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Full text of "Glorias de Azara en el siglo XIX : acta de solemne inauguración del monumento erigido en Barbuñales de Aragón, el 27 de noviembre de 1850, al célebre diplomático y distinguido literato español, el Excmo. Sr. Don José Nicolás de Azara y Perera, primer Marqués de Nibbiano, por su sobrino y sucesor, el señor Don Agustin de Azara, tercer Marqués del mismo titulo, etc., etc. ; corona, que los poetas, orientalistas, hombres políticos, y artistas españoles, consagran al espresado señor"

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f-'-.n  .V  ;-t  -o  Í7Í  ■ '. 


Íí¿¿ 


6L0RIAS  DE  IZABi  EN  EL  SIÍiLO  XIX. 


ACTA  de  la  solemne  inauguración  del  Monumento  erigido  en  Barbuñales  de 
Aragón^  el  27  de  noviembre  de  1850,  al  célebre  diplomático  y  distinguido 
literato  español^  el 

EXCIO.  SR.  DON  JOSÉ  NICOLÁS  DE  AZARA  Y  PESERA , 

Primer  Marqués  de  IVlbblifttto, 

por  surobrino  y  succsc-r^el 

Tercer  Marqué*  del  misino  tUalo,  ete.^  eie. 

COROM A  9   QUE  LOS  POETAS ,   ORIENTALISTAS ,   HOMBRES  POLÍTICOS  ,   T 
ARTISTAS  ESPAÑOLES,   COIf SAGRÁIS  AL  ESPRESADO  SEÑOR. 

OBRA  SSORITA   EH  PARTE  T  BIRIOIBA  BH  LO  DEMÁS, 

por 

DON  BASILIO  SEBASTUN  €ASTELLA]VOS  DE  LOSADA , 

Secretario  bononrio  de  S.  M.;  Caballero  de  las  Ordenes  de  Isabel  la  Católica,  San  Juan  de  JerosaloB,  ele.;  Direcior 
Kaadador  de  la  Academia  Espaúola  de  Arqueología,  Bibliotecario  Anticuario  de  la  Biblioteca  Nacional,  y  Conservador 
de  so  Mosco  de  medallas  y  gabinete  de  antigüedades*,  Cronista  y  Anticuario  de  la  Ca&a  y  Estados  del  Excmo.  Sr.  Duque 
4Íe  Osana  y  del  lafaatado,  y  Conservador   de  su  Armería  y  Monetario;  Historiador  de  la  Casa  de  Asara,  y  antor  ¿«  \arias 

obras  literarias,    &c. ,   &c. 


PRIMERA  PARTE. 


^-»       ■    •«. 


illalírilr. 


IMPRENTA  DE  D.  B.  GOXZAIíKZ. 

C«//«  de  la  Madera  bej*  ,  nóm    ■• 

1862. 


—  IV  — 

de  su  causa,y  para  escribir  en  las  doradas  y  eternas  páginas  de  la  his- 
toria 8u  glorioso  nombre  y  sus  grandes  hechos  con  caracteres  indes- 
truclibles. 

Llegada  ha  sido  la  época  que  profetizó  sabiamente  el  ¡lustrado 
camarista  de  Gaslílla  />.  Bernardo  de  Iriarte ,  grande  amigo  de  Azara, 
cuando  en  carta  de  16  de  marzo  de  1805,  que  hemos  tenido  el  placer 
de  copiar  en  la  preciosa  biblioteca  de  nuestro  buen  amigo  D.  Pedro 
Salva,  en  Valencia,  disuadía  al/?.  P.  Beyes ^  general  de  los  Carmelitas, 
que  fué  apasionado  de  nuestro  héroe,  de  imprimir  el  elogio  que  le 
habia  escrito  y  del  que  ya  hemos  hablado  en  la  Vida  de  Azara  á  la 
página  255 ,  del  tomo  II :  <nEl  mismo  convencimiento  (dice  aquel  en  la 
citada  carta) ,  que  en  diversos  puntos  bien  delicados  arroja  el  elogio^ 
dificultan  y  aún  imposibilitan  la  publicación  de  él  en  la  presente  época  : 
OTRA,  yendrí  en  que  PODRÁ  SALIR  A.  LUZ  sin  que  haga  sombra  d  nadie^ 
ni  esperimente  la  mala  suerte  que  tendrá^  al  modo  que  no  la  tuto  cual 
merecía  el  héroe  celebrado  y  defendido  tan  convincente  y  vigorosamente 
por  tan  verdadero  amigo  suyo  en  vida  y  en  muerte,  y* 

Por  esta  carta  se  vé  que  á  la  muerte  de  Azara  sus  émulos  tcnian 
mal  dispuestos  los  ánimos  de  la  corte  á  recibir  bien  el  elogio  que 
hombre  tan  religioso  y  virtuoso  como  el  P.  Reyes  habia  escrito  de 
nuestro  héroe,  lo  que  creemos  fué  una  fortuna  para  la  buena  memoria 
de  ambos,  en  atención  á  que  la  pasión  del  historiador  y  la  mala  in- 
tención de  sos  enemigos ,  hubiera  podido  perjudicar  mucho  al  elo- 
f;iado,  cuyo  nombre  debía  quedar  en  su  patria  unido  á  su  cadáver  en 
a  tumba  del  olvido ,  para  salir  de  ella  mas  brillante  después  de  que 
beneficiase  la  corrompida  atmósfera  política  la  gratitud  nacional  y  la 
ilustración. 

Los  enemigos  políticos  de  Azara  le  presentaron  unos  como  Jause* 
nista ,  y  como  demasiado  amigo  de  los  franceses  y  de  sus  ideas  revo- 
lucionarias los  otros.  Pero  esta  gratuita  imputación  jamás  pudo  ser 
creída  mas  que  por  cierta  clase  de  gentes  que  no  piensan  ni  ven  con 
mas  ojos  que  con  los  de  la  pasión  y  de  la  maldad ,  pues  que  fueron 
tan  ostensibles  y  remarcabas  sus  hechos  en  contrario,  que  nadie 
se  puede  citar  haya  hecho  tanto  en  su  época  como  él  por  el  catolicis- 
mo ,  ni  servido  mejor  y  mas  que  él  á  su  pais  contra  la  ambición  de 
Napoleón  y  hostiles  ideas  de  los  franceses  con  respecto  á  Espaí^a ,  pu- 
diéndose bien  asegurar ,  como  hemos  dicho  en  su  Historia ,  que  á  vivir 
él  no  pasáramos  por  la  necesidad  de  aumentar  nuestras  glorias  en  el 
ano  de  1808  y  sucesivos  á  costa  de  sangre  y  desolaciones.  Por  fortuna 
si  pudieron  un  dia  hombres  tan  alevosos  hacer  callar  la  gratitud  en  una 
corte  corrompida  y  sin  virtudes ,  llegó ,  como  no  podia  menos ,  el  dia 
de  la  reparación,  y  despertando  la  España  de  su  letargo,  hace  hoy 
justicia  al  héroe  por  medio  de  sus  ilustrados  hijos  que  se  han  unido 
para  dar  un  ejemplo  de  gratitud ,  digno  de  imitar  siempre  que  se  ol- 
vide por  algún  tiempo  á  los  que  hayan  hecho  servicios  á  su  patria. 

Felicilámonos ,  pues,  de  haber  concebido  y  llevado  á  cabo  un  pen- 


^ 


Sarniento  reparador  que  no  podrá  menos  de  tener ,  en  adelante ,  imita- 
dores celosos  del  honor  nacional,  al  ver  que  al  medio  siglo  de  la 
muerte  de  un  hombre  cuya  gloria  se  pretendió  eclipsar ,  se  despejan 
tas  tinieblas  para  que  brille  el  astro  con  todo  su  esplendor ;  así  lo  es- 
peramos del  patriotismo  de  los  que  nos  sucedan  al  dejar  hecha  la  re- 
paración mas  solemne  que  se  ha  visto  en  España ,  la  que  aún  serla 
mas  completa ,  si  la  delicadeza  esquisita  del  actual  Sr.  Marqués  de 
Ñibbiano  nos  hubiera  permitido  publicar  ciertos  documentos  y  cartas, 

3ue  al  presentar  mas  acrisolada  la  religiosidad ,  españolismo  y  lealtad 
e  Azara ,  descubren  la  maldad  de  algunos  de  sus  émulos  (1). 
Para  juzgar  bien,  ó  al  menos  aproximadamente ,  al  grande  Azara, 
y  verle  en  toda  su  magnitud ,  es  preciso  estudiar  y  considerar  con  de- 
tención la  época  turbulenta  en  que  figuró  y  la  anarquía  de  creencias 
políticas  que  se  desarrolló  en  ella ;  examinar  con  cuidado  las  diferentes 
crisis  civiles  y  guerreras  que  caracterizaron  al  siglo  del  filosofismo  Vol- 
teriano ,  sobre  todo  que  lué  el  principio  de  una  revolución  civil ,  polí- 
tica y  religiosa,  estraordinaria  y  de  nueva  especie ,  revolución  que  aún 
no  ha  terminado  por  desgracia,  en  la  que  se  empezó  por  derribar  y 
destruir  todo  lo  antiguo ,  sustituyéndolo  por  ideas  nuevas  que  comen- 
zaron por  desorganizar  todo  lo  existente  sin  crear  para  el  porvenir 
otra  cosa  que  la  duda  y  el  desorden  en  todos  los  ramos  y  en  todas  las 
cosas.  El  hombre  pensador  y  estudioso  que  con  estos  dalos  juzgue  del 
ascendiente  que  tuvo  Azara  en  aquella  época ,  que  llegó  á  dominar, 
sobre  los  ánimos  desorganizadores ,  innovadores  y  turbulentos ,  y  so- 
bre los  conservadores  mas  acérrimos ,  entre  los  que  fué  el  fiel  de  una 
balanza  difícil  de  equilibrar ,  podrá  considerarle  en  todo  su  valor ,  y 
fallar,  con  conocimiento  de  causa ,  si  nos  hemos  escedido  engrandecién- 
dole ,  ó  si  nos  hemos  quedado  aún  cortos  todos  los  que  en  esta  obra 
nos  hemos  reunido ,  en  nombre  del  pais ,  á  tributar  á  su  buena  memo- 
ria un  homenaje  de  gratitud  y  un  culto  civil  de  que  le  consideramos 
merecedor  por  sus  hechos  y  por  sus  virtudes. 
Muy  sensible  nos  es  que  el  Sr.  Príncipe  de  la  Paz  el  Excmo.  Sr.  D.  Ma- 

(1)  Eo  la  f^ida  del  caballero  Azara  solo  hemos  publicado  aquellas  cartas  y  doca- 
nentos  que ,  sin  perjuicio  de  ninguna  reputación ,  pueden  servir  para  probar  nuestros  asertos, 
dejando  de  hacerlo  de  otros  muy  interesantes  porque  en  ellos  se  perjudicaban  algunas  reputa- 
ciones. Solo  hemos  apelado  á  documentos  de  esta  cluse,  cuando  hemos  tenido  que  rebatir 
cargos  de  los  sugetos  á  quien  aluden  para  combatirles  con  sus  propias  armas,  cuando  pu— 
diendo  padecer  la  reputación  de  Azara,  acudimos  al  instinto  de  propia  conservación  sacri- 
flcando  al  culpable  para  salvar  al  inocente,  cosa  que  tenemos  por  justa;  y  aún  en  este  caso 
callárnosla  paite  que  mas  puede  dafiarles,  aun  con  riesgo  de  debilitar  nuestra  defensa.  Los 
docamentos  oficiales  pasado  cierto  tiempo  en  que  puede  importar  la  reserva ,  entran  ya  en 
el  dominio  de  la  historia  y  por  eso  los  hemos  insertado  íntegros,  y  confesamos  que  nos  ha 
costado  bastante  el  suprimir  muchos  escritos  por  el  empefiodel  delicado  sucesor  de  Azara  ,  de 
no  perjudicar  á  la  buena  memoria  de  algunos  hombres  que  no  la  merecen  tan  buena,  gene- 
rosidad que  tiene  pocos  ejemplos. 


^ 


—  VI  — 

nuel  Godoy^  que  en  sus  Memorias  culpó  á  Azara  de  algunos  de  sus  des- 
aciertos en  política,  sin  dejar  por  eso  de  alabar  su  mérito  y  probidad  siem- 
pre, haya  fallecido  (1)  antes  de  contestar,  como  lo  prometió,  álos  caraos 
3ue  le  hicimos  en  la  PtUa  civil  y  poUtica  del  CabalUro,  en  contraposición 
elo  dicho  en  sus  espresadas  Memorias,  porque  de  tal  documento  no  hu- 
biera podido  menos  de  resultar  mas  gloria ,  si  aún  es  posible ,  á  nuestro 
héroe.  Tanto  mas  sentimos  su  muerte ,  cuanto  que  esta  Corona  le  hu- 
biera demostrado  cuan  injusto  fué  en  haber  olvidado  á  aquel  amigo  que 
por  tantos  años  le  fué  tan  querido,  como  él  nos  ha  dicho  en  sus  cartas,  y 
al  que  solo  tenia  que  perdonar  el  no  haber  sido  franco  con  él  en  los  últi- 
mos dias  de  su  vida  (2).  Hubiera  visto  que  si  por  adulación  á  él  faltó 
la  corte  de  Garlos  IV  á  la  gratitud  que  aebia  á  Azara  por  los  muchos 
beneficios  que  habia  hecho  al  pais  en  mas  de  cuarenta  años  que  le 
representó  con  la  mayor  grandeza  y  dignidad;  la  España  del  siglo  XIX, 
ó  al  menos  una  gran  parte  de  ella  compuesta  de  sus  mas  ilustrados 
hijos ,  se  habia  levantado  en  el  reinado  de  la  excelsa  Nieta  de  su  au- 
gusto Protector,  á  vindicar  al  Hombre  grande,  al  benemérito  Patricio, 
al  Procer  ilustre  y,  como  dice  el  sabio  Gallegos  (5),  al  español  mas 
digno  del  siglo  XFIll ,  para  dar  un  mentís  solemne  á  sus  enemigos, 
espresar  la  gratitud  de  un  pueblo  hacia  los  que  bien  le  hicieron ,  y 
dar  un  ejemplo  de  moralidad  y  de  grandeza  nacional  á  los  que  vengan 
después ,  para  que ,  como  ellos ,  se  levanten  á  sincerar  á  sus  hombres 
grandes  cuando  se  trate  de  oscurecer  su  mérito  por  la  vil  envidia ,  la 
adulación  ó  la  discordia,  y  á  hacer  que  aparezca  la  justicia  en  todo  su  es- 
plendor ,  cuando  manos  atrevidas  y  mal  intencionadas  la  hayan  tenido 
velada.  Mucho  se  nos  ocurre  sobre  este  particular,  pero  el  Príncipe  de 
la  Paz  ya  no  existe ,  y  esto  nos  detiene  por  el  respeto  que  tenemos  á 
aquellos  que  no  pueden  defenderse :  su  nombre  pertenece  ya  á  la  his- 
toria como  el  de  Azara,  y  ella  dará  á  cada  uno  su  merecido^  porque 
la  verdad  viene  al  fin  siempre  á  sentar  su  mano  benéfica  sobre  el  libro 
de  la  Historia,  del  que  la  fama  postuma  toma  sus  tonos  para  hacerse 
oír  en  el  porvenir. 

■Deseando  nosotros,  después  de  haber  escrito  la  Vida  de  Azara  (4), 
no  solo  de  honrar  mas  su  memoria ,  sino  de  inquirir  el  grado  de  apre- 
cio en  que  por  las  personas  ilustradas  de  nuestra  época  se  le  tenia  en 
España ,  concebimos  la  idea  de  una  Gorona  Poética ,  y  llevado  adelante 
nuestro  pensamiento ,  encendimos  la  Pira  delante  del  glorioso  nombre 

(1)  Falleció  á  los  84  años  eu  París  á  primeros  de  octubre  de  1851. 

(2)  Carta  de  1).  Manuel  Godoy  á  D.  Juan  Méndez  en  16  de  abril  de  1849,  contestán- 
dole sobre  los  cargos  y  preguntas  que  para  la  Vida  de  Azara  le  bicimos  respecto  de  lo  pu- 
blicado en  sus  Memorias  sobre  el  tratado  de  neutralidad  de  Espaüa  entre  Francia  é  Inglaterra 
después  de  roto  el  tratado  do  paz  de  Amiens. 

(3)  Véase  pág.  446  de  esta  Corona. 

(4)  Historia  de  la  Vida  civil  y  poUtica  del  CabaUero  Azara  y  2  tomos  en  4.® 
francés.  Madrid  año  de  1850. 


—  vn  — 

de  Duestro  héroe,  persuadidos  de  que  todo  aqael  para  quien  Tiiese 
grata  su  memoria,  iiabia  de  acudir  á  rendir  homenaje  y  depositar  una 
flor  de  su  ingenio  al  pié  del  ara,  para  que  pudiéramos  entregarla  á  las 
Musas  españolas ,  deseosas  de  tej«rle  una  Corona  en  nombre  de  la 
España  deIs¡f;lo  XIX. 

En  un  principio  pensamos  invitar  únicamente  á  los  diez  y  ocho 
principales  vates,  contemporáneos,  de  nuestro  Parnaso,  y  en  este  con- 
cepto se  imprimieron  las  primeras  circulares  i  pero  habiendo  recapa- 
citado lo  imposible  de  que  nuestro  pobre  talento  bastase  á  medir,  con 
justicia ,  el  mérito  de  todos  nuestros  vates  para  sacar  en  una  clasifica- 
ción los  de  mas  mérito,  preferimos  el  hacer  una  invitación  general, 
acordando  al  propio  tiempo  dividirlos  por  el  orden  actual  de  provin- 
cias en  que  se  halla  Espa&a  ,  cosa  nueva  hasta  el  dia  eu  esta  ciase  de 
obras,  y  de  nías  honor  para  Azara  y  aún  para  nuestras  letras  y  sus 
prosélitos,  pues  que  todos  sin  esccpcion  m  limitación  alguoa,  han 
podido  contribuir  á  engrandecer  este  Álbum  nacional :  el  que  no  lo 
naya  hecho  de  los  que  boy  tienen  algún  nombre  en  el  país,  no  será 
ciertaoienle  por  descuido  nuestro,  sino  porque  su  indirerencía  ú  otras 
causas  les  haya  apartado  de  este  concurso  á  que  han  sido  llamados  en 
particular  y  en  general,  privada  y  públicamente. 

A  pesar  de  que  se  vean  en  esta  Corona  figurar  mas  de  doscientos  sesenta 
vates  españoles  ,  no  se  crea  sea  solo  este  el  número  de  los  que  pulsan 
la  lira  de  Apolo  con  mas  ó  menos  ésito  en  la  patria  de  Garcilaso  y  de 
Herrera,  faltan  aún  en  ella  algunos  nombres  respetables  como  los  de 
Zorrilla ,  Campoamor  y  otros  que  no  nos  han  favorecido ,  bien  por  su 
ausencia  en  lejanos  países,  ó  por  causas  que  no  son  de  este  lugar  y 
que  en  nada  perjudican  al  buen  nombre  de  Azara  que  veneran ,  ni  á 
la  buena  amistad  con  que  nos  honran.  Mas  de  quinientos  escritores,  de 
quienes  conocemos  composiciones  poéticas  publicadas ,  han  sido  invita- 
dos ,  y  si  bien ,  con  rarísimas  escepciones ,  todos  nos  han  manifestado 
por  escrito  el  respeto  y  amor  que  les  debe  la  memoria  de  nuestro  Ca- 
ballero, se  hanescusado  de  mandarnos  sus  flores  poéticas,  creyendo 
nosotros  que  la  indiferencia  de  los  unos,  la  avanzada  edad  de  otros, 
la  ausencia  y  género  de  vida  de  no  pocos  y  la  pereza  de  los  mas  ,  ha 
sido  la  causa  principal  de  que  no  podamos  presentar  en  esta  obra  las 
flores  de  todos  nuestros  fecundos  ingenios,  en  cuya  mayor  parte  hay 
siempre  mucha  mas  voluntad  de  hacer  que  ejecución  (1). 

(i)  No  dfJQmoi  dt  conocer  qat  coniadoi  los  poeist  iIcconiribuirgralDÍlaiiiciiteá  lamallilnd 
ili  Coronal  j  Albiiroi  como  diariamcnic  te  Ict  preicoian.  ib  bailan  remitoiGn  componer  para 
liíilo)  objfiloí,  qno  lai  niat  «ecti  son  de  capriclio  j  lamameole  frÍYoloi,  fo  !oi  que  lieneD 
qnc  leparane  de  >nt  ÍDipiracian»  propia)  pora  ejecular  tobro  las  do  otroi,  qoe  poi  lo  miimo 
¡¡ae  >enan  tobre  aiunlo)  dadoi.  no  leí  son  laa  fácilet  do  deicnTolTer ,  puctlo  que  delJencD  li 
imagioacLon  caire  hi  limite»  que  recboia  licmpre  el  génto  amigo  de  la  liberlad  é  hijo  de  la 
npoDlancidod  y  de  la  ÍDipiíaeioD,  que  no  acude  iiempre  qae  le  la  llama ,  eino  cuando  menoi 
le  la  npera  como  c»príchosa  dama.  Tnoipoco  dotconocemoi  qne  do  lodot  loi  poclai  too  li- 


—  vm  — 

A  poco  que  se  bojee  esta  obra  se  notará,  por  solo  las  composiciones 
insertadas  en  ella ,  que  al  paso  que  hay  provincias  como  las  de  Anda- 
lucia  y  Castilla,  en  las  que  puede  formarse  una  gran  lista  de  vates,  hay 
otras  que  solo  uno  hemos  hallado ;  pero  no  por  esto  creemos  falte  en 
estas  poetas  dignos  del  Parnaso  Español ,  ó  al  menos  literatos  que  se 
sientan  inspirados,  siendo  asi  que  en  todas  hay  personas  ilustradas  y 
que  florecen  en  otras  materias.  Debemos ,  si ,  pensar ,  ó  que  no  han 
creido  sus  poetas  tan  digna  como  nosotros  la  empresa  de  honrar  á  un 
ilustre  español ,  ó  que  carecen  de  entusiasmo  por  las  glorias  de  su  pais 
cuando  no  han  acudido  al  llamamiento  que  muy  pocos  han  podido  ig- 
norar. 

Es  tan  difícil  el  formar  una  colección,  igual  en  mérito,  de  poesías  de 
diversos  autores  contemporáneos,  y  en  la  cual  presida  siempre  el  buen 
gusto,  feliz  pensamiento,  y  una  esmerada  dicción  y  pureza  de  lenguaje, 
(|ue  lo  tenemos  por  cosa  imposible  de  todo  punto.  El  editor  ó  colector 
tiene  que  luchar  con  tantos  inconvenientes  que  se  rozan  con  el  amor 
propio  y  siempre  vidriosa  susceptibilidad  de  los  autores,  que  á  cada  paso 
se  le  presentan  escollos  invencibles  las  mas  veces ,  y  con  los  (¡ue  tiene 
que  transigir  al  fin,  si  no  ha  de  abandonar  su  empezada  obra.  Si  el  colec- 
tor ,  llevado  de  su  buen  deseo  y  del  amor  al  buen  nombre  de  las  letras 
de  su  pais,  conociendo  los  defectos,  quiere  corregirlos  y  evitarlos  ad- 
virtiendo á  los  autores  las  faltas  de  buen  sentido  y  el  descuido  en  que 
suelen  incurrir,  se  cree  desde  luego  que  trata  de  constituirse  en  maes- 
tro, y  por  ilustración  que  se  le  reconozca,  por  categoría  literaria  que 
tenga ,  y  por  ascendiente  que  ejerza  sobre  sus  corregidos ,  son  pocos 
los  autores  que  quieren  someterse  á  su  corrección ,  y  muchos  los  que 
la  rechazan ,  acabando  algunos  por  retirar  sus  obras  antes  de  entregar- 
las ni  aun  á  su  propia  lima ,  porque  creyéndolas  obras  perfectas  como 
hijas  de  su  inspiración ,  llegan  á  persuadirse  de  que  un  tilde  menos  de 
su  primer  pensamiento  las  destroza  ó  desfigura:  así  es  la  condición  hu- 
mana en  todo  por  lo  general ,  y  no  habian  de  ser  los  poetas  precisa- 
mente los  que  formasen  escepcion  de  esta  regla  que  está  basada  en 
nuestra  débil  naturaleza. 

Si  nuestro  ánimo  al  idear  esta  obra  hubiera  sido  formar  una  colec- 
ción de  poesías  selectas  que  pudiese  dar  justa  idea ,  ó  al  menos  apro- 
ximada ,  de  la  altura  á  que  nos  hallamos  en  España  en  este  género  de 
literatura ,  ciertamente  que  no  hubiéramos  emprendido  esta  empresa 
que  tenemos  por  temeraria ,  seguros  de  la  imposibilidad  de  conseguir 
nuestro  objeto.  Empero  como  solo  hayamos  llevado  el  intento  de  obse- 
quiar debidamente  y  lo  mejor  posible  á  un  insigne  é  ilustrado  compa- 
triota ,  y  de  buscar  el  grado  de  aprecio  en  que  se  tiene  su  memoria  en 
la  patria  al  medio  siglo  de  su  fallecimiento,  nemos  admitido  lo  bueno  y 

ricMf  y  que  á  veces  los  hijos  de  Melpómene  y  de  Talia  se  aTÍeneo  mal  con  las  exigencias  de 
Krato,  por  lo  cual  se  hallan  separados  frecnentemenle  de  so  templo  por  mas  qae  habiten  con 
'•qoeUos  en  el  Parnaso  y  recojan  tus  floree  en  el  campo  de  Helicona. 


lo  mediano  que  se  nos  ha  mandado,  agradeciendo  á  lodos  sus  esfuerzos 

fior  lo  bien  que,  al  menos  con  ta  voluntad,  nos  han  servido,  sin  meternos 
ilerariamenle  en  el  fondo  de  sus  composiciones,  porque  solo  la  intención 
de  ellas  nos  incumbía.  En  este  concepto  debíamos  declinar ,  y  declina- 
mos de  hecho « toda  la  responsabilidad  literaria  de  las  composiciones 
que  se  insertan  en  esta  obra,  en  cada  uno  de  sus  autores,  si  bien  de- 
clarando ,  por  deber,  eu  su  obsequio ,  que  la  mayor  parte  nos  han  ma- 
nifestado  por  escrito ,  con  una  modestia  que  tes  honra,  la  desconfianza 
que  tenían  en  unas  composiciones  en  que  solo  llevaron  la  idea  de  hon- 
rar  al  héroe  á  quien  las  dedicaban  ,  y  no  la  pretensión  de  hacerlas  pa- 
sar por  obras  perfectas  y  acabada». 

No  podemos  menos  de  confesar  que  tal  vez  hay  algunas  poesías 
que  no  debiéramos  haber  insertado;  pero  ¿qué  habíamos  de  hacer  cuan- 
do habiendo  sido  invitados  sus  autores  ó  venido  voluntariamente  á  de- 
positar su  flor  sobre  el  sepulcro  de  Azara  las  babiau  trabajado  con  bue- 
na intención  y  deseo  del  acierto  que  no  pudieron  hallar?  Nosotros  no 
fiodiamos  ,  ni  debíamos ,  desairar  á  ninguno  de  los  que  han  acudido  al 
lamamiento,  porque  esto  hubiera  sido  castigarles,  á  fuer  de  maestros 
que  estamos  muy  lejos  de  querer  aparecer,  por  su  condescendencia  y 
galantería,  máxime  cuando  ni  los  autores  ni  nosotros  tenemos  la  ridi- 
cula pretensión  de  que  se  tenga  este  Alhum,  como  llevamos  dicho,  por 
la  espresion  de  la  actual  poesía  española,  sino  por  la  del  amor  que  con- 
serva el  país  al  ilustre  Azara.  Si  todas  las  poesías  do  son  buenas ,  son 
apreciables  por  el  objeto,  habiéndose  logrado  por  ellas  nuestro  deseo 
de  que  todas  las  provincias  de  España  y  sus  colonias  rindan  á  nuestro 
héroe  un  resnetuoso  homenaje  de  amor  y  gratitud,  cosa  hasta  ahora  no 
usada  ,  sienao  el  inmortal  A£ara  el  primero  que  recibe ,  en  su  memo- 
ria ,  esta  gloriosa  ovación. 

La  presente  obra  es  la  Corona  poética  mas  copiosa  que  se  ha  escrito 
jamás  en  España,  y  acaso  en  el  estranjero  ,  á  un  hombre  ilustre,  pues 
que  si  bien  la  consagrada  por  los  vates  españoles  del  siglo  XVII  al  fa- 
moso poeta  lírico -drama  tico  Juan  Pérez  de  Montalvan ,  con  el  titulo  de 
Las  LdgHmas  de  Montalvan ,  se  compuso  de  doscientos  vates  que  can- 
taron en  su  elogio,  ésta  ha  esccdiilo  eu  el  número  en  una  tercera  parte 
mas,  siendo  diferentes  también  los  motivos  y  circunstancias  mas  favora- 
bles que  al  nuestro  á  aquel  ingenio,  que  sufrió  la  ovación  al  poco  tiempo 
de  morir,  atravesándose  para  ello  cosas  que  disminuyen  en  cierto  modo 
eu  valer,  como  saben  bien  nuestros  literatos  eruditos. 

No  solo  los  poetas  y  literatos  españoles  han  tomado  parte  en  esta 
Corona;  algunos  apreciables  vates  eslranjeros ,  sabedores  del  gran 
concurso  nacional ,  han  querido  tomarla  también,  viniendo  á  deposi- 
tar sus  flores  sobre  la  urna  cineraria  de  un  hombre  cuya  memoria  ve- 
neran y  cuyo  nombre  llena  el  muado  literario  y  político.  Los  artistas 
que  reconocen  en  Azara  uno  de  los  Mecenas  mas  dignos  y  de  los  pro- 
lectores mas  decididos  y  magníficos  que  tuvo  el  arte  y  sus  hijos  ,  lian 


!«■ 


—  X   — 

querido  contribuir  también  á  su  obsequio ;  y  la  música  española  ,  no 
queriendo  perder  esta  ocasión  de  lucir  sus  encantos  en  obsequio  de  tan 
grande  hombre,  ha  templado  sus  armoniosos  instrumentos  y  acompa- 
ñado con  ellos  los  alegres,  melodiosos  y  sentidos  cantares  españoles  en 
su  loor.  Los  orientalistas  españoles  han  ensalzado  también  el  nombre 
de  Azara  en  las  lenguas  sabias  de  Israel  y  de  Homero,  sin  que  dejen 
olvidadas  las  de  los  Catiras  españoles  y  la  de  los  Mandarines  de  la  China. 
Y  los  estadistas  y  hombres  políticos  mas  ilustres  de  nuestro  pais  ,  se 
han  hecho  un  deber  en  contribuir  á  la  gloria  del  héroe,  tributándole 
recuerdos  de  gratitud  por  su  ciencia  y  virtud. 

Como  se  vé  con  solo  leer  los  nombres  de  los  que  han  contribuido  á 
formar  este  Álbum,  todos  los  partidos  políticos  en  que,  por  desgracia, 
se  halla  dividida  la  madre  patria ,  se  han  reunido  en  esta  Corona  ,  de- 
poniendo sus  rancios  rencores  y  disidencias ,  para  ensalzar  juntos  al 
inmortal  Azara,  creyéndolo  un  deber  nacional  que  á  todos  comprende, 
en  una  época  en  que  no  pesando  sobre  su  glorioso  nombre  la  tiranía 
de  sus  émulos,  la  justicia  habia  vuelto  por  su  causa,  y  su  buena  fama 
reclamaba  un  completo  desagravio,  una  vindicación  solemne  y  ostensible. 

Ovación  tan  magnífica  y  completa  ,  solo  nuestro  Azara  la  ha  con- 
seguido en  muerte  en  España,  y  no  conocemos  ninguno,  fuera  del 
gran  Napoleón  ,  su  amigo ,  que  la  haya  alcanzado  en  el  estranjero.  Su 
nombre  se  elogia  en  esta  Corona  ,  no  solo  en  todos  los  dialectos  espa- 
ñoles, única  obra  en  donde  se  han  visto  reunidos  hasta  el  dia,  si  que 
también  en  la  grave  y  sonora  lengua  del  Lacio  y  de  Cicerón,  en  la  ma- 
gestuosa  de  David,  en  la  maguí lica  de  Homero  y  de  Aristóteles ,  en  la 
de  Aberrocs  y  Avicena  ,  y  en  la  del  filósofo  Confucio ,  siéndolo  igual- 
mente en  la  del  Dante,  el  Tasso  y  el  Petrarca,  que  fué  su  favorita  después 
de  la  de  Cervantes,  en  la  de  Shackespeare  y  de  Walter  Scolt,  en  la  de 
Racine  y  Corneille,  en  la  del  espirituoso  Goethe,  en  la  de  Camoens,  y  en 
casi  todas  las  de  Europa.  No  solo  las  provincias  de  España  han  venido 
reunidas  á  poner  coronas  de  flores  sobre  la  gloriosa  pira  de  Azara ;  las 
cinco  partes  del  mundo  han  acudido  con  el  mismo  fin  á  honrar  su  me- 
moria, y  las  flores  de  Europa,  África  ,  Asia,  América  y  de  la  Oceanía, 
adornan  con  sus  bellos  colores  el  altar  del  héroe  que  eternizará  la  gra- 
titud de  los  hombres  de  todos  los  países  que  sean  amantes  de  la  huma- 
nidad y  de  la  virtud ,  y  que  deseen  verlas  honradas. 

Con  el  fin  de  dar  mas  interés  y  novedad  á  esta  obra,  y  de  hacer  co- 
nocer, en  donde  se  ignoren  sus  nombres,  los  ilustrados  españoles  que 
han  contribuido  á  formarla  ,  creímos  deberla  ilustrar  con  notas  biográ- 
fico-bibliográficas ;  mas  siéndonos  imposible  el  estendernos  en  ellas 
por  falta  de  datos  en  la  mayor  parte,  á  causa  de  la  escesiva  modeslia 
de  algunos  autores,  y  de  noticias  en  los  amigos  que  nos  las  han  facili- 
tado, nos  hemos  concretado  á  consignar  la  fecha  del  natalicio,  patria  y 
destino  ó  facultad  de  los  que  la  hemos  podido  averiguar,  v  la  noticia  de 
los  escritos  ú  obras  que  hayan  publicado,  no  sin  peligro  ¿e  que  se  nos 
queden  sin  citar  muchas,  por  ignorancia. 


Eli  las  mismas  notas,  qiie  se  ponen  ñor  provincias  para  seguir  el  or- 
den L>stribl(!ci(lo,  damos  también  la  tntauccion  de  las  poesías  escritas 
ya  en  dialectos  españoles  ya  en  lenguas  estraiijeras ,  y  bacemo»  la  re- 
seña del  fí^nero  do  poesía  de  algunas  de  nuestras  provincias,  dando  al 
git'opio  tiempo  otras  noticias  que  creemos  de  iolerés,  insertando  por  lo 
misioc)  algtmas  cartas  curiosas  de  los  mismos  autores  que  han  escrito 
en  \n  OiüunA. 

Nuestro  deseo  de  caracterizar  mas  á  las  provincias  obsequimtcs, 
nos  ha  impelido  á  terminar  las  poesías  de  sus  vales  con  el  escudo  de 
armas  q;ic  las  distingue  y  los  trajes  de  bus  naturales,  y  sentimos  en  el 
olmn  que  no  lodos  ios  grabados  correspondan  ú  objeto  tan  digno,  re- 
sintiéndose di!  la  ligereza  y  nrecipitacion  con  que  se  hicieron  ,  lo  qne 
contrasta  notablemente  con  lo  bien  ejecutado  de  los  retratos  grabados 
al  buril  de  los  ilustres  Azaras  que  les  ucompaüan,  y  con  las  dos  bellas 
portadas  lilograRadas. 

En  h  primera  portada  hemos  representado  la  gloria  del  puebtn  de 
Bar/mñaUs  íle  Araron  como  patria  del  grande  Azara,  cnyo  sepulcro 
guardan  el  soberbio  Eí/ro  y  e!  Iiumilde  Alcanadre,  al  pié  de  un  arco 
derendído  por  la  España  y  por  la  Fama ,  y  surmontadü  por  el  escudo 
de  armas  de  la  noble  casa  de  Asara,  viéndose  en  el  mismo  ocho  escu- 
dos de  las  provincias,  cuyos  blasones  oo  se  ven  en  su  lugar  por  no  tia- 
berse  hecho  á  tiempo:  en  la  segunda  portada  se  representa  la  apoteosis 
del  héroe  ante  cuya  Harneante  ara  depositan  sus  coronas,  no  solo  las 
provincias  de  España,  si  que  también  las  cinco  partes  del  mundo. 

En  tan  honroso  obsequio,  solo  nos  pertenece  la  humilde  trama  con 
que  hemos  formado  la  Corüma  ,  y  al  noble  sucesor  de  Azara,  el  señor 
Marqués  de  Nibbíano  ,  la  rica  cinta  que  siijctu  las  bellísimas  flores  que 
la  componen  ,  como  lazos  de  la  mas  loable  gratitud;  empero  nos  cabe 
la  glorid  de  ser  autor  del  pensamiento,  y  si  hemos  sabido  conducirle  por 
buen  camino  ,  esto  y  el  haber  conseguido  el  fin  que  nos  propusimos, 
de  vindicar  al  caballero  Azara  del  punible  olvido  con  que  tan  ingra- 
tamente le  paga  su  generación  los  importantes  servicios  que  la  prestó, 
y  de  hacerle  aparecer  entre  los  hombres  mas  ilustres  de  nuestra  Espa- 
ña, nos  deja  recompensados  con  usura  de  todo  cuanto  beincs  trabajado 
por  conseguirlo  ,  con  una  constancia  y  paciencia  á  toda  prueba  en  los 
seis  años  que  nos  hemos  ocupado  en  la  publicación  de  las  obras  postu- 
mas de  los  ilustres  Azaras  de  Aragón  y  cu  la  composición  y  dirección 
cíe  las  que  hemos  dado  iiluz  ,  para  hacerles  conocer,  como  tiisloria- 
dor  y  cronista  de  su  antigua  é  ilustre  Casa. 


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INTRODUCCIÓN. 


Smtm  euique  decus^  pos- 
terUai  rependU. 
(tácito.) 


DkGLoi 


^S  y  siglos  víiiieron  ensalzando  la  noble  familia  de  los  Azaras  de 
Aragón,  haista  llegar  al  grande  luminar  de  tan  esclarecido  linaje,  el 
IdcIíIo  hijo  de  Barbuñales«  Don  José  Nicolás  de  Azara  y  Perera, 
gloria  de  España,  y  cuyo  ilustre  nombre  es  aúo  delicia  de  Aragón, 
satisfacción  de  Italia,  respeto  de  Francia,  y  admiración  de  Europa. 
Medio  siglo  de  turbulencias  y  revuelias  en  que  se  ha  cambiado,  por 
decirlo  así ,  la  faz  del  mundo,  y  en  el  que  han  aparecido  y  desapare- 
cido tantos  astros  en  política,  no  lia  bastado  para  eclipsar  ni  un  solo 
rayo  de  la  refulgente  corona  de  gloria  que  supo  conquistarse  con  su 
virtud,  patriotismo  y  talento,  el  que,  nacido  en  las  humildes  riberas 
del  Alcanadre,  respirando  la  brisa  del  Guara  y  del  Sibil,  y  viendo  la 
luz  primera  bajo  los  humildes  techos  del  pintoresco  Barbuñales,  supo 
ostentar  su  ciencia  y  saber  en  las  magestuosas  márgenes  del  soberbio 
Tiher  y  del  orgulloso  Sena,  imponer  al  flameante  Vesubio  y  al  altivo 
Quírinal,  y  defender  al  magestuoso  Vaticano. 

El  valor,  la  arrogancia,  la  energía  y  las  virtudes  cívicas  que  os- 
tenta el  Aragón,  se  reconcentraron  en  el  corazón  de  Azara  para  en- 
cender en  él  aquel  fuego  patrio  que  tantos  héroes  ha  producido  en 
este  pais,  y  acudiendo  á  su  privilegiada  alma  todas  las  virtudes  nobles, 
la  ciencia  y  el  saber  para  engrandecerla,  se  formó  un  coloso  que  no 
pudo  menos  de  avasallar  cuanto  le  rodeó,  sujetándolo  á  su  imperio 

1 


—  2  — 

por  medio  de  los  fuertes  lazos  de  la  razón ,  de  la  elocuencia  y  del 
amor,  lazos  de  mas  poder  y  resistencia  que  los  que  impone  la  arbitra- 
riedad y  la  fuerza  material,  que  al  fin  viene  á  destruirse  bajo  el  mis- 
mo peso  de  sus  crueles  yerros,  y  por  los  mismos  medios  en  que  basa, 
fia  y  procura  su  conservación. 

La  opinión,  reina  del  mundo,  que  tarde  ó  temprano  viene á  ven- 
cerlo todo,  llegó  á  señalar  al  ¡lustrado  Azara  como  uno  de  los  hom- 
bres mas  dignos  de  su  pais,  y  de  los  de  mas  valia  de  su  siglo ;  y  como 
se  basaba  en  hechos  que  la  historia  siempre  conserva  en  el  sagrado 
templo  de  la  verdad «  por  mas  que  se  la  pretendan  ocultar,  como  un 
depósito  precioso  que  poder  ensenar  en  sn  dia  á  las  generaciones  para 
quienes  no  puede  nada  interesar  el  que  se  manifiesten  en  su  verdadero 
ser,  no  ha  podido  menos  de  llegar  un  tiempo  en  que  presentándose  al 
héroe  libre  de  asechanzas  de  amigos  y  enemigos  personales,  se  le  vea 
en  su  verdadero  tamaño,  sin  el  incienso  con  que  le  ofuscaban  los  nnos, 
y  los  negros  nubarrones  con  que  procuraron  ocultarle  los  otros. 

Los  hombres  grandes  tienen  siempre  dos  figuras  enteramente  dis- 
tintas; una  bella  y  colosal  para  sus  amigos  y  apasionados,  que  aún 
hacen  superior  sus  aduladores,  y  otra  fea  y  grosera  para  sus  émulos 
de  mala  ley  que  pintan  horrible  sus  enemigos  personales:  el  incienso 
de  los  unos,  unido  al  negro  humo  de  la  envidia  de  los  otros,  les  en- 
vuelve en  nube  tan  obscura  que  su  sombra  no  puede  percibirse  mien- 
tras viven,  ni  aun  después  de  finados,  en  tanto  qne  no  baja  al  sepulcro 
su  generación;  hé  aquí  por  lo  que  las  vidas  de  los  hombres  públicos 
escritas  á  su  vista ,  no  pueden  ser  mas  que  efímero  incienso  ó  negro 
humo  que  se  evapora  al  fin,  no  quedando  después  mas  que  baldón  ó 
miseria,  de  que  se  ríe  el  sabio  con  razón.  Si  los  escritores  de  las  vidas 
ó  biografías  de  los  que  viven  se  contentasen  con  apuntar  aquellos 
hechos  gloriosos,  nobles  ó  punibles  que  nadie  pudiera  negar  y  sin 
comentarios  de  clase  alguna,  no  solo  aconsejaríamos  esta  clase  de 
escritos  por  la  utilidad  que  prestarían  á  la  historia,  sino  que  tendría- 
mos por  un  deber  sagrado  el  que  so  hiciera  así;  pero  en  la  dificultad 
deque  nadie  se  presente  áser  tratado  en  relación  de  méritos  ó  de  des- 
méritos, por  decirlo  así,  ni  como  escritores  haya  muchos  que  no  quie- 
ran ensalzar  ó  vituperar  á  aquel  de  quien  escriben ,  ya  por  lo  que  les 
obliga  la  amistad ,  ya  por  lo  que  de  él  esperan ,  ó  ya  guiados  de  una 
venganza,  jamás  justificable,  estamos  porque  es  nocivo  á  la  moral  y 
á  las  buenas  costumbres  y  sumamente  perjudicial  á  la  verdad  de  la 
historia,  el  que  se  escríba  la  vida  de  los  hombres  antes  de  que  hayan 
bajado  al  sepulcro,  y  de  que  haya  pasado  siquiera  medio  siglo  desde 
su  defunción ,  apuntándose  solo  las  fechas  y  lugares  en  notas  biográ- 
ficas y  sus  obras  si  son  literarias  ó  artísticas,  porque  al  conservarse 


aquellas  para  que  no  haya  dudas  mañana ,  en  eslas  queda  bien  senta- 
do su  elogio  ó  baldón ,  su  mérilo  ú  ignorancia. 

A  esla  época  nos  parece  no  hay  ya  peligro  en  escribir  la  historia 
para  que  no  carezca  de  verdad ,  porque  si  el  historiador  por  pasión 
de  familia,  de  sistema,  ó  de  otra  cosa  cualquiera  que  sea,  se  para  en 
los  elogios  y  oculta  los  defectos,  no  faltará  ciertamente  quien  le  dé  en 
cara  con  ellos  sacándolos  á  plaza,  y  de  este  principio  contradictorio 
no  podrá  menos  de  salir  la  verdad  en  toda  su  desnudez  y  sin  ambajes 
que  desfiguren  sus  bellas  formas  para  que  se  cumpla  aquel:  incotrup^ 
ta  fides^  nudaque  veritas. 

Solo  en  dos  casos  admitimos  las  biografías  en  vida:  cuando  se  ha- 
cen simplemente  de  hechos  sin  comento  alguno  como  llevamos  es- 
puesto, para  denotar  los  ejecutados  por  tal  ó  cual  hombre,  á  fin  de 
aclarar  algún  punto  que  tenga  relación  con  esto,  según  lo  hacemos 
de  nuestros  vates,  en  las  notas  á  la  Corona  poética  en  este  tomo^ 
ó  cuando  se  escriben  fielmente  por  la  misma  persona  para  sincerarse 
de  ataques  dirigidos  contra  ella  sean  justos  ó  injustos,  porque  en  este 
caso  la  polémica  que  necesariamente  se  suscita,  si  bien  pocas  veces 
acaba  de  romper  el  velo  que  oculta  á  la  verdad,  la  deja  al  menos  en* 
Irever  y  esta  es  siempre  una  gran  ventaja  para  la  historia  contempe-p 
ranea. 

Somos  tan  de  esta  opinión ,  que  sin  la  publicación  de  las  Memo^ 
ríoj  de  D.  Manuel  Godoy^  Principe  de  la  Pa%^  publicadas  en  Parí¿ 
por  el  mismo  estos  años  pasados  para  sincerar  su  conducta  durante 
su  valimiento  con  el  Rey  D.  Carlos  IV,  tal  vez  no  hubiéramos  escri- 
to la  vida  del  caballero  Azara ,  de  que  nos  encargamos  accediendo  al 
deseo  de  su  heredero,  aunque  lo  deseábamos,  por  parecemos  aún 
temprano.  Empero  como  el  espresado  señor  Príncipe  haya  declinado, 
injustamente  en  nuestra  opinión,  alguna  de  su  responsabilidad  moral 
sobre  Azara,  achacándole  cosas  que  no  fueron  como  las  cuenta  en  su 
defensa  propia,  hemos  querido  volver  por  la  buena  memoria  de  quien 
tanto  valió,  no  obstante  de  que  tiene  tan  alta  su  reputación  que  no  son 
ya  posibles  los  tiros  de  sus  contemporáneos  para  causarla  menoscabo 
alguno. 

Vivo  estaba  por  fortuna ,  como  lo  hemos  dicho  dos  veces  en  el 
tomo  segundo  de  la  vida  de  Azara ,  vivo  estaba  todavía ,  pues  que  no 
ha  muerto  hasta  hace  pocos  meses,  el  señor  Godoy  cuando  se  publicó 
nuestra  obra,  déla  que  le  mandamos  un  ejemplar  á  París;  y  aún  vi- 
ven algunos  aunque  pocos  de  sus  contemporáneos  y  apasionados,  y  él 
pudo  sincerarse  en  tiempo  lo  que  no  ha  hecho,  y  ellos  pueden  venir 
aún  al  juicio  contradictorio  con  que  tenemos  el  honor  de  retarlos  al 
pié  del  digno  monumento  elevado  al  ilustre  aragonés  Azara ,  á  deponer 


_-  i  _ 

conlra  los  graudes  liccliosy  cscelencias  que  apuntamos  con  mas  voluntad 
que  acierlo ;  vengan  pues,  y  sino  hemos  aceri:irlo  á  descorrer  el  velo  que 
cubría  aquella  época,  lan  decantada  por  los  que  represen  laron  un  prin- 
cipal papel  en  ella,  riisguenle  con  mano  fuerle  y  señálennos  h  peque- 
nez de  nueslro  héroe,  y  los  defectos  que  en  su  opinión  eclipsan  su 
gloria;  pero  no  lo  harán  seguramente,  nos  hemos  apoyado  en  docu- 
mentos verdaderos,  y  la  firme  hase  sohre  que  cslriha  la  rcpuiacion  de 
Azara  es  asaz  sólida  para  que  pueda  temerse  nada  del  aquilón,  por 
muclio  que  arrecie  el  huracán. 

A  pesar  de  que  la  doctrina  que  acahamos  de  esponer  no  ha  sido 
desconocida  por  los  sabios  ni  por  los  escritores,  ha  habido  y  hay  hom- 
bres de  tan  colosal  reputación  ó  de  nombradla  lal ,  por  lo  bueno  ó  por 
lómalo,  que  no  es  posible  dejar  dchablar  de  ellos  en  ciertas  obraslia- 
madas  á  dar  á  conocer  á  los  venideros  la  fisonomía  del  siglo ,  y  esta  no 
es  por  cierto  invención  moderna  puesto  que  lo  \emos  ya  en  Plutarco  en 
sus  Varanes  ilustres,  y  en  otros  varios  escritores  de  la  antigüedad.  Asi 
es  que,  ó  no  ha  de  llenarse  bien  el  deber  de  enciclopedista  biogrúfico  ó 
histórico,  ó  es  preciso  hacer  mérito,  siquiera  sea  de  paso,  de  aquellos 
contemporáneos  cuya  reputación  descuella  en  primer  término,  pero  aquí 
es  en  donde  era  necesaria  toda  la  circunspección  del  historiador  para 
no  desfi}í;urarel  carácter  verdadero  de  su  héroe,  arrastrado  de  pasio- 
nes que  le  sean  favorables  ó  contrarias  en  su  corazón,  cosa  por  lo  que, 
como  sucede  por  lo  común,  perjudican  mas  que  benelictan  d  la  his- 
toria esta  clase  de  obras,  que  debieran  ser  su  apoyo  mas  robusto. 

Sin  elevarnos  á  las  sanas  y  buenas  prácticas  oi'Iodo<£asde  nuestra 
religión ,  en  la  que  no  se  preconizan  los  hombres  grandes  en  virtud  y 
santidad  liasla  que  ha  finado  no  solo  su  generación  si  que  también  la 
que  la  sucedió,  cosa  muy  conveniente  en  nuestro  sentir  para  quesean 
mas  reverenciados  aquellos  seres  privilegiados  señalados  con  el  dedo 
de  Dios  á  su  Vicario  en  la  tierra,  para  que,  venerados  en  los  altares, 
sean  reconocidos  medianeros  benéficos  cutre  su  soberana  Omnipoten- 
ciayel  hombre;  sin  remontarnos  á  lauta  altura,  el  pueblo  chino,  mas 
sabio  tal  vez  que  nosotros  en  muchas  cosas,  liace  un  estudio  serio  de 
la  historia  sobre  la  base  de  la  verdad  que  procura  hallar  á  todo  trance; 
y  así  es  que,  durante  la  vida  de  un  soberano,  recibe,  en  depó- 
sitos herméticamente  cerrados  que  no  han  do  abrir  los  jueces  que 
los  admiten,  escritos  en  que  cada  uno  espone  libremente  sn  opinión 
sobre  las  virtudes,  vicios  y  defectos  del  monarca  reinante  ó  que  fué. 
El  tribunal  lleva  un  diario  de  sus  hechos  que  también  ha  de  entrar, 
después  de  su  muerte,  en  la  caj»  misteriosa  que  al  cabo  de  muchos 
años  han  ile  abrir  jueces  imparcibles  sin  afecciunes  ni  odios  personales 
contra  aquel  que  van  á  juzgar,  para  pesar  en  nna  fiel  balanza  lo  bueno 


J 


—  5  — 
<i  malo  t:|iie  del  juzgado  conste,  y  escribir  su  \ÍJa  según  el  resiiliado 
<|ue  arrojen  de  si  los  documeiilos  que  examinan,  no  sin  dejar  de  le- 
ner  en  cuenln  la  buena  ó  mala  impresión  que  de  aquel  de  i|iilen  ven 
las  memorias  haya  quedado  y  manienga  la  tradición  |)0|jiilar  (1).  Esle 
sabio  iríbnnal.  era  semejanlc  al  famoso  Congreso  e^'ípcio  en  que  se  dis- 
culia,  sdbre  el  cadáver  de  los  que  morían,  sus  buenas  6  malas  obras 
para  juzgarles  por  sus  lieclios  y  senlenciar  si  era  ó  no  digno  de  sepul- 
tura, tribunal  que  de  Minos  y  liadamanlo  nos  trascribe  lambien  la 
poesía  con  alguna  semejanza.  Pariodado  después  entre  nosotros  este 
tribunal,  pero  siempre  en  sentido  de  elo;;io  en  las  acostumbradas 
oraciones  fÚDebres,  cdsi  jamás  espresion  completa  de  la  verdad,  re- 
presenta el  poder  y  triunfo  de  la  opinión  pública  soberana  dct.mundo 
como  llevamos  diclio  y  la  cual,  proveyendo á  la  bistoria  <le  poderosas 
armas,  viene  al  lin  á  bennanaise,  pronto  ó  mas  larde,  á  la  verdad, 
emanación  divina  de  Dios  que  pesíi  en  su  balanza  nuestros  buenos  li 
malos  hecbos,  para  premiarlos  ó  penarlos  se^un  la  diferencia  á  que 
se  incline  el  fiel. 

Confesamos,  no  obstante  lo  dictio,  que  es  mas  diricil  escribir  la 
vida  de  un  liombre  que  íiuó  en  lejana  i^'poca,  que  la  del  que  vivió]  ó 
existe  aún  entre  nosotros,  porque  tío  puede  menos  de  liaberse  lleva- 
do tras  sí  su  generación,  sin  dejar  huella  de  muchos  preciosos  detalles 
que  la  embellecerían.  Empero,  aun  cuando  esto  sea  así ,  en  el  concep- 
to de  que  los  referidos  detalles  perdidos  por  lo  general,  no  son  aque- 
llos que  por  su  magnitud  se  graban  en  el  corazón  de  los  contemporá- 
neos con  caracteres  indestructibles,  en  cuyo  solo  caso  es  cuando  los 
admite  la  tradición  para  llevarlos  de  generación  en  generación  y  de 
pueblo  eu  pueblo,  ¿no  vale  mas  perder  uu  lincamiento  precioso,  que 
tropezar  á  cada  paso  con  la  multitud  de  miserias  que  destruyen  el  buen 
efecto  del  cuadro  de  la  vida  del  hombre  que  vemos  ó  liemos  conocido? 
Si  se  pierden  eu  la  historia  de  los  muertos  de  larga  fecha  bellezas,  son 
mas  los  defectos  que  con  él  se  enlierran,  y  en  este  caso  es  mejor 
perder  uu  accesorio  por  bello  que  sea,  que  el  original  entero ,  ó  que  se 
presente  éste  en  tal  estado  que  apenas  pueda  columbrarse  su  mérito 
ofuscado  por  mil  y  mil  abrojos,  interesados,  con  justicia,  en  obscure- 
cerle. Es  preciso  que  la  apoteosis  de  un  mortal  cumpla  con  su  objeto 
eo  todas  sus  partes,  pues  que  de  fallarle  el  menor  requisito  es  tanto 
como  desnudarle  de  la  ráfaga  de  divinidad  de  que  se  le  supone  rodea- 
do, jr  el  Ídolo  falto  de  luz  propia  «jueda  materializado  por  sj  mismo. 


