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Full text of "Estudios"

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pui  Mpjig*  (Pji  nmi,  i  l  - ‘  ^  . 


MANUEL  ATRIA:  "EN  TORNO  AL  MAR¬ 
XISMO ".  —  OSCAR  LARSON:  “ ECONOMIA  Y 
MORAL".  —  LUCY  LUCO:  "EL  OBRERO  CHI¬ 
LENO  Y  SUS  PROBLEMAS". 

Dr.  ARMANDO  ROA:  "BERGSON". —  THO- 
MAS  MEXTON:  "EL  PENSAMIENTO  DE  AL- 
DOUS  HUXLEY".  —  LOS  LIBROS. 

CLARENCE  FINLAYSON:  "LA  SITUACION 
DE  LA  IGLESIA  EN  MEXICO".  —  "EL  PAPA  Y 
LA  GUERRA". 

JAIME  ATRIA:  “ ROMANCE  DEL  PAISAJE 
Y  LA  DANZA".  —  RUTH  SCHAUMANN :  "LA 
GALLINIT  A  SIN  PLUMAS"  (CUENTO).  — 
CRISTAL  DE  LIBRERIA. 


97 


Santiago  de  Chile 


ENERO  DE  19  41 


ESTUDIOS 


MENSUARIO  DE  CULTURA  GENERAL 

¿V  1  V  V,  •'*  ‘  *'*■;  \ 


DIRECTOR: 

JAIME  EYZAGUIRRE 
Casilla  13370 
Santiago  de  Chile 


SUSCRIPCION  ANUAL  EN  EL  PAIS .  $  42.— 

„  „  „  EXTRANJERO.  ...  Dólar  1.50 

NUMERO  SUELTO . .  .  $  3.60 

„  ATRASADO .  $  4.20 


ADMINISTRACION 

HUERFANOS  972,  OFICINA  501  —  TELEFONO  67189 

SANTIAGO  DE  CHILE 


ANO  X  —  N.°  97 


ENERO  DE  1941 


INDICE 

A 

SOCIOLOGIA 

Pág. 


“EN  TORNO.  AL  MARXISMO”,  por  Manuel  Atria .  4 

“ECONOMIA  Y  MORAL”,  por  Oscar  Larson  .  12  ’ 

“EL  OBRERO  CHILENO  Y  SUS  PROBLEMAS”,  por  Luey 

Luco .  18 

“¿QUE  ES  EL  SECRETARIADO  NACIONAL  ECONOMI¬ 
CO-SOCIAL?”  .  35 

FILOSOFIA  *  -  . 

“BERGSON”,  por  el  Dr.  Armando  Roa  Rebolledo  .  38 

“LA  CONVERSION  DE  BERGSON”  (Nota) .  43 

“EL  PENSAMIENTO  DE  ALDOUS  HUXLEY”,  por  Tilomas 

Merton  ...  . .  44 

LOS  LIBROS:  “Del  ente  y  de  la  esencia”,  de  Santo  Tomás, 

P.  49. 

RELIGIOM 

■  4 

“LA  SITUACION  DE  LA  IGLESIA  EN  MEXICO”,  por  Cla- 

rence  Finlayson .  52 

“EL  PAPA  Y  LA  GUERRA”  ...  . . .  ...  59 

LOS  LIBROS:  “Filosofía  de  la  Eucaristía”,  or  Juan  Vás- 
quez  de  Mella,  P.  58. 

L  i  £  LETRAS 

“ROMANCE  DEL  PAISAJE  Y  LA  DANZA”,  por  Jaime  Atria  62 
“LA  GALLINETA  SIN  PLUMAS”,  por  Ruth  Schaumann 

(Cuento) .  64 

CRISTAL  DE  LIBRERIA:  “Chile  o  una  loca  geografía”,  por 
Benjamín  Subercaseaux,  P.  70.  —  “Antología  Poéti¬ 
ca  de  Carlos  Rodríguez -Pinto”,  P.  71. 

'vf,'  '  -Cip  '  .  ENERO  DE  1941 


f 


“Splendor”,  presenta: 


“E\  Derecho  de  los  Trabajadores  j 


I 


y  el  Corporativismo” 


|  por  Paul  Chansón.  Traduc.  de  D.  Bartolomé  Palacios. 
|  Precio:  $  7.— 


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Todos  los  textos  de  estudio.  Todos  ¡os  útiles  de  escri¬ 
torio,  dibujo  y  pintura. 

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SANTIAGO 


< .  Sociología 


“EN  TORNO  AL  MARXISMO”,  por  Manuel  Atria. 

1 

Un  análisis  profundo  y  original  del  pensamiento  marxista. 

* 

.V  •  .  |  '  •  .  í.  .  \ 

“ECONOMIA  Y  MORAL”,  por  Oscar  Larson. 

El  Director  del  Secretariado  Nacional  Económico  Social  plantea 
las  relaciones  entre  la  Moral  y  la  Economía,  que  el  materialismo 
dominante  se  empeña  en  desconocer  . 

“EL  OBRERO  CHILENO  Y  SUS  PROBLEMAS”,  por  Lucy  Luco. 

Un  balance  de  las  experiencias  recogidas  por  una  Visitadora 
Social  de  la  Escuela  Elvira  Matte  de  Cruchaga. 


CRONICA 


¿Qué  es  el  Secretariado  Nacional  Económico-Social? 


Manuel  Átria 


✓ 

En  torno  a!  Marxismo 

i 

1. — Es  difícil,  si  no  imposible,  polemizar  con  el  mar¬ 
xismo.  Cuando  se  empieza  por  desconocer  la  aplicabilidad 
general  de  las  leyes  fundamentales  del  pensamiento  huma¬ 
no,  o  cuando  se  pretende  hacer  de  estas  leyes  fundamenta¬ 
les  sólo  un  caso  particular,  —  algo  así  como  un  pensamien¬ 
to  inerte,  —  del  pensamiento  dialéctico  siempre  se  podrá  ar¬ 
güir  que  nuestras  observaciones  adolecen  de  falta  de  su¬ 
peración  de  la  etapa  “metafísica”  de  la  cultura.  Tenemos, 
los  marxistas  y  nosotros,  dos  concepciones  lógicas  distin¬ 
tas;  y  en  estas  condiciones  es  difícil  comparar,  uno  y  otro, 
los  sistemas.  Para  apreciar  los  desacuerdos  se  necesita,  al 
menos,  estar  de  acuerdo  en  un  mínimum  de  principios  lógi¬ 
cos,  apoyarse  en  un  mismo  terreno  mental.  No  pueden  lu¬ 
char  los  hombres  de  dos  islas  separadas  si  no  se  trasladan 
a  un  campo  de  batalla  común.  ¿Cuál  podría  ser,  para  el 
marxismo  y  nosotros,  este  campo  de  batalla?  A  mi  modo»  de 
ver,  la  realidad  sensible.  Debemos  analizar  la  respuesta  que 
nosotros  damos  a  esta  realidad  sensible,  y  la  que,  a  esta 
misma  realidad,  —  única  para  él,  —  da  el  marxismo.  Pero 
nuevamente  y  de  inmediato  surge  la  dificultad  lógica.  Por¬ 
que,  ¿este  análisis  lo  haremos  o  con  nuestro  pensamiento  o 
con  el  pensamiento  dialéctico?  Digamos,  por  ahora,  que  lo 
haremos  sencillamente  con  el  pensamiento  humano. 

Y  para  empezar,  tratemos  de  ubicar  al  marxismo,  — - 
considerado,  no  como  sistema  vivido,  sino  significado,  como 
sistema  que  se  piensa  y  se  establece  doctrinalmente.  Desde 
este  punto  de  vista  parece  evidente  que  todo  sistema  es  un 
objeto  que  permanece  siempre  el  mismo  y  que,  en  conse¬ 
cuencia,  debe  apreciarse  según  la  fórmula:  “sí  es  sí,  y  no 
es  no”.  Insisto  en  que  no  se  trata  del  marxismo  como  sen¬ 
timiento  de  vida  encarnado  en  el  proletariado  actual,  so¬ 
metido  a  contingencias  temporales  y  geográficas  y  cuya 
evolución  'existencial  no  contradice  los  fundamentos  del 
pensamiento  metafísico ;  sino  del  marxismo  como  conjun¬ 
to  de  verdades  que  pretende  dar  una  explicación  de  la  rea¬ 
lidad  material  y  de  su  historia.  Aun  cuando  aceptáramos 
que  el  pensamiento  “metafísico”  sólo  es  un  caso  particular 
del  pensamiento  “dialéctico”,  —  así  como  la  inercia  es  un 
caso  particular  del  movimiento  local,  —  no  sé  cómo  podría 
afirmarse  que,  desde  el  ángulo  en  que  aquí  lo  consideramos, 
no  cae  precisamente  en  ese  caso  particular,  en  esa  solución 


(1)  Páginas  de  un  ensayo  inédito  sobre  “El  marxismo,  las 
ciencias  y  la  filosofía  de  la  naturaleza”, 


EN  TORNO  AL  MARXISMO 


5 


singular  ele  la  ecuación  general  del  pensamiento  humano. 
Por  lo  tanto,  un  análisis  “formar’,  es  decir,  de  acuerdo  con 
lo  que  Plekanov  denomina  “lógica  formal'’  del  pensamien-. 
to  marxista  no  tendría  motivos  para  ser  contradicho  ni  si¬ 
quiera  por  los  que  creen  en  la  “lógica  de  la  contradicción’’. 
En  caso  contrario,  el  marxismo  es  y  no  es  verdadero  en 
cuanto  doctrina ;  y,  en  consecuencia,  da  y  no  da  una  res¬ 
puesta  adecuada  a  la  realidad  universal.  Y  no  se  diga  que 
esta  contradicción  intrínseca  del  sistema  es  sólo  aparente 
ya  que  el  marxismo  se  encarna^  en  el  proletariado,  y  “la 
cuestión  de  saber  si  el  pensamiento  humano  puede  hallar 
una  verdad  objetiva  no  debe  plantearse  en  el  plano  de  la 
teoría  sino  en  el  dominio  práctico”  (1);  porque,  aun  en 
este  caso,  llegaríamos  a  que  tal  dominio  práctico  no  podría 
plantearse  teóricamente  y,  por  otra  parte,  a  esta  definición 
de  verdad  objetiva  se  trasladaría  el  problema  que  nos  pre¬ 
ocupa.  Un  sistema  que  no  puede  exponerse  doctrinalmente, 
que  sólo  puede  ser  vivido  y  que,  sin  embargo,  ha  sido  doc¬ 
trinalmente  expuesto :  .he  aquí  algo  que  no  comprendo  y 
que  nadie,  creo,  llega  a  comprender.  Si  se  pretende  abar¬ 
ca!*  sus  últimas  conclusiones,  el  marxismo  está  condenado 
a  muerte :  si  no  permanece  el  mismo  como  doctrina,  enton¬ 
ces  está  de  acuerdo  con  el  pensamiento  marxista  y,  en  con¬ 
secuencia,  permanece  el  mismo ;  si  permanece  el  mismo,  en¬ 
tonces  está  en  contradicción  con  el  pensamiento  marxista 
y,  en  consecuencia,  no  permanece  el  mismo.  No  me  expli¬ 
co  cómo  pueda  entenderse  esto.  Pero  en  ambos  caso,  per¬ 
maneciendo  el  mismo  bajo  cierto  aspecto,  nos  autoriza  pa¬ 
ra  analizarlo  según  las  leyes  fundamentales  del  pensamien¬ 
to  humano. 

2. — Para  nosotros  no  existe  nada  más  que  este  pensa¬ 
miento  en  su  esencia  formal,  el  que  es  aplicable  siempre, 
no  en  cuanto  un  objeto  permanece  el  mismo,  —  punto  de 
vista  temporal,  —  sino  en  cuanto  encierra,  en  su  secreto 
fondo,  necesidades  ontológicas  que  se  traducen  con  inte¬ 
ligibilidad.  Todo  ser  es  inteligible  en  la  medida  que  es;  el 
objeto  propio  de  la  inteligencia  es  el  ser.  En  consecuencia, 
todo  ser  pierde  inteligibilidad,  se  envuelve  en  una  bruma 
de  no  inteligibilidad,  en  la  medida  en  que  se-  envuelve  en 
materia,  modo  secundario  de  no  ser.  El  modo  primordial 
de  no  ser,  el  fundamento  del  no  ser,  es  la  nada.  Por  lo  tan¬ 
to,  la  nada  es  fundamentalmente  ininteligible.  Pero  la  ma¬ 
teria  prima  que  no  es  nada  en  si  misma  y  que  para  ser 
tiene  que  estar  substancialmente  unida  a  una  forma,  es 
en  si  misma  ininteligible,  y  la  razón  del  grado  de  ininteli¬ 
gibilidad  que  poseen  los  seres  materiales.  Estos,  en  su  rea- 


•  (1)  Marx. 


6 


SOCIOLOGIA 


lidad  existen cial  concreta,  en  su  individualidad,  en  la  tota¬ 
lidad  material  que  encierran,  no  pueden  comunicarse  con 
el  pensamiento  humano,  sino  por  una  como  caída  sobre  el 
conocimiento  sensible.  Pero  aun  este  mismo  conocimiento, 
que  es  una  intuición  de  lo  real  concreto,  no  abarca  la  to¬ 
talidad  de  la  cosa  conocida  sino  sólo  un  aspecto  exterior, 
causa  de  la  sensación  considerada.  Pretender  que  haya  un 
conocimiento  intelectual  de  la  cosa  sensible,  en' cuanto  sen¬ 
sible,  es  un  contrasentido.  En  cuanto  sensible,  la  cosa  es 
objeto  de  sensación,  es  conjunto  de  fenómenos'.  Si  todo  co¬ 
nocimiento  se  basa  en  ía  experiencia  sensorial,  el  conoci¬ 
miento  intelectual  sólo  se  termina  en  ella  por  reflexión  so¬ 
bre  los  sentidos.  En  la  sensación  la  cosa  existe  intencional¬ 
mente  en  el  alma  humana,  es  objetó;  pero  el  ser  propio  de 
la  cosa  permanece  escondido,  envuelto  en  las  notas  indivi¬ 
duantes  de  la  materia. 

En  cambio,  el  conocimiento  intelectual  hace  abstrac¬ 
ción  de  estas  notas  individuantes.  La  cosa  existe  intencio¬ 
nalmente  en  el  alma,  pero  con  una  existencia  típica,  univer¬ 
sal  y  necesaria,  que  no  presupone  las  categorías  de  tiempo 
y  espacio.  Y  no  porque  tales  categorías  no  estén  incorpora¬ 
das  a  las  cosas  sensibles  como  relaciones,  —  tiempo  es  el 
movimiento  numerado  según  lo  anterior  y  lo  posterior,  es¬ 
pacio  es  la  extensión  numerada  según  el  aquí  y  el  allá,  — 
sino  porque  el  conocimiento  intelectual  se  refiere  a  una 
cierta  realidad  típica  de  las  cosas  que  permanece  la  misma 
en  todo  tiempo  y  en  todo  lugar.  En  ei  caso  del  conocimien¬ 
to  de  las  ciencias  narticulares  esta  realidad  vive  como  en- 

i. 

vuelta  en  la  espesa  red  de  fenómenos  y  accidentes ;  pero 
estos  fenómenos  y  accidentes,  su  regularidad  y  limitación, 
indican  ía  existencia  de  una  substancia  con  propiedades  de¬ 
terminadas.  Sin  tal  substancia  ellos  mismos  serían  impen¬ 
sables.  Conviene,  sin  embargo,  insistir  en  el  hecho  de  que 
las  ciencias  particulares  se  desarrollan  como  deleitándose 
en  esta  red  fenomérica  y  accidental  descubriendo  las  leyes 
de  más  o  menos  tipo  matemático  que  la  rigen.  En  cambio 
la  filosofía  de  la  naturaleza,  —  y  el  marxismo  tal  vez  que¬ 
rrá  ser  una  filosofía  de  la  naturaleza,  una  filosofía  de  las 
cosas  sensibles,  —  pretende  descubrir,  bajo  esta  red.  las 
necesidades  ontológicas.  Pero  en  uno  y  otro  caso  el  cono¬ 
cimiento  humano  sólo  Ib^a  a  ser  intelectual  cuando  se  con¬ 
sideran  las  cosas  sensibles,  no  en  cnanto  sensibles,  sino  en 
cuanto  inteligibles. 

ó. — Como  hemos  dicho,  el  marxismo  con  su  apriorEmo 
materialista  vive  entera  e  intensamente  la  vida  de  la  ma¬ 
teria.  y  se  constituye  científicamente  sólo  como  una  des¬ 
cripción  general  de  ios  fenómenos  propios  de  ésta.  En  con¬ 
secuencia,  en  lo  que  se  refiere  al  universo  material,  ve  con 


EN  TORNO  AL  MARXISMO 


7 


mayor  claridad  que  el  materialismo  mecanicista  del  siglo 
pasado,  el  cual  tendia  hacia  una  matematización  de  este 
universo.  Continuaba  lógicamente  un  tal  materialismo  la  li¬ 
nea  cartesiana  del  pensamiento  humano,  línea  que  hacía  de 
la  extensión,  y  por  lo  tanto  de  la  cantidad,  el  fundamento 
•último,  la  realidad  propia  de  las  cosas  materiales.  La  cien¬ 
cia  madre  de  un  tal  materialismo  debía  ser  la  matemática ; 
las  causas  de  las  cosas  sólo  podrían  ser  causas  mecánicas.. 
El  marxismo,  en  cambio,  continuando  Ja  línea  hegeliana  del 
pensamiento  humano,  aceptando,  en  consecuencia,  que  to¬ 
do  lo  real  es  racional,  pero  no  admitiendo  más  realidad  que 
la  materia,  debía  llegar  necesariamente  a  fundamentar  la 
racionalidad  en  la  materialidad  misma,  y  en  lo  que  es  más 
profundamente  material,  la  materia  individual.  Los  anti¬ 
guos  denominaban  así  la  cosa  material  existente  en  sí  mis¬ 
ma,  singular  y  concreta.  La  ciencia  madre  del  marxismo 
es  la  historia,  enumeración  de  acaeceres  singulares  y  con¬ 
cretos. 

El  conocimiento  sensible  es  el  resultado  de  la  exis ten¬ 
ca  de  las  cosas  en  los  sentidos,  —  existencia  intencional, 
pero  siempre  material  y  singular.  El  conocimiento  intelec¬ 
tual  propio  de  las  ciencias  particulares  y  de  la  filosofía  de 
la  naturaleza  considera  las  cosas  con  abstracción  de  su 
existencia  individual  aunque  envueltas  en  las  exigencias  de 
lo  sensible,  lo  que  los  antiguos  denominaban  materia  sen¬ 
sible.  Por  último,  en  el  conocimiento  matemático  las  cosas 
existen  en  el  espíritu  según  las  necesidades  propias  de  la 
cantidad  con  abstracción  de  las  diversidades  cualitativas 
inherentes  a  la  materia  sensible.  Se  trata  siempre  de  un 
conocimiento  material  ya  que  la  cantidad  es  una  propie¬ 
dad  de  la  materia ;  pero  en  este  caso  no  se  la  considera  tan¬ 
to  como  accidente  real  que  como  sustentáculo  de  modelos 
de  las  cosas  sensibles  construidos  por  la  razón  de  acuerdo- 
con  las  exigencias  de  la  cantidad  misma,  de  la  cantidad 
formalmente  pura.  Ya  hemos  dicho  que  el  materialismo- 
mecanicista  tendía  a  estructurar  las  ciencias  en  tipos  mate¬ 
máticos,  a  no  reconocer  en  las  cosas  sensibles  nada  más 
que  esto  que  los  antiguos  denominaban  la  materia  inteli¬ 
gible.  Hemos  dicho  también  que,  por  el  contrario,  el  mar¬ 
xismo  se  complace  en  no  aceptar  más  realidad  material  que 
lo  individual  concreto.  La  única  realidad  sería  entonces  la 
materia  individual;  y  todo  el  trabajo  del  espíritu  humano- 
quedaría  reducido  a  cero,  ya  que  esta  materia  no  admite 
otros  tipos  de  existencias  que  el  de  la" cosa  en  sí  misma,  y 
la  intencionalidad  en  los  sentidos  con  mucho  menos  per¬ 
fección  acaso  que  la  que  puede  tener  en  un  animal  cualquie¬ 
ra. 


i 


8 


SOCIOLOGIA 


L 

Causa  y  Función 

1. — Sin  embargo,  este  retorno  hacia  lo  individual  con¬ 
creto,  este  alejamiento  de  lo  imaginable,  debía  permitir  al 
marxismo  re-descubrir  dos  grandes  verdades  referentes  al 
universo  material.  Y  digo  re-descubrir  porque  estas  mismas 
verdades  han  sido  algo  así  como  el  fundamento  “experimen¬ 
tar’  de  la  cosmología  de  la  filosofía  perenne.  La  primera, 
y  la  más  importante,  es  como  una  ampliación  del  concepto 
de  movimiento,  o  mejor  dicho  como  una  nueva  aceptación 
del  concepto  de  cambio  del  cual  el  movimiento  no  sería  na¬ 
da  más  que  un  tipo  específico.  Para  el  materialismo  meca- 
nicista,  —  lo  repetimos'  una  vez  más,  enteramente  susten¬ 
tado  por  las  matemáticas,,  —  no  era  concebible  otro  cam¬ 
bio  que  el  movimiento  local,  es  decir  la  sustitución  de  lu¬ 
gares  antiguos  por  lugares  nuevos,  (lo  explico  en  esta  for¬ 
ma  para  indicar  su  relatividad),  y  todo  otro  tipo  que  nues¬ 
tros  sentidos  instituyeran  en  las  cosas  materiales  debía  po¬ 
der  resolverse  intelectualmente  en  movimiento  local.  El 
marxismo  rechaza  esta  concepción  mezquina  del  movimien¬ 
to.  Y  la  rechaza  con  razón.  Ha  visto  envejecer  las  cosas. 
Ha  sentido  esa  honda  tragedia  del  envejecimiento  humano 
y  del  envejecimiento  total  del  mundo.  Y  ha  sentido  tam¬ 
bién  esa  íntima  alegría  de  la  renovación,  esa  íntima  alegría 
de  la  evolución  y  del  progreso,  esos  seres  nuevos  que  vie¬ 
nen  a  la  existencia  ya  cargados  de  historia  y  repletos  de 
esperanza.  Pero  todo  esto  lo  había  visto  la  filosofía  peren¬ 
ne;  y,  en  un  lenguaje  científico  reconocía  en  las  cosas  ma¬ 
teriales  tres  tipos  de  movimiento : 

Primero,  movimiento  local,  o  recepción  continua  y  su- 
cesiva  de  nuevas  localizaciones ; 

Segundo,  alteración  o  movimiento  en  cualidad,  cam¬ 
bio  accidental  que  no  afecta  a  la  substancia,  recepción  de 
cualidades  nuevas,  y 

Tercero,  aumento  y  disminución  o  movimiento  en  can¬ 
tidad,  adquisición  o  pérdida  de  cierta  cantidad  de  mate¬ 
ria. 

Se  ve  claramente  como,  en  su  realismo  integral,  la  fi¬ 
losofía  perenne  aceptaba  todas  las  condiciones  impuestas 
a  la  inteligencia  humana  por  la  intuición  sensible  de  las 
cosas  materiales.  Y  se  ve  también  como  no  es  necesario  re¬ 
negar  de  las  leyes  fundamentales  del  pensamiento,  sino, 
por  el  contrario,  afirmarlas  en  su  plenitud,  para  llegar  a 
poseer  con  conocimiento  la  realidad  objetiva. 

La  segunda  verdad  re-descubierta  por  el  marxismo,  y 
que  es  como  un  corolario  de  la  anterior,  se  refiere  a  las  cau¬ 
sas  de  las  cosas.  Aquí  se  trata  también  como  de  una  am¬ 
pliación  del  concepto  de  causa.  El  materialismo  mecanicis- 


EN  TORNO  AL  MARXISMO 


9 


ta,  —  por  las  mismas  razones  anteriormente  expuestas..  — 
no  podía  aceptar,  como  factor  determinante  de  las  cosas 
materiales,  otras  especies  de  causas  que  las  causas  mecáni¬ 
cas.  Todo  el  universo  material  debía  explicarse  por  ellas. 
El  concepto  de  causa  perdía  así  todo  su  fecundidad  y  su 
valor  ontológico.  En  ninguna  parte,  como  en  las  matemᬠ
ticas,  se  advierte  mejor  la  limitación  y  la  pobreza  de  las 
explicaciones  causales' cuando  no  se  quiere  trascender  este 
universo  material  hacia  el  universo  metafísico  mismo.  El 
marxismo  ha  querido  reaccionar  contra  todo  esto.  Aban¬ 
donando  el  plano  de  lo  imaginable  matemático  para  valo¬ 
rizar  el  dato  sensible  de  la  materia  individual,  afirmando 
un  materialismo,  no  más  íntegro,  sino  más  material  por  de¬ 
cirlo  así,  debía  reconocer  en  la  realidad  de  las  cosas  sensi¬ 
bles,  no  sólo  causas  rfiecánicas,  sino  causas  específicamen¬ 
te  diversas'.  Era  un  retorno,  hasta  cierto  punto  a  la  filoso¬ 
fía  perenne  y  una  reivindicación  de  la  experiencia  sensorial 
y  del  sentido  común.  Pero  estaba  muy  lejos  de  la  solución 
total  del  problema  de  la  causalidad. 

2.  — La  reacción  marxista  no  incluye  en  ella  nada  nuevo 
v  no  llega  al  fundamento  mismo  de  la  noción  de  causali- 
dad.  Veamos  por  qué :  El  concepto  de  pausa  es  un  concep¬ 
to  analógico,  es  decir,  un  concepto  que  se  predica  de  co¬ 
sas  diversas  en  razón  de  cierta  proporcionalidad  en  la  apli¬ 
cación  de  dicho  concepto  a  un  caso  u  otro.  El  sentido  co¬ 
mún  atribuye  a  cada  cosa,  o  mejor  dicho,  a  cada  fenóme¬ 
no  una  causa  propia.  En  la  experiencia  sensible  la  causa 
aparece  más  bien  con  los  caracteres  de  antecedente  que 
con  los  de  relación  ontológica ;  y  la  explicación  causa  tie¬ 
ne  más  de  necesidad  subjetiva  que  de  necesidad  objetiva.. 
No  se  ve  el  enlace  real  que  existe  entre  la  causa  y  el  efec¬ 
to.  Y  esto  porque  la  experiencia  sensible  nos  muestra  sólo 
el  detalle  fenoménico,  y  no  la  substancia  misma  en  que  es¬ 
te  detalle  fenoménico,  este  aspecto  esotérico, ,  se  fundamen¬ 
ta.  La  noción  de  causalidad  adquiere  su  verdadero  sentido 
en  cuanto  se  refiere  a  necesidades  ontológicas,  en  cuanto  se 
trasciende  del  plano  de  lo  sensible  al  plano  de  lo  inteligible. 
Y  he  aquí  algo  que  supera  las  posibilidades  del  marxismo, 
así  como  supera  las  posibilidades  de  la  ciencia;  porque  el 
marxismo,  en  el  ser  móvil,  ve  sólo  lo  móvil  y  no  el  ser,  en 
el  cambio,  ve  sólo  lo  mutable  y  no  lo  que  permanece. 

3.  — Insistimos  todavía  en  este  problema  de  las  causas ; 
después  de  todo,  el  problema  único  de  la  sabiduría.  Cono¬ 
cer  las  cosas  por  sus  causas,  he  aquí  la  ciencia.  La  profun¬ 
didad  y  excelsitud  de  la  sabiduría  se  miden  por  la  profundi¬ 
dad  y  excelsitud  de  las  causas  buscadas,  lo  que  fija  el  gra¬ 
do  específico  o  genérico  del  saber  humano.  La  sabiduría 
pura  y  simplemente  es  el  conocimiento  de  la  realidad  total 


10 


SOCIOLOGIA 


por  sus  causas  más  profundas  y  supremas.  La  filosofía  es 
este  mismo  conocimiento  en  cuanto  permanece  con  el  or¬ 
den  racional,  en  el  orden  propio  de  la  naturaleza  humana. 
Se  llega  al  pensamiento  filosófico,  no  a  priori  como  lo  que¬ 
ría  Descartes  con  su  cogito,  como  lo  quería  Spinoza  con  su 
Substancia,  como  lo  quería  Fichte  con  el  Yo,  Hegel  con 
la  Idea  o  Marx  con  la  Materia,  sino  sólo  después  de  una 
lenta  y  larga  elaboración  racional  que,  partiendo  desde  la 
experiencia  pura,  desemboque  en  la  abstracción  más  excel¬ 
sa,  por  los  caminos  del  espíritu.  En  la  cima  está  la  Metafí¬ 
sica.  La  Metafísica  no  significa  un  cómodo  rechazo  de  es¬ 
ta  realidad  sensible  a  la  que  tiende  con  todo  su  peso  el 
marxismo.  No;  por  el  contrario,  supone  su  máxima  com¬ 
prensión  y  es  la  última  y  única  explicación  de  ella.  Si  no 
.trascendiéramos  esta  realidad  con  la  explicación  filosófica 
y  con  la  explicación  metafísica,  perdería  esta  misma  rea¬ 
lidad  su  sentido.  Porque  la  metafísica  no  tiene  sólo  un  va¬ 
lor  subjetivo  en  cuanto  conocimiento  integral  del  universo 
hecho  a  la  medida  del  espíritu  humano ;  uno  que  además 
responde  a  la  realidad  objetiva  en  cuanto  las,  verdades  'me¬ 
tafísicas  se  realzan  en  todas  las  cosas,  en  cuanto  es  hecha 
a  la  medida  de  las  cosas.  La  verdad  viene  a  ser  algo  así 
como  aquella  superficie  indefinible  en  que  el  volumen  de 
las  cosas  corta  al  volumen  del  espíritu. 

