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Princeton Theological Seminary Library
https://archive.org/details/estudios9971unse
pui Mpjig* (Pji nmi, i l - ‘ ^ .
MANUEL ATRIA: "EN TORNO AL MAR¬
XISMO ". — OSCAR LARSON: “ ECONOMIA Y
MORAL". — LUCY LUCO: "EL OBRERO CHI¬
LENO Y SUS PROBLEMAS".
Dr. ARMANDO ROA: "BERGSON". — THO-
MAS MEXTON: "EL PENSAMIENTO DE AL-
DOUS HUXLEY". — LOS LIBROS.
CLARENCE FINLAYSON: "LA SITUACION
DE LA IGLESIA EN MEXICO". — "EL PAPA Y
LA GUERRA".
JAIME ATRIA: “ ROMANCE DEL PAISAJE
Y LA DANZA". — RUTH SCHAUMANN : "LA
GALLINIT A SIN PLUMAS" (CUENTO). —
CRISTAL DE LIBRERIA.
97
Santiago de Chile
ENERO DE 19 41
ESTUDIOS
MENSUARIO DE CULTURA GENERAL
¿V 1 V V, •'* ‘ *'*■; \
DIRECTOR:
JAIME EYZAGUIRRE
Casilla 13370
Santiago de Chile
SUSCRIPCION ANUAL EN EL PAIS . $ 42.—
„ „ „ EXTRANJERO. ... Dólar 1.50
NUMERO SUELTO . . . $ 3.60
„ ATRASADO . $ 4.20
ADMINISTRACION
HUERFANOS 972, OFICINA 501 — TELEFONO 67189
SANTIAGO DE CHILE
ANO X — N.° 97
ENERO DE 1941
INDICE
A
SOCIOLOGIA
Pág.
“EN TORNO. AL MARXISMO”, por Manuel Atria . 4
“ECONOMIA Y MORAL”, por Oscar Larson . 12 ’
“EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS”, por Luey
Luco . 18
“¿QUE ES EL SECRETARIADO NACIONAL ECONOMI¬
CO-SOCIAL?” . 35
FILOSOFIA * - .
“BERGSON”, por el Dr. Armando Roa Rebolledo . 38
“LA CONVERSION DE BERGSON” (Nota) . 43
“EL PENSAMIENTO DE ALDOUS HUXLEY”, por Tilomas
Merton ... . . 44
LOS LIBROS: “Del ente y de la esencia”, de Santo Tomás,
P. 49.
RELIGIOM
■ 4
“LA SITUACION DE LA IGLESIA EN MEXICO”, por Cla-
rence Finlayson . 52
“EL PAPA Y LA GUERRA” ... . . . ... 59
LOS LIBROS: “Filosofía de la Eucaristía”, or Juan Vás-
quez de Mella, P. 58.
L i £ LETRAS
“ROMANCE DEL PAISAJE Y LA DANZA”, por Jaime Atria 62
“LA GALLINETA SIN PLUMAS”, por Ruth Schaumann
(Cuento) . 64
CRISTAL DE LIBRERIA: “Chile o una loca geografía”, por
Benjamín Subercaseaux, P. 70. — “Antología Poéti¬
ca de Carlos Rodríguez -Pinto”, P. 71.
'vf,' ' -Cip ' . ENERO DE 1941
f
“Splendor”, presenta:
“E\ Derecho de los Trabajadores j
I
y el Corporativismo”
| por Paul Chansón. Traduc. de D. Bartolomé Palacios.
| Precio: $ 7.—
i
| Todos los que usan el Misal Diario, deben comprar el j
| CALENDARIO LITURGICO para 1941 — $ 2.—
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i
I
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SANTIAGO — Delicias 16 26 - Casilla 3746 - Tel, 89145
VALPARAISO — Victoria 2277 — Teléfono: 7168
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torio, dibujo y pintura.
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SANTIAGO
< . Sociología
“EN TORNO AL MARXISMO”, por Manuel Atria.
1
Un análisis profundo y original del pensamiento marxista.
*
.V • . | ' • . í. . \
“ECONOMIA Y MORAL”, por Oscar Larson.
El Director del Secretariado Nacional Económico Social plantea
las relaciones entre la Moral y la Economía, que el materialismo
dominante se empeña en desconocer .
“EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS”, por Lucy Luco.
Un balance de las experiencias recogidas por una Visitadora
Social de la Escuela Elvira Matte de Cruchaga.
CRONICA
¿Qué es el Secretariado Nacional Económico-Social?
Manuel Átria
✓
En torno a! Marxismo
i
1. — Es difícil, si no imposible, polemizar con el mar¬
xismo. Cuando se empieza por desconocer la aplicabilidad
general de las leyes fundamentales del pensamiento huma¬
no, o cuando se pretende hacer de estas leyes fundamenta¬
les sólo un caso particular, — algo así como un pensamien¬
to inerte, — del pensamiento dialéctico siempre se podrá ar¬
güir que nuestras observaciones adolecen de falta de su¬
peración de la etapa “metafísica” de la cultura. Tenemos,
los marxistas y nosotros, dos concepciones lógicas distin¬
tas; y en estas condiciones es difícil comparar, uno y otro,
los sistemas. Para apreciar los desacuerdos se necesita, al
menos, estar de acuerdo en un mínimum de principios lógi¬
cos, apoyarse en un mismo terreno mental. No pueden lu¬
char los hombres de dos islas separadas si no se trasladan
a un campo de batalla común. ¿Cuál podría ser, para el
marxismo y nosotros, este campo de batalla? A mi modo» de
ver, la realidad sensible. Debemos analizar la respuesta que
nosotros damos a esta realidad sensible, y la que, a esta
misma realidad, — única para él, — da el marxismo. Pero
nuevamente y de inmediato surge la dificultad lógica. Por¬
que, ¿este análisis lo haremos o con nuestro pensamiento o
con el pensamiento dialéctico? Digamos, por ahora, que lo
haremos sencillamente con el pensamiento humano.
Y para empezar, tratemos de ubicar al marxismo, — -
considerado, no como sistema vivido, sino significado, como
sistema que se piensa y se establece doctrinalmente. Desde
este punto de vista parece evidente que todo sistema es un
objeto que permanece siempre el mismo y que, en conse¬
cuencia, debe apreciarse según la fórmula: “sí es sí, y no
es no”. Insisto en que no se trata del marxismo como sen¬
timiento de vida encarnado en el proletariado actual, so¬
metido a contingencias temporales y geográficas y cuya
evolución 'existencial no contradice los fundamentos del
pensamiento metafísico ; sino del marxismo como conjun¬
to de verdades que pretende dar una explicación de la rea¬
lidad material y de su historia. Aun cuando aceptáramos
que el pensamiento “metafísico” sólo es un caso particular
del pensamiento “dialéctico”, — así como la inercia es un
caso particular del movimiento local, — no sé cómo podría
afirmarse que, desde el ángulo en que aquí lo consideramos,
no cae precisamente en ese caso particular, en esa solución
(1) Páginas de un ensayo inédito sobre “El marxismo, las
ciencias y la filosofía de la naturaleza”,
EN TORNO AL MARXISMO
5
singular ele la ecuación general del pensamiento humano.
Por lo tanto, un análisis “formar’, es decir, de acuerdo con
lo que Plekanov denomina “lógica formal'’ del pensamien-.
to marxista no tendría motivos para ser contradicho ni si¬
quiera por los que creen en la “lógica de la contradicción’’.
En caso contrario, el marxismo es y no es verdadero en
cuanto doctrina ; y, en consecuencia, da y no da una res¬
puesta adecuada a la realidad universal. Y no se diga que
esta contradicción intrínseca del sistema es sólo aparente
ya que el marxismo se encarna^ en el proletariado, y “la
cuestión de saber si el pensamiento humano puede hallar
una verdad objetiva no debe plantearse en el plano de la
teoría sino en el dominio práctico” (1); porque, aun en
este caso, llegaríamos a que tal dominio práctico no podría
plantearse teóricamente y, por otra parte, a esta definición
de verdad objetiva se trasladaría el problema que nos pre¬
ocupa. Un sistema que no puede exponerse doctrinalmente,
que sólo puede ser vivido y que, sin embargo, ha sido doc¬
trinalmente expuesto : .he aquí algo que no comprendo y
que nadie, creo, llega a comprender. Si se pretende abar¬
ca!* sus últimas conclusiones, el marxismo está condenado
a muerte : si no permanece el mismo como doctrina, enton¬
ces está de acuerdo con el pensamiento marxista y, en con¬
secuencia, permanece el mismo ; si permanece el mismo, en¬
tonces está en contradicción con el pensamiento marxista
y, en consecuencia, no permanece el mismo. No me expli¬
co cómo pueda entenderse esto. Pero en ambos caso, per¬
maneciendo el mismo bajo cierto aspecto, nos autoriza pa¬
ra analizarlo según las leyes fundamentales del pensamien¬
to humano.
2. — Para nosotros no existe nada más que este pensa¬
miento en su esencia formal, el que es aplicable siempre,
no en cuanto un objeto permanece el mismo, — punto de
vista temporal, — sino en cuanto encierra, en su secreto
fondo, necesidades ontológicas que se traducen con inte¬
ligibilidad. Todo ser es inteligible en la medida que es; el
objeto propio de la inteligencia es el ser. En consecuencia,
todo ser pierde inteligibilidad, se envuelve en una bruma
de no inteligibilidad, en la medida en que se- envuelve en
materia, modo secundario de no ser. El modo primordial
de no ser, el fundamento del no ser, es la nada. Por lo tan¬
to, la nada es fundamentalmente ininteligible. Pero la ma¬
teria prima que no es nada en si misma y que para ser
tiene que estar substancialmente unida a una forma, es
en si misma ininteligible, y la razón del grado de ininteli¬
gibilidad que poseen los seres materiales. Estos, en su rea-
• (1) Marx.
6
SOCIOLOGIA
lidad existen cial concreta, en su individualidad, en la tota¬
lidad material que encierran, no pueden comunicarse con
el pensamiento humano, sino por una como caída sobre el
conocimiento sensible. Pero aun este mismo conocimiento,
que es una intuición de lo real concreto, no abarca la to¬
talidad de la cosa conocida sino sólo un aspecto exterior,
causa de la sensación considerada. Pretender que haya un
conocimiento intelectual de la cosa sensible, en' cuanto sen¬
sible, es un contrasentido. En cuanto sensible, la cosa es
objeto de sensación, es conjunto de fenómenos'. Si todo co¬
nocimiento se basa en ía experiencia sensorial, el conoci¬
miento intelectual sólo se termina en ella por reflexión so¬
bre los sentidos. En la sensación la cosa existe intencional¬
mente en el alma humana, es objetó; pero el ser propio de
la cosa permanece escondido, envuelto en las notas indivi¬
duantes de la materia.
En cambio, el conocimiento intelectual hace abstrac¬
ción de estas notas individuantes. La cosa existe intencio¬
nalmente en el alma, pero con una existencia típica, univer¬
sal y necesaria, que no presupone las categorías de tiempo
y espacio. Y no porque tales categorías no estén incorpora¬
das a las cosas sensibles como relaciones, — tiempo es el
movimiento numerado según lo anterior y lo posterior, es¬
pacio es la extensión numerada según el aquí y el allá, —
sino porque el conocimiento intelectual se refiere a una
cierta realidad típica de las cosas que permanece la misma
en todo tiempo y en todo lugar. En ei caso del conocimien¬
to de las ciencias narticulares esta realidad vive como en-
i.
vuelta en la espesa red de fenómenos y accidentes ; pero
estos fenómenos y accidentes, su regularidad y limitación,
indican ía existencia de una substancia con propiedades de¬
terminadas. Sin tal substancia ellos mismos serían impen¬
sables. Conviene, sin embargo, insistir en el hecho de que
las ciencias particulares se desarrollan como deleitándose
en esta red fenomérica y accidental descubriendo las leyes
de más o menos tipo matemático que la rigen. En cambio
la filosofía de la naturaleza, — y el marxismo tal vez que¬
rrá ser una filosofía de la naturaleza, una filosofía de las
cosas sensibles, — pretende descubrir, bajo esta red. las
necesidades ontológicas. Pero en uno y otro caso el cono¬
cimiento humano sólo Ib^a a ser intelectual cuando se con¬
sideran las cosas sensibles, no en cnanto sensibles, sino en
cuanto inteligibles.
ó. — Como hemos dicho, el marxismo con su apriorEmo
materialista vive entera e intensamente la vida de la ma¬
teria. y se constituye científicamente sólo como una des¬
cripción general de ios fenómenos propios de ésta. En con¬
secuencia, en lo que se refiere al universo material, ve con
EN TORNO AL MARXISMO
7
mayor claridad que el materialismo mecanicista del siglo
pasado, el cual tendia hacia una matematización de este
universo. Continuaba lógicamente un tal materialismo la li¬
nea cartesiana del pensamiento humano, línea que hacía de
la extensión, y por lo tanto de la cantidad, el fundamento
•último, la realidad propia de las cosas materiales. La cien¬
cia madre de un tal materialismo debía ser la matemática ;
las causas de las cosas sólo podrían ser causas mecánicas..
El marxismo, en cambio, continuando Ja línea hegeliana del
pensamiento humano, aceptando, en consecuencia, que to¬
do lo real es racional, pero no admitiendo más realidad que
la materia, debía llegar necesariamente a fundamentar la
racionalidad en la materialidad misma, y en lo que es más
profundamente material, la materia individual. Los anti¬
guos denominaban así la cosa material existente en sí mis¬
ma, singular y concreta. La ciencia madre del marxismo
es la historia, enumeración de acaeceres singulares y con¬
cretos.
El conocimiento sensible es el resultado de la exis ten¬
ca de las cosas en los sentidos, — existencia intencional,
pero siempre material y singular. El conocimiento intelec¬
tual propio de las ciencias particulares y de la filosofía de
la naturaleza considera las cosas con abstracción de su
existencia individual aunque envueltas en las exigencias de
lo sensible, lo que los antiguos denominaban materia sen¬
sible. Por último, en el conocimiento matemático las cosas
existen en el espíritu según las necesidades propias de la
cantidad con abstracción de las diversidades cualitativas
inherentes a la materia sensible. Se trata siempre de un
conocimiento material ya que la cantidad es una propie¬
dad de la materia ; pero en este caso no se la considera tan¬
to como accidente real que como sustentáculo de modelos
de las cosas sensibles construidos por la razón de acuerdo-
con las exigencias de la cantidad misma, de la cantidad
formalmente pura. Ya hemos dicho que el materialismo-
mecanicista tendía a estructurar las ciencias en tipos mate¬
máticos, a no reconocer en las cosas sensibles nada más
que esto que los antiguos denominaban la materia inteli¬
gible. Hemos dicho también que, por el contrario, el mar¬
xismo se complace en no aceptar más realidad material que
lo individual concreto. La única realidad sería entonces la
materia individual; y todo el trabajo del espíritu humano-
quedaría reducido a cero, ya que esta materia no admite
otros tipos de existencias que el de la" cosa en sí misma, y
la intencionalidad en los sentidos con mucho menos per¬
fección acaso que la que puede tener en un animal cualquie¬
ra.
i
8
SOCIOLOGIA
L
Causa y Función
1. — Sin embargo, este retorno hacia lo individual con¬
creto, este alejamiento de lo imaginable, debía permitir al
marxismo re-descubrir dos grandes verdades referentes al
universo material. Y digo re-descubrir porque estas mismas
verdades han sido algo así como el fundamento “experimen¬
tar’ de la cosmología de la filosofía perenne. La primera,
y la más importante, es como una ampliación del concepto
de movimiento, o mejor dicho como una nueva aceptación
del concepto de cambio del cual el movimiento no sería na¬
da más que un tipo específico. Para el materialismo meca-
nicista, — lo repetimos' una vez más, enteramente susten¬
tado por las matemáticas,, — no era concebible otro cam¬
bio que el movimiento local, es decir la sustitución de lu¬
gares antiguos por lugares nuevos, (lo explico en esta for¬
ma para indicar su relatividad), y todo otro tipo que nues¬
tros sentidos instituyeran en las cosas materiales debía po¬
der resolverse intelectualmente en movimiento local. El
marxismo rechaza esta concepción mezquina del movimien¬
to. Y la rechaza con razón. Ha visto envejecer las cosas.
Ha sentido esa honda tragedia del envejecimiento humano
y del envejecimiento total del mundo. Y ha sentido tam¬
bién esa íntima alegría de la renovación, esa íntima alegría
de la evolución y del progreso, esos seres nuevos que vie¬
nen a la existencia ya cargados de historia y repletos de
esperanza. Pero todo esto lo había visto la filosofía peren¬
ne; y, en un lenguaje científico reconocía en las cosas ma¬
teriales tres tipos de movimiento :
Primero, movimiento local, o recepción continua y su-
cesiva de nuevas localizaciones ;
Segundo, alteración o movimiento en cualidad, cam¬
bio accidental que no afecta a la substancia, recepción de
cualidades nuevas, y
Tercero, aumento y disminución o movimiento en can¬
tidad, adquisición o pérdida de cierta cantidad de mate¬
ria.
Se ve claramente como, en su realismo integral, la fi¬
losofía perenne aceptaba todas las condiciones impuestas
a la inteligencia humana por la intuición sensible de las
cosas materiales. Y se ve también como no es necesario re¬
negar de las leyes fundamentales del pensamiento, sino,
por el contrario, afirmarlas en su plenitud, para llegar a
poseer con conocimiento la realidad objetiva.
La segunda verdad re-descubierta por el marxismo, y
que es como un corolario de la anterior, se refiere a las cau¬
sas de las cosas. Aquí se trata también como de una am¬
pliación del concepto de causa. El materialismo mecanicis-
EN TORNO AL MARXISMO
9
ta, — por las mismas razones anteriormente expuestas.. —
no podía aceptar, como factor determinante de las cosas
materiales, otras especies de causas que las causas mecáni¬
cas. Todo el universo material debía explicarse por ellas.
El concepto de causa perdía así todo su fecundidad y su
valor ontológico. En ninguna parte, como en las matemá¬
ticas, se advierte mejor la limitación y la pobreza de las
explicaciones causales' cuando no se quiere trascender este
universo material hacia el universo metafísico mismo. El
marxismo ha querido reaccionar contra todo esto. Aban¬
donando el plano de lo imaginable matemático para valo¬
rizar el dato sensible de la materia individual, afirmando
un materialismo, no más íntegro, sino más material por de¬
cirlo así, debía reconocer en la realidad de las cosas sensi¬
bles, no sólo causas rfiecánicas, sino causas específicamen¬
te diversas'. Era un retorno, hasta cierto punto a la filoso¬
fía perenne y una reivindicación de la experiencia sensorial
y del sentido común. Pero estaba muy lejos de la solución
total del problema de la causalidad.
2. — La reacción marxista no incluye en ella nada nuevo
v no llega al fundamento mismo de la noción de causali-
dad. Veamos por qué : El concepto de pausa es un concep¬
to analógico, es decir, un concepto que se predica de co¬
sas diversas en razón de cierta proporcionalidad en la apli¬
cación de dicho concepto a un caso u otro. El sentido co¬
mún atribuye a cada cosa, o mejor dicho, a cada fenóme¬
no una causa propia. En la experiencia sensible la causa
aparece más bien con los caracteres de antecedente que
con los de relación ontológica ; y la explicación causa tie¬
ne más de necesidad subjetiva que de necesidad objetiva..
No se ve el enlace real que existe entre la causa y el efec¬
to. Y esto porque la experiencia sensible nos muestra sólo
el detalle fenoménico, y no la substancia misma en que es¬
te detalle fenoménico, este aspecto esotérico, , se fundamen¬
ta. La noción de causalidad adquiere su verdadero sentido
en cuanto se refiere a necesidades ontológicas, en cuanto se
trasciende del plano de lo sensible al plano de lo inteligible.
Y he aquí algo que supera las posibilidades del marxismo,
así como supera las posibilidades de la ciencia; porque el
marxismo, en el ser móvil, ve sólo lo móvil y no el ser, en
el cambio, ve sólo lo mutable y no lo que permanece.
3. — Insistimos todavía en este problema de las causas ;
después de todo, el problema único de la sabiduría. Cono¬
cer las cosas por sus causas, he aquí la ciencia. La profun¬
didad y excelsitud de la sabiduría se miden por la profundi¬
dad y excelsitud de las causas buscadas, lo que fija el gra¬
do específico o genérico del saber humano. La sabiduría
pura y simplemente es el conocimiento de la realidad total
10
SOCIOLOGIA
por sus causas más profundas y supremas. La filosofía es
este mismo conocimiento en cuanto permanece con el or¬
den racional, en el orden propio de la naturaleza humana.
Se llega al pensamiento filosófico, no a priori como lo que¬
ría Descartes con su cogito, como lo quería Spinoza con su
Substancia, como lo quería Fichte con el Yo, Hegel con
la Idea o Marx con la Materia, sino sólo después de una
lenta y larga elaboración racional que, partiendo desde la
experiencia pura, desemboque en la abstracción más excel¬
sa, por los caminos del espíritu. En la cima está la Metafí¬
sica. La Metafísica no significa un cómodo rechazo de es¬
ta realidad sensible a la que tiende con todo su peso el
marxismo. No; por el contrario, supone su máxima com¬
prensión y es la última y única explicación de ella. Si no
.trascendiéramos esta realidad con la explicación filosófica
y con la explicación metafísica, perdería esta misma rea¬
lidad su sentido. Porque la metafísica no tiene sólo un va¬
lor subjetivo en cuanto conocimiento integral del universo
hecho a la medida del espíritu humano ; uno que además
responde a la realidad objetiva en cuanto las, verdades 'me¬
tafísicas se realzan en todas las cosas, en cuanto es hecha
a la medida de las cosas. La verdad viene a ser algo así
como aquella superficie indefinible en que el volumen de
las cosas corta al volumen del espíritu.
