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in 2013
http://archive.org/details/fabricacindeazcaOOtatj
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MBRIGPGléR
DE
iZUCAR DE C
FABRICACIÓN
DE
CAR DE CAÑA
TAL COMO SE PRACTICA
LOS APARATOS MAS MODERNOS EN LA ISLA DE CUBA
POR
Juan T
at\jepv Y
Riqué
I KT G-E3ST IJB RO -
ILUSTRABA EflN SEIS LAMINAS ! VEINTE FIGURAS EN EL TEXTO.
IMPRENTA DEL «AVISADOR COMERCIAL- AMARGURA 30, ESQUINA A CUBA.
1887.
La presente obra es propiedad del
autor.
Queda hecho el depósito que mar-
ea la ley.
Todo ejemplar lleva uua contra-
seña.
FABRICACIÓN
DE
EN LA
ISLA DE CUBA.
IPIR.DHIF'^.OIO
l escribir este libro nos liemos propuesto hacer
una revista de las diferentes fases de la fabri-
» cacidn de azúcar, desde la extracción^del jugo
de la caña hasta el envase de su fruto con destino á
los distintos mercados.
La aplicación á esta importante industria délos
aparatos al vacío , dobles máquinas de moler y otros
mecanismos y procedimientos de los cuales la Isla
de Cuba no ha sido por cierto la última en aprove-
charse, da a nuestro libro carácter de utilidad, sobre
todo para los Sres. Hacendados, Administradores
de ingenio, Maestros de azúcar, Maquinistas y o)
-personas más o menos interesadas en esta ino^'
VI TREFACIO.
la más importante de esta Antilla, pues á esplioar
esos aparatos y su manejo va principalmente dedi-
cada.
Respecto al cultivo y atención de los campos
de caña se han escrito varias obras de mérito y á
sus páginas recomendamos acuda el que desee
instruirse sobre esos interesantes particulares. No
liemos ere ido conveniente que nuestro libro abarcara
también la parte agrícola de la caña porque cree^
mos no lejano el dia en que la elaboración del fruto
y el cultivo de la caña se harán de un modo inde-
pendiente y no como hasta aquí por el mismo dueño
del ingenio, separando así el cultivo de la fabricación.
La experiencia que hemos podido adquirir du-
rante los varios años ocupados en el estudio y
dirección de aparatos en diferentes ingenios de esta
Isla, nos permite dar carácter práctico á las expli-
caciones contenidas en este libro, y si con su lectura
logramos dar mejor y más clara idea de la, que se
tiene en general sobre los diversos aparatos usuales
en la fabricación del azúcar, contribuyendo así á
su mayor comprensión y manejo, nos será de grata
satisfacción.
Las láminas que figuran en el cuerpo de la
obra han sido grabadas según dibujos que hemos
hecho directamente de los mismos aparatos repre-
sentados y tanto ellos como los clichés son propie-
dad del autor.
Habana, Agosto de 1887.
X-^^mJ^MSMSiM.í^p-
BFBRfGHGléR QB ñZÓGHK.
PRIMERA PARTE.
CAPITULO I.
«GUARAPO» ó JUGO DÉ CAÑA. — SU GRADUACIÓN. — VARIOS
ANÁLISIS. AERÓMETROS.
f®# o creemos del caso dar una descripción de lo que es
(s) la caña como planta; bastará decir que las clases
más usuales en Cuba son la blanca, la blanca cristalina,
la morada y la de cinta. De estas, la blanca es la más
blanda y jugosa y fácil de moler, mientras que la morada
de cinta es la más dura y menos jugosa, si biea su jugo
contiene proporcionalmente más azúcar. La cantidad de
guarapo, su densidad y calidad, dependen de la clase de
terreno, su antigüedad en producción y del estado atmos-
férico durante el crecimiento y desarrollo de la caña. La
densidad 6 peso del guarapo, varía entre 8 y 12-50 grados
Beaumé, según la localidad, y entre los meses de Noviem-
bre y Julio, pues antes y después decrece la graduación
por no estar en sazón la planta ó haber pasado ele ella.
GrlMlVGpo. — El guarapo crudo, ó recién extraicK
de la caña es turbio, verdoso, más ó menos oscuro y
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
Parecerá extraño que digamos que es dulce, pero hay que
recordar que no todos los vegetales que contienen azúcar
son dulces.
Damos á continuación, varios análisis de caña y
guarapo de diferentes localidades.
Caña de la Guadalupe (según Dupuy)
Caña de Cuba (Casascca)
Asna 72.00 en 100
o
Azúcar.... 17.80
Leñoso ... 0.80
Sales 0.40
Anua 77.80 en 100
Azúcar y sales. 16.20
Leñoso etc 6.00
Total.. 100 partes.
Total 100.00
CAÑA DE OTAITI (PAYEN.)
Agua ! 71.04
Azúcar 18.00
Celulosa, materia leñosa, ácido péctico ... 9.56
Albúmina y materias azoadas 0.55
Cerosíá, materia verde, sustancia coloran-
te amarilla, id. roja, sustancia grasas, resino-
sas, aceites, esencias, materia aromática delin-
cuecente a 0.37
Sales insolubres 0.12
)> solubres 0.16
Silice 0.20
Total 100.00
I^is sales comprenden, fosfato de cal, de magnesio, de
alúmina, sulfato y oxalato de cal, acetatos y malatos de
■al, de potasio y sodio, sulfato de potasa y cloruro de pota-
si". de sodio. '
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
Gtiarapo. — Cenizas
(según
Peligot.)
Sílice
10.10 por ciento.
21.20 » »
20.70 » »
7.20 )) »
14.70 » »
26.10 )) »
Fosfato terroso
Carbonato de cal
Sulfato de cal . .
Carbonato de magnesia...
Total
100.00 partes.
Según el mismo químico en 1,000 partes de guarapo
hay 1'7 de cenizas y los cuerpos anteriormente enumera-
dos esjtán en la siguiente proporción.
Sílice
0.1707
0.3504
0.3519
0.1224
0.2499
0.4537
por
1000 partes.
» )>
)> »
» )>
Carbonato ele cal
Sulfato de cal
Carbonato de magnesia. . . .
Carbonato de potasio
Total
1.6990
Jago de remoladla, superior:
Azúcar 12.00 por ciento.
Sales 0.72 » »
Materias azoadas 1.25 » »
Agua 86.03 » »
Total 100.00 »
10 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
Como se puede ver por los análisis anteriores, el gua-
rapo contiene muchos cuerpos extraños al azúcar que es
preciso separar á fin de obtenerlo con la mayor pureza
posible. Los ácidos minerales y vegetales que contiene,
tales como el fosfórico, el sulfúrico, carbónico y otros, en
combinación con la cal, la magnesia, potasa, sosa, y las
materias azoadas como la albúmina y pectina, le son muy
dañinos desarrollando en él gérmenes de fermentación é
intervirtiendo su azúcar á medida que su acción va siendo
más prolongada sobre todo al aire libre. Por esta razón
se trata siempre de purificar el guarapo inmediatamente
después de su salida del trapiche y precaver en lo posible
su alteración, llevándolo á una concentración conveniente1,
pues en estado de meladura es mucho menos propenso á
alterarse al contacto del aire. c
Con el objeto de eliminar ó quitarle la mayor parte
de los cuerpos extraños al azúcar que contiene, se efectúa
la operación llamada defecación, de la cual hablaremos
más adelante para decir ahora algo sobre la manera de
apreciar la densidad del guarapo ó tomar supeso.
Aerómetro. — Para ello se emplea generalmente, y
en absoluto en la isla de Cuba, un'instrumento llamado ae-
rómetro de Beaumé,fig* 1. Consiste en un tubito terminado
por un pequeño recipiente cilindrico ó esférico, del mismo
material, provisto de plomo ó de azogue en su parte inferior,
á fin de que una vez sumergido en el líquido se mantega en
posición vertical. ¡Su graduación se consigue sumerjién-
dole primero en una disolución de 15 partes de sal y 85
de agua y marcando el número 15 en el punto de flota-
ción. Luego se sumerje en agua destilada y el punto de
flotación se marca con un cero. Dividiendo el espacio de
tubo entre 0 y 15 en quince partes iguales y -continuán-
dolas hacia la parte superior del instrumento, resulta
■raduado el aerómetro. La graduación se hace llegar de
4" « 45 gmdos, y aun antes de llegar á ellos son tan vis-
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
11
cosos los líquidos que no ofrecen ya exactitud en la
ación .
graduación .
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(\&A^J'V^u4Xy»0 íi^ ,*) 1[\l.XyvCtxAA>^ Fu!. /-
12 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
A esta clase de aerómetro se le llama también pesa
nales, pesa guarapo y pesa simpes, sirviendo para todo
líquido más denso que el agua. Los usados para líquidos
níenos densos se llaman ^)<?<s« licores y alcoliometros, distin-
guiéndose en su graduación que empieza en 0 en el agua
destilada, junto á la ampolla y termina en la punta del
tubo.
La construcción de esos instrumentos estriba en el
principio ó ley descubierto por Arquímedes que es el
siguiente: Todo cuerpo sumerjido en un líquido pierde de
su, peso el peso del líquido que descdoja ó desplaza. Por lo
tanto, si el aerómetro en un líquido marca 10 grados y
colocándolo en otro marca 20, significa que el ultimo pesa
el doble ó es dos. veces más denso.
Si se observa que para marcar 20 grados necesita su-
merjirse la mitad menos que para 10 se vendrá en cono-
cimiento de la otra ley siguiente : El volumen de la parte
surnerjida es inversamente proporcional á la densidad del
líquido. Es decir, cuanto más pesado sea menos se sumer-
jirá en él el aerómetro ú otro cuerpo.
El material usado para los aerómetros es el vidrio y
el metal. Las de vidrio llevanza graduación en una tira
de papel dentro del tubo; los de metal la llevan grabada
fuera. Para las disoluciones de azúcar se pueden emplear
ambos, p'ero para disoluciones acidas los de metal están
sujetos á corrosión más ó menos rápida.
Existen varias clases de Aerómetros como hemos
dicho, pero uno de los más aplicables y aplicados fuera de
la Isla, á la industria azucarera, es el de Balling, que in-
dica por su graduación el tanto por ciento de azúcar y
sales contenidas en el guarapo á cualquiera densidad.
Damos á continuación una tabla con la graduación Beau-
mé la densidad del líquido y cantidad de azúcar en disolu-
ciones puras, hasta los 50 grados.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
13
TABLA de la graduación, densidad y proporción
de azúcar en disoluciones de azúcar puro.
Grados
(/r, de
Grados
% de
Beaumó
azúcar.
Densidad
Beaumé
azúcar.
Densidad
0
0.00
1.0000
18.0
32.72
1.1429
5.5
9.90
1.0397
19.0
34.58
1.1520
6.5
11.70
1.0473
20.0.
36.44
1.1613
7.0
12.61
1.0511
20.5
37.37
1.1660
7.5
13.51
1.0549
21.0
38.30
1.1707
8.0
14.42
1.0588
21.5
39.24
1.1755
8.5
15.32
1.0627
22.0
40.17
1.1803
9.0*
16.23
1.0667
22.5
41.11
1.1852
9.5
17.14
1.0706
23.0
42.05
1.1901
10.0
18.05
1.0746
-24.0
43.90
1.2000
10.5
18.96
1.0787
25.0
45.83
1.2101
11.0
19.87
1.0827
26.0
47.73
1.2203
11.5
20.78
1.0868
27.0
49.63
1.2308
12.0
21.69
1.0909
28.0
51.55
1.2414
12.5
22.60
1.0951
30.0
55.47
1.2632
13.0
23.52
1.0992
35.0
65.20
1.3211
14.0
25.35
1.1077
40.0
75.27
1.3846
15.0
27.19 '
1.1163
.45.0
85.68
1.4545
16.0
29.03
1.1250
50.0
97.62
1.5401
17.0
30.87*
1.1339
51.5
99.85
1.5565
Es preferible pesar el guarapo, al salir del trapiche,
pues su temperatura es entonces casi normal, y para ello
li FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
debe primero filtrarse con cuidado á través de un lienzo
ó cosa análoga, á fin de separar de él las impurezas leño-
sas y terreas que contiene y que motivarían falsas gra-
duaciones. A igual volumen, cuanto más caliente esté el
guarapo menos será su peso y por lo tanto, el aerómetro
marcará menos grados. Se hace pues necesario si se quiere
saber la verdadera graduación, pesarlo en frío.
En los grandes ingenios, moliendo enorme cantidad
de caña en horas, debería tomarse la graduación del gua-
rapo lo menos dos veces al dia pues es raro que la densi-
dad sea la misma, y caso de basar los cálculos de rendi-
miento Sobre las defecadoras y- grados del guarapo,
aquellos no serán exactos.
FABRICACIÓN DE AZUCAlí DE CAÑA. 15
CAPITULO II.
MÁQUINAS DE MOLER. DIFERENTES CLASES. CANTIDAD DE
CAÑA MOLIDA. — PRESIÓN' SIMPLE. DOBLE PRESIÓN.
DESFIBRACIÓN. DIFUSIÓN, RENDIMIENTO.
V AS carretas ó carros de ferrocarril que traen la caña la
descargan en el conductor que movido por la misma
máquina de moler, la lleva á un plano inclinado, de donde
cae erttre las masas del trapiche. Antes de llegar á los
aparatos de extracción modernos, han sido varios los em-
pleados para esa importantísima parte de la industria
azucarera, desde la presión á golpes ent^e dos piedras
hasta los ya abandonados trapiches de dos y tres masas ó
cilindros verticales movidos por fuerza animal, en los
cuales la extracción variaba entre 30 y 50 por ciento en
jugo, del peso de la caña.
Doble engranes. — Actualmente, en la Isla de
Cuba, se pueden dividir las máquinas de moler en dos
clases principales. Las verticales, es decir, dé* cilindro
de vapor vertical y de simple ó doble engrane y las hori-
zontales de simple ó doble engrane también. Las máqui-
nas de doble engrane son hoy dia las más usuales y las
de más fuerza. Consisten, en primer lugar, del aparato
motor ó máquina, esta sea vertical ú horizontal está mon-
tada en una base de hierro provista de un volante para
regularizar el movimiento y de todos los accesorios usua-
les necesarios, como lubricadores, llaves de entrada de'
vapor, llaves de purga y un cuadrante ó sector que per-
16 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
• mite por medio de la palanca ó volante que lo mueve,
detener ó cambiar la marcha de la máquina.
El eje del eigüeñal lleva un piñón, y este engrana con
una rueda dentada que lleva en su eje otro piñón mayor,
y que engrana á su vez con otra rueda de mayor diáme-
tro tija á un eje que corresponde con el de la masa mayor,
aunque separado y unido al de ésta por una pieza llamada
acollador que sirve para conectar ó desconectar el aparato
motor del trapiche. Las diferentes ruedas que hemos
mencionado y que trasmiten el movimiento y fuerza de la
máquina al trapiche, tienen sus ejes montados en una ba-
se independiente por lo general de la de la máquina y
•que se llama base de la trasmisión.
El trapiche está á su vez montado en otra separada y
se compone de las piezas siguientes: de tres cilindros de
hierro fundido horizontales con sus ejes de hierro dulce ó
acero, llamados guijos, cuyos centros vistos de frente ocu-
pan los tres vértices ele un triángulo casi isoceles con su
base horizontal. A dichos cilindros se les llama mazas.
La maza superior que conecta con el eje de la trasmisión
se llama mayor. La inmediata mirando hacia el conduc-
tor de caña cañera y la posterior bágucera. El eje de la
maza mayor es más largo que el de las otras dos y tiene
un piñón 6 rueda dentada inmediata al acollador de que
hemos hablado, que engrana con otros dos piñones fijos en
los ejes d&. las otras dos mazas. De este modo se trasmite
el movimiento de la maza mayor á las otras dos en senti-
do opuesto al suyo, como se puede ver por la figura n" 2 y
en la lámina 1*
Los ejes de las mazas giran en cojinetes 6 chumace-
ras de bronce de mucha superficie, los cuales reposan en
huecos dejados apropósito en dos pedestales laterales de
hierro fundido y de mucha solidez que se llaman vírgenes.
Debido á la tendencia de la maza mayor á levantarse por
la presión de la caña en ella, las tapas de sus chumaceras
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
17
están fijas á la base del trapiche por medio de dos torni-
llos largos y de mucha resistencia. Las dos mazas laterales,
6 sea la cañera y bar/acera pueden acercarse á la mayor,
haciendo caminar sus cojinetes, paralo cual estos encajan
1S FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
en una ¡jarte de corredera hecha en los huecos de las vír-
genes y fijos en estas hay unos tornillos muy fuertes
que enroscando en tuercas fijas, permiten graduar la se-
paración de las mazas, empujando más ó menos sus chu-
maceras. Esta operación es de la mayor importancia
como veremos luego.
La ■ base casi cuadrada que sirve de asiento á las
vírgenes y que á su vez reposa sólidamente sobre los ci-
mientos, forma un gran plato destinado á recibir el jugo
de la caña al caer y del cual sale por medio de un orificio
abierto en la ¡jarte más baja que lo conduce al tanque de
guarapo. A esta plataforma se le llama bancaza.
Como es natural' sino hubiera ningún obstáculo debajo
de la maza mayor y entre las otras dos para detener el
bagazo, la caña al pasar entre la mayor y cañera, caería
á la bancaza sin pasar por la bagacera; para impedirlo se
coloca en ese lugar una pieza de hierro ó madera paralela
á las mazas en sentido longitudinal y cubierta de una
plancha de hierro más ó menos curva en sección, que tocan-
do la masa cañera en todo su largo deja un claro entre
ella y la bagacera para la mejor salida del guarapo. Se
llama á esta pieza cuchilla y es una de las más importantes
del aparato. Su misión es la de recibir la caña al pasar
entre la maza mayor y cañera, y sin ceder á la tremenda
presión de aquélla, conducirla entre la mayor y bagacera
para quedase entre las dos y salga molida de nuevo. Es
general darle una separación de 2¿ pulgadas ó tres de la
masa mayor, y al colocarla conviene que esté un poco más
levantada la curva hacia la entrada de la caña que hacia
la salida, y su bordé de ese lado cortado á bisel á fin de
ajustar bien con la. maza cañera en todo su largo y de no
dejar entrar caña entre dicho borde y la maza. Se constru-
yen, como hemos dicho, de hierro y madera; pero siempre
sus partes esenciales son las mismas que hemos mencionado;
es decir, una plancha de hierro más ó menos ancha y del
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 19
largo de las mazas, y la pieza á la cual va fija ésta por
tornillos con cabeza avellanada por la parte interior; á fin
de no oponer obstáculo al paso del bagazo. La colocación
dé la cuchilla debe hacerse con mucho cuidado , pues su
mal arreglo produce vibraciones en el trapiche y aumenta
considerablemente el trabajo de las mazas, contribuyendo
también á eme la caña salga mal molida.
De las tres mazas, la cañera y bagacera, tienen bordes
en sus cabezas, que ajustan con las de la mayor, con el ob-
jeto ele ejue el bagazo no se escape por el lado de las vír-
genes. Para contribuir poderosamente á este mismo fin,
la plancha ele la cuchilla tiene á cada cabeza una pieza
del mismo ó mayor grueso del de dichos boreles, y que
aj listando con estos, acaba ele cerrar los espacios ejue de
otro modo quedarían abiertos y dejarían pasar el bagazo.
La apertura entre las mazas es variable, pues ele-
penele de la cantidad de caña y rendimiento eme se quiera
obtener, pero varía por lo general entre « y i de pulgada
á la entrada, correspondiendo ele ^ á 4 de salida — pues
aunque se pongan las mazas mayor y bagacera al contacto
ó tope, siempre al sufrir la presión de la caña abren -J-g- y
más — según la elasticidael de las partes que la sujetan.
El acollador ele que hemos hablado, se compone de
una pieza de hierro dulce ó acero ele sección cuadraela
y más ó menos larga, eme se coloca entre la cífbeza del
eje de trasmisión y la del eje de la masa mayor, que tam-
bién son cuadradas en la parte que sobresale de los bron-
ces. Esta pieza se llama entredós, y por meelio ele otras
dos piezas de hierro muy fuertes eme tienen en el medio
un hueco cuaelraelo algo mayor que el del entredós, y eme
por lo tanto les permite moverse á su largo, basta empu-
jar elidías piezas, ó acolladores, suficientemente, hacia las
cabezas de los ejes, para que el movimiento del de trasmi-
sión se trasmita al ele la maza mayor. Para impeelir ejue
con el movimiento no tiendan á aproximarse los acollado-
20 FABRICACIÓN DE AZÚCAll DE CAÑA.
res y concluyan por desconectar el trapiche, se coloca en
el hueco que queda, una vez en su lugar, una ó varias
piezas de madera ó hierro que los mantienen á la distancia
conveniente.
CoiifhfCfOi'es. — Para la conducción de la caña
á las mazas, se emplea una estera continua formada de dos
cadenas entre cu vos eslabones planos van fijas las tabli-
llas, á la cual se llama conductor de caña, y que como hemos
dicho, es movida por la misma máquina. Para ello, en el
punto inmediato al trapiche de donde deba aquella caer
por su propio peso entre las mazas, existen dos armaduras
de hierro llamadas burros, en la parte superior de las
cuales se halla colocado, paralelo á las mazas, un eje que
lleva dos ruedas con dientes que engranan con los eslabo-
nes, cortos de las cadenas del conductor. Al girar por lo
tanto dicho eje, los dientes van entrando en los eslabones
que separan los largos donde van las tablillas y hacen
caminar la estera hacia el trapiche. Las ruedas dentadas
están colocadas en la parte interior de los burros y reciben
el movimiento del extremo del eje de la maza cañera,
opuesto al piñón de que hemos pablado, por medio de
una rueda colocada en una espiga que sobresale de aquél,
provista también de dientes, y que corresponde á otra
exactamente igual colocada en el eje de las ruedas del
conductor, con la cual se comunica por una cadena sin fin
de hierro ó acero provista de eslabones en los cuales en-
cajan los dientes de ambas.
Como hay que detener amenudo el conductor de caña
á fin de graduar la entrada de estay evitar excesiva aglo-
meración de ella entre las mazas, lo cual á toda marcha
puede traer averías al aparato, y para otros casos donde
se quiera mantener la máquina andando sin que ande el
conductor, existe montado en el mismo eje del burro,
donde como hemos dicho están las ruedas de aquél, un
aparato llamado retranca.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 21
Las hay de dos clases, de palanca o de volante, las.
de palanca, consisten en una nuez provista de varios dien-
tes movible á lo largo del extremo del eje del conductor
en el burro ' y que por medio de un sistema de palancas
movidas á mano; se traba ó desentraba con los dientes de
otra nuez fija ó fundida con la rueda dentada de que lie-
mos hablado y que recibe el movimiento de la maza cañe-
ra por medio de la cadena. Como esa rueda está suelta
en el eje y mantenida en su lugar por dos collarines fijos
á este ú otros medios, y por el contrario la nuez de la re-
tranca está fija á aquél por medio de cuñas y puede avan-
zar ó retroceder hasta encajar en su parte correspondiente
de la rueda de la retranca, resulta que para parar el con-
ductor de caña, basta desconectarla por medio de la
palanca y lo contrario para que se ponga aquél en mo-
vimiento.
En el segundo sistema, ó sea de volante la rueda
dentada que recibe el movimiento de la muza cañera es la
misma, pero en lugar de la nuez movida por la palanca,
existe un cono de hierro que movido por un tornillo pro-
visto de un volante, se acerca ó retira á voluntad de una
parte cónica correspondiente fijaá la rueda del conductor.
Este sistema es muy superior al primero sobre todo en los
trapiches grandes, pues el movimiento de la maza no se
trasmite de golpe al conductor como sucede (fon aquél,
evitándose así roturas de dientes, de eslabones y hasta de
ejes. La disposición de palancas y demás piezas que com-
ponen el primer sistema y las del segundo, escusado es
decir que es muy variable pero las partes esenciales son
las mismas que hemos mencionado.
El conductor de caña, se compone de una parte ho-
rizontal á una altura del suelo que facilite la descarga de
las carretas y carros de ferrocarril, y de otra en pendiente
que lleva la caña á la plancha de hierro del burro, de
donde cae entre las mazas. Esa pendiente no conviene
22 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
sea muy brusca á fin de evitar trabajo excesivo á las me-
cías y cadenas de trasmisión. La estera qne compone el
conductor se mueve á lo largo de unos tablones de 2i y
3 pulgadas de grueso fija en horcones sólidamente ente-
rrados en el suelo que componen su marco y encajonan la
caña en la parte superior de la estera, á fin de que no
caiga al suelo. Como una vez cargado el conductor de caña
representa esa carga un peso considerable, á fin de soste-
ner las cadenas donde van fijas las tablillas, se colocan
atornillando sus soportes á los tablones por la parte infe-
rior, varias poleas de hierro que al mismo tiempo que su-
jetan á la estera facilitan su movimiento. Debajo del
conductor existe una escavación continua que permite
examinarlo y quitar la paja y caña que cae por los inter-
medios imprescindibles de las tablillas y que llegaría á en-
torpecer considerablemente su movimiento.
En la cabeza extrema del conductor, existe otro par
de ruedas dentadas que guian las cadenas, obedeciendo al
movimiento de estas. Los conductores de caña, suelen
variar de longitud, según el número de carretas que se
desea atraquen á cada lado, y la potencia del trapiche,
siendo por lo regular de 20 á 30 varas.
La caña al salir ya molida de entre las mazas mayor
y bagacera, sale en forma más ó menos esponjosa, ó desa-
gregada, debida á la presión que ha sufrido por la cual
ha abandonado la mayor parte de su jugo. En esta for-
ma se le llama bagazo y para irlo retirando del trapiche
se emplea otro conductor llamado conductor de bagazo.
Esto es igual al de caña, aunque de menos ancho por
lo general, y recibe su movimiento por medio de dos rue-
das dentadas que reciben el suyo de otra fija en una espi-
ga prolongación del eje de la maza bagacera, al lado opues-
to al piñón, y qué por medio de una cadena, sin fin igual
á la que sirve para, el conductor de caña, trasmite sn
fuerza y movimiento ;i una rueda fija al eje, inferior del
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 23
conductor. Para facilitar la descarga del bagazo á los
carros destinados á su trasporte, el conductor tiene una
pendiente más ó menos rápida, hasta conseguir en su ca-
beza extrema una'altura suficiente para descargar sobre
ellos. Está también al igual del conductor de caña
encajonado por tablones gruesos fijos á horcones sólida-
mente enterrados. Su estera se mueve sobre poleas fijas
á dichos tablones y en su parte extrema superior, tiene
otro par de ruedas dentadas iguales á las del eje que re-
cibe el movimiento de la maza bagacera, para guiar sus
cadenas. Existe también facilidad de examinar el con-
ductor y limpiar debajo de él por medio de las escavac io-
nes convenientes.
La fuerza necesaria para poner y mantener el movi-
miento,en los conductores de caña y bagazo es bastante
considerable, y fácil de determinar, teniendo en cuenta su
peso y velocidad por minuto, así es que conviene evitar
todo lo que produzca roce excesivo, sea contfti los tablones
de los costados ó en las mismas cadenas.
Por lo que antecede se puede ver, que el aparato de
extracción se compone, primero de la máquina motriz;
segundo de la trasmisión; tercero del trapiche y cuarto de
los conductores. Como accesorios tiene el tanque de gua-
rapo y la bomba de guarapo.
El tanque de guarapo es de hierro por lo*general
rectangular y provisto de uno ó más coladores para que al
caer en él, el guarapo de la bancaza detengan la parte
leñosa que siempre lleva y que no puede pasar por el
tejido metálico que los compone.
La bomba de guarapo es necesaria para bombear el
jugo de caña á los aparatos, á medida que entra en el
tanque. Son movidas ó bien por una de las masas ó por
el mismo eje de la máquina. En el primer caso siendo
el movimiento lento pertenecen á la clase llamada de sim-
ple efecto y su cilindro es capaz de admitir á cada media
24 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DÉ CAÑA.
revolución de la maza que levanta el pistón, la cantidad
de guarapo extraída en el mismo tiempo, el cual es impe-
lido á los aparatos en la bajada de dicho pistón, durante
la segunda media revolución. Para compensar la lentitud
de su movimiento se les da gran superficie de émbolo á
fin de obtener suficiente volumen á cada subida de éste.
Cuando están articuladas al eje de la máquina son
de simple ó doble efecto y siempre de cilindro más chico:
pues el mayor número de revoluciones compensa su me-
nor tamaño. Las de simple efecto, no expelen el guarapo
más que una vez por revolución, mientras que las de do-
ble efecto lo efectúan dos veces, siendo por lo tanto, más
regular la corriente de guarapo y requieren menos fuerza
que las de simple efecto, puesto que estas á cada embola-
da tienen que poner de golpe en movimiento la columna
más ó menos grande de líquido que encierran las tuberías.
En el capítulo dedicado á bombas hablaremos algo
más sobre el particular.
En los aparatos modernos la bomba de guarapo lo
envía al Calentador del cual se tratará más adelante.
Simple engrane. — Las máquinas de simple en-
grane, no se diferencian de las ya descritas, más que en la
trasmisión, que consiste en un piñón movido por el eje motor
que engrana con una gran rueda dentada llamada catalina
cuyo eje coincide con el de la maza mayor y conecta con
éste por medio de un entredós y acolladores ya descritos.
Todas las ruedas grandes dentadas ó catalinas que
entran en la trasmisión de las máquinas de moler, están
hechas en segmentos ó camones que se pueden reemplazar
por otros, en caso de romperse algún diente.
En toda maquina de buena construcción, deben estar
sus partes proporcionadas de tal manera, que puedan
dominar el impulso del pistón del cilindro de vapor en
circunstancias normales, antes de romperse, produciendo
la detención de la máquina; y para evitar en casos acci-
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. . 25
dentales roturas de partes difíciles de reemplazar, se cons-
truyen los piñones de las mazas ó los acolladores, de ma-
nera que sean éstos los que cedan. Debido á deficiencia
en estas proporciones resultan á menudo roturas de vrnje-
nes, y de ejes de mazas ó guijos.
Ponemos á continuación, las diferentes dimensiones
y capacidad de varias máquinas ele moler desde mazas de
()m,500 de diámetro y de 0m,700 de largo hasta un diáme-
tro de lm,000 y largo de 2m,200 que son las mayores que
se construyen generalmente. Indicamos también las di-
mensiones de los cilindros de vapor y las revoluciones
que dan las mazas por minuto en marcha normal.
Es inútil, pretender moler más caña, haciéndolo más
aprisa, si se quiere obtener igual rendimiento que molien-
do en, marcha normal con las distancias entre las mazas
bien arregladas, pues como todo depende de la fuerza de
la máquina, si se pretende moler en un tiempo ciado más
caña que la que esta pueda buenamente^ ó saldrá peor
molida,* ó se parará la máquina. Y caso ele forzarla con
una presión de vapor inusitada resultará alguna avería
en el aparato.
Por lo tanto creemos el siguiente cuadro de interés
á nuestros lectores.
26
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
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FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 27
Para terminar la descripción de los aparatos de ex-
tracción, damos las dimensiones de dos máquinas de mo-
ler de igual capacidad pero de simple y doble engrane, y
además las de la máquina del Central Redención en Puer-
to Principe.
MñQÜINñ DE SIMPLE. ENGRANE
DEL
INGENIO "SAN AGUSTÍN. "-REMEDIOS,
DE LA SRA. VIUDA DE ARIOSA. .
CONSTRUCTOR MIRLEES AND TAIT-GLASGOW.
Diámetro del cilindro de vapor 0m4G0
Curso del pistón 1. 400
Revoluciones 30
Diámetro del piñón 0,560
ídem de la catalina *8, 500
ídem de las coronas . . 0,859
Presión del vapor en atmósfera 4rrG0 libras.
Diámetro de las mazas 0, 900
Largo idem idem 2,000
MAQUINA DE DOBLE ENGRANE,
DEL
INGENIO "LOS CAÑOS'-GUANTÁNAMO,
CONSTRUCTORES, CATL Y C?-PARIS.
Diámetro del cilindro 0,m6 00
Curso del pistón..., 1, 200
Revoluciones 30
Diámetro de las mazas 0, 900
Laro-o idem idem 2, 000
' 28 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
Diámetro del volante G,m500
ídem del primer piñón 0, 728
ídem de la primera catalina 3, 028
ídem del segundo piñón 0, 823
ídem de la segunda catalina 3, 300
Kevol liciones de las mazas 1, 790
Presión del vapor en atmósfera 4 =00 libras.
MHQUINñ DE DOBLE ENGRHNE
DEL
INGENIO CENTRAL "REDENCIÓN
PUERTO PRINCIPE.
Constructora la compañía de Fives-Lii.lk.-Fiíaxcia.
Diámetro del cilindro de vapor 0,mG40
Curso del pistón 1, 200
Diámetro del primer piñón , 0, 730
ídem de la primera catalina 3, 300
ídem del segundo piñón 0, 828
ídem de la segunda catalina 3, G41
Ídem de las mazas 1, 000
Largo de las mazas 2, 000
Revoluciones del eje de la máquina 32
Ídem de las mazas 1, 01
Hendí miento. — Se llama rendimiento de un tra-
piche la relación entre el peso de jugo extraido y el peso
de caña correspondiente. En los trapiches modernos, va-
ria entre el 52% y el 65% del peso de la caña-, según la
presión y cantidad de jugo contenido en ella; pero se pue-
de considerar el rendimiento de 02% como el más usual
en buenos aparatos.
Si suponemos en la caña el 00% de su peso en jugo,
(d rendimiento de 02% representa el 08,8% del total de
aquel ó sea del contenido en la planta, quedando pues
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 29
31,2% del total en el bagazo y el 28% del peso de la caña
suponiendo un 10% de leñoso.
Cien kilogramos de caña darán, pues, con un rendi-
miento del 62% ele su peso, 02 kilogramos de guarapo y
quedarán 38 de bagazo conteniendo 28 kilos de guarapo.
A 9 i grados Beaumé según se puede ver en el cuadro n° 1
conteniendo 100 kilos de jugo, 17 k 14 de azúcar y sales
de los cuales 1G del primero próximamente, la cantidad
de azúcar contenido en las 38 de bagazo será de k 4,5 es
decir, por cada 100 de caña molida, quedarán por extraer-
se k. 4 s de azúcar. Considerando que cien kilos ele caña
contienen 90 de guarapo, la cantielael ele azúcar contenielo
en 100 kilos de caña, será de k. 14, 40 y los 4? que que-
dan en el bagazo representan una pérdida elel 31%
Con un rendimiento de 52% del peso de la caña que-
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dan 48 kilos de bagazo por cada 100 de caña, ele los cua-
les 38 de guarapo contenienelo á 9¿ grados Beaumé k. 0,00
de azúcar ó sea el 6: 14,4 — 41% del azúcar total contenielo
en la planta.
La determinación elel rendimiento, se hace sumando
el volumen ele los tanques, pailas ó elefecadoras que se
lian llenado ele jugo con un peso de caña conocido, y co-
mo lo es el grado y por lo tanto la densidael del gua-
rapo es fácil multiplicando el volumen ele éste por su den-
sidad hallar el peso y dividido éste por el ele la cajia dará
como cociente, el renelimiento.
O sea en fórmula: VXD
R=
P
Dónele:
R. — rendimiento.
V. — volumen elel guarapo extraído.
D. — -densidad según su graduación J
P. — peso ele la caña.
El volumen elel guarapo debe calcularse en frió pues
30 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
♦ "
á medida que aumenta su temperatura, disminuye su
densidad y los cálculos de rendimiento serian inexactos.
Hemos visto que con un rendimiento de 62% quedaba
en el bagazo 4, k 5 de azúcar y G con el de 52% por don-
de se puede comprender la importancia que tiene una
buena extracción y su influencia en los beneficios de Hn
de zafra. Esto es tan aparente y tan sabido que no debe-
ríamos extendernos más sobre el particular, pero conclui-
remos haciendo un I cálculo aproximado de la pérdida pe-
cuniaria que representa el azúcar que queda en el bagazo.
Un ingenio, muele 300 carretadas de caña de á 100
(a diariamente y trabaja 120 días de zafra, lo cual da un
total de 300X100X120=3.600,000 @ de caña y supo-
niendo una extracción del 52% con la cual liemos visto que
quedaban G de azúcar en el bagazo de 100 de cañarse ha-
brá dejado pues, de extraer 216,000 (a) de azucaró sea
334 bocoyes de 16 quintales.
Con una "extracción del 62% la pérdida será de 250
bocoyes próximamente.
El bagazo que proviene de caña mal molida á causa
de la mayor cantidad de agua que contiene, se seca con más
dificultad, y á pesar del gran poder calorífico que atribu-
yen algunos al azúcar que contiene, preferible sería, á ser
posible, envasarlo todo en sacos, en lugar de echarlo en
las fbrña&as.
Además de la pérdida ocasionada en la extracción
del jugo, existen otras en el curso de la fabricación que
influyen mucho en el rendimiento total. Estas se derivan
de las cachazas, mieles, lavados etc., de las cuales resulta
que de las 14.40 de azúcar que deberían obtenerse teóri-
camente de 100 de caña, solo se obtienen, cuando más.
de 9 ¿ á 10 en aparatos buenos y bien atendidos, y de
5 á 7¿- con trenes comunes, según los casos.
Fácil es ver, sin embargo, que la mayor pérdida
existe en el trapiche, y á disminuirla van encaminados
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA. 31
varios aparatos y procedimientos, entre los cuales los más
eficaces son la remolida, la difusión y la desñbración.
Doble y triple presión.— Xa doble presión
consiste en hacer pasar el bagazo por otro trapiche que
lo esprime de nuevo. En el trayecto del primero al segun-
do, recibe el bagazo una inyección de cierta cantidad de
agua caliente que favorece la extracción del azúcar que
contiene. La disposición de la segunda máquina de moler
es en línea con la primera ó á escuadra, de manera que
el primer conductor de bagazo derrame sobre el conductor
de avance de la segunda. La triple presión empleada en
pocos ingenios, consiste simplemente en hacer pasar de
nuevo el bagazo por un tercer trapiche, del cual sale casi
pulverizado y gran parte de él inservible, por lo tanto,
como combustible, no compensando á nuestro entender,
la cantidad de jugo que de él se obtiene el costo de la
triple molida y la pérdida de combustible.
Experimentos hechos en el ingenio Saij Antonio del
Excino. Sr. D. Mamerto Pulido en 1883, dieron un ren-
dimiento en el primer trapiche de 60%, en el segundo
de 7% dando un total de 67% del peso de la caña en jugo,
.ó sea el 74.6% del total de éste. Posteriormente se obtuvo
el 62% en el primero y 8.68 en el segundo, dando un
rendimiento total de 70.68% del peso de la caña, ó sea el
80% del contenido en ella. Esos experimentos ge lleva-
ron á cabo en la forma siguiente: se molieron 500 arrobas
de caña que dieron en primera presión 7,480 libras de
guarapo y 5,020 de bagazo, ó sea el 60% y el 40% respec-
tivamente del peso de de la caña.
En la segunda presión, resultaron 883 libras más de
guarapo sin imbibición, ó sea el 7% del peso de la caña,
dando como hemos dicho un total en los primeros expe-
rimentos de 07%.
En el ingenio San Joaquín, del Excmo. Sr. Conde
de Casa Ibañez, se practica la doble y la triple presión.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE (JA XA.
De primera presión se obtenía el 62%, á 10° el bagazo
recibía cierta cantidad de agua y pasaba al segundo tra-
piche donde se extraía jugo que representaba el 14%
á 8 grados. El bagazo resultante era sometido á la triple
presión, y se obtenía un 5% más de jugo á 5 grados, siendo
pues el rendimiento total puro sin adición de agua, del
81% del peso de la caña en guarapo á 9.34 grados. Con-
teniendo los 81 kilos de guarapo á 9°34k11.34 de azúcar
y en la suposición de contener 100 kilos de caña 14.4 de
azúcar quedaban aún en el bagazo hecho polvo, 3 kilos
de azúcar.
No creemos en la utilidad de la triple presión, pues
á más de la pérdida de gran parte del bagazo como com-
bustible á causa de su desagregación al salir del tercer
trapiche, es dado ocasionar frecuentes roturas de guijos,
c'írgenes y mazas á causa de su poca compresibilidad
después de haber recibido ya dos presiones.
Las aberturas entre las mazas mayor, cañera y ba-
gacera de los trapiches de primera, segunda y tercera
presión, deben ser distintas, pues en efecto en el primero
entra caña que puede abandonar 02% de su peso en gua-
rapo al pasar por sus mazas, mientras que en la segunda
presión, no quedándole más que el 28% de jugo en 38 de
bagazo, solo puede perder el 27% de su peso, y la diferen-
cia de aberturas entre sus mazas no puede ser tan grande
como en el primer molino, y deben graduarse teniendo en
cuenta la cantidad de bagazo que hay que moler y el
carácter estoposo de éste, que le hace propenso á aforarse
entré las mazas.
Para evitar el costo de instalación de dos distintos
trapiches, se han ideado de varias mazas, cinco ó seis,
(pie á nuestro entender resultan complicados, necesitan
varias cuchillas y -en caso de avería, no se puede como en
los dobles trapiches, moler en simple presión con el que
(|ueda sano.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 33
DesfibradorClS. — Estos aparatos, tienen todos
por objeto preparar la caña, rompiendo sns nudos y corte-
za para que al pasar por el trapiche se facilite la mayor
extracción del guarapo, pudiendo llegar á ser ésta del 70
al 75 %\ contando con un buen trapiche. Las hay de va-
rias clases, distinguiéndose las de dos mazas y los de una
sola y por su menor costo y mayor facilidad de instalación
pueden ser y son de gran utilidad para ayudar á los trapi-
ches y obtener rendimientos casi tan elevados como con
la doble molida.
Las de dos mazas, consisten de dos cilindros horizon-
tales provistos de dientes en zig-zac, los cuales encajan por
la revolución de las mazas los dientes de la una dentro de
los huecos correspondientes de la otra, cortando la caña
en pequeños trozos y desfibrándola en parte, produciendo
ya cierta cantidad de guarapo, en esta operación.
En las desfibradoras de un solo cilindro, como en la
de Faure, éste tiene en toda su superficie ranuras helizoi-
dales y la caña es arrastrada por la masa y «obligada á pa-
sar entre ella y una plancha cóncava fija, provista tam-
bién de ranuras helizoidales, pero en sentido contrario á
las de la maza. El resultado del movimiento de arrastre
de la maza, de la presión contra la plancha inferior y de la
acción de las ranuras en espiral, es el de determinar una des-
fibración verdadera en todo el largo de la caña y producir
la salida de ésta en una capa homogénea y fácil de pasar por
el trapiche, con lo cual se obtiene una extracción elevada.
Todas las desfibradoras son movidas por -máquinas
ele vapor independientes, y lo mismo que los doble tra-
piches, pueden instalarse en línea ó á escuadra con el con-
ductor de caña.