¿Qué  entendemos  por  causas?  Todo  aquello  de  lo  que 
depende  positivamente  la  formación  o  la  realidad  de  una 
cosa.  Dos  consideraciones  se  imponen  de  inmediato.  La 
primera  se  refiere  a  la  diferencia  entre  causa  y  condición: 
la  causa  indica  una  dependencia  positiva,  la  condición  sólo 
una  dependencia  negativa.  Por  ejemplo,  el  hecho  de  que 
esta  pieza  en  cpie  escribo  tenga  luz  suficiente  tiene  por  cau¬ 
sa  el  sol  que  atraviesa  la  ventana,  y  por  condición  que  los 
postigos  de  dicha  ventana  están  abiertos.  La  segunda  con¬ 
sideración  .se  refiere  a  que  la  noción  de  causa  presupone 
dos  tipos  primordiales :  el  uno  que  tiene  relación  con  la 
formación  de  una  .cosa,  el  otro  con  la  realidad  de  la  mis¬ 
ma.  Sin  embargo,  antes  de  profundizar  en  la  materia  en 
cuestión  conviene  insistir  en  cómo  en  el  conocimiento  sen¬ 
sible,  las  exigencias  causales  aparecen  envueltas  en  una 
densa  nube  de  ininteligibilidad.  De  acuerdo  con  la  defini¬ 
ción  dada  más  arriba,  de  cualquier  grupo  de  fenómenos  li¬ 
gados  por  relaciones  espacio-temporales  decimos  que  los 
unos  son  causados  por  los  otros  aun  cuando  no  veamos 
claramente  el  por  qué  ni  el  cómo  de  la  exigencia  causal. 
Explicamos  por  ejemplo,  la  caída  de  los  cuerpos  o,  si  se 
quiere,  el  movimiento  de  los  astros  en  virtud  de  la  ley  gra- 
vitacional  de  Newton;  pero  la  ley  de  Newton  no  nos  acia- 


EN  TORNO  AL  MARXISMO 


11 


ra  el  misterio  profundo  de  estos  fenómenos,  sino  que  nos 
indica  únicamente  la  medida  de  ellos,  la  forma  matemáti¬ 
ca  en  que  ellos  se  expresan  en  cuanto  la  relación  espacio- 
temporal  de  los  cuerpos  puede  ser  expuesta  cuantitativa¬ 
mente.  Decir  que  la  materia  atrae  a  la  materia  en  razón 
directa  de  las  masas  e  inversa  del  cuadrado  de  la  distancia 
es,  en  resumidas  cuentas,  indicar  el  modo  de  medir  un  fe¬ 
nómeno  fisico.  El  misterio  causal  de  la  atracción  gravita- 
cional,  el  por  qué  y  el  cómo  se  produce  esta  atracción,  per¬ 
manece  siempre  allí,  envuelto,  inescrutable.  La  experien¬ 
cia  sensible  y  el  análisis  puramente  científico  de  -  esta  ex¬ 
periencia  nos  permitirá,  en  el  mejor  de  los  casos,  confec¬ 
cionar  cuadros  de  fenómenos  relacionados  especial  y  tem¬ 
poralmente;  pero  en  qué  consista  la  realidad  causal  de  es¬ 
tas  relaciones  no  lo  dirán  nunca.  Entonces,  ¿por  qué  se  im¬ 
pone  al  espíritu,  aun  en  el  análisis  de  esta  experiencia  sen¬ 
sible,  la  explicación  causal?  Pues,  sencillamente,  porque  el 
objeto  propio  de  la  inteligencia  es  el  ser  ;  y  el  ser  perma¬ 
nece  y  fecunda  la  realidad  fenoménica.  La  noción  de  cau¬ 
salidad  .no  es  una  forma  a  priori  del  espíritu  cognoscente, 
lo  mismo  que  no  lo  son  el  tiempo  y  el  espacio ;  responde  a 
una  realidad  objetiva,  pero  en  cuanto  esta  realidad  es  onto- 
lógica,  trans-sensible.  Lo  sensible  oculta  la  realidad  causal 
como  el  cuarzo  oculta  el  oro.  Sólo  el  conocimiento  filosófi¬ 
co  de  las  cosas  materiales  podrá  descubrirnos  esta  realidad 
con  su  profundo  sentido.  Y  para  llegar  a  la  prístina  pure¬ 
za  de  la  noción  de  causalidad,  es  necesario  el  conocimiento 
del  ser,  en  cuanto  ser,  es  necesaria  la  Metafísica. 


Manuel  Atria 


!  ‘  S  O  Q  U  I  N  A  " 

|  Cera  para  pisos:  “PRESERVOL”. 

V  •  • _ 

!  Mata  moscas,  etc.:  “INSECTOL”. 

j  — — 

|  Limpia  metales:  “METALOL”. 

í  — :-: — 

j  Desinfectante:  “CRESOFENOL’b 

j  — 

|  En  almacenes,  mercerías  y  en 
j  AGUSTINAS  1121 


Oscar  Larson 


Economía  y  Moral 

Acaso  en  nada  esté  más  lejos  del  Evangelio  el  mundo 
contemporáneo,  que  en  su  vida  económica.  Y  precisamen¬ 
te  es  por  al  1  i  por  donde  le  ha  venido  a  esta  civilización  ago¬ 
nizante  la  enfermedad  que  le  va  a  producir  la  muerte. 

El  siglo  XIX,  que  marca  el  punto  culminante  de  la  des- 
cristianización  de  Europa  iniciada  en  el  Renacimiento,  es 
también  el  siglo  en  que  la  Economía  se  independiza  de  la 
Moral  y  se  constituye  en  ciencia  autónoma  y  positiva.  Los 
financistas  de  Manchester,  Adam  SmitH,  Ricardo,  etc.  crean 
la  Economía  Política  como  ciencia  de  ‘da  riqueza”  y  esta¬ 
blecen  sus  ‘deyes”,  destinadas  .a  enriquecer  al  rico  y  a  em¬ 
pobrecer  al  pobre.  Poco  después,  Carlos  Marx,  más  perspi¬ 
caz,  que  ellos,  saca  las  últimas  consecuencias  de  los  temas 
manchesterianos,ya  adoptadas  por  toda  Europa,  y  crea  el 
Socialismo  Científico,  expresión  definitiva  de  la  Economía 
amoral . 

La  separación  de  la  Economía  con  respecto  de  la  Eti¬ 
ca  es  tan  completa  y  profunda,  que  sin  protesta  de  nadie, 
se  afirma  que  ,1a  Economía  es  un  fenómeno  social  sometido 
a  las  leyes  naturales  semejantes  a  las  lluvias  o  al  creci¬ 
miento  de  las  plantas,  leyes  ineluctables  y  fatales  que  se 
llaman  la  libre  concurrencia,  la  oferta  y  la  demanda,  etc. 
Todo  el  mundo  acepta  esto,  cristianos  y  no  cristianos,  y  la 
Economía  Liberal  Individualista,  que  es  el  resumen  de  la 
Economía  sin  moral,  se  ha  enseñado  hasta  en  algunas  Uni¬ 
versidades  Católicas,  durante  un  medio  siglo,  como  la  ex¬ 
presión  misma  de  la  verdad. 

Teóricamente  tal  vez,  si  llegara  a  plantearse  la  cues¬ 
tión,  todos,  o  muchos,  aceptarían  que  la  Economía  debe 
someterse  a  la  Moral;  pero  la  mayoría  de  ellos  declararía 
sinceramente  que  no  ve  ninguna  relación  entre  ambas  co¬ 
sas ;  como  no  la  hay  entre  la  Moral  y  la  Climatología. 

No  es  de  extrañar  entonces  que  cuando  los  últimos 
Pontífices,  ante  los  daños  causados  por  la  Economía  Libe¬ 
ral,  dan  la  voz  de  alarma  y  condenan  sus  errores,  numero¬ 
sos  católicos,  y  hasta  algunos  sacerdotes,  oponen  resisten¬ 
cia  a  las  normas  pontificias  y  piensan  que  el  Papa  es  sin 
duda  Maestro  Supremo  de  Moral,  pero  que  olvidando  las 
leyes  naturales  de  la  vida  económica,  ha  penetrado  en  el 
campo  autónomo  de  las  ciencias... 

Es  innegable  que  la  Economía  Liberal  Individualista, 
como  teoría,  es  una  construcción  bien  hecha,  lógica  y  com¬ 
prensible  esto  explica  en  parte  su  éxito — ,  pero  fundada 
en  principios  erróneos.  En  efecto:  si  la  norma  de  la  acti¬ 
vidad  humana  es  la  libertad  absoluta,  y  el  fin  de  la  acti- 


ECONOMIA  Y  MORAL 


13 


viciad  económica  es  el  lucro,  indudablemente  que  la  libre 
competencia,  la  oferta  y  la  ‘demanda,  ei  interés  del  dinero, 
la  propiedad  ilimitada  y  la  mayor  producción  son  las  leyes 
de  la  Economía. 

¿  Qué  estas  leyes  han  producido  el  enriquecimiento  de 
unos  pocos,  el  empobrecimiento  de  miles  y  miles,  la  lucha 
de  clases,  guerras  terribles  de  competencia,  prepotencia 
económica  del  capitalismo  internacional,  crisis  de  produc¬ 
ción,  millones  de  desocupados,  hambruna  y  miseria  y,  por 
último,  el  comunismo  desesperado?  Todo  eso  lo  consideran 
los  economistas  liberales  pequeñas  fallas  del  sistema,  ven¬ 
tajas  en  su  conjunto,  o  como  los  terremotos  y  tempestades, 
que  suelen  causar  perjuicios  también,  sin  que  por  eso  con¬ 
venga  suprimir  las  leyes  naturales  de  las  cuatro  estaciones. 
Ellos  recuerdan  la  prosperidad  comercial  producida  por 
su  doctrina  en  el  siglo  XIX,  olvidando  los  millones  de  víc¬ 
timas  humanas  que  sacrificó,  y  no  tienén  presente  que  las 
“pequeñas  fallas”  que  hemos  enumerado  no  son  fenómenos 
accidentales  del  sistema,  sino  su  consecuencia  lógica.  Bas¬ 
taría  esto  para  condenarlo. 

^  í  :¡: 

Pero  vamos  a  la  teoría  misma  en  que  se  sustenta;  vea¬ 
mos  si  cabe  una  Economía  independiente  de  la  Moral. 

Esta  Economía  parte  —  hemos  dicho  —  de  dos  pos¬ 
tulados  :  la  libertad  absoluta  es  la  norma  de  la  actividad 
económica,  y  su  fin  propio  es  el  lucro. 

Pero  estos  dos  postulados  no  son  postulados  econó¬ 
micos,  (la  Economía  es  una  ciencia  positiva),  son  postu¬ 
lados  que  se  relacionan  con  la  Moral,  que  es  la  ciencia  del 
recto  obrar  del  hombre. 

Es  la  Etica,  ciencia  filosófica  por  excelencia  y  cien¬ 
cia  religiosa  en  el  orden  sobrenatural  actual,  la  que  plan¬ 
tea  y  resuelve  estas  dos  cuestiones:  ¿el  hombre  goza  de 
una  libertad  moral  absoluta  o  tiene  limitaciones?  ;  El  fin 
objetivo  de  su  actividad  económica  es  el  lucro? 

Y  según  sea  la  respuesta  que  la  Moral,  la  Moral  Cris¬ 
tiana,  de  a  estas  preguntas,  ha  de  ser  el  rumbo  de  la  Eco¬ 
nomía  y  sus  leyes.  En  su  principio,  pues,  la  Economía  no 
es  una  ciencia  absolutamente  independiente;  quiéralo  o 
no,  parte  de  dos  postulados  que  no  son  de  su  dominio,  si¬ 
no  de  la  ciencia  Moral,  y  la  Economía  tendrá  una  orienta¬ 
ción  que  depende  exclusivamente  de  la  respuesta  que  la 
Moral  haya  dado  a  aquellas  dos  cuestiones  preliminares. 

Naturalmente,  los  padres  del  Liberalismo  Individua¬ 
lista  no  pensaron  que  tales  cuestiones  previas  eran  asunto 
de  Moral ;  se  encontraban  frente  a  dos  hechos  o  a  dos  pos¬ 
tulados  admitidos  por  todo  el  mundo,  y  sobre  ellos  edifi¬ 
caron  su  sistema.  Las  pingües  ganancias  y  el  enorme  d?s- 


14 


SOCIOLOGIA 


arrollo  de  los  negocios  parecían  confirmar' su  legitimidad. 

Para  escapar  de  la  Moral,  para  no  someter  aquellas 
llamadas  leyes  económicas  al  juicio  de  la  Moral  y  de  la 
conciencia,  y  para  rehuir  la  condenación  que  tales  leyes 
merecen,  siquiera  sea  por  sus  terribles  consecuencias,  los 
economistas  liberales  dieron  en  decir  que  los  fenómenos 
de  la  vida  económica  eran  fenómenos  naturales  y,  por  tan¬ 
to,  sus  leyes  tenían  el  determinismo  ciego  de  las  leyes  de 
la  naturaleza:  es  inútil  y  perjudicial,  pretender  apartar¬ 
se  de  ellas.  Las  víctimas  que  produce  son  las  víctimas  de 
todas  las  leyes  naturales ;  y  los  privilegiados  que  con  ellas 
se  benefician,  son  como  las  especies  superiores  que  tam¬ 
bién  se  observan  en  el  orden  natural.  (Es  Marx  el  que  de¬ 
ducirá  las  últimas  consecuencias  de  estas  afirmaciones,  sus¬ 
tituyendo  la  ley  de  tal  selección  por  la  ley  del  número  :  los 
millones  de  proletarios  se  comerán  a  ios  pocos  capitalis¬ 
tas)  . 

El  error  salta  a  la  vista,  y  asombra  que  haya  podido 
sobrevivir  tanto  tiempo.  No  hay  tales  leyes  naturales  de 
la  Economía,  por  la  sencilla  razón  de  que  los  fenómenos 
económicos  son  producidos  por  la  actividad  libre  del  hom¬ 
bre,  el  cual  puede  establecerlos  de  una  manera  o  de  otra, 
y  de  hecho,  desde  los  pueblos  primitivos  hasta  ahora,  ha 
habido  en  las  diversas  agrupaciones  diferentes  sistemas 
económicos.  La  Economía  actual,  como  la  Política,  las  Ar¬ 
tes,  los  sistemas  administrativos,  o  los  sistemas  de  correo 
son  productos  sociales,  organizados  libremente  por  los  hom¬ 
bres  y,  por  tanto,  dependientes  de  su  voluntad.  Si  depen¬ 
den  de  la  voluntad  humana,  caen  bajo  las  leyes  de  la  Mo¬ 
ral.  ¿Qué  es  la  Economía?  El  conjunto  de  actividades  que 
tienen  por  objeto  la  producción,  la  distribución  y  el  con¬ 
sumo  de  la  riqueza,  es  decir,  de  los  bienes  materiales  des¬ 
tinados  a  satisfacer  las  necesidades  humanas.  Son  activi¬ 
dades  necesarias  a  los  hombres  tomados  en  conjunto,  pe¬ 
ro  libres  con  respecto  a  cada  uno  de  ellos;  libres  en  cuan¬ 
to  cada  hombre  y  cada  grupo  social  puede  escoger  la  for¬ 
ma,  el  tiempo  y  el  modo  en  que  proveerá  a  sus  necesida¬ 
des.  Existen  hoy  día  en  la  forma  tal  o  cual ;  podrían  existir 
en  otra  forma.  De  hecho,  en  épocas  pasadas,  tuvieron  ta¬ 
les  actividades  otra  organización.  De  hecho,  las  diversas 
clases  de  Socialismo  proponen  diversos  tipos  de  organiza¬ 
ción  económica.  Es  absolutamente  falso,  pues,  decir  que 
las  leyes  de  la  Economía  Liberal,  son  leyes  naturales  inva¬ 
riables,  v  es  evidente  que  la  sociedad  puede  darse  otro  ti¬ 
po  de  Economía.  ¿  Cómo  independizar  entonces  las  acti¬ 
vidades  económicas,  de  las  leyes  de  la  Moral? 

Otra  cosa  es  que,  dentro  de  un  sistema  dado,  tal  o 
cual  práctica  sea  indispensable;  por  ejemplo,  en  la  Econo- 


ECONOMIA  Y  MORAL 


15 


mía  Liberal,  la  oferta  y  la  demanda  como  ley  reguladora 
de  los  precios,  es  ley  necesaria.  Pero  el  régimen  liberal  in¬ 
dividualista  ¿es  necesario?  ¿No  es  posible  otro?  Además 
la  mentada  ley  de  la  oferta  y  de  la  demanda  ¿no  puede  ser 
contraria  a  la  ley  moral  en  ciertos  casos?  Las  respuestas 
son  obvias. 

Ningún,  acto  humano  en  concreto  queda  al  margen  de 
la  Moral.  Aparte  de  los  actos  que  son  esencialmente  bue¬ 
nos,  como  amar  a  sus  padres,  o  esencialmente  malos,  como 
mentir,  hay  los  actos  que  de  por  sí  son  indiferentes  pero 
que  toman  su  moralidad,  de  la  intención  del  agente  y  de 
las  circunstancias :  son,  pues,  buenos  o  malos  en  la  prác.-. 
tica.  Tomar  un  tranvía  o  comprar  un  libro  son  acciones 
teóricamente  indiferentes  desde  el  punto  de  vista  moral ; 
pero  en  la  realidad  concreta,  en  el  hecho,  necesariamente 
son  buenos  o  malos,  según  sea  la  intención  con  que  se  eje¬ 
cutaron  y  las  circunstancias :  tomar  un  tranvía  para  ir  a 
cumplir  un  deber  es  un  acto  bueno  ;  leer  un  libro  obceno, 
o  leer  una  novela  mientras  debiera  estar  estudiando  la  lec¬ 
ción,  es  un  acto  malo. 

Los  actos  de  la  vida  económica,  trabajar,  comprar, 
vender,  pagar  salarios,  invertir  capital,  etc.,  necesariamen¬ 
te  son  actos '  buenos  o  malos,  porque  son  actos  libres.  Y 
hay  que  tomar  en  cuenta  que  las  actividades  económicas 
no  son  acciones  meramente  privadas,  sino  con  repercusión 
en  la  vida  económica  de  la  colectividad ;  de  modo  que  de¬ 
ben  ser  uniformes  no  sólo  a  la  justicia  conmutativa,  sino 
también  a  la  justicia  social. 

En  consecuencia,  no  hay  una  Economía  pura,  al  mar¬ 
gen  de  la  Moral ;  no  hay  leyes  económicas  superiores  a  la 
voluntad  humana;  no  hay  una  vida  económica  impuesta 
por  la  naturaleza  a  la  sociedad.  La  Economía  es  una  cien¬ 
cia  que  depende  de  la  Moral ;  es  un  capítulo  de  la  Mo¬ 
ral. 

Ni  cabe  refugiarse  en  el  manoseado  recurso  de  decir 
que  la  Economía  es  una  técnica,  y,  por  consiguiente...  la 
técnica,  esto  es,  ciertos  conocimientos  y  procedimientos  es¬ 
pecializados,  propios  de  una  actividad  profesional,  son  sim¬ 
ples  medios  al  servicio  de  un  fin,  que  es  lo  importante.  La 
técnica  no  es  ni  puede  ser  un  fin  en  sí  misma ;  es  un  ins¬ 
trumento  al  servicio  de  una  idea.  La  técnica  operatoria, 
por  ejemplo,  o  :1a  técnica  química  sirven  al  fin  que  se  les 
dirijan,  y  lo  mismo  pueden  hacer  un  verdadero  bien  como 
un  gran  daño. 

En  la  vida  económica  hay,  indudablemente,  factores 
técnicos,  tales  como  los  de  las  siembras  y  cosechas,  los  cíe 
la  industria  y  las  del  comercio ;  letras  de  cambio,  crédito, 
cálculos  de  rendimiento,  etc.  Pero  todo  eso  está  siempre 


16 


SOCIOLOGIA 


al  servicio  de  un  acto  humano,  de  un  designio  o  de  un  sis¬ 
tema,  que  es  el  que  cae  bajo  el  juicio  de  la  Moral.  La  téc¬ 
nica  no  es  aquí  más  de  lo  que  es  una  herramienta  en  ma¬ 
nos  de  un  profesional.  Ella  no  tiene  de  por  sí  exigencia  al¬ 
guna  ni  moralidad  propia,  depende  de  la  mallo  que  la  em¬ 
plea  y  de  la  voluntad  que  la  manda.  Y  si  se  diera  el  caso 
de  una  acción  técnica  contraria  a  una  ley  moral,  por  ese 
hecho  es  reprobable  y  no  puede  ser  empleada,  porque  el 
fin  no  justifica  los  medios. 

/ 

Finalmente,  hay  otro  aspecto  de  la  cuestión.  ¿Qué  es 
Economía?  Es  el  conjunto  de  actividades  organizadas  pa¬ 
ra  proveer  a  las  necesidades  materiales  del  hombre.  Las 
principales  actividades  económicas  son  la  producción,  la 
distribución,  el  intercambio  y  el  consumo  de  los  bienes  ma¬ 
teriales.  Evidentemente,  entonces,  como  actividad  y  como 
rnéncia  de  la  misma,  la  Economía  es  para  el  hombre,  debe 
estar  organizada  a  su  servicio,  sin  preferir  ni  excluir  a  na¬ 
die,  ya  que  los  bienes  de  la  naturaleza  han  sido  hechos 
por  el  Creador  para  todos.  En  una  palabra :  la  Economía 
tiene  la  misma  finalidad  que  tienen  los  bienes  de  la  natu¬ 
raleza  :  servir  al  hombre. 

Pero  el  hombre  tampoco  es  el  fin  de  sí  mismo,  sino 
que,  estando  dotado  de  una  alma  espiritual,  tiene  como 
fin  a  Dios,  a  quien  debe  llegar  a  poner  en  una  vida  inmor¬ 
tal.  A  ese  fin  supremo  ha  de  encaminar  toda  su  existencia 
mediante  el  cumplimiento  de  la  ley  Moral.  A  ese  fin  nobi¬ 
lísimo  ha  de  encaminar  sus  acciones,  y  todo  cuanto  tiene 
y  cuanto  hace  debe  ayudarle  a  la  consecusión  de  su  fin. 
Su  vida  material,  pues,  está  subordinada  a  su  fin  espi¬ 
ritual;  su  cuerpo  y  sus  deseos  han  de  someterse  a  su  espí¬ 
ritu  y  éste,  a  la  ley  divina,  que  es  la  condición  de  su  fin 
último.  Las  cosas  son  para  el  hombre,  y  el  hombre  es  pa¬ 
ra  Dios. 

Fácilmente  se  desprende  de  estas  verdades  elementa¬ 
les  que  hay  una  jerarquía  de  valores  en  las  cosas  humanas, 
jerarquía  en  la  cual  la  Economía  ocupa  un  lugar  subordi¬ 
nado  y  relativamente  secundario,  en  comparación  de  la  ley 
Moral,  que  es  la  norma  del  hombre  integralmente  conside¬ 
rado. 

Tal  es  el  único  rol  lógico  y  razonable  de  una  Econo¬ 
mía  verdaderamente  humana.  Así  lo  comprendió'  el  propio 
Aristóteles,  que  considera  esta  ciencia  como  un  capítulo  de 
la  Etica. 

Para  el  cristiano,  la  cuestión  de  la  subordinación  de 
la  Economía  a  la  Moral  no  puede  ofrecer  dudas.  Los  bie- 


ECONOMIA  Y  MORAL 


17 


nes  terrenos  son  apenas  simples  medios  de  satisfacer  las 
necesidades  corporales,  que,  si  tienen  algún  valor,  es  por¬ 
que  sirven  al  espíritu.  Dios  ha  elevado  al  hombre  al  orden 
sobrenatural,  mediante  la  gracia  santificante .  infundida  en 
el  alma  por  el  bautismo,  “que  nos  hace  santos  e  hijos  de 
Dios”.  La  vida,  para  el  cristiano,  no  tiene  otro  fin  que 
conservar  y  acrecentar  esta  gracia  divina,  substancia  de  Ja 
santidad  y  prenda  de  nuestra  vida  eterna,  en  la  que  “vere¬ 
mos  a  Dios  tal  como  es”.  De  ahí  es  que  el  Redentor  de  los 
hombres  determinó  la  escala  de  los  valores  humanos  cuan¬ 
do  dijo:  “Buscad  primero  el  reino  de  Dios  y  su  justicia,  y 
lo  demás  se  os  dará  por  añadidura”;  En  estas  palabras  de- 
Nuestro  Señor  Jesucristo  está  expresada  admirablemente 
la  subordinación  de  la  Economía  y  la  Moral  y,  el  fin  su¬ 
premo  del  hombre. 


1  Oscar  Larson. 


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EL  I  M  PAR  CIA 


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DIARIO  DE  LA  TARDE 


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Las  mejores  informaciones. 

No  explota  la  crónica  roja. 
Departamento  de  Propaganda  en  San  Diego  67 


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Lucy  Luco. — 


El  obrero  chileno  y  sus  problemas 

Estudiar  ios  problemas  sociales  del  obrero,  es  el  tema  del 
presente  trabajo.  En  él  no  se  pretende  otra  cosa  que  exponer  lo 
que  en  dos  años  de  contacto  con  la  familia  obrera  he  podido  apre¬ 
ciar,  experimentar  y  conocer. 

De  la  sola  enunciación  del  tema,  salta  a  la  vista  su  enorme 
amplitud.  Extenso  sería  su  desarrollo,  si  se  pretendiera  abarcarlo 
en  todos  sus  aspectos,  debido  a  los  innumerables  problemas,  que 
en  orden  social,  económico  y  moral,  afectan  a  nuestro  pueblo, 
cada  uno  de  los  cuales  constituye  un  material  suficiente  para  un 
largo  trabajo 

Es  por  ello  que  me  he  limitado  sólo  a  enumerar,  a  grandes 
rasgos,  los  problemas  actuales  del  obrero  y  su  familia,  sin  querer 
hacer  un  estudio  acabado  y  profundo  de  sus  causas,  remedios  y 

consecuencias . 

En  la  actualidad,  en  que  el  obrero,  consciente  de  sus  dere¬ 
chos,  exige  un  mejoramiento  de  sus  condiciones  de  vida,  se  hace 
cada  vez  más  necesario  que  se  conozcan  sus  problemas  para  así 
buscar  la  forma  \de  solucionarlos.  Conocidos  ellos,  es,  no  ya  de 
caridad  cristiana,  sino  de  justicia  social,  el  deber  de  buscarles  so¬ 
luciones  efectivas. 

Desgraciadamente  este  deber  no  siempre  es  comprendido  por 
los  que  precisamente  tienen  en  sus  manos  los  medios  para  levan¬ 
tar  el  nivel  social  de  nuestro  pueblo  en  todos  sus  aspectos  y  es 
por  ello  que  a  la  Visitadora  Social,  con  su  labor  abnegada  y  dis¬ 
creta,  le  corresponde  suavizar  y  hacer  más  llevadera  la  vida  de 
quienes  obtienen  con  su  trabajo  el  sustento  diario  y  despertar  las 
conciencias  dormidas  de  los  que  infringen  sus  deberes  sociales. 

Abrigo  la  esperanza  que  estas  páginas,  en  las  que  tal  vez 
no  se  encontrará  ninguna  novedad,  pero  que  han  sido  escritas  con 
un  profundo  anhelo  por  el  resurgimiento  de  nuestro  pueblo,  apor¬ 
ten  algo  más  al  estudio  y  conocimiento  de  sus  problemas  y  de 
sus  remedios . 


PROBLEMA  EDUCACIONAL 

La  experiencia  adquirida  al  contacto  con  las  familias  obre¬ 
ras,  a  través  de  dos  años  de  práctica,  da  lugar  a  afirmar,  con 
espíritu  sereno,  la  carencia  absoluta  de  educación  de  nuestro  pue¬ 
blo. 

Esta  incultura  se  manifiesta  a  través  de  todos  los  aspectos 
de  la  vida  del  obrero  y  aporta  un  conjunto  de  males  morales,  hi¬ 
giénicos  y  económicos,  que  trascienden  del  individuo  a  la  familia 
y  por  consiguiente  a  la  sociedad,  ya  que  la  calidad  de  ésta  depende 
de  la  calidad  de  las  familias,  y  ésta,  de  la  del  individuo. 

Culpar  al  obrero  por  carecer  de  educación  es  hasta  cierto 
punto  injusto,  pues,  no  debe  ignorarse  el  ambiente  en  que  se  ha 
formado,  los  ejemplos  que  ha  recibido  y  la  directiva  que  ha  guia¬ 
do  sus  sentimientos .  Estas  reflexiones  son  las  que  no  permiten 
dar  una  sentencia  muy  severa  y  las  que  confirman  la  necesidad 
de  poner  todo  esfuerzo  educativo  en  aquellos  seres  desposeídos  de 


EL  OBRERO  CHILENO  Y  SUS  PROBLEMAS 


19 


toda  cultura,  teniendo  presente,  en  particular,  al  niño,  en  el  cual 
deben  converger  todas  las  medidas  que  tengan  por  finalidad  ele¬ 
var  su  nivel  cultural,  ya  que  él  será  el  hombre  de  mañana  y  el 
padre  de  una  nueva  generación. 

Nuestros  obreros  actuales,  viven  en  una  inconsciencia  abso¬ 
luta,  carecen  del  sentido  de  la  responsabilidad,  de  la  ambición  por 
surgir,  viven  deprimidos,  degradados,  son  egocéntricos  y  conside¬ 
ran  la  vida  como  un  medio  para  divertirse.  Llegan  al  matrimonio 
en  completa  ignorancia  del  significado  y  de  la  responsabilidad 
que  supone  este  sacramento.  Muchas  veces,  llevados  tan  sólo  por 
el  deseo  sexual  se  unen  libremente  a  una  mujer,  la  que  pronto 
abandonan  al  tener  el  primer  hijo,  en  vista  de  las  obligaciones 
que  les  significará  y  van  en  busca  de  nuevas  aventuras  a  otros 
lugares,  sembrando  por  donde  pasan,  la  desgracia  en  la  vida  de 
nuevos  seres. 

