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Full text of "Geografia de Costa Rica"

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GEOGRAFÍA de COSTA RICA 



GEOGRAFÍA 

DE 

COSTA RICA 

POR 

Francisco Montero Barrantes 

lUTOHDIL*)lllTOIIt>DllCollTAl^>, BlcniLLMl» KlLmorU DK Ll (JMVKIIOIDIU 
BS LOl iNITITUTOl UMV>J|(rAllia DK Sas Jos^ V AHKKlOHa OH ClITtOO, 



ubra etti-ita por eamítióa del aobteruo Se 'a Htpúbliea para liit Sirpotieloaes 

Histókico-Amkrkana de Madrid 

V l'MVERSAL dt Chicago, é ilustrada con grabadoi 




BARCELONA 



Tip. LiT. DE José Cunill Sala. — Bajada Viladecols, 3 
i8g2 




1 1 ■ ' ' 



PRÓLOGO DE LA EDICIÓN ESPAÑOLA 



El Supremo Gobierno de Costa Rica , deseoso de pro- 
curar por todos los medios posibles el conocimiento del 
país en el exterior, se sirvió encomendarme en Febrero 
último la formación de una Geoj^rafía patria , destinada á 
las Exposiciones Histórico- Americana de Madrid de 1892, 
y Universal de Chicago de 189v3. 

Aunque el tiempo de que yo podía disponer era estre- 
cho para realizar el trabajo , acepté gustosísimo la comi- 
sión porque en ella veía la oportunidad de prestar un 
servicio á Costa Rica, contribuyendo con mis conoci- 
mientos á fortalecer los lazos de cariño y de fraternidad 
que la unen , tanto á la noble Madre Patria , España , como 
á la nación gigante de América, los Estados Unidos. 

En realidad este libro puede ser considerado como una 
cuarta edición , ampliada extensamente , de mi Geografía 
de Costa Rica escrita para las escuelas nacionales , única 
en su clase existente en el país ; pero en la presente he 
querido reunir cuantos datos interesan á la inmigración 



VI 

y al comercio extranjeros, A fin de atraer la primera hacia 
las playas costarricenses, y de ensanchar el seg^undo, si 
cabe , en beneficio recíproco de mi patria y de las nacio- 
nes industriales que mejor y más barato producen. 

España despierta diariamente en Costa Rica las sim- 
patías más grandes; y todos los hijos de esta última 
ensalzan á una sola voz las glorias y las grandezas de la 
nación que les dio su sangre , su religión , su lengua , sus 
hábitos de trabajo, de honradez y dignidad en todo. 

Mas para que no haya obstáculo que se oponga á esa 
aproximación de la antigua colonia y de su metrópoli, ne- 
cesítase indispensablemente que ésta haga por su parte 
cuanto es necesario para que las ideas , el comercio y las 
demás manifestaciones de su activ^idad social penetren 
en la primera por modo eficaz , á efecto de establecer so- 
lidaridad de intereses , y miras comunes de fraternidad y 
progreso. 

Las comunicaciones directas por medio de líneas 
españolas de vapores: las obras científicas y literarias de 
los grandes hombres de España : el comercio recíproco 
entre ambos países , enviando cada uno al otro sus pro- 
ductos naturales ó de la industria , darían ineludiblemente 
el resultado que bosquejo arriba , el cual no se consegui- 
ría si hubieran de emplearse distintos procedimientos ó 
de permanecer alejados entrambos pueblos. 

Debo advertir que cualquiera apreciación contenida 
en esta obra , respecto de puntos controvertibles , me per- 
tenece exclusivamente , es personal, sin que de ella sea 
responsable el Gobierno de mi patria. 

Ojalá que resulte algún provecho de este libro para 



VII 

Costa Ricíi , y que él contribuya á cimentar y fortalecer 
los lazos que la unen á España , por cuya prosperidad 
y engrandecimiento hace fervientes votos el autor. 

Francisco Montero Barrantes. 



Sa/t José de Costa Rica, 1 P de Julio de 1892, 



GEOGRAFÍA 

COSTA RICA 

POR 

Francisco Montero Barrantes 



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GEOGRAFÍA DE COSTA RICA 



CAPÍTULO PRIMERO 



TERRITORIO, LÍMITES, EXTENSIÓN Y COSTAS 

La República de Costa Rica es uno de los cinco Estados 
independientes que componen la América Central. 

Está situada entre los 8° y los 11° 16' de latitud Norte^ 
y los 81° 35' y 85° 39' de longitud occidental del meridiano 
de Greenwich. Su latitud media es , pues , de 9° 58' al 
Norte del Ecuador. 

Sus límites son: al NO. la República de Nicaragua; al 
SE. la República de Colombia; al NE. el Mar Caribe ó de 
las Antillas, formado por el Océano Atlántico; y al 
O. y SO. el Océano Pacífico. 

Según el tratado Cañas- Jerez, de 15 de Abril de 1858, 
ratificado por el laudo arbitral del Presidente de los 
Estados Unidos en 1888, el límite con Nicaragua está de- 
terminado por una línea que , partiendo del Mar del Norte 
(Atlántico)^ comienza en la extremidad de Punta de Cas- 
tilla , en la desembocadura del río San Juan , y continúa 
marcándose con la margen derecha del expresado río, 
hasta un punto distante tres millas inglesas del Castillo 



iO 

Viejo, medidas desde sus fortificaciones exteriores hasta 
el indicado punto. De allí parte una curva , cuyo centro 
son dichas obras, y dista de él tres millas inglesas en toda 
su progresión , terminando en un punto que debe distar 
dos millas de la ribera del río, aguas arriba del castillo. 
De aquí se continúa en dirección al río Sapoá , que des- 
agua en el lago de Nicaragua , siguiendo un curso que 
dista siempre dos millas de la margen derecha del San 
Juan con sus circunvoluciones, hasta su origen en el lago; 
y de la margen derecha de éste hasta el expresado río 
Sapoá , en donde termina esta paralela. Del punto en que 
ella coincida con el Sapoá , punto que debe distar dos mi- 
llas del lago , se tira una recta astronómica hasta el punto 
céntrico de la Bahía de Salinas en el Mar del Sur (Océano 
Pacífico). 

La línea divisoria con Colombia no está aún determi- 
nada. Costa Rica alega, fundándose en documentos au- 
ténticos é indisputables, que sus límites por el Sur están 
marcados por el curso del río Chiriquí , antiguo Calobe- 
bora , desde su desembocadura , al Sur de la isla llamada 
Escudo de Veragua , hasta su origen en la cordillera que 
separa las vertientes de los dos mares. De aquí se sigue 
por la cumbre de la citada cordillera hasta encontrar el 
nacimiento del río Chiriquí Viejo , cuyo curso en toda su 
extensión, hasta la desembocadura en la bahía de David, 
fija la línea expresada en unión con las dos anteriores. 

La extensión territorial de Costa Rica, segiín el cálcu- 
lo planimétrico relatado en el almanaque de Gotha para 
1892^ es de 54.070 kilómetros cuadrados. En ese cálculo no 
figura el territorio en disputa con Colombia. 

El territorio de Costa Rica , según los límites legales , 
inclusive el que se disputa á Colombia, tiene 61.994 kiló- 
metros cuadrados. 

Las opiniones de varios geógrafos difieren á este 



11 

respecto , pero sin tener un fundamento seguro para de- 
terminar las cifras que ellos fijan. Elisée Reclusle da á 
Costa Rica una extensión de 51.760 kilómetros cuadrados, 
sin incluir el territorio disputado á Colombia.— Cortam- 
bert y Letronne y otros geógrafos franceses suponen 
55,669 kilómetros; y hay otros que fijan 59,570. Sinos 
atenemos á esas cantidades, Costa Rica ocupa el lugar 
3P entre los países de extensión superficial conocida. 

Costa Rica tiene un litoral de 334 kilómetros sobre el 
mar Caribe , desde la boca septentrional del río San Juan 
de Nicaragua , enfrente de Greytown (San Juan del Nor- 
te), en rumbo sudeste hasta la boca del río Chiriquí (Ca- 
lobebora ó Culebra) al sur de la isla del Escudo de Vera- 
gua; y 445 kilómetros próximamente sobre el Océano 
Pacífico desde el centro de la bahía de Salinas, (á 11° 3*46" 
de latitud Norte y 85*^ 43*28" longitud Occidental del meri 
diano de Greenwich) , hasta la boca del ino Chiriquí Viejo 
en el mismo Océano. 

El primer litoral citado es en general una costa muy 
regular, baja y arenosa, en toda la extensión situada entre 
el río San Juan y la punta Sorobetu ó Tervi, á la entrada 
de la Boca del Drago. Algunas pequeñas penínsulas ó 
más bien cabos que sobresalen en la expresada costa , no 
le quitan á ésta el aspecto uniforme que presenta. Entre 
las puntas Sorobeta y Chiriquí ó Valiente se forma luego 
la grande y magnífica bahía del Almirante , descubierta 
porColón el 6de Octubre de 1502 y llamada por éXCaramba- 
rti. También se la designa con los nombres de Bocas 
del Toro en la parte occidental , > de laguna de Chiri- 
quí en la oriental. A ésta la llamó Colón bahía de 
Aburema, 

La costa del Pacífico es muy sinuosa ó cortada, y en 
ella se forman varios golfos de grande extensión , bahías 
de primer orden y numerosas radas ó fondeaderos que 



12 

ofrecen seguro abrigo á las embarcaciones de todas clases. 

Cuatro penínsulas de gran extensión se hallan en la costa 
del Pacífico : al NNO. la de Santa Elena, que divide al golfo 
de Papagayo en dos partes llamadas bahía de Salinas 
al Norte, y bahía de Sa«/a Elena al Sur. En la misma 
península existen entradas considerables en la parte que 
limita directamente con el Océano. 

La punta Descarte es el término de esta península al 
Oeste. 

Otra península se encuentra al Sur de la bahía de Sa- 
linas , y en ella el cabo Santa Elena. 

La península de Nicoya, comprendida entre el golfo 
del mismo nombre al Este y el Océano Pacífico al Sur y 
al Oeste , tiene extensa superficie en forma casi de un 
paralelógramo inclinado de NO. í\ SE. 

Finalmente, al SO. se hallan las penínsulas de Golfo 
Dulce , también muy extensa , entre el mismo Océano Pa- 
cífico ya citado y el hermoso Golfo Dulce ; y la de Burica. 

Los cabos de la costa occidental son : 

Los de Descarte y Santa Elena, dichos anteriormente. 

Los de Virador Norte y Virador Sur, á ambos lados 
de la entrada de la bahía de Culebra. 

Punta Cacique y Punta Miga al Norte y Sur, respec- 
tivamente , de la entrada de la bahía del Coco ó Cocos, 

Punta Gorda y otra Punta Cacique y á poca distancia 
de las dos anteriores. 

El cabo de Morro-Hermoso , que es el más occidental 
del país. 

Punta Guiones y cerca de la desembocadura del río 
Nosara. 

Entre éste y Morro-Hermoso se encuentran las puntas 
Peligro y Filibustero. 

Las puntas Quiñones y Tule son las últimas de la costa 
occidental de la península de Nicoya. 



13 

Esta última termina al Sur en el Cabo Blanco , que es 
uno de los pricipales del país. 

Entrando en el Golfo de Nicoya , se encuentran al Este 
de la expresada península los cabos siguientes : 

Punta Ballena , en una pequeña península situada al 
Norte de la bahía del mismo nombre. 

Cabo Vela , que es el extremo oriental de la península 
de Nicoya ; y 

Cabo Botana en la isla ó península de Berrugate , al 
Sur de la isla de Chira. 

En la costa oriental del citado golfo están: Püntarenas 
ó Punta- Arenas, larga y estrecha^ en la cual se halla la 
ciudad y puerto del mismo nombre; 

Punta Caldera^ al sur del puerto de Caldera; y 

Punta Herradura qne, con el Cabo Blanco, marca la 
entrada del gofo de Nicoya. 

Después de esta última se hallan en el Pacífico pro- 
piamente dicho, las puntas Judas ^ Quepo, Dominical , 
Átala, Violin , San José , San Pedro, Llerena y Sal-si- 

PUEDES. 

El cabo Matapalo forma el extremo Sur de la penín- 
sula de Golfo Dulce. 

En la costa oriental de ésta se encuentran las puntas 
Palmas, Tigre , Arenitas , Tigrito y Sombrero. 

En la península de Burica debemos citar también la 
Punta Burica al Sur, y las puntas Bímco y Platanar al 
Oeste. 

En la costa atlántica se presentan las puntas y cabos 
siguientes : 

Tilinta Blanca ó Pórtete en la península de Moín , al 
Norte de Limón : 

Punta Cahuita ó Cagiiita , al N. de Oíd Harbour ; 

Las puntas Uva , Manganilla y Mona ó Carreta entre 
los ríos I Jone ó Moy y Changuinola ; y 



l'ft 



Las puntas Sorobeta ó Tervi y Chiriqui ó Valiente^ 
que son las más meridionales. 






El Océano Pacífico forma al NO. el Golfo de Papagayo, 
el cual, á su vez, forma las bahías de Salinas, Murciélago 
y Santa Elena ; 

Las bahías de Culebra y Cocos , magníficas y segu- 
ras para el establecimiento de puertos de primer orden ; 

El amplio y bellísimo golfo de Nicoya, sembrado de 
islas ; 

La bahía de Caldera; 

Las radas de las Agujas ; 

El Golfo Dulce ^ donde podría fundarse uno de los 
mayores puertos del mundo ; y finalmente. 

La bahía de Golfito, formada por el mismo Golfo 
Dulce, al Este, y la de Charco Astil , al Oeste. 

En el Atlántico se hallan el golfo de Moín , la hahía de 
Limón y la laguna de Chiriquí , llamada también bahía 
del Almirante ó de Bocas del Toro; y además multitud 
de albuferas , algunas de bastante consideración , forma- 
das ya por el mar, ya por los ríos que en él desembocan. 






Costa Rica no tiene islas de grande importancia por 
su extensión. Las mayores se encuentran en el Golfo de 
Nicoya y en la bahía del Almirante. En el primero están 
las de Chira , San Lucas , Venado , Bejuco , Caballos , dos 
de los Negritos , Pan de Azúcar , Jásper y Alcatraz ; y en 
la segunda las de Colón ó de Tojar , Provisión , San Cris- 
tóbal, Popa y Cayo del Agua. 

Las otras islas del Pacífico , siguiendo de Norte á Sur , 
son las siguientes : 

Salinas , en la bahía del mismo nombre. 

Juanita^ en la de Santa Elena. 



15 

El grupo de las islas Murciélagos , en la bahía de Mur- 
ciélagos. 

El de las Catalinas y la isla Sámara^ al Norte de Mo- 
rro-Hermoso. 

La isla Blanco al Sur del cabo del mismo nombre. 

Caño á la entrada del puerto de la Herradura. 

Las islas de Quepo entre la punta Quepo y la desem- 
bocadura del río Naranjo. 

Otra isla llamada también Caño, conocida con este 
nombre desde el año 1519, al NO. de la península de Golfo 
Dulce; y 

La isla del Coco , á gran distancia de la costa , donde 
probablemente se fundará una colonia alemana , según 
contrato con el Gobierno de Costa Rica. 

En esta isla existió un presidio para los reos de críme- 
nes , pero fué abandonado poco tiempo después de su fun- 
dación. En ella se supone la existencia de un inmenso te- 
soro enterrado, para buscar el cual se han armado 
expediciones en diferentes países , pero sin lograr ningún 
éxito favorable. 

Además de las islas ya citadas en la bahía del Almi- 
rante, se halla asimismo en el Atlántico el islote de Uva ó 
La Uvita , al frente y á corta distancia de la ciudad de 
Limón , delicioso lugar en que hay hospitales de cuaren- 
tena y adonde se hacen paseos frecuentemente. 

También debe citarse la isla del Escudo de Veragua , 
que marca el lindero sudeste de la República , y que está 
situada en 9° 6' latitud Norte y 81° 34' longitud occidental 
de Greenwich. (1) 



(I) Tanto en este capitulo como en los dos siguientes no entroen detalles, pc*i*que 
pretiero consignarlus en la descripción particular de cada provincia y comarca, cumo 
se verá más adelante. — Los que falten en el libro puede fácilmente hallarlos «I 
lector en el mapa de la República.— <N. del A.) 



CAPÍTULO II 

OROGRAFÍA 

El sistema de montañas de Costa Rica está formado 
por una gran cordillera principal que recorre el país en 
toda su extensión , de Noroeste á Sudeste , y que es parte 
de la que atraviesa á América desde el Norte hasta 
el Sur. 

De ella se desprenden otras cordilleras secundarias 
en distintas direcciones , formando á veces grupos consi- 
derables, que más adelante veremos. 

La parte más elevada é importante de ese sistema 
lleva el nombre de montañas de Talamanca, al SE., 
cuyos puntos culminantes son Pico Róvalo^ á 2411 metros 
sobre el nivel del mar: Pico Blanco , {Kamtík) ^ 3.849: 
Ujum^ á 3.200; y el Cerro de Chirripó. 

Cerca de este último se encuentra el nudo de las mon- 
tañas de Dota, que se dirigen de Este á Oeste; y más 
adelante, desviándose de las anteriores, están los Cerros 
de las Cruces , á cuyo pie corre el río Revefttasótt , lla- 
mado aquí Macho desde su nacimiento. 

Las expresadas montañas de Dota constituyen un 
hermoso grupo de siete ú ocho cordilleras situadíis en el 

2 



18 

centro del país, y cuyo punto culminante al Sur, lleva el 
nombre de Cerro de Btienavista , casi en la región de las 
nieves perpetuas de los Andes. 

El mismo grupo toma la denominación de Cerros de 
Btístamante ^ del Salvaje^ de Caraigres , de Candelaria y 
del P//r/'5c«/ , adelante del cantón de Tarrazú, yendo á 
terminar en una gran cordillera y otras más pequeñas en 
la propia costa del Océano Pacífico con los nombres de 
Cerros de Turriibares y de la Herradura, 

El grupo descrito está limitado al Norte por la altipla- 
nicie central de San José y el río Grande de Tárcoles ; y al 
Sur por las llanuras del General , el río del mismo nombre 
ó Grande de Térraha^ y las llanuras de Pirrís ó Güetares. 

En la provincia de Cartago se encuentran las monta- 
ñas de Chirripó y de Turrialha , que encierran preciosos 
y extensos valles y donde están los volcanes de Turri- 
alha é Irasú, que tienen respectivamente 11.350 y 11. 500 
pies sobre el nivel del mar. 

Otro grupo de montañas se extiende entre la altipla- 
nicie central y el río Grande de Tárcoles , al Sur ; y las 
llanuras de Tortuguero, de Santa Clara y de San Carlos al 
Norte, el cual recorre las provincias de Heredia y Ala- 
iuela con diferentes nombres , tales como montañas de 
Sarapiquiy Congo ^ Toro Amarillo y Tigre, Pods, San 
Carlos y Cerros del Aguacate. 

En las primeras , es decir , en Sarapiquí , se encuentra 
un volcán nuevo, llamado Cacho Negro: en los cerros de 
Barba , el volcán extinto de igual nombre , con una laguna 
en su cráter ; y en la provincia de Alajuela , el volcán de 
Pods , en actividad , con dos lagunas , una de conside- 
rable extensión en un cráter antiguo , y otra pequeña , en 
el fondo del cráter actual, en continua ebullición. 

La provincia de Guanacaste está limitada al Este por 
una vasta cordillera, unida al resto de las del país, que 



19 

tiene dirección NO. á SE. Ésta comienza en el volcán 
Orosíy termina en la Sierra Tilarán. 

Además del volcán expresado se encuentran en la 
misma cordillera los de Cuicuüapa ó MiravalleSy Rincón 
déla Vieja y Tenorio y Pelado, 

Hay en la referida provincia , fuera de la península de 
Nicoya, alg^unos grupos aislados de pequeños cerros, 
como los de Sardinal al O. , en las inmediaciones de la 
bahía de Culebra; y las sierras calcáreas de Catalina, de 
Naranjo y de Sarnoso, en la región comprendida entre 
los ríos las Piedras, Tempisque y Bolsón. En esos cerros 
se hallan quizá minas de mármol , cuya explotación aun 
no se ha intentado. 

La pem'nsula de Nicoya es en parte plana y en parte 
montuosa. En ella están las sierras del Maderal , Mata- 
palo , La Campana y Maliasmo , Santa Rita, Ario ó Juan 
de León y y los Cerros de Barrahonda , Ojo de Agua, La 
Cuesta, Las Cruces , La Cueva y otros de menos consi- 
deración. 

En la península de Golfo Dulce está una cordillera que 
la recorre en toda su extensión de NO. á SE., y que 
termina en el cabo Matapalo. Esa cordillera lleva la 
denominación de Sal-si-puedes. 



* 



Costa Rica tiene inmensas y feraces Uanuríis al Norte 
y al Sur , inexplotadas todavía por falta de población y 
de espíritu de empresa. Ellas están cubiertas de selvas 
vírgenes con toda la gala de la vegetación intertropical, 
y fecundadas por innumerables ríos , arroyos y fuentes 
que las riegan en todas direcciones. . 

Al Norte están las llanuras de Colorado , Tortu güero ^ 
Santa Clara, San Carlos y Guatusos ; y al ^ur , las del 



30 

General ó Nueva Sauta María , Pirrís , Térrába y Cañas 
Gordas, 

En todas y en cada una de ellas hay variedad de cli- 
mas , desde muy frío al pie de las montañas , hasta muy 
cálido cerca de las costas ó en las partes bajas; pero la 
veí^etación es exuberante y produce en ^ran cantidad 
cacao , algodón , caña de azúcar , cereales y tabaco en las 
pequeñas porciones cultivadas , así como podrían multi- 
plicarse extraordinariamente los ganados vacuno , caba- 
llar, lanar y de cerda, lo cual enriquecería en poco 
tiempo á los empresarios. 

La provincia de Guanacaste contiene vastas praderías 
y llanuras que mantienen mucho ganado. En la estación 
de las lluvias los terrenos se inundan con las crecientes 
de los ríos, que corren casi al nivel del suelo , y forman 
entonces lagunas y pantanos de consideración. 

* 
* * 

Casi toda la población del país está concentrada en el 
interior, y principalmente en la mesa centraly enlacuenca 
del Reventazón. Así es que la vida activa de un pueblo 
joven y pequeño no puede todavía trascender á regiones 
relativamente remotas, donde la riqueza aumentaría fabu- 
losamente si se explotaran los veneros que guardan las 
partes poco conocidas del país. 

Sólo cuando haya inmigración de extranjeros laborio- 
sos y agricultores, y vías expeditas de comunicación 
entre todos los puntos, veremos cuánto vale nuestro 
suelo, que nada tiene que envidiar á los países más favo- 
recidos por la naturaleza , porque esta nos prodigó sus 
dones. 

Costa Rica posee terrenos donde el cacao se produce 
de clase superior al de Nicaragua y de Soconusco ; donde 



81 

los cereales dan dos y tres cosechas al año; donde la 
industria pecuaria daría rendimientos como en Paraguay 
y la República Argentina ; donde la caña de azúcar se 
desarrolla y se multiplica tanto como en las Antillas; 
todo, en fin, lo que dan los países más feraces, se 
encuentra en el nuestro para darle vida y prosperidad el 
día en que colonizadores hábiles y trabajadores vengan 
á establecerse en él. 

Si Bélgica y Holanda , con la mitad cada una del terri- 
torio costarricense , tienen 5 y 4 millones de habitantes, 
respectivamente, Costa Rica podría contener con des- 
ahogos ó 4,000.000; y teniendo, como tiene, 262.000 le 
faltan brazos para explotar sus riquezas y aun para 
aumentar los capitales existentes con el desarrollo de la 
agricultura y la implantación de industrias nuevas. 

Prueba evidente de que nos faltan brazos es la de que, 
no obstante producirse todo en abundancia , se importan 
casi todos los artículos de primera necesidad en grandes 
cantidades que todavía no bastan al consumo , porque los 
agricultores se dedican de preferencia al cultivo del café, 
que constituye la fuente primera de la riqueza nacional. 



CAPÍTULO III 

HIDROGRAFÍA 

El territorio de Costa Rica se divide en tres vertientes: 
la del Noroeste , inclinada hacia el lago de Nicaragua y 
el río San Juan: la del Este, hacia el Atlántico; y la del 
O. y Sudoeste, hacia el Océano Pacífico y los golfos que 
éste forma. 

Esas tres vertientes están determinadas por la cadena 
principal de montañas ya descrita, que constituye el 
sistema orográfico del país, aunque algunos ríos que 
nacen al Oeste de la cordillera de Talamanca , vierten sus 
aguas en el Atlántico. 

Hay muchos ríos navegables para buques de poco 
calado y embarcaciones menores , y que son arterias que 
facilitarán con mucho el desarrollo de la agricultura , la 
industria y el comercio el día que , con el aumento de 
población , hayan de explotarse los feraces terrenos que 
aún permanecen incultos. 

En el lago de Nicaragua van á desembocar directa- 
mente los siguientes ríos: 

El Sapody que nace al pie de la cordillera de Orosí; el 
Cuajiniquü, Tortuga, Picote, Papalusco, Zapote ó Za- 
potero, Caño Negro y Río Frío, 



24 

Este último es el más importante de todos , pues pre- 
senta las facilidades necesarias para la navegación en un 
trayecto considerable , á partir de su confluencia con el 
Sabogal. 

En el río San Juan desembocan el Pocosol, el San 
Carlos y el Sarapiqut. 

El segundo , es decir , el San Carlos , tiene un largo 
curso , y por el caudal de sus aguas es uno de los más 
importantes del país. Riega las grandes llanuras de su 
nombre , que son feracísimas y gue más adelante descri- 
biremos , en las cuales han comenzado á formarse gran- 
des haciendas de ganado vacuno, que prometen muchísi- 
mo para el porvenir. Aunque el San Carlos es navegable, 
presenta algunos inconvenientes para ello , á causa de la 
gran cantidad de árboles y tierra ó arena que arrastra 
en sus avenidas , con los cuales forma islotes ó bancos 
movedizos, sumamente peligrosos para las pequeñas 
embarcaciones que allí se emplean. 

Sus afluentes por la derecha son los ríos Tres Amigos^ 
Sau Rafael, Platanar ^ Fes y Santa Clara; y por la 
izquierda. Estero grande, Pellas Blancas, Arenal ^ San 
Pedro y Esperansa , San Lorenzo y Catarata, 

El río Sarapiquí tiene tanta ó más importancia que el 
San Carlos. Nace en las faldas del volcán de Barba y 
dirige su curso hacia el Norte, en una extensión de más de 
70 kilómetros. 

Este río recibe por la derecha las aguas del Sucio , que 
nace en la falda setentrional del volcán Irazú, y luego se 
divide en dos brazos; uno que va al río Tortuguero y 
otro al Sarapiquí. El citado Sucio , llamado así por el 
color amarillento de sus aguas , tiene como afluentes á su 
vez los ríos San José, General, Patria, Las Vueltas, 
Salto, Blanco y otros pequeños. 

Los ríos que van al Sarapiquí por la izquierda son 



25 

Toro Amarillo^ que nace en el volcán de Poás, Estero, 
Tambor cito ^ Sardinal^ María Aguilar , Car ¡blanco y El 
Ángel, 

Para formar una idea más exacta de la cuenca del 
Lago de Nicaragua y el río San Juan , copiamos íntegra 
la relación escrita para nosotros por el Señor Licenciado 
don Moisés Rodríguez , miembro de la comisión nombrada 
por el Gobierno de Costa Rica para la demarcación de 
límites con Nicaragua. 
Hela aquí: 

"Exploración hecha en la parte Norte de la República 
con motivo de la localización de la línea divisoria 
ENTRE Costa Rica y Nicaragua.^ 

"Por haberse presentado dificultades insuperables á la 
Comisión encargada del deslinde entre esta República y 
la de Nicaragua para dar principio á los respectivos tra- 
bajos por el lado del Océano Atlántico , ambos Gobier- 
nos , de común acuerdo , dispusieron que se comenzaran 
dichas operaciones en la bahía de las Salinas de Solanos 
en el Pacífico. „ 

"La figura geométrica" de esta bahía es casi la de una 
elipse; y por medio de una escrupulosa triangulación 
geodésica y determinación exacta de sus ejes , se halló 
que el verdadero centro de aquella figura , que debía ser 
el punto de partida de la línea divisoria, tiene latitud 
Norte IP 3» 46"; y 85^ 43^ 28" longitud occidental del me- 
ridiano de Greenwich.,, 

"De los estudios verificados por los señores Ingenieros 
don Luís Matamoros y don J. Ricardo Alpízar, resultó 
que la línea recta astronómica , que partiendo de aquel 
punto debía terminar en el río Sapoá , en un lugar dis- 
tante dos millas inglesas náuticas, ó sea 3.710 metros, de 



86 

la desembocadura del expresado río , en el lago de Nica- 
ragua , aguas arriba , tenía una desviación el rumbo Norte 
de 25° 25* sexagesimales magnéticos, al Este. Esta línea 
tiene una extensión de 17 kilómetros quinientos ochenta 
metros, siendo el terreno por donde atraviesa sumamente 
quebrado en casi toda su extensión , regado por abun- 
dantes y buenas aguas potables , y con magníficas ma- 
deras de construcción, como caoba y cedro. 

"El punto culminante de esa región es el llamado 
Cerro del Encanto, á 300 metros sobre el nivel del mar. 
De él se divisan perfectamente á la simple vista , por un 
lado, el lago de Nicaragua con todas sus islas, y la 
desembocadura del río Sapoá ; por el otro , la bahía de 
Salinas y la isla de Bolaftos por cuya extremidad pasa la 
recta astronómica. De ese mismo punto se comprobó de 
una manera exacta el trabajo efectuado en aquellos 
lugares. „ 

"Los ríos más interesantes que atraviesa dicha línea 
3- que se hallan casi á la terminación de ésta, son el 
Carrizal y el Cabalceta (afluentes del Sapoá), que en* 
verano carecen de importancia por la poca agua que 
llevan. „ 

"Pasa también por aquel lugar el camino llamado de 
la Montaña, que era el antiguo trayecto entre los pueblos 
de la provincia de Guanacaste y la vecina República de 
Nicaragua. Hoy ha sido sustituido por el que pasa por la 
botada de la Cruz , que va costeando las playas del 
Pacífico hasta llegar á San Juan del Sur. Este camino es 
bueno en general, no teniendo otro inconveniente que el 
de ser muy pedregoso , sobre todo en el punto llamado el 
Ostional. En la estación lluviosa hay que pasar algunos 
ríos peligrosos por el caudal de aguas que llevan , siendo 
el más importante el llamado de los Ahogados.,, 

"Todo el terreno limítrofe á la línea divisoria , por el 



8V 

lado de Costa Rica, es propio para el cultivo del tabaco, 
bananos , cereales , y sobre todo para pastos , pues bien 
sabido es que las mejores haciendas de ganado se 
encuentran en Guanacaste. El clima en general es cálido 
en aquellos lugares, pero agradable; lo cual, unido á la 
buena agua que se halla, hace que se goce de buena 
salud. „ 

"Al terminar la localización de la línea en el río 
Sapoá , el mojón-límite quedó fiijo en la quebrada llamada 
La Fortuna , y encontramos allí una hermosa plantación 
de cacao. „ 

"De la desembocadura del Sapoá, margen derecha, al 
punto llamado Cuajiniquil , hay una distancia de cuatro 
kilómetros y medio, habiendo hecho el plano de esta 
pequeña parte el Ingeniero CoUins. En este lugar hay 
una hermosa hacienda de ganado , y fué allí donde vi 
también por primera vez una magnífica siembra de café 
en el interior del bosque , llamándome la atención el 
buen estado del plantío.^ 

"Desde el Cuajiniquil continué yo el levantamiento del 
plano del lago ; y á los nueve kilómetros y medio de ese 
punto encontré el pueblo de Tortuga, Esta es una pobla- 
ción pobre , compuesta de ranchos pajizos , y con unos 
trescientos habitantes. Con todo, tiene una bonita hermi- 
ta de madera y teja de barro. Los habitantes de Tortuga 
se ocupan en el cultivo del cacao. Hay también una casa 
de comercio al detal , que provee á los pobladores de los 
artículos de primera necesidad. Este pueblo es muy anti- 
guo, y sus fundadores fueron las familias Ampié y 
Junes, de las cuales aun existen descendientes. Tiene 
Tortuga escuelas de ambos sexos, lo cual honra alta- 
mente al Gobierno nicaragüense, que mantiene en los 
lugares más remotos templos de la enseñanza para difun- 
dir las luces y con ellas el progreso. En lo civilestá 



28 

íí^obernado el pueblo por un Juez de Paz que ejerce las 
funciones administrativas y judiciales.^ 

**E1 territorio que se extiende entre Cuajiniquil y Tor- 
tuga es plano, á propósito para el cultivo de pastos, y 
está regado por los ríos La Pita , El Cangrejo , Puente 
de Piedra, La Vívora , Guabo, Cenf:^aro y Tortuga > 
Este es el más caudaloso, dista como mil metros del 
pueblo, al Norte; es navegable en botes y tiene como 
cincuenta metros de anchura en su boca.,, 

"Á tres kilómetros y medio de Tortuga se encuentra 
la hacienda San Emilio. Es de cacao y pastos, y de ella 
parte un camino que va hasta Liberia.,, 

"De este punto salí para Las Haciendas , á distancia 
de veintisiete kilómetros y medio , atravesando al paso 
los ríos Zdvalos , Canitas , Quesera , Mena , Mico, Zapo- 
tillo , Quijada, Quijadita, Santa Bdrbara y Sardina. 
En la margen derecha de este último se está formando 
una hermosa plantación de cacao. „ 

Siguen después los ríos Barreal , Canas , Perrito y 
por último el de Las Haciendas , que es navegable para 
las embarcaciones pequeñas. Todo el terreno regado por 
estos ríos es plano , propio para el cultivo de cereales y 
pastos, y tiene además clima fresco. „ 

Á la derecha del río Las Haciendas se encuentra la 
población del mismo nombre , como con quinientos habi- 
tantes. Estos son cultos y emprendedores. Hay aquí dos 
establecimientos de comercio que proveen de lo indispen- 
sable á todo el vecindario. En las ' inmediaciones existen 
las mejores plantaciones de cacao de aquella región. „ 

"De Las Haciendas me trasladé á San Carlos, por 
impedirme el mal tiempo seguir explorando la costa del 
lago; pero según el mapa general que se ha levantado de 
aquellos lugares , hay entre los dos puntos citados una 
distancia de sesenta y cuatro kilómetros (64), siendo los 



29 

ríos más importantes de ese trayecto El Picote , Papa- 
luscos, Guacalíto, Zapote, Caño Negro y Río Frío. 
Como tres kilómetros antes de la desembocadura del río 
Zapote en el lago , se encuentra un punto llamado La 
Cucaracha , donde hay algunos palenques de indios gua- 
tusos bastante civilizados, que cultivan plátanos y pastos. 
Entre ellos encontré un indio joven que trabajaba ^n 
carpintería, y vi algunos muebles hechos por él.„ 

"Entre San Carlos y el Castillo Viejo hay cincuenta 
kilómetros, y en esa distancia se trazó la respectiva 
paralela al río San Juan, fijando mojones en los ríos i^r/o. 
Medio Queso , Pocosol y Pocosolito, Todos estos ríos son 
navegables para botes y aún para vaporcitos de poco 
calado. Todo el terreno regado por los mismos es cena- 
goso á la orilla del San Juan ; pero desde la línea diviso- 
ria entre ambas Repúblicas hacia el Sur (en Costa Rica), 
el suelo es plano y enjuto y adaptable á cualesquier 
cultivo. Además las maderas son abundantes y de prime- 
ra calidad para construcción y ebanistería. 

"En el Castillo Viejo, tomando como centro aquella 
fortificación y como punto de partida la superficie exte- 
rior de la misma , medí un radio de tres millas náuticas 
(5.565 metros) con rumbo Norte-Sur magnético. En la 
extremidad de este radio principié el trazado de la curva, 
la cual tiene una amplitud de cincuenta y dos grados 
sexagesimales, y fué localizada en cuerdas de cien 
metros, siempre que la topografía del terreno lo permitía, 
poniéndose mojones en cada lugar donde variaba el 
ángulo de deflexión. Esta curva termina en la margen 
derecha del río San Juan , frente al tablazo llamado Caíto 
de Bartola y como á trescientos cincuenta metros al 
Oeste del último.,, 

"Todo el terreno por donde fué localizada dicha curva 
es muy accidentado. Está regado por muchas quebradas 



30 

de aguas sulfurosas , y se hallan en abundancia varias 
especies de cuarzo que indican la proximidad de yaci- 
mientos metalíferos. „ 

'*Desde el punto en que termina la curva en el San 
Juan , este río sigue sirviendo de límite natural entre 
ambas Repúblicíis. La distancia que hay desde el Castillo 
I ^icjo hasta la Punta de Castilla , en la desembocadura 
de dicho río , es de ciento treinta kilómetros. El terreno 
comprendido en esa región es plano y seco en su mayor 
parte, aunque hay pequeñas porciones cenagosas. Los 
ríos más importantes *siOn: El Raudal , Chorrera, Crus 
del Sur , Ceroma, San Carlos y Sarapiquí^^ 

''Entre estos últimos hay haciendas de cacao , pláta- 
nos y pastos, las cuales son considerables. Siguen 
después otras más pequeñas á lo largo del curso del San 
Juan.„ 

'^El terreno de la costa del delta, entre la boca del 
Colorado y San Juan del Norte , es cenagoso , aunque está 
poblado de árboles frutales propios de la región costeña. 
A dos mil quinientos metros al Noroeste de Greytown 
(San Juan del Norte) , se determinó la Punta de Castilla 
por medio de una esmerada operación , pues aunque hoy 
no existe , sirvió de base un mapa antiguo para fijar su 
anterior posición , como término del límite entre los dos 
países. „ 

Hasta aquí la relación del Licenciado Rodríguez , im- 
portantísima por tratar de una región poco conocida 
hasta hov. 

Al Océano Atlántico van los ríos San Juan, Tortu- 
guero, Reventazón, Pacuar, Matina , . Moín , Limón, Ba- 
nana del Norte, HoneóMuy, Tiliri (Tarire) ó Sixola, 
Tilorio ó Changuinola ó de la Estrella, Róvalo, Guarumo- 



31 

Chiriquí, Cricamolaó Guaymí y Calobebora-Chiriquí; los 
cuatro últimos desaguan en la bahía del Almirante y en 
la laguna de Chiriquí. 

El primero, ó sea el San Juan, es uno de los más 
grandes de Centro América. Antiguamente Uamábasele 
el Desaguadero , porque sirve de desagüe al lago de 
Nicaragua, ü trechos tiene hasta mil metros de latitud , y 
es caudalosísimo. Por desgracia no tiene un lecho regu- 
lar para que la navegación no tropezara con los obstácu- 
los que le oponen las cascadas y los rápidos. 

El Canal de Nicaragua se hará por este río, y ya ha 
comenzado las obras una Compañía Norteamericana. 

Antes de su desembocadura, el San Juan se divide en 
dos brazos; el de la derecha se denomina río Colorado y 
pertenece á la República de Costa Rica ; y el de la izquier- 
da conserva el mismo nombre , yendo á terminar en la 
bahía, casi cegada, de San Juan del Norte ó Greytown. 

A la hoya del Pacífico pertenecen los siguientes ríos: 

El Nosara, el Ora y el Arfo , en la parte occidental de 
la península de Nicoya. 

El Tempisque, que corre de Norte á Sur en la provin- 
cia de Guanacaste y es su arteria principal. Tiene por 
tributarios principales el Tempísqnito , Los Ahogados, 
Colorado, Charco^ Bejuco y Bolsón, Pequeños vapores 
remontan el Tempisque hasta el Bolsón , penetran luego 
en éste y llegan al puerto fluvial del mismo nombre , así 
como á los de Tendal y Ballena. 

El mismo Tempisque forma un magnífico estuario con 
el río Las Piedras , formado por el de este último nom- 
bre y el Tenorio, Las Piedras es también navegable hasta 
el Bebedero , á donde llegan los vapores de Puntarenas 
que hacen el servicio del correo. 

En ese estuario se encuentran dos islotes llamados 
Verde y del Toro, 



38 

Como el Tempisque y Las Piedras , desembocan asi- 
mismo en el Golfo de Nicoya los ríos Avangares , Ba- 
rranca y Jesús María, 

Directamente al Pacífico van á verter sus aguas los 
ríos siguientes : 

El Grande de Tárcoles , llamado en su principio Ma- 
cho y después Virilla, y por último Rio Grande. Nace en 
la cordillera que encierra por el Norte el valle de San 
José , y se dirige después de Este á Oeste en una exten- 
sión total como de 100 kilómetros. 

Su cuenca comprende toda la altiplanicie central, 
situada entre la cordillera que recorre el centro del país, 
al Norte, y las montañas de Dota, Candelaria y Purisca!, 
al Sur. 

Este río recibe por la derecha las aguas de los riachue- 
los Pirro, Segundo, Alajuela ó La Maravilla, el Río 
Grande , Machuca y Quarros ; y por la izquierda el Tiribí 
ó Anonos , al cual se une el María Aguilar ; Uruca , Que- 
brada Honda , Jaris , Picagres y el hermoso Turrubares 
ó Turrubales. 

El Río Grande antedicho, confluente más bien que 
afluente del que precede , tiene su origen en las montañas 
del cantón de San Ramón, así como el Barranca y el 
Jesús María, y describe primero una inmensa curva de 
Oeste á Este para dirigirse después al Sur , reuniéndose 
con el Virilla en un punto situado á 16 kilómetros, poco 
más ó menos, al S S O. de la ciudad de Alajuela. 

Cuando haya de construirse el Ferrocarril al Pacífico, 
acaso se seguirá en toda su extensión la vega del Río 
Grande de Tárcoles para poner en comunicación el inte- 
rior con el puerto de Puntarenas. 

Los demás tributarios del Pacífico son el Río Grande 
de Pirrís , el Paquita , el Naranjo , el Savegre , el Barrí, 
el Grande de Ti^rraba y el Espino. 



En el golfo Dulce vierten sus aguas el Cuatro Esquí- 
lyts, el Dulce, el Pavón, el Coto y el Goljito. 

Costil Rica no posee lagos sino varias lagunas de poca 
consideración. Al Noreste se encuentra la laguna de 
Manatí, en las inmediaciones de los rios Sarapiquí y San 
Juan. 

Las lagunas de Colorado y de Agua Dulce, forma- 
das por el rio Colorado. 

La de Saiuay ó Samay - Lagoou , también al NE. y 
formada por el mismo río. 

La laguna de Srt/i-SflH, atSE., en la costa atlántica. 

En los volcanes de Pods y de Barba las que llevan 
los mismos nombres , situdas en cráteres extintos de ellos. 

Al Oeste, la de Tenorio, que es un lago ó laguna In- 
forme. 

Inmediata á la península de Golfo Dulce , la llamada 
laguna de La Sierpe, que es la mis considerable quizit 
de todas. 

También deben mencionarse las albuferas que se for- 
man en la costa del Atlántico , en casi todas las desembo- 
caduras de los ríos , las cuales albuferas serán canaliza- 
das para facilitar la navegación costanera en aquellos 
lugares. 



CAPÍTULO IV 

ASPECTO FÍSICO , CLIMA Y PRODUCCIONES 

A la simple vista del mapa de Costa Riera se observa 
que la parte central y la del Sudeste del país son suma- 
mente quebradas y montañosas, en tanto que el resto 
comprende extensas planicies que se dilatan indefinida- 
mente, apenas accidentadas á pequeños trechos por 
corrugaciones más ó menos elevadas , pero que en reali- 
dad no alteran la fisonomía general de aquéllas. 

La región montañosa presenta singulares contrastes 
que llaman poderosamente la atención del que se paga 
de las bellezas naturales. Las cordilleras altísimas, coro- 
nadas á veces con el cráter de un volcán , encierran en 
sus pliegues valles risueños y encantadores , regados por 
riachuelos de aguas puras, trasparentes, que parecen 
cintas de plata en un manto verde ó gris. 

En ocasiones corren paralelas dos montañas empina- 
das, salvajes, de flancos casi perpendiculares , mas no 
por eso desaparecerá el atractivo ; entre ellas se desliza 
la corriente de un río caudaloso que forma en su curso 
bellísimas islas , cual esmeraldas- engarzadas en un bro- 
che argentino. 

Ora es la meseta circundada por las crestas de las 
sierras y regada por numerosas corrientes de agua ; 



36 

ora es la sucesión de montañas que no forman siquiera 
una cañada para reposo del viajero. 

Si del interior se pasa á la región de las costas ó al 
Norte y Sur del país, el aspecto físico cambia de repente. 
Encuéntrase entonces la llanura , pero no la llanura - pam- 
pa, ó estepa, ó landa, ó páramo, sino la planicie selvática 
donde luce la vegetación sus galas tropicales , ya en árbo- 
les de copa casi invisible por la altura , ya en palmeras 
de clases varias que bordan la playa en que muere man- 
samente el mar . 

Y allí , en esas selvas silenciosas , oscuras , profundas ; 
en esas llanuras sin un pliegue del suelo , siquiera insig- 
nificante, uno, dos, muchos ríos que parecen de ag^as 
dormidas , y cuya anchura y profundidad excitan la admi- 
ración y el entusiasmo de quien llega á sus riberas <5 las 
surca en frágil embarcación. 

No creemos que haya país alguno que supere á Costa 
Rica en bellezas naturales. Que todos tienen las suyas es 
indisputable; pero el conjunto armónico de las del nues- 
tro le dan á éste el aspecto de un verdadero edén. 

* * 

Costa Rica comprende una gran variedad de c//wfas, 
según las causas que modifican la temperatura. La región 
montañosa indicada , tiene en general clima templado y 
agradable y á veces frío. En las llanuras varía también 
el clima, según que estén próximas las montañas ó el 
mar. Las costas son cálidas , principalmente en el Pa- 
cífico. 

La temperatura normal no pasa de 32° C. ni desciende 
de 15^ El término medio es de 21 á 22° 

Hay, como en todos los países intertropicales, dos 
estaciones: la seca, llamada verano , que comienza en 



37 



Diciembre y termina en Mayo ; y la lluviosa , ó invierno , 
que dura el resto del año. 

Hablando propiamente , Costa Rica goza de una pri- 
mavera perpetua. En todo el afio se producen flores y 
frutos y no se experimentan los rigores del calor ó del 
frío. 



* 

* 4c 



"Costa Rica ha sido objeto de exploraciones botánicas 
mucho más extensas que Nicaragua , principalmente por 
parte de (Ersted, cuyas extensas colecciones, sin embargo, 
sólo han sido publicadas y distribuidas en parte. 

"Sin embargo, podemos enumerar arriba de 1.200 espe- 
cies de plantas vasculares . " 

"(Ersted subió herborizando á casi todos los volcanes 
desde el Chiriquí hasta El Viejo ; y en su obra por termi- 
nar, "L^Amerique Céntrale" describe los de Costa Rica; 
de ella tomamos los siguientes informes: " 

"El volcán de Los Votos (Poás), está situado al Norte 
de la ciudad de Alajuela , y se eleva á una altura de 8.000 
pies , de un modo tan gradual que se puede hacer el 
ascenso á caballo. La base está cultivada de pastos y 
maizales ; y los bosques no empiezan hasta una altu- 
ra de 5.000 á 6.000 pies. Se componen de Cedrcla , Mir- 
táceas LaurinecB, Melastomacea^^ etc., y por debajo crecen 
varias especies de Chamaedorea , Ardisia , las Rubiáceas 
Psychotria hebeclada y Hamelia platens , y la com- 
puesta Verbesina microcé pítala. A los 7.000 pies predo- 
minan los robles, y fué encontrada una especie de 
Podocarpus de hojas angostas. La cima del volcán forma 
una faja ondulatoria de dos á tres millas de anchura , al 
Este de la cual se levanta á unos pocos centenares de 
pies un pequeño pico en forma de cúpula. Los robles allí 



38 

están muy achaparrados y mezclados con unos pocos 
arbustos tales como el Vaccinünn consanguinemn y el 
Comarostaphylis rubescens. El cráter está situado al 
lado Norte, como á 1.000 pies más abajo de la cima; 3^ 
en su centro hay un pequeño lago, cuya agua con- 
tiene ácido sulfúrico y emite burbujas de aire y chorri- 
tos de vapor. Entre his cenizas volcánicas esparcidas 
se encuentran pequeños pedazos de azufre nativo, 
que antes deben haber sido mucho más abundantes, puesto 
que el cráter ha sido frecuentemente explorado por per- 
sonas en busca de ésta sustancia. Parece que el volcán 
no está completamente extinguido, pues en 1834 tuvo 
lugar una erupción considerable , acompañada de ruidos 
subterráneos, que arrojó cenizas á una distancia de 30 
millas. rErsted visitó sus faldas del lado Sur , en mayo 
de 1847, y el Doctor von Frantzius también exploró su 
cráter en 1860. (Peterm. Mitth. 1861.)" 

" El volcán de Barba está separado del de Los Votos 
por el valle del Desengaño ; mirando hacia el Norte , pue- 
den percibirse desde San José sus tres picos , siendo el 
del centro el más alto. Heredia, una de las poblaciones 
más grandes de Costa Rica , está situada al pie de la mon- 
taña , á una altura de unos 4.000 pies sobre el nivel del 
mar, y el terreno por detrás se levanta tan súbitamente, 
que el pequeño pueblo de indios de Barba ( 1 ) que dista 
solamente dos millas, tiene un clima mucho más vigorí- 
zador. Aun antes de la venida de los españoles ya el 
terreno había sido desmontado v cultivado hasta una 
altura de 6.000 á 7.000 pies. A esta altura el terreno está 
cubierto de magníficos bosques que consisten principal- 
mente de Cedrela odorata , Eugenia leptdota , laureles y 
robles; hay, además, gran número de arbustos y plantas 

(1) Barba no es pueblo de indios. Lo fué en los primeros tiempos de la co!o- 
ni/noiúa de Gusta Uica, pero hoy no existen (N. del A.) 



39 

menores , muchas de las cuales son nuevas para la cien- 
ciencia, tales como Mapouria parvtjlora^ Palicourea 
mexicana, P, costaricensis , Higginsia psychotriafo- 
Hay Monta guaoí hibiscifolia y Ar dista nigropnnctatay 
Glockeria sissili folia , Syphocampylus gutierresii , Ber- 
beris paniculata^ Oreinotimis costaricanus y gran núme- 
ro de Epifitas , Heléchos , Peperomias y Bromeliaceas , 
prueba de la mayor humedad del clima en ese lugar. Más 
arriba de 7.000 pies predominan los robles fQuercus cos- 
taricensis y Q. granulata) , aunque en la cima , como á 
10.000 pies están enteramente achaparrados y mezclados 
con Ecicaceas, como la Ganltheria cerstediana. La Gun- 
ñera insignis , una de las plantas más notables que des- 
cubrió CErsted, crece á esta altura. El género está prin- 
cipalmente confinado á las islas del Pacífico y á Sur 
América , y ésta es la única especie que lo representa en 
el Norte. También encontró aquí (Ersted un Calceolaria y 
género propio principalmente del Perú y Chile. — El 
' cráter está situado al Sudeste de la cima , entre dos y 
trescientos pies más abajo. Sus lados están cubiertos de 
espesos arbustos dePsidium costaricenscy Ugni cerstediiy 
Myrsine tapanca , una especie de Vaccininm , Gunnera 
insignis y varios otros. En el fondo hay un lago como 
de 200 pies de diámetro , cuya agua huele y sabe á azufre , 
y tiene una temperatura de 52.° 25 Fahr. CErsted visitó 
este volcán en mayo 1847 , y después fué explorado por 
el Dr. Hoffman . " 

"El volcán de Reventado tiene una altura de 9.300 
pies y está situado al Este de la zona que separa las dos 
vertientes, oriental y occidental. CErsted fué el primero 
que lo exploró y determinó su cráter volcánico. Está se- 
parado del volcán de Irazú por un valle muy fértil llamado 
"Potrero de los Ángeles." El terreno está cubierto de 
maizales y potreros, que el río Reventado abastece de 



aguas, el cual tiene su origen en el lago del cráter.— 
Después de cruzar este río el camino, que tiene un ascenso 
bastante, atraviesa por las bajas regiones de robles y 
por la [vegetación más exuberante y variada, ala cual 
dan una apariencia muy atractiva los ricos colores de 
Siphocampyliis , Ar dista , Proclesia y Mahonia. Aquí se 
encontraron restos de un camino empedrado de la época 
en que los indios eran dueños del país. Sigue después una 
pequeña planicie , donde la principal vegetación consiste 
en una especie de Paspaltim , dos Ciperaceoe (Oucostylis 
nigricans y Chortocyperus viviparus ) , Lupinus clarkei, 
Castilleja irasttensis , y una especie de Alchemüla. En 
la orilla occidental de la planicie se levanta el volcán : 
una montaña muy pendiente, simétrica, desnuda y en 
forma de cúpula. La falda meridional del volcán empieza 
en el nivel del fondo del cráter extinguido , pues las pare- 
des de éste han desaparecido enteramente por este lado , 
mientras que por el Norte, Este y Oeste, se levantan 
abruptamente unos 500 ó 600 pies. No se ve ninguna traza 
de vegetación en su parte superior.— La parte superior 
del cráter se ha desprendido en algunas partes , dejando 
muchas irregularidades. En el fondo hay un pequeño lago 
como de 100 pies de diámetro , cuyas orillas están sem- 
bradas de filas compactas de robles cubiertos de Brome- 
liaceas, Columneas y Usneas. Entre otras Epífitas que 
crecen aquí se encuentra la pequeña y bonita Odontoglos- 
sum CBrstedii. " 

CErsted describe este cráter como uno de los lugares 
más bonitos y románticos de Centro América . El aire es 
fresco y puro (el termómetro á las 3 a. m . , marca 53^ 6 
Fahr.), y la flora, la más interesante de los contomos del 
volcán . Muestra una mezcla notable de vegetación tropi- 
cal y plantas de tipos más setentrionales , tales como el 
Hieradum irasuense , Alchemtlla, Viola, Geranium, 



41 

Vaccinium y otras , trayendo á la mente del viajero euro- 
peo recuerdos de su lejana madre patria . Entre las plan- 
tas más conspicuas , en los alrededores del lago , puede 
mencionarse el Senecio cerstedtauus que fácilmente se 
distingue por sus hojas amplias y lustrosas , con la parte 
superior de un hermoso color verdeoscuro , y la inferior 
tomentosa y blanca como la nieve . El río Reventado , que 
tiene su origen en el lago , corre por toda la falda meri- 
dional y cae al Reventazón , después de haber provisto á 
Cartago de agua deliciosa y pura como el cristal . " 

" El volcán de Cartago ó Irazú es el pico más alto de 
esta parte de Centro América y se ve tanto del Pacífico 
como del Atlántico , produciendo un efecto mucho más 
imponente visto de larga distancia que de la pequeña 
altiplanicie de Cartago , al mismo pie del volcán ; de aquí 
su ascenso es tan gradual, que la altura parece menos de 
lo que es en realidad , y casi parece posible subir á caballo 
hasta la misma cumbre. Toda la falda meridional está 
cultivada ó arreglada en potreros . Aquí está situado Cot , 
la población más alta de Costa Rica.— Los bananos, las 
naranjas y el café desaparecen en esta zona , para dar 
lugar al durazno, el membrillo y otras frutas europeas, 
y el maíz (que alcanza su límite más alto en esta región 
entre 7.000 y 7.500 pies) está repuesto con el trigo, las 
alverjas y las papas. " 

"Los bosques han desaparecido casi enteramente en 
líis faldas meridionales para dar lugar al cultivo , y sola- 
mente existen aquéllos en los valles , en pequeños trayec- 
tos.— .E'w^é^w/a to/¿:arfrí'wr/í>«^ E. Cartagensis , algunas 
compuestas arbóreas y varias especies de Rnbus , inclu- 
yendo R. trasnensis , son las plantas principales. Se 
entra enseguida en la región de los robles ; ésta comienza 
como ^ntre los 7.000 y 8.000 pies y llega hasta los 10.000 
pies y contiene cuatro especies conspicuas que son pecu- 



48 

liares á Costa Rica , y que fueron descubiertas y llevadas 
á Europa por CErsted,á saber: Qtiercus costar iceftsis , 
Q. Trifolia , Q, granulata y otra. La vegetación que 
crece bajo el bosque es tan notable por su variedad, 
riqueza y hermosura , como la de igual naturaleza en el 
volcán de Barba . (Ersted tuvo grandes facilidades para 
familiarizarse con la flora de este distrito , y solamente 
un pequeño número de las plantas que llevó consigo á 
Europa eran ya conocidas. Algunas pertenecientes á 

i 

géneros tropicales, tales como Artanthe, Peperoma , 
Miconia y Clidemia , crecen hasta los 9,000 píes . Entre 
otras plantas que componen el monte bajo pueden ser men- 
cionadas Proclesia veragnensis , Siphocampylus gutie- 
rrezii^Centropogan costaricanus, Uguiívrstedii^ Hedyos- 
munt cayososerratum , Orehtothms stellato-tomentosus , 
Ar dista trasuevsis , A.la^vls, Eupatonum íxtocladon, 
Oreopanax arstedianum ^ y en el límite superior de los 
robles Comarostylis rubescens y Buddleia alpina . A los 
10.000 pies los robles se vuelven más y más achaparrados 
y están enteramente cubiertos de Usuea; cesa entonces 
de improviso toda vegetación arbórea, tomando su lugar 
las plantas alpinas . " 

" El notable y repentino contraste entre estos dos nive- 
les procede de un cambio abrupto en la naturaleza del 
terreno, pues al traquito, cubierto de mucho vegetal, 
sucL^den las cenizas y arenas volcánicas . En la parte más 
baja de esta región el suelo está cubierto de una espesa 
alfombra de Alchemilla y Lupinus, entre los cuales se 
ven esparcidos ya secos los palillos blancos de varios 
Comarostylis rtibesceus . El terreno conforme va subien- 
do se presenta más y más desnudo ; y cuando se llega á 
la cresta aplastada que forma la cima del volcán á unos 
11.000 pies, no se ve otra cosa quL* his escasas cepas de 
la planta de hojas lanudas, Gnaphalium lavaíiduíeceum , 



43 * 

lichens , Castilleja ir asnensis ,Sphacele alpina, Vaccinium 
densiflorum , Pcruettya coriácea, y otras especies que 
forman arbustos espesos de seis á siete pies de alto , cu- 
biertos con frutas y flores y vestidos de Usnea y de un 
Viscum amarillo y sin hojas. Se encuentra aquí una espe- 
cie de Hipericum , con flores de amarillo brillante , pare- 
cido al H. brathys y cubierto frecuentemente de hongos 
negros ( scorias robinsoni . ) '' 

" El 20 de enero á las 9a. m . el termómetro marcaba 
en la sombra 41*^ y todas lasnoches se formaba una capita 
de hielo que desaparecía en el curso del día . Desde la 
cima se obtiene la vista más espléndida posible : se ve al 
Oeste el Océano Pacífico y el puerto de Puntarenas ; al 
Norte el volcán casi perpendicularmente por algunos mi- 
llares de pies, y se presenta una región vasta, deshabi- 
tada, cubierta de selvas vírgenes y que aún no ha sido 
explorada , la cual se extiende desde la cadena de volca- 
nes hasta el río San Juan de Nicaragua . Por el Este se 
observa más allá del cráter el volcán de Turrialba , que 
constantemente arroja humo y vapor. En la extremidad 
oriental de la pequefia altiplanicie que forma la cima del 
Irazú, como á 200 ó 300 pies más abajo se levantan dos 
cráteres que aunque son de distintas épocas, pudieran 
tomarse por gemelos , en razón de estar muy unidos . El 
del lado del Sur es mucho más viejo y está cubierto de 
bosques en parte . El otro que queda al Norte es un cono 
de cenizas completamente desnudo ; y en su base hay tres 
profundas cavidades , una de las cuales arroja constante- 
mente vapores sulfurosos. Este es indudablemente el 
nuevo cráter que según dicen los naturales se formó 
en 1723.,, 

"* El volcán de Turrialba es casi inaccesible , y nunca 
había subido hasta él ningún viajero . Queda hacia el Nor- 
te del Irazú , desde donde se puede ver elevándose en 



forma de cono irregular hasta casi la misma ialtura . La 
falda del Noreste es muy pendiente y muestra varias 
hendiduras de donde continuamente se levantan humo y 
vapor. „ (1) 

La Biología Centrali Americana , obra valiosa para 
nosotros los costarricenses, y para el mundo científico en 
general, comprende la clasificación de 1,218 especies de 
plantas de nuestro suelo , número que se ha elevado mu- 
cho más después de la publicación de aquélla, enrique- 
ciéndose nuestra flora con nuevas especies que se han 
descubierto. 

Aquí consignaremos apenas los nombres de las más 
comunes, por convenir así al carácter y fines de este libro , 
y que son las mismas que se presentaron en la Exposición 
Nacional de 1886 . 

PLANTAS MEDICINALES 

Acedera (Rumex vesicartus) , Achicoria ( Cichorinm 
intybus), Agrá, (Vilts Silvestris), Aguacate (Persea 
gratissima), A]o ( Allitim sativumj^ Albahaca (Ocynnm 
basüicum) , Amapola (Papaver rhceas) , Anisillo [Piptr 
rotumdifolmm), Añono (Afwna squammosá)^ Apazote 
(Chenopodinm ambrostoides) ^ Artemisa (Artemisia vul- 
garis)y Balsamito (Policoiirea crosea)^ Bálsamo de Tolú 
(Myrospermum Toliiiferum), Bálsamo del Perú (Miros- 
permum peritiferum) , Barbasco [Sapindtis sapouaria) , 
Borraja (Borrago officinalis)^ Canchalagua (Erythrcea 
chilensis) , Canela (Lauros nioutaria)^ Caña agria (Arnu- 
do fragnites) y Caña fístula (Yuga sajuda), Cíi^iiiRne^i». 
(Leranthus americamis) ^ Caros (Inga insignts)^ Cardo- 

( 1 > La anterior, referente A la flora riel pafs, lo hemon copiado de lo8 knalei 
d^l Museo Nacional de (*osla Rica, cuyo Director lo tomó á su vez de la obra 
mulada biología CENTRALI -AMERICANA . (N . del A.) 



45 

santo amarillo (Argemone mexicana) ^ Cardosanto blanco 
(Cuiciis benedictis) , Cola de Alacrán (Eliotropium indi- 
aiffiJyContVRyerb'dCDorstema contrayerbaj , Copal (Liqui- 
dambar styraciffna)^ Copalchí (Crotón eleuteria)^ Copey 
{Clusia rosea), Culantrillo (Adiantnm capul ns) y Dora- 
dilla (Ceterach officinarnm) , Eneldo (Anethtnn graveo- 
lens)y Escoba blanca (Scoparia dulcís )i Escorsonera 
(Scorsonea hispánica) , Gmaco (Mikania glonocada) , Gua- 
pinol (Cynometra mar liana) , GM'eiVMvao (Acropia leviana)^ 
Güízaro (Campomanesia aromática) , Higuerilla (Resinus 
comiinis)j Hinojo {Fa^nicnlum vnlgare) yHo}3.sén (Cassia), 
Hombre- grande (Quasia amara), Ipacecuana (Ceplicc- 
lis ipecactianhá) . Lengua de ciervo (Scolopendinm offi- 
cinarnm)yl.engu¿\ de v'dC'd(ElephantopHS scaber). Llantén 
(Plantago major) , Malva (Malva silvestris) , Manzanilla 
(A nthemis nobilis) , Maraftón ( A nácar dium occiden- 
talis), Mata sano (Casimoroa ednlis) y Mechoeiciin (Con- 
volviis mechoacán), Mejorana (Origanum majorana) , 
Mozote de caballo (Malachra capital a) , Naranja agria 
(Citriis vulgaris), Orégano (Origanum vulgare) , Oro- 
suz (Glysirrisa glabra) , Platanillo (Peristeria ellata), 
Polypodium (P, Friedrichthalianunkre), Quina (Cincho- 
nia condaminia) , Raíz de China (Smilax china) , Reina 
de noche (Cestrum nocturnum) , Romero (Rosmarinus 
officinalis) , Ruda (Ruta graveolens) , Ruibarbo (Rhenm 
undulatum) , Salvia (Salvia officinalis) , Sagú (Sagüs 
rumphiijy Saúco (Sambuscus nigra) , Sensitiva (Mimosa 
púdica) , Suelda-con-suelda (Comnelina vulgaris) , Ta- 
marindo (Tamarindus indica) , Tapate (Datura strafno- 
nium) y Tempate (Gatropha curcos) , Uña de gato (Mar- 
tyniafragans)yViúer'vdm\ (Valeriana officinalis) y Vai- 
nilla, (Vainilla aromática) y Verbena (Verbena officinalis) y 
Yerbabuena (Mentha sativa) , Yerba-culebra (Pilea cilia- 
ris)y Yerba-mora (Solamum ingrum)y Yerba té (Stenco- 



46 

dia)^ Yerba-tora (Arobanche primosa) ^ Zacate de limón 
(Andropogum cüratum) , Zacate de olor (Vetivería odo- 
ratísima) j Zarza (Stmlax parrilla)^ Zorrillo (Achtrathes). 

PLANTAS TEXTILES 

Algodón (Gossypimn herhaceum), Balsa (Boutbax), 
Ceiba (Bombax ceiba), Coco (Cocos uucifera)^ Junco 
(Jnftcus cyperus)y Linaza (Linum usitaiissimum), Ma- 
gnay (Agave mexicana), Pita (Agave americana) ^^i- 
ñuela (Bromelia piñuela) , Pina (Bromelia ananas) , Plá- 
tano (Musa textiles) , Pochote (Cedrela pa chira), Soncoyo 
(Anona muricata), Mozote de caballo (Malachra capi- 
tal a), 

PLANTAS TINTÓREAS 

Achiote (Bixa orellana) , Añil (Indi góf era tintórea) , 
Brasil (Ccrsalpinia costaricensis) , Carmín (Phitolacea oc- 
tandra) j Elequeme (Erytlirifia coral ladendran), Encino 
blanco y colorado (Qnercns tinctoria) , Mangle (Rhiso- 
phora mangle) , Moral (Monis tinctoria) , Nacascolo (Ccc- 
salpinia coriaria) , Nancite (Malpighia piinicifolia) , San- 
guinaria (Tradescantia discolor) , Sangre de drago (Ptc- 
rocarpus draco) , Yuquilla (Mar anta indica) . 

MADERAS DE CONSTRUCCIÓN Y EBANISTERÍA 

Caoba (S'vcietenia mahogani L .) , Cedro (Cedrela odo- 
rata), Cocohohi (Amyris balsamifera) (?) Ronrón, Cris- 
tóbal, Guayacán (Lignmn vitoc) , San Juanillo, Haya, 
Madera negra (Gliricidia maculata-Kitnt) , Corteza ama- 
rilla, Melón (Crcscentia), Granadillo, Guachipelín, Siete 
Cueros, Guácharo, Guaitil, Carboncillo, Tempisque, 



Quiebra-hacha, Tolú (Myrospermum ioltiifertim)^ Chirra- 
ca, Almendro, Quizarnl común, Moral, Ira rosa, Yas, 
Escobillo , Lentisco , Uruca colorada , Níspero (Hymenea 
Courbaril L .) , Lagartillo , Comenegro , Guayabillo , Ano- 
nillo, Quina (Ctnchoua condaminia)^ Roble negro. Ira 
negro. Danto, Corteza (Tecoma sideroxihiwi) jSirríyPRpR, 
Papaturro, Lagarto, Berbá, Matamba, Jaúl, Copalillo, 
Cura, Brasil (Coesalptnia echinata), Palo de mora. Sándalo 
(Santahim rubrunt)^ Canelo, Corazón de león , Corteza 
blanca, Cuerillo, Naranjillo, Tiquisirrí, Nacascolo (Coc- 
salpinia coriaria) , Poroporo , Yuguaitil , Copito , Añono 
amarillo , Jorco , Peine de mico , Llorón , Chaparro , Na- 
ranjo de monte. Madroño (Mtissaeuda), Zahino, Castor- 
cillo , Arco , Laurel , Ira amarillo , Coquito , Huitimonte , 
Aguacate (Persea gratissinia) , Quizarrá copalchí , Qui- 

zarrá quina , Pochote , Ceiba (Botnbax ceiba) , Guanacaste 
{Enterolobiiim ciclocarpnm) , Encina (Queráis cosstari- 
censts)^ Marañón (Anacordium occidental is) ^ Tamarindo 
(Tamariudus índica) . 

PRODUCTOS AGRÍCOLAS 

Café (Coffea arábiga) ^ Cacao (Theobroma cacao) y 
Bananas (Musa paradisiaca) ^ Papas (Solanum tubero- 
sum) , Maíz (Zea ntays) , Fríjoles (Phaseolus) , Arvejas 
(Viscea sativa), Anís (Pimpinela anisum)^ Arroz (Ory- 
sa sativa), Cebada (Ordeum vulgar i) , Culantro (Corian- 
drum sativnm) y Eneldo (Anethum graveolens),L.mRza 
(Linum usitatissimum) , Zarzaparrilla (Sntilax zarza- 
parrilla), Trigo (Triticum hybernum) , Caña de azúcar 
(Saccharum officinarum) , Ñame (Dioscorea olata) , Co- 
cos (Cocos nucifera), Pina (Bromelia anana) ,\'túm\[x\ 
(Epidetidrunt vainilla), C'dmoie (Convolvulns batatas) , 
Yuca (Jatropha manhiot) , Duraznos (Persea vulgaris), 



48 



Granadas (Púnica granatum) , Membrillos (Cydortea 
vtílgaris), Cacahuates (Manillas) , Sandías (Cucúrbita 
citrullus) . 



Aparte de las flores y frutas propias de la zona tór- 
rida y que se encuentran en Costa Rica , se han aclimata- 
do también muchísimas de las zonas templadas . Pocos 
productos habrá en los demás países , que no sean culti- 
vables en el nuestro , si se atiende á que éste posee todos 
los climas y á que el suelo es en todas partes de una fera- 
cidad extraordinaria que compite con los más privile- 
ÍJ^iados. 