Difusión. — Los excelentes resultados obtenidos
con la aplicación de la difusión á. la remolacha; han hecho
pensar en aplicarla á la fabricación de azúcar de caña; y
después de muchos experimentos y creación de muchas y
ÍJ4 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
diversas formas <le baterías de difusión, se ha conseguido
por fin que. sea hoy un hecho práctico.
Una de las empresas constructoras que más y con
mayor constancia se han ocupado de este importante pro-
cedimiento y con el mejor éxito, es la Compañía de Fives
Lille, de París, habiéndole cabido el ser la primera en
instalar una fábrica ele azúcar de caña sin molino y con
el uso exclusivo de la difusión — en Almería, España,
el año 1884. Desde entonces, en vista de sus buenos re-
sultados, se han ido instalando varias otras baterías de
difusión de la caña en Australia, Java y Surinam, y de
bagazo en Torre del Mar, Nerja, Motril, Málaga y Adra,
en España.
La capacidad de las baterías de difusión instaladas
en Australia para la Colonial Sixjar Refíning Companij en
188G, es de 600 toneladas de caña en 24 horas.
Una de las mayores dificultades con que han tenido
que luchar los constructores de aparatos de difusión apli-
cada á la caña, ha sido con la de prepararla conveniente-
mente para ser tratada en los difusores. En efecto, una
de las condiciones principales es la de poner la caña en el
mejor contacto posible con el agua caliente empleada en
virtud que el procedimiento viene á ser ni más ni menos
que un cocimiento sucesivo de la caña en agua. Para lo-
grar este resultado se emplearon entre otros, los corta-ca-
ñas sistema Geay y Jouin, que la cortaban en rebanadas
y podían producir 3,400 kilogramos por hora.
Losensa3'os hechos en Java mostrando la superioridad
del corta-cañas horizontal de Sudenburger al vertical de
Geay y Jouin, motivaron un arreglo entre la Compañía,
de Kives-Lille y la sociedad Sudenburger para la construc-
ción de los corta-cañas de ese sistema.
El trabajo de estos aparatos es de 10 á 12,000 ki-
los de caña cortada por hora.
Una vez resuelto este problema y las convenientes
FABRICACIÓN DE AZUCAE DE CAÑA. 35
modificaciones hechas á las baterías de difusión, á causa
de la diferencia de materia sacarina, ha sido posible ex-
traer el 90 % del azúcar contenido en la caña.
En otra sección daremos detalles más completos so-
bre la forma, dimensiones y resultados de los nuevos apa-
ratos empleados en la aplicación de la difusión á la caña
de azúcar, procedimiento de gran porvenir en la Isla -de
Cuba y otros países donde se cultiva esa planta.
36 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
CAPITULO III.
DETERMINACIÓN DE LA FUERZA DE LAS MAQUINAS. CABALLOS
DE FUERZA. FORMULAS DIVERSAS.
S l A fuerza de las máquinas se expresa y divide en
caballos nomínale*, indicados y efectivos.
Se considera la fuerza equivalente á un caballo cuando
es suficiente para levantar 33,000 libras inglesas á un pié
en un minuto, i
La unidad que sirve de medida es la de una libra
elevada á un pié en un minuto, á lo cual llaman foot pound
los ingleses y norte americanos.
La unidad francesa y usada generalmente en Europa,
es la de un kilogramo elevado á un metro en un segundo,
unidad equivalente á la inglesa.
La diversidad de caballos de fuerza y sus diferentes
interpretaciones, da origen á cada momento á confusión
respecto de la fuerza de las máquinas, y con este motivo,
creemos oportuno dar algunas explicaciones sobre este
asunto.
Para determinar la fuerza de las máquinas, el célebre
ingeniero inglés Watt, fué el primero que determinó la
unidad de 83,000 footpounds como equivalente al trabajo
de un caballo, empleado á elevar agua; y en aquel tiem-
po, siendo las presiones usuales del vapor muy bajas
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 37
relativamente á las de hoy dia, su fórmula estaba conforme
con la fuerza de un buen caballo. Hoy aunque se sigue
empleando esta unidad, la potencia de las máquinas es
proporcionalmente mucho mayor que era en aquella fecha,
debido al empleo de presiones superiores y mejor ejecu-
ción de las piezas que componen los aparatos motores.
Se llama fuerza nominal á la fuerza de una máquina
hallada según la fórmula de Watt, que es la siguiente,
siendo
D diámetro del cilindro en pulgadas inglesas.
C curso del pistón en pies.
P=7 libras presión media del vapor sobre el pistón
descontando 1.5 por rozamientos.
R— revoluciones por minuto.
D2X,7854x7ftX2XCXR-
N? i. F N= ^
33000 #
es decir, la superficie del pistón, multiplicada por la pre-
sión constante de 7 libras, luego por dos veces el curso,
puesto que el pistón recorre dos veces el cilindro á cada
revolución, y después por el número de éstas, dividiendo
el total por 33,000 libras.
La superficie de cualquier pistón ó círculo se halla
multiplicando el diámetro por sí mismo, y luffgo por el
número constante 3.1416 (r) dividido por cuatro, lo cual
dá el número 0.7854 que hemos puesto en la nuestra.
Simplificando, resulta la que se usa en Inglaterra
conocida con el nombre de fórmula del Almirantazgo, y
que es como sigue:
D2V ;
W 2. FN=-
6000
representando por V la velocidad del pistón en pies por
minuto, que como hemos dicho, se determina multipli-
38 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
cando dos veces el curso por el numero de revoluciones
por minuto.
La fórmula francesa equivalente es:
D-C N
N?:5 ; FN=
0.59
la letra C indicando el curso en metro y N las revolu-
ciones.
Estas fórmulas son todas aplicables á máquinas de
condensación, pero para las de los ingenios que son de
alta presión, se ha modificado la del Almirantazgo ingles
como sigue:
D^XV
N<?4. . FN=
1000
ó lo que es lo mismo, área del pistón multiplicada por la
velocidad de 250 pies por minuto, luego por la presión de
60 libras por pulgada cuadrada y dividiendo por mil el
producto.
Sucede además, (pie cada constructor tiene su fórmu-
la especial que dá más ó menos caballos de fuerza. Por
ejemplo, una máquina de moler de 60 c/m de diámetro
de 'pistón, lm,200 de curso y 30 revoluciones por minuto,
de una fábrica francesa, figura tener 60 caballos nomina-
les, cuanflo por la fórmula anterior se halla tener 1*35
Así es que para obtener los 60, es menester reformar la
fórmula como sigue:
DJXV
N<? 5. FN=
60X72
En todas las fórmulas francesas hay que determinar
el área del pistón en centímetros cuadrados, el curso cu
metros y el tiempo en segundos y por lo mismo la presión
no debe figurar en libras sino en kilogramos por centí-
metro cuadrado.
FABEICACIÓN DE AZUCAE DE CAÑA. 39
De paso sea dicho que un kilogramo por centímetro
cuadrado equivale á 15 libras por pulgada cuadrada, á
lo cual se llama una atmósfera por equilibrar á la presión
del aire al nivel del mar, sobre iguales superficies.
Creemos, en vista de esa confusión y de existir caba-
llos de 75, de 150, de 200 y hasta de 250 kilográmetros,
tomados como unidad por diferentes fábricas, que la mejor
fórmula es la siguiente, aplicable á todos los casos.
AXPX2CXR
N? 6. F N= ¡
33000
donde A es el área del pistón.
P la presión en el manómetro.
C el curso.
• R las revoluciones.
Ejemplo: una máquina de moler tiene las siguientes
dimensiones:
Diámetro del cilindro 24 pulgadas. •
Curso 4 pies.
Presión 60 libras.
Revoluciones 30 por minuto.
Luego
242X0,7854X8 piésX60 ft>X30R
N? 7. F N=¡
33000 libras. •
que dá un resultado de 197 caballos.
Además de la fuerza nominal, existen como hemos
dicho, caballos indicados y efectivos.
La fuerza indicada, se determina por igual fórmula
que la anterior, pero en lugar de emplear la presión del
vapor según el manómetro, se emplea la presión inedia
dada por el diagrama que describe un aparato llamado
indicador, cuando se coloca en comunicación con el cilin-
dro durante una revolución completa de la máquina.
40 FABRICACIÓN DE AZUCAH DE CAÑA.
Además, indica el aparatito en cuestión, si las vál-
vulas de repartición trabajan bien ó mal. No lo conoce-
mos empleado en ningún ingenio á pesar de las ventajas
de su uso.
La presión inedia del vapor, puede también determi-
narse del modo siguiente, conociendo la distancia recorrida
por el pistón al terminar la entrada de vapor ó su intro-
ducción. Al efecto, supongamos ser ésta de 7/10 y la
presión inicial de 60 libras al entrar en el cilindro.
Durante el primer décimo y hasta los siete, el vapor
trabaja sin expansión y su presión es de 60 libras por
pulgada cuadrada, después á medida que aumenta la ex-
pansión disminuye aquélla, según la ley de Mariotte y se
pueden indicar sus variaciones par medio del siguiente
cuadro:
CURSO DEL PISTÓN. Presión del vapor. .
1? décime
9?
>
60 libras.
60
39
60
49 „ '
00
5?
60
6? ,.
60
7?
60
S*-'
60X7
02.5
9<?
8
60X7
46 (')
Id
9
60X7
42 0
10
TOTAI
061.1 libras.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 41
y dividiendo por 10 resulta una presión media de Ibs. 56.11
por pulgada cuadrada.
Sustituyendo esa presión en la fórmula n? 7, se ob-
tiene la siguiente:
242X0,78ñ4X8 piésX56 Ibs.XSO
N<?8. FI= = 184
33000
Como se puede observar, la rebaja de 3/10 del vapor,
solo produce la pérdida de 1/15 de la presión inicial, por
lo cual se comprende las grandes ventajas de emplear el
vapor con expansión, sobre todo en las máquinas cuyo
vapor fie escape no se utiliza como en las de los ingenios
provistos de aparatos al vacío, para la concentración del
guarapo.
La fuerza efectiva es la que resulta de lis indicaciones
de un aparato llamado dinamómetro, el cual se coloca
sobre el eje motor y determina la fuerza efectiva desarro-
llada por la máquina, después de vencer sus propios
rozamientos y demás resistencias pasivas. Estas son muy
variables y se pueden calcular equivalentes á 1 libra por
pulgada cuadrada de pistón en aparatos bien construidos.
La fórmula n° 8 se reduce pues á la siguiente:
242X0.7854X8X55X30
N<? 9. F. E. =— . = 171
Las revoluciones de las masas de un trapiche, siendo
por ejemplo de 1.79 por minuto, cuando las de la máquina
motriz son de 30, á causa de los engranes, la presión del
trapiche según el principio conocido, de Jo que se (jema en-
42 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
fuerza se iñevde en veloci¿lad, debería ser de 30:1.79z=16.75
ó sea unas 17 veces mayor que la de la máquina, de lo cual
resulta una fuerza de presión entre las masas muy elevada,
y fácil de determinar partiendo de esa ley, pero sobre la
cual no creemos necesario extendernos dada la índole
de este libre.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 43
CAPITULO IV.
DE LOS APARATOS EMPLEADOS PARA LA FABRICACIÓN DEL
AZÚCAR, ANTES DE LOS APARATOS AL YACIÓ. —
TRENES COMUNES Ó JAMAIQUINOS. — - MARECHALES. — •
• TACHOS ROTADORES.
p Empleábanse casi en todas partes, los trenes comunes
ó jamaiquinos. Se componían de una Serie de calde-
ros de hierro llamados pailas, montados sobre una plata-
forma formada por un mismo asiento á poca altura del
suelo, y debajo de los cuales circulaba el fuego que se
encendía en las parrillas situadas debajo de una de las
cabezas de dicha plataforma. Las pailas eran y son ge-
neralmente en número de cuatro en cada tren y cuando
los trenes consisten de ocho, se les llaman treneí? dobles.
Las pailas van de mayor á menor, estando las parrillas,
situadas debajo de la más pequeña que se llama tacho, y
que por ser la que recibe el guarapo ya muy concentrado
y en disposición de darle el punto, requiere más calor.
La cabeza opuesta á las parrillas, comunica con la
chimenea, y era muy usual el establecer en el tragante
una caldera multitulular, llamada áe fuegos perdidos que
aprovechando la gran cantidad de calórico que se perdía
sin utilizarse en las pailas, al salir de debajo de éstas,
ayudaba á las demás calderas en la generación del vapor;
44 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
El guarapo al salir del trapiche, vá á la primera pai-
la llamada de recibo y cachacem. En ésta hierve y sufre
la primera limpieza, quitándose en ella la nata ó cacha-
za, que continuamente aparece á la superficie. Al consi-
derársele limpio, por medio de unos cubos de cobre fijos
á largos mangos de madera llamados bombones y .que se
mueven á estilo de remo, se pasa el guarapo á la segunda
paila, donde hierve de nuevo y sufre nueva limpieza á
medida que vá concentrándose por la vaporización, la cual
llena la casa de pailas de nubes de vapor. Luego pasa
á la tercera, donde aumenta su concentración y por últi-
mo se pasa á la cuarta ó tacho donde se acaba de concen-
trar hasta una densidad conveniente que generalmente
varía entre 42° y 48° Beaumé.
Existen varios medios para pasar el jugo Je una
paila á la otra, además de los bombones pero creemos inne-
cesario el describirlos.
A los 45 grados, los cuales pueden considerarse como
término medio de la concentración, el guarapo tiene muy
cerca del 85 % de azúcar disuelto á una temperatura de
115 grados centígrado, de lo cual resulta, que al pasarlo
á ¡/a vetas ó sea tanques planos, á bocoyes ó á hormas, al
enfriarse, deja cristalizar la maj^or parte del azúcar que
ya no puede contener en disolución, formando una parte
cristalina más ó menos clara que se llama azúcar mascaba-
e7o,en bocoyes, en gavetas ó en hormas, según sea el sistema
empleado. Cada uno de estos tiene en el fondo uno ó
varios agujeritos por donde escurre la miel ó parte que no
ha cristalizado, á unas canales que la conducen á de-
pósitos convenientes.
Como se vé, la fabricación de azúcar mascabado es
háStante sencilla, pero existen varios detalles de los cuales
los maestros de azúcar están al corriente, y que influyen
mucho en el rendimiento y calidad del azúcar obtenido.
Como á medida que vá evaporándose el agua del
EABKICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 45
guarapo disminuye su nivel en las pailas, se clá entrada
continuamente á nueva cantidad de líquido, mientras que
la cachaza extraida de todas ellas vá, la parte líquida á la
de recibo y la más espesa, al depósito de cachaza.
Las pailas de recibo, tienen de 500 á 600 galones y
cada tren, según experimentos que hemos podido hacer
puede concentrar 12,000 galones de guarapo de 91° á 20°
en 18 horas, dando 8 á 9 bocoyes de azúcar en el mismo
tiempo.
El combustible usado es la leña y el bagazo, y á pesar
de la buena construcción de los reverberos, es grande el
desperdicio de calórico, por la poca superficie relativa de
las pailas expuesta al fuego y grande absorción de calor
por las maniposterías que las sostienen.
Aparte de esa causa de pérdida de combustible, el
guarap» sometido á elevadas temperaturas al contacto
del aire, se requema, y por la lentitud de la concentra-
ción*, tiende á la fermentación, por cuyos motivos se pier-
de también parte del azúcar; pero una áW las mayores
causas es el que desaparece con las cachazas, y que al
fin del dia representa una cantidad importante. Todas
esas causas de pérdida de azúcar, el poco aseo de los tre-
nes, la cantidad de vapores de que se llena la casa calde-
ras y otros inconvenientes han hecho que se adopten en
todas partes los aparatos al vacío, que si bien tienen los
suyos, requieren menos combustible y se obtiene ct>n ellos
mejor y mayor cantidad de azúcar.
Además de los trenes comunes se emplean otros siste-
mas como son los trenes Marchall los Javaneses y otros
muchos; de que escusamos hablar por ser los ya mencio-
nados los mejores.
El tren Javanés es por el mismo estilo del tren co-
mún, es decir, á fuego directo: consiste de un tanque de
hierro muy largo y angosto, dividido en varios comparti-
mientos, en el primero de los cuales entra el guarapo para
W) FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
salir del último ya concentrado. Las parrillas se hallan
debajo de éste, como en los trenes comunes y la limpieza
se hace con mucha facilidad, pues la cachaza se dirije
siempre hacia el primer compartimiento. La buena dis-
posición de las íbrnallas y conductos, y la relativamente
mayor superficie expuesto al fuego, los hacen preferibles
á los tres comunes.
Entre los aparatos de evaporación al aire libre, de-
bemos mencionar los trenes llamados en la Isla de Culta,
trenes Marshall. Consisten — figura 4. — Lámina 2-en unos
tanques cilindricos, provistos de un borde anular en su
parte superior, y uno ó más serpentinas de cobre por donde
circula el vapor directo, en el fondo. Su diámetro inte-
rior suele tener 2 metros, la profundidad 1 y el borde
oU centímetros de ancho por 15 de alto. El vapor entra
en los serpentines por una llave válvula, á mano del ope-
rador, y sale condensado por el extremo opuesto del ser-
pentín donde se halla una válvula de retención llamada
de retornos, d" los cuales hablaremos en otro lugar.
Llena la evaporadora de guarapo hasta los 20 centíme-
tros del borde y abierto el vapor, á los ocho ó 9 minutos
empieza á hervir, y aparece una nata en la superficie, que
es la cachaza, la cual se vá quitando con una espumadera
ó sable de madera y echando en la canal anular. Esta
tiene un agujero que comunica con el interior y por el
cual vuelve la parte líquida después de haber pasado por
una rejilla que retiene la mas espesa. Cuando el borde
está casi lleno de ésta, por medio de otro orificio en la ca-
nal tapado con un fartt;/o ó lla.ee se deja ir al depósito
de cachaza ó car/iaeera.
La evaporación en estos aparatos, es mucho más
rápida que en los trenes ya descritos, tanto así, que cual-
quier descuido de la llave de vapor hace rebosar el líquido
y se originan derrames, con los resultados consiguientes
de quemaduras y pérdidas de azúcar.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 47
Cada evaporadora de las de serpentín con las di-
mensiones ciadas, puede evaporar por hora 800 kilogra-
mos de agua y reducir 3,000 kilogramos de guarapo á
1,000 kilogramos de meladura marcando 27 grados Beau-
mé, en dos horas y media. En 16 horas podrá por lo
tanto producir cada una
1,000X16
= 0,400 kilógs. de meladura á 27°
2.5
ó sea la suficiente para 4.25 bocoyes de azúcar contenidos
en unos 21,500 kilogramos de guarapo á 9¿c.
En todos los trenes al aire libre se recibe el guarapo
del trapiche en dos ó más tanques de depósito, provistos
de un doble fondo donde circula el vapor. De ese modo
vá de allí á los trenes ya calientes y se sabe, contando
las vec^s que se vacían, la cantidad de jugo extraído al
fin del dia. Otra operación muy importante se realiza en
ella y es la defecación, echándoles una cantidad de cal
variable según la clase de jugo y cabida d§ los tanques.
Esta cal, como veremos en el capítulo dedicado á la defe-
cación, produce reacciones químicas en el seno del guara-
po de las cuales resultan, la separación de muchas mate-
rias extrañas al azúcar, que ó van al fondo del tanque ó
á la superficie, dejando en el intervalo el guarapo más
claro y con mayor pureza.
Desde la invención de los aparatos al vacío, «muchos
ingenios se han provisto de tachos al vacío para dar punto
al azúcar, conservando empero sus trenes comunes, Mars-
hall, Javaneses, etc. El resultado es superior al sistema
más antiguo de dar el jntnto en una paila é intermedio
entre los dos. No podemos menos que concluir esta ligera
reseña dando una ligera descripción de los tachos rota-
dores ele Winfeld.
Consisten estos, en dos discos lenticulares de cobre,
huecos y paralelos, montados sobre el mismo eje, unidos
48 , FABRICACIÓN DE AZÜCAlí DE CAÑA.
entre sí por una serie de tubos también de cobre. El eje
recibe un movimiento de rotación por medio de una má-
quina y el aparato gira sumergiendo la mitad de los tubos
elí una cubeta llena de Méhtdivru más ó menos densa.
(Jomo el vapor circula por dentro de los tubos y discos.
resulta una gran superficie de calor en contacto con el
líquido, el cual va evaporándose á medida que los tubos
van sumergiéndose y saliendo de él, hasta una densidad
propia á botar la templa ó. vaciar el tacho. Casi siempre
hay tres ó cuatro juntos, movidos por la misma máquina.
Da resultas de existir siempre la mitad de los tubos
fuera del líquido, y cubiertos de una capa de este, el calor
del vapor que encierran, carameliza ó requema el azúcar,
de lo cual resulta una pérdida de éste, que unida á otros
desperdicios al fin de zafra representa una disminución
notable en los ingresos.
Son innumerables los diversos sistemas de evapora-
ción al aire libre, además de los descritos, pero escusamos
pasarles revistii, por haber desaparecido unos, no haber
llegado á existir otros y ser ineficaces ó á lo menos no
tener ventaja sobre los que hemos mencionado, los que
existen en pocos ingenios.
Terminaremos este capítulo dando una ligera idea de
la marcha á seguir para calcular la cantidad de guarapo
necesario para un número de bocoyes ó peso de azúcar
determinado y la meladura que resultará después de su
evaporación hasta una concentración conveniente para
pasarla al tacho, que tomaremos á 27° Büaunió.
D — Densidad del guarapo, (dh°.
\y — Densidad de la meladura, 27°.
P — Peso del guarapo.
P' — Peso de la meladura.
P" — Peso del azúcar.
(ni) — Cantidad por ciento de azúcar en el guarapo
setrún su graduación.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 49
Supongamos una tarea de 3,000 bocoyes de azúcar
ó sea 25 diarios durante una ?:<tfra de 120 dias.
Se necesita para ello producir 25x720k= 18,000 de
azúcar al día. Conteniendo el guarapo á 9 2 grados el 16%
de. azúcar aproximadamente, la siguiente proporción nos
dará el guarapo teórico necesario para que dé esa cantidad:
100 : 16 ::x: 18,000
18,000X100
x = =112,500
16
ó sea 113,000 kilos en números redondos, contando con
las pérdidas ocasionadas durante la elaboración; y para
esa cantidad se necesitarán de jugo en el supuesto de un
rendimiento del 62 %, y contener la caña el 14.4 % de
azúcar, unos 200,000 kilos de de caña que darán 125,000
kilos de guarapo.
La meladura á 27° conteniendo el 50 % de azúcar
los 18,000 kilos de éste necesarios requerirán teórica-
mente:
18,000X100
1=36,000 kilos de meladura.
50
Y si restamos, por último, ésta de la cantidad de
guarapo, resultarán: *
125,000— 36,000=89,000 kilos de agua que hay que
evaporar durante el dia y por lo tanto los aparatos de
evaporación deberán tener condiciones para ello.
En resumen, si se conoce el peso P" de azúcar que se
quiere extraer, el guarapo P necesario se determina por
la fórmula
100XP"
p=
(m)
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
Si se quiere saber la meladura necesaria á un peso ó
grado (n) se hallará por la siguiente :
P"X150
F=
(b)
Estos cálculos son bastante aproximados para apriori
poder formar idea del rendimiento. Si con el polarimetro
se determina con exactitud el % de azúcar contenido
en el guarapo y se coloca ese valor en lugar de (m) en la
fórmula primera, el resultado será la cantidad de guarapo
teórica necesaria para el peso P" de azúcar, y dividiéndolo
por el verdaderamente extraído se obtendrá el coeficiente
de rendimiento.
Este coeficiente suele variar del 33 al 66 % según la
clase de aparatos usados en la fabricación y su manejo.
Depende también mucho de la clase de caña, pues es
natural que la caña raquítica y con guarapo pesando 8°,
en igualdad de fabricación no puede dar el mismo coefi-
ciente de rendfmiento que la jugosa ó la que contiene gua-
rapo 10 y 11° Baumé. En algunos puntos de la Isla de
Cuba se produce caña cuyo jugo marca 13° y contiene
por lo tanto en 100 kilos de guarapo unos 22 de azúcar,
pudiendo calcularse estar este en la caña, en la proporción
del 1 8 %.
0EWÍWDM PJIRfH.
)^.^t^=^M^^^é^M^t^=^¿
SEGUNDA PARTE
APARATOS AH. VACIO.
CAPITULO I.
r
«DEFECACIÓN.» CUERPOS EXTRAÑOS AL AZÚCAR.
I A elaboración en aparatos al vacío, se* puede dividir
en cinco partes distintas que son la Defecación, la Eva-
poración, la Clarificación, la Cristalización ó templa y la
Purga ó separación de los cristales de azúcar. De cada una
de ellas hablaremos separadamente.
Para la defecación, se emplean unas calderas de cobre
cilindricas con fondo semi esférico de cobre al interior y
de hierro fundido al exterior, quedando entre ellos un
espacio llamado doble fondo por el cual circula el vapor
trasmitiendo su calórico al líquido contenido en el caldero.
A tales aparatos, cuyo dibujo clamos en la lámina número
2, se les llama defecadoras.
El guarapo, impelido por la bomba del trapiche y de
la cual hemos ya hablado, va á las defecadoras, directa-
mente ó á través de un aparato llamado calentador del
cual hablaremos más adelante.
Las defecadoras varían en tamaño pero las más
usuales tienen 40 ó 50 hectolitros de cabida ó sea 1,056 y
54 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
1,321 galones americanos respectivamente de 3 litros 785
el galón.
El vapoi* es admitido en el doble fondo por una llave
colocada á la derecha y á una conveniente altura para su
manejo, comunicando por medio de un tubo con el de dis-
tribución de vapor y por otro con dicho doble fondo. Para
la entrada de guarapo, tiene cada defecadora su llave
que comunica con el tubo de alimentación general pro-
cedente del tanque de depósito. Para su salida una
vez defecado, existe en el fondo una llave de dos vías; la
una es para el guarapo limpio y. la otra para la cachaza,
turbios y agua procedente de los lavados. Una de las vías
ó salidas está provista de un tubo giratorio que reparte
según se desee y convenga el líquido á una de las dos
canales de hierro situadas, debajo y á lo largo ' de las
defecadoras. Una dé estas canales recibe el guarapo
limpio y lo conduce á un tanque, llamado tanque de gua-
rapo defecado) la otra recoje el guarapo turbio que es el
primero en salir, en mayor ó menor cantidad, cada vez
que se vacía una defecadora, y lo conduce á otro tanque
llamado tanque de cachaza.
Existe además, como hemos dicho, otra canal al lado
de las ya mencionadas en la cual, cambiando la dirección
de salida, cuando la defecadora se ha vaciado ya de gua-
rapo, cae la cachaza espesa y el agua que ha sido emplea-
da para el lavado.
En algunos ingenios se hace ir la cachaza y los tur-
bios en el mismo tanque para después pasarlos por los
Fillros-prenseis, ])ero creemos preferible el separar la cacha-
za gorda del guarapo turbio, pues del otro modo resulta una
cantidad muy grande de cachaza y por lo tanto una lil-
t ración más larga en los filtros-prensas.
Para el lavado de las defecadoras tiene cada una,
su llave de agua comunicando todas ellas con la misma tu-
bería general.
J a-nu'.,i<:^ "V
_f WsVflO"'<*- dw»/ ..>. QAO^»^-^»-"»
7f¿¿¿Z*r
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA. 55
Cada doble fondo tiene un orificio para la salida del
vapor condensado del cual se llenaría bien pronto sin este
requisito, y á fin de que no salga el agua con demasiada
rapidez y con ella el vapor, ocasionándose con ello pérdidas
de combustible, el tubo de cobre por donde se efectúa la
salida, tiene una válvula de retención llamada válvula de
retorno, que comunica por medio de un tubo pequeño con
el general de retornos el cual los lleva á un regulador del
que hablaremos á su tiempo.
El numero de defecadoras necesarias varía según la
cantidad de guarapo que sea menester trabajar yes por lo
general ele 6 en aparatos para elaborar 3,000 bocoyes ele
azúcar. Se puede considerar suficiente una cabida de de-
fecadoras equivalente á 1,320 galones por 100 toneladas
de caña molida en 24 horas, y S3 colocan juntas en hilera
facilitándose así su servicio y las mismas tuberías de
vapor, de agua, de guarapo y de retornos sirven para la
hatería de defecadoras.
DefecwclÓíl. — La defecación se opera como sigue:
cerrada herméticamente la llave de fondo á fin de que no
salga el contenido de la defecadora, mientras se llena, se
abre la de entrada de guarapo; al llegar este á tapar la
junta del doble fondo con la parte cilindrica, se abre gra-
dualmente la llave de vapor, nunca de golpe, de manera
que al estar llena la defecadora de guarapo esté *la llave
toda abierta. Aunque decimos llena, no debe pasar el
nivel del guarapo de unos 12 c/m. del borde ó sea de 4 á
5 pulgadas, para dar cabida al aumento de volumen oca-
sionado por el calor y dejar lugar para la cachaza, sin lo
cual se derramaría. Poco antes de llegar á ese nivel y es-
tando ya el guarapo caliente, se le echará una lechada de
cal en cantidad variable según la clase de guarapo y se
revolverá bien el jugo. La mejor temperatura para ello
es la de 85 á 90 grados centígrado, pues está probado que .
á esa temperatura es cuando la cal ejerce mejor su acción
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
sobre el guarapo. El tiempo usual para llenar una defe-
cadora es de 20 minutos y si hay presión de vapor sufi-
ciente, ó sea de 55 á 60 libras, y se opera como liemos dicho,
á los 15 minutos de estar llena y 35 de haberse empezado
á llenar se notará movimiento en la superficie del guarapo
y deberiá entonces cerrarse la llave de vapor para abrirla
después de nuevo con mucho cuidado; á los dos ó tres mi-
nutos se producirá igual movimiento, pero más acentuado,
se cuarteará la capa de cachaza más ó menos parda que
flota sobre el jugo, y por las grietas aparecerá mc/m¿(/ más
líquida que irá extendiéndose sobre la otra. Ciérrese in-
mediatamente del todo la llave de vapor á fin de evitar la
ebullición, es decir, que hierva el guarapo, circunstancia
que echaría á perder completamente la operación. Obtenido
el resultado antedicho, el guarapo está defecado y as halla
separado en tres zonas distintas; la inferior es turbia y se
compone de precipitados, compuesto de sales insolubles, tie-
rra, cal, etc., más densos y mezclados con parte de guarapo
al cual enturbian. Esta parte varía mucho en cantidad, de-
pendiendo de la clase de caña, de la defecación y del tiempo
que se ha dejado reposar el guarapo después de defecado.
Varía entre el i % y el 2 % del volumen del guarapo
contenido en la defecadora. Encima de esa parte turbia
se llalla la zona de guarapo defecado, claro, transparente
y de un vcolor más ó menos dorado. Sobre éste, el cual
ocupa la mayor parte de la defecadora, flota una capa de
10 c/m. á 15 e/m. de espesor, oscura, blanda y compuesta
de albúmina, cal, materias leñosas y otras menos densas
(pie el guarapo. Véase, pues, cual importante ha sido
simultánea de la cal y del calor sobre el jugo de la cana
en poco tiempo.
Terminada la defecación, se deja descansar el líquido,
de 10 á 15 minutos para dar tiempo á la separación total
de las materias en suspensión en el guarapo, después de
lo cual se procede á vaciar la defecadora.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 57
Para ello, se abre la llave del fondo y se dá salida á
los turbios para su corres pon diente canal; a los pocos mo-
mentos empieza á salir claro el guarapo, dorado y más ó
menos transparente, y se cambia el tubo giratorio para la
canal de guarapo. Durante unos 10 minutos, sigue saliendo
este limpio, y al empezar á salir turbio de nuevo, se cierra
la llave y se abre para la canal de cachaza, donde cae la
cachaza gorda, acompañada de un poco de agua eme el in-
dividuo encargado del lavado de las defecadoras vierte al in-
terior para liquidar algo más la cachaza espesa y favorecer
su salida. Estando ya la defecadora bien limpia de nuevo, se
cierra la llave de fondo y queda lista para otra operación.
Por lo tanto para cada defecación, hay que contar con
35 minutos para llenar y defecar, estando el guarapo á
45°; de 10 ál5 para reposar y otros 10 á 15 para vaciar y
lavar una defecadora; total una hora próximamente.
En cuanto se ha concluido de llenar una, se abre la
llave de guarapo de la siguiente, á fin d» no detener la
corriente de aquel mientras sea posible; de lo contrario si
las defecadoras son insuficientes ó mal atendidas llega á
ser necesario hacer parar la máquina de moler é inte-
rrumpir el trabajo.
Una defecadora llena de guarapo á 45° centigrado y
defecada á los 35 minutos, es decir, habiendo llegado á 95°
su temperatura ha necesitado »
4,000 X (95—45) = 200,000 caloríes
y su doble fondo teniendo una superficie de 5 metros cua-
drados correspondientes á un diámetro de l.m80, cada me-
tro cuadrado ha trasmitido 40,000 calones en 35 minutos,
ó sea por hora
40,000X60'
¡ -68,500 •
35
Hemos supuesto en el último cálculo el calor especifico
del guarapo igual al del agua, pero siendo menor de un
58 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
veinte por ciento los caloríes trasmitidos por hora y me-
tro cuadrado de doble fondo serán de unos 54,800 aproxi-
madamente.
La cal empleada en la defecación, debe ser de la más
pura posible, pues si contiene sales y cuerpos que le sean
extraños algunos de ellos se combinan con el guarapo y
contribuyen á que el resultado de la defecaciónno sea tan
eficaz como con cal buena. Debe reducirse á polvo y
mezclarse con agua ó con el mismo guarapo en propor-
ciones que varían del » al i por ciento de la cantidad del
jugo á defecar ó sea de 7 á 15 libras por defecadora de 1,000
«alones seo-fin la clase de caña.
De varias maneras, se puede conocer si el guarapo
tiene poca ó mucha cal después de haberlo defecado. Si
en el guarapo limpio después de la operación se introduce
papel de tornasol azul y se pone la parte mojada roja, es
señal ele poca cal por tener aún ácidos, — si se conserva
azul es señal f&e suficiente — ó que está en exceso. Toman-
do entonces papel tornasol rosado y mojándolo en el mis-
mo guarapo si cambia al color azul será señal de tener cal
sobrante, pero si conserva el mismo color indicará ni
exceso ni deficiencia — es decir que el guarapo es neutro.
El color y formación de la cachaza, dan también á
comprender lo mismo, pues la falta de cal da menos ca-
chaza, ekta es de un color muy oscuro, se cuartea poco al
defecar y al vaciar la defecadora quedan partes de ella
adheridas á los costados. Cuando por el contrario está
la cal sobrante, la cachaza es abundante, de color amari-
lloso, se cuartea mucho y además el olor es fuertemente
alcalino.
Por el mismo color del guarapo defecado, se suele
también conocer; pues si es amarillo dorado y traspa-
rente es señal de tener la suficiente y estar bien defeca-
do; si es amarillo verdoso indica tener poca y si al contra-
rio es rojizo, tiene demasiado. Estas variaciones de color
FABRICACIÓN DE AZUCAE DE CAÑA. 59
y el olor especial de cada clase son índices, combinados
■con los de la cachaza para dar á comprender si el guarapo
está mal ó bien defecado. Agregaremos que solamente la.
práctica puede llegar á hacer apreciarlos como es de-
bido.
Para examinar el guarapo al salir de las defecadoras,
se emplea un tubito corto de cristal abierto por su parte
superior, y engastado por la inferior en un mango de ma-
dera, de suficiente largo para no quemarse las manos con
las gotas de guarapo caliente que saltan al rededor de la
llave al vaciarlo dentro de las canales.
La acción de la cal en la defecación depende de su
combinación como álcali, con los ácidos de las bases, de la
cual resultan sales insoluoles en caliente, que se precipi-
tan alibndo. La acción del calor facilita estas combina-
ciones y además coagula la albúmina que como menos
densa que el jugo sube á la superficie con las materias
leñosas y otras azoadas que forman la cachea.
El efecto de la cal es sin embargo más aparente que
verdadero, pues gran parte de ella se combina con el azú-
car, formando dos sacaratos, uno insoluble en caliente que
se precipita y otro soluble que va depositándose en las
fases posteriores de la elaboración. Además, como vamos
á ver no todas las bases quedan eliminadas por la defeca-
ción simple que es de la cual tratamos, y con 1& idea de
efectuarlo así se han ideado infinidad de medios, de los
cuales únicamente la doble carbonatación es empleada
fuera de la Isla, con éxito y de un modo general.
Las bases que constituyen las sales del guarapo age-
uas al azúcar son principalmente la cal, la potasa la sosa y
la magnesia combinadas con ácidos orgánicos ó minerales
como el ácido carbónico, el ¡fosfórico, el sulfúrico, oxálico
cítrico, etc., con los cuales se combina la cal en la defeca-
ción dejando libres las bases que se precipitan en . su
mayor parte.
CO FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
Cantidad de sales y cuerpos extraños
á eliminar, durante la elaboración. — Refi-
riéndonos al análisis de la caña de azúcar hecho por el
Sr. Payen y que creemos de los más completos, vemos
que las materias orgánicas como la albúmina, legumina,
diversas esencias y sustancias, grasas y resinosas, repre-
sentan el 0,92 por ciento del peso de la caña. Las sales
solubles é insolnbles el 0,28 por ciento y la silice el 0,28
dando todo ello un total de 1,40 por ciento del peso de la
Caña en sales y materias azoadas. En el supuesto de un
rendimiento del 62 por ciento en guarapo del peso de la
caña ó sea del 69 por ciento del jugo total en 100 partes
de este existirían 2 de cuerpos extraños ó sea el 2 % de su
peso y los 125,000 kilogramos de guarapo necesarios para
hacer una tarea de 25 bocoyes al dia de 16 horas,4conten-
clrán 2,500 kilos de cuerpos extraños á eliminar ó hacer
desaparecer, y la cantidad total al fin de zafra será de
120X2, 500=1*300 toneladas métricas de sales y cuerpos
extraños al azúcar.
El objeto principal de la defecación es, pues, el de
separar la mayor parte posible de ellas por impedir la
cristalización del azúcar en pro porción variable, según la-
clase de base, una parte de potasa impidiendo cristalizar
seis de azúcar, y siendo la más dañina.
A £se fin, para la elaboración de azúcar refino, se
emplea, además de las cinco operaciones de la defecación,
la concentración, clarificación, templa y purga, la filtra-
ción del jugo por medio del carbón animal, antes y después
de la concentración, por lo cual se separan además de todas
las materias colorantes, del 15 al 20% de materias orgánicas
y minerales, sobre todo de las primeras. Actualmente en
la isla de Cuba son pocos los ingenios que se dedican á
elaborar azúcar refino, haciéndolo mascabado para su
venta en los mercados extranjeros y sucesiva refinación:
por lo tanto la separación délos cuerpos extraños al gua-
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 61
rapo en las cinco operaciones que constituyen la elabora-
ción usual no es todo lo eficaz que pudiera desearse.
La defecación separa el 50 % de las sales y el 18 %
de las materias orgánicas ó sea el 40 % del peso total de
los cuerpos extraños.
La evaporación en el triple efecto contribuye por su
parte á separar del 20 al 30 % de las mismas, descompo-
niéndose por la acción del calor y de la cal, gran parte de
las orgánicas, con producción de cierta cantidad de amo-
niaco que sale con las condensaciones.
La clarificación de la meladura por el vapor, dando
lugar á depósitos calcáreos en los serpentines y descompo-
sición parcial de las materias azoadas, contribuye por su
parte á la separación del 8 al 12% de ellas.
Resumiendo vemos pues que por la defecación se eli-
minan «por término medio el 40%, por la evaporación el
25% y por la clarificación el 10 dando un total de 75%
de la cantidad total eliminada, quedando en el jugo hecho
ya meladura el 25% restante; es decir, 'que é*h la templa ó
sea al tacho de dar punto irán 2.500 kilosX^5^625 kilos
de cuerpos extraños al azúcar con la meladura suficiente
para hacer 25 bocoyes al día. Hemos supuesto una elabo-
ración muy cuidadosa en ese caso, pero lo más usual es
que quede el 40% en el tacho de las materias orgánicas y
minerales contenidas en el guarapo primitivo.
La c] arificación influye mucho en la epuracioii ó lim-
pieza de la meladura á pesar de algún efecto nocivo moti-
vado por la acción del calor al aire libre sobre la meladura
y si tanto ella como la defecación y evaporación se efectúan
con inteligencia, se llega á disminuir notablemente la can-
tidad de sales y cuerpos orgánicos restantes y se obtiene
por lo tanto mayor cantidad de azúcar que es lo que con-
viene y debe procurarse.
El mejor modo para determinar y comprobar la dis-
minución de esos cuerpos, es empleando el polarimetro
62 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
y analizando con él muestras de guarapo crudo y defecado,
y meladura sin clarificar y clarificada. El cociente de
pureza irá aumentando y se deducirá Fácilmente si la ela-
boración está bien ó mal conducida.
Los cuerpos extraños que lian resistido á la elabora-
ción dificultan la operación de la templa, de la cual habla-
remos oportunamente, y si están en exceso, vuelven la
masa sacarina viscosa, á lo cual se le llama tener goma, difi-
cultan la cristalización del azúcar y su purga, ó separación
de los cristales, }r producen una gran cantidad de melaza
donde quedan en su mayoría juntos con una cantidad de
agua que suele ser del 10% del volumen de la templa á
fin de que se pueda vaciar el tacho fácilmente.
Si la elaboración permitiera que la meladura llegara
al tacho, como disolución de azúcar puro, se podría conse-
guir la cristalización de este, casi en su totalidad, por
templas sucesivas, y esta es la razón por la cual tantos
agentes diferentes se han ideado para aproximarse lo más
posible á ese Ideal. ' Sin embargo, á pesar del sin número
de ellos, ninguno ha logrado suplantar la cal en la defeca-
ción con ó sin carbonatación, y la filtración simple ó doble
por el carbón animal, operación la más importante para
la eliminación de los cuerpos extraños é indispensable
para el tratamiento del jugo de la remolacha que contiene
tres y cuatro veces más que el de la caña.
El procedimiento de la carbonatación que hemos
¡mencionado, consiste en echar en las defecadoras un exce-
" so de cal doble ó triple de la usual, para luego hacer pe-
netrar en el guarapo una cantidad de ácido carbónico que
se combina con la mayor parte de ella y por lo tanto
además de hacerse mejor la defecación, queda el guarapo,
si así conviene, casi libre de la cal que es imposible elimi-
nar del todo por la elaboración, sin ese procedimiento.
La operación se efectúa en tanques construidos apropósito,
pues da lugar á mucha cachaza y á un aumento de volumen
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 63
considerable mientras dura la carbonatación que es muy
usada con éxito en Europa.
