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in 2016
https://archive.org/details/franciscanum1219cole
Revista Cuatrimestral de los Estudi is
Eclesiásticos Franciscanos
LA PORÓIUNCULA
Calle 72 # 10-88. Bogotá D.E. Colombia. S.A.
Director: Fr. Luis Acevedo Quirós, ofm.
Redactores: Fr. Guillermo Ramírez Gómez, Ofm.
Fr. Enrique González Arango, ofm.
Editor: Fr. Lucio A. Yanegas . Lope z, ofm.
AÑO I
Mayo- Agosto No. 2
19 5 9
Sumaria
la Jerarquía en el Nuevo Testamento
fr. Ignacio Burgos Sierra ^
Noción de Dios en Platón
Fr. Rigoberto Castrillón Res trepo ’ 19
La Religión en los Pueblos más Primitivos
Fr. Luis Acevedo Quirós 41
La Ornitología
R. P. Fr. Antonio Olivares Celis
Master of Sciences of the Catholic Uni
versity of America, Washington, D. C. 53
Bibliografía
Historia de la Literatura Griega 70
El Espíritu de la Filosofía Medieval 70
Evangelio de la Infancia Espiritual 72
El Comienzo del Mundo 73
He c h o s
75
Ca 'jerarquía
en el
JVuevo Deslómente
Fray Ignacio Burgos S.
El. problema del origen .do?, episcopado o por, mejor
decir, el problema del. origen de la jerarquía en la. Iglesia
naciente ha sido en estos últimos años objeto de discusiones
prolongadas y no sin resultado; por cierto.
Por oscura que sea la historia de la expansión del
Cristianismo en sus dos primeros siglos de existencia, el es
tablecimiento de este Cristianismo bajo el nombre . concreto -
de Iglesia es un hecho tan evidente que ninguno se ha atrevi
do a negar ni siquiera los más decididos adversarios desde
el momento de su aparición hasta nuestros días.
Los fundamentos de es ta-Iglesia, establecida-, por
Cristo para que fuera su prolongación en' la tierra y la depo
sitaria fiel de su doctrina, fueron hechados por ei mismo
Cristo cuando despues de la confesión de Pedro lo llama bien
aventurado y le dice: "Y yo a mi-, vez te digo- que tú eres Pe-
dro, y sobre esta piedra edificará mi. Iglesia., y las puertas
del infierno no prevalecerán contra ella" (Mt. 16, 17. 18) .
Cristo, pues, conciente de que su misión personal
- 3
vmm»
. LA JERARQUIA EN EL NUEVO TESTAMENTO
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en latierra no había de ser indefinida, expresa aquí su de-
seo de edificar una Iglesia sobre una piedra escogida ya de
antemano por El, Pedro, el humilde pescador de Galilea. Su-
poner, como los antiguos Protestantes -dice el P. Bover- q'
cuando Jesúa dice: sobre esta piedra, hablade sí mismo, es
el colmo de la arbitrariedad exegetica y una tácita confe — »
sión de que cuanto sigue expresa con demasiada evidencia el
primado dé autoridad sobre la Iglesia (l).
Los moderaos Protestantes, dando la razón a la
exégesis católica, han buscado otra solución más desespera-
da todavía, la de suponer que todo este pasaje papal es una
interpolación tardía efectuada en Rama. Pero se olvidan de
que esta su mal intencionada teoría está desmentida en todo
momento por el testimonio unánime de todos los códices y
versiones más antiguas.
Pedro, indiscutiblemente es pues, el fundamento de
esta Iglesia instituida por Cristo, él es la roca que da es
habilidad al reino de Dios en la tierra. En efecto, por vo-
luntad del mismo Jesucristo esta Iglesia fue instituida a
la manera de una sociedad orgánica, jerarquizada. Una socie
dad en que no todos sus miembros fueran iguales sino en que
brillara, sobresaliera una autoridad, pues es sabido que, -
aun en todas las instituciones humanas siempre ha existido
.uña cabeza, una autoridad, ccmo quiera que esta es el funda
mento de toda asociación libre y bien organizada.
Toda sociedad, pues, supone necesariamente una au
toridad, esta autoridad en nuestro caso, es una autoridad -
inmediata, es decir, recibida por Pedro y en la persona de
él por todos los Apóstoles de manos del mismo Jesús, Dios y
hombre, y distinta por tanto de la mediata en que el pueblo
por su propia voluntad elige sus gobernantes los cuales, cía
ro está ejercerán esta autoridad pero siempre en nombre de
Dios. En el primer caso tenemos una sociedad jerárquica, en
el segundo una sociedad democrática. Que Cristo se propusie
ra instituir una sociedad verdaderamente jerárquica es una
4 -
FR. IGNACIO BURGOS S.
tesis de fe que .la doy por probada en mi estudio por pertene-
cer más bien a la dogmática que al fin que me propongo. En mi
trabajo por tanto, intensaré únicamente hacer ver la existen-
cia de esta jerarquía y de sus diferentes grados a lo largo
de todo el N.T. Pero antes quier.o hacer incapíé en el término
"Iglesia" que tan estrechamente unido está a nuestro tema.
La palabra Iglesia,. . como es sabido, es de origen he
lénico y en el griego clásico designa la asamblea o reunión ~
de individuos libres de una determinada ciudad o pueblo, con
el objeto de deliberar sobre lo que respecta a los intereses
ccmunes de los asociados (sentido literal). En el N.T. y aún
en el A., esta expresión es empleada por los autores sagrados
--para designar la asamblea de los santos, de los cristianos, en
una palabra, para designar la reunión del pueblo de Dios (Cf .
Mt.16,18; Act.9,31; 13,1; Gal. 6, 16; 1 Cor. 15, 9; Rom. 16, 16 y
Eph.3,21; Ps. 149,1; Eccli.44,15) .
-v , Eá-te concepto de Iglesia envüelve ya un sentido ge-
nérico, así en Act.9,31 el conjunto de .todos los fieles se de
nomina bajo el nombre de Iglesia; ya un sentido particular co
‘mo vemos allí mismo 13,1 en que Lucas aplica este mismo térnT
no para designar-la comunidad de Antioquía.
•• . , También existen Iglesias domésticas, o familiares
. (Cf •'Ttor.16,19; Col. 4, 15 y Filem. 1,2) constituidas por un
grupo de fieles que forman como la familia y la "cliente la" ¿s
una misma casa, es decir, una Iglesia menor dentro de la Igle
sia más grande. En cuanto a los miembros de la Iglesia son a-
pelados indistintamente con los nombres de santos, hermanos ,
fieles, discípulos, cristianos, etc. cono se puede ver a lo
largo- de todo el Nuevo Testamento especialmente en Act., Eph.
, Col.,. V. il., Tim., Jac., etc.
Pasemos ahora a nuestro» objeto, es decir, a hacer -
-.ver' la. diferencia de la Jerarquía con sus diferentes grados
- tal como te encuentra insinuada en los • principales lugares
del N.T. y procurando dar cada vez el sentido que la tradi-
ción y la pericia de los exégetas' hán descubierto en los di-
-5
mm
* ferentes sitios en que se menciona el problema. Sin precisar
¡j el sentido jerárquico qye los diferentes términos, con que es
i’ designada la jerarquía a todo lo largo del N. T. puedan te-
3j ner o no, anotamos aquí como dato curioso y a la vez intere-
á sante, que la palabra l c* x o o s ocurre treinta -veces
' en el N. T.j la palabra ^rpftr^úifpos sesenta y cinco y
? el término f ^ínco^oj cinco veces (2}.
v No me parece oportuno repetir aquí el pasaje de Mt.
T6,17ss. sobre el primado de Pedro y acerca del cual creo ha
ber dado una solución adecuóla. Por lo demás, en los Evange"^
listas restantes, a saber, Meircos , Lucas y Juán, no encontra
\ mos ningún testimonio que interese directamente a nuestro es
tudio a excepción de los lugares paralelos al pasaje ya cita
do' de Mateo en que aparece Pedro ccmo cabeza indiscutible de
la Iglesia naciente. ' •
I ' ' --V' : \ '
El Libro de los Hechos.- •
En los Hechos de los Após
.( toles ocurren con más o menos frecuencia los términos "pres-
j bítero" y "diácono". Es precisamente aquí donde tiene su ori
1 gen la orden del diaconado como aparece claro en 6,1-6.
J El término diácono no sólo tiene en este caso el sentido li-
* teral de "servidor", sino también, y quizás más generalmente
fj expresa un grado jerárquico que los constituía ministros (te
£ los Apóstoles en la celebración de los divinos misterios y
sus auxiliares en la predicación del Evangelio. Este es el
común sentir de la Iglesia y de los exégetas católicos.
En 14,23 aparece la palabra "presbítero" que se ha
de tomar aquí en un sentido jerárquico y no en su sentido li
terar de "anciano", como quiera que el verbo griego ¿ p o-
To cr a v z g -s> que posteriormente vino a ser el termino u
1 sádo para expresar la ordenación sagráda, significa aquí"con
Í sagrar y colocar al frente", es decir, dar la doble potestad
de orden y de jurisdicción. Por lo cual concluye acertademen
te el P. Bover que los aquí llamados presbíteros, bien pudie
I' ron ser obispos (3). Estos presbíteros ("obispos") fueron -
i precisamente los colocados por Pablo y Bernabé al frente de
FR. IGNACIO BURGOS S.
laa comunidades , durante su primera misión em Galacia. Más
adelante, en 15,2.4.22; 16,4 encontramos 'de nuevo la expre-
sión "presbíteros" que comserva aquí su sentido literal de
anciano y que no tiene que ver nada con la significación de
obispo sino que más bien expresa un título honorífico come
veremos después . ■ — •
nDesde Mileto, mandando recado a Efeso, convocó £
los presbíteros de la Igleáia" (Act .20, 17 ) . "Mirad por vos-
otros mismos y por toda la grey, en medio de la cual el Es-
píritu Santo os puro por obispos para pastorear la Iglesia
de Dios, que él hizo suya con su propia sangre" (V.28). Es-
-te es un texto que no encierra ninguna ambigüedad y, por
tanto, su sentido es obvio. Los aquí llamados presbíteros ,
son pues, los obispos y pastores de la Iglesia y tienen uní
responsabilidad para con la comunidad, resposabilidad que -
Pablo compara a la de un pastor con sus ovejas.
Para Pablo, el episcopado de Efeso es una funciór
colectiva: la Iglesia de Efeso ccmo las de Glacia está go —
beroada por sus presbíteros. En 21,18 encontramos por últi-
ma vez en los Hechos la expresión presbíteros que conserva
aquí el mismo significado que ya le dimos en 15,2.4.22 y
16,4. • ■
Pasemos ahora a examinar' la cuestión en las epís-
tolas paulinas. Seguiremos aquí en cuanto nos sea posible -
el orden cronológico en que más o menos fueron escritas a-
quellas para darnos cuenta mejor de la .evolución progresiva
del problema. .
Las dos epístolas a los Tesa'loni censes .-
En la I-
glesia de Tesalónica, que era la segunda ciudad de Europa -
que Pablo había evangelizado hacia e-1 año 51 durante su se-
gunda expedición apostólica, no encontramos los términos
precisos para designar la Jerarquía, pero no obstante exis-
ten los "jefes "para con los cuales el Apóstol recomienda si
.■)! u JW,
mm
LA JERARQUIA EN EL NUEVO TESTAMENTO
misión y respeto. "Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a
los que trabajan entre vosotros, a vuestros "jefes" que os
gobiernan en el Señor y os instruyen, y que los estiméis en
el más alto grado con amor a causa de su obra" (1 Thess. 5,
12-13). Estos jefes ( ñPQ i cr r <x jULe. \/o l ) tan encarecidamen-
te recomendados por Pablo á sus fieles de Tesalónica desem-
peñan pues un oficio pastoral. Más tarde, en sus epístolas -
pastorales empleará Pablo este mismo término para designar
el gobierno del padre de familia en su casa.
Pasemos ahora a la Iglesia de Corinto.-
Cuando Pa
blo escribe su primeracarta a los. Corintios, en momentos -
en que esta Iglesia estaba agitada por divisiones, no ha-
bla de obispos, presbíteros ni diáconos. Pablo habla de"p£
áagogos (l Cor .4, 15), de"prof etas" (11,4) y también de su
categoría de Apóstol y de Padre ante los Corintios (4,15).
Con todo, en las recomendaciones que hace al final de su e
pistola (l6,15ss.) menciona la casa de. mi tal Estéfanas q'
el califica de primicia de la Acaya y para con el cual
quiere que se muestren sumisos como quiera que está consa-
grado al servicio de los santos. Los comentaristas no es-
tán de acuerdo sobre el carácter de este personaje. En to-
do caso -dicen- su dignidad parece derivarse de su condi -
ción de primicia, es decir, de convertido insigne y en ca-
lidad de tal ocupa un puesto honorífico, no estrictamente
pastoral. Así explican este pasaje, no desechando empero -
la posibilidad de que el pers onaje aludido represente cier
tamente algún carácter pastoral por las vivísimas recomen-
daciones que hace el Apóstol de qu e le estén sujetos y le
reconozcan en todo, para que según la expresión del mismo
San Pablo todas las cosas se hagan en caridad.
La epístola a los Romanos. -
Esta carta nos pre-
senta también un testimonio de la existencia de la Jerar-
quía cuando compara la Iglesia a un cuerpo en que todos
los miembros no tienen la misma función (12,4). En la I-
fK. iUMblU DUKüUú S..
glesia hay apóstoles y Pablo es uno de ellos; pero otros han
•recibido del Espíritu Santo otras misiones y así éste es
profeta, aquél maestro (o'irfoío'r ctAos ), este otro es jefe
(íTPoarToiVí'/os), el de más allá tiene el carisma de la
compasión, mas a éste le ha sido dado el carisma de la cari
dad y misericordia para con los necesitados, y hay también-
quien posee el de la consolación (12,6-8). San Pablo, pues,
cano dice acertadamente Eatiffol, a quien tantos críticos se
agradan de presentar como un adversario de la Jerarquía, es
el Apóstol que después de haber podido a los Tesaloni censes
la sumisión a sus jefes, reconoce el TrPo l <t t ot u. e \/o s como
un ministro de la Iglesia, investido de su misión por” el
mismo Espíritu Santo (4). Ademas, podríamos añadir ' nosotros^
cómo es posible calificar a. Pablo de enemigo de la Jerarquía
cuando leyendo el capítulo 13 de' esta misma epístola, palpa
uno los sentimientos del Apóstol hacia toda institue ion .-ha-
cia toda autoridad sea cualquiera el que la represente?
Examinemos a' ora las epístolas de la Cautividad. -
En su carta a los Efesios 4,11-12 encontramos en siguiente
pasaje: "Y él (Cristo) dió a unos ser apóstoles; a otros,
profetas y doctores en orden a la perfección consumada de
los santos parala obra del ministerio, para la edificación
del cuerpo místico, . .etc."
Aquí enumera San Pablo cuatro categorías de minis
tros de los cuales los así llamados "pastores y doctores" -
son precisamente los obispos, cuya misión en la Iglesia es
gobernar y enseñar. Es este, pues, otro de los textos que
podemos aducir como testimonio de la existencia de la jerar
quia en e 1 N.T. En cuanto a la expresión evangelista que en
contramos aquí ,Batiff ol dice ser sinónima de apóstol (Gal.l,
8) y añade que no se encuentra más que dos o tres veces en
el N.T., a saber, en Act.21,8 y 2 Tim.4,5 (5).
Epístola a los Colosenses .-
Aquí Pablo no habla
ni de presbíteros ni de obispos; Pablo habla de "pastores"(
Y7 O i juz i/u s ), los cuales son al mismo tiempo instructo—
- 9
I LA JERARQUIA EN EL NUEVO TESTAMENTO
i
i filis ( ¿A c/oicrx u s ). Pastores que son evidentemente los
l "presbíteros -obispos n que hemos ene entrado' en las Iglesias -
del Asia.
Filipenses '
Esta epístola permite establecer con
más o menos precisión que la jerarquía es ya en Filipos una
| jerarquía de dos términos, a saber, los obispos y los diáco-
f nos. Fijémonos si no cómo introduce Pablo su carta: "Pablo y
t Timoteo, esclavos de Cristo Jesús, a todos los santos en€Fiis
to Jesús que se hallan en Filipos con los obispos y diáconos0
.i (1,1). Constituye, pues, esta epístola un nuevo testimonio de
i lo que pretendemos demostrar.
,j : ' M stolas Pastorales
— . _ Es curioso que en estas e-
pístolas no se mencione casi para nada la palabra "Iglesia";
. con todo, vemos que aauí cano casi en ninguna otra parte del
N. T. se habla de la jerarquía y de los deberes inherentes a
i Tos -diversos grados de ésta.
,* . .
Para Pablo, estas epístolas son una ocasión admira
hle de desahogar su corazón. Los tiempos se presentan malos,
i El Apóstol parece decepcionado. Habla de su defensa y de
; Dios, justo juez, que él opone al -león devorador (Cf. 2 Tim.
A,6-17). Pablo se siente cansado, amargad o'^~ casi desolado, pe
. i*q esa desolación y amargura tienen para él, al igual qT pa-
ra su Maestro cuando sudando gotas de sangre en el Huerto y
cuando maldecido y hecho el escarnio del pueblo, gemía aban-
¡ donado dé los suyos colgado del patíbulo, tienen para él re-
pito, una honda suavidad, una especie de satisfacción muy ín
tima, al recordar que toda su vida, todas sus .energías ' las
i ha gastado en Cristo y por Cristo; y al ver que así como pa-
) ra Cristo, Juán, el discípulo- amado, le fue fiel en su aban-
j dono, así Timoteo es -ahora para él un amigo sincero, un cola
i borador abnegado, en una palabra, un consuelo en su soledad.
Por esto, Pablo, intuyendo maravillosamente las perse cusió -
nes aque estarían sujetos los que quisieran vivir piadosamen
te en el Señor Jesús, advierte amigablemente a Timoteo, las"
10 - • .
FR. IGNACIO BURGOS S.
luchas que ha de sostener y lo. amonesta para que no desfa-
llezca. • • ' , • ... *
Timoteo, y Tito son pues, en las . epístolas pastora
les, los- depositarios, pudiéramos decir, del testamento de"
Pablo; sus lugartenientes en la magna empresa.de la conver. -
si6ri.de los gentiles, ellos habrán de ser. los pastores que
han de "heredarle más de cerca en el cuidado del rebaño. De
aquí que señale a Timoteo la manera como ha de luchar para
defender y mantener unido el rebaño de (Cristo. Per'- la pala
bra y la ostensión de la verdad será llevada, a cabo la obra
que Pablo encomienda a su discípulo: "Vela -le dice-, . vela-
sobre tí en todo, haz el deber de * evangelista* cumple tu
ministerio... Procura; reavivar la gracia de Dios, que - está
7 en tí por la imposición de mis manos; no te avergüences.- de
mí; comparte mis padecimientos por la causa del Evangelio -
para cuya predicación yo fui constituido heraldo y Apóstol
y maestro de los gentiles"(2 Tim. 1,6.8.11).