En  cuantó  a  los  hogares  ilegítimos,  se  ven  las  dificultades 
que  se  presentan  por  la  negativa,  generalmente  de  los  padres,  de 
constituir  legal  y  religiosamente  su  familia,  porque  comprenden 
que  esto  le  supondrá  pérdida  de  la  libertad  y  que  tendrán  que 
respetar  las  leyes,  razón  por  la  cual  eluden  este  deber  sagrado. 
Hoy  día,  sin  embargo,  existe  una  evolución  en  este  sentido,  lo 
que  se  debe  al  pago  de  la  asignación  familiar,  que  sólo  toma  en 
consideración  a  las  familias  bien  constituidas. 

Todos  estos  males  se  remediarían  si  nuestro  pueblo  fuera 
educado  e  instruido  sobre  su  misión  social. 

Muy  frecuente  es  también  el  caso  del  hogar  en  que  el  padre 
llevado  por  el  vicio  del  alcoholismo,  invierte  todo  el  fruto  de  su 
trabajo  en  la  taberna,  lo  que  no  sólo  va  en  perjuicio  de  su  salud 
física  y  moral,  sino  también  en  la  de  su  familia.  Esto  indu¬ 
dablemente  tiene  su  origen,  entre  otras  causas,  en  una  deficiente 
educación . 

El  cuadro  siguiente  indica  el  porcentaje  de  alcohólicos  en 
70  obreros: 


Grados  de  alcoholismo  N.°  de  obreros 

Alcohólicos .  19 

Ocasionales .  30 

Temperantes .  21 


% 

27,1 

42,9 

30,0 


Totales  ...  .  70  100,0 

Pesa  también  sobre  las  condiciones  de  nuestro  pueblo,  la  in¬ 
fluencia  de  la  mala  educación  de  las  madres  encargadas  del  cui¬ 
dado  del  hogar  en  el  orden  d|méstico,  y  de  los  hijos  en  todos  los 
aspectos.  La  generalidad  de  las  madres  carecen  de  los  conoci¬ 
mientos  necesarios  que  les  permitan  vestir,  alimentar  y  mantener 
en  buen  estado  su  hogar.  Así  se  ha  observado  que  muchas  ma¬ 
dres  no  saben  preparar  los  alimentos  e  ignoran  en  absoluto  el 
valor  nutritivo  de  ellos,  de  modo  que  no  los  coordinan  en  forma 
que  lleguen  a  constituir  un  régimen  alimenticio  ordenado  y  efi¬ 
ciente,  siendo  muchas  veces  el  gasto  totalmente  desproporcionado 
a  los  principios  alimenticios  consumidos.  A  este  respecto  es  digno 
de  anotarse  el  caso  de  una  madre  que  no  daba  leche  a  su  hijo  de 
2  años  por  considerarla  perjudicial  para  su  salud. 

En  cuanto  al  vestuario,  nuestras  madres .  carecen  de  los  co¬ 
nocimientos  más  elementales  para  confeccionar  sus  vestidos  y  poi 
consiguiente,  las  pocas  veces  que  los  adquieren,  tienen  que  recu- 


20 


SOCIOLOGIA 


rrir  a  intermediarios,  lo  que  hace  aumentar  considerablemente  su 
valor  adquisitivo . 

En  lo  que  se  refiere  a  la  limpieza  y  cuidado  del  hogar,  sa¬ 
bido  es,  lo  mucho  que  dejan  que  desear  por  la  falta  total  de  ini¬ 
ciativa,  de  negligencia  y  de  espíritu  de  higiene  de  las  dueñas  de 
casa,  debiendo  dejarse  constancia  que  este  abandono  en  que  se 
encuentran  las  habitaciones  de  nuestro  pueblo,  no  siempre  se  de¬ 
ben  a  factores  económicos,  sino  a  veces  a  una  deficiente  educa¬ 
ción. 

Bajo  el  aspecto  médico,  conocida  es  en  nuestro  pueblo  la  cos¬ 
tumbre  de  dar  más  fe  a  los  curanderos  y  yerbateros  u  otros  char¬ 
latanes  que  al  médico.  En  una  ocasión  se  presentó  el  caso  de  un 
obrero  que  sufría  cáncer  al  estómago,  y  que  apartándose  de  las 
prescripciones  médicas,  tuvo  más  fe  en  el  consejo  de  una  coma¬ 
dre,  para  quien  el  remedio  infalible  para  su  mal  era  una  sabrosa 
y  condimentada  cazuela  de  perro.  De  más  está  decir  que  a  pesar 
de  tan  extraño  remedio,  el  paciente  falleció  a  consecuencia  de  su 
mal. 

La  irresponsabilidad  de  sus  padres,  de  que  ya  se  ha  hablado, 
hace  que  muchas  veces  se  vea  el  caso  en  que  existe  una  absoluta 
indiferencia  por  la  formación  cultural  de  sus  hijos,  la  que  se  ma¬ 
nifiesta  en  una  despreocupación  para  que  éstos  concurran  a  la 
escuela . 

Se  ha  hecho  una  exposición  breve  y  deficiente,  si  se  quiere, 
de  los  lamentables  efectos  que  produce  la  educación  obrera,  con¬ 
siderado  desde  el  punto  de  vista  puramente  material,  económico 
y  moral .  Si  se  analiza  ahora  bajo  el  aspecto  religioso,  se  llega  a 
la  conclusión  que  el  mal  estado  espiritual  del  pueblo  no  se  debe 
a  una  falta  de  religiosidad,  sino  más  bien  a  una  falta  de  educa¬ 
ción  religiosa.  En  general,  en  el  fondo  el  obrero  es  religioso,  pero 
desconoce  totalmente  las  verdades  fundamentales  de  su  religión 
y  en  los  aislados  casos  en  que  estos  principios  religiosos  le  han 
sido  inculcados,  no  los  entiende  y  por  lo  mismo  no  los  practica, 
ya  sea  por  indiferencia  o  por  respeto  humano.  Su  religiosidad, 
más  que  en  principios,  tiene  su  base  en  un  sentimiento  superticio- 
jso  .  Manifestación  evidente  de  esto,  es  la  costumbre  de  encen¬ 
der  velas  a  los  santos  de  su  devoción,  en  lugar  de  valerse  del  me¬ 
dio  esencial  para  clamar  a  Dios:  la  oración. 

SALARIO  INSUFICIENTE 

Este  problema  puede  provenir  de  diferentes  causas,  siendo 
las  principales  la  falta  de  remuneración  equitativa,  la  mala  in¬ 
versión  del  salario  y  los  vicios. 

Hoy  día  la  realidad  demuestra  el  reducido  salario  que  ganan 
algunos  obreros  en  sus  diferentes  oficios,  ocasionados  en  gran 
parte  por  la  baja  de  nuestra  moneda,  lo  que  trae  por  consecuen¬ 
cia  el  desequilibrio  económico  nacional  y  la  carestía  de  la  vida. 

Hemos  calculado  el  salario  vital  individual,  de  acuerdo  con 
el  costo  de  la  vida  del  mes  de  julio  del  año  1940,  a  base  de  la 
tabla  que  confeccionó  el  año  1938  la  Srta .  Carmen  Rodríguez, 
obteniendo  ella  un  resultado  de  $  16,37  diario.  La  investigación 
del  año  1940  ha  arrojado  un  total  de  $  21,68,  existiendo  una  dife¬ 
rencia  de  $  5,31  con  el  del  año  de  1938. 

Se  debe  observar  que  el  costo  de  la  alimentación  ha  subido 
en  relación  al  año  1938,  sólo  $  0,18,  pues  en  aquel  año  fué  de 


EL  OBRERO  CHILENO  Y  SUS  PROBLEMAS 


21 


$  5,49  y  actualmente  es  de  $  5,67.  Esta  diferencia  tan  pequeña 
se  debe  a  que  los  artículos  de  mayor  consumo,  como  la  carne  y 
el  pan  (este  último  de  2.800  grs.  semanales)  tienen  un  valor 
menor,  con  relación  al  año  1938,  de  $  0,60  por  kilo,  que  contra¬ 
rresta  en  parte  al  precio  de  los  alimentos  de  consumo  más  limi¬ 
tado,  cuyo  valór  ha  aumentado. 

El  aumento  del  salario  vital  se  debe,  pues,  principalmente 
a  los  costos  subidos  de  los  otros  factores.  Así  el  vestuario,  ascen¬ 
dió  de  $  4,02  a  $  6,04;  la  habitación,  de  $  2,60  a  $  4,00;  artículos 
varios,  de  $  3,54  a  $  5,00;  cuotas  sociales,  de  $  0,24  a  $  0,36;  etc. 

Esta  cifra,  calculada  como  salario  vital  individual  está  muy 
distante  de  ser  una  realidad  en  la  mayoría  de  nuestros  obreros, 
y  el  escaso  salario  que  actualmente  perciben,  les  obliga  a  tener 
un  bajísimo  standard  de  vida,  y  la  inversión  de  él,  tiende  sólo  a 
satisfacer  el  rubro  de  la  alimentación,  el  que  a  veces  es  tan  insu¬ 
ficiente  que  no  alcanza  a  producir  la  energía  calórica  necesaria, 
para  mantener  en  condiciones  normales,  su  capacidad  biológica. 

La  deficiencia  del  salario,  se  puede  apreciar  por  el  cuadro 
siguiente,  en  el  que,  si  bien  en  algunos  casos  el  salario  corres¬ 
ponde  al  vital  individual,  no  complementa  el  salario  vital  fami¬ 
liar.  Estos  salarios  son  calculados  entre  70  obreros  que  traba¬ 
jan  en  una  fábrica. 


Salarios  diarios 

N.°  de 

individuales. 

personas 

% 

De . $ 

14 

5 

7,2 

99 

15 

6 

8,5 

99 

16 

5 

7,2 

99 

17 

1 

1,5 

•  •  •  r.,. 

18 

8 

11,5 

99 

20 

20 

28,5 

•  •  •  •  •  • 

25 

16 

22,8 

•  •  •  •  •  * 

27 

3 

4,2 

99 

28 

2 

2,8 

99 

30 

4 

5,7 

Totales  . 

70 

100,0 

Salario  mediano:  $  20,6. 

Por  este  cuadro,  vemos  que  el  término  medio  de  los  salarios 
es  inferior  al  salario  vital  individual.  Más  aun  si  se  considera  que 
la  mayoría  de  estos  obreros  son  individuos  con  cargas  familiares 
que  perciben  sólo  una  asignación  familiar  de  $  1.00  por  esposa  y 
$  0,50  por  hijos  por  cada  día  trabajado,  se  ve  que  el  salario  es  aún 
mucho  más  insuficiente. 

Del  factor  económico  se  desprenden:  problemas  médicos,  hi¬ 
giénicos,  escolares  y  morales,  que  se  exponen  a  continuación: 

1)  PROBLEMAS  MEDICOS. 

a)  MALA  ALIMENTACION. 

La  alimentación  es  condición  indispensable  en  el  hombre  para 
el  funcionamiento  y  mantenimiento  de  su  organismo.  Se  despren¬ 
de  de  aquí  que  el  individuo  debe  recibir  un  aporte  diario  y  deter- 


22 


SOCIOLOGIA 


minado  de  alimentos  que  produzcan  las  calorías  necesarias,  de 
acuerdo  con  su  trabajo,  edad  y  sexo. 

Esta  ración  calórica  debe  ser  suministrada  por  medio  de  un 
régimen  alimenticio  equilibrado,  que  contenga  una  cantidad  con¬ 
veniente  de  alimentos  protectores  y  una  proporción  no  excesiva  de 
alimentos  energéticos. 

Se  llaman  alimentos  protectores,  aquellos  que  entregan  pró- 
tidos  de  alto  valor  biológico,  sales  asimilables  o  vitaminas  nece¬ 
sarias  al  funcionamiento  del  organismo,  para  producir  nueva  mate¬ 
ria  viviente  y  ellos  son:  leche,  huevos,  carne,  verduras  y  papas. 
Se  denominan  alimentos  energéticos,  a  aquellos  que  proporcionan 
sólo  energía  para  la  realización  de  las  funciones  vitales,  y  ellos 
son:  leguminosas;  (porotos,  lentejas,  garbanzos),  cereales;  (trigo, 
mote,  pan,  harinas,  fideos,  chucoca,  arroz) ;  grasa,  manteca,  aceite 
y  azúcar. 

Es  de  observar  que  los  alimentos  energéticos  proporcionan  en 
general  una  alta  cantidad  de  calorías,  pero  un  régimen  pn  estas 
condiciones,  desprovisto  de  alimentos  protectores  ocasiona  a  corto 
plazo  trastornos  que  irán  en  perjuicio  del  organismo. 

Muy  conocida  a  este  respecto,  es  la  ración  alimenticia  de  al¬ 
gunas  familias  obreras,  que  debido,  en  la  mayoría  de  los  casos,  al 
salario  escaso  del  jefe  de  familia,  están  condenadas  a  una  alimen¬ 
tación  deficiente,  que  consiste  generalmente  en  un  plato  de  papas 
o  de  leguminosas  mal  guisadas,  desconociendo  en  absoluto  los  ali¬ 
mentos  como  la  carne,  leche  y  huevos. 

Se  ha  investigado  la  alimentación  semanal  de  15  familias  de 
obreros  que  trabajan  én  una  fábrica,  con  entradas  que  fluctúan  de 
$  108  a  $  200  semanales,  y  se  ha  establecido  que  dichas  familias 
comen  relativamente  bien,  no  obstante  presentar  algunas  de  ellas 
un  déficit  alimenticio  en  relación  con  la  ración  necesaria  a  las  uni¬ 
dades  de  consumo  correspondientes  a  cada  familia.  De  estas  15  fa¬ 
milias,  todas  consumen  carne,  aunque  algunas  de  ellas,  en  canti¬ 
dad  pequeña  y  sólo  hay  5  que  no  consumen  leche. 

De  las  15  familias  encuestadas,  sólo  tres  (casos  N.°  3,  7  y 
10),  arrojan  un  saldo  a  favor  en  calorías,  por  lo  que  se  puede  de¬ 
ducir  que  sólo  estas  tres  familias  se  alimentan  de  acuerdo  con  los 
principios  necesarios,  no  obstante  que  hay  en  albúmina  animal,  un 
pequeño  saldo  en  contra  de  ellas.  A  este  respecto,  es  interesante 
hacer  notar,  que  los  tres  casos  indicados,  se  refieren  a  familias  re¬ 
ducidas  y  dos  de  ellas  (casos  N.c  3  y  7)  disponen  de  una  entrada 
superior  a  la  generalidad,  lo  que  les  permite  disponer  de  un  ma¬ 
yor  saldo  para  otras  necesidades;  no  así  el  tercer  caso  (N.a  10) 
que  invierte  casi  todo  su  haber  en  la  alimentación,  debido  a  sus 
escasos  recursos. 

En  cuanto  al  consumo  de  albúminas,  la  encuesta  arroja  una 
deficiencia  de  proteínas  animales,  representadas  por  la  carne,  hue¬ 
vos  y  leche,  productos  que  nuestro  pueblo  no  consume  en  la  forma 
que  debiera.  En  cambio,  se  observa  un  saldo  a  favor  en  el  con¬ 
sumo  de  albúminas  vegetales,  lo  que  indica  que  estas  familias,  aun¬ 
que  comen  con  abundancia,  su  régimen  alimenticio  está  desequili¬ 
brado,  pues  consumen  en  exceso  alimentos  como  leguminosas  y  ce¬ 
reales,  principalmente  el  pan. 

Es,  también,  interesante  observar  el  gasto  subido  que  aporta 
ia  alimentación  semanal,  en  relación  con  las  entradas,  lo  que  per¬ 
mite  apreciar  el  poco  dinero  disponible  que  queda  paj*a  satisfacer 
las  demás  necesidades  vitales  de  la  familia,  lo  que  certifica  el  hecho- 


EL  OBRERO  CHILENO  Y  SUS  PROBLEMAS 


23 


de  que  nuestros  obreros  gastan  la  mayor  parte  de  su  salario  en 
la  alimentación. 

Este  trabajo  constituye  una  argumentación  clara  de  la  insu¬ 
ficiencia  de  alimentación  en  aquellas  familias  cuyas  entradas  son 
inferiores  a  las  que  han  servido  de  investigación,  demostración  evi¬ 
dente,  que  queda  fuera  de  todo  comentario. 

La  grave  deficiencia  del  aporte  calórico,  no  sólo  repercute  en 
la  capacidad  del  esfuerzo  muscular,  sino  también  en  el  organismo, 
produciendo  una  serie  de  trastornos  en  la  salud  del.  individuo  y  con¬ 
tribuyendo  a  elevar  la  cifra  de  mortalidad  infantil  y  de  tubercu¬ 
losis  . 

b)  MORTALIDAD  INFANTIL.  . 

Chile,  es  el  país  donde  existe  la  mayor  mortalidad  infantil. 
Los  cálculos,  obtenidos  el  año  1937  y  1938,  dan  una  cifra  de  241  y 
336  fallecidos  por  mil  nacidos  vivos,  respectivamente,  es  decir,  de 
cada  cuatro  niños  que  nacen  muere  uno. 

Numerosas  son  las  enfermedades  que  originan  la  mortalidad 
infantil.  Los  niños,  en  el  primer  año  de  vida  están  expuestos  a  ad¬ 
quirir  toda  clase  de  enfermedades  infecto -contagiosas,  como  gri- 
ppe,  sarampión,  escarlatina,  varicela,  coqueluche  y  difteria,  como 
también  enfermedades  del  aparato  respiratorio ;  bronconeumonía 
y  neumonía,  alcanzando  todas  ellas  un  grado  de  difusión  extraordi¬ 
naria,  especialmente  en  las  familias  más  indigentes,  cuyas  habi¬ 
taciones  insalubres,  abrigo  deficiente  y  alimentación  insuficiente, 
acarrea  un  déficit  nutritivo  y  orgánico,  apto  para  el  desarrollo  de 
aquellas  infecciones.  Junto  con  estas  causas,  se  debe  considerar 
también,  la  ración  insuficiente  de  leche  materna  y  la  inadecuada 
alimentación  artificial,  factores  de  gran  importancia  en  el  desarro¬ 
llo  orgánico  del  niño. 

A  este  propósito,  dice  el  Profesor  D.  Jorge  Mardones  R.:  “Es 
bien  sabido  que  las  enfermedades  respiratorias,  se  producen  en  el 
lactante,  en  relación  con  su  estado  nutritivo  y  que  el  estallido  de 
algunas  de  ellas  y  en  especial  su  evolución  fatal,  son  en  general, 
indicios  del  régimen  alimenticio.  La  diarrea  y  la  enteritis,  por  su 
parte,  revelan  una  lactancia  mal  dirigida,  en  su  totalidad  artificial 
o  mixta” . 

Es  frecuente  que  en  aquellas  familias  cuyo  jefe  gana  u  /  salario 
insuficiente,  la  esposa  se  vea  obligada  a  trabajar  para  satisfacer 
el  mínimun  de  sus  necesidades,  efectuando,  a  veces,  actividades  su¬ 
periores  a  sus  fuerzas  y  por  lo  tanto,  queda  durante  el  estado  de 
embarazo  al  margen  de  toda  protección,  que  junto  con  la  deficien¬ 
te  alimentación  y  la  carencia  de  vitaminas,  cal,  fierro,  albúminas,, 
etc.,  contribuye  a  crear  un  estado  inadecuado  para  cumplir  con  las 
funciones  fisiológicas  relativas  a  la  maternidad  y  cuyas  conse¬ 
cuencias  trascenderán  fatalmente  sobre  el  hijo. 

La  estadística  que  se  expone  a  continuación,  da  a  conocer  el 
número  de  niños  fallecidos,  menores  de  10  años,  en  70  familias. 
Por  la  imprecisión  de  las  respuestas,  no  se  puede  hablar  de  morta¬ 
lidad  infantil. 


24 


SOCIOLOdlA 


Niñ.  muertos 

N.n  de  fam. 

% 

0 

31 

44,3 

•"**  '  • 

1 

16 

22,8 

2 

13 

18,5 

3 

6 

8,6 

4 

4 

5,7 

Totales  70  100,0 


c)  TUBERCULOSIS. 

Esta  enfermedad,  es  otro  gran  problema  nacional,  derivado 
también  en  gran  parte  de  la  mala  alimentación  y  de  las  condicio¬ 
nes  deficientes  de  vida,  que  contribuye  en  forma  decisiva  a  aumen¬ 
tar  nuestra  cifra  de  mortalidad  infantil.  Chile,  tiene  el  más  alto 
porcentaje  de  mortalidad  por  tuberculosis.  Según  datos  estadísti¬ 
cos,  se  ha  establecido  que  anualmente  mueren  25.000  individuos  y 
que  hay  una  masa  de  enfermos  apreciable,  entre  140.000  y  200.000. 
La  tasa  de  mortalidad  por  tuberculosis,  fluctuaría  alrededor  de 
400  por  10.000  habitantes. 

Desalentador  es  para  el  médico  y  la  Visitadora  Social  consta¬ 
tar  el  mal  tuberculoso  en  nuestra  familia  obrera,  ante  la  imposibi¬ 
lidad  de  tender  medidas  enérgicas  para  curar  y  prevenir  esta  en¬ 
fermedad.  Amargo,  es  pues,  presenciar  cómo  la  tuberculosis  inva¬ 
de  los  jóvenes  organismos  y  va  haciendo  estragos  y  sembrando  con 
el  contagio,  la  desgracia  en  los  hogares. 

Frecuentemente,  se  presenta  el  cuadro  siguiente: 

Matrimonio  con  4  hijos,  habitan  en  una  pieza  pequeña,  mal 
ventilada,  en  conventillo  insalubre.  El  padre,  víctima  de  la  mala 
alimentación  y  del  trabajo,  se  enferma  del  puhnón.  La  necesidad 
de  trabajar,  para  alimentar  a  sus  hijos  y  en  gran  parte  la  ignoran  i 
cia  característica  de  nuestro  pueblo,  lo  induce  a  continuar  sus  ac¬ 
tividades  y  a  no  someterse  a  tratamiento.  En  estas  condiciones,  lle¬ 
ga  el  día  en  que  su  estado  de  salud  lo  imposibilita  para  seguir  en 
el  trabajo  y  resuelve  consultar  médico,  quien  previo  examen,  diag¬ 
nostica  lesión  pulmonar.  Rechazado  por  la  Medicina  Preventiva,  por 
considerarse  la  enfermedad  muy  avanzada,  se  hospitaliza  tras  mu¬ 
chas  dificultades  a  fin  de  evitar  el  contagio  bacilífero  a  su  familia. 
El  insuficiente  subsidio  pagado  por  el  Seguro  Obrero,  deja  a  su 
familia  al  margen  de  toda  protección,  no  permitiéndole  satisfacer 
sus  necesidades,  quedando  los  hijos  que  con  anterioridad  habían  es¬ 
tado  en  contacto  íntimo  con  su  padre,  sometidos  a  una  hipo -ali¬ 
mentación,  produciéndose  en  aquellos  organismos  nuevas  víctimas 
con  escasas,  o  casi  nada,  de  probabilidades  de  curación,  debido  a 
la  inexistencia  de  sanatorios  y  preventivos  suficientes,  para  hacer 
frente  a  este  mal. 

Esta  es  la  realidad  que  se  presenta  a  diario  en  nuestra  familia 
obrera  y  que  cada  día  con  más  intensidad  se  hace  sentir,  junto  con 
la  ineficacia  y  la  falta  absoluta  de  medios  y  medidas  profilácticas 
para  combatirla  por  falta  de  buena  alimentación  y  de  higiene  ge¬ 
neral  satisfactoria. 

La  labor  de  la  Visitadora  Social,  frente  al  problema  tubercu¬ 
loso,  se  hace  cada  día  más  difícil.  Una  de  las  primeras  iniciativas, 
puesta  en  práctica  en  los  hijos  de  una  familia  en  que  se  observa 


EL  OBRERO  CHILENO  Y  SUS  PROBLEMAS 


25 


este  mal,  es  llevarlo  a  examen  de  pulmón.  Esta  medida  que  sería 
del  todo  indispensable  para  el  caso  que  existiesen  medios  efectivos 
para  combatirla,  resulta  en  el  momento  actual  y  en  la  mayoría  de 
ios  casos,  algo  irrisorio,  ante  la  imposibilidad  de  exigir  el  trata¬ 
miento  adecuado,  por  la  escasez  de  medios  con  que  cuenta  la  fa¬ 
milia  obrera.  ¿Qué  ventaja  acarreará  para  el  enfermo  constatar  la 
enfermedad,  si  no  se  puede  proporcionar  los  medios  efectivos  para 
su  curación? 

A  continuación,  se  exponen  algunos  datos  estadísticos,  donde 
se  puede  apreciar  la  proporción  de  niños  tuberculosos,  atendidos 
en  el  Hospital  Arriarán,  a  través  de  los  últimos  años: 


Año 

Inscritos  T.B.C. 

diagnostic . 

% 

.  1932 

8.355 

196 

2,3 

1933 

6.863 

275 

4 

1934 

8.253 

381 

4,6 

1935 

10.171  " 

454 

4,4 

1936 

11.408 

362 

3,1 

1937 

10.156 

499 

4,9 

1938 

10.485 

579 

5,5 

1939 

11.259 

786 

7 

Totales: 

76.950 

3.532 

2)  PROBLEMAS 

HIGIENICOS. 

l 

a)  HABITACION. 

* 

Otro  problema  que  está  en  relación  íntima  con  el  salario  insu¬ 
ficiente,  es  la  falta  de  higiene  en  nuestra  familia  obrera,  y  esto 
se  atribuye  en  gran  parte  a  las  condiciones  insalubres  de  las  vivien¬ 
das,  sumado  a  ésto,  la  escasez  absoluta  de  ellas,  que  cada  día  se 
acrecienta  más,  junto  con  el  sistema  inhumano  y  anti-social  de  la 
mayoría  de  los  propietarios,  que  rechazan  arrendar  sus  habitacio¬ 
nes  a  familias  con  hijos. 

El  derecho  que  tiene  la  familia  obrera  de  disponer  de  una  vi¬ 
vienda  adecuada  a  sus  condiciones  de  persona  humana,  no  pasa 
de  ser  en  la  actualidad  una  simple  ilusión.  Basta  «star  en  contacto 
con  poblaciones  obreras,  en  barrios  apartados  y  aun  en  sectores 
urbanizados,  en  el  centro  de  la  cuidad,  para  darse  cuenta  de  la 
cantidad  de  vivienda  —  la  mayoría  conventillos  —  insalubres  y  en 
malas  condiciones,  foco  de  infección  que,  no  sólo  influye  en  la  sa¬ 
lud  física  del  individuo,  sino  también,  va  en  perjuicio  de  la  salud 
moral,  por  la  forzosa  promiscuidad. 

Desalentador  es  presenciar  en  tantos  cajos,  el  ambiente  en  que 
-se  desarrolla  la  vida  familiar,  condicionada  por  el  factor  vivienda. 
Cinco  o  seis  personas  de  diferentes  edades  y  sexos,  habitan  en  una 
pieza  pequeña,  sin  luz  ni  ventilación,  y  es  ahí  donde  se  duerme,  se 
'come,  se  trabaja  y  a  veces  se  cocina,  y  de  donde  surgen  problemas 
morales  desastrosos. 

Triste  es  llegar  a  visitar  a  una  familia  que  vive  en  un  con¬ 
ventillo,  sobre  todo  en  un  día  de  lluvia.  Los  niños  no  han  asistido 
a  la  escuela,  por  falta  de  medios  para  preservarse  del  agua.  Los 
esfuerzos  de  la  madre,  han  contribuido  a  mantenerlos  en  la  pieza, 
previas  escapadas  que  han  hecho  al  patio  fangoso  y  embarrado,  lo 


26 


SOCIOLOGIA 


que  los  ha  puesto  en  un  estado  completo  de  suciedad.  En  estas  con¬ 
diciones  saltan  por  encima  de  las  camas  o  jergones,  contribuyendo 
a  aumentar  el  estado  de  desaseo  de  ellas  y  a  poner  a  prueba  la  pa¬ 
ciencia  de  la  madre,  que  termina  por  golpearlos  y  amonestarlos. 

La  vivienda  se  halla  también  en  estrecha  relación  con  la  mor¬ 
talidad  y  morbilidad  de  un  país. 

Oscar  Alvarez,  en  su  obra  “El  problema  de  la  vivienda0,  da  al¬ 
guna^  estadísticas  que  comprueban  la  mortalidad  infantil  en  rela¬ 
ción  con  el  número  de  habitantes  por  vivienda. 


País  Mortalidad  por  1.000  Densidad  media 

de  habitantes 
por  vivienda. 

Chile .  26,4  5,6 

España .  18  4,6 

Alemania  ...  .  .  .'  .  12,6  3,5 

Inglaterra  ...  . .  . .  11,7  3 

E.E.  TJ.U .  .  11,6  3 

Japón .  10,6  1 


Como  se  puede  apreciar,  la  mortalidad  decrece  en  relación  di¬ 
recta  con  el  número  de  habitantes  por  vivienda. 

De  las  investigaciones  personales  efectuadas  en  70  habitacio- 


nes  de  obreros  que  trabajan  en  una 

fábrica,  se  han 

obtenido  los  re- 

sultados  siguientes: 

Clases  de  viviendas 

N.®  de  familias 

% 

Conventillos . . 

.  25 

35,7 

cités . 

.  17 

24,3 

casas .  . 

.  16 

22,8 

1  pieza  en  casa  independiente  . . 

.  12 

17,2 

TOTALES: 

70 

100,0 

Calidad  de 

N.°  de 

% 

Término  medio 
de  los  precios 

la  vivienda 

é 

familias 

de  arriendo 

Buena . 

16 

22,9 

$  100 

Regular . 

29 

41,4 

66,2 

Mala . 

25 

35,7 

42,2 

TOTALES: 

70 

100,0 

De  estas  70  habitaciones,  sólo  en  23  viviendas  existe  luz  eléc¬ 
trica  y  sólo  8  carecen  de  alcantarillado. 


