  altemadameote 
sf  mita  trateído.de  ftiOfiíimodaéD  de. aguas» 
y  tostad  <loa  lofe  ardientes   «ayosé^del   SoL 
Boneseá.sbñar  quatitó  le  puedeá^tener  ccn* 
venieBCia ,  y  tralier  alivio ,  oómo^lhrá  Sastre, 
^fqujttélo^y  Jiaidípert).  Su  ¡sj^biducía  le  aec-^ 
vicá  de  muy  poca;  <)ues  tódpSiksi. cuerpos  se/ 
attaygan .  unos  á  otrotf .  en  torite  partes  ^  6 .  qué 
sea  esta  atracción  unt  fiíbula  phikMDphka;qiie 
el  fuego  sea  el  [mocipio  de  la  efefiricic¿d,. 
ó.qiíe.  Qolo  sea  ;^  que. el  resorte  dd/  ayre  di*, 
latad»  eon:  la  .bi^elUrdd  calor  ab»  el:  piw-i 

pió 


La  diversidad  de^ondidanes^  a  S  9 
pfO  del  ascenso  de  los  Hcores  para  la  fititri- 
cíon  de  las  plantas  ^  ó  no  ;  es  necesario  há«- 
cer  treguas  con  estas  questiones  y  y  dívori- 
cío  coa  toda  la  PhRosophia  ^especulativa. 
Kuestfo  Mísantrope ,  b  traga  faombres  ,  se  vé 
llamado  por  otras  paites ,  y  tiene  otras  ave- 
r^uaciones  <]ue  hacer.  Yo  quiero  verle  su- 
dar coa  la  agitación  que  trabe  9  y  con« 
wmirse  coa  el  caimiento  de  ánimo  en  que 
se  mira ,  por  no  poder  pulir  ,  y  afilar  una 
piedra,  de  manera ,  que  la  deje  con  el  core- 
te de  una  anuida  para  servirse  de  éiz.  De- 
«spera  dd  asunto  ;  mas  se  pone  á  pensar 
pwa  su  consueb,  y  muy  al  caso  9  que  es 
una  cosa  ridicula  para  ^u  alta  capacidad  ,  el 
pararse  á  copiar  hs  advertencias  de  la  vieja 
Agricultura.  Pero  mientras  Canto  que  él  me* 
dita  9  y  se  ensaya  coa  <£versas  tentativas  9  el 
tíentipo  de  la  siega  se  pasa  ,  y  su  tierra 
.aun  no  está  arada  :  mas  no  importa  ;  antes 
es  sustentarse  de  bellotas  9  que  imitar  hom- 
bres perverj^  9  ni  deber  á  razón  agena  co- 
sa  alguna  Mo  quiere  socorros  de  otros  9  ab« 
solutamente  los  renuncia.  Pero  con  qué  ina- 
trunientos  podrá  fabricar  una  casa  9  tal ,  qual 
él  la  ha  concebido  ;  el  equivalente  de  una 
álla  9  de  una  cama  9  de  una  estera  9  de  una 
barca  9 ó  de  un  simple  vaso  siquiera?  Falto 
de  instrumentos  9  de  instrucciones ,  y  destitui- 
do de  los  materiales  >  át  que  la  sociedad  le 
Tm.  XL  Oo  pro- 


'é 


190     Espe&aculo  de  la  Naturaleza. 
proveería  en  un  momento  y  nada  sacará  sino 
tosco  ,  nada  logrará  sino  en  bruto..  Lo  que  le 
haya   costado  mas  tiempo  y  y  mas  trabajo, 
fe  le  quebrará  entre  las  manos  y  y  no  conse- 
guirá sino  un  servicio  falso  ,  ó  diminuto  ;  st 
yá  no  es  que  la  materia  absolutamente  se  re« 
lista  á  la  obra.  El  verá  el  fin  de  sus  dias ,  sin 
que  haya   podido   conseguir  ,  no  digo  yo  la 
comodidad  de  un  relox  de  péndola  9  ó  un  mo- 
lino ,  pero;  ni  aun  hallado  la  materia  de  un 
hilo ,  que   se  tuerza  sin  quebrarse  ^  de  una 
aguja  medianamente  hecha,  ó  el  suplemen- 
to de  la  mas  grosera  ho2.  Envilecido  su  en- 
tendimiento con  tan  bajos  cuidados  ,  y  apu- 
rado en  las  cosas  mas  ínfimas  ^  dilatadas ,  é  in-, 
fruéiuosas ,  no  ha  podido  anhelar »  ni  leban- 
tarse  á  las  heroicas ,  y  grandes.  Ello  es  asi, 
que  quando  renunció  los  socorros  ágenos  ^  y  la 
experiencia  de  los  siglos  precedentes ,  se  .privó 
de  un  golpe  de  los  mas  altos,  y  agradables  co- 
nocimientos 9  y  de  la  prá¿tica  mas  expedita ,  y 
-mas  uti).  ^ 

La  sociedad  ,  pues ,  riguroslV  y  exaéhn 
«lente  hablando  ,  nos  debe  ser  tan  amable  co- 
mó  la  vida ,  pues  el  apartarnos  de  ella  ,  nos 
arroja  del  todo  en  una  necesidad  absoluta  ,  en 
una  indigencia  verdaderamente  mortal  Míem*- 
'  bros  somos  de  un  cuerpo ,  supuesto  que  nos 
comunicamos  unos  á  otros  los  socorros ,  y  la 
Yida.  En  el  cuerpo  humano  ^  los  ojos  no  des- 

•  fre- 


La  diversidad  de  condicicnes.  ^      591 
precian  á  los  pies ,  y  manos  ,  á  quienes  di« 
rigen  ;  y  los  pies  ,  y  las  manos  ,  lejos  de  des- 
deñar la  condi)6ia   de   los  ojos  ,  corren  ^  y 
obran  para  su  conservación  en  caso  de  nece- 
sidad* Del  mismo  modo  en  la  sociedad  ^  to-p 
do  vá  á  un  fin.  Los  <]ue  txrupan    honorifi- 
cos  cargos ,  na  pueden  pasar  sin  aquellos  ,  qae 
tienen  el  uUimo  asienta  La  experiencia  nos 
enseña  nuevamente  cada  dia ,  conspirando  coa 
d  Evangelio  ,  en   prescribirnos  como  r^Ia 
de  aquél  amor  ^  que  le  debemos  al  progí* 
mo  ^  que  ix>  ejecutemos  con    otro  aquello^ 
que  xxo  queremos  que  ejecute  él   con  noso- 
tros ,  y  que  le  sirvamos  como  á  nuestra  mi^ 
ma  persona ,  pues  todos  juntos  armamos  on 
cuerpo  solo.  *  ^p^'  ^•''  **- 

Debemos ,  pues,  estimar ,  y  debemos  amar 
con  todia  realidad  ,  é  intensión  al  mas  humil- 
de Oficial  ,  cuyo  trabajo  nos  ahorra  muchos 
afanes ,  y  contribuye  con  muchas  cosas  al 
socorro  de  las  necesidades  de  nuestros  cuer- 
pos. Pero  COA  ^é  ojos  podremos  mirar  á  aque- 
Uos  baraga'is^  perezosos  ,  que  quieren  nues- 
tro auxilio  Y  sin  que  ellos  nos  le  den  en  co- 
sa alguna?  Farecense  }ostale$  á  las  lupias ,  6 
á  otras  semejantes  excrescencias  monstruosas» 
que  chupan  lo  que  había  de  vivifícar  los  miem- 
bros cercanos  ^  sin  egerdtar  por  sí  estos  feos 
bultos  fundón  alguna  en  el  cuerpo  :  y  si  es  ^ 

verdad  >  que  los  holgazanes  son  unos  mona- 

Qo  a  truos 


\ 


a  9  ^  ¡^¡íp^acuh  de  la  Náturaktiu 
truos  en  fealdad ,  y  en  injusticia  ,  pues  des- 
figuran la  sociedad  ,  y  la  destruyes  \  muchos 
monstruos  hallaremos  entre  los  hombres.  Hay* 
los  sin  duda  ,  y  que  salen  al  público  con  las 
mas  hermosas  apariencias  ;  y  muchas  veces 
cargados  de  oro  ,  y  con  mas  lucimiento^ 
y  brillos  que  el  resto  de  el  Genera  Huma- 
no. Otros  hay ,  que  se  cubren  mal  ,  y  sola 
ae  visten  de  harapos ,  formando  el  espeéiacu- 
lo  mas  hediondo  que  es  posible  ver  sobre  la 
tierra^ 

Aquí  se  ofrecen  dos  questiones  bien  curio- 
sas :  una  es  inquirir  ,  quál  es  mas  nocivo  á  la 
sociedad  ^  ó  el  rico  ,  que  no  hace  nada  ,  6  ef 
pebre  y  que  no  quiere  hacerlo  ?  La  otra  es  ^  si 
habrá  algún  remedio  para  estas  dos  especies 
de  flojedad  ,  y  pereza. 
...  -  Hay  una  devoción  poco  iluminada  ^  que 
<iue^'hace"\  uos  hacc  mirar  indistintamente  á  todos  los 
!L" pcí«o$"".  pobies  como  objetos  dignos  de  nuestra  com« 
pasión ;  y  hay  una  Phüosophia  indiscreta, 
que  querríiar  reconciliar  nuestra  ^[listad  con 
el  hombre  mas  licencioso  ,  porque^dice ,  que 
el  tal  expende  utilmente  sus  bienes  en  la.  so- 
ciedad* Es  verdad ,  que  ta  Providencia  sabe 
sacar  grandes  bienes  de  nuestros  descuidos,  de 
nuestras  codicias  ,  y  aun  de  nuestras  injusti- 
cias mismas ;  y  asi ,  es  verdad  también ,  que 
el  pobr^  mas  embustero  puede  egercitar  la  vir- 
tud de  aquellos  ^  é  quienes  aétualmeiue  en^ 

a  • 


La  diversidad  de  condicÍMes.  ^93 
gaña.  No  hay  duda ,  qne  los  gastos  mas  pró- 
digamente desvariados  ,  arrojan  en  las  manos 
de  otros  un  dinero ,  que  circula  ,  y  que  vie* 
De  á  ser  recompensa  de  muchos  trabajos.  Pe- 
ro si  los  ricos  perezosos ,  y  libres  hacen  al« 
gun  bien ,  es  sin  intento  de  hacerle ,  y  va* 
luntariamente  hacen  mucho  menos  bien  que 
mal. 

El  Evangelio  ,  acorde  siempre  con  et  bien 
de  la  sociedad  ,  y  mucho  mas  equitativo  que 
la  Philosophía  y  reprende  ,  sin  acepción  de  per* 
senas  9  á  todo  hombre  ^  que  no  quiere  tra« 
bajar  ,  y  le  condena  á  no  comer :  y  quando 
la  pereza  del  pobre  ,  ó  del  rico  diese  lugar 
á  algunos  buenos  efeétos ,  no  quiere  el  Evan- 
gelio mismo  ,  que  venga  algún  Hen  ,  obraci- 
da  mal ,  ni  aun  tolerando  el  mal  siquiera  ^  y 
m^cho  menos  alentando  á  él  9  pudiéndole  su« 
primir.  A  sok  una  razón  sensual  ,  ó  á  una 
Philosophía  parásita,  (**)  le  podrá  parecer  bien^ 
y  aplaudir  la  glotonería  ,  dando  color  de  vir« 
tud  á  la  licjtficia  ,  que  parte  con  otros  el  lo- 
gro de  su^-^laceres*  La  Philosophía  Christia- 
na  no  sabe ,  ni  variar ,  ni  componer  ,  y  quie- 
re ,  que  nos  abstengamos  de  tpdo  quauto»  trahe 
consigo  el  caraéter ,  y  las  señales  de  iníqui* 
dad.  Ordena ,  que  obrando  el  bien  con  la  sim*- 
plicidad  de  Palomas  ^  usemos  de  la  penetra- 

cion^ 

<W  'QS*  «om<  ^  costil  agcBa*  CrUgo  T*pcWiTQ$t 


«94  EspeSíacuIo  de  la  Naturaleza,  f 
cion ,  y  prudencia  de  Serpientes  para  discer- 
nir el  mal ,  y  para  huir  cautelosameme  et 
peligro.  Conozcamos  ,  pues  ^  los  males  ,  y 
los  peligros  inseparables  del  lujo  ,  y  de  la 
mendiguez  y  para  compararlos»  y  arreglar  nues- 
tro enojo  contra  el  mal ,  que  resulta  de  uno. 
y  otro. 

Lo  primero ,  el  rico ,  y  el  pobre  ,  que  no 
trabajan  >  se  echan  fuera  de  aquella  semencia 
universal ,  que  condena  al  hombre  á  un  tra* 
bajo  serio ,  y  provechoso.  Lo  segundo  ,  uno, 
y  otro  son  injustos  en  quererse   aprovechar 
del  sudor  ageno  ,  y  atribuirse  sus  talentos, 
sin  bolver  trabajo  por  trabajo ,  ^  industria  por 
industria.  Ellos  son  otras  tantas  manos  ,  y  ca« 
bezas  perdidas  para  la  comunidad  ,  que  los 
alimenta  ,  y  mantiene.  Esta  pereza  es  una  en- 
fermedad afeétada ,  que  induce  á  la  flojedad, 
y  al  desmayo  la  mitad  de  la  fiímilia ,  y  sobre- 
carga á  la  otra  mitad  de  un  trabajo ,  que  la 
destruye ,  y  la  arru¡na< 

digué».  paf[g  gg  bastante  igual.  Pero  no  ^el  pobre 
el  que  hiere  mas  cruelmente  á  la  sociedad? 
£1  rico  no  busca  ^en  ella  sino  la  alegría  ,  el 
sosiego  9  y  el  descanso :  no  pone  en  cuidado 
á  los  que  andan  ,  ó  viven  cerca  de  él  ;  pe- 
ro el  pobre  es  un  vecino  incómodo,  y  no 
pocas  veces  peligroso.  Si  se  une  á  otro  de  la 
misma  especie ,  yá  tenemos  el  cimiento ,  y  la 

ma- 


díla Va  meo!        Hasta  aqui  la  injusticia  de  una  ^  de  otra 


La  diversidad  de  condiciones.       ags 
nasa  de  una  facción  ,  que' empieza  por  ficcio- 
nes ,  y  por  clamores  ,  y  acaba  eh  iniquidades. 
No  ignoramos  j  ni  sus  artes ,  ni  la  canción  ^  que 
les  hace  él  ix>nor ,  que  se  merecen. 

Con  arte  ed  inganno 
Si  vive  mezzo  C  annoi 
Con  inganno  ,  e  con  arte 
Si  vive  V  altraparte. 

Con  et  engaiio  9  y  el  arte 
Viven  la  mitad  del  año: 
y  con  el  arte  ^  y  engaño 
Viven  también  la  otra  parte. 

Si  la  mendiguez  nos  ofende  con  razón  ^  por  el 
cuidado ,  y  por  la  sobrecarga  ^  que  impone  i 
la  sociedad  necesariamente ;  y  si  miramos  coa 
justa  indignación  hombres  vi)luntariament6 
inútiles  cargar  de  vino  ^  y  abundar  de  vian- 
das y  mientras  le  fa}ta  lo  necesario  al  Oficial 
laborioso ;  oué  podremos  decir  de  esta  canalla, 
que  hormiguea  en  medio  de  nosotros  ?  Sin  du«* 
da  9  que  nos  debe  ofender  mas ,  y  de  muy  ál^ 
versa  manera  por  el  deshonor  ,  que  nos  causa. 
Con  verdad  se  puede  decir  ,  que  nos  llena  de 
oprobrio  á  todos. 

De  donde  viene  en  efeélo  el  que  un  hom- 
bre ,  que  puede  trabajar  muy  bien  ,  halle  mo* 
do  para  subsistir  con  el  sudor  de  nuestros  afa^ 

nes> 


i* . 


^9  6     EspeSaculo  ¿k  la  NatwaUta. 
oes  ,  si  yá  no  es  ,  |k)rque  nos  dejemos  engañar 
de  sus  dan[K)res  ^  ^  porque  no  tenemos  enuo- 
dímiento  9  y  nos  faltan  el  talento  ,  y  |a  discre- 
ción para  prepararles  los  medios  de  vivir ,  ocih- 
pandolos  en  servicio  del  Estado  ?  Cómo  pue- 
de ser,  que  queramos  pasar  en   paz  nuestros 
días ,  y  que  alentemos  con  nuestra  liberalidad» 
y  franqueza  una  infinidad  de  gente  9  que  man* 
tenga  á  nuestra  vista  escuelas  públicas  de  pica- 
ros, rateros  ,  y  salteadores  ,  que  turben  los 
Oiictos  santos ,  impidan  los  t aegos  públicos, 
y  desdórenla  Magestad  del  Templo  con  sa- 
caliñas ,  llenas  de  tumulto  9  y  de  indecencia, 
siguiéndonos  con  gritos  hasta   nuestras  casas, 
y  haciéndonos  poner  en  arma   en  los  cami- 
nos ,  asaltados ,  por  lo  menos ,  del  pensamien- 
to ,  de  lo  que  puede  emprender  la    necesi- 
dad ,  y  la  disolución  con  el  favor  de  una  so- 
ledad úx\  socorro  ?  Nuestra  libertad  está  sabia- 
mente arreglada  con  las  leyes  ;  pero  la  men- 
diguez ,  ó  no  las  conoce ,  é  las  elude.  Los 
carteles ,  y  las  pesquisas ,  que  l^^olítica  dis- 
pone de   quando  en  quando  ,  anliyentan,  d 
hacen  que  desaparezcan  los  mendigos,  que 
inundan  á  París.  Pero  antes  de  partirse  unos 
de  otros ,  quedan  convenidos  en  lo  que  han 
de  hacer:  distribuyanse  á  montones    en   las 
Ciudades  grandes  del  circuito  ,  y  asi  se  los 
vé  después  en  las  Iglesias  de  Orleans  ,  de  Di- 
jon ,  de  Troya  ,  de  Reims  ,  de  Amiens ,  y 

de 


¿feRuatu  Quanda  yá  se.  pasó  .la' .  tebopeacM» ' 
buelven  acia  Mootargis )  Sobóos  >  Beaorais, 
y  PoDtoise,  y  se  acercan  en  pequeñas  tropait 
fiiígiendo  sor  gentes^  que  traben  manteÉimiea* . 
tos,  y  abastos.á  jas  Plazas  de  Pam  ,  en  don-., 
d^se  encuentran  al  fin  ^  como  en  el  centro  de- : 
seado  de  sus  operaciones.  Yá  ha  veinte  años^ 
que  observo  este  modo  de  vivir;  y  hudvoá/ 
v£r  aquellos  viejos  pobres  mis  conocido»  ^  jun- 1 
toscon ;otn»9  que  han  abrazado  nuevamen-, 
te  la  misma  profesión ,  y  á  quienes  los   vie- 
jos ¡nstruyeb  de  las  rubricas  9  que  1^'mantie- 
neo.  Las  mismas  caras  9  y  los  mismos  registro! ) 
tcahen  siempre  ^  y  jamás  varían  de  arancd. 
Tomamos  amtttad  con  ellos  ,  les  señalamos, 
lentas  9  y  nos  quejamos  quando  no  parecen  el 
día )  que  acostumbran  parecer*  Les .  avissmosi 
4e hs  medidas^  que  se  toman  contra  ellos^  y^ 
se  destruyen  con  nuestra  indulgencia  los  or<-; 
denes,y  providencias,  que  para  disminuir  el 
numero  de.perdidos ,  toma  una  sabía  polia-- 
QBu  DetestQMts  la  ociosidad  >  y  al  mismo  tiein^ 
po  la  ¿cttriqaqios.  No  es  posiUe  concebir  ^.  có-r 
no  haya  juicios  reftos  en  un  País  eicúmn 
te, en  que  se  halla  un  gran numeíode mech 

d^QS. 

t  Todo  esto  se  ofireoe  Jn^nediatf  múite.  at 
a^ndüniéntoci  quabdo  considera  laft  Coúse^ 
qneadas  de  una  mendiguez,  ociosa : ,  que  es 
«io  duda  azotbi  .y  vergüenza  nuestra.  Ño  ^ae 
Tm.  XL  Pp  le 


la  pueden  ictttc»  seoiejantes  nulidades  2  la^ 
ocíojodad  de  los  ricos  :  y  principalmente  b  i 
que  parece  claro,  es,  que  no  debct  ocásionar- 
oos  queja  alguna  ;  pues   su  nrabajo  na  esiá^ 
destinado  para  nuestras  obras  ;  m  nos  causa 
la  menor  inquietud  ,  antesf  bien  la  sociedad, 
^jos  de  recelar  la  proñision  de  losr  ricos  ?h 
ciosos,  saca;  de  ella  algunas  ventajas  verdade- 
ras, y  reales ;  pero  con  todo  éso  los  males, 
qne  causan  ,  son  todavía   mayoresr ,  y  mas 
ciertos. 

Aquel  ^  que  posee  muchos  Uenesr ,  te^ 
cibió  mucho  de  la  sociedad;  Digámoslo  me* 
jor :  á  la  sociedad  es  á  quien  todo  se  la  de^ 
be ;  pues  le-  ba  proveído  de.  tentas  ,  d  por 
ibedio  del  comercio ,  ó  del  manejo  de  los 
negocios.  La  sociedad  parece,  que  ba  toroa^ 
do  á  su  cargo  enriquecerle  ,  y  darie  gusto,, 
y  ^aplauso,  con  una  multitud  de  servidos,  y 
distinciones.  Toda  ella  atiende  á  complacerá 
le;  con  que  es  razón  ,  y  justicia  ,  que  cor« 
ftsponda  etrico  á  lo  que  la  ^^|be  coii  ov 
retomo  digno  de  su  opulencia ;  y  si  l»t)oa 
de  dedr  verdad,  lo  que  las  riquezas .  tienen 
de  mas  digno,  y : estimable  para,  el  rico  ^  es 
constituirle  en  estado  de  que  sea  el  ampa-* 
ho  de  los  pobres ,  la  fortaleza  4le  los  flacos, 
7  eti  Padre  de.  lá  Patri.u^ Pudiera  adquirir  este 
nombre  honroso  ,*  coflidocsend»  una  agua  s»« 
M  alXugar.en  que  nadó, d^iaia  fuente  pé« 
:  .  JMi- 


^'iilica'al  barrio  én  que  hihbu  Bagaría  á  st 
(Patria  a%un  taato  de  b  que  k  debe,  arries* 
rgandose  á  algunas  tentati7as  para  ñciUtar  e»- 
ftablecimientos  provediosos ,  é  impidieada  á 
Jm  imprudentes  la  infelicidad  de  arruinarse. 
>Ohram  noblemente  ,  emprendiendo  el  ce- 
•gar  tal  laguna  pestilencial  ,  fundando  & 
.cuelas  9  en  que  gratuitamente  se  ensenase :  do<- 
'tando  pucheros  de  enfermo  ,  prevención  de 
caldos,  y  lemedios  para  algui»  barriada  des* 
valida,  y  pobre: ó  acaso  sería  mas  beneíido 
el  aeparar  de  la  masa  de  sus  rentas  alguna 
parte ,  que  por  medio  de  un  fondo  determi* 
nado,  y  perpetuo,  se  emplease  en  que  los 
trábyadoies  de  sus  mismas  heredades  ^  y  de^ 
{tendencias  tnbiesen  jornal  segura,  oompo- 
Hmeodole  los  caminos  en  aquellas  temporadas 
en  cjue  no  hay  qué  trabagar,y  principalmen- 
te en  loa  aiíos ,  que  son  estériles.  Una  sabia 
eoooomía  le  pncÑara  haoer  lograr  al  rico  b 
alegría  inexplicable  de  ser  prudentemente  It- 
beral,y  d^nlacer  felices  á  sus  Gondudada* 
«08  ,  impmieodo  auo:  la  sombra  de  meiidi^^ 
guéz.  Podría  perpetuar  el  gasto,  y  hacer  eter-^ 
nos  sus  beneficios ,  sin  faltar  por  eso  ,  m  á 
poitafse  con  aquel  honor ,  y  decoro  corre»* 
pondiente  á  su  condición ,  y  estado  ,  ni  á  la 
aasfeeñda  debida  á  su  fiímilía.  Pero  el  servi<« 
do  de  la  sodedad  es  lo  que  menos  pena  le 
causa ,  creyéndola  feliz  solo  con  mirarla  co« 

Ppa  me 


(joo  Esp^actA)  de  la  Naturaleiá». 
moÁm  lado  ,  iecibiendo  el  precio  ^de  los 
placeres  que  ^  goza.  Su  uiikra  ambición^ 
su  pasión .  dominante  es  parecer  todaviá  mas 
de  lo  que  és  y  y  lograr  todo  aquello  ^  que 
la  necesidad  'de  los  negocios ,  b  la  propoido* 
43ada  dísiÍDcion  le  ha  .podido  conceder  á  la 
mas  aba  nobleza yÓ.k  los  puestos  nias  ele^» 
vados.  Se  cree  infeliz ,  y  deshonrado  ^  si  no 
mantiene  dos  Aytidas  de  Cámara^  por  íoioeh 
DOSy  bien  recompensados,  y  .coa  ^aia,  y  Itb* 
cíwkmo  ;  á  uño  para  que; le  cuide;  de  sva 
vestidos 9  y  el  otro  de  sus  joyaÉs y  que*  puedea 
|)asar  por  diges  ,  y  chucherías.  No  puede 
pasar  sin  uo  Secretario  »  tan  .torpe  cojno  su 
Atno^  de  rniodo^  que  til  una,  ni. otro  sabea 
saUr  de  un  QOQCep<o.vque'fio  viene  9  de,,  ub 
teirmino  ,  que  no  encaja  y  y:  de  una  coIocsh» 
cion  fuera  de  to^o  prbposttxx  Dará  quareDt% 
f^  quarentt  y.  <}iTatto  mtl  leales  aun  Mies^ 
tío  (de  Cocina  >  para  que!  le  atosigue,  y  empoxh* 
zdñe  4a  comida »  como  isea  con  arce  ;  nece* 
sita  un  Repcatero  con  su  Oficia]^  para  que 
con  crystalcs'v :y  papd.;le'  dñpongaa  trin« 
cheros^  iBamenqmHasy.yjasientps  para  rami» 
Uetes^  y  postres 9. proprios  para  divertirá  ni* 
iíos.  Un  Mayordomo  y  Pages  y  Lacayos, 
duplicado ,  y  triplicado  tren  ,  Cocheras  pro* 
ponzoñados  á  esté  desorden  ,  Palafrenero, 
Volante ,  Portero  ,  Postillón  ,  y  otros  mu- 
chos ,  cuyos  nombres  ^  y  que  haceres ,  ú 

ocu* 


ía  dhérsidadúe  ¿üñ^daitós.  30X 
«dspácioríes  quiero  ignoran '  Todos  éstos  ihao 
de  estar  bien  mantenidos.,  sin  que^tefig^aü  mab 
cuidado  al  cabo  del  día  y  qoe  servirle^  por  ala- 
gunas knras ;  ó  solo  para  qu^  se  hagan  preseai- 
(tes  9  y  acodan  á  la^  orden  á  liis  ^hora^  ^sefialaj» 
das.  Yo  no  lamento^ aqoi reí-  gasto. ^qw'h^ 
*€e  i tsie  rico ,  i^no .  el  modoi,  ¡ji^  jGÍ  despeiidido. 
rSús  ioainensas  rent^ ,  que  pudieran  excitar  fa 
iadnstria 9. esparcir  el  sococro,^  derramar  la 
abundancia  en  los  Lug8KS')en)iqHe  recoge  sús 
-Ueoés^se  emplean  en  .maintaaer^  Qnoti¡a  par^ 
'te  rniiy  distima  ^  hombres  ^in  :iaieqt08  /.  hoin«» 
bres,  que  al  entrar  en  su  séryicio  ,  dejaron 
desee  Giiidadanüs:!  otro  tantp  pervierte^  quan^ 
•loianda  cenca  4e  ^é\&a  mayoi^  delito  ino '  és 
iqoitar !  zi  -áooma  óé  lar  rsotiedad; :^  las  mano^ 
y  los  ingenio^  jiqué  «pucfieran  ocuparse  en  pro^ 
sftsicnes  útilefi ;;  y  aunquet  jcomete^  una  injus^ 
licia  grande 'em  abroganse^,  y  apropriár  para 
«niausto  e)  servicio  de  yeinitey  cin^  ,  6  treio^ 
4rpel^nás ,  que  le  bastarán  á  un  Principe^ 
podiendo  él^asar  muy.  bien  con  solas  tres^ 
¿  qoatro  ,  que  «stubiesen  á  su  inaandado  ;  con 
lodoesó^su  ipayor  culpa  ^  y.  agravio  á  la  so^ 
dedada  es  emponzoñailos  á  todos  ^  oGiipai>f 
dolasen  objetos  frivolos,  y  haciéndolos  com- 
pañeros dé  su  ociosidad.  ' 

£1  ensoluto  V  ocupado  únicamente  en  el 
^^JP  >  7  en  los  placeres  ,  p^ .  el  conta^ 
i  toda  esta  ouinerosa  familia  ^  que  00  conoce 

otra 


so?  Espé&úcéih  ée  ídNi^ifaídk. 
otra  legb^le  ostiendeá-fodala^edodad^d» 
lumbrada  coauna  locai  ematacioó  de  tanto 
gasto ^ y  expensas;  contamina  aun  loa  Can»- 
{)08mas  remotos^  las  Aldeas  mas  l^anas^  j 
pervierte  los  bij6s  de  aua  Admiofetradpfes» 
-dísgustandolps  delsu  ie^tado; 

Los  tüjobdel  l^abrador ,  y  Jomáfere com^ 
paran  aquello  ^  que  á  ellos  les  cuesta  tanto  afSn^ 
y  tanto  sudor  ^  con  la  ttanqóitídad  ^  j  aÉnm- 
daocia  át    que*  gpssan  íos   qne   sirven  ,  7 
-acompañan  d  este  iiomfare  dnrertido  ^  y  Ucea» 
ciosó:  luego  les  asaha  el  deseo  de  vivir  en 
iá  Qudad  9  y  principalmente  en  las^  casaa  de 
los  Ticos.  Estos  pudieran  haber    isido  buenos 
'Administradoies  ^  d  buenas  *.  Jovnakroá  z  p»* 
^ran  encargarse  de üitfchos  negodosl^deapesr 
Jas  liaciendas,  ó  cuidar  de-  algunas  nianií&c* 
turas;  pero  renuncian  la  vida  ruttica »  y  las 
íxupaciónes  sólidas ,  por  eritrarae  en  casat  de 
«n  rico,  que.  los  báoe  tan  flojos ,  tan  dca^ 
defíosós^y  tan  intratables  como  él/  Qnañt» 
vén  y  y  quanto  oyen  ,  los  acal^de   penkr. 
Toda  la  casa  vi  copis^odo  insensonlemente  la 
conducta  de  su  Sefk>r»  El  gran  princiiib  8o« 
fare  que  establecen  sus  desonienes^  y  que  tran* 
quili2a  los  libertinos,  y  sus  imitadores ,  es^ 
que  Dios  no  se  abate  á  considerar  las  accio- 
nes v  que  se  ejecutan  en  la  tíenra,  y  que  lo 
que  Dios  no  mira,  basta  esconderlo  á  los  ojos 
de  los  hombres:  esta  dodrin»  es  bien  simple, 

J 


y  lAonra  muchas  .diputas;  pefode  tal  escoda 
addrán  estfaiios,  y  notables  Ciadadaiios:  y  ea 
qué  parte  oo  está  abierta  semejante  escuela?  Esta 
se  dá  no  poco  la  mana  oon  aquel^espisícu  jac- 
tandosD^  y  ranb^  cpset  neyoa  tama  eo  el  mua-« 
do :  higreo  5  6  rompen  aquellos  lazos  9  sin  los 
qoatesno  puede  faaber  sociedad  durable:  ae 
iMU^n  tMÍoctofldorea  y  habladores  ,  y  charla- 
tañes  importunos  ^  intentando  i»^rsuadír,  que 
el  que  abre  sus  maños  para  cofanarnos  de. ble- 
aes,  na  tiene  abiertos  los  ojos  para  ver  có- 
mo los  distribuimos  5.  y  expendemos.  El  efedo 
necesatío  dd  tw  bellas  Instr  acciona  ^  es  ^ruir 
narla  re&ítnd'  natural  de  los  jeoiendimientos^ 
y  pervertir  con  la  conciencia  el  buen  orden ,  y 
la  razón. 

la  diferencia ,  bien  notable  á  la  verdad» 
que  se*  hallarentre la  mendiguéis,  y  ej  lujo » y 
dfoducion^es^  que  la  mendigues  se  Heba  so«í 
lamente  tras  sí  aquellos  genios  mas  toscos ,  y 
aquellos  entendimientos  menos  industriosos: 
tan  basta. es ^n  inculta  5..  y  tao  poco  apete- 
dUe:  pero^  disolaciooy  y  e(  Iqp  arrebatan 
illa  sockdad  aquellos  talentos  f  que  hacen 
inútiles,. y  aqueHas  virtudes.  1  que  obligan  á 
desaparecer  coa  los  mas  engañosos  eixrantos# 
Donde  los  placeres  dáo  la  Jey  %  no  h^y  que  es^ 
perar  algún  eféda  ácia^el  biiep.  ordei} ,  n|  opK 
nibn  piadosa  paca  el  ptfbUca»:  :..... 

Paaémotmak. adelante:  etie  lujo  9  ó  ex« 

ce* 


3f^     Bfp^áciiod¿ld  l^fir^ii9m^ 
eésoy 7'* demasía  en:Íai'pothpa , 'y  en  *eí  'te^^^ 
gala,:que  los  licenciosos ,  y  distrahidos  creea 
útil á  lo  menos  pQlittcamente , « es  «o  k  rea-»» 
Udad  laidescruocjonrdela  i  mas.isana  poUtíca* 
Ei  lojo  {xme  síein{ve  el  caíndal'  para  sus^f^aa-^ 
tos  en  manos  ^  que  domina  también  el  pía**- 
cér^y  que  por  consequenda  descuidan  ente^ 
ramente  de  los  demás»  Este  desorden  es  caiH. 
sa  de  que  la  djstiibudon:  dec  las  riquezas ,  y  de. 
los  íTUtoS'Seatao  desigual  ^  y  tan  mal  h^rfaa, 
de  ^  niock) ,  que  cargan  unos  con  todo  ^  y  otros 
con  casi  nada*,-  ¿  cop  nada  absolutamei^ :  de 
donde  se  sigue ,  que  d  hijo  ^  y  h  odosidadí 
son  los  mas  daros  azotes  del :  conmn  ;  pues 
lernas  de  haber  causado  mayores  males  y  qqe; 
la  mendiguez  j  corrompiendo  ios  ingenios  ^  y 
^lentos ,  se  halla ,  que  llegan-  con  ta  írrégu- 
btridad  dé  >  I09  gastos ,  y  a^cacioa  de  cauda-  • 
ksá  ser  la  causa  prindpcd  de  la  mendigué^' 
misma.   í  ,  . .     . 

CMsa,y  re.  Digo  la  causa  principal  ^  y  no  la  única: 
mendiguez.  ^  todofc  coíitriboítiios:  á(  este  mal ,  ^^que.  de  dí« 
fersa  m»itt»\  f  nunca  nos  poorana  tns* 
ifruir  de  esto-con  demasía  y  si  qubenioa  acu«. 
diral  remedio^  De  este  -modb  nos>  hallamos* 
yt  en  }a  segunda  que8tK>n ;  és  i  saber ,  si  hay 
-^algun  remedia  al  desorden  de  los.  despeid¿« 
dos  de:Un'diviértido  ,  y  mondaiiD^  Y^  ^ 
holgazanería  de  los  pcíbres ,  y  mendiigQS.{  ¥• 
pienso  9  que  «oto  pertenece  el  curat  la  ocio- 


La  ihersiddd  áectmiiciona.      jo  ^ 
«dad  9  y  caprichos  de  los  ricos » á  aquel  Señor^ 
que  io  es  de  los  corazones  r  y  faltándonos  di 
carader  9  y  la  misión  para  arreglar  su  conduc- 
ta t  desconfiamos  déla  curativa 9  sin  mas  re- 

w 

medio  humano ,  que  una  buena  educación.  Por 
d  contrarío  9  aunque  la  mendiguez  sea  can  es- 
tapida  ,  é  intratable  >  que  es  cosa  inútil  el  pro- 
ponerle ideas ,  y  abrirle  caminos  9  con  todo 
eso  es  posible ,  y  aun  necesario ,  e^rzarnos  á 
suprimir ,  y  desterrar  su  odosid^ ;  pues  real- 
mente el  remedio  está  en  nuestra  niano^  Esta 
ftosibílidad  no  conaste  en  doblar  nuestras  li- 
mosnas 9  ni  en  aumentar  nuestras  cargas ,  sino 
en  que  hagamos  por  el  trabajo,  lo  que  bacia« 
mos  por  la  desi(fia«  Veamos,  pues,  si  esto  es 
íafiiUe.  Aquí  se  reúne  la  solicitud  da  un  hom- 
bre Christiano  con  h  de  un  hombre  licencio^ 
so.  El  Christiano  no  tiene  pa<don  mas  eficaz^ 
y  vdiemente ,  que  ver  hartos  á  sus  hermanos» 
y  con  alivio ,  y  satisfecha  toda  especie  de  obli- 
gación. El  delicioM)  soto  apetece  vivir  tran- 
quilo, y  sin  la  menpr  inquietud;  sí  hay,  pues, 
algún  medio  para  satisfacer  al  uno,  y  al  otro, 
es,  suprimiendo  la  mendiguez ,  porque  aqué- 
llo, que  sérb  el  remedio  de  los  pobres ,  cum- 
pliendo los  deseos  de  los  corazones  caritativos^ 
»i  también  lar  seguridad  de  los  ricos,  y  el  re* 
poso, y  descanso  de  todo,  el cuerpa 


2Wn.iZ  Qq  LA 


Ío6     Espe&acuhdeh  Natwakza. 


LA  SUPRESIÓN 

DE  LA  MENDIGUEZ. 


CONVERSACIÓN  SÉPTIMA. 


C 


Cantt  de  U 


Osa  imposible  es  suprimir  la  mendiguez^ 
si  no  se  conoce  su  verdadero  origen.  Las 
causas  de  la  mendiguez  no  son  aquellas  que 
comunmente  se  al^n. 

Comunnoente  se  atribuye  á  1os.impuestbfi|¿ 
Bdigaci.  que  oprimen  al  Pueblo^  á  la  Compañía  de  In« 
días,  que  arruina  el  cobiercio ,  á  el  conjunto' 
de  Eclesiásticos,  que  poseen  los  mejores  bienest 
Ko  se  oye  otra  cosa ;  esto  es ,  que  no  habría 
mendigos ,  si  se  disminuyesen  los  impuestos^ 
si  la  Compañía  de  Indias  se  suprimSese  9  y  si. 
los^bienes  de  la  Iglesia  se  pusiesen  6n  manos 
delegos.  A 

Yo  me  atrevo  á  dedr  lo  contrarió,  que  en 
el  primer  caso  la  mendiguez  sería  h  misma; 
que  en  el  segundo  caso  ao  venderían  los  Mer- 
caderes una  vara  mas  de  paño  ^  que  vendían 
antes;  y  que  en  el  tercer  caso  infalible-, 
mente  se  aumentaría  el  numero  de  mendigos» 
Preciso  será^  pues^  recurrir  i  otras  causas. 


ía  st^^ntión  Je  y  men^et,     ioj 


-  t,"  La  causa  de  la  meadigaé&  ao  son  los  "  imiNiem 
impuestos.  M(»dncan  al  aamcuhr  *  cuya  «en*  *•  ^,i«  «•«■• 
ta  dismiauyea;  peto  no  impiden  a^oelL  gas*  '"-*' 
tos  comunes  ^  y  aquellas  operaciooes  uniyer- 
ssdes  9  que  hacen  drcolar  h  plata  en  todo  el 
Estada  La  coostrucdan  de  Navios^  ú  gasto 
pieciso  para  mantener  en  buena  disposÍGioB 
las  Plazas  de  Armas,  la  (Nrovision  de  las  Tro- 
pas, la  femonta  de  la  Qtballería  ,  el  paga- 
mento de  rentas  constituidas  yá  ,  y  determi* 
nadas^las  pensiones  pertenecientes  á  la  Mi« 
fida,  y  á  toda  especie  de  empleos  ,  Minis- 
tros, y  Oficiales,  las  obras  ordinarias ,  y  ex- 
traordinarias,  que  se  hacen  por  orden  del 
R^ :  todas  estas  distribudoQes  esparcen  las 
Rentas  Reales  hasta  en  las  extremidades  del 
Reyiip;y  asi  viene  á  ser  el  Erario  Real  las 
rentas  de  todo  el  cnerpo ,  y  la  recompensa 
délos  servicios,  que  se  le  han  hecho  al cuer* 
po  mismo« 

Confieso ,  que  el  impuesto  podrá  ser  au- 
mento de  aflicción,  y  de  trabajo  para  aque« 
Uas  fiunilias ,  á  quienes  nada  les  sobra ,  y  que 
viven  con  estrediéz^  al  modo  que  un  empe- 
Uon  aumenta  el  peligro  de  la  caída  á  un  cuer« 
po  enfermo*  Pero  vamonos  en  derechura  á 
la  verdad  ;  asi  como  este  empellón  no  es 
la  causa  de  la  enfermedad ,  tampoco  el  tri- 
buto es  el  origen  de  la  miseria ;  pues  vemos, 
que  la  miseria  es  menor  donde  hay  mayores 

Qq  %  con- 


SoS  Espe&aado  áe  la  NattífíJexaé 
coóttibocionesiy  talbs^en  que  cada  unopa* 
ga  á proporcbn  de  su  hacienda,  y  la  miseria 
e8 excesiva  doode  casino  hay  impuestos.  La 
prueba  de  esto  se  h?.Ha  en  París ,  y  en  el  cir- 
cuito de  las  .mejores  Ciudades  j  donde  la  ca- 
pitación es  mucho  mayor  que  en  las  Ciuda- 
des mas  lejanas  del  Rey  no  de  Francia :  con 
todo  eso  el  Pueblo  se  halla  allí  considerable- 
mente mejor  puesto  por  una  como  consequen* 
ciá  natural  del  gasto ,  qué  se  hace ,  y  recursos, 
que  se  encuentran.  Lo  qual  es  pórueba  bien  cla« 
fa  ^  de  que  sí  el  comercio ,  y  ventas  se  aviva- 
sen 9  y  multiplicasen  por  todas  partes ,  no  im- 
pidiera la  capitación  cierta  e^iecie  de  desahogo* 
eo  los  Pueblos ,  y  familias. : 

Pero  supuesto  que  el  trafiígo  del  comer^ 
tío  es  mucho  menos  en  las  Provincias  y  su- 
pongamos 9  que  la  talla ,  y  las  gabelas,  las  puer- 
tas, y  Aduanas  se  disminuyese  de  un  golpe^  no 
menos  que  una  mitad*  No  era  necesaria  tan*^ 
ta  rebaja  para  escuchar  las  aclamaciones  más 
vivas ,  y  para  ver  en  los  Pueblos  ^1  regocijo  * 
Toayot ;  y  ¿  la  verdad ,  es  un  consuelo  digno 
de  desear;  pero  veamos  quál  es  el  objeto  det- 
esta alegría. 

Si  el  Labrador  estaba  ajustado  en  qua- 
trocientos  reales  de  contribución  ,  paga  solo 
doscientos;  pero  el  proprietario  de  ia  heredad 
subirá ,  según  esta  misma  proporción,  el  arren-^ 
damiento;  y  como  éste  era  antes  mas  mo-' 

de- 


V. 


La  supresión  de  la  mpuSgu^  .  309 
dorado )  por  razón  de  una  capitacíoQ   mas  zU 
ta ,  toda  la  carga  recaía  sobre  el  dueño  de  la 
beredái ,  y  oo  sobre  el  Labrador  9  que  la  ar- 
irieuda. 

Un  Trillador  9  que  pagaba  doce  ,  ó  diez 
j  seis  reales  de  contribución ,  se  hallará  con 
el  dívio  de  quarenta  sueldos  j  6  dos  pesetas. 
Pero  una  remisión  semejante ,  y  aunque  sea 
mayor  9  será  para  un  Padre  ^  y  una  Madre  de 
£imilias  j  á  quienes  se  pretende  aliviar  ,  causa 
de  que  logren  en  adelante  con  mas  abundancia 
el  pan  ?  Les  dará  medios  para  que  sus  hijos  se 
vistan  y  en  lugar  de  aquellos  corcosidos  ha* 
rapos  j  que  los  cubrían ,  de  alguna  tela  mas 
decente ,  y  mas  honrada  ?  Y  el  comercio  lo^ 
grará  mas  ventajas  que  logran  estos?  Des-> 
nudos  casi  estaban  durante  la  imposición  ^  y 
desnudos  se  quedaban  después  de  todo  el  ali* 
vio;  pues  el  Mercader  no  les  dará  el  paño 
mas  barato ,  después  de  un  perdón  ,  que  aj^e- 
Has  basta  para  hacerle  unos  zapatos  á  uno  de 
los  aliviados^ 

El  Oficial,  y  él  Artesano ,  establecido  en  la 
Ciudad  de  una  Provincia  ,  y  que  entra  al  año 
dos  barriles  de  vino ,  pagaba  por  derecho  de 
Sisas ,  y  Millones  cosa  de  catorce  reales  y  6 
quatro  pesetas,  con  que  se  le  descargarán  á 
lo  mas  quarenta  sueldos ,  n  ocho  reales.  Aña- 
damos ,  si  se  quiere ,  la  rd)ája  de  una  mitad 
eo  el  repartimiento  de  la  sal  ^  y  que  codsu« 

mié- 


|to  Efpe&acido  ¿k  la  Natiir^Jexa. 
míese  veinte  y  cioco  libras  cada  afk>  i  veth 
drá  á  pagar  veintie  y  qoatio  leales  en  lug^ 
de  quarenta  y  ocho  ^  que  pagaba  antes  $  coa 
que  el  Rey  le  eronera  de  to  restante  y  y  le  vea« 
drá  á  perdonar  en  sal ,  y  vino  treinta  y  doi 
reales,  con  corta  diferencia  cada  año:  no  de- 
ja de  ser ,  en  una  casa  de  no  mucho  gast0| 
motivo  de  consuelo ,  y  alegría ;  pero  su  condi- 
ción,  y  estado  no  quedará  mas  opulento; ni  k 
familia  gastará  por  eso  mejor  Iknzo ,  ni  me- 
jor paño.  Esta  diminución  tan  deseada  ,  sok) 
podrá  conducir  para  que  se  gaste  un  poco 
mas  de  vino  en  una ,  ó  dos  fiestas  al  año.  Pe« 
ro  no  alcanza,  ni  con  mucho,  á  poder  res« 
tablecer  el  comercia,  ni  desterrar  del  Reyno 
la  mendiguez.  Con  que  el  primer  origen  de 
los  males  no  son  las  contribuciones ,  é  impues-^ 
tos ,  ni  el  remedio  está  propriamente  en  su« 
primirlos;  y  asi,  los  que  atribuyen  la  infeli** 
cidad  de  los  Liares  á  el  repartimfento  pro- 
porcionado á  la  hacienda ,  y  al  impuesto  de 
la  sal ,  no  vén ,  ni  conocen  el  windpio  de 
la  enfermedad.  Discurren  como  el  mas  Ínfi- 
mo Pueblo ,  que  mira  á  los  Arrendadores, 
que  cobran  las  contribuciones,  comoá  Au- 
tores de  su  miseria.  £1  impuesto ,  y  el  eje- 
cutor molestan ,  porque  el  Pueblo  está  en  la 
mayor  infelicidad ;  pero  no  lo  está  porque 
hay  impuestos ,  y  ejecutores ,  si  no  son  injus-- 
tos ,  y  crueles. 

U 


La  supresión  ¿k  la  men^guei.  %  1 1 
La  prueba  de  esta  verdad  se  ha  hecho 
en  muchos  Lugares ;  y  aquellos  ,  en  que  se 
ha  reducido  el  Rey  á  oo  pedir  casi  na^, 
están  todavía ,  después  de  esto ,  en  mas  náf 
seria  que  estaban:  quando  los  lugares ,  de  que 
saca  mas^  viven  con  mayor  alivio  ^  y  conve« 
niencia. 

No  quiero  decir  por  esto^  que  el  aumen- 
to del  impuesto ,  proporcionado  á  los  bienes  de 
cada  qual ,  sea  el  motivo  de  que  los  Norman- 
dos,  y  los  habitadores  de  la  Isla  de  Francia  lo* 
gren  algún  desahogó.  Pero  tampoco  les  submi- 
Distrará  el  pao ,  que  les  falta  á  los  pobre^  del 
Foitou  9  y  á  los  de  los  Laudes  en  la  Gascuña  el 
quitarles  la  mitad ,  y  aim  todo  el  impuesto» 
La  causa  del  mal  comienza ,  pues ,  á  darse  yá 
á  conocer :  la  habia  antes  del  impuesto ;  y  dis- 
minuido éste  9  y  aún  suprimido  >  subsistirá  in«. 
dependiente  de  él  todavía» 

En  otro  tiempo  se  hilaba  en  Gante ,  y 
en  los  Países  de  Flandes  circunvecinos  la  her- 
mosa lana  de  Inglatena  ^  y  se  fabricaban  tam» 
bien  en  estt&  partes  I9S  telas»  Abrieron  en  fin 
los  luyeses  los  ojos  para  ver  las  ventanas  n^- 
'  torales  9  que  les  concedía  su  terreno  :  y  des- 
de el  Reynado  sabio  de  Enrique  VII ,  to- 
da la  lana  la  trabajan  por  sí  mismos;  y  soá 
taozelosos  en  este  asunto ,  que  hó  puede  salir . 
déla  Ida  9  sino  como  contrabando»  Con  el  co- 
ooonuento  de  la  utilidad  han  tomado  después 

ta- 


S I  a  &pe&actí!o  de  la  NahtraletíL 
tales  precauciones  ,  reconcentrando  tocb  él 
provecho ,  y  todos  los  privilegios  en  laá  ma« 
ti&s  de  los  naturales  del  País ,  que  absolutameti* 
te  han  desterrado  por  todas  partes  á  los  Estran* 
geros.  Desde  que  transportan  por  sí  mismos 
los  paños  9  7  demás  géneros  aíl  Norte  >  y  i 
las  Escalas  de  Levante  9  pagan  al  Estado  el 
triplo  ^  6  el  quadruplo  de  sus  antiguos  im« 
puestos  5  y  con  todo  eso  no  se  quejan  de  su 
suerte.  Los  Holandeses  eran  tenidos ,  y  pasa- 
ban por  mendigos  ,  y  pordioseros  ^  quando 
pagaban  á  la  España  un  ligero  impuesto  90« 
bre  sus  escabeches  y  cecinas ,  y  quesos:  y  oy^ 
que  pagan  á  su  República  la  qoarta  parte 
de  sus  ganancias ,  rentas ,  é  industria  ,  no  es- 
tán pobres.  Con  que  el  blanco  á  que  debe 
anhelar  el  Pueblo ,  no  es  á  no  contribuir  con 
cosa  alguna  9  ni  á  que  se  le  quiten  impues^ 
tos  9  sino  i  tener  cpn  qué  pagarlos  sin  men^li- 
guéZ)  ni  aflicción;  y  ojalá  pudiera  ps^rlos 
mayores. 

i."*  De  ese  modo » me  replicarán  9  qoal- 
quiera  dirá  lo  mismo :  nadie  balita ,  que  no 
guste  de  pagar  mas ,  poseyendo  mas :  pero  le- 
jos de  animar  entre  nosotros  el  comercio ,  y  su 
industria ,  y  afiividad ,  se  arruina  con  el  esta- 
blecimiento de  una  Compañía ,  que  lo  hace  to- 
do por  si  ^  y  se  lebanta  con  todo. 

I^scurso  semejante  no  hiciera  mucha  har- 
monía «n  un  fator^  ó  mancebo  de  qualquien 

tien- 


Lasupresíon  de  la  fnemSguez.  313 
tienda  9  que  no  conoce  sino  la  vara  -coa  que 
mide ,  y  los  Lugares  de  donde  le  traben  los 
paños  y  6  estambres  9  que  vende.  Pero  sorpren* 
de  el  oírle ,  y  no  se  concibe ,  cómo  pueden  ha« 
falar  4b1  mismo  modo  personas.de  entendimiea« 
to,  sin  tomar  siquiera  el  trabajo  de  saber  quá«- 
les  son  los  establecimientos  de  esta  Compañía, 
y  quál  es  la  naturaleza  de  sus  operaciones*  La 
mayor  parte  de  los  Mercaderes,  de  quiraes^ 
«1  quejas  semejantes ,  no  somo»  los  d^mís 
6ÍDO  el  eco,'  Son  solo  revendedores,  6  rega« 
tones ,  cuyas  noticias  ,  y  conocimiento  no 
salen  de  aquellas  especies,  que  venden ,  y  de 
las  ferias  vecinas.  Pero  $i  escachamos  á  al* 
guoos  de  los  Comerciantes  inteligentes ,  que 
cocKxren  bien  la  sociedad,  y  los  tazos  ^  que 
míen  sus  miembros  ,  los  oiremos  hablar  de 
muy  diversa  manera.  A  causa  déla  descon*- 
fiaaza,  que  con  razón  tengo  de  mis  proprias 
luces ,  y  para  no  errar  en  el  juicio ,  que  d^ 
bia  formar  á  cerca  de  la  Compañía  de  Co-* 
fnercio,  he  consultada  á  los  Mercaderes  mas 
célebres,  y  que  mantienen  correspondencias 
en  Cádiz  ,  la  BAartínica  ,  Santo  Dominga, 
y  en  las  Escalas,  que  ^rven  de  medio  pa« 
m  et  Qmercio  ,  y  que  al  mismo  tiempo  tie- 
nen .la.  mayor  independencia  con  la  Compa^ 
fiia,  y  ningún  interés  en  ella  ;  y  me  bao 
€X>nfesado  unánimemente ,  que  las  quejas ,  que 
•e  formaban  contra  esta  Compa&ia  ^  careclari 


1 1 4  Espe&aculo  de  la  Naturaksia. 
de  todo  fundamento ;  y  aun  uno  de  ellos  óyefVi 
do  iebantar  el  grito  ^  en  particular  contra 
ella  y  me  dijo :  Nosotros  complacemos  á  mies» 
tros  vecinos  y  que  nos  vén  tan  mal  instruí  • 
dos  de  aquello ,  que  nos  conviene ,  y  que  na  • 
da  temen  mas  que  el  vernos  aplicados  al  co  • 
mercío  estrangero ,  y  que  le  tomemos  el  gus  • 
to.  Saben  muy  bien^  que  este  comercio ,  qus 
ha  ido  descaeciendo  cada  día  mas  en  la  Fran  • 
cia  j  sería  capas  de  darle  al  Reyno  nuevo  vi« 
gor ,  y  animar ,  y  dar  muchas  creces  al  mis* 
mo  tiempo  al  trafago ,  y  comercio  interior. 
En  el  Diccionario  de  M.  Savary  podrá  ver 
qualquiera  la  causa ,  que  ha  habido  para  es« 
te  descaecimiento »  y  los  continuos  j  y  efi* 
caces  deseos  de  este  juicioso  Qudadano ,  de 
que  se  radicase  la  Compañía  de  Indias  ^  que 
mira  como  uno  de  les  medios  mas  oportunos 
para  reparar  las  pérdidas  de  la  Francia.  Coa 
todo  eso  y  siempre  ha  andado  titubeante,  y  sin 
firmeza  hasta  la  administración  de  M.  de  MatH 
fepás;  pero  aunque  de  algunos  años^á  esta'  par^ 

♦  Efcrit.  4ci  '^  *  ^  ^^  ^^  mas  lucimiento ,  y  fondos,  to- 
9áo  1744.  ¿lavia  solo  se  puede  decir  que  empieza.  £1  Mer« 
cader,  que  vende  por  menudo,  y  que  vé  su  po< 
co  despacho,  al  mismo  tiempo  que  mira  junto 
á  sí  crecer  cada  diá  mas  la  Compaiüa  ,  cre^ 
que  se  enriquece  á  costa  suya ;  declama  contra 
ella,  y  dice,  que  yá  es  necesario ,  que  los  par^ 
ticulares  cierren  las  tiendas» 

-lo 


La  supresión ds  ta tmnügueju  %i% 
Ijy  mas  especiosa ,  que  cootra  esta  Com- 
pañía se  ha  dicho  ^  es  y  que  i:»ce  sus  com- 
pras en  Indias  en  plata  coostante^  sí  a  con- 
dudr  casi  á  días  genero  alguno  de  los  que 
produce  b  Francia :  pera  esta  dificultad ,  y 
tacha  comprebende  igualmente  á  las  célebres 
Compañías  de  Holanda ,  y  de  Inglaterra*  La  de 
Francia  consume »  y  saca  del  Reyno  una  infi- 
nidad de  mercaderías ,  y  materias,  que  se  que- 
daran en  él  absolutamente  inútiles.  Qué  es  del 
caso  á  quién  se  venden ,  con  tal  que  se  vendan 
fuera  ?  Despq^  de  hechos  los  camUos  de  los 
géneros  de  la  India  en  ella  ,  y  sus  ventas  eni 
el  Puerto  de  oriente ,  se  halla  al  fin  ^  que 
biielve  á  Francia  mas  plata  ,  que  sacó  del 
Reyno:  con  que  la  ganancia  es  segura  ;  y  mas 
qaando  es  imposible  emprender  con  felicidad 
hs  cosas  que  emprende  la  Compañía  de  In- 
dias en  Francia ,  sino  siendo  una  sola ,  y  vien-> 
dose  protegida :  y  esto  mismo  se  vé  también 
en  otras  Naciones. 

3.^  Yá  se  empiezan  á  hifiUar  algunas;  per* 
sonas  ^  que  en  esta  materia  siguen  la  razón, 
y  quieren  mas  ver  florecer  el  Comercio  de 
fiíera  del  Reyno  en  las  manos  de  una  Com^ 
psañia,  queestieode  el  mismo  deseo  en  el 
centfo  del  Estado ,  que  verle  en  poder  de  al  - 
gtioos  particulares  avecindados  en  lois  confia 
nes  del  Reyno ,  expuestos  ,  como  sus  pre- 
decesores,  o  á  destruirse  mutuamente  entre 

Rra  sí^ 


3 1 6  'Espedtacuh  de  la  NaturaleM. 
sí  ^  ó  á  quebrar  con  la  primera  pérdida  por  fal« 
ta  de  fondos ,  é  ínteligeDcia.  Pero  hay ,  dicen, 
otra  razón  bien  clara ,  y  siempre  subsiste,  pa« 
ra  impedir  el  que  se  mejore,  y  tome  boelo  ^ 
comercio  interior  en  Francia?  y  es  la  gran- 
de porción  de  bienes ,  que  posee  la  Iglesia, 
la  qual  chupa  el  jugo,  y  ^  lleba  tras  si  la 
substancia  ^le  todo  el  cuerpo;  sí  se  hiciera  ooa- 
estos  bienes ,  y  rentas ,  lo  que  hizo  en  loglar 
térra  Enrique  VIII ,  y  lo  que  han  hecho  tam^ 
bien  los  Holandeses,  muy  otro  sería  el  comer- 
cio interior,  y  á  buen  seguro  qq^ría  dester^ 
rada  la  mendiguez. 

Las  Provincias  ¡Unidas  no  deben  de  mo^ 
do  alguno  el  esplendor  á  la  extinción  de  las 
rentas  Eclesiásticas.  Mucho  tiempo  después  di¿ 
fu  asociación,  y  li^  se  mantubieron  en  la 
misma  miseria  en  que -estaban  antes.  Aun  eo 
la  fuerza  mayor  de  la  guerra  con  España,  era 
ésta ,  y  Portugal  quien  le  ^da  á  los  Holan-- 
deses  la  compra  mayor  de  sus  escabeches* 
Quandola  Corte  dé  Madrid  resolvió  de.^é- 
ras  cerrarles  absolutameate  «us  Puertos  -i  los 
Holandeses,!  quienes  casi  todo  les  faltaba  en 
su  terreno^  resolvieron  tentar  fortuna  en  otras 
partes.  Desde  los  principios  del  siglo  diez  y 
siete 9  y  principalmente  desde  él  año  de  164S9 
en  que  los  declaró  la  Paz  de  Munster  Pue- 
blos libres,  se  hicieron  costeadores  del  Uní- 
verso,  ilebando  generalmente  de  todo  á  to- 
das 


supteswn  déla  mendiguez.     3 17 
áas  las  Naciones ,  y  trayendo  qoanto  necesita 
la  saya.  Esta  industria,  y  no  de  modo  algu* 
no  el  cisma  con  la  Iglesia  Catfaolíca ,  ^es  quien 
ha  enriquecido  aquellas  Provincias. 

La  ileligitrá  tampoco  ba  influido  en  In- 
glaterra en  ordena  lo  civil.  Este  Reyno  le 
debe  su  mejoría  á  tres  medios  principales.  El 
primero ,  es  la  fálmca  de  las  Lanas  de  Ingla* 
ten'a  por  úñanos  de  los  Ingleses  y  que  las  em- 
biaban  antes  á  las  manifaduras  de  Brujas  ,  y 
Gantet  eV  segundo ,  es  ^  aumento  de  la  Mad- 
rina, y  del  Gomerdp  estrangero ,  rá  causa  de 
los  privilegibis  coíicedidosá  solos  los  Ingleses 
en  los  Reynados  de  Maria  ^  é  Isa}>él.  £1  ter^ 
eero ,  el  -famoso  Afto ,  «paisado  por  el  Parla- 
tsento  el  año  de  1660^^  en  c|ue  se  declara 
contrabando^  y  qiieda  confiscado  todo  ge^ 
fiero ,  que  llegue  á  aquel  Reyno  ^  que  no  sem 
crudo-,  y  del  País  de  tbnde  viene  el  Navío^ 
que  le  trafae:y  que  del  mismo  modo  es  per* 
dido ,  aunque  sea  de  las  Escaks  de  Leván^» 
le ,  como  se  haya  cargado  desde  el  Estrecho 
de  Gibrakar,  hasta  las  Islas  Británicas;  y  ú 
el  genero  fuere  de  las  Indias  Orientales  ,  co- 
ico se  haya  hecho  la  -presa  del  .Cabo  :de  Bue- 
na ^perahza  acá^^es  también  pierdido  d  ger 
iieío.  Este  arr^hmenta,  que  contiene  otros 
muchos  artículos  semejantes  ^  y  en  que  Cro^ 
mwel,  que  le  fiírmó^  empleó  toda  sudelica- 
deza^  ahuyentó  de  Ip^latenra  infinidad  deOo- 

mex- 


^•ylt   • 


/ 


%\%     Espe^actJo  de  la  NaturaksS^ 
merciantes ,  y  aun  Naciones  enteras  > 
la  Holandesa ,  que  casi  nach  tíene  ea  geoerol 
crudos.  El  eít&ó  de  este  AEbo  no  fue  solatnan* 
te  separar  á  los  demás  Pueblos  de  los  Puer^ 
tos  de  Inglaterra  por  temor  de  las  extorsío* 
nes ,  y  mal  trato ,  que  eran   como  naturales 
i  tantas  precauciones  exclusivas ,  sino  mucha 
mas  obligar  á  los  Ingleses  á  que   las  m6f^ 
cancíasy  que  entrasen  en  su    poder  ^  fuesen 
siempre  de  primera  mano ,  y  se  aprovecha* 
fien  de  este  modo  ,  no  solo  de  la    ventaja, 
que  traben  consigo  las   primeras  ventas  he* 
chas  sin  Fatores ,  ni  Comisionados ,  y  en  los 
terrenos  proprios ,  que  producen   los  generoS| 
que  se  compran  ;  sino  también  de  la  immeo* 
6a  utilidad  de  todos  los  transportes  necesarios 
á  sus  Compatriotas  ^  y  Condudadanos*  Dd 
esta  manera ,  transportando  á  otros  Reynos  lo 
que  les  sobra  en  el  suyo ,  y  trayendo  á  él  lo 
que  les  falta ,  logran  la  ocasión  de  cargar  al 
mismo  tiempo  eñ  todas  partes  de  aquellas  mer« 
candas  ^  que  son  de  mayor  uso  ^  y  consumo, 
haciendo  trafico  de  ellas   del  misnio  modo, 
que  le  haced  de  las  que  les  produce   su  pro« 
prio  terreno :  lo  qual  les  dobla   la  ganancia, 
y  aumenta  sin  límite  el  gusto ,  é  indinacion, 
que  tenían  á  navegar.  Inglaterra  se^  encami- 
na acia  todos  los   demás    Reynos  ,   y  no 
parte  su  ganancia  casi  con  persona  alguna.  No 
debe^  pues,  según  esto,  la  Inglat^ra  sus  r¡« 

que- 


La  supresicm  de  la  tnendiguái.  3 19 
iqoezas  al  cisma,  que  excitó  9  y  todavía  man* 
tiene  con  la  I^esia  Gatholica,  sino  á  la  es* 
pecie  de  cisma  ,  que  siembra  entre  las  de* 
más  Naciones ,  excluyéndolas  de  la  suya  con 
la  sutileza  de  sus  arreglamentos.  En  esta  su« 
poskion  pertenecerá  á  los  Ingleses  d  examí« 
nar ,  si  las  disposiciones  de  este  Ado  célebre  se 
poeden  conciliar  con  el  equilibrio  de  aquella 
libertad  mutua,  y  con  el  acceso  fácil,  que  el 
simple  derecho  efe  la  naturaleza ,  y  el  respe- 
to debido  í  la  sociedad  nos  parece  ,  que  pi« 
den  igualmente  en  todas  partes  ?  Por  k>  de- 
más y  la  Inglaterra  es  cierto  ,  que  ha  dejado 
libres  las  rentas  de  sus  Obispos ,  como  tam- 
bién las  de  sus  Capítulos ,  y  Beneficios  Cu- 
rados. Sí  se  (Kspusiera  en  Francia  ,  como  se 
disposo  en  In^erra  por  Enrique  VIII ,  de  las 
rentas  de  los  Monasterios  ,  abandonándolas  á 
cierto  oumero  de  Cortesanos,  quedarían  indu- 
bitablemente destruidas  sus  Provincias,  y  coa 
especialidad  las  Aldeas ,  y  Lugares  arruinados 
sin  remedio^  y  muertosde  hambre  sin  recur- 
so alguna 

La  mayor  partede  los  Sefioies  en  Fran- 
cia siguen  la  Corte  ^  6  residen  en  París,  y 
en  las  Ciudades  grandes  del  Rey  no :  lo  con-t 
ftario  ejecutan  los  Señores  en  Inglaterra ,  pues 
í^)enas  ácdban  sus  Juntas ,  ó  Parlamentos ,  y 
los  negocios,  que  tienen  que  tratar  en  Loa- 
4reS|  guando^  se  van  á  vivir  á  sus  tierras  pro- 

priat 

4  # 


310      Espe&actéIode'la'NaturiJe:UK 
prias^  ea donde  gastan,  y:  expenden ,  jiiQta«« 
cuente  Gbn  sus  antiguas  rentas ,  las:qiie  poseían 
antes  en  aquellos^  parages   los    Monasterios* 
Además  de  eso ,  pocos^  son  los  Paysanos  en^ 
ire   los  Ingleses  ,  que  no  hayan  conservado 
algunas  tierras  ^  al  modo  que  sucedq  también 
en  Flandes ,  y  en   varias  partes  de  Alema-* 
nia  y  lo  qual  los  hace  mas  laboriosos  ;  paar« 
que  el  que  nada  tiene ,  encuentra  siempre  ca«* 
si  muerto  el  estímulo  al  trabajo  9  y  su  mis»- 
ma  miseria  te  empereza»  En  fin  y  el  Rey  no 
de  Inglaterra  juz^  á  proposito  conservar  li-^ 
bres  en  cada  Aldea  aquellas  tierras  y  que  eran 
necesarias  para  que  trabajasen  los  pobres,  de 
cada  Lugar 9  librándolas  al!  misrao  tiempo ,  pa- 
ra alentarlos  y  de  toda  contribución.  Entreguen-* 
se  en  Francia  los  mejores  bienes  Eclesiásticos 
á  los  Señores ,  que  siguen  el  Egercito ,  6  la 
Corte  j  y  será  preciso  en  este  caso »  que   pe^ 
lezca  la  Provincia ,  y  que  en  lugar  de  mil 
pobres ,  aparezcan^  6  salgan.'  de  ella  dieá  oail: 
en  este  Rey  no  d  Noble ,  6  el  Clud3d^c>SQn 
los  que  tienen  la  propriedad  de  casi  todas  las 
lier^ades ,  y  los  Paysaóios.  solo  logcaron    el 
poder  empezar  á /poseeri  algunos  proprios  eti> 
el Reynádo  de  San  Xruis ,  y  en  tiempo. de  iloft 
hips  de  Phelipe  el  Hermo(so  se.  aumentó :  el 
numero  de  estos  proprietarios ;  pero   las  ga^ 
nancías,  y  adquisiciones  de  las  gentes  de  et. 
campo  2  nunca  fueron  glandes.,  La  faadend^ 

qU9 


Luí  soffeHon  áe  la  foen^gt^     311 
que  tienen  los  Qiidadanos ,  ccMnunmeQte  Jof 
váá  buscar  ala  Ciudad  con  su  úsufruélo.  £« 
que  posee  la  Nobleza  ^vá  con  el  suyoá  Fa^ 
TÍSy  á  las  fronteras  del  Reyno^  6  adonde  la 
llama  el  senricio:  am  qoe-esta  duplicada  porr 
don  de  haciendas  se  yS  á  cansotak  bien.  1er 
jos  de  áqoel  terrena  en  que  está  ^  sin  espeira&za 
alguna  de  bolverle  á  vén  Por  el  contrarío  up 
Obispo  y  persuadido  á  que  el  Pastor  debe  ser 
en  su  Dioceisis  tan  estable  >  coíno  lo  ¿s  su  Ci- 
Chedral  ^  poique  en  aquel  parage .  es  utan  n^ 
cesario  como  ella,  parte  comumñeni^  b  rela- 
ta de  ocho, ó  diez,  mil  ducados  con  aquellos^ 
á  quienes  dá  el  nombre  de  hermanos ,  y  de 
•hijos.  Todos  los  Abades  Régnlareí  residen  f  y 
consumen  su  renta  en  d  territorio ',:  que  .se 
le  dá.  Vénse  mudios  Abades  Com^adores, 
que  como  Depositarios   Gienerales   sustentan, 
por  medio  de  un  trabajo  sin  intern^doa^  to- 
das las  familias  pobres  de  su  distrhOf^  iman- 
teniendo   honradamente   la :  qualidadi  de;  Pa« 
dre»,  ^  que  la  Iglesia  les  coínserra.   Los^  Re-  «  Abba.  ?«* 
yes  han  honrado    siempre  con  sus  elogiosa  ^^ 
los  Beneficiados ,  que  residen  en  donde  tienen 
sus  rentasi.  Un  Cabildo  ,  un  Monasterio  r^ 
co  y  una  Comunidad  de  Religiosos  Hospita- 
leros ^  y  aun  Mendicantes  ,  consumen  en  el 
mismo  País  lo  que  reciben  de  la  tierra ,  6  de 
las  manos  de  los  fieles.  Mantienen  al    Cere« 
ro  9  al  Bordador  I  al  ArquiteAo,  al  Fundidor^ 
Tm.  JTZ  Ss  y 


ia%     Esj^acido  Je h  ISaiurálesú^ 
y  á  otros  mochos  Ofídálesy  cuya   iodustiia 
f^za  >el  Iptíúiim ;  í pero,  que  en .  IreaUdad  ^ :  quien 
kH  alentó  y  y^  ^forcnó:,  fqefoá '  a^eilos.  estable* 
dmientos,yy  fpodacibnfes^  que  por  la  mayor 
parte  ios^áostentan.  Los  «que  .poseen  estas  reo- 
^fi,£ob)etode  tamos  deseos ',  y  einbidias  ^  no 
«ociivps  ^ .  los  >Turcos  ^  ni^haéen  batido  á 
'paFté  y  pues)  sus  iamiiías ,  y  las  de  sus  Conciu- 
dadanos participan ,  y  logran  con  eUo^  de  sus 
bienes.  Alá  política  jpoco  cuidado   lé'  dá  el 
^oe  éstie  ande  vestido  de  ihlanco  ,  ¿^  de  ne- 
-gro;^  por  lo  demás,  stq  alegar  .acora  en  &- 
vor  de  los  Eclesiásticos  )  m  la  necesidad  de 
Jbs  ministerios  9  que  egerceo  ,  ni  el  servicio 
^^ue  hácBi  al  pfiUioó  ua. Seminario  y  un  Cotie- 
qgio^  un, Hospital,  y^  todo.  letnro  ^  ó  casa:  de 
« recogimiento  bien    ai^reglada  ,  no  se    puede 
.negar,  que  son  las   rentas  Ecfósiasiicas  y  en 
la  xxxistítucíoii en  qtieestamosydmedto  roas 
-segmO)  paira  que  Jos  irutoSL^jque  se  producen 
-ebl  un. téiiteiiQ,  se  iuantengab.en  il, y  iSe<es^ 
•parzaní  entre  toda  espédé  de  ^ótes.  Xta  :Saty«- 
ra  no  quiere  ver  estos  bienes-,  aunque  en  la 
fieajidad^oeán  comunes  ¿  y  pone  siis  malignos 
^ófos  «n  a^gutíosdpaipticulares  j  que  no  soa  muy 
•fiel|ss  Sísu^iresidiéntía.  * 

' ;      Conozco ,  que  acaso  insistirán  ,  diciendo, 
que  si  los  fíeles  en   lugar  de  ofrendas  arU- 
trafilas  i  y  limosnas  manuales ,  señalaron  al  mi^ 
,iifeterio  santo, Ty  necesario  una  limosna  esta- 
ble. 


£a  supresión  de  la  fnend/giéék.  í%í 
ble  9  y  situada  en  los  mejores  fondos  ,  fue 
por  creer,  que  todo  aquello ,  que  excediese  4 
la  neeesícbd  dd  Pastojr  bolv^éria  á  parar  eig 
las  manos  de  los  pobres;  y  aun  por  esto. ^e  le 
dá  á  está  magnifica  liberalidad  el  nombre  dt 
patrimonio  de  pobres ,  y  lo  es  verdaderamen* 
te;  por  qué,  pues,  han  de  e$tár  todavía  los 
pQbres.  á '  nuestro  cargo  ?  Estjt  féplica  no$ 
conduce  á  aclarar  en  un  ^odo  lo  que  hay 
aqni. 

lia '  mendiguez  forzada  ,  á  la  «pial  por 
CoápocQserle  vá  reamando  el  gq$to  9  hasta 
que  vfene  á  hacerse  voluntarla  ^  no  puede.  9  m 
en  Francia,  ni  en  alguno  otrd  País  bueno» 
j^ovenir  sino  de  una  de  tres  causas  :  d  de 
que  el.  terreno  no  produce  frutos  suficien- 
tes para  mantener  las  personas  9  que,  le  habit^^n; 
6  de  que.lo^  habitadores  no  egercitan  su  in* 
dustria  para  que  la  cierra  les  franquee  aqu9* 
líos  bienes, que  puédelo  en  fin-,  de  que,  á 
pesar  de  la  fertilidad  del  País ,  y  de.  Jn  in^QSr 
tria  laboriosa  de  lOfi'  habitjanti».  ^,  en^.md 
hecha  la  distribución  de  loa  frutos  ^  h  tkf^ 
ra  ,  derramándolo  todo  i  uo  lado  y  y  d^o^  Aqueiioi  ^«e 
do  vacío  el  otro;' de  modo  ,  que  auna  mu-  S*o,"aoMÜr 
cbosles  feltalo  precisamente  oecesbrío  >  ¡aíH  ¿i^^é^'^^^H 
tener  un  bocado  de  pan  •  que  poder  Uebar  á  por  ei  mn- 

•  •■I  A.-       cho  gasto  , si. 

la  boca»  La  averiguaaon  de  esta  causa  eniei-  nopo^eimo. 
dará  en  un  todo  el  puoto.de  que  tratamos,  g^lsuñ^"^^^ 
y  ál  mismo  tiempo  nos  instruirá  de  una  d?  d«p«'^«a«- 

Ssa  las 


l> 


'1 


3'  *4      EspelSaCulo  de  U  Natúraktd. 
las  mas  apreciables  obras  de  la  sociedad  >  y  de! 
impulso  mas  eficaz  de  sus  operaciones;  quiero 
decir,  de  la  ái^ibttcioa  de  los  frutosde  la  tierra. 
'    I,**  TonaeittoS'á  te  Francia  por  egemplo, 
para  que  de  este  modo,  viendo  que  un  Esta- 
do muy  rico  tiene  sus  pobres ,  se  colija  m^s 
fácilmente  la  causa  del  aumento  de  ellos,  eo 
Italia ,  en  donde  es  menos  el  comercia ,  y  en 
España ,  en  áo^áe  *,  ni  la  fertilidad  ayuda ,  ni 
la  aplicación ,  é  industria  concurren.  (^)  No 
tenemos  aqui  que  probar  otra  cosa  ^  sino  que 
Francia  por  sí    misma  basta  para  mantener 
kis  habitantes.  Los  fistrangeros  sacan  de  este 
Reyno  todos  los  a^»   provisiones   ímmensas 
de  vinos ,  aguardientes  ,  aceytes  ,  sal ,  cáña- 
mo ,  cordeles ,  lienzos ,  telas ,  piedras  ,  pizar- 
ras ,  papel ,  y  toda  especie  de   muebles.  Los 
gránoá ,  según  Calculadores  muy  hábiles ,  que 
se  (recogen  en  Francia  en  un  año ,  son  bas- 
tantes para  mantener  á  todos  sus  halMtadores 
dfio  y  medio  por  lo  menos ,  y  que  sin  cons- 
trucción de  edificio  {ÁiUicos ,  coo  dejar  los 
granos  en  las  manos  de  los  Traficantes ,  y 
Fropríetarios ,  qoe  S2^n  conservarlos ,  sin  anal 
necesidad  ,  que  usar   de  la   precaución  de 
impedir  la  saca  á  Reynos  estrangeros  ,  qua- 
fc  •-"  j  •'  '    •   .  :  •  •     .tro 

**:  tf^.^.C«iie  quiera  ^  et  ^pul  derta »  qve  ivaí  Mbrtt^c  Fran- 
cia mantiene  España ,  que  al  contrario  ,  y  que  los  granos  >  vi- 
é^9  »  y  Mfbt  géneros »  qut  por  U  común  salett  ie  iBspaiña  >-son 
fin  uuiacro  i  ai  loe  fispAñglft  |oa  MU  ftltof  iU  iadusKia  «xoBit 


I 


La  suprtsibn  de  la  mendigúete  f^f 
tro  años  consecutivos  ,  se  hallaFÍa  Franciii 
con  doble  pforísíon  de  granos,  y  estando  abas- 
tecida de  esta  manera ,  podría  en  los  años  át 
guientes,  ó  Tender,  ó  conseryar  los  grands^  cojí^ 
fonne  h  fertilidad ,  ó  carestía  le  inspírase. 

aJ"  No  tenemos  aqui  necesidad  de  de- 
Bonstrar  y  que  no  se  hallan  destituidos  de  ¡n« 
dustria  los  Franceses  >  nt  seria  bien  parecido 
poner  en  k  boca  de  un  natural  el  elogio  dé 
su  Nación ;  pero  como  quiera ,  es  bien  notorio 
en  el  mundo  9  que  el  cultivo  de  la  tierra, 
las  artes  ,.7  el  comercio  no  se  halla  desprecia* 
do ,  nt  puesto  en  olvido  eneste  Reyno. 

j.""  Si  á  pesar  de  la  fecundidad  de  la  tier« 
ra ,  y  de  la  aétividad  de  la  Nación  ,  se  halk 
con  todo  eso  tanta  gente,  que  caída  de  áni» 
IDO ,  no  se  aplica  al  trabajo ,  y  busca  su  vida 
mendigando  y  no  puede  ser  otra  la  causa ,  sino 
sna  distribución  desproporcionada  y  y  mal  he^ 
cha  en  los  bienes  de  fortuna» 

Fór  la  distribución,,  que  se  hace  del  pro*- 
dnélo  del  arrendamiento  de  un  terreno  en 
qualquier  País  y  se  podrá  hacer  juicio  del  usur 
finiélOrde  la  administración  de  todo  el  Rey* 
no  ^  y  para  reducir  el  cálculo  á  la  mayor  sim- 
plicidad poñble ,  discturramos  ser  sokx  en  gra- 
nos el  produfio  del  arrendamiento...  Supocir 
gamos,  que  el  País  de  Caux,  (**)  por  égem^ 

pío, 

C*«}EaU  MbrmaQdia,  ctiPVaMÚ.»  coaprehoi^c  £»  Ciu- 
éftdcs ,  y  ttcinta  tttgafcf. 


$  i6      EspeSaculo  de  la  Naturaleza. 
plb ,  DO  produce  otra  cosa.   Para  el  asunto^ 
lo  mismo  es ,  que  los  quatro  mil  reales ,  ó 
mil  francos  >  que  dé  al  Proprietario  qaalquier 
soelo ,  los  dé  en  granos  ^  ^  en  una  heroio^ 
sa  mimbrera,  6   que  los  reditué  una  pesca 
abundante ,  una  cantera  de  pizarras ,  ó  qual- 
^niera  otra  especie  de   proprio.  Los  graoqs 
significan  aqui ,  como  en  compendio  ,  todas 
las  rentas  imaginables  |  pues  todas  se  pueden 
apreciar  según  el  valor  de  los    granos  mis* 
mos ,  por  los  quales  se  hace  necesariamente 
el  cambio.  £s  verdad ,  que  iiay  algunas  espe- 
des  de  bienes ,  y  de  frutos  ,  cuya    labranza, 
y  cosecha  cuesta  menos ,  que  la  de  los  gra- 
nos ;  pero  en  este   caso  es   también  mucho 
menor  la  porción,  que  el  Proprietario  le  ce« 
de  al  Arrendador.  Con  que  si  sacamos  ,  que 
iquando  la  parte,  que  éste  pdfcibe  ,  toda  en 
granos,  no  alcanza  para  el   sustento  de  los 
que  le  ayudan  en  su  trabajo ;  con  mayor  ra* 
zon  se  sacará ,  que  los  mozos  de  labor  que* 
darán  mas  necesitados  ,  pues  el  Administra^ 
dor  tiene  tan  poco  que  darles  ;  y  esto ,  aun 
ocupando  pcx:as  personas.  La  questíoo,  pues, 
viene  á  refundirse  en  inquirir  ,  qué   perso^ 
Das  tendrán  parte  »en  este  .produ¿lo  de  el  ar- 
tendamiento,  y.  quáles  quedarán  priv^adas  ne» 
-cesariamente  de,  él )  y  a^uo  él  modo  oomup 
-de  vivir ,  la  mismo  que  sucede  en   una  be- 
redad^ü  quinta  arrendada  ;  vendrá  á  suce- 
der, 


La  supresión  de  la  mendiguez.     %%j 
der  9  y  se  pui^de  aplicar  á  todp  un  Rey  no* 

£1  Beyno»  6  Estado  que  comprehende  seis 
especies  de  personas,  i.""  ElRey,  sus  Minis* 
tros  9  Oficiales ,  y  gente  de  Guerra  ,  ó  todos 
aquellos  ^  que  se  emplean  en  gobernarnos  ,  ó 
en  deíenda-nos^  i^J*  El  Clero,  3."  Los  Pro^ 
prietarios  de  éste  ^  6  el  otro  terreno.  4*'''  Los 
Labradores^  y  todos  aquellos ,  que  recogen  lo 
que  frutíifíca  la  tierra.  $.""  Los  Mercaderes 
Fatores  ^  Arrieros^  d  qualesquiera  ouqs^  que 
transportan  >  y  cafnbían  los  géneros,  ó.""  Los 
Artesanos  ^  u  .  Oficiales  ,  y  los  domésticos^ 
que  ayudan,  y  facilitan  el  logro.,  y  cosecha 
de  los  frutos.  Todas  estas  esf  ecies  de  perso^ 
vsA  son  necesprÍ9S  al  bien  estar ,  y  logro  de 
una  heredad ;  .y ;  tpanteniendola  y  es  consequen-- 
cía  9  que  adquieran  derecho  al  produtío.  £1 
Rey  ,  y  sus  Ministros  la  defienden  de  to- 
do insulto;  porque  era  imposible  conservar 
la ' propríedad ^  ni  disfrutaría,  si  no  huvier^ 
^bierno.  El  Pastor  coDfiirre  con  la  saluda- 
ble do¿ÍTÍna ,  y  conduce  ¿  esta  habitación  el 
espíritu  de  paz ,  y  de  dulzura  y,  iptrqclucien- 
do  en  la  casa  la  ^legria  verdadera  >  el  crden^ 
las  buenas  eostuoibres^  h  inclinaciones  sociar 
bles  por  medio  de  la  caridad,  del  amparo, so- 
corro ,  y  esperanza  de  les  verdaderas  bie- 
Aes,  El  Labrador  ,  el  Obrero,  el  Artesano, 
y  el  Mercader  la  mantienen  con  una  serie 
de  operaciones,  y   servicios  tan  frequentes, 

co- 


«rrcftáamien 


%7%  Espe&aculo  de  la  KaturcíkM. 
como  necesarios.  El  PropñetariO|  después  de 
reservar  parte  de  sus  frutos  para  su  manutetir 
Cien  y  destina  la  mitad  del  produño ,  ó  los  dos 
tercios^  para  compensaría  todos  los  que  he^ 
mos  dicho ,  y  para  reconocer  los  socorros  dí« 
versos  9  que  le  mantienen  su  Estada 
Regtt  de  lot  La  experiencia  mas  constante  ha  enseña* 
do  á  los  dueños  de  las  heredades  ,  que  partan 
con  el  Arrendador  la  mitad  de  gastos  ,  y 
frutos  9  6  lo  que  viene  á  ser  lo  mismo  y  ú 
Propríetario  se  echa  fuera  de  todo  gasto  y  y  se 
contenta  con  un  tercio  del  usufirudo ,  que  li 
heredad  dá  de  sí ,  ú  ordinariamente  suele  dar; 
y  esto  es  lo  que  se  llama  tercio  liire.  Sí  la 
heredad ,  computado  un  año  con  otro ,  pro- 
duce el  valor  de  mil  escudas  y  se  contenta 
con  quatro  mil  reales  ^  y  deja  al  Arrenda- 
dor lo  que  resta.  Si  un  Paysano  entra  en  dác 
por  un  pedazo  de  tierra  veinte  haces  de  la 
mies  y  que  siembra  y  ('^*)  es  necesario  y  paca 
no  perderse  y  qi)e  á  él  le  dé  ú  rededor  de 
quarenta  y  6  sesenta  en  todo.  Quando  han 
querido  los  Proprietarios  percebir  una  mltad| 
<ó  mas  que  el  tercio ,  casi  siempre  ha  sucedido^ 
Ib  que  se  qtiedan  sin  paga  y  6  que  no  pueden 
ponerla  en  cobro  y  sino  con  la  ruina  del  que 
arrendó. 

La  foitona  de  éste  con   semejante  distri- 

(»*)  Cala  haz  ie  «stot  tiene  ao «  ^  14  masadas  de  las  qut  d 
%tffíiw  cmpHia  quaadM  siega,  aick.  Dic.  U  G.  /  i.  J. 


La  supresión  de  la  mendigue::.  %  39 
bocion  y  parece  buena ,  y  la  percepción  de  I05 
dos  tercios  del  total  parece  que  la  hacen  embi- 
diable.  Pero  no  goza  enteramente  esta  suma; 
acra  veremos  quántos  acreedores  acuden  para 
ser  participantes. 

i.^  Primeramente  el  Rey,  como  Protec* 
tor  del  orden ,  y  régimen  público ,  y  como  de- 
fensor de  cada  particular ,  exige  comunmente 
en  aquellos  Países,  en  que  la  fecundidad  del  ter- 
reno es  mediana,  ó  el  comercio  muy  limita- 
do,  1 8  dineros  (^^)  por  cada  quatro  reales  del 
produéto  del  arrendamiento.  La  talla ,  ó  repar- 
timiento proporcionado  á  la  hacienda  todavía 
és  mucho  mas ;  y  en  aquellos  Países ,  en  que 
el  consumo  es  grande  9  y  la  industria  prove- 
chosa ,  sube  basta  tres  sueldos ,  ó  cosa  de  i  S 
maravedís  por  cada  quatro  reales.  Pero  este  ex- 
ceso en  la  talla  no  debe  entrar  aqui  en  cuenta, 
pues  queda  abundantemente  compensado  con 
la  certidumbre  del  fruto ;  atengámonos  ,  pues, 
á  19  maravedís- por  cada  quatro  reales,  que  es 
el  modo  común  de  imponer  la  talla  propor- 
cionalmente  al  produéto  del  arrendamiento. 
La  capitación  ,  y  otras  imposiciones  peque- 
ñas suben  todas  juntas  hasta  la  quarta  parte ,  6 
poco  mas  de  la  talla :  hagamos  cuenta  sola- 
*mente  deque  sube  todo  hasta  18  maravedís 

Tom.XL  Tt  por 

;<««)  240  dineros  en  moneda  corrícote  en  Francia  hacen  una  libra» 
h  quatro  reales  de  vellón  de  Espxña,  Rich.  Dic.  l.D.  6  segun  ci 
Pie.  de  Trev»  doce  dineros  bacea  un  sueldo  •  y  yeince  sueldua 
una  pcxecv 


j  j  o  EspeSlacuh  de  Ja  Naturales. 
por.  cada  quatro  reales.  Con  que  si  el  produc- 
to de  la  heredad  es  cosa  de  mil  escudos,  (**) 
y  tiene  el  Arrendador ,  que  darle  al  Proprieta- 
rio  un  tercio  libre,  pagará  al  Rey  la  suma  de 
500  reales  por  tributo ,  ó  talla.  Si  en  lugar  de 
mil  escudos^,  queremos  reducir  el  total  á  mu- 
cho  menos,  y  computamos  el  produdo  de  la 
tierra  en  60  haces ,  dados  por  el  Arrendador 
ao  al  dueño ,  tiene  que  dar  al  Rey  otros  dos 
y  medio  de  los  quarenta,  que  quedan^ 

Quando  el  Labrador  mismo  es  el  Propri^ 
tario  de  la  tierra ,  que  cultiva  ,  tiene  doble 
imposición  ,  repartiéndole  a 4  maravedís  en 
lugar  de  I  a ;  ó  36  en  lugar  de  1 8  por  cada 
quatro  reales  del  producto  de  la  heredad*  La 
razón  de  esta  sobrecarga  proviene  lo  primero 
de  que  la  gente  del  campo  no  paga  puertas,  ó 
alcabala  del  viento ;  y  asi ,  si  esta  hacienda  fuera 
propria  de  alguno ,  que  estubiese  establecido 
en  ésta ,  ó  la  otra  Ciudad ,  la  talla  sería  menor, 
porque  los  tales  pagan  derechos  de  entrada, 
además  de  un  tributo  mucho  mayor,  impues- 
to sobre  los  pescados ,  y  sobre  los  demás  co- 
mestibles, y  además  de  la  alcabala  en  toda  es- 
pecie de  mercadurías.  Solo  la  entrada  de  vino 
le  cuesta  á  un  Parisiense  un  Luis  de  oro,  6 144 
reales  (**)  por  cada  pieza,  6  tonel  de  43 ^  li- 
bras. 

(**)  El  escodo  ,  como  aqni  se  toma  >  es  ¿t  6o  sueldos  >  h  casi 
doce  realck  de  vellón. 

(««-;  El  Tfllor  del  Luis  de  oro ,  oue  es  una  mr.neda  de  Francit» 
lia  sido  suiuaiDcn:c  Y«rio » subiendo  caú  SHUsivamcntc  desde  so 


La  supresión  de  la  mendiguez.      331 
bras.(**),La  segunda  razón  de  la  sobrecarga  ' 
de  los  Labradores  proprietarios  de  hered<ídes 
proviene  de  que  antiguamente  las  gentes  del 
campo  eran  esclavas ,  é  inhábiles  para  poseer 
proprio  alguno,  según  el  uso ,  ó  derecho ,  que 
introdugeron  los  Romanos  en  las  Gallas ;  y  es« 
te  derecho  se  conservó  sin  la  menor  mutación 
todo  el  tiempo  de  las  dos  primeras  razas ,  ó  h*- 
aages  de  los  Reyes  de  Francia ,  y  mucho  del 
tiempo  de  la  tercera.  Regularmente  el  Paysano, 
7  su  familia  eran  parte  de  la  hacienda ,  sin  que 
pudiesen  ni  aun  mudar  de  domicilio ,  arrayga- 
dos  9  por  decirlo  así ,  á  la  misma  tierra  "^en  que  *  ^dua^t 
nacieron ,  como  el  árbol ,  que  se  planta  en  ella.      *^^' 

En  los  Reynados  de  San  Luis  ,  y  de  los 
tres  hijos  de  Phelipe  el  Hermoso ,  se  comen- 
zó á  permitirá  los  Aldeanos  el  poderse  re- 
¿Kmir,  y  libertar  de  su  esclavitud ,  mudar  do- 
micilio ,  comprar  heredades ,  y  adquirir  fon- 
dos como  los  Nobles,  y  Ciudadanos  ;  pero 
todo  con  la  condición  de  pagar  impuestos  ma« 
yores  qde  ellos ,  de  obligarse  á  tantos  dias  de 
servidumbre  sin  paga  alguna  para  con  los  Se- 
ñores immedlatos ,  y  á  otros  muchos  del  mis- 
mo modo,  para  con  los  Soberanos;  y  en  fin, 
á  someterse  á  algunos  derechc^ ,  y  óbligacio- 

Tt  a  nes, 

reales  He  vellón  de  España»  hasta  144  ,  y  aun   mas.  Véanse    el. 
Dic.  de  Savary  ,  y  el  de  Trevoux.  Oy  «lia  »   hablando  absoluca- 
neote  asi ,  L%i»  dt  Or»  se  enciende  el  valor  de  24  pesetas,  6  cer- 
C9  de  loo  reales. 

(**)  Véase  la  nota  del  como  quarto  de  esta   Obra  >   pag.   1^0 
^  ^ne    se  habla  acerca  de  estas  medidas. 


331     Espediaculo de h  Natur aleta. 
nes ,  mas^é  menps  onerosas,  que  los  Señores  de 
los  Lugares  juzgaron  poderles  imponer  por  és« 
te ,  ó  el  otro  titulo. 

No  se  limitan  los  derechos  Reales  á  la 
u  Sal  ^'^^^  y  y  capitación.  El  impuesto  de  la  Sal  equi- 
vale á  una  mitad  de  los  dos  precedentes.  Un. 
Labrador ,  que  paga  quatro  mil  reales  de  ar- 
rendamiento, tiene,  por  lo  menos,  ocho,  d 
nueve  personas ,  que  mantener ,  y á  sean  hi- 
jos,  ó  yá  domésticos  ,  y  consume ,  ó  puede 
consumir  cinquenta  libras  de  Sal ,  dos  tercios 
para  saleros ,  y  guisados ,  y  el  otro  para  ceci- 
nas, {**)  y  cerdos;  y  si  acaso  en  esta  ultima 
partida  gasta  mas  ,  la  industria  ^  que  en  ello 
egerce ,  le  compensa.  Cinquenta  libras  de  Sal 
equivaldrán  á  la  sexagésima  parte  de  mil  es- 
cudos ,  con  que  se  podría  añadir  un  haz  en  los 
sesenta ,  que  dejamos  dichos  ;  pero  aqui  será 
bastante  el  contar  la  mitad  de  esta  imposición, 
porque  le  franquea  al  Labrador  una  mercan- 
cía ,  que  le  ayuda  al  sustento ,  y  al  comercio: 
añadamos,  pues,  medio  haz ,  á  los  dos  y  medio 
de  capitación ,  y  talla :  con  que  de  los  6o ,  que 
produce  la  heredad ,  hay  que  rebajar  tres  de 
los  quarenta ,  que  le  quedan  al  Arrendador. 

A  los  derechos  Reales  podremos  juntar  los 
scAoríor   ^  derechos  de  Señorío ,  qqe  comunmente  no  lle- 
gan ,  ni  con  mucho  á  la  sexagésima  parte  del 

ta« 

<**)  SAÍ4fj»ts  Uamaa  tlgaaos  ü  toda  eipecíe  4c  carof  >  ^  pct^ 
fiJo  >  ^iK  t<  coBscrra  por  medio  df  U  taJL 


La  supresión  de  Ja  mendigues^.     33}* 
total.  En  los  Lugares ,  en  que  los  derechos  de 
saca )  y  de  suelo  ,  (**)  y  algunos  otros  soa 
violentos ,  pongo  por  egemplo ,  si  sacan  síete^ 
u  ocho  haces  del  todo ,  tienen  los  Intenden* 
tes  la  equidad  de  pedir  menos  para  el  Rey^ 
atenta  una  tan  pesada  imposición.  Las  Ald^ 
de  esta  especie ,  que  quisieron    antiguamente 
introducir  un  encabezamiento  y  airreglado  por 
el  numero  de  Vecinos  ^  como  le  había  en  otras 
partes ,  sin  reparar  en  las  cargas  ^  que  y á  te- 
nían 9  poco  á  poco  se  han  ido  quedando  desier* 
tas.  Por  lo  que  mira  á  semejantes  Lugares ,  nos 
deberíamos  contentar  con  poner  aqui  la  mi- 
tad de  una  sexagésima  parte  para  satisfacer  el 
derecho  de  Señorío ;  pero  para  prevenir  todo 
acaecimiento ,  es  razón  contar  un  haz ,  ó  una 
sexagésima  entera.    Ko  hay  año  alguno  ,  ea 
que  no  sobrevenga  en  qualquier  terreno  algo 
¿latado,  elíjase  el  que  se  quiera  ,  algún  ac« 
ddente  imprevisto:  en  una  parte  una  nube  de 
piedra  arruina  los  panes ,  en  otra  la  desgracia 
de  alguna  Muía ,  ó  ganado  atrasa  al  Labrador^ 
y  en  otra  se  arrebatan  los  sembrados.  (**)  Es- 
tos infortunios,  y  otros  semejantes  se  suavi-» 
zan  con  la  remisión ,  y  descarga ,  que  se  con- 


(M)  Saca»  7  suelo  son  <lo9  especies  ilc  ímpnesto > que  en  algo- 
■as  tierras  tienen  los  Señores  en  Francia  los  granos  9  y  legam- 
Wes,  que  producen  >  aunque  Rich.  Dic.  1.  C.  palabra»  Champart» 
J^e ,  que  es  uno  con  dos  nombres. 

i**)  Por  lo  que  mira  al  Tnx§  t  que  es  el  haber  principal  de  «n 
labrador  ,  purde  padecer  muchas  quiebras  9  y  tener  muchos  de<^ 
itAof :  U  NermlU  >  h  ^tinut^  planta  bien  coBO«ida  ¿  U  M^ 


/ 


334  Espe&acuh  de  Ja  Natur ateza. 
cede  á  los  Lugares ,  que  sufrieron  mas  ea  ellos» 
Pero  alcanzan  de  algún  modo  á  los  demás  de 
la  comarca ,  pues  han  de  completar  el  im- 
puesto 9  que  tiene  la  Provincia  sobre  sí ;  y  lo 
mismo  sucede  si  algunos  Lugares  publican  fal- 
samente ^  que  tienen  la  talla  muy  alta ,  ó  que 
se  les  ha  aumentado  ^  y  si  otros  la  tienen  real- 
mente mas  alta ,  que  debiera  estar.  Todo  es- 
to, jiínto  á  los  derechos ,  é  impuestos ,  que  hay 
sobre  las  bebidas  comunes  ,  que  usa  la  gente 
del  campo ,'  de  aguapié ,  sidra ,  y  cerbeza ,  pi- 
de 9  que  pongamos  aqui  una  sexagésima  ente- 
ra: con  que  de  los  quarenta  haces  y  que  eran  la 
parte  del  Labrador ,  Uebamos  yá  quitados  qua« 
tro. 

3.^  Del  produjo  total  queda  todavía  que 
sacar  otra  parte ,  que  recae  también  sobre  el 
^ue  arrienda ,  y  es  la  que  pertenece  á  la  Iglesia, 
h  lo  que  llamamos  Diezmo  Eclesiástico. 

£n  Provenza ,  y  en  algunos  otros  Luga- 

4ÍwtuJ¿7""  Tes  se  contribuye  al  Clero  con  una  parte  de 

éxtz  y  ocho,  y  aun  con   menos  ;  pero  ea 

otras  partes  lo  común  es  darle  la  decima ,  6 

la 

%erjsi  cuyo  grano  es  redondo,  menos  negro  que  el  de  AgennZifen 
algunas  parces  le  llaman  ^l^ATr§b*  sylvtttrt )  el  TíkJ»  «  <^ue  et 
el  trigo  i|ueniado  por  dcncru ,  á  causa  de  las  oteblat  >  frío ,  6 
hielo;  el  'Ceurtat ,  cuyo  grano  es  largo  »  delgado  ,  y  verdeciuo¿ 
€Í  CMehíllej$  ,  cuya  caña  sube  ma«  que  la  de  crigo  ,  ^u  flor  mo- 
rada »  y  encarnada ,  el  grano  largo ,  y  chaco  ácia  la  punca  j  el 
C0rt^tl9  ,  ¿  grano,  que  no  llena  ,  y  se  separa  al  ahechar,  co« 
mo  mas  leve  •  oue  el  grano  común;  codos  estos  •  y  ocros  de« 
leftos,  que  puede  padecer  el  trigo,  atrasan  >  empobrecen  ,  / 
^9n  enemigos  del  JLabrador. 


Pieimo  BdC' 


La  supresión  de  la  mendiguea.  3  3  j 
la  oncena ,  y  en  tal  qual  de  trece  uno.  Tó- 
menlas aquí  un  numero  medio  entre  los 
que  son  casi  universales  ;  y  como  donde  el 
Diezmo  Eclesiástico  está  mas  subido ,  se  dis* 
tnlnuye  el  impuesto  Real ,  viene  á  quedar  to- 
do con  cierta  especie  de  igualdad.  Suponga*- 
mos ,  pues ,  que  se  dá  á  la  Iglesia  de  ddce 
uno  en  todas  partes  ^  y  de  este  modo  en  los 
60,  que  es  el  numero  total  á  que  hacemos 
subir  el  prodiéio  de  la  heredad  ,  hallamos^ 
que  pertenecen  al  Clero  cinco  haces :  con  que 
sacados  de  los  quarenta ,  que  le  quedan  al 
que  arrienda ,  quatro  para  satisfacer  los  dere- 
chos Reales ,  y  de  Señorío ,  y  cinco  para  el 
Clero  9  le  vienen  á  restar  treinta  y  uno  sola-» 
mente* 

La  cuenta  no  es  menos  clara  ,  que  bien 
hecha ,  en  la  su|:osicicn  de  reducir  el  arren- 
damiento todo  á  granos; y  aunque  en  la  rea- 
lidad hay  algunas  cosas ,  que  no  pagan  Diez- 
mo á  la  Igitsia ,  cerno  son  los  prados  9  y  los 
bienes  9  que  Uamam.os  de  industria  ;  pero  in« 
direéiamente  diezman  también  ,  pues  dan  al 
Clero  el  Diezn^o  de  los  animales,  cuyamul- 
tiplicacicn  es  el  principal  prodtéio  de  la  in- 
dustria de  la  gente  del  campo  ,  y  las  prade- 
rías ícn  el  socorro  principal  para  que  se  lo- 
gre esta  industria.  Y  si  hay  algunas  utilidades 
en  los  Lugares,  que  no  contribuyan ,  la  Igle- 
sia queda  abundantemente  compensada  con 

las 


33^     Espe&acuh  de  la  NatWíüeta. 
las  ofrendas  vol  untarías  ^  que  añaden  los  Fifr* 
Íes  al  magnifico  presente  de  su  Décima. 

Se  ha  tenido  la  curiosidad  de  notar ,  que 
exceptos  aquellos  Lugares ,  en  que  la  exemp* 
oon  de  la  gabela  de  la  Sal ,  ó  un  consumo 
grande  de  géneros  ,  ó  producciones  dan  la« 
gar  á  una  talla  muy  subida  ^  y  exceptos  tam« 
bien  los  que  tienen  muchos  prados ,  ó  hter« 
baS)  y  pocas  tierras  de  labor :  en  todos  los  de- 
más lugares  excede  el  Diezmo  Eclesiástico  I 
la  talla ,  ó  repartimiento  general »  {^)  en  una 
sexta  9  ó  en  una  quinta  ,  6  quarta  parte  ^  y 
á  veces  en  mas.  La  prueba  de  esto  se  halla 
en  las  operaciones  hechas  por  M.  Vaubaa 
en  muchas  Parroquias  ,  aun  de  la  Norman* 
día  9  en  que  los  recursos  de  la  industria  son 
mas  comunes ,  y  mayores.  Y  todavía  se  ha- 
lla la  prueba  aun  mas  sensible  en  los  Paí« 
ses  de  granos ,  en  que  ^  como  en  el  de  CaaX| 
^  guarda  al  Cura  todo  el  Diezmo  ,  y  des- 
pues  de  la  muerte  del  Beneficiado  se  depo- 
sita el  Diezmo  de  un  año ,  como  constitutí- 
irodela  renta  del  Obispo:  (**)  y  el  pro- 
duéio  del  tal  deposito  es  mayor ,  que  el  de 

la 

<»♦)  o  Lihr9t ,  que  es  el  nomWe  i  que  le  dan  por  lo  comoa. 

