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Full text of "Franciscanum"

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https://archive.org/details/franciscanum1219cole 


Revista  Cuatrimestral  de  los  Estudi is 
Eclesiásticos  Franciscanos 

LA  PORÓIUNCULA 

Calle  72  # 10-88.  Bogotá  D.E.  Colombia.  S.A. 


Director:  Fr.  Luis  Acevedo  Quirós,  ofm. 

Redactores:  Fr.  Guillermo  Ramírez  Gómez,  Ofm. 

Fr.  Enrique  González  Arango,  ofm. 

Editor:  Fr.  Lucio  A.  Yanegas  . Lope  z,  ofm. 


AÑO  I 


Mayo- Agosto  No.  2 

19  5 9 


Sumaria 


la  Jerarquía  en  el  Nuevo  Testamento 

fr.  Ignacio  Burgos  Sierra  ^ 


Noción  de  Dios  en  Platón 

Fr.  Rigoberto  Castrillón  Res  trepo ’ 19 


La  Religión  en  los  Pueblos  más  Primitivos 

Fr.  Luis  Acevedo  Quirós 41 


La  Ornitología 

R.  P.  Fr.  Antonio  Olivares  Celis 

Master  of  Sciences  of  the  Catholic  Uni 


versity  of  America,  Washington,  D.  C.  53 

Bibliografía 

Historia  de  la  Literatura  Griega  70 

El  Espíritu  de  la  Filosofía  Medieval  70 

Evangelio  de  la  Infancia  Espiritual  72 

El  Comienzo  del  Mundo  73 


He  c h o s 


75 


Ca  'jerarquía 


en  el 


JVuevo  Deslómente 


Fray  Ignacio  Burgos  S. 

El.  problema  del  origen  .do?,  episcopado  o por, mejor 
decir,  el  problema  del.  origen  de  la  jerarquía  en  la.  Iglesia 
naciente  ha  sido  en  estos  últimos  años  objeto  de  discusiones 
prolongadas  y no  sin  resultado;  por  cierto. 

Por  oscura  que  sea  la  historia  de  la  expansión  del 
Cristianismo  en  sus  dos  primeros  siglos  de  existencia,  el  es 
tablecimiento  de  este  Cristianismo  bajo  el  nombre . concreto  - 
de  Iglesia  es  un  hecho  tan  evidente  que  ninguno  se  ha  atrevi 
do  a negar  ni  siquiera  los  más  decididos  adversarios  desde 
el  momento  de  su  aparición  hasta  nuestros  días. 

Los  fundamentos  de  es ta-Iglesia,  establecida-,  por 
Cristo  para  que  fuera  su  prolongación  en' la  tierra  y la  depo 
sitaria  fiel  de  su  doctrina,  fueron  hechados  por  ei  mismo 
Cristo  cuando  despues  de  la  confesión  de  Pedro  lo  llama  bien 
aventurado  y le  dice:  "Y  yo  a mi-, vez  te  digo- que  tú  eres  Pe- 
dro, y sobre  esta  piedra  edificará  mi. Iglesia.,  y las  puertas 
del  infierno  no  prevalecerán  contra  ella"  (Mt. 16, 17. 18) . 

Cristo,  pues,  conciente  de  que  su  misión  personal 

- 3 


vmm» 


. LA  JERARQUIA  EN  EL  NUEVO  TESTAMENTO 


I 


4 

1 


i 


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Jl 

M 

; I 

: 

! 


en  latierra  no  había  de  ser  indefinida,  expresa  aquí  su  de- 
seo de  edificar  una  Iglesia  sobre  una  piedra  escogida  ya  de 
antemano  por  El,  Pedro,  el  humilde  pescador  de  Galilea.  Su- 
poner, como  los  antiguos  Protestantes  -dice  el  P.  Bover-  q' 
cuando  Jesúa  dice:  sobre  esta  piedra,  hablade  sí  mismo,  es 
el  colmo  de  la  arbitrariedad  exegetica  y una  tácita  confe — » 
sión  de  que  cuanto  sigue  expresa  con  demasiada  evidencia  el 
primado  dé  autoridad  sobre  la  Iglesia  (l). 

Los  moderaos  Protestantes,  dando  la  razón  a la 
exégesis  católica,  han  buscado  otra  solución  más  desespera- 
da todavía,  la  de  suponer  que  todo  este  pasaje  papal  es  una 
interpolación  tardía  efectuada  en  Rama.  Pero  se  olvidan  de 
que  esta  su  mal  intencionada  teoría  está  desmentida  en  todo 
momento  por  el  testimonio  unánime  de  todos  los  códices  y 
versiones  más  antiguas. 

Pedro, indiscutiblemente  es  pues,  el  fundamento  de 
esta  Iglesia  instituida  por  Cristo,  él  es  la  roca  que  da  es 
habilidad  al  reino  de  Dios  en  la  tierra.  En  efecto,  por  vo- 
luntad del  mismo  Jesucristo  esta  Iglesia  fue  instituida  a 
la  manera  de  una  sociedad  orgánica,  jerarquizada.  Una  socie 
dad  en  que  no  todos  sus  miembros  fueran  iguales  sino  en  que 
brillara,  sobresaliera  una  autoridad,  pues  es  sabido  que,  - 
aun  en  todas  las  instituciones  humanas  siempre  ha  existido 
.uña  cabeza,  una  autoridad,  ccmo  quiera  que  esta  es  el  funda 
mento  de  toda  asociación  libre  y bien  organizada. 

Toda  sociedad,  pues,  supone  necesariamente  una  au 
toridad,  esta  autoridad  en  nuestro  caso,  es  una  autoridad  - 
inmediata,  es  decir,  recibida  por  Pedro  y en  la  persona  de 
él  por  todos  los  Apóstoles  de  manos  del  mismo  Jesús,  Dios  y 
hombre,  y distinta  por  tanto  de  la  mediata  en  que  el  pueblo 
por  su  propia  voluntad  elige  sus  gobernantes  los  cuales, cía 
ro  está  ejercerán  esta  autoridad  pero  siempre  en  nombre  de 
Dios.  En  el  primer  caso  tenemos  una  sociedad  jerárquica, en 
el  segundo  una  sociedad  democrática.  Que  Cristo  se  propusie 
ra  instituir  una  sociedad  verdaderamente  jerárquica  es  una 

4 - 


FR.  IGNACIO  BURGOS  S. 

tesis  de  fe  que  .la  doy  por  probada  en  mi  estudio  por  pertene- 
cer más  bien  a la  dogmática  que  al  fin  que  me  propongo.  En  mi 
trabajo  por  tanto,  intensaré  únicamente  hacer  ver  la  existen- 
cia de  esta  jerarquía  y de  sus  diferentes  grados  a lo  largo 
de  todo  el  N.T.  Pero  antes  quier.o  hacer  incapíé  en  el  término 
"Iglesia"  que  tan  estrechamente  unido  está  a nuestro  tema. 

La  palabra  Iglesia,. . como  es  sabido,  es  de  origen  he 
lénico  y en  el  griego  clásico  designa  la  asamblea  o reunión  ~ 
de  individuos  libres  de  una  determinada  ciudad  o pueblo,  con 
el  objeto  de  deliberar  sobre  lo  que  respecta  a los  intereses 
ccmunes  de  los  asociados  (sentido  literal).  En  el  N.T.  y aún 
en  el  A.,  esta  expresión  es  empleada  por  los  autores  sagrados 
--para  designar  la  asamblea  de  los  santos,  de  los  cristianos, en 
una  palabra,  para  designar  la  reunión  del  pueblo  de  Dios  (Cf . 
Mt.16,18;  Act.9,31;  13,1;  Gal. 6, 16;  1 Cor. 15, 9;  Rom. 16, 16  y 
Eph.3,21;  Ps. 149,1;  Eccli.44,15) . 


-v  , Eá-te  concepto  de  Iglesia  envüelve  ya  un  sentido  ge- 
nérico, así  en  Act.9,31  el  conjunto  de .todos  los  fieles  se  de 
nomina  bajo  el  nombre  de  Iglesia;  ya  un  sentido  particular  co 
‘mo  vemos  allí  mismo  13,1  en  que  Lucas  aplica  este  mismo  térnT 
no  para  designar-la  comunidad  de  Antioquía. 

••  . , También  existen  Iglesias  domésticas,  o familiares 

. (Cf •'Ttor.16,19;  Col. 4, 15  y Filem. 1,2)  constituidas  por  un 
grupo  de  fieles  que  forman  como  la  familia  y la  "cliente la" ¿s 
una  misma  casa,  es  decir,  una  Iglesia  menor  dentro  de  la  Igle 
sia  más  grande.  En  cuanto  a los  miembros  de  la  Iglesia  son  a- 
pelados  indistintamente  con  los  nombres  de  santos,  hermanos  , 
fieles,  discípulos,  cristianos,  etc.  cono  se  puede  ver  a lo 
largo- de  todo  el  Nuevo  Testamento  especialmente  en  Act.,  Eph. 
, Col.,.  V.  il.,  Tim.,  Jac.,  etc. 

Pasemos  ahora  a nuestro»  objeto,  es  decir,  a hacer  - 
-.ver' la. diferencia  de  la  Jerarquía  con  sus  diferentes  grados 
- tal  como  te  encuentra  insinuada  en  los  • principales  lugares 

del  N.T.  y procurando  dar  cada  vez  el  sentido  que  la  tradi- 

ción y la  pericia  de  los  exégetas'  hán  descubierto  en  los  di- 

-5 


mm 


* ferentes  sitios  en  que  se  menciona  el  problema.  Sin  precisar 
¡j  el  sentido  jerárquico  qye  los  diferentes  términos,  con  que  es 
i’  designada  la  jerarquía  a todo  lo  largo  del  N.  T.  puedan  te- 
3j  ner  o no,  anotamos  aquí  como  dato  curioso  y a la  vez  intere- 
á sante,  que  la  palabra  l c*  x o o s ocurre  treinta  -veces 
' en  el  N.  T.j  la  palabra  ^rpftr^úifpos  sesenta  y cinco  y 
? el  término  f ^ínco^oj  cinco  veces  (2}. 

v No  me  parece  oportuno  repetir  aquí  el  pasaje  de  Mt. 

T6,17ss.  sobre  el  primado  de  Pedro  y acerca  del  cual  creo  ha 
ber  dado  una  solución  adecuóla.  Por  lo  demás,  en  los  Evange"^ 
listas  restantes,  a saber,  Meircos , Lucas  y Juán,  no  encontra 
\ mos  ningún  testimonio  que  interese  directamente  a nuestro  es 
tudio  a excepción  de  los  lugares  paralelos  al  pasaje  ya  cita 
do'  de  Mateo  en  que  aparece  Pedro  ccmo  cabeza  indiscutible  de 
la  Iglesia  naciente.  ' • 

I ' ' --V'  : \ ' 

El  Libro  de  los  Hechos.-  • 

En  los  Hechos  de  los  Após 
.(  toles  ocurren  con  más  o menos  frecuencia  los  términos  "pres- 
j bítero"  y "diácono".  Es  precisamente  aquí  donde  tiene  su  ori 
1 gen  la  orden  del  diaconado  como  aparece  claro  en  6,1-6. 

J El  término  diácono  no  sólo  tiene  en  este  caso  el  sentido  li- 

* teral  de  "servidor",  sino  también,  y quizás  más  generalmente 
fj  expresa  un  grado  jerárquico  que  los  constituía  ministros  (te 
£ los  Apóstoles  en  la  celebración  de  los  divinos  misterios  y 

sus  auxiliares  en  la  predicación  del  Evangelio.  Este  es  el 
común  sentir  de  la  Iglesia  y de  los  exégetas  católicos. 


En  14,23  aparece  la  palabra  "presbítero"  que  se  ha 
de  tomar  aquí  en  un  sentido  jerárquico  y no  en  su  sentido  li 
terar  de  "anciano",  como  quiera  que  el  verbo  griego  ¿ p o- 
To  cr  a v z g -s>  que  posteriormente  vino  a ser  el  termino  u 
1 sádo  para  expresar  la  ordenación  sagráda,  significa  aquí"con 

Í sagrar  y colocar  al  frente",  es  decir,  dar  la  doble  potestad 
de  orden  y de  jurisdicción.  Por  lo  cual  concluye  acertademen 
te  el  P.  Bover  que  los  aquí  llamados  presbíteros,  bien  pudie 
I'  ron  ser  obispos  (3).  Estos  presbíteros  ("obispos")  fueron  - 
i precisamente  los  colocados  por  Pablo  y Bernabé  al  frente  de 


FR.  IGNACIO  BURGOS  S. 


laa  comunidades , durante  su  primera  misión  em  Galacia.  Más 
adelante,  en  15,2.4.22;  16,4  encontramos 'de  nuevo  la  expre- 
sión "presbíteros"  que  comserva  aquí  su  sentido  literal  de 
anciano  y que  no  tiene  que  ver  nada  con  la  significación  de 
obispo  sino  que  más  bien  expresa  un  título  honorífico  come 
veremos  después . ■ — • 

nDesde  Mileto,  mandando  recado  a Efeso,  convocó  £ 
los  presbíteros  de  la  Igleáia"  (Act .20, 17 ) . "Mirad  por  vos- 
otros mismos  y por  toda  la  grey,  en  medio  de  la  cual  el  Es- 
píritu Santo  os  puro  por  obispos  para  pastorear  la  Iglesia 
de  Dios,  que  él  hizo  suya  con  su  propia  sangre"  (V.28).  Es- 
-te  es  un  texto  que  no  encierra  ninguna  ambigüedad  y,  por 
tanto,  su  sentido  es  obvio.  Los  aquí  llamados  presbíteros  , 
son  pues,  los  obispos  y pastores  de  la  Iglesia  y tienen  uní 
responsabilidad  para  con  la  comunidad,  resposabilidad  que  - 
Pablo  compara  a la  de  un  pastor  con  sus  ovejas. 

Para  Pablo,  el  episcopado  de  Efeso  es  una  funciór 
colectiva:  la  Iglesia  de  Efeso  ccmo  las  de  Glacia  está  go — 
beroada  por  sus  presbíteros.  En  21,18  encontramos  por  últi- 
ma vez  en  los  Hechos  la  expresión  presbíteros  que  conserva 
aquí  el  mismo  significado  que  ya  le  dimos  en  15,2.4.22  y 
16,4.  • ■ 

Pasemos  ahora  a examinar' la  cuestión  en  las  epís- 
tolas paulinas.  Seguiremos  aquí  en  cuanto  nos  sea  posible  - 
el  orden  cronológico  en  que  más  o menos  fueron  escritas  a- 
quellas  para  darnos  cuenta  mejor  de  la  .evolución  progresiva 
del  problema.  . 

Las  dos  epístolas  a los  Tesa'loni censes  .- 

En  la  I- 

glesia  de  Tesalónica,  que  era  la  segunda  ciudad  de  Europa  - 
que  Pablo  había  evangelizado  hacia  e-1  año  51  durante  su  se- 
gunda expedición  apostólica,  no  encontramos  los  términos 
precisos  para  designar  la  Jerarquía,  pero  no  obstante  exis- 
ten los  "jefes  "para  con  los  cuales  el  Apóstol  recomienda  si 


.■)!  u JW, 


mm 


LA  JERARQUIA  EN  EL  NUEVO  TESTAMENTO 


misión  y respeto.  "Os  rogamos,  hermanos,  que  reconozcáis  a 
los  que  trabajan  entre  vosotros,  a vuestros  "jefes"  que  os 
gobiernan  en  el  Señor  y os  instruyen,  y que  los  estiméis  en 
el  más  alto  grado  con  amor  a causa  de  su  obra"  (1  Thess.  5, 
12-13).  Estos  jefes  ( ñPQ  i cr  r <x  jULe.  \/o  l ) tan  encarecidamen- 
te recomendados  por  Pablo  á sus  fieles  de  Tesalónica  desem- 
peñan pues  un  oficio  pastoral.  Más  tarde, en  sus  epístolas  - 

pastorales  empleará  Pablo  este  mismo  término  para  designar 
el  gobierno  del  padre  de  familia  en  su  casa. 

Pasemos  ahora  a la  Iglesia  de  Corinto.- 

Cuando  Pa 

blo  escribe  su  primeracarta  a los.  Corintios,  en  momentos  - 
en  que  esta  Iglesia  estaba  agitada  por  divisiones,  no  ha- 
bla de  obispos,  presbíteros  ni  diáconos.  Pablo  habla  de"p£ 
áagogos  (l  Cor .4, 15),  de"prof etas" (11,4)  y también  de  su 
categoría  de  Apóstol  y de  Padre  ante  los  Corintios  (4,15). 
Con  todo,  en  las  recomendaciones  que  hace  al  final  de  su  e 
pistola  (l6,15ss.)  menciona  la  casa  de.  mi  tal  Estéfanas  q' 
el  califica  de  primicia  de  la  Acaya  y para  con  el  cual 
quiere  que  se  muestren  sumisos  como  quiera  que  está  consa- 
grado al  servicio  de  los  santos.  Los  comentaristas  no  es- 
tán de  acuerdo  sobre  el  carácter  de  este  personaje.  En  to- 
do caso  -dicen-  su  dignidad  parece  derivarse  de  su  condi  - 
ción  de  primicia,  es  decir,  de  convertido  insigne  y en  ca- 
lidad de  tal  ocupa  un  puesto  honorífico,  no  estrictamente 
pastoral.  Así  explican  este  pasaje,  no  desechando  empero  - 
la  posibilidad  de  que  el  pers onaje  aludido  represente  cier 
tamente  algún  carácter  pastoral  por  las  vivísimas  recomen- 
daciones que  hace  el  Apóstol  de  qu  e le  estén  sujetos  y le 
reconozcan  en  todo,  para  que  según  la  expresión  del  mismo 
San  Pablo  todas  las  cosas  se  hagan  en  caridad. 


La  epístola  a los  Romanos. - 

Esta  carta  nos  pre- 
senta también  un  testimonio  de  la  existencia  de  la  Jerar- 
quía cuando  compara  la  Iglesia  a un  cuerpo  en  que  todos 
los  miembros  no  tienen  la  misma  función  (12,4).  En  la  I- 


fK.  iUMblU  DUKüUú  S.. 


glesia  hay  apóstoles  y Pablo  es  uno  de  ellos;  pero  otros  han 
•recibido  del  Espíritu  Santo  otras  misiones  y así  éste  es 
profeta,  aquél  maestro  (o'irfoío'r  ctAos  ),  este  otro  es  jefe 
(íTPoarToiVí'/os),  el  de  más  allá  tiene  el  carisma  de  la 
compasión,  mas  a éste  le  ha  sido  dado  el  carisma  de  la  cari 
dad  y misericordia  para  con  los  necesitados,  y hay  también- 
quien  posee  el  de  la  consolación  (12,6-8).  San  Pablo,  pues, 
cano  dice  acertadamente  Eatiffol,  a quien  tantos  críticos  se 
agradan  de  presentar  como  un  adversario  de  la  Jerarquía,  es 
el  Apóstol  que  después  de  haber  podido  a los  Tesaloni censes 
la  sumisión  a sus  jefes,  reconoce  el  TrPo  l <t  t ot  u.  e \/o  s como 
un  ministro  de  la  Iglesia,  investido  de  su  misión  por”  el 
mismo  Espíritu  Santo  (4).  Ademas,  podríamos  añadir ' nosotros^ 
cómo  es  posible  calificar  a. Pablo  de  enemigo  de  la  Jerarquía 
cuando  leyendo  el  capítulo  13  de'  esta  misma  epístola,  palpa 
uno  los  sentimientos  del  Apóstol  hacia  toda  institue  ion  .-ha- 
cia toda  autoridad  sea  cualquiera  el  que  la  represente? 

Examinemos  a'  ora  las  epístolas  de  la  Cautividad. - 
En  su  carta  a los  Efesios  4,11-12  encontramos  en  siguiente 
pasaje:  "Y  él  (Cristo)  dió  a unos  ser  apóstoles;  a otros, 
profetas  y doctores  en  orden  a la  perfección  consumada  de 
los  santos  parala  obra  del  ministerio,  para  la  edificación 
del  cuerpo  místico, . .etc." 

Aquí  enumera  San  Pablo  cuatro  categorías  de  minis 
tros  de  los  cuales  los  así  llamados  "pastores  y doctores"  - 
son  precisamente  los  obispos,  cuya  misión  en  la  Iglesia  es 
gobernar  y enseñar.  Es  este,  pues,  otro  de  los  textos  que 
podemos  aducir  como  testimonio  de  la  existencia  de  la  jerar 
quia  en  e 1 N.T.  En  cuanto  a la  expresión  evangelista  que  en 
contramos  aquí ,Batiff ol  dice  ser  sinónima  de  apóstol  (Gal.l, 
8)  y añade  que  no  se  encuentra  más  que  dos  o tres  veces  en 
el  N.T.,  a saber,  en  Act.21,8  y 2 Tim.4,5  (5). 

Epístola  a los  Colosenses .- 

Aquí  Pablo  no  habla 
ni  de  presbíteros  ni  de  obispos;  Pablo  habla  de  "pastores"( 
Y7  O i juz  i/u  s ),  los  cuales  son  al  mismo  tiempo  instructo— 

- 9 


I LA  JERARQUIA  EN  EL  NUEVO  TESTAMENTO 

i 

i filis  ( ¿A  c/oicrx  u s ).  Pastores  que  son  evidentemente  los 
l "presbíteros -obispos n que  hemos  ene  entrado' en  las  Iglesias  - 
del  Asia. 

Filipenses ' 

Esta  epístola  permite  establecer  con 
más  o menos  precisión  que  la  jerarquía  es  ya  en  Filipos  una 
| jerarquía  de  dos  términos,  a saber,  los  obispos  y los  diáco- 
f nos.  Fijémonos  si  no  cómo  introduce  Pablo  su  carta:  "Pablo  y 
t Timoteo,  esclavos  de  Cristo  Jesús,  a todos  los  santos  en€Fiis 
to  Jesús  que  se  hallan  en  Filipos  con  los  obispos  y diáconos0 
.i  (1,1).  Constituye,  pues,  esta  epístola  un  nuevo  testimonio  de 
i lo  que  pretendemos  demostrar. 

,j  : ' M stolas  Pastorales 

— . _ Es  curioso  que  en  estas  e- 

pístolas  no  se  mencione  casi  para  nada  la  palabra  "Iglesia"; 

. con  todo,  vemos  que  aauí  cano  casi  en  ninguna  otra  parte  del 
N.  T.  se  habla  de  la  jerarquía  y de  los  deberes  inherentes  a 
i Tos -diversos  grados  de  ésta. 

,*  . . 

Para  Pablo,  estas  epístolas  son  una  ocasión  admira 
hle  de  desahogar  su  corazón.  Los  tiempos  se  presentan  malos, 
i El  Apóstol  parece  decepcionado.  Habla  de  su  defensa  y de 
; Dios,  justo  juez,  que  él  opone  al -león  devorador  (Cf.  2 Tim. 

A,6-17).  Pablo  se  siente  cansado,  amargad o'^~  casi  desolado, pe 
. i*q  esa  desolación  y amargura  tienen  para  él,  al  igual  qT  pa- 
ra su  Maestro  cuando  sudando  gotas  de  sangre  en  el  Huerto  y 
cuando  maldecido  y hecho  el  escarnio  del  pueblo,  gemía  aban- 
¡ donado  dé  los  suyos  colgado  del  patíbulo,  tienen  para  él  re- 
pito, una  honda  suavidad,  una  especie  de  satisfacción  muy  ín 
tima,  al  recordar  que  toda  su  vida,  todas  sus  .energías  ' las 
i ha  gastado  en  Cristo  y por  Cristo;  y al  ver  que  así  como  pa- 
) ra  Cristo,  Juán,  el  discípulo- amado,  le  fue  fiel  en  su  aban- 
j dono,  así  Timoteo  es -ahora  para  él  un  amigo  sincero,  un  cola 
i borador  abnegado,  en  una  palabra,  un  consuelo  en  su  soledad. 
Por  esto,  Pablo,  intuyendo  maravillosamente  las  perse cusió  - 
nes  aque  estarían  sujetos  los  que  quisieran  vivir  piadosamen 
te  en  el  Señor  Jesús,  advierte  amigablemente  a Timoteo,  las" 

10  - • . 


FR.  IGNACIO  BURGOS  S. 


luchas  que  ha  de  sostener  y lo.  amonesta  para  que  no  desfa- 
llezca. • • ' , • ...  * 

Timoteo,  y Tito  son  pues,  en  las . epístolas  pastora 
les,  los- depositarios,  pudiéramos  decir,  del  testamento  de" 
Pablo;  sus  lugartenientes  en  la  magna  empresa.de  la  conver. - 
si6ri.de  los  gentiles,  ellos  habrán  de  ser.  los  pastores  que 
han  de  "heredarle  más  de  cerca  en  el  cuidado  del  rebaño.  De 
aquí  que  señale  a Timoteo  la  manera  como  ha  de  luchar  para 
defender  y mantener  unido  el  rebaño  de  (Cristo.  Per'-  la  pala 
bra  y la  ostensión  de  la  verdad  será  llevada,  a cabo  la  obra 
que  Pablo  encomienda  a su  discípulo:  "Vela  -le  dice-,  . vela- 
sobre  tí  en  todo,  haz  el  deber  de  * evangelista* cumple  tu 
ministerio...  Procura;  reavivar  la  gracia  de  Dios,  que  - está 
7 en  tí  por  la  imposición  de  mis  manos;  no  te  avergüences.-  de 
mí;  comparte  mis  padecimientos  por  la  causa  del  Evangelio  - 
para  cuya  predicación  yo  fui  constituido  heraldo  y Apóstol 
y maestro  de  los  gentiles"(2  Tim.  1,6.8.11). 

Timoteo  no  posee  en  verdad  el  carisma  del  aposto- 
lado, pero  él  es  seguramente  "maestro"  y-  estas  epístolas  sen 
como  se  deja  ver  a través  de  su  contexto,  un  "verdadero  ma- 
nual del  'VtífoíVxt(/i05  ” que  sabe  dispensar  lealmente 
la  palabra  de  lá  verdad. 