Timoteo no posee en verdad el carisma del aposto-
lado, pero él es seguramente "maestro" y- estas epístolas sen
como se deja ver a través de su contexto, un "verdadero ma-
nual del 'VtífoíVxt(/i05 ” que sabe dispensar lealmente
la palabra de lá verdad.
Con todo, estos versículos -dice Batiffol- no son
una expresión que testimonie que los fieles f ornen una aso-
ciación o que sean gobernados por una jerarquía: Pablo, ha-
bla con palabras oscuras o al menos de doble sentido; más
aún, él, ni siquiera con palabras oscuras habla de presbíte-
ros y obispos y, la palabra diácono es tonada por él en su
sentido más literal (2 Tim. 1,18; 4, 5. 11). (6) En conclusión
para Batiffol^ la función, que sólo él tiene en cuenta es la
instrucción, la " cí t (fot <T X. & ¿ í oc " . Pero acaso, no pudi£
ramos decir que la d c d <x CT x. ot A i ex es en verdad una cua-
lidad indispensable en el pastor? Las dudas son luégo disi-
padas y Batiffol así lo reconoce al escribir: "En la 1 Timo
teo, el maestro que campea en la 2 se disipa de repente. Los
tiempos son mejores, se goza de tranquilidad. Los término se
-11
WIIWW!
—5=
LA JERARQUIA EN ÉL NUEVO TESTAMENTO
V
esclarecen también. La palabra "Iglesia” es pronunciada y se
tema en el sentido de colegio, asociación (l Tim. '5,16). Apa
rece el, presbiterado. La palabra 'diácono', en un sentido no
literal sino jerárquico, aparece y prevalece. Además, la e-
pístola enumera las cualidades que debe tener el diácono (3,
8-13). Por el capítulo 6 se da a entender que la comunidad -
consta de esclavos, pobres, ricos, etc. En el empleo del tér
mino J7 O £ T ,3 u T ¿ p o í. se traduce cierta indecisión por el
hecho de que ora es tañado en el sentido literal de anciano,
ora en el sentido jerárquico de presbítero: la 1 Tim. haila
en realidad de los Tí'p € To ú I o i y de las nP<Z cr ¿3 u -
jíjocu , así como de los jovenes ’ \/£ có T ¿ ’ y de las jó
venes' v€u>7£,oc*l ' (5,1-2), al mismo tiempo que hablatam
bien del presbiterado como de un colegio orgánico (4,14.)" (7"J.
En efecto, más adelante, 5,17. encontramos el término presbí-
tero en este último sentido: "Que los presbíteros que gobie r
nan bien, sean considerados dignos de doblado honor, mayormen
ce los que se afanan en la palbra y en la enseñanza".
Un cargo,' en fin, puede agregarse a la efe d c* <T xQí
- X¿\
er , un cargo riué Pablo califica con el nombre de 'epis-
copado’ : "Si alguno aspira al episcopado, excelente función
desea. Es, pues, necesario que el obispo sea irreprensible . .
(3,1-7).
Esta epístola -dice Batiffol- es el manual de 'la
administración temporal de la Iglesia y^en^ella el / obispo es
presentado como el £ x < /I -'O vT l & 5 0- ?? u £ /7 lix£Á w vT£Tc<t; la
2 en cambio, es e 1 manual de la instrucción o
La epístola a. Tito. -
Es idéntica en el tono y en
su contenido a -la 1 Tim. Tito había, sido encargado por Pablo
de colocar presbíteros- en cada una de las ciudades de Cretay
con este objeto habís" sido dejado allí por el Apóstol . (1,5) ,
muy probablemente después de su tercer viaje apostólico. A-
llí,'. cada villa tenía una Iglesia y en cada Iglesia había
presbíteros . Tito senos presenta aquí cono un c/udoíü'Jtc^/los
(2,1). En 1,7-9 aparecen tambi 'en las cualidades del obispo,
12 -
FR. IGNACIO BURGOS S.
el cual ante todo, debe ser un cristiano desinteresado del
dinero, hospitalario, capaz deenseñar y si es el caso, de sa
lir al encuentro de los que perjudican la sana doctrina. ET
obispo aquí es cano en el 1 Tim. el administrador o ecónomo
de la casa de Dios. Por último, es digno de notar en esta e
pistola como en las dos a Timoteo y en muchas otras de Pa~
blo, el interés que demuestra el Apóstol por una cualidad q*
bien pudiéramos calificar de esencialísima en el episcopado,
a saber, la adhesión a la doctrina recibida., es decir, a la
tradición apostólica. Cualidad que tanto Pablo como luego -
todos los Padres de la Iglesia han sabido aprecia" en su jué
to valor, como quiera que los obispos son los maestros ,ins~
tituídos por Cristo, de la palabra divina; ellos son los es
lábones principales de la larga e ininterrumpida cadena que
llamamos Tradición Apostólica.
Epístola a los Hebreos. -
Esta epístola cono es sa-
bido, es la exaltación de Cristo cano Sacerdote sumo, Pontí
fice supremo y Víctima ofrecida en propiciación por nuestro
pecados.
En 5,1.4ss. encontramos más bien una considera --
ción de carácter teológico-pastoral en que Cristo es presen
tado cano el Pontífice modelo, que una contribución propia-
mente tal al tema de que nos ocupamos. La palabra rsu-
Xtjáo*L que leemos en 11,2 no parece tener un sentido
jerárquico y designa por tanto a los ancianos literalmente.
Sin embargo, más adelante 13,7, Pablo emplea un término muy
expresivo, a saber, S7 y o ó /J-& v o ¿ (guías) cuando dice:
"Acordáos de vuestros "'gulas’, los cuáles os hablaron la pa
labra de Dios..." Estos guías desempeñan el ministerio de
la palabra, san los orientadores de los fieles, los c/c^T-
— tantas - veces mencionados. Para con e.l.los reco-
mienda el Apóstol la sumisión y el respeto: "Obedeced avues
tros guías y mostradles sumisión; ellos velan sobre vuestras
almas como guardianes que deben dar razón de su cargo" (13,
17). De donde Batiffol y con él muchos otros exégetas, con-
cluyen muy lógicamente que estos yi yO<~>/ju.£ v o l desern-
LA JERARQUIA EN EL- NUEVO TESTAMENTO
peñan el minis te rio "del episcopado (9).
Epístolas católicas.- i.
"• • • . Santiago :en la epístola de
Santiago 5,14 leemos; "Está alguno enfermo entre vosotros?
Mande llamar a los 'presbíteros f de la Iglesia, y ellcs oren
sobre él, ungiéndole con óleo en el nombro dél.Seíior" .
..... De aquí podemos deducir que las comunidados de
los cristianos forman cada una una Iglesia y que cada Igle-
sia tiene sus presbíteros, i’ste término está aquí temado en
sentido jerárquico y al mismo tiempo que representa una dig.
nidad, envuelvé también la idea de un carisma según el sen-
tir de los exégetas católicos .
En 3,1, Santiago dá categoría a los ¿ c cfota' *c*. A o i
y contándose él mismo en el número de ellos, amonesta a sus
destinatarios para que no ambicionen esta dignidad que tan
grandes responsabilidades entraña. Tiene, pues, sin duda es
ta expresión un sentido jerárquico.
Epístola 1 de San Pedro. -
En esta carta encontra-
mos un nuevo testimonio del intento que pretendemos en núes
tro estudio. En 5,lss. el autor reivindica, o mejor, hace
valer su título de presbítero (hé aquí un caso en que la pa
labra presbítero equivale ciertamente a obispo) y dirigién-
dose a los cristianos que son presbíteros como él, los amo-
nesta con estas palabras ; "A los presbíteros, pues, de en-
tre vosotros exhorto yo,, presbítero también y testigo de
los padecimientos de Cristo, participante , además , de la glo
ria que va a manifestarse; apacentad la grey de Dios que es
tá en. vosotros, gobernando no por fuerza sino de grado se-
gún Dios..." Con las cuales palabras les recuerda que su de
tiér es de ser pastores del rebaño de Dios y que como tales
deben alejar de sí propios el deseo de torpes ganancias y
lá vanidad en el desempeño de sus funciones, gobernando con
mansedumbre la grey que les ha sido encomendada y conformán
dose en todolal ."Pastor supremo", ésto es, a Cristo a quien
14 -
FR. IGNACIO BURGOS S
él llama el Pastor y el Obispo de las almas. Esta epístolaj
cano hemos podido observar en los textos ya citados, testi-
monia además como el discurso de Mileto el ejercicio del e-
piscopado por una pluralidad de presbíteros.
2 y 5 de Juan
En la salutación epistolar de es-
tas dos cartas encontramos la expresión "presbítero" que
también aquí posee un sentido jerárquico ya que es el mismo
Juan quien se titule de esta manera. Es pues, este un nuevo
testimonio de que el término dicho era tomado en ese enton-
ces como sinónimo de obispo, por no existir quizá todavía u
na terminología precisa para designar los distintos órdenes-
jerárquicos. Por tanto, bajo este aspecto estas dos cartas,
de Juan constituyen una nueva prueba a favor de nuestra de-
mostración.
Vengamos por último al Apocalipsis .-
En este li-
bro, es preciso reconocer, no ocurren para nada los termines
con que solían designarse en ese entonces los diversos gra-
dos jerárquicos; sin embargo, algunos autores tales como el
P. Bover y J. Renié han creido ver en las cartas a las sie-
te iglesias del Asia (1,9. 3,22) un testimonio de la exis —
temeia de la jerarquía eclesiástica. En efecto, el P. Bover
por su parte y con muy buen sentido de la exégesis por cier
to afirma, que los ángeles de cada iglesia son precisamente
los obispos en cuanto gobiernan y representan a su respecti
vos rebaños. Y advierte, además, para confirmación de su in
te rp retaca. ón. que muchas de las cosas que en las cartas se
dice .de. .ellos no pueden aplicarse a los que comunmente en —
tendemos y entiende la teología bajo el mismo nombre de án-
geles. Por aquí también podemos damos cuenta -dice Bover-
de la complejidad del signo apocalíptico (10).
Con ésto,creo haber puesto de manifiesto más o me
nos, que por los libros del N.T. se puede atestiguar la exis
tencia de una jerarquía eclesiástica.
Ahora quiero terminar mi cometido poniendo de re-
?
$
i
i.
I
LA JERARCA EN EL mEV0 TESTAMENTO
liev© con Ormino más precisos algunos detalles de este estu
dio Como 7a nos habremos podido dar cuenta a través de las
líneas que preceden, las epístolas paulinas no hacen más que
indicar el estado primitivo de la jerarquía, el cual ya lo
vemos mejo." organizado en la Didachó y casi perfeccionado en
las cartas de Ignacio, Pero por el hecho-de que--en el N.T.no
se encuentra una nomenclatura precisa para designar los dis-
tintos oficios jerárquicos, no se puede deducir de aquí como
hacen alg>r:0S críticos mal intencionados que no existieran -
los diferentes grados de la jerarquía, tales como el episco-
pado y el diaconado; pues los Apóstoles fueron en realidad -
castores V obispos y como tales tuvieron sus sucesores; lo
mismo pudiéramos decir de los diáconos, cuya institución can
ta como ya dejamos asentado en Act.'6,l-7.
til R.P, de Smed, juzga que los términos "prebíte--
ros” y "oblsp03" pueden ser tenidos por sinónimos al menos
en el lenguaje deí N.T. cuando ellos se expresan con sentido
jerárquico, Y !ue el término judío de "presbítero" correspon
-de muy bien al término griego de "obispo": el primero, no ob
stante má?i bien honorífico, el -segundo, al contrario con un
sentido mán bien administrativo. El término presbítero podría
aplicarse a todos aquellos que están asociadoa a la direcci-
ón de las Iglesias y viene a ser como un título honorario de
bienhechor, uña especie de -primicia, es decir, de convertido
insigne: o L obispo, en cambio, supone un poder personal de
juris di ce í l>n •
Los obispos eran los ~ p £ V ¡3 ú I £ pOt /70 O *
-iVlouLtVOU Per0 podrían existir”ótros
- qué ” ño ” tu vi*1 r an esta cualidad.
Las Iglesias tenían a su cabeza un jefe único, o
estaban regidas por un colegio de presbíteros iguales? No tie
ne nada do Imposible el hecho de que el . episcopado no hubie-
ra tomado ttu forma definitiva sino después del tiempo de los
Apóstoles: mientras éstos vivieron, pudieron guardar entre
sus manos «1 gobierno de las Iglesias, haciéndose suplir por
s
t
i
f
I
r
i
I
16_-
FR. IGNACIO BURGOS 3.
simples presbíteros (ll). De lo cual podemos colegir que, el
Padre de Smed, apoyándose en lo que los Actos nos dicen de
Santiago y de la Comunidad de Jerusalen, cree en la monar —
quía episcopal original.
Claro es que como ya lo hemos dicho, la terminólo
gía primitiva no es rigurosa y las instituciones definiti —
vas han podido s£*r preparadas por instituciones transitori-
as, a la manera de un edificio por sus andamiajes. Por don-
de se ve no ser tan imposible, como parece a algunos críti-
cos modernos, la asentación del principio tradicional de qT
la jerarquía siempre ha existido en la Iglesia Católica fun
dada. por Cristo, desde los orígenes de su formación y exis-
tencia concreta en el mundo.
Así pues, apóstoles, profetas, etc. son las expre
siones primitivas de jerarquía de la Iglesia en su estado -
de misión , de propagación; luego aparece la jerarquía no
ya misionera e itinerante sino local, estable, .la jerarquía
de las Iglesias con existencia individual y orgcni zadas .Por
eso vemos que la Prima Clementis (a. 95) habla. ya de obispos'
y diáconos instituidos por los Apóstoles y la Didache de c-
bispos y diáconos elegidos por la Comunidad.
S1S • Siguiendo a Batiffol, diremos con él
que muy bien se podría concebir la organización primitiva -
de las Iglesias, del siguiente modo: N , , _
& ° a) tomando como fun 10
nes preparatorias (misioneras), el apostolado, los profetas
y la d ’v. d s* i* ot A C o- ; , \ . . *
0 b) en segundo termino,
un orden local, puramente honorífico y que no confería sino
una notabilidad de hecho, el presbiterado;
c) una función liturgi
ca y social, el diaconado; ,\ « . > .
j > d) una función liturgi_
ca, social y de predicación, el episcopado; episcopado que
como el diaconado es plural, colectivo; y
f) finalmente, el epis_
copado plural desaparece con la muerte de los Apóstoles y
- 17
LA JERARQUIA EN EL NUEVO TESTAMENTO
so desmembra para dar nacimienta al episcopado unitario <?.rl
obispo y al sacerdocio subordinado de los simples sacerdo--
tes (12) .
I
i
NOTAS
I (l) - BOVER J.M., El Evangelio de San Mateo, Barcelona 1946,
330-331.
(2) - Cf. MOULTON-GEDEN, A Concordance to the Greek Tésta-
me nt 3 , Edimburgh 1950.
(3) - Cf . BOVER J.M., Nuevo Testamento 3 (in Act.14,23), Ma
¡ drid 1956 > 426.
: (4) - Cf. BATIFFOL P., Etudes D'Histoire et de Theologie Po
• sitive (La Hierarchie Primitive) 6,
Paris 1919, 241.
i
•i
i
\
(5) - Ib. , 233, Nota I. '
(6) - Cf . o.c., 244. • • ■' - -
(7) - Ib., 244-245.
(8) - Cf. o.c. ,246.
(9) - O.c. , 247.
(10) - BOVER, Nuevo Testamento (in Apc.1,20), 884
(11) - Cf. DE SMEDT, L* Organi sati on des Eglises Chrétiennes
Jusqu'au Mil: ~.i du Ille Si e ele. ( Con-
gres Scient, Inter, ¿as Catholiques de
1888, 2, 297ss . ) .
(12) - BATIFFOL, o.c., 266.
JN/ocidn de d)¡os
en
{Platón
t. ' '
Fray Rigoberto Castrillón R.
Aunque la finalidad primordial del presente artícu
lo, versa sobre la noción o concepción platónica de Dios, he
juzgado conveniente antes de desarrollar la propia conceoci-
ón metafisi ca, trazar en líneas generales los datos concer —
nienates a la mitología y religión anteriores y contemporáne-
os del gran pensador, lo mismo que las nociones de los prin-
cipales filósofos hasta Sócrates y unos brevísimos datos bio
gráficos; ya que no parece correcto querer comprender el
auténtico pensamiento de un autor, desvinculándolo de la tra
dición anterior y del ambiente cultural que le rodean y que
necesariamente tienen que ejercer influjo en su mentalidad.
Por eso he dividido el presente trabajo en los cua-
tro puntos que a continuación expresaré, colocando en la par
te final las conclusiones, que sin tener un carácter absolu-
to, pretenden sólo suscitar una inquietud más en todos aque-
llos que con esmero se dedican a la más noble de las profe-
siones, cual es la del pensamiento humano, en la multiplici-
dad de aspectos con que se nos manifiesta en ese depósito si
empre antiguo y siempre nuevo de las obras de los grandes -
pensadores de la humanidad, entro los cuales ocupa indis cuti
- 19
. .1-
i
NOCION DE DIOS EN PLATON
blemente Platon uno de los primeros puestos .
X-) Mitología y Religión
2- ) Nociones en los filósofos hasta Sócrates
3- ) Metafísica y Teodicea en Platón
4- ) Conclusiones.
X-) Mitología y Religión
Toda evolución dt 1 pensamiento humano, pasa por
tres estados fundamentales, que dan el índice de mayor o me»
nos solidez en su manifestación temporal, siendo ellos al de
cir de José Vasconcelos (l) "el pensamiento poético, el pen-
samiento filosófico y el pensamiento religioso". Son precisa
mente dichos estados los que se observan fácilmente en el de
sarrollo del pensamiento helénico, desde la primera civiliza
ción, consignada primero por sus poetas como Homero y Hesio-
do, segundo por las primeras cosmologías de los Jónicos y Pi
tagóricos, ji finalmente por el más alto representante del pen
samiento griego. Platón, en donde aparece como el alma reli-
giosa que llega a esa intuición directa de la divinidad.
Fijando la atención en la civilización prehelénica,
se acepta el hecho de que ya en la Greciade los tiempos Hom£
ricos existía una civilización Minue na y Miceánica de unos
dos mil años antes de Cristo (2), que influiría necesariamen
te en las generaciones posteriores. Esta religión tuvo el in
flujo de la religión indo-europea, teniendo allí origen, la
.palabra "Dios" y el adjetivo "divino" que se encuentra tam-
bién en Sánscrito, lithuaniano, antiguo prusiano e islandés,
francés, antiguo irlandés, latín y griego (3), con el signi-
ficado dé "brillante" y de día luminoso con carácter divino,
que designaban con el nombre de ^eus (4) los Cretenses, el
cual daba la fertilidad con la lluvia y el trueno. Este, se
confunde con el dios olímpico indo-europeo del cielo y del -
rayo, que toma Homero por el padre de los dioses y de los hcm
bres . Es, pues, el dios por excelencia del helenismo, al que
tanto el culto como la poesía exsaltaron al grado supremo. Si
endo maestro del cielo habitaba en el éter debajo de las nu-
FR. RIGOBERTO CASTRI LLGN R
bes; protegía los nacimientos, la familia, los ciudadanos ;
era el dios de la amistad, de la hospitalidad, de las armas
y de los triunfos, el dios purificador y vengador,' todopode
roso y sabio, conocedor del porvenir que expresaba por lo7
oráculos.