¿Qué entendemos por causas? Todo aquello de lo que
depende positivamente la formación o la realidad de una
cosa. Dos consideraciones se imponen de inmediato. La
primera se refiere a la diferencia entre causa y condición:
la causa indica una dependencia positiva, la condición sólo
una dependencia negativa. Por ejemplo, el hecho de que
esta pieza en cpie escribo tenga luz suficiente tiene por cau¬
sa el sol que atraviesa la ventana, y por condición que los
postigos de dicha ventana están abiertos. La segunda con¬
sideración .se refiere a que la noción de causa presupone
dos tipos primordiales : el uno que tiene relación con la
formación de una .cosa, el otro con la realidad de la mis¬
ma. Sin embargo, antes de profundizar en la materia en
cuestión conviene insistir en cómo en el conocimiento sen¬
sible, las exigencias causales aparecen envueltas en una
densa nube de ininteligibilidad. De acuerdo con la defini¬
ción dada más arriba, de cualquier grupo de fenómenos li¬
gados por relaciones espacio-temporales decimos que los
unos son causados por los otros aun cuando no veamos
claramente el por qué ni el cómo de la exigencia causal.
Explicamos por ejemplo, la caída de los cuerpos o, si se
quiere, el movimiento de los astros en virtud de la ley gra-
vitacional de Newton; pero la ley de Newton no nos acia-
EN TORNO AL MARXISMO
11
ra el misterio profundo de estos fenómenos, sino que nos
indica únicamente la medida de ellos, la forma matemáti¬
ca en que ellos se expresan en cuanto la relación espacio-
temporal de los cuerpos puede ser expuesta cuantitativa¬
mente. Decir que la materia atrae a la materia en razón
directa de las masas e inversa del cuadrado de la distancia
es, en resumidas cuentas, indicar el modo de medir un fe¬
nómeno fisico. El misterio causal de la atracción gravita-
cional, el por qué y el cómo se produce esta atracción, per¬
manece siempre allí, envuelto, inescrutable. La experien¬
cia sensible y el análisis puramente científico de - esta ex¬
periencia nos permitirá, en el mejor de los casos, confec¬
cionar cuadros de fenómenos relacionados especial y tem¬
poralmente; pero en qué consista la realidad causal de es¬
tas relaciones no lo dirán nunca. Entonces, ¿por qué se im¬
pone al espíritu, aun en el análisis de esta experiencia sen¬
sible, la explicación causal? Pues, sencillamente, porque el
objeto propio de la inteligencia es el ser ; y el ser perma¬
nece y fecunda la realidad fenoménica. La noción de cau¬
salidad .no es una forma a priori del espíritu cognoscente,
lo mismo que no lo son el tiempo y el espacio ; responde a
una realidad objetiva, pero en cuanto esta realidad es onto-
lógica, trans-sensible. Lo sensible oculta la realidad causal
como el cuarzo oculta el oro. Sólo el conocimiento filosófi¬
co de las cosas materiales podrá descubrirnos esta realidad
con su profundo sentido. Y para llegar a la prístina pure¬
za de la noción de causalidad, es necesario el conocimiento
del ser, en cuanto ser, es necesaria la Metafísica.
Manuel Atria
! ‘ S O Q U I N A "
| Cera para pisos: “PRESERVOL”.
V • • _
! Mata moscas, etc.: “INSECTOL”.
j — —
| Limpia metales: “METALOL”.
í — :-: —
j Desinfectante: “CRESOFENOL’b
j —
| En almacenes, mercerías y en
j AGUSTINAS 1121
Oscar Larson
Economía y Moral
Acaso en nada esté más lejos del Evangelio el mundo
contemporáneo, que en su vida económica. Y precisamen¬
te es por al 1 i por donde le ha venido a esta civilización ago¬
nizante la enfermedad que le va a producir la muerte.
El siglo XIX, que marca el punto culminante de la des-
cristianización de Europa iniciada en el Renacimiento, es
también el siglo en que la Economía se independiza de la
Moral y se constituye en ciencia autónoma y positiva. Los
financistas de Manchester, Adam SmitH, Ricardo, etc. crean
la Economía Política como ciencia de ‘da riqueza” y esta¬
blecen sus ‘deyes”, destinadas .a enriquecer al rico y a em¬
pobrecer al pobre. Poco después, Carlos Marx, más perspi¬
caz, que ellos, saca las últimas consecuencias de los temas
manchesterianos,ya adoptadas por toda Europa, y crea el
Socialismo Científico, expresión definitiva de la Economía
amoral .
La separación de la Economía con respecto de la Eti¬
ca es tan completa y profunda, que sin protesta de nadie,
se afirma que ,1a Economía es un fenómeno social sometido
a las leyes naturales semejantes a las lluvias o al creci¬
miento de las plantas, leyes ineluctables y fatales que se
llaman la libre concurrencia, la oferta y la demanda, etc.
Todo el mundo acepta esto, cristianos y no cristianos, y la
Economía Liberal Individualista, que es el resumen de la
Economía sin moral, se ha enseñado hasta en algunas Uni¬
versidades Católicas, durante un medio siglo, como la ex¬
presión misma de la verdad.
Teóricamente tal vez, si llegara a plantearse la cues¬
tión, todos, o muchos, aceptarían que la Economía debe
someterse a la Moral; pero la mayoría de ellos declararía
sinceramente que no ve ninguna relación entre ambas co¬
sas ; como no la hay entre la Moral y la Climatología.
No es de extrañar entonces que cuando los últimos
Pontífices, ante los daños causados por la Economía Libe¬
ral, dan la voz de alarma y condenan sus errores, numero¬
sos católicos, y hasta algunos sacerdotes, oponen resisten¬
cia a las normas pontificias y piensan que el Papa es sin
duda Maestro Supremo de Moral, pero que olvidando las
leyes naturales de la vida económica, ha penetrado en el
campo autónomo de las ciencias...
Es innegable que la Economía Liberal Individualista,
como teoría, es una construcción bien hecha, lógica y com¬
prensible esto explica en parte su éxito — , pero fundada
en principios erróneos. En efecto: si la norma de la acti¬
vidad humana es la libertad absoluta, y el fin de la acti-
ECONOMIA Y MORAL
13
viciad económica es el lucro, indudablemente que la libre
competencia, la oferta y la ‘demanda, ei interés del dinero,
la propiedad ilimitada y la mayor producción son las leyes
de la Economía.
¿ Qué estas leyes han producido el enriquecimiento de
unos pocos, el empobrecimiento de miles y miles, la lucha
de clases, guerras terribles de competencia, prepotencia
económica del capitalismo internacional, crisis de produc¬
ción, millones de desocupados, hambruna y miseria y, por
último, el comunismo desesperado? Todo eso lo consideran
los economistas liberales pequeñas fallas del sistema, ven¬
tajas en su conjunto, o como los terremotos y tempestades,
que suelen causar perjuicios también, sin que por eso con¬
venga suprimir las leyes naturales de las cuatro estaciones.
Ellos recuerdan la prosperidad comercial producida por
su doctrina en el siglo XIX, olvidando los millones de víc¬
timas humanas que sacrificó, y no tienén presente que las
“pequeñas fallas” que hemos enumerado no son fenómenos
accidentales del sistema, sino su consecuencia lógica. Bas¬
taría esto para condenarlo.
^ í :¡:
Pero vamos a la teoría misma en que se sustenta; vea¬
mos si cabe una Economía independiente de la Moral.
Esta Economía parte — hemos dicho — de dos pos¬
tulados : la libertad absoluta es la norma de la actividad
económica, y su fin propio es el lucro.
Pero estos dos postulados no son postulados econó¬
micos, (la Economía es una ciencia positiva), son postu¬
lados que se relacionan con la Moral, que es la ciencia del
recto obrar del hombre.
Es la Etica, ciencia filosófica por excelencia y cien¬
cia religiosa en el orden sobrenatural actual, la que plan¬
tea y resuelve estas dos cuestiones: ¿el hombre goza de
una libertad moral absoluta o tiene limitaciones? ; El fin
objetivo de su actividad económica es el lucro?
Y según sea la respuesta que la Moral, la Moral Cris¬
tiana, de a estas preguntas, ha de ser el rumbo de la Eco¬
nomía y sus leyes. En su principio, pues, la Economía no
es una ciencia absolutamente independiente; quiéralo o
no, parte de dos postulados que no son de su dominio, si¬
no de la ciencia Moral, y la Economía tendrá una orienta¬
ción que depende exclusivamente de la respuesta que la
Moral haya dado a aquellas dos cuestiones preliminares.
Naturalmente, los padres del Liberalismo Individua¬
lista no pensaron que tales cuestiones previas eran asunto
de Moral ; se encontraban frente a dos hechos o a dos pos¬
tulados admitidos por todo el mundo, y sobre ellos edifi¬
caron su sistema. Las pingües ganancias y el enorme d?s-
14
SOCIOLOGIA
arrollo de los negocios parecían confirmar' su legitimidad.
Para escapar de la Moral, para no someter aquellas
llamadas leyes económicas al juicio de la Moral y de la
conciencia, y para rehuir la condenación que tales leyes
merecen, siquiera sea por sus terribles consecuencias, los
economistas liberales dieron en decir que los fenómenos
de la vida económica eran fenómenos naturales y, por tan¬
to, sus leyes tenían el determinismo ciego de las leyes de
la naturaleza: es inútil y perjudicial, pretender apartar¬
se de ellas. Las víctimas que produce son las víctimas de
todas las leyes naturales ; y los privilegiados que con ellas
se benefician, son como las especies superiores que tam¬
bién se observan en el orden natural. (Es Marx el que de¬
ducirá las últimas consecuencias de estas afirmaciones, sus¬
tituyendo la ley de tal selección por la ley del número : los
millones de proletarios se comerán a ios pocos capitalis¬
tas) .
El error salta a la vista, y asombra que haya podido
sobrevivir tanto tiempo. No hay tales leyes naturales de
la Economía, por la sencilla razón de que los fenómenos
económicos son producidos por la actividad libre del hom¬
bre, el cual puede establecerlos de una manera o de otra,
y de hecho, desde los pueblos primitivos hasta ahora, ha
habido en las diversas agrupaciones diferentes sistemas
económicos. La Economía actual, como la Política, las Ar¬
tes, los sistemas administrativos, o los sistemas de correo
son productos sociales, organizados libremente por los hom¬
bres y, por tanto, dependientes de su voluntad. Si depen¬
den de la voluntad humana, caen bajo las leyes de la Mo¬
ral. ¿Qué es la Economía? El conjunto de actividades que
tienen por objeto la producción, la distribución y el con¬
sumo de la riqueza, es decir, de los bienes materiales des¬
tinados a satisfacer las necesidades humanas. Son activi¬
dades necesarias a los hombres tomados en conjunto, pe¬
ro libres con respecto a cada uno de ellos; libres en cuan¬
to cada hombre y cada grupo social puede escoger la for¬
ma, el tiempo y el modo en que proveerá a sus necesida¬
des. Existen hoy día en la forma tal o cual ; podrían existir
en otra forma. De hecho, en épocas pasadas, tuvieron ta¬
les actividades otra organización. De hecho, las diversas
clases de Socialismo proponen diversos tipos de organiza¬
ción económica. Es absolutamente falso, pues, decir que
las leyes de la Economía Liberal, son leyes naturales inva¬
riables, v es evidente que la sociedad puede darse otro ti¬
po de Economía. ¿ Cómo independizar entonces las acti¬
vidades económicas, de las leyes de la Moral?
Otra cosa es que, dentro de un sistema dado, tal o
cual práctica sea indispensable; por ejemplo, en la Econo-
ECONOMIA Y MORAL
15
mía Liberal, la oferta y la demanda como ley reguladora
de los precios, es ley necesaria. Pero el régimen liberal in¬
dividualista ¿es necesario? ¿No es posible otro? Además
la mentada ley de la oferta y de la demanda ¿no puede ser
contraria a la ley moral en ciertos casos? Las respuestas
son obvias.
Ningún, acto humano en concreto queda al margen de
la Moral. Aparte de los actos que son esencialmente bue¬
nos, como amar a sus padres, o esencialmente malos, como
mentir, hay los actos que de por sí son indiferentes pero
que toman su moralidad, de la intención del agente y de
las circunstancias : son, pues, buenos o malos en la prác.-.
tica. Tomar un tranvía o comprar un libro son acciones
teóricamente indiferentes desde el punto de vista moral ;
pero en la realidad concreta, en el hecho, necesariamente
son buenos o malos, según sea la intención con que se eje¬
cutaron y las circunstancias : tomar un tranvía para ir a
cumplir un deber es un acto bueno ; leer un libro obceno,
o leer una novela mientras debiera estar estudiando la lec¬
ción, es un acto malo.
Los actos de la vida económica, trabajar, comprar,
vender, pagar salarios, invertir capital, etc., necesariamen¬
te son actos ' buenos o malos, porque son actos libres. Y
hay que tomar en cuenta que las actividades económicas
no son acciones meramente privadas, sino con repercusión
en la vida económica de la colectividad ; de modo que de¬
ben ser uniformes no sólo a la justicia conmutativa, sino
también a la justicia social.
En consecuencia, no hay una Economía pura, al mar¬
gen de la Moral ; no hay leyes económicas superiores a la
voluntad humana; no hay una vida económica impuesta
por la naturaleza a la sociedad. La Economía es una cien¬
cia que depende de la Moral ; es un capítulo de la Mo¬
ral.
Ni cabe refugiarse en el manoseado recurso de decir
que la Economía es una técnica, y, por consiguiente... la
técnica, esto es, ciertos conocimientos y procedimientos es¬
pecializados, propios de una actividad profesional, son sim¬
ples medios al servicio de un fin, que es lo importante. La
técnica no es ni puede ser un fin en sí misma ; es un ins¬
trumento al servicio de una idea. La técnica operatoria,
por ejemplo, o :1a técnica química sirven al fin que se les
dirijan, y lo mismo pueden hacer un verdadero bien como
un gran daño.
En la vida económica hay, indudablemente, factores
técnicos, tales como los de las siembras y cosechas, los cíe
la industria y las del comercio ; letras de cambio, crédito,
cálculos de rendimiento, etc. Pero todo eso está siempre
16
SOCIOLOGIA
al servicio de un acto humano, de un designio o de un sis¬
tema, que es el que cae bajo el juicio de la Moral. La téc¬
nica no es aquí más de lo que es una herramienta en ma¬
nos de un profesional. Ella no tiene de por sí exigencia al¬
guna ni moralidad propia, depende de la mallo que la em¬
plea y de la voluntad que la manda. Y si se diera el caso
de una acción técnica contraria a una ley moral, por ese
hecho es reprobable y no puede ser empleada, porque el
fin no justifica los medios.
/
Finalmente, hay otro aspecto de la cuestión. ¿Qué es
Economía? Es el conjunto de actividades organizadas pa¬
ra proveer a las necesidades materiales del hombre. Las
principales actividades económicas son la producción, la
distribución, el intercambio y el consumo de los bienes ma¬
teriales. Evidentemente, entonces, como actividad y como
rnéncia de la misma, la Economía es para el hombre, debe
estar organizada a su servicio, sin preferir ni excluir a na¬
die, ya que los bienes de la naturaleza han sido hechos
por el Creador para todos. En una palabra : la Economía
tiene la misma finalidad que tienen los bienes de la natu¬
raleza : servir al hombre.
Pero el hombre tampoco es el fin de sí mismo, sino
que, estando dotado de una alma espiritual, tiene como
fin a Dios, a quien debe llegar a poner en una vida inmor¬
tal. A ese fin supremo ha de encaminar toda su existencia
mediante el cumplimiento de la ley Moral. A ese fin nobi¬
lísimo ha de encaminar sus acciones, y todo cuanto tiene
y cuanto hace debe ayudarle a la consecusión de su fin.
Su vida material, pues, está subordinada a su fin espi¬
ritual; su cuerpo y sus deseos han de someterse a su espí¬
ritu y éste, a la ley divina, que es la condición de su fin
último. Las cosas son para el hombre, y el hombre es pa¬
ra Dios.
Fácilmente se desprende de estas verdades elementa¬
les que hay una jerarquía de valores en las cosas humanas,
jerarquía en la cual la Economía ocupa un lugar subordi¬
nado y relativamente secundario, en comparación de la ley
Moral, que es la norma del hombre integralmente conside¬
rado.
Tal es el único rol lógico y razonable de una Econo¬
mía verdaderamente humana. Así lo comprendió' el propio
Aristóteles, que considera esta ciencia como un capítulo de
la Etica.
Para el cristiano, la cuestión de la subordinación de
la Economía a la Moral no puede ofrecer dudas. Los bie-
ECONOMIA Y MORAL
17
nes terrenos son apenas simples medios de satisfacer las
necesidades corporales, que, si tienen algún valor, es por¬
que sirven al espíritu. Dios ha elevado al hombre al orden
sobrenatural, mediante la gracia santificante . infundida en
el alma por el bautismo, “que nos hace santos e hijos de
Dios”. La vida, para el cristiano, no tiene otro fin que
conservar y acrecentar esta gracia divina, substancia de Ja
santidad y prenda de nuestra vida eterna, en la que “vere¬
mos a Dios tal como es”. De ahí es que el Redentor de los
hombres determinó la escala de los valores humanos cuan¬
do dijo: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y
lo demás se os dará por añadidura”; En estas palabras de-
Nuestro Señor Jesucristo está expresada admirablemente
la subordinación de la Economía y la Moral y, el fin su¬
premo del hombre.
1 Oscar Larson.
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EL I M PAR CIA
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DIARIO DE LA TARDE
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Las mejores informaciones.
No explota la crónica roja.
Departamento de Propaganda en San Diego 67
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Lucy Luco. —
El obrero chileno y sus problemas
Estudiar ios problemas sociales del obrero, es el tema del
presente trabajo. En él no se pretende otra cosa que exponer lo
que en dos años de contacto con la familia obrera he podido apre¬
ciar, experimentar y conocer.
De la sola enunciación del tema, salta a la vista su enorme
amplitud. Extenso sería su desarrollo, si se pretendiera abarcarlo
en todos sus aspectos, debido a los innumerables problemas, que
en orden social, económico y moral, afectan a nuestro pueblo,
cada uno de los cuales constituye un material suficiente para un
largo trabajo
Es por ello que me he limitado sólo a enumerar, a grandes
rasgos, los problemas actuales del obrero y su familia, sin querer
hacer un estudio acabado y profundo de sus causas, remedios y
consecuencias .
En la actualidad, en que el obrero, consciente de sus dere¬
chos, exige un mejoramiento de sus condiciones de vida, se hace
cada vez más necesario que se conozcan sus problemas para así
buscar la forma \de solucionarlos. Conocidos ellos, es, no ya de
caridad cristiana, sino de justicia social, el deber de buscarles so¬
luciones efectivas.
Desgraciadamente este deber no siempre es comprendido por
los que precisamente tienen en sus manos los medios para levan¬
tar el nivel social de nuestro pueblo en todos sus aspectos y es
por ello que a la Visitadora Social, con su labor abnegada y dis¬
creta, le corresponde suavizar y hacer más llevadera la vida de
quienes obtienen con su trabajo el sustento diario y despertar las
conciencias dormidas de los que infringen sus deberes sociales.
Abrigo la esperanza que estas páginas, en las que tal vez
no se encontrará ninguna novedad, pero que han sido escritas con
un profundo anhelo por el resurgimiento de nuestro pueblo, apor¬
ten algo más al estudio y conocimiento de sus problemas y de
sus remedios .
PROBLEMA EDUCACIONAL
La experiencia adquirida al contacto con las familias obre¬
ras, a través de dos años de práctica, da lugar a afirmar, con
espíritu sereno, la carencia absoluta de educación de nuestro pue¬
blo.
Esta incultura se manifiesta a través de todos los aspectos
de la vida del obrero y aporta un conjunto de males morales, hi¬
giénicos y económicos, que trascienden del individuo a la familia
y por consiguiente a la sociedad, ya que la calidad de ésta depende
de la calidad de las familias, y ésta, de la del individuo.
Culpar al obrero por carecer de educación es hasta cierto
punto injusto, pues, no debe ignorarse el ambiente en que se ha
formado, los ejemplos que ha recibido y la directiva que ha guia¬
do sus sentimientos . Estas reflexiones son las que no permiten
dar una sentencia muy severa y las que confirman la necesidad
de poner todo esfuerzo educativo en aquellos seres desposeídos de
EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS
19
toda cultura, teniendo presente, en particular, al niño, en el cual
deben converger todas las medidas que tengan por finalidad ele¬
var su nivel cultural, ya que él será el hombre de mañana y el
padre de una nueva generación.
Nuestros obreros actuales, viven en una inconsciencia abso¬
luta, carecen del sentido de la responsabilidad, de la ambición por
surgir, viven deprimidos, degradados, son egocéntricos y conside¬
ran la vida como un medio para divertirse. Llegan al matrimonio
en completa ignorancia del significado y de la responsabilidad
que supone este sacramento. Muchas veces, llevados tan sólo por
el deseo sexual se unen libremente a una mujer, la que pronto
abandonan al tener el primer hijo, en vista de las obligaciones
que les significará y van en busca de nuevas aventuras a otros
lugares, sembrando por donde pasan, la desgracia en la vida de
nuevos seres.