<**)  Hsce  Dieimo ,  que  en  Francia  se  aplica  al  Obispo  en  U 
mnerte  de  loi  Beneficiados  ,  en  Espina  en  varios  Obispados  es 
la  quarca  parce  de  la  renca  annual  del  Beneficio  »  /  se  lUma 
QnártA  Cfu^nit^;  en  ceros  Ohisptdos  es  menos  ;  en  algu.os  eU< 
ge  el  Obispo  una  aihaia  mueble  del  Beneficiado ,  por  egem- 
«plo  »  el  Esclavo  ,  el  Caballo ,  &c.  y  $e  le  dá  el  nombre  de  Luf 
$u§sé,     i»   ^u»i  ix  le^endéi  d^fuuSti  m»ri9  PT9'99nUt,  VcMC  el  P. 


la  há^rtslón áe  ta mendigáis  337' 
U  tálh.  Eá  bastantemente  común  en  algunas 
Aldeas ,  que  el  Diezmo  Eclesiástico  ,  compa- 
rado con  la  talla  y  es  como  cinco  á  tres  ;  j 
aunque  sucede  lo  contrario  en  los  Lugares, 
que  usan  de  la  sal  blanca ,  en  los  que  hay 
mucha  madera, ú  otras  espedes  de  bienes, 
que  na  dan  á  la  Iglesia  cosa  alguna;  pero  es- 
tos parages  son  muy  raros.  En  fin  ,  en  los 
Lugares  en  que  abunda  el  comercio  »  y  se 
egercita  la  industria  ,  será  la  calla  como  cin- 
co,  y  el  Diezmo  cx>mo  tres :  con  que  com- 
pensando uno  con  otro ,  vienen  á  subir  en  to- 
das partes  estos  dos  derechos  hasta  igualará^ 
ocho  haces  de  los  quareuta,  que  isocan  la  Af'» 
teodador. 

Aunque  la  parte  con  que  se  contribuye 
al  Rey,  y  la  que  se  dá  á  la  Iglesia,  sean  al 
parecer  iguales,  son  en  la  realidad  muy  des* 
iguales.  La  Iglesia  recoge  la  suya  sin  contes- 
tación, embarazo,  ni  repartimiento  alguno; 
Bn  hombre  solo  acude  al  campo  mismo  en 
que  se  acaba  de  hacerla  siega,  y  se  hallan  las 
míeses  reducidas  á  gabiUas,  6  tuces  ,  y  pica 
con  un  bastón  hemdo,  ó  con  un  palo  con 
su  lierron  en  la  punta ,  aquello ,  que  corres- 
ponde al  Beneficiado, á  quien  se  diezma,  y 
aqui  dio  fin  toda  la  operación,  y  trabajo:  por 
d  contrario ,  el  Rey  para  poner  cobro  en  la 
pane,  que  le  corresponde,  se  ré  precisado  á 
emplear,  y  mantener  con  sumo  gasto  Inten- 
Tm.  2Z  Vr  den-' 


^, 


denües>  Contadores ,  Theaoreros  i  AlguadíeS)  * 
Egecutores  ,  Quadrilleros  ^  y  una  infinidad  de 
Q^a^daft^9  <^on  ^  P^ft®  ^^  ^  %Iesia  queda 
ipaa  ^nUra^  y  lOiaa  segnnu  A  la  Iglesia  le 
coDtribufmosisiD'sentíaiientOy  y  sin  quejas :  es- 
to miatno  bebíamos  ejecutar  con  él  Rey,  sin 
murmuraciones ,  ni  escusas;  y  mas  quaodoen 
muchos  JLugarés  es  menos  :1o  que,  se  dé  al. 
Rey  y  que  á  la  >Iglesk ;  y  los^Ecledasticos^  atde- 
más  del  Diezmo ,  gozan^ ,  y  poseen   muchas 
tierras, y  heredades  muy  opimas,  y  muy  fér- 
tiles ,  y  á  todo  se  les  sobreañade  la  ofrenda  vo- 
luntaria ide  los  Fteles#. ,  No  .es   aora  nuestro 
asuntol reducir  ..aricl;}mfiucarnepte. i  uoa  exac- 
ta comparación  las  rentas  Reales ,  y  las  Ecie? 
siasticaa;  pues  aupque  esto  pudiera  ser  muy  údl, 
no  tratamos  ¿íqtii,  sinq  solo  de  conocer  aque- 
llo, que  le  qui^daiUbre^  jun  labrador  <lel  ar«* 
rendami.ento  «o  qtieémfa:,fy  qu^  es  lo   quq 
tiene  que  dar  á  otros ,  para  sacaf ^  jen  limpio  la^ 
causas,  que  pueden  concurrirá  empobrecer- 
le ;  con  que  dando  qudtro  haq^s ,  d  partes  a( 
Rey,  quatro.áM. Iglesia,  y, una; por  los  de- 
rechos de  sal ,  y  Señgiío,  le  vienen  á  quqdas 
treinta  y  una  de  las^  qijarentía*  ' 

No  será  fuera  del  caso  ,  el  que  valuemos 
también  aquellos  gastos  ,  que  al  cabo  del  añq 
hace  insensiblemente ,  y  por  juenudo  el  Af* 
rendador ,  y á  con  el  Párroco  en  ofrendas  vo- 
luntadas,-en  honras,  y  cumplimientos  pre^ 

cí- 


."La  supreshnldé  Id  mesüligufj^     3  29 
€Í90S  de  sus  difuntos  y  y  jí  con  .los.  Religión 
sos  M^adicaoteS)  DemanJadefos',- Familias  afi 
roinadaá  poi*  inéendios  ^  y   pobres    del   Lu« 
gar  y  en  frequentes  distribuciones  ,  y  limosa 
Das  de  riñó ,  cañatnp ,  lino,  y  «Htiaza  ^  cafia>i 
ODones  ^  guisantes  9  judias  j  j"  toda  especie  de 
lumbres  ,  en  lana,  faílo:^  ;Ieña ,  y  otras  nra« 
chas  provisiones  9  y  menesteres;  yo  tengo  la 
prueba  en  la  mano  y  de  que  él  Arrendador 
mas  limitado  expende  más^  de  quatio :  doblón 
oes  al  .año  en*  obr^  semejantes.  ¡iBl    Labran* 
(br  tieae.  puertas,  y  manos  abiertas  ,  quan«^ 
do  el  granero  está  lleno ,  y  es  innegable ,  que 
lo  que  en  61  es  rustico  j  son  sus  modales; 
pero  su  cDcazon  es  mas  compasivo  ^  jque  el 
nuestnx         L    n  .      ) 

Con  '  todo: eso  Ümitémos  lo  que  dbtrLp 
baye  con  piadosa  manó ,  por  todo  el  espado 
del  año  i  solos  tres  doblones»  Si  suponemo% 
qué  el  total  de  su  cosecha  ,  reducido  á  plata^ 
es  de  trescientos  deblónes  ,  tenemos ',  que  ha 
gastado  en  estas  menudas  expensas  la  centest^ 
ma  parte  del  todo :.  pero  verdaderamente  ^  qué 
nos  quedamos  muy  ¿ortos ,  porque  el  Ai*ren- 
dador  se  vé  indubitablemente  cargado  ;de  ocroi 
muchos  gastos  precisos ,;  perteneciente^  á  Jta 
^lesia ,  y  que  deben  entrar  en.  la  cuenta; 
reparos  del  Cementerio  ,  .  composkrion  del 
Presby teriD ,  fundición  de  campanas ,  fiíbirica 
de  %ldsíá t  y  qiiaofeK>  .p^rt^nece  á.sa iulofiioi 

Vva  des- 


i34o  EspeSaeuhdeUNiOwraíaUu 
desde  el  cimiento  de  la  cave ,  basta  el  Cyn^ 
borio  ,  y  desde  el  cancel  de  la  puerta  ,  hasta 
los  balaustres  del  G)ro,  y  del  Altan  No  será 
mticho  por  todos  estos  gastos  ^  que  se  estiendan 
á  una  brga  serie deafios,  y  que  suben  algunas 
veces  oo  poco  ^  sobreañadiendo  lo  que  expende 
nuestro  Arrendador  jen  limosnas ,  el  contar  una 
aexagesíaui ,  y  vá  la  cuenta  bien  baja.  Si  acaso 
diere  mas,  se  harán  todavia  coa  eso  mas  evi- 
dentes las  causas  de  la  medianía  de  su  caudd^ 
que  esi  lo.  c^e.bascánaos  aquL  Añadido ,  pues, 
este  sexagésimo  hí%  i^jos  nueve  precedente^ 
no  le  quedan  yá  sino  treinta. 
oattot  ae  S*''  P^ra  hacer  la  siega,  y  trillar  ,  es  eos- 
líifL.^*"  tumbfe  dar  una  parte  á  los.que  concurren ,  ó 
ejecutan  estas  operaciones  precisas.  En  el  mo« 
^o  dé  esta  paga  varían  las  Provincias;  peroco« 
mo  quiera  sube  por  lo  menos  d  gasto  á  una 
jtrdntena,  ó  á  dos  sexagésimas  de  el  total:  con 
esto  los  treinta  haces  se  nos  quedan  en  veinte 
y  ocho*  No  cuento  aqui  la 'maquila  del  Mo-» 
lino,  porque  este  gasto,  no  tanto  pertenece á 
la  tierra ,  qniamo  al  gasto  personal. 

Vé  aqui  yá  consumida  la  mitad ,  y  mas  de 
la  mitad  de  el  prododo  de  la  tierra  ,  antes 
que  d  Arrendador  pueda  aprovecharse  de  un 
grano  siquiera  para  so  sustento ,  y  el  de  su 
numerosa  familia.  Jíoco  háj,  qne  le  temarnos 
embidia ,  y  empezamos  yá  á  tenerle  lastima: 
puei  todavia*  tnidri  que  auficic  muchas  iaef<' 


tacioacf. 


scaicntcnk 


la S9(presi0n  A  ¡a mnJígufiu    S4i 
ims  y  y  desfalques ,  antes  que  pueda  gpzar  la 
fecompeosa  de  su  trabajo. 

V  El  peso  de  125  Uhrasde  granos,  sem-  cisrot  ac 
brado  eo  una  heredad, dará  tal  vez  doce,  6  ca- 
torce veces  mas  de  lo  que  se  sembró,  muchas 
veces  ocho,  ó  nueve  solamente ,  y  otras  me- 
nos, y  seria  fdkrídad  el  que  siempre  diese  diez 
por  lino :  con  todo  eso  supongamos ,  que  com- 
pensando unas  tierras  con  otras  ,  «de  asi  á 
diez  por  uno.  Para  as^urar  diez  septiers,  6  car- 

&^  9  (**)  P^f  ^^^  P^'^  d  ^^  siguiente ,  es 
menester  deshacerse  este  afio  de  una  carga; 
y  así,  para  recoger  el  Arrendador  este   afio 

60 

f<^)  A  cerca  de  la  medtila  >  >|iic  aqni  fe  tn¿9€t  «  que  ct    ti 
JMjmm  ,  (<Íc  Jos  quaics  seis  hacen  un  Sepcíers)  además  de  lo  que 
^acJa  notado  en  el  Tomo  IV.  pag»  aoV  <«  lu  de  adrcrcir »  qne 
aanque  alH  se  dice  ».  que  cada  Boiteao  contiene  qvano  Sjférrsi^ 
y  cada  quaf  ta  «cho  Uttúmeg  >  seeun  el  Diccionario  de  Treroux» 
ton.  4,  pal.  Licron  »  ultima  Edic.  de  París «  año  de    i7f  2  y  afia* 
de ,  q«e  el  Litron  e<  la  decimasesta  parte  de  el  Boiseau  ¿  pero 
d  mismo  t>ic.  f  la  misma, Edición  com.  i.  pal.  Soiseau  »    dice» 
^oc  cada  Lint»  cu  París  es  la  C^nvs  térti  del  BnttJtu »  pues 
¿firma  •  q«ie  esta  medida  coacienr  quatro  qoarcas  1  ii  ocho  Litro- 
■es.  £1  Soiscau  debe  tener  *  segiin  la  Ordenanza  del  a¿o  de  ié4ft 
Ocho  pulgadas  »  t  dos  lincas  y  m«dia  de  alto »  j  diex  pnlgadaa 
de  ancho ,  h  de  jiametro.  El  P.  Merseno  observó  >  que   el  Bol* 
teas  colmado  de  París  cabía  tío itfo  gi  anos  de  trigo  t   y  rasado 
173000.  £1  Boiseají  4e  París  pesa  ao  libras  de  'buen  triro.    De 
todo  esto  se  puede  colegir  muy  bien  la  redocdon»  y  mas  saDÍendo» 
que  el  Se^tier  j  en  cuyo  lugar  ponemos  ^qui   la  carga  >  es  de 
seb  Boiseaux » ( no  oostante  t   que  el  común  Septier  contiene 
f  2 )  de  20  libras  «le  buen  trigo  cada  uno  %  y  que  nuestra  carga 
es  de  4  fanegas  de  casi  una  arroba  cada  una  t  que  son  cerca  de 
.rooUbra*»  h  nu  qtiÍntal:con  que  cargat  y  Septier  solo  se  diferen» 
^an  en  20  libras  >  que  tiene  mas  el  Septier  j  y  asi »  no  tenien- 
do me<)i4a  4gual  >  usamo5  del  nombre  de  carga  :  con  esta  «ota* 
SI  Italiano  traduce  en  lugar  de  Seprier  doce  Status »  que  scguii 
Antonio    Dic  es  lo  mifmo  que  B3i^cau  9   siendo  así»    que  M. 
Pinche  ¿ice  ,  que  el  Septier  aquí  solo  vale  seis  ;  Francios.  Dtc« 
dice  >  qnc  la  Staia  es  una  fanega  >  coa  que  en  logar  de  quatfo 
^cgas»  poco- MM Y  traduce  doet*.  *  •        •     • 


l^i  EspeSlactálo  de  h  Ifytufíikzdé 
6o  haces  ,  necesita  sacrificar  seis^  loi  qu^e^ 
reservados  para  este  -efeélo ,  se  habrán  de  re^ 
bajar  de  los  38,  que  quedaban  :  con  que  si  el 
afk)  es  regular ,  y  no  hay  pérdida  ,  ni  en  el 
producto,  ni  en  1»  venta  ^  seraneas  los  ha« 
ees  de  que  podrá  disfXMíer  7  aora ,  f^ues ,  6q 
son  á  11  y  como  3000  a  1100  ;  con  que  de 
los  mil  escudos  solo  le  quedan  al  Arrendador 
mil  y  cíen  libras,  ó  quatro  mil ,  y  quatrodei» 
tos  reales ,  en  cuya  cantidad  ha  de  hallar  sa 
alimento ,  la  manutención  de  su  familia  ,  los 
gages  9  y  salarios  de  una  Criada  »  un  Criádc^ 
y  un  Pastor;  la  compra ,  y  sustento  de  och0| 
6  diez  Caballos ,  la  paga  de  un  Carro ,  y  de 
todo  lo  que  ha'  de  ccfm^rar  ál  Alharden>| 
al  Guarnicionero'', -al  Herrero  al  Carpinte* 
fo  ,  al  Herrador ,  al  Cabador  ,  aL— •  Conci- 
be V.  m.  esto  ?  Basta  decir ,  que  es  necesa-^ 
rio  j  que  el  Arrendador  perezca.  Dado ,  que 
solo  gaste  en  salarias  de  sus  domésticos  ocho» 
cientos  reales,  y  mil  y  doscientos  de  su  manu- 
tención, que  absolutamente  es  imposible  que 
alcance  para  quatro  personas  corpuletuas,  y 
robustas,  que  trabajan  continuadamente , y  se 
disipan  sin  cesar  ;  pues  el  resto  ,  carriiages, 
transportes ,  y  composturas  se  lo  lleban  ,  se 
sigue ,  que  nuestro  Labrador  ha  trabajado  pa-^ 
n  otros. 

Boivamos  un  poco  acia  atrás ,  y  rebaje* 
mos  ep  el  gasto  quantó    nos  fuere  posiUe«^ 

£a 


La  supresión  de  la  mendigueit,  34$ 
En  un  arrendamiento  pequeño  $e  perdería  sin 
doda  el  Ladrador ,  como  no  trabajase  por  si 
mismo  casi  todas  las  obras  ,  que  se  ofre- 
cen :  deje ,  pues  9  el  numero  grande  de  do- 
mésticos á  otros  Arrendadores  mas  ricos :  en- 
cargue su  ganado  al  Pastor  común  del  Lu- 
gar: ayúdele  su  hijo  en  lugar  de  mozo  de 
labranza.  La  muger ,  con  su  hija  ^  cuidará  de 
quanto  perteneced  quesos , leche ,  y  requeso- 
oes  ;  trabajará  los  cañamos  ^  hará  las  legías,  car* 
gando  al  mismo  tiempo  con  todo  el  mane- 
jo de  la  casa,  lísit  cuidadoso  afán  comienza 
á  ahorrar  mucho  á  nuestro  Labrador ,  que  hu- 
ye de  toda  compra  ,  evita  la  tienda  del 
Mercader  ,.  como  un  escollo,  y  no  desecha 
el  vestido ,  sino  quando  yá  descubre  la  hi- 
laza por  gastado ,  y  aun  por  roto  ;  no  se  com* 
pra  un  mueble  y  ni  se  compone  un  trasto^ 
sino  quando  no  puede  servir  de  otro  modo. 
Peroá  pesar  de  una  tan  trabajosa  economía, 
conocerá  este  Arrendador,  qué  cosa  es  con- 
sumirse 9  y  perderse ,  y  que  la  condición  de 
uno,  que  trabaja  por  sus  mismas  manos,  y 
con  la  ayuda  ^t  elgunas  caballerías  ,  ü  otros 
animales,  es  mucho  mejor ,  que  la  suya ,  y  que 
DO  mejorando  fortuna  por  medio  del  comercio 
de  granos,  lanas,  y  otros  produélos  de  su  bo- 
dega ,  redil ,  y  corrales  ,  que  son  los  recursos 
del  arrendamiento ,  vivirá  con  la  mayor  es- 
trechez, y  penuria. 

Pe- 


S44  Espe&acuh  de  ta  Natur:ílem^ 
Pero  esta  economía  tan  loable  >  que  fé 
pone  en  salvo ,  y  hace  que  viva  con  algao 
alivio ,  viene  á  s^r  ocasión  de  miseria  para 
otros.  Sí  el  que  arrienda  la  heredad  ,  la  tra« 
i)aja  por  sí  mismo ,  yá  no  es  su  casa  el  re-- 
fugio  del  Jornalero ;  si  es  tan  tímido  en  los 
gastos ,  nada  le  venderá  al  Mercader ,  y  muy 
poco  le  comprará  el  Artesano ;  con  que  to- 
dos 9  en  sus  respeéiivos  oficios ,  sentirán  él  al- 
cance 9  y  experimentarán  con  él  la  miseria.  La 
que  padece  el  Oficial ,  6  Artesano  ,  arruina 
al  Mercader  vecino ^  &lto  del  consumo,  que 
había  de  hacer  el  ínfimo  Pueblo  en  su  tien- 
da.  Todas  estas  cosas  tienen  unión  entre  su 
si  el  Labrador  vive  con  estrechez  ,  todo  el 
Mundo  la  experimenta ,  los  Lugares ,  las  Al« 
deas ,  y  Ciudades.  Y  quanto  hemos  dicho  de 
los  gastos ,  y  cargas ,  que  Ueba  sobre  sí  el  La« 
brador  ^  que  arrienda  un  terreno  ^  son  á  las  ve* 
ees  mucho  mayores  en  los  Lugares  ^  en  que 
es  arbitrario  el  tributólo  talla. 

De  aquí  se  colige  bien  claramente ,  quan- 
to deben  recelar  los  Proprietarios ,  aun  aten- 
tos sus  miimos  intereses  ^  que  se  aumenteUi 
y  pujen  en  lol  remates  sus  tierras ,  y  arren- 
damientos. Al  mismo  tiempo  se  vé,  quáa 
injusto  es  oponerse  en  parte  alguna  á  la  in^ 
troduccion  de  una  talla  proporcionaL  Verda- 
deramente se  ayuda  á  la  Patria ,  y  al  Esta- 
do ,  ayudando  al  Labrador ,  pues  el  gasto  de 

6te 


0 

La  supresión  déla  mendig^A^  5  4  j 
éste  decide  de  la  suerte  del  Ofícíal ,  ó  Ane^ 
sano  9  y  vá  á  dar,  como  de  rechazo ,  al  Mer« 
cader»  Asi ,  como  sí  se  quita  el  agua  á  los  arro- 
yos »  se  disminuyen  infaliblemente  los  rios,  del 
mismo  modo ,  si  la  multitud  del  Pueblo  sac» 
poco  del  Labrador  ,  «los  primeros  conduétot 
del  comercio  interior  de  un  Reyno  se  veráa 
secos  >  y  el  comercio  todo  arruinado. 

Aunque  el  Labrador  no  sea  rico,  coa 
todo  eso  vire ,  y  ayuda  á  vivir  á  los  otros; 
y  si  tuviera  mas  parte  en  la  propriedad  de 
los  fondos  de  un  Reyno  ^  gastaría  mas ;  y 
acabara  de  hacer  soportable  la  condición  de 
los  Artesanos.  De  aqui  se  sigue  ,  que  recae 
la  obligación  de  ayudar  al  Labrador  sobre 
algunos  otros  ^  que  le  Causan  sin  duda  su  mi^ 
sería.  El  Rey  contribuye  á  ayudarle ,  expen- 
diendo y  y  distribuyendo  umversalmente  sut 
rentas.  El  Clero  concurre  también^  gastando  las 
que  goza  en  aquellas  Provincias  ,  que  se  laa 
suministran.  Si  las  rentas  ^  pues  y  del  Rey  ,  el 
consumo  de  la  Clerecía »  y  los  gastos  de  el 
Labrador  no  alcanzan  á  aliviar  ^  y  dar  uin 
poco  de  ensanche  á  los  Vecinos  de  Aldeas^ 
y  Lugares »  y  al  ínfimo  Pueblo  de  ellas ,  y 
para  animar  el  comercio  en  todas  partes  por 
medio  délas  compras ,  aunque  menudas ,  que 
hacen  los  trabajadores  ^  es  preciso »  que  este 
defeéloy  y  este  mal  provenga  de  los  Proprie*» 
taños*  Aqui  nos  resta  buscar  la  causa ,  y  coü^ 

Tm.  XL  Xx  si- 


346  EspeSlaculo  de  la  Naturalesuu 
siguientemente  el  remedio.  Aqui  está  la  etH 
iermedad,  ó  no  se  halla  en  parte  alguna. 
Acaso  ninguno  de  quantos  hemos  recibido 
una  porción  abundante  de  los  frutos  de  la 
tierra ,  á  titulo  de  propriedad  ,  6  de  benefi* 
cío  ,  ó  como  recompensa  de  comisiones  y  i 
cerca  de  los  negocios  ágenos  ^  hemos  parado 
la  atención  en  los  empeños  indispensables^  que 
contrallemos  al  adquirir  >  y  conservar  estos 
títulos. 

Quantos  hombres  hay  en  la  tierra  fue* 
ron  puestos  en  ella  para  vivir :  tal  es  la  ia« 
tención  del  Criador ,  que  les  dio  la  vida :  y 
supuesto  9  que  multiplica  cada  año  los  irü« 
tos  de  la  tierra  para  este  efe¿io  ^  todos  los 
hombres  tienen  derecho  á  ser  partícipes  de 
ellos :  con  que  rehusarles  aquella  parte  y  que 
les  destinó  ú  Criador «  es  ir  contra  su  inten* 
cion  y  y  es  violentar  la  justicia  ,  y  aun  casi 
me  atrevo  á  decir  ,  que  es  cometer  un  ho- 
micidio. 

Es  verdad ,  que  la  providencia  los  ha  que- 
rido sujetar  á  tanta  variedad  de  condiciones, 
y  que  les  ha  hecho  difícil  á  muchos  el  ga* 
oar  aun  solo  un  pedazo  de  pan.  Todos  los 
hombres  tienen  propensión  al  mal  ,  y  todos 
se  vén  reprimidos ,  y  castigados  con  la  pe* 
nalidad  de  los  trabajos ,  ó  esforzados  al  afán 
con  tantas  necesidades ;  ó  en  fin  ,  se  vé  la 
virtud  ejercitada  con  la  desigualdad  >  aun  de 

la 


La  supresión  de  la  mendiguez.  347 
la  abundancia  misma  ,  con  la  dependencia, 
y  subordinación ,  y  con  la  diversidad  de  ge- 
nios ,  y  acontecimientos ,  que  se  encuentran  en 
el  Mundo  cada  instante.  Pero  la  intención 
evidente  del  Autor  de  todos  los  bienes  ,  y 
del  orden  con  que  los  distribuye  ,  es  ,  que 
quantos  habitan  la  tierra  puedan  vivir ,  ayu- 
dándose unos  á  otros  ;  tal  es  el  fin  del  esta- 
blecimiento de  toda  especie  de  sociedad :  á 
esto  miran  todas  las  leyes  humanas ,  y  esto 
inculca  incesantemente  el  Evangelio  j  de  don- 
de se  sigue,  que  todos  aquellos  ,  que  poseen 
en  la  tierra  muchos  bienes  ,  son  ,  según  los 
distribuyen  ,  y  emplean ,  6  alimento  ,  y  so- 
corro de  sus  hermanos ,  ü  homicidas  suya<s, 
pues  los  pobres  en  efeélo  no  pueden  vivir  sin 
los  ricos.  Aunque  Dios  puso  tanta  desigual- 
dad entre  los  hombres  ,  para  obligarlos  al  tra-f 
bajo  con  una  continuada  necesidad ,  y  depen- 
dencia ,  debe  haber  con  todo  eso  una  espe- 
cie de  igualdad ,  6  por  mejor  decir ,  debe  ha* 
ber  una  distribución  proporcionada  de  estos 
bienes,  pues  quiere  el  Autor  ,  que  aquellos, 
á  quienes  él  dá  la  vida  ,  tengan  con  que 
mantenerla ,  y  que  alli  donde  hay  mas  hom- 
bres, que  amparar,  ^  dé  mas  pan  ,  se  dis- 
tribuyan mas  vestidos  ,  y  se  expendan  mas 
socorros* 

En  los  Lugares  hay  mas  gente ,  que  ea 
hs  Ciudades ,  y  á  proporción  del  numero  da 

Xxa  los 


3  4S  E^peíl aculo  de  la  Naturdlem. 
los  hombres ,  es  preciso  que  crezca  el  de  lof 
pobres;  y  así,  los  de  los  Lugares,  y  Aldeas  deben 
ler  el  primer  objeto  de  la  solicitud  ,  y  socor- 
ros de  aquellos,  que  están  eucomendados  de 
ayudarlos  á  subsistir  \  quiero  decir  ^  de  aque« 
^  Uos ,  que  poseen  la  mejor ,  y  mas  abundante 
porción  de  la  tierra ,  6  los  mas  hermosos  do^ 
ne&  de  la  sociedad  ,  quales  son  los  Proprieta- 
fios ,  los  Comerciantes ,  y  los  Comisionados^ 
ó  que  manejan  negocios  de  otros :  estos  dos 
iiltimos  modos  de  vivir  son  por  lo  común  de 
mayor  ganancia. 

Yo  be  oído  predicar  en  los  Lugares  con- 
tra  las  Comedias ,  y  contra  la  pluralidad  de 
Beneficios ,  y  no  he  oído  jamás  predicar  ea 
las  Ciudades  á  cerca  de  la  obligación  ,   que 
les  corre,  y  necesidad  que   tienen   de  ayu- 
dar á  los  Aldeanos.  No  parece  ,  que  estén-, 
demos,  ni  el  conocimiento ,  ni  las  obligación 
oes  fuera  de  los  muros  de  la  Gudad  en  que 
nacimos ;  y  á  lo  mas  conocemos  en  los  Lu- 
gares á  nuestro  Administrador ,  y  á  su  fami- 
lia ;  y  esto  por  ponerse  mas  en  nuestra  pre- 
sencia para  enriquecernos  con    sus  cuidados^ 
que  para  importunarnos  con  súplicas  :  si  es 
menester  tal  vez  adelantarles  algún  dinero, ó 
ayudarlos  con  nuestra  recomendación  en  sus 
negocios,  yá  creemos  ,  que  hicimos  mucho 
por  ellos ,  y  que  somos  grandes   Proteélores 
de  los  Lugares ,  sin  baver  averigaado  síquie-. 

n 


La  supresión  de  la  fnendigueí.  %  49 
n  quién  vive  junto  á  la  casa  de  aquellos  idú» 
mos^  que  nos  sirven  ^  y  quanta  necesidad  pa« 
decen ;  todos  son  estrangeros  para  nosotros!^ 
y  nos  falta  poco  para  mirar  á  les  desgraciar 
dos  Aldeanos ,  como  á  unos  animales  de  dis? 
tinta  especie  9  sin  que  creamos  jamás  ^  que  se 
(Hieda  contar  entre  nuestras  obligaciones  la  de 
aliviarles  sus  males.  Con  todo  eso  es  eviden« 
te  >  que  estamos  obligados  á  socorrerlos  con« 
forme  á  la  medida  de  los  bienes  >  que  poseemosc 
sobre  estos  fondos  tienen  los  pobres  de  el  Lu-^ 
gar  aquellos  derechos ,  que  como  á  todos  loi 
demás  les  dá  su  nacimiento  ^  pues  han  de  vivifi 
y  no  tienen  mas  dominio  en  las  tierras  de  los. 
Lugares  vecinos ,  que  tienen  en  las  tierras  de 
México  9  ó  del  Japón. 

Fuera  de  este  primer  derecho  ^  adquieren 
el  segundo  y  regando  nuestros  bienes  con  sus 
sudores :  no  hay  aqui  exageración  alguna*  Estos 
Jornaleros ,  que  vemos  al  pasar  por  el  cami* 
no  9  estos  Segadores ,  á  quienes  miramos  con 
tanta  indiferencia ,  recogen  los  henos  ^  y  no« 
ponen  en  cobro  las  cosechas  ^  manteniendo^ 
se  al  descubierto  contra  un  Sol ,  que  los  abra^ 
sa.  Previenen  con  sus  madrugadas  al  Sol  ^  y 
llenan  los  dias  ,  empleando  sus  afanes  en  los 
trabajos  mas  obstinados ,  y  duros  9  yá  trillanr 
do  nuestras  mieses  ^  yá  ligripiando  los  con^ 
dudos  para  el  riego ,  y  yá  preparando  sus  mar 
DOS  9  y  sus  espaldas  á  la  primera  señal  de  I09 

que 


^  56  Éspe&acuh  de  Ja  Naturaleza. 
-qtie  cuidan  la  hacienda  ;  y  después  de  nns 
larga  serie  de  egercicíos  penosos  con  que  con- 
tinuadamente nos  sirven ,  se  nos  quedan  des- 
conocidos ,  no  adquieren  por  este  medio  ^  ni 
amigos  9  ni  protección;  y  muchos  dias  los  fa- 
tiga el  hambre  ^  y  aun  se  están  muchas  sema* 
ñas  seguidas  sin  trabajo  y  y  sin  provisiones :  so« 
lo  las  veinte  y  quatro  horas  y  que  se  van  pa- 
sando, se  miran  seguros  de  tener  con  que  vh 
vir  y  y  el  pan ,  que  comen  ,  pierde  el  sabor  con 
la  acedía  de  la  incertidumbre  de  si  le  tendrán 
para  el  dia  que  se  sigue. 

La  lejanía  en  que  viven  de  nosotros  ^  nos 
deja  solamente  una  idea  conñisa  de  sus  penas^ 
y  contentos  con  alguna  especie  de  liberalidad^ 
que  hemos  egercitado  con  los  pobres  de  nuestra 
misma  Ciudad;  miramos  las  necesidades  de 
los  pobres  Aldeanos  como  un  mal ,  que  na 
nos  toca  y  y  cuyo  remedio  sobrepuja  nuestras 
fuerzas^ 

Asi  no  dejando  salir  nuestras  limosnas  del 
recinto  de  nuestra  Ciudad,  cometemos  dos 
ftltas  bien  notables;  la  una  derogando  i  hk 
Justicia  y  que  obliga  á  los  Propnetarios  á  que 
subsistan  por  su  medio  los  pobres  de  aque« 
líos  Lugares  y  en  que  tienen  sus  haciendas; 
y  la  otra  atrayendo  á  la  Ciudad  mucho  nu^ 
Mero  de  persohias  y  que  no  deberían  estar  en 
ella ,  y  cuya  industria  se  reduce  á  deborar,  jun* 
tos  yá  cien  holgazanes  y  lo  que  podría  man  • 

te* 


La  supresión  de  Ja  men^gu^z.  i$x 
tener  en  la  Aldea  trescientos  trabajadores»  La 
medianía ,  pues  y  en  los  gastos  de  los  Labra-^ 
dores ,  y  la  Costumbre  de  no  dar  nuestras  li^ 
mosnas  sino  en  las  Ciudades  ^  son  las  prime- 
ras causas  de  las  miserias,  que  se  vén  en  los 
Lugares,  y  Aldeas ,  y  que  experimentan  núes* 
tros  Obreros  mismos, 

A  estas  dos  causas  añadamos  la  tercera, 
superior  por  cierto  en  mucho  á  las  preceden-^ 
tes,  y  es  ,  que  estas  pobres  gentes  viven  muy 
lejos  de  donde  los  ricos  Proprietarios  expen-r 
den  con  mayor  abundancia  sus  bienes.  Los 
Ciadadanos ,  que  viven  de  la  renta  de  algu- 
nos fondos  medianos  ,  que  poseen  ,  ayuda- 
da de  algún  empleo,  é  industria  ,  se  conten* 
tan  comunmente  con  su  estado ,  y  pasan  sus 
dias  en  la  Ciudad,  que  los  vio  nacer:  estos 
tales  concurren  algún  tanto  á  hacer  subsistir 
las  Aldeas  ,  y  campos  vecinos  ,  que  perece- 
rían sin  duda,  si  careciesen  de  aquellos  bie- 
nes, que  en  recompensa  de  algunos  géneros, 
y  abasto  reciben  de  las  Ciudades  vecinas.  Pe- 
ro un  consumo  tan  endeble  distribuye  en  las 
vecindades  socorros  tan  flacos  como  su  ori- 
gen ,  y  absolutamente  casuales.  Lo  que  arrui- 
na los  Lugares ,  y  lo  que  hace  perder  al  Pafo 
lo  mejor  de  su  substancia ,  agotándole  casi  en 
un  todo ,  son  las  extracciones  tan  abundanr 
tes  y  y  quantiosas ,  que  hacen  de  él  los  ricoy 
estragados ,  que  no  conocen  uxas   Patria  que 

las 


S  ;  á  EspeSlacuJo  de  la  Naturaleza* 
las  Ciudades  mas  deliciosas ,  y  mas  llenas  de 
placeres ;  y  que  coasumen  su  Irrimensa  ren- 
ta en  una  Capital  lejana ,  sin  que  buelva  la 
menor  pane  á  los  campos  ,  que  se  la  die- 
ton. 

Yo  conozco,  en  París  siete  particulareüi 
que  gastan  cada  año  en  esta  Corte  un  mi* 
Uon  de  reales  ^  que  sacan  de  un  País  muy  me- 
dianamente fértil ,  de  solas  doce  leguas  de  lar^ 
go  9  y  de  cinco  á  seis  de  ancho ;  y  otros  seis, 
que  sacan  casi  lo  mismo  de  un  Cantón  ve- 
cino ,  ¿  igualmente  extenso.  De  estos  dos  mi- 
llones de  reales  ,  que  trece  personas  gasean 
sin  necesidad,  tan  lejos  de  quien  se  los  dá^ 
6  á  lo  menos  en  parte  diversa  ^  no  buelvea 
quarenta  itiil  reales  para  ayuda  de  mantenet 
á  los  trabajadores ,  y  para  la  paga  de  Arte- 
sanos á  los  Lugares ,  que  ministraron  los  jfru- 
tos.  En  estos  Lugares  ,  como  en  los  demás^ 
feay  toda  especie  de  Oficíale»  ;  pero  ,  y  qué 
hará  el  Heriador ,  y  el  Maestro  de  Coches^ 
si  estos  y  y  los  Caballos  se  están  en  Pans?  Eb 
imposible ,  que  las  Provincias  tengan  vigor, 
ni  logren  un  alimento  abundante,  si  después 
del  recobro  de  -  repartimientos  para  el  Real 
£rario,  dé  los  Diezmos  Eclesiásticos,  y  de  la 
sementera  sacan  los  Proprietarios  toda  la  subs* 
tancia ,  que  producen  ,  dejando  apenas  el  ali« 
ttiento  necesario  para  la  vida* 

NodecímoK  por  e$«o^  que  una  Ciudad 


La  supresión  dt  hmenXgíifá.  3  5  S 
populosa  como  Londtres ,  d  Párfe »  sean  mas 
dañosas  y  que  útiles  á  la  sociedad ;  antes  por  el 
contrario  >  son  en  muchas  cosas  su  recurso^ 
y  ornamento ,  sacando  el  coiMun  de  Luga* 
res  semejantes  ,  bienes  immensos  ;.  pero  le 
debe  su  esplendor  á  ios  medios  indefediUes^ 
y  legítimos,  que  sabemos,  y  rio  al  capricho 
y  lujo  de  particulares  algunos.  Una  policía  sa« 
bia ,  que  arregla'  los  límites  de  la  Capital  y  y 
determina  su  extensión  ^  penetra  muy  bien  el 
peligro  que  hay  de  que  vivan  en  ella  todos  los 
ricos >,  y  testiBca  al  mismo  tiempo  que  no  hay 
Becesidad  alguna  psuoi  que  fijea  su  asienio  eo 
las  Cortes. 

En  la  edad  media  (^)  estaba  dividida  la 
Fraada^  en  muchos  feudos  grandes,  cuyos  Seño* 
res,  cercados  de  su  Corte ,  y  de  los  retroféudosi 
que  poseían,  ó  subordinaban,  residían  en  su&res^ 
peétívas  Provincias,  y  consumían  su  renta,  dan- 
do lugar  á  una  circulación  general ,  que  no  por 
&  dejar  de  ser  sumamente  provechosa  á  todo 
elReyno.PerohaUandosepo9  todas  partes^  au« 
torizadas  las  guerras  de  Seíior  á  Señor^y  anrui- 
ttmdose  en  ellas  mutuamente  sus  Vasallos,  se  si- 
guieroD  innumerables  desordenes»  No  dejaba  de 
ser  una  bien  estraña  forma  de  gobierno ,  verse 
convertidas  todas  las  Qudades  en  Plazas  de  Aro- 
mas, las  Casas  de  Campo  en  otros  tantos 
^    Tam.XL  Yy  C^^ 

(^    VeáM  a  Dic  4«  Trer.  let.  A. 


\ 


ifA  Sspe^acah  de  la  Natur/áesta. 
Castillos ,  y  armada  coda  la  sociedad  9  sus  mieni^ 
bros  unos  contra  otros.  Los  tres  recintos  de 
Montaigu  ,i  donde  Thomás  de  Marle  retira* 
,ba  .el  botín  ,  que  había  hecho  en  las  Uanu- 
ras  de  Picardía  9  y  Ohampagna  9  mas  parecían 
cuébas  ^de  salteadores  ^  4S  refugio  de  ladrones^ 
que  circuitos  del  Palacio  de  un  Ptiacipe  Pro» 
teótor  de  sus  Vasallos.  Las  exacdones^  juntas 
con  levas  continuas ,  hacían  ;al  Estado  tan  in* 
feliz  ,'"t|ue  »!  tubo  9  con  razón .,  por  vemuio* 
so  el  ver  estos  grandes  feudos ,  7  todos  los  ^ob* 
des  Señores  subalternos ,  yá  fuese  por  medio  de 
ventas  libres ,  ó  yá  por  /eversión  de  derecho^ 
reunidos  á  la  Corona^. 

Vé  «éste  modo  se  vio  él  Rey  én  «estado  de 
mantener  el  orden  dentro  de  sn  fteyno  ,  y  de 
resistir  alas  ínvaaones  de  fuera  de  sus  £stado% 
£1  aumento  del  Poder  Real  dio  lugar  por  con» 
sequencía  precisa  al  ,3crecentamiemo ,  y  opa* 
lencía  die  la  «Corte.  Los  Tribunales  ^  las  gr«« 
«tías  ,  y  toda  especie  de  negocios  atrajeren 
poco  á  poco  Regdicolas  ,  .y  JCstrangeros  ,  j 
juntamente  uo  cons^imo  grande  ^  y  una  mag« 
nificencia  útil :  no  hay  bien  alguno  ^  que  no 
viniese  tras  eslo  ;;  una  Ciudad  coroo  Párfo 
mantiene  en  todai  partes  la  correspondencia, 
las  empresas  ,  las  luces  ,  y  conocimientos  y  las 
-artes ;,  ÜQS^alentos^^ylasoáenuías,  y  .una  emú* 
lacion  feliz.  Y  siendo  esta  Ciudad  el  \centro 
del  comercio ,  y  del  buen  gustó ,  es  la.  esciie* 


tasuffésicH  di  la'iretídiffA.  %  f  5 
k  de  tmo ,  y  otro  ,  forma  codos  los  viageros^ 
y  se  aprovecha  también  de  sii  estanda  9  y  de» 
tención ;  pero  00  tiene  necesidad  de  que  se  a  ve* 
eindeú  en  ella ,  ni  tampoco  de  qué  sus  habí** 
tantes  la  llenen  de  opiilepcfa  ,  dejando  exhans>< 
tas  las  demás  Provincias  ;  pues  el  esplendor^ 
y  magnificencia  de  la  Corte  será  siempre  gran- 
de con  los  gastos ,  que  la  tributan  la  curiosi* 
dad  de  muchos  9  la  necesidad  de  los  particula*-* 
Tes  9  y  la  residencia  de  las  familias  del  primer 
orden  ^  y  de  la  mas  alta  ebse»  La  frequente  con^ 
currencia  de  los  principales  Sefx>res  en  presen-^ 
da  de  su  Rey  manüeíie  el  afedo  ,  y  conserva 
1^  quietud.  Él  Rey  es  mas  poderoso  9  y  la  fir« 
flieza  á^  la  Monarquía  hace  vivir  á  todos  sos 
Piaeblos^  enr  reposo^  ^  que  es  el  fin  de  un  buetf 
gobierno^ 

Todos  estos  linenes ,  por  utia  parte  jóñili« 
tes  9  siefun  la  constitución  ^  que  aétualmente 
tkne  la  Francia ,  son  compatfides  por  otra  coa 
la  residencia  de  los  mas  ricos  Ciudadanos  en 
aquellas  Provincias  ,  en  quetienen  el  grueso  de 
sus  rentas,  yá  sea  en  producciones  naturales ,  yá 
en  Beneficios  9  y  yá  en  cargos  y  y  empleos ,  ó 
eu  industria.: 

La  misma'  politica  ,  que  se  complace  en 
las  riquezas  ^  y  abundancia  de  las  Ciudades 
Capitales  ,  se  aflige  de  k  obstíúacion  ,  y  nu* 
mero  excesivo  de  tamos  como  trasladan  á  ellas 
sos  bienes  ,  y  3us  ñmilias.'  Muchas  ntéces  es 

Yy  a     *  »m- 


V  ■ 


impraftícable  A  abasto  de  estas  poblaciones  ho^ 
mensas ,  y  el  vicio  de  los  demasiadamente 
libres ,  y  licenciosos  sube  todos  los  géneros 
á  un  precio  tan  alto ,  que  destruye  la  me- 
dianía de  muchos  ,  ^ue  se  ven  precisados  i 
vivir  álli  por  algún  tiempo.  No  Ueba  la  jus* 
tioia  menos-  mal  que  la  politica  semejantes 
profnsíones  ,  reconcentradas  en  un  mismo  Lu* 
gar  á  costa  de  las  Provincias ,  que  se  desen« 
trañan  visiblemente  ^  y  se  agotan  para  poder 
dar  abasto.  Por  mas  que  nos  sea  permitida 
testificar  á  los  ricos  la  maravitla  grande »  <}ue 
Bos  causa  verlos  venir  á  costa  de  tantos  gas* 
tos (á vivirá  una  Ciudad^  que  los  ccmñiode 
entre  la  multitiid  ,  pudiendo  distinguirse  >  tan^ 
10  en  sus  Provincias  ,  y  mantener  la  abwH 
dancia  en  las  cercanías  de  su  morada  ;  nos 
guardaremos  muy  ixende  causarle  aun  la  me- 
nor tentación  ^  asi  -á  la  lfl)eftad  común ,  co- 
mnÁ  la  suya ,  ni  hacerles  aun  la  mas  leve  íih 
veéUva.  £1  rico  podrá  ,  'per  lo  que  á  ii06O« 
tros  «toca ,  disponer  como  le  .parezca  su  do- 
micilió 9  y  sus  gastos*;  yo  unaxosa  solo  lesu- 
pl^  9  y  ^  9  <iue  si  los  hace,  lejos  de  los  Lu« 
gares  ,  que  le  abastecen  ,  haga  la  justicia  de 
embíar  á  ellos  algún  suplemento ,  que  endul- 
ce él  mal,  que  loscoosumé  ,  y  los  deja  aua 
desnudos  de  lo  que  es  absolutamente  nece» 
sario. 

JSsie  su[$Iemento  puede  Ueharse  nuestro  tra« 

ba- 


Za  supresión  He  la  memSgue^  S  ;  7 
tejo ,  y  atenciones ,  como  se  lleba  las  del  go- 
bierno ;  no  hay  medio  de  que  no  se  haya  éste 
Talído  ,  de  mucho  tiempo  i  esta  parte  ,  para 
adelantar  por  todo  el  Rey  no  aquellas  operado* 
bes^  que  son  proprias  de  la  industria ,  y  para  es- 
p.'^rdr  por  todas  las  costas  sencillas  de  abundan« 
aa  ,  y  de  riqueza.  £1  restablecimiento  del  O)- 
oiercio  por  la  Marina  ;  la  protección  con  que  el 
Rey  fevorece  el  que  se  hace  en  Países  estrange* 
ros, las  manífaéluras  de  seda  ,  papel 9  parios,  7 
tantas  otras  ,  que  autoriza  ,  y  fomenta  con  pri- 
Tile^os ,  y  aun  con  ejecutorias  de  nobleza ,  y 
distinciones  de  honor ,  todos  son  medios ,  que 
con  la  distribución  universal  de  sus  Rentas  Rea* 
les  niiran  dhreétamente  á  ir  forníando  por  to- 
do^l  Rey  no  Ciudadanos  laboriosos,  ^lola  Fá-*^ 
bríca  deOystales  ocupa  en  San  <7obaín  mas  de 
quatrocieotos  trabajadores ,  y  derrama  la  feli- 
cidad en  codos  los  Lugares  circunvecinos ,  cu- 
yos materiales  emplea ,  de  cuyos  servicios  se 
vale , y  c-uyos  generosconsume  9  llenando  de 
abundancia  á  aquellos  9  que  antes  veíamos,  pe- 
recer sin  alivio.  Qué4>ienes  no  -traben  consi- 
go las  nuevas  manual uras  de  'Sedán.,  y  de 
Abbeville  ?  Quántas  otras  pone^h-á  la  Fran- 
cia en  estado  de  vender  á  los  Estrangeros  lo 
imsmo  que  saca  de  ellos  ?  La  Ciudad  de  Orien- 
te,f/'í*)  que  no  hace  sino  acabar  de    nacer, 

ha 

f**)    Pqerto  dé  Fraocúi  ep la *Bf< tafia.,  uw  «e.&briciS  porjoi 

SBM  de  1739. 


Í$S  Espeñactdo  de  la  Naturakxá. 
ha  formado  dentro  de  sus  murallas ,  y  en  sil 
circuito  millares  de  establecimientos.  Al  pre? 
senté  inspira  pl  amor  al  trabajo  »  y  la  espe- 
ranza de  un  pasar  honrado  á  todo  uo  Cmr 
ton  de  Bretaña  ^  en  que  apenas  había  antes 
ánimo  para  recoger ,  aun  lo^  qoe  la  tierra  le 
daba.  Solo  el  numero  de  navios  ,  que  en  uoP 
año  quitaron  á  la  Francia  las  guerras  ultimasi 
basta  para  probar  ^  que  las  quejas,  comunes: 
de  este  Rey  no  á  cerca  del  poco  comercio^ 
no  son  siempre  las  mas  justas.  Pero  por  bue-^ 
nos  que  sean,  los  deseos  de  los  Reyes  ,  y  por 
mas  poder  que  tengan  para  animar  la  emu- 
lación en  las  Provincias  ,  y  Colonias^  de  sit 
tíoándo  por  medio  de  prudentes^  oonciesíone^ 
con  todo  eso ,  no  son  criadores*  ^  oí  pueden  po^ 
ner  los  frutos  de  la  tierra  en  todas*  las  manos» 
que  los  piden.  Sobre  nosotros  recae  ultimada- 
mente  este  cuidado ,  á.  nosotros  oosi/toca  pro- 
veer en  éL 

Kó  es  esto  decir  ,  que  «enemos:  oBl^' 
don  de  llenar  de  plata  todas  las  manos  necesi- 
tadas de  aquellos  Lugares ,.  en  que'  poseemos 
algunos  proprios.  £1  mismo  Evangelio ,  que 
¡nipone*  á  los  dueños  dé  ellos  la  obligación  de 
hacer  partícipes  de  sus  frutos  á  Iqs  necesitan 
dos  ,  les  prohibe  á  estos  comer  ef  pan  ,  que  no 
hayan  ganado  con  algún  trabajo,  que  sea  mil 
Es  verdad ,  que  Dios  hace  salir  el  Sol  9  y  em- 
bia  los   rocíos  del  Cielo  sobre  los  hombres 

in- 


/ 


Za  supresión  de  la  mendiguez.  3^9 
injustos  ;  pero  aun  á  estos  los  doma  ,  sujeta, 
y  hace  útiles  los  unos  á  los  otros  ,  aunque 
tecalcitren ,  y  les  duela  ,  por  medio  de  la 
necesidad  del  trabajo.  Este  es  ^  pues  ,  nuestro 
modelo*  Para  hacer  partícipes  á  los  hombres 
úd  aquellos  bienes ,  que  poseemos  ,  ó  admi- 
nistramos j  no  deben^Ds  buscar  précisamaite 
hombres  d6  bien .,  ni  el  que  sean  justos ;  pms 
de  este  modo  dejaríamos  perecer  mucha  ppr- 
le  del  Genero  Humano.  Pero  obliguemoslois 
por  lo  menos  ^  quanto  esté  de  nuestra  parte, 
á  que  se  hagan  útiles  con  ajgun  trabajo  pro* 
vechoso ,  hasta  llegar  á  reusarle  el  sustento 
i  aqud  ^  que  leuse  el  trabajo.  De  otro  mo* 
do  y  nosotros  :mismos  ibme^itamos  la  ociosidad, 
j  mantenemos  la  mendiguez  con  unas'  .con*- 
-sequoicias  perjudiciales  realmente  ,  y  afrento* 
:sas.  I.''  Demos  ^a.""  Pero  esto  sea  á  quieo 
trabaja.  De  la  unión  de  estas  dos  reglas  áer 
ptnát  ú  Uen  de  la  sociedad ,  y  se  arruina ,  ú 
se  separan.  No  aumentemos  nuestras  cargas, 
que  no  son  pequeñas.  Si  es  preciso  ,  que  ?de- 
más  ile  los  pobres  xle  la  Ciudad  ^  sé  encar^ 
guen  tamben  los  Propriet^ios  del  sustento  de 
los  pobres  de  las  Aldeas,  darán  ún  duda  en 
tierra  con  el  aun>ento  de  una  carga  ,  que  los 
.agobia  ,  y  los  bnntia  :  ó  lo  \üinéxfs>s  de 
mirar  como  nna  torre  en.  cí  viento ,  y  un 
proytéio  impraéticaíble  ,  como  en  eftdo  Ío 
xxva  ^  si  fuese  necesario   dar    mas  limosn.% 

,     que 


i 6o  Espe&actéhde  U  Natmaldku 
que  la  Francia  dá  comunmente;.  Na tSApKCi^ 
so  encabezarnos  ^  apear  las  uerras ,  m  imponer* 
nos  algún  tributo  de  nuevo.  En  nuestras  maoai 
tenemos  el  fondoconducente  para  hacer  trabt» 
jar  á  los  pobres  de  lasAldéas,  y  para  que  bdIoi 
haya  en  las  Gudades.  Bn  la  dulzura  de  nuesm 
trato  y  en  la  humanidad  de  nuestra  nación ,  y  en 
el  efedo  con  que  se  inclina*  á  socorrer  á  los  po» 
bres ,  que  es  la  g)[oria  de  la  Iglesia  Cátholica,  si 
hallará  este  fondo..  Bien  podemos  contentarnoi 
con  dar  lo  que  antes  dábamos ,  nuestras  limos- 
nas son  suficientes  para  que  subsistan^lo^pobres» 
Esto e&  loque  haremos  patente  aora.  Pero  aque- 
llas limosnas  ,  que  mantienen  holgazanes ,  y 
siBtentan  la  odosicbd ,  se  deben*  totalmente  si>* 
primir.  Empleando  el  bíeír  que  hacemos  en  so> 
correr ,  y  en  ayudar  el  trabajo ,  gobernará  nues- 
tras manos  la  equidad  ,  y  haremos  florecer  el 
comercio.  No  tratamos  de  in^poner  un  yugo 
oneroso ,  sino  de  que  lir  prudencia  tome  algunas 
medidas  y  que  nos  aaegúlre  uo  Estado,  mas  traft* 
qiiiio. 

molía  ^éinl:  ^^''''^^  » «g"°  «^  cómputo  del  Mariscál 
ríl  para  suprí-  dc  Voubáu « tiene  treinta  mil  kiruas  quadra- 
gués.  das, ("^^j de  ba  quales  ana»  pueden  mante- 

ner quatrocientas 9  6  quinientas  personas,  otras 
mil ,  ó  mil  y  doscientas ,  y  según  un  medio 

prr 

f*«)    A  proporción  te  pnede  Bacer  tu  Bspaffa  U  mísaa  cvcactj 

I  mes  las  leguas  quadradas  fon  por  lo  ncnos  otras  MBCM  » «un^** 
a  población  es  mucho*  menor  qiie  ta  de  Ír«aei4«  • 


La  supresión  de  h  mendiguSz.  361 
propordooado,  cada  una  setedentas,  ú  ocho* 
tíentas.  Supongamos ,  que  hay  en  cada  legua 
quadrada  ocho ,  6  nueve  personas  ^  reducidas  á 
mendigar  ^  y  que  sale  cada  una  por  seis 
sueldos  de  limoAna.  Nueve  veces  trdnta  mil 
pobresson  doscientos  y  setenta  mil,queáseis 
sueldos  consumen  cada  dia  trescientos  y  vein* 
te  quatro  mil  reales  de  vellón ,  que  montan  al 
año^  multiplicada  esta  cantidad  por  los  3  6  $ 
dias^  que  tieoe^  la  suma  de  veinte  y  nueve 
millones  9  quinientas  y  sesenta  y  cinco  mil 
libras  de  Francia,  6  ciento  y  die^  y  ocho  mt*« 
Ikmes,  doscientos  y  sesenta  mil  r^esde  ve« 
Uon  de  España ,  dados  de  limosna  cada  aiio. 

No  habrá ,  según  pienso  y  dificultad  en  pa« 
sarme  á,  numero  de  pobres ;  pero  puede  ser 
que  la  haya  en  admitirme  el  produéto  de  la  li^ 
mosna*  Y  acaso  se  quedarán  algunos  llenos  de 
pasmo,  al  ver,  que  luzca  tan  poco  una  li- 
mosna tan  grande,  pues  en  lugar  de  eludir  es* 
ta  dificultad  1  voy  á  aumentarla. 

La  mayor  parte  de  los  mendigos  no  se 
contentan  con  aquello ,  que  precisamente  les 
basta  para  vivir,  ni  tampoco  con  las  limos- 
cas  de  un  solo  Lugar ;  de  éste  pasan  á  la  Ciu- 
dad ,  atraviesan  muchos  Barrios  ,  y  Parro- 
quias, y  no  pocas  Aldeas  en  un  dia.  Otros 
cruzan  ú  camino  de  los  primeros.  De  este 
modo ,  se  repiten ,  y  multiplican  sin  termino 
las  apariencias  del  mal  9  y  los  verdaderos  azo^ 
Tom.XI.  Zz  tes 


301     Espe&acaJo  de  la  NaturdkZíU 
tes  de  la  sociedad.  No  solamente  hallan  con 
qué  vivir;  pero  si  los  ofrecéis  que  trabajar, 
desprecian  la  propue  sta  llenos  de  ira ,  y  aíir« 
man  desvergonzadamente ,  y  sin  el  menor  em« 
pacho  y  que  ganan  mas  no  haciendo  cosa  al«* 
guna ,  que  ganarían  si  rviendonos  á  nosotros. 
{**)  Como  quiera  es  cosa  de  hecho ,  que  viven 
en  un  estado  muchos  atíos  consecutivos  úni- 
camente de  lo  que  á  nosotros  nos  sacan.  Pero 
sea  asi ,  que  no  les  demos ,  sino  solamente  lo 
que  hemos  dicho.  Estos  hombres  no  sirven  al 
Rey ,  ni  le  contribuyen  con  la   mas  minima 
capitación ,  ni  á  los  Proprietarios  con  alquí* 
larles  el  menor   Cortijo  ,  ni  á  los  Mercadea 
res  con  la  compra  de  vestidos  ^  ni  á  la  so- 
ciedad toda  le  son  del  menor  servida  Estos 
tales  no  saben  sino  comer; y  asi  devora  cada 
tino  lo  que  pudiera  bastar  para  tres  hombres» 
Yo  los  he  hecho  seguir  en  aquellos  Bodegones 
en  que  entran ,  y  á  que  se  retiran ,  y  he  s^ 
bido  9  que  salian  á  veinte  y  cinco ,  ó  treín^ 
ta  sueldos  (**)  de  escote  cada  uno.  (**)  Vez 

ha 

C^*)  En  Toledo »  riendo  p«dtr  limosna  k  Mn«  Mok«  fomidj  i  y 
tana  >  le  diieron  •  que  se  pusiese  á  servir  ;  j  ella  respondió  con 
el  mayor  desembaraxo  >  y  soltura  :  Veinte  j  cinco  ParfO<)aiiS 
tiene  c$tz  Ciudad  >  por  lo  menos  de  cada  una  sacaré  todos  los 
días  un  qoarto  i  también  me  darán  algunos  pcdaxos  de  psn> 
con  qac  quánto  mejor  estoy  asi»  dneña  de  mi  libertad t  qac  ftt 
trabajando ,  y  sirviendo? 

(*«)  Esto  es  cerca  de  seis  reales  cada  uno. 

(**}  A  quatro  reales  solamente  cada  dia ,  salen  al  año  los  po« 
krcs  ,  que  hemos  dicho »  por  59420000o  reales  de  vellón  át  ¿as* 
to  en  solo  comer  una  vcx  al  día  ;  con  qoe  excede  da  duda  da 
«inqncnta  «íUmcs  de  reales  «1  añe  U  limonu. 


£di  mpresiütt  de  la  mendiguk.  363 
ha  habido  ^  que  dos  solos  havian  gastado  vein« 
te  y  quatro  reales ,  (**)  y  esto  en  Ciudades 
de  Provincias  particulares.  Es  indubitable ,  que 
nos  sacan  mucho  mas  de  lo  que  juzgamos ,  y 
que  la  tropa  de  mendigos  sedentarios  gana 
mas  que  nuestros  mejores  Artesanos  ,  y  Ofi- 
ciaíes^y  que  se  duplica  con  los  que  piden  astia^ 
tim ,  ó  de  puerta  en  puerta ,  y  corren  de  una 
á  otra  parte.  Tanta  es  la  licencia ,  que  se  po« 
dria  probar  ^  que  en  lugar  de  veinte  y  siete ,  6 
treinta  millones ,  empleamos  mas  de  quaren^ 
ta  en  acariciar,  y  dar  gusto  á  malhechores,  cu« 
ya  conduda  nos  llenaría  de  horror,  si  pro- 
fundizásemos algún  tanto  en  ella. 

Si  el  numero  de  pobres ,  verdaderamente 
necesitados ,  son  en  cida  legua  quadrada  mas 
de  nueve ,  como  muchos  piensan  9  y  si  con 
los  pobres ,  dignos  de  nuestra  compasión,  hay 
un  Exercito  de  Vandídos  agabillados  ,  y  dis- 
piRstos  en  compañías,  que  á  fuerza  de  suti«» 
lezas ,  de  gestos ,  esclamacion^ ,  y  correrías 
nos  quitan  el  duplo ,  6  triplo  de  lo  que  bas-- 

Zz)  ta 

.  (»*)  Srendo  de.  esta  espceie  .gastarun  al  añolof  mUmospo^ 
bres  1182500000  reales  con  solo  una  comida  al  día  :  limosna  por 
cierto  asombrosa :  y  que  aunque  st  dé  por  biem  empleada  >  por 
razoB  de  limosna  i  se  emplearía  mucho  mejor  ,  haciendo  traba- 
Jar  CfMs  gentes  >  en  desmontar  terteoo»  *  abrir  >  y  componer 
caminos,  fabricar  puentes »  formar  canales  •  y  condados  para 
facilitar  el  comercio  *  y  conducir  saladables  aguas  i  plantar  ar- 
boledas con  anc  se  cooserrase  mas  la  humedad  en  la  tierra» 
siendo  probablemente  de  este  modo  mas  abundantes  las  Hubias» 
én  nvewra  KspaAa  tan  fieeesarías ;  y  finalmente  ,  lo  q«e  és  to4n<* 
via  mas  ntil  /evitando  de  este  modo  en  fa República  Araganes» 
y  MaUieeXM»res¡ 


*, 


364      Tlspé&acutó  de  h  Naturúkia. 
ta  para  mantenerse ,  no  es  evidente  9  qué  po^ 
fiemos  cada  año  en  las  manos  de  los  pobres 
una  suma  exorbitante  9  que   no  nos  alienta 
sino  á  comer? 

Guardémonos  con  todo  eso  de  agriarnos 
contra  aquellos,  que  deseamos  aliviar 9  y  en 
lugar  de  enfurecernos  contra  ellos  ,  procure- 
mos hacerlos  Ciudadanos  útiles  á  la  Patria. 
Hay  muchas  especies  de  pobres  :  enfermos^ 
estropeados  ,  viejos ,  vergonzantes  9  y  mendi* 
gos.  No  hay  Ciudad  alguna  en  que  la  cari- 
dad de  nuestros  mayores  no  baya  establecido 
Hospitales  para  recibir  á  los  pobres  enfermos, 
y  para  recoger  á  aquellos  ,  á  quienes ,  6  la 
caduquez ,  6  la  mutilación  de  algún  miem«- 
bro  principal  baya  pueseo  en  estado  de  nq  po- 
der trabajan  La  mayor  parte  de  estos  tienen 
y  á  refugio ,  y  nosotros ,  á  lo  menos  en  mucha 
parte ,  estamos  descargados  de  abastecer  ^  los 
que  se  admiten  en  él.  Aun  el  numero  de  I09 
enfermos  se  dismiiiuiría  mucho ,  y  en  la  reo* 
ta  de  los  Hospitales  se  ahorraría  no  poco^si  go- 
bernando bien  la  limosna  común ,  se  pudie- 
ran mejorar  los  alimentos  de  los  pobres  ver- 
daderos, y  determinar  ú  estado   de  muchas 
familias  I  por  medio  de  algún  trabajo  cons- 
tante ,  y  provechosa 

Los  pobres  vergonzantes .  tampoco  estila 
en  un  todo  á  nuestro  cargo  :   tienen  buenos 
deseos^  y  se  esfuerzan  á  hacer   quanto  pue- 
den: 


La  supresión  de  la  taenMgüii.  36; 
deb  :  con  que  solo  aecesttaa  algún  ligero  ade<^ 
Jantamiento ,  ó  socorro  ,  añadido  á  el  ende-* 
ble  produdo  de  su  trabajo :  y  esto  mismo  su- 
cede á  muchos  de  los  pobres  de  las  Aldeas; 
no  todos  son  mendigos ,  que  necesitan ,  que 
los  vistamos,  y  sustentemos  :  los  demás  soo 
gentes,  que  viven  con  estrechez,  ó  que  tienen 
poca  industria ;  y  á  estos  tratamos  de  esforzar^ 
y  darles  ánimo  ^  ó  por  medio  de  un  trabajo  se- 
guro ,  y  ñn  interrupción ,  ó  con  el  préstamo 
de  una  suma  muy  limitada^ 

Pero  para  aquellos  pobres  ^  que  han  per«* 
dido  todo  el  pudor ,  y  que  sin  hacer  caso  aW 
guno  de  el  trabajo,  se  atreven  á  pedir  el  pan, 
necesitamos  hallar  medio  de  bcdverlos  á  su 
tierra ,  y  al  Lugar  de  sit  nacimiento ,  empe- 
ñándolos á  su  tiempo  tw  los  trabajos  de  el 
campo  9  y  en  alguna  otra  ocupación ,  que  aca^ 
ladas  las  cosechas  los  etnpke  coa  fruto*  Todo, 
en  fin  9  se  reduoe  á  no  sustentar  pcd^i» ,  que 
es  el  alimentar  la  ociosidad  ;  sina  á  impedir 
con  la  seguridad  del  trabajo  el  que  haya  po* 
{ves  9  que  es  el  origen  de  toda  felicidad. 

£1  systhéma ,  que  para  conseguir  este  fía 
se  propone  ordinariamente  9  es  óbl%;^r  á  ca« 
da  Citidadano  ,  6  Vecino  de  alguna  Aldea, 
6  Lugar,  á  que  ponga  sobre  la  puerta  de  su 
casa  todos  los  años  un  rotulo  ,  que  diga  el 
numero  de  personas ,  que  componen  su  ía« 
milia ,  y  el  medio  que  tiene  para  alimentar* 

la^ 


366     EspeSátcalo  de  la  NattíraIez¿L   . 
las ,  y  después  encerrar  en  las  fabricas ,  ó  in- 
troducir en  las  obras  públicas ,  y  comHnes  á 
los  que  carecen  de  subsistencia  »  y  de  indos* 
tria.  Algunos  juzgan  conveniente ,  que  á  to» 
dos  los  mendigos,  capaces  de  seguir  el  traba- 
jo de  la  Milicia  y  se  los  aliste ,  y  sujete  á  una 
Vandera ,  ó  que  se  apliquen  á  las  obras   pu- 
blicas. Otros  querrían ,  que  se  les  obligase  á 
todos  á  permanecer  en  su  tierra ,  sin  salir  de 
ella ,  sino  con  la  permisión .  de  exercitar   en 
otra  alguna  profesión   conocida.  Pero    todos 
estos  proyectos  9  y  otros  muchos  traben  con* 
sigo  dos  inconvenientes  tan  grandes  ^  como 
9tTOínar  el  uno  la  libertad  de    los  partícula- 
f es ,  y  el  otro  querer  dirigir  el  gobierno.  No 
tenemos  derecho  sinoá  aconsejanios  á  noao^ 
tros  mismos }  y  si  se  nos  permite  decir  alguna 
vez  nuestro  parecer ,  jamás  debemos  eo  él  ser 
inhumanos,  ni  intentar  hacer  esclavos  á  los  qué 
Dios^  et  ftey ,  y  las  leyes  degan  libres.  AqueUa 
libertad  ,que  Itetia  de  OBciales  las  manifaduras, 
y  las  familias  dé  dochesticos ,  introduce  tamhíea 
en  la  diversidad  de  profesiones  los   talentos, 
^üe  necesitan.  Si  queremos  .hacer  á  los  men- 
digos ,  que  buelvaa  á  ■-  coltivar  la  tierra  en  que 
nacieron ,  no  debe  ser  por  via  de  autorldac^ 
puesto  qtie  no  está  en  nosotros ,  sino  por  me« 
dio  de  un  poderoso  atra^ivo ,  de  un  cebo  in- 
falible ;  y  sobre  todo ,  de  un  cebo ,  y  atradivo, 
que  tenemos  en  las  manos. 

i  La 


La  sopresion  de  la  mendiguez,  j  6  7 
La  limosna  es  el  imán  de  los  pobres.  Si 
k  dais  ea  la  Ciudad  ,  la  inundaréis  ;  si  la 
repartís  en  el  campo^  y  las  Aldeas  ,  segui- 
rán esta  derrota  :  trabajadores  son  los  que  ha- 
béis de  buscar ,  y  no  mendigos.  Solicitamos^ 
que  nuestra  limosna  sea  como  [toga  de  un  tra- 
bajo útil  ;  solo  ,  pues  ^  se  necesita  gober- 
narla. 

La  primitiva  Iglesia  nos  enseña  el  modo 
ée  hacer  ,  y  administrar  la  limosna :  no  se 
bacía  entonces  manualmente ,  ni  á  la  aven- 
tura :  los  Fieles  la  depositaban  para  que  los 
días  solemnes  se  pusiese  en  las  manos  de 
los  Pastores ,  y  Diáconos ,  que  la  empleaban 
en  que  tubíesen  obras ,  que  hacer ,  y  en  que 
trabajar  los  que  podian  9  y  en  mantener  á 
aquellos  ,  á  quienes  la  vejez  9  la  enferme^ 
dad  9  6  algún  otro  accidente  privaba  de  ú 
libre  uso  de  sus  manos.  Después  que  fun- 
daron los  Fieles  el  grueso  de  la  Renta  Ecle- 
siástica por  medio  de  Diezmos  permanentes, 
en  la  división ,  que  se  hizo ,  se  reservó  una 
parte  para  los  pobres  enfermos ,  ancianos ,  é 
impedidos.  Este  es  él  origen  d^  los  Hospita- 
les^ que  acompañará  las  Iglesias  Cathedra** 
Jes ,  y  á  las  Abadías  grandes.  Los  Señores, 
que  poseían  feudos  ,  tenian  también  señala- 
das rentas  sobre  sus  fondos  para  mantener  sus 
Vasallos ;  y  asi ,  los  pobres  de  las  Aldeas  es^ 
taban  á  cargo  de  sus  Señores ,  como  domesti* 

eos 


368      EspeSlacuh  (k  Ja 
eos  suyosyb  por  mejor  decir,  como  los  es« 
clavos  lo  están  al  de  sos  dueños.  Realmen- 
te los  paysanos  eran  siervos.  Después  que  yí 
lograron  manumisión  ^  ó  libertad  /  y  subsis- 
ten,  6  de  sus  proprias  adquisiciones ,  ó  de  su 
industria,  todavía  es  sensible  ver   entre  ellos 
muchos  mendigos ,  que  importunan  al  públi* 
co,y  viven  del  trabajo  ageno.  No    puede 
venir  sino  de  los  Próprietarios  el  remedio, 
que  se  busca ;  si  quieren  tener  en  los  Luga^ 
res  de  su  dominio  Labradores  suficientes  pa« 
ra  que  cultiven  sus  campos ,  sin  ausentarse  de 
ellos ,  ha  de  ser  cesando  de  dar  en  las  Ciu- 
dades sus  limosnas  al  capricho ,  ó  casualidad, 
y  destinando  principalmente  su  liberalidad  á 
bs  Aldeas  en  que  estin  sus  heredades ,  de  mo- 
do, que  no  haya  vacío  alguno    para   el  tra- 
bajo en  todo  el  diteurso  del  año.  Pero  quiái 
gobernará  esta  limosna ,  y  en  qué  trabajo  se 
podrá    emplear  ?  Los   Repartidores  de  estos 
bienes  ,  ó  Redores  de  esta  piedad  ,  son  el 
Cura,  y  Mayordomos  de  cada  Parroquia.  Este 
és  un  gobierno ,  que  nunca   muere  ,  y  los 
que  le  tienen^  conocen  los  pobres ,  saben  las 
«lecesidades  dé  el  (:oníuñ  ^  no  ignoran  los  fon- 
dos de  los  Próprietarios  ,  pueden  instruirlos 
á  estos,  y  proponerles  aquellas  obras  ,    que 
tocan  al  hien  común  ,  y  asimismo  ser  Tbeso* 
reros  de  aquello  y  que  franqueen  los   podéro- 
ste )  y  cumplir  con  sus  deseos  ,  y  con  las 

ia- 


La  supresión  de  la  mendigié».  3  69 
»nes ,  que  signifiquen.  Por  otra  parce 
todos  los  Proprietarios.  conocen  muy  bien  los 
iiUgares  en  dpnde  tienen  sus  rentas  ^  saben,  qué 
camino  debe  tomar  su  limosna ,  y  quál  será  su 
ciya  proporcionada :  con  que  no  nos  falca  yá 
8ÍiK>  manifestar  quál  deba  ser  el  empleo  de  este 
piadoso  cmidal. 

La  limosna ,  que  hemos  manifestado  subir 
%  cerca  de  1 10  millones » ó  acaso  mas :  estaii- 
tnosna  magnifica,  que  ha  venido  á  ser  el  encan- 
to ,  y  embeleso  de  los  mendigos ,  y  pordioseros, 
porque  se  dá  sin  pedir  trabajo  alguno  por  ella, 
se  debe  emplear  en  la  obra  mas  i  proposito  para 
hermosear  kUIglesia ,  y  todo  el  Reyno  tapara  dar 
gusto  á  todo  buen  Christiano ,  y  á  todo  buen 
GiodadanOy  y  patricio.  V*  m.  entenderá  yá ,  que 
hablo  de  la  composición  de  los  caminos  reale% 
y  de  las  encrucijadas ,  que  los  atraviesan.  Nues- 
tra limosna  ,  dispuesta  asi  en  ocupar  á  los  habi- 
tadores ,  que  carecen  de  profesión ,  6  no  tienen 
que  trabajar ,  se  puede  llamar  Caja  de  hs  canii* 
nos.  No  tratamos  aquí  de  calzarlos  á  la  Roma« 
na  con  quatro  hiladas  ,  ó  rafes  de  cantería  sobre 
un  cimiento  de  pura  toba:  aqui  no  tratamos  del 
modo  mejor  de  componer  los  caminos ,  por  ao« 
fa  los  dejamos  como  se  están  ,  en  orden  á  esto, 
contenundonos  con  tener  en  cada  Lugar ,  6 
Feligresía  un  pequeño  numero  de  Peones  9  que 
mantengan  en  buen  estado  los  caminos  reale^ 
que  hay  en  todo  su  territorio  ^  como  (ambieo  laa 
Tom.  XI.  Aaa  ve- 


3  70     EspeSlaculo  de  la  Naturalexai 
Teredas  9  y  caminos  de  travesía  .;  pñcrcipalt 
mente  las  entradas ,  é  imoiediaciunés  de  los 
Lug¿  res. 

£1  mérito  grande  de  esta  obra  es ,  que 
sea  general  ^  ^  pernianenté.  Con  tener  en 
cada  Lugar  ^  con  sus  gages ,  6  jorosd ,  á  car- 
go del  Proprietario ,  y  del  Común  ^  quatro^ 
cinco  9  ó  seis  Padres  de  familia  ,  que  traba- 
jen con*  sus  mugeres  ,  é  hijos  en  componer 
los  caminos  ^  el  tiempo  que  dejan  libre  las 
cosechas  ,  no  habrá  quebrada  5  pantano  ,  y 
en  una  palabra  ,  no  habrá  desigualdad  peli- 
grosa para  Arrieros  ,  Carreteros  ^  Coches  5  y 
Caminantes ,  que  no  se  compoilga:  al  punto» 
Acuden  siempre  á  lo  mas  preciso  ;  y  dado 
que  no  se  trabaje  5  sino  solamense  á  la  li¿ 
gera  9  ios  carruages  pasarán  sin  riesgo  por  to« 
das  partes  ^  porque  aétual  y  y  contimiadamen- 
te  se  previenen  9  aun  las  amenazas  áA  pelí^» 
gro.  Al  empezar  las  siegas  ^  y  los  trabajos 
mas  penosos  del  campo ,  se  deja  el  de  los  ca* 
minos  9  para  que  asi  halle  el  pobre  jornalero 
en  una  continuada  alternativa  el  provecho  de 
su  afán  ;  acabada  la  cosecha  ^  buelve  al  tra- 
bajo de  ios  caminos  ,  desmontando  aqui  )  y 
allanando  allí  la  tierra  hasta  tal  determina- 
da exrension  s  se  juntan  guijarros  ,  se  amon* 
tonan  guijas ,  casquijo ,  y  arena  gr-*iesa  ,  yá 
jacando  estos  materiales  de  las  orillas  de  loi 
nos  >  ó  yá  bajándolos  de  las  cimas  de  los 

mott 


J^.wpresibn  de  la  iinendiguét^  .371 
flMmtes  i  para  terraplenar  con  su  ^ay  oda  los  Iio«> 
70S  9  y  los  pantanos  ,  hasta  dejarlo  todo  ac-* 
ee&lble.  En  ile^ndo  á  estar  yá  praétícnbles 
los  caminos  en  toda  la  extensión  de  cada  ter« 
liiorío  9  es  mejor  todavía  pagar  algunos  jornale-» 
ros  sÍQ  nracha  necesidad,  que  pemritír  se  quedeó 
sin  trabajo  los  mendigos ,  Duevameote  convertí^ 
cbs )  y  reconciliados  con  éU  Todas  ¿tas  peque- 
ñas tropas  particulares  estarán  siempre  prontas 
á  partir  ,  y  á  unirse  á  otras  á  las  primeras  orde- 
nes de  los  Intendentes  ^  ó  Sobrestantes,  y  por 
este  medio  se  hallarán  proveídos  de  sugetos  pro« 
por  donados  todas  las  obras  públicas»  y  privadas. 
El  Rey  legrará ,  con  mayor  ventaja  que  nunca, 
dd  derecho ,  que  conserva  y  á  que  le  sirvan  de 
valde  á  determinados  tiempos  ,  sin  contristar 
al  Labrador  con  ocupaciones  »  que  le  apartan 
de  su  trabajo ,  ni  exponer  i  bs  Lugares  á  repa«* 
ros ,  y  composiciones  de  caminos^que  al  mismo 
tíeoipo  9  4)ue  son  inevitableS|iarruinan  sin  remet 
dio  á  los  vecinos. 

Yo  me  atrevo  á  decir  9  que  si  nuestra  U« 
mosna ,  en  lugar  de  verse- ,  como  se  ve  y  mal- 
barataday  sirviese  de  hypotheca ,  y  £>nio  pa^ 
ra  componer  los  caminos  ^  sería  delante  dé 
Dios ,  y  delante  de  los  hombres  la  obra  mas 
agradable  » y  la  mas  sabiamente  útil  á  la  so^ 
ckdad  y  que  era  posible.  El  desterrar  de  la 
Ciudad  á  los  vagabundos  5  que  la  dieshonrafi, 
bolverlos  á  las  Aldeas ,  y  campos  en  que  faltan 

Aaa  a  tra- 


37^  Espe&actdo  de  la  NatUTide^. 
trabajadores  ^  vestir  fairilias,  posesas  aolci 
de  la  flojedad  ,  y  el  ocio  ,  evitar  á  las  Ciudad- 
des  gastos ,  y  trábalos  extraordinarios,  son ,  sin 
duda  alguna  ^  ventajas  ,  que  no  admiten  cooh 
patadon  con  la  suciedad ,  y  ociosa  mendigues 
á  que  nuestro  método  ,  en  dar  limosna  y  p»» 
dpita  tanta  gente.  Pero  aun  son  estos  los  me» 
ñores  bienes  que  encueptro  en  semejante  mo* 
do  de  dar.  JEste  dinero ,  que  degamente  derra- 
mamos ,  no  se  podrá  emplear  en  bacer  ^raéli- 
cables  todos  los  caminos  sin  merecer  el  aplau- 
so 9  y  la  estimación  del  Rey  ,  sin  facilitar  el 
transporte,  y  paso  de  sus  Tropas ,  y  equipages, 
sin  fomentar  las  ideas ,  y  empleos  de  los  Co* 
merdantes  con  la  diminudon  de  peligros ,  y  de 
gastos ,  sin  dejar  praéHcable  á  los  Labradores, 
que  antes  se  arruinaban  con  los  transportes, 
el  acceso  i  lastkrras ,  y  Lugares ,  á  que  diri- 
gsn  sus  generos^sin  ahdtrar  á  manadas  ,  y  re- 
baños el  cieno  ^  y  h  podredumbre ,  que  los  suh 
ta ,  y  sin  dejar  á  la  sociedad  toda  en.  el  mayor 
desahogo. 

En  este  mqdo ,  qiTe  acabamos  de  propo- 
ner ,  de  dar  limosna ,  se  encuentra^lrres  ob- 
jetos ,  muy  diferentes  uno  de  otro.  El  prime- 
ro, es  pasar  nuestra  limosna  desde  la  Cio- 
-dad,  donde  no  está  bien  colocada  ,>á  las  Al* 
deas,  en  que  es  indispensablemente  necesa* 
jria.  £1  segundo^  es  d  empleo ,  que  es  pre- 
ciso bacer  de  esta  limosna  en  Ja  composícioa 

de 


i 

'I 

I 


ff 

La ÁípftiiM  de  la  mnJSgueiL     973 
de  caniiaos ,  manteniéndolo?  en  i^nen  estados 
Y  el  tercero  ,  el  nnódo  de  administíarta  ^  y  de 
kacerla  fruétiíican 

I.''  £1  primero  de  estos  tres  capítulos  no 
es  algono.  de  aquellos  sysrémas  ideales ,  6  de 
aquellos  proyedos  ,  que  se  lleba  eí  viento ,  y 
que  es  libre  cada  uno  para  admitirle,  ó  desechar- 
le:  no  se  admite  opción  ,  ni  se  dá  libertad 
eo  esie  asunto.  Esta  es  una  obligación  ^  de 
que  acaso  jamás  hemos  okb  hablar  j  y  poc 
ventura  ni  aun  predicar ;  pero  con  toda  esa 
00  es  menos  necesaria  ,  que  sería  9  si  lo  hu- 
biésemos oído  z  no  puede  llegar  á  descubrir 
este  asdnto  la  piedad  ,  sin  conocer  en  61  to^ 
da  la  fuerza  de  la  josticia  ,  y  aun  la  ambición 
dí'be  cumplir  con  él ,  siquiera  poit  su  inte-» 
tés.  Estos  pobres  Aldeanos  >  á  quienes  tan  iih* 
discretamente  perdemos  de  vista ,  castigan  \x^ 
Alibleraente  la  indiferencia  con  que  los  mi- 
tamos.  Entre  ellos  comienzan  las  enferme* 
^es  epidémicas ;  emre  ellos  se  forn»n  los 
contravandistas ,  y  salteadores  ,  si  se  puedeo 
distinguir  unos  de  otros  ;  entre  ellos  ,  en  fin^ 
se  juntan  estas  legiones  de  mendigos ,  qqe  tier 
nen  el  Rey  no  sin  aliento  ^  y  deboran  la  subsian^ 
da  agena ,  sin  servir  á  persona  alguna  én  ti>t 
da  b  sociedad. 

Todos  estos  males  nos  vienen ,  porque  se 
¿esprecian  los  pobres  de  las  Aldeas.  Tocios  for^ 
ttamos  un  cuerpo ,  y  dejándolos  peieoer  >  6 

su» 


374  E»pe9acfioJeta  Nirfufokzaí 
sufrir  9  ai  tiempo  v  <)ue  tsbn  .nuestra.ocnparim 
sola  los  .placeres.:^  ó  d tendamos  iinicamentei 
los  pobres  de  las  Ciudades  ,  .nos  perdemos ,  5 
caságamos  á  nosotros  mismos  :  esto  es ,  perfo- 
mar  la  cabeza  ,  abrigar  el  cuerpo ,  y  dejar  los 
píes  en  el  cierto, 

iParecémos  á  aquel  hábil  Simpbonista^  que 
dando  una  caída  en  la  horqiiesta  ,  se  btrió  b 
daño 9  y  el  píe;  decide  al  Cirujano  ,  que  le 
sanase  la  mano ,  que  toio  sü  cuidado  le  pusiese 
en  esto  t  yo  os  conjuro^  añadía- ,  que  tenpia 
esta  mira  en  vuestra  cura ;  el  pie  61  andará  co« 
mo  pueda  ^  dejadme  la  mano  sana.  Eso  interno, 
dijo  d  Cirujano  ;  pero  será  imposible  el  coose* 
guirlo  y  si  descuido  en  un  Dodo  del  pie » que  está 
ea  peligro :  si  se  engangrena  el  pie  ,  qué  hará 
k  mano?  En  qué  parará  entonces  6l  hombre, 
j  la  nnisica?. 

Ricos:  y  que  cireis  líbranos  de  las  tsísQ^ 
rias  dé  que  están  cubiertos  los  campos  9  y  coa 
que  ae  .ven  consumidas  ,  y  arruinadas  las  Alf 
deas  9  mientras  vosotros  os  encerráis  en  el  cir- 
Criftod&un^  baena  Ciadid  ,  teniendo  solamen^ 
te  cuidado .  de  vivir  roiaadós .  de  objetos  pla- 
centeros ,  y  divertidos  ,  lejos  de  las  pensó, 
aflÍGCÍanes  y  y  lUfitos  ^  vuestra  prudencia  es 
semejante  á  la  de  a  ijuellos  pájaros  9  poco  avi* 
sados  y  y  rusticois ,  que  esconden  cfebajo  de 
k  hierba) la  cabeza  solamente,  dejando  des^ 
lo  restante  ^  en   que  los  hiere  á  stt 

sal* 


tako -e!]  Cazador*  Cooocéd  iDejor  toi.  pe9igro9| 
que  os  amenazan.  ,  no  set$  tín^  desdeñQ0O9| 
nunca  se  os  veo  hacer  úvo  unas  muy  cor? 
las  visitas  á  vuestro  Labrador  ,ó  Adnrü0istra* 
dores^í:  desde  sü  casp  t^n  mal  p^rad?  <»  y  pó<» 
€0  lustrosa  ^pa9^  algunas  veces  á  la  cab^ 
oa  del  jorralet-a  ^  qiie  acaso  al  verla  tan  desr 
dicbada  ^  le   daréis  orden*  para  que  fabrique 
una  casa  9  o  la  Tapare  ^.para  compoqer  una 
jd  a  del.  tejado  joaída,  ó  para  limpiar  uq  , es? 
taoque  ^  ó  cooduño  desonoronado*  Esta  bue? 
&a  gente  se  maravillará  de  veros  cuidadosos 
de  sus  casas  ^  y  entrar  en  ellas :  pues  la  cosr 
tumbre  que  hay  ^  ejs  bien  contrarfii  -^  hablaor 
doles  iBuy  de  paso ,  sin   bajar  jamás  i  aua 
casillas  9  y  subterráneos:  tened  la  'paciemiii 
de  sentaros,  por  algunos  instantles  siquiera  y  eo 
aquella  pobre  choza  ^  ahumada  ^  y  Uena  de 
Ixdlio.  Si  lo  hacéis  asi ,  pmsto  os  hallaí^ia  He- 
íDos  de  pasmo  >  al  ver  con  qué  se  alb^ja^esta 
Emilia,  qué  comida  la  sustenta  ^.y  qué  te- 
cho la  abriga  por  la  noche*  Movida  la  visui, 
7  compadecidos  los  ojos  con  esta  lastima ,.  bu»* 
can  algún  objeto ,  que  los  regocige  ^  pararái»- 
se  en  los  hijuelos ,  y  ae  <  ¡sorprenderán  de  v^ 
aquella  natural  alegría ,  aus  opciones ,  lo  abul- 
tado de  sus  megillas,  y  aquellos  colores  tan 
saoos  El  ayre  del  campo .,  y  algunas  sobras 
de  queso  y  manteca ,  y^  leche ,  que  les  dáo» 
juantienen  su  firescura  con  jugos  comBenieo- 

tcs 


é 


tts  ^  U  deitcadeza  de  ^qu^ll^  edad.^  ^ro  sm 
hermanos  ,  y  hermanáis ,  yá*  algo  crecidos ,  y 
que  experimentan-  un  trabajo  duro  ,  junto  con 
un  alimento  sin  substancia  ,  ni  jugo  propor- 
cionado j  son  otras  «Rtitas  *  flores  marchitas^ 
quiaHídoaan  apenas  se  handesf'legado  las  ha* 
jas  :  las  facciones  se  dislocan ,  la  tés  del  ros- 
tro se  pierde  ,  los  colores  están  aplomados^  7 
caídos  ,  el  ayre^ ,  y  la  apariencia  lúgubre  ,  y 
todas  las  señales  son  de  gente,  que  yá  expe^ 
riménta ,  y  siente  la  dureza  de  su  condicioa 
amarga.  Si  saliereis  de  alli  á  alguna  plaza  ve« 
ciña  5  encontrareis  algunos  ancianos ,  una  se« 
neéiúd  enftf ma  ,  sin  biio  ,  sin  aliento  ,  sin 
coimpaíiia  ,  sin  animó  y  sin  arrimo  ,  y  sin 
{írovision  :  preguntareis  al  verlos  ,  cómo  estos 
pobres  trabajadores  pueden  sufVir  la  tristeza  de 
el  dia  presente ,  y  no  rendirse  del  todo  con 
*s6Io  d' pensamiento  de  el  dia  de  mañana 
mas  triste  y  y  mas  negro  todavía.  Pero  luego 
«ilís.  4e  alli  y  huís  ,  y  os  ponéis  en  salvo  en 
Ja  Ciudad  ,  maravillados  del  espectáculo  las- 
timoso j  que  habéis  visto ,  y  sin  poder  com- 
prehender  9  cómo  no  son  mas  las  enfermeda- 
des  j  -y  cónro  no  son  también^  mas  contagio- 
sas ;  c6mo><ae  pueden  -hallar  hombres ,  que  se 
¿reduzcan  i  la  Incertidumbre  de  un  ^  estado  se- 
^méjante  ;  como  no  los  junta  un  dia  ^  ú  otro 
«el  despecho  9  y  1^  impaciencia  j  de  modo» 
-qué?  vengan,  siquiera  i  participar  ^lüf  ¿bienes 
-  T  de 


.  U  supresión  dé  la  meriStgt^     j  7  y 
de  que  abundan ,  ó   desperdician   acaso  eo  \x 
Ciudad.   Tales  son  los  riesgos  continuados ,  que 
os  rodean.  La  mendiguez  ^  y  todas  susconse- 
quencias,  que  os  hacen  vivir  siempre  cuida*! 
dosos ,  son  el  justo  castigo  de  vuestra  indife- 
rencia para  con  los  pobres  Aldeanos.  Tenéis^ 
pues ,  una  necesidad  absoluta  ,  y    una  justicit 
claramente  obligatoria,  de  hacer  que  ilegueit 
vuestras  limosnas  al  campo ,  á  unos  hombres 
de  una  voluntad  tan  reda  ^  y  de  un  derecho 
incapaz  de  enagenarse. 

3.''  El  segundo  objeto  ,  que  es  el  em« 
pléo  de  nuestra  Gniosna  ,  aplicada  á  la  com-» 
posición  de  caminos ,  nos  obliga  también  igual4 
mente ,  sin  la  menor  razón  de  duda.  De  la 
dificultad  de  los  transportes  provienen  los  gas«- 
tos  9  que  dejan  muchas  veces  exhausto  el  Era^ 
rio  Real ,  las  quiebras  de  los  Comerciantes, 
y  la  ruina  de  los  Labradores.  En  lugar  ,  pues, 
de  desperdiciar  nuestros  beneficios ,  en  llenar 
tantos  vientres  perezosos  ,  como  nos  rodean 
por  todas  partes ,  y  de  esperar  ,  que  la  des-? 
composición  de  los  caminos  nos  reduzca  á 
pérdidas  ruínosis  ,  6  á  reparos  extraordinarios, 
embiemos  cada  uno  nuestra  limosna  á  aque- 
llos Lugares ,  en  que  tenemos  la  hacienda, 
para  ocupar  las. famí  i is  mas  pobrJes  en  comt 
poner  las  entradas ,  calles ,  y  caminos  por  me- 
dio de  un  trabajo ,  que  siempre  será  bastan- 
te, como  sea  continuado  ,  para   arruinar  la 

Tm.  XL  Bbb  ini- 


)  7  S      Espedía  culo  de  Ja  Naturaleiuí. 
miseria.  Bien  entendido,  que  nuestros  trabaja-' 
dores  descansarán  sin  peligro  de  consequeocia 
alguna  perjudicial ,  quando  el  frió  ,  6  las  Ha- 
bías abundantes  no  permiten  el  trabajo» 

3.''  En  quanto  al  ultimo  artículo,  que  es 
el  modo  de  ejecutar  las  cosas  por  medio  de 
un  sabio  régimen )  yo  no  báblo  con  la  mis- 
ma confíanza  que  en  los  demás ;  porque  do 
tengo  aquella  experiencia  de  los  negocios  del 
Mundo ,  que  se  necesita ,  para  decidir  si  el  pre- 
sente será  infalible ,  y  el  mas  provechoso  de 
todos. 

Pero  os  podréis  atener  á  aquel  régimen 
íocal ,  que  yá  significamos  y  y  que  está  plan- 
teado en  cada  una  de  las  Parroquias ,  se  puede 
colicitar,  que  todos  estos  gobiernos  particulares 
tengan  correspondencia ,  y  hermandad  con  la 
,mesa  (*♦)  de  pobres,  que  hay  en  todas  las  Ciu- 
dades Obispales.  La  caridad  es  industriosa :  dá 
los  mas  juiciosos  pareceres,  busca  recursos ,  y 
abre  tal  vez  caminos  poco  esperados.  En  orden 
á  las  limosnas  ordinarias  era  preciso  ejecutar 
constantemente,  y  sin  interrupción  alguna  aque- 
llo que  ejecutaron  Eclesiásticos  zelósos  ^  y  íña* 
gistrados  sabios  en  algunas  carestías, ó  tienipos 
calamitosos.  La  propuesta  se  hará  por  los  Cu- 
fas  de  Ips  Lugares,  y  la  provisión  por  el  Con* 


(**)  ^T€s  d§  féhtf  fe  llütfiftii  tú  álgnaas  partes ,  el  Cabildo  ef 
Vacroao  ,  y  Administrador »  y  se  señala  un  Capitular  con  titulo  de 
l4fli9SU€r»  >  para  la  diicribucion  bien  ordenada  de  las  limosMA 


\ 


La  supresión  ck  la  mendiguez.  %  79 
sejo  de  la  GobernacioQ,  ó  por  los  Proviso- 
res j  ó  administradores  de  la  mesa  de  los  po- 
bres 9  que  de  adiva  Administradora  venga  á  ser 
Consejera  sedentaria.  Mucho  mejor  es  ,  que 
cueste  algunas  mas  juntas  á  la  semana  á  unos 
liombres  llenos  de  buenos  deseos ,  y  luces  y  que 
el  permitir  se  continúen  nuestros  males  con 
la  disipación  lastimosa ,  que  se  hace  de  nues- 
tras limosnas ,  quando  no  sirven  de  recompen* 
sa  á  trabajo  alguno» 

Yo  confio  mas  en  los  fondos  ^  y  talentos 
de  semejantes  Administradores  9  que  en  los 
míos ;  y  asi  9  no  añadiré  sino  algunas  adver^ 
tencias ,  que  me  parecen  útiles  ;  pero  sujetan- 
dolas  siempre,á  su  parecer  >  y  á  sus  luces. 

£1  pnxiuéto  de  la  limosna ,  puesto  en  las 
maños  del  Pastor ,  sea  en  la  Ciudad  1  6  sea  en 
la  Aldea  >  se  puede  dividir  en  tres  tercios ;  el 
iino  se  llamará  C(ga  de  empréstido ;  y  los  otro; 
dos  Caja  de  caminos^ 

El  primer  tercio ,  ó  caja  de  empréstido  ^Xú¿^  ^"*" 
se  empleará  en  ayudar  en  los  Lugares  á  algu- 
lias  familias  atrasadas  ,  adelantándoles  en  sus 
necesidades  algún  dinero  ^  con  que  se  socor- 
ran 9  y  desahoguen  9  ó  alguoos  géneros  9  á 
materiales  aptos  para  que  los  puedan  prepa- 
rar, y  componer  en  provecho  suyo,  y  sin 
Uebarles  el  menor  interés :  por  doode  se  cer* 
rara  la  puerta  á  la  .usura,  que  roe  ^  y  coihp 
aiime  las  pobres  lamillas ,  que  se  vén  obligar 

Bbb  a  das 


{So  Espeülaculo  de  la  NatufáUta. 
das  á  pasar  por  esta  injusticia  y  por  no  hallar 
otro  recurso.  Del  mismo  caudal,  y  tal  vez 
con  una  suma  muy  corta ,  se  podrán  socor-- 
rer  en  un  solo  año  siete  ,  ú  ocho  fami- 
lias diversas.  Esta  caja  ,  aun  de  poco  fondo 
á  los  principios ,  se  puede  mantener  de  un 
modo  ,  que  facilite  las  entradas  ;  de  manera, 
que  en  los  años  siguientes  se  aumente  con  el 
concurso  de  las  limosnas*  No  serán  necesarios 
sino  algunos  años  para  estar  en  estado  de  par^ 
tir  su  abundancia  cori  la  otra  caja ,  conforme  lo 
pida  la  necesidad ,  y  el  tiempo.  Estando  bien 
gobernada  ,  y  uniéndose  á  la  renta  de  los 
Hospitales  de  la  Ciudad ,  6  á  alguna  manda, 
ó  legado  extraordinario ,  podrá ,  sin  carga ,  ni 
repartimiento  á  persona  alguna  ,  emprehender 
una  calzada  ,  un  enlosado  ,  ó  un  camino^ 
aun  mas  perfeéto  que  los  antiguos,  una  car- 
rera  dilats^da ,  un  paseo  espacioso  ,  fuentes  ar** 
tifícíales,  arcas  de  agua  ,  condueños ,  y  ca^ 
ños,  que  cayendo  por  las  noches  en  lo  m2& 
alto  de  las  calles  ,  trabajen  al  mismo  tiem*- 
po  I  que  nosotros  descansamos  ,  en  limpiar  las 
habitaciones ,  y  en  purificar  el  ayre*  Déla 
misma  caja  se  podrá  sacar  con  que  dac  un 
premio  á  un  Artesano  ,  que  haya  hecho  al- 
guna invención ,  ó  hallado  algún  secreto. útil; 
con  que  regalar  á  un  Peón ,  que  se  estropeó 
en  algnn  trabajo  público.;  6  con  que  :socor-* 
rer  á  la  yiuda  del  que  pereció  en  las  Uamas, 

al 


La  supresión  dé  la  mnJiguex.  381 
al  querer  apagar  algún  incendio.  La  misma 
caja  puede  servir  para  franquear  algún  peque- 
ño dote  á  muchas  doncellas  pobres  ,  que  por 
su  buena  conducta ,  y  habilidad  dan  esperan* 
zas  de  que  harán  felices  á  sus  familias.  Un  ce- 
libato hay  9  que  edifica ;  pero  aquel ,  que  es 
causado  por  la  miseria ,  viene  á  ser  la  ruina 
de  la  República ;  la  despuebla ,  como  pudiera 
hacer  la  fuga ,  ó  la  deserción ,  y  esto  sin  ser 
mas  estimable  que  el  celibato  de  los  liberti- 
nos y  antes  bien  suele  ser  por  el  contrario  mas 
peligroso,  y  corrupto. 

Tal  vez  podrá  suceder  ,  que  venga  á  la 
imaginación  el  escasear  algún  tanto  el  uso  de 
esta  caja ,  á  fin  de  juntar  con  una  dilatada, 
y  prudente  economía  fondos  bastantes  para  al- 
guna grande,  y  excelente  obra.  Pero  de  to- 
dos los  bienes  el  mas  apetecible  es  ,  que  no 
haya  pobres ,  y  que  se  socorran  las  necesi- 
dades aduales,  que  se  lleguen  á  saber.  Co- 
mencemos siempre  libertando  á  la  Ciudad  de 
la  mendiguez,  que  es  el  azote,  que  la  afli- 
ge ,  y  luego  podremos  proyeélar  el  hermo- 
searla. 

El  peor ,  y  mas  irregular  empleo  de  esta 
caja ,  sería  el  de  comprar  bienes  raíces ,  ó  he- 
redades ,  y  pagar  con  grande3  gastos  manos 
muertas.  Solo ,  á  mas  no  poder  ,  permite  la 
discreta  política^  y  vé  pasar  semejantes  bie- 
nes 


381     EspeSlacuh  de  la  NatutdktíU 
nes  desde  las  familias  9  que  los  poseían ,  á  Co« 
munidades ,  ó  Casas  establecidas  para  obras 
pias.  No  reclama  la  buena  politica  contra  los 
Diezmos  perpetuos ,  ni  contra  los  legados  de 
dinero ,  que  mantienen  un  gasto  útil  para  el 
bien  de  todo  un  País ;  pero  no  puede  dejar  de 
resentirse ,  y  ponerse  en  arma  al  ver  que  se 
añadan  sin  regla  á  estas  fundaciones  nuevos 
proprios.  Mientras  estas  haciendas  están  en  po* 
der  de  las  familias,  se  egercita  la  industria  y  y 
la  emulación  en  orden  á  la  libertad  de  las  ven« 
tas,  á  la  felicidad  de  las  elecciones  ,  cambios, 
y  divisiones.  Por  el  contrarío ,  las  familias  no 
hallan  medio  para  hacer  algún  nuevo  empleo, 
metidas  entre  haciendas  incapaces  de  venta ,  de 
compañía,  ni  desmembramiento  alguno ,  y  se 
hallan  embarazadas  del  todo.  La  libertad  pó* 
blica  padece  necesariamente ,  y  se  disminuye  á 
proporción  del  numero  grande  de  tierras ,  que 
pasan  á  un  estado  invariable :  pues  estos  fon* 
dos  dejan  de  ir ,  y  venir ,  venderse  ,  ó  com- 
prarse, desde  que  entran  en  alguna  Comunidad, 
ik  obra  pia :  para  siempre  se  estancan  alli ,  y  el 
males  irreparable.  (♦*) 

Puédese  emplear  también  la  caja  de  pres- 
tamos en  otro  uso ,  poco  mas  regular  que  el 
antecedente ,  qual  sería  el  de  plantear  una  ma« 

ni* 

(**)  En  España  está  precabido  escc  ioeonyeniente  >  y  tomadot 
^n  medios  para  ^ue  no  perjudique  al  Real  Erario  >  y  al  público. 


La  supresión  dé  Ja  mendiguez.  383 
iiifaélura ,  una  Alfaharería  y  Bacanes ,  Herré-- 
rías ,  ó  semejantes  fábricas ,  cuyo  produdo  se 
destinase  al  Admioistrador  de  la  limosna.  Es- 
tos establecimientos  se  pueden  ayudar  quan- 
to  se  quiera :  pero  por  ventura ,  es  acaso  pa« 
ra  esto  necesario  disminuir  el  tráfago  á  los 
hombres  de  comercio ,  á  los  Fabricantes ,  ni 
á  los  Arrendadores  ?  No  sería  arruinar  la  in- 
dustria y  introduciéndose  en  sus  oficios ,  y  em- 
pleos? Los  que  los  egercitan  son  en  las  Ciu- 
dades y  lo  que  son  los  Labradores  en  los  cam- 
pos: Padres,  y  alimento  de  todos  quantos 
los  rodean.  Y  la  administración  de  la  limos- 
na no  debe  ser  mas  contraría  al  comercio^ 
que  lo  es  á  la  agricultura  de  quien  tanto  cui« 
da.  £1  único  modo  y  que  hay  de  convertir 
esta  caja  en  una  especie  de  fondos  ,  que  crez- 
can sin  que  se  baga  odiosa ,  es  bolver  á  ella  en- 
tera ,  y  sin  interés  (**)  las  cantidades  ,  que 
se  prestaron  y  y  juntarles  algunas  limosnas  an- 
nuales.  Para  facilitar  la  restitución ,  y  aumen- 
tar el  caudal ,  será  mejor  entregarle  á  esta  po» 
bre  gente  algunos  animaks  y  ó  ganado  y  que 
crien,  y  gobiernen  ,  siguiendo  una  pr¿£tica 
autorizada  y  que  darle  al  manejo   immediata 

de 

f*^)  Parece  un  ^sto  importuno  el  disminuir  esta  caja  por 
medio  ét  consignaciones  á  Jueces  ,  Secretarios  «  Thesoreros, 
Concaüorcs  ,  y  Oficiales  :  todos  los  c]ue  egercitea  estos  empleof 
para  el  repartiiricnto  de  la  linosna  ,  deben  concuirir  á  ella  con 
su  trabajo  »  sin  sueldo  alguno  ,  y  acaso  serán  ma<>  fieles  >  ni  íil* 
tara  en  la  República  quien  acuda  con  esta  especie  de  piedad  Ü 
la  Umoina* 


\ 


584  Espé&acuJo  de  la  Naturaíesut. 
de  el  dinero ,  cuya  paga  es  tan  contingente, 
una  vez  en  su  poder.  Hecho ,  pues  ,  esto  ,  se 
deja  al  fin  del  año  á  los  que  tomaron  este  cui- 
dado todo  el  mil  de  las  lanas ,  6  de  la  leche ;  y 
al  cabo  de  tres  años  se  parten  con  ellos  las 
crias,  que  nacieron,  y  se  adelantaron  por  ra- 
zón de  su  cuidado. 