Este dios como todos los dioses que anota y multi
plica Homero en su Ilíada y Odisea, tuvo origen o padre (5*J
ha crecido y llegado al poder por la violencia; sus herma —
nos (6) y hermanas- son los dieses ancianos y todos los de —
más que originaron la mitología en los griegos, una de las
más ricas y variadas, y a la vez más brillantes y luminosas
que se conocen, y que no es más que ]a resultante de una i-
maginación exuberante y variada que dejaron consignada sus
poetas. Así, pues, la esposa de Zeus era Here ; hija de Cro-
nos y de Rea. Su hija favorita es Atenea y a la vez su hije
es Apolo, que tenía su principal oráculo en Delfos. Seguían
un sinnúmero de dioses, de los cuales los primarios eran:Ar
temis, Astartes, la Sibila, Ares el de la guerra. Kermes de
las tempestades y de la fecundidad, Deméter, Kore, Dionisos,
Poseidón, etc. Entre los secundarios además del dios Pan, de
Sátiros y las Horas estaban las Ninfas, las Furias, las Ve-
reida? y las tres mil Oceánidas . Entre los dioses protecto-
res de la vegetación estaban Phytias, Pandrosos, Erecte o, -
Triptolemo y Maléatos ; finalmente entre los protectores de
la salud o de la vida humana estaban Bros el hijo de Afrodi_
ta. Lecho y Corotrafos, etc.
En cuanto a la religión, se puede decir que en un
principio el culto helénico se dirigió primero a las piedras
o ídolos con tendencia fetichista. Veneraron luego los ár —
boles como seres sagrados donde posaban los dioses; así Ze-
us en una encina; Atenea en un olivo, y Apolo en un laurel,
tal acontecía en Creta. También las serpientes y otros ani-
males tuvieron un culto especial, quizá por influjo egipcio
y -así aparecen en Deméter, en la Medusa, ambas asociadas al
culto de Asclepios, como dioses con serpientes; al igual qf
el águila de Zeus, la paloma dé Afrodita y la lechuza de A-
tenea, etc. Estos animales dieron origen más tarde a una
- 21
’ " I, II W IIWWH' n IM I «VI lAgglWWiMJ»' •> m^»1 «“H -
NOCION DE DIOS EN PLATON
multitud de seres mixtos, unos con cabeza de animal sobre -
un cuerpo humano, y otros con brazos y piernas de animal, cu
ya misión princioal era servir de intermediarios ante los
dioses siendo a la vez enemigos del hombre, tal como apare-
ce en el Minotauro que tenía figura humana pero cabeza de -
toro.
Homero hace notar la creencia en la vida futura ;
representaba el alma como un principio material, un aire su
til, unida a un cuerpo hasta la muerte, la cual conservaba
después de la muerte la forma o imagen del difunto pero pá-
.lida e insensible a los vivientes, creyendo, pues, en la su
pervivencia de los muertos a los cuales sacrificaban cauti-
vos y esclavos, como Aquileo que sacrificó doce troyanos en
la tumba de Patroclo (7).
La importancia de Hesiodo está cifrada, en sus o-
bras poéticas de carácter religioso, didáctico y moral "los
trabajos y los días”, y en la ."Teogonia” „ Esta última versa
sobre una confesión religiosa en un himno a Zeus y a las mu
sas, en donde narra el movimiento del universo, la extraed
ón de la tierra y de lavida, la cual llega a originar el cié
lo, las montañas y el mar, todo ello en un ambiente mitoló-
gico, en donde aparece Zeus equivalente al de Homero (8), el
cual origina la justicia que viene a ser un gran factor de
la moralidad tanto divina como humana. •> ~*
Se puede decir, pues, que los dioses vriegosde la
mitología, representantes inmediatos de su religión polite-
ísta, no son otra cosa que seres imperfectos, sometidos a
las pasiones, a las luchas entre sí y a las injusticias (9),
y mejor aún creaciones subjetivas del hombre que se enfren-
ta con los males que. le rodean, y la necesidad de ayuda pa-
ra solventarlos, pues, su religión., como dice Steuding(lO) ,
surgió del asombro ya que "toda las religiones naturales
surgen del asombro ante fenómenos inexplicables; del terror
a los males y el deseo de poseer bienes que no pueden ser
adquiridos por las fuerzas humanas, de donde proviene la i-
lusión que nos lleva a admitir la existencia de seres que
22 -
FR. RIGOBERTO CASTRI LLOK S
constituyendo el fondo impreciso de nuestra admiración, co:
siguen libertarnos del miedo y satisfacer nuestros anhelos-1
2-) Nociones en los filósofos hasta Sócra-
tes ' " “7“
Cano- una reacción contra las teologías o mejor a-
ún teogonias mitológicas y cósmicas que prevalecían en el
ambiente popular, aparecen los primeros esfuerzos de carác-
ter casi científico entre los varios pensadores presocráti-
cos, de resolver inconcientemente a las preguntas que irá*
tarde formulara Aristóteles. De qué consta cada cosa? Que
sea cada cosa? Qué vienen a formar los primeros titulares -
de las primeras cosmologías de los Jónicos y Pitagóricos
tal como los estudia y desarrolla la historia. Es, pues,ro:
este entonces cuando los pensadores saltan el primer obstá-
culo, que les impedía el total desarrollo de su actividad -
intelectual, cual era el vivir sumergidos en ese mundo poé-
tico, fantástico e ilusorio, de las leyendas mitológicas y
.creencias supersticiosas que no les permitía recibir un ra-
yo de luz que les alumbrara la verdadera realidad del mundc
que les rodeaba. Es ahí propiamente cuando se da el primer
paso en el adelanto de la evolución del pensamiento con la
aparición de las nociones más conformes con la misma natura
leza, quedando no obstante uno que otro aspirante a revali-
dar e instaurar de nuevo las anteriores cosmologías míticas
mediante la colección de leyendas cano Cnomácrito.
Los frutos primarios de sus esfuerzos no se dejar
esperar, y .así introduce Anaximandro la noción del "ápeiror"
algo sin límite o indeterminado e infinito, y llega a la cxr
cepción de un ser sin principio, sin fin y a la vez princi
pió de todas las cosas. Pitágoras llega a la abstracción na
temática y toma lo par por lo finito y lo impar por lo infi
nito. Heráclito formuló su célebre "devenir universal" asi¿
nándole como principio el fuego, el cual es eternamente vi-
vo, coincidiendo todo en un proceso circular de nacimiento,
y destrucción en el "Uno" o unidad substancial semejante a
la de los Jónicos, pues, "las subsrtancia primordial es el
- 23
m
-reay* ■■y.M.'ii m i mu'» wwi 1
I NOCION DE DIOS EN PLATON
! fuego, el cual pueden modificarse todas las cosas , como to-
da mercancía se cainbia por oro, todo nace y evoluciona, se-
i gún que el fuego eternamente vivo, se vaya avivando o apag-
gando por laley de los contrastes que tiene vitalidad en el
Uno permanente" tal como lo anota Emile Brehier (ll). Negan
do por consiguiente la existencia del ser ya que todo esta
en continuo cambio»
Los eleatas en oposición al devenir de Heráclito,
se apoyan en la razón y dicen que todo es "ser", cayendo -
en un monismo totalmente racionalista; negando los cambios
por ser sólo fenómenos o ilusiones del pensante. Su monismo
toma como principios .estos que anota Klimke Federico (12 ^'EL
ser es uno, es único e inmutable. Ningún ser puede producid
jse" de nuevo ni perecér, pues de los contrario, el ser o au-
mentaría o disminuiría, lo cual es imposible. Cano que solo
í existe un ser, el mundo y dios son una misma cosa, ahora bi
( en, conciben a dios de una manera material e hilozoista".
-» t i .:.. <
Entre éstos está Jonófanes el teólogo de la escue
la, que partiendo de un monismo racionalista moderado, lle-
ga a la unidad e inmutabilidad de dios, "Hay un sólo Dios ,
el supremo entre todos los dioses y los hombres" (frag.l-).
Jenófanes canbate el antropomorfismo en especial de Homero,
niega toda similitud entre di os y los hombres (13), su dios
es inmotril ya que el movimiento de los dioses de la fábula,
no le convienen; pero mantiene, es verdad, el politeismo,ya
que para él todo es uno e inmutable , por lo que Dios y el
i'mundo vienen a ser una misma posa.;
j . ■ También Parménides eleatense da su contribución -
-al adelanto filosófico griego .aún en ciernes, introduciendo
en su poema "La Verdad" la. distinción entre el "ser" y el "
-no ser", sin admitir un punto intermedio de unión entre los
/mismos, tal como lo expone en la segunda parte de su poema"
La Opinión", como un sistema del mundo, en donde opone este
reino de la opinión, al reino de la verdad, la cual opinión
vendrá a ser más tarde el punto intermedio entre la ignoran
24 -
FR. RIGOBBRTO CASTRILLON R
cia y la ciencia que expone Platon en dus diálogos. Su"ser"
existe y es a la vez el Todo que no ha nacido ni morirá, es
inmóvil, indestructible, el único, es increado pues de lo
contrario solo podría proceder del no ser y éste no existe,
o no es ser. Se puede decir que su ser es más bien una acti
tud religiosa y si éste no es un Qios personal, sí es divi~
no, como sera la idea platónica del Bien (14).
El cuite propiamente tradicional que regía la vi-
da religiosa en este período pres ocrático,se centraba como
culto oficial^ en hc.irar a los dioses del Olimpo; como Zeus
de Olimpia, Atenea del Partenón y el Apolo de Delos y de -
Del.^os, sin ser dignos de tomarse en cuenta el Orfismo y
los misterios del Eleusis como movimientos sin mayor impor-
tancia, al igual que las concepciones de Esquilo en "I.as Eu-
ménides" y en "Prometeo Encadenado", en donde nos presentan
a éste ccmo un dios. "He a^uí -dice- lo que un dios sufre
por los hombres", y "he aquí encadenado un dios miserable".
Tampoco merecen importancia las obras de Arsitófanes, como
"Las Nubes" en donde permaneciendo fiel a las creencias del
pasado narra la religicknpopular, colooando también en la
misma a Sócrates, con una sátira injusta y sangrienta como a
un vulgar sofista.
El propio período clásico -o antropológico se ini-
cia con Sócrates del cual sabemos que inspirado por el "co-
nócete a tí mismo" que estaba a la entrada del santurario -
de Delfos, junto con otros incidentes que no es del caso men
cionar, dió cambio al rumbo de la filosofía que antes sólo
se preocupaba de los problemas cosmológicos y ontológicos y
ahora empezaba a preocuparse del propio conocimiento de la
naturaleza humana. Conocemos algo acerca de su persona y
doctrinas éticas y f i losóficas , porlos datos que dejó con —
signados Platón en sus primeros diálogos, pues auncuando es
uno de los personajes céntricos de la mayoría de sus diálo-
gos, en los últimos aparece el verdadero pensamiento de Pía
tón, aunque haya opositores como Bumet y Taylor los cuales
le atribuyen al. verdadero Sócrates la teoría de las ideas
y los principios que expone la República que indiscutible —
-' 25
T
? NOCI CN DE DIOS EN PLATON
I
i
% mentel.lo que contiene es el verdadero pensamiento de Pla^ —
<* ton (15). También se le conoce un poco por Jenofonte en"lLos
i Memorables", por Aristófanes y Aristóteles.
i ' "
* Merece alguna importancia su moral religiosa al
igual que sus concepciones de Dios en la Apología, el Cri —
’ * tón, Gorgias y el Banquete. Así entre los principios de su
sana moralidad está el temor a su propia conciencia antes q’
.* -2. la opinión común. "Yo prefiero -di ce -hallarme en desacuer
, - do y en oposición con todo el mundd,. <|ue de estarlo conmigo
1 :j mismo y contradecirme" preocupándose sólo porlo que diga el
¡jij juez único, queconoce todo lo justo y lo injusto, tal ccmo
■ leemos en el Critón, en donde dirigiéndose a éste, le dice:
"Luego no debemos, querido Critón, preocupa rnos por lo que
diga el pueblo, sino por lo que diga el único que conoce, lo
junto y lo injusto, y este juez único es la verdad". A él
' no lo interesa ni la belleza, ni la riqueza, ni la reputa —
i ción, aún el mismo hombre para él es nada, pues, el verda-
i dero hombre para él es el alma, lo cual nos lo confirma el
* testimonio del mismo Alcibiades que en el Banquete hace un
verdadero elogio de él cuando . dice: "Sabed que la belleza -
de un hombre es para él la cosa más indiferente , nadie se
k imagina hasta qué punto la desdeña, así como la riqueza t y
las demás ventajas envidiadas por el vulgo, Sócrates los mi
; ra a todos como de ningún valor, y a nosotros mismos cano a
: hada" (16). Penetrando más en las convicciones que reglamen
* taban su vida interior se ve claramente su preferencia a la
j ley de dios más que a cualquio- otra ley humana, y así en la
■ i Apología, dirigiéndose a los jueces atenienses que le juzga
í ban les dice: "Yo, atenienses, os honro y estimo, pero obe-
.J deceré más al dios que a vos otros "( 17) ; surgiendo por sonsi
■ í guiente el interrogante de cuál sea ese dios a quien dice -
¡j le obedecerá con especial cuidado. Se puede decir sin mucho
I temor, de que se refiere a uno de tantos dioses de la reli-
\ gión griega, ya que sí se sabe con certeza de que murió si-
i endo aún politeista auncuando haya tenido una tendencia mo-
noteista, tal como nos lo pinta Jenofonte en los "Memora- -
5 bles" en donde coloca en boca de Sócrates la expresión "Ser
: 26 -
FR. RIGOBERTO CASTRI LLOK R
supremo", el cual ser es supe-'ior a los dioses ; tiene existe:
cia real, ve todo de una vez, está en todas partes enti en”
de todo 'y lleva sus cuidados a la voz sobre todas las- par-
tos del v'_i\'0.-so (3rt); admitiendo iar’L.ióii la existencia df
una inteligencia oi'denadora que ha hecho las cosas con or-
den especial, la cual objotiviza en un sabio obrero, dotad'
de un tierno amor a sus creaturas y excluyendo por consigu:
ente la fuerza ciega del acaso (19).
Habiendo llegado a este punto de mi iuve-stigaciói
se facilita más el verdadero objetivo propuestos, es a sa-
ber, la noción de Dios en Platón, una vez aceptados los da-
tos que la elaboración del terreno nos ha ofrecido, para a-
sentar principios o bases más sólidos de credibilidad.
3-) Metafísica y Teodicea en Platón.
Aristócles y más tarde Platón, nació en la. noble
ciudad de Atenas en el año 42.7 a.C., de Aristión y Perictic
ne hija de Drópidas, hermano de Solón el legislador. Tuvo .-
dos hermanos, Adimante y Glaucón a quienes irmortalizó er.
la República, y 'una hermana llamada Potona. Estaba emparen-
tado además con Cridas, jefe de los 30 tiranos y del parti
do oligárquico en, los acontecimientos de su época. AprendiT
todas las ciencias entonces conocidas, y con predilección
especial las matemáticas. La lectura de los grandes poetas
nacionales, especialmente de Homero le llevaron a ensayos
poéticos, los cuales fueron objeto de su predilección duran-
te su juventud. Sus primeros estudios de filosofía los ini-
ció a los veinte años bajo la dirección de Crati lo, recibi-
endo de éste la teoría del devenir universal de Heráclito ,
pero su verdadera vocación se acentuó con el conocimiento -
de Sócrates al cual se entregó totalmante durante ocho a-
ños, escuchándole su sencilla sabiduría que centraba en el
saber que nada sabía. En Megara se relacionó con Euclides y
con los matemáticos de allí. En Cirene tuvo amistad con el
matemático Teodoro. Viajó a Egipto conociendo allí su filci
sofía, religión y costumbres. Fundó en Atenas su Academia -
sobre los dos principios que anota en el estado ideal, es a
- 27
p— »
mimm » u. u i. n ■ '
BOCIO» DE DIOS EN PLATCN
saber: la comunidad de trabajos entre el maestro y- los dis-
cípulos, y el cultivo de la ciencia por la ciencia; en la
mal se formaron filósofos, geómetras y matemáticos cono Es
pausipo, Jenócrates, Aristóteles, Eudosio de Cnido Me demo.
H¿rió el año 347 durante la guerra que Filipo de líacedonia,
bacía contra Atenas . . . ■ .
Con Sócrates la filosofía había alcanzado ia ori-
entación del problema ético y psicológico, pero Platón posa
^stos límites y llega hasta la ciencia del objeto y del so-
leto, convergiendo en él mediante un sincretismo las corri -
«artes anteriores, es a saber: el ser de Parménides, el deve
a¡ir de Heráclito, los números pitagóricos, los conceptos y
definiciones universales de Sócrates, los cuales dieron por
resultado su tería del "mundo de las ideas".
Platón en su filosofía religiosa, revive en el Eu
tifrón las creencias y mitologías tradicionales, lo mismo q'
en la República y en las- Leyes, sin romper con las creencias
de sus antepasados , considerando la impiedad propia de un
griego, en el no tener una fe sincera en la existencia de
los dioses y la nó. ejecución del culto que la ciudad estaba
obligada a rendirles; y el ateísmo en la negación de los ho
ñores que- son debidos a Dios, tomando este hecho como un es
cándalo. Esta creencia en la existencia de los dioses la
ccnservó hasta el final de su vida, según lo da a comprender
en la exhortación a un joven ateo. Fue también el opositor
acentuado a las fábulas teñidas de mentira y "Estas son las
que Homero y Hesiodo y los otros poetas nos -han contad o. Por
que los poetas, así los de ahota como los de tiempos pasa--
dos, no tienen otro oficio que divertir al género humano con
mentirosas fábulas" (20), los cuales poetas atribuyen a Dios
el mal, siendo como es- sólo causa del bien, "Mas si por aca
so se sostuviese en presencia nuestra que dios, siendo bue-
no ha causado mal alguno, lo rechazaremos con todas nuestras
fuerzas" (2 l) .
En cuanto a su metafísica, se llega a lo que él
juzgaba que era la ciencia, la cual la hacía consistir en
28 -
FR. RIGOBERTO CASTRILLON R.
la intuición directa dei mundo de las ideas o dei mundo in-
teligible, a- través de los tres estado básicos, la ignoran-
da, la opinión y la ciencia. El objeto de la ignorancia es
el no-ser, el de la ciencia las ide as o me j or aún el ser en
su totalidad (22), ya que ”el conocimiento supone "Un objeto'
-que es, o si no de qué manera conocería lo que no es? Pues
lo que tiene la totalidad de la existencia, y la pureza ab-
soluta de la existencia es totalmente conocible” (23) , y así,
“opone la plenitud del ser, su pureza, su eternidad, inmu-
tabilidad y todo lo que significa la verdad o realidad ddel
ser, a la movilidad irreal del deveni r" (24) . La opinión o-
cupa el término medio, ya que no es ni ignorancia, ni cien-
cia cuyo objeto es el devenir, la cual opinión se fundamen-
ta en la 'simple creencia y en ia conjetura.