(I)  Es  lal  el  es crtíp atonde  los  cliínos  ea  c%lo.  que  hasta  ilan  á  sus  soliiTanos 
otro  nombre  del  que  tuvieron  en  vida,  temiendo  quo  aquel  H|jarezca  mancbaitu 
por  algún  deructo. 


Kl  piielilo,  al  paso  qat  se  eotosbsmi  á  h  ñsia  del  kéfoe  qve  id- 
iníri  y  victorea  sobre  el  carro  de  tríaofo,  pierde  sa  eatasiasmo  eo 
cuanto  16  lú  accixa,  porque  ai  considerarle  no  solo  de  sa  propia  figu- 
ra y  maleria,  sino  con  sas  visnos  defectos  j  aan  snperiiidole  en 
alloa,  onipíeía  por  analizarle,  llef^  á  conocerle  y  acaba  por  despre- 
ciarla, cambiando  sn  primer  entnsiasmo  en  indifeitencia  á  la  bon  de 
halvarlo  aplaudido  y  aborreciéndole  al  dia  siguiente.  Esto  es  lo  que 
oomiinmeiUe  sucede  j  no  puede  menos  de  acontecer  si  seeiamina  la  Ín- 
dole del  coraion  humano ,  miiime  cuando  no  modera  sus  impulsos  b 
educación  como  sucede  en  las  masas,  t  cuando  la  ilustración  de  las 
demás  clases  no  ha  recibido  toda  su  perfección.  Per  el  contrario ,  ese 
pueblo  de  condición  natural,  tan  Toluble  re»|tectoá  los  títos,  acata 
con  respeto  la  memoria  de  los  finados  de  quienes  la  tradición  les  bace 
concebir  una  figura  gigantesca  t  sobrenatural :  j  cuando  Té  la  imagen 
que  recuertia  sus  facciones,  no  la  considera  va  como  U  estampa  de 
un  ser  de  su  especie ^  sino  que  pasando  engrandecida  b  %sura  de  sus 
ojos  á  su  imaginación .  olvida  las  formas  naturales  por  bs  maravillosas 
que  de  ella  concibiera,  t  regocijándose  su  corazón  cambia  en  pasión 
lo  que  empezó  curiosidad. 

Lo  reísimos «  cooTcncidos  de  la  verdad  del  principio :  cuanto  mas 
lejano  el  hértüe  de  nosotros,  tanta  mavor  veneración  nos  infunde,  v  bé 
aqui  ese  profundo  respeto  con  que  acatamos  i  Pelm/m ,  al  CM,  al  Com- 
éf  Ffrmmm  Gomsaftz  v  á  otros  muchos  insignes  personajes  que  i  ha- 
berlos conocido  T  tratado ,  acaso  no  recordáramos  coa  tal  placer  j 
entusiasmo. 

Estamos  ea  h  pers^uasion  de  que  si  las  vidas  tiel  inmonai  Certmm- 
fes  T  del  ins^ne  Gmrr{la$o.  princi|viles  padres  de  nuestra  lengua  patria, 
kuliiesen  sido  escrius  |>or  sus  coniemporaneos ,  ea  cuyo  caso  ao 
babiera  podido  menos  de  teaer  alguna  parte  b  adulacioa  d  la  dialfiva 
de  b  eavidia .  si  biea  por  sas  obras  siempre  se  aos  presealaríaa  ea 
sa  gigantesca  figura  literaria,  no  dejaríamos  de  bailar  algaaos  luaa- 
res  qae  oscareciesen  su  aureola  de  gloria:  pero  afortuaadameaie  para 
ellos,  y  pira  nuestras  ilusi«Hie$.  que  son  las  fieles  gaanbdoras  del 
eatasiasmo ,  ao  se  pretendió  darnos  los  detalles  de  sas  vidas  hasta  b 
época  en  que,  olridadas  sus  debilidades  humanas «  solo  se  les  podia 
consitlerar  como  héroes  rtnleados  de  brillante  luz  producida  por  sas 
buenos  hechos.  En  efecto,  i  poco  qae  se  pare  la  ateacioa  se  vytI  qae 
cuanto  mas  se  van  alejando  los  hooibres  de  nuestra  edad «  a^jores  y 
mas  grandes  nos  par^ven .  y  al  contrario  »  disminuyen  de  tamaño  al 
írsenos  acercaudo  ^  considerándolos  pigmeos  si  les  tocamos  y  exami- 
namos frente  á  frtinte.  Ilombres  han  lígarado  á  aaesira  v«i»a  i  bs 
qae,  si  biea  ao  podeaios  ai^r  aa  gna  mérito  por  el  4|aft  ka 


ama 


tamos,  DO  podemos  acatar,  porque  al  lado  de  sus  grandes  hechos 
consideramos  en  sus  pasiones  su  pequenez;  vemos  al  héroe  y  al  hom- 
bre en  una  misma  pieza,  y  la  continua  lucha  en  que  les  consideramos 
DOS  quita  el  buen  efecto,  y  no  nos  deja  formar  la  ilusión  desapasio- 
nada que  deseamos  hallar  y  no  encontramos. 

Hombres  acaban  de  finar,  y  aun  viven  entre  nosotros,  que  ensal- 
zadas y  vituperados  i  la  vez  según  las  pasiones  de  los  que  les  juzgan, 
tendrán  un  cuito  general  civil  mañana,  después  que  desaparezcan  con 
ellos  las  pasiones  de  sus  contemporáneos,  que  unidas  á  sus  debilida- 
des oscurecen  hoy  su  gloria.  Hay  seres  que  habiendo  figurado  en  pri- 
mera línea  son  objetos  de  placer  ó  de  odio  cuando  se  les  recuerda,  y 
en  ambos  sentidos  se  devora  con  ansia  cuanto  les  pertenece  por  la 
sociedad ,  deseosa  de  saber  hasta  las  menores  particularidades  de  su 
vida  privada ,  al  paso  que  pasan  desapercibidos  muchos  de  sus  bue- 
nos hechos  públicos  y  privados,  por  mas  que  se  procure  poner  algu- 
nos en  evidencia. 

Debe  tener  presente  el  historiador,  según  el  P.  Reyes,  á  cuya 
opinión  nos  atenemos,  «que  no  basta  que  empeñe  todo  su  celo  por 
el  triunfo  completo  de  la  verdad  ,  de  la  que  pretende  ser  órgano  fiel, 
exacto  y  escrupuloso,  sino  que  es  menester  que  encargado  de  referir 
las  acciones  del  hombre  público  no  se  contente  con  producir  los  he- 
chos aislados  y  con  la  reticencia  de  las  causas  que  los  determinaron. 
No  basta  presentar  su  héroe  sobre  el  teatro  de  sus  acciones,  sino 
que  es  menester  hacer  sensibles  los  motivos  que  le  decidieran  á  ellas, 
y  hasta  lasmismas  intenciones  que  la  dirigieron.  Debe  proteger  con 
entereza,  cuando  el  caso  lo  pida,  su  inocencia,  y  declamar  también 
en  favor  de  una  virtud  modesta  y  poco  celosa  de  su  gloria  ,  ó  mas 
presto  empeñada  en  hurtarse  de  los  aplausos  á  que  por  su  conside- 
ración juzgó  no  tener  derecho.  > 

No  se  crea  por  cuanto  llevamos  dicho  que  pretendamos  se  deje 
de  premiar  el  talento  y  la  heroicidad  en  vida  con  justa  ovación  al  que 
se  haga  digno  de  ella ,  al  contrario  ,  lo  aconsejamos  para  estímulo  de 
sos  compatricios;  pero  deseamos  que  sea  siempre  concediendo  mas 
á  la  justicia  que  á  la  adulación  y  al  favor:  tampoco  queremos  quede 
impune  el  malo ;  pero  sí  pretendemos  que  el  castigarle  sea  de  modo 
que  no  pueda  achacarse  á  ofensa  premeditada, sino  á  corrección  me-* 
recida. 

Como  el  mismo  Azara  lo  dijo  al  empezar  su  Elogio  al  inmortal 
Garlos  HI:  cLa  historia  de  los  siglos  pasados  nos  hace  ver  que  por 
disposición  de  la  Providencia  y  la  naturaleza  de  las  cosas  ha  habido 
y  habrá  siempre  algunos  hombres  de  quienes  en  gran  parte  depen- 
de la  felicidad  del  género  humano;»  á  lo  que  añadió  el  general  de  los 


—  8  — 

Carmelitas,  P.  Reyes,  en  su  Elogio,  (rqne  los  hombres  destioados 
por  la  Providencia  á  beneficio  de  sus  semejantes  son  los  verdadera- 
mente sabios ,  de  quienes  está  escrito  que  la  multitud  de  ellos  es  la 
sabiduría  del  universo ,  entre  los  que  fué  singular  y  claro  el  mérito 
del  caballero  Azara,  nacido  para  beneficio  y  honor  de  la  humanidad, > 
Y  habiendo  esta  clase  de  hombres,  por  Fortuna,  aunque  en  corto  nú- 
mero, por  desgracia,  ¿cómo  podríamos  pretender  que  no  fuesen 
honrados  debidamente  y  en  todos  tiempos  por  sus  semejantes? 

Dejando  á  los  filósofos  y  moralistas  la  penosa  tarea  de  discurrir 
sobre  las  bases  y  principios  en  que  estriban  nuestras  reflexiones  para 
calificarlas,  lo  que  fácilmente  podrá  hacer  el  que  nos  lea,  si,  metiendo 
la  mano  en  el  seno,  pregunta  4  su  conciencia  sobre  ello,  añadiremos 
que  el  olvido  en  que  de  intento  se  dejó  al  caballero  Azara  en  su  pa- 
tria por  espíritu  de  pandillaje  y  de  fanatismo  político,  casi  al  propio 
tiempo  que  humeaba,  embalsamando  el  ambiente,  el  incienso  de  los 
triunfos  que  constituyen  su  gloria,  y  después  los  grandes  aconteci- 
mientos, de  que  fué  sabio  profeta,  que  embargaron  toda  la  atención 
de  los  españoles  ocupados  en  la  independencia  de  su  patria  primero, 
y  en  alcanzar  su  libertad  civil  después:  este  olvido  ,  repetimos,  ha 
sido ,  eu  cierto  modo,  una  fortuna  para  su  buena  memoria,  y  mucho 
mas  para  nosotros,  su  historiador,  puesto  que  llegándonos  la  clarí- 
sima luz  de  sus  virtudes  y  de  sus  glorias,  no  columbramos  siquiera 
un  átomo  de  sus  debilidades,  sin  duda  porque  abismados  en  su  pro- 
pia pequenez  se  sumirian  con  él  en  el  sepulcro  para  dejar  su  gloria 
mas  pura  y  resplandeciente.  Si  no  es  así  esto,  abierto  dejamos,  como 
hemos  ya  dicho  ,  el  juicio  contradictorio,  y  ante  el  supremo  tribu- 
nal de  la  opinión  pública ,  presidido  por  la  justicia ,  podrán  depo- 
ner sus  razones  en  las  aras  de  la  verdad  ,  los  que  pretendan  probar 
que  el  inmortal  Azara  no  fué  tan  grande  como  le  presentamos,  y 
como  generalmente  se  le  cree  hoy  por  todos  los  hombres  instruidos 
del  mundo  civilizado,  como  tal  le  hemos  defendido  con  empeño ,  te- 
niendo presente  que  como  en  su  Elogio  dijo  el  P.  Carmelita  Reyes: 
«El  Historiador  debe  proceder  en  este  género  de  discursos  sin  respeto 
alguno  humano ,  y  tener  el  valor  de  combatirle  siempre  que  lo  exi- 
jan, ó  las  siniestras  prevenciones,  ó  las  mentiras  acreditadas.»  Nos 
hemos  detenido  mas  de  lo  que  creíamos,  y  tal  vez  debíamos,  ea 
esta  introducción  á  la  gloria  de  nuestro  ilustre  aragonés,  y  vamos 
á  entrar  por  fin  en  el  objeto  principal  que  nos  hemos  propuesto, 
que  es  relatar  con  sencillez  y  del  modo  que  mejor  podamos ,  los 
hechos  que  hemos  presenciado  en  su  honor,  y  en  los  que  hemos 
tomado ,  en  su  obsequio ,  no  poca  parte.  Acompáñanos  el  temor 
de  que  en  la  ejecución  falte  mucho  de  lo  que  desea  nuestra  vo- 


—  9  — 

Innladt  porqne  la  figura  de  Azari  es  tan  colosal  á  nuestra  vista, 
qae  al  tratar  de  él  no  podemos  menos  de  esclamar  con  nuestro 
qoerído  amigo  el  ilustrado  magistrado  y  Senador  del  reino  el  Es- 
celentísimo  Sr.  D.  Pascual  Femandes  Baeza,  cuando  empieza  elo- 
giándole en  la  Oda  que  insertamos  en  la  Corona  Poética,  Musa 
Castellana-Leonesa : 

¿Fuera  tal  m¡  osadía  que  ¡htenlára 
Cual  los  Titanes  escalar  el  cielo, 
O  con  rápido  vuelo 
Subir  á  doode  Azara 
Tiene  sentado  de  su  gloria  el  trono; 
Y  en  pindárico  tono 
Himnos  cantar  á  su  virtud  preclara? 


GLORIAS  DE  AZARA  EN  EL  SIGLO  XIX, 


Joiephui  Nicolaus  Azara  celtiber 
natalibíu  ,  ingenio  ^  eruditione, 
vitoRque  inlegritate  clanu  disd- 
pHnarum  omnium ,  bonarumque 
aríium  cultor  ac  promotor  exi- 
miui  carminum  vindex^  justituB 
verüalisgue  adseníor  strenuus 
rerum  gestarum  magnUudine  et 
copia  celebratissimus  principia 
bus  üc  bomis  omnibui  ob  egre- 
gias dotes  suas  miraculum  ca- 
rus.  Qiii  cum  invidotum  hotni- 
num ,  ac  sichophantarum  ctstus 
deluissetf  eorumque  maias  artes 
dispenxisset. 

(P.  Ret£s,  Elogio  db  Ailbül.) 


E 


L  precioso  diamante  de  la  casa  de  Borbon ,  el  inmortal  Carlos  III 
de  gloriosa  memoria ,  que  tuvo  el  privilegiado  talento  de  saber  esco- 
ger á  los  hombres  de  quienes  rodearse  para  proporcionar  prosperidad 
y  ventura  á  Espafia ,  de  la  que  disfrutó  esla  nación  durante  su  feliz 
reinado,  empezó  á  tejer,  con  preciosas  flores  de  su  grandeza,  la 
corona  de  gloria  de  Azara,  uno  de  sus  mas  fieles  y  sabios  servidores. 
Continuó  aumentándola  con  inmarcesibles  laureles  el  buen  Carlos  IV, 
su  augusto  hijo  y  sucesor ,  y  engrandeciéndola  con  floridas  ramas  los 
Pontífices  Clemente  XIV  y  Pío  VI,  y  los  Soberanos  José  II ,  Em- 
perador de  Alemania,  Gustavo  III,  Rey  de  Suecia,  los  Reyes  nue- 
vos de  Etruria,  Infantes  de  España  y  D.  Luis  y  doña  Haru  Luisa, 


el  Gran  Leopoldo,  Duque  i]e  Tos  cana ,  y  Jespues  emperador  de 
Alemania,  el  DnQDE  de  í'arma  ,  y  otros;  el  coloso  del  siglo,  el 
gran  Napoleón  Bonaparte,  tuvo  la  satisfacción  de  acrecentar  eus 
laureles,  y  el  sentimiento  de  colocar  la  corona,  rodeada  de  ciprés, 
sobre  el  sepulcro  de  su  sdliio  amigo. 

Estaba  reservado  sin  duda  al  reinado  de  Isabel  II  el  acabar  la 
obra  empezada  por  sus  augustos  abuelas  ,  pues  que  babiendo  alzado 
del  sepulcro  nuestra  Heina  aquella  corona,  tejida  por  tan  augustas 
manos,  empezó  por  cubrirla  de  una  aureola  brillante  de  gloria  que  la 
dispuso  á  ser  lanzada  á  los  cíelos  al  hacerse  la  apoteosis  de  aquel 
hombre  ilustre  que  supo  honrar  á  su  pais  y  llenar  el  mundo  de  su 
nombre,  por  lo  cual  puede  aplicársele  aquel  Non  lauri  mille 
tuentur. 

La  íQclita  nieta  de  Carlos  ill  ha  vuelto  por  el  decoro  de  su  pue- 
blo ensalzando  la  memoria  de  Azara  al  medio  siglo  de  su  muerte ,  y 
premiando  con  su  real  aprecio,  como  lo  hicieron  un  dia  sus  abuelos, 
sus  privilegiados  talentos  y  nunca  desmentido  patriotismo,  en  la  ca- 
beza de  su  ilustrado  sucesor,  al  que  ha  condecorado  con  distinciones 
dignas  de  su  regia  munificencia ,  y  no  menos  merecidas  por  e)  que 
heredó  las  virtudes  del  Libertador  de  Roma,  y  por  el  que,  con 
tanta  grandeza  coniu  geucroso  dcsprendimiecto ,  sabe  haorar  á  sus 
gloriosos  antepasados. 

Hacer  mención  de  las  honras  y  distinciones  recibidas  de  nuestra 
augusta  Reina  por  los  ilustres  descendientes  del  célebre  diplomático,  y 
por  las  familias  nobles  allegadas  á  ellos  con  los  vínculos  de  la  sangre, 
razón  por  la  que  blasonan  ,  al  lado  del  suyo  natural ,  el  apellido  es- 
clarecido de  Azara,  seria  tanto  como  querer  hacer  la  historia  de  una 
familia  fecunda  en  seres  privilegiados  y  acatados  por  su  país;  y  como 
esto  lo  hayamos  hecho ,  si  bien  con  alguna  brevedad,  en  el  Pakteon 
BlofinAFiCfí-MODERSO  rfe  los  ilustres  Azaras  de  Aragón ,  obra  pu- 
blicada en  1848,  remitiendo  á  ella  al  curioso,  bastará  consignemos 
aquí  que  no  hay  carrera  distinguida  eu  la  nación  en  la  que  no  figure 
dignamente  un  Azara ,  inclusa  la  que  asiste ,  por  el  voto  del  pueblo, 
al  santuario  de  las  leyes  en  la  Kcpresentacíon  INacional,  en  el  que 
muchos  de  ellos  han  coadyuvado,  hasta  el  dia,  y  continúan  hoy,  á 
la  formación  de  las  leyes ,  siendo  üeles  guardadores  de  ellas  en  los 
altos  destinos  del  Estado ,  en  lo  que  imitan  á  su  inmortal  pariente. 

Cuando  al  glorioso  nombre  de  Azara  se  hacian  tales  y  tantas  hon- 
ri9  por  su  patria  y  por  su  Keína,  no  podia  menos  de  tenerse  por  san- 
tificado su  patriotismo,  y  acrisolada  su  lealtad ,  lo  que  unido  al  culto 
civü  que  recibia  ya  ,  como  ilustrado  literato  y  sabio  diplomático ,  del 
mundo  civilizado,  le  ponia  en  la  categoría  de  aquellos  hombree  prt- 


—  12  — 

TÜegpados  á  qoíenes  la  posteridad  venera  en  aa  memoria  por  ana  glo* 

íh 


riosos  hechos  y  escelentes  virtudes.  Así  lo  pensó  justamente  so 
tarado  sobrino  y  heredero  el  Sr.  D.  Agustín  de  Azara ,  tercer  mar- 
qués de  JNibbiano ,  cuando  accediendo  al  voto  universal  que  procla- 
maba á  su  ilustre  tio,  uno  de  los  españoles  mas  beneméritos  del 
siglo  XY m ,  y  por  lo  tanto  digno  de  la  honrosa  dístineion  coocedída 
á  los  grandes  hombres ,  determinó  erigirle  un  monumento  que  espre- 
sase á  las  generaciones  venideras,  no  solo  su  valer  y  grandeza,  si  que 
también  la  gratitud  con  que  su  familia  y  su  país  habia  sabido  corres- 
ponder á  sus  servicios  patrióticos ,  honrando  debidamente  su  me- 
moria. 

Los  volantes  de  las  fábricas  de  monedas  y  medallas  de  la  capital 
del  orbe  cristiano ,  hábian  ya  eternizado  en  metales  al  que  fué  su  sal- 
vador benéfico :  testigo  de  ello  esas  medallas  que  tanto  honran  su 
memoria.  Los  duros  mármoles  presentaban  ,  en  repetidos  y  bien  aca- 
bados bustos ,  el  homenaje  que  supo  rendirle  á  tiempo  la  escultura. 
El  pincel ,  el  tiralíneas  y  el  buril  de  los  maestros  de  las  artes ,  habian 
también  correspondido  dignamente  al  ensalzamiento  de  su  magnifico 
Mecenas ,  ya  reproduciendo  sus  agraciadas  y  nobles  facciones ,  ya 
proyectando  arcos  de  triunfo,  y  monumentos  que  declaran  una  mere- 
cida ovación  y  el  amor  que  le  profesaron  aquellos  de  sus  contempo- 
ráneos que  tuvieron  la  dicha  de  conocer  su  mérito  y  de  participar  de 
sus  beneficios ;  y  en  fin ,  la  prensa  europea  habia  sudado  cien  y  cien 
veces  para  reproducir  sus  alabanzas  y  comentar  sus  virtudes.  ¿Qué  ha- 
cer, pues,  para  completar  su  apoteosis?  Solo  faltaba  á  su  gloria  que  la 
humilde,  pero  ilustre  casa  que  le  vio  nacer,  se  convirtiera  en  un  tem- 

Elo  de  veneración  civil  en  el  que  fuese  Azara  el  ídolo ,  y  que  el  pne- 
lecillo  de  Barbuñales  de  Aragón  adquiriese ,  ademas  de  la  celebri- 
dad que  ya  debiera  al  Héroe,  un  monumento  glorioso  que  eternizase 
su  grandeza. 

Así  fué  en  efecto,  pues  prefiriendo  el  actual  marqués«de  IVibbiano 
la  gloria  del  nombre  de  su  familia  al  mezquino  interés  por  el  que  todo 
se  abandona  en  estos  tiempos  tan  metalizados  por  desgracia ,  no  solo 
hizo  cuantiosos  desembolsos  para  la  impresión  de  las  obras  escritas 
por  sus  dos  ilustres  tios  D.  José  y  D.  Félix  ,  y  para  que  se  escribie- 
sen sus  vidas  á  la  vista  de  muchos  documentos  auténticos  que  posee 
en  su  archivo ,  sino  que  hermoseando  la  casa  solar  de  los  Azaras  de 
Aragón,  en  que  nacieron  sus  astros  mas  rebilgentes ,  encargó  al  dis- 
tinguido escultor  catalán  D.  José  Bober  hiciese  un  sencillo,  pero  ele* 
gante  monumento  en  mármol  de  Carrára ,  para  eternizar  á  su  Ínclito 
antecesor. 

Conatraido  el  referido  monumento  en  Barcelona ,  ae  condujo  á 


—  13  — 

Barbufiíles  el  lüo  pasado  de  1850^  y  colocándose  en  la  Tachada  prín- 
ápal  de  la  casa  solar  de  los  Azaras ,  se  dispuso  todo  para  inaugurarle 
draidimeote,  á  cuyo  efecto  nos  llamó  el  señor  marqués  de  !NibbÍanOf 
para  que,  como  historiadores  de  su  familia,  asistiésemos  i  tan  solemne 
Mto ,  que  M  dispuso  y  «eeutó  conforme  vamos  á  decir,  acto  que  han 
engrandecido  los  ilustraoos  vates  españoles  después  tejiendo ,  ea  ho- 
nor de  Azara,  la  corona  poética  mas  copiosa  que  jamás  se  ha  for- 
mado CD  Espifia. 


día  grande  de  barbuñales. 


Magna  parens  firugum 
Saturnia  tellut, 

(Vugiuo.) 


c 


LARA  y  serena  nació  el  alba  la  mañana  del  dia  23  de  octubre 
de  1850  en  el  alto  Aragón.  La  rosada  aurora  no  tardó  en  bañar  de 
oro  las  elevadas  crestas  del  alto  Pirineo,  que  se  asoma  respetuoso 
por  entre  el  Guara  y  el  Sibila  y  estendiendo  sus  dones  del  monte  á 
¡as  llanuras ,  y  de  estas  á  los  valles ,  los  risueños  y  floridos  campos 
del  pintoresco  BarbuNalbs  participaron  del  celeste  don ,  dorando 
su  yerdura  con  los  rayos  del  díyíno  Febo,  que  se  presentó  bello 
y  radiante  á  reanimar  con  su  faz  de  fuego  á  la  naturaleza  ente- 
ra. Las  encantadoras  brisas  de  la  mañana  desprendieron  los  aromas 
de  las  flores  para  llevarlas  de  beso  en  beso  á  embriagar  de  ambrosía 
á  los  felices  mortales  que  las  aspirasen.  Las  parleras  aves  voltijeando 
de  árbol  en  árbol  y  de  rama  en  rama,  saludaron  en  alegre  concierto 
al  padre  de  la  vida,  al  paso  que  triscando  por  el  prado  los  corderillos^ 
y  regocijados  en  el  monte  de  Lízana  los  tiernos  gazapillos ,  se  veia 
por  do  quier  un  prodigio ,  un  nuevo  encanto  que  ponia  de  manifiesto 
la  grandeza  del  Ser  Supremo ,  Padre  de  la  luz  y  de  la  creación  ente- 
ra :  todo  parecia  halíerse  reunido  por  la  naturaleza  para  engrandecer 
el  acto  que  habia  de  tener  lugar  en  Barbuñales  en  este  dia ,  en  que 
adquirirla  nuevos  títulos  que  acrecentasen  su  celebridad ,  como  cuna 
de  los  ilustres  Azaras  y  palacio  de  los  señores  de  Lízana. 

Ocupa  el  pueblecillo  de  Barbuñales  una  situación  tan  bella  y  des- 
pejada sobre  ua  montecillo  que ,  á  manera  de  moto ,  se  eleva  en  nna 


—  16  — 

esteosa  llanura,  que  parece  mas  que  pueblo  un  bonito  castillo  ó  casa 
de  campo  rodeado  de  huertecillos  siempre  cubiertos  de  flores  y  de 
?erdura.  Domínanle  á  lo  lejos,  hacia  el  Norte,  las  elevadas  sierras  del 
Guara  y  del  Sibil ,  separadas  en  una  cortadura ,  por  la  que  asoma  su 
blanca  cabellera  el  soberbio  Pirineo ,  como  para  saludar  á  las  altas 
llanuras  de  Aragón,  y  cercándole  en  lontananza,  por  Oriente,  el  alto 
Turban,  el  CoUella  y  el  Garrodilla ,  y  por  Mediodía  la  sierra  de 
Alcubierre  y  de  Jttonegros^  solo  le  queda  abierta  la  puerta  de  la  via 
de  la  antigua  Osca^  por  camino  libre  de  las  gigantescas  sierras  de 
Aragón  y  de  Cataluña.  Su  bellísima  situación  le  nace  disfrutar  de  la 
vista  de  porción  de  pueblecillos  á  cortas  y  largas  distancias ,  y  unido 
esto  á  lo  feraz  de  su  suelo  cubierto  de  olivos ,  carrascales ,  árboles 
frutales  y  viñedo,  presenta  el  panorama  mas  seductor  que  puede  ima- 
ginarse el  lector.  Corta  es  por  cierto  la  población  de  Barbuñales,  pues 
que  no  pasa  de  400  habitantes  á  lo  mas ,  que  ocupan  setenta  y  ocho 
casas  agrupadas  al  lado  del  palacio  de  Azara  y  de  la  elegante,  aunque 
humilde,  parroquia  de  San  Lorenzo ,  que  con  la  gloriosa  Santa  Bar  • 
bara ,  que  ocupa  una  capilla  á  la  salida  meridional  del  pueblo ,  tienen 
dividido  el  amor  religioso  de  sus  patrocinados ;  pero  es  tal  el  aseo  y 
curiosidad  de  las  casas ,  interior  y  esteriormente ,  y  tal  la  honradez  y 
amabilidad  de  sus  habitantes ,  que  puede  considerársele  un  pequeño 
paraiso  en  donde  pasar  la  vida  agradablemente ,  disfrutando  á  la  vez 
de  los  encantos  que  proporciona  la  soledad  y  las  delicias  del  campo, 
y  de  los  goces  de  una  sociedad  compuesta  de  seres  sencillos ,  entre 
los  que  se  desconocen  las  pretensiones  de  la  elevada  envidia ,  las  in- 
trigas cortesanas ,  y  los  grandes  crímenes ;  y  para  los  que  son  bases 
de  la  felicidad  la  religión,  la  honradez  y  la  verdad. 

Envanecidos  con  haber  sido  de  los  primeros  que  han  acudido 
siempre  en  defensa  de  la  religión  de  su  patria ,  de  sus  reyes  y  de  sus 
venerandas  leyes ,  no  saben  mas  en  política  que  el  estar  prontos,  á 
cualquier  hora ,  á  defender  tan  caros  objetos  con  el  tesón  y  lealtad 
que  les  es  proverbial ,  y  con  el  valor  y  constancia  que  por  nadie  ni 
jamás  se  ha  desmentido.  Ufanos  de  que  su  humilde  aldea  haya  pro- 
ducido un  Laborda^  un  Foncillasy  un  Lovera^  y  sobre  todo  ,  tres 
Azaras,  soles  de  muchos  otros  de  su  progenie  que  por  su  talento  en- 
salzaron el  nombre  de  Barbuñales ,  no  envidian  el  oropel  de  las  ciu- 
dades, en  las  que  se  aspira  mas  fácilmente  el  fétido  miasma  de  los  vi- 
cios, que  el  suave  perfume  de  la  virtud. 

Sobrios ,  como  buenos  aragoneses ,  prefieren  la  humildad  de  sus 
casas,  qué  les  proporciona  una  libertad  moral  efectiva,  á  los  dorados 
palacios  que  esclavizan  con  grillos,  que,  por  lo  mismo  que  son  de  oro, 
son  doblemente  pesados.  Fiando  la  vida  en  la  frugalidad  y  en  sus 


—  16  — 

buenas  costumbres  ^  no  apetecen  los  regalos  que  matan  con  hahgo 
cruel,  hallándose  mas  satisfechos  al  disfrutar  de  los  goces  que  les 
acuerda  el  trabajo  de  sus  manos  y  el  sudor  de  su  rostro ,  que  el  opa- 
lento  enriquecido  con  la  vida  de  sus  semejantes  j  i  cuya  costa  T¡?e 
para  reir  en  tanto  que  los  demás  lloran  j  si  bien  no  sin  padecer  loa 
punzantes  y  mortíferos  dardos  con  que  enyenena  su  vida  la  concien- 
cia 5  tan  turbulenta  en  ellos  como  pacifica  y  benéfica  en  aquellos. 

Dios  9  la  Virgen  en  su  santísima  advocación  del  Pilar  j  asistida 
de  sus  gloriosos  patronos  San  Lorenzo  y  Santa  Bárbara  ^  son  kw 
queridos  ídolos  de  los  barbufialeses  :  el  amor  á  la  patria ,  el  fuego  po- 
lítico que  les  anima ,  y  las  glorías  de  Aragón ,  su  blasón  mas  estima- 
do. Por  esta  razón  no  hay  para  ellos  fiestas  mas  apreciadas  que  las 
que  se  dirigen  á  elevar  preces  y  prestar  obsequios  á  so  Dios ,  á  su 
Reina  celestial  y  á  sus  tutelares;  ni  diversión  que  mas  cautive  su  aten- 
ción que  cuando  los  virtuosos  eclesiásticos  de  la  aldea  ó  los  ancianos 
les  recuerdan  la  divina  aparición  de  la  Virgen  del  Pilar,  los  gloriosos 
hechos  de  sus  antepasados,  y  el  valor  con  que  supieron  en  todos 
tiempos  sostener  sus  fueros  y  la  independencia  del  pais.  Al  oir  estas 
relaciones  se  entusiasman  y  se  crecen ,  creyéndose  capaces  hasta  del 
heroísmo;  y  asi  es  que  si  en  todos  sus  cantares  se  advierte  inspiración 
y  sublimidad ,  cuando  los  dirigen  á  la  Virgen  del  Pilar,  su  Paladión 
amado ,  se  les  siente  llenos  de  dulzura ;  cuando  los  causa  el  amor,  se 
oyen  robustecidos  de  ternura  y  de  energía ,  y  de  heroísmo  marcial 
cuando  ensalzan  en  ellos  á  sus  héroes,  refieren  sus  proezas ,  y  se  pre- 
paran á  imitarlas. 

Vecinos  del  monte  de  Lizana ,  sefiorfo  de  la  casa  de  Azara ,  no 

Easan  por  él  sin  recordar  las  heroicas  escenas  de  que  fué  causa  su  so- 
erbio  castillo  en  las  antiguas  guerras  de  Aragón ,  bazafias  que  les  ha 
trasmitido  la  tradición  y  la  historia ,  y  las  nevadas  cumbres  del  Piri- 
neo que  se  les  asoma  al  otro  lado  del  Guara ,  les  recuerda  con  entu- 
siasmo los  heroicos  hechos  que  les  ennoblecieron  en  la  gloriosa  guerra 
de  la  Independencia  al  acreditar ,  humillando  á  las  águilas  francesas 
victoriosas  en  cien  combates ,  que  nada  se  resiste  al  valor  aragonés 
cuando  pelea  por  su  religión  y  por  la  independencia  de  su  patria. 

Ocupando  Barbuñales  situación  tan  bella  y  pintoresca ,  y  siendo 
sus  naturales  tales  y  como  los  acabamos  de  bosquejar ,  podrá  conce- 
birse ,  en  toda  su  halagüeña  perspectiva ,  el  espectáculo  que  vamos  á 
describir  continuando  nuestro  primer  relato ,  que  suspendimos  á  pro- 
pósito de  dar  á  conocer  el  pueblo  y  sus  habitantes. 

Desde  el  religioso  toque  del  alba  en  que ,  saludando  á  la  Madre 
de  los  Angeles ,  acostumbra  la  Iglesia  cristiana  á  despertar  á  los  fieles 
para  recordarles  ha  nacido  un  nuevo  día  en  el  que  servir  al  Señor, 


—  17  — 

ocupándole  en  buenas  y  meritorias  obras,  y  el  cual  deben  empezar 
levanUindose  é  darle  gracias  y  cantarle  alabanzas,  las  vocingleras  cam- 
panas de  fiarbuñales,  con  mas  regocijo  que  de  ordinario  ^  auunciaron 
á  toda  la  comarca  que  algo  de  nuevo  iba  á  ocupar  á  sus  vecinos  en 
aquel  dia.  Por  los  caminos  de  Pertusa,  Azara,  Panzano  y  Laluenga  se 
reian  llegar  porción  de  gentes  alraidas  por  el  nuncio  sonoro  del  cris- 
tianismo, 9i  ya  no  de  anticipadas  noticias,  y  reuniéndose  (i  la  entrada 
de  Barbuñales,  aguardaban  ver  el  objeto  á  que  tes  llamó  la  curiosidad  ó 
la  invitación.  Los  alegres  vecinos  vestidos  de  dia  de  fiesla  ,  pues  que 
por  tal  consideraron  aquel,  dando  de  mano  á  las  tareas  del  campo  á 
pesar  de  hallarse  en  lo  mas  recio  de  la  vendimia,  enteraban  con  rego- 
cijo á  los  Torasleros  de  la  festividad  del  dia,  esplayándose  en  el  elogio 
del  héroe  de  la  ñesla ,  y  en  la  grandeza  del  señor  de  Lizana  que  la 
promovía:  los  mucbacbos,  salsa  de  toda  función  popular,  gritaban  á 
»a  sabor  en  la  plazoleta  de  la  iglesia  en  coloquio  con  los  que  en  la 
torre  volteaban  las  campanas:  las  doncellas  acudían  al  templo  con  sus 
madres  derramando  gracia  y  sal  aragonesa,  y  (lechando,  al  paso,  no 
pocos  corazones;  y  los  pobres  de  la  comarca,  que  aguardaban  mucho  de 
la  liberalidad  del  Sr.  de  Lizana,  ocupaban  el  frente  de  la  casa  de  Azara. 
Estaba  esta  colgada  de  tapices,  ricas  alcatifas  y  vetustos  repos- 
teros que  declaraban  la  anligíiedad  de  la  grandeza  de  sus  dueños ,  y 
en  su  fachada  principal  se  hallaba  cubierto  el  sencillo ,  pero  glorioso 
monumento  que  la  gratitud  del  mejor  de  los  descendientes,  á  su  costa, 
y  en  nombré  de  su  noble  ftimiíia,  de  Aragón  y  de  España  entera, 
levantó  al  inmortal  D.  JosÉ  ISicqlas  dk  Azara  ,  sol  de  esplendente 
íus,  nacido  en  ella,  que  aunque  ya  finado,  es  una  ardiente  llama, 
uua  luciente  estrella  que  abrasa  de  amor  patrio  todos  los  corazones, 

Eior  lo  que  bien  le  cuadra  el  £t  si  mortuus  uríl  con  que  se  encabezó 
a  inscripcioD  del  Monumento. 

Ei  ayuntamiento  de  Uarbufiales  por  un  lado,  y  el  clero  por  otro, 
acompañado  de  los  principales  vecinos  de  la  población,  y  de  algunos 
forasteros,  acudieron  á  la  casa  de  Azara,  en  donde  el  señor  marqués 
de  iMbblano,  D.  Agustín  db  Azaba,  les  recibió  con  la  mayor  amabi- 
lidad y  cortesanía,  manifestándose  sumamente  agradecido  al  obsequio 
que  prestaba  el  pueblo  todo  á  su  ilustre  antecesor.  Tomada  acta  por 
el  secretario  de  Ayuntamiento  del  objeto  de  la  fiesta  y  de  los  asis- 
tentes ,  se  dispuso  por  el  venerable  cura  párroco  D.  Francisco  Las- 
licrra^  con  la  véala  del  señor  marqués,  empezar  la  función,  y  todos 
los  concurrentes,  llevando  i  su  frente  al  ayuntamicnlo,  salieron  de  la 
casa  de  Azara  para  el  templo,  en  el  que  se  colocaron  en  sus  debidos 
puestos. 


-30  — 

«i  Aftv^r  de  Im  preces ,  presenta  ante  los  ojos 

.  j^^^^^^ ^.  f^f^ñd  j  firmeza  en  sus  creencias,  el  cadá- 

-   ^^ '  ^  ^ÜmmÍí"  P^  quienes  se  implora ,  incorporados  sobre 

-  '*'  ^^'^úm^  ""  ^"^^  ^^  lágrimas  de  arrepentimiento  para 

^  ,„««f^ '  ^l^ftteta  que  por  ellos  le  dirigen  sus  ministros  y 

«-^*  i  f^  ^mgrtct  también  que  calentándose  el  frío  sepulcro  al 

,^  l>«i"'?J^']Jp|a  oración  y  se  reanima  y  recompone  la  yerta  y 

Igíffl  ^  MffMNíia  J^ntro  de  él  para  volver  á  ser  lo  que  fué  en  aquel 

«pjfíi'llJ^'^^lli.  y  cuánto  debe  gozar  el  alma  de  los  difuntos  coan- 

$eUf  ^''^l^l^  MW  hermanos ,  y  cuando  la  Iglesia ,  sin  recordar  sus 

do  p^  "  ]^iñiM«i«^  el  libro  de  ellos  para  no  volverle  á  abrir  jamás 

«n'^f^  V  üMiida  olvidar  á  los  fieles ,  para  implorar  á  Dios  les  aeoer- 

^    n^nhMi*  onlenando  á  sus  prosélitos  nieguen  por  ellos! 

T^niiM^^  «4  uilcio  fúnebre  en  la  capilla  de  San  Juan  Bautista  á 

,    >^,^^MÍ(i  el  don>«  el  ayuntamiento  y  todos  los  circunstantes, 

^  Y  M  freuto  del  suntuoso  sepulcro  en  mármoles  en  que  se 

\iiii#r>i^  ^  oenitas  tlel  famoso  D.  José  ISicolás  de  Azara  (que  fue* 

V^  ^I^MiMiladaM  en  él  el  año  de  1806,  trayéndolas  al  efecto  de  París 

>^  ^Ik^^mli^  t^U«H^Í4^  t^l  ^6  de  enero  de  1 804 ) «  se  cantó  un  solemne  res- 

l/MM^  ^^iIhnikIo  por  su  alma «  que  fué  repelido  por  las  de  los  demás  di- 

)]¡j¡¡^^  «^la  uidile  familia,  cuyo  antiguo  panteón  se  halla  en  esta 

^^^^  ^h^  1^  protección  del  patrón  y  protector  de  la  casa  de  Azara, 

^^  iáiM«^^^  ^M  J^i^^^  Bautista. 

^  %  iK  \vA4ii|Hiuas  cambiaron  instantáneamente  sus  lúgubres  clamores 
;^^  li^  \\/^^  de  tiesta,  y  era  de  ver  salir  las  gentes  del  templo  salu- 
.Wiv^vk>  p^"^^^  si  ^eñor  marqués  de  ?iibbiano,  felícílándole  por  ha- 
^>i%g4(  MV^H^roionado  una  festividad  religiosa  solemne  en  que  pedir  á 
yiisx  )uuHUH*ordia:  y  deseosas  de  asistir  a  la  fiesta  civil  de  la  apoteo- 
^Aii  yh  ^M  uunortal  compatriota «  rodear  el  palacio  por  todas  partes, 
.*ivva4iiudo  Aituar^  en  los  pantos  desde  los  que  putliesen  ver  aiejor  y 
iu^Nai  <4  Muuiuuieulo  quc  levantaba  la  gratitud  de  un  descendiente  ce- 
«\«^^  iv^  bui^ii  nombrr  de  su  familia «  a  aquel  que  la  honró  y  engran- 
.U\HV  s\4i  servicios  de  importancia  hechos  al  pais  y  a  sos  concuida- 

\ik^^  el  ayuntamiento  de  la  iglesia  acompaftando  en  pos  de  él  los 
n\\Km>\>  oura  |vam>ro  y  alcalde  al  seAor  marqués,  en  medio  de  las  de- 
^^H^  pw>4^uias  mvitadas .  y  las  salutaciones  que  se  le  hicieron  al  paso, 
i\«V(\U4  U  prueba  mas  lisonjera  del  afecto  y  amor  que  proiesa  aquel 
.^^«'W  MMWillo  y  virtuoS(>.  a  una  familia  pi\>tectora  y  por  la  que  no 
Nv>A  ui  pasara  ya  desapercibiila  su  aldea  cuando  se  rrcorra  el  mapa  y 
vl^  lis  glorías  de  Ani(^>n. 


—  21  — 

Describir  el  júbilo  y  la  alegría  que  se  apoderó  de  los  circunstantes 
cuando  situado  el  ayuntamiento  al  frente  de  la  casa ,  y  dando  un  viva 
á  la  Reina  Doña  Isabel  Segunda  el  alcalde  D.  Pablo  La  Sierra^ 
se  descubrió  el  monumento  erigido  al  inmortal  Azara^  sería  obra  que 
necesitaría  pluma  mejor  corlada  que  la  nuestra ,  bastándonos  decir 
que  el  entusiasmo  fué  general  y  que  aquel  viva  mágico  se  repitió  cien 
y  cien  veces ,  mezclándose  con  los  grítos  de  espansíon  patriótica  diri- 
gidos al  héroe  de  la  fiesta  y  á  su  digno  heredero  que  tan  magnifico 
homenaje  habia  sabido  dispensarle.  Recordándosenos  en  aquella  oca- 
sión la  ostentosa  ceremonia  con  que  los  gentiles  divinizaban ,  por  me- 
dio de  la  apoteosis,  á  sus  emperadores  en  Roma,  creíamos  ver  no  vo- 
lar hacia  el  cielo  el  águila  que  soltada  de  sus  ataduras  huia  del  fuego 
de  la  hoguera  que  consumia  el  residuo  mortal  del  nuevo  falso  Dios, 
sino  al  mismo  Dios  Nuestro  Bien ,  rodeado  de  su  celeste  gloría  pre. 
senciar  acto  tan  solemne  después  de  haber  sido  reverenciado  por  aque- 
llos mismos  que  se  alegraban  á  la  vista  del  busto  de  su  ilustre  com- 
patríota  que  recibia  la  ovación  mas  satisfactoría  y  cumplida  en  su  me- 
moría  de  parte  de  sus  paisanos.  Parecíanos  también  ver  en  lontananza 
rodeado  de  luz  el  templo  de  la  Inmortalidad  á  cuyas  doradas  puertas 
contemplábamos  al  insigne  Azara  presenciando  el  masestuoso  acto 
en  que  él  pueblo  español  le  coronaba  en  premio  de  sus  hechos  y  virr 
tndes,  y  como  manifestándose  agradecido  á  tan  fino  obsequio.  Loque 
pasa  en  el  alma  cuando  el  entusiasmo  la  eleva  sobre  la  misera  mate- 
ría  es  indescribible,  pues  que  la  magnitud  de  la  idea  adquiere  mo- 
mentáneamente tan  gigantescas  proporciones,  que  la  imaginación  ofus- 
cada en  tanta  grandeza,  no  presenta  los  medios  posibles  de  que  la 
boca  ni  la  pluma  puedan  espresar  lo  que  siente  el  corazón  demasiado 
ocupado  con  ella  y  asaz  embriagado  de  ese  vapor  espansivo  que  na- 
die ha  sabido  describir  ni  pintar  con  su  verdadero  color. 

A  tanto  alborozo  y  entusiasmo  sucedió  un  religioso  silencio  y  el 
secretarío  del  ayuntamiento,  levantando  la  voz  por  orden  del  señor  al- 
calde, leyó  el  acta  de  la  inauguración  del  monumento  (I)  en  la  que 
se  espresaba  toda  esta  fiesta  para  dar  conocimiento  de  ella  á  las  eda- 
des venideras.  Y  si  bien  al  finalizar  la  lectura  se  repitieron  los  vivas 
con  alegría,  volvió  á  recobrarse  el  silencio  cuando  tocándonos,  comoá 
historiador  de  la  ilustre  casa  de  Azara ,  dirigir  la  palabra  al  entusiasta 
pueblo,  le  pusimos  de  manifiesto  las  grandes  prendas  del  Caballero 
por  escelencia  el  Excmo.  Sr.  D.  José  Nicolás  de  Azara  ^  honor  de 
Barbuñales ,  á  quien  se  honraba  en  su  memoria  por  los  grandes  ser- 
vicios hechos  á  su  patria ,  á  la  religión  de  nuestro^  padres  y  á  la  ilus- 
tración del  mundo,  motivos  por  los  que  su  nombre  inmortal  era  ve- 
nerado en  todas  partes ,  y  por  el  que  Aragón  habia  aumentado  los 


—  25  — 

es  9  y  que  se  complace  en  remediarlas.  La  beneficencia  es 
legado  que  viene  de  generación  en  generación  en  la  iius- 
5  los  Azaras ,  y  si  lo  ignorásemos ,  nos  lo  hubieran  des- 
recuerdos  de  magnificas  acciones  en  este  sentido,  pro- 
)r  los  vecinos  de  Barbuñaies  en  aquel  dia  de  grata  memo- 
iunfador  el  dia  de  su  ovación  pudo  compararse  al  señor 
i  el  momento  que  oia  recordar  la  beneficencia  proverbial 
isores ,  y  que  se  sentia  alabar  por  los  indigentes  á  quien 
m  todos  sus  conciudadanos  en  acto  tan  sublime !  Si  los 
dos  concibieran  el  placer  que  siente  el  alma  generosa  al 
rte  de  sus  pobres  hermanos,  ciertamente  que  tendria  que 
la  humanidad ,  y  que  la  felicidad  sería  patrimonio  de  los 
or  desgracia  son  pocos  los  que  observan  la  ley  del  Evan- 
;hos  los  que  la  contrarían,  no  viendo  en  el  pobre  mas  que 
íres  indiferentes  y  aun  indignos  de  su  atención,  cuya  vista 
ada  é  irrita.  Cuando  esto  es  así  por  nuestro  mal,  ¿qué  de 
cansada  la  Omnipotencia  de  tanta  soberbia,  lance  contra 
s  los  dardos  de  su  justa  ira  para  humillarles ,  y  proteja  la 
humildes  en  toda  su  estension^  ó  permita,  para  nuestro 
iomo  de  ideas  desorganizadoras,  que  se  dejan  sentir  ya  en 
e  la  sociedad?  Consideren  los  soberbios  que  el  amago  es 
golpe ,  y  vuelvan  á  Dios  sus  ojos  para  impetrar  su  divina 
antes  que  cansado ,  al  ver  que  se  desprecia  el  aviso  con 
su  bondad  y  clemencia ,  haga  caer  sin  tregua  la  terrible 
u  justicia.  ¡  Infeliz  del  soberbio  en  aquel  dia  terrible  y  de 
las  le  valiera  no  haber  nacido. 

•se  acto  tan  sublime  con  espresiones  de  regocijo  y  de  grata 
f  subiendo  el  ayuntamiento ,  cabildo  y  cuantos  quisieron 
i  de  la  casa  de  Azara ,  un  sencillo ,  pero  ligero  obsequio, 
á  nuevos  recuerdos  y  á  merecidas  alabanzas ,  las  que  se 
1  cuando  invitados  por  las  personas  autorizadas  entre  los 
3  tuvimos  el  honor  de  leer  el  elogio- histórico  del  inmortal 
lien  se  festejaba,  que  ponemos  al  terminar  esta  reseña: 
»mos  los  plácemes  de  los  honrados  aragoneses  que  le  es- 
quedamos sumamente  honrados  en  haberles  complacido, 
pre  sentiremos  que  la  cortedad  de  nuestro  talento  no  nos 
ido  presentar  al  héroe  con  toda  la  dignidad  que  se  mere- 
ra  la  que  era  necesario ,  como  allí  decimos ,  un  Demós- 
liceron ,  ú  otro  de  esos  seres  privilegiados  para  quienes  la 
s  familiar. 

(as  españolas  no  podían  menos  de  asistir  á  tan  solemne 
ido  en  la  patría  de  los  trovadores ,  en  la  cuna  de  la  poe- 


i 


—  94  — 

iilu  uaeional  ^  y  asi  es  qae  TÍníendo  festiyas  á  tomar  parte  en  tanto  re- 
Haoyu  i  después  de  haber  inspirado  á  los  nobles  vates  de  naestra  pa- 
tria loa  ilustrados  Hartzenbuscky  Guerra  y  Orbsj  Fernandez  Baexa, 
Moiifuera^  Magariños  y  Cervantes^  Casas  Deza ,  la  Poetisa  Ca- 
din  de  f^elaseo^  Rosell ,  Sanz ,  Bover ,  BoraOj  Cervino^  Atiza  y 
iialvez^  entusiasmaron  á  ios  hijos  deBarbuñales  con  los  sentidos^pa- 
triótíeos  y  elevados  cantares  de  su  armoniosa  lira,  de  los  que  se  repar- 
tieron copias  con  profusión  en  elegantes  cuadernos  que  recordarán  día 
tan  solemne  y  placentero  (1). 

La  colocación  en  el  monumento  de  la  caja  de  yerro  ra  que  ae 
encerró  el  acta  de  inauguración  y  otros  documentos  históricos ,  fué  el 
último  acto  de  la  fiesta  matinal ,  acto  que  ejecutó  por  su  mano  el  se- 
ñor alcalde ,  gozoso  de  dejar  encerrado  en  aquel  muro ,  como  legado 
á  las  venideras  generaciones,  hi  página  mas  brillante  de  la  historia  de 
Barbnffales,  y  en  la  que  leerá  el  porvenir,  no  solo  las  escelencias  del 
grande  Azara  y  de  sus  ilustres  hermanos  y  noble  familia,  si  qae  tam- 
bién la  gratitud  de  un  pueblo  entusiasta  de  las  glorías  nacionales  y  de 
sus  grandes  hombres. 

La  concurrencia  pasó  después  al  magnifico  Museo  de  pinturas  es- 
celentes  que  posee  la  casa  en  dos  grandes  salones  construidos  al  efec- 
to,  y  al  admirar  los  bellos  cuadros  originales  que  le  forman ,  tuvie- 
ron lugar  diferentes  reflexiones  á  la  vista  de  los  retratos  de  los  célebres 
Azaras  que,  ejecutados  por  los  ilustrados  artistas  Mengs^  Volpato^ 
Salesaj  Goya^  Espinosa^  Bover ^  y  otros,  inmortalizan,  cnanto  la 
pintura  y  escultura  puede  hacerlo ,  sus  agradables  fisonomiaa  (II). 

Alegres  bailes,  en  los  que  luce  siempre  la  gracia  y  la  imaginación 
poética  que  tanto  distingue  á  los  hijos  de  Aragón,  ocuparon  la  aten- 
ción de  los  habitantes  de  Barbuñales  y  de  los  forasteros  aquella  tarde, 
en  la  que ,  á  vista  de  su  regocijo ,  pudimos  considerar  la  envidiable 
fraternidad  que  disfrutan  los  que  habitan  entre  el  Cinca  y  el  Ebro  en 
aquellos  fértiles  campos  y  risueñas  vegas ,  siempre  vestidas  de  gala 
para  cautivar  la  vista  del  que  las  contempla  ,  y  enriquecer  á  sus  di- 
chosos dueños.  Advertimos  también  que  á  la  proverbial  honradez  de 
los  aragoneses  se  hermanaba  en  este  pais  una  cortesanía  y  galantería 
natural ,  particularmente  en  las  mujeres ,  que  les  presenta  finos  y 
atentos  con  sencillez  y  sin  esa  hinchazón,  y  á  veces  despropósito,  con 
que  los  labriegos  de  otras  provincias  hablan  cuando  pretenden  imitar 

(i)  Estas  composiciones  componen  parte  de  la  Corona  Poética  de  Jzara  que 
se  dá  en  este  tomo  ;  debiendo  advertirse,  que  cuando  se  vean  en  ella  dos  com« 
posiciones  de  un  mismo  vate,  una  de  ellas  faé  hecha  para  este  acto,  y  otra  des- 
pués para  la  corona. 