Con  todo,  estos  versículos  -dice  Batiffol-  no  son 
una  expresión  que  testimonie  que  los  fieles  f ornen  una  aso- 
ciación o que  sean  gobernados  por  una  jerarquía:  Pablo,  ha- 
bla con  palabras  oscuras  o al  menos  de  doble  sentido;  más 
aún,  él, ni  siquiera  con  palabras  oscuras  habla  de  presbíte- 
ros y obispos  y,  la  palabra  diácono  es  tonada  por  él  en  su 
sentido  más  literal  (2  Tim.  1,18;  4, 5. 11). (6)  En  conclusión 
para  Batiffol^  la  función,  que  sólo  él  tiene  en  cuenta  es  la 
instrucción,  la  " cí  t (fot  <T  X.  & ¿ í oc  " . Pero  acaso,  no  pudi£ 
ramos  decir  que  la  d c d <x  CT  x.  ot  A i ex  es  en  verdad  una  cua- 
lidad indispensable  en  el  pastor?  Las  dudas  son  luégo  disi- 
padas y Batiffol  así  lo  reconoce  al  escribir:  "En  la  1 Timo 
teo,  el  maestro  que  campea  en  la  2 se  disipa  de  repente. Los 
tiempos  son  mejores,  se  goza  de  tranquilidad.  Los  término  se 

-11 


WIIWW! 


—5= 


LA  JERARQUIA  EN  ÉL  NUEVO  TESTAMENTO 


V 


esclarecen  también.  La  palabra  "Iglesia”  es  pronunciada  y se 
tema  en  el  sentido  de  colegio,  asociación  (l  Tim.  '5,16).  Apa 
rece  el,  presbiterado.  La  palabra  'diácono',  en  un  sentido  no 
literal  sino  jerárquico,  aparece  y prevalece.  Además,  la  e- 
pístola  enumera  las  cualidades  que  debe  tener  el  diácono  (3, 
8-13).  Por  el  capítulo  6 se  da  a entender  que  la  comunidad  - 
consta  de  esclavos,  pobres,  ricos,  etc.  En  el  empleo  del  tér 
mino  J7  O £ T ,3  u T ¿ p o í.  se  traduce  cierta  indecisión  por  el 
hecho  de  que  ora  es  tañado  en  el  sentido  literal  de  anciano, 
ora  en  el  sentido  jerárquico  de  presbítero:  la  1 Tim.  haila 
en  realidad  de  los  Tí'p  € To  ú I o i y de  las  nP<Z  cr  ¿3  u - 
jíjocu  , así  como  de  los  jovenes  ’ \/£  có  T ¿ ’ y de  las  jó 

venes'  v€u>7£,oc*l  ' (5,1-2),  al  mismo  tiempo  que  hablatam 

bien  del  presbiterado  como  de  un  colegio  orgánico  (4,14.)"  (7"J. 
En  efecto,  más  adelante,  5,17.  encontramos  el  término  presbí- 
tero en  este  último  sentido:  "Que  los  presbíteros  que  gobie r 
nan  bien, sean  considerados  dignos  de  doblado  honor,  mayormen 
ce  los  que  se  afanan  en  la  palbra  y en  la  enseñanza". 

Un  cargo,'  en  fin,  puede  agregarse  a la  efe  d c*  <T  xQí 


- X¿\ 


er  , un  cargo  riué  Pablo  califica  con  el  nombre  de  'epis- 


copado’ : "Si  alguno  aspira  al  episcopado,  excelente  función 
desea.  Es,  pues,  necesario  que  el  obispo  sea  irreprensible . . 
(3,1-7). 

Esta  epístola  -dice  Batiffol-  es  el  manual  de  'la 
administración  temporal  de  la  Iglesia  y^en^ella  el  / obispo  es 
presentado  como  el  £ x < /I -'O  vT  l & 5 0-  ??  u £ /7  lix£Á  w vT£Tc<t;  la 
2 en  cambio,  es  e 1 manual  de  la  instrucción  o 

La  epístola  a. Tito. - 

Es  idéntica  en  el  tono  y en 
su  contenido  a -la  1 Tim.  Tito  había,  sido  encargado  por  Pablo 
de  colocar  presbíteros- en  cada  una  de  las  ciudades  de  Cretay 
con  este  objeto  habís"  sido  dejado  allí  por  el  Apóstol . (1,5) , 
muy  probablemente  después  de  su  tercer  viaje  apostólico.  A- 
llí,'.  cada  villa  tenía  una  Iglesia  y en  cada  Iglesia  había 
presbíteros  . Tito  senos  presenta  aquí  cono  un  c/udoíü'Jtc^/los 
(2,1).  En  1,7-9  aparecen  tambi 'en  las  cualidades  del  obispo, 

12  - 


FR.  IGNACIO  BURGOS  S. 


el  cual  ante  todo,  debe  ser  un  cristiano  desinteresado  del 
dinero,  hospitalario,  capaz  deenseñar  y si  es  el  caso, de  sa 
lir  al  encuentro  de  los  que  perjudican  la  sana  doctrina.  ET 
obispo  aquí  es  cano  en  el  1 Tim.  el  administrador  o ecónomo 
de  la  casa  de  Dios.  Por  último,  es  digno  de  notar  en  esta  e 
pistola  como  en  las  dos  a Timoteo  y en  muchas  otras  de  Pa~ 
blo,  el  interés  que  demuestra  el  Apóstol  por  una  cualidad  q* 
bien  pudiéramos  calificar  de  esencialísima  en  el  episcopado, 
a saber,  la  adhesión  a la  doctrina  recibida.,  es  decir, a la 
tradición  apostólica.  Cualidad  que  tanto  Pablo  como  luego  - 
todos  los  Padres  de  la  Iglesia  han  sabido  aprecia"  en  su  jué 
to  valor,  como  quiera  que  los  obispos  son  los  maestros ,ins~ 
tituídos  por  Cristo,  de  la  palabra  divina;  ellos  son  los  es 
lábones  principales  de  la  larga  e ininterrumpida  cadena  que 
llamamos  Tradición  Apostólica. 

Epístola  a los  Hebreos. - 

Esta  epístola  cono  es  sa- 
bido, es  la  exaltación  de  Cristo  cano  Sacerdote  sumo,  Pontí 
fice  supremo  y Víctima  ofrecida  en  propiciación  por  nuestro 
pecados. 

En  5,1.4ss.  encontramos  más  bien  una  considera  -- 
ción  de  carácter  teológico-pastoral  en  que  Cristo  es  presen 
tado  cano  el  Pontífice  modelo,  que  una  contribución  propia- 
mente tal  al  tema  de  que  nos  ocupamos.  La  palabra  rsu- 

Xtjáo*L  que  leemos  en  11,2  no  parece  tener  un  sentido 
jerárquico  y designa  por  tanto  a los  ancianos  literalmente. 
Sin  embargo,  más  adelante  13,7,  Pablo  emplea  un  término  muy 
expresivo,  a saber,  S7  y o ó /J-&  v o ¿ (guías)  cuando  dice: 
"Acordáos  de  vuestros  "'gulas’,  los  cuáles  os  hablaron  la  pa 
labra  de  Dios..."  Estos  guías  desempeñan  el  ministerio  de 
la  palabra,  san  los  orientadores  de  los  fieles,  los  c/c^T- 
— tantas  - veces  mencionados.  Para  con  e.l.los  reco- 

mienda el  Apóstol  la  sumisión  y el  respeto:  "Obedeced  avues 
tros  guías  y mostradles  sumisión;  ellos  velan  sobre  vuestras 
almas  como  guardianes  que  deben  dar  razón  de  su  cargo"  (13, 
17).  De  donde  Batiffol  y con  él  muchos  otros  exégetas,  con- 
cluyen muy  lógicamente  que  estos  yi  yO<~>/ju.£  v o l desern- 


LA  JERARQUIA  EN  EL-  NUEVO  TESTAMENTO 


peñan  el  minis  te  rio  "del  episcopado  (9). 

Epístolas  católicas.-  i. 

"•  • • . Santiago :en  la  epístola  de 
Santiago  5,14  leemos;  "Está  alguno  enfermo  entre  vosotros? 
Mande  llamar  a los 'presbíteros f de  la  Iglesia,  y ellcs  oren 
sobre  él,  ungiéndole  con  óleo  en  el  nombro  dél.Seíior" . 

.....  De  aquí  podemos  deducir  que  las  comunidados  de 
los  cristianos  forman  cada  una  una  Iglesia  y que  cada  Igle- 
sia tiene  sus  presbíteros,  i’ste  término  está  aquí  temado  en 
sentido  jerárquico  y al  mismo  tiempo  que  representa  una  dig. 
nidad,  envuelvé  también  la  idea  de  un  carisma  según  el  sen- 
tir de  los  exégetas  católicos . 

En  3,1,  Santiago  dá  categoría  a los  ¿ c cfota'  *c*.  A o i 
y contándose  él  mismo  en  el  número  de  ellos,  amonesta  a sus 
destinatarios  para  que  no  ambicionen  esta  dignidad  que  tan 
grandes  responsabilidades  entraña.  Tiene,  pues,  sin  duda  es 
ta  expresión  un  sentido  jerárquico. 

Epístola  1 de  San  Pedro. - 

En  esta  carta  encontra- 
mos un  nuevo  testimonio  del  intento  que  pretendemos  en  núes 
tro  estudio.  En  5,lss.  el  autor  reivindica,  o mejor,  hace 
valer  su  título  de  presbítero  (hé  aquí  un  caso  en  que  la  pa 
labra  presbítero  equivale  ciertamente  a obispo)  y dirigién- 
dose a los  cristianos  que  son  presbíteros  como  él,  los  amo- 
nesta con  estas  palabras  ; "A  los  presbíteros,  pues,  de  en- 
tre vosotros  exhorto  yo,,  presbítero  también  y testigo  de 
los  padecimientos  de  Cristo,  participante , además , de  la  glo 
ria  que  va  a manifestarse;  apacentad  la  grey  de  Dios  que  es 
tá  en. vosotros,  gobernando  no  por  fuerza  sino  de  grado  se- 
gún Dios..."  Con  las  cuales  palabras  les  recuerda  que  su  de 
tiér  es  de  ser  pastores  del  rebaño  de  Dios  y que  como  tales 
deben  alejar  de  sí  propios  el  deseo  de  torpes  ganancias  y 
lá  vanidad  en  el  desempeño  de  sus  funciones,  gobernando  con 
mansedumbre  la  grey  que  les  ha  sido  encomendada  y conformán 
dose  en  todolal  ."Pastor  supremo",  ésto  es,  a Cristo  a quien 


14  - 


FR.  IGNACIO  BURGOS  S 


él  llama  el  Pastor  y el  Obispo  de  las  almas.  Esta  epístolaj 
cano  hemos  podido  observar  en  los  textos  ya  citados,  testi- 
monia además  como  el  discurso  de  Mileto  el  ejercicio  del  e- 
piscopado  por  una  pluralidad  de  presbíteros. 

2 y 5 de  Juan 

En  la  salutación  epistolar  de  es- 
tas dos  cartas  encontramos  la  expresión  "presbítero"  que 
también  aquí  posee  un  sentido  jerárquico  ya  que  es  el  mismo 
Juan  quien  se  titule  de  esta  manera.  Es  pues,  este  un  nuevo 
testimonio  de  que  el  término  dicho  era  tomado  en  ese  enton- 
ces como  sinónimo  de  obispo,  por  no  existir  quizá  todavía  u 
na  terminología  precisa  para  designar  los  distintos  órdenes- 
jerárquicos.  Por  tanto,  bajo  este  aspecto  estas  dos  cartas, 
de  Juan  constituyen  una  nueva  prueba  a favor  de  nuestra  de- 
mostración. 

Vengamos  por  último  al  Apocalipsis .- 

En  este  li- 
bro, es  preciso  reconocer,  no  ocurren  para  nada  los  termines 
con  que  solían  designarse  en  ese  entonces  los  diversos  gra- 
dos jerárquicos;  sin  embargo,  algunos  autores  tales  como  el 
P.  Bover  y J.  Renié  han  creido  ver  en  las  cartas  a las  sie- 
te iglesias  del  Asia  (1,9.  3,22)  un  testimonio  de  la  exis  — 
temeia  de  la  jerarquía  eclesiástica.  En  efecto,  el  P.  Bover 
por  su  parte  y con  muy  buen  sentido  de  la  exégesis  por  cier 
to  afirma,  que  los  ángeles  de  cada  iglesia  son  precisamente 
los  obispos  en  cuanto  gobiernan  y representan  a su  respecti 
vos  rebaños.  Y advierte,  además,  para  confirmación  de  su  in 
te rp retaca. ón.  que  muchas  de  las  cosas  que  en  las  cartas  se 
dice  .de.  .ellos  no  pueden  aplicarse  a los  que  comunmente  en — 
tendemos  y entiende  la  teología  bajo  el  mismo  nombre  de  án- 
geles. Por  aquí  también  podemos  damos  cuenta  -dice  Bover- 
de  la  complejidad  del  signo  apocalíptico  (10). 

Con  ésto,creo  haber  puesto  de  manifiesto  más  o me 
nos,  que  por  los  libros  del  N.T.  se  puede  atestiguar  la  exis 
tencia  de  una  jerarquía  eclesiástica. 

Ahora  quiero  terminar  mi  cometido  poniendo  de  re- 


? 


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LA  JERARCA  EN  EL  mEV0  TESTAMENTO 

liev©  con  Ormino  más  precisos  algunos  detalles  de  este  estu 
dio  Como  7a  nos  habremos  podido  dar  cuenta  a través  de  las 
líneas  que  preceden,  las  epístolas  paulinas  no  hacen  más  que 
indicar  el  estado  primitivo  de  la  jerarquía,  el  cual  ya  lo 
vemos  mejo."  organizado  en  la  Didachó  y casi  perfeccionado  en 
las  cartas  de  Ignacio,  Pero  por  el  hecho-de  que--en  el  N.T.no 
se  encuentra  una  nomenclatura  precisa  para  designar  los  dis- 
tintos oficios  jerárquicos,  no  se  puede  deducir  de  aquí  como 
hacen  alg>r:0S  críticos  mal  intencionados  que  no  existieran  - 
los  diferentes  grados  de  la  jerarquía,  tales  como  el  episco- 
pado y el  diaconado;  pues  los  Apóstoles  fueron  en  realidad  - 
castores  V obispos  y como  tales  tuvieron  sus  sucesores;  lo 
mismo  pudiéramos  decir  de  los  diáconos,  cuya  institución  can 
ta  como  ya  dejamos  asentado  en  Act.'6,l-7. 

til  R.P,  de  Smed,  juzga  que  los  términos  "prebíte-- 
ros”  y "oblsp03"  pueden  ser  tenidos  por  sinónimos  al  menos 
en  el  lenguaje  deí  N.T.  cuando  ellos  se  expresan  con  sentido 
jerárquico,  Y !ue  el  término  judío  de  "presbítero"  correspon 
-de  muy  bien  al  término  griego  de  "obispo":  el  primero,  no  ob 
stante  má?i  bien  honorífico,  el -segundo,  al  contrario  con  un 
sentido  mán  bien  administrativo.  El  término  presbítero  podría 
aplicarse  a todos  aquellos  que  están  asociadoa  a la  direcci- 
ón de  las  Iglesias  y viene  a ser  como  un  título  honorario  de 
bienhechor,  uña  especie  de  -primicia,  es  decir,  de  convertido 
insigne:  o L obispo,  en  cambio,  supone  un  poder  personal  de 
juris  di  ce  í l>n  • 

Los  obispos  eran  los  ~ p £ V ¡3  ú I £ pOt  /70  O * 
-iVlouLtVOU  Per0  podrían  existir”ótros 
- qué  ” ño  ” tu  vi*1  r an  esta  cualidad. 

Las  Iglesias  tenían  a su  cabeza  un  jefe  único,  o 
estaban  regidas  por  un  colegio  de  presbíteros  iguales?  No tie 
ne  nada  do  Imposible  el  hecho  de  que  el . episcopado  no  hubie- 
ra tomado  ttu  forma  definitiva  sino  después  del  tiempo  de  los 
Apóstoles:  mientras  éstos  vivieron,  pudieron  guardar  entre 
sus  manos  «1  gobierno  de  las  Iglesias,  haciéndose  suplir  por 


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16_- 


FR.  IGNACIO  BURGOS  3. 


simples  presbíteros  (ll).  De  lo  cual  podemos  colegir  que, el 
Padre  de  Smed,  apoyándose  en  lo  que  los  Actos  nos  dicen  de 
Santiago  y de  la  Comunidad  de  Jerusalen,  cree  en  la  monar — 
quía  episcopal  original. 

Claro  es  que  como  ya  lo  hemos  dicho,  la  terminólo 
gía  primitiva  no  es  rigurosa  y las  instituciones  definiti — 
vas  han  podido  s£*r  preparadas  por  instituciones  transitori- 
as, a la  manera  de  un  edificio  por  sus  andamiajes.  Por  don- 
de se  ve  no  ser  tan  imposible,  como  parece  a algunos  críti- 
cos modernos,  la  asentación  del  principio  tradicional  de  qT 
la  jerarquía  siempre  ha  existido  en  la  Iglesia  Católica  fun 
dada. por  Cristo,  desde  los  orígenes  de  su  formación  y exis- 
tencia concreta  en  el  mundo. 


Así  pues,  apóstoles,  profetas,  etc.  son  las  expre 
siones  primitivas  de  jerarquía  de  la  Iglesia  en  su  estado  - 
de  misión  , de  propagación;  luego  aparece  la  jerarquía  no 
ya  misionera  e itinerante  sino  local,  estable, .la  jerarquía 
de  las  Iglesias  con  existencia  individual  y orgcni zadas .Por 
eso  vemos  que  la  Prima  Clementis  (a. 95)  habla. ya  de  obispos' 
y diáconos  instituidos  por  los  Apóstoles  y la  Didache  de  c- 
bispos  y diáconos  elegidos  por  la  Comunidad. 


S1S  • Siguiendo  a Batiffol,  diremos  con  él 

que  muy  bien  se  podría  concebir  la  organización  primitiva  - 

de  las  Iglesias,  del  siguiente  modo:  N , , _ 

& ° a)  tomando  como  fun  10 

nes  preparatorias  (misioneras),  el  apostolado,  los  profetas 

y la  d ’v.  d s*  i*  ot  A C o-  ; , \ . . * 

0 b)  en  segundo  termino, 

un  orden  local, puramente  honorífico  y que  no  confería  sino 

una  notabilidad  de  hecho,  el  presbiterado; 

c)  una  función  liturgi 


ca  y social,  el  diaconado;  ,\  « . > . 

j > d)  una  función  liturgi_ 

ca,  social  y de  predicación,  el  episcopado;  episcopado  que 

como  el  diaconado  es  plural,  colectivo;  y 

f)  finalmente,  el  epis_ 

copado  plural  desaparece  con  la  muerte  de  los  Apóstoles  y 

- 17 


LA  JERARQUIA  EN  EL  NUEVO  TESTAMENTO 


so  desmembra  para  dar  nacimienta  al  episcopado  unitario  <?.rl 
obispo  y al  sacerdocio  subordinado  de  los  simples  sacerdo-- 
tes  (12) . 


I 

i 


NOTAS 


I (l)  - BOVER  J.M.,  El  Evangelio  de  San  Mateo,  Barcelona  1946, 

330-331. 

(2)  - Cf.  MOULTON-GEDEN,  A Concordance  to  the  Greek  Tésta- 

me nt  3 , Edimburgh  1950. 

(3)  - Cf . BOVER  J.M.,  Nuevo  Testamento  3 (in  Act.14,23),  Ma 

¡ drid  1956 > 426. 

: (4)  - Cf.  BATIFFOL  P.,  Etudes  D'Histoire  et  de  Theologie  Po 

• sitive  (La  Hierarchie  Primitive)  6, 

Paris  1919,  241. 


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(5)  - Ib. , 233,  Nota  I.  ' 

(6)  - Cf . o.c.,  244.  • • ■'  - - 

(7)  - Ib.,  244-245. 

(8)  - Cf.  o.c. ,246. 

(9)  - O.c. , 247. 

(10)  - BOVER,  Nuevo  Testamento  (in  Apc.1,20),  884 

(11)  - Cf.  DE  SMEDT,  L* Organi sati on  des  Eglises  Chrétiennes 

Jusqu'au  Mil:  ~.i  du  Ille  Si e ele.  ( Con- 
gres Scient,  Inter,  ¿as  Catholiques  de 
1888,  2,  297ss  . ) . 

(12)  - BATIFFOL,  o.c.,  266. 


JN/ocidn  de  d)¡os 


en 

{Platón 

t.  ' ' 


Fray  Rigoberto  Castrillón  R. 

Aunque  la  finalidad  primordial  del  presente  artícu 
lo,  versa  sobre  la  noción  o concepción  platónica  de  Dios,  he 
juzgado  conveniente  antes  de  desarrollar  la  propia  conceoci- 
ón  metafisi ca,  trazar  en  líneas  generales  los  datos  concer — 
nienates  a la  mitología  y religión  anteriores  y contemporáne- 
os del  gran  pensador,  lo  mismo  que  las  nociones  de  los  prin- 
cipales filósofos  hasta  Sócrates  y unos  brevísimos  datos  bio 
gráficos;  ya  que  no  parece  correcto  querer  comprender  el 
auténtico  pensamiento  de  un  autor,  desvinculándolo  de  la  tra 
dición  anterior  y del  ambiente  cultural  que  le  rodean  y que 
necesariamente  tienen  que  ejercer  influjo  en  su  mentalidad. 

Por  eso  he  dividido  el  presente  trabajo  en  los  cua- 
tro puntos  que  a continuación  expresaré,  colocando  en  la  par 
te  final  las  conclusiones,  que  sin  tener  un  carácter  absolu- 
to, pretenden  sólo  suscitar  una  inquietud  más  en  todos  aque- 
llos que  con  esmero  se  dedican  a la  más  noble  de  las  profe- 
siones, cual  es  la  del  pensamiento  humano,  en  la  multiplici- 
dad de  aspectos  con  que  se  nos  manifiesta  en  ese  depósito  si 
empre  antiguo  y siempre  nuevo  de  las  obras  de  los  grandes  - 
pensadores  de  la  humanidad,  entro  los  cuales  ocupa  indis cuti 

- 19 


. .1- 


i 


NOCION  DE  DIOS  EN  PLATON 

blemente  Platon  uno  de  los  primeros  puestos . 

X-)  Mitología  y Religión 

2- )  Nociones  en  los  filósofos  hasta  Sócrates 

3- )  Metafísica  y Teodicea  en  Platón 

4- )  Conclusiones. 

X-)  Mitología  y Religión 

Toda  evolución  dt  1 pensamiento  humano,  pasa  por 
tres  estados  fundamentales,  que  dan  el  índice  de  mayor  o me» 
nos  solidez  en  su  manifestación  temporal,  siendo  ellos  al  de 
cir  de  José  Vasconcelos  (l)  "el  pensamiento  poético,  el  pen- 
samiento filosófico  y el  pensamiento  religioso".  Son  precisa 
mente  dichos  estados  los  que  se  observan  fácilmente  en  el  de 
sarrollo  del  pensamiento  helénico,  desde  la  primera  civiliza 
ción,  consignada  primero  por  sus  poetas  como  Homero  y Hesio- 
do, segundo  por  las  primeras  cosmologías  de  los  Jónicos  y Pi 
tagóricos,  ji  finalmente  por  el  más  alto  representante  del  pen 
samiento  griego.  Platón,  en  donde  aparece  como  el  alma  reli- 
giosa que  llega  a esa  intuición  directa  de  la  divinidad. 

Fijando  la  atención  en  la  civilización  prehelénica, 
se  acepta  el  hecho  de  que  ya  en  la  Greciade  los  tiempos  Hom£ 
ricos  existía  una  civilización  Minue  na  y Miceánica  de  unos 
dos  mil  años  antes  de  Cristo  (2),  que  influiría  necesariamen 
te  en  las  generaciones  posteriores.  Esta  religión  tuvo  el  in 
flujo  de  la  religión  indo-europea,  teniendo  allí  origen,  la 
.palabra  "Dios"  y el  adjetivo  "divino"  que  se  encuentra  tam- 
bién en  Sánscrito,  lithuaniano,  antiguo  prusiano  e islandés, 
francés,  antiguo  irlandés,  latín  y griego  (3),  con  el  signi- 
ficado dé  "brillante"  y de  día  luminoso  con  carácter  divino, 
que  designaban  con  el  nombre  de  ^eus  (4)  los  Cretenses,  el 
cual  daba  la  fertilidad  con  la  lluvia  y el  trueno.  Este,  se 
confunde  con  el  dios  olímpico  indo-europeo  del  cielo  y del  - 
rayo,  que  toma  Homero  por  el  padre  de  los  dioses  y de  los  hcm 
bres . Es,  pues,  el  dios  por  excelencia  del  helenismo,  al  que 
tanto  el  culto  como  la  poesía  exsaltaron  al  grado  supremo. Si 
endo  maestro  del  cielo  habitaba  en  el  éter  debajo  de  las  nu- 


FR.  RIGOBERTO  CASTRI LLGN  R 


bes;  protegía  los  nacimientos,  la  familia,  los  ciudadanos  ; 
era  el  dios  de  la  amistad,  de  la  hospitalidad,  de  las  armas 
y de  los  triunfos,  el  dios  purificador  y vengador,'  todopode 
roso  y sabio,  conocedor  del  porvenir  que  expresaba  por  lo7 
oráculos. 