La ciencia o conocimiento de las ideas y del ser
> en su totalidad está basada en,_la_ remin iscencia (25), la cu
al suponn a la vez la preexistencia de las almas tal como -
. leemos en el Fedón en una de sus conclusiones, ”Y por consi.
guiente, Simmias, nuestras almas existían antes de que apa-
reciesen bajo esta forma humana; y mientras estaban sin cu-
erpo ya sabían” (26), de la cual preexistencia de las almas
concluye a la existencia de las esencias objetivas que no
son otra cosa que las ideas, y así “preciso es, pues, tener
por cierto Simmias, que si todas estas cosas que tenemos si
emore en los labios, quiero decir lo bello, lo justo y to-
das las esencias de ese género existen verdaderamente
Es necesario digo, que como esas cosas existen, nuestra al-
ma haya existido también antes de nacer nosotros y si todas
esas cosas no existen todos' nuestros discursos non inútile^'
ya que de la no aceptación de esas esencias inmutables, la
ciencia carecería de fundamento y negar la ciencia es un ab
surdo. Estas esencias o ideas inmutables las adquiere el al
ma como dice E.Brehier (27). "Al acompañar a los dioses del
cielo en su carrera circular ha visto en un lugar que está
más allá del cielo, esas realidades sin color, subsistentes
en sí mismas y sin forma, que son las ideas, la justicia en
sí, la templanza y la ciencia”.
i
29
‘ NOCION DE DIOS EF PLATON
I
I
Estas ideas tienen varias propiedades tal como lo
anota Federico Klimke(28), es a saber: "Las ideas son esen-
, cías reales, subsistentes en sí mismas, trascendentes o se-
paradas de las cosas sensibles , hasta formar una realidad dis
tinta de la sensible; el mundo inteligible, espirituales ,in
* mutables y eternas". Es conveniente hacer notar que Platón a
esta multiplicidad de unidad simple no las llama ideas, co-
* me las llaman impropiamente la mayoría de los filósofos (29),
* sino que las llama seres, realidades o formas inteligibles,
reservando este nembre de idea, para designar la causa o
.forma superior, la cual es causa final de todas las otras -
formas inteligibles, y que no es otra que la "idea del Bien"
que es "forma entre las formas, puesto que ella es también
j una determinación irreductible a cualquier otra, es uno de
1 los- términos de objetividad en donde concluyen los diversos
j sentidos de la ciencia, es ion ser y el más brillante de los
j seres", tal como leemos en la República (30) por boca de Só
| crates cuando dice:"... que todo el secreto consiste en vol-
i ver este órgano con el alma entera de la vista de aquello q’
] está haciéndose hacia; la contemplación del ser, hasta tanto
* que pueda fijar sus miradas sobre el más brillante de los
í seres, es decir, según nosotros sobre el bien mismo"; la cu-
al idea del bien solo se descubre con gran pena y esfuerzo,
y se localiza en el lugar más elevado del mundo intelectual,
pues, "en el lugar más elevado . .‘v*del mundo intel-
lectual está la idea del Bien, que no se descubre sino con
gran pena y esfuerzo, pero que no puede conocerse sin con-
cluir que ella es la causa primera de todo lo que hay de
bueno y hermoso en el universo, habiendo producido la luz
en este mundo visible y al astro que allí domina; y en el
mundo ideal, habiendo engendrado ella misma la verdad y la
, inteligencia, siendo como reina y señora" (31).
Esta idea del Bien con sus propiedades, la expli-
ca Platón cuando Sócrates se dirige Glaucón con estas pala-
bras "Ten por cierto que lo que derrama sobre las cosas que
conocemos la luz de la verdad, y lo que da al alma la facul
de conocer es la idea del Bien, y que ella es el principio
- 30 -
FR. RIGOBERTO CASTRILLON R
do la ciencia y de lo verdadero conocido por la inteligen —
cia. .Por bellas que sean las ciencias y la verdad, puedes a
segurar sin temor do engañarte que- la idea del Bien las ex-
cedo en hermosura. Y como en lo visible puede decir que la
luz y la vista tienen ciertos rasgos\de semejanza con el
sol; pero que es falso decir que ellas son el sol, del mis-
mo modo, en lo inteligible pueden mirarse la ciencia y la
verdad caso imágenes del Bien, pero se haría mal en tomar -
la una o la btra por el bien mismo, cuya naturaleza es de
un valor infinitamente más elevado” (32). .
Siendo pues esta idea la causa eficiente del prin
cipi o cognoscitivo, de la ciencia y de la verdad, lo es tam
bien del ser y la esencia de los seres inteligibles, lo cu-
al lo vemos claramente cuando lo expresa Sócrates allí mis-
mo con estas palabras "Piensa, pues, que los seres inteli —
gibles no solo reciben del Bien su inteligibilidad, sino a-
ún su ser y su esencia; aunque el Bien mismo no sea esencia,
sino algo mucho más allá de la esencia en dignidad y en po-
der" (33).
Habiendo conocido ya brevemente lo que era para -
él la idea del Bien por estos pocos extractos de su diálo--
gos, es conveniente( anotar el dualismo que pone entre Dios
y la idea del Bien, pues aunque "La idea del Bien ha sido
tradiclonalmente identificada con el Dios de Platón. .. ,éste
jamás la llama Dios mientras que da este nombre al Demiurgo
y al alna del mundo"(34), ya que en la misma parte en donde
habla de ella invoca o nombra a Dios, lo cual lo comproba--
mos en el pasaje del libro VII do la República (35), en don
de establece la existencia do los dos mundos, uno visible y
otro inteligible, en el cual están los objetos, formas o se
res inteligibles que el alma contempla congran dificultad ,
tal como leemos allí: "La cueva o cárcel subterránea es es-
te mundo visible, la hoguera quo la alumbra es la luz del -
sol; el tránsito a una región superior y a la contemplación
de los objetos que allí existon os la elevación del alma
hasta el espacio inteligible. Por lo menos este es el pensa
miento, puesto que túdeseas 3aborle, siguiendo el cual espe
- 31
, i. , i .i ...
á NOCI ON DE DIOS EN PLATON
ro no te engañarás, aunque dios sabe si él es verdadero. Por
lo que hace a mí, la cosa me parece cano voy a decirte. En
*1 lugar más elevado del mundo intelectual está la idea del
Bien, que no se descubre con gran pena y esfuerzo”. Se pue-
de aceptar sin mucho esfuerzo la no identificación de la i-
dea del Bien con el Dios, tal como lo afirma también Gilson
(36), pero sí se puede aceptar en oposición a la segunda
parte de su misma nota la identif iaación de la idea del Bi-
en con el ser, según se colige del texto de la República(37)
que diee : "todo el secreto consiste en volver este órgano ,
facultad del alma, con el alaa entera de la vista de aque-
llo que está haciéndose, hacia la contemplación del ser has
ta tanto que pueda fijar la mirada sobre el más brillante -
de los seres, es decir según nosotros sobre el Bien mismo",
si bien es cierto que el hecho de ser el más brillante de
los seres no le constituye individual o indeoendiente, sí se
puede identificar como ser supremo con la idea del Bien tal
como lo propone también A. Dies (38) en donde dice que Pía —
ton exaltando la trascendencia del Bien, no ha querido sepa
rarlo enteramente del ser; auncuando parece que existe un
dualismo en el mismo Platón cuando en otra parte de su diá-
logo (39) aconseja, obligar a los ancianos a que dirijan el
alma hacia el ser aue todo lo ilumina y contemplen la idea
del Bien.
- . Por la conveniencia existente entre el Bien y el
ser, es bueno saber que este parece ser, el ser de Parmeni-
des, el cual está substraído a las condiciones del espacio,
lo mismo que a las del tiempo, siendo por lo tanto inaccesi
ble a los sentidos jr puramente inteligible por pertenecer -
•i al mundo de las .esencias inmutables, en oposición a los se-
* res cambiantes del comtinuo devenir de Heráclito, el cual
ser constituye el objeto de la ciencia tal como estudia Pía
jj ton en su diálogo el Sofista.
Platón trata propiamente el ser en el Sofista en
oposición al no-ser, admitiendo la dificultad de saber qué
á sean en realidad, pues "Quizá en el fondo del alma no sabé-
is-
FR. RIGOBERTO C ASTRI LLON R
mos más sobre el ser que sobre el no-ser .Cuando se habla de
esto, creemos comprender el ser sin dificultad, y no compren-
der el no-ser, y quizá nos hallamos en el mismo caso respec-
to del uno que del otro'* (40) ,el cual ser por carecer de par
tes es verdaderamente uno, ya que "sólo lo que carece depar
- tes es verdaderamente uno, si hemos de hablar con propiedad,
pero el ser participando dq- la unidad se hace un ser uno y
un todo, o negaremos absolutamente que el ser sea un todo?"
(41) j este ser lo percibimos por la razón del alma, el cual
es semejante a sí mismo, pues "por el cuerpo, y mediante los
sentidos nos comunicamos con la gene ración ; y por el alma,
por medio de la razón, nos ponemos en relación con el ser,
el cual es siempre semejante a sí mismo,.." (42).
Este ser lo llama, ser absoluto y le atribuye la
actividad, la fuerza, la vida, la sabiduría y la inteligen-
cia; o "nos dejaremos convencer fácilmente de que ni el mo-
vimiento, ni el alma, ni la sabiduría pertenecen verdadera-
mente al ser absoluto, que no vive, que no piensa, sino q'
privado de la augusta y santa inteligencia, subsiste y per-
manece inmóvil?" (43 ) .
El ser, pues, existe y todas las cosas que exis —
. ten son tales por la participación de este, así el movimien
to y el reposo son seres existentes en cuanto participan del
ser respectivamente. "Por consiguiente tantas cuantas cosas
haya diferentes del ser, otras tantas el ser no es; porque,
el ser que es uno no es todas las cosas y así hay un número
infinito de cosas diferentes del ser que no son (44).
Podemos ' resumir lo relativo al ser, diciendo que
es el ser supremo y absoluto, que existe como uno (no como
único), activo indefinible, perceptible solo por la razón y
del cual se puede decir cono máxima propiedad "el es"(l7) ;
teniendo en cuenta que Platón tampoco le llama Dios.
Llegando a este punto sin una solucción satisfac-
toria de la verdadera noción de Dios en Platón, procedemos
33
NOCION DÉ DIOS EN PLATON
i instintivamente a buscarla en el Demiurgo del Timeo, ya que
bs el dios que más universalmente se le atribuye, el cual es
j creador, ordenador y padre del universo.
I -
Aparece Platón en el Timeo como un reformador reli
¡ gioso, que ha visto al igual que Jenófanes, que la causa del
desorden de los espíritus y de las costumbres estaba en la
\ falsa idea de lo divino, que habían dado a los griegos sus e
ü ducadores en especial sus poetas, y así presenta en el limeo
en un ambiente mítico, la explicación de la creación del mun
i do y del alma del miando, al igual que de todos los seres ¿üILx
> contenidos. •
Establece también de nuevo su teoría de los dos. -
, mundos; el del ser Inteligible, eterno e inengepdrado, y el
del mundo sensible que nunca tiene una presencia real, con -
principio y fin y con un Demiurgo creador o padre; ya' que. "to
? do lo que nace, proviene necesariamente de una causa, porque
sin causa nada puede nacer. Cuando un obrero con la vista f i
ja en lo que no cambia, trabaja conforme a .este modelo y se
esfuerza en reproducir la idea y la virtud del mismo, hace -
i necesariamente una obra bella; y por el contrario, si sólose
fija en aquello que pasa, y trabaja 'conforme a su modelo pe-
1 recible, no hace nada bello" (45). Este mundo sensible ha na
cido o ha tenido principio por la acción de su creador que
es por naturaleza bueno, lo cual nos lo prueba por un senci-
llo argumento donde dice: "El mundo ha tenido principio. En
efecto, el mundo' es visible, tangible, corporal; todo lo que
| tiene estas cualidades es sensible; y todo lo que es sensi —
ble y está sometido a la opinión acompañada de la sensación,
ya lo sabemos nace y es engendrado. Además decimos que todo
lo que nace procede de una causa necesariamente. Cuál es en
este caso el autor y el padre del universo? Es difícil encon
trarle y cuando se le ha encontrado, es imposible hacerle co
nocer a la multitud" (46). El mundo que ha tenido principio,
lo ha tenido porque su autor "era bueno, y el que es bueno -
i nob puede experimentar ningún género de envidia" (47).
A
}
y
i
•I
34 -
FR. RIGOBERTO CASTRILLON R.
Este autor se ha servido para la creación del mundo, de un
modelo o ser, "que- encierra en sí todos los animales inteli
gibles, tal como el mundo abraza a todcs los seres visibles"
y a nosotros mismos"; el cual modelo no parece ser otro c’
la idea del Bien que estudia en la República, puesto que ti
ene las mismas propiedades que tiene este modelo, pero ex-
. presadas solo con términos diferentes aunque equivalentes;
porque "Dios queriendo hacerle (al mundo) lo más semejante
a lo más bello y a lo más perfecto entre las cosas inteligi
bles, ha hecho un solo animal visible, el cual envuelve a
la vez. todos les animales particulares, unidos por lazos de
parentesco" (48).
El Demiurgo u Ordenador Supremo, sirviéndose de e
se modelo, ha formado el mundo de materia preexistente, orne
jor aún de los cuatro elementos (tierra, aire, agua y fuego
de que habló Empedocles, y le infundió al mundo un alma, q*
llama "alma del mundo", la cual participa a la vez de dos e
sendas: una indivisible y siempre la misma, y una divisible
y corporal, cuyo texto susceptible de múltiples interpreta-
ciones es el siguiente: "De la esencia indivisible y sien -
pre la misma, y de la esencia divisible y corporal. Dios for
m&, combinándolas, una tercera especie de esencia interne -
dia, la cual participa a la vez de la naturaleza de lo mis-
mo y de la de lo otro, y se encuentra así colocado a igual
distancia de la esencia indivisible y de la esencia corpo -
ral o divisible" (49); dicha esencia intermedia o "alma in-
visible, participa de la razón y de la armonía de los seres
inteligibles y eternos, y es la más perfecta de las cosas
que el Ser perfecto ha formado** (50).
El Demiurgo no está sometido a las variaciones del
tiempo, sino que está en un continuo presente, pues, "noso-
tros decimos de él: ha sido, es y será; cuando sólo puede
decirseen verdad, él es" (51).
Ante esta confusión de ideas inconexas y esparcí^
das por todos los diálogos, surge un nuevo problema que aún
espera una auténtica solución, pues de su satisfactoria so-
- 35
NOCION DE DIOS PLATON
l
-#!
lución, se llegará fácilmente a la aclaración de la verdade
ra noción éa Dios en Platón, el cual consiste en la identi-
ficación o no del Demiurgo con el modelo (ser máximo de los
inteligibles, esencia indivisible, posible idea del Bien..),
y así, A. Diés acepta la posibilidad de identificarlos en
cuanto -que ambos representan o simbolizan la Divinidad su -
prema (52), y en cuanto se toma como sujeto' que obra, sir-
viéndose a sí mismo de modelo, cuando hace el mundo a su pro
pia imagen; según consta en las dos conclusiones siguientes
acerca del Demiurgo como sujeto y cano objeto;
lo. "En tanto que es objeto de nuestro intelecto, representa
pues, el mundo inteligible, la unidad que 'encierra y sinte-
tiza todas- las especies ideales de los vivientes, y se lla-
ma un Dios inteligible.
2 o^. En tanto que es sujeto que contempla y reproduce este mo
délo divino se llama, pues, el Demiurgo o dios.. El Demiurgo
se toma a sí mismo como objeto y como modelo cuando hace el
mundo a su propia imagen" (53). . . . . '
- 4o.- Conclusiones .
Platón conservó hasta los -.últimos días de su vi-
da la creencia en los dioses de la religión t radici onal grie
ga, tal como se puede observar en el capítulo tercero de la
República, en donde los nombra con mu'cha frecuencia y los -
purifica en parte de los vicios y defectos que les anotaron
los poetas, en especial Homero y Hesiodo, por considerarlo
contraproducente para la educación déla juventud.
En el campo del pensamiento filosófico y metafísi
co, después de aceptar las nociones dadas por los filósofos
anteriores cano el ápeiron de Anaximandro ; el ser existente,
eterno, inmóvil, indestructible y único de Parmenides, como
última causa de lo existente; el dios único e inmutable pe-
fó colectivo de Jenóf anes ; el "ser supremo", existente y om
niprésénte que ve todo de una vez de Sócrates y su "inteli-
gencia ordenadora" del universo, dotada de un tierno amor a
sus creaturas tal como aparece en los "Memorables" de Jeno-
36 i-
FR. RIGOBERTO CASTRILLON R
fonte, creo su propio sistema por un sincretismo de las co-
rrientes anteriores , que llamó el mundo de los seres, reali-
dades, o formas que impropiamente llamamos ideas; colocando
en el punto más elevado la idea del Bien, que es causa efi-
ciente del principio cognoscitivo, de la ciencia y de laver
dad, lo mismo que del ser y de la esencia de los otros se-
res inteligibles, aun cuando éste no sea esencia como él mis
mo lo dice, pero es probablemente en el sentido de no ser u
na esencia participada como las otras, puesto que éstas "re
ciben" de éste no sólo su ser, sino también su esencia, y na
die da efe lo que m tiene.
Lo que aquí más nos interesa, es el hecho, de que
no la llama Dios, en lo cual están contestes la mayoría de
los críticos. Por poseer esta idea del Bien un carácter di-
vino, admite identificación con el ser, puesto que "El gra-
do de divinidad es proporcional al grado del ser; el sernas
divino, es pues, el ser más ser, es el Ser universal o el
Todo del ser" (54),' y además el Todo del ser es a la vez ser
y pensamiento, inteligible e intelecto. Pero el ser es ante
rior al pensamiento, y es el inteligible que crea el inte -
lecto; y puesto que su objeto es supremamente divino, el su
jeto supremo es Dios (55); todo lo cual converge en la ter-
cera hipótesis que asienta el mismo autor donde dice que:
"No hay ser verdadero sino en el ser Inteligible o Divino, y
el resto lo es en tanto que participan de él, pero este res
to es dios y divino en la medida en que él participa del Ser
Inteligible" ( 56 ) .
La verdadera noción del Dios de Platón hay q’ bus_
caria, pues, en su diálogo el Timeo, y ésta no es otra que
el "Demiurgo, u Ordenador Supremo" que es a la vez creador
y padre bueno por naturaleza, dotado de un tierno amor por
sus creaturas k Este Demiurgo identificado con el "ser eter-
no" y la idea del "Bien" con su triple causalidad, podría
justifican una verdadera teología que no trató explícítamen
te Platón, sino que dejó esparcida a través de todos sus diá
logos.
- 37
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i
NOCION DE DIOS EN PLATON.
Se ha comprobado, pues, en su totalidad, que Platon llegó -
en su mentalidad netamente pagana, a una concepción que po-
dríamos llamar teológico-natural de un Ser supremo, absolu-
to, existente como uno (no como único), activo, indefinible,
perceptible sólo por la razón y del cual se puede decir co-
mo mayor propiedad que "él es", perfectamente identifi cable
con la "idea del Bien" a el más brillante de los seres; sin
destruirse tampoco la posibilidad de -identificar al Ser y
al Bien ‘supremos con el Demiurgo del Timeo tai como lo oro-
pone A. Dies, que es indiscutiblemente una de las mayores -
autoridades en los estudios platónicos c cu temporáneos.