—  25  — 

el  leegaaje  y  las  costumbres  de  las  cl^ises  instruidas.  En  sus  tiailes 
notamos  alegría  y  gravedad  á  la  vez,  de  manera  que  ni  un  gesto,  ni 
uaa  acción  desdice  en  sus  airosas  jotas  de  lo  que  se  debe  al  pudor  y 
Á  la  decencia  ;  y  si  bien  sus  graciosos  movimientos  seducen  el  cora- 
ron cuando  los  ejecuta  una  bella,  no  preseutan  nada  que  dé  margen 
i  la  licencia,  y  que  promueva  el  escándalo  que  traen  consigo  otros 
bailes  mas  libres,  en  los  que  se  hace  gala  de  desenvoltura,  y  se  pre- 
sentan incentivos  al  placer  punible.  Aquellas  doncellas  guardan  en 
sus  diversiones  las  leyes  de  la  castidad  severamente,  y  los  mancebos 
las  respetan  por  eso  mas  que  en  otra  parte.  Como  la  virtud  es  gala  de 
las  hijas  de  Aragón,  no  es  estrafio  que  sean  las  reinas  y  soberanas 
del  pais,  y  que  las  leyes  locales,  resto  venerando  de  sus  antiguos 
fueroSf  las  favorezcan  mas  que  en  parte  alguna,  haciéndolas  en  su 
viudez  dueñas  usufructuarias  de  todos  los  bienes  del  hombre ,  aun 
cuando  tengan  sucesión,  privilegio  deque,  lejos  de  abusar,  las  ofrece  la 
ocasión  de  ser  celosas  guardadoras  del  patrimonio  de  sus  hijos,  que  se 
conserva  mejor  en  Aragón  que  en  pueblo  alguno:  siendo  este  pais  silla 
imperial  de  la  Reina  de  los  Angeles  en  su  advocación  gloriosa  del 
Pilar,  razón  es  que  las  bellas  aragonesas  teugan  el  poder,  máxime 
cuando  tan  dignamente  saben  sostenerse  en  él  por  sus  virtudes. 

Sucediéronse  los  bailes  y  los  cantares  hasta  las  ocho  de  la  noche, 
bora  en  que  volteadas  las  campanas  anunciaron  ,  con  sonoras  y  ale- 
gres voces,  era  llegado  el  momento  en  que  el  pueblo  se  reuniese  en 
masa  para  saludar  al  seijor  de  Lizana  y  disfrutar  á  su  mesa  de  los 
dones  que,  con  una  generosidad  sin  igual,  les  proporcionaba  en  fa- 
milia como  padre  tierno  y  cariñoso.  El  palacio  de  Azara,  la  casa  de 
concejo  y  algunas  otras  de  los  prini^^ipales  de  la  población,  presentaron 
el  espectáculo  mas  tierno  y  grande  que  jamás  se  ofreciera  en  su  género 
en  los  pueblos  del  alto  Aragón  y  tal  vez  en  ninguno  de  la  tierra  en  los 
tiempos  modernos.  Había  querido  el  magnifico  descendiente  del  inmor- 
tal Azara  terminar  aquella  festividad  dando  una  sencilla  pero  abundante 
cena  á  lodos  los  vecinos  de  Barbuñales  sin  escepcion  ,  y  todo  se  babia 
dispuesto  al  efecto  de  antemano  por  el  honrado  y  activo  Francisco  Be- 
torz,  mayordomo  del  señor,  asisti<lo  al  efecto  de  su  amabilísima  fami- 
lia; y  á  fin  de  que  reinase  en  tan  singular  como  nuevo  banquete  la  liber- 
tad qne  bien  se  aviniese  con  la  debida  compostura  y  necesario  orden, 
ge  babia  dispuesto  que  todos  los  ancianos  y  cabezas  de  familia  cenasen 
eu  los  salones  del  palacio  ,  los  jóvenes  solteros  en  el  salón  de  la  casa 
capitular,  las  doucellas  y  niñas  con  sus  madres  en  una  casa  particular, 
j  los  mticliaclios  en  la  escuela,  presidiendo  la  primera  mesa  los  señores 
alcalde  y  cura  párroco  del  pueblo,  y  las  demás  los  señores  regidores  y 

i 


m^ 


—  re- 
teniente de  parroquia  con  el  maestro  de  escaela  y  sacristán,  ttispaeslo 
de  este  modo,  y  proveyéndose  á  la  cena  de  los  que  por  indisposición 
física  no  pudieron  salir  de  sus  casas,  y  de  los  forasteros  que  habían 
pernoctado  en  el  pueblo,  ocuparon  todos  las  respectivas  mesas,  y  los 
numerosos  criados  de  la  casa  de  Azara  cruzaban  en  todas  direcciones 
el  pueblo  conduciendo  cestos  de  pan ,  pellejos  de  vino ,  frutas ,  y  las 
marmitas  de  los  condimentos  de  la  cena,  hecho  todo  con  un  orden  y 
disposición  que  puso  de  manifiesto  la  buena  dirección  del  mayordomo 
espresado  y  de  su  hijo  D.  Francisco  Betorz  y  Andreu. 

Los  sacerdotes  bendigeron  las  mesas,  y  á  una  misma  hora  empe- 
zaron á  cenar  mas  de  cuatrocientas  personas ;  espectáculo  grande  y 
magnífico,  que  engrandeció  este  dia  solemne ,  y  que  no  podrá  menos 
de  perpetuarse  en  Barbuñales,  recordándose  siempre  con  satisfacción. 

Mucho  agradecimos  al  señor  Marqués  de  iNibbiano  nos  hiciese 
acompañarle  en  este  grandioso  acto ,  pues  que  nos  proporcionó  nn 
placer  que  recordaremos  siempre  llenos  de  júbilo ,  teniendo  este  día 
por  uno  de  los  mejores  y  mas  satisfactorios  de  nuestra  vida.  Cuando 
entramos  en  el  salón  en  que  los  ochenta  y  dos  ancianos  y  cabezas  de 
familia  de  Barbuñales  participaban  de  los  dones  del  señor  Marqués, 
se  levantaron  todos  para  saludarnos  con  la  mayor  urbanidad  ,  y  ade« 
lantándose  á  nosotros  el  señor  cura  párroco  y  el  señor  alcalde ,  nos 
invitaron  con  la  cabecera  de  la  mesa ,  en  donde  tomamos  asiento  un 
breve  rato  para  contemplar  mejor  cuadro  tan  interesante.  Gustando 
los  manjares  que  se  servían ,  el  señor  Marqués  de  Níbbiano  se  igualó 
á  sus  colonos  y  criados  con  la  mayor  humildad,  alimentando  su  alma 
con  las  voces  de  gratitud  que  le  dirigian  aquellos  venerables  padres 
del  pueblo^  que  le  recordaban  las  liberalidades  de  sus  antepasados,  y 
muy  especialmente  de  sus  progenitores  D.  Francisco  de  Azara  y 
Doña  Leandra  db  Mata  t  Rivas  ,  nombres  que  hicieron  saltar  las 
lágrimas  de  mas  de  cuatro  ancianos  que  les  debieron  su  bienestar  y 
el  de  sus  familias.  El  digno  párroco  se  empeñó  en  referir  actos  benéfi- 
cos ejercidos  por  los  Azaras ,  y  en  particular  por  el  que  se  hallaba 
presente  y  por  sus  piadosos  y  caritativos  padres ;  pero  la  modestia 
esquisita  del  señor  Marqués  no  le  permitió  escucharlos ,  y  saludando 
á  los  concurrentes,  con  la  mayor  cortesanía  y  afabilidad,  salió  del 
salón,  conduciéndome  á  la  casa  de  concejo.  Un  viva  unánime  y  es-- 
pansívo  fué  el  saludo  que  los  jóvenes  reunidos  allí  nos  hicieron ;  y 
como  en  esta  edad,  siempre  bulliciosa,  nunca  puede  contenerse  del 
todo  la  efusión  que  produce  el  entusiasmo  de  una  buena  acción ,  los 
vivas  se  sucedieron  sin  cesar ,  y  tuvimos  que  dejarles  para  que  conti- 
nuasen la  cena  que  suspendieron  por  respeto  al  señor  Marqués  que 
les  espresó  su  gratitud  por  el  amor  que  le  manifestaban.  En  donde 


-^  27  — 

se  nos  ofrcciú  un  cuadro  vcnlatlcramctilc  seiliictür  y  magDÍfíco,  fiii^ 
ea  (a  casa  on  donde  las  madres  de  familia  b<í  ballabaa  reunidas  con 
sus  bijas;  al  vemos  enlrar ,  fin  religioso  silencio  nos  anunció  tle  su 
modestia,  y  nos  dio  á  conocer  el  carácter  limiiio  y  mesurado  de  las 
hijas  del  Alcanadre:  las  doncellas  levantadas  de  sus  asientos  bajaliau 
la  viüU,  coloreando  sus  mejillas  el  sonrojado  que  proclama  el  pudor 
lie  la  mujer  bien  educada  á  la  presencia  del  bombre  que  respeta  :  las 
luadres  levantaban  á  sus  niños  en  los  brazos,  llamando  su  infantil 
atención  hacía  el  señor  Marqués,  como  si  quisieran  darles  á  conocer 
á  su  beaéfico  protector,  y  las  ancianas  le  repetían,  sin  cesar,  reli- 
giosas bendiciones,  que  no  pudieron  menos  de  enternecernos.  Con- 
ínamos  con  toda  sinceridad  que  en  revista  tan  solemne  no  envidia- 
hamos  al  seúor  Marqués  de  I\itilnano  sus  riquezas,  su  posición  social, 
tú  el  ser  el  dícno  sucesor  de  familia  tan  ilustre ,  sino  las  bendiciones 
({ue  sobre  él  iToviernn,  bendiciones  salidas  de  corazones  agradecidos, 
pronunciados  con  buena  intención,  y  sin  mezcla  de  vil  adulación,  por 
labios  puros  que  se  abrían  naturalmente  para  interpretar,  en  palabras 
híen  sentidas,  las  sensaciones  que  espcrimentaban  las  almas  ,  y  dejar 
Bttlir  el  fuego  de  gratitud  que  abrasaba  sus  corazones.  Si  bien  con  el 
bnco^miento  propio  del  sexo  y  de  mujeres  que  se  bailan  al  frente  de 
un  . 'superior ,  pero  superior  á  quien  amaban,  algunas  ancianas  diri- 
gieron »u  vos  al  señor  Marqués  para  manifestarle  lo  bien  que  imitaba 
las  virtudes  que  fueron  tan  ejercitadas  por  sus  padres,  y  recordándole 
cosas  de  la  niñez,  que  liicierou  asomar  á  sus  ojos  lágrimas  del  corazón 
enternecido  ú  semejante  memoria.  La  bulliciosa  y  juguetona  infancia 
prestó  también  su  homenaje ,  y  saludándonos  con  vivas  espresivos, 
los  repitieron  con  regocijo  cuando  les  ofreció  el  señor  Marqués  que  al 
siguiente  dia  se  les  repartirían  en  abundancia  nueces  y  frutas  y  que 
sería  de  asueto,  para  que  pudiesen  disfrutar  á  su  sabor  de  estos  do- 
nes, en  lo  que  se  convino  con  el  maestro,  que  le  espresá  tnmbien  su 
gratitud. 

Nueva  ovación  recibió  el  digno  sucesor  de  los  Azaras  al  regresar 
i  su  casa,  donde  no  pudo,  i  pesar  (ie  su  modestia,  librarse  de 
oír  la  plática  del  señor  párroco,  en  la  que  hizo  una  breve,  pero  sen- 
tida y  enérgica  reseña  de  sus  virluiies  cívicas  y  de  las  de  sus  nobles 
ascendientes.  Eran  las  once  de  la  noche  cnando  tocando  á  orar  las 
campanas  de  la  parroquia  por  orden  de  su  pastor ,  dieron  gracias  á 
DÍ09  los  sacerdotes  en  todas  las  mesas  por  los  beneücios  recibidos  en 
aquel  dia  memorable  ,  rogándole  al  propio  tiempo  por  la  prosperídad 
y  bienandanza  de  la  familia  Azara,  sin  que  en  la  súplica  se  olvidase  el 
pedir  por  los  finados  de  la  mioma  y  por  todos  los  hermanos  difuntos, 
acción  magnánima  y  santa  con  que  concluyen  los  buenos  aragoneses 


y  en  lo  general  los  católicos  españoles  todos  sus  banquetes.  Termi- 
nadas tas  preces,  y  dando  nuevas  bendiciones  al  señor  de  Lizana,  se 
ilisotvió ,  con  et  mayor  Arden,  aquella  juiciosa  asamblea  popular,  y 
cada  cual  fué  á  buscar  el  necesario  descanso  á  su  casa,  en  donde, 
reunidos  en  familia,  se  entregaron  á  él,  no  sin  comentar  los  sucesos 
de  aquel  dia  memorable,  con  cuyas  ilusiones  y  recuerdos  les  sorprea- 
deria  agradablemente  el  sueño. 

Los  jóvenes  mancebos,  para  los  que  es  alimento  y  descanso  la 
misma  diversión,  lejos  de  entregarse  al  sueño,  se  dedicaron  toda  la 
noche  á  obsequiar  á  quien  tan  generosamente  les  habia  tratado,  y 
después  de  repetidas  serenatas  que  le  dieron  al  frente  del  glorioso 
monumento  que  se  babia  inaugurado  ,  en  las  que  lucieron  su  genio 
poético  ensalzando  en  sus  sentidas  jotas  las  escclencias  del  grande 
Azara  y  de  su  sucesor,  recorrieron  en  alegres  rondallas  hasta  el  alba 
las  cortas  calles  del  pueblo ,  locando  y  cantando  con  mucho  regocijo, 
no  teniendo  que  agradecerles  poco  las  bellas  á  quienes  obsequiaron  al 
paso  con  sus  músicas,  y  nuestra  bumildc  persona  á  la  que  se  dirigieron 
en  algunas  coplas.  Asi  terminó  aquella  fiesta  que  no  podrá  menos 
de  conservar  ftarbuñales  en  sus  fastos  como  uno  de  sus  mejores  dias, 
máxime  cuando  se  refiere  al  hombre  mas  notable  que  ha  producido 
y  al  que  debe  su  actual  consideración  y  nombradla,  y  tampoco  po- 
drá olvidarle  jamás  el  magnlGco  señor  de  Lizana,  por  las  gratas  sen- 
saciones que  debió  recibir  en  ¿I,  pudicndo  asegurar  nosotros,  que  vi- 
virá siempre  en  nuestra  memoria  tan  lisonjero  recuerdo,  porque  los 
sucesos  de  este  dia  se  imprimieron  en  nuestra  alma  con  tan  profun- 
dos caracteres,  que  solo  podrá  borrarlos  la  muerte  (III). 


pinjliPf  I? 


ELOGIO  HISTÓRICO  DEL  CABALLERO  AZARA. 


YOLBRi  DI  LIDO  IN  LIDO 
Lk  TUA  GLORIA  TINGITRICE9 
E  D'OBLIO  TRIOIVFATRIGB 
LA  TUA  FAMA  TIYIRÁ. 

£  NON  SOLO  IN  QUESTl  BOSGHI 
SARA  NOTO  IL  TUO  GORAGGIO, 
HA  06NI  POPÓLO  PIU  8AGGI0 
AL  TUO  NOHE,  AL  TUO  YALORE 
SIMOLACEI  INALZERÁ. 

(TpsUanti  en  Ali  Beff.) 


L 


A  vida  de  los  muertos  estriba  en  la  memoria  de  los  vivos :  asi  lo 
dijo  Cicerón  elogiando  á  Servio  SulpiciOy  añadiendo  <rque  era  deber 
sagrado  de  sus  compatricios  el  hacer  que  gozase  de  la  inmortalidad 
poniendo  su  estatua  en  los  rostros ,  para  trasmitir  á  la  posteridad  la 
memoria  del  sacrificio  que  hiciera  por  la  patria.»  En  efecto,  amados 
compatriotas ,  pues  que  los  héroes  pasan ,  y  á  la  naturaleza  suele 
costar  siglos  de  esfuerzo  para  reemplazar  uno  solo,  según  sabiamente 
sienta  un  hábil  escritor,  necesario  es  que  nuestra  memoria  no  sea  tan 
débil  que  olvide  sus  beneficios  una  vez  reconocidas  sus  escelencias, 
siquiera  porque  no  se  entronice  la  ingratitud ,  y  no  falte  quien  les 
imite  para  bien  de  la  humanidad. 

Historiador  yo,  aunque  sin  merecerlo,  de  la  ilustre  casa  de  Azara^ 
de  esa  nobilísima  y  antigua  estirpe  aragonesa,  cuyos  hombres  ilustres 
fecundizan  las  glorias  de  este  heroico  pais ,  y  en  la  que  los  varones 
virtuosos  pueden  muy  bien  contarse  por  el  número  mismo  de  sus  in- 
dividuos; cronista  fiel  y  heraldo  humilde  de  familia  tan  respetable 
como  respetada  por  todos  los  buenos  españoles ,  y  especialmente  por 


—  30  — 

vosotros  que  de  mas  cerca  habéis  disfrutado  y  conocéis  sus  virtudes, 
vengo  hoy  á  llenar  un  deber  sagrado  de  mi  ministerio,  á  maoifesla- 
ros,  (00  mas  voluntad  que  esperanzas  del  acierto,  las  escelencias  del 
Grande  Azara  ,  de  ese  luminar  refulgente  de  Aragón  cuyo  nombre 
glorioso  envanece  á  España,  y  al  que  saluda  con  respeto  el  mundo 
civilizado. 

Mucho  fio  del  námero  y  grandeza  de  las  escelencias  de  Azara 
para  que  ellas  por  si  solas  salgan  de  mis  labios  al  recordarlas ,  á  Gn 
de  que  rodeando  el  ídolo  os  le  presenten  en  todo  su  esplendor ;  mas 
no  fio  menos  en  vuestra  indulgencia,  que  sabiendo  apreciar  en  su 
justo  valor  mis  débiles  fuerzas  para  tan  gigantesca  empresa,  suplirá 
lo  que  falte  al  cuadro  que  voy  á  bosquejaros,  para  que  sea  mas  gran- 
dioso, y  disimulará  ,  os  lo  suplico,  los  defectos  en  que,  por  mas  celo 
y  deseo  que  lleve  en  evitarlos,  habré  de  incurrir  necesariamente. 


Si  guidem  gloria  eH  iUtuíris, 
ac  pervagala  muUorum,  et  mag^ 
norum,  vel  in  tuos,  vel  in  Patriam, 
vel  in  amne  gent  hominum  fama 
meritorum. 

(Cicerón  pro  Marcelo  ,  8.) 


L 


A  verdadera  gloria ,  dice  Cicerón ,  es  la  ilustre  y  esparcida  reputa- 
ción de  grandes  servicios  hechos  á  los  suyos ,  á  los  amigos,  á  la  pa- 
tria y  á  todo  el  género  humano.  Según  el  mismo  autor,  consiste  en  la 
aprobación  unánime  de  los  hombres  de  bien ,  y  en  el  incorrupto  tes- 
timonio de  los  que  juzgau  rectamente  de  la  escelente  virtud ;  de  ma- 
nera que  la  gloría  es  la  imagen  del  mérito,  y  le  corresponde  como  el 
eco  á  la  voz^  y  los  hombres  honrados  no  la  deben  rehusar ,  supuesto 
que  es  compañera  inseparable  de  las  buenas  acciones.  El  que  aspire  á 
esta  gloría  debe  hacerse  tan  útil  y  amado  á  sus  conciudadanos ,  que 
bendigan  al  cielo  porque  le  hizo  nacer.  Según  esta  idea ,  no  queda 
duda  ,  como  sienta  Middleton  en  su  vida  de  Cicerón ,  que  es  uno  de 
los  mas  nobles  impulsos  que  puede  tener  el  corazón  humano :  un 
principio  que  Dios  mismo  ha  impreso  en  la  naturaleza  para  realzar  su 
dignidad ;  y  en  una  palabra ,  es  la  raiz  de  donde  procede  cuanto  lau- 
dable y  grande  representa  la  historia  antigua.  Azara  aspiró  á  la  cele^ 
brídad,  es  cierto;  pero  como  dice  el  célebre  tribuno  y  publicista  es- 
pañol D.  Antonio  Alcalá  Galiano  en  su  sección  XI,  pág.  154  de 
su  Uistoría  de  la  literatura  del  siglo  XVII h  ¿  Quién  puede  hacerse 
famoso  sin  aspirar  á  ella  y  sin  sentir  en  su  pecho  un  tanto  de 
amor  á  la  gloria^  que  es  la  fuente  de  los  pensamientos  levantados 
y  de  los  afectos  nobles?  Tan  poseído  estaba  de  esta  doctrina  el  sa- 
bio QuirUiliano^  que  decia^  que  si  le  daban  un  discípulo  sensible  á 
la  gloria ,  y  á  quien  las  alabanzas  hiciesen  impresión ,  no  temería  ja- 
más que  la  pereza  ni  la  desidia  le  impidiesen  corresponder  á  sus  es- 
peranzas. 

Si  pues  asi  es  la  gloría  humana  en  el  sentir  de  tan  sabios  escrito- 
res, ¿qué  de  estrañar  que  quien  nació  para  ser  honra  y  prez  de  su 
patría  y  rico  ornato  de  su  pais ,  dirigiera  hacia  ella  la  vista  desde  la 


—  52  — 

cuna,  coIumbranJo  la  laureola  gloriosa  que  había  de  orlar  su  frente? 
Azara  !  el  grande  Azara  tan  entusiasta  de  la  gloria  de  su  patria ,  no 
podía  menos  de  seguirla  cual  astro  que  recibía  su  luz  de  ella ,  hasta 
que  adquiriera  tan  fuertes  esplendores ,  que  pudiera  eclipsar  con  sus 
rayos  las  luces  mas  brillantes  de  los  luminares  de  su  época. 

Era  compatriota  vuestro,  era  aragonés,  y  los  que  han  tenido  la 
dicha  de  nacer  en  este  país ,  cuna  de  la  lealtad,  de  la  honradez  y  del 
heroísmo ,  no  pueden  dejar  de  tener  en  mucho  la  gloria  de  su  nom- 
bre cuando  á  él  ?á  unida  la  de  su  patria ,  que  cifra  en  sus  glorias  su 
mayor  riqueza  y  toda  la  nobleza  de  sus  muchos  y  heroicos  hijos. 

Aragón  !  tierra  fecunda  de  sabios  y  de  héroes ,  yo  te  saludo  al 
hacerme  cargo  de  las  escelencias  de  tus  mas  ilustres  hijos ;  y  entu- 
siasta de  tu  suelo  feraz  y  pintoresco,  recuerdo  tus  grandezas  con  glo* 
ría ,  porque  gloria  son  dé  mi  cara  patria  á  la  que  el  esfuerzo  de  sus 
héroes  hizo  respetar  en  todos  los  tiempos  y  de  todas  las  edades. 

La  fidelidad^  la  lealtad  de  vuestros  abuelos,  ilustres  aragoneses^  y 
su  nunca  desmentido  valor ,  hizo  conocer  á  los  romanos  que  de  nadie 
podían  fiar  mejor  la  custodia  de  sus  emperadores  que  de  los  aragone- 
ses, y  de  ellos  formaron  la  Cohorte  Pretoria,  ó  sea  la  guardia  de  honor 
imperial ,  de  suerte  que  aquellos  romanos,  á  cuyo  solo  nombre  tem- 
blaba el  mundo ,  vinieron  á  ponerse  bajo  vuestra  salvaguardia  en  los 
tiempos  de  su  mayor  esplendor  y  poderio,  como  si  adivinando  habíais 
de  sujetar  on  día  la  hermosa  Italia,  quisieran  dejar  á  sus  hijos  méritos 
que  alegar  en  su  pro  y  beneficio. 

Vuestro  patriotismo  no  pudo  sufrir ,  ni  un  momento,  que  el  atre- 
f  ido  agareoo  salido  de  las  abrasadas  arenas  del  desierto,  para  inundar 
nuealra  anuula  patria ,  á  beneficio  de  la  mas  inicua  traición ,  pisase 
imfúnemtuie  este  país  leal  y  eminentemente  religioso ,  y  elevando 
al  trono  al  denodado  D.  Garda  Jimeíiezy  vuestro  compatriota ,  no 
UrdiBUsm  en  bacer  retroceder  á  los  hijos  de  Mahotnaly  dejando  triun- 
fante la  eni^Aa  de  h  redención  en  Aragón  ^  del  propio  modo  que  los 
fulkuU»  afttnres ,  mandados  por  el  iudito  Pelayo ,  lo  hicieran  en  su 
inuíhwín  lierííeo  pais. 

f>/«  néfU^Aios  griegos,  aquellos  que  al  par  que  supieron  cautivar 
ni  $ftm$4éf  yífí  b  esceleocia  de  sus  artes  y  de  sus  leyes  y  de  sus  cos- 
iéimUf^  i  *^  ^  señores  de  la  ilustración  antigua  y  los  dominadores 
M0f  ÍM  0!fMUnkáz  de  sos  armas;  aquellos  de  quienes  salieron  PerieUsj 
1/1/0^4  f  /lUf  andró  el  Grande ,  y  tantos  otros  héroes  que  aun  ad- 
lillfü  ^  mff^^  J  ^mirarán  las  edades  futuras «  aquellos,  repito ^  vi- 
lii^féfli  /í  mí  tributarios  vuestros ,  porque  la  fama  de  vuestro  valor, 
iipáiMfié^f  t^j^tta  1m  moros  de  la  antigua  Bizaucio ,  hizo  que  os  llamase 
MI  M  i^^^  Andrinico ,  empeñar  de  Cooslaniinopla ,  á  «¡uien 


~  33  — 

haeitti  erada  guerra  los  turcos.  Vivos  están ,  para  gloría  de  Espa- 
ña, los  ilustres  nombres  de  los  generales  aragoneses  Roger  Brinaez^ 
y  don  Bermguer  Dentenza  que  acaudillaron  y  llevaron  á  vuestros 
ilustres  abuelos  al  Asia ,  en  donde  no  tardaron  mas  que  el  presen- 
tarse para  ser  duefios  de  Tracia ,  Thesalónica ,  Macedonia,  P^atolia  y 
de  Grecia,  y  echar  á  los  bárbaros  turcos  de  aquellas  regiones ,  que- 
dando señores  de  los  Estados  de  Atenas,  y  de  Pifeopatria,  sobre  cuyas 
fortalezas  ondeó  por  largo  tiempo  el  pabellón  aragonés.  Os  llevaron 
á  la  hermosa  Italia,  y  en  cuantas  ocasiones  os  presentasteis  en  ella 
como  conquistadores ,  otras  tantas  quedó  vencido  el  orgullo  romano 
en  los  tiempos  antiguos  y  modernos ,  habiendo  ganado  á  vuestros  re- 
yes dilatados  dominios  con  los  que  se  estendió  y  engrandeció  el  im- 
perio español.  A  vuestro  denuedo,  á  vuestra  lealtad  y  á  vuestro  va- 
lor deben  nuestros  reyes  muchos  de  los  nobles  blasones  con  que  se 
engrandece  su  escudo  en  simbolización  del  grande  poder  que  tuviera 
esta  Monarquía,  y  en  vano ,  sin  vuestro  valor ,  se  podrían  enseñorear 
nuestros  Soberanos  Reyes  de  Jerasalen,  de  Sicilia ,  de  Atenas ,  Neo- 
patría,  y  de  tantos  otros  estados  debidos  á  vuestro  esfuerzo  y  he- 
roismo. 

Favorecidos  del  cielo  habéis  alcanzado  victorías  que  os  inmortali^ 
zan  en  los  tiempos  antiguos :  testigo  de  ello  esa  milagrosa  cruz  que 
recuerda ,  en  el  ilustre  blasón  de  vuestras  armas ,  la  que  alcanzaron 
vuestros  abuelos  de  los  sarracenos,  bajo  la  formidable  tizona  de  vues- 
tro valeroso  rey  Iñigo  Arista;  la  no  menos  milagrosa,  á  cuya  vista 
sobre  un  roble  antes  de  él ,  habia  vencido  del  mismo  agareno  el  de- 
nodado rey  D.  Garda  de  Sobrarbe ,  titulo  honroso  que  conservan 
nuestros  soberanos ;  el  recuerdo  del  glorioso  jS.  Jorge ,  asistiendo  á 
vuestros  antepasados  mandados  por  D.  Pedro  I  en  la  célebre  batalla 
de  Alcoraz  contra  Almozahen ,  rey  moro  de  Zaragoza ;  del  mismo 
S.  Jorge  en  la  toma  de  la  ciudad  de  Mallorca  por  D.  Jaime  I  que 
se  la  quitó  i  los  moros  con  sus  aragoneses ,  con  los  que,  poco  des- 
pués^ y  auxiliados  del  mismo  santo  guerrero ,  patrón  de  la  caballería 
de  los  reinos  de  Aragón,  conquistó  la  ciudad  de  Valencia;  no  faltán- 
doos el  amparo  de  la  Reina  de  los  Angeles,  cuando  el  rey  Z).  Alón- 
so  el  Batallador  se  propuso  lanzar  de  Zaragoza  á  los  árabes,  lo  que 
consiguió  bien  pronto  con  tan  poderoso  auxilio ,  que  acrecentó  vues- 
tro valor. 

Consignado  está  vuestro  heroismo  en  la  célebre  batalla  de  Ubcda, 
ó  sea  de  las  Navas  de  Tolosa ,  en  donde  os  acaudilló  el  Rey  D.  Pe- 
dro II  cuando  acudió  á  ella  en  defensa  de  Alfonso  IX  de  Castilla 
contra  el  terrible  Miramamolin ,  rey  de  Marruecos ,  acción  heroica, 

5 


—  Si- 
en la  que  los  aragoneses  fueron  los  primeros  que  tomaron  á  aquella 
ciudad,  decidiendo  la  victoria  por  las  armas  de  la  Cruz.  Y  no  lo  que- 
dó menos  en  la  gloriosa  toma  de  Granada,  último  asilo  de  loe  moros, 
que  fueron  arrojados  de  ella  i  las  abrasadas  arenas  de  África ,  dó  sa- 
lieran para  tiranizar  á  España  hacia  setecientos  afios,  á  donde  os  llevó 
el  magnifico  Femando  el  Católico^  rey  de  Aragón,  digno  esposo  de 
aquella  insigne  Isabel ,  reina  de  Castilla ,  que  supo  dejar  por  princi- 
pio, según  lo  dijo  el  sabio  Clemencin ,  que  el  alma  t  el  yaloh  no 

TIENEN  SEXO. 

Un  nuevo  mundo  se  presentó ,  poco  después ,  en  el  que  se  esten- 
diese la  grandeza  española  para  la  que  ya  no  bastaban  sos  antiguos 
dominios ,  y  allí  los  aragoneses  fueron  lan  grandes ,  que  ayudaron  á 
los  castellanos ,  sus  hermanos ,  á  señalar  al  sol  su  curso  para  que  ja- 
más dejase  de  alumbrar  el  imperio  español ;  y  si  Colon  logró  hallar 
la  ruta  de  aquellas  innolas  regiones,  los  aragoneses  supieron  con<^ 
quistarlas  para  sus  reyei.  Solos  como  reino  independiente  ó  for- 
mando parte  de  la  Monarquía  española ,  los  aragoneses  han  acre- 
ditado siempre  su  valor,  y  han  engrandecido  en  todas  épocas  sus 
blasones,  siendo  tan  temidos  por  su  espada,  cuanto  amados  por 
su  religiosidad ,  por  su  nobleza ,  por  su  franqueza ,  por  su  tesón 
en  defender  las  leyes  patrias ,  y  por  su  fidelidad.  Prueba  es  ine- 
quívoca de  vuestras  virtudes  la  heroica  lucha  que,  en  nuestros 
tiempos ,  sostuvisteis  contra  los  vencedores  de  Austerlitz  y  de  Jena, 
que  vinieron  á  humillar  sus  soberbias  águilas  á  vuestros  pies  y  á  es- 
trellar su  arrogancia  contra  el  impenetrable  muro  de  vuestro  heroís- 
mo. Aun  resuena  el  cañón  de  los  célebres  sitios  de  la  inmortal  Zara- 
goza, de  la  que  saliendo  la  fama,  atronando  con  sus  cien  trompas  los 
oidos  del  coloso  del  siglo ,  del  capitán  mas  afortunado ,  de  Napoleón 
en  fin ,  que  se  estremeció  á  vuestro  nombre ,  llenó  de  él  y  de  vuestro 
valor  el  mundo  todo ,  dictándosele  á  la  historia ,  que  le  escribió  en 
eternas  páginas  en  el  templo  de  la  inmortalidad  para  que  le  recuerde 
con  gloria  la  posteridad  en  pro  de  vuestros  hijos. 

Perdóneseme  si  el  entusiasmo  que  me  causan  las  glorias  de  vues- 
tros mayores  y  la  vista  de  este  pais  clásico  de  los  héroes ,  en  el  que 
tuvo  su  cuna  nuestra  sonora  y  bella  poesía  nacional ,  me  he  separado 
del  objeto  principal  que  debe  ocuparnos  en  este  dia,  siquiera  en  gra- 
ci'i  de  mi  amor  al  pais,  que  aprecio  tanto  como  al  mió,  y  á  que  ha- 
ciendo vuestro  elogio ,  no  me  separo  de  hacer  el  del  ínclito  Azara, 
vuestro  ilustre  compatriota ;  de  ese  genio  que  supo  retratarse  tan  per- 
fectamente en  sus  obras,  que  bien  puede  decirse  de  él  lo  que  Za-- 
chiroli  dijo  de  Hafael  al  pié  de  su  retrato  pintado  por  él  mismo :  In 
opem  me  copia  fecit. 


—  36  — 

Habiendo  tenido  Azara  por  cuna  este  hermoso  pais ,  patria  céle- 
bre de  los  Trovadores  que  civilizaron  y  entusiasmaron  á  España  con 
8Q8  nelodiosos  y  sentidos  cantares,  y  pueblo  galante  en  donde  se  es- 
tablecieron aquellas  Cortes  de  Amor  en  que  tanto  lució  la  hermo- 
sura y  el  talento ,  para  premiar ,  con  pródiga  mano ,  á  los  aprestos 
mantenedores  de  la  gaya  ciencia  del  saber  en  certámenes  tan  mag- 
níficos como  poéticos ;  descendiente  ilustre  de  los  que  tan  suntuoso 
templo  supieron  erigir  á  Applo  y  á  Minerva ,  y  habiendo  nacido  con 
un  alma  grande  y  un  corazón  sensible ,  no  podia  menos  de  ser  un 
recuerdo  lozano  y  vigoroso  de  aquellos  genios  que  les  recordase  en 
Duestros  tiempos. 

Nació  />.  José  Nicolás  de  Azara  el  dia  5  de  diciembre  de  1 730, 
en  este  pueblo  de  Barbuñales,  como  si  quisiera  el  cielo  remontar  su 
humilde  nombre  para  que  le  envidiasen  las  populosas  ciudades,  ser  pa- 
tria de  varón  tan  esclarecido,  y  concederos  un  blanon  ilustre ,  por  el 
que  se  os  recuerde  con  distinción  en  la  historia  de  los  pueblos.  Vos- 
otros sabéis  que  es  cierto  mi  aserto,  pues  que  Azara  ha  hecho  con  su 
nombre  que  el  de  Barbuftales  se  pronuncie  con  respeto  al  recordar  que 
fué  su  cuna ,  y  esta  nombradla  durará  tanto  como  la  memoria  de 
varón  tan  eminente ,  es  decir  ,  hasta  la  consumación  de  los  siglos. 

La  España  al  nacimiento  de  Azara  disfrutaba  de  la  dulce  paz 
que,  tras  muchos  años  de  sangrientas  lides,  la  ganara  por  fin  el  ani- 
moso Felipe  y  y  cuyo  rey  supo  conquistarse  la  misma  corona  que  se 
le  dejara  por  herencia ;  y  si  bien  poco  después  la  muerte  de  Car- 
los lY,  Emperador  de  Alemania  y  último  varón  de  la  casa  de  Aus- 
tria ,  volvió  á  poner  á  la  Europa  en  combustión,  no  alteró  la  tranqui- 
lidad de  España,  que  habia  sentado  sobre  el  trono  de  Piápoies  al  in- 
fante D.  Carlos,  hijo  de  su  rey,  como  si  fuese  necesario  dar  á  este 
príncipe  un  reino  pequeño  en  aprendizaje,  para  que  supiese  regir  me- 
jor después  esta  vasta  Monarquía,  en  donde  habia  de  hallar  un  Azara 
que  supiese  interpretar,  con  sabiduría,  sus  grandes  concepciones, 
secundar  sus  felices  ideas,  y  ser  digno  representante  de  tal  Soberano: 
Azara  nació  para  Carlos  III,  y  el  cielo  quiso  que  tan  colosales  inteH- 
gencias  encontrasen  en  su  curso  astros  refulgentes  de  clarísima  luz 
con  que  poder  despejar  las  tinieblas  de  la  ignorancia,  y  abrir  en  ro- 
sada aurora  una  nueva  era  de  ventura ,  de  ilustración  y  de  prosperi- 
dad á  la  trabajada  España. 

Los  virtuosos  padres  de  Azara  •  hijos  también  de  este  afortunado 
pueblo ,  sembraron  desde  la  infancia  en  su  tierno  corazón  las  benéfi- 
cas semillas  de  la  religión  y  de  la  virtud ,  y  dándole  una  educación 
esmerada  y  una  instrucción  adecuada  á  la  gran  capacidad  que  desde 
luego  se  hizo  lugar  en  su  mente,  prepararon  su  alma  para  que  pu- 


—  36  — 

diera  producir  opimos  frutos ,  cuya  madurez  no  se  Ihzo  esper»  por 
largo  tiempo. 

El  gusto  que  naeió  con  Azara  en  lo  relativo  á  las  bellas  letras  y 
á  las  artes ,  le  hizo  el  arbitro ,  desde  la  infancia  y  de  sus  condiseípií- 
los ,  que  muy  luego  le  consultaron  para  el  buen  éxito  de  sus  prodoo* 
ciones ;  y  deseoso  de  conocer  al  hombre  en  todo  cuanto  á  él  concier- 
ne I  se  aficionó  á  la  jurísnmdencia ,  que  hizo  sa  profesión,  persuadido 
de  que  con  el  auxilio  poaeroso  de  tan  sublime  ciencia,  de  la  que  ema- 
nan las  leyes ,  origen  constante  de  la  prosperidad  ó  decadencia  de  los 
pueblos  y  podria  U^r ,  como  Uegó  ^  á  conaegair  sa  deseo. 

Las  célebres  y  nunca  bien  ponderadas  unifersidades  de  Huesca  y 
de  Salamanca ,  planteles  floridos  de  donde  salieron  tantos  y  tan  emi- 
nentes sabios  que  honran  hoy  el  patrio  sudo,  y  que  tan  eficazmente 
han  contribuido  á  formar  nuestras  glorias  nacionales  y  á  la  civilixa- 
cion  é  ilustración  del  mundo;  esos  dos  famosos  tempíos  de  Minerta 
fueron  el  palenque  en  donde  lució  Azara  sa  destreza ,  en  cuya  arena 
robusteció  su  privilegiado  talento ,  y  en  cuya^  palestra  tvvo  sos  prime- 
ros triunfos,  que  dieron  tanto  que  hacer  i  la  fama  deade  un  principio, 
que  no  pudieron  menos  de  llamar  la  atención  de  la  corte  de  Castilla, 
en  donde  apareció  el  nombre  de  Azara  cual  el  nuncio  de  nn  lominoao 
y  esnlendente  astro. 

Jóvenes  que  me  ois ,  acercaos  á  Azara  en  ú  principie  de  sn  car- 
rera literaria ,  y  le  veréis,  en  los  primeros  pasos  de  sn  instraccion, 
encaminar  todos  sus  cuidados  i  hacerse  digno  del  aprecio  público, 
estudiando  con  constancia  para  llegar  i  formar  nn  jmcio  eapaz  de  ser 
un  día  ütil  i  sus  conciudadanos.  Vedle  sacudir  la  pereza  enemiga  ae- 
duclora  y  peligrosa  que  condoee  á  la  oeioaidad ,  madre  de  los  vicios 
y  hermana  de  la  ignorancia^  y  bascar,  á  faena  de  eonstanda  y  de  me- 
ditación ,  la  espinosa  senda  que  condoee  al  templo  de  la  sabidoria, 
cuyo  dificil  accedo  se  logra  solo  eon  la  peiaeferancia  tm  ú  estadio, 
|>ero  que  una  vea  vencidos  todos  loa  obsiácalos,  se  obtiene  por  sa 
mmiio  libre  entradla  en  él,  pan  alcaoiar  desposa  oo  fa^ar  distinguido 
en  el  de  la  inmortalidad* 

l>ye  que  la  fama  de  Azara  Uegó  i  la  cóite de  Castilla:  empnftaba 
en  ella  el  cetro  de  dos  mundos  el  inasorlal  Cailos  ID ,  qoe  tras  el 
virtut>so  FRaNiNDO  VI,  sa  aogoslo  hermano^  cayo  reinado  habia  sido 
de  pax ,  de  pn>speritlad  y  de  ventara  para  los  poeUos ,  hacia  poco 
regia  la  moiiarquia ;  y  eooso  tan  grande  soberano  tnvien  el  precioso 
don  do  saber  bascar  el  mérito,  no  tanto  para  premíarleí»  en  lo  qoe 
«iemnre  fuó  pródigo ,  cuanto  nara  hacer,  por  so  medio,  felices  á  sos 
pueblos ,  llamó  á  si  al  joven  Atara ,  á  fin  de  conocer  át  cerca  en  fo 
que  iHMlia  beneficiar  sn  capacidad*  Verse  y  enleodcise  fué  lo  sufi- 


—  37  — 

cíente  eo  tqnellas  dos  almas  privilegiadas ,  y  Azara  no  tardó  en  hacer 
sonar  su  nombre  por  todos  los  ámbitos  de  la  antigua  Mantua ,  de 
Madrid ,  que  empezó  á  ver  en  aquel  joven  un  funcionario  público 
•di^no  de  la  estimación  de  su  rey ,  y  de  la  consideración  pública  (1). 
El  célebre  escritor  de  Economía  Política  D.  Ricardo  Wal  dirigía 
entonces  el  Ministerio  de  Estado  y  ^  colocado  en  esta  dependencia 
Azara ,  supo  hacerse  merecedor  del  distinguido  destino  de  rigente 
general  de  España  en  Roma  ^  con  que  no  tardó  en  agraciarle  su 
rey  ^  encaigo  honroso  en  el  que  supo  elevarse  al  alto  concepto  que 
de  él  se  tuvo  desde  que  apareció  en  la  escena  política. 

Si  la  presencia  de  Azara  en  la  corte  de  Castilla  agradó  tanto  por 
su  figura  gallarda  y  agradable ,  cuanto  por  su  talento  privilegiado  y 
fioas  maneras,  cautivó  desde  luego  la  atención  del  Vaticano,  ante  el 
que  se  presentó  con  la  arrogante  gravedad  de  un  español  ilustrado 
que  sabia  hermanar  á  este  carácter  propio  la  galantería  y  finura  de 
un  caballero  español  y  las  maneras  delicadas  de  un  hábil  diplomático. 
Saludado  Azara  por  la  capital  del  mundo  antiguo  y  moderno  como  el 
CabaUero  par  escelencia ,  dictado  con  que  le  bautizó  á  su  vista  y 
con  el  que  se  le  conoce  aun  en  su  memoria ,  no  tardó  en  hacerse  por 
su  talento ,  afabilidad  y  virtud ,  el  arbitro  de  los  destinos  de  Roma, 
y  en  ser  su  casa  el  emporio  de  las  letras  y  de  las  artes ,  el  palacio  al 
que  acudían  los  reyes  á  tomar  consejo  ó  á  prestar  homenaje  al  saber 
y  á  la  virtud ,  y  el  benéfico  albergue  donde  los  necesitados  hallaban 
satisfacción  y  consuelo. 

Asi  fué  en  efecto ;  los  sabios  se  reunian  alrededor  de  Azara ,  en 
su  propia  casa ,  para  dilucidar  los  puntos  mas  intrincados  de  las  le* 
tras  y  de  las  ciencias ,  y  los  artistas  para  tomar  lecciones  en  las  aca- 
demias que  presidia  con  acertada  dirección  y  maestría.  £1  grande 
José  II ,  Emperador  de  Alemania ,  despreciando  la  opinión  de  su 
amigo  el  célebre  VoUaire ,  se  fué  á  Roma  á  pedir  consejo  al  caba- 
llero Azara  acerca  de  sus  pretendidas  reformas  eclesiásticas,  que  supo 
detener  en  su  torrente  la  fuerte  razón  de  vuestro  compatriota :  Gus- 
tavo III  de  Suecía  le  fué  también  á  pedir  consejo  á  su  propia  casa, 


(I)  £1  oGcial  mayor  de  la  Secretaría]  de  Estado  1^.  Joié  Agustín  de  Llano ^ 
después  Marqués  de  Llano,  fué  el  primero  que  hizo  conocer  á  Carlos  III  el  méri- 
to de  Azara,  protegiéndole  para  traerle  de  ofícial  de  aquel  Ministerio,  en  donde 
inauguró  aquella  grande  amistad,  que  conservó  hasta  la  muerte,  con  el  ilus- 
trado camarista  de  Castilla  después  1).  Bernardo  Triarte,  que  sirvió  22  años  de 
ofícial  de  la  misma ,  según  lo  dice  el  general  de  los  Carmelitas  ,  P.  Reyes,  elogia- 
dor  de  Azara  ,  en  carta  desde  Valencia  de  46  de  marzo  de  4805  ,  que  conserva 
D.  Pedro  Salva  en  su  preciosa  biblioteca. 


-3»  — 

y  por  él  fe  gmroo  Im  sobcnoos  de  Tesean,  4e  Paran  y  ét  Eira- 
ríjf  y  Mo  Un  mismo§  Pontífices  Cleibüts  IIV  j  Pío  ¥1,  y  por 
últinM  M  eata  se  abrió  eooo  WeoiAtM  hospederia  á  las  ifcuüu  ¿s- 
lerradas  princesas  de  Frauda  Adelaida  y  VicrauA,  y  sa  bokiib' 
fué  on  ooero  coeroo  de  Amallea  qoe  derranuó  sns  tesoros  pan  socor- 
rer é  Lüis  XVIII  y  á  la  aogosU  Dwpesa  de  CMeans  LiásA  Haua 
Adelaida  ,  madre  de  Luís  Felipe  último  rey  de  los  frmccaes,  cnn- 
do  la  re?olocioD  les  lanzó  de  so  pais. 

El  cardenal  de  Beimb,  embajador  ¿t  Frauda  en  Roma  y  ele- 
gíale poeta ,  redbió  después  de  su  muerte  el  beneficio  de  que  su 
amigo  Azara  ^  qoe  le  soconríó  también  en  YÍda  en  b  adtersidad ,  pu- 
blicase so  precioso  Poema  de  la  Religión ,  escelenda  que  también 
disfrutó  el  critico  poeta  Cash,  cuyas  obras  rieron  la  luz  pública  á 
costa  de  tan  magnífico  Mecenas ;  y  sobre  todo  partidpó  de  su  pro- 
rerbíal  grandeza  y  generosidad  el  inmortal  pintor  de  Ustoria  D.  Aii • 
TOHio  Rafael  Mekgs,  del  que,  y  de  su  familia,  fué  el  protector  mas 
decidido  y  y  el  qoe  sopo  dar  á  conocer  al  mundo  la  denda  de  tan  es- 
célente  artista,  comentando  sos  preciosas  obras  en  las  suntuosas  edi^ 
ciones  que  publicó  á  su  costa  en  España  é  Italia.  Los  eruditos  li- 
teratos fVinkelmanny  Geij  Daiincourly  Marínij  Fütonii^  Dir- 
cuil  9  y  los  famosos  artistas  Pikíer ,  Canova ,  Volpalo  y  Angélica 
Kafmann,  Cawil^  HamiUan^  Salesaj  Carmona  y  otros  muchos  ya 
españoles  ya  estrangeros,  obluTieron  los  beneficios  de  su  generostdail 
y  patriotismo  en  Roma ,  en  cuya  ciudad  fué  llamado  Azara  con  jus- 
ticia el  protector  magnifico  de  los  literatos  y  de  las  artistas  y  el 
cariñoso  padre  de  los  pobres j  dictado,  el  primero,  con  que  se  honró 
también  en  España  el  augusto  artista  infante  D.  Sebastian  Gabsicl 
BE  BoBBOH,  cuya  ausencia  de  nuestro  pais  lloran  las  artes  españolas, 
que  tanto  deben  á  su  regia  y  liberal  munificencia. 

Sopo  granjearse  de  tal  modo  el  aprecio  de  los  romanos  y  llegó  i 
ejercer  en  su  ánimo  on  predominio  tal ,  que  llegaron  á  residir  so- 
bre 14,000  almas  en  la  plaza  de  España  y  su  barrio ,  buscando  en 
80  palacio  una  fortaleza  y  en  él  un  esforzado  campeón  qoe  les  de- 
fendiese de  todo  riesgo  y  les  amparase  en  la  necesidad.  ¡  Oh,  y  cuán- 
tas reces  satisfacieron  el  hambre  multitud  de  romanos  en  el  palacio 
de  nuestro  Azara !  A  él  se  dirigian  demandando  un  socorro  que  sa- 
bían no  habia  de  negarles  su  liberalidad ;  y  cuando  los  poderosos 
temian  algo  cié  la  liara  ó  del  capelo ,  á  él  acudian  para  que  les  rol- 
viese  á  la  decaida  gracia  del  poder ,  ó  para  que  les  librase  de  su  eno- 
jo 9  seguros  de  que  nadie  podia  lo  que  Azara  con  el  Soberano  de 
Roma  y  su  gobierno.  Los  sacerdotes  y  los  religiosos  le  ponían  por 
mediador  coando  dirigían  al  vicario  de  Cristo  sus  plegarías ,  y  como 


—  59  — 

faerm  justas ,  pocas  veces  dejaban  de  recibir  satisfacción ,  porque  el 
sucesor  de  San  Pedro  se  complacía  en  manifestar  su  aprecio  apostó- 
lico y  soberano  al  caballero  Azara ;  y  lo  mismo  sucedió  al  gran  Car- 
los III  que ,  mirándole  como  á  un  amigo  querido  y  predilecto ,  jamás 
desairó  sos  peticiones,  bastando  que  espusiese  para  conceder.  Por 
esta  consideración  le  debieron  la  grandeza  de  España  algunos  roma- 
nos j  entre  ellos  el  Duque  de  Nemi  y  el  Príncipe  de  santa  Croce^ 
y  ios  literatos ,  artistas  y  demás  hombres  de  mérito  nacionales  y  es* 
trangeros  j  las  distindones  con  í|ue  les  honró  el  magnifico  Carlos  III, 
y  después  de  él  el  buen  Carlos  IV,  su  sucesor,  y  las  que  les  dispen- 
saron ios  Pontífices  de  su  época. 

Cuando  á  tal  altura  supo  elevarse  Azara  en  Roma,  ¿qué  de  es- 
trenar tuviese  tanto  ascendiente  con  los  Pontífices  Clemente  XIII, 
Clemente  XIV  y  Pió  VI ,  que  llegó  á  decirse,  con  respecto  á  los  dos 
últimos ,  que  solo  veian  por  sus  ojos  y  que  era  necesario  ganar  el  fa- 
vor del  caballero  para  congraciarse  con  ellos  ?  Si  esto  decia  el  pueblo 
romano  dando  pábulo  á  los  émulos  de  Azara  á  que  criticasen  de  su 
ascendiente,  no  carecía  de  algún  fundamento ,  puesto  que  se  le  con- 
sultaban los  asuntos  mas  difíciles  del  Estado ,  se  solicitaba  su  consejo 
en  las  cosas  de  mayor  gravedad,  y  se  le  recibía  en  el  Vaticano  con  la 
mayor  predilección ,  tratándole  los  Pontífices ,  mas  que  como  á  un 
agente  diplomático,  como  amigo  predilecto,  como  á  un  pariente  que- 
rido. Azara  supo  realzar  el  deslino  de  agente  de  España  en  Roma  á  un 
rango  que  jamás  tuviera ,  acreditando  en  esto  el  principio  de  que  los 
hombres  clan  elevación  al  deslino  y  no  el  empleo  á  los  hombres^ 
cuando  estos  carecen  de  las  dotes  necesarias  para  ennoblecerle  ó  man- 
tenerle en  el  rango  que  se  ideó  en  él,  y  así  fué  que  aunque  la  España 
estaba  representada  en  Roma  por  el  arzobispo  Azpuro^  y  después  por 
el  ilustre  MoSiNo,  conde  de  Floridablanca ,  jamás  se  eclipsó  con  el 
esplendor  de  estos  jefes  natos  del  caballero  su  nombre  venerando  y 
querido. 

Cuando  Azara  se  hallaba  en  el  apogeo  de  su  nombradia  ;  cuando 
disponía  de  la  voluntad  de  la  corte  de  los  Césares ,  obtenía  el  mayor 
aprecio  del  vicario  de  Cristo ,  y  mandaba ,  por  decirlo  asi ,  en  el  co- 
razón de  los  romanos,  uu  gran  suceso  que  vino  á  complicar  las  dife- 
rencias de  la  curia  romana  con  España  y  pudo  romper  las  relaciones 
y  amistad  entre  ambos  gobiernos ,  hubiera  podido  esponer  la  influen- 
cia de  Azara  en  Roma;  pero  como  los  talentos  privilegiados  saben 
vencer  los  obstáculos  por  grandes  que  sean ,  supo  llenar  sus  deberes 
con  el  celo  que  cumplía  á  su  lealtad,  sin  que  por  ello  disminuyese  en 
nada  el  aprecio  en  que  le  tenían  los  romanos :  me  refiero ,  señores ,  á 
la  célebre  estincion  de  los  Jesuítas. 


—  40  — 

MotiTos  que  no  sabriimos  esponer  por  ignorados  en  su  mayor 
parte  y  que  aun  sabidos  no  serian  de  este  lugar,  movieron  á  Car- 
los UI)  siguiendo  el  ejemplo  de  otros  Soberanos ,  á  lanzar  de  Espaffa 
y  de  lodos  sus  dominios  á  la  Compañía  de  Jesús ,  plantel  de  tantos 
santos ,  hombres  ¡lustres  y  de  muchos  sabios,  y  comunidad  que  había 
conquistado  á  Espafta  inmensos  terrenos  con  su  unción  evangélica  y 
sus  grandes  sacrificios ,  la  cual  habia  llegado  á  poseer  eslraordinarías 
riquezas  y  un  gran  predominio  en  la  nación.  Desde  que  fueron  espul- 
sados de  España  los  jesuitas  y  mandados  en  tropel  sin  consideración 
á  clases  ni  edades  al  Papa ,  empezó  entre  la  Silla  de  San  Pedro  y  la 
corona  de  Castilla  una  lucha  tenaz ,  cuyos  mantenedores  oficiales  por 
parte  de  Espafia  fueron  el  arzobispo  Azpwro  ^  FhridabUmca  y 
nuestro  caballero  Azara.  Larga  y  trabajosa  fué  la  lucha ,  y  si  bien  la 
resistió  hasta  su  muerte  Clemente  XIU  ,  su  sucesor  no  pudo  ha- 
cer frente  á  las  testas  coronadas  de  la  casa  de  Borbon  coligadas  con- 
tra los  jesuitas ,  aunque  llamó  al  efecto  mas  asi  la  razón  que  la  ezi- 
gencia  si  se  ha  de  creer  á  su  historiador,  y  después  de  tratar  la  causa 
canónicamente ,  la  Compañía  de  Jesús  vino  al  fin  á  ser  estinguida  de 
toda  la  cristiandad. 