Debemos citar también las orquídeas^ que son abun- 
dantísimas en todo el país , y muchas de ellas de belleza 
extraordinaria. 



"^La AviFAUNA ha sido el estudio que en este país ha 
ocupado con preferencia la atención de los naturalistas . 
En abril de 1863 Gco. N. La wrence publicó en Nueva - 
York im catálogo délas aves de Costa Rica , en el cual 
aparecen 511 especies; el referido naturalista cita como 
fuentes que le sirvieran para llevar á cabo su trabajo las 
colecciones de pájaros existentes en esa fecha en el Ins- 
tituto Smithsoniano , y las descripciones de varias espe- 
cies adicionales, hechas en diferentes periódicos científi- 
cos . El Doctor A . V . Frantzius en 1869 dio á la luz pública 
su interesante estudio sobre esta materia , Sus constantes 
investigaciones practicadas durante los años que perma- 
neció entre nosotros, son una prueba evidente de su 
laboriosidad . En Junio de 1882 don José C . Zeledón se 
ocupó también en el asunto para satisfacer los deseos del 
licenciado don León Fernandez, quien recopiló en el se- 



49 

g^undo tomo de sus " Documentos „ los tres trabajos á que 
hemos hecho referencia . En el año de 1885 dio nuevamen- 
te á luz en Washington el mismo señor Zeledón un 
catálogo en que figuran 692 especies . Y la obra de don 
J . B . Calvo contiene también treinta páginas , en que 
nuestro ornitólogo mencionado nos proporciona curiosos 
datos sobre las aves costarricenses . „ 

"Últimamente se han hecho numerosas adiciones á 
nuestra lista de pájaros ; muchas de esas novedades han 
sido dadas á conocer por el Museo Nacional , el cual ha 
suministrado al Instituto Smithsoniano el material de es- 
tudio que ha servido de base para las descripciones de 
varias especies nuevas . „ 

"En los estudios científicos que publica este Museo (el 
Nacional), se registra un catálogo que contiene todas las 
adiciones que se han hecho , y al mismo tiempo algunas 
modificaciones de nomenclatura ; este trabajo lo debemos 
A don José C. Zeledón, quien á su vez ha recibido la coo- 
peración del reconocido ornitólogo Profesor Ridgway.„(l). 

En la tabla que publicamos á continuación, se mani- 
fiestan las familias y el número de géneros y especies de 
las aves costarricenses , formada en 1887 por don José 
C . Zeledón para los Anales del Museo Nacional . 

Aunque allí aparecen 708 especies , debemos advertir 
que ese número se ha ensanchado después con otras nue- 
vas que ya han sido clasificadas convenientemente . 



í^l) AnaltfS del Mu^eu Sacioinil, lííS7, por tlon Aiiustasin Allano, Se rciario- 
Admiuistrador. 



TABLA 



QUE MANIFIESTA LAS FAMILIAS Y EL NÚMERO DE GÉNEROS 
V ESPECIES DE AVES COSTARRICENSES 

p ... I tíí- 't'pe- 

f »""''" ;nms tiet 



Tunlidsn 

Mlmldee. . 

Clni-Hdw 

Sylvlld». 

Tniglodltltlfe, . .. 
MiikitUtldn' .. .. 
HlnindliniüR'. . .- 

■\' eonldte 

PtiloRonatldiE.. .. 

Carebldie 

TBnatrriila; 

FrliiKlUdir 

Ictcrldie 

Corildie 

Den d ruculiipt idn . . 
Oxjrliumphldw. . 
Formlcarildn .. .. 

Tyiannldie 

(.'otlDKidte 

Miimotldffi 

Ali'Cdliiidw 

OHlbuUd» 

Buccunldie 

TroKonldte 

('Hprlmulfíldtt.. .. 

C.vpselldie 

Troclilllda; 

(ui-iilldie 

Ranilihastidft .. .. 

Capitón Id iP 

Plcidff 

Pslttacldie 

A^ucíiiilda- 

StriKlds 



FalconWíe ' 29 

CatliBrtldie I 8 

Cnlumbldce , 

(Taeldfe ' 

Perdlclde ! 

Tlnamfdte 

C'lmraflrlWw I 

Ha^iiiatoDoUldie .. ..j 

Birt?|iBllidHe 

Scoloparldíe I 

tieciirvlrostrldte. . ..i 

Ciconlidte I 

Ibídldle 

Plataleldse 



JacnDldie 

HelloniitlildiF 

AnatldBí 

Pelleanldte 

.Sulldte 

FregítidO", 

PbalBcnicjnicIdn'. . 

rlotldK 

Pliaethoiitia».. . . 
LarfdiB. 

■IL-llopgiQtR , ., 

J'rocell árida; 

rudlcipldK. . .. .. . 



51 

Si bien querríamos consignar una á una todas las espe- 
cies de aves , nos conformaremos con citar aquí las más 
conspicuas por su canto , su plumaje ó por otras causas 
que llaman la atención. 

De la familia TurdiDíE se encuentra el Jilguero [me- 
lanops ) , de pluma cenicienta ó color de pizarra , y el de 
canto más agradable. Tiene el pico y las patas rojos. 

El Yigüirro [Turdus gray¿)y es de plumaje oscuro y 
modesto y de canto agradable. 

^\ Picudo (Cocreba cyanea y cccreba lucida., de plumaje 
bellísimo el macho, llamado Rey de Picudo. 

El Rualdo {Chloropohonia callophrys), la Caciquil a 
(Euphonia elegantísima), la Monjila fina (Euphonia aflfi- 
nis), la J/o/í/V/a güere (E. lusleicapilla) , el Agüío ha- 
rrauquilla fE, gracilisj y el Agüio fE. hip'undiuaceajyla 
Monjila canaria (E. minuta), pertenecientes todos ala 
familia TanagriDíE, son valiosos por su canto, excepto el 
primero, que lo es por su preciosísimo plumaje verde, 
celeste y amarillo en el macho. 

La Viuda (Tanagra cana) y y el Cardenal (Pyranga 
leucoplera y Pyranga rubra) se distinguen por su color 
verde-azulado la primera, y rojo el segundo. No cantan. 

El Sel Ulero, (Sporophida morlleli) y el Mosolillo 
(Aslragalinus mexicana)y ambos de la familia Fringi- 
LLiDiE, aunque de plumaje modesto y pequeño cuerpe- 
cito, son cantores agradables. 

La Oropéndula (Ocyalus 'waglieri y Ostinops monle- 
sumce) "es de color castaño oscuro, ahumado en el pecho, 
nuca y cabeza en la segunda especie , y sobre las alas 
solamente en la primera; y la cola por debajo, en ambas, 
es de un amarillo limón muy delicado. „ 

El Chillóle ó Trupial (Iclerus pecloralis espinachi é 
Iclerus giraudijy pertenece , como el precedente , á la fa- 
milia IcTERiD^ , y tiene un canto agradable , así como el 



53 

plumaje en que prevalece el color amarillo. 

El Qtietsal (Pharomacrtis costaricensis) , de la familia 
TrogoniDíE, es el ave más famosa por su precioso plumaje 
y principalmente el de la cola , en la que sobresalen dos 
plumas largas que dan mayor mérito á la especie. La ci- 
tada familia se compone de nueve especies. 

A la familia Caprimulgid^ pertenece el Cuyeo (Nyc- 
tidromus albtcollts)^ nombre que el vulg^o le ha dado á 
causa de su propio irrito. 

El Zopilotillo (Crotophaga snlcirostris)^ de color en- 
teramente negro , y el Pájaro bobo ó ardilla (Piaya nteh- 
leri), son especies de la familia Cuculid^. 

El Curré (Ramphastus carinatHs), el Quioro (R. to- 
car d)^ y el Curré verde (Atdacorhamphus caertdeigti- 
laris)^ de cuerpo grande, pico prolongado y ancho y 
vistoso plumaje, pertenecen á la familia RamphastiDíE 
6 de los Tucanes. 

El Carpintero, (Campephiliis guatemalensis y Centu- 
rus hoffmamii}^ llamado así porque "mediante su recto, 
agudo y fuerte pico hace huecos circulares y profundos 
en los árboles para anidar y criar sus polluelos.„ Lanza 
un grito agudo y estridente , y á veces parece una ma- 
traca. La pluma varía según las especies. El más grande 
es de color negro brillante por encima , y tiene en la ca- 
beza una enorme caperuza ó copete rojo vivo. Es también 
ave trepadora. 

La familia Psittacid.e comprende 15 especies de aves 
trepadoras , habitantes de clima caliente ; entre ellas se 
notan principalmente las lapas roja y verde, del género 
Ara militariSy y las del género Chrysotis. "Tres especies 
se estiman de preferencia : la Chrysotis diademata, que 
tiene la frente de un hermoso color tinto, la C. guatevialor 
un poco mayor que la precedente y con la parte posterior 
de la cabeza cenicienta , y la C. auripalliata con la cabeza 



53 

de color amarillo por encima. Es esta última la que mues- 
tra mayor facilidad para hablar y la que más se aprecia. 
Todas estas especies se designan con el nombre deLoras,„ 

**También se domestican dos pequeñas especies, el 
Conurtís petsii y el Brotogerys tovi\ conocidas con el 
nombre de Periquito.^ 

"Strigid^.— Viven en Costa Rica quince especies de 
rapaces nocturnos, esparcidos en todas direcciones. Se 
designan con el nombre de Estucurú y Lechuza,^ 

El ave de mayor tamaño del país es el Águila (Tra- 
saetus harpyia), que sólo se halla en las montañas próxi- 
mas á la costa. Es una especie de la familia Falconid^e, 
así como el Gavilán, el Camaleón (Falco Sparvejrius), el 
Huaco (Herpetotheres cachinnans)^ y el Córga-hueso 
(Polyberus cheriway), todos rapaces. 

'^El Rey de Zopilote (Gyparchus papa)^^s el mayor de 
los buitres que se encuentran en el país. Es una ave rara 
en las altiplanicies, pues gusta de vivir en los bos- 
ques cálidos de ambos lados del territorio. Se hace cons- 
picua por su bonito plumaje , y sobre todo por los ricos 
colores de la parte desnuda de su cabeza y de sus visto- 
sas carúnculas. „ 

Tanto el anterior como el Zopilote (Catarista atrata) 
y el Zonchiche (Cathartes auraj son especies de la fami- 
lia Cathartid^. 

Las palomas son abundantes en todo el país , y se las 
ve en ciertas épocas reunidas en grandísimo número. Ge- 
neralmente se las llama en el país con el nombre de pa- 
lomas moradas. Dos especies, la Engyptila verreauxi y 
la Columhi gallina paserina ó Tortolita, son las más co- 
nocidas en el interior de Costa Rica. 

A la familia Cracid.e pertenecen el Pavón (Crax glo- 
bicera), la Pava (Penelope cristal a) y la Pava negra 
(Chamaepetes unicolor}. 



La Codorniz, (Ortyx leylandi)^ y la Chirrascuá (Den- 
drortyx lencophrys)^ son especies de la familia Perdi- 

C\T>M (1) 

AVES ACUÁTICAS. 

"Son muy abundantes en Costa Rica las aves acuáti- 
cas , tanto palmípedas como Zancudas , aunque la mayor 
parte de las que se presentan en el país son cosmopolitas, 
seg^ún lo hace notar el Doctor Frantzius en su catálogo 
publicado por el Sr. D. León Fernández. 

"El catálogo del señor Zeledón presenta siete órdenes 
que comprenden setenta y tres géneros , distribuidos en 
veinticinco familias, divididas en noventa y dos especies. 

"Entre los Grallatorcs se encuentra un considerable 
número de garzas que con frecuencia se ven cerca de San 
José , en las ciénagas de San Antonio , en el Salitral y 
Tiribí, en Ochomogo, (Cartago) y en otros lugares. „ 

"En los mismos puntos, y en toda la altiplanicie se 
presenta frecuentemente oXMartífi peña (Árdea virescens, 
Línu); y en Río Macho cerca de Orosi en Cartago, y en 
el Río San Carlos se obtiene la Tigrisoma cabanisi\ que 
es de las garzas más grandes y hermosas de los lugares 
circundados de bosques. 

"La Nycticorax amerícanus , (Bp.) es una garza noc- 
turna de Sur América, que suele encontrarse en el país. 

"La Gallina.de ciénaga, como vulgarmente se nombra 
á la Aramides cayennensis , se encuentra en los lugares 
abiertos cerca de las aguas estancadas y en las sabanas 
anegadas por las lluvias; es muy probable que habite en 
Guanacaste , así como también la bonita gallina acuática 



(1) Hasta aquí hemos seguido al Sr. D. José C. Zeledón, humilde é inteli- 
gente hiju de Costa Rica, que por su propia modestia no ha sido elevado á la al- 
tura que merece (N. del A.) 



55 

Eurypyga niajor , la cual se ha obtenido en la pendiente 
Sur del Monte Aguacate. 

"Con el nombre de Zarcetas se designan en Costa Rica 
á la mayor parte de las Becadas que se presentan en la 
altiplanicie de San José , al tiempo de cesar las lluvias. En 
la provincia de Guanacaste se encuentran en grandes 
bandadas junto con otras muchas aves acuáticas.— En la 
denominación de Zarcetas se comprenden las especies 
Numenius hudsonícus y Totamis melaneolucus; y con el 
nombre de Pijije se distingue á la Totanus flavipes, que 
también llega á las altiplanicies. El mismo nombre de 
Pijije se da al Charadrius vocifertis (Wils), que es un pá- 
jaro muy abundante y se caza con bastante frecuencia en 
San José.,, 



"De los Natatores comprende la familia de Anatídeas 
diez especies ; entre ellas se cuentan algunos hermosos 
patos , con especialidad en Guanacaste , donde abundan. 

"Se da el nombre de Palillo al Colymhus dominicus 
(Linn.), pequeño y bonito patito consumidor, de la fami- 
lia de los Podicípedos. 

"El Piche (Dendrocigna antumnalis) , se presenta so- 
lamente en las honduras de clima ardiente , y es por esto 
que aunque se domestica y vive contento en las altiplani- 
cies, no dura largo tiempo, pues parece que no soporta 
el clima fresco. 

"Finalmente, de la familia de los Pelícanos, las dos es-^ 
pecies conocidas generalmente son el Pelecanus erythor- 
hynchus y el P./uscus, ambas designadas sin distinción 
con el nombre de Alcatraz (1). 

(1) Justo es tributar un recuerdo al Sr. D. Julián Carmiol por los servicio 
que prestó á la ciencia y á Costa Rica en especial, mediante sus excursiones en 
busca de los animales y de las plantas que han sido materia de estudio, para 
conocer los productos naturales del país. 



56 



REPTILES Y BATRACIANOS 

"^En este ramo de la Zoología el país no es menos rico 
que en los demás , pues no obstante que hasta hoy no se 
han emprendido exploraciones formales y sistemadas, ya 
el Profesor E. D. Cope enumeró en 1875 en el Journal of 
the Academy of Natural Sciences, de Filadelfia, 130 es- 
pecies divididas así : 

Batr achia (Sapos y ranas) 36 

Lacertilia (Iguanas y Lagartijas). . 28 

0/>A/V//Vi( Culebras) ; 60 

Testuf/iftata (Tortugas). . .... 6 

130 

"El Dr. Wm. M. Gabb, (1) de cuyas exploraciones 
hechas en Talamanca A expensas del Gobierno de Costa 
Rica , tomó el Profesor Cope mucha parte de su informe^ 
descubrió que la mayor parte de las rocas del país son de 
la edad Miocena; que la elevación de las cordilleras tuvo 
lugar después de la cesación de aquel período de tiempo 
geológico ; y que los volcanes que limitan al Este la me- 
seta , son de edad posterior. 

"El material en que el expresado Profesor Cope ha 
basado sus investigaciones ha consistido principalmente 
en dos colecciones: una formada por el Dr. Van Patten^ 
en las inmediaciones de la ciudad de San José, y la otra, 
míls extensa, hecha por el citado Dr. Gabb en la región 
meridional que queda al Este de la elevada cordillera que 
atraviesa el país.,, 



{\\ El natural if'tA ro<i'^rricense D. José C. Zeleüón acompañó en todos sus 
traliaju^ al Dr. Oabb, prestando muy importantes servicios en tuda aquella penosa 
exploración.) 



57 

"En la región de la costa hasta Sipurio , á una altura 
de 200 pies y á 15 millas hacia el interior, se comprende 
una ancha extensión pantanosa. Desde este punto la su- 
perficie asciende rápidamente, de tal suerte que en Urén, 
á 25 millas, la elevación es de 2.509 pies sobre el nivel del 
mar. La vegetación en toda esa parte es excesivamente 
densa. En la altura de 5.000 á 7.000 pies se encuentra la 
región más precipitada; las lluvias caen allí, según el 
Dr. Gabb, en más de 200 días del año , y diariamente se 
presentan densas nieblas. Los pantanos abundan y la su- 
perficie se presenta en mucha parte cubierta de una grue- 
sa capa de musgo. No se encuentra el pino como en Mé- 
xico , sino que los extremos superiores de los picos están 
cubiertos de una vegetación, aunque escasa, que consiste 
en una especie de Artemisia muy parecida á la que se 
encuentra en los Montes Rocallosos de los EE. UU. , en 
una especie de Junco (Bamboa), heléchos achaparrados 
y grupos esparcidos de otras yerbas. 

"La colección del Dr. Gabb fué hecha en Limón y Oíd 
Harbour, en la costa, y desde allí hasta el Pico Blanco, 
pudiendo determinarse su distribución hipsométrica del 
modo siguiente:— de la costa á diez millas hacia adentro 
se encontraron las especies Batracianas, Deudrobates 
typographus, D. tinctorius auratus, D, talamatica y 
Bufo anrittts, una especie de costa: de Sipurio á poca 
distancia se encuentran todas las especies de culebras y 
lagartijas anotadas al principio , y las Batracianas Hyla 
Gabbii, H, Uranochroa y H. elccochroa y Bttfo hceniati- 
ticus; Mocoa assata y Opheo batrachns vermicularis 
vienen desde entre Sipurio y Oíd Harbour; y desde Urén, 
Cronopsis fastidiosas y Trypherosis chrysoprasinus ; y 
de los montes más altos de Pico Blanco, con especiahdad 
en la zona lluviosa entre los 5 y 7.000 pies, se encontraron 
16 especies de Batracianos, 13 de Ofidianos y ninguna de 



58 

los Otros órdenes. En la cima del Pico Blanco encontró el 
Dr. Gabb el Gerrhonotus fulvus de Bocourt , la única la- 
gartija obtenida sobre la base de las montañas y el ex- 
tremo meridional de la distribución del género Gerrho- 
notus, tan lejos de la costa como hasta entonces no se 
había encontrado todavía. Se menciona con especialidad 
que entre los 2.500 y los 7.000 pies habitan cuatro géneros 
de ranas con los órganos auditivos imperfectos , de los 
cuales sólo uno (Atelopus) se encontró en la parte baja. 
Las otras tres, ya 'conocidas en Sur América, son tam- 
bién de las regiones montañosas. 

A esta colección fué agregada una especie de lagar- 
tija (Chalcidolepis metallicus) obtenida al Oeste de las 
mesetas del Monte del Aguacate. 

""La colección del Dr. Gabb contenía 89 especies, á 
saber : 

Testudinata (Tortugas) 5 

Lacertilia (Iguanas y Lagartijas) . . 19 

Ophidia (Culebras) 35 

Batrachia (Sapos y Ranas) .... 30 



89 

''De esas especies, 37 no habían sido conocidas hasta 
entonces por la ciencia : así como tampoco 26 de las 46 
que comprende el informe del Dr. Van Patten, publicado 
en las "Proceedings of the Philadelphia Academy for 
1871 ,„ p. 204,— se encuentran entre las referidas 89. 

''El Sr. C. N. Riotte ha enviado á la "Smithsonian Ins- 
titution^ un número de especies principalmente batracia- 
nas que son de considerable interés ; y otras colecciones 
remitidas á Europa han sido materia de estudio para los 
profesores M. Bocourt de París , Peters de Berlín , Gün- 
ther de Londres y Keferstein de Góttinger. Llega á 132 el 
número de especies que ahora se conocen. „ 



59 

Hasta aquí el extracto de la obra del Profesor Cope. 



"Por la parte del Guanacaste, al NO. del territorio, es 
notable la abundancia de grandes lagartos en todos los 
ríos de aquella sección. Estos animales causan daño en 
las haciendas de ganado; pero no se les persigue con la 
actividad que su número exige. „ 

PECES, MOLUSCOS, CRUSTÁCEOS, ETC. 

"Diferentes clases de peces, moluscos y crustáceos 
útiles á la alimentación se encuentran en ambas costas y 
la generalidad de los ríos, en el número que naturalmente 
corresponde á esta región. 

"Las ostras de las inmediaciones de Puntarenas son 
afamadas por su magnífica clase y por encontrarse en 
gran cantidad. 

"La Madreperla es abundante en el Pacífico , con espe- 
cialidad en los dos grandes golfos de Nicoya y Dulce. 

"Es también producto de este último lugar el Caracol 
para teñir morado (Marex), 

"En los ríos que van al Atlántico se cría el Bobo , es- 
pecialmente en Reventazón. Es este pescado como de 
unas 30 pulgadas de largo , y su carne que contiene en 
mucha cantidad es tan blanca y suave y de tan exquisito 
gusto , que con razón se considera como un plato de pri- 
mer orden. 

"La pesca del bobo se hace con red ó con arpón, pues 
no traga el anzuelo con ningún cebo que se le ponga (1). 

Para completar este estudio sobre la fauna de Costa 

(I) I.a parte entre comillas la hemu« copiado de la obra de D. J. H. Calvo, 
titulada «Apuntamientos geográñcos, estadísticos ú históricos.» 1886. ~(N. del A) 



Rica, reproducimos á continuación el del Dr. A. von 
Frantzius , publicado por el Licenciado D. León Fernán- 
dez en el tomo I de la "Coleción de documentos para la 
Historia de Costa Rica.„ 

LOS MAMÍFEROS DE COSTA RICA 

CONTRIBUCIÓN AL CONOCIMIENTO DE LA EXTENSIÓN GEOGRÁ- 
FICA DE LOS MAMÍFEROS DE AMÉRICA POR EL 

DR. A. V. FRANTZIUS 

TRADUCCIÓN Dlíl. ALKMÁN POR EL DR. D. ROBKRTO CORTÉS 



Cuando en el año de 1853 me preparaba para mi viaje 
á Centro -América, no encontré obra alguna adecuada, 
si se exceptúa la de Schomburgk (Reise in Guiana), que 
me pudiera instruir acerca de los mamíferos del Istmo 
americano y de las regiones circunvecinas (1). Además, 
de la mayor parte de los Museos Zoológicos que tuve 
ocasión de visitar antes de mi partida , aunque tenían las 
especies brasileñas más conocidas, poseían pocas de ani- 
males centro -americanos, vacío que todavía hoy no se 
ha llenado en la mayor parte de las colecciones zoológi- 
cas de Alemania. 

Estaba, pues, casi enteramente desprovisto de cono- 
cimientos con relación á las especies de mamíferos cen- 
tro-americanos de Costa Rica; y no hallé otro libro para 
clasificar más que una traducción al alemán del Rigne 
Animal de Cuvier (2). 

O) I^a célebre obra de Biirnieister (Syxtema linche U^bernicht der Sütigethiere 
íirasiliens, u. s. w.) salió á luz por primera vez eii el año de 1854; y la muy im- 
portante de Giebel {Monugraphie iiber samintliche bekanníe sáugethiere) apareció 
«•n 1K)Í). 

ii) H. Cuvier: Das Thierreich geordnet nach sriner Orgatnaation, übentlzl 
ron F, Voigt, Leipzig, 1831. 



Pero las descripciones de las especies contenidas en 
esta obra , son , como es sabido , tan notoriamente imper- 
fectas , que no solamente quedé ignorando los nombres 
de la mayor parte de los mamíferos que hallé en Costa- 
Rica, sino que también me hizo incurrir en errores que 
hasta más tarde pude rectificar. 

No fué sino hasta que mis compañeros de viaje, el 
malogrado Dr. Hoffmann y el Sr. J. Carmiol , y yo mis- 
mo , enviamos algunas pieles y cráneos al Museo Zooló- 
gico de Berlín , que el Profesor Peters nos informó del 
verdadero nombre de algunos de aquéllos para cuya 
clasificación había sido suficiente el material que había- 
mos remitido ; sin embargo , más de la mitad quedó des- 
conocida. 

Gracias al valioso regalo de varios libros científicos 
con que, en 1861, me favoreció el Instituto Smithso- * 
niano de Washington , debido á la bondadosa interven- 
ción del Profesor Spencer F. Baird , entre los cuales 
estábala importante obra de este gran zoólogo (^i?^/>or/5 óf 
Explor. and Surv. for a railroad , &. Vol. VIII, Was- 
hington, 1857), pude clasificar algunas de las especies 
que aun me eran desconocidas. Después de mi regreso á 
Alemania , que tuvo lugar en el año pasado , encontré 
que , mientras tanto , el Prof . Peters había también reco- 
nocido y descrito varias otras especies nuevas pertene- 
cientes al material que le habíamos enviado ; pero del 
material quedó siempre un número considerable de espe- 
cies , las unas sin clasificar y las otras de dudosa identifi- 
cación . 

Desde los primeros años de mi residencia en Costa- 
Rica , me propuse formar una colección de todos los ma- 
míferos de aquel país que me eran conocidos , y publicar 
un opúsculo con las observaciones hechas por mí acerca 
de su modo de vida; desgraciadamente, mientras reali- 



zaba mi proyecto , tuve que luchar con dificultades mayo- 
res de lo que yo esperaba . Me faltaban principalmente 
las necesarias colecciones de los animales de especies 
semejantes que se hallan en los distritos comarcanos para 
hacer comparaciones ; y sobre todo , como he dicho ya, 
los recursos literarios indispensables para un trabajo de 
esta clase , si ha de tener algún mérito. 

Cierta cantidad de pieles y cráneos que recogí poco 
antes de mi regreso , así como los que encontré en casa 
de mi amigo el Dr. Jóos en Schaff housen , reunidos por 
él mismo algún tiempo antes , durante su mansión de dos 
años en Costa - Rica , me pusieron por último en estado 
de llevar á cabo mi tan deseado proyecto. 

En Basilea tuve la fortuna de que los Sres. Ruetime- 
yer y P. Merian me proporcionaran , de la manera más 
liberal , tanto el ilimitado uso de la Biblioteca , muy com- 
pleta en cuanto á la especialidad de este ramo, como 
también el del Museo Anatómico y Zoológico , por lo cual 
doy mis más sinceras gracias á aquellos dos Sres. Quedo 
particularmente muy reconocido del Sr. Ruetimeyer por 
los mu}^ instructivos y animadores informes que se sirvió 
darme durante mi corta permanencia en Basilea , que no 
solamente me ayudaron para el presente trabajo , sino 
que también me dieron muchas y nuevas luces sobre las 
cuestiones zoológicas de actualidad, inspirándome mayor 
deseo y valor para dedicarme de nuevo al estudio de esta 
mi ciencia favorita , de que me habían distraído mis ocu- 
paciones profesionales como médico. 

Estoy igualmente muy agradecido al P^-of. Troschel , 
editor de este periódico ( 1 ) por su amabilidad y buena 

voluntad en facilitarme , así la colección zoológica , como 
la rica Biblioteca del difunto Maximiliano , príncipe de 



(\) Archiv f. Saluvg, XXXV, Jahrg. B.l. I. 



• 63 

Wied , la cual es hoy un precioso y raro adorno de la Uni- 
versidad de Bonn. 

Lo mismo que se ha comprobado respecto de la orni- 
tología de Costa -Rica (1 ), también el número de mamífe- 
ros que allí viven es relativamente muy grande , pues con 
dificultad se hallará otro país que , en un espacio tan re- 
ducido, tenga igual número de especies diferentes. La 
explicación de esto no es sin embargo difícil. Sabemos 
que la distribución climatológica de aquel país es variada, 
debido á su situación geográfica y disposición orográfica 
(2); y como ha poco lo ha demostrado Griesebach (3), la 
flora de Centro - América y de las regiones vecinas es 
también de una variedad extraordinaria. Del mismo modo 
se explica la igual variedad que hay entre los diferentes 
herbívoros , que á su turno debe influir sobre los carní- 
voros , cuya existencia depende del aumento de aquéllos. 

El ingenioso mapa de Griesebach , según queda dicho , 
nos demuestra , de una manera muy clara , cómo en Cen- 
tro-América se encuentran reunidos muchos distritos 
vegetales con caracteres particulares de vegetación en 
oposición á los de igual carácter de flora de las vastas 
planicies del Viejo Mundo. 

Aunque no se pueda sentar como un hecho que entre 
los mamíferos de Costa -Rica existan de una manera tan 
sorprendente iguales y estrictas separaciones de zonas en 
donde vivan determinados animales , como ha sido posi- 
ble fijarlo respecto de las aves , se debe tener en cuenta 
que el número de las últimas es casi diez veces mayor que 



íl) S. Uber die geügraphische Verbreitung der Vógel Costariras, efe. v. Doc- 
tor A. V. Frantzius. S. Cabanis, Journ, f. Ornith. XII, n « 99, Mai 1869, S. 195. 

(í) Versuch einer whseoschaftlichen BegrUiidiing d«T kliinatischen Verhalt- 
niflse Ontral-Amerika» iii Kofier't Zeitschrift für Erdkunde, 1869, Bd. III, S. 289 

(3) Griesebach: Die Vegetationsgebiete der Erde, in Petermann*$ Geograph. 
MiUkeilungen, 1866, S 45, Tab. 3. 



el de los primeros. Con todo, hay allí algunos mamíferos 
que , como las aves , solamente habitan en la parte seten- 
trional ó solamente en la meridional, que exclusivamente 
habitan en uno ó en otro de los declives de la montaña, 
ó que únicamente se hallan en las cálidas planicies ó en 
las frías alturas. Cómo las especies que están situadas 
más cerca ó más lejos , pertenecen á la fauna de los mis- 
mos distritos que allí se encuentran reunidos , lo demos- 
traremos adelante , después que hayamos conocido con 
exactitud y separadamente las especies de que aquí se 
trata. Por ahora baste la ligera indicación que sigue 
acerca de la parte que se refiere á la fauna circunvecina. 
Entre los mamíferos de Costa -Rica, encontramos que 
predominan también, como entre las aves, aquellas espe- 
cies que habitan en la región tropical de Sud- América: 
á éstas siguen en cantidad no menor las que viven en 
Centro -América, inclusive México: en más reducido nú- 
mero se hallan las que están más esparcidas hacia el 
Norte ó el Sur ; y , por último , son muy pocas aquellas 
que habitan propiamente en Norte- América. 

Debido á la disposición orográfica de Costa-Rica, 
donde las bajas planicies apenas aquí y allí circundan en 
muy pequeña extensión la base de las montañas , y en 
donde unas y otras están cubiertas de elevadas y vírge- 
nes florestas , faltan la mayor parte de las especies sud- 
americanas que habitan en las conocidas llanuras de es- 
casa vegetación de aquel continente, llamadas Llanos, 
Pampas y Sahafias , y que generalmente pertenecen al 
orden de los roedores. 

De conformidad con el carácter de la vegetación del 
país, son la mayor parte de los mamíferos trepadores, 
habitantes de los bosques , muchos de los cuíUes , aunque 
pertenecen á órdenes completameme diferentes, están 
dotados de una cola prensil que les sirve para sostenerse 



65 

de las ramas de los copudos árboles de las extensas y vír- 
genes selvas. 

Gran parte de los mamíferos de Costa Rica parecen 
estar destinados á una vida nocturna , y en efecto se en- 
cuentra en ellos igual disposición en la fina construcción 
de su retina, á la que Max Schultze observó ha poco en 
animales europeos también de vida nocturna ( 1 ). 

Cuando tuve ocasión por primera vez de examinar en 
Costa Rica el choloepus , allá nada raro, me llamó la aten- 
ción que su pupila se ensanchaba de tal modo por la no- 
che, que apenas podía verse el iris, y que la luz de una 
vela no le causaba contracción alguna ; por el contrario , 
durante el día , el iris se mantenía constantemente tan 
contraído , que hacía desaparecer casi del todo la pupila. 
Esta observación está enteramente de acuerdo con la 
hecha por Renggcr en el uyctipithecns {2). Es curioso 
también observar el efecto que la luz produce en el ojo 
de los didelfos. Estos animales, que manifiestan gran tor- 
peza en sus demás sentidos, tienen hosca la mirada y no 
expresan , como otros , sus sentimientos por medio de los 
ojos. Es, pues, muy probable que la retina de estos ani- 
males sea también de una estructura semejante. 

(í) In dessen Archiv fiir mihroshopiiche Anatomie^ BJ. lí, V^^, 208 u. 25(>, 
sur Anatomie uud Physiologie der Ketiua. Schuitz» eticuiiiro (|iie la retina del 
murciélago, del erizo, del cuy (cuito), del ratón y del topo, estaba enteramente 
desprovista do conos (Coni)^ y hasta en algunas aves notó también la disminu- 
ción de los conos, el palidecimiento de sus célalas pigmentosas y el predominio de 
los bastón c i tos (BacUli)^ lo que evidentemente concuerda con la predilección de 
estos animales por la luz crepuscular y su horror á la luz dv.*! día. Ksto condujo á 
Schultze á la siguiente é importante deducción, á saber, (|nc los conos sirven 
parala percepción de los colores y deben ser mirados como los órganos de termi- 
nación de los nervios del sentido de los rulo res; mientras que á los bantjncitos 
hay que negarles toda participación en la percepción de los colores. Por consi- 
guiente, no existen colores para los animales nocturnos: tienen éstus solamente 
la facultad de distinguir la diferencia de claridad en los colores, y e^to bajo una 
pequeña intensidad de luz. Adviértase que Aristóteles (ílist. Aniín. IX, 23) había 
llamado ya la atención hacia este punto, haciendo notar que las aves nocturnas 
de rapiña no cazan durante toda la noche sino en el crepúsculo matutino y ves- 
pertino. 

(2) Sie.ie Bengger: Die Saugelhifre von Paraguay^ Basel, 1830, S. 62, 68. 



66 

Me creo tanto más obligado á llamar la atención hacia 
este punto , cuanto que el examen de la retina únicamente 
puede hacerse en animales recién muertos; y puesto que 
hoy casi todo naturalista posee su microscopio, y muchos 
de ellos tienen los conocimientos necesarios para exami- 
nar esa clase de tejidos delicados, sería de desear que 
alguno fijara su atención en un objeto tan interesante , 
pudiéndose ensanchar así nuestros conocimientos en la 
materia. 

Está todavía por resolverse la cuestión de si el color 
amarillo-gris de la piel de muchos animales nocturnos, 
en la mayor parte de los cuales, como los semi- monos 
(prosimii), su pelo tiene una suavidad especial, tales 
como el cercoleptes caudívolvulus, myrmecophaga di- 
dactyía , didelphus aurita y otros, depende de la falta de 
luz y de la gran humedad del aire, ó si más probable- 
mente es una herencia de sus antepasados. 

Debo hacer notar, por último, que en muchas de las 
especies que viven en Costa Rica, las partes oscuras de 
la piel son de mayor extensión y de un negro más vivo 
que las de igual especie que habitan en las comarcas ve- 
cinas menos montañosas. Adviértese esto particularmente 
en el my celes pailíatus , cebas hipoleuctis , galictis bar- 
bara , mephitís chüensts y otros. Una observación seme- 
jante hizo Radde en el Este de Siberia respecto de las 
ardillas de aquel lugar (1): parece además, según Tschu- 
di, que en el Perú los mamíferos que habitan en las altu- 
ras de las cordilleras tienen también la piel negruzca, tal 
como la variedad negra de la galictis barbara. 



(1) K-ÁÚác. Reinen iin Suden von OsísífriVíVn, BJ. I, Petei-sburff, 1862,131. 
«Sabi<iu es «lue en Europa, cüino eii o ruá lugares, hay moutauas en que las ardi- 
llas se vuelven grises, y en verano hasta negras: igual cosa sucede en el Este 
de Sil>er¡a.>-» 



67 

Orden Primates L . 
Familia Platyrrhini Geoffr. 
Género Mycetes Illig. 
Micetes palliatus Gray 

J. E. Oray: Proceed. of tfie ZooL toe. of hondón, 1818, p. 138. 
Olantled Howier ) Maininalía, pl. (5. 

Los ejemplares del mono bramador (coftgo) que envié 
al Museo Zoológico de Berlín fueron clasificados por el 
Prof. Peters como mycetes palliatus Gray. La compara- 
ción de todos los ejemplares que examiné en Costa -Rica 
con la descripción hecha por Gray, me probó que predo- 
minaba en ellos , como lo dije antes , el negro intenso ; 
mientras que Gray da como tipo de sus ejemplares de 
Caracas el color pardo oscuro (blackbrowu). Los congos 
de Costa Rica son negros como el carbón. Generalmente 
no se encuentra A^ariedad de color en los congos de este 
país: en todos los que tuve ocasión de ver, bien fuesen 
machos, hembras ó pequeñuelos , prevaleció siempre el 
negro puro , y solamente en el vientre y la espalda se 
notaban los pelos amarillentos mencionados por Gray; 
y muy rara A^ez vi alguno que en toda la cola ó en la mi- 
tad de ella nada más, ó en las extremidades, tuviesen 
algunas pulgadas de manchas largas del color rojo del 
óxido de hierro. 

Giebel {d/e Sciuget/uere, 1859, S. 1053) junta el myce- 
tes palliatus con el mycetes rujimamis Kuhl ; si tiene ó 
no razón , no me es dado resolverlo , porque la gran con- 
fusión que existe en la nomenclatura de las demás espe- 
cies pertenecientes á este género, sólo puede hacerla 
desaparecer quien tenga ocasión de comparar gran can- 
tidad de ejemplares reunidos con sus respectivos cráneos 
y esqueletos, de diferentes lugares y de varias edades. 

Como única representante de este género , se encuen- 
tra esta especie aun más hacia el Norte de lo que antes se 



68 

había creído, pues Sclater [Nat, Hist. Review , 1861, 
p. 509) nos ha demostrado que se halla también en Nica- 
ragua (bajo 12° de latitud Norte). El límite meridional 
hasta donde se extiende el M. rufimanns Kuhl lo fijan en 
7° hit. Sur; si esta especie es hi misma que la anterior, y 
si hay una transición gradual en las especies que se ha- 
llan en el Sur, está todavía por av^eriguar. 

El mycctes paHíatus lleva en Costa Rica el nombre 
de congo . Le gusta la espesa y sombría selva y se man- 
tiene siempre en la cima de los árboles : los indios lo co- 
men y su carne es de buen sabor. Yo mismo presencié en 
el valle de Tuis el modo singular que los indios tienen para 
cocinarlo. Una india, acurrucada en el suelo de la oscura 
choza , 3' alumbrada por las resplandecientes llamas de 
un vivo fuego , toma por los pies el cuerpo del mono , 3'a 
tieso por la rigidez cadavérica, y lo vuelve de todos lados 
sobre las llamas hasta que los pelos de la piel quedan com- 
pletamente chamuscados, á fin de evitarse el trabajo de 
desollarlo. A la Aista de este espectáculo , muy raro para 
los europeos, es tan grande la semejanza con un niño, 
que casi ninguno de los viajeros que han tenido ocasión 
de presenciarlo , la han dejado pasar desapercibida ; tanto 
Humboldt, como Schomburgk y el príncipe Neuwied ha- 
cen mención de " esta lamentable semejanza con un niño . „ 

Somos deudores al príncipe Max zu VVied de las ver- 
daderas y primeras observaciones acerca de la manera de 
vida de este mono que , al contrario de sus inquietos y 
alegres semejantes, es de un carácter serio y triste , por 
lo cual no se le tiene manso en jaulas para diversión, 
como á los otros. Más tarde, también Rengger y Schom- 
burgk nos han suministrado importantes datos , y recien- 
temente R. Hensel (s. der Zoologi'sche Garten , 1867, S. 
363), sobre la manera de vida de las especies brasileñas 
M , ursinns y seui'ciilits. 



69 

Ya Humboldt había hecho la observación de que los 
congos se alimentan principalmte con las hojas de los ár- 
boles y no de frutas, y que no son voraces como otras 
especies de monos . 

Poco antes de mi partida de Costa Rica, se atrevió un 
congo á salir de la montaña á.un prado (potrero), cosa 
que rara vez sucede . Asustado el ganado por tan rara 
aparición , lo cercó formándole un círculo á su alrededor , 
y le cortó la retirada. De esta manera no fué difícil to- 
marlo con un lazo , según es la costumbre del país . En- 
cerrado en una jaula , comenzó pronto á comer y presto 
se acostumbró á su prisión. Una semana después, apare- 
ció, en el mismo Jugar donde el macho había sido tomado, 
la hembra , que se dejó capturar sin dificultad : estaba 
flaca , triste y parecía haber sufrido . Cuando se la encerró 
en la jaula con el macho , mostró enojo y lo maltrataba , 
sin consentir que el macho durmiera junto á ella . Hasta 
después de cuatro ó cinco semanas principió el macho á 
acariciar la hembra y á darle de comer, y poco después 
la cubrió . 

De allí en adelante la pareja se mostraba contenta en 
la prisión ; cuando se aglomeraban nubarrones , y , ade- 
más, con regularidad á las cinco de la mañana antes de la 
salida del sol , bramaba el macho lo mismo que cuando 
libre en el campo . Bebían ambos mucha agua, particula- 
ridad que también menciona el príncipe zu Wied (1). Fi- 
nalmente se domesticaron de tal modo , que lamían las 
manos á sus dueños que los alimentaban , y sabían distin- 
guir muy bien á cada una de las personas de la casa . Por 
desgracia, murieron los dos después de algunos meses, á 
consecuencia de desórdenes digestivos y fuerte diarrea, 



(I) Max Prinz zu Wied, Beíirüge zvr Naturgesch. ron BfasiUeo, Weiniar. 
]8£6, Bd. II. S. 0^. 



70 



probablemente ocasionados por la inadecuada alimenta 
ción de frutas . 



Género Áteles Geoffr . 
a) Áteles Is. Geoffr. 
Áteles variegatus Wag: . 

A WatriuM*, Schr b. Snevgfth, I. 313. 

Mtívchn. AOUfíiKll V, l¿í). 

Max Schinidt , Xooloi/, Qarten , 1«(>9. Nr. 3, S. (Sí, 

Muchas pieles enviadas á Berlín fueron clasificadas 
por el Profesor Peters como pertenecientes al áteles va- 
riegatus Wag^n . 

Si deba considerarse esta especie nada más que como 
una variedad del .-í . heelzebuth Geoffr., como lo acepta 
Giebel , ó no , es cuestión que no me atrevo á resolver por 
no tener para ello á mi disposición la cantidad necesaria 
de ejemplares de diferentes especies para poder comparar 
separadamente . Fuera de los ejemplares en que sobresale 
el color rojizo de herrumbre y que corresponden exacta- 
mente á la descripción de Warner, hay otros manchados 
de pardo oscuro : corresponden éstos muy bien á la des- 
cripción que Geofroy hace del A . hybridns (Mag^ Zool. II . 
Tab . 1 ) ; Giebel , sin embarj^^o , tiene también éste como 
una variedad del A. beelsefmtlt Gcoífr , Entre cinco crá- 
neos que teng:o A la vista para su confrontación , unos del 
A . variegatus y otros de ejemplares del color pardo , no 
encuentro diferencia alguna . Como esta especie , conocida 
en Costa Rica con el nombre de mono colorado , es mu}' 
fácil de domesticar y tiene mucha aptitud para aprender^ 
se la encuentra en las casas , al principio sujeta con cade- 
nas y después en completa libertad . 

Esta especie se extiende hacia el Norte, probablemente 



hasta México ; y hacia el Sur hasta Colombia . Su existen- 
cia en Nicaragua la ha probado Sclater {Proc. Zool. Soc. 
London, 1862, p. 186). El Museo Zoológico de Basilea 
posee un ejemplar de Guatemala , perteneciente al Doctor 
BernouUi, que apenas en el color se diferencia del A. 
variegatus costarricense. 

Existen también, según Deppe , tanto en Chiapas como 
en México, en Valle -Real, cerca de Alvarado , y según 
A. Sallé se extienden hasta 23^ de latitud, en las cercanías 
de San Luis Potosí , dos especies de monos , de las cuales 
una probablemente pertenece al A. variegatus (S. Scla- 
ter, Nat. Hist, Rev, 1861 p. 507). 

Con frecuencia se ha observado que en los Museos Zoo- 
lógicos de Europa rara vez se presenta la ocasión de ver 
vivos los monos de las especies americanas : parece que 
esto depende sobre todo de estar acostumbrados á las fru- 
tas tropicales de América y de que difícilmente se pueden 
acomodar á otra clase de alimentación. Ha poco que el 
Dr. Max Schmidt (Ueber einige Atelesarten, iva Zool. 
Garlen^ 1869, Nr. 3, S. 63) ha descrito las dos especies 
que hay en Costa Rica , el ^ . variegatus y el eriodes 
frontatus Gray (del cual pronto nos ocuparemos): para 
esta descripción se sirvió de dos ejemplares vivos , aunque 
desgraciadamente no se indica el país de su procedencia . 
Ambos murieron poco después de su llegada á Europa . 



b) Eriodes, Geoff. {Brachyteles Spix). 
Eriodes frontatus Gray. 

Gray, Ah>k and. Mag. N. H. X, 1812, p. 2156 (1). 

ílray, Zooloo.ofthe Voyage ofH. M. S Sulphur, p. i>. 

Max Schnildt. Zoolog. Oarten, IHííJ, Nr. 3, S. ffí. 

Con razón se han colocado como pertenecientes al gé- 



(M Sin pulgar en las manon delanteras: rojizo oscuro, debajo nmarillento osmro: 
frente, codos, rodillas/ la parte superior de los brasos y de las cuati'o manot,iiegro4 



78 

ñero Criodes aquellas especies cuyos dientes incisivos su- 
periores son de i^ual tamaño , y que se distinguen por un 
angosto tabique nasal (septum narium). A éstas pertenece 
también el E. frontatns Gray. 

Este es uno de los monos que con más frecuencia se 
halla en Centro América , y su existencia no está allí en 
relación alguna con los grados de temperatura; encuén- 
trasele lo mismo en \í\^ selvas de la cálida costa , que en 
las de las alturas . Hoffmann lo vio en su ascensión al vol- 
cán de Barba, y yo en la del Irazú, á una altura de 6 á 
y.OOOpies. Es sin duda la misma especie que CEersted, halló 
allí mismo, á una altura de 9.000 pies (2). 

Es por esto que nada tiene de sorprendente que el 
E. frontatns sea entre los monos la especie que más se 
extiende hacia el Norte . 

Lo que antes mencioné acerca de la existencia de mo- 
nos en México , se refiere principalmente á esta especie . 
Hasta dónde se extiendan hacia el Sur , parece no estar 
determinado aún . Su presencia en Nicaragua , cerca de 
León , fué comprobada por el capitán Belcher y por Scla- 
ter {Proc. Zoolog. Soc. London, 1862, p. 186). En Costa 
Rica los encontré, tanto en la parte occidental por el lado 
de San Ramón y el Monte del Aguacate , como por la 
parte setentrional , en Pacuare y Chirripó. En las flores- 
tas vírgenes , hállaseles generalmente en grandes mana- 
das, y al aproximársela gente saltan con presteza de 
una á otra copa de los árboles. Esta especie es más hura- 
ña y tímida que la precedente , y mucho menos inteli- 
gente. Por esta razón no se amansa frecuentemente , pero 
en cambio se le da caza á menudo por su carne, que, sin 
embargo , cuando el mono es viejo , es un tanto dura y 
tendinosa. 



(2) (Erated, V Ainérique Céntrale^ Copenhague, 1863, p. 8. «J* ai trouvé des 
singefjusqu* á 9.000 piedt, etc.» 



73 

Los costarricenses no distinguen esta especie de la 
anterior , y por eso la llaman , como aquélla , íftica ó mouo 
colorado , aunque el eriodes frontatns es siempre algo 
más pequeño que el áteles varié gatas , y no aprende con 
tanta facilidad á andar derecho en dos pies como éste. 



Género Cebus Erxl. 
Gebus hypoleucus Geoffr. 

Geofroy, Anual, du Mus. XIX. p. 111. 
Oray, Zoolog. \oy.Sulphín\ p. 10. 

Esta especie que, á causa de lo blanco de la cara, lleva 
en Costa Rica el nombre de mono cara blanca^ no es en ver- 
dad rara allí; con todo, no se la encuentra, como las especies 
precedentes, en las altas montañas de temperatura fría. Se 
la ha hallado únicamente hacia el Sur de la línea de vol- 
canes que de Occidente á Oriente atraviesa el país; y esta 
cadena de montañas parece ser el límite setentrional has- 
ta donde se extiende esta especie , puesto que en Nicara- 
gua no ha sido encontrada (s. Sclater, iVa/. Híst.Rev. 
1861, p. 507). Yo la hallé en Costa Rica, al Nordeste, 
entre Pacuar y Chirripó , así como en Candelaria ; tam- 
bién existe en las inmediaciones de San José , en el bosque 
que llaman " la breña del padre Hidalgo . „ 

Esta especie no vive largo tiempo en prisión ; un ejem- 
plar que tuve la oportunidad de observar , comía , además 
de frutas y yerbas, también los ratones caseros que se le 
daban ; bien sabido es que cuando están en libertad , sacan 
de los nidos los pajarillos , antes que puedan volar , para 
comérselos . Sobre el modo de vida de los congéneres de 
las especies del cebiis , en que se comprende también el 
C . hypoleucus ^ me remito ala magistral descripción de 
Rengger . 



74 

Género , Chrvscthrix Kaup . 
Ghrysothrix sclurea Wagn. 

A. Waírner, S.'ireOer Saeugeth. I. 237. Abhdl. V, 458. 

El mono calaverita, llamado en Costa-Rica títí ó cuis- 
titiy se encuentra allí solamente en los cálidos bosques de 
la costa , hacia el Sudoeste , especialmente y con frecuen- 
cia en el valle de Térraba , y más lejos aún hacia el Norte , 
en las planicies de Pirrís. El promontorio de la Herradura, 
cuyas escarpadas rocas , que se levantan desde el mar , 
no les permite pasar por la parte baja, y cuya altura tam- 
poco pueden alcanzar por ser muy sensibles al frío, les 
ha puesto una barrera para su esparcimiento al Norte , 
pues ni en el cercano lugar de Nicoya , ni en Nicaragua , 
más hacia el Norte , se ha encontrado hasta ahora esta 
graciosa especie de monito . 

Hasta hoy , Chiriquí había sido tenido como el lugar 
más setentrional en que se encontraba esta especie (s. 
Sclater , Nat , Hist . Rev^ 1861 , S. 509); pero son el pro- 
montorio de la Herradura y la montaña de Dota sus ver- 
daderos límites . 

Los indios llevan algunas veces este bonito monillo 
desde las cálidas llanuras de Térraba hasta la capital San 
José, que está situada de 4 á 5.000 pies de elevación; pero 
no sufre la baja temperatura de la altiplanicie, y muere 
casi siempre pocos meses después. Todos les ejemplares 
que allí tuve ocasión de ver , eran notablemente más pe- 
queños que los que se hallan en las colecciones de Sud- 
América . 

El hapale cedipus, que dicen se encuentra en Chiriquí, 
cerca de Costa Rica , no se ha hallado todavía en este úl^ 
timo lugar. 



75 

Orden Chiroptera Blumenb 
1 . Tribu IsTioPHORA Spix . 
Familia PHYLLOsxoMATAWagn. Pet. 
Género Sternoderma Geoffr. 
Sub- género Artibeus Leach. 

Artibeus perspicillatus Geoffr . 

íJeoffr. AfWfrl. du Mus. XV, HG, Tab. 11- 
Wa^n. Schre^t. Suppl. I, 408,9. 
Peters, Monatsb. d h. Ahad. z. Berlín^ 1865, p. 587. 
PhyU. obscunim, Prinz z. Wiert, Beiti\ II, 2Ü«, 6. 

Esta es una de las especies más esparcidas : se la en- 
cuentra no solamente en la parte meridional del Brasil , 
sino también en las Antillas , y en Centro América hasta 
Guatemala y México. En Costa Rica se halla comun- 
mente en la altiplanicie de la capital San José. 



Género Sturnira Gray. 
Sturnira chiloensis Gervais . 

Vespertilio chilcpiisls, Waterhouse, Soy. heagle, Zoolog. 1, 5. Tab. '^. 
Vespertilio hilaril, Oeoffroy, Aun.Soc. Nat. IH:», p. 4l.l 
Burmelster, Uebtr die Saeuffethiere Brasiliens, S. 77. 

El esparcimiento de esta especie parece ser también 
muy extenso , puesto que , además de Chiloe y el Brasil , 
se la encuentra igualmente en Centro América hasta Gua- 
temala . 



Género Glosophag a Geoffr . 
Glosophaga soricina Pallas . 

Pallas, Splcil. Zoolog. III, 21. Tab. :J, 4. 

Glosophaga ainplexlcaudata, Geoffr. Mem du Mvseum^ IV, 418. 

Peters, Monatsber.d. h. Akad. zu Berlín, IHtS, p. 351 u. 587. 

Parece que este murciélago ha sido hallado únicamen- 
te al Norte del Ecuador. Encuéntrasele también en Suri- 



76 

nam y en las Islas Caribes; y en Centro América, además 
de Costa Rica , en Guatemala . Yo lo hallé frecuentemente 
en San José . 

No hay, pues, duda alguna que la glossophaga 
catidifera Geoffr., se encuentra igualmente en Costa 
Rica ; aunque hasta ahora no haya figurado esta especie 
entre los murciélagos allí coleccionados , se ha hallado , 
sin embargo, tanto en Sud- América como en Guatemala. 

Género Vampyrls Geoffr. 
. Vamp3rrus spectrum Geoffr. 

Vespertilio spectrum, Www. H,Xat 1, 40, 2. 

Phyllostoma si)eetrum, Geoffroy, Ami. du Mus XV, 171, Tab. 11. 

Waí^rner, Schi'eb.Suppl. I, lll. 17. 

Peters, Monahb. d.k. Akad z. Berliu, 18(1", p. Va)\. 

En Costa Rica se encuentra este murciélago nada más 
que en los lugares cálidos de la costa , donde no es raro. 
ElDr. Hoffmann envió de Lepanto (golfo de Nicoya) un 
ejemplar á Berlín . 

Esta especie vive solamente también en la parte seten- 
trional de Sud América , en Surinam y en todo Centro 
América, Guatemala inclusiv^e. 

Género Carollia Gray. 

Garollia brevicauda Pr. z. Wied. Peters. 

Peters, Monatsh. d. h. Akad. z. fíerfin, IHív, p. 510. 

Pliyllo.stoina brevicaudum, Pr. Max, Beit. z. Naturo- Bras. II, 

líl-i, 3, Abblldunfr. 
Burmeister, Uehers. der Saeugethiere Brasilfe}iS,í>. 41. 
ran)llia azteea, Saiissure, Rer. Mag. Zool. 1800. p. 18^, Tab. 2<\ I. 

La propagación de esta especie comprende desde la 
parte meridional del Brasil hasta México . 



77 

2. Tribu Gymnorhina Wagn. 
Familia Molossi Pct . 
Género Dysopes Illio: . 
Sub-género Nyctixomus Pet. 
Ny ctinoxnus brasiliensis Geoffr . 

Isld. neofroy, Aim. Soc. Xat. I, 1S2J, p. '.tn. 
Peters, Monatsb. d. k. A haú. 211, fíertin, 1855, p 57.Í. 
Dysopes nasutus, Wajjn. Schreb Saeinjeth 1, 474. 
Burmeister, Uehers. d. Saeugeth Jirosilifus, s. 73. 
Nyí'tlnoinus nasiitus. Tomos. 

H. Alien, Mouoi'goph ofthe hats of Xorth- America^ ItíGl, i). 1. 
Dysopes multíspliiosus, Hunneister, Helse duvch dif La Plata 
Staaten^U, 3«í). 

Pocos mamíferos de Costa Rica se encuentran tan es- 
parcidos por el resto de América como este murciélago. 
Hásele hallado en las Provincias Argentinas, Chile, el 
Brasil, Centro América, las Antillas y en el Sur de los 
Estados Unidos. En Costa Rica lo encontré en la altipla- 
nicie de San José . 

Familia Vespertilioxixa Wagn. 
Género Atalapha Rafinesque . 
Atalaphia Noveboracensis Erxleben. 

Vespertilio noveboraeensís, Erxleben, Sist. Mamm. p. l.Vi. 
Nictieejiis novehoraeensis. Tennninek, Mouogr. Mammal. II, ir.H 
H. Alien, Mon'^i/r. ofthe hats of \orth- America^ 18«i, p. 15. 

La patria de esta especie es la zona templada de los 
Estados Unidos^ en donde se la encuentra con bastante 
frecuencia. Yo la hallé muchas veces en la capital de Cos- 
ta Rica, San José. 

Género VEvSperugo Keyserl. u. Blas. 
Sub-género Vesperus Keyserl. u. Blas. 
Vesperus íuscus Palisot de Beauvois . 

Vespertilio fiisens, Palisot d. B. (at. Pealéis Mus. ITIMJ, p. II. 
Vesperus earolinensls, Lennite, Proct-ed. Acad. Xat.Scfensrs, Phila- 

rtelphia, 1855, p. 4tn. 
H. Alien, Monoga. of the hats of Xorth-Amevica, 186t, p. 28 u. \\\. 

Esta especie se encuentra esparcida en la parte meri- 



78 

dional de los Estados Unidos y en México : en Costa Rica 
no es escasa . 

Sobre el modo de vida de los murciélagos, raras opor- 
tunidades tuve en Costa Rica de hacer observaciones 
propias. Poco, pues, puedo agregar á los interesantes 
detalles que recientemente nos ha suministrado R . Hensel 
fZoolog. Garten, 1869, S. 135) acerca de los hábitos de 
los murciélagos del Brasil . Que los murciélagos se ali- 
menten de frutas, jamás lo he oído decir en Costa Rica; 
pero sí que son muy aficionados á la raspadura ( dulce ) 
que hallan en las chozas , por cuyo medio se acostumbra 
matarlos, envenenando la raspadura con estricnina . Esto 
solamente tiene lugar en los climas cálidos , cerca de las 
costas, pues únicamente allí sucede que, durante la no- 
che , los caballos y las muías sean mordidos por los mur- 
ciélagos . 

Con razón Hensel llama la atención acerca de que no es 
la pérdida de sangre causada por la mordedura del mur- 
ciélago , lo más perjudicial , sino la pequeña herida en- 
sangrentada, que al siguiente día atrae las moscas, de 
cu\'os huevos se forman larvas que pronto ocasionan una 
úlcera purulenta. 

Conociendo imperfectamente las especies de murcié- 
lagos que hay en Costa Rica , difícil ciertamente sería 
determinar cuáles son los vampiros. Es muy importante 
la afirmación de Hensel, cuando asegura que los murcié- 
higos muerden de preferencia los caballos, mulos y asnos, 
3' esto rara vez, pero no el ganado vacuno; porque de 
otro modo, los caballos y muías que pacen al aire libre en 
los campos, serían mordidos por los muchos murciélagos 
que generalmente hay en los mismos lugares. 



79 

Orden Insectívora Cuv. 
Familia Soricidea Gerv. 

Algunas veces , aunque pocas , observé en Costa Rica 
mi ratoncillo, del cual remití algunos ejemplares á Berlín, 
que desgraciadamente se extraviaron de camino, de modo 
que la especie no se puede clasificar por ahora . Este ratón 
se parecía en su exterior al sor ex f orst en' Richaráson, 
que es natural de Norte América ; noto , sin embargo , que 
Salvin reconoce como nueva una especie del sor ex en- 
contrada en Guatemala y que él llama sorex mícrurtis 
(Proc, Zoolog^ Soc. Loudon, 1861, p. 278); si la espe- 
cie que habita en Costa Rica sea la misma , es cuestión 
que está aún por resolverse . 

Orden Rodentia Vicq. d. Az. 
1. Sub-orden Sciurida Baird. 
Famila Sciurin a Baird . 
Género Sciurus Cuv . Illig . 

Parece que en Costa Rica hay nada más que dos espe- 
cies de ardillas , á saber , una que debe considerarse como 
variedad (especie bastarda) de la especie californiana Sr. 
í'o///Vr/ Richards., y otra que es una variedad de la ardilla 
brasileña 5a>/r//5 (cstuaus: de ambas existen de varios 
colores, que han sido descritas particularmente como 
especies nuevas: si en efecto hay razón para clasificarlas 
como tales , se sabrá cuando sean más exactamente exa- 
minadas . 



Sciurus rigidus Peters. 

Monat,fl)ei\ drr AKnd. der Wtssensch m Berlín, 1H02, p. 15.5*2. 

El Prof. Peters, que considera esta especie como nue- 
va, la ha descrito bajo el nombre de Se. rigidus por 



80 

ali^unas pieles que de Costa Rica fueron enviadas al Mu- 
seo Zoológico. Tiene bastante semejanza con elSV. varius 
Wagn . de México ( 1 ) ; pero se diferencia:!.** en que es 
más pequeño : 2 .° en que los pelos son más tiesos ; y 3 . ° en 
que los pelos de la espalda, en lugar de negros, son de 
colcr de herrumbre, de color de ocre , ó guarnecidos de 
anillos blanquecinos . La parte inferior es de un hermoso 
color de ocre. Según nuevos informes del Prof. Peters, la 
clasifica como una variedad de la especie californiana 
Se, ColUaci R\i:h'c\rá<>on (2). 

También Gray , en su Monografía de las Ardillas {Aun, 
Nat . Hist . 1867 , p . 429) , ha descrito una especie nueva de 
Costa Rica, recogida por Salvin en la costa del golfo de 
Nicoya, y por esto llamada por Gra}^ macroxns nico- 
\aniis . 

Como yo nunca he visto las ardillas de la costa , dejo 
por resolver si ésta es simplemente una variedad en el 
color del Se. eoUiaei, ó si es verdaderamente una especie 
diferente. Lo mismo debo decir de la ardilla que Qírsted 
encontró en el Irazú á una altura de 9,000 pies, que la tiene 
por Se . i¡:n'seoeau(iatt(s Gray (3); una especie que el mis- 
mo Grav recibió de la costa occidental de América (Zool. 
Voy. Siilph. I, 34. Tab. 13, fig. 2, u. Tab. 18, fig. 12), 
se distingue de las demás especies americanas por lo bien 
marcado del negro y blanco de la parte superior de la 
cohi y por unos anillos amarillos y negros. 



Sciurus aestuans Linn. Var . Se. Hoffmamtil?Qi 

Mouatsber.dfr .\f(f((t, der Wixsenschaft, 1H<S3, S. tíól u. (joó. 

Opinaba el Prof. Peters que debía formarse una varié- 



H) A. AVagjier, S<hreb Sivgethiert', III, 1(58. Tb. 813, :t. 
(lí) Ti\c\\Sivá%oi\,Zoolog. lielcher Toi^. .s. Tb. 1. 
O) (Krsted, a. a O i». S 



81 

dad especial del Se. aestnans que se halla en Costa -Rica, 
porque tiene las orejas más anchas y menos puntiagudas 
que aquélla . Tiene cinco muelas superiores , y de ellas 
menor la más delantera y unida solamente á la encía . 

En la Monografía antes citada (p. 429), Gray ha des- 
crito la misma variedad como macroxtis xanthotus, se- 
gún muchos ejemplares reunidos por Salvin y Arce en 
Costa Rica y Veragua . 

Como Gray menciona al mismo tiempo el Se. gríseo- 
caudal US de CErsted, clasificado por aquél como Se. ig- 
niventris Wagn. (1), y que probablemente es nada más 
que la variedad del Se. aestuans , es por eso que yo creo 
haber visto en la altiplanicie solamente ésta y la especie 
antes citada . 

Para aclarar la duda indicada sería necesario reunir 
un gran número de ejemplares de diversas localidades 
del territorio y al hacerlo tener especial cuidado con la 
variedad de colores. También debería formarse una co- 
lección de las ardillas que hay en las comarcas vecinas de 
Centro y Sud América para compararlas con aquéllas . 
Solamente disponiendo de suficiente material de investi- 
gación llegará á saberse si el clima, la clase del terreno y 
su vegetación son la causa del color de la piel , como lo 
ha probado Radde respecto de la ardilla común (Reinsen 
in Süd'Uud Ostsibirien , Petersb. 1862, Bd. I. S. 133). 

En Costa Rica viven juntas ambas variedades , tanto 
la del Sur como la del Norte , y las dos se encuentran así 
en las cálidas costas como en las elevadas montañas. Las 
hay por todas partes , de tal modo que los cazadores no- 
vicios , á falta de otra caza , acostumbran regresar á sus 
casas llevando al menos un par de ardillas . Únicamente 
en el valle de Matina son tan abundantes y hacen tanto 



(1) A. \Vagiier, Mihichn. Akad. Abh. ni. phys. CI. V, 275. 
6 



8g 

daño en las frutas (mazorcas) del cacao, que la principal 
ocupación de los mayordomos (mandadores) ó superin- 
tentes es allí la de recorrer diariamente lus plantaciones 
y matar las ardillas; á pesar de eso , hay que apartar gran 
cantidad de mazorcas av^eriadas que no sirven para el ex- 
pendio ; este cacao lo llaman ardillado y lo dejan para 
píigar con él á los trabajadores (peones). 

Fuera de allí , en Costa Rica no se hallan reunidas en 
gran número; ni las otras especies americanas parece 
que vivan juntas en grandes manadas , como las de la Si- 
hería , donde se ven obligadas , para proporcionarse la 
subsistencia necesaria, á emprender lejanas emigraciones 
á aquellos bosques que les pueden procurar suficiente ali- 
mento . Con este objeto y contra su costumbre de vivir 
reunidas , salen unas pocas ardillas , á fines del verano , 
para explorar el bosque y dar noticias á las que quedan 
atrás. Vense estas emigrantes exploradoras solas, con 
las patitas lastimadas y llenas de contusiones, hasta que 
más tarde se pone en camino toda la manada que consta 
de muchos miles para poder conseguir el objeto que seles 
ha indicado (s. Radde, a. a. O.). 



2. Sub-orden Saccomyida Baird. 
Familia Geomyxa Baird. 
Género GEOMVsRafin. 
Geomys heterodus Peters . 

Moitatsbfr. d. Akad a. W . zn Jierliu, 18íU, S. I"*;. 

El Prof . Peters reconoció el ejemplar enviado de Cos- 
ta Rica como una especie nueva mu}^ parecida al G. me- 
xkanits Brants, aunque aquélla se diferencia esencial- 
mente de ésta por la larga hendedura de los incisivos 
superiores. Esta hendedura de los incisivos superiores no 



83 

pasa medio á medio del diente sino entre el tercio interno 
y el tercio medio del mismo diente . La cola es corta y 
completamente desprovista de pelos. Entre cuatro crá- 
neos que tengo á la vista para hacer compaiyaciones , en- 
cuentro la misma particularidad de los incisivos. 

Esta especie lleva en Costa Rica el sonoro nombre 
mexicano de taltuza ; si está de acuerdo con el de tucán , 
que , según Hernández, era en su tiempo común en México, 
no me atrevería á decidirlo. Encuéntrase esta especie en 
Costa Rica frecuentemente en las regiones elevadas hasta 
la altura de 8.000 pies , en el declive Sur y Sudoeste del 
Irazú, sobre, todo en donde el suelo no es arcilloso sino 
flojo por la mezcla de la ceniza arenosa de los volcanes . 
También se hallan en el cálido valle de Matina 3' en el río 
Saripiquí, donde causan mucho daño en las raíces de los 
árboles de cacao; como yo nunca he vistp ejemplares de 
aquellos lugares, no puedo decir si pertenecen ó no á la 
misma especie . 

En los maizales de las faldas del Irazú son tan abun- 
dantes, que casi á cada paso se hunde uno en los caminos 
subterráneos que están á un pie de profundidad; por este 
motivo hay necesidad de abandonar el cultivo del maíz 
en aquellos terrrenos , por uno ó dos años , y aprovechar- 
los como terrenos de pastos , para que el ganado pisotee 
los caminos subterráneos y las moleste hasta hacerlas de- 
jar aquellos lugares y buscar otros. 

Los daños que las taltuzas hacen en los maizales son 
tanto más grandes cuanto que en sus bolsas faciales (aba- 
zones) se llevan muchísimos granos de maíz á sus depósi- 
tos subterráneos para almacenarlos allí. 

Esta especie, como las demás, es en extremo torpe 
fuera de la tierra. 

La más meridional de las especies pertenecientes á este 
género es el (7. hetcrodus ; la mayor parte son habitantes 



84 



de Norte América, y el G. falpoídesRich'dds y se extiende 
hasta la bahía de Hudson . 



3. Sub-orden, Murida Van d. Hoeven. 
Familia, Murina Gerv. 
Género, Mus Linn . 
Mus rattus Linn . 

Linu. S¡/st. Xat. XII, Kí. 

No obstante que , seg^ún la general opinión , esta rata 
fué introducida A principios de este siglo por buques es- 
pañoles , se ha multiplicado hoy de tal modo en Costa 
Rica , que tanto allí , como en su patria , es tenida por uno 
de los animales más nocivos y molestos . 

En las grandes poblaciones no faltan casi en ninguna 
casa , y solamente las habitaciones retiradas cerca de los 
campos se ven libres de ellas al principio. 

Debido sin duda A las muchas grietas que los temblo- 
res hacen en las paredes de las casas de Costa Rica , la 
mayor parte de las cuales son de tierra , se h^m aumentado 
las ratas de una manera prodigiosa. Es admirable que la 
rata emigrante,, que en muchas partes ha desalojado á la 
rata casera , y que navega también en casi todos los bu- 
ques alemanes é ingleses, no haya aparecido todavía 
en Costa Rica , á pesar de que algunos de estos buques 
visitan el puerto de Punta -Arenas. En el Brasil , según 
Burmeister ((/ebers. dcr Thicre Brasílíens, S, 149) y la 
rata emigrante se encuentra en todas las grandes pobla- 
ciones . 