En  quanto  á  los  otros  dos  tercios ,  que 
en  la  Ciudad,  y  en  las  Aldeas  componen  ía 
caja  de  los  caminos ,  deben  ser  como  una 
agua,  que  siempre  cuela,  6  una  fuente,  que 
siempre  mana.  Este  es  un  dinero,  que  se  en- 
trega todas  las  semanas ,  á  los  que  se  encargatt 
del  trabajo  de  las  obras  públicas.  Puédese  frao- 
quear  esta  parte  tan  útil  por  medios ,  que  no  fa- 
tiguen de  modo  alguno  á  los  Propríetarios» 
El  primero ,  es  permitir  á  los  pobres  en  aque- 
llos tiempos ,  en  que  se  los*  dispensará  de  el 
trabajo  de  los  caminos ,  sembrar  algún  peda- 
zo pequeño  de  un  prado  ,  6  de  algunas  tier- 
tas  valdías ,  que-  estén  heríales ,  y  aun  el  que 
desmonten ,  y  allanen  algunas  cuescas ,  que  cer- 
can las  tierras  sembradas ,  y  las  precauciones, 
que  libren  de  los  ganados  estas  tierras ,  li- 
brarán también  las  de  ios  pobres.  El  pro- 
ducto de  ocho ,  6  diez  obradas  solamente,  jun- 
tas con  lo  que  los  Padres  ,  y  los  hijos  alle- 
garon ,  unos  segando  ,  y  otros  espigando, 
bastarán  para  sustentar  cinco ,  ó  svis  familias. 
También  se  les  puede  permitir  |  como  se  hace 

sin 


La  supresión ¿k  la: mendiguez.  i%i 
m  inconveoieDte  alguno  en  muchos  cantonet 
<le  Alemania  un  ciñóte  y  un  calvero  y^)  ó  un 
ribazo  de  tierra  para  poner  un  bancal  de  ber«- 
zas  9  una  efa  de  acelgas  ,  acederas  ,  cebollas^ 
lechugas 9  salsifi^ó  trogopogon^.  clúcorías ,  y 
otras  hierbas ,  ó  raíces  muy  buenas  para,  po- 
tages ,  y  ensaladas.  Esta  ligera  concesión,  que 
ea  nada  eii3pobrece  la  tierra  y  multiplicará  las^ 
legumbres  y  y  todas  las  plantas  mas  comunes 
en  el  uso  de  la  vida,  y  cuyo  cultivo  está  muy 
olvidado  en*  nuestros-  campos;  de  donde  vie-^ 
ne  y  que  las  Madres  de  fiímüia  y  que  carecea 
de  semejantesi  hierbas* ,  y  hortaliza  ,  por  no 
encontrarlas  varatas ,  no  saben  componer  coa 
gusto ,  ni  con  variedad  la  comida  y  que  gui** 
sao  para  sus.  maridos»  Wt  efeAo»  inde&dible 
de  su  insipidez  es*  hacerle  hmr  de  su  casa  ^ 
buscar  mejor  cocina  en  la  taberna rm al*,  tan« 
lo  mayor,  quantose  vé  repetido  todos  lo» 
dips',  y  en  lugar  del  cariño  ,  que  tenia  á  sU' 
casa ,  sucede  el  hastío ,,  horror ,  y  en&do ,  de- 
jando ár  lar  pobre  femili»  sin  alegría  y  sin  con- 
suela, ni  asistencñ.  a..''  Nada  tengo, que det 
eir  contra  nuestra  antigua  costumbre  de  de-^ 
jar  en  descanso  un  año  las  heredades :  cosa^ 
^e  nos  quita  de  las  manos  ,  y  roba  de  las 
Tam.  XL  Ccc  tro- 

(**)  ^füffrtUmaii'fAf  Hortelams  ^  un  pe¿áz»  ¿,t  tierra  yer* 
na  >  ¿  inculta  >  y  cambien  Uamaír  Célvtr»  al  lupu  yació  >  i  ía- 
€«!(•  de  im  terreno. 


386     EspeQáctdo déla  Naturakta.' 
troges  un  tercio  de  la  cosecha.  Solamente  tao-> 
taré  I  que  una  pérdida  de  esta  naturaleza   es  . 
la  materia  mas  digna  de  ocupar  9  no  digo  núes-  * 
tros  discursos ,  sino  también  á  todas  las  ten- 
tativas, y  experiencias  de  Pbysicos  ,  y  Agri- 
cultores. Quánto  provecho  haría  ^  y  quántas 
riquezas  le  trahería  á  un  Reyno  ,  la  Physica^ 
que  procurase  descubrir  el  medio  de  que  ce» 
sasen  de  el  todo  ,  d  por  lo  menos  se  diminu- 
yesen estos  barbechos  ,  y  alternados  desean* 
sos  de  la  tierra !  La  ley  antigua  los  limitaba 
hasta  el  séptimo  año :  como  quiera  y  en  muchas 
partes  de  Normandíase  trabaja  generalmente 
la  tierra  todos  los  años:  y  la  abundancia  en 
el  beneficio ,  y  estercoladura  hace ,  que  en  el 
circuito  de  París  se  ejecute  también  lo  mis- 
mo con  fruto :  de  suerte  ^  que  treinta  obra- 
das de  tierra  de  mediana  calidad  dan  allí  mas, 
que  noventa  en  las   Provincias  mas  fértiles. 
Los  Jardines  de  Francia  tampoco  saben ,  qué 
cosa  son  descansos  semejantes ;  y  es  indubi-! 
table  9  6  que  las  irejetadones  no  usan  realmen- 
te la  tierra ,  ni  la  desustancian  ^  ó  si  la  usan, 
y  gastan ,  participando  de  los  jugos ,  que  en- 
cierra en  sí ,  los  buelve  á  recobrar    con  mu- 
chas ventajas ,  por  medio  del  beneficio ,  y  abo- 
no* Será  acaso  algún  imposible  experimentar 
esto  para  bien  de  los  pobres ,  quando  aun  no 
se  diferencia  de  el  nuestro? 


La  supresión  déla  menSguez.  387 
Pero  DO  nos  metamos  en  el  uso  de  los 
barbechos  para  el  descanso  de  la  tierra.  Y 
supongamos  ,  que  ni  hay  levadura  de  tierras^ 
estiércol  ,  ni  industria  capaz  de  multiplicar 
los  jugos ,  en  los  parages  >  en  que  no  abunda 
de  ellos  el  suelo  y  de  modo ,  que  puedan  evi- 
tar la  ociosidad  de  un  tercio  de  todas  nuestras 
heredades.  A  lo  menos  será  posible ,  y  mucho 
mas  útil ,  hallar  con  que  estercolar  bien  algún 
pequeño  numero  de  aquellas,  que  descansan, 
y  enriquecerlas  con  un  abono  excelente ,  que 
dejarlas  desaansar,  y  eci  una  ociosidad  abso<» 
lata ;  y  masquando  vémos^^  que  nuestras  Huer- 
tas,  y  Jardines  permanecen ,  sin  interrupción 
álgiina )  fecundos  por  medio  del  beneficio ,  y 
mas  fecundos  ^  quanto  mas  se  estercolan ,  y 
cuidan.  Pues  yo  no  pido  otra  cosa  ;  porque  dé 
este  modo  témlrán  pan  muchas  femiUas ,  que 
Qo  le  tienen.  No  se  necesita  sino  permitirlas, 
que  rocen ,  y  trabajen  algunos  pedazos  de 
tierra  en  nuestros  barbechos,  yá  en  unos  pa^ 
rages ,  y  yá  en  otras,  con  h  carga  de  una 
estercoladura  muy  fiíerte ,  y  abundante»  Bl 
rastrojo  de  las  tierras  ^  las  boñ^as,  y  estier* 
coi  de  los  caminos  pueden  hacer  et  primer 
gasto ,  y  dar  el  primer  beneficio  r  juntar  al  cabo 
de  un  año  estiércol  para  beneficiar  dos ,  ó  tres 
fanegas  de  tierra  solamente ,  es  el  trabajo  mas 
limitado ,  que  se  puede  dar  á  una  familia» 

Ccc  a  Aquí 


3.8 8     Espe&acido  de  la  Naturaleza. 

Aqui  se  podrá  acaso  sobresaltar  la  d^lica* 
deza  d?  los  Proprietarios  :   veamos  si  tíeoea 
por  qué.  Ea  una  legua  quadrada  hay  quatra 
mil  seiscientas  y  ochenta  y  ocho  obradas  de 
tierra:  sacando  el  terreno  ,  que    ocupan    ac- 
■boles  j  conduélos ,  Ciiniaos ,  y  desiguaidadeS| 
queden  en  la  legua  solanfiente  tres  mil  obra« 
das  capaces  de  cultivo ;  y  supongamos  ,  que 
son  ciento  los  Proprietarios.  D¿  estas  tres  mil 
«obradas  ^  quédense  mil  reducidas  al  descanso^ 
y  si  hay  dos  Aldeas  en  esta  legua  quadrada, 
haya  cinco  familias  reduddas  i  mendigar  ea 
cada  una^  y  tomemos  ,  para  que  las  dies^  ü* 
tnilias  de  las  dos  Aldeas  las  puedan  sembrar 
este,  añoy  solas  cinquema  obradas  ^e  las  mi|| 
que  se  qu^daa  para  descansar  :  con  qii»  cía- 
quenta  Propriqtariw  tienen  que  permitir  vejó- 
te y  cinco  obradas ,  esto  es^  media  <:ada  Pro- 
'prietario  para  ^ue  la  siembren  los  pobres  :  i 
esto  está  reducida  4oda  la  pérdida  ,  que  pue- 
den tener  i  y  este  es  ^  riesgo  ,  que  át  mü 
obradaR  ,  qae  diejan    descansar  ^  ^e  ocupen 
Cinquenta ,  que  salen  á  media,  cada  uno   de 
los  poseedores,  T  podrá  este  ser  motivo  bas- 
tante para  lamentarse  ,  principalmente  sí  esta 
media ;  obrada  se  4e  restituye  en  buen  estado 
benefkiandpk  bien*?  Apaso  sería  éste  el  me- 
dio para  que  no  tubieran  que  dar  mas  limos- 
jia  9  puis  maotendrian  asi  i  Jos  pobres  eo 


y 


La  supresión  de  U  fnendi^z.  j  ^9 
qida  Aldea  con  los  lazos  mm  seguros  ,  y.  .$9r 
oifíaQ^  ademáa  de:eso ,  la  .^otnpotícion,  jl)oiV 
4ad  ep  los  caminos^  con  el  prodiido  de  cinr 
quenta  obradas  seriamente ,  y  estas  en  terreno 
^ue  nada  bace ,  y  de  nada  sirve. 

Pero  con  tpdo  eso  tienen  en  el  corazop 
este  p^zp  .4e  tierra ,  esta  media  obrada  pe- 
ja  un  orondo:  i^én  coo  mucha  pena,  queiie 
la  jreboeiva  ageoo  arado ,  y  que  entre  hoz  es- 
trang^a  en  Jas  mieses^  que  dá  m  tierra^  pii^ 
.tomemos-,  si^qu^yreía,  otro  partido::  que  el  cul* 
JÍvO:8Q[  )^g8  pprlaSi  manos  de.  vuestro  misEDp 
Arreoda^t  medi^  oWada  en  suma  á  nadie 
puede  espantar  s  y  con  todo  eso  bastará  para 
sustentar  |as  ocho^  h  diez  familias  pobres,  que 
al  lBñt|^^liwvN>¡^,:Op^p9P£o  com^  ky 
({camkiQ$..r  ,  ,.  *    ■•  -j 

Sé  muy  bien  ».qoe  babrá'  mucbas  tier- 
ras ea  que  las  cinquenta  obradas  den  muy 
poco  ftuto  ^  pero  ccni.tado  eso  sexán  en.ell^ 
mucl^  ipeip?,  lo»  6mnttg99^  porque  losJUjr 

^res  »Qp  en  ti(rrfi$  tíkm^fis^te^m»s\^^t9Sj  &^ 
ra  de.  que  siendo  poco  apetecibles  estos  ter- 
leoos ,  comunmente  tietien  la  'propriedad  los 
-PWTsapps^.y  lo  ^fl^artinfM, .<qye Iw .que  vir 

.vcp  fiPitiei(r«s.;érttlesi^;ie«^uevC9»^  nada:f8 
wyQ.  PoTrfttríi  rf ai ttíy  #10,  ¿»y  País  á^lgunp, 
n^ado  ^1  cultivo,  en  que;  np  haya  formadp 
Ja  indostcid:  jdgtuia:  (danifa^tura ,  -ó  establecí- 

mien^ 


4^     • 


igo  Espe&acuh de  la  Naturakxk 
tnietítOy  que  ocupando  un  sinninnero  de  Ofi* 
leales  9  y  trab^Jadoi^es !  en  las  Aldeas  vecinas^ 
tleje  de  reparar  la  esterilidad  de  la  tierra  coa 
utitidades  de  otra  especie ,  de  modo ,  que  cx>ni« 
pensan  el  defeco  de  los  frutos  y  y  reducen  á 
cierta  igualdad  todo  el  terreno. 

A  los  medios  ^  que  acabamos^  de  pra« 

poner  para  aliviará  los  pobres ,  y  para  ayti^ 

tlarlos  á  vivir  en  aquellos  Lugares  ,  en    que 

tenemos  nuestras  réntaselos  podemos  llamar; 

Limosna  oro.  '/^'n?oxfft> /'r0jf>¿r(^/(>M»  por  qoaisio  estoft  SOCOf^ 

porcioMÍ     f|p0g  gg  proporcionan  de  águn   niiddo  i  nties^ 

tros  arrendamientos  ;  y  aun  casi  mejor  que 

limosna  ,  se   pudiera  llamaf  deuda  v  verda-^ 

dera ;  no  tenemos  derecho  para  pedir  mvh 

t:boá  aquellos  9  á<  quienes"  la  proyidéüc£r  re^ 

partió  poco»  Pero  no  hallaremos  afgana  otrtí 

tosa  mas  útil,  y  me§or,  que  poder  sacar  de 

los  ricos»  de  aquellos ,  qoe  viren  en  inedia 

de  la  opulencia?  Los  que  tienen  ^aunque  en 

-otra  especie^  üeofas  abundatttésryquedEiáln  eseti- 

^os  del  ciiidado  de  aüvkv  á^  los  Aldeano^ 

-porque  no  poseen  acaso »  ni  un  pié  de  ter* 

reno  en  ellas?  Aquellos Mercaderea  ricos » que 

-Goníercian  fUera  de  elReyno^  «iqueBos  Lon* 

^gistá^^  que  vettde»'{)or  bentido^  yá  íá  espe- 

<ceífyíi  yú  lia  aedá »  y  ota»  tnercándás  ,  cáa 

que   proveed   tod^  una  Próvida  ,  lograrán 

'  la  misma  eaencion  ?  Al  moái>  que  los  fila* 

men-^ 


La  depresión  ds  ta  lihendfgue^     i^%- 
mentte ,  d  aqueHos  pequeños  hilos ,  que  como 
delicados  cabellos  terminao   las  raíces  de  los 
mayores  arboles,  son  I»,  prioiera  c^u^a  de  su 
votación ,  asi  ^a»  menudas  Corppras  t  y  los 
pequeños  gastos  de  la  agiente  de  los  Lugares  se 
pueden  unirar  coiúo  eí  primer  principio  de  la 
fortuna  de  los  Comerciantes  mas  ricos,  y  aun. 
como  la  salud  ^  y  la ;  vida  del  Rey  na  No  po*;. 
dfémos  quebrar  este    pequeño  filamento ,  sin 
yér .  caducar ,  y  perecer  todo  el  árbol.  Lejos, 
pues,  de  dejar  á  estas  gentes ,  que  parece  que 
en  la  República  no  hacen  -  bulto  ^  en  el  traba*; 
jo^y  en  la  miseria^  pertenece  sin  duda  á  los; 
ñas  ricos  prepáral  en  todo?  tiempo  los  me-, 
dios  de  que  se  restablezcan  ^  ó  de  que  sub- 
^taUé 

^  Los  ticos 'deben  ^  pues  ^  ,i  k  jRepublic9; 
alguna  cosa  mas,queest^lkpolsna  corriente^ 
y  las  distinciones  de  que  junto  con  la  ma- 
yor abundancia  ios  hizo  el  Cielo  participes, 
doblan  sin  contradicción  sus  obligaciones.  Aqui 
ks  guardamos ,  pues ,  la  obra  mas  gloriosa^, 
áque  puede  aspirar  r  un  Ciudadano :  ésta  es 
la  salud  de  los  demás  en  los  tiempos  calamir 
tosos,y  el  prevenir  los  mayores  males  con 
precaverlos:  es  yá  demasiado  tarde  esperar  á 
iemediarlp9  ,,quando  e$tán .  presentes.  Esta  pre-. 
vJ3ton,y  provjiden<;ia <x>nyieQe  á  los  mas  ri- 
cos de  cada  Ciudad ,  formando  una  especie  de 

con- 


ig%      EspeStactJo  ik  ta  Naturakxoi 
congregación  y  ó  sociedad ,  á^  que'  Ilamarémor ' 
La  fociedaa  sockdod  de  hs  infortunios  y  qn^  X  reducirá  áp 
fualw,''*^*'^"  ¡tener  en  una  boba    común    todos  lo»  aííog^^ 
aqaelk))  que  cada  uno  quiera ,  ^ra  «uaTizar^ 
por  este  medio,  y  á  sus   tiempos  la  desgra- 
cia y  que  sucede  á  una  famili»  en  la  mortan-^ 
d^d  de  aquellos  anmiales,  que  la  sustentaban^ 
el  infortumb  de  otra,  á  quien  arruinó  unio-^ 
oetrdio ,  y  el  trabaja  de   otra  ,  cuyos  sei»- 
brados,  ó  tierras  destruyó  un  granizo ,.  ó  una* 
tempestad  de  piedra  ^  para  salir  le  al  encuen-^ 
tro  á  una  carestía  ^y  á:  üodi»'  suerte  de  cala«^ 
midades  ptiblicasr  Esta  idea  es  grande ,  y  ma» 
nffiesta  cbratnente  k  heroiddad'de  b&Seño-» 
ras  y  que  la  prañicaroB  yá  la»  primeías  ea  I^ 
rís ,  y  que  con  la  noticKi  <fe  algiicr  desastre 
bastantemente  conraii^  b^dan  irá  un  Bcle- 
síastico  con  el '  dinera^n  la  mano  de  Lugar 
en  Lugar  para^  consolar  á  los  mas^  afligidos  ^  y^ 
para  sostener  coa  mas-  afiento  ,  y  socorra  ái 
los  que    veían    mas  arruinados  9  y  sin  re-^ 
curso. 

Para  la  administración  de  esta  limosna  ex^ 
traordinaria ,  es  necesarkx  y  como-  para  las  co^ 
muñes ,  disponer  dos  cajas  y  en-  que  se  guar** 
de  el*  produdo  annual  con  que  concurren  los 
fieos  ;  una  de  tas  dos  cajas  servirá  para  ade^ 
lántar  algunas  cantidades  y  que  re8tahleacan> 
y  desahoguen  á  aqueUos  ^  que  tienen  algunos 


•  ^    » 


ía  supresión  de  la  mendiguez.  39  j 
lbndós,ó  los  arriendan: y  la  otra  parte  dar 
^ue  trabajar ,  y  pan  que  los  alimente  á  los  que 
Carecen  de  todo  socorro  adual.  En  algunas  de 
las  mas  populosas  Ciudades  se  dispone  no  po- 
cas veces  9  aqui  una  Opera ,  allí  una  Compa*' 
fía  permanente  de  Comedias,  casi  en  todas  par- 
tes UD  concierto,  que  se  mantiene  con  mucho 
gasto ,  y  notables  preparativos.  Ni  deja  de  ser 
común  el  ver,  que  un  pequeño  numero  de 
Ciudadanos  escoten  entre  sí ,  y  se  echen  el  tri- 
buto sobre  algunos  íbndos  determinados  para 
asalariar  voces ,  ¿  instrumentos  ,  para  adornar 
la  sala ,  y  preparar  la  iluminación ,  empleando 
freiota  9  d  quareiita  mil  reales  en  esto.  La  di- 
versión dura  hasta  que  sobreviene  una  cares- 
tía  general  9  ü  otra  calanüdad  pública  ^  que  la 
desvarata  todo. 

Aquellos ,  que  entran  en  estas  diversiones, 
creen ,  que  se  salen  de  el  común  ^  y  que  tie- 
nen un  gusto  muy  distinguido:  no  questiof 
Damos  aqui  si  tienen  razón  en  esto.  Viven 
persuadidos  á  que  es  cosa  grande  mantener 
en  una  Ciudad  un  Templo ,  en  que  se  pue- 
da oír  cantar  medianamente  las  lecciones  de 
Baco,y  Venus.  Embidian  á  los  Parisienses^ 
y  á  los  Cortesanos  de  Londres  el  delicado  pla- 
cer de  oír  al  Dios  de  las  tempestades ,  6  Jú- 
piter Tonante,  dar  cantando  sus  comisiones 
á  Mercurio  :  el  verle  bajar  de  el  Cielo  ^  y 
colarse  por  el  agugero  de  un  techo.  Ellos 
Im.  XL  Pdd  son 


r«««<ri 


'}^4     Espeffaciélo  de  Ja  JNafurakssáif 
spn  dueños  de  su  libertad ,  y  de  la 
dd  su  gusto  9  y  yo  ni  soy  Juez ,  oi  tampo- 
co Reformador ;  pero  sin  ofenderlos  y  les  pue* 
do  testificar   la  admiración  ^  que  me  causan 
lirios  dar  pasos  y .  que  son   tan  poco  dura- 
bles. Estos  hombres  sensuales ,,  que  van  á  bus- 
car la  entrada  de  su  quarto  ,  llevando  en  la 
roano  la  luz  contra  un  viento  colado ,  no  se 
acuerdan  de  cerrar  la    puerta  á  los  acometí* 
mientos  de  la  mendiguez ,  prevenida  siempreí 
DO  solo  á  perturbar  sus    fiestas  con  el  siosa* 
bor  de  una  miseria  asquerosa  ,  sino  tambieii 
á  acometerlos  violentamente  en  medio  de  uoa 
calle ,  y  en  el  centro  de  una  Ciudad  la  mas 
hieo  guardada*  Lamentóme  de  que  no  sabea 
ser  felices »  aun  según  sus  ideas ,  y  de  que  no 
quieren  poner  en  seguro  sus  placeres  mismos» 
Para  esto  no  eran  necesarios,  ni  muchos  es* 
fuerzos,  ni  tampoco  mucha  agitación  ;  bien 
daro  hemos  yisto ,  que  bastaba  el  hacer  tomaí; 
á  nuestras  limosnas  el  camino ,  que  debian  se^ 
guir.  £1  corto  cuidado  de  hacer ,  que  oo  ca- 
yesen sino  en  las .  manos  de  los  trabajadoteSi 
pondría  tos  campos ,  las  Aldeas ,  y  las  Ciuda- 
des en  mas  alivio ,  anchura,  y  descansa  De  este 
modo  quitarán  todo  pretexto  á  la  ociosidad}  y 
enriquecieran  juntamente  á  los  Pueblos  con  la 
ocupación ,  á  los  Comerciantes  con  el  consu- 
mo  9  y  á  los  Proprietarios  con  la  paga  indefeC' 
tibie  de  los  réditos. 

Es- 


»  —  •  • 

La  supresión  de  la  mendiguez.  ^95 
'  Esta  es  una  verdad  sensible  :  que  nues^ 
tra  felicidad  e^tá  en  nuestra  mano  ,  y  qué 
para  hacer  florecer  todo  un  Reyno  ,  no  ae 
necesita  otra  cosa ,  que  emplear  utilmente  el 
im  menso  prodiiéto  de  nuestras  limosnas  9  y 
el  desperdicio  de  nuestros  vanos  placeres.  £1 
Gran  Colberto  ,  aunque  impedido  de  perpe^ 
tuas  guerras ,  en  la  ejecución  de  sus  proyec^ 
tos  9  seguia  quanto  era  posible  unii  idea  in« 
variable  en  la  distribución  de  las  pensiones^ 
en  las  obras  públicas ,  y  en  los  diversos  esta« 
blecimientos ,  que  propuso  á  su  Señor.  Su  má- 
xima era :  Sembrar  para  coger:  pues  esto  m¡^ 
mo  se  puede  decir  de  la  limosna  \  hacerla  áú 
mismo  modo  abundante ,  y  del  mismo  modo 
irregular  ,  como  la  hacemas  aora ,  no  es  sem- 
brar en  buena  tierra :  es  perder  en  ella  la  ale- 
gría del  corazón ,  y  quitar  el  cebo  de  donde 
estaría  bien  puesto ,  para  ponerle  en  donde  nd 
sirva  y  sino  de  traher  á  manadas  aves  de  rapi^ 
fia  sobre  él« 

Por  el  contrarío ,  llenando  nuestros  cam- 
pos de  Obreros  ,  siempre  ocupados  en  fací* 
litar  los  transportes  de  los  Comerciantes  ,  y 
Labradores  ^  es  obrar  de  Concierto  ,  y  como 
Ciudadanos  inteligentes:  es  sembrar  para  co« 
ger.  La  cosecha  será  para  todos ,  pues  el  fri^ 
to  de  esta  distribución  vendrá  á  ser  el  ador-* 
no  9  7  hermosura  de  nuestra  amada  Patria^ 

Ddda  y 


i  9t  6     E^peSlaculo  de  la  Naturák%cu 
y  la  seguridad  de  los  ricos  ^  al  mismo  tíempa 
que  es  el  alivio  de  los  pobres. 

No  dejarán  de  ofrecerse  obstáculos  ,  y 
de  representarse  inconvenientes  ^  quandose  tra-» 
te  de  poner  orden  en  los  trabajos  de  Luga- 
res diferentes,  de  recoger  el  caudal  para  los 
trabajadores  ,  y  de  constituir  una  administra- 
ción general.  Pero  éste  j  ó  el  otro  inconvenien* 
te  nunca  es  razón  bastante  para  abandonar  la 
obligación,  ni  una  obra  comenzada.  Un  obs- 
táculo hace  caer  de  ánimo  á  los  corazones  ani« 
fiados ,  y  al  mismo  tiempo  alienta  los  ánimos 
varoniles.  La  prudencia  ,  y  la  caridad  sabea 
cautelar ,  y  preveer ,  fijar  la  vista ,  y  diversifí* 
car  sus  medidas.  En  todo  negocio  son  siempre 
arduos  los  principios ;  pero  en  ellos  se  podrá 
tomar  el  partido  de  contentarse  con  poco,  coa 
la  esperanza  de  socorros  mas  poderosos ,  y  de 
imion  ^  y  convenio  mas  perfeélo.  No  hay  co- 
sa mas  pequeña ,  que  las  grandes  obras  en  sus 
principios.  (**) 

Se  dudará  acaso  á  cerca  de  la  multitud 
de  adelantamientos ,  ó  abances  de  caudal ,  que 
.se  han  de  hacer,  y  que  parecerá  conveniente 
preferir  ésta ,  ó  la  otra  Parroquia  á  las  demás» 
Se  disputará  si  es  mejor  restablecer  un  puen- 
te,  6  acabar  el  Hospital  de  la  Ciudad.  So- 
bre-^ 

(**)  El  Monte  de  Piedad,  que  hoy  tsti  en  MtJríd  en  un  auge 
ÜUi  A0i)Pti9 ».  tmftxá  coa  tolo  U  timosoa  de  tía  nú  de  ¿Ugu 


La  supresión  de  la  mendiguez,  397 
Prevendrán  debates  entre  unos ,  que  desean  que 
los  trabajadores  se  empleen  en  la  fábrica  de 
manipostería  de  un  aqueduéto ,  y  otros  j  que 
quisieran,  que  se  afirmasen  las  orillas  de  un 
rio,  que  se  desea  hacer  navegable.  De  un  ins- 
tante á  otro  se  argüirá  contra  la  obra ,  tratan-- 
dola  de  menos  útil ,  quando  era  razón  acudir 
á  otras  mas  necesarias.  No  faltarán  argumen- 
tos á  cerca  de  los  medios  para  aumentar  los 
socorros  ,  pues  unos  querrán ,  que  sea  en  di« 
ñero  contante ,  otros  en  las  tierras  de  descan- 
so ,  dejando  alguna  parte  de  ellas  libre  á  los 
trabajadores ,  quien  hallará  fondos  mas  segii* 
ros  en  algún  repartimiento ;  pero  se  le  opon* 
drán ,  con  que  es  mejor  un  desmonte ,  6  ua 
barbecho  en  tierras  valdias. 

Disputas  agradables  I  Divisiones  apetecí- 
bles  entre  Ciudadanos !  Ojalá  fueran  éstas  las 
reyertas  de  todos  ellos ,  llenaran  el  vacío  de 
tantas  conversaciones  frivolas,  y  ocuparan  el 
lugar  de  tantas  questiones  impenetrables! 


FIN  DEL  TOJm  UNDÉCIMO. 


ESPECTÁCULO 

DE     LA 

NATURALEZA 

ó  CONVERSACIONES 

A  CERCA  DE  LAS  FARTICULASIDAOES 
DE  LA  HISTORIA  NATURAL, 

QUE  HAN  PARECIDO  MAS  A  PROPOSITO 

púa  ezdtar  una  cuñosidad  util,y  formarles  la  lazon 

^  los  Jóvenes  Leáotes. 

QnXCOimENE  LO  QUE  PERTENECE  AL  HOMBRE 

en  sockdiid 

ESCRITO  EN  EL  IDIOMA  EHANCES 

tOR  EL   ABAD   M.  PLÜCHE. 

Y  TRADUCIDO  AL  CASTELLANO. 

TERCERA  EDICIÓN. 
PARTE  VL  TOMO  XU 


Con  las  Licencias  nbcbsarias. 

En  Madrid :  en  la  Imprenta  de  Peded  Maein. 

Año  de  177a. 


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TABLA 

DE  LAS  CONVERSACIONES 

contenidas  en   este  Tomo 
Duodécimo. 

^X)D?efsacioii  I.  Domeatíoos ,  y  «alariadosi 
CoDveisacioa  n.  Lo6  GimiM ,  y  Afles  Mecáni* 

CooversacioD  m.  El  aumento  dd  h(Mnl»e,pa- 
gin.  31. 

CoovefsaciQa  IV.  El  vestido  cid  houAtt ,  p»- 
gin.65. 

CoDvenacion  V.  £1  corte  de  los  vestidos,  po- 
po. 175. 

Conyersack»  VI.  Las  Tenerías,  y  adobo  de  cáe- 
los,p^.  i86. 

Cooversadon  VIL  Los  Tintes ,  pa^.  «09. 

Los  términos  mas  ordinaiios  de  las  manufiíAtuas 

de  lanas,  pag.  917. 
Los  términos  de  la  Pasamaneria ,  pag.  33 1. 
So^emento  del  Articulo  de  los  lizos  altos ,  per- 

lenoóentes  á  lostapices,  pag.  337. 


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8a>íOI3A8H3VtíOD  8AJ  SG 

OfíioT   sioS    na  asbiiiüJíiua 
.omrjí;boíiCI 

•^;q  c  sidmod  tíb  oiMttúh  13  .III  aoiofiaidvnoD 

•U  •oís 
-nq  ^  si'í/Tiorl  bb  clii?3V  13  .VI  noíon2i5vno3 

.^d  .n¡3 

Hsq  ^  2oLij¿9y  2oI  db  sitOD  13  .V  noíorjgiovnoj 

.^i  Jiig 

•WD  db  odobs  ^  ^  sfihdOdT  a&I  JV  noiofiztdvaoD 

2Einfó¿)uaEcn  ¿bI  db  ¿oní»nibio  sr>m  aoninrtd}  aoJ 

•^  1 1  .;!^Rq  ( 26nBl  ab 
.1  £  c  .gr.q  ^  Rh9nBmB?.f;^  k1  ob  aonirmat  ?.<xl 

-iC''¡  j  <  j.!':  ?',:  'I  ¿oí  sLüí.j;¡ji/.  J/j  o:.t>.ti:í1'|ü;¿ 


'  *2 


ESPECTÁCULO 

DE   LA 

NATURALEZA; 

TOMO  XII.  PARTE  VI. 

QUE  CONTIENE  LO  QUE  PERTENECE 
al  hombre  en  sociedad. 

CONVERSACIÓN  PRIMERA. 

DOMÉSTICOS,    r  ASAluíRIADOS, 

E.el  mismo  modo  ,  que  ar- 
ruinamos, como  yá  queda  di- 
cho ,  el  bien  de  la  sociedad, 
dando  testimonio  de  nuestra 
commiseradon  ,  y   ternura 
para  con  los  pobies  ,  que  no 
trabajan ,  renunciamos  tamtñen  nuestros  princi- 
pales intereses ,  tratando  con  dureza ,  y  meuosr 
.    T<im.Xn.  A  pte- 


r 

i 


:a  EspeStaculo  de  la  Naturaleza. 
precio  á  aqueUos  ^  quedóos  sinren  per-  msoa 
de  alguu  sálark).  Los  primeros  son ,  mitfnibrcp 
coférhlos^  cuya  proximidad  nos  es^igrp^ 
pér<>  se.  ptíéden  sanar ,  y  hacer  titiles  al  cuer*- 
po  ;  pues  solo  el  in)  prudente  modo  ^  que  tene- 
mos en  distribuir  la  limosna ,  los  trabe  enfer* 
mos  ele  éste  módó :  los  segundos  ,  aunque  pues- 
ta en  -jpl  Tibian;  aáentor,  y  shrnias  recotriien- 
daCiofr'que  algunas iuef zas  i  Ó  unacomunnti- 
dustria ,  nos  son  y  en  I9  realidad  9  tan  necesarios^ 
y  tan  preciosos  comt)  los  miembros  mas  dis« 
tii^uidos.  <}ósaTés  porfqieftdj  ábfoliil&m'^^a^ 
^sta'^iardsHT  aquellas  muestras  sensibles  ,y  ex- 
teriores, de  estimación  ,  y  aprecio  par?  aquellos 
á  quienes  un  mérito  verdadero  subió  á  los  pues- 
tos mas  elevados.  La  importancia  del  trabs^^ 
%  la  escasez  de  su  ló^ro  estableció  en  la  tíerní 
semejantes  diferencias  ,  sirviendo  al  mismo 
tiempo  para  alentar  los  tntehtbs  naturales ;  pe- 
ro aquella  debida  ,  y  justa  subordinación  ,  que 
tienen  los  que  nos  sirven ,  los  trabajadores ,  y 
oficiales  9  no  nos  dispensa  de  amarlos  ^  ni  de 
tener  cuidado  de  ellos.  PoV  razón  se  lo  debemos^ 
y  por  interés  también» 

Las  fuerzas,  que  son  como  sú  herencia, 
y  su  parle ,  los  pondrían  en  estado  de  pasar 
de  el  ultimo  lugar  al  prinrero ,  y  de  dar  la 
ley  á  los  demás  ,  si  quisieran  emprenderlo.  La 
historia  está  llena  de  casos  funestos ,  en  que 
le  castigó  la  altivez ,  y  se  tomó  la  venganza 

»  -de 


Lo  que  pertenece  al  hombre  en  sociedad,    j 
de  un  tratamiento  injusto  ,  y  $ob«rbio ;  pero 
guando  esto»  ,^que  ocupan,  jel  ultimo  asiento^ 
viven  seguros  4e:  ser  traudos  con  ^feélo ,  y  coa 
equidad ,  lejos  de  hacerse  temibles  ^  ni  c^  tu- 
multuar contra  sus  añores- ^  se  ofrecen,  á  quan^ 
to  les  quieren  mai^r  ,  ^  dispon^m  á  defen- 
dernos ,  y  á  eÜQp  >os  enapíea  la  socieife^.  pomo 
instrumentps  para  mantenerlos  á  todos  en  su 
estadp ,  á  p^sar  de  la  ligereza  de  unos ,  y  deli- 
rio de  otros.  Ellos  aseguran*,  los;  t^rraplepes^ 
CK>nsiryyen  >ft  pwrallas  ,  ^íiiiílaflia»  |)risiones, 
cintran  hs  (Hienas ,,  guvd^a  la%  barrjeras^s  qp«^ 
oponemos  á,  las  yioleocias  ^  y  á  las  invasiones 
ejiterqas ;  y  ellos  sosiegan  también  las  conjura» 
dones,  intestina^ ,  y  las.  sedicipnes  internas.  Si 
la  muli^tud^^ecei^^.  fjrenp  coní<])]e  se  reprima 
su  ípi^tu  ^  fljos-^oi}  «míen  le  prepara.  Comunr 
mente  no  qos  causa  admiración ,  ni  aun  repa« 
ramios  lo  que  por  nosotros  hacen  ;  pero  podre- 
mos rehusar  el  aau>r  ^  h  tingar  el  reconocimien- 
to á.  los  inptumqrablies  , servicios  con  qv^e  los^ 
hombres   mas   rusticc»  coiitribuyeP:á  hacer- 
nuestros  dias  felices? 

Ciertamente  necesitamos  de&ndernos  nrvuy^ 
de  veras  de.^ni^pgaño.bastantemexue  comun^. 
á  :que  nos  in^psi?  ^\  íi^aíP  ^,. persona?, .cpütas^! 
y  ai^n  la  d^a^eza  de  guestra  misma  educa* 
CK9I1 :  nos  ashnc>6  demasiado  á  las  modales, 
y  á  la  extegptpr  apari€;ncla:  con  que  imitamos 

iaps  perri}los.fí!Í^  se  tiran  #  bneni 

A  a  ves- 


'  f 


4         Espe&ácíélo  de  la  Naturaleza. 
vestido  9  y  á  ^  le  hacen  todas  las  fiestas.  Uoa 
apariencia  hermosa  nos  foba  desde  luego  la 
ateif^cion ,  y  tras  ella  todas  las  muestras  del  ma- 
y  w  aprecio ,  lo  qual  nos  expone  á  ofrecer  to* 
densos  á  un  pagode ,  y  á  desamparar  con  has« 
fio  el  nieiito  verdadero.  Distingsimo&  ,  pnes^ 
penetrando  á  lo  idterlor  »  el  mérito  persona^ 
y  el  valor  de  los  talentos.  El  mérito ,  que  real- 
mente lo  es ,  está  en  el  trabaje  ^  y  en  el  servi^ 
cío  de  la  sddedad. 
L«  scrTidiim.         Todos  tos  BVM  sdlé  ét  boestras  Aldeas 
bre  je  loi  do-  itonltitod  de  joVenés ,  y  sto-  mas  habilidad  qne 
su»  manos ,  y  un  buen  deseo ,  se  esparcen  en- 
tre las  femilias  acomodadas  y  que  los  admi-* 
ten  ^  d  por  mejor  decnr ,  los  incorporan  consi-» 
go  9  para  que  cuiden  de  sus  quehaceres  dome»» 
ticos  9  para  que  tos  duefitís  ^  fibres  de  ésKte  cui^ 
dados  9  aunque  pequeños ,  puedan  ocuparse  eri 
trabajos ,  ó  empleos  mas  importantes.  De  noso* 
tros  depende  el  descaninsf  con  nuestros  caprí«« 
cfaos  i  esta  juventud ,  ó^el  manfefnerla  con  na 
ihodode  n^andar  ^  Oetíode  modfsra€§í>n  »  y  dig*» 
nidad.  Si  aprenden  estos  jóvenes  é  unir  el  si^ 
fencio  y^  el  buen  orden  con  k  fidelidad ,  ase« 
guramos   mies^   reposo »  a&nzándo  su  pe^-^ 
severaúcia  ,  y  miratiáirfos  como  á  una  par«* 
te  de  nuestra  familia  ^  pero  su  recurso  mas. 
seguro  será  siempre  la  bondad  de  su  caraéier, 
y  de  su  afedo.  Tal  esel  privilegio  de  un  m- 
lo  cariñoso  ^  que  jsínáa  se  puede  tnanífestar» 

^  Sin 


Lo  qae  pertenece  ai  hombre  en  sociedad.    5 
sio  que  agrade  9  y  hará  tal  vez  á  los  criados 
tan  amables  á  sus  Seik)res  ^  que  sin  ser  sus  he- 
rederos ,  lleguen  á  tener  alguna  parte  en  la  he- 
rencia. 

Los  criados  9  que  nos  sirven ,  se  sujetan 
á  nuestros  mandatos  ;  pero  de  manera  ,  que 
puedan  de  un  instante  á  otro  despedirse  de 
nuestras  casas ,  si  no  se  hallan  bien  ellas ,  ó  si 
ven  abierto  camino ,  que  los  haga  mas  felices* 
Su  servidumbre  voluntaria  los  deja  en  entera 
libertad  ,  pues  la  tendrán  siempre  que  quieran; 
este  pensamiento  y  que  realmente  endulza  las 
penas  de  los  que  sirven  ,  puede  abatir  también 
d  capricho  y  y  altivez  de  los  que  mandan*  Pera 
estos  no  son  siempre  tan  distrakios ,  ni  están  de 
tal  modo  lletaos  de  sí  mismos ,  que  no  cono2> 
Can  quanta  feUc^d  logran  en  estando  bien  ser^ 
v¡^ 

Todos  los  servicios  y  que  nos  hacen  alx>- 
n  personas  libres  y  los  hacían  en  otro  tiem- 
po los  escEavos ,  que  se  veían  tratados  como 
ú  fueran  bestias  de  carga*  La  miseria  d^  su 
condición  los  obligaba  á  no  poder  mudar, 
ni  estado  y  ni  lugar  siquiera  ^  sin  ser  dueños 
de  acabar  sus  penas  y  sino  con  la  desespera- 
don,  ó  con  la  fuga  y  que  comunmente  se  pa- 
gaba .  con  el  ultimo  suplick)*  Fdro  esta  odiosa 
desigualdad ,  que  sometía  at  hombre  y  á  sus 
Iiíjos ,  á  todos  sus  afanes  y  y  aun  á  la  «mis- 
Ka  vida  i  al  capricho  4^  otro  hombre  >  se 

5U»- 


\ 


6       Espedlacuh  de  la  Ncaurdleza. 
suavizo ,  y  se  trocó  sumamente  con  el  espirita 
del  Evangelio. 

La  Pliilosophía  había  yá  conocido  la  enor- 
me desproporción  ,que  se  hallaba-  en  que  un 
hombre  viviese  tan  sujeto  á  otro  ;  pero  no 
había  podido  dar  el  remedio ,  porque  la  Phi- 
losophía  solo  tiene  palabras  ,  ó  verosimilitu- 
des sin  motivo  alguno ,  que  persuada  eficaz- 
mente. El  Mahometismo  ,  lejos  de  oponerse 
á  los  rigores  de  la  esclavitud ,  ja. ha  hecho  ser- 
vir á  su  dominación ,  y  á  sus  infames  licen- 
cias. Sola  la   Doi^rina  Christiana  ^^in,,  mas 
ley  y  ni  conato  alguno ,  asegiu'ó  desde  luego 
á  los  esclavos  como  á  los  libres  la  manuten- 
ción 9  y  la  vida  9  ¿  hizo  ^  que  el  cuerpo  de 
el  esclavo  ñiese  tan.  respetable ,  como  Iq  es 
su  vida ;  y  aun  se  puede  decir  ^  que  la   ^- 
clavitud  no  ha   podido  sostenerse  en  la  pre- 
sencia del  Christianismo.  Es  verdad  ^  que  el 
Evangelio  no  rompió  desde  luego  >  y  de  un. 
golpe  estas  cadenas ,  pprque  no  se  quiso  me-, 
ter  en  el  gobierno  mundano  ;  pero  miró  por. 
la  seguridad,  procuró  las  buenas  costumbres^ 
y  el  amor  mutuo ,  y  atendió  á  la  perfe&a  li- 
bertad de  aqupUos,  á  quienes  admitía  los  dia{{. 
festivos  á  una  mesa  ^omuh ,  como  hijos  tp|do^ , 
de  un  mismo  Padre  ,  y  llamados  á  una  he- 
rencia misma  :  Asi  vino  á  ^i^  obra  propria 
de  la  dulzura  del  Christianismo  mitigar  la  díu- 
reza  de  la  .esclavitud ,  que  ni  la  razón  y  ¿^i  l\ 

'Phi-' 


Lo  qué  pertenece  al  hombre  en  sociedad.  7 
Fhilosophía  se  habían  atrevido  á  intentar  ^  aun 
en  las  Naciones  mas  hábiles  ^  mas  entendidas^ 
y  cultas  :  añadiendo  &  esta  viéloria  el  espiri- 
fü  del 'Libertador  el  haberla  conseguido  tam- 
bién i  aun  entre  las  Naciones  mas  barbaras» 
y  mas  zelosas  de  los  derechos  de  un  despotiS'^ 
mo  absoluto  y  que  creían  adquirir  sobre  los  Pue- 
blos vencidos. 

No  todos   los  que  no»  sirven '  vienen  í  ^^^  Me^tn^- 
vivir   con    nosotros  ,  ni  á  pedir  posada   en  ríos,  ^  joma 
nuestras  casas.  Los  que  admitimos  en  ellas  en 
qualidad  de  domésticos  ,  y  que  llegan  á  ser- 
ños  tan  amados  j  á  proporción  de  la  conti- 
nuación ,  y  afeño  con  que  nos  sirven  y  casi 
nada  hacen  por  nosotros  ,  respeélo  de  lo  mu- 
cho que  obran  para  nuestro  alivio  aquellos » que 
trabajan  fuera  de  nuestras  moradas.  Los  que 
nos  sirven  ^  ocupan  toda  la  tierra  ,  y  es  una 
especie  de  prodigio  ver  la  multitud  de  cami- 
nos ,  por  donde  todos  los  Lugares  circunveci- 
nos ,  y  las  Naciones  mas  remotas  se  conspi- 
ran en  servirnos ,  y  acarrearnos  socorros ,  y 
conveniencias.    Todas    las  cosas  fueron   dis- 
puestas por  la  providencia  del  mismo  modo^ 
que  si  cada  uno  de  nosotros  fuese  solo  el  cen- 
tro común  ,  y  fin  del  trabajo  de   todos  los 
Otros  hombres.  Una  infinidad   de   mercena- 
rios se  ocupan  continuamente  en  preparar  ali« 
vio  á  nuestras  necesidades :  y  aunque  nosotros 
ño   les  demos  sino  una  recompensa  pasage- 

ra, 


-8    ;    Espe&acido  de  la  Níttiériúessa. 
la  9  aunque  no  los  asalariemos  sino  una  ress 
al  mes ,  al  año  ^  y  aun  al  cabo  de  la  váa^ 
acuden  á   nuestros   menesteres  ,   y  adivinan 
nuestro  gusto:  su  glaría,  y  aplauso  es  coik' 
formar  sus  trabajos  con  nuestro  placer  >  aun 
quando  no  nos  conocen :  disponen  con  a&n 
inquieto  con  que  contentar  á  los  habitado* 
res  de  otras  Provincias  ,  y  aun  casi  de  otro 
mundo.  En  su  casa  componen ,  y  guardan  lo 
que  nos  ha  de  servir  de  provisión  i  esperan 
algimas  veces  muy  largo   tiempo  el  saJaiiOi 
y  paga  de.  bs  días  ^  que  nos  sirvieron  i  y 
se  ven  reducidos  á  una  ociosidad  involunta- 
Ha ;  pera  la  abundancia  de  un  dia  les  suple 
la  necesidad  del  otro :  saben  ,  que  á  yo  no 
recurro  á  ellos  ,  recurrirá  Vm.  ú  otro   ter- 
cero 9  y  que  tarde » ó  temprano  iremos  á  pe- 
dirles socorro ;  y  asi ,  los  tranquiliza  la  cer^ 
tidumbre  de  lo  venidero ;  las  delicias  de  la  in« 
dependencia ,  y  el  atradivo  de  la  libertad ,  en* 
canto  poderoso  de  todos  los  corazones ,  has- 
ta para  endulzar  lo  amargo  de  sus  fatigas »  y 
para  acortumbrarlps  á  los  trabajos  mas  duro% 
y  despreciables.  Apartad  de  los  pobres  la  do- 
minación ,  y  la  incertidumbre »  y  yá  no  ha« 
brá  cosa ,  que  no  se  pueda  esperar  de  ellos. 
Juzgúelo  Vm.  amado  Amigo  mió,  por  losí- 
guíente* 

toí  s«bo7á.         Por  el   Otofk)  se   despiden  de  sus  casas. 
y  su$  Padres  dos,  6  tres  mil maocebos , cria« 

dos 


aot 


écB^ttMt  los  peqaSQttr^yi  bbfte^dfcl  (Bel^faiokf 
doVy  Safaogra;y  w^és|tttcái{xiiri»  CSodado 
áe  Fraixda^  de  icsdia  ^  y  átrés  Piovinaa^  oba 
dos  ésoil^Ülas >  7  mía  raede^  pria(^q[i]e 
SGDotodc)  s¿.ajúar*9y>e4ufpagel  GQniOi:iio;ooi» 
meen  mas  Sdáaásü  ^  qw^íogjtu:  na'  Ippadft 
de  pao  qaeeottiet  j  gastab  muy'  p¿b6,y  asi 
puedéa  bohrer  por  la  Fama?era  cada  una  ooa 
lia  Lms  de  Qfb^^d'cbrca,  dq  iob.ór^aleftá  sít 
íbsak  px^kutáiáém  tÉafaajp.vi]^tp9.trBs^aal 
Li]iaesr^i(^  espGÉddGb  pin  afidiosmifesvetí 
qÉie  cátí  no ;  8e  obDOce ;  ^ '  ánheixí  o  9^  m 
yé  ^  fÜtíOLj  ivisteoa  ^^mia  orez^y  ¡en  <wi;  ten 
dori  eSOoa  &i)iMa^  ^>ilatj  taUi  f^baa^jqíw  yi» 
9to?GUiMbmasi,}fsiñ}piiiireflh  deíaabfaraí^ififf 
iiadájry  ganadol  Déf^kíidetQásiwjj^^ 
abaste^' sufidieatemeiii8;^'(^:' ^  i.^  -;;^  -  .  : 
La  Auveignia ,  y  limosía  llenan  á  Fara^ 

deiáállañiifliar^de  kb  si^aiAsimBcfadbnandafi  «,,,  ,,  i 
cobíf  algnaj  grados  ZMpoesíiicb^l^bBne  el»  ^        ' 

rlm  W*^&}€dljúbt&aiibrito  attiesic^tibifnvhq  « rinn 

(*)  Lof  habitadores  de  los  Alpes  no  se  cQoccntan  coa  salar  sa? 
ideacemente  sus  quesos  i  sino  que  paraaségJrar'infcid^'tú  cbmer» 
id^^^án  eoB.sn ^r^ria  mw un puíí^ilQ de  sali  ca^a  Ba^  anees 
'ISe  .tedt  ílarU  :  lo  ^uár  hice  subir  de  puntó  Id  guícb  de*  la*  leche* 

deja  ércüñar  U  Bm  » siK  QM  U.  fagofa  primero.   Sckeackcc» 


.r    '  .-Jf 


:: 


pleádc^l^A  libicttñ  ¿ki  mqttam  íi-y^  «á  v  8svdb 
can  fitd  eiafxM  >  ré.caniUes  ^j^)fiiaA  ^afidoh 
i  la  Cknterfei''^  6ik  h  AttfafteOura  r  álgé 
odf  y6e^r.i9ej  Uii(»i.Qbsefidadore;9r^  lá^resáioH 
doiáodísociii&  lo^íi|iejQfef  ,matQ]d2desrJe)caii 
BbkvJSf  lasf  meij^iSL  ipa^  fitíiiaoe§L  ^AN[eúgm 
tíoDQ^útík^hDaciibrkraentos  mas^intatesaBi^ 
teS'^  yimas)  accesible^- qoecl^  -teúnüad'  da 
tL'  áheiyrvi6.rlaa  piopriedadéB.cle)  lAgoml  I» 
lÜBo:  conr^^í^^.ojad^  ttahbri  tígoa  fiotÉ 
PeraLÍñaasttóteijpandBf  ^fifaj^aíQ^  ^tí^^fixi 
de  cosaa'txof  bajas '^'  y/ratéras  ;  y  JaiGaoteojí 
eDJ  toda  iopQC|e¿;de  dbraa^  aqudla  cOidév  '^  y 
disposifiaiDd^  Üm  picdrasí^  yr^itiíiidovieffF.»  h^ 
¡^a?Ail^'^^'<^i'^^^^  do>4aiqpBAeg,iiiasiJieIlsnde 
^•^  wkstifef^yfifcar ;ri6tájl atebdofcadN^  ca$i^iMl 
todoá  gentes  s^^)«Betfacaon.^.^^^:^p^^ 

te  ctt.  diáanen Jadoemrafidtri^  éá  tttr¿agaifíiBffi^ 

trabajan  ijabí  tamHen  en^iaqueUa  tumba4  ^  M '^^^^ 
tkn-    ftWi»do»ol.r??S|?ira|;^?»re,pías,,E^^^^ 

mn  •  prívawíose  de  -la  daiUad^  ael^>^  ^  y  Íkm 
lierinosura  del  dia«      ,  ;    .  >    .        ^  ^  ^ 

;      Este  fíabajo^^cadd'.y^^^^^  S^ltpacéti;  qoe 

izains^  y  todas v^aai»' 


qife  lébantkn  ^:  [y  r  tulMcn  f fBuistscxr  jedífiv; 

Eafie  obscura  tríibi||9  itíAjiá  el  teo,  f 
finñqiifa  tosiaxtofei^  acft  isafat  k  isa)ganni8| 
^  3^4)110!. ,san>fjalgifirj|;l4|;iai^qta^  ktsupeí^ 
fiCáef  iioarpfr0fttidQ;a2nBfse?^)tc^^  ideitieÉ» 
lav  d&  titrbayd  xtapedes  úMobu^tiUes  *»  ^jiio 
«fTeo  oonia  la  iefo  ^  ide.  la  nuorgs^^  6  tkna 

d^.todas :  i«a)«i]afifris^  cAiífaB  ^  ^igiie  ,;a&  JiaUao 
apM  ^piím/ fertilieaR  bitief^  txái 

húo  tiea  dilap  ^j&hnanhw^y  toda  la  pedreiáu 
Mieiiferas.jUQ^^partedeloa^  ttab^jadaiéi  séocí»* 
pa::eii'jiCalm^eiiii'ftoiLyd  témcbaonilbsrttíuit*) 
pQBte0<^iieqe9ai!»r^ UafelKe'.laí  |0(ra i^afti'i' -áoní 
ée  qi]ip»B*el  ctoáo  déieaaeaiisoi^^  ,rtaiUas  de 
aqtidla  agua ,  que  cpa  las  UuÚis  peaetró  la 
tíeirat  ywae.mantkgi^  ^  'laBji]iadfqs.d&afldUai 
que  .eocuentfa.  «sn:;!!  kI  o:';^'''>  r.-.a 

ñero  deiiiombles  ^  qite  ocii^  ,f.  coora  -poír  d 
de  las  CKwnodidadesL  o>n  .  que  noflt  «nri^ieces 
per.  jb  jpMdwi  )Q|tF^m9s  lOcOia^f  heMlKiise.)  ^u6 
{KQdooe/iioeatre:^!^  ;iyr«pii:f:tQdp  «ao^ifótt 
pocof  pala>q^er'Imlem06  ík  lo^-^e^.  te  eg^^ 
tan  ,  opQ  iocBfoeiicidt  i6  ato  disigusto ,  comoi 
«oa  especie rdeutacOw  gifuides  >.^iie  se  escoor 

deA- en:  Ja:t]Cfia4)rf|..   (Í'.j''::!'*^;::'-''^,  <•;'■• 

.:  j  fesqiq  etfitparriCMatoVqiiqlelohiMxd^  quH 
cebode  la  ^lermonira  dolí  Cuelo  ^  .y.  la  belle* 
H^y:  menta  dft  laJuz^.pii^p^  la  ma^ 

Ba  yof 


»vVi  i 


^S^tOanMíU  ^3Xttm/at)oi^ 


pártetele)  su  rvwa  en"  ja  ooKosKwa  de.  n» 
ioftacbói  y  en  las  dniebbs  de  nn  subtenan 
neo.  Aigmai:  véeo  <lie  pie^ttitido  J  aqiMloa^ 
^Dqr vetíi  ssKedp  Uir  tolnégiite'  deístas:  cttt^ 
tkih'ték  TOdhentqB'-cOBSu^biiRie^fy  onQ  dii 
dios  me  respondió:  qué  sus  ojos  se  faavJiinyA 
acoñumlvadD  á  aquella  escasa  iba ,  que  enttit 
|ptpokJinacipeqtiefiB4ioiKtev^^Bbeston  qué 
^edebaq^y^iq^  «fiofió  ^  ijue  todos  sé  h^ 
URteaJODQtshtos!  caniéitel  mo^bde  vidb!,  por*^ 
que  est^Mñ  5bgura>s/dd  :trabaio,'que  los  man*' 
tenia  le  ^da,  y  ladei^siis  biuffiíis  ^y  que  áetoñ 
pmiHx^itíiitL'áotsie  á^(llt4na:^>qoln!líadídDM^ 

U  tíbekaii,  «xpobo  ^evidencia  Jaslque  poedeA 
c6ns(^pnr  |de  los  hráibres ,  y.  de.  k»  Pudik» 
|oft;iiu&aapeÍDosi:tcaba9aB^:yiÍoa'£rat)08:i  qnét 
nosofifeoela  tieria.  .inju'.rj-ns  í»? 

iMitíta-*"''  íPMiiioaíHÉtMoadwdtf»  cwi  ;t«*  ^¡o**" 
<to<*«  audrmatiitud  det^ñadoies  átceatrodeldi 
intrincados  bosques^  Altt  se  ocupan  en  la  vi- 
da fnasMQMiavy^'SBlyagBVeiíviendoii  ibomn 
hná  y  oqae  iutíis  '¥triú ;  ^ '  de  iqiidCMS  serte 
despredados  luego'  aí  punto^  que  los  vean ;  no 
Iiay  cosa  mas  álencí06a,ni  mas  dura^y  ote' 
tinada  qne  9a«  trabajo;  uaos  úxcta  con  cufias 
los  troncos  amontonados ,  que  les  han  se&H 
Itdooon  <»J'g!blperde'>tni'>inaníUo  « -pann  ca- 
ra^rizar  la  Acuitad  dé  cortarlos  ;  y  becto 
yA  hastiUaS)  cargan.U  kñ»  sobie  sus  hom- 
- 1  t- "'  luoit 


Z4> qm.puitmtii¡tS9mhiení^é3(^  iij- 
fap&'iXrcNi  podan  ua  afbeL,  derriban  ks  t^  . 
mas  (^)  graesas ,  y  las  tabfao  para  sacar  viga^^ 
pars  que-  tm  ^piorecbemoa  daíellas^n4(is  La«< 
flores  ¿  ^  pém  cia^w ieataoaa  ^  terrenos  movedi^ 
sos ,  ó  para  que  sirvan  de  viguetas »  medias  va-i 
nÁ\  y  dfmazon en  un  eSífrrio^  ó  de  vigas  en 
ios  teclHis  medias  de  nuestras  casas  :  otras  de 
imseoí^rninixiKUvas  scr^  de  quilla  ^  y 
áé  ya»  enlos:  DfoFios  del  linca  ,  que  se  &- 
hríáui' en  los  Hastíikios  de  Brest ,  6  de  Amster*- 
dám.  Muchos  de  bs  mas  hermosos  troncos  de 
estos  I  ó  de  aquellas  tamas  madres  se  ireducH: 
ftn^L  tskhB^bipot  lapadeopa  de  Job  Asevn 
ndmes^j^  pord'  tnfaago  inaa  «pedíto  de  un 
Molino  de  aserrar.  (*)  .  .  y^^,^ 

Muchos  de  estosljeñadorés  se  ocupan  en 
jBspoiiér!  las  ramas>'  ó:  troncos  tortuosos  pft^ 
ffá  que  aíiVaá  de  bokttas  i  lo8;N»rkK  ,  de 
fñnas^y  recaionei  (^^)  ¿n  los  Carriüs  >  y  pa* 
ra  todos  los  trabajos  de  los  Ensamlrfadore% 
y  Carpinteros.  Otros  muchos  se  raiplean.en 
cortar  los^palotebfy  diversas  piezas,  que^enb» 
plearán  después  los  Alfaardeite,  fbftandolos  coa 
lana, y  se  teurán  coUeras.para  d servicio  de  loa 
animales:  de  cai^  En  otro  taller  dd  bosque  pre* 
paran  mangos  para  toda  especie  de  herramien^ 

tas« 

*  * 

(«*)  Sn  tlgoaas  ^OTÍftcias  de  Et^ijíslef  llánMia  Jt««M/á  lú 
rimat  de  los  arbolei. 

(**)  Reeftxones  f«B  aquellas  piezas  curras  %  qoe  ea  los  Carros» 
^  Carretas  componen  el  círculo  curvo  mas  excéntrico»  y  las  pínat 
U$  fnc  coaipoaca  ú  «ircolo  imowdúKo  ácit  «i  «ab^ 


t«. 


t4      EspeSbcuhik4ttTütanilm,' 
tfls ,  aios  ,ó  cello^,.  (*^  ó  taoone»  pal» 
nos; y  eo  fin,  paia  quaátO! r neeeáte  d 
lnimilde,.y  al  lusnio  tkaapo  ^  jbss  sano  df 
todos  los  oalsados'^  ^come  ks  cfanelcy  ,y 'gney 

tos.  ^''  ■■.',.■•  ' 

Eo  otra  fiarte  ütín  ocupados  .estos  htk» 

tadoKs  en  k»  coontes  ca  hender ;iuia  ,  y  -ottt 

Hoitfpa-  vez  las  pequeñas  .faflttittat. de.  Sboim  |wn  ^ut 

úd^"  k»  Bnsambl9do»es¡  birmosceB  tntta&  taptdiei 

de  piezé»  ton  fapjtfc  cwrikwanMHUe  ieoibntidnsL 

^xio*-  A  otros  les  núniatrÉn  las  Hayas  materiales  fMH 

rá  lasdoelas, aros, y  cellos  de  Cobas  ,  T09 

ottlcs.»  «rjedidas^y  qnanto  neqesk^aloB  afoití^ 

y  >G¿echeros  parad  lecóoociBdeoto  ».y  gMav* 

nnrcMt.  da  de  vinos. 

U^í       Qu¿  obligadon  no  le  debemosá  otras  fin 

vidrio*. A m{ij3s  tan  soBtanias ,  qoe  ae  dedácaa  áilas  fie» 

2^'  brkas de-  vidHos^  y  al  ccahyode  hahbmiípA  1 

-     Son  Cycbpes  ,  6  son  hombres  •  agvidkiiaik 

^**  ^''  que  prenden  fiíego  en  tantos   montes  de  le- 

fia ,  reducida á  troncos^  y  bastillas  ptopotoo^ 

nadas  9  y  puestas  yá  en  uoa  boya  yif^   ea 

%úra  de  pilones  de'  azttcer  f  (*^  en  medi^ 

de  un  soto  que    han  cortado  ,  y  abatid»  al 

suelo?  Estos  tales  y  que  son  bomJbtes  I  aunque 

.  ^  -         .  ,,   ai| 


^  f«4)    Cellos  te  Uaman  lot  arilloi  que  iséguraB  9  f  ajttscaa  lat 
4«cltt^de'Giibaf».'nHieUt»^€^  ^        -•; 

(**)    Hoya  Uamao  los  Carboneros  á  la  <)ue  fiacen  con  al|pina 
^ofondidad  para  ir  colo€an<lo  la  lena  de   que  han  de  hacer  el 
carbón  ;  jr  en  algunas  partes  4e  Castilla  le  llaman  Htrmtrém 
<*•)  Sos  4c  ü¿nia  p y  racúdal  •  ^  c4Nba  imm  pjrraoMiic  €Múc««    ^ 


fii^%iira4D;.diiiiiftdáíitíasttaite  ^  iligm  eotrai 
ú  myn  por  las  abertm»  ^.  que  qmjbD  jeiilm 
lo6:  céspedes  con  qx  cubren  la  iioya  pjara  abrí* 
pa  ixé  éhos  la  lefia»  Después,  quando yá está . 
la  niadera  linhurida  i  iOarticm  y  tapan  suhka«t 
Biénte  es^  ttsqiiidos'pará  a^£^r4  fuego 
hk  {¿fíi/^  peidídír  ya  toda  la  humedad,  sin  per« 
der  las  materias^  combustiUes ,  «que  contenía, 
senrifá  cómodamente  á  las  iiragi^as ,  herrer^^ 
fimdidDoesL,  óocinae  y  favasnós ,.  chinienéas ,  y: 
efeiaa<^  partes  en  <pie  ie^fneoesita  un.  üejp  sé» 
tanciál  con  poca  l]ama# 

Sinos  sepaiamos  del  centro  de  los  mocH 
tes  para  bcriverá'  tomar 'noestroax^nmoscea** 
les*,  y  linos  dirimios  acia  los  yados  de:iús 
aiós'caodalo^QspóráioB  ipu^toslde^  las  Gtif 
thdea  nltaiitimas  tí^  qué  ^tgttadú&i  qué  lior^ 
CEiqgMCD  k.  aoA^  imultitiKl  .de  i::{|efite  oficiosa! 
quántas  maixis  en  acdon  !  quántas  e^aldas 
i(l5i#iadas^cofi;las  notar  pesadas  cargas  S  quán- 
k  e^Kde  de  ca^nuges  fandbdeatido  al  uno^ 
7  ú  otro  lado !  Todo  este  esfuerzo  ^  y  to»» 
dos  estosrsDovmienios  mirao?á  tin  blanco;,  X 
le  endefeni)  á  un  'in^  umvttfsal ,  que  esf  bat 
cbraoa  la  rvida  ma»  suave  >  pv^amidoila 
qjnenosfiúta  para!  endulzarla»  Cierto  FUló-» 
lopix)  cx»(r%!ió  en  otro  tiempo  á  aquel  Athe^ 
«■ense  i  *  que  Ciéfa  ,  que  ¿todo  lo  que  des4 
«mbaic^bsrjen  ief  Fdéra»  Pirueta  paita  <^  ;i'pM 
10  os  iDoqpÚs  ^  qué  :aeiái^>«»i^i)iloBDpbia 

muy 


té  A  ^ipeSÉad9íhM^NaMilüé^^  Jx 
muy  gufltosi,  y  11119  fondada  lá/qoe  oot  <etH 
señase  ^  que  el  acudjmos  con  quanto  xieorsii^ 
tamos,  y. el  complacemos,  es  el  ólgeto  ral 
de  los.  movimientos  de  toda  la  sodedadc  án 
suerte,  qoe^  se  puede. muy  cactoáatmente.  aplhi 
eur  al  cuerpOidb  1^  Repidblica  ,'lo  que  se  ám 
jp<xm  túta  ma^ittficeocia,  y  bon^  de  el 
cuerpo  de  la  %lesia«  Todos  los  dones  ,  gisH 
tías ,  talentos ,  fundones ,  y  ministerios  ,  que 
píos  ordenó^  y  dispuso,,  son  boepes ,  que  nos 
fierisneca]:  fBal,.y  :V)eidaderaii^itt 
Fieles,  que  componemos  esta  Iglesia  Sómai 
1.*  21?''  ^'^'^^  véstra  Mfst.  Esto  mismo  sucede  i  Is 
letfa  con  todo  quaotD  je  toaban  ¿n  .laisqdM 
dadt  riqubflsas  aúestnik  aoa  Id  umaK;:á)oii^íUk( 
51  bbscnto'.áfim^y  el  mási.aHo  ,>y^!ifinK>rífids 
trabajo ,  y  todos  encontramos  aqta  h  mate» 
lia  del  reajQocioiienitD.mas  justtt^jt  masito» 

*  * 

.  EAd  mbno'asveiifica^  Jiun^auBbaUédK 
los  toares»  Dos  txHiibses  ,  distances  enoe  ú 
dos  mil  l^uas ,  se  están  sírviendo'uoDá  otro^ 
y  acudiendo  á  sus  neoesidadea  ymataameate 
fot  nosotros  ^  atcañesa*  bilineá^yt' párism 
aotros  seaprontap  conrJos  rhetaUbs  ^Países  da 
ti  Nortew  No  iosbiiré  en  las  qianiobras  pemn 
aas ,  en  que  se  empeñen  libremente  por  núes* 
tto  alsdo  egendtoB  de*  l^Aatín^ros:  >  n|  sni  tal 
aervifios'fitfzados^^  taquea  Wcttced^áqiMr 
MscQn:Ufia.iCadeái.ae  Jes  nj^Mon^.ú  Mtim 

de 


Lo  que ferteneee (ú honére  en  sociedad,  ti 
de  una  galera  para  que  restituya  á  la  socie- 
dad ea  sudores  ^  y  congojas  9  lo  que  la  de« 
fiaudaioo  con  culpas :  compensación  muy  jus- 
ta por  cierto ,  y  dispodcibn  acertada ,  que  guar« 
dsndo  los  trabajos  excesivos  á  los  (kUnquen« 
tes ,  se  ahorren  á  los  verdaderos  Ciudadanos^ 
imlcando  fe  condufia  de  aquel  que  se  sirve  de 
la  malkia  de  bs  hcmibres  para  sacar  abundan-* 
tes  bienes  dé  éUa« 

Todos  estos  hombres  maritímos ,  que  pa«* 
recen  los  bastardos  de  la  sociedad ,  separados 
de  su  cuerpo  ^  representan  una  escena  Uená 
de  wgocíjo ,  y  bien  instrúé^iva  al  vdSbicdo  tiem-^ 
po.  No  se  han  dvidado  de  esto  muchos  Pin- 
tores ,  que  en  algunas  obras  de  sus  manos 
nos  proponen  á  esta  pobre  gente  ,  como  en 
contraposición  de  algunos  delicados  Petime^ 
tres ,  qué  entran  sirviendo  á  una  multitud  de 
Damas  en  un  Navio.  Uno  de  los  Petimetres 
SifeAa  hacer  juguetear  sus  franjas  ,  galones^ 
7  fluecos  contra  la  pobre  ^  y  despreciable 
geiga  de  et  Gru Aete  ^  qué  está  tbniencb  b 
lapa  de  una  arca  p^yra  que  vean  las  mercan** 
das.  Otro  ^  en  postura  de  Danzante  9  se  rie^ 
mostrando  á  la  compañía  ^  que  lleba  ,  el  za« 
^to  á  la  QKxla  con  su  tacón  encarnado  jun« 
to  á  dos  zapatos  enormes  ^  y  paítelos  etitre  sf¿ 
que  trahe  un  Marinero ,  que  está  esperando  la 
«eñal  para  darle  al  cabestrante.  En  todo  el  qua« 
4bD  se  descubre  dartfiente  la  idea  ^  que  tubo 
V I  Tm.XIL  C  el 


el  Pintor  ,  que  fue  sacar  á  luz  figuras  agradable^ 
por  una  parte  ,  y  por  otr?  ponerqos  á  la  vittdi 
y  hacernos  estimar  , ;  y  cqnocejr ;  los  faomhKS 
sólidos )  que  gobierruiA  con  a^iyi4ad.  i^pello^ 
que  está  á  su  cargQ ,  y  que  ponen  todo  sti  aplau^ 
lo  en  bacerse  útiles^ 

Ved  aquí  otros,  quQ  aunque,  estin  ron 
d@  asieiitpj  y  con  mas  quietud  i  CQO  todo 
eso  ,  no  son  menos  aétivos  ;  es  verdad  ,  que 
na  atraviesan  los  Mares ;  pero  trabajan  ,  y 
aponen  lo  que  se  transporta  por  ellos.  Quán« 
tos  se  ocupan;  ep  Ssmto  Domipgo  >  .d;  en  lA 
Jamaica  en  machacar  ea  yaai^  jdeF.9gQai  kft 
tx>jas  de  el  Indico ,  y  en  recogemos  el  po-, 
so  y  que  deja  y  para  darnos  el  color  azul ,  y 
la  primera  basa  de  la  mayor  parte  de  nue9* 
tros  tintes?  Quántos  ^  jatig^q  ^en  Megtcp^ 
recogiendo  la  cochinilla  dis  las-mac^^  bcj49 
de  la  Opuncia  ^  y  en  tpatar  aquellos. ioaec^ 
tos  y  ó  especies  de  chinches  y  cuyo  cuei^ya  es 
el  fondp  de  \^  color  sojp  n^as.  p^o^o.^  que 
^  m^  S9  spc^  (¿  4?^  ¿aUa9.9  ^,  <8cr«:epcia» 
de^  las  Encinas  d^  lo^  Pirin^oa^  ^  ^qoe  HamaQ 
con  tanta  impropriedad  grana 4ek  escarlata?  Tov 
da  una  Población  4^  I}7egros  ci]bne<Ia  Marttt 
nica  ,  y  s^,  pcvpa.,,  íien  jC<»A»rííaropjí^ 
^,  en  f sprimár  ca^.  dp  aaíícaf /^ ^8a^  delicat 
fia./  que  syve  p$Mra  coJ^regír  jb  aoiaigiira  da 
lautas  especies  de  comidas  ,  y  bebidas»  Le* 
gíones  de  Negros  ae.$mple6n  eo  los  Caonr 

•  .  *  '"^  ÍS^ 


Z/>  qmpettemce  al  honéré  en  sociedad,  tf 
«Bes  "de-Tiena  firme  ^  pam>  sacat  lá  -  almendra 
•dd'cacao^  quebrantando  los*  huesos  ,  qtie'4* 
"guardan  ,  y  la  encierran.  Otros  compensan  éft 
las  minas  del  Brasil ,  las  que  se  van  agotan^ 
do^n  etPégu ,  y  Gtelcoaiw  Mucbos  en  Chír 
le  ,  y  en  el  Peni  trabajan  para  proveernos  de 
aquellos  rícostnetales ,  cuyas  nwnas  se  agotaron 
en  España ,  y  se  disminuyen  cada  dia  mas  ea 
el  Oriente.  \ 

lis  Regiones ,  tanto  de  la  parte  de  acá 
del  <?ánges  ,  coiifio  dé  la  j^trté  de'  allá  jliían- 
tienen  innumerables   Jornaleros  ,   que  rom- 
piendo, los  botoncillos  del  cotón  ,  nos   sepá^ 
ran  del  bellon  blanquísimo   de  sus  gajos  las 
pequeñas  ^simieintes  /  qué  ai^iiga  ^  6-  dévfanán 
los  capullos  del  gusan¿  de  la  seda  ,  ó  recp^ 
gen   las  semillas,  cortezas  ,  raíces  ,  tierras 
coloridas  ,  y  todas    las   materias   vegetables, 
é  fósiles  9  que  nos  proveen  de  tintes ,  y  m&» 
dicinaSé  Qasi  imposible  es  hader  concepto  ca-# 
bal  de  las  manos,  que  se  ocupan  «nv4a  Ame-» 
rica  en  recoger,  secar ,  torcer ,  j^  tíaoerpóU 
vos  él  tabaco ,  sino  es  reparando  en  lá  infi* 
oidad  de  manos',  que  de  dia  ,  y. de  noche 
oo  separan  teste  polvo  de  \^  dedos.   El  día 
de  oy  ha  venido  á  ser  tiub  de  los  mayores 
egercidós  dé  la  sociedad.   El  cuidado^  que 
S^^^i^Kies  ^  y  pequefios  ,  tocbs  juntos  ,  tfe^ 
Mo  á.  teQ:a  de^«^  cottravando^  y  -substraen 
V  ^^u  C  a  donp 


de  EspiSf aculo  de  la  J^atmcSetaé 
cien  ,  tíos  hace  entender  clarannente  y  quánjd» 
pendientes  vivimos  asi  en  orden  á  esta  piavi^ 
8Íon  9  como  á  cerca  de  otras  ^  ó  mas  cecesa» 
rias  9  6  mas  racionales ,  del  trabajo  de  aquellos 
Jornaleros  ^  que  aun  no  nos^namos  maisur. 


LOS     GREMIOS, 

•    Y  ARTES  MECÁNICAS. 

CONVERSACIÓN    SEGUNDA- 

NO  somos  los  hombres  ricos  solamente 
por  razón  de  las  producciones  de  la 
tierra :  también  nos  enriquece  casi  igualmen* 
te  el  trabajo  dé  nuestros  semejantes ;  y  si  po- 
demos darnos  la  enhorabuena  de  quanto  pro* 
duce  la  Naturaleza  todos  los  afíos  para  nues« 
tro  alivio  ^  del  mismo  modo  nos  podremos 
felicitar  de  laa  operaciones  de,  la  sociedad ,  sin 
excluir  la  menor  de  ellas  ;  pues  miran  á  este 
mismo  fin*  La  primera  prueba  de  esto  la  ha« 
llamos  yi  en  los  innumerables  servicÍDs  ^  que 
nos  hacen  nuestros  critdos  ^  y  domésticos ,  j. 
•sím^mo  los  Mercenarios  ,  d  Jornaleros  ^  y 
personas  asakuriadas ,  que  trabajan  para  socof*. 
fcmoS}  aoscAooD  nnesuascaab^  y  heteda^. 


lo  que  péftemce  iú  hwlM^  en  sociedad,  oit 
ides>  aiiiD  onfaíeii  .didDb.d  un  cabo  á,  ono 
del  globo.  Ko  nos  interesa  menos  lo  que  ae 
soda  ,  y  a&na  en  Gfand-ban  ,  en  el  Fbtosf,  y 
en  la  Moka ,  ó  en  la  Isla  de  Amboína  ^  que  la 
limpieza  precisa  dd  quano  ^  que  faabitamosto* 
do  el  dia» 

Subamos  un  grado,  y  pasemos  del  oi^ 
^en  de  los  Mercenarios  y  6  Jornaleros  á  las 
Artes  y  y  á  los  Gremios»  En  su  industria  he» 
mos  de  ver  las  innumerables  sazones ,  que  tér 
«Demos  pajra  estimarlos  >  y  en  los  incompanr* 
bles  servicios ,  que  nos  iñpen  y  veremos  tam« 
bien  los  motivos  gravísimos  ^  que  nos  asistéo 
para  refilficar  nuestro  modo  de  pensar  en  or- 
éttai  elloa» 

Todos  los  qae  nas^  ven  atados  al  trdia» 
jo  de  las  díanos  ,  acostumbran  á  juz^ ,  que 
€ntre  eUos,  y  los  Oficiales  hay  una  distan» 
•tía  infinita  :  forman  de  este  estado  la  mas  I» 
^  id^  y  demodo  y  que  Uega á  sermenosprecso^ 
y  ;$e  ba.  l)¿cbo  yi  umverseL  Aqne)  ^queviende 
^una  mercanda  <»  el  que  admite  luiá  dauía^ 
ciacion ),6  bace  uoa  escritura » cree,  que  nviat 
cba  .sil  finnflia^si casa  su  bga  con  ti  que  Ikn 
lOe.unos  jDqpatoS)  if  .cond  qneiCcontar  un  vci^ 
4dob  Muy  bien  cabeír'  én  ú  cádeíi  deuaadaf 
«ondadon  9.6  en  una  cauia  verbal  pieenit 
Clones  utites ,  y  se  descubre  no  poca  pradeña 
£ia  eo  laa.foIrQttIas  de  un  protocolo ;  pero  óao 
«oda  e»  y  no  admiran,  csioi  takntoa^  y  nos 


iadmira  un/jheraídso  adtaynQneñ«l9CBbeú ,  y  uo 
iinagnifico  rwstido-.v  ;í  --;:«'.> ! 
'.  •  Redbitnos  nuijr  pues^oi  de  cerenionia  á 
na  Administrador  ^  q«e  viene  ác  cobrar  algo-* 
«os  derechos  ^  <jj^  se  ^  debeq  i  y  apenas 
nos  dignamos  poner  los  ojos  en  vú  LabtB^ 
dor  ^  d  quien  deberías  ei^  logran  de  ios  fru- 
tos de  la  tíerrd.  No  es  con  todo  eso  nue- 
^o  este  desorden  y  pues  se  introdu^  tam- 
tíen  aun  en  las  Repúblicas  iñas  cultas  á  pro^ 
fxnrcion  \  que '  iba  ^1,  hijo :  introdaciQndo  en 
silvaicr.'eilas  el  falsa/  gusto  de  laddicadefca,  SdpioD,  * 
^^'IV'^  que  declaró  la  guerra  á  Jugufta  ,  preten- 
día ^  siendo  2|un  joven  ^'  la  plaza  de  Edil  Cúr 
rulo  9  y  corría ,  siguiendo  la  costaníbrai ,  el  hah 
^  deíla  Asamblea  ^  en*  ^le  se  hallatmi  las 
tribus  rusticas  ,  no'  menos  -  que  tas  urbanas» 
que  re^an  en  Roma  \  saludaba  al  uno  ^  de- 
<:ia  una  palabra  de  cortesía  ú  otro  ^  y  apr&- 
(tabdole  la  manaá  ph  L^bradw  conocido  svh 
yo  9<t]Df[se  ^nicbi'^  doocener '  d%  áktW  dúsco  $ 
esfca  denlos  caflosv  que  tbnia  'eü  ella  ,  y  se 
la  oibríanr  toda.  Nosotros  y  le  di^  j.  no  an« 
ababos  ¡siáo  solo  con  los  píes;;  pein>  vos ,  Ainl» 
fp  vario  y'jpoostainbiraisiá^cimiiiSf  ta^ 
ké>  fimos  ?  Esta  pahbf aricóla!  te!  costó  carsi^ 
pms  pasabdo  de  boca  e»  boca-,  -en  un  mo«* 
tnehiD  <  llegó;  hasta  los  últimos  acentos.  Pi« 
cadasy  to(l^«  las  Tri^us-dé^  dirse  burlar  ^  y  de 
que  9  |c&jdsátt  oíatostró  con  sü^acnoraLii^ 
-'jj;  bar 


£o  ^  p&tenece^a¡  hmlñ'e  en  soc^      «S 
bsjo  j  éjcclayeron  todos  á  una  voz  ^^l  emplea^ 
que  pretei]día>  á  cate  fisgan,  á  quien  la  ddica-4 
^2d  f  y.oi^uUo  efe  la  Ciudad  habia.faeefao  des^ 
dañosa,  h  impertm^tcJ  ¡         '  i  -.      -i 

La  mayor  parte  de  los  Oficiales  j.  6  Ar*¿ 
tesáuos  están :  entre  nofiotros  tan  acostxtminra^ 
¿os  á .'  que  los :  ecbeknosii^  uh  Jbdo  f  ry ''  d^  n» 
yer  jamá&  ta^  mcnoxrseñaiid^  aman  ,cm  def  disü 
tinción  j  que*  quanda. algunos  (filagístradbs  t,  6 
Eclesiásticos  ^  u  otras  personas  dé  distincioQ 
]o9  acarician  ,  6  quierea  trabar  í  plática^  yoaii 
eVo$^^tí^an(b^s^>alar:camBfflraacÍDii  jCuiiKy^iá 
Conciudadanos,  y  hombres  libres ^^  se  báDm 
cpfna  sobrecfi^dos;  /  6^  manifiesttn  .  im'  agra- 
decimiento suiíiow.  £n.:efi¿¿k>  ^  élloá  son  ^  libres^ 
jr  Conciudadanos  ^naes^ros  ^  ^  vnps. -deshoonH» 
füQS,  á  be^tfOfi  unindbsb  con  ^Ljmffijdoií/  qne^; 
'  4eiifeniosI  dtíjtilMaf  los  ^  ^xm^ks^tom-ásfem^^  ta¿ 
Inipefíbsd^  y  dura  y  que  óosddbia.sérjmu!]^  sén^ 
sible^  y  abdchortíamósí  de  modo  ^  queiu^ef^e^ 
Rtts  m»¡f  1^6^  aeiioieifGto  eoaetra:aosMfo&  Vú 
Jme.eb  ubarqca^kiDfilg^té  ds  veriá  uho^,  que 
sentido;  Ie/(xarefipon^eof  et  le¿gBagegLxin.Sie^ 
dsnetre  >  que  lé  tjuteabav  Si  V  le' dijo  friament 
te  ^3^0.  tengo  lo  que  tú  on^  pides;  pero  es  me^ 
siéstels^ttr^i.lo^ipiQ  tnrqii¡eres;¿S(d9Ío'{fiii0^ 
¿tide  ioriComttii^^T'.'^otdiflñdo;;  Ko(  nenes  ti^ 
ciño  bo(psearbY^.^u^  hiégp  al'f  unto  teio'trabtt^ 

:Zx)t  dercchtti.de  la  .síi^tdttiacioa^  deudo 
i  ra« 


ii'  •  1 


ro 


(> 


I) 


«4  '  Esp^actdóáehNatariúeiu. 
ladonales ,  y  justos ,  oo  se  estiendea  á  auftv*' 
fizar  y  el  que  tratemos  á  estos  Oficíales  como 
á  Esdávos.  Si  supiésemos  darles  i  eatmder^ 
que  conocemos  bien  lo  quévalpn^  yliabtar^ 
les*  coa  ¿hilzüra ,  y  suavidad ,  alentariamos  su 
iodústría ,  y  cansaríamos  ea  dios  seotimien* 
DOS,  é.ideas  de  lioiua.  Pfeib j> jamás  podremos 
fisttmac  sar  razón ,  ni  üonoilianioS''  su  afeAo^ 
oon  el  despreció  que  hacemos  de  su  persona, 
ni  con  la  i^tioranda  en  que  todos  estamos  de 
hs  cosáis  estimables ,  qué  encierra  su  Arte  ;  y 
ataluda es^ésta  ^pnnraada  lo  qUeiv»  taaoe  taa 
ioSferent^''. /'  • 

Desde  que  émpfezá  i  amanecemos  la  ra* 

df^ae?.^''  9  °^  hablan  seis  años  acedos  del  fti« 

tras  itt-turo.en  rttí^  b  del  supíooeittfffii  .  sin  tocara 

«ocimien-sHis  xoBi  puDtd  ,  nijdeoimos  Mui   palabra  do 

si!^ñ  dJfa  I  hermosura  de  las  Artes  9  ni.  :de  la  iodos* 

4cf<&¿'jr  tnla  de  quien   maneja  ,  que  son  el  báculo, 

y  apoyo  de  nuestra  vida.  Quando  yá  nnes^ 

irá  jsux»  está  mas  rBsrtídecida  >  ^  t(M  d»*^ 

tav  se  la  énmga  i:  Maestros /que  le  demues* 

tsan  ooá  grande  láparatd^^  qqe  teoembs  cuer^ 

{K>  9  y  ^ue  al  rededor  de  Á  hay  oüos^  quo 

también  le  tienen  ,  ó  que  gastan  las  hofaa 

^Míeraé  ^  y  los  dias  ér  pcqfcariei  x^o  de  düa 

iNTOposiciooes  coiitracliADriaa ,  rji  cefca  de  un 

futuro  Iniramente'posSdé  ,  la  una  es  al  pre^ 

senté  determinadamente  verdadera  ^  y  la  otra 

detsitaünadaméDte  Ifidsa.  £eiQ  d  enseaamoa 


lo  que  fert&íece  ¡d  ítMrém  sodeéhd.  M* 
á  distkigiiir  las  producciones  de  la  tierra  ^  los 
lazos )  que  unen  á  los  Pueblos  ^  que  la  bar 
hitan  ,.  y  aquellos*  trabajos  ,  y  laboriosidad, 
qoe '  los  ocupa  es  lá  cosx'  mías  olvidada*  To-^ 
dcMÍ  casi ,  desde  que  nacimos ,  hemos:  visto  an^ ; 
dar  las  aspas  de  un  molino  de  viento  ^y  ákt 
buekas  al  ^rodezno  de  un  molino  de  agualda. 
la  rueda  de  una  baceña*  Sabemos ,  qtie  alli  ae- 
despédazatí  v  y  '^hacen>  batína:  los  .  granos  ,  que 
se  reducen  á  polvo  algubas  espacies  de  cor- 
tezas ;  pero  nos  es  absolutamente  desconocí* 
da  la  estruélura  de  estas  máquinas  ^  y  nos 
falta  muy.  poco  para  confundir  un  Garpiti^ 
tero  con;  ui)  lieñadbr  sblitario^  Todos  trabe* 
mos  un  relox  de  faltriqusr»  ;  pero.. conoce-* 
moa  acaso  el  artificio  de'  el  caracol  ^  en  qu& 
aé  vá  arrollando  la  cnerda  ?  Penettaoi^s  el  uso^ 
de  aquella  linearespira^  9.<]ue  irá^  demminanh 
(b  la  péndola?  Esto  misngKi  oosí  sucede  coit 
ptrás  Artes ,  aun  las  mas  comunes.  No  sa-;; 
bemos  sino  el  hombre*  En  lugar  de  .adquiric 
UB  ¿onocimiéntQ  razonable  .'C^:C0n9trcioI,t.3g 
de  las  Artes,  que  son  el  dulce  orn^fnentt>  ;dé 
la  socfedad  I  ea  h  quid  Ibemás  de  ^pasar  nues- 
tra vida,nosipicamos  d^  saber  la^  delicade* 
zasxie  un  juego ,  ó  de  retirarnos  á  una  w- 
ledad  para  dompairár  la  gtavitatíoft  de  tres  Pla- 
netas en  oposición  cod  la  gravitación  (k  los 
mismos  ed  conjunción»  Si  hay  poca  solidez 
ín  nuestras  diversiones.,. es  muy  probable,  que 
Tm.  XIL  ^  D  to- 


7:6  :  E^pélaetihd0h'Naturahsa.  ^. 
tedavia  hay  m^or  desbtáen  en  nuestros  estíH' 
dios.  Corremos  tras  ai)üeilú ,  que  hace  ruido ,  y  * 
las  personas  mas  sensatas  confit^san  y  que,  aun 
sienten ) y  les  duele  mas  ú  liempo  que  han* 
gastado  en  el .  Newtotiismo ,  que  loijd^ja  cb  fatti 
mismas^  tinieblas  en  que  se  estaban  ^  que  eique< 
ocupan  en  jugar  ai  hombre^**)  que  por  k>me» 
nos  los  divierte  algmías.  vecesw       : 

Uii  Padre,  y  una  JMadne  de  familias,  eLSIa«: 
perior  de  una  Comunidad,  un  Comerciante ,  uq. 
Abogabo ,  un  Consejero ,  y  los;  que  gpbiernan 
los  Pueblos ,  ó  dirigen  las  conciencias ,  pii^ea 
pasar  tbuy  biehsin  las  unidades  der  Leibnies^y 
sm  los  caradéres  del  Algebra ,  sin  que  les  bagas 
demasiada  faha;  y  con  todo  eso ,  cada  .uno  de 
estos  podrá  cumplir  ciertamente  mejor  con  su 
empleo ,  quanto  ponga  mas  cuidado  en  adquH 
ñr  un  conocitntento  proipofd0nado.de  tas  Ar** 
tes ,  y  materias ,  qoe  ocupan  la  Muchedumbre^ 
y  el  Puebla  Esta  es  una  especie  de  Philosophía^ 
mil  veces  mas  estimable  que  la  systheniaticaí 
«acia  que  fiíere,  cuyo  menor  dáfk>  es  d  ser 

Origen  WUtáU   (**)  '     ,        . 

yerll'u!!        Algunos   Phrlosophos  ^  considerando  está 
aes .u us  variedad  de  trabajos,  é  inclinaciones,  que  se 

Arces*  , 

dis- 

(**)  Bl  7«cgb  ¿e\  Hombre  te  f uega  4e  tres  nodos.  Primeto.»  cu- 
tre eres  t  coa  descarte  >  y  le  llaman  Jttnt^éid:  Scguodo,  entre  qna* 
tro ,  pof  lo  que  le  llaman  j^mi/» «  y  se  jaén  apartando  oclio 
carcas  ¿  y  este  modo  de  jaego  es  el  que  se  traduce  Aquí.  Véase  el 
Díc*  de  TrcT.  let.  Q¿  Terceto  ,  eátre  éincó  personas»  et  con  todi 
la  baraja  1  y  se  llama  Cim^mlU  i  y  canro  al  segundo  modo  de  j<^ 
gar  ,  como  al  tercero  >  le  Uaaua  á  Ptdh  Rty  . 

(<!*)  Yá  queda  noc«do  «riba  U  dittjAaon  que  hiijr  tn  «tcf^ 


Z^  que  p&rtemce  dhoéhft  en  sociedaéL  «7 
difltíqgoeD  tanto  en  los  hombres^  la  atribuye* 
k  solaa  las  dísposicíanes  del  ctttrpo  ^  las  qualA 
dicen  que  ios  dominan  9  y  de  este  principio  bao 
aacado  argumentos  contra  la  espiritualidad  dd 
^ma :  mas  empeñados  j^gun^u  costumbre  9  eo 
dedidirtde  la  mturaleea  de  las  cosas^  que  Diqs 
00  faa  querido  déscubiiraaa  todavía,  que  en  pror 
curar  dámosá  conocer,  y  á  adorar  aquella ma- 
Ao  sabia ,  que  propordooó  cao  miescras  necesi« 
dadealas  diferencias  de  inclinaciones,  y  enteo^ 
dltnientoa,  y  preparó  todas  las  especies  de  ata» 
duras,  que  mafatieaen  la  unión  del  gran  cuerpo 
déla  sociedad 

A  otfiQfi  les  padeció  decir ,  que  la  diverst*» 
dad  de  las  Airtes  habia  provenido  del  conocí^ 
Aáetito  eoa  que  la  Philosophia  ba  observad» 
Jas  necesidades  del  Genero  Humano ,  y  los  me- 
dica de  acudir  á  ellas.  Solo  la  primera  causa, 
que  era  en  la  que  debían  poner  los  ojcis ,  es  la 
í^ue  pasan  en  silencio,  y  de  quien  no  hacen  men« 
cion  alguna*  . 

Si  logramoa,  quaodolo  hemos  menester, 
zapatos,  que  nos  calcen,  lienzo ,  y  telas  ,  que 
-nos  vistan, ó  una  bugia  que  nos  alumbre ,  no 
es  porque  hay  Philosophos  en  el  Mundo  7  no 
son  ellos  los  que  nos  enseñaron  á  Manquear  la 
cera,  á  curtir  bs  cueros ,  ni  á  manejar  la  lanza* 
dera*  Comunmente  viven  estos  hombres  en  es- 
pheras  muy  apartadas  de  la  nuestra.  Si  alguna 
vez  bajan  á  ella ,  es  para  decir,  que  falta  esto,  6 

Da  lo 


l»€      '  EspeSíactthde  la  Naturdles6¿u 
lo  otro  ^  no  .para   ensefeirlos  á  bacerb  %  para 
juagar  aun  de  ouesttos  mstrutneotos ,  y  bo  para 
aapiirlos  con  otros  megores ,  ó  con  alguna  irí^ 
Vención  y  que  nos  los  traiga.  Ijos  Gobernaidoies 
de  -ha  Colonias  han  juntado  en  ellas  Oficiales) 
.y  Haestfos  de  h&  ^Artés^  y  losLegisladocéa  lak 
ariqgbKib'lo  queVpeiméceá  diveisáa  profeskn 
-nes ;  peio  aquellos  Artesanos  •  precedíeroitiá  Us 
<i?Qlonias ;  y  d  Legislador ,  que  daba  vej^s  á 
<)erca  del  egercicio  de '  los  talehtios ,  hójera  tei  ^ick 
:ventor  de  ^os :  ^la  prudencia^hipnri^BQ^esiifdfii 
da  que  Écr  rebibido^  no  lo:  qué:  ha 'creado;  9h& 
losophos,  no  os  atribuyáis  cosa  álgiuia  ;  ipubi» 
algo  se  06  debe  ,  sotó  soir  opiniones  inútiles,  y 
•questíones  •  intermiaafciles^  <  Toda .  lo  debetnostt 
aína  providencia,  que  sensiblemen^  nos  gohíers* 
-Ba,  y  que  no.hizo  la  cuenta  óon  vosotros  para 
dividir  con  vuestrosí  talentos  laí  obras ,  quene* 
cesits^la  sociedad  A  todo  pToreyé  leí  Autor  pQi 
«3  mismo  .éftccasoieote.  copr  la  iica  .diversidad, 
que  puso  en  los  entendimientos.  En  efe&o,  no 
.se  emplea  á  un  entendimiento  vasto  eri  la  con- 
ducta de  negocios  grandes , /ni  á  ua  altq  ingei- 
<iiiOeen  podar  hsr  ramas  rsuptírfloasd^  fioa  flor^^ 
<ta.  La'diíyfirsifiadide  'énüsndittiiwiiés'^^precedei 
:¿ue9irras'  necesidades  ,  y  como  Dios  'es  el  Au^ 
tor  dé  ellas ,  es  también  el  v^dadero  Autor  de 
•  las  diferentes  disposiciones  ,  que  vienen  &\  su 
raocorrá'  ;-..  ,-.. '  íI  • '    :  )  _■     ^    • 

Esté  Aufor  mismo  blzo  ^  inde&dijbte  esta 
í.i  :  '  obra 


-Por  ítí  aeado  íM  álcíáikahan  4a  H^^iSiddd  /e)  mi* 
teres  /y  el  temperamento  de  cada '  paittkví» 
para  dirigir,  y  perpetuar  las  diveisas-ttpeciefi^e 
Op^2tñQi\  y  O&kLte'^pitgels^teniielvQueipD 
d¡&  tGe«ié!rd'  HvffiMd  ^iiM|^ii^{í¡orf  á^itodbsjibs 
niños  útia  dlsp¿8f¿ioñ ,  y  lib  deseo*' natural  tfe 
imitar  todo  qúiamo  v*6D^^y)  les  éLx^li^yú  \é^ 
hace  ülguna  itqpiesibn.  Nobotrai^iiiírBmoS'Jc^ 
to  cbáíOiiifif '  jübgüí  Í4ié?  iili^igs^  ecboaosiiietea; 
f^ere %ti  4a  realidad taés  tUfA^  itíspjiaoiDn'üde ¿las 
mas  sailiidáMes'  del  iÜriddor  -  par?;  proveeraas 
constantemsente'  por  ^ .  meidíq  de  Artíficas  tití- 
lisiixítis,  y '^ía  i^stécéii  las-i^fdslooeff.jnias 
*dé^i6iablesr  delt^iimó^mockxiíuefia^^    io»- 

-trosas. '  -'  V'    í^».¡»^>-r-ír:  ^'í '  t  ni.-.''';  km:  jt-- <; 

Condbe  tin  niñounaí  idéd  Ventap»  4e'Io  p^^  ^^ 
que  vé  hacer  ásü^ddre  y  y  pasoi  pasa-fc-sl- |°*.^ÍJ 
gue  ^'é  im^ta  ^eti^«U'^prb%Ió^ct8iiasQe^I:¿tcasd,  todo. 
-es  solo  pQrqWe^^hiMr.iimprésito  énoH'  lócra  iSka. 
tím  Vehiajbsa^  '^  i¿tfa'ibdustH^:sdp€éipf'l€ianiD- 
ce  alasetí  sí  capaces  de /Jx>Íar  mei -^afaipi  itecdf» 
'se  afirmar,  que  no»  l^alSQ  laltxtitacfatiKiqíficaBia 
bienes^  H^e  fat  iiifimeiofaQipt]^  éstavfidptasp^édde 
tarde  en  tarde  en  el  Mundo,  quando  aquella 
aparece  cada  día  en  todas  partes. 

Si  desde  el  primero ,  y  único  origen  de  tan- 
tos Artesanos  útiles  queremos  hacer  en  particu- 
lar un  descenso  á  lo  mas  curioso  (que  es  fre- 
quentememe  lo  mas  común ,  y  lo  que  merece 

mas 


niños 
imkaa 


.m»)  Qtse9traiiiei9€Í9ny)»1^9m»^(9ntQá^ 
Jpft  prope^ot^  (|tte  se  ptiedw  liaosi  en  esta^ava- 
rignactoQes  divertidas ,  y  deÜcio^is  »  cqnd^ 
^gualmeate  etl  alma  9  y  el  dÍKrursjo  4  la,  .eqiul^ 
a4«n>y  alittCQottáfoieatíJw  )Kb»  se  JtiaUa  19  9I 
aeftudioude.k  sócifidadiel  btatfo,  y  la  fy»^  ^ 
Je  leocuentra  «ü  el  e^cablecitaieato  de  unaCq- 
Jonia.  Qu«k1o  ésta  lleg^  aun  País  iaculto ,  eft 
-que.  se  necesitan  descubrir  I». patnerasprovíe- 
rnes.  necaartas ,  y  st»pUr  ^:ásS^  de  uq^ ,matt- 
:  fia  jcon  Qtra ,  se.  :aoude  mtbpXQ  á  a<}<ie)l9 « qiK 
.  mas  urge:  todo  searré^a  con  la  rieoesidad,  qup 
*  anualmente  se  padece.  Peto  al  presente  9  que 
rtenemos  yá  e$t¡aUecida  la  acedad»  y  qne  tq- 
-das  ias .CO0S  «goto » sin.  áetedUse^^ w  <;si9aíiKV 
podremos  disponer  las  materias  de  este  esttt» 
dio  9  aegun  el  orden  que  nos  parezca  mejor. 
Mientras  hablemos  del  aumento,  no  está  el  honti* 
Jl>re:&ltode.cOttMd4ini  de  ca«9  ti  nos  debe 
"^áár  cuidado  si  el  alcgamieoto  d^  preceder  al 
-vestidOv^'d  sí. el  t^  la  lela  para  él,  le  di  nup 
-ptksá  qoe  el  cultivo  de  los  granos*  Empezar^ 
.noaimset'austefito^y  por  algunas  de  las  Ar« 
:;  tes  /qae  pnMneeaaL.hppiltte  en  este  asunto» 


...  -  j 


EL 


-•í     f    i-    < 


•^^^■,1^^*^ 


DEL  HOMBRE. 

CONVERSACIÓN  TERCERA. 