EL  OBRERO  CHILENO  Y  SUS  PROBLEMAS 


27 


Valor  de  los  arriendos 

N.°  de 

familias 

% 

De  25  a  30  pesos . 

6 

8,5 

„  40  a  45  „ 

3 

4.  o 

„  50 

12 

17,2 

„  60 

14 

,20 

„  70 

. r 

•  •  •  «  • 

8 

11,4 

„  80 

6 

8,6 

„  90 

1 

1,4 

Sobre  100  pesos 

13 

18,6 

Propias . 

6 

8,6 

No  pagan  arriendo  ......  . 

1 

1,4 

TOTALES: 

70 

100,0 

Término  medio:  $  61,5 

V 

En  cuanto  al  número  de  personas  por  pieza  en  las  70 

familias, 

la  investigación  dió  un 

resultado  de 

348  personas 

en  92  piezas,  lo 

que  da  un  promedio  de  3,7  personas 

por  pieza.  Respecto  al  número 

de  camas  por  personas 

se  comprobó  que  en  151 

camas, 

dormían 

348  personas,  lo  que  da 

un  término  medio  de  2,3  personas  por  cama. 

N.°  de 

N.°  de 

N.°  de 

personas 

piezas 

familias 

% 

2  a  3 

1 

24 

34,2 

4  a  5 

1 

16 

22,8 

6  a  7 

1 

»t 

ti 

10 

8  a  11 

1 

4 

5,7 

3  a  4 

'  2 

3 

4,2 

5  a  6 

2 

6 

8,5 

7  a  9 

2 

7 

10 

9  a  11 

3 

3 

4,2 

n 

TOTALES: 

70 

100,0 

N.°  de 

N.°  de 

N.°  de 

i 

personas 

camas 

familias 

% 

- 

2  a  3 

1 

16 

22,8 

4  a  5 

1 

2 

2,8 

3  a  4 

2 

16 

22,8 

5  a  6 

2 

11 

15,7 

7  a  8 

2 

5 

7,1 

3  a  4 

3 

2. 

2,8 

5  a  6 

3 

5 

7.1 

7  a  8 

3 

6 

8,5 

9  a  11 

3 

3 

4.2 

9 

4 

1 

1,4 

7 

5 

1 

1,4 

f 

11 

6 

2 

2,8 

i 

28 


SOCIOLOGIA 


Como  se  puede  apreciar,  por  las  estadísticas  expuestas,  el  pro¬ 
blema  de  la  vivienda,  se  deriva  no  tan  solo  de  la  escasez  de  habita¬ 
ciones  obreras,  sino  también  de  las  condiciones  anti- higiénicas  de 
las  existentes  y  de  un  excesivo  valor,  razón  que  induce  al  obrero 
a  vivir  en  pésimas  condiciones  y  a  no  disponer  de  un  mínimun  de 
comodidades  donde  de  regreso  de  su  faena,  ardua  y  pesada,  en¬ 
cuentre  en  su  hogar  las  satisfacciones  propias  al  jefe  de  familia  y 
donde,  en  compañía  de  los  suyos,  ponga  fin  a  su  jornada  de  tra¬ 
bajo  . 

Además,  en  frecuentes  casos,  se  nota  la  permanencia  en  las  es¬ 
trechas  viviendas,  de  personas  allegadas  que  a  veces  sin  tener  vín¬ 
culo  ninguno  de  familia  con  el  dueño  de  casa,  éste  los  cobija  en  su 
hogar,  demostrando  un  gran  espíritu  de  hospitalidad,  que  nos  da 
ejemplo  de  caridad,  sin  considerar  las  funestas  consecuencias  mo¬ 
rales  e  higiénicas,  que  esas  personas  pueden  acarrear  en  la  tranqui¬ 
lidad  de  la  familia. 

De  las  70  familias  encuestadas,  se  encontraron  37  personas 
allegadas.  Sin  embargo,  se  debe  advertir  que  algunas  de  ellas  son 
parientes  de  la  familia. 

b)  DEFICIENCIA  DEL  VESTUARIO. 

Este  problema,  está  en  relación  muy  directa  con  el  escaso  sa¬ 
lario,  pues  este  no  permite,  en  la  mayoría  de  los  casos,  satisfacer 
los  gastos  que  demandan  -las  necesidades  apropiadas  al  vestuario. 

Según  comprobación,  el  obrero  chileno  invierte  en  su  alimen¬ 
tación  y  la  de  su  familia  el  80%  de  su  salario,  el  12  o  15%  en  la 
vivienda  y  el  5%  u  8%  para  financiar  las  necesidades  del  vestuario, 
movilización  y  todos  los  otros. 

Como  se  ve.  según  estos  cálculos,  es  imposible  que  el  obrero 
satisfaga  esta  necesidad,  de  ahí  entonces  que  carezca  del  vestuario 
adecuado  y  muchas  veces  disponga  sólo  de  andrajos. 

La  deficiencia  del  vestuario  y  del  abrigo  tiene  proyecciones 
también  en  la  salud  del  individuo,  produciendo  la  morbo-  mortali¬ 
dad  por  enfermedades  del  aparato  respiratorio  (neumonía  y  bron- 
coneumonía),  y  otras  como  el  tifus  exantemático,  cuyo  agente 
trasmisor,  el  piojo,  vive  en  la  ropa,  y  finalmente,  las  afecciones 
de  la  piel,  como  la  sarna,  muy  propagada  en  ios  niños. 

Es  frecuente  presenciar  las  recomendaciones  y  consejos  del 
médico  a  la  madre  de  algún  niño,  que  llega  al  policlínico  de  piel, 
afectado  de  sarna,  consejos  que  se  reducen  a  una  higiene  comple¬ 
ta,  como  muda  diaria  de  ropa  de  vestir  y  de  cama.  Este  requisito, 
que  es  del  todo  indispensable  para  la  curación  de  dicha  enferme¬ 
dad,  constituye  un  problema  para  la  madre,  pues  aquel  hijo  no 
cuenta  con  más  ropa  que  la  que  escasamente  viste  y  carece  de 
una  cama  individual  en  buenas  condiciones,  pues  aquel  jergón  en 
que  duerme  es  de  propiedad  colectiva,  desprovisto  de  sábanas  y 
cubierto  sólo  de  una  frazada  deteriorada  y  en  mal  estado.  ¿  Qué 
aceptación  podrán  tener  los  consejos  del  médico,  ante  la  realidad 
que  se  presenta? 

En  la  actualidad,  el  obrero  y  su  familia  enfrentan  el  problema 
del  vestuario  contentándose  con  adquirir  ropa  y  calzado  de  se¬ 
gunda  mano,  o  si  no,  valiéndose  de  comerciantes  que  le  facilitan 
artículos  de  pésima  calidad  y  a  precios  exorbitantes,  presentando 
sólo  la  ventaja  del  pago  semanal,  único  sistema  que  se  adapta  a 
sus  condiciones  económicas .  * 


EL  OBRERO  CHILENO  Y  SU/>  PROBLEMAS 


29 


Y  es  así,  como  el  día  lunes,  nuestras  madres  obreras,  ven  con 
amargura  presentarse  aUsemanero  (nombre  que  dan  al  comercian¬ 
te),  que  llega  en  busca  de  la  cuota,  correspondiente  a  la  prenda 
que  vendió. 

Otro  medio  de  que  dispone  el  obrero  para  vestirse,  es  la  Sec¬ 
ción  Vestuario  del  Seguro  Obrero,  donde  puede  solicitar  un  crédito 
en  forma  colectiva  o  individual.  Esta  Cooperativa  no  constituye  en 
la  actualidad  una  medida  salvadora  para  el  obrero,  debido  a  la  de¬ 
ficiencia  de  la  institución. 

3)  PROBLEMA  ESCOLAR. 

La  falta  de  concurrencia  de  los  hijos  de  nuestros  obreros  a  la 
escuela,  es  otro  problema  que  se  deriva,  en  parte,  del  salario  insu¬ 
ficiente.  Los  padres,  debido  a  la  falta  de  recursos,  no  disponen  del 
dinero  suficiente  para  proveerlos  del  vestuario  adecuado  y  muchos 
argumentan  que  prefieren  darles  salud,  a  base  de  una  buena  ali¬ 
mentación,  que  instrucción,  porque  ésta  de  nada  les  sirve  en  la  lu¬ 
cha  por  la  vida  si  carecen  de  un  organismo  sano.  Este  criterio,  no 
puede  ser  aceptado,  aunque  hay  circunstancias  en  que  puede  apa¬ 
recer  con  un  fondo  de  verdad. 

Actualmente  existe  el  Ropero  Escolar,  para  ayudar  a  los  niños 
que  no  disponen  de  ropa  suficiente  para  asistir  a  ía  escuela.  Sin 
embargo,  en  la  práctica,  se  ven  las  muchas  dificultades  que  signi¬ 
fica  conseguir  alguna  prenda  de  vestir  para  algún  niño  necesitado 
y  en  muchas  ocasiones  sucede  que  todo  esfuerzo  emprendido  con 
esta  finalidad,  resulta  vano  e  inútil. 

4)  PROBLEMAS  MORALES. 

Hasta  aquí,  se  han  bosquejado  los  problemas  médicos,  higiéni¬ 
cos  y  escolares  del  obrero  y  su  familia;  ahora,  se  considerarán  aque- 
ílos  que  comprometen  gravemente  la  moral,  originados  en  gran 
parte  por  la  falta  de  espíritu  religioso  y  también  por  el  factor  eco¬ 
nómico  derivado  del  salario  insuficiente,  tales  son: 

a)  HOGARES  ADULTEROS. 

Esta  realidad  se  comprueba  en  aquellas  madres  abandonadas 
o  solteras  que  llevadas,  estas  últimas,  ya  sea  por  una  aventura 
sentimental  o  porque  fueron  vilmente  engañadas,  quedan  más  tar¬ 
de  desamparadas  en  la  vida,  siendo  ellos  el  único  sostén  de  sus 
hijos. 

El  trabajó  de  la  mujer  es  y  ha  sido  siempre  pial  remunerado 
y  actualmente  algunos  patrones  basándose  en  que  la  mujer  debe 
dedicarse  al  hogar  (argumentación  muy  razonable,  cuando  la  nece¬ 
sidad  no  obliga),  no  cumplen  con  el  deber  de  justicia  de  pagar  un 
salario  correspondiente  a  sus  necesidades.  Esta  situación,  deja  a 
fa  madre '  abandonada  o  soltera,  en  condiciones  difíciles  de  vida, 
y  es  entonces  cuando  la  necesidad  y  la  aflicción  de  no  tener  los 
medios  necesarios  con  que  mantener  a  sus  hijos,  la  induce  a  situa¬ 
ciones  inmorales,  siendo  su  hogar  un  “rendez-vous”  de  un  mismo 
personaje,  que  llega  todas  las  tardes  en  busca  de  emociones  y  aven¬ 
turas  a  comprometer  la  honra  de  aquella  madre  por  la  retribución 
en  dinero  o  el  pago  del  alquiler  dé  la  casa.  ¿Qué  ejemplo  tendrán 
aquellos  hijos? 


30 


SOCIOLOGIA 


Se  recuerda  el  caso,  de  una  madre  soltera,  en  situación  como 
la  anteriormente  expuesta,  que  al  recibir  los  consejos  se  disculpa¬ 
ba  exclamando,  con  la  mayor  sencillez,  la  frase  tan  trillada:  “pero, 
si  hasta  las  ricas  lo  hacen”,  como  si  la  moral  dependiera  de  éstas, 
y  exponía  que  la  situación  apremiante  en  que  vivía,  la  obligaba  a 
aceptar  esa  amistad,  ya  que  el  reducido  salario  de  $  8  diarios  que 
ganaba  no  le  alcanzaba  para  alimentar,  vestir  y  albergar  a  sus 
hijos.  ¿Acaso  aquella  madre,  no  tiene  derecho  de  recibir  un  salario 
justo  por  su  trabajo,  para  educar  a  sus  hijos  en  un  ambiente  sano  y 
honrado  ? 


b)  ABORTOS. 

Otro  problema  que  acarrea  el  bajo  salario  es  la  propensión  de 
los  matrimonios  a  evitar  la  procreación  por  medios  ilícitos  y  lo  que 
es  más  grave,  por  el  aborto  directo. 

En  las  generaciones  pasadas,  nuestras  madres  recibían  a  sus 
hijos  con  orgullo  y  era  un  motivo  de  felicidad,  el  dar  un  nuevo 
ser  al  mundo,  tanto  para  lá  mujer  adinerada  como  para  la  obrera. 

Desgraciadamente,  en  ei  momento  actual,  aquellos  nobles  idea¬ 
les  han  desaparecido  y  la  madre  de  hoy  día,  es  muy  diferente  a 
aquella  de  tiempos  anteriores,  influyendo  en  tal  decadencia  el  ma¬ 
terialismo  de  los  tiempos  modernos,  la  pérdida  del  sentido  moral, 
el  egoísmo  palpable  y  la  indeferencia  religiosa. 

Y  es  por  eso,  que  las  madres  obreras,  olvidándose  del  fin  pri¬ 
mario  del  matrimonio:  la  procreación  de  la  prole,  atenta  con  toda 
inconsciencia  y  naturalidad,  por  medio  del  aborto,  contra  la  vida 
del  ser  por  nacer,  desconociendo  el  derecho  de  vida  a  éste,  y  se 
basan  para  cometer  este  delito,  en  la  falta  de  medios  económicos 
para  poder  sobrellevar  la  carga  que  le  aportará- el  nuevo  hijo. 

La  investigación,  efectuada  en  70  matrimonios,  ha  dado  el  si¬ 
guiente  resultado: 


Abortos 

N.°  de  madres 

% 

0 

26 

37,1 

1 

19 

27,1 

2 

12 

17,1 

3 

5 

7,1 

4 

4 

■  5,7 

5 

2 

2,8 

9 

1 

1,4 

12 

1 

1,4 

TOTALES:  70  *  100,0 


Término  medio:  1,5. 

El  total  de  hijos  vivos  en  los  70  matrimonios  es  de  181,  y  el 
total  de  abortos  de  105 .  Aquí,  es  el  caso  de  considerar  el  número 
crecido  de  abortos  en  relación  con  el  número  de  hijos  actualmente 
vivos,  más  si  se  toman  en  cuenta  las  declaraciones  falsas  de  al¬ 
gunas  madres,  que  temen  confesar  la  verdad.  Este  es  uno  de  los 


EL  OBRERO  CHILENO  Y  SUS  PROBLEMAS 


31 


problemas  más  graves  que  afecta  a  nuestro  país,  por  la  reducción 
de  la  población. 

c)  NIÑOS  ABANDONADOS. 

Es  realmente  alarmante  la  proporción  de  niños  abandonados 
en  Sa  edad  pre-escolar  y  aun  en  la  escolar,  por  el  trabajo  de  las  ma¬ 
dres  fuera  del  hogar,  obligadas  a  ello,  por  la  miseria  en  que  vi¬ 
ven,  derivada  ya*  sea  del  salario  insuficiente,  de  la  incultura  y  del 
alcoholismo  de  los  padres.  Todas  estas  circunstancias,  impiden  la 
formación  del  carácter  y  de  los  sentimientos  de  los  hijos,  por  care¬ 
cer  del  lugar  céntrico  donde  debe  desarrollarse  la  vida  familiar, 
faase  sólida  de  todo  progreso. 

La  miseria  ambiente  contribuye  a  que  la  madre,  ante  la  im¬ 
posibilidad  de  mantener  a  sus  hijos,  salga  a  trabajar,  situación 
que  se  produce,  especialmente  en  las  madres  solteras,  y  deja  a 
rus  hijos  desamparados  o  a  cargo  de  vecinas,  las  que  olvidándose 
de  su  responsabilidad,  poco  se  preocupan  de  ellos,  situación  que 
estimula  al  niño  a  buscar  su  independencia. 

En  estas  condiciones,  el  niño  abandonado,  sin  tener  quién  diri¬ 
ja  sus  inclinaciones  e  influenciado  por  el  mal  ambiente  callejerp, 
se  dedica  a  la  vagancia  y  al  pordioserismo.  Vive  implorando  la  ca¬ 
ridad  y  poco  a  poco  va  adquiriendo  malos  hábitos  e  incurre  en  pe¬ 
queños  delitos, ,  hasta  llegar  a  la  delincuencia,  víctima  del  aban¬ 
dono  moral  y  material  en  que  lo  han  dejado  sus  padres. 

Este  problema  se  ha  tratado  de  solucionar  por  instituciones, 
como  el  “Consejo  de  Defensa  del  Niño”,  que  por  medio  de  sus  Cen¬ 
tros  de  Defensa  del  Niño,  desarrolla  una  labor  muy  benéfica  en  fa¬ 
vor  de  los  hijos  de  las  obreras  que  trabajan,  proporcionándoles  edu¬ 
cación,  atención  médica,  social  y  alimentación.  También  este  año 
se  formó  un  Kindergarten,  de  iniciativa  particular,  dependiente  de 
la  Escuela  “Elvira  Matte  de  Cruchaga”,  para  protejer  a  ios  niños 
en  la  edad  pre-escolar. 

Sin  embargo,  todos  estos  establecimientos,  no  alcanzan  a  re¬ 
mediar  las  infinidades  de  situaciones  que  al  respecto  se  producen, 
quedando  gran  número  de  niños  abandonados,  dando  esto  origen  a 
la  delincuencia  infantil  y  por  consiguiente,  más  tarde,  a  la  delin¬ 
cuencia  del  adulto. 


CONCLUSIONES 


Se  han  estudiado,  a  través  de  los  capítulos  anteriores,  los  di¬ 
versos  problemas  que  afectan  a  nuestras  familias  obreras.  Ahora 
se  cree  oportuno  exponer  algunas  soluciones  que  tiendan  a  un  me¬ 
joramiento  de  la  vida  obrera,  para  lo  cual  se  considerará  en  pri¬ 
mer  lugar,  aquellas  que  dicen  relación  con  el  factor  educacional, 
que  priman  sobre  las  condiciones  de  buen  salario  y  de  las  habita¬ 
ciones  higiénicas,  ya  que  sin  cultura,  el  provecho  que  éstas  ofre¬ 
cen  desaparece  en  vista  de  la  mala  inversión  del  dinero  y  de  los 
deterioros  que  producen  en  la  vivienda. 

El  problema  éducacional  exige  por  su  inmensa  trascendencia 
una  labor  efectiva  y  ésta  debe  ir  dirigida  a  levantar  los  valores 
morales  del  individuo,  dándole  a  comprender  su  naturaleza  psico- 


32 


SOCIOLOGIA 


física  y  desarrollando  el  gusto  por  los  deportes,  ya  que  una  vida 
sana  e  higiénica,  es  el  camino  inicial  hacia  un  mayor  perfeccio¬ 
namiento. 

En  consideración  a  este  objeto,  se  podría  propiciar: 

I)  LA  ORGANIZACION  DE  CENTROS  CULTURALES,  cu¬ 
ya  finalidad  principal  debe  ser  proporcionar  al  obrero,  todas  aque¬ 
llas  distracciones  y  comodidades  de  que  carecen  en  el  hogar,  de 
manera  de  despertar  en  ellos  un  verdadero  entusiasmo.  Por  este 
medio,  se  conseguirá  que  el  obrero  ocupe  horas  libres,  impidiendo 
que  termine  su  jornada  de  trabajo  en  la  cantina.  * 

Estos  centros,  proporcionarán  al  obrero  lo  necesario  para  sa¬ 
tisfacer  sus  aspiraciones  y  deseos,  y  le  ofrecerán  junto  con  un  am¬ 
biente  acogedor,  las  posibilidades  de  recibir  una  mayor  cultura,  por 
medio  de  conferencias,  cuyos  temas  contribuirán  a  inculcarles  sus 
deberes  y  a  hacer  de  ellos  hombres  conscientes,  fundamento  de 
toda  prosperidad  y  de  todo  orden  social.  Se  deberá  también  aus¬ 
piciar  el  gusto  por  la  música  y  por  la  lectura,  por  medio  de  la 
radio,  conjuntos  musicales  y  bibliotecas. 

El  Septlement,  debe  extenderse  no  solamente  al  obrero,  sino 
también  a  su  esposa  e  hijas  mayores.  Convendría,  en  este  sentido, 
propiciar  más  el  desarrollo  de  los  “Centros  de  Madres”,  iniciativa 
puesta  en  práctica  por  muchas  visitadoras,  con  resultados  exce¬ 
lentes.  A  base  de  conferencias  y  enseñanzas  prácticas,  se  enseñará 
a  ia  mujer  obrera  las  obligaciones  concernientes  a  su  hogar,  de 
acuerdo  con  la  moral  cristiana;  se  le  inculcarán  los  deberes  que  le 
corresponde  como  esposa  y  la  misión  que*  como  madre  desempeña 
en  la  tierra  y  la  labor  que  tiene  de  educar  a  sus  hijos  y  de  desarro¬ 
llar  sus  valores  espirituales.  Se  le  instruirá  con  algunas  nociones 
de  puericultura,  de  higiene,  de  costura,  y  de  economía  doméstica, 
enseñándole  a  combinar  los  alimentos  y  a  equilibrar  sus  entradas 
en  relación  a  sus  gastos.  • 


2)  ORGANIZACION  DE  TALLERES  PROFESIONALES. 

La  instrucción  que  reciben  los  niños  en  las  escuelas  primarias, 
se  reduce  por  lo  general  al  aprendizaje  de  la  lectura,  escritura,  algo 
de  historia  y  de  algunas  operaciones  de  aritmética,  conocimientos 
que  no  los  preparan  para  la  ludia  en  la  vida. 

Considerando  este  aspecto,  se  hace  indispensable  que  se  orga¬ 
nicen  adicionalmente  a  las  escuelas,  talleres  profesionales  que  per¬ 
mitan  a  los  niños  adquirir  un  ofjpio  determinado,  de  acuerdo  con 
sus  disposiciones  o  aficiones  naturales.  En  cuanto  a  la  organización 
de  talleres  femeninos,  constituirán  un  sistema  ideal  en  provecho 
de  las  jovencitas;  en  ellos  se  les  enseñaría  a  coser,  bordar,  tejer, 
lavar,  planchar,  cocinar,  nociones  de  puericultura  e  higiene,  etc., 
y  todos  aquellos  conocimientos  prácticos  indispensables  para  el 
cumplimiento  de  su  misión  futura. 

3)  JARDINES  INFANTILES. 

La  creación  de  esto  centros,  para  proteger  al  pre-escolar,  du¬ 
rante  el  tiempo  que  los  padres  faltan  en  el  hogar  y  donde  el  niño 
pueda  encontrar  un  ambiente  familiar  y  educativo  y  disponer  de 
un  local  aireado  y  espacioso,  con  jardines  de  juegos  y  salas  de 


EL  OBRERO  CHILENO  Y  SUS  PROBLEMAS 


33 


reposo,  que  sustituya  en  parte  lo  que  la  vida  ie  niega,  sería  una 
medida  excelente,  para  cumplir  con  esta  finalidad. 

4)  ORGANIZACION  DE  CIARES  DEPORTIVOS. 

La  formación  de  estos  clubes,  para  el  desarrollo  de  la  salud 
corporal,  es  de  gran  importancia  ya  que  el  ejercicio  al  aire  libre 
es  una  compensación  al  trabajo  encerrado  en  locales  generalmente 
poco  higiénicos.  El  entusiasmo  que  despierta  el  deporte  en  el  obre¬ 
ro,  ofrece  amplias  oportunidades  para  su  desarrollo,  ventaja  que 
no  hay  que  desperdiciarla,  ya  que  contribuirá  a  mejorar  la  salud 
física  y  moral  del  individuo.  De  gran  importancia  es  también  en 
los  niños,  la  formación  de  brigadas  de  boy-scouts,  iniciada  con 
gran  éxito  por  la  Cía.  Manufacturera  de  Papeles  y  Cartones,  que 
contribuye  no  sólo  al  desarrollo  físico  del  niño,  sino  también  al  des¬ 
arrollo  de  su  personalidad. 

5)  APROVECHAMIENTO  DE  LAS  HORAS  LIBRES. 

Es  sabido  que  los  obreros  en  los  días  feriados  y  en  las  vaca¬ 
ciones  anuales,  no  aprovechan  su  tiempo  libre.  El  hogar  que  no 
presenta  ninguna  comodidad,  no  les  ofrece  perspectivas  para  hacer 
vida  familiar,  situación  que  junto  a  la  ociocidad,  los  impulsa  al 
vicio  y  a  la  degeneración. 

De  aquí  nace  la  importancia  de  organizar  colonias  de  vacacio¬ 
nes  para  el  obrero  y  su  familia,  ya  sea  en  el  campo  o  en  la  playa, 
iniciativa  en  la  cual  deben  cooperar  los  patrones,  el  Estado,  la 
Caja  de  la  Habitación  y  las  instituciones  de  Beneficencia. 

Finalmente,  queda  por  mencionar  la  labor  del  Servicio  Social, 
que  en  todos  estos  casos  citados,  puede  presentar  sus  más  valio¬ 
sos  aportes. 


Vistas  las  soluciones  que  se  refieren  al  factor  educacional,  se 
expondrán  a  continuación  aquellos  que  dicen  relación  con  el  pro¬ 
blema  económico,  v  ellos  son: 

I  o  NECESIDAD  DE  UN  SALARIO  JUSTO. 

• 

El  trabajo  emanado  de  un  mandato  divino,  es  el  único  medio 
que  tiene  el  hombre  para  sustentar  su  vida.  De  este  principio  de¬ 
riva  que  el  obrero,  en  justicia,  tiene  derecho  a  recibir  por  su  tra¬ 
bajo  una  remuneración  suficiente  para  satisfacer  sus  necesidades 
y  las  de  su  familia,  no  tan  solo  fisiológicas  como  alimentación,  ves¬ 
tuario  y  habitación,  sino  también  que  tienda  al  desarrollo  de  las 
facultades  esenciales  del  alma.  En  cuanto  al  patrón,  tiene  la  obli¬ 
gación  de  pagarle  un  salario  justo,  pues  de  otro  modo  violaría  la 
justicia  conmutativa  y  colocaría  al  trabajador  como  simple  maqui¬ 
naria,  objeto  sólo  de  producción,  sin  respetar  la  nobleza  y  dignidad 
de  su  persona. 

Cabe,  sin  embargo,  observar  que  en  la  fijación  del  salario  justo, 
no  tan  solo  se  debe  tomar  en  cuenta  las  necesidades  del  trabajador 
y  de  su  familia,  sino  también  debe  considerarse  la  situación  de  la 
empresa  y  las  exigencias  del  bien  común,  pues  de  otro  modo;  podría 


34 


SOCIOLOGIA 


suceder  que  sobrevinieran  males  mayores  que  perjudicarían  a  los 
mismos  obreros  o  a  la  colectividad. 

Como  complemento  de  este  salario  justo,  es  necesario  el  pago 
de  un  salario  familiar.  “Ninguna  ley  humana,  dice  S.  S.  León  XIII, 
puede  quitar  al  hombre  el  derecho  natural  y  primario  que  tiene  a 
contraer  matrimonio”.  Pues  bien,  si  el  hombre  tiene  derecho  a  fun¬ 
dar  una  familia,  tiene  también  obligaciones  de  proveer  a  sus  nece¬ 
sidades,  para  lo  cual  debe  disponer  de  medios  necesarios  para  cum¬ 
plir  con  este  deber. 

El  pago  $eí  salario  familiar  por  medio  del  sistema  de  las  Cajas 
ele  Compensaciones,  que  ha  dado  excelentes  resultados  en  Europa, 
sería  una  medida  efectiva  para  este  fin.  Los  fondos  serian  forma¬ 
dos  por  cuotas  patronales  de  los  obreros  y  del  Estado. 

Para  que  este  beneficio  fuese  general,  debiera  ser  objeto  de 
ana  ley  de  la  República. 

8."  CONSTRUCCIONES  DE  HABITACIONES  OBRERAS. 

Como  se  ha  descrito  en  el  capítulo  de  la  habitación,  el  proble¬ 
ma  de  la  vivienda  es  pavoroso  en  nuestro  país. 

Este  problema  debiera  ser  encarado  con  premura,  ya  que  la 
mala  habitación  envuelve  graves  peligros  físicos  y  morales  para 
Ea  clase  proletaria  y  para  la  sociedad.  Es  imposible  un  progreso 
social,  si  no  se  emprenden  iniciativas  en  este  sentido. 

La  habitación  popular  no  sólo  debe  reunir  condiciones  higié¬ 
nicas,  sino  que  el  valor  de  su  alquiler  debe  estar  dentro  de  las  po¬ 
sibilidades  del  obrero,  pues  nada  se  conseguiría  con  habitaciones 
salubres,  si  éstas  son  inaccesibles  para  él. 

La  contrucción  de  habitaciones  higiénicas  y  baratas,  puede 
ser  efectuada  por  el  Estado,  Caja  de  la  Habitación  Popular,  Se¬ 
guro  Obrero  y  Municipalidad,  dando  al  obrero  facilidades  para  lle¬ 
gar  a  ser  propietario,  medida  que  contribuiría  a  combatir  los  prin¬ 
cipios  comunistas.  * 

También  los  patrones,  pueden  desarrollar  en  este  sentido  una 
gran  labor,  construyendo  alrededor  de  sus  industrias  poblaciones 
obreras,  como  ló  han  estado  haciendo  algunas  sociedades  anónimas 
últimamente . 

La  acción  de  la  Visitadora  Social  en  este  caso,  es  de  gran  im¬ 
portancia,  pues  establece  el  control  en  todas  las  familias  y  coor¬ 
dina  todos  los  esfuerzos  para  desarrollar  la  vida  hogareña  y  con¬ 
seguir  su  mayor  bienestar  a  través  de  la  iglesia,  centros  culturales, 
escuelas,  policlínicos,  etc. 

S."  COOPERATIVAS  DE  CONSUMO. 

La  formación  de  estas  cooperativas,  seria  una  medida  que 
favorecería  a  nuestras  familias  obreras. 