Este  dios  como  todos  los  dioses  que  anota  y multi 
plica  Homero  en  su  Ilíada  y Odisea,  tuvo  origen  o padre  (5*J 
ha  crecido  y llegado  al  poder  por  la  violencia;  sus  herma — 
nos  (6)  y hermanas-  son  los  dieses  ancianos  y todos  los  de  — 
más  que  originaron  la  mitología  en  los  griegos, una  de  las 
más  ricas  y variadas,  y a la  vez  más  brillantes  y luminosas 
que  se  conocen,  y que  no  es  más  que  ]a  resultante  de  una  i- 
maginación  exuberante  y variada  que  dejaron  consignada  sus 
poetas.  Así,  pues,  la  esposa  de  Zeus  era  Here ; hija  de  Cro- 
nos y de  Rea.  Su  hija  favorita  es  Atenea  y a la  vez  su  hije 
es  Apolo,  que  tenía  su  principal  oráculo  en  Delfos.  Seguían 
un  sinnúmero  de  dioses,  de  los  cuales  los  primarios  eran:Ar 
temis,  Astartes,  la  Sibila,  Ares  el  de  la  guerra.  Kermes  de 
las  tempestades  y de  la  fecundidad,  Deméter,  Kore,  Dionisos, 
Poseidón,  etc.  Entre  los  secundarios  además  del  dios  Pan, de 
Sátiros  y las  Horas  estaban  las  Ninfas,  las  Furias,  las  Ve- 
reida?  y las  tres  mil  Oceánidas . Entre  los  dioses  protecto- 
res de  la  vegetación  estaban  Phytias,  Pandrosos,  Erecte  o,  - 
Triptolemo  y Maléatos ; finalmente  entre  los  protectores  de 
la  salud  o de  la  vida  humana  estaban  Bros  el  hijo  de  Afrodi_ 
ta.  Lecho  y Corotrafos,  etc. 

En  cuanto  a la  religión,  se  puede  decir  que  en  un 
principio  el  culto  helénico  se  dirigió  primero  a las  piedras 
o ídolos  con  tendencia  fetichista.  Veneraron  luego  los  ár — 
boles  como  seres  sagrados  donde  posaban  los  dioses;  así  Ze- 
us en  una  encina;  Atenea  en  un  olivo,  y Apolo  en  un  laurel, 
tal  acontecía  en  Creta.  También  las  serpientes  y otros  ani- 
males tuvieron  un  culto  especial,  quizá  por  influjo  egipcio 
y -así  aparecen  en  Deméter,  en  la  Medusa,  ambas  asociadas  al 
culto  de  Asclepios,  como  dioses  con  serpientes;  al  igual  qf 
el  águila  de  Zeus,  la  paloma  dé  Afrodita  y la  lechuza  de  A- 
tenea,  etc.  Estos  animales  dieron  origen  más  tarde  a una 

- 21 

’ " I, II  W IIWWH'  n IM I «VI lAgglWWiMJ»' •>  m^»1  «“H - 


NOCION  DE  DIOS  EN  PLATON 


multitud  de  seres  mixtos,  unos  con  cabeza  de  animal  sobre  - 
un  cuerpo  humano,  y otros  con  brazos  y piernas  de  animal, cu 
ya  misión  princioal  era  servir  de  intermediarios  ante  los 
dioses  siendo  a la  vez  enemigos  del  hombre,  tal  como  apare- 
ce en  el  Minotauro  que  tenía  figura  humana  pero  cabeza  de  - 
toro. 

Homero  hace  notar  la  creencia  en  la  vida  futura  ; 
representaba  el  alma  como  un  principio  material,  un  aire  su 
til,  unida  a un  cuerpo  hasta  la  muerte,  la  cual  conservaba 
después  de  la  muerte  la  forma  o imagen  del  difunto  pero  pá- 
.lida  e insensible  a los  vivientes,  creyendo,  pues,  en  la  su 
pervivencia  de  los  muertos  a los  cuales  sacrificaban  cauti- 
vos y esclavos,  como  Aquileo  que  sacrificó  doce  troyanos  en 
la  tumba  de  Patroclo  (7). 

La  importancia  de  Hesiodo  está  cifrada,  en  sus  o- 
bras  poéticas  de  carácter  religioso,  didáctico  y moral  "los 
trabajos  y los  días”,  y en  la  ."Teogonia”  „ Esta  última  versa 
sobre  una  confesión  religiosa  en  un  himno  a Zeus  y a las  mu 
sas,  en  donde  narra  el  movimiento  del  universo,  la  extraed 
ón  de  la  tierra  y de  lavida,  la  cual  llega  a originar  el  cié 
lo,  las  montañas  y el  mar,  todo  ello  en  un  ambiente  mitoló- 
gico, en  donde  aparece  Zeus  equivalente  al  de  Homero  (8), el 
cual  origina  la  justicia  que  viene  a ser  un  gran  factor  de 
la  moralidad  tanto  divina  como  humana.  •>  ~* 

Se  puede  decir,  pues,  que  los  dioses  vriegosde  la 
mitología,  representantes  inmediatos  de  su  religión  polite- 
ísta, no  son  otra  cosa  que  seres  imperfectos,  sometidos  a 
las  pasiones,  a las  luchas  entre  sí  y a las  injusticias  (9), 
y mejor  aún  creaciones  subjetivas  del  hombre  que  se  enfren- 
ta con  los  males  que.  le  rodean,  y la  necesidad  de  ayuda  pa- 
ra solventarlos,  pues,  su  religión.,  como  dice  Steuding(lO) , 
surgió  del  asombro  ya  que  "toda  las  religiones  naturales 
surgen  del  asombro  ante  fenómenos  inexplicables;  del  terror 
a los  males  y el  deseo  de  poseer  bienes  que  no  pueden  ser 
adquiridos  por  las  fuerzas  humanas,  de  donde  proviene  la  i- 
lusión  que  nos  lleva  a admitir  la  existencia  de  seres  que 

22  - 


FR.  RIGOBERTO  CASTRI LLOK  S 


constituyendo  el  fondo  impreciso  de  nuestra  admiración,  co: 
siguen  libertarnos  del  miedo  y satisfacer  nuestros  anhelos-1 

2-)  Nociones  en  los  filósofos  hasta  Sócra- 
tes ' " “7“ 

Cano-  una  reacción  contra  las  teologías  o mejor  a- 
ún  teogonias  mitológicas  y cósmicas  que  prevalecían  en  el 
ambiente  popular,  aparecen  los  primeros  esfuerzos  de  carác- 
ter casi  científico  entre  los  varios  pensadores  presocráti- 
cos, de  resolver  inconcientemente  a las  preguntas  que  irá* 
tarde  formulara  Aristóteles.  De  qué  consta  cada  cosa?  Que 
sea  cada  cosa?  Qué  vienen  a formar  los  primeros  titulares  - 
de  las  primeras  cosmologías  de  los  Jónicos  y Pitagóricos 
tal  como  los  estudia  y desarrolla  la  historia.  Es,  pues,ro: 
este  entonces  cuando  los  pensadores  saltan  el  primer  obstá- 
culo, que  les  impedía  el  total  desarrollo  de  su  actividad  - 
intelectual,  cual  era  el  vivir  sumergidos  en  ese  mundo  poé- 
tico, fantástico  e ilusorio,  de  las  leyendas  mitológicas  y 
.creencias  supersticiosas  que  no  les  permitía  recibir  un  ra- 
yo de  luz  que  les  alumbrara  la  verdadera  realidad  del  mundc 
que  les  rodeaba.  Es  ahí  propiamente  cuando  se  da  el  primer 
paso  en  el  adelanto  de  la  evolución  del  pensamiento  con  la 
aparición  de  las  nociones  más  conformes  con  la  misma  natura 
leza,  quedando  no  obstante  uno  que  otro  aspirante  a revali- 
dar e instaurar  de  nuevo  las  anteriores  cosmologías  míticas 
mediante  la  colección  de  leyendas  cano  Cnomácrito. 

Los  frutos  primarios  de  sus  esfuerzos  no  se  dejar 
esperar, y .así  introduce  Anaximandro  la  noción  del  "ápeiror" 
algo  sin  límite  o indeterminado  e infinito,  y llega  a la  cxr 
cepción  de  un  ser  sin  principio,  sin  fin  y a la  vez  princi 
pió  de  todas  las  cosas.  Pitágoras  llega  a la  abstracción  na 
temática  y toma  lo  par  por  lo  finito  y lo  impar  por  lo  infi 
nito.  Heráclito  formuló  su  célebre  "devenir  universal"  asi¿ 
nándole  como  principio  el  fuego,  el  cual  es  eternamente  vi- 
vo, coincidiendo  todo  en  un  proceso  circular  de  nacimiento, 
y destrucción  en  el  "Uno"  o unidad  substancial  semejante  a 
la  de  los  Jónicos,  pues,  "las  subsrtancia  primordial  es  el 

- 23 

m 


-reay*  ■■y.M.'ii  m i mu'»  wwi 1 


I NOCION  DE  DIOS  EN  PLATON 


! fuego,  el  cual  pueden  modificarse  todas  las  cosas  , como  to- 
da mercancía  se  cainbia  por  oro,  todo  nace  y evoluciona,  se- 
i gún  que  el  fuego  eternamente  vivo,  se  vaya  avivando  o apag- 
gando  por  laley  de  los  contrastes  que  tiene  vitalidad  en  el 
Uno  permanente"  tal  como  lo  anota  Emile  Brehier  (ll).  Negan 
do  por  consiguiente  la  existencia  del  ser  ya  que  todo  esta 
en  continuo  cambio» 

Los  eleatas  en  oposición  al  devenir  de  Heráclito, 
se  apoyan  en  la  razón  y dicen  que  todo  es  "ser",  cayendo  - 
en  un  monismo  totalmente  racionalista;  negando  los  cambios 
por  ser  sólo  fenómenos  o ilusiones  del  pensante.  Su  monismo 
toma  como  principios  .estos  que  anota  Klimke  Federico  (12 ^'EL 
ser  es  uno,  es  único  e inmutable.  Ningún  ser  puede  producid 
jse"  de  nuevo  ni  perecér,  pues  de  los  contrario,  el  ser  o au- 
mentaría o disminuiría,  lo  cual  es  imposible.  Cano  que  solo 
í existe  un  ser,  el  mundo  y dios  son  una  misma  cosa,  ahora  bi 
( en,  conciben  a dios  de  una  manera  material  e hilozoista". 

-»  t i .:..  < 

Entre  éstos  está  Jonófanes  el  teólogo  de  la  escue 
la,  que  partiendo  de  un  monismo  racionalista  moderado,  lle- 
ga a la  unidad  e inmutabilidad  de  dios,  "Hay  un  sólo  Dios  , 
el  supremo  entre  todos  los  dioses  y los  hombres"  (frag.l-). 
Jenófanes  canbate  el  antropomorfismo  en  especial  de  Homero, 
niega  toda  similitud  entre  di  os  y los  hombres (13),  su  dios 
es  inmotril  ya  que  el  movimiento  de  los  dioses  de  la  fábula, 
no  le  convienen;  pero  mantiene,  es  verdad,  el  politeismo,ya 
que  para  él  todo  es  uno  e inmutable , por  lo  que  Dios  y el 
i'mundo  vienen  a ser  una  misma  posa.; 

j . ■ También  Parménides  eleatense  da  su  contribución  - 

-al  adelanto  filosófico  griego  .aún  en  ciernes,  introduciendo 
en  su  poema  "La  Verdad"  la.  distinción  entre  el  "ser"  y el  " 
-no  ser",  sin  admitir  un  punto  intermedio  de  unión  entre  los 
/mismos,  tal  como  lo  expone  en  la  segunda  parte  de  su  poema" 
La  Opinión",  como  un  sistema  del  mundo,  en  donde  opone  este 
reino  de  la  opinión,  al  reino  de  la  verdad,  la  cual  opinión 
vendrá  a ser  más  tarde  el  punto  intermedio  entre  la  ignoran 

24  - 


FR.  RIGOBBRTO  CASTRILLON  R 


cia  y la  ciencia  que  expone  Platon  en  dus  diálogos.  Su"ser" 
existe  y es  a la  vez  el  Todo  que  no  ha  nacido  ni  morirá,  es 
inmóvil,  indestructible,  el  único,  es  increado  pues  de  lo 
contrario  solo  podría  proceder  del  no  ser  y éste  no  existe, 
o no  es  ser.  Se  puede  decir  que  su  ser  es  más  bien  una  acti 
tud  religiosa  y si  éste  no  es  un  Qios  personal,  sí  es  divi~ 
no,  como  sera  la  idea  platónica  del  Bien  (14). 

El  cuite  propiamente  tradicional  que  regía  la  vi- 
da religiosa  en  este  período  pres ocrático,se  centraba  como 
culto  oficial^  en  hc.irar  a los  dioses  del  Olimpo;  como  Zeus 
de  Olimpia,  Atenea  del  Partenón  y el  Apolo  de  Delos  y de  - 
Del.^os,  sin  ser  dignos  de  tomarse  en  cuenta  el  Orfismo  y 

los  misterios  del  Eleusis  como  movimientos  sin  mayor  impor- 
tancia, al  igual  que  las  concepciones  de  Esquilo  en "I.as  Eu- 
ménides"  y en  "Prometeo  Encadenado",  en  donde  nos  presentan 

a éste  ccmo  un  dios.  "He  a^uí  -dice-  lo  que  un  dios  sufre 
por  los  hombres",  y "he  aquí  encadenado  un  dios  miserable". 
Tampoco  merecen  importancia  las  obras  de  Arsitófanes,  como 
"Las  Nubes"  en  donde  permaneciendo  fiel  a las  creencias  del 
pasado  narra  la  religicknpopular,  colooando  también  en  la 
misma  a Sócrates, con  una  sátira  injusta  y sangrienta  como  a 
un  vulgar  sofista. 

El  propio  período  clásico  -o  antropológico  se  ini- 
cia con  Sócrates  del  cual  sabemos  que  inspirado  por  el  "co- 
nócete a tí  mismo"  que  estaba  a la  entrada  del  santurario  - 
de  Delfos,  junto  con  otros  incidentes  que  no  es  del  caso  men 
cionar,  dió  cambio  al  rumbo  de  la  filosofía  que  antes  sólo 
se  preocupaba  de  los  problemas  cosmológicos  y ontológicos  y 
ahora  empezaba  a preocuparse  del  propio  conocimiento  de  la 
naturaleza  humana.  Conocemos  algo  acerca  de  su  persona  y 
doctrinas  éticas  y f i losóficas , porlos  datos  que  dejó  con — 
signados  Platón  en  sus  primeros  diálogos,  pues  auncuando  es 
uno  de  los  personajes  céntricos  de  la  mayoría  de  sus  diálo- 
gos, en  los  últimos  aparece  el  verdadero  pensamiento  de  Pía 
tón,  aunque  haya  opositores  como  Bumet  y Taylor  los  cuales 
le  atribuyen  al.  verdadero  Sócrates  la  teoría  de  las  ideas 
y los  principios  que  expone  la  República  que  indiscutible  — 

-'  25 


T 


? NOCI CN  DE  DIOS  EN  PLATON 

I 

i 

% mentel.lo  que  contiene  es  el  verdadero  pensamiento  de  Pla^ — 
<*  ton  (15).  También  se  le  conoce  un  poco  por  Jenofonte  en"lLos 
i Memorables",  por  Aristófanes  y Aristóteles. 

i ' " 

* Merece  alguna  importancia  su  moral  religiosa  al 

igual  que  sus  concepciones  de  Dios  en  la  Apología,  el  Cri  — 

’ * tón,  Gorgias  y el  Banquete.  Así  entre  los  principios  de  su 
sana  moralidad  está  el  temor  a su  propia  conciencia  antes  q’ 
.*  -2.  la  opinión  común.  "Yo  prefiero  -di  ce -hallarme  en  desacuer 
, - do  y en  oposición  con  todo  el  mundd,.  <|ue  de  estarlo  conmigo 
1 :j  mismo  y contradecirme"  preocupándose  sólo  porlo  que  diga  el 
¡jij  juez  único,  queconoce  todo  lo  justo  y lo  injusto,  tal  ccmo 
■ leemos  en  el  Critón,  en  donde  dirigiéndose  a éste,  le  dice: 
"Luego  no  debemos,  querido  Critón,  preocupa  rnos  por  lo  que 
diga  el  pueblo,  sino  por  lo  que  diga  el  único  que  conoce,  lo 
junto  y lo  injusto,  y este  juez  único  es  la  verdad".  A él 
' no  lo  interesa  ni  la  belleza,  ni  la  riqueza,  ni  la  reputa — 
i ción,  aún  el  mismo  hombre  para  él  es  nada,  pues,  el  verda- 
i dero  hombre  para  él  es  el  alma,  lo  cual  nos  lo  confirma  el 

* testimonio  del  mismo  Alcibiades  que  en  el  Banquete  hace  un 
verdadero  elogio  de  él  cuando  . dice:  "Sabed  que  la  belleza  - 
de  un  hombre  es  para  él  la  cosa  más  indiferente  , nadie  se 

k imagina  hasta  qué  punto  la  desdeña,  así  como  la  riqueza  t y 
las  demás  ventajas  envidiadas  por  el  vulgo,  Sócrates  los  mi 
; ra  a todos  como  de  ningún  valor,  y a nosotros  mismos  cano  a 
: hada"  (16).  Penetrando  más  en  las  convicciones  que  reglamen 

* taban  su  vida  interior  se  ve  claramente  su  preferencia  a la 
j ley  de  dios  más  que  a cualquio- otra  ley  humana,  y así  en  la 

■ i Apología,  dirigiéndose  a los  jueces  atenienses  que  le  juzga 
í ban  les  dice:  "Yo,  atenienses,  os  honro  y estimo,  pero  obe- 
.J  deceré  más  al  dios  que  a vos  otros "( 17) ; surgiendo  por  sonsi 
■ í guiente  el  interrogante  de  cuál  sea  ese  dios  a quien  dice  - 
¡j  le  obedecerá  con  especial  cuidado.  Se  puede  decir  sin  mucho 
I temor,  de  que  se  refiere  a uno  de  tantos  dioses  de  la  reli- 
\ gión  griega,  ya  que  sí  se  sabe  con  certeza  de  que  murió  si- 
i endo  aún  politeista  auncuando  haya  tenido  una  tendencia  mo- 
noteista,  tal  como  nos  lo  pinta  Jenofonte  en  los  "Memora- - 
5 bles"  en  donde  coloca  en  boca  de  Sócrates  la  expresión  "Ser 

: 26  - 


FR.  RIGOBERTO  CASTRI LLOK  R 


supremo", el  cual  ser  es  supe-'ior  a los  dioses  ; tiene  existe: 
cia  real,  ve  todo  de  una  vez,  está  en  todas  partes enti en” 
de  todo 'y  lleva  sus  cuidados  a la  voz  sobre  todas  las-  par- 
tos del  v'_i\'0.-so  (3rt);  admitiendo  iar’L.ióii  la  existencia  df 
una  inteligencia  oi'denadora  que  ha  hecho  las  cosas  con  or- 
den especial,  la  cual  objotiviza  en  un  sabio  obrero,  dotad' 
de  un  tierno  amor  a sus  creaturas  y excluyendo  por  consigu: 
ente  la  fuerza  ciega  del  acaso  (19). 

Habiendo  llegado  a este  punto  de  mi  iuve-stigaciói 
se  facilita  más  el  verdadero  objetivo  propuestos,  es  a sa- 
ber, la  noción  de  Dios  en  Platón,  una  vez  aceptados  los  da- 
tos que  la  elaboración  del  terreno  nos  ha  ofrecido,  para  a- 
sentar  principios  o bases  más  sólidos  de  credibilidad. 

3-)  Metafísica  y Teodicea  en  Platón. 

Aristócles  y más  tarde  Platón,  nació  en  la.  noble 
ciudad  de  Atenas  en  el  año  42.7  a.C.,  de  Aristión  y Perictic 
ne  hija  de  Drópidas,  hermano  de  Solón  el  legislador.  Tuvo .- 
dos  hermanos,  Adimante  y Glaucón  a quienes  irmortalizó  er. 
la  República,  y 'una  hermana  llamada  Potona.  Estaba  emparen- 
tado además  con  Cridas,  jefe  de  los  30  tiranos  y del  parti 
do  oligárquico  en, los  acontecimientos  de  su  época.  AprendiT 
todas  las  ciencias  entonces  conocidas,  y con  predilección 
especial  las  matemáticas.  La  lectura  de  los  grandes  poetas 
nacionales,  especialmente  de  Homero  le  llevaron  a ensayos 
poéticos, los  cuales  fueron  objeto  de  su  predilección  duran- 
te su  juventud.  Sus  primeros  estudios  de  filosofía  los  ini- 
ció a los  veinte  años  bajo  la  dirección  de  Crati  lo,  recibi- 
endo de  éste  la  teoría  del  devenir  universal  de  Heráclito  , 
pero  su  verdadera  vocación  se  acentuó  con  el  conocimiento  - 
de  Sócrates  al  cual  se  entregó  totalmante  durante  ocho  a- 
ños,  escuchándole  su  sencilla  sabiduría  que  centraba  en  el 
saber  que  nada  sabía.  En  Megara  se  relacionó  con  Euclides  y 
con  los  matemáticos  de  allí.  En  Cirene  tuvo  amistad  con  el 
matemático  Teodoro.  Viajó  a Egipto  conociendo  allí  su  filci 
sofía,  religión  y costumbres.  Fundó  en  Atenas  su  Academia  - 
sobre  los  dos  principios  que  anota  en  el  estado  ideal,  es  a 

- 27 


p— » 


mimm  » u.  u i.  n ■ ' 


BOCIO»  DE  DIOS  EN  PLATCN 


saber:  la  comunidad  de  trabajos  entre  el  maestro  y-  los  dis- 
cípulos, y el  cultivo  de  la  ciencia  por  la  ciencia;  en  la 
mal  se  formaron  filósofos,  geómetras  y matemáticos  cono  Es 
pausipo,  Jenócrates,  Aristóteles,  Eudosio  de  Cnido  Me demo. 
H¿rió  el  año  347  durante  la  guerra  que  Filipo  de  líacedonia, 
bacía  contra  Atenas . . . ■ . 

Con  Sócrates  la  filosofía  había  alcanzado  ia  ori- 
entación del  problema  ético  y psicológico,  pero  Platón  posa 
^stos  límites  y llega  hasta  la  ciencia  del  objeto  y del  so- 
leto, convergiendo  en  él  mediante  un  sincretismo  las  corri - 
«artes  anteriores,  es  a saber:  el  ser  de  Parménides,  el  deve 
a¡ir  de  Heráclito,  los  números  pitagóricos,  los  conceptos  y 
definiciones  universales  de  Sócrates,  los  cuales  dieron  por 
resultado  su  tería  del  "mundo  de  las  ideas". 


Platón  en  su  filosofía  religiosa,  revive  en  el  Eu 
tifrón  las  creencias  y mitologías  tradicionales,  lo  mismo  q' 
en  la  República  y en  las-  Leyes,  sin  romper  con  las  creencias 
de  sus  antepasados  , considerando  la  impiedad  propia  de  un 
griego,  en  el  no  tener  una  fe  sincera  en  la  existencia  de 
los  dioses  y la  nó.  ejecución  del  culto  que  la  ciudad  estaba 
obligada  a rendirles;  y el  ateísmo  en  la  negación  de  los  ho 
ñores  que-  son  debidos  a Dios,  tomando  este  hecho  como  un  es 
cándalo.  Esta  creencia  en  la  existencia  de  los  dioses  la 
ccnservó  hasta  el  final  de  su  vida,  según  lo  da  a comprender 
en  la  exhortación  a un  joven  ateo.  Fue  también  el  opositor 
acentuado  a las  fábulas  teñidas  de  mentira  y "Estas  son  las 
que  Homero  y Hesiodo  y los  otros  poetas  nos  -han  contad  o.  Por 
que  los  poetas,  así  los  de  ahota  como  los  de  tiempos  pasa-- 
dos,  no  tienen  otro  oficio  que  divertir  al  género  humano  con 
mentirosas  fábulas"  (20),  los  cuales  poetas  atribuyen  a Dios 
el  mal,  siendo  como  es-  sólo  causa  del  bien,  "Mas  si  por  aca 
so  se  sostuviese  en  presencia  nuestra  que  dios,  siendo  bue- 
no ha  causado  mal  alguno,  lo  rechazaremos  con  todas  nuestras 
fuerzas" (2 l) . 

En  cuanto  a su  metafísica,  se  llega  a lo  que  él 
juzgaba  que  era  la  ciencia,  la  cual  la  hacía  consistir  en 


28  - 


FR.  RIGOBERTO  CASTRILLON  R. 


la  intuición  directa  dei  mundo  de  las  ideas  o dei  mundo  in- 
teligible, a- través  de  los  tres  estado  básicos,  la  ignoran- 
da, la  opinión  y la  ciencia.  El  objeto  de  la  ignorancia  es 
el  no-ser,  el  de  la  ciencia  las  ide as  o me  j or  aún  el  ser  en 
su  totalidad  (22),  ya  que  ”el  conocimiento  supone  "Un  objeto' 
-que  es,  o si  no  de  qué  manera  conocería  lo  que  no  es?  Pues 
lo  que  tiene  la  totalidad  de  la  existencia,  y la  pureza  ab- 
soluta de  la  existencia  es  totalmente  conocible”  (23) , y así, 
“opone  la  plenitud  del  ser,  su  pureza,  su  eternidad,  inmu- 
tabilidad y todo  lo  que  significa  la  verdad  o realidad  ddel 
ser,  a la  movilidad  irreal  del  deveni  r"  (24) . La  opinión  o- 
cupa  el  término  medio,  ya  que  no  es  ni  ignorancia,  ni  cien- 
cia cuyo  objeto  es  el  devenir,  la  cual  opinión  se  fundamen- 
ta en  la 'simple  creencia  y en  ia  conjetura. 