No  espere  V.mr amado  Amigorpio^  eiH* 
contraía  aqoi  por  menor  todas^  las  ope-*' 
laciones  de  ke  ^Art^S'^^y  Pficios^  '.que  00$ 
pfCfáraD  la.imesai:  1^  unaycr  <páneU  teñe-i  "^ 
iros  contÍDuamente  á  la  vista, ^7  casi  nadie 
ignora  los  servidos  4i2as  comunes  ,  que  nos 
bacen  9  ni «  d  modo  ^  ejecutarlos,   Y   así^ 
nos  d^éndrémos  en  loiqüe  es  menos  común,' 
quiero  decir,,  endaa  máqniaas  pTepaiatítraá  de 
esta  obra ,  y  que  ^u  ío  mas  agi^adable  i  qpe^ 
se  encuentra  en   elta¿.'IQiiak]|uiera    puede  en» 
terarsé  con  la  mayoc  &cilidad  ide}  'mundo  de 
él*  trabarjo,  y  ^upácioá  aéliial  de  todas  esta^ 
Artes  ,  sin  que  para  esto  .sea  rnecesafia'  btrsi 
cosa,  que  abrir  los  cgos  5  y  ponerlos  en:  lat 
berramientas )  instrumentos,  y  obras  del  loh 
bcador,  del  Jardinero  ^    Tahonero^  Cocine^ 
10,  Pescador,  Cerbecero^  JBotiUéfo  / Taber*^ 
ñero, y  algunos  otros.  £n   e^'  ocqpaciones 
todo  es  simple  >  todo  palpable  >  sin  necesi* 

t» 


o 


3i£     Espe&aculo  de  la  Naturakssa^ 
tar  de  mas  explicacicm  que  la  vista.  Pero  pa- 
rtf  entender  Wjof  el  juego  (fe  estas  máqunas'^ 
en  sí  mismas  •  es  muy  del  caso  haverlas  vis* 
t(áa&esa(uhoJ^a^ep^el  p^  eniunt-i 

racídn  y-j^  uSondfe-to^s  fas^  'fíieW  qbe  \téhéil5- 
Muchas  ^vec^  ha .  bastaba  jmos^'arie  á  la  ju- 
ventud la'  estcu&uca^y^ofício.  de. ^os  instru- 
mentos, que  veía  casi  siempre  en  grueso,  y 
solaf]/mí¿e'eá.ptie6a  /psil  Aái^rBsik  «I  .gjislb 
de  las  mecánicas ,  y  para  desembolver  los  talen* 
tM^  que'  inrodiíjetoa '  en^-^adelátite  invendones" 
capaces  de>  concluir  en  dos  Horas ,  con  sola  la 
inspección  ^e  lioa  persqna  y  .fo  qué  »ííe»  nece-i 
sitabaide^iinftoiQ)  témpD,;^  dewiinutnero^xi-j 
ces&vQ  de.DperjiniosL/  fí  r.  :j  ,-.  -•??  ;*■ 
Queftion.  ^    :Témo^  que  hombres '«  «>r  otia  p*rte  de: 

Si  conrie-  ,     "  .  ,11  *.     , 

ne)  em-  cp  poco  menüoi,  zelosús  dei  faíeá;  deMQS'  po^ 
^^quíil^s  llics^Time  ^bagaa  «]wrjjaiginm  ^oaesat  ^  No  ^esi 
sZllX  oobdQcent&íjdiráai  intánspisár  se(n«jaíitengM*i 
que  abre«  to ,  n^  itatTíDducir'  máquinas^  que  nps  obrevieeb 
operacio.  las  obfa&  :^  se  lé  propusiese  al  Intendente  de. 
eL^Coíneroio  i  que  se  Ibakria)  ihaliado  ana  knemt 

rin^íasKcb  f^pia  ^  qite  w.aemsitjinifiarfti  el^  ctmA 
Mtno  >d6' Pai ís  >,  distciboyendolas  dn  todas  ^iaS' 
eallesi,  y  aun  en  laicasasr  de  i  los-  pairtscula-i 
reaiif /ilir|a(v  <|k3e!  éVa  Redecir. á^a  ImeQdi^irf 
tmtb^TAginiiífos.^  poino..iae  Jn^andetseoFi  qm 
m  itraospocte^^gierc3^  .tecer  que  áQbao'>lo8 
bárjQQS^  dsúB  |g^  !cqi$¡Cdi[:g9d9s^¿haata''Jeiia>J 
li.i  de 


oes. 


£7  aUtnento  ékl  bcmAre.  1 1 

He  los  puentes  de  París  ^  ó  á  otras  partes  se^ 
meantes  ^  por  medio  dé  una  máquina  mane- 
jada por  tres  5  6  qoatro  hombres  solamente^ 
qnando  aora  se  necesita  mucho  mayor  oume» 
cp^.y  además  de  «so  veinte  Oabalios? 

Vm.  se  librará  con  esto ,  es  verdad  ,  de 
mucha  gritería ,  de  no  pocos  gastos  ^  y  algu^ 
nos  riesgos  ;  pero  también  es  cierto  ^  que  arrui^ 
nará  famiBas  enteras  ,  que  han  emprendido 
abastecer  de  hombres^  y  Caballos  este  transa 
porte. 

Aunque  esta  máxima  de  desaprobara  uso  vc««cM»$tít; 

de  qualquiera  invención  excelente  y  porque  se 

turba  el  estado  adual  de  algunos  particulares^ 

ae  halle  protegida  de  personas  respetaUes  ,  no 

por  eso  la  acompaña  la .  razón ,  ó  por  me^ 

jor  decir  ^  es  sumamente  peligrosa.  No  se  ajus^ 

la  dertamente  á  la  razón ,  pues  ai  se  huvie'* 

ta  seguido  ^semejante  máxima  ^  nos  viéramos 

privados  »el  dia  de  oy  del  uso  de  las  bom« 

has  ^  de  los  Batanes  ^  de  las  máquinas  para 

aserrar »  y  de.  muchas  otras.  No  hay  trabajo    TeMs«  um 

mas  necesario ,  ni  mas  común  ,  que  d  d<f  ^*^***^  *•  ^ 

moler  los  granos :  con  que  sí  la  máxima  ,  que 

examinamos  al  presente  ^  hubiera  prevalecido 

el  siglo  séptimo  ,  en  que  se  iba  ¡ntroduc¡en« 

do  univer^dmeote  el  uso  de  los  Molinos  de 

agua  9  se  pudiera  haber   dicho  con  el  mismo^ 

6  con  mayor  derecho  :  en  qué   vendrán  ¿ 

^rar  e^Qs  ^esdavos  ^  y  cómo  vivirán  innu^ 

Tm.  XIL  £  me« 


}4  EspeStactdo  dé  W  Naturáiha. 
merables  familias.,  que  empleamo8:eniaa|  Taho^* 
Bas  ?  En  dónde  las  ipoñd remos  libres  de  los: 
insultos  del  hambre?  Hasu  aora  han  pasa- 
do todos  sin  Molinos  dé  a^  ,  por  qué  no* 
pasaremos,  nosotros  también  ?'Si  la  máxima,: 
que  déBende  ser ,  mejor  emplear  niuchas  ma- 
Bos  en  lugar  de  un  simple  instrumento ,  hu»' 
biera  tenido  lugar  el  décimo  quinto  siglo, 
quando  empezó  la  Imprenta  á  servirnos ,  se 
podría  haber  dicho  ,  y  ^in  duda  alguna  se  di« 
jo :  esta  nueva  Arte  es  perniciosa  ;  en  qué  se 
ocuparán  tantos  Religiosos  ,  que  ganan  hon* 
nulamente  su  vida  copiando  muy  buenos  U« 
bros? 

Xos  que  discurrían  entonces ,  y.  discurren* 
oy  de  e^ta  manera  ,:áo  se  hicieron»^  ni  ^ 
cen  cargo  de  una  verdad  bien  importante: 
que  se  debe  atender  mas  que  á  .  todo  á  faci^ 
litar  el  trabajo  .del  hombre,,  y  que  esta  es  la 
intención  dé  aquel  que  le  proveyó  :de  índiis^ 
tria :  qué  desechar  los  descubrimientos  de  el 
entendimiento  humana  ,  es  menospreciar  los 
presentes,  que  le  hizo  Diosr;  y  en  fin  ,  que 
nos  resta  una  inbmensidadf^  de  obras  ,  que  na 
se  hacen ,  y  á  las  qvales  ^eitf^  necesario.  a{dí-» 
car  el  hombro  ,  y  emplear ,  aquéllas  fuerzas, 
en  cuyo  lugar  entraran'  las  máquinas.  Des- 
pués de  la  invención  de  Ic^  Molinos^ ,  de  la: 
bomba  para  sacar  agua ,  y  de  la  Imprenta^ 
se  vieron  sin 'duda  muchos  ^esclavos  ,  y  Goh 

pis- 


.    E¡  íúifhéntb  MlbomSre.  ^^ 

-pistan  9  y  en  uoa  palabra  ,  iiincha  gente  sin 
«empleo.  Pero  este  aumento  de  personas  des*- 
•emfaarazadas  puso  á|  la  sociedad   en   parage 
de  ejecutar  .muchas  obins^  que  antes  no  po^ 
día  9  por  acudir  á  las  mas.  precias.  Los  Agua^ 
dores  podrán   aprender  á  hilar  ,  6    á  cabar* 
Los  que   antes   copiaban  libros  ^   se   podrían 
dedicar  á  enquadernarlos ,  á  prensar  ^  ó  tirar 
los  pliegos  9  ^  á  fundir  los  caraébéres  preci* 
90s  para  imprimir.  Cómo  podrán  estarse  cru* 
zados  los  brazos  ^  aquellos  cuyas  fuerzas ,  y 
^ercicio  piden  infinitas  obras  ,  y  necesidades^ 
^ue  se  akornatv ,-  y  nos  oprimen  ?  Siempre  ha- 
•brá  mas  caminos  que  abrir  ^  mas  <;alzadas  que 
-componer ,  mas  praderías  que  en  los  tiempos  de 
sequedad  pidan  el  riego  ^  mas  diques  (^)  que 
oponer  á  las   avenidas  ,  y   violencia  de  las 
aguas,  mas  tierras  que  mezclar  ,  ma&  ciñd- 
«tes,  y  ribazos  que  despiontar^  mas.transpor- 
-tes  que  hacer  ;  en  una  palabra ,  mas  trabajos 
dispuestos  para  el  servicio  del  público  ,  6  de 
-el  particular  ^  que  Peones ,  y  trabaja4pres  en 
.estado  de  ejecutarlos*  9  y  desembai'azarse   dé 
.ellos.  Y  solo  el  ver  que  un  hombre  reusa  vi- 
vir por  medio  de  un  traKijo  cierto  ,  y  segu- 
ro ,  servirá  para  discernirle  como  delinquente, 
ub  ocioso  y  digno  de  cascigo ,  de  lin  Gudadano, 
que  abraza  el  trabajo ,  y  se  hace  átilá  la  Patria. 

£  a  La 


¿6       EspeSimth  de  h 

La  máxima ,  xjiie  prohibe  admitir  miibi- 
tud  de  instrumentos ,  qae  abrevien  las  opera* 
dones  ,  no  solamente  es  perniciosa ,  empkao* 
dosin  necesidad  mtK±K)s   trabajadores  extre- 
mamente precisos  eit  otras  partes  ;  sino  mo- 
cho mas  9  oponiendoseal  progreso  de  las  den* 
tías  verdaderas ,  que  consisten  ea  el  conoció 
miento  de  los  bienes  ventajosos ,  que  nos  pre- 
para la  Naturaleisa  ,  y  efe  los  medios  ,  qoe 
facilitan  el  logro.  A  este  fin  se  deben  dirige 
nuestras  observaciones ,  nuestras  Matbematicasi 
y  nuestras  mecánicas.   Pero  gritando  contra 
ellas  con  máximas  semejante.^ ,  aotaudobis  de 
peligrosas ,  y  prohibiendo  >  que  ejecute  h  ao- 
cion  de  los  elementos ,  te  que  obran  los  hiart 
2osde  k  muchedumbre,  se  derra  la  puerta, y 
ae  adormece  ef  deseo  de  distinguirse  ea  saesH| 
á  luz  lo  que  es  tan  átiL 

De  aquí  se  sigue ,  que  eí  pdígro  de  su9^ 
pendst  el  curso  de  las  ciencias  ,  y  sus  prc^ 
grasos  y  no  se  distingue  del  peligro  de  la  s^ 
ciedad  ,  é  que  no  puede  estar  el  daiio  de  aque** 
lias  sin  el  daño  dé  ésta  :  b  qual  es  hacer  de 
las  ciencias  el  mayor  elogio ,  que  es  po8tMe# 
Nunca  parecieron  tan  hermosas  ,  y  dignas  de 
alabanza  hs  ciencias  de  los  números  ,  y  de  las 
^fuerzas  movientes  ^  como  quando  llenaa  de 
aplauso  coilsiguieron  hacer  andar  por  medio 
de  la  acción  del  ayre ,  y  de  el  agua  las  rue- 
das,  y  las  piedras  de   Molino  ^  que  antes 

ocvt 


ocupaban  tattta  gente  9  qaanáo  la  grúa  >  y  el 
cabestrante  htderoa  ^  que  anas  pequeñas  fuer- 
m^  salieaen  triumpfaaiñss .  de  los  '  pesos  Haas 
enonnes,  y  quandáj  bonaáguieron  dos  hcftn- 
Iwesy  oama  por  Biód6  de  jnego;^Jo  que  an« 
fes  ejecntaban  mal  veinte  y  quatra,  cubrién- 
dose de  sudor*  Demos  vma  vista  por  las  má*' 
quina»  mas  comunes^  que sirveni  paia.pf^pa-' 
tamos  d  sustemo^  £1  Ando,  liaid  «I  i^rífioer 
|ro  en  el  iuauw» 

£1  Arado  visto  lateralmente^  »  *»^*  .^* 

«    Tabiaia  C**)  en  donde  se  atan  lo»  QJbar  arpiMT***^ 

Bos^    .  .    .'.   .^     .>      ''^'*' 

fr    Bt  pért%o  ^  6  t&nén  >.i  quien  atrarleteet 

cgp* 
c    Cuñas  y  son  dos  pequeñas  piezas  de  ma« 

derar,  á  quienes  también  atraviesa  et  ege^ 
'    y  están  puestas  de  uisá  parte  ^  y  otíra  del 

timón  para  fortalecerle,  focase  ccfig.  ^. , 
d    Las  ruedas»  £1  perfil  no  tfiaflífíesta  sino 

unaw 
e    JLa  pezonera )  ¿íiadeíege  ^  que  atraviesa 
'    el  timón  ^  y,  los  cubos  de  las  ruedas* 
f    £1  asiento  apoyado  sobre  el  timón  acia 
'   el  ege.  Este  asiento  está  compuesto  de  dos^ 

montantes^  6  pies  derecho»  1^  y   de  una 
^   |»eza  ,  que  atraviesa  9  y  sostiene   lo  alta 

del  timón»  £1  perfil  esconde  aquí  un  mon- 
tan* 


9*)  C$9ti¡¡á$  iú  jago  íe  lUmAttTli%VA€B(C  i  ^s|a 


>  • 


<  - 


;  tai\te  detrás  de  otra  l^^e  d  fig^  lé 

g  :  Abrázadefa^,  €8  una  pieza  de.  madera  9  que 

z'»  liacíeixjo  eobbá^  ^  iormá  ,dos.  brazos  >  y.  con 

*r :biciir?atuniiabi;í|Bai(jei  tímon*.  Losados,  hra*? 

*^^' zoB  .vieÓQndlcviiqifse  á.Iosidos  lados  de  jdiÁr! 

*    iDÓn  €Qa  dofir<cl2(yi|as.de  Hierro.  La  curvatut 

-'  ra  se  pqede  afirmar  en  düereotes  puntos  del 

--f'  itíimán  cpifronit  id^v'a^  6  con  una  abuai»! 

*"'dí»|(le  Meiifo.(^AÍ^  ^*/?^.4^*         L  .       . 
h     Lado, ó  varau**^)  es  uiia<ptaBa  larga  de 

madera  ,  apoyada  sobre'  el  asiento  f ,  abra- 
'    *2adaMcleel'abtaz«ler6£.5  ;^  sosteniendo  el 

dental  i  encajado  en  el  puntal  n  ,  y  aparra* 
V.  do  en  €11  C^pl¿,<p¿riiheái9iled6sclavijai 

intermedias. 
i.    El  dental jnontádo  en  la  vara» 
)c  .Cqpo  y<piezalkúiiaí:^«  que   sostiene   todo 
j.  yel  apamtc^  -posterior  ^6  la  coja*  dd  Ara- 
dor .''•-"''•••'   " 
1    Mitad  de  la  reja  puesta  sobre  el  cepo.  Eb 

muchas  Provincias  se  usa  la   reja  .entera^ 
í.  .á  la  derecha  ^  y  á  la  izquierda  ;  pero  fa* 

tíga  algo  mas  los  Caballos  ,  l&vaotañdb  al 
:    mismo  tiempo  dos  terrones;  El  dental  hien- 

de  la  tierra  perpeodicularmente :  la  reja  en- 
:    tera  la  corta ,  y  levanta  horizontalmente* 

*^t)  a  ttklUtM«ada£6  Siift  >iqiici>{^ajfita  S^t9  ;  7  ««Mee  cf 
▼erdad  >  qae  Háie»  qae  es  el  termino»  que  se  traduce  ,  signioca  el 
Seco  'y  pero  es  en  términos  »  h  lenguage  de  jardit.eriat  6  ccrcadoff 
y  no  en  el  de  Máquinas.  Luc  C4frnt49  LMtn,  Vcasc  el  Dic.  d^ 
Trc^ous«  • 


m  Otf jé^4  le^^oa  ltúú%  ^néonods  i. j;)ue  se  iva 
jCBsanchandD  dada  .Ytsc  huía  >  |^;ar'Uev&ry  y 
'  y  bblver  la  tierra  V  qué  d  '.deotal  ,  y  rejáí 
:  cortaron  de  diversas  ai^er&$i.  E^ta   tabl^; 
^^ceirvá  estrifaai  «olw?«í^lorejflili,^íJ¡eíajpeqttet'^ 
c  fia.'  det  tDadera  ^  f}oe  ec^ál  oáxtío^Ax^^míi  >  d^^ 
encajado  ^en  vel  cepo  ^ .  y  ásttniaiw^  a^da  al^; 
puntal  n  cob.dos  clavijas^  modo  de  pasn- 
dores.  f^aseyJa^fig^  %•  . ,.  '    :     .... 

Fígv  1* /r<x]^ el  Arado  ^istQ.|3or  jdelafifiei  f .  ¿.    j 

a^    Lia  tablilla  ,  6  costillas  del  yugo» 

K    Cabo  del  timón.  .  . .  .  .  .^ 

ce     Las  dos  ruedast  '  ' 

d     El  asiento. 

e*    Lá  vara.  ^ 

-.  JLa  orejera...    .  ,  .^     .^  .    .•  .  .,.•  / 

Fig.  3*  Toda  íá  cófá.f ^  fren  ;•  cóitiposícioú ;  y ; 
aparato  posterior ,  que  comprende  el  cepo 
•  k  ^  el  pi^ntai  ti  ,  isi«  Hfis alas .  ó  maní;0Si  y 
-^  laorejera^- .  *  ■  •.  *.-,•  '::•••.  •    .•  i.  •.  ••  -\  •/ 

Fig.  4* Xa  ca1)é2¿á,v9  élapáratp.aiiteripr^i.separ- ; 
.  fado. del  timóú.    /,    ,        ..  '      .     ' 

a     La  tablilfa.  -     >' 

b"-?  El  timen**  «^  ^   ^i-  .  ru  .  <      ,•  .  .         .  , 

CG     '   Ctina^P.  .   /   .^'l  ..   !.  "f  n  ♦.■.!.€<.:  ',r.a    M! 

dd     Ruedas.  ,*  ." .        [\      '•.\    .".'  •    •  '     '„  ¡'X 


ee     El  ege. '     ;  _ 

f     El  asiento*  • 

g  •  La  abrazadera  ^  separadla  del  timón.  <    » 

F{g*,l*.La  rejíi;- ró^nt^áasoMél  cepo  k ,  con  Já  'í 


4<i       Espe&oMto  de  la  Notar akx¿L 
I  /figura  de  el  orejóo ,  y  de  la  orejera.  (**J 

Dos  modos  diversos  hay  de  iirar  la  perra* 
El  uno  se  llama  á  orejera  darmíente ,  y  el  otro 
á  orejera  movible.  Quaudo  el  Labrador  forma 
d  primer  snlco^la  orejera ,  <io#  acompaña  la  re- 
ja, do  se  pone  adiarla  parte  exterior  delapieza, 
^  ara ,  sino  ácialaintierior ,  6  cuerpo  de  día 
para  quecaiga  la  tierra  en  su  heredad,  y  no  fuera 
de  ella :  lo  qual  se  ejecuta  mejor  con  media  reja, 
pues  la  reja  entera  }evaua  al  mismo  tiempo  por 

am- 

f  **)  Aunque  aquí  liemos  puesto  varío*  de  lot  termíiioí  .  qtt«  de-* 
neo  Cambien  en  CaseeUaao  las  parces,  que  componen  el  Arado;  pe- 
co por  contener  ocras  •  y  ser  este  Arado' diverso  de  el  nuestro»  pon- 
4lre  aquí  los  bermiaos  mas  comunes  »  que  miran  A  esto ,  para  que 
se  entienda  noo  ,  y  otro  ,  y  se  elija  loque  parezca.  El  corte,  que 
empieza  Íl  romper  ta  tierra  se  Uama  P»»##.  Todo  pi  hff  rro  ^e;«» 
Las  dos  alitas  de  el  lado  Oftur^.  Timi»  el  que  vá  i    dar  A  !*€*-• 
beta  de  las  Malas.  BiUrtas  ,  i  ^kr^t^dir^t  los  fierros,  que  abrn- 
»aa  cama  ,  y  timón*  Msf•yé^Jo  qoe  ase  c*  Ubríidor,  Ptmtél  es  !• 
caja  donde  ¿acra  la  reja  Ptsenf»  una  pina  •  h  cuña  >  que  se   mete 
entre  el  dental ,  y  la  reja,  f^m^t  es  aquella  especie  de  lomo  ,  ^nc 
baja  desde  la  extremidad  superior  del  timón  .  6  en  el  extremo  lo- 
ferjor  del  timón  piismo  —cmíx  la  estpha.  Mfdims  e»  «n  palo  «om- 
bo  >  en  qu«.  cmra  el  ciinon  ,  j  este  palo  •  o  mediana  rk  a  entrar  cm 
el  yugo.  Meliuéi  se  llaman  aquellos  pellejos  ,  que  ponen  k  los 
Bueyes  •  h  Muías  en  la  frente  ,  y,  también  les  llamtn  tr—tiUt^  Bf 
termino  »  «jue  utan  paraeomponpr  la  reja  >  es  ^^ut^-  Lor  que  • 
tienen  en  orden  al  modo  de  arar ,  son  estos*  ^hmsr  ,  6  Cm^rir^  se 
4ice  ,  quaodo  se  echa  un  saleo  por  el  lomo  de  otro  para  cubrir  el 
grano  :  Labrar  á  Timé»$ré  ,  es  quando  el  Arado  pene  dos  r«r«#» 
entre  las  quales  se  mete  la  Muía.  <^ando  en  una  tierra  quadrada» 
^  quadrilonga  se  ara  seguido  de  una  esquina  k  o^,  de  modoi  que 
solo  corran  un  ladp  ^  se  llama  simplemente  ^ré^ri  si  de  una.  esqui- 
na pasan  á  otra  discin^a  •  «xrrtendo  dos  lados  del  «qoadnado  ,  s6  ^ 
ilice  JÍTéw  $»^usdrp  ;  si  del  medio  de   un  lado  pasan  al  m^dl^ 
«Ul  otro  ,  se  explican  >  dicienlo  ,  que  ^ráw  «  ctrñijúU  y  si  se  de« 
ia  nn  lomo  en  medio  ,  y  luego  se  ara  aquel  lomo  ,  se  dice  Céchéw, 
fin  Castilla  no  usan  orejeras  durmientes  ,  h  fijas  ;  codas  son  mo« 
iribles  ,  y  las  quitan  ,  y  ponen  como  conviene.  4^d;más  de  jcodos 
los  términos  ,  y  usos  .de  jqi|.e  m^  han  inft>rmado  los  mismos  Labra* 
dores  ,  puede  quien  qiiisiete  saber  todoTÍa  mas»  en  orden  al  Ara-  ' 
do,  variedad  ,  que  hay  de  ellos  ,  y  ocras  particularidades j  leer  el 
^ado  dd  cttkiroide  Ú9«i<rrasiic¿tt9  los  prtnc^ios  de 


a          ""^ 

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Él dlinmtodel  bmbre.  *  4i 
ambos  lados  la  tierra*  Llega  en  fin  el  Labrador 
á  cabar  d  primer  sulco ,  quiere  abrir  el  se- 
gundo al  lado  áA  primero  ^  desmenuzar-  la 
tierra ,  echándola  en  él  ^  y  contibuar  sus  bneU 
tas  después  del  mismo  modo  ?  Deja  por  esta 
vez,  para  esto,  la  orejera  puesta  ^a  el  mis^ 
mo  lado,  que  estaba,  y-  Inoe  andar  los  Ca- 
ballos al  CDotrario  de  k'  prlmeta  háátk  >  f 
démpre ala  oriUa  del  pilmef  Mico  ,  coü  ló^ 
qual  vá  echando  en  él  la  ür^a  del  Arádd^ 
casi  toda  k  tierra  ,  que  havia  siacado  antes. 
Para  abrk^eL'tercer  sulco  ^  de  naodoque^eehb» 
b  tierraf  en  d  seguido', '  es  •  preci»  oHida^  te 
oTQera ,  desatándola  i  ó  sacanidbkí  idt  su  leüca^ 
je ,  y  pasándola  al  otro  lado  dtf  la  W^,  pstta  que 
subiendo  á  lo  largoi  derl  segutidcy  sulcd  ^  eche 
en  él  .la  fierra  ,<qiíe'sa(fadtf<tA  «érc¿í^.  ^uan^ 
do  abra^d  qMttOj  áéoéáicai  bóWáír  la^  «e^ 
al  lado  del  tercer  sdlcó;  si  quiere'  llenarle  dé 
tierra  conjo  corresponde :  con  que  la  ot^fi^ 
ra  necesita  mudar  de  sitio  en  cada  buelta,  cotw 
tiouancb  «n  hácer  lás^  sblcú$  fK»t«í  tt:4ái ,  y 
anojuntoá  otro»^  •  •  .  *  )  j  ::  •  m  ^  i// 
Otros  práétícanel  Arado  coH^úrejfcra  duf-* 
miente  ,  sin  que  tdigán  jamiás  qué  fttúdMrta; 
En  estos  éasos'el  >L&bradd>  libíe'«iV{>fftiie^ 
sulco  ,  teniendo  ia^vüfejára'  dftfi  Ámdo  ^áolá 
la  pieza  qiie  cultíva,^eb  »lügar  de  abf^irctt 
segundo  boyo,  costeando  el  priofero  ^  le  fórr^ 
ma  áciá  la  otra  oriUa^  del  campa  que  labra, 
Tom.XlI.  F  si 


4%.      Esp^&aculo  de  h  Naturakísa. 
si  y á  00  "es  que  sea  n^uy  ancho  9  que  en- 
tonces toma  en  él  un  termino  propoidona* 
¿Iq  ,*;  para  qfie..nQ  (Se  fatigue|i'  deq^asiadaniente 
losObaUQS:5  y  ¥stp  6^  Daipa  f  arar  en  quadro» 
]^ue)v^  doblanda  et.  $ulco  ^  y  costeándole ,  co- 
QiD  h¡90  ^  el  otíjO;  lado ,  dn  Ueigar  i  arado, 
ni.  i>r^r^  ^^bs^  aquellos  4os  sukos  ^  buek 
w  ^  í}jf^b^r4 ;  {«t^oriUia  di^l  priinei^  >  dejan- 
do 1a. orejera' die  «KHl9  ^  ;qDe . echa /éo^  Ü  tCKia 
Isi  tierra  ^ue  vá  sacando  del  segundo.  Si  los 
lo^  Caballos  pasan  de  aqui  acta  los  sulcos  de  la 
Wtí3Qr¿l^;>  vá  1^  pjr^jca  qcbaqdtí.eoí  él  sii-? 
«>y:iqil«¡qiKid6r9|todaia;jLkrrfi.9  que  saioa  de; 
nuevQ  la  fí^uik:e^e .  modo  irá  la  or^e- 
f»  >  istfi^  que  fe.  Hivde  9  haciendo  su  oficio  coa 
vAQ:  t\  cuidado  dí^  dar  ;e}.  Labrador  la  buelta 
aiemi^ .éck.t*  teMri<M:  de  l^  l^eredad  ^  y  po- 
^ihfPQd  MávOPUfiM^Jendo  JosisdIcqs  uno  coa 
S»o^;y;  f^jai^la  tfcjra/jen^^^       p«rftéla  Igual- 
dad >  y  idistancia^  de  Jos  caballetes  ,  que  que* 

\  .  M'é»di»te»^  y^Jílgobiecno  dd  borobm 
van  siempre  de  compañía.  Claramente-  se  yí 
m  )iniooy^9U0  -«o  la  mAkitud  innumerable  de 
Íüi5txtim.«nu)s ,  qpe  ha,  imaginado  para  preparar 
iaom  f]w«rsí^  deaUpbcuto^como  noa  mao- 
tiene  i  mi  h  ^fOporcii^  admirable ,  que  se  ba* 
jUafiOiOre  tHoq^y  elénAque  se  desea  Ilegal 
por  su  n^odío*. 

Combidémosá  b.Pbysica  á  bajar  desde 

"      ^    '.  ^  lo 


El  aUmemodd  hombre.  43 

lo  alto  de  las  cspheras  cdestts.  ^  eti  (^  taan 
to  se  complace^  á  alcanzar  9  sin  deádeñacse^alfi 
gunas  luces  ,  y  conóctoiieoto  de  lo  que  paat 
en  una  Tahona, éien  una  Cocina ,  que  nme? 
ven  tan  poco  su  curiosidad^  y  excitan  aus  des- 
cubrimientos  con  tanta  ientkud  '^  y/  jpecezab 
No  escode  modo  algano.,  porqqe  yo  de? 
see,  que  nuestras  cocinas'  estén  jamás  á  car- 
go  de  los  Phílosopfaas :  toda  mutadon  es  pe« 
iigrosa ,  y  puede  ser  que  ganáramos,  muy  {iof? 
co  en  estarcí  mo^to d^  jeste.dcMi^fie.^loef 
su  interés.  En  estas  Artes  ,  aunque  tan !  ech 
muñes  ,  y  groseras ,  hollarán  kk»  tan  jus- 
tas, y  operaciones  «in  .proprias^  queje  verán 
movidos  á  creer,  que  son  sA^  del  pn  extraoi^ 
dinario  ^ing^nio ,  que  Iteno  ^  de  luoo^  ^  toq;^^ 
i  su  cuidadaset  MaestR>delüdo€tgeii^ 
mano.  Aqui  verán  bien  piesto,  y  no  aíiiconfií-f  lu  Artefc*^ 
non ,  si- (piiera  por  la-  igooiaiicSa  que  teoenios  de  soTIm  "^ 
1 hayparaesiafírtóica,  •^^— ^^^  comi.rerda- 


•)• -íé.  #<>'> 


derot    de  U 

oes ,  quesoovet'frutadq  reíDer^das  experiencias^  ph&usophu. 
y  no  de  una  ciencia ,  que  penetrase  desde  ki^o 
el  efedo ,  que  se  había  de  seguir.  Aqui  hallarán 
estos  Pfakosophos  un;  repuesto  iamietiso  de  exh 
perimentos  béchos  yáyy^éapaoífc^  por.aii;  oeib 
tidumbre,  que  énáquelhaiEnaa ,  en  que  tii^ 
recemos  de  luz,  los  raimaos  como  prime- 
tos  prindpios ;  y  aun  podcáo  sacar  de  aqui 
otro  provecho.  Siá  tientas  ^  yá  bidto^  00- 
ino  ácen  ,  ha  podido,  el  eiitfaodumMio  faii- 

Fa  map 


coci4o     ea 
90¿n  especie 


44  Espe&actdo  de  la  Naturúlexa. 
mano,  aun  «1  mas  cámun,  y  ordinario  9  ha* 
Uar  tantos  mstromencos  cómodos ,  y  métodos 
ieguros  para  tanta  multitud  de  operadonesi 
con  qttáma  mas  razón ,  si -quisiesen  ocupar- 
se en  las  neoesic^des  ordinarias  de  la  sociedadi 
y  servarla  cdn  ránseqnendas  sacadas  de  la  ex- 
perienciar^  coa  precauciones  mas  delicadas ,  y 
stttfles ,  y  aun  con  la  práélica  mas  s^ura  de 
hermosas,  y  estimables  invenciones  ,  lo  po- 
Ai^n  ejecutar  aquellos  entendimientos  pene- 
trastes.,  y  pcoíundos  >  que  gastan  en  futtlida- 
des  la  vida. 

A  cada  paso  se  podrían  aquí  convencer 
con  pruebas  inniímerableatkie  la  verdad  de  esta 
máxima  capital ,  que  imiestr^  .diseursos  nos  dh. 
rigen  sin  MieiHó  ^  qaanda  se  adelantan  á  la  ex-* 
peHencia  de  los  íentíd$S'\jf  que  se  logran  m0P 
hien  guando  la  siguen.  • 

Esto  ae  vé  datamente:  desde  lilego  en  k 
diferencia,  que  hrffamos,y-  en  xéoio  disoer» 
Dimos  las  cosai^  qtie.  pbdemos  comer  cruds^ 
dn  mas  condimento  que  aquel ,  que  les  díó  la 
Naturaleza 9  de  aquellas,  cuyas  partes  necesi- 
tamos disponer «  manir  •  v  ablandar 


«¡•.•i^i'« « 


ias'  pera  fedUtar  fa ^acdon  del  estómago  en 
eKas.,  y  para,  la  aecredon  d&  los  jugps  nutrítír 
vos,  que  se  necesita  hacer. 

La  mimia  verdad  se  descubre  en  losgnn 
dos  diversos,  de  fueraa^  6;duracion  ,  que  se 
dar.  al  fuego  paca. este  fia  Qué  co- 


«  -¥; 


Él  alimento  del  bcmbre.  4$ 

sa  hay  mas  á  proposto  para  arreglar  la  suma 
desigualdad  en  que  está  constituido  aquel  pun-. 
to  que  se  le  debe  dar  al  cocido  en  toda  es- 
pecie de  manjares ,  que  la  experiencia  ?  Esta 
nos  enseña ,  nos  advierte ,  y  dirige ,  para  que 
ni  el  fuego  sea  tan  lento^y  escaso  ^  que  no 
.  deje  suficientemente  desunidas  las  partes  ,  de 
modo,  que  suelten  con  facilidad  los  jugos  nu> 
tritivos^y  benéficos  9  que  encierran  ;  ni  sea 
tampoco  tan  adivo,  y  prdíAgado  ^  que  los  di» 
sipe  I  y  nos  deje  ún  sustento* 

El  primero  de  nuestros  alimentos ,  esto  es, 
ú  pan,  puede  damos  ocasión  de  muchas  obser- 
vaciones, igualmente  conducentes  á  los  pro- 
gresos de  la  Fbysica,  que  utilesála  sociedad* 
De  donde  puede  provenir  la  casualidad  malé- 
fica de  aquel  pan  macizo,  y  apelmazado ,  que  Bip^Dicímü, 
se  coció  después -de  haber  he^rho  la  mezcla  dura. 
del  s^ua ,  y  la  harina  ?  Por  qué ,  al  contra- 
tio ,  sal(^  el  pan  sabroso ,  y  fiíCil  de  digerir, 
ai  antes  de  hacerlo  pasta ,  y  heñirlo  ,  se  dio 
principio  ,  introduciendo  dentro  de  la  masa 
una  pasta, 6  levadura  agria, yde  un  gusto  de- 
testable? 

Al  tiempo  ,6ála  casualidad  en  que  al- 
gún pedazo  de  masa  añeja  ,  mezclada  con  la 
nueva ,  y  reciente ,  sacó  el  pan  mucho  mejor, 
havrémos  de  remitir  la  solución  de  esta  du- 
da ;  pero  no  dejemos  de  consultar  á  la  Physica 

especulativa  ^  para  ver  sí  aprobará ,  que  se  in^ 

tro- 


46  Espe&aculo  de  la  Naturákza. 
troduzca  en  nuestro  alimenco  una  óaturalcKa 
alterada ,  y  que  camina  sensiblemente ,  y  por 
instantes  á  ia  corrupción.  Mucho  me  indioo  á 
que  en  caso  semejante  nos  aconsejará  comer  po- 
leadas ,  (^*)  6  tortas  cocidas  en  el  fogón»  (*^ 
Pero  guardaos )  añadirá  la  Philosophía^  gim^ 
daos  de  seguir  el  parecer  de  vuestros  sentidos: 
el  olfato  9  y  ei  gusto  os  eng^n :  escachad  so- 
lamente á  la  razón  ^  y  os  apartará  sin  duda  al« 
gima  del  paa  con  levadura  ^  que  lisongea  vues- 
tro paladar. 

Que  huviera  sido  .esta,  en  semejante  caM^ 
su  respuesta ,  se  puede  col^ir  muy  bien  de  la 
que  dio  el  siglo  pasado »  quando  se  te  pregón* 
tó ,  si  podia  substituir  con  utilidad  el  giste ,  & 
espuma  de  cerveza  en  lugar  de  levadura:  su  res- 
puesta fue  al  pie  de  la  letra  ,  que  sería  perni* 
ciosa  al  páblico  esta  espuma,  y  este  pan: coa 
todo  eso,  puesta  la  política  de  acuerdo  con  la 
experiencia,  les  permite  esta  espuma,  6  Ifivt* 

dó- 

(«»)  o  poleatai »  h  paches  >  ^  gachas  trabadas  %  esc<s  eortas  ae 
suelen  hacer  de  granos  de  Arena  »  6  Cebada »  tostados  al  horno. 
Lat  Pil$»u.  Véase  el  Dic«  de  TrcTt  d  Cait.  f:  tX  Ncbr.  pal.  GrMb 
P§lisdén  >  y  f  •tenté* 

(*»)  Aunque  en  Espviit  Se  hacen  machas  especies  de  ftrcaí  qtt 
.varían  de  Hombre  >  no  solo  por  razoa  de  las  especies  »  sino  tam- 
bién de  las  Provincias  » no  parece  que  las  hagan  en  partevlgooa  it 
pan  áctno:  en  el  Rcyno  de  Murcia  las  hacen  de  harina»  aguardien- 
te >  miel  >  y  algún  otro  dulce  >  y  les  dáu  el  nombre  de  Téiut  >  ^ 
T9TtAs  4 #4/«i :  en  Aragón  hacen  otras  may  delgadas,  j  íes  Uaman 
CttcATdnsi  9  en  la  Mancha  hay  otras  ,  k  que  llaman  Seess  >  otras 
Hdriméién  t  y  otras  Sák^déay  asi  en  otras  Provindw.;  p(* 
ro  todas  se  sacan  de  la  masa  común  >  sazonada  con  leradnra.  El 
condimento  >  que  les  suelen  añadir ,  es  miel  $  Wehe»  axucar.accy* 
te »  almendra ,  manteca  >  &c.  y;  ann  est(  condimcntn  tolo  •  k¿X 
mudar  de  non|bre  á  estas  corttf. 


\  i 


EJ  ciimento  del  hombre.  47 

^diira  á  los  Panaderos ,  que  sacan  el  mejor  pao^ 
y  á  los  que  le  comen ,  les  permite  asimismo, 
que  les  vaya  muy  bien  con  éL 

Si  quiere  9  pues,  caminar  por  el  contra- 
rió nuestra  razón  en  seguimiento  de  la  expe- 
riencia contra  esta  vana  Pbilosophía  ,  hallará 
sin  duda  muchas  consequencías  útilísimas  que 
sacar  de  este  trabajo,  y  acción  del  ayre  ,  que 
hsdlandose  comprimido, y  aprisionado  en  la  es- 
puma ya  fría  de  la  cerveza,  y  en  la  levadura 
oomuo ,  ó  encarcelándole  de  proposito  con  di« 
versas  aspersiones ,  ó  rociaduras  en  la  levadu- 
ra ,  que  se  guarda  de  jjn  dia  para  otro ,  se  di- 
lata al  punto ,  que  presiente  la  impresión  del 
íuegp  que  se  le  aplica ,  d  sale  de  la  mano  del 
Tahonero,  se  esponja  toda  la  masa,  y  comien- 
za una  desunión  de  principios,  que  se  adelan-* 
tara  en  el  homo,  y  acabará  de  perfeccionar 
con  la  acción  del  estómago» 

Cada  operación  nueva  excita  nuevas  ques- 
tiones.  Del  trigo  molido  ,  y  cernido  (¡uedan 
tres,  ó  quatro  materias  diferentes :  es  á  saber, 
b  flor  de  la  harina ,  la  h?iina  cabezuela ,  (**) 
y  el  salvado  menudo ,  y  grueso ,  que  es  aque- 
Ba  especie  de  ollejos  blancos  por  la  parte  in- 
terior ,  que  están  arrimados  á  la  substancia  del 

gra- 

"  <**)  hátmkí  ée  la  flor  de  la  harina  »  y  de  la  cabetucU ,  hay  otr« 
ka:ÍDa  >  que  Ibmaii  Tn^sixé.  Lo»  Tahoneros  di&tingucn  e]  salv^itlo» 
éu  salvado  grueso  %  y  menudo  :  en  Andalücki  le  llaman  Jifr^th^y  ca 
la  Montaña  S§mss  »  y  al  salvado  nnas  fino  le  llavaa  ca  muchas  Pro* 
TÍaciai  JÍ0jutÍ9  9  y  en  Aragón  Jitnuéiih* 


43         EspeSiumh  dé  la  Ndíuroieza^ 
grano ,  y  se  separan  de  ella ,  si  se  quiere ,  dan- 
do bueltas  al  cedaza  El  salbado  es  la  parte, 
que  se  desuna  i  los  animales  mas  viles :  y  no 
es  muy  diferente  de  la  de  estos  la  triste  condi- 
ción de  aquellos    hombres  ,  que  se  vén  obli- 
gados á  vivir  de  una  especie  de  salbado  que 
solo  es  á   proposito   para   egercitar  las  ma- 
nos de  los  Almidoneros,  que  lo  emplean  en  sa- 
car de  estos  desechos ,  aun  mejor  que  de  la  ha- 
rina ,  unos  polvos ,  que  enjugan  ,  sueltan  ,  y 
desembarazan  el  cabello  ,  en  hacer    almidón, 
y  otras  unturas ;  y  en  fin ,  en  abastecer  los 
tintes  de  polvos  preparativos ,  que  no  den  co» 
lor  alguno.  Pero,  bien  entendido ,  quál  es  el 
mejor  uso ,  el  de  la  harina  de  flor ,  ó  cabszue* 
k  ?  Es  la  flor  de  la  harina  la  que  nos  dá  el  me- 
jor pan?  Se  saca  el  mas  i  saludable  de  la  mez- 
cla de  esta  flor,  y  de  la  harina  media?  No  es 
verdad,  que  el  deseo  de  distinguirnos  ,  hace 
igual  injusticia  al  rico ,  que  al  pobre  %  Al  pobre 
quitándole  lo  mas  espiritoso  de  su  pan ,  y  Ja 
flor  quei  le  comunicaría  los  jugos   mas  lige- 
ros ,  y  efícaces ;  y  al  rico  haciendo  que  le  pon- 
gan en  su  mesa  un  pan,  cuyo  mérito  está  re- 
ducido á  la  vista ;  un  pan  casi  sin  cuerpo ,  na- 
dando en  agua ,  y  nada  á  proposito  para  for- 
tíflcar  su  temperamento  con  jugos  vigorosos? 
Ko  es  verdad ,  que  egercitamos    con  dema^ 
s(a  el  Arte ,  y  que  indagamos  ansiosamente 
quanto  puede  conducir  á  la  preparación   del 

pan 


&  alimento  delhombre.  49 

^an  9  desuniéodo  aquellos  principios  ^  que  h 
Naturaleza  puso  juntos  para  ayiidarse  unos  i 
otros  mutuamente  1  No  se  podrá  juzgar  de  la 
superioridad  del  pan ,  en  que  se  mezcla  aquelb 
harina  substancial  con  la  de  flor  ^  por  la  ro- 
busta salud  de  los  que  le  usan  ,  y  juntameo-^ 
te  por  su  buen  sabor  ?  No  es  verdad ,  que;  pa- 
rece )  que  el  Autor  de  la  Naturaleza  tuvo 
la  misma  mira ,  y  guardó  una  misma  propor^ 
cion  en  los  principios  del .  pan  ,  que  en  los 
del  vino  \  En  eíe^  puso  ,  aun  en  el  raci- 
mo mas  negro  ^  uno  como  primer  zumo  e^ 
piritoso ,  y  ligero ,  que  dejandok  solo ,  es  el 
irino  blanco ,  y  otro  zumo  segundo  mas  subs- 
tancial 9  que  le  dá  cuerpo  9  y  le  vá  tiñendo 
como  por  grados  ;  pero  con  tal  dis^sicion, 
que  acaso  es  mejor  no  separar  estos  dos  zu- 
mos uno  de  otro  para  que  el  primero  ali- 
gere al  segundo  1  y  este  licor  substancial  sir- 
va de  freno  al  esfáritu  volátil  de  el  pri- 
mero. 

Acabemos  con  la  Analogía  ^  diciendo ,  que 
al  modo ,  que  aquel  ultimo  jugo  ,  que  se  sa- 
ca de  la  casca  ,  ú  oUeps  de  la  uba  ,  y  aun 
dd  escobajo  nusmo  ,  es  un  licor  ^  tanto  mas 
desabrido ,  quanto  es  mas  tinto  ,  y  quanto 
la  presión  en  el  lagar  fue  mas  fuerte  9  y  mas 
videnta  :  del  mismo  modo  las  cortezas ,  6 
cascaras  mas  ligeras  dd  grano  9  y  las  que  se 
desasieron  mejor  de  la  sul^tanda  9  podrán  mez- 
V  ToauXa.  G  clat- 


5o^  Esp^aculú  de  I4  JNaturdletíu 
ciarse  por  razón  de  su  blaocBra  ;  pero  coma 
quiera  ^  sclo  serán  un  polvo  sin  vsJor  f  y  sin 
substancia  á  proporción  y  que  estén  separadas  de 
tamiga^  ó  lo  que  es  lo  misniode  las  otiases- 
peciea  de  harina  y  que  juntas  cc»nponen  d  pan^ 
de  modo  ^  que  su  alimentosea  substancial  ^  j 
espiritoso. 

«  Quanda  queremos  sacar  algún  asado  y  po« 
niendole  immediato ,  y  sin  resguardo»  alguoo 
al  niego ,  éste  endurece  con  sn  accK)Q>  la  ím^ 
teria  y  que  se  puso  á  asar  >  y  forma,  una  coa» 
tra  y  que  parece  de  pergamino  y  seguo  la  na^ 
turaleza  del  teg^o  que  tienen  El  efe^Q  dé  o» 
ta  especie  de  corteza  es  conservar  algoo  tan^ 
<to  aquellos  jugos  nutritivos  y  que  comenzó  i 
desalojar  y  y  desunir  el  fu^o«.  Pero  como 
«sta  costra  na  se  aumenta  sina  porla<testrac-» 
Clon  dé  lo  que  se  asa  >  d  se  cuece  y  y  atve 
grfetas  por  algunas  partes ,  reduciéndose  á  car» 
bon  y  según  la  duración  y  y  aélividad  de  el 
fuego :  nos  hemos  hecha  también  dueños  de 
'tsce  etemecíto  y  *  deieniendDle  y  y  refienando-^ 
Je ,  yá  por  media  de  la  interposicion^et  agua^ 
yá  del  acey  te ,  ó  yá  deí  acey te ,  y  agua  in- 
corporado uno  con  otro  9  variando  eL^iso^  y 
Oiixtura  de  estos  fluidos :  y  según  la  naturaleza 
<4e  las  viandas  y  que  se  componen  i  ó  segí» 
la  especie  de  jugos  ^  que  se  quiere  sacar  de 
citas. 

>>^í»-        Algunas  \ieees  lolameate  deieamas  sa^ur 

....    de 


4eiésul^j&  eL>otro  slniplealgiiodíSubataqcbtyidD* 
extraher  de  algún  cuerpo  arocáatico  >  ecfaaackdle 
eo  agua  caliente  ^  un  volátil  deticado. ,  que  sale 
3d:  pdmet  becfapn  Sé.dupUci  el  pttnfejr  gradolde 
calprS  pqea  yá  nfads  nos  queda ,  y  d  espiar. 
fn  está  trien  Jijaba  Reprehenden  á  um  Cdcín<»-: 
fo ,  novicio  en  el  Arte  ^  de  haber  puesto  en 
la  mesa  de  sus  Amos  un  guisado  desal^rldo;. 
y  para  que  no  le  liñaa  otra  vez ,  resuelve  porr 
ner  á  un  ftiegoiqas  a£Uvo  la  canela,  la  al*^< 
bahaca ,  (^)  el  c)avo  ^  y  la  nuez  moscada  { pe<-'* 
flo  qué  sorpreheodido  queda  después ,  quando . 
en  li^ar  de  dar  sazona  la  comida  ^  Gomopei>' 
safaa  ,:t6  que  aumenta  Ja  insipidez ,  y  atpargu^. 
n ,  y  también  las  reprdiensionesl  Pünese  á  lai 
dirección  de  alguna  mano  mas  instruida  y  é  in« 
tfiügente  ^  que  no  echa,  las  especias  sino  quando  i 
se  ha  cocido  cz&  del  todo  la  vianda ,  y  alpuo*  > 
to  e^qierímenta  el  acierto*  .  ^ 

La  multiplicidad  de  observaciones  efasefiai 
aamismo,  que  teniendo  d  thé  en  infnsioa; 
poco  tiempo  ,  conserva  un  olor  de  violeta^^ 
que  fortifica  >la  tabeza  ,  y  una  infusión  breve 
de  la  sadvia  ^  y  del  Abrótano  (^)  es  esto- 
macal y  y  agradable  al  paladar  ,  quando  por- 
el  contrario,  con  solo,  un  herbornuevo,  que. 
se  les  dé  á  los. lioores  ^  pierden^  sus  espíritus, 
y  se  caigan  ileiun  tintetacré  ,  poco .  condo** » 

:  G  a  r        ceiK- 


5^^^      EspeSíáctii  de  la  NOurákxa. 

y  knenos  proporcionado  xl  estómago* 

Esta  misma  es  la  razoo  por  que  la  ceifae^ 
za  blanca ,  por    haber  herbado  poco ,  es  ma» 
agradable  ,  y  espiritosa. que  ia  tinta  y  atknqoe 
mas  dificil  dé  guardar  parí  el  Estío,  que  es 
d  tiempo  en  que  se  apetece  mas  :  pues  di  ca« 
lor )  como  puade  qualquiera  experimentar  por 
medio  del  Tfaermometro  y  se  introduce  hasta 
el  suelo  de  los  toneles,  y  penetra  todas  lat 
yyoát^%  ,  y  cuebas  comunes ,  causando  en  d 
licor  una  fermentación  ,  ó  trabajo ,  que  hace* 
exhalar  prontamente  las  particidas  rdatiles  dd 
lupuk)  ^  que  era  el  todo  ,  6  el  mayor  meri«> 
to  del  licor.  La  cerbeza  tinta  ,  tanto  ñas  de»* 
nuda  de  volátiles  ,  quanto  mas  tiempo  haya 
herbido  ,  tanto  mas  templa  su  amargura ,  y 
desabrimiento  con  la  abundancia  de  jugos  nu- 
tritivos ,  que  desembaraza ,  y  saca  á  totd  Ik 
bértad  por  medio  de  la  harina  fde  cebada :  es- 
to modifica  la  bebida  ^  y  la  deja  mas  piopor* 
jtíonada  para  los  trabajadores  f  y  asimismo  de 
mas  dura  que  la  blanca  en  el  Estfa 
-     Quintos  descaídos  .liay  ^  y  quántos  pei^. 
juicios  se  siguen  del  modo  con  que  en   las 
Boticas  se  preparan  las  medUcinas  ,  por  no  co-» 
i^ocer  y  como  deben  y  los  que  disponen  el  me^ 
dkámento  y  los  instantes,  de  .la. '  ev^poracioii? 
Acontece  y  que  abandonado  este  trabajo  á  do- 
«esticos  indiferentes  y  y  nada  instruidos ;  6  go- 

be^ 


hímiSor  fot  Boticario»  y  que  80I9  ^abci  aqw^ 
Ha  práñica  ,  que  apitodieíao  siendo.  Msooer 
Jx>s  9  dejan  eraporar  9  con  solo  descwdaise  vif 
momento  9  la  poicíOB  afoooiática ,,  q«Q  .bar 
cía  estimable  ü  útBfh^S  aun  1^  oec^sítaQ  ^ 
que  desembuelva^yaaquecíesusufastancaijii» 
gos  malucos ,  que  convienen  en  veidadera 
ponzoiía^  lo  que  se  Ittbía  leoetadp .  sabias 
mente,  d  por  lo  menoa. dejan  {)96af  «o  yQ9 
máooneáíá  con  ¡A  iamUídad  d^l  remeda  d 
tkropQ  9  y  los  instantes  ;  que  no  bolT^rán  i 
bailar* 

.  Ifií  rnisaM  «xpeiie»ciay;qne  ;^)9efia  Jc9 
momentM  pfecjsos  y iqiae  r«  i  (¿h^(^  d^r  :á  |b| 
infiíaoo  t  gpbierna  cop  :iguid  acierto  el  gra* 
do ,  y  duiadon  del  fuegp  para  amortiguáis 
y  ahlandati  !•;  caroe  p  que  se  qui^Fe  ^  ^9C«r^ 
lio  detpqíail«  C0O  ileBiasfa .  del  jugo^y  wW»r 
taiida,vt]ne  encierra  ,  y¿  sea  /quao4o  a^.l^ 
aaca  solamence .  á  la  carne  aqopl  j^rimef  jugo^ 
que  dá  el  gusto ^  cocido  ^.y á  1q que  seguí» 
^  ^  sin  a|»n4piimrlQ  despms  á.  uarfujego  jon 
dis^^eto ,  y  de9prfi||0f)sipnad«t9  i^  JF^  se^quiinn 
dp  se  sacM  sRbs(90cias:,  ^^mdo.mtucida  Ja 
caifie  á  un  deshecho  ¡9utiL  Quento  ki  Phy«i 
sica  quiera  seguk  mss  >  y  mas  estas -open^ciQ- 
im  9  tafita  mas  instmcoioor  je^oqtrará>  y  otiro 

Ijuuo  noss  s^rá  iodo»  m^s/ 

bien  >]q  sjtmes  deudores  á^:  la  ;éxperien(ja!  4e 

«n  obenraaoü  muy  moderna  ^  y  es>  que 

loa 

I 


»    b 


ta  carne  c*4 


«sar  la  carne. 


»l  .'fl' 


<u. 


caides  reda- fefifroalatoi  ^  y- s«ibit!iixáai>  <|á&jat]ay\:  ^ 'beofadb 
«aos  á  paita.  ^^^^^  ^  ^  i>ti¿deti  y  «egon  no»  asegura  ,  llevar 

^ra  UD  támioo ,  y»  tran^itarlai  á  •  codlas-  par« 
téi^ ,  edO  lo  ^tiat  ^nede  «1  via^troclesdsirtaB  en 
^iffiikaMüi  ;'y('86r«lne  I^^^Has,  qtutodoseha* 

vso  Je  iM  }a. .'  fit^agiía  efrun  ñ«tio  tmi/yáA  icasopaní 
»*cMeT.''l' dMéaer  la  a^i^idttil  del  fíiego>.)  pera  para  este 
éftaé^^ismo  ¡lili  faaMdfl  ^socoñw  mas  «ficacM 
bi  <d[  atíe^teif  y  •eti'i  «sdM  las  qn^terik  Cfaui^ 
y  tnántéoósás' ,  ^'  lai  ■ijü^-j^'é  se  mete  dt 
el  todo ,  ó  se  baña  á  lo  menos  la  carne ,  qm 

i»e  <&tk>iffe  pfiftpcoi&tf;  'R^ck»  qouins'sé  ás- 
íkía''%^p^^¡xm'^ 'maoiáA-^yii  sea  parad 
aSádo',  ó  '5^  |)ara  él  't»cid»  9'  ¿e^stuR^xadi 
Ati  saber  ellos  mismoS'  pop  <foá  causa  ^.á  sa* 
^'hí cáxtit t' é  ithr  (úcando  pot^fber?  ^d  I 
aliiávejiíila^  y .  í^rts  <de  ^eoho  tttttei^pát 
^tátó^'i  b  fi¿uí  ilaiufearla  ^  yifitKialteGOD  Jugol 
ideEitos,  ;f  bien  den%tÍdo^  ^  i6  ^^  bafiatia ,  y 
súmetela  desde  luego  en  un  -oasa  ;'ó  á  fidiy 
h  j  y  rdiogark  simpldniedtt;  en  iMa  mna^ 
ó^fitudmente',  á  .^bid^rár^os^  isuíij®  oM|)ürc9 
iii  lin  papisl udMib  coñ^teteyte  fMia  («<^«h 
rarlob  en  el  asador  ,  6  de-4tro  modo  oomo 
les  -pareaxa.  La  iatebclon<de  nuestros  Cod' 
fieh»:  enastas  openioíot«s^  «eguii  «Ik»  di* 
cmve»-^!?  gustt>:;|Tte<hiérla^:,^fiites,  y 
dirne ;  (jite  prtfj^áÁn  ,  y  haoéir ,  que  sáqói 
■n  -color  %ual'  >  •  ski  éiá»  alguna  difOÜficaaj 
"  •  pof 


:por  la  variedad  de  mélbódos  que  observáis 
la  vista )  y  el  sabor  ^  que  tíenen  las  viandas» 
Pero  el  fruto  principal  ,  y  el  efefío  univcr- 
4»Usimo de  rehogar » lardeiur ^  y (bafíacla  ottr 
•ne  con  est9s  materias  crasas  .^  que^  iv>  oiemut 
Ja  entrada  al  fuegp  ^  es  aprisionar  ^  y  detener 
los  jugos  m^res  „  tanto  volátiles  ^  coma  sub»» 
tancíosos  ^  y  nutritivos » que  bay  en  las  teguo^- 
47res ,  y  carne  de  los  animales^,.  y  desatar ,  y 

.  -esparcir .esK>s  mismos  jugos  sin  ^emutide^í^ 
.evaporación  ^  y  salida ;  pues  ciertamente  es^me^ 
.fios  del  casa  iniroducir  en  los  manj8ures  un  sa* 
rfcor  estrafio#  q«e  ooftsecvas  elx  ell^s  aq^ei  que 
,les  dio  h  Náü}»Ieza«,  Este  aceyte,,  que  ;n^ 
«tiene  como. envaradas  las  partes  m9$^  sucuIéQ» 
«tas  y  y  salú^bles  ^  llega  con  la  demasía  del  fríe- 
:  gp  á,  cedierle  el  lugai^  y  y  darle  entrada  al  fte-^ 
go ,  de  modo  y  que  el  suco  se  exbata>  y  < Vu^ 

#4a  substancia  jugosa  tpda^jnnta  t  la  pedida  es 

*  irreparable  >  y  sota  queda  una  comida  sequC* 

•  s»  >  y  pn  d^sbecfao »  que  parece  paja  ^  sin  gos^ 
;to<i  ni  P^ito  alguno.     ,       íl  ^ 

1  Quanda  el  Arte  del  Confitera  ,,  y ;  dé  el 
'.Cocineroimica  spla  i  bacer>u^aesp^iede  bay- 
-cía  al  espíritu  de  los  aromas  ^at  jugo  de  las 
[  finitas  y  y  substancia  de  las  carnes  >  para  que 
.  DO  se  desperdíc^  eos»  alguna  ,,  nos  poneo  Qi 
¿  las^  manost  los  «dones  .^  laí  .Naturaleza  con  la 
t  «úsma  siwplicidíid  que  nos  los  4á ,  y  los.  po- 
de?* 


rdémos  Wr  con  sobriedad ,  y  oonfkúísi  ¡  patt 

peligro  de  los  dejan  entera ,  y  subsistente  la  sabía  composición 

5e"a **m Jici- "^^^  Autor  ;  de  aqurf  grande  Obrero,  que  k» 

piicidad  de  *dis^ii$o.  Berb  b^y  tm  Arte  engañoso  ,  que  se 

locupa  en  mezclar  ,  unas  con  otras  ,  diferentes 

tespecies  de  comidas ,  que  no  se  hermanan  bien 

-entre  sí ,  y  salen  enmascaradas ,  de  modo ,  que 

-tú  aun  se   copoce  d  fondo  ,  d  tela  que  tie- 

tien;  y  no%  lar  ofrecen  a>n  el  c^  de  un  sá- 

4k>r  agradable,  que  domina  ,  y  prevalece  en 

-dtas ,  trayendo  ck^ues  con^go ,  como  cense* 

iquencia  cierta ,  la  descomposición  dd  estónuH 

^ ,  y  la  ruina  dd  todo  el  cuerpa  Quando  Ids 

-]principids  i^  de  qise  «  componen  estas  viandas, 

alegan  á  disolverse ,  quedan  absolutamente  áñ 

ñetio ,  y  el  calor  natural ,  ó  los  ácidos  los  im- 

-^leo  unos  contra  otros ,  destruyendo  el  país 

¡éd'h  batalla. 

Bste  desorden ,  que  pro^Hlene  casi  infatt« 

'Uemente  de  los  giusadós  exquisitos ,  y  denuh 

dadameate  compuestos ,  puede  suceder  tam« 

bien  del  mismo  modo  con  ios  guisados  mas 

^Biihples,  y  naturales ,  quando  se   come  coa 

demasía.  En  todas  parties  son  los  mismos  los 

derechos  de  U  simplicidad,  y  es  raa^n  res- 

petarla  en  la  eloquenda ,  en  la  pintura ,  ea 

la  música ,  eu  los  muebles  ,  en  los  vestidas, 

'  y  adornos.  La  ridiculez  sigue  bien  presto  los 

-^fosiiltos  9  que  6u&en'  las .  buenas  Artes ;  peio 

i 


álos agravios,  que  sé  hacen lá'  la ^(n^lidijad 

de  nuestros  alimeotoi^  ios-sigittti  vitíÍM  ^y,j^ 

achaques  verdactóte,  y  jfcalíáv  r>nsf;3Ío  rA     b 

.o::\[n  uj  c:?iv  culI^  uz  í:oo  kíimí-ti  rJ     d 

EL  CEDAl^Ck.^'^^^i     o 

Eig.  1.  ífc  la  caja/(fí^ipa»iCW«iS'^  t2/:Lijd 

pueda  sacudiría  la  tarabilla^^'iiaércla^  h^^ 
riña,  que  está  en  la  tolba.       ^'-\\\A  ^X     9 

d    La  abertura  de  la  caja  ,  queogedSfftlIa  Aá¿ 

5í/|ria9:/fn  ací  noo  ^  mp.D'  í)b  orñ^  oír  nU     g 

e  Barra,  que  impelida  con  loffifoybrdet^ 
' :  nocí ,  til aiiá  caffidefif  por  Imedío' de^^-dn  hi^ 
<  lo  de^cánampLy  giiñido^laicanídasa^^ 

bia  buelto  yá  á  su  puesto  ,  Ilebada  .^ó»  Sfn 
r:::prQpÍiof^fipolj;^  soi 

•    bre  ub  claro^^ : que  te ^defieneiperiis-'t^r- 

te  inferior  de  la  caja.  -'^í^  :?  ^-:'    ---i 
f   1  f^a  ^ig^eívi  fcóú  > w  fiñm. V  ^^^S^^^otes 

-  y  ^  dejanl  bt^vefi-^d  íoun'^usstorvioe^  sqojp 
.  pasao^  con  .cayacidas ,.  r^i  vsnidaf  )|Sf  ifiá«' 

cnder  1^  caoalga ,  y  áíOjiál  hanna:,  ique^vll 
-i    sñceslvaoneotéjiltigandbeAqeHa,  kBsi^ 

^ía.wjenin^  een^ibíceKtfiéinidxdiiden  eÍ9  6|^ 

«tea-^iyioTeiwmí  ?mi»?OT*^ 

síao  que  COA  la  maa9  arriman  la^lmufa  para  que  caiga  por  el. 


»*r<. 


i  de  ^  •Ced9;to  rique  rtíeda  dentro  del*  tpina. 

l^g^  ai£li:C«ei?j)Q  del  fce^laacu . 

a     La  cigüeña  vJMIl;fde\j3^aRfiLL.Lr. r  :..í;¡ 

b     La  misma  con  su  piñón  visto  de  plano. 

c     El  árbol,  &i^.CLaO    w^  ^\ 

d     £1  cedazo  compuesto  de  un  ege  ,  que  dá 

bueltas,  dftími}í!bgnB^r^^}y  [ttainda^  .y  .;dei 

una  tela  de(tS^whK)i^sedaí^  d  ,hoia.^  mis,  íi 

¿Mfpen0f  2  Al!ftv9^itfiQ^^pitti^>^|^  harina  ^ue^ 

e     La  barra.       .rdlwj  :i  ;.,  i.--;,  *..   .\ 

g     Un  aro  visto  de  cara ,  con  los  rayotiifue 

fahi  fjI»aa.lvai^ttid2£Uaf(,  iqiie;;atc9Vffisaii^      lar« 


.fjigpi^4frTnt|dafiDeaI«Ayi«ij[pi9Q$^ 
112  afbs.  nL£r!í>lI  ^  o)8í.uq  ue  ék^cjIíjiM  rM 
ice  ShacKbciib  fj^rtjajftif  d^aJkL)qq^i^^ 
-^ifjBJb^urafjgsaodefpQsf  dk(n(}QDsde  dicsafarfado 

fuera  del  cedazo.  .í;.o    i  '.  >  •  ii.'.  i  .; 
r/jnn>E!udfeia?i:a,uswni4niiradQ^  el  píloü 

^ifaiiáh^rdeiqiie  c0s^41en?b  la  itolba^  ik>  caiga, 
qppd  d^aaiovm&}^ni}orésrt  po^  la  ' parte  ipfe* 
fioryy  queiisr/deje  ^^beisiajr >,  icayeodo  tan 
poco^  :POca  {Bdrojb  Tazop  ¡esrv  pbr^e  to- 
-d»  Jio  hariáa  ^opiíedbiiC^trebict^tCDQia  dtvidi- 
9^ei&  rabltiiiidtrdQiiQokÁiaa),  Hgur!:pesanrt)er- 
^ndicularmentellobre  los  ladosAdd.  la  iolba, 
y  soloh^colmá^^S^^^  por  la 

ab^tura  inferior' '4  pesftdkrasmente  sobre  la 


cafiíileji,  •^ii(t'«é"tei<<j|ioiíé?yii»<8ei«cfertí-i  y 
desliza  pur  d'  ^uéüei  kit€y^do'',^ue  hiy^^tre 
el  pie  de  hiolba,  y  etisaelod^  la  Canaleja,  sino 
itlos  impulsaB,  y  golpeé  de  esta*  .  < 

9  * 

EL  ASADOR  DE  II9Rii/&,    r  .  .(T 

A     fit  asador  dé  fbttio^iiéltt»''én  sti  lií|air,  y 
con  su  pesa  á  parte ,  colgada  de  dofr  car- 

it  La'ii]éda:^eq¿efla'V'W<*'iP*><>^  fnipe«> 
- 1 .  lea  auccesiv*cíMkite>  m  ttiuéltsr^  <]be  «cdí«a« 

-^iri»^de(>^fcafite|3^ili^^ttibil  fi(i)Ráfncotbicf 

2^-'i^aí(fi{,y^l<$iíideáwe  fwqetott»  faaiiit'  nori 

^•'  ta^  rtled«i«*ijae»  4f'^"'-í  n<-f:ia  -f^  fe>.  ■!;•.-; 
-4  Bl  t>iñt)n^&  i«édft^^legiáilbii ' >  f^ ■ -i  •  -• 
(^  'iLá>itiejd»sl|^tídajtn]y«Qifte|lbl)aÍa'átieB^ 
I»*)  £l«I$}!»i»!áíítá#¿édí»^eiJcémftropM 

-7    áu6¿B  deí>ed(»i6Dmi ,« 4^^*tieb^^^  931  «i» 

-    fita  la  ró^  ^  la  «^plM^quetiiy'QiCra -biiQ- 

•'  •■  t»V!í5  lWé<Sai"'i  í  •^n-'  fi^-  ^  ií'J^av  \3lb  ,  co 
fiS-  i  El^s&%í^d^kio^%iiÍfalt(«'32  nfoisq  ;o? 

1^':  St  an8Í)dv'idtf  ttoofdiair  dbsMiblla}  IfecoB^ 

'     dá á  qée  ésti  'ttM3i^ie»''pem-^  I-'  -^  ni<F;;r!; 

-10    El~  bokdte ,-  qib  llefad»-*p«r(^rollJiRbp 

sí-'  "''¿"X  f'tSD  Cinco  Y.JoIIkcL  lab.Bpzüi  bcm 

(**)  Ea  los  relogo  comaaet  te  tfluna  ruca  a  Véthálin»' 


-<•) 


cnpipi .d..9^í^»l<l«&  los  :t^mip90  jpatfa  que  91» 
suelten ,  y  gsj^^pffi  fes Jpi^raeta^.  Tuedls : , .  y 
para  retardar  la  caída  de  la  pesa. 

II,  y  1 1 JÍ3W5IÍWIR  3.c\  5iOQ\2K  :x:i 

12     La  nuez  con  su  cuerda ,  que  comunica 

X  ^r ^^VSPmtQ\k  rlfíOttar  aae»:  ¡dec  et-  asa^ 
•'i'CiOC».'/    '  f   í '  .  I  ^  "»     . ' '  '•    'i      *   I' .        i 

La  proporción  de  las.&«fit8f^Ic'bQUn- 
te  á  las  4(Ai$;p^ittf^  qtÜS^ar/^^IJle  <lf:onS 
trar.  Si  la  prinotapfejQiieift'^i^iir^tWi^leKlamT 
boqtct^  ^saesrjqu$h«e.:de^rn:^- J#  cue^ / que 

BHIfOM&«J^  P«fitl.rlHbÍP«^t4ft:¿HP$99  l  y..«Q- 

iíon  dóM  «»o4dpll9|  6Mftobt«fc!d<|  ,tp$!:.4iez 
puntos  del  (^ñon  encaja  ,syr¡  ti?!^iÁ!^  r  s^  ve- 
ces para  C0KlMrrlfl§98e9$¡^  i$ijpiif)iifl^  i^fguó-       \ 

de  dMl^Q(|iilittédill9  i!f^^  c%- 

4haui9^jMek»(»,,p9rr!.uj9f»^q9Bidé  )^  se- 

<gniid«i9r«a^;t%:i|KjQ»»lÍ9iI<^{P^  M  cin- 
co ,  diez  veces  cada  uno ,  pansbCpRif^^^  los 
50 ;  pero  la  seg)}t)dlri^{ii}ts^6  ^Ñtte  iH  pa^^ 

tfaalina  dará  seis.  ^:Ji^e«(s  r  ifKez  «,  ^  j^iOi  bue^tas, 
^síMilftPá^qilfrjdébel  ■  tPm}^\  ^.  h  .  nwda  lc;^r      ^ 
90ialina  tiene  dncoc^ntos  ,  cada    punto   pasa 

una  fosca, d^  JisUIot.y  como  cada  ro$ca  de 


■^ 


.IS^T.^. 


I 


\ 


c  itnp>.í>j.aíí¿?í!(iHe  lo^ :tltrmip«i  fajía  qqe  * 
suelten ,  y  fom^  fes  ípijraet8%.  'ruedls : , .  j 
para  retardar  la  caída  de  la  pesa. 

II,  y  1 1  Jm^üí^  3.a  5ioQ\2K  a:i 

xa  La  nuez  con  su  cuerda ,  que  comunica 
X  fií' fi^^immtií\k  If  otra?  noe»  ¡der.el  asa^ 

-udoiV^.',  'í,  .■;.  J-  j  j  •.;:  "    ,'  I,.     :   f  ■.         > 

La  proporción  de  las.&9fit89  ^I  abolió- 
te á  las  diAi$fi^it»^  nm¿rf^?'á(i  tmom 

trar.  Si  la  prianavteü9iie#^'^ifiitr^U$r<9le|;.llamT 
h9^v$  J»e»'rjqu».^:de¥imi^- 10  cueiid?  /  qu» 

BHIfOM&«J^  p«fitl.rlHbb«x4ft:¿HP}99  j  J.^en- 

tqtesitf»  iip  ipi^n  «[i^i^ciiet^jilÁ}^^»  i  cM  lina 

fion  dóM  «Ílo43pll9|  6Mftcbn(t!d^  ,lp$i::4íez 
puntos  del  piñón  encaja  ,syr¡  ti^^pil^-:  s^  ve- 
ces para  coiMrrlifl|98e9tt^  i$i)»itf)ffl^!$fguQr 
(b5lf¡»akt<^  {MbtP»i9txt|(BB»{»p!  ltter.4ifc.píñop 

«hauí^^dtnelMf^y^porr  .uj»?q^idé  ^  se<- 

iSHtid$itífia^íi^:tiefe»m  i  !<^  iP»*^  ^^  cin- 
co ,  diez  veces  cada  uno »  paiMt^rt^i^^tiflf  los 
50;  pero  la  seg}}ft^j^r¿f9e6  ^rilit¿  I»  pap 

•qwoéil  titidNRi46  «B»bn^a:l^iw^.<lflr!r}i4^  c^ 

tfaalina  dará  sets.  -cjijeofs  f  ^¡Kez  i,  ^  i^  bu^tas, 

90ialina  tiene  dncoc^ntos  ,  cada    punto   pasa 
una  fosca,  del  Jisfllot.y  como  cada  logca  de 


■^ 


tSt-p.^, 


i 


\ 


,>J 


L 


jE/  aUmento  del  fombre^  .  &d 
esls  éea  m^:  lisfaolucntii  entera  del.  dttndfPi 
y-ima)  beehao  del'  bolante  {, :  se^.-deducet  <^  que 
esté  dá  $a  Ijueltas,  mieotras  dá'  una  la  rue- 
da cathalína ,  y  50  veces  60  ^  :ó  jooo  ,  pa« 
raima  qoB  d¿  d^ tambor.  £ste  podrá  j)ene£ 
guqtroipirfga£ia5irdeidiái3ietrd<>  y  debáb^c  un 
pe  deutoeirafai  éU  cada  bueldáJ  Y'  si '  la  cáfda 
de  la  pesa  es  i  a  pies , :  doce  lieboliiciones  de 
atitambor  ^arán^  que  dé  treiota  y.  seis  ipil  el 
bolante.  Las bueltas  del  asador^  son  Comadlas 
de  la  segunda  ruedx,  tij¡at  ;lr«  lanevie  .ptíií  mtí 
dk»  desune^,  ^idiado ' la  segunda,  iiued&  seis 
bueltié ,  ■  paró'  una  que  dé  el  tambor^  se  sigue» 
que  el  asador  dá  setenta  y  dos  ^  mientras  e) 
tsmhoe.dá  docev7.el  bolante.  Jreíot*.  y  seta 

^mItí:..!!  i.  I'   .ífL.i   :..r.    >  L.     I  '  r/'i:   r.v  o   í  : -" -^ 

EL  ASABOR   DE  HUMO. 

A^r^íjOoQrte^dstJjB^paffe  aiítemrdeivna.ebJkxMi^ 

-r  faéa  eiKfqiie^  hajr  im.asáfoii/de  hiinlo.,  ía 

Uama/dára^iFÍdad 'alburno^  y  éste  impe^ 

-  le  las  .laminitas   del  bolante  ,  á  las  quale$ 

-  baUa  igtialmnte:  incÜlDadás  ^  según:  1a  di- 
f  «ttecien ,  ipiex^tígbe  .i^/cqü  guoi  m^,  puede 
c  >pa&r^síii:lfe^radas.  Mis  até  Todas  jb^.la^ 
'  mina&dei  bolante  d^obueka  del  misaK>  010- 
'  dp^iy.  áda  .la;ni]sn)a:parte.i  Ccxpí  q^e/  qbUr 
-'-  gan  á  andar  al  qge  que  las  junta.  £1  ege 
"' WlíftVe  tí  Hnteftja ,  íSiíVM  balwistres^^éflt^- 

jan 


.1     l'.A 


tiis       EspeSíácídó  de  la  Nafárakia. 
/  jáo  eb  los  puntos  de  una  rwda ,  y  ^  ege^ 
•de  ésta  menea  uoarQuez  y  que  con  sn  oier^/ 
da  produce  el  mismo  efeAó  que  el  ásadoc/ 
'  ordinario  de  relóx. 

B     Corte  de   una  jchímenéa   de  arriba  aba*. 

jo,  (^el  qual  deja á: la  uistaJla bacra ^ue^ 

lleva  4  <sge  del  vdant&n  Ek  oíanle  Viato^ 

de  perfil  >  y  la  rueda  punteada  vista  de  cara. 

C     El  volante ,  y  la  rueda  cqn  su  puntería  ?i^ 

i    to  todo  de  perfiL  /   i 

D     El  votante  visto  de  xrárau  I  ...   :-  f  •    \i 

Fabricts  dt    ^      Síondo , <  como  ts^ la  ^salLun  «elementii'  taíb 

graduación.     j,ecesa|.¡o  p^fa  el^  hombre ,  setal  sin  duda  es-l 

timablei'  la  $ocieda$l  aquello ,  que  &ciIite^sa 
Mr""  du""  Pin»  addjulsíGtoii.  vLos  J  Püeblob  ci^^anoé  ^ j  Mar  kn 
Adimn.  Ge-  ^^^  ^^  abuudancia  este  biem   Yá  notamos^ 

que  para  sacar  la  sal  del  agua  del  Mar  ,  se 
díspooíail  utios  estánq&&  dé'  tieha  Jirfcillosa^ 
muy  anchos ,  y  poco  profundos.  Hacese  cor* 
retf  á  ellos  y  por  medccx  tle'  algbobs'  .ooddud^ 
tG^9  el  agua- del  Mar ,  al  tiempo  que)  se  ha- 
lla el  Sol  en  su  mayor  fuerza  ,  pata  que  el 
calor,  el  ayre  y  y  el  viento  sutilicen  ,  y  eva- 
poren las  partículas  de  agua  en.  toda. la  su^r- 
ficie :  con  lo  qual,  movidaJat^sal ,  ^ae  ^ eleva; 
pero  ^endo,  como  es  ^^  mas^  |)esada  ,  bii^ve 
í  caer ,  y  se  crystaliza  j  quedando  comió .  un 
Vidrio  hecho  pedazos :y  esta  es  la  ss|l  ,  que 


1.    r.  ,1 


lar  al  horuonce. 


V>ja-6< 


r^^yiB 


Tnrr 


i 


rEF  íáimenta  del  hanAre.  ^f 

se  saca  en  las  Costas  del  Mar.  No  pribó  tam-^ 
poco  la  Naturaleza  de   este  socorro  á  aque* 
U085  «que  tvivcn  lejos-  delt  Mari,  pues  algunas 
?«ces  ^ncuentrad  debajo  de  tima    masas  tm^ 
mensas ,  á  las  quafeb  llaman  salgemma  >  {¡¡^^ 
6  fi)si|:;(^)  otras  hallan   aguas  ,  que  pasan 
fayendo  estoa  obontes  de  salgemma ,  y  lade<- 
jan  en  blgimos!.  pozos  j  de  donde  se  3aca  pa« 
f  a  eir>apprat  á'  fuerza  <  de  fuego  Jas  partículas 
estrañas*,  que  xrontíene^  dejando  la  sal  sola^ 
nietioe» 

.:  (  PeiD  cqmó.se<  experimentase  .&lta  de  1er 
fia  9  se*  ide&  moda  de  disminmr  -su  gasto  ,  y 
Mid.  se  1»  pasado  Uen  adelante  con  líi  econo- 
mía 9  por  medio  de  las  fábricas  de  graduación: 
pues   5Íj5oooo'lU)ias  de  sal»  que  antes  Conr- 
minian  (jMpalia^es  de  leña )  de  quatro  píes 
de«altO' cada  i.tB&)^y(  echo  de  kti^'^  conato 
tmen  oy  1  solameme-  cinco  mil.  La  fábrica  de 
-graduación  ^  cuyo  Inventor  se  ignora ,  y  cu- 
•yo  modelo  mías  am^ó  sé  halla  en  las  Sj^ 
linaa  de  Sultz:?  eo  la.  Alsacia  ^  y  ^tsobre  el  cih 
inino  dé  Strasbtuí^  en  AHagnnda  ^  consiste  en 
-no    patio  todo  descubierto^  ^e  modo  >  que 
haya  veinte  ^  ó:  veinte  y  cinco  pies  desde  la 
<Cn))a  de ^agaai  salada  hasta;  la  cueba.  arenosa» 
^que^estajrá  dividida ,  segim-  la  mayor  ,  ó  me- 
<  bar  /  mezck  de  sal  ^  que  tuaiga  ei  agua  en  mti^ 

—         ■'  •    '  •.    T  i  J  O 

|A*)   Vnlgamciite  saI  2c  piedra*  Dic.  Cast.  lit.  S. 
'     («^>   Mineral. 


(^4      EspOdieuh  mJa  MatíraHüSa. 
é  menos  escancias  y  estelndiendoie  cada  una  de^ 
ellas  al  espacio ,  que  hay  de  una  viga  í  otnu 
Gada  espado;  de.  estoá /está  lleíao  totahnentfi 
faaka   el/teci»  de  fagina.    £1^  agua  ,    qoe 
íse  ,saca  de  los  poxos  sakddis  ,  se  oónduoe  á 
<ma  cuba ,  que  está  al  pie  del  patío ;.  y  des^ 
tle^ aqui  ^sobe y  por  medio jde  bombas,  hasta 
4a  primera  boSwdilla'^  en  donde  se   dísttíbttr 
•ye  en  canales  de  quatto,  6    ciñoo  pulgMaa 
-de  anchas^y  otro  tanto  de  profundas  ,.  dísr 
puestas  según  toda  la  longitud   de  el .  edifin 
-cío,  Qgugére9da&  de  sds  en.  seisrpnlgadas  y  y 
con  cleaas  camllas  -4  que.  destilan  d .  agua  jetfi 
t:ima  del  mootan  :  de  la  fagina  , ;  síd  dejarla 
'^lir  sino  gotaá  gota.  Atormentada  el    agua^ 
y  dividida,  por  decirlo    asi  ^ .hasta  :et  infíni*? 
^to^^n-  itmpmecables.  .ram»taft>::.te)  puede,  únk^ 
Xfnest  evaporó  totalmente*.  £aia  obra- ai: pei^ 
'i^crona  mejor  todavía,  quando  un  viento  fuerte 
Am  ayuda  y  de  modo,  que  pasando  obliquamen^ 
te  al  través  de  la  &gina  ^  se:  Ueha  muchir  par* 
te  de  agua.  La$  partículas  dé  oatCL  elemento)  qub 
quedan  unidas  á  ia  sal;  rcaen  :hilo.  il  UUo  .por 
*  razón  de  su  pesadez  dé  rama  en :  rama  pei^ 
pendicularmeme  ^  formando  una   especie   de 
casoada  ,  {'''*)  hasta  que' llegan' al  estaaque^ 
ndlspuesto  p^ra:  qúeiilas  reciba.  Entonóos  «se  Ifv 
'Stibe  oon  otilas  %  bombas,  á  ilos/ca&xiesi  de  la 
«egunda  estancia ,  y  con  una  nueva   evaponn 

(*tt)  La  crAdttcion  Icalianr  emite  cica  femcjaaza* '  ' 


< 


/  El ^BÍimhioJíJ  ImSre^  ^  6i 
tion  del  agiia:didce  oi  la  ñgína  correspon^ 
diente  j  adquieren  mayor  fuerza  ^  y  solidez  de 
aaL  Y  asi ,  van  pasando,  según  se  necesita^ 
hasta  aeis ,  ó  siete  divisiones  ;  de  modo  ,  que 
sin  gasto ,  y  en  ties  días  de  tiempo  £ivoni!* 
ble  á  la  operación  ,  una  libra  de  agua  sala*» 
da  9  que  tenia  al  salir  del  pozo  un  grado  de 
fuerza  para  salar  ^  por  egempb ,  el  peso  de 
iin  grosero ,  adquiere  veinte  ^  mnte  y  dnco^ 
6  treinta  veces  mas  ^  al  llegar  á  la  sep&na  di- 
moa  ;  y  crystalizando  después  la  sal  y  por  me^ 
dio  del  fuego  ^  quedan  de  la  libra  de  ag^  quar 
troúQzasdemL  .  i 


teL   VESTIDO 

DE¿  HOMBRE. 

CONVERSACIÓN     Q  U  A  R  T  A. 


Muchos  animales  -hay  ,  qu^  «saben  tíc^ú^ 
car  su  habitación  como  la  fabrica  ú 
hombre  ;  pero  qo  hay  uno  de  ellos  siquie* 
ra  9  que  ae  vista  como  él  se  viste.  La  experien-* 
.  tía  mas  universal  nos  enseña  ,  que  todas  las 
Nactones  politicas  han  mirado  la  costumbre 
de  cubrir  sus  cuerpos  y  como  una  especie  de 
buena  crianza  ^  que  les  era  indis^nsaUe ;  y 
Tm.XU.  I 


-690O  >aiDíi>  quaodb  id  ií^re.!aias^9eyen6  ,  y  é 
tiempo  JB»  templado  parecía  éscusatloft  del 
^igo^  y  del  resgttardo»  La  carca  ^  y  d  och 
fiocitmemo  del  desonfea  '^  que  lexpe^menta  d 
¡aoathtc  en  sí  miámo  ^  iedbrigen  sia  duda  pa- 
ra que  busque  el  socorro  de  hs  pieles ,  y  de 
!as  tdas  mas  á  proposito  para  cubrirse  coo 
ellas»  Peio  siendo ,  como  es ,  nuestra  razoa  tao 
déiñl  ^  ipuddsle  ,  y  badlante  ^  no  bastará  pa» 
fíu  estableced  uniformidad  tan  constante ,  CO' 
mo  no  ba  bastada  el  capridho  humano  ,  y 
los  raciocinios,  de  los  Philosophos  para  ha- 
cer convenir  á  los  hombres  en  un  método 
general  y  y  una  moda  uniforme  de  vestirse. 
i¿L  coétumbife  [-  dé  vestirse  ^ino  de  mudb 
tnas  alto.  Lo  que  el  capricho ,  y  la  Pbilo« 
aophía  han  podido  hacer ,  ha  sido  solameote 
discurrir  á  <^rcá  d<»-nnfl  Wglá  tan  antigua  ^^ 
intentar  algunas  veoe^aaimdir  el-yu^.  ove- 
mos f  qu9  las  Naciones  y  que  4se  ban  separa- 
da del  cuerpo  anügip  de  k  sociedad,^  lan 
permitido  que  se  debilitasen  entre  días  las  ideas 
&  )cubctrs$e ,  .y^ppco  ft^poco.  desterraron  to- 
&  regh  ;  y  si^ecion*.  Lo  mismo  .ha  sucedi- 
do á  cercade  los  vestidos  5  que  á  ceica de 
los  sacrificios,  y  de  aqudlas  ^taa  9  que  se  fi)r« 
maban  en  orden  á  la  Rdigion.  El  or^eo  ^ 
uno  ,  y  otro  es  común ,  y  tan  antiguo  como 
el  Mundoi 

Solo  el  égemplo  de  Adám  y  y  sus  hijos 

ptt- 


Ekvmido  iél  bonAre.  67 

podieroQ  perpetuar  esta  oostombre^  como  Im 
demás  cosas ,  ettre  las  inutnerables  iamilias, 
que  descienden  de  ellos ;  y  no  hay  que  ad- 
miramos mucho  de  que  algunas  se  hayan 
apartado  del  empachQ ,  y  vergüenza  natural^ 
que  dáúsax  tener  por  herencia ;  como  ni  de 
que  hayan  cakio  en  una^  afrentosa  barbarie, 
formando  como  cuerpo  aparte  áá  testo  de 
aifs  hermanos:  la  razón  es  »  porque  al  mo- 
do qfie  er  hombre  halla  en  la  sociedad  d  so* 
corro  ^  que  necmita  la  vida  animal ,  y  seo^leí 
añ  halla  tamlxen  en  la  misma  los  auxilio»  de 
la  razón.  \ 

La  SBCri^ofa  nos  dá  la  Mstoiía  de  los 
vestklos.  El  primer  estado  del  Mundo  no 
los  pedia  9  y  sola  la  ordeminzá  del  CnuH 
dor  9  {unda(k  en  d  desorden  dd  hombre» 
nos  los  hizo  'oecesaiic9«^  Todas  las  Nadooes 
c^btes  9  de  4ue  tenemos  conpcimientoi 
han  conservado  im  invariable  respeto  á  la 
decencia  ^  pn^rdonándo  sus  vestidos  ce» 
ks  impmiones  aduales  del  calor  ,  y  d 
fiio¿  Xas  i^es  <de  la  necesidad  se  mud^aii 
peto  las  ds  la  ^  modestia  hp  adnutea  alterna- 

ti^a* 

Qerta  Fhilos^hfe  ,  ñagular  siempre  en 
tus  idéás  9  queifia  libertarnos  de  una^  parte  de 
estas  leyes  9  y  redocdrlo  todo  á  sota  la  nece* 
tidad  de  suavizar  las  iatemperies  del  ayre  y  y 
las  injurias  del  tiempo ,  sin  considerar  la  con- 

la  ve* 


érS"*      Espe&aíislo'í&la  7Sbt(eráIkza. 
Yehienda  de  lé  rdadonr^  que  nos  hace  la  E»^ 
critiíra  ccAiéiisso  de  las^Ñítcioiies» 

Ntiestrcis  jmodemos  Epicúreos  se  autori* 
zan  cbn  b  Qondiifta  ^  D!k>geoci>'de  Ltcur-! 
^^^.de'mudx^s:  Pintores^  y  de  algunos  baft 
barás,'qtie  ap;C0QpctaD>  segim.dícéñ  ,  tey, 
alguna,  y  cree&'faai^r  en  estos^  egenaplares 
la  prueba  y  y  mxf^ltf  del  ipodo  de  proceder^ 
segiviiel  deiadjo^ck  U  Nacqc&It^za  ;  pero  np 
la  litenlciá  .d»>ha£trse  ba$iatrdA»3uyOs;^y.apac-> 
tai»  ite  '€llá.i Bala. Poesía,. y  en  la  Piota-j 
za  han  iotroductdo  la  nioda  eaaí  general  de 
descuidar  del  vestida  Bien  podrá  suceder ,  que 
fieteúda  eMa.esCuda;  inkna  ua^ir^oriM  eo- 
«era  • ;  yá/te  !bia  libertada  de  ^  Cocomck&NI 
de  lá  ley  de  las  juscaslpúblicaa  ,  y  coqcurr 
$0  del  Pueblo  ,  ¿testinado  todo  á  ks  alabao? 
sa»  de  la  proKrideiidd  >éy  alábnoento  de  bi  vnioii 
fraterna ;  pocs>  á  pofidtcQos  clij^raiá  del  traban 
jo  de  yestírocs  ^  qnando  .w  pitede  pasar  síil 
C8fó  molestia ,  y  es  preciso.ésperar  i  que  á  fuer? 
xa  de  exhortacionbs ,  &  declamackMiea  contra 
|aa  pieocapacioñes.  .antíguafti  ^  Jn^  ;laiíibieii 
pntaiecer  el  egemplo  id&iw.^bílocOplv$  CaiH 
nibales  ^  de  manera ,  que  se  introduzca  eptic 
nosotros  la  esiencionde  toda  modestia; ,  y 
de  toda  aquel  decoro  vy  bueúa:  crianza ,  <p9 
ROS.  ¡iiQonfxkla  í  que^  nds.  pOnga  en  }a  líber:; 
«ad  de  satisfacer  todos  nuestros  apetitos » y  ea 
isí  uvL  práAka  de  comer  >  y  sifiteocaraos  de 

las 


•  £7  vestido  áeT hombre.    /^       69 
lás'canües  de  nuestTos.eneinigos ,  después  de  ba-t 
berlo6  puesto  en  alguna  jaula ,  en  i^e  los  cebé* 
naos  con  larga  noano» 

Coa  todo  eso  ,  mientras  tanto  podremos; 
pfophetízár  ^  que  las  reformas  de  lá  Philosópbít 
caminarán  algo  lentas  ;  porque  sus  luces  no  sor» 
muy  claras ,  ni  son  enéiados  \  de  suerte  ^  que 
esté  autorizada  suficientemente  su  misión*  Om^ 
tjkiuaiémbs >  pues  ^en  vestir  la.soctedád» 

¥á  se  nos  ponen .  delante  Compañías  msr' 
nerosas  para  bu^ár,  y  recoger  materiales  á- 
pf  oposito  para  que  se  ^bríquen  telas  ^  qiie  obe*. 
dezcan  á  todos  los  movimientos  del  cuerpo ;  y: 
entretanto  están  otmft  rempeúádOá  en  darfes  á 
éstos  materiales  mismos  la  forma  mas  comre^ 
siiente  á  esta  inteñck». 

Hasta  aora  no  se  ha  pocBdo  ^  aun  cotf 
^  ándlio  de  los  mejoces  cíucroscppioa  r  ^^ 
tinglar  pe^rftd^ente  en  i^  consiste  ú\  artí*. 
ficio  de  las  jfihras^  y  vasod  y  (i»  cx)mponeii 
lo  interior  del  cuero  de  los  animales  ^  y  que 
forman  im  tegidu  capaz  .  de  resistencia  ,  de> 
alargarse^,  y  ensancttasae  ,  ck  uor  resolte,  yt 
eonhracdon.  de  todDS'k)^  modos  imagínaUes;/ 
£sta  maravilla  y  tan  poco  penetrada  hasta  ao^ 
ra  y  esi  tanto  mas  prodigiosa  ,  quanto  la  na«» 
turaleza ,  y  dicción  de  aquel  lioMr  9.  que  jun-^ 
lamente  con  Jos.  nervios  dá  el  movimiento 
i  los  músculos  de  un  modo  tan  diverso  ,  y 
tan  ptonto  ^  en  nad»  se  parece  á   quanto 

obran 


% 

Jó  Espe&ac9Jo  ie  U  Nattmúexa.  ' 
obran  nuestras  mecánicas.  Pero  aunque  fodavia 
á  ciegas ,  á  cérea  de  la  causa ,  vanos  el  efefio 
de  las  fibras  y  y  filamentos ,  que  componen  la 
piel  dd  animal  t  este  efófto  conaísee  en  que  po- 
niendo ai  animal  esta  odñerta  movible  al  abri- 
go de  todos  los  insidtDS  exteriores ,  en  nada  se 
opone  á  la  a^dad  de  sus  miembros.  Estas  doa 
conveniencias  procura  unir  el  hombre  con  la 
.multitud  de  telas ,  qué  le  cubren,  mas,  ó  menos^ 
según  las  necesfafadcs  del  tiempo ,  y  que  lé  sir- 
ven para  resguardarse  de  las  injurias  del  ayre,  sin 
turbar  la  libertad  de  sus  acciones  ,  y  movi^ 
mientos. 

De  el  mtee.        La  duétiüdad ,  y  cottsísCencia  de  los  vestí*; 

wúi^  ^^  dos ,  no  son ,  piopriamente  hablando ,  obra  del 
hombre ;  pues  estas  qualidadet  provienen  de  bs 
materiafeidelqúe  tos  hace,  y  fiíbrica  :nacen  de 
hsolidéz,  junta  con  el  tesorte,  y  movilidac^' 
que  tiinoirá  fií)lá  or¡nvel>réHD,C^  lospeiot 
ét  todas  especies  de  animales ,  d  los  hilos  coa 
que rodesBi,  y  embudveo  sus crysaUdas ciertas 
orugas,  ó  las  failacbas ,  que  se  arrancan  del  ex- 
terior de  algunas  corteaBas,  6  de  la  borra  de  lat 
cascaras  ,ú  oUejos  de  algunos  arboles ,  ó  "plan* 
tas.  El  hombre  ha  discerqído  ,  y  hecho  deodoa 
de  aquellos  materiales  ,  qqe  le  podrían  ves* 
tk  ^  sí  bieq  la  éxáelqnda  de  ellos  h^  exoedi«* 
do  á  su  pensam^nto  ^  y  feflekiones>  M  que 

nos 

f*^)   o  tamo»  ^pl«naaí«4 


EfvmfJh  del  hombre,  71 

-flus  [AisO  esto^  mátedriales  eo  lás  «miicÁ;  noír* 
descargó  ¿el  cuidada  de  estudiar  sa  naturale- 
za 9  arrojando  sobre  ella  un  velo  ,  hasta  el  dia 
de  oy  itnpeneiraUe ;  [%ro  nos  combídó  á  eg^i^ 
cftar  nuestra  industria  5  á  fin  de  que  df^casemos 
todos  estos  materiales  á  aquetfálcosas  para  que' 
xtes  podrían  servir ,  y  reCiMnpensa  con  efeétos, 

y  sucesos  felices  miestru  traK^.  afeado  y  COr 

mo  son ,  los  cuero)  de  los  animales  niuy  gran- 
des ,  poco  domeñables^  y  usuales  ^  y  los  deotrof 
animales  sumamente  pequeños  ^  como  lo  son 
1m  animales  mismos  5  hubiera  sido  preciso  pa^ 
fa  vestir  á  la  sociedad ,  causar  una  ruina  casi  uni- 
versal en  los  unost^  y  los  otros ,  ó  sufKr  la  ma«- 
yor  incomodidad  ron  U  «Letíd^d  indócil  de 
los  primeros.  Pero  el  entendimiento  dd  hom- 
bre conoció  poco  á  poco  los  suplementos,  que 
para  remediar  estos  inconvenientes  lé  había  pre- 
paMdod  Criador*  '        ^  . 

Las  primeras  telas,  ó  composiciones,  cuya  ^t^X^^l  ^ 
f!£brica  concibió  ú  hombre ,  fueron  las  que  se  ^^ 
xxsian  en  los  colchones ,  y  después  las  del  iWltro,  coichoacn 
6^1ana  sin  teger.  Los  colchones  son  un  compues- 
to de  cerdas ,  lanas,  y  otras  espedes  de  peb ,  que 
sie  allanan ,  y  embastan  juntas,  por  medio  de  al- 
gunos hilos  naturales ,  como  son  las  crines  mas 
largas  ,  ó  artificiales ,  como  los  hilos  regulares^ 
h  los  bramantes,  con  los  quales  pareció  hacer- 
les ^queUas  bastas  de  trecho  en  trecho.  Los  coI« 
cbones  embastados^  planos^  y  tupidos,  y  á  sea  por 

ra- 


Espé^aetío  de  U  NérntieM, 

193900-  dd  oso ,  drviendd  en  la  cama  ^cAaat-  • 
ta  9  (^  ó  para  acostarse  encima  de  ellos  9  excí- 
El  Fieltro,  taron  la  ¡dea  del  fieltro ,  que  es  un  compuesto 
de  crines ,  pelos ,  lana,  y  borra ,  q<ie  bien  tupido 
uno  con  otro ,  con  la  ayuda  de  alguna  legía ,  ó 
goma,  pierde  ái  resorte  natural,  y  se  tnsinuap 
cruza ,  y  pega  uno  con  otro  ,de  modo,  que  no 
pueda  dá^nnirse  ^  formándose  de  este  modo  ua 

cuerpo  ligero ,  y  de  un  grueso  poco  meóos  que 

uniforme* 

Siendo,  como  es ,  el  colchón  &cU  de  le- 
flovar ,  se  substituyó  por  las  pieles  de  que  an- 
tes se  usaba  para  el  reposo  necesario  al  bom^ 
bre.  Con  la  invención  de  varias  telas  se  pu- 
dierotí  ir  después^  p«>rfí>rrioaando  los  colcbo^ 
nes ,  poniendo  las  Cubiertas  >  mejores ,  y  de  m2h 
yor  conveniencia.  £1  mismo  principio  nos  pro- 
veyó ds  colchas ,  y  pieles ,  que  abrigan  sin  &« 
Coiciu.   tigar  con  el  peso  ;  pero  en  este  genero  no 
tenemos  cosa  {Qejor  que  la  bata.  (**)  Esta  es 
^^    un  forro ,  que  se  hace  de  la  borra  delicadí- 
sima ,  que  se  saca  de  la  corte2a  de  una  plan- 
ta 

(»*}  p';ira  este  eíeébo  se  nsan  en  algunas  Prorincias  »  pero  soj» 
bascatitemcnce  delgados.  ' 

<«J^)  Attuque  este  tccmiao  BaU  se  ha  incrodueido  ,  j  ettendidí» 
el  día  de  oy  tanto  ,  como  es  notorio  j  pero  su  origen  le  crahc  de 
una  especie  de  fieltro ,  á  que  llaman  bata »  que  <e  saca  de  los  pri« 
meros  hilos  del  capullo  de  la  seda ,  Jr  se  entretela  enere  el  forro» 
]f  el  paño  ,  por  cgcmplo  •  de  una  cas^a  ,  para  que  abrígne  ,  y 
resguarde  mas.  De  esta  Baca  íieltrada  se  ha  trasladado  a  la  Bata  de 
que  aqui  hablamos  aora  ,  hecha  de  la  borra  oriental :  con  que  ts-* 
te»nombi:e€ata  se  toma  lo  primero  por  tanta  especie  de  batas»  6 
ropas  de  camata  como  hay.  Lo  segundo  »  per  el  fieltro  sacad%  de 
la  seda  dicha ,  y  cambien  se  imita  con  lana  %  j  tl|p»d¿n  i  /  lo  tcí^ 
GttQ  par  d  fieltro  ladiaao  » que  decimos. 


li.oríastaL  Esta  cubí<ertd  ;9e  imita  con  lao^ 
con  algodón ,  y  con  la  borra  delicada  ,  que  s^ 
-aaca  de  U  seda.  No  se  ha  creído  hasta  aora^ 
^ue  puedan  llegar  á  tener  semejante  uso  aque«- 
,Uo$  remolinos.9  y  pelusa ,  ,que  en  otras  plantas 
^KXHupañan  los  granitos  de  su  simiente  ^  por 
baber  parecida  comunmente  ^  que  tienen  poca 
fuerza  elástica* 

Aunque  en  algunos  parages  se  usa  el  ñtlr 
•tro ,  empleándole  en  gorros  ^  y  zapatos  ;  perp 
Jos  Occidentales  solo  se  sirven  de  ^  en  la  car 
fceza»  No  es  4e  mi  asunto  inquirir  aqui  1^ 
razón »  que  nos  obliga  á  cubrir  con  un  bo- 
nete )  papalina ,  ó  gorro  la  cabeza^,  faf^ta  mas 
.alxyo  de  Las  orejas^  qoaiido  «jstamoa  en  núes- 
,cro  quano  cerca  de  una.cbknenéayy  á  pa^ 
jser  el  sombrero  del>ajo  del  bra^o  al  salir  4e 
casa  al  viento  libre.  Tampoco  es  de  el  car 
'80  examinar  ^  por  qué  causa  el  sombrero  9  qu^ 
jifitts  er^  redondo  cotüQ  un  qwtasol »  haya 
de<s^  aora  de  rtm  |>icos  ^.y  que  los  tiep 
candiles  hayan  de  ser  constitutivos  del  buea 
gusta  Ni  menos  es  del  caso  exaqniosr  9  por 
.qué  el  sombrerp  9  hecho  ssgun  esta  moda  ^  seii 
foco  nucios  que  la  des^peracion  jde  los  JPio- 
tores  ^  de  manera  9  qui^  aun  su  perspedíva  la 
yerran*  Solo  M*  Parocel  supo  salir  Uen  de 
este  empefk)  9  pintando  con  delicadeza ,  y  acier- 
to. Tá  están  nuestros  pjos  hechor  á  sufrir 
Tom.Jrn.  K 


•:-''    . 


«UAfimo. 


^4      Esp^aculó  de  la  Natwakta. 
^tois  Yi«á  cáiiK!liW;  loqbeaoraexaitifúamostt 
lá  materia. 

Cómonmenté  se  usa  en  él  fídtro ,  y  se  ha- 
x:e  entrar  para  la  fibrica  de  la  Sombrerería  la  la>« 
na  de  los  Corderos ,  ^  la  qual  es  miiy  endeble 
para  los  demás  legklós.  Puédese  también  em- 
plear el  pelo  de  liebre,  y  de  Conejo ,  si  yá  no 
hubiere  Pragmática  Real ,  que  en  orden  á  la  fá- 
i>rica  de  los  sombreros  finos  lo  prohiba ,  para 
sostener  mejor  el  comercio  de  la  Colonia  Fraií- 
o^  en  la  Canadá  ^  que  abastece  las  sombrere- 
rías de  materiales  mocho  mas  aptos ,  y  casi  los 
iinicos  con  que  puede  aquellk  Provincia  co- 
merciar '  en  cambio  de  fes  géneros ,  que  los 
-FiancéSesr  tírntísportan  á  elfai;  Mezclase  tam- 
iiien  )  si-  te  qtdere ,  el  plumazio  de  kiesaúi^ 
de  que  dosf  abastece  el  África » el  pelo  de  Ca- 
mello ,  de  que  provee  el  Asia ,  y  algunos  otros 
materiales  semejantes.  Lo  que  oy  día  constituye 
el  fondo  más .écMiiUn^de esta  fábrica  ,  es  laboi^ 
ta  (^<ld  Castor  y  y  de  qui^n  te  apartó  el  pelo 
largo  y  y  exterior ,  yá  endurecido  al  ayre  9  y  4 
Viento.  En  los  sombreros  finos  se  emplea  utt 
tercio  de  aquel  Oetór  seco  ^iSi^Nne  que  no  ha^ 
ya  dormido  alguno  de  los  babitadófeá  dé  l| 
Canadá  ,  y  dos  tercios  del  Castor  craso  %  por¿ 
que  quaxKk)  aquellos  salvages   han  usado  en 

(*^)   OfcUllomai 


lugar  4t  coIcboD  est^  Castor  por  mucho  tiempo^ 
rqiie4a  amprriguado  ,  y  dad!  ;y  por  con3Íguieo^ 
4!e  muy  i  proposito  fsaira  que  sea  mas  cx)QSÍstea- 
;tQ  9  y  mas  tupjído.  el,  sombrero. 