Los  amigos  de  los  jesuitas  culparon  á  los  agentes  de  Espafia  de 
haber  influido  demasiado  en  la  decisión  de  esta  contienda ,  y  afilaron 
sus  dardos  contra  ellos  llegando  á  ensañarse  con  Azara  teniéndole 
por  enemigo  de  la  Compañía.  La  imputación  fué  y  será  siempre  gra- 
tuita en  este  concepto,  puesto  que  no  existiendo  pruebas  deque  Aza- 
ra aborreciese  á  los  jesuitas  y  antes  por  el  contrario,  como  diré,  ni 
habiéndonos  él  dejado  declarado  esplicitamente  como  pensó  en  su  in- 
terior en  este  delicado  asunto,  el  entrar  á  interpretar  el  silencio  de  un 
varón  grande  ya  difunto  y  escudriñar  en  lo  recóndilo  de  su  alma^  es  ter- 
reno vedado  al  hombre  de  buena  fé  y  cuya  valla  no  puede  saltarse  sin  un 
fondo  de  refinada  malicia.  Azara,  como  agente  de  Espafia,  tuvo  quelle-^ 
nar  los  deberes  que  le  impuso  su  soberano  en  una  misión  en  la  que  su 
lealtad  debia  acreditarse  con  el  celo  que  desplegase  en  la  obediencia, 
sin  que  su  empeño  decidido  en  dejar  airoso  á  su  Rey  y  señor  pudiese 
dar  motivos  justos  para  probar  en  él  enemiga  contra  una  asocia- 
ción que  aunque  amase ,  tenia  que  ahogar  su  amor  á  la  vista  de  su 
deber ,  sacrificio  que  debe  hacer  el  buen  patricio ,  y  el  fiel  subdito 
ante  el  interés  de  su  pais  y  soberana  que  le  manda.  Empero  al  paso 
que  no  hay  prueba  alguna  que  poder  esponer  para  presentar  al  caba- 
llero como  enemigo  de  los  jesuitas ,  las  hay  vivas  é  indestructibles  en 
sentido  contrario  por  mas  que  se  pretendan  ocultar,  y  estas  son  la 
protección  y  amparo  que  prestó ,  después  de  la  estincion ,  á  los  sabios 
jesuitas  Andrés  y  Requenoj  Clavigeroj  Ortízj  Eximeno^  y  al  sa- 


—  45  — 

nopodia  e?¡lar,  y  demandar  de  su  gobierno  salros-conductos  para 
loa  onoa ,  reprensión  para  los  otros ,  fuerza  y  agua  para  etiiar  el  sa- 
qoeo  y  apagar  ei  incendio  de  las  casas  de  Francia  que  el  fanático 
pueblo  puaieta  en  llamas,  y  evitar  que  prosiguiese  en  sus  intentos  de  / 
de? aatacioD !  T  en  fin ,  oyéraisle  predicar  la  paz  á  las  turbas  y  obli- 
garles á  deponer  las  armas  y  retirarse  al  mágico  acento  de  su  toz  y  á 
la  eootnodente  fuerza  de  sus  razones !  Bien  merecido  tuvo  Azara ,  en 
esta  oeasion ,  el  pláceme  que  le  dio  Pió  VI ,  abrazándole  después  de 
la  tormenla ;  y  las  gracias  que ,  en  honorisimo  documento  para  él ,  le 
enrid  el  gobierno  retolucionario  de  Paris ,  porque  á  él  y  solo  á  él  de- 
bió el  primero  la  suspensión  del  desorden ,  y  el  segundo  las  vidas  de 
sus  compatricios  en  Roma. 

Los  ejércitos  terroristas  de  la  revolución  se  acercaban  de  victoria 
en  victoria  á  los  Estados  de  la  Iglesia,  dirigidos  por  un  joven  sediento 
de  gloría ,  que  vencedor  en  todas  partes ,  llevaba ,  cual  Cesar ,  la  es  • 
trella  de  la  fortuna  delante  de  si ,  anunciándole  el  genio  de  la  guerra 
en  los  tiempos  modernos.  El  nombre  de  Napoleón  Bonaparte  reso* 
naba  ya  con  espanto  en  las  bóvedas  del  Vaticano,  y  el  anciano  Pon- 
tifice  9  sin  saber  si  huir  ó  si  esperar «  estaba  en  la  incerlidumbre  mas 
terrible  y  lamentable.  Desechadas  como  hemos  dicho  las  proposicio- 
nes de  mediación  que  en  nombre  de  Espafla  hiciera  Azara  al  Sobe- 
rano de  Roma ,  no  podia  ser  mas  que  un  espectador  silencioso  de 
aquel  zozobroso  estado ,  porque  asi  se  lo  aconsejaba  la  prudencia  y 
la  dignidad  de  su  ministerio  ;  pero  senlia  en  su  alma  que ,  por  babor 
sido  desatendidos  sus  consejos ,  se  hallase  Roma  en  tal  confusión ,  y 
el  Pontífice  en  situación  tan  triste  como  peligrosa. 

El  temor  de  mayores  males  para  la  Iglesia  decide  por  fin  á  Pió  VI 
á  demandar  gracia  de  los  vencedores,  á  pesar  de  los  consejos  en  con- 
trario que  le  daban ;  y  buscando  quien  mejor  pudiera  alcanzar  su  de- 
seo, en  vano  recuerda  otro  mas  apto,  capaz ,  poderoso  y  á  propósito 
que  el  caballero  para  tan  espinosa  como  diílcil  comisión. 

Llamado  Azara  para  ella,  la  admite  en  nombre  de  su  Rey  des- 
pués de  dejar  bien  puesta  la  dignidad  de  éste,  y  con  el  alma  llena  de 
esperanza  y  de  placer  por  el  bien  que  va  á  hacer  á  Roma ,  á  la  reli- 
gión del  Crucificado  y  á  su  Vicario ,  parte  hacia  el  campo  del  ene- 
migo ansioso  de  convidarle  con  la  paz.  El  pueblo  romano,  apercibido 
de  la  misión  de  Azara  ,  se  agolpa  en  la  plaza  de  España  á  las  puer- 
tas de  su  palacio ,  y  victoreándole  con  entusiasmo  á  su  salida ,  pi- 
diéndole les  libertase  del  furor  de  los  franceses ,  llevó  su  coche  en 
volandas  y  sobre  sus  hombros  hasta  las  puertas  de  la  ciudad  eterna, 
prodigándole  los  nombres  de  Padre  ^  de  Camilo  y  de  Libertador. 
Considerad ,  aragoneses  ^  vosotros  que  sois  tan  sensibles  á  todo  lo 


—  43  — 

fallar  al  respeto  debido  al  yicarío  de  Jesueristo  y  al  sucesor  de  San 
Pedro  á  quien  veneraba  como  á  tai  y  á  quien  quería  como  á  amigo 
íntimo  (IV). 

El  cansancio  en  los  negocios  públicos  del  conde  Grimaldi  qoe 
sucedió  al  de  Florídablanca  en  la  embajada  de'Espafia  en  Roma^  y 
su  muerte  después ,  pusieron  al  caballero  Azara  en  el  alto  puesto  qcfe 
merecia,  y  jamás  se  yió  el  Vaticano  mas  satisfecbode  España,  niéati 
mejor  servida ,  pues  que  con  aquella  babilidad  diplomática  que  8Op0 
aprender  en  el  profundo  conocimiento  que  adquirió ,  con  su  constante 
estudio  sobre  el  corazón  humano,  y  con  su  larga  esperiencia  en  el  tfA- 
to  de  la  curia  y  corte  romana ,'  pudo  ponerse  en  la  ventajosa  posición 
de  servir  á  su  patria  en  aquel  puesto  mejor  que  otro  alguno,  y  de  no 
desmerecer  del  aprecio  en  que  como  funcionario  y  como  partieolaf  le 
tuvo  la  Italia  entera. 

Si  bien  es  cierto  que  jamás  se  vio  en  Roma  embajador  con  mas 
ostentación  y  que  mejor  supiese  hacer  patente  la  grandeza  de  sd  na- 
ción, también  lo  es  que  nunca  Espafia  tuvo  tanto  poder  é  influencia 
en  la  ciudad  eterna ,  y  que  hasta  entonces  no  hubo  representante  mas 
respetado ,  venerado  y  querido  en  un  pueblo  que  mira  siempre  con 
prevención  á  los  estranjeros ,  por  mas  buenos  recuerdos  que  puedan 
alegar. 

Las  tareas  diplomáticas  no  consiguieron  separarle  de  sus  esta- 
dios ni  de  sus  paseos  favoritos  al  Tusculano  de  Cicerón,  en  el  mo* 
nasterio  de  Basilios  de  Grotta  Ferrata,  á  pesar  de  su  gravedad  y 
del  mucho  tiempo  que  consumen  naturalmente ,  y  mas  en  una  lazon 
en  que  Azara  removió  multitud  de  espedientes  atrasados  de  gtande 
interés  y  consecuencia  para  Espafia  que  se  hallaban  detenidos ,  como 
si  aguardasen  por  su  medio  una  feliz  terminación.  Deseoso  de  ||ioaeer 
tesoros  artísticos  y  de  contribuir  al  progreso  de  las  bellas  artes ,  que 
siempre  miró  con  especial  predilección ,  emprendió  despnes  de  otras 
muchas  cavas  en  el  Viminal^  Traslivere^  Frascati  j  otros  punttfs,  el 
examen  de  la  antigua  quinta  de  los  Pisones,  y  haciendo  acertadas  ea- 
cavaciones  en  Tivotij  logró  volver  ala  luz  porción  de  preciosos  restos 
del  arte  antiguo ,  que  huyendo  de  la  feroz  y  destructora  mano  del 
hombre  de  los  siglos  bárbaros  y  aun  del  fanatismo  religioso  y  político 
despnes ,  se  escondieran  en  las  entrañas  de  la  tierra  para  salir  un  dia 

niieron,  sin  su  consentimiento,  sns  amigos,  se  bascó  con  tanta  avidez  que  la 
edición  primera  se  acabó  en  Roma  en  el  mismo  día  en  que  se  publicó,  y  de  las 
hechas  en  Florencia  por  los  libreros  Pisoni  y  Lucano,  se  vendieron  veinte  y  seis 
mil  ejemplares  cosa  que,  como  decimos  en  su  vida ,  prueba  su  gran  popularidad 
en  Italia. 


—  43  — 

i  publicar 9  cual  testigos  vivos  é  irrecusables^  las  glorías  artísticas  y 
la  grandeza  de  los  griegos  y  de  los  romanos  (Y).  Yiéraisle  allí,  no- 
bles aragoneses  j  manejar  la  azada  y  el  pico  con  esruerzo,  y  dirigir  las 
eavaa  con  destreza ,  entusiasmándose  á  la  vista  de  las  obras  maestras 
que  la  fortuna,  deseosa  de  coronar  sus  laudables  esfuerzos  y  deseos^ 
le  ofreeia  á  eada  paso !  Yiéraisle  admirado  á  la  vista  del  precioso  busto 
de  Ak^andro  el  Grande ,  cuyas  facciones ,  hasta  entonces  ignora- 
daa,  él  sopo  conocer,  busto  que  regaló  al  gran  Napoleón  (1),  y  que 
fué  el  bao  que  afianzó  su  amislad ,  como  si  quisiera  darle  á  entender 
que  ¿1  solo  era  capaz  de  imitarle  y  por  lo  tanto  merecedor  único  de 
poseerle!...  De  aquellas  bien  dirígidas  cavas  salieron  esos  preciosos  bus* 
tos  de  los  mas  famosos  filósofos  de  la  antigüedad,  que  hacen  hoy  la 
principal  riqueza  del  Real  Musco  de  Escultura  de  Madrid ,  para  glo- 
ria del  arte  y  enseñanza  de  nuestros  artistas  j  puesto  que ,  con  una 
liberalidad  que  le  honra,  legó  la  colección  que  tantos  sacrificios  le  cos- 
tó á  su  Rey ,  para  que  la  dedicase  al  estudio  y  perfección  de  las  artes 
en  su  patria.  Allí  están  esos  preciosos  restos  publicando  la  magnifi- 
cencia y  liberalidad  de  Azara,  cuyo  patriotismo  es  un  proverbio  para 
todo  espafiol^  y  aun  para  el  mundo  entero. 

Veinte  y  un  años  llevaba  el  buen  Pió  YI  rigiendo  la  nave  del  Pes- 
cador ^  y  otros  tantos  que  la  santa  amistad  le  tenia  unido  al  caballero 
Azara ,  cuando  una  espantosa  nube  política ,  formada  de  los  vapores 
exhalados  por  la  filosofía  del  siglo  XYIII,  lanzó  un  trueno  terrible  que 
conmovió  el  mundo  todo  y  que  trastornó  la  sociedad.  Rompiéronse 
los  diques  del  antiguo  orden ,  y  desbordándose  las  ideas  modernas  de 
suyo  desorganizadoras,  llevaron  tras  de  sí  el  espanto  y  la  destrucción. 
La  Francia,  esa  nación  poderosa  que  tanto  pesa,  desde  muy  anti- 
guo^ en  la  balanza  europea  que  cuando  se  mueve  rompe  el  equilibrio 
social ,  y  de  la  que  hoy  mismo  pende  tal  vez  la  suerte  del  mundo ;  ese 
pais,  revolucionario  por  escelencia,  empezó  por  derribar  su  monarquía 
con  la  cabeza  de  su  Rey  y  terminó  por  abolir  las  creencias  veneran- 
das del  cristianismo ,  arrastrando  sus  torrentes  de  sangre  todo  lo  an^ 
tiguo  por  santo  y  sublime  que  fuese.  Tan  espantosa  catástrofe ,  que 
asustó  al  mundo  entero,  no  pudo  menos  de  conmover  la  Silla  de  San 
Pedro ,  cuyo  virtuoso  poseedor  al  llorar  por  el  estravio  de  la  porción 
mas  querida  de  sus  ovejas  por  sus  piadosos  antecedentes^  calculó  la 
ruina  de  la  religión ,  pronosticando  el  lamentable  fin  de  su  persona 
al  anatematizar  la  revolución. 

En  esta  ocasión  es  donde  quisiera  yo  poderos  pintar  con  sus  vi- 

(1)    Este  famoso  busto  recuerda  al  caballero  Azara  en  el  Museo  de  París  en 
donde  se  halla. 


—  48  — 

bellas  estampas,  se  arrebataba  de  las  manos  de  los  artistas  que  le  c^e* 
cutaban,  pues  iodos  queriau  poseer  la  efigie  de  su  salfador,  del  liber- 
tador de  Koma.  El  proyecto  de  un  bello  monumeato  erigido  por  d 
célebre  escultor  Canava  en  nombre  de  los  artistas  ^  fué  grabado  y 
repartido  con  profusión  en  honor  de  Azara  (i);  y  como  se  bailase 
fuera  de  Koma ,  se  le  disponia  una  entrada  triunfal ,  para  la  que  d 
público  entusiasmo  imaginaba  mil  locuras,  acordando  hacerle  uo  sun- 
tuoso arco  de  cuyo  proyecto ,  que  se  conserva  en  el  museo  de  esta 
casa ,  se  encargó  el  famoso  arquitecto  Jasé  Baladier  (VI), 

Grande  y  estraordinario  fué  el  regocijo  y  el  honor  que  se  dispensó 
al  caballero ;  y  esto  mismo  fué  lo  que  encendió  la  ira  de  sus  émulos 
para  calumniarle  y  procurar  que  el  inconstante  pueblo  volviese  sus  ti- 
ros contra  el  ídolo  que  acabara  de  incensar. 

Las  condiciones  del  armisticio  hablan  sido  ciertamente  duras  para 
Roma ,  pero  siempre  mucho  mas  beneficiosas  que  las  impuestas  por 
el  Directorio  y  que  las  que  creyó  el  mismo  Pontífice,  y  solo  de 
aquella  manera  pudo  detenerse  al  vencedor  á  las  puertas  de  una  eiii* 
dad  indefensa ,  y  salvar  á  la  religión  de  una  inevitable  catástrofe  eo  la 
corta  de  su  imperio.  Sabíanlo  muy  bien  esto  el  Papa  y  su  gobierno, 
pero  repuesto  éste  de  su  espanto,  y  viendo  ya  lejano  el  peligro,  quiso 
eludir  las  consecuencias  del  armisticio  y ,  como  medio  mas  á  propó* 
sito,  autorizó  en  cierto  modo  el  descrédito  de  Azara  buscado  con  ahin- 
co  por  sus  émulos. 

Las  exigencias  del  Directorio  por  un  lado,  y,  mas  que  todo,  la  poca 
política  de  k>s  cardenales  consejeros  del  Papa ,  hizo  que  se  rompiese 
el  armisticio ,  y  rotas  las  hostilidades  en  las  que  venció  INapoleon  sm 
pelear  i  pesar  de  las  alharacas  de  los  romanos ,  se  hizo  al  fin  la  pm 
en  Tolentino ,  en  la  que  si  no  tuvo  parte  el  caballero ,  se  afirmó  el 
armisticio  que  habia  logrado  en  Bolonia ,  declarando  Piapolcon  en  sus 
cartas ,  que  si  los  romanos  siguieran  los  consejos  de  Azara  no  e/e 
verían  en  tales  aprietos ,  y  pidiendo  á  éste  que  por  bien  de  la  pa;^ 
volviese  á  Roma  á  enseñar  á  los  romanos  lo  que  no  sabian. 

Viendo  d  caballero  próxima  otra  tormenta ,  corrió  á  Roma  para 
impedirla  con  su  poderosa  mano,  y  haciendo  seguirle  á  José  Napo- 
UON ,  después  rey  intruso  de  España ,  que  habia  sido  nombrado  e«i^ 
bajador  del  Directorio  en  Roma ,  hizo  conocer  al  gobierno  romano 
que  el  león  español,  que  por  nada  ni  por  nadie  se  arredra,  sabe  hacer 
cumplir  los  compromisos  al  que  los  pactó  con  su  mediación ,  y  el  ar- 
misticio empezó  á  cumplirse  en  todas  sus  partes.  Mas  la  tormenta  no 
hizo  sino  retroceder  para  volver  con  mas  fuerza ,  y  á  pesar  del  firme 

(i)    Véase  su  dibujo  á  la  pág.  311  dol  tomo  i.®  de  nuestra  vida  de  Azara. 


49- 


arabilidad  y  tolerancia  del  em- 
i(io  por  los  república- 


carácter  del  mediador  español, 

bajaiior  José ,  las  costts  se  dispusieron  ¿ 

nos  romanos  por  un  lado,  y  por  los  fandticos  papistas  de  otro,  que  al 

fin  eütallú  la  tempestad  sobre  la  desgraciada  Roma. 

Enconado  el  pueblo  contra  los  franceses  y  los  republicanos,  á  los 
que  i  pesar  de  las  instancias  de  Azara  no  quiso  ó  no  pudo  reprimir  el 
}¡obierno,  se  desbordó  cual  torrente  mal  comprimido,  y  tomando  parte 
con  «i  algunas  partidas  de  las  tropas  del  Pontífice,  les  atacan  hasta 
dentro  del  palacio  del  embajador  de  Francia,  muriendo  en  la  refriega 
Duflot,  jefe  francés,  prósimo  á  casarse  con  la  cuñada  de  José  na- 
poleón. 

En  este  día  y  noche  fatal ,  barbuñalenses ,  fué  en  la  que  ,  mejor 
que  en  tiempo  alguno,  manifestó  el  denodado  Azara  que  babia  nacido 
en  Aragón,  y  que  como  tal  era  valiente  y  arrojado  en  el  peligro ,  en 
el  que  le  daba  alas  y  acrecentaba  su  heroísmo  el  deseo  que  le  ani- 
maba de  librar  i  Roma  otra  vez ,  á  pesar  de  su  ingratitud,  y  de  evi- 
tar víctimas  aun  cuando  para  conseguirlo  tuviera  que  serlo  él.  Vie- 
rais su  carroza,  guiada  por  españoles  tan  bravos  como  él,  recorrer  los 
puntos  en  que  mas  vivo  era  el  fuego  ,  pues  que  las  tropas  pontificias 
tiraban  arbitrariamente  desde  sus  cuarteles  y  destacamentos  á  cuanto 
pasaba  por  las  calles;  viéraisle  luego  que,  con  grave  riesgo  de  su  per- 
sona ,  llegó  al  palacio  de  Francia ,  trepar  'por  cima  de  los  cadáveres 
hacinados  en  el  zaguán  y  escaleras  para  ganar  la  habitación  del  em- 
bajador y  de  su  inconsolable  y  asustada  famíbal  Allí  entre  las  recon- 
vcncioues  de  José,  que  babia  entrado  en  Roma  bajo  su  salvaguardia, 
lus  lloros  de  su  cuñada,  que  demandaba  su  prometido  asesinado  por 
su  loca  temeridad  ,  tas  instancias  de  madama  Bonaparte  para  obligar 
Á  su  marido  á  salir  de  Roma ,  y  las  instigaciones  de  todos  los  france- 
ses y  jefes  republicanos  romanos  que  le  pedían  les  salvase  ;  viéraisle, 
repito,  hermanando  la  afabilidad  cortesana  á  ta  energía  diplomática, 
la  dulzura  de  la  amistad  á  la  réplica  para  combatir  al  error,  conso- 
lar á  unos,  imponer  silencio  á  otros,  prometer  á  todos,  defender  al 
Papa,  y  lograr,  en  Gu,  por  la  irresistible  fuerza  de  su  elocuencia  ,  y 
por  el  juego  certero  de  los  recursos  de  su  privilegiado  talento  ,  resta- 
blecer la  conlianza  y  la  calma  en  aquella  Rabel ,  y  entrar  en  razona- 
ble conferencia. 

L«  ofensa  hecha  á  la  República  francesa  era  sin  duda  grande ,  lo 
confiesa  Azara  ;  pero  asegura  la  inculpabilidad  del  Papa,  y  aun  la  de 
Ku  gobierno,  que  prueba  solo  había  pecado  por  imprevisión;  y  que- 
dando convenido  con  el  embajador,  á  quien  promete  seguridad  en 
nombre  del  gobierno  y  en  que  PÍo  VI  casligaria  lus  desmanes  come- 

7 


—  50  — 

tiilos  y  tiaria  á  la  Francia  la  mas  ciimjilida  satisfacción,  parte  como 
p\  rayo  al  Vaticano  ,  atravesando  con  su  carruaje  nuevos  peligros  por 
entre  miiltitiid  de  balas,  y  allí  afea  i  los  cardenales  y  magnates  go~ 
beraantes  su  poca  energía  para  salvar  á  Roma  de  su  ruina;  les  obliga 
i  tomar  medidas  políticas  de  represión,  y,  Mesías  político,  libra 
también  á  los  judíos  del  Gueto  de  Boma  del  saqueo  y  de  la  muerte 
cierta  que  les  deparaba  la  descnTrenada  turba  rumana. 

Las  salvadoras  medidas  aconsejadas  por  Azara  y  ordenadas  por  el 
Papa  vuelven  la  tranquilidad  á  la  ciudad  eterua  ;  pero  el  daño  ya  es- 
taba hecho,  y  la  desgraciada  suerte  del  Pontífice,  consentida  en  los 
altos  designios  de  Dios,  quedó  inaugurada  en  aquella  noche  fatal. 

Olvidando  el  embajador  francés,  que  cpdio  á  los  ruegos  de  su  es- 
posa, la  palabra  que  diera  á  Azara,  salió  precipitadamente  de  Roma 
en  la  misma  noche  con  toda  su  familia,  franceses  y  revoltosos  que  pu- 
dieron seguirle  ,  sin  que  el  caballero  pudiera  evitarlo ,  dejándole  en- 
cargada, por  medio  de  una  carta,  su  casa  y  los  intereses  de  la  Francia. 

Contristado  Azara  con  tan  terrible  suceso,  acude  primero  i  librar 
de  la  muerte  á  los  franceses  refugiados  en  su  palacio  dándoles  salvos- 
conductos  y  carruajes;  enlierra  decorosamente  el  cadáver  del  jefe 
DuDot  y  pone  á  buen  recaudo  los  intereses  de  la  República  y  de  su 
ministro ,  todo  lo  cual  le  valió  bien  otro  honrosa  documento  de  gra- 
cias que  le  mandó  el  Directorio  ,  apellidándole  el  grande,  el  humano 
defensor  de  los  franceses  perseguidos  en  Roma. 

Concebir  podréis  fácilmente,  nobles  aragoneses,  el  profundo  sen- 
timiento de  vuestro  compatriota  al  presentir  la  gran  tormenta  que 
amenazaba  á  su  querida  Roma !  Recordársele  debía  los  lamentables 
tiempos  de  Atila  y  de  los  bárbaros ,  y  temer  podía  semejanles  de- 
sastres ! 

No  se  hicieron  esperar  mucho  sus  vaticinios ;  la  Francia  revolu- 
cionaria, indignada  por  el  liilimo  suceso,  juró  en  su  loco  frenesí  echar 
i  rodar  la  Silla  de  San  Pedro,  destruir  el  gobierno  clerical  de  Roma 
y  sacar  todas  sus  bellezas  para  enriquecerse  á  su  costa. 

Advertidos  del  peligro  los  romanos,  guiados  de  mas  patriotismo 
que  conocimiento  de  su  poder,  y  sugeridos  por  los  agentes  del  Aus- 
tria y  de  ¡Ñapóles ,  que  buscaban  en  ellos  un  antemural  para  detener 
en  sus  conquistas  al  enemigo,  soñaron  mil  locuras  para  su  defensa, 
locuras  que  se  confirmaron  de  tales  cuando  ae  aproximaron  los  ejérci- 
tos de  la  República,  ante  los  que  huyeron  sin  haber  peleado.  Los  ro- 
manos de  aquellos  tiempos  no  oran  los  de  Pompeyo  ni  de  César;  la 
molicie  les  habia  afeminado,  y  no  podían  menos  de  portarse  de  di- 
verso modo  que  sus  gloriosos  antepasados:  no  eran  españoles,  no 
erau  aragoneses,  para  los  que  el  tiempo  no  hace  otra  cosa  que  au- 


—  51  — 

menlar  noeva  fuena^  imevo  brío,  eon  el  querencer  ó  morir  en  la 
demanda  ruando  alguo  pueblo ,  por  grande  que  sea ,  preteude  ultra- 
jarlos :  pocos  años  después  disteis  á  los  mismos  franceses  esta  severa 
lección. 

Perdido  todo  en  Roma,  no  quedaba  mas  que  un  áncora  de  salva- 
ción para  que  loa  males  disminuyesen  algún  tanto ;  este  era  la  ilustre 
persona  de  Aaaia...  Pero  ¿cómo  volverla  á  llamar  en  su  socorro  cuan- 
do tan  ingratamente  se  habian  pagado  sus  anteriores  beneficios?  Asi 
lo  comprende  el  gobierno  del  Papa  y  el  mismo  pueblo  que  se  horro - 
riía  á  la  proximidad  del  ejército  invasor ;  mas  Pío  VI ,  que  conoce  á 
fondo  el  alma  grande  y  el  corazón  sensible  de  su  amigo ,  le  llama, 
implora  su  auxilio,  y  no  se  engañó  en  confiar  en  él  por  tercera  ó  cuar- 
ta vez  la  salvación  de  Roma.  ]No  es  dado  al  caballero,  por  las  circuns- 
tancias, esta  vez  el  hacer  retroceder  á  los  ejércitos  de  la  República, 
ni  puede  tampoco  mediar  en  nombre  del  Rey  de  España  que,  ofen- 
dido por  la  rotura  de  los  pactos  anteriores ,  tenia  dadas  órdenes  para 
evitar  nuevos  desaires;  y  saliendo  al  campo  enemigo ,  solo  como  par- 
ticular, impetra  el  favor  y  la  amistad  del  general  Berthieb,  que  man- 
daba los  ejércitos  en  nombre  de  la  República,  y  con  la  persuasión  lo- 
gra por  fin  que  la  entrada  de  los  franceses  en  Roma  no  sea  ruidosa  ni 
con  sangre,  ni  perjudique  á  la  dignidad  sacerdotal  y  soberana  del 
Pontífice. 

Todo  se  verificó  en  un  principio  á  satisfacción  de  Azara ,  por  lo 
que  recibió  los  plácemes  y  bendiciones  del  Papa ,  del  gobierno  y  del 
pueblo  entero;  pero  teniendo  Dios  decretado  en  sus  altos  juicios  el  mar- 
tirio de  Pío  VI  y  el  castigar  á  Roma  de  sus  estravios,  pocos  dias  des- 
pues,  por  instancia  de  los  romanos  descontentos,  el  gobierno  pontifi- 
cio fué  sustituido  por  el  republicano ,  y  conducido  el  Papa  prisionero 
fuera  de  Roma,  varió  el  aspecto  político  enteramente  en  la  ciudad  de 
los  Césares ,  cual  si  Bruto  se  hubiera  apoderado  de  ella  y  tratase  de 
vengarse  de  sus  enemigos. 

Ko  pudieodo  Azara  evitarla  catástrofe  ,  abandonó  para  siempre 
su  querida  Roma  con  el  fin  de  seguir  al  Papa,  desconociendo,  como 
debía  hacerlo ,  al  gobierno  republicano  no  sin  haberle  hecho  anies 
respetar  el  pabellón  español. 

Cómo  podré  pintaros ,  sensibles  aragoneses ,  la  tiemísima  escena 

que  tuvo  lugar  en  Siena  entre  el  decrépito  Pío  VI ,  que  se  hallaba 

oreso  en  el  convento  de  los  Agustinos  y  su  amigo  Azara ,  que  era  el 

irimero  que  corría  á  consolarle  en  su  aflicción?  Aquellas  dos  almas 

lie  se  entendían  con  solo  verse,  se  llenaron  de  satisfacción  y  de  con- 

lelo  cuando ,  abrazados  estrechamente ,  sintieron  latir  sus  corazones 

un  mismo  tiempo.  Allí  fué  donde  el  paciente  Pontífice  confesó  al 


i      i 

I 


I 


I 


—  52  — 

caballero  sa  error  político  en  haberse  separado  de  sos  sabios  consejos, 
causa  muy  principal  de  sus  males ,  y  allí  donde  unida  la  satisraccion 
mas  decorosa  á  la  amistad  9  y  el  dolor  causado  por  los  sucesos  al  pla- 
cer de  verse ,  pudieron,  dos  tan  célebres  personages,  elevar  sus  almas 
al  Criador  para  implorar  su  misericordia  en  auxilio  de  la  Iglesia  y  de 
los  pueblos.  La  sagaz  previsión  del  caballero  Uegé  basta  asegurar  la 
paz  futura  de  la  Iglesia ,  persuadiendo  al  caduco  Papa  la  bula  por  la 

3ue  fué  mas  fácil  la  elección  de  su  sucesor  en  aquella  desbordacioa 
e  las  ideas :  bula  de  la  cual  se  encargó  Azara.  ¡  Caántas  diligencias 
no  practicó  este  celoso  católico  para  recoger  las  firmas  de  los  carde- 
nales distribuidos  y  escondidos  por  toda  la  Italia!  Al  fin  logró  su  de- 
signio ,  y  mucho  le  debió  la  Iglesia  en  la  canónica  elevación  al  sóUo 
pontificio  de  Pió  YU* 

Despidióse  por  fin  Azara  del  virtuoso  y  desgraciado  Pío  YI  basta 
la  eternidad,  y  las  lágrimas  que  salieron  de  sus  ojos  regaron  ya  loa 
cipreses  que  no  tardaron  en  adornar  la  tumba ,  en  Yaiencia  del  Del- 
finado  donde  le  arrastraron  sus  enemigos  á  pesar  de  los  ruegos  del 
caballero  y  de  un  pastor  escogido  por  Dios ,  por  victima  espiatoria  y 
santa  de  los  pecados  de  sus  ovejas :  la  corona  del  martirio  y  de  la 
gloria  se  ostenta  sobre  su  urna  cineraria,  y  la  fama  publicará  sus  vir- 
tudes á  las  venideras  generaciones,  así  como  la  amistad  de  Azara,  qoe 
traspasó  el  sepulcro  logrando  que  su  cadáver  fuera  al  fin ,  á  su  mego 
y  el  del  famoso  Talley rand ,  á  depositarse  al  panteón  de  sus  prede  - 
cesores. 

Los  destinos  de  España  dirigidos  por  el  favoritismo  de  2>.  JBii- 
nu$l  Godoy ,  Príncipe  de  la  Paz ,  sufrieron  una  variación  en  so  go- 
bierno ,  y  necesitándose  un  hombre  fuerte  y  enérgico ,  á  la  par  qne 
profundo  político ,  que  representase  al  león  de  Castilla  ante  el  sober- 
bio Directorio  francés ,  no  se  halló  otro  mas  capaz  que  el  caballero, 
y  Carlos  lY  le  nombró  su  embajador  en  París. 

El  glorioso  nombre  de  Azara  sonaba  tan  bien  en  la  capital  de 
Francia  por  los  beneficios  hechos  en  Roma  á  los  franceses,  que  la 
noticia  de  su  llegada  fué  una  verdadera  satisfacción  y  alegría  pública. 
El  ministro  TaUeyrandy  alma  de  aquel  gobierno ,  sale  á  su  encuen- 
tro ,  y  las  personas  mas  notables  de  París  se  hacen  un  deber  en  irle  á 
saludar ,  buscándosele  con  ahinco  por  la  multitud  para  tener  el  gusto 
de  conocerle.  El  Directorio «  altanero  con  todos  los  representantes  ea- 
trangeros,  se  complace  en  obsequiar  al  caballero  recibiéndole  en  una 
audiencia  destinada  únicamente  á  este  acto ,  y  en  ella  le  manifestó  el 
aprecio  que  hacia  la  Francia  de  su  persona  y  de  la  nación  que  tanto 
acierto  había  tenido  en  su  nombramiento.  Si  Azara  perdió  el  teatro 
de  Roma  en  el  que  tanto  lució  su  privilegiado  talento ,  en  el  de  Pa- 


m^asa^ 


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ri8  encontró  una  Tasta  escena  en  donde  estenderee  y  dar  todo  el  vnelo 
necesario  á  su  rica  imaginación  y  profundo  saber,  para  asegurar  y  aun 
aumentar  loa  merecidos  laureles  de  su  corona  de  gloría. 

rio  es  ya  soto  la  tranquilidad  y  la  salud  de  un  pueblo  la  que  salva 
allí ;  es  la  de  toda  una  gran  nación ,  y  la  de  su  misma  patria ,  pues 
que  aconsejando  sabiamente  al  Directorio ,  destruye  los  clubs  revolu- 
cionarios que  trastornaban  el  orden  público  y  amenazaban  incendiar, 
con  el  fuego  de  la  revolución,  á  £spaña  y  á  la  Europa  entera  que  no 
puede  menos  de  bendecir  al  móvil  de  tan  salvadora  medida.  Mirando 
por  los  intereses  de  su  pais,  que  estribaban  en  las  finanzas  de  Francia, 
salva  el  crédito  de  las  dos  naciones  por  uno  de  aquellos  felices  golpes 
de  imaginación  y  de  talento  que  solo  se  asoman  á  la  mente  de  los  hom- 
bres que  saben  aprovecharse  de  ellos.  Yiéraisie  ser  el  protector  de  los 
demás  diplomáticos  insultados  por  el  Directorio  y  de  los  que  gemían 
bajo  su  atroz  despotismo,  y  constituirse  el  padre,  no  solo  de  los  es- 
pañoles pensionados  y  demás  que  vivían  en  París ,  si  que  también  de 
ios  emigrados  de  todas  las  categorías  á  muchos  de  los  cuales  alcanza 
gracia.  El  gobierno  fía  tanto  de  su  talento ,  desde  que  en  un  día  de 
peligro  le  salvó  Azara  de  un  naufragio  que  hubiera  sido  terrible  para 
la  Francia ,  que  poniendo  entera  confianza  en  su  probidad  y  talento, 
manda  sus  mejores  oficiales  de  marina,  bajo  sus  órdenes,  á  su  propia 
casa ,  para  que  dispusiese  la  combinación  de  la  escuadra  española  y 
francesa  unidas  en  Brest  en  la  guerra  contra  Inglaterra. 

Los  generales  franceses  que  se  coligan  entre  si  para  derribar  al 
Directorio  y  dar  á  la  Francia  un  gobierno  pacifico  y  racional ,  le  fian 
sus  proyectos ,  le  demandan  consejo  sin  temor  de  que  les  falte  al  se- 
creto, y  luego  que  les  hace  ver  el  éxito  que  pueden  tener  sus  planes, 
se  someten  á  sus  prudentes  reflexiones.  Los  hteratos  y  los  artistas  no 
solo  le  consultan  sus  obras  como  en  Roma ,  si  que  también  le  pro- 
claman su  Mecenas,  creyendo  su  protección  la  mas  poderosa  que  pu- 
dieran desear.  La  liberalidad  de  Azara  se  estiende  á  todas  partes ,  y 
Paris  entero ,  que  pronuncia  su  nombre  con  entusiasmo ,  le  apellida 
el  liberal  y  magnífico.  Y  en  fin^  el  mismo  Napoleón  que,  deseoso  de 
remediar  los  males  de  su  patria  abandona  las  Pirámides  de  Egipto 
que  supo  conquistar  con  su  espada,  llegó  de  improviso  á  Paris  cuan- 
do todos  le  creian  muerto  ó  vencido ,  le  descubre  sus  grandes  desig- 
nios ,  y  recibe  de  él  los  saludables  consejos ,  á  favor  de  los  cuales  tal 
vez ,  y  de  su  arrojo  y  valor ,  salvó  la  Francia  de  sus  verdugos,  y  le 
puso  en  estado  de  ser  el  arbitro  de  ella,  y  el  ídolo  de  los  franceses. 

Jamás  español  alguno  en  el  puesto  de  Azara  hizo  representar  á 
su  nación  mas  grande  papel  en  Francia ;  pero  esta  escelencia  que 
hubiera  divinizado  á  otro  en  los  tiempos  en  que  se  premiaba  el 


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talento  y  la  virtud ,  fué  lo  mñmo  qoe  causó  la  primera  desgfaeia  po- 
lilica  del  caballero  para  con  su  Key  y  su  gobierno^ 

Los  émulos  cortesanos  no  pudieron  ver  sin  celos  la  estrella  de 
Azara  tan  refulgente ,  y  pusieron  empeño  en  eclipsarla.  No  era  fácil 
á  la  envidia  apagar  un  fuego  encendiao  por  el  cielo  y  que  faabia  de 
ser  mas  duradero  que  el  de  las  Vestales ,  pues  que  aun  alumbra  eu 
todo  su  esplendor  y  sus  rayos  no  son  estinguibles;  pero  si  logró 
amortiguar  el  amor  en  el  corazón  de  Carlos  IV  que,  mas  sensible 

3ue  debiera  á  los  arteros  amafios  de  la  intrigante  adulación,  decretó, 
espues  de  muchos  embates ,  su  destitución  al  finalizar  el  siglo  pa- 
sado. 

r(oticia  de  tanto  bulto  alarmó  á  la  Francia  entera  y  al  Directorio 
que  puso  empeño  en  sostener  al  hombre  amado  y  virtuoso  que  tanto 
respetaba ;  pero  apesar  de  las  reiteradas  instandas  del  Directorio,  que 
quiso  mandar  á  uno  de  sus  mismos  miembros  á  Madrid  para  disuadir 
á  Carlos  IV  hasta  con  la  amenaza  de  la  guerra ,  y  no  obstante  las 
protestas  y  promesas  del  mismo  Napoleón ,  que  declaraba  no  haber 
en  España  quien  fuese  capaz  de  sustituirle,  Azara,  subdito  fiel  y  es- 
pañol leal ,  cerró  los  oidos  á  todo  menos  á  su  deber,  y  luego  que  ob- 
tuvo con  súplicas  la  admisión  de  su  sucesor,  salió  precipitadamente 
de  París  temiendo  ser  detenido ,  viniendo  á  traer  sus  glorias  á  la  cara 
patria  para  enriqueceros  con  ellas. 

Al  llegar  á  este  punto  no  puedo  menos  de  esclamar  con  el  grande 
y  fecundo  Virgilio : 

Salve  magna  parens  frugum , 
Azara  tellus  magna  virum. 

Salud,  grande  Azara,  la  patria  agradecida  á  tus  beneficios  saluda 
hoy  á  tu  ilustre  memoria ,  como  saludara  aquel  día  á  tu  persona  con 
la  sien  orlada  de  laurel  radiante  y  precioso.  Barcelona  le  recibió  como 
á  un  héroe  después  del  triunfo ,  pues  que  si  bien  faltó  lo  ostentoso  de 
las  esterioridades  públicas ,  todos  corrieron  á  admirar  el  encanto  de 
su  voz  y  á  manifestarle  su  amor ,  que  es  la  ovación  verdadera  y  la 
mas  hsonjera  para  un  alma  grande.  El  palacio  del  obispo  D.  Pabto 
Sichar^  su  ilustrado  sobrino ,  no  bastaba  á  contener  la  multitud  de 
personas  que  acudió  á  felicitarte  por  su  regreso  á  la  madre  patria ,  no 
quedando  ninguna  notable ,  ya  del  gobierno ,  ya  del  pueblo ,  que  no 
fuese  á  rendir  homenaje  á  aquel  esclarecido  compatriota. 

La  satisfacción  de  verse  querido  y  obsequiado  de  sus  compatrio- 
tas ,  no  le  tuvo  un  instante  olvidado  de  la  amistad  ni  del  infortunio, 
y  corrió  presuroso  al  pueblecito  de  Sarria  á  ofrecer  sus  respetos  á  la 


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¥Írtiiosa  princesa  rli;  Francia  madajna  Luisa  María  jádelaida,  viuiia 
del  desgraciado  Duque  de  Orleans  y  madre  del  último  Rey  de  los 
franceses  Luis  Felipe.  /,  (]ue  le  recibió  como  i  un  prolector  hcnéficn 
y  magnánimo:  la  historia  nos  dice  los  grandes  servicios  que  prestó  á 
aquella  Princesa  en  Francia  y  en  España,  y  la  casa  de  Orleans, 
enlazada  hoy  con  la  de  liorlion  reinante  en  España,  no  podrá  menos 
de  conservar  siempre  á  Azara  un  recuento  de  gratitud. 

JNobie  pueblo  de  Barbuñales,  ilustre  cuna  de  los  Lahorda,  fon- 
filias.  Lobera^  Conlilias ,  y  íM  mas  cumplido  cal)allero  aragonés 
de  los  tiempos  moderóos,  tú  viste  lleno  de  magestad  y  grandeza  á  tu 
bijo  volver  á  los  patrios  lares  y  le  rodeaste  para  gloriarte  y  envane- 
certe de  haberle  producido.  Vosotros  ,  ancianos  respetables  ,  podéis 
ntcordar  su  claro  ingenio ,  su  sereno  continente,  y  uquella  interesante 
figura,  cuyo  aopecto  noble  revelaba  á  primera  vista  la  magnitud  de  su 
alma  y  el  privilegiado  talento  con  que  el  Todopoderoso  fecundara  su 
mente.  Pintársete  á  vuestros  hijos  tal  y  cual  le  visteis,  grande  y  ma- 
gestuoso,  aTable  y  enérgico,  próvido  y  liberal,  amante  de  sus  com- 
patriotas, y  ostentoso  sin  vanidad;  vosotros  podréis  mejor  que  yo  dar 
una  idea  de  su  agraciada  persona,  de  sus  linas  maneras,  y  del  en- 
canto y  elocuencia  irresistible  de  su  mágica  voz.  Recordad  á  vuestros 
hijos,  cuando  rodeado  de  sus  virtuosos  hermanos  y  de  sus  nobles  pa- 
rit-ntes,  daba  gracias  al  cielo  en  este  templo  que  saludó  su  nacimiento, 
y  que  le  aco;;ió  después  en  su  muerte  para  conservar  sus  cenizas  cual 
neo  tesoro,  pidiendo  a  Dios  por  el  bien  y  prosperidad  de  la  patria,  y 
por  vuestra  salud  y  ventura.  No  les  ocultéis  cuando  con  la  podadera 
en  la  mano,  á  guisa  de  entendido  labrador,  os  daba  ejemplo  de  la- 
Imríosidad  ea  ese  mismo  antiguo  y  magnifico  olivar  que  cerca  su  casa; 
asi  como  sus  sabios  consejos  agrónomos,  morales  y  religiosos,  y  los 
tieneScios  que  con  pródiga  mano,  y  poco  común  liberalidad,  derramó 
suhre  los  pobres,  y  el  consueto  que  dio  á  los  allígidos:  decidles  todo 
esto  á  vuestros  hijos ,  ancianos  de  Bartiuíiales ,  y  cuando  paséis  con 
vuestros  tiernos  iiietecillos  por  esla  iluNlrc  casa  de  tantos  gloriosos  re- 
cuerdos por  los  virtuosos  varones  que  ha  producido,  hacedles  levantar 
la  vista  liácia  ese  monumento  en  que  se  ven  delineadas  sus  facciones 
y  recordados  algunos  de  sus  grandes  hechos ,  y  contarles  la  historia 
para  (¡ue ,  estimulados  por  su  ejemplo,  se  envanezcan  de  haber  tenido 
tan  ilustre  compatriota,  y  enseñen  á  sus  hijos  á  imitar  sus  virtudes, 
que  fueron  caus»  principal  de  su  elevación  y  celebridad. 

Si  el  imperio  de  la  maldad  es  por  desgracia  duradero ,  siempre  se 
halla  combatido  por  la  divina  Justicia ,  y  viene  al  Gn  á  estrellarse  cu 
sus  mismos  maquiavélicos  planes.  Los  triunfantes  enemigos  de  Azara  no 
pudieron  sostenerse  muchos  meses  en  el  puesto  que  escalaran  con  sus 


\i: 


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intrigas  en  el  fa?or  de  sa  Rey ,  y  preeipitándose  por  si  misinos ,  la 
verdad  rompió  las  cadenas  con  que  la  sujetaran ,  y  presentó  al  caba- 
llero Azara  aun  mas  grande  que  antes.  Carlos  lY  conoció  á  tiempo 
su  error  (1),  y  llamando  al  caballero  para  confiar  las  riendas  del  Es* 
tado  á  su  sabia  dirección ,  vosotros  le  visteis  regresar  á  los  honores, 
sin  orgullo,  y  si  con  la  firme  voluntad  de  servir  fielmente  á  su  patria. 

£1  viaje  del  caballero  á  la  corte  fué  en  esta  época  una  verdadera 
ovación  pública ;  Zaragoza  se  distinguió  en  obsequios ,  y  su  entrada 
en  Madrid ,  fué  mas  bien  la  de  un  príncipe  querido  que  la  de  un  par- 
ticular. Los  ilustres  duques  de  Osuna  y  otra  porción  de  grandes  y 
personajes  se  le  disputan  con  el  privado  Godoy  que  quiere  alojarle 
en  su  propia  casa ;  pero  el  humilde  tugurio  del  virtuoso  Iríarle ,  su 
buen  amigo,  es  preferido  á  los  mas  ricos  palacios.  El  embajador  de 
Francia  Luciano  Boiuiparle  preside  al  cuerpo  diplomático  que  se 
apresura  á  felicitarle ,  y  no  hubo  corporación  literaria  y  artística ,  ni 
persona  notable ,  que  no  se  hiciese  un  deber  en  seguir  tal  ejemplo. 

Presentado  á  los  Reyes  por  Godoy,  Carlos  iP"  le  tendió  la  mano 
mas  de  amigo  que  de  soberano ,  y  la  Reina  María  Luisa  le  saludó 
con  los  mas  honrosos  dictados.  El  alma  grande  de  Azara,  qne  no  eo- 
nocia  el  rencor  ni  la  envidia ,  suplicó  á  sus  Reyes  por  sus  enemigos 
cuando  so  los  recordaron  para  satisfacer  su  amor  propio  ofendido  y , 
lejos  de  envanecerse  con  su  desgracia ,  le  merecieron  indulgencia  y 
perdón. 

Sabido  es  el  empefio  de  los  Reyes  y  de  Godoy  en  que  se  hiciese 
cargo  del  ministerio  de  Estado;  pero  también  lo  es  que  lo  rehusó  pri- 
mero con  escusas  y  después  con  enérgica  decorosa  resolución ,  cuya 
modestia  respetaron  los  soberanos ,  rogándole  admitiese  otra  vez  la 
embajada  de  Francia  lo  que  hizo  por  obedecer  y  en  la  persuasión 
de  que  solo  él  podia  entenderse,  en  aquellas  circunstancias ,  con  Na- 

I^oleon ,  que  dominaba  ya  á  la  Francia  como  primer  cónsul  de  su 
Icpiiblica. 

JNo  quiso  Carlos  lY  separarse  tan  pronto  de  Azara  que  no  le 
hiciese  acompañarle  á  Aranjuez ,  en  cuyo  Real  Sitio  le  alojó  en  su 
palacio  el  Principe  de  la  Paz,  y  alli  fué  donde,  deseando  honrarle,  le 
condecoró ,  en  capítulo  celebrado  en  su  propio  cuarto ,  con  la  gran 
banda  de  Carlos  III^  mereciendo  la  honra  de  que  el  mismo  Rey  se 
la  pusiese ,  de  que  la  Reina  María  Luisa  le  cosiese  por  su  mano  la 
presilla ,  y  de  que  el  Principe  de  la  Paz  le  ciñese  la  espada. 

(I)  El  mmarisla  de  Oístilla  I).  Bernardo  Iriarie  fué  el  que  probó  al  Rey  y  á 
KU  fávorílo  la  intriga  de  los  enemigos  de  Azara  ,  como  se  vé  en  sus  cartas  origi- 
nales en  la  biblioteca  Salva  en  Valencia. 


9" 


—  67  — 

Cuantos  asantos  graves  se  presentaron  en  aquella  sazón  al  Real 
desfMicho ,  otros  tantos  fueron  consultados  á  vuestro  compatriota  por 
el  prÍTido,  por  Garlos  lY  y  aun  por  los  Ministros  antes  de  ponerlos 
en  ejecución  porque  todos  fiaban  de  su  superior  talento  y  práctica  en 
la  intrincada  ciencia  de  gobierno. 

La  Reina  Mana  Luisa  le  consultaba  en  sus  asuntos  de  familia>  y 
asi  ea  que  se  halló  instruido  en  cuanto  concemia  á  los  Infantes,  Reyes 
de  Etruria,  sus  hijos  y  demás  Principes  de  la  sangre;  y  como  acae- 
ciese una  indisposición  á  aquella  Soberana,  por  la  que  tuvo  que  gust* 
dar  cama ,  rogó  al  caballero  fuese  los  mas  ratos  posibles  á  baíceria 
compañía  por  el  gusto  ^  decia,  que  tenia  en  disfrutar  de  su  elo- 
cueneia  y  amena  conversación. 

La  salida  de  Azara  de  Madrid  fué  un  gran  sentimiento  para  todos 
BUS  numerosos  amigos  que ,  como  si  presintiesen  no  hablan  de  vol^- 
verle  á  ver,  le  abrazaron  con  trasporte  y  efusión  de  placer  y  de  pena. 

Mo  hubo  pueblo  notable  desde  Aladrid  á  París  en  donde  no  ha- 
llase Azara  inequívocas  pruebas  del  aprecio  en  que  le  tenían  sus  con- 
ciudadanos y  después  los  franceses,  siendo  su  entrada  en  Paris,acom- 
panado  del  famoso  ministro  Talleyrand  que  salió  á  recibirle  á  algu- 
nas millas,  una  entrada  que,  aunque  ignorada,  pudo  llamarse  triun- 
fal ,  paesto  que  en  la  primera  hora  se  divulgó  la  noticia  por  toda  la 
capital,  la  casa  de  Talleyrand,  en  donde  hizo  alto  desde  luego,  y 
la  embajada  de  España  después ,  se  llenaron  de  numerosos  amigos  y 
apasionados ,  y  de  ciudadanos  que  llegaron  hasta  victorearle. 

Obsequio  tan  general  no  pudo  menos  de  satisfacer  el  amor  pro- 
pio del  caballero,  máxime  luego  que  hallándose  en  los  brazos  de 
Napoleón ,  le  manifestó  éste  con  el  mayor  carino  cuánto  le  deseaba  á 
su  lado ,  y  cuando  presentándole  á  sus  colegas  de  consolado ,  Cam- 
baceres  y  Lebrun^  les  dijo  con  entusiasmo:  hé  aquí  el  hombre 
grande  de  España ,  recibidle  como  d  un  virtuoso  y  buen  amigo 
de  vuestro  compañero. 

Mucho  tendría  que  estender  mi  discurso  si  hubiera  de  contaros 
minuciosamente  todos  los  hechos  de  Azara  en  esta  segunda  estancia 
en  la  capital  de  Francia ,  en  la  que  fué  su  palacio  un  liceo  protector 
de  artistas  y  literatos ,  una  hospedería  benéfica  y  una  verdadera  corte 
á  la  que  acudían ,  en  respeto  de  homenaje ,  todas  las  personas  nota- 
bles de  Francia  y  del  estranjero  que  residían  ó  pasaban  por  París  (1). 


(I)  Componíase  la  tertulia  de  la  casa  de  Azara  en  París  de  las  personas  de  sa- 
ber y  posición  mas  eminente  de  Francia  y  del  estrangero,  viéndose  también 
muchos  ilustrados  españoles,  entre  los  que  se  contaron  en  distintas  ocasiones  los 

8 


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Empero  como  no  pueila  detenerme  tanto  en  este  ligero  bosquejo,  eoIo 
os  dii^  por  de  pronto,  remitiéndoos  á  la  historia  que  ture  el  honor  de 
escribir  con  mas  Té  que  acierto ,  que  su  propia  casa  sirvió  de  regio  y 
magnífico  hospedaje  á  los  Reyes  de  Etniría  D.  Luís  y  doña  Maña 
Luisa,  hijos  de  Carlos  IV,  en  su  estancia  en  París,  cuando  Tueron  á 
tomar  posesión  de  su  nuevo  reino,  debido  en  mucha  parte  Á  los  es- 
fuerzos y  cuidados  de  Azara ,  sin  que  la  estancia  de  un  mes  en  aque- 
lla capital  costase  nada  á  España,  pues  que  él  acudió  á  todo  con  su 
natural  magnificencia  á  pesar  de  la  numerosa  comitiva  que  consigo 
llevaban  los  Príncipes. 

Los  grandes  beneficios  que  se  siembran  pocas  veces  dejan  de  pro- 
ducir rica  cosecha  en  la  tierra,  teniéndola  siempre  pingüe  en  el  cielo: 
el  Duque  de  Parma  D.  Fernando,  desposeído  de  su  Estado  por  los 
tratados  que  favorecieron  la  nueva  monarquía  de  su  hijo  el  Rey  de 
Etruría,  le  debía  el  que  le  siguiese  disfrutando  de  por  vida  al  celo  y 
talento  de  Azara,  que  supo  obligar  en  su  favor  á?Japoleon,á  pesar  del 
empeño  que  tuvo  en  lanzaríe  de  él ,  y  este  importantísimo  servicio  no 
podía  quedar  sin  recompensa  :  en  efecto  á  la  gratitud  de  este  Sobe- 
rano debió  vuestro  compatríola  el  Marquesado  de  Nibhiano  que  hoy 
se  baila  vinculado  en  su  virtuosa  famUía,  feudo  que  recibió,  mas  que 
por  voluntad  propia,  por  mandato  de  su  Rey  con  satisfacción  de  Es- 
paña, y  que  obligó  mas  á  Bouapartc  en  favor  del  Duqrie  Soberano. 