Con  las  cooperativas,  el  consumidor  gana  en  peso  y  en  cali¬ 
dad  y  paga  un  valor  justo  al  evitar  el  intermediario  y  al  mismo 
tiempo  le  significa  ahorro. 

En  nuestro  país,  las  cooperativas  no  han  tenido  el  desarrollo 
que  hubiera  sido  de  desear,  a  pesar  de  existir  en  algunas  industrias 
y  empresas. 


Crónica 


¿Qué  es  el  Secretariado  Nacional  Económico  Social? 

El  Secretariado  Nacional  Económico-Social  de  la  Acción  Ca¬ 
tólica  Chilena  es  el  organismo  que  promueve,  orienta  y  dirige  la 
acción  económica-social  de  los  católicos  chilenos.  Depende  en  su 
marcha  de  la  Junta  Nacional  de  la  A.  C. 

Desde  que  se  fundó  este  organismo  ha  pasado  por  des  o  tres 
etapas  diferentes  en  las  que  se  ha  precisado  cada  vez  más  sus 
funciones.  Restablecido  en  1939  con  absoluta  independencia  de  la 
A.  C.,  pasó  más  tarde  a  depender  de  la  Junta  Nacional  de  la 
A.  C.,  pero  con  autorización  para  crear  departamentos  técnicos 
de  acción,  que  serían  autónomos  en  su  trabajo  técnico,  dependien¬ 
tes  de  la  Dirección  del  Secretariado  en  lo  moral  y  religioso. 

Las  últimas  aclaraciones  de  la  Jerarquía,  en  la  Semana  Na¬ 
cional  de  Asesores,  les  suprimieron  aquella  autonomía  y  los  deja¬ 
ron  subordinados,  como  partes  del  Secretariado,  a  la  Junta  Na¬ 
cional.  También  se  había  establecido  que  el  Secretariado  podía  y 
debía  fundar  sindicatos;  últimamente  se  limita  su  labor  a  la  pre¬ 
paración  religiosa  y  técnica  de  obreros  que  funden  sindicatos. 

Su  labor,  pues,  resulta  así  primeramente  doctrinal  e  intelec¬ 
tual,  de  propaganda  y  de  consejo,  más  que  de  acción  propiamente 
tal,  o  de  dirección  superior  de  los  organismos  sociales  obreros . 
Esta  propaganda  es,  por  otra  parte,  indispensable  para  preparar 
el  terreno  antes  de  toda  organización.  Es  indispensable,  además, 
porque  la  ignorancia  es  grande.  .  .  Miles  de  católicos  ignoran  que 
existe  una  doctrina  social;  miles  creen  saberla  bien  y  sólo  tienen 
ideas  vagas  e  incompletas;  miles,  en  fin,  no  quieren  saber  nada 
de  ella.  Hacer  la  propaganda  entre  esta  gente  no  es  fácil;  precisa 
idear  medios  ingeniosos  a  fin  de  atraer  a  los  católicos  hacia  el 
conocimiento  de  la  Doctrina  Social.  ¿Qué  ganaríamos  con  editar 
libros  y  folletos,  si  no  los  leen?  Así  como  los  remedios  amargos 
se  dan  en  grajeas  insípidas  o  en  jarabes,  hay  que  dar  las  normas 
sociales  de  la  Iglesia  en  formas  novedosas,  atrayentes,  agradables. 
¡Es  ya  una  tarea! 

El  S.N.E.S.  tiene,  pues,  primeramente  esta  función  difu- 
sora  de  la  Doctrina  Social  en  todas  las  clases  sociales  y  especial¬ 
mente  en  el  pueblo;  función  que  importa  a  la  vez  ataque  al  mar¬ 
xismo  y  al  liberalismo  individualista  y  defensa  de  los  principios 
cristianos.  Artículos  de  prensa,  conferencias,  traducciones,  folle¬ 
tos,  libros,  controversias  y  demás  medios  de  propaganda  caen  bajo 
este  rubro.  Aun  cuando  sea  necesario  llegar  hasta  los  poderes 
públicos,  para  propiciar  leyes  sociales  que  se  inspiren  en  princi-  , 
pios  cristianos,  deberá  hacerlo. 

Debe  también  preparar  obreros  y  empleados  capaces  de  ser 
apóstoles  de  las  ideas  sociales  cristianas  en  su  medio  ambiente . ' 

La  masa  obrera  ha  sido  descristianizada  por  agitadores  y 
demagogos  que  la  conducen.  La  masa  será  siempre  masa;  bien 
lo  saben  ellos. 

Para  organizar  a  los  obreros  católicos,  que  aun  no  están 
sindicalizados  o  agremiados;  para  lograr  que  los  ya  organizados 
defiendan  los  puntos  de  vista  católicos  y  los  hagan  triunfar  den¬ 
tro  de  sus  fábricas  o  sindicatos;  y  para  convertir  a  los  mismos 
marxistas  que  de  buena  fe  buscan  una  solución  a  .los  problemas' 


36 


SOCIOLOGIA 


sociales,  no  hay  más  que  un  recurso:  preparar  obreros  eficientes 
en  la  Doctrina  Social  Cristiana.  Ya  lo  dijo  Pío  XI.'  Sin  estos 
elementos  previos,  inútil  sería  intentar  la  creación  de  sindicatos, 
mutualidades,  cooperativas,  etc .  Más  inútil  todavía  la  menor  pe¬ 
netración  en  las  masas  trabajadoras  descristianizadas. 

Y  no  es  pequeña  tafea  la  de  buscar,  escoger  e  instruir  obre¬ 
ros  aptos  para  tal  preparación;  formar  en  ellos  la  conciencia  de 
su  misión  apostólica  y  darles  el  valor  y  entusiasmo  necesarios 
para  lanzarse,  en  esta  hora  en  que  todos  los  puestos  están  toma¬ 
dos,  a  sembrar  Doctrina  Social  Cristiana;  más  difícil  hoy,  que 
cuando  Pedro  apareció  solo  en  las  calles  de  Roma.  S 

Finalmente,  el  Secretariado  ha  de  ser,  una  vez  formadas  al¬ 
gunas  organizaciones  económico-social,  su  mentor  y  maestro  en 
los  problemas  que  tienen  relación  con  la  Moral  y  la  Religión . 
En  los  problemas  económicos  y  puramente  técnicos,  ellas  son 
autónomas.  Llegar  a  ser  como  el  alma  de  todas  ellas,  alma  que 
las  impulse,  oriente  y  asista;  que  la  coordine  y  la  acerque  siem¬ 
pre  a  Cristo,  mientras  al  mismo  tiempo  haga  de  sus  socios  acti¬ 
vos  militantes  de  la  A.  C. 

Este  es,  a  grandes  rasgos,  el  programa  de  trabajo  del  S.N.E.S. 


El  Derecho  de  los  trabaja¬ 
dores  y  el  Corporativismo 

por  Paul  Chanson. 

t  i  *  ,  - 

Un  notable  estudio  publicado  por  primera  vez  en 
castellano  por  el  Secretariado  N.  Económico-Social.  Tra¬ 
ducción  de  D.  Bartolomé  Palacios. 

Pedidos  a  la  Librería  “SPLENDOR”. 

Av.  B.  O’Higgins  1626,  en  Santiago,  y 

Victoria  2277, ‘en  Valparaíso. 

* 


Filosofía 

*«*.-'  ?*  «  •  v 

“BERGSON”,  por  el  doctor  Armando  Roa  Rebolledo. 

Lo  que  hay  de  positivo  y  valioso  en  1a.  obra  tan  discutida  de 
Henry  Bergson,  el  célebre  filósofo  recientemente  fallecido. 

“EL  PENSAMIENTO  DE  HUXLEY”,  por  Thomas  Merton. 

Una  trayectoria  doctrinal  llena  de  encrucijadas  y  que  muestra 
aspectos  nuevos  en  su  última  producción  literaria. 

'  N  -  .  4;  y  f 

,  # 

LOS  LIBROS: 

“Del  ente  -y  de  la  esencia”,  de  Santo  Tomás. 


p 


/ 


/ 


i 


Dr.  Armando  Roa  Rebolledo 


BERGSON 


Bergson,  creador  de  una  nueva  “intuición  fundamen¬ 
tal”  del  mundo,  muere  en  los  instantes  más  obscuros  de 
una  guerra  que  devasta  lo  que  él  ya  habia  aniquilado  en 
el  espíritu.  Simbólica  y  trágica  es  su  muerte  en  este  mo¬ 
mento.  Bergson  vió  agotada  la  cultura  cartesiana  hace  40' 
años  y  nos  dió  otro  punto  de  partida.  Pero  la  humanidad 
se  adormece  en  lo  pretérito  y  son  necesarias  conflagracio¬ 
nes  sangrientas  para  empujarla  a  la  novedad  del  porvenir. 

La  guerra  está  abriendo  las  conciencias  a  la  fecundi¬ 
dad  de  lo  que  nos  dejan  éste  y  otros  maestros.  Quisiéra¬ 
mos,  más  allá  de  los  sistemas,  ir  a  la  “intuición”  misma 
de  Bergson,  compararla  con  la  de  Descartes  y  señalar  lo 
eternamente  válido  de  su  obra. 

El  “Cogito,  ergo  sum”  cartesiano  es  sobradamente  co¬ 
nocido.  Se  ha  discutido  si  es  un  juicio  o  la  expresión  de 
un  hecho  inefable  de  conciencia.  En  ambos  casos  se  llega 


a  contradicciones  insolubles.  Sin  embargo  es  fundamento 
de  toda  filosofía  moderna.  Es  que  lo  válido  no  es  el  “Co¬ 
gito,  ergo  sum”  como  axioma  epistemológico,  sino  que  la 
intuición  primaria  de  Descartes,  base  de  la  célebre  fórmu¬ 
la.  Quien  analiza  el  sistema  cartesiano,  lo  reduce  a  proble¬ 
ma  de  conocimiento,  pero  Quien  logra  llegar  hasta  el  es¬ 
píritu  de  Descartes  mismo  ve  en  el  fondo  una  cuestión 
metafísica. 

Para  Santo  Tomás,  todas  las  cosas  sen  expresiones 
cualitativamente  distintas  del  “ser”.  Fuera  del  ser  sólo  es¬ 
tá  la  nada.  Dentro  del  ser,  caben  infinidad  de  grados.  Las 
esencias  son  un  grado  determinado.  Los  grados  superiores 
contienen  “eminenter”  o  implícitas  las  perfecciones  de  los 
inferiores.  Así  el  hombre  asume  en  su  perfección,  lo  onto- 
lógico  de  las  demás  cosas  materiales. 

Tal  es  la  concepción  “analógica”  del  ente,  opuesta  a 
la  unívoca  —  las  cosas  tienen  el  ser  de  :1a  misma  manera, 
se  diferencian  cuantitativamente  - —  y  a  la  equívoca  según 
la  cual,  un  objeto  no  se  enlaza  interiormente  con  otro,  por¬ 
que  el  ser  de  uno  nada  tiene  de  semejante  con  el  ser  del 


otro. 


Descartes,  hace  del  hombre  un  “ser”  puro  y  simple, 
sin  ningún  enlace  intrínseco  con  otros.  Rompe  con  los  “gra¬ 
dos  de  ser”  tomistas.  El  ver  al  hombre  como  un  “todo 
aparte”,  es  su  intuición  fundamental.  De  ahí  surge  su  ex¬ 
presión  epistemológica. 

Conocer  es  “devenir  a  lo  otro  en  cuanto  otro”,  poner- 


BERGSON 


39 


se  en  contacto  interior  con  la  cosa,  coincidir  con  ella  en 
los  aspectos  captados.  La  facultad  cognoscitiva  debe  con¬ 
vertirse  en  la  cosa,  sin  dejar  de  ser  ella  misma.  La  inteli¬ 
gencia  que  conoce  una  piedra,  debe  ser  en  ese  instante  in¬ 
teligencia  y  piedra.  ¿Si  no  fuera  piedra  cómo  sabría  lo  que 
es  Ja  piedra?  ¿Y  cómo  puede  algo  ser  lo  que  es  y  otra  co¬ 
sa  simultáneamente?  He  aquí  el  formidable  misterio  del 
conocimiento.  Los  modernos  han  contestado:  la  inteligen¬ 
cia  no  puede  •desdoblarse,  sólo  se  conoce  a  sí  misma;  el 
mundo  real  es  una  ficción. 

A  nosotros,  que  aceptamos  la  '‘analogía  del  ser”  nos 
parece  cpie  la  posibilidad  de  contacto  accidental  y  extrín¬ 
seco  con  las  cosas,  deriva  de  su  contacto  intrínseco  al  es¬ 
tar  sus  perfecciones  reflejadas  en  el  yo.  La  inteligencia  se 
une  al  objeto  y  lo  penetra;  en  seguida  tiene  la  “sensación” 
de  que  una  parte  cualitativa  suya  coincide  perfectamente 
con  anuél.  El  objeto  ha  explicitado,  ha  hecho  tomar  con¬ 
ciencia  al  yo  de  una  realidad  implícita  en  él.  La  inteligen¬ 
cia  en  totalidad  se  vuelve  entonces  sobre  la  “parte”  —  la 
expresión  conceptual  es  impotente  para  expresar  la  intui¬ 
ción  que  tenemos  de  este  problema  —  ajustada  a  la  cosa 
v  la  conoce.  La  inteligencia  se  revierte  sobre  sí  misma  al 
iluminar  lo  real.  Conocer  sería  descubrir  los  grados  implí¬ 
citos  en  el  yo.  Este  descubrimiento  se  verifica  únicamente 
en  presencia  de  lo  exterior,  puesto  que  los  seres  inferio¬ 
res  no  están  sumado?  gregariamente  para  ser  vistos  por 
simple  introversión.  Lo  que  interesa  es  que  la  inteligen¬ 
cia  puede  ser  ella  v  lo  otro,  porque  este  otro  con  todas  sus 
perfecciones  está  involucrado  en  las  perfecciones  humanas 
y  para  ser  ’o  otro  le  basta  descender  sobre  sí  misma  hasta 
coincidir  exactamente  (IJ .  Esta  teoría  nos  aclara  las  “in¬ 
tuiciones  fundamentales”  de  Descartes  v  Bergcon. 

Para  Descartes  el  hombre  es  un  “ser”  aislado  absolu¬ 
tamente.  Sus  perfecciones  nada  tienen  de  común  con  otros 
seres.  Aun  cuando  aceptara  —  v  esto  le  exigían  sus  críti¬ 
cos  escolásticos  —  la  unión  real  de  entendimiento  y  obje¬ 
to  en  el  acto  de  conocer,  no  tendría  posibilidad  de  solucio¬ 
nar  e1  segundo  problema:  ¿cómo  el  entendimiento  coincide 
con  un  objeto  con  el  cual  ontológicamente  no  tiene  ningu- 


(1)  Imaginad  la  inteligencia  como  un  haz  de  luz  cons¬ 
ciente,  descompuesto  al  espectro  en  indefinidos  colores  que 
mantienen  su  unidad.  Suponed  este  haz  en  contacto  con  un 
rayo  de  luz  verde,  color  existente  en  el  espectro;  el  rayo  se 
confundirá  sin  duda  con  alguno  de  los  verdes  del  haz  primi¬ 
tivo:  éste  se  introvertirá  para  ver  con  qué  parte  su  va  coinci¬ 
de  exactamente  v  sabrá  que  el  rayo  exterior  es  verde. 


40 


FILOSOFIA 


na  semejanza?  Al  introvertirse  sólo  se  descubriría  a  sí 
mismo  como  algo  homogéneo. 

De  aquí  deriva  el  Cogito,  las  ideas  cuadro^  y  la  teoría 
del  puente.  El  universo  se  divide  en  espíritu  y  materia.  El 
espíritu  se  conoce  a  sí  mismo  y  al  conocerse  y  llegar  has¬ 
ta  sus  límites  tiene  la  sensación  de  algo  que  no  es  él  y  en 
lo  cual  sólo  ve  diferencias  cuantitativas:  la  materia.  Más 
allá  de  la  extensión  y  del  movimiento,  todos  los  cuerpos 
son  iguales. 

Los  filósofos  modernos  han  revelado  naturalmente  las 
contradicciones  del  sistema  cartesiano,  pero  han  creído 
en  su  primera  intuición  y  las  diferentes  escuelas  son  la 
expresión  del  anhelo  de  traducir  correctamente  la,  “equi- 
vocidad”  del  ser. 

Bergson  instuye  al  hombre  como  ente  real  surgido  de 
la  evolución  de  otros  seres.  Se  introvierte  en  las  honduras 
del  yo  y  va  coincidiendo  progresivamente  con  sus  innume¬ 
rables  etapas  evolutivas.  Por  un  proceso  semejante  a  la 
“ideación”  divina  contempla  las  etapas  como  pudiendo  ha¬ 
ber  sido  seres  con  existencia  propia.  Cada  grado  es  una 
idea  con  contenido  real,  cualitativamente  distipto  de  otra 
idea.  El  contenido  es  la  “parte”  contemplada  del  yo.  Las 
ideas  bergsonianas  absolutas,  no  son  cuadros  cartesianos 
de  la  realidad,  tampoco  proceden  al  contacto  de  lo  exte¬ 
rior,  surgen  originalmente  de  la  descomposición  indefinida 
del  yo  en  sus  grados  inferiores.  Sólo  el  espíritu  es  suscep¬ 
tible  de  ser  conocido  exactamente  por  intuición  dice  Berg¬ 
son  en  cuanto  se  adapta  y  ajusta  así  mismo.  Por  ahora 
no  podemos  asegurar  hasta  dónde  es  fecunda  la  intuición 
de  la  materia.  Intuyéndose  en  esta  serie  indefinida  de  gra¬ 
dos,  imperfecta  y  arbitrariamente  separados  y  confundién¬ 
dose  en  los  extremos  unos  con  otros,  el  espíritu  se  capta 
como  movimiento  cualitativo  incesante,  como  “duración”. 

El  yo  no  es  unidad  homogénea,  tampoco  multiplicidad 
gregaria ;  es  multiplicidad  compenetrándose  mutuamente 
en  la  unidad.  Duración  es  este  confluir  constante  de  los 
diferentes  grados  esenciales  en  el  grado  esencial:  hombre. 
Pocas  intuiciones  más  poderosas  de  la  analogía  que  la 
bergsoniana.  No  interesa  ahora  discutir  su  sistema;  más 
que  lo  negativo  es  necesario  dar  lo  positivo. 

La  duración  es  el  “tiempo  verdadero”  en  que  presen¬ 
te  y  pasado  en  unidad  indivisa  se  proyectan  creadoramen¬ 
te  en  el  futuro.  La  distinción  moderna  entre  presente  y  pa¬ 
sado  como  instantes  sucesivos  inmóviles  es  falsa  dice  Berg¬ 
son. 

El  presente  está  constantemente  desapareciendo  en  un 
pasado  que  no  será  jamás.  El  presente  es  un  instante  ím- 


BERGSON 


41 


palpable.  La  realidad  queda  fuera  de  este  tiempo  fantas¬ 
magórico  que  lleva  a  la  nada. 

El  presente  verdadero  se  distingue  del  pasado  por  la 
“atención”  de  nuestra  conciencia;  a  lo  que  la  conciencia 
atiende  en  un  momento  dado  se  da  el  nombre  de  presen¬ 
te  ;  éste  es  susceptible  de  encogerse  o  ensancharse  indefi¬ 
nidamente,  abarcando  todo  lo  sucedido,  según  hasta  don¬ 
de  se  proyecte  la  atención.  En  el  fondo  presente  y  pasado 
son  lo  mismo.  El  futuro  surge  indivisamente  acrecentando 
sin  cesar  el  presente. 

Nuestros  conceptos  habituales  son  recortes  inmóviles 
y  arbitrarios  de  la  realidad.  Fijamos  e  inmovilizamos  una 
etapa  del  movimiento  para  obrar  con  mayor  comodidad. 
Nuestro  conocimiento  es  relativo,  capta  estadios  superfi¬ 
ciales,  porque  está  ordenado  a  la  acción  y  es  más  fácil  ope¬ 
rar  sobre  lo  inmóvil.  Estos  conceptos  son  útiles  en  la  cien¬ 
cia  que  relaciona  estadios  para  dominarlos. 

El  metafísico  aspirando  a  lo  absoluto  debe  sumergirse 
en  la  corriente  vitalmente  creadora  de  la  duración,  gracias 
al  “desinterés”  por  el  mundo.  Esta  inmersión  se  realiza 
por  la  intuición  profunda  del  yo.  Lo  que  vea  en  el  inte¬ 
rior,  el  espíritu  lo  traducirá  en  conceptos,  pero  conceptos 
móviles,  cambiantes,  adaptados  a  las  visiones  fugaces  de 
la  intuición.  Nada  tienen  de  común  con  los  conceptos  de 
la  ciencia  o,  de  la  filosofía  moderna,  estos  últimos,  gene¬ 
ralizaciones  abstractas  y  vacías  de  contenido.  El  “concep- 
.  to”  de  la  metafísica  berg'soniana  representa  una  “etapa” 
real  del  yo.  Cuando  una  de  estas  ideas  con  un  contenido 
tal  coincide  con  el  conocimiento  de  sentido  común  de  una 
cosa  exterior  podemos  asegurar  que  esa  cosa  existe,  pues 
no  vemos  repugnancia  en  que  dicho  grado  de  ser  del  yo 
que  envuelve  de  suyo  cierta  realidad  ontológica  pueda 
existir  explícito  e  independiente.  Bergson  cree  que  la  in¬ 
tuición  no  se  ha  desarrollado  aun  en  el  conocimiento  de 
lo  exterior,  pero  que  con  grandes  probabilidades  podemos 
asegurar  su  existencia  cuando  previamente  ha  sido  con¬ 
templada  en  la  estructura  del  yo. 

Basta  esta  explicación  para  comprender  la  diferencia 
abismal  entre  las  “categorías”  kantianas  y  las  “ideas”  de 
Bergson.  Aquéllas  son  producciones  innatas  y  necesarias 
del  espíritu :  manifestaciones  de  Su  poder  creador ;  éstas, 
el  espíritu  mismo  considerado  sucesivamente  como  menos 
y  menos  perfecto.  Aquéllas  surgen  de  la  periferia;  las  berg- 
sonianas  de  la  hondura  del  ser.  En  este  sentido,  Bergson 
considera  justamente  a  la  ciencia  nna  experiencia  en  super¬ 
ficie  y  a  la  metafísica  una  experiencia  en  profundidad. 

El  yo  se  limita  por  abajo,  por  cuanto  contiene  implí¬ 
cito  lo  que  podría  ser  explícito  y  por  arriba  en  cuanto  tien- 


42 


FILOSOFIA 


ele  incesantemente  a  crear.  El  hombre  deja  asi  cabida  a 
Dios  y  las  criaturas,  perdiendo  su  carácter  de  símbolo  del 
Universo  entero. 

La  intuición  bergsoniana  del  “yo”,  se  enlaza  directa¬ 
mente  con  la  de  uno  de  los  escritores  más  notables  de  la 
historia:  james  joyee,  muerto  también  en  estos  días. 

Joyce,  personaje  principal  de  sus  obras,  se  vuelve  so¬ 
bre  sí  mismo  disgregándose  en  otros  tantos  seres  reales. 
No  sólo  los  demás  personajes,  sino  que  la  naturaleza  mis¬ 
ma  es  descubierta  en  el  fondo  de  sí.  El  mar,  las  monta¬ 
ñas,  los  hombres,  la  sociedad,  el  Estado,  la  rutina,  la  mi¬ 
seria,  son  el  mismo  joyce  revelándose  en  profundidad  por 
etapas.  Sus  creaciones  so’n  maravillosamente  reales  e  indi¬ 
viduales;  tienen  la  riqueza  ontológica  de  los  infinitos  seg¬ 
mentos  oncológicos  de  su  “y0”-  Nada  más  denso  e  inme¬ 
diato  que  la  substancia  personal.  Lo  'desconcertante  para 
ci  lector  es  el  tiempo  en  que  se  mueven  sus  personajes. 
£s  absolutamente  diferente  al  tiempo  lineal  de  la  novela 
clásica.  Es  pétreo,  duro,  zigzagueante,  alargándose  y  vol¬ 
viendo  sin  cesar  sobre  sí  mismo,  fracturándose  de  repente 
en  inesperadas  direcciones. 

Es  una  “duración”  impenetrable  como  el  Moisés  del 
Ulises.  El  lector  debe  simpatizar  con  la  duración,  más 
allá  de  la  aparente  monotomía  y.  entonces  cae  en  un  mun¬ 
do  de  incomparable  belleza  y  novedad. 

Jung  ha  dicho:  “Podría  creerse  que  en  un  mundo  de 
meras  nada  sólo  queda  el  yo,  James  joyce.  Pero,  ¿se  ha 
observado,  acaso,  que  debajo  de  todos  esos  siniestros  yos-* 
sombras  se  presenta  un  único  yo  real?  Cierto,  cada  figu¬ 
ra  del  Ulises  es  de  un  insuperable  realidad.  Todas  ellas  no 
podrían  ser  de  otro  modo  que  como  son  son  siempre  ellas 
mismas  en  todos  los  respectos  y,  sin  embargo,  carecen  de. 
yo,  no  tienen  centro  alguno  —  tan  humano  ' —  de  aguda 
conciencia,  ni  poseen  ese  islote  del  yo  de  cálida  sangre 
cardíaca  que  —  ¡  ay !  —  es  tan  pequeño  y,  no  obstante, 
tan  vital”. 

En  Joyce  y  en  Bergson  el  yo  desaparece  en  una  in¬ 
finidad  de  seres  reales  con  vida  propia  pero  cuya  unidad 
confluye  misteriosamente  al  yo  primitivo  que  los  contie¬ 
ne.  Joyce  dice  :.  “El  artista  se  halla  como  el  Dios  de  la 
creación,  o  dentro  o  detrás  o  más  allá,  o  por  encima  de 
su  obra,  es  invisible,  sin  vida  propia,  indiferente  y  se  lim¬ 
pia  las  uñas”.  Y  sin  embargo  es  este  yo  el  que  dura  en 
la  combinación  infinitamente  variable  de  sus  contenidos. 

No  aceptamos  muchas  afirmaciones  del  sistema  berg- 
soniano ;  ya  han  sido  evidenciadas  contradicciones  en  sus 
conceptos  de  duración,  espíritu.  Dios,  eternidad,  etc.  Pe¬ 
ro  su  intuición  central  del  hombre  como  “ser  analógico”  v 


BERGSON 


43 


de  la  posibilidad  de  disgregarse  para  crear  ideas  absolu¬ 
tas  y  verdaderas  es  profundamente  metafísica.  Ya  decía¬ 
mos  que  a  nuestro  parecer  la  inteligencia  desciende  dentro 
de  sí  misma  hasta  coincidir  con  lo  exterior  en  el  acto  cog¬ 
noscitivo.  Su  sistema  variará  en  diferentes  épocas,  pero 
ésto,  será  el  legado  a  la  historia,  lo  eternamente  válido. 

Sean  estas  línea  un  modesto  homenaje  al  maestro  que 
nos  introdujo  a  la  metafísica  en  la  adolescencia,  hace  diez 
años,  extasiando  nuestro  espíritu  en  el  dinamismo  perpe¬ 
tuo  e  incesantemente  renovado  del  ser. 

A.  R.  R- 


# 


LA  CONVERSION  DE  BERGSON. 


En  1937  nuestra  revista  publicó  un  artículo  del  Dr.  Armando 
Roa,  sobre  la  filosofía  de  Bergson,  en  que  se  recogía  la  noticia 
circulante  en  el  mundo  intelectual  de  que  el  célebre  filósofo  había 
ingresado  a  la  Iglesia  Católica.  A  partir  de  entonces  un  largo 
silencio  vino  a  rodear  este  acontecimiento  y  muchos  lo  pusieron 
abiertamente  en  duda.  La  muerte  de  Bergson  ha  vuelto  no  obs¬ 
tante  a  actualizar  el  tema  y  a  traer  sobre  él,  un  testimonio  par¬ 
ticularmente  valioso.  En  efecto,  Raíssa  Maritain,  mujer  del  cono¬ 
cido  pensador  francés  de  este  apellido,  acaba  de  publicar  en  la 
revista  norteamericana  “The  Commonweal”,  un  interesante  artículo 
en  el  que  afirma  que  Bergson  recibió  el  Bautismo  e  ingresó  a  la 
comunión  católica  hace  algunos  años.  Las  estrechas  relaciones  de 
amistad  de  los  esposos  Maritain  con  Bergson,  hecho  público  desde 
muchos  lustros,  dan  a  esta  afirmación  una  importancia  indiscutible. 
Ella  se  aviene,  por  otra  parte,  con  lo  expresado  hace  poco  en  la 
prensa,  por  el  Doctor  Marañón,  residente  en  Francia,  sobre  haber 
muerto  Bergson  en  el  seno  de  la  Iglesia  como  fiel  observante  de 
su  doctrina . 


Thomas  Merton 


El  pensamiento  de  Aldous  Huxley  (*} 


Algunos  años  atrás  Aldous  Huxley  escribió, “Eyeless 
in  Gazza”,  una  novela  que  no  agradó  a  sus  admiradores 
por  dos  razones :  la  primera,  porque  como  novela  noi  valía 
gran  cosa,  y  la  segunda,  porque  revelaba  su  desilusión  del 
cómodo  escepticismo  materialista  que  hasta  entonces  pa¬ 
recía  satisfacerlo.  Sus  nuevas  opiniones  se  presentaban  co¬ 
mo  propias  de  una  tendencia  teosófica,  pero  ellas  no  eran 
tan  nuevas  en  Huxley  como  parecían  a  primera  vista.  Las 
raíces  de  estas  opiniones  se  encuentran  ya  en  un  trabajo 
anterior,  “Those  Barren  Leaves”  en  el  cual  Huxley  de¬ 
muestra  la  curiosidad  que  tienen  a  menudo  los  intelectua¬ 
les  respecto  a  los  misterios  que  dicen  contemplar  la  ver¬ 
dad  cara  a  cara. 