Quedábame  aquí  que  decir ,  cómo  se  rom*  SÍb«rM.  '** 
fie  el  Castor  qpatxlo  se  cardnza ;  y  como  es  pre^ 
cisav  que  á  las  reiteradas  ^iburacioaes  de  la  cuert* 
4a de  on  arcóse ^«^ ^^uligére y  y  mdla  el  per 
lo ,  distribuyéndole  cóu  igualdad  ,  y  hacien^Ie 
pasar  de  una  parte  á  otra  sobre  un  zarzo,  6  pleír 
ta ;  (^^a)  cómo  se  construyen  las  piezas  ^  que 
son  ocreas  tantas  plastas ,  6  coc^untos  de  pelos 
en  forma  triangular  \  cóino  se  quajan  estas  pie^ 
zas )  Bietíendolas  debajo  de  un  cartón ,  y  dea» 
pues  moviéndolas  ds  un  ladp.  á  *otro  con  ua 
lienzo  á  que  llaman  angulema  ;  (*f  b)  cómo  i| 
estas  .quatro  pteas?s  tiiangulaír^  las  van  uniendo 
orilla-  con  orilla  ^  ó  :  coou)^  £ibrícan  aquella 
tela  en  figura  de  embudo  ^  i  que ,  llaman  un 
bastido ;  cómo  se  enfurte  i^o^  éste  con  un 
mazo  9  6  prensa  ,  metiéndole  muchas  veces 
en  la  caldera  ,  eu;que  se  han  desleído  rasu*^ 
ras  de  vino.  Qué  es  iarle  la.  forma  al  fíel^-r 
tro>  6  aplicarle  sobre  un  molde  (**d)  de  ma« 
dera  \  cómo  se  fortifica  i  ^*^  añadiendo  mas. 

Ka  y 

t^^t)  tos  Sombrererot  fe  1ltma«  'CUftiBéi. 

C**b)  O  absolucatuence  Paño. 

f*H»c)  Así  llftinan  los  SembrererosalBttáQ  que  le  y tn  daailo  co» 

el   «lAZO  t   &c. 

(*«d)  Orma  llaman  á  este  molde. 

(**ei  A  este  molde  Uamaii  rttstér  id  fálts^ 


'fS  Esp^acuto  de  la 'NafurÜeM. 
y  mas  pelos  del  Castor  á  aquellas  partes;  que 
se  conoceti  eodebles  ,  y  delicadas  ,  como  lo 
son  principatmente  en  aquel  partge  en  que  sé 
pone  el  cintillo  ,  que  sépáHa  la  copa  de^  te 
alas.'  Todas  estás  maniobras  ,  y  las  (fe  teñir  él 
sombrero ,  prepararle » encolarle ;  esto  es ,  afir* 
narle  con  mas  ^  ó  menos  cola  ,  allanarle  ^  y 
'en  fin  ,  darle  lustre ,  y  repasarle  ^  -son  operan 
ciones  tan  distintas ,  como  fiíciles  de  entender» 
y  que  de  proposito  no  he  querido  explicaf 
mas  j  para  darle  á  V«  m«  Amigo  mió  ,  lugar 
de  que  le  pregrinte  la  explicación  á  un  Som^ 
brérero.  Vót  lo  que  á'  mí  toca ,  yá  he  dado 
aquí  el  orden  dé  fas  operaciones  9  y  los  termi-^ 
nos  también :  el  comentario  será  tan  inteligible 
Como  corto. 

Tegidos  en  ^  scguuda  espeoe  dé  legido  ,  que  in^ 
ferina  de  red.  veutó  di  hombre  y  fue  en^íbnáa  de  red;  (♦•) 
y  es  realmente  una  tela  mas  industriosa  qué 
la  precedente  y  y  cuyas  piezas  se  juntan  cod 
regularidad.  Cómponese  ,  pues  ,  de  mudx» 
hilos ,  d  cuerdecillas ,  que  colocadas  una  jun-^ 
fo  á  otra ,  y  asidas  á  una  cuerda  común  »  ^ 
á  una  serie  de  puntos  de  enlace  ,  pasan  ,  y 
repasan  obliquamente  las  unas  sobre  las  otras»^ 
yá  como  un  simple  ^enrejado  ,  yá  con  otras 
labores  ^  y  distribución  mas  agradable »  y  cu* 
ñosa.  Si  Iqs  cojrdones^  de  quei se  forma  la  red^ 


C««)  o  Mé^ilU. 


\  ^ 


••  & veftuíó^deJ  iSotnire.  ^^  77 
están  bien  trenzados  ,  d  los  hilos  son  de  di-' 
versos  colore^i  ^  y  si  los  cordoncillos  van  de  do8f 
én  dos  ^  d  de  tres  eh  tñes;  iiDitando  algiin  dise^ 
fio  y  q«e  diversilíqoe  b  distribución  para  réSté-í 
jrarla  después  del  mismo  modo ,  sale  la  obra ,  no 
solo  con  diversidad  de  matices ,  sino  con  un;^ 
division^y^/dende  regularidad  apacible.      '  -^ 

Este  trabi)jo ,  y  tnaniobrá  ^  euy^  simple  idea' 
se  descubre  en  la  red  de  tiii  Pecador  ^  se  com-^' 
bina  9  y  hermosea  en  tantas  especies  de  vandas,- 
ligas,  cintas^  gídon^,  pasamanos,  bolsillos,  gor« 
IOS  ,  y  redecillas  j  como  vemcs^^ty  en  las  obrás^ 
de  iús  Cesteros*,  yá  trabajen  con  pajais  ^  yá  coní- 
juncos  ,  ó  y á  con  mimbres  i  y  siempre  con  mas- 
nobleza  ,  h  ingenio  en  toda^  las  especies  de  te« 
gídos ,  ^que  en  U  simple  ted>  del  l^isscador.  <ba     :   <  r 
todo ,  me  parece  5  que  liódebemQSfdeeeiiériidtfl  ^'     ' 
aqvAipw^  ICy  que  betóCBinos  étftrtt  las  itíventío^ 
nesdel  hombre  ^  és  lo'  que  verdaderamente^ le 
abriga,  y  viste.      : 

En  la  terceM  especie  dé  tegidé ,  ^ue  B&s^o\n$$  ¿e 
dio  á  las  dos-,  qbe  Imífíb^  dicho ,  hdllkm^*' 
isia  maniobra  excelelíte:  esta  ^  fe-  «mión  de- 
los  puntos-  al   hacer  calcetas  ,  y  medias ,  lo 
qual  se   ejecuta  con  un  juego  de  agujas  de; 
plata  ,'  de  latón  ,  6  hierro  7  esta  ^pocie  de: 
malla  (**)  es  una  invención  hermosa , '  y  aun*  • 
que  el  trabajo  es  muy  simple  ,  no  hay  bu- ' 

rii, 

(*«)  Por  lo  comao  les  Umim  $9kaiwc  J^miHi 


»kM 


7$  BsptSácuh  é^  laNaturahui. 
rtt  y  f3incél ,  id  descripción  capaces  de  hacer  qwi 
la  codcibafnos.  £«ta  labor  es  feli^menM  tou^ 
común  el  4ip  de  oy»;  Y  sí  la  uníoo  de  ^qia  msdU 
auera  con  otra  ^  qoe  yá  se  habia  beofao  de  anie* 
Oíano ,  se  nos  hace  difícil  de  entender  »  no^ 
queda  U  complacencia  de  hallar  no  obstante 
en  toda^.  partes  tD^pps  prpotas.  para  mpstramo^ 
qfitiyú  Bt  nmó>^f,  leoguaü  que  iiiiroduoen  la 
limiHeza  f  y  clarMvd  en  quanto  dicen » si  lo  Ib»^ 
gsn  á  explicar. 

*i  La  quarca  ^pecie  de  f^g^ » y  acaso  la  mas 
iitU  lovencion 9 que sehallaeq la a^Kiedad ^^ esk 
dí^ltelar  ^  ^  coyos>Qbieros  tfatpamos  cprni^n^^ 
mente  Teg;edores  i  y  soti  los  ^que  sacan  la  tela 
con  urdimbre ,  (*.^)  y  orama* 
Tegidodeor.  ^^  JSJ.  ludúolire.i.  i  <]u«3Q  los  Xi^tinos  llama*; 

dmbrcy  tr.    hw  ««Wlo^yíWlftSVeft  Psdf^  WÜmbTB  ,.  Oír 

yo  nomtere  oy- »,  eosflerv?  ^ :««.  como  la.  ba- 
se^.y  .fiíod^inepto  .de  toda  la  tefei»  Bsie  tir-. 
dimbre   no  es  otra  cosa  ^  que  lo  largp  d$. 
aqitellQS  by««ítorcid|p$i  qfiQ  m^  ^stjepdeo  so- 
iw^ier  ttlar  5^losL!quAka üt  ^p;^  y  b^q^  a(^ 
tetjuidaaienfle  para  recibir  otra  hib ,  que  se 
les  incorpora  ,  y  á  quien .  llaman  trama  ,  la 
qual  ise  arrqja  de  trav^  por  medio  de  la  lao- 
2«ídetai^  qtie  es  ;un  imtrum^nto  de  4I0S  .pun- 
tas* á:  modo  .deifavichueb*  Todos  los  te^-- 
dos  9  que  iiemos:  dicho  9  son  ^  d  demasiado 
.   .  tu- 

(*^)  A  U  tiHímbre,  ^  urdiembre  le  llam*  Cmííiu  en  algsaof  cc« 
Ureí  •  ca  otros  Fit.  Ncbcija  le  lUai*  Otámbsu . 


r^^  lij  •*/.■ 


in^f^.^^  iQsyi  ralos ^ y  comoquiera  tardío^ 
.y  lentos  para  perfeccionarle  4  pcarotel  tégidó de 
urdknhrev  yttralxia  is  amnmneQte^eipáítovy 
el  mas  iecandp  en  multiplicar  las  coávehienp 
xias  del  hambre^  y  eó  diversificárselas^  segnp  pjh 
idan  las  ésiaei6niesi^bano:^ias;  ínteroperies'dd 
tiempa>jy<e}  .gustoide  laa «Naciones  ^  ó  rde!  loa 
particulares.  De  aquí  vienen  ^  por  decirloiBsi^y  Igs 
•infinitas  lespecies  (k  telas  diferentes  en  estam-  .    ^ 

l>res  9  árgñetas  >  paños  9  chamelotes  9  tafetanes^ 
^amascqs'iterdopelos^  ytxros  téjgidQSi  ^  icKiycj^ 
onmifarea  se.  varían  cpc^mBelos  m^tBriálea^qitt 
las  componen^ólasmesdasdebs  hiloa^q^ 
ae  introducen*  r 

I. o    Los  láaieñdesmlu  pró{»os5.quehé»  Ein«tertai:4c 

inos  haUado.piHra.6er.  .hilados  9  y  para,  trabajarlo^ 
;en.el  tebr  ^noa  los^sidimin^tnii  >ciertas:p^oaiai^ 
6  ciertos  animales.  £H  cáñamo ,  el  lino ,  la -orti^ 
^.j  kisaldea^  y:  otra^iplantas  conocidas  en  In- 
.  «dtas  9  DQSt  pfoyeeo  de  cortezas  «fibrosas  ^  y  ciQiqs  ' 

lulos  seiioahtienen.éa  la  madera  ^dcafiafiEs  |ns^  coreas  a^ 
-cerandolas  tú  d  algub  i  y  {¡^amcíndíkb  .evcli 
gnifao  (^  con  el  cuchillo  ,  si  ea  !Cafiamd  ^h 
fnajandolas^  si  lino  ;  espadandolaáde^ues^  y  b»» 
ciendolas  pasar  j)or  todas  la$  operactonea  ¡  de  las 
largaa^iy.  agudas-piíasdel  rastrilto,  peracjuejse 
puedan  fadar^teger,  y  blamjjuear.  Potídente:  blán¿. 
quear  ^  ó  curar  estos  materiales^  yá  sea  es  made- 
jas, 

.(**>  Iflttrancato  pva  majar  la  €«fta4cl  lina  >  i.^aiapa^, 


y;9o  EspeStaeuh  de  lá  líaHírakxa. 
^jes^b^xt  biios ,  6  yÁ  sea  en  tehs,  exppoiéndob 
trtodb'jal  ayre  libr(^ » 7. al.K)CÍo  »  6  supliendo  fai 
^ymedad  >  quo  le  comunica  el  ayre  ^  con  rocíos 
«artificiafes*  Las  gotillas  de  agua  ^  en  este  caso^ 
-después  de  liaber  desleído  las  materias  >  que 
imanchaban  la  madeja  ^  ó  tela^  las  kbantan,  7 
Jlébán  óonaigQ  con  la  pronta  evapocadon  ^  qóe 
:f)fadécen*.i  (  . 

La  V6rra  d  *  Auuque  Hay  muchas  plantas ,  cuyas  99» 
tigodón.  ^Bsílkis  están  emlKíelas  ^n  U09  especie  de  barn 
4^)  nv^  dedicada  ,  qu?  podría  iservir  para  ha-*» 
so  jielUiav ,  (^)  y  ann  se  pudiera 'hilar  comoi^ 
dapiei^e^  coa  codo  eso  ,  no*  conocemos  toda« 
vía  sino  la  borra  de  dos ,  ó  tres  especies  de  algo» 
d&i^ qu^  nós.haga algún  senrida  El  tiempo ,  y 

'    la-  crfnervaciop  nos  podrán  eosepar  utilidades 

^KQsejántes  eh  otns  plantas  ^á  ao  desaüdamas 


X4ise«U* 


2 


•  Vf>  » 


-  La  seda ,  que  nos  dá  una  p^pede  de  oru- 
ga ^llamada  improprjameate;  gossfQO  de  se« 
ib?)  .es  ele  dos 'maneras.  :^k  isedá  laiga  9  y  la 
borra*  No  hay  necesidad  de  Hbt  en  la  rue« 
6a  la  seda  lai^  ^  sino  solamente  juntar  los  hi- 
los ,  doblándolos  sóbrela  debahádera  de  ocho 
eo  ocha  ^  ^  doqs)  i  ó  -catorce  Juntof  ^  óonfor'* 
meel  caraét^r  ^ry  fuerea^qaé  se  quisca  dar 
á  lá'tda.  Los  .modos  que  hay  de  hibr»  y 
debaoar  la  seda ,  son  mochos  >  y  no  menos 

los 

(**)  o  LéitiUd. 


SI  Vfsfié  M 6mhe.  8r 

Io$  'que  l)ay  de  tosEcerla^  pooieodo  varios  hi- 
los juntos. 

Qoando  se  quitó  la  seda  del  capullo  ,  dn  scdam^a. 
^le  para  e$te  efeftose  hubiese  metido  en  ñgos 
hirhieado  y  ^  U^na  se^  cruda ,  qual  esla  hefw 
flBQsa  seda ,  que  por  el  Mediterráneo  nos  vie»  ^ 
nade  Levame^y  la  que  nos  conducen  délas 
Indias  por  el  Oc^no»  También  se  leda  en  Eu* 
fopa  el  nombre  de  sed?  cruda  ^  aunque  impro^. 
prtamente ,  i  I4  que  se  ^aca  de  los  capullos  ro-* 
íjo$y  ^  bd))ps63dos^demodo » que  no  se  puede 
devanar^  ni  hilar  seguido  t  sin  que  se  carde ,  pa<* 
la  que  de  este  modo  se^  ajuste,  y  arenga  bíeii 
coo.pqA  rueca.  (**^  , 

i,  |ia.5eda  cod^..^ ¡iAQu^Uai  qqe  «^ qoita>  y  «eJ«eocM«, 
saca  de  los  capullos  echados  en  agua  .caliente^ 
Uamase»  además  de  esto  9  secfa  c^cida^y  j'^ 
keclwp  aqueUa  quese  echó  en  Bna  legía  de 
^;qa  hirfapendo,  que  lueg^  se  jabonó  »  para 
sumergirla  después  deunbaik)  de;  agua  fria 
con  alumbre  ;  quedando  di^uesta  con  estos 
TanuXIL  h  .         pre^ 

(**)  De  cstM  c«p«llo9  rorot  t  forqtfe  «ílí^el  fpi^aifo  Aecho  9t« 
loma  »  6  4ef echados »  porque  los  baboseó  alguoa  PaUmiiU»  q«^ 
salió  de  ocro  capullo  ,  o  borolic  murió  el  gusano  aatits  dé  perfec- 
dofiarlosi  se^iaca  el  6Ja<|ii  *  o  lílaia  t  el  qual  no  se  pv^de  liilar  en 
la  caldera  eoh  el  resto  de  la  seda  »  y    ^e  bcneíicía » limpiándolo» 

Í  cociéndolo  con  iabon*  y.deipaes  se  lata  con  agua  dará»  y  sé 
ila  t  y  esce  es  el  modo  común  »  que  se  usa  en  España  de  apro«- 
techar  estos  capullos  rotof.  -  Por  lo  qi^etmíra  á  )ascda->  la  fina 
es  la  que  llaman  de  ^Imtnd^» »  y  U  sfca  t  y  .jiecfeccioaa  -su  car 
pullo  un  solo  gusano  :  ítk  basta  es  W  que  Itamah'  Ueal ,  y  ésta  sé 
Mca  quando  se  juntaiion  ios  gusanof  eiiruo  /cylpi^Io  >  ia^  d«mé»  dt<* 
tcrencias'  de*se<.U  están  eñ  el  moáo  d^  ni^r  soíameoce  5  y  este  et 
el  tfc^anv  d  Wfp  t  g«c  vá  4ai^<»  ik  si  #1  jcépoUo^ 


B^«      •*      '    ■< 


9  ¿  Espe&au^  d^  fa  NmürtOeésH 
ppe^mi«99Ds  pata  tódiar^i  tkvteJfl'  iágoa  Mn 
hiendo  facilita  las  operaciones ,  que  requiere  la 
se¿¿i  f  y  aca^'  sin  (Quitarte  niuclK>  lustre  ;  pero 
la  disminii'ye  ún  fuerza  dasticd^  De  -  aqtñ .  prof^ 
rtetie  d  ^incoíivemeníe'^  dcr  &é  atreVtwiós  d  mefr 

cliíf4a'C0n  k  seda  cftidalAáíiatfcá'VQu^  ^  ^<^ 
taria  en  la  tela^y  latorínentaíidola  ^  la  eneres^ 
para  ^  y  arrufa  porla^detígnaldad  delaten* 
ñon  dé  lioa  ^  y  étAP  Sseí  desigualdad    haoé 
aefit{>re'S!06)pedK^  fó  n^feídá  dé'  la ; teda  coci«« 
da  9  con^qMqv^tz  'espedí  de  aeüa  <^iruda.  Tá 
veiesTOS  eti  las  fiibrid»  de  las  tetas  de  lana  ,  que 
flo  ¿s«({iftKi6  doseaidadM  en  ellas  los^Olidales 
al  manejar  el  urdimbre ,  y  la  granaa  )'pata  redu- 
'  éirkfio^^^  ttitf  ij^tuddád^  reames  ^  y- i  un 
BCíueirilff^y  vonveni¿nda>pérftda«  '  - 

ubem.   ■      Xa  borra  es  aquella  seda  irregular  ^  qoe 
Vtmót  ¿spaMáda^  come  á^-fai  aventura  •,  «1  re^ 
flSlOrrde^tes L hítes^Iar^#v.  qué  icófiñípoóeH^^ 
cuerpo  del  capullo  :  está'  bcí^rá  y  6  cílírtattá 
fee  carda  ^  para  hacerla  man^ble  y  y  que  pue* 
da  hilarse :  juntase-<!on  ella  la  seda ,  que  que- 
dade.  los  c^puUos.  rotos; ,  los.  peda^^os  de  otios 
enlertnos,y  malparadój^;,  isi  rpdos  los  resi- 
duoisde  la  seda  ^  y  capullos  buenos  y  á  quie* 
ines  no  se   les  pudo  acabar  de  sacar  el  hílo^ 
d  hitar  el  cato, y  en  fin ,   aquella  seda  en* 
i;olada ,  y  dura ,  de  ^ue  se  compone  la  cas- 
cara del  cajtilteiy  que  está  im  mediata  á  la 
crysalida  ^  y  la  cubre  '^  y  defíende  <le  todo 

¡n- 


.  M  sjetíiéo  del  ImArtm  .  %i 

¡Q  sulto,  'Esta  ultima  seda  no  se.  puede  juntar 
$xm  la  horra  ,  ni  pasar  por  la  carduza  y  sinp 
después  de  haberla  de^niugrado  en  agua  ^  qui- 
tándola .  toda  aquella  especie  de  cota  gpmpsa 
con  que  la  oruga  Jiabia  espesado  su  cubierta^ 
y  tabicada  su  casa  ^  antes  de  desnudarse  de 
las  ropas  xle  gusano )  de  sus  entrañas  9  y  de 
aquella  ^  lai^a  membrana  ^  ó  saquillo  en  quQ 
guardaba  ía  materifi  d^sii  seda. 

Todo  este  filada  ^  qpe  k(  carduza  cotí- 
fund^  ,.y  pone  en  parage  de  hilarse  »  no  tiene^ 
pi  coa  mucho,  el  lustre  ^e  aquella  primera  se* 
da,  qifela^natuialep,  Qo^prppáni.^^  sí  mis^ 
I^  Fero  esfa^.  desigualdad  ,  eni|re  .el  fi^díz.,  y 
Uséí^fina,,^^  las  tftifi^ades, y  el  pro» 

yecfao ,  y  proporciona  las,  9br9s  ^  asi  á  los  esta* 
ijb$«  y  condiciones,  de  ía  sociedad  «  como  4 
C^dal,  y  copyeoienqíá^  <^S'^  ^n^pradpre^    . 
Otras  orug^.  se  Jtt^lan ,  de  cuyo  hilo  nos 
pudiéramos  también  ^proveqhar.  El  año    áf 
j  7  j4*  en  el  Jardin  de  las  plantas  (**)  se  hi- 
ló uno  de  aquellps  grandes  capullos  ^  en  que 
ae  sepulta  la .  ori^  berinosa ,  qqe  se  encoeur 
tra  en  Iqs  Perales ,  y  que,  tiene  la  Qspa)da  ador.r 
nada  con  C^nta  bellezs^  de  matices  c, .  de  elec- 
to azul  Persiabo,  que.ppdi^i^.  pasar  poruña 
de  las  mas  lindaa  Turqt:|e^  ;  f9^ .  s^  ^9;  tor 
daviam^  fuerte  j^  y  tn^  brfl^te  que  la.  d^l 
*     *      "     '  ^    '  La*'  "  \v  ,.    •     .gusa- 

.  <**)  Utt  Jariia  Bounico» 


♦    •         »  • 


S  4       Espe&aculo  de  la  Naturaleza. 
giisano  coiDuri  ,  aunque  menos  abundante  ,  y 
hias  difícil  de  hilan  Lo  mas  pronto  sería  acá* 
áo  cardar  este  hilo  con  la  seda  ,  y  con  la  borra, 
J¡r  cascara  del  capullo  de  esta  grande   orugs, 
después  de  haf^rle  quitado  á  la  cascara  en  d 
agua  aquella  goma  ,  que  tiene.    En  este  caso 
saldría  \  según  se  puede  colegir ,  una  materia, 
que  juntará  la  consistencia  de  las  crines  con  la 
flexibilidad  de  la  se(fe  comün. 
*     Ko  párete  conveniente,  que  la  sedb,  prio* 
cipalménte  la  que  no  se  recoge  en  la  Fran* 
cia  en  sus  Provincias  MerídioDales  ^  deha  for« 
mar  ramo  alguno  en  su  Comercio  ^  pues  si 
él  uso  de  este  hermoso  hilo  se  Vá  dumeinao- 
So ,  disminuirá  en  aquel '  Reyño  la  e&tíma* 
cion  de  las  lanas,  que  son   los  mejores  ibo- 
dos  de  los  Labracferes ,  y  Proprietarios.  £1  ca« 
so  es  cierto,  y  solo   tey*  un   remíedio  ,  qué 
lé  salga  al  ¿nítuenttóá  este  mal,  y  es  distri- 
buir de  tal  modo  las  Hmdsna^,  que  sirvan  dé 
recompensa  á  un  trabajo  universal  ;   de   suer» 
re ,  que  los  pobres  Aldeanos ,  todos  duerman 
sbbre  laña ,  y  se  vistan  de  ella.  De  este  modo 
asegurado  el  consumo  de  este  precioso  gene- 
ró ,  lejos  de  dañar  al  Estado  la  pasión  de  la  bri- 
llantez ,  y  lustre  de  los  vestidos  ,  mantendrá 
otro  ramo  en  el  Comercio ,  en  el  qnal  nun- 
ca están  demás  la  Yariedad  >  7  los  recursos  á 
cosas  díyeffias. 

£1 


Mcxdas. 


'El  pdo-  de  los  ¿Dimales  «  sin  dtids  la  ma-  ^*''*-  ^> 
teria  mas  obvia ,  y  abundante ,  y  h  qlie  gene^ 
raímente  se.  usa  mas  para  vestir  al  hombre*  Y  tíb 
scín  ía  metaér '^tmrteidef'esta  pfcvisfoii  ;4a^  bMK 
idd  Cá'stdr '» él  |)fóiiiazo  idd  Avésftusev  el  peto  dé 
Camello  ,lálan&  de  las  Cafaras  del  Asia^y  Afri>- 
ca ,  el  bellón  de  Vléuña ,  que  es  la  Obeja  (^^) 
del  Pern.  La  tanla  de  fatíjeitras  r  Obejas  comti^ 
jbés  ^  juntamente  do^n  tos  cuero»  ^  ie$  la  defensd 
ínas  segura  ,  qué  tenemos  Contra  los  ataques 
de  los  elementos  9  y  su  intemperie. 

a^  Este  primer  fondo  de  material  es  va^ 
no;  y  multiplicado  yíl^r  sí^'mlsmov  se  vát 
xfa^y  mult^lica  tod^la  mas^'  cdn  (el  hume^ 
ro  grande  de  especies ,  que  se  hallan  en  ca« 
da  material,  y  con  las  mezclas,  que  ha  ju»> 
tiíicado  una  feUz  experiencia»  La  qualidadde 
las  lanas  sévárla  confoime  los  Países  >  qiie 
Itts  -  producen ;  y  -  además  ■  de  esto  • ,  sobreviene 

•    una 

-  C*^  Aunqae  fui  por  ni  mismo  ^  ioforiiiarflie  de  Urs  maníobrat^ 
telas  9  Uaas  >  ¿  instramcntos  >  que  se  ns;in  en  las  fábricas »  y  cela* 
rta  »  a  las  Reales  Fábricas  de  Ouadalajara  >  San  .  Ferpf  ndo  ,  y  el 
Hospicio  »  ▼  i  otros  diferentes  telares  >  á  aaien  pf  ínpipalmence  f  ay 
deador  de  i6s  términos  particulares  de  tooas  Uf  opéraeione^  per^ 
eencctemes  k  lanas ,-  desde  qae  se  esquilan  >  hasta  que  se  «isteoy 
es  a  Don  JosepK  Lillo  >  que  por  espacio  de  treinta  y  tres  anos  tu«- 
bo  el  manejo  >  y  cuidado  de  ellas  en  la  Ciodad  de  Guadalajara» 
con  notoria  inteligencia  >  y  adelantamiento  de  quanto  esraba  k  su 
cargo  •  y  pasando  por  sos  grados»  y  méritos  por  nuere  cmplcoa  dis* 
cintos  »  hasta  llegar  al  de  Veedor  Principal. 

•  (**>  A  estas  ODcjas  >  muy  dictantes  «ie  las  nuestras  a  la  verdad* 
les  llaman  absolutamente  4e  Vmmé^  hl  Dic.  Cast.  dice  «que  son 
Cabrai  monteses  «y  el  de  Trev.  que  son  nnos  Carneros  muy  lig«. 
rns  •  que  se  matan  k  arcabuaaios  ;  pero  está  mandado  por  Decrc:» 
eo  Real »  que  solo  se  recojan  en  redes  •  para  que  te  esquilen  »  jr 
¿ejoi  ubres  •  á  fio  de  ^uc  ao  ac  árrvte  «  ^  dwmianya  aoublc- 
Acacc  U  csgccíc 


una  tíueva  diversidad  coa  la  que  hay  enTpre* 
pararlas ;  y  pora  todavía  mayor  ea  el  modo-  de 
.acompañarlas^  Np^b^  fábrica  alguna  de  ia« 
juas  i  qOe  BQ;  conceda  pl  i>rímer  .as^(q  i  lai 
de  Seg(^ia,iy  caá  gexiarali|i^  á  U»  dejtod^ 
-Casulla  /  Estredura  9.  Aadalacía^  y^aun  i  tof 
das  la$  lanas  de  la  qs^or  psíftj^j^e.  hs  Provia; 
-ciaB  de  Esp^B»  9  aQpqug  büy  uoas^^.hiea[ii)e^ 
¿QKS  qiia  QV^  El/s^Dr(ík>  asj^oito,  ea  ordeq 
Ah  bondad 9  le  tieiaen^ias  (anas,  de  Inglaterra; 
y  el  tercero.  U$  de.  Leinguadoc  ,  y  Beyry.  I4 
.   severidad;deb9  leyes,  qu^  prohibe  ]|  los  lo- 
gices l^rmttacchtk  Jifi  Í4s  i^n^  ^'iSUr  li^^,  7 
€4 'piíUgIro  ide.  losíicofitráyapíi^tís:  Iji^.a^uiiir 
Jbrada  pocú  á/  poco  á  I05  :^  Fabríqiiécos  i  que  jf 
«e  pasen  sin  ^las.  Uaas  Veces  usan  de  k^¡  bf 
fias.de  Segovii  solsm^nt^ :  otras  }a$  juntan  coa 
¿ivecsas  lanbs  dai  Esp^fía^.y  MQa%,  y  otiaii  l^s 
mezclad  cqn ias;  dgí.Berry  i:6/  con  otra  laoa 
cruda.  Todo  esto  ha  puesto  las  mani&daras 
de  Francia  en  estado  de  proporcionar  la  fábri- 
ca de  sus  telas  con  los  fríos  de  el  Invierno,  y 
Calores  del  Verano  ,  ún  tener  que  temer  de 
toodo  alguno ,  que  el  trabajo  de  sus  vecinos 
desluzca  el  suyo. 

Las  lanas  de  España  se  distinguen  eñ  Fran- 
cia con  los  nombres  de  príinera ,  segunda^ 
y  tercera^  A  cerca  de  las  suyas  proprias  ,  sor 

lo  hacen  dos  elecciones ,  y  le  dan  dos   nom- 

tí 

Una  tiu.  ^f^  9  ^  ^  ^^  ^^  ^^  I  y  ^^&  llaman  lana 

akoi 


opositó'  parar  uá  Iboeii  Hilado  ',  ÜAaüú-  ktfta 
^   '  JEEitáB '  objetos^  ppdrán^  \m\t  la  íhht^ía  de 

diocar  á  uñ  entendhtoienüD  ansioso  de  la  inge- 
niosidad « y  agudeza ,  y  que  se  cree  de  uoa  es-^ 
(ftiérá.  stí^tíbr  ^-  poique  ¿a  conrerltadcvá  ^u  Ra<¿ 
éeklsF^'y  [nieétónotas^á'Má  Va^gelaft  Peroel 
¿b  iie'éy ,  Ids  qtie  isoh  él  ort^iH^Dto  de  lo^ 
teerpos  «as  científicos  9  y  k)s  qué  gozan  el 
fadhor  del  masS^ilu^re  nombre  en  el  gobíer-^ 
ik)  de  loé  Eámdo^/,  tÁtkn^^  6omo  el  mtjM 


líefefeW  de  quafiti»  «ftftón'í  ?él  dñ  conocer ,  ^ 
¿3I udar á<^I^ é^adorfeí; | Qué  favor eicená 
la  sodédad.  Nó  dudemos  mirar  como  sólido ,  y 
¿óUe  aqüdk)  ^L  que  ocupó  conr  tanta  conti«« 
íié¿ákfS^éL-^2Ítí  Gátt)ei^t&9'  ni-  cteítmés  íd^a^ 
^fádo  ^"1  ínténdifeiiénto  ^dfel  tioitobire  {:^r  pa-i 
rarse  á''  exañiiüar'  níiatetiá^  ,  'que  prófuadi^aní 
nn  Reaumur.  i 

j^  Todas  fes  níatirtrias  ,  ijué^  se  llegan  á'  p^.,^^ 
fkíhérWüh'felaryáíeíííépctó^  dfrlá  seda  lar¿' 
^\  '^ue'lpor  s(  tiiishiá^  está üfl^dá  natUráU 
tnentév  y  qué"  basta  'doblaría  para  torcerla,^ 
se  deben  hilar  con  huso, ó  con  torno  peque* 
^>,  ^.igraud^,;^^  ,jja?a,  .q«e  «e  Met^ ,  deben 
pasar  por  la  carda ,  6  por  el  peine  ,  instrtt- 
nentos  ^  que  miran  á  .fioea  mxxy  dijferent^  , 

Los 


."^^ 


f o  ,  que  yi  .mas  alto*  ,  6  m?i  hap9  ,  fie- 
man el  peyne,  (**a)  y  están  puestos  en  una, 
tabla <ifr cósale  m  pie  (**b) de  larga,  y  sds,d 
áete  pulgadas  de  ancha,  áíveo,,lq  pfímero,^  do, 
desenredar  tos  pelq8,:é  hilos  lürgos,  <m, sp  pei^, 
oan ,  y  de  separar  toda  la  materia  grosera ,  de> 
igual,  y  estraña ,  que  se  encuentre  en  ellos.  Si 
alguno  de  estos  agudos-  dientes    ^  'desRunt^ 
^rquei  eocontr<5'  con  ;,una  ¡materia  di^ta^^ 
que  Cede^con:  dificiífead  ,«e  <g<iiza  con  apa: Uw 
íuave  i  y  si  por  hallar  alguna  hilaza ,  ó  manojo 
muy  eoredadp ,  se  encorbáipp «  se.  f;f)der^  co«| 
«o;  cafiQocita  4^  C9tisa¡ji9  ^uofíq  ^  ^.ivs^  A 
peine ,  deblanáplé,  ^  poeieqdQ  dos V;  »»?©  «>r 
breotro,y  en  medio  deeUos  di-  q>pay,  i*^ 
que  se  peine,  con  lo  qual,  y  pon.  la  inserción 
mutua  de  los  dientes  entre  sí ,  juaiw®"*®  ^'P'* 
aquel  movimiento  ^  c<??t.  «^«^  4f  Pl*?"»  i**^ 
bace  caminar  las  pjia?  »■»  4^«e  i  Udo  „  y.  yá 
al  otro  ,  se  alisan  ^  y  d^emmarañan  aquellas 
partes  del  copo" ,  que  tocaron  igualmente  i 
,  (9da  peine.  Reiterado  /esíe.tramo,  ordena  d 
'  «ayoc.  eu|»eeo  de  f^btmrtfx»:*  ít*^.  W»«9^ 
los  unop  i  oifosi:^  «UílaodftlcR  „,4..P?kww 
tiempo   que  arrima'  qecesanameme .  .roua»s 

I  .  áca 


i  >  aue  t*  b'ás'nuitc  m»jw  ^he^T  4e  CtttilUb  < 


'  (»»b)  Dé  París     *•"" 

-í»*«)ÓI>fU«ii. 
(«*d>  VtlntioT.  .      . 


«^    -* 


.     B  tffftídí  del  hmBre.  Bp 

4m  sQubI  Í9tpvfíh  9  <f^9  separa  las  eMvem^ 
.dades  de  las  fibras  vednas»  hallándose  en  to« 
do  el  copo  unos  mas  altos ,  y  otros  tnasbar 
jos,  según  lo  están  los  dientes  por  donde  pa-i 
fSa^  Goa.  este,  preparativp  se  dispone  un  opp$^ 
-yá  Ijnpío  perfeétecp^te  ^  para  qqe  qmoáp 
-msis  manos  diestras  le  vayan  sacando  en  hch 
^as  sieínpre  iguales ,  y  haciéndole  dar  bueltii 
^unánimemente)  siguiendo  la  impresión » y  mor 
iymfitfvy  .prpuÍQr  del  torno  ^  ^  del  huso  9  9 
jfsm  jtvajptiipanieotei  qm  «lo^.se  dei^tuereaa 
;^más» 

Muchos  Oficiales  de  fiíbricas  acostumbrav" 
4  t^rla$ latiaa «noes  de  tridxiiajrlas cpn  el  peint^ 
^  WlomliiSEíi.;  {^\Qm9  Süsgim  m»  de  mhajur 
,\»  «ttflt^^de  teqIrW  i  yé^ea  qaap^lo^est^A  joter 
4ni;i|te.  hiladas ,  6  yi  quando  las  hayan  tqgíic)» 
{**)  Los  primeros ,  entregando  i  sus  Oficial^ 
-«19  saiea  ájt  knfii  de  uo  peso  determinnd^ »  la 
«^KsütiiQ^s^  .e&ytros  «órelos,  i^en^  quatrp  ^J^  m^ 
part^ )  ,cada  uqa  de  sq  color ,  para  que;  trabaja^ 
^  yá)  y  pre|>aradas  estas  lanas,  y  mezcladas  de^ 
-paes » se¡gun,la  ^iscraciqp  d^l  Oficial,  por^naedíp 
-^  Iqs  (Umtes  de  sus  iu^trun»eoti0^>  y  JMnRn^A* 

,«»,;se  cqofafldau  líwi<99l9rís  «fius!  qc^  p^gq^p 

-quedando  eza^ameot$tcop(ia^fModíc(os,  y  triii^ 

;  matados  en  aquel  color  .nq^vo  f^qfjfi.x  pr9- 

Tom.  XIL  M  pu- 

(**y  F$  lo  mismo  que  CtfrÍ4«  i....   ^.         ^ 

peioan ,  hilan  ,  j  x^'y^  >  y  4^»^  W,,pnf#K  .  ,    .  .^      .  ..u 


c^b       EsptBheuh  4ú  la  Nitfuráleia. 

•f ^60  «t  Intendente  4e^la>FábiAea ,  «1  \3¡6a\'^ 

■gura  de  aritémado  dd  butfti  esrko  de  ésta  ope>- 

nracion.  El  modo,  fara  asegurarse  es*  este:         ' 

*-  . '  Qiiándo  :el  diiefk>  dé  tina  manifaAara  quie<» 

Mt  émpltatr^  eo  ¿Ha  lanías  teñidais ,  y  ^abér  con 

^^e^iiidad^  si  te  nfcackiV<)ue'  ha  cOhcebídft  ^'  prd- 

-diiciráel  e&¿tó, qué  débeavy  ha  pensado,  há^ 

ce  trabajar  V  y  prepai^r  una  muestra  á  que  11^ 

tDati^^jR/t^/m  Asimismo  hace  peinar,  y  batansir 

^roé^tánftos  1)etlonés  (^)^é  lana  téfüda ,  como 

4^ér6  s^r  dé  vekitfen^  de  libras  de  ud  ci^ 

ó  de  otro ,  en  el  total  del  paik>  que  desea¿  Si  h 

tnúettta  coiitfeiíe  ^a  bellotes  de  color  de  Cafi, 

«aidtbotof  iríi¡$^/¿i^V(^)y  ^o  de  asul  pálík 
^,  ^dtirégaráá  Ms  OfiCidlétfV^'élefeétolésa- 
tláfiiCé,  por' total  de  bnal  teffi^  aé  veces  ^ 
•£^'  I4<to^ libras  decbbr  de  €ai^^ 460 del  Cabel- 
lado'^ y  400  de  azul  páUdot  •  '  ^ 
?  t  ^tiüfeés  ttíy^  'qual  ^éá  '^  déjgró  V  q^  <^^ 
^foénia  lana  I  y  se.pebe^h  cbft^taWá^fl!e«- 
'^  ,  que  no  se  podría  trabajar  más  \  si  des- 
de luego  se  le  hubiera  dado  aqud  color ,  que 
*8é  le  dettioa  ,  y  para  que  se  prepara^  Así- 
'ttislUGí  hay  cdkM^eá  muy'sobresalkfnceS'yy  vh 
«vos  i  qual^  «lí  él  enCarnadd  de  CócttíBaiai 
^^ue  perderiai  todo  sú  esplendor  en  tanta  di- 
'  Vessidad  de  manost  £á  estos  casos  todas  lis 
V  te- 

,  (**)  o  sraiiot.       . 

mMío  4c  cfc«  c«lor »  4«^^tfitii  s«lt  cl'Aoaibrc« 


idas^  st  truhajan  en  blaoco^  y  en  blanco  váa 
á  Iqs  úútss.  La  experiencia  del  provecho  ,  j, 
del  daño  ^  ó/^  h  Imeno ,  y  de  lo  mejor ,  j, 
xms  pe(f$¿to  lian,  areegladp!  tp^  tsfBS  idiCb* 
rendas.  _  . .  .        > 

I<a5  lanas ,  esfién  >y¿  tefudas,  6  no ^rse  de-; 
ben  lavar  primero )  y  a%efvlas:9  después  ba-> 
(pieeeaiclasi  en  un  zar^  fu^ten^^ii^con  ba^ 
queras  didena(43s  á  eaté  fiíp ,  y  jcon  este  prepa-» 
¡fsnwo.  $e  peinan  de^piies^  suayi^andolas  coa 
agua ,  ó  coQ  aceite.  £p,  ciertos;  casos  las  lanas^ 
sean  coñid^s^ó  Uapcfis^  no  se  pueden  trabajar, 
^¡áñ  roQJIint^olas  inwnfirq  ^  ^úik  de  pltva% 
é  de  >Ck>teat ,  (a)  em^t||¿K>  :Qa  est^  cantil 
dad  de  una  tercia  ^  i¡t  unaqiüi^rice  paine ,  y  á.  ve-i 
ees  de  la  nvtad  del  peso  deja  mj^ma  lapa»  La 

guando:  la  trafa.jQl  flM9^>j  ique  la.  prodi^ ,  X 
que  por  co$MqnenQ9  cpwe^^ 
gre  natural ,  se  peina ,  valiéndose  del  ^ua  so» 
lamente  y  y  sin  recurso  ^  aceite  alguno ;  y  asi, 
juzgan  suficientemente ,  despue|^de.h^rla]^«f 
queteado;»  y  aligerado,  qs^terla  en  ui^a  tip^^in^e 
agua  caliente,  eu  qu^se  baya  desL^^  espuma 
de  jabón.  (♦*)  ,  ;      .     . 


»m  ••• 


*•         « 


(%\  El  Co1z«t  es  ana  col  pequeña  t  eitjt  simiente  dá  mncho  acei- 
te al  exprimirla  ,  y  se  parece  ii  la  nabina  «  6  simiente  de  nabos; 
perp  sin  razón  se  dá  e(  nombre  d^  simíentci  de  nabos  k  la  si- 
micnce  >  y  aceite  del  Coliae ,  como  lo  hacen  en  afganos  paragés« 

(**;  O  bálago  «que  ea  lo  mismo.'  ' 


É 

a 


Azufrador. 


$9         Espéífiéétáoikla^'I^^ 
dln""*"^*'    '     Puestos  los  belldhés  de  lana  en  im  gan-' 
cho  immoble  por  una  parte  9  se  tienen  asi-> 
do»  por  lá  otra  á  un  -gancho  movible ,  que  loa 
tuereev  p^rga  5  "^  lk»p29  y'é ,-  cómo  dioeD  los 
Oficiales,  desmugra  ,  bolteandolos  por-  medio 
déun  toirhóVq^  ^n^  varios  brazos  para  sa 
manejo.  Toda-  la  saca  de  laiía  se  conserva  amoo* 
tenaceen* una  cesta,    ^ra  peinarh   deqnea 
nias  Bdlniíeiite  con  la  hutfieáád ,  que  le  que» 
éñ.  Si  estas  lanas  te-han  de  tejer  en  hbñoo^ 
se  pasan  desde  luego  i  el  azufrador ,  qoe  es  una 
éstuia ,  (**a)  eñ  que  se  mantkneB  ,  sin  expo-^ 
derlas  ^  ^yre  ,'  sobre^  unasf  varas ,  de  Oíodo^ 
que  sé  éxhainttén  muy  bien  cotí  los  vapores  que 
sé  elevan  áe  náa  vasíJEi  y  éd  -  que  se  quema  al- 
guna cantidad  de  azufre.  Este  mineral  ,  qfne 
inancfaá  irremdSabtémetitk'  la  ?  mayor  parte  -á^ 
16s'  coíores  y  párgh  d(^  MiA  sutíedad^  la'  Imag 
qué  lió  está  tefiida  átin  ^  y -&  comumca  dtta  per«» 
ftda  blancura.. 
Mododecrt.  '    4,**    La  lana  larga ,  (**b)  que  pasó  por  el 
huT  ^  ^*  ^ine ,  es  la  que  sirve  de  unfimhre)  y  de  ci- 
miento f  y  fondo  á  la  mayor  paite   de  las 
telas  comunes  de  lana  í  tanto  finas ,  como  or* 
diñarlas.  Asimismo  sirven  estos  hilos  para  ha* 
Cer  gorros ,  birretes,  medias ,  redecillas ,  y  pa- 
ta todo  trabajo  de  aguja.  La  razón  de  esto  se  ve* 

rá 

• 

<*«a}  En  tt«e^trat  Fabricar  de  fifpJÜU  este  «Xttfrador  es  «t  usdf  * 
¿ero  I  h  unas  varas  totamente. 
I^b;  O  eauAbre. 


'  &  W»}Sq  Al  iméfél:    ^\       ^f 
ti  lúegp  9  quanda  la  demos  del  osa  de  las  lanas^ 
trabajadas  con  la  carda. 

Para  ú^  kf^laqa  ^  <qiie:se  ha  peinado ,  y 
éofisttVádo  9  XX)»  proporciointia  lárguravjde  mo^ 
do  9 que  adqnléia' UD'  luscre y  que  se  parezca  at^ 
go  al  de  la  séda>,  es  preciso,  que.se  haya  .hüa« 
do  en  tQmo  pequeáov Leonel t^uso, y  la  tuer 
csi  y  qué  se  ia^^háj^  ¡torcida  la  mas  que  ftte4 
ú  po^fate*  De^estai  hmriefá  queda*  lá  tda  hien 
Usa ,  tiqpida  ^  y  sin  pelo ;( por  lo  qual  reflexionan 
mayores  masas  de  luz ,  y  con  mas  igualdad^ 
tompíendcse  menos  sus  rayos ,  .qua  qundq  saiei 
y»  «stiecíde  et^pelb  por  itodasr  partes.  Este  biki 
^Mmahttm  quita  deles  faiisos^ó  de  lasca? 
flfflas  del  •  temo  pequeño  para  debanarle  5  ó  ea 
útras  capillas^  6  en  obillos ,  (^^)  hasta  i  S   de 
tdtas^iéc/ma^^jeguip^lestilo  de  varios:  Lugares^ 
jf  del  taimitonquc  f^  ^ien^n:  drterooliiiadQ  :Jb9 
irñí0ghtsteDCDs\^eeCada'  manifadiva. :  Todas  las 
fibras  dé  tste  bík)  ciefaenun  resorte,  ó  tiran- 
tez  y  que  coótinuamente  los  indina  á  que  sé 
feticcjaq  y'  y:afirif|guen^^yi  á  .que  dejadosil  su 
iftiertad  se«  taéfsaír  unos  con  iotros:;  peio  es>» 
tt  resorte '  natural  se  les.  amortigua,  y  dísmit 
Quye  con  el  vapcnr  del  2^ua  fairbiendo  ,  que 
penetra  los  carretes.  Después  se  distribuyen  so* 
bre  no  banco  eo  otraa  lamas  cajitas'^  de  las 
^iialeti  ae  van  sacando  loa  hÜos  ,  metieodot 
(  '  los 


La  urdidera. 


9^  EspeSlaítih  lié  U  M^fm^^lfta. 
los  al  misma  tiempo  eo  igu^  oumero  de  ¥>cú^ 
jas  y  6  anillos,  para  colocarlos  eb.  uoa  urdi<}er9t 
(ff)  á  mo(}o  de  tOff^D  ^  puts^  fMpendícular- 
mentexxmo?  lá  devaaatkrf  ^iqueje .  mjiere  om 
una  manooon  la  ayudaídet  qtikto  enqmfith 
tra  el  espigón  de  un  dÜndia  O  sí  oo^  iplm 
tina  urdidera  ^  compuestajde  oiástiles^rpAr^ 
los  entne  sí ,  y  cotLúaadíKiiüadQQ  ácía  ^  pfti 
red ,  para  ir  recihienob  1<»  híkn^B'  un  orden  do 
clavijas  y  con  que  estám  armados  los  roásdles» 
Quando  se  lleba  el  hilo  desde  el  obillo  ^  d  cari 
rete  ^  en  que  se  devanó^  á  la  urdidura ,  s^im 
la  proporción  cpn  que  ^^  dán^^.isttf  jbuelaaL9.se 
tienerí  todos .  los-  falos:  juntos  ^en  noa!  ^ÓMQO.9  Jü 
con  la  otra  sé  váa  asiendo  á  la  ciavijal  ,.,10^ 
déandolos  á  ella  con  muchas  bueltasf  9  y.  loa  bir 
los' vienia  i  quedar  itodbs  juiftto;  9;  ifocquodí 
mía  cuerda:  gracsar,  iqúe  rbf ja.ifvidtoefi  esfHKal) 
rodeando  tod«  la  .urdidera:,  7  «ooaerlwriQ 
siempre  igual  distancia*  Quando  se  Usbaa  los 
hilos  i  una  urdidera  Ihaa  ^  é  indinada  sobre 
la  pared  ^  se  reúnen  tqdosf  fobre  M.  jptíftm 
clavija  de  uno  delas^dosrmáatHes^y:  t^.Q^Or 
áacen  de  un  mástiL  á  otro  yjás  una  i  otra 
davija  sucesivamente..  Luego  que  el  urdidor 
llega  á  la  ultima  ,  buelvie  al  contrario  ,  de^ 
jando  en  las  mismos::  dai^ijas  el.>  mtmO  MUQ^ 
ro  dehilos^  y.hdcieiüo  aw^.ennsa9dQii:  %^W9 

es, 

(ftft)  Loi  oficiales  la  llaiMUí   VréiáMí  >  6  J/tilMitb    . 


-los  dedos;  ^  hqudli?  isepantíonés^,  que  dafán 
"después  lugar  en  el  telai!  al  juego  de   la  ur^ 
dimbre*  £n:  toda  estai  distribución  guarda  el  uf<-    ' 
^idor ;  tamo;  en  jos  hilos  ,:  como  en  «1  ti^étor 
tío  de  juntarlos ,  taluden  y  y  ta|e8;m^ida$yqu^ 
•liarían  una  maiñík&ma  ^  y  la  distinguen  d^  otcá. 
En  los  Lugares  en  que  se  acostumbra  fabricar 
aquellas  telas  mejores  ^  aunque  ,bast^ ,  que  visr 
4en'  á  la  g^ebte  comiin^  se  lisa  regularícente  :^<^^ 
«dUz  y  :ócbb  bibs  sobre  irada  cJ^y^a  de  la  urdí* 
'dera.  'Con  que  el  caamino  primeto ,  que  se  hace» 
y  la  boelá  $  quedar  sobre  el  orden  de  qlavi- 
ju^j  deja  puejstos«  treinta  y  seis  lulos  ^  y  esto/^ 
•Ibmá  ub  fiünm^  Qua^entadei  esbos;  ra^qs  sop 
qaecesariot  paxti  ifiírmarel  .totaldeaquella^^ 
-títud^'y  masa  de  !:flos  á  .que   llamamos  una 
'Cadena». (*^)  Coo  que  son,  1440  hilos  .,  que 
Xniíiltifds¿Hdo9^  por* doce  uranas^  ^'que  cai^  unp 
'tiene rdQ  liqgo^riíacen  .i'J^aSoi.varas  d^rbi]?, 
'qué  9s  i  llama  tambied  un  píuñado<  Para  har 
cer  el  urdidor  manejable  este  hilo  y  toma  el 
un  cabo ,  y    forma    una  sortija^  metiendo 
\fl  >  bnzrí  por   día  con  ^ iodos  los^j  hilos ,  .y 
-bohJsndókv  c^        ^ia  ^¡íbfm^  Id.  s^gun- 
-da  sortija  y  ^  edÁao>  y  después  metiendo  hi- 
lo, 

(tt*)  QoarCBta  ramos  compciien  una  d^aena^  h  poñaoo  >  todas 

icia  coda  >  aunque  ««Jni nos  Oficiales  dan  el  soabre  de  tela  á  sola 
*li  xnúimhk  ',  ^  c¿i>jinc6  4é  ¿adcd^.'  - '  \: ;  "  '     '  .  -  > '  .        • 


^15       EspeSactdá  d¿  la  Nkturaleza. 
'lo  y  y  brazo  por  éstei  y .  Ibrma  e)  tercero  ij  ^ 
Vá  continuando.  De  aquí  vfene  el  que  á  to«- 
do  este  conjunto  de  hilos  de  estambre »  ensor- 
cadcAa.  -tíjados ,  y  reducído?  á  un  pequeño  espacio  ,  « 
ie  dá  el  nombre  de  cadena ,  y  que  se  le.coiif 
^s^fse,  todavía  ^  qujindo'  yá !  se  ha!  estendido  sót- 
•l^  el  telar  para  recibir  el  hito  que    la  crii^ 
•za  ,  y  compone  la  tela.  Para  formar  toda  h 
urdimbre^ 6  cimiento  de  la  tela,. se  necesitaa 
'^tnucha»' ds<  estas  cadenas ,  juataodolaa  én;unS| 
~y  sbdindo  aquella  base* primera  dé. hitos  láb- 
(gos  Vy  paralelos ,  desdé  la  parte  anté^or  d6l 
Urdimbre.  ^g|gj^  ^  hasta  la  posterior  y  en  donde  se  afir^ 

^man  eQ  un  cilindro  ¿  llansado  enjnllp  ^  yjá  ^ae;- 
^dida^y'q^  OM^  el  juego  f  lé-  Aiserdon  de  htrar 
*nfTa>ise-vá  tegiefadot,  se:aiirolla  da  rebieootio 
'enjillió  de  madera  ,  tentfido  delante    dd  Te* 
gedor  debajo  del  juego  de  la .  lanzadera*  Los 
'preparativos  de  peinar  la  Jkinav  y  'híhiHa  y  j 
(Urdirla,  son  un  ^ídndot,  auo  m^ . i^I ,  que  te 
'prbpríedades,  y  'haoie&dasi  para  una 'infinidad 
de  Lugai^s  cercanos  á  las  Fábricas  de  ttiiicha 
operación^  y  consumos;  porque  lo  qué  traba- 
Jan  para  esté  ^£b^y  resaroe  i^  estof  iñigaáes ,  y 
*les  buelve  dqudlp^  :que  ríos  Pic^áietarÍQs  sa- 
can de  ellos ,  sin  alguqa,  esperanza  de  quec&h 
cute  en  su  alivio. 

Colocado  este  primer  hilo  con  mucho  or- 
den sobre  el  telar  ^  en  que  se  .fabrican  los  es- 

"tambrésVy  sárguetiwi^  todavía  .no,  twtí* 

mos 


i 


IS  vestido  det  bünAré.  ^i 

mo8  de  la  febrica  de  los  paííos  ^  nos  mani* 
fiesta  el  largor ,  y  anchura  ,  que  debe  tener 
la  tela.  En  los  dos  lados ,  rsegun  el  ancho  de  ^^  ^'^^ 
ella )  se  acostumbra  poner  un  numero  deter- 
minado de  hilos  -  de  una  materia  ^  ó  color  di« 
ferente  del  de  la  urdimbre  ,  lo  qual  sirve  de 
caraderízar  las  diversas  especies  é&  telas ,  que 
se  febrícan.  Para  ;que  cada  qual  sapa  lo  que' 
compra  ^  hay  reglamentos  ,  que  determinan 
la  anchura ,  y  bngitud  de  la  urdimbre ,  la 
materia  ^  y  el  color  de  los  orillos ,  y  en  una 
palabra ,  quanto  pertenece  á  cada  especie  de 

Pero  aquí  no  teneoMS  todavía  sino  la  mi* 
tad  de  la  Provisión*    Multitud  de  trabajado* 
res.y  no  menos  útiles  que  los  precedentes  ^  aun* 
qK  mas  visónos  9  -y  ^  lAenos  díestios ,  tiospre^ 
^tiai>  otro  segundo 'Mío  9' Qomünmente  más 
fimie  9  y  menos  torcido  (pie  el  primero,  y  que  h¡io4cu  »«. 
atravesando  alternadamente:  por  entre  los  hi-  ^^ 
ks  altos  ,  y  bajos  de  ta  urdimbre,  los  uAe  to* 
dos  en  un  solo  cuerpo  y  y  fotxm  de  un  cabo; 
k  otro  un  tegido  igualmente  grueso ,  é  igual* 
mente  adornado ,  y  bello :  y  este  es  el  hilo 
transversal ,  que  se  llama  trama  ,  ó  grueso  de  * 
látela. 

El  tramon  ,  esto  es,  las  lanas  cortas ,  que 

quedan  en  el  sueb  dd  peine ,  por  no  haber* 

se  podido  mantener  ,  fSdtas   de  aquella  lar* 

gura  precisa ,  y  proporcionada  á  las  otras  ,  y 

-  T(m.Xn.  N  > 


9  %•      Espe$a9fJo  (k  'la'N<aufalpuu 

generalmente  ^  tcxlas  aquellas ,  qite  $e  llaman 
l^nas  bajas  ,  se  enj^p^^ao,  después  de  bien  baqii6* 
.  tead^s-9  y  cardadas, ^ensacar depilas il  biSode 
txama  para  las  telas  coinvinesü  -«i  /  .  :  » 
€ardas.  -  ^as  cardqs  $on  dos  tablas ,  ó  planchas  co- 
mo el  peine  ;  pero  masí  ancbas.  que.  largas^ 
cubiertas.^  ijn  cue|K>  de  b^aoa .,  berízada 
cpD  ppnias;4e  bferr0.y>l3Sr^ueÍ€Sí,  .al.  cotxtrar: 
cío  de.  los /latg<p$  dientes  ^eí^peii^:^  $on  cor«^ 
tas ,  y  algo  -corbas ,  pata  que^  rompan  los  ma-* 
teriales ,  qqe  pasan  -  por  eÜas  5.  y  los  redoz-: 
qsp  4  las  in.4S  miím^aft  |»rtictitoiL:v  X  tsmásn 
mo  para  que  rarifiquen ,  y  desunan  lo  m^s  q¡¡m 
fuere  pos^b^  ,ta  borra  ^.aeda  y.  ttaniiD .  1^  peal, 
como  la  fina  9  el  residuo  dQ  los  capuUps  ,  que; 
epQierra  iqncQedi^tamePte  1^  orysíJida  tj  (Cl  pen 
la  4eíi<»dQvi  id^jiwrcftijdeí  €^3¿f  ,^  »Kte  -qi^lK-j 
q^ier  c^ro  «pirpal^^e^  dimtnob  ^jó  estopA  y  que* 
queda  en  e|, $i^lo  del. peina  ^  úíí  .q»e  é$^ . kir 
pudiese  preparar  ^  y  las  knas:  de  ultima  suer- 
te* En  fin '9, las  cardas  se  ^emplean  w^  fQm-l 
f^  las  Jagss  larcas  i  ^  -49  ):prictew.:;sii9rie¿, 
quando .  jse,  prep9^Q  paca!  pagos  1^'  ó :  papa .  Sarr 
guefias  finas  I  que  íniitAn' el  Cuerpo  de  d 
paño» 

El  motivo  y  h  idea  del  trabajo  de  las  catr 
düSj  ps.  ^pQn«ff  ^  ua  ¡nj^rsal  bincfaíidci  ^  Ibfo^ 
y.  á  proposito  para  sacbf  un  bilcf-.poco  apre- 
tado 9  cuyas  fibras  hagan  esfuerzo  ,  y  egerci- 
ten  .de  todos  modos  su  lesorte ,  ó  nraelle  unas 

OQQ- 


•  .  -  • 


*  JSteíTtfda  Mbmbre.  '^^ 

oomiia  bttíb  5  ^énid  buscáiiídb  ocasión  de  des«^ 

dos  1r¿agitíable¿  aquellos  rnéniídbs  [>ék)s  ^  que 
han  pttadó  pof  la&  cardas'^  tió  se  pueden  tor-^ 
ccr  y  ó 'dóblí^r  singue ^c*pef¡triéiite;ért  ellor 
Ana  kndgbdi»  édnScftUi'á  iáepárar%  <,  y  á  'dés4 
máfse  *nfté^fef;íÉ|ihító.;fieñ  ^ue 'ehtrari  ;  defeé 
estar  heriisada)  y  poco  torcMó:*cbh  qué  se  de* 
be  saCaif  de  este  liSlo  cardado  una  trama  pro- 
pida  p«m  ^6  lai  teta  )  que  isaljga  '^  se  hinche  « V 
abul»-;  y;<*tejíd*y'^ésal|áVa^^^ 
isifuinlád  dé-píekísá  /áskla  t)oíl  lá  ot» 
dad  él  el  Cuerpo  de  la  tela.  ' 
.  ;  I^  kna  se  carda  ,  dandok  diversas  ma^ 
Dtt! )  4se  váo:  emp^eabdd  jíDsthim&tites  ^uícesí^ 
fjttnefite  délteadóávy  df  i^iíaártoas  cortas  :M 
yfen  la  ultinltti  'ópéradtoiif'^sále-Mdé  del^jo  ¿fe 
la  carda  como  un  pequeño  rollo  de  una  pul« 
gada  de  grueso  ,  ;y  doce  de '  largor  \Bst6s  ro-* 
¡km  dd  latía ^jk  ^Ittffiíán''  copórpaVd^  UhO^ 
ékt^^  y  !terliilafi  eá  él  toirM  grafidé'sfii  ^^ü4 
dá « de  rueda  alguna."  ^  Lá '  hilandera  potte  cotí 
la  mano  izquierda  la  extremidad  del  copó  *^r*¿i**¿ 
en  el  huso ,  (**V  ó  en  sü  ége  i  y  con  te  de*  ^ogt^d^ 

t^sat  paño  «  y  les  llaman»  a  U  primcrat  Ctf^i^  Ctmm»,  k  la  scgun- 
O  »  eanU  (U  ¡UfáH^  b'Fim^»  á  la  tercera  ,  carda  de  R$4ilU,Y  ik  U 
quarta,  carda  de  VeriS  :  y  escat  dos  ulcimas>una>  y  otra  dan  la  al- 
tíma  maan.  Tambicá  paraila  trama  hay  s«9  cardas  pfarttcohres.An*- 
tf  s  de  darle  estas  car.das  ^  la  Uu|a»  K.le  ^tai^  Iq^  r/#r#/^  y  Csdil^tttj 
que  soif'1orrcsidin5$  deianfarta  ,'qú¿  teniaif.  ^ 

'<*9  Ai  huso  de  esta  especie  de  toro»  llarnt*  Hmsém»  ea  alguaae 

partes. 


100  Espe&acuh  áe  k  NahtraUíuk 
techa  mu^e  b  .c^ex^ ,  la  nieda  ,  y  é  :hmx: 
con  que  asida  la  lafiaá  lapun^a  del  ^ge »  aeeíK 
teda  en  ella  ,  dguieiido  su  movimiento.  Luego 
aleja  la  hilandera  la  mano,  y  prolonga  tres ,  ó 
quatro  pies  el  copo ,  que  adelgazándose  ^  y  sí*. 
guien(^  la  direocÍGoi  y  que  Ja  oot^tiuica  el  ege 
dejl  fanso ,  viene  á  /quedar  reducida  á  un  Ulo 
bastantemente  torcido » de  modo ,  que  logre  ala- 
guna consistencia ,  al  mismo  tiempo ,  que  per* 
manece  spficiencemept^  ^.fó^  para  ectar  fuera 
del .  torcido  1^  extremidades,  de  las;  pepenas  be-. 
bras,^ue.le  componen^  Paudole  de  nsbés  mi 
golpe  vblento  i  la  rueda ,  saca  el  trabajador  ^6 
bilandera  todo  -el  hilo  4e ^.ege ,  y  le  arrolla, 
y  deh^a  e^. el  cuerpo  deltuiSQ  ^CQo  solo^vn 
leit.l^  rueda  .§u  movitniQíuo  ofái^mo  r  jr 
después  une  el  cabo.de^  ^opo^  ji  biladoj[ 
i  otro ,  que  se.  empieza  d  l^lar  ,  ^piteando 
el  punto ;^de reupioii  aKege.f^ra  bplver  á  co* 
o^^n^f  I9.  operacÍ9ft'PrtíPed¿tU)e^fConcuy9  le-t 
petición .  acumpla  fi>ucÑ%  busmdjisl^t^ue  se  vafe 
poniendo  en  el  cuerpo^^  del  huso  »  al  mis- 
mo tiempo  que  se  disminuyen  mas » y  mas  los 
volúmenes ,  copfbrme  se  uan  acercando  á  la 
punta  del  egé.  Est%  miasa  de  ^ilo ,  6  esta  husa* 
da  grande,  dc^pnesta  én  fortña  de  cono  ,  6 
como  un  pilón  pyramidal  de  azúcar ,  se  atra- 
viesa ,  5r  corta  con  el  ege ,  sin  que  de  aso- 
do  alguno  se  desenrdien  ,  ni  enreden  sus  bír 

los: 


j' . '  ♦ 


». 


.  SJ  vertido  del  bmbre.  lor 

íoiz  pnies  el  aoeyte  ,  ó  solamente  la  bmnedadf 
que  todavía    mantieqe  la  lana  j  embota  ,  7 
adormece  todo  su  resorte.  De  este  modo  se 
muda  sin  riesgo  alguno ,  y  pu^to  el  cono  en 
otro  huso  9  se  distribuye   en  la  debanadera^ 
imiendoie  por  medio  de  un  ligero  nudo  con 
el  bilo  de  otro  huso  diferente  ,  y  todo  jiia*-^ 
to  se  reduce  después  k  una  madeja   por   me- 
dio de  la  debanadera ,  que   mas    gobierna  al 
trabajador  ^  que  el  tiaba^dor  i  .ella*  Las  me» 
didas; ,  que  se  han  propuesto  ,  y  las  ideas  to^ 
madas  ,  determinan  la  circunferencia ,  quede-( 
be  tener  la  debanadera.  Quiérese  ^  poqgp  por 
egemplo  ^  que  la  madeja  tenga  trescientas  buei* 
tas  de  hilo  ?  Entonces  es  preciso  ^  que  el  ége 
«oeage .  pcnr  medio  de.quatro  pubtos  ed  una 
fueda  9  que  tenga  veinte  ^  y  que  el  ege  de 
ésta  9  que  tiene  ciiKro  ,  entre  en  .  una  rueda 
grande ,  que  tenga  sesenta  puntos.  La  .  dd)a^ 
madera  dará  cinco  buelms  para  andar  los  so 
puntos  de  b  mida' pequeña  ^  pues  <^da  uno 
de  los  de  la  debanadera  encuentra  coa  otro 
de  la  rueda   pequeña.   Esta  dará  las  mismas 
boekas  que  su  piñón  ,  el  qual  para  andar  los 
^  puntos  de  la 'rueda  grande,  habrá  de  dar 
2^   bueltas:  con  que   en   él    tíetnpo  que  lá 
rueda  grande '  dá  una   buelta  9  dá   1 2  la  pe- 
queña 9  y  la  debanadera  60 :  y  asi  9  es  pie- 
dsp  9  que  dé  la  nieda  grande  cinco  bueltas 
para  qué  la  debanadera  dé   $ .  veces'  66  9  ^  h 

las 


rotr  EspeSaéuh  dé  h  NataraUza. 
las  trescientas.  ;£q  el*  remate  de  lá  dd»padeJ 
ra  se  pone:  na  martíHico^  condncicb  por  un» 
davija  ,  que  le  sostiene ,  asida  á  la  rueda  gran- 
de ,  de  modo ,  que  ^  al  acabar  de  dar  ésta  ( 
bfiiekas.,  dá  el  martillo  5  golpes»  Además  de 
esto  atraviesa  Üá  misma  debanadera  nd  ege^* 
queariblla  nn  hiloxón  una  pesa  pequeña  ^  que 
detenida  al  acabarse  la  quinta  boelta  ,  advier*- 
te  al  debanador ,  que  hay  yá  goo  hilos  en 
m  debanadera ,  piies  ha  dado'  300  bvebás ,  eknt 
es  '5  veces  6o.  rForraac^  las  madejas  cpo  ué 
Bumero  determinado  ,  y  'conocido  de  hüO'  da 
nrama  ,  se  juntan  los  cabos  y  de  modo  ,  que 
todos  queden  reunidos  en  un  mismo  punta, 
p^ea  «que  (por  >medio  de  una  cuerda '  se  pue^ 
dan  hallaff>''fóc(ltiiente.>Pjíra  quitar  Agestas  m»<» 
dejas  el  'aceyte  ,  y  suciedad ,  que  tienen  por 
razón  de  los  tintes^.se  lleban  al  desmugr»» 
dero  ;  y  limpias  ^^  y  desmufradas .  en  él ,  sr 
Cueican  v  'd^ndelfis' ,  como  peqnefias  cohiña^ 
torneadas  \  á<icada^>uiia.  de  las  qdale^  femaq 
rollo  ^- 1' paquete.  -Esta  figura  'balita  el  m^ 
^^P  9  y  transporte  ^tn  riesgo  de  equivocacioi^ 
ai.  de 'mezcla^  Uldmameoté.  ^j  se  debanan  las 
madejas  ife  él' hito  de  trama  ¿a  cafias  pefque^ 
fías  de  trer pulgadas '  de*  largas^  yla^  llkwañ 
caaiiiat.  caniUos.'  Dentro  de  cada  una  se  mete  tm  Uñt^ 
fecillo  9  i  que  .llaman  bembrilld  y  i^),  cuyos 
/      i  '#   '  *i  \~'  \  '  '  \  • .   .    *  * '    ,.  dos 

A(**)  ^  c^ca^ejobj¡iU,6  feügrref  illo»  iin«  se  tt^ce  dentro  ^e  la  c^ 
kiUa'para' asegurar  la  ciíla  Iajiiadérá'»te  uamáñ  en  otras  paKcs  lirné^ 


El  vesfidd  íkl  hombre.  105 

lados  mantíenen  la  canilla  dentro  de  la 
lanzadera  ,  que  dá  lugar  por  una  abertura  la-> 
;teral  ^  pqra  que  vaya  saliendo  el  hilo  ,  el  qual 
detenido  sobre  el  temple  (**a)  pequerío  ^  que  Lucha,  h  aut- 
es  el  primer  lado  ,  ü  orilla  de  i  la  urdimbre^  ""*  *^*^*' 
se  desarrolla  ^  y  descoge  de  la  canilla  á  me* 
áida  y  que  la  lanzadera  CQrre  áciá  el  temj^  pe» 
queño  del  ooro  lado.  Entofacésiebantandose  {x» 
medio  los  htlosde la  urdimbre ,  y :bajandd  des»    .  ^ 

pues  akernadamente  ^  quando  los  otros  suben^ 
y  abrazan  el  nuevo  hilo  ('*^b).de  la  trama  ^  que 
los  viene  á  acompañar  h tile  suerte.,  que  la  ur**  ^ 

dimbre  es  propriamente  el  cimiento ,  y  la  fuer^ 
sa  del  tejido  ,  y  es  la  trama  quien  le  dá  á  ki 
urdimbre  d  cuerpo  9  y  el  carader  mas  sensí* 

.Mucbas  telas  Jbay ,  cuya  trama  no  esbdlun  ^eia  de  4m 
ds^  sin^  de  una  lana*  peinada  y  i¡^c\  ooino:^*^*'^^'^^ 
lo  es  la  de  la  urdimbre  misma ,  y  en>  estos; 
casos  se  saca  un  tejido  liso  ,  á  quien  por 
la  igualdad  j  6  casi  ^ualdad  de  los  dos  hi<4 
los  9  Uamaoios  tela  de  dos  estaoibres  ;  y.  por 
d.  contrario  llamaremos  tela.de  im  estanibre^  ;  "i 

á  aqueUa^  cuya  urdimbre  es  de  lana  peina* 

<**«)  Bl  temple  es  an  palo»  h  regla»  q«e  se  pone  encima  de  la  ce- 
íá  para  que  no  vaya»  ni  mas  ancha»  ni  mas  estrecha  de  lo  que  se  ' 
qoiere»  y  se  afirma  con  anos,  que  llaman  Pincbts  >  asidos  a  la  mis-  * 

ma  cela. 

(**b)  A  cada  nuevo  hilo  de  trama  »  que.  va  entrando  en  lá  ttli» 
le  llaman  Luehm. 

(*«c>  También  le  llaman  estambre  á  esta  tana  peinada»  y  esta  te- 
la» qnc  sacan  de  los  dos  estambres  peinados ,  tanto  para  trama»  co* 
010  para  «rdimbrc  >  es  á  quien  Ummui  TíU  dg  Us  íttámkftt.  • 


•     # 


1 04       EspeStacuh  d^  Ja  Naturúlna. 
da  9  y  el  cuerpo ,  ó  la  trama  es  de  faib  floj6| 
6  lana  cardada. 

De  esta  diferaida  de  hilos ,  yá  peinados» 
y  y á  cardados  j  proviene  la  que  bay  entre 
una  simple  tela ,  cuya  urdimbre  ,  y  trama  se 
formaron  de  un  estambre  igualmente  torcí* 
cb  9  ó  de  un  fustán  y  que  es  todo  un  algo- 
dón 9  pero  de  urdimbre  Uso  ,  y  trama  beiiu* 

9t&o  h  hilo  ^   ^  ^^^^  proviene  también  la   diferencb 
de  rr4iiM  to-  suma  ,  que  ae  ve  entre  el  paño ,  y  una  tda 

bre  otro    hilo    ,  i_        i*  t        <-  j 

4c  craoM.  de  estambre  lisa ;  pues  el  paño  se  saca  de  ur^ 
dimbre » y  trama ,  cardadas  igualmente  ,  aun* 
que  de  lana  la  mas  larga  »  y  de  primera  siier^ 
te  ;  y  el  estambre  mas  hermoso  ,  y  fino  se 
compone  de  estambre  liso  sobre  estambre 
liso ,  (^  esto  es  9  de  urdimbre  »  y  trama» 
Usas  igualmente  ,  igualmente '  cenadas  »  y 
ambas  de  una  lana  fina  »  y  larga »  que  pas6 
por  el  peine  para  que  quedase  mejor  torci- 
da» y  mas  lustrosa.  De  aquí  mismo  viene 
taml:rien  la  diferencia  de  las  Sarguetas ,  (**) 
cuya  tiama  es  beliucb  »  y  floja ;  y  del  ba- 
tía emmhre  futo »  (^)  belos » y  otfBS  telas  finas » cuyo  hí« 
ibo  s^brc  o.zu.^  ^  ^^^  el  de  la  urdimbre  »  como  d  de  la 

trama »  es  de  la  lana  de  primera  suerte  de 

Se- 

•  t  '  « 

(**)  A  U  cela  »  qae  mIc  de  los  dos  hilos  » trama »  y  urdimbre 
<ÍB  peinar  >  lUaan  Vtthi, 

(**;  Ha/  dos  cspcciet  de  Sargueras ,  uaa  de  teda,  de  mas  cuerpo 
^iMT  d  caiVcin  dol>le  2  ocra  de  laaa»  algo  mas  fina  que  la  Scmpiccr* 
■A ,  y  sirve  comunmcnce  para  forros  $  y  de  esta  se  habla  aqoÁ. 

(**>  Suck  servir  para  aiirio  en  ios  lucos. 


IS  vestido  Jd  bomhre.    ,.     iqj 
Segom^  y  ambos  lisos ,  y  peinados ,  y  que  se 
hilan  casi  coh  igual  solidez  en  el  torno  peque- 
ño. Esta,  igualdad  ^  i^  ca$i  igualdad  de  los  dos 
hilos ,'  con  la  supresión   de    toda  pelus^  ,  es 
quien  saca  tan  brillantes  cómo  la  seda  las  te- 
las ordinarias  de  Reipis'^  de  Mans^  y  de  Cha- 
lóos sobre  el  Marne.  Si  la  trania  de   este  es- 
tambre'  lisq ,  aunqvie  peitia4^  cotíid-  el  hilo  de 
la  urdihibré',  se  lilla  muy  suavemente,  la  tela 
muda  de  nombre,  y  tóriiauñá  forma niiévá.  V 
asi ,  no  será  yá  estambre  la  tela,  sino  sargueta^ 
quando  la  trama  es  de  lana  cardada ,  y  que  se 
hiíó  flcyamente  en  éí  '  tortiil  girán^Je  ^'  para ,  que  ' 
quede  lanuda  ¿dmó  eí  pafib/A^esta$  combina-  gjj^„«,  h 
dones ,  que  dejamos  dichas'^  se  juntan  otras ,  sin  ^^<>  ^^  «^«- 
mas  diversidad  que  el  mayor ,  ó  menor  grado  de  con  ^hlio  de 
carda ,  ó  peine ;  otras  diferencias  provienen  tam-  níaSÍ^^"  ^' 
bien  de  la  alteifnativa  de  los  hilos  de  la  ur^m-  ' 
bfe,yá  sea  en  ordei?  al  color,  yá  en  eí  grueso, 
Ó  yá  en  el  modo  de  disponer ,  y  tejer  el  todo. 
La  tela  fina  de  un  estambre  liso  sobre  otro,  y 
bien  apretada  ,'y  batida  én  el  telar ,  viene  á  ser 
d  éstambi^é  liisó  de  Mans.  La  misma  tela  menos  ^^}lX^. 
apretada ,  I' modo  de  gasa,  será  loque  se  íla-  ^'•«^«•* 
ma  crespón.  (^  Es  la  trama  de  lana  fina ,  pe- 
Tom.Xn.  O  r© 


'I 


(4(*)  Bu  esta  .tcU»  na  kftbiendo  po4í4o  ccaer  inrorme  alis- 
tado de.  ella,  TCOiqítc  Tarían  inmei^amciice  los  Diccionarioss 
y  asi  usamos  de  es  ce  termino  por  huir  de  su  coafasion.  Udos 
poaen  dhameloce  *  otros  estanicáa  t  J  ftrcc€  t  ^ue  ao  es  an^ 
bí  ovo  >  sino  6l  Cr$if¿itt 


BspafioUta* 


Tiritaña. 


1 06       Espe&acuJo  áe  Ja  Naturaleza. 
ro  cardada  ?  entonces  será  droguete  y  d  tina 
lanilla  muy  fina.  Alzase-,  y^  se  baja  la  urdimbre 
con  qu9tVo  careóla^  (^a)  en  lugar  de  dos?  £1  en- 
lace de  los  Wos  es  entonces  doble  y  y  sq  cruza^ 
y  atraviesa  uno  á  otro,  y  la  tela  es  el  Maroc, 
(*^b)  6  Droguete  cruzado.  Es  la  tela  de  una  la- 
Tcia  Deifina.  na  gruesa ,  y  sin  cruzado? Esta  es  la  tela  Delfí-  . 
na.  Silfi  trama  es  de  lana  fina  cardada,. con 
urdimbre  de  estambre  liso  de  Segovía,  eslaEsf 
pañoleta  de  Reims.  Si  la  trama  gruesa  es  de  lana 
de  Francia,  y  la.urdipbre  dé  cáñamo  ,  sale 
la  Tiritaña  de  BeauQapp.j,^  el  Droguete  ^grue- 
80  de  VerneiuK Xa  Sargueta  fina ,  bien  tejida,  es 
la  Pinchina  de  Tolón,  6  d¿i  Cbalons de Cham-. 
paña.  La  Sargueta  de  lana  gruesa  ,  bien  ba- 
tanada ,  e$  la  Pinchina  de  Berry.  Quántas  com- 
binacióo^s  I  y  ()uánt3S  mé;^Iás  I  y  nombres ' 
ae  tiallan  á  cacía  paso  entré  todas  éstas    telas^ . 
que  son  como  telas  madres!  Pues  nó  se  ha-  .' 
lia  menos  multitud  desde  el  hermoso  Cha«  J 
melote  de  Brujías ,  r  ó.  (^ .  ^la  i^n  Flandes,  d  .^ 
de.  Ñeuville  eti  eir^^^ésai^Q,  baktk él'  Chamé-. 
Banagás.   lote  basto  de  Auv^miaVy  i^.l^ragáni^^  ' 


C**a'  Bu  los  telares  llaman  Cdr  e9U$  i  unos  Hstonas  de  fluwieni 
en  que  pone  los  pies  el  Tejedor  9  para  que  saban  »  y  bajen  los  ti- 
zos. A  estas  careólas  llaman  en  algunas  parces  Prttmdtras  »  7  en 
•tra»  PrimidiTés.  Al  tejer  con  quacro  careólas  ,  llaman  tejer  á  la 
C»rdtllédm  Las  Sargaetas  ,  Katiñas.  y  otras  ettnfecile  Vemno  wt 
tejen  de  este  modo ,  cnn  qmoro  liUot ,  y  nna  especie  de  relieve» 
á  (fue  llaman  Cru^^ 

(•«b)  Bl  Maroc  »  de  qoe  hablamos  «qni ,  es  ana  eapecíe  de  Ser» 
gueta ,  que  se  fabrica  en  Reims :  y  puede  muv  bien  pnsat  por  I>r«" 
guete ,  como  también  el  Sé^*tin »  /  el  CéUsmMP» 


£7  vestido  del  hombre.  X07 

4egun  se  emplea  para  diversificar  las  telas  ^  6 
una  urdimbre  fuerte  de  pelo  de  Cabra  ^  coa  ' 
trama  muy  torcida  de  lana  fina  \  6  una  ur- 
; '  dimbre  de  pelo  »y  trama  de  lo  mismo  f^  el 

^  .p^9  con  el  cáñamo ,  con  el  lino ,  6  con  la 
^  jséda.  Una  fuerte  urdimbre  de  seda  «  con  tra- 
^   ma  fuerte  de  la  misma  materia  «  nos  dá  el 

Gorgorán  de  Ñapóles  \h  el  de  Tours.  De  Gorsorin  4e 
una  trama  de  lana ,  con  urdimbre  de  seda ,  sa-  go^ú  de 
fe  la  Ferrandina ,  ó  d  Moncji^ard.   El  hilo  ^^•• 
de  cáñamo  con  el  de.  aíjgódon  ^  nos  abastece 
del  Síamense  comuñ.  Estt>  basta  para  que  po- 
damos   inferir  ia  immerisa/ diferencia  de  te- 
lasiquesé  encontrará  én   las  combinaciones 
de  pelos  ^  borras  ^  seda  ^  lana  ,  cáñamo  ,  y 
lina         ''  ^^     '  '  :  ;^ 

Antes  de  pasar  i  otras  especies  de  diver- 
sidad 9  que  se  les  dan  á  las  telas  con  Ids  vá-  río,%?c^?I 
ríos  modos,  que  hay  de  darles  lustre,  y  con  ^^  *^^'¿*^¿ 
los  singlares  preparativos  con  que  las  dispo-  «^í^rta. 

^  nen ,  rio  es  razón  omitir  una  operación  bien 

^feve  en  la  aparfenda  ;  pero  eñ  íá  realidad 
muy  del  caso, y  no^  menos  sabia  :y  qtie  por 

;  medio  de  d  torcido  de  el  hilo  acia  el  un 
lado,  6  acia  di  otro  ,  contribuye   mucho  ^ 

\  lustre  de  lás^  telas  de  menos  monta  ,  y  mas 
comunes ,  y  á  la  substancia  ,  y  cuerpo  de  las 
telas,  que  imitan  al paho.  Esta  operación  con« 
siste  en  hilar  del  mismo  modo  la  urdimbre^ 

v^y  la  trama,  que  se  destinan  pata  aleuna  tela 
'    '  ' Oa  lus- 


io8       JEspeSlacuJo  de  Ja  NaturaJeza. 
lustros^,  j  cpmo  el  Estambre  ^  el  Chamelote  3  ü 
otra  'semejante  V  y  ^n  fiilar  la  trama  para  los 
paños ,  al  contriario  de  como  se  hiló  la  ui- 
dimbre. 

Esta  diferencia  no  ^lepende  de  el  movi- 
miento dé  los  dedos  9  que  siempre  es  el  mis- 
mo )  sino  únicamente  de  la  cuerda  del  tor- 
no,  la  qual  puede  estar  cruzada  ,  ó  abierta, 
y  sin  cruzar :  caminando  la  cuerda  ^  que  r^ 
^éa  la  circunferencia  de  la  rueda,  y  que  obli- 
ga á  seguir  él  movimiento  de  ésta  al  huso, 
y  al  hilo',  de  la  izquierda  á  la  derecha,  co- 
mo la  cigüeña  del  mismo  torno  ,  hace  que 
las  bueltas,  y  torcedurás  de  el  hilo  Ueben  esta 
Misma  dirección  ,  subiendo  de  la  izquierda  á 
la  derecha  ;  pero  si  la  cuerda  ^  que  rodea, 
y  corre  por  la  rueda ,  está  cruzada  antes  de 
llegar  al  huso ,  á  que  se  vá  uniendo  el  hilo, 
es  necesario  ,  que  á  hilo  ^  y  huso  los  mue- 
va, bajando  de  la  nsano  diestra  á  la  sini^ 
,tra,  al  mismo  tiempo  que. la  cuerda  sube 50- 
bré  la  rueda  de  la  izquierda  á  la  derecha ;  y 
todas  las  fibras ,  ó  hilitos  de  lana ,  que  se  van 
torciendo  los  unos  sobre  los  otros  ,  tanto  en 
el  tornó  (pequeño  ,  cómo  en  el .  grande ,  Jo 
ejecutan  según  el  movimiento  ,  qué  les  co- 
munica, é  imprime  el  huso,  y  ege  ,  por  lo 
qual  se  pliegan ,  y  tuercen  de  un  mismo  mo- 
do ,  quando  la  cuerda  del  torno  se  cruza  ^  b 
se  hila  á  cuerda  cerrada  >  y  se  tuercen  de  el 

mo« 


El  vestido  del  hombre.  109 

modo  contrarío ,  quando  se  hila  i  cuerda  abier- 
ta. Pero  y  y  qué  bien  nos  podra  venir  de  que  el 
uno  de  los  dos  hilos  sé  tuerza  al  contrario, 
que  se  tuerce  el  otro  ?  £1  bien  es  este. 

Quando  se  quiere  y  que  una  tela  no  que- 
de rasa,  sino  con  algún ^dorno,  y  nías  ,  ó 
menos  tupida,  y  belluda,  se  lleba  á  los  Ba-  ui  Bauaes. 
tañes  para  espesar  la  urdimbre  ,  introducien- 
do en  ellas  fuertemente  aquella  lanilla ,  y  pe- 
lillos de  la  trama  ,  que   la  acompaña ,  y  pa- 
ra mantener .  con  sus  estremidadies.,  introduci- 
das en  la  tela  ,  la  pelusa  ,  que  la  adorna  en 
k)  exterior.  £1  Batanero  es  con  toda  próprie- 
dad  quien  le  dá  la  consistencia  á  la  tela  ,  y 
el  efeéto  principal  de  los  golpes  de  los  ma- 
zos de  el  Batán  está  en  añadir  la  fortaleza, 
y  tupido  del  fieltro  á  la  regularidad   del   te* 
gido.   Como   consequencia  de  este  principio 
no  se  pasan  por  el .  Batán  las  telas  lustrosas, 
,  y  lisas ,  pues  reciben  sin  esta  operación  todo 
.  el  esplendor  ,  que  han  de   tener  ;  y  si  tal 
vez  se  batanan,  es  para  que  se   purifiquen, 
y  limpien;  y  nunca  se  ejecuta  en  seco  ,^  pues 
perderían ,  tupiéndose  á  fuerza  de  golpes ,  aque- 
lla ligereza ,  y  brillante   hermosura . ,  que  las 
dá  el  cara&er.     Por  el  contrario ,' las  telas, 
que  se  batanan  para  adquirir  la  consistencia  de 
el  paño ,  ganarían  desde  lu^o  no  poco ,  si  su 
urdimbre ,  y  trama  fuese  de  lana  cardada ,  6 
.  á  lo  menos  si  el  hilo  de  la  trama  es  flo- 
jo, 


I 

M 


1 10  Espe&aculo  de  la  Natut(úet¿u 
jo  9  y  la  urdimbre  hilada ,  á  gyro  ^y  tornó  oob- 
trario ,  ó  uno  á  cuerda  cerrada  ^  y  otro  i 
cuerda  aUerta.  Las  personas ,  que  corren  ¿da 
una  misma  parte  ^  podrá  suceder  ,  que  no 
se  encuentren  en  mucho  tiempo ;  pero  si  co^ 
ren  al  contrarío  ,  se  podrán  muy  bien  en- 
contrar ,  y  tocarse  con  prontitud  unas^,  á  otras: 
de  el  mismo  modo  sucede  en  los  pelillos  de 
dos  hik»  fkgos  ,  y  torcidos  acia  un  mis- 
mo lado  en  el  tomo;  poca  unión  habrá  que 
esperar  de  ellos ,  y  aun  todavía  habrá  menos 
denlos  dos  hilos  de  lana  peinada  ,  que  for^ 
man  el, estambre;  pues  en  efeflo,  lo  que  se 
desea  es  ^  qtiie  se  junten ,  y  aproximen  entre 
sí ,  y  cubran  d  cuerpo ,  no  que  le  snfixjuen^ 
y  at)oguen.  Pdro  si  el  uno  de  los  dos  hilos 
se  torció*  á  cuerda  abierta ,  y  el  otro  á  cuer- 
da cerrada ;  si  los  pelos  de  la  urdimbre  están 
de  una  manera^  y  de  otra  los  de  la  trama» 
los  pelos  déla  una  taparán  fácilmente  los  in- 
tersticios de  la  otra ,  introduciéndose  en  dios. 
Quando  los  mazos  golpean  ,  y  rebuelven  la 
tela  en  la  pila  dd  Batán,  no  hay  peto  algu- 
no 9  que  no  se  quebrante  con  los  golpes  ,  que 
recibe;  y  los  petos ,  que  con  este  impulso  for- 
man una  curbatura ,  ó  se  apartan  de  los  im- 
mediatos»  se  bajan ,  ó  prolongan  ,  quando  'd 
mazo  buelve  la  tela  dd  otro  lado :  con  que 
si  los  hilos  de  la  urdimbre ,  y  de  la  traiM 
se  hilaron  unos  al  contrario  de  otros,  y  aque^ 

ios 


.  -  Bl  vestido  del  hombre.         i  r  x 

Dos  se  erizan  acia  fuera  á  la  derecha  y  y  éstos 
áqa  la  izquierda  ^  esta  disposicioD  les  £icili« 
tara  sin  duda  ^  la  inserción  mutua  al  batanarse 
la  tela:  y  todavía  se  hará  mas  fácil  ,  y  mas 
pronta  esta  amistad ,  si  los  dos  hilos  son  de  la- 
na cardada  ^  qual  es  la  que  se  emplea  en  los  pa« 
ños.  Todas  las  demás  telas ,  ea  que  se  acompa» 
ña  el  hilo  de .  trama  con  el  peinado »  se  uniráa 
suficientemente  con  sola  la  precaución  de  tor* 
cer  un  hilo  al  contrario  de  otro  ^  y  adquirirán 
la  textura ,  y  solidez  del  fieltro,  hasta  el  pun- 
to que  se  desea  :  digo  hasta  el  punto  que  se 
desea,  porque  si  la  tela ,  sea  paño ,  6  sea  Sar«  ^ 

gueta,  llegara  á  ser  verdadero  fieltro^  se  com- 
primiría demasiado ,  tanto  en  el  largor ,  como 
en  la  anchura,  á  proporción  del  xmyot  grue- 
so ^  y  cuerpo^  que  adquirió:  y  si  se  quisiesen 
baoijnar  mas ,  se  harían  pedazos.  ^  ó  .les  quita- 
rían el  tesón  y  como  dicen  los  Oficiales. 

Los  ^fc¿)os  del  Batán  son  dos.  JSl.  prime-    Dot  eredot 
rp,  es  desmiigrar  absolutamente  la  tela  j  y  el 
seguuíjb  enfurtirla ;^{**)  batanase  e^  tierra ,  y  ^ 
en^  seco.,  (*♦)  En  ti,  rra  se  We  embolvieiído  la 
tela  en  arcilla,  que  es  absorvente  ^  y   á  pro- 
posito para  llevar  á  sí  todos  los  cuerpos  un« 

tuo- 

f«*j  Bsc6  es    cnf irU  »  y  tolidarU. 

(«o>  Bn  nue  tras  Fábricas  está  prohibido  b<t<iitr  en  f^eda  para 
pafi(»s  finos  >  porque  los  desluce  $  tampoco  se  nsa  batanar  en  te- 
co. £ji  el  Batan  se  ponen  tres  operaciones  :  la  primera  ci  desen- 
grasar t  la  segunda  ¡  enfurtir  >  6  solidar  i  7  la  tetcera  UTtr.  T 
esta  s€  dá  solo  con  agua  dará. 


de  los  Bata« 
aes. 


113  Espe&acuh  de  la  Naturákxa. 
tuo^os  ,  ayudando  la  operacioo  coo  un  catk> 
de  agua.  De  este  modo  se  desembaraza  ,  y  lim- 
pia la  tela^  á  fberza  de  un  trabajo  repetido ,  y 
dé  mas, '6  menos  rtgua,  de  ia  tierra  que  te- 
nia j  de  las  manchas ,  de  el  acey  te  >  y  de  to- 
da aquella  bascosidad ,  que  cogió  en  los  tin- 
té^ ;  y  asimismo  de  la  cola  del  pergamino 
códdo ,  en  que  «e  embolvió  la  urdimbre  pa- 
ra que  sus  hilos  estubieáen  mas  resvaladizos, 
y*  suaves  én  la  fabrica.  Despues'de  esta  primera 
operación  ,  de  que  no  tienen  necesidad  algu- 
nos estambres  delicados ,  las  restantes  se  hacen 
en  seco  ,  yá  mas  ,  yá  menos  fuertes  ,  eofíir- 
tiéhdoá  la  ligera  ,  6  batanando  éficazmen-' 
te ,  según  la  intención  y  que  se  tiene ,  de  que 
las  telas  salgan  de  mas  cuerpo  ,  6  mas  del- 
gadas! Nada  dispone  las  telas ,  para  meterlas 
mucho  de  Batán  ,  como  haber  introdüd- 
do  mucha  trama ,  multiplicando  los  golpes 
del  peine  en  el  telar.  Yá  echará  Vm.  áqui  de 
ver ,  amado  Amigo  mió ,  qué  mecbanismo  tao 
delicado  sé  encuentra  en  todas  estas  opera- 
ciones ,  de  las  quales ,  aun  no  aprendemos  d 
nombre.  Jamás  hablamos  á  uñ  Oficial  inven- 
tivo ,  é  ingenioso  ,  y  corremos  detrás  de  las 
estériles  promesas  de  los  Philosopbos.  Yo  qui- 
siera y  para  su  gloria  ,  y  aplauso ,  que  fuera  al- 
guno de  ellos  9  quien  en  lugar  de  hid>lamos 
dé  las  formas  substanciales,  de  los  puramen- 
te posibles  9  y  de  la  harmoiiía  predetermi* 

nada. 


'EL  vestido  del bonAre.  it^ 

nada  ,  nos  hubiera  eoseñado  siquiera  el  uso  de| 
hilo  torcido  al  contrario. 

Después  de  todas  estas  diversidades ,  que 
prováenea  de  la  elección ,  mezclas ,  prepara- 
tivos 9  y  fábrica  de  bs  matéales  ,  se  puede 
todavía  variar  la  tela  con  otras  composício- 
nes  ,  j  aprestos  9  que  »,h  aplican ^  ó  nie-» 
g9n  después  de  estar  £ibricada  :  y  así ,  mu- 
dan  el  nombre ,  según  el  modo  que  hay  de 
componerlas  ^  y  según  d  que  hay  también  de 
adornarlas. 

Primeramente  se  despinzan  ;  esto  es,  se 
les  quitan  bs  nudos ,  pagillas ,  y  motas  con  to- 
das las  pequeñas  desigualdades ,  que  tienen ,  va- 
liéndose de  unas  pinzas  delicadas ,  6  de  hastiílas 
de  mimbres ,  ó  semidas ,  {^*)  para  que  vayan 
i  los  Batanes  sin  riesgo  alguno  :  pues  el  masi 
pequeño  cuerpo  duro  podría  romper  la  tela  ea 
el  Batán.  D^e  las  manos  del  Batanero  buelve 
á  las  de  la  Despinzadora  9  la  qual  repasa  la  tela^ 
quitaadola  de  un  cabo  á  otro  los  cuerpos  ter- 
ecos, que  encuentra ,  y  quanto  halla  capaz  de  at^ 
terard  color ,  y  de  disminuir  la  igualdad ,  y 
uniformidad  del  grueso ,  y  cuerpo ,  que  debe 
conservar  la  tela.  Después  buelve  otra  vez  al 
Batán ,  donde  se  golpea  de  nuevo ,  no  yá  con 
agua .  firia  ,  sino  con  agua  caliente ,  y  jabon^ 
Insta  que  quede  de  tal  modo  limpia ,  y  la- 
Tonu  XIL  P  va- 

[  ^^\   Ad  solo  ttsaa  pintas  de  hierro  coa  puntas  de  accso* 


'^  k  1 4       Espe&acuh  de  la  Naturdletcu 
vada  y  que  salga  el  agua  de  la  pila  tan  crystall* 
na  ^  y  pura  ^  como  entró  ;  pero  se  represa ,  y 
detiene  para  batanar  todavía  en  seca  la  tela ;  y 
entonces  se  le  d¿  un  batán  maá  fuerte  i  la  tela^ 
Si  acaso  se  le  quiere  dar..  Tíenese  la  precaución 
de  desdoblar  de  dos  en  dos  boras  la  tela ,  y  sa- 
cudirla ^  tomándola  de  las  orillas  para  que  se 
disminuyanlos  pliegues,,  y  arrugas  ^  que  queda- 
ron  dé  los  mazos  ^  y  para  impedir  que  se  en- 
coja con  demasía»  Luego  se  bueWe  á  lavar  en 
la  pila  ,  y  ésta  es  ,  por  lo  común  ^  la  ultima 
vez;  que  se  lava.. 
»ftrch«gir  de:       Después  de  estd^  ^  se  arman  algunos  Ofidá-- 
jftft  teitj.       |gg  Yigofosos  de  la  Fábrica  >  á  los  qiiales  lia-' 

man  Percbadóres  ^  con  los.  palmares  ^  que  son 
unas  cruces  duplicadas  de  hierro  ^  ó  madera^ 
guarnecidas  de  las  agudas  pttntasdé  lacatdencha^' 
6  con  las  cabezas  de  la  cardencha  misma  y  cuyas 
hojas>  vistas  en  el  microscopio,  descubren  en  ca- 
da extremidad  un  delkadisimogancbo;  y  después 
de  haber  metido  en  agua  toda  la  tela  ^  la  cuelgan 
Wen  desplegada  en  una  percha,  (**)  y  van  saciuw 
do  el  pelo  á  la  tela  ^  repitiénda  varías  veces  la 
operación ,  y  empezándola  por  la  parte  inferior^ 
llegan  á  la  superior,  y  después  al  contrarío  de  al- 
to á  bajo  rluego  contra  peb,y  según  él  ^sucesi- 
vamente :  al  principio  ^  á  paknar  muerto  ;  esto 
es^con  palmar^  que  yá  ha  servido  y  despula  pat- 

finar 


El  vestido^del  hombre.  ri5 

tnar  tívo  >  quando  no  ha  servido  otra  vez :  (^ 
y  toda  esta  especie  de  obrage  %  hace  primera- 
meóte  con  suavidad  ^  y  luego  con  mayor  fuerza; 
pero  siempre  cou  el  cuidado  de  no  consumir ,  y 
arnúoar  la  tela ,  ni  empobrecer  él  cuerpo  ,  y 
destruirle  el  tesón,  que  tiene ,  á  fuerza  de  ador-f 
naúAzy  y  sacarla  di  pelo. 

L9  perchadura  deja  á  la  tela  mas  calientei  i'aadiiUirir 
de  mayor  abrigo. ,  y  mas  hermosa ;  auoque  t»ira 
esto  se  debe  añadir  la  operadon  de  la  tundidura* 
OorregM^  la  4e«goaldad  del  pelo  de  la  tela  por 
medio  4e  las  tijeras  del  Tundidor ,  y  puesto  su 
primer  trabajo ,  la  budve  al  Cardador  para  que 
la  carde  de  nuevo » y  se  la^  buelva.  Ejecutado 
já  todo  ,/el  Tandickx  la  trabaja  y  reparándola ,  y 
fefifumdola  ,  i*^)  nombres ,  que  expr^an  los  dír 
versos  grados  de  su  trabajo  ;  y  asi ,  la  trahea 
mutuamente  de  las  tijeras  á  las  cardas ,  y  de  las 
cardas  á  las  tijeras ,  hasta  quatro  ^  b  cinco  ve« 
oes ,  sin  hablar  de  las  tundiduras^  y  de  el  embéSf 

Pa  d 

(**)  En  Cspaáa  dan  cinco  bnelcts  3k  la  tela  :  \  la  primera  badea 
llaman  ulrwMms  »  á  la  secunda  41  meiU  Ím»m  ,  ^  la  tercera  .  y  qaar- 
ta  refim^f  ,  y  i  la  quinta  9mHs  :  f  estas  mismas   buelcas  dan  en 
la  cnndidnra.  La  carda  de  imprimar  ca  la  carda  común  :  ala  >rgQn« 
da  buelca  la  dan  asimismo  el  nombre  de  9mh§rr4r  z  y  ti  <iaando  se 
carda  al  potro ,  qne  es  una  especie  de  attil^  pero  las  ultimas  labo- 
res  son  á  la  RUHU ;  esto  es  ,  encima  de  la  rodilla^  y  se  llama  pu- 
ramente cardar  El  ferchar  >  es  lo  mismo  que  car  Jar  al  ayre,  y  dis- 
tinto de  los  tres  modos  antecedentes  ;  y  qoan  lo  se  percha,  o  car- 
da al  ayre  >  cuelgan  el  paio  en  una  vara  ,  ^  queilaman  terchd  *  f 
h»  Tan  trabajando  cnn  los  palmares  «  los  qnales  n»  son  otra  cosa» 
que  nna  especie  de  cardas,  conque  los  Percbadores  &acan  el  pelo 
é  Í08  paños  :  la  carda  la  usan  los  Tundidores  ,  después  de  dada  la 
tijera  para  sentar  el  pelo  al  mismo  paño> 
^  (««)  Bstoes  9  danaole  las  manos  >  y  repasos  >  que  hemos  notado*. 


it6^      EspeSfactdo  de  la  Nataráfeza, 
d  modos  contrarios  con  que  las  trabaja  xmanoh 
nO  misma;  Fábricas  hay ,  ei^  (pie  después  de  pa« 
áarel  paño  por  las  cardas  de  imprimarlo  co^ 
muñes  k  primera  Tez  y  buelven  al  Batám 

Kq  es  posible,  qoe  pase  la  tela  por  tao  fieros 
acometimientos ,  golpes,  instrumentos ,  y  herra- 
mientas ag»das,y  afiladas ,  sin  correr  algún  pe- 
ligro. Pero  no  hay  cuidado  que  no  se  ponga  pa« 
ra  zurcir  imperceptiblemente  .  aquellos  parag^ 
lisiados  y  endebles ,  ó  rotos, 
jufcidiirtf.  Los  que'  comercian  con  boocnr ,  tienen ,  co^ 

mo  por  deuda  de  religión  ,  el  imponerse  exac*- 
tamente  en  el  conocimiento  de  la»  zuiddo» 
ras ,  que  hay  en  todas  sus  telas  j-  é  iademní* 
zar  al  Comprador  fielmente  de  todo  daño».  Es 
aquellos  tiempos,  en  que  la  superioridad  dé- 
las Fábricas  de  fuera  del  Reyno  de  Francisi 
hacía  que  se  desdeñasen  las  telas  ,  que  se  sa* 
caban  en  él  ^  se  acuerdaa  alanos  haber  visto* 
un  Merecer  de  Londres ,  que  no  se  ocupab» 
en  dar  noticia  i  los  Traficantes  de  Francia  de 
ks  zurciduras ,  ó-  partes  desquejadas ,  ea  que 
el  tesón  de  sus  telas  se  arruinó  ;  sino  que  pa** 
ra  evitar  escritos ,  y  réplicas ,  lo  que  hacía ,  era 
poner  colgada  dé  un  hilo  en  la  zurcidurai 
(*^a)  y  parte  maltratada  en  cada  pieza  ,^  una  gi¿> 
néa.  (**b) 

Después  de  las  largas  operaciones  de  Ba>* 

ft»a )  h  esta  viircidara  Itaman  Rktns  itl  tuiwé. 
ft*b)  Vale  cosa  dt  siete  pef«s» 


tañes ,'  cardas  \  y  tundiduras ,  qi»  sé  ¡farfao  ^se-c 
¿un  la  calidad  de  las  tehs  ^  b  ^\  niethbdo  de> 
ios  Lugares  ,  ^anto  en  ei  nombre  ,  como  en  el 
ofden  y  que  observan  de  ejecutarlas  ,  se  ponen 
las  sarguetas  á  €iek>  descubíeno  ^  y  ayre  lihre^ 
tendidas  en  unas  peithas  ,  ó  /varas  largas  r  7: 
tos  paik)s  9  que  recibieron  el  lustre  del  piimet 
repaso  de  \3&  Bruzas  y  (^a)  se  colocan  sobre 
la  Ram?^ 

La  Rama  (**h)  es  un  conjiÉtta  de  pabs^ 
ib^  maderos  ^  tan  ancho  ^  y  largo  roma  fas.  ma-  ^ 
yores  piezas  de  paño.  Esta  Rama  yd  especie  de 
bastidor  9  se  pone  en  pie,  de  modo ,  que  se  pue» 
da  co%ar  la  tela,  y  estirarla  acia  todas  partes^ 
dejándola  a»la  á  una  larga:  í^  de  davijas^  El 
instruiponto ,  que  tira  á  la  pieza  de  pafio  y  acia 
él  ancho ,  y.  la  mantiene  por  la  paite  inferiot 
fija  sobre  usa  pieza  transversal ,  y  movible,  se 
llama  Maelk  ¿  y  b  pieza ,  que  ase  cc»^  sus 
clavijas  todos  los  pizuelos  (^e)  de  la  tela ,  y 
b  estira  áda  lo  largp>  se  llama  Fabo.  Esta  . 
operación  mira  á  que  desaparezcan  del  paño 
todas  aquellas,  rugas ,  que  contrajo  en  las  p»- 
las  del  Batán ;  y  asimismo  sirve  para  tener 
fe  pieza,  en  esqnadra ,  y  Usa  ^  de  modo ,  que 
se  pueda  sin  violencia  reducir  á  so  justa ,  y 

pro- 

ÍfV«a)   Esto  es  »  una  especie  de  Escobillas. 
~  f**b)  í(m»^/«  dicen  Ibs  Holandeses  eitEspaiífl* 

f**c)   Son  aquellos  bilos ,  qne  ^táuk  sin  uger  ea  k  pHxa  >  ft 
iQodO  de  finceos J 


I  iS;      Esp^áctdo  de  la  Nafarakza. 
propofdonada  aoduira  :  y  en  fia ,  la  dispone  pa* 
fa  que  la  lini{5en ,  den  lustre  ^  y  la  doblen  ea 
•quadro.  Tal  es  el  uso  de  ia  Rama. 