Ante el interrogante que podría surgir de por q*
no llamó a las dos primeras concepciones (la idea del Bien
y la del Ser) dios, me permitiría libremente responder que
aquí radica esencialmente la grandeza de Platón, es a .saber,
en no desvalorizar sus dos nociones con el apelativo "dios",
ya que en su tiempo eran tantos y tan desmoralizados los
dioses que Petronio y Tito Livio (Satyr. 1,17) se atreven a
decir que "en Atenas esmás fácil encontrar un dios que un -
hombre".
NOTAS
(1) . - VASCONCELOS, JOSE, Historia del Pensamiento Filos ófi
co, Méjico, 1937,. 7.
(2) - HUBY, JOSEPH, Christus , París, 1927. ,. 463; E.. des
PLACES, Les Religions de la Grece antique en BRILLANT
MAURI CE . . . , Histoire des Religions", París, 1955,162.
(3) - HUBY, J. o.c., 463 ' •
(4) - PLACES, E. des, en o. c.: 163
(5) - "Su padre es Cronos (Saturno), el dios del sol y de
las cosechas.... creció. Zeus rápidamente, alimentán-
dose de la leche de la cabra Amaltea... " (STEUDING,
• HERMANN, Mitología Griega y Romana, Madrid, 1953, 42)
(6) - "Tres hermanos nacimos de Cronos y de Rea: Zeus, yo
(Poseidón) y Edes el que manda en las sombras". ( I-
líada, Raps . XV).
(7) - HCMERO, Iliada, Raps. XXIII
38 -
FR.RIGOBERTO CASTRILLON R.
(8) - PLACES, E. des en o.c. ,182 . . . I
(9) - HCJBY, J. o.c., 477: "Les dieux d’Homere sont done de s
hommes i de alises , des simples mortels, iis ont le for
me, le visage, les membres mais plus affines, rtenT
leur veines court un fluide myste rieux, qui les entre
tient dans l'inmortalité . . ~
‘(IO) - STEUDING , H. o.c. 8
(11) - BREHIER, EMILE, Historia de la Filosofía 1, Buenos Ai
res, 1948, 106 • > '
(12) - KLIMKE, FEDERICO, Historia de ia Filosofía, Barcelona
1953, 29.
(13) - PLACES, E. des en o.c., 188.
(14) - Id., 192.
(15) - Id., 247
(16) - Banquete, 216e, (PLATON, Oeuvres Completes, par L. Re
bin, "Les Belles Lettres", Paris, 1951) . r
(17) - Apologie, 29d,(o.c. par M. Croiset, Paris, 1949).
(18) - THONMARD, F. J., Extraits des Grands Philosophes, Fa-
ris, 1953, 3 7.
(19) - THONNARD, F.J., o.c., 36: "Ces ouvrages faits avec ur
tel ord<re, atous doutez s’ils sont le Droduit du ha -
sard ou le fruit d'une intelligence? Je sens bien qu’
en les considerant sous ce point de vue, il faut re —
connaitre l’ouvre d’un sage ouvrier d'un tendre arnour
pour ces creatures" .
(20) - Rep., II, 377d, (o.c. par E. Chamb.ry, Paris, 1947)
(21) - Id., 380b.
(22) - DIES, A., Autour de Platon, Paris, 1927, 475: T,La
Science es done la connaissance de l’etre plein, de 1’
etre pur, ou, comme dit simplement Platon dans la dé
finiti on meme, la Science de l'etre” .
(23) - DIES, A. o.c., 473.
(24) - Id., 476.
(25) - Phedon, 73c., (o.c. par L. Robin, Paris, 1952)
(26) - Ti. 76c.
(27) - BREHIER, E. o.c. ,157.
(28) - KLIMKE, F., S.J. o.c., 53-54.
(29) - DIES, A. o.c. ,488 .
- 39
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SOCION DE DIOS EN PLATON
I (30)
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(44)
(45)
(46)
(47)
(48)
, (49)
•: (50)
1 (51)
I ( 52)
(53)
(54)
(55)
(56)
- Rep., VII, 518c (o.c.)
- Id., 517c . .
- Id., 508e - 509a. • .
- Id., VI, 509b . •
- KLBÍKE, F., S.J. o.c. 54.
- Rep., VII, 517b . (o.c.) . '
- GILSON, ETIENHE, El Espíritu de la Filosofía Medieval,
Buenos Aires, 1952, 55
- Rep., VTI, 518c.
- Cfo'PIES, A. o.c., 563
- Rep. VI, 508a-e
- Sophiste, 243c, (o.c. par A. Dies, Paris, 1950).
-Id. 245a-b .
- Id. 248a.
- Id. 249a.
- Id. 257a.
- Timée, 28b, (o.c. par A. Rivaud, Paris, 1949).
- Id. 28c. • '
- Id. 29e.
- Id. 30d. ‘
- Id. 35a.
- Id. 37a.
- Id. 37e-38a.
- DIES, A., o.c., 550.
- Id. 39. ***■■
- Id. 556.
- Cf. DIES, A., o.c., 561 ‘
-Id. 565.
La {Religión en. los
J^ids {Primitivos
Fray Luis Ace ve do Quirós.
I - EL HECHO RELIGIOSO.
Para poder explicar el he
cho religioso, hay que desentrañar su contenido síquico, mo-
ral y ético que se manifiesta en los ritos, en las fiestas,
en las instituciones y demás obras de todos los tiempos yde
todas las regiones; porque no se debe negar el gran influjo
que ese "hecho" ejerce en la vida moral, cultural y social
de los pueblos.
De acuerdo con las serias investigaciones cientí-
ficas como históricas, llevadas a cabo en todas las latitu-
des do la tierra y el cúmulo de fehacientes documentos so-
bre el hecho religioso, tenemos que rechazar hoy día la gra
tuita y absurda hipótesis de que existen o existieron tri-
bus carentes en absoluto de creencias religiosas e ideas es
pi rituales .
Se ha comprobado que todos los pueblos por salva-
jes que sean, poseen los elementos esenciales de toda reli-
gión, a’ saber : l) "el reconocimiento de uno o varios pode-
res que no dependen de nosotros; 2 ) un sentimiento de depe
dencia del hombre con respecto a ese poder o poderes; 3) p
- 41
1
■*—
1,1 •
'lo I»
LA. RELIGION EN LOS PUEBLOS MAS PRIMITIVOS
sibilidad de trato y comunicación con esos poderes” (l). Es
to es natural, puesto que el hombre con su propia razón al
contemplar por una parte, la maravilla del mundo que lo ro-
dea y discurrir en el origen de todas las cosas y aún más,
de sí mismo, llega a pensar y reconocer la existencia de un
Ser, autor de todo cuanto existe; por otra parte, el hombre
al considerar sus propias miserias, sus extravíos, su impo-
tencia para tantas cosas, busca ansioso un poder superiorq'
sea su auxilio y protección. De estas consideraciones nace
en el corazón humano el sentimiento de dependencia de ese-
ser grande y es entonces cuando le manifiesta adoración con
oraciones y sacrificios ya para aplacarlo, ya para implorar
le bendiciones.
Esta natural relación qie hay entre el hombre y el
Ser Supremo, es lo que llamamos RELIGION, la cual viene a
•constituir "una parte básica y esencial en todos los pue-
blos inciviles o cultos, porque regula sus relaciones , los a
compaña desde la cuna al sepulcro r consagra los momentos mas
solemnes de su vida, y para las naciones de cultura superior
es la palanca que les imprime un movimiento as censi onal en
el orden político, social y moral”. (2)
Ahora bien; mucho se ha dicho y escrito sobré el
origen de la Religión en los pueblos más ''primitivos . Y aun-
que no se puede negar la evolución de la humanidad en casi
todos los campos, no por eso se puede aceptar la teoría del
Svoluci onismo . Existe una diferencia radical entre evolu-
ción y evolucionismo; este es una tendencia determinada que
pretende hacer pasar el "hecho religioso" por ciertas fases
que, arrancando de las más groseras, y toscas concepciones -
religiosas, pasa por el shamanismo, el animismo, el fetichis
mo, la idolatría, hasta llegar al culto de divinidades espe
cíficas y a la idea de un ser divino, sobrenatural.
Esta teoría es totalmente falsa ya que como hemos
visto antes, debemos afirmar que los pueblos más primitivos
existentes hoy día -como los Yamanas de la Tierra del Fuego,
FR. LUIS ACEVEDO 3.
son monoteístas (en el sentido de que creen y adoran a un Ser
Supremo del cual dependen otros dioses a los que también tri
butan culto). "La creencia espiritualista en Dios es absolu~
tamente natural... los pueblos cuya mentalidad se ha conser-
vado más pura, sbrí monoteístas; creen en un Dios único, esoi
ritual, moral". (3)
Cabe entonces preguntar: Cono pudo el primitivo lie
gar al conocimiento de un dios único? Se responde que con la
ayuda de la Razón natural, la cual lleva en sí mioma su prin
cipio de desenvolvimiento, aunque para ello, como lo. vida, re
quiera condiciones exteriores favorables.
H ^UNAS_ACLARACI01IES
Antes de entrar a estu-
diar el hecho religioso en los pueblos más primitivos, con —
viene hacer algunas aclaraciones: no hay que confundir Reli-
gión, Mitología y Magia. Es necesario distinguirlas aunqie nc
separarlas, ya que f recuénteme nte ' se interfieren entre sí. A
pesar de las muchas relaciones con la religión, la "Mitolo -
gía" no es en sí religión. El origen de la mitología puede i
• ser, ya el libre curso que el hombre dió a su imaginación fe
cunda, ya de la necesidadde explicar algún miste ri o o rito ~
incomprensible. También puede ser un conjunto de cuentos de
hadas .
En cuanto a la "Magia", aunque se halle ordinaria-
mente meaolada, es más diferente de la religión propiamente
dicha. La magia esmás bien, tina ciencia basada en las fuer-
zas naturales desconocidas, a las que es posible doblegar por
medio de conjuros e invocaciones especiales. "Las relaciones,
base de toda religión entre el hombre y Dios, relaciones de
subordinación por parte del hombre, están completamente tras
tocadas, de manera que la magia, más que forma religiosa, es
su caricatura y remedo". (4)
Hay necesidad también, de fijamos en los sentidos
muy diferentes que pueden ocultar y en las explicaciones muy
diversas que pueden admitir los mismos ritos, o los ritos ex
- 43
:
.
| LA RELIGION EN LOS PUEBLOS MAS PRIMITIVOS
I ter^ormente semejantes. Así, los sacrificios humanos tienen
i causas y fines distintos según los lugares, los tiempos, las
; circunstancias, etc. En Méjico, por ejemplo, se hacen por
| el deseo de revivir, de vigorizar al dios. En los cultos cam
i gestres, para reanimar el poder de vida que asegure la pró-
xima cosecha; pero, no parece que el sacrificio humano sea
«conocido en la religión agraria. (5)
III,- LA RELIGION EN LA CULTURA ARCAICA o primera
' religión de la Humanidad.
| La mentalidad de los pueblos ar-
| caicos se presenta bajo dos aspectos. En el primero, el hom
| ore está separado del mpndo; el mundo vive en él; la vida -
; circula en el mundo y en el hombre. Un tubérculo comestible
es carne de los antepasados, y por eso, venerado y comido
. con respeto.
Del mismo modo, la montaña, el árbol, el lagarto,
í er-I oso son personas. Y así el mundo se le presenta revesti -
! dio de humanidad. A este estado se le llama "cosmof ormismo" ,
* praesto que no hay distancia entre el sujeto y el objeto; to
de es subjetivo.
En el segundo estado, el hombre no. se confundé más
con el mundo; percibe la objetividad; es ‘Oüt onces cuando des
•cubre la noción de ante p as ado y lo hace superhombre, héroe
■j o dios. Obedeciendo a los impulsos de su propio espíritu, a
^ granda la distancia entre sujeto y objeto; esta objeti vacio
j racional del hombre es lo que se llama "antrppomorf ismo" (6).
í
Tenemos pues, qje el hombre arcaico descubre la
realidad de cuanto le rodea por un conocimiento mítico que
\ es de origen afectivo, y por un conocimiento raci onal q* se
* descubre a medida que van desarrollándose los corolarios del
pensamiento lógico; porque con el trabajo de su propia ma-
c no descubre técnicas apropiadas y deduce ciertas leyes de
las cosas que le permiten ir ensanchando el campo de sus in
vestigaciones .en el mundo que lo rodea.
*
1
44 -
' • • *FRjr. LUIS ACEVEDO Q.
Lo que más llama su atención es el misterio del fru
to de la tierra y el de la hembra que ,los llevan a estable ~
cer una relación entre la gestación de aquélla y la de ésta;
ve circular en ambas una misma vida, distingue la forma de
un "otro", un ser mítico (tótem) que es la vida del mundo en
relación con él. Así, la significación de. la vida total del
ser» la plenitud que experimenta el hombre que la posee en
sí y, en fin, la vista del mundo que gravita alrededor del
ambiente totémico, "dan a la relación con el tótem el carác-
ter de una fé, y ya de una ética; allí están los caracteres
de un conjunto religioso”. (7)
Mas, a despecho del totemismo, el hombre arcaico -
percibe formas diversas que designa con distintos nombres y
que nosotros llamaríamos "genios”; son una "alterité" fuera
de él, o una proyección de él. El hombre está ya en camino -
de personificar más que a un ser mítico esa "alteri té” , y de
ver en ella una presencia, una persona con la que puede en-
trar en comunicación: el”dios”..
Sin embargo, debemos notar aquí, que este "di os "no
es único puesto que las cosmogonías mas antiguas parten gene
raímente de una dualidad o pareja. Para llegar a la personi-
ficación del dios, el hombre arcaico, pasa primero por una e_
tapa en la que tributa respeto al "cadaver", al que reviste
de un carácter augusto, pues, piensa que el hombre muerto ,
crece en dignidad y está por encima de todos. Esta deifica -
ción del cadáver prepara el culto a los Antepasados . uon es-
to, el hombre busca más bien que sobresalir, prolongarse a sí
mismo en el tiempo; por esta causa se explican las grandes y
hermosas tumbas y pirámides de algunos pueblos.
Por esta época el culto al antepasado Femenino , es
igual al del antepasado masculino; mas tarde, aquel pierde su
cualidad propiamente ancestral y toma el aspecto de una per-
sona mítica, creándose así la diosa d’e la "Fecundidad’ . En
•esta forma, el pensamiento racional arcaico a través de los
tanteos del culto a los Antepasados, despoja al cadáver de su
- 45
HA RELIGION EN LOS PUEBLOS HAS PRIMITIVOS
personalidad para dar consite ncia personal y forma de dioses
■a los seres míticos.
Las Formas Rituales del pueblo arcaico -según Mau-
rice Leenhardt- consisten principalmente en: a) Ritos funera
rarios que comprenden tres fases. En la primera se desembara
san del cadáver por disecación, incineración, entierro, etc . ;
an la segunda se reúnen les informes próximos de su muerte ; y
en la tercera, varios anos después, se hace el envío del ca-
dáver al lugar de los muertes de donde no podrá regresar nun
ca, b) En danzas, cantos letanías, etc., pero especialmente,
en la " ofrenda" que es condición de toda religión y en el,Tsa
orificio"; en el sacrificio de propiciación, se ofrece un a-
nimal sin mancha alguna y se inmola bajo los cimientos de la
misma mansión; el sacrificio de expiación se hace por la ne-
cesidad que hay para apaciguar la ira de los dioses. (8)
Con lo dicho hasta aquí, podemos concluir que para
poder estudiar el "hecho religioso" en el pueblo arcaico, es
necesario primero estudiar su mentalidad que nos muestra la
dificultad del hombre para descubrir la realidad objetiva del
mundo que lo rodea, a través del mito y con la ayuda de su
razón natural. En estas formas inferiores de su religión, se
perciben ya (cómo lo anotamos anteriormente), los elementos
esenciales a cualquier religión más elevada.
IV.- -LA RELIGION EN LOS PUEBLOS "PRBUTIVOS".
Se da el nombre de "primitvo" o salvaje a aquellos
pueblos que aún permanecen en un estado ínfimo de civiliza -
ción. Pero, para comprender mejor el desenvolvimiento de su
religión, es necesario hablar sobre las diversas etapas (más
bien de carácter sociológico) que los etnólogos han observa-
do y clasificado en esos pueblos:
a) Los pueblos MAS PRIMITIVOS (9).- Estos viven de
todo aquello que la naturaleza les ofrece pródigamente: caza,
pesca, frutos y raices. Habitan generalmente en regiones i-
naccesibles ; no conocen la agricultura ni se dedican al pas-
46 -
FR. LUIS ACEVEDO-Q.
toreo, utilizan el arco cano arma y de la madera hacen los
utensilios más necesarios. El hombre trabaja diariamente pa
ra buscarse el alimento, saliendo a cazar, en tanto que la
mujer hace la recolección de frutos y raices. La caza des-
pierta muchos sentimientos y agudiza. el ingenio del hombre;
en cambio, la vida de la mujer es más monótona, aunque sua-
vizada por el amor y cuidados que depara a sus hijos. Elpri.
mitivo se siente dueño y señor de la naturaleza, de ahí oue
se sirva de ella pero sin abusar no destruyendo nada. La fa
milia es monogámica; más tarde a consecuencia de las guerras
o de las riquezas, se vuelve poligámica.
La Religión en el primitivo no brotó de lo irra-
cional como qiieren algunos, sino de lo racional puesto que
él sabe distinguir muy bien entre causa y efecto, entre hom
bre y animal, de donde se deduce que no existe el "totemis-
mo" o está muy poco arraigado. Reconoce a un Ser superior q’
habita en los cielos; lo concibe poderoso debido a los fenó
menos metereológicos del universo que le causan terror. Al-
gunas tribus, como los indios de California, los Pigneos de
Gabón, llegaron al concepto de la creación "ex nihilo" y co
mo es natural, a ese Ser supremo, los primitivos le tribu -
tan alabanzas y le ofrecen sacrificios primiciales.
A esta fase o etapa pertenecen los Bantúes , los Pig
meos del Congo, los Bosquimanos, los Yamanas de la Tierra -
del Fuego, los indios de California, los Esquimales , etc.
c) Civilización HA TRIAR GAL- AGRARI A. (10)
Hemos visto ya que la civilización más primitiva,
no conoce ni la agricultura ni el pastoreo. Ahora bien; en
esta fase el primitivo da un paso más; ‘de la simple recolare
ción de frutos y raices, pasa a la producción, ya que expe-
rimenta la imposibilidad de conservar por largo tiempo tan-
to las frutas como la carne. Viene un cambio: la mujer len-
tamente va adquiriendo un dominio notable sobre el hombreya
que como vimos antes , la mujer es la encargada de la recO —
lección, poco a ñoco con el conocimiento de los vegetales se
- 47
.1! :)'iwu'i»>mi» m
LA RELIGION EN LOS PUEBLOS MAS PRIMITIVOS
convierte en hortelana, mientras el hombre se encarga de
ifesmontar el terreno, ella es quien lo cultiva; de aquí que
si mayor trabajo le corresponda a la mujer. Y como al desa-
_rrolarse la agricultura se van conociendo también las pro-
piedades aromáticas y embriagantes de algunas plantas, apa-
rece el "shamismo" (magia) y es el principal oficio de la mu
j?r.