En cuantó a los hogares ilegítimos, se ven las dificultades
que se presentan por la negativa, generalmente de los padres, de
constituir legal y religiosamente su familia, porque comprenden
que esto le supondrá pérdida de la libertad y que tendrán que
respetar las leyes, razón por la cual eluden este deber sagrado.
Hoy día, sin embargo, existe una evolución en este sentido, lo
que se debe al pago de la asignación familiar, que sólo toma en
consideración a las familias bien constituidas.
Todos estos males se remediarían si nuestro pueblo fuera
educado e instruido sobre su misión social.
Muy frecuente es también el caso del hogar en que el padre
llevado por el vicio del alcoholismo, invierte todo el fruto de su
trabajo en la taberna, lo que no sólo va en perjuicio de su salud
física y moral, sino también en la de su familia. Esto indu¬
dablemente tiene su origen, entre otras causas, en una deficiente
educación .
El cuadro siguiente indica el porcentaje de alcohólicos en
70 obreros:
Grados de alcoholismo N.° de obreros
Alcohólicos . 19
Ocasionales . 30
Temperantes . 21
%
27,1
42,9
30,0
Totales ... . 70 100,0
Pesa también sobre las condiciones de nuestro pueblo, la in¬
fluencia de la mala educación de las madres encargadas del cui¬
dado del hogar en el orden d|méstico, y de los hijos en todos los
aspectos. La generalidad de las madres carecen de los conoci¬
mientos necesarios que les permitan vestir, alimentar y mantener
en buen estado su hogar. Así se ha observado que muchas ma¬
dres no saben preparar los alimentos e ignoran en absoluto el
valor nutritivo de ellos, de modo que no los coordinan en forma
que lleguen a constituir un régimen alimenticio ordenado y efi¬
ciente, siendo muchas veces el gasto totalmente desproporcionado
a los principios alimenticios consumidos. A este respecto es digno
de anotarse el caso de una madre que no daba leche a su hijo de
2 años por considerarla perjudicial para su salud.
En cuanto al vestuario, nuestras madres . carecen de los co¬
nocimientos más elementales para confeccionar sus vestidos y poi
consiguiente, las pocas veces que los adquieren, tienen que recu-
20
SOCIOLOGIA
rrir a intermediarios, lo que hace aumentar considerablemente su
valor adquisitivo .
En lo que se refiere a la limpieza y cuidado del hogar, sa¬
bido es, lo mucho que dejan que desear por la falta total de ini¬
ciativa, de negligencia y de espíritu de higiene de las dueñas de
casa, debiendo dejarse constancia que este abandono en que se
encuentran las habitaciones de nuestro pueblo, no siempre se de¬
ben a factores económicos, sino a veces a una deficiente educa¬
ción.
Bajo el aspecto médico, conocida es en nuestro pueblo la cos¬
tumbre de dar más fe a los curanderos y yerbateros u otros char¬
latanes que al médico. En una ocasión se presentó el caso de un
obrero que sufría cáncer al estómago, y que apartándose de las
prescripciones médicas, tuvo más fe en el consejo de una coma¬
dre, para quien el remedio infalible para su mal era una sabrosa
y condimentada cazuela de perro. De más está decir que a pesar
de tan extraño remedio, el paciente falleció a consecuencia de su
mal.
La irresponsabilidad de sus padres, de que ya se ha hablado,
hace que muchas veces se vea el caso en que existe una absoluta
indiferencia por la formación cultural de sus hijos, la que se ma¬
nifiesta en una despreocupación para que éstos concurran a la
escuela .
Se ha hecho una exposición breve y deficiente, si se quiere,
de los lamentables efectos que produce la educación obrera, con¬
siderado desde el punto de vista puramente material, económico
y moral . Si se analiza ahora bajo el aspecto religioso, se llega a
la conclusión que el mal estado espiritual del pueblo no se debe
a una falta de religiosidad, sino más bien a una falta de educa¬
ción religiosa. En general, en el fondo el obrero es religioso, pero
desconoce totalmente las verdades fundamentales de su religión
y en los aislados casos en que estos principios religiosos le han
sido inculcados, no los entiende y por lo mismo no los practica,
ya sea por indiferencia o por respeto humano. Su religiosidad,
más que en principios, tiene su base en un sentimiento superticio-
jso . Manifestación evidente de esto, es la costumbre de encen¬
der velas a los santos de su devoción, en lugar de valerse del me¬
dio esencial para clamar a Dios: la oración.
SALARIO INSUFICIENTE
Este problema puede provenir de diferentes causas, siendo
las principales la falta de remuneración equitativa, la mala in¬
versión del salario y los vicios.
Hoy día la realidad demuestra el reducido salario que ganan
algunos obreros en sus diferentes oficios, ocasionados en gran
parte por la baja de nuestra moneda, lo que trae por consecuen¬
cia el desequilibrio económico nacional y la carestía de la vida.
Hemos calculado el salario vital individual, de acuerdo con
el costo de la vida del mes de julio del año 1940, a base de la
tabla que confeccionó el año 1938 la Srta . Carmen Rodríguez,
obteniendo ella un resultado de $ 16,37 diario. La investigación
del año 1940 ha arrojado un total de $ 21,68, existiendo una dife¬
rencia de $ 5,31 con el del año de 1938.
Se debe observar que el costo de la alimentación ha subido
en relación al año 1938, sólo $ 0,18, pues en aquel año fué de
EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS
21
$ 5,49 y actualmente es de $ 5,67. Esta diferencia tan pequeña
se debe a que los artículos de mayor consumo, como la carne y
el pan (este último de 2.800 grs. semanales) tienen un valor
menor, con relación al año 1938, de $ 0,60 por kilo, que contra¬
rresta en parte al precio de los alimentos de consumo más limi¬
tado, cuyo valór ha aumentado.
El aumento del salario vital se debe, pues, principalmente
a los costos subidos de los otros factores. Así el vestuario, ascen¬
dió de $ 4,02 a $ 6,04; la habitación, de $ 2,60 a $ 4,00; artículos
varios, de $ 3,54 a $ 5,00; cuotas sociales, de $ 0,24 a $ 0,36; etc.
Esta cifra, calculada como salario vital individual está muy
distante de ser una realidad en la mayoría de nuestros obreros,
y el escaso salario que actualmente perciben, les obliga a tener
un bajísimo standard de vida, y la inversión de él, tiende sólo a
satisfacer el rubro de la alimentación, el que a veces es tan insu¬
ficiente que no alcanza a producir la energía calórica necesaria,
para mantener en condiciones normales, su capacidad biológica.
La deficiencia del salario, se puede apreciar por el cuadro
siguiente, en el que, si bien en algunos casos el salario corres¬
ponde al vital individual, no complementa el salario vital fami¬
liar. Estos salarios son calculados entre 70 obreros que traba¬
jan en una fábrica.
Salarios diarios
N.° de
individuales.
personas
%
De . $
14
5
7,2
99
15
6
8,5
99
16
5
7,2
99
17
1
1,5
• • • r.,.
18
8
11,5
99
20
20
28,5
• • • • • •
25
16
22,8
• • • • • *
27
3
4,2
99
28
2
2,8
99
30
4
5,7
Totales .
70
100,0
Salario mediano: $ 20,6.
Por este cuadro, vemos que el término medio de los salarios
es inferior al salario vital individual. Más aun si se considera que
la mayoría de estos obreros son individuos con cargas familiares
que perciben sólo una asignación familiar de $ 1.00 por esposa y
$ 0,50 por hijos por cada día trabajado, se ve que el salario es aún
mucho más insuficiente.
Del factor económico se desprenden: problemas médicos, hi¬
giénicos, escolares y morales, que se exponen a continuación:
1) PROBLEMAS MEDICOS.
a) MALA ALIMENTACION.
La alimentación es condición indispensable en el hombre para
el funcionamiento y mantenimiento de su organismo. Se despren¬
de de aquí que el individuo debe recibir un aporte diario y deter-
22
SOCIOLOGIA
minado de alimentos que produzcan las calorías necesarias, de
acuerdo con su trabajo, edad y sexo.
Esta ración calórica debe ser suministrada por medio de un
régimen alimenticio equilibrado, que contenga una cantidad con¬
veniente de alimentos protectores y una proporción no excesiva de
alimentos energéticos.
Se llaman alimentos protectores, aquellos que entregan pró-
tidos de alto valor biológico, sales asimilables o vitaminas nece¬
sarias al funcionamiento del organismo, para producir nueva mate¬
ria viviente y ellos son: leche, huevos, carne, verduras y papas.
Se denominan alimentos energéticos, a aquellos que proporcionan
sólo energía para la realización de las funciones vitales, y ellos
son: leguminosas; (porotos, lentejas, garbanzos), cereales; (trigo,
mote, pan, harinas, fideos, chucoca, arroz) ; grasa, manteca, aceite
y azúcar.
Es de observar que los alimentos energéticos proporcionan en
general una alta cantidad de calorías, pero un régimen pn estas
condiciones, desprovisto de alimentos protectores ocasiona a corto
plazo trastornos que irán en perjuicio del organismo.
Muy conocida a este respecto, es la ración alimenticia de al¬
gunas familias obreras, que debido, en la mayoría de los casos, al
salario escaso del jefe de familia, están condenadas a una alimen¬
tación deficiente, que consiste generalmente en un plato de papas
o de leguminosas mal guisadas, desconociendo en absoluto los ali¬
mentos como la carne, leche y huevos.
Se ha investigado la alimentación semanal de 15 familias de
obreros que trabajan én una fábrica, con entradas que fluctúan de
$ 108 a $ 200 semanales, y se ha establecido que dichas familias
comen relativamente bien, no obstante presentar algunas de ellas
un déficit alimenticio en relación con la ración necesaria a las uni¬
dades de consumo correspondientes a cada familia. De estas 15 fa¬
milias, todas consumen carne, aunque algunas de ellas, en canti¬
dad pequeña y sólo hay 5 que no consumen leche.
De las 15 familias encuestadas, sólo tres (casos N.° 3, 7 y
10), arrojan un saldo a favor en calorías, por lo que se puede de¬
ducir que sólo estas tres familias se alimentan de acuerdo con los
principios necesarios, no obstante que hay en albúmina animal, un
pequeño saldo en contra de ellas. A este respecto, es interesante
hacer notar, que los tres casos indicados, se refieren a familias re¬
ducidas y dos de ellas (casos N.c 3 y 7) disponen de una entrada
superior a la generalidad, lo que les permite disponer de un ma¬
yor saldo para otras necesidades; no así el tercer caso (N.a 10)
que invierte casi todo su haber en la alimentación, debido a sus
escasos recursos.
En cuanto al consumo de albúminas, la encuesta arroja una
deficiencia de proteínas animales, representadas por la carne, hue¬
vos y leche, productos que nuestro pueblo no consume en la forma
que debiera. En cambio, se observa un saldo a favor en el con¬
sumo de albúminas vegetales, lo que indica que estas familias, aun¬
que comen con abundancia, su régimen alimenticio está desequili¬
brado, pues consumen en exceso alimentos como leguminosas y ce¬
reales, principalmente el pan.
Es, también, interesante observar el gasto subido que aporta
ia alimentación semanal, en relación con las entradas, lo que per¬
mite apreciar el poco dinero disponible que queda paj*a satisfacer
las demás necesidades vitales de la familia, lo que certifica el hecho-
EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS
23
de que nuestros obreros gastan la mayor parte de su salario en
la alimentación.
Este trabajo constituye una argumentación clara de la insu¬
ficiencia de alimentación en aquellas familias cuyas entradas son
inferiores a las que han servido de investigación, demostración evi¬
dente, que queda fuera de todo comentario.
La grave deficiencia del aporte calórico, no sólo repercute en
la capacidad del esfuerzo muscular, sino también en el organismo,
produciendo una serie de trastornos en la salud del. individuo y con¬
tribuyendo a elevar la cifra de mortalidad infantil y de tubercu¬
losis .
b) MORTALIDAD INFANTIL. .
Chile, es el país donde existe la mayor mortalidad infantil.
Los cálculos, obtenidos el año 1937 y 1938, dan una cifra de 241 y
336 fallecidos por mil nacidos vivos, respectivamente, es decir, de
cada cuatro niños que nacen muere uno.
Numerosas son las enfermedades que originan la mortalidad
infantil. Los niños, en el primer año de vida están expuestos a ad¬
quirir toda clase de enfermedades infecto -contagiosas, como gri-
ppe, sarampión, escarlatina, varicela, coqueluche y difteria, como
también enfermedades del aparato respiratorio ; bronconeumonía
y neumonía, alcanzando todas ellas un grado de difusión extraordi¬
naria, especialmente en las familias más indigentes, cuyas habi¬
taciones insalubres, abrigo deficiente y alimentación insuficiente,
acarrea un déficit nutritivo y orgánico, apto para el desarrollo de
aquellas infecciones. Junto con estas causas, se debe considerar
también, la ración insuficiente de leche materna y la inadecuada
alimentación artificial, factores de gran importancia en el desarro¬
llo orgánico del niño.
A este propósito, dice el Profesor D. Jorge Mardones R.: “Es
bien sabido que las enfermedades respiratorias, se producen en el
lactante, en relación con su estado nutritivo y que el estallido de
algunas de ellas y en especial su evolución fatal, son en general,
indicios del régimen alimenticio. La diarrea y la enteritis, por su
parte, revelan una lactancia mal dirigida, en su totalidad artificial
o mixta” .
Es frecuente que en aquellas familias cuyo jefe gana u / salario
insuficiente, la esposa se vea obligada a trabajar para satisfacer
el mínimun de sus necesidades, efectuando, a veces, actividades su¬
periores a sus fuerzas y por lo tanto, queda durante el estado de
embarazo al margen de toda protección, que junto con la deficien¬
te alimentación y la carencia de vitaminas, cal, fierro, albúminas,,
etc., contribuye a crear un estado inadecuado para cumplir con las
funciones fisiológicas relativas a la maternidad y cuyas conse¬
cuencias trascenderán fatalmente sobre el hijo.
La estadística que se expone a continuación, da a conocer el
número de niños fallecidos, menores de 10 años, en 70 familias.
Por la imprecisión de las respuestas, no se puede hablar de morta¬
lidad infantil.
24
SOCIOLOdlA
Niñ. muertos
N.n de fam.
%
0
31
44,3
•"** ' •
1
16
22,8
2
13
18,5
3
6
8,6
4
4
5,7
Totales 70 100,0
c) TUBERCULOSIS.
Esta enfermedad, es otro gran problema nacional, derivado
también en gran parte de la mala alimentación y de las condicio¬
nes deficientes de vida, que contribuye en forma decisiva a aumen¬
tar nuestra cifra de mortalidad infantil. Chile, tiene el más alto
porcentaje de mortalidad por tuberculosis. Según datos estadísti¬
cos, se ha establecido que anualmente mueren 25.000 individuos y
que hay una masa de enfermos apreciable, entre 140.000 y 200.000.
La tasa de mortalidad por tuberculosis, fluctuaría alrededor de
400 por 10.000 habitantes.
Desalentador es para el médico y la Visitadora Social consta¬
tar el mal tuberculoso en nuestra familia obrera, ante la imposibi¬
lidad de tender medidas enérgicas para curar y prevenir esta en¬
fermedad. Amargo, es pues, presenciar cómo la tuberculosis inva¬
de los jóvenes organismos y va haciendo estragos y sembrando con
el contagio, la desgracia en los hogares.
Frecuentemente, se presenta el cuadro siguiente:
Matrimonio con 4 hijos, habitan en una pieza pequeña, mal
ventilada, en conventillo insalubre. El padre, víctima de la mala
alimentación y del trabajo, se enferma del puhnón. La necesidad
de trabajar, para alimentar a sus hijos y en gran parte la ignoran i
cia característica de nuestro pueblo, lo induce a continuar sus ac¬
tividades y a no someterse a tratamiento. En estas condiciones, lle¬
ga el día en que su estado de salud lo imposibilita para seguir en
el trabajo y resuelve consultar médico, quien previo examen, diag¬
nostica lesión pulmonar. Rechazado por la Medicina Preventiva, por
considerarse la enfermedad muy avanzada, se hospitaliza tras mu¬
chas dificultades a fin de evitar el contagio bacilífero a su familia.
El insuficiente subsidio pagado por el Seguro Obrero, deja a su
familia al margen de toda protección, no permitiéndole satisfacer
sus necesidades, quedando los hijos que con anterioridad habían es¬
tado en contacto íntimo con su padre, sometidos a una hipo -ali¬
mentación, produciéndose en aquellos organismos nuevas víctimas
con escasas, o casi nada, de probabilidades de curación, debido a
la inexistencia de sanatorios y preventivos suficientes, para hacer
frente a este mal.
Esta es la realidad que se presenta a diario en nuestra familia
obrera y que cada día con más intensidad se hace sentir, junto con
la ineficacia y la falta absoluta de medios y medidas profilácticas
para combatirla por falta de buena alimentación y de higiene ge¬
neral satisfactoria.
La labor de la Visitadora Social, frente al problema tubercu¬
loso, se hace cada día más difícil. Una de las primeras iniciativas,
puesta en práctica en los hijos de una familia en que se observa
EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS
25
este mal, es llevarlo a examen de pulmón. Esta medida que sería
del todo indispensable para el caso que existiesen medios efectivos
para combatirla, resulta en el momento actual y en la mayoría de
ios casos, algo irrisorio, ante la imposibilidad de exigir el trata¬
miento adecuado, por la escasez de medios con que cuenta la fa¬
milia obrera. ¿Qué ventaja acarreará para el enfermo constatar la
enfermedad, si no se puede proporcionar los medios efectivos para
su curación?
A continuación, se exponen algunos datos estadísticos, donde
se puede apreciar la proporción de niños tuberculosos, atendidos
en el Hospital Arriarán, a través de los últimos años:
Año
Inscritos T.B.C.
diagnostic .
%
. 1932
8.355
196
2,3
1933
6.863
275
4
1934
8.253
381
4,6
1935
10.171 "
454
4,4
1936
11.408
362
3,1
1937
10.156
499
4,9
1938
10.485
579
5,5
1939
11.259
786
7
Totales:
76.950
3.532
2) PROBLEMAS
HIGIENICOS.
l
a) HABITACION.
*
Otro problema que está en relación íntima con el salario insu¬
ficiente, es la falta de higiene en nuestra familia obrera, y esto
se atribuye en gran parte a las condiciones insalubres de las vivien¬
das, sumado a ésto, la escasez absoluta de ellas, que cada día se
acrecienta más, junto con el sistema inhumano y anti-social de la
mayoría de los propietarios, que rechazan arrendar sus habitacio¬
nes a familias con hijos.
El derecho que tiene la familia obrera de disponer de una vi¬
vienda adecuada a sus condiciones de persona humana, no pasa
de ser en la actualidad una simple ilusión. Basta «star en contacto
con poblaciones obreras, en barrios apartados y aun en sectores
urbanizados, en el centro de la cuidad, para darse cuenta de la
cantidad de vivienda — la mayoría conventillos — insalubres y en
malas condiciones, foco de infección que, no sólo influye en la sa¬
lud física del individuo, sino también, va en perjuicio de la salud
moral, por la forzosa promiscuidad.
Desalentador es presenciar en tantos cajos, el ambiente en que
-se desarrolla la vida familiar, condicionada por el factor vivienda.
Cinco o seis personas de diferentes edades y sexos, habitan en una
pieza pequeña, sin luz ni ventilación, y es ahí donde se duerme, se
'come, se trabaja y a veces se cocina, y de donde surgen problemas
morales desastrosos.
Triste es llegar a visitar a una familia que vive en un con¬
ventillo, sobre todo en un día de lluvia. Los niños no han asistido
a la escuela, por falta de medios para preservarse del agua. Los
esfuerzos de la madre, han contribuido a mantenerlos en la pieza,
previas escapadas que han hecho al patio fangoso y embarrado, lo
26
SOCIOLOGIA
que los ha puesto en un estado completo de suciedad. En estas con¬
diciones saltan por encima de las camas o jergones, contribuyendo
a aumentar el estado de desaseo de ellas y a poner a prueba la pa¬
ciencia de la madre, que termina por golpearlos y amonestarlos.
La vivienda se halla también en estrecha relación con la mor¬
talidad y morbilidad de un país.
Oscar Alvarez, en su obra “El problema de la vivienda0, da al¬
guna^ estadísticas que comprueban la mortalidad infantil en rela¬
ción con el número de habitantes por vivienda.
País Mortalidad por 1.000 Densidad media
de habitantes
por vivienda.
Chile . 26,4 5,6
España . 18 4,6
Alemania ... . . .' . 12,6 3,5
Inglaterra ... . . . . 11,7 3
E.E. TJ.U . . 11,6 3
Japón . 10,6 1
Como se puede apreciar, la mortalidad decrece en relación di¬
recta con el número de habitantes por vivienda.
De las investigaciones personales efectuadas en 70 habitacio-
nes de obreros que trabajan en una
fábrica, se han
obtenido los re-
sultados siguientes:
Clases de viviendas
N.® de familias
%
Conventillos . .
. 25
35,7
cités .
. 17
24,3
casas . .
. 16
22,8
1 pieza en casa independiente . .
. 12
17,2
TOTALES:
70
100,0
Calidad de
N.° de
%
Término medio
de los precios
la vivienda
é
familias
de arriendo
Buena .
16
22,9
$ 100
Regular .