La  intención  de  ciertos  Fabriqueros  en  es- 
thnr  de  'este:,aioda  el  paík> ,  és  algo  diferen** 
t^  ;-  estoes ,  anméatará  la  pieza  muchas  va- 
ras. Pero  esta  violeoda  relaja  ,  ablanda  ,  j 
destruye  la  tda  de  un  cabo  á  otro  ^  haden* 
do  que  desaparezca  él  enfurtido  ,  y  él  tesón  ^que 
es  el  inayor  Hsny  jque  le  Comunicó  el  Batán. 
Inotílmente  se  tubo  la  precaución  de  baoerf 
que  quedasen  belludos  ,   por  medio  del  pal* 
mar ,  trama^  y  urdimbre »  de  hilar  á  cuerda 
abierta  9  y  cerrada  9  y  de  batanar  en  fuerte  d 
paño  9  para  umrle  cómo  un  fieltro  ,  sí  se  tor 
ma  aora  d  partido  de  desmembrar  ^  y  des- 
unir la  pieza  á  fuerza  de  estirarla ,  disolviendo 
lo  que  juntaron  -  tantos  afimes ,  y  haciendo^ 
que  1 8  varas  en  una  espansion  moderadSi 
vengan  á  ser  a  4  con  una  extensión  videntx» 
Esto  es  lo  que  hace  á  los  paños  .flojos^  sm 
conastencia  ^  tesón ,  ni  cuerpo.  Mucluui  veces 
se  han  Uehado  al  Consejo  quejas   contra  la 
Rama ,  y  con  todo  eso  ,  en  Franda  aíeoipre 
ha  hallado  Protefioies.  Ko  obstante  ,  los  úl- 
timos arreglamentos  para  impedir  los  princi- 
pales abusos  y  han  sido  de  confiscar  toda  te- 
la 9  que  en  la  Rama  se  alargue  en  ao  varas 
mas  de  media  ^  y  la  que  en  z  6  varas  se  en- 
sanche una.  Metiendo  la  tela  en  agua  ^  se 

r^ 


leátice  á  sü  estado  natural  \  y  declara  la  iojus» 
ticia « si  es  que  la  hay» 

Bruzado  después  oiaeTameoteel  paño ^lim»     .    , 
pío  5  y  alisado  acia'  una  parte  sotamente  y  para  cb^ic  hXÍ 
que  mantenga  ^empre  una.  inclinación  unifor*  ^* 
me  >  sé  ayuda  el  lustre,  y  uniformidad det  pelo, 
aplanchando  el  paño  i  esto  es  y  aplkandb  una 
tabla  de  Habeto  ,^'á  que  llaman  teja  y  que  por 
aquella^  pane  y  que  se  une  al  paño  y  tiene  el  baiw 
nfz  de  un  compuesto  y  6  mástic  de  resina ,  pe« 
dernal  machacado  y  y  limaduras  pasadas:  por  ta*^ 
B2Íe ,  para  que  laspágillafi^,  y  vesíduo&de  la&tuzw 
didúras  y  qne  alteran  el  color,»  pe^ndose  á  esta 
resina  y  le  descarguen,  y  dejen  libre  la  mas'gra^ 
ta  vista»  ^*)  Ací^base  de  dar  lustre  á  la  tela  >qua-» 
drandola*. 

Quadrar  el  paño ,  ó  toda  la  teía  .  es  doblar-  ^*^"^^- 
fe  ODnpIiegtif'fL  qiífldradQs « y  táí  vez^  dar  cott 
goma  á  cada  doblez»  Después  8&  bjéa  toda  la  ojcadurt. 
tela ,  poniendo  en:  cada  doblez  tin  cartón  ,^  hasta 
llegar  at  ultimo ,  que  se  cttbre  con  una  tabla ,  la 
qual  deja  ptír  algún  tieifipa  toda  la  pieza  coma  . 
ta  tina  preiisa..         .;•.'. 

No^basta  para  quadrár^  y  dar  lustre  per<« 
ieéto  á  'la  tela ,  el  que  todo  el  pelo  caiga  i 
un  lado  >  aunque  esto  hace  qué  reñexicme  1^ 

^**f)  Ista«  operacrqnes  escan  prohibidas  co  España  y  y  solo  para 
''dar  Ivure-i  U  t#l»4ssan  de  gema»  y  ttmbitft  scpoét  en  cada  plit« 
rué  de  la  pieza  oír  carrón  r  y  á  la  pieza  coda  sobre  un  tablero  de 
Eacina  >  i  NopJ  ,  y  encima  de  elU  luin  Platina  de  bicrro  batido*. 


iupi  Espej^aeul&dehNaturaktcu 
luz  con  igualdad  por  todas  partes ;  es  pred<* 
so ,  además  de  esto ,  que  todo  ú  pelo  ha- 
ya pendido  su  muelle  y  porque  de  otro  mo- 
do 9e  bdverá  á  tebaour  con  desigualdad  lá 
primera  gota  de  agua »  que  caiga  en  el  ves- 
tido 9  comunica  ^  en  secándose ,  una  elasticidad 
natural  á  todos  los  pelos  ^  que  tocó ,  de  mod(^ 
que  aparecerá  uoa.  xnaficba  ^  donde  realmente 
íbio  faáy  otra  cosa  9  sino  una  reñesdon  de  luz  di« 
versa  de  la  que  tiene  el  pelo  immediato.  Este 
dañó  se  procura  prevenir  por  medio  4e  la 
igualdad  de  la  prensa :  repítese  la  ojeadura  ^  f 
substituyendo  al .  caruSn  porg^mános  suaves  j  J 
delicados  en  todos  los  ^primeros  dobleces  de 
4a  pieza  ^  á&adiendo  después  ^  de  espado  ea 
espacio  ,  tablas  delgadas ,  6  planchas  de  cobre 
faieti  caÚeptes  ^  para . acabar  de  4qblar  coa  b 
pr«n3a  todo  A  pelo  ^  y  det^miovle  i  un  bdo 
sin  fesistencta*  > 

Antes ,  arrollando  las  telas  en  los  eojiP 
filos  de  la  prensa  ,  y .  haciéndolas  dar  buelta 
JT¿\  cu^I  por  medio  de  un  árbol.»  entre  una  taUa  í«r 
^"^  fnobk  de  madera  ,  ó  mesa  de  marmol  9  y 

otra  perfectamente .  Usa  ,  y  bruñida  ,  6  for- 
rada en  una  hoja  grande,  de  cobre  ,  yendc^ 
y  viniendo  .en  lc9  enjuUqs  con  ^1  peso  de 
difiz  y  ocho ,  ó  90000  libras ,  se  quitaba  mas 
eficazmente  el  resorte  al  pelo  de  la  tela ,  y 
se  la  daba  un  lustre  mas  limpio  ^  y  mas  da- 

r^Ie. 

No 


El  vestido  M  bomhre.  1 1 1 

No  es  la  hermosa  vista  |  que  se  dá  á  las 
lelas 9  algún  lustre  frivoloso  destinado  á  po« 
nerleat  comprador  en  su  poder   un  bríUante 
V^sz^ío  I  y  momentáneo :  antes  bien  ,  por  el 
contrarío  ^  se  le  entrega  una  belleza  constan- 
te, y  duradera;  pues  la  tela  ^  que  carece  de 
este  lustre,  además  de  parecer  un  silicio ,  no 
tiene  desigualdad  en  lasubttanda,  y:  en  elcuer- 
{)0, ni  determinacioa  tampoco  en  el  cobn  La 
tensión  igual  ds  los  dos  Úlos ,  que  atraviesan 
la  tda,  y  mutuamente  entre  ^  ^  y  las  acci- 
deotaks  dtvártídiKles  de  m  resorte  ,  debilidad» 
y  Uaindam  i  que  pueden  sobrerenir  á  .cada 
parte  de  k  tela,  y  aun  i  cada  hilito  4e  ella» 
di^oben  necesariamente  toda  la  pieza  al  desla* 
:CímientD  ,^.  á  que  hsgs  bolsa$ ,  dobleces  ,  y 
4tfru^^  y.  prlndpalm^te  m4«  itülas^  delg^dáf 
«da  ifievittUe>ai  noioren^di^aenlM  ic^nicX- 
^as  pftcaucicmt^de  los  ^ue  las:  preparan  I  lifi^ 

tran,  y  prensan*. 

r,  .  rlxB  estambres^  :y:  aargnetas  ,  yá  sea  élak 
i|itt  {)pr  serf iiwf  Jiñs:;2X>  se;  Hdí^n  al  Bft!- 
<¿n ,  ó  yft  rlas^quG  se.  batanaron  en  ti  »'agui^ 
h  eü  fin^  k»  quel  sdamentq.  it  désmugraron, 
y  para  tegerlas ,  se  batanaron  en  seco » todas 
he.dafaebf.l9D]9erfá  limpitf  >  y  poner  al  ayre. 
Aetoanse  '^staa  átelas  4e  '  Ui  liento  jNufa .  daiyf 
les  los  ultimes  preparativos ,  cuyo  fin  prin- 
cipal es  impedir  las  arrugas  ,  quebrantar  los 
resortes,  que  quitan  la  igualdad  dd  tegldo, 
TonuXIL  Q  in- 


112  Espectáculo  de  la  Naturaleza. 
inclinar  todo  el  pelo  acia  una  parte  para  for- 
marle la  vístale  introducir  una  especie  dehar* 
monía  en  toda  la  tela  ,  ^  suprimieüdo  las  de^ 
formidades  con  la  dilatación  •  de  las  fíbras  eii 
lo  interior ,  y  con  la  uniformidad  de  la  refle** 
xión  de  la  luz  en  lo  exterior  de  la  tela.  Todo 
esto  se  consigue  eni4ostistambres  lisos  ,  y  de» 
4icados  por  mectto  de  la  evaporación^  y  en  to* 
das  las  telas  batanadas  conr  el  lustrador^  si  yi  np 
se  ejecuta  en  la  calandria  ,6  en  la  prensa* 
Evaporar  las  piezas  de  la  tela ,  no  es  otn 

vaporación,  ^sa  ^  sino  >esteader  cob  curiosidad  y  cada  «ia 
«te  ellas Ü  parte' /ed  un  ;et)julla ,  6  dUiidro 
|)equefk>,yvpdner]os  ¿odos ¿b^ntro  de  dha^x»!* 
tiéra'^rande  de  cobre  en  forma  quacbada  ^  y 
encuna  plancha  cribbda'í  ique  habf^-d:  alguna 
discaócb'  ddl  suelo  ^^  tí  cáldem*  ( (^)p;<^ 
liéfíttNs^  bi¿n  d'  agua^ijée  rfaay  itUfc^ü  pía» 
xAm^  y  el  suéb;  ^  estáidó  muy:  cxtiaijíaiai 
caldera  por  la  parte  superior  ^.es^praqísQ  ^  que 
iob  arspcdnp,  que  lepcuentriíailacoberceáiy  se 
tsfieridan?  poK  todas<jpartesilso^lait€lav,'yqife 
foqoá  fxxicbla  pesfMteé^iy  suayieeh  ila  asperea 
za  9  y  elastiéídadi  qUe  tenga :  lo  restante  Ibiuii 
ial.prQnsa.^.  íi:^  r»  n  i.-  'I  tr^  «  -  •.  :\  r:.vj  '\ 
/. r/I/imtsníoi s^cedei-ron  tav^peifacioá^^^drf 

lumaaor.  lastrad»},  qiiesp  féduée  ^  á/que  después)  & 

<**).  Bn  Efpiña  ejecatan  eua^eracjloa.fB  ana  Vasija,  k  qa^  ^k 
^mCMkfsMM  ,  f  cV  C(nno  uai  réit  áéttMtiii  <fc  'cáñauo; ' 


..    Bl  vestida. dd Bombre.  laj 

Iwber  i^Dciadpicop  agua^  ¿qgóraada  (*^)  todo 
el  rébés  ds;  la/  t^la^  y  de  haberla  rodeado  á  un 
granenjuUo.9  se  lava  desarrollando  lentamente^ 
y  haciéndola  pasar  por  una  barra  Usa  de  híer«» 
ro,  que  está  puesta  encima  de  un  brasero  gran*» 
^^j^ijeapázf  de  •quebrantáis  )a  mayor,  dureza^ 
elasticidad  y  y  resorte  ^  de  alisar  todQs  los  plie»- 
gues^  é  igualar  las  tensiones ,  aun  de  las  me» 
oorai  fibras  ; .  y .  Uebapdok  unübnxmnente  á 
otro  enjuUo  ^  que  la  vá  recogiendo .  cqn  la  ayu^ 
dBxki:.liil  loJrAo^^aDda  alunadamente  de  uno 
i  otro  epjulio^  hasta  tanto  que  la  prudente  in^ 
teUgenda  del  Oficial  juzga  la  obra  suficiente* 
mente  perfe^.. 

liOs  Inrcottma  «fe  .estas  operadones  pr»* 
riefoo ^' fal  páieoer  9  ms  efiaflos^.y  la  razon^ 
que  había  para  ellos.  Pero  si  á  los  Oficiales^ 
que  las  redhíeíxxi  de  dios  ^  y  que  se  con- 
fcrman  con  la  pcádica  ^  por  la  utilidad  que 
eicperimtotto  ^ '  se.  les  ipatfpssxtz  la  causa  de 
aqudlo.  ntísfno ,  qoei  hacen  y  no  dáa.  coa  elta^ 
y  alegan  otras  ,  que  realmente  no  lo  son  ;  di* 
cen  9  que  es  para  sustentar  la  tela  ,  y  darla 
ctmpo  .9  y  para  ¡que  logre  algunas  ventajas^ 
qoe  realmente  no  son  del  caso»  Discurriendo^ 
desviados  de  la  verdad  ^  imitan  á  los  Fhilor 
sopbos^y  se  ponen  en  una  misma  linea  con 
ellos  9  sin  comprehender  aquello  mismo  que 

Qx  tra- 

:.  (Ht)  ^9UL  oofiraciOofAtf 4t^ah  tisaa  rambico  oil  Sapada  para  dar 
lustre  a  la  (cU. 


Xaborcs. 


124  Espe&acuh  de  la  Naturakta. 
tratan  :  pero  en  fin,  lesson  superiores,  éjecntatn 
do  e:xperímeDtali]ieQte  hborss  ,  y '  operaciones 
con  que  hacen  feliz  á  la  sociedad.  Alguna  cosa 
ae  vé  salir  de  sus  manos:  estos  son  hombres, i 
é  imágenes  del  Criador.! 
.  ,  Ukimamffnte^  la  tda,  yá  ^sea  lufiMi^^  d 
«vaporada ,  se  pKegá  después ,  seirecorré ,  y  p(> 
fie  en  la  calandria ,  (^*)  se  «npaqueta  por  me* 
dio  de  cuerdas  9  que  sujetan:  con  los:  orillos  t(H 
dos  lob  ptiegaes»!  ••  '.I  :.; 

c  :  Algunas.ottaa  lalbresiseí;le'dátt*  iíilas^te^ 
ksademás  de  &>.  que  hemos  dicho  r  potigd 
fxyr  egemplo:  se- imprimen 'florones,  ó  ooa^ 
partimientos  ,  y  otras  figuras  ^\foniaadaa-  con 
hierfoa  4. preparados? pota  ebteefeflD^^y  sieitipre 
|e  tes'dái  el. nombré  propo(CionadQ[ á  br  §sgM 
que  tienen»  i 
Bi  Tabí ,  y  el  Ásimlsmo  hay  tabíes,  6  telas  de  aguas,  00-* 
""  ^  ^^^^  mq  el  tafetán  dobte ,  á  que  llamea.  tal:tf>  porque 
s¿presisa9on>ides%iiaUiieiité  en  la  calandria,  te^ 
gnei.' variedad  de  métodos^di^tersos  delooidina« 
ría  Aunque  elenjuilo,  quearroUa  las  telas, esté 
perfeétameiite  %üal,  con  todo  eso,  pliega  el  pelo 
por  una' parte  de  un  moJo^  y;  por  otr^  de  <inoy 
loqual  dáá  laseda,yála  lana  visos  divevsos^ 
versas  reflexiones  de  luz,  como  veredas  lustrosas^ 

qoe 

<**)  4  c$ta  calandria  le  din  por  lo  coman  el  nopibve  de  tuMit 
ncéírgadét ,  si  bien  esta  máquina  no  está  en  uso  en  España. 
j^vr)  fil  Mohe  se  JUmaba  antes  Orme»h  Ocra  tela  >  que  antes 

se  lUmaUa  MutU.»  se  parecU  ep  soa  agiiiu.lil  MoUe  •  annqoe  ai 
«W$  gruesa.  ^  .... 


.  .  El  ijestidó  del Jmnire^^ .  iat 
qu9  seVéOiStuceder doaasiL'.ottaa^  at  modo  que 
h  baceo  la^^oQdfas.déi  .tgu^r^éstasilistaasecoQ* 
servan  por  mucho  tiempo ,  á  causa  del  enormd 
pesóyXjde  ple¿ó  de  tanyarios  mbdasrel  pelo  coa 
las  bueltflff^idas^y  iratídascb^itélacl^o.a  &p» 
jbble  recorrer :  los  efedo»  dtvieráo^ ,  íipü  ae.  caul* 
lan  con  estos,  modos  i^riricipaleci  de  db^oer  laj9 
lelas,  y  con  otros,  muchos  y  yá  dejando  uno% 
j  txwnando  otros  jdtji  mellándolos ,  y  reité» 

'  I  La^s^^dda()  industriosa' ,  qvér  sé  admira 
en  b  invenciOD  de  los  terdopelbs  j  nos  com-  '*'*^«^**p«^ 
hida  no  menos  que.  el  hermoso  campo  ,  que 
tiene^y  con^que  se  ilustra  esta  tela  ^jl  que 
sepaaao8:d<mDdo  de,  £}btioach.rSi  comercial» 
ramos ,  6  tuviéramos  parte  en  alguna^  «a¿i^ 
fedurá,  cío  iejariantos  de  instruirnos ,  y  de 
instruir  it  los  demási,  del  numero  de  los  büos^ 
ramo8,6  m»ie]a89.qne  componen  la  urdim^ 
bre'total^ó  primer,  dmócnto  de- la  obnu  Nos 
impoodriadios  escrupulosamente  en  tos  arie^ 
giamentos  ,  que  -  determinan  las  calidades  de 
la  urdimbre ,  y  de  la  trama,  del  largo ,  y  an«* 
cho  ét  .cada  especie .  de  telas  • ,  de  los  hilo^ 
de  difb0edt¿  materia^  ó  color,  que  debe  Ue* 
bar  el  orillo ,  que  caraderiza  ,  y  sella  la  te^ 
la,  para  servir  de. regla  á  los  Intendentes  ,  y 
de.  testimonio á  los. Compradores.  Estas  no» 
tidas  ,  muy  precisas  en  caso  de  necesidad ,  no 
son  I9S  que  apra,  qos,  e^tiniAla^  ^qqi,  segui- 
mos 


ta6       EspfiSbmdo' de  la  Naturaleza. 
oíos  Jliu'gráQ4sñ»reiáciOQes'*cb  el  hcmbre^  y 
los  DmaAeiicns  de  ia  ^^(üédad!  >  que   son;  m 
fruta';  >  ^  :'•'.  :'.'::•    j  I  -'  í. 

Al  ^ttvvá»  de :  h . uidunbcé  <de  seda,.faie8 
«pifefeadevsdtitifiiDduce'.otra  .a^dnijÍHe  ée  sec 

qdetkifrfa#gob  hifofi'^ « ésta  se  puedan  ais»*! 
y  bajar  ál  lijaier  su^  propdo  czamino  ^  por  me« 
día  de  ^a$  ^a(i£alas(.^)  der  ki  primera  iirdtinbR^ 
cuyos  hilos  juegan  con  la  misma  .Ubctoí 
EitaLurdindíife  4'^^.waaBbai  iV:;i¿g|eiya..kn  la 
de  íbndo',  se  llamt/airdíaibife  íde  yísso  í  &  ao* 
lixpente)  pek^ ,  «porque!  lo.  bdloso  det  lacaní 
y  viat^  dbhteieioprio  ^::se>:bace'de^  losfdos^ 
^  büae^  d2a&>&dB:;eU0i'^:  ph  o6clars¿  tnoefo^ 
sidmentef'-  '.  '."  **•!  •;  f^^-^^'n:''  •■:  '.,-.'  i 
£n  loftéam  ordínariosíisé  le  dá  el  nom- 
ine de  láminas^á  este. cbqpjKito.de  lulas  coftoS) 
qué  at3ravi¿san  ia  ^ordimbii^  {lorqbeipér.mdio 
(fe/iasrcafccoIfasjeleieaQíum»  pané^^^  d^a^^  y  l^yaii 
ooa;  pefb  eo  k]s.triareá<dpiCeiaQ(ieb  kilb^ 
lizos, ó.iédes;  y  aunqueenel  telar  cotnuD  se 
«Izan^y  .bajan /al^nadamémie  las  dos  laminas 
{Kir  íniedia:d€^utiá  cuérdaicopnm'yqtie  vá  déla 
utib  á  la^jOtif»>  pasando  pqrtl():>aiiQ  del  Jelár  eá 
una  i  poiéií  ^  3ín,^ue  pueda  la<Mcola  diestra  í»^ 
jar  la  lamina*;  t]ué  le  corresponde  ,  sin  at- 
oar la  contraría  4  pero  ^a  loa  celares  de  ter* 

•'f  ,..  •'•  .'ya  Lf    <••.'.  i.'í  ?•-  >    ';  .íj:»i  ^   CÍO» 


J 


El  vestido  del  bombrem  i  a  7 

dopélo  toda  la  operación  depende  de  los  con« 
trapesos.  Baja  la  careóla  al  impulso  del  pie,  que 
I9  dnÍDeVe?  £ntoaces.  b^  tanohíen  «o  .propríQ 
fiza5|)acíe(sido.é9ter8ubSrt  rd  condrapeaoj^  f^ 
le  cx)rresponde  :  y  en  quitando  tel  pie  'd^rla 
careóla  ^  cae  láego  el  contrapeso  ,  y  lebanta 
«1  liza  La  urdipnbre  de  rí^  .tiene  su^.cígr- 
ttrfas,  sus  Kzosy/y  ^  oootrapeso»  r^X;  fe^  ufi- 
^imbre;d^ibnddi tiene  asübisiiio  :toda%  ^as 
{iartes^  aunque  un  poco  mas  lejos*  de  la  i  mar 
no  del  Tegedor.  Tc^s  }ps  hilos  de  :1a:  yr^nir 
\ítt  de  <rKza  salen  de!  la  partsí  inferior^' y -^^  tj|a 
eictrennidad  déUtelar  v  coiriéndo  o)>liq94ipeJ9í- 
te  la  urdimbre  de  fondo  ,  y  suHeBda  un 
poco  mas  arriba  para  pasar  por  encifBa  de 
m  palo  fru^sp  ,  holgado,  en.  dosoSWt|^$^.d|S 
'VÍdrio.9:jde84e  d<ui(léoivid^  tM^st^üe^t^fin^lp;, 

wáé^Si:  pibzaL  likátras:  taoto?,  >qQe  ei;  Te- 
|¡edor.  no  lle^rá  1»  careólas  4ei  ta.  urdinir 
Í»ü  de  '^rioory: 'pemifflifiaiqn  ¡todosl^u^  IhIp%;  ^ 
•let^alto^y -y  49SB(Qeíitr^«^  49«>i7)9r 

-do^l  qnoiíae;  pisAie?^g^  jdl<ot^gidft  |CQd.  sq^ 
-]a:iqydi(nbrie.d0  íbnda¡  LoS).i]emás^  pfeparati?- 
Tosi^ei  terciopelo  consísteri  en  doslans^d^ 
^^^ y^ tire»  irarillaa^ ¡de  'fatton>^  í  á  .  las  Ñjjffíim  r lp5 
-€Mkiatarf  t^mán£/err09^.^' porque  erin:  de^.  este 
iiietaLeríj  k»  principio^  de  la  inrentcion*  lias 
lanzadéraa  sirven  para  que  se  forme  el  grueso^ 
^vGiieirpo  9.  tanto  Qn  una .  urdiqíbre  t  «oiqo  en 
.2ii'>  otra. 


11%     EspeSfactíJo  de  la  Naturaleza. 

otra.  Cada  varilla  de  latón  debe  tener  de  hrgo 

un  poco  mas  que  el  ancho  de  la  tda  de  ter» 

ciopelo.&ta  variUa  es  sumaoiente  delgada^ ,  y 

€oñ  dos  cara»,  fe  onarUanaY  y  la  otra  que  se 

llama  eipaipa  del  hierro ,  algp  rredonda.  Eo  d 

uno  de  los  otros  dos  pequeños  hdos  tiene  ana 

canafita:  bastante  profunda ,  que  la  atraviesa  de 

tin  cralbó.á' otro/y' taa  ddicada^  que  se  per^ 

dbe  cob  tnucha  dificultadJ  Bu  fih  t  tedas  te 

vafiU¿  tienen  en  uno  de  sus  lados  una  bola  de 

iadre  i  para  que  en  lugar  de  romper  con  su  pun- 

'ta  ^  óSBO  éra'nátural  ^  el  hilode  ks  dos  lAdkn* 

1^^^Caleyy<9eidé^06coafiKrfliclad  pür^entR 

^iiha,y  otttt.  X   t  '"' ^'  '  -'*J   -■'-  •"--'   -   '^ 
•  >  f  Empieza,!  poes  ^;el  l^gedar  i  formarlos 
'^züeÍ09>^^cábesa  de. '^ /tela  c,  y  qüaddp  yá 
«és-%iemp6:^^el:tterciiipA6  a^iarézQa^ilíE^ 
-;^rfd6  et  dóntnipnp  é^rraspéfodiehteívi'O^^ 
-ñe  etfevddos f toAosi  lesriUfeá  déla  ucdshbre 
-dé  rizo*  jf  inb<9disc6'aitic[  las  dok  urdímbes 
ti  Uertb  ^ntlp:4iial  flquedacTrecpstadoíieQl^  esii 
-^irag^'^sobre  sol  e^idd^  tuisaia^y iy  ^  ^pteotoeif- 
íe  eéCútaiy^íóy^ejdbepiB&jJas^Uk»^^ 
a]ue    al ;  liboménto'  Jbja!  el:  CMicíaf  ^   quaor 
to  puede,  la  turdímbre.cde  cisq^^'-y .arrd^  las 
fan^erts  'rápeáti^bnnesltefipoillísntre^tovs^iih 
YfUáoníes  de  la.  u^diqíl^re  dr  jbndb ^^  tenldbB»- 
'tuiras  de  b  nrdiciAre.de  IriasQ',   qiéadando  hi 
dbs  estrechametite  unidas  t  entonces  el  Tege^ 
dormuevf  el  peine,  y. apeando  mucfaaav(s 

oes 


r 


qike^eBtaba  CDqia  ^rec<:maid  sobfé  sii  espáU 
á  pooesae  de  ué  bdo  9  y  i  mantened 
ia  parte  superior  su  delicada  canftl ,  pro-^ 
^ue,  lebaótando  la  urdimbre  de  ri20^'é  io^ 
<diná  sobre  fardelvfoaiio  la  -segQacfa)  varfllü; 
Uüá.elpdOt  <d  tisea^^  y  ecaly  c^o  ánfiBs; 
«u  doUe'  tegída  Despíies  de  haberle  golpea* 
jdo  bieD^  abre'la9:'dos:  *iuKtióif»rtt  ,  tsoonde  la 

«aei.variliai9jtttge:,i>y;>  g(itpé4  ^1  misRid 
sDpdOé  «Jiasci^amni  idhrj  «e  ¡-dfcMrdtíti  la  ¿pa^ 

4ciéiida#  líin^  t^  sacar  el 

terdopeb  toma  uqa  plsncfaá  de  hierro  ^  :qtie  y^  ef  corbu 
tiene  jeoü  la  parte  in&riqr  ^  na  i  oorbltta  ;  esto  cuia.^  ^^** 
«s^;  Bflfí eriddUtoaBOyáíMadA do^^ 
IDíciei  iat^ysitájdGljea»  «a  la  catti& 

fit»  dslipiíiiieriiiersot^^^UeUndotaySegtifíito? 
dodiltfgo  délaQodi  quedírige  su  iostru- 
mentDy^y mano',  oorti  14  áiidimbrt  de  él 
pdo/,  iiqpiQ  codo  el  :aiibbá  d^U  t»l«  >  de^uer^ 
«e  i  ¡^(ue^  (jDcdan ;  dbs  oideofli^  4eí  {«los:  itio^ 
delicados  ^  rat^  espesos,'  y  .c¿i¿  una  perfeo^ 
ta  igualdad.  Aquí  es   doodé  ;bublf  é  i  Aparé- 
per  1^  fñEtment  yanifa  de  ;latbit^  y  er  Obn^ 
«ft  dcgai  dcnnir .  laslotrakl  des>  ^^-jp*  á^^  esa  <^ 
|)iiisa3U¿¿fOCo  flfaak  pisóte  :eiine^>  \ss  ^  dos  :>tlt^ 
ditobrbs  ;;cubBe  su  hiém)-  ooo  iai  urdimbre  dé 
el  pelo, y  usando  de  las  dos  lanzaderas  ^  cck 
g^'.odmoiaptesi^i  y;idespiiés.  fiel  haber  cgdlpea- 
dó  fue^mente  pootr;i'  el>  hienió:^:'3a(i^2el  I»- 
^:Tm.Xa  R  gun- 


f  I 


j$9  Esp^9^k:tih  á^lk' Nahéftáexa. 
^uodo;,  icotiiaQ^P  I  con  Jb  rbMeciUa  ootao  «n^ 
if$<  ^EIis^^ti^Q  tkxto  -fiOoípQoe:  <'ei!ii!fe . li^  dos 
ujr^mhiKrs  Vy  ésta»,.  ^  Ub  Xixyiaáesas  boelvea 
4e  .np(vo/9l  trdbago.S0Qase  ea  fin  de  su  prii* 
Man  $\  (¡KrpQf;^  hj^ro'fmr  liiedjo  det  ¿ucfaiUo^ 
gii«[ir9mp&.f(ltt$r?ias()Sci!y  ideljbtd  pmlo  aeob 
pTd.'bay^'dfS^  I^onroi  4!^^»sáftndD  ^tiéscondídoi 
en  lo  ínt^tfA.^e  la  tda  /siendo  solo  el  s» 
|;9rHe^  el  ^^  irikhQ«.>  jaitoijueálternaiado.Nia- 
eitioC^.de  ;to  píl0t>;^  q^  e  3%ei¿i^p^  jCoo /-el  m* 
im^r\á  4f¡k  QoáSaSiQb'i  pdfafe  nmzaparse :  lo  que 
hacep,  es  eo^orbáíKiboilalmteríor  ide  iapiéN 
za^ y^  hc^vértefáL  kf^amiuf  rpara.  formar  en  b 
IJMa  ;sjg|aitfiilo  una  eaptcáfiídeLborja^i  deteaíeo- 
¿qU^^  siicinvbatteiCila^txmaBiJd^^  dos !«» 
2p4e«a^J  que  6¿iidpodemB'xlebeHa8fpr¡debr|oi 
•y  por  eBCiiba;  Qe^stajmnúfa'telitcgido^qiii 
forniailsi  iBdktéií.de1a  pbisi»v^i¿db  eigeriíoeo^- 
le  ej)co«2idQíjdébajd  ddnamehaoqne^etpelifloi 
del  ^q4p.  ^ualdsi^^  bridofiub  oicD  (iiigtie  r^ób^ 
^i  m  Mdn^afitenixMbra  ddi.  terdofvlo.  Como 
la  urdimbre  del  pelo.sobe^  y  baja  de  este  mo« 
d$>  eo  toda  Ja:  piesca  »  coBsiope^  mucha  ma* 

jHiriDaterí^  queJa  lurdiinlife;/^'  finid^vy  ^^ 
i^acido  la:  tela,  está  faíenuhesbav  tssiteD  el^reí» 
fleto idéj  wA  ái^iu»;  esto  e6^  sibila  urdlnibre  dil 
^ndo  lld)ófttiia' Tara  del  material,  Ja  ddrizo 

Heba  seis* 

^\     I^  telas ia61padas,,^^Ainotnpe^aImohada% 
«tisdes^jr  .cqgíocitti  ^Ifados^  »i  trabajáis  del 

.       .   mu- 


.    m vertida  á^  Afuere.^  '^^     f  i  i 

misino  modo,  con  sola  la  diferencia  de  la  nia« 
yor ,  d  roenof  •  loh^tud  ^  qücf  seda  al  jpelo,  y  dé 
lo  '■  mas ,  ¿  m«Efwftno  del^'  maf^I  ^  qoe  se  em^ 

plea.  (^laiuo  mas  Cernida  eá^^la'ábraV  y '^  P^ 
mas  cort9,  apretando  fueitfeBidfrte-U  trántei ,  mas 

cubierto  qiKd^  el  pacido ,  y  la  vista  mas  hermo^ 

aft; y «utotnas  bajaba ieh'^ qiMntó-Ai» áeiáeiP 

eabreel  -4Ít{^'^  y^^pdÍRíú  Jüi'füá  daásterQ 

salo  eé««  'sí^'^otti»  tambito  $lb4e^  líí  ti'áilíriK 

de  especieinferior  á I«  a^,:  qüál^et  pdd'de 

Gd»a/dc'  que  se  hace  b&^/l^la  lana,  dé 

-u.  NoJse  ogoM'hift^tiMlíibrldá  Kéiaéie  <i6éií?  T«i«fis«ra. 
1^  dferéttifitad  de-  Kgldtiil  ^  qtf0  «ÍÍSmjs  tái¿H3^  ^ 
medio  :tat  hatt«dd  tatübtcüt  ^»4ilk*á)PtaS  tda&f 
mismaB)  escorts-,- para»  lifi€lá(f)aS><^ás' i4l¿vtiii¿ 
tés ,  jSOCaMl»  fí||üfi»F«i^«BlltaS/«  ,qiR<il(» sStf ttíé^ 

fo»  ■  |>iBp>g«H^»v^'^  iMügBBiC*  9'Hn{»a»  ^ 
idgoD  molde ,  stodr  parte  dá  BAüiiid  <6^dd.  ' 

Todo  este  aamentO;de  b^eza'en-lás  (e-^ 
laaoset^uéalpúr  tuecUo  d6>léü  ^gii^o&-;'(^ 
6:deoá({iiettai^eip«cle(  (de'^«iti¿s  i^áPt^n&dÚriP 
vióa-laiifBbiibié',  yi  que  -  «t'^álaés«ii>  ^Mdí^ 
oender,  %acen  subir  ,  6<  bajafr^itfná:  f^rié  -áé 
loa  hilos  deb  urdiaé^fi'-Jilti^aí  ^'-lácettiados 
eqti»:8Í>afaqM0iblr;^  «UOMl^é  i1NJéésíyiá<^ 

'...i,;.... ir.»   j.l  -jb  8k':i.r:A  .sh-J  ci  •uoí» 

(*•)  los  Tegedore*  lUmaa  AríÍM*{««  Jt  cnot  •«<■€•  >  q«e  atnt- 
Ticsan  la  urdimbre  >  jr  cada  mo  cieñe  creinia  hilos  Ea  uno  >  &  otro 
Celarles  llaman  tti»u.,  com*  en  Fraacáiir  cabaliaao...  .... 


I  .''.^  « 


)  I  f  Etp^^^ff^.  á^^a '  NatMtaíexa, 
(peofa^  en  pada  una.  de  las  luchas  (**)  el  tnSa^ 
tínriíil^t  !<l^qyíi:,cftfniipi9<|ttój0  Ja .tTMna.  Páralos 
p9g9s<K  §fj^qofbl^'}Mps[vy(),<i|i!a»imficbas  telasi 
^(MÍgftí4",>f.tíea  *!» )  9«te » J)Q  aft  emplean  wo 
^.nióu^^fi » y^  <><fas  tfifitap '  «Carchas  pera  ino« 
Y^das  4dB  .H,p9A9  ¡i^üior »  íq  qúal  ■  ^Mma  im 

hi|p6Hifeí#^.jc|H|Q?n,al,^Wgo'  utía  ,  y  otm  ve£ 

^  hÍ!f«íl^.|a«íai» .  lPUír«-«g«te ,  «endO;  por  ú 

áágtóo,  se  eíerra,y  fi>f|i^if<<)  pj^r-m^dd^ 

.«:«jauhT  «»WÍ»WM  Sítíaf«IWí»AW««'<íOit'teJí  ni- 

•**''  fiiSí^>  í«^  «Wfs^9  cuwpa  >•  ii>i¿rt;w«i',  y' 

Úiffy^<S;^A)Q,.1H^ri  <Mnrjd|fiR,c)eji\UB  coa 

4^  €Bftf|fiBie,eWIU<lHfJÍIIi loitfi|ftirifti»<n«'f «w 
viesa^4mfM)|eiSÍ.ya^:ll9>  «i;b^LeBt»  ope-. 
oqkni díe  /Jiro  :mi0do:.,(.i.  jqiie.Je  -  Uastm.  de 

<3|l-<<i;><yn9K^sp<i!9i)9|d6ei,£lÍe^.aü  ladtyMvó 
Ofy^  <fas^A§lllMi^%p  t^ptetidtílaiatízade- 
S8,  u^f  y:  irni.  uit  flíñpdo.'fipr'  ooccKq  de  no 
9o'd9p,y:C9Qr.k]ayudft::de..iw  {Cootrapeso  Je. 

^ihféim  ijt^(8m  iD|)itdioiRP  neo^Mi?  yj 

nn^^foáo  esta  opeiagijt» »  siempre  la  misifia, 
cacan  la  tela.  Además  de  la  multiplicidad  de 

.;r-  j  •.    '.  •  los 

tf*)  C* 4«  itW iaeV^  jU  tráaa  ieVSuU'itHih»  cá'ctte*  ul«(«. 


.  El  vestido  del  hombre.  izi 

los  niñuelos ,  se  varía  el  color  de  los  hilos  de 
la  urdimbre  9  ó  se  introduce  de  trecho  en  tre^ 
cho ,  siempre  arreglado  ,  una  trama  de  un  cot 
)or  9  y  hi^o  otra  de  otro  ?  Entonces  es  pre« 
cisO|  que  el  orden  de  los  puntos  de  la  urdim* 
bre>  tomados  ^  b  dejados  ,  y  el  de  los  pun- 
^:de  ^bSoí,  trama  sacados  á  luz  9  y  puestofe 
áJairista'por  encuna  déla  urdimbre^  6  tsf* 
cóodidos ,  debsgd  de  ella  ^  dejen  delineadas  en 
la  tela. varias  xayas:  largas  ,  d   una  azucena^ 
ó-  un  .florón  ^^  6  alguna    otra  figura,  regular^ 
^ue.oae  incite  síempfe  la^  misma  ^siendo  siem«> 
pi£i;el;jo^yd6  las  areolas  el  m^mo.  Aua 
solamcnteren  el' modo  con  que  el  Oficial  or-« 
dena  el  patrón,  (^)  para  arreglar  en  las  co« 
Iptes  de  los'qnadritxas',  ^oe.  ie-campoúen  él 
orclen  dé  iás  cuerctedittas  y  y  niñuelos  ,  y  pa« 
raoooBfbfimar  los  iriovimientds  del  .que  tege» 
ó  del  que  sube  los  niñuelos  ,  y  que    vendrá 
i  secarrona. verdadera  pintura  en  el  fijpdode 
látela;^ sin* concebir  cómo>.salé^  tii  otra  co-- 
^ ,  que  :el .  oid^n.  con  que  pisa  las  *  careólas, 
y  mueve  los  cordones ,  se  descubre  una  in- 
venciod ,  y  una  destreza  ,  que  admira ;  aun  so- 
lé esto  pasma*  Pero  yo-  dudo  ,  que  sea   po* 
s^iie  .dar4  entrader  poir  «iBedia  «de  algún  dis- 
cano^.támo  «b  la  colocscion  de  este  diseño, 
y^óme  los  pies  van  sacando  una  figura  :  por 


ao- 

(**)  f»trm  «c  Uaau  el  discfto  >  que  cooiaii  por  regla  «    paia  sa- 
tar  coaforaKá  el  la  obra.  *  ) 


134  R^eSlacuh  dé  la  Naturaleza. 
aora  nos  basta  con<2ebír  aquel  principio  en  que 
todo  esto  se  ñindaí  y  que  se  reduce á  los  pan-. 
tos,  que  en  la  trania^y  urdimbre:  se  dejan,  6  se 
toman ,  ó  se  ^dondéa ,  ó  se  descubren  oon  éste^ 
6  con  el  otro  juego  de  los  pies,  y  los  niñuelos» 
Si  Vm.  Amigo  mió,  quisiere  penetrar  del  todo 
la  indust^a^del  hombre  en .  este  trabqo'^  y  arte^* 
y  adelantarse ,  Gomo-  por  grados  y  empiece  Tieb» 
do  solamente  la.  casa  de  ún  Jalmero  ,  notando 
cómo  forma ,  y  trabaja  una  cincha*  Lo  aen^ 
cilio  de  este  trabajo  ie  dispondríL  para  laáateli^ 
gencia  de  otro  mas  compuesto, y  arü^cdaR>•-Dp 
aqui  podrá  pasará  ¿asade  od  Tegedor^k  feíh 
randinas ,  y  de  ésta  á  la  de  UnriPásaBaneroL'  Es* 
tos  preparativos  ie  dispondrán  á  compreheiidef 
el  artificio  xle  unft  obra  ,  qpt  se  bféot  á  smbiát^ 
como  d^imos,  y  de  todaísitaá  tolas  h^xéááss^  y 
en  fin,  de  los  tegídos  labrados  i  ^  -adomOB  ixm^ 
figuras» 

Aqui  ^  amado  Amigo  mió.,  como  que 
le  estoy  mirando  á  V.;  m;.don  todas-  quamasi 
persona  hay  de  buen  gusta,  poner lios.pjQS, 
llenos  de  admiración,  en  los  tljseííob  siempre; 
Lo  mejor  qne  uuevos ,  y  áempte  maravilbsós  de  las  FilÑrt- 
MVndo'cnct!  cos  de  I^cou,  (**)  Por  confesioü  .de-lop  Coo^ 
íoaUsFábíí^  fin^nt^  no seha  vittoiu^ta  aora'cosa  'igoilf' 
cas  deuoa.  ni  auu  CQoíparablelal  trábajQ  de  ^kaVLeooe^' 
ses,  yá  sea  por  la  coanoíencia  dq  nnoe  co- 
ló- 

(**>  De  Fraacía.  ...    . .    .  i.   ».  r     v.     » 


£7  vestido  del  hombre.  13$ 

lores  cotT  otros,  y  del  niego,  y  lusdrede  los  co- 
lores éd  que|tisan  ;  ó  yá  sea  jpor  la  delicadeza  del 
diseño,  que  nos  abastece  cada  año  dé  noveda- 
des felices ,  de  modo ,  que  toda  la  Europa  re- 
curre á  Leen ,  cuyos  habitadores  están  por  lo 
menos  en  la; posesión  del  prinüer  lugar,  y  con- 
410080  i  eoi  quitarles  la  esperabzá  de  imitarlos  á 
los  que  lo  intentan. 

Pero  estos  diseños  brillantes  no  son  para 
Ü multitud.  Si  se  apreciaren  el  comercio  una 
iéla,  qiie  viste  imi centenar:  de  persoínas  de 
-distíobion ,  se  estinia  en  .cierto  modo  todavía 
mas  h  qué  viste  con  grada  j  y  proporción 
den  mfl  persona^  del  Pueblo ;  porque  además 
cb  emplearse  los  materiales  crudos  ,  se  pro« 
nlen  en  todas  partes  .Hilabderais  ^  Tintorero^ 
Tegedores ,  y  Mercaderes ,  dándole   que  tra^ 
hrpr^  y  en  que  ocuparse  á  cada  uncu    Esta 
ventaja.,  fundada  en  i  el  bien  de  la  sociedad, 
etdciye desde  lufago  vn^  gtán :  quBscfp ,  de  te«* 
las  estrangerasi,  que  .arruinan  fmsamxix  coítoer- 
ek>,  énvüeccendo  niiestiias   Fábricas  t.  y  la  se^ 
verídad  delasleyes    mas  sabias,  que  probi^ 
beb  el  uso  ^  parece   qué  irtica  para  nuestra 
niiiiajriifeftfiDS  dáéasyy*multiptÍGa:Íos  transí 
^Mpoiet^  GritámiosF^  ¿oíitm  .  ná  arreglamepto, 
cuya  ejecución  causária  el  mayor  bien  á  to- 
cio el  Reyno  ,  y   tománxsss  á.  nuestro  cargo, 
defender  los  contrabandos  ,  amparando  sedi- 
efcMo^  9  cttyaa  ocultas  vbdadésí^  y;jsecceta2LC[?e- 
-  ■  ra- 


136  Espe9acuh  de  ¡a  Naturákzx 
raciones,  casi  ^mpre  impunes^  privan  al Ofr 
dal  de  tener  certidumbre  en  su  trabyo  ,  y 
al  Proprietario  de  la  venta  de  las  lanas  j  6  al- 
godón 9  que  le  dan  sus  rebaños  9  sus  tienrasi 
ó  sus  plantíos.  £1  único  remedio  para  este 
'  mal  sería  una.  tela  del  Reyna  que .  uniese  la 
ihermosuia  de  la  India  cosí  la  müdeíacion  ddí 
precio. 

Los  Oficiales  Franceses ,  siempre  dispues- 
tos á  la  invención  ,  empiezan  á  matizar  dé 
flores  las  telas  ^  no  solamente  bordando  9  ér 
no  tegiendo  la  lana  9  y  el  algodón.  Fodriar- 
mos  hallar  una  ida  capiz  •  de  suplir  y  y  tener 
el  lugar  de  las  de  Persia  ^  y  la  Ipdía.?  To* 
cariamos,  la  linea  de  aquel  isecftete^  9 .  que  pc^ 
^seeo  los .  Asiáticos  dei  sacar  pinturas  vivas,  dbn 
fas )  y  durables  én  .nuiterias  comunes  ?  Yosit^ 
pongo,  que  hasta  aora  nada  b¿q^  hecho  i  pe* 
10  miro  como  posible  la  adquisición  de  este 
secreto,  pues  physica ,  y  ceidmeote  se  po«e 
en  Asía  ai  tiempo  que  -se  queda  entre  noio* 
tros  como  un  tesoro  abandonado  para  d  pri- 
mero que  llegue  á  ocuparle.  En  lugar  ,  pues, 
de  proponerle  este  descubrimiento  á  los  Ar« 
tésanos  menos  cultas,  comhidh  á  los  ingenio». 
80S  9  y  principalmente  i  los  Philosophos ,  que 
conocen ,  según  dicen ,  toda  la  Naturaleza;  pro- 
pondrémosles  á  modo  de  problen^a  nuestros  de- 

Froblemidi*     cpcvl 

rígido  á    los  .    í     "      « 

^raiidesphy^.  •      Tiatase  d»^  palfiur.>a  .€iioda^i&  OMiui^^ 

la- 


ucos. 


knas^,  ioipi^iendá',  ^qbe  fes  ítiárípofe»  bcias 
se  peguen  á  ellas  ,  ó  con  lo$  cáñamos  ^  y^  at¿ 
gCKlón4  4fOe  -piódiice:  fa?  Mártipka  ,  Cayena^ 

gm  9  ytiiiaciejályié  j  ste^émíb^ai^yy  qiie  pue^ 
da  servir  para  todes* tkmpcs;^  TiPátasede  aco^ 
modar  en  estos  materMes^  9  ^á  sea  con  el 
^cét^e^^etiiiiebiteiw  ^  ó^i^bflUd^ose.  pueda^^ 
con  tal^  que  no  suba  macho  de  preoto*^  noí 
oroato  agradable  y  y  unos  colores  ,  que  se 
mantengan  con  su  li^st^e  afctnfet'il  je¿6nar^    . 

«e*  •  '   i       -4      4        '     ."y  íí  )     »•  »      1 

n^viía^^MOpcliAi  ms<^iUMélfáoiid|pbsaikí'^  nd  ^ .'   '<  y 
solo  porque  hombres  ,  que  no  son  BbUdbd^lios 
U  e^a^ii  ea1ais!lndiíis;39ífai9f3ttiohD^^^ 
hay  Physicos  systhematicos  ^^cjije^ito  pÚenítsi^ 
ió^  b  .'^igRetía  V  5^' d  ^ípb^n^ntí^  cpa»  pr6du« 

drlotodo.  .Bn:»l  fi»  RglL2  sno  ^  liúinT  '4 

9'  .  .2jDsrimatl««;r  flé>  tfiUisttosi  flaneds. ' wril'bie» 
«fgene»9  4M|tií^los:ndhcir|ÍDOsiáitrei  (Bl' k.* 
dt^flnamop  al  cujthro  dc(>noe5tros  liHos  ,  y  ^^"^ 
ñamos ,  6  á  lo  menos  á  mantene(  CQnrla^ábgn- 
dancia  en  los  cambios  á  los  habiudbuespylqus 
rAmjg^dveí  aigo^ér^t^^tífirtrcB  JsmiV"^^^^^ 
hamos  de  nombran  •*»!  J  - 1  ---i  -  ^ 

a.^  Ocupar  acá  en  nuestro  terrenoxHÍ'^raQ 
Aimero  de  trabajadores  ^  y  Oficíales  con  una 
Fabrica  fbmentadar¿»é*indrfeftibl!K'-^  ^''  '^'  •  ^;:  '^-> 

3."  Hacer  circular  la  plata  ,  que  enrique^ 

ce  Jos:  CQoí^rab^istas.  ¥Wiww:>  .i>  f^^  ..Vá  ^ 
Tom.  uIZZ:  S  Ama- 


«•. : «  r- 


Ht^^       Esp0Sa^ttlkJaIíaieúlexa. 
riuiza  de:bolvaf  acá*    .     •.  ,     . 

W^p^  «0»  ^m»  :dJf9ac<dpccc«pa]CÍlos  car»» 
Z9P^s^rt|e9)^aM  ndd  loicA^  piblifia  2  ¡pued^  tftfy 
^j?:  laiPl^miT  wodmik  9^  (fue  eoncibé  la  es- 
triiQiica  áá  Mmiija^  5t\  conoce  la  naturaleza 
íptiin^  dtúo^Aoht^  ^  iioft.délJa(t»l4.,^queile| 

y6flíp[)Sia>:'!''^  tb  cí.'crjrr!  í.r>j?.  en  t'\.  ,  '  :   '   '; 

v«sc  u  B$.  ^    Üt^deróde  lan»,  yi  tefesj 

tampa  del  La-  B     Raoias  para  orear  los  paños.  .  : 

vadero  de   la-  «r^i  *  ►     v  i  *!«•■»  ^ 

ñas,  y  Ramas  l)''\   f')fWk:ai|8:ÍOlamMdr]aglia  l6fl^ 

«r;  líala  pá»  oáKÍki^  i  iiíSí  ianbst .  Alguooft;  Id 
-  4lamá]«i  rastrillo^  H  : :  >     -. 

S^i.  f,£)qnaaist;9  (f fff)í|i]ft  dqa  ¿Pt^  /élcagua  j|i  sia 
permitir ,  que  salga  la  lana.  «obo^  ohb 

«ci^TeodeibiaSi  btDiSbt  4fl  a9fi^$)rfin:-)(|be  se 
''.la^áti  Ji3s itdaSit  Ed:9lfj»iiaIO!  niiipéron esté 
-;  £l' caballete  9  en  iqife  se.^en  ^ara  <]uei 

4:.o.'£t.tas(riUb:,  ab-!{)aÍ0ipfiraá^ielive%ifiH^ 
viendo  la  tela. 

jí    ^Mazcu  /I .  t  <  \       "    -  j 

M  CMad  de IT^eqm^r^^p jel.>logF$K  ;n  . ::        '  Á/^  ¡ 
(bj  Pgerco  de  Versia  a  doi^de  se  na  tfan>í(;rido  cI  Co|nercio  de 

•bñiíiiío  '-    .   f  l:  ..j    í!  7:,.ijDi:';  *   '..    t    '. ' 


n*         «ti 


de  paño  ,  cotonía  ,   fustán  y  ú  otfa  igta  : 
ftiérte.  -  '   . 

9^    Pdlo  4e  trab6»fa>  en  la  pirte  superior  del 
(   MtJdor  ^ó  Ítíi)[)a^idn:^t]é  se  afírnba'^d*  jpáño, 
-  «gialótidDi  tí{iac  líp rá  á^tscaf pías V  que  ^  sos- 
tienen ,  distantes  cosa  de  tres  pdgádas'  tina 

(O  MadetfafeesÍ90en^lr.{tart«  i^^ 

ble  á  voluntad  por  bi«dix><de  nbajeáaal^y  il 
oradado.  .eL:ííji  eI  l»L  '..-'.:\>     f 

ta  Elipaño.."'^  '>    ''  r. .-...'*  '..     •      *♦  •  . 

•1        i     *■•      *!"■'.    *}    ^i'»    ''lio     •  *>       r«'«f  (i  »■••'      ) 

ibi  Bl(api^oiHÍb3aim¡  iIIb  Bnizlni  ci::'bn*;!ill       ÍJ^uct^©  ai 

3  Perchas  en  que  las  secan.       .  ^  i    .  ^  <  : 

1     Sobre-puente  (*ífli)jfíafai  afirrolifietipetoe.     ^^«p;  «^^  ^ 
a    Las  fi:arr.uchas   para   gobeaBár»  «b^wíbreT"».M****«  1^ 

^         -  f         .  ^  "  ..  ,         .  priocí .  y  los 

puente*     •'     -''Í  'l   ^;,''.ir.*i  .   •,.   .  ■.  *         -^modiis  dívcr- 

4  La  sartéil¿»it)ifjp::io  in.Ti  bI  í/j  o:ui  3fr3Í1 

1^1  :Bi^ÉadengfpbraikAraoafte6l4<>^aBfi  ox 
t!3  rBcsmgC9^dBrippaial9»c>^^ 

la.  (**C)  .crivO  l'>  í;r»í  '1 

S  a  .2:!:. .;  iJBaa* 

m)  Bcrgii¿o  de  Unas  dicen  en  algunas  partes. 
10  hnpio  »  y  ic  limpian  en  ia  púa  >  y  coinu» 


.     r     .       .V. 


Vcase    1t  Ef-      .       *     j^      / 

tampa  de    el    .     grWOe.     ■    ,    :  .^     t       ^        "'    «     ' 

y'"  «plT^i'  *     E^  frenillo ,  que  es  el  apoyo  <  que  tietien 
ciKiiu.         :/la«0fsjílbiS'9>^|tie  toiK  dds  {)edazá$  de  fiel* 

,0.179  vJ^fsáj^aoguilliiStide:  pleito:)^  ó  apaAo, 

1     Rueda  del  torno  grande  ^  que  anda  con  so- 
-'  Jk>«l*iDb{AlA>^  t]i^nüe'XX)tau(BÍca  la  numo^ 

4  Cubo  de  la  rueda*  »c  \       > 

5  Ege  del  buso^jobicíliquifen^ieiTA  foii^n 
do  el  hilo  en  forma  de  cono.^  £1  Wp  ff 
quita  de  aquí ,  sin  que  se  enrede  la  husa- 

..11  V  :v       da,  y  se  Ueba  áoUffi  lKÍiBf|^baiM||(riÉ[ 
ll  ^n.V?      Hilandera  misma  allí  immediatos^fpaijl  reí 
'  ^      dudffeLBel]nfearJ']n0d^asn(£í^   :lMlfum 
lO)  j^  la.    ■    .n-v:,'  .;:!  ^rjp  lO  ^,  :''v:.  i 

6  Rodaja  ^  que  detiene  los  últimos  volume- 
;;^  !^'  ;-  ;;:^    Miaijlé3faílir.iaK  cWii^*)  oír  -rrr¡ .oir'c?    i 

.    ;  8     Mástil  9  que  mantiene  la  rueda. 
J9     Cesto  lleno  de  copos.  (♦*)  la  I^anderi  ^ 
tiene  uno  en  la  mano  izquierda^  .    ^  <j     f 
20  Ban<x»;¿cficnKidér)j%YdfhMadeK»^ia)  la 
*>:.qud!Íe<djaitífaKyici;t^  latqofnl^  qufkM'^vfii  eit 

fi)rma  de  cono»  ^ .  \    I 

11  idástiles.  v  fM 

jW«},A  Mt«  |#w*l«  i<-il  Alb-aVtóWftrüÜl'ttfli.- 


4«  «     «  «       MÍ  -       * 


V, .... 


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« ,  •  •  j"' 


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/\ 


Si  vestido  del  Bondirem  *  141 
€'2  Bra^o,  del.qoadro'  de  la  debanadera.  Su 
-  árbol,  qtieg:yra  éD.torob,  y:eiicaja,!su  pe- 
queña linterna  de  quatro  muescas  ,  ó  caiia- 
litas  en  los  puntos  de  la  rueda  1 3« 
fl  3  DofiTuedasi^  de  las  qoajes  la  superior  impe- 
}    le  ppr ifaedio  dfe.ufrf&Soa  lot  -puntos .  da  la 


•  •    • 


1 4  Martilió ,  cuyo  niangp  se  baja,  con  una  es- 
\  taqiaÜa  y  que  le  mantiene  acia  la  parte  de 
tu  taliajájdc}  la^rdeda. inferior.  v  . 
X  5  Cuerda  ,  que  se  ij^d^^aUgedei  la  rueda  in- 
e:cfti)i¿ir;,  y  «kdeob  itoarpesrj^  qu^  ¿  iieiermi-» 
nadas  bueltas  se  para  á  fin  de  arreglar  á  quien 

X  6  La  carda  9  que  sirvió  para  formar  los  co- 

Aquí  se  han  puesto  todos  aquellos  hilos  «  que  ^^^^  i«  ^- 
- '  componen  Ja  urdimbre ,  y  i}ue  cpmunmen-*  urdidera. 
-^'^se-híbrrpn^óQn^ellhuso  regular  ^^ó.al  torno 
í  Ipé(|ifeña  crp  ^  ci:.;r  <  L.ú. :  íí¡  i.  :•:  /  ,   m 

X     La  urdidera  ,  (*^a)  iisKBiftiMtQ  p«ta  Jmitar 
•/lalurdiíiWe..:      7  /    •  o 

!»     Aguja ,  (*^b)  que  dá  budtas  por :  medio  de 
i  quatro  aspas. 

3  Seis  cruces ,  que  mantienen  las  aspas. 

4  IX»  barras  en  que  están  las  clavijas» 

«b*;  'AI  '«rbol  f¿  dan  en  láslTlbrieai  ti  stUftbre  ée  ¿jéfym  ytm 


■i» 

.  í    •-  . 


L    J 


141       EspeSlacuh  de  Ja  Naturaleza. 
Los  hilos  afirmados  i  una  clavija ,  y  &stm 
buidos,  eti  tqda  la :  urdid»^  basta  otra  da- 

-  vlja^  componen  un  ramo ,  y  según  se  ex- 
plican otros  j  medio  solamente.   La  büel- 

-  ta  de  estos  hilos  y  desde  la  «^nda  clavija  i 
•  la  largo  d(  la^  urdidfcai,.has£a.  h.  primera 

clavija  es  un  segundo  ramo.  Yá  se  sabe  por 

-  los  arreglamehtos  ,  que  hay  hechos  ,  quáii* 
>    tos  ramosr  debe  llevar  cada  urdimbre  par- 
ticular ,  y  qnántas  urdimbres;  partápidares 

*  'toda  la 'urdimbre.  (f*)i    .  /  .  ^ :. ..  .. .;   ^ : 

t-    Baeltas  j  y  oonjpntD  de^iiclos  igodáiétite 

*  di^anteSt ^  *  ;.-..:    ./. . ,    .      : 

6  Banco  ,  que  sostiene  el  asiento  de  lofe  car< 
-^■> retes, ■:- '  -^  'I  rv.-;  il^Xi  or^  ^  í//:.::3  :.L   >i 

7  Veinte  clavos ,  que  mantienen  los  can[e« 

■  "  ee^  ^  '-I  <'-  ''i  ::;  r:  í.-'-  ))  o. ::  f¡  n  ■;  !,::  :  •  \ 
8^     Fiador  /esto  es',.  una  cuerda,  tendida  deba- 
jo  de  los:  hilos  para  impedir-  que  te  apar- 
ten,  y  el  demasiado  tamo ,  que  causada  la 
1  'fhMaciofi  m»flier»4í  ^z^'-}  ^  n  -//'jt ;  .  i  *  i 
9     Pulidero  de  madera  agugereadó  pehrajutH 
-  tar  loshUo$.('^^  '   \ 

(**)  J^  cada  dof  badeas  de  h!Io  •  qne  dan  en  la  urdidera  » le  lia* 
náií  üiia  iuhidü,  A  codo  el  coiíjoiito  de  r««M/»  ^  lo  aue  es  lo  mismo 
á  codos  los  hilos  >  que  hay  en  todas  las  ^TÍjasde  la  urdidera »  s$ 
le<iiÁ,«J^noR)bfK  d«^  M/4ff  fmi)^cet4e  epcar  ce¿id| » jr  solfeen  iic« 

dJBibrc   Quarcnca  ramos  juftWAP9ÍP)eííí?  ^^^'4!%'Y/ AiiW  lui  i*  i 
(^  Esce  pulí  aero  por  lo  comiin  es  en  Ouadalajara  el  flIlCio  Se  u  ^ 
nano  del  Carnero. 


i 
. .  I 


y 


( 

^ 


K*^ 


*•  «Za. 


\ 


-  Eí^veaUó'délUmiré.     \        I4S 
Canilla ,  que  vá  distribuyendo  una  ma^e-  vease  d  eei^r 
ja  de  tcama  en  cáDÍUá&i  ceWdcJraV 

!  rRueda:coD'.&i  cieueñaé  :  i 


} 


JáistílesL :     j  ; :    '    ' 


k  I 


BaocQ  fbdéado  de  quatió  tablas  i  ^  que  lla- 
man cajas  del  torno ,  para  que  no  se  escapen 

.  IfistcfoHlasyáain  lulo.       .      , 

f     Husordb.  Uerro  ^  á  qoieo  la  cu^dade  la 

yJnkáMij  ü  carrilb!  hacedar  bifeUas,  con  la  c» 
nilla  y  que  se  pone  antí.         -   -    -^ 

k     Nuezjeo  qiiesécbete.la  cuerda ,  y^  que  b^ 

r Mcé^rodar  ai  |iaso«.  /  ^  >  j  ;<.*,.    . 

* 

y?  ^  oDéhanádbrao»  stt^pie>»  y^  .Coa  la  :ma^eja 
-i 'faumedecidaí  ^ ,  coyoihilo  ae  •  yAi  poni^jsdo  en 
-r  fe  caniUa^         . 

8  Caja  ^  que.  se  van  poniendo  las  canillas 
*'i  dcm  bií  trinm^ii|ueIdebeo  teper*  &t  la  ff\is^ 

I \ itisid dé^pei^l/^  ^.  '.  ■"  .  •  r.  '  ^  j 

9'^'  Les  mástiles.'.  . '  , 

lo  Ante-pecho.  .        .       í 

eI  Sascilld,  (*f y.qne'fiirTe'pera  gfd  poáf if  y^P^^r 

tar  elhikide  latsanba^/     r  :  f.;^  j  r- 
fT'I«a 'parte  ísupenon  de  la  bastilla  ^  ó;  i^ai^r^ 
'  larga  9  qfue  eifapuñá  ú  Tegedor  >  yá  con  una 
I '.nano  f  yi;iroa  otra*   i.  -..^   :ii  v. 

rr,.sqi»ncpflt¡eífídljp 


i.  (Wf)  con  lá barra.  .-m:  • :  > 

.':    Ij.  ..'.¿ti.'/  'v  ''      »  .  ,       -:    •'  '      «'      *    •    «  .  1^ 

1^)  A  esta  hascilla  U  ^»ñ  müchm  el  iiombrt  de  Ptinti 

<M)  Al  peine  IUiAÍhi  ttgtttios.r4/«»  •  .     ; 


\  J 


144       Espe&áctA)délaNatm^Skza. 
w^^aEsíím"  ^*  ^^  íguja  dcl  pcinc ,  y  la  clavija,  queay» 


visco  de  cara. 


pa  de  el  celar      da  á  la  movlÜdad  del  peine  mismo. 

1 5  Viguetas ,  pieza»  en  que  se  maatíenen  las  ( 
garruchas  donde  rueda  la  cuerda  asida  á  las 
dos  ordenes  de  hilos  de  la  urdimbre» 

1 6  Rastrillo ,  (**)  pieza  de  madera  Uaná,  y  en 
esquadra  ,con  una  abertura  para  que  pase 
la  teta ,  que  síe  arrolUen  el  ec^ullo.      i     > 

^7  EnjuUo ,  qué  Ueba-el  hilo  de  la  ludifflbit 

al  otro  cabo  del  telar. 
I S  En  la  parte  posterior  del  peine  están  las  car^ 

celes ,  que  son  unas  varillas ,  que  soatioieQ 
^  los  lizo^;  LoxUzos  son  unos,  hilos  &  .cos( 
'    de  un  pie.  de^laírgo-^iiAf^osporaus  jesaofai- 

dades  á  dos  varillas  largas  ,  (^  oon  unaéo* 
'  sortijadtira  pequeña  acia  eir.medk> ,  para  daf 
"   paso  franco  á  tíno  de  los'  hilos  de  ki  unfim- 

•  /  bre.  Las'Ciar($les,'y  Ipslizos  compooeaJiiQ- 
tos  una  lámina,  l^ase  al  fin  áe  este  toma  ¡a 
explicación  de  los  términos,  em  esta  voz  U^ 
fitina.  (**) 

19  V4ñn»/<|fiese  pone  entre  los  liilps  de  la 

cadena  para  arreglar  h  aeparacioiL      >  ¡  ; 
i  o  (íarrudha  sobire  \^\mn  niedfi  la  cuerda /qw 

•  está  unida  días  4os láminas.  En  el  perfil  no 
se  vé  sino  una  garrucha  ^  otfa  con  su  cueida 

^' >60fctl»né  lá»  i)]l8nfiU[lá(x«B^  dé  h :  otra  pacta 
del  telar.  .un  .o  «i  ;v.^  A^uf 

(ftil^  o  dttATfUA¿*r^  h  m;m//«  tambienisegna  Taricdaddeccliicfc 

(«*)  £scas  fviiiíA  s«  lUaup  P^ttb4kd$u 

(**}  A  escás  láminas  les  llam^^  algpmos  L/yr. 


o.l4'4>. 


I 


•< 


I 


.  '  Etwstiio  M  hambre^  i4'5 

Aquí  se  buelven  á  hallar  todas  las  partes  ^  qi&  ^  tcur 

-  hemos.  dicii9  desde  et  aocfi* 9.  &C.'  '    -    * 

a  I  El  frenillo,  es  la  cuerda ,  que  pasa  dé  una 
.  lamina  á  otra  por  encima  de  la  polea  10, 

•  y  que  sohieado  ,  y  bajando  coiftinuamente, 
o  .comunica  ¿  jay  laminas   el  mismo  juego» 

-  Piase  18  lamifM  precedente* 

>ia  Caja ,  sobre  la  qual  dá  bueltas  la  polea. 
93  Hiiodelizo,  esto  es 9  una  madeja  de  hilos 
(    conforme  d  loa  hilos  de  los  Ií2q&  para  com- 
i    poner,  yiuqíi^cádalisK)  9  que  se  rompa* 
a  4  Jatretesenqnehay  una  proriston  de  hilo 

de  mdindm » pata  componer ,  6  substituir  el 

bib  roto ,  6  defeftnoso  de  elh. 
-a  5*  Qtílio  r  ^  piDviaíóo  de  hito  de  orilló  para 

substituir  lo  que  se  rompa  en  el  de  qualqfuie- 

*  fá  td9 :  este  hilo  5  es^secfolmente  «n  los  pt* 
ños  9  es  muy  diverso  del  de  la  urdimbre. 

16  Caja  |Xira  fedbir  las  canülaa»     '  . 

17  Réapjddp.' 

a8  La  barra  de  la  parte  posterior*  de  d  te- 
lar. (♦♦) 

19  Las  careólas ,  asidas  á  dos  cuerdas  en  la 
parte  inferior  de  cada  lamina.  B(  pie  áprie- 

-'  ta ,  y  baja  .una  ¡cateóla, y  X^  tambfen  (a 
lamina ,  á  que  está  asida  ,  y  con  la  ayuda 

/   de  la  marioneta  sube  hútné  f^aie  también 
la  lamina  del  perfil  19- 
Tm.Xn.  T  30 

(*^  Bs  luu  Tara  redonda  de  madcrib 


146       Espe&aculó  deUNafiiMkza. 
JO  Tarima  pequctoa. 

3 1  Vaho  ^  (**).e«r  ima-  rtgk  piqiieña  de  di- 

versas  piezas  9  y  coa  .dientes  ^  ó  muescas  en 

,'  .  forma. dé  llares  ,  que  3e  puede-,  abúrgar,  ó 

,; '  acortar  con.  la  ayuda  á^  düft..dÍeBte8¡,  déla 

.'  .  djj^erñdidí  de.  sust  fisiás  ^r^  .deivcursoc  >,  ó 

*  sortija  9  que  las  júnta^  Sus  extremidades  es- 

.tán  herlzadas  de  ^ututas  {iequeñas,  con  las 

f    <)uales  hace  el:0fici(d  pr^a^  «n  los  ofillos  de 

la  i^la^  y  la  itnadtiené:  cob  liguat:  teosíoDi 

y  cochura:  apftr^aiftre^^/y.rla;  pone  tnas 

(     leyte  á  medida  i quela  telarse*  adelftntiu 

.}  %]  lia  lanzadefa  vistz  de  cara ,  y  de  peffíL 

3  3  £1  enjullo  sobre  .que  se  jubta  )a  tela  i  ipe- 

:/<  didá  9  jqnfc^  la:  urdiinhre.  ae   U^  dé>  tn- 

-^4  Llave »  es  una  palanca  de  tuenro  pma  hacer 
andar  el  enjullo.  :.      :,    ^c 

3  5  El  peine  .yi$t!>  ¡i  parte* í/^^Mur-.M  i^Oa  Eh 
tampael  numero  li  ^y  en  la  phicmláite  W 

tTmoa  d€  u.i    Sustentáculo  de  k;.^(;ha.!  . 

perAadura.     ,^:      Cuhjl  C*f).páa.ini*tf.  k  t»lt*        ¡ 

.3  i  O^  9í:^(¡b2(r9a/paiia  'poner  «1  pañp  bkh 

•  4  Perchas  >  6  varasf ,  con  los  qiiatro  ganchos, 
que  las  sostienen.. . ^  \    ,,/. 

(**)   Otros  le  llaman  Ttmflt' 

C**)  Acá  es  una  pila  de  fítéití^\  .'*,''.•'. 


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'•-♦; 


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•40 


...   \.ElMíühikl3wf¡Sre.,  I47 

Palmar  9  Cruz'ahíláda'piatfi  perchar ,  con  lais 
púas  de.ia  cardenchab-wi ...    t       .     .    .  x 
i  Pierme  para  limpiar  (**a)  el  palman 


•í' 


L  £1  désengrasaderó  V  en  qué  ae  iib'piaa ,  desr  ^^^  \ 
engés^aÁ^j  pnd&saan  Ibsi  telas  ^  y  también  ?!««  <^« 

..  le: UanuÉi  Batáiv  ^  ffu/!  ?.  z.\?.  r-  íj  "    '  /.   o    ***'*^'' 
i?¿7f^^¿i^ríi'eB^queak;bfiSact¿n^9'd  reciben 
ias' telas  Ja  cófisistebcia.dsLMtírD^  ' 

{La  rueda  para  desengrasar* 

fi^:naeda  para  bstasar.!  ^ 

$  Árbol  de  la  primera  niedá  con.sos  sobarbas 
r(!^^)  para  lébaqtár  las  cabezas^  los  makoft 

6.'E1  aibol  de  la  segunda  roed?,  f^^^^asé  Ja  se^ 

-  .gúnda,EtPM9pa  Jel  ofru^'y  ekoaciM^  de  un 

7  La  pila  de  desengrasan  .c*  /j-     '^  '  ; 

8  La  pila  de  batanan  .   »  j '' 

9  Los.mflZQscoíi  ás 'bastáis;  9(«^|^  fiase  el 
corte  j  jnebÚ0tíondelSar/ífki    i!.»/   ^^    . 

I  o  Los  hastiles  de  los  mazos. 

I I  ,  y   12  ^^  ^^i6nfiwí^nI^or  }i  Jc^^aikb'por 
su  extremidad  sobre  sus^qjqs^ -«^  •  -j^  r^. 

..  /    I  ...      1.  jT- a^  •'.••■-••  ■         ic 

(**a)  A  esro  1  Urna  a  curar  los  palmares.  '-  .  ^  ^  f^, , 

<**b)  La  primera  operación  del  Batán  es  desengrasaV,  Ya  sejninda 
enfurtir  •  ó  fieltriR^  p^fctfililn^fetcIC^póaiiyíiOinte'^ci^ 
y  la  tercera  lavar  >  de^nodo  *  que  ya  salga  ciara  el  agua. 
^*»c)  Sobarbos  les  llaman  algunos  Oficiales  ¿  y  tamoicn  les  dan 
los  nombres  de  Lívsí  ,  y  de  sAléhtt.  , 
(««d)^BseQs  ir¿irh'«i)dü-anéé  Wazás'mdy  f%¿osí  a¿!dos  ik  los  m»- 
xos.  Los  dientes  del  mazo  «» im«edUcos  al  hásci1«.Son  los  que  ha« 
ccntomar  labuelcaalpflfto*       '    ^  ^    .     - 


I     » 


1 4B       Espe&Mutó  de  U  Naturaleza. 

i  Caldera  para  deskir  el  jabón* 

4  Tonel  para  disolver  la  tierra  ardBosa* 


•  ■       * « > 


Losinomferto  del  per£b  carrespoodtD  ^:lci.dei 

Vftsecl  cor.  t^^^    "^  r  t       — r . 

te,  y   eleva-         pianO. 

ü^it^n^  S  Linea  <ití  camino ,  qn^  lleí»  la  rueda  per  Ii 

..|iaiX0  ^^»or4  3^ La(rmda¡vj^ 
6  Árbol  con  sus  sobarbas  4'  qué  Hwnt^  al 
í:  Itáw  liiis,c^ieiáSideÍDi;nia0osk' 


8  La  pila;  deljBátánbrow: £sta t^x  cx»Itai]e- 
tras  de  la  unión  del  maderage,  sin  notarse 
sino  solamente  coauna  Ürieff  de  punto^que 

Efjsejidii  sn^.posickftua  r...  .  i  -  '..  -  ".  > 

9c  2a9.cabi2»xU^  mazo.  El  perfil  eo^fá  iiqú 
-  Ja'vbca  ,*  representando  coíno  dientes  lak 
V ..  cánalitas  retundas  ^  que  impiden  ,  que.  la  te- 
la se  quede  asida  al  mazo  á  causa  de  la  su- 
presión del  ayre*  /  ..  :  /.  •  :/  " 
10  Las  sobarbas.  .  r.  .  i  '  ' 
1.1  £1  cabo  ^el?  niazo  asido  ¿  un  gosoe^ 
13  La  caldera  para  ifisólver  el  jabón.  , 

Vea^e  Ja  et-  .^    :■      -  r    *  :   .   :  \   ■   .     '' 


^lkt»rí^^m:é^  í 


labor    de   los  1..  1  . 

Tuodiaorci.     2  Me<«i  de  tres:í)t»^.  ^  tr  ¿L.   i  ....:    . 

}  '  Tarima  en  que  poncín  la  tela  conforme  se  vi 
tundiendo. 

4  TacHon  ^  en  que  asientan 'lo^  pies. 

•   <  ^     >>       I    .        I       1   '.     1    .  *  «,  '  mi,-  I        ,  ,  .'  ^ 

.'..-'     i      *       11  *■      ■•      '         i.J  ,J.'í  .    .      -I     •    •  ♦     )    .  / 

•  te  P 

.         ..  '  í  .       \  .  , 

X'**  >Sll;Es|MÉñj  e^  pio|^il};d¿  ^«aiMif  ^oi|  gr^^A  !•#  f  ÍÓ9*  fi»«' 
poixjue  roSjdcslucc. 

(**^   Este  aímohad^n  es  de  rrr/i^,  y.  Jf rr4f. 


/ 


•  V 


I- 


t 


/ 


/ 


i 


•I 


.  £7  veitiA)  delhmhre.    .  ^^      x 49 

5  Tijeras, 

6  Maculo  para  juntar  las  tijeras  por  medio  de 
una  cuerda ,  que  las  une. 

7  La  maleta ,  (♦*á)  con  su  tuerca.    * 

8  Lm  plomos  para  a^rmar  la  tijera  immo- 
ble. 

9  Mioiguetá  y  pieza  de  madera  9  unida  á  la  ti« 
i  Jera  inímolsfe  ^  ^  empuña  con  la  manode^ 

recha  el  Tundidor  ^  mientras  hace  con  la  iz- 
quierda jugar  las'  bo}aáV  añdjando  ^  y  ápre* 
tando  las  cuerdas  del  maciUo.  ^  - 

10  Rebátidera  (**b)  con' dientes ,  para  irritar^ 
ó  hacer  salir  el  pelo  donde  no  le  hay. 

1 1  Rebatídera  sin  dientes ,  para  quitar  la  pe^ 
'^   lusa. 

1 2  Ganchos  para  detener  el  paño  sobre  la  al- 
mohada. Al  lado  están  unas  pinzas  peqiíé- 
fl$s  Vl^ás  dé  ffi^ei'sos  ihtídos  3  sirVen  para 
quitar  las  desigualáadeSé 

13  Cardas^    . 

14  Bruza  para  inclinar  todos  los  pelos  de  la 
tela  áda  uba  parte  :  ib  qtial  se  llama  brir- 

'   «arel  pafk>.  (♦♦c) 

1$  Ia  plaribha  untada  con  aliíiadga  (^*^d)  pa<- 
n  aplanar  el  pela  ^  y  quitar  las  motillas, 
¿  matítias  6itrafias  ^  que  puede  liaber. 

•     ;  16 

(«»t)  JidítU  llatiMa  ik  ti|iiél1i  ptczffdé  lafttí{<raf>  en  qse  se  c^* 
criba  •  y  hace  íucrpa  parajuntar  Us  ^^s  hojas 

(««Í>^'L«'Jt^átfrriffrÁ'cf  ih^v  especie  de  cepilh>.    -  '     .  v  -  .  -     r 
■J*»c)  hsto  te  ejecuta  con  braia  de  granillo»^  con  bruza  de  cerda. 
^(*^d)  No  sen^a  unur  cosa  alguna  >  sino  las  tijeras  coaateiic. 


A 


1 6  Cepillo. 

17  El^cobilla^  .. 


»'»? 


v*M*upr«-  I  Mesa, Ó  t^^f)m^  -x-:   ::/(.•;.;;  :  '-   ■ 

í«tf«ái«t"  a...TaWeí9píir«tC4biit  tes.ül^mw  «loUeocslde 
'**'  las  telas  plegadas. 

};  ,CartÓB\para  ^separar  luf  dobl^.ds  otrob .: 
4  -PJaflcba.,  ^  íiiíe9ip:pír*.  |)9Í*r  la.  ¡t«to  já 

i  La  tel?  4pí»JQ-<|e.lafwn»w  i 
6  ¿interna  de.tu^rot  ... 

«wJpfa»-  ,-j  ;^. ,  ■  -^ 

■    ■     'i 

10  Eacage  de  hierro ,  que  recibe  el  huello 
.  .lamida      ¡    ,  :    .    . . 

13  Torno  con  sus  ^í^^^:   ; 

I  ^  Biga ,  ó  palo  para  apretar  la  pretafi^. 


8  HusilV>.  jde  fewTip.  '^  -     ,  .       í 


:^i:%^- 


4  w         A  I 


>         •      .    ^ 


Víase  la  cf-  jj ,  J^Iev^ipn  d^  la  cal{indf |a»  (**) 
cakndria.    "^  a  La  Calandria  vista  de  pécfíl^C(;H3;9a  l^bol»  JT 
^.^  lar:jnH$a  ^  qqd^t?  íKrb(>l  Jwpe  ir!^  y  yeaif 
sobra  la.  te^a  pu^t9  al  r^iedcft  del  erú^'^r  ^^    ^ 
elnvu9v3^:eptree^,^pew.  (fft^  l*;oprigaei,y 
,> ;  la  mesa  que  la  sostiene. 
.g,  .^|.eojjullo.icon  la  i^laarroUada á  éU.  . 
4  La  calandrija,  vi6ita  á  plomó;,  :ó  desde  lo  alta 

(**)  Ese*  machia*  ao  se  us*  poc  U  caaña  éa  EspaS** 


.    / 


r~  -'■' J^ 


¡  / 


ÍT4 


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; 


El  vertida  del  henére^  151 

-5  £3'  árbol  9  6  corno  9  badeodó  ir  ^  y  venir 

e\  pe^  con  h  ajihida  de  dos  cables ,  de  los 

'  quales  uno  se  vá  arrollando  al  árbol ,  y  el 

•    jotro.  desarrollando  ^  razón  dd  movimien- 

fio  oonttario** 
¿^  Lá  niésa«i- 

7  £1;  peso  de  veinte  á  treinta  mil  libras. 
S  El  Oficial  ,  que  hace  bdver  con  un  ma- 
<     zo  á.  su   lugar    el  enjuilo  ,   á  quien   el 

móvimienta  del    tablón  <  bábía  sacado   de 

jg'  Oñáú  >  que  arrolla  la  tela  sobre  un  enjor 

lk>  para  darle  lustre  en  la  calandria. 
JO  Oficial  j  que  desarrolla  k  tela  ^  que  pasó  yá 
.     por  da  caiaadria. 

Rg.  I.  Preparador.  Preparar  la  seda ,  es  col-  ^^¿^^^J^ 
gar  una .  noadeja  en .  la  estaquilla ,  qiie  está  (**> 
fíxa  en  el  miistil  i  ,  y  desentedar  la  m^-  vease  u  bj 

i  '.deja  confia  imano  y  para  que  se  puedado-  vo^l¿o^/ 
bañar.'  Prcpindor. 

rl^a  opetadon ,  notada  en  la  Fig.  m ,  na  se  ha- 
'  €X  i  l^sta  después  de  haber  preparado  ^  como 
-    aeDépreaeóta  en  laFig.IL      [ 
:;*".'■'''.  Des- 

•  ^>  Bfi  ordeit  ^  toi  tcrmlnov^roprios  'de  Tk  Fábrica  de  loi  Ter  cio« 
pelos,  BO  costante  haber  ido  en  persona  á  la  Real  de  S.  Feroandoi 
a  fió  de  informarme  en  eite  asunto,  no  lo  pude  conseguir  como  de- 
seaba» por  ser  Bstrangeros  los  Oficiales»  ¿  ignorar  absolutamente 
nuestro  idioma  :  con  que  recurriitancp  por  mi  mismo  en  esta  Cor- 
fe*f  cfQio  en  la  Ciudad  de  Toledo  por  medio  de  p^  Fr^^ehf  SéH" 
tim?sl9méT9t  »  cuya  amistad,  incelieencia»  utiÜsima  curiosidad* 
y  deseo  del  bien  publico,  me  instruyo  en  esu  materia. 


'(•«■' 


I  f  a       EspeSacuh  de  ¡a  Naturaleza. 
vetse  la  Es.  Despues  ^e  haber  «pár^ído  .¿dgun  tanto ,  y  des* 
debanadcrV  *      enredado  los  hilos  de  las  madejas ,  que  se 

quieren  debanar  ^  se  pasan.de  el  preparador 
-    á  las  .quatro  pequeñas  ruedas  de  la  debaoa- 
dera  ^  (**a)  en  las  quales  se  ordenan  para 
conducir  el  hilo  á  quatro  husos  grandes  ,  % 
á  quatro  barretes  á  un  tiempo.  El  hilo  se 
vá  debanando  en  estos  husos  ,  ique  tienea 
tortera  ,>d  rodaja  soló  por  un  lado ,  quando 
es  el  hilo  dei  trama  y.  y  qoando  es  de  ur« 
dimbre  ^  se  debanan  en  unos  cañones ,  6  hu- 
sos con  rodaja  por  uiio  ,  y  por  otro  bdo. 
Esta  máquina  es  de  útil ,  y  hermosa  inven- 
^  clon ;  aqnque  no  tanto  como  la  que  baoe 
trabajar  centenares  de  carretes  á  un  tiempo. 
I  Rueda  grande. 

i  Pifiones  9  cuyos  husosí  entran  en  los  pon- 
tos de-  las  ruedas  correspondientes» 

3  Dos  ruedas  puntea^  (^b) 

4  Tres  garruclñs  .^  que  describen  un  circulo 
al  rededor  de  los  eges  de  las  de^sus  pi- 
fiones. A  estas  garruchas  se  afirman  ties 
cnerdas  ,  qu^  se  unen  entre  sí  ,  y  cuya 
extremidad  está  asida  á  la  pieza  de  .ma- 

-  dera  13  >  á  que  llaman  Baybén.  Esta 
pieza  se   mueve  en  una  canal ,  (^c)  en 

que 

i**M)  En  Bscremidora  le  llaman  jtr^éUHU  ^  la  debant dera. 

(**b)  A  estas  ruedas  llaman  BstrflUs» 

'  (**c)  Al  fin  de  esta  canal  hay  nna  caentecÜla  de  Tídrto  .  j  lla- 
man CahfiufU  ,  Y  sirye  para  correr  por  entre  el  pelot  y  U  t¿«  p» 
ra  qne  no  tropiece.  * 


/ 


I 

/ 


V.I52. 


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.     .! 


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('  qflt'yii y^ viéné.  Quatíifü  «fias tíisiú 'las  cjba- 

•  tro  gaiYuchas  sus  cuehfe^-áda  tal  í^uieirda, 
'    tamo  nias  feé  adelatitai  el'baybéa  1 31  á  la  lz« 

quierda  misma  hadendo  subir  el  |)e50:k99 

que  está  colgado  de  la  extreifilifiád  dkl' -tiiy^ 

bén.  Quando  al  eotitráfto^^  éki^^ácii  lá 

i   deit^ha , '  llcb^as  de  los  piftoúe^  que  las  sos? 

*  '■  tíetien^  tamUeti  d  baybétii  se  álejx^flciá  la 

^r;  (*<^)  qad  lá^'^Uebb  l|a$^'flÍD>'^fttisiend^*"  < 
ES  ék&ú  de  esta  inívisiJQíodv^^^^íbbir  igual- 
mente los  hilos  y  según  la  bngitud  4^  los 
- :  Jbiisos^  y  itiit  airn^iilDs  9ttfdQs':9dlM0  liHÍK  fius^ 
mos  puntos.  Los  quatro   hilos  dé'ía^-b'n- 

e'  terMStte  ¿4^  dabálaijteíaiselléhati  cón  esto  k 
quatro  anillos  de  vidfiO'j  '(^^b)^  sostenidos 

^  'á^ios  quatro- Í)iá¿tonei  x^^^^  colocados  per^ 
pendicularmente ,  y  firmes  en ''  «siDri  agu- 

r¿stcf& ,( i|iieet>>bdybdnKil¿m  tiei:^bsQeb  «qit^ 

o  i}iasí  partes  ;.y  y^ndd  á  Hftáiri^cstos  hilóse  i  los 

:  quatro  husos,  que  ruedan  sobre   la  abarra 

S  ,  tnudan  de  «ieiiadx;^n  las  garruchas  14  ^  de 

presión  de  las  garruchas  bücetir^yVenlrios 
hilos  á    diversos  puntos  denlos    carrétesj 
Tom.  XII.  V  EL 

'<*^¿^ /i  ciíQS  j^cickllzmAÚ  y éí§s'del  piúW   nombre   que    din  zí 

xiK3  ..   !.ri  ^-     :..) 

r**h)  Estos  anillos  de  vidrio  se  usaban  antes  en  nuestros  tela* 
rts  y^cro  yz  los  usan  de  hierro  ,  y  les  dan  el  nombre  de  Gafetes i 
csfo^  tieoíei^  en  ta  parce  ^j^cíior  um  pieiwecita.á  <]vie  Uaman  Gwm- 
•ilh  >  poi  deaJc  pasa  el  hilo%  y  están  sffstcoidos  del  baybcn.        ^ 


154     Espe^oí^oikl^NítíUffdeta. 

-  £1  Ofíoi^l ^  ^m  rpr^de  á  esta  ^^  operación) 
,    muda  además  de  esto ,  seguo  le  parece,  los 

bastonea;  y  aai^  vá  repartíeodo  el  hilo  coa 
^,  iglial4a4L,    :"  •.   -A A-  '    \'. 

I  Lps  i¿45tílf*.. .  i      ;     / 

i¡  Las  lM$a$^de  losrmástíles^  ' 

7  De^  kotra  parte  de  h  riieda  ^ode  está 
.  la  cigueoa,  que  no. se^  mueve  coa  la  ma- 
^  00^  ^  <\m  ea.ttel^  í^m^  tueda  por 

medk>^vde;iiiia(  touttii,  y  dd. tina: cuerda,  im« 

-  pelieodo  la  caceóla  d  pbiati.  de  uo  Ofi- 
cia!. ^       A.       . 

8  Banrá  aolerior ,  que^eoiSLa  loa  qyatfo  bu- 

f  .Ruedecilhi,  dlquien  dábudltarfa  cuerda^que 
hace  rodar  los  busíos.  .  . 

JO  Puercas,  en ,que  dan  bifclta  loa  cabos  de 

•   la  barra 841 :,  --. í:  ..    v  .v-í/i 

XI , y  ría.  Pata!  eRri(ar 'Coofutído  .,  00,  se^  han 
puesto  estos  mimeroa  ^eti  I9  figura  >  aunque 
el  1 1  corresponde  á  los  quatro  carretes  ,  y 
el  1 1  á  quatro  pequeños  corchos ,  que  los 

'  f  dividen.;  pero  se  Contiben  4x>loca<^  en  fila 
sobre  la  barra  8. 

13.  £1  baybén. 

1 4  Los  quatro  bastoocitos  con  sus  circuios  pe- 

.  quefíos  de  vidrio  para  recibir ,  y  distribuir  los 
quatro  hilos. 

X5 

f**)  A  estos  husos  Uaman  téñüna  >  que  Tan  cogicn4o  1«  seda 
MiCfirmc  se  hhctc  1«  barra* 


t  ^  Las  qifittfOtnisdaft  pequen»  de  la  debana- 
dera* 

x6  El  candelero* '      ^ 

17  Barra  grande^y-de  la  parte  posterior ,  que 

'  fectbidndo  s\x  movimietito  d^  la  inaroma  ^  i^ 
que  circunda  la  rueda  grande ,  y  se  le  co- 
munica por  medio  de  una  cuerda  á  la  barra 

:    anterior  S  ^  cuya  ruedecilla  9  está  rodeada 

r'  oon  la  cuerda  mfoma*   ■'■ 

«8  Las  dos  raédecitas  postericflñe^  cada-  qual  con 
sil  cuerda ,  que  las  rodéá ,  y  Üebá  tas  ruedas 
pequeñas  anteriores. 

%  9*  Contrapeso  ^   que  retira  á  la  ^  derecha'  el 

I^  bstybéti  ti  á  medida  que  lo  pfermltetf  >as 
^rrtkibás  4>  adeíánüindoíse^  4nías ,«  d  'ínebos 

'  ^ia  la  misma  mano:  este  ccntrapeso  sube; 
quando  las  garruchas  ruedan  acia  el  lado 
contrario. 

10  Encag^,ú  hoyos  en  que  rueda' la  barra 
posterior. 

d  t  Maroma  dé  lá  irueda  graftde. 

^a  Careóla. 

£olvamos  sobre  todo  esto.  El  Oficial  ,  que 
gobierna  üstá  máqwna  ^  d  .debáhádSra  y  ha» 

V  ce  ir  9  y  venir  la  careóla  aa  ,  y  Uebada  su 
cuerda  en  .frente  del  numoro  7  ^  obliga  alli 
,  i  subir  9  y  bajar  la  cigüeña,  que  mueve  la 
rueda  i :  lá  maroma  1 1  hace  andar  la  bar* 
ra  posterior  1 7  >  y  ésta  comunica  su  mo- 
vimiento en  8  á  la  anterior.    Los  quatro 

V  2  car- 


los  que  pasan  por  los  circuios  1 4  de  dici- 
tna  de  la  rueda  i  $ ,  á  la.(qu(ir.,baceD;  dk 
•  :  4)a^t^S:^ii^  W]  espiga 'f^o|?fntc}on:dti  hs 
^j  .ví(TiUa(í;„{*fa)f^4»í^e«í«i  -idasíj'y  Venillas 
.ntiel  baj{íén^í9«Te|^art.<!n:  l()S:)uwQS,  d  oar- 
,.  •  retes.'l^  igualdad  del  hilo.  Para  doblar  ¡los 

,.  lítíos ,  íW'íqpdjínTpn J»!  dplíW^r,  Fíg.^ni;  yse 
doblan  mas,ó  mení»4j©flt«lJ(i¡|jdeife  firava, 

wX  !pí !  •  •  f qualMl4.dei|a  -1^1^  i ?3PP  «íí  qMfece.Wcsr,  Para 

*i*'  la  trama  se  ejecuta  es^to-iopefi^p^ia  coodos 

:,,  igfir^iRifntOs  fiepíffiílosLij^e  ^o%,9i^$p  élu^ 

3  Las  ruedan  foia  las  caoUlas:  op  se  t«fdflrá  en 

,     dáíSUieSQ.  ,1:.:  .     .    i.;;,.;-..    ■  ?   I    .'      . 

4  La  ciguefiíu  .dcv  r-  . 

6  el  tornillo 

7  Mesa  (**cl)  para  popBr   lagj  cgnUlas  ,  q« 
son  unos  cañutillos ,  ó  cañas  cg^t.  hítps  ác 

eitrapifitijiíO  n    .07^    (>;a»j  'j.ric?  *<:í..oí 

-sjB  ,Ehi«45t¡H-fq«;wtiBpc^^  /:X  - 

Y>      .':•*'    ""     «''^    f^í'T'T    íí    *!;;>*-'    ""T      'n'^iy 


.C**b)  ÁU  «rtlimbrc  llaman  Píf  en  ;e{tc.  telar, 

'(<**c)  A  l(*«  canónpt  Ikamai*  tsvi»*ncii  K*éttñt  jy  ÍLlt  máqiiH»»**'* 

t>9blikif  ,  por  íurlc  otVós  cmc  nohibrc.  A  la  maquina  que  Tiaj  P*' 


(**dj  A  csu  mcia  lianiají  C^;*  Cft  1«  ftUrcs  de  terciopelo  «  *»* 


taCorcd. 


^ 
N 


>* 


\ 


9  La  aguja  (^a)  coñsas  'cuédecttas^  y  con  su 

nuez. 
I  o  Campanario,  i»  el  asiento  de  la  aguja» 
>i¿  /ri>ro&Ilo'!{?'^b)  |tara '  alargar ,  6  acortai  U 
Cuerda  9  ápafUüaak>  9.  ó.Vacercando:  d  ¿aá»- 
,    til  ,8. 
la  £1  pe. 

13  Eldohládór^ó  trascañadera.        .    ; 
^4  Losxaobnes  ^  (*^):  colocados  ^pei^ndicu» 
-i.lariMpteyjy'.  iCbniisujUlo»:.  ,  :  .  ^     :  . 
I  $  Cañón  con  dos  cabezas  para  la  urdimbre. 
46  Varilla,  que  sirve  para •  cpoducir  iel  hilo*  r 
1 7  Cuerda ,  que  circunda  lli  rueda  «de  arribft 
j  8  CiaQrda\7)lie  i;odéa(M de  alxajo»  ^        < ..  v 
Pibíeisdoí  ctímimiG^Q'  la  cigüeña  el  n^ví- 
.    laiebto  á  la  rueda  supeiílor ,  la  cuercfa ,,  que 
..  la  .rodea ,  y;  quie  abraía  el  árbol  de  Ja:  se- 
gunda rueda ,  hace;  que^a  bo^^  l^a^  i3iler- 
-*<  4]a  de. ti.  ^gi^odaí  a1^a«a ;  Ja  lOue^  9,  ry  :t^ 
¡M  ce^dav/alcafion-;  que   se  pobe   en  fella: 
•  \  y  dand0  el  cáiíon  ibuelca  ^  Ueba  coossigo  dos, 
tres,  quatro,ó  seis  hilos,  que  pa^^:  |)or 
*r  ]eiicupa>d^  ^  varillad  b»ír^;í<^.i»  y  s4e|^ 
í'.  de  Im  c^ñcgndto^  it4i9  ^u^rjestíja  p^rpgndícu- 
•lares^y  slft:tortera$,  ó  (tíbezíis  para  dejar 
- .  correr  el  hilo  fácilmente ,  sin  que  ellos  por 
sí  den  buelta.         ,  ,    .     , 

...    •  <£• 


(**a)  Otros  le  llaman  H«f«» 
.Í*^)>ii  c*c  fooniUo  itoito:  Mamíjs, 
^*c)    También  les  llamuí*  #»/•#• 


x$8       Esp^aculb'^ 
M "  t  ^dc^ii  ^  ^^^  quatro  ni¿8tüe&  (**a) 

urdidera  para  l    El  arbol.  (**b) 

terciopelos.  -  ^        '  •  • 

3  Las  varas ,  que  son  ocha 

4  Las  cruces  son  basta  et  numero  de  14»  y 
desde  las  barras  van  %  reunirse  al  arboL  Aqui 
se  ha  suprimido  la  mayor  parte  de  estas 
cruces ,  y  la  buelta  de  los  hilos  fot  detrág 
de  ia  caja  para  evitar  la  confusión. 

*5«  Latninas  que  llevan  consigo  á  las  escarpiali 
en  que  se  afirma  la  urdimbre^-  según  diíe- 
>     rentes  grados. 

6  Cruzados  (^c)  en  la  parte  superior ,  ¿  ínfr 
rior  de  la  máquina* 

7  Barra  (^^)  de  bkrib  perpendicular » que  dt 
-'  bueldis  con  su  arboL  Según  diral  un  lado^ 

ó  al  otro  las  buekas ,  se  arrolla,  d  desarro- 

-  lia  en  ella  una  cuerda  de  tripa  para  hacer  sa- 

-  bir ,  d  bajar*  nn  grao  peso. 

%  Vesby  estitiamasa  gtande ,  á quieb  fa coer- 
da  de  tripa  hace  subir  ,  ó  bajar ,  aegim  el 
movimiento  que  se  le  dá  á  la  caja  ,  y  bar* 
ira  7»  ■  "      r 

9  Pilar  ufiídoá;  lá  mesa  grande,  y  acompa- 
ñado de  tttia  ritedecita'  ^  (vista  k  parte- en 
el  numero  16)  para  que  todos  los  Míos 

va- 

f*^*a)  En  la  Fábrica  de  cereiopeioi  de  esta  Corte  les  Uimafl  ';- 

(**b)  A  este  arbol  llaman  Btté^mlUi  y  á  toda  la  operación  Jfé* 
re  jar  la  seda.  ^      *  •      - 

(^*c)  A  esfiís  cruzados  llaman  en  los  telares  de  Madrid  £tf^*^ 
(**dy  A  esta  barra  llaman  Cmfut^i^  • 


:.  vdyan  i^uoidosi  y  se  distribuyan  sobre  toda 
la  caja  de  la  urdidera* 

XQ  La  estrella,  (*^a)  que  es  una  rueda  pe- 
queña con  sus  dientes ,  y  con  un  gancho  de 
hierro  que  la  mantiene  en  el  punto  en  que 
ae  la  pone.  La  cuerda  de  tripa  está  asida  al 
ege  de  esta  rueda ,  y  quando  dá  bueltas ,  se 
vá  rodeando  en  ella.  La  Debanadorala  mué- 

•  vea  díscrecipii  para  acortar  ,  ó  alargar  la 
cuerda  ^  que  sostiene  la  masa  grande ,  ó  pe» 
80 9  de  suerte,  qué'  los  Ulos  se  vayan  espar* 
ciendo  como  se  desea. 

1 1  La  cigüeña  con  su  rueda ,  que  por  medio 
de  una  cneidá  hace  andar  el  árbol  con  toda 
la  caja. 

I  a  Banco^  que  tiene  I6s  obillos ,  (^b)  d  hu« 
sos  de  dos  rodajas.  (^*c) 

X  i.  Los  pies  del  l^oco. 

14  Dos  barras ,  que  cada  uno  tfeoe  sobre  sí 

:    aacirculitos  de  vidrio* 

X  5  Veinte  varillas ,  que  cada  una  sirve  pra  dos 
circulitos  9  que  Ueban  dos  usos  granctes. 

X  6  La  medecita  del  peso  grande  vista  á  par- 
te ,  y  que  ayuda  á  encaminar  quarenta  hi- 
los. 

La  principal  industria ,  que  se  descubre  en  es- 
ta 

{««a)  El  Francés  le  llama  P#rr«. 

(««b)  En  uno  %  ü  otro  tehr  de  terciopelos  *lk  los  obillos  les  lU» 
Din  C^rdonit  •  y  en  Madrid  Csrrttft  >  y  están  cogidos  en  sus  Cér^ 
rttUht, 

(♦*c)  O  Torteras. 


i# 


V  6  a  EsfeSacúldA  la  \ 
CB  máquina^  5'  tío  os  so^mehie:  d  i^ir/^o 
hilos  en  un  misma  punto :,  üú6  prifidpal- 
mente  hacer  toda  la  distribución  de  alto '4 
bajo  ,  y  después  9I  coatraria  sobpe  toda  la 
caja,  ae^q  ia  Debanadora  hace'  sabir  V  ^ 
bajan  á<)tteli4  g^as^  miisa  ^^miáaiido  q1  impul- 
so ,  y  movimiento  de  la  cigüeña. 