En esta época el hombre es poco padre, pues, sien
do extraño al clan de su esposa (exogamia), el verdadero pa
dre de sus hijos viene a ser el hermano de ella, y así lis
hijos están más unidos a la madre y al tío que a su propio
padre. El jefe de la familia es la madre; el del clan o tri
bu es la madre de la generación más antigua, o en su defec-
to, la mayor de las hermanas . Esta clase de gobierno y orga
nización de la familia, es lo que se llama MATRI ARCADO, en
donde la descendencia se traza por la línea materna.
Como características re ligiosas están, el culto a
la”Madre divina" que reemplaza ai Ser Supremo o di os del cié
lo. Esta mujer tras cendental es adorada a la vez como Madre
Tierra debido a la analogía que la mujer percibe con ésta :
la tierra produce frutos y ella engendra hijos; también co-
mo Madre Luna por la relación que ésta tiene con la menstrua
ción de las mujeres. Están también las ceremonias de la Ini
ciación especialmente para las mujeres. Aparecen el culto -
craneal, el culto a los muertos y los sacrificios cruentos
con el fin de prolongar la vida.
En contraposición a la preponderancia femenina, se
forman sociedades de hombres que ejecutan ritos con másca -
ras; practican la ridicula costumbre de la"covada" y dan lu
gar al animismo y aún al canibalismo, por lo que la religio
matriarcal fue por excelencia la de la "barbarie religiosa"
La civilización matriarcal tiene su origen en a -
quellos países que son aptos para la agricultura; se encuen
tran en Australia, en las islas de Salomón, en Sumatra, en
la costa oriental de la India, en la región del Congo y de
48 -
FR. LUIS ACEVEDO 3.
la alta Guinea; en las civilizaciones Incaica y andina de
la América meridional; en la América del norte, al surdeste
de los Estados Unidos.
• _ Mas, por el hecho de que el Matriarcado exista en
gran número de pueblos salvajes y bárbaros, no se infiere q*
constituya una fase necesaria de la evolución social de to-
dos los pueblos, ya que las investigaciones hechas al res -
pecto demuestran lo contrario.
d) Civilización PATRI ARCAL-TOTEMI CA. (ll)
El "Totemismo” se origina de algo tan extraño e i
rracional, como es el creer que el hombre y un' de te minad o~
animal (a veces una planta; el sol, la luna...) tienen un
tronco común.
' Esta cultura es propia de los pueblos que han per
fecci onado el sistema de caza, y por. ende, las armas que u~
tilizan para ello. En los más primitivos la caza es indivi-
dual, en cambio aquí, participa toda la tribu. El hombre pa
ra poder vencer las fieras con frecuencia superiores a él 7
estudia todos sus movimientos llegando hasta imitarlos mara
vinosamente.
Cano la cacería es ocupación varonil, lógicamente
se desprende que la mujer pierde posición y jerarquía; suce
de todo lo contrario al Matriarcado. Los hombres están sepa
rados de la familia y los jóvenes son circuncidados antes de
entrar al grupo social a que pertenecen. El jefe de la tri-
bu es el más viejo de los hombres y ejerce también el oficio
de mago, de aquí que en este tiempo se desarrolle muchísimo
la magia; esta cree poder obtenerlo todo; el mago pretende
con medios inadecuados e irracionales, conseguir un fin ra-
cional. Al relacionar lá vida del hombre con el sol, surge
la "mitología solar". El Totemismo no hace diferencia entre
alma y cuerpo; la educación consiste en vigorizar la fuerza
física del hombre y estimular sus pasiones, por esta causa
el sensualismo está muy acentuado.
Ccmo costumbres* religiosas propiamente dichas de
. - 49
1«. RELIGION EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS
ítÉDfase, se encuentran las ceremonias de ia Iniciación de
..es jóvenes (circuncisión); se considera al antepasado como
sn supe rhomb re prodigioso que ocupa el lugar del §er supre-
mo^ su culto consiste esencialmente en la imitación, repro
dudíendo periódicamente sus gestos y palabras.
Pero debemos tener en cuenta que el Totemismo en
sí considerado, no es una forma religiosa, sino que mas "bien
táaie significación y efectos sociales. Frazer al hablar de
el dice: "Los tótem no reciben culto ni son en ningún senti
do númenes ; no se aplacan con plegarias, ni se les ofrecen
s.snif icios. Hablar del culto del tótem ccmo hacen algunos
c_rores, significa no comprender ni una palabra de los he-
crasJ,f . (12)
La civilización Patriarcal -totémica prevalece en
la costa meridional de Nueva Guinea, en el centro de Austra
en Nueva Caledonia, en las Nuevas Hébridas del sur, en
hs islas del Almirantazgo, en la India hacia el centro de
la costa oriental; también se encuentran vestigios en las A
métricas .
e) Civilización de la GRAN FAMILIA (pastoral o nj5
aaiá) (13).
En esta etapa la civilizad óp^primitiva avanza
, tniavía más : se establece la cría de ganado o la domestica-
dSn de algunas fieras; esto procura al hombre más descanso
yei trabajo no es aquí tan penoso como en la agricultura.
La familia sufre un cambio ccmpletoí siendo elclan
-jQx pequeño que no basta para el mantenimiento y custodia de
mchas cabezas de ganado, surge y se organiza la familia Pa
mi ar cal bajo el mando del más anciano; aparecen entonces -
lís primeras dinastías con su germen de nobleza que se va
vransmitiendo de generación en géneración. La autoridad del
ptdre es indiscutible; a la mujer mientras más hijos tenga,
sis se le respeta; en cambio, a la estéril se le desprecia y
¿asecha .con mucha frecuencia. Los nómadas son por naturale
» conquistadores; cuando en algún lugar se agotan los re -
m -
<T Oí
FR. LUIS ACEVEDO Q.
uarsos para el ganado, pasan a otra parte, venciendo así en
breve tiempo inmensas distancias.
La Religión de los pueblos nonadas presenta carac
teres más racionales que el elemento del sol y la luna deT
Totemismo y del Matriarcado. Los nómadas son los que menos
han adulterado la religión de los pueblos más primitivos.
Los dioses del cielo y la mcntaña, tienen gran preponderan-
cia; el sol. cono el fuego sagrado, ocupan especial lugar.
El Ser Supremo poco a poco se identifica con el cielo y así
tenemos que en la China, cielo y dios son una misma eos a. El
Ser Supremo está demasiado alto y es demasiado grande para
ocuparse de la tierra. Como acto religioso tienen los sacri
fici os cruentos; en muchos de estos pueblos pastores so prac
tican los ritos y ceremonias de la circuncisi ón de los jóve
nes .
La civilización Pastoral se encuentra en el área
ártica, en el Asia central, en Arabia, así. cono en el norde
te de Africa de donde salen dos grandes grupos: el uno ha~
cia el Sahara y el Sudán; el otro, pasando a través del Ai-
frica oriental, llega hasta el Africa del sur. Entre los pue
blon pastores más importantes están los Cafres, los Samoye-
dos, los Huracos, los Ainos , los Esquimales, los Tunguses . .
V,- CONCLUSION.
Estas son a grandes rasgos las ci
vilizaciones más importantes de los primitivos que más tar-
de muchas de ellas darán origen a las grandes civilizado -
nes del mundo. Ninguna de estas civilizaciones se conservó
pura, antes bien, todas presentan influjos mutuos ; pero tam
poco debemos creer que las diversas mezclas o fusiones den
una cultura sobre las otras, sucedieron cronológicamente y
necesariamente como sostienen los evolucionistas.
Todas esas formas de religión que son un conjunto
armónico de sentimientos íntimos y prácticas exteriores en
donde entra el hombre integral con su voluntad, su inteli -
gencia, su sensibilidad, presentan un cuerpo de doctrinafaun
que rudimentario), sobre la divinidad con leyes que regula
*iA RELIGION EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS
la conducta del hanbre y con ritos y plegarias que los reía
diana con esa misma "divinidad". Es el fiel trasunto de la
3EÉ NaTURAL puesta por el Creador en el corazón de todo hom
ir».
Con lo dicho basta para darnos cuenta de cómo la
nostalgia de Dios nunca ha estado ausente del alma humana a
gobiada por las pésimas consecuencias del pecado original, y
cómo ese esfuerzo de la Humanidad, esos ensayos más o me-
nos felices de formas religiosas, sólo encontrarán plena sa
tisfacción en la forma perfecta y acabada del CRISTIANISMO,
en donde el Amor de un Dios humanado, colma superabundante-
mente los anhelos de felicidad y eternidad latentes en loín
timo del corazón humano.
NOTAS.
((E) - Enciclopedia Ilustrada, Espasa Calpe, Barcelona, 1923 ,
t. 50, palabra: RELIGION
| {£) - MESSINA, JOSE, S.J., in TACCHI -VENTURI ,S.J. , Historia
de las Religiones, I Barcelona, 1947, 20
' Í<E) - BOUYSSONIE, A. in HUBY, JOSEPH, Christus, Paris, 1927,
j • 7.
i (&) - MESSINA, J., in o.c., 24
! ((5) - Cf. BRILLANT, M. et AIGRAIN, R., Histoire des Religión
I Bloud et Gay, 13
(£) - LEENHARDT, M., in Brillant, M. o.c., 88
j (fr) - Id., 93
I (fr) - Id., lOOss.
| ($J() - Cf. SCHMIDT,W., The Religión of Later Primitive Peo-
ples, London, 1948, 1-4
j ((IO)- Id.,4ss.; GORDON, PIERRE in BRILLANT, M. , o.c. 155
| ((El)- Id., llss.; Id., 164
■ (0¡ 2)- Cit. por MESSINA, J. in o.c., 24
(0-3 ) - Cf. SCHMIDT, W. o.c., 19ss.j BOCCASSINO, R. in TACHI-
VENTURI, o.c., 117ss ; GORDON, P. in o.c. ,165.
Ea Ornitología
R. P. Fr. Antonio Olivares, O, F.
, Mas ter of Sciences of the Catholi:
. - ’ '/ niversity of America, Washington,!
• . - ■*. e .
La rajaa do la Zoología que trata las aves se cc
ce con el nombre de Ornitología, del Gr. ornis, ave, y le*
tratado.
La ornitología cient ífi ca, para la correcta de
cripción, clasificación y determinación de las aves se be
en la anatomía, la fisiología, la genética que analiza 2
cromosomas, la ecología o relación de los organismos entre
y con el medi o ambie nte , la etología que presenta la mane
de portarse el organismo en sí mismo, la parasitología, la
leontología y la geografía.
La ornitología que pudiera llamarse p ocular obse
va las costumbres de las aves en su medio ambiente: alimen
ción, nidifi caci ón, canto, y ameniza las descripciones con
laci ones interesantes.
Ambas ramas -van íntimamente unidas y fácilitan
progreso de los conocimientos aviarios. Quien pretenda lie
a cabo una publicación canpleta, necesita conocer las cc
tumbres, y el que se dedica únicamente al estudio de ésta
mm '****:. ■***"-
LA ORNITOLOGIA
ifebe darse cuenta del desarrollo y progreso científicos, de
cabra manera sería no más que un escritor ameno, propenso a e
■siitir conceptos erróneos.
Las aves forman el grupo más homogéneo del reino a
animal y constituyen ur.a sola clase. En los demás grupos de
.vertebrados , a simóle vista, se puede confundir, por ejemplo,
33Q. Delfín (mamífero cetáceo'' con un pez; un batracio ápodo ,
mi un reptil ápodo. Pero naiie va a confundir a un colibrí,
sm alguna otra clase de vertebrados, porque está mjiy paten-
ae su principal característica: las plumas, cubierta el cuer
:nr, que no se encuentran en ningún otro grupo del reino ani-
teI, de aquí el decir común, "Al ave por la pluma".
Linneo en "Systéma Naturae" dice de las aves: "Cor
¿floculare, bianritum. Sanguine calido, rubro. Pulmones res-
anar ante s reciproce. Macci 1 lae incumbentes, nudae, exsertae, e
rfentulae . Penis subintrans absque scroto oviparae crus tra cal
: carea. Sensus : Lingua, Nares, Oculi, Aures absque auriculis.
'-RiAcra: Pedes duo. Alae duae".
EI celebre ornitólogo norteamericano Robert Ridgv^r
iÉ^ine las aves: "Birds are feathered ve rtebrates animáis" .Y
.ain puede decirse solamente: animales, con plumas. Todas las
demás características estructurales las poseen en común, ya
SKa con los reptiles ya sea con los mamíferos. El pico q1 es
Í1 ma estructura tan propia de las aves, se encuentra en algu-
nos reptiles (las tortugas) y en un mamífero, el Ornitorinco.
Las aves son más afines de los reptiles que de los
-¡ramíferos , por esto Huxley las reunió con los reptiles en el
| ^rupo délas Saurópsidas .
Las características más sobresalientes de las aves
i ser conún con los reütiles son: la. Reproducción ovípara. A
i easto debe añadirse que los cocodrilos, sitúan e incuban sus
| óhievos de una manera muy semejante a la de ciertas galliná -
ARCHAE OPTE RIX
Longitud: 36 cms.
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tura di
ga, te-
de plu
za, cu
por su
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tambié
R. P. FR. ANTONIO OLIVARES C.
ceas. 2a. Presencia de un solo cóndilo occipital. 3a. Pose-
sión del hues o ^ cuadrado . (Medio de articulación de la mandí
bula- con el cráneo) . ~
Todo esto las separa de los mamíferos, además, por
la ausencia de glandulas mamarias y diafragma; coinciden cor
estos por tener circulación completa de sangre caliente, en
lo cual se diferencian de los reptiles.
A estos dos grupos cono a todos los denás animales
las aves los aventajan por el don del canto.
Es probable que las aves se deriven de los repti-
les, posiblemente del Dinosaurio, porque los des grupos tie
nen muchas características similares.
Los restos fósiles son más escasos en las aves q*
en cualquier otro vertebrado, pues su delicado esqueleto muy
difícilmente se. preserva.
Las primeras aves hicieron su aparición en la era
secundaria; del terreno calcáreo Jurásico es el Archae opte-
rix. Por los restos fósiles encontrados en Alemania, se des
cribe así: tenía ppeo más omenos el tamaño de una paloma do
méstica; las mandíbulas llevaban dientes; los miembros anme
riores con plumas y cuatro dedos libres con uñas desarrolla
das ; las plumas de estos miembros eran verdaderas rémigas ,
aptas para el vuelo y con sus respectivas coberturas; ade -
más, los dedos externos y libres capacitaban al ave para t re
par o agarrar; los miembros posteriores tenían ya la estruc
tura de aquellos de las aves modernas; la cola era muy lar-
ga, tenía veintiuna vértebras y en cada una de éstas un par
de plumas formando en conjunto un abanico alargado; la cabe_
za, cuello y parte eran implumes.
Del terreno Cretáceo los géneros mejor conocidos
por sus fósiles son el Hesperornis y el Ichthy ornis , ambos
hallados en el Nuevo Mundo. Se diferenciaban entre si, como
también del Archae opte rix. El primero era un ave acuática de
55
LA ORNITOLOGIA
gran tamaño (1.82 m. de longitud), impos ibi litada 'para el vo
Lar, los miembros anteriores (alas) se reducían al húmerojeT
«sternón, sólo tenía un amago de quilla; los pies tenían cua
tro dedos, todos dirigidos hacia adelante. El segundo (ich -
thyornis ) mostraba los miembros anteriores muy desarrollados,
lo mismo que el esternón, era apto para el vuelo. Uno y otro
tenían la cola corta y ya muy parecida a la de las aves ac-
tuales .
Los taxónomos colocan al Archae op te ri x en la sub-
clase Archae orni the s , aves ancestrales, y al Hesperornis e
I chthyi rni s en la subclase Neornithes, verdaderas aves; de la
era terciaria en adelante (período Eocénico) las aves fueron
perdiendo los dientes y progresivamente tomaron todas las ca
ráete rís ti cas de las actuales.
La ornitología ha progresado velozmente sobre todo
en este siglo, y principalmente en el campo taxonómi co. Hasta
el presente, se han registrado de las Archae oni the s un orden
con una familia y de las Neornithes, 33 órdenes con 210 fami
lias (entre fósiles y actuales) y unas 10.000 especies.
De Colombia se anotan 21 órdenes con 85 familias ,
670 géneros y alrededor de 2.600 especies -\r.subespecies . De
tal manera que en esta República se conocen prácticamente ca
si todas las especies existentes, pero de muy pocas se ha es
tudiado su ecología.
CARACTERÍSTICAS EXTERNAS DE LAS AVES.
En el cuerpo de un ave se observan dos regiones e
aenciales, ambas de forma -ovalada: el tronco, en posición o-
blicua, sobre dos patas, con los miembros anteriores trans -
formados en alas y terminado por una cola de plumas; la cabe
za, unida al tronco por un cuello nrqueado en forma de S.
56 -
LAM
“íín:
!*• srsr~r
-
i
ESTRUCTURAS TIPICAS DE CABEZAS DE AVES COLOMBIANAS.
occipucio
CION
OPTALMICA
fVJñiCVLfífí
coRonutA
frente
LOR
HAXILA
VI8RISA
."■unoiauiA
CARUMCÜiÁ
R. P. FR. ANTONIO OLIVARES C
' aCABEZA«- Ea alargada (serpenti forme) en las va:
zas (familia Ardeidae), el Pato Aguja (anhinga anhinga) ;grue
sa y derondeada, águilas (familia Accipitridae ) ; las galli 3
nas ciegas (orden Caprimulgif onnes ) , las golondrinas (famiüe
Hirundinidae) la presentan ancha y aplanada; en los pájaros
(orden Passerif ornes ) tiende a ser redondeada. Todas estas
formas son derivaciones de la ovalada.
Se distinguen en la cabeza: el pico, formado por
las mandíbulas y sus cubiertas córneas; la frente , la coroni
° vertex, regiones anteriores y superi ores; el occipuci c,
parte posterior, y superior; el lorum, lado de la cabeza eñ?
tre la base del pico y el ángulo anterior del ojo; puede ser
implume corno. en los cormoranes (familia Phalacrocoracidae) ,o
* plumado, lo que es más canún; cuando es implume está cubier-
to de vibrisas o es sedoso. Los ojos , a los lados de la cabe
! .za» pero las lechuzas y buhos . (orden Strigiformes ) los lie”
van adelante en la cara rodeados por un círculo de plumas .