29
41,4
66,2
Mala .
25
35,7
42,2
TOTALES:
70
100,0
De estas 70 habitaciones, sólo en 23 viviendas existe luz eléc¬
trica y sólo 8 carecen de alcantarillado.
EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS
27
Valor de los arriendos
N.° de
familias
%
De 25 a 30 pesos .
6
8,5
„ 40 a 45 „
3
4. o
„ 50
12
17,2
„ 60
14
,20
„ 70
. r
• • • « •
8
11,4
„ 80
6
8,6
„ 90
1
1,4
Sobre 100 pesos
13
18,6
Propias .
6
8,6
No pagan arriendo ...... .
1
1,4
TOTALES:
70
100,0
Término medio: $ 61,5
V
En cuanto al número de personas por pieza en las 70
familias,
la investigación dió un
resultado de
348 personas
en 92 piezas, lo
que da un promedio de 3,7 personas
por pieza. Respecto al número
de camas por personas
se comprobó que en 151
camas,
dormían
348 personas, lo que da
un término medio de 2,3 personas por cama.
N.° de
N.° de
N.° de
personas
piezas
familias
%
2 a 3
1
24
34,2
4 a 5
1
16
22,8
6 a 7
1
»t
ti
10
8 a 11
1
4
5,7
3 a 4
' 2
3
4,2
5 a 6
2
6
8,5
7 a 9
2
7
10
9 a 11
3
3
4,2
n
TOTALES:
70
100,0
N.° de
N.° de
N.° de
i
personas
camas
familias
%
-
2 a 3
1
16
22,8
4 a 5
1
2
2,8
3 a 4
2
16
22,8
5 a 6
2
11
15,7
7 a 8
2
5
7,1
3 a 4
3
2.
2,8
5 a 6
3
5
7.1
7 a 8
3
6
8,5
9 a 11
3
3
4.2
9
4
1
1,4
7
5
1
1,4
f
11
6
2
2,8
i
28
SOCIOLOGIA
Como se puede apreciar, por las estadísticas expuestas, el pro¬
blema de la vivienda, se deriva no tan solo de la escasez de habita¬
ciones obreras, sino también de las condiciones anti- higiénicas de
las existentes y de un excesivo valor, razón que induce al obrero
a vivir en pésimas condiciones y a no disponer de un mínimun de
comodidades donde de regreso de su faena, ardua y pesada, en¬
cuentre en su hogar las satisfacciones propias al jefe de familia y
donde, en compañía de los suyos, ponga fin a su jornada de tra¬
bajo .
Además, en frecuentes casos, se nota la permanencia en las es¬
trechas viviendas, de personas allegadas que a veces sin tener vín¬
culo ninguno de familia con el dueño de casa, éste los cobija en su
hogar, demostrando un gran espíritu de hospitalidad, que nos da
ejemplo de caridad, sin considerar las funestas consecuencias mo¬
rales e higiénicas, que esas personas pueden acarrear en la tranqui¬
lidad de la familia.
De las 70 familias encuestadas, se encontraron 37 personas
allegadas. Sin embargo, se debe advertir que algunas de ellas son
parientes de la familia.
b) DEFICIENCIA DEL VESTUARIO.
Este problema, está en relación muy directa con el escaso sa¬
lario, pues este no permite, en la mayoría de los casos, satisfacer
los gastos que demandan -las necesidades apropiadas al vestuario.
Según comprobación, el obrero chileno invierte en su alimen¬
tación y la de su familia el 80% de su salario, el 12 o 15% en la
vivienda y el 5% u 8% para financiar las necesidades del vestuario,
movilización y todos los otros.
Como se ve. según estos cálculos, es imposible que el obrero
satisfaga esta necesidad, de ahí entonces que carezca del vestuario
adecuado y muchas veces disponga sólo de andrajos.
La deficiencia del vestuario y del abrigo tiene proyecciones
también en la salud del individuo, produciendo la morbo- mortali¬
dad por enfermedades del aparato respiratorio (neumonía y bron-
coneumonía), y otras como el tifus exantemático, cuyo agente
trasmisor, el piojo, vive en la ropa, y finalmente, las afecciones
de la piel, como la sarna, muy propagada en ios niños.
Es frecuente presenciar las recomendaciones y consejos del
médico a la madre de algún niño, que llega al policlínico de piel,
afectado de sarna, consejos que se reducen a una higiene comple¬
ta, como muda diaria de ropa de vestir y de cama. Este requisito,
que es del todo indispensable para la curación de dicha enferme¬
dad, constituye un problema para la madre, pues aquel hijo no
cuenta con más ropa que la que escasamente viste y carece de
una cama individual en buenas condiciones, pues aquel jergón en
que duerme es de propiedad colectiva, desprovisto de sábanas y
cubierto sólo de una frazada deteriorada y en mal estado. ¿ Qué
aceptación podrán tener los consejos del médico, ante la realidad
que se presenta?
En la actualidad, el obrero y su familia enfrentan el problema
del vestuario contentándose con adquirir ropa y calzado de se¬
gunda mano, o si no, valiéndose de comerciantes que le facilitan
artículos de pésima calidad y a precios exorbitantes, presentando
sólo la ventaja del pago semanal, único sistema que se adapta a
sus condiciones económicas . *
EL OBRERO CHILENO Y SU/> PROBLEMAS
29
Y es así, como el día lunes, nuestras madres obreras, ven con
amargura presentarse aUsemanero (nombre que dan al comercian¬
te), que llega en busca de la cuota, correspondiente a la prenda
que vendió.
Otro medio de que dispone el obrero para vestirse, es la Sec¬
ción Vestuario del Seguro Obrero, donde puede solicitar un crédito
en forma colectiva o individual. Esta Cooperativa no constituye en
la actualidad una medida salvadora para el obrero, debido a la de¬
ficiencia de la institución.
3) PROBLEMA ESCOLAR.
La falta de concurrencia de los hijos de nuestros obreros a la
escuela, es otro problema que se deriva, en parte, del salario insu¬
ficiente. Los padres, debido a la falta de recursos, no disponen del
dinero suficiente para proveerlos del vestuario adecuado y muchos
argumentan que prefieren darles salud, a base de una buena ali¬
mentación, que instrucción, porque ésta de nada les sirve en la lu¬
cha por la vida si carecen de un organismo sano. Este criterio, no
puede ser aceptado, aunque hay circunstancias en que puede apa¬
recer con un fondo de verdad.
Actualmente existe el Ropero Escolar, para ayudar a los niños
que no disponen de ropa suficiente para asistir a ía escuela. Sin
embargo, en la práctica, se ven las muchas dificultades que signi¬
fica conseguir alguna prenda de vestir para algún niño necesitado
y en muchas ocasiones sucede que todo esfuerzo emprendido con
esta finalidad, resulta vano e inútil.
4) PROBLEMAS MORALES.
Hasta aquí, se han bosquejado los problemas médicos, higiéni¬
cos y escolares del obrero y su familia; ahora, se considerarán aque-
ílos que comprometen gravemente la moral, originados en gran
parte por la falta de espíritu religioso y también por el factor eco¬
nómico derivado del salario insuficiente, tales son:
a) HOGARES ADULTEROS.
Esta realidad se comprueba en aquellas madres abandonadas
o solteras que llevadas, estas últimas, ya sea por una aventura
sentimental o porque fueron vilmente engañadas, quedan más tar¬
de desamparadas en la vida, siendo ellos el único sostén de sus
hijos.
El trabajó de la mujer es y ha sido siempre pial remunerado
y actualmente algunos patrones basándose en que la mujer debe
dedicarse al hogar (argumentación muy razonable, cuando la nece¬
sidad no obliga), no cumplen con el deber de justicia de pagar un
salario correspondiente a sus necesidades. Esta situación, deja a
fa madre ' abandonada o soltera, en condiciones difíciles de vida,
y es entonces cuando la necesidad y la aflicción de no tener los
medios necesarios con que mantener a sus hijos, la induce a situa¬
ciones inmorales, siendo su hogar un “rendez-vous” de un mismo
personaje, que llega todas las tardes en busca de emociones y aven¬
turas a comprometer la honra de aquella madre por la retribución
en dinero o el pago del alquiler dé la casa. ¿Qué ejemplo tendrán
aquellos hijos?
30
SOCIOLOGIA
Se recuerda el caso, de una madre soltera, en situación como
la anteriormente expuesta, que al recibir los consejos se disculpa¬
ba exclamando, con la mayor sencillez, la frase tan trillada: “pero,
si hasta las ricas lo hacen”, como si la moral dependiera de éstas,
y exponía que la situación apremiante en que vivía, la obligaba a
aceptar esa amistad, ya que el reducido salario de $ 8 diarios que
ganaba no le alcanzaba para alimentar, vestir y albergar a sus
hijos. ¿Acaso aquella madre, no tiene derecho de recibir un salario
justo por su trabajo, para educar a sus hijos en un ambiente sano y
honrado ?
b) ABORTOS.
Otro problema que acarrea el bajo salario es la propensión de
los matrimonios a evitar la procreación por medios ilícitos y lo que
es más grave, por el aborto directo.
En las generaciones pasadas, nuestras madres recibían a sus
hijos con orgullo y era un motivo de felicidad, el dar un nuevo
ser al mundo, tanto para lá mujer adinerada como para la obrera.
Desgraciadamente, en ei momento actual, aquellos nobles idea¬
les han desaparecido y la madre de hoy día, es muy diferente a
aquella de tiempos anteriores, influyendo en tal decadencia el ma¬
terialismo de los tiempos modernos, la pérdida del sentido moral,
el egoísmo palpable y la indeferencia religiosa.
Y es por eso, que las madres obreras, olvidándose del fin pri¬
mario del matrimonio: la procreación de la prole, atenta con toda
inconsciencia y naturalidad, por medio del aborto, contra la vida
del ser por nacer, desconociendo el derecho de vida a éste, y se
basan para cometer este delito, en la falta de medios económicos
para poder sobrellevar la carga que le aportará- el nuevo hijo.
La investigación, efectuada en 70 matrimonios, ha dado el si¬
guiente resultado:
Abortos
N.° de madres
%
0
26
37,1
1
19
27,1
2
12
17,1
3
5
7,1
4
4
■ 5,7
5
2
2,8
9
1
1,4
12
1
1,4
TOTALES: 70 * 100,0
Término medio: 1,5.
El total de hijos vivos en los 70 matrimonios es de 181, y el
total de abortos de 105 . Aquí, es el caso de considerar el número
crecido de abortos en relación con el número de hijos actualmente
vivos, más si se toman en cuenta las declaraciones falsas de al¬
gunas madres, que temen confesar la verdad. Este es uno de los
EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS
31
problemas más graves que afecta a nuestro país, por la reducción
de la población.
c) NIÑOS ABANDONADOS.
Es realmente alarmante la proporción de niños abandonados
en Sa edad pre-escolar y aun en la escolar, por el trabajo de las ma¬
dres fuera del hogar, obligadas a ello, por la miseria en que vi¬
ven, derivada ya* sea del salario insuficiente, de la incultura y del
alcoholismo de los padres. Todas estas circunstancias, impiden la
formación del carácter y de los sentimientos de los hijos, por care¬
cer del lugar céntrico donde debe desarrollarse la vida familiar,
faase sólida de todo progreso.
La miseria ambiente contribuye a que la madre, ante la im¬
posibilidad de mantener a sus hijos, salga a trabajar, situación
que se produce, especialmente en las madres solteras, y deja a
rus hijos desamparados o a cargo de vecinas, las que olvidándose
de su responsabilidad, poco se preocupan de ellos, situación que
estimula al niño a buscar su independencia.
En estas condiciones, el niño abandonado, sin tener quién diri¬
ja sus inclinaciones e influenciado por el mal ambiente callejerp,
se dedica a la vagancia y al pordioserismo. Vive implorando la ca¬
ridad y poco a poco va adquiriendo malos hábitos e incurre en pe¬
queños delitos, , hasta llegar a la delincuencia, víctima del aban¬
dono moral y material en que lo han dejado sus padres.
Este problema se ha tratado de solucionar por instituciones,
como el “Consejo de Defensa del Niño”, que por medio de sus Cen¬
tros de Defensa del Niño, desarrolla una labor muy benéfica en fa¬
vor de los hijos de las obreras que trabajan, proporcionándoles edu¬
cación, atención médica, social y alimentación. También este año
se formó un Kindergarten, de iniciativa particular, dependiente de
la Escuela “Elvira Matte de Cruchaga”, para protejer a ios niños
en la edad pre-escolar.
Sin embargo, todos estos establecimientos, no alcanzan a re¬
mediar las infinidades de situaciones que al respecto se producen,
quedando gran número de niños abandonados, dando esto origen a
la delincuencia infantil y por consiguiente, más tarde, a la delin¬
cuencia del adulto.
CONCLUSIONES
Se han estudiado, a través de los capítulos anteriores, los di¬
versos problemas que afectan a nuestras familias obreras. Ahora
se cree oportuno exponer algunas soluciones que tiendan a un me¬
joramiento de la vida obrera, para lo cual se considerará en pri¬
mer lugar, aquellas que dicen relación con el factor educacional,
que priman sobre las condiciones de buen salario y de las habita¬
ciones higiénicas, ya que sin cultura, el provecho que éstas ofre¬
cen desaparece en vista de la mala inversión del dinero y de los
deterioros que producen en la vivienda.
El problema éducacional exige por su inmensa trascendencia
una labor efectiva y ésta debe ir dirigida a levantar los valores
morales del individuo, dándole a comprender su naturaleza psico-
32
SOCIOLOGIA
física y desarrollando el gusto por los deportes, ya que una vida
sana e higiénica, es el camino inicial hacia un mayor perfeccio¬
namiento.
En consideración a este objeto, se podría propiciar:
I) LA ORGANIZACION DE CENTROS CULTURALES, cu¬
ya finalidad principal debe ser proporcionar al obrero, todas aque¬
llas distracciones y comodidades de que carecen en el hogar, de
manera de despertar en ellos un verdadero entusiasmo. Por este
medio, se conseguirá que el obrero ocupe horas libres, impidiendo
que termine su jornada de trabajo en la cantina. *
Estos centros, proporcionarán al obrero lo necesario para sa¬
tisfacer sus aspiraciones y deseos, y le ofrecerán junto con un am¬
biente acogedor, las posibilidades de recibir una mayor cultura, por
medio de conferencias, cuyos temas contribuirán a inculcarles sus
deberes y a hacer de ellos hombres conscientes, fundamento de
toda prosperidad y de todo orden social. Se deberá también aus¬
piciar el gusto por la música y por la lectura, por medio de la
radio, conjuntos musicales y bibliotecas.
El Septlement, debe extenderse no solamente al obrero, sino
también a su esposa e hijas mayores. Convendría, en este sentido,
propiciar más el desarrollo de los “Centros de Madres”, iniciativa
puesta en práctica por muchas visitadoras, con resultados exce¬
lentes. A base de conferencias y enseñanzas prácticas, se enseñará
a ia mujer obrera las obligaciones concernientes a su hogar, de
acuerdo con la moral cristiana; se le inculcarán los deberes que le
corresponde como esposa y la misión que* como madre desempeña
en la tierra y la labor que tiene de educar a sus hijos y de desarro¬
llar sus valores espirituales. Se le instruirá con algunas nociones
de puericultura, de higiene, de costura, y de economía doméstica,
enseñándole a combinar los alimentos y a equilibrar sus entradas
en relación a sus gastos. •
2) ORGANIZACION DE TALLERES PROFESIONALES.
La instrucción que reciben los niños en las escuelas primarias,
se reduce por lo general al aprendizaje de la lectura, escritura, algo
de historia y de algunas operaciones de aritmética, conocimientos
que no los preparan para la ludia en la vida.
Considerando este aspecto, se hace indispensable que se orga¬
nicen adicionalmente a las escuelas, talleres profesionales que per¬
mitan a los niños adquirir un ofjpio determinado, de acuerdo con
sus disposiciones o aficiones naturales. En cuanto a la organización
de talleres femeninos, constituirán un sistema ideal en provecho
de las jovencitas; en ellos se les enseñaría a coser, bordar, tejer,
lavar, planchar, cocinar, nociones de puericultura e higiene, etc.,
y todos aquellos conocimientos prácticos indispensables para el
cumplimiento de su misión futura.
3) JARDINES INFANTILES.
La creación de esto centros, para proteger al pre-escolar, du¬
rante el tiempo que los padres faltan en el hogar y donde el niño
pueda encontrar un ambiente familiar y educativo y disponer de
un local aireado y espacioso, con jardines de juegos y salas de
EL OBRERO CHILENO Y SUS PROBLEMAS
33
reposo, que sustituya en parte lo que la vida ie niega, sería una
medida excelente, para cumplir con esta finalidad.
4) ORGANIZACION DE CIARES DEPORTIVOS.
La formación de estos clubes, para el desarrollo de la salud
corporal, es de gran importancia ya que el ejercicio al aire libre
es una compensación al trabajo encerrado en locales generalmente
poco higiénicos. El entusiasmo que despierta el deporte en el obre¬
ro, ofrece amplias oportunidades para su desarrollo, ventaja que
no hay que desperdiciarla, ya que contribuirá a mejorar la salud
física y moral del individuo. De gran importancia es también en
los niños, la formación de brigadas de boy-scouts, iniciada con
gran éxito por la Cía. Manufacturera de Papeles y Cartones, que
contribuye no sólo al desarrollo físico del niño, sino también al des¬
arrollo de su personalidad.
5) APROVECHAMIENTO DE LAS HORAS LIBRES.
Es sabido que los obreros en los días feriados y en las vaca¬
ciones anuales, no aprovechan su tiempo libre. El hogar que no
presenta ninguna comodidad, no les ofrece perspectivas para hacer
vida familiar, situación que junto a la ociocidad, los impulsa al
vicio y a la degeneración.
De aquí nace la importancia de organizar colonias de vacacio¬
nes para el obrero y su familia, ya sea en el campo o en la playa,
iniciativa en la cual deben cooperar los patrones, el Estado, la
Caja de la Habitación y las instituciones de Beneficencia.
Finalmente, queda por mencionar la labor del Servicio Social,
que en todos estos casos citados, puede presentar sus más valio¬
sos aportes.
Vistas las soluciones que se refieren al factor educacional, se
expondrán a continuación aquellos que dicen relación con el pro¬
blema económico, v ellos son:
I o NECESIDAD DE UN SALARIO JUSTO.
•
El trabajo emanado de un mandato divino, es el único medio
que tiene el hombre para sustentar su vida. De este principio de¬
riva que el obrero, en justicia, tiene derecho a recibir por su tra¬
bajo una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades
y las de su familia, no tan solo fisiológicas como alimentación, ves¬
tuario y habitación, sino también que tienda al desarrollo de las
facultades esenciales del alma. En cuanto al patrón, tiene la obli¬
gación de pagarle un salario justo, pues de otro modo violaría la
justicia conmutativa y colocaría al trabajador como simple maqui¬
naria, objeto sólo de producción, sin respetar la nobleza y dignidad
de su persona.
Cabe, sin embargo, observar que en la fijación del salario justo,
no tan solo se debe tomar en cuenta las necesidades del trabajador
y de su familia, sino también debe considerarse la situación de la
empresa y las exigencias del bien común, pues de otro modo; podría
34
SOCIOLOGIA
suceder que sobrevinieran males mayores que perjudicarían a los
mismos obreros o a la colectividad.
Como complemento de este salario justo, es necesario el pago
de un salario familiar. “Ninguna ley humana, dice S. S. León XIII,
puede quitar al hombre el derecho natural y primario que tiene a
contraer matrimonio”. Pues bien, si el hombre tiene derecho a fun¬
dar una familia, tiene también obligaciones de proveer a sus nece¬
sidades, para lo cual debe disponer de medios necesarios para cum¬
plir con este deber.
El pago $eí salario familiar por medio del sistema de las Cajas
ele Compensaciones, que ha dado excelentes resultados en Europa,
sería una medida efectiva para este fin. Los fondos serian forma¬
dos por cuotas patronales de los obreros y del Estado.
Para que este beneficio fuese general, debiera ser objeto de
ana ley de la República.
8." CONSTRUCCIONES DE HABITACIONES OBRERAS.
Como se ha descrito en el capítulo de la habitación, el proble¬
ma de la vivienda es pavoroso en nuestro país.
Este problema debiera ser encarado con premura, ya que la
mala habitación envuelve graves peligros físicos y morales para
Ea clase proletaria y para la sociedad. Es imposible un progreso
social, si no se emprenden iniciativas en este sentido.
La habitación popular no sólo debe reunir condiciones higié¬
nicas, sino que el valor de su alquiler debe estar dentro de las po¬
sibilidades del obrero, pues nada se conseguiría con habitaciones
salubres, si éstas son inaccesibles para él.
La contrucción de habitaciones higiénicas y baratas, puede
ser efectuada por el Estado, Caja de la Habitación Popular, Se¬
guro Obrero y Municipalidad, dando al obrero facilidades para lle¬
gar a ser propietario, medida que contribuiría a combatir los prin¬
cipios comunistas. *
También los patrones, pueden desarrollar en este sentido una
gran labor, construyendo alrededor de sus industrias poblaciones
obreras, como ló han estado haciendo algunas sociedades anónimas
últimamente .
La acción de la Visitadora Social en este caso, es de gran im¬
portancia, pues establece el control en todas las familias y coor¬
dina todos los esfuerzos para desarrollar la vida hogareña y con¬
seguir su mayor bienestar a través de la iglesia, centros culturales,
escuelas, policlínicos, etc.