¿Qué  hombre  menos  fuerte  y  sabio  que  Azara  podría  haber  des- 
pachado á  un  tiempo  seis  embajadas  de  tres  distintos  Soberanos,  en 
dos  ciarles  diferentes,  y  dar  cumplida  satisfacción  á  lodos  y  á  las  dos 
^^^^^  cortes  ante  quien  les  representaba?  Pocos  ciertamente  hubieran  po- 

^^^^L  dido  llenar  este  estremo,  y  asi  es,  que  diplomático  alguno  sabe- 

^^^^H  mos  se  baya  hallado  en  este  caso.  Azara  fué,  pues,  doble  embajador 

^^^^^  de  España  cerca  de  Napoleón,  ya  como  prímer  Cónsul  de  la  Repii- 

^f  blica  francesa  ,  ya  como  presidente  de  la  llábana  ,  y  lo  filé  de  igual 

H  modo  y  á  las  mismas  cortes,  del  Rey  de  Etruría  y  del  Duque  de 

^k^^^  Parma,  teniendo  de  los  tres  Soberanos  poderes  generales  y  casi  ab- 

^^^^1  solutos  para  todo:  fuélo  también  un  tiempo  de  Portugal,  única  negó- 

r 


célebrcsD.  &(3rianoGoDialezdeSepi]iIve<!3,  grabador  pcDsjoDstlo  en  París  que 
lia  muerto  hace  pocos  aúoá  de  diicctor  de  nuestras  casas  de  moneda.  D.  Isidoro 
Uaiqoez ,  bonor  de  la  escena  española ;  el  célebre  escultor  e^afiol  D.  José  AWa  - 
reí.  padre  del  dislin^uido  arquitecto  D.  Aníbal;  el  famoso  D.  Domingo  Badía, 
conocido  por  el  Principe  turco  Álí  Bpj  el  Abasí;  el  erudito  artista  D.  José  Madrü- 
to,  director  actual  do  la  Academia  de  San  Fernando,  f  padre  de  cscelentes  artis- 
tas y  de  dislingoidos  Hiéralos  que  son  hoy  gloria  del  pais ;  D.  Pedro  Nalacuera. 
director  de  máquinas  para  las  casas  de  moDCtda,  cuyo  virtuoso  y  entcadidn  hijo 
D.  Santiago  sigue  hoy  en  ignal  destiuo. 


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cúcion  que  do  salió  bien  por  no  haber  querido  seguir  los  gobier- 
nos de  Portugal  y  de  España  enteramenle  sus  buenos  consejos. 
Y  ¿cómo  JejareiDos  de  recordar  que  por  su  destreja  y  privilegia- 
do tacto  diplomático,  libró  á  España  de  pagar  muchos  millones  con- 
tratados coa  intrigantes  de  mala  ley  por  su  antecesor ,  para  soste- 
ner al  duque  de  Parma  en  su  estado,  cosa  que  él  logró  &in  que  su  ne- 
gociación costase  d  España  un  solo  real?  Viéraisle  en  este  negocio, 
(le  suyo  espinosa,  resbaladizo  y  delicado,  por  los  altos  personajes 
que  habian  mediaiío  en  él,  sorprender  el  secreto  de  la  conspiración 
tramada  contra  el  Erario  español,  confundir  á  los  agentes  mas  eleva- 
dos y  falsear  el  plan  llevándole  á  un  Gn  benelicioso  á  nuestro  crédito. 
Oyéraisle  tratar  el  asunto  con  Napoleón,  que  llegó  á  sospechar  el 
amaño ,  descubrírsele  y  poner  á  cubierto ,  no  obstante  su  empeño  en 
saberlo,  los  autores  y  cómplices  de  la  trama,  temiendo  mayores  ma- 
les y  ningún  remedio  por  lo  perdido  sí  los  denunciaba!...  La  con- 
ducta de  Azara  en  este  negocio  fué  todo  lo  noble ,  todo  lo  político  y 
todo  lo  patriótico  que  podía  ser  en  tal  negocio  y  en  t^les  circunstan- 
cias, pues  que  al  paso  que  hizo  un  importante  servicio  á  su  patria  y 
A  su  Key,  supo  evitar  un  escándalo  público  que  hubiera  redundado  al 
ña  en  perjuicio  de  España,  si  se  hubiese  castigado  por  Napoleón  á 
los  culpables. 

£1  hombre  que  habia  sido  ei  defensor  mas  decidido  de  la  paz  de 
los  pueblos,  la  que  siempre  predicó  á  los  Ueyes,  el  que  espuso  hasta 
su  vida  muchas  veces  por  conseguirla,  y  el  que,  después  de  haber 
dirigida  la  enérgica  protesta  que  bízo  todo  el  cuerpo  diplomático  eu- 
ropeo por  et  horrible  asesinato  de  los  embajadores  franceses  al  con- 
greso de  ñasladty  y  escribió  el  célebre  proyecto  para  la  pacificación 
general  de  Europa;  este  grande  hombre,  repito,  que  llevaba  siempre 
en  BU  mano  ta  pacífera  oliva  ante  la  que  cedió  la  espada  de  la  pode- 
rosa Palas  victoriosa  en  cíen  batallas,  no  podía  dejar  de  ser  conside- 
rado cuando  se  trató  entre  Francia  é  Inglaterra  de  ceder  cd  sus  dife- 
rencias para  dar  la  paz  al  muado,  conmovido  largos  año^  bahía  por 
sos  armas.  En  efecto,  abiertos  los  preliminares  de  la  célebre  Paz  de 
Amiens,  á  pesar  de  lo  que  trabajó  en  contrario  la  envidia  cortesana 
con  Carlos  lY ,  Azara  fué  el  encargado  por  España  para  asistir  al 
congreso  en  que  se  había  de  contratar  la  paz  general,  y  lo  fué  con  los 
poderes  mas  amplios  que  para  negociación  tan  importante  podían 
darse. 

Deciros  su  recibimiento  en  Amiens  serta  quereros  pintar  un  cua- 
dro muy  difícil  de  bosquejar  á  mi  pobre  talento,  y  así  solo  podré  ma- 
nifestaros que  fué  tal  el  entusiasmo  que  causó  su  vista,  que  al  pre- 
Bentarse  la  nocbe  de  au  llegada  en  el  teatro ,  tuvo  que  suspenderse  la 


L 


—  60  — 

rpprísentacion  graode  ralo  para  dar  lugar  á  los  aplausos  y  »itores  con 
que  fué  saludado  por  toda  la  onmerosa  conciirreacín,  aplausos  que  se 
rcpilieron  á  sw  salida,  y  que  se  le  prodigaron  en  todos  los  puntos  en 
que  9C  presentó  durante  su  estancia  en  aquel  pueblo :  ¿qué  emba- 
jador, desde  los  ostentosos  romanos,  tuvo  una  ovación  mayor  en 
nuestros  tiempos?  Ciertamente  que  cinguno;  pero  tampoco  ha  habi- 
do otro  cuyo  nombre  fuese  mas  conocwlo,  ni  que  tuviese  mas  dere- 
chos á  la  consideración  pública  que  vuestro  compatriota.  Allí  estaba 
el  famoso  inglés  Cornwallis;  aUi  estaba /oi^  Joreíipnrie  hermano 
de  Napoleón  ,  terror  de  Europa,  y  los  no  menos  hábiles  diplomáticos 
el  inglés  Merry,  el  holandés  Sckimmeíptnnich^  pero  Azara  era  el  Sol 
entre  estos  planetas  que  lejos  de  separarse  de  su  órbita  para  no  ser 
eclipsados  á  fuerza  de  tanta  luz,  giraban  con  doble  esfuerzo  á  su 
centro,  descosos  de  acercársele,  considerándole  digno  de  los  reflejos 
que  le  adornaban. 

La  dulzura  y  la  energía  se  hermanaron  en  el  corazón  de  Azara  para 
persuadir  á  sus  compañeros  en  aquel  congreso  los  que  acatando  su 
larga  esperiencia  diplomática  ysaber,  y  respetando  su  talento,  le  ce- 
dieron el  primer  puesto  mirándole  todos  los  congregados  como  a  un 
hábil  y  entendido  presidente  para  dirigir  con  acierto  sus  graves  discu- 
siones. 

Viéraisle,  nobles  aragoneses,  componer  con  la  mayor  dulzura  las 
diferencias  que  á  cada  paso  se  suscitaban  entre  los  delegados;  persua- 
dir á  la  concordia  luego  que  se  acaloraban  los  ánimos  en  la  disputa; 
razonar  sobre  el  derecho  y  la  conveniencia  de  cadapais;  y  llamar  con 
energía  al  orden  cuando  se  salían  de  él,  evitando  qne  recuerdos  in- 
oportunos alterasen  los  ánimos  de  los  contendientes.  Síntiéraísle  ele- 
var su  voz  con  dignidad  en  defensa  de  los  intereses  de  Kspaña  logran- 
do, por  la  fuerza  de  sus  razones  y  energía  con  que  supo  csponerlas, 
la  restitución  de  la  isla  de  Menorca  que  nos  habían  quitado  tos  in- 
gleses, y  la  adquisición  de  la  plaza  de  Olivenza  que  conquistaron  nues- 
tras tropas  en  Portugal  cediendo,  bajo  su  responsahiliilad  y  con  ar- 
rogante generosidad  española  á  los  ingleses  la  isla  americana  de  la 
Trinidad,  luego  que  vio  que  convenido  todo  el  tratado  su  resistencia 
sobre  este  punto  podía  romperle  y  volver  á  la  Europa  la  desastrosa 
guerra,  siendo  asi  que  la  España  se  hallal>a  ya  suficientemente  com- 
pensada por  las  demás  ventajas  que  la  habia  alcanzado;  y  por  último, 
hubierais  admirado  su  talento  diplomático  en  aquel  congreso  y  en- 
vanecídoos  de  tenerle  por  vuestro  compatriota ,  al  ver  la  sagacidad  y 
argucia  con  que  supo  anular  todos  los  ruinosos  contratos  de  comercio 
que  sujetaban  ¡i  España  á  la  Inglaterra,  dejándonos  libres  de  tan  pe- 
eado'yugo,  yugo  en  que  consintieran  antes  de  él  otros  diplomáticos 


—  6i  — 

HBa  por  el  que  los  ingleses  eran  mas  favorecidos  eo  naes- 
-nmerciantes  que  nuestros  compatriotas.  Si, aragoneses,  po- 
iiar  á  la  faz  del  orbe  que  Azara  desató  las  cadenas  eon  que 
-ijvlavitestrainilustría  y  la  de  toda  España,  emancipando- 
'i^onzosa  tutela,  y  poniéndola  en  el  camitio  del  progreso 
n!|uexa.  ¡Ojalá  que  le  hubieran  imitado  los  demaa  que 
[I  ncj^ociaciones  semejantes!  La  madre  patria,  hoy  seria 
•"rfiunadn... 

'-tble  firma  de  Azara  es  la  primera  que  aparece  en  aqael 
"rtlo,  porque  todos  le  cedieron  la  preferencia  reconoci¿D- 
t  ^r,  y  este  acta  publica  declarará  en  lodo  tiempo  lo  que  va- 
V  el  respeto  con  que  aún  se  miraba  i  España  cuya  consí- 
-^eeoierecido  mucbo  desde  entonces  en  la  balanza  earo- 
faltado  á  sus  hijos  el  valor  y  el  heroísmo,  sino  por 
IOS  de  sus  gobernantes  y  nulidad  de  algunos  de  los 


:coQ  que  le  miraban  bus  soberanos ,  fué  la  causa  de 
entendiese  en  los  asontos  de  la  Real  familia  con  rcs- 
is  matrimonios  eotre  el  Principe  de  Asturias  Don 
\»  Princesa  de  Sajonia,  y  entre  la  Infanta  Doña  Isa- 
Dofia  Marta  Cristina  de  Borboo,  que  lo  es  hoydenues- 
la  Btña  Isabel  lí,  y  un  Príncipe  alemán,  y  si  después  no 
m  «Inrtn  por  el  repentino  enlace  de  estos  Principes  con  los  de 
..tndftHApoles,  no  fué  porque  Azara  no  los  tuviese  ya  conveni- 
^  lülf-  "^  ponto  en  que  habia  recibido  instrucciones,  sino  porque 
..,«*l»>6ériOB  IV  á  las  noticias  qne  el  mismo  caballero  le  dio  de 
'  IHapoteon  ponía  los  ojos  para  esposa  en  su  hija  la  Infan- 
proveyó  repentinamente  el  enunciado  doble  enlace,  te- 
hecha  la  demanda  por  el  afortunado  capitán  del  siglo,  lo- 
noneedérsela  comprometiéndose  con  los  soberanos  enemigos 
Éf  Cónsul  ó  negársela,  y  envolver  en  la  repulsa  la  suerte  de  su 
ih:  Carlos  IV  juzgó  una  lamentable  desgracia  lo  que  según 
tal  vez  hubiese  sido  una  felicidad  para  España  y  acaso  para 
■I  !■  Pnrnpi,  porque  la  uníon  de  las  casas  de  Borbon  y  de  fiona- 
'dbieran  logrado  asegurar  la  paz  en  aquella  época  y  evitar  lal 
'graves  conllictos  por  que  hemos  pasado,  pudíendo  llegar  i  la 
'  lad  sin  pasar  por  las  aflicciones:  estaban  estas  decretadas  en 
juicios  de  Dios ,  y  las  cosas  debieron  pasar  como  han  suce- 

ñ  devolución  de  la  isla  de  Malta  á  los  caballeros  de  San  Juan  en 
ÉDto  trabajó  Azara  en  el  congreso  de  Amiens ,  era  una  cosa 
ileaote  á  los  ingleses  que  eonsiiiiieron  en  elli  de  mal  grado,  {wr- 


—  69  — 

que  filé  presa  que  teDÍen  en  mucho  aprecio*  líapoleon  por  otro  ladO| 
si  bien  pugnó  porque  se  devolviese  á  los  caballeros  ^  deseaba  tener  ui 

gran  Maestre  soberano,  amigo  suyo  y  enemigo  de  los  ingleses ,  y  k 
spaña  quería  mantener  en  aquel  punto  la  prioridad  ¿  influencia  á  que 
le  daban  lugar  sus  antiguos  derechos.  En  tal  cúmulo  de  exigencias, 
que  por  otro  lado  agravaba  la  Rusia,  cuyo  Emperador  pretendía  la 
soberanía  de  la  Orden ,  pensó  Napoleón  buscar  un  gran  Maestre  ca- 
paz de  conciliar  todos  los  estremos  y  con  la  eneigM^  y  talento  necesa- 
rio para  sostenerse  y  agradar  á  la  mayoría  sin  ser  repugnante  á  la  Or- 
den ;  y  no  viendo  quien  reuniese  con  mas  ventaja  todas  estas  cuali- 
dades que  el  caballero  Azara  que  era  BaiUo  y  Gran  Cruz  de  la  mis- 
ma, formó  empeño  en  hacerle  soberano  de  Malta,  proponiéndole  la 
Gran  Maestría  y  encargándose  él ,  con  las  fuerzas  de  que  disponia,  de 
hacerle  nombrar ,  darle  posesión  y  sostenerle  en  ella.  La  empresa, 
garantida  por  el  poder  mas  fuerte  efe  Europa  á  la  sazón  no  podía  fa* 
liar  de  modo  alguno ,  y  el  valor  de  una  corona  es  demasiadío  grande 
para  que  nadie  trate  de  despreciarle ,  y  asi  es  que  pensareis  ya ,  con 
alguna  razón ,  tener  un  paisano  vuestro  soberano  de  un  pueblo  y  jefe 
de  una  de  las  Ordenes  mas  respetables  de  la  cristiandad ;  natural  cosa 
á  la  verdad  seria  creerlo  asi,  pero  sucedió  de  diferente  modo  para  ma- 
yor gloria  de  vuestro  compatriota.  Aquel  alma  grande  y  privilegiada 
que  no  se  dejó  jamás  alucinar  por  la  ambición ,  que  conoció  muy  lue- 
go lo  efímero  y  vano  de  las  grandezas  mundanas  á  las  que  calificó 
siempre  de  bambolla  y  hojarasc€^  y  que  fijó  toda  su  atención  en  real- 
zarse por  medio  de  su  patriotismo  y  de  los  beneficios  que  pudiera 
hacer  á  sus  semejantes ,  rehusó  con  modestas  reflexiones  primero ,  y 
después  con  enérgicas  razones,  la  corona  que  se  le  proponía,  prefi* 
riendo  su  humÜde  tugurio  al  esplendor  del  trono  y  su  corte  de  sa^ 
bíos  artistas  y  literatos,  á  la  de  los  caballeros  de  San  Juan  y  de  loa 
magnates  en  Malta ,  contento  con  su  Baílía ,  el  obedecer  le  fué  mas 
grato  que  el  mandar,  razón  por  la  que  rehusó  el  ministerio  en  su  país 
las  muchas  veces  que  se  le  ofreció ,  y  si  se  convino  á  ir  á  gobernar  la 
Toscaua  durante  la  incapacidad  de  su  soberano ,  lo  que  no  llegó  i 
efectuarse  por  muerte  de  éste ,  fué ,  como  se  prueba  en  su  historia, 
por  obedecer  á  sus  Reyes  que  le  manifestaron  el  deseo  de  que  fuese  á 
sostener  el  nuevo  reino  de  sus  hyos  y  por  poner  aquella  monarquía 
en  el  orden  que  necesitaba. 

Quien  de  este  modo  supo  despreciar  los  cebos  de  la  ambición  y 
de  la  avaricia  humana,  ¿qué  podría  hacerle  apartar  de  la  senda  que 
conduce  al  templo  de  la  Justicia?  La  pregunta  se  responde  por  si 
misma  á  poco  que  lo  consideréis  y  que  recordéis  la  inflezibilidad  de 
sus  justas  resoluciones. 


—  65  — 

Tanta  abnegación,  tan  estraorilinana  grandeza  de  atma,  no  pudo 
menos  de  sorprender  á  Napoleón,  el  que,  á  pesar  de  que  el  rehuso 
de  Azara  destruía  de  un  golpe  todos  sus  planes  sobre  Malla  y  los  in- 
gleses, no  piído  menos  de  admirar  á  aquel  bonrado  español  que  de- 
ponía so  interés  propio  ante  las  aras  de  su  patria  y  que  sabia  des- 
preciar las  grandezas  con  tanto  heroi^mo  :  acató  su  resolución,  y  abra- 
zándole croemos  que  no  dejaría  de  punzar  su  alma  el  contraste  de  la 
modestia  del  caballero  comparada  con  su  ambición.  ¡Oh  ilustre  Aiara! 
este  hccbo  que  recordará  siempre  la  liistoria  del  siglo  presente,  te  en- 
grandece mas  que  si  le  hubieras  vestido  la  púrpura  y  ceñido  la  coro- 
na, y  la  posteridad  no  podrá  menos  de  hacer  justicia  á  tu  abnegación 
y  desprecio  de  las  cosas  mundanas!... 

Una  gran  satisfacción  vino  á  embargar  el  corazón  del  caballero  en 
estas  circunstancias  y  esta  fué,  el  abrazará  su  querido  hermano  el  sa- 
bio naturalista  D.  Fdix  de  Azara,  que  después  de  veinte  años  de 
ausencia  de  su  patria,  volvia  rico  de  ciencia  y  de  virtudes  y  recono- 
cido como  uno  de  los  mejores  jefes  de  la  marina  española  y  como  el 
naturalista  mas  sabio  de  cuantos  habian  escrito  en  este  ramo  sobre 
América:  parece  que  el  cielo  le  traia  de  su  larga  y  lejana  peregrina- 
ción para  cerrar  los  ojos  de  su  ilustre  hermano.  Empero  esta  satis- 
facción fué  acibarada  por  el  fatiecimiento  del  duque  de  Parma  at  que 
quería  el  caballero  mas  como  á  un  amigo  querido  que  como  á  un  so- 
berano á  quien  representaba  y  defendia.,  y  por  la  no  menos  sensible 
para  él  del  famoso  poeta  Castíi  quien  protcgia  y  cuyos  ojos  cerró  con 
lágrimas  de  la  mas  aÜigida  amistad.  E^tas  defunciones  causaron  en  el 
sensible  corazón  de  vuestro  compatriota  una  profunda  huella  que  au- 
mentó estraordinariamente  la  rotura  de  la  paz  contratada  en  Amiens, 
por  los  graves  males  que  su  talento  previsor  le  hizo  ver  traerla  á  su 
patria  la  renovación  de  hostilidades  entre  Francia  é  Inglaterra. 

Empero  el  sentimiento,  á  pesar  de  su  intensidad,  no  le  privó  de 
pensar  en  los  medios  de  librar  á  su  patria,  en  lo  posible,  de  los  de 
sastres  que  necesariamente  liabia  de  traer  consigo  la  nueva  guerra  y 
lihPH  pronto  su  fogosa  imaginación  le  presentó  la  neutralidad  como  el 
''"•tarlo  mas  á  propósito  de  que  la  España  se  pusiese  á  cubierto  de  nue- 
vas desgracias.  Lleno  ds  fé  en  su  idea,  aconsejó  á  Carlos  IV  la  neu- 
tralidad, y  su  consejo  fué  admitido  y  decretado  á  pesar  de  sus  ému- 
las: pero  ¿cuánto  no  tuvo  que  trabajar,  nobles  aragoneses,  para  lo- 
^ar  consintiese  en  ella  la  Francia?  ¿Qué  de  memorias  y  de  notas  no 
tovo  que  escribir  para  convencer  al  primer  Cónsul  de  la  necesidad  en 
qae  España  se  hallaba  de  obrar  asi  en  ocasión  en  que  su  erario  se  re- 
wolia  y  la  nación  se  resistía  á  empeñar  una  lucha  que  solo  habia  de 
ItaerU  males  sobre  males?  ¿Qué  no  tuvo  que  hacer  para  neutralizar, 


^64  — 

DO  solo  el  espiritii  del  ramoso  UaUdo  ^  alianza  úú  affo  1796 ,  si  que 
también  los  amaños  del  embajador  de  la  República  ea  Madrid ,  y  las 
lorpezas  de  su  gobierno  y  del  Príncipe  de  la  Paz  en  esla  n^oeiacion? 
¿Y  qué  de  ruegos,  con  dignidad  y  razonamienlos,  no  luvo  que  hacer 
á  fin  de  rebajar  las  ezhorbitanies  exigencias  que  Napoleón  pidió  para 
que  nos  pudiésemos  cooseryar  neutrales  en  una  época  en  que  tanto 
necesitaba  la  Francia  de  nuestro  apoyo?  Considerad  la  gravedad  de 
este  asunto  y  comparándolo  con  la  avanzada  edad  del  caballero  en  fina 
▼ida  tan  laboriosa ,  y  no  podréis  menos  de  convenir  conmigo  que  esla 
negociación  le  acercó  estraordinariamente  al  sepulcro ,  máiime  cuan- 
do sepáis  que  la  ingratitud  fué  el  pago  de  tanto  celo ;  ingratitud  que 
le  obligó  á  dimitir  su  honroso  encargo,  y  que  hubiera  dejado  á  todo 
trance  sí  las  satisfacciones  que  se  le  dieron  por  Carlos  IV  para  que 
siguiese  en  él  9  y  el  considerarse  necesario  en  la  crisis  peligrosa  que  ae 
inauguraba,  no  le  hubiesen  obligado  á  hacer  aún  un  sacrificio  roas 
por  su  amada  patria  deponiendo  en  sus  sacras  aras  sus  justos  resen- 
timientos. 

La  muerte  de  D.  Luis  /,  Rey  de  Etruria  é  infante  de  Espafta,  y 
la  venia  de  la  Luisiana  hecha  por  Napoleón  á  los  an^o-americanos, 
faltando  á  su  palabra  y  á  los  tratados  pactados  con  España,  complicó 
muy  mucho  la  crisis ,  y  dio  bastante  que  hacer  al  caballero,  sin  cuyo 
tino  y  talento  diplomitíco  se  hubieran  roto  las  relaciones  entre  ambas 
naciones.  Empero  cuando  la  rotura  hubiera  sido  inevitable  y  los  ejér- 
citos franceses  hubieran  invadido  la  Península  y  adelantádose  algu- 
nos anos  la  represen iacion  del  drama  sangriento  de  nuestra  guerra  de 
la  Independencia ,  líié  cuando  persuadido  Kapoleon  de  que  el  Prin- 
cipe de  la  Paz  influia  en  la  corte  de  Madrid  contra  lodos  los  deseos 
de  la  Francia,  se  empeñó  en  exigir  de  Carlos  IV  le  echase  de  su  Jado 
y  desterrase  de  su  corte.  Vierais  entonces  al  caballeio,il«erde  agra- 
decido, defender  á  Godoy  de  toda  inculpación  y  aconsqar  á  su  Corte 
el  modo  mas  á  propósito  y  conveniente  de  parar  la  tonaenU  que  ae 
preparaba ,  asi  como  disuadir  á  Napoleón  de  su  empeño.  Empero  ai 
logró  por  fin  poner  en  paz  al  favorito  con  el  Cónsul  y  librarnos  de 
aquel  peligro ,  sus  émulos  sacaron  de  esto  mismo  servicio  armas  ve- 
dadas con  que  dirigirle  tiros  rateros  que  no  pudieron  menos  de  herir 
su  alma.  De  tal  modo  sintió  sus  golpes,  que  se  decidió  por  fin  i 
abandonar  la  vida  pública  para  cicatrizar  en  la  privada  las  recibidas 
heridas  y  recobrar  un  sosi^o  y  tranquilidad  de  que  jamás  disfrútala, 
porque  su  patriotismo  le  empeñó  en  una  vida  trabajosa  y  de  tan  cons- 
tantes sacrificios  que  le  arrastraron  al  sepulcro- 
Azara  vino  al  fin  á  ser  viclima  del  amor  que  tovo  i  su  pak ,  por 
lo  que  bien  podemos  esclamar  con  Céoenm  cuando,  en  k  aitngia 


—  65  — 

contra  Antonio  en  favor  de  Octavio^  recordando  á  los  cónsules  J9Vr- 
do  y  Pansa  muertos  en  defensa  de  la  patria  esclamó:  «Feliz 
muerte!  Feliz  sacrificio  que  se  hace  á  la  patria  de  una  vida  que  tarde 
ó  temprano  es  forzoso  restituir  á  la  naturaleza !  La  muerte  es  una  in- 
famia para  aquellos  que  la  hallan  en  la  fuga ,  y  gloriosa  para  los  que 
la  consiguen  con  la  victoria.  Vosotros  los  que  exhalasteis  el  último 
aliento  en  servicio  de  la  patria ,  seguramente  reposáis  en  el  destino 
que  está  preparado  á  las  almas  virtuosas.  La  vida  es  breve,  pero  ja- 
más perecerá  la  memoria  de  vuestras  ilustres  acciones.»  Asi  lo  di¡o  el 
padre  de  la  elocuencia,  y  asi  lo  repito  yo  con  respecto  á  nuestro  Aza- 
ra, de  ese  ilustre  caballero  vuestro  compatriota ,  que  pudo  muy  bien 
decir  lo  que  de  si  Plinio  (1):  «Yo  no  sé  si  la  posteridad  hará  de  mi 
alguna  estimación ;  pero  estoy  seguro  de  haberla  procurado  merecer, 
no  por  mi  mérito ,  que  seria  demasiada  vanidad ,  sino  por  mis  cona- 
tos y  aplicación,  y  por  el  respeto  que  tengo  á  los  venideros.» 

¡  Si ,  grande  Azara!  la  posteridad  hace  de  ti  la  debida  estimación 
por  tu  relevante  mérito,  por  tus  escelentes  virtudes,  y  sobre  todo  por 
tu  acendrado  patriotismo ,  y  por  esa  razón  debistes  estar  seguro  de 
que  super  Ubi  erunl  qui  distre  laudes  lúas  cupiani ,  siempre  reso- 
narán tus  alabanzas. 

Descansa  en  paz ,  noble  Azara  ;  descansa  en  paz  disfrutando  de 
la  gloriosa  recompensa  de  tus  virtudes  y  del  premio  de  tus  sacrificios, 
pues  que  atendiendo  al  aprecio  con  que  hoy  te  se  recuerda ,  no  solo 
en  nuestra  madre  patria  si  que  también  en  todo  el  mundo  civilizado 
y  por  todos  los  hombres  que  saben  dar  el  justo  valor  al  mérito ,  pue- 
do prometerte  como  Virgilio  con  toda  seguridad ,  que  en  la  tierra 
semper  honos ,  nomenque  tuuniy  laudesque  manebunt. 

La  envidia  y  la  ingratitud  lograron  al  fin  destruir  al  caballero 
Azara  y  causar  á  la  España  una  pérdida  irreparable ,  pues  que  reti- 
rado de  los  negocios ,  quedaron  estos  cual  bagel  sin  piloto  que  ca- 
mina de  escollo  en  escollo  hasta  que ,  ó  se  encalla  en  cenagoso  ban- 
cal, ó  se  estrella  en  la  dura  roca:  así  marchó  la  España  de  allí  ade- 
lante hasta  que  los  malos  pilotos  la  condujeron  á  las  vergonzosas  es- 
cenas palaciegas  de  Aranjuez  y  á  sus  terribles  consecuencias  del  año 
de  1808  que,  por  mas  gloriosas  que  fueran  para  eternizar  el  heroísmo 
y  valor  de  los  españoles,  no  por  eso  dejaron  de  ser  tan  sangrientas  y 
desastrosas,  que  no  nos  alegráramos  de  no  haberlas  pasado,  como  hu- 
biera sucedido  si  Azara  viviera  entonces ,  puesto  que  sobradamente 
se  hallaba  consignado  en  indestructibles  páginas  el  patriotismo  y  de- 

(1)    Pro  Mílon  3S. 


*i  >. 


—  66  — 

miedo  de  los  hijos  de  Pelnyo  y  del  Cid.  Si,  inmortal  Azara ,  lú  hu- 
bieras sahido  dpiener  en  los  Pirineos  el  torrente  de  las  Galias  como 
oirás  veces,  y  el  coloso  del  siglo,  respetando  lus  canas,  hubiera  de- 
tenido, como  lo  lograste  en  h^  puertas  de  Roma,  su  ambición  ante  la 
fuerza  de  lus  razones,  y  en  consideración  al  aprecio  (¡ue  hacia  de  tu 
persona  que  lenia  en  mas  que  la  de  muchos  Soberanos.  Tú  con  tu 
persuasiva  elocuencia  y  acertado  consejo ,  hubieras  podido  quizá  des- 
truir las  intrigas  palaciegas  que  escandalizaron  al  mundo  en  el  alcázar 
de  nuestros  Reyes,  y  que  causaron  las  desgracias  que  aún  lloramos. 
¡Y  quién  sabe  si  por  tu  mediación  la  Francia  y  la  España  unidas, 
hubieran  llegado  á  dominar  al  mundo  y  logrado  hacerse  las  señoras 
de  la  tierra!  con  tal  poder  y  con  tales  genios  no  creemos  imposible 
que  asi  hubiera  sucedido  ,*  pero  estaba  sin  duda  decretado  de  otro 
modo  y,  Á  fin  de  ijrie  se  cumpliese  el  destino,  era  preciso  que  fueses  la 
primera  victima  para  que  se  inaugurase  la  era  del  infortunio  en  Es- 
paña y  para  que  tu  nombre  recibiese  el  último  sello  de  grandeza  y 
magestad. 

Acabó,  nobles  aragoneses,  la  vida  pública  de  vuestro  ihislre  com- 
patriota el  caballero  Azara ,  y  con  él  lo  que  habia  de  bueno  en  Es- 
pañay  y  aun  en  oirás  partes ,  de  poUlica ,  de  liumanidades ,  del 
bjien  gusto  y  filosofía  de  las  bellas  Artes  y  según  lo  dijo  a  D.  lícr- 
nardo  Iriarte  el  erudito  B.  Juan  Agustín  Cean  Bermudez  (I)  al 
saber  sii  muerte;  y  como  si  el  cielo  quisiera  que  quien  tan  en  publico 
habia  vivido  no  finara  sus  dias  en  el  retiro  de  ia  vida  privada  eo 
donde  quedando  á  la  historia  las  glorias  del  nombre,  viene  á  recoger 
la  persona  en  la  soledad  de  su  descauso  la  ingratitud  de  todos  aque- 
llos á  quien  hiciera  beneficios,  y  á  verse  por  fin  olvidado  cual  her- 
moso menage  que  se  arrincona  pasado  el  furor  y  frenesí  de  la  moda, 
cortó  sus  días  sutes  de  salir  del  palacio  de  tas  adoraciones  nmndanas, 
á  fin  de  trasportarle,  sin  pasar  por  aquellos  disgustos  que  siempre 
acibaran  ei  placer  de!  descanso,  á  otra  morada  mas  magcsluosa  y  rica 
6  infinitamente  mas  duradera,  en  la  que  omnia  magna,  es  grandioso 
todo,  segrm  sabiamente  dijo  Virgilio.  Pocos  dias  pasaron  desde  que, 
con  sentimiento  de  la  España  y  de  la  Francia ,  abandonó  Azara  la 
vida  pública,  hasta  su  muerte  que  supo  recibir  con  la  resignación  del 
cristiano  y  con  la  tranquilidad  del  hombre  grande  que  aprendió,  en 
buena  doctrina ,  lo  efimero  y  perecedero  de  las  cosas  mundanas  y  lo 
verdadero  y  grande  de  las  divinas  (Vil). 

Al  morir  Azara  (2)  grabó  la  fama  su  nombre  en  el  templo  de  la 

(1)    Cartn  original  det  mismo  en  UBíbliotecs  de  Salva  en  Valencia,  su  fecha  á 
23  do  febrero  (le  ISOi. 
(!)     El  diu  126  do  enero  da  ISOi. 


—  67  — 

lomorlalidad ,  en  iloiiile  recibirá  cl  cultu  que  la  poslfridad  tnliutará 
siempre  á  los  hombres  gratules ,  y  las  artes  y  las  letras ,  regando  con 
lágrimas  el  cadáver  de  su  protector,  le  consignaron  su  agradecimiento 
en  brillantes  y  eternas  páginas,  pudiéndose  muy  bien  decir  de 
Azara  lo  que  el  erudito  D.  Adolfo  de  Castro  dijo  eu  elogio  de  los 
ilustres  y  malogrados  artistas  gaditanos  D.  José  Utrera,  nuestro 
amigo  y  la  señorita  UrruUa.  «Dichoso  quien  al  decir  su  último  adiós 
al  mundo  no  deja  inscrito  su  nombre  en  las  páginas  de  su  historia 
ton  letras  de  sangre,  sino  con  letras  de  oro,  salpicadas  por  lágrimas 
de  los  que  admiraron  su  ingenio  y  sus  virtudes  para  orgullo  de  su  pa- 
tria y  para  bien  de  sus  hermanos.» 

Deciros  cuan  sentida  fué  la  muerte  del  caballero,  seria  repetir  á 
vuestra  imaginación  lo  que  habrá  bien  pronto  concebido:  París  entero 
asistió  á  sus  funerales  alabando  sus  escelencias «  y  la  Francia  toda 
publicó  sus  glorias  en  merecidos  elogios  (1). 

La  infortunada  Kspaüa  no  pudo  menos  de  cubrirse  do  luto,  y  si 
la  ingratitud  de  sus  gobernantes  y  la  maldad  de  los  émulos  del  caba- 
llero, nada  dijeron  en  su  muerte  deseosos  de  que  se  oscureciese  en  la 
huesa  su  nombre  ,  los  buenos  españoles ,  que  jamás  le  han  olvidado. 
Je  han  prestado  y  prestan  el  debido  homenaje,  acompaüando  hoy  á 
boorar  su  memoria  á  su  magiiitico  sobrino,  que  con  una  grandeza 
digua  (le  tal  tronco,  ha  sabido  honrar  al  mas  claro  luminar  de  su  no- 
bilísima familia.  Vosotros,  hijos  de  Barbuñales,  que  poseéis  las  ceni- 
zas del  héroe ,  jamás  le  habéis  olvidado  y  vuestros  hijos  aprenden  ,  á 
la  vista  de  su  magestuosu  sepulcro ,  la  historia  de  sus  virtudes  y  es- 
celencias que  recordará  con  gusto  también  su  posteridad.  Decidles  á 
la  vista  de  ese  glorioso  monumento  que  le  Íia  levantado  la  gratitud, 
lo  que  mi  bueu  amigo  el  erudito  D.  Antonio  Martínez  del  Romero 


(I)  En  algunos  periódicos  de  París  <¡  do  Inglaterra  se  dijo  por  entonces  lo  si- 
Kuieale,  que  hemos  vislo  en  un  papel  impresuen  Madrid.  •Unce  muchos  años 
t|De  en  París  no  le  lia  vislo  uu  eiilierro  Ion  lucido  como  d  qun  so  lia  lieclio  ul 
difuolo  beiiar  Azara.  El  ministro  ile  rolaiioiies  eslenures, seguido  del  cuerpo  di- 
plomático y  el  Prcr^clo  do  palacio  cou  las  autoridades  civiles  y  militares,  fucmu 
acompañando  al  rórelro;el  gciillo  era  iumcu:;0, y  los  que  preseuciuroii  el  en- 
tierro de  Jfíirabeait  el  Júvea,  convienen  en  que  las  exequias  del  sehur  Azara  Imii 
sido  tanto  ó  mus  distinguidas.  Aquí  aumcnlaii  (|ue  su  muerte,  acaecida  en  36  de 
enero,  fué  de  resullas  de  un  convite  en  casa  del  primer  Cúnsnl,  y  que  liay  sos- 
pechas de  que  ha  sido  envenenado  ,  y  que  Bonaparle  ha  hecho  y  hacía  las  ma- 
yores pesquisas  para  averiguar  la  verdad. ■  Esto  dice  el  papel  ,  y  abí  lo  espresaii 
también  los  manuscritos  que  sobro  Axara  bcmos  registrado  en  Valeucia  en  la 
biblioteca  del  Sr.  Salva. 


-  68  — 

dijo  á  la  vista  de  las  espadas  de  Pelayo  y  del  Cid  (1).  Ahi  están  para 
enseñamos  lo  que  cumple  hacer  vor  la  patria,  y  para  manifestar- 
nos que  es  deber  de  todo  español  enaltecer  las  heroicas  virtudes  de 
los  varones  esforzados  que  han  sido  gloria  y  honor  de  la  nación. 

Siempre  se  ha  discutido  y  jamás  decidido,  dice  un  autor,  cuál  sea 
mejor ,  ser  grande  por  lo  heredado ,  ó  llegar  al  colmo  de  la  fortuna 
por  lo  adquirido :  en  el  caballero  Azara  cesa  el  utrum  de  la  disputa, 
puesto  que  puede  resolverse  por  la  afirmativa  en  ambos  estremos.  En 
efecto ,  fué  grande  Azara  por  lo  heredado ,  porque  desciende  de  una 
de  las  mas  ilustres  y  antiguas  casas  de  Aragón ,  y  lo  fué  por  lo  ad- 
quirido ,  porque  desde  muy  niño  le  colocó  su  privilegiado  talento  en- 
tre los  primeros  hombres  de  su  pais,  y  entre  los  mas  célebres  de  Eu- 
ropa, confiándole,  no  solo  sus  Soberanos,  sino  los  de  otras  nacio- 
nes ,  honrosas  comisiones  que  le  proporcionaron  títulos  y  honores  de 
gran  valía.  El  inmortal  Carlos  III  y  el  bueno  de  su  hijo  Carlos  IV, 
asi  como  los  Soberanos  de  Etruria  y  de  Parnia,  pudieron  decir  de 
Azara  lo  que  el  poderoso  Faraón ,  rey  de  Egipto ,  dijo  del  castísimo 
José  y  su  ministro :  Numquid  sapientiorem  et  amsimilem  tui  inve- 
ñire  potero?  (¿por  ventura  hallaré  otro  mas  sabio?)  Ciertamente  que 
no  les  hubiera  sido  posible  encontrarlo ,  y  por  eso  le  eligieron  para 
embajador  de  Roma  y  de  Francia  en  las  circunstancias  mas  difíciles 
y  espinosas  que  ocurrieran  en  aquellos  tiempos.  Azara  supo  corres- 
ponder á  tan  alia  confianza  de  un  modo  satisfactorio ,  y  como,  según 
el  sabio  Séneca :  Graliludo  pro  poslerilis  futura  consequitur  be- 
neftcia  (es  el  agradecer  mérito  para  conseguir)  consiguió  por  el  agra- 
decimiento la  estimación  de  los  Soberanos  que  se  sirvieron  de  él,  y  la 
de  aquellos  á  quienes  representó. 

Si  las  letras  tuvieron  en  Azara  un  protector  á  quien  rendir  home* 
naje  de  gratitud ,  no  se  la  debieron  menos  ios  inmortales  Horacio^ 
Firgilioy  Prudencio  ^  Garcilaso  y  Plinio^  y  sus  ilustres  contem- 
poráneos Nengs ,  Cardenal  de  Bemis ,  Arleaga ,  Casli  y  otros 
muchos  literatos  cuyas  obras  publicó  con  magnificencia  imperial,  me- 
jorándolas y  aclarándolas  con  sabias  ilustraciones;  y  asi  es  que,  aten- 
diendo al  beneficio  público  que  en  esto  hizo  y  al  mérito  de  sus  escri^ 
tos  literarios  originales,  confio  no  falte  quien  diga  de  las  obras  de 
vuestro  noble  y  sabio  compatriota  lo  que  asegura  Plutarco  dijo  ^u- 
guslo  cuando  sorprendió  á  uno  de  sus  nietos  leyendo  cierta  obra  de 
Cicerón:  «Ten  hijo,  este  era  un  grande  hombre  y  muy  celoso  del 
honor  de  su  patria.»  Sí,  esto  es  de  tal  modo ,  que  no  podrá  menos 

(I)    Advertencia  preliminar  del  catálogo  de  la  Real  Armería  que  escribió  y  pu- 
blicó de  real  orden  en  1849, 


—  69  — 

de  eonfestrae  asi  en  lo  Tenidero  á  la  vista  de  tus  obras.  Sí ,  tu  notn^ 

bre  será  siempre  venerado  por  la  escelencia  de  tus  hechos:  ¿Quid 

\m  memorare  tuü ,  aispania^  terrís  vox  hwinana  valet  ? 

Callen,  pues,  los  que  envidiosos  de  tu  gloría  trataron  de  oscure- 
cer tu  nombre  glorioso;  confúndanse  los  que  con  el  fin  de  eclipsarle 
fie  atreviesen  á  buscar  lunares  en  tu  refulgente  estrella,  que  si  bien  nti/- 
íum  magnum  ing$nium  sine  mixtura  dementice^  tú  fuiste  sol  cla- 
rísimo que  sapistes  ocultar  con  la  fuerza  y  esplendor  de  tus  lucientes 
rif 08  tas  miamos  defectos  si  es  que  los  tuvistes ,  en  cuyo  caso  solo 
debieron  ser  los  necesarios  á  pagar  el  tributo  á  la  frágil  natural(>za 
que  nada  quiere  enteramente  perfecto,  porque  esta  escelencia  es  solo 
cualidad  reservada  á  Dios.  Sin  embargo ,  mucho  tenemos ,  ¡  oh  sabio 
Azara  !  que  agradecer  á  tus  émulos  en  sus  mal  seguros  é  inciertos  ti- 
ros ,  puesto  que  estrellándose  en  el  invulnerable  acero  de  tu  virtud, 
y  cayendo  impotentes  cuando  saltaron  para  llegar  á  tu  altura ,  nos 
proporcionaron  la  ocasión  de  considerar  tu  astro  con  mas  claridad 
después  del  nublado  por  aquel  famoso  y  cierto  principio  de  que  da- 
rius  fU  lumen  comparatione  lenebram  (VIU). 

En  los  elogios  de  los  hombres  ilustres ,  es  para  unos  oi^ullo  lo 
que  para  otros  magnanimidad,  calificándose  todas  las  acciones  en 
sentido  contrario  por  unos  y  otros;  pero  hay  hombres,  no  obstante, 
tan  colosales,  que  arrastran  tras  si  en  su  elogio  hasta  sus  mas  porfiados 
enemigos,  porque  la  envidia  no  puede  llegar  jamás  á  obscurecerles;  asi 
fué  Azara,  al  que  si  bien  lanzaron  dardos  sus  émulos,  ellos  mismos 
ó  procuraron  recogerlos  á  tiempo,  ó  lloraron  después  el  mal  qrie  in- 
tentaron hacer,  siendo  los  mas  decididos  en  confesar  sus  eseelencias  y 
virtudes  cívicas  y  morales  (IX). 

Azara  supo  reunir  en  si  la  galantería  del  caballero ,  con  la  grave- 
dad del  sabio  diplomático  y  así  fué  que  la  literatura,  las  artes,  la 
ciencia  de  gobierno  y  cuanto  participó  de  su  influjo,  quedó  ilustrado 
y  lleno  de  esplendor,  presentándonoslo  la  literatura  como  á  un  pu- 
rista y  distinguido  escritor,  las  artes  como  al  conocedor  mas  sublime 
y  al  protector  mas  decidido  y  magnifico  ,  y  la  diplomacia  como  uno 
de  los  mas  sagaces  y  entendidos  ministros  y  de  sus  hijos  mas  emi- 
nentes; las  pruebas  de  estos  asertos  descansan  en  sus  mismas  obras 
y  en  la  opinión  de  los  mas  sabios  publicistas  que  me  han  precedido, 
y  hé  aquí  porque  procurando  la  brevedad  y  solo  me  he  propuesto  en 
este  discurso  poneros  de  manifiesto  aquellos  puntos  mas  luminosos 
del  astro,  con  mas  voluntad  que  talento  para  retratárosle. 

Séame  permitido ,  señores ,  descorrer ,  por  un  momento ,  el  velo 
á  la  virtuosa  modestia  del  magnifico  Señor  D.  Agustín  dk  Azara, 
Marqués  de  ^ibbiano,  é  ilustre  compatriota  vuestro,  actual  posee- 


—  rs  — 

^jgbXVni,  y  uniéndoos  á  los  faijos  de  BarbuBales,  arrojad  coronas 
^gratitud  sobre  el  sepulcro  dd  bombre  graade  i  quien  boy  Tcsteja- 
oos.  PúPtas  que,  para  glona  del  Paroaso  español,  pulsáis  la  lira  de 
Apolo  iuspirados  de  las  Musas  y  conducidos  por  las  Graciaa,  venid  á 
derramar  flores  alrededor  del  monumenlo  que  boy  lo  ba  erigido  el  bc- 
redero  mas  agradecido  y  magníbco;  descended  del  Pindó  y  del  Par- 
naso ^  venid  á  verter  el  agua  de  Helicona  y  áz  Castalia  para  fecun- 
dizar tas  bermosas  rosas  y  el  inmarcegible  laurel  que  forma  su  glo~ 
ríosa  corona.  ¡Ninfas  risueñas  del  Manzanares,  drf  Tajo,  del  Turia^ 
del  Béiis,  y  del  Genüi  Nereidas  del  Miño,  de)  Sil  y  del  Ebro^  venid 
é  rtaniros  con  las  del  humilde  Alcanadre  para  canlar  loores  y  alá- 
banlas al  diplomático  insigue,  al  literato  aragonés  que  tantas  veces 
celebró  vuestras  glorías  y  defendió  vuestras  riberas;  venid,  españoles 
lodos,  á  incensar  al  idolo  de  nuestros  obsequios,  y  bo  os  quedéis  pe- 
masas  vosotras  las  silfiílea  del  Tiber  y  del  Sena,  que  también  le  te- 
néis que  agradecer  algunos  de  vuestros  lauros  y  no  poco  de  vuestra 
(nuquilidad  y  ventura.  Venid ,  pues,  todos  á  estos  alegres  campos 
cuque  impera  la  sencillez  á  la  par  que  el  heroísmo;  y  no  os  desde- 
mos en  posar  en  Alcázar  tan  bumilde,  que  el  pequeño  pueblo  de  Bar- 
bufiales  tiene  ya,  y  tendrá  en  la  posteridad  sido  por  ser  ounadcAza- 
n,  un  nombre  ilustre,  á  que  si  no  estaba  llamaao  por  sa  corta  po- 
blación, ha  llegado  por  lau  especial  esceleaeia. 

Honrados  labríegos,  respetables  ancianos,  virtuosos  sacerdotes, 
ütutie  ayuntamiento  de  Barbuñales  que  os  habéis  asociado  en  este 
dia  al  magnifico  marqués  de  INibbíano  i  pedir  misericordia  al  Todo- 
poderoso y  darle  gricias  por  los  benelicios  inmensos  que  le  debemos; 
que  Je  habéis  acompañado  á  contemplar  á  su  dustrc  tio  D.  José  Ni- 
colás de  fizara  en  su  suntuoso  sepulcro ,  y  desde  allí  veoido  á  ren- 
dir homenaje  á  vuestro  mas  ilustre  compatriota ;  vosotros  que  habéis 
tenido  la  dicha  de  couocor ,  mejor  que  yo,  á  los  nobles  Azaras ,  per- 
donad si  mi  débil  pluma  no  ha  acertado  á  retratarlos  con  sus  verda- 
deros colores,  y  si  ha  faltado  la  elocuencia  á  mi  voz  para  elogiar  al 
luminar  de  esta  familia  con  palabras  dignas  de  su  relevante  mérito,  y 
darle  i  conocer  tan  gigante  como  fué  por  la  escelencia  de  sus  obras 
y  especialidail  de  su  talento.  Mi  pincel  es  tosco ,  mi  voz  débil  y  mi 
talento  demasiado  limitado  para  tan  grande  empresa  ;  pero  como  mi 
voluntad  sea  grande  y  mi  deseo  de  acertar  haya  sido  mayor,  espero 

Erdonareis  indulgentes  mis  defectos  ,  máxime  cuando  no  habré  ca- 
do  nada  que  no  sepáis  mejor  que  yo. 
¡Salve,  grande  Azara!  español  sublime,  yo  le  saludo  en  nomlirc 
de  las  letras,  de  las  artes  y  de  los  hombres  de  bien  de  la  Kspaña  cn- 

10 


—  74  — 

tera.  Recibe  el  homenaje  del  mas  humilde  de  tus  historiadores,  que 
hubiera  deseado  tener  la  elocuencia  de  Cicerón  y  de  Demóstenes ,  y 
la  persuasiva  tuya,  para  cantar  en  tu  elogio  y  dar  á  conocer  al  mundo 
entero  tus  escelencias  y  esclarecidos  hechos. 

¡  Salve  otra  vez ,  salvador  de  Roma  y  ornamento  glorioso  de  mí 
patria !  si  te  es  dado  dirigir  tu  penetrante  vista,  aquella  mirada  pers- 
picaz y  escudriñadora  con  que  sabias  leer  en  el  corazón  del  hombre  y 
sorprender  sus  ideas  y  concepciones ,  verás  la  efusión  de  amor  y  de 
veneración  con  que  te  dirijo  estas  palabras  y  la  sana  y  firme  volun- 
tad con  que  las  pronuncian  mis  labios ,  si  no  fieles  intérpretes  de  lo 
que  mi  alma  siente  en  este  instante  que  es  mas  de  lo  que  me  es  dado 
esplicar  por  la  cortedad  de  mi  limitado  talento ,  verdaderos  heraldos 
de  mis  deseos. 

De  hoy  en  adelante,  ilustre  Azara,  la  memoria  de  tu  virtud 
y  de  tus  esclarecidos  hechos  no  corre  ya  peligro  de  borrarse  en 
el  olvido  del  siglo  presente  ni  en  el  silencio  de  los  venideros ,  pues 
que  vuestro  magnífico  sucesor  os  ha  erigido ,  por  medio  de  las  letras 
y  de  las  artes,  un  monumento  duradero  por  el  que  en  vez  de  la  vida 
perecedera  que  habéis  perdido,  habéis  logrado  afianzar  otra  para  siem- 
pre inmortal. 

Aqui  tenéis ,  nobles  aragoneses ,  sus  obras ,  y  ahi  su  retrato ;  y 
como  por  las  unas  podáis  conocer  lo  sublime  de  su  talento ,  y  por  el 
otro  la  nobilísima  figura  con  que  le  dotó  naturaleza ,  bien  puedo  des- 
pedirme diciendo  de  Azara  lo  que  de  Arecio  el  Teólogo  dijo  su  sabio 
comentador: 

Azara  si  nósse  velis ,  hic  aspice  totum : 
in  scriptis  animum ,  corpus  in  effigie. 


He  dicho. 


Basiuo  Sebastian  Castellanos 

DE  Losada. 


Bar  tunales  23  de  octubre  de  1850, 


I 


QBI3PO  EK  BARCELONA 


NOTAS  ¥  DOGdENTOS. 


I. 


Acta  de  la  solemne  inauguración  del  monumento  engido  en 
Barbuñates  al  Excmo.  Sr.  D.  José  Nicolás  de  Azara ,  por  su 
sobrino  el  Sr.  D.  Agustín  de  Azara ,  tercer  marqués  de  Nib- 
biano. 


«En  el  pueblo  de  Barbuftales,  partido  de  Baibastro,  provincia  de  Hues- 
ca y  obispado  de  Lérida  ;  y  en  la  casa  solar  del  Sr.  D.  Jgusiín  de  Jzara, 
caballero  de  la  real  y  distinguida  orden  de  Carlos  III,  marqués  de  INibbíano, 
señor  de  Lizana  y  de  Guadarespe ,  vecino  privilegiado  de  la  villa  de  Fra- 
ga, etc. ,  etc.»  se  reunieron  boy  veinte  y  tres  de  octubre  de  mil  ochocien- 
tos cincuenta ,  á  las  siete  do  la  mañana »  el  señor  alcalde  de  este  pueblo 
D.  Pablo  Lasíerra  al  frente  del  ayuntamiento,  compuesto  de  los  conceja- 
les D.  Antonio  Tnella,  teniente  alcalde;  Joaquín  Loriz,  síndico,  y  los  t^ 
^iáores  Uariano  EspuiSf  Antonio  Jabierre,  Joaquín  Antin,  y  el  infras- 
crito secretario ,  como  igaaimente  el  señor  cura  párroco  l)f  Francisco 
Lasíerra  ,  con  el  señor  regente  de  la  tenencia  1).  Seltastían  Lorie ,  racio- 
nero de  la  santa  iglesia  de  Pcrtusii ;  el  Sr.  D.  Basilio  Seóastían  CasteUa- 
nos  de  Losada,  del  Consejo  de  S.  iM.,  su  secretario  honorario,  caballero  co- 
mendador de  la  real  y  distinguida  orden  de  Isabel  la  Católica,  caballero  de 
la  de  S.  Genaro,  condecorado  con  el  cordón  de  Anticuarios  del  Norte  y  con 
otras  cruces  por  servicios  patrióticos ,  y  varias  medallas  de  honor  por  los 
literarios,  bioliotecario -anticuario  y  conservador  de  los  muscos  <le  anti- 
güedades de  la  Biblioteca  JNacional,  diputado  por  I^ladrid  en  el  congreso  de 
Agricultura  del  reino ,  fundador  director  do  la  Academia  española  de  Ar- 
queología, corresponsal  del  ministerio  de  Instrucción  Pública  de  Francia, 
individuo  de  muchas  academias  científicas,  literarias  y  artísticas  do  Es- 


—  76  — 

pana  y  del  estrangero ,  historiador  y  anticuario  de  la  casa  y  estados  del 
Excmo.  Sr.  duque  de  Osuna  y  del  Infantado ,  y  de  la  casa  aragonesa  de 
Azara,  etc. ,  etc.;  asi  como  otras  varias  personas  de  la  población.» 