Mus musciüus Linn . 

Linné, S'u.st. Xaf. XII. Kí. 

Pertenece también el ratón casero á aquellos animales 
de Costa Rica que , sin embargo de haber sido importa- 



86 

dos , se halla en casi todos los lugares habitados del país . 
Siendo el daño que causa en las casas de menor conse- 
cuencia que el de las ratas caseras , ha}^ menor interés en 
su destrucción , y de aquí proviene su gran propagación. 
Vésele muchas veces andar en los cuartos de las mejores 
habitaciones , en presencia de sus moradores , en busca de 
los restos de comida que han sido arrojados al suelo. 



Género Hesperomvs Waterh . 
Hesperomys spec . ? 

Envié á Berlín un ejemplar de una especie pertenecien- 
tes á este género , pero llegó en tan mal estado , que el 
Prof . Peters pudo únicamente clasificar el género , nías no 
la especie . 

Se encuentra en Guatemala el H. albigularis Tomes 
{s.PqXqvs^ Mofiatsber, 1860, S. 105), y también en Mé- 
xico; creo que Salvin descubrió en Guatemala una nueva 
especie, el H. Salrm/í Tomes {<>. Proc. Zool. Soc. of Lon- 
don 1861 , p. 278), y además de ésta» otra especie aun no 
descrita . Por esta razón se puede esperar con seguridad 
que más tarde se hallarán en Costa Rica algunas especies 
de este género , de las cuales Burmeister ha descrito no 
menos de 17 solamente del Brasil (Burmeister a. a. O. 
163). 

4. Sub-orden Hvstrichida Waterh. 
Familia Hvstrichina Wagn. 
Género Cercóla bes Brdt. 
Gercolabes novae-hispaniae Waterh. 

Waterhouse, Mamnial. II, Vtl. 

Hystrix mtíxicana, Shsiw. Gen. Zool. II, a.H 

Habiendo tenido á mi disposición las pieles juntamente 
con sus respectivos cráneos, de la colección del Dr. Jóos, 



86 

para examinarlas, me fué fácil determinar esta especie, 
que se diferencia delC. prctisills en la forma del cráneo 
y en las púas amarillas y negras provistas de g^anchos en 
las puntas. Por su pelaje negro se puede distinguir fácil- 
mente de sus demás congéneres, que se diferencian prin- 
' cipalmente en su pelaje, y que F. Cuvier reunió en un 

' sub- género separado, sphiggurus, 

! \ Costa Rica parece ser el límite más meridional del 

I' I puerco -cspíu mexicano. Acerca de la existencia en Cos- 

: I ta Rica de otras especies sud- americanas, no tengo la 

! I menor noticia . 

: i El cerc^ uov. hisp. se encuentra rara vez en Costa 

r ■ 

. I Rica ; durante mi larga residencia allí , no vi máá que seis 

ejemplares, todos hallados en las altas montañas del Irazú 
ven el volcán de Barba; esta especie vive también en 
México , en la costa oriental , que , por el carácter de su 
flora, tiene semejanza con la parte setentrional de Sud- 
América. 

Familia Cavina Waterh. 
(iénero Cavia Klein. 
Gavia cobaya Schreb . 

Sclin'!)(»r, Sacu'jethiere, IV. 417, Tb. V7,\. 

En Costa Rica no se encuentra otro cuy que el llevado 
de Europa , que allí mismo se reproduce con gran rapidez; 
pero es preciso tenerlo en lugares bien cerrados, porque 
de lo contrario pronto sería presa de los animales de ra- 
piña del país . Es por esta razón que solamente los hay en 
casas de personas acomodadas que los tienen por placer. 
Dan en Costa Rica el nombre de ciu'lo á este animal, 
corrupción probablemente de la palabra portuguesa cuelho 
(conejo). 

Ninguna de las especies silvestres que existen en Sud 
América, he hallado en Costa Rica. 



87 

Famila Dasyproctixa Waterh . 
Género Coelogenys Fr. Cuv. 
Goelogenys paca Wagn. 

A. \Va|?ner, Schreh. Saeuíjethiere, Siippl. IV. 52. 

Reníffrer, Nnttmi. d. Th. ron Para(juay, p. 'I7ú. 

Pr. V. wled, lieitraeue z. XatHrtiesc?iichte t^on lirasilien^ II, r>t. 

Burnieister, Thirte lirasiUeus, S. 227. 

E!s la paca uno de los animales más propagados y co- 
nocidos en Sud América, de la cual poseemos varias des- 
cripciones exactas y detalladas. En Costa Rica se la 
conoce nada más que por su nombre mexicano de tepes- 
cuintle^ que significa perro de montaña, con el cual, 
según Hernández, los antiguos mexicanos designaban 
cierto animal de rapiña; cosa muy extraña nos parece 
que se haya aplicado aquel nombre á un animal que nada 
tiene de rapaz. 

En Costa Rica es estimada la paca como una de las 
mejores carnes de caza , á causa de su buen sabor . Se la 
encuentra en la parte montañosa del país , pero solamen- 
te en las honduras y lugares cálidos, en donde vive en 
cuevas que hace junto á los ríos . La zona que habita se 
extiende más al Norte, pues Sal vin la encontró también 
en Guatemala (a. a. O. p. 278). 

Género Dasyprocta Illig. 
Dasyprocta cristata Desm . 

Desmarest, h'ouv. Diet, d' fítst. Xfit. I, 213. (Cavhi cristata ). 

Desiiiarest, Mammal. p. :v>H. 

(J. R. Waterliouse, Natural ínstory ofthe Mammtl. London, IKW. 

Vol. II, p. 3K1. 
Dasyprocta varie«:ata, Tschiidl, Fauna Peruana, 1815, p. 190. 

Waterhouse distingue una variedad de esta especie 
que él caracteriza del modo siguiente : "" la mitad posterior 
de la espalda de un brillante color de herrumbre , una 
cresta bien marcada en la parte posterior de la cabeza . „ 



88 

Corresponde perfectamente esta descripción á la especie 
que se encuentra en Costa Rica , mientras que en la legí- 
tima Z>. cris f ata predomina el negrro en las espaldas. 

Waterhouse y Giebel no hacen diferencia entre la Z>. 
cristata y la Z>. varíe gata del Perú, que Tschudi (Fauu. 
Pcrnan, p. 190) describe como especie separada . Ade- 
más, la Z>. mcxicaua Saussure(l) que cree el mismo 
Saussure que pudiera ser laZ>. uigra Gray, debe ser con- 
siderada solamente como una variedad de la Z>. cristata 
Desm. 

Todos los ejemplares de las especies costarricenses 
que vi , eran iguales en color . Pero no siendo el color 
amarillo de la parte posterior de la espalda, tan intenso 
como en la Z>. agutí Desm., y teniendo también negras 
las patas, se diferencia esencialmente de esta especie, 
que por otra parte , es más grande . También se diferencia 
déla D. azaree Licht. en el color más oscuro de lais pa- 
tas , sin tener en cuenta , además , que aquélla únicamente 
vive en el Sur del Brasil y en el Paraguay. Á pesar de 
esto, creo que algunos zoólogos han confundido la Z>. 
cristata con las dos especies mencionadas ; investigacio- 
nes más exactas demostrarán probablemente que las dos 
especies halladas por Salvin en Guatemala (Z>. aguti y 
D, aj^arce), son la misma variedad de D. cristata que se 
encuentra en Costa -Rica, así como en el Perú, Surinam 
y la Guayana . En tal caso , resultaría que no habría más 
que esta especie al Norte del Ecuador, y desde el. Perú 
hasta México . 

En su modo de vida no difiere íibsolutamente de las 
otras especies, por lo que me remito á la magnífica des- 
cripción que Rengger híice de la D. agtiti. También en 
Costa Rica se la encuentra algunas veces domesticada. 

(1) Reiuc. el Moij. de Zoolwj 2. Ser. Toni. XII, 18/X>. p. 53. 



89 

Nota. — Según informes verbales del jardinero y co- 
merciante en objetos de historia natural , Señor J . Car- 
miol , residente en Costa Rica , se halla en el río San Car- 
los un animal que, según su descripción, conjeturo que 
debe ser el hydrochcerus capybara ó el myopotamus coy- 
pus. Por carta que he recibido del Prof. Báird, he sabido 
que el último ha sido encontrado por Salvin en Guatema- 
la ; por esto¡ creo muy probable que el animal que Car- 
miol vio es el coypns , que seguramente debe hallarse en 
algunos otros lugares de Centro América . 



Familia Octodontina Waterh. 
Género Octodon Benn . 
Octodon degus Waterh. 

Waterhouso, MammaUa^ II, 25:]. Tb. II, üg". '2. 
Tschudl, Fuuna Peruano, p. 171. Tb. 12. 

Un ejemplar que recibí de Turrialba en setiembre de 
1859, que había sido tomado en un árbol, íué enviado á 
Europa , pero por desgracia sufrió tanto en el trasporte , 
que , para la clasificación de esta especie de rata de árbol , 
me veo obligado á valerme de los lijeros detalles que he 
conservado en la memoria : por su cola de hisopo y las 
uñas truncadas del dedo gordo de las patas delanteras , 
no queda duda que es una especie del octodon . El color 
de su delicada piel es pardo-oscuro en la parte superior , 
y en la inferior más claro: la longitud del cuerpo de 4 V, 
pulgadíis, la cola de igual tamaño, los pelos de las barbas 
(vtbrissen) de 2 */, pulgadas de longitud , las orejas gran- 
des y desnudas y sobresalen de la corona de la cabeza . 

Después que he tenido oportunidad de ver en diversas 
colecciones el O. degus y comparar varias figuras con la 
imagen que había conservado en la memoria , creo que el 
octodon costarricense es el O. degus Waterh. 



5. Sub- orden Leporida Car. 
Familia Leporina Waterh. 
Género Lepus L . 
Lepus brasiliensis Linn. 

Unn^, Si/st Xaf, XII, ed. I, 7H. 

La l/ebre brasileña se encuentra en Costa Rica lo mis- 
mo que en el resto de Sud- América, en las inmediaciones 
de los bosques , en prados abiertos que están en parte 
cubiertos de pequeños arbustos ó malezas. 

Allí pasa el día escondida entre la maleza , de suerte 
que uno se le acerca hasta corta distancia sin apercibirla. 
No estando reglamentada la caza en Costa Rica , se la 
caza raras veces; pero sí toman con frecuencia vivos los 
gazapos, que se dejan sorprender fácilmente. 

Dan sin razón en Costa Rica el nombre de conejo á la 
liebre brasileña , porque en su figura se parece más al 
conejo que á la liebre , aunque tiene el color de ésta ; pero 
no hace cuevas subterráneas como aquél. En Costa Rica 
se le encuentra particularmente en la parte occidental 
que está más expuesta á los rayos del sol, donde hay 
sabanas naturales. Yo encontré huellas de estos animales 
en la cima del Irazü . 

Aunque, se^íün Salvin, hay en Guatemala las especies 
de California y México (lepus douglasii Gray y L. pa- 
///5/r/5 Bachm.), dudo que en Costa Rica haya otra es- 
pecie, excepto la L. brasiliensis , porque jamás vi ni oí 
que hubiera allí otra especie. 

Lepus cuniculus L . 

Á pesar de que el conejo doméstico ha sido importado 
muchas veces á Costa Rica , es extraño que no se haya 
propagado . Tal vez sea que no le convenga el clima hú- 
medo-cálido, ni el suelo arcilloso que, durante la estación 



91 



del verano, se vuelve tan compacto, que les impide cons- 
truir en él sus cuevas . 



Orden Carnívora Cuv. 
Familia Felida aut . 
Género Felis Linn . 
Felis concolor Linn . 

Linné, Man I i asa, p. 522. Tah. 2. 
Schreher, Saevgethiere, III, :«M. Tb. loi. 
Hunneister, Saeuyethiere lira^íUens^ S. Hí<. 

El cu^uar, llamado león en Costa Rica, habita en los 
bordes de los bosques vírg^enes , situados á una altura de 
5 A 6.000 pies. Desde estos lugares se atreve A salir duran- 
te la noche é ir i\ los alrededores de las casas más cerca- 
nas, donde no es raro que mate terneros y otros animales 
domésticos y los arrastre consigo. Es cobarde, y por esta 
razón lo cazan con frecuencia . Empléase su piel en al- 
fombras pequeñas. Cuando se le toma cachorro , se do- 
mestica con facilidad. Tuve ocasi(3n de observar una 
pareja que mi amigo el Sr. v. Schroeter había recibido 
pequeños y que también los había criado . Se amansaron 
mucho , y en la jaula engendraban y criaban su cachorros 
que pronto morían ó los mataba el padre , por no haber 
tenido cuidado de ponerlos separados. Durante la brama, 
oíase constantemente el desagradable aullido de los exci- 
tados animales , dqseosos de propagación . 



Felis yaguarundí Desm . 

Desniarest, MatnmaL p. 2:K). 

A. V^'w^nev, Sctireher Saettgetftíeve, Siippl. 11, 512. Tb. UW, h. 

Burmeister, Saeugeth. lirasiUriís, s. 90. 

No obstante que esta especie felina , conocida en Costa 
Rica con el nombre de león monero ó ////'(/«¿^ro, está espar- 
cida en gran parte de América , se la ve rara vez en los 
Museos Zoológicos . 



98 

Es sabido que se le encuentra desde el Paraguay, en 
todo el Brasil , Centro América y México , hasta la fron- 
tera de los Estados Unidos , pero siempre solo y en los 
bosques de las elevadas moiftañas . En Costa Rica no pude 
conseguir más que cuatro pieles procedentes de las mon- 
tañas de Dota y Candelaria , que estando incompletas , no 
servían para colección . 



Felis eyra Desm . 

Desniarest. Mathm p. 'ZW. 

A. Watrner, Schreher Saengeth. Siippl. II, 544, 4*2. 

Burmeister, Saeugethtere fírasil. S. 9(). 

Esta especie del gato, que también vive en el interior 
de los bosques, parece ser muy escaso en Costa Rica ; 
durante mi mansión allí, vi un solo ejemplar, cuya piel y 
cráneo se hallan hoy en la colección del Dr. Jóos. Su dis- 
tribución geográfica es casi la misma que la de las ante- 
riores, desde el Paraguay hasta México. 



Felis doméstica. Briss 

Brisson, Quaá nt ped . p. 191. 

Es probable que el gato doméstico fuera importado á 
Costa Rica por los españoles , desde los primeros tiempos, 
porque está muy propagado. Como los gatos tienen tan- 
tas ocasiones para cazar en el campo, y están mal alimen 
tados en las casas , descuidan la caza de ratones , y son 
por esto poco apreciados como animales domésticos; al 
contrario, los gatos medio muertos de hambre de la ve- 
cindad, son tenidos como una- verdadera plaga de que 
con dificultad puede uno librarse, pues aprovechan todas 
las oportunidades para robar la cocina y la despensa, y 
las aves canoras que uno tiene en los cuartos, que cons- 
tantemente están abiertos. Por esta causa nadie se toma 



93 



la pena en Costa Rica de conservar una buena raza. No 
es raro ver gatos enteramente negros. 



Felis onza Linn. 

Linné, Si/st. Xat. ert. XII, I- 61. 
Schreber, Saeugethiere, III, 388. Tab. 102. 
Burmeister, Saeugethiere Brasil. S. 81. 

El jaguar, conocido en Costa Rica con el nombre de 
tigre, vive exclusivamente en el interior de los espesos 
bosques vírgenes , y se encuentra principalmente en los 
de las elevadas montañas, en especial en las de Dota y 
Candelaria y en las alturas de los volcanes (en el Irazú 
hasta 8.000 pies). Algunas veces se acerca á los hatos 
(haciendas) de ganado vacuno , y causa en ellos mucho 
daño, pues mata hasta las vacas. 

Tan luego como su presencia es notada por los dueños 
de. hatos, se reúnen los más diestros cazadores del vecin- 
dario para matarlo. Sírvense para ello de perros educa- 
dos para este objeto y que tengan valor suficiente para 
hacer frente al tigre (v. parar), porque los perros comu- 
nes huyen generalmente apenas perciben sus huellas. 

Como la cacería dura ordinariamente algunos días, y 
las armas de fuego , debido A la gran humedad del aire de 
los bosques vírgenes , con frecuencia faltan á fuego , los 
cazadores emplean una lanza con que atraviesan el ani- 
mal á la distancia más corta posible , tan luego como los 
perros lo han parado. 

La piel, que casi siempre la llevan á vender sin 
cabeza ni garras , empléase en cubiertas de sillas de mon- 
tar y en otras cosas por el estilo. En el declive setentrio- 
nal , cerca del río San Juan se ha hallado también la va- 
riedad negra. 



94 

Felis pardalis L. 

Lili lié, Syüt, Xat. ert. XII, T, <S 
Sfhreber, Saengethiere III, '."m. Th. lOtí. 

Conócese este felino en Cosía Rica bajo el nombre de 
maní gordo , á causa de sus anchas j^arras. El deoselot, 
que es el propio y antiguo nombre mexicano del jaguar, 
no es conocido en Costa Rica. 

Mi amigo el Sr. v. Schroeter tuvo durante algunos 
años un ozelot enjaulado ; sin embargo siempre se con- 
servó fiero y jamás dio la más pequeña muestra de afec- 
ción hacia aquéllos que lo alimentaban. A pesar de ser más 
pequeño que el jaguar, es tan temido como éste. Algunas 
i veces llevan á vender su piel y la emplean como la del 

jaguar. 

El límite de su esparcimiento geográfico va lejos por 
el lado del Norte: se le encuentra en Texas y aun en Cali- 
fornia ; en Sud América , al contrario , se le halla sola- 
mente hasta el Norte del Brasil y del Perú. 

Según Burmeister (a. a. O. p. 87) no existe en el inte- 
rior del Brasil. 



í 



■f 



Felis tigrina Schreb. 

Sclieb«'r, Sdetfgí'tfnfir, III, :RM5. Tb. 1(X». 
A, WiiíJrrier. obíMid. II, riíH). 
Vv. Cuvicr, Mamntif. III, .T). 

Este pequeño gato-tigre, lleva en Costa Rica el nom- 
bre de r^/^:^r/ (1). Cuando lo cojen cachorro, se amansa 
con facilidad. Se encuentran frecuentemente las pieles en 
venta ; pero por desgracia siempre rotas. Tuve ocasión 
de remitir algunas de estas pieles á* Berlín, y el Profe- 
sor Pelers las clasificó como pertenecientes á esta especie. 

Las huellas de este felino se encuentran á menudo en 

»1) DíM'ivaílo tal ve/ «le la palabra fiiexicaua i¡uauh~ozt'Jtile^ esto es, uxelot 
de árbul. 



95 

las márgenes de los arroyos que corren por angostas 
honduras cubiertas de maleza , por entre la cual pueden 
acercarse hasta los lugares habitados sin ser notados. 
Según Burmeister , se le encuentra también en ambas ri- 
beras del Amazonas , pero no se extiende más al Sur; 
por el Norte , parece ser Costa Rica el límite más avan- 
zado, puesto que no he sabido que haya sido hallado en 
el resto de Centro América. 



Felis xnitis Cuv. 

Kr. Cuvler, Mammif. I. 18. 

Burmeister, Saeugethiere lirnslliens^ 8. 8() 

Kelis maracayá, Waírner, Schreber Sauyeth. Suppl. II, 492, lo 

Que el maracayá se encuentra mucho más al Norte de 
lo que antes se creía, esto es, hasta el Brasil solamente, 
ha sido probado últimamente por Salvin, que lo halló ade- 
más en Guatemala (Proc. Zool. Soc. 1.861 , p. 278); no es, 
pues , de admirar su presencia en Costa Rica , aunque no 
es muy común hallarlo , no habiéndome sido posible obte- 
ner , durante mi residencia allí , sino unas pocas pieles. 
En el Sur, se encuentra en la región central y meridional 
del Brasil. 

Nota.— Saussure (a. a. O. p. 3) menciona un pequeño 
gato manchado , procedente de México , que se parece al 
F, mttis, tigri'na y ntacrnra; es éste, sin embargo, 
menor que aquél (cuerpo de 17 pulgs. de longitud, y cola 
de 12 v, pulgadas). 

Ello denominó por lo pronto felís mcvícafia , pero 
probablemente no es otra cosa que una variedad del 
ppiítis ó del tign'ua. 



96 

Familia Cánida Wagn. 
Género Canis L. 
Sub-género Lyciscüs H. Sm. 
Liciscus latrans Say. 

Say, Lonrjs Exped, Rocky-Mount. I, 1,823, p. 108. 

Hichardson, Fauna, 1, "TS. Tb. 1 

Prinz zu Wied, Reisen in das innei*e NordamerlKaSy II, 96. 

Chrjsooyon latrans, Oray, P^roceed. ZooL Soc, Zow</o;í,'1868, p. 506- 

El lobo de pradera de Costa Rica vive solamente en la 
provincia de Guanacaste, inclusive Nicoya, en las saba- 
nas naturales dedicadas A la cría de ganado , que se ex- 
tienden al Sudoeste de los volcanes. Causa mucho daño 
en las haciendas de ganado mayor, atacando y matando 
los terneros. Antiguamente se le encontraba en el valle 
del río Grande , en los llamados Llanos de Turrúcares y 
algunas veces en los alrededores de Alajuela , pero desde 
que allí han destinado los terrenos á la agricultura , en 
lugar de la cría de ganado , y se han formado algunas 
pequeñas poblaciones , se han retirado á la citada provin- 
cia de Guanacaste. 

Su número ha crecido mucho allí en los últimos tiem- 
pos , porque la población de aquella provincia , en vez de 
aumentar disminuye cada año. Para destruirlos, emplean 
los criadores de ganado grandes cantidades de estricnina, 
porque los habitantes de climas cálidos son tan amantes 
del reposo que no se toman la molestia de cazar los lobos 
con armas de fuego. A pesar de los muchos encargos que 
di para conseguir pieles completas y cráneos , jamás pude 
obtener sino solamente dos pieles incompletas. 

México había sido considerado hasta hoy como el lími- 
te meridional del lobo de pradera , cuya verdadera patria 
es Missouri y California ; pero hoy se le encuentra en todo 
Centro América hasta Costa Rica. Según mi opinión, no 
es enteramente inverosímil que el lobo de pradera , des- 
pués del descubrimiento de América, es decir, después 



07 

de la introducción del ganado vacuno , se haya ido espar- 
ciendo desde México por todo Centro América hasta Cos- 
ta Rica , en donde hoy mismo es conocido con el nombre 
mexicano de coyote. En toda la parte situada al Sudoeste 
de Centro América desde la bahía de Fonseca hasta el 
golfo de Nicoya , precisamente allí en donde hoy se ex- 
tienden grandes praderías , habitadas solamente por corto 
número de personas , los españoles encontraron una densa 
población indígena, parte de origen mexicano, parte de 
origen chorotegano, cuya semi-civilización les llenó de 
sorpresa. Es ciertamente difícil de comprender cómo en 
ese tiempo los lobos de pradera pudieran haber existido 
en medio de una población tan compacta , tanto menos 
cuanto que los lobos están en manadas (1); pero sí se com- 
prende bien que , después de la exterminación de los abo- 
rígenes, ejecutada por los conquistadores españoles con 
extraordinaria é increíble crueldad, los lobos también si- 
guieran las huellas de aquellos advenedizos, á medida que 
los hatos de ganado se aumentaban (2). Sabido es que el 
ganado europeo fué introducido á Centro América en los 
primeros decenios del siglo decimosexto, y que ya en 1576, 
en un informe á la corona, se habla de los primeros hatos 
de ganado mayor en la provincia de San Salvador ; en el 
año de 1685, según refiere Lionel Wafer, los coyotes 
molestaban ú los filibusteros cuando estaban acampados 
en San Salvador, cerca de Choluteca. 



(1) Sülamenie en caso de ue- esilal y cujiudo iiu les oh iiusiMc razar ciervos 
<venados), «e deciden á comer ciruolaH silvestres (jorüte«) ú otras rrufa*». (S. LongS' 
Expétd,p. 171). 

(3Í) De la misma iiMutín, el jaguar y otros animales ^\^*. rapiña se han not i- 
blemente aumentado en los Llanos y l^ampas do Sud Amórira, de^de que se intro- 
dujo de Europa el ganado vacuno, caliallar y mular. (S. v. Ilumboldt, Ansichten der 
jVnhir, 1860, Bd. I, S. 231). 



98 

Sub-género Urocyon Baird. 
Urocyon virginianus Erxl. 

J. R. (iray, Proceed. Zool. Soc. Loudou^ 1868, p. 522, 
Caiiis virífiniaiius, Krxl., Systema Jtegui AnimATTl. p. ótf7. 
C'aiiis vir iiiianus, Bairrt, a. a. O. s. 1,38. Tb. :J5, ftír. 1. 
Caiiis cinéreo arprentatus, Schreber, Saeiigeth. III, 1778. Tb. W 

Es extraño que en Costa Rica se dé el nombre de 
tigrillo á esta especie del zorro , mientras que la palabra 
castellana :2orro , que debía corresponderle , la aplican al 
didelfo. Tiene de común con el tigre nada más que el ins- 
tinto de rapacidad. Como el tigrillo vive siempre en la 
vecindad de las habitaciones y nunca en los bosques , es 
muy difícil defender las aves domésticas de sus garras. 
Vive en cuevas en los oteros y entre los pedregales , pero 
de preferencia entre las paredes (cercos) de piedra con 
que se cierran los corrales y prados (potreros), entre 
cuyas piedras halla guarida segura. En una de estas 
cuevas encontré , en el mes de marzo , cuatro pequeñue- 
los de piel lanuginosa, negruzca encima y blanquizca 
abajo; nada más que en el hocico y en las patas se nota- 
ba ya el color pardo -oscuro. 

Una piel completa y dos cráneos de la colección del 
Dr. E. Jóos, me sirvieron para la clasificación de esta 
especie. Por la particular conformación del cráneo, que 
no se halla en ninguna otra de las especies caninas de 
América, es fácil distinguirla de las especies exterior- 
mente parecidas, pues el alto margen orbital y el declive 
del temporal los tiene iguales únicamente el otocyou 
caffer Lichtst. de África (1). 

Todos los cráneos procedentes de Costa Rica eran 
algo más pequeños que los de las láminas de Baird (a. a. 
O. Tab. 35, fig. 1), y también que los ejemplares de 
Norte América que se encuentran en la colección de Ba- 

«1.) S. Blainville, (Meugr. f'anh, Tíib. IV. 



99 

silea; habiendo en la isla de San Miguel (30 millas de 
Santa Bárbara) , en la costa de California , una especie 
aun más pequeña, que Baird (a. a. O. S. 143) describe 
como urocyon littoraUs , parece por esta razón que el 
zorro costarricense forma el término medio entre las dos 
variedades ; de la última especie difiere no sólo en tama- 
ño , sino también por sus angostos huesos nasales , que 
no son anchos sino tan angostos como los del urocyon 
virginiantis. 

El zorro de Virginia , que habita en las praderías de 
Saskatschevan en Missouri ^ California y México , lo en- 
contró Salvin también en Guatemala. Ignoro si se halla 
más al Sur de Costa Rica. 



Canis íamiliaris Linn. 

Las escropulosas investigaciones que en estos últimos 
tiempos han hecho varios zoólogos eminentes acerca 
del origen de las diferentes razas de nuestros animales 
domésticos, y los sorprendentes resultados obtenidos, me 
han inducido á mezclar en este trabajo algunas observa- 
ciones sobre los animales domésticos de Costa Rica intro- 
ducidos de Europa. 

Siendo cierto, como lo ha probado Long {Loitgs, 
Expcd, 174) que el perro doméstico de los indios de Norte 
América corresponde enteramente al lyciscus latrans 
que vive allí mismo, pero en estado salvaje, cerca de 
Council Bluff, y habiendo Schomburgk demostrado que 
los perros domésticos de los Arowakes de la Guayana 
desciende del canis cancrivorns Desm. , sería muy inte- 
resante investigar qué hay de esto respecto de los perros 
domésticos de Costa Rica. 

No posee el país una raza de perros propia y detcrmi- 



iOO 

nada, debido á que los pocos que hay , relativamente á 
su escasa población , tiene un carácter de raza muy mez- 
clada por su cruzamiento con los diferentes perros intro- 
ducidos del extranjero. Hasta los indios salvajes , que, 
como se sabe, son muy aficionados A perros, hacen lar- 
gos viajes para procurárselos por medio de cambios. 
Los Viceitas acostumbran ir desde las riberas del Sixola 
hasta la ciudad de Cartazo , á cambiar mantas , llamadas 
mas t ate, hechas de la corteza de un árbol y que se em- 
plean en vestidos y otros usos , por los codiciados perros. 

Debe tomarse en cuenta, además, qu3 Colón encontró 
en las Indias Occidentales dos especies de perros domés- 
ticos, y que Hernández describe tres especies de México 
(1); por todas estas razones, el problema se complica de 
tal modo, que no es fácil pensar en darle solución. 

Tuve también algunas veces en Costa Rica ocasión de 
ver el pequeño perro pelón, descrito por Rengger (151 bis 
1'^**) y Que él juzga como una variedad especial del p¿üs; 
nada pude , sin embargo , averiguar acerca de su origen; 
como quiera que sea, me parece quj ha sido introducido, 
puesto que son muy raros en el país. 



F'amilia Mlsteltda Wagn. 
wSub-familia Martina Wagn. 
(Género Mistela Linn. 
Mustela noveboracensis Dek. ? 

Lleva la comadreja costarricense, además de su 
común nombre casteUano , el de collareja. Su modo de 
vivir concuerda con el de la comadreja común {M. vul- 
jLcan's Erxl.); pero es más grande que ésta y muy parecí- 

(I) líarwiii, /A/,* \ í/;///vií . »i. s. W. I, í>. 5í7 w. l'S. 



iO i 

á^'MíX M, frcftata Lichtenst., faltándole solamente las 
rayas blaijcas en la cara , y siendo de un pardo más oscu- 
ro; la parte inferior es de color amarillo. No vi en Costa 
Rica más que tres ejemplares de esta especie de la Coma- 
dreja, de los cuales uno remití á Berlín y otroá Wáshin- 
ton , de cuyo paradero no volví á tener la menor noticia; 
haciéndome falta , por consiguiente , los ejemplares para 
comparar y clasificar exactamente las especies , no me es 
posible determinar la especie de la comadreja que existe 
en Costa Rica. 

La mustela frénala que se encuentra en México y 
Guatemala» nunca la he visto en Costa Rica. Dekay {Nal. 
Hist,y New- York, I, 34; s. Baird, a, a. O. S. 166) separa 
una especie particular como putorins uovchoracensís, 
que se distin«:ue de la M, ermiuca por su color más oscu- 
ro, á saber, castaño -escuro; no es blanca en el vientre 
sino amarilla , y en menor espacio ; y , por último , la ex- 
tremidad de la cola es negra. Esta es la descripción que 
más cuadraría á la especie costarricense. 

La nueva especie de Quito , clasificada por Gray como 
mustela aiireovenlris (Proc. Zool. Lonáon , 1864, p. 55. 
Pl. VIII), se diferencia déla especie de Costa Rica, en 
que ésta tiene blancas las quijadas y menor la parte ama- 
rilhi del vientre. Investi^^aciones posteriores decidirán si 
la comadreja costarricense es la M. noveboracensis De- 
kay, ó si, correspondiendo al esparcimiento ^ideográfico, 
es una variedad transitoria entre la musí ela frénala y la 
aureovenlris^ 

Género Galictis Bell. 
Galictis barbara Wagn. 

A \V;iKiu?r, Schreber Saeugethitve, II, íll. Tb. \^\ h. 
V. Tscliudi, Fauna Peruana, p, KH, 
Bunneistor, Saeuijethiere lirasillens, S, IíW. 

De este animal , que en Costa Riea se llama chulomnco 



i02 

Ó tulomuco , sólo vi algunas pieles , notables por ser 
completamente negras y tener una mancha amarilla en 
el pecho. 

Lo que se me dijo acerca del animal á que pertene- 
cían, fué que vivía sobre los árboles, que era largo* y 
delgado , y sumamente rapaz ; lo cual concuerda con las 
observaciones hechas en otros lugares. También en el 
Perú se encuentra la variedad enteramente negra, con 
una mancha amarilla pálida en el pecho. 

La G. barbara está esparcida por todo Sud- América; 
se la hallado en el Paraguay , el Brasil , la Guayana y el 
Perú ; sería , pues , Costa Rica el límite setentrional de la 
distribución geográfica de este animal. 



Género Lutra Storr. 
Lutra brasiliensis Cuv. 

Fr. Cuvier, Dict. Se. Xat. XXVII, 244. 

CUV., RPgne AuininJ, I, 14>¡< et III, Tab. I, ftR. 3. 

A Waírnor, Schreler Saei'oeth, Siipi)]. II, *2(Si. 

HurineLster. Sneugeth. Jirasilfetis. S. \V^. 

Lutra brasilíana, Srhaw. Zool. I, 416. 

Lutra brasIliíMísis, (íray,/Vor. Zool.Soc. London, 1HH5. p. Ií5. 

Con frecuencia vi en Costa Rica pieles de la ntitria 
que hay allí y que lleva este nombre, pero todas, según 
costumbre del país , las venden sin la parte de la cabeza 
ni de las patas ó garras ; por esta circunstancia me fué 
imposible determinar la especie con certeza. A mi juicio, 
por el examen que hice de las pieles , creo que debe ser 
la L. brasilíeusis. También el prof. Reichenbach, por la 
piel de un ejemplar de Costa Rica , que se halla en la co- 
lección zoológica de Dresde , y que es un obsequio del 
Sr. V. Schroeter, la tiene como yo, por L. brasiliensis (1). 

(h Kii Costa K¡<'a en muy apreciada la piel de nutria para objetos de pele- 
tería. 



103 

Noto que Salvin (a. a. O. S. 278) ha encontrado en 
Guatemala la Z. chilensis Benn. , especie que, investi- 
gando más escrupulosamente , debe hallarse con seguri- 
dad en Costa Rica , puesto que Gray la considera como 
idéntica á la L. platensis Waterh., que él llama nutria 
felina ^nsvL antes citada Monografía, donde dice, ade- 
más, que esta especie se encuentra por toda la costa 
occidental de Chile hasta California, y más lejos aún, 
hasta Kamschatka ; por esta razón pienso que sería difí- 
cil no hallarla en la costa occidental de Costa Rica. 

Lutra canadensis Sab. 

SabiiH», Zool. App. Franhf. Journ. 182:^ S. («J. 

Oray, Proceed. Zool. Soc. London, 18()5. 

Lutra lataxina, F. Ciiv. Dict, Se. Nat. XXVIl, 182:^, p. 242. 

Entre varias pieles que el Dr. Jóos trajo de Costa 
Rica, se encuentra una perteneciente á la Z,. canadensis. 
Estando completa , y con el cráneo correspondiente , no 
fué difícil la determinación exacta de la especie. El crá- 
neo es enteramente igual al de la L. canadensis norte- 
americana ; y por tener la punta de la nariz sin pelos , y 
levantada en ángulo agudo , no deja duda alguna su iden- 
tidad. El ejemplar costarricense es un poco más pequeño y 
de color más claro que el norteamericano de que me serví 
para la comparación. 

Sub-familia Melina Wagn. 
Género Mephitis Cuv. 
Mephitis chilensis Licht. 

Llchtenstein Abhandl. d. Berl. Akad. IK», S. 272. 

A Wíiffner, Schreb. Saewjeth. II, 19H. 

M. Fíircata, Tschudi, Fauna Peruana, p. 114. 

No me fué difícil clasificar esta especie , estando en 
posesión de tres pieles completas y de dos cráneos á ellas 



pertenecientes, que formaban parte déla colección del 
Dr. Jóos. De la M. chinga Tied, especie á que antes creía 
pertenecía , se diferencia esencialmente por el gran apén- 
dice de la encía inferior , así como por las manchas blan- 
cas de la piel de la cola , también diferentes; en la M. chi- 
lensis , principia lo blanco en el vértice de la cabeza en 
forma de arco , y se divide sobre la nuca en dos fajas 
anchas que van angostándose á medida que se van ale- 
jando á concluir en el sacro. Sólo en la base es negra 
la cola; en el resto es blanca y no muy espesa. Todos los 
ejemplares que vi en Costa Rica eran de un negro puro, 
y no negruzcos, como la descripción dice; sobre lo pre- 
dominante del negro hablé 3'a en la introducción. 

El chingue chileno es un animal nocturno como las otras 
especies , y se esconde durante el día en las casas , pero 
sale á sus rapiñas por la noche. Como mata las gallinas, 
los costarricenses le dan también el nombre de sorro y 
de zorro-hediondo , para distinguirlo del didelfo. Los pe- 
rros algunas veces los sorprenden durante sus robos y 
los matan; no es raro ver los animales muertos de esta 
manera en las calles de las poblaciones. Cuando este ani- 
mal expele el contenido de la glándula hedionda , el olor 
desagradable se extiende tan lejos que se puede percibir 
á muchos centenares de pasos; afortunadamente esto no 
sucede sino cuando el animal está perseguido y se ve en 
peligro. 

En Guatemala, Salvin encontróla especie mexicana 
M.mcsolciica Licht.,que se acerca mucho ala ya des- 
crita. 



105 

Familia Ursida Wagn. 
Sub-familia Cercoleptina Girard. 
Género Cercoleptes Illig. 
Cercoleptes caudivolviilus Illig. 

Uliír. Prodrom. S¡/st, p. 1*27. 

A. Waífuor, Schreber Saeitgethiere^ II, 170. 

La marta , llamada martilla en Costa Rica , no es raro 
encontrarla en los huecos délos árboles, donde pasa el 
día escondida. En la noche sale á robar mamíferos peque- 
ños y aves. Vi algunas v^eces ejemplares vivos en Costa 
Rica , que habían sido tomados cuando chicuelos , ya un 
poco domesticados. Su fina y tupida piel es muy aprecia- 
da, y por estola llevan con frecuencia á vender, pero, 
por desgracia , como de costumbre , sin la parte de las 
patas ni de la cabeza. 

Extiéndese desde el Río Negro por la Guayana y 
Nueva Granada hasta México. Salvin la halló también en 
Guatemala. 



Sub-familia Subursixa Blainv. 
Género Procyox Storr. 
Procyon hernandezii Wagl. 

WaíTler. Isi^. l«n, p. 5U. 

Baird, Report. of, Explor. and Snrr. &. Vol. Vlll, p. 212. 

Mientras que algunos zoólogos, tales como Gray y 
Giebel (Sdugeth, S. 747) consideran el procyon lotor me- 
xicano, descrito por Wagler como una especie separada, 
nada más que como degeneración del procyon lotor 
Desm., debo adherirme á la opinión del Prof. Baird, que 
marca distintamente los caracteres de ambas especies , y 
que, por fundadas razones, la clasifica separadamente. 
La especie que existe en Costa Rica , en la cual yo no 
observé variedad alguna, mostraba todas las pcculiarida- 



toe 

des de la mexicana. El procyon patas negras , de Her- 
nández , es algo más grande que el procyon común ; su 
piel es negra ó negruzca , pero no parda; las patas des- 
cubiertas y negras, y la cola no está tan rigurosamente 
cortada á la raíz como en aquél. Vive en México y se 
extiende al Norte hasta el Río-Grande ; al Occidente se le 
ha encontrado hasta en el cabo Flattery ó Pugets Sound. 
De modo que Costa Rica sería el límite más meridional 
de su esparcimiento : al Norte de Sud América se halla el 
procyon cancrivorns Desm. , que es una especie entera- 
mente diferente. En Costa Rica obtuve un ejemplar vivo 
del Pr, hernandezii Wagl., que conservé muchísimo 
tiempo encadenado , y de este modo pude observar su 
modo de vivir y sus particularidades: había sido cogido 
en tierna edad , y se domesticó á tal grado que los niños 
podían jugar con él. Generalmente pasaba los días calu- 
rosos durmiendo , enroscado entre hojas de maíz , en el 
pesebre con mi caballo , del cual era muy amigo y trata- 
ba de jugar con él trepándosele sobre el lomo , familiari- 
dad que le valió algunas mordeduras. En su manera de 
vida es exactamente igual al procyon común. En Costa 
Rica es generalmente conocido con el nombre mexicano 
de mapa chin. 



Género Nasua Sttor. 

Nasua leucorhynchus Tschudi. 

Tsciuidl, Fauna Peruana. 

Todos los ejemplares del pizote, que tuve oportunidad 
de ver en Costa Rica, pertenecen á esta especie, y su 
clasificación la agradezco á la bondad del Prof. Peters. 
Procedían todos de bosques situados á una altura de 6 á 
7.000 pies; yo los vi en las cimas de los volcanes Irazú y 
Poás , y recibí ejemplares de las montañas de Turrialba y 



107 

Candelaria. Tschudi también lo halló en las montaflas 
elevadas ; y en México lo vieron en las cercanías de la 
bien conocida finca del Sr. Sartorius, llamada "Mirador„, 
situada á una altura de 4.000 pies (1). Así, pues, parece 
que esta especie habita de preferencia en las montañas 
altas y frías. 

Tanto en Costa Rica como en otros países, se distin- 
g^uen dos especies de nasua, una llamada pisóte solo y 
otra pisóte de mauada. Ha poco tiempo que el Sr. R. 
Hensel (Sitsungsberichte d, Gesellschaft naturf. Frenu- 
de 2U Berlin im Jahre 1886. Berlín, 1867, S. 22), apoyado 
en muchas investigaciones experimentales , ha presenta- 
do la prueba de ser exacta la afirmación hecha por pri- 
mera vez por Azara , al decir que el pizote solo y el pizote 
de manada, que hasta hoy se habían tenido como dos espe- 
cies (TV. solitaria y iV. socialis) , son una sola y misma es- 
pecie, separándose de la manada el macho viejo para llevar 
una vida solitaria. Lo dicho no excluye de modo alguno que 
entre los fiasuas conocidos , puedan haber diferentes es- 
pecies bien caracterizadas. Con tal motivo , envié al Sr. 
Hensel tres cráneos (de un macho, de una hembra y de 
un pequeftuelo) de la especie que se halla en Costa Rica, 
NAeucorhynchus ; examinándolos, se convenció de que 
esta especie tenía puntos de diferencia tan notables con 
la del Brasil , recogida por el mismo , N. solitaria y N. 
socialis , que no se puede poner en duda que ésta sea otra 
especie. 

Aunque en Costa Rica se encuentran el pizote sólo y 
el pizote de manada , pero como todos los ejemplares que 
reuní pertenecía al iV. lencorliyfic/ms, es muy probable 



»l) La eitperio dcsr-rita eii ol Zoolog. Garlen^ ISíiOy ISfi2, como naxua soliloria 
M. V. Wied (variedad mexicana <l»f Weinland), e?» prol>Ab1emuir« también JV. leucor 
ynchu»\ se diferencia de lo9 ejemplares rustarricenseí áiiioamente en «{ne el blanca 
es mts pruniinciadu. 



108 

que esta sola especie exista allí , y que A ella pertenezcan 
también los pizotes que se hallan más al Norte, y que los 
conocidos en Costa Rica con el nombre de pizotes de ma- 
nada sean nada más que los hijuelos del N, leucorhyn- 
chuSy y no el N. socialis. Siendo así, el N. leucorhynchus 
sería el representante de este género en las comarcas 
tropicales del Norte, mientras que el TV. solitaria queda- 
ría circunscrito á la parte meridional de los trópicos. 

Tuv^e muchas veces en Costa Rica ejemplares vivos 
del pizote , y esto me proporcionó la ocasión de estudiar 
un tanto las costumbres de este alegre animal. Más tarde 
leí la descripción, magistral en todo sentido y muy exacta, 
que Rengger hace del modo de vivir del N. leucorhyfi- 
Chus. Como yo puedo testificar todo lo que él dice, me re- 
mito á su excelente descripción, muy digna de ser leída. 

También en Costa Rica la piel de esta especie cambia 
de color , según la edad ; es decir , en los jóvenes predo- 
mina el color pardo , mientras que en los viejos sobresale 
el negruzco y el blanco. 

Los cazadores emplean estas pieles en cacerinas , que 
llaman chuspas, y en cubiertas de las llaves de las esco- 
petas. 

Nota. — La seguridad con que los leñadores y cazado- 
res, que conocen mejor los animales de los bosques, afir- 
man la existencia de un gran animal que ellos llaman oso 
rí'r//, permite tal vez suponer que el oso sud-americano, 
ursus oruatus Cuv. , que se ha encontrado por el Norte 
hasta la República de Nueva Granada, se halle también 
en Costa Rica. Según dice aquella gente se deja ver rara 
vez y solamente en los bosques de las altas montañas, y 
cuando es atacado, se para en las dos patas traseras. 
Cierto es que en Costa Rica llaman oso real al oso hor- 
miguero ; pero éste no es un animal tan grande, y ade- 



109 



más, ni es tan raro, ni vive sino en las bajuras cálidas, 
cerca de la costa. 



Orden Actiodactvla Owex 

Sub-orden Artiodactvla non ruminantia Ovven. 

Familia Suina Gray. 

Género Sus Linn. 

Sus scrofa Linn. 

Habiendo la carne de puerco , desde tiempo inmemo- 
rial , representando un papel importante en la provisión 
de los buques , fué , por consiguiente , el puerco uno de 
los primeros animales domésticos introducidos por los 
españoles á sus nuevas colonias, después del descubri- 
miento de América. 

En Costa Rica parece que fué la raza española entera- 
mente negra, que ho}^ mismo se encuentra en el país, la 
importada por los primeros colonos. Es mu}^ probable que 
más tarde se introdujera , de las islas del mar del Sur , la 
raza blanca de piernas largas, que ahora se halla con fre- 
cuencia en los lugares montañosos del país; y hasta últi- 
mamente fueron llevados de Inglaterra los puercos pe- 
queños de piernas cortas y de origen chino. Tienen éstos 
la ventaja de engordar muy pronto , y por esto los crían 
de preferencia y se han aumentado con mucha rapidez. 

Acostumbran en Costa Rica dejar que los marramos 
anden libres hasta que estén desarrollados, poniéndoles un 
anillo de hierro en la extremidad de la nariz (trompa) para 
que no hagan daño escarbando las tierras cultivadas; se 
les pone además una horquilla (horqueta) de madera de 
forma triangular, en el pescuezo, para impedir que rom- 
pan las cercas, que son generalmente de árboles vivos. 
Hasta que se desea cebarlos, son encerrados en estrechos 



lio 



chiqueros. El estar los puercos en libertad, facilita mucho 
el cruzamiento natural de las diferentes razas ; ésta es se- 
guramente la causa por la cual rara vez se ven puras las 
tres razas mencionadas. 



Género Dicotvles Cuv. 
Dicotyles torquatus Cuv. 

G. Cuvler, Reífn. Aiiim. 1, 215. 

Rengíjer, Saeuífeth. voii Paraguay S. :i28. 

Burnieister. Saeuíreth. Hrasiliens S. 327. 

KrauKS, l'cber den Interschied zwisch. rtem Schaedel von 

D. labiatus und D. torquatiis in Wiejmanns Archiv^ XXIX, 

Bd. I, 271. 

Este animal, llamado en Costa Rica sahino (v. sajino), 
habita en alturas hasta de v^.OOO pies; algunas veces, sin 
embargo , se le encuentra solo y no en manada como la 
especie que describiremos en seguida. Se le da caza tanto 
por su sabrosa carne , como por los daños que causa á los 
maizales. Una que otra vez se le halla domesticado. 

Salvin encontró la misma especie en Guatemala ; tam- 
bién la hay en México, y según Baird (a. a. O. S. 627) se 
extiende hasta el Rcd-River en Arkansas (34*^ latitud bo- 
real), y por el Occidente hasta California. 



Dicotyles labiatus Cuv. 

o. Cíivier, Regn. Anim. I, 215. 
Beiiífífer, üaeugffh, ron Pamonay S. ;í22. 
Biirmeistor, Sneugeth. fírasíHeus, S, :»"). 

El cariblanco vive en grandes manadas en la espesura 
de los bosques vírgenes de las cálidas bajuras;' pero de 
cuando en cuando se deja ver en las altas montañas, como 
en Cariblanco, en el camino de vSarapiquí. Este lugar debe 
su nombre á la circunstancia de que sus primeros mora- 
dores fueron turbados, durante la primera noche, por una 



til 

manada de estos animales que pasaba. En Costa Rica es 
conocido solamente con el nombre de cariblanco; en Ni- 
caragxia lo \\ñvm.Tí jabalí. 

Este puerco se domestica algunas veces , y su carne 
es tan buena como la de la especie precedente. 

En cuanto á la diferente configuración del cráneo de 
estas dos especies , me refiero á las cuidadosas investiga- 
ciones de Krauss , ya citadas. 



Sub-orden Ruminantia Cuv. 
Familia Cavicornia Illig. 
Sub-familia Bovina Baird. 
Género Bos L. 

Bos frontosus Nils. 

Ya en el año de 1561 , el rey de España , en nota diri- 
gida al Lie. Cavallón, refiere que con los primeros colonos 
que éste condujo á Costa Rica, había también llevado 
ganado vacuno. El ganado importado por los españoles á 
América, pertenecía á la raza de su país; y como todavía 
hoy el ganado de España es de la raza llamada mancha- 
da, se encuentra ésta muy generalizada en América. 
Lionel Wafer menciona que en 1670 vio ganado negro en 
el istmo de Panamá. 

Como el ganado vacuno vive libre en el campo en las 
sabanas naturales , y los españoles no hicieron riada ab- 
solutamente para mejorar la raza , se encuentra unifor- 
midad en cuanto al tamaño y forma , pero no en cuanto al 
color, que es más vario. La especialidad de las vacas ame- 
ricanas de no dejarse ordeñar , mientras no hayan ama- 
mantado el ternero, muestra, ó bien un retroceso al estado 
natural , ó que los españoles del tiempo de la conquista 
no habían mejorado su ganado hasta el grado en que éste 
se halla hoy en el resto de Europa. Por esta razón no se 



lia 

acostumbra en Hispano- América matar los terneros, por- 
que al mismo tiempo se perdería la leche de la vaca. 

Suele en Costa Rica encontrarse ganado salvaje , lla- 
mado cimarrón. Según informes-, se halla este ganado al 
Norte del volcán de Barba en las llanuras de Santa Clara; 
pero es tan arisco , que con dificultad puede alguien acer- 
cársele, siendo por esto forzoso matarlo á balazos. 



Sub-familia Ovina Baird. 
Género Ovis Linn. 

Ovis arles Linn. 

Mientras que en el lugar llamado Los Altos de la ve- 
cina Guatemala , la cría de ovejas ha tomado tal impor- 
tancia que la preparación de las lanas ocupa gran parte 
de la población , y la manufactura de tejidos de lana , te- 
ñidos ó no, forma no pequeña parte de la exportación 
nacional, parece que el clima de Costa Rica, por ser más 
húmedo, no es favorable á la cría de ovejas. Por esta ra- 
zón, únicamente algunas personas pudientes las tienen 
para su recreo. 



Género Capra L. 
Capra hircus L. 

Aunque las cabras prosperan mu}^ bien en Costa Rica, 
no se crían en grande escala, en atención á los muchos 
daños que ocasionan , que son mayores que las ventajas. 
En electo, rompen las cercas vivas, se comen la corteza 
de las plantas útiles y se trepan á los tejados de las casas, 
que generalmente son bajas, echando abajo las tejas, que 
no están colocadas con solidez. Por esto solamente haj' 



113 

una que otra cabra por interés de la leche , que es muy 
provechosa para las personas débiles. 

Famila Cervina Gray. 
Género Ckrvus Linn. 
Cervus mexicanus Gmel. 

GmeUn.spst.Nat, I, 179. 

Llchtenstein, Darstellung neu?r odei* weniger hehannter Saeugethiei*e^ 

Pl. XVIII. 
Baird, Explor. and surr. etc. Vol. vil I. p. 6r)3. 
Pudieran, Arch. du Mus. d'Hist, Kat. Tom. VI, p. Wl. 

El ciervo mexicano , pariente próximo del ciervo de 
Virginia , es conocido en Costa Rica con el nombre de ve- 
nado , y vive de preferencia en las orillas de los bosques 
vírgenes, no siendo raro encontrarlo en los prados situa- 
dos en sus alrededores; prefiere visitar los maizales, 
mientras la planta del maíz está tierna ; pero como los 
daños que en ellos causa son de consideración , los agri- 
cultores lo cazan con ahinco. A veces, ocultos entre el 
espeso follaje de la maleza que hay en los arroyos que 
corren en profundas hondonadas , se aproximan en ma- 
nadas hasta cerca de los lugares habitados. Los ciervos 
de mayor edad, llamados capataces por ser los que dirigen 
la manada, son en extremo ariscos y precavidos, y por 
esto menos frecuentemente cazados que las hembras. 
Debido á lo dicho, muy rara vez vi su cornamenta, mien- 
tras que en cualquier tiempo y sin dificultad , se cazím los 
ciervos jóvenes de dos y tres años, así como las hembras. 

El ciervo mexicano se encuentra en México y en todo 
Centro América; así es que Costa Rica sería el límite me- 
ridional de su esparcimiento (1). 



(1) Es muy probable que el cervux nemoralis H. Sniith. que es ronfrónore 
4el O. meíüicanus, se eu«-utMitrn lamhión en *"osta Hira; v e» ríe prestimir que s»» 
le halle en la parte oriental, inclinada hacia el .Mar Caribe. Según Smith, existe 



jULj4 

Cervus rufínus Puchcran. 

Pucheran, Aírhir. d. Mas. VI, 491, Tab. 30. 
Pudieran, Rerne et Slagaz, d. Zool. 1851, p. TiOl. 

Esta especie, que es muy próxima al cervus rufusCuv,^ 
ha sido con razón clasificada por Pucheran como especie 
separada; se diferencia esencialmente de aquélla por ser 
de tamaño menor , por tener negro el hocico 3^ las patas, 
y por el color del pescuezo, que no es blanco sino rojo; 
también porque la parte del vientre no es blanca sino li- 
geramente manchada. 

Los ejemplares de Pucheran eran originarios del valle 
de Loa en el Ecuador, en la pendiente occidental de la ca- 
dena del Pichincha. 

En la colección zoológica de Darmstadt , vi dos ejem- 
plares de esta especie del ciervo , que llevan el nombre de 
C, sortoní. Eran un obsequio del Sr. Sartorius y proce- 
dían de su posesión llamada "Mirador,, en las cercanías 
de Veracruz , en donde dicen se encuentran con frecuen- 
cia. Si llega á confirmarse la suposición de Burmeister 
(a. a. O. S. 319), de que el llamado por Lund cervus uanus 
Lund, del Brasil, hallado á orillas del río San Francisco, 
sea el mismo C. rujinus , entonces sería muy extenso el 
círculo de su esparcimiento. Siendo así viviría esta espe- 
cie en México , en todo Centro América y en el Ecuador, 
donde sería el representante del C. r tifus. 

Llámase este ciervo en Costa Rica cabra de moutCy A 
causa del hundimiento y no ramificación de sus cuernos. 
Tómasele frecuentemente cuando pequeño, y se domestica 



taiiiliión cín lluinliitas: y Sanssnrt* ilírrtir et Matj. de Xoolotj.t Ser. T, XII, I.SíH) 
|). Sflí») i'.»iisiíj«'r:i sil V.' cariorwi mexiram» y t»I C. coriarou de HníTon, iiue vive 
«MI (til. a, ««MMu Mléiiiiíu"» «'«»n «•! (\ m'uxoroUx II. Miiith. Yo encontré en el Museo 
/•.iuI<ÍL'i<"i) 'ii' >tMttíir.»it 'MI ricrv» lio Mirínaiii «pío, á mi juirio, iiu es oiro «|ae el 
C. nayoiihürt'iti Caliani!», «le la fiíiayana, y <|' o proIjuMeiMcnu* á ^u vez uu en otro 
'jM • fl ('. m'iitornli.^ Sniitli s«'m^ii i'<<to. s«f enritiitraria el (*. neMorali* alrededor 
(li>t Mar < arihe, á saber, en Cniía «-uii v.\ iiumbru de cnrlncou Uul'.'un, en MéXÍ«*o 
í*«»n fj de r. niriartfs >i\\\-jí , «mi Ihiulnras «'on el d<? C. n*'mvralÍ9 Smith, y en 
la (íiiayana v Surinaiii con el do (.'. aorotinutt'm Lab. 



115 



sin dificultad. Con respecto á sus hábitos y al color de los 
cervatillos, son los mismos que los de su congénere, el 
C. rufus, por lo cual me remito á los informes de Rengger 
(a. a. O. S. 356) y de Burmeister (a. a. O. S. 316). 

Los ejemplares que obtuve en Costa Rica procedían de 
Pacaca y del Guaitil , esto es , de los lugares más cálidos 
del país. 



Orden Perissodactvla Owen. 
Familia Equid^ Gray. 
Género Equus L. 

Equus caballus Linn. 

El caballo pertenece también á aquellos animales do- 
mésticos que fueron introducidos inmediatamente después 
del descubrimiento de América. Los caballos descendien- 
tes directamente de aquella raza son pequeños , de for- 
mas regulares, la mayor parte de color oscuro ó blanco, 
de paso muy firme y de mucho aguante ; y por esto me- 
jores para los malos caminos de aquel país montañoso, 
que los caballos grandes importados últimamente de Eu- 
ropa ó de los Estados Unidos y de Chile. 

Hasta hace poco se permitía á las yeguas andar libre- 
mente sin servirlas; por este motivo no se puede tratar 
de una raza determinada. Tanto en Costa Rica, como en 
el resto de la América tropical , se deja pacer los caballos 
al descubierto, día y noche en los campos. 



Equus asinus L. 

Los buenos burros garañones han sido siempre muy 
apreciados en Hispano- América; á las burras, por el con- 
trario, se las deja andar libremente. En Centro América 
se cuidan solamente de la cría de muías, que son muy es- 



116 

timadas como bestias de carga , y caras á causa de los 
malos caminos. En los climas cálidos , por malos caminos 
y terrenos quebrados , las muías son no solamente más 
fuertes para la carga , sino que resisten al hambre y sed 
mejor que los caballos ; aunque una muía en potrero , co- 
me más que un caballo. 

Yo he visto muchas veces en Costa Rica muías pardas 
con rayas negras en las piernas. 

Familia Tapirina Gray. 
Género Elasmognathus Gilí. 
Elasxnognathus bairdii Gilí. 

Th. Ciill. Proceed of Xat. Sciences of Philadelphia, 18®, i». 183. 

Flowers, Proc Zoolog. Soc. of London, 18ín, p. 210. 

Oray, Proceed. Zoolog. Soc. o/ London, 18ín, p. 876 bis 885 dj 
A. E. Verlll Ann. adn. Mag. X. H. 18<r7, XX, p. ««." 

Th. OUl, SUlimanfi Amer. Jouni. Se. July 18en, Vol. 43, p. :r:n. 

Trosoliell, Berirht über d. Satniírethlero. Wiegma4ins Archir, 1868. 

El descubrimiento hecho por el Profesor Gilí, de que 
el tapir centroamericano pertenece á una especie esen- 
cialmente diferente de las otras dos especies americanas, 
esto es, del T. americamis L. (T. snillus Blumenb.) y del 
7. vUlosus Wagn. (T, ronlim Fisch. = (T. pinchaque 
Roulin), y que la diferencia es tan not ible que deba for- 
marse un género especial, es una de las adquisiciones de 
mayor interés é importancia con que en estos últimos tiem- 
pos la Mamalogía ha ensanchado el campo de sus conoci- 
mientos. Este descubrimiento tiene también una impor- 
tancia particular, y es que el tapir de Baird se aproxima 
más al de hi India que á las dos especies americanas ya 
citadas. 

Sobre la distribución geográíica de esta especie , sabe- 



(h Oray: «^<Nof¡re ul' a New Spei'íes o.' American Tapir, with ()l<servatiuii« on 
tlie skiill of Tapirun Kinoclmerus and Elut.nonnathu* iii th#í Collection ot tlie 
British Mu«ouni,» contiene la (lescri|ji¡on más .-onipleta »¡el /'.'. bairdii. 



117 

mos hasta hoy lo siguiente. Según el capitán Dow, todos 
los ejemplares encontrados en el istmo de Panamá, al 
Norte del río Chagres , pertenecen á esta especie : de los 
tapires de Costa Rica, tuve oportunidad de examinar seis 
cráneos que también pertenecían al E. baírdii, así como 
un ejemplar de Nicaragua traído por Salvin ; podemos, 
pues, aceptar que también el tapir que se halla más al 
Norte pertenece á la misma especie. Habiéndose encon- 
trado tapires en la costa meridional de México , se puede 
precisar muy aproximadamente la zona de esparcimiento 
de esta especie : esta zona se extendería por el Sur hasta 
el istmo del Darién, y por el Norte hasta el Sur de México. 
Cierto es que el cráneo del E. bairdii , se parece en su 
aspecto al del pinchaqiie (T. roidini Fisch.), pero se dife- 
rencia de éste por el especial desarrollo dé la mandíbula 
superior, que es abultada hacia arriba, y sobre todo por 
el grueso y osudo tabique nasal. En sus costumbres no 
parece diferenciarse de las otras especies del tapir; lo 
mismo vive en las bajuras cálidas que en las más elevadas 
montañas, donde frecuentemente tuve ocasión de ver sus 
huellas. En todo Centro América es conocido con el nom- 
bre de danta; un ejemplar vivo y de poca edad que me 
llevaron á la capital (San José), dejaba ver las manchas 
ordenadas en forma de fajas , como en las otras especies. 
En' Costa Rica se caza la danta á menudo por lo sabroso 
de su carne; los habitantes de las montañas salan la car- 
ne, la secan al aire y hacen grandes provisiones de ella. 
También de la gruesa piel hacen correas que , retorcidas 
y secas , se emplean como muy durables látigos. Gustan 
los tapires de los pantanos salados que se forman por la 
evaporación de las aguas salitrosas ; en estos lugares se 
cazan con bala, de noche y á la claridad de la luna, ó con 
lanza , acosados por los perros. 



■ * 



118 

Orden Natantia Illig. 
Familia Halitherida Carus. 
Género Manatus Cuv. 
Manatus americanus Desm. 

Desiiiarest. Maimnal. p. HOT. 

Cuv. Oss. Foss. V, 1. 

Manatus íiustralis, Wieg-ni., Wiegmanns Arch. 1J*W, I. S 1. 

A. Waííuor, Sclireb.Snppl. \\ 118 1. 

Hurnieister, Saengeth fírasiliens, S. 'XV). 

Manatus latirostrls Harti. «arlan, Jonrn of \at Se. Phlladel 

phia, III, b. p. 290. 
A. W'AV^w^v, Schreber SaeHuetft VII, 129, i:>0 
J. Y\ Hrandt, Mem. de V Acad. Iwp. d. Sf. Pcferslfurii, Toiii. XI 

Nr. I, IWlHís; und XIII, 2r,:{ u. -¿T) (S.vniboUi» Sirenold 

KrausK, MüUers Archir, \í<á). Heft 4 und ebendaselbst, Irtf 
s. 4ir>. 

Al principio distinguíanse solamente dos especies per 
tenecientes al género manatus , la que se encuentra en 1 
costa africana, bajo el nombre de J/. sene gal ensis Desm, 
y la americana, ó sea el M. americanus Desm. Más tard 
se subdividió la especie americana en dos, la norte-ame 
ricana y la sudamericana , y llamóse A la primera A/. U 
I ; tirostris Harl., y á la otra M. aust ralis Wiegm. Mientni 

que Burmeister (a. a. O. S. 336) acepta la separación d 
las dos especies mencionadas, Brandt (a. a. O. S. 221 
duda que se puedan considerar como especies difereí 
tes (1). 

Si reconocemos el J/. latirostris como especie sep; 
rada , entonces no se encontraría más que éste en la cost 
de Costa Rica. 

Verdad es que Murray (2) fija como lugar donde i 

(l) Manatí latiroxtric ' hi revera «pericm dintiiirtam procbet. qiio»l Gray 
adei) iiegat ) «litio {^eo^ruphifa. nt videtur, iiide a Klurida urientalí et insulis A 
lillensiliiis, nec non a ^inu Mejicano ad Surinam, neu Guyanam llullandoni 
íorsan ad Cnvr'nuní sdeo esseí exteudenda, nirut janí puiavit A- Wagnerua iSehr 
Sdtnujrth, Vil, p. 130), 

(í) Andiew Munay, The Geographical Dislribvlion o f Mam mal», Lon«l 
18 W, 1. 



* 



119 

reúnen las especies boreal y austral , la comarca de la 
Laguna de Chiriquí, esto es, en parte de la costa de Costa 
Rica; pero este dato carece absolutamente de fundamento. 

Casi todos los ejemplares venidos en estos últimos 
años á Europa para los Museos , proceden de Surinam y 
pertenecen á la conocida especie M, latir ostrts; y , que 
yo sepa , jamás se han recibido en Europa ejemplares de 
la costa de Costa Rica ni de San Juan del Norte ( Grey- 
town). 

Una sola vez se me presentó la ocasión de ver mana- 
tíes á orillas del río Sarapiquí , desde al^juna distancia; 
parecía que estaban paciendo en la ribera , pero tan luego 
como se acercó nuestro bote, se arrojaron precipitada- 
mente al agua y desaparecieron así de nuestra vista. 

Todavía hoy se encuentran con frecuencia por toda la 
costa del Atlántico , donde hallan abundante alimento y la 
seguridad necesaria en los esteros; desde allí se dirigen á 
los ríos , y por eso los hay en abundancia en el río San 
Juan y sus afluentes el Sarapiquí y el San Carlos. 

Los raudales que están más allá de la confluencia del 
San Carlos, les impiden probablemente pasar más arriba, 
y por esta razón no han sido encontrados ni en Río Frío 
ni en el lago de Nicaragua. A la extraordinaria circuns- 
tancia de vivir el manatí únicamente en la costa oriental 
y no en la occidental , no pude hallar otra explicación que 
suponer que , durante el primer tiempo del período eoce- 
no , Centro América formaba una hilera de islas , seme- 
jante á las actuales Antillas , de modo que entonces podía 
^1 manatí pasar de uno á otro océano. Supe por casua- 
lidad que el Dr. Bernoulli había hallado el manatí también 
en la costa occidental de Guatemala. Que se le encuentre 
todavía allí , se explica , porque esta parte de la costa oc- 
cidental de América es de muy difícil acceso y muy peli- 
grosa para los marinos ; es probable que este animal , á 



180 

causa de su excelente carne, haya sido destruido por los 
indígenas de los demás lugares de la costa occidental, 
que , como es sabido , estaban más civilizados que los ha" 
hitantes de la costa oriental , y que vivían tan cerca unos 
de otros que, como dice Las Casas, parecía que el país 
hormigueaba de gente. Muy importante sería en verdad 
comparar el manatí de la costa occidental con el de la 
oriental. Claro es que ambos pertenecieron antes á la 
misma especie, pero viviendo más tarde bajo diferentes 
condiciones, es posible que se hayan separado hasta el 
grado de autorizar la clasificación en dos especies dife- 
rentes. 

A causa de la síibrosa carne de este animal , siempre 
lo persiguen y matan los zambos-mosquitos , que con mo- 
tivo de la pesca de tortuga, navegan todos los años desde 
la costa de Mosquitos, pasando por toda la costa de Costa 
Rica, hasta la Laguna de Chiriquí. Para los antiguos fili- 
busteros era el manatí un animal importante, porque les 
suministraba excelente provisión para sus buques, y 
Dampier (s. Brandt, a. a. O. S. 255) lo encontró ya en la 
costa de Honduras, de Bluefield hasta Bocas del Toro. En 
Costa Rica hacen látigos para montar á caballo, del cuero 
grueso y sin curtir del manatí, que son mejores que los 
hechos de la piel del tapir. El hueso temporal se vende 
caro , porque el vulgo le atribuye efectos medicinales. Sa- 
bido es que debemos al interesante trabajo del Profesor 
Krauss de Stuttgart el exacto conocimiento de la forma- 
ción del cráneo del manatí (s. Müllers Archfv, 1862, S. 
420) , pues 01 ha descrito extensamente el modo especial 
cómo el manatí cambia sus dientes, á saber, los molares 
posteriores los cambia con frecuencia, aun en edad avan- 
zada , mientras que los frontales se le gastan y desapa- 
recen. 



131 

Orden Bruta L. 
Familia Entomophaga Wagn. 
Género Myrmecophaga Linn. 
Mymiecophaga jubata Linn. 

Linn, Spst. Xat, I, 52, :i 

A. Warner, Scíireb. Sa^UfjetU. IV, 203, Tab. 67. 

Burmeister, Saengeth. BrasHiens, S. 305. 

El OSO hormiguero grande , llamado en Costa Rica oso 
real , se encuentra únicamente eií los bosques de las cáli- 
das bajuras, en las inmediaciones de la costa. Aun allí, es 
muy raro hallarlo ; una vez solamente \i la piel de uno 
de estos animales que había sido tomado cerca del puerto 
de Puntarenas. Dicen que cuando es atacado , suele pa- 
rarse en las patas traseras, y con sus garras, en que po- 
see mucha fuerza, defenderse y herir gravemente á los 
perros y hombres que se le acercan. No conozco otro lu- 
gar algimo, más al Norte de Costa Rica, en que se le en- 
cuentre. 



Myrmecophaga tetradactyla L. 

Linn. Syst. Nat. I. .524. 

A. Watrner, Sc/ireb. Saeugetk. IV, 20í», Tab. <58. 

Burmeister, Saeugeth. Brasil iens, S. 307. 

El tamanduá j llamado tejóti y oso colmenero en Costa 
Rica, se encuentra en los climas fríos de las altiplanicies. 
Allí obtuve varios ejemplares, así vivos como muertos. 

Su esparcimiento geográfico parece ser muy extenso, 
puesto que Salvin lo vio en Guatemala también ; por la 
parte del Sur, se encuentran ambas especies hasta el Pa- 
raguay. 

Cyclothurus dorsalis Ora}'. 

(iray, Proceed. of Zool. Soc. Lontlon, 1865, p. 385, Pl. XIX. 