S." COOPERATIVAS DE CONSUMO.
La formación de estas cooperativas, seria una medida que
favorecería a nuestras familias obreras.
Con las cooperativas, el consumidor gana en peso y en cali¬
dad y paga un valor justo al evitar el intermediario y al mismo
tiempo le significa ahorro.
En nuestro país, las cooperativas no han tenido el desarrollo
que hubiera sido de desear, a pesar de existir en algunas industrias
y empresas.
Crónica
¿Qué es el Secretariado Nacional Económico Social?
El Secretariado Nacional Económico-Social de la Acción Ca¬
tólica Chilena es el organismo que promueve, orienta y dirige la
acción económica-social de los católicos chilenos. Depende en su
marcha de la Junta Nacional de la A. C.
Desde que se fundó este organismo ha pasado por des o tres
etapas diferentes en las que se ha precisado cada vez más sus
funciones. Restablecido en 1939 con absoluta independencia de la
A. C., pasó más tarde a depender de la Junta Nacional de la
A. C., pero con autorización para crear departamentos técnicos
de acción, que serían autónomos en su trabajo técnico, dependien¬
tes de la Dirección del Secretariado en lo moral y religioso.
Las últimas aclaraciones de la Jerarquía, en la Semana Na¬
cional de Asesores, les suprimieron aquella autonomía y los deja¬
ron subordinados, como partes del Secretariado, a la Junta Na¬
cional. También se había establecido que el Secretariado podía y
debía fundar sindicatos; últimamente se limita su labor a la pre¬
paración religiosa y técnica de obreros que funden sindicatos.
Su labor, pues, resulta así primeramente doctrinal e intelec¬
tual, de propaganda y de consejo, más que de acción propiamente
tal, o de dirección superior de los organismos sociales obreros .
Esta propaganda es, por otra parte, indispensable para preparar
el terreno antes de toda organización. Es indispensable, además,
porque la ignorancia es grande. . . Miles de católicos ignoran que
existe una doctrina social; miles creen saberla bien y sólo tienen
ideas vagas e incompletas; miles, en fin, no quieren saber nada
de ella. Hacer la propaganda entre esta gente no es fácil; precisa
idear medios ingeniosos a fin de atraer a los católicos hacia el
conocimiento de la Doctrina Social. ¿Qué ganaríamos con editar
libros y folletos, si no los leen? Así como los remedios amargos
se dan en grajeas insípidas o en jarabes, hay que dar las normas
sociales de la Iglesia en formas novedosas, atrayentes, agradables.
¡Es ya una tarea!
El S.N.E.S. tiene, pues, primeramente esta función difu-
sora de la Doctrina Social en todas las clases sociales y especial¬
mente en el pueblo; función que importa a la vez ataque al mar¬
xismo y al liberalismo individualista y defensa de los principios
cristianos. Artículos de prensa, conferencias, traducciones, folle¬
tos, libros, controversias y demás medios de propaganda caen bajo
este rubro. Aun cuando sea necesario llegar hasta los poderes
públicos, para propiciar leyes sociales que se inspiren en princi- ,
pios cristianos, deberá hacerlo.
Debe también preparar obreros y empleados capaces de ser
apóstoles de las ideas sociales cristianas en su medio ambiente . '
La masa obrera ha sido descristianizada por agitadores y
demagogos que la conducen. La masa será siempre masa; bien
lo saben ellos.
Para organizar a los obreros católicos, que aun no están
sindicalizados o agremiados; para lograr que los ya organizados
defiendan los puntos de vista católicos y los hagan triunfar den¬
tro de sus fábricas o sindicatos; y para convertir a los mismos
marxistas que de buena fe buscan una solución a .los problemas'
36
SOCIOLOGIA
sociales, no hay más que un recurso: preparar obreros eficientes
en la Doctrina Social Cristiana. Ya lo dijo Pío XI.' Sin estos
elementos previos, inútil sería intentar la creación de sindicatos,
mutualidades, cooperativas, etc . Más inútil todavía la menor pe¬
netración en las masas trabajadoras descristianizadas.
Y no es pequeña tafea la de buscar, escoger e instruir obre¬
ros aptos para tal preparación; formar en ellos la conciencia de
su misión apostólica y darles el valor y entusiasmo necesarios
para lanzarse, en esta hora en que todos los puestos están toma¬
dos, a sembrar Doctrina Social Cristiana; más difícil hoy, que
cuando Pedro apareció solo en las calles de Roma. S
Finalmente, el Secretariado ha de ser, una vez formadas al¬
gunas organizaciones económico-social, su mentor y maestro en
los problemas que tienen relación con la Moral y la Religión .
En los problemas económicos y puramente técnicos, ellas son
autónomas. Llegar a ser como el alma de todas ellas, alma que
las impulse, oriente y asista; que la coordine y la acerque siem¬
pre a Cristo, mientras al mismo tiempo haga de sus socios acti¬
vos militantes de la A. C.
Este es, a grandes rasgos, el programa de trabajo del S.N.E.S.
El Derecho de los trabaja¬
dores y el Corporativismo
por Paul Chanson.
t i * , -
Un notable estudio publicado por primera vez en
castellano por el Secretariado N. Económico-Social. Tra¬
ducción de D. Bartolomé Palacios.
Pedidos a la Librería “SPLENDOR”.
Av. B. O’Higgins 1626, en Santiago, y
Victoria 2277, ‘en Valparaíso.
*
Filosofía
*«*.-' ?* « • v
“BERGSON”, por el doctor Armando Roa Rebolledo.
Lo que hay de positivo y valioso en 1a. obra tan discutida de
Henry Bergson, el célebre filósofo recientemente fallecido.
“EL PENSAMIENTO DE HUXLEY”, por Thomas Merton.
Una trayectoria doctrinal llena de encrucijadas y que muestra
aspectos nuevos en su última producción literaria.
' N - . 4; y f
, #
LOS LIBROS:
“Del ente -y de la esencia”, de Santo Tomás.
p
/
/
i
Dr. Armando Roa Rebolledo
BERGSON
Bergson, creador de una nueva “intuición fundamen¬
tal” del mundo, muere en los instantes más obscuros de
una guerra que devasta lo que él ya habia aniquilado en
el espíritu. Simbólica y trágica es su muerte en este mo¬
mento. Bergson vió agotada la cultura cartesiana hace 40'
años y nos dió otro punto de partida. Pero la humanidad
se adormece en lo pretérito y son necesarias conflagracio¬
nes sangrientas para empujarla a la novedad del porvenir.
La guerra está abriendo las conciencias a la fecundi¬
dad de lo que nos dejan éste y otros maestros. Quisiéra¬
mos, más allá de los sistemas, ir a la “intuición” misma
de Bergson, compararla con la de Descartes y señalar lo
eternamente válido de su obra.
El “Cogito, ergo sum” cartesiano es sobradamente co¬
nocido. Se ha discutido si es un juicio o la expresión de
un hecho inefable de conciencia. En ambos casos se llega
a contradicciones insolubles. Sin embargo es fundamento
de toda filosofía moderna. Es que lo válido no es el “Co¬
gito, ergo sum” como axioma epistemológico, sino que la
intuición primaria de Descartes, base de la célebre fórmu¬
la. Quien analiza el sistema cartesiano, lo reduce a proble¬
ma de conocimiento, pero Quien logra llegar hasta el es¬
píritu de Descartes mismo ve en el fondo una cuestión
metafísica.
Para Santo Tomás, todas las cosas sen expresiones
cualitativamente distintas del “ser”. Fuera del ser sólo es¬
tá la nada. Dentro del ser, caben infinidad de grados. Las
esencias son un grado determinado. Los grados superiores
contienen “eminenter” o implícitas las perfecciones de los
inferiores. Así el hombre asume en su perfección, lo onto-
lógico de las demás cosas materiales.
Tal es la concepción “analógica” del ente, opuesta a
la unívoca — las cosas tienen el ser de :1a misma manera,
se diferencian cuantitativamente - — y a la equívoca según
la cual, un objeto no se enlaza interiormente con otro, por¬
que el ser de uno nada tiene de semejante con el ser del
otro.
Descartes, hace del hombre un “ser” puro y simple,
sin ningún enlace intrínseco con otros. Rompe con los “gra¬
dos de ser” tomistas. El ver al hombre como un “todo
aparte”, es su intuición fundamental. De ahí surge su ex¬
presión epistemológica.
Conocer es “devenir a lo otro en cuanto otro”, poner-
BERGSON
39
se en contacto interior con la cosa, coincidir con ella en
los aspectos captados. La facultad cognoscitiva debe con¬
vertirse en la cosa, sin dejar de ser ella misma. La inteli¬
gencia que conoce una piedra, debe ser en ese instante in¬
teligencia y piedra. ¿Si no fuera piedra cómo sabría lo que
es Ja piedra? ¿Y cómo puede algo ser lo que es y otra co¬
sa simultáneamente? He aquí el formidable misterio del
conocimiento. Los modernos han contestado: la inteligen¬
cia no puede •desdoblarse, sólo se conoce a sí misma; el
mundo real es una ficción.
A nosotros, que aceptamos la '‘analogía del ser” nos
parece cpie la posibilidad de contacto accidental y extrín¬
seco con las cosas, deriva de su contacto intrínseco al es¬
tar sus perfecciones reflejadas en el yo. La inteligencia se
une al objeto y lo penetra; en seguida tiene la “sensación”
de que una parte cualitativa suya coincide perfectamente
con anuél. El objeto ha explicitado, ha hecho tomar con¬
ciencia al yo de una realidad implícita en él. La inteligen¬
cia en totalidad se vuelve entonces sobre la “parte” — la
expresión conceptual es impotente para expresar la intui¬
ción que tenemos de este problema — ajustada a la cosa
v la conoce. La inteligencia se revierte sobre sí misma al
iluminar lo real. Conocer sería descubrir los grados implí¬
citos en el yo. Este descubrimiento se verifica únicamente
en presencia de lo exterior, puesto que los seres inferio¬
res no están sumado? gregariamente para ser vistos por
simple introversión. Lo que interesa es que la inteligen¬
cia puede ser ella v lo otro, porque este otro con todas sus
perfecciones está involucrado en las perfecciones humanas
y para ser ’o otro le basta descender sobre sí misma hasta
coincidir exactamente (IJ . Esta teoría nos aclara las “in¬
tuiciones fundamentales” de Descartes v Bergcon.
Para Descartes el hombre es un “ser” aislado absolu¬
tamente. Sus perfecciones nada tienen de común con otros
seres. Aun cuando aceptara — v esto le exigían sus críti¬
cos escolásticos — la unión real de entendimiento y obje¬
to en el acto de conocer, no tendría posibilidad de solucio¬
nar e1 segundo problema: ¿cómo el entendimiento coincide
con un objeto con el cual ontológicamente no tiene ningu-
(1) Imaginad la inteligencia como un haz de luz cons¬
ciente, descompuesto al espectro en indefinidos colores que
mantienen su unidad. Suponed este haz en contacto con un
rayo de luz verde, color existente en el espectro; el rayo se
confundirá sin duda con alguno de los verdes del haz primi¬
tivo: éste se introvertirá para ver con qué parte su va coinci¬
de exactamente v sabrá que el rayo exterior es verde.
40
FILOSOFIA
na semejanza? Al introvertirse sólo se descubriría a sí
mismo como algo homogéneo.
De aquí deriva el Cogito, las ideas cuadro^ y la teoría
del puente. El universo se divide en espíritu y materia. El
espíritu se conoce a sí mismo y al conocerse y llegar has¬
ta sus límites tiene la sensación de algo que no es él y en
lo cual sólo ve diferencias cuantitativas: la materia. Más
allá de la extensión y del movimiento, todos los cuerpos
son iguales.
Los filósofos modernos han revelado naturalmente las
contradicciones del sistema cartesiano, pero han creído
en su primera intuición y las diferentes escuelas son la
expresión del anhelo de traducir correctamente la, “equi-
vocidad” del ser.
Bergson instuye al hombre como ente real surgido de
la evolución de otros seres. Se introvierte en las honduras
del yo y va coincidiendo progresivamente con sus innume¬
rables etapas evolutivas. Por un proceso semejante a la
“ideación” divina contempla las etapas como pudiendo ha¬
ber sido seres con existencia propia. Cada grado es una
idea con contenido real, cualitativamente distipto de otra
idea. El contenido es la “parte” contemplada del yo. Las
ideas bergsonianas absolutas, no son cuadros cartesianos
de la realidad, tampoco proceden al contacto de lo exte¬
rior, surgen originalmente de la descomposición indefinida
del yo en sus grados inferiores. Sólo el espíritu es suscep¬
tible de ser conocido exactamente por intuición dice Berg¬
son en cuanto se adapta y ajusta así mismo. Por ahora
no podemos asegurar hasta dónde es fecunda la intuición
de la materia. Intuyéndose en esta serie indefinida de gra¬
dos, imperfecta y arbitrariamente separados y confundién¬
dose en los extremos unos con otros, el espíritu se capta
como movimiento cualitativo incesante, como “duración”.
El yo no es unidad homogénea, tampoco multiplicidad
gregaria ; es multiplicidad compenetrándose mutuamente
en la unidad. Duración es este confluir constante de los
diferentes grados esenciales en el grado esencial: hombre.
Pocas intuiciones más poderosas de la analogía que la
bergsoniana. No interesa ahora discutir su sistema; más
que lo negativo es necesario dar lo positivo.
La duración es el “tiempo verdadero” en que presen¬
te y pasado en unidad indivisa se proyectan creadoramen¬
te en el futuro. La distinción moderna entre presente y pa¬
sado como instantes sucesivos inmóviles es falsa dice Berg¬
son.
El presente está constantemente desapareciendo en un
pasado que no será jamás. El presente es un instante ím-
BERGSON
41
palpable. La realidad queda fuera de este tiempo fantas¬
magórico que lleva a la nada.
El presente verdadero se distingue del pasado por la
“atención” de nuestra conciencia; a lo que la conciencia
atiende en un momento dado se da el nombre de presen¬
te ; éste es susceptible de encogerse o ensancharse indefi¬
nidamente, abarcando todo lo sucedido, según hasta don¬
de se proyecte la atención. En el fondo presente y pasado
son lo mismo. El futuro surge indivisamente acrecentando
sin cesar el presente.
Nuestros conceptos habituales son recortes inmóviles
y arbitrarios de la realidad. Fijamos e inmovilizamos una
etapa del movimiento para obrar con mayor comodidad.
Nuestro conocimiento es relativo, capta estadios superfi¬
ciales, porque está ordenado a la acción y es más fácil ope¬
rar sobre lo inmóvil. Estos conceptos son útiles en la cien¬
cia que relaciona estadios para dominarlos.
El metafísico aspirando a lo absoluto debe sumergirse
en la corriente vitalmente creadora de la duración, gracias
al “desinterés” por el mundo. Esta inmersión se realiza
por la intuición profunda del yo. Lo que vea en el inte¬
rior, el espíritu lo traducirá en conceptos, pero conceptos
móviles, cambiantes, adaptados a las visiones fugaces de
la intuición. Nada tienen de común con los conceptos de
la ciencia o, de la filosofía moderna, estos últimos, gene¬
ralizaciones abstractas y vacías de contenido. El “concep-
. to” de la metafísica berg'soniana representa una “etapa”
real del yo. Cuando una de estas ideas con un contenido
tal coincide con el conocimiento de sentido común de una
cosa exterior podemos asegurar que esa cosa existe, pues
no vemos repugnancia en que dicho grado de ser del yo
que envuelve de suyo cierta realidad ontológica pueda
existir explícito e independiente. Bergson cree que la in¬
tuición no se ha desarrollado aun en el conocimiento de
lo exterior, pero que con grandes probabilidades podemos
asegurar su existencia cuando previamente ha sido con¬
templada en la estructura del yo.
Basta esta explicación para comprender la diferencia
abismal entre las “categorías” kantianas y las “ideas” de
Bergson. Aquéllas son producciones innatas y necesarias
del espíritu : manifestaciones de Su poder creador ; éstas,
el espíritu mismo considerado sucesivamente como menos
y menos perfecto. Aquéllas surgen de la periferia; las berg-
sonianas de la hondura del ser. En este sentido, Bergson
considera justamente a la ciencia nna experiencia en super¬
ficie y a la metafísica una experiencia en profundidad.
El yo se limita por abajo, por cuanto contiene implí¬
cito lo que podría ser explícito y por arriba en cuanto tien-
42
FILOSOFIA
ele incesantemente a crear. El hombre deja asi cabida a
Dios y las criaturas, perdiendo su carácter de símbolo del
Universo entero.
La intuición bergsoniana del “yo”, se enlaza directa¬
mente con la de uno de los escritores más notables de la
historia: james joyee, muerto también en estos días.
Joyce, personaje principal de sus obras, se vuelve so¬
bre sí mismo disgregándose en otros tantos seres reales.
No sólo los demás personajes, sino que la naturaleza mis¬
ma es descubierta en el fondo de sí. El mar, las monta¬
ñas, los hombres, la sociedad, el Estado, la rutina, la mi¬
seria, son el mismo joyce revelándose en profundidad por
etapas. Sus creaciones so’n maravillosamente reales e indi¬
viduales; tienen la riqueza ontológica de los infinitos seg¬
mentos oncológicos de su “y0”- Nada más denso e inme¬
diato que la substancia personal. Lo 'desconcertante para
ci lector es el tiempo en que se mueven sus personajes.
£s absolutamente diferente al tiempo lineal de la novela
clásica. Es pétreo, duro, zigzagueante, alargándose y vol¬
viendo sin cesar sobre sí mismo, fracturándose de repente
en inesperadas direcciones.
Es una “duración” impenetrable como el Moisés del
Ulises. El lector debe simpatizar con la duración, más
allá de la aparente monotomía y. entonces cae en un mun¬
do de incomparable belleza y novedad.
Jung ha dicho: “Podría creerse que en un mundo de
meras nada sólo queda el yo, James joyce. Pero, ¿se ha
observado, acaso, que debajo de todos esos siniestros yos-*
sombras se presenta un único yo real? Cierto, cada figu¬
ra del Ulises es de un insuperable realidad. Todas ellas no
podrían ser de otro modo que como son son siempre ellas
mismas en todos los respectos y, sin embargo, carecen de.
yo, no tienen centro alguno — tan humano ' — de aguda
conciencia, ni poseen ese islote del yo de cálida sangre
cardíaca que — ¡ ay ! — es tan pequeño y, no obstante,
tan vital”.
En Joyce y en Bergson el yo desaparece en una in¬
finidad de seres reales con vida propia pero cuya unidad
confluye misteriosamente al yo primitivo que los contie¬
ne. Joyce dice :. “El artista se halla como el Dios de la
creación, o dentro o detrás o más allá, o por encima de
su obra, es invisible, sin vida propia, indiferente y se lim¬
pia las uñas”. Y sin embargo es este yo el que dura en
la combinación infinitamente variable de sus contenidos.
No aceptamos muchas afirmaciones del sistema berg-
soniano ; ya han sido evidenciadas contradicciones en sus
conceptos de duración, espíritu. Dios, eternidad, etc. Pe¬
ro su intuición central del hombre como “ser analógico” v
BERGSON
43
de la posibilidad de disgregarse para crear ideas absolu¬
tas y verdaderas es profundamente metafísica. Ya decía¬
mos que a nuestro parecer la inteligencia desciende dentro
de sí misma hasta coincidir con lo exterior en el acto cog¬
noscitivo. Su sistema variará en diferentes épocas, pero
ésto, será el legado a la historia, lo eternamente válido.
Sean estas línea un modesto homenaje al maestro que
nos introdujo a la metafísica en la adolescencia, hace diez
años, extasiando nuestro espíritu en el dinamismo perpe¬
tuo e incesantemente renovado del ser.
A. R. R-
#
LA CONVERSION DE BERGSON.
En 1937 nuestra revista publicó un artículo del Dr. Armando
Roa, sobre la filosofía de Bergson, en que se recogía la noticia
circulante en el mundo intelectual de que el célebre filósofo había
ingresado a la Iglesia Católica. A partir de entonces un largo
silencio vino a rodear este acontecimiento y muchos lo pusieron
abiertamente en duda. La muerte de Bergson ha vuelto no obs¬
tante a actualizar el tema y a traer sobre él, un testimonio par¬
ticularmente valioso. En efecto, Raíssa Maritain, mujer del cono¬
cido pensador francés de este apellido, acaba de publicar en la
revista norteamericana “The Commonweal”, un interesante artículo
en el que afirma que Bergson recibió el Bautismo e ingresó a la
comunión católica hace algunos años. Las estrechas relaciones de
amistad de los esposos Maritain con Bergson, hecho público desde
muchos lustros, dan a esta afirmación una importancia indiscutible.
Ella se aviene, por otra parte, con lo expresado hace poco en la
prensa, por el Doctor Marañón, residente en Francia, sobre haber
muerto Bergson en el seno de la Iglesia como fiel observante de
su doctrina .
Thomas Merton
El pensamiento de Aldous Huxley (*}
Algunos años atrás Aldous Huxley escribió, “Eyeless
in Gazza”, una novela que no agradó a sus admiradores
por dos razones : la primera, porque como novela noi valía
gran cosa, y la segunda, porque revelaba su desilusión del
cómodo escepticismo materialista que hasta entonces pa¬
recía satisfacerlo. Sus nuevas opiniones se presentaban co¬
mo propias de una tendencia teosófica, pero ellas no eran
tan nuevas en Huxley como parecían a primera vista. Las
raíces de estas opiniones se encuentran ya en un trabajo
anterior, “Those Barren Leaves” en el cual Huxley de¬
muestra la curiosidad que tienen a menudo los intelectua¬
les respecto a los misterios que dicen contemplar la ver¬
dad cara a cara.