Con el mismo objeto de depurar los jugos lo mejor
posible, Mr. Dubrunfaut ha conseguido separar el azúcar
de sus cuerpos extraños empleando la barita la cual tiene
la propiedad de formar con el azúcar un sacarato de barita
insoluble en caliente. Defecado el guarapo, se le echaba
del 55% al 60% del peso teórico del azúcar, se revolvía
bien y al llegar el líquido á la ebullición se formaba un
depósito de sacarato de barita el cual se secaba y descom-
ponía después por el ácido carbónico ó sulfúrico, dando
50% de azúcar, 22% de barita y un 25 ó 28% de agua.
Este notable procedimiento ha sido abandonado por el
carácter venenoso de la barita que era indispensable neu-
tralizar del todo, y hasta dejar en la disolución sacarina
un exceso de ácido, á fin de prevenir las náuseas y vómi-
tos á que daría lugar si en ella quedara algo de barita.
Conocida la propiedad del alcohol absoluto de no di-
solver el azúcar, puro, se ha querido sacar partido de ella,
disolviendo en alcohol á 80°, el azúcar y sales del
jugo de la planta (remolacha) cortando antes esa en
pedacitos. Se concentraba después la disolución y el residuo
se disolvía en alcohol absoluto; este se apoderaba de las
sales y dejaba el azúcar puro. Apesar del éxito de ese
procedimiento en lo que se refiere á la separación de los
cuerpos extraños, la pérdida de alcohol por evaporación
era tan grande y tan costoso el trabajo de desagregar la
planta para facilitar la penetración en todos sus poros del
alcohol, y además se necesitaba tanto tiempo para la ope-
ración, tiempo que variaba de 3 á 4 días, que tampoco su
uso ha pasado al dominio de la práctica.
Creemos haber dicho lo suficiente respecto de ese
importante particular, que contribuye mucho al mayor ó
menor rendimiento de azúcar y cuyo éxito depende del
cuidado é inteligencia con la cual la elaboración se lleva á
64 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DÉ CAÑA.
cabo. Como liemos dicho, lo mejor es el empleo del pola-
rimetro para analizar los jugos en cada período de la fa-
bricación y darse asi cuenta exacta de su progreso.
Además de ese instrumento, debe tenerse á mano un
aerómetro Balling y otro Beaumé. Si se quiere analizar
la cantidad de materias orgánicas contenidas en el guara-
po, se puede hacer uso de una huiría de Mohr y de una
disolución de tanino que es el agente más eficaz para hacer
aparente la existencia de esas. Empleando disoluciones
en que se conozca la cantidad de tanino que contengan y
echándolo con cuidado, gota á gota, en el guarapo que se
quiere analizar se ven formar enseguida copos flegmosos
y blancos, y observando el momento en que una gota de
guarapo limpio puesta en contacto con una de sulfato de
hierro se oscurece inmediatamente, se suspenderá la adición
del tanino, pues es señal de no existir ya materia?» orgá-
nicas libres en el guarapo que se analiza. Sabiéndose que
seis partes de tanino saturan una de materias azoadas,
bastará dividí1? el tanino empleado por seis para obtener
el tanto por ciento de ellas contenidas en el guarapo.
Para los análisis alcalinos, se podrá emplear un alca-
límetro, y con los instrumentos enumerados de fácil
adquisición y con algún cuidado, es indudable que la elabo-
ración mejoraría notablemente, sobre todo en ingenios
donde á pesar de tener aparatos modernos, no obtienen
más renüimiento que el 7 ó 11 % en azúcar del peso de
la caña, cuando deberían obtener el di y hasta el 10 con
las máquinas existentes en ellos.
En la Guadalupe, el promedio de 20 de sus mejores
ingenios fué el año 1884 de 9 %, llegando dos de ellos al
1 " 7o-
Si recordamos que la caña á í)z° Beaumé, tiene 14.40
% de azúcar aproximadamente, del cual se saca en la isla-
de Cuba y en las Antillas francesas é inglesas el 00 % y
con mucha dificultad, cuando más, el 04 %,¡*q ve que aún
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 65
con los aparatos modernos la pérdida es grande, pues llega
al 40 %\ y si esto sucede con buenos aparatos, ¿cuál no será
en los .ingenios provistos de trapiches que muelen mal, y
donde se tolera una pérdida constante de guarapo en las
cachazas, además de la mala elaboración que en ellos se
efectúa? Cosa es, por lo tanto, de gran interés, el empleo
de todo procedimiento que tienda á la extracción de la
mayor parte posible del azúcar y una buena defecación
contribuye mucho á ese resultado, debiéndose hacer uso
en ella más bien de un exceso de cal que pecar por falta
de ella, mientras no venga algún otro agente de defeca-
ción de uso tan sencillo á suplantarla con éxito.
En Europa, por la filtración, carbonatación y muchí-
simo cuidado, se obtiene del 72 al 75 % del azúcar con-
teniclo^en la remolacha, y creemos que el dia en que los
ingenios de la isla de Cuba puedan aproximarse á ese ren-
dimiento, será uno de los paises donde más barato y con
más facilidad se podrá producir azúcar á pasar de la sus-
titución del trabajo esclavo por el trabajo libre última-
mente realizado.
66 FABRICACIÓN DE ALUCAE DE CAÑA.
CAPITULO II.
CACHAZA. CACHACERAS. — FILTROS PRENSAS. MONTEJUS.
pA n el curso de la fabricación del azúcar, sobre todo en
la defecación, va quedando más cachaza á medida
que aumenta la limpieza del guarapo, y parte de éste
según el mayor ó menor cuidado, se va con ella, dando
lugar á pérdidas de azúcar bastante considerables, Con-
viene por lo tanto tratar de separarlo de las cachazas y
reducir estas al grado más seco posible. Con este objeto
se han ideado muchos medios, de los cuales los más usados
son las cachaceras y los filtros prensas.
Cae Jl(( ceras, — Las cachaceras, fig. 5, se compo-
nen de un tanque rectangular, de hierro, provisto de un
serpentín sencillo ó doble de cobre, por donde circula el
vapor calentando la cachaza y saliendo condensado por su
válvula correspondiente de retorno. La cachaza que re-
sulta de la elaboración pasa á estos tanques, que son dos,
por lo menos, y al estar casi llenos se les da vapor; al
notarse indicios de empezar á hervir, se cierra la llave de
aquel, se deja reposar el líquido, y al cabo de una hora ó
dos (cuanto más tiempo mejor) se repite el mismo fenó-
meno que en la defecación, es decir, el fondo del tanque
lo ocupa cachaza turbia y densa, el centro guarapo claro y
la superficie cachaza blanda y más seca. Abriendo llaves
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 67
escalonadas colocadas en el frente de la cachacera, se ex-
trae el guarapo limpio, y al salir turbio, se levanta .el
tapón que cierra un agujero grande que tiene el tanque en
el fondo, y por allí sale la cachaza gorda y la parte de
guarapo turbio, los cuales van á un depósito de donde se
surte el alambique para sus baticion es junto con la miel,
de la cual hablaremos más adelante.
En la operación de defecar la cachaza, deben obser-
varse las mismas reglas que en la defecación; no abrir la
llave de vapor de golpe, y cerrarla antes de que tenga lu-
gar la ebullición. De otro modo se revuelve la cachaza,
y se hace muy difícil la separación de las varias materias
que la componen, y de la cual resulta guarapo limpio de
7o á 8o B. La cachaza espesa que resulta, suele estar
compuesta de sulfato y carbonato ele cal, materias orgáni-
cas, agua y más ó menos azúcar según la cantidad de
guarapo que aún contenga.
Una cachacera cía por lo general del 5(¿ al 60% de su
contenido en guarapo claro á 7o y 8o Beaumé, por donde
se puede ver que sin el uso de ellas la pérdida es grande.
• Las cachaceras, además de sus llaves de vapor, de
retornos, de alimentación, de agua para lavar y su tapón
de salida, tienen como hemos dicho dos llaves para extraer
el guarapo una sobre la otra á distancia de unos 20 centí-
metros ó sea 8 pulgadas; de ese modo se puede dejmr correr
primero la parte turbia por la llave inferior y abriendo las
dos á la vez dar salida con más facilidad al guarapo lim-
pio. Este método es conveniente donde por falta de cacha-
ceras suficientes, hay poco tiempo disponible para su ope-
ración.
Filtros-prensas. — (Fig. n9 6.) — A pesar de las
cachaceras, no se obtiene la separación completa del gua-
rapo de la cachaza y esto ha dado lugar á que en las
instalaciones modernas, además de ellas se empleen los
filtros-prensas los cuales bien atendidos separan casi com-
68 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
pletamente la parte líquida de la sólida, convirtiendo la
cachaza en panes casi sólidos, compuestos de la parte or-
gánica que ha resistido á la elaboración, y mucha cal y
sales procedentes de la defecación.
Los filtros-prensas Trinks, consisten en una serie de
platillos (doce ó veinticuatro por lo general) rectangulares
con marcos de hierro fundido provistos de dos planchas
de hierro onduladas y perforadas, los cuales dejan entre
ellos un espacio por el cual el guarapo separado de la ca-
chaza penetra y se dirije á una llave colocada en el borde
inferior de cada marco. Estos platillos pueden moverse
sobre dos barras de hierro laterales que les sirvan de apoyo,
y entre otros dos platillos, uno de ellos fijo al pedestal poste-
rior y el otro movible por medio de un tornillo de rosca cua-
drada, que se hace girar por medio de un volante. Ambos
platillos de las cabezas son muy fuertes y tienen además
las llaves de guarapo correspondientes en su parte inferior.
Los demás san movibles á mano por medio de dos mangos
de quita y pon que se cambian de platillo á platillo. Un
agujero de 2 pulgadas en el centro de cada uno de estos,
hace comunicar todos ellos entre sí, y con la llave de ca-
chaza situada y fija al soporte posterior del filtro-prensa.
Esta llave comunica además con una de vapor. Una canal
de hierro situada debajo de las 14 ó más llaves de guarapo,
recibe <sste al salir cuando funciona el filtro-prensa. Para
que esto suceda se necesita armarlo, lo cual se efectúa por
medio de dobles paños llamados servilletas, provistos de
dos agujeros, y que una vez doblados sobre la parte supe-
rior de los platillos coinciden con los del medio de estos.
Un tornillo y tuerca de bronce formando un tubo corto
de igual diámetro al de la llave de cachaza, aseguran las
servilletas herméticamente al platillo y las incomunican
con las superficies de ellos.
Para la operación de este aparato, lo primero es ar-
mar el filtro prensa, es decir, poner en los platillos sus
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 69
correspondientes servilletas y asegurarlas bien por medio
de sus tuercas. Hecho esto, se hace girar el volante y el
platillo que enrosca en el tornillo, se va aproximando á
los otros, los va juntando y por fin los comprime entre sus
servilletas con la fuerza que pueden ejercer dos hombres
sobre el volante, la cuál produce una presión considerable.
Se puede abrir entonces la llave de cachaza y ésta impeli-
da por el vapor del montejus del cual hablaremos, entra
por el tubo formado por los agujeros de los platillos y se
extiende entre todas las servilletas de estos; la misma
presión hace que el guarapo pase por ellas y penetre entre
las planchas onduladas de donde sale por la llave corres-
pondiente. El resultado se hace aparente en los catorce
ó más chorros de guarapo limpio que salen de las llaves -y
caen en la canal, mientras la parte sólida se queda en-
tre los platillos.
La canal de guarapo, comunica por un tubo con el
tanque de guarapo defecado. *
Al cabo de una hora más ó menos, las llaves no de-
jan caer ya más que gotas de guarapo y es señal de que
el filtro-prensa está lleno de cachaza y obstruido. Enton-
ces se procede á la limpieza, que consiste en separar de
los otros por medio del tornillo el platillo principal todo
lo que permite el aparato, (unas doce pulgadas) con lo
cual queda suficiente espacio para que con una paleta de
madera se puedan limpiar los paños, cayendo la cachaza
ya dura en un depósito de donde se trasporta al campo
para utilizarla como abono, y concluyendo la limpieza pa-
sando la paleta sobre las servilletas. Esta operación se
repite con todos los platillos hasta que todos ellos estén
limpios, cerrando después de nuevo el filtro-prensa con lo
cual se deja listo para otra carga de cachaza.
Hecho lo anterior, para cerciorarse que han quedado
libres el tubo central y las llaves de guarapo, se hace cir-
cular el vapor abriendo la suya, y cerrando antes todas
70 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
las de guarapo menos la del último platillo. Si sale vapor
por esa, es señal de estar el filtro-prensa limpio, en caso
contrario , indica estar obstruido y generalmente se reme-
dia manteniendo por varios minutos vapor dentro de la
prensa, el cual acaba por ablandar la cachaza dura que
puede haber obstruido los conductos.
Respecto á la utilidad de esos aparatos, el autor tuvo
lugar de hacer ensayos y experimentos en el ingenio «San
Agustín» con los tres filtro-prensas existentes en aquel»
ingenio y de los cuales creemos útil dar algunos datos.
Las cargas diarias eran seis por cada filtro. El pri-
mer dia cada filtro daba 2,760 litros de guarapo limpio,
durando cada filtración dos horas y produciendo 400 litros.
El segundo dia duraba una hora, y daba 138 litros en la
primera ó sea 1,464 diarios. El tercer dia, filtraba solo
125 en la primera hora y 750 litros por día, estando ya
entonces las servilletas inservibles y siendo necesario su
cambio. De manera que cada filtro-prensa separaba de la
cachaza
el primer día 2,760 litros de guarapo.
el segundo » 1,464 » » »
eí tercer » 750 » » »
® T( )TAi 4,9 74 litros de guarapo.
Con los tres, 15,000 litros; es decir, que por dicha opera-
ción se obtenía de la cachaza, que ya había pasado por las
cachaceras, un bocoy de azúcar diario aproximadamente.
Como se puede ver cuanto más limpias las servilletas
mayor resultado se obtiene, y es por lo cual conviene
cambiarlas cada tres días á lo más.
Como es natural, no solamente varía la filtración de
la cachaza según las horas y días que lleva funcionando
el filtro-prensa, sino que si se considera la primera hora
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 71
dividida en cuartos y las servilletas limpias su poder fil-
trante es
en el primer cuarto.../. 1
en el segundo » 0.50
en el tercer » ." 0.36
y en el cuarto » ....0.30
El personal necesario para tres ó cuatro filtros-prensas
es de dos hombres para cambiar los paños, limpiarlos y el
manejo de las llaves. Son aparatos muy fuertes y que
deberían emplearse en todos los ingenios, pues manejados
con cuidado dan excelentes resultados. La única desven-
taja es la deterioración de las servilletas ocasionada por
la acción del vapor y causticidad de la cachaza, por efecto
de la cal y potasa que contiene, pero de ningún modo exce-
de el costo de su repuesto y manejo á la ganancia produ-
cida por su uso.
Además de los filtros-prensas sistema Trinks, que
hemos descrito se han ideado y construid^ muchos otros
sistemas como son los filtros Kroog, los de Helaers, los de
lavado absoluto, los de Dehne y otros varios que están en
más ó menos uso hoy día tanto para los jugos como para
la cachaza. Los filtros de Kroog lo mismo que los de
lavado absoluto se distinguen en que los platillos en lugar
de tener el orificio de entrada de la cachaza en el medio
lo tienen en uno de los bordes, con lo cual se facilita la
colocación de las servilletas. En conexión con esta clase
de filtros se suele emplear en lugar de un montegus para
impeler la cachaza ú otro líquido, una bomba especial
impelente.
Los filtros llamados de lavado absoluto, se llaman así,
porque después que se han formado ya las tortas de ca-
chaza entre los platillos y no sale más guarapo por las
llaves, se cierran éstas y se abre una llave de agua que la
recibe con presión. Esta agua atraviesa por conductos
convenientes que tienen los platillos del prensa en sus mar-
72 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
genes, las torteas de cachaza, les extrae gran «parte del azúcar
que aún contienen y sale por un orificio terminado por
una cubeta pequeña de cobre de la cual va al tanque
de guarapo y donde un aerómetro indica la densidad del
agua que sale, la cual puede graduarse segundos casos y
la conveniencia de efectuar una extracción más ó menos
completa del azúcar contenido aún en las tortas de cacha-
za, pudiendo conseguirse el lavado absoluto de ellas si así
se desea.
Los filtres de Loze y Helaers, llamados también de
efectos múltiples se distinguen en que sus platillos son de
madera, y el orificio , de entrada de los líquidos está en la
parte superior de su marco. El número de platillos es de
cincuenta y tres y están simplemente formados de un
marco de madera con dos barrotes verticales que sirven
de apoyo á las servilletas. Son de tres clases, platillos de
entrada, intermediarios y de salida. De estos los inter-
mediarios no tienen ningún orificio de salida y sí los otros
dos, que tienen cada uno una llave en la parte inferior del
marco. El haber hecho los orificios de entrada de los
líquidos en la parte superior de los platillos, evita la falta
de ajuste que ocurre siempre entre éstos y los agujeros de
las servilletas á causa de la contracción que estas. experi-
mentan durante el trabajo.
Los^ platillos están numerados y se colocan en el or-
den siguiente: — l'-' llegada; 29 intermediario; o'-' salida;
4" intermediario; 5" llegada; y así sucesivamente.
El movimiento del jugo es como sigue: llega al cuadro
1, atraviesa la tela ó servilleta entre 1 y 2 y llega al 2;
atraviesa la servilleta entre 2 y 3 llega al 3 y sale del
filtro. Igual trayecto recorre del 5 al 4 después al 3 y
del 5 al G para salir por el 7, y así sucesivamente hasta,
el último platillo del filtro.
Si en lugar de colocar un solo cuadro intermediario
entre el de entrada y de salida, se colocan dos, tres ó eua-
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
tro, el jugo deberá atravesar tres, cuatro ó cinco serville-
tas, de ahí proviene el nombre de filtro de efectos múltiples
que se ha dado al aparato en cuestión. Si se suprimen
todos los cuadros intermediarios la filtración es entonces
á simple efecto.
La práctica en las fábricas de azúcar de Europa pues
no existe ninguno de estos filtros en la isla ele Cuba, ha
demostrado que el mejor modo de servirse de ellos es como
sigue. Para el jugo defecado, á simple efecto, para la me-
ladura, á doble efecto, y para la miel de primera, á sim-
ple efecto.
Su instalación es muy sencilla y á causa de su cons-
trucción y ser de madera sus cuadros, son de poco peso y
fácil manejo.
Para la impulsión de la cachaza á los filtros-prensas,
se emplea un aparato llamado montegus (fig?- 7) . Este está
colocado á un nivel inferior del que ocupa el tanque de
cachaza con el cual comunica por medio de un tubo pro-
visto de una llave. El montegus propiamente dicho,
consiste en un recipiente de hierro dulce cilindrico con
tapa y fondo convexo. La tapa está provista de un tubo
que llega casi al fondo y comunica con los filtros-prensas
por medio de una llave, otra de vapor colocada á su lado
permite introducirlo dentro del montegus. Además tiene
este la llave de cachaza que hemos mencionado y por
último una llave^cita para dejar entrar ó salir el aire. La
operación del montegus es muy sencilla; cerrada la llave
de comunicación con los filtro-prensas, se abre la de aire
y la de cachaza con lo cual entra esa en el montegus; cuan-
do llega su nivel á la llave de aire y empieza á salir por
ésta, se cierra la entrada de cachaza y la del aire. Si en-
tonces se admite despacio vapor dentro del montegus, su
presión actúa sobre la superficie del liquido, y si se abre la
llave que comunica con los filtro-prensas, se precipita la
cachaza por el tubo hacia ellos y la misma presión obliga
74 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
á la parte líquida á pasar através las servilletas, quedan-
do entre ellas la parte sólida.
Si la presión del vapor* es de 4 atmósferas ó sea de
60 libras por pulgada cuadrada, su fuerza será suficiente
para elevar la cachaza á 35 metros de altura próxima-
mente según su densidad y el número de codos que tenga
la tubería. Así es que si en los filtros no se comprimen
bien los platillos es fácil á causa de esa fuerza ver surtido-
res de cachaza, elevarse á gran altura de entre sus
juntas.
Además de los filtros-prensas se usan las cachaceras
para la primera separación del guarapo y de las dos del inge-
nio San Agustín, ya mencionado, las cuales se vaciaban dos
veces al día, se extraían 3000 litros de guarapo ó sea cer-
ca de medio bocoy de azúcar que junto con el economizado
por los filtros-prensas representa un bocoy y medio de
azúcar extraído de la cachaza, procedente de 48 á 50 de-
fecadoras de guarapo, ó sea de 192,000 á 200,000 litros.
La cachaza tal como procede de la fabricación antes de
prensarla representa del 10 al 12% del guarapo, después
de prensada del 3 al 4 según lo haya sido más ó menos.
Contiene siempre gran cantidad de bagacillo, que apesar
del tanque de guarapo del trapiche con sus coladores, es
impelido con el jugo á las defecadoras por la bomba de
guarapo «r La parte de él que queda en los coladores se re-
coje y echa entre las mazas, para que espriman el guarapo
que ha absorbido.
Es muy conveniente, el separarlo del guarapo lo an-
tes posible pues cuanto más puro vaya este á la defecación,
mejor se efectúa esta y la bomba de guarapo está menos
propensa á descomponerse por la introducción de dichos
bagacillos entre sus válvulas. Además hemos visto tupirse
completamente calentadores de guarapo y tuberías con
dicho cuerpo, y en general es dañino á los aparatos por lo
cual debe de filtrarse el jugo al salir del trapiche por me-
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 75
dio de varios coladores de mucha superficie ú otro medio,
lo más eficazmente posible.
El servicio de la cachaza, 6 sea la conducción de la
que ha pasado por los filtros-prensas, se hace trasportán-
dola del tanque donde cae al limpiar aquellos, por medio
de carretillas ó pipas montadas sobre ruedas á los puntos
convenientes del campo, pues- es inútil para el alambique
si se ha hecho con cuidado la separación del guarapo en
las cachaceras y en los filtros-prensas. Donde no existen
estos por el contrario se conduce por medio de tuberias ó
canales á un depósito de donde se surte el Alambique en
los ingenios donde tienen ese aparato. En caso contrario
se conduce al campo perdiéndose completamente el azúcar
que contiene.
En algunas instalaciones, el montegus tiene un tubo
que derrama en una ó dos de las defecadoras, y sirve para
que si al concluir la tarea diaria queda mucha cachaza en
el tanque, se pueda repartir en las defe^doras y darle
vapor en ellas, con lo cual tiene tiempo de reposar duran-
te la noche y al empezar por el día siguiente se vacian
esas defecadoras obteniéndose así gran cantidad de guara-
po clarificado el cual va al tanque de guarapo defecado, y
la cachaza restante al tanque de cachaza conforme hemos
ya explicado al hablar de la defecación.
. Nos hemos extendido algo sobre este particular de las
cachazas, pues no por ser la parte menos limpia de la
fabricación de azúcar, deja de ser una de las cuales pro-
viene mayor pérdida de fruto si se mira con indiferencia,
y no se le dá la importancia que le corresponde.
76 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
CAPITULO III.
TRIPLE EFECTOS. DEFINICIONES Y SU FUNDAMENTO. — BARÓ-
METROS Y MANÓMETROS.
i
,E llaman triple efectos los aparatos de concentra-
ción al vacío usados actualmente en todas las fábri-
cas de azúcar instaladas con maquinaria moderna. Su
invención ha hecho dar un gran paso de adelanto á esta
industria, permitiendo obtener con ellos mayor rendimien-
to con menos consumo de combustible.
Se debe á M. Rillieux la primera aplicación de leyes
físicas conocidas, á la concentración del guarapo, con el
éxito más feliz, siendo por lo tanto acreedor á la mayor
consideración de los países que cuentan entre sus indus-
trias la del azúcar y aún de los que están privados de ella
por lo que ha generalizado s'u consumo la reducción del
costo de producción, debida al empleo de esos aparatos.
Los triples efectos han ido modificándose de forma,
desde el primero que construyó Rillieux, el cual era hori-
zontal, pero su fundamento es siempre el mismo y consis-
te esencialmente en lo siguiente: Producir vacío en dos ó
tres recipientes llamados tachos y aprovechar el calor de
los vapores del guarapo producidos en el primero por el
vapor directo ó de escape de las máquinas, para evaporar
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 77
en el segundo y los de éste en el tercero; de este modo,
con solo el vapor de escape de las máquinas, que antes se
perdía en su mayor parte, se concentra el jugo de la caña
ó de remolacha de 9 á 26 grados Beaumé, lo cual no es
solo un gran ahorro de combustible, sino también muy
conveniente al rendimiento.
Antes de describir los triple efectos creemos oportu-
no dar algunas explicaciones para su mejor comprensión.
Varios experimentos físicos han permitido establecer
las leyes siguientes:
Primera ley. — Todos los líquidos volátiles se evaporan
instantáneamente en el vacio. — De esta primera ley se des-
prende que cuanto mayor sea el vacío sobre un líquido,
más pronto entrará en ebullición. El agua hierve, siendo
destilada, á 100 grados centígrados al nivel del mar, ó sea
con una presión equivalente á una columna de 760 m/m.
de mercurio, ó sea 30 pulgadas inglesas, y á cuya presión
se 11 aína una atmósfera. — Si la presión qs menor entra
en ebullición á menos temperatura, y si por el contrario
es mayor, como sucede en el interior de una caldera, en-
tonces esa temperatura ó punto de ebullición es más ele-
vado.
A continnación damos una tabla donde figura el vacío
de los tachos desde 0 al teórico 760 m/m., ó sea 30 pulga-
das inglesas, y las temperatura de ebullición aorrespon-
diente :
78
FAMÜCACIÓN DE
AZÚCAli DE CAÑA.
VACIO
TEMPERATURAS
CORRESPONDIENTE A UNA ALTURA
DE LOS VAPORES
BAROMÉTRICA DE
EN GRADOS.
Milímetros.
Pulgds. inglesas,
Centígrado.
Farenheit.
0
0
100
212
25.4
1
99
210.2
50.8
2
98
208.2
TG.2
o
O
97
206.4
101.6
4
96
204.0
127.0
5
95
202.8
152.4
6
94
201.0
177.8
. ' 7
. 93
199.2
203.2
8
92
197.4
228.6
o -
90
194.0
254.0
10
89
192.2
279.4
11
88
190.4
304.8
12
86.50
187.7
330.2
13
84.75
184.5
355.6
14
83.25
181.85
381.0
15 ■
81.70
179.0
406.4
16
80.00
176.0
431.8
17
78
172.4
457.2
18
76
168.8
482.6
19
74
165.2
50&0
20
, 72
161.6
533.4
21
69.40
156.9
558.8
22
66.50
151.1
584.2
23
63.50
146.1
609.6
24
60.50
140.0
635.0
25
50.50
143.5
660.4
26
51.50
134.5
685.8-
27
45.75
114.3
711.2
28
38.00
100
736.6
29
25.00
77
760.0
30
0
0
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 79
Según los experimentos ele M. Regnault y otros físicos,
el vacío sobre el agua aún á 0 grados de temperatura, no
es nunca completo, existiendo una tensión de vapor equi-
valente á 4 m/m. 6 de altura en la columna barométrica.
Como se puede ver por la tabla que antecede; con 26
pulgadas de vacío en el tacho de meladura, que suele ser
el máximum en los aparatos de triple efecto, hierve el gua-
rapo á los 51° 5 de temperatura, ó sea con la mitad menos
de calor que á la presión atmosférica, lo cual prueba evi-
dentemente la primera ley enunciada.
Segunda ley. — La temperatura de los vapores saturad ps
es siempre igual á la de los líquidos de que provienen; de lo
cual se desprende que á las 26 pulgadas de vacío, la tem-
peratura del vapor del guarapo que va á la bomba de aire,
es igual á la del líquido que lo origina, ó sea de 51° 5 cen-
tígrado.
En estas dos leyes estriba el fundamento de los apa-
ratos al vacío: pues extrayendo, á medida ¿pie se forman,
los vapores del guarapo en un recipiente ó taeliolá presión
sobre el líquido disminuirá y hervirá más pronto. Si esos
vapores antes de ir á la bomba se encuentran en contacto
con la superficie tubular de otro recipiente cuyos tubos
estén rodeados de guarapo sometido á una presión menor
que en el primero, el calor de los mismos evaporará dicho
guarapo en el segundo, con más ó menos rapidez, según
sea la diferencia de vacío entre los dos. Se tendrá^ pues,
un doble efecto. Si en lugar de ir á la bomba de aire se
hacen aún circular por otra superficie tubular cubierta
también de guarapo, el vacío de éste siendo mayor que en
las otras dos, por estar más inmediato á la bomba, deter-
minará una tercera evaporación del guarapo y se habrá
obtenido el conjunto de un triple efecto en su parte funda-
mental.
Pasemos á dar algunas definiciones de términos que
necesariamente tenemos que emplear en lo sucesivo.
(SO FABRICACIÓN DE AZUCAll DE CAÑA.
Se llama calorié la cantidad de calor necesaria para ele-
var dé un grado la temperatura de wn Jiitóf/ramo de agua
destilada. De modo que para elevar 75 kilos de agua de
20° c. á 50 se necesitarán:
75 X (50—26) = 1800 caloríes.
Se llama calor especifico de un cuerpo, la cantidad ne-
cesaria para elevar de un grado la temperatura de un ki-
logramo de dicho cuerpo. El ador especifico del agua es-
tá representado por la unidad.
Calor sensible es aquél que se puede medir por el ter-
mómetro.
Calor hítente es por el contrario el que no puede me-
dirse por medios directos. Por ejemplo, si.se toma una va-
sija conteniendo agua y se calienta ésta al llegar á los
100° si es destilada, empezará á hervir y seguirá hirvien-
do, pero sin aumentar en un grado su temperatura. ¿Dón-
de pasa, pues, el calor sobrante, que sigue suministrándole
el combustible? Ese es precisamente el calor latente, el
cual desaparece con el mismo vapor. Podemos darnos
cuenta de él del modo siguiente :
Si en una vasija colocamos un kilogramo de agua á 0o
y en otra cinco y medio á la misma temperatura y evapo-
ramos el agua de la primera haciendo pasar por medios
adecuados el vapor á la segunda, al concluirse fie evaporar
el aguace la primera, habremos obtenido en la segunda
6i kilos de agua á 100° centígrado. Es decir, el calor de
evaporización del agua es suficiente á elevar 5 k. 5 de ella
á 100 grados de temperatura, equivalentes á 550 caloríes.
Si á estos agregamos los 100 necesarios para elevar el agua
á 0o al punto de ebullición, la suma del calor latente y
sensible será de G50, suma que es siempre igual, cuales-
quiera que sea la presión del. vapor. Por ejemplo, si es
de cuatro atmósferas, ó sea de G0 libras, corresponde á esa
presión una temperatura de 144° centígrado, y el calor la-
te ule es de 650 — 144 = 506 erados.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 81
En referencia con lo anterior debemos citar la siguien-
te ley. Todo cuerpo sólido 6 líquido, al cambiar de estado,
absbfbé cierta cautidad de calones que devuelve al volver á
su forma primitiva. En el principio enunciado es precisa-
mente donde estriba el fundamento de los aparatos llama-
dos condensadores, de los cuales hablaremos en otro capí-
tulo.
Tercera ley. — A presión igual cada cuerpo cambia de
estado á la misma temperatura. Es decir, el hielo siempre se
funde á 0,° y el agua, hierve en vaso abierto y á la presión
atmosférica á 100° como hemos dicho, lo mismo de todos
los cuerpos que pueden cambiar del estado sólido al líqui-
do ó de éste al vaporoso.
Barómetros y Manómetros— -Las presio-
nes atmosféricas ó las debidas al vacío, se miden por
medio ole barómetros y manómetros. El barómetro se usa
para las inferiores á la del aire libre y los manómetros al
contrario para las superiores.
Si dentro ele un tubo de unos 85 ó 90 centímetros ele
largo, cerrado por una punta se introeluce mercurio hasta
llenarlo, y luego se invierte en una pequeña cubeta llena
del mismo líquido, al poner el tubo vertical se verá que
en lugar ele vaciarse del todo, emeda lleno hasta una altu-
ra fija, ejue es la de 76 centímetros al nivel del mar, de
lo cual se desprende cpie la presión elel aire en lasase del
tubo, cualquiera que sea esta, equilibra á una columna de
mercurio ele 76 centímetros. Si el tubo tiene un centí-
metro cuadrado de base, el mercurio que contiene pesa
l,k 033, si tiene una pulgada su peso es de 15 libras, por
lo cual se dice que la presión atmosférica es igual á 15
libras por pulgada cuadrada ó á l,k- 033 por centímetro
cuadrado.
En la parte de tubo que queda libre de mercurio,
existe el vacío más perfecto que se puede conseguir, y por
lo tanto ese aparato en diferentes formas puede, ponién-
H'2 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAS A.
dolo en comunicación con los recipientes donde se produce
el vacío, indicar la cantidad de éste ó su presión. Eu
efecto, si el recipiente tiene la atmosférica, el tubo estará
completamente vacío de mercurio, pues las presiones inte-
rior y exterior son iguales; pero mientras se vaya aspiran-
do el aire del recipiente, el mercurio irá subiendo hasta
llegar á un límite muy difícil de pasar en la práctica ó sea
de 26 á 28 pulgadas. Tenemos pues un método fácil de
evaluar el vacío en los aparatos.
Como el peso del mercurio y el tubo de cristal lo ha-
cen muy poco llevadero, se inventaron los barómetros y
manómetros metálicos, debidos al distinguido ingeniero
Mr. Bourdon. El principio de estos aparatos es el siguien-
te; si en un tubo encurbado de sección elíptica muy aplas-
tada se determina un vacío casi completo, á medida que la
presión exterior sea mayor ó menor, tendrá el tubo tenden-
cia á encurbarse más ó menos, y si se fija por un extremo
y articula el otro por medio de convenientes engranes á
una aguja que recorra un disco graduado por comparación
con un barómetro de mercurio, se sabrá desde luego el
mayor ó menor vacío ó presión. A veces, en lugar del
tubo, existe un disco compuesto de dos planchas delgadas
de acero, entre las cuales se ha hecho el vacío. Un meca-
nismo fijo á una de ellas, trasmite su movimiento á una
aguja. Tales son los barómetros aneroides, que hoy
día se construyen con muchísima exactitud, y que son
además muy manuables.
En los manómetros usados en los triple efectos, el
tubo casi circular de los del sistema Bourdon, es el que
comunica con el interior del tacho; el mayor ó menor vacio
de este pone en movimiento su tubo ó diafragma é indica
el vacío por medio de la aguja.
En relación con los barómetros y manómetros debe-
mos enunciar la siguiente ley: LfL altura á que sube un
líquido en un tubo es inversamente proporeioiud d su, densi-
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 83
dad. Es decir, si el mercurio se eleva á 76 centímetros
por la presión atmosférica, el agua que pesa 13.60 veces
menos, subirá por cada atmósfera de presión á
76Xl3.G0 = 10.n,-33 de altura.
Para saber según la escala de los manómetros de
vacío, la jDresión que existe en el tacho, bastará saber las
pulgadas ó centímetros que marca. Supongamos que sean
estos de 60 centímetros, la primera será de
7.6c/m-. lk033=76-60:x
76o/m.Xlk03o
x= = 0*258
76
es decir, con un vacío de 60 centímetros existe una pre-
sión dentro del tacho de 0.k- 258 por centímetro cuadrado.
Si se pudiera llegar á los 76 centímetros entonces la pre-
sión sería aproximadamente nula-.
Concluiremos esta breve reseña sobre los manómetros
y barómetros, ádvirtiendo que son instrumentos delicados
con los cuales debe tenerse mucho cuidado y comprobar-
los de vez en cuando, sin lo cual pueden dar lugar á
errores. Recordamos haber visto el manómetro de un
tacho de dar punto marcando 29 pulgadas de vacío,
mientras el termómetro marcaba 78° C correspondiendo
á 17 pulgadas, y cuando se creía que la bomba de aire
funcionaba muy bien, resultaba todo lo contrario. CTsando
como unidad de superficie tanto el centímetro como la
pulgada, el resultado es el mismo, ¡mes si bien la pulgada
cuadrada tiene seis centímetros y medio ele superficie,
también el peso del mercurio que representa la columna
barométrica, es seis veces mayor que el que gravita sobre
la superficie de un centímetro cuadrado.
Triple efecto. — Existen varias disposiciones de
estos aparatos, aparte de algunas diferencias de construc-
ción en los detalles, pero se pueden clasificar en horizonta-
les y verticales. De las verticales, unos tienen los rasos de
84 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE C A ÑA.
■sei/xridad, de los cuales hablaremos á su tiempo sobre los
mismos tachos, ó aparte y montados sobre la misma pla-
taforma. . * .
Además de los tres recipientes llamados tachos que
componen el triple efecto, pertenecen al aparato los acce-
sorios siguientes": un calentador de </nara/)o, una bomba
de aire que es la que engendra el vacío; una bomba de
guarapo caliente, que aspirándolo del tanque de gua-
rapo defecado lo envía al primer tacho del triple efecto;
otra bomba, llamada bomba de meladura destinada á ex-
traer la del tercero y á impelerla á un tanque elevado, de
donde la reciben las clarificadoras. Para desalojar el agua
caliente que proviene de la condensación de los vapores
del guarapo en los dos últimos tachos, hay otra bomba,
llamada bomba de retornos que la impele á otro tanque
elevado, de donde se extrae á medida que se necesita,
para lavar las defecadoras, clarificadoras y demás apara-
tos. Todas e^as bombas reciben su movimiento por me-
dio ele la bomba de aire que tiene su motor dé vapor, yes
trasmitido por sus correspondientes barras de conexión.
Por fin la bomba de agua, aspira de una cisterna, el agua
caliente que proviene de la última condensación de los
vapores del tercer tacho y la impele al enfriadero. De to-
das esas bombas hablaremos en el lugar correspondiente.
El aparato que es hoy el tipo más moderno de con-
centración al vacío, se compone de tres cilindros verticales
ú horizontales llamados tachos. Cada tacho está consti-
tuido de tres partes principales que son: una caja tubular
que encierra muchos tubos verticales de cobre estañado
fijos por sus extremos á dos placas de bronce, que hacen
junta impermeable al aire y vapor con los bordes de la
caja cilindrica exterior que es de hierro fundido. El gua-
rapo circula por el interior de los tubos y el vapor por la
exterior á donde llega por una tubulura grande.
Encima de esta parte llamada calandria, está coloca-
FABEICACIüN DE AZUCAK DE CAÑA. 85
do otro cilindro terminado por un casquete esférico al
cual se llama cúpula; y encima de este se suele poner un
cilindro más chico llamado vaso de seguridad cuando no
está este colocado al lado.
Se les llama vasos de seguridad por estar destinados á
retener las partículas de guarapo ejue siempre tienen ten-
dencia á salir de los tachos con la evaporación, y á ellos
están fijas las válvulas de comunicación.
Cada tacho tiene además los accesorios siguientes:
un tubo de vapor que conecta con la caja tubular y la
cúpula para lavar ésta ó ayudar á la evaporación, abrien-
do la llave que comunica con la segunda. Un tubo de
cobre de alimentación con su llave. Una probeta para
tomarla densidad ó grado del líquido en concentración.
Otro tul)o de cobre que conecta la calandria con el vaso
de seguridad, sirve para desahogar aquélla cuando sea
necesario por bajar mucho el vacío. Hay además una
sebera ó botawacío de bronce para introducir sebo ó dejar
entrar aire caso que la demasiada ebullición lo requiera.
El frente de los tachos está provisto de varios cristales
gruesos por donde se puede observar el movimiento del
guarapo en el interior, y en la parte posterior existe otro
cristal circular para el mismo objeto.
El fondo es de hierro fundido, y de su centro sale
un tubo con una llave que es por donde se vacian los
tachos, comunicando cada uno con el tubo general de
descarga.
Los tubos que forman la caja tubular son de cobre
estañado y tienen por lo regular 50 milímetros de diáme-
tro ó sea 2 pulgadas. En el centro existe por el contrario
uno de 30 y más centímetros de diámetro llamado bullidor
por donde baja el guarapo al fondo, volviendo á la super-
ficie por los pequeños y determinando así una rápida
circulación en la masa del liquido.
Las conexiones entre los tres tachos son las siguien-
86 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
tes: El primero llamado tachó de presión por recibir
directamente el vapor de las máquinas, recibe el guarapo
por medio de un tubo' que comunica con la bomba de (/>'<<-
rapo ó con un aspirador en comunicación ambos con el-
tanque de guarapo defecado. El fondo de este tacho
comunica por otro tubo con la cúpula del segundo y de-
semboca casi encima de la placa tubular superior. El
fondo del segundo comunica del mismo modo con el tercer
tacho, teniendo cada uno una llave para graduar la ali-
mentación de guarapo y que por la diferencia de vacío en
los tres tachos tiende á pasar del primero al tercero, lla-
mado tacho de meladura y que es el que lo tiene mayor.
Este sistema de tubos y llaves, permite mantener un
nivel constante en los tachos á pesar de las fluctuaciones á
que está sujeto el vacío, debido á variación en la presión
y en la entrada y salida del líquido.
La salida del guarapo concentrado ó sea de la mela-
dura, se efectú'a directamente por medio de una bomba ó
por el intermedio de un aspirador de meladura y es bom-
beada á un tanque de donde se alimentan las clarificadoras.
Muy importante es, el mantener un nivel constante
de guarapo en los tachos, pues si sube mucho hay peligro
de que se vaya con la evaporación, y si baja, deja la pla-
ca tubular descubierta y no se puede saber su densidad.
Esto se consigue, atendiendo á las llaves de alimen-
tación, al vacío y á la salida del líquido, hasta obtener
que queden abiertas de tal modo que el nivel del guarapo
se mantenga constante- dentro de los tachos, con lo cual
el trabajo se lleva con método y el triple efecto funciona
en buenas condiciones.
Los conductos de evaporación, están dispuestos
como sigue: Entre el domo del tacho de presión y la
calandria del segundo existe una comunicación por medio
de un tubo grande, el cual conduce los vapores formados
en el primee tacho á la caja tubular del segundo. El do-
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 87
mo de éste, tiene dos llaves de comunicación, una de las
cuales, la'posterior, conecta con la calandria, del tercer
tacho, y la anterior con el vaso de seguridad del mismo
por medio de la llave válvula que tiene este también
á su parte anterior y la cual deja salir los vapores del
tacho de meladura cuando está abierta para ir á la bomba
de aire atravesando antes el calentador.
Durante la operación del aparata, se dejan las llaves
posterior del segundo taeho y anterior del tercero abier-
tas, y la anterior del segundo cerrada: de este modo, la
evaporación del primer tacho, va al segundo, y de este
al tercero. Si se desea que funcione el aparato á doble
efecto para limpiar el tacho de meladura, entonces se
cierra la posterior del segundo tacho y la anterior del ter-
cero, y %e abre la anterior del segundo. Se comprenderán
mejor esas esplicaciones observando la lámina número 4,
que representa una disposición de válvulas que permite
hacer funcionar el aparato poniendo en comunicación el
primer tacho con cualquiera de los otros dos.