Razón tuvo Gray en separar la conocida myrmeco- 
phaga didactyla Linn., como género diferente de las otras 



dos especies , bajo el nombre de cyclothurus. Él describió 
como una particular y nueva especie perteneciente á este 
g'énero , el C dor salís , hasta hoy encontrado solamente 
en Costa Rica, conforme á un ejemplar que recibió de 
Salvin; pero como la diferencia de especie no la funda más 
que en el color de la piel , es dudoso que pueda subsistir 
como tal. Había ya mucho tiempo que el C dorsalis Gray 
me era conocido , sin embargo lo había considerado úni- 
camente como una variedad del C. didactylus, 

Gray hace el paralelo de los caracteres distintivos de 
ambas especies de la manera siguiente: 

C. didactyhis: "fulvus back, blackish-washed; feet and 
tail gray, longer hairs with minute black tips.^ 

C. dorsalis: "golden yellow , silky, back with a broad 
well-defined black stripe; feet and tail yellow. „ 

""The back and sometimcs the sides are washed with 
blackish. Always known b}- the distinct, well-defined, 
broad dorsal streak, and the yellow colour of the feet and 
tail.„ 

Todos los ejemplares que pude ver en Costa Rica po- 
seían los caracteres de especie dados por Gray, y, ade- 
más, todos eran, sin excepción , más pequeños que los 
ejemplares del C. didactylus de las diferentes coleccio- 
nes de Sud-Américii. 

Como lugar en donde se halla , no conozco otro que el 
valle de Orosi en los alrededores de Cartago ; que se en- 
cuentre solamente allí , ó que en otra parte no hayan sa- 
bido dar con (A , ó no lo hayan buscado , son cuestiones 
que no puedo resolver aún. Yo vi su piel brillante como 
la seda y también ejemplares completos , y poco antes de 
salir del país obtuve un ejemplar vivo , por cuyo examen 
vine á convencerme de que el scrafíu de platanar, como 
lo llaman en Costa Rica , es indudablemente un animal 
nocturno. Todo el día estaba inmóvil, completamente en- 



123 

roscado y agarrado con las uñas de una barra de la jaula; 
pero tan luego como venía el crepúsculo de la tarde, prin- 
cipiaba á subir y bajar constantemente en la jaula, aunque 
despacio, buscando evidentemente algún portillo por 
donde poder escaparse ; rehusó tomar alimento alguno , y 
bajo otros respectos mostró igualmente la mayor estupi- 
dez. Cuando, después de algunos días, observé que se 
enflaquecía notablemente , y que en los esfuerzos por es- 
caparse de la jaula, se estropeaba la piel, me vi por des- 
gracia obligado A matarlo. 

En su modo de trepar , de colgarse de las garras y de 
enroscar el cuerpo , tiene gran parecimiento con el cho- 
la'ptís; solamente hay que notar que el rabo aprehensivo 
(prensil ó prehensil) le da muchas facilidades para trepar. 

Ignórase todavía si esta especie existe en otro lugar 
fuera de Costa Rica. 

Género Dasipus Linn. 
Sub-género Xexerus Wagl. 
Dasypus gymnurus Illig. 

lUitrcí, Jierliiier Ahad. AhhandL 1815. 

firay, proceed. Zool. Sor. London, lHr»5, ]) :rTH. 

Dasypus 12-cinctus, Hchreb , Schrebe Saeitijeth., II, S. 

•¿•2.'), Tal). ".'>, 7r), flí,^ 11 u. 1-2. 
BurineisttT, Saeiujeth. Bi'asHie)is, S. íKi. 

Aunque desde los primeros años de mi residencia en 
Costa Rica supe que, además de la especie da que me 
ocuparé en seguida y que es allí muy común , había otra 
que rara vez se encuentra , llamada armado de zopilote^ 
por tener su carne un olor á almizcle , semejante al zopi- 
lote (cathartes foctefislWig. s, atratns Baird), en razón 
de lo cual no sirve para comer, una sola vez se me pre- 
sentó la ocasión de ver un ejemplar vivo ; en la colección 
del Dr. Jóos hallé también un cráneo que corresponde 



exactamente en su forma con las láminas de Cuvier (Oss, 
Foss. Vm, 233, Tab. 212, fi^. 7-9), y aunque era más pe- 
queño, se notaba por las suturas cerradas que pertenecía á 
un animal viejo. El ejemplar vivo que vi era también de 
mediana estatura. A cuál de estas dos formas, acerca de 
cuya diferencia ha llamado la atención Burmeister (a. a. 
O.), pertenezca el armadíüo que hay en Costa Rica, no 
es posible decirlo aún. Vive en el Paraguay, el Brasil, el 
Perú y la Guayana; más al Norte de Costa Rica no ha 
sido encontrado hasta hov. 



Sub-íí:énero Tatusia F. Cuvier, Praopus Burm. 
Dasypus fenestratus Peters. 

Pet<»rs, MonatJtber. d. Akad. zu Jierlin, 1H6Í, S. IHO. 
J. K. (iray, Proc. Zool. Soc. Loudon^ 1805, p. Wcí. 

Creyendo que el armadillo de Costa Rica fuera el co- 
nocido dasypus uovemcinctiis L., le había dedicado poca 
atención allí ; y solamente después de mi regreso , que me 
procuré las obras de consulta de que carecía en Costa 
Rica, encontré que el Profesor Peters consideraba los 
ejemplares enviados de Costa Rica como pertenecientes 
á una nueva especie , y los había clasificado como £>. fe- 
ncstrattis, cuyas diferencias describe de la manera que 
sigue. 

El D. loítgicaudattís Wied , que es la especie más cer- 
cana, se diferencia: 1.^ en que, como en el hypercambon 
(D. peba Desm.),las fajas escamosas posteriores de la co- 
raza (v. concha) no llegan hasta los bordes delanteros de 
la misma: 2.° en que las pequeñas aberturas del paladar 
en la mandíbula superior , que se unen por medio de un 
surco con los agujeros incisivos (foramina incisiva), no 
se prolongan sino que están situadas entre el primer par 



185 

de muela$ : 3.° en que el borde anterior de la sutura de la 
quijada superior , no está entre sino un poco detrás del 
último par de molares: 4.^ en que la abertura del canal 
lacrimal del borde orbital está situada más cerca; y 5.^ 
en que los huesos paladiales (gaumenbeine), en la línea 
media del paladar, son notablemente más cortos. El nom- 
bre específico se refiere á la forma de las fajas de escamas 
posteriores, que Burmeister, al describir el D. peha, com- 
paró, con mucho acierto, á ventanas góticas. 

Las diferencias marcadas por el Profesor Peters con 
los números 2 y 3, aunque las suturas son muy constantes 
y variable el número de dientes , se fundarían en que la 
hilera de dientes molares principia y concluye en el D^fe- 
nestratus mucho más adelante que en el Z>. lofigícauda- 
ttis Wied. 

Un cráneo juntamente con el carapacho (concha) que 
encontré en la colección del Dr. Jóos, me permitieron ver 
exactamente todas las diferencias del D. fenestratiis da- 
das por el Profesor Peters. De aquí deduzco que también 
los armadillos que hay en Guatemala y México hasta Te- 
xas , que han sido tenidos como D, novemcíuctus, existen 
también en Costa Rica y que seguramente serán encon- 
trados allí más tarde. Además, revisando minuciosamente 
el material respectivo de las colecciones zoológicas de 
Stuttgart y Heidelberg, me convencí de que, por medio 
de un escrupuloso examen, se podrán distinguir varias 
especies bien caracterizadas entre los armadillos de Mé- 
xico, Centro América, la Guayana y el Brasil, que ac- 
tualmente llevan los nombres de D. peha Desm., Z>. uo- 
vemcinctus L. y Z). lougicandiis Pr. M. zu Wied, y que 
son considerados como pertenecientes á una sola y misma 
especie. Para esto sería preciso obteher materiales com- 
pletos de las referidas localidades , compuesto de pieles 
enteras (carapachos) con sus respectivos cráneos y es- 



186 

queletos, que al mismo tiempo sean de diferentes edades. 

En Heidelberg , por ejemplo , se encuentran dos ejem- 
plares iguales clasificados como D: peha; ambos proce- 
den de la misma fuente (regalo de Gramlich, de Caracas); 
pude examinar el cráneo del uno porque estaba suelto; 
mostraba todas las señales del Z>. peha; las fajas del cara- 
pacho tenían la forma de ventanas de iglesia gótica. Ade- 
más, ambos tenían diez fajas. 

Entre la gran cantidad de cráneos que en la colección 
de Stuttgart están clasificados como Z>. longicaiidus^ 
hallé uno que verdaderamente tiene mucha semejanza con 
los demás; sin embargo se diferencia esencialmente en la 
forma y en las suturas ; desgraciadamente faltaba la piel 
(carapacho) correspondiente. Dedúcese de esto que el 
armadillo negro , común , de cola larga , merece especial 
atención. Como éste se halla frecuentemente en todas 
partes, es de esperar que con el tiempo no será difícil 
conseguir el material necesario para su examen, si los 
coleccionadores dedican mayor atención á este animal 
hasta hoy tan poco apreciado. 



Familia Bradvpoda Blumenb. 
(leñero Cholcepus Illig. 
Choloepus hoífmanni Peters. 

Pcters, Moiintsber, d. AHad. de U'/.v.v. zh lierlin, IKW, S, 128^ 
IWJi, S. í518. 

Ya en el año de liSr>8 había el Profesor Peters recono- 
cido esta especie como nueva y separádola del conocido 
Ch. (iidactyliis por la diagnosis siguiente: "differt á Ch.dí' 
dacíylo vellere longissimo, unguibus brevioribus albidis, 
cranio convexiore, rostro brcviore;.. después de haber re- 
cibido varios esqueletos, encímtró que éste no tenía como 



187 

el Ch» didactvltts siete vértebras cervicales sino sólo seis. 
Como desgraciadamente hasta después de mi regreso fué 
que tuve ocasión de informarme de esta diferencia im- • 
portante , no presté atención en Costa Rica al número de 
vértebras cervicales. Es por esto que existe aun la posi- 
bilidad de que en Costa Rica haya, además del C//. hoff- 
manni, el Ch. dídactyltis L. también como sería muy im- 
portante del mismo modo averiguar si en las regiones 
vecinas, Nueva Granada, Surinam, etc., donde se halla el 
C/f. didactylus, exista igualmente el Ch, hoffmanni. Creí 
al principio haber encontrado diferencia en la forma del 
cráneo de ambas especies; pero el Dr. Krauss de Stutt- 
gart (s. Wiegmaus Archiv, 1869, S. V¿2) ha probado que 
la forma del cráneo del C//. didactvlus es en extremo va- 
riable, en lo que se parece mucho al C//. hoffmanni ^ en el 
cual yo mismo he notado variedad en las formas, que, si 
fueran constantes, autorizarían la creación de un género 
distinto. 

La piel, cuando jóvenes, es de color pardo oscuro y de 
mucho pelo, aunque corto, y cuanto más av^anzan en edad 
tanto más largos son los pelos y más claro es el color; 
entonces presentan generalmente un color amarillo par- 
duzco, que en algunos tira á azul verdoso. Para decidir si 
en el Ch. hoffmanni haya diferencia notable de color de 
la piel entre ambos sexos, como lo ha probado Krauss 
respecto del C//. didactylus, se necesitan más exactas in- 
vestigaciones. 

En Costa Rica Wkimnn perico ligero íú perezoso ^ co- 
rrupción probablemente de perrillo ligero, apodo que le 
pusieron los primeros conquistadores españoles , puesto 
que así se halla este nombre en Oviedo. El perezoso se 
encuentra en los bosques de las altas montañas y vive en 
las cimas de los árboles que casi nunca abandona , puLS 
pose^'endo grandísima facilidad para trepar, pasa de una 



138 

á otra copa de los árboles. Sobre el terreno es un animal 
extremadamente torpe. Aliméntase de hojas y frutas, y en 
prisión come con gusto papas cocidas. Masca muy des- 
pacio el alimento antes de tragarlo. Su estiércol se parece 
al de la oveja ó de la cabra. Rara vez grita, y su voz se 
asemeja al balido del cordero. Cuando se le irrita, bufa 
con violencia. Tiene extraordinaria fuerza en las garras, 
con las cuales puede causar heridas de gravedad , lo mis- 
mo que con los agudos molares, , que son una especie de 
caninos. Vi uno atravesar completamente el dedo , en la 
raíz de la uña , á un joven que lo molestaba. 

Las hembras que vi tenían sólo un hijo, que se asía del 
largo pelo de la madre , y que es el modo como ellas lo 
llevan consigo. 

El perezoso es indudablemente un animal nocturno; 
sus pupilas están durante el día enteramente contraídas, 
y de noche tan abiertas que casi no se ve el iris; la luz de 
una vela no ejerce influencia en ellas (p. 380). 

El perezoso tiene una vida extraordinariamente tenaz, 
soporta los más crueles tormentos , fracturas del cráneo, 
heridas profundas en el pecho y en el abdomen, lo mismo 
que varios venenos en grandes dosis, y no muere sino 
después de una larga agonía. Para matar con seguridad 
los perezosos , me servía del cloroformo que les suminis- 
traba por medio de una esponja ó pelota de algodón em- 
papada en el líquido , que les introducía en el hocico , te- 
niendo cuidado de meterles la cabeza dentro de una ve- 
jiga de puerco para evitar así la evaporación. 

En lo referente á las costumbres me remito á la exce- 
lente descripción de Brehm (s. Thicrlchen, II, S. 278). 



Orden Marsupialia Illig. 
Familia Scansoria Owen. 
Género Didelphys Linn. 
Didelphys auiita Wied. 

Pr. Max zii Wied, fíeitraege zur Naturgeschite von BrasUien 

II, 395. 2 
Burmelster, Saeugethiere Brasiliens, S. 1»), 

De todos los mamíferos de Costa Rica, es la semivulpa 
6 sorra mochilera de orejas largas, el primer animal tro- 
pical con quien el extranjero recién llegado entra en rela- 
ciones, aunque no agradables. En las ciudades, pocas 
son las casas que no sean visitadas por este feo animal. 
Con frecuencia se despierta el extranjero en el silencio 
de la noche por el ruido extraordinario que hacen estos 
animales con sus carreras y pisadas estrepitosas sobre 
las delgadas tablas de los cielos rasos de las habitaciones, 
ó bien por sus visitas á la despensa y cocina, donde botan 
y quiebran los platos, fuentes y demás vajilla; por lo cual 
algunos extranjeros, temiendo que el ruido sea ocasiona- 
do por ladrones, se levantan y echan mano á sus armas. 
Al día siguiente piden explicación de aquel bullicio ines- 
perado y reciben esta contestación: "Señor, es el sorro"". 
El nombre de zorro no es el propio de este animal ; pero 
como en Costa Rica la semivulpa hace entre las aves do- 
mésticas el mismo daño que el zorro en Europa, por esta, 
razón los colonos españoles dieron el mismo nombre á 
este didelfo, aunque en ligereza y astucia no se puede 
comparar á nuestro zorro europeo. Justamente su poca 
ligereza y torpeza son la causa de que caiga á menudo en 
poder de sus perseguidores. No es, pues, en Costa Rica 
un espectáculo inusitado encontrar en las calles y cami- 
nos un zorro recién muerto, que los zopilotes pronto de- 
voran. Por esta circunstancia, pude presto proporcionar- 
me numerosas pieles y cráneos. Comparados estos últi " 

9 



130 

mos escrupulosamente, no encontré diferencia alguna 
entre ellos; pero respecto de las pieles hallé que su color, y 
sobre todo los pelos sobresalientes, presentaban muchas 
variaciones, que unas eran blancas, otras negras, que 
unas tenían pocos pelos grises y otras muchos; pero el 
color de los pelos no puede servir como señal de distin- 
ción, según lo ha demostrado Hensel (1). 

Jamás encontré en Costa Rica la semivulpa al aire 
libre ; generalmente está dentro de los techos de las casas, 
y á pesar de ser tan perseguida no es escasa. Quizá se 
reduciría considerablemente su número si , como sucede 
en Guatemala, comieran su carne; pero la fealdad de 
este animal parece retraer á los costarricenses de prepa- 
rarlo para su mesa , como en Guatemala , en donde es 
tenido hasta como exquisito bocado. Varios ejemplares 
obtuve vivos , y por ellos me convencí de la insensibilidad 
de este animal á todo maltratamiento corporal ; después 
de penetrantes heridas en el pecho , de fracturas en el 
cráneo y aun después de extrangulado , tarda mucho para 
morir ; tiene gran destreza y fuerza en su cola aprehen- 
siva (prettsil 6 prcheusil) , con la cual , hasta en sus últi- 
mos momentos y en los paroxismos de la muerte, busca 
un punto de salvación, y, cuando lo encuentra, se ase 
de él. 

De las semivulpas en que sobresalen los pelos grises, 
parece que en Costa Rica no hay más que esta especie; 
y entre los ejemplares que fueron enviados á Berlín y 
clasificados por el Prof. Peters, así como entre los remi- 
tidos á Washington, se encontró solamente la D, aurita. 



KU Zoolog. Garlen, 1867. S. í»0. 



13 1 

Didelphys quica Temm. 

Teiiiminck, MfmoQt. Mammif' I, íí6. 
Burmeister, Saeugethiere Brasiliens, S. 136. 

Esta especie parece ser rara en Costa Rica ; pero tal 
vez dependa esto nada más de que casi nadie se ocupa en 
tomar esta clase de animales de monte que no son ni da- 
ñinos ni útiles. No se acostumbra en Costa Rica cazar 
animales con trampas. Vi un ejemplar en Tucurrique , y 
otro que remití á Berlín fué clasificado por el Prof. Peters 
como Z>. quica. Según Salvin (Proc, Zool. Soc. 1861 , 
S. 278), se encuentra este didelfo aun más <il Norte, esto 
es , en Guatemala . 



Didelphys myosurus Temm. 

Temmiuck, Mono(/r. d. Mammif. I, :ís. 
Fr. Max zu Wied, fíeitr. II, m\ 'X 
Burmeister, Saenyethiere Brasiliens. S. i:)5. 

El Único ejemplar de este bonito didelfo lo recibí de 
San Ramón , donde fué cog^ido en los bosques. Habiéndo- 
melo traído vivo, pude observarlo durante algún tiempo. 
Lo alimentaba con insectos (Blatta) que le arrojaba vi- 
vos y que él tomaba con la mayor destreza , y teniéndolos 
con las patas delanteras los mascaba cuidadosamente en 
distintos bocados, sentado en sus patas traseras como las 
ardillas. De día dormía enroscado en la esquina de una 
pequeña caja de madera , pero tan pronto como anoche- 
cía, principiaba á moverse; desgraciadamente se me es- 
capó y los perros lo despedazaron de tal modo que ni la 
piel ni el esqueleto fué posible salvar. En cuanto á su 
rareza, repito lo que dije acerca de la anterior especie. 



133 

Didelphys murina Linn. 

Llnn. Syst.Nat. II, 1, 7-2. 

Pr. Max zu Wiert, Beitraege, 411, 5. 

Burmeiater, Saetigethiere Brasiliens, S. i:w. 

Una sola vez encontré en Costa Rica un pequeño di- 
delfo que se parecía á esta especie ; pero habiéndose por 
desgracia perdido el ejemplar , es cuestionable si verda- 
deramente sea esta especie ó alguna de las otras pertene- 
cientes al sub- género que Burmeister ha denominado 
gryfnUomys. 

Género Chironectes Illig. 
Chironectes variegatus Illig. 

lUií^er, Prod. syst. Mamm. et Ar. p. 76. 

Lntra miiilma, Zlmmormann. neogr.Gesch. II, :n7. 

Didelphys palmata, Hunneister, Saeugeth. Bras, S. i;w. 

Este animal acuático es conocido en Costa Rica con el 
nombre de sorro de agua , de lo que se deduce que no 
debe ser raro allí ; sin embargo no fué grande el número 
de ejemplares que tuve ocasión de ver ; respecto del ta- 
maño, parece ser muy vario. 



Que la América del Sur estuvo al principio separada 
del resto del continente americano , de manera que sus 
habitantes, que subsistían por sí mismos , sin dependen- 
cia de los oíros, pudieron desarrollar sus formas actua- 
les, nos lo prueban particularmente los mamíferos. Hay 
que tener mucho en cuenta que la América del Sur no 
estaba antes unida todavía á la parte setentrional de la 
América del Norte , sino que esta unión ha tenido lugar 
últimamente, hacia el Norte de México, allí donde hoy 
mismo los lagos salados que hay nos dicen que en otro 
tiempo existió un extenso mar. Hasta después de la unión 



133 

de estas dos grandes partes del continente , pudieron los 
habitantes del Viejo Mundo , que entre tanto habían pa- 
sado á Norte América , extenderse más hacia el Sur ; pero 
estando ya ocupado el terreno en el Sur , pudieron mez- 
clarse apenas en pequeña proporción con las formas sud- 
americanas. Esto nos explica la admirable minoría de las 
especies de mamíferos norteamericanos y la significati- 
va preponderancia de las formas sudamericanas en 
México y Centro América. 

Como durante el período terciario tuvieron lugar im- 
portantes alzamientos y hundimientos , y , sobre todo , 
dunmte el período mioceno , algunas partes descendieron 
tanto bajo el mar , que solamente las cimas de las más 
altas montañas aparecían sobre la superficie en forma de 
islas separadas unas de otras; así es probable también 
que , durante la época de mayor alzamiento , el angosto 
istmo se levantara tanto sobre el mar, que aparecieran 
las planicies extendidas al pie de las montañas y queda- 
ran fuera del agua, lo cual favoreciera la emigración de 
los mamíferos para el Norte, mucho más que la estrecha 
faja de costa que hoy ciñe por ambos lados las masas de 
montañas del istmo. El notable desarrollo de los anima- 
les tropicales en México y Centro América , y su gran 
identidad con las especies sudamericanas, indican que 
tal era el estado anterior y que las masas de tierras bajas 
se agregaron inmediatamente á la angosta faja de tierra 
actual. 

Si se atiende únicamente al estado de la temperatura , 
no estando el calor ecuatorial bajo la línea equinoccial 
sino á 10° latitud Norte, las formas tropicales de Sud 
América deberían extenderse mucho más hacia el Norte 
de lo que hoy están ; sin embargo , en la distribución geo- 
gráfica de los animales han obrado otras causas que de- 
ben tomarse en cuenta. Como tales debemos ante todo 



134 

mencionar la humedad del aire A consecuencia de los vien- 
tos de mar y tierra y de las lluvias ; además de esto , la 
calidad del terreno y su estado de vegetación. Conside- 
rando todas estas causas, encontramos que el estrecho 
litoral al Nordeste de Centro América corresponde á la 
montuosa costa setentrional de Sud América; mientras 
que el litoral del Sudoeste posee el mismo carácter de la 
occidental de México ; del mismo modo , el declive Sud- 
oeste más elevado de la cadena de montañas , se aproxi- 
ma á las altas mesetas mexicanas ; mientras que las sel- 
Abosas y altas montañas de más de 7.000 pies de elevación 
no muestran diferencia alguna sustancial de las corres- 
pondientes altiplanicies de Nueva Granada, Ecuador, 
Perú y Chile. En ninguna parte , como en Costa Rica, 
están más juntas unas de otras estas zonas , tan diferentes 
así por el clima como por la calidad del terreno . Igual 
cosa sucede en el istmo que se extiende al Sur hasta el 
Darién . He aquí la razón de que tantos mamíferos de los 
lugares mencionados vivan aquí justamente los unos al 
lado de los otros , y en partes hasta en el mismo terreno. 
Que la unión de Centro América con Sud América es 
muy antigua y muy íntima , aunque interrumpida de tiem- 
po en tiempo, lo vemos al encontrar allí mamíferos de 
diferente origen y de los mismos y diversos períodos geo- 
lógicos, como sucede en Sud América. Por esta causa 
hallamos varias especies de marsupiales , del período más 
antiguo , hasta en Norte América , en localidades circuns- 
critas , y cierto número de desdentados , de una época 
aun más antigua , que han conservado sus caracteres es- 
pecííicos hasta en los lugares limítrofes con el Norte, 
habiendo tenido su punto de partida en el Sur ; todo lo 
contrario se ve en los monos que hasta más tarde apare- 
cieron en Sud América y que no han podido conservar 
sus caracteres originales de especie , porque , bajo diver- 



sas influencias , sus variedades han llegado poco á poco á 
convertirse en especies nuevas , cuyos aun no borrados 
grados intermedios de transición , han dificultado su clasi- 
ficación y dado origen á muchas equivocaciones en los 
nombres. 

La formación de nuevas especies en Centro América , 
bajo influencias exteriores , fué tanto más fácil , cuanto 
que , durante los alzamientos y hundimientos menciona- 
dos ya , algunas de las más antiguas especies quedaron 
reducidas á vivir en las islas nuevamente formadas , y 
sujetas por largo tiempo á las variaciones del clima y de- 
más circunstancias consiguientes. Así se explica el fenó- 
meno de que , en espacios muy pequeños y dentro de lími- 
tes conocidos , existen especies aisladas , de lo cual hay 
infinidad de ejemplos en varias regiones de Centro Amé- 
rica , no solamente entre los mamíferos sino especialmente 
entre las aves. 

En la siguiente especificación de los mamíferos que se 
encuentran en Costa Rica, los he dividido en cuatro gru- 
pos , según que habitan al mismo tiempo en la parte me- 
ridional ó en la setentrional de Sud América , que viven 
solamente en Centro América , y por último , que se ha- 
llan también al Norte del trópico de Cáncer . Una ojeada 
superficial á esta especificación , será bastante para con- 
vencerse de la sorprendente preponderancia de los mamí- 
feros sudamericanos en Costa Rica. 



I. Mamíferos esparcidos sobre la mayor parte de Sud 
América y que se encuentran hasta en Costa Rica y más 
hacia el Norte. 

Mycetes pallíatns , Gray: desde el 7*^ latitud Sur hasta 
Honduras, 15° latitud Norte. 



136 

Chry sothr ix sciurea ,lÁrm,\ Bolivia, Perú, Guayana, 
hasta Costa Rica. 

Arttbeus perspícülatus y Geofír.: enlaparte meridio- 
nal del Brasil , en las Antillas , en Centro América hasta 
Guatemala. 

Carollta hrevicauda , Neuw. Pet.: en el Sur del Brasil, 
Surinam hasta México. 

Nyctiuomtis brasüiettsis , Erxl.: en las Provincias Ar- 
jE^entinas hasta la parte meridional de los Estados Unidos. 

Sciurus aestuans , Linn., var. hoffmanni, Peters: 
Brasil , Perú , Guayana , hasta Costa Rica. 

(Scturus xattthottis , Gray , y Se, igniventris , Wagn.) 

Ccclogcnys paca, Cuv.: Paraj^uay, Brasil, Perú hasta 
Guatemala. 

¿Myopotamus coypns , Geoff. : Paraguay hasta Gua- 
temala. 

Octodon degtis , Waterh.: Chile, Perú, Costa Rica. 

LepHs brasilieítsis , Linn. : en la mayor parte de Sud 
América hasta Costa Rica. 

Felis coucolor , Linn.: todo Sud América, Centro 
América y la parte meridional de Norte América. 

Fclis yaguaruftdi, Dcsm.: Paraguay, Brasil, Guayana 
Centro América hasta la frontera de los Estados Unidos. 

Felis cyra ,Y^Q^m.: Paraguay, Brasil, Centro Amé- 
rica hasta México. 

Fí?//5 o;/.3^a, Linn.: desde el Paraguay hasta el Sud- 
oeste de los Eírtados Unidos. 

Felis witis , Cuv.: desde Patagonia hasta Guatemala. 

Galictis barbara ,V^'<i^r\,'. úq\ Paniguay hasta Costa 
Rica. 

Luirá brasiliensis , Cuv. : Brasil, Guayana hasta Cos- 
ta Rica. 

Mephitis chileusis , Licht. : Chile , Perú hasta Costa 
Rica. 



137 

Nasua socialis , Wied.: desde el Paraguay hasta Mé- 
xico. 

Nasua leucorhynchus , Tschudi : desde el Perú hasta 
Costa Rica (México?). 

Dtcotyles torquatus , Cuv.: desde el Paraguay hasta 
la parte meridional de los Estados Unidos y algunas de 
las Antillas. 

Dtcotyles labiatus , Cuv. : desde el Paraguay hasta Ni- 
caragua. 

Myrmecophaga Jabata , Linnr. desde La Plata hasta 
Costa Rica. 

Myrmecophaga tetradactyla , Linn.: desde el Para- 
guay hasta México. 

Dasypus gymnurus ^ Illig. : desde el Paraguay hasta 
Costa Rica. 

Didelphys aurita , AVied. : Brasil, Guayana hasta Cos- 
ta Rica. 

Didelphys quica, Tem.: Brasil hasta Guatemala. 

Didelphys myostirus , Linn. : desde el Norte del Brasil 
hasta Costa Rica. 

Didelphys nmrina, Linn.: Perú, Guayana, Centro 
América hasta México . 

Chironectes varié gatus , Illig. : el Brasil hasta Costa 
Rica. 

IL Mamíferos que en Sud América viven solamente 
al Norte de la línea equinoccial y que se extienden hasta 
Costa Rica y aun más al Norte. 

Áteles varié gatus, Wíign. : Colombia hasta México. 

Eriodes frontatiis , Gray.: (Guayana, Nueva-Grana- 
da?) Costa Rica hasta México. 

Cebus hypoleucuSy Geoffr. : Surinam, Bogotá hasta 
Nicaragua. 

Glossophaga soriciua, Pall. : Surinam , Islas Caribes , 
Centro América hasta Guatemala. 



138 

Vampyrus spectrum , Geoffr.: Surinam, Centro Amé- 
rica hasta Guatemala. 

Dasyprocta crisiata , Desm.: Surinam, Costa Rica 
(hasta México?). 

Felts pardalis.lAnn,: desde el río Amazonas hasta 
México. 

Fclís iigrina , Schreb. : desde el río Amazonas hasta 
Costa Rica. 

Ccrcoleptes caudivolvidus ^ l\\\^,: Guayana, Nueva 
Granada , Guatemala hasta México. 

Cervtís riifituts^ Pucher.: Quito, Costa Rica hasta 
México. 

Ma fíat US latirostn's^ Harían.: desde Cayena hasta 
Florida. 

III. Mamíferos que sólo se encuentran en Centro 
América y en México. 

Sorí^x spec. : Costa Rica. 

Scitírus rigídns , Pet . , nicoyauus , Gray , griseocau- 
dattis , Gray, Costa Rica. 

Gcomys heterodiis, Pet.: Costa Rica. 

Hesperomys spec: Costa Rica. 

Cercolahcs uovcc- hispanice, Waterh.: costa oriental 
de México y Costa -Rica. 

Mtistcla spec: Costa -Rica. 

Procyon hcrnamieziiy AVagl.: Costa Rica hasta Mé- 
xico. 

Cervits viexicamis , Gm.: Costa Rica hasta México. 

Elasmognathiis bairdii, Gilí.: desde Panamá hasta 
México. 

Cyclothurus dorsalis y Gray: Costa Rica. 

Dasypus fcjtcstratHS , Peters: Costa Rica. 

Cholapus hoffmatnti, Peters: Costa Rica. 

IV. Mamíferos que se encuentran más al Norte de la 
zona tropical. 



Atalapha noveboracensis , Erxl.: Costa Rica hasta 
Tenessee y Missouri. 

Vesperiís fusciis , Palisot de Beauv. : Costa Rica hasta 
la Carolina del Sur. 

Lyctscus latrans ,Sm.:^l\s'^o\xr\, California, México 
hasta Costa Rica 

Urocyon virgiuianns , Erxl.: Missouri, California, 
México hasta Costa Rica. 

Ltitra cauadefisis y Sabin: Mar Polar, Mississipí hasta 
Costa Rica. 



Ojeada sistemática sobre los mamíferos que se encuen- 
tran en Costa Rica. 

Orden, Primates, Linn. 

Mycetes palliatus, Gray. Congo. 
Áteles variegatus, AVagn. Mono colorado. 
Eriodes frontatus, Gray. Mono colorado. 
Cebus hypoleucus, Geoffr. Mono cara blanca. 
Chrysothix sciurea, Linn. Tití. 

Orden, Chyroptera, Blumenb. 

Artibeus perspicillatus , Geoffr. Murciélago. 
Sturnira chiloensis , Gerv^ais. 
Glossophaga soricina. Pallas. 
Vampyrus spectrum, Geoffr. 
CaroUia brevicauda, Neuw. 
Nyctinomus brasiliensis , Geoffr. 
Atalapha noveboracensis, Erxl. 
Vesperus fuscus, Palisot de Beauv. 



Ti 
y* 
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vt 
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r» 



Orden, Insectívora, Cuv. 
Sorex spec ? Ratón, 



140 

Orden, Rodentia, Vicq. d'Az. 

Sciurus rigidus, Pet. Ardilla, 

( Se . nicoy anus , Gr ay . ) „ 

(Se. griseocaudatus , Gray.) „ 

Sciurus aestuans , Linn. „ 

(Se. xanthotus, Gray.) „ 

Geomys heterodus, Pet. Taltuza, 

( Mus ratus , Linn . ) . Rata . 

( Mus musculus , Linn . ) . Ratón, 

Hesperomys spee.? 

Cereolabes noA^aí- hispanice, Waterh. Puerco-espíu. 

(Cavia cobaya, Schreb.). Cnilo, 

Coelogenys paca , Wagn. Tepesctiiutlc, 

Dasyprocta cristata, Desm. Guatusa, 

rMyopotamus coypus, Geoffr. 

Octodon degus, Waterh. 

Lepus brasilicnsis , Linn. Couejo, 

Lepus cuniculus, Linn. Conejo extranjero. 

Orden, Carnívora, Cuv. 

Fehs concolor, Linn. León, 

Felis yaguarundi , Desm. León m ¿quero, 

Felis eyra, Desm. 

(Felis domestica , Briss. ) . Gato, 

Felis onza, Linn. Tigre, 

Felis pardalis, Linn. Manigordo, 

Felis tigrina , Schreb. Caucel, 

Felis mitis, Cuv. 

(Canis familiaris, Linn.). Perro, 

Lycicus latrans , Sm. Coyote, 

Urocyon virginianus , Erxl. Tigrillo, 

Mustela spec? Comadreja, Collareja, 

Galictis barbíira, Wagn. Chulomueo, 



141 

Lutra brasiliensis , Cuv. Nutria, Perro de agua, 
Lutra canadensis, Sabine. „ „ 

¿Lutra felina, Mol. 

Mephitis chilensis, Licht. Zorro hediondo, 
Cercoleptes caudivolvulus , Illig. Martilla. 
Procyon hernandezii , Wagl. Mapachín, 
¿Nasua socialis, Wied. Pisóte de manada. 
Nasua leucorhyncus , Tschudi. Picote solo. 

Orden, Artiodactyla, Owen. 

(Susscrofa, Linn.). Chancho. Cerdo. 
Dicotyles torquatus, Cuv. Zahino. 
Dicotyles labiatus, C\i\. Cariblanco. 
(Bos frontosus, Nils.). Ganado. 
(O vis arios, Linn.). Chivo. Oveja. 
(Capra hircus, Linn.). Cabra. 
Cervus mexicanus, Gm. Venado. 
Cervus rufinus , Pucher. Cabra de monte. 

Orden, Perissodactyla, Owen. 

(Equus caballus, Linn.). Caballo. 
(Equusasinus). Burro. 
Elasmognathus bairdii , Gilí. Danta. 

Orden, Natantia, Illig. 

Manatus latirostris, Harían. Manatí. 

Orden , Bruta, Linn. 
Myrmecophaga jubata, Linn. Oso real. 
Myrmecophaga tetradactyla , Linn. Tejón. Oso colme 
ñero. 

Cyclothurus dorsalis, Gray. Serafín de platanar. 
Dasypus g3'ninurus, Illig. Armado de zopilote. 
Dasypus fenestratrus , Peters. Armado. 
Choloepus hoffmanni , Peters. Perico ligero. 



148 

Orden, Marsupialia, Illig. 

Didelphys auritn, Wied. Zorro pelón, 

Didelphys quica, Temm. 

Didelphys myosurus, Temm. 

Didelphys murina, Linn. 

Chironectes variegatus, Illig. Zorro de agua.'' 



No obstante las magníficas condiciones en que se encuen- 
tra el país para producir en gran cantidad el ganado de 
todas clases , tanto para el consumo como para la expor- 
tación , se nota poco empeño de parte de todos los costa- 
rricenses para obtener aquel resultado , que redundaría en 
provecho incalculable para Costa Rica. 

La provincia de Guanacaste en su totalidad, gran 
parte de la de Cartago , y en general las llanuras referi- 
das antes , son inmejorables para establecer en grandísi- 
ma escala la industria pecuaria ; pero desgraciadamente 
se tropieza con dificultades varias, siendo las principales 
la preferencia que se ha dado hasta hoy al cultivo del 
café, y la carencia de brazos para emprender en otro ra- 
mo cualquiera de industria ó agricultura. 

En 1891 se contaban en todo el país 345.665 cabezas de 
ganado vacuno: 77.043 del caballar; y 2.775 del lanar, 
formando un total de 425.473 cabezas. 

El consumo de ganado en 1891 fué de 31.889 reses en 
todo el país, distribuidas así: 

Provincia de San José 12.378 

„ ,, Alajuela 6.326 

„ Heredia 4.821 

„ „ Cartago 5.122 

, „ Guanacaste 1.356 

ca de Puntarenas 1.491 

Limón 395 



143 

Para llenar las necesidades del consumo se importan 
anualmente de Nicaragua y de Colombia grandes parti- 
das de ganado que representan un fuerte valor pecunia- 
rio que sale del país para no volv^er nunca , si se atiende 
á que Costa Rica no exporta á esos países artículo alguno 
que la indemnice siquiera en parte. 

Para el trasporte se emplean los buejx^s y las muías ; 
pero existe un número tan reducido relativamente de esos 
semovientes , que el valor de una yunta de los primeros 
asciende á veces hasta á $ 300-00, sin que baje de S 150-00; 
y el de las segundas fluctúa entre $ 51-00 y $ 150-00. 

El ca/é es el principal artículo de cultivo en el país. 
A él se dedican de preferencia casi todos los capitalistas 
y agricultores del interior , que por ese medio han eleva- 
do la prosperidad nacional á una gran altura , gracias 
también al alto precio que ha alcanzado aquel fruto en los 
mercados extranjeros. 

Siguen en importancia los baria nos , de los que existen 
vastísimas haciendas en la zona del Atlántico, y que pro- 
ducen anualmente unos seiscientos mil pesos poco más ó 
menos. Todos se envían á los Estados Unidos. 

Para el consumo de los habitantes de Costa Rica se 
cultivan además la caña de azúcar, que deja pingües 
rendimientos á los que la beneflcian ; el maíz , los fríjoles , 
las patatas, el cacao y la hortaliza. 

La cafia de azúcar se encuentra en todo el país , lo 
mismo en el clima templado que en el cálido. Se desarro- 
lla hasta 4 ó 5 metros De ella ,se hace en el país ^1 azú- 
car y la panela, siendo esta última la que consume el 
pueblo. 

El mafjs constituye el pan de todos. Después de cocido 
se le muele para hacer tortillas circulares y delgadas , 
que se someten á la acción del calor para comerlas. 

Los/r//'o/^5 , de los cuales hay varias clases, son el 



144 

complemento de la alimentación. Los más estimados son 
los de color negro. 

has patatas tienen también gran consumo. Se las cul- 
tiva en clima frío , principalmente en las provincias de 
Cartago y Alajuela. 

El arroz y propio de los terrenos húmedos y cálidos, 
es de clase superior al que se produce en los Estados Uni- 
dos y en otros países , pero, su cultivo es poco para los 
habitantes. 

De muchos años á esta parte no se producen en Costa 
Rica en cantidad suficiente los granos necesarios para el 
consumo , de lo cual ha resultado la importación de ellos 
por un valor excesivo. 

La verdadera causa de esta situación es la falta de 
brazos para la agricultura. Si ellos existieran, nuestro 
país podría exportar en vez de importar , pues se encuen- 
tra en aptitudes admiríibles para hacerlo. 

En efecto ; la feracidad excesiva del terreno en toda 
la República , la variedad de climas que hacen posible el 
cultivo de todas las especies vegetales de las distintas 
zonas, la circunstancia de producirse al año dos y aun 
tres cosechas de algunos cereales , la facilidad para la 
exportación por la proximidad de los mares á ambos la- 
dos del territorio , todo contribuye á la magnífica perspec- 
tiva de un porvenir halagüeño para las personas que lle- 
guen á nuestras playas con el propósito de enriquecerse 
mediante su consagración al cultivo de la tierra, que aquí, 
sin ninguna exageración , produce ciento por uno. 

una prueba evidente de la necesidad que tenemos de 
brazos es la siguiente : 

Costa Rica , con un territorio de cerca de 60.000 kiló- 
metros cuadrados, tiene apenas 2(^.000 habitantes próxi- 
mamente ; mientras que Bélgica comprende 5 millones de 
habitantes en 20. r)tX) kil<3metros cuadrados, v Holanda 4 



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millones en 32,800 kilómetros. En Centro América mismo 
está el Salvador con 700,00a habitantes en 18.997 kilóme- 
tros, ósea enmenosde la tercera parte denuestro territorio. 

Es evidente que tan exigua población en un país de 
tal extensión superficial , no es capaz de producir todo lo 
cultivable , ni de explotar las riquísimas regiones incultas 
que se -encuentran en los extremos del territorio , concen- 
trados además como se hallan los habitantes, en las alti- 
planicies del interior , y muy pocos en las vertientes de 
ambos mares. 

Además no es sólo el café el producto que puede apro- 
vecharse con ventaja. Costa Rica produce admirablemente 
él cacao, la caña de asacar , el cancho, la vainilla, las 
plantas oleaginosas ó textiles, etc., que sin desventaja 
alguna sustituirían al primero para la riqueza pública y 
particular , como sucederá sin duda el día que la compe- 
tencia en los mercados extranjeros y la gran producción 
de otras naciones causen la baja del precio del café, que 
es hoy la mina inagotable del país, debido á su alto 
precio . 



El contercio de Costa Rica demuestra la riqueza y la 
vigorosidad de este pueblo sin rival , como se comprueba 
con los siguientes datos estadísticos de la ofinina respec- 
tiva. 

Helos aquí, comparados los tres últimos años. 

Importación total en 1889 $ 6.306,408 

„ „ 1890 „ 6.615,410 

., 1891 „ 8.351,029 



n 



Exportación total en 1889 „ 6.965,371 

r. „ 1890 „ 10.063,765 

1891. , 9.664,607 



n 

n r TI 



10 



1-É6 

Que se resumen así : . Total del co- 
mercio de importación y exporta- 
ción de 1889 $ 13.271,779 

Id. id. en 1890 16.679,175 

Id. id. „ 1891 „ 18.015,636 

"La procedencia y valor de las mercaderías que se 
importaron en elaño natural de 1891, fueron los que á 
continuación se expresan: de Inglaterra $ 1.985,494, de 
Alemania S 1.697,490, de Francia $ 868,035^ de Espafía 
$ 270, 969, de Italia S 20,538, de Bélgica $ 6,941, de los Es- 
tados Unidos del Norte S 2.419,243, de México $ 20,972, de 
Colombia $ 157,628, del Ecuador $ 194,975, del Perú $ 3,121, 
de la Isla de Cuba $ 334,532, de Jamaica $ 133,015, y de 
Centro Américas238,076; cuyas partidas suman *8.351, 029; 
importación la más crecida que hemos tenido desde 1883, 
en que se fundó esta Oficina. 

El valor total de las exportaciones en 1891 alcanzó á 
íH 9.664,607, moneda del país, papel ó plata, que se descom- 
pone así; Café S 8.484,115, Bananos S 680,225, Cacao 
S 2.373, Cueros de res S 72,492, Caucho $15.041, Cedro 
S 59.430, Cocobola S 6,784, Caoba $ 614, Cobre $ 2,720, 
Cocos íH 1804, Carey S 1 .224, Campanas fK 299, Caracoles 
de mar S 848. Carne salada $ 150, Id. de tortuga $5.068, 
Dinero acufiado, $ 14,003, Agua mineral $ 31, Arroz 
S 61.805, Azúcar S 9,082. Aguardiente $ 5.547, BocinasS 17, 
Efectos de barro $ 6, Frijoles $ 2,728, Frutas $ 146, Gua- 
yacán S 845, (Garbanzos 8 352, Goma S 169, Harina $ 1,059, 
Hilo morado s 139, Herramientas $ 14. Ipecacuana í§ 40, 
Jabón S 147, Jarcia $ 30, Joyería S 4,000, Legumbres S 30, 
Lápidas mármol S 130, Libros impresos $ 952, Molejones 
S 7,372, Minerales S 2.735, Maquinaria S 430, Mármol $ 169, 
Maíz Si 9^234, Madera labrada S 17, Varias mercaderías 
$ 2a5, Oro en barras $ 39.715, Pieles $ 18,084, Plantas 



$2,432, Patatas $2,227. Palo de mora $146,601, Id. de Brasil 
$ 26, Provisiones $ 62, Petates $ 25, Pájaros disecados $3, 
Quesos $ 938, Semillas $ 81, Tortugas $ 7.859 Tablas de 
cedro $ 250, Útiles pesquería $ 13, Vinagre $ 7, Yugos 
$ 14, Zarzaparilla $ 619. 

Comparados los valores de esta importación y expor- 
tación con el año anterior, resulta en el presente un 
aumento de $ 1.735,619 en la importación y una disminu- 
ción de $ 399.158, en la exportación. 

Nota. — Los $ 61,805, á que asciende el valor del arroz 
exportado, por ser una cantidad tan considerable, es nues- 
tra opinión, que debe ser arroz extranjero reembarcado. „ 

i Cuánta elocuencia en esos números! ¡Cómo revelan 
el esfuerzo viril de un pueblo pequeño en población , pero 
grande en laboriosidad! ¡Qué porvenir tan espléndido el día 
que se saquen á luz los tesoros que encierra nuestro suelo, 
y que sólo esperan el esfuerzo del agricultor para brotar ! 

La industria no existía en Costa Rica hace algunos 
años; pero en los últimos ha alcanzado tal desíirrollo, que 
justamente llama la atención de los que observan todas 
las fases por que va pasando el progreso nacional. 

Actualmente hay un magnífico molino capaz de pro- 
ducir toda la harina que se consume en su país , el día 
que se siembre el trigo necesario para evitar la importa- 
ción de aquélla por valor de cerca de $ 250.000 cada año. 

Cuéntansc asimismo varias fábricas de cerveza que 
producen ésta de regular calidad ; de fósforos y de jabón. 

Antes sólo se gastaba el azúcar refinado que se impor- 
taba ; pero hoy existen fábricas ó ingenios que lo produ- 
cen de primera clase , aunque no el suficiente , pues la 
importación de este artículo ascendió en 1891 á $ 167.275, 
lo que prueba que esta industria promete mucho á los que 
emprendan en ella. 



CAPÍTULO V 

POBLACIÓN, GOBIERNO» RELIGIÓN É IDIOMA 

La población total de Costa Rica en 31 de Diciembre 
de 1891 era de 262,661 habitantes. 

Con poquísima , casi insijíniíicante diferencia, todos 
los habitantes de Costa Rica pertenecen á la raza blanca. 
Es éste el país de Centro América donde hay menos mez- 
clíi de razas, por lo cual la población es homog^énea, y for- 
ma un todo compacto y unido por igfuales vínculos de 
todas clases. 

Los extranjeros que han visitado el país y que han 
escrito acerca de él en diferentes ocasiones, están de 
acuerdo en ensalzar las virtudes que adornan al costarri- 
cense, su laboriosidad, su honradez, su amor á las insti- 
tuciones patrias, su altivez cuando se trata de la digfnidad 
nacional, etc. 



El Gobierno es Rcpiiblicaíio central democrático , y 
está formado por tres Poderes Supremos é independien- 
dientes entre sí, que son: el Ejecutivo, que lo forman el 
Presidente de la República y los Secretarios de Estado. 
Éstos son cuatro : 



150 

1.** El de Relaciones Exteriores, Instrucción Pública > 
Justicia, Culto, Gracia y Beneficencia; 

2.^ El de Hacienda y Comercio ; 

3.^ El de Gobernación , Policía y Fomento ; 

4.° El de Guerra y Marina. 

El Poder Legisi.ativo lo constituyen los Diputados ó 
Representantes del pueblo, en número de 28, reunidos en 
Congreso . Las sesiones de éste se verifican anualmente 
en los meses de Mayo, Junio y Julio ^ mediante convocato- 
ria del Ejecutivo, así como para las reuniones extraordi- 
narias. 

El Poder Judicial reside en la Corte Suprema de 
Justicia, compuesta de once Ma^i^istrados elegidos por 
el Congreso cada cuatro años. 

La Corte se divide en tres Salas, llamadas 1.* y 2.* de 
Apelaciones , con tres Magistrados cada una ; y de Casa- 
ció)i , con cinco. 

Tanto el Presidente de la República como los Diputa- 
dos son elegidos por las Asambleas electorales en eleccio- 
nes de segundo grado. El período de mando del primero 
es de cuatro años; y los segundos, aunque se eligen por 
igual tiempo , son renovadas por mitades cada dos años. 
También pueden ser reelectos indefinidamente. 

La alternabilidad en el Poder Ejecutivo es im princi- 
pio consagrado en la Constitución del país, como emi- 
nentemente democrático. Un Presidente no puede ser 
reelecto A la terminación de su período , sino cuando haya 
trascurrido otro. 



La relíii^íóit de la mayoría de los costarricenses es la 
Cat(^lica, Apostólica, Romana; pero la Constitución es- 
tablece la libertad de cultos y la garantiza mientras éstos 
no se opongan á la moral y á las buenas costumbres. 



151 

Prueba de esto es que en la capital del país y en el 
puerto de Limón existen capillas protestantes, sin que 
nadie moleste á las personas que allí se reúnen para sus 
prácticas religiosas. 

En lo eclesiástico Costa Rica es un Obispado que de- 
pende directamente de la Santa Sede romana. Divídese 
el país en curatos y vicarías foráneas. Del Tesoro Nacio- 
nal se paga anualmente al Episcopado una fuerte suma 
de dinero, y algunos sueldos á curas de pobUiciones pobres. 

El idioma es el castellano , con algunos modismos lo- 
cales. 

Los indios Ciuatusos y Talamancas hablan dialectos 
particulares. 



JUSTICIA, INSTRUCCIÓN PÚBLICA, INSTITUCIONES VARIAS 

V COSTUMBRES. 

La Justicia está administrada por Jueces de primera 
instancia Civiles y del Crimen, en las ciudades y circui- 
tos judiciales; y por Alcaldes , también en ambos, y en 
los cantones menores de las provincias. 

Estos últimos conocen en los asuntos civiles cuyo va- 
lor no excede de 250 pesos; y en los criminales por faltas 
y delitos menos graves. Los Jueces de primera instancia 
actúan en los negocios maA^ores de aquella cantidad , 3^ en 
las causas criminales por delitos ó crímenes, según la 
clasificación hecha por el Código Penal vigente. 

Así los Juece's como los Alcaldes son nombrados por 
la Corte Suprema de Justicia , por cuatro años los prime- 
ros y por dos los segundos. 

La codificación del país se ha hecho por los primeros 
jurisconsultos nacionales, de acuerdo con los principios 



158 

más modernos del derecho y las doctrinas sentadas por 
los tratadistas más eminentes. 

La pena de muerte ha sido abolida desde hace algunos 
años, y no existen las penas de presidio y de trabajos for- 
zados á perpetuidad. El Poder Ejecutivo tiene la facultad 
de conceder gracias de indulto, de conmutación de penas 
y de rebaja de las mismas á los reos. 

En lo civil están consignados el divorcio por causa de 
adulterio, el matrimonio civil, la libertad de testar, etc. 



La instrucción pública ha sido atendida de preferencia 
por todos los Gobiernos del país, desde la independencia 
hasta hoy, y principalmente de veinticinco años á esta 
parte, comenzando en la atinada Administración del Li- 
cenciado D. Jesús Jiménez. 

Los Gobiernos se empeñan cada vez más en levantar 
el nivel de la civilización de Costa Rica por medio del 
establecimiento de escuelas en todas las poblaciones de 
cualquier categoría. 

Año por año se eleva el presupuesto de gastos de ins- 
trucción pública para retribuir bien á los maestros y crear 
nuevas escuelas. En el último, es decir, en 1891, se asig- 
naron v550,000 pesos á la enseñanza. Ésta es gratuita, obli- 
gatoria y costeada por la Nación. 

Un profesor de segunda enseñanza gana desde 150 has- 
ta 250 pesos; un maestro de escuela urbana de 60 á 150; 
uno de villa 50 á 60; y de barrio ó caserío, 35, todos men- 
sual mente. 

La instrucción primaria se da en escuelas graduadas 
completas, graduadas incompletas y rurales comunes. 
En las primeras se encuentra dividida dicha enseñanza 
en seis grados que comprenden el máximum de conocí- 



J163 

mientes nocionales de lectura , escritura , gramática cas- 
tellana^ geografía, geometría, historia patria , instruc- 
ción cívica, moral, ciencias naturales, dibujo, canto y 
gimnástica. 

Las segundas sólo comprenden cuatro grados, y las 
últimas dos y tres. 

La dirección é inspección supremas de la enseñanza 
corresponde al Ministerio de Instrucción Pública, y la vi- 
gilancia inmediata á las Municipalidades, las cuales nom- 
bran Juntas de Educación encargadas de la provisión de 
locales y útiles escolares, de observar la conducta de los 
maestros, levantar anualmente el censo de las escuelas» 
exigir la asistencia de los alumnos, etc. 

En cada provincia hay además un Inspector de escue- 
las de nombramiento del Ejecutivo, el cual tiene atribu- 
ciones muy amplias para hacer que la Ley de Educación 
sea obedecida por quienes están sometidos á ella. 

La enseñanza secundaria se da en Colegios estableci- 
dos en las capitales de provincias, en los cuales se hacen 
los cursos necesarios para obtener el grado de Bachiller 
en Ciencias ó en Letras, en cinco años. Esos colegios llá- 
manse Liceo de Costa Rica en la ciudad de San José, ó 
Institutos Nacionales en cada una de las de Alajuela, 
Cartago y Heredia. 

Finalmente, la enseñanza profesional se da en la Uni- 
versidad, creada en IH43, destruida en 1888 y restablecida 
en 1890. 

Circunstancias especiales del país han hecho que sólo 
se enseñe Derecho en la expresada Universidad, aunque 
se siente la necesidad imperiosísima de que se establezcan 
los estudios de ingeniería y de medicina para facilitar á los 
estudiantes otras carreras que no sea la abogacía , única 
que ha existido hasta hoy. 

También existe en la capital un Colegio Superior de 



Señoritas á cargo del Tesoro Nacional , otro privado diri- 
gido por las monjas de Sión, un Seminario tridentino ^ y 
varias escuelas y colegios de particulares para alumnos 
de ambos sexos. 

El primer colegio de segimda enseñanza para hombres, 
establecido en forma , fué el de Cartago , bajo la Adminis- 
tración del Licenciado D. Jesús Jiménez, así como una 
escuela normal , ambos en 1868. Para dirigir el primero 
fué contratado en España el sabio y filólogo eminente 
Doctor D. Valeriano Fernández Ferraz, quien levantó 
tan alto el crédito del establecimiento en el poco tiempo 
que duró éste ( 1868-1874) que á sus aulas concurrían alum- 
nos venidos de otros países de la América latina, y 
en ellas se formaron muchos de los hombres distinguidos 
que hoy son honra del país. 

En 1875 fundóse el Instituto Nacional de San José, cuya 
dirección se le encomendó á un pedagogo español de nota, 
D. Adolfo Romero. Éste permaneció allí hasta el año 1878, 
en que fué sustituido con el mismo Doctor Ferraz. El 
Instituto Nacional brilló con resplandores que le harán 
por siempre inolvidable para los que se educaron en sus 
aulas y allí adquirieron sólida base de conocimientos 
científicos y literarios para figurar hoy con prez en las 
diversas escalas de la sociedad. 

En las postrimerías de la existencia de dicho Institu- 
to, abandonado por el Gobierno á la iniciativa particular, 
fué dirigido por el Ingeniero D. Rodolfo Bertoglio, por 
D. Enrique Villavicencio y por el Licenciado D. José de 
Torres Bonet, hasta que terminó en 1882. 

La Dirección de Estudios de la Universidad Nacional 
creó en 1884 el Instituto Universitario , que duró tres años, 
dirigido por D. Juan Fernández Ferraz. En tan breve 
tiempo desarrolláronse en ese plantel inteligencias que no 
muy tarde serán honra del país. 



155 

Si los encargados de hacer cumplir las leyes de educa- 
ción hubieran sido exactos en el desempeño de sus cargos 
y aptos para dirigir la instrucción pública: si antes que 
emplear enormes sumas en el mantenimiento de los cuar- 
teles militares y en la adquisición de pertrechos de gue- 
rra se hubiera recompensado á los heraldos del progreso, 
los maestros de escuela , }' creAdose estímulo en ellos ; si 
;\ éstos se les hubiera concedido lo que en rigor de justicia 
siempre merecen, según sus capacidades, sin mirarlos 
como la última capa social , sin duda Costa Rica habría 
podido colocarse á grande altura en lo que respecta A su 
progreso intelectual , á pesar de los pocos años de exis- 
tencia política que cuenta el país. 

Más que el patriotismo ha influido en esta cuestión ca- 
pital el interés ó la torpei^a de los directores de la ense- 
ñanza , con excepciones honrosas , y de aquí graves males 
causados á la juventud , que muchas veces ha perdido su 
tiempo por modo lastimoso. 



El pueblo costarricense es notable por sus hábitos de 
sobriedad, templanza, amor al trabajo y religioso cum- 
plimiento de sus deberes. Cuando la patria está en peligro, 
se levanta como un solo hombre para mantener incólume 
su dignidad y buen nombre , como lo ha demostrado en 
varias ocasiones. Entonces el labrador deja el arado para 
trocarlo por el fusil , y así como es oveja en el hogar y en 
el seno de la paz, es león en el peligro y en el campo de 
batalla, pero generoso siempre con el vencido. 

El campesino de Costa Rica vive feliz mientras cuenta 
con terrenos para las siembras, buej^es y vacas para el 
trasporte y la alimentación , respectivamente , y una casa 
para resguardarse de la intemperie. Viste de camisa y 
pantalón de algodón cuando trabaja; y para las tiestas 



156 

gasta vestido de lana, compuesto de chaqueta y pantalón, 
á lo que se agrega un sombrero de jipijapa , llamados en 
el país de pita. Las mujer eá usan camisa sencilla ó con 
adornos , escotada ; enaguas y reboso , ó sea una especie 
de manto de seda ó de algodón de tres metros de longitud 
y cincuenta ó setenticinco centímetros de anchura, el cual 
se colocan en la espalda y sobre los hombros pendiendo 
los extremos por delante. 

La alimentación de ellos consiste en tortilla de maíz, 
fríjoles, carne, leche, huevos y café. 

En las ciudades varían completamente los usos, que 
son los mismos de las poblaciones europeas, á las cuales 
se sigue en todo. Modales, vestido, alimentación, etc., no 
difieren esencialmente de los de los países más cultos, por 
más que algunos afirmen que nos son completamente des- 
conocidos. 

La política preocupa muy poco á nuestro pueblo. A 
ella se dedican solamente los que tienen alguna instruc- 
ción, varios de los cuales agitan á las masas con pretextos 
de religión ó de libertades imaginarias que nada tienen 
que ver con lo que positivamente interesa á los hombres 
trabajadores y honrados que viven del producto de sus la- 
bores. 

En la última lucha electoral , todo el país se movió á 
tomar parte en la propaganda activísima de los dos parti- 
dos en que se dividió: el Liberal Progresista y el Cons- 
titucional Democrático, de los cuales triunfó este último 
con la elección de su candidato , el actual Presidente de la 
República , Licenciado D. Josó Joaquín Rodríguez. 




CAPÍTULO VI 



CAMINOS, FERROCARRILES Y TELÉGRAFOS 

Todas las poblaciones del país están en comunicación 
directa entre sí por medio de caminos amplios que se pro- 
cura mantener en perfecto buen estado de conservación , 
sin omitir gasto, alguno, para que el tráfico sea expedito. 

Las vías principales son: 

La Carretera Nacional , que comienza en la ciudad de 
Cartago y termina en el propio puerto de Punt arenas, 
en el Pacífico. Pasa por La Unión, Curridabat, San Pedro 
del Mojón, San José, Uruca, Heredia, San Joaquín, San- 
tiago del Este, Alajuel a, San José de Alajuela , Ánimas, 
Garita, Atenas, Jesús, Concepción, San Mateo, Jesús 
María, Los Nances, Esparta y La Chacarita. 

En esta carretera se encuentran varios puentes nota- 
bles de hierro y de mampostería , tales como el del río Vi- 

rilla , el del río Grande , el de Paires , el de Jesús María y 
La Barranca. Este último es el más importante de todos, 
porque nunca habían podido vencerse los obstáculos que 
el río oponía á la ejecución de una obra semejante. Es de 
hierro, de 105,75 metros de largo, y por él pasa el ferro- 
carril de Puntarenas á Esparta. 

La Carretera Nacional á Carrillo costó ingentes sumas 



158 

al país , pero perdió su importancia cuando se terminó el 
ferrocarril A Limón. Ella servía de complemento á la línea 
férrea que , partiendo de aquel puerto , termina en Río Su- 
cio , y para trasportar todas las mercaderías que se im- 
portaban ó exportaban por Limón. 

Deben mencionarse asimismo : 

El camino que conduce de Cartag^o al Paraíso , Ujarrás 
3' Juan Viñas, al Este. 

El que va desde San José hasta Santa María de E>ota , 
al Sur , pasando por Desamparados , San Miguel , Corrali- 
Uo , Los Frailes , San Pablo y San Marcos , á través de las 
cordilleras de Dota. 

El que comienza en San José y termina cerca del río 
Grande de Pirrís al SO., pasando por San Sebastián, San 
Rafael de Desamparados, Aserrí, Mortterredondo , San 
líi^nacio, Tabarcia oriental y el Guaitil. 

El que pone en comunicación el cantón de Puriscal con 
San José, á través de los cantones de Mora y Escasú. 

El que va de San José á San Juan , Santo Domingo, San 
Pablo, Heredia, Barba, Santa Bárbara y Alajuela. 

El que de Alajuela se dirije hacia el Noroeste para unir 
los cantones de Grecia, Naranjo y San Ramón. 

El que parte de Atenas y termina en San Ramón, pa- 
sando por Palmares; y 

El que va de San Ramón á Esparta. 

Los caminos llamados vecinales , de barrio á barrio , 
son incontables, por lo que no podrían citarse en este 
lugar. 



El país cuenta actualmente con tres secciones á^ ferro- 
airn'L La primera comienza en Limón y termina en Ala- 
juela , pasando por Cartago , San José }' Heredia , con una 
extensión aproximada de 158 kilómetros; la segunda es 



159 

hoy un ramal de la anterior , que comienza en Reventazón 
y va á concluir en Río Sucio ; su longitud es de 40 kilóme- 
tros; y la tercera va desde Esparta hasta Puntarenas en 
una extensión de 21 kilómetros, más ó menos. Forman un 
total las tres de 216 kilómetros en explotación. 

Se ha estudiado ya un nuevo tpazado de Ferrocarril al 
Pacífico, que comienza en San José, sigue por la vega del 
Río Grande hasta las llanuras de Santo Domingo de San 
Mateo, y tuerce de aquí hacia Puntarenas al NO., todo 
en una distancia aproximada de 110 kilómetros. 

Si esta línea se construye, habrá entonces enCostaRica 
un ferrocarril interoceánico que habilitará extensos ten*e- 
nos, incultos hasta hoy por la falta de vías de comunica- 
ción fáciles, que son las que constituyen las arterias de 
los pueblos para la circulación de la savia del progreso. 

También ha sido estudiado y terminado el plano de 
otra vía férrea que , partiendo de Jiménez, en la División 
Atlántica , atraviesa las llanuras de Sarapiquí y de San 
Carlos y va á terminar en Río Frío, á quince ó diez y seis 
kilómetros de su desembocadura en el lago de Nicaragua. 



Las líneas telegráficas forman una inmensa red que 
enlaza todas las poblaciones de alguna importancia del 
país, desde la capital hasta simples barrios ó caseríos. 

Comprenden los telégrafos nacionales casi 1 .000 kiló- 
metros de alambre ; y uníi línea más , explotada por la 
compañía del Ferrocarril, de Limón á Alajuela, que tiene 
158 kilómetros. 

Las oficinas están establecidas en los puntos siguien- 
tes: 

San José, Desamparados, Escasú, Santa Ana, Paca- 
ca, Puriscal, Curridabat, Guadalupe y San Vicente , ív/ 
la provincia de San José. 



i60 

Heredia , Santo Domingo , San Rafael , Barba , Santa 
Bárbara y San Antonio de Belén , en la provincia de He- 
redia, 

Cartago, La Unión, Paraíso y Juan Viñas, en la pro- 
vincia de Cartago. 

Alajuela, Grecia, Naranjo^ San Ramón, Palmares, 
Atenas, San Mateo, Sabanilla y San Pedro, en la provin- 
cia de Alajuela, 

Esparta y Puntarenas , en la comarca de este último 
nombre; y Liberia, Filadelfia, Sardinal, La Cruz, Guasi- 
mal. La Palma, Nicoya, Bagaces, Santa Cruz, Las Cañas 
y Bebedero, en la provincia de Guanacaste. 

Es de advertir que de un punto á otro cualquiera de 
los mencionados, se pueden dirigir las comunicaciones 
telegráficas sin ningún obstáculo 

También está unida Costa Rica á las demás Repúbli- 
cas de Centro América por medio del telégrafo ; y se co- 
munica con los Estados Unidos , Europa y demás lugares 
del Globo por el cable submarino que llega á San Juan del 
Sur , en Nicaragua 

Se han celebrado contratos para el establecimiento de 
teléfonos entre las cuatro ciudades del interior , y para 
hacer llegar el cable á un punto en la costa del Atlántico , 
á lin de ponernos al habla con todas las naciones del Anti- 
guo y del Nuevo Mundo. 



CAPÍTULO VII 



ESTADO INTELECTUAL DE COSTA RIC A. = ASOCIACIONES 

DE VARIAS CLASES 

Hemos hablado ya del estado de la instrucción pública 
en Costa Rica , que augura un porvenir brillante en no 
lejana época. 

La prensa desempeña un papel importante en el pre- 
sente, garantizada su independencia absoluta por la ley. 

Hace pocos años que no era posible la fundación de 
un diario^ y sólo existían hojas semanales y quincenales 
que duraban corto tiempo. 

El primer diario fué el oficial, ó sea La Gaceta, funda- 
do por el Gobierno en 1878 para hacer conocer todos los 
días los actos emanados del Poder. 

A éste siguió el Diario de Costa Rica , fundado en 
1885 por don Juan Fernández Ferraz, Licenciado don 
Ángel Anselmo Castro y don Joaquín Bernardo Calvo. 
Posteriormente lo redactaron don Elias Castro Ureña y 
don Víctor Dubarry. 

El Otro Diario , redactado por don Federico Proaño y 

don Juan F. Ferraz, que fueron sus fundadores, apareció 

también en 1885. 

11 



Don Elias Castro Urefta fundó en 1886 el diario La 
Nación , el cual duró pocos meses. 

Hoy existen los siguientes periódicos: 

La República , diario de don Juan V. Quirós , que cuen- 
ta siete años de edad. 

La Prensa Libre , fundada en Junio de 1889, y redac- 
tada sucesivamente por don Juan F. Ferraz, don Joaquín 
Pablo Vélez , General don Francisco Serrano , don Fran- 
cisco Gavidia , don Rubén Darío y don Francisco Montero 
Barrantes. 

El Heraldo de Costa Rica , de propiedad de don Pío 
Víquez. 

El Diario del Comercio^ fundado en 1891 por don Jus- 
to A. Fació. 

La Unión Católica^ bisemanal, órgano de la asocia- 
ción política del mismo nombre. 

El Eco Católico y el Mensajero del Clero , órganos 
del Obispo de la Diócesis, ambos semanales. 

El 7 de Noviembre y órgano de la Sociedad política titu- 
lada los ^Independientes Constitucionales ^"^ periódico 
semanal. 

El Foro , órgano del Colegio de Abogados, que se pu- 
blica cada quince días. 

La Revista de Costa Rica , periódico mensual de cien- 
cias , literatura y artes. 

El Anunciador Costarricense ^ quincenal^ órgano de 
la Librería española de don Vicente Lines. 

Son numerosos los periódicos fundados en distintas 
épocas , á partir de 1832 , algunos de los cuales han tenido 
grande importancia en el tiempo que existieron. 



Las obras publicadas hasta la fecha son las siguientes: 
Aritmética para las escuelas, tres, por los señores 



163 

Ingeniero don An^el Miguel Velázquez, don Joaquín 
(González y Lie. don Carlos Francisco Salazar. 

Otras obritas para las mismas, por don Tadeo N. Gó- 
mez y don Alfonso Cinelli. 

Bosquejo de Costa Rica por don Enrique Villavicencio. 

Geografía de Costa Rica por don Francisco Montero 
Barrantes. 

Historia de Costa Rica , por el mismo 

Apuntamientos geográficos, estadísticos é históricos 
de la República de Costa Rica , por don Joaquín Bernardo 
Calvo. 

Dos textos de Gramática Castellana , por el Licencia- 
do don Alberto Brenes Córdoba. 

Diccionario de barbarismos y provincialismos de Cos- 
ta Rica y por don Carlos Gag^ini. 

Programa para un curso de recitación, por don Juan 
F. Ferraz. 

Náhuatl ismos de Costa Rica , por el mismo. 

Nociones de Geografía de Costa Rica , por don Miguel 
Obregón L. 

A B C de la Geografía y por el mismo. 

Nociones de Botánica , por el Licenciado don Pablo 
Biolley. 

Elementos de Derecho Civil , por el Lie. don Salvador 
Jiménez, 
'/í/. de derecho Petuil , por el Dr. don Rafael Orozco. 