Vca^e  U  es-  ^      -^ 

campa   de  el  *•  Cwl» 

modo  de  co-  tju 

locar    la  ca.  «  W'P 


pkfga- 


r  JSi  plegador  leon  lá  urdimboe,  ó  cadena» 

drb;e  «"d   ^.  El  plegador  sin  la  urdimbre. 
celar »  ^  en   j  £1  misttio  vísto  de cata;  - j  .  ^        ir 

*"  ^*^s*  °'-  4  .Bnjwik)*(^á)  á  qüiett:  sexbíeioa.yá  los  hilos 

de  la  urdimbre.  .'     ' 

t*  Rastrillo  ^6  especie  de    pekie v  qtie  ayuda 

por  medio  de  sus   diente^  á  distribuir  coa 

proporción  los  hilos  de  la  ulrdtebm  fofare  tpf 

r  da 'la  anidiuid  del  nielar.  '[^  ,  ^     .  ) 

6  Varillas,  (^^b)  quaae  iotrodoceh  eótre.Ios 

^  hilos  de  lá  unümbre  por  enama ,  y  por  de^^ 

bajo  alternadamente ,  para  preparar  él  crúza- 

-  do  y  y  para  arralar  el  paso  de  los  lizos.   :   '  i 

Véanse    las      ^    í                                            .      ,,        ,.  .^     ,     .      -        . 
estampas  de  '*'     i    -  m.  ^  .      .  '     ' 

el  telar  de  Jjq^  uumeros  •  Ó  cififas ,  que  no  se  hallen  ea 

terciopelos,  ^  ¿      z  -    i 

la  de  los  ins.       una  estampa  ^  se  ballaráa  en  otra :  y  algunos 

cru  meneos»  •  «  .  .  .  « 

para  fabricar     *  st  repiten  para  las  mismas  piezas  vistas  de 
u.trrel      .diverso  modo. 

celar  visto  át  » .  f 


cara. 


(**a)  A  estos  enjillios  llaman  en  Madrid  CúdrUt- 
(*#b)  A  estas  varillas  llaman  Cructt* 


I 


^ 


•*  '       Stí  ' 


7, 


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1 


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.  /<'■'•  ^ 


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t  LosSilaf6r(*%)dé.b  pattp  antsridr*  •.     . 
s:  Los  de  la  posterra*.  -    .    :       > 

j  CadeM-C^b) 

4^  Llaves  5  (^'^'c)  que  juntan  t«&  cadenas; 
f  Las  solens.  C^i) .        .  ... 

é  BanCDsr  para  poner  á  los  dos  lados  dei  Tege- 
dor  las  dos  lanzaderas ,  que  sirven  para  unir 
.  la  yrdimlxe  del  pelo  con  la  de  la  tela.  Nose 
• .  {luede  ponet  en  La  figurastno  d  uno  de  loa 
*  dos  hsascaSw 

7  Los  pies  de  los  bafloos» 

8  Galápagos.  (**e) 

9  BanqutUo  en  que  está  sentado  el  Tegedor» 

10  Palomillas  socabadas  ,  en  i]ue  escriban  los 
:   plegadores dd  ^Ipi ;.  .    > 

X I  Sustentáculo  ,  6  palomillas. 

la  Dos  pAegadores  de  la  tela  ^'que  traben  lac 
urdimbre  del  tegido ,  el  quál  queda  oculto 
debajo  de  la  urdimbre  dd  pelar  ^luno  de  es-c 
to^pfeg^oi(^seiiíaoga'por.ni^    de  unaí 

^  pesa  9  y  d  otro,  por  medio  de  uaa:  clavija* 

1}  Plegador  del  pelo. 

3Pf  Carretes ;  esto  es  f  faflos  de  diviecao  colói 

-.TomXIl      /  ..         X  .^      dd 

(«*a)  Los  PiUres,  «jue  escftti  JtHito  lA  Tige4<>f »  m  'IImim  ^*ár  dé 
h^mté  i  y  Vos  que  estaa  coifroitc  del  mismo  Tejedor»  le  llaaiui  fist 
di  HtrrtTñ  :  y  á  toda  la  armazón  la  llaman  Ca4titt$. 

i^o)  Cadcfia  i«  llama  aguí  1  a  fpiezft  de/nion « 4{uc  en  les  alares 
de  terciopelo  ¡unn  las  piezas  de  la  parce  superior  >  i  las  guales  Ik^ 
Han  Estargas.  •  ^    .         .  . .  ^ 

/*«c)  A  estas  llares  llaman  otros  Trabas. 

p^;  A  las  Soleras  ,  que  son  las  piezas  inferiores  del  ccUr » U$ 
cruzan  las  Trabaa* 

i¡^^  LotOaUp«SQf  airrcf  pftfik€gfl4tt€írdlbMqttiU9k  .  ) 


» * 


%&%      Esp^aetib  áé  Ja  NkMr^exoi, 
del  de*  Jaitda.:  foa  midió  de  estos  Utos  de 
orillo  se  carameliza  la,  especié  de  terdope^. 
lo ;  pues  se  dá  á  los  orUlos  mas  ,  6  me^ 
oos  munéro  de :  Ulos. '  encatoados  y  aman» 
Uos  y  i¡t  de  otro,  color  y  conforme  es  masj, 
*-  d&  menos  la  baDtidad  íde  bíloa  que  se  echa 
'/en  las  dos  urdimbres.  Los.  cordoncillos  y  ó 
t  diversidad   de  hilos  dei   tercíenlo  y  soa 
i  quitYD  en  csíási  bda  y  y  ae  ka.  llama  ter- 
ciopelos de  quatro.  pelos.  (**a)  El  tercio- 
pelo de  segunda  eqiecie  se-  tiofa  Con  ttei 
cordoncillos,  y  le.  llaman  de  treapdos..  Tam-^ 
bien  los  h^'  de:  dos.  pdoa:')  y  da  pelo  y  me-* 
:.dio:  y.'esto.;fe ient;^eode  quaodo.  tiene  doi 
cordoncillos  á  un  lado  y.  .^  katoa  oqL  mas  ea 
el  otro..        .     "  .     .  ' 

I  i  Grbces  de  I9  tela  1  que  sirven  psúra  separar», 
V  y  cruzar  sus:  bilo^ .  .  i  - 

^6,  Gruces^^panj^^ck 
Z7  Poltfáh  pdoi  y  ipor?  encima   del  qual ;  pas»a 
•tqdos.kÑs.iliibs.de.la.utdimbréde.  el.  peta 
mismo.^ 
I S!  PortBH^pélo  'y  .-que*  'maQtíéne  cop  la  ay udt  der 
i.  dos  cuerdasiija&de  una  y  y  otrapirte,  dtúí^ 

ta-peladelnugaerapcec^dente..         .  i 
19  Abeadorés  (♦*b)  para  la  tela  ;  su  numero  se 
;  varía  según  d  cuerpo,  que  se.  qmere  dar  al. 
terciopelo.. 


,5        .!,.••'?.'•'.♦'■  • 

(*«a)  E<te  de  quatro  listas  ts  t\  tercicpclo  comM* 

t^*h/  o  Uao9»s«o  lof  4ixói>^ai  tcnn«  pcHftiei^Dyr  rígca  li  (cb» 


3 1  Abeadores  pequeños  ^  que  se  afirmao  ed  los 
Abeadores  pgra  lar  i^:. 
;  :9i  JLp4  4b^4oi!S$-.  j>equ&oQ»  iofeiíofes  jKira 

A  3  Varal  ^  ó  caja  ^9»  íoqw  tUBbien  se  llama 

#     C^jaea  lo9  telara  CQRiime^  ^  y  en  otros  H^ 

tilla:  ésta  se  compone  de  dos  varas -separadas, 

, :    y  tiahfí  crpfis^  d,-neiae  ^  ,<)|oé  Jtiegb  »ol*e  £»- 

a4  Guia  dt  la  caja,  .:"'•' 

a  5  Las  «ncías ,  ('*"''b)  que  sojx  iloas  piezas  cao 
.5  ,:dieaPt9s  .Bíi%.:!<Í!?itft«a^i «1  rfi»ne  .'*« ...diyeisw 

puntos*  .ff/írf' -í  ':'  1  .  í^  '•  * 

^j  La  rueda  para  hac^lsi  «odat»  ('^) 

j»8  El  pow  pararíJíteiierk. ^♦*4)    j 
^9  Log^r jpf ra  laa^  'CíKuQfWí^o^Wi'el  Tc^or 
,  •  pone  ^  \^  Jíiipadejra^f ;-  -j :    u.^  :h  c>^ 
^o  £1  peine  unuío  st  U  ca^  poci.mcxltade 

dos  visagras  ^  lo  q^al  hace,  mas  libre  el  jue- 
f  gp  ^n  epte  ie¡g^do  ^^^  iqu9  ^. necesita:  su- 
\,  mámente  golpea^r  4a$  tratqas  i  para  mikltipli- 

car  lc¿  dzps'^1.  peloj.iipída.  iatípiasbeiite 

Xa-  '  con 

);»*iO  4  énaldiniiof  ^-M^te  q«e  }«ega  el  peine  ,  le  4m  también 
nombre  de  peiae* 

flj^b)  A  esta  pieza  parece «  qae  han  porfiado  los  Tegedores  en 
ttttlciplicaTle  los  nombres  ,  aqei  ia llaman  Bncias ,  cñ  ocios  telares 
d^  esta;  pyr^e^u^UfÍDf.  teñios  celares  comOACs  dc^  laot  le  d^in  el 
nombre  de  Vaho,  y  aun  en  algunas  parces  le  llaman  Porca-pclo. 

(«*c)  Aesca  rued:^mi9iinGlaYÍja 

(**d>  A  esca  rueda  llaman  Cogedor  de  taquillo. 


ti64       EspéShkmló Se  UNaturdileta. 

€x>n  la  t6b  por  d  pie  ^  d  por  iá  parte  kn 

feríor. 
3 1  Tempial  (**a)  es  una  varfta ,  que  sínre  pa« 
/     ra  nsaátcdcár  «n  ij^al  anchura  la  tekK  Ulia 

de  sus  dos  partes  entra  en  la  concabidad  de 

laotra^seguú  se  quieten 
a^  Planchas  ("^b)  con  sus  pinzas  para  cortar 
(     dpdo»  ' 

-ftA  ^  Ifoas  (^^)  separadas,  y  vistas  de  perfil 
Sa.'tFf't'Xallavie  parft^jp^  yaikitnrlas 

con  su  plancha. 
rS3  Lalanssadera. 
^94  SbnadU^  GOb  ^te  arrancaór  los  peffllos ,  é 

hilos,  que  sobran. 
3  5  La  tijera  con  qué'Hmpiati ;  jf  cortan  lo  qáe 

wbrepuja ,  y- excede. 
56  Ix)s  tres.hierros :  son  unas  varillas  de  la¿ 

go  de  su  grueso^'  para  recibir^,  y  guiar  la 
r)^in]Mft:dtt^tas'(ttBzád  ,  que  corta  todos  los 

-  pdos  ,  qiie  encuentra   incHnados  sobre  cl 
-:  Ijierit)  ,  tn-tat«o  tfat^  la  plancha'  camina 

-  db'lado  sobré  los  inferios  pelos ^opTimíen* 
1  dok»s  y  aplB£iánatíIíís.í  La   urdimbre  ttel 
í   pelo ,  las  pinzfla  y  que  le  cortan  ,  y  las  va- 
ritas ^CQA  S13S  cápales ,  son  con  particularidad 

■::.':.:  .     /'•  'ef 

<»««)  A  estas  Punas  <Uo  d  no^bit  de  Hkrr«. 


SS  vestido  deí  bmibreé  165 

ddistífiti^de  la  Fábrica  de  terciopelos ^res- 
pe£to  de  las  otras. 

i  7  Alicates  para  sacar  al  peine  los  dientes,  que 
.  tiene  malos. 

3  8  Canal  y  (*'^)  pieza  de  madera  con  uüa  cuf- 
batura  proporcionada  para  cubrir  los  tercio- 
pelos en  el  plegador ,  y  conservarlos. 

3  8  *  La  extremidad  de  la  canal  vista  de  perfil. 

-39  Armario  para  poner  los  terciopelos  al  qui« 
tarlos  del  cogedor. 

40 ,  y  41  Cañones  grandes ,  que  tienen  hilos 

'    diferentes  para  que  se  sub^tuyan  en  la  ur« 

:    dimbie,  y  en  los  orillos ,  los  que  se  ^uie* 

'     bren. 

4^  Contrapeso  9  que  sube  quando  un  Abeador 
baja  con  su  careóla ,  y  budve  á  caer  quan« 

«    do  el  pie  se  quita  de  ella :  los  contrapesos 

*    son  tantos  como  las  careólas ,  aunque  aqui 

?  /  para  evitar  la  confusión  se  han  suprimido  to- 
dos ,  á  excepción  de  uno,  que  se  pone  con  ^us 

\   brazos ,  ó  bascula.  Idease  la  Estampa  del  te^ 
lar  visto  de  cara^  por  ser  bastante  para  bace^ 
.  sf  cargo deh  restante. 

4S  Las  careólas. 

44  Los  contrapesos  de  los  orilk)s:  estos  se  tiran 
acia  d  plegador  anterior,  y  el  contrapeso  ha- 
ce resistencia  para  tenerlos  tirantes. 

45  Contrapeso  9  y  bascula  ,  que  sirven  para 

ir*)  A  esta  cttMl  Uiunaa  Cajom 


»N 


j  66       Efp^acuhde  ¡a  Natufakza. 
tener  tiranas  los  hilos  de  xino  dé  lois  plépdo* 
res  de  la  urdimbre «  míeittfis  lel  Qtro  se  cnan- 
tiene con I9 estrelUep uo  jestado uaifermei 
46  Contrapeso  para  inaoteoer  la  .urdimbie  del 
^     pdo<londe<-oñvi«ae» 
Aj  Dos  .garruchas  para  facilitar  eímoviinteato. 

48  Clavija^  6  palanca  para  que  dé  bueltad 

ciliodro.       .    ^ 
.f  9  El  rastfilb^  (**a)  «¡piscie  de  peioe  pira  ^ 

denar  los  hibs  ^bre  el  ciUndro. 
r^o  Lengüeta  ^  ^  aguja ,  es  una  lamitvta  de  gq- 
^    bre  ^  que  deiK  su  muesca  ida  cada  una  de 
^   las  extimida^^^  un  Oficial  ^e  iipa  de  ellas 

entre  los  dientes  del  peine  >  y  con  otramaoo 
.    conduce  «Uulp  de  la  urdimbrej  <iue  está  pcoh 

xímo  para  pasar :  retirada  la  aguja ,  ó  lengue- 
.  ía  9  queda  el  hilo  %  la  otra  partea  y  badéado 
j  Aé  este  modo  oficio  de  aguja  ^  se  desemban- 

jzan  con  brevedad  de  .una  operación  ^  qne  a 

por  sí  bien  penosa  ^  y  larga*  (**b) 


•C**a)  Rasrrilld  dicen  ios  Oficulct. 

•(**b)  No  obstaoee  liabcr  pttesco  «^«t  «tatitos»  f  tan  diferentes  ttf- 
míaos  percenecienres  al  telar  de  eercíopclosi  %é  jisan  ñeros  nuclioi 
.en  ¿I:  coa  que  htSiendo  procaraH»  arerigaarlos  con  el  mafor  caí-  ! 
4ado,  qu«  me  fue  posible;  y  deseando  serrtr  al  pnMico  con  esc» 
JBoctcia  1  que  no.  será  ingrata  1 4os  curiosoí,  y  aficionados  i  las  Ar- 
tel >  q  liedlos  aliwian  •  j  ^onelct.áo  t  pondré  a^ui  algnnor  de  los 
mas  principales,  y  que  no4e  (ocan,  ^  no  con  canta  «expresión  en  el 
cuerpo  de. U  obra» acaso -pttríTaulirtMéQla que  hay  en  las  máqui- 
nas »  y  piezas »  que  sir^ren  en.  ellas  £i|  twt  xelar »  poei»  haf  é  >^*- 
niásde'lo  que  de|amos4íclu>i    '-  .»'''- 

t  Carréeos  .con  sus  guias  4  v^volander ai.  ^ 

t  ^Vdanderas  con  sus  cuerdas»  y  ladrillos*  qne  sltven  de  peso. 
I  Abttcaccs  9  por  donde  corren  laf  eajas.^  .    -; 


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Iu66. 


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El  vestido  del  bonAre.  .  167 

TAP  ICES  D  E'  BAJ  O  L  IZO. 

ZJamanse  tapices  horÍ2omale&,  ó  de  lizo  bajo,  trcT""»™ ^íí 
aquellos,  cuya  urdimbre  se  estiende  llana ,  y  ^«.  *^V.*l^^' 
horizomalmente  sobre  un  telar  mtiy  bajo ,  y-  nzontUcs. 
cuyos,  lizps^  suben  ,  y  bajan.  Tapices  de  alta^ 
lizo  se  llaman  los  que  se  fabrican  sobre  un 
'   telar  ,  en  que  la  urdimbre  se  pone  como  en 
'   pí^  9  y  á^^  ^1  plano  del  obrador ,  y  cuyos  li- 
-   izos  ^ó  cordoneSj^  que  cruzaa  los  hilbs  de  la  ur- 
l  dünbre  alternadamente ,  están  encima  de  la 
*    mano  del  Oficial.  Píasela  estampa  de  losU-- 

tos 

4  Ci9i¡a^  i  que  oonfieneii  d'  peine ,'  y  ed  lo  ¡itferior  <té  ellii^  Ká/*  ua 
I  Bcsocomo  de  50  libras  »  que  sirve  para  el  golpeo  Je  la  tela. 
5j  Porta-cajas  ,  coq  su  nuex ,  eñ.quc  entran  las  espigas  del  sqís- 

•  mo  Poii>a>caj|as. 

tf  Plegador  de  taco^  que  tiene  una  abertura,  en  que  entra  una  ptei- 
xa  9  Iliiinada  Taquillo  ,  coa  su  fila  «le  puntas  de  aguja,  que  prea- 
den  látela  para  sujetarla» 

7  Taco»  que  sirve  para  sujetar  al  plegador. contra  otra  piexa  ,  k 
q^ie  Ñaman  Ftaylccillo. 

9^  Alcántara ,  es  un.  cajón  con  sus  picSt  donde  entrahecho  rollo  el 
terciopelo ,  que  se  ha  tegido  'vá. 

f.  Los  li ios  son  ocho  ,  y  todos  de  seda  blanca*:  los  seis  delanteros 
'  sondt  la  tela >  y  los  dos  de  atrás  de  pelo.- 

ro  Lixaroles  altos  ,  y  bajos. 

ii  Carqu eróles  »  piezas  de  dónde  bajan^unas  cuerdas ,  que  prca- 
den  en  las  careólas . 

12  Gepo  ,  listones  demadera:,  fijos  en  el  suelo^y  asidos  a  un  hier-* 
'  TCi  enque  están  encartados  los  extremos  d^atrás  de  las  careólas, 

*  -que  pisa  ,  y  mueve  el  Tegedor.. 

ry  £1  P6rta  pelo,  que  está  coleado- en.  unas'garruchillas. 

14  Hedhtai  es  una  raeda^de  madera  de  poco  mas  de  una  tercia  de 
diámetro  ,  que  está  al  extremo  del  plegpdor ,  y  en  el  caato  tie- 

'  neuna  canal,  dónde  se  coge  la  cuerda  del  peso. 

15  Espoleto  ,  es  uu  palito  de  madera  deLayre,  en  que  está  fija  la 
canilla  ,  que  Ueba  la  seda  de  trama  en  la  lanzadera, 

í^  Agallas  1  son-l&j  puntardie  hierror ,  que  tiene  la  lanzadera. 
ly.Tallarola,  esta  pieza  es  de.hierrp  ,  y  está    compuesta  de  dos 
J  chapas  ,  fijas  con  sus  clavos  ,  y  por  la  parte  superior  entra  una 
irrita  plana  de  'acera, ^afilada  por  el  extremo  inferior :   k  esta 
krita  llaman  Fuá  ,  y  sirve  para  corur   d  pelo  >  con  que  queda 
fotludo  el  terciopelo.  iS 


i^^      Espe9aíuh(k  Ja  Nata/roksuu 

%os  altos ,  b  perpendiculares.  (**) 
Cinco  telares  de  bajo  Mto  ^  para  que  iinú  ^  6 
muchos  Oficiales  trabajen.  Los  mismos  dih 
meros  servirán  para  todas  las  figuras. 
t  1x6  pies  derechos*  (**a) 
9  Bastidores  de  asnillo  j  soo  unas  piezas  fuer- 
;  tes  de  madera ,  que  forman  los  dos  lados 
t  del  telar ,  y  conducen  los  plegadores.  *  Ia 
.  puentecilla  de  la  nuez  ,  á  que  se  afirman  las 
.  cuerdas ,  que  atraviesan  el  telar  y  y  que  de- 
bíyo  de  la  urdimbre  mantienen  parte  dd 
tabjiado ,  en  que  está  el  Tapicero.  Este  apattai 
dabre  un  resquicio  por  entre  los  hilos  de 
.  la  urdimbre »  para  ver  en  el  objeto  {^^ 

d 

il  Canaleta »  tt  ona  pieta  de  madera  eo  figura  de  teja»  7  strre  pa- 
ra defender  Ja  ropa » ^ue  está  en  el  plegador » y  sobre  ella  car* 
ga  d  Tegedor  ti  pecho. 
19  Cruz  »  son  dos  tablitas  del  larg«  del  telar  »  7  sinren  para  el  ré- 
gimen 9  tai  en  la  tela  »  como  en  el  pelo. 
Todos  estos  términos  »  y  otros  muchos  de  loa  qne  ouedan  expresa* 
doa  arriba  •  se  osan  07  dia  en  los  telares  de  Toledo  :  no  se  ha 
podido  dar  la  estampa  de  ellos  aquí » por  la  suma  dificultad qaa 
traía  el  sacarla  » no  obtunee  que  tengo  en  mi  poder  nn  hermoso 
diseño  »  que  me  remició  el  referido  D.  Santiago  Palomares  con 
la  demonstracton  de  codas  las  piezas    En  los  telares  de  Madrid 
bay  alguna  variedad  en  los  términos. 

(**)  En  la  Fábrica  de  tapices  usan  muchos  de  los  términos  oontf* 
fos  k  los  de  otros  telares»  de  modo  *  que  á  lo  qne  en  estes  Uanean 
urdimbre  >  6  cadeua »  en  los  tapices  llaman  trama  s  7  al  hilo  t  qae 
pasa  de  una  mano  á  otra  por  medio  de  la  lanzadera*  que  es  la  cra« 
ma  en  el  resto  de  los  celaresje  nombran  en  estos  solo  con  el  no«« 
hre  genérico  de  hilo  de  oro»  plau»  seda  •  &c«  pero  aqni »  para  evi- 
tar confusión  *  seguimos  el  orden  común  >  llamando  trama»  urdim- 
bre » 4  cadena »  según  le  llaman  en  Francia»  7  conforme  á  loa  otros 
relarea.  Asimismo  advierto»  que  esta  Fábrica  ha  conservado  niio»  i 
otro  de  los  nombres  » que  trajo  de  Flandes»  c^mo  también  snccdi^ 
en  Francia.  Lo  demás*  que  hubiere  que  advertir  t  ^  nourá  en  s« 
Igjpir.  .     J 

{^*a)  Aquí  llaman  pies  derechos  k  los  palos  á  que  en  otros  tela«  ^/ 
res  llaman  Montantes  »  en  otros  Mástiles»  7  ta  otm  ^iUíCS  •^'^   * 
(*»b)  O  patrdi «  6  discáai^  ^ 


'    JS7  visitiíh  M  honSire.  /■       téq 
' '  él  punto  á  que  ha  llegado ,  y  el  color  coa 

que  debe  imitar  este  punta 
S  Los  plegadores  9  (^*^a)  de  los  quales  el  tino 
-^i  lleba  la  urdimbre ,  y  él  ojro  el  tapiz  ,  que 
se  arrolla  en  él ,  conforme  se  vá  adelantando. 
£1  pecho  del  Oficial ,  que  está  sentado  en  un 
r    banco ,  descansa  sobre,  un  cilindro ,  ("^b)  po«* 
••    ciendo  endma  de  él  una  ^almohada*  Cada 
L .  plegador  tiene  una  lengüeta,  (^'^c)  queés  nnsí 
varilla  larga ,  y  redonda,  á  la qual  están  así- 
dos  todos  los  hÜos  de  la.urdimbre ,  y  se  eoca- 
«.    ja  en  una  canalita  hecha  en  el  cflindro»  . ; 

4  Pato  ^e  apretar ,  6  plegador  dé  fuerza  i  es 
-  lina  barra  para  mantener  tirante  la  unfim- 
'.    bre*    - 

5  Garrucha  con  su  palanca*.  Esta  es  una  pie*- 
za  movible  ,  que  sirve  para  .estender '  bien 
la  urdimbre  ,  sujetándola  con  los  [dcgadoDe^ 

*'  que  por^azon de sugruesoequívalen á  uoas 
vigas. 

6  Píes  (^*d)  del  bastidor ;  estos  no  sd)n  ótraxro- 
<  sa ,  que  las  dos  cuerdas;,  que  Sjimos ,  atra- 
I.  yi^n  el  telar. 

7  Rebolvedor  del  dibujo. 

:8  Puente  del  telar ,  es  una  pieza ,  que  se  atra- 
ía :  viesa ;  y  sostiene  los.  Balaqctnes.' 

Tom.XIL  Y  9 

\**A)  O  Enjullos  ,  h  Cilindros  ,  6  Rollos. 
(**b)  Llamado  Antepecho^ 
^c)  A  esta  leogueca  le  conscfTan  el  nombre  de  Vvich. 
^d;  Soir  quatro.  ,   .. 


i<7o      EspeSíicutb  áé  Ja  Natuféitexa. 

9  Los  Balabcínes  ^  (**a)  son  unoá  pedazos  de 
madera  ^  suspensos  por  medio ,.  como  los 
brazos  de  !un\peso  j  para  dirigir  las  cueidas 
de  los  Uzos  ,'y;  léhantar  ^  yibigar  «cadk par- 
te ,  según  d  juego  de  las  Odrcolas. 

10  Los  lizos.  (**b) 

1 1  Las  caroolas.  Aquí  no  atraviesan  los  Kzoi 
la  anchura  del  telar  ^  como  sucede  en  las  la- 
minas dé  la$  pianüaduras  jde  lana»  Los  lizos 
se  multiplican  en  esta  Fábrica  ^  según  la  ao- 
chura  de  la  tela  ^  y  del  telar ,  porque  el  Ofi- 
cial no  necesita  sino  alzar,  óbajar  solamente 

.  los  hilos  de  aquella  parte.en  qne  eseft»  Quam» 
dosejapaftaparaítr¿ajarmaslejo$.9  á  la  de- 
recha 9  ó  á  la  izquierda ,  toma  sus  careólas,  y 
•   ^  las  aplica  á  otros  lizbsp       ^ 
iM  El  banco. :  ♦  i  .  ••  ■  .  '.  ./*•. 

4 3  Urdiinbrei  :    ''  v-     .  v. 

34  GaniBa  (^)  en  que  el  hib  de  oro ,  se- 
da 9  ó  lana  está  debanado.  Esta  canilla  sir- 
-  ve  de  lanzadera  para  introducir  la  trana 
-.ien^la  ur^mbre.;  pero/noccnrre  -de, modo 
alguno  como  la  lanzadera ,  ni  pasa  sirio  al 
trabes  de  los  hilos  de  la  urdimbre ,  que  le 
parece  tomar  al  Oficial ,  cruzándolos  por  su 
turno  9  sin  lo  qual  no  sé  afirmara ,  ni  uniera 
la  trama. 

ij 

(♦*a)  U  Ohtrts. 

(^*b>  Son  los  que  cael^an  ¿e  fot  Balancines. 
(*^c)  palomino  la  llama  Texurh  5  pero  los  Oficiales  1  y  Micstr^' 
«le  ia  Fábrica  la  llAmaii  CsmíIU. 


3 
f 


1 


JS?  véAiJo  3eí  hombre.  . 

15  El  peine  con  1.5  dkniet  para  golpear  la 
*     trama  9  y  el  obrage  de  nn  modo  igual.    :• 

1 6  Torno  para  sacar  el  hilo  de  las  debanade- 
ras pequeñas*. 

17  Debanaderaa  pequeñas.  Quando  el  Oficial 
sacó  yá  el  hilo  de  ia  canilla,  y  necesita  pasar- 
le á  la  urdimbfe ,  hecho  un  lazo  corredizo 
del  hilo  ,  con  sob  bolyer  el  dedo  ,  deja  caer 
la  canilla,  la  qual. queda. cpmo  tendida, y 
presa  con  sn  mismo  hilo» 

FABRICA    DEL     TAPIZ 

de  lizos  altos. 

r  Laderos ,  son  los  niaderos  graesos,  que  sos-  Y^''^^*.*"^^' 

,  ^  '    *  dcra  de  la  ca- 

'    tienen  los  plegadores.  dcna ,  h  ur- 

d  Los  plegadores.  En  el  de  la  parte  superior  loTuzos  afto'2 
está  la  urdimbre,  y  en  el  de   la  inferior 
la  tapicería  ,  que  se  vá  arrollando  en  él  á 

.  j  r  11»         Véase   la   es- 

proporcion  que  se  adelanta;  la  obra.  Los  campa  de  ios 
hibs  están  asidos  por  sus  extremidades  á  pcr^enluc  '  ^ 
una  lengüeta  ,  que  es  una  vara  gruesa, 
que  se  encaja  en  la  canal  hecha  en  cada 
plegador,  ha  lengüeta  aqui  es  lo  mismo 
que  el  wich  del  bajo  lizo  ,  ó  tapiz  hori- 
zontal. 
3  Dos  palos  de  apretar  ;  uno ,  á  quien  llaman 
el  palo  grande ,  sirve  para  hacer  dar  buel- 
tas  al  plegador  superior  ,  y  otro  ,  á  que  lla- 
man la  plancha  chica  ,  hace  el  mismo  ofi« 

Y  2  cío 


res. 


^7d       EspeSíaculo  3e  la 

[\   cío  con  di  plepdor  iqferíor»  '     i 

4  Árbol'  del  lizo  ^  que  atraviesa  toda  la  ur- 

'  '  dimbre  ,  étiiiia  todos  los  lizos  9  y  los  coi>- 

duce  á  las  manos  del  Ofídal.  Estos  Uzos 

ton  tinos  oor^teles  pequeños  \  unidos  on 

•  una  lazada  cprrédizaá.loa'  hilos  de  la  ur- 
f     dinabre.)  y  á  prápoircion  que    baja  ésta, 

^uben .  los  U^os :  árven  para  que  el  Tapi* 
\    cerb  saque,  cómo  le  quiera^  y  necesite, 
el  hilo  de  la  urdimbre.  Él  /Oficial  tiene  f ste 
hilo  separado  dé   los  otros  ,  y   pasa  coa 
.una  ¡jünf  á  (^  el  hilo  de  'la  >  t  íama ;  y  co- 
lor ,  que  juzga  á  proposito  ;  después  deja 
colgada  aquella   punta  ^  cuyo  hilo  impide 
'    que  se  ca^  por  medio  oohñíaa  bzada  Óor^ 
rediza;  y  tomando,  en  la  parte  óxterior  un 
hilo  9  ó  dos  de  la  cadena  ,  conduce  con  orro 
lizo  los  hilos  de  la .  parte  contraría»  Coo 
esta  alternativa  los  cruza  incesantemente, 
para  detenet  asi  \  y  sentar  la  trama.  En 
esta  distinción  de  hilos  de  uno  ,  y  otrola- 
do  se  ayuda  de  las  largas .  varillas  de  cm- 
zar  9  á  que  llaman  listones  de  separar ,  (^*) 
.   los  quales  se  ingieren  entre  los  dos  ordenes 

•  de  hilos. 

5  Linea  larga  de   puntos ,  formada   por  los 

cabos  de  los  lizos  ,  que  cogen  los  hilos  de 

'  la  urdimbre  por  medio  de  una  lazada  cor^ 


(*«)  ¥n  nuestras  Fábricaih«c€B  csMopcucion  solo  coala  búa»* 


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r    rediza »  y  ;afara¿ao'  :por  «1 9tr&  eabo  el  árbol 
del  Hzo.;  '  • 

6  Bastón  de  separar.  (**a) 

7  Cadenilla  ^  es  una*  pequeña  cadena,  de  hilo; 
cada  eslabón  cootiene  qu^tro  y  ó  cinco  hilos 
de  la  cadena  grapde  >  6  ¿urdimbre  >  mante- 
niéndolos todos  á  plomo.    . 

8  Palomilla  de  hierro;^  que  mantiene  el  árbol 
délos  Uzos.  -        : 

« 

9  Punzón:  paca  ingeHr  el  hilo  dé.la. trama ,  que 
->  está  debana<ido  eñ  Ja  parte  superior.  {**h) 

I  o  £1  peine  para  apretar  la  obra. 

I I  £1  cabo  de  la  lengüeta  ,  encajado  en  el  ple« 
-    gador. 

i^  El  velador.  (**t)  . 

Quando  yá  está  montada  (**d)  la  urdim- 
bre 9  señala  el  .Delineador  con  un  lápiz ,  tanto 
^  la  parte  anterior ,  cümo  en  la  posterior ,  los 
principales  contornos  y  y  bueltas^  que  se  h^  de 
seguir  en  las  figuras  ^  que  es  preciso  imitar  en  el 
tapiz.  Teniendo  en  los  lizos  altos  el  Tapicero 
buena  provisión  de  punzones ,  llenos  de  hilo  de 
todos  coiores  5  empieza  á  trabajar  por  la  espalda* 
del  lienzo»  como  se. hace  también  en  (os  lizos> 
bajos.  £1  patrón  ,  ó  diseño ,  que  siguen ,  le  tie^ 
nen  detrás  de  la  obra » y  le  miran  frequentemeo* 

.te. 

(»*a)  o  Litt$n  y 

(**b)  En  la  Casa  de  los  Tapices  de  estti  Corte  hay  ati  lúnion  do-' 
ra^o,  coD  que  trabajó  el  mismo  Key  Phelipc  V.  al  plantear  la  Fá- 
brica >  y  se  conserva  en  memoria  de  escc  nonor  hecho  á  las  Artes. 

[**c)  Bs  un  candelero  >  k  que  llaman  Vfl^dtr, 
)  plegada  dicen  loa  Oficiales. 


i 

r 


1 74  EspéStaetth  de  taNatiirálexa. 
te»  La  coloCfadon  del  Qfíciai  es  de  modo ,  qpe 
puede  de  quando  en  quando  ver  elefefiodesa 
obra  ,  lo  qual  no  puede  ejecutar  el  Tapicero  k 
lizo  bajo.  Aprieta ,  y  pone  en  orden  aquelloi 
puntos  ,  que  acaso  se  salieron  de  la  regulariclad, 
j  línea  j  que  deben  seguir ,  ocupando  mas  li^ 
del  conveniente ,  pdra  cuya  operación  usa  de 
una  aguja  de  hierro  ^  i  que  llaman  agaja  de 
apretar :  ésta  toca  solamente  aquel  punto ,  qoe 
necesita^  Bl  fTapicerb  deilto  1Í20  sigue  el  á¿» 
ño  j  señalado  con  lápiz  en  la  cadem  ^  ó  oidim- 
bre ;  y  el  de  bajo  lizo  el  que  tiene  como  en  pío* 
tura ,  y  sin  lapjz  ddbajo  de  sus  ^  mismas  maDOi 
Hay  también  otro  tercer  modo  de  fabricar  tapi- 
ces y  y  se  usa  en  los  tapices  de  Turquía ,  de  Per- 
sia  ,  y  de  íá  Jabonería  de  la  parte  inferior  de 
Cbaillot :  {**)  el  modo  ^  pues  ,  de  sacar  es- 
tos tapices  9  es  dividir  la  pintura  ^  ó  cartóo, 
queise  quiere  imitar ,  eti  un  numera  determn 
nado  de  pequeños  quadriíopgos  ,  y  formar  te 
mismos  eti  la  urdimbre.  Conforme  él  TajMcero 
vá  llegando  á  los  quadrados ,  y  á  los  puntos 
correspondientes  ,  vá  también  empleando  to 
colores ,  y  matices^  convenientes.  En  esce  tapít 
se  dejan  salir  ñiera  todos  los  hilos  de  la  trama. 
Luego  se  cortan  muy  á  raíz  para  igualar  los  ri- 
zos ,  que  forman  un  vello  de  ricos  colores  ^  f 

de  mucha  duración. 

EL 

(«»)  También  se  fabrica  en  HspaíU  esta  especie  ¿e  capicei » J  ^ 
llaman  afelpadoi  •  nombre  que  les  puso  Don  Joseph  Vatiao. 


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1 


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EL   CORTÉ 

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DE  LOS  VESTroOS. 

*    LA  COSTURA,  MÚEBLES.Bc,^' 


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CONVERSACIÓN  QUINTA. 

Tijeras,. agi^  >. dedal*  .Vé  :aqiii  todo  el 
.  aparnto  dej  ki8traiiKtatt)$  ^oa.^ue  ^  it^ 
^jao  todas  ;la$jtela|},^uetvi$tetí »  y  «jlornaQ 
;li  sotíiedad  con.  tanta  gi&cta.  £1  artificio  de  Tjeru. 
!las.  tijeiras  se  reduce'  á  unir  dos  palancas  con 
su  corte  i  ciueadaa  ep  &tnia  dñ  X. ,  y/fii;ipe$ 
pdt  liedlo :de  un  jdaVó^reipadhai^i:  q<ke..e$  o) 
f ^ntb-xüeUpoyp  jde-  las<  do3  paWs^^X^  fi«3ir<7 
fifia  de  sua  cdrtes  ^  y  filo  se  aumenta  por  una 
jparte  á  {iroporciofi  de  la  proximidad  de.  estQ 
punto  Üe vapoyo V  y  por  otra  jMiitej^.  ra? 
«on  de  lalongtfud^  j5.d&  lá  mása.jdeto  aoi^ 
Uos ,  que  sirven  para  nfianejar  *  est^  instrumen- 
to. £1  dedal ,  y  la  aguja  todavía  son  mas  sim* 
fies. 

La  mas  pequeña  de  lAiestrás  monedas  es  ei  dcdaí ,  y  u 
el  mayor  precio  de  •  la  aguja*  Con   todo  eso  *í"i*- 
pudiera  sorprendernos  ver   por  quántas  ma- 

pasa  esta  aguja  ^  antes  de  llegar   á  las 

de 


i 


\ 


f 


i7^  EspeBacuJo  ckia  NaturaleíU. 
de  la  Costurera.  En  primer  lugar  es  un  pe¿bH 
^  de  hierro  ,  aparado  ^  y.  libre,  de  toda  es- 
coria^ que  se  martilló  sobre  un  yunque,  y  coa- 
virtió^  en  un  cilindró ,  ó  én  una  barra  ^**a)  gro- 
sera. Después  ífe  pasa^por1a'¿//i?r^\  y  en  cada 
operación  de  estas  tiene  que  ver  el  fiíegocoo 
este  pedacico  de  hierro.  Adelgazado  por'grados 
en  la  hitqra^  ?cg^  la  dioñnuqiofi  de  «u^  agt^- 
ros  ,  llega  á  quedar ,  si  queremos ,  casi  imper- 
eépiíbie^  i|>¿s^¿es  se  cortad' esté 'hiíito  de  acero^ 
se  palma  (**b)  por  los  dos  lados  ,  dejándole  dos 
caras  ácia^d  uno  de  sus  cabos  9  y  se  -señaLi,  dan-^ 
d&lé  pot  kfA  dof  Iddos ,'  co»uo  pun^Sp,  soÜre 
Un  yunfqut.  Ottó  trabaj^dw  cBséimó  óona  el 
cupido  >(^^c)  que  es  lo  mismo ,  que  Quitarle  ala 
agiijá  con  otro  punzón  lo  que  solñ'a  desde  el 
bjó  9  por  d  lado  del  ojo  mifflio.^  Luego  $t 
émbíala  aguja áotrorOfícíai v^^ué'la^ráfe»^ 
estofó 9  iqiife  ion  una  límal le  foroiaí la  xtbetíL 
Otra  lima  le  saca  la  punta  >  y  la  tercera  li- 
ma akre  la  canal  ^  b  elcjo  por  las  dos  partes, 
en  aquella  en  que  quedó  n^asafcha  la  aguja 
para  enhebrarla.  Todavía  st  emplea! la ^qaar- 
ta  lima  en  alisar  las  desigualdades  ,  lo  qoal 
se  llama  amoldar  ¡a  aguja. '  Además,  de  esto 

.   Sí 

(f  *(i)if  esta  \>0/ifít^  lUmaa  JVf/«  d^9  attr»  los  qut  raJ>fíc4inUi$;>g«Í)<' 

(**bj  ^n  el  íen'^uajie  de  los  Oficiales  es  lo  mismo  qué  afUnáti  f 

ancfs  dcA^gertarJa  9g9i^»  «eiícitaa  ^«gn  on   pvnxó:^  iMwie  k¿ 

de  hacer  ei   i^ugcro, 

'  <^*c)  A  aquelftedaciro  de  acero,  que  queda  en  la  aguja  desde  d 
ojo  por  la  parce  opuesta  a  la  punta,  la  llaman  los  Ofí  iales  de 
Fábrica  Cnfii*  ;  y  asi ,  quando  Icquiuní  dic«A  :  Cortar  tlX»\ 


..  :Wí¡<fmd^^si^,^idos.    \       1775 

r^  .echarla  coa .  po -pocaB  <coip|)ȖerasT  ep  a^uor 
fria,áfín.de^que  se  endurezca^  y  iesto  le  11»« 
man  e^recfrla.  Después  buelyepcho^ó  diez; 
9«c^>aL  !&^9  .y,  dp  Jia,  fragua, pasa  al  yuo- 
ipi^  I  ^dQU^G  9^ !  «(c^  ^  J0/M¿ir  con  uq.  marti- 
llo» (*fa)  > 

Has^  aquí  con  todas  estas  operadoDes  to- 
davía: qu^^  la  aguja  en^  bruto ,  y  llena  de  orín. 
Jui)t9§e ;Cqn  lOtras  doce  ,  6  qmnce  mil  agfi-- 
j^y  paitadas  cabo  con  c^  ^  se  embuelven 
en  terlíz>  y  después  de  rociadas  con  aceite  de 
pUvas ,  y  de  polvoreadas  con  los  mas  sutiles  pol- 
«Vpsde  ^smpríky  C'''''b):(que  es  una., piedra  mijy 
4uf99  qii^^se.  saca  de.  minas  ^  quel^ayde  ^^ 
yae  r^ceá  i^  poWo  ins^nsibíe  para  pulir 
los  metales)  se  forma  un  mas»  de  todas  las 
fffüjasé  Ae^te  mazp,  bjen  ligado,  se  le  hace 
dos,  días .  seiguidqs  if^y  yeoir  ^ntre  una  tabla 
inuy  Usa>  y  una  plaoch^  gruesa,  (*^c)  que  mue-^ 
ven  dos  homl^resá  una^y  otra  parte,  ^  yá 
oo  suple  la  fuerza  de  sus  brazos  una  máquína^r 
Esta  larga  agitación  de  las  agujas  causa  en  ellas 
una  frotación  mutua ,  que  las  pule  fuertemen« 
te,  á  fuerza  de  continuada: 

Al  salir  del  pulidor  se  infimden  en  agua 
Tom.XU.  Z  ca- 

.  (**a)  k  esto  llaman  UmilidrU» 

^       (*«b)  En  España  falca  esta  operación  de  los  polyos  de  Csmeríl. 

P  Ni^^c)  A  esca  plancha  »  y  tabU  llaman  74^/4^    dt  Pulir  i  y  4  U 


/ 


178  EspeSt aculo  déla  Naturaleza. 
caliente  de  jabón ',  párá  que  les  quite  aquel  tin^ 
to  y  que  hs  ensucia'.  (^'^)  Dé  esta  legía  pasan 
ala  caja^  (**b)  donde  se zaraffdean ^  mueveo» 
remueven ,  y  sacuden  entfe  salvado  ,  (•*t) 
que  se  mudaldos^dtres  veces.  ^Dis^esf  se  es^ 
¿ojen\' esto'^  y  que  sé  quitan  ras'-^U^lyfadaS)  las 
que  tíenen  escarabajos ,  (**d)  y  están  coa¿ 
quiera  defeftuosas  ^  7  al  mismo  tiempo  se  váo 
poniendo  todas  punta  -  coto  punta ,  y  áda  un 
liado,  hasta -qué  finalmente  Ue^  %  la  ^tima 
óperatíoh  de- ¿í/&¿f j'e  i  lo  qual  'ie  t^tóí  po- 
niendo su  punta  echada  sobré  una  piedra  de  Es- 
tiíieril  9  que  se  mueve  con  una  rueda.'  Tdes  sod 
los  nurt)ero6(^  preparativos  del  instrumentó 
endeble  9  i  quién  debemos  los  socorros  kks^ 
mables  de  la  costura ,  y  los^  ornamentas  ^  qué 
trahe  consigo  el  bordar.  (**e) 

La  mayor  parte  de  las  mani&Auras ,  san 

sconomia  en  dcudóras  de  "^  ptiucíipales'  utilidades  1  este 

lat  Arces.      inétOjáo  de  distribuir  hs  drversas   opertcíones 

de  im  obrage  entlre  diferentes  Oficiales ,  se* 

ñalañdole  á  cada  qual  un  trabajo  solo  ^  h  im« 

(**9)  A  esta  maniobra  din  loe  de  la  Fábrica  el  nombre  ék  ]éh* 
nar  s  aunque  ellos  dicen  EHJdtpmdr» 

(**h)  In  España  las  ecíiaji'«n  nn  cabo » ^  en  una-casnelat  coB* 
cada  ano  quiere, 

(**C)h  esto  solo  llaman  Jl/irf#r  #n  Sslvddé. 

(**d)  Esto  es ,  C§nehdi  t  b  parces  Icbanradas »  qne  tas  hagaa  m- 
peras  ,  y  desiguales. 

(i|#e)  Todos  los  nombtes  .parcicUlares,  deqae  hemos  osado  sqnii 
s^  los  debemos  h.  J)  f r^ncí if#|Z4iMr4»Oficial  de  Oaardias  V^alonas. 
que  con  la  mayor  ezadicud  ,  y  puncualidad  se  informé  cd  U  F' 
brica  de  Barcelona  para  efcfto  de  comaolcariTOf  csca  nocicta.  /' 


i: 


.  mutaUe;  no  yá  el  Oficia  á  buscar  su  otura  >  la 
'  plm  le  viene  á  buscar  á  ^  :  y  no  mu^a  lu- 
*  gar^  ni  ieSj:rUfDe&iQ6é  T^dp  se  hari^ipu^ » tp*- 
-dolemameme^y  coo  gastos  e^QrbitaQtf s ,  «i 
tftiem  necesario»  que  uno  solo  ¡p  túciese  tólQ» 
y  que  tomase  cMa  instante  una  nueva  faern- 
mienta  en  la  mano ,  e^gercitando^e  eo  nn .  nue- 
ar&.modb  de  obrar*  Bp|YaBP^:;a2  vestido  del 
ílhHnbre* 

£1  mérito  principal  de  machinas ,  tan  utir 
U$  f  como  visKKHs  9  es  mirar  por  el  tiempo» 
{y  por  las  fuecMs  4el  boml»e  »  d  por  m^ 
4ecir»  siacBr  lyui  obra  bermosa  de  unas  manoa 
bisofias  >  y  nada  diestras.  EUo  es  asi  >  que 
im  niño  de  doce  k  quince  años  »  sin  gusto^ 
fii  oonodmientq  del  diseño»  con  solo  el  so* 
OQúro  de  uúos  qúadiitos ,  formados ,  ee  Ja  ur? 
dímhre»Q.a^efido  ti  babito  adquirido,  con 
el  trabajo  de  lo$  lizoa  altos  »  nos  dará  fac-» 
tíon  pory&ccion » y  linea  por  linea  todo  un 
retrato »  y  aun  toáa  una  historia  ;  pero  qoan* 
do.se  trata  dercorte  de  ua  vestido  »  6  de  la 
^ecudcHi  de  mi  delicado  bordado »  yá  síotí 
obras  en  miñatura  »  y  que  se  miran  dt  cer- 
au  No  hay  machina »  que  ipneda  suplir  esttf 
iiklostria»dar  aqi]dla;::pr{9x>r^^  aquel  {(y-/ 
ré;»  aquella  grada  »  aquella  delicadeza.  Los 
dedos  son  los  que  hacen  todo  esto»  el  gusto» 
preside  á  esta  obra  »  y  el  instrumento  nada 
^I^iurobaá  la  gloria  de  quien  la;  hace.  De  dos 
\  Za  obras, 


\ 


,1 


cura 


1 80     Espe&acutb  4e  la  Natur¿Se%a. 
obras,  una^  y  otra  bien  sacadas  V^  £fereA- 
dan  con  todo  eso  k  una  de  U  otra ,  por  me- 
^dio  de  una  gracia ,  que  es  pro()ria  de  cada  ma- 
'^  do»  La  ag^ja ,  y  las  tij^rlsis  sod  de  todos  los  Pa^ 
^^es ;  pero  ¿  distingue  sin  dificultad  el  corte  de 
París  9  y  la  costura  de  Inglaterra. 
11  bordado  '      ^Dondequiera  que  se  estima  el  gustodeel 
^Kl  ufu:  Klítefib ,  teUá  tátftbietí^íguar-tton^^ 

bordado ;  y  por  el  contrario ,  donde  se4escuii]k 
tlel  disefk) ;  tí  bOiTdado  sólo  podrá*  ser  gotMco» 
-b  pueril.  Esta  es  la  causa  porque  lasSefiofusIuH 
liaiías ,  y  iFranceMs  (^a)  han  iMMantado^ taoto 
<eMaí  habilidad >herM(»tíi  lA^$¡^^jÍ¡khmM^ 
ios^  hilos  de  oro ,  y  plata ,  las  firanjas  ,los^  briciiosi 
€l  gusanillo  y  el  ent(»rchado ,  las  trencillas,  (^) 
y  cadenillas,  todo  se  tornea  ,  y  enkusa  sati* 
mente  dirigidas  sus  baeltaa  de  la  habilidad  (k 
aus  manoiB.  Barecequé  dispittaii.eDáe*6Í,'SobÁ 
quién  excederá  en  la  curiosidad  de  la  ejecih 
cion  y  en  la  conveniencia  de  los  colores ,  y 
en  la  nobl^aa  >  y  prapordoa  de  las  -  piezaS) 
que-se  elige^í'i  la/  costmnl^e  al  esplendor,  i 
la*  brillantez',  y  ber mo«»á  haoe^dificil esta  dec* 
cioiL  Rara  vez  caen  en  las  monerías,  y  cbo- 
ladas  Chinas,' en  los  coQ)partimiento& ,  y  di* 
visiones  Turcas,  y  en  ila  doufiísíoa  dehmbt 

e  \  •  .  •       - 

^  (**)  No  son  menos  hábiles  i  y  aplicadas  las  señoras  Españolas, 
f\vL  qae  te  dejen  exceder  umpoco  ep  «^  baen  gusto»  de  fut  iC  po* 
tfíeran  craher  muchos ,  y  iiiu:uUres  egemplos.  A 


y  iiouulares  egemplos. 
(n  O  Tfrtic<lliáM,  '    °    .' 


:  a 


/'' 


acorte  de  las  vestida.  i8i 

titud  de  adornos.  Saben  estas  señoras  distribuid 
con  economía  en  un  fondo  liso ,  apto  para  des- 
hilar ,  ó  sacar  quamo  sea  de  gusto ;  yá  los  ra- 
mos delicados ,  yá  los  ibllages  sutiles ,  hacen 
cprrer  la  campaña ,  dar  movimiento  á  las  ho- 
jas y  bueltas ,  y  azorados  gy ros  á  las  mariposas: 
proponen  un  canastillo  de  frutas ,  hacen  brotat 
ramilletes  ^  y  guirnaldas  de  flores  ;  reúnen ,  y  sa- 
can á  luz  toda  especie  4e  trophéos  ;  salta  uti 
,  Ciervo ,  seguido  de  una  multitud  de  Perros  de 
caza;sudtán  aves  de  rapiña  á  la  presa  entre 
las  levedades  del  viento  ;  y  enriquecen  cad^ 
ifigura  coa  aquella  expresión ,  y  viveza  natu- 
ral^ que  pide  1¿  verdad  de  su  ser ,  sin  omitir  sino 
el  nombre.  Desde  que  se  renovó  la    pintura, 
les  fap  parecido  9  que  la  belleza  es  inseparable 
^la  cireüdad*  Y  en  el  empleo,  y  elección  ^  que 
s¿  hice  4&  aquellas  %uras;  naturalmente  agra- 
dables pKaara  lustre  de  los  adornos  9  como  son 
ramos ,  flores  ,  botones ,  frutas ,  inseAos ,  con* 
chas  9  y  otras  muchas  especies ,  respetan  ^em- 
pré  á'lk  Naturaleza 9  y  h  imitan.  Igualmen^ 
te  evitatí  A  añadir  ,  que  el  dislocar  ;  siguien- 
do 'la  verosimilitud  ^  aun  en  las  composicio- 
nes del  genio.  Si  dan  á  la  bordadura  la  vis«- 
tac/de  un  colunarío  ,  (^*)  de  iina  media  na- 
ranja 9  6  de  un    pórtico  ,   lebantan  las  obras 
lleras  sobre  basas  proporcionadas  9  sin  amon* 

to- 

Oi4cn  de  CQÍAiai« 


Ȓ 


/ 


1 8a  Espetlacuh  és  h  Nafurifkza. 
tonar  con  afedacion  áda  el  cimborio  ^  vob- 
xas^  ni  e$piras>  inaMs  y  canecillos  ^  ni  estatuas» 
quando  dan  por  dmiento  al  edificio  la  &• 
meza  de  cbs  fac^)  6  la  curbatora  de  dos  espi- 
gas ^  huyendo  siempre  de  turbar  nuestra  inaa* 
ginadon  j  é  introducirnos  d  susto  con  la  in- 
quietud deque  veamos  á  dónde  TÜdir  esta  A^ 
^uitedtura,  quaodo  su  flaco/fttodamento  la  tía 
sepultando  en  la  ruina. 

La  suma  padenda  ^  que  piden  estas  dba^ 
las  ba  reducido  á  empresas  limitadas  f  qoab 
SKI)  bordar  un  bdsÜIo^uti^gMD^Ia  vaoden 
de  un  Alférez  y  la  guakbapa  de  un  CabaUo^d 
pafio  de  una  trompeta » la  csga  de  un  timÜi 
una  pantalla  parala  chimen^ »  una  bata^uo 
cobertor.  Quando  se  ba  querido  bordar  engran- 
de, como  dicen  ^  ó  una  piez%  .tniíebo  na* 
jQty  se  han  visto  en  la  precisión  4e:  idear  al- 
gún expediente,  y  nueto  modo  de  salir  bien 
con  la  empresa;  y  esto  es  b  que  nos  ha  traído  la 
md^uina^y  telar  de  los  tapices  de  Persia»  y  de 
Turquía ,  lo  qual  ha  enriquecido  tantd  el  t^gído 
de  la  trama ,  y  de  la. urdimbre.  Esta  rica  ioven- 
don  nos  hace  dueños  de  unas  telas  casi  ioh 
«ortales ,  y  de  una  amplitud .  tan  grande ,  ^ 
«e  pueden  entapizar  odu  eHassaboes  capaces 
de  las  mas  numerosas  asambl^ 

Uno  de  los  Tapiceros   (a)  cofdioarios 

Luis 

(a)  Pedro  Dtt  Pont  9  Autor  del  libro  dcUStíromaturgie. 

i 


\ 


£/  corte  ié  los  vestidos.  183 
Luis  Xin. ,  movido  de  la  viveza  de  los  colores 
de  estos  tapices  >  y  disgustado  ^  como  todo  el 
público )  déla  necia  distribución  y  que  hacen 
de  ellos  los  Asiáticos,  yá  valiéndose  de  quadradi- 
tos^ú  óvalos  de  pequemos  matices ,  y  de  otras 
ckn  fantásticas  menudencias ,  y .  me2clas  ,  ob- 
mbo  ocultad  Real  para  el  ¡establecimiento  de 
los  tapices  de  la  Jabonería,  (a)  A  los  colores 
mas  vivos ,  y  hermosos ,  y  al  lustre  de  los  ter«^ 
ciopelos  afiuulió  la  corref^Son  dd  diseño  ^  y 
proporcionó  la  convenienda  de  las  figuras  al 
caraéter ,  y  grandeza  del  campo  ec(  que  habiai^ 
de  salir  á  luz.  Esta  manifa&ura  conserva  toda- 
vía su  primera  reputación. 

En  Ruaín ,  (b)  y  en  otras  partes  se  £ibrícfln  Tapices  ae 
tapice^')  que  son.  al  ipismo  tiempo  una  td» 
sin  úfdin^bre ,  ni  hilo ,  que  la  cruce  ^  y  unq 
pintura  sacada  sin  piood.  Ea  ,  pws,  )Ua  Co* 
ti 9  (*^  á  quieo'  ae  di  pa  cdor  mezclado 
con  aceite,  y  sobre  este  haniízae  forma  con 
un  lápiz  la  figura ,  que  se  quiere.  Después  que 
se  han  señalado  a%unas  líneas  con  un  acei^ 

(É)  Sa  Ttris  al  fin  4c  la  carrera  dc.l»  acjewl* 

(b).Eii  casa  de  M.  le  Francois. 

}««>  Atmijac  loa  ÜUcíooartos  aomnaes,  alHegar  k  tradodr  el 
urmiiio  Ctutil  9  de  qae  hablamos  aqui  «  ponen  f  or  equivalente» 
nnos  C9Uhé ,  oeros  jtlméiréupH  >  y  ocroc  TirU^^ »  propriamentc  na 
es  ^Igtinadc  estas 'CeUs  :  con  que  consultados  los  Mercaderes  >  tao 
to  Franceses  9  como  Españoles  en  esta  Corte  >  han  respondido»  qne 
•okxsa  conoce  en  ^ap9  con  e)  nombre  de  Or»>  tomado  del  Fran- 
cés ¿  y  que  sirve  para  hacer  cortinas  >  y  colchones  >  y  otras  píelas 
itoiojaátes.  En  Latin  TtU  FiU  DfntUrh  ;  y  según  algunos  Cmdurn 
m.  El  Italiano  Traduce  r«/rr«.£n  Lsít.Lodix*  Véanse  los  Dic  dc 
;t.  AatoBÍA.  Sob.  Odia.  &€. 


tundidura. 


■  #        * 


"  ■  -j 

•i 


1 8  4  E^peSlaculo  de  la  Naturaleza. 
te  resinoso  y  y  -  qudndo  todavía  están  flrescüas  y  d 
Oíicial'9  que  tiene-  delante  d^  sí  el  patrón ,  que 
le  gobierna  9  y  algunos  tamices')  llenos  deaqud 
delicado  tundizno, (^)  que  queda  al  tundirlos 
pdños ,  ó  del  tama  de  la»  layas  muy  desmeoí^ 
zadas ,  y  de  diversos  colores. ,  distriÍMye  sobie 
cada  Unea  una  brizna  de  este  tundiztK),ó  tap- 
mo ,  del  color  que  conviene  á  la  parte  (fe  la 
figura.  Esta  sabia  mezcla  del  tundizno  d^ada, 
y  rebaja  también  los  .cdowes  y  aegun  pide  la 
transición  de  utios  á  otros  ^7  diversifica  al  mii- 
mo  tiempo  los  ntatices ,  que  van  bermoseaodo 
la  tela. 

Entre  los  diversos  mo^oa  de  alhajar  kn 
quartós  sin  demasiada' magniíice^oia^  y  por  el 
tnttmo  Caso  con  gusta  ^^o,  tenemos .  cosa  que 
digameijor  que  las  telas  dé  tana,  de  la  mani- 
íadurade  Modela  Porte.  En Flaodes se 6hrf- 
ca  otra  espede  de  capiceiía.miqr  nobte»  y  ^pro- 
posito para  que  no  echemos  menos  taíndiapa: 
es^  pues,  el  Coti  de  Brajas ,  cuyo  campo  es  azul| 
y  sembrado  de  tiestos  dt  ñores  blancas.  £1  cáoi- 
tno,  y  el  lino ,  que  son  el  material  de  esta  té^^ 
abundan  en  todas  nuestras  Provincias.  Quando 
yá  después  de  treinta ,  ó  quarenta  años  empieza 
á  deslucirse  el  azul ,  que  adornaba  el  campo  de 
la  tela  y  se  estiende  ésta  en  un  prado  ,  con  lo 
qual  se  emblanquece  y  y  se  sacan  de  ella  ricos 

loaQ' 

(««)  o  Tano  9  6  Borra* 


/ 


•    t2  ame  de  los  venidos.  185 

léanteles.  Hast?  aora  esta  especie  no  se  fk« 
bríca  sino  en  Flandes.  Nunca  se  podrá  juz- 
gar demasiado  el  trabajo ,  que  pusieren  núes* 
tros  Oficiales  9  egercitando  su  industria  para 
aprovediarse  de  aquellos  materiales ,  que  na* 
cen  entre  nosotros  ^  y  que  pueden  ser  de  gus- 
to, y  al  mismo   tiempo  durables.  Le^  sería 
acaso,  imposible  dar  al  cáñamo  ,  lino ,  y  al-- 
godón,  en  quienes  no  hace  presa  la  polilla, 
ni  los  roe  ,  de  modo  al^no ,  un  tinte  el  mas 
durable ,  y  tenaz  ,  y  el  mas  hermoso  ,  y  luci- 
do ?  No  seria  asequible  imprimir  en  estas  telas 
colores  permanentes ,  qual  lo  es  la  tinta  en  el 
papel  ^  ó  en  el  raso  ?  Solo  una  invención  se- 
mejante nos  podrá  librar  de  los  defeélos,  que 
reynan  en  la  mayor  parte  de  muebles  de  me- 
diana decoración  ,  ilustrados  solameate  con  li- 
neas ,  y  con  la  confusión  de  mazucas  ,  espa- 
'     dañas  ,  y  lirios.  Y  nos   podría  librar  tamUen 
del  adorna  y  y  apariencia  poco  perceptible  de 
pequeños  compartimientos  ,  y  ñorecitas  casi 
invisibles» 

Tratando,  como  tratamos  ,  de  los  Ofi- 
cios ,  y  Artesanos ,  y  con  especialidad  de  los 
que  nos  alhajan ,  y  proveen  de  muebles ,  te- 
nemos que  evitar  la  tentación  ,  y  el  peligro 
de  estendernos  demasiado  en  aquellos ,  que  nos 
acercan  m^s  á  las  buenas  Artes.   Desde  los 
"^  -««^     Usos  altos ,  y  el  bordado,  hasta  la  pintura ,  solo 
^  ^   /\y  un  paso.  Aora  alejémonos  de  la  Jabo- 
^^m.XIL  Aa  ne- 


V 


i 


i86  Espe&actda  de  la  Naturakxa. 
metía ,  huyamos  de  Gobelios  ,  (^*)  y  dejadas 
á  parte  todas  las  materias « á  cerca  de  las  qut- 
les  podemos  lograr  fácilmente  excelentes  libros, 
ó  conversaciones  ,  aun  mas  instrudivas  qae 
ellos  9  bolvamos  á  Ip  que  es  tanto  mas  ^^oo- 
rado  j  <)uanto  mas  común. 


LAS     tenerías, 

Y  ADOBO  DE  CUEROS. 
CONVERSACIÓN     SEXTA 

NO  es  dudable ,  que  empleando  nosotras, 
aqudlos  hilos  ,  que  nos  submipifnp 
los  animales  9  y  plantas  ,  nos  eoafomvfffi 
en  esta  razcm  perfeébmente  con  las  ideas  de 
la  Providencia  »  que  nos  sujetó  á  un  coosu- 
mo  útil ,  y  á  una  necesidad  continnada ,  .7 
siempre  nueva,,  tamo  á  xrausa  de  nuestra  des- 
nudes ,  como  por  no  bastarnos  las  pieles  de 
los  anio^ea  Quando  la  vida  de  los  hmU^ 
era  tan  larga  ,  ocasionaba  menores  necead»- 
des  ,  por  el  miismo  caso  9  que  suponía  di- 
versa complexión   en  eUos,  Las    pírks.»  de 

(•*)  Ct;a  ^e  Tintes  en  Ptftíi.  '    r 


Las  Tenerías ,  y  adobo  de  ctíeros.  187 
que  se  vestíúi  los  primeros  hombres  ,  no  es« 
taban  sujetas  á  la  akernátiva  de  los  ardientes  so- 
les^  y  de  las  llübias  ^  ni  á  que  se  arrugasen,  y 
desordenasen  con  la  mutabilidad  de  los  tiempos, 
y  estadonei ,  y  asi  eran  dé  mucha  mas  duración. 
ISá  verdad ,  que  la  contínnada  apariencia  de  \xxx 
Sol  sin  nube  alguna  ,  que  mitígase  su  ardor,  po^ 
dría  ser  algo  incómoda ,  y  pedir  ,  además  del 
vestido  conran  ^  el  reguardo  de  un  cortijo  ,  d 
di  amparo  dé  alguna  tienda  de  pieles.  La  expe- 
riencia de  los  mas  hermosos  días  de  Marzo,  y 
Septiembre  nos  convencen  de  esto.  Pero  al« 
gnnos  peUgos ,  cosidos  uno  con  otro ,  acu« 
cuan  al  remedio,  y  abastecían  de  una  conx>* 
didad  duplicada ,  siendo  por  una  parte  tan  &-» 
ciles  de  sufrir ,  y  de  abrigarse  con  eUos  ;  sin 
que  los  mas  abundantes  rodos  penetrasen  el 
pdo,  y  delicada  lana ,  que  los  guarnecía  ;  y  por 
otra  parte  eran  de  tan  larga  duración ,  que  sus 
dueños  no  les  alcanzaban  el  fin.  Y  asi ,  la  Es* 
critura  ,  que  no  nos  habla  del  Iris ,  ni  de  la  al- 
ternativa de  las  Estaciones  hasta  después  del  Di-* 
luUo ,  nos  refiere  aquellas  tiendas  de  campa- 
ña hechas  de  pellejos ,  cosidos  uno  .  con  otro, 
como  de  una  invención  útil  en  aquel  antiguo 
mundo. 

El  aumento  sumo  de  Iíeis  necesidades  de 

d  hombre  después  de  el  Dilubio ,  que  dima- 

^    liaban  de  una  causa  ,  y  de  un  orden  distin^ 

/^^*^del  que  había  antes  en  la  Naturaleza ,  le 

\  Aa2  obli- 

,      X  '" — 

I 

ti  .  _    , 

(I  .--"^'^  «■»'-''.     , 


1 88  Esf Jaculo  de  la  Naturákxa. 
obligó  á  proveerse  de  mayor  abrigo  9  y  mas 
fadl  de  renovar*  Pero  la  invencioo  de  las  te- 
las Qo  hizo  caer  di  uso  deias  pieles :  son  estas 
unas  telas  naturales  y  demasiado  preciosas  para 
que  se  entregasen  al  despreció  ,  6  al  descuiklo; 
antes  bien  por  el  contrario  se  reservan  para  las 
cosas  nías  importantes  j  y  para  los  usos  mas  (fis* 
tiúguidos. 

Qné  terciopelo'  podrá  comparar  su  suan* 
dad  9  6  su  lustre  á  ciertas  martas  ?  Qué  tela  se 
opondrá  á  la  marta  parda9(^  y  al  armifk)?  Por 
esta  causa  los  mas  hermosos  de  estos  forros  se 
hanidestinado  eo  todos  tiempos  para  las  priflae« 
ras  personas  ^  y  para  las  ceremonias  mas  altas. 
Qué  tela  se  aproximó  jamás ,  siquiera  un  poco^ 
á  la  solidez  de  las  pieles,  que  se  quitan  al  ganado 
ciayor  9  y  á  los  mayores  animales  ?  Y  am  pos 
esto  sirven  ,  sin  hallar  equivalente  en  inveodtxi 
alguna ,  para  abastecernos  de  cubiertas  bastante 
mente  ligeras,  al  mismo  tiempo  que  son  ialpen^ 
traUes  ,  y  de  tanta  resistencia  á  las  frotaciones 
mas  duras,  y  á  los  golpes  ma&estrafk>& 

La  industria  del  hombre  há  perfecciona- 
do, y  dado  mas  amplitud  al  sérVido  de  las  pieb 
con  diversos  preparativos ,  y  adoboís ,  que  á  unas 
las  dejan  mas  hermosas ,  y  á  otras  impenetta^ 
bles  al  agua ;  ó  sirven  para  aligerarlas  á  iO" 

dai, 

(Hi)  o  Cris  pequirño,  qpc  es  una  especie  4e  lUrdilU*  ^^^  ^^' 
^•HtitHSy  leal  Vaj».  Asimismo  le  dan  el  nombre  de  HurdHU  it  " 
U»Í4   Véanle  los  Dic.  de  Odin  t  Sob.  el  Cást.  tX  de  Trcf' 
Crusca » y  Savary. 


/ 


\ 


Las  Tenerías  ^S  ^^o  de  cuetltí.     1 8.9 
das  9  y  á  peoetrarlas  de  un  humor  untuoso^ 
de  suerte ,  que  ni  las  cala  el  agua ,  ni  la  seque- 
dad  las  eosort^  ,  pi  arruga  ^  á  lo  menos  £icil« 

Viente* .  -  í 

Los  Oficíales  ^  que  componen  las  píeles^  soa 
de  dos  especies :  unos  que  nos  preparan  diversos 
forros  de  pieles  delicadas ,  dejándoles  el  pelo 
con)o  principal  constitutivo  de  su  nierito  y  y  her^ 
mosura ;  y  otrús^pi^lfindocomjanmentelos  pelle:* 
jQ$  ma3  fuelles»  y  de  algud  setvidk)  yá  experi- 
mjeiptiadQ  9  pen^traodolos  coo  algunas  materias 
{)rt)pr¡as  para  dulcifiC9r.su  arreza  >dparafi>r« 
tükoer  su  debilidad)  00$  aprestan  vestidos,  mue- 
bles ».Ó!.yaried4d  de  cuhierta& 

Las  pieles  ^  empleadas  por  los  primeros ,  á  Manguiteros, 
quienes  nosotros  llamamos  Manguiteros ,  son^ 
j^.jarasi»  y  preciosas ,  ócomunea^ydemasio- 
&i)0pc«ciaK    1: ...  ^  ,.K    ')  « >;    '.       <   '    i. 

, ,  Después .  de[ .  ciertos  i)re|)»Kaiiteds  ,  .qü^  ed 
algunas  pieles  solo  se  ordenan  á  conservarlas} 
y  en  .otras  á  que  se  penetren  ,  aligeren  ^  y 
fi^rtalezcan  por  medio  áel  aceite  con.  que  1» 
adoban,,' y.  ubt^n  ,  bo  por  fuera  donde  está  . 
el  pelo  y  que  se  pone  exiiélamente  á  cubierto^ 
y  conserva,  en  la  operación  ,  sino  por  la  par- 
te .carnosa  del  animal  ,  se  valen  ,  y  aprove- 
chan ,  según  la  mayor  proporción  ,  de  nues- 
tros animales  silvestres  9  quales  son  las  Rapo- 
sas,  las  Fuinas,  6  Garduñas ,  los  Topos ,  Ter 

jo- 


V 


V       % 


\ 


t90  •''Bfpg&aado  áeluNaturateM. 
jones )  Nutras^  ('^j  los  Cooejos ,  las  Liebres,  d 
Lobo  Cerval ,  ó  Carvark) ,  qde  es  un  animal 
mbmaráK ,  y  espaouullto  ^M^yor  que  unaR^h 
posa ,  y  que  por  razón  de  su  vista  centelleamei 
es  ,  s^uh  miichos  Hatar^tas  y  á  Lyncede  los 
antiguos  9  de  qui^n  nada  se  tiabla  yá«  Su  piel  es 
acaso  una  de  las  cosas  mas  hermosas ,  que  te 
pueden  ver ,  y  aunque  se  haMa  en  nuestros  boi- 
ques  s  gustan  no  pocas  vectt  de  hacerU  paieoet 
eómo  uhsi  <piél  lúgubre^  comunmente  tefikbi 
y  contrahecha  9  f»am  venderla  á  mas  alto  precio^ 
áünde  que  lo^épX)S  el  péosamieQto  agnda- 
ble  4s:que  vinade  muy iejbsir  Fbr  el  mismo  1» 
peto  9  á  las  decisiones  dé  Ifei'moda ,  que  tieoeQ 
para  con  nosotros  todo  «1  poder ,  yieficáciade 
jüftlibles ,  deq;»redamos  el  iisode  las  pieles  de 
bs  Perros  ;de  Fmncia  y  maridadas  cooio  la  dd 
Tigre  9  las  de  los  Gatos »  que  llamad  de  Esps* 
Harrias  delanimdy  iqiücadáb  d  tiQmbrede 
jCamijor^^^  y  ociob  vamos^siiperk>ies  con  mo- 
cho iaqcieilos  pellejos  pegruscos ,  que  imagi- 
namw  venir  del  Norte»  • 
Memorias  ¿t  ^  Es  Verdad^  que. el  Nome  de  Buropa,  y 
Seieb  I^¡  América  nos  emhia  pides  muy  suaves ,  y  tos- 
Dinamarqués.  trosas.'Las  ffias  estimadas  qos  vienen  de  la  Si- 

be» 

(Hi)  O  Nutrias.  .    , 

-  (•*)  riica'«s  una  cype¿ie«le  GAw»  caya  piel  tira' á  n  i1 ;  te  dite» 
£ne  se  Je  dá  el  sombre  de  Cartujo»  por  hfbersido  los  Cartujos  los 
prittcr#i  »  fttclograrba  tener  csu  especien  Cacos. 


LaiTenerks^y  adobo  de  caeros*       191 
beria  ^  en  los  confínes  de  Tartaria  9.  y  de 
Moscovia :  después  $e  siguen  en  la .  estimadoo 
las  de  la  nueva  ZemUa  ,  las  de  Spitzberga^ 
la  Groenlandia  »  el  labrador  9  y   la  Cana- 
da.  Los  Ostia^ues  ^  y  Samoyades  ,  Pueblos  o^^VoiTBdu 
de  la  Sibería,  los  mas  abansados  acia  el  Mar  t^-^^tr""  ^ 
Glacial ,  se  atreven  ale¡unas  veces  á  arrojarse 
encima  de  los  hielos  >  y  penetrar  ,  aun .  aque-  • 
Uás  tierras  ^  tjue  no  están  babkadas  y  para  dar: 
60  ella  ca»  i  losRennos^  Aloes,  y  Rapo* 


En  pieles  solamente  pagan  los  Tártaros 
aquellos  tributos  ^  i  que  los  tienen  sujetos  y  á 
unas  d  Emperador  de  la  China ,  y  á  otros  los 
Corredoses  de.  Persia ,  ^  Gonstantinópla  ,  y 
Fetfitf burgo.  £1:  pequeño  Gris,  que  los  Córner-, 
ciaiites  Franceses  traben  de  lá  China,  já2go  pror 
bdt^lemense ,  que  viene  de  I9  <China  TartaiA,  y 
QO  de  la  Chioa.psQ(yria.    ...,/»:'    u 

:  .\aí  Síberiá  ed  bl;  Almacén  /verdadero .d6 
todos  los  fórros  9  y  de  las  mas  hermosas  ,  y 
apacibles  fieles  ;  peto  los  Mercaderes  de  Fraa-. 
cis^  solo  llagan  i  Archangel ,  6  á  Petersburga 
paria;  h^QérjSus 'compras.  Yálsá  mucho  tieih^^ 
po ',  que  ios  Czares  se  apropriaton  quántasL 
pf  edosidades  dá  la  Siheria  ,  como  son  las  her*. 
mosas  pielei ,  que  produce,  y  Jas  arenas  de  oro, 
qiieTGOtren  por  algunos  de  sus  nos  ,  que  las  arro- 
jan \  las  orillas.  La  situación  del  Pais^.&dli«* 
fi»^iestá:aiijeciQn.,  y  dQaiunio.:£ia  Síberia  60I0 

'>4.  es- 


'» 


y 


<1 


i^t'      E^féStlactih  ^  la  Naturalesía. 
está  Kbiertá'por'  el  lado  de  la  Tartaria,  de 
quien  es  parte  ,  y  ea  donde  estos  forras  oo 
se  aprecian  :  los  hielos  la  deflendeo  por  el 
Norte  9  y  Occidente  :  del   lado  de  la  Rusa 
la  corona ' una  cordillera ,  ó- cadena  de  moa- 
^  tañas  ^  cuyas  gargaiícas  ,  desíHaderos ,  y  seo- 
das  están  defendidas  con  otros  tantos  ftierta 
como' caminos ,  con  barreras ,  ó  maderos  cra- 
zados  j  eub  que  se  registra  con  el  pltiinó  ú* 
gor  á  los  pasaros  j  que  aafeen  de  aquella  Pro- 
vincia y  hasta  mirarles  el  vestido  mismo ,  qoe 
Ileban  y  por  si  en  él  ocultan  alguna  mercade- 
ría preciosa.  A  los  delinquentes  y  que  los  Mos- 
coirieis  destieqran  á  la  Siberia  y  los^  ob%m  en 
so  (rab^jo  á  ir  i  diza;  y  'fiíerd  de  aquello  qae 
necesitan  para  su  süsteiito  y  todo  Id  áemÉ 
es  para  la  Magestad  Czariana.  los  demás  ha- 
bitadores del  País  y  que  se  emplean  tamUeo 
en  la  caza  ,  no  pueden  Ipaoer  cráfibo  alffim 
fiíera  *dé  él^/y  rásl :,  la^  p^'ieles  bermdsaSy  que 
pueden  lograr  para  vender  ,•  se> '  Ikban  todss 
al  Gobernador  de  la  Siberia ,  el  qual  las  dá  at* 
go  mas  del  precio  comuñ  ,  que  es  hkñ  bajo, 
y  las  sella  y  y  remite  al  Senado  deí  Rusia  i  quien 
bs  distribuye  en  Moscou,  Petér4iarg0)  A^ 
cfanngel  y  y  otras  Escalas.  Lavaza  m  hace  ex» 
lazos,  ó  á  palos ,  ó  con  fiedlas  despuntadas, 
que  matan ,  ó  aturden  el  animal ,  sin  destruir 
di  pellejo. 
i    JLaspfefes  delNborte,  quetou^ 


/ 


> 


too  la  Marta,  lá  Ra^^osa  aegra^  d  Armfinio  ,  jr 
el  pequeño  Gris. 

Lá  Marta ,  es  una  espede  de  Comadre^i  ^  ^^^^^^^^^ 
que  se  halla  en:  "^iíJCájú^  en  Prusia  ^  ení  la  Cái- 
«Kla,y  en  otras 'líiucbiis^^rtes;  petó  lá^  mia^ 
estimada  es  )a  Sibjsrind ,  dqiíetta  misnia  á  que 
llamamos  nosotros  Cebellina:  (^  la  mas  n&- 
gra  es  la  que  mas  se  -  estima  ;  pero  debajo  de  \ 

él  circulo  polar  tienen  tamMen*  bellaquerías  los 
liombres  como  en  ia  Zona  templada^  'Los  Sí¿ 
beriós ,  y  Rusianos  han  hallado  itxxlo  de  teñit 
las  martas  rojas ,  dejándolas  tan  negras ,  comd 
las  que  por  sa  naturaleza  logran  una  negre* 
gura  perfeéta.  ELzumoi  dft  limón  ^  lo  mejM 
que  se  ha  .hallado  paira '^ueoomá  ,-  y^  consuma 
aquel  fingido  color  ^  y  saque  lii  iVaiide  á  luz. 

Las  pieles ,  ó  Ibrros  de  Marta  Cebellina^ 
mas  caros,  son  bs  que  solo  se  hacen  de  ex-^ 
tfemidades:de  colas'  (fe  estos!  anímales ,  de  mo^ 
do^qüenesépu^^emplau^  «sino  úuy  poco 
de  ellas.  Me  han  asegurado  haver  visto  en  Mos¿ 
kou  tasar  en  un  inventario  cierto  manguito  de 
borabre,  hecho  de  estas  colases  Marta  ^  én  se-^ 
senta  mil  reales.  Pero  de  Moskou  á  Páris  hay 
seiscientas  l^iias.  {^) 

La  Raposa  negra » tan  conocida  como  la  |^^  ^^ 
Marta  en  los  Países  mas  fríos  ,  en  donde  sé  negra. 
'    TanhXIL.  Bb  I  ha- 

^   <*•)  También  se  llaman  it«r#i»  >  h  Stct  di^M$s€9vU  >  y  por  ex* 
celencit  Jíéurtéi  Sublimt. 
'^¡k  {**)  Y  k  Madrid  mas  de  ochocientas. 


4 
4 


V 


Armiño. 


común,  y  preocupación  en  j^H^se  está  ct^ 
.Biu|3a^ot9,^4eqU^  Mq9')<)8  «nim^les  de  los 
•?4^  ^feíKfiiPpaJié.tiepefi:^)'  pelo  iblitueow  & 

^t?i  <V)9fe;MlM|Ql}:aqwU^liart«s</^tnar 
l0frj)9f9^^nii«  btaciqas ,;  .fií«ttivter«fa  odt» 
ialia)«ate  ^ircf^jQolor  ái<>tm»,pues  «e  vén  alt- 
anase qi^Qjfstfu^  .rqjo9 ,  ^  pvdo«  «a  di  Msdo^ 
fff.  p0fíef)[«afd9Wid'C«<i9f^«n¡eliI(ivieráo  ,  bolt 
^ndoli  OdJM^rid»  Aiíi$to«ti:#rífner;cdor  eá 
«1  yeiapa  I^  ¿(^yjooros  tnocfab»  jállr  raisaio, 
fuyo  color  opl^j  alMráajamá^  las  Estaciones. 
.  ^1  Afmi^^v  .tattr^tkmáo  foi  Taaoa  dé 
ffi  l^qauf» ^y^por  iü  himxSit  is.rtftmbien. nm 

DiQCÍí)pari¿s  k  copfundeacoír;  la  Airdilla  ,(**) 
jde  que  íjahUrlmos  abo»*  $  y- para  ánmeofo  del 
efXPryY:M[á»so(Astii.M  eonfund^a  temUen 
cpQi  la'>^ta;<;kbetttna ;, ;  tofK)i»  sbn .  bots  aiw- 
«^Sxdi^a^«.  {«'Idaftai^yt  «i>.  Amaino,  ob 
difieren  megos  qaé  ¡o.  blanco  ^  y  lo  negro.  Pan 
|j9cer:  isatír;. nn^l». blancura del-Arasifb, que ei 
dg'Suyo,  tafita;  ^Qc  dedambra  y  suéieil  los.Man4< 
|;ul^er{K,j^  Ifiís  que  tf atan  de  pieles  de: esta  es^ 
pecie  ,  matizarlas  con  pedazos  pequeños  de  la 
piel  del  Cordeiso  de  Lombardía ,  que  es  per^« 
tamente  niegr^. 

.  La  quarta  esfüdcie  de  pieles  ,  ^que  se  sa^. 
.:..,•..■■•»■•..   X  .  de 

(«*)  o  Arda. 


Zttf  Iñtñérhtí^^  úd(^  áé  caeros.     19'; 
'¿fe  el  Norte ,  es  él  <3rb  pequeño ;  esto  es ,  el 
-pellejo  de  la  Atdflla  de  los  Plises  fríos.  Düe- 
■rendase  de  nueáras  Ardillas ,  en  que  siendo 
"511  '{«k)  rojo ,  cb&iú  el  de  éstas  en  el  Vetíi- 
m^  se  pbne  pardo  en  él  loísmo  ¿  y  pardb'se 
queda  basta  que  niuere«  De  este  animal  sesa- 
iCsú  dos?  manefas^  de  pieles  muy  diversas;  una 
lie  las  «espaldas  ,  que  es  de;  la  que  te  forma 
tí'  pequeño '  Gris ;  y  otra  dé  su   vientre  ^  cu- 
^ya  pid  ea  tan  blanca  como  tadel  Armiño^ 
y  mas  lustrosa.  En  cada  hdo  tiene  á  la  ori- 
lla uoa  raza  negra,  la  qtíd  se  conserva  cctn 
^grati  cuidado;  La  pid  dd  Giris  íÉsmucfho  m^ 
íiica,  ^uandcy  d  vientre  V  ylÜ^  és[ÁrIda  vaifián 
«Itemadaibente  9  y  estó  es  i^  lo  qiie  Damaban 
tn  otros  tiempos  meniidús  yeros,  6  de  blan- 
dió , 'y  azul  ^  que  se  haHá  (mucbas  vecües  eb 
*)s  escudos  de  armas  dé  nuéáraa  ántígtias  &- 


*  Desde  las  Manguiteríss ,  qué  dejan  lás  pia- 
les y  Con  su  ser ,  y  pelo  |m>prlo ,  podremos  abrá 
fpassífi  las  Ténéffets ,  ó'casas  de  átite  Qfídálesí, 
-que  ácóátiásribrán  ""pelar  ta^iíiaycr  p^té  láe  Ja^ 
"pieles  y  que  nos  preparan.  Estos  Oficiales  están 
divididos  en  diferentes  clases ,  que  tiepeo  cier- 
tas operaciones  comunes ,  y  otras  particulares 
f3e  cada  clase. '       ; 

Aupqué  Ijay  graíi,(K^eiijCíá  e^tre  Jos.G^ 
teres/Un^dros, y  Zinri^otes,  tanto  los  que pre- 

•  '-••»-     •  -  Bb'-i'  '•  <  •  •  .  par 


/ 


conuncs. 


H  1^9^  -^  Efpéhcídcrde  la  Neti^de^ti^^ 
T  |)áran  pergaminos  ,  como  los  que  ;  deseogne 
^«ao,  (**)  remojan  9  y  quitan  el  pelo  á  las  pie* 
^  les ;  perp  C9n  todo  eso  las  pieles  ^  ,que  pasan 
,|X)r;  las.  m^nf>3  de  estos  Ondees  y  t9das9Óq^ 
^  sí  todas  se  dk^ümden^y  desengrasan^  se  enjí^any 
fficparatíTM  ^se  curten\  se  encakm ,  se  escurren  j,  se  estm;' 
,  den^  d  pelan j  se  descarnan  y  se  repelan ,  se  ddn 
j  ffianos  ^d  filo  y  s^  efigrtfesan  y  se  entablan  y  d  api^ 
^l^\y  je  orefín.frequentetnente^  Desblandir  ,  f 

desengrasar  (^f )  una  piel^  es  sunf^ejfgir|a  en  agua 
\  corriente  y  .para  quitarle  la  saiagte  y  y  toda  espe- 
^  ci^  de  sude(^lad«  Yá  se  sabe  y  qué  es  e^or- 
.  ¿a  9  y  hacer  que  gptee^  y  si^  ^5)^i  ^  ^  ^h 
^bolylendoUpy  rebpl viei^óla ,  ó  dándola  gqlptf 
^coD  una  ma^i  ó  mano  y   como  de  morteía 

Encalar  las  pieles ,  es  meterlas  en  un  pilop>6 
^tinaja  de  madera. ,  embutida  en  tierra  >  á  qoe 
JUaman  enpalador, :  éste  se  llena  de  agua ,  y  f 

deslíe  én  él  cal  viva  para  disponer  el  peloá  qoe 
.cay^*al  menor  esfuerza,  y  dii%^cia,  que  para 

.este  e&élo  se  ponga.  Se  escurren  y  poniéndolas 

en  un  llano  al  borde  del  agua  ;  ^^.estienk^ 

ib  pelany  ^pomsoáQ  las  pieles   soJbte  el  cahar 

.'■'••••  ^  Be- 

1     •  »  l  a  < 

I 

(**)  Sn  Francia  htj  na  oficio  parttcnlar  para  cada  nía  de  nm 
jirpcraciones  i  pero  cu  B^paña  hay  macha  nciior  -difcreaciatk^ 
cíales  ;  y  a  i  I  á  los  que  cúrcen  pergaminos  ,  auitan  la  lana  a  w* 
pellejos  de  oHejas  ,  y  Carneros  5  y  asimismo  á  los  <|ue  qutraaH 
^?Io  ^  otras  e5pcg,c$  aa^^d'cjo*  »'los  dcscQgraaan  >  y  limpian'* 
tfidos  !«s  ddn  el  nombre  de  Oirtidores  » ^  hies  áios  que  '«"'**' 
^amatas ,  les  ll)iwaoO«a«ceros  t  ^  Blaifqaeros »  f  Aaterafá  Mf  ^ 
^ue  adoban  el  Ante.  /  ''V 

' .  (♦*}  Al  dcfcngraadir » le  UuMt  tambica  dcsblaadu . 


Im  T^fferksyy  adobo  de  caerof.     197 
líete  9  que  es  una  pieza  de  madera  aocba ,  y  r^« 
donda  con  su  lomo ,  (^*)^  para  quitarles  alli  el 
.  pelo ,  ó  como  dicen  los  Curtidores  ,  repelar Jofj 
.  con  un  cuchillo  de  hierro  sin  corte  y  6  con  solp 
un  cilindro  de  madera  ^  pues  con  poco  que  se 
apriete ,  cae  él  pelo ,  porque  la  cal  le  quema  las 
raíces  ^  sin  dañar  la  testura  de  la  piel.  Limpian^ 
dose  sobjre  el  caballete  y  b  tabla  lomuda  y  pasandp 
^el  cuchillo  sin  corte  por  la  flor  y  esto  es  y  por  la 
.parte  del  pelo  y  y  por  el  lado  contrario ,  y  que 
.cae  immediatamente  acia  la  carne  del  animaL 
Esta  ultima  operación  se  llama  descamar  (**) 
Ja  piel,  y  la  primera  desflorar ^b  dar   man^y 
.ó  dar  filo  \  y  una  y  y  otra  miran  á,  corr 
.^r  los  cañones,  y  residuos  carnosos  de  lasfí- 
,bras',  y  todo  aquello  que   puede  causar  aU 
gun  bulto ,  á  que  llaman  barro  y  b .  una   tfier 
^ra  de2ig;naldad.  ulfiiase^  b  §t    repela  el  pelle- 
jo^  frotándole  con  una  piedra. de  amolar.  Estp: 
.frotación  9 .  que  se   hace 'Vigorosamente  sobre 
.el  caballete  y  acaba  de  exprimir  la  ca)  ,  qífp 
.ppeda  quedar ,  y  quanto  donduzca  á  formar 
algún  barro  y  ó  alguna    especie  de  callo.  £1 
[  engruesarse ,  b  hincharse  los  pellejos  ,  es  efec- 
to del  polvo  y  y  de  las  diversas  materias ,  que 
se  han  introducido  en  ellos,  y  que  ensanchan* 
do ,  d  dando  mayor  volumen  á   la  piel,  la 

ha- 


{««)  Eb  Madrid  la  llaman  c^abla  lomuda. 
<«*>.  A  U  ubla  UMtftt  tabia  d«  dcfcaisiur. 


/ 

r 


t^e     Éspe&aetth  tk  la  Nahtfdkxa. 
hacen  nadar  sobre  el  agüá  en  que  la  echaib 
EntaMar  las  pieles  ,  ó  apilarlas^  ,  no  es  otra 
cosa  j  que  quando  están  todavía  frescas ,  y  tM- 
dio  secas,  amontonarlas  una  sobre  otra ;  en  fo- 
gar  de  la  diversa  opeeación ,  que  se  bace  quíÉÜ* 
do  se  las  deja  á  parte ,  y  peffe^amente  secas,  y 
entonces  se  Ihman  p^kjos  en  Carteta.  Oreoííaíf 
es  ponerlas  al  ayre  en  pértigas,  ó  de  otro  meh 
do«  Esta  operación ,  en  las  pieleis  pequeñas^,  ft 
égercica  muchas  veces ;  y  <si^  pasatidc^  alteroüp- 
damente  del  liquido  del  ayre  alagua ,  y  al  úori- 
erario ,  se  cattsa  en  todo  el  intetiot  de  las  pieb, 
t  y  aiin  éh  sus  fibras ,  ks  thas  ddicádas'.^  ün  qué- 
-brantamiento,  que  con  la*  áOiiridkd'^e  la  (%  sh 
les ,  y  aceites ,  facilita  la*  iásiüiiadoa  4&  aqué- 
llas materias ,  que  suavizan ,  soban ,  y  aligeMí 
las  pieles.  (**).  ,        í 

N^uy  embaraiuiAsi  ^  haSaría  h  F^jy^ytí 
la  pusieran  en  la  ¡necesidad'  de  déiériniíú 
por  medio  de  su  razón  él  orden ,  y  el  aii- 
méro  prodigioso  de  estas  ol^eratíkxies :  pero  á 

{*f)  Las  operaciones ,  lo«  SnsnvTf  aii»j(»  jSof  nofi^njet  44  «i9* 
bo  <Íe  las  pieles  rarian  algo  en  España  >  go^forme  los  terrenos.  Ltí 
-menudas  optraciones  por  que  pasan  tas  coradkbres  t"  aon  miicliii. 
Basca  decir  por  aora ,  que  exceden  de  qaarejica  las  especies  de  cr}* 
bajos  >  7  labores  ,  ^uc  dan  k  la  piel ,  paf  a  qae  <|aedfc  conít>raie  se 
desea »  ya  mas  >  ya  menos  ,  yi  «fe  u^  molo  »  y  y  i  d<  otro»  segiu 
el  destino  que  se  les  ¿i  y  aplicando  unas'  para  tambores  »  ofrás 
fpara  pergaminos  ,,ptms^paja  S%d^n^^>  y  otras  para  truchos  iis«f» 
que^idcn'un  perFefto  curtido  ,  y  grano  hermoso  *  siendo  es'te  tra- 
•iá\é  uno  de  los  mayores  afanes  >  que  padece  la  sociedad  ,  al  nts* 
mo  tiempo  que  se  nos  hace  tan  despreciable  >  sin  advertir  la  co- 
modidad que  nos  trabe»  y  quánto  cuenta  el  que  nos  calcemos  anos 
zapatos  >  o  ciñamos  un  bridecú  «  ^  cinturbn  /  y  que  es  injolticia 
clara  el  que  desprecia  los.  hombrti4  aq«tllos  qne  airvca  inis,  / 
que  mas  trabajan  por  ellos. 


Las  Tenerías \y  addo^caetM.'     199 

jOrpeiinaentiur  aun  4  bulto,  u0a  ,  y   otra  vea, 

)]a  conseguido ,  que  reduzca  el  hombre  á  prác-^ 

tica  coú  felicidad ,  y  buen  suceso ,  lo  que  su  en« 

«erufimíento  no  comprehendió,  ni  comprehen^ 

jderá  jamás.  Los  Oficiales   obran    como  por 

costumbre  ,  y    padecen  algunas  dudas  ;  pero 

juno  de  eUos,  mas  experimentado  que  los  otros,  y 

cuya  Pfailosopbía  se  reduce  toda  solan»ente  á  la 

{stráélica;,  pi;e$ide.á  la  obra,  determina  el  grado 

^de.  humildad ,  6  de  sequía ,  de  aspereza ,  ó  sua^ 

vidad :  decide  á  proposito ,  y  reitera ,  prdonga, 

ó  abrevia  las  operaciones ,  como  conduce. 

Aunque  losquatro  ,  ó  cinco  principales 
preparativos  son  realmente  los  mismos;  pero  se 
diferencian  no  poco  en  el  modo ,  y  eo  el  tiem-r 
po  mas,  6  menos  dilatado,  de  ejecutar  lasope* 
iraciones ,  de  tal  manera  ,  que  la  exaé^a  noticia 
de  ellas,  con  todas  las  menudencias  que  en-^ 
ci^^a ,  no  e^  del  caso ,  ¡sino  en  qui#n  baya  d^ 
ejercitar  el  ofició.  Aqui  nos  coptencafémos.  con 
aquello  solamente ,:  que  constituye  el  objeto  ver- 
dadero de  cada  uno  de  estos  oficios,  y  Tenerías^ 
porque  esto  es  lo  qu^  ttepen  de  iotergs^te  paneír 
nosotros.      , 

£1  Curtidor ,  que  apresta  toda  especie  de  .  ^«  Tcnerí« 
corambres ,  desde  el  pellejo  de  Buey ,  trasta  la  ao ,  y  u  h^I 
mas  delicada  piel  de   un  Corderillo ,  principal* 
mente  trabaja   para   disponerles  los   cueros  á 
los  Albarderos ,  y  Guarnicioneros ,  y  después 
ife,  eso  trabaja  también-  para    el  servicio   de 

los 


riaa« 


aoo    EspeBacuto  ih  la  Naturales. 
Jos  Guanteros*  El  salvado ,  la  harina  de  trigO|  b 
sal  marina ,  y  el  alumbre  son  las  materias  goq 
que  curte  las  pieles ,  que  deben  servir  á  Albar« 
deros ,  y  Guarnicioneros.  Para  afirmar ,  y  sobar 
las  pieles ,  que  han  de  servir  á  los  Guantero^ 
después  de  las  operaciones  comunes ,  lo  prime* 
ro  que  emplea ,  es  el  saíbado ,  después  mezcla 
con  sal  9  y  alumbre  la  flor  de  harina  de  trigo^ 
y  claras  de  huevo  desleído  todo  en  agua  calien- 
te, y  asi  forma  una  especie  de  papilla ,  ó  gachas^ 
en  que  mete ,  y  embuelve  los  pellejos  eo  ooi 
especie  de  artesa ,  que  tiene  para  este  eftdo. 
ta  Gamuce.         El  Gamucero  (**)  embebe  en  aceyte  de 
^aceite  "^dc*  Merluza ,  no  solamente  el  pellejo  de  la  gamuzai 
que  es  una  Cabra  montes, muy  espantadiza,/ 
salvage ,  sino  también  el  pellejo  de  todas  las  (fe* 
más  Cabras ,  aunque  inferior  con  mucho  á  la 
gamuza;  pero  la  piel  de  Obeja  es  tratada  dd 
mismo  modo  que  la  gamuza ,  y  con  sus  mis* 
mas  operaciones. 

El  Zurrador  usa  de  las  cortezas  de  End- 
fia  nueva  ,  como  de  diez  y  ocho  á  trein* 
fiidní*****  ^  ^o^j  hecha  polvos  en  un  Molino  ,  que 
tienen  para  este  efeéio :  (**)  estos  polvos  pe- 
.  nétran  los  pellejos,  unos  mas  ,  y  otros  me« 
DOS ,  y  los  disponen  para  diversos  servicios, 
y  utilidades ;  la  principal  es  dejarlos  inque- 

brao- 

<**)  o  Goantero. 

(*a)  Comunmcocc  usan  del  Ziunaqae  •  hierba  de  mal  olor*  V.  el 
Pie.  Case.  i.  Z. 


Merluza. 


lil    Zurrador 

emplea   el 

rán»  6  polvos 


La$  Ttmríáí ^y  aSolíb  ík'cuetis.      soz 
fafanubks  9  íirizies  ^  ¿  impenetrables  al  i^tia« 

Los  .qtíe  .Uato^moa  Ungjiios  ,  íg^tan  eo  xos  que  iit- 
«prestar  los .  cueiros v  que  paaap  por! sus  «rianosi  ^m  ¿"fe"^ 
«^  tres  )^  qiiatro  aemaoas  >  qinncb  los  .Cur<^ 
cidores  necesitan  ^ ,  6  tres  años  para  fetkx> 
donar  ( en sua  tio^pnes »  pUén.,  ó  <»)batSy  va«? 
UeQfkxe  de  sirci^ ,  y:  polvos  db-cjücma  )rÍospér» 
Sfejos  9  qae  ptepár»»  Estoa^^Uiagarosf  abaatecen 
ó  los  Albarderos  ,  Guar Aicionbros  ,  Coleteroa^ 
Boteros ,  Pellcgeios,  y  á  todos  los  Oficiales^ 
que  eosplean  cueros  ,  prepliradoa:  con  satt»do^ 
y  harina,  y  álosqueloamaA.QdtBpuesioscóii 
saceite ,  ry  ,á  niodode  gfiniuto ,  y  aíin)á'l<|sque  :  r 
necesitan  cwambres  curtida^ ,  y  adobadas  ccfo 
la  torteza  (^  de  Encina;  y  también  proveen 
á  todos  quantús  Ite  neCesilaiart.de  cusrospatr 
dm  Ccffi  un  bafio  de  tiúta  ^  y.  patados  por  el 
aebo;  y  ^te  és  d  trab^)üt ^  y  distintiiro  del 
Ungarou 

Este  nombie  ,  cboH)  el  método ^nos  vino 
de  Ungría  por  inedia  de  la  averigiKicáqn  de  na 
Oficial  Fr^icés  ^  qOe  Enrique  IV  embió  i 
«quel  Reyno  á  espiar  esta  especie,  de  trabajen» 
con  el  fin  de  disoünuir  el  precio  de  los  aroese^, 
y  de  otros  cueros  ^  que  necesitaba  para  w» 
•JB^rcitos,  -.1 

Eñlngw.  de  la  onrieaiide  Bncii» ,  ^BtRcdiapart 

.Usa  en  ciertos  casos  del  Redón  ,  que  es  una  ***^*^»«*- 
Tm.XIL  Ce  plaQ- 

(«*)  o  Tan.  t  que  Yioie  de  Tátmmm «  usado  €A  U  baf«  Uctaid ad* 
como  cambica r4*ii4r«.  ^  .  ..  ; ¿  .  .      i> 


9ot       &p^ácuh  iíe  Ja  Natu^iMé ' 
planta^quese  siembra  ea  la  Gasciiña,7  ts  mn^ 
r?     .      :  oonnma:!  la  Ruda  Polaca tpvinciipatipeoie^irve 

sera  9  tanto  castrado,  como  morqecó,  h  ain  cas» 
trar :  y  toman  el  nombre  de  liadanas  ^  quando 
se  preparan  i  modo  de  pell^^jos  ,  adobados  coa 
el  jÁtif  Bi'^  itedónentra  también  tmtt  los  pte* 
paraciTOs  de  las  corambres  de' Rpsta  ^^  cerca  <k 
las  qnales  los  Polacos  Rusianosliacen  granmyst 
terio ;  aunque  también  tengan  en  Francia  uoa 
buena -manifiíAuradq  I4  misftia  jespedeea  San 
Germin:idelá'Maya#(^''^)  ^  ^: 
La  Córdoba.  lÁ  cuba ,  y  'al^'2nofi9qae  aolo  se  43san  {an 
Sulaqí "  **  el  coiddbáh  t  la  cuba  es  una  vasija^  en  que  se  me- 
t^i  ^  después  deio^  apuestos  comunes*,  las  pieles 
de  las  Calii»,  «ismérgiendolas<en  agqa  tibia  en 
bta  cuba ,  ^es|>cieS(d6*bábeii4esle(Bo  en  etta  nú 
faiateria  ,  ique sitlo: de) teynó animal ;  estoes^b 
canina. 

(  El  zumaque  sale  del  reyno  vegetable: 
«Mo'es  y^oA  polvids  •)-  tanta  de"  h»  bojv  9  00^ 
4X)0  de  las  ^'amasi  delgadas  de  uaa  planta  > ) 
^ilen  •  los*  Tintoreros  de  >  Franoia  llaman  Ro^ 
ble  ,  y  los  ^  Xeyáate  Zumaque*  (**b)  Éí 
2Mmaqife  ^  lai¿  agallas ,  y  el  alumbre  es  lo  que 
mas  le  sirve  al  que  apresta  ,  y  dispone  et  co^ 
s.   :  Qraao.  ^báb  j  puls  '.$u  'Kibjsm  tía  ^nárle  r  6  sacar- 

(«*a)  Qnatro  Ugoas  ^e  Páais  ,  tobre  el  Sena  :  ZHft.  Geog* 
•  C«*b) :  Bn  empana  tttnfaáca  se  lUma  asi  ^  t$n  plaau  :  p«ro  ^  ^"^ 
4isttaca  del  Roble.  Dic.  Case.  lee.  Z. 