Al salir del triple efecto, los vapores bajan por entre
los tubos de un aparato llamado Calentador, se condensan
en parte, trasmitiendo su calórico al guarapo que circula
dentro de los tubos, y llegan por fin á la bomba de aire,
donde una inyección de agua acaba de condensarlos. Re-
sultando de esa operación un vacío de 25 ó más pulgadas
en el tacho de meladura, hierve, en él el guarapo á 56°o,
y al absorber el c.ilor latente de los que proceden del se-
gundo tacho, determina en este un vacio de 12 á 16 pul-
gadas, con lo cual hierve el guarapo en éste á 78 grados.
La misma operación tiene lugar en el segundo tacho al
recibir los vapores del primero, determinando en él un
vacío de 5 á 6 pulgadas, por lo cual hierve el guarapo á
95 grados, por el solo calor derivado del vapor de escape
de las máquinas.
Ocurre á veces que siendo la tensión del vapor en la
88 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
calandria del primer tacho superior á la atmosférica, los
vapores del guarapo encierrran más calórico que el que
pueden trasmitir por medio de la superficie tubular y la
aguja del manómetro indica falta de vacío. No convi-
niendo ésto por averías que podrían ocasionar al tacho si
la presión fuera en aumento, una válvula de seguridad
colocada sobre el recipiente de vapor de escape y que se
abre á 7 i libras de presión, clá paso al vapor al llegar á
ella. Sin embargo, para restablecer el vacío, se procede
á hacer la siguiente operación: Se cierra en parte la vál-
vula de vapor y por medio del tubo de desahogo se hacen
pasar parte de los de la calandria del segundo tacho á su
vaso de seguridad, con lo cual van al tercero. El efecto
de esto es formarse vacío en el primer tacho y al contra-
rio disminuye el del segundo por comunicar coi? el de
meladura, que recibe entonces exceso de vapores. Abrien-
do, pues, la llave de desahogo del tercer tacho se resta-,
blece el equilibrio y el vacío en los tres, y cerrando
pausadamente de nuevo las comunicaciones, se sigue ha-
ciendo funcionar el aparato como anteriormente.
La cantidad de guarapo evaporado por hora, depende
de la superficie de caldeo de los tubos de la calandria, de
Iíi temperatura del vapor y del vacío que existe en los
tachos. Se calcula que un metro cuadrado de superficie
tubular puede evaporar al vacío, 22 kilos del agua con-
tenida en el guarapo.
Va.SOS de Seglaridad. — Los vasos de seguridad,
figura 8, llamados domos cuando van colocados sobre el
mismo tacho, tienen como hemos dicho por objeto evitar
la pérdida de guarapo y por consiguiente de azúcar, oca-
sionada por la aspiración rápida de los vapores y una
fuerte ebullición.
Suelen estar dispuestos; según la, figura 8, en la cual
(d) es el tacho; (a) el domo con la tubulura (l>), por don-
de salen los vapores. Un tubo (c) en forma de bocina
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 89
hace junta con el borde del vaso y por él pasan los vapo-
res, los cuales antes de llegar á la tubulura (b), tienen
que chocar con el diafragma (o) para salir del tacho. El
resultado es que en su trayecto abandonan parte del lí-
quido en suspensión el cual vuelve al interior del tacho
por el tubo de retornos (m) que termina á poca distancia
de la placa tubular de la calandria.
Son muchos los vasos de seguridad que se han in-
ventado, de los cuales los independientes por oponer más
obstáculos al paso de los vapores del guarapo, nos parecen
mejores. Sin embargo, nunca se consigue el resultado
apetecido por completo.
Los retornos del triple efecto tienen una particulari-
dad que les hace diferir notablemente de los de las defe-
cadoras. Efectivamente, en el tacho de presión existien-
do vapor á una tensión superior á la presión atmosférica
pueden hacerse los retornos al aire libre; pero en el se-
gundo y tercer tacho no es posible por ífxistir vacío en
ellos y en lugar de salir el agua tendría por el contrario
tendencia á entrar en las calandrias. Para evitar este
inconveniente se les aplica una bomba que enjendrando
mayor vacío que el de los tachos segundo y tercero aspira
el agua de los retornos y la bombea á un tanque de donde
se toman para el lavado de las defecadoras y demás
aparatos. *
Esta agua conteniendo cierta cantidad de amoniaco,
producto ele la descomposición* de las materias orgánicas
por la cal en el triple efecto, y estando á una temperatura
de 50 á 55 grados, es muy útil para este objeto. También
se usa á veces para la alimentación de las calderas, pero
preferimos para ello la que proviene de los retornos de las
defecadoras, clarificadoras, tacho de dar punto y primer
tacho del triple efecto, por contener siempre más ó menos
guarapo y ser éste dañino á las planchas de las calderas,
acortando su tiempo de duración.
90 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
En algunos aparatos al vacío, los retornos antes de
ir á las bombas van á un recipiente intermediario, del
cual aspira aquella. Estos recipientes suelen estar pro-
vistos ele un sistema de llaves que permiten vayan di-
rectamente al condensador, si ocurre algún entorpecimiento
en la bomba. Tienen además una llave de agua fría la
cual determina la aspiración de aquella cuando por estar
los retornos á una elevada temperatura no lo puede efec-
tuar. Basta abrir un poco dicha llave para que la bomba
funcione.
A la salida de los retornos de los tachos 2 y 3 tienen
una válvula de retención que la dejan salir pero se
cierran si la presión procede del exterior.
La tubería de descarga de los tachos, comunica por
un lado con la bomba de meladura y por el otro> por
medio de una llave correspondiente, descarga a un tanque
ó á la cloaca general. El tanque se usa para recibir y con-
tener el agua acidulada que sirve para el lavado de los
tachos, para lo cual está forrado de plomo.
Cuando se trabaja á doble efecto la llave de fondo
del tacho incomunicado debe cerrarse y abrirse la del que
se desee aspirar el contenido.
Durante la zafra, se hace necesario y es muy conve-
niente, proceder varias veces á una limpieza rigurosa de
los aparatos al vacío.
Para ello se empieza por liquidar el triple efecto, cuya
operación consiste en concentrar en él todo el guarapo
contenido en los tanques y vaciar el aparato después que
todo se ha convertido en meladura. Se hace funcionar
primero á triple efecto, hasta que se acaba el guarapo en
los tanques, después se vacía el tercer tacho por medio
siempre de la bomba, y se dispone el aparato para trabajar
á doble efecto; una vez llegada la meladura en los tachos
á 22° Beaumé, se bombea su contenido como el anterior,
á los tanques de meladura.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA. 91
Durante toda esta operación, las clarificadoras siguen
clarificando la meladura y no deben suspender su trabajo
hasta que toda la meladura lo ha sido y queda en sus tan-
ques de depósito para el tacho de dar punto. Hecho esto,
la liquidación es completa.
Una vez^ vacío el triple efecto, se lavará con agua,
para lo cual se abre la llave conveniente y si hay vapor
disponible se puede evaporar un poco en él, con lo cual
se limpia mejor, y después se vacía por la tubería de des-
carga.
En el caso ele una limpieza completa, una vez los
tubos de la calandria medio llenos de agua se pasarán por
ellas las rasquetas, después de haber abierto las puertas
de registro de los tachos. Las mejores rasquetas consisten
en un» varilla de hierro terminada en un extremo con
dos muelles de acero en forma de media luna que al jun-
tarse forman un círculo de igual diámetro al de los tubos.
Como sus bordes están afilados, al entrar en»ellos se juntan
los muelles desarrollando presión suficiente para raspar y
quitar las incrustaciones calcáreas que se forman. Es con-
veniente, mientras se usan las rasquetas, dejar alguna
cantidad de agua dentro de los tachos para facilitar su
acción. Terminada esta operación se vacía el agua sucia,
se deja entrar limpia de nuevo y se le echa cierta cantidad
de ácido sulfúrico ó muriático, hasta que marque He uno á
dos grados Beaumé. Al cabo de 12 ó 18 horas el ácido
habrá atacado y descompuesto las incrustaciones que que-
daron y la cal se habrá precipitado al fondo. Si hay vapor
disponible se puede calentar el agua acidulada y la ope-
ración será más rápida. Cuando esté terminada, cosa que
se conoce por el color de la placa tubular y tubo, ge vacían
los tachos de nuevo y se enjuagan bien con agua limpia á
fin de que no quede ácido alguno.
Esta operación, aunque algo larga es muy conve-
niente, pues aumenta el efecto útil del triple efecto y
92
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
debe practicarse á lo menos dos veces durante la zafra.
Hemos visto cascarones de cal de media pulgada que pro-
venían de las calandrias, y luego se extrañaban de que el
aparato no evaporara como antes. El agua acidulada
suele recojerse en un tanque forrado de plomo, metal ina-
tacable por los ácidos generalmente empleados y puede
servir para otra ocasión, aspirándolo simplemente los ta-
chos cuando tienen vacío.
Los triple efectos varían en tamaño según la cantidad
de guarapo que haya que elaborar en 22 horas por hecto-
litros ó galones.
A continuación ponemos las dimensiones de varios
triple efectos franceses para la concentración en 24 horas
de diferentes cantidades de guarapo de 8? % á 22° Beau-
mé. Creemos que este cuadro cuyos datos son poco.cono-
cidos será de interés á nuestros lectores.
DIMENSIONES DE VIRIOS TRIPLE-EFECTOS
% SU SUPERFICIE DE CALDEO
PARA U CONCENTRACIÓN DESDE 1,000 HECTOLITROS DE GUARAPAPO
HASTA 4,500 EN 24 HORAS.
Hectolitros de guarapo <-onf-en-
trado en 2i horas
Diámetro del 1er. tacho.
Diámetro del Q°
Diámetro del 39
ni.
Superficie de caldeo
m.
.160
.280
.380
1.280
1.380
1.520
180
.380
.520
.CCO
125
1.520
1.660
1.760
.200
1.860
450
525
2.200
2.330
2.460
675
Existen aparatos de doble y de cuádruple efecto, pero
los inás usuales son los que acabamos de describir, pues
dan muy buenos resultados, aprovechándose en ellos la
gran cantidad de vapor de escape de las máquinas que se
perdía anteriormente y que se pierde aun en más ó menos
cantidad en muchos ingenios no provistos de ellos.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 93
CAPITULO IV.
BOMBAS DE AIRE. CONDENSADORES.— CALENTADORES.
I (g OMO hemos dicho, los aparatos más importantes ele
un triple efecto, son su superficie de caldeo y la
bomba de aire.
Hace pocos años casi todas las bombas de vacío eran
verticales y se componían de dos cuerpos de bomba de
bronce, y el cilindro de vapor montado sobre la misma
base. Un balancín que oscilaba en dos coginetes fijos so-
bre un entablamento sostenido por seis ú ocho columnas
de hierro trasmitía la fuerza que recibía por un extremo,
á' los pistones de las bombas, y por el otro extremo, hacía
girar al cigüeñal en cuyo eje estaba colocado el volante.
Aun existen muchas de esta clase que además de. ser bue-
nas ofrecen excelente aspecto. Los dos cuerpos de bomba
que son de simple efecto conectan con el mismo conden-
sador, y descargan el agua caliente al mismo depósito de
donde la aspira una bomba de agua movida por el mismo
balancín ó por el volante, para impelerla al enfriadero.
Forman parte además de este sistema, las bombas de gua-
rapo, retornos y meladura que hemos mencionado, movi-
das unas por el eje motor y otras por el balancín.
Hoy se reemplaza esta construcción por bombas de
aire horizontales que cuestan menos y son más enérgicas
por ser de doble efecto.
94 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
Se componen de una base de hierro fija á los cimien-
tos por tornillos largos y sobre la cual descansan y están
asegurados el cilindro de vapor, el de la bomba y los so-
portes y coginetes del eje motor que está provisto de dos
volantes. El cilindro de vapor o«upa el espacio medio
entre el eje y el de la bomba, y tanto el pistón de esta
como el motor se mueven por la misma barra ó vastago,
siendo su movimiento, por lo tanto, simultáneo. La tras-
misión del eje se efectúa, por la barra de conexión, cruze-
ta, correderas y prensa estopas de costumbre y la reparti-
ción del vapor se hace por medio de una escéntrica movi-
da por el eje y que pone en movimiento una válvula de
corredera, cuya cara y espejo sobre el cual se mueve por
lo general son verticales. Tiene además un regulador de
fuerza centrífuga para graduar su velocidad y las válvulas
y llaves de purga y vapor indispensables.
El conjunto es sencillo y compacto y suelen anclar á
razón de 35 revoluciones por minuto. Carecen de palanca
para cambio de marcha por no estar construidas para ello,
pero una llave auxiliar de vapor permite poner el cigüe-
ñal en posición conveniente para imprimirlas movimiento.
EL pistón del cilindro de vapor es de hierro fundido con
anillos de lo mismo; el de la bomba así como la parte del
vastago que le corresponde es de bronce, y el cuerpo de
bómbá está igualmente forrado del mismo material.
G
La bomba de aire propiamente dicha, se compone de
tres partes distintas. La inferior contiene el cilindro y
comunica con la media que es donde entran los vapores
condensados y el agua de inyección, por medio de dos enor-
mes válvulas de bronce, de las llamadas de visagra, cuyo
movimiento es limitado por dos topes de goma lijos en ba-
rras de hierro que atraviesan los costados de la caja donde
se hallan. El cuerpo superior en forma de caja rectangular,
tiene en el fondo dos válvulas de goma rectangulares,
fijas por el medio á una plancha que tiene aberturas en
FABRICACIÓN DE AZUCAE DE CAÑA. 95
forma de parrilla y que abren ó cierran dichas válvulas.
Este cajón tiene asi mismo en un costado un orificio para
la salida del agua de descarga y en su tapa un tubo por
donde se desahoga el vapor que exhala dicha agua. Tapas
de registro conveniente^, permiten examinar las válvulas
de aspiración que son las de bronce y las impelentes de
goma.
La operación de la bomba es como sigue: al ir el
pistón hacia la derecha, por ejemplo, engendra más ó
menos vacío detras de él y al volver á su punto primitivo
expele de nuevo otra cantidad de aire del que penetró en
el cuerpo de bomba en su primer movimiento. Cuando
emprende otra vez su marcha hacia la derecha, el vacío
es ya suficiente para que impulsada por la presión del aire
y del agua se abra la válvula de aspiración de la izquierda
y penetre aquella en el cuerpo de bomba. Vuelve de nue-
vo el pistón hacia la izquierda y vá comprimiendo el agua
hasta que esta levanta la válvula de goma superior y sale
por el tubo de la descarga de agua caliente* Entre tanto
lo mismo ha tenido lugar en el lado derecho del pistón, y
á las pocas revoluciones de la máquina, el agua de con-
densación sigue entrando constantemente en el cuerpo de
bomba y saliendo por el tubo de descarga, produciéndose
además en la bomba y tacho con el cual conecta un vacío
de 26 á 27 pulgadas, debido á la condensación de los va-
pores del tacho, como hemos dicho en otro lugar, efectua-
da por medio de una inyección de agua fría.
En esas bombas, como en todas, hay que tener espe-
cial cuidado en que los prensa estopas de la barra del
pistón de la bomba estén bien empaquetados para evitar
entradas de aire. Entre el orificio por donde penetran las
condensaciones y el calentador de guarapo ó tacho de
meladura, existe un aparato llamado condensador, parte
principal de la bomba ele aire, y el cual pasamos á des-
cribir:
96 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
Condensadores. — Los condensadores tienen
por objeto efectuar la liquefacción de los vapores de gua-
•rapo ó meladura que provienen de los tachos, por medio
del enfriamiento producido por una cantidad de agua
fria puesta en contacto con ellos. .
La causa de este fenómeno es el necesitarse siempre
el mismo número de caloríes para la formación y perma-
nencia de los vapores á una temperatura y presión deter-
minada, lo cual no puede acontecer, si por cualquier causa,
disminuye aquella.
Las condensaciones se producen por enfriamiento,
por dilatación, por compresión y por afinidad química.
Nos ocuparemos solamente de la primera por ser la única
usada en los ingenios y fábricas análogas.
La condensación de los vapores, no es nunca com-
pleta pues siempre resulta cierta temperatura en*el pro-
ducto de las condensaciones que origina una tensión de
vapor correspondiente á ella, y la cual va bajando á me-
medida que la bomba de aire sigue funcionando hasta un
límite del cual es difícil pasar, y que es suficiente para
el funcionamiento de los aparatos al vacío.
De la necesidad de enfriar los vapores en el menor
tiempo posible, proviene la introducción en la masa del
agua de ii^ección de la manera más dividida posible.
Las clases más usadas son tres á saber: la de plan-
chas perforadas, la de inyección cónica y las atmosféricas.
Las primeras, figura 9, consisten en un recipiente cilin-
drico (m) de hierro fundido por lo general, al cual por
el codo (d) entran los vapores. Conecta con la bomba de
aire por la tubulura (b) por donde van á ella los productos
de la condensación, y por último, un tubo de inyección
provisto de su llave dá paso al agua fria, la cual procede
generalmente del enfriadero. Este tubo termina dentro
del condensador, por uno de cobre perforado á través de
cuyos agujeros sale el agua á mezclarse con los vapores
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
07
que entran por el codo o tubulura (el). El condensador
de inyección cónica, más moderno que el anterior, fig. 10,.
difiere de él en que el agua en lugar de ser introducida
en chorros, lo es por medio de una válvula cónica, que
se puede abrir más ó menos, por medio de una varilla (e)
que . atraviesa el codo (a) por el cual entran los vapores,
y termina en la plataforma del aparato. El agua de in-
yección al pasar entre la válvula y su asiento, forma un
cono cuyos bordes van disminuyendo hasta concluir en
una lluvia menuda que se mezcla eficazmente con los va-
pores del triple efecto ó del tacho, efectuando una con-
densación casi completa.
98 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
En rigor, la llave principal del tubo ele inyección (d)
podría suprimirse, por la razón de que una vez cerrada
la válvula cónica no puede entrar agua en el condensador,
pero es preferible conservarla por si hay alguna repara-
ción que hacer andando, en el cuerpo de dicho aparato.
Estas dos clases de condensadores son las más
empleadas, é inútil es decir, que se les puede dar mil dis-
tintas formas más ó menos complicadas siempre que su
principio ó fundamento sea el mismo.
Concluiremos la descripción de esa clase de aparatos
con la del condensador atmosférico que favorece mucho
el trabajo de las bombas de aire por la razón que luego
explicaremos.
Se llama condensador atmosférico por ser en él parte
indispensable una columna de agua de un míniínun de
altura equivalente á la necesaria (10m33) para equilibrar
á la presión atmosférica, según hemos dicho, en otro
lugar. En hecho no es más que un barómetro con colum-
na de agua.
Consiste dicho condensador figura (11) en un cilindro
H colocado por su base á mayor altura que la ya citada,
sobre tres columnas huecas ó tubos, siendo de más diá-
metro el del medio P que es la verdadera columna baro-
métrica. El tubo (b) que es por donde entra el agua de
inyección, desemboca en (e) sobre una placa de bronce
llena de agujeritos y por ellos cae al fondo del cilindro
condensando á su paso los vapores que entran por (g)
proviniendo de los tachos. Al mismo tiempo los vapores
excedentes y á baja tensión, son aspirados por medio del
tubo O y van por la tubulura (c) á la bomba de aire don-
de una pequeña inyección condensa parte de ellos. El
agua, producto de la condensación, baja por el tubo gran-
de P á un depósito sobre cuyas paredes descansa una
plancha que sostiene todo el aparato y deja atravesar so-
lamente el tubo P hasta llegar cerca del fondo. Desde el
FABllICACION DE AZÚCAR DE CAÑA. 99
momento que la extremidad del tubo queda incomunicada
con la atmósfera por el agua que ha caído á la cisterna,
se forma vacío en el condensador y el tubo barométrico
va llenándose de agua á medida que aquél aumenta, hasta
llegar al límite practicable, ó sea de 25 á 27 pulgadas, en
cuyo caso ya no se eleva más y se detiene á una altura
sobre la cisterna que es igual á la columna barométrica
correspondiente á este vacío, ó sea de 28 á 31 pies ingle-
ses. Desde este momento, todo el agua que vaya llegan-
do en exceso tratará de llenar la cisterna, la cual por
medio de una canal de desagüe practicada á un nivel
conveniente, la conduce á las bombas de agua, que la
bombean al enfriadero.
Vemos pues, que la altura media á que debe estar
situado «el condensador, á fin de que no se llene de agua
y pase esta al tacho, es de 10 m 000; pero como á veces por
cambios bruscos de entradas de agua ó vapores, se originan
oscilaciones en dicha columna, es preferible d&rle un metro
más de elevación.
Las ventajas de este condensador son las siguientes:
como el agua de condensación no pasa por las bombas,
el trabajo de éstas se encuentra sumamente reducido, con-
cretándose solamente á aspirar por el tubo (O) los vapores
en exceso en el condensador y á bombear en él el agua
de inyección, con el pequeño esfuerzo debido á la diferen-
cia de altura entre el nivel de la columna barométrica,
al cual sube por el mismo vacío, y el del desemboque del
agua sobre la plancha de cobre perforada. Esto contribuye
á que para un triple efecto ó tacho determinado, puede
ser la bomba de aire de mucha menor potencia que sino
existiera dicho condensador, y es un aparato que com-
prendido su principio y bien instalado, no puede dejar de
dar siempre buenos resultados, recomendándose además
por su sencillez, todo lo cual ha motivado su frecuente uso
en Europa y también en Cuba, aunque en menor escala.
100 f FABRICACIÓN de azúcar de caña.
Lo dicho sobre la forma de los otros condensadores,
se aplica igualmente á éste, es decir, que admite un sin
número de modificaciones con tal de que el principio en
que descansa su operación no se altere y esté situado
á una altura conveniente, que es la de 11 metros entre
el nivel del agua de la cisterna y el centro de la tubulura
de entrada de los vapores. La cantidad de agua que se
necesita para condensar un peso dado de vapor, depende
de la temperatura de éste, de la del agua de inyección
y de la que se desee tenga la mezcla resultante de la
condensación.
Para determinar dicha cantidad, hay varias fórmulas
derivadas del principio siguiente: la cantidad de vapor
á condensar posee los caloríes debidos á su propio calor
latente, los cuales debe abandonar al agua de inyección
para que pueda condensarse. Ahora bien, el agua de in-
yección tiene ya su calor normal y la mezcla debe tener
la temperatura del condensador, luego el vapor no puede
entregar su calórico latente, sino entre el límite de ambas
temperaturas y únicamente puede efectuarlo por la mayor
ó menor cantidad de agua de inyección empleada, depen-
diendo de su temperatura.
Cuanto más baja la temperatura del vapor del tacho,
es decir, cuanto más vacío exista en él, más cantidad de
agua se< necesita para efectuar su condensación; y esto se
desprende naturalmente del principio que hemos señalado
al hablar del calor latente, y suele variar entre 15 y 30
kilos por kilo de vapor condensado.
La llegada del agua de inyección se efectúa siempre
por una tubería que aspira directamente del enfriadero
ó bien desde una cisterna cercana á las bombas de aire,
con tal profundidad bajo el nivel del suelo que el nivel
del agua en ellas sea igual al del enfriadero. Una tubería
comunica ésta con aquella, por la cual el agua afluye na-
turalmente, siendo el fondo de la cisterna más bajo que
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 101
el del enfriadero, y á medida que aspiran los .tubos de
inyección va llegando igual cantidad de agua.
Este último modo de efectuar la aspiración del agua
de inyección, nos parece muy preferible al anterior, pues
los tubos de inyección son más cortos y por lo tanto re-
quieren menos juntas y existen menos probabilidades de
entradas de aire. La tubería de la cisterna al enfriadero'
no inspira ningún cuidado siendo suficientemente ente-
rrada; y no estando sometida sino á una presión insigni-
ficante y por último, estando la cisterna en paraje próxi-
mo, basta mirar dentro de ella para saber las condiciones
de nivel y limpieza del agua en el enfriadero.
Terminaremos diciendo que en el tubo de inyección
existe á veces una llave de agua por la cual se puede
llenar 1^ cisterna y por ésta el enfriadero por medio del
mismo tubo de inyección, ahorrando de ese modo una
tubería especial para llenar aquel.
De todo lo dicho tocante á las inyecciop^s, se infiere
que cuanto más fría esté el agua de inyección menos can-
tidad se necesitará y mejor se efectuará la condensación,
conviene, por lo tanto, que el agua que viene del enfriade-
ro, lo esté lo más posible.
Más adelante, al hablar de los enfriaderos, veremos
la manera por la cual se obtiene con buen resultado la
reducción de la temperatura del agua que va caliente pro-
cedente de las bombas de aire.
Calentadores de guarapo. — Varias veces
hemos mencionado, los calentadores de guarapo y por estar
colocados entre la bomba de aire y el tacho de meladura,
creemos ser este el lugar de describirlos.
Su empleo es sumamente útil, pues estando situados
en el circuito de los vapores, desde el tacho de meladura .
á la bomba de aire, condensan parte de ellos, disminuyen-
do el trabajo de aquella y aprovechando el calor de
dichos vapores para calentar el guarapo frió que circula
102
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
por él en su camino á las defecadoras. Es tal su eficacia,
que el guarapo crudo con 26° C. de temperatura sale de
él con 40° y 45° abreviando notablemente el tiempo de la
defecación y ahorrando un 30% de combustible.
¿4 //&**'/* rCc a
Se compone de un cilindro de hierro fundido monta-
do sobre la misma plataforma del triple efecto en comu-
nicación con el tacho de meladura por medio de un tubo
de evaporación en su parte superior. En su interior
existen multitud de tubos verticales de cobre ó bronce
FABRICACIÓN DE AZUCAtt DE CAÑA. 103
estañado por dentro de los cuales circula el guarapo que-
dando lugar exteriormente para la circulación del vapor,
que se dirije á la bomba de aire. El guarapo entra por
su parte inferior y sale por la superior para ir á las defe-
cadoras. Una llave de agua, colocada sobre la placa tu-
bular superior, permite lavarlo cada dia, cosa indispen-
sable. El vapor entra por arriba, recorre el espacio entre
los tubos y llega al condensador por la parte inferior. El
guarapo, por el contrario, entra por abajo, se calienta y
sale por arriba para ir á las defecadoras. Un tubo de co-
municación entre la entrada y salida de guarapo, provisto
de llaves, permite incomunicar el Calentador con la tube-
ría de guarapo cuando no trabaje el triple efecto, ó cuando
así convenga.
Es de muchísimo interés, vaciar el calentador todas
las noches, y á cada parada, bombeando á una defecadora
ú otro sitio el guarapo que contiene y que por 'medio de
un tubo sale de su fondo v va al tanque del trapiche. Lue-
go debe lavarse bien con agua por medio de la llave, pues
de otro modo está sujeto á obstruirse con el bagacillo que
acompaña siempre al guarapo crudo. Hemos visto, y no
es raro, los tubos del calentador completamente obstruidos
é inutilizado aquel.
Las superficies tubulares de los calentadores varían
según el triple efecto y son de 60, 7o, 85, 100, 12Q y has-
ta 200 metros cuadrados.
Se puede considerar que ahorran del 30 al 40% de
vapor directo en la defecación, además de facilitar el tra-
bajo de la bomba de aire, por condensar parte de los va-
pores que pasan por él.
104 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
CAPITULO V.
TACHOS AL VACÍO. — DIFERENTES CLASES. SU MANEJO.
CRISTALIZACIÓN DEL AZÚCAR.
í y A meladura al salir del triple-efecto es bombeada ó
impelida á un tanque de donde la reciben las clarifi-
cadoras. ...
Clai'iJicaciÓtl. — La clarificación se opera en unos
recipientes cilindricos de borde anular provistos de serpen-
tines en el fondo. Son idénticas á las que hemos descrito
bajo, el nombre de Marechales. La meladura sufre en ellas
una limpieza muy importante del modo siguiente. Llena
la clarificadora de meladura hasta cerca del borde, se le da
vapor y al empezar á hervir, aparece una espuma blanca
con manchas oscuras que se van quitando con unas espu-
maderas, pues no es otra cosa que cachaza. Se sigue man-
teniendo la ebullición y quitando cachaza hasta que la
espuma de la meladura motivada por la ebullición aparece
blanca del todo; entonces se puede considerar ya limpia la
meladura y abriendo la llave de vaciar de la clarificadora,
se descarga á los tanques de depósito de donde la aspira el
tacho de dar punto.
Cada vez que se vacia una clarificadora, debe lavarse
bien con agua, para lo cual tiene su llave y cuando haya
paradas largas deben quitarse las incrustaciones que se for-
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 105
man sobre los serpentines, á causa de la cal empleada en la
defecación. Para ello se usan rasquetas, y cadenas que se
pasan entre ellos ó agua acidulada como para el triple efec-
to, calentándola si se puede después al vapor. De ningún
modo debe permitirse que subsistan semejantes incrusta-
ciones pues disminuyen el efecto útil del vapor á veces del
50% y llegan á ser la causa de que retardándose la clari-
ficación sea necesario suspender el trabajo del triple efecto
lo cual ocasiona irregularidades en la elaboración.
La meladura que sale del triple efecto tiene de 22°
á 24° Baumé, graduación la más apropósito para la ali-
mentación del tacho y de la cual no se debe pasar. Si se
pasa de ella, llegan á formarse cristales de azúcar en el
triple efecto que acaban por obstruir los conductos de me-
ladura é inutilizar la bomba de esta impidiendo ele fun-
cionar sus válvulas. Cuando, como sucede á veces, no as-
pira aquella, disminuyendo el vacio del tacho de meladura
se remedia el inconveniente, circunstancia cpie indica que
la bomba necesita un examen detenido de sus válvulas y
prensa estopas.
Tachos al vacío. — Llegada la concentración del
guarapo á 22 ó más grados Beaumé, pasa la meladura á
sus tanques de depósito, de los cuales la aspira el tacho al
formarse en él vacío.
La teoría de la cristalización del azúcar estriba en la
siguiente ley: Toda disolución tiene un límite de satura-
ción correspondiente d una temperatura determinada. De
esto se sigue que si en un tacho introducimos meladura á
22° y se va concentrando y añadiéndole para compensar
la disminución de Volumen debido á la evaporación de su
agua hasta llegar á una densidad de 45 á 50 ° Beaumé,
llegará el momento en que por la introducción de las
nuevas cantidades ó cebas con menor temperatura, dismi-
nuirá la ele la templa y parte de su azúcar se formará en
cristales ó cristalizará. Desde ese momento cada adición
106 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
de nueva meladura ocasionará la formación de nuevos
cristales y aumentará el tamaño de los existentes, hasta
llenar el tacho de una masa compuesta de azúcar crista-
lizado, las sales y cuerpos extraños al azúcar que han
quedado de la elaboración y un ] 0 % de agua.. A esta
masa se le llama masa cocida.
Tachos (le Itlllieux. — Los tachos de dar punto
se dividen en dos clases principales, que son horizontales y
verticales. Los hay de doble fondo y serpentines, de calan-
dria ó caja tubular, de esta y de serpentines y de serpenti-
nes solos. Los de la clase horizontal llamado de Rillieux
por haber sido este ilustre inventor el que los ideó y les
dio esta forma, tienen casi siempre serpentines ó tubos
horizontales y nunca doble fondo. La clase vertical por
el contrario puede tener cualquier clase de sistema de ca-
lefacción conocido.
Los tachos de Rillieux (fig^ 12) se componen de un
cilindro horizontal con muchos tubos que van de una caja
semicircular (a) colocada en su frente á otra (b) situada
al lado opuesto. En la caja (a) desemboca el vapor que
atravesando los tubos y calentando la meladura llega á la
caja (b) ya condensado y sale por el tubo (d) para ir al
recipiente de retorno. Dos cristales circulares (g) permi-
ten observar el movimiento de la masa sacarina dentro
del tacho. Los vapores de aquella, salen como de cos-
tumbre por el orificio (e) después de haber seguido los
diafragmas del vaso de seguridad (n) á fin.de abandonar
la parte ele meladura que pudiera tener, y terminada la
operación de la templa, se vacía el tacho por medio de la
válvula (f). Tiene además las convenientes llaves para
el vapor directo y de escape, la de entrada de meladura y
la de miel; así como la sebera (h) para detener la ebulli-
ción demasiado rápida, y demás accesorios que detallare*
mos al hablar de las verticales. Otro sistema, en lugar
de tener tubos horizontales como el descrito, tiene una
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 107
serie de serpentines, siendo éstos también excelentes por
sufrir las variaciones de temperatura mucho mejor que
los tubos rectos.
Aparte de la manera de distribuir el calor en su masa
interior, los tachos tienen varios accesorios imprescindibles
los cuales vamos á enumerar.
Además dé dos lentes ó vidrios circulares, uno ante-
rior y otro posterior, tienen en el frente dos ó más crista-
les rectangulares que permiten ver el líquido desde el
principio de su granulación, casi en el fondo, hasta la
conclusión de la templa al estar lleno el tacho. Una barra
de bronce que penetra en dirección oblicua hasta la masa
interior y tiene en su extremo una pequeña cavidad des-
tinada á sacar del tacho una muestra de azúcar, permite
examinar en un cristal la ' formación de su grano, y se
llama sonda. Tienen además un indicador de vacío gra-
duado en pulgada los ingleses y los franceses en centíme-
tros y es en todo análogo á los descritos en la parte relati-
va á los triple efectos. Una copa de bronce llamada sebera
con su válvula para según hemos ya dicho detener la
ebullición demasiado rápida que podría ser causa de que
se fuera la meladura con los vapores. Otra válvula para
dejar penetrar el aire dentro del tacho, á fin de que esta-
bleciéndose igual presión en su interior á la atmosférica
pueda abriéndose la compuerta vaciarse el tacho de su
contenido. Esta válvula comunica con el tacho por medio
de un tubo que llega hasta cerca del domo, á fin de que
no se obstruya con el azúcar que pudiera entrar en él.
Dos llaves de alimentación introducen meladura ó miel
en el. tacho según se quiera, y comunican por la parte
exterior con los tanques de depósitos de ambos líquidos y
con la anterior por un tubo de cobre que casi llega al
fondo, á fin de que la nueva alimentación, ó ceba se vea
siempre obligada á atravesar toda la templa 6 carga antes
de llegar á la superficie por su menor densidad. Estas
108 FABKIC ACIÓN DE AZÚCAK DE CAÑA.
llaves, cujas válvulas se abren solo á causa del vacío del
tacho, no están conectadas con las maniguetas, y éstas no
hacen más que bajar ó subir sus espigas y graduar la
apertura de las válvulas al levantarse de su asiento, soli-
citadas por el vacío sobre su dorso.
Una llave de bronce admite agua dentro del tacho
para su limpieza y otra en comunicación con un tubo de
vapor, sirve para lavarlo al concluirse de botar lid templa
á lo cual se llama dar vapor de escoba.
Un manómetro indica la presión del vapor directo
en las tuberías y serpentines, y otro la del vapor de escape.
Tacho de serpentines, — El tacho cuya figura
representa la lámina 5, consta de cinco serpentines de
cobre, empezando el primero casi en el fondo y el último
al nivel del último cristal. Entre ellos media suficiente
espacio para permitir las reparaciones necesarias. Cada
serpentín tiene dos llaves- válvulas independientes, por lá-s
cuales se pueda introducir vapor directo de las calderas ó
el de escape de las máquinas.
Los retornos se efectúan de una manera análoga á la
de las defecadoras y tiene cada serpentín su'tubo provisto
de una válvula de retornos y una llave de dos vías. Esta
última, sirve para enviar los retornos al recipiente
general si se trabaja con el escape, ó á un regulador si se
emplea eL vapor directo.
Generalmente se hace funcionar el tacho con vapor
directo en los dos serpentines inferiores y ton escape en
los tres restantes.
TaeliOS de calandria, — Los tochos de calan-
dria son casi idénticos á los del triple efecto, y tienen los
accesorios ya enumerados.
Como las cajas tubulares son más apropósito para
trabajar con vapor de escape que con directo, no tienen
más que una válvula para el vapor de escape.
A veces se apresa á los tachos de calandria uno ó
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
109
más serpentines de cobre y suelen dar excelentes resul-
tados.
• Los de los ingenios San Agustín, Remedios y Toledo
en Marianao, tienen 3.ra500 de diámetro y producen 32
bocoyes de azúcar por templa. El primero está provisto
de un condensador atmosférico tal como lo hemos descrito.
El tacho del ingenio Constancia tiene 4 metros de diáme-
tro y creemos sea el mayor de la Isla de Cuba.
El tiempo empleado para botar una templa, suele ser
de 5 á 9 horas, siendo de 7 á 8 lo más usual en buenos
tachos y con vapor y vacío suficientes.
110 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
Tachos de doble fondo y serpentines, —
En esta clase .como indica su nombre, tienen además de
los serpentines un doble fondo por donde circula el vapor.
Los accesorios que los completan son iguales á los ya des-
critos, y su uso lia ido sustituyéndose por el de los tachos
de calandria y serpentines.
Antiguamente, se construían esos aparatos de cobre,
pero el gran costo de este ha sido causa de que hoy se
construyan casi exclusivamente de hierro fundido y dulce.
Todas las clases de tachos que hemos descrito son
buenos si están debidamente proporcionados, bien cons-
truidos y poseen suficiente bomba de aire, para el trabajo
que se debe hacer en ellos; pues si la superficie de caldeo
de la calandria ó serpentines individual ó aisladamente
es suficiente para evaporar una cantidad de agua propor-
cional á la meladura que hay que trabajar por hora; y
por otro lado, la. bomba de aire es bastante á desalojarlos
vapores producidos por dicha evaporación, el tacho no
puede menos que trabajar con eficacia si se cuenta con el
vapor necesario. Si á menudo se ven tachos que tardan
once, doce, diez y seis y hasta veinte y cuatro horas en
botar una templa, búsquese la causa no en la forma, sino
en la escasez de su superficie de caldeo, insuficiencia de la
bomba de aire y mal trabajo de los retornos. En efecto,
si se efectúan estos en malas condiciones, es decir, si los
serpentines ó calandrias quedan casi llenos de agua por
no salir la condensación del vapor á causa de algún de-
lecto en las válvulas ó instalación, siendo aquella muy
mala conductora del calórico, toda la parte de los serpen-
tines bañada por ella, desarrolla un efecto calorífico casi
nulo, retardando por lo tanto el tiempo de botar la tem-
pla. Si por el contrario sale vapor en lugar de agua por
los retornos, el gasto de aquél es excesivo, de lo cual se
resienten todos los demás aparatos del ingenio por bajar
la presión en las calderas. En otro lugar explicaremos
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 111
la manera de remediar estos inconvenientes, sólo indica-
remos aquí, que es conveniente que los serpentines tengan
la suficiente pendiente en sus espiras para facilitar la cir-
culación del agua. Hemos visto tachos con serpentines
casi planos que funcionaban malísimamente, estando siem-
pre medio llenos de agua.
En los tachos de doble fondo y de calandria, suele
aplicarse una llavecita para desalojar el aire de ellos al
principiar la admisión de vapor, pues es aquél muy mal
conductor del calórico, y se adhiere á los tubos y á las
paredes del doble fondo, disminuyendo el efecto útil del
vapor. En la de serpentines no se hace uso de ella por la
mayor facilidad que tiene el aire de salir por los retornos.
La marcha que se sigue para calcular la superficie
calórica necesaria á un tacho, es idéntica á la seguida pa-
ra hacerlo respecto á la de las clarificadoras y defecadoras,
de lo cual hemos dado ejemplos. Baste, añadir, que la
práctica ha demostrado que por cada 65 kilos de agua á
evaporar en el tacho, se requiere un metro cuadrado de
superficie de caldeo; y así concretándonos á los ejemplos
dado en el articuló sobre la Evaporación, y siempre en el
caso de una tarea' de 3,000 bocoyes en 120 días, podemos
hallar la superficie necesaria de la manera siguiente:
Para hacer 25 bocoyes diarios necesitaremos 36,000
kilos de meladura á 27° Beaumé, correspondiente» á 50 %
de azúcar en disolución, según Brix. Por otro lado, con-
siderando la templa al salir del tacho á una densidad de
1.50 correspondiendo en 48° Beaumé, y conteniendo el
92 % de azúcar, la fórmula siguiente nos dará la cantidad
de agua á evaporar de dicha meladura:
92%: 50%:: 36000 k : x
50X36000
x- =19565 k.
92
ó sea 20000 en números redondos; esta será, pues, la can-
112 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
tidad de masa que quedará, terminada la templa, y
36.000 — 19565 = 16435 kilos de agua será la que tendre-
mos de evaporar en las ocho horas que durará, y desde
luego, en una hora será de
16-135
^ = 2054 por hora —
S . •
y tomando la cantidad de agua evaporada por hora á 65
kilos por metro cuadrado, necesitaremos una superficie de
2054
rz31 metro cuadrado.
65
Empleando vapor directo en todos los serpentines,
pudiendo estos evaporar hasta 150 kilos de agua, sólo se
necesitaría la mitad de superficie aproximadamente, ó
sea 15 mlv, pero el primer caso es el más frecuente, por
necesitar la templa cierto tiempo para obtenerse una bue-
na cristalización.
Trabajo Cil el tacho. — Pasemos. á dar algunas
1 ¡jeras indicaciones sobre la manera de trabajar en estos
aparatos para obtener azúcar destinado á ser purgado en
centrífugas, que de paso diremos es lo más usual hoy día
en la isla de Cuba, por diversas razones.
En primer lugar se cerciorará el operador si todas las
llaves dewapór, de alimentación y demás, están cerradas.
Si esto es así y no existen entradas de aire en el tacho, á
medida que la bomba de aire funcione, la aguja del indi-
cador de vacío irá describiendo un arco y subiendo á cada
golpe de la bomba hasta el límite extremo de 26 ó 27
pulgadas. Al echar á andar la bomba de aire se habrá
tenido el cuidado de abrir la llave de inyección del calen-
tador, á fin de evitar trabaje esa en seco.
Obtenido el vacío deseado, se abre la llave de mela-
dura y se deja* abierta hasta que llega ésta, á la mitad
del cristal inferior.
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w.
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FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 113
En este momento si el tacho es de serpentines, se
abre la primer llave de vapor directo, de los que están
sumerjidos en la meladura, y á poco rato empezará esta á
moverse y por último á bullir y saltar con gran actividad.
Se mantiene la ebullición cuidando sin embargo de que
no llegue á la parte superior del tacho para evitar arras-
tre de meladura con los vapores, para lo cual basta á veces
dejar entrar un poco de aire por el bota vacío ó sebera.
A medida que se evapora la meladura, vá concentrándose,
y al cabo de una hora sacando un poco por la sonda, se
observará ya con poca fluidez. A medida que la concen-
tración aumenta como su nivel va bajando, hay que admi-
tir nuevas cantidades de meladura á fin de que no descubra
ninguno de los serpentines que tienen vapor. Al cabo de
unas dos horas próximamente según el tacho, el vapor y
otras circunstancias, la meladura está ya concentrada á
punto de granular y ocupando tocio el fondo del tacho
hasta la mitad del primer cristal.
Si el tacho es de calandria y serpentines, se abren
las llaves de vapor directo de éstos y la de vapor de esca-
pe para la calandria, siguiendo en un todo las explicacio-
nes dadas anteriormente.