En  justicia  Huxley  es  algo  más  que  un  simple  intelec¬ 
tual  ;  es  un  hombre  inteligente.  Ve  con  más  claridad  que 
cualquiera  de  sus  contemporáneos  el  fin  para  el  cual  el 
hombre  ha  sido  creado,  pero  s-e  demu'estra  perplejo  y  con¬ 
fundido  en  su  discusión  sobre  les  medios  para  alcanzar  es¬ 
te  fin.  Es  todavía  un  buen  escritor ;  aun  sabe  hacer  críticas 
literarias  llenas  de  erudición  y  perspicacia.  Su  encanto  per¬ 
sonal  iguala  a  su  espíritu,  de  broma  y  sus  buenas  intencio¬ 
nes  :  pero  desgraciadamente  como  filósofo  no  es  distingui¬ 
do. 

Sus  “Fines  y  Medios”  son  algo  mejor  que  “Eyeless  in 
Gazza”,  porque  evita  en  él  algunas  de  las  limitaciones  im¬ 
puestas  sobre  los  conceptos  metafísicos  por  el  lenguaje 
de  la  imaginación  y  los  acentos  del  diálogo.  Pero  las  con¬ 
tradicciones  que  nos  dejaban  perplejos  en  “Fines  y  Me¬ 
dios”  son  más  patentes  en“After  Many  a  Summer  Dies  the 
Swan”  (“Después  de  muchos  veranos,  muere  el  Cisne”)  su 
última  novela. 

Hay  una  razón  suficiente  para  que  su  opinión  a  me¬ 
nudo  nos  aparezca  teosófica  y  es  que  en  realidad  lo  es.  Ha 
pasado  de  un  místico  a  otro,  del  Cristiano  al  Oriental  y 
ha  alcanzado  por  fin  su  propio  idealismo  panteísta  dete¬ 
niéndose  en  la  puerta  de  Spinoza,  Kant  y  Bergson. 


(*)  Traducido  especialmente  para  “Estudios”,  de  “The 
Catholic  World”  de  New  York 


EL  PENSAMIENTO  DE  ALDOUS  HUXLEY 


45 


Ahora  cree  que  el  mundo  es  completamente  ilusorio. 
La  materia  no  existe  y  es  el  mal.  Por  supuesto  que  es  el 
mal  porque  carece  de  realidad  ;  verdad  y  bondad  sólo  se  en¬ 
cuentran  en  la  substancia  cpie  existe.  Dios.-  Esta  substan¬ 
cia  es  la  vida  misma  y  aunque  todas  las  cosas  participan 
de  ella,  están  separadas  de  ella  por  la  materia,  aprisiona¬ 
das  en  el  sueño  de  la  muerte  o  del  Karma.  La  existencia 
sobre  la  tierra  no  es  por  lo  tanto  buena  y  estamos  destina¬ 
dos  a  escapar  de  ella  por  la  purificación,  por  el  desprendi¬ 
miento  de  la  materia  y  la  unión  con  el  Unico  unipersonal. 

Los  lazos  materiales  sólo  nos  amarran  al  mal :  no  pue¬ 
den  servirnos  de  modo  alguno  para  alcanzar  a  Dios.  Hux- 
lev  sigue  hasta  aquí  al  Budismo,  pero  lo  abandona  respec¬ 
to  a  la  metempsicosis  y  agrega  un  complicado  concepto 
que  hace  imposible  su  sistema. 

Nos  dice  que  lo  bueno  es  sólo  imposible  en  el  “nivel 
humano”  y  existe  no  sólo  por  sobre  él  en  la  eternidad  si¬ 
no  por  bajo  ella,  en  el  nivel  de  los  animales. 

La  razón  de  ello  es  probablemente  la  reminiscencia  de 
los  días  de  “Contrapunto”  en  el  cual  los  instintos  anima¬ 
les  eran  buenos  en  sí  mismos:  piensa  que  aun  lo  son,  pero 
son  malos  en  el  hombre  a  causa  de  que  son  Conscientes. 

La  materia  en  todo  caso,  puede  ser  simbolizada  como 
muerte.  Es  un  convencionalismo  bastante  familiar  a  la  li¬ 
teratura  mística  y  esto  explica  todos  los  símbolos  de  muer¬ 
te  sobre  los  cuales  basa  Huxlev  su  última  novela. 

Ya  en  la  primera  página  de  este  libro  nos  encontramos 
con  una  descripción  oprimente  de  un  cementerio  llamado 
no  sin  razón  panteón,  situado  en  las  afueras  de  Los  Ange¬ 
les.  Es1  una  de  las  grandes  empresas  comerciales  de  uno 
de  los  personajes,  Stoyte,  y  es  un  lugar  vistoso,  adornado 
de  toda  la  vulgaridad  que  puede  desplegar  el  paganismo. 
Sus  piezas  más  destacadas  son  la  Fuente  del  Arco  Iris 
Musical,  El  Vestíbulo  de  las  Cenizas,  un  antiguo  Mundo 
Mortuorio,  algunas  catacumbas,  etc.  Pero  lo  más  ofensivo 
respecto  al  lugar,  es  que  algunas  tumbas  aparecen  decora¬ 
das  con  estatuaria  erótica  ;  porque  el  orgullo  de  Stoyte  con¬ 
siste  en  haber  llevado  “el  sex  appeaí  hasta  la  muerte”.  Es¬ 
ta  pesada  broma  nos  parecerá  extrema  si  no  fuera  muy  po¬ 
sible  y  actualmente  verdadero.  Pero  lo  importante  de  ella 
es  que*Huxley  la  tiene  como  divisa  para  hacer  sátira  del 
materialismo,  ya  que  el  materialista  tiene  que  buscar  toda 
la  bondad,  toda  la  belleza  y  la  verdad  (si  la  hay)  en  cocas 
materiales  deseables.  Pero  ya  que  la  bondad,  la  verdad  y 
lo  demás  no  sólo  existe  en  las  cosas  materiales,  este  em¬ 
peño'  resulta  tan  obscuro  y  malo  como  tratar  de  poner  “sex 
appeal  en  la  muerte”.  Sin  embargo,  el  pagano  espera  al- 


46 


FILOSOFIA 


canzar  para  sí  mismo  el  máximum  (Je  placeres  y  cosas  ma¬ 
teriales  antes  de  morir  ;  y  si  no  lucha  por  obtenerlas  úni¬ 
camente  para  sí  mismo  por  lo  menos  espera  sacar  parti¬ 
do  luchando  en  unión  con  otros  miembros  de  su  “clase 
oprimida”.  El  término  más  feliz  para  él  sería  conseguir  una 
eterna  juventud  y  salud  sobre  la  tierra:  esta  es  la  caracte¬ 
rística  del  paraíso  pagano.  Por  lo  tanto,  el  tema  central  de 
“After  Many  a  Summer”  no  es  la  muerte  en  general  sino 
la  inmortalidad  física. 

El  título  del  libro-  está  sacado  del  poema  de  Tennyson 
en  donde  el  héroe  es  premiado  por  los  dioses  con  la  vida 
inmortal  sobre  la  tierra,  pero,  desgraciadamente  no  otorga¬ 
ron  a  Tithonus  la  eterna  juventud»  y  envejece  y  envejece 
sin  término  hasta  que  se  ve  forzado  a  implorar  a  los  dioses 
la  muerte  como  todas  las  demás  criaturas. 

Huxley  crea  un  Tithonus  propio  a  quien  los  dioses  no 
han  otorgado  favor  alguno  pero  que  es  la  causa  de  la  úni¬ 
ca  parte  legibel  de  la  novela,  en  el  capítulo  “Hauberk  Pa- 
pers”.  Es  un  noble  inglés  que  descubre  la  inmortalidad  ali¬ 
mentándose  de  una  dieta  de  intestinos  de  pescado  y  logra 
vivir  200  años  en  una  cueva  oculta  en  Surrey..  En  contra¬ 
posición  con  el  Tithonus  de  Tennyson  el  de  Huxley  no  pier¬ 
de  su  juventud,  pero  sufre  otra  degradación:  esta  degrada¬ 
ción  sólo  nos  es  revelada  al  final  del  libro  y  por  lo  tanto 
prefiero  no  anticiparla  a  sus  lectores. 

En  todo  caso  no  nos  parece  muy  efectiva  y  constitu¬ 
ye  la  más  fuerte  acusación  al  materialismo,  que  jamás  pro¬ 
dujo  la  pluma  de  Huxley,  aunque  la  misma  idea  aparece 
con  más  crudeza  en  una  comedia  de  Laurel  y  Hardv  de 
1933.  . 

El  tema  central  no  es  absolutamente  malo,  pero  debió 
ser  tratado-  en  toda  su  sencillez.  Las  interminables  filoso¬ 
fías  de  Mr.  Propter.  el  carácter  más  pesado  de  la  novela 
inglesa  impiden  el  movimiento  de  la  historia  y  echan  a 
perder  el  efecto  total. 

En  el  curso  de  estos  soliloquios  Huxley  condena  la 
mayor  parte  de  los  sistemas  religiosos  del  mundo  y  al  min¬ 
ino  tiempo  lucha  -conlas  contradicciones  del  suyo  propio. 
Su  debate  en  esta  materia  es  bueno  :  consiste  en  que  dema¬ 
siados  hombres  han  creado  un  Dios  a  su  propia  imagen  y 
después  de  hacerlo,  apelan  al  Dios  de  su  propio  invento 
para  justificar  sus  violentas  injusticias  respecto  a  sus  ve¬ 
cinos.  La  forma  más  baja  del  dios  antropomórfico  es  el  dic¬ 
tador  que  no-  es  solamente  un  dios  en  forma  humana,  sino 
un  hombre  que  se  presenta  como  la  encarnación  de  todos 
los  deseos  y  ambiciones  de  los  que  le  siguen.  Sobre  esto 
está  el  politeísmo  y  el  monoteísmo  primitivo  en  escala  as- 


EL  PENSAMIENTO  DE  ALDOUS  HUXLEY 


47 


cendente.  Y  aun  cuando  Huxley  llega  hasta  el  Dios  puro 
espíritu,  siempre  conserva  un  tinte  de  antropomorfismo. 

Va  tan  lejos  como  puede  y  llega  al  mismo  término  de 
los  Budistas  para  los  cuales  Dios  es  pura  “nada”.  Pero,  no 
es  “nada”  en.  el  sentido  metafórico  de  que  ningún  concep¬ 
to  humano,  puede  representarlo  (lo  que  sería  concepto  cris¬ 
tiano),  sino  que  El  es  en  realidad  “nada”.  Al  llegar  a  es¬ 
te  punto,  parece  que  Huxley  se  da  cuenta  que  al  decir  que 
Dios  es  nada  cae  en  un  simple  ateísmo  y  se  apresura  a  vol¬ 
ver  a  la  noción  cristiana  de  Dios  como  pura  actualidad,  o 
“pura  actuación”  como  lo  expresa  en  las  palabras  del  mís¬ 
tico  alemán  John  Tauler. 

Sin  embargo,  Huxley  no  acepta  la  Dignidad  de  Cris¬ 
to  (aunque  no  nos  expresa  su  sentimiento  respecto  a  la? 
muchas  encarnaciones  atribuidas  a  Dios  en  el  Oriente)  y 
piensa  que  aunque  el  Cristianismo  tiene  el  “mérito  de  ser 
sencillo  y  dramático”  es  categóricamente  “erróneo”.  Pien¬ 
sa  que  hombres  como  S.  Juan  de  la  Cruz,  por  un  feliz  ac¬ 
cidente,  trasciendan  estos  “errores”’ y  se  las  arreglen  para 
percibir  un  destello  de  la  verdad  pura  y  actual,  pero  con¬ 
dena  en  los  místicos  españoles  “un  esfuerzo  violento'  cíe 
sensualidad  negativa”  lo  que  sólo  afirma  con  más  fuerza 
su  propia  voluntad,  cuando  creían  ellos  mismos  aniquilar¬ 
la. 


Pero  para  Huxley  toda  expresión  de  voluntad  no  es 
sino  “voluntad  propia”.  Cree  que  todos  nuestros  actos  son 
malos  y  que  es  absurdo  designar  expresamente  ciertos  ac 
tos  como  fuente  de  pecado.  Está  convencido  que  el  “nivel 
del  hombre  es  el  nivel  del  mal”  y  pretende  levantar  el  áni¬ 
mo  con  el  simple  esfuerzo  para  alcanzar  la  Unión  con  Dios 
no  a  través  del  amor  pero  sí  del  conocimiento. 

En  “Fines  y  Medios”  el  Amor  es  virtud  importante, 
mas  ahora  Huxley  sólo  lo  menciona  para  demostrar  lo  mu¬ 
cho  que  lo  embaraza.  Su  misticismo  opera  únicamente  en 
el  campo  de  la  especulación.  El  Amor  que  dirige  la  volun¬ 
tad  a  su  fin  propio,  el  Bien,  no  tiene  lugar  en  ese  orden.  Y 
puesto  que  ese  orden  es  el  único  que  Huxley  acepta  es 
preciso  desterrar  el  Amor. 

Aun  la  actividad  mejor  intencionada  solamente  condu¬ 
ce  a  malas  consecuencias  y  por  lo  tanto  para  Huxley  no 
hay  razón  ninguna  para  hacer  bien  a  los  demás.  Desapare¬ 
cen  pues  los’  pequeños  grupos  de  ocho  o  diez  prosélitos  fa¬ 
miliares  a  los  lectores  de  “Eyeless  in  Gazza”  aleccionados 
en  el  dominio  de  sí  mismos  por  los  métodos  de  P.  M.  Ale- 
xander.  y  viajando  de  un  nunto  a  otro  para  hacer  charlas 
y  oponer  a  la  violencia  la  no  resistencia.  En  su  nuevo  libro 


48 


FILOSOFIA 


Huxley  admite  que  no  pretende  salvar  a  nadie,  con  excep¬ 
ción  tal  vez  de  tres  o  cuatro  individuos  bien  dispuestos. 

Pero,  a  pesar  de  todas  estas  opiniones  puestas  en  bo¬ 
ca  de  Mr.  Propter,  este  señor  es  sumamente  activo :  es  tan 
activo  como  hablador.  Gasta  mucho  de  su  tiempo  en  su 
afición  de  trabajo  y  no  sólo  cuida  sus  naranjos  si  no  los 
cuerpos  y  almas  de  sus  jornaleros  que  colectan  las  fru¬ 
tas.  Sueña  con  una  pequeña  comunidad  agraria  en  algún 
fértil  valle,  una  especie  de  Shangri-la,  en  la  cual  unos 
cuantos  contemplativos  permanezcan  recluidos  y  en  segu¬ 
ridad  mientras  termina  la  guerra.  Todos  los  esfuerzos  de 
Mr.  Propter  para  ayudar  a  otros  aparecen  falsos  a  cau¬ 
sa  de  su  inconsistencia.  Ni  Propter  ni  Huxley  creen  con 
sinceridad  que  pueden  hacer  algo  por  nadie  y  si  tienen  vo¬ 
cación  para  algo  es  para  hermitaños. 

Ahí  concluirán  para  ellos  las  contradicciones,  pues  no 
tendrán  con  quien  argumentar.  Ahí  podría  Huxley  sentar¬ 
se  a  pensar  en  paz,  recibir  algunas  visitas  de  amigos  entre¬ 
tenidos  y  cultos  y  sería  un  bien  para  él.  Lo  debería  hacer ; 
ya  no  escribiría  sobre  Mr.  Propter  y  retrayéndose  a  un  re¬ 
tiro  conveniente  trabajaría  en  la  materia  en  la  cual  está 
realmente  bien :  el  Ensayo. 

T.  M. 


% 

RECTIFICACION 


En  nuestro  número  anterior  se  deslizó  un  error  tipográfi¬ 
co  que  altera  el  sentido  de  una  frase  del  artículo  del  Pbro.  D. 
Alejandro  Huneeus  en  la  polémica  sobre  “Persona,  Individuo 
y  Propiedad”. 

En  la  Pág.  46,  N?  4,  ha  de  leerse  el  párrafo  inicial  en  la  si¬ 
guiente  forma:  “En  la  parte  de  ética  de  nuestra  filosofía  pe¬ 
renne  probamos  que  no  sólo  existe  el  derecho  de  apropiarnos 
bienes  consumibles  para  reparar  nuestras  fuerzas,  nuestra  ma¬ 
teria  gastada  y  vivir,  sino  para  poseer  otros  bienes  esta¬ 
bles...”  etc- 


Los 


Libros 


‘‘DEL  ENTE  Y  DE  LA  ESENCIA”,  de  Santo  Tomás  de  Aquino. — 
Editorial  Losada.  Buenos  Aires. 


Interpretando  la  influencia  cada  vez  mayor  de  Sto.  Tomás 
en  el  devenir  de  la  cultura  contemporánea,  la  Editorial  Losada  ha 
publicado  en  nuestro  idioma,  esta  obra  capital .  Los  traductores 
han  sido  Monseñor  Luis  Lituma  y  Alberto  Wagner  de  Rey  na,  de 
la  Universidad  Católica  de  Lima.  El  último  ya  muy  conocido  entre 
nosotros  por  sus  investigaciones  llenas  de  interés  sobre  la  filosofía 
de  Martín  Heidegger  y  la  escuela  existencialista . 

Este  opúsculo  de  Sto.  Tomás  es  de  los  más  profundos  de  la 
filosofía  de  todos  los  tiempos.  Estudia  la  estructura  ontológica 
de  la  esencia  y  su  relación  con  la  existencia,  el  género,  la  especie, 
la  materia  y  la  forma  substancial.  El  enunciado  de  estos  proble¬ 
mas  es  de  un  interés  evidente. 

Durante  muchos  siglos  se  nos  lia  ocultado  el  pensamiento 
tomista.  Lo  hemos  conocido  a  través  de  comentarios  de  tercera 
clase  en  cuyas  manos  la  maravillosa  riqueza  ontológica  del  maes¬ 
tro  se  esfumaba  en  una  exposición  árida,  estéril  y  vacía. 

Nada  han  hecho  los  encargados  de  darlo  a  conocer,  por  tra¬ 
ducirlo  a  idiomas  vivos.  La  mayoría  de  sus  obras  permanecen  en 
latín . 

La  Editorial  Losada  promete  una  colección  de  medioevales. 

Desde  varios  años  queríamos  lo  mismo.  Con  nuestro  amigo 
Gustavo  Fernández  del  Río  habíamos  insistido  en  la  necesidad  de 
poner  en  nuestro  idioma  a  varios  clásicos  de  la  Edad  Media:  Sto. 
Tomás,  Duns  Scoto,  San  Alberto,  Joaquín  de  Flora,  el  Pseudo 
Dionisio,  Pedro  Lombardo,  Boecio,  etc.  En  todas  partes  encontra¬ 
mos  indiferencia . 

Sin  embargo,  de  este  anhelo  surgió  la  primera  traducción  de 
“De  Ente  et  Essentia”  al  castellano,  de  Gustavo  Fernández,  pu¬ 
blicada  en  los  Anales  de  la  Facultad  de  Filosofía  y  Letras  de  la 
Universidad  Católica,  de  octubre  de  1938. 

Este  opúsculo,  nos  revela  la  actitud  de  un  tomista  frente  a 
la  cultura.  Los  escolásticos  modernos  desconocedores  del  valor  de 
otras  escuelas  se  han  colocado  al  margen  del  proceso  divino  de 
la  historia.  Fernández  del  Río  lo  señala  en  un  corto  e  interesante 
prólogo:  “Las  abundantes  citas  de  los  filósofos  de  todos  los  tiem¬ 
pos,  paganos,  judíos,  árabes  o  cristianos,  nos  hacen  vislumbrar  su 
espíritu  ecuménico  que  sin  contentarse  jamás  con  un  raquítico 
eclecticismo,  iba  incorporando  vitalmente  a  su  síntesis  doctrinal 
todo  lo  verdadero,  haciendo  suya  la  frase  de  uno  de  los  Padres  de 
la  Iglesia:  “Toda  verdad,  quien  quiera  que  la  diga,  al  Espíritu 
Santo  pertenece” . 


Dr.  ARMANDO  ROA  R. 


I 


►o  mm  k» «•  c*<«»  o- 


14 


El  burgués  es  un  chancho 
que  desea  morir  de  vejez". 

León  Bloy. 


Un  llamado  al  heroismo  y  a  la  responsabi¬ 
lidad  del  cristiano,  y  un  índice  de  fe  en  el 
poder  de  lo  invisible,  es 


ti 


LEON  BLOY,  LL  PEREGRINO  LE 
LO  ABSOLUTO44 

Por  JAIME  EYZAGUIRRE 


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“LA  SITUACION  DE  LA  IGLESIA  EN  MEXICO”,  por  Clarence 
Finlayson . 


El  autor,  ex  Profesor  de  la  Universidad  Católica  de  Santiago 
y  actual  de  la  Universidad  de  Notre  Dame  en  los  Estados  Unidos, 
relata  las  impresiones  recogidas  en  un  reciente  viaje  a  México. 


“EL  PAPA  Y  LA  GUERRA”. 

Un  interesante  artículo  del  diario  “Catholic  Herald”  de  Lon¬ 
dres,  en  que  se  analiza  la  actitud  del  Papa  frente  al  actual  conflicto 
europeo . 


LOS  LIBROS: 

•  « 

“Filosofía  de  la  Eucaristía”,  por  Juan  Vásquez  de  Mella. 


Clarence  Finlayson 


La  situación  de  la  Iglesia  en  México 

A  José  Vasconcelos,  cuya  con¬ 
versión  al  Catolicismo  es  pren¬ 
da  para  México  de  mejores  días- 

¿Se  ha  detenido  la  persecución  religiosa  en  México? 
Los  que  han  seguido  desde  el  extranjero  las  vicisitudes  de 
las  persecusiones  religiosas  en  México  creerán  que  la  si¬ 
tuación  de  la  Iglesia  ha  mejorado  notablemente.  Sin  embar¬ 
go,  en  el  fondo,  todo  ha  continuado  igual.  La  táctica  ha 
cambiado.  Eso  es  todo.  , 

Podria  decirse  que  la  persecusión  ha  tomado  un  carác¬ 
ter  sistemático'  y  pacífico  pero  la  situación  de  la  Iglesia 
es  peor  hoy  que  en  tiempos  de  Calles. 

En  mi  visita  a  México  este  verano  pude  comprobar  la 
débil  influencia  que  ejerce  la  Iglesia  en  la  conciencia  del 
país.  Está  reducida  a  una  condición  misérrima.  A  pesar  de 
ello,  el  sentimiento  de  la  inmensa  mayoría  del  país  es  ca¬ 
tólico. 

Conviene  recordar  algunos  hechos  históricos  que  moti¬ 
varon  la  actual  situación.  Desde  tiempos  que  vienen  de  las 
Leyes  de  Reforma  la  Iglesia  había  quedado  en  situación 
mala  y  pobre.  En  tiempos  de  don  Porfirio  Díaz  que  duran 
hasta  el  año  1910,  gobernando  34  años,  la  Iglesia  había  go¬ 
zado  de  relativa  libertad.  Sin  embargo,  el  dictador  Díaz 
no  tuvo  la  osadía  de  abolir  las  leyes  de  Reforma.  Son  estas 
leyes  cuya  aplicación  integral  colocan  a  México  fuera  de 
la  categoría  de  país  civilizado. 

La  verdadera  y  violenta  persecusión  comenzó  durante 
la  Administración  de  Plutarco  Elias  Calles,  una  de  las  más 
odiosas  dictaduras  que  México  ha  tenido  en  su  historia.  Ca¬ 
lles  desde  hacía  tiempo  esperaba  granjearse  el  apoyo  de 
las  sectas  protestantes  de  los  Estados  Unidos,  de  las  iz¬ 
quierdas  o.  del  liberalismo  acomodado  de  otros  países  y 
del  jacobinismo  rico  de  América  y  Europa. 

Buscando  como  pretexto  un  pretendido  asalto  —  eje¬ 
cutado  por  gente  del  Gobierno  —  a  un  templo  católico  de  la 
Ciudad  de  México,  Calles  mandó  cerrar  la  iglesia  porque  el 
orden  había  sido  turbado.  Una  semana  después  era  entre¬ 
gada  a  un  cura  renegado  que  dijo  tener  un  plan  para  inde¬ 
pendizar  a  la  Iglesia  mexicana  de  Roma.  Es  de  notar  que 
nadie  acudió  a  las  ceremonias  de  esta  pseudo-iglesia. 


LA  SITUACION  DE  LA  IGLESIA  EN  MEXICO 


53 


La  persecusión  comenzó  con  la  expulsión  de  más  de 
200  sacerdotes  españoles,  a  la  que  siguió  el  cierre  y  clau¬ 
sura  de  las  escuelas  particulares  en  donde  se  enseñaba  reli¬ 
gión  católica,  terminando  por  dictaminar  el  número  de  pᬠ
rrocos  que  podían  existir.  De  esta  manera  hubo  comarcas 
enteras  que  quedaron  sin  curas.  Tan  tremendos  y  horribles- 
fueron  los  atropellos  que  se  produjo  en  todo  el  país  la  su¬ 
blevación  general  al  grito  de  “Viva  Cristo  Rey”.  La  re¬ 
volución  recibió  el  nombre  de  “Revolución  Cristera”.  Las 
atrocidades  de  los  gubernamentales  fueron  dignas  de  los 
salvajes  del  Africa:  mujeres  de  la  mejor  sociedad  azotadas 
en  público,  violadas  por  la  soldadesca,  los  prisioneros  mu¬ 
tilados  bárbaramente,  etc. 

Se  empezó  un  despojo  sistemático  de  tierras  so  pre¬ 
texto  de  mantener  el  orden,  pues  los  desposeídos  eran  acu¬ 
sados  de  cristeros. 

La  revolución  iba  cundiendo  en  forma  alarmante  para 
el  Gobierno  cuando  éste  celebró  una  especie  de  concorda¬ 
to  con  la  Iglesia  prometiéndole  cesar  la  persecusión  y  res¬ 
petar  la  vida  de  los  revolucionarios.  Ante  la  petición  de  la 
Jerarquía  todos  los  ciudadanos  depusieron  las  armas.  El 
Gobierno  aprovechó  la  ocasión  y  traidoramente  hizo  fusilar 
a  los  jefes  y  a. los  hombres  más  conspicuos  del  movimien¬ 
to.  No  cumplió  su  palabra. 

La  persecusión  que  se  desarrolló  en  un  ambiente  de  fe¬ 
roz  violencia  ofreció  entonces  algunos  ejemplos  heroicos  de 
desprendimiento  y  entereza.  El  más  famoso  de  sus  márti¬ 
res  fué  el  célebre  Padre  Pro  que  al  parecer  va  a  ser  pronto 
canonizado. 

Después  de  estos  hechos  históricos  los  Gobiernos  que 
siguieron  comprendieron  que  una  política  violenta  era  in¬ 
necesaria  y  por  lo  demás  despertaba  la  conciencia  católica 
del  país  y  aun  producía  revoluciones  que  hacían  peligrar  la 
existencia  misma  del  Estado.  Comenzó  entonces  una  serie 
paulatina  de  disposiciones  que,  dirigida  contra  la  esencia 
de  la  propagación  religiosa,  logró  lo  que  la  violencia  no 
había  conseguido. 

La  política  actual  del  Gobierno  del  general  Cárdenas 
ha  sedimentado  todo  un  largo  proceso  y  se  ofrece  a  la  vista 
del  observador  como  una  etapa  tranquila  de  irreligiosidad 
triunfante  y  exitosa.  Pará*  el  turista,  de  esos  muchos  que 
visitan  México  durante  el  verano,  la  paz  y  tranquilidad  que* 
experimenta  le  engañan  completamente.  Es  de  observar 
que  durante  la  persecusión  de  Calles  cuando  todo  el  mundo 
católico  se  levantaba  ofendido  y  abominaba  del  Gobierno 
de  México,  en  todos  los  países  del  orbe  las  numerosas  sec¬ 
tas  protestantes  de  los  Estados  Unidos  en  la  mayoría  aplau- 


54 


RELIGION 


(lían  su  nefasta  acción.  Ahora,  por  mayores  razones  de  apa¬ 
riencia,  nadie  se  da  cuenta  de  lo  que  existe  en  el  fondo  de 
la  cuestión-  religiosa  mexicana.  Las  apariencias  engañan 
en  tal  forma  que  es  necesario  ir  al  examen  de  las  condi¬ 
ciones  en  que  vive  la  Iglesia  para  conocer  la  malicia  y  mi¬ 
seria  a  que  ha  devenido  la  política  socialista  de  los.  Gobier¬ 
nos  sucesivos. 

No  sólo  la  Iglesia  está  separada  del  Estado  como  ocu¬ 
rre  en  otros  países  hispano-americanos  sino  que  existe -de 
hecho  una  sorda  lucha  del  Estado  contra  ella.  El  Gobier¬ 
no  mexicano  quiere  borrar  la  religión  católica  de  la  faz  de 
México.  La  Iglesia  no  goza  casi  de  ningún  derecho  para 
resistir  esta  persecusión  sistematizada.  Pero,  aun  todavía,, 
en  condiciones  semejantes  a  los  primeros  cristianos  de  las 
catacumbas  de  Roma  la  Iglesia  sigue  resistiendo  con  todos 
los  medios  a  su  alcance.  Sin  embargo,  el  poder  absoluto 
del  Gobierno  paulatinamente  va  exterminando  la  mentali¬ 
dad  católica  de  la  nación.  México  no  es  una  democracia;  el 
país  no  ha  evolucionado  lo  suficiente  para  ser  dueño  de 
sus  destinos ;  no  hay  sufragio  libre ;  1 3.  voluntad  del  Presi¬ 
dente  de  la  República  es  casi  omnipotente  y  se  impone  sin 
discusiones.  La  minoría  armada  del  Ejército  gobierna  a 
México,  mientras  la  inmensa  mayoría  permanece  indiferen¬ 
te  o  asume  caracteres  de  oposición  pero  sin  atreverse  a  en¬ 
tablar  una  lucha  decisiva  por  no  contar  con  apoyos  mate¬ 
riales  y  armas  que  la  hagan  respetar. 