«El  señor  marqués  espresado  manifestó  á  los  circunstantes  ante  mi,  que 
deseando  honrar  debidamente  la  memoria  de  su  ilustre  tio  el  Excmo.  señor 
B.  José  Nicolás  de  Azara  y  Perera ,  b^o  de  este  pueblo ,  agente  y  emba- 
jador de  España  en  Roma  durante  36  anos  en  los  pontiflcados  de  Clemen- 
te XIIl ,  Clemente  XIV  y  Pió  VI ,  y  después  embajador,  por  dos  veces,  (*n 
París ,  cerca  del  cónsul  Napoleón  Bonaparte ,  como  presidente  de  las  Re- 
públicas francesa  é  Italiana,  embajador  al  mismo  tiempo  ,  en  las  mismas 
cortes ,  de  los  Reyes  de  Etruria  y  del  Gran  Duque  de  Parma,  el  cual  como 
caballero  gran  cruz  de  Carlos  ifl,  caballero  gran  cruz  y  bailío  de  la  orden 
de  San  Juan  de  Jerusaiem ,  como  consejero  de  Estado ,  como  célebre  di- 
plomático, distinguido  literato  y  protector  de  las  artes,  y  en  fin  como  buen 
español,  se  habla  ganado  el  aplauso  público  y  grangeado  el  aprecio  de  toda 
la  Europa  que  le  coloca  entre  los  grandes  nombres  que  ha  producido  Es- 

Eaña ,  había  hecho  publicar  sus  obras  inéditas,  asi  como  las  de  su  ilustre 
ermano  el  limo.  Sr.  D.  FéUx  de  Azara  ^  brigadier  que  fué  de  marina ,  y 
celebrado  escritor  naturalista ,  como  también  la  historia  documentada  do 
aquel.  Y  que  para  mejor  honrar  la  grata  memoria  de  D.  José,  habia  man- 
dado construir  al  distinguido  escultor  de  Barcelona  D.  José  Bover  un  sen- 
cillo monumento  en  mármol  de  Carrara  que  habia  empezado  á  colocar 
en  1848  al  frontis  de  la  casa  en  que  nació ,  que  es  en  la  que  nos  hallamos, 
y  el  cual  tenia  cabierto  hasta  el  dia.» 

«Después  de  manifestado' esto ,  el  espresado  señor  marqués,  bizo  pre- 
sente que  deseaba  celebrar  con  toda  la  solemnidad  posible,  en  este  dia,  la 
inauguración  del  mencionado  monumento  si  se  lo  permitía  y  ayudaba  en 
ello  el  señor  alcalde  como  autoridad  del  pueblo,  ácuyo  fin  presentó  el  pro- 
grama de  la  función  que,  en  tal  caso,  quería  se  verífícase.» 

(cLeido  que  fué  por  mí  el  espresado  programa ,  el  señor  alcalde  confe- 
renció lar¿;amente  con  el  ayuntamiento  en  unión  de  los  señores  cura  pár- 
roco j  teniente,  y  después  de  deliberar,  acordaron  so  hiciese  tal  y  como 
el  señor  marqués  lo  proponía  ,  tanto  por  ser  razonable  y  beneficioso  al 
pueblo  ,  cuanto  i)or  ceder  en  honra  de  un  ilustre  hijo  de  Barbuftales  y  en 
gloria  de  sus  vecinos  y  del  buen  nombre  de  esta  población.» 

«Acordada  la  función,  pasaron  en  seguida  los  circunstantes  á  la  iglesia 
parroquial  de  San  Lorenzo,  que  es  la  de  este  pueblo,  y  tocando  las  cam* 
panas  á  fiesta,  según  costumbre,  se  reunió  el  pueblo  en  el  templo  en  su 
mayoría ,  apesar  de  hallarse  en  lo  mas  fuerte  de  la  Tendímia.  Ocupó  el 
ayuntamiento  su  puesto  presidido  por  el  seflor  alcalde  y  el  señor  marqués, 
y  los  demás  circunstantes,  adornados  con  sus  condecoraciones  los  que  las 
tenían,  so  colocaron  en  los  que  se  les  dispusieron.  Encendidos  los  altares 
y  reyestídos  los  sacerdotes  con  temo  de  gala ,  el  señor  cura  párroco  cantó 
una  Misa  solemne  acompañado  de  diáconos  y  contestado  por  los  sacrista- 
nes y  cantores  de  esta  iglesia ,  pidiendo  á  Dios  en  ella  misericordia  para 
España  y  para  este  pueblo,  y  dándole  gracias  por  la  prosperidad  de  la 
ilustre  familia  de  los  Azaras,  de  la  que  tan  digno  homenaje  fe  prestaba  sn 
cabeza  en  este  dia.» 

«Terminada  la  función  de  gracias,  se  vistieron  los  sacerdotes  con  el  temo 
de  luto ,  y  dirigiéndose ,  con  el  señor  marqués ,  ayuntamiento  y  circuns- 
tantes, á  la  canilla  de  San  Juan  Bautista,  propia  de  la  familia  de  Azara, 
on  la  misma  iglesia ,  y  en  la  cual  se  halla  ei  antiguo  panteón  de  familia  y 


—  11  — 

el  snntnoso  sepulcro  en  marinólos  del  Eicmo.  Sr.  D.  José  Nicolás  de 
Azifii,  que  fiió  trasladado  á  él  en  el  año  de  tíJüfi  desdu  Paris,  en  donde 
falleció  el  día  Ít6  de  enero  de  1804 ,  se  caati)  un  solemne  responso  que  se 
aplicó  por  el  alma  de  éste  y  de  los  demás  difuntos  de  la  familia.» 

■  Acto  continuo  y ,  desnudadas  que  fuL-ron  los  señores  sacerdotes,  se  di- 
x'i'fxa  el  seüor  alcalde  y  ayuntamiento  con  estos  y  los  demás  asistentes  k  la 
función ,  i  la  casa  del  espresado  señor  marqués  de  Níbbiano ,  y  colocrm- 
dose  (odos  al  frente  de  la  fachada  principal  que  se  baila  en  la  calle  llamada 
de  Enmedio ,  que  es  la  de  la  iglesia,  el  señor  alcalde  di6  un  viva  á  la  Reina 
1)0^1  Isabel  II,  nuestra  augusta  Soberana,  que  fue  contestado  con  entu- 
siasmo por  lodos  lo»  circunstantes,  y  en  el  momento  se  descubrió  el  mo- 
numento incfuslado  en  el  medio  de  la  fachada  y  sobre  la  puerta  y  escudo 
de  armas  do  la  casa  solur  de  los  Azaras.  ■ 

«Descubierto  el  monumento,  que  se  compone  del  busto  en  un  metlallon 
circular,  en  relieve,  de  D.  José  ¡Nicolás  de  Azara  ,  con  la  leyenda:  D.  José 

NiCOLÍS  I>B  AZ1.KA,  CABALLERO  AUiGOnÉS,  LIHBHTAIIOH  UB  IlOMA  ,  meda- 
llón rodeado  de  láureas  en  festones  cogidas  con  cintas  y  surmunCado  do  la 
lisada  corona  de  marqués ,  y  de  una  grande  lát'ida  inscripcional  cogida  en 
un  remarco  de  mármol  como  ludo  el  monumento;  yo  cl  mfrascrito  secre- 
tario de  este  ayuntamiento  leí ,  por  mandato  espreso  del  señor  alcalde ,  la 
inscripción  de  la  lápida  que  en  letras  abiertas  en  la  misma  piedra  y  de  co- 
lor negro  dice  asi : 


■Et  El  MonTDUs  CRn. — -El  Eicho.  Sn.  D.  Jos£  Nicolab  db  Azara, 
pniMBn  uiBgoÉs  UB  A'ibbía^o,  cauau-bro  obak  ckdz  dk  Carlos  III,  bai- 

LIO  T  CABALLKHU  OIIAN  CRUZ  DR  LA  ÓRDBN  OH  SaK  JuAN  OB  JbRCSALBH  ,  fiK- 

MADoii  DS  Roma,  btc,  ktc.  Nació  bn  bsta  casa  solar  de  kd  afitigua  fa- 
milia EL  DlA  5  UB  UtCIKMHKB  DE  173U.  DIPLOMÁTICO  ILtlSTUB  UBSBMPklfó  POR 
ESPACIO  DE  3J  AÑOS  LOS  CAKUÚS  UB  AGBrrTB  BB?ihllAÍ.  T  EMBAJlbOR  \tV.  ES- 
PAÑA BN  Boma   CKHCA   de  los    PUHTIFICKS  CLBMEnTE   Xlll,  CLBlUBnTB   \IV 

Y  Pío  vi.  Em  26  mi  ekeho  uk  18ii4  murió  eh  Pabib  siendo  embajaijob  dk 
España,  ub  Tiiscaha  t  de  PAnnA  En  t'KAivciA  t  en  Italia  cerca  del  pri- 
mer CtinSlTL  UB  LA  BBPDBLICA  V  PRBSIÜBnTE  DK  LA  ITALIANA  INaPOLEON  ]to- 
nAPABTB.  La  DIPLOMACIA.  LAS  LETRAS  Y  LAS  ARTF.S  LLOBAN  T  PBBPETUAN  LA 
MEMORIA  DB  QUIEN  TAFITO  LAS  ILUSTRÓ  CON  SDS  OBRAS  \  PROTEGIÓ  CON  SO 
HUaiFlCBNCIA.  La  historia  AÑADK  su  NOmRB  AL  DE  LOS  MAS  ILUSTRES  ARA- 
GONESES. España,  Roma  y  Pabiha  lb  oísTiNGCEn  con  titdlos  de  grati- 
tud. Su  SOBRINO  Y  IIBHEDERO  i).  AgüSTIN  DR  AzABA,  UARQUftS  DB  MlHBrAISO, 
CABALLERO  DB  LA  RIIAL  ORDEN  DB  CARLOS  111 .  ETC. ,  ERIGB  KSTB  SENCILLO 
MONUMENTO  A  SU  BUENA  UEMOBIA  BN  EaBBUÑALES  .  SD  PATRIA  ,  A  38  DB 
AGOSTO  DB  1848.* 

■En  sc(:uid8  de  este  acto  el  espresado  Sr.  D.  Basilio  Sebastian  Castella- 
nos de  [josada ,  del  Consejo  de  s.  M. ,  etc. ,  como  historiador  de  la  casa 
de  Azara ,  pronunció  en  clara  é  inteligible  voz ,  desde  el  balcón  principal 
de  la  casa,  un  l.icóntco  á  la  par  que  enérgico  discurso,  en  el  que  manifestó 
al  pueblo  las  escclencias  def  caballero  Azara,  y  el  porqué  y  objeto  á  que 
se  dedicaba  este  monumento  en  su  honor  y  buena  memoria ,  exhortando  á 
los  padre»  k  dar  buena  educación  á  sus  hijos  y  á  estos  á  imitar  las  virl»- 
des  y  palriotiMno  de  Azara ,  linico  medio  de  alcanzar  el  premio  reservado 
al  mérito  y  á  la  virtud ,  y  de  llegar  á  merecer,  como  su  compatriota ,  el 


—  80  — 

GoMkVEt  MiTR  T  Doif  NiGOLis  FBRifáifDRZ.  Madrid  18S8.  Y  por  último 
se  metió  en  U  referida  caja  una  copia  de  este  acta  firmada  por  el  referido 
señor  alcalde,  concejales .  eclesiásticos  y  demás  señores  presentes,  y  qne 
también  Arman  esto  original,  que  se  acordó  quede  en  el  archivo  de  este 
ayuntamiento,  y  se  copie  en  sus  libros  do  acuerdos  para  perpetua  memo- 
ria y  recuerdo  de  este  dia.» 

«Y  cerrada  y  e^^tañada  que  fué  la  caja  por  el  maestro  herrero  de  este 

I)ueblo  jifjustin  Bareche ,  se  colocó  por  el  señor  alcalde  espresado  en  el 
ugar  dispuesto  al  efecto ,  en  cuyo  acto  el  maestro  albañil  de  esta  pobla- 
ción Joaquín  ñamiz  la  cubrió ,  edificando  sobre  ella  y  sij;uiendo  la  obra 
que  faltana  para  asegurar  el  monumento  hasta  su  conclusión  ,  en  cuyo 
caso  so  retiraron  todos  los  circunstantes.» 

«be  todo  lo  cual,  y  por  mandato  del  señor  al«»lde  D.  Pablo  Lasierra,  y 
acuerdo  del  ayuntamiento,  certifico  como  secretario  público  del  mismo, 
firmando  este  acta  conmigo  el  espresado  señor,  los  señores  concejales,  los 
seftores  cura  párroco  y  teniente  do  esta  iglesia ,  el  limo.  Sr.  Historiador 
de  la  casa  de  Azara  y  tres  vecinos  honrados  de  la  población  como  testigos 
del  neto.  Harbuñales,  fecha  ut  supra. — Pablo  Lassierra,  alculde.— Antonio 
Tuolla,  teniente  alcalde.— Francisco  Lasierra,  cura.— Sebastian  Lorte, 
rogonte  de  la  tenencia  y  racionero — Mariano  Espuís ,  regidor.— Joaquín 
Autin,  regidor._Joaquin  Loriz ,  síndico,  y  firma  por  Antonio  Jabíerre, 
que  no  sabe  escribir.  —  Miguel  López. — Antonio  Laborda. —  Bartolomé 
Castan. — Antonio  Perera. —  Francisco  Betorz.— Pascual  Paraíso.— Juan 
Antonio  Fcrrer  y  Francisco  Betorz  y  Andreu  ,  testigos.- D.  Basilio  Se- 
Imstian  Castellanos,  historiador  de  la  casa. — Pablo  Pera,  secretario  públi- 
co del  ayuntamiento.— Comprobación. — Yo  el  infrascrito  público  y  real, 
vecino  de  la  villa  de  Pertusa ,  provincia  de  Huesca ,  rríno  de  Aragón: 
Ortifico  y  doy  fé:  Que  las  firmas  anteriores  j^uestas  en  el  documento  que 
antecede  son  legitimas ,  á  saber:  D.  Pablo  Lasierra,  alcalde;  Antonio  Tue- 
lia » teniente  alcalde ;  Mariano  Espuis ,  Joaquín  Antin ,  regidores;  Joaquín 
IdOrii  •  regidor  sindico,  que  firma  también  por  su  companero  regidor  An- 
tonio Jabierre  por  no  saber  escribir. — Componentes  del  ayuntamiento 
constitucional  del  lugar  de  Barbuñales  con  su  secretario  Pablo  Pera. — 
1).  Francisco  Lasierra ,  presbítero ,  *cura  párroco. --D.  Sebastian  Lorte, 
recente  de  la  tenencia  de  cura ,  ambos  de  la  iglesia  parroquial  de  Barbn- 
fiaVes.  y  los  testigos  vecinos  de  él  Miguel  López,  Antonio  L:iborda  ,  Bar- 
totoméCastan .  Pascual  Paraíso,  Antonio Perera,  Juan  Antonio  Ferrer, 
FnncJSGO  Betorz  y  Andreu ,  á  quienes  conozco  á  todos  y  cada  uno  por 
legitimas  sus  firmas  y  nibricus  puestas  al  pié  ó  final  de  dicho  acto  ó  docu- 
mento«  así  como  también  la  del  que  se  nombra  D.  Basilio  Sebastian  Gas 
lellanos;  en  te^ímonío  de  lo  cual  lo  sí^^no  y  firmo  en  la  espresada  villa  de 
Pertusa  á  veinte  y  seis  días  del  mes  de  octubre .  ano  del  sello  mil  ociio- 
Ctoiloa  cincuenta* *-»Bn  testimonio  signo  de  verdad.— Antonino  ~~ 


IL 

Kulre  las  grandes  mejoras  con  que  ha  ennqnecide  D.  Agustín  de 

INH  k\  IHllrímonio  que  hert^>  de  sus  inayiures*  debe  coatarse  el  ensanche 
)í  ^mueiUo  de  la  casa  s^^lartega  de  su  ílosure  liiu(ie  cu  Barlmfiales ,  la  que 
¡^HmmA"^  de  lají  mudiaa  obras  €M  qm  la  iMbia  cafranlecado  antes  de  alMm» 


i**i 


—  81  — 

filé  doblad!  últímamente  pira  regularizarla  v  proveerla  de  mayor  número 
de  cómodas  habitaciones  y  de  anchurosas  cámaras  y  almacenes,  asi  como 

Cara  dar  mas  capacidad  á  sus  varias  y  estensas  bodegas  y  cocederos ,  ba- 
leado quedado  una  de  las  fincas  mas  lindas  y  capaces  para  palacio  de  su 
numerosa  fiunilia,  y  una  de  las  casas  de  labor  mas  grandes  y  bien  arre- 
aladas  á  las  buenas  reglas  de  agricultura  del  alto  Aragón.  Enriquecida  su 
fachada  principal  con  el  elegante  monumento  en  mármol  erigido  á  la  me- 
moria del  sol  esplendente  de  la  familia ,  se  han  construido  también  en  el 
piso  a^mido  de  la  parte  occidental  de  la  casa,  con  vistas  al  huerto  y  vasto 
oUvar  de  enormes  plantas  que  rodea  la  casa  por  este  lado ,  dos  estensos 
salones  paralelos  con  sus  correspondientes  ingresos  de  uno  á  otro »  y  de 
una  elevación  suficiente*  con  buen  pavimento  y  rasgadas  ventanas,  en  los 
cuales  se  hallan  colocados»  con  su  correspondiente  numeración,  unos  dos- 
cientos cincuenta  cuadros ,  poco  mas  ó  menos,  con  buenos  marcos  dora- 
dos en  su  mayor  parte. 

Se  compone  esta  bellísima  colección  de  los  cuadros  que  la  familia  Azara 
fué  reuniendo  en  lo  antiguo ,  y  de  la  parte  que  se  pudo  traer  del  rico  mu- 
seo que  formó  en  Roma  D.  José  Nicolás  de  Azara  en  los  años  que  vivió 
en  ella  representando  á  Espafia  ya  como  agente  general ,  ya  como  emba- 
jador, colección  que  sufirió  muciías  pérdidas  en  la  revolución  de  aquella 
capital  y  durante  su  invasión  por  las  tropas  francesas  en  la  ausencia  de  su 
duefio ,  y  que  se  desmembró  también  en  su  traslación  á  la  Península,  y 
aun  después  de  hallarse  en  ella,  pues  que  se  regalaron  á  los  Reyes  D.  Car- 
los IV  y  Haría  Luisa  algunos  cuadros  originales  del  célebre  Goya ,  entre 
ellos  sus  propios  retratos  que  se  les  mandaron  y  les  entregó  en  Roma  el 
cardenal  D.  Dionisio  Bardaji  y  Azara. 

Con  motivo  déla  pasada  guerra  civil,  estos  cuadros  se  han  llevado  á 
las  ciudades  de  Jaca  y  de  Huesca  á  fin  de  que  estuviesen  á  recaudo  de  lo 
que  pudieran  padecer  por  propios  y  estrenos ,  que  fué  lo  que  les  sucedió 
también  durante  la  gloriosa  guerra  de  la  Independencia:  empero  estable- 
cido el  orden ,  y  pareciendo  lejanos  nuevos  peligros ,  el  señor  de  Lizana 
los  fijó  definitivamente  en  Barbuñales,  en  el  decoroso  lugar  que  hoy  ocu* 
pan  para  gloria  del  pueblo  y  magnificencia  de  la  casa  de  Azara.  Por  esta 
razón  se  vé,  que  cuando  populosas  ciudades  y  academias  respetables  ca- 
recen de  buenos  gabinetes  pictóricos ,  el  pueblecito  de'Barbuñales  ostenta 
un  rico  museo  que  viene  á  ser  boy  un  objeto  digno  de  curiosidad  que  re- 
vela la  protección  que  prestó  generosamente  á  los  artistas  un  Azara  ilus- 
tre; y  el  aprecio  en  que  otro  tiene  á  las  artes. 

La  mayoría  de  los  cuadros  representan  asuntos  religiosos  originales,  y 
copias  algunos  de  ellos ,  pero  muy  buenas ,  de  las  mejores  obras  de  los 
padres  de  la  escuela  italiana  y  flamenca,  y  entre  ellos  descuellan  algunos 
de  las  escuelas  españolas ,  de  bastante  buen  género. 

En  la  serie  de  retratos  campean  en  primer  término  uno  de  medio 
cuerpo  al  natural  del  célebre  Ticiano^  que  se  supone  ejecutado  por  él  mis- 
mo, dos  de  Azara  y  otro  del  cardenal  de  Bcrnis  por  el  insigne  D.  Antonio 
Rafaei  MengSj  dos  de  la  bellísima  mujer  de  este  artista  ejecutados  por  el 
mismo,  del  que,  y  de  cuyo  diestro  pincel  está  su  propio  retrato;  el  del 
poeta  abate  Casti,  el  del  o{>ispo  de  Ibiza  y  de  Barcelona  D.  Eustaquio  de 
Azara,  hermano  del  anterior;  el  del  cardenal  D.  Dionisio  Bardsiji  y  Aza- 
ra, de  cuerpo  entero ,  y  pintado  por  Espinosa ,  primer  discípulo  español 
de  Menas ,  y  el  del  brigadier  do  marina  D.  Félix  de  Azara ,  hermano  de 

-         11 


los  dos  espresadús,  pintado  de  cuerpo  entero  al  nnlnral  y  con  sa  f-ran  unr- 
forme  de  laarÍDa ,  por  el  distinguido  pintor  espaiiol  D.  Francisco  Gaya  y 
Lucientes.  Estumbicn  de  notar  en  vslí  galeriaderetrutosel  de  Dona  Jfo- 
ría  Perera,  abuela  del  actual  señor  do  Lizana ,  de  cuerpo  entero  y  al  ni- 
turnl.  arrodillada  y  en  oración  ante  el  glorioso  locero  mercenario  San 
Itiimon  Nnnnato,  escena  que  parece  reprea^ntar  una  ofrenda  hecha  por 
aquella  piadosa  señora  halli'mdose  embarazada  de  Ü.  José  Nicolás  de  Aza- 
ra, que  taiilo  ennobleció  dnspucs  ú  su  fiimiUa. 

1^1  señor  de  Lizana  ha  aumentndo  ia  galería  de  cuadros  con  su  retrato 
y  el  de  su  virtuosa  esposa  duna  María  de  los  Dolores  Lope2  Fernandez  áo. 
Ucredia  Aülor  y  Villuvicencio  ,  que  ocupan  el  lugnr  que  les  conviene  en  el 
museo,  y  ademas  ha  colocado  en  el  la  serte  de  retratos  en  lúmina  de  todos 
sus  antecesores  que  se  publicarun  en  nuestra  Vida  ilc  Azura. 

Varios  personajes  de  cclebriilRd  en  Italia  y  en  España  ya  pur  su  posi- 
ción elevada,  ya  también  por  sus  hechos,  se  hallan  representados  en 
esta  gjiería ,  y  también  se  ven,  sobre  pedestales,  los  bustos  en  mármol  de 
Carrara  de  D.  Josií  Piicol&s  y  de  D.  Félix  de  Azara ,  hábilmente  ejecutados 
por  el  escultor  catalán  />.  José  Bover,  siendo  el  ánimo  del  señor  marqués 
de  INibbiano  el  enriquecer  su  museo  con  nuevas  adquisiciones. 

Lo  espacioso  de  los  salones  y  su  mucha  luz,  si  bien  no  tomada  artisti- 
camenle  como  debirra  y  pudo  hacerse,  permiten  al  observador  psf  ticipar 
de  las  bellezas  de  este  museo  en  todos  sus  objetos  sin  fatiga  alguna. 


III. 


La  prensa  de  todos  los  matices  políticos  dio  noticia  en  los  úllimos  dias 
de  octubre  y  primeros  de  noviembre  del  año  de  1ÍI5U  de  la  inauguración 
del  uiOQumento  levantado  en  Uarbuñales  al  inmortal  Azara ;  pero  la  que 
naturalmente  debía  distinguirse  mas  y  se  distmguió  ,  fué  la  de  Zai'agoza, 
leyéndose  en  el  número  2119  drl  diario  de  avisos  titulado  Kl  Zaragozano, 
correspondiente  al  3tJ  de  octubre  de  1850,  un  largo  articulo  en  que  se  des- 
cribe el  monumento  y  la  espresada  fiesta. 

Üespues  de  esto  artículo  publicó  la  Templanza ,  que  era  otro  diario  de 
esta  capital,  el  siguiente,  en  su  número  S5S  correspondiente  al  1.»  de  no- 
viembre del  mismo  año. 

«Con  un  placer  indecible  hemos  leído  en  el  JHario  de  esta  capital 
del  39  de  este  mes  la  relación  de  la  función  cívica  y  religiosa  que  se  ce- 
lebro para  inaugurar  el  monumento  con  que  el  marqués  de  Nibhiano 
ha  lr:)tado  de  honrar  la  memoria  de  su  CHclarecido  pariente  el  Hicmo.  se- 
ñor U.  José  Nicolás  de  Azara .  conocido  en  toda  la  España  como  liíibil  di- 
plomático y  literato.  Wo  podi-mos  menos  de  elogiar  al  marqués  de  IXibbia- 
no  por  un  acto  que  acredita  patriotismo  y  generosidad  :  patriotismo,  por- 
que intenta  llamar  la  atención  general  sobre  las  relevantes  prendas  de  un 
español ,  de  un  ara;;onés  eminente,  consagrándole  honores  que  recuerdan 
el  mérito  de  este  oscpIho  varón  :  generosidad,  parque  ha  sabido  despren- 
derse de  sumas  cuantiosas  para  la  publicación  de  la  vida  de  este  inteligente 
diplomático,  sacando  á  luz  ducumentoa  curiosos  é  inEeresanies,  como  tam- 
bién las  obras  del  marino  D.  Félix  Azara.  Los  aragoneses  debemos  tributar 
un  voto  de  gracias  al  marqués,  porque  ha  sabido  deslinar  una  parte  de  sus 


—  85  — 

riquezas  k  un  objeto  tan  digno ;  pues  aunque  es  natural  que  en  ello  tenpa 
una  complacencia  y  se  proponga  enaltecer  la  honra  propia,  el  resultado  es 
que  al  misino  tiempo  cede  en  gloria  del  pais.  Si  lodus  los  que  becen  alarde 
de  su  nobleza  y  de  sus  blasones  hubiesen  seguido  el  mismo  rumbo,  las 
cUises  distin;;uidas  de  la  sociedad  Gonservarian  mas  aprecio  en  el  público, 
mas  prestigio ,  y  una  influencia  mas  permanente  ,  porque  el  pueblo  no 
puede  dejar  de  tributar  respeto  ñ  los  nobles,  que  procurnn  aumentar  el 
esplendor  de  su  nombre  con  la  aureola  del  saber  y  con  homenages  pres-J 
tadüs  á  los  que  se  interesaron  en  la  gloria  de  la  patria.  Esperamos  con  an- 
sia [3  publicación  de  la  vida  del  diplomático  A/ara  ,  que  no  dudamos  quu 
el  marqués  recalará,  como  lo  ha  hecho  con  otras  publicaciones,  ¿  ios  cuer- 
pos cJentíllcos  de  la  provincia  .  á  los  establecimientos  públicos  y  al  ayun- 
tamiento de  esta  capital:  presumimos  que  esta  obra  será  divina  del  aprecio 
general  hallfinilose  escrita  por  el  benemérito  literato  el  Sr.  D.  Basilio  Cus- 
tellanos,  que  entusiasmado  con  la  gloria  de  su  héroe,  )ia  escilado  h  los  va- 
tes aragoneses  á  que  entonasen  las  alabanzas  del  Sr.  D.  José  de  Azara. 
D.  Basilio  Castellanos  de  Losada  con  estos  setos  patrióticos  parece  que  ba 
tomado  en  cierto  modo  carta  de  naturaleza  en  Aragón,  donde  tiene  nume- 
rosos amigos  y  simpatías  inestingnibles:  trabajando  por  la  gloria  de  su  hé- 
roe ha  labrado  la  suya  propia;  los  amantes  de  este  pais  le  agradecen  que 
baya  sabido  aumentar  en  el  ánimo  del  marqués  el  entusiasmo  bacía  su 
pariente ,  y  que  haya  auxiliado  sus  rectas  y  puras  intenciones  para  eter- 
nizar su  memoria. 

La  TuDcion  celebrada  para  inaugurar  el  monumento  ha  tenido  un  ca- 
rácter popular :  se  ba  bren»  intervenir  á  la  religión  ,  porque  nada  puede 
hacerse  sin  e.\h  en  uu  país  eminentemente  religioso  como  la  Esp:iña.  Las 
limosnas  hechas  con  largueza  por  el  marqués  en  aquel  día  han  debido  gra- 
bar profundamente  su  recuerdo  en  los  miserables  que  no  fueron  simple- 
mente espectadores  de  un  fausto  y  de  una  pompa  estéril.  Aquellas  largas 
mesas ,  distribuidas  en  varías  casas  del  pueblo ,  y  presididas  por  los  al- 
caldes y  eclesiásticos  nos  recuerdan  los  tiempos  patriarcales  y  aun  las  fc- 
bulosas  bodas  de  Camacho  que  nos  describió  (Cervantes.  Un  pueblo  en 
que  no  bubo  un  solo  vecino  que  no  gozase  con  la  munificencia  del  mar- 
qués: ana  fiesta  en  que  todos  los  concurrentes  eran  obsequiados,  seria  nn 
espectáculo  digno  de  la  atención  de  un  observador,  y  hubiéramos  querido 
hallarnos  presentes  para  recoger  aquellos  chistes  naturales,  aquellos  do- 
naires y  sales  de  las  gentes  rú-iticas  ,  que  los  franceses  apellidan  naiveles, 
que  iniprovisarian  aquellos  labriegos.  Seguramente  han  debido  decir,  es 
un  grande  hombre  el  que  hace  que  comamos  y  que  se  nos  regale  cuando 
há  tantos  años  que  ha  muerto. 

Ya  que  por  este  incidente  inesperado  hemos  hablado  del  señor  mar- 
qués de  Nibníano,  no  podremos  menos  de  escilarle  á  que  venciendo  su 
modestia  traiga  á  esta  capital  el  precioso  gabinete  de  fscogidas  pinturas  y 
esculturas  que  se  nos  ha  dicho  tiene  en  la  ciudad  de  Huescii.  ¿  No  es  /ara- 
goza  su  patria  adoptiva 't  ¿No  es  donde  se  halla  avecindado  y  arraigado 
con  los  vínculos  de  familia?  ¿Zaragoza  no  le  ha  tributado  demostraciones 
de  aprecio  elii;iéndole  concejal?  ¿No  es  constiiario  de  la  Academia  de  San 
Luis  y  vice-presídento  de  I»  sociedad  Aragonesa?  Si  pues  esta  capital  siem- 
pre herdica  le  mira  como  uno  de  sus  hijos  mas  queridos  ,  á  exta  ciudad 
debe  traer  ese  precioso  tesoro  para  que  sea  un  objeto  de  admiración  para 
los  inteligentes,  de  estudio  para  los  amantes  de  las  arles,  y  un  testimonio 
elocuente  de  la  grandeza  y  buen  gusto  del  Excmo.  Sr.  I>.  José  de  Azara. 


—  84  — 

Cada  vez  que  se  examine  este  museo,  que  segim  hemos  oído  decir  abunda 
en  riquezas  artísticas ,  se  tributará  un  bomenage  respetuoso  al  que  el 
marque  mira  como  el  béroe  de  su  Eamilia ,  y  en  cuyos  bechos  y  recuer- 
dos cifra  una  de  sus  principales  glorias.  No  creemos  que  el  señor  marqués 
desaire  esta  indicación ,  atendido  su  verdadero  patriotismo.» 

Entre  los  periódicos  políticos  de  Madrid  el  Heraldo  y  la  Época  fueron 
los  primeros  que  dieron  la  noticia  que  ya  babía  anunciado  el  literario  ti- 
tulado La  Semana  en  su  número  l.^'del  mes  de  octubre ,  con  cuyo 
motivo  publicó  la  biografía  de  Axara  con  su  retrato  pintado  por  el  dn- 
tinguido  Mengs »  y  grabado  en  madera ;  pero  el  que  mas  se  estendió  b»- 
dendo  una  descripción  de  la  fiesta  fué  el  periódico  berildico-üterario  ti- 
tulado Eí  Trono  y  La  NoMeza  en  su  número  30  correspondiente  A  diciem- 
bre ,  en  que  insertó  un  estonso  articulo  encabezado  con  el  retrato  espre- 
sado. 

La  ffqja  lüográfica  de  París  bizo  mención  también  de  la  inaoguradoB, 
y  al  espresarla  el  periódico  literario  universal  que  se  publica  en  la  capital 
de  Francia  con  el  título  de  El  Correo  de  Ultramar,  en  su  número  S ,  eor» 
respondiente  al  15  de  febrero  de  1851 ,  A  la  pAg.  44»  inserta  una  biofmfia 
escrita  de  nuestra  mano ,  que  es  la  publicaaa  en  Madrid  en  el  Foro  Bsp^ 
ñol  el  ano  anterior ,  la  que  ignoramos  cómo  llegarla  A  su  redacción. 


IV. 


Se  ba  becbo  tan  raro  el  folleto  que  escribió  Azara  A  que  alude  It  dca 
que  comentamos »  que  pasa  ya  como  un  impreso  de  difidl  adquisición 
basta  en  Italia ,  en  donde  circularon  roas  de  diez  y  seis  mil  ejemplares  7 
mudbas  copias  manuscritas.  En  vista  de  esta  rareza  actual,  debemos  creer 
que  se  pondría  empeño  en  recetor  los  ejemplares  por  los  enemicos  del 
venerable  Palafoz,  ios  que  quemarían  cuantos  bailasen  A  la  maso.  ApeauT 
de  esto  bemos  visto  un  ejemplar  de  cada  una  de  las  ediciones  dtadaa ,  ▼ 
tenemos  una  copia  exacta  de  la  primera.  También  posee  otra  copia  «I 
Excmo.  Sr.  duque  de  Osuna  y  del  Infantado  en  la  secdon  de  Ihnaacriloa 
de  la  copiosa  y  magnífica  biblioteca  de  su  palacio  de  Madrid »  en  el  Códice 
núm.  1,  en  A.»,  pergamino,  titulado:  Varias  poesías  y  cartas  ée  Mrd.  A* 
cuya  copia ,  dice  allí,  fué  sacada  para  el  señor  marqués  de  Nasfakermomm 
La  espresada  copia ,  igual  á  las  impresas ,  empieza  asi : 

«La  última  congregación  de  ntos  que  se  tuvo  el  martes  98  del  Wkm 
pasado  sobre  las  virtudes  del  venerable  Sr.  D.  Juan  jde  Palafoz,  ba  sido 
muy  estraordinaria  y  de  las  consecuencias  mas  estranas  y  peligroaas.»— 
Y  concluye  asi :  «Por  todo  lo  cual  y  demás  que  pudiera  esponer,  conOa 
quien  esto  escribe  que  Su  Santidad,  usando  de  la  notoria  rectitud  y  Justi- 
cia de  que  estA  adornado,  dará  el  decreto  que  desea  el  Bey  católico»  y  todo 
lo  grande ,  impardal  y  juidoso  del  mundo.  Boma  18  de  febrero  do  i777._ 
J.  N.  de  A.» 

Este  papel  está  escrito  sin  reticencias,  con  energía  y  basta  en  térmiii' 
algo  duros,  pero  siempre  con  respeto  bácia  el  Pontífice;  y  se  defleml 
Carlos  III  en  él  con  todo  el  vigor  y  talento  que  podía  bacerlo  un  aragt* 
tan  sAblo  y  enérgico  como  Azara:  sentimos  que  su  estenaioD ,  nos  i» 
de  insertar  documento  tan  interesante  como  curioso. 


Cuatro  son  los  cuadros  en  que  se  oslentan  ,  en  bellísimas  láminas, 
grabadas  por  Ángel  Cam[)anG]la,  los  dibujos  antiguos  encoDtmdos  por 
Azara  eu  las  escavacioncs  que  se  hicieron  de  su  orden  y  bajo  su  dirección 
en  Boma,  los  cuales  fueron  pintados  por  su  amigo  y  protegido  ol  célebre 
Mengs,  que  le  dedicó  tos  cuadros  que  copió  de  ellos,  y  que  sirvieron  para 
grabar  las  láminas. 

Hepresenu  el  primero ,  eeíiatado  con  el  número  136  en  esto  museo, 
una  escena  en  la  que  se  vé  á  Adonis  moribundo  acariciado  por  Venus .  y  i 
su  lado  el  perro  que  se  le  tU  de  atributo  al  hi^roe  cazador.  Al  pié  de  la 
obra  se  lee  la  siguiente  inscripción:  Antonio  ¡\aphaeli  Menas  Caroli  III 
Hispan.  Reg.  al  quondam  Alexandri  JUagni  Jpelles  ptcíon,  GrcEiorum 
summis  artificibus  comparando  imaginum  Aiionidis  moríentis  in  senu 
Fmeris  tuper  txquiliis  detecíam .  in  anea  tabula  expressam ,  amiciis 
duidssimo  1).  D.  D,  1778.  Cum  privileijio  SS.  D.  iV.  Pü  sexti. 

Representa  el  segundo  cuadro :  en  el  centro  del  adorno  de  un  salón 
por  el  estilo  del  anterior,  á  Venus  de  pié  a¡:arrada  á  un  árbol  con  la  de- 
recba,  j  sosteniéndose  el  manto  que  le  cubre  solo  por  la  parte  inferior 
con  la  izquierda :  la  rodean  tres  amorcillos ,  de  los  que  el  uno  se  arroja  á 
sus  pies  desde  un  pedestal.  En  el  friso  se  vé,  al  rededor  de  la  caja  de  los 
incieasos ,  tres  palomas.  La  inauripcion  es  igual  á  la  del  siguiente.  Ea  el 
número  154  del  museo. 

En  igual  adorno  se  vé  en  ol  tercer  cuadro  á  Venus  sentada  sobre  una 
roca  á  orilbis  del  mar  ,  en  h  que  se  sostiene  con  la  derecba ,  teniendo  la 
melena  de  sus  cabellos  con  la  izquierda.  Desde  la  misma  roca  un  amorci- 
llo se  prepara  á  arrojarse  al  mar ,  y  otro  pufina  por  salir  de  él  ayudado  de 
una  de  tas  Gracias  que  le  dá  la  mauo.  En  el  friso  está  la  concha  mislii^a 
rodeada  de  alegorías  de  Venus,  y  al  pié  tiene  la  siguiente  leyenda:  Equiti 
Josepho  Nicolao  de  Azara  Potentis.  Caroli  Iff,  Hisp.  fíeg.  C'atbodci  a/iud 
S.  Sedem  Pro-Legato  procuratOTique  generali  cBguo  Bonarum  Arlitmt 
aslimatori,  etc.  Parielinas  picluras  inier  Esgnilias  et  fiminalem  col~ 
tem  superiore  anno  deteclas  in  ruderiints  ptivaiat  domus  divi  Anlonini 
Pii  OBVo  depiclas,  fañli ,  elegantigue  arte ,  et  omamentorttm  simplicilate 
speclandas ,  sérvala  proporttont  in  tabulis  expressas  CamUltis  Buti  Ar- 
ehiíeclm  Romanm.  D.  D.  D.  1778.  Cum  privilegio  SS.  D.  N.  Pii  sexti. 
Está  señalado  con  el  número  134. 

En  adorno  de  labor  por  el  estilo  del  primero  se  vé  en  el  centro  del 
cuarto  cuadro  á  Adonis  con  su  perro  delante  y  escudero  con  dardos  y  es- 
cudo detrás.  Adonis  enteramente  desnudo  con  el  manto  á  la  espalda,  se 
halla  en  la  actitud  de  probar  con  sus  dedos  si  el  bierro  de  la  lanza  que  lleva 
en  la  derecba  está  bien  agudo.  V.n  el  friso  so  ven  dos  venados  corriendo, 
como  símbolos  del  cazndor.  Esta  lámina  está  pintada  por  Antonio  Barón, 
pues  que  debió  hacerse  después  de  la  muerte  de  Mengs.  Ld  leyenda  que 
tiene  es  la  siguiente:  Jfemorúe  Antonii  Rapttaelis  JBengs  pictoris  pialo- 
sophinuper  extincti ,  exguilinam  Adonidis  Fenatoris  piciuram  in  anea 
tabula  expressam  amicus.  D.  D.  J>,  1779.  Cum  privilegio  SS.  D.  N. 
Pii  sexti. 


—  86 


VI. 


Cuando  la  noticia  del  armisticio  de  Bolonia  hecho  por  Azara,  en  nom* 
bre  del  Papa ,  con  Napoleón ,  se  ▼olvieron  locos  de  alegría  los  romanos, 
por  decirlo  asi,  y  entre  las  muchas  cosas  que  proyectó  su  entusiasmo  para 
obsequiar  á  su  libertador  el  caballero  Izara ,  lo  fué  un  arco  de  triunfo» 
de  cuyo  proyecto  encargaron  al  arquitecto  José  Vatadier.  Como  variaron 
tan  pronto  las  circunstancias  |)or  la  veleidad  de  los  romanos ,  ¿  pesar  de 
que  el  referido  artista  presentó  el  proyecto  del  arco,  no  se  verifico  la  e)e^ 
cucion;  pero  si  se  hizo  presente  del  proyecto  referido  al  caballero^  el  cual 
debió  conservarle,  puesto  que  este  original  es  hoy  uno  de  los  objetos  que 
decoran  el  museo  de  Barbuñales. 

£1  arco  pertenece  al  orden  compuesto  con  toda  su  riqueza  de  decora^ 
cion,  y  se  compone  de  cuatro  columnas.  £n  los  intercolumnios  se  ven  dos 
estatuas  de  las  que,  la  una  representa  la  Sabiduria  y  la  otra  la  Meditación, 
ambas  con  sus  respectivos  atributos.  Sobre  las  dos  estatuas  se  hallan  dos 
bajos  relieves,  de  los  que  el  uno  manifiesta  al  caballero  Azara  presentando 
¿  Pío  VI  la  oliva  de  la  paz,  y  el  otro  al  mismo  Azara  firmando  con  Napo- 
león el  armisticio  de  Bolonia,  y  el  Genio  de  la  Paz  cerrando  el  templo  de 
Jano.  A  los  lados  de  la  clave  del  arco  se  ven  dos  melladoncitos,  y  en  uno 
de  ellos  se  advierte  la  cruz  de  San  Juan ,  y  en  el  otro  el  escudo  de  armas 
de  la  casa  de  Azara.  En  el  friso  de  la  cornisa  bay  17  figuras  simbólicas 
que  representan  á  las  artes,  á  las  Musas  y  ¿  las  virtudes  que  adornaban  á 
Azara.  Sobre  la  cornisa  se  lee  en  una  lápida  la  siguiente  inscripción  .* 

«JosBPHO.  NicoLA^o.  DE  AzARA.  Equiti.  Oratori.  Hispáhico.  Ad. 
Pont.  Max.  Quod.  Rbgb.  Catholico.  Auctore.  Pacis.  Sequesteb.  Ur* 
bebí.    Ingruentb.  Bello.  Trepidam.  In.    Tranquillitatem.  Securita* 

TEMQUB.  BbSTITUERIT.» 

Coronan  el  todo  sobre  cuatro  gradas  sentada  en  trono,  adornado  con 
los  utensilios  de  labranza,  la  Paz  con  oliva  á  la  derecha,  y  el  caduceo  de 
Mercurio  á  la  izquierda.  A  sus  lados,  en  tronos  mas  bajos  de  dos  gradas, 
se  ven  sentadas  dos  figuras  simbólicas ,  de  las  que  la  de  la  derecha  repre-^ 
senta  la  ciudad  de  Roma  con  el  lábaro  papal  á  la  izquierda,  cabeza  tor* 
reada,  tiara  en  la  derecha ,  y  la  loba  con  Rómulo  y  Remo  al  pié.  La  de 
izquierda  es  la  España  con  lábaro  en  la  derecha,  escudo  en  la  izquierte  y 
sentada  sobre  una  proa  de  nave  y  armas.  Al  pié  del  arco  ,  á  los  lados  de 
las  armas  de  Azara,  se  loe  :  Pairono  eximio  Jos.  Valaáier ^  archüectus. 
D.  D.  (E&  el  cuadro  132  del  museo  de  Barbuñales.) 


VII. 


So  manifiesta  la  resignación  con  que  aguardaba  Azara  la  muerte,  en  la 
siguiente  carta  que  escribió  á  su  intimo  amigo  1).  Bernardo  Iriarte,  cama- 
rista do  Castilla ,  diez  y  siete  dias  antes  de  su  muerte,  la  cual,  con  otras 
muchas  conserva  originales  nuestro  amigo  el  Sr.  Salva. 


—  87  — 

aParís  7  de  enero  rfc  í804. — Queriiio  Bernardo  :  veo  por  tu  última 
carta  iiuc  el  malrímonio  conlinuaba  cod  buena  saluil,  ¡t  pesar  de  la  vecin- 
dail  de  la  peste;  y  gracias  sean  dadas  á  Dios,  la  mia  va  también  nn  poco 
mejor ,  y  ne  comenzailo  á  comer  un  poco  de  pescado,  después  de  muchos 
meses  que  be  estado  condenado  á  caldos  puros,  lü  sueño  también  es  bue- 
no y  tranquilo,  pero  las  piernas  permanecen  siempre  hinchadas  y  van  ga- 
nando i  los  musW;  esto  amenaza  bidropesia  ;  pero  te  aseguro  que  no  me 
dá  el  menor  cuidado .  pDrque  de  una  ó  de  otra  manera  se  n^  de  hacer  el 
f  ran  paso,  y  lueí;o  iodo  «s  igual :  no  ({nlsiera  dejar  mis  huesos  en  el  ce- 
menterio de  Montmarlre,  porque  hay  ulli  muy  mala  compahia:  eí>pero  lle- 
varlos k  Limina 

.  .El  señor  cónsul  anda  por  esos  andurriales  de  costa  dando  sus  disposi- 
ciones ,  y  yo  quemo  li'ha  pura  librarme  del  frJo,  que  es  cruel :  mil  abrazos 
i  Antonia  ,  y  soy  tuyo — Azar&.> 


VIII. 


Todos  los  periódicos  de  París  y  mucbos  de  Europa  publicaron  la  ne- 
crología de  Azara  con  mas  ó  menos  estension  ,  habiéndose  becbo  en  los 
oficiales  de  Francia  por  orden  de  Napoleón  y  aun  por  la  pluma  del  céle- 
bre ministro  Talleyrand,  como  se  deduce  de  la  sií;uiente  carta  de  ü.  Fl^IÍi 
de  Azara  al  erudito  y  célebre  camarista  de  Castilla  D.  Bernardo  Iriarle  (!]. 

«París  2  de  abril  de  1804. — Querido  Iríarte:  Ya  pensaba  estar  fuera  de 
aqní  cuando  llegó  la  de  Vd.  del  7;  pero  los  enredos  me  lian  detenido  ,  y 
cuento  salir  pasado  mañana  si  no  ocurre  otra  novedad.  Desde  Barcelona 
escribiré  á  Vd.—INicolás  recibió  antes  de  morir  la  noticia  olicial  de  que  lo 
dejaban  el  sueldo  de  Consejero  de  Estado;  pero  llegó  después  de  su  muerte 
la  de  concederle  ol  cobrarlo  en  G<Ínova.  Talieyrand  dispuso  que  Bourgoia 
hiciese  una  memoria  histórica  sobre  Nicolás ,  y  habiéndola  hecho  bastante 
larga  la  mostró  al  que  se  la  mandó,  y  no  habiéndole  gustado  él  mismo  or- 
denó la  que  incluyo,  que  la  tradujo  al  italiano  Maiescbalcbi ,  ministro  de 
relaciones  csteriores  de  la  República  italiana.— En  todos  los  diarios  se  ha 


(I)  Grande  amigo  de  aquel  diplomúlico,  y  aulor  del  anónimo  que  se  djrigiú 
¿  Carlos  IV,  y  de  que  damos  ruzon  d  la  página  3í9  del  lomo  1"  de  la  vida  del 
caballero,  así  como  de  la  poeaia  que  insertamos  ;l  la  pig.  Goa  del  referido  lo- 
mo t."  Al  anOuiaio  se  (itulú :  Papel  de  Uit  Nadal.  También  i^  de  líl  una  poesía 
que  empieza : 

Pretento  al  hoiní>fe, 
Pi'o  ¡iretenUt  al  traje, 

improvifiacioD  que  hizo  Iriarle  al  presenlarle  al  Principe  de  la  Paz,  al  acabar  üc 
apear:>e  de  la  silla  de  posta,  cuando,  en  <)iOJ ,  vino  á  Madrid  rcpiieslo  segunda 
ves  en  su  embajada  de  París.  Asi  consta  de  In  carta  de  triarte  al  P.  Heyes  di>  IC  de 
marzo  de  ISOS,  escrita  en  Valencia,  que  se  conserva  en  osla  ciudad  ,  Biblioleca 
de  SaUd. 


—  92  — 

cía  qae  mereceii ,  porqae  gaeriéiblome  males  ban  provocado  mi  Teliadad. 
y  porque  la  fonuna  que  se  imaginan  baber  üecbo  a  mi  cosía ,  merece  mi 
compasión  y  no  esciía  mi  envidia.  Lloro  línicameDle  los  males  de  mi  pa- 
tria, la  que  teniendo  tanta  proporcioD  para  ser  leliz,  estJi  reducida  al  es- 
lado  mas  miserable,  y  á  representar  el  último  papel  en  la  Europa,  y  á  ser 
casi  ignominia  el  nombre  de  espafiol.  Todo  por  ignorancia ,  avaricia  ,  in- 
triga y  libertinaje  de  los  que  están  á  la  cabeza  del  gobierno  ,  y  que  perde- 
rian  Ui  España  si  pudieran.  TNi  creo  que  pueda  suceder  diferentemente, 
porque  los  buenos,  ó  buyen  de  los  empleos ,  ó  los  apartan  de  ellos ,  no 
simpatizando  con  las  máximas  corrientes ;  y  los  que  se  buscan  para  ocu- 
parlos son  homogéneos  á  ellos ,  ó  se  tiaceo  presto  de  sus  mañas ,  no  ba- 
biendo  camino  mas  resbaladizo  que  el  de  la  lortuna  apoyada  del  premio  y 
del  ejemplo.  Si  yo  hubiera  conservado  las  minutas  de  todos  mis  despacbos 
y  correspondencias,  temo  desde  Italia  como  desile  Francia,  basieria  pu- 
blicarlas para  tener  la  historia  completa  de  mis  asuntos  ;  pero  mis  fugas  y 
viajes,  y  la  obligación  de  dejar  en  los  archivos  respectivos  de  oñcio  los 
papeles  que  lea  pertenecen,  me  privan  de  poder  usar  de  estos  documen- 
tos. Sia  embargo  creo  baber  salvado  bastantes  para  comprobar  nii  rela- 
ción ,  y  los  que  existen  en  los  depósitos  de  Madrid ,  París  y  Boma  servi- 
rán. II  es  menester ,  para  demostrar  las  verdades  que  refiero.  Mi  inten- 
ción es  de  no  publicar  nuda  en  mis  días .  y  después  de  mi  muerte  harán 
mis  herederos  lo  que  quieran  (I).  Con  esto  pon^o  freno  á  mi  venganza 
cuando  ¿sta  me  dominara,  pues  no  he  de  ver  el  efecto  que  harán  mis  ver- 
dades contra  los  que  han  pretendido  ofender,  y  solo  deseo  que  justicia  sea 
hecha  á  todos. 

"Si  el  que  leerá  esle  escrito  se  imagina  que  ha  de  hallar  en  él  una  his- 
toria en  forma  ,  según  las  reglas  del  arte,  y  que  los  sucesos  que  contiene 
est^n  enlazados  entre  sí  según  el  orden  cronológico,  se  hallará  muy  en- 
gañado ;  porque  las  diferentes  negociaciones  que  refiero ,  no  tienen  por  lo 
regular  semejanza  ni  conexión  entre  sí ;  por  lo  que  si  yo  hubiera  escogido 
el  miJtodo  cronológiCD.  habría  formado  un  diario  informe,  sallando  de  una 
á  otra  especie,  sin  que  el  lector  pudiese  juntar  los  materiales  relativos  á 
cada  negociación,  ni  instruirse  seguidamente  de  ninguno.  Me  ha  parecido, 
pues,  separar  los  asuntos  y  tratarlos  cada  nnode  por  si,  á  lin  de  que  los 
que  se  aplican  í  la  política  y  al  conocimiento  de  los  hombres ,  puedan  sa- 
car del  conjunto  de  ellos  la  instrucción  que  desean.  En  cuanto  al  estilo  me 
be  propuesto  adoptar  el  mas  simple  y  llano  sin  figuras,  porque  me  pareco 
ser  el  que  conviene  al  objeto  que  trato.  No  me  habría  costado  mas  tra- 
bajo cargarlo  de  sentencias  y  encajar  disfrazados  algunos  lugares  comunes 
relativos  á  las  pasiones  copiando  6  imitando  á  Tácito,  Séneca  y  otros  mo- 
ralistas nerviosos;  pero  dejándome  de  esto,  he  trabajado  únicamente  para 
que  mi  estilo  fuese  terso ,  inteligible ,  sin  nudos ,  y  en  cuanto  me  ha  sido 
posible  /iitro  simiUimus  amici.» 

En  este  trozo  se  vé  con  toda  su  fucna  uno  de  los  rasgos  mas  atrevidos 
y  oaracteristicos  del  retrato  mornl  de  nuestro  Azara  ,  que  supo  retratarse 
con  verdad  en  sus  escritos ,  siendo  este  uno  de  los  que  mejor  pueden  dar 
á  conocer  su  carácter. 


(t)    Su  sobrino  D.  Agustín  do  Azara  ha  llenedo  su  deber  publicando  á  su  de- 
bido tiempo  las  Memorias  que  escribió  su  ilustre  tío ,  comprendiendo  su  deseo  y 


i 


—  9a  — 

cía  qae  merecen ,  porqne  qneriéndome  males  lian  ¡ 
y  porqne  la  fortuna  que  se  imaginan  haber  liecljn  .' 
compasión  y  no  escita  mi  envidia.  Lloro  únicanif  i 
tria ,  la  qne  tenienilo  tanta  proporción  para  ser  frl.. 
tado  mas  miserable ,  y  k  representar  el  último  |i:i|  - 
casi  ignominia  el  nombre  de  español.  Todo  por  i. 
triga  y  libertinaje  de  loa  que  esiin  á  la  cabeza  ili ' 
rían  la  España  si  pudieran.  Wi  creo  qne  fiucilL 
porque  los  buenos,  ó  buyen  de  los  eni  ¡I 
simpatizando  con  las  m4ximas  corricr,;. 