La región optálmi ca o peri ocular,' zona alrededor del ojo; la
1 región auricular o parotida, que circunda el oído. Pico, fren
t te, lores, ojos y mejillas forman la cara. ~
Las plumas de la coronilla o del occioucio,en cier
tas especies se alargan y forman moños, copetes, penachos "o
airones , como en águilas, algunos pájaros y garzas . La piel
de la frente y parte de la coronilla, puede formar rugosida-
des o expansiones, conocidas como carúnculas o crestas, ejem
pío de tales estructuras se observa en el Condor de nuestros
Andes ( Vultur gryphus) -
La cabeza es plumada, en la mayoría de las aves, De
ro implume en el Garzón soldado (Jabirú mycteria), los galli*
nazos (familia Catharti dae ) . Cuando es c cmp letame n te implume,
la piel se presenta con rugosidades, o cubierta con vibrisas
muy ralas. En el caso de la cabeza plumada, los orificios de
los oídos se encuentran c cmp let amente ocultos, tacados por
las plumas; en los buhos y lechuzas, sa se nota algún rastro
de ellos.
r. 57
j
— •*
wwfi "* 71 mm II» ipp
1
•L¿ ORNITOLOGIA
El Buitre de Ciénaga (Anhima- cornuta) lleva sobre
is. cabeza una especie de cuerpo muy delgado, algo así como
-uraa antena, de casi un decímetro de longitud.
EL PICO.- Es un órgano formado por las mandíbu -
Les- y su cubierta córnea; no se encuentra solamente en la
clase de las aves, pero sí es muy característica de ellas.
Forma parte del aparato digestivo, como también del respira
•parió. Lo utilizan en la apre nensí on de los alimentos ; al gu
íes aves trituran con él los granos o desgarran _sus presas^
x taladran troncos; la mayoría, con él fabrica sus nidos ;tam
ñrén, es un órgano de defensa, y los loros (familia Psitta-
xidae) se ayudan con él en la acción de trepar.
Se dijo que hace parte del aparato digestivo en
cuanto que constituye la boca; las dos piezas que lo forman,
La superior o maxila, y la inferior o mandíbula están des-
provistas de dientes; varias especies, hoy día fósiles, sí
los poseían .
Generalmente la maxila cubre la mandíbula, pero hay
ixcepciones; y así el Flamenco (Phenic opte rus ruber)la pre-
senta.más pequeña, parece una reducida tapa de mandíbula; ca
so semejante ocurre en el Pico tijera (Rynchops nigra cine-
raceus), cuya maxila es más corta que la mandíbula y extre-
madamente ccHTrorimida, semeja un brazo de tijera sobre laman
díbula. En los loros la maxila tiene una curiosa articula -
ción con el cráneo que le permite cierto movimiento,y'ren el
pico tijera, todavía es más móvil.
El pico puede ser más largo que la cabeza, como en
los colibríes (familia Trochi lidae ) , entre los cuales hay
géneros que lo presentan a ^ún más largo que el cuerpo; otro
tanto sucede en los tucanes o diostedés (familia Pamphasti-
dae), con la particularidad de ser la base más gruesa q* la
cabeza. Lo más común es que es tan largo o más corto que la
cabeza.
CABEZAS TIPICAS DE AVES COLOMBIANAS: A, Buitre de Ciénaga.
B,Bichajué .C, Gal lito de Ciénaga. D, Pato Real. E, Loro. F, Cón-
dor .G,Agui la. H,Buho.
FORMA S DÉ PICOS DE AVES COLOMBIANAS: A,Pato cucharo.B,Peli-
cano#C, Espátula. D, Pico Ti jera.E,Pato.F, Garzón S ó Idado. G, Fla-
menco. H,Chorlo, Caica. I, Colibrí.
—i*
i»
IRMAS DE PICOS DE AVES COLOMBIANAS í A, Ibis .B, Chis ga.C, Tucán.
Guácharo .E , Paloma .F , Turpi al .G ,Hal c 6n « H, Pe tre 1 .
R.P. FR. ANTONIO OLIVARES C.
Es recto o curvo: el primero se encuentra por e j.
en las garzas; el segundo en las rapaces. La curvatura es*
suave como en las gaviotas (familia Laridae), o brusca como
en los loros; -generalmente la curvatura está en la maxila,
siendo la mandíbula recta; obsérvese un águila o un loro;no
obstante, dicho caso se observa por lo común en los picos
cortos. En la mayoría de los casos, es curvohacia abajo. Lo
presentan curvo hacia arriba, entre otras especies, el Gar-
zón soldado ( Jabirú nycteria) , el Alcaidito o Gallito de Cié
naga (Himantopus himaitopus~7, esta clase de curvaturas es*
siempre muy suave. Los patos (familia Anati dae) lo llevan
recto, pero en la punta' se nota una especie de uña, curva ha
cia abajo. '
í La punta es aguda, sin embargo la Espátula (Ajaia
a jai a) lo muestra ancho en dicha parte, y aplanado, de ahí
su ncmbre común. Los Ibis (familia Threskiornithidae) , po -
seen un pico muy largo, delgado, curvo y con sus mandíbulas
remas..
, En los Pelícanos (familia Pe le cani dae ) , la mandí-
bula inferior lleva una especie de bolsa que sirve para al-
macenar alimento.
La cubierta de las mandíbulas se llama ramf oteca;
la que cubre la superior se designa. como rinoteca, y aqué-
11a de la inferior, gnoteca; cuando constan de una sola pie
za se denominan simples y compuestas en el caso contrario ;
esto último se encuentra en muy pocas especies, tales ccmo
en las aves marinas de la familia Procellariidae y. en los
Tinamúes (familia Tinamidae).
La arista dorsal medianera de la maxila se llama
culmen. A los bordes de las mandíbulas se les da el nombre
de tomias ; se presenta lisa, como en la gran mayoría de los
pájaros; festoneada, en ciertas rapaces; dentada o denticu
lada, a lo menos la tomia de la maxila muestra una especie
de dientes, tal ocurre en una rapaz, conocida en nuestro
LA ORNITOLOGIA
país, como Gavilán (Harpagus b i dentatus ) ; en las garzas ambas
mandíbulas son de tamia denticuladas, porque llevan unos fi„
nísimos dientes dirigidos hacia atrás, a la manera de sierra;
debiera decirse tomia aserrada. Naturalmente, los dientes men
donados no s en más que prolongaciones y muy pequeñas de la
cubierta córnea de las mandíbulas. Las t omi as más curiosas se
encuentran en los flamencos y en los patos : llevan una serie
de laminillas transversales que sirven de coladero.
En la maxila están las aberturas de las fosas nasa
les o narinas , el comienzo de los conductos aeríferos del a-
parato respiratorio. Por su posición, son basales o basila -
res; en este caso, en varios géneros de Paserif ormes van cu-
biertas por vibrisas; Laterales , el tipo más común, cuandose
localizan a los lados del culmen; medianas, hacia la mitad de
la maxila.
Según su forma, lineares , en las garzas ; oblongas ,
más anchas que largas, en las rapaces; circulares, en un gran
número de Paserif ormes ; elípticas, en patos; ovaladas , en pa
lomas' (familia Columbi dae"J! las más curiosas son las tubulaL
res , que se abren en la extremidad de un tubo, en las Proce-
llariformes; oper culadas , cuando en parte están cubiertas por
una membrana. En los Gallinazos y sus congéneres, no ,hay ta-
'- bique intermediario, horadadas . Las galotas (familia Suli -
dae) no poseen narinas, tienen que abrir el pico para respi-
rar .
Aves como las rapaces, palomas, loros, presentan u
na membrana en la base del pico, la cera; en las palomas, se
muestra con notables rugosidades o abultamientos . Hay picos
que llevan en su base carnosidades, conocidas, como caráncu -
las, así el del Pato real (Cairina moschata), el Gallito de
Ciénaga (Jacana spinosa) ostenta gruesas membranas que se pro
longan hasta cubrir la frente y parte de la coronilla, a la
manera de un escudete. *
El punto de unión de las dos mandíbulas se llama -
60 -
R* P. FR. ANTONIO OLIVARES C.
comisura bucal o' rictus; está adelante de los ojos en los pá
jaros; debajo en las garzas; atrás en las galli nácie gas .
Si se sigue el principio fisiológico de que la fun
ción hace el órgano, debe admitirse que las aves han desarra
liado su pico con una adaptación perfecta a. sus hábitos ali~
menti ci os. Así, las águilas ccmo necesitan desgarrar su pre-
sáj el pico es de maxila fuertemente encorvada y sguda punba;
las garzas deben apoderarse de los ágiles pececillcs, lo pre
sentan agudo y comprimido, además de tandas aserradas , lo queT
hace de él una especie de arpón; los carpiteros (familia Pi-
cidae) taladran los troncos de los árboles para construir sus
nidos o sacar insectos, lo muestran con sus mandíbulas termi
nadas en escoplos; los pájaros en algunos de sus géneros, tri
turan semillas muy duras, su pico es corto, de maxila globo”
sa, lo que sucede de igual manera en los loros; los colihdes
sacan pequeños insectos y el néctar de la base de las flores,
su pico es largo y delgado; un género de estos últimos (Aqui
la), lo lleva tan largo como curvo, perfectamente adaptado -
para introducirlo en corolas tubuliformes. Los flamencos y
los patos encuentran su alimento en el cieno, pero deben ex-
peler éste; por eso tienen sus mandíbulas con laminillas pa-
ra colarlo. Los ibis rgustan de gusanos y los extraen de los
terrenos con su largo pico que es tubular.
.v ■»**••' " r “
Cuando el pico es cóni co y corto, pero necesita ser
fuerte, la arista ventral de la mandíbula, llamada gonis , es
bastante pronunciada. Para mayor refuerzo, en el Pato cucha-
ro (Cochlearius cochlearius) existe una quilla sobre el cul-
men, por ser el pico muy ancho; este tipo es el carenado.
El pico es un órgano tan perfecto que no obstante
su constitución, posee glándulas nasales, que se abren en el
vestíbulo de las narinas, y tienen la función de humedecer y
limpiar las fosas nasales.
Antiguamente se prestó tanta atención a la forma,
estructura y tamaño, que se hicieron o dividieron las aves
- 61
111 « ■ 'II.
Jl ORNITOLOGIA
ar los grupos de las Dent irros tras , Fisirrostras , ' Conirros-
tras , Acutirrostras , Curvi rros tras , Teni rrostras , Longi rr os
Tras , Presi rrostras , Culti rrostras, Cre ni rrostras , Lame 3 i -
Tros tras y Obtusi rrostras . Oken, en sus estudios ornitolo-
-|jLcos, les dio primacía a los caracteres del pico, auncuan-
ü» no empleó todos, los nombres anteriores.
Ciertos autores han dicho que el pico es la pro-
longación de la boca en la- aves; otros, que es el rostro.
St el campo fisiológico diji alguno, que la estructura y la
•forma del pico determina la clase de alimentación.
EL CUELLO.- El cuello de las aves está dotado de
■gran movimiento, tanto de rotación como de extensión; en nin
gún otro vertebrado es tan activo. Las aves que sacan o a -
Prapan sus presas en medios acuáticos y a cierta profundida
tienen un cuello largo, tales son las garzas, flamencos, pa
tos, etc. Las aves de rapiña lo llevan corto, pero grueso y
ffuerte. En todo caso, la mayor o menor longitud y grosor es
tá de acuerdo con los hábitos alimenticios.
Los gallinazos y sus congéneres lo presentan semi
•desnudo: solamente está plumado en su base, porque necesitan
introducirlo en los cadáveres; parece un brazo remangado, al
ejecutar dicha operación. El del Garzón soldado es implume.
La piel de los cuellos- semidesnudos lleva rugosidades, gene
raímente de vistosos colores.
La región anterior y superior del cuello se llama
garganta ; la superior y posterior, donde se une a la cabeza,
nuca.
Se encuentran adornos muy vistosos en el cuello :
las gorgue ras de los cóndores; también penachos de plumas qr
cuelgan de la base anterior, como en la Garcita blanca (Leu
cophoyx thula thula). La base del cuello es muy dilatable
’en las aves de buche voluminoso, como también en las canoras.
62 -
| C ¿L
R.P. FR. ANTONIO OLIVARES C.
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1
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a.
•as.
EL TRONCO.- La estructura del tronco de las aves,
para la adaptación al vuelo, tiene una rigidez no observada
en ningún otro vertebrado. . Su' tipo de esqueleto hace de él
una caja casi compacta, que solamente le permite una escasa
-movilidad a las costillas.
Según su forma, es globoso, con tendencia a redon
deado, én las perdices (Colinus cristatus ) ; comprimido, que"
.tiende a ser alargado y recogido lateralmente, el de las gar
zas. La forma que, a simple vista, presenta, depende en gran
parte de la longitud del cuello, alas, cola y aún de las pa
tas . . •< ~
El volumen del tórax está en relación con los mús
culos que accionan las alas, los pectorales. En las aves e-
xiste una diferencia en los troncos: unas poseen el esternón
con una saliente en su región basal anterior, la quilla, en
"la cual va parte de los músculos pectorales; estas aves tie
non el tronco voluminoso, alargado y comprimido en la región
anterior e inferior, se les denomina Carinatas; todas las a
ves de nuestro país pertenecen a este grupo, y son aptas pa
ra el vuelo. Otras como el avestruz, tienen un esternón sin
quilla, por esto 'su tronco en esta región es aplanadó;son i_
naptas para volar; pertenecen al grupo de las Ratites.
LAS ALAS.- Las alas son los miembros anteriores -
destinados a la función del vuelo. La mayor o menor potencia
do éste, depende del tipo de esternón, esqueleto del ala ,
músculos y de la mayor o menor longitud y rigidez de las ré
migas o plumas largas propias para el vuelo.
La longitud de las alas se deriva de aquélla de
las rémiges primarias y secundarias; las terciarias modifi-
can más :bien la forma.
,•< No todas las aves, aun cuando todas sí tienen a-
las , pueden volar j por ej., el Avestruz, siendo el ave . más
grande que existe hoy día, no vuela debido principalmente a
- 63
■p— tmém
yaes11 " ">
g
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i
I
LA ORNITOLOGIA
la estructura de sus rémiges.
Hay varios tipos de alas: largas' y agudas , en '.las
gaviotas, cormoranes, colibríes; en el presente tipo las ré
miges primarias van más allá de las secundarias. Grandes y
redondeadas , en los ibis, buhos, en las cuales las prima-
rias no son muy largas respecto de las secundarias .Cortas y
redondeadas , tales son las de las- soledades (familia Trogo-
ni dae ) ; en éstas las secundarias aun van un poco más allá de
las primarias, y las primarias externas son más cortas que
las internas. Cortas , Pato zambullidor (familia Colymbidae)
rémiges de escasa longitud. Estos son los tipos principales;
entre ellos hay intermediarios.
No son raras las alas armadas de espolones; los
más característicos en. nuestras aves son los del Buitre de
Ciénaga; éste lleva dos de dichas estructuras que son fuer-
tes y cónicas, en el borde de cada ala (uñas correspondien-
tes a dedos atrof iados) . El Gallito de Ciénaga, el Pellar -
(Be Ion opte rus chilensis) llevan una sola uña en cada ala. Los
polluelos de la Pava hedionda (Ophistochomus cazin) presen-
tan pequeños espolones, los que les ayudan a trepar alosár
boles, pero los pierden con el desarrollo.
LA COLA.- La cola formada por aquellas plumas que
a manera de abanico se insertan en elpigosti lo, o pieza ter
minal de la columna vertebral, sirve- principalmente de ti-
món en la acción del vuelo; por esto dichas plumas se deno-
minan timoneras ; además, se conocen como rectri ces o cauda-
les . ..
Presenta gran variedad en cuanto a su dimensión y
su forma. Con respecto a Jo primero, debe anotarse que hay
aves que la llevan de una longitud mayor que la de su cuer-
po, y así una especie de colibrí (Lesbia victoria); otras ,
la muestran tan cortas que sus timoneras que son rudimenta-
rias, apenas se diferencian de las plumas que las cubren o
sea, de las coberteras caudales ;- las Tinámidas (aves que su
64 -
IBM»
L ñ (fi O !W A II -
TIPOS DE ALAS: A., largas y agudas. B, certas y redon-
da adas . C, grandes y redondeadas.
v
I
I
F ORMAS_DE_C OLAS : A , s emihh orqu i liada . B , punte aguda , C ^ ahor-
quillada. D , cuadrada .E , re donde ada .
' • -
creen que esta articulación es la r es-
or eso dice que éstas doblan la pierna
.trario de los mamíferos; dicha equivo- ,
ngitud del tarso por lo cual lo confun
aves:, como los mamíferos tienen su ro
ón del fémur con la tibia.
•á formado por la fusión de los huesos
nos, :de ahí que el término tarso -me ta-
>nte, aun cuando en favor de la breve -
de tars o s olamente .
i sedló tanta importancia a la longitud
na, que se formó el numeroso grupo de
en su mayoría pertenecen al orden Cico
leñas, ibis).
in especies con el tarso plumado hasta
ses); muchas de éstas últimas lo mues-
en su región superior y anterior; en
3.
del tarso se llama podoteca o acrotar-
rmas córneas que pueden ser en forma de
ís , oblongos, lonsáng_i.cos , cuadrados y
¡ate hay escamas en forma de escudetes,
ilaciones.
de diferente tipo según la forma de sus
ado éstas lo rodean completamente, como
cudeteado, si las escamas son más o me-
algo cuadrada y, de posición imbricada;
pequeñas y. redondeadas; reticulado, cuan
dispuestas en forma de una redecilla, y
rma rcmbóidál ; granulado, si dan la for
; laminado, que es el tipo . opuesto al
o las escamas se encuentran en muy corto
láminas longitudinales ; ' se le denomina
A,escudeteado.B,an; l
pidi o. G, laminado. H ,A
'jv*
WlRPl1
R.P. I
perfici alme nte se asemejan a las Gallo
tipo de cola. ¡a
_ ' ' ~
Atendiendo á su forma, se d m
-das , cuyas rectrices centrales son uj
la.s de los extremos; e* to es el tipo.’
gu las rectrices centrales son mu
de ios extremos; este es el tipo más g
jsn'Jas guacamayas (genero Ara); Ahorq^..
interiores son más cartas que las de
forma una verdadera horquilla, y cara
golondrinas, y sobre todo, a la tijer
ñus) . Las cuadradas , todas las rectriz
gitud, se observan en algunas rapaoes |g
entre las cuadradas y las ahorquillad^
en éste las rectrices medianeras son
las exteriores.
•“ Aves como el Cucarachero (T .
vañtan' la cola'sobre el tronco; esta
senban más pronunciada las Pellas de
.Los propi os carpinteros (fai.
las rectrices muy rígidas , de astil g e
tamente sin barbas en la punta, les s y
en los troncos. En los barranqueros o
ti"-*) las dos rectrices medianas ter
quemas; pues los individuos adultos t
arrancar las barbas del ástil, except^
’ . • . . : ' 'jo
LAS PATAS . - Las aves son ve i
patas se dividen en muslo, pierna y
tra completamente cubierto; parece qu:
co. La pierna es en parte visible en „
de plumas, pero es implume en su regi j-
'grupos, tales cano en las garzas. A L ;
pie característico, por tener un társ
de éste con aquélla se le denomina ar
1
CJ I 9 I w l l rd m o I
LñNIl M
/3
4/-V>
A
TIPOS DE TARSOS
J2 'y V* «
A,escudeteado.B,anillado.C,E,taxasp-idio.D,reticulado.F ,exas
pidio.G , laminado .H,pignaspidio.