El punto propio para granular, se conoce como he-
mos dicho, por la poca -fluidez de la meladura y por la
siguiente prueba. Si se toma entre los dedos índice y
pulgar, un poco de ella, al separarla se forma un hilo más
ó menos largo, que casi alcanza toda la abertura posible
de los dedos, y al romper se separa en dos. partes, cada
una de las cuales se dirije al dedo más próximo formando
un gancho en sus extremidades. La meladura está en-
tonces completamente saturada de azúcar á la temperatu-
ra existente^ en el tacho, cuyo vacío habrá bajado á 24 ó
23 pulgadas por la mucha evaporación en él existente.
Se admite entonces una alimentación de meladura
llamada ceba, durante cuya operación que dura de medio
114 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
á un minuto, la meladura que estaba relativamente en
reposo, empieza á moverse y á bullir. Ciérrase la llave
dé alimentación, y al sacar una muestra ó prueba con la
sonda y extenderla sobre el cristal, se verán una multitud
de granitos cuadrados en medio de la meladura, la cual se
ha puesto más fluida y trasparente, indicando el princi-
pio de la cristalización del azúcar. Desde este momento
se lleva adelante la concentración hasta el punto ya indi-
cado, de lo cual hay que cerciorarse por medio de la
sonda, admitiendo nuevas sebas á intervalos más ó menos
largos, según se vean los adelantos de la formación del
grano, los cuales á medida que engruesan aumentan en
número. Se sigue así hasta llenar el tacho que será al
cabo de 7 ú 8 horas de haber empezado. Entonces se
suspenden las cebas y se concentra más la masa sacarina
hasta que la sonda dé de muestra un producto pajoso y
denso, el cual se desprende de ella con dificultad. Escu-
sado es decir, que á medida que adelanta la templa y va
subiendo en ela tacho, hay que ir abriendo gradual y suce-
sivamente las llaves de los otros serpentines hasta tener-
las todas más ó menos abiertas, según se vean los progresos
de la templa, cuidando siempre de mantener un buen
vacío en el tacho que es la principal guía á seguir para la
admisión del vapor.
Llegada la templa al punto antes indicado, se cierran
todas las llaves de vapor, se para la bomba de aire y
cierran las inyecciones, y finalmente se abre la llave
de aire el cual se precipita silbando dentro del tacho.
Al concluir el ruido y marcar el indicador de vacío 0 pul-
gadas, se abre la válvula del fondo gradualmente por la
cual sale la masa cocida y va por canales convenientes á
los tanques de templa de primera 6 á donde convenga y
para lo cual esté arreglada la instalación.
Al principiar la templa es cuando se gasta más vapor
por ser mayor la cantidad de agua á evaporar, y por lo
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA. 115
tanto se condensa mayor cantidad del primero. Des-
pués, á medida que la masa cocida va espesándose ó per-
diendo su agua, disminuye el consumo de éste y "única-
mente en las últimas cebas se admite más vapor, á
fin de dar solidez al grano y obtener una masa com-
pacta.
De la manera de llevar la templa depende la regula-
ridad, solidez y tamaño del grano. Si las cebas son des-
iguales á intervalos caprichosos y con vacíos variables á
causa del mal manejo de las llaves de vapor, el grano es
desigual, blando, se funde pronto en el agua y carece
de las propiedades de una buena cristalización.
Cuando por ser el tacho de tamaño insuficiente para
eí azúcar que hay que cocinar en él requiere dos ó más
templas, lo general es botar una ó más colas. Llámase
botar una cola la operación de llenar el tacho como en la
templa ordinaria y luego siguiendo las explicaciones dadas
para botar la templa, vaciar la mitad desella ó hasta el
primer cristal, para seguir admitiendo nueva meladura y
continuar la templa hasta llenar de nuevo el tacho. La
operación de botar colas ó colear es muy conveniente,
pues contribuye á engrosar el grano y permite operar con
mayor cantidad de meladura.
Terminado completamente el trabajo del tacho, se
abre la llave de vapor para lavarlo y se mantiene unos
tres ó cuatro minutos abierta con lo cual el azúcar que
puede haberse quedado dentro, se funde' y queda el tacho
completamente limpio.
Muchas veces ofrece dificultad el granular, mante-
niéndose la meladura en estado viscoso y de color oscuro,
lo cual consiste en las muchas impurezas de la meladura
procedente de la caña y que en parte pueden evitarse en la
defecación y clarificación. En este caso cuesta, como he-
mos dicho, más trabajo obtener la cristalización del azú-
car y se dice que la meladura tiene (joma.
116 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
Cuando esta contiene 30% ó más del total de las
materias estrañas al azúcar, es casi imposible obtener
cristalización alguna; con cantidades del 30% á 20, esta se
opera con dificultad pero cuando contiene 10% ó menos, se
efectúa por el contrario con mucha facilidad aumentando
esta, según la pureza de la disolución. La cantidad de cal
empleada en el curso de la fabricación no eliminada, influye
mucho también en la cristalización si bien contribuye á
dar al azúcar un color más oscuro que permite se venda
como tipo determinado.
Algunos acostumbran introducir en el tacho cebas de
miel para obtener el mismo objeto pero esto indudablemente
equivale á introducir en el tacho una nueva cantidad de
materias estrañas al azúcar.
La composición de la masa sacarina al salir del tacho
es generalmente de:
75% á 87% de azúcar.
15 á 5 de materias estrañas.
10 a 8 de agua.
100 100
La separación de estas sustancias se efectúa por medio
de las centrífugas ele las cuales hablaremos debidamente,
y el agua, sales y parte del azúcar no cristalizado ó en
pequeños granos, constituyen las mieles — que representan
usualmente del 18 al 30% — de la masa total.
Las mieles que proceden de la templa de primera so
llaman de primera, y se cocinan en el tacho para dar lu-
gar á la cristalización del azúcar cu ellas contenido qne
representa del 9% á 10% del total déla templa según
su riqueza.
Para proceder á una templa de miel, se empieza como
con las de azúcar de primera; solamente que se llena de
una vez el tacho hasta el último cristal y se admite vapor
en todos los serpertines. Hay que tener en ella especial
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 117
cuidado al empezar á hervir, pues es muy fácil se salga del
tacho en gran cantidad siguiendo la corriente de los va-
pores si no se detiene su ebullición y no se observa ;i
tiempo, sobre todo si es muy antigua. Un poco de sebo bue-
no introducido por la sebera la calma casi de repente
y se contiene hasta que sigue su ebullición con menos
violencia y se ve que ya no hay peligro de que salga del
tacho. Como esto sucede siempre al principiar, una vez
obtenido ese resultado no hay más que dejarla cocinar,
de vez en cuando, tomando pruebas con la sonda.
Al cabo de dos ó tres horas, se habrá llegado á punto
de terminar, la templa. Conócese este de la manera siguien-
te: póngase un poco de miel en la palma de la mano con
agua, y al moverse debe formar una masa suelta sin
desleíase. La prueba del hilo es también conveniente sien-
do los hilos mas largos que en la meladura y formando
también su gancho.
Llegada á punto se botará la templa-ytal como lo he-
mos indicado para las de primera é irá por el conducto de
las canales á sus gavetas. Estas consisten en unos tanques
de hierro de poco alto donde se deja enfriar de cuatro á
ocho días durante los cuales dejan cristalizar el azúcar
que ha dejado libre la disolución por disminución de su
punto de saturación. De lo cual se deduce, que cuanto más
tiempo se la deje enfriar en las gavetas, más cantidad de
azúcar abandonará.
La separación de este del resto de la miel se efectúa
también por las centrífugas y la miel resultante se llama
de segunda. Cocinan esta en algunos ingenios para obte-
ner azúcar de tercera, pero lo más general es venderla
para destilarla en los alambiques y hacer aguardiente ó
alcohol, operación que se efectúa en el mismo ingenio si
cuentan con tal aparato.
El trabajar las mieles de segunda en los ingenios
provistos de aparatos al vacío, nos parece anti económico,
118 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
pues siendo (como debe ser) la cantidad de azúcar de
primera obtenida en la primera templa, muy grande pro-
porcionálmente, sólo queda en la miel de primera un 9
ó 10 % de su peso, y en la de segunda un 3 á 5 %, la
cual no indemniza los gastos de elaboración; — mientras
que trabajada en el alambique los paga — por el mayor
precio del alcohol que se consigue de ella.
Reasumiendo, se puede considerar que 100 kilogra-
mos de masa cocida pueden dar
G5 % ele azúcar de primera
9 » » » de segunda
4 » » » de tercera
ó sea un total de 78 % de azúcar y 22 % de pérdidas en
miel de cuarta si se cocinan las de segunda, en cas# con-
trario las mieles representan el 26 % de la masa cocida.
Estos números son variables, pues dependen natural-
mente del tanto* por ciento de azúcar contenido en la masa
sacarina el cual hemos dicho variaba de 75 al 87 %.
Cuando las templas deben ser purgadas en hormas y
gavetas, sobre todo para azúcar refino, se procede de una
manera algo diferente. La ebullición se efectúa con más
rapidez, las pruebas se toman más fuertes, las cebas se dan
más á menudo, son de menos duración y de mucha regu-
laridad, áefin de dejar entrar de f/2 á 1 %, de la cantidad
total en cada una, debiéndose mantener un buen vacío.
De esta manera, al llegar al punto filete que debe ser
fuerte y á la tercera ó cuarta ceba se forman una multitud
de granos finos y compactos y se sigue llenando el tacho
formando nuevos granitos en toda la masa, pero sin dejar-
los engordar, pues el principal mérito del azúcar refino es
la finura de su grano y buena forma. Esta manera de
cristalizar se desprende de las mismas leyes de cristali-
zación. Si una disolución de azúcar puro se deja enfriar
Lentamente, al cabo de algunos días por haberse evaporado
FABBICACIÓN DE AZUCAB DE CAÑA. 119
su agua, se obtendrán cristales voluminosos y bien forma-
dos que constituyen el azúcar candi. Si por el contrario la
evaporación es rápida su tamaño disminuye y es tanto
menor cuanto más rápida haya sido, por tener menos
tiempo para formarse los cristales.
La fig. n? 14 indica la forma en mayor tamaño de los
cristales del tacho según se producen generalmente, y han
sido tomados del natural.
Concluiremos lo dicho referente á los tachos con lo
siguiente: No basta conocer la teoría de la cristalización
que hemos bosquejado, ni las explicaciones sobre la ma-
nera de operar una templa, sin haberla ejecutado prác-
ticamente. En el curso de su operación tienen lugar
variaciones en el grado de la meladura del tacho, en la
presión del vapor y en el vacío, que requieren ciertos
conocimientos para saber á que atenerse y conseguir una
templa excelente. Si la caña lo es, la defecación es bue-
na, y la meladura contiene por lo tanto p©cas sustancias
extrañas, entonces es relativamente fácil la granulación
y el trabajo de la templa; pero cuando la caña es mala y
el guarapo impuro, es cuando más se necesitan no sola-
mente los conocimientos teóricos, sino mucha práctica, la
cual como en toda industria solo se consigue efectuando
repetidas veces las operaciones explicadas.
120 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
CAPITULO VI.
CENTRÍFUGAS. — CENTRÍFUGAS FIJAS. — COLGANTES DE WESTQÍT,
COLGANTE DE HEPWORTH.
ara separar la miel del azúcar rápidamente, <ee em-
plean unos aparatos que lo efectúan por medio de la
fuerza centrífuga, por lo cual se llaman centrífugas.
Se componen en principio de un cilindro de hierro ó
acero, fijo á un eje vertical, el cual por una trasmisión
conveniente, recibe un movimiento rápido de rotación,
que determina en la periferia del cilindro una fuerza cen-
trífuga considerable. La chapa de hierro de que está
formado dicho cilindro llamado canasto está perforado con
agujeros de o á 8 milímetros y en su parte interior recibe
una telaSnetálica cuyo tejido deja pasar la parte líquida
de la miel ó templa y retiene los cristales de azúcar.
Este cilindro ó cesta está rodeado de otro fijo, al re-
dedor de cuyo fondo tiene una canal por donde después
de caer la parte líquida en su interior va á la canal de
miel y de allí á los tanques.
El fondo de la centrífuga tiene aperturas que cerra-
das durante la purga, al abrirse concluida esta, permiten
de vaciar el azúcar.
El esfuerzo debido á la fuerza centrífuga una vez
lleno el cesto de azúcar és muy grande si se tiene en
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 121
cuenta que clan de 1,000 á 1,500 revoluciones por minuto
con un diámetro de 2,6U:=76 centímetros generalmente, y
con cargas que varían de 65 á 80 kilos de azúcar. Para
evitar pues el cambio de figura y la exposición á roturas
á que da lugar dicha fuerza, está el cesto de la centrífuga
rodeado de tres ó cuatro sunchos de hierros ó acero muy
fuertes que le dan mayor rigidez.
La operación de la purga se efectúa como sigue.
A mano, se hace girar la centrífuga Ínterin se carga de
azúcar casi hasta la mitad. Entonces se va conectando
gradualmente con la trasmisión de la máquina motriz y
al empezar á girar é ir aumentando de velocidad, la masa
pastosa se levanta por el costado por efecto de la fuerza
centrífuga, y al mismo tiempo va aclarando su color.
Cuand® se ve este ya bastante claro en toda su superficie,
indicio de estar ya efectuada la purga y cuya operación
dura un minuto con buen azúcar, y de 10 ál5 con azúcar
de miel de primera, se desconecta la centrífuga de la tras-
misión, se aplica el freno gradualmente y se detiene la
centrífuga. Se abre la compuerta que cierra las aberturas
del fondo y con una paleta de madera se hace caer el
azúcar fuera de la centrífuga.
Si se desea azúcar blanco, se abrirán de vez en cuan-
do durante la operación las llaves de agua y de vapor,
con lo cual lavándose el grano al dirijirse dicha agua ó
vapor á la tela metálica por la fuerza centrífuga, lo blan-
quea si bien disminuye el tamaño de los granos. A veces,
es hasta imprescindible hacer uso del agua si por ser muy
viscosa la masa se resiste la miel á salir de la centrífuga.
Varios son los sistemas de centrífugas que se emplean,
pero pueden reducirse á los siguientes: las fijas y las
colgantes de Weston y de Hepworth, siendo este últi-
mo el que más se usa actualmente en Cuba por su ma-
yor lijereza, y por lo tanto mayor capacidad de trabajo,
al mismo tiempo que por su solidez.
122 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
En el sistema fijo el conjunto que forma la centrífuga
ó sea caja, cesto, trasmisión, etc., descansa sólidamente
sobre el asiento general de todas ellas. Debido á esto es
su instalación muy sólida, compacta y sencilla, durando
por lo tanto mucho tiempo, si bien no es susceptible de
dar las revoluciones que dan las colgantes con igual fuerza
de máquina motriz.
Se componen de una caja de hierro dentro la cual
gira la cesta fija como hemos dicho al eje vertical. Este
recibe su movimiento, por medio de una polea cónica y
de rozamiento, que es movida á su vez por otra colocada
sobre un eje horizontal y que conecta por medio de una
correa con la polea de la trasmisión de la máquina, linos
fuertes muelles permiten por medio de un mecanismo sen-
cillo provisto con volante, acercar ó separar .las do* poleas
cónicas, á fin de producir ó detener el movimiento para
lo cual existe además una retranca ó freno correspondiente.
La centrifuga propia, descansa por medio de un eje
sobre unos dados alternados de bronce y acero continua-
mente sumerjidos en aceite y sobre los cuales gira relati-
vamente con poco roce.
Las centrífugas colgantes de Weston y Hepworth, se
distinguen de las fijas, en que el cesto y la caja están col-
gados de una armadura que permite á todo el sistema
oscilar algunos grados en todos sentidos, permitiendo que
se amolden á las variaciones de peso en la carga de la
centrífuga y pudiendo por lo tanto girar con ma}<or velo-
cidad que las fijas.
La centrífuga llamada de Weston por ser este el
nombre de su inventor, se compone de las principales pie-
zas indicadas en la lámina G. La caja exterior está fijada
sobre una base de hierro ó sobre el mismo marco que forma
el asiento cuando hay más de una centrífuga.
El cesto de ésta como de costumbre, está sólidamente
unido al eje, y éste cuelga de una armadura por medio de
- FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAXA. 123
una pieza que lleva dos gomas cilindricas que le permiten
cierto juego. El eje de la centrifuga es hueco en casi toda
la mitad superior y en este hueco cuidadosamente ajusta-
do, entra otro eje macizo del cual pende todo el sistema
por medio de un doble pasador y cuatro arandelas alter-
nadas de bronce y acero perforadas en su centro. La
parte del eje exterior dentro del cual penetra el eje maci-
zo y están las arandelas, debe siempre estar bien llena de
aceite pues es mucho el frotamiento desarrollado por la
rápida revolución de la centrífuga y su peso. Por falta
de una buena lubrificación ocurre á veces que se pegan
los ejes y arandelas unos con otros causando averías al
aparato y hasta desgracias personales si la centrífuga sale
de su asiento, á consecuencia de la detención brusca 'de su
movimiento. .
Este lo recibe y trasmite, una polea articulada al eje,
y una retranca permite detener la marcha de la centrífuga
después de haberla desconectado de la trasmisión.
La descarga se opera levantando el cono ele bronce
que tiene eri su interior á lo largo del eje, para lo cual
tiene este un muelle que lo sujeta Ínterin se vacía la
centrífuga por el fondo. Las revoluciones dadas por éstas,
suelen ser de 1,200 á 1,500 por minuto y funcionan con
excelentes resultados si se tiene cuidado con la lubricación
del eje y partes movibles.
Con cuatro de estas centrífugas, se purga y envasa por
lo general un bocoy de azúcar en diez minutos, siendo cuatro
suficiente ampliamente para la tarea de 3,000 bocoyes por
zafra y quedando purgada una templa de 12 bocoyes en
poco más de dos horas.
En el último sistema que vamos á describir ó sea el
de Hepworth, ni es completamente colgante la centrífuga
ni fija, pues si bien la caja está suspendida no le sucede
así á la centrífuga que tiene dos puntos de apoyo, uno en
la misma caja y el otro en la armadura superior.
124 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
Esta centrífuga que ha sido modificada repetidamente
por su inventor, tiene hoy día la siguiente disposición.
Todo el aparato está colgado por medio de una pieza
semi esférica de una armadura superior, y la caja está á
su vez colgada por tres tirantes de la misma pieza. La
centrífuga descansa por su eje en una chumacera cónica ó
cilindrica, donde hay cuatro arandelas de bronce y acero
sobre las cuales trabaja aquella. Esta chumacera forma
parte de la caja. La parte superior tiene también otra
chumacera forrada como la inferior de bronce ó metal de
patente peteneciente también á la pieza de suspensión.
Una polea fija al eje y provista de su freno comunica el
movimiento á la centrífuga. La descarga en este sistema
se opera también por el fondo, pero girando á la derecha
el cono de bronce interior con lo cual la compuerta dismi-
nuye su contacto con el fondo, y girando la centrífuga al
revés, ó sea á la izquierda, se abren las aberturas sojas.
Para cerrarlas se gira á la derecha la centrífuga hasta que
que quedan tapadas y haciendo girar un poco el cono ha-
cia la izquierda vuelve á ajusfar la compuerta contra el
fondo y no se puede ya abrir mientras gire la centrífuga.
Se observará que en esta clase, todo el sistema puede
oscilar algunos grados en todas direcciones, pues la pieza
semi esférica de la cual pende, puede moverse algo en su
asiento* no sucediendo así en las de Weston por tener la
caja fija y por lo tanto lo único que puede oscilar en ellas
es la misma centrífuga.
Las centrífugas de Hepworth giran por lo regular con
1,400 revoluciones, pudiéndose con ellas purgar una gran
cantidad de azúcar. Si se admite, cosa frecuente en la
práctica que el tiempo para llenar, purgar, vaciar y lim-
piar una centrífuga es de cinco á seis minutos, siendo
generalmente la carga de 80 kilos, una centrífuga podrá
purgar fácilmente un bocoy de azúcar por hora, ó sea
cuatro veces más que con las centrífugas fijas ordinarias.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 125
Por esta razón se usaban estas en baterías de ocho,
doce, veinticuatroy hasta en mayor número, cuando hoy
día, raro es el ingenio que cuenta con más de ocho de las
colgantes.
Se consideran necesarios. dos caballos nominales para
el trabajo de una centrífuga, sin embargo de que, como es
fácil de comprender, varía mucho la resistencia durante
su marcha, efecto de la disminución de la miel que va
saliendo por la tela metálica y disminuyendo el peso total
de la masa. A medida que esto sucede, se neutraliza en
parte esta disminución de fuerza, porque al disminuir el es-
pesor de la masa sacarina, aumenta el radio del círculo de
presión, ó la distancia del centro de gravedad de cada
sección al eje, y por lo tanto la fuerza necesaria para ha-
cer girar la centrífuga, puesto que la fórmula para dicha
fuerza, como veremos luego, es :
Pv2
8T.
en la cual
F C — representa la fuerza centrífuga.
P — el peso del azúcar dentro del aparato.
v — la velocidad en metros por segundo.
g — la gravedad del lugar que podemos tomar corno
equivalente á 9™81.
r— radio del centro de gravedad ó distancia de las
secciones de la masa sacarina al eje de la centrífuga.
No equivale, sin embargo, nunca el aumento de re-
sistencia debido á la causa anterior, á la disminución oca-
sionada por la salida ele la miel, lo cual explica por qué
las centrífugas van acelerando tanto su movimiento al
empezar, para quedar después con uno casi uniforme.
Para determinar la fuerza centrífuga á un número de .
126 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
revoluciones dadas y carga de azúcar conocida, liaremos
uso de la fórmula
PvJ
N? 1. F Ce=
gr.
sean las revoluciones 1,500 por minuto; el peso de la car-
ga de azúcar 75 kilos, el diámetro interior de la centrífuga
76 centímetros y el radio (r) del círculo descrito por los
centros de gravedad parciales, igual á 0,™33.
Sustituyendo esos datos con la fórmula N" 1, resulta la
N*2. /1,500X3.14X,66\ 2
60
F C= = 62,187k.
9,81X0,33
sobre toda la superficie interior del tambor. Si este tiene
como liemos dicho 76 centímetros de diámetro y 36 de
alto, su superficie será de
0,76^(3.14X0,36 = 8,591 centímetros cuadrados.
Dividiendo, pues, la presión total por la superficie en
centímetros, tendremos:
62187
P= = 7k20
8591
ó sea algo más de 7 atmósferas de presión como máximum.
Si suponemos que el azúcar contenía 25 % de miel,
la presión al concluir la purga será de
46641
Pzz = 5k4 por centímetro cuadrado.
8591
Se podrá, pues, considerar la presión media equiva-
lente á (),k30.
Por lo que antecede se puede comprender fácilmente
por (pie se hace necesario poner varios sunchos fuertes al
tambor de las centrífugas y construir éstas con la mayor
z
arfw' >*-«—
^s^8^t»>^v/,
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 127
solidez para evitar los cambios de forma de las paredes
del cesto y aún roturas del aparato.
Es muy importante que las centrífugas den las revo-
luciones para las cuales han sido calculadas, pues de otro
modo la purga se efectúa en malas condiciones. Para ello
es necesario que la máquina motora sea de fuerza sufi-
ciente no solo para mover las centrífugas sino los accesorios
que suelen tener y que describiremos más adelante.
Nada decimos de las centrífugas fijas. Reiscliauer,
Freimaux, Ruffin, etc., cada una de las cuales posee
sus ventajas y particularidades, por el poco o ningún uso
que tienen en las fábricas de azúcar de esta Isla. General-
mente en ellas se opera la purga con admisión de vapor re-
calentado, cerrando antes la centrífuga con una tapa, de lo
cual resulta que se blanquea notablemente el azúcar y au-
menta ;por lo tanto el valor del azúcar purgado en ellas.
128 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
CAPITULO VII.
MALÉX0RES. — SUBIIDORES DE AZÚCAR. — CONDUCTORES
TRITURADORES.
r-'ÁRA la alimentación y extracción del azúcar de las
centrífugas, se emplean diversos aparatos, de los cuales
vamos á dar una reseña.
El azúcar que sale del tacho de dar punto una vez
concluida la templa, va á unos tanques de depósito llama-
dos tanques de templa de primera. — Estos tanques son de
hierro y están provistos de una compuerta que descarga
sobre un aparato llamado malexor ó mezclador, y que pue-
den contener parte de ó la templa entera del tacho.
Malexor 6 mezclador. — Este aparato consiste
en un recipiente de hierro abierto en su parte superior
por donde recibe el azúcar y con' un fondo semicilíndrico.
Dicho fondo tiene una ó más aperturas que comunican
por medio de unas mangas de hierro provistas de com-
puertas con las centrífugas, y por las cuales cae el azúcar
en ellas. El malexor va colocado sobre las centrífugas
por medio de soportes de hierro que á su vez sostienen
generalmente esos aparatos.
Un eje que atraviesa el malexor en todo su largo,
está provisto de brazos ó aspas que al girar revuelven la
FABlilC ACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 129
masa sacarina, sin lo cual se solidificaría ésta y no saldría
del malexor, causando un gran entorpecimiento en el tra-
bajo de las centrífugas. Recibe el movimento por medio
de engranes, el cual es trasmitido par correas desde el eje
principal de trasmisión.
Al botar la templa del tacho á los tanques y estando
las compuertas de éstos abiertas, va llenándose el malexor
de azúcar al mismo tiempo cpie las aspas de su eje lo van
revolviendo, impidiendo que se endurezca su masa.
Entretanto se van cargando las" centrífugas y pur-
gando hasta acabar con todo el azúcar de los tanques y
del malexor. Al principio lo masa cocida estando caliente
corre bien y llena por sí sola el malexor, pero al poco
tiempo disminuye de fluidez y se hace necesario acabar de
descargar el azúcar de los tanques á fuerza de brazos.
Algunos mezcladores tienen en una cabeza, parte
del eje armado de cuchillas que giran entre los espacios
de un emparrillado de hierro fijo que se llama triturador
y que sirve para romper los pedazos grandes.de azúcar
que provienen de los tanques .cuando la masa cocida se ha
enfriado y endurecido.
El uso de los malexores es casi absoluto en los inge-
nios de la isla de Cuba, y á veces en lugar de recibir el
azúcar desde los tanques de templa, lo reciben de unos
carritos, de tres ó cuatro ruedas, en los cuales cabe un
bocoy de azúcar ó menos y que vierten directamente en el
malexor la masa cocida recibida del tacho y dejada enfriar
dos ó tres días, para lo cual circulan sobre una platafor-
ma á un mismo nivel. Se usa este medio sobre todo con el
azúcar de segunda.
Cuando se purga en frío el azúcar vá desde el tacho á
varias gavetas situadas al nivel del suelo y cuando está ya
solidificado se rompe y carga en carritos ó cajones llamados
repartideras y después de pasar por un triturador, es ele-
vado al malexor por un aparato llamado subidor de azúcar.
130
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
S Ubi (lores de azúcar. — Estos aparatos se divi-
den en varias clases; las hay de tornillos de Arquímedes
ó sin fin, de discos, de cucharas, de vacio y últimamente
de bomba.
Ni los de tornillos, ni de discos, ni de cucharas
suelen dar buenos resultados, endureciéndose la masa en
sus diferentes piezas al pegarse á ellas, por lo cual va dis-
minuyendo su capacidad elevadora, al mismo tiempo que
aumenta la resistencia dando lugar á repetidas averías.
El de vacío, se compone de un. cilindro montado so-
bre el malexor, en comunicación por un tubo con el tan-
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA. 131
((lie de masa cocida y por otro con una bomba de aire. Al
formar el vacío en su interior, sube el azúcar por el tubo y
llena el recipiente. Una vez lleno se deja entrar el aire y
al aljrir su compuerta, cae el azúcar dentro del malexor.
Esta operación se repite Ínterin se sigan vaciando los tan-
ques y haya azúcar que purgar. Terminada la operación
se lava al vapor á fin de disolver el azúcar que haya que-
dado adherido á los tubos y dentro del recipiente.
El subidor de bomba (figura 15) es el más moderno
y en nuestro concepto el mejor sistema conocido.
Consiste en un cilindro vertical ú horizontal (m) que
tiene una válvula (b) en su parte inferior. Este cilindro
es el verdadero pistón de la bomba, cuyo cuerpo (d) pro-
visto de su prensa estopas, y de otra válvula en su parte
inferior recibe el azúcar que es impelido al bajar aquél
movido por una barra de conexión articulada por dos mu-
ñones á la cigüeña del eje de trasmisión.
El azúcar de miel se vacía al fondo o^e una cuveta
donde á cada revolución se sumerje el cuerpo de bom-
ba. Al hacerlo, bajo la presión 'del azúcar pastoso, se
levanta su válvula (a) á lo cual contribuye mucho el va-
cío formado en el cuerpo de bomba al bajar y cerrarse la
del pistón (b) . Al remontar, se cierra la válvula (a) y la
masa en él encerrada, al comprimirse, obliga la válvula
del pistón (b) á abrirse dando paso al azúcar en ^u inte-
rior. A la segunda embolada, repitiéndose la misma opera-
ción, una nueva cantidad de azúcar ocupa su lugar dentro
del pistón y obliga a subir á la anterior por el tubo de
descarga (n) hasta que al estar lleno este, desemboca so-
bre el malexor. Mientras la materia se conserva pastosa,
anda perfectamente esta bomba pero al endurecerse, tra-
baja con mucha fatiga bajando con mucha rapidez y su-
biendo despacio. Un poco de miel vertida en la cubeta
vuelve á dar al aparato la marcha suave y constante que
tanto lo caracteriza. Hemos visto bombear un carrito de
132 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
10 hectolitros en tres minutos y mantenerse siempre la
cubeta vacía, por no dar abasto los dos carros de azúcar
de segunda á llenarla. Sus revoluciones suelen ser de 15
por minuto y no podemos menos de decir que es el subidor
de azúcar de miel, más sencillo, potente y que mejor tra-
baja de cuantas conocemos.
Trituradores. — Toda clase de subidores, tienen
anexo un aparato llamado triturador, el cual liemos ya
mencionado, compuesto de una cuveta sin fondo, provista
de dientes de hierro entre los cuales pasan otros articula-
dos á un eje que al girar desbaratan los pedazos grandes
de azúcar que pudieran causar alguna avería á los subido-
res, y no dejan pasar más que la materia pastosa. Lláman-
se trituradores.
Concluido el trabajo de la purga en centrífugas debe
hacerse pasar agua por el. subidor y malexor á fin de la-
varlos muy bien y evitar la aglomeración de azúcar que se
les suele quedar pegados.
Subidor de azúcar purgado. — El azúcar
que proviene de las centrífugas en algunos ingenios, cae por
planos inclinados en los mismos bocoyes, cajas ú otro reci-
piente, pero hoy día úsase mucho otro sistema que compren-
de un conductor de azúcar y un subidor de azúcar purgado.
El conductor de azúcar se compone de una correa de
goma gruesa de 22 pulgadas ó sea 56 centímetros de ancho
• mantenida tirante por dos cilindros en sus estremidades
los cuales por medio de engranes le dan un movimiento
dé traslación hacia un recipiente colocado á una de las
extremidades de la batería de centrífugas. Todo el azúcar
de estas cae sobre esa correa que lo lleva inmediatamente
á ese depósito, Como este se llenaría al poco rato, por la
gran cantidad de azúcar que le lleva la correa á causa de
la. actividad de las centrífugas, una cadena de eslabones
largos en los cuales están fijas unas cucharas de hierro y
cuyo aparato compone el subidor, lo recoje del depósito y
_i__^ FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 133
elevándolo á unos 3 ó 4 metros de altura, lo descarga á
una caja bajo la cual está colocado el bocoy, saco ó el en-
vase que se desee. La cadena del subidor es guiada por dos
ruedas con camones que entran en cada eslabón é impiden
se resbale aquella ó se rompa por efecto de salirse de lu-
gar alguno de ellos. Algunos subidores tienen una correa
de cuero en lugar ele cadena pero nos parece la última
preferible.
Tanto el conductor de azúcar como el subidor, tienen
sus movimientos combinados de manera que este suba en
un tiempo dado el azúcar purgado por las centrífugas y
traido por aquel, sin lo cual habría entorpecimiento debi-
do á la mucha acumulación de azúcar en el conductor ó
en sus depósitos.
Uiyi compuerta ú otra disposición análoga colocada
en el fondo de la caja que recibe el azúcar del subidor
sobre el envase, permite llenarlos convenientemente y
dar tiempo j3ara apisonar, pesar y cambiarlos^pues lo único
que puede acontecer es que se llene algo el depósito del
cual lo reciben.
Como es natural, es variable el peso del azúcar conte-
nido en iguales envases, pues depende mucho de su apiso-
nado. Este se practica generalmente con unos mazos de
madera fijos en mangos más ó menos'largos á los cuales
se llama 'pimnes. »
Una vez envasado el azúcar y dividido en clases de pri-
mera, segunda y tercera donde se produzca este que según he-
mos dicho no se practica en la isla de Cuba, se numeran, pe-
san y marcan los bocoyes, cajas ó sacos y remiten á los al-
macenes encargados de recibirlos para su embarque ó venta.
A causa del precio de los bocoyes vacíos, y de su
mayor peso y dificultad de estiva, se han sustituido última-
mente por sacos, y son ya pocos los ingenios que envasan
su azúcar en bocoyes, cuando hace pocos años casi todos
lo hacían en la primera forma.
-^mM^^^mtM^M^:^.
TERCERA PARTE.
Diversos aparatos complementarios de un ingenio, Calderas de vapor.
Hornos de quemar bagazo verde-
Datos sobre instalaciones de fábricas de azúcar,
CAPITULO I.
e
BOMBAS DE AGUA CALIENTE. — CENTRIFUGAS, DE MELADURA, DE
GUARAPO CRUDO, DE GUARAPO DEFECADO, DE AGUA
DE. RETORNOS, DE ALIMENTACIÓN, DE MIEL. ASPIRADORES DE
GUARAPO Y DE MELADURA.
'os liemos reservado este lugar, á fin de evitar en lo
posible la complicación en las descripciones por
efecto de incluir en ellas mecanismos y aparatos que si
bien más ó menos indispensables ocupan segundo lugar
respecto á los descritos anteriormente. t
Tales son las bombas de agua caliente, de agua fría,
de agua de retornos, de guarapo^ de meladura y de ali-
mentación; Los recipientes de vapor directo, de escape,
de agua de retornos, etc., y por último los enfriaderos.
Bomba de agua, — Las bombas de agua calien-
te, sirven para aspirar el agua que proviene de la conden-
sación de los vapores de las bombas de aire é impelerla á
los enfriaderos, en los cuales perdiendo algunos grados de
temperatura sirven de nuevo para la inyección en los
condensadores.
188 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. .
Las hay horizontales y verticales, las primeras acom-
pañan siempre á las bombas de aire horizontales y las
verticales las segundas.
Ambas clases se componen de las piezas usuales en
las bombas, (figura 16) tales como el cuerpo (a) forrado de
1 tronce el pistón (d) de bronce también, dos válvulas una
aspirante (b) y otra expelente (c) de goma ó metálicas en
cada cabeza del cilindro. En los conductos de aspiración (e.)
y descarga (f) tienen un recipiente llamado vaso de aire
para el desahogo de éste y que contribuye también á la
regularidad del movimiento en el fluido.
La operación de estas bombas es igual á la de las de
vacío. Cuando el pistón abandona un extremo para diri-
girse al otro, el aire contenido en el espacio que deja tras
de sí, va disminuyendo de presión por el aumento del
volumen que ocupaba tres ó cuatro veces mayor según el
curso del pistón, hasta que la diferencia de la presión
atmosférica exterior y la del interior obliga á la válvula
aspirante (b) á levantarse y á entrar en él una nueva
cantidad del aire contenido en los conductos de aspiración
<pie unen la bomba con la cisterna del agua caliente don-
de descargan las bombas de aire. Al equilibrarse la pre-
sión, siempre resulta en dichos conductos una menor que
la que tenían anteriormente, por lo cual una cantidad de
agua de ucia altura equivalente á esa diferencia sube por
los tubos y se cierra la válvula aspirante.
Al regresar el pistón á su punto de partida, compri-
me el aire contenido en el cuerpo de bomba y aumenta
por lo tanto la presión hasta que obliga á levantarse la
válvula expelente (c) correspondiente, para pasar á los con-
ductos de descarga (f) y mezclarse con el aire exterior ce-
rrándose la válvula expelente (c). Al volver el pistón hacia
el otro extremo, rarificase de nuevo el aire en el espacio
libre, levántese la válvula aspirante (b) penetra en él una
nueva cantidad del aire ya rarificado de los conductos
FABRICACIÓN DE AZlJCAR DE CAÑA. 189
aspirantes, sube el agua en ellos á una altura equivalente
á la nueva diferencia de presión interior y exterior, y al
retroceder el pistón, los mismos efectos se reproducen
hasta que á las dos ó tres emboladas penetra el agua en
el cuerpo de bomba, quedando no obstante sobre él una
capa de aire más ó menos densa que equilibra la presión
atmosférica. Desde ese momento, cada vez que el pistón
se dirije á un extremo, entra una cantidad de agua en el
opuesto y al retroceder y comprimirlo le obliga á salir
por la válvula expelente llenando al fin los conductos y
saliendo por el tubo de descarga.
El aire, que en las primeras y sucesivas emboladas
queda en el vaso de aire, llega á ejercer una presión
constante sobre el agua, por la cual esta tiene mayor re-
gularidad en su movimiento de circulación y carece de las
sacudidas que tendrían lugar en el caso de no existir
dicho recipiente.
Estos son cilindricos y tienen por 1q general una ó
más aberturas para que la descarga sea inferior ó superior
según convenga. Un tubo de cobre de la sección del de
descarga baja hasta cerca de su fondo y al entrar el agua
en el recipiente, el aire se mantiene sobre su nivel y alre-
dedor del tubo, obligando aquella á salir con regularidad,
y recibiendo como un cojín los golpes de agua debidos á
los del pistón, sobre todo si la bomba es de simple efecto.
Generalmente las bombas de agua son de doble acción
y por lo tanto ambas cabezas del cuerpo de bomba son
idénticas y con igual número de válvulas aspirantes é
impelentes, por lo cual la aspiración y expulsión del líqui-
do son continuas.
Cuando el agua es fría, los fenómenos explicados so-
bre el trabajo de las bombas tienen lugar de un modo
constante, pero cuando aquella es caliente, resulta muchas
veces que la bomba no trabaja, ó no aspira por la siguiente
razón. Si la temperatura del agua es por ejemplo de 80°
140 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
centígrado, dará una cantidad de vapor correspondiente á
esa temperatura, mucho más al penetrar en la cámara de
vacío de la bomba, y al ocupar ésta á detrimento de arpiél,
la aspiración no puede efectuarse y por lo tanto emplean-
do él término tan usual en Cuba, diremos que no jala.
En efecto, la presión del vapor á 80° centígrados de
temperatura, es de 0,k478, ó sea casi media atmósfera,
y por lo tanto si con un vacío perfecto en la bomba, el
agua podría subir teóricamente á 10.m,33, vemos que con
este vapor en la cámara de vacío, no podría hacerlo sino
hasta 5,m,50 próximamente, y si agregamos el peso de la
válvula, el del agua sobre la misma y las inevitables entra-
das de aire, resultará ¡que el vacio no será suficiente para
que el agua llegue á su cuerpo y no trabajará. Por lo tanto
cuanto más fria sea aquella, mejor funcionará la bomba,
y esto dá á comprender el gran cuidado que se requiere á
fin de que las válvulas ajusten bien y evitar cualquiera
entrada de aire «supérfluo por los prensa-estopas ó por las
juntas y uniones, sobre todo en bombas destinadas á
líquidos calientes.
Con la temperatura del agua á 60°, que es lo general
en los tanques de aspiración de las bombas ele agua caliente,
la presión del vapor en la bomba es de 0,k19G, ó 200
gramos en números redondos, ó sea lj5 de la atmosférica,
y á esta (temperatura cualquiera bomba medianamente
regular y en buen estado puede trabajar. Cuando por el
contrario la temperatura del agua es de 85 ó 90 grados,
como sucede á veces con la destinada á la alimentación
de las calderas, entonces el trabajo de aspiración de la
bomba es casi imposible, aunque no tenga que aspirar el
agua mas que de una altura de l,m500; por lo tanto, debe
colocarse el recipiente de aspiración al mismo nivel y
hasta más alto que el cuerpo de bomba, á fin de (pie
penetre aquella sola por su peso y trabaje únicamente la
bomba como impelente.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 141
Muchas veces, debido á lo antedicho respecto de la
temperatura de los líquidos que se bombean, cesan las
bombas de trabajar accidentalmente. En ese caso basta
á veces dejar penetrar el aire exterior dentro del cuerpo
de bomba, abriendo un poco la tapa de registro de la
válvula de aspiración, ó una llavecita con las cuales vienen
provistas algunas, para que funcione á las pocas emboladas.
Consiste esto en que al entrar el aire y mezclarse con el
vapor existente resulta un mezcla de una temperatura
menor, y condensándose por lo tanto parte del vapor de
agua por ceder parte de su calórico al aire, al comprimir
el pistón estos gases los expele por la válvula expélante,
y al retroceder de nuevo; quedando aún parte de la mezcla
de aire y vapor pero más rarificado, va aumentando el
vacío hasta permitir que entre el agua en el cuerpo de
bomba. La prueba de lo indicado se hace evidente haciendo
penetrar por las llaves antedichas agua fria en lugar de
aire, por cuya operación se condensan parte de los vapores
interiores y se forma un vacío suficiente á determinar la
aspiración.
Nos hemos extendido algo sobre las bombas de agua,
pues todo lo dicho respecto de ellas concierne á las otras
clases, y bien entendido por lo tanto lo tocante á aquellas
poco hay que agregar concerniente á las demás.
Las bombas de agua caliente son generalmente movi-
das por la misma máquina de vacío, por el balancín si son
verticales, ó por el eje motor si son horizontales.
Como existe relación entre la cantidad de agua pro-
cedente de la descarga de la bomba de aire y la sustración
de aquella de la cisterna por la bomba de agua, se dismi-
nuye la velocidad del embolo de ésta por medio de dos
ruedas de engrane conectadas á la máquina y que reducen
sus revoluciones de un número determinado.
Otras veces tienen su motor independiente, y en otros
sistemas el cuerpo de la bomba de agua está en prolonga-
142 FABRICACIÓN DE AZÚCAll DE CANA.
ción del de la de aire y conectado con el mismo vastago de
los pistones de aire y de vapor. Tal es la forma que tienen
las bombas americanas de Blake, Knowles, Deane, Gárri-
son, Davidson y otros, en las cuales los tres cilindros de
agua, aire y vapor, descansan sobre el mismo asiento.