En justicia Huxley es algo más que un simple intelec¬
tual ; es un hombre inteligente. Ve con más claridad que
cualquiera de sus contemporáneos el fin para el cual el
hombre ha sido creado, pero s-e demu'estra perplejo y con¬
fundido en su discusión sobre les medios para alcanzar es¬
te fin. Es todavía un buen escritor ; aun sabe hacer críticas
literarias llenas de erudición y perspicacia. Su encanto per¬
sonal iguala a su espíritu, de broma y sus buenas intencio¬
nes : pero desgraciadamente como filósofo no es distingui¬
do.
Sus “Fines y Medios” son algo mejor que “Eyeless in
Gazza”, porque evita en él algunas de las limitaciones im¬
puestas sobre los conceptos metafísicos por el lenguaje
de la imaginación y los acentos del diálogo. Pero las con¬
tradicciones que nos dejaban perplejos en “Fines y Me¬
dios” son más patentes en“After Many a Summer Dies the
Swan” (“Después de muchos veranos, muere el Cisne”) su
última novela.
Hay una razón suficiente para que su opinión a me¬
nudo nos aparezca teosófica y es que en realidad lo es. Ha
pasado de un místico a otro, del Cristiano al Oriental y
ha alcanzado por fin su propio idealismo panteísta dete¬
niéndose en la puerta de Spinoza, Kant y Bergson.
(*) Traducido especialmente para “Estudios”, de “The
Catholic World” de New York
EL PENSAMIENTO DE ALDOUS HUXLEY
45
Ahora cree que el mundo es completamente ilusorio.
La materia no existe y es el mal. Por supuesto que es el
mal porque carece de realidad ; verdad y bondad sólo se en¬
cuentran en la substancia cpie existe. Dios.- Esta substan¬
cia es la vida misma y aunque todas las cosas participan
de ella, están separadas de ella por la materia, aprisiona¬
das en el sueño de la muerte o del Karma. La existencia
sobre la tierra no es por lo tanto buena y estamos destina¬
dos a escapar de ella por la purificación, por el desprendi¬
miento de la materia y la unión con el Unico unipersonal.
Los lazos materiales sólo nos amarran al mal : no pue¬
den servirnos de modo alguno para alcanzar a Dios. Hux-
lev sigue hasta aquí al Budismo, pero lo abandona respec¬
to a la metempsicosis y agrega un complicado concepto
que hace imposible su sistema.
Nos dice que lo bueno es sólo imposible en el “nivel
humano” y existe no sólo por sobre él en la eternidad si¬
no por bajo ella, en el nivel de los animales.
La razón de ello es probablemente la reminiscencia de
los días de “Contrapunto” en el cual los instintos anima¬
les eran buenos en sí mismos: piensa que aun lo son, pero
son malos en el hombre a causa de que son Conscientes.
La materia en todo caso, puede ser simbolizada como
muerte. Es un convencionalismo bastante familiar a la li¬
teratura mística y esto explica todos los símbolos de muer¬
te sobre los cuales basa Huxlev su última novela.
Ya en la primera página de este libro nos encontramos
con una descripción oprimente de un cementerio llamado
no sin razón panteón, situado en las afueras de Los Ange¬
les. Es1 una de las grandes empresas comerciales de uno
de los personajes, Stoyte, y es un lugar vistoso, adornado
de toda la vulgaridad que puede desplegar el paganismo.
Sus piezas más destacadas son la Fuente del Arco Iris
Musical, El Vestíbulo de las Cenizas, un antiguo Mundo
Mortuorio, algunas catacumbas, etc. Pero lo más ofensivo
respecto al lugar, es que algunas tumbas aparecen decora¬
das con estatuaria erótica ; porque el orgullo de Stoyte con¬
siste en haber llevado “el sex appeaí hasta la muerte”. Es¬
ta pesada broma nos parecerá extrema si no fuera muy po¬
sible y actualmente verdadero. Pero lo importante de ella
es que*Huxley la tiene como divisa para hacer sátira del
materialismo, ya que el materialista tiene que buscar toda
la bondad, toda la belleza y la verdad (si la hay) en cocas
materiales deseables. Pero ya que la bondad, la verdad y
lo demás no sólo existe en las cosas materiales, este em¬
peño' resulta tan obscuro y malo como tratar de poner “sex
appeal en la muerte”. Sin embargo, el pagano espera al-
46
FILOSOFIA
canzar para sí mismo el máximum (Je placeres y cosas ma¬
teriales antes de morir ; y si no lucha por obtenerlas úni¬
camente para sí mismo por lo menos espera sacar parti¬
do luchando en unión con otros miembros de su “clase
oprimida”. El término más feliz para él sería conseguir una
eterna juventud y salud sobre la tierra: esta es la caracte¬
rística del paraíso pagano. Por lo tanto, el tema central de
“After Many a Summer” no es la muerte en general sino
la inmortalidad física.
El título del libro- está sacado del poema de Tennyson
en donde el héroe es premiado por los dioses con la vida
inmortal sobre la tierra, pero, desgraciadamente no otorga¬
ron a Tithonus la eterna juventud» y envejece y envejece
sin término hasta que se ve forzado a implorar a los dioses
la muerte como todas las demás criaturas.
Huxley crea un Tithonus propio a quien los dioses no
han otorgado favor alguno pero que es la causa de la úni¬
ca parte legibel de la novela, en el capítulo “Hauberk Pa-
pers”. Es un noble inglés que descubre la inmortalidad ali¬
mentándose de una dieta de intestinos de pescado y logra
vivir 200 años en una cueva oculta en Surrey.. En contra¬
posición con el Tithonus de Tennyson el de Huxley no pier¬
de su juventud, pero sufre otra degradación: esta degrada¬
ción sólo nos es revelada al final del libro y por lo tanto
prefiero no anticiparla a sus lectores.
En todo caso no nos parece muy efectiva y constitu¬
ye la más fuerte acusación al materialismo, que jamás pro¬
dujo la pluma de Huxley, aunque la misma idea aparece
con más crudeza en una comedia de Laurel y Hardv de
1933. .
El tema central no es absolutamente malo, pero debió
ser tratado- en toda su sencillez. Las interminables filoso¬
fías de Mr. Propter. el carácter más pesado de la novela
inglesa impiden el movimiento de la historia y echan a
perder el efecto total.
En el curso de estos soliloquios Huxley condena la
mayor parte de los sistemas religiosos del mundo y al min¬
ino tiempo lucha -conlas contradicciones del suyo propio.
Su debate en esta materia es bueno : consiste en que dema¬
siados hombres han creado un Dios a su propia imagen y
después de hacerlo, apelan al Dios de su propio invento
para justificar sus violentas injusticias respecto a sus ve¬
cinos. La forma más baja del dios antropomórfico es el dic¬
tador que no- es solamente un dios en forma humana, sino
un hombre que se presenta como la encarnación de todos
los deseos y ambiciones de los que le siguen. Sobre esto
está el politeísmo y el monoteísmo primitivo en escala as-
EL PENSAMIENTO DE ALDOUS HUXLEY
47
cendente. Y aun cuando Huxley llega hasta el Dios puro
espíritu, siempre conserva un tinte de antropomorfismo.
Va tan lejos como puede y llega al mismo término de
los Budistas para los cuales Dios es pura “nada”. Pero, no
es “nada” en. el sentido metafórico de que ningún concep¬
to humano, puede representarlo (lo que sería concepto cris¬
tiano), sino que El es en realidad “nada”. Al llegar a es¬
te punto, parece que Huxley se da cuenta que al decir que
Dios es nada cae en un simple ateísmo y se apresura a vol¬
ver a la noción cristiana de Dios como pura actualidad, o
“pura actuación” como lo expresa en las palabras del mís¬
tico alemán John Tauler.
Sin embargo, Huxley no acepta la Dignidad de Cris¬
to (aunque no nos expresa su sentimiento respecto a la?
muchas encarnaciones atribuidas a Dios en el Oriente) y
piensa que aunque el Cristianismo tiene el “mérito de ser
sencillo y dramático” es categóricamente “erróneo”. Pien¬
sa que hombres como S. Juan de la Cruz, por un feliz ac¬
cidente, trasciendan estos “errores”’ y se las arreglen para
percibir un destello de la verdad pura y actual, pero con¬
dena en los místicos españoles “un esfuerzo violento' cíe
sensualidad negativa” lo que sólo afirma con más fuerza
su propia voluntad, cuando creían ellos mismos aniquilar¬
la.
Pero para Huxley toda expresión de voluntad no es
sino “voluntad propia”. Cree que todos nuestros actos son
malos y que es absurdo designar expresamente ciertos ac
tos como fuente de pecado. Está convencido que el “nivel
del hombre es el nivel del mal” y pretende levantar el áni¬
mo con el simple esfuerzo para alcanzar la Unión con Dios
no a través del amor pero sí del conocimiento.
En “Fines y Medios” el Amor es virtud importante,
mas ahora Huxley sólo lo menciona para demostrar lo mu¬
cho que lo embaraza. Su misticismo opera únicamente en
el campo de la especulación. El Amor que dirige la volun¬
tad a su fin propio, el Bien, no tiene lugar en ese orden. Y
puesto que ese orden es el único que Huxley acepta es
preciso desterrar el Amor.
Aun la actividad mejor intencionada solamente condu¬
ce a malas consecuencias y por lo tanto para Huxley no
hay razón ninguna para hacer bien a los demás. Desapare¬
cen pues los’ pequeños grupos de ocho o diez prosélitos fa¬
miliares a los lectores de “Eyeless in Gazza” aleccionados
en el dominio de sí mismos por los métodos de P. M. Ale-
xander. y viajando de un nunto a otro para hacer charlas
y oponer a la violencia la no resistencia. En su nuevo libro
48
FILOSOFIA
Huxley admite que no pretende salvar a nadie, con excep¬
ción tal vez de tres o cuatro individuos bien dispuestos.
Pero, a pesar de todas estas opiniones puestas en bo¬
ca de Mr. Propter, este señor es sumamente activo : es tan
activo como hablador. Gasta mucho de su tiempo en su
afición de trabajo y no sólo cuida sus naranjos si no los
cuerpos y almas de sus jornaleros que colectan las fru¬
tas. Sueña con una pequeña comunidad agraria en algún
fértil valle, una especie de Shangri-la, en la cual unos
cuantos contemplativos permanezcan recluidos y en segu¬
ridad mientras termina la guerra. Todos los esfuerzos de
Mr. Propter para ayudar a otros aparecen falsos a cau¬
sa de su inconsistencia. Ni Propter ni Huxley creen con
sinceridad que pueden hacer algo por nadie y si tienen vo¬
cación para algo es para hermitaños.
Ahí concluirán para ellos las contradicciones, pues no
tendrán con quien argumentar. Ahí podría Huxley sentar¬
se a pensar en paz, recibir algunas visitas de amigos entre¬
tenidos y cultos y sería un bien para él. Lo debería hacer ;
ya no escribiría sobre Mr. Propter y retrayéndose a un re¬
tiro conveniente trabajaría en la materia en la cual está
realmente bien : el Ensayo.
T. M.
%
RECTIFICACION
En nuestro número anterior se deslizó un error tipográfi¬
co que altera el sentido de una frase del artículo del Pbro. D.
Alejandro Huneeus en la polémica sobre “Persona, Individuo
y Propiedad”.
En la Pág. 46, N? 4, ha de leerse el párrafo inicial en la si¬
guiente forma: “En la parte de ética de nuestra filosofía pe¬
renne probamos que no sólo existe el derecho de apropiarnos
bienes consumibles para reparar nuestras fuerzas, nuestra ma¬
teria gastada y vivir, sino para poseer otros bienes esta¬
bles...” etc-
Los
Libros
‘‘DEL ENTE Y DE LA ESENCIA”, de Santo Tomás de Aquino. —
Editorial Losada. Buenos Aires.
Interpretando la influencia cada vez mayor de Sto. Tomás
en el devenir de la cultura contemporánea, la Editorial Losada ha
publicado en nuestro idioma, esta obra capital . Los traductores
han sido Monseñor Luis Lituma y Alberto Wagner de Rey na, de
la Universidad Católica de Lima. El último ya muy conocido entre
nosotros por sus investigaciones llenas de interés sobre la filosofía
de Martín Heidegger y la escuela existencialista .
Este opúsculo de Sto. Tomás es de los más profundos de la
filosofía de todos los tiempos. Estudia la estructura ontológica
de la esencia y su relación con la existencia, el género, la especie,
la materia y la forma substancial. El enunciado de estos proble¬
mas es de un interés evidente.
Durante muchos siglos se nos lia ocultado el pensamiento
tomista. Lo hemos conocido a través de comentarios de tercera
clase en cuyas manos la maravillosa riqueza ontológica del maes¬
tro se esfumaba en una exposición árida, estéril y vacía.
Nada han hecho los encargados de darlo a conocer, por tra¬
ducirlo a idiomas vivos. La mayoría de sus obras permanecen en
latín .
La Editorial Losada promete una colección de medioevales.
Desde varios años queríamos lo mismo. Con nuestro amigo
Gustavo Fernández del Río habíamos insistido en la necesidad de
poner en nuestro idioma a varios clásicos de la Edad Media: Sto.
Tomás, Duns Scoto, San Alberto, Joaquín de Flora, el Pseudo
Dionisio, Pedro Lombardo, Boecio, etc. En todas partes encontra¬
mos indiferencia .
Sin embargo, de este anhelo surgió la primera traducción de
“De Ente et Essentia” al castellano, de Gustavo Fernández, pu¬
blicada en los Anales de la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad Católica, de octubre de 1938.
Este opúsculo, nos revela la actitud de un tomista frente a
la cultura. Los escolásticos modernos desconocedores del valor de
otras escuelas se han colocado al margen del proceso divino de
la historia. Fernández del Río lo señala en un corto e interesante
prólogo: “Las abundantes citas de los filósofos de todos los tiem¬
pos, paganos, judíos, árabes o cristianos, nos hacen vislumbrar su
espíritu ecuménico que sin contentarse jamás con un raquítico
eclecticismo, iba incorporando vitalmente a su síntesis doctrinal
todo lo verdadero, haciendo suya la frase de uno de los Padres de
la Iglesia: “Toda verdad, quien quiera que la diga, al Espíritu
Santo pertenece” .
Dr. ARMANDO ROA R.
I
►o mm k» «• c*<«» o-
14
El burgués es un chancho
que desea morir de vejez".
León Bloy.
Un llamado al heroismo y a la responsabi¬
lidad del cristiano, y un índice de fe en el
poder de lo invisible, es
ti
LEON BLOY, LL PEREGRINO LE
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Reí i g i ó n ■
“LA SITUACION DE LA IGLESIA EN MEXICO”, por Clarence
Finlayson .
El autor, ex Profesor de la Universidad Católica de Santiago
y actual de la Universidad de Notre Dame en los Estados Unidos,
relata las impresiones recogidas en un reciente viaje a México.
“EL PAPA Y LA GUERRA”.
Un interesante artículo del diario “Catholic Herald” de Lon¬
dres, en que se analiza la actitud del Papa frente al actual conflicto
europeo .
LOS LIBROS:
• «
“Filosofía de la Eucaristía”, por Juan Vásquez de Mella.
Clarence Finlayson
La situación de la Iglesia en México
A José Vasconcelos, cuya con¬
versión al Catolicismo es pren¬
da para México de mejores días-
¿Se ha detenido la persecución religiosa en México?
Los que han seguido desde el extranjero las vicisitudes de
las persecusiones religiosas en México creerán que la si¬
tuación de la Iglesia ha mejorado notablemente. Sin embar¬
go, en el fondo, todo ha continuado igual. La táctica ha
cambiado. Eso es todo. ,
Podria decirse que la persecusión ha tomado un carác¬
ter sistemático' y pacífico pero la situación de la Iglesia
es peor hoy que en tiempos de Calles.
En mi visita a México este verano pude comprobar la
débil influencia que ejerce la Iglesia en la conciencia del
país. Está reducida a una condición misérrima. A pesar de
ello, el sentimiento de la inmensa mayoría del país es ca¬
tólico.
Conviene recordar algunos hechos históricos que moti¬
varon la actual situación. Desde tiempos que vienen de las
Leyes de Reforma la Iglesia había quedado en situación
mala y pobre. En tiempos de don Porfirio Díaz que duran
hasta el año 1910, gobernando 34 años, la Iglesia había go¬
zado de relativa libertad. Sin embargo, el dictador Díaz
no tuvo la osadía de abolir las leyes de Reforma. Son estas
leyes cuya aplicación integral colocan a México fuera de
la categoría de país civilizado.
La verdadera y violenta persecusión comenzó durante
la Administración de Plutarco Elias Calles, una de las más
odiosas dictaduras que México ha tenido en su historia. Ca¬
lles desde hacía tiempo esperaba granjearse el apoyo de
las sectas protestantes de los Estados Unidos, de las iz¬
quierdas o. del liberalismo acomodado de otros países y
del jacobinismo rico de América y Europa.
Buscando como pretexto un pretendido asalto — eje¬
cutado por gente del Gobierno — a un templo católico de la
Ciudad de México, Calles mandó cerrar la iglesia porque el
orden había sido turbado. Una semana después era entre¬
gada a un cura renegado que dijo tener un plan para inde¬
pendizar a la Iglesia mexicana de Roma. Es de notar que
nadie acudió a las ceremonias de esta pseudo-iglesia.
LA SITUACION DE LA IGLESIA EN MEXICO
53
La persecusión comenzó con la expulsión de más de
200 sacerdotes españoles, a la que siguió el cierre y clau¬
sura de las escuelas particulares en donde se enseñaba reli¬
gión católica, terminando por dictaminar el número de pá¬
rrocos que podían existir. De esta manera hubo comarcas
enteras que quedaron sin curas. Tan tremendos y horribles-
fueron los atropellos que se produjo en todo el país la su¬
blevación general al grito de “Viva Cristo Rey”. La re¬
volución recibió el nombre de “Revolución Cristera”. Las
atrocidades de los gubernamentales fueron dignas de los
salvajes del Africa: mujeres de la mejor sociedad azotadas
en público, violadas por la soldadesca, los prisioneros mu¬
tilados bárbaramente, etc.
Se empezó un despojo sistemático de tierras so pre¬
texto de mantener el orden, pues los desposeídos eran acu¬
sados de cristeros.
La revolución iba cundiendo en forma alarmante para
el Gobierno cuando éste celebró una especie de concorda¬
to con la Iglesia prometiéndole cesar la persecusión y res¬
petar la vida de los revolucionarios. Ante la petición de la
Jerarquía todos los ciudadanos depusieron las armas. El
Gobierno aprovechó la ocasión y traidoramente hizo fusilar
a los jefes y a. los hombres más conspicuos del movimien¬
to. No cumplió su palabra.
La persecusión que se desarrolló en un ambiente de fe¬
roz violencia ofreció entonces algunos ejemplos heroicos de
desprendimiento y entereza. El más famoso de sus márti¬
res fué el célebre Padre Pro que al parecer va a ser pronto
canonizado.
Después de estos hechos históricos los Gobiernos que
siguieron comprendieron que una política violenta era in¬
necesaria y por lo demás despertaba la conciencia católica
del país y aun producía revoluciones que hacían peligrar la
existencia misma del Estado. Comenzó entonces una serie
paulatina de disposiciones que, dirigida contra la esencia
de la propagación religiosa, logró lo que la violencia no
había conseguido.
La política actual del Gobierno del general Cárdenas
ha sedimentado todo un largo proceso y se ofrece a la vista
del observador como una etapa tranquila de irreligiosidad
triunfante y exitosa. Pará* el turista, de esos muchos que
visitan México durante el verano, la paz y tranquilidad que*
experimenta le engañan completamente. Es de observar
que durante la persecusión de Calles cuando todo el mundo
católico se levantaba ofendido y abominaba del Gobierno
de México, en todos los países del orbe las numerosas sec¬
tas protestantes de los Estados Unidos en la mayoría aplau-
54
RELIGION
(lían su nefasta acción. Ahora, por mayores razones de apa¬
riencia, nadie se da cuenta de lo que existe en el fondo de
la cuestión- religiosa mexicana. Las apariencias engañan
en tal forma que es necesario ir al examen de las condi¬
ciones en que vive la Iglesia para conocer la malicia y mi¬
seria a que ha devenido la política socialista de los. Gobier¬
nos sucesivos.
No sólo la Iglesia está separada del Estado como ocu¬
rre en otros países hispano-americanos sino que existe -de
hecho una sorda lucha del Estado contra ella. El Gobier¬
no mexicano quiere borrar la religión católica de la faz de
México. La Iglesia no goza casi de ningún derecho para
resistir esta persecusión sistematizada. Pero, aun todavía,,
en condiciones semejantes a los primeros cristianos de las
catacumbas de Roma la Iglesia sigue resistiendo con todos
los medios a su alcance. Sin embargo, el poder absoluto
del Gobierno paulatinamente va exterminando la mentali¬
dad católica de la nación. México no es una democracia; el
país no ha evolucionado lo suficiente para ser dueño de
sus destinos ; no hay sufragio libre ; 1 3. voluntad del Presi¬
dente de la República es casi omnipotente y se impone sin
discusiones. La minoría armada del Ejército gobierna a
México, mientras la inmensa mayoría permanece indiferen¬
te o asume caracteres de oposición pero sin atreverse a en¬
tablar una lucha decisiva por no contar con apoyos mate¬
riales y armas que la hagan respetar.