La  ciencia  o conocimiento  de  las  ideas  y del  ser 
> en  su  totalidad  está  basada  en,_la_ remin iscencia  (25),  la  cu 
al  suponn  a la  vez  la  preexistencia  de  las  almas  tal  como  - 
. leemos  en  el  Fedón  en  una  de  sus  conclusiones,  ”Y  por  consi. 
guiente,  Simmias,  nuestras  almas  existían  antes  de  que  apa- 
reciesen bajo  esta  forma  humana;  y mientras  estaban  sin  cu- 
erpo ya  sabían”  (26),  de  la  cual  preexistencia  de  las  almas 
concluye  a la  existencia  de  las  esencias  objetivas  que  no 
son  otra  cosa  que  las  ideas,  y así  “preciso  es,  pues,  tener 
por  cierto  Simmias,  que  si  todas  estas  cosas  que  tenemos  si 
emore  en  los  labios,  quiero  decir  lo  bello,  lo  justo  y to- 
das las  esencias  de  ese  género  existen  verdaderamente 

Es  necesario  digo,  que  como  esas  cosas  existen,  nuestra  al- 
ma haya  existido  también  antes  de  nacer  nosotros  y si  todas 
esas  cosas  no  existen  todos' nuestros  discursos  non  inútile^' 
ya  que  de  la  no  aceptación  de  esas  esencias  inmutables,  la 
ciencia  carecería  de  fundamento  y negar  la  ciencia  es  un  ab 
surdo.  Estas  esencias  o ideas  inmutables  las  adquiere  el  al 
ma  como  dice  E.Brehier  (27).  "Al  acompañar  a los  dioses  del 
cielo  en  su  carrera  circular  ha  visto  en  un  lugar  que  está 
más  allá  del  cielo,  esas  realidades  sin  color,  subsistentes 
en  sí  mismas  y sin  forma,  que  son  las  ideas,  la  justicia  en 
sí,  la  templanza  y la  ciencia”. 


i 


29 


‘ NOCION  DE  DIOS  EF  PLATON 

I 

I 

Estas  ideas  tienen  varias  propiedades  tal  como  lo 
anota  Federico  Klimke(28),  es  a saber:  "Las  ideas  son  esen- 
, cías  reales,  subsistentes  en  sí  mismas,  trascendentes  o se- 
paradas de  las  cosas  sensibles , hasta  formar  una  realidad  dis 
tinta  de  la  sensible;  el  mundo  inteligible,  espirituales ,in 

* mutables  y eternas". Es  conveniente  hacer  notar  que  Platón  a 
esta  multiplicidad  de  unidad  simple  no  las  llama  ideas,  co- 

* me  las  llaman  impropiamente  la  mayoría  de  los  filósofos (29), 

* sino  que  las  llama  seres,  realidades  o formas  inteligibles, 
reservando  este  nembre  de  idea,  para  designar  la  causa  o 
.forma  superior,  la  cual  es  causa  final  de  todas  las  otras  - 
formas  inteligibles,  y que  no  es  otra  que  la  "idea  del  Bien" 
que  es  "forma  entre  las  formas,  puesto  que  ella  es  también 

j una  determinación  irreductible  a cualquier  otra,  es  uno  de 
1 los-  términos  de  objetividad  en  donde  concluyen  los  diversos 
j sentidos  de  la  ciencia,  es  ion  ser  y el  más  brillante  de  los 
j seres",  tal  como  leemos  en  la  República  (30)  por  boca  de  Só 
| crates  cuando  dice:"... que  todo  el  secreto  consiste  en  vol- 
i ver  este  órgano  con  el  alma  entera  de  la  vista  de  aquello  q’ 
] está  haciéndose  hacia;  la  contemplación  del  ser,  hasta  tanto 

* que  pueda  fijar  sus  miradas  sobre  el  más  brillante  de  los 

í seres,  es  decir,  según  nosotros  sobre  el  bien  mismo"; la  cu- 

al idea  del  bien  solo  se  descubre  con  gran  pena  y esfuerzo, 
y se  localiza  en  el  lugar  más  elevado  del  mundo  intelectual, 
pues,  "en  el  lugar  más  elevado  . .‘v*del  mundo  intel- 

lectual  está  la  idea  del  Bien,  que  no  se  descubre  sino  con 
gran  pena  y esfuerzo,  pero  que  no  puede  conocerse  sin  con- 
cluir que  ella  es  la  causa  primera  de  todo  lo  que  hay  de 

bueno  y hermoso  en  el  universo,  habiendo  producido  la  luz 
en  este  mundo  visible  y al  astro  que  allí  domina;  y en  el 
mundo  ideal,  habiendo  engendrado  ella  misma  la  verdad  y la 

, inteligencia,  siendo  como  reina  y señora" (31). 

Esta  idea  del  Bien  con  sus  propiedades,  la  expli- 
ca  Platón  cuando  Sócrates  se  dirige  Glaucón  con  estas  pala- 
bras "Ten  por  cierto  que  lo  que  derrama  sobre  las  cosas  que 
conocemos  la  luz  de  la  verdad,  y lo  que  da  al  alma  la  facul 
de  conocer  es  la  idea  del  Bien,  y que  ella  es  el  principio 


- 30  - 


FR.  RIGOBERTO  CASTRILLON  R 


do  la  ciencia  y de  lo  verdadero  conocido  por  la  inteligen — 
cia.  .Por  bellas  que  sean  las  ciencias  y la  verdad,  puedes  a 
segurar  sin  temor  do  engañarte  que-  la  idea  del  Bien  las  ex- 
cedo en  hermosura.  Y como  en  lo  visible  puede  decir  que  la 
luz  y la  vista  tienen  ciertos  rasgos\de  semejanza  con  el 
sol;  pero  que  es  falso  decir  que  ellas  son  el  sol,  del  mis- 
mo modo,  en  lo  inteligible  pueden  mirarse  la  ciencia  y la 
verdad  caso  imágenes  del  Bien,  pero  se  haría  mal  en  tomar  - 
la  una  o la  btra  por  el  bien  mismo,  cuya  naturaleza  es  de 
un  valor  infinitamente  más  elevado”  (32).  . 

Siendo  pues  esta  idea  la  causa  eficiente  del  prin 
cipi  o cognoscitivo,  de  la  ciencia  y de  la  verdad,  lo  es  tam 
bien  del  ser  y la  esencia  de  los  seres  inteligibles,  lo  cu- 
al lo  vemos  claramente  cuando  lo  expresa  Sócrates  allí  mis- 
mo con  estas  palabras  "Piensa,  pues,  que  los  seres  inteli — 
gibles  no  solo  reciben  del  Bien  su  inteligibilidad,  sino  a- 
ún  su  ser  y su  esencia;  aunque  el  Bien  mismo  no  sea  esencia, 
sino  algo  mucho  más  allá  de  la  esencia  en  dignidad  y en  po- 
der" (33). 

Habiendo  conocido  ya  brevemente  lo  que  era  para  - 
él  la  idea  del  Bien  por  estos  pocos  extractos  de  su  diálo-- 
gos,  es  conveniente(  anotar  el  dualismo  que  pone  entre  Dios 
y la  idea  del  Bien,  pues  aunque  "La  idea  del  Bien  ha  sido 
tradiclonalmente  identificada  con  el  Dios  de  Platón. ..  ,éste 
jamás  la  llama  Dios  mientras  que  da  este  nombre  al  Demiurgo 
y al  alna  del  mundo"(34),  ya  que  en  la  misma  parte  en  donde 
habla  de  ella  invoca  o nombra  a Dios,  lo  cual  lo  comproba-- 
mos  en  el  pasaje  del  libro  VII  do  la  República  (35),  en  don 
de  establece  la  existencia  do  los  dos  mundos,  uno  visible  y 
otro  inteligible,  en  el  cual  están  los  objetos,  formas  o se 
res  inteligibles  que  el  alma  contempla  congran  dificultad  , 
tal  como  leemos  allí:  "La  cueva  o cárcel  subterránea  es  es- 
te mundo  visible,  la  hoguera  quo  la  alumbra  es  la  luz  del  - 
sol;  el  tránsito  a una  región  superior  y a la  contemplación 
de  los  objetos  que  allí  existon  os  la  elevación  del  alma 
hasta  el  espacio  inteligible.  Por  lo  menos  este  es  el  pensa 
miento,  puesto  que  túdeseas  3aborle,  siguiendo  el  cual  espe 

- 31 


, i.  , i .i  ... 


á NOCI ON  DE  DIOS  EN  PLATON 

ro  no  te  engañarás,  aunque  dios  sabe  si  él  es  verdadero. Por 
lo  que  hace  a mí,  la  cosa  me  parece  cano  voy  a decirte.  En 
*1  lugar  más  elevado  del  mundo  intelectual  está  la  idea  del 
Bien,  que  no  se  descubre  con  gran  pena  y esfuerzo”.  Se  pue- 
de aceptar  sin  mucho  esfuerzo  la  no  identificación  de  la  i- 
dea  del  Bien  con  el  Dios,  tal  como  lo  afirma  también  Gilson 
(36),  pero  sí  se  puede  aceptar  en  oposición  a la  segunda 
parte  de  su  misma  nota  la  identif iaación  de  la  idea  del  Bi- 
en con  el  ser,  según  se  colige  del  texto  de  la  República(37) 
que  diee : "todo  el  secreto  consiste  en  volver  este  órgano  , 
facultad  del  alma,  con  el  alaa  entera  de  la  vista  de  aque- 
llo que  está  haciéndose,  hacia  la  contemplación  del  ser  has 
ta  tanto  que  pueda  fijar  la  mirada  sobre  el  más  brillante  - 
de  los  seres,  es  decir  según  nosotros  sobre  el  Bien  mismo", 
si  bien  es  cierto  que  el  hecho  de  ser  el  más  brillante  de 
los  seres  no  le  constituye  individual  o indeoendiente, sí  se 
puede  identificar  como  ser  supremo  con  la  idea  del  Bien  tal 
como  lo  propone  también  A.  Dies (38)  en  donde  dice  que  Pía — 
ton  exaltando  la  trascendencia  del  Bien,  no  ha  querido  sepa 
rarlo  enteramente  del  ser;  auncuando  parece  que  existe  un 
dualismo  en  el  mismo  Platón  cuando  en  otra  parte  de  su  diá- 
logo (39)  aconseja,  obligar  a los  ancianos  a que  dirijan  el 
alma  hacia  el  ser  aue  todo  lo  ilumina  y contemplen  la  idea 
del  Bien. 


- . Por  la  conveniencia  existente  entre  el  Bien  y el 
ser,  es  bueno  saber  que  este  parece  ser,  el  ser  de  Parmeni- 
des, el  cual  está  substraído  a las  condiciones  del  espacio, 
lo  mismo  que  a las  del  tiempo,  siendo  por  lo  tanto  inaccesi 
ble  a los  sentidos  jr  puramente  inteligible  por  pertenecer  - 
•i  al  mundo  de  las  .esencias  inmutables,  en  oposición  a los  se- 
* res  cambiantes  del  comtinuo  devenir  de  Heráclito,  el  cual 
ser  constituye  el  objeto  de  la  ciencia  tal  como  estudia  Pía 
jj  ton  en  su  diálogo  el  Sofista. 

Platón  trata  propiamente  el  ser  en  el  Sofista  en 
oposición  al  no-ser,  admitiendo  la  dificultad  de  saber  qué 
á sean  en  realidad,  pues  "Quizá  en  el  fondo  del  alma  no  sabé- 
is- 


FR.  RIGOBERTO  C ASTRI LLON  R 


mos  más  sobre  el  ser  que  sobre  el  no-ser  .Cuando  se  habla  de 
esto, creemos  comprender  el  ser  sin  dificultad, y no  compren- 
der el  no-ser, y quizá  nos  hallamos  en  el  mismo  caso  respec- 
to del  uno  que  del  otro'* (40)  ,el  cual  ser  por  carecer  de  par 
tes  es  verdaderamente  uno,  ya  que  "sólo  lo  que  carece  depar 
- tes  es  verdaderamente  uno,  si  hemos  de  hablar  con  propiedad, 
pero  el  ser  participando  dq-  la  unidad  se  hace  un  ser  uno  y 
un  todo,  o negaremos  absolutamente  que  el  ser  sea  un  todo?" 
(41) j este  ser  lo  percibimos  por  la  razón  del  alma,  el  cual 
es  semejante  a sí  mismo,  pues  "por  el  cuerpo,  y mediante  los 
sentidos  nos  comunicamos  con  la  gene ración ; y por  el  alma, 
por  medio  de  la  razón,  nos  ponemos  en  relación  con  el  ser, 
el  cual  es  siempre  semejante  a sí  mismo,.."  (42). 

Este  ser  lo  llama,  ser  absoluto  y le  atribuye  la 
actividad,  la  fuerza,  la  vida,  la  sabiduría  y la  inteligen- 
cia; o "nos  dejaremos  convencer  fácilmente  de  que  ni  el  mo- 
vimiento, ni  el  alma,  ni  la  sabiduría  pertenecen  verdadera- 
mente al  ser  absoluto,  que  no  vive,  que  no  piensa,  sino  q' 
privado  de  la  augusta  y santa  inteligencia,  subsiste  y per- 
manece inmóvil?" (43 ) . 

El  ser,  pues,  existe  y todas  las  cosas  que  exis — 

. ten  son  tales  por  la  participación  de  este,  así  el  movimien 
to  y el  reposo  son  seres  existentes  en  cuanto  participan  del 
ser  respectivamente.  "Por  consiguiente  tantas  cuantas  cosas 
haya  diferentes  del  ser,  otras  tantas  el  ser  no  es;  porque, 
el  ser  que  es  uno  no  es  todas  las  cosas  y así  hay  un  número 
infinito  de  cosas  diferentes  del  ser  que  no  son  (44). 

Podemos  ' resumir  lo  relativo  al  ser,  diciendo  que 
es  el  ser  supremo  y absoluto,  que  existe  como  uno  (no  como 
único),  activo  indefinible,  perceptible  solo  por  la  razón  y 
del  cual  se  puede  decir  cono  máxima  propiedad  "el  es"(l7)  ; 
teniendo  en  cuenta  que  Platón  tampoco  le  llama  Dios. 

Llegando  a este  punto  sin  una  solucción  satisfac- 
toria de  la  verdadera  noción  de  Dios  en  Platón,  procedemos 


33 


NOCION  DÉ  DIOS  EN  PLATON 


i instintivamente  a buscarla  en  el  Demiurgo  del  Timeo,  ya  que 
bs  el  dios  que  más  universalmente  se  le  atribuye, el  cual  es 
j creador,  ordenador  y padre  del  universo. 

I - 

Aparece  Platón  en  el  Timeo  como  un  reformador  reli 
¡ gioso,  que  ha  visto  al  igual  que  Jenófanes,  que  la  causa  del 
desorden  de  los  espíritus  y de  las  costumbres  estaba  en  la 
\ falsa  idea  de  lo  divino,  que  habían  dado  a los  griegos  sus  e 
ü ducadores  en  especial  sus  poetas,  y así  presenta  en  el  limeo 
en  un  ambiente  mítico,  la  explicación  de  la  creación  del  mun 
i do  y del  alma  del  miando,  al  igual  que  de  todos  los  seres  ¿üILx 
> contenidos.  • 

Establece  también  de  nuevo  su  teoría  de  los  dos.  - 
, mundos;  el  del  ser  Inteligible,  eterno  e inengepdrado,  y el 
del  mundo  sensible  que  nunca  tiene  una  presencia  real,  con  - 
principio  y fin  y con  un  Demiurgo  creador  o padre;  ya'  que.  "to 
? do  lo  que  nace,  proviene  necesariamente  de  una  causa,  porque 
sin  causa  nada  puede  nacer.  Cuando  un  obrero  con  la  vista  f i 
ja  en  lo  que  no  cambia,  trabaja  conforme  a .este  modelo  y se 
esfuerza  en  reproducir  la  idea  y la  virtud  del  mismo,  hace  - 
i necesariamente  una  obra  bella;  y por  el  contrario,  si  sólose 
fija  en  aquello  que  pasa,  y trabaja  'conforme  a su  modelo  pe- 
1 recible,  no  hace  nada  bello"  (45).  Este  mundo  sensible  ha  na 
cido  o ha  tenido  principio  por  la  acción  de  su  creador  que 
es  por  naturaleza  bueno,  lo  cual  nos  lo  prueba  por  un  senci- 
llo argumento  donde  dice:  "El  mundo  ha  tenido  principio.  En 
efecto,  el  mundo'  es  visible,  tangible,  corporal;  todo  lo  que 
| tiene  estas  cualidades  es  sensible;  y todo  lo  que  es  sensi — 
ble  y está  sometido  a la  opinión  acompañada  de  la  sensación, 
ya  lo  sabemos  nace  y es  engendrado.  Además  decimos  que  todo 
lo  que  nace  procede  de  una  causa  necesariamente.  Cuál  es  en 
este  caso  el  autor  y el  padre  del  universo?  Es  difícil  encon 
trarle  y cuando  se  le  ha  encontrado,  es  imposible  hacerle  co 
nocer  a la  multitud"  (46).  El  mundo  que  ha  tenido  principio, 
lo  ha  tenido  porque  su  autor  "era  bueno,  y el  que  es  bueno  - 
i nob  puede  experimentar  ningún  género  de  envidia"  (47). 

A 
} 

y 
i 

•I 


34  - 


FR.  RIGOBERTO  CASTRILLON  R. 


Este  autor  se  ha  servido  para  la  creación  del  mundo,  de  un 
modelo  o ser,  "que-  encierra  en  sí  todos  los  animales  inteli 
gibles,  tal  como  el  mundo  abraza  a todcs  los  seres  visibles" 
y a nosotros  mismos";  el  cual  modelo  no  parece  ser  otro  c’ 
la  idea  del  Bien  que  estudia  en  la  República,  puesto  que  ti 
ene  las  mismas  propiedades  que  tiene  este  modelo,  pero  ex- 
. presadas  solo  con  términos  diferentes  aunque  equivalentes; 
porque  "Dios  queriendo  hacerle  (al  mundo)  lo  más  semejante 
a lo  más  bello  y a lo  más  perfecto  entre  las  cosas  inteligi 
bles,  ha  hecho  un  solo  animal  visible,  el  cual  envuelve  a 
la  vez.  todos  les  animales  particulares,  unidos  por  lazos  de 
parentesco"  (48). 

El  Demiurgo  u Ordenador  Supremo,  sirviéndose  de  e 
se  modelo,  ha  formado  el  mundo  de  materia  preexistente,  orne 
jor  aún  de  los  cuatro  elementos  (tierra,  aire,  agua  y fuego 
de  que  habló  Empedocles,  y le  infundió  al  mundo  un  alma,  q* 
llama  "alma  del  mundo",  la  cual  participa  a la  vez  de  dos  e 
sendas:  una  indivisible  y siempre  la  misma,  y una  divisible 
y corporal,  cuyo  texto  susceptible  de  múltiples  interpreta- 
ciones es  el  siguiente:  "De  la  esencia  indivisible  y sien  - 
pre  la  misma,  y de  la  esencia  divisible  y corporal.  Dios  for 
m&,  combinándolas,  una  tercera  especie  de  esencia  interne  - 
dia,  la  cual  participa  a la  vez  de  la  naturaleza  de  lo  mis- 
mo y de  la  de  lo  otro,  y se  encuentra  así  colocado  a igual 
distancia  de  la  esencia  indivisible  y de  la  esencia  corpo  - 
ral  o divisible"  (49);  dicha  esencia  intermedia  o "alma  in- 
visible, participa  de  la  razón  y de  la  armonía  de  los  seres 
inteligibles  y eternos,  y es  la  más  perfecta  de  las  cosas 
que  el  Ser  perfecto  ha  formado**  (50). 

El  Demiurgo  no  está  sometido  a las  variaciones  del 
tiempo,  sino  que  está  en  un  continuo  presente,  pues,  "noso- 
tros decimos  de  él:  ha  sido,  es  y será;  cuando  sólo  puede 
decirseen  verdad,  él  es"  (51). 

Ante  esta  confusión  de  ideas  inconexas  y esparcí^ 
das  por  todos  los  diálogos,  surge  un  nuevo  problema  que  aún 
espera  una  auténtica  solución,  pues  de  su  satisfactoria  so- 

- 35 


NOCION  DE  DIOS  PLATON 


l 


-#! 


lución,  se  llegará  fácilmente  a la  aclaración  de  la  verdade 
ra  noción  éa  Dios  en  Platón,  el  cual  consiste  en  la  identi- 
ficación o no  del  Demiurgo  con  el  modelo  (ser  máximo  de  los 
inteligibles,  esencia  indivisible,  posible  idea  del  Bien..), 
y así,  A.  Diés  acepta  la  posibilidad  de  identificarlos  en 
cuanto -que  ambos  representan  o simbolizan  la  Divinidad  su  - 
prema  (52),  y en  cuanto  se  toma  como  sujeto' que  obra,  sir- 
viéndose a sí  mismo  de  modelo,  cuando  hace  el  mundo  a su  pro 
pia  imagen;  según  consta  en  las  dos  conclusiones  siguientes 
acerca  del  Demiurgo  como  sujeto  y cano  objeto; 
lo. "En  tanto  que  es  objeto  de  nuestro  intelecto,  representa 
pues,  el  mundo  inteligible,  la  unidad  que  'encierra  y sinte- 
tiza todas-  las  especies  ideales  de  los  vivientes,  y se  lla- 
ma un  Dios  inteligible. 

2 o^.  En  tanto  que  es  sujeto  que  contempla  y reproduce  este  mo 
délo  divino  se  llama,  pues,  el  Demiurgo  o dios..  El  Demiurgo 
se  toma  a sí  mismo  como  objeto  y como  modelo  cuando  hace  el 
mundo  a su  propia  imagen"  (53).  . . . . ' 

- 4o.-  Conclusiones . 

Platón  conservó  hasta  los  -.últimos  días  de  su  vi- 
da la  creencia  en  los  dioses  de  la  religión  t radici  onal  grie 
ga,  tal  como  se  puede  observar  en  el  capítulo  tercero  de  la 
República,  en  donde  los  nombra  con  mu'cha  frecuencia  y los  - 
purifica  en  parte  de  los  vicios  y defectos  que  les  anotaron 
los  poetas,  en  especial  Homero  y Hesiodo,  por  considerarlo 
contraproducente  para  la  educación  déla  juventud. 

En  el  campo  del  pensamiento  filosófico  y metafísi 
co,  después  de  aceptar  las  nociones  dadas  por  los  filósofos 
anteriores  cano  el  ápeiron  de  Anaximandro ; el  ser  existente, 
eterno,  inmóvil,  indestructible  y único  de  Parmenides,  como 
última  causa  de  lo  existente;  el  dios  único  e inmutable  pe- 
fó  colectivo  de  Jenóf anes ; el  "ser  supremo",  existente  y om 
niprésénte  que  ve  todo  de  una  vez  de  Sócrates  y su  "inteli- 
gencia ordenadora"  del  universo,  dotada  de  un  tierno  amor  a 
sus  creaturas  tal  como  aparece  en  los  "Memorables"  de  Jeno- 


36  i- 


FR.  RIGOBERTO  CASTRILLON  R 


fonte,  creo  su  propio  sistema  por  un  sincretismo  de  las  co- 
rrientes anteriores , que  llamó  el  mundo  de  los  seres,  reali- 
dades, o formas  que  impropiamente  llamamos  ideas;  colocando 
en  el  punto  más  elevado  la  idea  del  Bien,  que  es  causa  efi- 
ciente del  principio  cognoscitivo,  de  la  ciencia  y de  laver 
dad,  lo  mismo  que  del  ser  y de  la  esencia  de  los  otros  se- 
res inteligibles,  aun  cuando  éste  no  sea  esencia  como  él  mis 
mo  lo  dice,  pero  es  probablemente  en  el  sentido  de  no  ser  u 
na  esencia  participada  como  las  otras,  puesto  que  éstas  "re 
ciben"  de  éste  no  sólo  su  ser,  sino  también  su  esencia, y na 
die  da  efe  lo  que  m tiene. 

Lo  que  aquí  más  nos  interesa,  es  el  hecho,  de  que 
no  la  llama  Dios,  en  lo  cual  están  contestes  la  mayoría  de 
los  críticos.  Por  poseer  esta  idea  del  Bien  un  carácter  di- 
vino, admite  identificación  con  el  ser,  puesto  que  "El  gra- 
do de  divinidad  es  proporcional  al  grado  del  ser;  el  sernas 
divino,  es  pues,  el  ser  más  ser,  es  el  Ser  universal  o el 
Todo  del  ser"  (54),' y además  el  Todo  del  ser  es  a la  vez  ser 
y pensamiento,  inteligible  e intelecto.  Pero  el  ser  es  ante 
rior  al  pensamiento,  y es  el  inteligible  que  crea  el  inte  - 
lecto;  y puesto  que  su  objeto  es  supremamente  divino,  el  su 
jeto  supremo  es  Dios  (55);  todo  lo  cual  converge  en  la  ter- 
cera hipótesis  que  asienta  el  mismo  autor  donde  dice  que: 
"No  hay  ser  verdadero  sino  en  el  ser  Inteligible  o Divino, y 
el  resto  lo  es  en  tanto  que  participan  de  él,  pero  este  res 
to  es  dios  y divino  en  la  medida  en  que  él  participa  del  Ser 
Inteligible"  ( 56 ) . 

La  verdadera  noción  del  Dios  de  Platón  hay  q’  bus_ 
caria,  pues,  en  su  diálogo  el  Timeo,  y ésta  no  es  otra  que 
el  "Demiurgo,  u Ordenador  Supremo"  que  es  a la  vez  creador 
y padre  bueno  por  naturaleza,  dotado  de  un  tierno  amor  por 
sus  creaturas k Este  Demiurgo  identificado  con  el  "ser  eter- 
no" y la  idea  del  "Bien"  con  su  triple  causalidad,  podría 
justifican  una  verdadera  teología  que  no  trató  explícítamen 
te  Platón,  sino  que  dejó  esparcida  a través  de  todos  sus  diá 
logos. 

- 37 


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NOCION  DE  DIOS  EN  PLATON. 