Las  Iglesias  están  abiertas  en  la  Ciudad  de  México 
(México  City)  y  cualquier  turista  americano  es  engañado 
en  el  sentido  de  creer  en  una  espléndida  libertad  religiosa. 
Sin  embargo  la  realidad  es  muy  otra.  En  muchas  iglesias, 
abiertas  sólo  por  propaganda,  se  prohíbe  oficiar  las  ceremo¬ 
nias  del  culto.  En  muchos  Estados  mexicanos  está  prohi¬ 
bido  oficiar  en  las  iglesias  y  en  algunos,  por  disposición  de 
las  autoridades,  solamente  es  permitido  un  sacerdote  para 
50,000  ó  100,000  habitantes.  Prácticamente  está  abolida  la 
propaganda  religiosa.  Hubo  Estados  como  el  de  Chihuahua 
en  que  no  era  permitida  la  existencia  de  ningún  sacerdo¬ 
te.  Esta  disposición  del  Estado  íué  declarada  inconstitucio¬ 
nal  por  la  Corte  Suprema  de  Justicia.  Sin  embargo,  en  el 
fallo  dado  por  la  Corte  puede  verse  también  razones  de  or¬ 
den  político  y  de  propaganda  exterior. 

En  1926  fueron  expulsados  todos  los  sacerdotes  ex¬ 
tranjeros.  Esta  orden  afectó  principalmente  a  los  sacerdo¬ 
tes  españoles  que  constituían  la  mayoría  extranjera  y  que 
mejor  comprendían  a*  la  población.  En  1931  fué  expulsa¬ 
do  el  Nuncio  Apostólico  (Papal  Delegate). 

El  Congreso  mexicano  ha  limitado  el  número  de  sa~ 


LA  SITUACION  DE  LA  IGLESIA  EN  MEXICO 


55 


cerdctes  a  350,  aproximadamente  uno  para  45.000  perso¬ 
nas.  Ellos  andan  vestidos  como  laicos,  y  les  está  también 
prohibido  ambular  por  las  calles  con  hábito  religioso. 

El  artículo  III,  de  la  Constitución  de  1917,  modifica¬ 
do  en  octubre  de  1934  por  la  Cámara  de  Diputados,  dis¬ 
pone  que  la  educación  primaria,  secundaria  y  normal  de¬ 
be  ser  socialista  y  absolutamente  divorciada  de  toda  re¬ 
ligión.  Como  dice  certeramente  Vasconcelos,  tenemos  la 
ignominia  de  aparecer  ante  el  mundo  oficialmente  como 
un  '  Estado  Ateo. 

•  Existe  en  México  una  Universidad  Obrera  a  cuyas 
aulas  concurre  un  buen  número  de  obreros  de  la  C.  T.  M.. 
(Confederación  de  trabajadores  de  México)  ;  la  educa¬ 
ción  que  se  imparte  allí  es  marxista.  Uno  de  sus  profeso¬ 
res  es  Lombardo  Toledano,  actual  líder  de  los  obreros  so¬ 
cialistas  de  México  y  Presidente  de  los  trabajadores  de 
Hispano-América  en  general.  La  obra  de  dicha  universi¬ 
dad  es  sencillamente  nefasta ;  la  impresión  de  libros  pseudo- 
científicos  que  ridiculizan  las  doctrinas  religiosas  cons¬ 
tituye  su  principal  arma  educativa  entre  las  juventudes. 
A  Sudamérica  lleg'an  continuamente  estas  obras  que  dejan 
una  muy  triste  impresión  de  México. 

La  Iglesia  no  goza  de  personalidad  jurídica,  y  por 
tanto,  no  puede,  tener  propiedades.  La  situación  de  los 
Colegios  católicos  es  desastrosa,  y  viven  continuamente  a 
merced  de  la  arbitraria  voluntad  de  los  Gobiernos.  Este; 
verano  tuve  la  oportunidad  de.  visitar  el  Colegdo  Morelós,. 
considerado  como  uno  de  los  mejores  establecimientos 
privados  de  la  ciudad  de  México.  Conversando  con  uno  de 
los  Hermanos  Maristas  me  decía  que  ellos  estaban  impo¬ 
sibilitados  para  ampliar  y  mejorar  el  local,  pues,  en  ca¬ 
so  de  llegar  a  poseer  un  edificio  muy  bueno  y  lujoso  in¬ 
mediatamente  sería  quitado  por  el  Gobierno  v  declarado' 
propiedad  de  uso  fiscal. 

El  descontento  del  pueblo  no  puede  ser  más  real  pa¬ 
ra  aquel  que  realmente  observa  detrás  de  las  apariencias. 
Con  toda  *a  propaganda  que  el  Gobierno  de  México  reali¬ 
za  en  el  exterior,  inmediatamente  salta  a  la  vista  la  pro¬ 
funda  miseria  en  que  yacen  las  masas  populares.  Sp  juz¬ 
gáramos  por  la  propaganda  exterior  que  México  paga  en 
otros  pauses  pensaríamos  encontrar  una  realidad  paradi¬ 
síaca.  La  verdad  se  impone  terriblemente  con  todos ,  sus 
efectos  de  atroz  miseria  por  que  atravieza  México. 

Los  principios  espirituales  de  la  Revolución  Mexi¬ 
cana  son  absolutamente  falsos  y  materialistas.  El  Gobier¬ 
no  trata  con  todos  los  medios  a  su  alcance  de  infiltrar  es¬ 
tos  principios  en  la  conciencia  del  pueblo  y  especialmente 


56 


RELIGION 


en  las  nuevas  juventudes.  No  solamente  los  libros  de  estu¬ 
dio,  sino  también  el  arte  toma  en  México  un  sentido  ten¬ 
dencioso.  Tuve  oportunidad  de  observar  los  frescos  de 
Diego  Rivera,  uno  de  los  más  grandes  pintores  mexica¬ 
nos  modernos,  y  tanto  en  aquellos  que  existen  en  el  Pala¬ 
cio  de  Gobierno,  como  en  el  Palacio  de  Cortés  en  Cuerna- 
vaca,  la  idea  anti-religiosa  y'  anti-española  es  manifiesta. 
Se  enseña  gráficamente  que  el  misionero  español  acudió 
a  América  solamente  para  acumular  oro  y  explotar  a  las 
razas  indígenas.  Aparece  siempre  junto  a  la  espada  del 
conquistador,  espada  que  aniquila  sin  civilizar. 

Ya  que  hablo  de  los  Conquistadores,  es  de  notar  que 
en  todo  México  no  existe  una  estatua  recordatoria  de  Her¬ 
nán  Cortés,  fundador  .de  la  nacionalidad  mexicana.  El  odio 
a  lo  español  existe  especialmente  entre  la  clase  media  y 
mestiza  que  hoy  gobierna.  El  retroceso  a  la  cultura  indí¬ 
gena  es  apoyado  por  el  Gobierno  que  exalta  sin  medida 
y  sin  perspectiva  a  los  héroes  indios  como  Cuactemoc  y 
otros  en  desmedro  de  los  héroes  y  soldados  españoles.  En¬ 
tre  los  monumentos  de  Ciudad  de  México,  choca  contra  la 
uniformidad  anti-religiosa  y  anti-española  de  ellos,  el  le¬ 
vantado  por  la  Colonia  Italiana  a  la  memoria  de  Cristóbal 
Colón,  que  aparece  rodeado  de  sus  consejeros  amigos,  los 
Padres  Franciscanos,  que  lo  ayudaron  ante  los  Reyes  Ca¬ 
tólicos. 

Ante  todo  lo  que  voy  diciendo,  se  preguntarán  los  lec¬ 
tores :  ¿Cómo  y  dónde  existe  la  Iglesia?  ¿Dónde  educa  a 
sus  futuros  sacerdotes?  Esta  pregunta  será  más  angustio¬ 
sa  si  se  considera  que  en  la  ley  que  se  refiere  a  la  Nacio¬ 
nalización  de  la  Propiedad,  promulgada  por  el  Presidente 
Cárdenas,  se  afirma  que  cualquier  propiedad  que  ha  servi¬ 
do  o  sirve  para  algún  servicio  religioso,  puede  ser  confis¬ 
cada.  Esta  confiscación,  para  llevarse  a  cabo,  ño  necesita 
una  prueba  de  orden  jurídico,  bastando  una  mera  presun¬ 
ción.  Según  la  ley  no  pueden  existir  librerías  de  libros  re¬ 
ligiosos  o  propaganda  anti-socialista,  porque  esto  sería  aten 
+ar  contra  la  soberanía  de  la  nación.  La  intención  de  la 
ley  como  lo  hace  notar  muy  bien  Mr.  Walter  Langford  en 
un  artículo  aparecido  en  “The  Catholic  World”,  sobre  la  si¬ 
tuación  de  la  Iglesia  en  México,  tiene  dos  fines:  1)  pre¬ 
venir  a  la  educación  socialista  del  Estado  de  ser  combatida 
en  casa ;  y  2)  preveer  a  la  existencia  del  Gobierno  en  cual¬ 
quiera  necesidad  con  el  derecho  a  apoderarse  de  las  pro¬ 
piedades  particulares. 

Para  responder  adecuadamente  a  la  pregunta  formula¬ 
da  es  necesario  saber  que  hay  muchas  órdenes  .religiosas 
que  poseen  Seminarios  en  los  Estados  DTiidos  o  en  Gua- 


LA  SITUACION  DE  LA  IGLESIA  EN  MEXICO 


57 


témala.  Especialmente  los  jesuítas,  poseen  un  célebre  Se¬ 
minario  en  El  Paso,  Texas.  Pero,  también  es  cierto  que 
existen  muchos  seminarios  privados  y  hasta  ambulantes, 
donde  se  educan  escondidamente  los  futuros  sacerdotes. 
Esto  da  idea  aproximada  del  sacrificio  que  experimentan 
los  miembros  de  la  Iglesia,  viviendo  casi  como  los  anti¬ 
guos  critianos  de  las  Catacumbas.  Tuve  oportunidad  de 
conocer  a  varios  jesuítas,'  Algunos  de  ellos  se  dedicaban 
ocultamente  a  la  educación  de  la  juventud.  Noté  con  sor¬ 
presa  que  las  personaste  dirigían  a  ellos  no  con  el  apela¬ 
tivo  de  Padres,  como  es  costumbre,  sino'  llamándolos  con 
sus  títulos  honoríficos  de  Licenciado  o  Doctor. 

No  es  exageración  el  afirmar  que  la  Iglesia  de  Méxi¬ 
co  es  combatida  con  todos  los  medios  a  su  alcance  por  el 
Gobierno,  y  que  ella  se  halla  en  una  situación  parecida  a 
la  que  se  encontraba  en  los  primeros  siglos  de  las  Catacum¬ 
bas.  Sin  embargó,  el  pueblo  sigue  siendo  católico,  católi¬ 
co  a  la  manera  hispano-americana,  es  decir,  de  sentimien¬ 
to  principalmente.  Tuve  la  ocasión  preciosa  de  asistir  a 
una  romería  al  Santuario  ele  la  Virgen  de  los  Remedios,  y 
allí .  pude  observar  la  universalidad  del  sentimiento  católi¬ 
co  en  el  pueblo,  sentimiento  que  todas  las  propagandas  dis¬ 
tan  mucho  de  poder  extirpar. 

¿  Hasta  cuando  durará  el  actual  estado  de  cosas?  Esta 
es  la  última  pregunta  que  nos  hacemos  al  terminar  este 
artículo.  La  Iglesia  mexicana  tiene  ya  una  larga  experien¬ 
cia  en  medio  de  la  cual  ha  visto  aue  la  tolerancia  acorda- 
da  por  algunos  Gobiernos  es  sólo  transeúnte.  Así  lo  re¬ 
cuerda  especialmente  en  la  larga  y  apacible  dictadura  deí 
General  Porfirio  Díaz.  Pero,  sabe  a  experiencia  cabal,  que 
todas  estas  bonanzas,  estas  libertades  o  tolerancias,,  mien¬ 
tras  no  existan  en  la  ley  no  pueden  ser  garantidas,  sino  por 
voluntades  perecederas.  Las  leyes  de  Reforma  que  datan 
desde  mediados  del  siglo  pasado  y  las  subsiguientes  que 
han  empeorado  la  cuestión,  ponen  a  México  al  márgen  de 
los  países  civilizados.  Actualmente  hay  un  propósito  deci¬ 
dido  de  llevar  adelante  el  programa  de  la  Revolución  Me¬ 
xicana  que  es  fundamentalmente  socialista.  Sin  embargo, 
hay  cierta  leve  esperanza  que  un  criterio  de  moderación 
venga  a  imponerse  y  a  suavizar  el  actual  estado  de  cosas. 
Los  americanos  saben  que  hace  poco  el  Presidente  de  Mé-  ’ 
xico,  General  Manuel  Avila  Camacho,  se  ha  declarado  pú¬ 
blicamente  católico.  Al  hacerlo  ha  añadido  que  el  comu¬ 
nismo  no  prosperará  durante  su  Gobierno.  Como  fenómeno 
general  se  nota  en  México  una  política  que,  aunque  man¬ 
teniéndose  socialista,  quiere  huir  del  extremo  comunista. 
La  muerte  de  Trotsky  sirvió  de  pretexto  para  dar  nuevos. 


58 


RELIGION 


rumbos  a  la  política  mexicana.  Yo  estaba  erf  México  cuan¬ 
do  se  produjo  el  asesinato,  y  observé  el  ambiente  que  se 
produjo  a  raíz  del  atentado.  Hay  ciertos  intereses  inter¬ 
nacionales  nne  hacen  que  los  Gobiernos  cambien  rápida¬ 
mente  de  tácticas.  El  Gobierno  de  México  comienza  a  des¬ 
ligarse  de  Rusia  y  a  acercarse  a  las  democracias,  sin  em¬ 
bargo,  el  sentimiento  general  del  pueblo  es  pro-alemán, 
pero  también  anti-comunista.  En  caso  de  producirse  un 
viraje  notorio,  la  propaganda  socialista  del  -  Gobierno,  que 
es  esencialmente  marxista,  se  moderará  un  poco.  ;Y  quién 
sabe  si  es  posible  creer  en  una  revisión  de  esas  antiguas 
leyes  que  colocan  a  la  Iglesia  fuera  de  la  existencia  de  su 
pueblo?  El  porvenir  tiene  la  palabra. 

• 

Universidad  de  Notre  Dame  (Indiana).  Diciembre  de 

1940.  .  -  i  | 

Clarence  Finlayson. 


Los  Libros 


t 

FILOSOFIA  DE  LA  EUCARISTIA,  por  Juan  Vásquez  de  Mella. 

—  Editorial  Difusión.  Buenos  Aires,  1940. 

La  Eucaristía,  el  misterio  más  augusto  de  nuestra  religión, 
constituye  a  la  vez  el  culto  más  puro,  grandioso  y  sutil,  tanto  que 
resulta  inacequible  a  las  almas  vulgares .  Para  amar  la  Eucaristía, 
para  connaturalizarse  con  ella,  es  necesario  haber  alcanzado  la  per¬ 
fección  de  los  santos  o  tener  la  sencillez  evangélica,  esa  pueril  sen¬ 
cillez  de  que  hablaba  el  Divino  Maestro.  Los  hombres  materializa¬ 
dos,  los  que  han  encallecido  sus  conciencias  y  agotado  los  dones 
maravillosos  de  la  Gracia  en  sus  espíritus,  no  son  capaces  de  per¬ 
cibir  la  inefable  felicidad  que  emana  del  tremendo  misterio  euca- 
rístico.  Ellos,  como  los  empedernidos  contemporáneos  deUMesías, 
encuentran  su  lenguaje  “duro  de  entender”.  Pero,  el  Salvador  in¬ 
siste  y  esa  suprema  insistencia,  hoy  como  entonces,  los  aterra  y 
los  determina  a  renunciar  del  camino  de  la  Vida. 

La  magnífica  obra  que  presenta  Editorial  Difusión,  debida  a 
la  pluma  del  fecundo  escritor  hispano,  don  Juan  Vásquez  de  Mella, 
es  un  trasunto  acabado,  dentro  de  sus  límites,  de  cuanto  concierne 
a  la  parte  crítica,  racional,  de  éste  soberano  dogma  de  la  Fe. 

El  autor,  en  un  estilo  pulcro  y  sencillo,  analiza  todas  las  prue¬ 
bas  positivas  existentes  en  torno  al  misterio  eucarístico,  el  cual, 
sin  apartarse  de  sus  características  sobrenaturales  en  aparente 
pugna  con  la  razón  humana,  es  perfectamente  asimilable  a  nues¬ 
tras  rectas  concepciones  filosóficas. 

Producto  de  una  convicción  profunda,  la  obra  de  Vásquez  de 
Mella  es  al  mismo  tiempo  el  exponente  de  una  disciplina  escolás-, 
tica  bien  fundamentada. 

Si  la  “Filosofía  de  la  Eucaristía”  será  para  los  simples  fieles 
un  poderoso  incentivo  de  su  fe,  para  el  clero  puede  significar  un 
precioso  manual  de  recursos  didácticos  por  el  abundante  material 

doctrinario  míe  encierra  distribuido  en  metódicos  esmiemns 


El  Papa  y  la  Guerra 


Publicamos  el  siguiente  artículo  del  “Catho- 
lic  Herald”  de  Londres  en  (}ue  se  analiza  la 
actitud  del  Papa  frente  al  actual  conflicto  ar¬ 
mado. 


Hablando  en  términos  muy  similares  a  los  del  Cardenal  Hins- 
ley,  en  parecida  ocasión,  el  C.  Arzobispo  de  Canterbury,  diri¬ 
giéndose  por  la  radio  a  América,  estableció  que  G.  Bretaña  está 
defendiendo  la  civilización  cristiana  y  sus  valores.  En  e;sta  lucha, 
dice,  es  duro  ver  como  un  cristiano  puede  ser  neutral  en  su  cora¬ 
zón  y  en  su  pensamiento. 

El  Arzobispo  admite  que  nuestro  llamado  es  muy  alto  y  que 
significa  que  nos  damos  cuenta  de  nuestro  fracaso  para  elevarnos 
al  ideal  que  ahora  invocamos.  Debemos  proponernos  trabajar  en 
adelante  por  algo  más  alto  que  el  nivel  en  que  nos  hemos  com¬ 
placido  en  el  pasado. 

Creemos  que  las  palabras  del  Arzobispo  reflejan  fielmente  el 
sentir  sincero  de  los  cristianos  de  G.  Bretaña,  y  es  con  cierta 
sorpresa  que  nuestros  compatriotas  constatan  la  aparente  indife¬ 
rencia  de  la  parte  de  los  otros  a  nuestro  llamado  . 

El  sentido  de  esta  aparente  indiferencia  se  mostró  clara¬ 
mente  esta  semana  en  dos  artículos,  uno  de  los  cuales  ha  debido 
ser  muy  leído.  En  el  “Daily  Herald”  un  clérigo  anglicano  sugiere 
que  el  Papa  podría  poner  rápido  término  a  la  guerra  si  se  decla¬ 
rara  absoluta  y  francamente  de  parte  nuestra,  reconociendo  que 
es  el  lado  de  la  cristiandad  y  de  la  civilización  y  ordenase  a  los 
católicos  en  el  país  enemigo  o  los  países  controlados  por  el  ene¬ 
migo  que  cesaran  de  ayudar  a  Alemania  bajo  pena  de  excomunión. 

El  otro  artículo  aparece  en  el  “Church  Times”  como  editoriál 
y  arguye  que  los  compromisos  contraídos  por  el  Vaticano  en  el 
pasado  hacen  hoy  día  al  Papa  indefenso,  de  modo  que  no  puede 
abrazar  abierta  y  efectivamente  la  causa  de  la  justicia. 

No  negamos  lo  especioso  de  estos  argumentos  y  que  la  for¬ 
ma  sensacional  y  apremiante  del  artículo  del  “Daily  Herald’’  prin¬ 
cipalmente  ha  afectado  a  muchos  de  nuestros  conciudadanos.  Sin 
embargo  lleva  en  sí  mismo  la  refutación.  El  escritor  comienza 
por  describir  como  el  actual  Papa  siendo  muy  joven,  personalmente 
trató  de  convencer  al  Kaiser  de  poner  término  a  la  pasada  gue¬ 
rra.  Si  es  histórico  o  no,  nadie  duda  —  y  menos  el  escritor  que 
esto  afirma  —  que  Pío  XII  no  titubearía  en  emprender  una  ac¬ 
ción  por  sensacional  y  sorprendente  que  ella  fuera,  si  estuviese 
convencido  que  semejante  acción  era  RECTA  y  calculada  para 
salvar  al  mundo  de  la  ruina  que  lo  amenaza.  Exactamente  lo 
mismo  pudo  decirse  de  Pío  XI  que  dió  mil  muestras  de  no  temer 
a  ningún  hombre,  poder  o  institución  que  se  interpusiese  entre  él 
y  la  verdad.  Sin  embargo  estos  Papas  no  han  pensado  ni  lo  han 
hecho  de  poner  todo  el  peso  del  poder  espiritual  y  de  la  autori- 
v  dad  moral  de  la  Iglesia  del  lado  de  la  tesis  política  que  sostiene 
Gran  Bretaña. 

O  son  cobardes  y  no  honrados  o  piensan  que  el  problema  no 
jes  tan  sencillo  como  nosotros  lo  imaginamos. 


60 


RELIGION 


¿Puede  alguna  persona  sincera  e  inteligente  aceptas  '<•'  orí- 
mero?  Y  si  no,  ¿no  estamos  entonces  obligados  a  ace  :  !:.j  $o  se¬ 
gundo  ? 

Y  podemos  verlo  nosotros  mismos. 

En  la  lucha  de  Gran  Bretaña  entra  sin  duda  un  elemento- 
de  justicia  importante  y* un  esfuerzo  espiritual,  perc  rilo  es  más- 
bien  accidental  que  esencial. 

Esto  proviene  de  que  en  el  hecho  todos  lo*  Estados  mo¬ 
dernos  son  laicistas,  y  las  relaciones  entre  los  Estados  de  noy 
día  no  están  basadas  en  el  común  aprecio  de  *os  "alores,  reli¬ 
giosos  y  espirituales  adquiridos  o  por  lo  menos  ideales,  como  lo 
fueron  en  los  días  de  la  Cristiandad  europea. 

Un  gran  Estado  moderno  puede  que  accidentalmente  se  pon¬ 
ga  del  lado  del  derecho  y  la  justicia,  pero  a  no  ser  que  esté 
preparado  para  adoptar  los  valores  religiosos,  morales  y  espiri¬ 
tuales  de  la  cristiandad  como  fin  de  su  existencia  y  Ce  su  polí¬ 
tica  exterior,  quedará  siempre  como  un  Estado  laico,  es  decir  co¬ 
mo  un  Estado  que  coloca  su  propia  seguridad,  su  ambición  polí¬ 
tica  y  económica  por  encima  de  los  valores  espirituales  y  morales. 

Porque  su  política  puede  ser  o  no  ser  buena,  por  ello  es 
observada  con  cuidado  y  neutralidad  por  una  institución  pura¬ 
mente  espiritual  como  es  el  Papado,  tanto  más  cuando  los  resortes 
de  esta  política  en  el  mundo  moderno  son  de  muy  diversa^  clases 
y  lo  que  se  puede  afirmar  respecto  a  ella  es  que  Dios  y  las  cosas 
de  Dios  son  rara  vez  tomadas  en  cuenta  en  un  mundo  para  el 
cual  Dios  es  decididamente  indiferente. 

Si  el  Papa  se  pusiese  de  nuestro  lado,  como  lo  sugiere  el 
artículo  referido,  no  sólo  se  entrega  él  a  la  justicia  y  al  derecho 
involucrado  en  la  lucha  actual,  sino  que  se  entrega  a  Gran  Bre¬ 
taña  laicista,  o  a  cualquiera  influencia  (hasta  ahora  desconocida) 
que  perfile  nuestro  futuro  político. 

Como  Papa  no  está  llamado  a  hacer  esto  en  una  sociedad 
que  durante  generaciones  ha  rechazado  deliberadamente  sus  de¬ 
rechos,  excepto  cuando  a  esta  sociedad  le  acomodaba.  Segura¬ 
mente  no  estará  tentado  de  hacerlo  conociendo  como  conoce  las 
últimas  causas  de  la  presente  catástrofe,  esos  pecados  en  que 
hemos  caído  todos  y  que  denuncia  en  su  gran  Encíclica. 

No  quiere  decir  esto  que  el  clamor  de  los  leaders  religiosos 
de  nuestro  país  están  mal  fundados.  Conocemos  nuestros  peca¬ 
dos  y  también  la  justicia  de  la  causa  que  peleamos.  Es  nuestro 
deber  de  cristianos  reconocer  nuestra  justicia  y  también  nues¬ 
tras  faltas.  Y  por  sobre  todo  es  nuestro  deber  resolvernos  a  que 
ninguno  de  nosotros  se  atreva  a  decir  al  mundo  que  luchamos 
por  los  valores  cristianos,  a  menos  que  emprendamos  solemne¬ 
mente  ahora  y  aquí  mismo  el  trabajo  para  alcanzar  el  standard 
de  vida  cristiana  que  justamente  invocamos.  Esta  es  la  verdad, 
una  verdad  que  sólo  será  comprobada  por  el  tiempo. 

Y  todo  el  país  hará  mejor  en  ocuparse  en  trabajar  por  ha¬ 
cerse  un  poco  más  digno  de  la  aprobación  moral  de  quien  está 
llamado  a  juzgar  por  los  standards  más  altos  que  no  apelar  al 
Papa  para  que  ponga  término  a  la  guerra  a*  favor  nuestro  o  bien 
denuncie  al  Vaticano  por  que  su  visual  no  está  limitada  por  los- 
mares  que  cercan  a  Gran  Bretaña. 


Romance  del  Paisaje  y  la  Danza 


Rosario  llevaba  al  aire  . 
su  canastilla  de  besos. 

En  el  monté  se  dormía 
la  noche  azul  y  el  silencio , 
La  luna ,  llena  de  brillo , 
le  vigilaba  su  sueño. 

Los  álamos  con  sus  brazos 
enredados  en  el  cielo 
hacían  gemir  de  llanto 
la  guitarra  gris  rdel  viento. 
Un  perfume  de  humedad 
descendía  de  los  cerros. 
Las  campanas  de  la  torre 
se  batían  a  lo  lejos 
trayendo  una  sinfonía 
alternada  de  silencios , 
y  perdido  entre  los  trigos 
como^  lo  negro  en  lo  negro , 
con  toda  la  luna  a  cuestas 
iba  corriendo  el  estero. 

En  las  copas  de  los  pinos 
la  luna  ponía  fuego 
cercando  la  noche  toda 
de  candelabros  inmensos. 

Rosario  llevaba  al  aire 
su  canastilla  de  besós. 

■  .  v 

La  niña  iba  bailando 

sobre  los  trigos  morenos , 
casi  dormidos  sus  ojos , 
casi  desnudo  su  cuerpo. 

Su  cabello ,  con  la  brisa , 
le  abanicaba  su  pecho 
y  le  pintaba  alacranes 
que  ella  iba  deshaciendo. 
Su  boca ,  gruesa  de  sangre r 


y  de  amapolas  de  fuego , 
cortaba  como  un  puñal 
el  vientre  blando  ‘ del  viento. 
A  lo  lejos  su  canción 
se  confundía  en  los  ecos 
con  el  canto  de  los  grillos , 
de  las  ranas  y  los  perros. 
Rosario  iba  temblando 
pero  no  tenía  miedo. 

Estaba  cerca  la  noche. 
Distante  su  pensamiento. 

Sus  ojos ,  desparramando 
cristales  de  agua  y  fuego 
iluminaban  el  aire 
el  corazón  y  los  dedos. 

Iba  bailando  Rosario 
abrazada  por  el  viento 
y  con  su  baile  quebraba 
los  trigales  y  el  silencio. 

La  luna  con  rayos  finos 
le  acariciaba  sus  senos , 
albos  como  amanecer , 
suaves  como  terciopelo. 

\ 

Cesó  su  baile  Rosario 
y  se  apagaron  los  ecos. 
Cayó  como  desmayada 
sobre  los  trigos  morenos , 
casi  dormidos  sus  ojos , 
casi  desnudo  su  cuerpo. 

El  viento  quedó  cantando 
furioso  responso  eterno 
sobre  el  cadáver  de  luna 
y  una  tumba  de  silencio. 

Rosario ,  el  aire  tiene 
tu  canastilla  de  besos. 


A 


I  M  E 


A  T  R  I  A 


R 


\ 

Letras 


“ROMANCE  DEL  PAISAJE  Y  LA  DANZA”.  Poema  de  Jaime 
Atria. 

’  *  # 

“LA  GALLINITA  SIN  PLUMAS”.  Cuento  de  Ruth  Schaumann. 

Una  primicia  en  lengua  castellana  de  esta  célebre  escritora 
de  Alemania. 


CRISTAL  DE  LIBRERIA: 

•  •  i  ■  .  » 

“Chile  o  una  loca  geografía”,  por  Benjamín  Subercaseaux. 
“Antología  poética”,  de  Carlos  Rodríguez  Pinto. 

“  *  '  r 

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La  g  a  I  I  i n  i  t  a 


s  i  n 


p  I  u  m  a  s 


Entre  los  grandes  valores  culturales  que  afirman  en  Alema¬ 
nia,  en  una  hora  gris,  la  perennidad  de  la  fuente  cristiana,  ha  de 
contarse  en  sitio  de  relieve  a  Ruth  Schaumann. 