Códigos de la Nación, por una Comisión codificadora. 

Leyes de Policía, por el Lie. don José María Acosta. 

Anuarios Estadísticos (9), por el Sr. don Enrique Vi- 
llavicencio. 

Anales del Museo Nacional , por don Anastasio Alfar o. 

id, del Instituto Físico- geográfico , por don Enrique 
Pittier. 

Colección de leyes, varios tomos, desde 1824 hasta 1891. 



Memorias de los Ministerios ó Secretarías de Estado, 
de los mismos años. 

Código Militar^ por una Comisión. 

Colección de documentos para la Historia de Costa 
Rica, por el Licenciado don León Fernández; cinco 
tomos editados en la Imprenta Nacional. 

Historia de Costa Rica, por el mismo, editada en Ma- 
drid por cuenta del Gobierno nacional. 

Lira Costarricense , colección de poesías de los vates 
nacionales, editada por el Lie. don Máximo Fernández. 

Costa Rica y su porvenir , por el Licenciado don Pa- 
blo BioUey. 

Gramática Musical, 

Documentos relativos á la Independencia , por don 
Francisco María Iglesias. 

La provincia de Guanacaste^ por don Francisco Montero 
Barrantes. 

Programa de Derecho Criminal , traducido del italia- 
no por don Octavio Béeche y don Alberto Gallegos. 

También uno de los hijos más preclaros de Costa Rica, 
don Manuel M. Peralta, Ministro Plenipotenciario ante 
varias Cortes europeas , ha dado á luz tres obras importan- 
tísimas tituladas " Costa Rica , Nicaragua y Panamá r> y 
'Costa Rica y Colombia,^ el título de la tercera no lo 
conocemos todavía. Las tres se reíieren á la cuestión de 
límites con nuestra vecina Colombia; y son ejemplo de 
erudición histórica. 

Don Nicolás Gallegos publicó una obrita de Elementos 
de Filosofía; y don Rafael Francisco Osejo otra de Geo- 
grafía de Costa Rica ; ambas de fecha relativamente 
remota. 

Y además multitud de folletos científicos ó literarios 
por varios autores, cuyos nombres no consignamos aquí 
por no conocerlos exactamente. 



Asociaciones científicas ó literarias no existen el país, 
lo cual , aunque sea vergonzoso , debemos decirlo ; pero 
de otros géneros sí las hay. 

Citaremos , pues , el Club ínter nacional de San José, 
donde se reúnen las personas de capital ó de posición distin- 
guida, para solazarse y cultivar relaciones; y además va- 
rias Sociedades de beneficencia, que prestan importantísi- 
mos servicios á nacionales y extranjeros , y que en general 
disponen de fuertes recursos para realizar sus humanita- 
rios fines. 



CAPÍTULO VIH 



DIVISIÓN ADMINISTRATIVA 

La República de Costa Rica se halla dividida actual- 
mente en cinco provincias y dos comarcas, 

Las provincias y comarcas se subdividen en cantones t 
y éstos en barrios ó distritos. 

En el orden respectivo, las provincias son las si- 
guientes: 

San José: 

Cartago: 

Alajuela: 

Heredia; y 

Guanacaste. 

Y las comarcas son: 

Puntarenas y 

Limón. 

La provincia de San José tiene ocho cantones: 

1.° San José: 

2.** Escasú: 

3.° Desamparados: 

4.° Puriscal: 

5.° Aserrí: 



168 



6.*^ 


Mora: 


7.° 


Tarrazú; y 


8.^ 


Goicoechea. 


La de Alajuela comprende siete. 


1.° 


Alajuela: 


2P 


Grecia: 


3.^ 


San Ramón; 


4.^ 


San Mateo: 


5.^ 


Atenas: 


6.^ 


Naranjo; y 


7.^ 


Palmares. 


Heredia está dividida en cinco: 


1.^ 


Heredia: 


2.^ 


Barba: 


3.^ 


Santo Domingo: 


4.^ 


Santa Bárbara ; y 


5.^ 


San Rafael. 


La 


provincia de Cartago tiene tres 


1.^ 


Cartazo: 


2.^ 


Paraíso ; y 


3.^ 


La Unión. 


Guanacaste, seis: 


1.^ 


í .iberia: 


2.^ 


Bagaces: 


3.^ 


Nicoya: 


4.'^ 


Santa Cruz: 


5.^ 


Las Cañas; y 



6."^ Carrillo. 

La Comarca de Puntarenas se divide en tres can- 
tones. 

1.° Puntarenas: 
2.^ Esparta; y 
3.^ Golfo Dulce. 



169 

Finalmente , la Comarca de Tiimón consta del cantón 
de su nombre y del territorio de Talamanca 

Cada provincia y comarca está gobernada en lo civil 
por un Gobernador; y en lo militar por un Comandante, 
si bien la autoridad militar está subordinada á la civil. 

Los cantones tienen Jefes Políticos, que al propio 
tiempo son Comandantes militares ; y en los barrios hay 
Agentes de Policía ó Jueces de Paz. 



CAPÍTULO IX 

DESCRIPCIÓN DE LAS PROVINCIAS 

SAN JOSÉ 

La provincia de San José ocupa el centro de la Repú- 
blica y es la más poblada de todas, así como la más rica é 
industrial. 

Tiene una población de 76.718 habitantes, distribuidos 
en una ciudad , siete (7) villas y setenta y cuatro (74) ba- 
rrios. 

El clima es templado en general , pues si bien el ter- 
mómetro marca algunas veces hasta 15^ centígrados 
como mínimum y 2T ó 28^ como máximum , la tempera- 
tura se mantiene casi siempre á 21° ó 22°, que es el tér- 
mino medio. 

Todo el suelo de la provincia es muy fértil y produce 
en abundancia café,caña de asticar^ cereales ^ legum- 
bres ^ frutas , flores , maderas preciosas^ plantas medi- 
cinales , ganado de todas clases , etc. 

La parte más poblada y mejor cultivada de esta sec- 
ción del país comprende una porción considerable de la 
altiplanicie central , donde se halla concentrada , como 
dijimos antes, la mayor parte de la población de la Repú- 
blica. 



178 

Esta altiplanicie ó meseta, situada á 1.200 metros, 
poco más ó menos , sobre el nivel del mar , presenta un 
bellísimo aspecto cuando se la contempla desde una de 
las alturas que la rodean por todas partes. La circunva- 
lan montañas elevadas , y tanto las faldas de éstas y aun 
las cumbres de algunas , como la misma altiplinicie , se 
ostentan cultivadas y con ciudades y pueblos distribuidos 
por todas partes, denunciando la laboriosidad y el adelan- 
to que con sus propios esfuerzos ha conquistado el país, 
el cual tiende á colocarse á la mayor altura posible entre 
los que marchan á la vanguardia del progreso. 

Y en efecto: Costa Rica se lo debe todo á sí misma, es 
decir , se ha formado á costa de esfuerzos y sacrificios 
heroicos de sus hijos y de los pocos extranjeros que la 
fortuna ha enviado á nuestras playas. Cuando no era más 
que colonia española estaba olvidada de la metrópoli y 
vivía una vida miserable, sin presente ni porvenir. 

Pero cuando en 1821 sacudió el yugo de la domina- 
ción española y entró á figurar entre los pueblos libres, 
distinguió horizontes dilatados y luminosos á los cuales 
se propuso llegar. 

Y no fué vana su esperanza: en setenta años de vida in- 
dependiente ha obtenido nuestra patria adelantos consi- 
derables que quizá no han podido lograr pueblos más 
grandes y de ma3^ores recursos y edad en el Mimdo de 
Colón. 



Los cantones de San José, Desamparados, Escasú y 
(joicoechea, ocupan una parte de la expresada meseta, y 
en el resto tienen elevaciones de poca consideración; 
pero los de Aserrí, Puriscal , Moray Tarrazú, se hallan 
comprendidos en el grupo de las mof i tafias de Dota , 
desde cerca del origen de éstas hasta su terminación en 
la costa del Pacífico. 



173 

La provincia está regada por innumerables ríos, arro^ 
y os y quebradas , que aumentan la fertilidad del terreno. 
Los principales ríos son los siguientes: 

El F/r/7/a^ que recibe todas las corrientes de la alti- 
planicie central, y que ya queda descrito anteriormente. 

El río Grande de Pirrís, urto de los más caudalosos de 
la República , llamado en su principio Grande de Cande- 
laria, luego Gnaitil f y por último Grande de Pirrís. Reci- 
be por la derecha el Jorco , formado por los ríos Negro y 
Tabarda , y por la izquierda el Tarrásúy el Par rita 
grande , al cual se junta el Parrito chiquito. 

La cuenca de este río puede decirse que comprende 
todo el grupo de las montañas de Dota. 

Siguen los ríos Paquita, Naranjo y Savegre, que 
riegan las extensas llanuras de Pirrís , sumamente fértiles 
en toda su extensión, pero incultas hasta hoy. 

Los enunciados ríos son navegables en gran parte de 
su curso. 

La industria de la provincia consiste en la fabrica- 
ción de harina , de jabón , de cápsulas para armas de 
fuego, de cerveza, fundición de hierro 3' cría de ganado 
vacuno, caballar, lanar y de cerda. 

La capital de la provincia y de toda la República es 
San José, con 25.000 habitantes. Está situada en el cen- 
tro del país, á 1.135 metros sobre el nivel del mar, entre 
los riachuelos Torres y María Agilitar^ en la misma 
altiplanicie que queda descrita. 

San José es la segunda ciudad de Centro América por 
su belleza y la tercera en población. Está dividida en 
cuadrados ó manganas de 86 metros por lado , separados 
por avenidas y calles de 13 metros de anchura , que se 
cortan perpendicularmente de Norte á Sur y de Este á 
Oeste. 

Casi todas las calles están construidas conforme al 



sistema Mac Adam , ó sea rellenadas con piedra desme- 
nuzada , sobre la cual se pone una espesa capa de arena 
gruesa que se aplana con máquinas destinadas al efecto. 

Toda la ciudad está iluminada con luz eléctrica por 
medio de lámparas incandescentes que se colocan en pos- 
tes de hierro en las esquinas de las calles á cada 86 ó 172 
metros de distancia. También los establecimientos de 
comercio y alg^unas casas particulares se alumbran con 
la misma luz por medio de lámparas del sistema Édisson. 

Contiene San José las sigruientes plazas: 

La de la Estación, de 16.000 metros cuadrados próxi- 
mamente , situada en una altura , al Este , y que ostenta 
en su centro una magnífica fuente con una estatua de 
bronce que representa una mujer. 

La llamada antes principal y hoy Parque Central^ 
de 7.400 metros cuadrados, la cual forma un precioso 
jardín con un kiosco al Oeste y una fuente en el centro. 
Además está rodeada de una verja de hierro , de g^ran 
costo, de dos metros de altura próximamente. Alrededor 
de esta plaza se encuentran la Catedral , el Cuartel Prin- 
cipal, dos magníficas casas de los señores Teodosio 
Castro y H. N. Rudd, y otras. 

Las otras plazas son: la del Hospital , al Oeste; la de 
la Dolor osa y al Sur; la de la Soledad, al SE.; y la de la 
Artillería y hacia el centro. Las tres últimas son pe- 
queñas. 

También existe al NE, e\ Parque de Morasán, á\\\' 
dido en cuatro partes por la intersección de la 5.* Aveni- 
da Este y la Calle 24 Norte , en cuyo centro se halla el 
busto de mármol del General don Próspero Fernández, 
que descansa sobre un magnífico pedestal de la misma 
sustancia y de granito. 

Entre los edificios públicos sobresalen la Catedral, los 
l^alacios Nacional, déla Gobernación y de Justicia, las 



1 75 

iglesias del Carmen y de la Soledad, la Fábrica Nacional 
de licores, el Colegio Superior de señoritas, el Mercado, 
la Aduana Central^ el Palacio Episcopal , y algunas casas 
particulares, de elegante y sólida construcción. 

Para recreo de los josefinos existe , además de los par- 
ques Central y de Morasen ya dichos^ el paseo de la Sa- 
bana , hermoso y extenso llano cubierto de césped y con lí- 
neas de árboles frutales, situado como á un kilómetro a^ 
Oeste de la ciudad y unido á ella por una excelente 
rambla 

Hay una Biblioteca Nacional con 6.000 volúmenes 
próximamente, y además otras de sociedades y de estable- 
cimientos públicos y privados. 

Como el pésimo teatro que había fué destruido por el 
terremoto de Diciembre de 1888, se está construyendo 
actualmente uno magnífico que se llamará Teatro Nacio- 
nal, digno de una sociedad culta y progresista como la de 
San José. Cuando esté concluido podrá contener l.c)00 
espectadores. 

Debe hacerse mención especial del Manicomio ú Hos- 
picio de locos , construido con los productos de una lote- 
ría nacional. En el concepto de personas entendidas es 
un edificio que podría figurar con ventaja en ciudades po- 
pulosas, así por su extensión como por su arquitectura y 
sus demás condiciones. 

Una cañería que trae las aguas del río Tiribí , provee 
de agua á toda la ciudad. 

Para la educación de la juventud hay una escuela de 
Derecho, dos colegios de segunda enseñanza para hom- 
bres y mujeres , llamados respectivamente Liceo de Costa 
Rica y Colegio Superior de señoritas, un Seminario 
Conciliar, varias escuelas primarias de ambos sexos y un 
colegio privado de mujeres dirigido por las monjas de 
Sión. 



176 

Los barrios principales que rodean la ciudad, son: 
San Juan, al N ; Las Pavas, al O.; Alajuelita, al SO ; y 
Mojón y Curridabat , al O. 

Por la bondad del clima y la belleza del terreno fué 
designado San Juan del Murciélago en 1835 para capital 
del país, ordenándose que se construyeran los edificios 
necesarios para los Poderes Supremos , pero no pudo efec- 
tuarse tan importante disposición. 

AINE., sobre la carretera nacional á río Sucio, se 
encuentran los barrios de San Vicente, San Isidro y San 
Jerónimo , bastante ricos y progresistas los dos prime- 
ros, y todos con terreno muy fértil y clima fresco. Ocu- 
pan la pendiente poco inclinada de la cordillera seten- 
trional , y tanto por el número de los habitantes como por 
las otras circunstancias expresadas, pueden colocarse 
entre las poblaciones de segundo orden del país. 



El cantón de Escasú está situado al SO. del de San 
José. 

Produce principalmente caña de azúcar de la mejor 
calidad , maíz , fríjoles y algún café. Contiene minas de 
plata y de cobre que todavía no han sido explotadas. 

El suelo es pedregoso y quebrado , principalmente al 
Sur , donde se encuentra una elevada cordillera que es 
parte de los Cerros de Candelaria. 

El clima del cantón es en general templado pero salu- 
dable. 

La cabecera es Escasú , situada en terreno pedregoso, 
con 2.000 habitantes próximamente. Es una bonita villa 
mu}' comercial y tiene una buena iglesia y otros edificios 
regulares. 

Los barrios de San Antonio y San Rafael están inme- 
diatos á Escasú; pero el más considerable es Santa Ana, 



i*r7 



que tiene el título de aldea y ocupa una extensa cañada , 
con clima cálido y suelo feraz. Tiene 1.500 habitantes. 
Santa Ana cuenta con un magnífico templo y un buen 
edificio escolar. Además hay oficina telegráfica. 



Al Sur de San José se extiende el cantón de Desaxn - 
parados, el segundo de la provincia por su población y 
su riqueza. 

Los habitantes se dedican al cultivo del café , caña de 
azúcar y cereales , y á la cría de ganado vacuno y de 
cerda. 

En general el clima es templado , y no se sienten nun- 
ca los extremos del calor y del frío. 

Desamparados es la villa cabecera del cantón- Es una 
bonita población , con dos mil habitantes , incluso el barrio 
de San Antonio, situado al Este. El aspecto es agradable, 
y la rodean plantaciones de café. La iglesia es el úni- 
co edificio digno de mención. 

Entre los barrios del cantón figuran principalmente 
Patarra, San Miguel, San Rafael y San Juan de Dios. 

Una porción considerable de terreno perteneciente á 
este cantón permanece aún inculta y despoblada, pudién- 
dose obtener grande utilidad de ella cuando se la cultive 
aunque sea con cereales. 



El cantón que está llamado á un gran porvenir es el 
de Puriscal. Éste se extiende sobre las cumbres de los 
cerros del mismo nombre , ocupando además una gran 
parte de terreno plano, llamado Llano Hermoso , que 
queda encerrado entre el río Grande de Tárenles y el ce- 
rro Azul ó montaña de Turrubares. 

12 



17« 

Todo el cantón tiene un suelo feracísimo y clima frío 
en su mayor parte, pero seco y saludable. 

Desgraciadamente las aguas son escasas y en algunos 
lugares de mala calidad, sin cuya circunstancia la pobla- 
ción habría aumentado por modo considerable y se ha- 
brían extraído del ¿eno de aquellas montañas riquezas 
innumerables. 

Hasta hoy sólo se cultiva allí maíz, fríjoles, arroz y 
cafía de azúcar. Esta última se produce en tanta abun- 
dancia , que quizá el Puriscal podría proveer al país ente- 
ro del azúcar necesario para el consumo. 

Los bosques encierran abundantes maderas de todas 
clases. Encuéntranse también minas de cobre, mercurio 
y carbón de piedra, pero no se ha tratado de explotarlas 
hasta hoy. 

Santiago ó Puriscal es la villa cabecera del cantón. 
Se halla situada en terreno abrupto y elevado , y el clima 
es frío y húmedo. En pocos años ha progresado con rapi- 
dez. Vista de lejos la población parece construida en la 
cumbre de un cerro, próxima á una gran cortadura ver- 
tical del mismo. Los edificios principales son la iglesia y 
la Casa Municipal. Tiene Santiago 1.700 habitantes poco 
más ó menos. 

Mencionaremos entre los barrios principales del can- 
tón , A Desamparadnos y Vijagual y Crifo. 



El cantón de Aserri se encuentra entre los de Desam- 
parados, Escasú y Puriscal. 

Extiéndese por la parte de las montañas de Dota que 
lleva el nombre de Cerros de Candelaria y de Busto- 
fuante. 

Sus habitantes viven de la agricultura, la que produce 



179 

los mismos artículos expresados al tratar de los cantones 
anteriores. 

Todo el suelo del cantón es quebrado , sin hallarse en 
él una porción plana que merezca considerarse. 

^5^rr/, villa cabecera del cantón, está construida en 
terreno quebrado y pedregoso , al Sur de la altiplanicie 
central. Está progresando mucho por el carácter laborio- 
so y emprendedor de sus habitantes. Es una de las pobla- 
ciones más antiguas del país , pues ya existía cuando los 
españoles llegaron á él.— Cuenta cerca de 1.200 habitan- 
tes y tiene una buena iglesia. 

Como barrios importantes del cantón merecen citarse 
Sau Ignacio, Monterredoudo, Palmichal y GuaitiL 



El cantón de Mora, llamado así en honor de los Bene- 
méritos don Juan y don Juan Rafael Mora , está situado 
entre los de Escasú , al Este , y de Puriscal al Sur y al 
Oeste. 

Es montañoso en general y poco fértil, pues produce 
solíimente algunos granos , aunque en el barrio de Pie- 
dras Negras se dan muy bien el arroz y la caña de azú- 
car. 

El clima es templado'en parte, y cálido en las orillas 
del río Grande de Tárcoles. 

Todo el suelo está regado por numerosas corrientes 
de agua que descienden de los cerros del Puriscal para 
echarse en el expresado río Grande. Acaso cuando se 
perfeccione entre nosotros la agricultura se sacará prove- 
cho de esos terrenos, dedicándolos á cultivos propios de 
la clase de ellos. 

Al Oeste del cantón está un bonito valle de alguna 
consideración , donde se encuentra el barrio de Piedras 



180 

Negras. En él abunda la pizarra, de la cual le viene su 
nombre. El arroz y los demás cereales se producen allí 
muy bien, así como la caña de azúcar. Por desgracia las 
ag^uas son de mala calidad porque provienen de minas de 
cobre ó pasan por ellas. 

El hermoso río Jarís pasa por este barrio al Este , y 

el de Picagres lo limita al Oeste, sirviendo de línea divi- 
soria entre los cantones de Mora y Puriscal. 

La cabecera del cantón es Pacaca. Ocupa un pequeflo 
valle , en el mismo lugar en que se hallaba una tribu de 
indios cuando el país fué descubierto. Muchos de éstos se 
mezclaron con los españoles ó desaparecieron por otras 
causas , y hoy quedan allí mu}- pocos de pura raza, pues 
casi toda la población es blanca. Durante largos años per- 
maneció Pacaca estacionaria , pero luego tomó un grande 
impulso y está progresando constantemente. Tiene una 
iglesia de poco ó ningún valor, y casas para escuelas. 



Tarrazú, el cantón menos poblado de todos, está si- 
tuado al Sur de la provincia , en las propias montañas de 
Dota. 

Está aún muy incipiente, pero promete bastante para 
el porvenir. Formado hace pocos años por personas ori- 
ginarias de Guadalupe y Desamparados, tiene que ade- 
lantar considerablemente por las ventajas que dan la 
cultura y la laboriosidad de los que han ido allí á buscar 
fortuna en el cultivo de la tierra. 

En la actualidad sólo se cosechan en Tarrazú los mis- 
mos artículosonunciados anteriormente, y además el café, 
que promete buenos rendimientosparacuando se extienda 
su cultivo, el cual se hace hoy en pequeña escala pero 
con buenos resultados. 



181 

Todo el cantón tiene clima frío y salubre y aguas 
abundantes, purísimas, que riegan el suelo por todas 
partes. 

A orillas del Parrita chiquito , cerca de San Marcos , 
se encuentran varias fuentes termo - medicinales , una de 
las cuales es preciosa por su tamaño y por las condicio- 
nes de sus aguas sulfuro -ferruginosas. Sin duda alguna, 
cuando sean conocidas esas fuentes se formará una em- 
presa balnearia á la manera de la que existe en Cartago. 

El cantón tiene bosques enteros de encinas, lo cual 
demuestra la altura á que se encuentran; pero en algunos 
lugares hay también cedros y otras maderas valiosas. 

Cuando se establezca un puerto en la costa SO. del 
Pacífico para explotar los terrenos de esa parte , el can- 
tón de que tratamos será uno de los primeros de la Repú- 
blica^ porque todas las ventajas del clima y del terreno 
se reúnen en su favor para que sean aprovechadas. 

La cabecera del cantón es la villa de San Marcos , con 
600 habitantes. Está situada á corta distancia río Parrita, 
en terreno muy quebrado. A poco menos de 100 metros 
de la plaza, por todos lados, existen enormes declives del 
suelo que no permitirán el desarrollo de la población. El 
clima de la villa es muy fresco , y todos los días amanece 
el suelo cubierto con una espesa capa de escarcha. 

Saliendo de San Marcos con rumbo al E. y bordeando 
el río Parrita, se llega al cabo de una hora á una peque- 
ña eminencia desde donde se descubre á Santa María de 
Dota , barrio principal del qantón. 

Ocupa el centro de un pequeño valle de aspecto en- 
cantador, circuido de montañas abruptas y altísimas de 
las que desciende el expresado río, que pasa inmediato á 
la población con su mugidora corriente y sus aguas tan 
claras como el cristal. 

El lugar es bellísimo; tiene tantos encantos en medio 



188 

de aquella naturaleza agreste y de aquellos encumbrados 
picos , que más se presta para una composición poética 
que para una descripción geográfica, árida de suyo. 

Contraste raro entre aquellas quebraduras y aquellas 
montañas, el que presenta el valle de Santa María con 
sus fincas, sus blancas casitas alineadas y un bonito tem- 
plo que descuella entre los demás edificios como una águi- 
la entre una bandada de palomas. Parece destinado, y lo es 
en efecto , á servir de descanso al viajero después de un 
día completo de marcha penosa desde San José. Entre los 
lugares de recreo que tiene el país, Santa María es uno 
de los principales. 

Otros barrios importantes del cantón son San Pablo, 
Bocana y Quebrada Grande ó Bajos de Tarrazú. 

El cantón de Oóicoechea, S.^ de la provincia, formaba 
parte del de San José hace poco tiempo , como simple dis- 
trito. Su riqueza , su población y la cultura de sus habi- 
tantes, hicieron que se le elevase á aquella categoría- 
Está al NE. de la capital y ocupa un terreno plano y fértil, 
cultivado casi exclusivamente de café. 

(¡oüoechca, antes GnadalupCy es la villa cabecera del 
cantón , y tiene cerca de 1 .500 híibitantes. Es una bonita 
población, muy progresista y mu}' rica, con algunos bue- 
nos edificios. 



PROX'INCIA DE SAN JOSÉ. 

CANTONES V BARRIOS 

1 .•" San José . — Mojón ó San Pedro , San Juan , Curri- 
dabat, Zapote, San Vicente, San Isidro, Ipís, Alajuelita, 
San Francisco Dos Ríos, San Francisco de Guadalupe, 
Uruca, San (iabriel, Mata Redonda, Hatillo, Santa Bar- 



1JB3 

bara de Pavas , San Sebastián , Mata de Plátano y Con- 
cepción . 

2P Escasú. — ^'AnVA Ana,Uruca, San Antonio, San 
Rafael y Salitral . 

3.° Desamparados . — San Antonio, Patarra, San Mi- 
guel, San Rafael, San Juan de Dios, el Rosario, San Cris- 
tóbal y los Frailes . 

4.^ Ptiríscal . — Desamparadi t os , Barbacoas , S . Juan , 
Vijagual , Mercedes , Candelarita , San Antonio , San Ra- 
fael, Crifo Alto, Crifo Bajo y San Pablo. 

5.^ ^5^rn.— Monte Redondo, Rosario, San Ignacio, 
üuaitil, Palmichal^ Ceiba, Cangrejal, Guatuso, los Ras- 
trojales , Poás , Ococa , Sabanilla , Tarbaca , Segura y La 
Legua. 

6.° Mora . — Piedras negras , Rodeo , Bajos del Mora- 
do , Picagres , Jaris , Jateo , Tabarcia , los Altos , las Ca- 
ñas , Corrogres , Guayabo y Ticuf res . 

7.^ Tarrazú . — Santa María , San Pablo , la Bocana , 
■el General, Bajos de Tarrazú ó Quebrada Grande, la 
Trinidad y Guadalupe . 

8." Goicoechea . —Guadalupe y Sabanilla . 



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CAPÍTULO X 



PROVINCIA DE CARTAGO 

La provincia de Cartazo confina al O . con la de San 
José, y por los demás rumbos con la comarca de Limón. 

El terreno es generalmente montañoso , aunque con- 
tiene valles y cañadas de bastante importancia , como el 
de Cartazo , donde está situada la capital de la provincia, 
el de Turrialba y el de Ujarraz. 

Los Cerros de las Cruces y de Chirrípó , son los rama- 
les de la cordillera general del país quq recorren la pro- 
vincia en la parte oriental , así como las montañas de 
Turrialba é Irazú, situadas al NE. y N. , respectivamen- 
te , con los volcanes de los mismos nombres , los más ele- 
vados del país . 

Entre Cartago y San José se encuentra una serie de 
colinas pequeñas , cuya altura principal se llama Ochomo- 
go , que determinan la línea de la cuenca del Atlántico y 
una diferencia tan grande entre las dos provincias , que 
parecen pertenecer á zonas totalmente distintas en cuanto 
á clima, producciones, estaciones y demás caracteres. 

El valle de Cartago no es de grande extensión, pero 
su belleza llama la atención poderosamente . Es de terreno 
arenoso , sembrado de piedras de granito provenientes de 



186 

erupciones volcánicas antiguas , que debieron causar 
g^randes cataclismos en el país entero . Respecto á las 
arenas hemos pensado que ellas pudieron ocupar el fondo 
de algún lago interior que desapareció á causa del levan- 
tamiento del mismo volcíln Irazú, en los primeros períodos 
de la formación de nuestro suelo , escapándose las aguas 
por el mismo cauce del río Agua Caliente^ el cual corre 
por la parte meridional del valle. 

El valle de Turrialba ^ situado al NE. de la provincia, 
es de bastante extensión. Parte de él está formado de 
potreros ó praderías considerables donde se cría ó se en- 
gorda mucho ganado vacuno y caballar, que forman la 
riqueza principal de Cartago. Allí se fabrica gran canti- 
dad de queso, renombrado por su calidad. Otra porción 
del valle se dedica al cultivo de cereales y de caña de azú- 
car; y el resto, hasta las cumbres de las montañas que lo 
rodean, tiene espesos bosques de cedro, roble y otras 
maderas estimadas. 

El clima del valle es templado en algunos puntos y 
cálido en otros , según la configuración del suelo , que no 
es plano en toda su extensión, salvo en la vega del río 
Reventazón . Hay cierta parte pantanosa llamada el Gua- 
yabal , donde predominan las fiebres paludianas , por falta 
de cauce para las aguas de las lluvias, que se estancan 
con inmenso perjuicio de los habitantes de aquella región . 

Las llamadas llanuras de Taus v las cañadas de Uras- 
ca, Pcj ¿valle y Orosi tienen suelo feraz y clima sano. 
Dichas cañadas encierran fincas de ganado ó hatos , y 
cultivos de caña, maíz, fríjoles y café. 

El valle de Tucurriqueaunque no es muy extenso, me- 
rece citarse por su belleza, buen clima y aguas saluda- 
bles . Forma una sola pradera , con millares de palmeras 
de pejivalle en las colinas y demás prominencias circuns- 
tantes , que con sus racimos rojos y verdes presentan 



187 

¿i^radable aspecto.— El pejivaüe es una fruta pequeña , 
de forma cónica , farinácea y de exquisito sabor . 
' Al SO . de Cartago se encuentra un terreno quebrado 
de comunidad, dedicado exclusivamente al cultivo del 
maíz . Es un paraje printoresco y muy fértil , rodeado de 
bosques, excepto al Sur donde se encuentra el pequeño 
caserío de Corralillo, después del cual se desciende para 
llej^ar al Río Grande de Candelaria , cerca de su naci- 
miento . 

Fuera de los valles ó planicies descritos, es montañoso 
el resto de la provincia . Al N . se hallan los volcanes de 
Irazú y Turrialba, en la cordillera central del país. Al E. 
los Cerros de I zarco y las monta fias de Chirripó, cade- 
nas secundarias de la g^ran cordillera de Talamanca ; y al 
SE., los Cerros de las Cruces , donde tienen origen ríos 
caudalosos y afluentes de éstos. 

Las montañas de Navarro son importantes por los 
bosques de maderas útiles que comprenden y por la bon- 
dad del clima y la feracidad del suelo , A propósito sobre 
todo para el cultivo del café , del plátano , etc . 

Las producciones principales de Cartago , son : café en 
cantidad considerable en los valles de Cartago y de Oro- 
si; inmensos cañaverales de caña de azúcar, especialmen- 
te en Juan Viñas; maíz, fríjoles , patatas exquisitas, mem- 
brillos, sandías, flores, etc.— Encuéntranse minerales de 
oro , cobre , mercurio y carbón de piedra , ninguno de los 
cuales se explota . 

El ramo animal produce ganado vacuno, caballar, 
lanar y de cerda . Hay cuadrúpedos y aves de caza en 
gran número , de los enunciados antes : monos , ardillas , 
pumas, jaguares, aves canoras sin número y otras de 
plumaje precioso. 

El clima es frío en general. Para los europeos y losame- 
ricanos del Norte poca diferencia ó ninguna puede tener 



1.88 

con el de sus respectivos países: si i\ esto se agrega el as- 
pecto físico más pintoresco que toda la provincia ostenta, 
las aguas inmejorables , de trasparentes linfas , que allí 
con delicia se beben , la exuberancia de los terrenos para 
todos los productos intertropicales y de países templados ; 
buenasvías de comunicación para carretas y un ferrocarril 
que atraviesa toda la provincia , no queda duda por un 
instante de que Cartago será pronto la primera de las 
secciones eñ que está dividido el país, en población y 
riqueza . 

Ramos de exportación de la provincia serán con el 
tiempo el ganado, las patatas, los quesos y las frutas. In- 
mensas porciones de terreno inculto existen para los 
inmigrantes que un día vengan á explotar aquellas indus- 
trias y aquellos productos . 

Casi toda la provincia de Cartago pertenece á la cuen- 
ca del Reveuta:2Óu. Este río gigante entre los demás de 
Costa Rica, tiene su origen en las montañas ó cerros de 
las Cruces, en el mismo punto donde comienzan las mon- 
tañas de Dota : se dirige primero al O . , con el nombre de 
Río Macho , tuerce después al NO . , describe una curva en 
el centro de la provincia , y toma por último rumbo al 
NE. para unir su inmenso caudal de aguas, que resuenan 
con estrépito entre las selvas vírgenes por donde corren, 
á las del Parismina, en jurisdicción de Limón . 

Por la izquierda recibe i^\ rio Agua Cali'eptte^ que va, 
al Sur del valle de Cartago , en dirección de O . á E . , y al 
cual se junta el río Navarro . También los ríos Blanco y 
Purisil desaguan en el Reventazón por este lado . 

Los ríos Pejívallc , con numerosos afluentes , Atirroy 
Thís , son sus tributarios por la derecha. 

El Faenare , otro de los grandes ríos del país , y el 
Chirripó, aíluente del Matina, tienen, asimismo, parte 
considerable de su curso en territorio de la provincia. 



189 

Al O. se halla únicamente el río Tiribi, uno de los que 
dan origen al Grande de Tárcoles, tributario del Pacífico. 

Los habitantes de la provincia de Cartago ascienden á 
37.973, repartidos en 1 ciudad, 2 villas y 38 barrios . 

Las principales poblaciones son las siguientes: 

Cartago, capital de la provincia y cabecera del can- 
tón central , con 6.000 habitantes . Fué construida por los 
españoles'en 1563-64, al pie del volcán Irazú, en el valle que 
antes llevaba el nombre del Guarco , á 4.930 pies sobre el 
nivel del mar. Es una preciosa ciudad con clima frío muy 
agradable, aguas de la mejor clase, calles anchas y rec- 
tas , magníficos edificios públicos y de particulares, y en- 
cantadoras perspectivas á su alrededor. 

Es la ciudad que tiene más iglesias entre las del país , 
siendo dignas de mención la de San Nicolás , de arquitec- 
tura gótica , la del Carmen y la de los Ángeles . En esta 
última se encuentra una imagen de piedra de Nuestra 
Señora de los Angeles , á quien se atribuyen milagros 
prodigiosos , á manera de las de Atocha , Loreto y Lour- 
des , siendo venerada hasta el extremo por el pueblo . 

El Palacio Municipal , el Colegio de San Luis , hoy 
Instituto Nacional , el Mercado y el Cuartel militar son los 
demás edificios que sobresalen . 

Hay una plaza principal y varias plazuelas, todas con 
fuentes de hierro ; además la primera está rodeada de 
árboles , y forma un parque ó jardín delicioso. 

Cartago fué capital de la provincia de Costa Rica 
mientras dependió de España y algún tiempo después de 
la independencia. Había permanecido estacionaria por 
algunos años, pero hoy ostenta un vigor y una vida tan 
activa, favorecidos con la empresa del Ferrocarril y al- 
gunas otras compañías extranjeras, que está progresan- 
do rápidamente aojos vistas, compitiendo casi con San 
José. 



190 

Un tranvía ó tra^nvciy une la c iudad con los barrios de 
San Rafael , al E . , y de Agua Caliente , al Sur . 

Este último barrio, llamado también San Francisco , 
tiene casi dos mil habitantes y está situado en el extremo 
Sur del valle de Cartazo , á orillas del río Agua Caliente . 
El café , que allí se da en abundancia y de primera clase, 
lo hace muy rico é importante ; pero lo que más llama hoy 
la atención es el hermoso edificio para baflos, situado so- 
bre una fuente termo -medicinal de las más famosas , el 
cual atrae una afluencia constante de personas curiosas 
ó enfermas que dan animación extraordinaria al lugar. 

Los barrios de San Nicolás ó Taras, de Guadalupe, 
Concepción, el Carmen, San Rafael y Pascón, son muy 
poblados y ricos , gracias á la laboriosidad de los habi- 
tantes y á la fertilidad del suelo , que recompensa con 
creces cualquier esfuerzo para hacerlo producir . 

Los pueblos de Cot, Quircot y Tobosi, constituían al 
principio de la colonización del país , tribus numerosas 
que han ido desapareciendo lentamente por la mezcla con 
la raza blanca , ó por otras causas que casi han extingui- 
do los aborígenes de Costa Rica. 

C(?/, situado en terreno plano muy fértil, al NE. de 
Cíirtago» es pueblo progresista como el que más, pues 
cuenta con una buena casa de escuela, bien provista del 
material necesíirio de ensefíanza , como lo exigen las le- 
yes vigentes de la materia . 

Paraíso, villa cabecera del cantón de su nombre, está 
situada al E. de la ciudad de Cartago, sobre la línea fé- 
rrea de Reventazón . —Es una población con suelo muy 
accidentado, y clima menos frío que el de Cartago. 

Orosi\ barrio del cantón, se halla al S. del Paraíso, á 
orillas del Reventazón , con suelo muy feraz que produce 
magnífico café, plátanos >' otras frutas y cereales. Era 
asiento de una tribu de indios que estaba en constante 



comunicación con los de Térraba, Boruca y Talamanca, 
por una vía cortísima que no ha podido encontrarse . Los 
españoles dejaron allí una iglesia que subsiste todavía. 
También posee Orosi fuentes termales de excelentes aguas 
según se cree . 

Juan Viñas, al NE. de la citada villa , es un pueblo 
que se ha desarrollado admirablemente en pocos años» 
gracias á la construcción del ferrocarril . El café , la cafla 
de azúcar y los cereales aumentan diariamente su rique- 
za. Proyéctase darle el rango de villa cabecera del nuevo 
cantón de Jiménez. Tiene 1.000 habitantes. 

Turrialba , La Flor y Cachi son los otros barrios im- 
portantes del cantón del Paraíso . 

El cantón de La Unión se extiende por la parte orien- 
tal de la provincia , en el valle de San José ó altiplanicie 
central . 

Su suelo es en parte accidentado , con varios cerros al 
Sur, llamados de La Carpintera. Dedicanse de preferencia 
los habitantes al cultivo del café , del cual hay haciendas 
considerables que producen mucho ; pero también crían y 
engordan ganado vacuno en extensas praderas , y culti- 
van caña de azúcar y cereales . 

El clima es templado en general . 

La Unión ó Tres Ríos, villa muy floreciente y bella, es 
la cabecera del cantón. Cuenta cerca de 1.000 habitantes 
y está situada sobre la línea férrea de San José á Carta- 
go , á orillas del río Tiribí , que pasa al E . de la población. 
Mantiene un comercio activo que revela la riqueza del 
cantón. Su edificio más importante es la iglesia parro- 
quial . 

Los barrios de San Diego , San Rafael y Concepción 
son los más poblados del cantón . 

El cantón central de Cartago encierra 25.898 habitan- 
tes; el de Paraíso, 7.819; y el de La Unión, 4.256. 



198 

PROVINCIA DE CARTAGO 

CANTONES Y BARRIOS 

1.° Cartago. ^Síin Rafael, San Nicolás, San Fran- 
cisco, Los Ángeles, Concepción, Guadalupe, Carmen, 
Pascón, Quircot, Tobosi, San Juan de Tobosi , Corrali- 
11o, Cervantes, Tablón, Cot, Capelladas y Santa Cruz. 

2.^ Paraíso .—Orosiy Turrialba, Juan Viñas , La Flor, 
Cachi , Tucurrique , Santa Cruz , Birrís , Chirripó , Santia- 
go , La Cidra , Palomo , La Cuesta y Angostura . 

3.° La Uuióu . — San Diego , Concepción , San Rafael, 
San Juan, Dulce Nombre, San Ramón é Itaba. 



Caiaiíata en ÜlíOSl 



CAPÍTULO XI 

PROVINCIA DE ALAJUELA 

La provincia de Alajucla se extiende desde el centro 
de la República hasta Nicaragua , y está limitada al Sur 
por la provincia de San José, sirviendo de línea divisoria 
entre ambas el río Varilla; al Este, por la de Heredia, se- 
paradas por el río Segundo ; al Oeste , por la comarca de 
Puntarenas; y al Noroeste, por la provincia de Guana- 
caste, sin línea determinada. 

En su vasto territorio se encuentran varias cordilleras 
de consideración y extensísimas llanuras. 

Citaremos entre las primeras las montañas de Pods , 
en el centro ; los Cerros del Aguacate^ al Oeste; y las 
montañas de San Carlos, al Norte. Entre las segundas se 
cuentan las llanuras de S^///í/ Z)í?;;//;/,ífo de San Mateo ^ 
ais O., y las de San Carlos y Guatuso 6 Tristdn^ al 
Norte y Noroeste, respectivamente. 

Para dar una idea aproximada de las dos últimas, re- 
produciremos aquí lo que hace más de un año publica- 
mos en La República , diario de San José , que acciden- 
talmente redactábamos entonces. 
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194 



EL VALLE DE SAN CARLOS 

Todos sabemos que la población de Costa Rica se ha 
aglomerado en el valle ó altiplanicie central , por efecto 
de su misma escasez, y que nadie ha intentado explorar 
y dar á conocer las comarcas que permanecen incultas , 
para llamar la atención del extranjero y aun de los mis- 
mos hijos del país sobre las ventajas y facilidades que hay 
para crear ó aumentar los capitales con la explotación de 
las riquezas casi fabulosas que las indicadas comarcas 
encierran. 

Una de éstas, quizá la más importante , es la que r|e- 
gan el río San Carlos y sus numerosos afluentes, y que 
lleva el mismo nombre de aquél. 

El valle de San Carlos tiene una extensión casi doble 
de la del de San José (altiplanicie central). Está di- 
vidido por el río San Carlos , uno de los más caudalosos 
de Costa Rica , que es navegable en la mayor parte de su 
largo curso. 

Desde las orillas de este río, á entrambos lados, se 
eleva insensiblemente el terreno , con un desnivel de 40 
metros por cada kilómetro. 

El río tiene también un desnivel insignificante relati- 
vamente , pues á contar desde el muelle de San Rafael , 
situado como á 70 ú 80 kilómetros de su confluencia con 
el San Juan, hay apenas una diferencia de 300 metros 
poco más ó menos. 

La temperatura varía desde las faldas de la cordillera 
central del país hasta el río San Juan , pero no pasa de 
la que se experimenta en el valle de San José. Enferme- 
dades endémicas no se conocen allí , lo que quiere decir 
que la salubridad es inmejorable. 

Son innumerables los ríos, riachuelos y quebradas que 



195 

riegan el suelo , con la ventaja de que no tienen una co- 
rriente encajonada , prestando facilidades para emplear- 
los como fuerza hidráulica en multitud de puntos. 

No decimos que la irrigación se haría sin obstáculos 
de ningún género , porque el ropaje de verdura con que 
están engalanados los terrenos , ora incultos , ora de la- 
branza , no desaparece nunca á causa de que no se cono- 
cen las sequías excesivas como en el interior del país. 

La feracidad del suelo es tan prodigiosa , que parece 
inverosímil lo que acerca de ella puede decirse. Si San 
Carlos no produce todo lo que se necesita para abastecer 
al país , se debe á los motivos apuntados al principio y á 
la falta de una vía de comunicación expedita con el inte- 
rior. 

El maiz da cosecha á los 4 meses, ó sea tres cosechas 
al año. Por término medio produce 6 ú 8 hectolitros por 
cada decalitro que se siembra. 

Los frijoles negros producen 60 ú 80 decalitros por 
Cada un decalitro. Para cultivarlos basta esparcirlos en 
el suelo y mantener limpio el terreno. La cosecha se ob- 
tiene antes de tres meses. El fríjol colorado da un rendi- 
miento doble al del negro , pero exige que se le siembre á 
macana. 

La caña de azúcar llega á su madurez á los 10 meses, 
y alcanza una longitud de 5 á 6 metros. Un año después 
de sembrada en surcos se extiende por todo el suelo hasta 
cubrirlo completamente. 

El café se produce de mejor clase que en el interior, 
aunque la tierra sea colorada. No exige las esmeradas 
atenciones que necesita en la meseta central, pues basta 
que se limpie el suelo y se corten las plantas extrañas que 
pudieran producir exceso de sombra. La cosecha es abun- 
dantísima , y si bien todo no madura al mismo tiempo^ 
pues exige dos ó tres cogidas, recompensa con su pro- 



196 

ducción el gasto que es necesario hacer. No habiendo 
estación seca continuada , parecería difícil el beneficio ; 
pero ese obstáculo no existe desde que sabemos que ha^' 
estufas secadoras de café, sin necesidad de exponerlo 
al sol. 

El grano tiene más aroma y mejor gusto que el del 
interior, si bien difiere de este último' en el tamaño y aca- 
so en el color. 

El café de San Carlos da su primera cosecha á los 2 
años. Las plantas deben sembrarse á 4 ó 5 metros entre 
sí, y aun de esa manera cubren en pocos años el espacio 
intermedio con sus ramas. 

Otra riqueza más de las llanuras de San Carlos es el 
hule ó sea el caucho.— Esta planta crece en los terrenos 
cuya altura no pasa de 400 á 500 metros sobre el nivel del 
mar, y se produce mejor donde hay humedad. Para hacer 
el semillero ó almacigo del caucho se siembran á macana 
los granos echando dos ó tres en cada hueco cuando 
están frescos, pues los secos no nacen. El grano es del 
tamaño de una arveja, y la hoja del árbol parecida á la 
del tabaco, principalmente cuando el expresado árbol 
está pequeño. Debe sembrarse en terreno limpio porque 
la sombra le perjudica, de 4 á 4 metros, aunque sea en 
potreros ó milpas. 

El primer producto se obtiene á los 8 años; pero á los 
10 cada árbol da dos libras y aún más de su goma. El 
hule de San Carlos pertenece á la especie llamada Castt- 
lloa elástica , y es superior con mucho al Simphonia elás- 
tica del Brasil. Si este último se vende en Europa á me- 
jor precio que el de Costa Rica, débese á su limpieza, 
que al mismo tiempo aumenta la cantidad en igual volu- 
men. 

Con bastante luz y aire , el árbol puede alcanzar un 
diámetro de ?>0 á 40 centímetros á la edad de 8 años; 



197 

mientras que , sin aquellas condiciones, apenas alcanza 
unos 10 centímetros en igual tiempo. 

El cacao de esta región , si no supera al de Nicaragua, 
por lo menos es de calidad igual. La mejor clase se da en 
la parte cálida de la Ikinura hasta una altura como la in- 
dicada para el hule. Debe sembrarse de 4 á 4 metros y 
mantenerse el suelo enteramente limpio. Para darle som- 
bra puede sembrarse w adera negra, Al cabo de 4 años 
rinde el cacao la primera cosecha; y una vez desarrolla- 
do completamente no produce menos de chico pesos amia 
les por cada arbusto. 

También se encuentra en estas llanuras, en estado sil- 
vestre, la vainilla, que tiene en los mercados extranje- 
ros un precio muy alto; 15 á 18 pesos la libra. México 
exporta cada año gran cantidad de este artículo; y bien 
podría Costa Rica hacer de él un ramo de riqueza seguro 
en todo tiempo contra las fluctuaciones de precio á que 
están expuestos los demás productos. 

La vainilla se siembra cortando en pedazos su bejuco 
y plantándoles al pie de los árboles que se emplean para 
dar sombra á los cacaotales. 

Casi sin costo se hacen los potreros en San Carlos. 
Después de talar el bosque se siembra la semilla del pasto 
que se quiera, una ó dos veces, y cuando éste ha crecido 
se limpia el terreno anualmente de los demás vegetales 
qu? se desarrollan. Los potreros se mantienen verdes pe- 
rennemente. 

Pueden cultivarse asimismo en las llanuras de que tra- 
tamos los banafioSy \ns pifias, las bal al as , las sandías, 
las v//f«5, los ñames y etc. 

En los bosques abundan las mimosas de especie pare- 
cida á la Acacia decnrrens (Wüd), cuya corteza contiene 
gran cantidad de tanino , necesario para la curtimbre de 
pieles. 



198 

La República Arg^entina exporta cortezas de Apocy- 
firas como la Aspídospenna quiebrahacha y la Aspidos- 
pcrma vargasit\ las cuales , aunque no tienen tanto tani- 
no como las de Costa Rica , dejan utilidad á los comer- 
ciantes de aquel país á pesar de los costos del trasporte. 

¿Veremos desde hoy con indiferencia la riquísima re- 
jíión que riega el San Carlos y colinda con el San Juan , 
después de lo qUL^ dejamos dicho? ¿Preferiremos vivir 
siempre pobres y desconocidos de los países extranjeros, 
cuando nuestro suelo nos brinda riquezas sin cuento que 
pueden explotarse á poca costa para figurar entre los 
pueblos más adelantados por su agricultura , su industria 
V su comercio ?« 



LAS LLANURAS DE GUATUSO 

Hace pocos años que la rica y bellísima porción del 
territorio costarricense que lleva el nombre arriba con- 
signado , era desconocida por completo de todos los habi- 
tantes del país. 

El Señor Obispo de Costa Rica, Dr. don Bernardo Au- 
gusto Thiel, acompañado de varias personas inteligentes, 
visitó aquella región y despertó en los ánimos un interés 
grandísimo, descorriendo el velo impenetrable que ocul- 
taba á las miradas de todos, así las tierras que fecunda el 
río Frío, como los pobladores indígenas que las habitan. 

Las llanuras de Guatuso ó Tristán tienen una exten- 
sión aproximada de 2.000 kilómetros cuadrados. Con difi- 
cultad se encuentra piedra en ellas, y el terreno ostenta 
una vegetación vigorosa. — Hn el punto llamado Colora- 
dito, lindante con hi frontera de Nicaragua , hay una sa- 
bana como de 123 kilómetros cuadrados , cubierta de pas- 
tos naturales, propios para el ganado. 



199 

Abundan en los bosques las maderas preciosas. El 
hule y el cacao son explotados por los indios guatusos. 
Éstos cultivan además el maíz , los plátanos y las yucas. 
Racimos de plátanos hay que pesan hasta 46 kilos , ó sea 
un quintal. 

También el reino animal es riquísimo en especies raras 
de aves y otras clases de animales. Sobre todo abundan 
las aves canoras ; y en los ríos se encuentran abundantes 
peces de carne estimable. 

El río Frió , corriente caudalosa y navegable que cru- 
za estas llanuras, tiene su origen en la cordillera guana- 
casteca principal , en Cerro Pilón de Asnear , próximo á 
Miravalles. Se dirige siempre al Norte , con una ligera 
declinación al Este , y desemboca en el lago de Nicaragua 
cerca de donde comienza el San Juan. 

Recibe por la derecha los ríos Sol^ Venado, Cucara- 
chay Caño de la Muerte, Pataste y Caño ciego, Sabogal ^ El 
Purgatorio y La Lagartera; y por la izquierda, el Caño 
de Buenavista y Caño Negro, 

Otro afluente del río Frío es el llamado Las Playue- 
las , río navegable y cuyas aguas tienen la particularidad 
de producir fuertes oleajes. Sus márgenes son sumamente 
pintorescas y encantadoras. 

Si se baja por el río Frío , se invierten seis horas en 
bote para ir desde la confluencia del Sabogal hasta el 
fuerte de San Carlos , situado sobre el San Juan. Se en- 
tiende que aguas arriba la navegación dura más tiempo , 
pero se hace sin dificultades y con menos peligro que en 
el San Carlos. 

Las vastas llanuras de Guatuso están pobladas por 
indios aborígenes que han degenerado mucho y cuyo nú- 
mero disminuye constantemente. Éstos están distribuidos 
en nueve palenquerías que tienen hasta 200 habitantes 
cada una. Antes eran muy belicosos estos indios; pero 



_800_ 

los huleros nicarag'ücnses , por interés del hule y el 
cacao , se unieron para hacerles í:uerra de exterminio y 
cojj^er con iníiudita crueldad á un número considerable 
que fué vendido en distintas épocas en la vecina Repúbli- 
ca de Nicaragua. 

Estos indios, jjracias al Sr. Obispo Thiel, han entrado 
en la vía de la civilización. Son trabajadores, pero les 
faltan instrumentos de labranza. Antes hacían desmontes 
y sembraban platanares llamados chahuites , así como 
cacaotales, sirviéndose para ello de hachas de piedra. 

Los palenques ó ranchos acusan un desaseo horrible : 
al mismo tiempo que habitaciones son cementerios. El 
suicidio es muv común entre los indios. 

Su alimento lo constituyen los productos arriba men- 
cionados y la carne de los animales que cazan. No comen 
venado , porque creen que haciéndolo les nacerían cuer- 
nos. Se embriagaban con una bebida fermentada que llaman 
machaca , hecha de plátanos maduros asados y desleídos 
en agua fría. También hacen chicha de plátano verde 
asado y maíz mascado, que se fermenta en í^randes ollas 
de barro fabricadas por ellos. 

A los costarricenses nos manifiestan los indios tanto 
cariño , como odio á los nicaraíf íienses. Nos llaman sacas » 
que quiere decir hermanos en su dialecto, y procuran 
siempre prestar servicios y obsequiar á las personas del 
interior, f 1 ) 



El clitna de la provincia de Alajuela es cálido en las 
partes bajas y frío en las altas, pero en j^eneral saludable. 



til L s «IntuH para «sorihir este artículo se sirvió *turniiiisirármoIo9 don Fraii— 
cincu Ugalde. de ^tajuela; y loa del aiiierior sobre :Saii (.'arloK, el 5>r. don Franoinco 
Alvarado, de Naranjo de Alajuela. (N. del A.) 



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Los ríos pertenecen á las vertientes del N. y del O. En 
la primera se encuentran los comprendidos entre el Negro 
y el Sarapiquí ; y en la segunda los que vierten sus #guas 
á la derecha del Río Grande de Tárcoles. 

Esta provincia produce todo lo que dejamos apuntado 
al tratar del país en general. 

Alajuela es la segunda provincia de la República en 
población y riqueza. Se halla dividida en siete cantones y 
tiene 57.203 habitantes, distribuidos en 1 ciudad, 6 villas 
y 54 barrios. 

El cantón de Alajuela , comprendido entre las faldas 
del volcán de Poás, por el N.; los cantones de Santa Bár- 
bara y de Heredia por el E.; los de Escasú y de Mora, por 
el Sur; el de Atenas por el O.; y el de Grecia por el NO., 
es el más poblado é importante, pues contiene 17.252 ha- 
bitantes. 

Ocupa una superficie casi plana, con pequeñas pro- 
minencias al N., en la mesa central de San José. Está re- 
gado por numerosos riachuelos y tiene clima cálido. 

Se cultivan en él café, caña de azúcar, maíz, fríjoles, 
arroz y yuca. 

En este cantón se encuentran los ríos Segundo , las 
Ciruelas, la Maravilla , Tambor 3^^ Poás. 

La capital de la provincia y cabecera del cantón cen- 
tral es Alajuela, ciudad de 6.000 habitantes, situada en- 
tre los ríos Ciruelas y Maravilla. Es una hermosa pobla- 
ción de superficie levemente inclinada hacia los ríos 
mencionados: tiene calles rectas y empedradas , buenos 
edificios públicos y privados y varias plazas. Su iglesia es 
una de las mejores del país por su ornamentación y ta- 
maño, con una magnífica cúpula. 

El edificio llamado Instituto de varones es el más im- 
portante de Costa Rica entre los de su género ; y el cuar- 
tel es una obra también notable. 



303 

Las plazas del General Guardia, de la Agonía, del 
General Fernández y de Juan Santamaría tienen bonitas 
fuentes de hierro y arboledas. 

La ciudad está provista de agua por medio de una 
magnífica cañería , que distribuye las aguas traídas del 
río Ciruelas, reconocidas como de las más saludables. 

Al NO. de Alajuela se halla el barrio de San Pedro, 
en las faldas del volcán de Poás. Es bastante considerable 
por su población , que asciende á 1 .682 habitantes y por 
su riqueza agrícola que consiste principalmente en caña 
de azúcar, algún café y cereales. Su clima es frío y sus 
aguas sanas y abundantes. Tiene un buen edificio escolar. 

Otros barrios importantes son: Sabanilla , al N ; San 
Rafael y San Antonio , al Sur ; Santiago Este ó Río Se- 
gundo, al Este; y San José, al O. 

Tumicares, barrio del mismo cantón, ocupa el taluoeg 
SO. del valle. Está dividido por el río Tizate, afluente del 
Grande de Tárcolcs. Es un lugar insalubre por la natu- 
raleza pantanosa del terreno y por los miasmas prove- 
nientes quizá de la costa del Pacífico, que siguen la cuen- 
ca del citado río. Todo el terreno perteneciente al barrio 
está dedicado al cultivo de granos, principalmente arroz, 
pastos y caña de azúcar. El clima es muy cálido. 

El cantón de San Ramón ocupa una extensión conside* 
rabie de terreno en las cordilleras del NO. de la provincia, 
siendo por consiguiente muy quebrado. 

Tres ríos de los principales del país tienen sus fuentes 
en este cantón: la Barranca, Jesús María }' uno de los 
brazos del Grande de Tárcoles. 

Aunque produce los mismos artículos que el resto de 
la provincia, su suelo no es muy feraz; y después de ha- 
ber alcanzado un progreso relativamente considerable, 
ha permanecido estacionario de algunos años á esta parte. 
Existen algunas haciendas de café en San Rafael, pero el 



ao3 

resto del cantón no da el mismo fruto en cantidad impor- 
tante. Sus bosques sí encierran maderas de buena clase * y 
la parte del N., donde llueve casi siempre, es A propósito 
para el cultivo de las patatas. 

La cabecera del cantón es la villa del mismo nombre. 
Está construida en uno de los valles más pintorescos del 
país , á una gran altura sobre el nivel del mar , con clima 
frío y agradable. Hay en San Ramón una iglesia bastante 
importante por su construcción de piedra, y un Palacio 
Municipal que podría figurar en poblaciones de conside- 
ración. 

Esta villa tuvo en otro tiempo una colonia extranjera 
y de emigrados de San José , que formaban una sociedad 
cultísima; pero hoy no queda nada de ella, y hasta una 
Biblioteca que se había fundado desapareció completa- 
mente. San Ramón tiene 2.000 habitantes. 

Merecen mencionarse entre los barrios del cantón los 
de San Juan, San Rafael y Piedades Norte. 

El cantón de Grecia se encuentra entre los de Alajuela 
y Naranjo. Su extensión territorial es poca , comparada 
con la de los otros cantones, lo cual impedirá el desarrollo 
de su riqueza en lo porvenir. Todo está cultivado en la 
actualidad de pastos, café, yuca y cereales. 

Su clima es templado en general y el suelo es quebra- 
do. Las corrientes de agua son numerosas en este cantón, 
contándose entre ellas los ríos Prendas , Rosales , Sarchí 
y Colorado , todos los cuales descienden de las faldas me- 
ridionales de las montañas de Poás y tributan sus aguas 
al Río Grande. 

La industria principal de los griegos consiste en 
la curtimbre de cueros , fabricación de monturas y de al- 
midón de yuca de la mejor calidad. Si esta última se 
protegiera , daría pingües ganancias , porque la yuca se 
produce allí muy bien. 



Grecia es la villa cabecera del cantón , con 1 .300 habi- 
tantes. Es población muy comercial y progresista y está 
construida en terreno poco accidentado y alto , con clima 
templado. Se piensa hacer venir de Europa un templo de 
hierro para esta villa , por haber sido destruido el que 
antes existió por un terremoto. 

Santa Gertrudis, Sarchí Norte y San Jerónimo son los 
barrios más populosos é importantes de este cantón. De- 
bemos citar á Sirrí , por el carácter progresista y amante 
de la instrucción de sus habitantes. 

Del desmembramiento de una parte del cantón de Gre- 
cia, se formó hace pocos años el de Naranjo, situado en- 
tre el anterior y el de San Ramón. Naranjo tiene más te- 
rritorio que los otros cantones de la provincia, pues com- 
prende las llanuras de San Carlos , que se dilatan hasta el 
río San Juan , las cuales dejamos descritas someramente 
en un párrafo anterior. Le espera , sin duda , un brillante 
porvenir, cuando canalizado el citado río, se exploten las 
riquezas que los terrenos del cantón encierran. 

Hoy tiene el Naranjo 6.847 habitantes, población for- 
mada en poco más de cincuenta afíos, lo cual revela en 
nuestro país un desarrollo admirable. 

El ramo de riqueza del Naranjo es el café.— Existen ya 
grandes haciendas de este fruto, que se produce mu}' bien 
y de buena clase sin que por eso se descuiden otros cul- 
tivos, que son los dichos antes. Como la parte poblada de 
este cantón se encuentra en las pendientes del Sur de la 
cordillera central, el suelo es quebrado en su totalidad y 
el clima bastante frío. 

La villa cabecera es Naranjo, con 1.600 habitantes. Es 
la población que más ha progresado en la República, en 
los pocos años que tienes de existencia. Ostenta una lim- 
pieza en sus bonitos ediñcios y en sus calles, que llama la 
atención cuantas veces se la visita. Cerca de la villa corre 



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805 

til arroyo llamado "Las Pilas. „ Su iglesia en construcción 
promete ser notable ; y se encuentra aquí un edificio mu- 
nicipal para oficinas públicas. 

Subiendo hacia la cumbre de la montafta en cuya falda 
está Naranjo, con dirección al N., se llega pronto á Satf 
Juanillo y barrio principal del cantón, con superficie 
abrupta y vistas dominantes en todas direcciones. Con- 
tiene una ermita de poca importancia. Después de una 
ascensión penosa por fragosos caminos , se encuentra el 
A^iajero en la cumbre de la cordillera, donde está el barrio 
áe Zarcero y con clima muy frío y terreno fértil, propio 
sobre todo para el cultivo de las patatas y la cría delga- 
nado. 

También citaremos los barrios de San Miguel y de 
Candelaria, al S. y al O., respectivamente, déla villa de 
Naranjo. 

El cantón de Atenas queda entre el Río Grande, por 
Q\S.ye\E.,\'c\gHe()racia ó arroyo de Concepción, por el 
O. y una línea indeterminada que lo separa de Palmares, 
por el Norte. 

El suelo es poco fértil y mu}- quebrado, 3^ el clima ge- 
neralmente cálido, pero tan saludable que los enfermos 
de tuhercNlosis y de otras afecciones igualmente graves, 
experimentan allí, si no mejoría, por lo menos alivio 
completo de sus dolencias. 

Todo el cantón contiene 6.208 habitantes; y Atenas, su 
villa cabecera, cerca de l.OOO. Ésta se encuentra sobre la 
carretera nacional de San José á Puntarenas, en una pe- 
queñísima extensión de terreno plano. Sus principales 
edificios son la iglesia \^ las escuelas. Nótase en esta villa 
un activo comercio con los pasajeros y los habitantes de 
los barrios del mismo cantón. 

Concepción , barrio de Atenas, con 1.323 habitantes, se 
extiende en un terreno quebradísimo á orillas del citado 



806 

Río Grande. Aparte del cultiv^o de otros granos siembran 
alK de preferencia el arroz , que , como el de Turrúcares, 
es de la mejor clase conocida. 

Jesús ó La Boca del Monte , distrito llamado así por 
encontrarse al pie de la cuesta del Monte Aguacate, aun 
que es pobre relativamente , merece mencionarse por el 
espíritu progresista de sus habitantes , que son partidarios 
entusiastas de la enseñanza pública. Hoy ve el pasa- 
jero , entre casas de miserable apariencia , ostentarse con 
gallardía un edificio magnífico para las escuelas del lugar, 
hecho á costa de sacrificios de sus pobladores. 

Palmares es el cantón de más reciente fundación en 
la provincia , y de menor extensión. Era antes un barrio 
de San Ramón, y por el gran incremento de la población 
y de la riqueza se le segregó para elevarlo á mayor ca- 
tegoría. 

Su territorio es una meseta preciosa situada entre los 
cerros sin nombre que se hallan adelante de Poás , que 
vista í\ distancia produce agradable impresión con sus 
campos cultivados y la villa en el centro. 

La riqueza principal de Palmares consiste en el café, 
que se cultiva en grande escala y con buen éxito, además 
de otros artículos de primera necesidad. 

El clima del cantón es frío y húmedo, pero salubre. 
Tanto en él como en los demás de la provincia, no se han 
conocido jamás enfermedades endémicas ni epidémicas, á 
pesar de las diversas temperaturas en todos ellos. 

La villa de Palmares , situada en el centro del cantón, 
es su cabecera. La superficie que ocupa es plana entera- 
mente. Esta villa está llamada á figurar entre las princi- 
pales del país, por los elementos de riqueza que encierra 
y por las tendencias progresistas de sus habitantes. Hace 
un comercio activo al detal. Sus edificios notables son la 
iglesia y la casa de ensefian/.a. 



807 

Todo el cantón tiene 2. 770 habitantes, y la villa 750. 

Los barrios de La Granja, Zaragoza, Nuevos Aires y 
Esquipulas , se encuentran tan inmediatos á la villa , que 
con el tiempo formarán con ella una sola población , be- 
llísima bajo todos puntos de vista. 

San Mateo es el cantón menor de la provincia por su 
población y su riqueza. Se halla entre los cantones de San 
Ramón, al N.: de Atenas, al E.: de Esparta al O.: y de 
Puriscal , al S. 

Extiéndese desde los cerros de la Calera y del Agua- 
cate, por el N. y E., hasta el Río Grande de Tárcoles y el 
riachuelo de Surubres, por el S. y O., siendo así su terreno 
quebrado en parte y en parte plano. Esta última es la más 
considerable y la más fértil. 

A este cantón pertenecen las extensas llanuras de San- 
to Domingo, cubiertas de pastos y plantaciones de cerea- 
les , principalmente arroz , que allí se cosecha en abun- 
dancia. El resto produce lo mismo, y además frutas 
exquisitas como mangos, maraflones, naranjas, etc., que 
son muy apetecidas en el interior del país. 

El clima es muy cálido en general, si bien en las partes 
altas es más favorable la temperatura. 

Los ríos Machuca y Quarros, afluentes del Río Grande, 
y el de Jestís María , tributario del Pacífico , riegan el 
territorio de este cantón. 

La villa cabecera del nantón es Sapi Mateo, con 700 
habitantes. En sus inmediaciones corre el río Machuca, 
de aguas tibias y no muy sanas. Está situada en terreno 
plano, sobre la carretera nacional al Pacífico. 

Santo Domingo , barrio del cantón , se encuentra en 
las llanuras de su nombre, á poca distancia de San Mateo. 
Las Ramadas es el segundo en importancia. 



808 

PROVINCIA DE ALAJUELA 

CANTONES Y BARRIOS 

1.^ Alajuela,—Si\n Pedro, Sabanilla, Itiquís, San Isi- 
dro, Concepción, Desamparados, Santiago Este, Santia- 
go Oeste, Guácima, San Rafael, San Antonio, Turrúcares, 
Garita, San José, Carrillos y Tuetal. 

2.° San Ramo fi. —San ]u'iin, Piedades Norte , Pieda- 
des Sur, San Rafael, Santiago-Norte, Santiago-Sur, Con- 
cepción, San Isidro y Silencio. 

3.^ Grecia,— San Roque, Santa Gertrudis, Los Ánge- 
les, San Juan, San Pedro, Sarchí Norte, Sarchí Sur, Ca- 
mejo, San Jerónimo, Cirrí, Toro Amarillo, Puente de 
Piedra , Rincón de los V'argas y Tacares. 

4.^ Naranjo. —Sí\r\ Miguel, San Juanillo, Zarcero, 
Laguna, Corrales (Bajos de) ó Candelaria , Palmitos, Za- 
pote , Barranca 3' San Carlos. 

v')." .-l/^/zas.— Concepción, Los Angeles, Candelaria, 
Jesús, San Josú, Mercedes y Santiago. 

()/' San Mateo. — S'dnto Domingo, Ramadas, Jesús 
María, Desmonte, Mastate, Mineral y Desamparados. 

7.^ Palmare.^. -Nuevos Aires, La Granja, Zaragoza 
y Esquipulas. 



CAPÍTULO XII 



PROVINCIA DE HEREDIA 

La provincia de Heredia confina al N. con lá línea divi- 
soria de Nicaragua: al S. con la provincia de San José, de 
la cual está separada por el río Virilla: al E. con la misma 
provincia de San José y la comarca de Limón; y al O. con 
la provincia de Alajuela. 

El terreno es en general montañoso , principalmente 
en la parte setentrional , por donde atraviesa la cadena 
que divide las vertientes hidrográficas del país, llevando 
aquí los nombres de Cerros de Barba, de Congo y Mon- 
tarías de Sarapiqní, 

La parte meridional de la provincia, donde se halla 
casi toda su población, se extiende entre el citado río Vi- 
rilla y la cordillera de Barba, en el valle de San José. 

Sin embargo, todo el porvenir de Heredia está en la 
porción de ella que se dilata desde las faldas setentriona- 
les de la cordillera principal hasta la orilla derecha del 
río San Juan , así por su feracidad como por la variedad 
de productos que allí pueden cosecharse. Haremos una 
breve descripción de esos terrenos. 

Saliendo de la ciudad de Heredia con dirección al N. se 
llega al cabo de unas horas al punto llamado "Desenga • 
u 



fto„, que es la elevación mayor de las montañas de Barba, 
á 6.308 pies sobre el nivel del mar, con una temperatura 
de 12^ centígrados. Descendiendo de aquí se llega i\ "Va- 
ra Blanca„, pequeña población situada en una altiplanicie 
con clima frío y terreno feraz , propia para el cultivo de 
patatas y la cría del ganado, por estar verdes los pastos en 
todo el año. En los bosques de este lugar, distante 28 ki- 
lómetros de Heredia , se encuentran en abundancia cedro 
y otras maderas útiles. De Vara Blanca se continúa el 
descenso hasta el río P«.:r, que corre al pie del cerro lla- 
mado "El Ángel. „ Llégase en seguida á "Buena Vista„, 
punto precioso que domina las llanuras de Sarapiquí y de 
Santa Clara. 