Las Iglesias están abiertas en la Ciudad de México
(México City) y cualquier turista americano es engañado
en el sentido de creer en una espléndida libertad religiosa.
Sin embargo la realidad es muy otra. En muchas iglesias,
abiertas sólo por propaganda, se prohíbe oficiar las ceremo¬
nias del culto. En muchos Estados mexicanos está prohi¬
bido oficiar en las iglesias y en algunos, por disposición de
las autoridades, solamente es permitido un sacerdote para
50,000 ó 100,000 habitantes. Prácticamente está abolida la
propaganda religiosa. Hubo Estados como el de Chihuahua
en que no era permitida la existencia de ningún sacerdo¬
te. Esta disposición del Estado íué declarada inconstitucio¬
nal por la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, en el
fallo dado por la Corte puede verse también razones de or¬
den político y de propaganda exterior.
En 1926 fueron expulsados todos los sacerdotes ex¬
tranjeros. Esta orden afectó principalmente a los sacerdo¬
tes españoles que constituían la mayoría extranjera y que
mejor comprendían a* la población. En 1931 fué expulsa¬
do el Nuncio Apostólico (Papal Delegate).
El Congreso mexicano ha limitado el número de sa~
LA SITUACION DE LA IGLESIA EN MEXICO
55
cerdctes a 350, aproximadamente uno para 45.000 perso¬
nas. Ellos andan vestidos como laicos, y les está también
prohibido ambular por las calles con hábito religioso.
El artículo III, de la Constitución de 1917, modifica¬
do en octubre de 1934 por la Cámara de Diputados, dis¬
pone que la educación primaria, secundaria y normal de¬
be ser socialista y absolutamente divorciada de toda re¬
ligión. Como dice certeramente Vasconcelos, tenemos la
ignominia de aparecer ante el mundo oficialmente como
un ' Estado Ateo.
• Existe en México una Universidad Obrera a cuyas
aulas concurre un buen número de obreros de la C. T. M..
(Confederación de trabajadores de México) ; la educa¬
ción que se imparte allí es marxista. Uno de sus profeso¬
res es Lombardo Toledano, actual líder de los obreros so¬
cialistas de México y Presidente de los trabajadores de
Hispano-América en general. La obra de dicha universi¬
dad es sencillamente nefasta ; la impresión de libros pseudo-
científicos que ridiculizan las doctrinas religiosas cons¬
tituye su principal arma educativa entre las juventudes.
A Sudamérica lleg'an continuamente estas obras que dejan
una muy triste impresión de México.
La Iglesia no goza de personalidad jurídica, y por
tanto, no puede, tener propiedades. La situación de los
Colegios católicos es desastrosa, y viven continuamente a
merced de la arbitraria voluntad de los Gobiernos. Este;
verano tuve la oportunidad de. visitar el Colegdo Morelós,.
considerado como uno de los mejores establecimientos
privados de la ciudad de México. Conversando con uno de
los Hermanos Maristas me decía que ellos estaban impo¬
sibilitados para ampliar y mejorar el local, pues, en ca¬
so de llegar a poseer un edificio muy bueno y lujoso in¬
mediatamente sería quitado por el Gobierno v declarado'
propiedad de uso fiscal.
El descontento del pueblo no puede ser más real pa¬
ra aquel que realmente observa detrás de las apariencias.
Con toda *a propaganda que el Gobierno de México reali¬
za en el exterior, inmediatamente salta a la vista la pro¬
funda miseria en que yacen las masas populares. Sp juz¬
gáramos por la propaganda exterior que México paga en
otros pauses pensaríamos encontrar una realidad paradi¬
síaca. La verdad se impone terriblemente con todos , sus
efectos de atroz miseria por que atravieza México.
Los principios espirituales de la Revolución Mexi¬
cana son absolutamente falsos y materialistas. El Gobier¬
no trata con todos los medios a su alcance de infiltrar es¬
tos principios en la conciencia del pueblo y especialmente
56
RELIGION
en las nuevas juventudes. No solamente los libros de estu¬
dio, sino también el arte toma en México un sentido ten¬
dencioso. Tuve oportunidad de observar los frescos de
Diego Rivera, uno de los más grandes pintores mexica¬
nos modernos, y tanto en aquellos que existen en el Pala¬
cio de Gobierno, como en el Palacio de Cortés en Cuerna-
vaca, la idea anti-religiosa y' anti-española es manifiesta.
Se enseña gráficamente que el misionero español acudió
a América solamente para acumular oro y explotar a las
razas indígenas. Aparece siempre junto a la espada del
conquistador, espada que aniquila sin civilizar.
Ya que hablo de los Conquistadores, es de notar que
en todo México no existe una estatua recordatoria de Her¬
nán Cortés, fundador .de la nacionalidad mexicana. El odio
a lo español existe especialmente entre la clase media y
mestiza que hoy gobierna. El retroceso a la cultura indí¬
gena es apoyado por el Gobierno que exalta sin medida
y sin perspectiva a los héroes indios como Cuactemoc y
otros en desmedro de los héroes y soldados españoles. En¬
tre los monumentos de Ciudad de México, choca contra la
uniformidad anti-religiosa y anti-española de ellos, el le¬
vantado por la Colonia Italiana a la memoria de Cristóbal
Colón, que aparece rodeado de sus consejeros amigos, los
Padres Franciscanos, que lo ayudaron ante los Reyes Ca¬
tólicos.
Ante todo lo que voy diciendo, se preguntarán los lec¬
tores : ¿Cómo y dónde existe la Iglesia? ¿Dónde educa a
sus futuros sacerdotes? Esta pregunta será más angustio¬
sa si se considera que en la ley que se refiere a la Nacio¬
nalización de la Propiedad, promulgada por el Presidente
Cárdenas, se afirma que cualquier propiedad que ha servi¬
do o sirve para algún servicio religioso, puede ser confis¬
cada. Esta confiscación, para llevarse a cabo, ño necesita
una prueba de orden jurídico, bastando una mera presun¬
ción. Según la ley no pueden existir librerías de libros re¬
ligiosos o propaganda anti-socialista, porque esto sería aten
+ar contra la soberanía de la nación. La intención de la
ley como lo hace notar muy bien Mr. Walter Langford en
un artículo aparecido en “The Catholic World”, sobre la si¬
tuación de la Iglesia en México, tiene dos fines: 1) pre¬
venir a la educación socialista del Estado de ser combatida
en casa ; y 2) preveer a la existencia del Gobierno en cual¬
quiera necesidad con el derecho a apoderarse de las pro¬
piedades particulares.
Para responder adecuadamente a la pregunta formula¬
da es necesario saber que hay muchas órdenes .religiosas
que poseen Seminarios en los Estados DTiidos o en Gua-
LA SITUACION DE LA IGLESIA EN MEXICO
57
témala. Especialmente los jesuítas, poseen un célebre Se¬
minario en El Paso, Texas. Pero, también es cierto que
existen muchos seminarios privados y hasta ambulantes,
donde se educan escondidamente los futuros sacerdotes.
Esto da idea aproximada del sacrificio que experimentan
los miembros de la Iglesia, viviendo casi como los anti¬
guos critianos de las Catacumbas. Tuve oportunidad de
conocer a varios jesuítas,' Algunos de ellos se dedicaban
ocultamente a la educación de la juventud. Noté con sor¬
presa que las personaste dirigían a ellos no con el apela¬
tivo de Padres, como es costumbre, sino' llamándolos con
sus títulos honoríficos de Licenciado o Doctor.
No es exageración el afirmar que la Iglesia de Méxi¬
co es combatida con todos los medios a su alcance por el
Gobierno, y que ella se halla en una situación parecida a
la que se encontraba en los primeros siglos de las Catacum¬
bas. Sin embargó, el pueblo sigue siendo católico, católi¬
co a la manera hispano-americana, es decir, de sentimien¬
to principalmente. Tuve la ocasión preciosa de asistir a
una romería al Santuario ele la Virgen de los Remedios, y
allí . pude observar la universalidad del sentimiento católi¬
co en el pueblo, sentimiento que todas las propagandas dis¬
tan mucho de poder extirpar.
¿ Hasta cuando durará el actual estado de cosas? Esta
es la última pregunta que nos hacemos al terminar este
artículo. La Iglesia mexicana tiene ya una larga experien¬
cia en medio de la cual ha visto aue la tolerancia acorda-
da por algunos Gobiernos es sólo transeúnte. Así lo re¬
cuerda especialmente en la larga y apacible dictadura deí
General Porfirio Díaz. Pero, sabe a experiencia cabal, que
todas estas bonanzas, estas libertades o tolerancias,, mien¬
tras no existan en la ley no pueden ser garantidas, sino por
voluntades perecederas. Las leyes de Reforma que datan
desde mediados del siglo pasado y las subsiguientes que
han empeorado la cuestión, ponen a México al márgen de
los países civilizados. Actualmente hay un propósito deci¬
dido de llevar adelante el programa de la Revolución Me¬
xicana que es fundamentalmente socialista. Sin embargo,
hay cierta leve esperanza que un criterio de moderación
venga a imponerse y a suavizar el actual estado de cosas.
Los americanos saben que hace poco el Presidente de Mé- ’
xico, General Manuel Avila Camacho, se ha declarado pú¬
blicamente católico. Al hacerlo ha añadido que el comu¬
nismo no prosperará durante su Gobierno. Como fenómeno
general se nota en México una política que, aunque man¬
teniéndose socialista, quiere huir del extremo comunista.
La muerte de Trotsky sirvió de pretexto para dar nuevos.
58
RELIGION
rumbos a la política mexicana. Yo estaba erf México cuan¬
do se produjo el asesinato, y observé el ambiente que se
produjo a raíz del atentado. Hay ciertos intereses inter¬
nacionales nne hacen que los Gobiernos cambien rápida¬
mente de tácticas. El Gobierno de México comienza a des¬
ligarse de Rusia y a acercarse a las democracias, sin em¬
bargo, el sentimiento general del pueblo es pro-alemán,
pero también anti-comunista. En caso de producirse un
viraje notorio, la propaganda socialista del - Gobierno, que
es esencialmente marxista, se moderará un poco. ;Y quién
sabe si es posible creer en una revisión de esas antiguas
leyes que colocan a la Iglesia fuera de la existencia de su
pueblo? El porvenir tiene la palabra.
•
Universidad de Notre Dame (Indiana). Diciembre de
1940. . - i |
Clarence Finlayson.
Los Libros
t
FILOSOFIA DE LA EUCARISTIA, por Juan Vásquez de Mella.
— Editorial Difusión. Buenos Aires, 1940.
La Eucaristía, el misterio más augusto de nuestra religión,
constituye a la vez el culto más puro, grandioso y sutil, tanto que
resulta inacequible a las almas vulgares . Para amar la Eucaristía,
para connaturalizarse con ella, es necesario haber alcanzado la per¬
fección de los santos o tener la sencillez evangélica, esa pueril sen¬
cillez de que hablaba el Divino Maestro. Los hombres materializa¬
dos, los que han encallecido sus conciencias y agotado los dones
maravillosos de la Gracia en sus espíritus, no son capaces de per¬
cibir la inefable felicidad que emana del tremendo misterio euca-
rístico. Ellos, como los empedernidos contemporáneos deUMesías,
encuentran su lenguaje “duro de entender”. Pero, el Salvador in¬
siste y esa suprema insistencia, hoy como entonces, los aterra y
los determina a renunciar del camino de la Vida.
La magnífica obra que presenta Editorial Difusión, debida a
la pluma del fecundo escritor hispano, don Juan Vásquez de Mella,
es un trasunto acabado, dentro de sus límites, de cuanto concierne
a la parte crítica, racional, de éste soberano dogma de la Fe.
El autor, en un estilo pulcro y sencillo, analiza todas las prue¬
bas positivas existentes en torno al misterio eucarístico, el cual,
sin apartarse de sus características sobrenaturales en aparente
pugna con la razón humana, es perfectamente asimilable a nues¬
tras rectas concepciones filosóficas.
Producto de una convicción profunda, la obra de Vásquez de
Mella es al mismo tiempo el exponente de una disciplina escolás-,
tica bien fundamentada.
Si la “Filosofía de la Eucaristía” será para los simples fieles
un poderoso incentivo de su fe, para el clero puede significar un
precioso manual de recursos didácticos por el abundante material
doctrinario míe encierra distribuido en metódicos esmiemns
El Papa y la Guerra
Publicamos el siguiente artículo del “Catho-
lic Herald” de Londres en (}ue se analiza la
actitud del Papa frente al actual conflicto ar¬
mado.
Hablando en términos muy similares a los del Cardenal Hins-
ley, en parecida ocasión, el C. Arzobispo de Canterbury, diri¬
giéndose por la radio a América, estableció que G. Bretaña está
defendiendo la civilización cristiana y sus valores. En e;sta lucha,
dice, es duro ver como un cristiano puede ser neutral en su cora¬
zón y en su pensamiento.
El Arzobispo admite que nuestro llamado es muy alto y que
significa que nos damos cuenta de nuestro fracaso para elevarnos
al ideal que ahora invocamos. Debemos proponernos trabajar en
adelante por algo más alto que el nivel en que nos hemos com¬
placido en el pasado.
Creemos que las palabras del Arzobispo reflejan fielmente el
sentir sincero de los cristianos de G. Bretaña, y es con cierta
sorpresa que nuestros compatriotas constatan la aparente indife¬
rencia de la parte de los otros a nuestro llamado .
El sentido de esta aparente indiferencia se mostró clara¬
mente esta semana en dos artículos, uno de los cuales ha debido
ser muy leído. En el “Daily Herald” un clérigo anglicano sugiere
que el Papa podría poner rápido término a la guerra si se decla¬
rara absoluta y francamente de parte nuestra, reconociendo que
es el lado de la cristiandad y de la civilización y ordenase a los
católicos en el país enemigo o los países controlados por el ene¬
migo que cesaran de ayudar a Alemania bajo pena de excomunión.
El otro artículo aparece en el “Church Times” como editoriál
y arguye que los compromisos contraídos por el Vaticano en el
pasado hacen hoy día al Papa indefenso, de modo que no puede
abrazar abierta y efectivamente la causa de la justicia.
No negamos lo especioso de estos argumentos y que la for¬
ma sensacional y apremiante del artículo del “Daily Herald’’ prin¬
cipalmente ha afectado a muchos de nuestros conciudadanos. Sin
embargo lleva en sí mismo la refutación. El escritor comienza
por describir como el actual Papa siendo muy joven, personalmente
trató de convencer al Kaiser de poner término a la pasada gue¬
rra. Si es histórico o no, nadie duda — y menos el escritor que
esto afirma — que Pío XII no titubearía en emprender una ac¬
ción por sensacional y sorprendente que ella fuera, si estuviese
convencido que semejante acción era RECTA y calculada para
salvar al mundo de la ruina que lo amenaza. Exactamente lo
mismo pudo decirse de Pío XI que dió mil muestras de no temer
a ningún hombre, poder o institución que se interpusiese entre él
y la verdad. Sin embargo estos Papas no han pensado ni lo han
hecho de poner todo el peso del poder espiritual y de la autori-
v dad moral de la Iglesia del lado de la tesis política que sostiene
Gran Bretaña.
O son cobardes y no honrados o piensan que el problema no
jes tan sencillo como nosotros lo imaginamos.
60
RELIGION
¿Puede alguna persona sincera e inteligente aceptas '<•' orí-
mero? Y si no, ¿no estamos entonces obligados a ace : !:.j $o se¬
gundo ?
Y podemos verlo nosotros mismos.
En la lucha de Gran Bretaña entra sin duda un elemento-
de justicia importante y* un esfuerzo espiritual, perc rilo es más-
bien accidental que esencial.
Esto proviene de que en el hecho todos lo* Estados mo¬
dernos son laicistas, y las relaciones entre los Estados de noy
día no están basadas en el común aprecio de *os "alores, reli¬
giosos y espirituales adquiridos o por lo menos ideales, como lo
fueron en los días de la Cristiandad europea.
Un gran Estado moderno puede que accidentalmente se pon¬
ga del lado del derecho y la justicia, pero a no ser que esté
preparado para adoptar los valores religiosos, morales y espiri¬
tuales de la cristiandad como fin de su existencia y Ce su polí¬
tica exterior, quedará siempre como un Estado laico, es decir co¬
mo un Estado que coloca su propia seguridad, su ambición polí¬
tica y económica por encima de los valores espirituales y morales.
Porque su política puede ser o no ser buena, por ello es
observada con cuidado y neutralidad por una institución pura¬
mente espiritual como es el Papado, tanto más cuando los resortes
de esta política en el mundo moderno son de muy diversa^ clases
y lo que se puede afirmar respecto a ella es que Dios y las cosas
de Dios son rara vez tomadas en cuenta en un mundo para el
cual Dios es decididamente indiferente.
Si el Papa se pusiese de nuestro lado, como lo sugiere el
artículo referido, no sólo se entrega él a la justicia y al derecho
involucrado en la lucha actual, sino que se entrega a Gran Bre¬
taña laicista, o a cualquiera influencia (hasta ahora desconocida)
que perfile nuestro futuro político.
Como Papa no está llamado a hacer esto en una sociedad
que durante generaciones ha rechazado deliberadamente sus de¬
rechos, excepto cuando a esta sociedad le acomodaba. Segura¬
mente no estará tentado de hacerlo conociendo como conoce las
últimas causas de la presente catástrofe, esos pecados en que
hemos caído todos y que denuncia en su gran Encíclica.
No quiere decir esto que el clamor de los leaders religiosos
de nuestro país están mal fundados. Conocemos nuestros peca¬
dos y también la justicia de la causa que peleamos. Es nuestro
deber de cristianos reconocer nuestra justicia y también nues¬
tras faltas. Y por sobre todo es nuestro deber resolvernos a que
ninguno de nosotros se atreva a decir al mundo que luchamos
por los valores cristianos, a menos que emprendamos solemne¬
mente ahora y aquí mismo el trabajo para alcanzar el standard
de vida cristiana que justamente invocamos. Esta es la verdad,
una verdad que sólo será comprobada por el tiempo.
Y todo el país hará mejor en ocuparse en trabajar por ha¬
cerse un poco más digno de la aprobación moral de quien está
llamado a juzgar por los standards más altos que no apelar al
Papa para que ponga término a la guerra a* favor nuestro o bien
denuncie al Vaticano por que su visual no está limitada por los-
mares que cercan a Gran Bretaña.
Romance del Paisaje y la Danza
Rosario llevaba al aire .
su canastilla de besos.
En el monté se dormía
la noche azul y el silencio ,
La luna , llena de brillo ,
le vigilaba su sueño.
Los álamos con sus brazos
enredados en el cielo
hacían gemir de llanto
la guitarra gris rdel viento.
Un perfume de humedad
descendía de los cerros.
Las campanas de la torre
se batían a lo lejos
trayendo una sinfonía
alternada de silencios ,
y perdido entre los trigos
como^ lo negro en lo negro ,
con toda la luna a cuestas
iba corriendo el estero.
En las copas de los pinos
la luna ponía fuego
cercando la noche toda
de candelabros inmensos.
Rosario llevaba al aire
su canastilla de besós.
■ . v
La niña iba bailando
sobre los trigos morenos ,
casi dormidos sus ojos ,
casi desnudo su cuerpo.
Su cabello , con la brisa ,
le abanicaba su pecho
y le pintaba alacranes
que ella iba deshaciendo.
Su boca , gruesa de sangre r
y de amapolas de fuego ,
cortaba como un puñal
el vientre blando ‘ del viento.
A lo lejos su canción
se confundía en los ecos
con el canto de los grillos ,
de las ranas y los perros.
Rosario iba temblando
pero no tenía miedo.
Estaba cerca la noche.
Distante su pensamiento.
Sus ojos , desparramando
cristales de agua y fuego
iluminaban el aire
el corazón y los dedos.
Iba bailando Rosario
abrazada por el viento
y con su baile quebraba
los trigales y el silencio.
La luna con rayos finos
le acariciaba sus senos ,
albos como amanecer ,
suaves como terciopelo.
\
Cesó su baile Rosario
y se apagaron los ecos.
Cayó como desmayada
sobre los trigos morenos ,
casi dormidos sus ojos ,
casi desnudo su cuerpo.
El viento quedó cantando
furioso responso eterno
sobre el cadáver de luna
y una tumba de silencio.
Rosario , el aire tiene
tu canastilla de besos.
A
I M E
A T R I A
R
\
Letras
“ROMANCE DEL PAISAJE Y LA DANZA”. Poema de Jaime
Atria.
’ * #
“LA GALLINITA SIN PLUMAS”. Cuento de Ruth Schaumann.
Una primicia en lengua castellana de esta célebre escritora
de Alemania.
CRISTAL DE LIBRERIA:
• • i ■ . »
“Chile o una loca geografía”, por Benjamín Subercaseaux.
“Antología poética”, de Carlos Rodríguez Pinto.
“ * ' r
<■ •
*■
*
La g a I I i n i t a
s i n
p I u m a s
Entre los grandes valores culturales que afirman en Alema¬
nia, en una hora gris, la perennidad de la fuente cristiana, ha de
contarse en sitio de relieve a Ruth Schaumann.