La  fuerza  creadora  de  esta  interesante  mujer  sordomuda, 
radica  en  su  honda  vida  interior  que  sabe  expresar  su  rico  conte¬ 
nido  en  las  más  diversas  manifestaciones  del  arte .  Así,  en  su 
libro  “Los  niños  y  los  animales”,  su  espíritu  de  ternura  infantil 
se  manifiesta  diáfano  al  través  de  algunos  cuentos  que  encami¬ 
nan  al  alma  del  niño  a  apreciar  en  los  animales  la  creatura  de 
Dios.  Su  obra  “La  Rosa”,  es  un  ramo  de  versos  religiosos  a  la 
usanza  del  siglo  XV,  que  trae  a  la  vez  un  conjunto  precioso  de 
grabados  en  madera.  En  fin,  “La  vara  florida”,  la  primera  de 
sus  producciones  en  prosa,  exhibe,  junto  a  bellísimas  láminas,  va¬ 
riadas  narraciones  de  corte  medioeval,  chino,  bíblico  y  moderno. 
Parece  que  este  temperamento  múltiple  se  empeñara  en  vencer 
todos  los  obstáculos  y  en  demostrar  sus  admirables  posibilidades 
en  el  terreno  de  la  prosa  y  del  verso,  del  dibujo  y  la  pintura,  de 
la  escultura  en  greda,  madera  y  bronce. 

Interesado  como  se  encuentra  “Estudios”  en  revelar  en  nues¬ 
tro  idioma  la  producción  valiosa  de  otras  latitudes,  ofrece  por 
primera  vez  en  castellano  uno  de  los  cuentos  de  Ruth  Schau¬ 
mann,  en  traducción  especial  de  Jorge  Zuloaga.— (N.  de  la  R. ). 


.  Uno  de  sus  muchos  tíos  está  de  visita,  (Amai  jamás 
distingue  a  unos  de  otros),  y  hallándose  todos  con  él  to¬ 
ma  a  Amai  junto  a  sí,  la  levanta  briosamente  hasta  la  ci¬ 
ma  de  sus  rodillas  y  le  pregunta:  “¿Eres  grande,  Amai?”. 

Amai  dice  “sí"  con  la  cabeza:  desde  ayer  lleva  un 
vestido  que  Rafaela  usaba  el  año  pasado,  así,  claro  que  es 
grande,  y  muy  grande. 

— “¿También  eres  habilidosa?” 

Amai  asiente,  no  con  tanta  seguridad,  mas  sí  llena  de 
anhelo  y  confianza.  “Entonces,  adivíname  algo”.  Y  el  tío 
Jerónimo  saca  una  hermosa  moneda  del  bolsillo  de  su  cha¬ 
leco,  una  moneda  grande  y  reluciente,  con  una  cara  en  el 
anverso,  la  sostiene  entre  el  pulgar  y  el  índice  dejando  que 
brille  en  ella  el  sol  que  luce  a  través  de  las  almidonadas 
cortinas  de  la  abuelita,  que  el  sol  áureo  e  inmenso  brille 
eiyel  sol  pequeñito  y  plateado,  y  entonces,  el  tío  Jerónimo 
canta  con  voz  muy  agradable : 

"Voló  un  pajarito  sin  plumas, 
sin  plumas,  •  r  - 

se  posó  en  un  árbol  sin  hojas, 
sin  hojas.  .  f 

Vino  entonces  la  dama  sin  boca, 
y  engulló  al  pajarito  sin  plumas,, 
sin  plumas”. 


LA  GALLINITA  SIN  PLUMAS 


65 


Amai  mira  asombrada  a  su  tío  que  canta  y  se  siente 
como  enclavada  en  sus  rodillas.  Tiene  mucha  lástima  del 
pajarito  sin  plumas,  y  piensa  con  ardiente  desagrado  en 
la.  dama  sin  boca.  Por  fin,  atisbando  celosamente  a  la  abue- 
lita,  pregunta:  “¿Así  que  las  damas  pueden  engullir?”. 

Todos  ríen;  más  la  abuelita  en  tono  de  reproche  di¬ 
ce:  ¡  Pero  Jerónimo! 

El  tío  Jerónimo  no  escucha  y  sigue  preguntando :  ¿  Bue¬ 
no,  Amai  ? 

Pero  Amai  ya  no  acierta  a  decir  nada  más.  En  verdad, 
aún  no  es  inteligente. 

Jerónimo  desciende  a  la  niña  de  la  montaña  de  sus  ro¬ 
dillas,  y  largos  instantes  discurren  antes  que  la  alfombra 
esté  de  nuevo  bajo  los  zapatitos  de  Amai.  Apenada  y  vaci¬ 
lante  pasa  frente  a  Rafaela  que,  repentinamente,  con  el  de¬ 
do  sucio  de  tinta  alzado  en  el  aire,  así  como  las  niñas  in¬ 
dican  en  el  colegio,  exclama:  “Es  ef  sol  y  la  nieve,  es  el 
sol  y  la  nieve”., 

Afuera,  junto  a  la  puerta  de  su  casa,  Amai  retoza  en 
el  camino  por  donde  ruedan  y  chirrían  los  carros  del  mo¬ 
linero.  Allí  hay  un  hermoso  sol,  pero  nieve  no  hay  en  nin¬ 
guna  parte,  pues,- ya  es  el  verano. 

Rafaela  sale  corriendo  después  de  Amai,  trae  en  su 
mano  abierta  la  moneda  de  la  adivinanza  del  tío  Jerónimo: 
velozmente  cruza  ahora  la  esquina  hacia  la  casa  del  paste¬ 
lero  que  vende  tortas  de  crema,  y  su  trenza  vuela  y  se  le¬ 
vanta  tras  -ella,  tal  la  cola  de  un  volantín.  “El  sol  y  la  nie¬ 
ve”,  torna  a  gritar  cuando  ya  ha  desaparecido  ;  y  Amai,  en 
la  escalera  caldeada  de  su  casa,  queda  sola  ante  el  mundo 
desconocido,  pequeñita  y  simple,  a  pesar  del  vestido  que  su 
hermana  usaba  el  año  que  pasó. 

“Es  pequeñita  y  simple”,  piensa  también  la  abuela,  al 
ver  otro  día  cómo  baila  Amai  en  el  patio.  Amai  no  sabe 
que  la  abuelita  la  está  contemplando  desde  el  gallinero,  y 
así,  baila  como  se  lo  enseñan  las  sombras  que  el  follaje  de 
la  vid  proyecta  sobre  las  piedras  del  patio,  y  sus  qabelíos 
caen  delante  de  su  carita  enrojecida  y  ansiosa  de  aprender, 
porque  las  sombras  de  la  vid  no  son  maestros  muy  indul¬ 
gentes.  '  , 

— ¡Amai! 

Amai  se  asusta. 

-—¿No  tienes  nada  que  hacer? 

Amai  piensa  -en  su  “nursery”  de  caracolitos,  que  hay 
en  una  -grieta  bajo  el  ruibarbo  silvestre  ;  piensa  también 
en  la  oruga  enferma  que  debe  visitar  en  su  lecho  de  “ore¬ 
jas  de  oso”:  “Oruga,  ¿sigues  mejor,  oruga?”  De  mil  amo¬ 
res  diría  que  tienes  tanto  que  hacer,  .pero  ante  la  mirada 
severa  de  la  abuela  mueve  a  uno  y  otro  lado  su  cabecita, 
diciendo:  “No,  nada  abuela”. 


66 


LETRAS 


— “Entonces  vas  a  empollar,  Amai”.  Amai  alisa  azora- 
da  sus  crenchas  tras  las  orejítas,  y  la  abuela  coge  del  bol¬ 
sillo  de  su  falda  un  huevo  blanco  como  la  nieve,  y  lo  en¬ 
vuelve  delicadamente  en  un  pañuelo  aún  más  blanco. 

—“Ven,  Amai”. 

En  los  mismos  instantes  que  la  abuela  piensa :  “la  ni¬ 
ña  tiene  un  corazón  más  cálido  que  el  mío,  pues  ya  soy 
una  mujer  vieja”,  a  Amai  se  le  hiela  el  corazón  de  espan¬ 
to:  ¿Será  gallina,  ella,  que  ahora  la  hacen  empollar?  ¿Aca¬ 
so  la  gallinita  sin  plumas  del  tío  Jerónimo?  Ya  el  pañuelo 
de  la  abuela  está  anudado  en  torno  a  su  cuello,  y  el  hue¬ 
vo  se  desliza  grávidamente  bajo  el  vestido,  rozando  el  pe 
cho  de  la  pequeña,  y  allí  queda  suspendido. 

Y  Amai  trémula  y  los  ojos  en  lágrimas  dice:  ¡Se  va 
a  quebrar  abuela ! 

“No  se  quebrará,  Amai.  Trece  huevos  eché  a  la  cine' 
ca  Filma,  y  no  han  salido  sino  doce  pollitos  La  pacien¬ 
cia  humana  remediara  la  impaciencia  de  la  gallina.  Ponte 
aquí,  al  sol”. 

Amai  se  sienta  sobre  las  gradas  y  tiembla  como  una 
ramita. 

— “Y  si  te  pica,  vienes  hacia  mí” 

Desde  el  lavadero  resuenan  cantos  de  mozas  alboro¬ 
zadas,  que  lavan  la  ropa  de  los  cortesanos.  “Demasiadas 
canciones  hacen  verter  la  espuma  del  jabón  fuera  de  las 
artegas”,  piensa  la  abuela,  y  parte  pronta  para  impedirlo. 

El  sol  cae  sobre  Amai,  y  el  huevo  se  calienta  dulce- 
mente  junto  a  su  corazón,  que  ya  ha  vuelto  de  su  espanto 
y  ya  no.  tiene  sino  una  inquietud:  “¿qué  irá  a  pasar?”  Na¬ 
da  ha  sucedido,  sin  embargo,  cuando  hacia  mediodía  los 
niños  del  molinero  mayor  salen  corriendo  del  colegio  por 
las  calles  de  la  ciudad.  Ya  están  aquí  preguntando:  “¿Es¬ 
tás  enferma,  Amai?”. 

Amai  palpa  suavemente  el  huevo,  y  no  osa  moverse  si¬ 
quiera  un  poquita,  de  temor  a  quebrarlo,  y  responde  así. 
más  amable  que  nunca :  “No  estoy  enferma,  Guesche”. 

— “Entonces  ven  a  jugar”. 

La  abuela  tío  se  lo  ha  prohibido,  pero  el  huevo  sí,  se 
lo  prohibe. 

— “No,  jueguen  solos”. 

Los  niños  ríen :  “Queremos  jugar  al  corderito  en  la 
huerta,  Amai ;  sé  tú  el  corderito”. 

Y  se  cogen  de  las  manos  formando  ronda,  y  cantan 
el  juego  que  es  para  Amai  el  más  bonito.  Pero  Amai  si¬ 
gue  muy  quietecita  sentada  en  las  gradas,  y  sólo  cuando 
los  niños  se  acercan  los  mira  terriblemente,  como  si  les 
arrojara  guijarros:  “¡No  se  acerquen!”. 

“¡Huh,  Amai,  huh !”  Todos  se  arremolinan  en  torno 
a  la  gallinita,  sin  plumas,  y  la  tironean  del  vestido  y  los 


LA  GALLINITA  SIN  PLUMAS 


67 


cabellos.  Amai  da  entonces  un  grito  espantoso,  así  como 
una  gata  a  quien  quisieran  arrebatar  sus  gatitos,  o  como 
un  cisne  salvaje  en  el  nido.  La  respiración  angustiosa  y  el 
rostro  extrañamente  demudado.  Amai  amenaza,  amenaza. 
Seguramente  el  sol  la  ha  puesto  mala  de  la  cabeza.  Y  asus¬ 
tados  huyen  los  niños  muy  lejos  de  Amai. 

Las  sombras  del  follaje  de  la  vid  se  han  ido  recogien¬ 
do  lentamente  hacia  el  tronco,  y  ya  no  se  las  ve  danzar. 
Así  mismo,  se  ha  resumido  sutilmente  en  la  pechuga,  la 
sombra  de  la  paloma  que  picotea  a  los  pies  de  Amai.  Des¬ 
de  la  torre  tañe  la  campana,  y  tañe  otra  vez,  y  nueve  ve¬ 
ces  más.  Pronto  habrá  llegado  el  mediodía  que  hace  huir 
a  las  sombras,  y  todo  lo  invadirá  la  luz  del  sol.  Amai  des¬ 
hilacha  un  lazo  de  su  vestido,  cuidando  que  sus  brazos  no 
rocen  siquiera  el  pañuelo  de  la  abuela.  Luego  cruza  sus 
manjtos,  que  dan  las  sombras  últimas  y  más  pequeñas  en 
el  luminoso  mediodía  que  llená  toda  la  ciudad. 

— “¿Amai”? 

Es  la  voz  de  Victoria  y  el  aliento  de  su  caballo  Absa¬ 
lón,  que  acerca  amablemente  su  cálido  hocico  y  quiere  aca¬ 
riciar  con  la  lengua  un  hombro  de  Amai.  “No,  no,  quítalo, 
tía  Victoria”. 

Victoria  ha  llegado  en  su  caballo,  cruzando  el  puente 
de  la  granja  del  abuelo,  para  acortar  así  el  camino  a  su 
casa,  donde  ya  la  aguardará  su  marido  meditando  triste¬ 
mente:  “¡Oh,  Victoria,  jamás  recuerdas  mis  ruegos,  ja¬ 
más  !”.  .  . 

Victoria  se  ve  encendida  por  su  insensata  carrera,  y 
debe  serenarse  antes  de  llegar  a  casa.  Detiene  cautelosa¬ 
mente  a  Absalón  junto  a  Amai,  y  pregunta:  “¿Qué  haces, 
Amai  ?”. 

Amai  no  quiere  decir  nada :  se  avergüenza  tanto  sin 
¿aber  por  qué;  levanta  sús  manitos  al  pecho,  como  si  así 
lo  explicara  todo,  pero  la  hermosa  Victoria  no  comprende' 
qué  será. 

—“¿Qué  haces  ahí  al  sol,  Amai?”. 

Y  la  chica  desde  abajo:  “Empollo,  tía  Victoria”. 

Victoria  se  inclina  del  caballo  y  divisa  un  objeto  pe¬ 
queño  bajo  el  vestidito  de  lunares  de  Amai,  y  los  lazos 
del  pañuelo  anudado  en  la  nuca,  semejantes  a  las  orejas  de 
una  liebre  silvestre,  Victoria  conoce  bien  a  la  abuela,  y 
sonriendo  pregunta  en  tono  festivo :  “Y  eso  duele  mucho, 
Amai?”. 

— “No  mucho,  pero  ellos  se  rieron  de  mí ;  y  están  ju¬ 
gando  solos ;  y  me  hicieron  así”,  y  triste  Amai  revuelve  urr 
dedito  redondo  sobre  su  frente,  donde  han  aparecido  goti- 
tas  de  sudor  , semejando  una  constelación  de  perlas.  “¿Y" 
crees  que  picará,  tía  Victoria?” 


68 


LETRAS 


La  carita  de  Amai  cerca  de  la  cabezota  del  caballo  mi¬ 
ra  llena  de  ansiedad. 

# 

— “¡Claro  que  picará,  Amai!’’. 

_ “Y  .  ” 

— “Y  saldrá  un  pollito”. 

. — “¿Un  pollito  negro,  o  un  pollito  amarillo?” 

“ - 'Como  Dios  quiera!”  Victoria  se  asombra  al  oirse 

pronunciar  estas  palabras  que  ella  ha  querido  olvidar,  — 
“como  Dios  quiera” —  y  ahora  ¿cómo  es  que  han  surgido 
tan  naturalmente  en  su  diálogo  con  la  niña  que  allí,  bajo 
sus  ojos,  está  sentada  sobre  las  gradas  de  piedra? 

— “¿Un  pollito  vivo?” 

— “Un  pollito  vivo”. 

— “Entonces  todo  está  bien  !” 

Amai  suspira,  y  cuidadosamente  retorna  a  su  antigua 
posición.  Victoria  se  aleja  lentamente  hasta  la  encina.  Des^ 
de  allí  divisa  su  casa,  fresca  y  blanca  como  un  inmenso  cu- 
bp  de  nieve,  y  sus  ventanas  le  parecen  de  hielo  primorosa¬ 
mente  laminado.  Victoria  se  inclina  del  caballo,  arranca 
algunas  hojas  de  la  encina,  y  con  ellas  vuelve  donde  Amai, 
y  solícita  las  pone  sobre  la  frente  de  la  niña.  Y  lenta,  len¬ 
tamente  emprende  Victoria  el  camino  a  su  casa;  y  lenta¬ 
mente  entra  al  comedor  vestida  aún  en  su  roja  leva  de 
amazona.  “No  saldré  más  a  caballo,  Hugo,  hasta  después 
que...”  Y  más  quedamente:  “Perdóname”  Y  así  diciendo, 
abandona  el  látigo  y  su  negro  sombrero  de  copa  sobre  la 
mesa. 

Mientras  tanto  Amai,  las  hojas  de  encina  aún  prendi¬ 
das  a  los  cabellos,  en  una  sala  fresquita  como  el  rocío,  está 
apoyada  en  el  regazo  de  la  abuela^  y  llora  y  ríe  de  alegría, 
porque  la  abuela  en  su  mano  vieja  sostiene  el  pequeño  ser 
de  plumaje  negro  y  amarillo  que  da  vueltas  sus  ojitos  bri¬ 
llantes,  y  g*oloso  abre  el  piquito  y  pía  muy  débil  y  sutil¬ 
mente. 

“ - Mi  pollito !”  dice  la  pequeña  Amai.  Por  el  sue¬ 

lo  yacen  el  pañuelo  y  las  cáscaras  quebradas. 

— “¡  Mi  pollito” !  sigue  diciendo  incansablemente  la  pe¬ 
queña  Amai. 

Y  la  abuela  dice  entonces  con  grave  condescendencia : 
“Sí,  tu  pollo,  Amai,  pero  ahora  debes  llevárselo  a  Filina”. 
“Trece  eran  los  huevos  y  han  salido  los  trece  pollitos”. 

*  *  * 

Hace  ya  mucho  tiempo  que  se  marchitó  el  follaje  de 
las  encinas,  y  crujidoras  caen  incesantemente  las  hojas  se¬ 
cas  de  los  parrones;  ahora  el  sol  se  halla  muy  bajo,  y  las 
cosas  proyectan  libremente  por  la  tierra  sus  sombras  alar¬ 
gadas,  pues  bien,  ahora  recibe  Amai  la  primera  carta  de  su 


La  gallinita  sin  plumas 


69 


vida.  Maese  Ludolfo,  a  través  de  sus  grandes  gafas  de  con¬ 
cha,  se  la  deletrea  a  Amai  que  sentada  en  el  banco  del 
carpintero  llega  a. verse  lejana  de  puro  pequcñita.  “Vas  a 
ser  madrina,  Amai,  madrina  de  bautizo  de  la  guagüita  de 
Victoria,  mira,  mira,  qué  bonito,  ¿no?” 

Y  contra  todo  lo  temido  y  anunciado,  Amai  sostiene  en 
un  gran  cojín  al  chico  de  Victoria  para  que  reciba  el  agua 
del  bautismo.  El  tío  Hugo  contempla  cariñosamente  a  Amai 
y  a  su  hijito,  vivo.  Pero  nadie  sabe,  y  menos  (pie  nadie  la 
niña,  por  qué  fué  Amai  la  madrina  preferida, 

RUTH  SCHAUMANN 


« 


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EL  PAISAJE  DE  LAS  LETRAS 


“CHILE  G  UNA.  LOCA  GEOGRAFIA”,  de  Benjamín  Subercaseaux. 

Ilustró  -Antúnez.  —  Edición  Ercilla.  —  Coleccipn  Cóndor.  —  v 

Santiago,  1940 . 

Esta  apasionante  y  bella  obra  ha  parido  por  primera  vez 
materia  de  la  cultura  chilena  que  llevamos  en  las  entrañas . 
Es  esta  una  especie  de  geografía  estética,  llamándola  así,  en  el 
más  universal  sentido  posible,  por  encima  de  meridianos  y  pa¬ 
ralelos,  donde  se  besan  arte  y  vida. 

El  primer  acierto  del  libro  está  en  la  tapa,  y  es  una  cues¬ 
tión  de  limites.  Es  su  nombre.  Y  su  último  acierto  es  su  deber 
profético,  para  que  la  crítica  oficial  pueda  desgañitarse  en  jui¬ 
cios  y  deseperaciones  con  la  cantidad  de  problemas  que  despierta, 
desde  el  drama  social  escondido  en  una  cáscara  de  huevo,  hasta 
la  majadería  del  Canal  de  Beagle. 

Pero  nuestro  comentario  no  tiene  carácter  oficial,  de  modo 
que  nuestro  primer  desacierto,  es  decir  aquello  de  la  tapa  en  una 
loca  revista  como  ésta. 

No  vamos  a  repetir  la  paradoja  de  Chesterton  sobre  loque¬ 
rías,  para  elogiar  la  intención  del  autor  de  esta  obra,  porque 
aquel  inglés  está  muy  traído  por  intelectuales  a  posteriori,  y  por- 
♦que  lo  menos  aplaudible  del  libro  es  justamente  la  visibilidad  de 
la  intención,  sobre  todo  cuando  el  autor  dice  lo  que  va  a  hacer, 
y  de  pronto  dice  lo  que  está  haciendo.  Con  el  título  y  los  terri- 
üles  grabados  que  ilustran,  ya  se  sabía  lo  que  iba  a  suceder  por 
dentro .  Pero,  en  fin,  el  autor  sabía  lo  que  iba  a  suceder  por 
fuera.  Sobre  todo  en  Chile. 

La  topografía  del  libro  es  deliciosamente  mórbida,  rebasan¬ 
do  siempre  todos  los  límites,  llevada  con  un  estilo  de  “rico  tipo”, 
pleno  de  humanismo  pitancero  que  llega  a  las  sugerencias  e  in¬ 
citaciones  más  deseables. 

Un  nervio  caliente  anuda  las  páginas,  comunicando  toda  la 
sensación  y  esclarecimiento  de  sabiduría  oculta  en  la  calidad  de 
estas  tierras  con  toda  su  vida  y  miseria,  encima.  De  tanta  pa¬ 
sión  como  aquí  nace,  se  nos  caen  las  cuerdas  en  lugar  tan  pre¬ 
claro  y  maravilloso  —  “etenim  haereditas  meas  praeclara  es 
mihi”  — ,  para  hacernos  temblar  de  esperanza  los  huesos  y  que¬ 
brarlos  de  ira. 

El  autor  re-crea  a  Chile,  y  nos  recrea  a  nosotros  también. 
Y  esa  es  la  misión  de  la  Loca  Geografía.  Por  lo  menos  logra  ser 
al  antítesis  de  la  Araucana,  y  se  nos  vuelve 'clásica  por  contra¬ 
dicción  . 

xL¡a  Loca  Geografía  es  un  libro  clásico,  no  solamente  por 
su  amor  a  Chile,  tan  arrebatador  que  despierta  deseos  expedicio¬ 
narios  y  colonizadores  en  los  lectores  jóvenes,  como  el  libro  fa¬ 
moso  del  Padre  Ovalle,  que  avivaba  deseos  misionales  y  turísticos 
en  el  Siglo  de  Oro  c!e  nuestra  literatura,  sino  que  es  clásico .  .  . 
por  eso  mismo,  por  lo  cálido.  A  causa  del  fuego  que  no  siempre 
reduce  el  papel  a  cenizas,  sino  que  como  el  del  Purgatorio,  ilu¬ 
mina  purificando,  y  llaga  a  gritos  la  herida  de  nuestro  mal. 

Así,  en  esta  nueva  crónica  de  Chile,  el  autor  se  queja,  entre 
otras  cosas  muy  graves,  hasta  del  lujo  en  los  automóviles,  como 
el  clásico  Ovaile,  del  lujo  de  vestidos  en  sus  contemporáneos . 


TÍ 


PAISAJE  DE  LAS  LETRAS 


Ninguno  de  los  dos  consumen  los  vicios  chilenos,  mas  limpian  el 
grito,  y  de  este  modo  pueden  exclamar  con  todo  arrobamiento 
del  alma,  el  Padre  Ovalle  por  sus  aguas  suavísimas,  las  más 
blandas  del  mundo,  y  este  padre  de  la  Loca  Geografía  por  las 
aguas  más  transparentes  del  mundo .  Todavía, .  los  dos  cuentan 
como  experiencia  personal  el  mismo  chiste  del  indígena  “todo 
cara”,  y  hay  muchas  otras  analogías  que  no  he  visto  nunca.  . . 

Más  clásicos  son  por  las  diferencias,  ya  que  las  semejan¬ 
zas  se  pierden  en  los  parecidos .  .  . 

Todo  nuevo  libro  es  clásico,  cuando  su  primera  página  se 
encuentra  con  la  última,  y  su  vida  no  defrauda  a  sus  intenciones 
y  “reglas”  propias.  Cuanto  más  independiente  del  pasado  y  de 
los  vecinos,  más  clásico,  y  cuanto  más  unido  a  los  antiguos  en 
su  red  de  abrazos  físicos  y  ontológico§,  más  clásico.  Bueno,  lo 
es  más  todavía  a  medida  que  se  diferencia  en  la  fraternidad. 
Sólo  el  fuego  diferencia  o  consume.  Sólo  el  fuego  lleva  a  la  lo¬ 
cura  o  al  éxtasis .  Y  la  locura  se  derrama  en  sabiduría,  y  el 
éxtasis  en  poesía  y  ternura,  vertiente  de  la  comprensión  más  po¬ 
sible,  capaz  de  abrir  el  paisaje  y  dar  el  sabor  y  la  luz  de  cada 
región,  de  cada  hombre  y  de  toda  mirada. 

Por  todo  esto,  aquí  tenemos  la  revelación  misma  de  Chile, 
con  tanta  variedad  de  cosas  y  casos,  tan  uno  y  único,  para  ha¬ 
cernos  bajar  de  los  transcendentales,  hacia  un  amor  dormido,  y 
alzarnos  de  la  ternura  de  una  corola  hasta  la  libertad  de  lo  clᬠ
sico  verdadero. 

Este  libro  no  puede  aumentarnos  la  calcificación  de  los 
huesos  ni  disminuir  el  precio  de  los  pescados,  pero  nos  da  la  sal 
necesaria,  la  sai  de  la  tierra  y  la  luz  guardada  en  su  negrura  y 
resplandor . 

Los  “defectos”  del  libro  los  comentaremos  cuando  salga  la 
sabia  geograf ía . . . 

Alfredo  Leí ebvre . 


ANTOLOGIA  POETICA  DE  CARLOS  RODRIGUEZ  PINTOS.— 

Editora  Zig-Zag. — Colección  Poesías.— Santiago,  1940 . 

Este  uruguayo  de  justa  fama  en  su  país  goza  de  una  expre¬ 
sión  poética  que  nunca  se  desborda  de  sus  términos,  manteniendo 
sus  poemas  a  medida  que  se  depura,  pues  esta  Antología  nos  lleva 
desde  la  adolescencia  del  poetá  hasta  sus  actuales  impulsos,  en 
una  calidad  aristocrática,  habiendo  logrado  la  mayor  simplicidad 
de  elementos  en  las  Colecciones  Distancias  y  Columbarium. 

En  inevitable  deseo  de  trascender,  el  poeta,  en  estos  días  en 
que  América  se  siente  aislada  en  su  propia  vida,  toca  el  sueño 
dormido  de  la  tierra.  Porque  para  salir  de  sí  hay  que  pisar  el 
vientre  de  la  naturaleza,  y  así  escuchar  su  latente  profecía.  Y 
es  el  caso  — a  nuestro  ver —  el  de  este  poeta  donde  la  natura¬ 
leza  que  le  ha  reunido  toda  en  el  aire,  eso  sí  que  para  darle 
“unidad  y  trascendencias”. 

Pero  el  poeta,  al  regresar  a  su  patria  desde  el  desgarra¬ 
miento  europeo,  empieza  a  abandonar  las  “praderas  del  cielo 
arriba”,  y  canta  al  HOMBRE.  NUEVO  de  América,  un  personaje 


72 


LETRAS 


que  aún  no  aparece,  pero  que  estamos  esperando,  a  causa  de  que 
siempre  tenemos  la  última  esperanza  vuelta  hacia  los  ojos  del 
hombre,  lo  que  siempre  nos  aprovecha,  porque  los  sucesivos  des¬ 
engaños  del  Rey  de  la  Mentira,  nos  hacen  al  fin  alzar  los  brazos 
a  una  cruz  mejor  y  más  abierta.  Sin  embargo,  la  verdad  poética 
obliga  al  artista  a  trabajar  en  la  misma  muerte  y  desvaneci¬ 
miento  de  todas  las  cosas,  y  su  deber  sobre  América  es  el  nuevo 
“humanismo  integral”  de  su  destino.  La  última  — quizás —  aven¬ 
tura  de  nuestra  idolatría... 

“Tu  América  en  la  hora  del  venado  y  la  rosa.” 


“El  hijo  de  tu  hijo  se  afilará  la  hombría 

“En  las  piedras  calientes  de  cada  nueva  aurora.” 

í  «*■  ■  '  '  • 

Un  preciosismo  estilístico  nos  haría  recoger  las  “influencias” 
y  analogías  con  los  actuales  poetas  españoles,  pero  hay  momen¬ 
tos  en  que  nos  encontramos  con  el  hombre  que  alimenta  al  poeta, 
y  allí  se  entrega  el  sabor  salado  del  dolor,  y  la  escasa  verdad 
que  puede  anidar  en  el  corazón  humano .  Entonces,  no  es  justo 
esgrimir  limitaciones,  ni  por  traspaso  ni  por  falta  de  traspaso . 
La  única  limitación  de  la  poesía  es  esta,  que  aparece  expresada 
aquí  simbolizando  la  mirada  de  todo  poeta  en  el  corazón  de  todo 
hombre: 

“Angel  i 

“Angel 

“Angel 

“Todo  es  presencia  y  ángel 
“Todo  es  olvido  y  ángel 
“Todo  es  víspera  y  ángel.” 


Chatverfce. 


HORA  DE  ONCE 


UD.  UN  AMBIENTE  TRANQUILO 


ENCONTRARA 


HUERFANOS  ESQ.  DE  AHUMADA 


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i  la  de  no  ser  santos’’. 

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