Pasando por el punto denominado "Cariblanco„, sé 
desciende del cerro de " Co figo ^paní llegar á "San MigTiel„ 
ranchería de poca población , situada en terreno muy fér- 
til y con clima sano , aunque fuerte, pues el termómetro 
marca en este lugar 30^. En sus inmediaciones corre el 
río Sarapiquí, que 3^a aquí es caudaloso y contiene peces. 
San Miguel produce caña de azúcar, cacao, pk'itanos, ca- 
fé, maíz y fríjoles. De estos dos últimos artículos se dan 
dos ó tres cosechas al año. 

Entre San Miguel y "La \nrgen„, puntos distantes 8 ó 
10 kilómetros uno de otro, se extienden algunas pequeñas 
prominencias , de las cuales merece citarse el cerro de 
SdN Agustín. "La \'irgen«, que es una población .reduci- 
da^ se encuentra en una planicie extensísima, por cuyo 
centro corre el Sarapiquí. El terreno es de los míls fera- 
ces y se produce en abundancia lo mismo que en San Mi- 
guel. El termómetro sube hasta 31", pero el clima es sa- 
lubre. 

Del -Chilamate.. ó cerca de él, punto que se encuentra 
á poco más de 16 kilómetros de T-a X^irgen, comienzan á 
presentarse varias protuberancias del terreno, que son 



311 

bastante considerables al N. y al E. , sirviendo de división 
entre la cuenca del Sarapiquí y las llanuras de Santa 
Clara. 

En todos los bosques de esta rica porción de la provin- 
cia de Heredia se hallan maderas útilísimas de construc- 
ción y ebanistería , como las que enunciamos al tratar en 
general de los productos del país ; pero haremos mención 
del árbol que produce el hule ó caucho , que es abundante 
en la región que está próxima al San Juan. 

Si hubiera un buen camino de carretas desde Heredia 
hasta la Virgen, en una distancia de 70 kilómetros^ las 
inmensas riquezas naturales de la cuenca del Sarapiquí 
no permanecerían desdeñadas por los agricultores y los 
ganaderos, que podrían sacar de allí provechos conside- 
rables. 

Los heredianos viven principalmente del producto del 
café que cosechan en la altiplanicie central ; pero cuando 
este grano no tenga la misma importancia que hoy en los 
mercados extranjeros, podrán obtener quizá iguales uti- 
lidades con las producciones de sus llanuras y bosques 
del Norte, que se explotarían casi sin trabajo. 

En efecto: si Costa Rica se ve obligada periódicamente 
á importar grandes cantidades de cereales , y en la cuen- 
ca del Sarapiquí se dan dos y tres cosechas al año, ¿qué 
ganancias no tendrían los agricultores de allí , que serían 
siempre los proveedores del país? 

Venga la inmigración y entonces tendremos que ex- 
portar antes que introducir. V^engan los colonos honrados 
y trabajadores , que se enriquecerán en poco tiempo y 
contribuirán asimismo á la prosperidad de la Nación. 
Mientras haya una sola industria y carezcamos de brazos, 
las riquezas fabulosas de nuestro suelo permanecerán ig- 
noradas y Costa Rica no será digna de figurar entre los 
demás pueblos del globo. 



218 

Los ríos de la provincia de Heredia pertenecen á las 
cuencas del Virilla y del San Juan. Éste recibe por la de- 
recha el Sarapiquí , que nace en la laguna de Barba , si- 
tuada en el crAter del volcán de igual nombre , A poca 
distancia de la ciudad de Heredia. El Sarapiquí tiene una 
hermosa catarata de 50 metros de altura en Vara Blanca. 
Es navegable en botes desde Chilamate y en pequeños 
vapores desde '^ Hacienda Vieja^, á 90 kilómetros de He- 
redia. Aquí el río es -^caudaloso, muy ancho y sus aguas 
mansas y tranquilas., (1). 

El Virilla recibe en la provincia los arroyos de Tures, 
Tibás, La Bermúdez y Pirro. 

La población total de la provincia de Heredia es de 
Hl .611 habitantes, distribuidos en 1 ciudad, 4 Aellas y 27 
barrios. 

Las principales poblaciones son las siguientes: 

Heredia, capital de la provincia y cabecera del cantón 
central, con 6.000 habitantes, comprendido el- distrito de 
San Pablo. Es una ciudad pequeña pero bella \' de bas- 
tante importancia por su riqueza. Está situada en un te- 
rreno inclinado, y por su^ inmediaciones corre el riachuelo 
y V/';7>. Las calles de la ciudad son estrechas, notándose 
como principal la de la Estación, que es bastante amplia 
V recta. Entre sus edificios merecen citarse únicamente 
las iglesias Parroquial y del Carmen. Pronto habrá otro 
magnífico, destinado á colegio de instrucción primaria y 
secundaria. 

El clima de la ciudad es frío y agradable. 

Pertenecen á este cantón l(»s barrios de San Joaquín, 
San Antonio de Ik'lén, San Isidro y San Francisco, fuera 
de «Uros de menor importancia. 



i|) l.o% aiitcriuros ilatu<« han sid<> extr.KMariust de un informe dado al Oobirm» 
en I^^7 por el I)r. I). .luán .1. Flores, (Mit.ni''es Gobiírnadur de Heredia. 



213 

San Joaquín es una bonita población de 1.700 habitan- 
tes y situada en terreno enteramente plano cultivado de 
café y pastos, con clima templado.— Ostenta una iglesia 
construida de piedra de granito , y una plaza. 

San Antonio de Belén se encuentra sobre la antigua 
carretera nacional de San José á Puntarenas. Es también 
una población considerable , pues el núinero de sus habi- 
tantes asciende á 1.200. Su topografía y su clima son igua- 
les á los de San Joaquín, con pequefia diferencia. Tiene, 
asimismo , una regular iglesia. 

El cantón de Barba se extiende al Norte de Heredia» 
en las faldas de las montañas del mismo nombre. El suelo 
es bastante feraz y su clima frío. Produce principalmente 
café y cereales. 

Barba es la villa cabecera del cantón, situada en te- 
rreno plano y con hermosas vistas á su alrededor. Es una 
bonita población con bastante comercio y habitantes pro- 
gresistas. Su templo es el principal edificio. Tiene 900 ha- 
bitantes. 

El cantón más invportante de la provincia es el de 
Santo Domingo, así por su población como por su riqueza 
agrícola. Ésta consiste en el cultivo y beneficio del café^ 
que se da en grande abundancia y de primera calidad. 
Casi todos los habitantes del cantón se dedican á ese ramo 
de la riqueza nacional , aunque también cultivan otros 
granos y crían ganado. 

El suelo del cantón eil general es ligeramente acciden- 
tado y el clima frío y saludable. En él se encuentran los 
ríos Virilla , al Sur ; y Tures , Tibás y La Bermúdez , al 
Norte. 

La cabecera del cantón es Santo Domingo, una de las 
villas más grandes del país. Está situada en las inmedia- 
ciones del Virilla, á poca distancia de San José y de He- 
redia, en terreno plano y sumamente fértil. 



gl4 

Sus calles son anchas y rectas, y el aspecto de la po- 
blación muy alejj^re por el aseo que toda ella presenta. 
Nótanse entre los edificios un soberbio templo de ladrillo 
y cal y una casa de enseñanza de primer orden. Tiene dos 
mil habitantes. 

El barrio principal de este cantón es San Miguel. 
Al O. del cantón de Barba, en el límite con la provincia 
de Alajuela, se encuentra el cantón de Santa Bárbara, 
muy incipiente aún. Sus principales productos son el café 
la caña de azúcar y granos de primera necesidad. El suelo 
es accidentado y el clima templado. Tiene todo el cantón 
2.845 habitantes. 

Santa Bárbara es la villa cabecera. Su posición topo- 
gráfica, su clima agradable, la laboriosidad de sus habi- 
tantes, todo augura á esta población un risueño porvenir. 
Sus pobladores son 700. 

Los barrios de San Pedro , San Juan y Jesús son bas- 
tante importantes en este cantón. 

El más moderno de los cantones de Heredia es Sax 
Rafakt., muy reducido en cuanto á territorio, pero bien 
poblado. Está al NE. de la ciudad de Heredia, de la cual 
formaba antes parte, en terreno plimo cultivado casi todo 
de café, y con clima templado. Tiene 4.200 habitantes. 

La cabecera es la villa de San Rafael, con 1.612 habi- 
tantes. Es población muy rica é importante; y sus pobla- 
dores, así como los de Santo Domingo, sacan utilidades 
enormes del café, por lo cual son muy laboriosos. Se está 
constru3*cndo actualmente una buena iglesia. 

Hay tres barrios en el cantón : San José, Santiago y 
Los Angeles. El primero tiene 1.000 habitantes y es el 
principal. 



815 

PROVINCIA DE HEREDIA. 

CANTONES Y BARRIOS. 

1.° Heredía.— San Pablo, San Isidro, San Joaquín, 
San Antonio de Belén, Mercedes, San Francisco, San Fe- 
lipe, Santiago, El Barreal, La Rivera, San Miguel y Aldea 
de Sarapiquí. 

2.° Barba. —San Pedro., San Pablo, San Roque y 
Santa Lucía. 

3.^ Saptto Domingo. —Síin Miguel, Santa Rosa, Santo 
Tomás , La Bermúdez , Rincón de los Ruíz , Raicero , Tu- 
res, El Virilla y Río Macho. 

4.° Santa Bárbara. — San Pedro, San Juan, Jesús y 
Santo Domingo. 

5.° San Rafael.— San José, Santiago y Los Ángeles. 



CAPÍTULO XIII 



PROVINCIA DE GUANACASTE 



LÍMITES Y COSTAS 

Al Noroeste de la República de Costa Rica se encuen- 
tra una región extensísima , poco conocida hasta hoy, y 
que se denomina Provincia de Guanacaste. 

Su forma es muy irregular , y la parte meridional la 
constituye una península de considerable extensión , que 
afecta la figura de un paralelógramo , llamada dicha pe- 
nínsula, NlCOYA. 

Toda la provincia está limitada: al Norte, por la Re- 
pública de Nicaragua: al Este, por la provincia de Ala- 
juela, la comarca de Puntarenas y el golfo de Nicoya: al 
Sur , por el Océano Pacífico ; y al Oeste , por el mismo 
Océano. 

El Guanacaste tiene las costas más cortadas del país, 
con golfos y bahías amplios y profundos, radas y fondea- 
deros seguros , aun para escuadras enteras que busca- 
ran refugio en ellos. 

Al NO. se presenta en primer término el Golfo del 



818 

Papagayo, cuyas aguas se encuentran agitadas perma- 
nentemente por fuertes vientos que soplan de tierra , en 
dirección NE. á SO. 

Pero el golfo citado forma en la costa entradas pro- 
fundas que reciben los nombres de bahías de Salinas y 
de Santa Elena, y que están llamadas á desempeñar 
papel muy importante en el futuro desarrollo del adelanto 
de la provincia. 

La primera tiene forma casi circular , y está abrigada 
por completo. La costa que la rodea es fértil, pintoresca 
y de clima sano. 

Entre la bahía descrita y la de Santa Elena se halla 
una península importante: la de Salinas y terminada al 
O. por la Punta Descarte. 

Una parte de la bahía de Salinas es llamada de Bola- 
ños, "Ésta tiene un fondo limpio^ sin embarazo alguno 
para las embarcaciones , y la profundidad necesaria para 
que cualquiera clase de éstas puedan fondear junto á la 
costa misma, que es ventilada y muy sana. En sus inme- 
diaciones ha}' bosques espesos y los terrenos son feraces. „ 

Si allí se fundara un puerto , sería dentro de poco 
tiempo de capital importancia para el comercio , y para 
hacer escala los buques que atravesaran el Canal de 
Nicaragua si esta obra se realiza, como es de e.spe- 
rarse. 

Hay también otras entradas de menor importancia 
que las referidas , entre el cabo Elena , término de la Pe- 
nínsula de igual nombre, y la Punta Mala. 

Un estrecho comprendido entre los cabos Virador 
Norte y Virador Sur ^ da entrada á la bahía de Culebra. 
Ésta es una de las mejores, no sólo del país, sino de Cen- 
tro América, porque reúne las condiciones necesarias 
para la fundación de un puerto de primer orden , que ser- 
viría de depósito y salida de las producciones de Guana- 



819 

caste,ysería foco de un gran movimiento comercial. 

Saliendo de la bahía anterior y doblando la Punta Ca- 
cique ^sq entra en el precioso puerto de Cocos, cuyas 
aguas son tan mansas que apenas se ven rizadas leve- 
mente por las brisas que juguetean en su superficie. 

Comprendida entre la Punta Miga y Punta Gorda 
hay también otra bahía llamada como esta última , en 
cuyas inmediaciones existen minerales abundantes de 
cobre. 

Otras entradas importantes en la costa que describi- 
mos son las llamadas "^ El Potrero ,„ ""La Iguanita^^y 
"" Nacascolo.^ 

Éntrelos cabos BlAnxo y Herradura se halla la entrada 
del magnífico golfo de NICO YA , que se interna profun- 
damente en el país , en forma, casi, de un gorro frigio. 
Su longitud es poco más ó menos de 185 kilómetros , y su 
mayor anchura de 66. Está perfectamente resguardado 
contra los vientos, y su aspecto es sumamente pinto- 
resco. Altas montañas corren paralelas á las costas de 
ambos lados ; y numerosas islas é islotes interrumpen la 
monotonía de aquella extensísima sabana líquida, cuya 
superficie aparece tan tranquila como si fuese un lago de 
aceite , ú ondulada tenuemente á veces por las brisas 
que la agitan con su débil fuerza. 

Este mismo golfo forma en la costa guanacasteca nu- 
merosas entradas como la Ballena, Paquera^ Tambor, 
Murciélago^ Boquerones ^ Jesús, Nacaome^ etc., etc. 

Nacaome es un estero hermosísimo , en comunicación 
con otros muchos que van en distintas direcciones por 
entre los manglares que han invadido el golfo. Está 
situado el primero al ENE. de Nicoya , y tiene una longi- 
tud aproximada de 15 kilómetros , con la anchura y pro- 
fundidad suficientes para que pequeños vapores recorran 
sin obstáculo sus aguas. 



88 O^ 

Sobre ese estero se estA formando un pequeño puerto 
llamado El Astillero^ para dar salida hacia Puntarenas á 
los productos del cantón de Nicoy a , y para reemplazar al 
antiguo puerto de Jesús , que está á mayor distancia de 
la citada villa y en punto incómodo para la libre na- 
vegación. 



CAPÍTULO XIV 

CABOS É ISLAS 

Debido á la irregularidad que hemos anotado de la 
costa de Guanacaste, son numerosos los cabos y puntas 
que merecen mencionarse. 

Sobre el Pacífico se encuentran los siguientes de Norte 
i\ Sur. 

Descarte, Sauta Elena (Punta y cabo), Punta Mala y 
Virador A^or/^ y Virador Sur, Punta Cacique, Punta 
Miga, Punta Gorda, Punta Blanca, Punta Zapotal , 
Morro Hermoso, Punta Peligro, Punta Filibustero, 
Punta Guiones, Punta Quiñones, Punta Tule, y, final- 
mente , Cabo Blanxo , que es el extremo meridional de la 
península de Nicoya. 

Al Este de la misma península se hallan los siguientes. 

Punta Herradura , El Cabo , Ballena , Punta Mala , Pie- 
dra Amarilla, Tambor, Órgano, Bocana y otros menos 
importantes. 

Numerosas islas se hallan esparcidas á lo largo de la 
costa occidental y en el golfo de Nicoya. Estas últimas 
son las más grandes é interesantes. 

Comenzando por el NO. se encuentran la isla Salinas 
y otros islotes en la bahía del mismo nombre: la isla Jua- 
nita , en la bahía de Santa Elena: el archipiélago de Mur- 



888 

ciélagos en la bahía de Murciélagos: las islas Catalinas 
y Sámaras al O. : la isla Pefta Blanca y la isla Blanco , 
al Sur, frente á Cabo Blanco. 

En el golfo de Nicoya están las islas siguientes: 

Jasper y Alcatraz, cerca de Paquera. 

Dos llamadas Los Negritos , casi en frente del río 
Grande de Tárcoles. 

La isla Cedro y al NO. de las anteriores. 

Dos islotes denominados de las Aves , uno , y Pan de 
Asúcar el otro, al SO. de Puntarenas. 

La isla de San Lucas, bastante considerable, en la 
cual se halla establecido el presidio de deportación para 
reos de delitos graves. 

Las islas Caballo , Bejuco y Venado , situadas frente á 
Jicaral y Lepanto , se encuentran muy inmediatas entre 
sí , y presentan un bonito aspecto. El suelo de las tres es 
elevado y tiene regular vegetación , pero todas carecen 
de agua. 

La llamada península de Berriigate puede ser consi- 
derada más bien como una isla , separada de la costa por 
los ríos Moróte y Nandayurí, que son esteros importantes. 

Pero la mayor de todas las islas del golfo es la de 
Chira ^ situada en el fondo de él y á inmediaciones de la 
costa. Su superficie asciende á varios kilómetros cuadra- 
dos. El terreno es fértil , tiene buenas aguas potables y 
abundante vegetación. Al N. de la isla está el fondeadero 
que permite sacar los productos de ella. Contiene made- 
ras útiles para la exportación , y ya en épocas anteriores 
se habían extraído de la isla grandes cantidades de 
palo mora. 

Finalmente , en el estuario del Tempisque están los 
islotes del Toro \ Verde ^ que carecen de importancia. 



CAPITULO XV 



ASPECTO Físico; MONTAÑAS 



La formación de los terrenos de Guanacaste so presta 
il estudios serios respecto á los periodos en que tuvieron 
origen. La especial conformación de las capas geológicas 
y las clases del suelo, que aparece de una misma natura- 
leza en extentísimas zonas , harían poco difícil la deter- 
minación de los componentes df las primeras y la edad 
relativa de cada región. 

Hay llanuras cuya capa superlicial es arenosa , cual si 
hubieran servido de lecho A un mar. Los ríos carecen de 
piedras generalmente, y su álveo también es arenoso. 

Colinas enteras, reunidas en cadenas, son de forma- 
ción caliza, con exclusión de otras sustancias ; y en varías 
lugares se hallan cantos erráticos y piedras de naturale- 
za ígnea ó eruptivas. 

La provincia de Guanacaste presenta en general el 
aspecto de una inmensa llanura no modificada, en 
trechos larguísimos, por una sola desigualdad del terre- 
no. Las montafías poco elevadas que se ofrecen á la vis- 
ta, li contar desde el valle de Nicoya hacía el NE. y 
O. no alteran la fisonomía del suelo en toda su extensión. 

Los ríos corren casi al nivel del terreno, de lo cual 



resulta que éste se inunda durante la estación lluviosa, y 
se presenta entonces como vastísima laguna que carece 
de desagües. 

Para dar una idea de las planicies guanacastecas , que 
parecen niveladas artificialmente , creemos bastante decir 
que los ríos no presentan corriente , sino que sus aguas 
se deslizan sin percibirse , como si estuviesen estancadas. 
En todos ellos se ven á centenares las aves de caza , las 
cuales , por no ser perseguidas en aquellos lugares, no 
huyen á la vista del hombre. 

Al Este de la provincia descuella la hermosísima cor- 
dillera volcánica que va de NO. á SE. , cuyas cumbres 
están casi siempre veladas por densas nubes que rara vez 
dejan á aquéllas descubiertas. Las pendientes de esa cor- 
dillera son escarpadas y áridas en su mayor parte , con 
numerosos pliegues que dan un bonito aspecto á las mon- 
tañas, denunciando las convulsiones seísmicas que en 
épocas remotas tuvieron lugar en ellas. 

La enunciada cordillera comienza en el volcán Orosi, 
cerca del cual está el Cerro del Hacha, cubierto de gramí- 
neas en la parte superior y en cuyas faldas hay espesos 
bosques de maderas útiles. Al pie del Orosí nacen los ríos 
Sapoá, tributario del lago de Nicaragua, y el Tempisque, 
que desemboca en el golfo de Nicoya. La altura de ese 
volcán es de 5.200 pies. 

Después del Orosí , hacia el Sur , se encuentra el vol- 
cán Rincón de la Vieja , que arroja ceniza con frecuen- 
cia , y algunas veces grandes llamaradas. Es un volcán 
de aspecto hermosísimo, con sus abruptas pendientes, 
sus erizadas crestas peladas y sus faldas vestidas de 
abundante vegetación. Las erupciones de este volcán pa- 
rece que se han verificado hacia el Norte , pues á ese lado 
tiene los cráteres. Hasta hoy no ha sido medida 1^ altura 
de ese coloso guanacasteco. 



385 

Inmediata al Rini-ón de la Vieja l-sIíi una lordíllcra 
muy bella, llamada La Hedionda, sepjirada de la ante- 
rior por una cañada en tjuc corren varios rinchuelos. 

AI Norte de Bagiices , como á 30 kilómetros de distan- 
cia, se encuentra el volcán Mtravalles, en la cordillera 
de su nombre, cuya cima permanece casi siempre en- 
vuelta en densas nieblas que desaparecen rara vez. Tiene 
numerosas grietas ó hendiduras por donde se escapan 
los gases internos , y muchas fuentes de diversas tempe- 
raturas, desde muy frias, casi heladas, hasta muy ciíli- 
das. Existen también algunas pequeñas lagunas en que 
abundan las aves de caza. 

Entre los volcanes Rincón de la Vieja y Miravalles 
hay una porción considerable de terreno plano y iilto, 
con una temperatura fresca y agradable. 

Continuación de líi misma cordillera que describimos 
es la cadena en que se halla el volcln Tenorio , situado á 
4.700 pies sobre el nivel del mar. Es de forma cónica , y 
parece menos elevado que la cordillera inmediata. 

Termina esta última en el Ciíhro Pklado, ó Piílón, ó 
Brujo, truncado al lado ENE. y cuyas faldas son ladero- 
sas y pobres de vegetación. Su cima estií generalmente 
cubierta de nubi-s, y arroja ceniza, humo y arena. Á 
veces han llegado las arenas, impelidas por un fuerte 
viento del SE. , á la villa de Z.ÍIS («í/f/á,quc csláalNO. 
de dicho cerro. 

Desde el rioLafi Píciiras hasta el TeHip/sque se extien- 
de una serie de colinascalciireas de poca elevación, con los 
nombres de Cerros de Catai.i(í.\, de Naranjo y de Sar- 
noso. Además de la piedra caliza contienen abundantes 
mármoles cuya explotación no se ha intentado todavía. 
El resto del terreno que se extiende al N. y al S. de esa 
cadena es enteramente plano y en partes cenagoso, per- 
teneciente A dos haciendas llamadas Catalina y Naranjo. 



826_ 

En la hacienda El Viejo se encuentran asimismo al- 
gunas prominencias de naturaleza calcárea en dirección 
E. á O. Llevan los nombres de La Portada ^ La Bolsa y 
Cerros del Jicote , de los Matasanos , de Cervantes , de 
Bríones y de la Danta. Los dos primeros grupos están 
inmediatos al Río Bolsón; los restantes al Tempisque. 
También gran número de cerros pertenecientes á Nicoya 
son calcáreos. 

Los Cerros del Sardinal se extienden al SO. de la 
planicie donde está la ciudad de Liberia , y forman un 
grupo casi aislado , de poca importancia. Una de las coli- 
nas que los forman , próxima al barrio de Sardinal , lleva 
el nombre de labores. 

En los cantones de Santa Cruz y Nicoya se encuentran 
los terrenos más quebrados y montañosos, y principal- 
mente en el último. Conócense con numerosas denomina- 
ciones como Cerros de Barrahonda, del Ojo de Agua, 
Las Cruces, la Campana y Maliasmo y Santa Rita, Ario 
ó Juan de León , La Lechu:sa , La Cuesta y otros menos 
importantes. 




CAPÍTILO XVI 



UDíI üi.' las principales ventajas que presenta la pro- 
vincia de Guanacaste piíni la conducción de sus produc- 
tos y líi explotación de sus terrenos, son sus ríos navega- 
bles en una grande extensión, sin corriente rápida y 
libres de todo obst-lculo que impida el tránsito de las em- 
barcaciones. 

Pueden considerarse divididos los ríos de Guanacaste 
en tres vertientes: 

I."— La del lago de Nicaragua. 

2 "—La del Océano Pacífico. 

3."— La del golfo de Nicoya. 

Al lago de Nicaragua va á desembocar el rio Sapoá, 
que nace en las faldas de la cordillera Orosf, corre por 
las llanuras t'ronteriziis con Nicaragua , y recibe varios 
afluentes que tienen su origen en la misma cordillera. 
Esos afluentes son: 

Por la derecha, los ríos Soiilolf. Bolafíos y Giiachi- 
pelin; 

V por la izquierda, el Caña Goriia, Las Vueltas y 
otros más pequeflos. 



838 

También desao^uan en el citado lago los ríos Tortuga, 
Carmen , ile las Haciendas y Niño , originarios de las 
vertientes septentrionales del Orosí. 

Pertenecen á la cuenca del Pacífico los ríos siguientes: 

El caudaloso Nosara, cuya desembocadura se en- 
cuentra al Sur de la Punta Guiones , formado por los ríos 
Quirimán y Las Juntas , que se unen antes de recibir 
las aguas del Carmital , y que después se juntan al citado 
Nosara. 

El río BuENAVisTA , que desagua cerca de la punta 
Quiñones. 

El Ora , de curso larguísimo y gran caudal de aguas, 
tiene su desembocadura entre las puntas Maximiiiana y 
Tule. 

Sigue íil anterior al río Coyote , poco importante ; y 
finalmente; 

El Arío, que es uno de los tributarios del Pacífico que 
tienen verdadera importancia. 

Pertenecen ;1 la vertiente del golfo de Nicoya los si- 
guientes ríos: 

El Tempisque, arteria aorta de Guanacaste, se forma 
principalmente de los ríos Tempisquito y Los Atiogados, 
que nacen ambos en la cordillera oriental. Tiene un cur- 
so navegable como de 60 kilómetros, >' pequeños vapo- 
res lo remontan hoy para internarse después en el Bolsón, 
uno de sus afluentes. 

Este último río es perfectamente naA^^gable en un es- 
pacio de 20 kilómetros próximamente, desde su confluen- 
cia con el Tempisque hasta el puerto fluvial que lleva el 
mismo nombre. Tiene por afluente principal el río Las 
Palmas , quQ nacL' en las alturas llamadas Las Afolas y 
Citcsta de las Trancas, frente á la bahía de Culebra, 
pasa por los barrios de Sardinal, Palmira y Filadelfia, 
recibiendo antes de llegar á este último punto losriachue- 



2SO 

Uc Sartiinal , Hrttí^ililii y Siiit Blas, lo^ cualch It 
Jhiifcn Sítlir de madre en la época de liis lluvias, inundiin- 
|<li) his bosques y ciiserios inmediatos, 

El río /)/r/íí , que pasa junto á la piiblaciún de Sania 
PCruz. tiene su nacimiento en la cordillera de La Campa- 
I na y desagua en el Bolsi^n. Lleva el mismo nombre de 
[ un Cacique tjue habitó en sus riberas antiguamente. 

Otros afluentes del Bolsón son el río En Medio y el 
I San Juan , que nacen en la cordillera " La Lccltu.'^n ,. , en 
■jurisdicción de Santa Cruz. 

El Temptsquc recibe adem;ls por la derecha el rio Bf- 
■^■«ffl.que forma el estero llamado t\v San Fcniamio dv 
\fíumo, donde esliS la población de igiia! nonibre, puerto 
[fluvial de Nícoya. 

Por la izquierda vierte sus agua> en el Tempisque el 
\r\o Colorado , que rt la vez recibe las aguas del ¿í/rtí/dí, 
■ originarios los dos de las faldas occidentales del Rincón 
|de la Vieja. 

El rio Liberia pasa inmedial<) á la ciudad del mismo 
[ nombre y provee de agua ¡i sus habitantesi. Es también 
afluente del Tempisque. 

El rio SaUti . que recibe los llamados Montañita y Pi- 
jijc. es el liltimo de los afluentes importantes del Tempis- 
que por la izquierda. 

L.^s PiEDH.Xfe, río navegable en un espaci<i de lo á 18 
kilómetros, más ó menos, forma con el Tempisque un 
estu;u-i'i de 400 !\ s'JOO metros de anchura próximamente, 
y está sometido rt la influencia de la marca hasta el punto 
donde arriban los vapores, que es en la confluencia de los 
rios Trvorio y Las Pieoras. 

Este último se forma de los río,-- Putrrro, Medio , Las 

Piedme, La Villa {que pasa por líagaces) \ Blanco (muy 

caudaloso). Rcúncse en el punto llamado El Bcfudcro, 

-.puerto de fiagaces y Las Caflas, con el Tenorio, que 



830 

nace al pie del volcán del mismo nombre y que recibe 
las ap^uas del río Cutpüapa, 

Después de la confluencia de los citados ríos que for- 
man el Bebedero , recibe éste por la izquierda el Paso 
Hondo , formado por los caudalosos Curubict y Las Ca- 
ñas. El Curubicí recibe los ríos Santa Rosa y Santtgal; 
y el río Las Cañas pasa por las inmediaciones de la villa 
del mismo nombre. 

Otros ríos de la provincia que vierten sus a^uas direc- 
tamente en el golfo de Nicoya, son: 

El Tabaco f que tiene por afluente el río Verde. 

El Higuerón , que nace al pie del Cerro Pelado , y 
tiene como tributarios los ríos Duque y Reventado. 

Las Lajas , Las Palmas y El Avangares. Éste des- 
agua en la punta Avangares, frente á la isla Chira. La 
marea le penetra en un extensión importante y permite 
navegar en él por medio de botes. El nombre de este río 
proviene de una tribu indígena que vivió en sus orillas y 
en los bosques inmediatos antes de la conquista del país. 

En la península de Nicoya se encuentran los ríos Mo- 
róte y Nacaome ó Nandayuri. 

El primero desagua en el golíb por dos brazos que 
separan de la tierra firme la isla Herrugate ,}' tiene por 
principal afluente el río Matambo , que pasa cerca de Ni- 
coya. 

El CMMA de la provincia de Guanacaste es templado 
y ixun frío en las partes altas ó inmediatas á los volcanes, 
pero muy caluroso en la costa y en las tierras bajas. Ge- 
neralmente es salubre , con raras excepciones en los te- 
rrenos pantanosos, donde por causa de las aguas estan- 
cadas que dejan los ríos al retirarse, se producen 
calenturas palúdicas. 

Por su poca población , que asciende á 20.000 habitíin. 
tes, no ha alcanzado esta sección de la República todo 



831 

el progreso material que deben producir necesariamente 
algún día su suelo feracísimo, sus bosques abundantes en 
maderas preciosas, sus vastas planicies cubiertas de pas- 
tos naturales , las arterias fluviales que la cruzan , y todos 
los dones, enfin,dp una naturaleza próvida, que luce 
allí el lujo intertropical de las más favorecidas regiones. 

Hasta hoy se han dedicado de preferencia los guana- 
castecos á la industria pecuaria , que toma siempre ma- 
yor incremento en las tierras planas , propias especial- 
mente para ese fin. 

También se dedican los guanacastecos al cultivo de 
artículos de primera necesidad, como cereales, (maíz, 
arroz y fríjoles), caña de azúcar, etc. Las frutas son 
abundantes y exquisitas. 

Las producciones principales de cada cantón van ex- 
presadas en seguida. 



CANTÓN DE LIBERIA 



MADERAS DE EBANISTRÍA Y CONSTRUCCIÓN 



Caoba 

Ébano 

Ronrón 

Llayo 

Corteza 

Carao macho 

Tempisque 

Guayacán blanco 

Quiebra hacha 

Siete cueros 

Muñeca 



Granadino 

Melón 

Pochote 

Azaharillo 

Roble blanco 

Cedro 

Cocobola 

Canela 

Haya 

Guapinol 

Roble amarillo 



Guanacaste 

Níspero 

Guachipelín 

Guayacán 

Ñámbar 

Jenízaro 

Espabey 

Madera negra 

Laurel 

Arco 



832 



Pita 
Cabulla 



IM. ANTAS TKXTILRS 

Hurío 
íMátano 



Majagua 
Piñuela 



IM. ANTAS MKDICINAl.KS 



Ipecacuana 

Ruibarbo 

Coloquíntida 

Quita-calzón 

Valeriana 

L'rtica 

Escorsionera 

Quina 

Hítamo 

Sota-caballo 

Copalchí 



Capitaneja 

Tapate 

Carao 

Tamarindo 

Ajenjo 

Panamá 

(fUacuco 

Caña fistola 

Avellana 

Verba-buena 

Zacate-limón 



MechoacAn 

HijLíuerón 

Coyol 

(iüis-Coyol 

F\*ine de mico 

Naranjo ajerio 

Tempate 

Coco 

Escobilla 

Corros* » 



ri-ANTAS TINTORKAS 



Hrasil 
Saca tinta 
Nai'ascolo 
Carmín 



(lUaitil 

Jiquelite 

Nancite 



Aromo 

Mora 

^'uquilla 



rKODlCTOS a(;rícoi,as 

Maíz, IVíjolcs, cacao, jocote, lima, níspero, marañón, 
nancite, icaco, aceituno, papaturro, limoncillo, manzana 
rosa, ^uastomate, ^^uineo, cuajiniquil, caimito, g^ranaüi- 
lia, pifja, papaya, sonzapote, mimbre, tomate, mostaza, 
repollo, rábano, ayote, chile, culantro, ñame, batata, 
arroz, café, zapote, naranjas, bolosapo, anona, manj^o, 
uva, íiíuayaba, sierrecillos, lim<')n, capulín, hif^o, plata* 



333 



no , guanábana , ag^uacate , granada , sandía , melón , co- 
hombro, guapinol, coles, cebolla, yuca, chayóte, pi- 
pián, perejil, zanahoria, tiquisque, y camote. 



CANTÓN DE NICOYA 



MADKRAS DE EBANISTERÍA Y CONSTRUCCIÓN 



Caoba 

Cedro amargo 
„ pochote 
Canelo 
Guachipelín 
Madera negra 
Papaturro negro 
Naranjo de monte 
Arca 



Quiebra hacha Quina 
Cocobola ñámbar Guayacán 



Ronrón 

San Cristóbal 

Guaitil 

Chaparro 

Corteza blanca 

Carboncillo 

Madroño 



Corteza amarilla 

(xuásimo 

Laurel 

Melón 

Siete cueros 



Pita 

Barrigona 
Palo de jabón 



PLANTAS TEXTILKS 

Zapote de mico 
Enea de junco 
Balsa 



Soncollo 
Pochote 



PLANTAS TINTÓREAS 



índigo ó jiquelite Saca tinta 
Yerba tinta Carmín 



Nancite 
Nacascolo 



PLANTAS MEDICINALES 



Amapola, alcotán, bodoque, corballa, capitaneja, 
carboncillo, chipelín, escoba negra, escoba de Castilla, 
higuerilla , juanilama , mejorana , malva , lagarto , rabo 
de puerco, talcacao, viborana, verbena, yerba té, yerba 



escudilla, yasú, albarrana, anisillo, berro , cola de ala- 
crán, cuasquite, contrayerba, dormilón, guarumo, gua- 
co, mozote de caballo, jengibre, mechoacán, naguapate, 
ñanjú, salvia, San Diego, San Antonio, vijagua , yerba 
santa 3' zorrillo. 

PASTOS 

Grama, guinea, arrocillo, para, gamalote y pie de 
paloma. 

PRODUCTOS AGRÍCOLAS 

Molinillo, corrosiv^o, guacal, jiftotc, nancite, maíz, 
fríjeles , zapote , lima , icacos, plátano, pifta , sonzapote, 
rábano, chile, ñame, tiquisque, perejil, aguacate , gua- 
yaba , guanábana , naranja , melón , yuca , cacao , cacao 
mico , jicara , helequeme , higuerilla, «rrc?^, caf enmara- 
ñóu , manzana rosa, granadilla, papaj^a, tomates, ayote, 

culantro , batata , zanahoria , pipián, mango, limón, san- 
día, granada, cohombro y chayóte. 



CANTÓN DE SAxNTA CRUZ 



MADERAS DE EBANISTERÍA Y CONSTRUCCIÓN 



Cedro 

Roble 

Zabino 

Sayo 

Cocobola 

Carboncillo 

(lUachipelín 



Canelo 

Corteza negra 

Ronrón 

Caoba 

Melón 

Arco 

Frijolillo 



Papaturro negro 

Madera negra 

Guaitil 

Pochote 

Cachimbo 

(jranadillo 



835 

PLANTAS TRXTITES 

Pita Peine de mico Cabulla 

Barrigona Zapote de mico Majag^ua 

Saní^uinaria Moral Brasil 
Ojo de buey 

PLANTAS MEDICINALES 

Mechoacán , cola de alacrán , melosa , lengua de cier- 
vo, copey, canchalagua, carafto, contrayerba, guaco, 
huitirrí, vainilla, pochote, frailecillo, naguapate, man- 
zanilla, coloquíntida , albarrana, caña-agria, malacagüi- 
te , siempreviva , semicontra , doradilla , salvia , sándalo, 
ruibarbo, panzón, raicesilla, bítamo real, clavellina y 
javilla. 

PASTOS 

Orama Hilasaca Para 

Gamalote Arrocillo Pie de paloma 

PRODUCTOS AGRÍCOLAS 

. Maíz , arroz , fríjoles , plátanos , jocote , naranja , nan- 
cite , mango , lima , aguacate, sandía, cohombro, tiquis- 
que, cacao ^ zapote, marañón, icaco, guayaba, limón, 
manzana, granada, melón, ñame y ayote. 



CANTÓN DE BAGACES 

MADERAS DE EBANISTERÍA Y CONSTRUCCIÓN 

Caoba Ñámbar Arco 

Cedro Cedro pochote Moral 



836 



Níspero 

Guayacán 

Canela 



Roble 

Madero 

Corteza 



Laurel 
Quiebra hacha 



PLANTAS TEXTILES 



(iuásimo 


Cabulla Palma real 


Palmiche 


Coyol Mozote 


Piñuela 


Coco Algodón 


Bolsa 






PLANTAS TLVTÓREAS 


Brasil 


Encina Tiquelite 


Nancite 


Moral Sacatinta 



PLANTAS MEDICINALES 

Malva , tamarindo , tapate , capitaneja , tiquilote , oro- 
zús, yerba-té, escorsionera , culantrillo, hombre-g"rande, 
naíi:uapate, bodoque, apazote, aromo, jiftote, amapola, 
matiar, tuna, cola de alacrc\n, saúco, carao, polypo- 
dium, caña fistola, olotillo, copalchí, mechoacán, lom- 
bricera , picapica , caraño , chirraca , • hií2:uerilla y raspa- 
huacal. 



PASTOS 



Para 

Pie de paloma 



(iuinea 
(iamalote 



Jeng:ibrillo 
(íuasimero 



PRODUCTOS AGRÍCOLAS 



Maíz, cacao, arroz, fríjoles, naranja, zapote, jocote, 
aceituna, ayote, camote, tiquisque, marañón, aguacate, 
pina, anona, í^uayaha, pipián, café , batatas, yuca y 
ñame. 



837 



CANTÓN DE LAS CAÑAS 



MADERAS DE EBANISTERÍA Y CONSTRUCCIÓN 



Cedro 
Roble 
Cocobola 
Guayacán 



Cabulla 
Pita 



Corteza 

Laurel 

Gninadillo 



Yambaro 

Moral 

Níspero 



PLANTAS TEXTILES 

Balsa 
Mastate 



Burío 
Piñuela 



PLANTAS TINTÓREAS 



Coloradito Sang'uinaria 

vSangre de drago Saca tinta 



Nacascolo 
Nancite 



PLANTAS MEDICINALES 



Quina , cuerno de ciervo , zarza , raicilla , cuculmeco, 
balsamito, copey, anacahuita, caña-fistola, polypodium, 
sándalo, mechoacán, bodoque, camíbar y jiñote. 



(jrama 

Pie de paloma 

G amalóte 



PASTOS 



Jenííibre 

Guinea 

Teosinte 



Arrocino 
Para 



PRODUCTOS AGRÍCOLAS 

Maíz, arroz, cacao, fríjoles, patatas, naranja, limón, 
toronja , hiti^o , icaco , manzana-rosa, guanábana, grana- 
da , papaya, melón, cebolla, chayóte, rábano, pipián, 
tiquisque, ñame, café, zapote, caña de adúcar, lima, 
c idra , marañón , mango , gua^'aba , plátanos , aguacate, 



838 

pina, sandía, tomates, yuca, ayote, chiles, peregril, 
camote y zamihoria. 

(Nota.— La lista que precede, de producciones de la 
provincia de Guanacaste, ha sido tomada íntegramente 
del Anuario Estadístico, tomo V,año 1887. Los demás 
datos estadísticos del presente trabajo le han sido sumi- 
nistrados al autor por don Enrique Villa vicencio , con 
sobra de buena voluntad). 

El comercio de la provincia lo constituye exclusiva- 
mente la exportación de inmensas cantidades de palo- 
mora, madera tintórea, para los mercados europeos. 

Ricas minas de oro , cobre y plomo se han comenzado 
á explotar de algún tiempo á esta parte por compañías 
inglesas , que acaso contribuirán al incremento de la po- 
blación y riqueza de Guanacaste en época no remota. 



CAPÍTULO XVII 

DESCRIPCIÓN POLÍTICA 

La provincia de Guanacaste se halla dividida en seis 
cantones , y tiene una ciudad , cinco villas y sesenta y 
nueve barrios. 

Los cantones son: 

l.^ Liberia. 

2.° Nicoya. 

H.^ Síuita Cruz. 

4.^ Bagaces. 

5.° Las Cañas 

ó.° Carrillo. 

El cantón de Liberia está limitado al N. por la Repú- 
blica de Nicaragua: al S. por los cantones de Carrillo 
Santa Cruz y Bagaces: al E. por la provincia de Alajuela; 
y al O. por el Océano Pacífico. 

La ciudad de Liberia es la cabecera del cantón y capi- 
tal de la provincia. Está situada en terreno plano á ori- 
llas del río Liberia y y tiene clima cálido pero sano. 
Comprende dos iglesias de escasa importancia , ima plaza 
y varias calles , todas rectas y poco anchas. El suelo de 
la ciudad es arenisco , de color blanco ; y durante el día 



produce una radiación sumamente ofensiva A la vista. 
Los habitantes son 2.000 

A este cantón pertenecen los barrios de Santa Inés^ 
Cañas Dulces y otros más pequeños. Todo tiene 3.500 
habitantes. 

El cantón de Nicoya es el más meridional de la pro- 
vincia, y está limitado al N. por el de Bag^aces: al NO. 
por el de Santa Cruz; al S. y O. por el Océano Pacífico; 
y al E. por el ^^olfo de Nicoya. 

Todo el cantón ctmtiene próximamente 5.000 habi- 
tantes, que viven dedicados á la agricultura. El clima es 
cálido. 

La villa de Nicoya es la cabecera del cantón. Es una 
antijj^ua población que tiene una ij^lesia construida por los 
españoles. Ocupa el extremo Sur de un precioso valle de 
forma circular, rodeado por el cerro de la C/iorr^ra , al 
N. ; el de Ojo de Agua , al NE. ; el de las Crnces , al S.; y 
un ramal de la (M)rdillera de la Campana^ al O. Un pe- 
queño arnno corre pcn* las inmediaciones de la villa; y 
el río Malambo se halla en el mismo valle, hacia el cen- 
tro de él. El aspecto de Nicoya es bonito; pero se advier- 
te un tanto de abandono en las casas y solares que debían 
estar limpias las unas y cercados y cultivados los otros 
para que la villa tuviese la importancia que merece. 

Tno de los barrios más poblados é interesantes es el 
de Sabaíia Graítile^ situado en el extensísimo y hermoso 
valle de su nombre, al N. de Nicoya. El suelo, plano ente- 
ramente, es muy íértil , y el clima más favorable que el de 
Nicoya. El cern» de la Cues! a encierra este valle por el N. 

Otros barrios del cant(')n son: Maihia , San Antonio y 
Maianibú. 

VA cantí'm d e Santa Cruz tiene al N. los de Carrillo y 
Lllx-ria: al S. v E. el de Xii'ova; v al O. el Océano Pa- 

i'ílico. 



d4i 

Una sola llanura constituye el suelo de este cantón^ 
con la interrupción de pequeñas colinas hacia el SO. Los 
terrenos son fértiles y el clima muy cálido. 

Santa Crus , con 750 habitantes, es la villa cabecera. 
Se halla á orillas del río Diriá, afluente del Bolsón. Es una 
población comercial, de mucho porvenir. 

Tiene Simta Cruz un puerto fluvial sobre el Bolsón , al 
cual lleg^an los vapores correos que van de Pimtarenas. 

Barrios importantes del cantón : Santa Bárbara, Tem- 
patCy Veintisiete de Abril y Santa Rosa. 

El cantón de Bagaces tiene por límites: al NE. la 
cordillera de Miravalles: al S. el cantón de Nicoya: al Este 
el de Las Cañas; y al O. los de Carrillo y Liberia. 

Todo el suelo del cantón es plano enteramente y esté- 
ril en su mayor parte. Sólo el de las inmediaciones de 
los ríos ostenta una vegetación pujante. Tiene clima muy 
cálido. 

Bagaces^ población de 400 habitantes, es la cabecera 
del cantón. El riachuelo La Villa corre inmediato á ella. 
Presenta Bagaces un aspecto ruinoso , como de población 
abandonada. No tiene edificios que merezcan citarse. Á 
alguna distancia , hacia el Sur , está el lugar en que se 
hallaba antiguamente la villa , de donde fué trasladada al 
que hoy ocupa. 

El clima es caluroso. 

Cuenta UóO habitantes el barrio más importante del 
cantón; y éste, 1.400 próximamente. 

El cantón de Las Gañas está limitado al N. por la 
cordillera de Tenorio: al S. por el golfo de Nicoya: al Este 
por el territorio de Guatuso ó Tristán ; y al O. por el 
cantón de Bagaces. 

Aunque es el que cuenta menor población entre todos 
los cantones, tiene en perspectiva un brillante porvenir, 
gracias á la feracidad de sus terrenos y á la benignidad 

16 



del clima. Al E. de la villa de Las Cañas se extiende xina 
llanura sumamente fértil , propia sobre todo para el culti- 
vo del café , que se da de primera calidad. Además , sí 
todo el cantón se cultivara , sus productos tendrían pron- 
ta y fácil salida hacia Puntarenas , merced á la proximi- 
dad del puerto fluvial del Bebedero , que dista tres horas 
de Las Cañas. 

Esta última villa es la cabecerra del cantón y cuenta 
400 habitantes. Su aspecto es agradable con sus casas 
aseadas , su regular iglesia , y el magnífico río Las Ca- 
ñas que corre cerca de la población. Tiene una buena 
casa de enseñanza. 

El cantón de Carrillo , erigido bajo la Presidencia del 
Doctor don Vicente Herrera , es uno de los más impor- 
tantes de la provincia. Está limitado al N. por el de Libe- 
ria: al S. por el de Santa Cruz: al E. por los dos anterio- 
res; y al O. por el Pacífico. 

El nombre le fué dado en honor á la memoria del señor 
Licenciado don Braulio Carrillo , antiguo Jefe del Estado 
de Costa Rica ; y se formó de la desmembración de los 
cantones de Santa Cruz y Liberia. 

Filadelfia es la cabecera del cantón. Es una bonita 
población situada sobre el río Tempisque , muy caudalo- 
so ya en este lugar. Tiene una regular iglesia en construc- 
ción , una plaza , calles rectas y un buen edificio escolar. 

El Sardinal , barrio del cantón, ocupa im pequeño 
valle situado entre los cerros de igual nombre. El río 
Sardinal provee de agua á la población, cerca de la cual 
corre al O. Tiene este barrio una iglesia, una buena es- 
cuela y una plaza. 

Bclcu , otro barrio del cantón, se halla en una exten- 
sa llanura fértil , ccm clima agradable, en el camino que 
conduce de Santa Cruz á Filadelíia. 

Pahítíra es el último de los barrios del cantón. 



PROVINCIA DE GUANACASTE 

CANTONES Y BARRIOS 

1.° Liberta.— ^Oáfícxs Dulces, La Cruz, Montañita, 
Buenos Aires , Santa Inés y la Arena. 

2,^ iV/'coj'a.— Curime, Matambú, Matina, Garita, Ma- 
tambuito, Ojo de Agua, Humo, Rosario, Chira, La Bolsa, 
Talolinga, Caja, San Vicente, San Antonio, San Lázaro, 
Barrahonda , Coyolar , Copal , Jesús , Santa Rita , Sabana 
Grande , San Rafael , Santa Ana , Dulce Nombre , Pueblo 
Viejo y Coralillo. 

3.° Saw/rt Cri/^.— Tempate, Veintisiete de Abril , La 
Costa , Arado , Santa Bárbara , Bolsón , Lagiinilla , Porte- 
golpe, Limón, Santa Rosa, Cacao, Río Seco, Arenal, San 
Juan y San Francisco. 

4.° ^a^ac^5.— Monte Verde, Mira valles, Río Blanco, 
Montano, Agua Caliente, Bebedero, Montenegro, San 
Jerónimo, Pijije, Las Cofradías y Tamarindo. 

5.*^ Las Cañas.— IBA Salitral, Buenaventura, Hotel, 
Lajas, Colorado, Sandías y La Palma. 

6.^ C«rr/7/(?.— Filadelfia, Sardinal, Palmira y Belén. 



OBSERVACIONES GENERALES. 

Costa Rica, país esencialmente agrícola, ha consagra- 
do toda su actividad, do algunos años á esta parte, al 
cultivo 3^ beneficio del café, cuya producción asciende á 
veces á 18.500,000 kilogramos. Con ese fruto celebra todas 
sus transacciones en el exterior , y él ha dado al país la 
prosperidad de que disfruta hace algún tiempo. 

Pero los brazos faltan aun para mantener en buen es- 
tado los cultivos existentes de café y para emprender los 



344 

de otros artículos de primera necesidad que se importan 
de fuera, sometiendo íl Costa Rica al estado de tributa- 
ria de otras naciones. 

Es en verdad triste la situación agrícola de nuestro 
país , que bien podría ser el granero abundante de otros, 
si los terrenos magníficos que permanecen mcultos fueran 
explotados por las personas amantes del trabajo que bus- 
caran en ellos el premio abundoso de cualquier esfuerzo, 
por pequeño que fuera: que nuestro suelo necesita sola- 
mente el grano que ha de fecundar, para producir 
enri¿iuecedora cosecha como premio á las labores del 
agricultor. 

Necesidad apremiante para Costa Rica es la inmigra- 
ción sana y trabajadora, la inmigración que ha de explo- 
tar las riquezas de nuestros terrenos vírgenes y elevar el 
nivel de nuestro progreso material y moral. Resolver ese 
problema debe ser la tarea que se impongan los verdade- 
ros patriotas , en vez de luchas estériles y hasta perjudi- 
ciales que absorben los esfuerzos de la inteligencia para 
dar al cabo resultados negatorios y mantener los ánimos 
en violenta espectativa. 

Búsquese la luz en aquellos asuntos relacionados con 
el bien de la patria : despéjense las incógnitas que envuel- 
ven el porvenir de ella, y preséntense á la discusión ra- 
zonada que se mantiene en la región serena de las ideas, 
con prescindencia del personalismo y de las pasiones que á 
cada uno agitan , sin producir ningún bien para la patria 
que tanto amamos. 

La inmigración, la abolición de los monopolios, la 
creación de industrias nuevas v ensanche de las existen- 
tes, el desarrollo de la agricultura, la construcción de 
vías férreas, el conocimiento de Costa Rica en los países 
extranjeros, destruyendo las ideas erradas que acerca de 
ella se tienen, tales son las cuestiones que están en pie. 



845 

para que cada uno que se interese real y efectivamente 
por la prosperidad del suelo en que nació, haga lo posible 
con el fin de mostrar su civismo á la faz del mundo y con- 
tribuir con sus luces á la resolución pronta y satisfactoria 
de aquéllas. 

Concretando nuestras observaciones á la provincia de 
Guanacaste, objeto principal de este trabajo, podemos 
asegurar, sin temor de equivocarnos, que ella está lla- 
mada á ser factor importantísimo , si no el primero , de la 
futura grandeza de Costa Rica. 

Procuraremos probarlo. 

El café , cuyo papel ya conocemos , está amenazado de 
una depreciación considerable en los mercados extranje- 
ros. La inmensa producción con que serán inundados 
éstos del Brasil, Colombia, Venezuela, Centro América, 
Ceilán , Java , Borneo , Arabia , Abisinia , Liberia y otros 
lugares , será la causa eficiente de una gran crisis econó- 
mica en Costa Rica. 

Prevenirse contra ese mal amenazador teniendo á la 
mano nuevos productos exportables que reemplacen el 
café hasta con ventaja, es deber forzoso de nuestros Go- 
biernos , secundados con eficacia por las personas en 
cuyos pechos arda inextinguible el fuego del patrio- 
tismo. 

El Gobierno, atendidos los recursos actuales del Fisco, 
puede pensar en que Guanacaste se presta admirable- 
mente para el desarrollo de uno ó dos de los siguientes 
ramos : 

a) Fomento en grande escala de la industria pe- 
cuaria. 

h) Implantación de grandes cultivos de cacao en las 

zonas propias para ese fruto. 

c) Siembra de extensos cañaverales de cafta de 
azúcar. 



246 



d) Extensión del cultivo del café en el cantón de Las 
Cañas. 

e) Fomento del cultivo de maíz, arroz y yuca. 



Nadie puede dudar de la importancia que tendría para 
Costa Rica el fomento de la industria pecuaria en la pro- 
vincia de que tratamos, por ser la mils aparente para la 
propagación del ganado de todas clases. 

Actualmente se consumen en el país más de 31.000 ani- 
males vacunos cada año , que valorados á veinticinco pe- 
sos cada uno, representan un valor total de 775.000 pesos. 
Hasta ahora se han introducido anualmente de Nicaragua 
15.000 reses, por término medio, el valor de las cuales 
sale de Costa Rica para no volver nunca. 

Pero sucede que Nicaragua está agotando su ganado 
con las exportaciones á Honduriis 3^ Costa Rica, y que 
por tal motivo nos veremos privados de un momento á 
otro de un elemento tan indispensable para nosotros como 
es la carne , ó tendremos que pagarla á altísimo precio, 
por la escasez de la oí'erta y el aumento de la demanda. 

La cuestión queda reducida, pues, á que el Gobierno 
procure por los medios posibles el ensanche de la cría del 
ganado en Guanacaste, para impedir, en primer lugar, 
que nuestro dinero vaya al exterior; producir, en segundo 
lugar, aumento de la riqueza nacional, 3^ evitar, en tercer 
lugar, que haya cualesquiera consecuencias, por la ca- 
rencia de un elemento indispensable para la subsistencia 
de los costarricenses. 

El CACAO, otro ramo de futura riqueza para Costa Ri- 
ca, p(xlría muy bien reemplazar al café como artículo 
exportable, poniendo empeño el Gobierno en hacer que su 
cultivo se extendiera en la provincia de Guanacaste y en 
las llanuras de San Carlos v de Guatuso. 



Nos parece propio en tal caso el medio empleado eh 
la división atlántica del ferrocarril para implantar el cul- 
tivo del caucho; es decir, ofrecer primas en determinadas 
cantidades á las personas que hicieran plantaqiones segiin 
las disposiciones del Gobierno. 

La CAÑA DE AZÚCAR haría la prosperidad del Guana- 
caste , desarrollándose en ésta la industria azucarera me- 
diante la supresión del monopolio del aguardiente, quenó 
creemos deje á la Nación pingües rentas en aquella sec- 
ción de ella. El sacrificio de la cantidad que rinde el mo- 
nopolio indicado , sería recompensado con creces con el 
producto de la industria referida , que ascendería á una 
cantidad respetable cuando el país no tuviera necesidad 
de importar el azúcar que consume. 

Bien se sabe que á pesar de que hay regiones privile- 
giadas para el cultivo de los cereales, pues producen dos 
y tres cosechas al año, necesitamos importar de los Es- 
tados Unidos, Salvador y Nicaragua, inmensas cantida- 
des de maíz, fríjoles y arroz, como si habitáramos una 
roca desierta ó no contáramos con labradores. El dinero 
que damos en cambio de los expresados artículos queda- 
ría en el país y aumentaría la riqueza de la provincia de 
Guanacaste , empeñándose los directores de la cosa pú- 
blica en que tomara ensanche la agricultura, bastante 
descuidada hasta hoy, en la mencionada provincia. 

No comprendemos cómo los guanacastecos desdeñan 
las riquezas de su fértil suelo, teniendo vías terrestres, 
fluviales y marítimas que los ponen á corta distancia del 
interior del país , donde conseguirían la venta inmediata 
de sus productos, sin tropezar para ello con obstáculos de 
ningún género. 

Siempre se alegará, es verdad, que faltan brazos y que 
el número de los habitantes es escaso , comparado con la 
extensión considerable de ella. Pero nosotros entendemos 



que á esa provincia debe considerársela como una región 
especial que necesita leyes también especiales y exencio- 
nes que no podrán concederse á cualquier otro lugar del 
país, para atraer cultivadores hacia aquel lado y sacar A 
la luz las riquezas inestimables que encierra su suelo, en 
provecho de él mismo y del resto de la República. 

El autor de estas líneas somete respetuosamente al Su- 
premo Gobierno y al público las anteriores consideracio- 
nes para que sean discutidas en bien de Costa Rica. No 
pretendemos haber resuelto ningún problema económico 
ó social ; pero conforme á nuestro humilde criterio pre* 
sentamos los datos más indispensables para que quien 
pueda y quiera plantee en forma la cuestión y la re- 
suelva (1). 

<1) KnitxH ub«ervar'¡üneR las haciaiiius eii un folleto especial subre la provincia 
de (fiianacast** , que publicamos después de una visita ofir-ial del 8r. Presidente de 
la República á aquella región, visita en que tuvimos la honra ue Avomp»ñAr al 
Primer Mugistrad u. (N. del A.;. 



CAPÍTULO XVIII 



COMARCA DE PUNTARENAS 

La comarca de Puntarenas se extiende á lo largo de la 
costa del Pacífico y del golfo de Nicoya (parte oriental de 
este último ) , hasta el límite con Colombia. Está limitada 
al NO. por la provincia de Guanacaste:, al E. por las de 
Alajuela y San José: al O. y SO. por el Pacífico; y al Sur 
por el departamento de Chiriquí , de la República de Co- 
lombia. 

Puede decirse que todo el terreno de esta comarca es 
una sola llanura. Si bien los últimos estribos de las mon- 
tañas de Dota llegan hasta la costa misma , concluyendo 
en el volcán Herradura , situado en la punta de igual 
nombre , y en la península de Golfo Dulce y terrenos in- 
mediatos á éste hay también corrugaciones , ellas no al- 
teran la fisonomía general del suelo de la comarca. 

Entre los ríos Jesús María y Grande de Tárcoles se 
extienden las llanuras de Santo Domingo de San Mateo, 
descritas anteriormente. 

Desde el río Grande de Pirrís comienzan las de Pirris 
ó Güetares , que se dilatan indefinidamente hacia el Sur. 
En estas llanuras hay algunas haciendas de ganado^ que 



850_ 

se multiplica bastante y vive en estado casi salvaje en 
los bosques vírgenes que llenan la planicie. Desgraciada- 
mente para todas las personas que han ido á establecerse 
allí, las calenturas hacen destrozos y el ganado perece en 
gran parte atacado por el vampiro, que, como la langosta, 
viene periódicamente, no se sabe de dónde, á causar 
mortandad de animales chupándoles la sangre. 

Las llanuras de Térrába constituyen la porción mejor 
de toda la comarca, por su belleza, su feracidad y su cli- 
ma. Están regadas por el caudaloso Río Grande de Té- 
rrába y sus afluentes, navegable en extensión bastante 
para hacer salir por él los productos que rindan más tarde 
estas llanuras. El punto principal de ellas se llama Bue- 
nos Aires, con una pequeña población actualmente. Es 
un lugar delicioso por su clima templado , su suelo fértil 
y la posición topográfica que tiene. Sin duda se formará 
aquí una magnífica población en tiempo no lejano , que 
será de las primeras del país. 

Por último , las llanuras de Cañas Gordas , situadas en 
el extremo meridional del país, son también considerables 
y ofrecen grandes ventajas á la agricultura y á la cría del 
ganado vacuno y caballar. 

La costa de Puntarenas no es tan irregular como la de 
Guanacaste, aunque tiene algunos puertos ó fondeaderos 
y al Sur el magnífico Golfo Dulce entre la península es- 
trecha y larga de igual nombre y los terrenos limítrofes 
de Costa Rica y Colombia, tales como existen hoy. 

Al Sur del puerto Puntarenas, antes de salir del Golfo 
de Xico3'a , se encuentra el puerto de Caldera ^ muy segu- 
ro para las embarcaciones. Algunas veces, en épocas an- 
teriores, se ha tratado de fundar en él una población y 
abrirlo al comercio universal, en la creencia de que sería 
preferido al de Puntarenas y d j comunicación más rápida 
con el interior. 



851 

En la costa de Pirrís se halla el puerto de La Uvita^ 
por el cual habrán de exportarse las producciones de las 
llanuras de Nueva Santa María y de Pirrís, cuando au- 
mente la población, hoy exigua, de aquella región. 

Hacia la desembocadura del río Paquita, se encuen- 
tra una porción de terreno poblado con algunos habi- 
tantes y hatos de ganado ; pero el clima es tan malo que 
quizá pocas personas dejan de ser atacadas por las fie- 
bres que allí dominan. 

La bahía Chica es la última de las entradas de esta 
costa , antes de llegar al citado Golfo Dulce , en la desem- 
bocadura del río Espino, 

"Golfo Dulce, formado por el Océano Pacífico, entre 
los 8^ y 9^ de latitud boreal y á 86° de longitud occidental 
del meridiano de París , tiene cerca de 10 leguas de largo 
de SE. á NO. desde la entrada hasta el fondo; dos en su 
menor anchura y más de cinco en la mayor. 

"Las inmediaciones de la costa Oeste ofrecen en casi 
toda su extensión terrenos planos que se prolongan á más 
de 12 leguas en aquella dirección y que están regados por 
un gran número de pequeños ríos y arroyos, en tanto que 
las del Este están formadas por varias montañas abrup- 
tas, más ó menos elevadas, que comprenden en sus plie- 
gues inferiores algunos valles donde, pueden establecerse 
pequeñas poblaciones agrícolas: ambas costas están cu- 
biertas de selvas de una vegetación vigorosa. 

"Más allá de las montañas del Este se extienden mag- 
níficos terrenos phmos, propios para la agricultura cuan- 
do estén desmontados. 

"El golfo, cuyas aguas no se agitan jamás, por lo me- 
nos en la parte interior , cualquiera que sea la dirección y 
la fuerza del viento, y que no tiene otros escollos que al- 
gunos bancos fáciles de evitar, puede recibir los navios 
más grandes, á los cuales ofrece, en casi toda la línea del 



858 

centro, 28 brazas de profundidad, y más de 8 á 12 cerca 
de la tierra en la mayor parte de su contorno. 

"Es de notar que las montañas que limitan el golfo al 
Este , así como la gran cordillera que se divisa á lo lejos, 
se deprimen tan considerablemente á la simple vista, del 
NE. al SO. que se puede considerar como cierta la posibi- 
lidad de abrir de Golfo Dulce á Bocas del Toro , sobre el 
Atlántico , una comunicación fácil por medio de un ferro- 
carril ó de una carretera. 

"La salubridad del clima de Golfo Dulce está probada 
con la residencia de unos sesenta habitantes de Chiriquí, 
establecidos en sus costas hace más de dos años , sin que 
ninguna enfermedad grave se haya manifestado entre 
ellos, y por el restablecimiento completo de los que han 
venido con mala salud. 

"Eftermómetro durante todo el mes de Junio se ha 
mantenido de 20^ á 23° Reaumur, á medio día (sólo una 
vez subió á 24° y otra á 24° 50); pero el calor es dismi- 
nuido de tal manera por una brisa constante que sopla 
ordinariamente del NO. en la mañana y del SE. el resto del 
día, que se puede decir que aquél es moderado; las noches 
son siempre frescas. 

"Estando la costa oriental del golfo rodeada de mon- 
tañas cubiertas de espesas selvas, llueve en ellas casi to- 
dos los días del año ; pero los terrenos elevados del Oeste 
están favorecidos por dos estaciones, la lluviosa y la seca, 
que reinan en todo el país, con la ventaja particular de que 
aquí la estación seca no está completamente privada de 
agua, lo cual mantiene una vegetación continua que per- 
mite sembrar casi en todo tiempo : los habitantes de estos 
parajes hacen dos y tres siembras de maíz y de arroz al año. 

"Las producciones naturales de Golfo Dulce y de sus 
alrededores son numerosas. Citaremos las principales de 
cada reino. 



"" Reino vegetal, — Caoba ^ cedro, guayacán, y otras 
maderas propias para la construcción y la ebanistería; 
copaiba y otros bálsamos , sándalo , cedrón , cocos en 
abundancia y otras palmeras de diversas espacies; cacao^ 
vainilla, zarzaparrilla y otras plantas medicinales; pita ó 
seda vegetal en gran cantidad, caucho, etc.— Los habi- 
tantes cultivan con éxito bananos , caña de azúcar, maíz, 
arroz (en los terrenos no inundados), habichuelas, casabe 
ó yuca y otras legumbres y raíces ; algodón , gengibre, 
alfónsigo, naranjos, tamarindos,, limones, guayabas, 
mangos y otros árboles frutales. 

''Reino animal .—yAYíúies de varias especies, dantas, 
ciervos, liebres, jaguares, monos ^ pavas, perdices, ca- 
narios y otros pájaros; peces de agua dulce y de mar, 
tortugas de carey, conchas-perlas y caracoles para la 
tintura de púrpura. 

"" Reino mineral .—Existen minas de oro, de plata y de 
carbón de piedra; las muestras sometidas á ensayos han 
sido calificadas de muy ricas. 

''Tales son los conocimientos que hemos adquirido du- 
rante cuarenta días de exploración personal en Golfo 
Dulce, los cuales resumimos así: 

"Este golfo puede recibir y abrigar las flotas más con- 
siderables: sus terrenos inmediatos, por las diferencias de 

4 

altura , ofrecen una gran escala de climas diversos : su 
salubridad es incontestable. La fertilidad de los terrenos 
planos ofrece al agricultor la seguridad de que no será 
defraudado. Al mismo tiempo que las montañas permiten 
el establecimiento de algunas habitaciones para el cultivo 
ó para la cría de ovejas , ellas presentan al minero la es- 
peranza fundadísima de encontrar ricas minas , y ofrecen 
al capitalista especulador la explotación de maderas más 
ó menos preciosas, más ó menos útiles. En fin, el mismo 
pescador puede ejercer ventajosamente su industria en 



las aguas de este golfo que , como hemos dicho , nos pa- 
rece que puede ponerse fácilmente en comunicación con 
el de Bocas del Toro por medio de una ruta ordinaria ó de 
un camino de hierro. 

"Ningún punto del globo podría ofrecer, en consecuen- 
cia , mayor certidumbre de éxito para la fundación de una 
colonia (1). 

La península de Golfo Dulce es poco conocida: la atra- 
viesa en toda su extensión, de N. á S. una cadena de mon- 
t aftas llamadas Sal-Shpuedes, 

El E, del mismo Golfo Dulce se forma la bahía de Gol- 
fito , de alguna consideración ; y al Oeste la de Charco 
Astil. 

Los ríos y los cabos enunciados al principio de este 
libro, al tratar de la región del Pacífico, desde el río 
Avangares hasta la Punta Burica , pertenecen á esta co- 
marca, por lo cual omitimos su repetición. 

El clima de la comarca es cálido en general y en algu- 
nas partes mal sano ; pero los terrenos son de una fertili- 
dad extraordinaria y el aspecto físico muy pintoresco. 

Entre las maderas se cuentan el mangle , el laurel , la 
madera negra, el guachipelín, el palo de brasil, el roble, 
el almendro, el árbol del pan , el de la leche y otros. 

Hay numerosas palmeras de coco, animales de caza, 
fieras y muchas aves, como aguiluchos, lapas (rojas}'' 
verdes), loras, periquitos \' cernícalos. X'íboras como la 
oropel, la coral, la lora y la toboba. 

Los pápalomoyos, mosquitos y zancudos son numero- 
sos en la comarca; los primeros producen úlceras con la 
picadura. 



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855 

Toda la comarca de Puntarenas tiene 12. 167 habitantes, 
distribuidos en 2 ciudades, 1 villa y 44 barrios; y está di- 
vidida en tres cantones: Puntarenas, Esparta y Golfo 
Dulce. 

Las poblaciones de mayor importancia son : 

Puntarenas, capital de la comarca y cabecera del 
cantón primero. Es el único puerto habilitado sobre el Pa- 
cífico para el comercio exterior, y el mejor de Centro 
América. Está situado en una lengua estrecha de tierra y 
arena , que le da su nombre, en la parte oriental del Golfo 
de Nicoya, como á 80 kilómetros de San José. Se comu- 
nica con el interior por medio de una carretera y ima sec- 
ción de ferrocarril. 

Mientras no existió el puerto de Limón, sobre el 
Atlántico, Puntarenas fué centro de activísimo movimien- 
to comercial : con la apertura de aquél decayó por algún 
tiempo para levantarse después con nuevo brío. En sus 
calles amplias y rectas se encuentran edificios notables 
públicos y particulares, construidos casi todos de madera. 
Tiene al Sur un muelle de hierro de primer orden, al cual 
no atracan sin embargo los buques de gran porte , que 
anclan á una distancia considerable del puerto. Sus habi- 
tantes son 2.500. 

Esparta, cabecera del cantón de su nombre. Es una 
antigua ciudad fundada por los españoles, en terreno pla- 
no, á 22 kilómetros al E. de Puntarenas, próximamente. 
A fines del siglo XVII fué destruida por piratas que cons- 
tantemente invadían el país para hacer botín en él. No ha 
progresado casi nada, pues tiene 1.245 habitantes. El clima 
de la población es muy cálido. Está unida á Puntarenas 
por un ferrocarril. 