Si la columna expelente es muy elevada y superior á
la atmosférica (10.moo) á cada golpe de' pistón se oye un
fuerte ruido, ocasionado por el choque de las válvulas
contra su asiento al cerrarse de repente, consecuencia del
vacío en su cara interna y de la presión del agua en la ex-
terna, la cual como sabemos representa tantas veces l.k033
como veces tiene la columna de agua 10m de altura.
Si el tubo de descarga está compuesto de tramos lar-
gos horizontales, y contiene muchos codos, dicho ruido
disminuye y hasta desaparece á consecuencia de la resis-
tencia opuesta al líquido.
Ocurre muchas veces, que las bombas de agua después
de haber estado sin trabajar algunos dias al querer hacer-
las andar de nuevo no funcionan. Esto es ocasionado la
mayor parte de las veces sobre todo en aquellas cuyas
válvulas son de goma, á que éstas se han resecado y no
ajustan bien con su asiento, permitiendo entrar el aire ex-
terior dentro del cuerpo de bomba á cada embolado del
pistón. Se remedia este defecto, la maj^or parte de las
veces, llenando el cuerpo de la bomba de agua por las ta-
pas de registro ó por una llave de agua apropósito fija en
el fondo del cilindro con la cual se llena éste de agua y el
pistón la impele por la válvula expelente, obligando ésta
á ajustar con su asiento y desde luego empieza á bombear
con regularidad. Hay (pie tener siempre presente, que
las causas (pie pueden impedir á una bomba bien propor-
cionada, de trabajar no son otras que las siguientes:
Empaquetada ras floj as.
Válvulas que no ajustan.
Pistón flojo.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 143
Temperatura demasiado elevada del líquido; y otra'
que raramente sucede pero que ocurre en algunas ocasio-
nes, cuando se colocan las bombas á una altura de aspira-
ción, superior á la teórica de 10,m33.
Para el cálculo de la fuerza necesaria á un trabajo
determinado de una bomba, basta multiplicar el peso del
agua que puede bombear por minuto, teniendo en cuenta
el coeficiente de rendimiento que suele ser del 75%, por la
altura ó diferencia de nivel entre los depósitos inferior y
superior; y dividiendo el producto por 33,000 libras se ob-
tendrá el resultado en caballos.
Ejemplo:
Una bomba de doble efecto tiene 9 pulgadas de diá-
metro y 36 pulgadas de golpe; sus revoluciones son 20
por minuto y la altura desde el depósito inferior al tan-
que á*e recibo es de 60 pies ingleses. Se desea saber la
fuerza que desarrollará la bomba.
Sea D igual al diámetro.
C » al curso.
R » revoluciones.
H m altura. . „
La fórmula será:
D2X,7850X2 CX20X0,7oX60'X62R-,50
F.= =4.51
33,000X1,728
es decir 4 i caballos efectivos.
En esta fórmula 1,728 son las pulgadas contenidas
en un pié cúbico y 62.5 las libras que pesa.
El coeficiente de rendimiento de una bomba es el co-
ciente obtenido por la división del trabajo efectuado real-
mente por el teórico. Suele variar del 20 al 80 %, siendo
por lo general en bombas bien construidas del 60 al 75%,
é influye en él mucho, la altura á que hay que bombear el
líquido, la temperatura de éste y la cantidad de codos y
tortuosidad de las tuberías aspirantes y expelentes. En
1-Jrl FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
prueba de ello, si en una tubería de descarga larga se co-
locan en sus diferentes tramos tubos de metal de una
pulgada de diámetro y de una misma altura, comunicando
cada uno con una columna de mercurio, se verá que la
presión del agua impelida por la bomba y marcada por la
elevación más ó menos mayor del mercurio en su tubo
decrece á medida que cada tubo ó manómetro está más dis-
tante de la bomba, sobre todo si hay codos en el trayecto.
Bombas Centrifugas, — Se están ahora em-
pleando mucho en las instalaciones de ingenios, en lugar
de una bomba de agua horizontal para cada triple efecto y
cada tacho, una sola bomba centrífuga que sirve para
todos los aparatos, y simplifica la instalación.
Esta clase de bombas consiste en sus partes funda-
mentales de un recipiente ó caja circular vertical dentro de
la cual se mueve con una velocidad bastante rápida, uu
disco formado de paletas curbas que casi ajustan á dicha
caja. Este disco fijo á un eje que atraviesa la caja por
dos prensas estopas que le sirven de guia y soportes, tie-
nen en su prolongación una polea que recibe el movi-
miento de la máquina motriz por medio de una correa.
La caja tiene dos orificios; uno de entrada ó aspiración
del agua y otro superior para la descarga.
Con una bomba de esta clase de un diámetro de 870m
y disco de 600"' , dando 600 revoluciones se bombea al
enfriadero y á 10 metros de altura toda el agua, provi-
niendo de las bombas de aire de dos tachos de 11 bocoyes
y de un triple efecto de 3,000 hectolitros, siendo su trabajo
capaz de bombear de 80 á 50 hectolitros de agua por mi-
nuto, ó sea de 3 á 5 toneladas.
Si se considera que dicho aparato ocupa muy poco
lugar, que su instalación es sumamente sencilla, pues, se
reduce á colocarlo sobre un macizo de l,ni900XV"000 para
la base y sujeción de sus seis tornillos de fundación, y
que ahorra las maniposterías y maderas de tres bombas
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 145
de agua independientes, se comprende la conveniencia de
esa clase de bombas para su aplicación á las instalaciones
de ingenios, de los cuales hay once en Cuba que cuentan
con ellas.
El trabajo desarrollado por esos aparatos es muy
enérgico y requiere una máquina motriz de fuerza corres-
pondiente. La que hemos citado anteriormente, tiene una
con cilindro de 280 milímetros de diámetro y 500 de curso,
si bien es verdad que mueve también un elevador de azú-
car de bomba. La trasmisión de la máquina á la bom-
ba se efectúa generalmente por una intermediaria y
correaje.
De todas maneras, el conjunto de la instalación de la
máquina motriz y de la bomba centrífuga es mucho más
económico que las tres instalaciones de las bombas de
agua, si cada bomba de aire tiene la suya como es general.
Algunas observaciones hechas en la práctica sobre este
aparato, no vendrán aquí fuera de lugar.0 Si la bomba
llega á trabajar en vacío, es decir, sin agua, y por cual-
quier motivo entra aire en la caja, deja de bombear por
fijarse aquél al rededor del eje del disco é impedir la for-
mación de vacío, y por lo tanto la aspiración. En este caso
dejando entrar el agua en su caja por medio de una llave
apropósito, pronto se remedia esta dificultad;, por lo tanto
es bueno hacer que siempre esté llena de agua la°caja.
Cuando cada bomba de aire tiene su bomba de agua,
hemos visto que esta aspiraba de una cisterna ó pequeño
depósito situado debajo de la descarga de aquella y la ex-
pelía por una tubería particular al enfriadero. De ahí
resulta, que un ingenio con tres bombas de aire y tres de
agua, debe poseer por lo tanto tres tuberías diferentes pa-
ra conducirla al enfriadero. En las instalaciones que tie-
nen la bomba centrífuga de la cual nos ocupamos, esta se
opera del siguiente modo: el agua caliente de la descar-
ga de cada bomba de aire es llevada por tubos subterrá-
10
146 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
neos á un depósito común que por lo general consiste en
un tanque de hierro inmediato á la bomba y del cual as-
pira esta. A medida que van trabajando las bombas de
aire, el tanque se va llenando y si entonces se hace funcio-
nar la bomba centrífuga, inmediatamente baja el nivel
hasta dejarlo vacío aunque las descargas de las bom-
bas sigan entrando en él, por lo cual arreglando la veloci-
dad de la máquina motriz á la entrada de agua, á los
pocos momentos se consigue mantener un nivel constante
en el tanque. Veáse pues cuan sencillo es el sistema: en
lugar de tres aspiraciones no hay más que una; en lugar
de tres descargas y tuberías al enfriadero muy largas por
lo regular, existe una sola si bien de más diámetro como
es natural y en lugar de tres bombas y por lo tanto doce
válvulas y doce probabilidades de entorpecimientos, nin-
guna válvula, funcionando la bomba centrífuga siempre lo
mismo, no teniendo órganos de fácil descomposición. Si
á esto agregamos la diferencia en el precio y costo de su
instalación, se comprenderá por qué nos hemos extendido
algún tanto sobre esta clase de aparatos recomendando
particularmente su uso para aspiraciones cortas.
De los principios que rigen las funciones de las bom-
bas de aire y de agua que hemos ya tratado de explicar
en capítulos anteriores, se deducen también los de las otras
clases dé bombas. Por lo tanto consideramos innecesario
el volverlos á exponer.
Bombas de meladura. — Las bombas de mela-
dura sirven para bombear dicho líquido del tacho de me-
ladura del triple efecto á los depósitos de donde se alimen-
tan las clarificadoras, ó bien de uno que recibe la de los
trenes comunes ó evaporadoras (donde existen estos con
tachos al vacío) á los depósitos para llenar ó cargar este.
Por lo general son de doble efecto y los mueve la misma
máquina del triple efecto si bien á veces tienen su motor
independiente. Son bombas de igual construcción que las
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 147
de agua, pero tienen siempre válvulas de bronce, el cilin-
dro está forrado del mismo metal y los tubos de aspiración
y de descarga son de cobre, para evitar la oxidación y
desgaste de esos órganos si fueran de un metal de fácil
corrosión á causa de las meladuras y de los ácidos que
suelen generarse en esos conductos sobre todo durante las
paradas. Estos ácidos provienen de que aún después de
vaciada toda la meladura, siempre queda alguna en la par-
te inferior de los tubos de aspiración y en la bomba que
al mezclarse con el agua que ha servido para lavarla for^
ma una disolución sacarina floja y por lo tanto muy favo-
rable á la fermentación acética.
Es muy conveniente hacer circular agua caliente de
vez en cuando por la bomba de meladura para lavar bien
los conductos y sus válvulas pues si se ha bombeado me-
ladura de 35 ó más grados por algún descuido, se suele
formar un depósito de azúcar de grano fino en los tubos,
bomba, y hasta en el fondo del tacho dew meladura que
puede llegar á tupir las tuberías, llaves y hasta la misma
bomba inutilizando esta y necesitándose para su remedio,
desmontar muchas piezas, tubos y hasta el fondo del ta-
cho á veces, causando por consiguiente una interrupción
más ó menos larga y siempre desagradable en los trabajos
de la zafra.
Aspirador de meladtira—¥oY lo general
en las instalaciones de aparatos de la isla de Cuba, la
bomba de meladura aspira directamente del tacho de este
nombre; sin embargo, hay algunas instalaciones donde se
emplea además un recipiente, cilindrico llamado aspirador
de meladura intermedio entre dicho tacho y la bomba.
Está por lo general montado en la misma plataforma del
triple efecto y provisto de los accesorios siguientes. En su
parte superior hay una llave que por medio de un volante
y una varilla que atraviesa el aspirador abre ó cierra una
válvula colocada en el fondo del recipiente, por la cual
148 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
sale la meladura y se gradúa dicha salida. En la misma
tubulura sobre la tapa del aspirador, hay otra llave de
tres aguas conectada por un lado por medio de un tubo,
con la cúpula del tacho de meladura para poder formar el
vacío en el recipiente al comunicarlo con aquel; por otro
lado puede comunicar con la atmósfera por medio de un
tubo vertical invertido, y por último el tercer orificio co-
necta uno de los dos con el interior del recipiente.
Tiene además un nivel de vidrio para saber cuando
está lleno y un tubo para la entrada de la meladura, que
comunica con la tubería de descarga del 4 triple efecto la
cual tiene una llave válvula para graduar la salida de la
meladura del tacho.
La operación de dicho aspirador es como sigue.
Comunicado con el tacho de meladura por el tubo y llave
de vacío, el aire del aspirador pasa al tacho y de allí á la
bomba de aire, quedando en él un vacío igual al de aquel.
Ábrese entonces la llave de entrada de meladura y conte-
niendo el tacho y el aspirador igual presión como hemos
dicho y estando este último colocado más bajo que el tacho,
busca la meladura su nivel y va llenando el recipiente
hasta que al llegar á mediados del nivel de vidrio se cie-
rra la llave de admisión y la de vacío. Se comunica
entonces el aspirador con la atmósfera por medio de la
llave correspondiente y al abrir la válvula de descarga la
meladura saldrá inevitablemente por estar la bomba más
baja y tener la presión del aire sobre su superficie.
Esto es una gran ventaja, pues la bomba.no necesita
aspirar y no trabaja sino impeliendo, por lo cual nunca
cesa de funcionar cualesquiera que sean las condiciones
de la meladura.
El vacío que necesita formar la bomba cuando aspira
directamente del tacho,, debe ser de 26 pulgadas si en
<d tacho hay 20 pulgadas, y muchas veces por la dificultad
de conseguir ese vacío y aún menos en dicha bomba á
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 149
causa de la temperatura de la meladura, de las entradas
de aire y otras causas, no funciona y solo se consigue ha-
cerla trabajar haciendo bajar el vacío del tacho admitien-
do aire por el bota vacío hasta reducir este á 20 y 21
pulgadas, á fin de facilitar la aspiración y extracción de
la meladura del tacho. Con el aspirador ya descrito,
nunca puede suceder esto, y por lo tanto se puede tener
siempre la seguridad de que bombeará la bomba mientras
esta esté en buen estado.
Bomba de guarapo. — En el capítulo referente
á las máquinas de moler hemos ya hablado algo sobre esta
clase de bombas, cuyo objeto como hemos dicho es expeler
el j ugo de la caña á un depósito, de donde va á las defe-
cadoras ó directamente á estas. Está forrada siempre de
bronce y sus tuberías son de cobre á fin de impedir la
acción corrosiva del guarapo. Las hay de simple efecto y
de doble efecto. Las primeras están conectadas á una de
las mazas de la cual toman el movimiento por medio de un
muñón fijo en un disco enfrente de la ruedfa de trasmisión
del conductor de bagazo; y las segundas están articuladas
al mismo eje de trasmisión de la máquina por lo cual dan
las mismas revoluciones que aquella.
Las de simple efecto pertenecen á la clase de bombas
impelentes pues están sumerjidas en el líquido y única-
mente trabajan expeliendo el que ha entrado en su inte-
rior, al bajar el pistón y cerrarse la válvula de pié.
Las segundas son de la clase aspirante é impelente.
En ambos casos la fuerza proviene de la máquina y es
igual si lo es la altura ó diferencia de niveles, teniendo
únicamente la de simple efecto la ventaja de no tener más
que una válvula, y por lo tanto ser poco propensa á en-
torpecerse; en cambio tiene la desventaja de que bom-
beando el guarapo contenido en el cuerpo de bomba á
golpes, ó sea cada vez que baja el pistón, la corriente de
aquel es muy irregular, siendo á veces la velocidad del
150 Fabricación de azúcar de caña.
guarapo en las tuberías muy rápida y otras casi nula,
razón por la cual creemos necesita mayor fuerza que ln de
doble efecto en igualdad de circunstancias.
Bomba de guarapo defecado. — Por lo ge-
neral, el guarapo defecado y caliente es aspirado de los
depósitos é impelido al tacho de presión del triple efecto
por medio de otra bomba llamada de guarapo defecado.
Es igual á la de meladura, si bien es casi siempre de sim-
ple efecto y está forrada de bronce, con válvulas del mis-
mo metal y tubería de cobre. Además tiene una válvula
de seguridad de romana, la cual, caso de que por descuido
estuviese cerrada la llave de alimentación del tacho y se
echare á andar la bomba, antes de romperse el tubo ó al-
guna parte de ella, se abre dicha válvula dando salida al
guarapo que vuelve al tubo de aspiración por medio de un
conducto apropósito. Una llave válvula movida de'sde la
plataforma permite graduar la entrada del guarapo, en el
tacho de presión ó sea en el primero.
Es de advertir que en esta bomba el vacío de dicho
tacho, ayuda poderosamente su trabajo; tanto que si los
depósitos están á tres ó cuatro metros del fondo de aquel,
el guarapo puede levantar las válvulas de la bomba y en-
trar en el tacho aunque la bomba no trabaje por lo cual
se puede decir que la bomba de guarapo caliente es la que
menos da que hacer en la casa ingenio y es hasta necesa-
rio tener cuidado de cerrar su válvula cuando no se quie-
re admitir más guarapo en el tacho de presión sino se
quiere llenar éste hasta el domo.
Aspirador de guarapo. — Algunas instala-
ciones carecen de bomba de guarapo y tienen en su lugar
un aparato llamado aspirador de guarapo. Consiste en
un cilindro de hierro dulce montado sobre una base de
hierro fundido que descansa sobre la plataforma del triple
efecto á inmediaciones del tacho. . El cilindro es de la ca-
pacidad de una defecadora de 40 hectolitros (1000) ga-
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA, 151
Iones y tiene los accesorios siguientes: una llave de bronce
para la alimentación de guarapo el cual viene de los tan-
ques de guarapo defecado, y un sistema de tres llaves una
de las cuales comunica el aspirador en el tacho de mela-
dura para formar vacío, la segunda con el tacho dé pre-
sión y la tercera con el aire libre. Además un tubo de
vidrio largo sirve para ver el nivel del guarapo dentro del
aspirador y una tapa de registro permite el examen de su
interior. Para hacer funcionar este aparato se le comu-
nica con el vacío del triple efecto por medio de la primera
llave con lo cual se forma vacío en su interior, y al abrir la
llave de guarapo este es aspirado de los depósitos y lo va
llenando; cuando se vé por el nivel que está lleno se cierra
dicha llave. Comunícase entonces la superficie del líquido
con la atmósfera abriendo la tercera llave y al abrir las
de descarga del aspirador y de alimentación del tacho, in-
mediatamente pasa el guarapo á "ese en cantidad propor-
cional á la abertura de las llaves pero siempre con gran
velocidad. De manera que en los cinco minutos que dura
esta operación se hace un trabajo equivalente á bombear
cuatro toneladas de guarapo, sin bomba y sin complica-
ciones de ninguna especie. Motivo por el cual lo preferi-
mos á la bomba de guarapo usada hasta hoy día, pues todo
lo que sea suprimir complicaciones en los aparatos es ven-
taja y dar un paso más hacia su perfección.
Hemos tenido oportunidad de observar, que si al te-
ner vacío en el aspirador se deja entrar el guarapo en
gran cantidad y rapidez por abrir la llave de alimenta-
ción demasiado, la proyección del guarapo contra los costa-
dos produce golpes que hacen tambalear el aspirador, por
lo cual conviene asegurar bien este por su base y no ha-
brir nunca la llave de golpe, consejo por lo demás aplica-
ble á toda clase de válvulas y llaves.
Bombas de retornos, — Estas son las que sir-
ven para extraer el agua producida por la condensación
152 FABRICACIÓN DE AZÚCAB DE CAÑA.
de los vapores en las cajas tubulares del segundo y tercer
tacho del triple efecto á consecuencia como hemos dicho
de pasar su calórico al líquido que en ella hierve. Son
las bombas que mejor construidas deben de ser, por tener
que luchar continuamente con el vacío de esos tachos y
tenerlo que formar á lo menos igual para que el agua de
condensación pueda abrir las válvulas de retención y lle-
gar á las bombas. Por lo general son dos, una de simple
efecto para cada tacho, á no ser que exista un depósito para
los retornos del cual hemos ya hablado en cuyo caso no
hay más que una de doble efecto. Casi siempre están provis-
tas de válvulas metálicas que se abren y cierran automá-
ticamente por medio de una excéntrica movida por lo gene-
ral por el mismo eje de la bomba de aire y por cuyo medio
se consigue un juego regular y preciso de dichos órganos.
El agua de retornos es bombeada en clepósitocó tan-
que del cual se extrae para el lavado de las defecadoras,
clarificadoras y demás aparatos de la casa caldera.
En algunos ingenios la emplean para alimentar las
calderas, procedimiento que reprobamos sinceramente pues
no consideramos dicha agua conveniente para ser someti-
da á la vaporización en las calderas, por el amoniaco en
ella contenida y estar cargada por lo regular con cierta
cantidad de guarapo que á ella pasa si se dejan llenar de-
masiado los tachos del triple efecto; y hasta sin llenarlos,
si los vasos de seguridad son defectuosos, por la tendencia
de las gotas de líquido en suspensión á seguir la corriente
de los vapores engendrados por la bomba de aire al hacer-
se vacío. Es una cosa probada que el agua en tales con-
diciones es sumamente corrosiva como se puede ver en
los tubos de descarga de hierro de las bombas de aire y
en los órganos interiores de estas mismas donde se vén y
encuentran ácada rato tornillos sin tuerca y con vestigios
de cabeza por haber sido esta radicalmente comida por di-
cha acción, y tubos de hierro completamente picados a]
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 153
cabo de dos ó tres años. No hay pues para qué decir que
en el interior de las calderas debe existir idéntica corro-
sión en sus planchas acortando su duración y exponién-
dolas á una explosión inesperada.
Al hablar de dicha agua, nos referimos únicamente á
la que procede de los tachos segundo y tercero, la cual
extraen las bombáis de retorno, pues la que proviene del
tacho de presión, (condensación del vapor de escape de
las máquinas) y la procedente de serpentines y doble fon-
dos, no hay para qué decir que es la mejor agua para ali-
mentar las calderas que se puede conseguir en la casa
ingenio, siendo ó debiendo ser agua destilada y si no lo es,
algún serpentin, calandria ó doble fondo debe de salirse.
Esta es el agua que va al recipiente llamado de re-
tornos, de donde aspira la bomba de alimentación para
alimentar las calderas.
Recipiente de retornos. — El recipiente de
retornos (figura 17) consiste en un cilindro de hierro más
ó menos largo, pero que siempre debe tener los accesorios
siguientes.
Un tubo de nivel (h) para saber el del agua dentro
del recipiente y si está limpia. El tubo de desagüe 6 trop
jríein (n) debe terminar en campana á unos 15 ó 20 centí-
metros de la parte superior del recipiente, para que las
materias grasas que flotan puedan separarse mejor por
encontrar mayor abertura al llegar el agua al nivel de
dicho tubo. El tubo de alimentación (o) no arranca del
mismo fondo sino que penetra unos 16 centímetros den-
tro del recipiente para que no entren en él los cuerpos
extraños insolubres que pueden depositarse en el fondo.
Tiene además un tubo de desahogo (f) para que los vapo-
res del agua caliente no lleguen á hacer presión dentro del
recipiente lo cual sería perjudicial á la libre entrada de
los retornos. Además tiene llaves para agua fría y calien-
te y las diferentes entradas de los tubos de retornos, (a, b,
154 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
c, d, e, q) proviniendo de los tachos, defecadoras, clarifica-
doras, prime*r tacho del triple efecto, cachaceras, etc.
Conviene como hemos indicado colocar este recipiente
siempre algo más alto que la bomba de alimentación.
Bomba de alimentación— Las bombas de
alimentación son como su nombre indica, para alimentar
ó suministrar á las calderas el agua que pierden por la
vaporización, y cuyo vapor pasa á las máquinas para dar-
les movimiento ó á los aparatos para la calefacción de los
líquidos. Son de simple y doble efecto y generalmente
independientes. Las hay de rotación y de movimiento
alternado sin rotación. Están sujetas á las mismas con-
diciones que las bombas ya descritas, con la particularidad
de requerir una esmerada contrucción, por tener la mayor
parte de las veces que funcionar con agua muy caliente,
por lo cual hemos ya hecho notar la conveniencia^ de co-
locar el recipiente de agua lo más elevado posible para
que no tengan que aspirar sino de muy poca ó ninguna
altura.
Como tienen que forzar el agua contra la tensión del
vapor en las calderas á cualquiera presión á que estas se
hagan trabajar, están ya proporcionadas de acuerdo con
dicho trabajo, y además cada tubo de alimentación parcial
de las calderas está provisto de una válvula de retención
que permite entre el agua en ellas, pero que de ningún
modo la deja salir.
Ocurre á veces, que por interponerse algún cuerpo
extraño entre la válvula y su asiento, la presión de la
caldera impele el agua hasta la bomba, y ésta deja de
alimentar. Conviene inmediatamente incomunicar dicha
válvula con la caldera, desarmar su tapa y proceder á su
inspección y limpieza. También sucede á veces que llega
á calentarse tanto el tubo de alimentación, que la tensión
del vapor en él contenido al levantarse la válvula no la
deja bajar, haciendo el mismo efecto que si esa tuviera
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
155
algún cuerpo extraño en su asiento. En tal caso, alimen-
tando un poco con agua fría, se condensa dicho vapor y
la válvula cierra, empezando desde luego la alimentación.
Estas bombas, sobre todo las francesas, tienen las
válvulas movidas automáticamente por una excéntrica
fija en el misino eje de los volantes, y requieren los mis-
mos cuidados y más que las de retorno por la importancia
de sus funciones en mantener el agua en las calderas á un
nivel conveniente y de seguridad.
La fuerza que ejercen dichas bombas, se calcula como
en el ejemplo que hemos dado para las bombas de agua,
156 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
tomando por altura la que corresponde á la presión del va-
por en las calderas, es decir, si es de cuatro atmósferas será
equivalente á una altura de 4X10.33= ó sea de 41.™ 32 =
lo5 pies 6 pulgadas.
Muchas veces existe una válvula de seguridad para
que si todas las llaves de alimentación estuviesen cerradas,
se eviten desperfectos en las tuberías permitiendo el agua
expelida, volver al recipiente de alimentación.
Bombas (le miel. — Las bombas de miel sirven
para bombear esta del depósito donde va la de las centrí-
fugas al purgar el azúcar, á los depósitos superiores, de
donde se alimenta el tacho cuando en él se efectúa una
templa de miel. Pueden ser también de doble ó simple
efecto, sus válvulas son de bronce, los cilindros están
forrados de lo mismo y sus tuberías son de cobre.
Debido á la viscosidad del líquido que deben bombear,
á veces se pegan los émbolos y válvulas, por lo cual con-
viene lavarlos á menudo, haciéndoles trabajar con agua
para que disuelva la miel, y si esta es demasiado espesa
aclararla un poco. Conviene también remojar de vez en
cuando la parte saliente del pistón y prensa estopas. Por
la. mucha densidad de la miel, deben estar colocadas de
manera á aspirar de poca altura, y tener el conducto de
aspiración bastante grande para evitar que con el tiempo
llegue á obstruirse por las diferentes capas de miel que se
depositan y secan en él á cada parada.
Somos del parecer de suprimir las cucuyems ó colado-
res en la parte inferior de los tubos de aspiración, pues á
nada conducen de provecho, y muy amenudo por taparse
los agujeritos no puede aspirar la bomba; hasta que se
desarma el tubo y limpia la susodicha cucuyera. Un tubi-
to de vapor con su llave para poder dar inyecciones de
vapor á dicho tubo de vez en cuando es muy conveniente,
pues lo limpia perfectamente expeliendo cualquier obstá-
culo que se halle en su interior.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 157
Hemos dado pues una reseña de todas las bombas
que se hallan en una instalación completa y algunas de
sus particularidades; agregaremos, que de todas existen
variadas clases, según el fabricante, siendo las unas como
las francesas y muchas inglesas de rotación, otras como
las americanas de movimiento alternado, el mismo pistón
ó su vastago cambiando la posición de la válvula de dis-
tribución, antes de llegar al fin de curso, como en las de
Blake, Knowles, Deane, Gárrison, Cameron, Worthington,
etc. Debemos decir imparcialmente que preferimos las de
rotación, por gastar menos vapor, por tener menos órganos
interiores propensos á descomponerse y por su mayor dura-
ción como está probado, sin que esto sea rebajar los méritos
de las bombas cuyos nombres hemos dado, y que en las
grandes obras hidráulicas para abastecimientos de ciuda-
des, desagües de minas, escavaciones y otros trabajos,
dan muy buenos resultados.
158 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
CAPITULO II.
ENFRIADEROS. RETORNOS. RECIPIENTE DE VAPOR DE ESCAPE.
RECIPIENTE DE VAPOR DIRECTO.
H f l agua caliente que proviene de las descargas de las
bombas de aire es expelida por las de agua á un
deposito llamado enfriadero donde por la evaporación de
parte de ella <se consigue bajar su temperatura de algu-
nos grados, á fin de que vuelva á servir para las inyec-
ciones en los condensadores.
Dicho enfriamiento, depende únicamente como liemos
dicho de la evaporación de parte de ella la cual es más ó
menos activa, según la construcción del enfriadero y el
estado del aire exterior.
Las* leyes que rijen la evaporación del agua a bajas
tensiones son las siguientes :
Primera ley. — La evaporación es proporcional al enta-
llo liiyroméirico del aire, es decir á la cantidad de vapor de
agua que éste contenga, y por lo tanto á la que pueda ab-
sorber hasta su punto de saturación á una misma tem-
peratura.
Un gas, lo mismo que un líquido, se llama estar sa-
turado de otro cuerpo, cuando ya no puede contener en
su masa mayor cantidad sin que se condense ó deposite.
Segunda ley. — La evaporación ea proporcional á la
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 159
temperatura del agua y del aire exterior. Tercera; es pro-
porcional á la superficie del agua expuesta al aire libre.
Siendo esta última, la única que nos es dado variar,
es claro que cuanta mayor sea la superficie del enfriadero
mayor será la evaporación del agua que vaya á él, impe-
lida por las bombas.
La evaporación de una cantidad de agua determina-
da, requiere cierta cantidad de calor latente que no puede
tomar sino de la misma agua de que proceden los vapores,
de lo cual resulta el enfriamiento de aquella que es mayor
ó menor, según la cantidad evaporada.
Se comprenden, pues, fácilmente las ventajas de una
circulación activa del aire dentro del enfriadero, pues si
llegara á quedar estacionario, se saturaría de humedad é
impediría la evaporación de nuevas cantidades de agua
caliente.
Para conseguir mucha superficie en poco volumen,
se dá á los enfriadores una altura de siete ú ocho metros
y se dividen en seis ó siete pisos. Los enfriadores son de
madera ó de hierro, y cada piso se compone de un núme-
ro de viguetas que sostienen lechos de mojes y de cañas
bambas generalmente, en los ingenios de Cuba. Las vi-
guetas son á su vez sostenidas por soleras de madera ó de
hierro angular, y los lechos están colocados en varias ca-
pas cruzándose las unas á las otras. De esta fuerte, el
agua al caer desde el piso superior por una serie de cana-
les horizontales llenas de agujeros ó dientes que la distri-
buyen con regularidad sobre tocia la superficie, lo hace
muy*dividida por entre los intervalos de las ramas, y cujes,
al segundo piso; de éste vá cayendo al tercero y así suce-
sivamente enfriándose cada vez más hasta caer al depósi-
to del enfriadero. Este es siempre de manipostería.
Hemos visto enfriaderos ostentando un tanque de
sillería ó de ladrillo muy costoso, provistos en el medio
con una escuálida armazón de madera vieja presentando
160 FABRICACIÓN DE AZUCAlt DE CAÑA.
muy poca superficie y con unos cuantos bambús muy
clareados sobre los cuales caía el agua á graneles chorros
y en igual forma los atravesaba, llegando casi tan caliente,
al depósito inferior como al salir de las bombas de aire.
Respecto á la circulación del aire en los enfriaderos,
-completamente cubiertos, siempre la hay lateral y mucho
más si reina alguna brisa. Sin embargo, se construyen
últimamente enfriaderos llamados de tiro central que la.
favorecen mucho.
Dichos enfriaderos son idénticos a los |ya descritos,
' sólo que en el medio ó centro, se deja sin cubrir, un espa-
cio en los lechos de todos los pisos. El resultado de esta
modificación es que el aire caliente sube por esos claros
como por una chimenea, y llama al aire exterior por los
costados, estableciéndose asi una activa circulación y en
su • consecuencia mayor evaporación y enfriamiento del
agua.
Un enfriadero en esta forma, es un verdadero enfria-
dero y contribuye en mucho al buen vacío de los aparatos.
Como es natural, á fuerza de evaporarse el agua, se
vá perdiendo cierta cantidad que si no se reemplazara
llegaría á ser causa de vaciarse el depósito. Con este
motivo se suele de vez en cuando alimentar éste con agua
fría y nueva, siendo esto más necesario cuanto menor es
la cantidad de agua de retornos que vá al enfriadero.
Muchas son las formas más ó menos caprichosas que
se les suele dar; los hay circulares, piramidales, escalona-
dos, pero preferimos los rectangulares de lechos iguales.
Sin embargo, todos son buenos si reúnen las condiciones
ya enumeradas.
Sus dimensiones varían mucho, dependiendo de la
cantidad de agua que es menester enfriar. El enfriadero
metálico del ingenio «Santísima Trinidad,» tiene 2,000
metros cuadrados de superficie y es de hierro galvanizado.
Cualquiera que sea la forma de los enfriaderos deben
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 1.61
estar sólidamente construidos y apuntalados, pues és -mu-
cha la superficie que presentan al viento y no pocos son
derribados durante las tormentas ciclónicas á las cuales
por desgracia está sujeta la isla de -Cuba.
' En varios ingenios, para evitar la gran pérdida de
agua ocasionada por el viento, cubren el lado de donde
viene' éste, con hojas de palmera ú otro material, con lo
cual sj. bien es verdad que disminuye aquella, también se
enfria menos el agua.
La disminución de temperatura puede llegar á ser de
20 áf.30 grados.
La cantidad de agua perdida por la evaporación,
puede determinarse por la siguiente fórmula:
TXV
P=
650-t
en la cual %
P es el peso del agua perdida ó evaporada.
T temperatura ó grado de calor disminuidos.
V volumen de agua que vá al enfriadero,
t temperatura del agua que sale.
Es decir la cantidad perdida es igual á los calones
tomados al agua, multiplicados por el volumen de esta y
divididos por la diferencia entre 650 calories y ¿a tempe-
ratura del líquido ya enfriado.
Para evitar el trasporte á los condensadores de los
cuerpos extraños que caen en el enfriadero, la aspiración
del agua se hace en una poceta más baja que el fondo de
aquel y guarnecida de una jaula provista de telas metáli-
cas ó simplemente de. tablas perforadas.
Cuando por descuido va meladura con el agua de con-
densación al enfriadero, á los pocos días se ennegrece aque-
lla, aparecen espumas sobre su superficie y acaba por
descomponerse de tal modo, que su olor se hace inso-
n
162 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
portable. Se procede entonces á vaciarlo, a limpiarlo
bien quitando una sustancia negra y gomosa que suele
quedar en el fondo y pegada á las paredes, y después se
vuelve á llenar de agua nueva.
Para estas operaciones, todo enfriadero tiene una lla-
ve de alimentación, un trop plein, una válvula de descar-
ga y la válvula de salida, situada al principio del conducto
que comunica con los condensadores dentro de la casa
ingenio.
Meto i' i l OS, — Muchas veces durante el curso de este
libro hemos mencionado los retornos ó sea el producto de
las condensaciones del vapor directo ó de escape después
de haber ejercido su acción calorífica en los diversos apa-
ratos. Como es indispensable que se extraigan á medida
que se forman, pues de no ser asi perderíase mucha super-
ficie de caldeo por estar parte de los doble fondos ó serpen-
tines llenos de agua, y al mismo tiempo siendo necesario
que no salga vapor con ellos, se han ideado varios apara-
tos de los cuales vamos á tratar.
En primer lugar, cada defecadora y clarificadora, es de-
cir, cada doble fondo ó serpentín, tiene un tubo corto ter-
minado por una válvula de retención por donde sale el
agua cuando la presión interior es superior á la exterior.
Todas las válvulas pertenecientes á las defecadoras, comu-
nican concuna tubería general que conduce los retornos á
un aparato llamado, caja de retornos, liydro extractor, tram-
pa 6 flotante. Los de las clarificadoras, tienen el suyo
particular y así mismo cada serpentín del tacho, y las ca-
chaceras.
Este aparato se compone (figura 18) de la caja F la
cual tiene una abertura (c) por donde entra el agua. La
tapa (a) tiene otra (b) por donde sale y comunica con un
tubo de bronce (e) abierto en sus dos cabezas, y que llega
hasta cerca del fondo de la caja de retornos. Un flotante
(d) de cobre, cilindrico y abierto en su parte superior al
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 163
cual sirve de guía dicho tubo, y que tiene de 20 á 25 cen-
tímetros de alto por unos 15 de diámetro, completa el apa-
rato.
Su operación es como sigue: al ir entrando el agua de
los retornos, va ocupando en la caja el espacio al rededor
del flotante el cual empieza á subir hasta que por la reac-
ción del agua, llega á tocar y tapar. el tubo de bronce, des-
de ese momento sigue subiendo el agua hasta que rebosa
por encima del flotante, cae en este y lo va llenando. Al
contener dicho flotante más agua que la que puede en flo-
tación cae al fondo, queda el tubo libre y el agua impelida
por la presión del vapor sale por él y vá por una tubería
especial al recipiente de retornos. Se repite el mismo
fenómeno, hasta que se establece el equilibrio entre el ci-
lindro flotante y la presión del agua, por el cual salen con-
tinuamente los retornos sin salir vapor á medida que van
llegando.
Como se vé, la operación es bastante sencilla y estan-
do debidamente proporcionados, trabajan siempre biéu.
Las valvulitas de retorno, por el contrario, si existe
en la tubería general mas presión que en el doble fondo ó
serpentín al cual pertenecen, suelen quedar pegadas á sus
asientos. Se salva este inconveniente por el remedio he-
roico de darles golpes con un pedazo de madera, es decir,
á palos, sistema generalmente empleado.
Ocurre á veces, que al abrir la válvula de vapor de
las defecadoras óyense fuertes golpes en el doble fondo, lo
cual no indica otra cosa, sino que hay agua en él. Para
remediar este inconveniente, ciérrase el vapor, y destápa-
se la válvula de retención; al abrir un poco la llave de
vapor saldrá el agua y cuando haya salido toda, se vuel-
ve á tapar la válvula, teniendo cuidado que esta esté lim-
pia y funcionará bien la defecadora. De ningún modo de-
be tolerarse que los golpes continúen pues pueden ocasionar
la rotura del doble fondo.
1(34 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
Reguladores de presión. — En lugar de los
flotantes de los cuales hemos hablado, se emplean también
unos aparatos llamados reguladores de 'presión.
En el sistema del cual acabamos de ocuparnos, se re-
quieren varios flotantes que á veces llegan á doce ó catorce
para el servicio de retornos, en la casa ingenio, mientras
que en el Regulador de presión uno ó dos de estos sirven
para todos. Se compone de un recipiente cilindrico de
hierro dulce, con dos aberturas; la una para la entrada y
la otra para la salida del agua. En, el interior hay una
palanca de segundo orden que está articulada á un flotan-
te por un extremo mientras que por otro punto lo está á
una válvula que abre ó cierra la salida de los retornos por
el tubo del fondo. El flotante está equilibrado por medio
de un contrapeso colocado al otro extremo de la palanca.
En la parte superior del Regulador hay una válvula
que se puede abrir y cerrar á voluntad, y lo hace ella
misma cuando la presión interior, es superior á la que
conviene, dejando salir el vapor que vá al Recipiente de
vapor de escape, y por lo tanto se aprovecha.
Este aparato opera como sigue: cuando el agua llega
al flotante en suficiente cantidad, estando lleno el fondo
del Regulador, aquel se vá levantando hasta que la palan-
ca abre la válvula y sale impelida por el vapor en direc-
ción del recipiente de retornos. Desde este momento se
mantiene en el Regulador una salida constante de agua y
una presión ele vapor de 15 á 25 libras, mientras que la
de los serpentines y doble fondos es de 45 á 60 libras. De
este modo se puede abriendo ó cerrando más ó menos la
válvula superior mantener una contra presión convenien-
te dentro del Regulador, que impida que el agua de retor-
nos salga demasiado aprisa, dando lugar al vapor directo
para que ejerza su completa acción en los aparatos. Por
este motivo se llama Regulador de presión, Tiene además
su manómetro correspondiente.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 165
La velocidad con la cual sale el agua de los retornos
se puede determinar por la siguiente fórmula
k^20g (P-p)
v=-
donde (v) es la velocidad.
P la presión en el doble fondo ó serpentines.
p la presión en 'el Regulador.
d la densidad del agua.
k el coeficiente de salida por un tubo cilindrico.
Los aparatos que hemos explicado no se usan más
que para las condensaciones del vapor directo. Las del
vapor, de escape pasan por sus válvulas de retención, y
van directamente al recipiente de retornos.
Recipiente de vapor de escape. — El vapor
de escape de las máquinas y el que procede >del Regulador
de presión cuando se levanta su válvula, van á un reci-
piente cilindrico, de donde lo toman el tacho y el triple
electo. Este recipiente que es de hierro dulce, tiene en su
interior una palanca y flotante idénticos á lo del Regulador
de presión, y en su parte superior tiene una válvula que se
puede abrir y cerrar á voluntad y que lo hace automáti-
camente cuando la presión interior pasa de 7.5 übras por
pulgada, por no convenir que el primer tacho de triple
efecto, que es el que toma el vapor del recipiente, trabaje
á esa ó mayor presión. Así es, que cuando hay mucho
vapor de escape y el tacho no está cocinando, se hace nece-
sario á veces abrirla, para tener algún vacío en el primer
tacho del triple efecto. Otras veces por el contrario, es
menester abrir una llave de vapor directo con la cual está
provisto para ayudar á la evaporación del aparato al vacío
ó del tacho por falta de escapes. EL manejo de ambas debe
ser tal, que raramente sea necesario abrir la válvula de
ÍGG FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
escape para hotar vapor, pues eso indica mal manejo de
ellas y pérdida de combustible, no debiendo hacerse sino
en casos excepcionales.
El flotante y la palanca de los cuales liemos hablado,
son para que el agua procedente la condensación de parte
del vapor de escape, pueda salir dejando libre el recipien-
te pues, de otro modo llegaría á llenarlo.
Recipiente de vapor (¡¡recto. — En lugar de
comunicar los diferentes aparatos con las calderas direc-
tamente por medio de tuberías, se emplea un recipiente
cilindrico de hierro dulce que recibe el vapor de ellas, y
el cual por medio de diferentes tubuluras, provistas cada
una con su llave lo surte á los serpentines del tacho, á las
defecadoras y clarificadoras y demás aparatos que lo
necesiten. Una válvula en el fondo de su interior^ movi-
da por un flotante, sirve para desalojar el agua de con-
densación, á fin de que no se llene de ella. Este recipiente
es particularmente útil para impedir que en el caso de
fomehtar las calderas y dar lugar á proyecciones de
agua, pueda esta llegar á las máquinas causando gol-
pes contra las tapas de sus cilindros y exponiéndose á
averías.
Además del recipiente, conviene tener en cada tube-
ría de vapor una llave pequeña para que por ella
salga tddo el vapor condensado que se produce cada vez
que se echan á andar los aparatos, estando las tuberías
frías.
Tales son los aparatos y accesorios que componen los
de evaporación al vacío; hemos omitido multitud que por
no ser de general aplicación y menos eri Cuba, no nos ha
parecido necesario dar una reseña, de ellos. Como se puede
ver, el manejo acertado de esa clase de aparatos, además
de la parte química correspondiente á' la elaboración,
requiere mucho cuidado y una. completa, comprensión
de sus diferentes partes, que solamente una larga práctica,
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 167
combinada con conocimientos físicos y mecánicos puede
dar. No basta para ello saber cerrar o abrir la multitud
de llaves que les pertenecen, para darse por enterado de los
aparatos al vacío, pues es menester saber el por qué y á
este fin liemos tratado de explicarlos, reconociendo empe-
ro, que queda mucho que decir aún sobre asunto tan im-
portante.