.  V 


¿o^.  Tiñerías ,  y  ádadoík  cueras*  aof 
fed  grano á  Jas  {leles  de  C¿«bras  ,  y  faacert 
las  pM  este.  medí</  susiseptíUe^  de  los  mas.tter» 
mosét  cúlores»  G»nor:80\UAmftifii  ^qutflWi  ra« 
yas  ligeras  ^  aquellas  peqncñ^^s  conc;  v  idades^ 
y  alturas  ^  ^uesutean  el  cordi^báti  y  cocratam* 
faieo'  lospel^jos del  Becerro,  y  de  la  Baca»  i 
los  ^mie^  sÉ/les  dáresta  perftcdcto  ¿  Caena  ide 
lavarlos ,  apilarlos  »  faolvérícfs  á :  larar ,  torcer^ 
los  y  doblarlos  y  redoblarlos ,  yá  de  un  modo» 
gráde^otro»  rNo. diremos  cosa^alguoa.»  ni  del 
agua  de  la  roña ,  y  orín  ,  que  cría  el  .hierro, 
j}tietsirve^pacá  teñir  de;)iv^gro,  los  cueros  ,ni 
jdel.  berinelkSn  ^'y  otras  drogv  ^  que;  los  tiSea 
át  encarindo  ,  aoarilb  >  y  de  otros  cnodos, 
Jbásta  ÍQS¡miark)« 

\  ;  hasi  Qfidales  >  6  Zurradores  ,  qiie  dan  «I 
grano  9  y  los  colores  mas  vivos  á  las.pidbi 
ide* Ja  ¿ámosa »  y  db  Otras  i^afbrds ,  reínedan» 
y  contr^bacen  este  trabajo  en  ias  pieles  de  Ter* 
^^^^  V  y  ,d(&C^»mero;»  y  ..guardan  ua  gran  silen? 
«do  ^f orden  i.  eidrtas  í^peraciooes  y  >fbr(pat>* 
éo  ep  su  i^ntasiflimí  aiscteto^  qué.mii^frconM 
ai  fuera  el  fin  de  aquel  Arcei  I^as.  precaucior 
nes^  y  las  déaconfianzias  (fe-  Im  Oficiales  sue*' 
lea  CQQ:toda  teso  «ir  cosa*  de. risa  ven  jia  car 
«lino-  haU¿-jyo  uoa  rvex^  uo  Soguero  i  que  reufié 
dejarme  ^cárí  d  diseño^. una. tíaitb^^ qtfe  Ue? 
•baba  9  afirmando ,  qnepoloi  periiiidría»  sí  la 
: Justicia ;  no  le  oldigaba  á  eMo» 

Como  el  dar  eLgrax)^  );  y  el  color  herr 
c  i  Ce  2  mo- 


do4  S^úSwmh  de  ía  Natarahxa.  ^ 
BQoso  á  las  pietes  de  C^bra  se  reserva  al  Ofi-^ 
cial,  que  curte ,  y  ádoha  los  cordobanes  ,  ssi 
tanbíeti  los  iitiimog  pneparatívbs ,  y 'los  tíoces^ 
^ue  se  dáo  á  ciertos  pellejos  ^  curtidos  coa  I09 
polvos  de  la  cortera  de  Encina ,  se  reservaa  a) 
Oficial  ^  qbe  golpea  ^  y  soba  toda  especie  de  co* 
fámbresj  Del  mismo  .modo  las  |í¡eies ,  trabají^ 
d8&eD'blaii0ocaa^harina,fta)bado,  y  alambre^ 
se  guardan  para  qiue  él  Pergaminero  les  dé  la 
íUtinÉia  aiano ,  si  se  destinan  al  dtsefk)  ^  6  á  I9 
escritura.  .  .        ;   ,  «     .      : 

De  los  cueros ,  que  salen  de  |a  Ténerfa^ 
unos  se  embian  en  costra  á  los  Qoarnicioneros, 
y  demás  Oficiales  ^  que  trabajao  eii  cueros  du- 
ros;  y  otros  se  soban  ,  y  algunas  veces  se  les 
fia  cdlof  {forr  k  misma  'mano  y  que  kt9  zurra  ^  y 

B  zurndof. ,  gi  prineipalobjetodel  ZurradoresaMaiídar^ 
sobar,  y  aligerarlos  pellejos  de  Baca,  y  Temeros 
para  talop^  y  y  empeíiieii  de  zapatos^  para  oov^ 
réÉÁj  fy  csfiaraabcittSffl^  eocbb ,  paraamesesyü^ 
fisjp, c^ibezadas;^  yvmda  especie'  despiezas  ^  que 
teniendo  que  tesistir  al  agua ,  y  á  esfuerzos',  y 
violencias  continuadas,  tienen  lambiencoq  todd 
vsó  cfúfe  mantener  unaiipatieociabennosa,  y  que 
fiícilltatiel  movimiencoxxm  una  obediencia  do^ 
di.  Y  asi ;  toíY J^í  como  éstoft  ^llefos ,  ann  des^ 
f)ue8  del  trabji^  de  la  Tenería ,  conservan  mu^ 
chas  fibras  carnosas,  los  mete  el  Zmrador  por 
*á]gun  tietnpo  tin^gua  natúrak  *   í  ;       _' 


♦  c 


Zas^  Tenerías ,  y  ¿tdoho  de  cueros.^  io  f 
*  Lo  ««"^  sacandolosél tnistno fuera delagua^ 
los  estiende  en  una  duela  bien  lisa  ,  y  después 
con  el  rebésde  un  aicbillo  los  descarna ;  esto  es, 
les  quita  á  fuerza  de  brazos  la  carne,  y  desigual- 
dades ,  que  aiin  quedan* 

Lo  3  .^  batana  (^f'a)  tocbs  las  .pieles ,  ado 
frescas ,  y  húmedas  ,  golpeándolas  con  los  pies 
unas  sobre  otras ,  hasta  que  á  fuerza  de  doblen 
ices  las  deja  sobadas  ,  y  manejables. 

Lo  4»**  las  embebe  en  grasa  ,  (**b)  prefe^ 
nUe  ,  por  razón  de  su .  crasitud  9  á  qualquier 
otro  licor. 

Lo  $.^  las  estiende  sobre  unas  grandes  ta- 
blas ,  en  cuyas  extremidades  las  sujeta  á  una  var 
lilla  :  aqm  con  la  ayuda  de  un  instruniento  ,  llar 
mzdo  Zurrador ,  que  es  un  pedazo  grueso  de 
madera  ^  y  lleno  por  la  parte  inferior  de  canali» 
tas,  que  se  cruzan  entre  sí,  pliega,  dobla,  y  redo* 
4>la  las  pieles ,  las  aprieta,  y  hace  ir,  y  venir  mu- 
<f)as  veces  por  debajo  de  las  canales ,  ó  dientes 
de  aquel  instrainento  ,  (*^c)  con  lo  qual  dome* 
fía ,  quiebra,  y  ablanda  quantos  muelles.encuen7 
tra  en  la  corambre, y  esto  es  propriamente  lo 
que  se  llama  zurrar^  £1  orden  ,  y  numero 
ide  estas  operaciones,  se  varía  en  casi  cada  Te- 

(««a)  O  út§ceú  ,  COITO  dicni  los  Oficiales. 

(**b)  Aceite  «le  Ballena  :  k  esta  grasa  llaipaa  en  alonas  partes 
'absolutamente  Béíliews 

(4*cX  Esta  operación  »  h  la  equivsleote  >1t  hacen  en  Madrid  l«t 
Curtúiores  con  un  instrumento  corbo  con  sus  dientes  >  al  qual  le 
iáo '  ei  nombre- de^0«r4^K#^ 


>.^>» 


106      Espt9aeüháélaNaHtr(úez(U 
nería ;  pero  la  substancia  eo  lodas  ea  la  mis- 
ma. 

Lo  ó.""  Zurrados  yá  los  etieíos  ,  se  piieds 
necesitar  el  darles  una  especie  de  blancura^ 
ó  negregura.  Para  embíanqueccílos  se  fratan 
con  greda  ,  y  ialbáyaldé  ^  y  después  se  les  pa- 
sa la  piedra  potíce*  Como  ordinariamente  sé 
quiere  ,  que  el  pellejo  de  la  Ternera  quede 
muy  delgado  9  en  lugar  de  usar  el  Zurrador^ 
-para  descarnarle  ,  del  rebés  del  cocbílio ;  em- 
[rféa  la  cuchilla  ^  que  >  es  un'  instrumento  tbdo 
de  acero ,  en  forma  circular  ,  y  con.  uri  corte 
Agudo ,  según  toda  la  circunfecenda.  ^  y  abier- 
to con  su  empufiadtira  acia  el    medio  ,  para 
«Firmar  mejor  lasctos  manos  9  y  moverle  con 
mayor  fuerza.  Quando  el  pellejo  de  Teme- 
fa  está  bien  estendKdo  sobre  alguna  .mesaré 
bastidor  grande  9  sin  impedimento  p»a  la  ope« 
tacion  por  la  parte  inforíor ,  el  Otícial  le  or- 
dena como  quiere  9  y  le  niíaneja  por  mecBo 
de  una  cuerda  9  asida  á  las  extremidades  deh 
piel  9  de  modo  9  que  la  rodea  toda  9  y  dapdd 
al  cuero  con  una  esponja  9  ri  con  la  cuchilla 
disminuyendo  la  carne  :  repite  esta  operadon^ 
«gun  la  prudencia- le  di^  9  hasta  cpie  la  pidí 
^ueda  tan  blanca  ,  y  tan  delicada  como  desea. 
Lo  7.''  Quando   ha  de  quedar  el   pellejo 
negro  9  después  de  haberle  dado  con  aceite^ 
y  dfejadole  secar  9  mete  una  especie  de  borla^ 
^ó  hysbpillo  én  agua  acerada  »  y;  rQCiapdo. la 

piel 


t  ^-^ 


Ím  Tifterias  ^y  aüoíode.  iuetes.  '^a? 
pfel  cx>n  esta  agua ,  tíene  .yá  la  base  del  ne- 
•gto  9  que  necesita  ^  por  quaoto  los  varios 
liierros  viejos ,  que  ^se  meten  en  ella .,  dejan 
alli  con  aquel  orín  natural  muchas  sales  ,  y 
-partículas  áenruginosas.  A  esta  primera  rocia- 
da ,  y  humedad ,  que  concibe  la  piel ,  se  añar 
de  otra  d^  agua  preparada  con  ollin ,  vina- 
gre 9  y  goma  de  Arabia.  De  este  modo  ^  y 
con  estos  tintes  diversos  se  van  ennegrecien- 
do las  pieles  por  grados ,  y  se  reiteran  hasta 
que  venga  i  quedar  un  negro  lustroso  ,  y  be- 
Uo.  £1  grano ,  y  pequeñas  rayas  ,  que  facíU- 
tan  la  ligereza  de  la  piel  de  Becerro  ,  y  Ba- 
pa  9  provienen  aqui  de  aquellas  reiteradas  do- 
•bleces  ,  que  se  le  dan  á  la  piel ,  yá  de  un  mo- 
'<lo  >  7  7¿  de  otro  ,  y  del  cuidado  que  se  tiene 
<le quitar  ^  y  deshacer  ,  a;un  las  menores. ^  y  m^^ 
insensibles  durezas  del  lado ,  que  toma  el 
odor ,  á  fuerza  de  pasar  por  él  repetidas  ve- 
<:es  una  pequeña  pala  de  metal ,  á  que  llaman 
-estira» 

El  trabajo  del  Pergaminero  es  map  sim-  e¿  Pe^gamine- 
ple.  Después  que  d  Curtidor  adobó  los  pe- 
llejos con  salbado ,  harina  ^  y  alumbre »  y  des- 
-pues  de  haberlos  él  mismo  dado  varias  veces 
•con  polvos  de .  greda  blanca  bieq  maChacadi, 
-humedecido  ^  pasado  la  esponja ,  buelto  ¿  hji)- 
:  medecer  ^  á  enjt^ar  ,  á  frotar  de  nuevo  con 
-b  piedra  ponce ,  dado  con  canina  » ó  de  ha- 
berlos sacado  el  bello  con  la  frotación  de  un 

pe- 
é 


peilejo  de  Cofdero  ,-toma  el  Pergamioero  1» 
pell^  para  raerlos  de  íouievo  >  y  en  seco  ^  tan- 
!to  perla  parte  de  la  carne ,  amo  por  la  dd  p9- 
lo,  ^)  haciendo  pasar  varias  veces  por  ima, y 
t>tra  un  hierro  muy  afilado :  operadon  á  que  Ib- 
man  raspar. 

Puestas  yá  á  parte  las  raeduras  ^  para  liaoer 
de  ellas  tma  cola  clara ,  que  sirve  paia  encolar 
ia  urdimbre  de  muchas  telas  de  lana  ,  y  pon 
que  corran  mejor  y  y  se  deslicen  los  ramos,  aca« 
-ba  su  trabajo ,  pasando  por  encima  de  la  piel  la 
-piedra  ponce ,  quitando  al  mismo  tiempo  ,  y 
-con  el  mayor  cuidado ,  aun  las  mas  leves  des<> 

El  pernaino.  ^%^^^^^^^^*  Si  la  piel  es  de  Carnero  castradoj 
queda  yá  compuesto  lo  que  llamamos  pergami* 
DO ,  el  qual  sirve  para  todos  aquelkñ.  monii- 
mentos  ,  y  escrituras ,  que  se  quieten  perpe» 
tuar.  ^  fuere  la  piel  de  T^mra ,  ó  Becerro  de 
ieche  9  6  de  Cordero  ^que  nació  muerto ,  ae  Uar 
fna  Becerro  ,  6  mortecina  ,  y  loa  Tribuna- 
les ,  y  Oficinas  usan  de  esta  especie  de  pergsH 
mino  para  los  instrumentos ,  qoé  piden  planas 
muy  Usas ,  y  gran  limpieza  en  la  ejecución  ^  y 
escritos* 

Bien  claro  se  colige  de  todo  esto ,  quáa« 
to  conduce  ,  y  se  adelanta  ,  en  que  se  pene- 
tren ,  y  calen  los  pellejos  de^  diversas  mané- 
ras ,  yá  sea  con  grasa  de  Carnero  ^  d  yá  con 


(**)  0F/#r« 


•  í 


^  ^^ 


Las  Tenerías  ^y  aácÍH>  áe  cikMJ  ^aqp 
aceite  de  pescados ;  como  también  el  nutrirlos 
con  algunos  polro»  iregetables.  Y  siendo  asi,  que 
acaso  tendrécADí'  nosotros  ,:  y^mQr  dercanov 
pGhos  aqmvaleñ^s ,  y  aun  'inejoi^v  Qtie  .loa> 
que  hallamos  en  uso  ,  los  dejamos  perder 5  y. 
trabemos  de  muy  lejos  /cap  joo  poca  difipultac^. 
las  materias  de  que- nos  éerYÍQio&  Quámase»-: 
pedes  de  ¡granoa  ^  aimienies^y  cortezas  ?gme«-» 
aísioias  poseettiot ,  que  podíiati^'  id^a^tecoroos:  de  r 
polvos ,  y  acetiea  con  que  reemplazasénios  los, 
que  liemos  dicho!  Bn  faa  empiesas  del  ime^: 
fea  es  cosa  pvudefite  ateaefsevilo:qc»  aprbb6» 
y&k  experleaG|a;^.peitt4ebirra  ún  liik^éa'm^ 
noUe  excitamos  cada  dia:á<  nueras  experién^i 
cías  9  y  mas  quando  aventurásemos  poco.  Lá 
Physica  ^  Experimental ,  que  ba  merecido  oues-  '* 
tío  fecoDodcDknta  con '  sps  cprimera¿  imten^; 
ciones'^  ipa^  aspirar  á  áuara  ^ria  ^^dismi^^r 
Huyendo  gastos,  y  cortando  ií|^cioQer>  y^  aun^ 
acaso  sc^rínaiendo  sutílesas  poco  xiecessirias.    \ 


* . 


>  r.l 


t  ..1         i 


*^ 


LOS  TINTES. 


GOMVBRSAGION  SÉPTIMA. 


1         • 


f        A    • 


i' 


•  -■    #; 


I'  OS  cdoies,  que  fK»  liHkPersiíican  ^  y  po^ 
jl  nen  delante  de  los  ojos  la  vm'l^ad ,  y 
hermosura  de. la-Naturádesa,  y  que>  sou' por 
cJ'om.  Xn.  Dd  sí 

a 


>. 


ata  Esps&actih  ¿k'h  Natüfokiía. 
ú  mismos  iin&  dfr  loi  majores  ornamentos» 
que  «ix:iertt.i9».sl^  qq  «trvt^o.  fotaiM»^  U  ao^ 
(;kdad;.£llqfirj!iioa;  sropoMO.-  (iim..dfetíf|CÍoaes 
muy  LUtíl^  W  Áyvf&^^tsfi^iim  ^i i«t  faook^ . 
bre^  ^  I9S  xobreb  díaCernii«oi  oueatrok  mué- 
lales 9  7  vestídoai,  y  qoo  dios  bettnaseamos 
iMiestrcBLq<)iirtt»9  y^iíafaittckwe^.  £6fQ  «eo* 
do  rasr,  3(|ve  ikdiaippf^iwMsr^ix^QMS ^.^  J»  Na-> . 

peiietraUftá  Itnestro .  enteodímidoMi.  Ni  «afae» 
mos  iqüál.  es  -su  origeoL  en  nuestros .  ojos  ,  ju 
qjüil-^sis  gppeaicÍQQíneovl0st>fliidp«^  Ote  i|jqi6\ 
es  spio  qniánijfesifM2du0ei;y^4^ 
oeakfad  de  oosotms  :pdia :  [ciiaf  e^itttas  ^^^ 
rieocias  propsias  ^  qne  caraSerüsaa  ks  obge* 
tes^  se;i»seinsó:  frfra  $í,k  iotet^joKdaiii^  los 
Gcdomsi  NraKUTi,  agie  rfes  estudió  ^pm  .  taoíD 
tíémpü V dioi^9  ranal  áisiiliífwiQt  aldba^lado<» 
res  ^  que  pcrceUa<  faíeír  ,:.y,  medí»  las  firac- 
ciooes^  y  dt^eces^  i|De  foman  losüete  colo- 
res^ primitivos  de  la  lúe,  pasando  por  un  pri»* 

cia  de  su  esencia ,  la  criada  •  que  le  servia ,  sa- 
bía  tanto  conio  ^.  Xaxxt^  el  ^la  de  oy  se  vé,  que 
aquello  poco ,  que  creyó  saber ,  se  lo  disputan, 
y  au]*  «I®wuif4  pisW^A::%»v<>^tt5ro 
mío  ,1a  historia  de  la  Óptica  de  Newton ,  y  pue- 
de verla  ^txíQ^m^pvkiPxim¡fA¿¡é^  liit 

eJlCp.Ctet^I.  ' 

BMt  iHiam»coadioí9ase-Té  tracacla ,  qnan» 

do 


•^ 


•f    v.^ 


Lús  tintes.  aii 

^  sé  trata  deh  sociédtKi)  cuya  manutención  ^y 
gobierno  hosencdmetídó  el  Criador;  Veemos  ea 
ella  Oficiales'  llenos  de  industria ,  que  saben  mujr 
bien  fórmar  los  colores,  y  aplicarlos  como  coit- 
viene,  de  modo,  que  no  se  puedíí  dudar  ,  que 
teiya  sido  ta  intención  de  IMos.  dar  ai  hombre 
teté  cuidado  erado  lina  d&^us  piriíicij^es  ^oco- 
paciones.  Obligamfo  sü  {ñfoi^idetícia al  hombrea 
que  se  vista ,  le  ooncecfió  tambietr ,  qoe;  fegi»- 
'traselos objetos^ que lé  rddtetf, y-^soi sudia- 
iposldóú  illatnráto$^prdpHo»^fa<;i]ttrirúii  ttea- 
Tiüdé¿ ;  pero  la  míay<^ '^fft  de  eHosí  yb  dbm 
un  color  kignbre ,  métanóóllcoy  y  oídorv  ó  tki 
uniforme ,  que  ooncuenla  poco  con  la  ^versi- 
dad^loslugdres^y  tittf&cfortt  pntíx9&n  A¡^ 
-feeílidád  ,cpues ,  de  áibffc«r  le^cfes  cógiodoi» 
añadió  la  é^  d^tes  bmbie&cc^n'Eh  tídás  pao- 
tes  puso  en  las  manos  deí  Ikttnbre  tierras  ferrií- 
-ginosas,  tierras  armenlcas  (^  con  toda  especie 
^  matices,  materias  vegetables ,  fosíles ,  amno- 
-^^  safina^^  y  ottas^  que  {)iie(teii , 6  provea ft 

Dd  2  j  los 

•j        '  •  •      •  t  > 

(«*)  A  esta  especie. de  cierra  le  Uáiaan  BtU  o  Btlh  ^rmtnict  Al- 

.^unad  de  escás  ctt#raB*cirja.'>  f  csl«.  Icoiauíii  I  tíKff?ftak^%%  x  otoif 

amariilcgQ  ,  y  otras  fiou  «blanquecinas  :  y  Jas  hajr  uue  cienejí  bal* 

"tante  vito»  estola WlsiiM'  ^íok'véJVUXÜitAtií^^^i,  Tr^útW.Sf 

|ocraa,parces  i  p«roes  ffasmíiiutiylf  Ir^up  ^^,"^^Í^  Af^^"'M/ 

'asi>1iaYo<tí(l^  daHe  acodad  m  otras  sa  iiomwe.''iAs'fthitttfii(staa 

.MP»  eonforme'i  su  «ostwnbie»  dafks  f«»«ibcá»,  m^|^  «ibU»c<{ 

y  así  á  una,  que  sale  de  las  miñas  ae  oro  de  la  Silesia  »    le  UamaB 

^¡ttmgl^Sdh^  y  á  ott«  *  i|fp  ftyvfertlbl^tncp  stU  4e  sílganas  mi* 

aas  de  pUita ,  le  Uamaa^xiuw-iji  Lumm,  Toj^  csca^  eipeciés    de 

^^rnrfon'^ucHeá  en  la MedUnEa ^  JOtt  astriá^iacét,  nutjitívas» rei- 

,taíUn  la  sangre»  ftc.  Veaose  Im  IHCt  de«Trcv.  €i  4e^  Ut  Artes »  r 

-«eii<¿úyCclCást.'lct.-if.  ■-'-     '  » •»  ''-'•-    '  ^-•' ^   <•'  ^ 


3ia     Espe&actdh  de  la  Naturaleza. 

los  tictes  9  6  abrir  carríaa:  á  los  materiales  qu^ 

¿án  color  ^  le  haoet}»  durable.)  y-fer;^iijzai)  censa 

lastre 9  y  daridací,  d  <)ue  coa  «n  ;bajo  ofascuiQ 

le  degradan,  y  modificany  Asi.  nos  eoseña  esta 

':proyidet)CÍa  ^bía  á  jnti4ar  de  apariencia  ^  y  ^ 

íwWdb  >i$egiiti  isKkQ  Ms  fiírewatswnd^ ,  asi  ^e 

-eonfoniui /.>cO0i  .i)fi«fltr%^jfieatimieato* »:  coa 

.'noestra  aiegtie  9  6  trisf e^z»  ,4xxio  quantp  nos 

dea  ^  y  aun  ^  qo$  bstá;  daodo  aviso  df  dónde 

-fisio$9  en  qiié^  cjrcnnstfipcii^  >  y  tien^pQ.^  Asi 

-laíxiliKu  tetríípmbisei^  flije  iñpspetta  y  dpti  wspe- 

fttrii  éi.sieBfjsé^,  qu«d 

rdo  úorr  (Jue  se  luí  de  Uegv*  é'él ,  y  no  sp 

expolie  i  acercarle  lleno  de  alberozo ,  y  ide» 

.g]]ia^qüand9^:(ttím?rettí^y;<lp  tristcHsa/j 

..pctaai^  má  ikitro^kiaftLJb  t^»V^ca<;i,  l^l  *-ch^ 

-tejinifei  d^ayi!e.::«íi;  Un  HpK   c&rrto   dp 

•luto  9  y  que  anuncia  Uaiita  Distingue  solameo* 

te  por  las  ropas ,  y  adorno,  ^  se  trata  ele  algo- 

•  na  pompa:  fáttebre » 6  de  f\psf%_  naqaiiemp  % 

flíe  y  d  sijse  ^déa,la  pekl»9QiaQdel<^ 

í^de^  Criador.  r   ^ 

Esta  política ,  y  buena  crianza ,  que  apro- 
pria  los  colores  á  los  dias^ ,  á  las  edades  ,  á 
los  ^lugares ,  y  situacíiociés  ^  di  bigár  á  la  sub- 
^ystenQJ^^e'uúalafiúMad^^*^  >  y  ^ 

cónsnmd  de  titi  sin  numero  ide  materia- 
les ,  qde  serian  de  otro  modo  incómodos,  y 
Bocivois.<Los .iTjntareros.Ios  buscan  ,  y  apror 

Vechán^^  sáicáñcTo  dé'  materias  ^^^bifldas,  y  aup 


^  s^ 


Los  Tlfítes.  213 

veoenosaS)  ventajas  muy  conocidas  tíi  tina  blaa* 
cura,  .que  deslunnbra,  en  utt  eiacarnado^i  que  ale- 
gra los  Palacios,  y  brilla  en  los  Teniplos^  los  her- 
mosea 5  y  hace  mas  vistosos ,  y  agradables. 

£n  esto  nada  debemos  á  los  Sabios  de  Athe- 
1^,'de  Rpma^  ^  París  >ni  Iíx)ndre$^  tan  ooipar 
.dos  en  09^ jpoea ,  y  disputa^ :  de  tpdp  les  somos 
^deudores  á  los  que  tienen  ecr.su  corazón  las 
necesidades  de  la  sociedad  humana.  Uno  de  los 
.  IMa^scros  graqdes  en. €^${6  genero»  ies  el  célebre 
Caberlo;  A. su  adividad.,  y  á  sp  penetración  so-  ^ 
í  IDOS  deudores  de  aquella^  .ordenanzas  tan  sabias, 
.  que  aseguran  á  los  Grandes ,  adornos  de  uñ  ex- 
quisito color,  y  á  los  pequeños, 6  al  Pueblo, 
que  1q6i  ,pompone ,  telas  de  un  color  $in  afeéia- 
.  oof)  x7  durable*  Pre^^ino  Ic^  ^roresde  los  Maes- 
'  tros ,  que*  gcd^iernan  los  tintes  en  Fraqcia ;  y  no 
emhidáó  la  publicación   de  conocimientos  tan 
iitiles  á  tpd^s  las  demás  Naciones,  reservando  la 
r  QOficia.  Stt$  anreglamentos  reunieron  tuces,  qve 
.  eQ  mnguna  parte  $e  vieron  juntas,  y  se  descubren 
^  en  ellos  las  prédicas  mas  ptiles  con  la  mayor  cla- 
•  ridad.  De  nada  hace  mysterio,  y  temiendo,  que 
Jio^  Oficiales  ]e  hiciesen,  y.  se  portasen  villana ,  y 
^  in$zquinaB)^qte,  él  por  sí  mismo  dio  principio, 
'haciendo imprimir  unas  Ordenanzas  sjibias,  y 
.  la$  publicó  en  todo  el  Mundo. 

'  No  se  contentó  con  establecer  el  orden  en 
una. profesión^  en  que  reynaba  cierta,  libertad 
l^jrniícíosa ,.  señalándole  los  ^gainos  f  justados, 

y 


»i4     Espe6lactíh  de  la  Naturdkta. 
y  prescríbien(fo  operaciones  proprías  á  cada  uno 
tle  tres  gremios  de  Tintoreros  :  de  éstos»  unos 
tiñen  telas  fioas ,  y  se  UamaQ   Tintoreros  del 
gran  tinte :  los  segundos   se  encargan  de  las 
telas  de  precio  mas  bajo ,  y  se  llaman  Tintore- 
ros dd  pequeño  tinte; y  tos  terceros  tioeo  se- 
das,  lanas,  é  Mbs.  A  todos  los  instruye  per- 
feélamente,  qufles  son  las  drogas,  que  solamen^ 
te  preparan,  y  quáles  las  que  tiñai  en  realidad* 
Les  señaló  limpiamente ,  y  con  la  mayor  dari- 
dad  de  las  cosas,  que  «ran  necesarias  i  todos, y 
.de  las  que  les  eaán  proluUdas;  de  las  que  wn 
particulares  á  cada  caldera,  ó  solamente  las  prao- 
ticables  en  tal ,  y  tal  combinación ,  y  oportum- 
dad  de  colores.  Despuesde  la  explicación  de  tos 
colores  madres, 6  primitivos  ,  desciende  ft  las 
mezclas,  y  combinaciones  de  los  simfries ,  de 
donde  se  originan  los  compuestos,  y  á  las  adi- 
ciones ,  ó  substracíooes ,  que  varían  los  grados: 
para  asegurarlos  á  todos,  y  mucho  mas  pata 
asegurar  al  público  deMógro  de  un  cobr  esta- 
ble ,  y  que  no  tendrá  una  topa  azul  aquel  que 
la  quiere  negra,  ni  de  color  de  violeta,  el  que 
la  des^ba  encarnada,  prescribe  especificos,  saca» 
*  dos  de  diversas  pruebas,  y  éxperiendas:  estoeh, 
señala  las  drogas,  cori  cuya  infusión  basta  que  te 
dé  el  berbor  de  un  quarco  de  hora  á  la  tela ,  i  ia 
ae^  ,ó  á  la  lana  yá  teñida,  para  saber  con  evi- 
dencia la  bondad  j  Ó  imperfócdon  de  losiogre- 
dietífeesi  según  la  alteración  ,d  perseverancia  de 

el 


4«    S^ 


Los  Tita  es.  ári 

^  color*  A4efi)ás  de  esto,  hizo  aun  mas  miles ,  y 
eficaces  estos  arreglamentos,  y  ottos  que  añade 
p^ratellógnoyy  pfoq)eridadde]:trabajo  de  los 
nwfii^erea»  Qon  dirigir  algunas  orcfenanzas  á 
1«6  Inspedores^y:  Comiíaríos.^  encargándoles, 
qiie  tiodo  lo  vean ,  y  registren ,  y  que  velen  asi- 
misa)o>e0  la  observancia  de  las  ordenanzas  im- 
piiesüa^  á  lOiS  Oficiales* 

Después  debabet  dicho  por  menor  el  modo 
de  formar  la  pastü  {*'^i}  de  los  colores ,  y  de  em- 
plear el  azul  de  pastel ,  (^b)  el  encamado  de  la 
nsbia  9  (^c)  d  amlcíllo  de  la  gualda ,  y  después 
de  haber  escrito  fielmente  las  hojas,  fííutas ,  cor- 
tezas, raíces,  agallas^  ó  hacas,  tierras,  sales,  me- 
tales ,  y  otraa  muchas  materias^  de  las  quales  se 
baUan  m  uchas  de  buena  qualídad  eú  Francia ,  y 
qtíepueden ayudar  j i> addantar  las  precedentes, 
manifiesta  M.  Colberto  el  fondo  de  só  corazón, 
y -amor  tierro ,  no  solo  con  su  Patria,  sino  con 
todos  los  hombres,  combidando  á  sos.  com{)a- 
triotas,  y  i  los  curiosos  de  qualquier  País  á  ex« 
petrimeirtár  én  el  cuUivo  de  editas,  pbaitas,  las 
tierras  hifecxindas,  ó  poco  frn¿luosa8,y  enseñáis 
doks  quanto.hay  escrito ,  y  se  sabe  basta  él  dia 

de 

X^fA)  ?anii  llaipan al ^*c.,  6ma$a  prinftM » r  9«<  ^fchan «li  h» 
estotras  9  p^Va  que  ^fva  de  dicfcnto'al  tíncc  »  h  cdlof  qae  dan. 

'(**c)  M  encarnado  de  la  escarlata  de  Cochinilla  se  perfccdond 
meagiriHC  cu  los  Qobelitiosea  el' tiempo  del  tniinUtc río  de  Mr* 
Colhcrto  por  Mr  Gluk  >  otiginario  de  Holanda  >  y  se  mantiene  en 
sa  mayor  repatacÍGn  con  las  demás  operaciones  de  la  maaifaAnra 
Real  de  paños  finos  >  por  la  TÍgilancia  de  Mr>  JaUieae  >  sa  So- 
WiaOt 


ii6       EspeElacuh  de  la  NaturakM. 
de  oy  mas  acertado  en  esta  materia ,  para  c|iie 
los  plantíos  se  logren.  En  una  palabra ,  las  ios- 
trucciones  generales ,  y  ordeoapzas,  del  año  de 
1669,  ^  >^í^  como  el  tratado  mas  provecho* 
sp  de  quantos  á  cerca  de  los  tintes  tenemos  ^  y 
son  juntamente  con  la  ordenanza  del  mismo 
año  9  para  el  reglamento  de  las  aguas,  y  bosques» 
la  pieza  mas  hermosa  que  se  ha  escrito  de  !«. 
historia  natural  en  el  siglo  1 7.  Otra  obUgabion 
le  debemos  también  á  este  hoipbre  grande,  y  e%' 
haber  enseñado  el  método  verdadero  de  perfec- 
cionar la  Philosophía.  Pero  dividido,  como  lo 
estaba ,  en  los.  diversos  cuidados  de  ua  ministe- 
rio tan  arduo ,  cómo  pudo  unir  noticias  tan  ex- 
tensas ,  precauciones  tan  ajustadas  ,  y  cao  telas 
tan  precisas  ?  No  fue  por  cierto  dirigieodoiasi 
los  Philosophos  systematioos ,  sino  consultando 
á.los  experimentales,  questiooando  con  Oficía- 
les juiciosos,  cotejando  sus  respuestas ,  para  sa- 
car como  consequencia  una  práética  nada  sos- 
pechosa, en  que  hallamos  los  demás  la.  verda- 
dera Philosóphía ;  esto  es  ,  los  principios  de 
nuestra  conduAa ,  y  los  nitores  socorros  de 
la  sociedad.  Bien  poiemos,  pues ,  mirar  d  año 
de  1669  como  una  Época  memorable  en  h 
historia  de  las  verdaderas  ciencias ,  y  como  uno 
de  los  que  adquirieron,  mas  leg^imamente  á 
Luis  XIV%  el  merecido  renombre  de  Grande» 


LOS 


I      -  -^•-  - 


^  s^ 


al7 


ros    TÉRMINOS     MAS 
ordinarios  en  las  manifadtufas 

de  lanas. 

»  ■  * 

LA  \v\%:tt  lúvíi^  épar.fétittí^n  agua  rebalsada^ 
ó  en  cestas,  jr  agua  corriente  ^ó-en  tinos ,  í^ 
€lübúto9enelrio»' 

Eotínar  U  laoa ,  es  dejarla  en  el  aguOr  del  tim- 
para  que  suekela  grasa^y  sal.  Deaqui  viene  y  que^ 
hs  meSlos  buscan,  las  Urnas  desmugradas  ^  y  ^  Ue^' 
gan  d  .hí  que.  emwrvaa  el  bumar  ,  y  mugre  na^ 
tur  al. 

Lana  grasienta ,  b  sin  layar ,  es  la  que  conserva 
esta  natural  crasitud^  y  se  puede  guardar  mas  tiem^i 
pC^pOr.tue.ias  mariposas  deiapoUtla  bt^^de  eUa. 
. . *. I^  fdlA <fr  ¿M  ^suis  monMn  ,  sacado  de  el» 
agua^y  puesto  al  ayté  ^  etqt^jar. 

Lofíorla  lamí  en  viTp-^es  lomarla  sobre-  el  anU 
mal^ .  qut  la  dá^  antes  de  esquilarle. 

,    Las  ú^z»sandtuna  sola  piestadebimra^  for^ 
modada  dos  hijas  jyun)reswte^  el  guales- un  /^«' 
circulo^  /(^f)  da  ,émde  saleu  dos ;  bofas  i  estas -se 
aproximan^ y  cortan  la  lana  debuto  de  los  dedos  del^ 
Esquilador  ^  y  después  se  separan  por  la  elasticidad 
dail  sfmdreida»  ^  .  \    .  r^.  .x- . 

....  \Jm  k^üoQ^ideJana  ^  lUma  d  U: ^qtfit-  -se  quiia 
can  las  tijeras  de  toda^el  cuerpo. damoammal.^ 

TomiXll. '  .  -      -   ...        Be    :  Be- 

C**)  toe  Oficíales  U  lUmta  «/teí/Zt »  y  otros  liémgu^té  i  tna» 
djeras  tirves  para  cortar  lat  peguatM  » €«tt  es  %  U  p<;|  ^nc  Úf|Ci| 
las  Un»  por  rison  de  la  batm* 


a  1 8      Espe&acuh  de  la  Naturálexa. 

Bellon  apilado  se  llama  á  este  mismo  Mto», 
empaquetado  yá.  Fuera  del  comercio  se  llama  algu- 
ñas  veces  bellon  fil  pellejo  de  una.  Ob^a  con  su  Jí- 

Copos,  í>  e^ballaf  ^  sfn)  agüellas  Iqfug  rm 
finas  ^  que  las  restantes^  y  .que  sobresalen^  i  se  pro- 
longan como  á  manogitas  en  tfah'as  partes :  estos  co- 
pos  se  cortan  antes  de  esquilar  la  Obeja.  (**)  En 
Berry  le  idán  el  tdtiwiaj^fomhre  d  U  Urna  ^  que  i^ 
lava :  en  ívivp. .    ..-*.;...  •i^^.  v. 

Lanas  fíeltradas ,  6  fieltro  ^  son  Üu  queetíh 

tan  dtirüSyy  mezcladas^  que  eUat  por  si  mismas  fir- 

man  yá  el  fieltro.  También  se  llaman  ladeadas  ^por^ 

quft,  ^anfn^^  principalmente  quundú.  enfermo  ^ks 

eHStfcií^^y  fieJtra  á  fa&¿a  ik.estJr-  eci^       un 
lado. 

Roñosas  9  son  las  qué  sé  bailan  senArédát  de 
iostras. 

.  Laoaa.pelidas ,  llaman  d  aq^ieilas  ^lanat  M6^\ 
das^  q«e  pTfiduce^y  arrofu  de  nnkva  H  é^mO^  aih 
tes  que  se  esquile  la  Ima  vi^a^ .;  .  t      / 

.  C^rvi¿tií%j  Uaman  daqueüos  feht  Hdnm^ftm 
tiesos  ,  que  parecen  d  la  teda  ^  ó  al  peUh  del  Tí^oa. 

>  Todat astas lanai.^son  desecho ^^«iv cotí  todoet^ 
m  se/puade  decir^  que  \se  deban:  a^iyar  como  in- 
útiles^ Mmpleansé  en  obras  muy  gri>seNst\  ^omo  sm 
las  mantas  ^6  cMériss  cománes.     '> 

. .  Dar  U8  corte  aJaJana,  e/  igualarla  con  lasti^ 
jeras  ^  y  cortar  las  extremidades  menos  finas  de  los 
beUomrjtntes^ei  £iÍMr.tÍB\\  bma^^'  ¡E^stoá    ¿kfrémid»' 
des  se  llamam\£sá¿É^ ^h  kddasv   a  J- 
-    .Desmechar , esquitar  las  caidas , ó  Mdas* 

*^  Ma- 


f I  •  "  '• 


I»»)  EaBsp«ñiiAO  se  ••c«  ctt«« 


Zojr.  tenmnosmas  orMnarios  y  &c.      1x9 

Madre'-lana  \  es  ia  que  se  esquila   estando  vivo 
el  aninusL  ^  *) 

Añino,  es  la  lana^  que  se  quita  á  los  Corderos. 

JPiel,  llaman  á  la  lana ,  que  los  Curtidores  de  to^ 
'  Ja  especie  de  pieles  quitan  á  los  Carneros  yá  muer^^ 
tos.  =  . 

'   .  .  Lana  .pela4ica ,  es  la  que  sequira  d  los  Carnea 
ros  muertas  de  enfermedad.  Esta  lana-  está  prohibida. 

En  la  elección  que  se  hace  de  las  lanas  de  Se^ 
^¿fovia^  se  dividen  tanas  de  primera  suerte ,  de  se- 
gunda suerte,  y  de  tercera, j^  el  mismo  orden  se 
^sigiteenltodas  isr lanas ^  queso  lleban  de  España  d 
Francia.  Fuera  de  estas  no  se  co^ioce ,  sino  la  lana 
alta ,  que.  es  la  mas  larga  entre  todas ,  lo  qual  es 
causa  de  que  ordinariamente  se  la  guarde  para  el 
'feimf^y  la  tana  baja  ,  que,  es  la  mas  común ,   se 
gmtrda  parét.ta  cardiL  Na  obstante  ^  quando  sé  dei^ 
iina  pantieLpaUo^  solo  se  pata  por  la  carda  ,  para 
-fue  se  foMque  ,  y  salga  myoTf 

Las  lanas  finas  sin  lavar  ^  son  lanas  de  venta; 
pero-  ka^esfán .  todama-en  •  estada  4e  ser  tnAojadas. 
Vara  que  esto  se  qectde  hay  ocasiones  en  que  seco^ 
mi enza  lavándolas  ^  y  peinándolas.  Otras -^^ces  se 
empieza  desmugrtáidolas  en  la  caldera  ,  d  'tina  para 
lavarlas  después  antes  de  entregarlas  al  peine.  Tam- 
Uen  se  suele  dar  principio ,  tiHe$ulolas  ,  para  llevar^ 
las  despides  al  rio^y  laego4  casa  del  PeinadOTé 

^  Caldera  (^)de  desengr^ar  ,  es  uaa  ealSer^ 
qae  está  atravesada  de  la  «anal  j  que  es  un  palo  én 
•que  transportan  las  lanas  ^  que  se  sacan  del  agua^ 
acompañada  de,  el  remowdor  r^puees  otro  palo  con 

Eei  que 

•  * 

(*«)Bm  España  U  Uaaatt  TAmi  >  6  Cvfrrv. 


aio      Espf&acuh  de  Ja  Nafunilesia» 

fue  las  rebuelven  ^  de  baquetas  (^"^ypata  golpearlas^ 
de  garfios  para  sacarlas  de  la  caldera  misma  i  y  de 
.^nzstáspara  recibirlas^  y  llebarlas  al  rio  en  que.  acéh 
-  hen  de  dar  todo  el  mugre  ^  y  crdsitud  que  tienen. 

Las  lanas  comunes ,  que  se  lavaron  en  vino  ,  ^ 
ben  antes  que  se  trabajen ,  ser  registradas  ,  escogí* 
» das  y  desmecbádas'^-.a:  desbaldadas!,  6'  igudadas  ^  y 
Ubres  de  todo  lo  que  es  digno  de  arrojorsem 

En  algunas  manifañuras-  se  trabé^an  las  lanas  aa* 
tes  de  telíirlas ;  en  jotras^  se  tiSen  en  crado\,  esta  esj 
4intes de  trab4^ltts^'i  .\ 

Para  teBir  las  lanas  son  néctsmriat  *  las  msmos 
instrumentos  ^  ^pte  para  desnucarlas. 

El  pie  9  6  pasta  de  la  caldera,  son  las  dmgat 
\preparativas^yép4edáncolor, 
< »  ,  Cargar  4a;  caldera ,  ¿  ¡o  jjue  es  ¡o  ttísmo  \  anntf 
4a tifia  yes-yec^ar  en.eüa  los'Jngredientesmeesarior. 
:.  ,.^Dájt«//tó?rver  asp^r^ia  Jmr  ^  moviéndola 
con  los  removedores ,  o  bastones  ^para  que  tome  iguat- 
4neHte  el  color  por  todas  partes. 

Ayudar  el  herbor,  es  aumeótat  el  fuego^  ^.^  ochar 

.^    Qneit\x^Un»i.¿ as  sacarlas  al  íg^e. 

•  Si  la  lana  solamente  recibió  el  fie  ^  ó  pasta ,  y 
si  salóse  le  dio  él  primer  fondo  ^  esto  es  ^  si  se  ecba^ 
^'on  únicamente  agaUas^  ó, cáparrosayit  otras  drogas^ 
y  i  sefffíK^Spi>n<ltívas^  i  xque  din  \ceíor  '^  (**>  entot^- 
eies^,,.neoeMrioi  bplvetla  desde  ti  a^e^  que  la  orea^ 
d  la  caldera  para  xeplomth  con  segundo  baño  ,  que 
la  dé  lustre^  ó  para  que  se  apague  el  color  con  al^ 
guna  mezcla  nueva  y  que  le  comunique  mn  o/o  ^  ó 

vis^ 

(íhi)  Son  oaof  palos  de  Acebo. 
^.  (*«>  ^l^I>riiiy»r  pie  «omiiii  foii.l««  ««lltff  » y  IkBina'^  Utf^fMe: 
^aattdo  añaden  caparrosa'»  Uamiui«CKi»>nt«    . 


v^  compó$ick>Éi  ¿¡gre  ioijd^^  j!  zfSífp&más  el  co^ 
¡or^  aunque  con  el  msmo  gusto. 

Baquetear' \sc  láM^^  j0a>ie¡SiJa ^k  m^et  estén- 
^dérhm^  T^atzos^^j^ \ uhríním^^y  sefiraria ^ grandes 
-gídpeí  de  h(kp»$^  ^/«dM-^nrJ  desfutsM^zfeine  ^.^»i>- 
yde^é  hiU^    .  .  ^,     -  j     '    .    -  ^  -.  i 

Vuru  peinar  Jas  lanas  se  en^tlea  án  ibrnelo,  fue 
sirve  para  calentar  los  peines. 

-  ■',>.  ,^Uti  tahbn^  }f\tf^i!^^i^iiesestyy^\mLganeh0  para 
v^^earlús  peinfSAw  \  4>«^^^S-'\  w^^  i.  i-^»  .r.^.-v*. 

Dos  peines ,  que  son  unas  especies  de  tablas^»- 
,tí\fU0dradaejeoúfuas\ik\  Uerro^  unat.\mas^  largas 
.que  fitrat  :y  cada  peine  tieae.su  manga. .    . 
\  *    \Un  martülo para. poner , jr  quitar  ¡aspuas^\ . ... 

Un  cañuto  de  cobre  para  ^ént^euur^  iasi\pual¡ 
\'^qm^e..iueKBsmn    w  \  .í  ,  /.  /i  i/  ..  'i  ^z\ 

Una  íhnsLpara  aguzar  la  que  se  despunte.    . 
r  j  /  Va  tornólo  desmugrador  con.  su  riteda  para 
^'toréenla  lana  batSada.en  agua  de^yAon^antes^  ^'f^ 
vn/Btla .ene! peine.- ^  ^    v.'v.-    ^   \?-\  \  -^-v    AV, -". 

\Jn9Lpaskt\Í9ienquese díMhtjAfm  -  *. 

-  '    Vtitax  s^B^asi y  fs  peinar,  la  lana  Jabonada  ^  6 
ecbada  en  ^gua  de  Jabón..  (^) 

.  Feidar^oleOy  es  peinar  la  lana-  rociada  con 
jiceite  pardMaria después.'  '    .     '^  ^  *        .  >. 

Un  peso,  es  una  cmtidadde  lana  ^  ^se  entf^r 
'gOt  pbr  peeo.iolXJlfieiaí^f*).^         »  ' 

Uo  sacudido  9  esiuna  porción  de  lana  sacudida 
€irt  el  zarzo. 

Cargar  el  peine ^  es  ingerir  enéi  fa  kma  eoUff^ 
^iepiénter.  \.-.  --  '..'o..    .J. 


C*^)  Esto  no  te  ust  en  fiucstrts  FábricM*  >    -: ' 

(**>'£a  Sspm  lo  iacr^«m  por  übm^rj  f^v  ^ccaiolo  umt» 

libru* 


i  ^ 


-'4  •; 


Bejiqií^prto  9  ws^^fátím  Wcf^p  y  después  *  4e>  te» 

-  j^rr  4rMdoí9t  ppim^  (^  MolUes^A  é  la  simestra  '^  7 
al  contrario,  .  '      ,  v 

-  '  £l.copa^¿  /^¡p^  /^OjSív^x r boro ^  escaque» 
'Jbk\eamidad^¿k:iaifapf^0a<m^a^  ^la^^fual  se 
-haUif  st^eñtemi9i(e  deHOgr^éi^^  ^j^  tt^^da^á  lú.  Imr^ 
go  después  de  varias  giradas,  ó  idas  ^y  venidas  de.ua 
p^ned  otro.  T  üempre  isaydás  -horros^  ^l'<íaado  que 
hay  dos  peines.  .    ;♦-     o. 

\:'  \  Utaa  t^poAuj^  ^tm^^éáñns^  4 oeipésjumas^  ^ 
iastan  para  el  trabajo  de  Una  rueea\'i^^abM  ^  m 

ía.  laim.eoft^^ftié  fA^sepu^dem^mteneretfJSa^ 
ni  en  orden ,  no^pem  eso  sé  jtaiga  perdida  \  pues  #e 
destisukspatÁ  la.\sas}da^ .  Bu  ^tlgumu  ^ iMAfi&úras  la 
^bm^ihuoim, .i^^  w\\<{  'y^..'^  . ,  ■  j. 

Azufrar  la  lana,  ^j  colorí  a  r^woeadksea  ei 
Axufiasdor^       -.^ -:  ^       ,.       -  í 

r.  Azufrador  ^^es  inuí  €j|^¿(^^)¿fai  ré/^ 
^y^.)  y^'simy.  mrj(db  ^ .  e/  ^stieto  para  .  hlanfoear 
en  ella  la  lana  con  el  humo  del  azx^^.  fuemadoen 
una  alborwa^^A'\bdktmiu  v.  t-v  ^*^'  Cl^:'^'.'}  ♦  » 
\  ^  Quaédá^  seKpeiéaiTKiaS'ii^uas ^ttí»dde\^  ae  dJ prin* 
eipio )  haciendo  la  mé^^y  tegan  el  gusto  ^y  e&wh 
ttmeato  del  Maestro  de  ht  tin$es.  Templanse  los 
diferentes  colores  por  medio  de  una-  idbiu  meuela^ 
^fuei.iaee\sitíiteun:cole^x\ua^90^   ^ 

El  peinador  sigue  tí^'  ói^dhu^eñ Ja  cantío  ^  fv 
toma  de  un  ¿olor ^ y  después  de: útra\  cada  vet  que 
carga  sus  peines  ^y  de  esto  depende  la  .uniformidad 
de d estar' que ise^deseap  .j  '^  \  '.»i 

La  lana  cardada  se  rompe  de  diverso  modo  que 

U 

(Hi)  Bo   otrtt  TrámUé  ^ 

fu^  A<gtÉo»k  Vtímuí  TeiNlcdef»  •  ei  ÜmMdiut  M  «aat  ra- 
t 


V. 


Los  termims  nm  ér£nanos^  9c.     ftii.3 

h  peinoéia'yy  pasa  por  dos  msPrum^tos^  jt¿re  se  Ub'* 
tnan  cardas  ,  6  carduzas ,.  que  son  dos  planchitas 
muy  estrechas  de  aisoé  higo  ^  y  tres^  6  quatro  veces 
mas  anchas  acia  los  iador^t  tienen  *  cu  ^mahg4  \  jr; .  están 
sembradas  de  gisrjios  pequeéoi'irruennffe  cardas  ^p^ 
sonda  de.  tas  snayoresA  tas^  fatínorts  pard  queWark- 
/•ir  nte^or  la  ¡ana  ^y  para  mezclar  coh  mas  acierte 
foe^^polores.  . 

La  hilaza  es  de  dos  maneras.  •' 
( ^  « El  Mh  topciá!ojt'di^cn^,;ysaca>d^¡a  ianapei^ 
míAfs^^  toriítihi^^^^vmel  toftío- p^tieiki ^ y  sirve'* 
pmfisenamhe''fim^ó'para:e$tMiinre^  'comun\'6^  tam-^ 
iien-pítra  Uisrdimbre^qusíéada  iter  el  empo  de  las 
telas  oriSnarias :  tanMen'^e  le  Jiama  ^  ur^imhrfe  d  los 
Wos  Ufifgorfqúesifn>e9^dapfinm^^/ehdé  '^^^aiUpo  i 
ífita''pie7í4depdS9^^*  ^'         •  "^^^    ' -^'^    "  •'^'"  /^  c  ^ 

ElMo  suave  j«  saca  en  ^htorfio  grande^  de  ta^ 
nC  cardada ^ y  sellama  trama ^  ¿  grúetOé  .Li  friiM^ > 
atramesa  ^^urdiMre  \y  sedlatM  ^ueso  ^^si^se ^ie^: 
f^^i^eknfOiím'^faas^^^^  vsta<'^mas\49^\ 

IMaqi^^iSiÜ^    *<^^  vtA.Aii/ \  bi  f  •a;^ji«..  \\\  x\\i\ 

'     SI títo. dit  Ui»NBmi¥e'iif  í^  pétih M/W^^^^ 
mmmense^  hilo  '«ootrark)  5  i  t\írrido  á  cuerdi» '  ^íer«» 
Uty porque  skkd&de  ima  i^ardAÁí^cnoldtráinéi  *\  W< 
saca  tambi^n'4n^'tmió^'grMSe'^Í'<\ftr^ 
cmif^  ^  árustíir^'U'^cMf^i^  Wef^te/m^  t^^^kM^'srae 
dfifWíli^  ^Mgó^^-Ía^HiM\'J^^'it^^Ífílú''^^^^ 
ce  mas^y  es  mas  fuerte ^ y  la  otra^  et^'Mftenér  w^ 
sí  und^spéitú-  d^ispíra  ^^  oiuelfa  diferente  de  Id^ue 
fielseUa  trama .  para  aue  lo  uno^y  lo  otro  se  enfitr^ 

»»■  mimor:  ^'^■^s,^:.  ■':. : .  -  'r...  v:::.;..;;. :.. 

-    Ims  <9itefi$s  pueéen  sa^  de  tres  maneras  ^iescam-*  > 
brc ,  saygufta ,  6  paño. 

£l«suaal»ejd-tcla<k4M estambres,  es  de' 

un 


tm.büo  de  esiamhe  sobre  otro*  Esto  es  ^  la  unSmbre 

de  hilo  torcido^ y  la  trama  también ^de  moda ,  qm 
anto  la  trama ,  comaiataráSffére^  pasan  por  el  peine. 
X«aisargueta^v¿A'«fA^&i^Yettitiryi^«iM  se* 

breia  ttrdimbreide .  estambre ,  (^  lana  peinada» . 
-     El  pafio.e^  de\dotMiú  suaves  ^esto^ es  ,  ftte  la 
urdimbre^ y  la  trai^  son  de  hilo  ma^' poco  torcido^ 
y  de  lana  cardada^para  que  salga  una  tela  snas  ador* 
nada  ^y  belluda.      ,>  .  ; ,   -  73. 

V:  Éstas  (ttí  espedfs.fiatdafientaksje  subdhnSen  en 

infimiad  4e  otrasff  sefgun  las. modos  dííseríesde  eompo^ 

nerias^y  las  caHdaáescan^^  se  tompcnen^y  mezclan^ 

Tejerle/  tn/k^ar  eneiteUtr ,  jugando  iodos  sus 

piusas; y  esta  se ^ltama  jaoar wmaela^  . 

.  ^'-Bara^el 4íJ(4Íif9bne^ysorgu^ 
pues  teniendo  estas    telas  poca  anchaba- .,  permiten^ 
quÁ  ttn  mismo  trabt^adar  ^arfíffe  por^  entre  ios  hilos 
de  la  urdimbre  la  4anMdera.  con  la  mano  derecha ,  y 
que  la  reciba  can  la  izqtderda(^para.holveria  d  arre^ 
jar^^  eositfarioi^.ptr.Oí.tl  patía^y\  e^b^eriás.^  4¥é  son. 
telas  muy  anchas  j  se  trabajan  por    doe^  'T^doeesi. 
de^s  q«Al^  <i;tm  ^r^M^^ísmaderé  ^  yJá  rbcíhe 
el  istró^ara  kolvltrhíd  quieta  ée  la  enf¡bi6\  que  se  la 
restituye  luego; y ^sl^ prosiguísn^  coñJénto  concfer^ 
toyy.ptontitml^sfmp  jfi  tr^j^é^\Ussa  4ph* . 

.,.  BlJelof:  e(n^$a>^<mudÍMiíspe»e$^Je.  les  qpáln. 
las^mes^rimipitífis,sef9^le^^^:9k$i^)^yy  k$  fiestas f, 
qjite'himenk   .  . 

\    Las  tresj^inlio^  ^  (**)  esjsaier ,  elpequeSo^  el , 

(**)Bn julios  dicen  los  Oficitlet :  y  ai  anp  lt'luJi|ta  BnklkL  «^ 
ite  pechos  Y  es  el  que  está  junto  strTé)^dd9;otV^\  q&e  &M^lcílí ' 
e(-«rAtQ9lel  tnKffk  »fi<UtTml^y«hl  dj^vmfrfft^r  ir  «I  c^tcv » S^  ^*- 
xá  á  lo  «Irimo  del  telar »  enfrente  del  Tejedor  ;  le  dan  el  nombre 
de  Enjnllo  de  desurrolltr  •  7  en  otras  pwtes  le  llanan  1Ü>deta  :  es- 
tofen aguóos  telaras  ,  ^<|^«Á  9&9*  1^  Ué'^.M  R^^^P  ^  |0<t^»  n 
Otros  Cilindros  >  &<« 


ante 


Los  términos  mis  ár^narhs ,  &c.     225 

wrrolUutar  ^y  el  desarrollados  La  urdimbre  se  afirma 
al  tm  ladá  de  el  íelar  sobre,  ei  et^ullo  pequeña ,  y  se 
•arrolla  al  ^ro  lado,  en  el  arroüadór  ,  fue  ex  un  eilinr 
dro  masgruesom  A  profcreion  ^  que  la  urdimbre  se  vá 
llenumda  de  bilo  de  trama ,  se  vá  cayemh  ^  y  arrollan^ 
do  en  el  tercer  dUndto ,  o  desarrollador  ^  que  está  de^ 
hfa  delie^yde  modo ,  que  se  vá  quitando  otro  tam^ 
to  hilo  de  urdimlbre  del  mrrollaiior  y  quatüa  tela  se  vá 
introduciendo *en  el  dítsarroUador. 

Caja  ,  (**)  es  unafiexa  grande ,  y  movible^  sus^ 
fenM  en  lo  ako  del  telar ^  y  asida  de  dos  escarpias  ^para 
ir  y  y  venir  libremente  9  según  la  mueva  el  Tegedor^ 
después  de  baker  introducido  una  lucha  ^iun  bikh  de 
trama  i  golpeando  tste  bih  mas  y  6  menos  con  ia  c^a^ 
bastilla ,  ¿  peine. 

La  haróila ,  6  peine  (^*)  es  un  conjunto  ^  ¿  comr 
puesto  de  dos  tariUas  ,  (^^)^  de  una  fila  larga  de  ea^ 
fías  y  á  aihambres^  (*.^)  Este  compuesto  está  colocado  en 
la  parte,  inferiora  la  e^fa.  Todos  los  bilos  de  la  urr» 
ambre  pasan  al  trabes  de  otros  tantos  intersticios  ^  i 
huecos  y  que  dejan  las  mKos  ,  i  dientes  del  peine ;  de 
suerte ,  que  la  aga  puedo  desUnarse  ^.  y  correr  para 
golpear  h  tramo ,  sifi  ronfier  la  unSnére  ^  ni  dgar 
mal  unidOy  ni  en  bueeo  el  menor  bilom 

Los  lisioQie»  (^>  están,  detrás  del  peine.  Cada  /r> 

um  está  compuesto  de  dos  carcfles ,  tan  largas  ^  como 

Tom.  XU.  Ff  tie- 

(iHi)  A  ettt  Ca)a  llaman  Canal  en  algonos  celares- 
'(«*)  AiPeiae  U'<lán  ca  algpinos  telares  el  mismo  nombre  que  aqu^; 
pero  en  otros  te  líaman'tizo.  LaHastiIla  tiene  svs  dientes>  que  en-' 
lífan  en  la  canal  f  k  qne  cmnbieft  llaman  Bi^ttd»)  4c  modoi  qne  ct« 
tá  como  embutida  en  ella»  y  sirve  para  darle  fuerza  »  y  peso  parn 
que  se  apriete  la  tela»  b  se  junten  me|or  tramat  7  urdimbre.  £1  Pft« 
ne  se  anrma  en  nnos  toqncccs»  k  que  Ikmmi  C4imp4m4TÍ9: 

(*«)  A  estas  Varillas  Uaasan  firckdiés» 

(**)  A  estas  Cañas »  •  Alkambre  s  Uamai  C^rtiiu» 

(**)  O  Uminas. 


2  36       Espe&acuhde  la  Natúrakxa. 

tiene  de  mcba  la  tela  y  y  los  cordeles  pefueihs ,  que 
hay  desde  una  corcel  d  afra  ^  se  llaman  lisos»  En  me» 
nd£b  de  cada  liza  hy  una  sortija ,  \**)  ^'anitio  ^ydde 
kilo^  6yá  de  madera  del  ayre  para  recibir  hs  ti/os  de 
la  urdimbre^  LosbiUs  de  laurdinAre^  que  pasan  por 
ios  arallos  de  un  listan ,  van  4  pasar  por  entre  íes  U* 
z&Sjó  1nhs  dé  étfo  Uston^  y  Jes  fuepa^an  pCr  hs  mi^ 
Uos  del  segundo  iis4(m  ^  /ueg^jn  IHfrhnhtfe  entre  das 
hilos  del  primero :  de  modo ,  fue  puedan  befar  hs  del 
segundo  \  miemras  suben  los  del  primero  lyasi^  estan^ 
do  estos  listones  asidos  por  sus' dos  extremidades  duna 
cuerda  común  ^  que  corre  en  la^  porte  nferior  -por  en^ 
Cima  de  'únagarrueéa\  y  por"  la  in^ior  seune  eonotra 
(úerda ,  fUe  mantiene'  una  barra'^  pendida  .debido  dd 
pie  del  Tegedor^  si  hace  este  bajar  con  el  pie  izquierdo 
el  listondelantero ,  debe  precisamente  subir  el  otro.  Por 
consOfuencia  de  esta  disposición  ^  y  movimiento  bofa  /a 
mitad  de  ios  hilos  de  la  urdimbre  ^y'Mbe  ta  otra  Jm-^ 
táá  '^y  Con  ótromovimienio  sucede  lo  contrario*  S  htn^ 
hiere  mas  listones  para  variar  ^y  asm  para  fi^amr  la 
tela-^  se  suben  ^  y -bajan  también  diversos  ordenes  de 
hilos  ,  que  forman  sus  aberturas  para,  recibir  la  laama^ 
dera-^  que  con  una 4sáiá  introduce  una  'lucha  en  eHas^ 
Mientras  se  muda  dé  pie  ^-  y  recibe  la  urdimhre  una 
nueva  ítAha  de  trama  ,  la  apriétala  ceja  mas  ,  i  me- 
nos ,  conforme  pida  lo  calidad  de  la  tela.  Quando  el 
aumento  de  ésta  impida  el  juego  de  la  caja  ^  se  desar^ 
rolla  de  un  enjullo  el  hilo  de  urdimbre ^y  se  váarro^ 
liando  en  otro  la  teta ,  que  se  aumenta.  En  quanto  al 
modo  de  conducir  loe  i  hilos  de  la  urdimbre  por 
los  anillos  .del  pulidero  y  ó  pasa  hilo  ,  á  la  ur^ 
didera  ;   de    manejar    desde   entonces   los  mñue* 

tos. 

(**>  A. cicas  sortijas  llamaa  SislUrnti* 


Los  términos  mas  ordinarios  y  &c.      117 

hs  )  (**)  ó  separacianes  los  hilos  ^  que  hay  en  toda  la 
montadura  ;  .(^^)  de  umt  muchas  urdimbres  en  una 
mMddura  l  dO' formar  um  urdinAre  total  i  de  cw- 
tarla  coa  cierta  cola  9  que  c&spm^a  los  hilos  a  cotrrer 
ton  lÉas  jaeilidad  ;  de  montarla  en  el  telar ,  afirmafh- 
dala  d  una  maesea  y  que  tiene  el  of^ulh  pequeSo  ;  de 
hacer  pasmjson'baeu  orden  los  hilos  por.  los^dténtég 
del  ^ino  j.  dividiendo  ^spues  estos  ^  mism(}f  hilos  ,  y 
haciendo  pofár  hr  unos  por  los  anillos  de  un  Kscon  eñ 
los  intervalos  de  ios  lizos  del  siguiente^ y  los  otros  en 
hr  lizos  del  primer  listón  5  y  por  los .  a$ttHos  de  el  se* 
gundo  ^  de  asegurar^  ymanseae^.losramjssinconftt*' 
simkpormedbr  de  U9as\varillas^<  que^st  introducen  etk, 
^los  ^  y, en  fia  t^.  de  fiscilitar  el  que  se  dehane^  y  elfue^ 
godo  la  urdimbre ,  y  trama  con  todas  las  precaución 
hes )  que  se  tornan.^  y  con.los  instrumentos  que  se  usan\ 
iodos  .MOn>  úpetadones  fáciles  de\jentender  con  solo  ver» 
las  ^  pei(p.efK9umero.is  tan^grandé^  que  si  los  Oficia^ 
les  noje^^énoaegÁrenxadama  de  su  operación ,  ^'em* 
pre  iámsmOj  jamís  linaria  la  lana  4  abrigamos  ^y 
vestirnos  ^y  sm  precio  excedería  d  los  catutales  comw* 
nes^  Pero  no  eiiwsoo^  que  ignoremos.^  después  deljue^ 
go  de.  ios  Ustones  ^  lo  que  muestra  Ja  m^or .  industrío: 
envíos  teiaresk\  „    \ 

Lanzadora  ^  es  Mapadaao  de  madero  fileno  ^  que 
se  finaliza  en  puma  acia  el  uno ,  y  el  otro  lado\  con 
un  hueco  en  medio,,  que  admítala  camUth 

La  csinüh^  es wiacafíapequeSa^  en qstese  hade* ' 
bañado  cierta  cantidad  Je  íif!ammyy  fur^.rueda  sobrio 
Ai^broca*  '  .     .  .   ^      • 

Broca ,  C^'*^  es  umk  varülade, Herró  ^  que  otra* 

Ff  a  tv^ 

(««)  o  lU»o«. 

(**)  o  TeUt  qttc  ttta<|ue  no  este  ttgl4a.a  k.  4áa  «sce  «oasbi^^e. 

(M>  HcabríUa  le  lUatiaaMi  jftlguaef  p«ii$%7  ca  otriu  ^rfcAri^    ■ 


128      EspeStacuh  de  la  Natufideza. 

viesa  la  eamlla  ^y  se  sienta  en  el  encuje  de  la  kuuh 
aera  :  Mi  se  cáhca  la  tmiUa^  se  ¡firma  ^y  hact]w 
gar^  conforme  k permite  tm  pefueSo  muelle^  C^J^ 
á  un  lado  ,  yi  á  iftro  sehre  la  punta  de  la  broca. 

Deslizándose  la  lanzadera  entre  los  Ulos  delaur* 
dirnbre ,  es  preciso  que  el  hiló  de  la  trama  ^  fue  sak 
por  (^  agugero^  fue  está  al  lado  Je  /a  lanzadera^  y 
'fuf  se  detiene  en  el  teñóle  pefueHo ,  se  desarroüe  de 
la  canilla  jd  la  fual  hace  dar  iueltas  d  medida  que 
corre  la  lanzadera.  Desembarazada  y  á  la  canilla ,  dt^ 
Ja  su  lugar  par  a  que  entre  otra  ^  y  hasta  acercar  elce* 
ho  deibilo^  fue  lleba^  al  que,  depa-  la  canilla^  f»f 
frece(Há  ^  y  Ün  dar  nudo  j  solo-  eonmn^ar  la  kuuh 
dera , y  echar  unanueva  lucha ,  se  unen  ios  dos  bihs^ 
ó  luchas  de  la  trama. 

Los  pizuelos  de  la  pieTta  son  aquellas  pulgadas  fri' 
meras  ^  fue  jon  de  una  trama  diferenu  del  reste.  Apd 
se, marca  lapieza  ^  el  nonére  del  FéAripsero^y  ellM- 
gar  de  Ja  Fábrica.  Sobre  estos  mismos  pismelos  se  ^'f^ 
moran  lu^  los  plomos  diversos^  fue  después  áelesvi^ 
sitas^  é  inspecciones  necesarias^  atestiguarán^  qaelaet- 
toja  es  de  buen  material ^y  de  la  anchura^  y  caSdad^ 
qua  piden  los  r^lammaos ,  que  hay  para  cada  erpede. 

El  temple  ^  (**)  es  una  barrita  ,  ¿  Ibsrera ,  Ci0itr 
ptícst/t  de  dos  listones  de  madera^  punteados^  y  detefo* 
dos  el^  uno  amtra  el  otro  por  un  cursor  ,  h  limada  caír^ 
rediza  ^  y  terminados  como  en  pantos  de  a^ler.  El' 
trabiqédor  une  ^  los  dos  cabps  punteadas  d  dos  tenfks 
pequeños  ^ó  d  los  últimos  hilos ,  fue  terminan  la  mr 
chura  de  la  tela  ^  y  juntando  mas^  b  menos  las  catce^ 
les  9  de  modo  ^  que  la  tmat^ue  día  atraída  asa  tt' 


(».*>   Aooi  llaman  r^fM/ln. 

(**>    Yakot  IcUMiMMalgwtoi.'ictarM 


Lqs  términos  mas  ordinarios  ^  &c.     a  1 9 

ia  termino  conducente^  y  una  anchura  siempre  igual. 

Si  no  se  tuliera  la  precaución  de  templar  (**)  ¡a 
tela^  iria  desigual  la  trama ,  eKCogiendose  mas  de  un 
lado  fue  de  otro ,  y  Ufdria  los  hilos  de  la  urdimbre 
unas  veces  mas ,  y  oirás  menos»  Pero  mudando  el 
teñóle  ,  fuando  conviene ,  para  que  esté  siente  pron 
fcimo  d  la  lucha ^  que  se  introduce^  k golpea  en  qua^ 
dto  ¡a  Caja ,  y  con  una  total  igualdad. 

El  Tegedor  continua  en  arrojar  la  lanzadera  ^  en 
templar  ^y  descargar,  ó átMírrollar ^Jiltemando una 
epYracion  con  otra»  Llegando  yá  al  fin  de  supiera  ^  ta* 
ma  cijmo  por  muestra  otra  trama  ^y  finrma  una  Usta  de 
otro  colar  diverso^  paraponeralli  los  nonéres  ^  que  so 
usan,  y  juntamente  los  plomos.  De  estas  extremidades^ 
la  del  principio  de  la  tela  se  llama  msxcsxn^y  cola  la 
del  fin» 

Amortiguar  tma  tela  ,  como  se  usa  en  Anuens^ 
Heims ^y  Mans  ^  es  quebrantarle  los  muellecillos a  la 
tima  9  que  la-  compone ,  penetrandolos  con  el  vapor  de 
agua  caliente  en  una  calder a.  qtiodrada  ,  (*^)  sobre  la 
qual  se  pone  la  tela  en  su  enfullo^  en  compañía  de  otras 
muchas  ^  lo  qual  ¡a  prepara  mejor  ,  y  hace  mas  dócil. 

El  Batán  ^  es  una  especie  de  Molino  de  agua ,  que 
hace  caer  sus  mazos  sobre  las  telas  para  desmLgrarlas, 
¿pitarles  toda  la  ¿rasa  ^y  mugre  que  tienen  ^  y  asi^ 
mismo  para  enfurtirlas,  j^  darlas  una  sólida  consistencia. 
,  Las  pil^s  son  unos  cauces  ,  6  vasos  cóncavos  ,  en 
que  din  huelta  las  telas  contimtadaménte ,  sufriendo  les 
golpes  de  los  mazos. 

LaswckeahoA  (^)  son  las  extremidades  de  unas 
piettas  de  madera ,  que  atraviesan  el  ege  de  la  rueda^ 

;  (*^  Determinar  la  anchara  >  j  drcanferenda. 
4*^*)  Bn  Bs^aña  le  llaaian  CainpaM  á  esta  caMcra* 


ajo       EspeSacf^o  de  la NaturaJexa. 

y  que  al  pasar  yJleian  cúosigo,  ios  cabezas  de  A»iii#- 
zos^  dejándolas  abijes  ^  después  de  b^ber  pasado. ^^^ 
ra  que  eaygmi  sobre  U-  tüé^    \    . 

Terrear  la  teta ,  es  et/gredarla  y  6  jecharU  tim% 
de  Batán. 

Batanar  con  tierra^  es,  dar  el  Basen ,  teniemk 
fJerra^latela^y  dejando  calar  poisma  canal  el  é^gua. 

Desmugrar  el  pafio^  es  baímarle^despfées  de  hs^err 
le  rociado  con  Jabón  negror^  h^  qaal  le  quítalas  mancbás. 
Enfurtir  fuerte  ^  es  batanar  eon  mas  agua ,  peté 
dt(nu^ar  bien  Ja  tela  y  jf  darle  cuerpOi, 

.  J^ulMitn»cp^e$iIJuitm^tl0(guay  y  batanar  bih 
t4  pie  UegueMtteia  daguel  gfwk  de  enfiartide^^mf 
sistáocia  a  quepuede.  Uegmr^^,  y  ftkra  del  fual  se  éesr 

l]uaja^j¡r  arrtának        

Al  holver  las  telas  del  Batán ,  se  ponen  ¿  orWf 
fstoieí ,  d  que  las  oree  el.  oyrf .  . 
.  .  Uebadaslés  telas  a*  las.  {lercbas,  ^  ratnas^  se  if 
ben  plegar ,  poniendoks  tebi^e  una  tabla :  sleipues  eoi' 
gpnAT  todos  los  pliegas  ^  y  rociarlos  por  la  espolia 
eon  agua  en  que  se  b^a  disuelto gomo.de  Arabia* 

.  Lustrar  la  estofa ,  es  pasarla  de  un  enfuUpdotrOf 
manteniéndola  siembre. con  tma  >  anchura  igual  cficim 
de  un  brasero  y  por  medio  de  una  barra  i^ydebierro^ 
sobre  la  qual  vá  desuñándose  la.  pieza  y.  de  modo  9  f^ 
h  penetre  el. calor  y  y  quiebre  todos  los  muflios.  Dees- 
te  modo  se  aligera  iguolmestte  por  todas  partes  ^  pe- 
smdOyytepasatsdosin.cesardetm\eefuUodeifO^^ 

Algunas  telas  bay ,  que  i^  arrolUM^jr  desarfoflia 
ún  fuego  ;pero  no  seles  niega d  aquotíés^  f«r  sequie^ 
re  queden  mas  ligeras,^  y  manepablej^. 

Los  efe&os  del  lustrador  son  lo  i  ^  dqar  la  tela 

sin 

(«*)  A  eiei  barra  Uarnaa  CémM. 


^*^ 


Los  términos  mas  ordinarios ,  ¡&c.     ji  3 1 

j/«  arrugas ,  ni  dobleces i.loi*^  hacer  que  se  introduzr 
ca  igualmente  la  goma  por  el  quebrantamiento  de  mué* 
ües  9  fc^e cmsa  la  humedad^  que  esparce  el  juego  por 
todas  partes^ y  que e^saporandose  luego^  deja  alli  lago^ 
nuti  lo  i.^  dejar  por  toda  la  tela  una  tensión  igual  ^  io 
que  es  de  gran  canse fuencia  en  el  uso  de  toda  especie 
de  estofas. 

Se  pliegzn  cerca  de  un  buen  fuego. 

Se  ojean ,  metiendo  U9  cartón  caliente  entre  plie-^ 
pie^y  pliegue. 

Se  aprietan  (^*'^)  entre  dos  planchas ,  ó  ripias  de 
Boj )  que  mantienen  todos  los  pliegues  en  su  htgar. 
*     Se  aprensan ,  dejamh  ¡as  tetas  diez'^  ó  doce  boras 
ert  ta  prewsv^  y  repitiéndola  tres ,  ó  quatro  vecesm 

Últimamente  se  visitan ,  y  después  de  kuber  sacada 
fuera  ¡as  ¿os  extremidades  muestra  ^y  cola  9  se  ponen 
ios  últimos  pkmos  ,  se  seña¡an  ^  y  notan  todas  ¡as  cir-- 
itúnstancins  de  aneldo ,  medida^  tintes  ^ y  en  fin  ^quan^ 
to  mendan  Us  reglamentos*  .         . 

Luego  buetoen  á  ¡a  prensa^  se  aderezan ,  man^ 
telendo  dé  espumen  eefiacio'  ios  pudúes  con.  unos 
eordeütot  delgados ,  que  pasan  por  ¡os^naelos. 

En^gtmas  Fábricas  ¡m^  otros  msot^  pero  con 
0rta  diferencia  ton  ios  mismos  los  fines  que  pretende». 

El  patio  se  pasa  por  el  tuttrador  ^pero  despues-de 
baierle  batanado^  cardado,  sacado  el  pelo  ,  estirado 
en  las  ramas  ,  tundido ,  y  retundido  ,  aplanchado, 
y  alisado  e¡  pe¡o  acia  una  parte ,  se  en  goma,  jf  ojea, 
mete  en  ¡a  prensa ,  y  mudan  ¡os  cartones  á  diversos 
pliegues j  usando  para  esto  de  cartones  finos ,  basta  que 
fimbnente  se  prensa  otra  vez  en  la  prensa  común  ,  i 

en 

(**)  Coa  dntpUnchs  de  Nogal  poreocioM,    y  ana  platiaa  de 
liicrro  por  debajo  •  s«  hace  éa fispaíu  «$€a operación. 


1 3 1  '    EspeSf aculo  de  JaNaturaleza. 

en  la  calandria  ,  que  le  dan  el  uUimo  lustre. 
LOS  TÉRMINOS  DB  PASAMANERÍA. 

tampa  de     el  L#     ,  ,        ^.         '  ^       j    ,  ^     . 

telar  de  Pata-        M^    del  medto  ^  cofw  de  la  parte  superrn^  ^  fie 
"»"*'^-        todo  forma  la  caja  del  telar.     \ 

2  El  Castillejo  ,  pequeño  asmnblage ,  que  mantiene 
sobre  dos  eges  de  hierro  quarenta  y  ocho  garruchas. 

3  Las  garruchas^  que  sirven  para  suUr  los  Unos 
altos ,  acortando  las  cuerdas^  (^j 

4  Los  tiros  ,  son  unos  cordeles  ,  que  tirados  por  ks 
careólas  ^  hacen  subir  los  listos  peqwths.  Los  tires  qm 
hay  son  14  ,  uno  para  cada  dos  garrucbm. 

5  LaTaxBbáíetu^esunaseriedeharritías^quesostii- 
fien  los  tizos  pequefíos^  de  modo  que  cada  una  estisuspeer 
sa  por  dos  cordones^que  dan  huéliaá  las garrttchasJ!^ 

6  Los  Lizos  pequeños,  (''^'^a)  que  son  cierto  ñutiere 
de  hilos ,  tirados  por  la  parte  ii^erior  por  unpeso^  y 
acia  la  mitad  tienen  unas  sortijas  C^^b)  para  f^^ 
las  cuerdas  transversales  ^  que  J€  llaman  RníSMjCih 

yo  uso  veremos  luego. 

7  LasVíatmas^stassonuttasp¡uncias(**c)depkmf 

opistarra^  que  se  stispende  dehofo  ék  cada  varilla  de  les 
que  terminan  las  lineas  de  tizos  pequeños  que  hof. 
Quando  el  pie  del  Pasamanero  dejaunade  las  carcukSy 
hace  la  Platina,  que  caigan  los  tinos ,  que  habia  abe* 
do  elTiro.  Slot 

(»*)  Bitoa  píea  derechof  fon  lot  qne  en  ocn»  tclirü  Uá»an  Sidt* 
tiltf, 

(**)  De  estas  cuerdas  penden  lot  lizos  pequeiíoa  >  q«e  se  derai 
pttA  labrar  - 

(*♦)  La  Xamboicta,  6  Tamboreta  >  como  dicen  otros»  en  los  tcit» 
res  de  Pasamanería  en  Toledo,  tienen  sns  bolillos  torneadoi ;  y^ 
hacen  veces  de  garrochillasi  y  las  barritas  penden  de  anos  co"^ 
les*  que  se  llaman  MaisilUs*  y  escás  cuelgatt>  y  rueda;,  por  loi  bo- 
lillos ,  para  subir » y  bajar  los  lizos  bajos. 

{**M)  A  los  Lizos  peqaeñ(»s  les  llaman  Lizos  nlcos. 

(4Hfb)  Estas  Sortijas  se  suplen  en  BspnAt  con  la  sedsdeloiliMfc 

(**c)  El  nombre  >  qne  le  oáa  »et  el  de  Pléunkét. 


Los  Mrmhof  mas  ordinarios ,  &c.      333 

8  Los  Remos  (**a). san  unos  ccirdeles  que  atravie^ 
san  los  lizos  pequeñas j  y  ag^o  juego  es  el  principal  attifi- 
cío  de  todo  el  trabajo  de  la  Pasamanería  y  (**h)  asi  có^ 
mo  los  tiros ^  ú  orden  de  cordeles^  que  se  tiran  para  la» 
brar  Jiotes  en  una  tela^  sacan  en  ella  Ja  ejecución  del  ü^ 
sethm  JÍqm  no  se,  necesita  segundo,  trabi^ador  para  tirar 
fps  corniles :  pues  las  careólas  que  mueve  el  Tegedor  con 
sus  pies  y  suplen  por  to^o^y  el  Tegedor  mismo  detiene  de 
antemano  el  cuidado  de  no  estender  al  trabes  de  los  lizos 
pequeños  sino  el  numero  de  remos  ,  6  cuerdas  ,  que  son 
precisas  para  tomar  detemfitutdos  hilos  de  la  urdimbre ^ 
(**c)  jí  dejar  otros.  Estos  remos ,  están  asegurados  en  la 
extremidad,  del  telar  ^y  suben  por  unas  ruedetíllas^  que 
se  llaman  bolillos  posteriores  ,  (''^d)  atraviesan  los 
amllas  C^¿)  de  algunos  lizos  pequeños  ^  y  pasan  por  enh 
tre  otros  lizos  peqtteños  también^  sin  llegar  d  sus  amr 
Uos.  De  aqui  se  encaminan  á^  ios  bolillos  deUuaeros  9  fue 
son  una  multitud  de  ruedecitas^  que  facilitan  e(  wieew^ 
miento-de  los  remos.  Estos  en  fin  ^  se  afirmm  W  la  par^ 
te  anterior  d  otros  cordeles  ^  que  caen  perpendicular^ 
mente  c(mja  aytída  de  m^.  buso  y  d  fue  llaman  .puotot 
¿e  hier^  (**)  (Véase  i  %^),No  se  puedfm  al»ar  lo^  w 
mps  y  ó  cuerdas  transversas  por  ^tno^ú,  otra,  de  los- Un 
^  pequeños  j  6 ,  sin  fue  tiren ,  y  b^gan  subir,  algunos 
deles  lizos  delanteros^  la.  Estos  tienen  tamUen  sus 
anillos  acia  donde  el  Tegedor  tiene  las  manos.  ^  Algunos 
bilos  déla  urdimbre  pas^  per  un  anillo  ^y  otros  por  el 
^ado.  Hay  lizos  determinados^  fue  sirvetr.  para  tornar^ 
.    Tom.  XU.  Qg  9ftam 

t**>)  Á  estos  remos  por  locomua  ao  le  dan  otro  aombre  siao  el 
genérico  de  Cuérdss^ 

(*«b)  TAmbi^^  le  lUmtn  Cimtitiéí. 
'  (^c)  Ba  estic  celar  solo  le  din  A  la  krdittbre  el  nombre  de  TiU  >  |( 
tan  mas  coman  el  de  Bihs 

(**d)  o  É9liths  dt  Tsmk^nté  >  como  les  llaman  algunos  ca  eác§ 
Corte. 

'  (**e)  ▲  los  Anillos  de  }os  lixos  dáa  en  algunos  tcltrci  d  aombrc 
de  Géírrmtbss. 
(«*;  íi^j ,  6  emsfinihm  les  llaman  ca  Franc  > 


&g4      Espe£iaculo de  la  Naturdkxa. 

füofu/o  conviene  ^  y  d  su  torna  ^  aquel hs  hilos ,  cuy^cth' 
ior  0s  uniforme ,  y  por  esta  causa  les  dSn  el  nombre  ie 
1Í20S  de  fondo  ^porque  ellos  son  los  que  sacan  el  foté 
ufe  la  tela ,  y  el  color  sobre  qtie  caen  todos  lós  adornos^ 
{♦^)  que  se  añaden.  Los  ^tros  llzos  toman  por  inedio  it 

yus^niltoi  hs  bihsde  di  ferientes  tolores^^^)  lo^l^^l^^ 
eaei  ditiñ^ ,  é  ornamento ,  que-  fe  desea' ^^  d  '<ausa  de  la 
alternativa  de  puntos  tomados  ^'  ó  dejados^  y  de  tos  que 
cubren  la  trama ,  ó  se  esconden  en  la  parte  infirior  dé 
ia  obr0.  -  • 

.'  9  Garrotera  ^  éi  ta  iofd  que-íhva  el  peine  para  gpU 
peor  la  trmna.  En  este  tetar  üo  es  él  trtShjador  quien  k 
gpipéét^  ló-  que  solamente  es ')kíesário  aqui  ^  es  ^qued 
Pasamanero  impela  con  la  mano  la  Garrotera  ,  la  qud 
^  poír  sí  misma  ^  por  razón  de  unmuetle^  que  ttene^ 
ú  Mti el  golpe ,  y  apretar  la  obtat  cosa  y  que  Hé  es  dt 
mach^^^mo  en  su  trabajo.^  •  ' 

-  •  lO  B/ Peine*  \--\  .^    '      '  ;  ' 

1  r-  Lla^  déla  Garrotera  ^  es  una  nuez  (^coii  m 
thos  agugeros  en  su  circunferencia^  y  ^está  atravesada  dt 
ehs^tuerdáS^^  asitütiideuna  ^y  otra  parte  al  telar  ^  y  siroe 
fvrawdeniéh  estas  ndsmai  éaérdds  con  un  bolillo  dé  re¿ 
túirno )  que  iéiuefeen  uña  Ve  los  agugeros  :^  y  llebaddoih 
de  se  quiere  la  nuesíé  Dos  cor  delitos  están  atados  poruña 
parte  d  ano  de  los boMos^y  pior  otra  d  dosharrasi^)  de 
ia<Gf¿rotora^  ia  qual  vá  de  este  modo  d  golpear  la  trama; 
i^  ti  Z¿ty<!Ur<fcisy¿^Malloncs/ííWíma/*/^^ 
fiWfik  la  parte  anterior^  qtí&pdrinedió  «ft  sus  atdjbt 
fmnk»  algunos bilos  dé.Ú  urdimbre ,  dqando- todos  los 

' otroSf 

(«*)  Al  adorno  >  b  reljctc  >  qut^iy  en  la  te}|i ,  I^^(|^n  FwmU 

(*»)  A  estos  Uxos  ♦  aac  tomaii  Ipj  hUp«  de  la  m-dímore ,.  ,sc/{.imi  ,€l 
¿ofór   4ue  ¿ónrleáe  ,  les  llimíaíi  .]k/«7/«ff#i.  > 

(»»)  En  nuestros  telares  no  hay.  esta  nae^;,pcro  (Ci^su  lugtr  uun 
^eona'pl^a  ^  que  llaman  Péiúmiiu  it'luiitfrmu. 

(**)  A  estas  barras  lUQi«iiC4^rf#r«i« 


Lo^  termí(t$as  mas  ordinarios ,  &c.       235 

otros ,  según  el  orden  que  el  Tegedor  ha  cjnfjrmado  con 

los  puntos  del  diseño. 
.  1 1  HhsoS)  o  pifiqeb4«  9  que  mantienen  tirantes  las 

cuerdas^ 

•,  14  Coireas^  que  se  echa  el  Tegedor  al  cuello  pat^ 
í^jjarjse  ¿sostener^  por  estar  muy  inclinado ^ y  alcm^ 
Ttarpecoá  labanca* 

.    15  .Banca  ^m¡y  inclinada. 

:  1 6.. Cadena»  (**). 
^  \  >7  Ante-pecho  ^q4$^estm  tíravesatío ,  que  pasa  de 
Sefli  pif  derecho  4  efro^  hasta  aquella  parte  en  que  est4  la 
ccntrea  del  Tegedor.  A  esta  correa  está  asido  un  Cfurreto, 
porclqual  pasa  la  cinta  para  irá  la  Gabina^  que  estd 
tfn,po^o  mas  ab^ctn  .  » 

.  H  {1^  C^rGQl^ra.9  qu^  e^^a  34  careólas. 
i '  59.  Cdr«olas«  En  las  cintas  lisasyi  que  estín  Ubn^ 
^as  yno  son  necesarias  sino  das^  o^tres^  ó  quasro  careólas. 
/  94  (tf^IZQS.t  -que  unem  las  careólas  4  los  Harpones. 
v.\  -5M  tlj«rpw«s5(**)íé?«i«!^/^^rr4/  de  madera^  que  SU;- 
im^jf/f^míV'miyt^'^arcQlaefy  qmformanupasmma  K- 
«M$  qtfe4(^o  doce4,fm  h4o%ydoc^.4  t^rthi^^moateidendo 
los  Hzoi  pequeSos^m^porfeSoi  mvef^  quánda  se  pátan. 
\    %2  La  Gubioa  (**)  anterior.  Por  evitar  la  confusiou 
jf  han  omitida  en  el  numero  %%  Jas  Gubinas  posteriores. 
yjAqtá-qsin^^  dair^  (oiJfiks  4g  /«  wdifffbKe^  y,  las  GuHr 
"ñas  posteriores  sot^^n^s  t^mfst  cqm  eon  los  cohres  df 
Ja ointa^  queso,  tfge^. .        . 

34  k\zt^  ^  que  mantienen  las  Guhinas% 

%i  Palo.de  rMorqQV^y  «  H^^  SQkmenfe  asi  ^  Re^ 

%fy  Tafl;^ktav|  pfmSmfi  4h  un  Herró  1  sobre  que 

4^,mueve. 

(**)  Caclent  •  es  aqai  donde  pone  los  p]cs  el  TcgcdoTt  ^ 
(**)  TaipbKn  ^c  llaman  Ctntfé  mutfhéi* 
*t*«)^*tiWctf 'se  IhWiá  Usfm4  5  eii  ¿Vtdar  de  tolcdo ,  f  en  Frtiii. 
c¿s  dcmeo  el  mismo  nombre  aujc  el  eniullo»,  ^ 


ajó        Espedhcuh  de  la  Naiundeta. 
%j  Escalerilla ,  ó  bolillos  de  retorno.  (**) 
a  8  Botones  de  retorno. 
^     Usto^  que  Uanutmos  sfui  rHatno^  eis  tamhien  un  Me- 
áio  para  diversificar  las  labores^  y  repetirlas  ,  además  é 
>aiftíetlas  que  se  sacan  con  íoi  lizos  aftas  ^  6  peqoemi^j 
tOH  la  mutación  de  la  transa^  tomando  oirá  tornadera. 

Comunmente  hay  tres  paLs  de  retomo^  y  se  pueden 

emplear  mas.  (**)  Estos  ^ret^mi^  están  eohcadet  sehre 

una  estaquilla  (^  en  forma  dehíAanzas^  d  basculas  ;jr 

teniendo  pendíefftt  tm  pé^  éf^m$de  sus  \estttend'dades^ 

^ehdram  el  otto^  al  quedar  libres^  Bi  Pasamanero  tif 

Muerta  de  si  (en  28)  mucbos  botones  detenidos  iyp^^ 

vfe  tirar  por  medio  de  ellos  las  cuerdas ^{^)  quepasuh 

do  por  los  bolillos  de  retorno  de  la  escalerilla  ,  (en  27) 

van  d  parar  ^  Ciíb(>  ^érht -de  ios: palos'  derét¥rm 

{eñisyiAw  de  esmpahs^  t1r¿tdopór^tth¡aon^^^i) 

baja  y  y  al  pasar  encuentra  láTamboleta  ií6  ^que  se 

mueve  sobre  dos  visagras  ^  y  cede  por  dejarle  befar* 

Quandoyá  llegó  la  cabeza  del  retfirno  ^nas  abafo  ^  ^ 

Tamboteta  ^  bueiveém  d  femar  sufri^ne^  f^g^íí-  ^ 

¡na  ia  cabítsutditi  ^éfámo^-^ue  queda  con  esto  detié^ 

ula.  Si  se  tira  4  este  retomo  ^  que  apareé  de  atli  la  Tath 

boleta^  queda  libre^y  escapa  el  retorno  primero.Tiradod 

Segundo  retomo  por  la  cutfda^y  detenido  un  instante  de* 

Hjokiélá  Tamboleta^fe  Halladeiemdo^y  preso  con  la 

^buókadé la Tamboleta msMad  He natUIral posición.  Td 

es  eljféego  de  los  botones ,  y  retorhos^  Izamos  aeré  ú 

efeño.  Encima ,  y  precisamente  en  medio  de  hs  retemos^ 

é  halanstas  ^  estd  Un  dnUlo  de  hU&^  b  moral  ^  al  qual  se 

afirman  ^  ó  en  el  qual  entran  otros  tantos  remos  y  i  ^^^ 

das  transversales  ^  ^oMú  téjíÁgd  á  pirépiosko.  Qu^aido  se 

t^ 

7  'X**)  Bn  esta  Escalerilla  está  Ift  pMstté »  7  en  ella  pasaa  Ui  cacrdaf 
por  Us  Hit f Tés*  .    ,, 

(*♦)  Conrortne  U  labor.  ^  ^ 

.    (*^.jEsvaenaqvUla4C  llama if/#rr«y«ie#r#riM»;y.  lú.bahyft  ^'* 
fcstas  cucrdái  se  iianall  C$ritU$  4$  Arr»ra«. 


Los  términos  mas  ordinarios^  &c.      1 3  7 

Sira ,  y  h^a  un  retomo  ,  se  estiran  las  cuerdas  iransver** 
sales ,  ¿  remos ,  que  se  afirman  en  su  anillo  :  con  que  es 
preciso ,  que  los  U^sús  fequelSos  ^  en  cuyos  aoiHos .están 
enfiladas  estas  cuer4ia^\  las  léhmten  consigo  :¡io' quaibé^. 
ce  que  S0 Manten  también  algunos  matlonesyt^  ^  é.que 
están  asidas  las  cuerdas  transversales  ^  y  consiguientes 
mente  que  se  lebaneen  algunos  kilos  de  la  urdimbre  ^  de-* 
Jando  ^roi.  Qu'ando  el  Pjasanumero  tka  otr9TetomOyd^, 
ja^  eítápar ,  y  subir  'el  ^^frinser^^  Lbs « resnoi^^ói.akrdas. 
traAsn>erSdles\<que  ^ístaneneJ-^amüa  dal.  rjítars»  subh 
do  ^quédan^flofas^^yJos  tizos  ^peipsentís  ván^  y  ideñeA 
tíñ  estirarlas ^  ni  aliñarlas  de  modo  algnnoi  coa  quíe^  en 
estácate  nada  bacen eñlaoika.estas  cuerdas^  ;>(niRiMi^ 
síUejp^peta  baoiéndo  becbosu  efiáo'  {as-xuerdas  ^o^otro 
retomo  ^ie  toca- al  tercero  i  que  viene ,  4iacer  -tr^sf^^an 
d  isfás  cuérd4H\  que  dormían.  Todos  éstos  efifítos.for^ 
man  una  fila  de  di feréntes  puntos  defiguta^  de  flores  y  A 
tfir  quatqtdér  otro  objeto^  que  se\quieifeioon^ que  eoffi^ 
guando  en  soear  '^siempn'^^y  r^otkn4as.n^snms\^mKOkdlk 
fil^a  ^  d(tmeidé<\  itis^fíirÍMí'iasfiskmns  etinfktaA%\  4^ 
fé^an  ^  tmta  repetieion^^  ^^  que'  jfistnmeifte  sOwllanm^ 

SUPLEMENTO  AL  ARTICULO  DE  LOS  1I20S 

•',  '  ,   _alto&.  pertenecientes  a  los  Tapicen.      '^ 

iíS  T^ces^  que  se  foMcan  eskvia  MOmfiJ^a 
'RealdeUJaboneriay{'^ldfin-de.la  Carrera 
de  la  Reyms^  .sMnA^m  enalgnnas  cosas  del  mismo 
modo  que  los  lizor^oSm  -^  .         .      -  .   t  ;  .  ^.^ 

i  .  fHi)  Ot«i99«ii}«cfay^,i^fii|«ofK Mró«iibret  hf y  ca  JU  ?4t«i|iaiicria,  c^- 

mo  Soleras,  jples  ac  Hcrreré>  vqUaderas,  Bspoicto  ,1Src^  qae  t€ng;oíífi 

Iñi  pódér  V  romádo* ,  i^f  >th  tot  tcMréff  4c'  MÍdJid  i^  ccvpnvyn  ^9*  «Ic 

JC^l^dOs  j  Talavcrt  ¿  pero  los  omirimof  «ora  9  por  no  juzgarlos  aquí 

necesarios  para  la  inteUgeacia  de  esra  maniobra  t  7  por  CTÍtar  pro- 

lij  idad.  Los.  relares  pocstfos  se  diferencian  algo  de  los  ettrangcrof >  y 

*porcoinigáf^iecicn«li«éálpHMnMir)7<^Mii-~ 

(**)  Bn  París.  .'*  '  rf  (.^ai^  6 


'  ^    Los  plegadores . .  e$im  puesft^.  del  mismo  modo.  la. 

ühdinAre  viené'de-altaajkofí^i.,, 

'^'  Vv£a  ¿adctn¡á^s('ff[)  (wstáí<e^99fCÍtoi^de  bilfk  ma^, 

H$a^ei  ci(¿éa^9 ^iiínaoÍ€sav^imhií\iMt.  ^/..»  s^arani^^ 
hs  dé'h' pttrte^far^eríor.de  las  dei^  El  ár- 

bol (}el  \Áiú.wJUáí^mig.wd$i^te\$¡^4h$  los,  ^ordmi^ 

kf^Ufon^í^tan  idi dmáf  i^difier^tn Jp^l^  Sfisiffie^  s 

m¥M¡^iok'1flMcasi^y¡imí^  mud-ai  ^^\ími^:^sf^'m^ 
ifrí^\y^>se>CúÑkrpAKWSod^Íi^  mmimrd.dtí^  M:t 

-Aj^^  W¡pBtf^tFi93kí\fmtQi^l.sus  jBolorei  íirotaío  nr 

iiiMm»^(p$^  nfi^rify§  fMr.i  $1.  QÍTfírfi 

^<i¿  fi^i^ ,  matiz  ^  y  figura  dobfiáfr.^j  y,  -f •áftffex^iNMMjr 

ifo  e/  patrón.  Tcada  quaaraao  ^  o  qudOrMtó  se  subAr 
%|I^M;«tt9t  yUnom  wgikM(esí^  q^a^fomípr^efl  é  c4» 
ymfí¿^^hiMtí5,de:^'i^  ^m 

iPfiméí^^qti^fdsimdaifor^oirai  ific^  ütrnas ,  .fue  mrivkr 
san  barizonsalmenie  las  diez  vettiadet^J . 

lospmzone 


zofh 


4imbrc » nene  qiiAcrí* «o  ciaeo  IúIm.  '  .  lu     .  .  i 


r 


\ 


N 


} 


^m  n 


Los  términos  tnas  ordinarios  ^  ^«       %%^ 

zdñtaíd&mo  é/e^i^s^uadraditoí^Estos  üné^as^sennHoéias  en 
9l caftm^M'hestánd  la  IferJad €ñ  U^ uniimiré'^per^esto 
era  ihutil ,  pufs  se  suple  etm  una  varita  de  hierro ,  (**) 
mas  larga  ^ue  la  anchara  de,  una  decena  decios  y  y  -fue 
bitee  Vf^i  dé  linea  transVjersaL^Esiavariíia^  s¿^  mañejm 
ptfr '  ínedi^e-  una  curbatkra  ^  ^  tiene^a^la'mma  dies^ 
fv^a: 4(í^ei. Oficial :  áóia'^l  etro^a^^ét'Manaá'^^iódo^  de  m 
cuchillo  con  su  espalda  ^y  asimisnkf  tiene  una  pitnta  ^  que 
}ioce  d'Pocú  se  vá  ensanchando^  El  Oficial  tiene  su  varilla 
áé  ltí^fv''iiritoñtal0n¡tnt]e^  Wheltda  Sóhn^  urdimhre^ 
^^Id^ha  khvariHá\t)gunai  buéHt^-rnif^^hiia^deíatv^an^ 
my^úe''COfiiH^  bUif  patn  jj'^pastt^oi^art^ 

íétéiMf^ar^erfár  dé'lá^wiirlá>rh]fií¡ig»p^^ 
lo  (^sto^  tkándútosatiefnaádmenUelHPSusHy^f.'Ihs^ 
pues  hüeiveá  trahefysí  h  necesipo^  subüé^tnaina^r^ 
dedbd&te^^Ui^milapMfajmp^rdt^  ñtít^d  lafÁuu^ 
lif^ifi^1í»^diii^é}^>i^  si  m^  íí^di^a^ftnéÜeMé  d^Ja^ítía 
dé'Vipfc^-ie^  )iináka^adú4^jí^pmm  féd^  ata\  > 
pdsüfúriatpma^á  la  krdHnirt:^^  Ast^^do  stomkúa 
eñ^<tihriY  U^aeiUa  d¡t  hitrfé^jyitnga^neter^a'lifíM^ 
liastáqíie^tk^iíd'h  dttímoj^  ^ue^p^itie  yMal.A^iftíede 
dñm^s)e\^^itjoimim^miá'^^  nd^mk 

Uñeérmsie^áík  ytmdÍAi4ü^  wiéáfiorhiV^j^^ ^tra^ 
nuteH^lavOí^lSdb  hiehr^  ;yi»i^sa'^ia  érditkhi^e^  que 
erúKácadi  i^ta)ite\  lkhe'Hidddo^'¡¿ntt^aitíe  »al  fin'  de 
A»  Uriéa^de  Up»^y.  amí^yéMíi)o  iiSfJ^^p^úoa 
^h  peík^*»^hkf^^^t^áí^mfikfj^  m  áffiíated-pm 

éht^f^é^fit(^s^d^'ti^\ilñai9i^^ 
répétfté  tíéné/ú^ñéismo^eí^^ 

y  apretar  4ií'irÁná¡^ue  'sé  atabá'^  introducir»  La  misma 
serie  dt puntos  sé  apkiéia^y  nitela  todima  como  una  pasa^ 
da  C^"^)  de  hilo  doít&^^é^eáh/^  asíut^  fue' íntrodíice  él  Ofi- 
cial 

(»*)  o  aguja  de   apretar.  ••'    '   '     ''' 

(**}  Cada  hilo  •  qae  se  iiicrodnce  de  naevo,  de  modo,  qae  PMsmdd, 
es  aqaijlo  que  en  otros  telares ,  Luthé»  esto  e^  el  hilo  que  se  in- 
troduce con  9*4*^  f^^.V    c.\:.*.'v   :. '\  ^v.a         _ 


^^       JE^^éeuh  de  Ja  Natufahsa»    * 

iiule»  la urdinéré  ymeiimda^M man^spor  $ada  la  Um^ 
'gituide  la  Unea^^^ue  fatmó  anieí^  Lueg/í  cruza  los  fas* 
mos  hilos  de  la  urdimbre^  ypf^úht^ga  afra  pasada  ib  Mh 
azul  mas  simple.  Decaes  b^g a  estas  das  jasadas  altef^ 
nadaminia.  cmst^.pehe.^  y.  vA  fufidando  de  modo  ^qpees^ 
tai  pas4^  daMhPransvers/dj  ma^enen  todas  lasfihs^ 
fue  éarkde^dar.  ocubas,  jwt  el  jipado  del  tapiz ,  qna 
le  6a  de  servir  de  earam 

Heeka  esto  ^  retira  el  Oficial  la  varilla  de  apreter  de 
dentro  }kl  tizQÍ**)deiram0^  fue  la  cubre  ;  y  como  es 
masiai94faáíiaM\Wtrmidifd^  resisten  hsiUgps  elpase^ 

pere:hiéMmt^f!k  $»  f^  i  d4f^i^<tfg^Ms  bihe^ 
&amieis.aplafi4elJJficiai^\m^M.jlKiuf^     eou  mae 

fifctter  tijeras  ^  calonanáolas  dio, largo  de  la  fila  ^  fue  bé 
acalcada  ^  i^a  4^ael  peh  ^  ¿  bihi^y  fóseme  asi  unas  bar^ 
lasperfe&mmc  ^f^alef^  ^pmtiandattfioz.  f4t  íue  pre». 
téOerfiz:^^.  em4l^^fl(e:stJ^^eí9^i  cmjmi»  tj  afelpa^^ 
do  JbtmoesH^  vm^K  ¿a^p^imeta  ^a  de  0s$^  especie^ 
eontamhlitJüaikpmíQXiy.ptIos  deiata9$aeozlas  dos 
patadas  de Mkaxsdyfue Jes  mantienen^  Ikga»  d  te^. 
mr. un  pato:  mae  di  ^spema^pie  iay  dcespofioentte  Uk 
primera.  Unotkjtft^tt^mtid:  deif$mdi^t9  9  y  M  if&mda^ 
Qcbp  tttg34a$jlÍ,ian  ^ l(^pm0ditt  (d^bilo  aprftada^ 
se  necetítan  patácorreepetidfr  d  las  diez,  lineas  trans^ 
versóle  i  de  u»  fuadra<Et0.  De  este  modo  vé  siezipre  et 
Oficial  el  estado  en  íuf;vá  suelbra  y  y  ,sigue  punto  por 
pmtOimatiz^pOfr  m»is^^  ^HUtgadoenel 

modela^  y  phta  iMgwiiff^  idea  a{gifnada, 

fa pintura  y  ni  d^ldisem^  Encarden  d  los  Tapices  delier^ 
fuia^  parefie  ^  fue  los  ,Dir0<(res  de  la  obra  entienden  de 
diseño  lo  mismo  fue  si^s  Oficialas  j.  pues^  s^lo  se  baUa  en 
ella  cierta  simetría  de  coforet^y  nada  ^íft^.   .        ^    . 

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FIN  DEL  TOMO   DOCE.