Se  ha  comprobado,  pues,  en  su  totalidad,  que  Platon  llegó  - 
en  su  mentalidad  netamente  pagana,  a una  concepción  que  po- 
dríamos llamar  teológico-natural  de  un  Ser  supremo,  absolu- 
to, existente  como  uno  (no  como  único),  activo,  indefinible, 
perceptible  sólo  por  la  razón  y del  cual  se  puede  decir  co- 
mo mayor  propiedad  que  "él  es",  perfectamente  identifi cable 
con  la  "idea  del  Bien"  a el  más  brillante  de  los  seres;  sin 
destruirse  tampoco  la  posibilidad  de  -identificar  al  Ser  y 
al  Bien ‘supremos  con  el  Demiurgo  del  Timeo  tai  como  lo  oro- 
pone  A.  Dies,  que  es  indiscutiblemente  una  de  las  mayores  - 
autoridades  en  los  estudios  platónicos  c cu temporáneos. 


Ante  el  interrogante  que  podría  surgir  de  por  q* 
no  llamó  a las  dos  primeras  concepciones  (la  idea  del  Bien 
y la  del  Ser)  dios,  me  permitiría  libremente  responder  que 
aquí  radica  esencialmente  la  grandeza  de  Platón,  es  a .saber, 
en  no  desvalorizar  sus  dos  nociones  con  el  apelativo  "dios", 
ya  que  en  su  tiempo  eran  tantos  y tan  desmoralizados  los 
dioses  que  Petronio  y Tito  Livio  (Satyr.  1,17)  se  atreven  a 
decir  que  "en  Atenas  esmás  fácil  encontrar  un  dios  que  un  - 
hombre". 

NOTAS 

(1)  . - VASCONCELOS,  JOSE,  Historia  del  Pensamiento  Filos ófi 

co,  Méjico,  1937,.  7. 

(2)  - HUBY,  JOSEPH,  Christus , París,  1927.  ,.  463;  E..  des 

PLACES,  Les  Religions  de  la  Grece  antique  en  BRILLANT 
MAURI  CE . . . , Histoire  des  Religions",  París,  1955,162. 

(3)  - HUBY,  J.  o.c.,  463  ' • 

(4)  - PLACES,  E.  des,  en  o. c.:  163 

(5)  - "Su  padre  es  Cronos  (Saturno),  el  dios  del  sol  y de 

las  cosechas....  creció.  Zeus  rápidamente,  alimentán- 
dose de  la  leche  de  la  cabra  Amaltea... " (STEUDING, 

• HERMANN,  Mitología  Griega  y Romana,  Madrid,  1953,  42) 

(6)  - "Tres  hermanos  nacimos  de  Cronos  y de  Rea:  Zeus,  yo 

(Poseidón)  y Edes  el  que  manda  en  las  sombras".  ( I- 
líada,  Raps . XV). 

(7)  - HCMERO,  Iliada,  Raps.  XXIII 
38  - 


FR.RIGOBERTO  CASTRILLON  R. 


(8)  - PLACES,  E.  des  en  o.c. ,182 . . . I 

(9)  - HCJBY,  J.  o.c.,  477:  "Les  dieux  d’Homere  sont  done  de  s 

hommes  i de alises , des  simples  mortels,  iis  ont  le  for 
me,  le  visage,  les  membres  mais  plus  affines,  rtenT 
leur  veines  court  un  fluide  myste rieux,  qui  les  entre 
tient  dans  l'inmortalité  . . ~ 

‘(IO)  - STEUDING , H.  o.c.  8 

(11)  - BREHIER,  EMILE,  Historia  de  la  Filosofía  1,  Buenos  Ai 

res,  1948,  106  • > ' 

(12)  - KLIMKE,  FEDERICO,  Historia  de  ia  Filosofía,  Barcelona 

1953,  29. 

(13)  - PLACES,  E.  des  en  o.c.,  188. 

(14)  - Id.,  192. 

(15)  - Id.,  247 

(16)  - Banquete,  216e,  (PLATON,  Oeuvres  Completes,  par  L.  Re 

bin,  "Les  Belles  Lettres",  Paris,  1951) . r 

(17)  - Apologie,  29d,(o.c.  par  M.  Croiset,  Paris,  1949). 

(18)  - THONMARD,  F.  J.,  Extraits  des  Grands  Philosophes,  Fa- 

ris, 1953,  3 7. 

(19)  - THONNARD,  F.J.,  o.c.,  36:  "Ces  ouvrages  faits  avec  ur 

tel  ord<re,  atous  doutez  s’ils  sont  le  Droduit  du  ha  - 
sard  ou  le  fruit  d'une  intelligence?  Je  sens  bien  qu’ 
en  les  considerant  sous  ce  point  de  vue,  il  faut  re — 
connaitre  l’ouvre  d’un  sage  ouvrier  d'un  tendre  arnour 
pour  ces  creatures" . 

(20)  - Rep.,  II,  377d,  (o.c.  par  E.  Chamb.ry,  Paris,  1947) 

(21)  - Id.,  380b. 

(22)  - DIES,  A.,  Autour  de  Platon,  Paris,  1927,  475:  T,La 

Science  es  done  la  connaissance  de  l’etre  plein,  de  1’ 
etre  pur,  ou,  comme  dit  simplement  Platon  dans  la  dé 
finiti on  meme,  la  Science  de  l'etre” . 

(23)  - DIES,  A.  o.c.,  473. 

(24)  - Id.,  476. 

(25)  - Phedon,  73c.,  (o.c.  par  L.  Robin,  Paris,  1952) 

(26)  - Ti.  76c. 

(27)  - BREHIER,  E.  o.c. ,157. 

(28)  - KLIMKE,  F.,  S.J.  o.c., 53-54. 

(29)  - DIES,  A.  o.c. ,488 . 


- 39 

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SOCION  DE  DIOS  EN  PLATON 


I (30) 
■ (31) 
\ (32) 
(33) 
i (34) 
; (35) 
Í (36) 


(37) 

(38) 

(39) 
(40/ 

(41) 

(42) 

(43) 

(44) 

(45) 

(46) 

(47) 

(48) 
, (49) 
•:  (50) 
1 (51) 
I ( 52) 

(53) 

(54) 

(55) 

(56) 


- Rep.,  VII,  518c  (o.c.) 

- Id.,  517c . . 

- Id.,  508e  - 509a.  • . 

- Id.,  VI,  509b . • 

- KLBÍKE,  F.,  S.J.  o.c.  54. 

- Rep.,  VII,  517b . (o.c.)  . ' 

- GILSON,  ETIENHE,  El  Espíritu  de  la  Filosofía  Medieval, 
Buenos  Aires,  1952,  55 

- Rep.,  VTI,  518c. 

- Cfo'PIES,  A.  o.c.,  563 

- Rep.  VI,  508a-e 

- Sophiste,  243c,  (o.c.  par  A.  Dies,  Paris,  1950). 

-Id.  245a-b . 

- Id.  248a. 

- Id.  249a. 

- Id.  257a. 

- Timée,  28b,  (o.c.  par  A.  Rivaud,  Paris,  1949). 

- Id.  28c.  • ' 

- Id.  29e. 

- Id.  30d.  ‘ 

- Id.  35a. 

- Id.  37a. 

- Id.  37e-38a. 

- DIES,  A.,  o.c.,  550. 

- Id.  39.  ***■■ 

- Id.  556. 

- Cf.  DIES,  A.,  o.c.,  561  ‘ 

-Id.  565. 


La  {Religión  en. los 


J^ids  {Primitivos 


Fray  Luis  Ace ve do  Quirós. 


I - EL  HECHO  RELIGIOSO. 

Para  poder  explicar  el  he 
cho  religioso,  hay  que  desentrañar  su  contenido  síquico, mo- 
ral y ético  que  se  manifiesta  en  los  ritos,  en  las  fiestas, 
en  las  instituciones  y demás  obras  de  todos  los  tiempos  yde 
todas  las  regiones;  porque  no  se  debe  negar  el  gran  influjo 
que  ese  "hecho"  ejerce  en  la  vida  moral,  cultural  y social 
de  los  pueblos. 

De  acuerdo  con  las  serias  investigaciones  cientí- 
ficas como  históricas,  llevadas  a cabo  en  todas  las  latitu- 
des do  la  tierra  y el  cúmulo  de  fehacientes  documentos  so- 
bre el  hecho  religioso,  tenemos  que  rechazar  hoy  día  la  gra 
tuita  y absurda  hipótesis  de  que  existen  o existieron  tri- 
bus carentes  en  absoluto  de  creencias  religiosas  e ideas  es 
pi rituales . 

Se  ha  comprobado  que  todos  los  pueblos  por  salva- 
jes que  sean,  poseen  los  elementos  esenciales  de  toda  reli- 
gión, a’ saber : l)  "el  reconocimiento  de  uno  o varios  pode- 
res que  no  dependen  de  nosotros;  2 ) un  sentimiento  de  depe 
dencia  del  hombre  con  respecto  a ese  poder  o poderes;  3)  p 

- 41 


1 


■*— 


1,1  • 


'lo  I» 


LA.  RELIGION  EN  LOS  PUEBLOS  MAS  PRIMITIVOS 


sibilidad  de  trato  y comunicación  con  esos  poderes”  (l).  Es 
to  es  natural,  puesto  que  el  hombre  con  su  propia  razón  al 
contemplar  por  una  parte,  la  maravilla  del  mundo  que  lo  ro- 
dea y discurrir  en  el  origen  de  todas  las  cosas  y aún  más, 
de  sí  mismo,  llega  a pensar  y reconocer  la  existencia  de  un 
Ser,  autor  de  todo  cuanto  existe;  por  otra  parte,  el  hombre 
al  considerar  sus  propias  miserias,  sus  extravíos,  su  impo- 
tencia para  tantas  cosas,  busca  ansioso  un  poder  superiorq' 
sea  su  auxilio  y protección.  De  estas  consideraciones  nace 
en  el  corazón  humano  el  sentimiento  de  dependencia  de  ese- 
ser  grande  y es  entonces  cuando  le  manifiesta  adoración  con 
oraciones  y sacrificios  ya  para  aplacarlo,  ya  para  implorar 
le  bendiciones. 

Esta  natural  relación  qie  hay  entre  el  hombre  y el 
Ser  Supremo,  es  lo  que  llamamos  RELIGION,  la  cual  viene  a 
•constituir  "una  parte  básica  y esencial  en  todos  los  pue- 
blos inciviles  o cultos,  porque  regula  sus  relaciones , los  a 
compaña  desde  la  cuna  al  sepulcro r consagra  los  momentos  mas 
solemnes  de  su  vida,  y para  las  naciones  de  cultura  superior 
es  la  palanca  que  les  imprime  un  movimiento  as  censi  onal  en 
el  orden  político,  social  y moral”.  (2) 

Ahora  bien;  mucho  se  ha  dicho  y escrito  sobré  el 
origen  de  la  Religión  en  los  pueblos  más ''primitivos  . Y aun- 
que no  se  puede  negar  la  evolución  de  la  humanidad  en  casi 
todos  los  campos,  no  por  eso  se  puede  aceptar  la  teoría  del 
Svoluci onismo . Existe  una  diferencia  radical  entre  evolu- 
ción y evolucionismo;  este  es  una  tendencia  determinada  que 
pretende  hacer  pasar  el  "hecho  religioso"  por  ciertas  fases 
que,  arrancando  de  las  más  groseras,  y toscas  concepciones  - 
religiosas,  pasa  por  el  shamanismo,  el  animismo,  el  fetichis 
mo,  la  idolatría,  hasta  llegar  al  culto  de  divinidades  espe 
cíficas  y a la  idea  de  un  ser  divino,  sobrenatural. 

Esta  teoría  es  totalmente  falsa  ya  que  como  hemos 
visto  antes,  debemos  afirmar  que  los  pueblos  más  primitivos 
existentes  hoy  día  -como  los  Yamanas  de  la  Tierra  del  Fuego, 


FR.  LUIS  ACEVEDO  3. 


son  monoteístas  (en  el  sentido  de  que  creen  y adoran  a un  Ser 
Supremo  del  cual  dependen  otros  dioses  a los  que  también  tri 
butan  culto).  "La  creencia  espiritualista  en  Dios  es  absolu~ 
tamente  natural...  los  pueblos  cuya  mentalidad  se  ha  conser- 
vado más  pura,  sbrí  monoteístas;  creen  en  un  Dios  único,  esoi 
ritual,  moral".  (3) 

Cabe  entonces  preguntar:  Cono  pudo  el  primitivo  lie 
gar  al  conocimiento  de  un  dios  único?  Se  responde  que  con  la 
ayuda  de  la  Razón  natural,  la  cual  lleva  en  sí  mioma  su  prin 
cipio  de  desenvolvimiento,  aunque  para  ello,  como  lo.  vida,  re 
quiera  condiciones  exteriores  favorables. 

H ^UNAS_ACLARACI01IES 

Antes  de  entrar  a estu- 
diar el  hecho  religioso  en  los  pueblos  más  primitivos,  con — 
viene  hacer  algunas  aclaraciones:  no  hay  que  confundir  Reli- 
gión, Mitología  y Magia.  Es  necesario  distinguirlas  aunqie  nc 
separarlas,  ya  que  f recuénteme nte ' se  interfieren  entre  sí.  A 
pesar  de  las  muchas  relaciones  con  la  religión,  la  "Mitolo  - 
gía"  no  es  en  sí  religión.  El  origen  de  la  mitología  puede  i 
• ser,  ya  el  libre  curso  que  el  hombre  dió  a su  imaginación  fe 
cunda,  ya  de  la  necesidadde  explicar  algún  miste ri o o rito  ~ 
incomprensible.  También  puede  ser  un  conjunto  de  cuentos  de 
hadas . 

En  cuanto  a la  "Magia",  aunque  se  halle  ordinaria- 
mente meaolada,  es  más  diferente  de  la  religión  propiamente 
dicha.  La  magia  esmás  bien,  tina  ciencia  basada  en  las  fuer- 
zas naturales  desconocidas,  a las  que  es  posible  doblegar  por 
medio  de  conjuros  e invocaciones  especiales.  "Las  relaciones, 
base  de  toda  religión  entre  el  hombre  y Dios,  relaciones  de 
subordinación  por  parte  del  hombre,  están  completamente  tras 
tocadas,  de  manera  que  la  magia,  más  que  forma  religiosa,  es 
su  caricatura  y remedo".  (4) 

Hay  necesidad  también,  de  fijamos  en  los  sentidos 
muy  diferentes  que  pueden  ocultar  y en  las  explicaciones  muy 
diversas  que  pueden  admitir  los  mismos  ritos,  o los  ritos  ex 

- 43 


: 


. 

| LA  RELIGION  EN  LOS  PUEBLOS  MAS  PRIMITIVOS 

I ter^ormente  semejantes.  Así,  los  sacrificios  humanos  tienen 
i causas  y fines  distintos  según  los  lugares,  los  tiempos, las 
; circunstancias,  etc.  En  Méjico,  por  ejemplo,  se  hacen  por 
| el  deseo  de  revivir,  de  vigorizar  al  dios.  En  los  cultos  cam 
i gestres,  para  reanimar  el  poder  de  vida  que  asegure  la  pró- 
xima cosecha;  pero,  no  parece  que  el  sacrificio  humano  sea 
«conocido  en  la  religión  agraria.  (5) 

III,-  LA  RELIGION  EN  LA  CULTURA  ARCAICA  o primera 
' religión  de  la  Humanidad. 

| La  mentalidad  de  los  pueblos  ar- 

| caicos  se  presenta  bajo  dos  aspectos.  En  el  primero,  el  hom 
| ore  está  separado  del  mpndo;  el  mundo  vive  en  él;  la  vida  - 
; circula  en  el  mundo  y en  el  hombre.  Un  tubérculo  comestible 
es  carne  de  los  antepasados,  y por  eso,  venerado  y comido 
. con  respeto. 

Del  mismo  modo,  la  montaña,  el  árbol,  el  lagarto, 
í er-I  oso  son  personas.  Y así  el  mundo  se  le  presenta  revesti - 
! dio  de  humanidad.  A este  estado  se  le  llama  "cosmof ormismo" , 

* praesto  que  no  hay  distancia  entre  el  sujeto  y el  objeto;  to 
de  es  subjetivo. 

En  el  segundo  estado,  el  hombre  no.  se  confundé  más 
con  el  mundo;  percibe  la  objetividad;  es  ‘Oüt onces  cuando  des 
•cubre  la  noción  de  ante p as ado  y lo  hace  superhombre,  héroe 
■j  o dios.  Obedeciendo  a los  impulsos  de  su  propio  espíritu,  a 
^ granda  la  distancia  entre  sujeto  y objeto;  esta  objeti vacio 
j racional  del  hombre  es  lo  que  se  llama  "antrppomorf ismo" (6). 

í 

Tenemos  pues,  qje  el  hombre  arcaico  descubre  la 
realidad  de  cuanto  le  rodea  por  un  conocimiento  mítico  que 
\ es  de  origen  afectivo,  y por  un  conocimiento  raci onal  q*  se 

* descubre  a medida  que  van  desarrollándose  los  corolarios  del 
pensamiento  lógico;  porque  con  el  trabajo  de  su  propia  ma- 

c no  descubre  técnicas  apropiadas  y deduce  ciertas  leyes  de 
las  cosas  que  le  permiten  ir  ensanchando  el  campo  de  sus  in 
vestigaciones  .en  el  mundo  que  lo  rodea. 

* 


1 


44  - 


' • • *FRjr.  LUIS  ACEVEDO  Q. 

Lo  que  más  llama  su  atención  es  el  misterio  del  fru 
to  de  la  tierra  y el  de  la  hembra  que  ,los  llevan  a estable  ~ 
cer  una  relación  entre  la  gestación  de  aquélla  y la  de  ésta; 
ve  circular  en  ambas  una  misma  vida,  distingue  la  forma  de 
un  "otro",  un  ser  mítico  (tótem)  que  es  la  vida  del  mundo  en 
relación  con  él.  Así,  la  significación  de.  la  vida  total  del 
ser»  la  plenitud  que  experimenta  el  hombre  que  la  posee  en 
sí  y,  en  fin,  la  vista  del  mundo  que  gravita  alrededor  del 
ambiente  totémico,  "dan  a la  relación  con  el  tótem  el  carác- 
ter de  una  fé,  y ya  de  una  ética;  allí  están  los  caracteres 
de  un  conjunto  religioso”.  (7) 

Mas,  a despecho  del  totemismo,  el  hombre  arcaico  - 
percibe  formas  diversas  que  designa  con  distintos  nombres  y 
que  nosotros  llamaríamos  "genios”;  son  una  "alterité"  fuera 
de  él,  o una  proyección  de  él.  El  hombre  está  ya  en  camino  - 
de  personificar  más  que  a un  ser  mítico  esa  "alteri té” , y de 
ver  en  ella  una  presencia,  una  persona  con  la  que  puede  en- 
trar en  comunicación:  el”dios”.. 

Sin  embargo,  debemos  notar  aquí,  que  este  "di os "no 
es  único  puesto  que  las  cosmogonías  mas  antiguas  parten  gene 
raímente  de  una  dualidad  o pareja.  Para  llegar  a la  personi- 
ficación del  dios,  el  hombre  arcaico,  pasa  primero  por  una  e_ 
tapa  en  la  que  tributa  respeto  al  "cadaver",  al  que  reviste 
de  un  carácter  augusto,  pues,  piensa  que  el  hombre  muerto  , 
crece  en  dignidad  y está  por  encima  de  todos.  Esta  deifica  - 
ción  del  cadáver  prepara  el  culto  a los  Antepasados  . uon  es- 
to,  el  hombre  busca  más  bien  que  sobresalir,  prolongarse  a sí 
mismo  en  el  tiempo;  por  esta  causa  se  explican  las  grandes  y 
hermosas  tumbas  y pirámides  de  algunos  pueblos. 

Por  esta  época  el  culto  al  antepasado  Femenino , es 
igual  al  del  antepasado  masculino;  mas  tarde,  aquel  pierde  su 
cualidad  propiamente  ancestral  y toma  el  aspecto  de  una  per- 
sona mítica,  creándose  así  la  diosa  d’e  la  "Fecundidad’  . En 
•esta  forma,  el  pensamiento  racional  arcaico  a través  de  los 
tanteos  del  culto  a los  Antepasados,  despoja  al  cadáver  de  su 

- 45 


HA  RELIGION  EN  LOS  PUEBLOS  HAS  PRIMITIVOS 


personalidad  para  dar  consite ncia  personal  y forma  de  dioses 
■a  los  seres  míticos. 

Las  Formas  Rituales  del  pueblo  arcaico  -según  Mau- 
rice Leenhardt-  consisten  principalmente  en:  a)  Ritos  funera 
rarios  que  comprenden  tres  fases.  En  la  primera  se  desembara 
san  del  cadáver  por  disecación,  incineración,  entierro, etc . ; 
an  la  segunda  se  reúnen  les  informes  próximos  de  su  muerte ; y 
en  la  tercera,  varios  anos  después,  se  hace  el  envío  del  ca- 
dáver al  lugar  de  los  muertes  de  donde  no  podrá  regresar  nun 
ca,  b)  En  danzas,  cantos  letanías,  etc.,  pero  especialmente, 
en  la  " ofrenda"  que  es  condición  de  toda  religión  y en  el,Tsa 
orificio";  en  el  sacrificio  de  propiciación,  se  ofrece  un  a- 
nimal  sin  mancha  alguna  y se  inmola  bajo  los  cimientos  de  la 
misma  mansión;  el  sacrificio  de  expiación  se  hace  por  la  ne- 
cesidad que  hay  para  apaciguar  la  ira  de  los  dioses.  (8) 

Con  lo  dicho  hasta  aquí,  podemos  concluir  que  para 
poder  estudiar  el  "hecho  religioso"  en  el  pueblo  arcaico,  es 
necesario  primero  estudiar  su  mentalidad  que  nos  muestra  la 
dificultad  del  hombre  para  descubrir  la  realidad  objetiva  del 
mundo  que  lo  rodea,  a través  del  mito  y con  la  ayuda  de  su 
razón  natural.  En  estas  formas  inferiores  de  su  religión,  se 
perciben  ya  (cómo  lo  anotamos  anteriormente),  los  elementos 
esenciales  a cualquier  religión  más  elevada. 

IV.-  -LA  RELIGION  EN  LOS  PUEBLOS  "PRBUTIVOS". 

Se  da  el  nombre  de  "primitvo"  o salvaje  a aquellos 
pueblos  que  aún  permanecen  en  un  estado  ínfimo  de  civiliza  - 
ción.  Pero,  para  comprender  mejor  el  desenvolvimiento  de  su 
religión,  es  necesario  hablar  sobre  las  diversas  etapas  (más 
bien  de  carácter  sociológico)  que  los  etnólogos  han  observa- 
do y clasificado  en  esos  pueblos: 

a)  Los  pueblos  MAS  PRIMITIVOS  (9).-  Estos  viven  de 
todo  aquello  que  la  naturaleza  les  ofrece  pródigamente:  caza, 
pesca,  frutos  y raices.  Habitan  generalmente  en  regiones  i- 
naccesibles ; no  conocen  la  agricultura  ni  se  dedican  al  pas- 

46  - 


FR.  LUIS  ACEVEDO-Q. 

toreo,  utilizan  el  arco  cano  arma  y de  la  madera  hacen  los 
utensilios  más  necesarios.  El  hombre  trabaja  diariamente  pa 
ra  buscarse  el  alimento,  saliendo  a cazar,  en  tanto  que  la 
mujer  hace  la  recolección  de  frutos  y raices.  La  caza  des- 
pierta muchos  sentimientos  y agudiza. el  ingenio  del  hombre; 
en  cambio,  la  vida  de  la  mujer  es  más  monótona,  aunque  sua- 
vizada por  el  amor  y cuidados  que  depara  a sus  hijos.  Elpri. 
mitivo  se  siente  dueño  y señor  de  la  naturaleza,  de  ahí  oue 
se  sirva  de  ella  pero  sin  abusar  no  destruyendo  nada.  La  fa 
milia  es  monogámica;  más  tarde  a consecuencia  de  las  guerras 
o de  las  riquezas,  se  vuelve  poligámica. 

La  Religión  en  el  primitivo  no  brotó  de  lo  irra- 
cional como  qiieren  algunos,  sino  de  lo  racional  puesto  que 
él  sabe  distinguir  muy  bien  entre  causa  y efecto,  entre  hom 
bre  y animal,  de  donde  se  deduce  que  no  existe  el  "totemis- 
mo"  o está  muy  poco  arraigado.  Reconoce  a un  Ser  superior  q’ 
habita  en  los  cielos;  lo  concibe  poderoso  debido  a los  fenó 
menos  metereológicos  del  universo  que  le  causan  terror.  Al- 
gunas tribus,  como  los  indios  de  California,  los  Pigneos  de 
Gabón,  llegaron  al  concepto  de  la  creación  "ex  nihilo"  y co 
mo  es  natural,  a ese  Ser  supremo,  los  primitivos  le  tribu  - 
tan  alabanzas  y le  ofrecen  sacrificios  primiciales. 