E arios  son  bomogéneos  á  ellos,  ó  se  i. 
iendo  camino  mas  resbaladizo  qne  t 
del  ejemplo.  Si  yo  hubiera  conservad 
y  correspondencias,  tanto  desdo  Itali  i 
blicarlas  para  tener  la  historia  compl 
viajes,  y  la  obligación  de  dejar  en  lo 
papeles  que  les  pertenecen ,  me  priv¡ 
tos.  Sis  embargo  creo  haber  salvado 
cion ,  y  los  que  existen  en  los  drpn^i 
Fin,  SI  es  menester ,  para  demostrar 
cion  es  de  no  publicar  nada  en  mis  d 
mis  berederos  lo  que  quieran  (I).  i 
cuando  dsta  me  dominara,  pues  no  li 
dades  contra  los  que  han  pretemllilo 
hecha  k  todos. 

mSí  el  que  leerá  este  escrito  se  inti  t 
toria  en  forma  ,  se^un  las  reglas  di!  u 
estén  enlazados  entre  s(  scgnn  el  ('imI 
ganado ;  porque  las  diforentes  negor 
regular  semejanza  ni  conexión  enti  >' 
el  método  cronológico,  habria  forin. 
á  otra  especie,  sin  que  el  lector  pti' 
cada  negociación,  ni  instruirse  se 
puei,  separar  los  asuntos  y  tntji 
que  se  aplican  á  la  política  y  al  c<i 
car  del  conjunto  de  ellos  la  insini' 
he  propuesto  adoptar  el  mas  sini: 
ser  el  que  conviene  al  objeto  qii- 
bajo  cargarlo  de  sentencias  y  rn<' 
relativos  ¿  tas  pasiones  copíandi> 
ralistas  nerviosos;  pero  dbjánd' 
que  mi  estilo  fuese  terso,  inli'l 
posible  puro  simiUimus  amiei. 

En  este  trozo  se  vé  con  loit 
y  caracteristicos  del  retrato  ii: 
con  verdad  en  sus  escritos,  si 
á  conocer  su  carácter. 


fl)   Su  sobrino  D.  Agustín 
bido  tiempo  las  Uemoríasq 
su  intención. 


XI. 


Ji.  jilejandro  de  Azara  y  Loícerlaíes ,  señor  de  Lizana ,  nació  en  Bar- 
bnñales  el  ii  de  octubre  de  1702,  y  casado  en  3  de  noviembre  de  i723  con 
doña  María  Perera .  que  había  nacido  en  el  mismo  pueblo  en  1705  ;  tu- 
vieron los  siguientes  hijos :  D.  Eustaquio  .  que  habiendo  sido  obispo  de 
Ibiza,  murió  sitándolo  de  Barcelona;  i).  José Nico/ds;  D.  Félix  dt  Azara, 
que  des[iues  de  haber  estado  21  arios  en  América ,  particularmente  en  el 
Paraguav,  estableciendo  los  limites  entre  las  posesiones  de  España  y  Por- 
tu(,-al ,  y  de  haber  escrito  famosas  obras  sobre  aquellos  paises  y  sus  pro- 
ducciones, falleció  de  brliia'lier  de  la  real  armada  {!);  D.  lorenzo,  que 
falleció  &  la  edad  de  37  aflos  siendo  presidente  del  cabildo  [le  la  santa 
iglesia  catedral  de  Huesca;  D.  Mateo,  que  murió  de  oidor  de  la  Au- 
diencia de  Barcelona,  y  doña  Mañana,  que  habiéndose  casado  en  S  de 
julio  de  175S  con  B.  José  Barrínji,  murió  en  i«'M  después  de  haber 
vUto  á  su  bijo  D.  Eusebio  BardaJE  do  ministro  de  Estado,  destino  que 
ha  servido  varias  veces  basla  íHil.  en  que  falleció ;  cardenal  de  la  Ijile- 
sia  Católica  á  au  otro  h'\io  B.  Dionisio,  que  murió  en  tan  elevada  dig- 
nidad en  1826,  y  cacado  perfeclameitte  i  sus  hijas  (2).  Y  en  fin,  D.  Fran  - 
cisco  Antonio,  último  hijo  de  Ü.  Alejandro,  y  padre  del  aclual  mar- 
qués do  Nibbiano ,  que  casado  con  doña  Leaiidra  !tfata  y  fíivas  en  1775, 


(1)  Eo  ISt7  hemos  publicado  sa  Descripción  é  hiitoria  del  Paragutpj  y  del 
fíüi  de  la  Plata  en  dos  lomos  en  i."  con  su  bJugraTía ;  y  en  el  mismo  en  olro 
lomo  en  i.°  sus  Jfíamoriai  tobre  el  estada  rural  del  rio  de  la  Pinta  en  IflOI ,  y 
demarcación  de  timitei  entre  el  Braül  y  el  Paraguay  áfin  del  liglo  XI'III. 

[i]  Duna  Francisca  y  su  esposo  han  rallecido ,  y  en  el  día  viven  sus  tres  lu- 
jos siguientes;  D.  Agustín  Cascajares, casado  con  doña  Catalina  de  Azara;  don 
Francisco,  coronel  de  caballería  y  jeTü  de  estado  mayor  en  Pamplona;  y  doña 
Gertrudis  .  que  falleció  en  marzo  deí  año  de  1BÍ7,  casada  eo  Castelseras  con  don 
Joaquín  Saolapan.  Doña  Martina  vive  aún ,  y  BU,esposo  falleció  hace  algunos 
años;  en  el  día  tienen  tos  hijos  siguientes  :  D.  Uanuel ,  heredero  de  la  casa  de  su 
padre,  el  cual  contrajo  matrimonio  con  dona  Antonia  Castilloii ;  don  Lorenzo 
coronel  de  infantería  ,  y  doña  Francisca  .  casada  en  Alcañix  con  D,  Mariano  Ar- 
did y  Plano,  Doña  Joaquina  murió  hace  algunos  años,  y  su  esposo  D.  Pedro  Cle- 
mente Ligues  vive  aiin,  habiendo  sido  Jefe  político  do  Pamplona,  de  Talladolíd  y 
de  Cúrdoba  desde  lg!D  á  1SÍ3,  diputado  ií  Corles  en  las  constituyentes  de  1837,  y 
Senador  del  reino.  Ea  el  día  tiene  los  hijos  siguientes :  D.  Tomds.  que  ha  seguido 
la  carrera  diplomática, siendo  secretario  de  embajada  en  los  Eslados-U oídos  de 
Ami^riea  y  en  Cerdeña  .  y  boy  oficial  del  ministerio  de  Estado  ;  dooa  Justa,  ca- 
sada en  Dnjalance,  provincia  de  Córdoba,  coa  D.  Francisco  Espinosa  do  los  Uon- 
teros;  dooa  Juliana, casada  en  Aíagon  con  Ü.  Carlos  Olal ,  corregidor  cesante,  y 
doña  Benigna ,  enlazada  en  niatrímonio  con  D.  Rafael  Navascués,  jefe  político  de 
varias  provincias,  ex-díputado  á  Cortes  por  Tudela,  y  aclual  jefe  de  sección  del 
miaíslerio  de  la  Gobernación, 


—  94  — 

falleció  en  IR^O,  siendo  segundo  maniui^s  de  Nibbiano,  siguiéndole  al  se- 
pulcro su  esposa  on  I)ij3  á  los  84  de  edad,  ilejando  6  hijos,  SO  nieloB  y  39 
DÍznietos,  que  formaD  un  toiai  de  86  descendientes  \ivos,  D.  Alejandro 
murió  en  13  de  julio  de  1778  k  la  edad  de  75  años;  y  sn  esposa  tloña  Ma- 
ría Perera  le  siguió  al  sepulcro  el  7  de  diciembre  de  17«2  &  la  de  77  anos. 


xn. 


Los  hijos  de  O.  Francisco  de  Azara  ^segundo  marqués  de  Nibbiano, 
por  sucesión  de  su  hermano  Ü.  José  ¡Vtcolús)  y  de  doíia  Leandia  de  Mata 
y  Rivas ,  fueron  los  siguientes,  que  ponemos  por  su  orden  con  sus  des- 
cendencias. 

La  primera  fué  b  señora  doña  Nicolisa.  qae  vive  en  el  dia,  viuda  del 
Sr.  D.  Francisco  Javier  de  Sal.is.  Este  fué  el  heredero  de  su  casa ;  y  en  el 
ano  de  1814,  cuando  se  establecieron  las  primeras  diputaciones  provincia- 
les, se  le  nouibró  diputado  por  el  partido  de  Qarbastro.  y  pasó  á  Zaragoza 
á  desempeñarlo.  Hijos  que  viven  de  este  matrimonio;  D.  Mariano,  teniente 
coronel  de  artillería  con  grado  de  coronel  de  infantería  ,  y  director  do  la 
real  fábrica  de  salitre  de  Zaragoza:  se  halla  casado  con  doña  Casilda  Car- 
bajo-  Üona  María  del  Bosario,  monja  profesa  en  las  Salesas  en  Calataynd, 
en  donde  llevó  el  nombre  de  sor  María  Jacoba  hasta  principio  de  JS5Í  en 
oué  falleció.  Üon  Jaime  María ,  heredero  de  la  casa  ,  vocal  propieiario  di>l 
Cons(íjo  Itenl  de  Ultramar,  y  ex-presidcnte  de  una  de  las  salas  como  ma- 
filRlrado  de  la  Audiencia  de  Madrid,  ei  cual  fufí  uno  de  los  fundadores  de 
las  academias  de  la  isla  do  Puerto-ltico  y  de  la  Habana  ,  y  disfruta  hoy  en 
la  corte  de  una  distinguida  consideración  por  bu  proverbial  honradez, 
pnibldad  y  justiñcacion  ,  pasando  ciin  justicia  por  uno  de  los  jurísconsul  - 
tos  mas  entendidos  en  nuestra  legislación  y  practicas  forenses.  Doña  Anto- 
Dina,  casada  en  Estada  con  D.  Pablo  Sich.ir.  Dona  Teresa  ,  en  Ahañiz, 
con  Ü.  Joaquín  Ardid.  Doíia  Lorenza ,  sultera.  Doña  Luisa ,  id.  Doíia  Jo- 
sefa ,  monja  del  real  monasterio  de  Sigena,  de  la  orden  de  san  Juan  de  Je- 
rusatcn.  Ú.  José,  licenciado  en  la  universidad  de  Huesca. 

Dono  Mónic  V,  vive .  y  su  primer  marido  Mancho  murió:  era  heredero 
de  su  casa,  y  no  tuvo  destinos.  Su  segundo  marido  Ladrón  de  Ceftama, 
también  ha  muerto ,  fué  heredero  do  su  casa ,  y  obtuvo  el  destino  de  juez 
de  la  Cámara  de  Cumptos  de  Pamplona.  Hijos  que  viven  de  los  dos  matri- 
monios: del  primero,  doña  Margarita,  casada  en  Castejon  de  Lapuente 
con  U.  José  Sin  :  y  del  segundo ,  doDa  Benita ,  heredera  de  la  casa  de  La- 
drón .  casada  con  D.  Benito  Holloqui ,  en  Lunihier. 

Doña  Micaela,  murió  en  setiembre  del  año  de  1«47,  y  sn  marido 
D.  Francisco  Falces  tnmbien  murió  antes  que  ella:  fué  heredero  de  la  casa,  y 
DO  obluvo  deslino.  Hijos  que  viven  de  este  matrimonio:  don  Francisco,  he- 
redero de  la  casa,  catedrático  de  ascenso  de  la  universidad  de  Barcelona  y 
diputado  á  Cortes  por  la  provincia  de  Huesca ,  distrito  de  Bcnabnrre  (IV 
D.  José ,  siguió  la  carrera  literaria ,  y  se  halla  al  frente  de  los  negocios  ae 
la  casa.  Dona  Teresa,  soltera.  Don  Salvador,  juez  de  primera  instancia  de 


II)    En  18i9  tin-ímos  el  honor  de  escribir  y  poLlic 
Irado  diputado,  en  la  Hiiiloria  de  las  Cortes. 


'  la  biografía  de  este  iins- 


I 

i 


—  95  — 

Pina ,  en  )a  proviocia  de  Zitrngozil.  D.  Fennin ,  es-consejero  de  províncJ!) 
en  Huesca,  y  ei-alcalde corregidor  de  Lérida,  cesante  por  supresión  de 
eate  destino.  1>ob  Jorge,  capitán  de  )a;ten¡eros,  y  comandante  en  la  Isla  de 
Cuba ,  on  donde  se  baila  .  en  la  poblaciOD  de  Víllaclara.  D.  Vicente ,  te- 
niente de  artillerÍD ,  graduado  de  capitán  de  ejercito. 

Dona  CtRLOTA.  vive  en  el  dia  ,  y  su  marido  Escudero  murió:  fué  here- 
dero de  la  casa,  y  no  obtuvo  destinos.  H>J03  de  esto  mairimonlo  :  don 
Francisco,  heredero  de  la  casa,  catedrático  de  término  de  una  de  las  aslg- 
Daturas  de  estudios  sufieriores  para  el  doctorado  que  solo  eiistun  en  la 
universidad  central  de  Madrid,  y  diputado  á  Cortes  por  la  provincia  de 
Huesca,  distrito  de  Barbastro ,  casado  con  duna  Concepción  bscudero  (1). 
Doña  María  de  la  Concepción ,  casada  en  Lascell^s  con  don  Joaquín  Allue. 
D.  Pedro  María,  magistrado  de  la  Audiencia  de  Albacete ,  casado  con  doña 
Sixta  Blanque.  U.  Benito ,  jefe  civil  cesante  del  distrito  de  Barbastro ,  por 
supresión  de  este  destino.  D.  Mariano,  abogada  de  ios  Supremos  Tribu- 
nales, jefe  de  las  rubricas  de  sales  de  la  provincia  de  Granada.  Ü.  Lorenzo, 
abosado  como  el  anterior,  y  oficial  inspector  de  las  salinas  de  la  provincia 
de  Madrid.  D.  Manuel ,  abogado  ,  y  oficial  primero  de  la  jefatura  poütica 
de  Huesca.  Dona  Carlota  ,  viudü  de  D.  Nicolás  Coll,  en  Estadilla. 

Doña  MjIbu  URL  P[l.\ii,  murió  en  diciembre  de  1821,  y  su  marido  La- 
drón de  Cegama  ba  muerto  también  hace  algunos  años :  fué  el  heredero  de 
aucasB.  la  que  estaba  establecida  en  Navarra  en  la  ciudad  de  Sangüesa, 
y  en  la  inundación  que  padeció  esta  población  por  el  rio  en  el  siglo 
pasado  ,  se  trasladaron  A  Huesca,  en  donde  tenian  h  casa  de  la  antigua  é 
ilustre  familia  de  Lastanosa ,  que  hablan  heredado.  En  Huesca  fué  algunos 
años  catedrático  de  la  universidnd,  y  después  magistrado  de  las  Au- 
diencias de  Barcelona  y  de  Pamplona,  tenia  por  su  casa  asiento  en  las 
corles  de  Navarra  ,  y  asistió  A  las  que  se  celi'braron  en  el  año  de  iHI7  y 
i  Us  posterioru'S.  Hijos  de  este  matrimonio :  D.  Clemente,  después  de  ha- 
ber seguido  la  carrera  literaria ,  so  halla  en  Sangüesa  al  frente  de  su  casa, 
como  heredero  de  ella.  1>.  Juan ,  catedrático  en  Oñale.  B.  Francisco ,  ca- 
pitán de  infantería.  Ü.  Javier ,  ingeniero  civil. 

Doña  Cataliha,  vive  en  el  dia,  y  también  su  esposo  D.  Agustín  Casca- 
jares ,  barón  de  Barcabó:  es  el  herpdero  de  su  casa ,  y  no  ha  obtenido  des- 
tinos. Hijos  de  este  matrimonio :  O  Manuel ,  heredero  de  la  casa .  doctor 
de  la  universidad  de  Zaragoza ,  casado  con  dona  Encarnación  Franco ,  ha 
sido  diputado  de  provincia  en  la  de  Teruel.  I).  Ftiüx,  doctor  de  la  univer- 
sidad de  Zaragoza,  auditor  honorario  de  marina ,  y  actualmente  catedrá- 
tico de  Jurisprudencia  en  la  universidad  déla  Habana.  D.  Fnmcisco  ,  li- 
cenciado en  la  universidad  de  Huesca  ,  y  comandante  graduado  de  teniente 
coronel  del  regimiento  de  caballería  de  Alcántara.  D.  Felipe  ,  capitán  de 
artillería.  D.  Joaquín,  capitán  de  artillería.  D.  Antonio,  teniente  de  arti- 
llería coa  grado  de  capitán.  Dona  Pascuala,  soltera.  Üoña  Leonarda,  ídem, 
y  dona  Justa ,  que  casó  con  U.  Serapio  de  Pedro  ,  hija  del  barón  de  Sali- 
ílas,  coronel  graduado  de  infantería  y  comandante  efectivo  de  artillería, 
de  cuya  arma  es  profesor  en  el  colegio  de  Segovia.  Doña  Justa,  murió 

(I )  En  1849  tuvimos  el  honor  de  escribir  y  publicar  la  biograria  de  este  ilus- 
trado español ,  la  cual  se  inaertó  también  en  la  Historia  de  les  Corles  publicada 
en  el  mismo  año  por  II.  Manuel  Ovilo  y  Otero,  direclor  del  periódico  hcr.il- 
dico  titulado  El  Trono  y  La  ¡Vohleza. 


—  98  — 

ciudad  el  3  y  4  de  agosto  cuando  los  franceses .  decididos  á  tomarla  Id 
bombardoaroa  tcDazmente,  sería  querer  hacer  un  bosqupjo  su)i<TJar  k 
nuestras  fuerzas,  y  asi  es  que  itos  con  te  ataremos  con  decir  quejamos  Se 
vio  pueblo  alguno,  desde  Sat;uiilu  y  IVumancia ,  mas  heroico  y  que  mejor 
supií'sc  defender  su  liberud.  La  Bureta  con  su  fusil  en  la  mano  y  man- 
dando la  batería  que  situó  por  sí  misma  al  frente  de  su  propia  casa,  apa- 
recía en  la  parte  de  mayor  peligro  estimulando  á  la  pelea  A  sus  bravos,  y 
sembrando  el  espanto  entre  los  franceses,  asombrados  de  su  valor:  y  ni 
la  lluvia  de  bombas  que  caía  sobre  la  ciudad,  ni  la  multitud  de  ediñcios 
que  se  desplomaban  ya  á  sa  impulso ,  ya  volados  por  minas  hechas  al 
tifecto  ó  por  descuida ,  ni  los  centenares  de  cadáveres  de  agresores  y  de- 
fensores que  obstruían  las  calles ,  fué  capaz  de  detener  k  la  condesa  en  su 
heroísmo ,  ní  á  sus  conciudadanos  en  et  empeño  de  morir  ó  vencer  :  Za- 
raí;oia  quedó  reducida  a  un  montón  de  escombros  en  estas  memorables 
jornadas,  pero  .  defendida  por  sus  naturales,  dio  la  lección  al  mundo  de 
que  nada  hay  capaz  de  hacer  sucumbir  á  un  pueblo  que  pelea  unido  por 
su  JRde|iendencia. 

Relirados  los  franceses  bien  disminuidos  por  el  mortífero  plomo  de 
los  zaraítozaoos  ,  la  heroica  condesa  y  sus  esforzadas  compañeras  reci- 
bieron el  premio  de  sus  gloriosos  hechos  en  la  estimación  de  sus  conciu- 
dadanos; estimación  que  se  acrecentó  después  en  las  jornadas  que  empe- 
zaron el  segundo  sitio  en  ^1  de  diciembre,  época  en  que,  á  pesar  de 
haberse  atacado  la  ciudad  por  veinte  mil  infantes  y  dos  mil  cabatlos,  su- 
frirron  los  franceses  igual  suerte ,  pues  que  si  entraron  en  Zaragoza 
el  51  da  febrero ,  fuií  después  de  que  la  guerra ,  la  peste  y  el  huiubre 
liabiiin  dejado  en  cuadro  a  sus  habitantes,  hallándose  moribundo  el  ge- 
neral l^alaCox ,  y  viendo  necesaria  la  capitulación  por  falta  de  combatien- 
tes, no  sin  sentimienio  de  la  Bureta,  que  hizo  todo  cuanto  pudo  para  que 
pereciesen  todos  antes  de  entregarse. 

En  el  tiempo  que  medró  entre  los  dos  sitios ,  se  casó  la  condesa  con  el 
espresado  barón  de  Valdeolivos,  rúente  de  la  audiencia,  y  presidente  de 
la  Junta  de  Gobierno  que  se  nombró  por  enfermedad  del  ^-enerat  Palafox, 
el  que,  en  virtud  de  su  encargo,  fué  el  que  capituló  por  la  ciudad  con  el 
mariscal  Lannes. 

No  pudiendo  sufrir  la  condesa  la  vista  de  los  invasores  de  su  jtatría, 
después  de  despedirse  del  héroe  Palafoi,  que  fué  conducido  prisionero 
!i  Francia  ,  saUo  para  Cádiz  con  su  esposo  y  familia,  dando  i  luz  á  su 
paso  en  Valencia,  á  su  hija  doña  María  del  Pilar,  que  heredó  después 
l;i  baronía  de  su  padre ,  liallándose  hoy  simada  en  la  villa  de  Pons ,  cerca 
de  liarbastro ,  casada  con  D.  Ramón  Ota!.  Cuando  en  l!tti,  cebados  de 
España  los  franceses ,  volvió  Fernando  Vil  al  trono  de  sus  mayores ,  re- 
gresó á  Zaragoza ,  en  donde  recibió  las  mas  señaladas  pruebas  de  aprecio 
de  sus  conciudadanos,  y  vio  premiadas  sus  acciones  en  la  gratitud  que, 
tanto  á  ella  como  ¡í  su  esposo,  les  manifestó  el  soberano  y  el  país  entero. 

Después  do  vida  tan  virtuosa  como  heroica  .  murió  la  condesa  de  Bu- 
reta en  Zaragoza  el  23  de  diciembre  de  18U  &  los  39  anos  de  edad;  pero 
su  memoria  vive  y  vivirá  eternamente  en  el  corazón  de  los  españoles  aman- 
tes de  su  país  y  de  la  independencia  española. 

>  Hoy  vtven  ios  descendientes  de  la  Bureu :  dofia  María  Ignacia  do  Snel  - 
ves.vmda  de  su  hijo  D,  Mariano,  y -sus  siguientes  hijos:  D.Manuel 
María  José  López  y  Suelves ,  actual  conde  do  Bureta ;  ávSa  Pilar ,  doña 
Ignacia,  doña  Dolores,  JD.  Francisco  y  doña  Magdalena,  que  permatie- 


IjV  ,vl\.ií  r\  i'iK  1,1- 


—  99  — 

cen  tAdns  en  Zaragoza  con  su  virtuosa  mitilre;  y  vivi>  L-imbÍpn.  mlcntns 
da  ta  referi'la  acEiial  baronesa  du  Vuldeolivos,  la  eniinciatla  si^rinra  1)01*1:1 
Maris  de  loa  Dolores,  marqiieaa  de  ¡Nibbiano.  cuya  TÍftHd  y  sumidad  r.s 
probervialen  Zaragoza,  ücredUando  con  sus  ruconucidaíi  virtudes  leda  cMa 
esclarecida  familia  de  la  Bureta  el  lüclado  honroso  de  la  Familia  sania  que 
la  da  el  pueblo  aragonés. 

XIV. 


Bon  /igtutin  fie  Azara  Perera  Mala  t¡  Rivas,  tercer  marqui's  de  Nib- 
biano  .  nació  en  Barbur'ialcft  el  dia  3K  de  iiiíoslo  de  1H01,  y  bcredero  de  las 
virtudes  y  patrimniiio  de  su  ilustre  ramília,  ha  subido  mantener  sin  lesión 
las  glorias  de  las  primer.is  con  sus  nobles  acciones  y  acrecentar  al  segundo 
con  su  loable  conducía  y  buena  dirección. 

Educado  D.  AgnstÍQ  por  sus  virtuosos  padres  D.  Francisco  y  doña 
Leandra,  é  instruido  por  su  ilustre  tÍo  D.  Félix  de  Azara  ,  britiadíer  es- 
perto de  marina  y  sábto  naturalista  que,  ii  un  talento  y  perspicacia  singu- 
hr  retiñió  una  vastísima  erudición  hija  de  su  larga  espcriencia,  de  sits 
grandes  viajes  y  de  su  pasión  al  estudio,  si  bien  no  pueite  presentar  docu- 
mentos que  acrediten  una  carrera  literaria  que  no  se  le  q<iísnd.ir  para 
qne  sadeiticase  solo  al  engrandecimiento  de  su  casa,  adquirió  aquellus 
conocimienios  de  sólida  instrucción  que  necesita  el  hombre  para  conocer 
y  sabor  triMr  A  sus  semejantes,  para  manejar  con  tino  grandes  intereses, 
vivir  estimado  y  aun  venerado  en  aociedarl ,  y  drri;;ir  bien  la  educación  é 
instrucción  de  una  numerosa  prole.  Las  ciencias  y  las  letras  no  tienen  se- 
guramente en  él  un  eminente  profesor,  pero  si  un  conocedor  aprcciable 
que  sabe  lo  quo  se  las  debe  considerar ,  y  habiendo  cultivado  en  ellas  su 
talento  para  sostener  con  dignidad  su  elevada  categoría ,  la  Una  modestia 
que  le  caracteriza  aumenta  muchos  quilates  ¿1  su  saber,  y  le  da  nuevos 
valores  á  la  consideración  en  que  se  le  tiene  por  todas  estas  recomenda- 
bles circunstancias ,  y  por  su  reconocida  rcli^^osidud,  honradez  ,  amabdi- 
dad  y  acendrado  patriotismo. 

Por  muerte  de  su  señor  padre  heredó  0.  Agustín  á  los  18  años  el  mar- 
quesado de  Nibbiano,  el  senorio  de  Lizana ,  el  honroso  derecho  de  vecino 
privilegiado  do  Fraga ,  y  todos  sus  bienes,  que  nn  tardó  en  aumentar  con 
los  de  su  ilustrado  tio  y  mentor  U.  Félix,  que  murió  en  1821  «tejándole  por 
su  universal  heredero.  Si  bien,  scpun  fuero  de  Aragón,  la  señora  madre  de 
D.  Agustín  quedó  usufructuaria  do  todos  los  bienes  .  esta  les  hizo  entera 
donación  de  todos  ellos  en  ÍH^'1,  época  desde  la  que  tuvo  eiclusivamento  ji 
su  cargo  la  dirección  de  la  casa,  en  cuyos  asuntos  graves,  como  buen  hijo 
consultó  siempre  con  la  cariñosa  y  virtuosa  autora  do  sus  dias .  que  falle- 
ció en  I1J43,  llorada  de  los  muchos  que  le  debieron  su  bienestar,  y  de  sus 
iumensos  amibos  y  admiradores. 

Deilicado  D-  Agustín  al  engrandecimiento  de  su  casa,  no  tardó  en  con- 
sí^ir  su  designio  con  aplicación  y  bien  entendida  economía,  viniendo  k 
ser  patrimonio  suyo ,  por  compra ,  el  sei'iorio  de  Guadarespc ,  posesión 
vasta  de  la  provincia  de  Huesca  ,  en  donde  se  halló  en  tiempos  antiguos  la 
población  y  famoso  castillo  de  su  nnmlirn,  do  que  tantas  veces ,  como  del 
de  Lizana ,  nos  hnhlna  las  crónicas  de  Aragón. 

Casado  ¿  gusto  de  su  familia  desdo  IH'1'2  con  la  virtuosísima  señora  y 


^  100  ^ 

modelo  de  cariñosas  madres  doña  María  de  tos  Dolores  López 
de  Heredia  y  Marín,  hija  de  D.  Crisóstomo.  conde  de  Bureta ,  y  de  doña 
María  de  la  Consolación  de  Azlor  u  Fillaineeneio ,  ilastte  heroína  de  Za- 
ragoza ,  cuyes  gloriof^os  hechos  publicó  la  fama  y  están  escritos  con  eter- 
nos caracteres  en  el  templo  de  ia  inmortalidad ,  como  dejamos  sentado  en 
la  nota  anterior,  formó  con  tan  escolente  señora  una  de  aquellas  dichosas 
familias  que  de  vea  en  cuamto  ¡ircsenta  Dios  en  el  mundo  para  que  sir- 
van de  santo  modelo  y  para  que  sean  bendecidas  por  su  generación  y  ad-r 
miradas  en  la  posteridad.  El  cielo  que  bendijo  tan  acertada  unión,  les  col- 
mó de  sus  beneficios  haciéndoles  herederos  no  solo  de  las  virtudes  de  sus 
predecesores,  si  que  también  de  la  fecundidad  que  tanto  engrandece  desde 
muy  antiguo  á  la  familia  de  los  Azaras  de  Aragón ,  óomo  sí  quisiere  per- 
petuar tan  benéfica  j  rica  rama  en  aquel  pais  protegido  por  la  madre 
de  los  Angeles. 

En  BarbuAales ,  en  Jaca ,  en  Huesca  y  en  fragosa,  puntos  de  Aragoii 
en  que  ha  tenido  el  marqués  de  Nibbíano  su  residencia,  según  que  las  cir- 
cunstancias de  nuestras  últimas  divisiones  políticas  lo  han  exigido,  en  to- 
dos estos  puntos  existen  recuerdos  gloriosos  de  esta  familia  ilustre,  que 
jamás  se  borrarán,  por  los  bienes  que  proporcionaron  y  por  el  fuego  de 
virtud  que  encendieron. 

Los  cargos  patrióticos  y  benéficos  mas  honrosos  ocuparon  en  todos 
estos  puntos  á  D.  Agustín,  designado  por  sus  conciudadanos  como  el  mas 
digno  de  representarles  do  quier  por  su  lionradez ;  las  sociedades  crentííU 
cas  y  patrióticas  de  su  pais  le  abrieron  sus  puertas  honrándose  en  admithr 
en  su  seno  á  tan  ilustre  como  ilustrado  varón,  y  la  Reina  dona  Isabel  II  no 
pudo  menos  de  darle,  en  varias  ocasiones,  pruebas  inequívocas  del  apre- 
cio y  deferencia  con  que  le  miró  desde  que  la  dieron  á  conocer  sus  viitn- 
des,  siendo  una  de  ellas  el  haber  honrado  su  cas9  en  )as  noches  de  )6y  t7 
de  julio  de  1845  cuando,  de  regreso  de  Barcelona,  estuvo  en  Zaragoza  con 
su  angelical  hermana  la  infanta  Doña  Fernanda ,  hoy  Duquesa  de  Mont- 
pensier ,  y  con  su  augusta  madre  Doña  María  Cristina  de  BorAon ,  boy 
Duquesa  de  Riánsares. 

A  ser  menos  modesto  D,  Agustín ,  ciertamente  que  figuraría  boy  en  )a 
corte  en  primera  línea;  pero  enemigo  de  aparecer  ostentosamente  de  modo 
alguno  ,  pues  que  ha  sido  obligado  siempre  á  los  cargos  públicos  que  ha 
desempeñado,  deseoso  de  dedicarse  á  su  ramüia,  al  bien  de  la  humanidad,  y 
contento  con  su  suerte,  ha  rechazado  con  la  energía  de  buen  aragonés» 
cuantas  proposiciones  de  engrandecimiento  personal  se  le  han  hecho,  ha- 
biendo solo  admitido  la  cruz  de  la  reaj  orden  de  Garlos  III  que  orna  su  pe- 
cho  por  no  desairar  á  su  Reina  y  Señora  :  nosotros  somos  testigos  de  no 
haber  querido  admitir  el  nombramiento  de^ron  de  Jzar^,  título  de  Cas- 
tilla con  que  no  hace  mucho  se  le  brindó ;  y  si  ha  puesto  su  firma  alguna 
vez  en  cosas  de  engrandecimiento  y  en  solicitudes  que  puedan  inducir  á 
ostentación,  ciertamente  que  ha  sitio  obligado  del  empeño  de  sus  amigos, 
que  le  han  presentado  al  efecto  las  colosales  figuras  de  ilustres  ascendien- 
tes á  quienes  honrar  de  este  modo,  y  [a  larga  descendencia  á  quien  tiene  el 
del)er  de  preparar  un  porvenir  risueño  y  honroso.  Todo  el  que  haya  tra- 
tado ,  por  poco  que  sea,  á  D.  Agustín  de  A^^ara,  podrá  conocer  la  verdad 
de  cuanto  acabamos  de  esponer. 

Amante  apasionado  de  su  familia,  pocos  habrá  que  hayan  sabido  hon-* 
rar  á  los  suyos  con  mas  cordial  entusiasmo  y  con  mas  grandeza  en  igual- 
dad de  circunstancias  y  fortuna ,  testigo  de  ello  el  objeto  principal  de  este 


—  101  — 

volumen ,  U  publicaciaa  ite  las  obras  inéditas  de  sus  Ilustres  tins ,  y  Ir 
suntuosa  edición  de  la  Tída  del  mas  esclarecido  de  ellos  que  hemoa  tenido 
el  bonor  de  escribir  por  encargo  de  señor  (an  magníüco  como  agradecido 
A  a<|uellos  que  le  legaron  un  nombre  jurando  y  veoeranilo.  El  amor  filial 
lo  hizo  no  perdonar  gasto  alguno  para  reunir  en  liarbufiales,  en  el  sun- 
tuoso panteón  do  faniilia,  á  aquellos  dos  aeres  que  fueron  modelo  de  amor 
conyufial  y  de  paz  y  de  felicidad  doméstica,  á  sus  queridos  padres  .  cuyos 
cadáveres  hizo  tr^^sladar  desde  Huesca-  i.a  gratitud  que  tiene  eucundida  en 
RU  corazón  la  pira  de  su  sagrado  fuego ,  lo  obligó  á  leTanlur  ese  [tlorioso 
monumento  que  honra  tanto  en  la  casa  solanegu  de  los  Azaras  al  ht^rott  k 
qn«  está  dediaido ,  cuanto  al  sucesor  que  de  tal  modo  supo  recordarlo  y 
perpetuar  sus  grandes  hechos  ;  y  el  reconocimiento  y  amor  que  tiene  á  su 
patria  y  it  su  n^ina,  son  ios  móTJIcs  que  le  han  impelido  h  tomar  carpios 
patriólicos  que  le  ocupan  diariamente  y  á  todas  las  huras ,  y  á  los  que  se 
dedica  cotí  asiduidad  y  can  entera  voluntad ,  sin  otro  interés  que  la  ttalis- 
faccion  de  hacer  el  bien  que  pueda  á  sus  somejanies  ,  servir  conni  buen 
ciudadano  k  su  piis ,  y  como  subdito  liel  i  la  beredera  augusta  del  trono 
de  San  Fernando. 

Grandes  desembolsos  ha  tenido  que  hacer  y  haco  este  magnifico  suce- 
sor del  inmortal  Azara  paní  servir  á  su  |<ais  con  la  íó  y  amor  que  lo  ha 
ejecutado  siempre,  y  sobre  todo  pura  honrar  ú  sus  ascendientes  con  tanta 
magnificencia ;  pero  el  cielo  te  favorece ,  y  tan  noble  desprendimiento  no 
puede  menos  de  ser  recompensado  con  creces  eu  su  fortuna ,  pui's  que  lo 
que  se  hace  para  llenar  H  delior  de  gratitud  jamús  so  pierde,  y  lejos  de 
ilismiauir  las  fortumis,  las  acrece  en  grande/a  y  en  buena  fama,  riqueza 
superior  ¿  los  bienes  materiales  pLi'eceileros  por  su  esetir.iii,  ¡Cuánta  mas 
grandes  y  felices  fueran  lo^  pueblos,  si  los  que  han  sido  favorecidos  del 
eleto  en  posición  y  riqueza  imitaran  al  señor  de  Lizana !  pero  por  desgra- 
cia el  lujo  desuiiisuraiio  de  los  unos  y  las  pasiones  de  los  mas,  no  golu  les 
hace  olvidar  lo  que  deben  á  sus  mayores,  i  quienes  dejan  en  el  olvido  m-is 
punible  por  mas  que  les  deban  cuanto  poseen,  sí  que  concluyen  por  ar- 
rojarlos del  pináculo  de  su  poder  y  grandeza  á  la  sima  en  que  se  pierde  el 
nombre  y  la  honra  en  el  inmundo  füQgo  de  las  pasiones,  ¡t^luiíra  el  ciclo 
preservar  de  este  mal  á  la  ilustro  familia  del  marqués  de  ISibbiano  en  su 
desr^ndencia ! 

Si  la  escesiva  modestia  del  sefior  marqués  ile  Nihbiano  le  ha  podido  te- 
ner sep.iradi>  de  aquellos  cargos  on  que  la  política  da  el  poder  á  sus  esco- 
gidos (i),  y  de  lo^  que  unen  á  una  elevada  poi<icion  cortesana  pingues  ren- 
tas sacadas  del  erario  para  sostener  una  dignidad  gubernativa,  ella  misma 
le  ha  elevado  á  aquelloB  cargos  patrióticos  para  los  que  se  preliere  á  lodo 
la  honradez  ,  la  ciencia  y  el  desinterés,  y  asi  es  que  de  los  de  esta  clase 
pocos  han  sido  los  que  los  ayuntamientos  y  corporaciones  de  los  puntos 
en  que  se  ha  balt.ido  no  se  han  apresurado  á  pouer  k  sus  órdenes ,  y  seria 
larga  la  historia  de  los  que  podriamos  citar  con  relación  ¿  Huesca  y  i  Za* 
ragoza. 


(1)  En  18J3  en  que  fué  propuesta  en  primer  lu^-ar  para  Senador  por  la 
provincia  de  Huesca,  Irabajii  mucho  para  coaseguir  do  ser  elegido,  lo  que  lam> 
bien  lii¿ü  cuando  en  iSU  fué  igualmente  propueMo  en  primer  lugar  para  el  luiV 
mo  cargo  por  Zaragoza.  En  el  uiismo  año  fué  elegido  vice-presidenicde  la  Junta 
de  Gobierno  de  la  provincia  por  aclsniacion,  á  pesar  de  do  hallarse  presente. 


A 


—  102  — 

En  virtn<l  Ac  la  justa  consiilcracion  en  que  se  le  lícne ,  de  lo  qac  se  fia 
tie  üii  celo  y  liQDrailez  ,  ^  liel  amor  (jiio  lu  proFesan  sus  conciudadanos, 
Dilemas  de  otras  carteos  civiles  y  ri;li(!ias(is,  es  hoy  director  de  la  real  So- 
ciedail  aragnncsü  d«  Amigos  del  Pais,  vlce-presiJentc  de  la  real  Academia 
de  Nohli>s  Artes  de  San  l.nis,  presidente  de  su  >ecctun  áe  HsciiUurJ .  pre- 
sidente de  la  dipntacion  arqneolójíica  ile  la  provincia,  )>i'esitlonte  de  la  co- 
niísion  iirovincial  de  Escnelas  y  do  Instrucción  primaria,  rc;;i(lur  del  ayun- 
tamiento ,  director  He  la  sociedad  de  Seguros ,  tesorero  de  la  Junta  de  Ca- 
ridad, y  miembro  de  honor  de  porción  de  Saciedades  liierurias  y  artísticas 
nacionales  y  eslran^eras. 

La  gran  generosidad  con  que  lia  repartido  entre  todas  las  academias, 
bibliotecas,  institutos,  universiilades y  snciodsdes  literarias,  cientíñcas  y 
artísticas  de  España  y  aun  del  estrangpro,  las  obras  de  sus  í^ébios  antece- 
sores que  tía  impreso  á  t^u  cosía,  solo  con  el  fin  de  honrarles  mas  de  este 
modo,  le  ban  valido  repetidas  reales  órdenes  de  gracias  dudas  por  S.  M.  la 
Reina  y  su  gobierno,  y  por  los  soberanos  de  otros  países  .  y  pláixmcs  li- 
soRíterns  de  casi  todos  los  cuerpos  sabios  de  Europa ,  que  no  han  podido 
dejar  de  elogiar  tan  generoso  desprendimiento  y  acción  tan  magníinima. 

nada  ha  perdonado  el  señor  de  IJzana  para  servir  h  su  pats  y  honrar 
fi  los  suyos .  y  por  lo  tanto  sí  sus  descendientes  le  deben  latitud  y  vene- 
ración .  razón  será  que  la  patria  le  tribute  honores  y  aplausos  en  vi'Ja .  y 
que  conserve  su  nombre  con  gloria  al  porvenir. 

No  seremos  nosotros  por  cierto  los  que  menos  contribuyamos  á  que 
el  nombre  del  actual  marqués  de  ISibbíano  aparezca  tan  honrado  como 
deba  serlo,  pues  que  si  el  honroso  cometido  que  le  debemos  de  Histo- 
riador de  su  ilustre  familia  nos  ponia  ya  en  este  deber,  las  dístindones 
con  qno  nos  ha  favorecido  y  la  fmura  Con  que  ha  sabido',  siendo 
digno  sucesor  del  grande  Azara  ,  recompensar  nuestros  débiles  trabajos 
hechos  en  obsequio  de  su  ilustre  y  antigua  familia,  llamarán  siem- 
pre con  prererencia  hacia  este  objeto  nuestra  gratitud ,  y  &  pesar  del  veto 
que  nos  pono  su  fína  modestia,  no  dejaremos  ni  un  día  de  eiojiiar  debida- 
mente sus  buenos  heclios ,  y  de  recomendarlos  á  la  estimación  publica ,  ni 
de  cantar  las  glorias  do  sus  esclarecidos  ascendientes,  insistiendo  en  cuanto 
podamos  con  el  gobierno  y  con  el  país  entero ,  para  que  se  premien  cual 
debe  las  virtudes  y  mérito  de  tos  Azaras  en  el  sucesor  que  tan  dignamente 
IcSsabe  representar. 

Siete  hijos  y  una  bija  cuenta  el  actual  marqués  de  JNihbiano  en  su  des- 
cendencia, los  cnales  forman  la  delicia  de  su  feliz  y  venturoso  matrimonio: 
el  mayor  de  ellos,  b.  Míriano  ,  después  de  haberse  recibido  de  licenciado 
en  leyes,  ba  servido  en  el  cuerpo  diplomático  en  la  legación  de  S.  M.  en 
Rruselas. 

O.  Albbbto  se  halla  concluyendo  su  carrera  literaria  para  dedicarse  al 
Foro, 

1).  FüAncifico  signe  la  misma  carrera,  y  está  declarado  aspirante  apro- 
bado para  entrar  en  el  coletiio  de  Marina. 

O.  LoHKnzo  y  D.  Innicio  tienen  gracia  de  aspirante  de  Marina  el  pri- 
mero, y  de  artillería  el  se;:undo,  y  ae  bailan  esludiiimlo  en  el  colegio  de 
Vergara,  y  D.  Nicolás  y  D.  Li;is  son  pequHlitos  todavía:  de  la  única  hija 
de  1).  AgHslin  d.imos  razón  en  la  nota  sii^uicnle. 

Miidiii  pudiéramos  añadir  il  cuanto  llevamos  dicho  de  las  escelenciss  del 
actual  marqués  de  INibbiano  y  délo  qucpu&le  prometerse  do  su  dichosa 
prole;  poro  pareciéndonos  suficiente  lo  ya  expresado  para  darle  á  conocer, 


-  103  — 

terminaremos  esta  nota  renilicndo  el  flnal  que  pusimos  en  su  biograria  en 
nuestra  obra  Panteón  de  los  Azaras.  «La  Historia,  qae  sigue  paso  á  paso 
al  tiempo,  apuntando  en  sus  eternas  bnjas  los  hechos  gloriosos  de  los  hom- 
bres ,  la  grandeza  de  las  naciones  y  los  nombres  ilustres  de  las  familiaa, 
deja  en  D.  Agustín  la  narración  de  las  virtudes  de  los  Azaras,  conservando 
levíintaila  y  mojnla  en  indeleble  tinta  su  magníSca  pluma  para  seguir  es- 
cribiendo merecidos  elogios  de  éste ,  y  continuar  en  sus  descendientes  las 
glorias  de  su  nobilísima  familia.  Permita  el  cielo,  para  honor  y  Telicidad 
do  los  Azaras,  y  para  bien  del  pais  ,  que  siga  la  Historia  su  celosa 
tarea  con  esta  ilustre  familia  sin  tener  que  variar  de  volumen,  para  apun- 
tar, en  el  que  consigna  las  desgracias  y  los  resultados  del  vicio,  nada  que 
empañe  «I  ilustre  apellido  Azara;  que  si  brillante  y  repetido  en  muchas 
hojas  tersas  y  limpias  del  libro  de  oro  de  la  inmortalidad  y  de  la  gloría, 
aun  no  se  ha  escrito  en  aquellas  manchadas  y  miserables  páginas.  Asi  lo 
deseamos  y  aun  esperamos,  porque  el  porvenir  de  esta  familia  ilustre  y 
virtuosa  se  presenta  muy  UtOTtjero.» 

XV. 


Doña  Luisa  de  jizara  López  Fernandez  Heredia  de  Ürries,  bija 
única  del  actual  marqués  de  Hibbiano,  contrajo  matrimonio  el  36  de  junio 
de  185ü  con  D.  Juan  de  ürriet  y  Bucareli,  hijo  de  D.  Fernando  y  de  doña 
Josefa  Arias  y  Girla.  El  D.  Fernando,  diputado  ¿  Cortes  por  Molina  de 
Aragón ,  es  natural  de  Zaragoza ;  pertenece  ¿  la  casa  de  los  Eicmos.  se- 
ñores marqueses  de  Ayerbe,  de  cuyo  actual  marqués  el  Ejcmo.  Sr.  D.  Juan 
Jordán  de  Urries,  es  tío  carnal.  La  dofta  Josefa  es  natural  di.'  Molina  de  Ara* 
gOD,  y  heredera  de  las  antiguas  y  nobles  casas  de  sus  padres  establecidas  en 
aquella  ciudad  y  en  la  de  Calatayud.  La  gracia,  talento  y  despejo  natural 
qne  adornan  á  la  joven  doña  Luisa  de  Azara ,  unido  á  la  religiosa  y  fina 
educación  que  supo  incrustar  en  su  sensible  y  bello  corazón  su  virtuosa 
madre,  son  prendas  confesadas  por  cuantos  la  conocen  ,  los  que  ven  en 
esta  amabilísima  señora,  como  nosotros,  una  digna  sucesora  de  los  Azaras 
que  sabrá  conservar  su  glorioso  nombre  cq  el  alto  puesto  cd  que  le  colo- 
caron sus  mayores,  é  imitar  en  la  virtud  á  su  cariñosa  madre. 


o. .rose   NicoíA^s   ves 


^g,jv.aj^» 


(¡ORONA  POmCOMilGÁL 


^e  una  gran  parte  &e  literatos  p  algunos  ptoUwte» 

he  »6»ira  (spaftoles  Hel  siglo  XiX » 


comssiii 


21  la  butna  imemoría 


&  cíiiBRE  mmm  i  nnmoiDO  un  mm 


^\  £xCfM.  St. 


D.  JOSÉ  RIGOLAS  DE  AZARA  T  PERERA. 


Q   OU>¿i9 


lo  perpetúan  Denorían  magDanini. 


14 


A  LOS  LECTORES. 


Al  publicar  la  Corona  poético-musícal,  tejida  al  ¡nmorlal  Azaba  por 
la  mayor  parte  de  los  ilustrados  vates  españoles  y  por  algunos  ingenios 
músicos  del  siglo  XIX,  que,  en  homenaje  ú  su  gloriosa  memoria,  han 
eepueslo  las  ricas  flores  de  su  fecundo  ingenio  ante  la  pira  en  que  arde 
el  fuego  de  su  ilustre  nombre,  proclamando  la  escelencia,  saber  y 
virtud  de  uno  de  los  hijos  de  Iberia  mas  esclarecidos  y  de  los  arago- 
neses mas  dignos  del  siglo  anterior,  me  parece  que  de  modo  alguno 
podré  honrar  mejor  á  nuestro  héroe,  ya  que  no  rae  sea  dado  aumen- 
tar m  copiosa  corona  con  las  llores  de  mi  pobre  ingenio ,  que  acom- 
pañándola con  una  reseña  histórico-arqueolúgica  acerca  del  origen, 
progreso  y  decadencia  de  nuestra  poesía  nacional. 

Ciertamente  que  si  hubiera  de  hacer  un  examen  histórico-crílico 
concienzudo  de  la  poesía  española  en  todas  sus  épocas,  fijar  estas  con 
sus  correspondientes  divisiones,  y  escribir,  en  fin,  su  completa  historia, 
pretendería  un  imposible  que  no  podría  menos  de  quedarse  en  deseo; 
pero  como  no  sea  éste  mi  intento ,  ni  tampoco  el  de  disertar  á  fuer 
de  entendido  y  erudito  vate,  calidad  de  que  no  puedo  blasonar,  como 
lo  hicieron  tantos  otros  sabios  españoles  entre  los  que  se  cuentan  los 
eruditos  P.  Sarmiento,  Yelazquez,  Sismondi,  Duran,  Alcalá  Galiano, 
Pida! ,  Uartzenbusch ,  y  muy  especialmente  el  iliish'adisímo  primer 
poeta  español  del  siglo  d  Excmo.  Sr.  D.  Maniiel  José  Quintana., 
encomendando  sus  obras  á  los  estudiosos  y  á  los  que  deseen  conocer 
la  historia  de  nuestra  poesía  nacional,  solo  discurriré  arqueológicamente 
por  el  campo  histórico  de  las  Musas  españolas  para  tomar  de  la  parte 
que  mas  me  convenga  las  noticias  que  mejor  hagan  á  mi  propósito  de 


(lar  á  conocer,  á  los  que  no  to  sepan,  la  época  ile  las  glorias  y  vicisitu- 
des mas  marcadas  de  nuestra  poesía  nacional,  y  muy  particularmente 
de  la  de  Aragón,  patria  de  Azara  y  de  tos  trovadores.  Estos  y  su  orí- 
gen  provcozal ,  las  galantes  Cortes  de  Amor ,  los  Consistorios  de 
la  gaya  ciencia  dei  saber,  y  los  poéticos  Juegos  florales,  serán  los 
puntos  sobre  que  mas  me  detendré,  como  mas  adaptables  á  miintento; 
y  como  ya  tenga  lral)ajos  hechos  sobre  esta  materia,  que  conocen  mis 
compatriotas,  Gado  en  lo  bien  que  los  recibieron  en  su  publicación  y 
cu  su  innagotable  indulgencia ,  voy  á  reunirlos  en  esle  discurso  de 
introducción  para  que  compongan  un  todo  parles  basta  el  dia  espar- 
cidas y  sin  orden  alguno,  si  bien  en  la  reunión  no  podrán  menos  de 
arrastrar  consigo  porción  de  noticias  nuevas  que  les  den  doble  interés 
bistórico  que  el  que  Iwy  tienen. 

Hecha  esta  franca  manifestación,  solo  me  queda  que  suplicar  á 
mis  conciudadanos  que  miren  con  indulgencia  este  mi  escrito,  como 
lo  han  hecho  con  los  anteriores  de  igual  especie;  al  señor  marqués  de 
IVibbiano  que  le  reciba  como  una  prueba  del  homenaje  que  rindo  á  la 
buena  memoria  de  su  ilustre  predecesor  el  inmortal  D.  José  IVicolás  de 
Azara,  y  á  los  nobles  aragoneses  que  perdonen  si  no  be  sido  Sel  nar- 
rador de  sus  glorias  literarias ,  pues  que  en  todo  caso  no  habrá  estado 
en  mi  el  evitarlo,  en  mi  que  quiero  al  Aragón  con  entusiasmo,  y  le 
amo  tanto  como  á  mi  pais  natal,  y  que  al  admirar  á  sus  héroes,  tengo 
á  tos  aragoneses  una  inclinación  natural ,  porque ,  por  lo  general ,  los 
he  hallado  siempre  francos,  leales,  virtuosos  y  buenos  amigos. 

El  siguiente  discurso  es  cuanto  he  podido  hacer  en  mis  limitadas 
facultades  intelectuales  en  esta  materia  ,  después  de  liaber  visto  mu- 
cho de  lo  que  se  ha  escrito  sobre  ella  por  los  autores  citados  en  él  y 
por  otros  antiguos  y  modernos;  le  presento  sin  pretensión  alguna,-  y 
si  sirve  siquiera  para  que  los  que  no  hayan  leido  á  los  eruditos  y  sa- 
bios escritores  que  cito  ,  acudan  á  estudiar  sus  obras,  daré  por  bien 
empleado  mi  trabajo,  en  la  convicción  de  haber  hecho  un  hien  d  mis 
conciudadanos  ,  que  es  ¡i  cuanto  aspiro. 


INTRODUCCIÓN. 


Discnaso  bistóbico  arqoeológico  sobbb  el  obiger,  pbogiiesos  e  decadeucia 

DB  LA  ÍOBSl  V  BSI>lSol.A  ,  ÜN  El.  ULE  &E  DA  NOTICIA  DE  LOS  THOTAUOHES,  CÓB- 
TfiS  DE  AHUR,  COflSlSTÜHIU  DE  GATA  CIEnCIA,  f  JUEGUS  fLOBALES  ESPAÍiOLBll. 


■  Asos  á  hablar  ile  ouestra  poesía  nacional ,  no  como  inspirados  poclas  y 
entcndiilos  literatos,  de  que  no  pretendemos  blasonar  por  eslar  muy  lejos 
nuestro  pobre  talento  de  aspirar  á  Un  honorifícos  dictados,  sino  como 
humildes  bistoriadoren  y  un  tanto  añcionados  á  escudriñar  y  estudiar  las 
costumbres  de  nuestro  pais.  Empero  como  á  fuer  de  arqueólogos,  nos  gus- 
te remoQlarnos  al  origen  de  las  cosas  de  que  traíamos ,  séanoK  permiiido 
recurrir  á  los  bellos  tiempos  de  Greciay  de  IRoma,  para  encontrar  las 
preciosas  fuentes  üe  que  manaron  las  beoéHcas  y  saludables  aguas  que 
produjeron  el  sabroso  y  sazonado  fruto  de  la  ilustración,  que  pugnamos 
aun  por  perfeccionar .  y  A  la  que  pertenecen  tas  lindas  ,  ricas  y  variadas 
Qores  que  germinaron  en  el  Consistorio  de  la  gaya  ciencia,  Corles  üe 
Amor  y  juegos  florales  .  jardines  deliciosos  y  amenos  de  la  poesia  españo- 
la, que  plantados  entre  los  eiiséacos  campos  Ce  la  Ddlica,  y  entre  los  lomi- 
llares  de  las  agrestes  montañas  de  Aragón  ,  eslendieron  sus  anibrósicos 
aromas  al  resto  de  la  patria  do  Cervantes ,  produciendo  sus  celestes  cnia- 
oaciunes  los  ricos  frutos  de  Santillana ,  Garcllaso ,  Mona ,  León,  Góngora, 


—  lio  — 

Calderón ,  y  otros  m'¡\  genios  que  bacen  glorioso  y  eterno  d  nombre 
del  ilustre  pueblo  espnñol.  Mucho  pudiéramos  esteudernos  si  hubiéramos 
de  decir  en  este  discurso  cuanto  hemos  visto  acerca  del  particular  que  nos 
ocupa;  pero  sobre  no  ser  este  campo  por  sus  estrechos  limites  el  mas 
&  propósito  para  ello,  tendríamos  que  molestar  á  nuestros  apreciables  lec- 
tores con  episodios  y  citas  larcas  mucbas  veces  en  lenguas  poco  conoci- 
das; y  por  tanto,  en  gracia  déla  brevedad,  y  siguiendo  la  moda  de  la  épo- 
ca, que  esige  de  uq  autor  ligereza  aun  en  los  puntos  mas  serios,  nos  li- 
mitaremos á  recoger  las  flores  mas  selectas  de  nuestro  jardín,  dejando 
para  el  minucioso  cienliGco  y  para  el  adusto  filósofo  las  que  no  nos  parez- 
can tan  bellas,  y  creemos  menos  á  propósito  ú  nuestro  objeto. 