IOS FABRICACIÓN DE AZÚCAR BE CAÑA.
CAPITULO III.
CALDERAS-DIVERSAS CLASES.-RESISTENCIA.-INCRUSTAGIONES.
EXPLOSIONES.
13^ asta aquí nos hemos ocupado de los aparatos dedica-
dos á la fabricación del azúcar, y hemos descrito los
más modernos en uso en las mejores instalaciones de in-
genios en la isla de Cuba, los cuales son los mismos, salvo
algunas pequeñas modificaciones, que los que se usan en
las fábricas de azúcar de caña de otras partes. Hemos
también hablado repetidas veces del vapor empleado para
su funcionamiento y de los mecanismos usados para su
mejor y más económico uso, cosa de gran importancia,
sobre todo, en los ingenios donde por no tener monte firme
ó tierras vírgenes en sus terrenos, tienen que procurarse
leña ó carbón de piedra para combustible.
Vamos ahora á describir las clases de calderas ó ge-
neradoras de vapor más usadas, y de dar algunos datos
sobre ellas que creemos no carecerán de interés en vista
de ser la parte dedicada á la generación del vapor, una
de las más importantes de los ingenios.
El primer tipo de calderas que se usó en la isla de
Cuba, fué el de las cilindricas de las cuales existen aún
no pocas. Reúne esta clase mucha solidez y ofrece gran
seguridad. La cantidad de agua evaporada en ellas por
Fabricación de azúcar de caña. 160
metro cuadrado y hora, suele ser de 22 á 30 kilogramos,
equivalente á la potencia de un caballo por metro cuadra-
do y como la trasmisión del calórico se efectúa sólo exte-
riormente y el volumen de agua es muy grande, tardan
mucho en levantar vapor, pero si bien esto es una des.,
ventaja, en cambio una vez conseguida la presión deseada,
es fácil mantenerla.
Su superficie aumentando porporcionalmente al largo
siendo el diámetro igual, y requiriendo de 8 á 10 pies
cuadrados por caballo, resulta que á no ser de un tamaño
muy grande ó más bien largo, no se prestan para grandes
potencias y no pasan generalmente de 30 á 50 caballos.
A una caldera cilindrica de 3 pies de diámetro y 40
pies de largo, se le puede considerar una potencia de 50
cabalaos, y reúne la circunstancia particular que por cada
pié y medio que tenga de más ó de menos en su largo, au-
menta ó disminuye su potencia evaporativa de un caballo.
Para aumentar ésta en las calderas, cilindricas sin
aumentar su tamaño y abreviar el tiempo necesario para
levantar vapor, se adoptaron después las calderas de bu-
llidores que sólo se diferencian de las cilindricas en tener
por lo general dos cilindros más cortos que ellas de unos
gQc/m. ^os pi¿s) c]e diámetro por lo general, y conectados
con el cuerpo de la caldera por medio de varias comunica-
ciones cilindricas. Estando dichos bullidores 0en la co-
rriente ele la llama lo mismo que las dos terceras partes de
la caldera, la superficie es mayor, se aprovecha mejor el
combustible y por lo tanto vaporizan más pronto; y
reuniendo además igual solidez que las cilindricas, son
por lo tanto, mejores que aquellas. Además, las im-
purezas del agua se depositan en la parte más tranqui-
la de los bullidores, facilitándose asi la limpieza de la
caldera.
Se usaron al mismo tiempo, las calderas llamadas de
tíuses que son cilindricas y atravesadas por dos grandes
170 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
tubos de 50 á 60c/m- de diámetro fijos á las cabezas de las
calderas llamados fluyes.
En esta clase, la llama circula primero por la parte
inferior y los costados de la caldera y luego pasa por, di-
chos fluses antes de ir á la chimenea, por lo cual se apro-
vecha aún mejor el calórico que en las ya descritas. Al-
gunas veces las instalan de modo que los gases de
combustión pasen además por encima, con lo cual se
recalienta algo el vapor y sale más seco de la caldera.
En esta forma se calcula ser necesarias de 11 á 13
pies cuadrados ó sea de lm 210 á lm,215 de superficie de
caldeo por caballo.
No son tan sólidas como las anteriores en igualdad
de construcción, pues la desigual dilatación á que están
sometidos, los fluses tienden á fatigar las cabezas y el fondo
de la caldera, produciendo á veces rajaduras y siendo este
efecto más notable en las calderas que no son de doble
retorno; es decir en aquellas donde los gases de combus-
tión no pasan por encima.
Caso de rajarse, suelen hacerlo mas frecuentemente
al apagar ó retirar los fuegos á causa del enfriamiento que
se produce en el cuerpo de la caldera.
Tienen sin embargo, la ventaja de ser más activas
en evaporar que las ya descritas, de fluctuar poco el nivel
del aguacen ellas y ser de fácil limpieza.
Por último, aparecieron las llamadas multitubulares
de forma cilindrica y atravesadas por muchos tubos de 7,5
á 10 centímetros de diámetro ó sea de 3 á 4 pulgadas, por
lo cual se les llama multitubulares.
Respecto á la rapidez de la generación de vapor y
economía de combustible, se pueden considerar como
las mejores, pues la cantidad de tubos que contie-
nen que varía de 1)0 á 120, aumenta considerable-
mente la superficie de caldeo, disminuyendo el volumen
de agua y se puede decir que al abandonar los gases de
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 171
la combustión la caldera,, contienen el calor únicamente
necesario para que exista un tiro regular en la chimenea.
Si á esta clase de calderas se agregan dos bullidores
en el fondo, se obtendrá el tipo midlitubular con bullidores
á nuestro entender el más seguro y propio para los inge-
nios de la isla de Cuba/ pues no sólo son de rápida evapo-
ración, siuo muy seguras y también de fácil limpieza. Se
les calcula ser necesaria lra240 de superficie para un caba-
llo de vapor, teniendo por lo mismo las muchas que
existen en los ingenios con una superficie de 140 metros
cuadrados, 100 caballos de fuerza.
La adición de los bullidores, es muy importante,
pues en ella se depositan las impurezas del agua en pa-
rage donde no les dá la mayor fuerza del fuego y á inme-
diackmes del tubo de descarga por lo cual es sumamente
fácil el extraerlas, abriendo simplemente la llave corres-
pondiente ó de fondo.
Nos fijamos mucho en este detalle -.por ser efectiva-
mente una de las condiciones principales para el buen ser-
vicio de las generadoras de vapor, como veremos más
adelante, al hablar de las incrustaciones.
Existe además otra clase de calderas formadas de va-
rias hiladas de tubos inclinados ó horizontales llenos de
agua, conectados por sus cabezas y entre los cuales circula
el fuego y gases de la combustión. Como con secuencia del
poco volumen del agua y gran superficie de caldeo, son las
más rápidas en evaporar levantando vapor en 20 minutos
pero requieren una alimentación constante y muy atenta,
pues por efecto de su misma actividad, el nivel del agua
bajá con mucha rapidez y expone los tubos á que se que-
men. Son las que más rápidamente generan vapor, como
hemos dicho, pero requieren mucho cuidado é inteligencia
de parte de los fogoneros.
En esta clase de calderas ha sido tanbién prevista la
extracción de las sales que abandona el agua al concen-
172 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
trarse por efecto de su evaporación pero no creemos sea
tan fácil hacerlo con las sales magnesianas que flotan sobre
la superficie del agua por lo cual no pueden extraerse por
el fondo. Además por efecto de su misma rapidez de eva-
poración y poco volumen de agua, esta desaparece de los
niveles de un momento á otro en cuanto se deja de ali-
mentar y de ahí resultan como hemos dicho, tubos que-
mados. • Si no se tiene cuidado en conservar la caldera
libre de incrustaciones estas se forman en las hiladas in-
feriores de los tubos y también se queman estos. En cam-
bio si se atiende á los particulares enumerados, funcionan
satisfactoriamente.
En la clase que nos ocupa, están incluidas las de Bab-
cox y Willcox, las de Root, las de Neyer, las de túfeos
verticales de Pond y Bradford y un sin número de ferinas
con tubos horizontales, verticales, inclinados, mixtos, etc.
aunque creemos que todas provienen del tipo de calderas
Belleville en las cuales fué donde primero se usaron los
tubos llenos de agua, circulando por el exterior, la llama
y los gases de combustión.
La superficie de estas calderas, corresponde á 2111-2 56
ó sea 27 pies cuadrados por caballo. En todas las que he-
mos mencionado, las fornallas son exteriores á la caldera
propiamente dicha pero existen además otras clases donde
concurre \a particularidad de encerrar la fornalla en su
interior. En este caso son casi siempre cilindricas.
El primero que tuvo la idea de introducir el fuego
dentro de la caldera fué Ricardo Trevithic, eminente in-
geniero de Cornwall en Inglaterra, en- cuyo lugar consi-
guió se adoptara su sistema casi exclusivamente llamándose
calderas de Trevithic y ahora Oornixli.
Es simplemente una caldera cilindrica de seis pies y
medio con un solo flus de gran diámetro (3 pies G pulga-
das) en el cual y en una extensión de seis á siete pies de
su cabeza se colocan las parrillas. La llama recorre di-
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 173
cho flus cruzando antes por el puente de ladrillo refracta-
rio colocado á la extremidad de la parrilla como es usual
y luego pasa por los costados de la caldera para ir á la
chimenea. Esta clase de generadores es excelente y so-
porta grandes presiones si el flus interior reúne bastante
solidez pues es únicamente por donde muestra indicios de
fatiga.
Requiere una superficie de caldeo de 2,m 00 .ó sea de
21 pies cuadrados por caballo.
Observando los ingenieros de Lancasliire en Inglate-
rra, que el flus de la caldera Cornish era la parte débil, y
que en la dilatación y construcción se aflojaban las costu-
ras de las cabezas y hasta las doblaban comprometiendo
así su resistencia, adoptaron otro sistema que se llama hoy
de Lancasltire y que reúne aún mejores condiciones que
aquél si bien pertenece al mismo tipo.
Se compone la caldera Lancashire de un cuerpo cilin-
drico de 7 pies de diámetro (2 ms próximamente), atrave-
sado por dos fluses de 30 pulgadas en las cuales están las
parrillas de 2 pies y medio de ancho por 4 de largo. Sien-
do los fluses de menor diámetro son más resistentes, la
dilatación es más repartida y las parrillas siendo menores,
son más fáciles de atender y el conjunto es capaz de sos-
tener grandes presiones. La marcha de los gases y llama
se efectúa como en las anteriores y requieren de 20 á 21
pies cuadrados ó sea cerca de 2 metros de superficie de
caldeo por caballo.
Por último con la idea de aumentar aún más la
superficie de caldeó, se ideó la caldera llamada de Ga-
lloway, la cual según los resultados que está dando en
Inglaterra y fuera de ella suministrando vapor á muchas
de las máquinas de mayor potencia, con economía de
combustible, sencillez y seguridad, es una de los mejores
tipos.
Es cilindrica de 7 pies de diámetro y tiene dos for ■
174 FABRICACIÓN DE AZÚCAIi DE CANA.
nallas cilindricas de 30 pulgadas de diámetro y 7 pies de
largo que forman como el principio de los dos fiases de la
caldera Lancashiré. Estos dos fluses se reúnen al concluir
la fornalla y forman un conducto de sección irregular
cuyo fondo y techo son arcos concéntricos 3^ los costados
son cóncavos formando con el fondo y bóveda un conduc-
to sólido reunido al cuerpo de la caldera por varios estays
y tirantes.
En el trayecto de dicho conducto existen varios tubos
cónicos con la base menor fija al fondo del conducto y la
superior á la bóveda, las cuales al mismo tiempo que le dan
majTor solidez aumentan considerablemente su superficie
de caldeo. Son en numero de 33 presentando frentes de
3 y 2 alternativamente á la llama, y tienen por un lado
51 pulgadas y por el otro 10 ¿ de diámetro, permitiendo
así la fácil separación del vapor formado en sus super-
ficies.
Para evitar los efectos de la dilatación de dicho
conducto en las cabezas de la caldera, está unido á la
posterior por medio de un empate que le permite cierto
juego.
En los experimentos hechos con esta caldera, modelo
de 1875, en la exposición de Filadelfia de 187G, se obser-
vó que eran necesarios 23 pies cuadrados por caballo de
vapor, y desarrolló 42 caballos, evaporando 20.824 libras
de agua con 283 libras ele carbón bituminoso por hora,
lo que dá 11,72 libras de agua vaporizada por libra de
combustible, siendo uno de los resultados más económicos
conocidos, aventajando á las otras 12 calderas que fueron
sometidas á iguales experimentos. Por lo tanto se puede
considerar la caldera Gallo way como una de las mejores
<pie existen.
Algunas (pie han sido colocadas en la Isla de Cuba
están dando también excelentes resultados aunque con el
bagazo no los pueden dar tan bueno como con el carbón
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 175
por requerir aquél "mucho espacio en las hornallas para
operar su combinación con el oxígeno del aire durante la
combustión.
El largo de las calderas Cornish, Lancashire v Gallo-
waj es ele 24 pies.
Si á la caldera Lancashire, se le reduce el largo á 10
ó 12 pies, se le aumenta el diámetro á 8 ó 9 pies y enci-
ma de la fornalla se colocan varias hileras de tubos hori-
zontales y se hace pasar el fuego por ellos antes de ir á la
chimenea, sin pasar por los costados de la caldera, ten-
dremos el tipo más moderno de calderas marítimas, las
cuales requieren mucha superficie de caldeo con gran acti-
vidad ele vaporización en poco volumen. Cuando el diá-
metro de dichas calderas lo permite, se les colocan tres ó
más fornallas cilindricas ú ovaladas.
Al dar una ligera idea de las calderas á las cuales
hemos pasado revista, no hemos tenido la pretensión de
pasarla á todos los sistemas y formas conocidas, pues son
tantos y existen modelos tan extraños, que el límite
y objeto de este libro no lo permitiría; por esta razón,
nos hemos concretado á las más usadas en los ingenios,
y propias para usarse en ellos. A las personas que
deseen más particulares referentes á ellas, les referimos
á obras completas escritas sobre tan interesante tema
por varios autores, casi todas, sensible es decirlo, en el
extranjero, tales como Apple ton, Rankine, Bournes, Ed-
wards, Armstrong, Ledieu, Raynolds, Carranza y otros
muchos.
Resistencia de las calderas .-Creemos opor-
tuno dar una idea del modo de determinar la resistencia de
una caldera. Para ello existen varias fórmulas, pero todas
derivan del principio siguiente. La resistencia de una calde-
ra á presiones interiores es independiente del largo é inver-
samente proporcional al diámetro con un mismo espesor de
plancha. Quiere esto decir que cuanto mayor sea el diámetro
176 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
menor será su resistencia y por lo tanto más espesor deberán
tener las planchas de que esté ó haya de construirse.
La fórmula general es la siguiente:
2 e k
P=
D
en la cual
P es la presión del vapor por pulgada cuadrada.
e el espesor de planchas en pulgadas y decimales.
k el coeficiente de resistencia del hierro dulce á la
tensión.
D el diámetro de la caldera en pulgadas.
La resistencia del hierro dulce á la tensión, es por
termino medio de 60,000 libras por pulgada cuadrada,
pero en la práctica no debe tomarse nunca el coeficiente (k)
igual á dicha fuerza, por diferentes y variadas causas que
contribuyen á disminuir la resistencia del hierro en las cal-
deras, tales como las dilataciones y contracciones dé las
planchas, el exceso de calor que no pueden trasmitir por
las incrustaciones formadas en su interior, por la dismi-
nuciones de fuerza ocasionadas á causa de las costuras re-
machadas que no son nunca tan sólidas como ú fuera-la
caldera de una sola pieza, y por las oxidaciones.
Las posturas remachadas con una sola hilera tienen
una resistencia del 55 % de la plancha entera cuando
los agujeros son abiertos á punzón, y del 60 al Gfv%
cuando son barrenados. Estose explica por el deterioro
que sufre el metal en los bordes al ser violentamente per-
forado.
En las costuras de doble remache, la resistencia, es
del 09 % en el primer caso y del 75 % en el segundo,
siendo esta última la costura más fuerte que se conoce,
estén las planchas unidas entre sí, con juntas mentoúdm <V
á tope.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 177
Por lo tanto, es general tomar el coeficiente (k) equi-
valente á 8,000 libras por pulgada cuadrada en el caso de
hierro dulce y 12,000 para el acero, lo cual representa
el V? próximamente de su resistencia á la ruptura.
Ejemplo primero. ¿Cuál será la presión constante á
que pueda trabajar una caldera de 3 pies de diámetro
con planchas de I de pulgada de grueso?
Sustituyendo en la fórmula número 1 las letras por
los datos anteriores, tendremos en el caso de costura
simple
2X0,375X8,000
N?2 P= = 166 libras por
36
■
pulgada cuadrada, equivalente á 11 atmósferas.
Ijjemplo segundo. En medida métrica:
¿Cuál será la presión constante á que .pueda trabajar
una caldera de un metro de diámetro con un espesor de
planchas de 10 milímetros de grueso en el supuesto do-
ser las costuras de simple remaches?
Tomando la resistencia, ó sea el coeficiente k igual á
560 kilogramos por centímetro cuadrado, obtendremos
segt a l'x fórmula número 1, la siguiente
W 3 Pr= = ll.k20 por centímetro
100
cuadrado equivalente á 11 atmósferas ó sea igual al re-
sultado de la fórmula número 2 calculada en medida in-
glesa.
Resistencia de los fluses, — Así como las
planchas de las calderas están sometidas é una presión
interior, los fluses lo están por el contrario á presiones exte-
178 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
riores y por lo tanto las mismas fórmulas no pueden serles
aplicadas.
La acción de aquellas es mucho más compleja empe-
zando por abollarse los fluses antes de ceder del todo á la
presión exterior por lo cual no basta sustituir la resisten-
cia del hierro á la compresión en lugar de la que ofrece á
la tensión, en las fórmulas anteriores.
La resistencia de los fluses á presiones exteriores es
inversamente proporcional á su largo y al diámetro, sien-
do las demás condiciones iguales.
Una fórmula bastante aproximada para determinar
dicha resistencia es la siguiente
T2 a
W 4 P=1.950,000X X
LXD bXc
*
en la cual i
P indica la presión que podrán soportar.
L el largo de los fluses.
D su diámetro.
(a) una constante que para fluses de i á i de pulgada
de grueso es de 0,5 á 0,7.
(b) otra constante que es de 0,55 para fluses de 12 á
50 pies de largo.
(c) otra que para fluses de 15 á 23 pulgadas de diá-
metro es de 1.6.
Ejemplo tercero. — ¿Cuál será la resistencia al aplas-
tamiento de un par de fluses de 15 pulgadas de diámetro,
30 pies de largo con 1 de pulgada de grueso las planchas?
0,250- ,7
N? 5. P=1.950.000 X =-!6 libra».
30X15 ;55Xt-fi
por pulgada cuadrada.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 179
Incrustaciones en las calderas, — La can-
tidad de sales que contienen algunas aguas en disolución,
originan los depósitos ó incrustaciones en el interior de
las calderas, pues por la sucesiva vaporización del agua
van depositándose á medida que se hacen insoluoles y se
precipitan sobre las superficies internas en la forma de in-
crustaciones de más ó menos grueso y consistencia.
La cantidad de sales es muy variable según las aguas
siendo la de mar la que más cargada está de ellas parti-
cularmente de sal común ó sea cloruro de sodio.
Las incrustaciones no son todas iguales pues depen-
den de la clase de sales que contiene el agua. El carbonato
de cal, dá un depósito blanco granuloso que generalmente
sale con el agua al abrir la llave de fondo, depositándose
en este. El sulfato de cal forma por el contrario una cos-
tra sólida, verdadera incrustación y temible por esta causa.
El carbonato de magnesia así como el sulfato, flotan sobre
la superficie del agua por pesar menos y no se pueden ex-
traer sino es vaciando toda el agua ó por medio de un
colector que las tome de la superficie. Si se descuida la
limpieza de las calderas en las cuales se usa agua cargada
de magnesia, flotan en la superficie de aquella enormes
cantidades saliendo algunas con el vapor y cubriendo los
tubos y llaves de un depósito blanco.
Desde el momento que existen incrustaciones en una
caldera, deja de aprovecharse parte del calórico desarro-
llado en la combustión por ser malas conductoras del calor
estorbando por lojuismo la trasmisión de este al agua de la
caldera. Está probado que una incrustación de Vie" moti-
va la pérdida del 18% del calórico; de i", 37% y con \"
del 60 al 65% del combustible, de lo cual resulta que las
calderas no generan vapor suficiente para los aparatos, y
no Itay vapor.
' Cuando la capa incrustante, es tan espesa que impide
al hierro la trasmisión rápida del calórico que recibe, se
180 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
recalienta este y llega á enrojecerse. Los funestos resul-
tados que esto puede ocasionar nos obligan á extender-
nos sobre este punto. Las incrustaciones no se dilatan
con la misma facilidad que el hierro de lo cual resulta que
al enrojecerse este y dilatarse mucho más que aquellas se
cuartean y desprenden, permitiendo al agua llegar al hie-
rro candente produciéndose gran cantidad de vapor en la
caldera de un modo repentino y sumamente peligroso. La
violencia de esta vaporización ocasiona nuevos desprendi-
mientos de costra y su presión acaba por abollar los fluses
y á veces por causar la explosión de las calderas.
Si se deja correr una pequeña cantidad de agua sobre
una superficie metálica á una temperatura de 200 grados
Centígrado, á la presión atmosférica, se puede observar
que el líquido no moja á las planchas tomando una figura
esferoidal más ó menos aplastada llamada por Boutigny á
quien se deben los primeros experimentos sobre este fenó-
meno, estado esferoidal. El motivo por el cual no toca á la
plancha es debido á la fuerte tensión del vapor que se ge-
nera en la parte inmediata á aquella, pues la generación
interior del agua es 50 veces menor que si estuviera á
100° C. Si se deja disminuir la temperatura de la plancha
de hierro, á una temperatura inferior á 190° C, el agua se
reduce inmediatamente á vapor. Considérese pues cual
será el efecto en el interior de una caldera si por descuido
en la alimentación ó por las incrustaciones, se llegan á
enrojecer sus planchas, y se ponen de repente en contacto
con el agua. La mayor parte de las explosiones son debi-
das á esta causa.
Infinitos por lo tanto deben ser y son, los medios
discurridos para evitar dichos depósitos, ya que no es posi-
ble suprimir la existencia de las sales en las aguas natura-
les, y en efecto, algunos inventores se han dedicado unos á
la purificación del agua antes de su entrada en las calderas
y otros á atacar las sales dentro de ellas mismas. Para
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA. 18Í
lo primero, hay filtros y separadores, en los cuales por la
filtración ó bien separación por medio del calor á los 100° C
se descompone el bircarbonato de cal en acido carbónico
que escapa y carbonato de cal que se recoje, con lo cual se
consigue disminuir los tales depósitos, sobre todo el de fan-
go y carbonato de cal. Pero el inconveniente del segundo
método es que no es eficaz cuando la sal es el sulfato de
cal ó yeso, pues este pasa y no se deposita en el fondo de
la caldera sino por saturación. Por lo tanto se discurrie-
ron otros medios para destruirlos en la misma caldera y
se empezaron á introducir en ellas, patatas, aceite de
carbón, cortezas de árboles, campeche, mangle y otras
maderas, vinagre, miel, guarapo, frutas, y una infinidad
de sustancias que por el ácido que contienen como en
el vinagre, miel, guarapo, etc., ó por el tanino como en
las cortezas y maderas, se neutralizaban ciertamente los
carbonates de cal y magnesia, sin afectar al sulfato de
cal, pero en cambio lo hacian y mucho ,al hierro de la
caldera, produciendo una oxidación más ó menos rápida
en ella.
No podemos menos por lo tanto, de condenar el uso
de tales ingredientes, de los cuales se puede decir que el
remedio.es peor que la enfermedad.
Los álcalis, como el bicarbonato de sosa y otros son
al contrario convenientes, pues no perjudican al hierro, y
si el agua contiene sulfato de cal, lo convierten en carbo-
nato y lo precipitan en una, forma inadherente y de fácil
extracción. El tanate de sosa es excelente para todos los
usos y mezclado con el carbonato es aún más eficaz para
las aguas cargadas de sulfato de cal. El único inconve-
niente de estas sales desincrustantes, es que si se usan en
exceso hacen fomenta r el agua de la caldera, sobre todo si
tiene algo de grasa, (caso bastante frecuente) por formar
una especie de jabón con ella.
Últimamente se han introducido en ej comercio muí-
i 82 Fabricación i)fí azúcar de caxa. ,
titud de polvos desincrustantes, pero todos están basados
en lo dicho anteriormente, y siempre son preferibles, al
mangle, cascaras de frutas, cortezas y demás ingredientes
nocivos á las calderas.
Sobre todo lo mejor, más acertado y económico, es
cambiar el agua de ellas á lómenos cada dos días, vacian-
do á intervalos parte de ella y renovándola así continua-
mente, manteniéndola por lo tanto siempre, en un estado
conveniente de pureza.
En las calderas marítimas, en las cuales se usa el
agua del mar, no se emplea ninguna composición desin-
crustante y las mantienen limpias á fuerza de vaciar par-
te del agua cada dos ó cuatro horas, según sea necesario
á juzgar por las indicaciones de un aparato llamado
salinómetro, que indica la cantidad de sal contenida: en el
agua á diferentes temperaturas.
Creemos haber dicho lo bastante respecto á este inte-
resante tema, d lo menos en lo que permite la pequeña
extensión de este escrito; y que bastará para dar á com-
prender su importancia.
Explosiones fie calderas. — Una ligera idea
sobre las explosiones de calderas, accidente que suele
costar tantas vidas y pérdidas de intereses, nos permitirá
concluir con todo lo que se relaciona con esos aparatos,
parte vital de una casa ingenio, tantas veces llamada en
la isla de Cuba, casa, <le caldera*.
Siempre que revienta una caldera es porque ha deja-
do de tener suficiente resistencia á la presión que en su
interior tenía cuando tuvo lugar la explosión. Esto que
parece un axioma es sin embargo la piedra de toque de
semejantes desgracias. El por qué dejó de tener tal re-
sistencia es lo que conviene indagar, y trataremos de dar
una ligera idea de sus causas.
Una de las más constates es la dilatación y contracción
de las planchas, cad;i vez que se encienden los fuegos, ó
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 183
que se apagan y hasta durante el trabajo por la mala cos-
tumbre de dejar las puertas de las fornallas más tiempo
abiertas de lo regular, cada vez que se trata de introducir
nuevo combustible.
En una caldera bien proporcionada y donde el movi-
miento de las planchas debido al calórico ha sido hábil-
mente tenido en cuenta y se han dispuesto de manera á
facilitarlo, (pues nada lo puede resistir,) no son tanto de
temer los accidentes debidos á esta causa. Pero en calde-
ras donde los fluses, por ejemplo, no pueden extenderse ó
contraerse por estar rígidamente remachados á las cabe-
zas de la caldera, rígidas de por sí, el resultado de la desigual
espansión del cuerpo de la caldera más caliente, y de los
fluses ó tubos más frios ó vice-versa, es por lo general el
motivo por el cual se raja aquella.
El hierro dulce se dilata 0,0000122 de su largo por
cada grado de calor de que aumenta su temperatura y si
bien este número decimal es de un valoro pequeño, si su-
ponemos las planchas a 144°, temperatura del agua á 4
atmósferas en una caldera de 16 metros 'de largo, y su tem-
peratura antes de encender la fornalla ser de 28°, la dila-
tación será de
L= 16mXlX (144— 28X0,0000122) =22 ra/m
ti
ó sea f de pulgada.
Si al retirar el fuego se deja entrar el aire frió por las
puertas de las fornallas de manera á disminuir rápidamen-
te la temperatura de las planchas del fondo de la caldera,
resultarán contracciones que á la larga ocasionan salideros
en las costuras, que se aflojen los remaches y hasta que se
rajen las planchas. »
Cuanto más largas las calderas, más propensas son á
averias ocasionadas por las dilataciones y contracciones.
No se puede temer solamente la desigual dilatación
184 Fabricación de azúcar de caña.
de las calderas pues también las de las maniposterías es
causa que contribuye al resultado final. En efecto las
calderas estando empotradas en la manipostería desde sus
aletas, las paredes de la fornalla se dilatan con la tempe-
ratura, elevada de la combustión que varía con buen tiro
de 2300 á 2700 grados Farenheit ó sea de 1260 á 1482;
Centígrados; los costados se levantan suspendiendo la par-
te delantera de la caldera mientras que la manipostería
de atrás no teniendo igual temperatura la soporta á su
nivel, y el resultado es, ó bien el suspender la caldera
con manipostería y todo ó que se produzcan rajaduras con
el tiempo, si el peso que gravita sobre sus aletas es exce-
sivo y estas no tienen juego á su alrededor para que pue-
dan ceder sin gran esfuerzo.
La segunda causa de las explosiones es la corrosión
ii oxidación de las calderas. Esta es interior y exterior
siendo la última más grave si no se ha aumentado la inter-
na con el uso eje ingredientes desincrustantes contenien-
do ácidos ó tanino. A veces es también esta determinada
por la acción galvánica entre diferentes metales y el agua
más ó menos cargadas de sales. En este caso, la oxida-
ción interior es muy activa pudiendo en poco tiempo inu-
tilizarse una caldera, pero por lo general en los ingenios
sufren relativamente poco por esa causa. En cambio las
calderas marinas deben su poca duración comparada con
la de las de tierra, al uso de agua de mar que corroe los
tirantes, estays y las planchas. La oxidación esterior es
también temible pues por lo general es oculta. Si la cal-
dera tiene partes expuestas al aire libre, se pueden pintar
y preservarla de la oxidación lenta debida á la humedad
del aire, pero cuando está rodeada y tapada con manipos-
tería, y«no se han tomado medidas para recojer el agua de
las llaves de prueba, válvulas de seguridad y demás ac-
cesorios, evitando que se introduzca en la manipostería
y vaya filtrando hasta la superficie de la caldera, allí en
FABRICACIÓN DE AZÚCAR Í)E CAÑA. 185
algún rincón escondido y con la cal del mortero corroe
con rapidez el hierro y cuando se cree tener la caldera en
buen estado no tiene esta más que los fondos buenos es-
tando la parte superficial y oculta, completamente corroi-
da. Después de haberse reconocido en un ingenio una
caldera de bullidores y visto que estaba en estado regular,
se probó con la presión hidráulica, y todavía no estaba
llena de agua la caldera cuando de una de las cabezas de
los bullidores empotrada en la pared empezó á salir el
agua. Desbaratada la manipostería, se abrieron con el
solo peso del agua, agujeros de cuatro y seis pulgadas de
ancho por donde se vació la caldera; el hierro en toda la
parte inferior del bullidor empotrada tenía un cuarto
de milímetro de espesor y en partes aún menos, conse-
cuencia de algún salidero en los remaches dentro de la
manipostería y el cual con la cal fué poco á poco corroien-
do la plancha del bullidor hasta dejarle del espesor que
hemos dicho. x>
Bajo ningún concepto debe permitirse que se moje el
exterior de una caldera, causa única de su oxidación exte-
rior, y deben recojerse las aguas de los grifos de prueba,
niveles de agua, llaves y demás en cubetas á propósito de
donde por medio de pequeños tubos convenientemente
dispuestos vayan á una salida común á todas.
Las causas ya descritas pueden ocasionar gpaves ave-
rías y explosiones, pero por lo regular requieren un tiem-
po más ó menos largo. Las siguientes son de aquellas que
las pueden ocasionar en minutos.
La mala costumbre de abrir y cerrar las llaves de va-
por y de sacudir las válvulas de seguridad son á ello propi-
cias; pues si el vapor está saliendo de una caldera con una
gran velocidad y de repente se cierra la válvula de salida,
la velocidad se trasforma en fuerza, y la caldera recibe
un choque que en ciertos casos puede ocasionar roturas y
explosiones.
18fi FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
_ 1
Bastante sabido es que si se abre una llave de agua
que baje con una ó dos atmósferas de presión y se cierra
de golpe, el resultado suele ser un choque tan fuerte que
la tubería revienta, la llave se rompe ó algo queda inuti-
lizado. Lo mismo sucede, aunque en menor escala, con el
vapor; y por lo tanto nunca deben abrirse ni cerrarse las
válvulas muy aprisa, y una de las ventajas de las llaves
válvulas de volante es la de que por tener rosca la espiga,
no se pueden nunca abrir ó cerrar de golpe.
El cargar la válvula de seguridad colgando de su pa-
lanca platillos, lingotes, martillos y demás cuerpos sin
darse cuenta da que muy poco peso en la extremidad de
aquella equivale á una gran presión sobre la válvula,
es costumbre que debe condenarse con severidad, lo mismo
que el abrir aquella de golpe, dando lugar á una forinación
rápida de vapor por disminución de la presión de éste, y
luego, al cerrarla, exponerse á una terrible explosión por
el choque debiólo al cambio de presión instantáneo dentro
. de la caldera.
Por último y causa más eficaz de dichos accidentes,
es el dejar enrojecer ó recalentar las planchas déla cal-
dera por falta de agua y alimentarla estando aún en este
estado. El resultado suele ser la abolladura de las plan-
chas y explosiones si la superficie enrojecida es suficiente
y se la l*a alimentado después determinando el estado esfe-
roidal, del cual hemos ya dicho algo.
La falta de agua en las calderas puede provenir de
varios motivos, los principales de los cuales son los si-
guientes; falsa indicación del tubo de nivel por estar obs-
truido, por lo cual no conviene contar con él demasiado y
acudir á menudo á las llaves de prueba. Otro motivo es
la falta de alimentación por descomposición de la bomba en
cuyo caso, si la descomposición promete ser larga, es mejor
retirar los fuegos de la caldera, y por último, puede prove-
nir la falta de agua de descuido del personal al servicio de
FABRICACIÓN Í)E AZÚCAR t)E CANA. 187
la caldera. Desgraciadamente, casi todas las explosio-
nes son debidas á esa causa por haber ido el encargado
de alimentar á otro sitio, haberse quedado dormido ó
haber abandonado de cualquier modo su puesto. De
todo esto se desprende la necesidad y conveniencia de
poner á ese cuidado hombres formales, sobrios y constan-
tes; pues es un cometido muy delicado y de mucha im-
portancia si bien no difícil, evitando así los desastres á
que están expuestas las calderas en manos torpes y des-
cuidadas.
Lo primero que debe hacerse al reconocer que por
cualquiera de las causas anteriores se han enrojecido las
planchas ó tubos, es parar los fuegos y retirarlos hasta
que las planchas hayan tenido tiempo de tomar una tem-
peratura normal, en cuyo caso se podrá seguir trabajando;
después del debido reconocimiento, pero de ningún modo
alimentar estando la caldera en el estado antedicho.
Las explosiones suelen tener lugar también por mar-
car los manómetros menor presión que la que existe y.
estar las válvulas de seguridad pegadas ó sobrecargadas
de peso en su palanca, pues en este caso puede llegar la
presión á ser tal que pase de los límites de resistencia de
la caldera. Conviene, pues, reconocer la válvula de segu-
ridad á menudo y mantener la carga de su palanca en el
punto donde el fabricante intentó colocarla, ó -bien por
un simple cálculo sobre las palancas que en cualquier tra-
tado de mecánica y física se encuentra, calcularlo uno
mismo ó buscar quien lo calcule antes de cargar la vál-
vula con tal ó cual peso si no se sabe á que presión le co-
rresponde levantarse, y por ello ver si el manómetro está
en buen estado.
Todas las causas misteriosas á las cuales se atribuyen
algunas explosiones, pueden explicarse por algunas de las
ya descritas, pues no existen tales misterios y de la in-
vestigación formal de cualquier explosión, resultará
188 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
siempre que fué debida al mal estado de la caldera, á
exceso de presión no indicada é imposibilidad de dismi-
nuirla ó por falta de agua en la caldera, por lo cual se
queman las planchas perdiendo la mitad de su resis-
tencia.
Según sean las condiciones de la caldera, cuando
ocurra su explosión, así serán los efectos. Si está muy co-
rroída, se desgarran sus planchas dejando escapar el agua
y mucho vapor. Lo mismo sucede á las de cobre con
cualquiera espesor de metal; pero si la caldera es de hierro
en buen estado y revienta por exceso de presión, los re-
sultados son desastrosos. Hemos visto últimamente un
pedazo de caldera multitubular de 7 pies de diámetro con
una de las placas tubulares y los tubos pesando el todo 7
toneladas, á 320 metros del sitio primitivo ocupado- antes
de la explosión, habiendo en su camino incendiado la casa
bagazo del ingenio con una lluvia de ladrillos enrojecidos
que arrastró consigo al espacio después de haber causado
la muerte de varios y herido á muchos de los empleados
de dicho ingenio.
Aparte de las desgracias y destrozos ocasionados por
los pedazos que saltan y el desbarate de las maniposterías
y casas, hay las causadas por la gran cantidad de vapor
que se forma al encontrarse el agua libre, y á la presión
atmosférica, teniendo de temperatura 180 ó 190 grados,
correspondiente á la tensión del vapor que existía en ella
antes de la explosión ó sea de 10 á 12 atmósferas. Este
gran volumen de vapor, quema todos los seres vivientes
que encuentra á su paso, contribuyendo además por la
espesa niebla que ocasiona al rededor del lugar del suceso
á hacer este mis espantoso y de más difícil salvamento
la vida de las personas que se encuentra en los alrededores.
Terminamos este capítulo, dando una tabla de las
presiones del vapor superiores á la atmosférica, y su tem-
peratura correspondiente así como su densidad.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
189
Como se puede ver por dicha tabla, la diferencia entre
las temperaturas sucesivas va disminuyendo á medida que
las presiones van en aumento, pues de una á dos atmós-
feras la diferencia en las temperaturas es de 20.60 grados,
entre las 14 y 15, lo es únicamente de 3.27 grados y
entre las 26 y 27 solamente hay 2°07 de diferencia en sus
temperaturas, siendo la correspondiente a la última pre-
sión de 228°92 centígrados.
TABLA de la temperatura del vapor á diferentes
presiones.
TEMPERATURA,
PRESIÓN
DENSIDAD
grados
. en
ó peso
centígrados.
atmósferas.
de un metro cúbico.
°ioo
1
0k58841
120.60
1.1151
133.94
o
O
1.6179
144.00
4
2.1052
152.22
5
2.5803
159.22
6
3.0462
165.34
7
3.5042
170.81
8
3.9554
175.77
9
4.4006
180.31
10
4.8405
184.50
11
5.275Í
188.41
12
5.7065
192
13
6.1332
195.53
14
6.5563
198.8Q
15
6.9759
(Regnault.)
' Una presión de 27 atmósferas es equivalente á 400
libras por pulgada cuadrada. r'
Dicha tabla puede también servir para hallar el vo-
190 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
lumen que ocupará un peso de agua determinado conver-
tido en vapor á una presión conocida.
Por ejemplo: se desea saber el volumen que ocupará
un kilogramo de agua convertido en vapor á 100° centí-
grados.
La densidad según la tabla, siendo de 0k58841 por
metro cúbico, su volumen será
xX0.0005S841 = l kilogramo
de donde
1
x=z ~ 1,700 decímetros cúbicos.
. 0,00058841
Para que las calderas funcionen bien y produzcan el
vapor necesario, es indispensable que además de encontrar-
se libres de incrustaciones, se opere la combustión en las
fornallas con la actividad propia de un buen tiro en la
chimenea. Si esta no tiene la sección y altura suficiente
para el volumen de gases que tienen que salir por ella, el
tiro será defectuoso y las calderas no podrán generar el
vapor suficiente, siendo esto quizás causa de la adición á
los aparatos de nuevas gaitas, cuando quizás con una
reparación en las chimeneas y sus conductos no fueran
necesarias.
La manera de alimentar las parrillas de combustible
influye mucho también en la cantidad de vapor generado,
sobre todo coíi carbón de piedra, dependiendo mucho la
actividad de la combustión, de los fogoneros empleados en
ese servicio, el cual es por lo general mirado con indiferen-
cia, y que sin embargo es uno de los que influyen podero-
samente al resultado pecuniario final de la zafra.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 191
CAPITULO IV.
CONDENSACIONES EN LAS TUBERÍAS. CONSUMO DE BAGAZO
COMO COMBUSTIBLE. HORNOS DE QUEMAR BAGAZO VERDE.
Condensaciones en las tuberías.
I l» A industria azucarera, es una de las que consumen
más vapor ó sea combustible, por depender la ela-
boración del azúcar de la concentración de grandes canti-
dades de jugo de caña o remolacha. Grande es la economía
de ese fluido, que se consigue con los aparatos al vacío,
en proporción al combustible que se requiere en los trenes
jamaiquinos ó de análogo sistema; pues trabajando con el
vapor de escape de las máquinas, se emplea el vapor di-
recto únicamente para mover aquellas, para las defecado-
ras cachaceras, filtro-prensas y clarificadoras y en los
serpentines del tacho cuando el de escape no es" suficiente.
Como el vapor depende del consumo de combustible,
su producción ocasiona gastos considerables en los inge-
nios donde no siendo suficiente el bagazo, se emplea leña
ó carbón de piedra. Por lo tanto es necesario evitar toda
clase de pérdidas de vapor, por condensaciones improduc-
tivas, forrando los conductos por donde debe circular, con
materiales malos conductores del calórico, pues dichas
condensaciones, que parecen á primera vista de poca im-
portancia, llegan á representar una pérdida considerable
al fin del día de trabajo.
192 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
Ponemos á continuación la pérdida de vapor por me-
tro cuadrado y por hora, en tuberías forradas con dife-
rentes materiales.
\ apor conilensailo por hora y metro cuadrado.
Hierro sin forrar 2.k "24
Forrado con cimento «Pimont» 1 .' 56
ídem de estopa engomada 1.' 53
ídem de desperdicios de algodón y tela 1 .' 39
ídem tubo de barro dejando un espacio entre ellos
y el hierro 1 .' 12
Trenzas de paja 1 .' 00
Los forros generalmente usados en la isla de Cuba
para ese objeto, y que están por lo general compuestos de
hojas secas de plátano y otras parecidas, son pues de las
mejores que se pueden emplear, no solamente por su mala
conductibilidad, sino también por su poco costo.
Si se considera la superficie1 de todos los tubos de
vapor de una casa calderas ser de 80 metros cuadrados,
(número que no tiene nada de exaj erado en grandes inge-
nios) la pérdida por condensación, si no están forrados será
de 225 kg. de vapor por hora. Tomando 30 kg. de agua
evaporada como equivalente á un caballo se perderán por
hora:
225
—7,5 caballos.