A esta  fase  o etapa  pertenecen  los  Bantúes , los  Pig 
meos  del  Congo,  los  Bosquimanos,  los  Yamanas  de  la  Tierra  - 
del  Fuego,  los  indios  de  California,  los  Esquimales , etc. 

c)  Civilización  HA  TRIAR  GAL-  AGRARI  A.  (10) 

Hemos  visto  ya  que  la  civilización  más  primitiva, 
no  conoce  ni  la  agricultura  ni  el  pastoreo.  Ahora  bien;  en 
esta  fase  el  primitivo  da  un  paso  más;  ‘de  la  simple  recolare 
ción  de  frutos  y raices,  pasa  a la  producción,  ya  que  expe- 
rimenta la  imposibilidad  de  conservar  por  largo  tiempo  tan- 
to las  frutas  como  la  carne.  Viene  un  cambio:  la  mujer  len- 
tamente va  adquiriendo  un  dominio  notable  sobre  el  hombreya 
que  como  vimos  antes , la  mujer  es  la  encargada  de  la  recO  — 
lección,  poco  a ñoco  con  el  conocimiento  de  los  vegetales  se 

- 47 


.1!  :)'iwu'i»>mi»  m 


LA  RELIGION  EN  LOS  PUEBLOS  MAS  PRIMITIVOS 


convierte  en  hortelana,  mientras  el  hombre  se  encarga  de 
ifesmontar  el  terreno,  ella  es  quien  lo  cultiva;  de  aquí  que 
si  mayor  trabajo  le  corresponda  a la  mujer.  Y como  al  desa- 
_rrolarse  la  agricultura  se  van  conociendo  también  las  pro- 
piedades aromáticas  y embriagantes  de  algunas  plantas,  apa- 
rece el  "shamismo"  (magia)  y es  el  principal  oficio  de  la  mu 
j?r. 

En  esta  época  el  hombre  es  poco  padre,  pues,  sien 
do  extraño  al  clan  de  su  esposa  (exogamia),  el  verdadero  pa 
dre  de  sus  hijos  viene  a ser  el  hermano  de  ella,  y así  lis 
hijos  están  más  unidos  a la  madre  y al  tío  que  a su  propio 
padre.  El  jefe  de  la  familia  es  la  madre;  el  del  clan  o tri 
bu  es  la  madre  de  la  generación  más  antigua,  o en  su  defec- 
to, la  mayor  de  las  hermanas . Esta  clase  de  gobierno  y orga 
nización  de  la  familia,  es  lo  que  se  llama  MATRI ARCADO,  en 
donde  la  descendencia  se  traza  por  la  línea  materna. 

Como  características  re ligiosas  están,  el  culto  a 
la”Madre  divina"  que  reemplaza  ai  Ser  Supremo  o di  os  del  cié 
lo.  Esta  mujer  tras cendental  es  adorada  a la  vez  como  Madre 
Tierra  debido  a la  analogía  que  la  mujer  percibe  con  ésta  : 
la  tierra  produce  frutos  y ella  engendra  hijos;  también  co- 
mo Madre  Luna  por  la  relación  que  ésta  tiene  con  la  menstrua 
ción  de  las  mujeres.  Están  también  las  ceremonias  de  la  Ini 
ciación  especialmente  para  las  mujeres.  Aparecen  el  culto  - 
craneal,  el  culto  a los  muertos  y los  sacrificios  cruentos 
con  el  fin  de  prolongar  la  vida. 

En  contraposición  a la  preponderancia  femenina, se 
forman  sociedades  de  hombres  que  ejecutan  ritos  con  másca  - 
ras;  practican  la  ridicula  costumbre  de  la"covada"  y dan  lu 
gar  al  animismo  y aún  al  canibalismo,  por  lo  que  la  religio 
matriarcal  fue  por  excelencia  la  de  la  "barbarie  religiosa" 

La  civilización  matriarcal  tiene  su  origen  en  a - 
quellos  países  que  son  aptos  para  la  agricultura;  se  encuen 
tran  en  Australia,  en  las  islas  de  Salomón,  en  Sumatra,  en 
la  costa  oriental  de  la  India,  en  la  región  del  Congo  y de 

48  - 


FR.  LUIS  ACEVEDO  3. 


la  alta  Guinea;  en  las  civilizaciones  Incaica  y andina  de 
la  América  meridional;  en  la  América  del  norte,  al  surdeste 
de  los  Estados  Unidos. 

• _ Mas,  por  el  hecho  de  que  el  Matriarcado  exista  en 

gran  número  de  pueblos  salvajes  y bárbaros,  no  se  infiere  q* 
constituya  una  fase  necesaria  de  la  evolución  social  de  to- 
dos los  pueblos,  ya  que  las  investigaciones  hechas  al  res  - 
pecto  demuestran  lo  contrario. 

d)  Civilización  PATRI ARCAL-TOTEMI CA.  (ll) 

El  "Totemismo”  se  origina  de  algo  tan  extraño  e i 
rracional,  como  es  el  creer  que  el  hombre  y un'  de  te  minad  o~ 
animal  (a  veces  una  planta;  el  sol,  la  luna...)  tienen  un 
tronco  común. 

' Esta  cultura  es  propia  de  los  pueblos  que  han  per 
fecci  onado  el  sistema  de  caza,  y por.  ende,  las  armas  que  u~ 
tilizan  para  ello.  En  los  más  primitivos  la  caza  es  indivi- 
dual, en  cambio  aquí,  participa  toda  la  tribu.  El  hombre  pa 
ra  poder  vencer  las  fieras  con  frecuencia  superiores  a él  7 
estudia  todos  sus  movimientos  llegando  hasta  imitarlos  mara 
vinosamente. 

Cano  la  cacería  es  ocupación  varonil,  lógicamente 
se  desprende  que  la  mujer  pierde  posición  y jerarquía;  suce 
de  todo  lo  contrario  al  Matriarcado.  Los  hombres  están  sepa 
rados  de  la  familia  y los  jóvenes  son  circuncidados  antes  de 
entrar  al  grupo  social  a que  pertenecen.  El  jefe  de  la  tri- 
bu es  el  más  viejo  de  los  hombres  y ejerce  también  el  oficio 
de  mago,  de  aquí  que  en  este  tiempo  se  desarrolle  muchísimo 
la  magia;  esta  cree  poder  obtenerlo  todo;  el  mago  pretende 
con  medios  inadecuados  e irracionales,  conseguir  un  fin  ra- 
cional. Al  relacionar  lá  vida  del  hombre  con  el  sol,  surge 
la  "mitología  solar".  El  Totemismo  no  hace  diferencia  entre 
alma  y cuerpo;  la  educación  consiste  en  vigorizar  la  fuerza 
física  del  hombre  y estimular  sus  pasiones,  por  esta  causa 
el  sensualismo  está  muy  acentuado. 

Ccmo  costumbres*  religiosas  propiamente  dichas  de 

. - 49 


1«. RELIGION  EN  LOS  PUEBLOS  PRIMITIVOS 


ítÉDfase,  se  encuentran  las  ceremonias  de  ia  Iniciación  de 
..es  jóvenes  (circuncisión);  se  considera  al  antepasado  como 
sn supe rhomb re  prodigioso  que  ocupa  el  lugar  del  §er  supre- 
mo^ su  culto  consiste  esencialmente  en  la  imitación,  repro 
dudíendo  periódicamente  sus  gestos  y palabras. 

Pero  debemos  tener  en  cuenta  que  el  Totemismo  en 
sí  considerado,  no  es  una  forma  religiosa,  sino  que  mas  "bien 
táaie  significación  y efectos  sociales.  Frazer  al  hablar  de 
el  dice:  "Los  tótem  no  reciben  culto  ni  son  en  ningún  senti 
do  númenes ; no  se  aplacan  con  plegarias,  ni  se  les  ofrecen 
s.snif icios.  Hablar  del  culto  del  tótem  ccmo  hacen  algunos 
c_rores,  significa  no  comprender  ni  una  palabra  de  los  he- 
crasJ,f . (12) 

La  civilización  Patriarcal -totémica  prevalece  en 
la  costa  meridional  de  Nueva  Guinea,  en  el  centro  de  Austra 
en  Nueva  Caledonia,  en  las  Nuevas  Hébridas  del  sur,  en 
hs  islas  del  Almirantazgo,  en  la  India  hacia  el  centro  de 
la  costa  oriental;  también  se  encuentran  vestigios  en  las  A 
métricas . 

e)  Civilización  de  la  GRAN  FAMILIA  (pastoral  o nj5 
aaiá)  (13). 

En  esta  etapa  la  civilizad óp^primitiva  avanza 
, tniavía  más  : se  establece  la  cría  de  ganado  o la  domestica- 
dSn  de  algunas  fieras;  esto  procura  al  hombre  más  descanso 
yei  trabajo  no  es  aquí  tan  penoso  como  en  la  agricultura. 

La  familia  sufre  un  cambio  ccmpletoí  siendo  elclan 
-jQx  pequeño  que  no  basta  para  el  mantenimiento  y custodia  de 
mchas  cabezas  de  ganado,  surge  y se  organiza  la  familia  Pa 
mi  ar  cal  bajo  el  mando  del  más  anciano;  aparecen  entonces  - 
lís  primeras  dinastías  con  su  germen  de  nobleza  que  se  va 
vransmitiendo  de  generación  en  géneración.  La  autoridad  del 
ptdre  es  indiscutible;  a la  mujer  mientras  más  hijos  tenga, 
sis  se  le  respeta;  en  cambio,  a la  estéril  se  le  desprecia  y 
¿asecha  .con  mucha  frecuencia.  Los  nómadas  son  por  naturale 
» conquistadores;  cuando  en  algún  lugar  se  agotan  los  re  - 


m - 


<T  Oí 


FR.  LUIS  ACEVEDO  Q. 

uarsos  para  el  ganado,  pasan  a otra  parte,  venciendo  así  en 
breve  tiempo  inmensas  distancias. 

La  Religión  de  los  pueblos  nonadas  presenta  carac 
teres  más  racionales  que  el  elemento  del  sol  y la  luna  deT 
Totemismo  y del  Matriarcado.  Los  nómadas  son  los  que  menos 
han  adulterado  la  religión  de  los  pueblos  más  primitivos. 
Los  dioses  del  cielo  y la  mcntaña,  tienen  gran  preponderan- 
cia; el  sol.  cono  el  fuego  sagrado,  ocupan  especial  lugar. 
El  Ser  Supremo  poco  a poco  se  identifica  con  el  cielo  y así 
tenemos  que  en  la  China,  cielo  y dios  son  una  misma  eos  a. El 
Ser  Supremo  está  demasiado  alto  y es  demasiado  grande  para 
ocuparse  de  la  tierra.  Como  acto  religioso  tienen  los  sacri 
fici  os  cruentos;  en  muchos  de  estos  pueblos  pastores  so  prac 
tican  los  ritos  y ceremonias  de  la  circuncisi ón  de  los  jóve 
nes  . 

La  civilización  Pastoral  se  encuentra  en  el  área 
ártica,  en  el  Asia  central,  en  Arabia,  así.  cono  en  el  norde 
te  de  Africa  de  donde  salen  dos  grandes  grupos:  el  uno  ha~ 
cia  el  Sahara  y el  Sudán;  el  otro,  pasando  a través  del  Ai- 
frica  oriental,  llega  hasta  el  Africa  del  sur.  Entre  los  pue 
blon  pastores  más  importantes  están  los  Cafres,  los  Samoye- 
dos,  los  Huracos,  los  Ainos , los  Esquimales,  los  Tunguses . . 

V,-  CONCLUSION. 

Estas  son  a grandes  rasgos  las  ci 
vilizaciones  más  importantes  de  los  primitivos  que  más  tar- 
de muchas  de  ellas  darán  origen  a las  grandes  civilizado  - 
nes  del  mundo.  Ninguna  de  estas  civilizaciones  se  conservó 
pura,  antes  bien,  todas  presentan  influjos  mutuos ; pero  tam 
poco  debemos  creer  que  las  diversas  mezclas  o fusiones  den 
una  cultura  sobre  las  otras,  sucedieron  cronológicamente  y 
necesariamente  como  sostienen  los  evolucionistas. 

Todas  esas  formas  de  religión  que  son  un  conjunto 
armónico  de  sentimientos  íntimos  y prácticas  exteriores  en 
donde  entra  el  hombre  integral  con  su  voluntad,  su  inteli  - 
gencia,  su  sensibilidad,  presentan  un  cuerpo  de  doctrinafaun 
que  rudimentario),  sobre  la  divinidad  con  leyes  que  regula 


*iA  RELIGION  EN  LOS  PUEBLOS  PRIMITIVOS 


la  conducta  del  hanbre  y con  ritos  y plegarias  que  los  reía 
diana  con  esa  misma  "divinidad".  Es  el  fiel  trasunto  de  la 
3EÉ  NaTURAL  puesta  por  el  Creador  en  el  corazón  de  todo  hom 
ir». 

Con  lo  dicho  basta  para  darnos  cuenta  de  cómo  la 
nostalgia  de  Dios  nunca  ha  estado  ausente  del  alma  humana  a 
gobiada  por  las  pésimas  consecuencias  del  pecado  original, y 
cómo  ese  esfuerzo  de  la  Humanidad,  esos  ensayos  más  o me- 
nos felices  de  formas  religiosas,  sólo  encontrarán  plena  sa 
tisfacción  en  la  forma  perfecta  y acabada  del  CRISTIANISMO, 
en  donde  el  Amor  de  un  Dios  humanado,  colma  superabundante- 
mente  los  anhelos  de  felicidad  y eternidad  latentes  en  loín 
timo  del  corazón  humano. 

NOTAS. 

((E)  - Enciclopedia  Ilustrada,  Espasa  Calpe,  Barcelona,  1923 , 
t.  50,  palabra:  RELIGION 

| {£)  - MESSINA,  JOSE,  S.J.,  in  TACCHI -VENTURI  ,S.J. , Historia 
de  las  Religiones,  I Barcelona,  1947,  20 
' Í<E)  - BOUYSSONIE,  A.  in  HUBY,  JOSEPH,  Christus,  Paris,  1927, 
j • 7. 

i (&)  - MESSINA,  J.,  in  o.c.,  24 

! ((5)  - Cf.  BRILLANT,  M.  et  AIGRAIN,  R.,  Histoire  des  Religión 
I Bloud  et  Gay,  13 

(£)  - LEENHARDT,  M.,  in  Brillant,  M.  o.c.,  88 
j (fr)  - Id.,  93 
I (fr)  - Id.,  lOOss. 

| ($J()  - Cf.  SCHMIDT,W.,  The  Religión  of  Later  Primitive  Peo- 
ples,  London,  1948,  1-4 

j ((IO)-  Id.,4ss.;  GORDON,  PIERRE  in  BRILLANT,  M. , o.c.  155 
| ((El)-  Id.,  llss.;  Id.,  164 
■ (0¡ 2)-  Cit.  por  MESSINA,  J.  in  o.c.,  24 

(0-3 ) - Cf.  SCHMIDT,  W.  o.c.,  19ss.j  BOCCASSINO,  R.  in  TACHI- 
VENTURI,  o.c.,  117ss  ; GORDON,  P.  in  o.c. ,165. 


Ea  Ornitología 


R.  P.  Fr. Antonio  Olivares,  O,  F. 

, Mas  ter  of  Sciences  of  the  Catholi: 

. - ’ '/  niversity  of  America,  Washington,! 

• . - ■*.  e . 

La  rajaa  do  la  Zoología  que  trata  las  aves  se  cc 
ce  con  el  nombre  de  Ornitología,  del  Gr.  ornis,  ave,  y le* 
tratado. 

La  ornitología  cient ífi ca,  para  la  correcta  de 
cripción,  clasificación  y determinación  de  las  aves  se  be 
en  la  anatomía,  la  fisiología,  la  genética  que  analiza  2 
cromosomas,  la  ecología  o relación  de  los  organismos  entre 
y con  el  medi  o ambie  nte , la  etología  que  presenta  la  mane 
de  portarse  el  organismo  en  sí  mismo,  la  parasitología, la 
leontología  y la  geografía. 

La  ornitología  que  pudiera  llamarse  p ocular  obse 
va  las  costumbres  de  las  aves  en  su  medio  ambiente:  alimen 
ción,  nidifi caci ón,  canto,  y ameniza  las  descripciones  con 
laci  ones  interesantes. 

Ambas  ramas  -van  íntimamente  unidas  y fácilitan 
progreso  de  los  conocimientos  aviarios.  Quien  pretenda  lie 
a cabo  una  publicación  canpleta,  necesita  conocer  las  cc 
tumbres,  y el  que  se  dedica  únicamente  al  estudio  de  ésta 


mm  '****:.  ■***"- 


LA  ORNITOLOGIA 


ifebe  darse  cuenta  del  desarrollo  y progreso  científicos,  de 
cabra  manera  sería  no  más  que  un  escritor  ameno,  propenso  a e 
■siitir  conceptos  erróneos. 

Las  aves  forman  el  grupo  más  homogéneo  del  reino  a 
animal  y constituyen  ur.a  sola  clase.  En  los  demás  grupos  de 
.vertebrados , a simóle  vista,  se  puede  confundir,  por  ejemplo, 
33Q.  Delfín  (mamífero  cetáceo''  con  un  pez;  un  batracio  ápodo  , 
mi  un  reptil  ápodo.  Pero  naiie  va  a confundir  a un  colibrí, 
sm  alguna  otra  clase  de  vertebrados,  porque  está  mjiy  paten- 
ae su  principal  característica:  las  plumas,  cubierta  el  cuer 
:nr,  que  no  se  encuentran  en  ningún  otro  grupo  del  reino  ani- 
teI,  de  aquí  el  decir  común,  "Al  ave  por  la  pluma". 

Linneo  en  "Systéma  Naturae"  dice  de  las  aves:  "Cor 
¿floculare,  bianritum.  Sanguine  calido,  rubro.  Pulmones  res- 
anar ante  s reciproce.  Macci  1 lae  incumbentes,  nudae,  exsertae,  e 
rfentulae . Penis  subintrans  absque  scroto  oviparae  crus tra  cal 
: carea.  Sensus  : Lingua,  Nares,  Oculi,  Aures  absque  auriculis. 
'-RiAcra:  Pedes  duo.  Alae  duae". 

EI  celebre  ornitólogo  norteamericano  Robert  Ridgv^r 
iÉ^ine  las  aves:  "Birds  are  feathered  ve  rtebrates  animáis"  .Y 
.ain  puede  decirse  solamente:  animales,  con  plumas.  Todas  las 
demás  características  estructurales  las  poseen  en  común,  ya 
SKa  con  los  reptiles  ya  sea  con  los  mamíferos.  El  pico  q1  es 

Í1  ma  estructura  tan  propia  de  las  aves,  se  encuentra  en  algu- 
nos reptiles  (las  tortugas)  y en  un  mamífero,  el  Ornitorinco. 

Las  aves  son  más  afines  de  los  reptiles  que  de  los 
-¡ramíferos , por  esto  Huxley  las  reunió  con  los  reptiles  en  el 
| ^rupo  délas  Saurópsidas . 

Las  características  más  sobresalientes  de  las  aves 
i ser  conún  con  los  reütiles  son:  la.  Reproducción  ovípara.  A 
i easto  debe  añadirse  que  los  cocodrilos,  sitúan  e incuban  sus 
| óhievos  de  una  manera  muy  semejante  a la  de  ciertas  galliná  - 


ARCHAE  OPTE  RIX 
Longitud:  36  cms. 

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por  su 
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R.  P.  FR.  ANTONIO  OLIVARES  C. 


ceas.  2a.  Presencia  de  un  solo  cóndilo  occipital.  3a.  Pose- 
sión del  hues o ^ cuadrado . (Medio  de  articulación  de  la  mandí 
bula- con  el  cráneo) . ~ 

Todo  esto  las  separa  de  los  mamíferos,  además, por 
la  ausencia  de  glandulas  mamarias  y diafragma;  coinciden  cor 
estos  por  tener  circulación  completa  de  sangre  caliente,  en 
lo  cual  se  diferencian  de  los  reptiles. 

A estos  dos  grupos  cono  a todos  los  denás  animales 
las  aves  los  aventajan  por  el  don  del  canto. 

Es  probable  que  las  aves  se  deriven  de  los  repti- 
les, posiblemente  del  Dinosaurio,  porque  los  des  grupos  tie 
nen  muchas  características  similares. 

Los  restos  fósiles  son  más  escasos  en  las  aves  q* 
en  cualquier  otro  vertebrado,  pues  su  delicado  esqueleto  muy 
difícilmente  se.  preserva. 

Las  primeras  aves  hicieron  su  aparición  en  la  era 
secundaria;  del  terreno  calcáreo  Jurásico  es  el  Archae opte- 
rix.  Por  los  restos  fósiles  encontrados  en  Alemania,  se  des 
cribe  así:  tenía  ppeo  más  omenos  el  tamaño  de  una  paloma  do 
méstica;  las  mandíbulas  llevaban  dientes;  los  miembros  anme 
riores  con  plumas  y cuatro  dedos  libres  con  uñas  desarrolla 
das ; las  plumas  de  estos  miembros  eran  verdaderas  rémigas  , 
aptas  para  el  vuelo  y con  sus  respectivas  coberturas;  ade  - 
más,  los  dedos  externos  y libres  capacitaban  al  ave  para  t re 
par  o agarrar;  los  miembros  posteriores  tenían  ya  la  estruc 
tura  de  aquellos  de  las  aves  modernas;  la  cola  era  muy  lar- 
ga, tenía  veintiuna  vértebras  y en  cada  una  de  éstas  un  par 
de  plumas  formando  en  conjunto  un  abanico  alargado;  la  cabe_ 
za,  cuello  y parte  eran  implumes. 

Del  terreno  Cretáceo  los  géneros  mejor  conocidos 
por  sus  fósiles  son  el  Hesperornis  y el  Ichthy ornis  , ambos 
hallados  en  el  Nuevo  Mundo.  Se  diferenciaban  entre  si,  como 
también  del  Archae  opte  rix.  El  primero  era  un  ave  acuática  de 


55 


LA  ORNITOLOGIA 


gran  tamaño  (1.82  m.  de  longitud),  impos  ibi  litada 'para  el  vo 
Lar,  los  miembros  anteriores  (alas)  se  reducían  al  húmerojeT 
«sternón,  sólo  tenía  un  amago  de  quilla;  los  pies  tenían  cua 
tro  dedos,  todos  dirigidos  hacia  adelante.  El  segundo  (ich  - 
thyornis ) mostraba  los  miembros  anteriores  muy  desarrollados, 
lo  mismo  que  el  esternón,  era  apto  para  el  vuelo.  Uno  y otro 
tenían  la  cola  corta  y ya  muy  parecida  a la  de  las  aves  ac- 
tuales . 

Los  taxónomos  colocan  al  Archae op te ri x en  la  sub- 
clase Archae  orni  the  s , aves  ancestrales,  y al  Hesperornis  e 
I chthyi rni s en  la  subclase  Neornithes,  verdaderas  aves;  de  la 
era  terciaria  en  adelante  (período  Eocénico)  las  aves  fueron 
perdiendo  los  dientes  y progresivamente  tomaron  todas  las  ca 
ráete rís ti cas  de  las  actuales. 

La  ornitología  ha  progresado  velozmente  sobre  todo 
en  este  siglo,  y principalmente  en  el  campo  taxonómi  co. Hasta 
el  presente,  se  han  registrado  de  las  Archae oni the s un  orden 
con  una  familia  y de  las  Neornithes,  33  órdenes  con  210  fami 
lias  (entre  fósiles  y actuales)  y unas  10.000  especies. 

De  Colombia  se  anotan  21  órdenes  con  85  familias  , 
670  géneros  y alrededor  de  2.600  especies  -\r.subespecies . De 
tal  manera  que  en  esta  República  se  conocen  prácticamente  ca 
si  todas  las  especies  existentes,  pero  de  muy  pocas  se  ha  es 
tudiado  su  ecología. 


CARACTERÍSTICAS  EXTERNAS  DE  LAS  AVES. 

En  el  cuerpo  de  un  ave  se  observan  dos  regiones  e 
aenciales,  ambas  de  forma -ovalada:  el  tronco,  en  posición  o- 
blicua,  sobre  dos  patas,  con  los  miembros  anteriores  trans  - 
formados  en  alas  y terminado  por  una  cola  de  plumas;  la  cabe 
za,  unida  al  tronco  por  un  cuello  nrqueado  en  forma  de  S. 


56  - 


LAM 


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ESTRUCTURAS  TIPICAS  DE  CABEZAS  DE  AVES  COLOMBIANAS. 


occipucio 

CION 

OPTALMICA 


fVJñiCVLfífí 


coRonutA 

frente 

LOR 
HAXILA 
VI8RISA 

."■unoiauiA 


CARUMCÜiÁ 


R.  P.  FR.  ANTONIO  OLIVARES  C 


' aCABEZA«-  Ea  alargada  (serpenti forme)  en  las  va: 

zas  (familia  Ardeidae),  el  Pato  Aguja  (anhinga  anhinga) ;grue 
sa  y derondeada,  águilas  (familia  Accipitridae ) ; las  galli  3 
nas  ciegas  (orden  Caprimulgif onnes ) , las  golondrinas  (famiüe 
Hirundinidae)  la  presentan  ancha  y aplanada;  en  los  pájaros 
(orden  Passerif  ornes ) tiende  a ser  redondeada.  Todas  estas 
formas  son  derivaciones  de  la  ovalada. 


Se  distinguen  en  la  cabeza:  el  pico,  formado  por 
las  mandíbulas  y sus  cubiertas  córneas;  la  frente , la  coroni 
° vertex,  regiones  anteriores  y superi  ores;  el  occipuci  c, 
parte  posterior,  y superior;  el  lorum,  lado  de  la  cabeza  eñ? 
tre  la  base  del  pico  y el  ángulo  anterior  del  ojo;  puede  ser 
implume  corno. en  los  cormoranes  (familia  Phalacrocoracidae) ,o 
* plumado,  lo  que  es  más  canún;  cuando  es  implume  está  cubier- 
to de  vibrisas  o es  sedoso.  Los  ojos , a los  lados  de  la  cabe 
! .za»  pero  las  lechuzas  y buhos  . (orden  Strigiformes ) los  lie” 
van  adelante  en  la  cara  rodeados  por  un  círculo  de  plumas . 