ü’rnp*1' w i .wuvv
R.P. FR. ANTCNIO OLIVARES C.
también ocreado. Es común en los autores, en las descripcio
nes de los tarsos, el no dar el nombre del tipo, sino más
bien decir la forma de las escamas que los cubren, y así a—
puntan: tarso cubierto de escamas es cudeteadas , reti culadas,
etc.
En las Paserif ormes , lases camas Tan en oosiciones
muy peculiares, lo que ha dado motivo para dividir los tar-
sos en cinco tipos: exaspidi o, éste se caracteriza por lle-
varlas escude teadas , que vienen a ser como anillos que ro-
dean todo el tarso, a excepción de una línea long- tudinal in
terna llamada espacio plantar. Endas pidió, tipo contrario al
anterior: el espacio plantar se encuentra en la cara exte-
rior del tarso. Picnaspidio, en el cual las escamas de la re
gión anterior son escudetes imbricados y grandes, y las deT
posterior son pequeñas y de varias formas, puede decirse q*
son granulosas. Holaspidio, la cara anterior cano la poste-
rior están cubiertas de escudetes más o menos rectangulares.
Taxas p idi o, región delantera cubierta de escudetes, y la tra
sera, por dos o tres hileras de pequeñas escamas que son reo
tangulares o exagonales.
Hasta aquí se ha descrito solamente una parte del
pie; en seguida se hablará de los dedos, que son todavía de
más importancia en los estudios taxonómicos. Los pies de las
aves' 'tienen en general cuatro dedos; éstos son: el pulgar o
primero, el ante ri or interno o segundo, el ante ri or me di ano
o tercero y el anterior externo o cuarto. En algunas aves
no existe el pulgar, por ejemplo en el famoso Alcaraván de
la Costa Atlántica (Burhinus bi striatus vocifer) . El Aves-
truz, tan sólo lleva dos dedos. Por una anomalía en ciertas
razas de gallinas se encuentran individuos con cinco dedos :
dos pulgares.
Por la posición de los dedos, los pies se distri-
buyen en estos tipos: anis odáctilo , tres dedos hacia adelan
te y uno, el pulgar, hacia atras; formula 3-1; es el tipo
más común y se encuentra en todas las Paserif ormes . Ci godác
tilo, dos hacia adelante y dos hacia atrás; fórmula 2-2; se
- 67
, . LA ORNITOLOGIA
debe a la reversión permanente del cuarto dedo hacia el la-
do del pulgaf1; .característica de los loros* Heterodáctilo ,
dos hacia adelante y dos hacia atrás; se diferencia del an-
terior porque no es el cuarto dedo el que va hacia atrás si
no el segundo o interno para reunirse con el pulgar; enton-
ces, la heterodactilia consiste en la reversión del segundo
dedo hacia el lado del pulgar; las soledades (familia Troa-
onidae) se distinguen por este tipo de pie* Sindáctilo, los
dedos anteriores están unidos en sus falanges basales, como
en el pie del martín pescador (familia Alcedinae ) . _Pamproe±
dáctilá, que-oes 'el'-tipo más -.raro.? nodos ~lgs -.da dbs 'éstáñ di/a
rigidos hacil adelanté-*- Las águilas pescadoras (famila Pan-
dionidae) tienen la particularidad de llevar el dedo exte -
rior reversible.
Normalmente, los cuatro dedos tienen dos, tres, -
cuatro y cinco falanges respectivamente.
Los dedos están cano los tarsos, cubiertos de es-
camas, pero sólo en su región superior; en su inferior, pre
sentan una piel gruesa que en muchos grupos tales ccmo en
las rapaces, es sumamente áspera; en las águilas pescadoras
está cubierta de finas, agudas y apretadas puntas coriáceas.
Los dedos terminan siempre en úfíás córneas, que va
rían en longitud y forma según los diferentes grupos ;en ge-
neral son curvas , pero hay aves cano las del género Jacana
(gallitos de agua) que las llevan rectas y muy largas. Nor-
malmente son redondas, sin embargo el flamenco las presenta
aplanadas formando unas curiosas paleticas. En algunas fami
lias, por ejemplo, la Ardeidae, la uña del dedo mediano en
su borde interior es recortada en forma de peine, uña pecti
nada. En las Paserif ornes , la uña del pulgar es la más lar-
ga; en las demás generalmente es la del dedo mediano.
_ Los cuatro dedos están implantados en un mismo pía
no en la gran mayoría de las aves; en algunos grupos, el pul
gar está en un plano superior, lo que sucede en las gallina
ceas .
68 -
WrFI". ...Ul .'JI UW
'
R.P. FR. ANTONIO OLIVARES C.
Lo común en cuanto a la longitud de los dedos es
que el mediano sea el más largo.
En a ves acuáticas la superficie del pie se ensan
cha con la presencia de una membrana interdigital, que une
todos los dedos, cono en los cormoranes, entonces el pie se
llama totipalmeado ; este tipo es el menos común. Cuando só-
lo une los dedos delanteros, el pie es palmeado, caracterís
tica de los patos. La membrana puede ir solamente hasta la
segundaf alange, pie semi palme ado. Se presentan caso en los
cuales la membrana se da únicamente entre las primeras fa -
langes de los dedos medio e interno o medio y externo. En
las familias Ralli dae y colymbi dae, los dedos no están uni-
dos, a lo menos en toda su longitud, pero sí llevan a lado
y lado una membrana que puede ser lobulada o festoneada.
Según el enrole o que se dé al pie, éste puede ser:
corredor, el clásico es el del Avestruz; prensor en los lo-
ros; trepador, carpinteros; accipitrino, el de las rapaces;
nadador, en los patos .
bibliografía
Blw'kA, C. M., Historia de ia Literatura Griega. Mé
xico, 1953 , (Breviarios), .'2 cm., 215 pp.
Obra pequeña realmente, pero plena de doctrina li-
teraria en lo que respecta a la gran huella e influencia que
ü a través de los siglos han marcado los literatos griegos.
El Autor estudia y describe a grandes rasgos la po
sición helena en materia literaria. Analiza ligeramente des-
de el agradable Homero con su Odisea e Ilíada, hasta el últi
mo de los grandes helenistas, Plotino, el celebérrimo renova
dor del pensamiento platónico.
Por su pluma pasan maravillosamente los novelistas,
los comediógrafos, trágicos, historiadores, poetas filósofos,
etc. y a todos los describe desde el punto de vista litera -
I ri°*
Resulta en una palabra, agradable y provechoso le
| er esta simpática obrita.
Fray Darío Molina J.
GILSON, ETIENNE, El Espíritu de la Filosofía Medie
M val, Buenos Aires, 1952, 24 cm., 444 pp .
Es ciertamente muy provechoso leer y releer las o-
bras de Etienne Gilson, el tan conocido historiador crítico
de la Filsosofía del Medioevo.
Para el amante de antigüedades y problemas filosó-
70 -
'■WWWiWP
BIBLIOGRAFIA
ficos, nada mejor cano dejarse guiar por la mano autorizada
de un individuo imparcial que a la luz de las fuentes y de
sus más profundos conocimientos, expresa su opinión sobre de
te minado asunto.
En el libro mencionado, desarrolla Gilson la cláu-
sula de Filosofía Cristiana, probando tras amenos y enjundio
sos capítulos, el que sí realmente puede hablarse de filoso”
fía cristiana, que en ninguna mane r 2. pus do confundirse con el
Cristianismo mismo.
Pensar en Filosofía medieval, diría él, sería tan-
to cano pensar en la filosofía cristiana. En una palabra, la
Edad Media está saturada de ideas cristianas y religiosas ex
puestas magistralmente por sus máximos exponentes.
Y aunque esa filosofía cristiana de que hablamos -
no forme sistema totalmente aparte de la misma religión, con
todo, puede perfectamente distinguirse de las verdades que la
integran.
Sapientis irnos son los apartes que le dedica al ser
(SER), al conocimiento, a la libertad, al optimismo, a la an
tropología, etc. mirado todo bajo la luz esplendorosa de la
lámpara cristiana. Los autores citados, los problemas desa -
rrollados, el fin propuesto y alcanzado, nos dicen altamente
de la singularidad e importancia de esta obra.
Si que remos, pues, tener una noción clara de lo q'
es n religión cristiana y filosofía cristiana1', leamos están
páginas de Etienne Gilson; ellas nos enseñarán lo grande de
nuestras crenncias y de nuestros maestros filósofo- cris ti anos
y nos harán c anprender que entre Cristianismo y Filosofía -
Cristiana, hay bastante diferencia, cuestión ésta que ha si-
do negada por varios que se dicen sabios (Brehier y otros... _
Fr. D. M. J.
- 71
>■»»*
ÜPWfVMUiL
aXBLTOCR.TFIAT
i
j|
| {
FR. ESTEBAN J. PIAT, O.F.M., Evangelio de la In — ■
£%ncia Espiritual, Traducción del francés de C. Martínez Pe
áalver, Barcelona, 1956, 14,8 cm., 294 pp.
Bastaría transcribir aquí únicamente las palabras
dél editorial, para decir todo lo que vale esta obrita: "El
libro que ponemos en tus manos, carísimo lector, viene a en
señarte una manera de hallar en tu ventana, cuando leas sus"
páginas, el ala misteriosa que te nutra de cielo. Viene a e
levarte dulcemente, casi sin ser notado, hacia el amable
Dios, que el Hijo quiere que llamemos Padre".
No constituye esto una alabanza con fines comercia
les, no; es un estilo nuevo y muy agradable de meditación ,
porque el P, Piat nos lleva primero a Palestina, para que a
llí, saturados del ambiente que respiró el Maestro, bebamos
directamente, escuchando al Rabí, escenas, parábolas, diálo
gos presentados de una manera tal que agradan hasta el gus-
to más profano; san los elementos que constituyen esa atmós
fera que va respirando el lector casi sin darse cuenta.
En cada parábola, en cada diálogo, hay un mensaje
para el hombre inquieto y superficial de nuestros días; pa-
ra las almas a quienes apesta la mediocridad; para los cora
zones que no han podido encontrar la quietud espiritual.
Este' es el gran mérito de la obrita del P. Piat:
El Camino de la Infancia Espiritual , o mejor, esa doctrina
de Santa Teresita, presentada para el hombre atómico y meca
nizado de nuestros tiempos.
Es decir, en pocas palabras, constituye este libro
un método sencillo y perenne de darle sentido a la vida en
todos los estados y en todas las condiciones.
Fray Jorge Giraldo A.
72 -
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■II
BIBLIOGRAFIA
P, JOSE MARIA RIAZA, El Comienzo del Mundo, Madrid,
- BAC, 1959, 703 pp.
El P. José María. Riaza es ya conocido para los lee
tores de la colección B.A.C. por su obra anteriormente pu-
blicada en esta misma colección: en foima de una introducci
5n físico-química y matemática para el estudio de la filos"o
fía, titulada ciencia moderna y filosofía. Ahora con este
segundo libro dedicado a las ciencias exactas y publicado -
dentro de una colección de autores cristianos, se añade n^.a
< prueba más al interés constantes déla Iglesia, po • el culti
I ' 70 y desarrollo de estos ramos del conocimiento humano, que"
manifiestan a la vez la grandeza de Dios en su creación, y
el poder maravilloso con que dotó al entendimiento, para es
crutar los profundos misterios de esa creación.
El estilo del P. Riaza hace del libro, una obra
..que se devora desde la primera hasta la última página, con
la fruición de una novela, la novela del mundo fantástico -
. en que vivimos y de la epopeya del ingenio humano, que en
sus ansias de verdad se abisma en las brumas del pasado tra
tando de encentrar el mcsnienzo de las cosas. Pero no por e~
. lio, la obra deja de ser estrictamente científica de modo
que satisface al erudito quien encuentra en ella una acerta
da ^opilación de los variados problemas e investigaciones q’
se concentran al rededor de una única y candente incógnita:
1 el comienzo 1
La obra reúne, pues, un texto ameno y totalmente
comprensible, con la exactitud de los datos científicos, ha
ciendo siempre resaltar el grado de probabilidad que encie-
rran y contraponiendo las diversas teorías que se pronunci-
an en sentido contrari o, con lo que el lector puede formarse
una clara idea del estado de las diversas cuestiones. Además
agrada mucho encontrar a lo largo del libro, numerosas figu
ras ilustrativas que ayudan a la mayor inteligencia del tex
to, así como diagramas y cuadros que resumen un conjunto ás_
terminado de datos, y hasta anécdotas que ponen una nota de
gracia en medio de algún intrincado problema científico.
- 73
■«1*1 Jimia
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■X
BIBLIOGRAFIA
El autor trata de una manera abundante y casi ex-
haustiva los problemas de la investigación del pasado en sí
mismos y a la vez afe.de con gran profusión el conjunto de
datos científicos y de los últimos adelantos conseguidos ccn
respecto al estado acutal del universo, lo que hace que el
lector amante de las ciencias se entere de muchos datos im-
portantes, adquiridos últimamente y que habían pasado desa-
percibidos ¿
Em la primera parte aparece una vista panorámica,
de cuanto se refiere a la tierra en su actual estado, lo ou
al es una magnífica preparación para seguir despues todo el
desarfollo de la obra. Luego, se trata de los más importan-
te cronómetros, como gráficamente se los llama, o sea, aque
lias huellas del pasado por las que principalmente se han
guiado los científicos en sus inquisiciones del pretérito;
algunos de ellos que los guían sólo a través de unas cente-
nas de años atrás y otros en los que se advierte las seña —
lesTde ños millardos transcurridos desde que, por la mano
de Dios, comenzó a existir el mundo. LLenos de vital de in-
teres son los datos que se traen sobre las debatidas cues —
tiones sobre el orgien y desarrollo de la vida y del hombre
en nuestra planeta, y también, sobre la misteriosa interro-
gante que se cierne acerca de la vidaen otros puntos del u-
nive r s o .
La segunda parte abarca en su conjunto la descrip
ción del cosmos,- hasta donde llegan los últimos adelantos -
de la investigación astronómica. El planteamiento de las in
cógnitas que existen en la determinación de las edades de
la tierra, el sol, las galaxias, y por fin, la materia mis-
ma en sus elementos juntamente con la descripción de los mé
todos que han utilizado los investigadores para arrancar cfel
mundo actual Jes noticias de su remotas existencias, forman
una apasionante serie en los últimos capítulos coronados per
una ojeada a la muerte del universo. Se concluye de una ma-
nera magnífica con los apéndices que hacen ver la concordan
cia entre la ciencia y la fe y los tres discursos de Pío XII
al respecto.
74 - Fr. Bernardo Mesa Estévez.
■osa»
SHechos
Nos s orp rende la dolorosa
noticia del fallecimiento de
nuestro Em. Card. Crisanto -
Luque, Arzobispo de Bogotá y
Primado de Colombia. R.I.P.
Igualmente s orp res iva fue
la noticia del fallecimiento
del Exmo. Sr. Bernardo Bote-
ro Alvarez, Arzobispo de Pam
piona, y del Exmo. Sr. Luis
Pérez Hernández, primer Obis
po de Cúcuta. Enviamos nues-
tros sentimientos de condo —
lencia a sus respectivos ele
ros y feligreses. R.I.P.
En los primeros días de
Julio descansó en la paz del
Señor., asistido por el Em.Sr.
Card. Juan B. Montini, nues-
tro egregio cohermano R. P.
Fr. Agustín Gemelli, conver-
tido, fundador de la Univer-
sidad Católica del Sagrado -
Corazón de Milán, con el B.
Contardo Ferrini y Ludovico
Necchi. R.I.P.
Nos alegramos por el nom-
bramiento del Exmo. Sr. Luis
Concha Córdoba para suceder
en la Sede Primada al Em.Car.
Luque (tomó posesión de ella
el 20 de Junio); - del Exmo.
Sr. Arturo Duque Vi lie gas, 0-
bispo de Ibagué, para suce--
-der al Exmo. Sr. Concha en
el Arzobispado de Manizales;
- y del Exmo. Sr. Pablo Co-
rrea León, hasta ahora Obis-
po Auxiliar de Bogotá, para
ocupar la Sede Episcopal de
Cúcuta.
Igualmente damos nuestra
calurosa bienvenida al Exmo.
y Revmo. Sr. José Paupini,Nue
vo Nuncio de S.S. en Colom —
bia, augurándole muchos éxi-
tos en su nuevo campo de la-
bor.
El 4 de Agosto celebramos
el primer centenario de la
muerte del humilde Párroco -
terciario f r ancis cano, S .JUAN
MARIA VIANNEY, celestial Pá-
treno de los Párrocos, mode-
lo de apostolado.
Con gran complacencia nos
hemos enterado del gesto de
deferencia de S.S. Juan XXIII
para con los Hijos del Pobre
cilio de Asís, al colocar la
diadema de los Doctores so-
bre la cabeza del gran S. Lo-
renzo de Brindis, Capuchino,
con el título de "Doctor A-
postolicus" ; con éste son 3
los hijos de Francisco que
ostentan este glorioso títu-
lo: S. Antonio de Padua, Doc_
- 75
■¿tF" y “ ■»
¡
Ateneo Antoniano.
tor Evangelicus, S. Buenaven
tura. Doctor Seraphicus,y nu
estro egregio San Lorenzo;pa
rabienes para nuestros herma
.nos Capuchinos .
BODAS DE ORO SACERDOTALES:
el 29 de agosto del presente
año celebramos las bodas ie
oro sacerdotales de los RR ,
PP. Bemardino Cendales, Je-
sús Ma. Gómez, Nicolás Gutié
rrez y Berardo Siabato.Es de
"ber de gratitud de las .juven
tudes de la Provincia unirse
a sus mayores en tan glorio-
sa fecha.
TESIS DOCTORAL: Acaba de a
parecer publicada por la Uni
. versidad de Lovaina, la te-
sis doctoral del R.P. Alber-
.to Monte alegre, presentada -
.en dicha Universidad con . la
más alta calificación, titu-
lada :"La Méthode experimenta
le et son utilisation en Pe-
dadogie" <
NUEVOS' PROFESORES: El 22
de mayo regresó de Roma, don-
de se doctoró en Historia E-
clesiástica, el R.P. Alberto
Lee L. Así mismo ha regresa-
do el 13 de Julio el R.P. Al-
berto Lopera, Doctorado en
S. Teología en el Pontificio
76 -
El 9 de Junio despedimos
al R.P. Luis M. Contreras,Dc
legado General para Filipi-T
ñas, con Sede en Manila.
PRIMEROS BACHILLERES: El
22 de Julio se realizó en el
Colegio Franciscano de "PIO
XII" de la ciudad de Cali, la
promoción de los 16 primeros
^.bachilleres , con la asisten-
cia de altas personalidades,
de la ciudad. Nuestras feli-
~ citaciones para el R.P. Fr.
'Alberto González G., Rector
del Colegio, e igualmente pa
ra todos y- cada uno de los
graduados, como también para
los Padres de Familia.
• • Presentamos al R.P. Guar-
dián, Fr. Antonio Peláez.nu-
• estro agradecimiento por la
adquisición de la casa de va
- caciones para el Coristado,a
la que tánto interés ha de di_
- cado. :
Igualmente agradecemos a
quienes nos han ayudado con
sus sugerencias o en cuaüquie.
ra otra forma para la apari-
ción de la presente, y las
generosas felicitaciones que
de todas partes nos han sido
enviadas
Editada en Talleres de la Porciúncula
HP