La fuerza creadora de esta interesante mujer sordomuda,
radica en su honda vida interior que sabe expresar su rico conte¬
nido en las más diversas manifestaciones del arte . Así, en su
libro “Los niños y los animales”, su espíritu de ternura infantil
se manifiesta diáfano al través de algunos cuentos que encami¬
nan al alma del niño a apreciar en los animales la creatura de
Dios. Su obra “La Rosa”, es un ramo de versos religiosos a la
usanza del siglo XV, que trae a la vez un conjunto precioso de
grabados en madera. En fin, “La vara florida”, la primera de
sus producciones en prosa, exhibe, junto a bellísimas láminas, va¬
riadas narraciones de corte medioeval, chino, bíblico y moderno.
Parece que este temperamento múltiple se empeñara en vencer
todos los obstáculos y en demostrar sus admirables posibilidades
en el terreno de la prosa y del verso, del dibujo y la pintura, de
la escultura en greda, madera y bronce.
Interesado como se encuentra “Estudios” en revelar en nues¬
tro idioma la producción valiosa de otras latitudes, ofrece por
primera vez en castellano uno de los cuentos de Ruth Schau¬
mann, en traducción especial de Jorge Zuloaga.— (N. de la R. ).
. Uno de sus muchos tíos está de visita, (Amai jamás
distingue a unos de otros), y hallándose todos con él to¬
ma a Amai junto a sí, la levanta briosamente hasta la ci¬
ma de sus rodillas y le pregunta: “¿Eres grande, Amai?”.
Amai dice “sí" con la cabeza: desde ayer lleva un
vestido que Rafaela usaba el año pasado, así, claro que es
grande, y muy grande.
— “¿También eres habilidosa?”
Amai asiente, no con tanta seguridad, mas sí llena de
anhelo y confianza. “Entonces, adivíname algo”. Y el tío
Jerónimo saca una hermosa moneda del bolsillo de su cha¬
leco, una moneda grande y reluciente, con una cara en el
anverso, la sostiene entre el pulgar y el índice dejando que
brille en ella el sol que luce a través de las almidonadas
cortinas de la abuelita, que el sol áureo e inmenso brille
eiyel sol pequeñito y plateado, y entonces, el tío Jerónimo
canta con voz muy agradable :
"Voló un pajarito sin plumas,
sin plumas, • r -
se posó en un árbol sin hojas,
sin hojas. . f
Vino entonces la dama sin boca,
y engulló al pajarito sin plumas,,
sin plumas”.
LA GALLINITA SIN PLUMAS
65
Amai mira asombrada a su tío que canta y se siente
como enclavada en sus rodillas. Tiene mucha lástima del
pajarito sin plumas, y piensa con ardiente desagrado en
la. dama sin boca. Por fin, atisbando celosamente a la abue-
lita, pregunta: “¿Así que las damas pueden engullir?”.
Todos ríen; más la abuelita en tono de reproche di¬
ce: ¡ Pero Jerónimo!
El tío Jerónimo no escucha y sigue preguntando : ¿ Bue¬
no, Amai ?
Pero Amai ya no acierta a decir nada más. En verdad,
aún no es inteligente.
Jerónimo desciende a la niña de la montaña de sus ro¬
dillas, y largos instantes discurren antes que la alfombra
esté de nuevo bajo los zapatitos de Amai. Apenada y vaci¬
lante pasa frente a Rafaela que, repentinamente, con el de¬
do sucio de tinta alzado en el aire, así como las niñas in¬
dican en el colegio, exclama: “Es ef sol y la nieve, es el
sol y la nieve”.,
Afuera, junto a la puerta de su casa, Amai retoza en
el camino por donde ruedan y chirrían los carros del mo¬
linero. Allí hay un hermoso sol, pero nieve no hay en nin¬
guna parte, pues,- ya es el verano.
Rafaela sale corriendo después de Amai, trae en su
mano abierta la moneda de la adivinanza del tío Jerónimo:
velozmente cruza ahora la esquina hacia la casa del paste¬
lero que vende tortas de crema, y su trenza vuela y se le¬
vanta tras -ella, tal la cola de un volantín. “El sol y la nie¬
ve”, torna a gritar cuando ya ha desaparecido ; y Amai, en
la escalera caldeada de su casa, queda sola ante el mundo
desconocido, pequeñita y simple, a pesar del vestido que su
hermana usaba el año que pasó.
“Es pequeñita y simple”, piensa también la abuela, al
ver otro día cómo baila Amai en el patio. Amai no sabe
que la abuelita la está contemplando desde el gallinero, y
así, baila como se lo enseñan las sombras que el follaje de
la vid proyecta sobre las piedras del patio, y sus qabelíos
caen delante de su carita enrojecida y ansiosa de aprender,
porque las sombras de la vid no son maestros muy indul¬
gentes. ' ,
— ¡Amai!
Amai se asusta.
-—¿No tienes nada que hacer?
Amai piensa -en su “nursery” de caracolitos, que hay
en una -grieta bajo el ruibarbo silvestre ; piensa también
en la oruga enferma que debe visitar en su lecho de “ore¬
jas de oso”: “Oruga, ¿sigues mejor, oruga?” De mil amo¬
res diría que tienes tanto que hacer, .pero ante la mirada
severa de la abuela mueve a uno y otro lado su cabecita,
diciendo: “No, nada abuela”.
66
LETRAS
— “Entonces vas a empollar, Amai”. Amai alisa azora-
da sus crenchas tras las orejítas, y la abuela coge del bol¬
sillo de su falda un huevo blanco como la nieve, y lo en¬
vuelve delicadamente en un pañuelo aún más blanco.
—“Ven, Amai”.
En los mismos instantes que la abuela piensa : “la ni¬
ña tiene un corazón más cálido que el mío, pues ya soy
una mujer vieja”, a Amai se le hiela el corazón de espan¬
to: ¿Será gallina, ella, que ahora la hacen empollar? ¿Aca¬
so la gallinita sin plumas del tío Jerónimo? Ya el pañuelo
de la abuela está anudado en torno a su cuello, y el hue¬
vo se desliza grávidamente bajo el vestido, rozando el pe
cho de la pequeña, y allí queda suspendido.
Y Amai trémula y los ojos en lágrimas dice: ¡Se va
a quebrar abuela !
“No se quebrará, Amai. Trece huevos eché a la cine'
ca Filma, y no han salido sino doce pollitos La pacien¬
cia humana remediara la impaciencia de la gallina. Ponte
aquí, al sol”.
Amai se sienta sobre las gradas y tiembla como una
ramita.
— “Y si te pica, vienes hacia mí”
Desde el lavadero resuenan cantos de mozas alboro¬
zadas, que lavan la ropa de los cortesanos. “Demasiadas
canciones hacen verter la espuma del jabón fuera de las
artegas”, piensa la abuela, y parte pronta para impedirlo.
El sol cae sobre Amai, y el huevo se calienta dulce-
mente junto a su corazón, que ya ha vuelto de su espanto
y ya no. tiene sino una inquietud: “¿qué irá a pasar?” Na¬
da ha sucedido, sin embargo, cuando hacia mediodía los
niños del molinero mayor salen corriendo del colegio por
las calles de la ciudad. Ya están aquí preguntando: “¿Es¬
tás enferma, Amai?”.
Amai palpa suavemente el huevo, y no osa moverse si¬
quiera un poquita, de temor a quebrarlo, y responde así.
más amable que nunca : “No estoy enferma, Guesche”.
— “Entonces ven a jugar”.
La abuela tío se lo ha prohibido, pero el huevo sí, se
lo prohibe.
— “No, jueguen solos”.
Los niños ríen : “Queremos jugar al corderito en la
huerta, Amai ; sé tú el corderito”.
Y se cogen de las manos formando ronda, y cantan
el juego que es para Amai el más bonito. Pero Amai si¬
gue muy quietecita sentada en las gradas, y sólo cuando
los niños se acercan los mira terriblemente, como si les
arrojara guijarros: “¡No se acerquen!”.
“¡Huh, Amai, huh !” Todos se arremolinan en torno
a la gallinita, sin plumas, y la tironean del vestido y los
LA GALLINITA SIN PLUMAS
67
cabellos. Amai da entonces un grito espantoso, así como
una gata a quien quisieran arrebatar sus gatitos, o como
un cisne salvaje en el nido. La respiración angustiosa y el
rostro extrañamente demudado. Amai amenaza, amenaza.
Seguramente el sol la ha puesto mala de la cabeza. Y asus¬
tados huyen los niños muy lejos de Amai.
Las sombras del follaje de la vid se han ido recogien¬
do lentamente hacia el tronco, y ya no se las ve danzar.
Así mismo, se ha resumido sutilmente en la pechuga, la
sombra de la paloma que picotea a los pies de Amai. Des¬
de la torre tañe la campana, y tañe otra vez, y nueve ve¬
ces más. Pronto habrá llegado el mediodía que hace huir
a las sombras, y todo lo invadirá la luz del sol. Amai des¬
hilacha un lazo de su vestido, cuidando que sus brazos no
rocen siquiera el pañuelo de la abuela. Luego cruza sus
manjtos, que dan las sombras últimas y más pequeñas en
el luminoso mediodía que llená toda la ciudad.
— “¿Amai”?
Es la voz de Victoria y el aliento de su caballo Absa¬
lón, que acerca amablemente su cálido hocico y quiere aca¬
riciar con la lengua un hombro de Amai. “No, no, quítalo,
tía Victoria”.
Victoria ha llegado en su caballo, cruzando el puente
de la granja del abuelo, para acortar así el camino a su
casa, donde ya la aguardará su marido meditando triste¬
mente: “¡Oh, Victoria, jamás recuerdas mis ruegos, ja¬
más !”. . .
Victoria se ve encendida por su insensata carrera, y
debe serenarse antes de llegar a casa. Detiene cautelosa¬
mente a Absalón junto a Amai, y pregunta: “¿Qué haces,
Amai ?”.
Amai no quiere decir nada : se avergüenza tanto sin
¿aber por qué; levanta sús manitos al pecho, como si así
lo explicara todo, pero la hermosa Victoria no comprende'
qué será.
—“¿Qué haces ahí al sol, Amai?”.
Y la chica desde abajo: “Empollo, tía Victoria”.
Victoria se inclina del caballo y divisa un objeto pe¬
queño bajo el vestidito de lunares de Amai, y los lazos
del pañuelo anudado en la nuca, semejantes a las orejas de
una liebre silvestre, Victoria conoce bien a la abuela, y
sonriendo pregunta en tono festivo : “Y eso duele mucho,
Amai?”.
— “No mucho, pero ellos se rieron de mí ; y están ju¬
gando solos ; y me hicieron así”, y triste Amai revuelve urr
dedito redondo sobre su frente, donde han aparecido goti-
tas de sudor , semejando una constelación de perlas. “¿Y"
crees que picará, tía Victoria?”
68
LETRAS
La carita de Amai cerca de la cabezota del caballo mi¬
ra llena de ansiedad.
#
— “¡Claro que picará, Amai!’’.
_ “Y . ”
— “Y saldrá un pollito”.
. — “¿Un pollito negro, o un pollito amarillo?”
“ - 'Como Dios quiera!” Victoria se asombra al oirse
pronunciar estas palabras que ella ha querido olvidar, —
“como Dios quiera” — y ahora ¿cómo es que han surgido
tan naturalmente en su diálogo con la niña que allí, bajo
sus ojos, está sentada sobre las gradas de piedra?
— “¿Un pollito vivo?”
— “Un pollito vivo”.
— “Entonces todo está bien !”
Amai suspira, y cuidadosamente retorna a su antigua
posición. Victoria se aleja lentamente hasta la encina. Des^
de allí divisa su casa, fresca y blanca como un inmenso cu-
bp de nieve, y sus ventanas le parecen de hielo primorosa¬
mente laminado. Victoria se inclina del caballo, arranca
algunas hojas de la encina, y con ellas vuelve donde Amai,
y solícita las pone sobre la frente de la niña. Y lenta, len¬
tamente emprende Victoria el camino a su casa; y lenta¬
mente entra al comedor vestida aún en su roja leva de
amazona. “No saldré más a caballo, Hugo, hasta después
que...” Y más quedamente: “Perdóname” Y así diciendo,
abandona el látigo y su negro sombrero de copa sobre la
mesa.
Mientras tanto Amai, las hojas de encina aún prendi¬
das a los cabellos, en una sala fresquita como el rocío, está
apoyada en el regazo de la abuela^ y llora y ríe de alegría,
porque la abuela en su mano vieja sostiene el pequeño ser
de plumaje negro y amarillo que da vueltas sus ojitos bri¬
llantes, y g*oloso abre el piquito y pía muy débil y sutil¬
mente.
“ - Mi pollito !” dice la pequeña Amai. Por el sue¬
lo yacen el pañuelo y las cáscaras quebradas.
— “¡ Mi pollito” ! sigue diciendo incansablemente la pe¬
queña Amai.
Y la abuela dice entonces con grave condescendencia :
“Sí, tu pollo, Amai, pero ahora debes llevárselo a Filina”.
“Trece eran los huevos y han salido los trece pollitos”.
* * *
Hace ya mucho tiempo que se marchitó el follaje de
las encinas, y crujidoras caen incesantemente las hojas se¬
cas de los parrones; ahora el sol se halla muy bajo, y las
cosas proyectan libremente por la tierra sus sombras alar¬
gadas, pues bien, ahora recibe Amai la primera carta de su
La gallinita sin plumas
69
vida. Maese Ludolfo, a través de sus grandes gafas de con¬
cha, se la deletrea a Amai que sentada en el banco del
carpintero llega a. verse lejana de puro pequcñita. “Vas a
ser madrina, Amai, madrina de bautizo de la guagüita de
Victoria, mira, mira, qué bonito, ¿no?”
Y contra todo lo temido y anunciado, Amai sostiene en
un gran cojín al chico de Victoria para que reciba el agua
del bautismo. El tío Hugo contempla cariñosamente a Amai
y a su hijito, vivo. Pero nadie sabe, y menos (pie nadie la
niña, por qué fué Amai la madrina preferida,
RUTH SCHAUMANN
«
/
EL PAISAJE DE LAS LETRAS
“CHILE G UNA. LOCA GEOGRAFIA”, de Benjamín Subercaseaux.
Ilustró -Antúnez. — Edición Ercilla. — Coleccipn Cóndor. — v
Santiago, 1940 .
Esta apasionante y bella obra ha parido por primera vez
materia de la cultura chilena que llevamos en las entrañas .
Es esta una especie de geografía estética, llamándola así, en el
más universal sentido posible, por encima de meridianos y pa¬
ralelos, donde se besan arte y vida.
El primer acierto del libro está en la tapa, y es una cues¬
tión de limites. Es su nombre. Y su último acierto es su deber
profético, para que la crítica oficial pueda desgañitarse en jui¬
cios y deseperaciones con la cantidad de problemas que despierta,
desde el drama social escondido en una cáscara de huevo, hasta
la majadería del Canal de Beagle.
Pero nuestro comentario no tiene carácter oficial, de modo
que nuestro primer desacierto, es decir aquello de la tapa en una
loca revista como ésta.
No vamos a repetir la paradoja de Chesterton sobre loque¬
rías, para elogiar la intención del autor de esta obra, porque
aquel inglés está muy traído por intelectuales a posteriori, y por-
♦que lo menos aplaudible del libro es justamente la visibilidad de
la intención, sobre todo cuando el autor dice lo que va a hacer,
y de pronto dice lo que está haciendo. Con el título y los terri-
üles grabados que ilustran, ya se sabía lo que iba a suceder por
dentro . Pero, en fin, el autor sabía lo que iba a suceder por
fuera. Sobre todo en Chile.
La topografía del libro es deliciosamente mórbida, rebasan¬
do siempre todos los límites, llevada con un estilo de “rico tipo”,
pleno de humanismo pitancero que llega a las sugerencias e in¬
citaciones más deseables.
Un nervio caliente anuda las páginas, comunicando toda la
sensación y esclarecimiento de sabiduría oculta en la calidad de
estas tierras con toda su vida y miseria, encima. De tanta pa¬
sión como aquí nace, se nos caen las cuerdas en lugar tan pre¬
claro y maravilloso — “etenim haereditas meas praeclara es
mihi” — , para hacernos temblar de esperanza los huesos y que¬
brarlos de ira.
El autor re-crea a Chile, y nos recrea a nosotros también.
Y esa es la misión de la Loca Geografía. Por lo menos logra ser
al antítesis de la Araucana, y se nos vuelve 'clásica por contra¬
dicción .
xL¡a Loca Geografía es un libro clásico, no solamente por
su amor a Chile, tan arrebatador que despierta deseos expedicio¬
narios y colonizadores en los lectores jóvenes, como el libro fa¬
moso del Padre Ovalle, que avivaba deseos misionales y turísticos
en el Siglo de Oro c!e nuestra literatura, sino que es clásico . . .
por eso mismo, por lo cálido. A causa del fuego que no siempre
reduce el papel a cenizas, sino que como el del Purgatorio, ilu¬
mina purificando, y llaga a gritos la herida de nuestro mal.
Así, en esta nueva crónica de Chile, el autor se queja, entre
otras cosas muy graves, hasta del lujo en los automóviles, como
el clásico Ovaile, del lujo de vestidos en sus contemporáneos .
TÍ
PAISAJE DE LAS LETRAS
Ninguno de los dos consumen los vicios chilenos, mas limpian el
grito, y de este modo pueden exclamar con todo arrobamiento
del alma, el Padre Ovalle por sus aguas suavísimas, las más
blandas del mundo, y este padre de la Loca Geografía por las
aguas más transparentes del mundo . Todavía, . los dos cuentan
como experiencia personal el mismo chiste del indígena “todo
cara”, y hay muchas otras analogías que no he visto nunca. . .
Más clásicos son por las diferencias, ya que las semejan¬
zas se pierden en los parecidos . . .
Todo nuevo libro es clásico, cuando su primera página se
encuentra con la última, y su vida no defrauda a sus intenciones
y “reglas” propias. Cuanto más independiente del pasado y de
los vecinos, más clásico, y cuanto más unido a los antiguos en
su red de abrazos físicos y ontológico§, más clásico. Bueno, lo
es más todavía a medida que se diferencia en la fraternidad.
Sólo el fuego diferencia o consume. Sólo el fuego lleva a la lo¬
cura o al éxtasis . Y la locura se derrama en sabiduría, y el
éxtasis en poesía y ternura, vertiente de la comprensión más po¬
sible, capaz de abrir el paisaje y dar el sabor y la luz de cada
región, de cada hombre y de toda mirada.
Por todo esto, aquí tenemos la revelación misma de Chile,
con tanta variedad de cosas y casos, tan uno y único, para ha¬
cernos bajar de los transcendentales, hacia un amor dormido, y
alzarnos de la ternura de una corola hasta la libertad de lo clá¬
sico verdadero.
Este libro no puede aumentarnos la calcificación de los
huesos ni disminuir el precio de los pescados, pero nos da la sal
necesaria, la sai de la tierra y la luz guardada en su negrura y
resplandor .
Los “defectos” del libro los comentaremos cuando salga la
sabia geograf ía . . .
Alfredo Leí ebvre .
ANTOLOGIA POETICA DE CARLOS RODRIGUEZ PINTOS.—
Editora Zig-Zag. — Colección Poesías.— Santiago, 1940 .
Este uruguayo de justa fama en su país goza de una expre¬
sión poética que nunca se desborda de sus términos, manteniendo
sus poemas a medida que se depura, pues esta Antología nos lleva
desde la adolescencia del poetá hasta sus actuales impulsos, en
una calidad aristocrática, habiendo logrado la mayor simplicidad
de elementos en las Colecciones Distancias y Columbarium.
En inevitable deseo de trascender, el poeta, en estos días en
que América se siente aislada en su propia vida, toca el sueño
dormido de la tierra. Porque para salir de sí hay que pisar el
vientre de la naturaleza, y así escuchar su latente profecía. Y
es el caso — a nuestro ver — el de este poeta donde la natura¬
leza que le ha reunido toda en el aire, eso sí que para darle
“unidad y trascendencias”.
Pero el poeta, al regresar a su patria desde el desgarra¬
miento europeo, empieza a abandonar las “praderas del cielo
arriba”, y canta al HOMBRE. NUEVO de América, un personaje
72
LETRAS
que aún no aparece, pero que estamos esperando, a causa de que
siempre tenemos la última esperanza vuelta hacia los ojos del
hombre, lo que siempre nos aprovecha, porque los sucesivos des¬
engaños del Rey de la Mentira, nos hacen al fin alzar los brazos
a una cruz mejor y más abierta. Sin embargo, la verdad poética
obliga al artista a trabajar en la misma muerte y desvaneci¬
miento de todas las cosas, y su deber sobre América es el nuevo
“humanismo integral” de su destino. La última — quizás — aven¬
tura de nuestra idolatría...
“Tu América en la hora del venado y la rosa.”
“El hijo de tu hijo se afilará la hombría
“En las piedras calientes de cada nueva aurora.”
í «*■ ■ ' ' •
Un preciosismo estilístico nos haría recoger las “influencias”
y analogías con los actuales poetas españoles, pero hay momen¬
tos en que nos encontramos con el hombre que alimenta al poeta,
y allí se entrega el sabor salado del dolor, y la escasa verdad
que puede anidar en el corazón humano . Entonces, no es justo
esgrimir limitaciones, ni por traspaso ni por falta de traspaso .
La única limitación de la poesía es esta, que aparece expresada
aquí simbolizando la mirada de todo poeta en el corazón de todo
hombre:
“Angel i
“Angel
“Angel
“Todo es presencia y ángel
“Todo es olvido y ángel
“Todo es víspera y ángel.”
Chatverfce.
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