La  región  optálmi  ca  o peri  ocular,'  zona  alrededor  del  ojo;  la 
1 región  auricular  o parotida,  que  circunda  el  oído.  Pico, fren 
t te,  lores,  ojos  y mejillas  forman  la  cara.  ~ 


Las  plumas  de  la  coronilla  o del  occioucio,en  cier 
tas  especies  se  alargan  y forman  moños,  copetes,  penachos  "o 
airones , como  en  águilas,  algunos  pájaros  y garzas  . La  piel 
de  la  frente  y parte  de  la  coronilla,  puede  formar  rugosida- 
des o expansiones,  conocidas  como  carúnculas  o crestas,  ejem 
pío  de  tales  estructuras  se  observa  en  el  Condor  de  nuestros 
Andes  ( Vultur  gryphus)  - 


La  cabeza  es  plumada,  en  la  mayoría  de  las  aves, De 
ro  implume  en  el  Garzón  soldado  (Jabirú  mycteria),  los  galli* 
nazos  (familia  Catharti dae ) . Cuando  es  c cmp letame n te  implume, 
la  piel  se  presenta  con  rugosidades,  o cubierta  con  vibrisas 
muy  ralas.  En  el  caso  de  la  cabeza  plumada,  los  orificios  de 
los  oídos  se  encuentran  c cmp let amente  ocultos,  tacados  por 
las  plumas;  en  los  buhos  y lechuzas,  sa  se  nota  algún  rastro 
de  ellos. 

r.  57 


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1 


•L¿  ORNITOLOGIA 


El  Buitre  de  Ciénaga  (Anhima- cornuta)  lleva  sobre 
is.  cabeza  una  especie  de  cuerpo  muy  delgado,  algo  así  como 
-uraa  antena,  de  casi  un  decímetro  de  longitud. 


EL  PICO.-  Es  un  órgano  formado  por  las  mandíbu  - 
Les-  y su  cubierta  córnea;  no  se  encuentra  solamente  en  la 
clase  de  las  aves,  pero  sí  es  muy  característica  de  ellas. 
Forma  parte  del  aparato  digestivo,  como  también  del  respira 
•parió.  Lo  utilizan  en  la  apre  nensí  on  de  los  alimentos  ; al gu 
íes  aves  trituran  con  él  los  granos  o desgarran  _sus  presas^ 
x taladran  troncos;  la  mayoría, con  él  fabrica  sus  nidos ;tam 
ñrén,  es  un  órgano  de  defensa,  y los  loros  (familia  Psitta- 
xidae)  se  ayudan  con  él  en  la  acción  de  trepar. 

Se  dijo  que  hace  parte  del  aparato  digestivo  en 
cuanto  que  constituye  la  boca;  las  dos  piezas  que  lo  forman, 
La  superior  o maxila,  y la  inferior  o mandíbula  están  des- 
provistas de  dientes;  varias  especies,  hoy  día  fósiles,  sí 
los  poseían . 

Generalmente  la  maxila  cubre  la  mandíbula, pero  hay 
ixcepciones;  y así  el  Flamenco  (Phenic  opte  rus  ruber)la  pre- 
senta.más  pequeña,  parece  una  reducida  tapa  de  mandíbula; ca 
so  semejante  ocurre  en  el  Pico  tijera  (Rynchops  nigra  cine- 
raceus), cuya  maxila  es  más  corta  que  la  mandíbula  y extre- 
madamente ccHTrorimida,  semeja  un  brazo  de  tijera  sobre  laman 
díbula.  En  los  loros  la  maxila  tiene  una  curiosa  articula  - 
ción  con  el  cráneo  que  le  permite  cierto  movimiento,y'ren  el 
pico  tijera,  todavía  es  más  móvil. 

El  pico  puede  ser  más  largo  que  la  cabeza,  como  en 
los  colibríes  (familia  Trochi lidae ) , entre  los  cuales  hay 
géneros  que  lo  presentan  a ^ún  más  largo  que  el  cuerpo;  otro 
tanto  sucede  en  los  tucanes  o diostedés  (familia  Pamphasti- 
dae),  con  la  particularidad  de  ser  la  base  más  gruesa  q*  la 
cabeza.  Lo  más  común  es  que  es  tan  largo  o más  corto  que  la 
cabeza. 


CABEZAS  TIPICAS  DE  AVES  COLOMBIANAS:  A, Buitre  de  Ciénaga. 
B,Bichajué .C, Gal lito  de  Ciénaga. D, Pato  Real. E, Loro. F, Cón- 
dor .G,Agui la.  H,Buho. 


FORMA  S DÉ  PICOS  DE  AVES  COLOMBIANAS:  A,Pato  cucharo.B,Peli- 
cano#C, Espátula. D, Pico  Ti  jera.E,Pato.F,  Garzón  S ó Idado.  G,  Fla- 


menco. H,Chorlo,  Caica.  I, Colibrí. 


—i* 


i» 


IRMAS  DE  PICOS  DE  AVES  COLOMBIANAS  í A, Ibis  .B, Chis ga.C, Tucán. 
Guácharo  .E , Paloma  .F , Turpi  al  .G  ,Hal  c 6n « H,  Pe  tre  1 . 


R.P.  FR.  ANTONIO  OLIVARES  C. 


Es  recto  o curvo:  el  primero  se  encuentra  por  e j. 
en  las  garzas;  el  segundo  en  las  rapaces.  La  curvatura  es* 
suave  como  en  las  gaviotas  (familia  Laridae),  o brusca  como 
en  los  loros; -generalmente  la  curvatura  está  en  la  maxila, 
siendo  la  mandíbula  recta;  obsérvese  un  águila  o un  loro;no 
obstante,  dicho  caso  se  observa  por  lo  común  en  los  picos 
cortos.  En  la  mayoría  de  los  casos,  es  curvohacia  abajo. Lo 
presentan  curvo  hacia  arriba,  entre  otras  especies,  el  Gar- 
zón soldado  ( Jabirú  nycteria) , el  Alcaidito  o Gallito  de  Cié 
naga  (Himantopus  himaitopus~7,  esta  clase  de  curvaturas  es* 
siempre  muy  suave.  Los  patos  (familia  Anati dae)  lo  llevan 
recto,  pero  en  la  punta' se  nota  una  especie  de  uña, curva  ha 
cia  abajo.  ' 

í La  punta  es  aguda,  sin  embargo  la  Espátula  (Ajaia 
a jai a)  lo  muestra  ancho  en  dicha  parte,  y aplanado,  de  ahí 
su  ncmbre  común.  Los  Ibis  (familia  Threskiornithidae) , po  - 
seen  un  pico  muy  largo,  delgado,  curvo  y con  sus  mandíbulas 
remas.. 

, En  los  Pelícanos  (familia  Pe  le  cani  dae ) , la  mandí- 
bula inferior  lleva  una  especie  de  bolsa  que  sirve  para  al- 
macenar alimento. 

La  cubierta  de  las  mandíbulas  se  llama  ramf oteca; 
la  que  cubre  la  superior  se  designa. como  rinoteca,  y aqué- 
11a  de  la  inferior,  gnoteca;  cuando  constan  de  una  sola  pie 
za  se  denominan  simples  y compuestas  en  el  caso  contrario  ; 
esto  último  se  encuentra  en  muy  pocas  especies,  tales  ccmo 
en  las  aves  marinas  de  la  familia  Procellariidae  y.  en  los 
Tinamúes  (familia  Tinamidae). 

La  arista  dorsal  medianera  de  la  maxila  se  llama 
culmen.  A los  bordes  de  las  mandíbulas  se  les  da  el  nombre 
de  tomias ; se  presenta  lisa,  como  en  la  gran  mayoría  de  los 
pájaros;  festoneada,  en  ciertas  rapaces;  dentada  o denticu 
lada,  a lo  menos  la  tomia  de  la  maxila  muestra  una  especie 
de  dientes,  tal  ocurre  en  una  rapaz,  conocida  en  nuestro 


LA  ORNITOLOGIA 


país,  como  Gavilán  (Harpagus  b i dentatus ) ; en  las  garzas  ambas 
mandíbulas  son  de  tamia  denticuladas,  porque  llevan  unos  fi„ 
nísimos  dientes  dirigidos  hacia  atrás,  a la  manera  de  sierra; 
debiera  decirse  tomia  aserrada.  Naturalmente,  los  dientes  men 
donados  no  s en  más  que  prolongaciones  y muy  pequeñas  de  la 
cubierta  córnea  de  las  mandíbulas.  Las  t omi  as  más  curiosas  se 
encuentran  en  los  flamencos  y en  los  patos : llevan  una  serie 
de  laminillas  transversales  que  sirven  de  coladero. 

En  la  maxila  están  las  aberturas  de  las  fosas  nasa 
les  o narinas , el  comienzo  de  los  conductos  aeríferos  del  a- 
parato  respiratorio.  Por  su  posición,  son  basales  o basila  - 
res;  en  este  caso,  en  varios  géneros  de  Paserif ormes  van  cu- 
biertas por  vibrisas;  Laterales , el  tipo  más  común,  cuandose 
localizan  a los  lados  del  culmen;  medianas,  hacia  la  mitad  de 
la  maxila. 


Según  su  forma,  lineares , en  las  garzas ; oblongas , 
más  anchas  que  largas,  en  las  rapaces;  circulares,  en  un  gran 
número  de  Paserif  ormes ; elípticas,  en  patos;  ovaladas , en  pa 
lomas'  (familia  Columbi dae"J!  las  más  curiosas  son  las  tubulaL 
res , que  se  abren  en  la  extremidad  de  un  tubo,  en  las  Proce- 
llariformes;  oper  culadas  , cuando  en  parte  están  cubiertas  por 
una  membrana.  En  los  Gallinazos  y sus  congéneres,  no  ,hay  ta- 
'-  bique  intermediario,  horadadas . Las  galotas  (familia  Suli  - 
dae)  no  poseen  narinas,  tienen  que  abrir  el  pico  para  respi- 
rar . 

Aves  como  las  rapaces,  palomas,  loros,  presentan  u 
na  membrana  en  la  base  del  pico,  la  cera;  en  las  palomas,  se 
muestra  con  notables  rugosidades  o abultamientos . Hay  picos 
que  llevan  en  su  base  carnosidades,  conocidas,  como  caráncu  - 
las,  así  el  del  Pato  real  (Cairina  moschata),  el  Gallito  de 
Ciénaga  (Jacana  spinosa)  ostenta  gruesas  membranas  que  se  pro 
longan  hasta  cubrir  la  frente  y parte  de  la  coronilla,  a la 
manera  de  un  escudete.  * 

El  punto  de  unión  de  las  dos  mandíbulas  se  llama  - 


60  - 


R*  P.  FR.  ANTONIO  OLIVARES  C. 


comisura  bucal  o'  rictus;  está  adelante  de  los  ojos  en  los  pá 
jaros;  debajo  en  las  garzas;  atrás  en  las  galli nácie gas . 

Si  se  sigue  el  principio  fisiológico  de  que  la  fun 
ción  hace  el  órgano,  debe  admitirse  que  las  aves  han  desarra 
liado  su  pico  con  una  adaptación  perfecta  a. sus  hábitos  ali~ 
menti ci os.  Así,  las  águilas  ccmo  necesitan  desgarrar  su  pre- 
sáj  el  pico  es  de  maxila  fuertemente  encorvada  y sguda  punba; 
las  garzas  deben  apoderarse  de  los  ágiles  pececillcs,  lo  pre 
sentan  agudo  y comprimido,  además  de  tandas  aserradas , lo  queT 
hace  de  él  una  especie  de  arpón;  los  carpiteros  (familia  Pi- 
cidae)  taladran  los  troncos  de  los  árboles  para  construir  sus 
nidos  o sacar  insectos,  lo  muestran  con  sus  mandíbulas  termi 
nadas  en  escoplos;  los  pájaros  en  algunos  de  sus  géneros, tri 
turan  semillas  muy  duras,  su  pico  es  corto,  de  maxila  globo” 
sa,  lo  que  sucede  de  igual  manera  en  los  loros;  los  colihdes 
sacan  pequeños  insectos  y el  néctar  de  la  base  de  las  flores, 
su  pico  es  largo  y delgado;  un  género  de  estos  últimos  (Aqui 
la),  lo  lleva  tan  largo  como  curvo,  perfectamente  adaptado  - 
para  introducirlo  en  corolas  tubuliformes.  Los  flamencos  y 
los  patos  encuentran  su  alimento  en  el  cieno,  pero  deben  ex- 
peler éste;  por  eso  tienen  sus  mandíbulas  con  laminillas  pa- 
ra colarlo.  Los  ibis  rgustan  de  gusanos  y los  extraen  de  los 
terrenos  con  su  largo  pico  que  es  tubular. 

.v  ■»**••'  " r “ 

Cuando  el  pico  es  cóni co  y corto,  pero  necesita  ser 
fuerte,  la  arista  ventral  de  la  mandíbula,  llamada  gonis , es 
bastante  pronunciada.  Para  mayor  refuerzo,  en  el  Pato  cucha- 
ro  (Cochlearius  cochlearius)  existe  una  quilla  sobre  el  cul- 
men, por  ser  el  pico  muy  ancho;  este  tipo  es  el  carenado. 

El  pico  es  un  órgano  tan  perfecto  que  no  obstante 
su  constitución,  posee  glándulas  nasales,  que  se  abren  en  el 
vestíbulo  de  las  narinas,  y tienen  la  función  de  humedecer  y 
limpiar  las  fosas  nasales. 

Antiguamente  se  prestó  tanta  atención  a la  forma, 
estructura  y tamaño,  que  se  hicieron  o dividieron  las  aves 

- 61 


111  « ■ 'II. 


Jl  ORNITOLOGIA 


ar  los  grupos  de  las  Dent  irros  tras , Fisirrostras , ' Conirros- 
tras , Acutirrostras  , Curvi  rros  tras  , Teni  rrostras , Longi rr os 
Tras , Presi  rrostras  , Culti  rrostras,  Cre  ni  rrostras  , Lame  3 i - 
Tros  tras  y Obtusi  rrostras  . Oken,  en  sus  estudios  ornitolo- 
-|jLcos,  les  dio  primacía  a los  caracteres  del  pico,  auncuan- 
ü»  no  empleó  todos,  los  nombres  anteriores. 

Ciertos  autores  han  dicho  que  el  pico  es  la  pro- 
longación de  la  boca  en  la-  aves;  otros,  que  es  el  rostro. 
St  el  campo  fisiológico  diji  alguno,  que  la  estructura  y la 
•forma  del  pico  determina  la  clase  de  alimentación. 


EL  CUELLO.-  El  cuello  de  las  aves  está  dotado  de 
■gran  movimiento,  tanto  de  rotación  como  de  extensión;  en  nin 
gún  otro  vertebrado  es  tan  activo.  Las  aves  que  sacan  o a - 
Prapan  sus  presas  en  medios  acuáticos  y a cierta  profundida 
tienen  un  cuello  largo,  tales  son  las  garzas,  flamencos, pa 
tos,  etc.  Las  aves  de  rapiña  lo  llevan  corto,  pero  grueso  y 
ffuerte.  En  todo  caso,  la  mayor  o menor  longitud  y grosor  es 
tá  de  acuerdo  con  los  hábitos  alimenticios. 

Los  gallinazos  y sus  congéneres  lo  presentan  semi 
•desnudo:  solamente  está  plumado  en  su  base,  porque  necesitan 
introducirlo  en  los  cadáveres;  parece  un  brazo  remangado, al 
ejecutar  dicha  operación.  El  del  Garzón  soldado  es  implume. 
La  piel  de  los  cuellos-  semidesnudos  lleva  rugosidades,  gene 
raímente  de  vistosos  colores. 

La  región  anterior  y superior  del  cuello  se  llama 
garganta ; la  superior  y posterior,  donde  se  une  a la  cabeza, 
nuca. 

Se  encuentran  adornos  muy  vistosos  en  el  cuello  : 
las  gorgue ras  de  los  cóndores;  también  penachos  de  plumas  qr 
cuelgan  de  la  base  anterior,  como  en  la  Garcita  blanca  (Leu 
cophoyx  thula  thula).  La  base  del  cuello  es  muy  dilatable 
’en  las  aves  de  buche  voluminoso,  como  también  en  las  canoras. 


62  - 


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R.P.  FR.  ANTONIO  OLIVARES  C. 


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EL  TRONCO.-  La  estructura  del  tronco  de  las  aves, 
para  la  adaptación  al  vuelo,  tiene  una  rigidez  no  observada 
en  ningún  otro  vertebrado. . Su' tipo  de  esqueleto  hace  de  él 
una  caja  casi  compacta,  que  solamente  le  permite  una  escasa 
-movilidad  a las  costillas. 

Según  su  forma,  es  globoso,  con  tendencia  a redon 
deado,  én  las  perdices  (Colinus  cristatus ) ; comprimido,  que" 
.tiende  a ser  alargado  y recogido  lateralmente,  el  de  las  gar 
zas.  La  forma  que,  a simple  vista,  presenta,  depende  en  gran 
parte  de  la  longitud  del  cuello,  alas,  cola  y aún  de  las  pa 
tas . . •<  ~ 

El  volumen  del  tórax  está  en  relación  con  los  mús 
culos  que  accionan  las  alas,  los  pectorales.  En  las  aves  e- 
xiste  una  diferencia  en  los  troncos:  unas  poseen  el  esternón 
con  una  saliente  en  su  región  basal  anterior,  la  quilla,  en 
"la  cual  va  parte  de  los  músculos  pectorales;  estas  aves  tie 
non  el  tronco  voluminoso,  alargado  y comprimido  en  la  región 
anterior  e inferior,  se  les  denomina  Carinatas;  todas  las  a 
ves  de  nuestro  país  pertenecen  a este  grupo,  y son  aptas  pa 
ra  el  vuelo.  Otras  como  el  avestruz,  tienen  un  esternón  sin 
quilla,  por  esto 'su  tronco  en  esta  región  es  aplanadó;son  i_ 
naptas  para  volar;  pertenecen  al  grupo  de  las  Ratites. 

LAS  ALAS.-  Las  alas  son  los  miembros  anteriores  - 
destinados  a la  función  del  vuelo.  La  mayor  o menor  potencia 
do  éste,  depende  del  tipo  de  esternón,  esqueleto  del  ala  , 
músculos  y de  la  mayor  o menor  longitud  y rigidez  de  las  ré 
migas  o plumas  largas  propias  para  el  vuelo. 

La  longitud  de  las  alas  se  deriva  de  aquélla  de 
las  rémiges  primarias  y secundarias;  las  terciarias  modifi- 
can más  :bien  la  forma. 

,•<  No  todas  las  aves,  aun  cuando  todas  sí  tienen  a- 
las , pueden  volar j por  ej.,  el  Avestruz,  siendo  el  ave  . más 
grande  que  existe  hoy  día,  no  vuela  debido  principalmente  a 

- 63 


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I 


LA  ORNITOLOGIA 

la  estructura  de  sus  rémiges. 

Hay  varios  tipos  de  alas:  largas'  y agudas , en  '.las 
gaviotas,  cormoranes,  colibríes;  en  el  presente  tipo  las  ré 
miges  primarias  van  más  allá  de  las  secundarias.  Grandes  y 
redondeadas , en  los  ibis,  buhos,  en  las  cuales  las  prima- 
rias no  son  muy  largas  respecto  de  las  secundarias  .Cortas  y 
redondeadas , tales  son  las  de  las-  soledades  (familia  Trogo- 
ni dae ) ; en  éstas  las  secundarias  aun  van  un  poco  más  allá  de 
las  primarias,  y las  primarias  externas  son  más  cortas  que 
las  internas.  Cortas , Pato  zambullidor  (familia  Colymbidae) 
rémiges  de  escasa  longitud.  Estos  son  los  tipos  principales; 
entre  ellos  hay  intermediarios. 

No  son  raras  las  alas  armadas  de  espolones;  los 
más  característicos  en.  nuestras  aves  son  los  del  Buitre  de 
Ciénaga;  éste  lleva  dos  de  dichas  estructuras  que  son  fuer- 
tes y cónicas,  en  el  borde  de  cada  ala  (uñas  correspondien- 
tes a dedos  atrof  iados) . El  Gallito  de  Ciénaga,  el  Pellar  - 
(Be  Ion  opte  rus  chilensis)  llevan  una  sola  uña  en  cada  ala.  Los 
polluelos  de  la  Pava  hedionda  (Ophistochomus  cazin)  presen- 
tan pequeños  espolones,  los  que  les  ayudan  a trepar  alosár 
boles,  pero  los  pierden  con  el  desarrollo. 


LA  COLA.-  La  cola  formada  por  aquellas  plumas  que 
a manera  de  abanico  se  insertan  en  elpigosti lo,  o pieza  ter 
minal  de  la  columna  vertebral,  sirve- principalmente  de  ti- 
món en  la  acción  del  vuelo;  por  esto  dichas  plumas  se  deno- 
minan timoneras ; además,  se  conocen  como  rectri ces  o cauda- 
les . .. 

Presenta  gran  variedad  en  cuanto  a su  dimensión  y 
su  forma.  Con  respecto  a Jo  primero,  debe  anotarse  que  hay 
aves  que  la  llevan  de  una  longitud  mayor  que  la  de  su  cuer- 
po, y así  una  especie  de  colibrí  (Lesbia  victoria);  otras  , 
la  muestran  tan  cortas  que  sus  timoneras  que  son  rudimenta- 
rias, apenas  se  diferencian  de  las  plumas  que  las  cubren  o 
sea,  de  las  coberteras  caudales ;- las  Tinámidas  (aves  que  su 

64  - 


IBM» 


L ñ (fi  O !W  A II  - 


TIPOS  DE  ALAS:  A.,  largas  y agudas.  B,  certas  y redon- 
da adas  . C,  grandes  y redondeadas. 


v 


I 

I 


F ORMAS_DE_C OLAS  : A , s emihh orqu i liada . B , punte  aguda , C ^ ahor- 
quillada. D , cuadrada  .E , re  donde  ada . 


' • - 

creen  que  esta  articulación  es  la  r es- 
or eso  dice  que  éstas  doblan  la  pierna 
.trario  de  los  mamíferos;  dicha  equivo-  , 

ngitud  del  tarso  por  lo  cual  lo  confun 

aves:,  como  los  mamíferos  tienen  su  ro 
ón  del  fémur  con  la  tibia. 

•á  formado  por  la  fusión  de  los  huesos 
nos,  :de  ahí  que  el  término  tarso -me ta- 
>nte,  aun  cuando  en  favor  de  la  breve  - 
de  tars  o s olamente  . 

i sedló  tanta  importancia  a la  longitud 
na,  que  se  formó  el  numeroso  grupo  de 
en  su  mayoría  pertenecen  al  orden  Cico 
leñas,  ibis). 

in  especies  con  el  tarso  plumado  hasta 
ses);  muchas  de  éstas  últimas  lo  mues- 
en  su  región  superior  y anterior;  en 
3. 

del  tarso  se  llama  podoteca  o acrotar- 
rmas  córneas  que  pueden  ser  en  forma  de 
ís  , oblongos,  lonsáng_i.cos , cuadrados  y 
¡ate  hay  escamas  en  forma  de  escudetes, 
ilaciones. 

de  diferente  tipo  según  la  forma  de  sus 
ado  éstas  lo  rodean  completamente,  como 
cudeteado,  si  las  escamas  son  más  o me- 
algo  cuadrada  y,  de  posición  imbricada; 
pequeñas  y. redondeadas;  reticulado, cuan 
dispuestas  en  forma  de  una  redecilla,  y 
rma  rcmbóidál ; granulado,  si  dan  la  for 
; laminado,  que  es  el  tipo . opuesto  al 
o las  escamas  se  encuentran  en  muy  corto 
láminas  longitudinales ; ' se  le  denomina 


A,escudeteado.B,an;  l 
pidi o. G, laminado. H ,A 


'jv* 


WlRPl1 


R.P.  I 


perfici  alme  nte  se  asemejan  a las  Gallo 
tipo  de  cola.  ¡a 

_ ' ' ~ 

Atendiendo  á su  forma,  se  d m 
-das , cuyas  rectrices  centrales  son  uj 
la.s  de  los  extremos;  e*  to  es  el  tipo.’ 
gu las  rectrices  centrales  son  mu 
de  ios  extremos;  este  es  el  tipo  más  g 
jsn'Jas  guacamayas  (genero  Ara);  Ahorq^.. 
interiores  son  más  cartas  que  las  de 
forma  una  verdadera  horquilla,  y cara 
golondrinas,  y sobre  todo,  a la  tijer 
ñus) . Las  cuadradas , todas  las  rectriz 
gitud,  se  observan  en  algunas  rapaoes  |g 
entre  las  cuadradas  y las  ahorquillad^ 
en  éste  las  rectrices  medianeras  son 
las  exteriores. 

•“  Aves  como  el  Cucarachero  (T  . 
vañtan'  la  cola'sobre  el  tronco;  esta 
senban  más  pronunciada  las  Pellas  de 

.Los  propi  os  carpinteros  (fai. 
las  rectrices  muy  rígidas , de  astil  g e 
tamente  sin  barbas  en  la  punta,  les  s y 
en  los  troncos.  En  los  barranqueros  o 
ti"-*)  las  dos  rectrices  medianas  ter 
quemas;  pues  los  individuos  adultos  t 
arrancar  las  barbas  del  ástil,  except^ 

’ . • . . : ' 'jo 

LAS  PATAS  . - Las  aves  son  ve  i 
patas  se  dividen  en  muslo,  pierna  y 
tra  completamente  cubierto;  parece  qu: 
co.  La  pierna  es  en  parte  visible en  „ 
de  plumas,  pero  es  implume  en  su  regi  j- 
'grupos,  tales  cano  en  las  garzas.  A L ; 
pie  característico,  por  tener  un  társ 
de  éste  con  aquélla  se  le  denomina  ar 


1 


CJ I 9 I w l l rd  m o I 


LñNIl  M 


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A 


TIPOS  DE  TARSOS 


J2  'y  V*  « 


A,escudeteado.B,anillado.C,E,taxasp-idio.D,reticulado.F  ,exas 
pidio.G , laminado .H,pignaspidio. 