30
y en un día de 18 horas de trabajo se perderán inútilmen-
te 135 caballos de fuerza equivalentes á 450 kilos do car-
bón de piedra; en los tubos forrados p;>r el contrario, la
pérdidas por hora ,será <le
Tí)
-—2,6 caballos.
30
y en las mismas 18 horas, de 46,8 caballos ó sea 15(> kilos
FABRICACIÓN DE AZÚCAli DE CAÑA. 193
de carbón. Se comprende pues en vista de esa diferencia,
la importancia que tiene el evitar las pérdidas de vapor,
forrando las tuberías.
CoilSimiO de bagazo. — En la primera parte de
este libro hemos visto que con un rendimiento en el tra-
piche del 62% del peso de la caña, quedaba un residuo en
bagazo representando el 38 % del mismo ele los cua-
les 4,5 es azúcar. Es decir, que de cada 100 kilos de ca-
ña exprimida, quedaban 38 de bagazo de los cuales 28
de guarapo, y 10 de parte leñosa. En un ingenio con
simple trapiche moliendo 300 carretadas de á 100 arrobas
ó sea de 1136 kilos quedarán pues al fin de dia
340,800 kg. X 38
= 129,500 kg.
100
de bagazo verde que habrá que secar antes de poder apro-
vecharlo en las fornallas.
Vamos ahora á calcular la cantidad necesaria como
combustible para la elaboración del jugo de 340,000 kg.
de caña.
Supongamos un ingenio empleando para esa tarea,
cuatro calderas de 140,m2 de superficie de caldeo, iguales á
las que hemos descrito con el nombre de multitubulares
con bullidores. Cada metro cuadrado de esa superficie
puede evaporar por término medio 22 kilogramo^ de agua
desde 100° C. por hora y los 140,m2 3080 kilos. Conside-
rando cada caballo equivalente á la vaporización de 30 ki-
los de agua, la potencia de cada caldera es de 100 caballos
y 400 la de las cuatro.
Para vaporizar á cuatro atmósferas ó sea á 144° C,
12320 kg. de agua, se necesitan.
(650—144)1X12,320 kg,=6.233,920 caloríes.
Tomando el ¡Doder calorífico teórico del bagazo (algo
superior cuando está bien seco al de la madera), á 3500
caloríes por kilo y prácticamente á 2000 por varios motivos
lí)4 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
que impiden que la combustión sea perfecta, para producir
los 6.234,000 caloríes se necesitarán por hora
6.234,000
— 3 1 1 8 kg. de bagazo .
2000
y al lin del día de 18 horas de trabajo se habrán empleado
50. 124 kg.
Como no es posible emplear el bagazo tal como sale
del trapiche, pues los 24k de agua que contiene en 38k pro-
cedentes de 100 de caña, ó sea el 63%" de su peso impedi-
rían su combustión, se hace necesario el extenderlo en
el bate// exponiendo la mayor parte posible al aire para
que se vaya secando; operación que requiere mucho per-
sonal y está sujeta á multitud de contratiempos, uno de
cuales bastante frecuente es el mojarse á causa de la lluvia
cuando ya está seco y se preparan á llevarlo á la casa ha-
gazo. Suponiendo que no le haya sucedido ese percance y que
por el contrario'diaya tenido lugar á secarse completamente
con un buen sol, la cantidad de agua evaporada podrá
ser del 50% de su peso ó sea de 64.750k de los 129.500,
quedando por lo tanto combustible representando 04.750
kilogramos y un exceso de 64.750 — 56.200r=8550k para
reserva en la casa bagazo.
Es de advertir que así como cuanto más : húmedo
esté el bagazo más peso quedará de él, también se necesi-
tará mayor cantidad en las fornallas, y por lo tanto su
mayor ó menor consumo dependerá del número de caloríes
que se hayan de trasmitir al agua de las calderas ó el
número de éstas en operación.
Completamente seco, el bagazo representa contando
con el azúcar en él contenido del 15 al 20 % del peso de
la caña de la cual procede, pero es muy difícil conseguirlo
en este estado pues es muy higrométrico y absorbe la
humedad del aire.
La necesidad de extenderlo en el batey al aire libre,
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 195
operación que requiere mucho personal y material rodan-
te, comprometiendo á veces la regularidad del trabajo,
por haberse mojado y no existir ninguno seco, ó por no
haber suficiente leña ni otra clase de combustible en aco-
pio, ha hecho buscar un modo de suprimir esa necesidad,
empleando procedimientos para secarlo con el mismo calor
de las fornallas, donde debe entrar en combustión.
Hornos de quemar bagazo verde.— ^t^
procedimientos consisten hasta ahora en los hornos lla-
mados de quemar bagazo verde, de los cuales no faltan
variedades, pero pocos son los que dan resultados posi-
tivos.
Para poder quemar el bagazo verde ó sea saliendo
del trapiche, es menester evaporar en esos mismos hornos
la mayor parte del agua contenida en él, para que arda
ó entretenga una combustión favorable á la generación
del vapor, detalle esencial en el cual muchos inventores
de tales hornos no se han fijado con el detenimiento
debido.
Efectivamente, si establecemos un cálculo sobre mil
kilos de bagazo verde, proviniendo de caña que haya ren-
dido, el 62 % de su peso en jugo, los mil kilos contendrán
630 de agua y 370 kilos de materia sólida entre azúcar y
parte leñosa, es decir, el 63 % de su peso en agua.
Para obtener una combustión regular con eve bagazo
habrá que evaporar por lo menos el 70 % del agua que
contiene, es decir,' por cada mil kilogramos de bagazo 440
kilos de agua.
Si suponemos esta agua á 30° centígrado de tempe-
ratura habrá que emplear en su vaporización
440X (650— 30) =272,800 caloríes,
las cuales no pueden obtenerse sino de la misma combus-
tión que se quiera entretener.
La potencia calorífica del bagazo, siendo próxima-
mente de 3,500 y en la práctica aproximadamente de
196 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
2,000 caloríes por kilogramo, para efectuar la evapora-
ción de dicha agua se necesitarán:
272,800
—136 kilos de bagazo muy seco,
2,000
es decir, el 13.6 % del bagazo empleado ó sea el 22.16 %
del bagazo verde, lo cual representa una pérdida de com-
bustible bastante elevada.
Varias son, como hemos dicho, las diferentes clases
de hornos de quemar bagazo verde que se han ideado, de
los cuales los más usados son los de Godillot, León Marie
y Blondin.
El horno Godillot consiste en una fornalla indepen-
diente colocada al frente de las calderas y con las cuales
comunica por un conducto. Las parrillas están colocadas
en la parte correspondiente del horno de quemar bagazo y
reciben este por un registro abierto en la bóveda y del
cual cae á una £)ieza metálica en forma de pirámide de
base pentagonal y de poca altura que lo distribuye sobre
las parrillas al caer. Por debajo de dicha pieza entra el
aire destinado á la combustión, civya entrada se gradúa
por las compuertas de costumbre.
La llama pasa antes de ir á la caldera por encima de
un saltillo de ladrillo en cuyo interior existen conductos
que comunican con el aire exterior los cuales sirven para
inyectar parte de él entre los gases ele combustión al ir á
las calderas, favoreciendo aquella. La caja que comprende
el horno de quemar bagazo propiamente dicho, es toda de
ladrillo y su parte superior es plana para la mayor comodi-
dad del servicio de las compuertas de alimentación.
Los hornos Blondín forman parte de las mismas for-
mulas de las calderas y reciben el bagazo verde por medio
de un registro de hierro en su parte superior del cual cae
directamente sobre las parrillas. La llama para ir á las
calderas tiene que atravesar el mismo conducto por el
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 197
cual baja el bagazo contribuyendo á secarlo mejor y á
prepararlo para la combustión sucesiva.
En el horno León Marie, el más sencillo de todos, la
alimentación del bagazo se opera también por arriba, pero
una división de ladrillo en la parte superior de la fornalla,
la divide en dos, separando la parte en la cual se opera la
alimentación del bagazo, de aquella en la cual los gases
de combustión entran en la caldera.
Todos estos hornos de quemar bagazo verde, tienen
sus registros para la extracción de las cenizas y limpieza
de las parrillas, cosa indispensable.
Hasta últimamente, la introducción del bagazo desti-
nado á la combustión, se operaba por el frente de las cal-
deras, el Sr. Sodal ha ideado una disposición para quemar
el bagazo verde en la cual aquella se efectúa por la parte
posterior de las generadoras. En ese sistema que funcionó
en el ingenio "San Lino" durante la zafra de este año
(1887,) con buenos resultados, el bagazo entra como hemos
dicho por la parte posterior de la caldera y empujado por
un mecanismo sencillo y conveniente va recorriendo sobre
planchas de hierro el trayecto del conducto del fuego de-
bajo de la caldera en una capa de seis a 8 pulgadas y llega
por fin á las parrillas ya seco y en plena combustión. Los
gases de esta siguiendo su marcha ordinaria, en lugar de
pasar sobre las mamposterías, pasan sobre el bagazo con
lo cual evaporan el agua de este de manera que como he-
mos dicho cuando llega á las parrillas en su movimiento
de traslación, ya está ardiendo.
La sencillez de este procedimiento, el poco costo rela-
tivo de la instalación y construcción de su mecanismo,
nos hace creer este nuevo modo de quemar el bagazo
verde, imparcialmente, como el mejor conocido hasta la
fecha.
Pronto deben colocarse, en otros ingenios y si sus re-
sultados siguen siendo como han sido en el ingenio "San
198 FABRICACIÓN DÉ AZÚCAR Í)É CAÑA.
Lino/' mucho contribuirán á las economías derivadas de
la supresión del trabajo de la manipulación del bagazo al
aire libre, manipulación más costosa hoy por razones harto
conocidas.
Concluiremos este capítulo diciendo que, á pesar de
las teorías sobre la descomposición del agua contenida en
el bagazo verde, en hidrógeno y oxígeno, y de la combi-
nación del carbono con el primer cuerpo, de cuya descom-
posición se quiere por algunos sacar partido, .y hasta
probar que es mayor el calor desarrollado por el bagazo
verde que por el seco, no estamos de acuerdo con esas
teorías y creemos por el contrario que es siempre preferible
un combustible seco á uno mojado. Ahora bien, si á pesar
de la pérdida de bagazo ocasionada en los hornos de
quemarlo verde, ó del aumento necesario de una ó más
calderas para igual generación de vapor, es más ó menos
económico el efectuarlo según la clase de hornos, y sujeto
á menos contrariedades es esta cuestión ya distinta y
sobre todo de mucho menos importancia, donde quede
cada año exceso de bagazo seco en la casa bagazo al fin
de zafra.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
199
CAPITULO V.
DATOS SOBRE DIVERSAS INSTALACIONES DE LA ISLA DE CUBA.
i y A isla de Cuba, cuenta con magníficos ingenios dotados
^m^ con los aparatos más modernos, y algunos de los
cuales han sido fomentados con un lujo de fábricas pocas
veces visto en otros países. Su producción de azúcar lia
llegado á ser de 738,000 toneladas (1873) y aún el año
pasado (1886) á pesar de las mil vicisitudes por las cuales
está pasando la industria azucarera se produjeron 700,000
toneladas.
Véase el estado general de exportación de azúcar y
mieles de la isla de Cuba desde el año 1877 hasta 1886,
y el de producción desde el de 1870 hasta 1886.
Exportación de azúcar y mieles de la isla de Cuba
desde 1877, en toneladas.
200
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
De estas cantidades, los Estados Unidos han recibido
en 1886, el 92%. La Europa meridional el 6.54% y otros
paises el 0.76%.
Producción de azúcar y miel en esta Isla en los
últimos diez y siete años.
1886
TONELADAS.
Aúcar.
Miel.
692,681
630,414
560,934
484,976
500,357
483,945
547,089
680,700
530,598
505,553
572,000
699,006
666,000
738,000
667,850
527,000
684,032
159,428
134,500
125,228
110,852
134,059
101,140
116,884
136,739
109,485
100,675
159,171
124,429
142,032
180,805
200,450
163,211
220,643
1885
1884
1883
1882
1881
1880
1870.'
1878
1877 *.
1876 i
1875
1874
1873
1872
1871....,
1870
Creemos oportuno dar algunos datos sobro algunas
instalaciones de esta Isla.
El ingenio «Santísima Trinidad» del Excmo. señor
Conde de Casa Moré, en Santa Isabel délas Lajas, cuenta
«Mitre otros con los aparatos siguientes:
Bati triple efectos de 3000 hectolitros cada, uno ó sea
Kiiliciontcs para concentrar 6000 hectolitros entre los dos
en 24 horas.
fabricación pe azúcar de caña. 201
Dos tachos de 3m250 de diámetro.
Dos máquinas de moler con mazas de 800m de diá-
metro y 2 metros de largo.
Doce defecadoras de 50 hectolitros (1320 galones.)
Cuatro clarificadoras de 30 hectolitros.
Seis centrífugas colgantes de Hepworth.
Un enfriadero de 2000 metros cuadrados de superfi-
cie. Dicho aparato ha sido instalado por la Compañía de
Fives Lille, de París, y puede producir 100 bocoyes de
azúcar en 16 ó 18 horas de trabajo.
La casa de la fábrica es de hierro.
El ingenio «Central Aberoff» en Aguacate, cuenta con
la -siguiente instalación.
Una máquina de moler con mazas de 90 %m de diá-
metro y 2,m000 de largo.
Un triple efecto de 3500 hectolitros.
Seis defecadoras de 40 idem.
Cuatro clarificadoras de 16 idem.
Un tacho de dar punto de 3,m000 de diámetro y 200
hectolitros de cabida.
Seis centrífugas de Weston.
Un calentador de guarapo de 80 mm2 de superficie.
El edificio es también de hierro y procede lo mismo
que los aparatos, de la casa de Cail de París.
La instalación del ingenio "Central Redención," se
compone de los aparatos principales siguientes:
Una máquina de moler con mazas de 1 metro de
diámetro y 2m de largo.
Un triple efecto de 3000 hectolitros.
Seis defecadoras de 40 idem.
Tres clarificadoras de 20 idem.
Dos tachos de dar punto de 2.m750 de diámetro y 220
hectolitros de cabida.
■
202 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
Seis centrífugas colgantes de Hepworth.
La casa ingenio es también de hierro y procede lo
mismo que los aparatos de la casa de Fives-Lille de París.
Es igual en todo á la fábrica del ingenio ((Fortuna» Al-
quizar.
El ingenio «Constancia» Cienfuegos, tiene entre otros
aparatos.
Un triple efecto de 4200 hectolitros.
Un triple efecto de 5400 idem.
Un tacho de 4m de diámetro.
Los triple efectos son de la casa Lecointe et Villette,
de Saint Quentin. Francia.
Muchos otros ingenios podríamos citar que cuentan
con muy buenas instalaciones en la Isla de Cuba, pero
terminamos dando las dimensiones del triple efecto de la
fábrica de azúcar de remolacha de Cambrai, (Francia) que
son las siguientes:
Diámetro del primer tacho 4m500
» » segundo » 5m100
» » tercero » 5m600
Superficie de caldeo 4,000 metros cuadrados, y capa-
cidad, la de concentrar 20,000 hectolitros de jugo de
remolacha en 24 horas.
Tiene además dos tachos de 5m500 de diámetro ó sea
de 18 piég ingleses que hotan templas de 60,000 kilogramos.
La fábrica elabora el jugo de 2.000,000 kilos de remo-
lacha en 24 horas, el cual va á la central por 120 kilóme-
tros de tuberías que lo reciben de 21 fábricas destinadas
exclusivamente é su extracción.
En la fábrica de azúcar de caña de Darboussier, en
Pointe á Pitre, se trabajaban diariamente 1.000,000 de
kilos de caita de azúcar.
pBH]iBI0
rf Y¡7f
/
-jfe^^zrstfe
'.. APÉNDICE.
Aplicación de la difusión á la caña y bagazo.
Te '■'.,.
| V os aparatos de extracción del j ugo de la caña emplea-
dos hasta hoy día, no permiten extraer la totalidad
del azúcar contenido en ella, ni aún con el uso de repeti-
das presiones en diferentes molinos ayudadas por la des-
fibración previa de la caña.
Como hemos visto en el capítulo 29, al tratar del
rendimiento de azúcar, suponiendo la extracción del 62%
del peso de la caña enjugo á 9í° Beaumé, quedan aún en
el bagazo 4k50 de- azúcar ó sea el 31% del. totaUcon tenido
en la planta, y esta pérdida considerable, mayor aún en
la generalidad de los ingenios, ha motivado la aplicación
de la difusión ha tiempo usada para la remolacha, á la
extracción del azúcar de la caña la cual puede ser com-
pleta con dicho sistema.
Vamos á dar una breve explicación de este procedi-
miento tal como se ha adoptado y emplea en la actualidad,
por ser esta Cuestión de grande importancia para la indus-
tria azucarera de la isla Cuba.
Corta-cañas, — Para el buen resultado de la
206 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
difusión, debiendo ponerse la caña en contacto íntimo con
el agua necesaria se corta en rebanadas por medio de los
aparatos llamados corta-cañas, el mejor de los cuales es el
de Sudenburg.
Se compone dicho aparato de un disco giratorio hori-
zontal ele hierro, armado con seis cuchillas también hori-
zontales y colocadas en el sentido de radios de dicho disco.
Encima de este y dejando un pequeño -espacio entre los
dos, hay una tapa provista de seis aberturas por donde
cae la caña sobre las cuchillas, para lo cual, cada abertu-
ra tiene una tolva de plancha de hierro formando 45° con
la horizontal y en las cuales se introduce aquella.
Debajo del disco y girando sobre el mismo eje verti-
cal que mueve al primero por medio de una trasmisión
conveniente, existe un eje que lleva dos ó más aspag ho-
rizontales, las cuales van recojiendo las rebanadas de caña
cortada y las conducen á una tolva de donde caen al
elevado/' de rehallada*.
Un registro abierto en la tapa del corta-cañas permite
cambiar las cuchillas cuando se mellan, para cuyo fin
estas están fijas en unos marcos movibles, que facilitan
mucho su cambio, durando esta operación solo dos ó tres
minutos.
Para la colocación de los marcos que llevan las cu-
chillas, existen en el disco giratorio seis aperturas de doble
largo que el de los marcos, y más anchas en la parte
inmediata al eje. Por ellas se introducen y empujan
hacia el otro extremo al cual van resbalando entre dos
ranuras, la misma, fuerza centrífuga manteniéndolas des-
pués en su puesto al girar el aparato. Cada marco lleva
dos cuchillas puestas á tope.
La capacidad de cada corta-cañas, es de 10 á 12.000
y últimamente de 15,000 kilogramos de caña cortada en
rebanadas de 2"1/ni por hora, pudiendo variar el grueso de
ellas, pero como es natural disminuyendo la cantidad de
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 207
caña cortada á medida que las rebanadas son más delga-
das. Por efecto de la inclinación dada á las cañas en las
tolvas de alimentación, las rebanadas salen de forma
ovalada.
La fuerza necesaria para el trabajo de esos corta-cañas
no pasa de 8 caballos nominales, y las rebanadas salen
lisas y sin filamentos de corteza quedando esta cortada de
un modo limpio y -completo y sin que la forma de la caña
influya en lo más mínimo, en la operación del corta-cañas.
Las rebanadas de caña al salir del aparato descrito,
van á un depósito de donde las extrae un elevador com-
puesto de varias cucharas de hierro y las eleva y deja
caer en una tolva giratoria de hierro que sirve para ali-
mentar los difusores.
DifllSOVes, — Los difusores se componen de un
cilindro algo cónico de hierro dulce, con la base mayor en
la parte inferior. Esta modificación hecha por la compa-
ñía de Fives Lille, permite al revés de \o que sucedía
anteriormente, vaciar el difusor con la sola operación de
abrir la compuerta del fondo. Esta compuerta es tam-
bién de hierro y ajusta por su parte superior que es cón-
cava, con el fondo perforado del difusor. Para evitar las
salidas de jugo durante la marcha, hace junta al cerrar
con el borde del difusor por medio de un tubo circular de
goma que está colocado en una ranura semi ^cilindrica
abierta en su mismo borde, y cuyo tubo está siempre
lleno de agua á una presión superior á la existente dentro
del difusor. Al cerrar dicha compuerta por medio de un
volante ó manubrio, dicho tubo se comprime y llenando
los huecos que podrían permitir la salida del jugo hace
una junta impermeable y de gran sencillez.
Como la compuerta por su gran diámetro y la solidez
necesaria de construcción es pesada, tiene un contrapeso
que facilita mucho su movimiento y el cual puede gra-
duarse á voluntad.
208 FABRICACIÓN DE AZÚCAK DE CAÑA.
La entrada del jugo se opera en los difusores por la
parte superior debajo del orificio de alimentación de la
caña, el cual durante el trabajo está cerrado hermética-
mente, y su salida se efectúa por el fondo perforado del
difusor y después por un tubo que lo conduce pasando por
el calentador al difusor siguiente ó á los depósitos.
Cada difusor tiene un calentador, el cual se compune
de un cilindro de hierro provisto en su interior de varios
tubos de latón fijos á dos placas tubulares y entre los
cuales circula vapor de escape ó directo. Como al entrar
el agua caliente dentro de un difusor y encontrarse con
la masa de caña fría disminuiría mucho de temperatu-
ra, al pasar por el calentador recupera ésta y aún la
aumenta, por lo cual al llegar al segundo difusor está en
buenas condiciones para disolver el azúcar contenido en
la caña.
Cada difusor tiene un sistema de llaves en su parte
superior, con las cuales comunica por medio de los tubos
correspondientes.
Dichas llaves son tres, á saber: una llave de comuni-
cación general, una llave de alimentación de guarapo y
una llave de agua. Cada calentador tiene á su vez una
llave de vapor y una válvula para la salida de los retornos
en todo parecidos á los ya descritos en otros capítulos de
esta obra. ♦
Los difusores se colocan en baterías de 16 ó más, en
una ó dos líneas rectas, ó lo que es mejor, en línea cir-
cular, pues en esta última forma la alimentación de las
rebanadas de caña se hace directamente con la tolva gira-
toria sin necesidad de carritos ni conductores.
La operación de la difusión se efectúa como sigue:
suponiendo los difusores marcados con los números 1, 2,
3, 4, 5, etc., así como sus calentadores correspondientes.
Se llena el difusor número 1 de rebanadas de caña y
se abren primero, la llave de agua general y después la
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA. 209
del difusor número 13, por ejemplo, y al mismo tiempo la
del -calentador número 13. El agua entra en el difusor
pasando antes por aquel y adquiere una temperatura de
30 a 35° centígrados; cuando esta lleno se cierra su tapia
de registro y se abre la llave ds aire colocada sobre la
misma tapa, la cual se cierra automáticamente al estar
lleno de agua el difusor. Por medio de las diferentes lla-
ves de los difusores 14, 15 y 16, se establece la circula-
ción del agua en ellos y en los calentadores, de lo cual
resulta que cuando se abre la llave de alimentación del
difusor número 1, el agua llega al calentador número 1
con 65 ó 70 grados de temperatura, lo atraviesa de arriba
á bajo y pasa el difusor número 1 de abajo á arriba ba-
ñando las rebanadas de caña. Cuando dicho difusor está
lleno, se cierra la válvula de alimentación del 16, para
impedir que retroceda el jugo, y se abre la de comunica-
ción del 1 y de alimentación del 3, con lo cual el agua no
pudiendo retroceder, pasa al difusor número 1 y el jugo ya
contenido en éste recibiendo la presión debagua se pone en
movimiento de arriba á bajo y por medio de las comuni-
caciones correspondientes, pasando por el calentador
número 3 va al difusor número 2 donde baña nuevas
rebanadas de caña. La misma operación se efectúa con
los otros difusores, y cuando el jugo de un difusor ha lle-
gado ya á una densidad conveniente, se abre la llave de
salida y se descarga á un tanque, lo cual se efectúa por
efecto de la misma presión que determina la corriente del
agua en los difusores y en cuyos tanques se mide automá-
ticamente su volumen.
La presión que origina la circulación del guarapo, se
consigue por medio de un tanque de agua colocado de 8
á 10 metros sobre el nivel ele los tanques medidores, ó
bien por medio de un compresor que permite suprimir
dicho tanque y variar la presión en los difusores.
Mientras un difusor se llena de jugo, el siguiente se
14
210
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
carga de rebanadas y por lo tanto el inmediato debe va-
ciarse de agua al empezar. Para ello y por el conveniente
manejo de sus llaves se consigue cambiar la presión del
agua causa de la circulación al siguiente, continuando esta
en los difusores sin interrupción.
Durante la marcha de la difusión, es usual cargar un
difusor mientras otro se vacía, quedando siempre uno
intermedio lleno de rebanadas nuevas.
Para vaciar un difusor basta incomunicarlo con los
demás y abrir su compuerta por la cual cae el bagazo á
unos carritos ó á un conductor situado debajo de ellos.
Anteriormente se vaciaba todo el contenido, pero ahora
por medio del aire comprimido se hace pasar el jugo á la
tubería de descarga, quedando pues únicamente las reba-
nadas agotadas de azúcar en lugar de la gran cantidad de
líquido que se perdía. °
En el procedimiento que nos ocupa, el agua caliente
pasando sucesivamente por 10 ó más difusores y ponién-
dose en contacto en cada uno con nueva cantidad de caña,
entra en el primero á 0 grado Beaumé y sale por el últi-
mo á 7 ú 8 grados, según sea la densidad inicial del jugo
de la cana. En los en sajaos sobre la difusión de la cana
hechos en Djattwangie, isla de Java*, en 1885, la gradúa
ción del jugo en cada difusor siendo el normal de 10°5
Beaumé, sea 19° Brix con 16,94 % de azúcar equivalente
á un cociente de pureza de 89,16 era como sigue:
DIFIEREN.
DENSIDAD.
GRADOS BEAUMÉ.
AZÚCAR.
COCIEM'E.
1
1.0007
0.19
0.14
73.08
2
1.0025
0.00
0.48
SO
n
O
1.0060
1.00
1.32
82.50
4
1.0120
o
o
2.4G
82
5
1.0170
4.40
3.93
89.32
6
1.0240
G.10
5.63
92.29
AL FRENTE.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CANA.
211
DIFUSORES.
DENSIDAD.
GRADOS BEAUME.
AZÚCAR.
COCIENTE.
7
1.0350
8.80
8.02
91.12
8
1.0460
11.50
10.35
90.00
9
1.0570
14.00
12.77
91.21
10
1.0600
11.80
13.53
91.42
11
1.0600
14.80
13.09
90.07
12
1.0610
15
13.61
90.73
13
1.0620
15.20
13.75
90.45
14
1.0620
15.20
13.86
91.12
15
1.0650
15.90
14.85
93.40
16
1.0655
16
14.85
92.81
En esos ensayos, las rebanadas al salir de los difuso-
res solo contenían 1.42 % de azúcar, y se probó que con
16 difusores, se podía disminuir el consumo de agua nece-
sario de un 20 % y llegar á dejar solo en el bagazo el
0,88 % en azúcar del peso de la caña. Véase la Memoria
sobre los resultados de los ensayos de Difusión hechos en
Djatüwangie durante la zafra de 1885^>or M. G. M. W. Zuur.
La difusión operándose por la adición de una cantidad
de agua al jugo ya de por sí contenido en la caña, es de
suma importancia que aquella sea lo más pura posible,
pues de otro modo equivaldría á agregar á los cuerpos
extraños del azúcar una nueva cantidad. Por lo mismo,
la mejor agua es la de rio y la de manantiales salgan esos
en pozos ó á la superficie, que contengan pocas sales, so-
bre todo, las de sulfato de cal y de magnesia. Puede em-
plearse para ello perfectamente el agua de retornos.
De los ensayos hechos en Java, resultaban en la di-
fusión 150 kilos de jugo por cada 100 de caña trabajada,
pero en los últimos hechos posteriormente y en el trabajo
práctico de la última zafra hecho en Almería (1886) se
ha operado con éxito con solo de 120 á 125 kilos de jugo
por 100 de caña.
212 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA.
Las rebanadas de difusión al salir de los difusores
contiene el 90 % de agua y son por lo tanto difíciles de
secar, conteniendo casi el doble que el bagazo de molino.
Sometiéndolas á la presión en un trapiche, abandonan parte
de su agua, pero no la suficiente para hacerlas útiles para
ir á las fornallas inmediatamente. El bagazo al salir del
trapiche con una extracción del 62% contiene el 63 % de
su peso en agua, y cuando se ha secado lo suficiente para
alimentarlas fornallas le queda aún el 22% de agua es decir
que las rebanadas para poder servir como combustible, nece-
sitarían perder 90 — 22 = 68 % del agua en ellas contenida.
La eliminación de esta agua es difícil, no solo por la can-
tidad de calor solar que requiere, sino que por efecto del calor
no contenido en el agua de difusión, se coagula en ellas la al-
búmina formando una masa compacta que intercepta sus cel-
das é impide al agua de salir, si bien contribuye á que el jugo
de difusión sea más puro que el procedente del molino.
En los diferentes ensayos que se han practicado, con
objeto de averiguar si con la presión del trapiche podía
eliminarse la mayor parte del agua contenida en las reba-
nadas, se ha visto que aún con las presiones más enérgicas
no cede sino relativamente poca cantidad de ella, y úni-
camente pasándolas por el trapiche y luego extendiéndolas
al sol en capas de unas cuatro pulgadas, podían al cabo
de tres ó cuatro días servir para combustible.
En vista de esto, se han decidido en todas partes
donde se emplea la difusión á ir amontonando las rebana-
das en el batey para determinar su fermentación y utili-
zarlas después como abono, empleando como combustible,
carbón de piedra ó leña.
Es indudable que esta circunstancia, origina aumento
considerable en el precio del combustible,' pero está am-
pliamente cubierto por la mayor cantidad de azúcar obte-
nida sin que tengamos en cuenta la provechosa influencia
de las "rebanadas devueltas al campo de caña como abono.
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DECAÑA. 213
De la memoria publicada por la compañía de Fives-
Lille, sobre los resultados de la última zafra en Almería,
extractamos los siguientes datos.
El promedio de la caña trabajada, dio el análisis si-
guiente:
Azúcar % centímetros cúbicos de jugo 13.65
Cociente de pureza 81.60
Glucosa % de azúcar 4.24
Dicha caña no tenía aún ocho meses y no estaba
completamente madura; además se introducían en los
corta-cañas sin descogollar, recibiéndose así en el ingenio.
El siguiente análisis da la diferencia entre las cañas sin y
con cogollo:
Sin cogollo. Cou cojollo.
^Densidad 1067
Azúcar % centímetros cúbicos
Glucosa ,
Cenizas
Materias orgánicas
Pureza
t'967
1050
14.4
8.91
0.86
0.37
0.594
1.74
1.30
1.73
84.2
69.8
5.1
4.2
26.6
5.8
9
19
Glucosa % de azúcar
Cociente salino
Materias orgánicas % azúcar
Como se puede ver la caña de Almería no tenía
(ni suele tener) comparación con la caña de Cuba como
bondad de clase. El resumen del trabajo por difusión
recopilado ele los estados diarios durante la zafra, fué el
siguiente:
litros.
Jugo extraído por 100 kilos de caña 125,2
Riqueza media del jugo normal 14,65
Jugo contenido en la caña por 100 kilos , 88
Riqueza media de lacaña por 100 kilos 11,28
Azúcar extraído en el jugó por difusión 10/53
Riqueza media del j ugo de difusión 8,40
214 fabricación de azúcar de cana.
Pérdidas en rebanadas, aguas de lavado
cachazas y en el carbón animal 0,85
Masa cocida, azúcar de primera 10,16
Glucosa % de azúcar en la caña 4,24
» » de » en la meladura 1,90
m » de » en la masa cocida de 1* 1,50
Cenizas en el jugo normal (cociente salino) 17,50
» en el » de difusión 1G,50
» en la meladura 13,00
)) en la masa cocida 14,00
Agua necesaria por 100 kilos de caña para
la difusión 150
Densidad de la masa cocida de 1* 147k por hectolitro.
Rendimiento total de azúcar de 1^ y 2^ 7,45
Miel por 100 kilos de caña 7C
Las conclusiones derivadas de la última zafra en
Almería en 188$, son las siguientes:
1" — En una marcha normal, se puede agotar el azú-
car de las rebanadas hasta que no quede en ellas más que
de 0k200á 0k500 de azúcar por 100 kilos de caña.
2" — La cantidad de jugo que hay que extraer, para
dejar las rebanadas con igual cantidad de azúcar, au-
menta según la riqueza de la caña y disminuye según
aumenta el número de difusores. Para dejar de 200 á 500
gramos de azúcar en las rebanadas se puede contar con 125
á 120 litros de jugo por 100 kilos de caña.
o9 — La difusión no aumenta la acidez ni la glucosa
contenida en el jugo normal.
4" — La pureza del jugo de difusión es igual sino ma-
yor que la del guarapo ordinario.
5° — Los jugos de difusión se pueden tratar por la de-
fecación ordinaria sin necesidad de acudir á la carbonata-
don.
G9 — La cantidad de carbón consumido en Almería ha
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 215
sido de 11 kilos por 100 de caña trabajada, pero pueden
calcularse 10 kilos como máximun, no empleando las re-
banadas como combustible.
7° — Por la difusión se han obtenido masas cocidas
conteniendo el 90% del azúcar total contenido en la caña,
y con buenas condiciones puede llegar á ser del 95 %
fácilmente.
De todo lo que antecede, resulta que con la difusión
se puede obtener del 20 al 33% mas de azúcar que con los
sistemas de extracción generalmente usados, es decir, que
se puede extraer azúcar que represente del 12 al 13% del
peso de la caña teniendo esta guarapo á 10° Baumé.
En vista de la gran cantidad de azúcar que queda en
el bagazo del trapiche, se ha empleado y sigue empleando
con buenos resultados en España, la difusión del bagazo.
Los difusores son iguales á los empleados para la caña, la
cantidad de agua necesaria es también igual, el jugo tie-
ne la misma pureza que el obtenido por la difusión directa
de la caña y puede ser tratado por la defecación ordinaria.
La primera aplicación de la difusión del bagazo fué
hecha en 1884 en Torre del Mar, España, y ya había en
1886 cinco baterías estando en preparación otras varias
todas instaladas ó á instalar por la casa *de Fives-Lille.
El costo de una batería de difusión directa de la caña,
no es solo menor para una cantidad de caña determinada
que el de un trapiche correspondiente para ese trabajo, sino
que su instalación es mucho más económica, no necesitando
grandes escavaciones ni importantes maniposterías de fun-
dación como las máquinas de moler. Además el aparato no
está sujeto á los descalabros ni á las averías propias de
aquellas, tales como roturas de vírgenes, guijos, mazas,
coronas, camones etc.
Para concluir insertamos una nota de los aparatos
que componen una instalación para la difusión directa de
300,000 kilos de caña en 24 horas.
210 fabricación de azúcar de caña.
2 Corta-cañas.
1 Juegos de marcos de cuchillas (repuesto.)
000 Cuchillas de repuesto.
1 Disco de corta-cañas (repuesto).
1 Elevador de rebanadas.
1 Tolva giratoria.
10 Difusores de 32,5 hectolitros de cabida, y I,,,1o0(l
"de diámetro.
10 Calentadores.
1 Regulador para los retornos de los calentadores.
1 Tanque para medir el jugo de los difusores.
1 Tanque de agua fria, en presión sobre los difu-
sores.
1 Compresor de aire con pistón de 280 m/m de diá-
metro y 450 de curso.
1 Depósito de aire ele 50 hectolitros.
1 Plataforma de hierro para los aparatos enume-
rados. '
Recomendamos á las personas deseosas de conocer
más detalles solo la aplicación de la difusión ele la caña
de azúcar, acudan al boletín núm 8, escrito por el Profe-
sor H. W. Wiley, Químico en Jefe del Departamento de
Agricultura ele Washington, Estados-Unielos, el cual tuvo
ocasión ele estudiarlo ele una manera detenida y completa
en los ingenios de España en 1885-86; á las memorias
presentaelas por M. Zuur, y á los eliferentes escritos}' no-
tas redactados por los Sres. Avisse, Leurson y otras per-
sonas competentes, sobre tan interesante tema.
La aplicación ele la difusión requiere únicamente los
aparatos enumeraelos anteriormente, pues en nada hay
x[\ie variar la elefecación y los aparatos al vacío. Solo el
trapiche desaparece, y como la máquina de los corta-ca-
ñas solo tiene 16 caballos en el caso ele una batería de 10
difusores para trabajar 300,000 kilos de caña., resulta mu-
FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE CAÑA. 217
cho menos consumo de vapor directo, que con las máqui-
nas de moler y por lo tanto menos escape para el triple
efecto. Sin embargo, en muchos ingenios los escapes son
tan grandes que siempre sobran perdiéndose parte de ellos,
en cuyo caso la disminución del vapor directo por la difu-
sión la ocasiona así mismo de combustible, aún reempla-
zándose los escapes perdidos, por vapor directo.
La mano de obra es también menor que con las má-
quinas de moler y su operación está en un todo más en
consonancia con los aparatos al vacío, última modificación
trascendental, hecha á los aparatos de fabricación del
azúcar.
Terminaremos este capítulo, diciendo que á nuestro
entender en la isla de Cuba como en otros países no es
posible aplicar el procedimiento de la difusión en todos
los ingenios, pues para ello necesitan tener las siguientes
condiciones:
•1* — Abundancia de agua buena. •
2^ — La cantidad del jugo extraído por 100 kilos de
caña siendo de 120 kilos en lugar de 62, en el trapiche los
cuales se componen del 82% del jugo (en la suposición de
tener la caña 88%) y la diferencia 38, del agua para la
difusión, el triple efecto tiene que evaporar mayor canti-
dad y debe por lo tanto ser suficiente no solo para evapo-
rar el exceso de guarapo extraído sino también el agua que
le ha sido aumentada.
De esto se deduce que el aparato de evaporación de-
be ser mayor para igual cantidad de caña trabajada al día
pero también se obtendrá del 20 al 33 % más de azúcar.
3? — Las rebanadas de caña no empleándose como com-
bustible ínterin no se encuentre un sistema que permita
secarlas rápidamente, se hace necesario emplear carbón
de piedra ó leña. Por lo tanto, los ingenios que puedan
conseguir estos combustibles más baratos, serán los que
obtendrán mayores utilidades.
21*8 FABRICACIÓN DE AZÚCAR DE GAÑA.
Un cálculo sencillo basta al hacendado para ver si el
Costo diario del carbón por 100 kilos de caña es cubierto
por el aumento de un 2 ó 3% más de azúcar en el rendi-
miento, sin contar los jornales disminuidos en la manipu-
lación del bagazo, y la ventaja del carbón como combusti-
ble que en pequeño volumen encierra cuatro veces más
caloríes qne el bagazo. Por lo tanto cada uno puede de-
terminar según el caso y precios locales del combustible,
las utilidades á derivar de un procedimiento que permite
hoy día prácticamente extraer casi la totalidad del azúcar
de la caña, y el único que ha permitido por su eficacia en
la extracción del azúcar de la remolacha que la produc-
ción del azúcar de esta haya podido llegar á hacer ruda
competencia al de la caña, aparte del esmero con la cual
aquella se siembra, atiende y enriquece en los paiseí que
la producen sucediendo aun en la isla de Cuba por lo ge-
neral todo lo contrario.
No hace aim muchos años, una remolacha que con-
tenía el 4% de azúcar era considerada como muy buena:
hoy se consiguen* que contienen el 14%, gracias al cuida-
do que han tenido en mejorar las clases por medio de un
cultivo cuidadoso y bien dirigido, en los países producto-
res de Europa.
r^FIN.^
•4-1 N-D
\
ÍNDICE.
PAGINAS.
«
Prefacio £
PRIMERA PARTE.
Capitulo I. — Guarapo ó jugo de caña. — Sil graduación. —
Varios análisis. — Aerómetros 7 al 14.
Capítulo II. — Máquinas de moler. — Diferentes clases. —
Cantidad de caña molida. — Presión simple. — Doble 'presión.
— Desflbración. — Difusión. — Rendimiento 15 al 35.
Capítulo III. — Determinación de la fuerza de las máqui-
nas.— Caballos de fuerza. — Fórmulas Xliversas 36 al 42.
Capítulo I V. — De los aparatos empleados para la fabrica-
ción del azucarantes de los aparatos al vacío. — Trenes comu-
nes ó jamaiquinos. — Marechales. — Tachos rotadores 43 al 50.
SEGUNDA PARTE.
Capítulo I. — Defecación. — Cuerpos extraños al azúcar ... 51 al 65.
Capítulo II.— Cachaza. — Cachaceras. — Filtro prensas. —
Montejus 66 al 75.
Capítulo III. — Triple efecto. — Definiciones y su funda-
mento.— Barómetros y Manómetros 76 al 92.
Capítulo IYr. — Bombas de aire. — Condensadores.- Calen-
tadores 93 al 103.
Capítulo V. — Tachos al vacío. — Diferentes clases. — Su
manejo. — Cristalización del azúcar , 104 al 119.
Capítulo VI. — Centrífugas. —Centrífugas fijas. — Colgan-
tes de Weston. — Colgantes de Hepworth 120 al 127.
Capítulo VII. — Malexores.— Subiclores de azúcar. - Con-
ductores.— Trituradores 128 al 134.
ÍNDICE.
TERCERA PARTE.
PAGINAS.
Capítulo I. — Bombas de agua caliente. — Bombas centrí-
fugas.— de meladura.— de guarapo crudo. — de guarapo defe-
cado.— de agua de retornos. — de alimentación. — de miel. —
Aspiradores de guarapo y de meladura 137 al 157.
Capítulo TI. — Enfriaderos. — Retornos. — Recipiente de
vapor de escape. — Recipiente de vapor directo 158 al 167.
( 'apítulo III. — Calderas. — Diversas clases. — Resistencia.
— Incrustaciones. — Explosiones 168 al 190.
* Capítulo IV. — Condensaciones en las tuberías. — Consu-
mo de bagazo como combustible.— Hornos de quemar bagazo
verde 191 al 198.
Capítulo Y. — Datos sobre diversas instalaciones de la isla ,
de Cuba 199 al 202.
APÉNDICE.-
Aplicación de la difusión á la caña de azúcar y bagazo 205 al 218.
ÍNDICE de las tablas.
Tabla de la graduación, densidad y proporción de azúcar
contenido en disoluciones de azúcar puro 13
Dimensiones de las máquinas de moler 2'i
Tabla de los diferentes grados de vacío y de la temperatura
correspondiente á los vapores 78
Dimensiones de los triple efectos !)2
Temperatura del vapor a diversas presiones superiores á la
atmosférica 17!)
Exportación de azúcar y mieles de la isla de Cuba desde
1877 á 1886 lí>¡>
Producción Me azúcar y mieles en la isla de Cuba en los úl-
timso diez y siete años 20U
Tabla de la marcha de difusión en Djattiwangie, (isla de
Java.) 1886 210,
Análisis de la caña de Almería ¡ 213
•
TnffifnifnlfWCTmllWllfTifWI
HHH
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rana m
—
lili
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