Los barrios de San Jerónimo y San Rafael pertene- 
cientes á este cantón , tienen respectivamente 508 y 509 
habitantes. 



356 

Golfo Dulce , villa cabecera del cantón, con 523 habi- 
tantes. Es un puerto situado en el golfo de su nombre, 
compuesto de chozas casi todo y muy pobre. El clima es 
malsano; y tanto por esta razón como porque hay un 
punto mejor para el anclaje de los buques mayores, habrá 
de trasladarse más tarde allí el puerto, que fígurará entre 
los mejores del país. 

Dependen de este cantón los barrios indígenas de Té- 
rraba y Boruca. 



COMARCA DE PUNTARENAS 

CANTONES Y BARRIOS 

1." Pufitarcfias.—Liis Agujas, Chacarita, Barranca, 
Los Quemados, Pitahaya, Ciruclitas, Chomes , Lagartos, 
Morales, Tablón, Avangares, Jicaral, Lepanto, Cabo 
Blanco, (xigante, Río Grande, Paquera, Tambor, Curú, 
Puerto Alto y Bajos Negros. 

2." Esparta.—]. os Nances, San Juan , Mojón, San Je- 
rónimo, Macacona, Los Angeles, Santa Clara, Paraíso, 
Jocote, San Rafael y Marañonal. 

:>." Golfo ¿>///íY\— Tamales, Rinc<^n del Tigre, Pavón, 
Esperanza, Bíuuca, Térraba, San Francisco, Buenos 
Aires, Naranjo, Cabagra y Concepción. 



CAPÍTULO XIX 

COMARCA DE LIMÓN 

Se designa con este nombre la porción de territorio 
situada sobre la costa del Atlántico , desde el río San Juan 
hasta la bahía del Almirante y el río Chiriquí. Está limi- 
tada la comarca al N. , por el río San Juan; al SE. , por 
Chiriquí: íil E. por el Atlántico; y al O., por las pro- 
vincias de San José, Heredia y Cartago y jurisdicción 
de la comarca de Puntarenas. 

La comarca está dividida en dos partes totalmente 
distintas: una jmontañosa , desde el río Matina hasta el 
límite meridional , y otra plana , desde el mismo río hasta 
el extremo Norte. Ésta comprende las llanuras de Colo- 
rado y las vastas, hermosísimas de Tor tu güero, regadas 
ambas por varios ríos de consideración. 

En la parte montañosa se encuentran las cordilleras 
de Talamanca , las más elevadas del país , que compren- 
den entre sus ramificaciones valles extensos, incultos 
todavía. Las selvas de esta región no desmerecen por su 
majestad é imponente aspecto de las que riegan los gran- 
des ríos de la América del Sur, descritas por Humboldt. 
Son tan espesas que jamás en ellas penetra un rayo de 
sol: sus árboles gigantescos, donde se guarecen millares 
n 



de canoras aves 3- de plumaje vistoso, conservíin el sello 
primitivo de la vefi^etación fastuosa con que se enfi:alanó 
la América intertropical en los primeros períodos de su 
formación; torrentes que descienden délas altas cumbres 
resonando fraj^orosos; ríos de caudal inmenso cuyas 
aíi:uas van á luchar impetuosíis con las imponentes olas 
del mar; todo lo que demuestra al hombre su pequeflez 
ante la Naturaleza , está allí reunido en admirable con- 
traste para que Costa Rica nada ten^a que envidiar á paí- 
ses que aparecen como los primeros por sus bellezas na- 
turales, pintadas con el mejor colorido por plumas ejerci- 
tadíis en esta clase de trabajos. 

La costa atlántica, con raras excepciones, tiene gene- 
ríilmente clima salubre, no obstante la preocupación que 
alimentan los mismos habitantes del país de que aquella 
región es inhabitable. Sólo el valle deMatina y la parte que 
ocupa la ciudad de Limón , son bastante nocivos por los 
pantanos, de donde emanan miasmas palúdicos. El resto 
de la costa brinda innumerables ventajas para la funda- 
ción de poblaciones que aprovecharán L'is riquezas de 
aquel suelo exuberante. 

I-as producciones más imp(n*tantes de la comarca, en 
el reino animal, son: multitud de aves de caza, como gar- 
zas y palillos en las regiones pantanosas; el manatí va- 
lioso de los ríos: los monos de distintas clases: pájaros de 
raro plumaje: caimanes: el león -puma: el tigre america- 
no ó jaguar; y muchos ofidios y batracios. 

El reino vejetal produce maderas valiosas de ebaniste- 
ría y consiruccií^n: árboles resinosos y de tinte: millones 
de palmeras de coco y de palma real, ésta para techos de 
ediíicios: el exquisito cacao, que fué la única riqueza de 
Costa Rica durante el coloniaje, y cuyo cultivo, muy i 
portante por su extensión en aquella época, ha decr 
muchísimo; y finalmente, los bananos, que coi 




859 

en la actualidad el segundo ramo de exportación del país, 
después del café. El hule abundó en los bosques del Norte 
y del Sur de la comarca , pero ha sido destruido casi por 
completo por los huleros nicaragüenses y los indios de 
Talamanca , á causa de ignorar cómo se beneficia ó por 
mala fe. 

Encuéntranse en esta comarca ricas minas de oro, 
que reconocieron los españoles y dieron origen al nombre 
del país , aunque hoy no se halla su verdadera posición. 
Se han reconocido algunas de carbón de piedra con fuen- 
tes de petróleo , de óxido magnético , de cobre , etc. 

El territorio de Talamanca , situado en la parte meri- 
dional, entre las cordilleras del mismo nombre y el mar, 
"está dividido en dos departamentos: Lar i 6 la Gran Ta- 
lamanca y la Estrella. La Gran Talamanca comprende 
tres palenquerías ó poblaciones dispersas , á saber : Bri- 
brí , Urén y San José Cabécar , que en diversas direccio- 
nes distan del punto central de Lari, dos ó tres días de 
camino. Las vías de comunicación son muy penosas por 
los ríos y los muchos accidentes del terreno. Las tres pa- 
lenquerías se hallan en los declives de la cordillera. Lari 
está situado en las llanuras que se extienden hasta las 
costas del mar, á dos ó tres jornadas. La población de la 
Gran Talamanca asciende próximamente á dos mil qui- 
nientos habitantes, que viven en casíis dispersas, distantes 
unas de otras hasta dos y tres horas de camino. Cultivan 
ellos el maíz, el plátano, los fríjoles, el arroz y la caña de 
azúcar , y muchos se ocupan en explotar la zarza y el 
hule, que se producen expontáncamente en aquellas mon- 
tañas. El ganado es poco. „ 

" Los ríos grandes son navegables desde Lari 

hasta la mar , pero la corriente es rápida y la navegación 
al bajarlos , dura tan sólo de siete á ocho horas. Aguas 
arriba es penosa y se invierte en ella dos días. Hay en 



860 

Talamanca médicos quu tratan las enfermedades con 
piedras, lapas, monos, etc., y soplando á los enfermos, 
á quienes prescriben dieta. „ 

" En cuanto á la Estrella , poco puedo informar, 

por no haber estado en aquella parte ; pero se me dijo 
que aquellos habitantes tenían las mismas costumbres 
que los de Talamanca, viven de los mismos recursos y 
ascienden próximamente í'i mil quinientos. „ ( 1 ) 

Agregfaremos á lo expuesto, que posteriormente se 
organizó en Talamanca una colonia, militar al principio, 
para contener los indios , g^obernada por un Jefe Político 
y Comandante que reside en San Bernardo, antes SifiH- 
rio. El objeto principal de esa colonia era civilizar á los 
indios salvajes de aquella reg^ión y hacer conocer las ri- 
quezas que la misma encierra , para atraer inmigración 
hacia ella y poblar el país por ese lado. 

Todos los ríos tributarios del Atlántico tienen su curso 
principal, navegable, en territorio de la comarca de Li- 
m(3n. Aunque los mencionamos al principio de esta obra, 
daremos detalles sobre algunos de ellos en este lugar. 

El Colorado , que es un brazo del río San Juan , tiene 
un curso de 35 á 40 kilómetros, más (3 menos , y una an- 
chura de 200 á 300 metros. Es navegable en toda su ex- 
tensión para cualquiera clase de embarcaciones. Forma 
en su curso varias islas, y los terrenos que riega no son 
muy buenos, excepto una pontón antes de la desembo- 
(\'idura.— Tiene por afluente el río Chirripó, y forma los 
caños de Cerros de Colorado, Bravo, Pcrcira y Chírripó 
Chiquito. Hacia la desembocadura del Colorado se en- 
cuentra la península Thotuas , con un magnífico fondea- 
dero. El mismo río forma varias latrunas que se comuni- 
can entre sí por medio de caños 6 estrechos fluviales, 

ili I)r. Hitriiarlo A. Tiiiol. oI>í<íjíí 'le Cost.i Kini. 



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861 

perfectamente navegables. La principal de esas lagunas 
es la de Agua Dulce, á poca distancia del Atlántico. Su 
longitud es de 18 kilómetros , su anchura de 250 á 30O me- 
tros y su profundidad de 10 á 15. 

Samay- Laguna^ albufera que limita al NO. coil el río 
Colorado , tiene casi 6 kilómetros de longitud , 200 metros 
de anchura y una profundidad de 15.— Los terrenos inme- 
diatos son buenos y la vegetación magnífica. 

Pasando por el difícil Caño de la Palma, que se en- 
cuentra en medio de pantanos considerables cubiertos de 
palmeras de yolillo y algunos árboles de otras clases, se 
entra en el caño ó bahía de Tor tu güero , cuya entrada 
por el lado del mar es llamada "Cuatro Esquinas. „ Todo 
tiene próximamente 38 kilómetros de largo, con una an- 
chura hasta de v300 metros y una profundidad de 15 á 20. 
Los ríos Palacio y Penitencia , navegables en botes , des- 
aguan en este caño. 

El río Tortiignero , que da su nombre á las llanuras 
que riega con sus afluentes , está formado por varios de 
Ostos que llevan el nombre de caños , como Caño Desen- 
redo , Caño Agua Fría y Caño las Lomas. 

El caño de Tortuguero se pone en comunicación con 
el de Parisniina , por medio de los llamados de Califor- 
nia y de Francisco María Soto , que no presentan obstá- 
culo alguno para la navegación. El citado de Parismina 
no tiene en toda su extensión ningún desembarcadero, 
porque sus riberas son pantanosas. La vegetación de los 
terrenos próximos se compone de "extensos palmares, 
algunos árboles de cativo, zapotillo, popojoche, palo de 
sangre (que sirve para limpiar y asegurar la dentadura) 
y castaño. „ 

El río Reventazón se une en esta comarca con el Pa- 
rismina. Ambos son muy caudalosos en su confluencia. 
La barra que forma el Reventazón lleva el nombre de 



868 

Parismina. Los terrenos inmediatos á estos ríos son muy 
fértiles y producen plátanos y maíz en las porciones cul- 
tivadas. Hay bosques enteros de palo cativo , de cedros, 
árboles de jiñocuave » palmeras de varias clases y la va- 
liosa caña blanca para los edificios. 

Tiene el río varios desembarcaderos llamados de Paris- 
mina , Platanar , Caño de Piquete Largo , Buenaventura, 
Paso Corto , los 4 de Tornos, el Muelle de Francisco Díaz, 
el de Caño Parismina y el de Reventazón. (1) 

Los ríos Guácimo , Camarón , Dos Novillos y Destierro 
son afluentes del Parismina, en jurisdicción de la co- 
marca. 

El Pacnar y el Matina son ríos tan caudalosos como 
los anteriores en una gran extensión. El primero recibe 
las aguas del Madre de Dios ; }■ el segundo las de los ríos 
Barbilla , Chirripó y otros menos importantes. 

Al Sur del puerto de Limón se encuentra el río Litnón^ 
bastante considerable. 

El Tiliri ó Sixola está formado por el de este último 
nombre , el Coén y el Lari ; y recibe por su derecha el 
Urén y el Jurquín ó Yorquín . 

El Chan,q:uwola tiene un largo curso , desde las faldas 
del pico Róvalo , á mucha distancia de la costa. Su co- 
rriente, como la del anterior, es impetuosa, pero fácil 
para la navegación. 

Toda esta región de Talamanca tiene clima menos 
cálido que el resto de la comarca, y en muchas partes 
es frío. El suelo, aparte de sus condiciones para el cultivo 
de los pastos y cereales, pensamos que produciría en alta 
escala los bananos, con los cuales se enriquecerían los 
habitantes por la facilidad para embarcarlos en los gran- 



(1) Hasta ft'jiil hemu4 clescrito 1o« ríos antürioren extractando d* no iDÍoniM 
dado al G jSierno en H^tJ [lurduii Balvanero Varjja*, Gubernador de Limón. 



aea 

des ríos y llevarlos á un punto de la costa donde los bu- 
ques bananeros los recibieran, pagándolos á buen precio, 
como sucede en Bocas del Toro , sin estar expuestos los 
cultivadores á sufrir pérdidas como acontece á los hacen- 
dados de Santa Clara. 

Comprende toda la comarca 7484 habitantes próxima- 
mente , incluyendo las tribus indígenas de Talamanca. 

Las poblaciones son las siguientes : 

Limón , capital de la comarca y único puerto habilitado 
sobre el Atlántico , situado en el fondo de una magnífica 
rada, al Sur del antiguo establecimiento de Matina. Está 
unido á las poblaciones del interior por un ferrocarril 
que se divide en dos ramales , á partir del río Reventa- 
zón , por dpnde aquél cruza . El primero termina en Ca- 
rrillo , población construida sobre el río Sucio , afluente 
del Sarapiquí : y el segundo va inmediato á las riberas 
del mismo Reventazón, por el valle de Turrialba y el de 
Cartago , hasta enlazarse en esta ciudad con el Ferroca- 
rril central. Desde el Río Sucio parte una carretera hasta 
San José , por la cual se ha traficado para Limón antes de 
quedar terminada toda la línea férrea expresada. El puer- 
to de Limón era insalubre por estar situado en terreno más 
bajo que el de los alrededores , con una capa vegetal so- 
bre roca que no deja filtrarse las aguas pluviales, dando 
origen así á pantanos que eran la única causa del mal 
clima ; pero éste va mejorando con los rellenos que se ha- 
cen al suelo, con grandísimo costo, que indispensablemente 
habían de ejecutarse por la importancia del lugar. Tiene 
la ciudad buenos edificios públicos y particulares de madera , . 
de estilo americano, y un muelle magnífico donde atracan 
embarcaciones de alto bordo. En la isla Uvita , situada 
frente al puerto , fuera de la rada, existen hospitales para 
cuarentenas y un muelle de 60 metros de longitud. 

Sipurio ó San Bernardo , centro de la colonia de Tala- 



864 

manca , es una población incipiente , situada en terreno 
plano y fértil que algún día le dará j^^randísima importan- 
cia, pues sólo faltan allí los inmigrantes, A quienes el 
Gobierno ofrece muchas ventajas para que se establez- 
can en la población. 

/*rtr/'5;///;/rt , reducidísima ranchería que tuvo impor- 
tancia en otro tiempo, se encuentra, así como Ji9r/i/¿^«^- 
ro, en la costa al Norte de Limón. El suelo que ambc'is 
ocupan es plano y muy rico en productos naturales que 
aprovechan únicamente los habitantes de la segunda po- 
blación citada, más laboriosos y progresistas que los de 
Parismina. 

Mathta , sobre el río de su nombre , era el puerto por 
donde el país exportaba sus escasos productos durante el 
coloniaje. El cacao daba mucha importancia al puerto y 
al valle circunvecino, por lo cual Matina fué saqueado 
varias veces por bucaneros é indios mosquitos. 



COMARCA DE LIMÓN 



CANTONHS V BARRIOS 



Limón (/?///ro). -Matina, Tortuguero, Parismina, Sa- 
may- Laguna, Agua Dulce, Moín, Suampo, Pacuarito, 
Siquirrcs, Reventazón, Old-Harbour, Cahuita, Guáci- 
cimo, Dos Novillos, Las Flores, Santa Clara, Viceita, 
Cabécar, l'rén, Bribrí, La Estrella y San Bernardo. 



APÉNDICES 



1.^— IXFORME DEL DOCTOR WlLLlAM GaBB, SOBRE EL TERRI- 
TORIO DE TALAMANCA. 



2. ^—Estudio sobre el GOLFO DE NICOYA, por 
Mr. Elisée Fradin, de la marina francesa. 



INFORME DEL Dr. D. Vm. A. GABB 

SOBRB 

TALAMANCA'' 



Al Exctno. Sr, Z). Tomás Guardia 

PRESIDENTE DÉ LA REPÚBLICA DE COSTA RICA 

Muy Sr. mío: 

Habiendo concluido los estudios de la Geografía , Geo- 
logía, recursos, clima, etc., del distrito de Talamanca, 
presento la exposición siguiente , informes y mapas que 
acompaño. 

Hasta aquí he entregado al señor Nanne, como director 
de los trabajos, tres informes pequeños é indispensable- 
mente muy incompletos ; además , un mapa de la región 
de la costa fué entregado al señor Martínez. Los informes 
fueron incompletos á causa de' que solamente visité partes 
aisladas del país que debía examinar , y no podía descri- 
birlo por completo á falta de los informes necesarios que 
tan sólo podía obtener yendo personalmente á todas par- 
tes. No obstante que poseíamos muchas anotaciones to- 



(1) Knte informe, por raiinas que i|<noramo«, ha permanecido inédito hasta 
hoy. no obstante su importanría Lo que publicamos ahora es apena* nna parte 
que pudimos conseguir, gracias á la amabilidad de D. Juan Raf;iel Chamv^rro, 
hunKtro muy aprcoiable amipo. Sei.tím6^no ptiblicar el lodo, pero' íio hetiíos | o- 
dido obtenerlo por ningún medio. (N. del A.) 



868 

pográficas de consideración sobre el interior, estaban 
también en la forma de material fragmentario, ó notas, 
que no pudieron combinarse por falta de informes que 
las unieran ó enlazaran. 

Confío en que todas las imperfecciones que se hallen 
en mis anteriores mapas é informes , y que nadie las co- 
noce mejor que yo, puedan ser compensadas con la relación 
siguiente y con los mapas que acompaño. 

Á principios del mes de Febrero de 1873 llegué á Costa 
Rica con mi asistente topográfico Don Juan de la Cruz 
Martínez , habiendo arribado antes los otros miembros de 
mi compañía. Con tan poca pérdida de tiempo como las 
circunstancias lo permitían , me trasladé al lugar de mis 
trabajos, hospedándome en la casa de D. Juan H. Lyon, 
un americano v secretario del Gobierno en el territorio 
de los indios. Fui en compañía de D. Federico Fernández, 
comandante del Puerto de Limón. Después de unos pocos 
días de permanencia, y dejando á mis asistentes ocupados 
en los trabajos preliminares, regresé á Limón con el ob- 
jeto de comprar los útiles y provisiones necesarios para 
principiar los trabajos en forma. A mi vuelta empecé los 
míos propios y con excepción de algunos días en que fui- 
mos atacados por la fiebre , que felizmente no fué con 
fuerza, y de algunos pocos viajes al puerto de Limón con 
el fin de comprar los vív^es necesarios, los continué 
sin otra interrupción hasta que las lluvias de Noviembre 
me obligaron á suspenderlos. Aprovechando la ocasión 
vine á San José , con el objeto preciso de dar informes y 
de arreglar otros negocios urgentes. Estuve detenido por 
el Señor Nanne hasta principios de este año, siendo des- 
pachado entonces por este caballero á continuar los tra- 
bajos. El Señor Martínez se encontraba tan enfermo que 
el médico que lo asistía le prohibió regresar. 

Mr. W. P. Collins tomó su puesto }■ acompañados de 



869 

varios asistentes, volvimos á Talamanca. Dejé encargado 
al señor Martínez para que hiciera el mapa de la parte 
que teníamos concluida. Su prolongada enfermedad cau- 
só una gran dilación en la entrega de dicho mapa , cir- 
cunstancia que sentí mucho, pero que se me aseguró 
había sido inevitable. Trabajando en las montañas de un 
país salvaje , sin ninguna clase de comunicación , no supe 
nada de esto hasta mi vuelta á Limón , mucho después 
que el retardado mapa había sido entregado. 

He estado en mis estudios, por todo, diezisiete meses 
de los diezinueve que hace que llegué á este país , hasta 
la fecha de mi último regreso á San José; habiendo gas- 
tado los otros dos en mi previa é involuntaria perma- 
nencia aquí. S. E. verá que he concluido mi trabajo, en 
realidad un mes antes del tiempo á que estaba obligado 
por los términos de mi contrato. Además de los informes 
pendientes y de los mapas que acompaño , hice que se for- 
maran grandes colecciones de Historia Natural. Estas 
colecciones han sido remitidas de tiempo en tiempo á la 
"* Smithsonian Institution „ de Washington^ EE. UU.,por 
ser este el instituto que Mr. Keith había nombrado anti- 
cipadamente para dicho objeto. Allí están actualmente, 
cuidadas con el esmero que se merecen , en buen estado y 
almacenadas esperando el tiempo en que sean estudia- 
das ó entregadas al Gobierno ó á su Agente autorizado. 
No me toca á mí discutir la conveniencia de enviar estas 
colecciones al extninjero ; es cierto , sin embargo , que de 
esta manera han sido preservadas contra una destrucción 
inevitable , si objetos de una naturaleza tan delicada se 
hubieran almacenado en un lugar como el Limón. Aun 
habiéndolas remitido á San José , sin ninguna persona que 
cuidara de ellas , la mayor parte habría sido destruida por 
la polilla y el moho. 

Desearía sugerir respetuosamente una idea con res- 



270 

pecto á estas colecciones , cualesquiera que sean las inten- 
ciones del Gobierno sobre su destino definitivo ; que lo 
primero que se haga sea autorizar al Profesor Baird ó al 
Profesor Henry , los dos Secretarios del Instituto , para 
que sean puestos temporalmente á la disposición de 
naturalistas competentes para su estudio y descripción. 
Esto es necesario para hacer conocer al mundo científico 
la Historia Natural de aquella región, consiguiéndose 
también la doble ventaja de que se publiquen muchos 
datos de interés y valor y probar con esto en el exterior 
que Costa Rica no se ha quedado atrás de otra? Naciones 
más grandes y más ricas en la política liberal de contri- 
buir, en proporción á sus recursos , al fondo general del 
" conocimiento humano. „ 

Al mismo tiempo las colecciones adquirirán un valor 
mayor, y no dejarán de ser después, tanto como ahora, 
propiedad del Gobierno y sujetas á su voluntad de la ma- 
nera que más le convenga. Quedo de S. E. , respetuosa- 
mente, atento S. S. W. A. Gabb^ Jefe de la Exploración 
de Talamanca. 

Informe de la Exploración de Talamanca , hecha du- 
rante los años de 1873 d 1874 por W, A, Gabb. 

El Distrito de Talamanca comprende toda aquella 
parte de la República situada entre el Atlántico y la Cor- 
dillera principal y regada por los ríos Tilorio ó Changui- 
nola y el Tiliri ó Sixola. 

Es decir , constituye todo el rincón Sureste del pais^ 
contiguo al Estado colombiano de Panamá. 

Está poblada solamente por tribus salvajes de indios, 
excepto en la costa en donde se encuentran algunos 
lugares habitados por una especie de negros, llamándose 
á sí mismos ingleses , pero que en realidad no recono- 
cen la soberanía de ningún poder. Esta gente vive en im 
estado de indolencia solamente excedida por los indios 



871 

vecinos ; son insolentes , pleitistas y forman una población 
de ninguna manera deseable. Son los mismos que en 
otro tiempo dieron á la Gran Bretaña el pretexto para 
mezclarse en los asuntos de Honduras , Yucatán y Nica- 
ragua. Estas usurpaciones británicas son demasiado bien 
conocidas para ser relatadas de nuevo por mí. 

La región de la costa , excepto donde está cortada por 
algunos pequeños cerros, es baja, plana y cenagosa. 
Unas pocas millas más allá de la costa ^ sobre el Tiliri y 
sus ramas se encuentra ima espaciosa región de terreno 
ondulado , compuesta de cerritos , llanos y algunas ciéna- 
gas. Sobre él río Tilorio ó Changuinola las porciones 
cenagosas se extienden sobre todo el trayecto hasta el 
pie de las colinas de la cordillera principal ; y de allí al 
Poniente sobre toda la región de la "Laguna de Samsam„ 
casi hasta llegar á los ríos " Yorquín„ y Tiliri. 

Tal vez es mejor mencionar aquí, al principio, que uso 
los nombres locales indios para los dos ríos principales 
á saber: Tilorio, para el que ha sido conocido comunmente 
en los mapas como " Changuinola ,„ igualmente que Tiliri 
por "Sixola,„ por la razón de que son los nombres con 
que son conocidos en el Territorio. Fueron bautizados 
con los otros nombres por los mosquitos y han sido adop- 
tados tan sólo por la población negra de la costa. 

Se encuentran en los mapas porque esta gente , que 
habla lenguas civilizadas , los han comunicado á los via- 
jeros. Ambos ríos, Tilorio y Tiliri, significan en los idio- 
mas de las tribus respectivas que habitan sus orillas 
''Río principal ó Grande „ ó simplemente "ElRío. ,^Chan- 
guinola significa en el idioma Mosquito el río de los Chan- 
guinas; y si es necesario aplicar este nombre á un río, 
pertenece estrictamente á la rama oriental. El otro brazo 
principal , que fué explorado por nosotros , no tiene otro 
nombre que el de Tilorio. 



estación seca , la región entre la punta de Oíd Harbour y 
Hone Creek se seca casi enteramente. Pero después de 
continuadas lluvias se anega tanto, que un hombre no 
puede atravesarla sino á nado. Debe recordarse que esto 
pasa en el corazón de un bosque de grandísimos árboles. 
Lo mismo sucede entre Cahuita y la cabecera de Hone 
CYeek , en donde hay dos veredas. Una de éstas pasa al 
pie de las colinas y se usa en invierno; mientras que la 
otra atraviesa las ciénagas, cubriéndola á veces varios 
pies de agua, y se usa en verano. 

Más al Sureste de la punta de Oíd Harbour ó Cocles, la 
zona baja se extiende hasta más allá de los límites del 
territorio de Costa Rica. Unas pequeñas porciones de 
tierra elevada interrumpen la continuada bajura , como 
en la Punta del Mono ; pero son tan poco importantes que 
no merecen mención especial. En este sitio la ciénaga se 
ensancha, extendiéndose bástalas lomas y no dejando re- 
gión intermediaria. 

Entre el Tilorio y el Tiliri se encuentra un bayón 6 
quebrada tortuosa, llamada San JoséLagoon (Laguna de 
San José.) Esta era sin duda un antiguo lecho del Tilorio, 
ya abandonado por este río que se formó un nuevo cau- 
ce. Esta laguna es estrecha, profunda, medio estancada, 
y sus fétidas y oscuras aguas abundan en lagartos, tibu- 
rones y mejor que esto , en millares de excelente pescado. 
Recibe solamente el agua de un río, el Daluí; pero sirve 
además para desaguar la extensa ciénaga que la rodea. 
Aunque posee varias millas de extensión, sólo por dos 
puntos se puede llegar hasta ella; por la boca ó cerca de 
su nacimiento, en donde coníina con tierra comparativa- 
mente seca. El resto de su curso se extiende por un pan- 
tano tan impasable como el que atraviesa el ferrocarril 
entre la costa y el río Matina. Ningún viajero intenta 
atravesarla y ninguno podría hacerlo sin preparativos 



873 

Paralelas á la playa existen largas y angostas lagu- 
nas , casi estancadas , formadas por el agua de las ciéna- 
gas contiguas y separadas del mar por angostas fajas de 
tierra arenosa cubiertas de palmas, caña blanca y algu- 
nos árboles. Estas tiras están pobladas por una diseminada 
población negra, casi todos emigrados de Boca del Toro, 
y que cultivan además de sus plátanos y cafta de azúcar, 
algunos cocos y otros árboles frutales Las lagunas, ó 
más propiamente dicho, los esteros, son angostos y hon- 
dos, desaguando comunmente en la misma boca de algiin 
río ó quebrada. El motivo de esto proviene de que no 
teniendo la cantidad de agua suficiente para hacer y con- 
servar un desagüé al mar , por la oposición que éste hace 
cerrándolo con bancos de arena , cambia gradualmente 
hasta encontrar un canal de poca corriente , y continúa 
después desaguando en la misma dirección. 

La región pantanosa está separada por las lomas de 
modo que puede dividirse en tres partes distintas: La pri- 
mera se extiende de Limón á Cahuita. Ésta tiene de ancho 
desde una hasta cuatro millas. Posee desagües por el Li- 
món, las dos bocas del Banana, el Bananita y la Estrella 
ó Río del Norte (North River) y á veces por uno ó dos 
ríos pequeños. Todos estos desagües, menos la Estrella, 
y la boca más grande del Banana , se obstruyen después 
de algunos meses de buen tiempo, como sucedió en Junio 
de 1873 ; pero durante este año todos han estado abiertos 
debido á las inusitadas lluvias que cayeron aun durante 
la llamada "estación seca. „ Del promontorio de Cahuita, 
nueve millas hasta las lomas del vecindario de Oíd Har- 
bour , se encuentra una ciénaga angosta que desagua en 
Hone Creek , cerrándose á veces la boca de esta quebra- 
da ; pero en Mayo de este año tenía 7 ú 8 pies de profun- 
didad. En tiempo lluvioso hay dos ó tres riachuelos más, 
que penetran en el mar á media milla de Pipli-kay. En la 

18 



876 

encontraba habitada por un monstruo tal, que la serpiente 
marina, comparada con él es una bagatela. También ésta 
es serpiente , pero tan grande y voraz que considera muy 
sencillo tragarse una canoa con toda su tripulación, etc. 

En la región allende el río Tíliri , la zona pantanosa 
llega hasta los cerros; pero en el centro de Talamanca, 
sobre el Tiliri , cerca de las bocas de sus principales ra- 
mas , se encuentra un ancho espacio , digamos de ciento á 
cincuenta millas cuadradas de tierra casi plana. Esta área 
se extiende unas pocas millas arriba del Urén, Lari, Coén 
y el alto Tiliri, y hasta Libourne, uniéndose allí hasta 
convertirse en un estrecho valle. Este trecho no es ente- 
ramente llano. Tiene una superficie casi plana ó ligera- 
mente ondulada, y su terreno es arenoso ó de cascajo y 
algunas veces arcilloso. 

Una porción de él se encuentra cubierto de lagunas, 
pero la mayor parte no necesita sino de la destrucción de 
los bosques para convertirse en terreno agrícola de pri- 
mer orden. 

Este es el Cuartel General ó punto de reunión de las 
tribus indias; aquí viven los pocos extranjeros que hay; 
aquí se encuentran las residencias hereditarias de los je- 
fes , y aquí , en caso de una inmigración extranjera , seria 
el sitio probable de la futura colonia. 

La llanura se extiende por el Urén hasta Cublín ó 
Suebeta; y del lado oriental del mismo, las lomas se reti- 
ran cerca de una milla. De la misma manera continúa por 
el curso del Lari y el Coén ; y hacia el Tiliri, las pequeñas 
colinas presentan el mismo aspecto general que sobre 
la parte más plana. Inmediata á la vecindad donde se re- 
unen los ríos, la llanura es algo baja y contiene mucha 
agua, ocasionada, sin embargo, por falta de desagties, 
pero que fácilmente podría secarse para aprovechar 
magníficos terrenos. 



877 

Entre el Tiliri 3^ el Lari se encuentra una espaciosa 
área de terreno seco y cascajoso , con un declive g"radual 
y cubierto actualmente de espeso bosque. Lacapade tierra 
que sigue á la superficial se conserva siempre húmeda, 
y las siembras de caña no sólo no sufrirían por demasiada 
agua, pero ni tampoco necesitarían de riego. 

La región montañosa es tan uniforme en apariencia, 
que una descripción general bastaría. Las montañas de 
Talamanca , si se exceptúa la región de Caucan , están 
caracterizadas por lomas angostas , de rápidas pendien- 
tes. Estas lomas tienen, casi en todas partes, unos pocos 
pies de «ancho , mientras que los declives son tan escabro- 
sos que se necesita mucho cuidado para elegir un sitio 
propio para la agricultura. Urén, el distrito más poblado, 
está casi exento de monte; y mirando desde Dipuk, por 
ejemplo, las siembras de maíz, plátano y caña , dibuján- 
dose en los declives de las montañas , dan la idea de que 
aquel es un país bien cultivado y populoso^ mientras que 
miles de manzanas de potrero tan completamente libres 
de árboles que ni la señal queda de su existencia , demues- 
tran que la región contuvo , en un período no muy remo- 
to, una población mucho mayor que la actual. 

Vanos de los indios tienen sus casas sobre pequeñas 
plataformas en las pendientes de la montaña , cerca de los 
riachuelos, mientras que la mayoría ocupa pedacitos de te- 
rreno plano contiguos al río. Algunas de estas pequeñas 
poblaciones son lindísimas. Las extrañas y cónicas casu- 
chas , circundadas de palmeras cargadas de fruto, y pla- 
tanares del lado déla colina, forman un pintoresco paisaje. 
La facilidad con que satisfacen todas las necesidades de la 
vida, al mismo tiempo que favorece la pereza inherente 
á los naturales, muestra al observador inteligente cuan 
sencillo sería, para una población frugal y laboriosa, tras- 
formarlo en uno de los más ricos distritos de Costa Rica. 



Bribí , probablemente ** El Biceita „ de los españoles , 
es el distrito que se encuentra á ambos lados del ** Lari ^ 
y que se extiende hacia el Coén, tanto como el Dipari, 
rama de aquél. Con montañas igualmente escabrosas y 
profundas cañadas y solamente una parte de la población 
de Urén , presenta un aspecto mucho más salvaje é inhos- 
pitalario. La apariencia del terreno es semejante y se 
encuentran llanuras tan buenas como en Urén; pero su 
pequeña población requiere menos espacio desmontado y 
el país está cubierto con su primitivo follaje. En sus cace- 
rías de esclavos, los españoles penetraron hasta aquí; 
pero si hemos de creer las vagas é inciertas tradiciones 
de los indios, jamás se atrevieron á pasar el Lari. 

Mientras que Cabécar, la región que se encuentra en 
la parte superior del río Coén , especialmente hacia el 
Oeste , fué el sitio en donde existió una de las más gran- 
des y florecientes colonias del último siglo. Un camino 
moderadamente bueno unía este lugar con Cartago, y 
aquí existió hasta 1709 un establecimiento en p<irte mi- 
sionero, en parte secular. Dicen que este sitio fué poblado 
á consecuencia de que contaba con muy ricas minas en 
sus alrededores; pero después de un cuidadoso estudiodel 
palefK/ne de Cabécar, soy decididamente de la opinión de 
que los colonos se dedicaron con preferencia á la cría de 
ganado más que á ninguna otra industria. Más adelante 
me propongo dar las razones que tengo para dudar de que 
fuesen las minas el halago que condujo la colonia á este 
sitio. Mientras que la superlicie, relativamente plana, 
los grandes espacios de terreno desmontado, convertidos 
ahora en verdaderas sabanas, v hasta las mismas tradi- 
ciones de los indios indican que allí hubo grandes crías 
de ganado. Por la ribera occidental del Coén se extien- 
den centenares, con seguridad podría decir miles de man- 
zanas de terreno enteramente limpio. Los indios cuentan 



879 

que fué obra de los españoles.. Señalan el lugar donde 
estaban las casas ; esparcidos aquí y allí se ven puntos 
escogidos y me mostraron una lindísima eminencia , sem- 
brada de pequeños árboles, como el sitio en donde guar- 
daban los caballos y las vacas. 

Aunque muy retirada en el corazón de las montañas, 
Cabécar necesita apenas de la ayuda de ingenieros para 
colocarla á una distancia regular de la navegación. Po- 
dría abrirse un camino como de 25 millas de largo , sobre 
un terreno suave , poniendo en comunicación al antiguo 
pueblo español de San José Cabécar , con una línea de 
navegación permanente, independiente de la creciente 
del río á causa de las lluvias. El terreno de Cabécar es el 
mejor de Talamanca ; se compone de la misma tierra ne- 
gra y rica que hace á San José , la capital , tan famosa 
por sus cafetales; ésta es la regla general en toda la 
extensión de las serranías de Cabécar. El clima, á conse- 
cuencia de una elevación próximamente ia misma, no deja 
de parecerse al del gran valle de Costa Rica. 

Tomando el antiguo camino español que parte de 
Cabécar , más allá de la loma que se encuentra entre las 
quebradas de Boalí y Beblí,nos hallamos en el nacimiento 
del Zaherí , uno de los principales tributarios del Tiliri 
superior. 

Aquí cambia completamente el aspecto del país. Altas 
y escabrosas montañas , cubiertas de oscuro y amena- 
zante follaje y abundando en precipicios pedregosos, 
advierten al viajero que nada necesita buscar en aquella 
dirección. El extremo superior del Tiliri se encuentra 
inhabitado , excepto por un puñado de indios emigrados, 
descendientes de los que huyeron después del degüello de 
lo3 españoles en 1709. Al principio eran numerosos, 
pero ahora han quedado reducidos á una veintena. Viven 
en los puntos más inaccesibles , no tienen comunicación 



880 

ninguna con los extranjeros , y salen sólo una ó dos veces 
al afto para traficar con los indios civilizados que ha- 
bitan cerca de su patria. Sentencian á muerte al atre- 
vido extranjero que ose internarse en su distrito, y resuel- 
tamente se niegan á aproximarse á las casas de los foras- 
teros que viven con los indios. La misma maldición que 
parece pesar sobre los demás indios , se hace sentir hasta 
en sus retiradas fortalezas. Están desapareciendo rápida- 
mente , y dentro de 50 años, tal vez antes, no queda- 
rá uno. 

Del otro lado de Urén nos hallamos en el territorio 
de la tribu de Tiribí , actualmente confinada á las colinas 
que están en ambas orillas del río Tilorio. Al Este del 
Urén hay un ancho esffacio , habitado únicamente por dos 
ó tres fíimilias de Bribris. Un viejo llamado cacique, que 
vive cerca del río Isuka, en un punto conocido por Sarvve, 
posee un trecho como de 50 manzanas ó más, limpio de 
yerba y cubierto de exuberante zacate, además de sus 
milpas , plátanos y otros árboles frutales. El buen éxito 
obtenido por este salvaje , apenas un grado más indus- 
trioso que sus vecinos , es una lección para nosotros , mos- 
trándonos de lo que es capaz en este país un poco de 
energía. Centenares de sitios como óste existen en aquella 
comarca , donde ahora no se encuentra ni un solo habi- 
tante. 

El valle del Tilorio es estrecho y escarpado, y toda 
la población, único resto de la que fué poderosa tribu, 
reducida ahora á 103 personas, vive en dos pueblos, 
Rruzhik y Shunlu. El río es tan pedregoso que la nave- 
gación es prácticamente imposible, y las cuestas tan ás- 
peras que el costo de abrir caminos sería mayor que lo 
que el terreno merece. Pero entre Bruzhik y el Urén infe- 
rior se encuentra la región del Yorquín , llamado Cholí 
por los indios de Rribrí. En el valle de este río hay lindísi- 



asi 

mos trayectos de terreno plano, y las laderas están muy 
lejos de ser pendientes. En otro tiempo fué habitado por 
una parte de la tribu de Tiribí , viéndose aún sus árboles 
de plátano y cacao y algunos trechos limpios, testimonios 
de una densa población enteramente* concluida ahora. 

Más allá de las porciones pobladas de la zona monta- 
ñosa, hay otra serranía más alta, escabrosa é inhospi- 
talaria , sin habitantes. Los de Shunlu nunca penetran 
más de una ó dos millas en las montañas situadas á sus 
espaldas , aunque anteriormente existió un camino por el 
cual viajaban á Térraba. Éste es descrito por ellos como 
malísimo. Las montañas apenas son una masa de escarpa- 
das rocas, mientras que el cañón del río se halla limitado 
por precipicios tales , que para atravesarlos se requiere 
una cabeza fuerte y un pie seguro. 

Hace algunos años que un informante emprendió el 
viaje , pero cuatro días después de haberse puesto en ca- 
mino , la partida que le acompañaba , antes de llegar á la 
cima, unánimemente determinó volverse, aterrorizada 
por las dificultades y peligros que encontró. 

Todos están de acuerdo en que el río tiene su naci- 
miento en la propia cumbre de la montaña, en un pequeño 
lago , y por sus descripciones infiero que debe ser el crá- 
ter de un volcán extinguido. Los demás ríos son igual- 
mente impasables en su origen. 

El Urén se divide en varios brazos , pero más allá de 
Hutzbeta nadie se atreve á seguirlo. Hay algunas perso- 
nas que con el objeto de cazar dantas penetran en estas 
soledades. Pero aquéllas van por las cimas de las monta- 
ñas ó lomas. 

Tanto el trabajo topográfico como mis estudios geoló- 
gicos nos obligaron á ir á Pico Blanco , un punto donde 
no se había nunca ascendido. 

Seguimos el rastro de los cazadores sobre una loma 



8 88 

larga, angosta y torcida, entre el Urén y el Larí, hasta 
un lugar llamado Bitsung-wo-kí ; para llegar aquí es- 
calamos precipicios con frecuencia , trepamos por las ro- 
cas y algunas veces al atravesar malísimos trechos 
tuvimos que hacerla por medio de escalas y puentes he- 
chos de garrotes colocados para dicho objeto. Más allá de 
Bitsung-wo-kí, únicamente dos hombres han ido, y con 
uno de ellos de guía nos vimos obligados á bajar al río 
Lari y trepar las montañas de la orilla opuesta , evitando 
así rocas impasables. Al cabo de siete días nos encontra- 
mos en la pendiente del Pico , á él ascendimos , hicimos 
nuestras observaciones y nos volvimos. El acompafta- 
miento consistía de 21 personas, la mayor parte de mozos 
de cordel, y sin embargo de tener todas las provisio- 
nes que podíamos llevar, compuestas la mayor parte 
de plátanos , más voluminosos y pesados que nutritivos, 
sufrimos por falta de víveres. Añádase á esto que el piso 
está siempre mojado, tanto por la neblina como por la 
lluvia. Los árboles están cubiertos de musgo hasta el pun- 
to de ocultar los troncos , deslizándose por éstos la hume- 
dad gota á gota. La mayor parte, tanto indios como blan- 
cos, se enfermaron, por haberse expuesto constantemente 
al frío y al agua. Antes de ahora se creía que este cerro 
estaba en una rama de las cordilleras. Nosotros descubri- 
mos que se halla directamente en la línea de la cordillera 
principal. 

Es el Pico más alto de Talamanca y tiene 9.562 pies de 
altura. El río Urén sirve de desagüe á la fachada Noreste 
y á algunas de sus más elevadas cuchillas del Norte; mien- 
tras que el Lari lo hace con la fachada Norte del pico 
principal y todo el lado Noroeste. El agua del costado Sur 
penetra en el Pacífico. 

Hasta ahora se ha creído que la cima del Irazú es el 
único punto desde donde se pueden ver ambos océanos á 



883 

la vez ; pero la vista desde Pico Blanco es mucho más 
grandiosa que la del Irazú. Vimos el mar desde Limón 
hasta Oíd Harbour, distinguiéndose claramente Grape 
Key y la marejada de Cahuita, mientras que treinta ó cua- 
renta millas del Pacífico parecían agitarse á nuestros 
pies. 

De la cima del Pico Blanco y en una distancia de 
varias millas la loma decae rápidamente , descendiendo 
tal vez de 3.000 á 3.500 pies, elevándose de nuevo entre el 
nacimiento de los más pequeños tributarios del Lari y del 
Deparí. Otro descenso tiene lugar entre este último y el 
origen del Coén, en donde se encuentra un lindísimo cerro 
que se destaca de la cordillera. Desde aquí la cordillera 
hace ondulaciones á una altura por término medio de 
6.000 á 7.000 pies, hasta reunirse con la de Dota, retirán- 
dose gradualmente á Candelaria. 

Los cañones del Lari y del Deparí son estrechos , es- 
cabrosos y sin población ó puntos habitables. El Coén, más 
allá de Cabécar se angosta un poco ; pero hay habitantes 
esparcidos en todo el trayecto hasta muy cerca de las 
cumbres de las montañas. Ya he descrito el nacimiento 
del Tiliri y concluiré esta parte de mi relación con una 
explicación general. Por lo que dejo dicho se verá que la 
región costeña se compone de una serie de ciénagas in- 
vivibles, encontrándose únicamente algunos negr.os en 
puntos esparcidos á lo largo de la costa. Algunas perso- 
nas , la mayor parte de raza mezclada , blanca con negra 
ó india, viv^en en lugares aislados, situados enlaparte 
inferior del Tiliri y del Tilorio. En la porción del valle que 
riega el primero se encuentra una extensa área de buen 
terreno, capaz de sostener á muchos miles, pero actual- 
mente despoblada. La ma^'or parte de la gente vive en 
las laderas más bajas y descubiertas , al pie de las mon- 
tañas, en donde el terreno y el clima son buenos, hablen- 



do espacio para una población 50 veces mayor que la que 
ahora existe. Las alturas tan sólo se hallan habitadas en 
un lugar, esto es, á lo largo del río Coén. Esta región no 
es propia para formar colonias , tanto por su topografía 
como por su inaccesibilidad. 

Como todo país montañoso y en donde llueve mucho, 
Talamanca está extremadamente bien regada; tal vez 
las lluvias son demíisiado abundantes y continuadas, de 
modo que en ningún punto se hace necesario el riego. 
Casi nunca se necesita abrir pozos , siendo tan crecido el 
número de vertientes que siempre hay un abundante sur- 
tido de agua corriente para los usos domésticos. Los ríos 
navegables son dos: el Tilorio y el Tiliri. El primero lo 
es por canoas hasta Bunzhik sin dificultad. Más allá de 
este punto suben más pequeñas hasta Shungso con ayuda 
de los indios, que son magníficos remeros, pero con mu- 
cho trabajo y peligro. El otro brazo del Tilorio, el Chan- 
guina, lleva más agua que el Tilorio. Desagua en este 
último por el Este, encontrándose su nacimiento en las 
altas montañas situadas hasta Chiriquí , detrás del Pico 
Róbalo. Estas montañas son imponentes, altas, escarpa- 
das y dicen que son habitadas por una pequeña cuadrilla 
de indios, resto de la tribu de los Changuinas, sin comuni- 
caci(')n con los extranjeros y en guerra con todo el mun- 
do. Á nadie permiten la entrada á su país , ni aun á los 
indios de las otras tribus. A consecuencia de esto el dis- 
trito no es conocido , excepto por los rumores que llegan 
al mundo exterior mediante los "^ Changuinas „ de media 
raza que viven en los confines del país prohibido, únicas 
personas con quienes estos salvajes trafican de tiempo en 
tiempo. Uno de éstos me dijo que había ascendido el río 
en una canoa durante todo un día y con el objeto de pes- 
car; y que en ese tiempo había llegado al punto donde el 
río empieza á ser navegable. Ninguno de los tributarios de 



estos ríos es navegable, y puede decirse que más allá de 
Buzhik el Tilorio es impasable para las canoas , excepto 
en manos de los expertos remeros que viven en sus ori- 
llas. El Tiliri es un magnífico río, navegable hasta su 
confluencia. Mr. Lyon, que vive en Urén, tres millas 
arriba de la boca de éste, y James Peterson, un traficante 
en mulatos á orillas del Coén, milla y media de su desem- 
bocadura , están al alcance de la navegación en sus ríos 
respectivos. Canoas cavadas en el tronco de un cedro , lle- 
vando mil libras de peso ó más pueden llegar siempre, 
hasta en la estación más seca ^ á la casa de estos indivi- 
duos. Mi trabajo me ha obligado á bajar y subir el río 
muchísimas veces y en todas las estaciones del año, y no 
vacilo en declaríir que sin gastar un peso , el río es per- 
fectamente adecuado para ser navegado por embarca- 
ciones de pequeña caía ó botes de vapor , como los usados 
en todos los ríos de poco fondo de los E E. U U. 

Siguiendo el curso del río, la distancia desde Sipurio ó 
el punto de partida de la navegación en el Urén, tres millas 
de su desembocadura, hasta la boca del Tiliri, hay como 
45 millas. Hacia la mitad, entre estos dos puntos, está si- 
tuado Cuabre. 

Personas que van y vienen al Limón se trasladan de 
este sitio á Oíd- Harbour, cuatro millas de montaña , si- 
guiendo entonces por la playa ó embarcadas de nuevo. 
Este río continuará siendo siempre la gran vía de Tala- 
manca. Sus corrientes son insignificantes y no existe nin- 
guna suficientemente fuerte para impedir el tráfico. 

Raña la porción mejor del país, y la parte superior está 
más cercana á la región montañosa que cualquiera otra 
vía ó salida que pudiera proyectarse. 

El Tiliri tiene tres salidas para el tráfico. La primera 
es desde Cuabre , á través de las montañas hasta Old- 
Harbour, siendo la distancia corta ; en este último punto 



286 

existe un buen puerto para pequeñas embarcaciones. El 
segundo es por Gadoken , en donde hay un embarcadero 
de canoas del que se puede hacer uso siempre , excepto 
en el tiempo más borrascoso. En la propia boca del río se 
encuentra una pequeña colonia de negaros. Aquí está el 
mejor puerto y las canoas pueden atravesar la barra con 
seiiíuridad, menos cuando la mar estíl notablemente ag^i- 
tada. 

Personas que han tenido muchos años de experiencia 
en este lugar , me han dicho que durante diez meses del 
año pueden contar con seguridad con que la boca del río 
está bastante tranquila para pasar sin peligro. Durante 
este tiempo aparece un día malo , pero en los dos meses 
peores hay semanas enteras de buen tiempo. (1) 



il) i{a«ta a<)iii el frajrmcnto ilcl iutornie del Dr. Gabh. Como %e ha vi«to, la 
tra-liii-< ¡ón horlia del ingl«><, uv. tiene la corrocciij» que fuera á» desearle. Do todu« 
iiio k'K he preler-do dar á ronooer e-^e iralinj.«, «¡ue describe una part • ¡inpurtan- 
tistiiia del erriiortj de Costa Kica. y el cual no Ua visto jamás la luz desde el 
año IS^I. en '{\iv el Dr. Gabh 1.» pr -sentó al íiob¡erno.--(N. del E.» 



ESTUDIOS DEL GOLFO DE NICOYA 

POR E. Fradin. 

DESCRIPCIÓN MARÍTIMA Y COMERCIAL DE SUS COSTAS 



PRÓLOGO 

Al observar detenidamente el mapa g^eneral que com- 
prende "La América Central^ „ es fácil establecer una 
cr)mparaclón exacta y exponer y deducir una verdad 
incontrastable; esto es» que de las cinco Repúblicas, Gua- 
temala, Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, 
esta última ha sido la más favorecida por la naturaleza. 

Parece en efecto que Costa Rica ha sido el niño mima- 
do del Creador y tiene el derecho de decir á los nave- 
arantes : 

''W'nid á mis a.iruas, frecuentad mis costas y encontra- 
réis en ellas puertos , golfos y bahías profundos , seguros 
y hospitalarios „. 

En el estrecho límite que se me ha trazado, mi inten- 
ción ha tenido que concretarse al hermoso golfo de Nico- 
ya, cada día más frecuentado por vapores y veleros, que 
vienen á traer y llevar ya los artículos de importación, 
ya los productos de la exportación nacional. 

Geográficamente, el (iolfo de Nicoya puede rivalizar 



288 

con los más bollos puertos del mundo ; y Costa Rica puede 
considerar esta parte de su territorio como una de las 
más ricas joyas de su corona. 

Por lo tanto, corresponde al Gobierno del país ayudar 
Ala naturaleza, procurando serios estudios que fuesen 
aliciente para los armadores, ayuda para los Cíipitanes 
y confianza para los ase^j^uradores. 

Por este motivo el Ministro de Marina dispuso el le- 
vantamiento de una carta marina que detallara minucio- 
samente esos parajes; y en consecuencia ordenó la des- 
cripción de toda la cosía que forma el Golfo, de las islas é 
islotes que allí se encuentran, así como también de los ríos 
que en él desaji^uan. 

Los lectores encontrarán, pues, en este libro, no sólo 
las instrucciones náuticas del puerto, sino también lo quj 
se reliere á abastecimiento de los buques y demAs recur- 
sos comerciales que pueden encontrarse en el referido 
centro. 

La obra está dividida en dos partes. 

I .*' l-^arie. - Dcsiripción marítima y comercial del 
(lolfo. 

-.'parte.- Lsiaiiones. corrientes, vientos 3" rumbos 
que se deben sci::uir. 

Puniarenas, Octubre de 1891. 

E, Fradin. 

\1>VKKTK\CIA 

Los sondajes esi;'in indicad" w en metros y calculados al 
niwl de las mareas más bajas. 

Las m.is ;i;randes mareas bajan 3 m. 75. 

La variaciiMí es de 5' fvS' Nl{. 

Las aiiinaciiMie^ «> puntos del ci»mpás son exactas. 



(I 

3 



► 



.! 



CAPÍTULO PRIMERO 



ASPECTO GENERAL 

La entrada del Golfo de Nicoya tiene por límite: al Sur 
la Punta Mala ó Judas , situada á los 9^ 30* 45" de latitud 
Norte y á los 86° 52* 10" longitud Oeste del meridiano de 
París; y por el Cabo Blanco, situado á los 9° 34* 15" Norte 
y 87° 27* 30** Oeste del mismo meridiano. 

A dos millas de distancia , la línea recta que unirían 
estos dos puntos está exenta de bajíos, y el sondaje no 
acusa menos de 25 m. 

La costa, á partir de Cabo Blanco, se dirige al NE., 
próximamente en un espacio de 24 millas; y luego sigue, 
después de diferentes recodos, la dirección NO. para ter- 
minar en la desembocadura del río Tempisque , parte la 
más septentrional del Golfo. 

Al recorrer este trayecto , el navegante reconoce el 
islote Blanco, situado al Sur del cabo de este nombre; 
llega pronto á la linda bahía de Ballena y encuentra las 
islas Tortugas, Jásper y Alcatraz, Los Negritos, Cedro, 
Culebra, Pajaritos^ Pájaros, Guayabo ó Aves, Pande 
Azúcar, San Lucas, Caballo, Bejuco, Venado, Chira, 
Ostiones y Palomita. 

Desde la Punta Mala ó Judas la costa se dirige al NO. 

19 



g90 

hasta la punta Guapinol y se corta en la punta Herradura, 
y después de describir varias curvas , toma la dirección 
N. 36 7i NO. bástala Chacarita ; avanza bacía el O. hasta 
Puntarenas, toma la dirección NO. y termina en la des- 
embocadura del río Tempisque. 

En esta costa se encuentran: la roca Escollo , la isla 
Cafto , la bahía Herradura , los arrecifes Sucia , las bahías 
Agujas, la punta Caldera, Puntarenas, la entrada del 
Estero , las islas Cortés y Yuca. 

Diversos ríos desembocan en el Golfo ; mas para pe- 
netrar en ellos , tan sólo accesibles á pequeñas embarca- 
ciones de cabotaje , hay que pasar una barra. 

El fondo que rodea estas entradas es en general una 
mezcla de arena , lodo y de conchas rotas. El fondo de 
puro lodo es muy raro. 



CAPÍTULO II 



DEL CABO BLANCO A LAS ISLAS NEGRITOS 

El cabo Blanco , como se ha dicho , es el límite Norte y 
Oeste de la entrada del Golfo de Nicoya ; y en tiempo claro 
se alcanza á ver á una distancia de 25 A 30 millas. 

Fuera del islote Blanco, que se encuentra á 1.800 metros 
próximamente al Sur del cabo , éste es punto de recala 
seguro y exento de bajíos. 

El espacio que une este islote con el cabo está rodeado 
de rocas , y en ningún ca^o debe un buque aventurarse á 
cruzar este paso ya indicado en la carta. 

El mar en este punto está siempre agitado por olas 
contrarias y por consiguiente peligrosas para embarca- 
ciones menores , porque cuando el viento SO. es fresco 
produce fuertes embates que se estrellan contra el barco 
en todos sentidos y con tal violencia, que hacen muy 
crítica la posición de las embarcaciones. 

ISLOTE BLANCO 

El islote Blanco es una roca estéril y rodeada de 
un cinturón de arrecifes que no ofrece nada de parti- 
cular. La mar se estrella contra él con violencia ; y en 



292 

calma , sobre todo en la noche , el ruido de las olas en las 
rompientes se oye á más de 3 millas. 

Los buques que vienen del Norte deben , por pruden- 
cia , evitar la proximidad de este islote , porque no podrían 
echar el ancla, ya á causa del mucho fondo, ya por la 
^ran marejada del Sur , Suroeste y Oeste , que en todo 
tiempo pondrían un buque en serios peligros si tratara de 
anclar. 

DEL CABO BLANCO A LA BAHÍA LA BALLENA 

Del Cabo Blanco á la punta Sur que forma la entrada 
á la bahía la Ballena , la costa está casi por todas partes 
rodeada de arrecifes , que se prolongan , á veces , á más 
de 1.400 metros de tierra. 

Toda esta parte está batida por las olas del SE. al SO., 
lo que no ofrece garantía alguna para el fondeadero de 
los buques ; y tanto por esto como por la dificultad de las 
bordadas á causa de los vientos contrarios y su ninguna 
importancia comercial, deben los buques evitar pasar 
cerca y más aún anclar allí. 

En general, en lo acantilado de los arrecifes la sonda 
acusa una profundidad de seis metros sobre fondo de grue- 
sa arena. 

BAHÍA LA BALLENA 

La bahía La Ballena es la mayor de las que se en- 
cuentran á la entrada del Golfo ; vasta , segura y profunda; 
sin exageración puede abrigar gran número de buques. 
Perfectamente abrigada contra los vientos del Norte y 
los del Oeste , no se deben temer más que los del Este y 
Sureste, que rara vez son fuertes y no producen mar 
gruesa. 

V^iniendo de alta mar, las aguas que se estrellan en 
las rocas N. y S. que rodean la entrada de la bahía, pue- 



den inquietar á los navegantes; pero están poco lejos de 
tierra , y al acercarse el buque , pronto se nota la ancha 
abertura de la bahía y entonces desaparece todo temor. 

Puede anclarse en donde quiera en un fondo de 12 ó 15 
metros, y seg^ún los vientos reinantes elegir fondeadero, 
al N. ó al S. de las costas que forman la bahía. 

Es muy fácil procurarse agua dulce, y para ello basta 
dirigirse á la parte NO. de la bahía, á media marea , y 
doblar la barra que cierra la entrada del riachuelo 
Tambor. 

La bahía contiene algunas chozas, principalmente 10 
ó 12 hacia la parte NO. ; todo lo que constituye la aldea de 
Tambor. 

Este río sólo permite entrada á pequeñas embarcacio- 
nes, pues la sonda en marea baja acusa solamente O m. 50 
con fondo de rocas y pedruzcos. 

El valle que se prolonga hacia el fondo de la bahía es 
muy productivo , pero no se cultiva por falta de brazos. 
Allí se encuentran el cedro , la caoba y el cocobola ; pero 
para extraerlos con provecho se necesitaría abrir caminos 
en que pudieran transitar por lo menos carretas del siste- 
ma ""Decanville". También se producen el arroz, la cafía 
de azúcar y el plátano , y se encuentran en él las mejores 
frutas del Golfo. 

El paso mejor de la barra está á 10 metros de las rocas 
que se encuentran á estribor. En fin, por ningún pretexto 
puede, aun en un pequeño cayuco, pasar entre las rocas 
que limitan la entrada de la bahía. 

DESDE LA BAHÍA LA BALLENA HASTA LA DEL MURCIÉLAGO 

El espacio que rodea estas dos bahías está rodeado de 
arrecifes muy peligrosos hacia los cuales se dirigen las 
corrientes. 

Desde el islote pequeño situado en la parte N. de la 



894 

bahía de la Ballena , las rocas se prolongan aún más , y 
son tanto más peligrosas cuanto que ellas están ocultas 
por las aguas. Es, pues, necesario evitar estos pasos 
donde el mar es á menudo grueso , y donde no se debe 
tratar de anclar. 

BAHÍA MURCIÉLAGO 

El simple aspecto de esta bahía da á comprender que 
es muy peligrosa. Rodeada de arrecifes y tierras altas 
inaccesibles , es casi imposible , y sobre todo inútil , inten- 
tar un desembarque en la única playita que lo permitiría; 
por lo tanto no se debe anclar , so pena de poner el buque 
en peligro. 

DESDE LA BAHÍA MURCIÉLAGO HASTA LA BAHÍA CURÜ 

Toda la parte N. de la entrada de la bahía Murciélago, 
como también las costas más al N., están rodeadas por 
terribles rocas , sobre las cuales se estrella el mar con 
violencia: los remolinos, las corrientes y la marejada son 
terribles y deben evitarse, tanto más cuanto que se diri- 
gen hacia tierra. 

Detrás de esas rocas la costa describe una ligera cur- 
vatura formando una falsa bahía muy mal abrigada y de 
muy poco fondo; por este motivo es inútil buscar fondea- 
dero , pues ni pequeños cayucos lo encontrarían seguro. 
La punta N. de esta semibahía se dirige ligeramente hacia 
el E. y termina en dos pequeños islotes y en una serie de 
rocas bastante peligrosas que limitan al S. la entrada de 
la bahía Curú. 

BAHÍA CURÚ 

Esta bahía es bastante honda y bien abrigada , 3' las 
vecinas islas Tortugas impiden que la marejada penetre^ 
en ella. A pesar de estas ventajas el mar tiene siempre 



un cierto movimiento que produce en la playa una fuerte 
resaca. 

Esta bahía no da anclaje más que á embarcaciones 
menores; y aun éstas no deben fondear á menor profundi- 
dad de 6 metros en marea baja. 

En la parte S. de la bahía desagua el riachuelo Curú, 
en el cual sólo á */> de marea puede penetrar una embar- 
cación. 

El movimiento de las aguas y la barra que se ha for- 
mado á la entrada del río , hacen difícil el acceso , tanto 
más cuanto hay que pasar entre dos rocas , tan sólo visi- 
bles á media marea. 

Las mareas en la ría son siempre muy grandes. 

La playa está cubierta por una quincena de familias 
que se ocupan en la agricultura y algunas también en la 
caza de tortuga que se encuentra en abundancia en las 
playas de las islas Jásper y Alcatraz. 

Al fondo de la bahía se encuentra un magnífico valle 
muy á propósito para la agricultura , donde penetrando 
3 millas hacia el interior se puede juzgar cuan fácil sería 
establecer ricas plantaciones; pero desgraciadamente hay 
falta de brazos. 

Trazando buenos senderos se uniría á Curú con Tam- 
bor , Paquera y Río Grande ; pero en general en toda la 
costa existen veredas más ó menos transitables que per- 
miten á los habitantes visitarse entre sí. 

El agua dulce es abundante , y de la aldea á la más 
próxima aguada hay 3 minutos de camino. 

Los frutos del valle, como los de Tambor, tienen un 
gusto muy exquisito. 

Al salir de la bahía no hay que acercarse á la punta 
N. que la cierra, porque allí se encuentran bajíos de 
arena gruesa en los que la sonda no acusa más que 1 me- 
tro 50 de profundidad. 



896 

Entre estos puntos y las islas Tortugas la corriente es^ 
á veces , muy violenta ; y si el viento fresco le es contra- 
rio , resultarán choques muy peligrosos para las embar- 
caciones sin puente. 

ISLAS TORTUGAS 

Las islas Tortugas están compuestas de dos principa- 
les, la Jásper y la Alcatraz, y de varios islotes ; y su al- 
tura es de 185 metros sobre el nivel del mar. 

La parte S. de Jásper está rodeada de cantiles en los 
cuales la sonda acusa 6 y 7 metros. Otras rocas más visi- 
bles se prolongan hacia el E. de la isla; y otras más gran- 
des y de raquítica vegetación se encuentran al E. y al Sur 
de la isla Alcatraz que casi tocan á tierra. 

Al N. de Jásper y al E. de Alcatraz existen pequeños 
islotes, rodeados de arrecifes sólo visibles en baja marea, 
cubiertos de pobre vegetación. 

Entre estos islotes y las dos islas principales, existen 
canales en que se puede fondear , sea para abrigarse con- 
tra los vientos y las marejadas de alta mar, sea para 
esperar marea conveniente. En este caso se buscará el 
fondeadero en la parte N. y se anclará á 150 metros de 
tierra al ONO. de una pequeña playa situada al N. déla 
isla Jásper^ tan pronto como la sonda acuse 15 metros, 
(fondo de coral y arena). 

Hay otro fondeadero preferible al anterior , situado al 
ENE. de la isla Alcatraz, fondo de arena y guijarros y 
con 20 metros de profundidad. En él se está bien á cubier- 
to del mar y de las malas corrientes , y se puede aparejar 
fácilmente con cualquier viento. Para tomarlo es necesa- 
rio no acercarse á la parte N. y NNE. de la isla Alcatraz 
á menor distancia de 400 metros , pues más cerca de tie- 
rra hay un banco de arena sobre el cual sólo 2 metros 
anuncia la sonda. 



897 

Entre la isla Alcíitraz y el islote más al O., el canal en 
marea baja da un fondo de 5 metros. 

En todo caso se debe evitar el paso entre las islas 
Jásper y Alcatraz , pues en marea baja los corales y los 
bancos apenas están cubiertos por O m. 15 de agua; y en 
media marea^ así como en marea alta, á la entrada S. la 
mar revienta á veces sin anunciarse y podría hacer nau- 
fragar una embarcación que intentara el paso. 

En la isla Jásper es donde únicamente se puede des- 
embarcar con alguna utilidad ; lo cual debe hacerse al 
Norte de la isla , en la pequeña playa que está á la vista y 
que es fácil de reconocer por su arena blanca y los cora- 
les que hay en su orilla. 

A pequeña distancia de esta bahía se puede obtener 
agua dulce en el vallecillo que termina en la montaña. 

Estas dos islas son , por decirlo así , inaccesibles y de 
todo punto estériles, y lo único que puede obtenerse allí 
de alguna utilidad es el carey. 

El fondo de coral que une las dos islas contiene una 
gran cantidad de caracoles y peces muy curiosos; y tam- 
bién se encuentran algunas conchas perlíferas, de las cua- 
les una que se sacó tenía O m. 3 de espesor , de nácar ; pero 
desgraciadamente estas ostras son muy raras. 

En definitiva, estas islas no deben tomarse en cuenta, 
ni bajo el punto de vista comercial ni del marítimo. 



CAPÍTULO III 



DESDE LOS NEGRITOS HASTA LA BAHÍA ISABEL 

Dos son estas islas: la del E. y la del O., separadas en- 
tre sí por el canal Monta^né, y la del O. de tierra firme, 
por el canal Romain. 

ISLA ESTE. — ISLA OESTE 

La isla Este , la menos ancha , pero la más larga de las 
dos, estíl rodeada de arrecifes, tanto más peligrosos cuan- 
to que con frecuencia están cubiertos por las aguas. 

Estos arrecifes terminan en las rocas Sail Rock, situa- 
dos en la parte más oriental de la isla. 

Sail Rock es una roca negra, puntiaguda y visible á 
11 millas de distancia en tiempo favorable. 

En sus cercanías la mar es gruesa , profunda y sorpre- 
siva; y en buen tiempo, á distancia de 1 milla, en la parte 
SE. y E. , tal fenómeno sólo es explicable por la confor- 
mación de las tierras y de los fondos: siempre se verifica 
á pesar de que la sonda acusa gran profundidad. Hay que 
evitarlas, pues, bordeando, para ir á Puntarenas ó cual- 
quiera otro lugar del Golfo , dejándolas 2 millas al O. 

Sería imprudente anclar en la parte S. de estas islas, 



300 

ya por el mucho fondo , ya por las marejadas del S. ó por 
el poco abrigo. 

Las embarcaciones sólo pueden encontrar mediano 
anclaje con 18 metros de fondo , frente á la única pequeña 
playa, en. la parte N. y O. de la isla Este, guardándose 
bien de cortar hacia el S. el canal Montagné. 

Sin embargo de encontrarse al abrigo del mar y de los 
vientos del S. , como se está anclado cerca de tierra y de 
las rocas vecinas , el fondeadero es peligroso , sobre todo 
para un buque de vela, por el reflujo y los vientos del Norte. 

La isla Oeste está rodeada de arrecifes, y por lo tanto 
no debe fondearse allí. 

Estas islas , por decirlo así , son inaccesibles , del todo 
improductivas y están desprovistas de agua dulce. 

La parte más oriental de la isla Este sería no obstante, 
punto á propósito para establecer una batería de gruesos 
cañones, que cruzaran sus fuegos con otros puntos, como 
por ejemplo Caldera; pero para llegar á un buen resulta- 
do habría que ejecutar costosos y penosos trabajos. 

CANAL MONTAGNÉ 

Este canal separa las dos islas y aunque con 18 metros 
de profundidad, es muy estrecho y no debe frecuentarse. 

Se presentan traidores y violentos remolinos de las 
corrientes en todo el largo del pasaje , y las rocas que 
sobresalen al E. y al ENE. de la Isla Oeste, son peligros 
que deben evitarse ; y sólo pequeñas embarcaciones de 
cabotaje, seguras de buen viento y de marea favorable, 
pueden aventurar la travesía. 

CANAL ROMAIN 

El canal Romain es acantilado , y seguro si se toma la 
p'irte occidental de la Isla Oeste, evitando así los peque- 



301 

ños islotes y las rocas que sobresalen en la punta Bo- 
querón. 

Al S. del canal existe la Roca Negra, que es acantilada 
y se la puede dejar á babor ó á estribor. 

Menos profundo que el Montagné , este canal tiene sin 
embargo un fondo de 9 metros , y lo mismo que en aquél 
existe una corriente violenta y peligrosos remolinos, por 
lo cual no debe frecuentarse sino por vapores ó pequeflas 
embarcaciones favorecidos por el viento y la marea. 

DESDE LA PUNTA BOQUERÓN HASTA LA BAHÍA RIO GRANDE 

La punta Boquerón , la isla Oeste de los Negritos y la 
isla Cedro , forman entre ellas un embudo cuya parte más 
angosta se encuentra al E., y la más ancha al O., la cual 
termina en el estrecho Cuchilla , que da entrada á la bahía 
Río Grande. 