ü’rnp*1'  w i .wuvv 


R.P.  FR.  ANTCNIO  OLIVARES  C. 


también  ocreado.  Es  común  en  los  autores,  en  las  descripcio 
nes  de  los  tarsos,  el  no  dar  el  nombre  del  tipo,  sino  más 
bien  decir  la  forma  de  las  escamas  que  los  cubren,  y así  a— 
puntan:  tarso  cubierto  de  escamas  es  cudeteadas , reti  culadas, 

etc. 

En  las  Paserif  ormes , lases  camas  Tan  en  oosiciones 
muy  peculiares,  lo  que  ha  dado  motivo  para  dividir  los  tar- 
sos en  cinco  tipos:  exaspidi o,  éste  se  caracteriza  por  lle- 
varlas escude teadas , que  vienen  a ser  como  anillos  que  ro- 
dean todo  el  tarso,  a excepción  de  una  línea  long- tudinal  in 
terna  llamada  espacio  plantar.  Endas  pidió,  tipo  contrario  al 
anterior:  el  espacio  plantar  se  encuentra  en  la  cara  exte- 
rior del  tarso.  Picnaspidio,  en  el  cual  las  escamas  de  la  re 
gión  anterior  son  escudetes  imbricados  y grandes,  y las  deT 
posterior  son  pequeñas  y de  varias  formas,  puede  decirse  q* 
son  granulosas.  Holaspidio,  la  cara  anterior  cano  la  poste- 
rior están  cubiertas  de  escudetes  más  o menos  rectangulares. 
Taxas  p idi  o,  región  delantera  cubierta  de  escudetes,  y la  tra 
sera,  por  dos  o tres  hileras  de  pequeñas  escamas  que  son  reo 
tangulares  o exagonales. 

Hasta  aquí  se  ha  descrito  solamente  una  parte  del 
pie;  en  seguida  se  hablará  de  los  dedos,  que  son  todavía  de 
más  importancia  en  los  estudios  taxonómicos.  Los  pies  de  las 
aves' 'tienen  en  general  cuatro  dedos;  éstos  son:  el  pulgar  o 
primero,  el  ante  ri  or  interno  o segundo,  el  ante  ri  or  me  di  ano 
o tercero  y el  anterior  externo  o cuarto.  En  algunas  aves 
no  existe  el  pulgar,  por  ejemplo  en  el  famoso  Alcaraván  de 
la  Costa  Atlántica  (Burhinus  bi striatus  vocifer) . El  Aves- 
truz, tan  sólo  lleva  dos  dedos.  Por  una  anomalía  en  ciertas 
razas  de  gallinas  se  encuentran  individuos  con  cinco  dedos  : 
dos  pulgares. 

Por  la  posición  de  los  dedos,  los  pies  se  distri- 
buyen en  estos  tipos:  anis odáctilo , tres  dedos  hacia  adelan 
te  y uno,  el  pulgar,  hacia  atras;  formula  3-1;  es  el  tipo 
más  común  y se  encuentra  en  todas  las  Paserif  ormes  . Ci  godác 
tilo,  dos  hacia  adelante  y dos  hacia  atrás;  fórmula  2-2;  se 

- 67 


, . LA  ORNITOLOGIA 


debe  a la  reversión  permanente  del  cuarto  dedo  hacia  el  la- 
do del  pulgaf1;  .característica  de  los  loros*  Heterodáctilo  , 
dos  hacia  adelante  y dos  hacia  atrás;  se  diferencia  del  an- 
terior  porque  no  es  el  cuarto  dedo  el  que  va  hacia  atrás  si 
no  el  segundo  o interno  para  reunirse  con  el  pulgar;  enton- 
ces, la  heterodactilia  consiste  en  la  reversión  del  segundo 
dedo  hacia  el  lado  del  pulgar;  las  soledades  (familia  Troa- 
onidae)  se  distinguen  por  este  tipo  de  pie*  Sindáctilo,  los 
dedos  anteriores  están  unidos  en  sus  falanges  basales,  como 
en  el  pie  del  martín  pescador  (familia  Alcedinae ) . _Pamproe± 
dáctilá,  que-oes  'el'-tipo  más  -.raro.?  nodos  ~lgs -.da  dbs  'éstáñ  di/a 
rigidos  hacil  adelanté-*-  Las  águilas  pescadoras  (famila  Pan- 
dionidae)  tienen  la  particularidad  de  llevar  el  dedo  exte  - 
rior  reversible. 


Normalmente,  los  cuatro  dedos  tienen  dos,  tres,  - 
cuatro  y cinco  falanges  respectivamente. 

Los  dedos  están  cano  los  tarsos,  cubiertos  de  es- 
camas, pero  sólo  en  su  región  superior;  en  su  inferior,  pre 
sentan  una  piel  gruesa  que  en  muchos  grupos  tales  ccmo  en 
las  rapaces,  es  sumamente  áspera;  en  las  águilas  pescadoras 
está  cubierta  de  finas,  agudas  y apretadas  puntas  coriáceas. 

Los  dedos  terminan  siempre  en  úfíás  córneas,  que  va 
rían  en  longitud  y forma  según  los  diferentes  grupos ;en  ge- 
neral son  curvas , pero  hay  aves  cano  las  del  género  Jacana 
(gallitos  de  agua)  que  las  llevan  rectas  y muy  largas.  Nor- 
malmente son  redondas,  sin  embargo  el  flamenco  las  presenta 
aplanadas  formando  unas  curiosas  paleticas.  En  algunas  fami 
lias,  por  ejemplo,  la  Ardeidae,  la  uña  del  dedo  mediano  en 
su  borde  interior  es  recortada  en  forma  de  peine,  uña  pecti 
nada.  En  las  Paserif  ornes , la  uña  del  pulgar  es  la  más  lar- 
ga; en  las  demás  generalmente  es  la  del  dedo  mediano. 

_ Los  cuatro  dedos  están  implantados  en  un  mismo  pía 

no  en  la  gran  mayoría  de  las  aves;  en  algunos  grupos, el  pul 
gar  está  en  un  plano  superior,  lo  que  sucede  en  las  gallina 
ceas  . 

68  - 


WrFI".  ...Ul  .'JI  UW 


' 


R.P.  FR.  ANTONIO  OLIVARES  C. 


Lo  común  en  cuanto  a la  longitud  de  los  dedos  es 
que  el  mediano  sea  el  más  largo. 

En  a ves  acuáticas  la  superficie  del  pie  se  ensan 
cha  con  la  presencia  de  una  membrana  interdigital,  que  une 
todos  los  dedos,  cono  en  los  cormoranes,  entonces  el  pie  se 
llama  totipalmeado ; este  tipo  es  el  menos  común.  Cuando  só- 
lo une  los  dedos  delanteros,  el  pie  es  palmeado,  caracterís 
tica  de  los  patos.  La  membrana  puede  ir  solamente  hasta  la 
segundaf  alange,  pie  semi  palme  ado.  Se  presentan  caso  en  los 
cuales  la  membrana  se  da  únicamente  entre  las  primeras  fa  - 
langes  de  los  dedos  medio  e interno  o medio  y externo.  En 
las  familias  Ralli dae  y colymbi dae,  los  dedos  no  están  uni- 
dos, a lo  menos  en  toda  su  longitud,  pero  sí  llevan  a lado 
y lado  una  membrana  que  puede  ser  lobulada  o festoneada. 

Según  el  enrole  o que  se  dé  al  pie,  éste  puede  ser: 
corredor,  el  clásico  es  el  del  Avestruz;  prensor  en  los  lo- 
ros; trepador,  carpinteros;  accipitrino,  el  de  las  rapaces; 
nadador,  en  los  patos  . 


bibliografía 


Blw'kA,  C.  M.,  Historia  de  ia  Literatura  Griega.  Mé 
xico,  1953  , (Breviarios),  .'2  cm.,  215  pp. 

Obra  pequeña  realmente,  pero  plena  de  doctrina  li- 
teraria en  lo  que  respecta  a la  gran  huella  e influencia  que 
ü a través  de  los  siglos  han  marcado  los  literatos  griegos. 

El  Autor  estudia  y describe  a grandes  rasgos  la  po 
sición  helena  en  materia  literaria.  Analiza  ligeramente  des- 
de el  agradable  Homero  con  su  Odisea  e Ilíada,  hasta  el  últi 
mo  de  los  grandes  helenistas,  Plotino,  el  celebérrimo  renova 
dor  del  pensamiento  platónico. 

Por  su  pluma  pasan  maravillosamente  los  novelistas, 
los  comediógrafos,  trágicos,  historiadores,  poetas  filósofos, 
etc.  y a todos  los  describe  desde  el  punto  de  vista  litera  - 

I ri°* 

Resulta  en  una  palabra,  agradable  y provechoso  le 
| er  esta  simpática  obrita. 

Fray  Darío  Molina  J. 

GILSON,  ETIENNE,  El  Espíritu  de  la  Filosofía  Medie 
M val,  Buenos  Aires,  1952,  24  cm.,  444  pp . 


Es  ciertamente  muy  provechoso  leer  y releer  las  o- 
bras  de  Etienne  Gilson,  el  tan  conocido  historiador  crítico 
de  la  Filsosofía  del  Medioevo. 

Para  el  amante  de  antigüedades  y problemas  filosó- 


70  - 


'■WWWiWP 


BIBLIOGRAFIA 


ficos,  nada  mejor  cano  dejarse  guiar  por  la  mano  autorizada 
de  un  individuo  imparcial  que  a la  luz  de  las  fuentes  y de 
sus  más  profundos  conocimientos,  expresa  su  opinión  sobre  de 
te  minado  asunto. 

En  el  libro  mencionado,  desarrolla  Gilson  la  cláu- 
sula de  Filosofía  Cristiana,  probando  tras  amenos  y enjundio 
sos  capítulos,  el  que  sí  realmente  puede  hablarse  de  filoso” 
fía  cristiana,  que  en  ninguna  mane  r 2.  pus  do  confundirse  con  el 
Cristianismo  mismo. 

Pensar  en  Filosofía  medieval,  diría  él,  sería  tan- 
to cano  pensar  en  la  filosofía  cristiana.  En  una  palabra,  la 
Edad  Media  está  saturada  de  ideas  cristianas  y religiosas  ex 
puestas  magistralmente  por  sus  máximos  exponentes. 

Y aunque  esa  filosofía  cristiana  de  que  hablamos  - 
no  forme  sistema  totalmente  aparte  de  la  misma  religión,  con 
todo,  puede  perfectamente  distinguirse  de  las  verdades  que  la 
integran. 

Sapientis  irnos  son  los  apartes  que  le  dedica  al  ser 
(SER),  al  conocimiento,  a la  libertad,  al  optimismo,  a la  an 
tropología,  etc.  mirado  todo  bajo  la  luz  esplendorosa  de  la 
lámpara  cristiana.  Los  autores  citados,  los  problemas  desa  - 
rrollados,  el  fin  propuesto  y alcanzado,  nos  dicen  altamente 
de  la  singularidad  e importancia  de  esta  obra. 

Si  que  remos,  pues,  tener  una  noción  clara  de  lo  q' 
es  n religión  cristiana  y filosofía  cristiana1',  leamos  están 
páginas  de  Etienne  Gilson;  ellas  nos  enseñarán  lo  grande  de 
nuestras  crenncias  y de  nuestros  maestros  filósofo- cris  ti  anos 
y nos  harán  c anprender  que  entre  Cristianismo  y Filosofía  - 
Cristiana,  hay  bastante  diferencia,  cuestión  ésta  que  ha  si- 
do negada  por  varios  que  se  dicen  sabios  (Brehier  y otros...  _ 

Fr.  D.  M.  J. 


- 71 


>■»»* 


ÜPWfVMUiL 


aXBLTOCR.TFIAT 


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FR.  ESTEBAN  J.  PIAT,  O.F.M.,  Evangelio  de  la  In — ■ 
£%ncia  Espiritual,  Traducción  del  francés  de  C.  Martínez  Pe 
áalver,  Barcelona,  1956,  14,8  cm.,  294  pp. 

Bastaría  transcribir  aquí  únicamente  las  palabras 
dél  editorial,  para  decir  todo  lo  que  vale  esta  obrita:  "El 
libro  que  ponemos  en  tus  manos,  carísimo  lector,  viene  a en 
señarte  una  manera  de  hallar  en  tu  ventana,  cuando  leas  sus" 
páginas,  el  ala  misteriosa  que  te  nutra  de  cielo.  Viene  a e 
levarte  dulcemente,  casi  sin  ser  notado,  hacia  el  amable 
Dios,  que  el  Hijo  quiere  que  llamemos  Padre". 

No  constituye  esto  una  alabanza  con  fines  comercia 
les,  no;  es  un  estilo  nuevo  y muy  agradable  de  meditación  , 
porque  el  P,  Piat  nos  lleva  primero  a Palestina,  para  que  a 
llí,  saturados  del  ambiente  que  respiró  el  Maestro,  bebamos 
directamente,  escuchando  al  Rabí,  escenas,  parábolas,  diálo 
gos  presentados  de  una  manera  tal  que  agradan  hasta  el  gus- 
to más  profano;  san  los  elementos  que  constituyen  esa  atmós 
fera  que  va  respirando  el  lector  casi  sin  darse  cuenta. 

En  cada  parábola,  en  cada  diálogo,  hay  un  mensaje 
para  el  hombre  inquieto  y superficial  de  nuestros  días;  pa- 
ra las  almas  a quienes  apesta  la  mediocridad;  para  los  cora 
zones  que  no  han  podido  encontrar  la  quietud  espiritual. 

Este'  es  el  gran  mérito  de  la  obrita  del  P.  Piat: 

El  Camino  de  la  Infancia  Espiritual  , o mejor,  esa  doctrina 
de  Santa  Teresita,  presentada  para  el  hombre  atómico  y meca 
nizado  de  nuestros  tiempos. 

Es  decir,  en  pocas  palabras,  constituye  este  libro 
un  método  sencillo  y perenne  de  darle  sentido  a la  vida  en 
todos  los  estados  y en  todas  las  condiciones. 


Fray  Jorge  Giraldo  A. 


72  - 


í 

■tt— ■ wv  u 'jrn^ayr»' 


■II 


BIBLIOGRAFIA 


P,  JOSE  MARIA  RIAZA,  El  Comienzo  del  Mundo, Madrid, 
- BAC,  1959,  703  pp. 

El  P.  José  María.  Riaza  es  ya  conocido  para  los  lee 
tores  de  la  colección  B.A.C.  por  su  obra  anteriormente  pu- 
blicada en  esta  misma  colección:  en  foima  de  una  introducci 
5n  físico-química  y matemática  para  el  estudio  de  la  filos"o 
fía,  titulada  ciencia  moderna  y filosofía.  Ahora  con  este 
segundo  libro  dedicado  a las  ciencias  exactas  y publicado  - 
dentro  de  una  colección  de  autores  cristianos,  se  añade  n^.a 
< prueba  más  al  interés  constantes  déla  Iglesia,  po  • el  culti 

I ' 70  y desarrollo  de  estos  ramos  del  conocimiento  humano,  que" 

manifiestan  a la  vez  la  grandeza  de  Dios  en  su  creación,  y 
el  poder  maravilloso  con  que  dotó  al  entendimiento,  para  es 
crutar  los  profundos  misterios  de  esa  creación. 

El  estilo  del  P.  Riaza  hace  del  libro,  una  obra 
..que  se  devora  desde  la  primera  hasta  la  última  página,  con 
la  fruición  de  una  novela,  la  novela  del  mundo  fantástico  - 
. en  que  vivimos  y de  la  epopeya  del  ingenio  humano,  que  en 
sus  ansias  de  verdad  se  abisma  en  las  brumas  del  pasado  tra 
tando  de  encentrar  el  mcsnienzo  de  las  cosas.  Pero  no  por  e~ 
. lio,  la  obra  deja  de  ser  estrictamente  científica  de  modo 
que  satisface  al  erudito  quien  encuentra  en  ella  una  acerta 
da  ^opilación  de  los  variados  problemas  e investigaciones  q’ 
se  concentran  al  rededor  de  una  única  y candente  incógnita: 

1 el  comienzo  1 

La  obra  reúne,  pues,  un  texto  ameno  y totalmente 
comprensible,  con  la  exactitud  de  los  datos  científicos,  ha 
ciendo  siempre  resaltar  el  grado  de  probabilidad  que  encie- 
rran y contraponiendo  las  diversas  teorías  que  se  pronunci- 
an en  sentido  contrari  o,  con  lo  que  el  lector  puede  formarse 
una  clara  idea  del  estado  de  las  diversas  cuestiones. Además 
agrada  mucho  encontrar  a lo  largo  del  libro,  numerosas  figu 
ras  ilustrativas  que  ayudan  a la  mayor  inteligencia  del  tex 
to,  así  como  diagramas  y cuadros  que  resumen  un  conjunto  ás_ 
terminado  de  datos,  y hasta  anécdotas  que  ponen  una  nota  de 
gracia  en  medio  de  algún  intrincado  problema  científico. 

- 73 


■«1*1  Jimia 


«Wffpp.  ü IW 


■X 


BIBLIOGRAFIA 


El  autor  trata  de  una  manera  abundante  y casi  ex- 
haustiva los  problemas  de  la  investigación  del  pasado  en  sí 
mismos  y a la  vez  afe.de  con  gran  profusión  el  conjunto  de 
datos  científicos  y de  los  últimos  adelantos  conseguidos  ccn 
respecto  al  estado  acutal  del  universo,  lo  que  hace  que  el 
lector  amante  de  las  ciencias  se  entere  de  muchos  datos  im- 
portantes, adquiridos  últimamente  y que  habían  pasado  desa- 
percibidos ¿ 

Em  la  primera  parte  aparece  una  vista  panorámica, 
de  cuanto  se  refiere  a la  tierra  en  su  actual  estado,  lo  ou 
al  es  una  magnífica  preparación  para  seguir  despues  todo  el 
desarfollo  de  la  obra.  Luego,  se  trata  de  los  más  importan- 
te cronómetros,  como  gráficamente  se  los  llama,  o sea,  aque 
lias  huellas  del  pasado  por  las  que  principalmente  se  han 
guiado  los  científicos  en  sus  inquisiciones  del  pretérito; 
algunos  de  ellos  que  los  guían  sólo  a través  de  unas  cente- 
nas de  años  atrás  y otros  en  los  que  se  advierte  las  seña — 
lesTde  ños  millardos  transcurridos  desde  que,  por  la  mano 
de  Dios,  comenzó  a existir  el  mundo.  LLenos  de  vital  de  in- 
teres son  los  datos  que  se  traen  sobre  las  debatidas  cues  — 
tiones  sobre  el  orgien  y desarrollo  de  la  vida  y del  hombre 
en  nuestra  planeta,  y también,  sobre  la  misteriosa  interro- 
gante que  se  cierne  acerca  de  la  vidaen  otros  puntos  del  u- 
nive  r s o . 

La  segunda  parte  abarca  en  su  conjunto  la  descrip 
ción  del  cosmos,-  hasta  donde  llegan  los  últimos  adelantos  - 
de  la  investigación  astronómica.  El  planteamiento  de  las  in 
cógnitas  que  existen  en  la  determinación  de  las  edades  de 
la  tierra,  el  sol,  las  galaxias,  y por  fin,  la  materia  mis- 
ma en  sus  elementos  juntamente  con  la  descripción  de  los  mé 
todos  que  han  utilizado  los  investigadores  para  arrancar  cfel 
mundo  actual  Jes  noticias  de  su  remotas  existencias,  forman 
una  apasionante  serie  en  los  últimos  capítulos  coronados  per 
una  ojeada  a la  muerte  del  universo.  Se  concluye  de  una  ma- 
nera magnífica  con  los  apéndices  que  hacen  ver  la  concordan 
cia  entre  la  ciencia  y la  fe  y los  tres  discursos  de  Pío  XII 
al  respecto. 

74  - Fr.  Bernardo  Mesa  Estévez. 


■osa» 


SHechos 


Nos  s orp rende  la  dolorosa 
noticia  del  fallecimiento  de 
nuestro  Em.  Card.  Crisanto  - 
Luque,  Arzobispo  de  Bogotá  y 
Primado  de  Colombia.  R.I.P. 

Igualmente  s orp res  iva  fue 
la  noticia  del  fallecimiento 
del  Exmo.  Sr.  Bernardo  Bote- 
ro Alvarez,  Arzobispo  de  Pam 
piona,  y del  Exmo.  Sr.  Luis 
Pérez  Hernández,  primer  Obis 
po  de  Cúcuta.  Enviamos  nues- 
tros sentimientos  de  condo — 
lencia  a sus  respectivos  ele 
ros  y feligreses.  R.I.P. 

En  los  primeros  días  de 
Julio  descansó  en  la  paz  del 
Señor.,  asistido  por  el  Em.Sr. 
Card.  Juan  B.  Montini,  nues- 
tro egregio  cohermano  R.  P. 
Fr.  Agustín  Gemelli,  conver- 
tido, fundador  de  la  Univer- 
sidad Católica  del  Sagrado  - 
Corazón  de  Milán,  con  el  B. 
Contardo  Ferrini  y Ludovico 
Necchi.  R.I.P. 

Nos  alegramos  por  el  nom- 
bramiento del  Exmo.  Sr.  Luis 
Concha  Córdoba  para  suceder 
en  la  Sede  Primada  al  Em.Car. 
Luque  (tomó  posesión  de  ella 
el  20  de  Junio);  - del  Exmo. 
Sr.  Arturo  Duque  Vi  lie  gas,  0- 
bispo  de  Ibagué,  para  suce-- 


-der  al  Exmo.  Sr.  Concha  en 
el  Arzobispado  de  Manizales; 
- y del  Exmo.  Sr.  Pablo  Co- 
rrea León,  hasta  ahora  Obis- 
po Auxiliar  de  Bogotá,  para 
ocupar  la  Sede  Episcopal  de 
Cúcuta. 

Igualmente  damos  nuestra 
calurosa  bienvenida  al  Exmo. 
y Revmo.  Sr.  José  Paupini,Nue 
vo  Nuncio  de  S.S.  en  Colom — 
bia,  augurándole  muchos  éxi- 
tos en  su  nuevo  campo  de  la- 
bor. 

El  4 de  Agosto  celebramos 
el  primer  centenario  de  la 
muerte  del  humilde  Párroco  - 
terciario  f r ancis  cano,  S .JUAN 
MARIA  VIANNEY,  celestial  Pá- 
treno  de  los  Párrocos,  mode- 
lo de  apostolado. 

Con  gran  complacencia  nos 
hemos  enterado  del  gesto  de 
deferencia  de  S.S.  Juan  XXIII 
para  con  los  Hijos  del  Pobre 
cilio  de  Asís,  al  colocar  la 
diadema  de  los  Doctores  so- 
bre la  cabeza  del  gran  S. Lo- 
renzo de  Brindis,  Capuchino, 
con  el  título  de  "Doctor  A- 
postolicus" ; con  éste  son  3 
los  hijos  de  Francisco  que 
ostentan  este  glorioso  títu- 
lo: S.  Antonio  de  Padua,  Doc_ 

- 75 


■¿tF"  y “ ■» 


¡ 


Ateneo  Antoniano. 


tor  Evangelicus,  S.  Buenaven 
tura.  Doctor  Seraphicus,y  nu 
estro  egregio  San  Lorenzo;pa 
rabienes  para  nuestros  herma 
.nos  Capuchinos . 

BODAS  DE  ORO  SACERDOTALES: 
el  29  de  agosto  del  presente 
año  celebramos  las  bodas  ie 
oro  sacerdotales  de  los  RR , 
PP.  Bemardino  Cendales,  Je- 
sús Ma.  Gómez,  Nicolás  Gutié 
rrez  y Berardo  Siabato.Es  de 
"ber  de  gratitud  de  las  .juven 
tudes  de  la  Provincia  unirse 
a sus  mayores  en  tan  glorio- 
sa fecha. 

TESIS  DOCTORAL: Acaba  de  a 
parecer  publicada  por  la  Uni 
. versidad  de  Lovaina,  la  te- 
sis doctoral  del  R.P.  Alber- 
.to  Monte  alegre,  presentada  - 
.en  dicha  Universidad  con  . la 
más  alta  calificación,  titu- 
lada :"La  Méthode  experimenta 
le  et  son  utilisation  en  Pe- 
dadogie" < 

NUEVOS' PROFESORES:  El  22 
de  mayo  regresó  de  Roma, don- 
de se  doctoró  en  Historia  E- 
clesiástica,  el  R.P.  Alberto 
Lee  L.  Así  mismo  ha  regresa- 
do el  13  de  Julio  el  R.P. Al- 
berto Lopera,  Doctorado  en 
S. Teología  en  el  Pontificio 


76  - 


El  9 de  Junio  despedimos 
al  R.P.  Luis  M.  Contreras,Dc 
legado  General  para  Filipi-T 
ñas,  con  Sede  en  Manila. 

PRIMEROS  BACHILLERES:  El 

22  de  Julio  se  realizó  en  el 
Colegio  Franciscano  de  "PIO 
XII"  de  la  ciudad  de  Cali, la 
promoción  de  los  16  primeros 
^.bachilleres , con  la  asisten- 
cia de  altas  personalidades, 
de  la  ciudad.  Nuestras  feli- 
~ citaciones  para  el  R.P.  Fr. 
'Alberto  González  G.,  Rector 
del  Colegio,  e igualmente  pa 
ra  todos  y-  cada  uno  de  los 
graduados,  como  también  para 
los  Padres  de  Familia. 

• • Presentamos  al  R.P.  Guar- 
dián, Fr.  Antonio  Peláez.nu- 
• estro  agradecimiento  por  la 
adquisición  de  la  casa  de  va 

- caciones  para  el  Coristado,a 
la  que  tánto  interés  ha  de  di_ 

- cado.  : 

Igualmente  agradecemos  a 
quienes  nos  han  ayudado  con 
sus  sugerencias  o en  cuaüquie. 
ra  otra  forma  para  la  apari- 
ción de  la  presente,  y las 
generosas  felicitaciones  que 
de  todas  partes  nos  han  sido 
enviadas 


Editada  en  Talleres  de  la  Porciúncula 


HP