Desde la punta Boquerón hasta Cuchilla, situada al Sur 
del estrecho de este nombre , las costas son altas y escar- 
padas ; pero se puede desembarcar en algunas pequeflas 
playas cubiertas de arenas y guijarros , y la costa , aunque 
rica en vegetación , no es á propósito parala agricultura. 
Apenas se encuentran en este espacio de 2 millas, tres ó 
cuatro chozas aisladas unas de otras y la mayor parte del 
tiempo inhabitadas. Cerca de ellas se han cavado pozos 
que producen agua dulce. En esos puntos la mar es siem- 
pre bellísima , pero en cambio se encuentran fuertes co- 
rrientes y peligrosos remolinos, donde embarcaciones 
fondeadas han girado al rededor del ancla como verdade- 
ros trompos. 

Este fenómeno existe un poco hacia adentro del estre- 
cho Cuchilla principalmente , en cada uno de los extremos 
3^ cerca de los pequeños islotes indicados en la carta. 

A pesar de este inconveniente , que disminuye á me- 
dida que se avanza hacia la parte más ancha del embudo, 



30g 

se encuentran fondeaderos abrigados contra el viento y el 
mar, donde el ancla , á una profundidad de 15 metros, 
agarra fondo de arena y lodo. 

Se debe anclar al S. de la parte E. de los islotes que 
existen cerca de la isla Cedro, un poco hacia adentro, 
dejando libre el estrecho hacia el O.; cuyo paso, no obs- 
tante un fondo seguro , no debe internarse á menos de 
tener corriente favorable y sin fuerza , es decir , una hora 
antes de la pleamar , y contar con brisa continua , lo que 
es raro, pues el viento viene casi siempre en bocanadas, 
con motivo de la altura de las costas. 

Desde que principia el reflujo , los remolinos hacen 
muy peligroso este paso; pero hasta el momento ya indi- 
cado , los remolinos no existen y la corriente no tiene 
mucha fuerza. 

Tan luego como se haya cruzado el estrecho al O. y 
penetrado en la bahía Río Grande , dejan esos peligros de 
ser temibles. 

Se ha dicho ya que en el punto descrito las corrientes 
y los remolinos tienen gran violencia y que una embarca- 
ción , aun estando en buenas condiciones , no podría pasar 
el estrecho si el patrón no tomara la precaución indispen- 
sable de acercarse lo más posible á la parte S. de la isla 
Cedro para aprovechar la contracorriente que sigue la 
costa ; y basta forzar el remo para doblar cada punta y 
entrar de nuevo en la corriente favorable. 

Deben evitarse las rocas submarinas que existen al 
E. de la isla Cedro, visibles solamente en marea baja. 

ISLA CEDRO 

La configuración de la isla Cedro es muy caprichosa, 
pero su aspecto es agradable y gracioso^ y varias de sus 
playas de fikil acceso para las embarcaciones, permiten 
desembarque seguro. Teniendo poca elevación sobre el 



3oa 

nivel del mar, sería un punto excelente para cuarentena. 

Ella no solamente tiene en todos sus contornos buenos 
y seguros fondeaderos sino que por su proximidad á Pun- 
tarenas se puede establecer im servicio regular para abas- 
tecerla. Fácilmente puede obtenerse agua dulce, y por su 
aspecto parece á propósito para pastos. En ella se en- 
cuentran algimas chozas, hoy inhabitadas. 

Acantilada en su parte N., está rodeada al E. por islo- 
tes y rocas que pueden evitarse fácilmente. 

La punta S. no es tan acantilada, pues la sonda acusa 
cerca de tierra poco fondo y la parte S. está en lucha con 
las violentas corrientes y remolinos indicados ya. 

Alrededor de la isla abimda la pesca. 

Entre la isla Culebra y la de Cedro existe un canal 
donde la mar es bella en todo tiempo ; pero desgraciada- 
mente, como no tiene más de 2 metros de profundidad, 
sólo pueden anclar sin riesgo pequeñas embarcaciones. 

Útiles desmontes y algunos establecimientos bien en- 
tretenidos harían este lugar á propósito para un lazareto, 
por estar bastante lejos de los centros de población , lo 
que evitaría el contagio. 

Si el Gobierno se decidiera á llevar á cabo esta medida, 
no es de dudarse que enviaría una comisión que estudiara 
el lugar y que estableciera las bases de los trabajos que 
hubieran de ejecutarse. 

Hay que confesar que en Puntarenas no se debe cons- 
truir un Lazareto , tanto por falta de espacio cuanto por- 
que los buques infestados tendrían forzosamente que estar 
fondeados en contacto con los demás, lo que ocasionaría 
complicaciones desagradables. 

ISLA CULEBRA Ó PANTEÓN 

Esta isla es acantilada en su lado O., pero en su parte 
N. aparecen islotes y rocas peligrosas que se deben evitar^ 



ao4 

y cerca de tierra, al lado O., la corriente ha cavado un 
canal de 20 metros de profundidad. 

Es imposible desembarcar en esta parte de la isla y 
por lo tanto es necesario que las embarcaciones se dirijan 
hacia el S. , donde se encuentra una playa arenosa mez- 
clada de guijarros , que permite fácil desembarque. 

Las rocas submarinas situadas alSSO. de la isla casi 
tocan la tierra. Ella sirve de cementerio á los habitantes 
de Río Grande y podría servir con el mismo fin á los de la 
isla Cedro. 

La punta y el puerto Cuchilla están situados al S. y 
O. del estrecho de este nombre y habitados por dos fa- 
milias. 

Una playa rocallosa rodeada de arrecifes que se per- 
ciben en baja mar y una roca sobre la cual crecen dos 
arbustos , indican el mencionado puerto ; y sus habitantes 
en la parte escarpada de la montaña , cultivan lo necesa- 
rio para la vida. 

La bahía Río Grande es extensa, profunda , bien abri- 
gada contra los vientos reinantes del S. y del O. y una de 
las más ricas del Golfo ; pero desgraciadamente su fondo 
en el centro no permite el paso sino á pequeñas embarca- 
ciones, que pueden anclar favorablemente, según las ne- 
cesidades de la navegación , pues hay de 3 m. 50 á 4 me- 
tros de agua , fondo de arena y lodo que da buena agarra 
para las anclas. 

En marca baja todo el fondo de la bahía queda al des- 
cubierto é interrumpida la comunicación con tierra á 
causa de que el lodo es muy blando, lo que hace imposi- 
ble ó por lo menos muy difícil caminar á pie. 

En cambio » á lo largo de la punta Río Grande y en la 
parte N. y O. de la isla Cedro, una embarcación de cual- 
quier calado encuentra excelente anclaje en una profun- 
didad de 12 á 15 metros. 



305 

Los fondeaderos son tan buenos que puede asegurarse 
que un barco puede afrontar , sin peligro , un Norte bo- 
rrascoso , lo mismo que el fuerte oleaje levantado por la 
brisa. 

Por otra parte , cuando se busca anclaje ó solamente 
se va de paso , se debe evitar el aproximarse á la punta 
Río Grande á menor distancia de 500 metros , en razón de 
las rocas submarinas, visibles solamente en marea baja, 
que sobresalen de la punta. 

Las dos aldeas más grandes que se encuentran en las 
costas ya descritas, están hacia el interior: Raquera y Río 
Grande, que se comunican por camino expedito; de éstas, 
Paquera es la más importante y tiene de 20 á 25 viviendas. 

Para ir á Paquera se necesita llegar á este punto con 
'\ de marea, lo menos, habiendo tomado el río ó estero 
de este nombre ; y después de pocos instantes de navega- 
ción en él , se sigue á pie por el camino que conduce al 
caserío. 

El Río Grande es bastante ancho y profundo ; pero las 
ramas de los árboles que se cruzan sobre él , obligan á 
desaparejar aun á las más pequeñas embarcaciones para 
navegar cómodamente. 

Á Puntaren as se llevan los productos de esta aldea, 
donde hay además gran cantidad de bueyes , cerdos y 
gallinas; una tienda bastante surtida y una panadería la 
abastecen. Posee de 15 á 18 viviendas, y es curioso ver 
en todas las mareas el movimiento de his embarcaciones 
que entran y salen por el río. 

Los fértiles terrenos que rodean la bahía y que se pro- 
longan en la montaña, merecen llamar la atención de 
cultivadores activos é inteligentes que quieran formar 
una colonia ; pues de seguro con su trabajo harían un 
buen capital. 

Hacia el centro de la bahía existe una isla llamada 



306 

Muerto, con poco fondo al rededor, y la cual no ofrece 
nada que llame la atención. 

El espacio comprendido entre el Río Grande y Paja- 
rito está exento de todo peligro y tiene donde quiera mag- 
níficos fondeaderos con profundidad que varía entre 1 , 
15 y 17 metros, y fondo de lodo y arena fina. 

PUNTA RÍO GRANDE 

Esta punta cierra la parte más septentrional de la 
bahía de este nombre , es alta , está cubierta de vegetación 
tropical y formada de rocas superpuestas hasta su cima; 
la base es inaccesible ; y cerca de tierra la sonda sólo 
marca 4 metros : todo el contorno de esta punta debe evi- 
tarlo el navegante. 

Á partir de este punto surge una serie de rocas sub- 
marinas al E. y ENE. á más de 250 metros de tierra. Sólo 
una de estas rocas es visible un poco antes de bajar la 
marea y está seguida de multitud de rocas invisibles que 
producen grandes remolinos ; y en lo acantilado de ellas 
la sonda acusa 4 y 5 metros. 

Como en el mar es difícil apreciar las distancias á la 
simple vista, no se debe acercarse á este punto dentro de 
un perímetro menor de 500 metros. 

DESDE LA PUNTA RÍO GRANDE HASTA LAS BAHÍAS 

GIGANTILLAS 

La parte comprendida entre estos dos puntos es acan- 
tilada; pero á pesar de esto, bargos de cierto tonelaje no 
deben aproximarse á tierra , á menos que no cuenten con 
brisa segura y sostenida, pues vienen á menudo ráfagas 
falsas, en el intervalo de las cuales reina la calma. 

Cuando el barco encuentre menos de diez metros de 
fondo , es peligroso acercarse más á tierra. 

Las corrientes son poco violentas y los vientos del 



N. son los Únicos que producen choques violentos, peli- 
grosos para pequeñas embarcaciones. 

BAHÍAS GIGANTILLAS 

Después de la punta Río Grande existen dos pequeñas 
y encantadoras bahías llamadas Gigantillas, las cuales, 
cerradas por pimtas de rocas poco peligrosas, provistas 
de playas de arena suave y fina , están perfectamente res- 
guardadas de los vientos reinantes y del mar , y sólo debe 
temerse la brisa del NE. que levanta fuertes marejadas; 
pero tales brisas son muy raras. 

Entre la punta N. que forma y cierra la entrada de 
estas dos bahías, á 140 metros de tierra y en dirección á 
la isla más al S. de Pajaritos , existe una roca muy peli- 
grosa cubierta por las aguas á '/i de marea , que en marea 
baja sobresale próximamente 1 m. 70. 

Entre la punta y la roca existe un estrecho canal en 
cuyo centro la sonda anuncia no menos de 10 metros de 
agua, lo que permite que los costeros puedan pasarlo; 
pero no siendo muy prácticos en este lugar , hay que es- 
perar á que la roca esté al descubierto para cruzarlo con 
mayor seguridad , porque en esos momentos las corrien- 
tes favorecen el paso. Mas, para franquear el paso, es 
necesario viento favorable y tener el ancla siempre lista. 

La mar es siempre bella. De la roca Canvain á la isla 
más al S. de Pajaritos, hay im segundo canal de 10 me- 
tros de profundidad en su centro y rodeado al N. de rocas 
que sobresalen en la parte más al OSO. de la isla. 

Para penetrar en este canal hay que diejar la roca 
Canvain que se tiene á la vista á 70 metros más ó menos; 
y precaverse de las rocas que existen en este paso adhe- 
ridas á la parte más meridional de las islas Pajaritos. 

Un buque de mediano porte en ningún caso debe tratar 
de cruzar estos canales. 



308 

Si se quiere anclar frente á las islas Gigantillas, es 
preciso buscar el fondeadero , pasando al E. de las islas 
Pajaritos á una distancia de 600 metros y anclar con 10 
metros de agua en marea baja, donde se encuentra un 
fondo de arena mezclado con lodo blando , y además te- 
ner expedita la salida hacia las puntas visibles que limi- 
tan esas bahías hacia el NO. y SE. 

La bahía más al N. está habitada por una sola familia 
que cultiva los productos propios de esos climas en un 
lindo vallecito limitado por la montafla. 

La bahía más al S. está habitada por 5 familias que 
viven de lo que cultivan. 

La caza y la pesca son abundantes en Gigantillas, 
donde se encuentra fácilmente agua potable por medio de 
pozos poco profundos. 

El excedente de los productos lo llevan á Puntarenas. 

Por un sendero bien trazado se llega á Río Grande, 
después de una caminata de 35 á 40 minutos. 

ISLAS PAJARITOS 

Las islas Pajaritos están situadas al SE. de los gran- 
des Pájaros. Son tres y están rodeadas de arrecifes poco 
separados de las islas , en cuya parte acantilada la sonda 
acusa 6 metros. 

Los canales que separan estas islas sólo pueden ser 
cruzados por pequeños botes. 

Estas islas en cuya cúspide se ve vegetación escasa 
y raquítica, dan asilo auna gran cantidad de aves acuá- 
ticas y á cangrejos y caracoles exquisitos. 

ISLAS PÁJAROS 

Estas islas son dos , sin contar dos rocas cubiertas de 
raquítica vegetación^ situadas al N. de la parte E. de la 
isla más oriental. 



ao9 

Elevadas y cubiertas de rica vegetación , abrigan per- 
fectamente la bahía Giganta, y limitan al N. y NE. con 
las que las separa de las costas que forman la bahía antes 
mencionada. No tienen caseríos ni agua dulce y sólo son 
accesibles en la parte OSO. y O. 

El canal que las separa de tierra firme es estrecho y 
su mayor profundidad se encuentra cerca de la costa de 
estas islas. Todo el fondo de la bahía del lado de Giganta 
queda en seco en marea baja. 

Entre la isla más al E. y la tierra, los barcos de me- 
diano porte pueden encontrar buen abrigo contra los 
vientos del N. 

Para encontrar fondeadero es preciso que el barco 
deje al O. esta isla, la rodee en dirección OSO. y arroje 
el ancla en un fondo de lodo y arena que tenga 6 metros 
de profundidad en marea baja. 

Más hacia el O. el canal se estrecha, y por tener me- 
nos fondo no pueden anclar sino embarcaciones de poco 
calado. 

Es inútil acercarse á estas islas hacia el NO., N. y 
NE. á menos de 400 metros. 

Las corrientes en el canal intermedio entre estas islas 
y la bahía Giganta , son poco violentas y siguen el curso 
de éste. 

DESDE LAS BAHÍAS GIGANTILLAS HASTA LA BAHÍA GIGANTA 

Entre estos dos puntos la costa es alta y en su mayor 
parte acantilada. 

A 800 metros próximamente de la roca Canvín , al 
NO., se encuentra una sola cabana habitada por una fa- 
milia, situada cerca de un islote unido á tierra por una 
serie de rocas §ólo visibles en marea baja. 

Este punto está bien cultivado y la familia encuentra 
todo lo necesario para la vida en la cañada que conduce 



ato 

illas dos bahías Gigantillas; y en ella se produce el plá- 
tano, la caña de azúcar y el arroz y hay buena agua. 

El pequeño puerto donde se puede desembarcar se 
interna en el islote de que se ha hablado. 

Siempre que la marea cubre los arrecifes que la sepa- 
ran de tierra, se produce después una fuerte resaca que 
desaparece tan pronto como las aguas encuentran resis- 
tencia en la extensión ya descrita. 

En marca baja las embarcaciones ancladas gozan de 
perfecta tranquilidad y el desembarque es mejor en ma- 
rea alta. 

BAHÍA GIGANTA 

Desde el punto descrito hasta la punta Giganta la cos- 
ta describe una curva pronunciada que forma la bahía 
Giganta , en la cual las islas Pájaros parecen embutidas 
y que forman parte del conjunto. 

Aunque la bahía Giganta esté perfectamente abrigada 
de los vientos y de la marea ^ por su poco fondo deben 
evitarla aun las embarcaciones de muy poco calado. 

Como se ha dicho ya, el fondo de la bahía se descubre 
en marca baja y no puede encontrarse fondeadero sino 
en el estrecho canal caA\ido cerca de las islas Pájaros. 

Todo el límite de la bahía está cubierto de mangla- 
res^ y es , sobre todo en esa dirección , donde el fondo se 
seca más. 

A lo largo de la orilla se encuentran hasta 20 habita- 
ciones separadas entre sí , y es abundante el agua dulce. 

En el valle que circunda esta bahía y que se prolonga 
hacia el interior , se encuentran terrenos propios para la 
agricultura. 

El tabaco , tanto en este lugar como en los anterior- 
mente mencionados, puede cultÍA^arse con provecho. — 
Todos los productos se llevan á Puntarenas. 



311 

El mejor punto de desembarque está cerca de una 
punta de rocas que sobresalen al NE. de las casas más á 
la vista. 

Hacia al NO. de la isla más al N. de Pájaros , existe 
otra pequeña bahía cerrada al N. por rocas bastante ele- 
vadas , cerca de las cuales desagua el río Hermoso. 

La bahía de este nombre está habitada por tres fami- 
lias, cuyas propiedades están muy bien cultivadas. 

El río no es navegable; pero el agua es fresca y ex- 
quisita. 

Desde la bahía Hermosa hasta la punta Giga nta , la 
costa es mucho más elevada y, por decirlo así^ inaccesi- 
ble, y el canal que la separa de la isla O. de Pájaros, es 
poco profundo: la sonda acusa 5 metros, término medio, 
sobre fondo sinuoso. 

La parte comprendida entre las islas Pájaros y Paja- 
ritos está exenta de peligros, y el mínimum de profundi- 
dad es de 7 metros en baja marea en la línea que uniría 
el N. de estas islas. 

PUNTA GIGANTA 

Esta punta cierra la extremidad N. y O. de la bahía 
de su nombre , la que ha de evitarse cuanto sea posible á 
causa de rocas muy peligrosas que sobresalen hacia el 
ENE* y E. A más de 50 metros de estas rocas, la sonda 
acusa un fondo máximo de 5 metros. 

A más de estos peligros las corrientes y los remolinos 
son también temibles. 

Cerca de esta punta la brisa es muy variable en fuerza 
y dirección , y en la proximidad á tierra la brisa , aunque 
sea buena , la sustituye repentinamente calma momentá- 
nea, debido á la altura de las costas. 



pueden presumirse los terribles peligros cercanos á este 
islote. 

La sonda acusa momento .i momento fondos diferentes 
cerca de los arrecifes ; y las embarcaciones que tengan 
que frecuentar esos parajes, en ningún caso deben fondear 
sino en la parte SE. de la isla con profundidad de 15 
metros y nunca en la parte NE. ó ENE-, ámenos de 2 
millas y 500 metros de distancia. Ya en este punto las 
corrientes se dirijcn francamente al gran canal que sepa- 
ra este islote do Puntarenas, donde cesa todo peligro. 

En caso de fuertes vientos del S., conviene aparejar 
y buscar anclaje al S. de la línea de las islas Aves y Paja- 
ritos en fondo de 15 metros. 

La fuerte marejada del S. O del SE. anuncia á los na- 
vegantes la presencia de los peligros antes descritos. 

Este islote carece de agua dulce y no es rt propósito 
como punto militar. 

ISLA PAN DE AZÚCAR 

Esta isla que tiene la forma de su nombre, es elevada 
y visible desde alta mar; es acantilada en su parte SO., y 
el canal que las separa de San Lucas es seguro y bastante 
profundo. 

La parte E. está rodeada de bajíos y al SE. existen 
dos bancos submarinos que deben evitarse. 

Al N. y NNE. de esta isla, entre ella y San Lucas, 
los barcos que necesitan lastre pueden anclar en fondo 
de arena , á 18 metros de profundidad ; pero este fondea- 
dero no es bueno á causa de los fuertes remnlinn;? y de la 
fuerza de la corriente , por lo cual sl- dL-hcn observa 
anclas frecuentemente porque pucdtn escurrirse ú 4 
prenderse. Bien atentido que siempre de preferg 
aprovecharse la pleamar. 

La isla es inaccesible con D 




313 

BAHÍA LEONA 

Esta bahía es pequeña y bien abrigada contra los vien- 
tos , las corrientes y el mar ; y sólo pequeñas embarcacio- 
nes encuentran allí buen anclaje en razón del poco fondo. 
En la línea de las dos puntas que forman la bahía, sólo hay 
3 metros de profundidad ; pero más al N. ésta aumenta 
progresivamente , y cerca de los islotes más occidentales 
situados al SSO. de San Lucas, alcanza á 30 metros. 

El agua dulce es abundante allí , donde se encuentra 
una familia que se ocupa algo en la agricultura y princi- 
palmente en la caza de la tortuga. 

En el valle próximo á este lugar abunda el ganado. 

PUNTA LEONA 

Esta punta forma la entrada septentrional de la bahía 
de este nombre y termina en un cordón de arrecifes que 
avanzan á 150 metros de tierra. En lo acantilado de estas 
rocas la sonda marca 4 metros. Es notable por un peque- 
ño islote unido á tierra por arrecifes cubiertos por las 
aguas en marea alta, en cuya cima se divisa un arbusto; 
y sobre las rocas hay gran cantidad de ostiones de fino y 
delicado gusto. 

ISLA GUAYABO Ó AVES 

Esta isla no es más que una gran roca estéril é inacce- 
sible y sólo al NE. hay una pequeña pla^'^a cubierta de 
lajas donde se produce una resaca constante, y es el úni- 
co punto de desembarque. Sus contornos están guarneci- 
dos de rocas muy peligrosas y sus arrecifes se prolongan 
al SO. y SSO.; pero principalmente al NE. y ENE. de 
la isla á más de 1.400 metros de la orilla. 

Las corrientes son violentas, sobre todo en marea 
baja ; en este caso y aun estando el mar tranquilo , no 



316 

subalternas. Tiene buena agua, especialmente en el lugar 
de Hacienda Vieja. 

BAHÍA DE SAN LUCAS 

Esta bahía es profunda, perfectamente abrigada y 
muy segura. Los vientos del O. reinan en ella, son sua- 
ves, de corta duración y sólo producen pequeño oleaje.— 
Las corrientes son casi nulas ; pero á pesar de todas estas 
ventajas , sólo pequeñas embarcaciones pueden penetrar 
en marea baja y encontrar buen fondo , que varía entre 3 
y 4 metros. 

La línea de las dos puntas que forman la bahía al N. y 
al S., tiene una profundidad que varía de 5 á 14 metros 
de mal fondo y peor agarra para las anclas. 

Toda la bahía es segura , y los pocos peligros que exis- 
ten pueden evitarse fácilmente , por encontrarse cerca 
de tierra; pero próxima al muelle, un poco al S., hay una 
roca sólo visible en marea baja. 

Para atracar al muelle en marea alta^ hay que hacerlo 
por el lado N. 

Las puntas que forman la entréida de la bahía , están 
rodeadas de rocas submarinas que pueden evitarse fácil- 
mente doblando estas puntas á 250 metros más ó menos, 
en todos sus contornos. 

Si un costero hubiere de buscar anclaje en esta bahía, 
debe pasar á bastante distancia de las costas N. y S. de 
la entrada, pues con los vientos del S. es seguro que se 
producen rachas , en el intervalo de las cuales ha}' calmas 
momentáneas. 

Por otra parte, cerca de las puntas, la corriente sale 
de la bahía por efecto de un retorno de la misma , que se 
produce en marea creciente. 

Al S. y al N. de la bahía se ven los restos de dos anti- 
guos vapores que los han encallado allí por inútiles. 



317 

Cerca de la popa del que se encuentra al S.^ la sonda 
indica un mínimum de 5 metros en marea baja ; pero cer- 
ca del casco del que está al N., sólo acusa O m. 20. 

Una chalupa hace el servicio diario entre la isla y 
Puntarenas ; y el servicio oficial , quincenalmente un va- 
porcito , con el fin de que el médico del pueblo y las auto- 
ridades de Puntarenas practiquen la visita reglamentaria. 

BAHÍA TOMBEBOTE 

Esta bahía está situada en la parte OSO. de la isla 
San Lucas y encerrada entre dos puntas de rocas que 
sobresalen á 40 metros de tierra , en cuya parte acantila- 
da la sonda marca 4 metros. 

En la línea que une estas dos puntas, la profundidad 
no es menor de 6 metros. 

Esta bahía es á propósito como dársena , y para este 
objeto se debe situar la embarcación en el centro de la 
bahía , y por medio de poleas llevarla al punto escogido 
para la carena. 

Para permanecer en estos lugares hay que obtener 
permiso del Gobernador y del Capitán de puerto de Pun- 
tarenas. 

Esta bahía está al abrigo de todos los vientos y la 

mar, sin corrientes ni remolinos; es tan tranquila como 
un estanque. 

BAHÍA DE LOS COCOS 

Esta bahía, situada al E. de San Lucas, está poco 
abrigada contra los vientos generíUes del S. del E. y del 
NE. ; y como la mar es á veces gruesa, esta bahía es la 
peor de las que se han descrito , y ^ además , de difícil 
acceso. 

ISLOTES AL SUR DE SAN LUCAS 

Estos islotes son cinco , y dos de ellos, que surgen cer- 
ca de tierra, son más bien rocas. 



El islote situado al O. un cuarto NO. de Pan de Azú- 
car , es el más elevado y está rodeado de rocas submari- 
nas , cerca de las cuales la sonda anuncia un máximum 
de 5 metros. 

Los otros dos islotes situados al ONO. de Pan de 
Azúcar , están á 10 metros de distancia uno de otro y 
son mucho más acantilados que el primero. Tienen esca- 
sa vegetación ; y el canal que los separa , 1 metro de pro- 
fundidad en marea baja. 

A 80 metros en contomo del primer islote , la son- 
da marca fondo bastante para buques del mayor ca- 
lado. 

Los canales que separan este islote de Pan de Azúcar 
y San Lucas , son seguros y profundos , así como el que 
lo separa de los islotes situados más al O. ; pero hay que 
evitar el dejarlos al N. en la línea de unión. Entre ellos 
y San Lucas, las embarcaciones encuentran buen calado; 
pero frente á los islotes más al E., se debe evitar la pro- 
ximidad á la costa al S. de San Lucas , y sobre todo se 
deben doblar con cuidado las puntas E. y S. de la bahía 
Tombebote. 

Los dos islotes más al O. son muy acantilados al Oeste 
SO. y SE.; y cerca de tierra la profundidad es relativa- 
mente considerable, pues pasa de 32 metros. 

Los otros islotes y rocas que están situados al N. de 
tierra firme , están rodeados de arrecifes tan peligrosos 
que sería locura acercarse á ellos. 

En todos esos canales las corrientes tienen gran vio- 
lencia y los remolinos son muy peligrosos ; y á pesar del 
mucho fondo , en marea baja sobre todo , se debe evitar 
pasarlos. 

Solamente en plena y baja mar , momentos en que las 
corrientes no tienen fuerza , y con seguridad de brisa fa- 
vorable , se pueden pasar estos canales , pero teniendo un 



319^ 

buen práctico y llevando las anclas listas para fondear. 
En fin , desde el Cabo Blanco hasta la bahía Isabel, 
todos los ríos que se encuentran, están cerrados para la 
navegación de embarcaciones de más de 10 toneladas, 
porque siempre encallarían en marea baja. 



i 



CAPÍTULO IV 



DESDE LA BAHÍA LEONA HASTA EL RÍO TEMPISQUE 

Inmediatamente después de la bahía se encuentra una 
encantadora playa orlando un valle plano muy á propó- 
sito para la agricultura : esta bahía se llama Isabel , y es 
de las más profundas que hay hasta la punta Negros ; su 
costa no está habitada y carece de agua dulce. 

Cerca del mar el terreno es plano y algo pantanoso, 
pero hacia el interior es seco y aparece nuevamente el 
terreno fértil. 

La bahía está abierta á los vientos del N., que en los 
cambios de estación sobre todo ocasionan fuertes oleajes. 

Diferentes playas importantes se suceden luego, que 
no tienen abrigo alguno. 

Las puntas que forman estas bahías están rodeadas de 
pequeñas rocas desprendidas y piedras gruesas á propó- 
sito para lastre. 

PUERTO LISO 

Un poco hacia al E. de la bahía Isabel se haya Puerto 
Liso ; su playa es muy estrecha y está compuesta de are- 
na gruesa y caracoles rotos. Las puntas que cierran esta 
pequeña bahía están rodeadas de rocas que sobresalen 

21 



^28 

de la costa , y son peligrosas porque sólo son visibles en 
marea baja. 

Las embarcaciones de poco calado deben anclar á larga 
distancia y á una profundidad no menor de cinco metros. 

En el riachuelo que desagua en la parte más oriental 
de la bahía , los buques por medio de sus botes en marea 
alta , pueden , remontándose unos pocos metros , proveer- 
se de agua excelente. 

A setecientos metros hacia el interior se encuentra un 
caserío habitado por tres familias que se ocupan en la 
agricultura. 

En este punto abunda el ganado vacuno y cerdoso y 
las gallinas ; el terreno , aunque quebrado , es á propósito 
para la agricultura. 

BAHÍA MATÍAS 

Esta bahía es extensa y sus orillas pantanosas , sobre 
todo en la parte Oeste : á quince metros hacia el interior 
se ven los vestigios de dos cabanas habitadas en otro 
tiempo por un carpintero francés , cuyos trabajos fueron 
muy apreciados en Puntarenas. Cerca de estas cabanas 
pasa el camino de Nicoya y á 130 metros hacia el E. de 
la playa se encuentra un pozo abundante en agua dulce. 
La bahía está cerrada al O. por la punta Negros y los te- 
rrenos que la circundan son á prppósito para la agricul- 
tura. 

PUNTA NEGROS, ROCAS Y BANCO NEGROS 

Esta punta cierra la entrada más occidental de la ba- 
hía Matías y está al O. rodeada de rocas submarinas que 
la unen al banco Negros, el cual se descubre enteramente 
en marea baja, termina hacia el N. en arrecifes subma- 
rinos y se aleja de la punta más de 500 metros. Su cúspide 
es muy aguda y sobresale un metro en marea llena. 



323 

Debe evitarse el canal que lo separa de la punta Ne- 
gros , tanto por su poco fondo , como porque hacia su 
parte Norte principalmente , las corrientes parecen dupli- 
car su fuerza en el acantilado de sus rocas. 

Nota.— En toda la costa descrita se encuentra muy 
buen lastre y sus fondeaderos son preferibles á los des- 
critos en la 2.* parte de esta obra en el capítulo "Rumbos 
que se deben seguir hacia los diferentes puntos de las- 
traje. „ 

BAHÍA MARÍA 

Después de la punta Negros la costa describe una cur- 
va pronunciada que forma esta bahía , la cual es más 
profunda y segura que las que se acaban de describir. 

La profundidad cerca de tierra es bastante , y la son- 
da , un poco hacia el N. de la línea que une las puntas Este 
y O. , acusa por término medio un fondo de seis á ocho 
metros. 

Esta bahía está bien abrigada contra los vientos rei- 
nantes ; pero del mismo modo que las bahías vecinas , está 
expuesta á las fuertes brisas del N., dichosamente raras 
en ese lugar. En caso de fuertes vientos las embarcacio- 
nes deben abrigarse en Caballo. 

No hay agua , pero por medio de pozos se la puede 
encontrar á poca profundidad. 

El terreno en general es á propósito para la agricul- 
tura. 

PUNTA NARANJO 

Esta punta cierra al O. la bahía María; y á 300 metros 
de distancia al N. , la sonda marca por término medio , 8 
metros de profundidad , la cual va disminuyendo cada 
vez más hacia el islote Cabo Blanco. Es, pues, necesario 
alejarse de la costa y doblar el islote á una distancia no 
menos de 600 metros. 



32'! 

Las dos puntas que vienen después de la punta Na- 
ranjo no tienen importancia y hoy están deshabitadas; 
sin embargo , en marea baja no se puede penetrar en el 

riachuelo situado al O. ; pero inmediatamente después del 
islote Cabo Blanco se encuentra el camino que conduce á 
la aldea de este nombre , que es ancho , poco quebrado y 
bien trazado. 

A veinticinco minutos de marcha se encuentran las 
primeras chozas, situadas á iguales distancias y termi- 
nan en una preciosa finca , cuya principal riqueza es el 
cacao. 

El agua dulce difícilmente se adquiere si no es en los 
pozos que existen en las primeras chozas. 

Las colinas que suceden á la llanura están desprovis- 
tas de alta vegetación y por lo tanto pudieran cultivarse 
con menos costo. 

En todas partes , desde la bahía Matías hasta el Cíibo 
Blanco hay abundancia de ganado y gallinas. 

ISLOTE CABO BLANXO 

Este islote es una roca elevada 6 metros sobre el mar; 
tiene escasa vegetación y en baja marea se comunica con 
tierra firme por medio de un banco rocalloso. Sus alrede- 
dores son muy peligrosos porque terminan en una punta 
de arrecifes que avanzan hacia el N. donde sólo hay un 
metro de agua. 

En marea alta estas rocas son invisibles y como la 
mar allí es siempre bellísima , de lejos nada indica su pre- 
sencia. En consecuencia, las embarcaciones que tengan 
que frecuentar ese lugar no deben acercarse á menos de 
8C)0 metros y deben fondear al E. de la isla, pues en la 
parte O. ha\' poco fondo. 

DESDE CABO BLANCO Á LA PUNTA LEPANTO 

Entre estos dos puntos la costa es baja y pantanosa, 



385 

pero á tres millas hacia el interior las montañas se ele- 
van considerablemente. 

Para encontrar terreno cultivable hay que internarse 
mil metros hacia las tierras altas. 

Desde el Cabo Blanco hasta la punta Lepanto los ban- 
cos se ensanchan , á partir de la orilla , de 500 á 700 me- 
tros , y á esta distancia la sonda acusa sólo 2 metros de 
agua. Hay, pues,, que navegar con mucha prudencia 
según el calado de la embarcación y no fondear sino en 
profundidad de 9 metros. 

PUNTA MIEL 

A una milla próximamente hacia el O. del islote Cabo 
Blanco aparece la punta Miel , fácil de reconocer por un 
bosquecito y una pequeña colina completamente desmon- 
tada. En este lugar hay siete chozas y es fácil proveerse 
de agua dulce por medio de pozos. 

BAHÍA Y PUNTA LEPANTO 

A 800 metros próximamente al O.N.O. de Punta 
Miel, se encuentra la bahía Lepanto cerca de la punta de 
este nombre. Si se penetra hacia el interior, pronto se en- 
cuentra el camino que conduce á la aldea, compuesta de 
10 ó 12 cabanas diseminadas, cuyos habitantes se ocupa- 
ban antes en la industria salinera, hoy completamente 
abandonada. 

Desde la punta Lepanto hasta la isla Venado la costa 
sigue la dirección NO. , está rodeada de manglares y las 
pocas habitaciones que se encuentran están diseminadas 
hacia el interior, donde abunda el agua potable. 

PASO DEL SUR 

Toda la parte comprendida entre tierra firme, desde la 
punta Leona hasta el extremo N. y O. de la isla Venado, 



326 

las islas Cíiballo y Bejuco , forma el paso del Sur. Aparte 
délos pelig^ros ya mencionados, el paso es bueno, pues las 
corrientes son regulares y por donde quiera se encuen- 
tran fondeaderos que varían entre 7 y 14 metros, con 
buen fondo de arena. 

En este paso se encuentra abrigo seguro contra los 
vientos del N. á sotavento de las islas Caballo y Bejuco. 

ISLA CABALLO 

Esta isla tiene 3'/, millas de extensión y es casi toda 
acantilada. En la parte E. sobresale un pequeño banco 
donde la sonda sólo acusa 3 metros de profundidad. En 
todo su contorno hay pequeñas bahías, cuyas playas 
están limitadas inmediatamente por la montaña , que es 
de difícil acceso. 

En el centro de la misma no hay más que una sola 
choza , donde se reciben de lleno los vientos del Norte. 
En ella abundan maderas á propósito para la ebanistería, 
pero no se pueden explotar por las dificultades del te- 
rreno. 

La única ventaja de la isla es el abrigo que ofrece á 
las embarcaciones contra los vientos del N. Las corrien- 
tes son regulares tanto al N. como al S. y no forman re- 
molino. 

La rompiente ocasionada por el viento fresco y la co- 
rriente contraria es fuerte para las embarcaciones, par- 
ticularmente al lado N. 

CANAL PIíTTER HARLEV 

Este canal separa las islas Caballo y Bejuco, y la em- 
barcación que siguiera el paso que se indica á continua- 
ción encontraría fondeaderos que en marea baja no tienen 
menos de 7 metros. 

Si una embarcación se encuentra en el paso S. y qui- 



siera scg"uir este canal ^ debe acercarse á corta distancia 
de la costa SO. de la isla donde la sonda acusa 16 me- 
tros en marea baja ; doblar la punta siempre á poca dis- 
tancia hasta que llegue al centro de la parte más al Oeste 
con dirección E. no más allá de 200 metros; y cambiar 
entonces de rumbo dirigiéíidose hacia la punta N. y E. de 
Bejuco de la cual se desviará al O. á no menor distancia 
de 400 metros. 

Llegando del E. al O. de esta punta se doblará el cabo 
al NNE. del canal indicado. 

En la parte NO. de Caballo y ESE. de Bejuco existen 
bajíos que varían entre 2 y 7 metros , por lo cual no hay 
que acercarse á ellos. 

ISLA BEJUCO 

Esta isla no ofrece nada de particular bajo el punto de 
vista comercial. No debe ser visitada, sobre todo en las 
partes NNO. y O. por grandes embarcaciones; no así 
la parte S. que es segura y acantilada. 

Lo mismo que en el canal Pctter Harley donde las co- 
rrientes siguen íVancamente el paso, tanto en la alta 
como en la baja marea , el curso de las aguas entre las 
islas Bejuco y Venado es regular y sigue directamente el 
canal. 

ISLA VENADO 

Esta isla merece atención especial , ya porque el terre- 
no es á propósito para la agricultura, ya por la abundan- 
cia de buenos pastos 

Es de muy fácil acceso y todo hace creer que en tiem- 
po no lejano hubo allí plantaciones, hoy abandonadas. 
Tiene muy buena agua dulce y es abundante en caza, 
pero si se recorre la punta OSO. hay que cuidarse de 
las culebras que abundan en las playas. 



388 

Las parte S. de la isla á 150 metros hacia el interior 
es pantanosa ; y en marea baja á pesar de que el canal 
que la separa de tierra firme esté completamente en seco, 
no se debe aventurar en él porque el lodo es blando y 
profundo. 

En la parte N. es acantilada, pero en la E. 3^ O. los 
sondajes son pequeños y muy variables. 

El canal no debe frecuentarse sino por pequeñas em- 
barcaciones, y las jo^randes no deben pasar de la línea que 
une la más al. O. de Bejuco con la más al N. de Venado. 
Las que no calen más de 3 metros encuentran abrigfo en 
la bahía que se presenta después de haber doblado al Oeste 
la punta N. de Venado; y debe escogerse como fondea- 
dero, el centro de la bahía frente á la única cabana que 
existe en la isla. 

Esta isla en sus partes E. y O. está guarnecida de ro- 
cas diseminadas cuyas piedras no sirven para lastre, 
porque su composición es tal que se quiebran con el me- 
nor choque. 

En marea baja no se debe desembarcar , no sólo por- 
que el mar se seca muy lejos de la orilla , sino porque el 
lodo es tan blando que se entierra uno hasta la cintura, 
el desembarque entonces debe efectuarse en las puntas 
que cierran la bahía. En el fondeadero indicado hay que 
cuidar de que las anclas no puedan ser arrastradas por 
las corrientes, que son violentas y producen peligrosos 
remolinos. 

DESDE LA ISLA VENADO HASTA LA PENÍNSULA BERRUGATE 

Toda la costa comprendida entre estos dos puntos es 
pantanosa y está cubierta de manglares. Los bancos se 
prolongan de tierra á más de una milla y la sonda acusa 
fondos muy pequeños y escabrosos. 

En marea alta sólo los barcos pequeños de cabotaje 



pueden acercarse á tierra 3'^ los botes abordar la playa. 

El río Moróte, quedesa^i^ua en el golfo, no tiene impor- 
tancia , pero sí el río San Pedro porque permite á las em- 
barcaciones de 4 pies de calado remontar algo su curso. 

Los caseríos de Chicaval y Cayel en el interior tienen 
por todo siete habitaciones. 

Atravesados los manglares la tierra es á propósito 
para la agricultura y A poco de penetrar en el río Moróte 
se encuentran salinas bien trabajadas y bastante impor- 
tantes. 

En toda la costa es escasa el agua potable. 

PENÍNSULA BERRUGATE 

Esta península avanza hacia el E. , es sinuosa y est¿t 
rodeada de montañas altas que se destacan desde la ori- 
lla de la costa. 

Todos los alrededores de la península están cubiertos 
de bajíos, menos en la parte setentrional donde la sonda 
acusa más fondo. 

A 500 metros de tierra y frente á dos chozas que hay 
en la parte N. de la península, la sonda indica braceajes 
de 3 metros, donde sólo barcos pequeños encontrarán 
buen anclaje. 

El terreno es escabroso é inadecuado para la agricul- 
tura; tiene pocas maderas de construcción; el agua dulce 
se encuentran con facilidad y los habitantes se comunican 
con sus vecinos por medio de un camino bien trazado. 

ISLOTE DE LOS OSTIONES 

A dos millas próximamente hacia el SE. de la penín- 
sula Berrugate existe un pequeño islote cuyos alrededores 
son tanto más peligrosos, cuanto que están sembrados de 
arrecifes invisibles en marea alta; hay pues que evitar el 
lado S. del islote en razón de su poco fondo y tener cuida- 
dado de rodearlo á más de 600 metros. 



330 

Cuando las aguas se han retirado se descubre un banco 
de ostiones muy gustosos , pero difíciles de arrancar. 

Las corrientes al N. y al S. de esta roca jamás son 
violentas. 

DESDE LAS ISLAS VENADO V BEJUCO HASTA LA PENÍNSULA 
BERRUGATE Y LA ISLA DE CHIRA, PARTE ESE. 

Las embarcaciones de poco calado que siguiendo el 
paso S. tengan que frecuentar estos lugares, no deben 
verificarlo sino con brisa permanente 3^ en la certeza de 
encontrar buen anclaje. 

En esta parte del golfo los fondos son muy variables 
y debe evitarse con cuidado la parte SE. de Chira, en 
cuya cercanía y aún á larga distancia la profundidad es 
muy pequeña, y precaverse de la roca submarina situada 
á 2 millas SE. de la isla. 

ISLA CHIRA 

Ésta es la ma^'or que se encuentra en el golfo y aun- 
que se presta á la agricultura , á la producción de la sal 
y á la crianza de ganado, está en cierto modo aban- 
donada. 

En la parte S. hay algunas chozas y en la parte O. en 
Montero y Curazao solamente hay siete habitaciones. 

Anteriormente había en ella palo de mora , y hoy gra- 
cias al buen fondeadero que tiene en la parte N., sirve 
para que los buques carguen las maderas que allí llegan. 

Las partes E. , NE. }■ SE. están vedadas á los buques, 
y además la parte NO. está cubierta de bajíos y arrecifes 
peligrosísimos. Entre éstos 3' la costa sólo hay 0."^ 10 de 
agua. 

Frente á las bahías Montero y Curazao el fondo se 
aumenta; en la primera 4 3^ 5 metros á 500 de la orilla; 



331 

en la secunda que es más profunda, un poco hacia el N., 
un mínimum de 7 metros. 

En este lugar la corriente es muy variable en direc- 
ción y fuerza. 

Frente íl esta bahía existe uno de los depósitos de ma- 
deras y los otros están más al N. 

Después de la punta Curazao la costa describe una 
curva bastante pronunciada ; que forma una bahía con 
muy buen fondeadero para las grandes embarcaciones, 
muy próximo al cargadero. 

La isla está expuesta á los vientos del N. que sólo pro- 
ducen fuertes embates que no deben temerse en razón 
del buen anclaje. 

Entre la parte más setentrional y oriental de la isla 
existe un pequeño golfo que se comunica con un estero. 
La profundidad de este golfo en la parte N. de la isla y la 
corriente caprichosa , y á veces violenta, produce peli- 
grosos remolinos. 

El agua dulce se obtiene con facilidad. 

La parte S. y las cercanías de Montero están cultiva- 
das , y los habitantes se ocupan en recibir las maderas. 

ISLA PALOMITA 

Esta islita está situada en la parte más occidental de 
Chira ; es de forma redonda , está circuida de manglares 
y cerca de la pla3^a hay una aglomeración de rocas que 
se prolongan un tanto de tierra, y hacia el SSE. hay un 
banco de arena que lo cubren las aguas en alta marea. 

Un poco más al ESE. del banco, á distancia de 150 
metros, surje un arrecife muy peligroso, que con el banco 
anterior v las rocas submarinas forman una extensión 
peligrosa de más de 600 metros. 

Entre Chira y los bancos indicados y la isla Palomita 
sólo pueden pasar pequeñas embarcaciones. 



33 8 

Las corrientes en los contornos de Chira 3^ Palomita 
son muy variables en fuerza y dirección. 

La isla está habitada por ^ran número de pájaros, 
especie de ánades , muy fáciles de cazar y de muy buen 
ííusto;nohay agua dulce y sólo se puede desembarcar 
en la parte S. 

BANCOS CONDE 

La parte NO. , N. , y NE. de Palomita, entre la costa 

O. de Chira y los bancos Conde, queda casi seca en marea 

baja. 

Las bancos Conde son tres situados al N. 7v NE. de 
Palomita y formados de roca 3^^ arena gruesa; son muy 

peligrosos. 

El primero está poco distante de la costa O. de Chira 
y en marea alta queda apenas cubierto por las aguas. 
Entre éste y el segundo banco apenas hay 50 metros y 
entre éste y el último hay 250 metros, donde las rom- 
pientes indican su presencia. 

Por falta de agua el único canal posible para llegar á 
la desembocadura del río Jesús, es el que separa el pri- 
mer banco de la costa de Chira , lo que sólo puede verifi- 
carse en marea alta en que el canal tiene de 2*80 á 3 me- 
tros de agua. 

Si no se quiere tomar el canal antes indicado deben 
doblarse los bancos en la parte N. que se adelanta hacia 
la embocadura del Tempisque , y eso á una distancia de 
200 metros. 

El primer banco es el menos peligroso porque queda 
visible tan pronto como calma el viento. El segundo, que 
es menos elevado, sobresale próximamente O m. 75 >Ma 
sonda sólo acusa de 1'50 á 2 metros en el canal que lo se- 
para del primero. El tercero es apenas visible en marea 
baja, pues sólo sobresale O m. 40 en ciertas partes, y el 



333 

canal que lo separa del segundo es más profundo y tiene 
5 metros de agua. 

Hacia el N. la profundidad es de 7 metros, pero sise 
continúa este rumbo hasta 600 metros antes de las últi- 
mas rocas , los fondos disminuyen á 2 metros. 

Desde este punto hasta la bahía Montero los sondeos 
bajan de 10 á 2 metros. 

Para dirigirse por este canal al río Jesús , se hará 
rumbo á la punta más al O. de Chira y el banco , dejando 
ésta á 250 metros al E. y consultando el calado con el es- 
tado de la marea. 

DESDE LA PENÍNSULA BERRUGATE HASTA EL RÍO TEMPJSQUE 

En el espacio indicado, la costa está cubierta de man- 
glares , los bancos se prolongan hasta muy lejos , y la en- 
trada en el río Jesús es imposible en marea baja. Este río 
no permite estacionar en él, sopeña de encallar. Los ran- 
chos en este punto están muy distantes de la orilla. 

Toda la parte comprendida entre el río Jesús , Tem- 
pisque, Chira y la desembocadura de este río, es casi 
seca. 

Los fondos son pequeños, mu}' variables y capricho- 
sos; los bajíos instables y difíciles de describir. 

La carta marina , correcta hoy , á conseciiencia de las 
variaciones bruscas que se suceden , puede mañana indu- 
cir á errores. 



I 



I 



CAPÍTULO V 



DESDE EL RÍO TEMPISQUE HASTA PUXTARENAS 

Este río es el más ancho y el mayor de los que des- 
aguan en el golfo de Nicoya. Después de remontar un 
tanto el curso del río, éste recibe el del Bolsón. 

El Tempisque por desgracia no puede ser navegado 
por grandes embarcaciones á causa del poco fondo que 
hay en su embocadura; pero á pesar de esto por él se efec- 
túa gran parte del comercio, por medio de pequeñas em- 
barcaciones , entre la provincia de Guanacaste y la co- 
marca de Puntarenas , y también por vaporcitos correos 
de propiedad del Gobierno. 

ISLOTE YUCA 

Este islote situado al ENE. de la punta E. de la isla 
Chira , tiene la forma de un casquete , es poco extensa y 
su altura de 25 á 30 metros. Su contorno está cubierto de 
pequeñas rocas y piedras separadas, pero en la parte SO. 
hay una lengua de arena y conchas rotas que se prolonga 
á más de 100 metros de tierra. Es acantilado, y á 120 me- 
tros de tierra hay de 4 á o metros de fondo. En su base 
hay algunos árboles y en la cima raquítica vegetación , y 
entre ella una planta medicinal empleada como depurativo 



3 36 

de la sangre ; pero se debe tener sumo cuidado al cogerla 
porque en su mismo pie se encuentran enroscados vene- 
nosos reptiles. 

BANCOS SITUADOS AL E. DE YUCA 

A 1.200 metros de este islote ha}'- arrecifes muy peli- 
grosos que terminan en bancos de arena. 

El primero de estos arrecifes apenas lo cubren las 
aguas en pleamar; su longitud es de 165 metros y su 
anchura de 75 metros. Para evitarlo es preciso pasar á 500 
metros al S. del islote ó á milla y media lo más d^ la parte 
N. de Chira. 

Á mil metros del primero se encuentra el segundo, vi- 
sible sólo en marea baja ; es menos largo y más ancho que 
el primero , y está cubierto de arrecifes submarinos que 
deben evitarse. 

La profundidad del canal que separa estos dos arreci- 
fes varía entre 2 y 4 metros, y los bajíos, prolongación 
de estas rocas , terminan al S. de la embocadura del río 
Avangares; todo lo cual debe evitarse cuando se haya de 
ir á fondear frente á Chira. 

DliSDE LA DESEMBOCADURA DEL KÍO TEMPISQUE HASTA 

PÁJARO 

La costa entre la desembocadura del río y punta Colo- 
radito está cubierta de manglares, y hacía el interior se 
divisan las montañas, principalmente Cerro Gordo, fácil 
de reconocer por su forma cónica. 

Los bancos vecinos á la costa se prolongan de la orilla, 
están en seco , y sólo pequeñas embarcaciones pueden 
frecuentar la costa en marea alta. 

Solamente en Coloradito se encuentran algunas chozas 
en una playa accesible á las embarcaciones de poco cala- 
do, que nc^ teman encallar. 



337 

El río Conchai ó Colorado se seca en marea baja, y 
es el punto preciso para dirigirse á las minas de este 
nombre. 

En el trayecto navegable se encuentran algimas chozas 
diseminadas. 

Es necesario considerar el Conchai como un estero, 
más bien que como un río ; sus márgenes en marea baja 
son pantanosas; allí hay un almacén bien provisto y el 
agua dulce se obtiene con facilidad penetrando en el es- 
tero. 

Con motivo de lo dicho se debe entrar en el río Con- 
chai poco antes de la marea llena y salir inmediatamente 
para no encallar, ya sea en el estero ó en los bancos de 
la entrada. 

La navegación entre este río y Puntarenas es bastante 
frecuente , sobre todo cuando las minas se trabajan con 
actividad. 

Entre Conchai y el río Avangares la distancia es de 
2 millas ; la costa llena de manglares y los bancos se pro- 
longan de la orilla. 

La entrada en este río en marea baja es impracticable. 
Sus chozas están diseminadas; y aparte de las salinas, 
que tienen cierto valor, la agricultura se hace en pequeña 
escala. 

Las grandes embarcaciones que quieran proveerse 
de agua de este río , deben hacerlo enviando sus botes en 
marea alta para salvar los bancos que cierran la desem- 
bocadura. 

Del río Avangares al riachuelo Coyolito la costa es 
baja y pantanosa; pero desde este último punto. hasta 
Pájaro deja de serlo, y de allí en adelante es fértil y pro- 
ductiva. 

Pájaro es el nombre de la aldea que se extiende desde 
el pie de las tierras altas hasta la entrada del río Morales. 

22 



338 

Un camino franco une esta aldea , cuyo terreno está 
bien cultivado, con Morales; y por la playa se comunican 
fácimente y en corto tiempo. Las salinas constituyen su 
principal comercio. 

Cerca de las primeras chozas más al O. los bancos están 
poco distantes de tierra , pero se alejan una vez que se 
dobla la isla de Pájaro. 

La profundidad varía desde 8 metros hasta 1 , casi ins- 
tantáneamente. 

Las grandes embarcaciones encontrarán buenos fon- 
deaderos al S. de la línea que una la isla Pájaro con las 
Cortes ; pero se debe evitar siempre el paso Norte de esta 
línea. 

Para entrar en el estero Morales^ accesible sólo á em- 
barcaciones de poco calado, se debe aprovechar la media 
marea ascendente. 

La aldea Morales está compuesta de 8 chozas, sus ha- 
bitantes se dedican más á las salinas que á la agricultura, 
y los terrenos son extensos , incultos y muy fértiles. 

El islote Pájaro está situado al SE. próximamente de la 
desembocadura del río Coyolito,y está separado de tierra 
por un canal de milla y media de ancho. 

Inmediato á la isla la sonda acusa poca profundidad» 
pero á corta distancia enlaspartes SSE., S. y O., aquélla 
aumenta hasta 14 metros en marea baja; es poco elevada 
y abundante en agua dulce. 

DESDE LAS ISLAS CORTES HASTA PUNTARENAS 

Estas islas están cerca y al ONO. de la punta Mora- 
les. Son acantiladas, pero sus canales no deben frecuen- 
tarse. 

DESDE LA PUNTA MORALES HASTA LA ENTRADA 
DEL ESTERO DE PUNTARENAS 

Esta punta es acantilada y la profundidad á su alrede- 



339 

dor bastante regular , pero inmediatamente después en 
dirección á la entrada del Estero de Puntarenas se pre- 
sentan bancos que se prolongan más de tres millas. 

Al S. del río Guasimal hay un islote rodeado de arre- 
cifes peligrosos, y una playa rocallosa lo une á tierra en 
marea baja; por lo cual deben evitarse estos lugares. 

La corriente pasa al pie de estos bancos , cuyo fondo 
varía entre 2 y 10 metros. 

RÍO DE CHOMES 

Este río , poco después de comenzada la marea alta, 
permite penetrar á las embarcaciones, y á dos tercios de 
marea aún las más grandes embarcaciones pueden re- 
montarlo hasta el canal trazado por la mano del hombre, 
donde pueden tomar la carga de las Salinas que allí se 
explotan. 

La aldea del mismo nombre tiene de quince á diez y 
ocho casas próximas entre sí y forman im centro bastante 
importante. 

El trayecto del puerto á la aldea se recorre en diez 
minutos; hay agua potable, pero de pozo, y hacia el inte- 
rior el terreno está bien cultivado y se encuentran buenos 
pastos. 

ESTERO DE PUNTARENAS 

Este estero tiene gran importancia desde el punto de 
vista de las comunicaciones: en efecto, todas las embar- 
caciones menores provenientes de los distintos puntos de 
la costa lo frecuentan porque en él encuentran , no sólo 
abrigo seguro sino punto cómodo para el desembarque y 
venta de los productos que llevan, y su entrada sin ser 
precisamente peligrosa , tiene bancos. 

El rumbo que debe seguirse está entre losbancos al Sur 
del río Aranjuez y los que se prolongan de la Punta en la 



34 O^ 

dirección SO. y SSO., cuyo fondo en algunas partes sólo 
es de 1?50 en marea baja. 

Entre los dos bancos que se separan de la Punta existe 
un canal que tiene 1"'80 de profundidad, y el cual permite 
á las embarcaciones que vienen del S. ó del E. acortar el 
camino para entrar en el estero , evitándoles doblar los 
bancos y estacionarse en los lugares de poca profundidad 
marcados en el plano . 

El Gobierno acaba de hacer señalar los pasos y los 
bancos de la manera siguiente : 

1.^ Una boya roja provista de una señal superpuesta 
según el dibujo adjunto , anclada en la parte SO. de los 
bancos más al S. en una profundidad de 12 metros. 

2.° Una boya negra sin señal distintiva anclada á 4 
metros de profundidad al S. de losbancos que se prolongan 
del río Aranjuez. 

3.° Dos boyas una blanca y otra negra marcarán la 
entrada del canal que separa los bancos; la una estará al 
E. y la otra al O. del Canal. 

4.^ Una pequeña boya negra marcará la peor parte 
comprendida entre la Punta y el gran banco Aranjuez. 

5.*^ Otra boya pequeña roja indicará la extremidad 
N. del banco que está al N. un poco hacia afuera de la 
punta. 

CORRIENTES QUE EXISTEX 

DESDE LA ENTRADA DEL ESTERO DE PUNTAREXAS HASTA 

EL EXTREMO LVDICADO EN EL PLANO. 

Se ha dicho ya en la parte de esta obra que trata de 
las corrientes, que éstas se precipitan desde Puntarenas 
hacia los bancos situados al SSO. y SO. de la Punta, las 
cuales al encontrar los canales que separan estos bancos 
penetran la abertura y se dirigen hacia la punta rodeando 
las partes donde hay poco fondo 3*^ el extremo más al S. de 



341 

estos bancos, donde se dividen en dos brazos; de los cua- 
les uno sigue el gran canal que separa á San Luca^ de los 
bancos de Aranjuez y el otro penetra en el estero , diri- 
giéndose hacia la punta donde encuentra la corriente ha 
penetrado por el intermedio de los dos bancos : en la mis- 
ma punta las corrientes aumentan su velocidad y de nuevo 
se dividen en dos brazos. El primero continúa la costa y 
el segundo entre el banco de Cocales y los que están más 
al N. de éste y al S. de tierra, entre el río Aranjuez y Puerto 
Alto. 

Las dos corrientes se unen de nuevo y siguen el canal 
indicado en el plano ; este canal separa el buque varado 
hacia el N. del pequeño muelle del resguardo y la ciudad 
de Pimtarenas, arrojando una parte de sus aguas en los 
boquetes de los bancos situados al SE. de la entrada del 
estero Puerto Alto y en este último río. 

Al llegar al lado del matadero de la ciudad, la corriente 
se dirige al NE. , rodea el blanco Ireneo y sigue inmedia- 
tamente al centro del estero. 

En marea descendente la marcha de la marea es con- 
traria á la que sigue en marea ascendente , pero un poco 
antes deque los bancos de la entrada situados más al E. del 
paso queden descubiertos , las corrientes van con fuerza 
hacia ellos y siguen luego los canales tan pronto como los 
bancos indicados están visibles. 

Á la entrada del Estero, tanto en la creciente como en 
la vaciante del mar , y en la parte S. de los bancos más al 
S. , las corrientes producen choques bastantes fuertes que 
de lejos parecen rompientes , pero no deben temerse por- 
que allí la sonda acusa de 12 á 14 metros. 

Viniendo del SE. ó del E. á la embarcación que quiera 
entrar al Estero se le presentan dos caminos. 

1.^ El paso entre los dos bancos. 

2.^ El que rodea estos bancos. 



348 

Si se quiere seguir el primero se hará rumbo hacia la 
boya roja y blanca situada al E. del paso y dejándola á 
babor ó á estribor , se hará proa á la segunda boya de los 
mismos coloresy se pasará al lado de ella al E. ó al O. casi 
rozándola. De aquí se hará rumbo hacia la Punta pasando 
á un largo hacia el E. , pudiendo aproximarse á ella por 
haber buen fondo. Se deja la boya roja cuidando de des- 
cribir una ligera curva hacia el E. Una vez doblado el 
banco se hará proa entre la popa del buque encallado y el 
muellecito del resguardo. De aquí seguirá la orilla hasta 
el matadero en donde hará rumbo á Puerto Escondido, un 
poco al E. , á fin de doblar el banco Ireneo y seguir el ca- 
nal indicado en el plano. 

Cuando haj'a que repasar la carena de pequeñas em- 
barcaciones deberá aprovecharse la pla^^a situada cerca 
del primer barco perdido frente á los restos de una goleta 
arrojada sobre la costa, ó bien la orilla un poco al E. del 
matadero frente á un depósito de madera. En cualquiera 
de estos dos casos hay que pedir la autorización del Ca- 
pitán de Puerto. 

El estero Puerto Alto, lo mismo que Puerto Escondido, 
es bastante frecuentado; en el primero existen salinas 
importantes. 

PUERTO DE PUXTARENAS 

Puntarenas , no áólo es una ciudad importante sino el 
puerto principal de Costa Rica en el Pacífico y tiene 3.000 
habitantes; está construida en una lengua de arena entre 
el Estero y la Rada: sus calles anchas y bien trazadas; y 
las casas cuyo alquiler es bajo , están construidas de ma- 
dera, con excepción de una, que es de piedra. Allí la vida 
es barata y el aprovisionamiento para los buques es fácil. 

Hay un taller del Estado con buena fundición y ma- 
quinaria, donde pueden ejecutarse pronto y bien las re- 



343 

paraciones A que se dedican esta clase de estableci- 
mientos. 

Casi todos los países tienen allí representación con- 
sular . 

Hay buenos hoteles y un gran muelle nacional para el 
embarque y desembarque de las mercaderías , cuyo ser- 
vicio se efectúa con prontitud por medio de numerosas 
lanchas. 

El servicio postal con el interior de la República es 
diario, y el telegráfico lo es con todo el mundo. 



CAPÍTULO VI 



DESDE PUNTARENAS HASTA CALDERA 

Desde Puntarenas hasta el río La Barranca hay una 
ancha playa donde se estrella la fuerte marejada del S., y 
A poca distancia pueden anclar con fondo seguro grandes 
embarcaciones. 

La Barra en la desembocadura del río es peligrosa ; y 
con mar gruesa se perciben las rompientes desde Punta- 
renas. 

Al doblar al E. la boca del río, la costa se eleva; y las 
dos primeras puntas que se encuentran están cortadas á 
pico y separadas por una playa. 

En estos puntos la mar es á veces gruesa y revienta 
con furor contra las puntas. Después la tierra describe 
una curva que terminando en punta Caldera , forma una 
bahía , donde existía la aldea de este nombre ; y un poco 
hacia el fondo de esta punta hay otra pequeña bahía de 
buen fondeadero y bien abrigada. Carece de agua potable. 

Río LA BARRANCA 

Este río es ancho y bastante profundo cerca de su 
desembocadura, donde, según se ha dicho ^ existe una 
barra peligrosa. El río es absolutamente innavegable, 



348 



BAHÍA DE LAS AGUJAS 

Éstas son dos y están encajonadas entre puntas de ro- 
cas que á la vez que la abrigan obstaculizan la entrada. 

La bahía del N. es menos abrigada que la del S. ; pero 
por falta de agua dulce en esta última la población se ha 
concentrado en la del N. 

Hacia el interior se encuentra un hermoso valle per- 
fectamente cultivado. 

El agua dulce se obtiene de un riachuelo que desagua 
en la parte SE. de la bahía. 

En marea alta se puede franquear la barra del río , 
pero el desembarque en la playa es muy difícil, sobre todo 
en marea alta. 

La desembocadura está en parte cubierta de rocíis que 
hay que dejar al S. , y un poco al N. de la bahía; pero al 
S. de las rocas que surgen de la punta , existen algunas 
rocas separadas de la costa y sólo visibles en marea baja. 

DESDE LAS AGUJAS HASTA LA HERRADURA 

Inmediatamente después de la bahía S. surje y se pro- 
longa á más de 600 metros una serie de arrecifes cuya 
mayor parte está cubierta por las aguas. 

La sonda á la orilla de estos cantiles acusa de 40 á 44 
metros de profundidad. 

Toda la costa , rodeada de rocas hasta la bíihía Herra- 
dura es alta, escarpada, inhabilitada y de difícil acceso. 

Las corrientes y los vientos del SO. se rompen contra 

los arrecifes que hay que evitar. 

BAHÍA HERRADURA 

La bahía ó puerto Herradura , es la más grande de las 

se encuentran en la costa E. del Golfo de Nicoya; es 

V puede abrigar gran cantidad de buques; pero 



347 

cuentran al N. y al S. de las puntas que forman esta bahía. 
Del río Guaras al Río Grande, los bancos se alejan de 
tierra y en la embocadura de este último río se secan y se 
alejan aun más de la orilla. 

RÍO GRAXDE 

Después del Tempísque, el Río Grande es el más im- 
portante de los que desaguan en el Golfo; y es difícil la 
entrada á su embocadura á causa de los bancos que se 
secan bastante lejos de la orilla y de la barra muy peli- 
grosa en alta marea. 

La profundidad aumenta hacia el interior del río y se- 
ría navegable en un largo trayecto si no fuera la violencia 
de las corrientes. 

Pocas son las chozas que se encuentran á la entrada 
del río, 3^ las que hay hacia el interior están muy disemi- 
nadas. Sus habitantes se dedican á la agricultura y cuan- 
do el estado de la barra lo permite exportan sus produc- 
tos á Puntarenas. 

Desde Río Grande hasta Tárcoles la costa es alta y 
sinuosa y en ella se encuentran algunas chozas disemi- 
nadas. 

Las dos puntas que forman la bahía de Tárcoles están 
rodeadas de arrecifes submarinos. La aldea de este nom- 
bre está compuesta de cuatro chozas cuyos habitantes se 
ocupan en la agricultura. 

Desde este punto hasta las bahías Las Agujas la costa 
está rodeada de arrecifes, y sólo se encuentran tres 
chozas. 

Desde Tárcoles hasta la primera de estas bahías, se 
puede caminar en marea b¿ija. 

Los buques que hubieran de fondear en estos parajes , 
deben hacerlo en una profundidad no menor de 14 metros 
y cuidarse mucho de los arrecifes indicados en la carta. 



3(50 

A milla y media de Punta Mala desemboca el río Su- 
rubres, que es de dificil acceso y carece de importancia. 
Este punto está inhabitado. 

PUNTA MALA Ó JUDAS 

Esta punta termina la parte S. de la entrada del golfo 
de Nicoya: y por ser muy baja no se nota desde alta mar. 
Está rodeada de rocas que se prolongan á más de una 
milla de tierra , donde se estrella la marejada con furia. 
En buen tiempo, sobre todo de noche , nada indica su pre- 
sencia, por lo cual debe evitarse. 

El monte Judas, situado á una milla de la punta, pasa de 
100 metros de elevación , pero está medio oculto entre las 
altas montañas vecinas, y por lo tanto no debe tomarse 
como punto de guía. ' 

FIN DE LA PRIMERA PARTE 

E. Fradiít 
Puntarenas, Octubre de 1891. 



ÍNDICE 



Prólogo de la edición española v 

I — Territorio, límites, extensión y costas.. . 9 

II — Orografía 17 

III — Hidrografía 23 

IV — Aspecto físico, clima y producciones. . . 35 
§ Comercio é industria de Costa Rica.. . . 14ví 

V — Población, Gobierno, Religión é Idioma. . 149 
§ Justicia, Instrucción Pública, Instituciones 

varias y costumbres 151 

VI — Caminos, Ferrocarriles y Telégrafos. . . 157 

VII — Estado intelectual de Costa Rica. Asocia- 

ciones de varias clases 161 

VIII — División administrativa 167 

IX — Descripción de las provincias. San José. . 171 

X — Provincia de Cartago 18> 

XI — „ „ Alajuela 193 

XII— „ „ Heredia 209 

XIII — „ „ Guanacaste. Límites y 

costas 217 

XIV - Cabos é islas 221 

XV — Terreno; aspecto físico; montañas. . . . 223 

XVI — Ríos, clima y producciones 227 

XVII — Descripción política 239 

XVIII— Comarca de Puntaren AS 249 

XIX — Comarca de Limón 257 

APÉNDICES 
1.® Informe sobre el territorio de Talamanca, 

por el Dr. Wm. A. Gabb 267 

2.° Estudios sobre el Golfo de Nicoya, por 

Mr. Elisée Fradin, de la marina francesa. . 287 



FE DE ERRATAS 



Página 



Linea 



Dice 



Lóase 



33 


13 


situdas 


situadas 


35 


1 


Costa Riera 


Costa Rica 


44 


30 


La anterior 


Lo anterior 


48 


17 


Gco. 


Geo. 


6:^ 


17 


se^íun 


según 


67 


4 


Bücetes 


Mycetes 


144 


18 


feraciadad (n^m 


fjeipuw) feracidad 


144 


32 


266,000 


262.000 


145 


14 


ó textiles 


y textiles 


147 


23 


en su país 


en el país 


164 


30 


fecha 


fechas 


164 


31 


remota 


remotas 


167 


■> 


comarcas, 


comarcas. 


175 


10 


rambla, 


rambla. 


181 


w 


distancia río 


distancia del río 


191 


14 


oriental 


occidental 


243 


10 


Coralillo 


Corralillo 


244 


20 


nejífatorios 


nuíj^atorios 


272 




672 


272 


272 


17 


Oíd Harbur 


Oíd Harbour 


278 


1 


Bribí 


Bribri 


288 


Q 


marina 


marítima 











^ 





^^^^H 


^^^^^^^^^^^^K^ 


V 


^^^^^^^^^^^^H QMOrafla da Costa nica. 

^^1 iWiliiniii 

^^^^^^^^1 3 6105 037 017 08S 


1 

DUE ^ 




DATE 






STANFORD UNIV 
STANFORD, 
94 


ERSITY UBRA 
CALIFORNIA