La  poesía  se  vé  ea  la  infancia  de  las  sociedades  como  el  agente  mas 

Eoderoso  y  civilizador  que  ha  ido  formando  las  costumbres  bajo  que  se 
an  constituido,  y  lomando  parte  en  la  publicación  de  las  primeras  leyes, 
que  se  dieron  en  verso,  fué  preparando  la  conquista  del  hombre  salvaje, 
que  acabó  por  civilizar  con  sus  bellas  imágenes,  seduciéndole  con  hala- 
güeños encantos  para  apartarle  de  una  vida  errante  y  feroz  ,  y  traerle  á 
la  sociedad  con  ideas  mas  humanas  y  dignas  di'l  hombre;  y  hó  aquí  por  lo 
que  la  poesía ,  la  primera  entre  las  artes  bellas  de  imitación,  ha  preparado 
la  ilustración  del  mundo,  contribuyendo,  con  la  música  su  hermana,  á 
dulcificar  las  costumbres  de  los  pueblos  en  cuyo  progreso  y  desarrollo 
de  instrucción  y  moralidad  tienen  tanta  parte,  y  en  los  que  cnm^ervará 
siempre  una  influencia  poderosa.  Embelleciendo  en  sus  cundros  á  la  na- 
turaleza, cautiva  con  sus  imágenes  la  atención  del  hombre  que  ,  seducido 
por  las  bellas  formas  en  que  presenta  á  la  creación,  oye  con  tnas  gusto  al 
poeta  que  le  ilivierte  que  al  austero  filósofo  que  pretende  instruirle.  En 
todos  los  pueldus  sucede  la  prosa  al  verso  en  la  escritura ,  por  lo  cual  se 
vé  &  la  poesía  siempre  en  la  infancia  de  la  insiruccron  de  los  pueblos  como 
Mentora  benéfica  que  conduce  á  ella.  Poética  es  la  inspiración,  y  dirigién- 
dose el  hombre  á  dar  gracias  y  suplicarlas  á  su  Criador,  la  religión  le  pre- 
sentó poi?ta  desde  un  princípm ,  porque  le  prestó  su  apoyo  para  buscar 
bellas  imágenes  en  su  imaginación,  con  las  que  representar  su  amor  y  fer- 
vorosa oración  (i), 

(1)  El  Excino.  Sr.  D.  Pedro  José  Pidal,  marqués  de  Pidal ,  en  su  con- 
icslacion  al  discurso  que  Kilo  á  su  entrada  en  la  Academia  de  la  Lt-ngua  el 
señor  don  José  Caveda  sobre  la  poesía  considi^rada  como  elemento  de  la 
historia,  dolinc,  6  mejor  dicho,  describo  de  este  modo  la  poesía:  oLa  poesía, 
cuando  no  se  la  prosliluyo  ó  envilece,  es  sieaipre  la  cspresion  de  los  sentímien- 
los  elevados  de  calla  época ;  es  In  parte  mas  alia  ,  noble  y  armoniosa  del  pensa- 
miento humuno;  es  como  la  quinta  esencia  y  el  perfume  de  ios  demás  conoci- 
mientos; la  poesía  es  por  lo  mismo  considerada  como  elemento  hisli'irico,  an 
monumento  insigne  del  desarrollo  intelectual  do  cada  época  ,  del  progreso  en  la 
pprreocion  do  las  formas ,  de  la  estension  y  alcance  de  las  lenguas ,  y  del  esta- 
do del  desenvolvimiento  de  las  artes  y  las  ciencias;  datos  importan tjslmos,  sin 
los  coales  queda  siempre  manco  é  incompleta  la  historia  de  cualquier  pueblo- 
Purqut;  ¿cúmo  nos  lisonjearemos  do  comprender  los  hechos,  que  constituyen  la 
vida  hisldrica  du  un  pais  eu  una  época  dada ,  sino  sabemos  ol  grado  á  que  habla 
llegaJo  en  ella  el  desarrollo  intelectual ;  si  con  esta  guia  en  la  mano  no  exami- 
namos sus  opiniones  ,  no  jozgamos  sus  principios  y  no  apreciamos  los  móviles 


—  m  — 

En  todos  !o8  tiempos  y  en  todos  los  países  han  acostnmbrado  los  hom- 
bres á  acatar  el  talento  de  sus  semejantes  con  el  mayor  respeto ,  llegando 
en  algunos  á  adorar  al  sabio  en  los  altares ,  pretendiendo  pasar  á  divini- 
dad inmortal  á  la  hamana  naturaleza.  La  Biblia  nos  presenta  muchos 
ejemplos  do  esto  .  y  lleaa  está  la  Mitología  de  Dioses  que  pasaron  de 
la  clase  de  mortales  á  tan  elevado  puesto  por  su  saber,  pues  idólatras 
los  gentiles  de  los  hombrea  cuyo  in^ienio  admiraban,  los  divinizaban  por 
medio  de  la  Apoteosis:  así  lo  hicieron  con  Homero,  Minos,  Solón  y  otros 
hombres  ilustres.  Los  egipcios  y  los  hebreos,  que  son  los  primeros  pue- 
blos civilizados  que  se  hallan,  y  los  mas  antiguos,  en  la  historia  del  mun- 
do que  conocemos,  premiaron  el  saber  con  dignidad,  divinizando  los  pri- 
meros á  su  soberano  Osirh ,  y  adorando  los  segundos  al  poeta  David  ,  su 
Señor,  y  al  fumoso  y  virtuoso  patriarca  Jos(!.  Empero  donde  se  halla  un 
entusiasmo  que  raya  casi  en  locura  por  los  sabios  ,  es  en  ta  culta  Grecia, 
en  ese  pais  privilegiado,  cuna  délas  ciencias,  de  las  artes  y  de  la  lite- 
ratura. 

Acostumbrados  los  griegos  desde  la  mas  tierna  infancia  á  admirar  y 
conocer  lo  bello  en  todas  materias ,  y  á  aprender  de  memoria  los  dichos  y 
sentencias  de  los  poetas  y  de  los  sabios ,  se  acostumbraban  desde  niños  ft 
sentir  la  belleza  y  á  conocer  la  escelencia  de  la  sabiduría.  Las  obras  del  di- 
vino Homero,  inmortales  poemas  producidos  en  la  infancia  del  arte  que 
nació  ya  gigante  en  esta  prodi(;iosa  nación,  eran  el  catecismo  que  se  aprun- 
dia  en  las  escuelas ,  y  pasaba  por  ignorante  el  que  no  autorizaba  sus  pro- 
nósticos, dichos  ó  sentencias  con  testos  del  poeta  por  escelencia.  Un  pue- 
blo tan  civilizado  necesitaba  un  culto  tan  grande  á  las  letras,  como 
estraordioario  era  su  deseo  de  instrucción ;  por  lo  tanto,  imitando  al  pri- 
mer establecimiento  literario  que  se  conoció  en  el  mundo,  que  fué  el  Mu- 
seo, que  para  reunión  de  los  subios  hizo  en  Alejandría  el  literato  Ptolomeo 
Pbiladelfo.  rey  do  Egipto,  por  consejo  del  sabio  Demetrio  Phalero ,  el 
cual  dotó  magníHcamente  con  rentas  del  tesoro  público,  establecieron  el 
Museo  de  Atenas.  El  sepulcro  del  célebre  poeta  Museo,  en  el  cual  se  ha- 
bían erigido  altares  á  las  Musas,  fué  el  sitio  elegido  para  ediñcar  el  primer 
establecimiento  literario  de  los  griegos.  En  este  templo  se  reunieron  los 
sibíos ,  los  poetas  y  los  fliósofos ,  y  en  agradables  sesiones  fijaron  las  le- 
yes del  buen  gusto,  y  produjeron  los  buenos  modelos  en  todas  materias. 
Asi  como  en  el  Museo  de  Alejandría,  la  tolerancia  de  opiniones  fué  un 
punto  casi  dogmático,  y  por  lo  tanto  cada  uno  manifestaba  la  suya  con  la 
roas  entera  libertad ,  en  lo  cual  no  podían  menos  de  giinar  estraordinaria- 
meute  las  letras.  Pero  un  solo  Museo  no  era  suficiente  para  aumentar  U- 


£ 


de  sos  acciones  y  empresas  ?b  Asi  es  en  efecto ,  y  si  aloademos  i  que  en  la  poe- 
sía de  un  puebla  puede  estudiarse  mejor  que  en  su  liisloria  ¡su  estado  moral  y 
social ,  se  podrá  comprender  que  se  cooocc  mas  á  la  Grecia  antigua  por  el  cri- 
tico Homero  que  por  los  sabios  historiadores  Herodoto,  Tueidides,  Xeoofonlc  y 
demás  que  les  precedieron.- 

Dicen  slguuos  queja  poesía  es  unlreflcjo  de  la  sociedad  contemporánea .  un 
retrato  al  vivo  do  sqs  efectos,  creencias  y  pasiones;  pero  esto  lo  enlendomosasi 
nosotros  en  la  edad  media  j  con  la  poesía  vuljjar  ,  pero  de  modo  alg^uno  con  la 
cortesana  de  aquella  época:  hoy  creemos  que  es  mas  verdadero  ol,a:(iom<'<  en 
general. 


—  U2  — 

terariameiite  el  crecido  número  de  sabios  que  produjo  solo  el  establecí - 
miento  del  primero ,  y  asi  es  que  fué  preciso  multiplicarlos  por  toda  la 
Grecia. 

A  los  Museos  siguieron  en  Grecia  los  Ateneoa,  originados  de  las  fiestas 
ateneas  que  instituyó  Eritreo  IV,  rey  de  Atr-nas,  en  cuyos  anfiteatros 
leían  y  declamaban  los  poetas  sus  producciones  escénicas,  como  diceLam- 
pridio,  SidoDÍo  y  Apolinar  ;  á  estos  siguió  la  Ecsbdra  de  los  gimnasios, 
escuela  tíleraria  sostenida  por  el  tesoro  público  ;  y  á  estas  las  academias 
en  que  lucieron  el  divino  l'iaton,  Sócrafes,  Arcesitao  y  Carneades,  filóso- 
fos distinguidísimos  que  merecieron  un  lugar  preferente  en  el  panteón  de 
los  sabios  que  se  edificó  en  la  misma  academia  de  Atenas.  Los  Liceos,  es- 
tableci  mié  utos  consagrados  á  Apolo,  cuya  fundación  se  concede  á  Pisis- 
iralo,  y  su  engrandecí  miento  á  Peñoles  y  á  Licurgo  bijo  do  Licofron, 
continuaron  en  la  Grecia  el  espíritu  de  asociación,  y  en  el  de  Atenasi  el 
famoso  Aristóteles  hizo  oir  su  divina  voz  en  sus  instructivos  paseos  por 
entre  los  frondosos  plátanos  que  enibellecian  su  recinto. 

Como  complemento  de  civilización  y  cultura ,  se  estableció  en  Atenas 
el  Odech,  famoso  teatro  en  el  que  se  reunían  los  músicos  y  los  poetas, 
según  escribe  Suidas ,  y  en  él,  a  la  presencia  de  una  gran  concurrencia  de 
espectadores .  leian  los  unos  y  tocaban  los  otros ,  los  poemas ,  cantos  y 
coros  que  debian  presentarse  en  el  gran  tatlro ;  de  suerte  que  venia  á  ser 
UB  comité  censor  de  las  obras  escénicas  que  se  babian  de  poner  al  público, 
lín  este  OnEUn  se  bacia  improvisar  fi  los  músicos  y  á  los  poetas  que  pre- 
tendían ser  admitidos  en  la  corporación ,  y  una  votación  pública  decidla 
su  admisión.  Otros  muchos  establecimientos  de  segundo  orden  tuvieron 
ios  magniücos  griegos  para  engnindecer  las  letras  y  alentar  y  premiar 
como  en  estos  á  los  poetas  y  literatos ;  pero  donde  so  hacia  con  mas  os- 
teotacíoR  era  en  los  juegos  olímpicos ,  jiiftlticos ,  ñemeos .  é  isthtnicos  que 
eran  los  cuatro  principales  de  los  griegos.  En  los  pylbicos .  que  se  hacían 
en  honor  de  Apolo,  se  cantaban  bimnos  por  sns  mismos  autores  y  no  por 
otros ,  al  son  de  la  lira  y  de  la  citara ,  recibiendo  por  premio  ,  d  que  te 
ganaba,  un  vaso  ó  trípode  sobre  el  que  se  grababa  el  nombre  def  poeta,  y 
después  se  colgaba  en  el  templo  de  la  divinMad  festejada. 

En  casi  todas  las  ciudades  griegas  se  celebraban  combates  literarios,  en 
los  que  se  premiaba  el  talento  de  los  mantenedores  .  particularmente  en 
Samas ,  en  los  jue;;os  en  bonor  de  Juno  ,  en  ¡tluma  y  Jdion  en  I»  fiesta 
de  Júpiter,  en  Epidauro  en  las  de  Esculapio,  y  por  último  en  Tkebas, 
Jrgos ,  Potras,  Sicionea  y  Olimpia,  en  cuyas  ciudades  había  escuelas 
donde  se  admitía  á  todos  los  que  querían  ejercitarse  en  algún  combate  li- 
terario. 

La  primavera  es  de  l.is  cuatro  estaciones  la  mas  galana  y  poética  ,  y 
por  lo  tanto ,  eo  todos  tiempos  las  flores  que  la  embellecen  bao  promovi- 
do juegos  donde  brdle  la  inspiración  del  poeta.  Las  fiestas  Dionisiacas  ó 
de  Baco  en  Atbenas  se  celebraban  en  abril ,  y  en  ellas  habia  combales  li- 
terarios eo  que  se  premiaba  con  una  corona  do  pámpanos  al  poeta  que 
había  compuesto  el  mejor  bimno.  Tanto  en  esta  fiesta  lloreal ,  cuanto  en 
las  Anthestei-ias  ó  sea  de  los  toneles ,  de  las  copas  y  de  las  ollas .  y  en  las 
Panatheneas,  que  también  estaban  consagradas  al  dios  déla  vid  ,  dispu- 
taban el  premio ,  ct'tmícos,  trágicos  y  poetas ,  ante  los  comisarios  ó  jueces 
nombrados  por  el  estado  para  juzgar  del  mérito  de  sus  obras,  represen- 
tándose á  costa  de  la  república  con  toda  pompa  ,  la  que  á  pluralidad  de 
votos  se  declaraba  digna  del  premio.  En  fin,  puede  asegurarse  que,  asi 


—  113  — 

coma  de  las  demás  artes  y  ciencias ,  la  Grecia  fué  el  país  por  escclt^ncia 
de  la  poesía ,  y  por  lo  Unto  la  primera  que  supo  saludar  con  sus  llores 
iatelectuales  á  las  de  la  bella  naturaleza  en  sus  días  de  placer  y  de  ulegria. 

Seniles  imitadores  los  romanos  de  los  griej^os  en  sus  artes  y  costum- 
bres, si  bien  nn  las  sublimaron  porque  al  empezar  á  imitarlas  hicieron 
perder  su  ¡nspifada  originalidad,  trataron  de  hacer  ¿  los  conquistados 
turiegos  mas  ligeia  la  cadena  do  esclavitud  con  ({uu  amarraron  su  libeiiad 
al  carro  Ir iunrante  de  los  tiranos,  conservándoles  sus  halagüeñas  costum- 
bres en  las  que  tanto  t<^nian  que  admirar  y  que  aprender.  Por  esta  razón 
el  Museo  de  Atenas  se  sostuvo  tal  y  como  le  tenían  los  grífgos  por  los 
empeí  adonis ,  y  en  Alejandría  no  solo  se  aunienió  cuando  los  rumanos  se 
enseíioroaron  de  lü^íplo,  sino  que  Claudio  fundó  in  la  misma  ciudad  otro 
al  que  dio  su  nombre,  y  en  el  que  ordenó  se  leyí'sen  lus  antigüedades  de 
Elruiia  y  de  Cartago  escritas  pur  <?1.  Jdriano  se  lionró  en  cuestionar  con 
los  sabios  de  esln  Museo  que  dotó  ricamente  y  que  produjo  muchus  salios 
hasta  su  desgraciada  desliuccion,  causada  en  tiempo  del  empiridnr  Aurc- 
liano  á  causa  de  una  sublevación  contra  el  Impi'rio  por  los  hubiíaotcs  de 
Alejandiia.  Itt'piltcron  ios  romanos  el  Ateneo  en  Roma,  en  el  sitio  que  boy 
se  hala  la  iglesia  Ara  Cwti,  el  cual  mandó  ediQcar  Adriano  en  el  ano  135 
de  nuestra  era,  y  en  León  por  el  feroz  Calíanla,  mereciendo  el  piimeto 
la  asistencia  continua  de  Alejandro  Severo ,  y  el  haber  tenido  por  discípu- 
lo i  Gordiano  Pió  que  apicndJó  eu  él  á  declamar.  Las  Academias  y  los 
Liceos  no  fueron  en  Ruma  acogidos  con  tanlo  entusiasmo  como  en  Gre- 
cia, donde  siguieron  respetados  durante  la  dominación  romana;  pero 
los  Odeum,  se  multiplicaron  por  todo  el  Imperio,  habiendo  cuatro  solo  en 
liorna.  El  principal  esialia  en  el  monto  Aventiuo  del  cual  habla  Cicerón  á 
Attico ;  los  oíros  dos  el  uno  en  el  Palatino  de  que  habla  Séneca ,  y  en  el 
teatro  de  Pompeyo  mencionado  por  Amino  Marcelliuo,  y  el  cuaito  fué 
erigido  en  el  Imperio  de  Domiciano  según  dice  Suelanio. 

Tanibicn  tuvieron  los  romanos  veneración  por  las  letras  y  entusiasmo 
por  la  poesía  lomo  los  griegos  sus  maestros ,  y  asi  os .  que  en  muchos  de 
sos  juegos  públicos,  el  dube  cauto  del  poeta  se  hacia  sentir  con  apliiuso; 
siendo  en  las  fiestas  que  se  hacían  en  honor  de  Minerva ,  en  donde  |>rinci- 
palinente  tenían  un  lugar  preferente  sus  cantos.  En  1."  de  junio  y  cu  19  de 
marzo  se  ceU-brahan  las  fieslas  Mlnbkv&lls,  que  duraban  cinco  dias  se- 
guidos :  los  priiiiiros  los  pasaban  los  romanos  eu  hacer  votos  y  oraciones 
á  la  diosa  de  la  sabiduría,  y  lus  siguientes  en  sacriñcios  y  combates  de 
gladiadores.  En  ellos  se  representaban  tragedias  y,  después  de  Dnmiciano, 
los  síihios  disputaban  lerendo  en  público  sus  obras  ócumpiisicioties.  Cuan- 
do se  h'iciaa  estas  tiestas  á  la  diosj  de  las  ciencias  y  do  las  bellas  artes ,  se 
cerraban ,  por  el  tiempo  de  su  duración ,  las  aulas  y  escuelas ,  y  los  discí- 
pulos daban  á  los  maestros  un  honorario  llamado  Mioerval.  Los  poetas, 
en  el  quinto  día ,  improvisaban  sobre  puntos  que  lis  indicnha  el  rey  de 
los  sacríDcios  ó  la  persona  mas  condecorada  que  se  hallaba  en  los  juegos, 
y  I-I  premio  del  vencedor  era  una  corona  de  rusas  frestas  en  lus  ñestas  de 
junio,  y  de  grama  en  las  de  mai  zo ,  razón  por  lo  que  se  llamó  á  los  cinco 
dias  de  estas  fiestas  dias  doridos. 

Muchos  juegos  podríamos  presentar  en  que  la  poesía  campeaba  entre 
los  romanos,  como  los  Itiptrcales.  taturnales ,  bacanales  y  otros,  piro 
reduciéndome  solo  á  los  ijue.  como  los  anteriormente  descritos,  tienen 
alguna  analoda  coa  los  juegos  llórales  deToiosa,  de  cuyas  ñcstas  sequic- 

15 


—  fl4  — 

re  hacer  salir  el  origen  del  Consistorio  de  la  gaya  ciencia  de  Aragón, 
haré  mención  de  ios  juegos  florales  romanos  y  de  ios  del  Ainai  de  León  de 
los  que,  por  recuerdo^  se  tomarían  los  florales  de  la  edad  media  como  quie- 
ren algunos. 

Flora  era  entre  los  griegos ,  que  la  llamaban  Chlorís ,  la  diosa  que  pre- 
sidia las  flores  y  los  jardines.  Céfiro  con  quien  casó  la  concedió  este  im-r 
perio  ,  y  conservándola  en  su  primera  juventud ,  la  hizo  gozar  de  una  pri- 
mavera eterna.  Los  griegos  transportaron  su  culto  á  la  Etmria ,  y  la  re- 
presentaban bajo  la  figura  de  una  joven  coronada  de  flores,  con  el  cuerno 
de  la  Abundancia  en  la  mano:  así  se  la  adoraba  en  Roma  en  su  templo  cerca 
del  Capitolio ,  desde  que  Tacto  ^  rey  de  los  sabinos ,  llevó  su  culto.  En  su 
honor  se  establecieron  en  413 ,  en  513  ó  según  otros  en  5^3  de  Roma 
unos  juegos  por  los  cónsules  L.  y  Marco  Publicio  que  se  celebraban  en 
tiempos  de  esterilidad ,  ó  cuando  los  libros  de  las  Sibilas  lo  prevenían; 
pero  habiendo  habido  una  gran  esterilidad  en  580 ,  el  senado ,  para  apla- 
car k  Fiora ,  dispuso  que  se  celebrasen  los  juegos  florales  todos  los  afios 
el  28  de  abril  y  después  en  1.*  de  mayo.  Estos  juesos  se  efectuaban  de  no- 
che dentro  de  un  círculo  iluminado  que  se  formaba  en  la  plaza  Patricia, 
cantando  y  bailando  con  mucha  decencia;  pero  como  nunca  falta  un  mo- 
tivo que  corrompa  las  costumbres  mas  puras  é  inocentes » no  tardó  e» 
presentarse  uno  que  cambió  el  aspecto  risuefto  y  candoroso  de  estos  jue- 
gos. Fiora  ó  Acá  Laurencia,  cortesana  pública,  dejó  sus  bienes  al  pueblo 
romano  y  éste  fundó  con  su  patrimonio  unos  juegos  en  su  obsequio  que 
no  tardaron  en  confundirse  con  los  florales.  En  estos  juesos  llegó  á  reinar 
el  desorden  basta  tan  escandaloso  punto ,  que  ademas  de  los  cantares  obs- 
cenos que  se  entonaban ,  como  en  las  fiestas  de  Priapo  y  en  las  orgías  de 
Baco ,  las  cortesanas  se  presentaban  enteramente  desnudas  á  ejecutar  in- 
decorosos y  lascivos  bailes  al  son  de  las  flautas  que  tocaban  hombres  tan 
impuros  como  ellas.  A  pesar  de  las  declamaciones  del  censor  Catón,  estos 
escesos  y  deshonestidades  presidieron  por  mucho  tiempo  en  estas  fiestas, 
á  las  que  asistían ,  sin  sonrojarse,  las  damas  y  caJ[)alleros  romanos ,  y  aun 
algunas  veces  los  mismos  gobernantes.  Los  poetas,  en  un  principio,  com- 
ponían y  leían  himnos  en  los  que  se  cantaban  las  gracias  de  Flora ,  sos 
virtudes  y  beneficios  que  prodigaba  á  los  mortales ;  pero  cuando  la  insti- 
tución se  bastardeó ,  sus  composiciones  variaron  y  se  dirigieron  á  objetos 
lúbricos  é  indecentes:  las  fiestas  florales  se  denominaron  por  los  desórde- 
nes referidos,  fiestas  de  las  Cortesanas  (1). 

Mas  severos  los  galos ,  por  exigirlo  asi  su  religión ,  cuando  imitaron 

(O  Se  cuenta  que  hallándose  un  día  el  célebre  Catón  en  estos  juegos ,  no  se 
atrevía  el  pueblo  á  pedir  que  saliesen  las  mujeres  desuudas ;  pero  habiéndole 
advertido  Favonio,  su  amigo,  que  su  presencia  retenía  al  público,  se  salió  de[ 
teatro  á  fin  d»  dejar  al  pueblo  en  libertad  de  divertirse  con  estas  danzas  según 
costumbre.  Conociendo  el  pueblo  por  lo  que  se  salía ,  dio  á  Catón  estrepitosos 
aplausos ,  é  hizo  que  saliesen  á  bailar  las  cortesanas ,  manifestando  que  les  cau- 
saba mas  respeto  este  sabio  y  virtuoso  hombre,  que  toda  la  reunión.  Séneca, 
Epist.  47 :  Marcial  y  Valerio  Máximo  traen  este  hecho.  Los  célebres  escritores 
Juvenal ,  Ovidio ,  PHoio ,  Tácito .  Lactancio ,  Arbonio »  S.  Agustín ,  Vossio  y  Ro- 
siniy  de  AnUquU,  ñonumorum,  hablan  de  los  juegos  florales  romanos » como  po- 
drán ver  los  que  quieran  apurar  esta  materia. 


—  116  — 

de  los  romanos  SQS  conquisladores  sas  costumbres  festivas,  las  despoja- 
ron de  su  parte  impura,  y  adoptaron  con  empeño  la  parte  útil,  y  asi 
68»  que  cuando  por  el  mes  de  mayo  se  celebraban  en  ei  Ainai  ó  Meneo 
de  León  loa  famosos  juegos  establecidos  en  honor  de  Augusto ,  que  venian 
i  ser  les  de  Flora  en  Roma,  en  ellos  reinaba  la  mayor  compostura  y  de- 
licadeza. En  estes  juegos  que  eran  atléticos  generalmente ,  los  habia  ade- 
mas literarios ,  en  los  que  los  poetas  llevaban  la  mayor  parte ;  pero  si 
bien  no  nos  han  dejado  dicho  los  autores  contemporáneos  cuál  fuese  ei 
premio  de  los  vencedores ,  la  tradición  ha  conservado  el  castigo  de  los 
vencidos ,  el  cual  consistía  en  que  el  poeta  que  habia  hecho  una  maia  com- 
posición y  habia  sido  caliñcada  en  este  sentido  por  el  jurado  nombrado  al 
eCseto,  estaba  obligado  á  borrarla  con  la  lengua,  y  otras  veces  á  arrojarla 
al  rio  ó  despedazarla  con  mansedumbre ,  todo  á  la  vista  de  los  espectado- 
res. De  lo  grave  y  vergonzoso  de  este  castigo  puede  juzgarse  en  los  versos 
de  la  sátira  de  Juvenal ,  en  que  compara  el  temor  de  un  rector  destinado 
¿  leer  sus  composiciones  en  estos  célebres  juegos,  al  de  un  viajero  que  ha 
pisado  una  serpiente  (i). 

Conforme  rae  Roma  cambiando  la  humilde  cubierta  de  sus  techos  en 
ricos  artesonados ,  y  sus  pobres  cabanas  en  grandiosos  palacios,  la  sober- 
bia ,  la  molicie ,  y  la  indiferencia ,  fueron  sucediendo  por  grados  á  la  mo- 
destia ,  al  valor  heroico  y  al  deseo  do  saber  de  los  tiempos  primitivos  de  la 
república.  La  ignorancia,  guiada  por  el  lujo  y  la  vanidad ,  se  fué  entroni- 
zando ,  y  las  artes  y  las  letras  fueron  cediendo  el  puesto  á  su  poderosa 
rival.  Empero  se  sostuvo  algún  tanto  la  poesia  engalanada  por  las  ricas 

{roseas  de  Virgilio,  del  festivo  Marcial,  del  satírico  Juvenal  y  de  otros  sá- 
íes  varones,  hasta  que  una  calamidad  para  el  mundo  civilizado ,  la  vino 
á  sumir  en  la  mas  tenebrosa  tumba  con  todas  las  bellas  artes  y  produc- 
ciones del  hombre.  Los  cantores  de  Grecia  y  Roma  enmudecieron  al  hor- 
roroso graznido  de  los  bárbaros  del  Norte  ,  y  al  invadir  estos  la  Europa, 
cayeron  en  pedazos  de  las  manos  de  aquellos  la  dulce  lira  y  el  adiestrado 
plectro. 

Si  bien  la  poesia  en  su  renacimiento  y  en  los  tiempos  modernos ,  ha 
sacado  y  saca  una  riqueza  inagotable  de  la  época  tenebrosa  en  que  las 
bárbaras  naciones  del  Norte  invadieron  la  Europa ,  nada  tuvieron  aquellos 
tiempos  de  poéticos  para  los  que  pasaron  sus  días  en  ellos ,  puesto  que  sus 
cánticos  fueron  cantos  de  sangre,  y  los  instrumentos  con  que  les  acompa- 
ñaron, el  agudo  puñal  y  el  terrible  lanzon.  Todo  lo  bueno  sucumbió  ante 
sus  ferocidades,  y  las  bellezas  de  la  mano  del  hombre  civilizado ,  fueron 


(4)  Terrible  á  la  verdad  seria  para  los  poetas  desgraciados  semejante  sen- 
tencia, pero  si  atendemos  á  que  en  aquellos  tiempos  no  se  pasaba  por  la  media- 
nía en  la  poesia  y  á  que  ésta  era  su  {dolo,  no  habrá  que  cstrañar  una  rigidez 
que  no  debiera  haberse  perdido  para  honor  de  las  letras  de  todas  las  épocas,  y 
para  que  no  quisiéramos  todos  ,  como  hoy  sucede  por  desgracia  ,  adornarnos 
con  el  laurel  reservado  por  Minerva  al  verdadero  mérito.  Pero  el  buen  gusto  lia 
sucumbido  en  nuestros  tiempos  bajo  la  maza  de  hierro  de  la  ignorante  audacia, 
y  la  luz  divina  de  Ja  inspiración  y  del  talento  se  vé  envuelta  cutre  las  espesas 
tinieblas  de  la  ignorancia  y  del  mal  gusto ,  si  bien  aquella  poca  luz  no  las  deja 
jamás  juntarse  para  ocultarla  :  un  castigo  como  los  referidos  del  Ainai  de  León 
no  vendría  mal  en  estos  tiempos  para  limpiar  nuestra  bella  y  buena  poesía. 


—  í' 


re  hacer  salir  el  origen  del 
haré  mendoii  de  los  juegos  •'. 
los  qae,  por  recuerdo,  si'  tum 
ren  alguoos. 

Flora  era  entre  los  gri*'  ^ 
sidia  las  flores  y  los  janr*** 
perio ,  y  coDser \  áiidoi:* 
uuTera  eterna.  Lns  '^' 

SreseoUban  bnjn  Kt 
ela  Abamlanrii 
dd  Capit(»l¡n .  ■: 


r 


eoD  que  inundaron  al 


vn  pequeño  lugar  entre 

-«Hio  qme  lodo  lo  Tence  y  á  la  paz 

s4^ttM«i$  ▼  Ostrogodos  de  la  parte  mas 

.  ^mrtsrr^  fueron  suaTizán<io!^i'  algún 

^  ^«wttf  lentamente  para  ganar  paso  ¿ 

.m:^«r-«.  reTolucion  que  completaron 

'^^^>^vaúe»  el  Dante  y  el  Peirarca  que  en 

\.^  «  a  ivstncion  romana ,  inauguraron  la 


bonor  se  i  ^-  * 

mos  jii - 

tiemp. 

peló 

cnr 

cl 


■Mtyendada  en  los  tiempos  mas  remo- 
;»«tiTando  con  sus  encantos  el  corazón 
nKftió  la  noble  misión  de  embalsamar 
i!{  corrompiilo  ambiente,  dulcificar  la  fe- 
»  .svnir  el  corazón  de  los  mortales  á  un  ter- 
»i^«ieAo,  á  la  par  que  mas  digno  d(«  él .  santo 
"^1^  ^  ¿«tTÍzar  las  costumbres,  nadie  pneile  negár- 
^'^'j  ..tfrt»  es  preciso  concederla  que  fué  el  móvil  prin- 
^*^  J^  4  idimra  penlíúa,  y  para  despejar  las  ili*nsas  linie- 
-'**^  ^.M»r^  ¡¿inorancia  á  ta  ciTüi/acion  en  la  rd;id  me- 
-"  *~  ^^  »  l«F  (9  necesario  buscar  mucha  parte  t!e  nuestra 
' '  ^''«•■•««^  íí**  paebl«>s  mas  en  los  antiguos  romances  y  can- 
•  '  ^  j«  1^  Trtüstos  cronicones. 
"^'^  *1¡^  *^tjkIos  p>eLi$  de  los  Celus .  C.«ntabros .  Galos  y 
jmtT-  las  acciones  ife  los  héroes  al  son  de  sus  agrestes 
«  ji«  c^mtMitientes  con  sus  óardiros  para  prepararlos  á 
^e«  ella  para  que  fueran  mas  ferv^es.  esos  mismos, 
*^|^^||^  ^«e  se  les  miraba  pues  que  llegaba  hasta  snsf*en- 
^  ^  Mr  sus  razones  si  se  presentaban  en  medio  de  los 
«:  esos  banios  tan  feroces  en  un  principio  como 
1^^  ^««^^^-^  ^"Mlt taños,  fueron  después  los  que,  variando  sus  cantos 
»*<»«'^'*^^j^ie  paz ,  empezaron  a  hacer  ésta  aprecíable ,  é  insni- 
■  '***^ JÜJ *  wf^**^  •  b^granm  que  sus  admiradores  no  fuesen  tan  fe- 
^"^^^  .jIiY"^  el  canto  de  su  voz  abrió  una  nueva  era  de  cultura 
*'*j^l>¿»lra  pan  la  restauración  del  destruido  templo  del  sa- 
^2  |iffl«ia  «'^  renacer  las  estinguidas  luces, 
^h  Í.Í  ^J*^  j^  1^  balólos  fué  después  en  Francia ,  en  Irlanda  y  en  Es- 
Jfc  '>**f^jju^*j:nient»»  en  que  se  cultivaba  la  poesía  y  en  que  se  pre- 
v*!**^  •* '"^^¡¡¡¡¡jiís  públicos  á  sus  autores,  que  eran  mirados  como  cró- 
«Mü.^  -•**"^'^li¡¡tíK»rias  de  la  patria,  de  la  ^  ida  de  los  héroes  cuyas  proe- 
i»^<«^  ^'^y^  /y^mbre  de  muchos  siglos  mas  antiguas  en  Espáiia  como 
nie^  ^f^^xaM^'^j^ulP.  i^a  ingratitud  signe  las  mas  veces  al  beneficio ,  y 


ain«K>  roncedemos  d  los  poetas  y  á  la  poes^ía  el  haber  mejorado  la 
(O    ^*"   ^|i%aflue  su  completa  formación  y  su  perfección  se  debe  á  la  filo- 


íofia- 


—  H7  — 

:  (Ina  privado ,  trató  de  quitarles  de  delante  caanto  pudiese  recordarle^ 
.  iíMi  la  1.  Para  ello,  según  el  sabio  Uomr  ,  mandó  reunir  en  un  solo  si- 
1.0  á  todos  los  bardos  del  país,  y  los  hizo  degollar  desapiadadamente; 
ci  iiclilad  que  se  repitió  después  con  los  abenceriajes  en  la  Tamosa  fuente 
de  los  Leones  de  la  Alhambra  de  Granada.  La  Galia  quedó  sin  sus  bardos, 
pero  la  poesía  habia  ya  empezado  su  revolución  civilizadora ,  y  nuevos 
cantores  sustituyeron  álos  primeros,  recordando  los  cantos  del  divino 
Oslan  (hijo  de  Fingal),  y  continuando  la  civilización  ¿  que  los  cántabros  y 
los  bardos  dieron  principio,  si  bien  tuvieron  muy  pronto  que  abandonar 
su  puesto  á  los  inspiraitos  trovadores,  hijos  de  los  cantores  arábigo-espa- 
ñoles, á  auíenes  estaba  cometida  la  misión  de  perfeccionar  la  obra  que 
aquellos  nabian  comenzado. 

Desde  la  aparición  de  los  trovadores  pasados  de  España  á  la  Provenza 
en  el  siglo  XI  de  nuestra  era,  los  bardos  se  corrompieron  hasta  el  punto 
fie  ser  unos  histriones  errantes  tan  llenos  de  vicios ,  que  fué  necesario 
que  las  leyes  les  anatematizasen ;  y  asi  es  oue  la  reina  Isabel  de  Inglaterra 
dio  un  decreto  en  1567 ,  por  el  que  los  pronibió,  mandando :  que  el  lunes 
después  de  la  fiesta  de  la  Trinidad  de  dicho  ano ,  un  consejo  compuesto 
de  los  caballeros  BecUy,  Grifí%t,  EUis-Prix^  y  de  su  escudero  GutUermo 
Mostin^  escogiesen  los  mejores  bardos  y  músicos  del  principado  de  Gales 
y  enviasen  los  demás  á  labrar  la  tierra  ó  á  ejercer  oncios  mecánicos,  á 
iín  de  que  por  este  medio  se  remediasen  los  abusos,  y  honrase  debida- 
mente á  los  buenos  poetas  y  músicos. 

Hemos  llegado  á  uno  de  los  puntos  mas  principales  de  nuestro  dis- 
curso, es  decir,  á  la  época  en  que  ya  mas  suaves  las  costumbres*  se  ve  á 
la  poesia  adornarse  con  las  ricas  galas  de  los  tiempos  modernos,  y  empe- 
zar una  carrera  de  menos  abrojos  y  malezas.  La  galantería  sucede  á  la 
grosera  ferocidad ,  y  concediendo  á  la  belleza  su  asiento  en  la  mujer ,  en 
esa  preciosa  mitad  de  nuestro  ser  y  perfecta  obra  del  Criador,  hace  olvi- 
dar la  sanguinosa  musa  de  los  combates  ,  y  presenta  á  la  faz  del  mundo 
civilizado  el  encanto  de  la  virtud  coronada  de  frescas  rosas  mantenidas 

Cor  la  alegría  y  el  placer.  Nacen  los  tiempos  de  la  galante  caballería,  y  sí 
ien  no  son  tan  puros  que  no  manchen  su  cuna  algunos  negros  borrones 
arrojados  por  el  vicio  pertinaz  perseguidor  de  la  virtud,  ni  tan  comple- 
tos que  algunas  espinas  no  dañen  los  tiernos  pétalos  de  sus  flores ,  afean- 
do el  hermoso  vergel  que  les  rodea ,  al  menos  se  respira  en  un  ambiente 
roas  saludable,  y  se  engríe  y  se  esparce  el  alma  en  un  porvenir  mas  feliz 
y  venturoso.  Los  trovadores  provenzales ,  ciertamente  que  no  dieron  á  la 
poesía  su  dignidad,  porque  sus  composiciones  se  resentían  de  vulgarida- 
des^, monotonía ,  prolijidad  y  dureza  en  el  verso  y  rimas  penosas  y  es- 
trañas,  como  dice  el  abate  Andrés;  pero  allanaron  el  camino  para  que  los 
Petrarcas  y  Dantes  colocasen  á  la  poesía  en  el  alto  puesto  que  merecía. 
Ellos  fueron,  según  los  críticos,  los  inventores  de  la  poesía  rimada  en  las 
lenguas  modernas,  si  bien  nosotros  concedemos  este  don  á  nuestros  anda- 
luces y  árabes  españoles,  como  diremos,  y  sus  canciones  amorosas,  sus 
serveniesios  ó  sátiras  contra  los  vicios,  usurpadores  y  tiranos,  sus^ones 
ó  sonetos^  sus  madrugóles ^  madrigales^  ó  martingales,  sus  farsas  cómi- 
cas y  sus /^nzone^  dieron  origen  á  una  poesía  agradable  y  musical. 
Los  trovadores  (inventores;  como  tengo  dicho  (1)  aparecieron  en  el  si- 

(I)    Los  trovadores  celebraron  los  buenos  sucesos  de  los  Cruzados  que  en  el 
siglo  XI  se  congregaron  para  reconquistar  la  Tierra  Santa.  Ellos  hicieron  con  sus 


—  M6  — 

alingailas  j  arrolladla  por  loa  torrentes  de  ntigra  cod  qop 
momio  culto. 

Miich)  tiempo  tardó  la  dTlItiiclon  en  baoms  no  per]' 
esta  turba  do  salTaJea,  pero  gnciaa  al  tiempo  qie  loan 

SUQ  tiidn  loracilita,  dueños  ya  loi  Wialgodoa  7  Oitroí.- 
orilla  dü  Europa  ,  la«  costnmbreí  gnemm  (ueror 
tjnlo .  y  la  cultura  perdiila  fui^  3|iari;clenilo  leoUní''  ' 
paso  el  terreno  usurpailo  por  U  barbarie,  r«vril<' 
di^spties  en  ItüliH  á  los  inmortoles  poetas  el  fía"' 
meilio  lie  U  barbarie  que  sucedió  ¡1  la  ilustrarii 
aurora  de  la  bella  poesín  y  del  buen  Euslo. 
Asi  como  á  la  poesía  csluvo  eacomonr'n 
tos  la  conquista  do  la  Ilustración,  oauli^'': 
dol  lioiiibrc .  asi  en  la  edad  media  rccilii  .   • 

cnn  sus  aroméUcas  emanaciones  «I  ci>'  ::  ^ 

rocíd;id  de  las  costiimbri^s .  y  gui:)r  ■■  ^m^ 

nmo  mas  ameno ,  dulce  y  halapii' 
7  virtuoso.  El  celeste  don  de  %vr 
soln  á  la  poesra,  y  por  lo  tanto  r- 
cip:tl  para  roenlronizar  laculii- 
Ma^  con  que  ocull¿  laoslú¡> 
dia  (1),  y  li*'  aquí  por  lo  <)ii 
historia  y  de  la  dotoilo^  1 '- 
cionet  populares  que  m  1 
I.0S  bardos,  es'>s  y^ 
Rrelanes.  que  cindifi  i<< 
liras  .  encoritjalnn  A  li<. 
lu  guerra,  6  alpQt!trt> - 
fcracJasal  respi-in  .ni 
derse  unabatrilifi  |- 
do3  oji^rcitos  l'cli,:         -_ 

fil  rosto  de  SrM  -  "  -> 

dopK'rra  -"  - 

nndo  ilui 
roces;  r,. 


mnlio 

■  ■  '.m  de 
í  n  las 


«anajaráia  del  arra- 

t  arntío  da  nn  orU  drcolar  i 


par  i»dB  Vsmpn .  y  fiíeroD  Un 
i    jr  ficfama  i  sus  caries .  y  el 
'  •>()  M  amistad  y  beDpn- 
.: .  l-M  lletii  á  esle  santo 
.  1Í1W  evíO  sus  canias-  Los 
^.  >|iM  «iwKcieroD  eii  la 
'".•«MlilsMricasy  minan- 
1  .-*fl>*;Mtoseran  b«lios 
~      iiionacaotaban  Ins  pro- 
direreult^s  Íns- 
ita Juan  I  de  Ñapóles  que 
desfalleciendo  eo- 
los  poet«s.  Los 
Faydil,  Bninel, 
lerse  en  Nos  irada- 


—  H9  — 

todos  los  trovadores  dit  las  cercanías  que  (iiiisicson  venir  &  c^la  cindad  el 
primero  de  mayo  dd  síítuicntf!  año,  iiromtftinndo  dnr  una  violeta  de  oro  de 
premio  al  (jue  recitase  los  mepns  versos.  Escrita  esta  carta  eu  rimas  pro- 
ven7.alcs .  se¡^n  se  inserta  en  este  registro  ,  futí  remitida  á  todas  Ins  ciu- 
daili-s  qnfí  hablan  la  lengu»  d'Oc.  Los  sicie  de  iiuo  se  ha  hecho  niencion,  se 
llaman  Iternard  de  Panassnc,  Damoisean  ,  Guillaume  de  Li>bra,  Veren^cr 
d«  S.  Phncal,  l'itíire  ile  Mcjancssere  ,  Guillanme  deGiminut,  Pierre  Ba- 
raignoa  7  Bernaril  Olh.  Amantes  los  capitulares  de  esta  vilhi  de  la>:  bellas 
letras,  acordaron  en  su  consejo  municipal  (|ue  so  ejecutasft  esli*  certamen, 
DO  solamento  este  año ,  sino  todos  los  sucesivos  en  semejante  día.  Ha  vir- 
tud de  la  invjtativa,  vinieron  para  el  día  señalado  un  gran  número  de  tro- 
vadores. El  primer  dia  de  mayo  en  que  se  juntaron  en  las  casas  Cnpítnla- 
res,  se  empleó  en  oir  tos  vera<)s  que  recitarla  los  trovadnres;  al  sijinicnte 
dia  se  examinaron  las  compusicinnes  por  los  siete  arriba  dichos,  y  ademas 
por  diis  capitulares ,  y  el  tercer  din  que  era  la  fiesta  de  la  Santa  Cruz,  des- 
pués de  hahiT  oido  misa ,  se  adjudicó  el  premio  del^>Qt«  del  pi'iliiico  a]  tío- 
vador  Arnaud  Vidal ,  oalural  du  la  ciudad  de  Castelnauílarry ,  por  un  poe- 
ma que  había  recitado  en  honor  de  la  Virgen  Santísima.»  En  las  actas  del 
mismo  dia  del  año  siguiente  consta  :  «(jue  á  Tin  de  dar  una  forma  acadé- 
mica i  esta  reunión  ,  se  creó  un  canciller  y  un  bedel ;  el  prtmei  o  debfa 
poner  su  spIIo  á  las  poesías  premiadas ,  y  el  bedel  que  hacia  de  secretario, 
estaba  encardado  de  escribirlas  en  un  registro  particular.  Desde  entonces 
los  siete  fundadores  lomaron  el  nombre  de  MAHTEniíDOKEs,  con  la  obliga- 
ción de  conservar  en  lo  sucesivo  este  establecimiento.  En  las  actas  de  es- 
tos juegos ,  que  se  couscrvaa  también  en  Tolosa ,  consta  que  ¿  los  32  um>g 
de  la  fundación  se  establecieron  sus  leyes  Ihmadas  de  Amor,  y  se  añadie- 
ron otros  dos  premias,  siendo  el  segundo  premio  una  zarza  rosa  ríe  oro. 
Y  una  caíéndula  ó  maravilla  del  mismo  metal,  ordenándose  que  al  que 
pnase  la  vÍolet.i,  podría  decir  se  le  nombras»  bachiller;  pero  al  que  Iiu- 
bierajtaDado  los  tres  premios,  se  le  graduase  de  doctor  en  Gaya  ctRnciA, 
si  lo  pedia.  Al  poeta  mas  iligno  so  le  ponia  una  corona  de  luiirel  y  so  le 
denominaba  amante  (¡el  i/e  la  Curie  ríe  Amor,  pues  la  rccibian  de  mano  de 
las  duma^:  los  títulos  del  uno  y  del  utro  grado  se  espedían  en  vetso  y  con 
el  sello  del  canciller.  A  los  premios  se  les  llamaba  joya,  y  el  modo  de  dar- 
los, lat  ceremonias  de  el  doctorada  y  las  leyes  de  los  juegos,  constan  en 
el  registro  del  ayuntamiento  de  Túlusa  en  %crsos  provcnzales:  el  poeta 
Molinier ,  que  fué  canciller  de  los  juegos,  escribió  uu  formulario  sobre  las 
ceremonias  de  los  premios  en  sus  Tratados  de  retórica  y  poesía. 

Por  lo  que  ácana  de  verse  se  nota  que  el  establecimiento  de  estos  jue- 
gos ,  que  se  atribuye  á  Clemencia  Isaura  ya  en  la  misma  época  citada  ya 
después  en  1 540,  diciendo  haber  legado  sus  bienes  al  pueblo  para  este  efec- 
to ,  es  una  fábula  cread»  por  M.  Catel,  que  fué  el  primero  que  la  puso  en 
la  historia  fabulosa  de  Tolosa,  pues  de  haber  sido  cieita  la  donación,  cons- 
taría indudablemente  en  las  actas  municipales  de  dicha  ciudad  en  las  que 
no  se  halla  nada  de  esto  (1)- 


[i]  Esi  1n  nota  T  de  la  historia  de  la  lileralurS  por  Boulerwek.fallnn  los  Ira- 
duclores  á  la  verdad  diciendo  que  Lariiitle  en  dichos  nnales  tiene  á  Clemencin 
Isaura  por  creadora  de  los  Juegos  norales,  siendo  asi  que  como  heñios  vl&lo  lo 
desmiente  con  pruebas  en  contrario. 

Sin  embargo,  como  muchos  autores  franceses  digan  que  Isaura  dejó  en  ISiO 


—  H8  — 

glo  X  en  la  Prorenn,  pass  conatt  qae  caando  Cnu- 
ea ,  bijB  de  Gifillbiiko  I  conde  de  ProTCDZii ,  i- 
Fnncii  ec  lOOi  ,  llovó  consigo  Irovadorcs  de  su  }■  ■. 
friDceses  li  poesía  rimada  de  los  caial^nes  sus  i 
mada  y  los  trovii(1i)r«s  nac¡i'r<<-i  ■  n 
slgaiemlo  por  atinra  la  opiriKín  ui-.r.  '.  u 
francesea,  ImcíadiIo  suyo  hi  qui>  im: 
Los  fánsoius  fB«ron  las  comitoüiciaiir^ji  (lodUa 
DÍo ,  Juncias  7  snltlusa  de  los  trovailnm»  |in  " 
pede  do  diapnlaa  en  verso  entre  ilor     —  - 
de  diülogOR  ,  uno  proptinli  l;i  irii>-< 
unos  y  otros.  Kn  vsUs  cucsilinii'^ 
Cortes  de  Amor .  «o  rrnlnli»  sen 'i  >i 
,  de  lia  i;alanterlafl  ilii  la  cakilli-i  1 1  ^ 

Ícaasa  de  BDB cantos  y  lie  mi'  .i 
B  lasCArhiS  de  Amnr  .  <-ii  i]i 
las  Cortes  do  jííx.  jiinfinr  v   . 
nidainente  ds  aste  famo'in  v 
Mtibledmioito  de  los  Jifi.  >'    ' 
del  ma^lDoo  Constáronlo  .^  [    <    ' 

Vanas h'iB  sido  Ijs  n|<ii]i' 
blertmiento  de  los  jtir;:oq  >''   < 
/tfiHTo,  en  niy»  error  ij-'  ■ 
vailitres  bsiníioícíi  >-ti  •■iv    ■ 
masdiitnaae  ti  Uv  nt  ■•     ' 
ae  describen,  \m<i 
Ajttiis  bien  lr.ii¡'<  ' 
"a  1394,  Id  qi]< 
"prurttalits    ' 
RIdiadeT.: 
•su  eludid,  atiKi  ' 
baldeSanEstiíi 


—  12i  — 

irvrt  alfjDje,  sustituyéndolos  por  el  sonoro  laúd,  tratán- 
<>«us  tras  cuyo  Iriunrante  carro  caballeros  y  escuderas  se- 
llos, liaciondo  ga\a  y  mérito  de  su  dichosa  esclavitud. 
~  ftDGgar,  que  D.  Juan  i  de  Aragón  mandó  ú  pedir  al  Con- 
~t  Dorales  de  Tolusa  Mantenedores  para  establecer  estos 

1  lal  y  como  se  hallaban  en  aquella  ciudad,   tampoco 

r  pasar  la  opinión  vultjar ,  seguida  por  l.i  mayor  parte  de  loa 
■  handicbo  algo  sobre  este  particular,  quepretcmlen,  por  este 
kFnncia  dio  á  la  España  las  primeras  lecciones  de  poesía  en 
1,  y  por  consiguiente  de  estos  certámenes  poéticos,   siendo 
I  contrario.  Poetas  los  cspafiolüs.  tal  vez  los  mas   antiguos 
D  y  afenlados  siempre  por  un  cielo  tipo  de  las  bellezas,  un  sue- 
I,  y  un  clima  lleno  de  encantos  é  ilusiones,  desde  los  mas  remo- 
M  basta  el  dia,  no  han  dejado  jiimás  de  pulsarla  armoniosa  lira 
.   .  hr,  y  sus  cantos  melodiosos  y  Festivos  han  adormecido  comun- 
^.  I  la  ferocidad  de  sus  enemigos,  que  suavizando  en  esto  país  de  deli- 
ísui  costumbres  salvajes,  concluyeron  por  hacerse  hijos  de  cslepa- 
~l  terrenal  cu  el  que  tüdo  retipiraba  la  protección  de  los  dioses  y  los 
■  del  cielo.  La  poesía  pasó  necesariamente  de  tos  españoles  í  sus 
m ,  y  aun  i  los  (lemas  pueblos ,  y  el  probarlo  es  el  fln  que  nos  pro- 
ponemos. 

Dice  EstraboD :  que  ¡os  españoles  turdeíanos  (1)  eran  tenidos ,  en  su 
tiempo ,  por  ios  mas  doctos ,  que  hadan  uso  de  (a  ijramdtica ,  conserva- 
6an  escritas  sus  memorias  antiguas ,  de  seis  mií  años  antes  del  Imperio 
de  Tiberio.  Púeh^ta.  kt  hbtbis  ioclusís  liíobs,  a  sexhilubds  (üt  aju>t) 
AnnoBDX.  Escribió  este  autor  en  tiempo  de  Cristo ,  y  se  colige  por  él ,  que 
el  u»u  de  h  poesía  en  España  d<ita  da  mas  de  siete  mil  y  ochocientos  añits. 
No  somos  nosotros  tan  apegados  á  la  aotigúedad,  que  nos  ciegue  la  pasiun 
de  la  patria  á  creer  en  tan  pruiligioso  origen  de  nuestra  poista ,  aunque, 
como  algunos  quieren,  diésemos  ¿  aquellos  años  solo  cuatro  meses  en 
caJa  nao ,  en  cuyo  caso  reduciéndose  á  mil  y  seiseieutus ,  podríamos  dar 
diB  oiro  modo  fuerza  á  nuestra  prueba ;  pero  sin  creer  este  origen  ,  ¿qué 
paeblo  se  presenta  entre  los  de  Europa  del  que,  con  respecto  á  la  poesía, 
■e  bable  antes  <}ue  de  España  y  al  que  se  le  coucedan  mas  antiguos  cono- 
cioiientos  poéticos?  El  poeta  Silio  ¡tdtico  hablando  de  los  gallegos  primí- 
üvoi  en  3u  obra  de  J!e/M  ftinico .  dice  que,  tisaóan  en  sus  diversiones, 
juegos  y  fiestas  sagradas  de  himnos ,  cantos ,  m&sica  y  bailes ,  lo  que 
prueba  que  se  halkban  aventajados  en  \\  poesía ,  y  lo  propio  se  colige  de 
lu  citas  geográHuo- históricas  de  los  famosos  escritores  Plinio  y  Ptolomeo. 
El  crítico  valenciano  Luis  Vives  al  coment.ir  las  obras  de  S.  Agustín  dice, 
GOB  respecto  á  España  :  «En  aquellos  países,  antes  del  descubrimiento  de 
las  venas  de  plata  y  oro ,  pocas  veces  el  estruendo  de  la  guerra  llevaba  la 
iaqaictudycl  terror  á  las  familias.  Los  sabios  filosofaban,  los  pueblos 
vivian  tranquilos  y  seguros  conservando  sus  costumbres  santas  é  incor- 
ruptas. Los  eruditos  en  dias  destinados  hadan  públicos  discursos  sobre  la 
emiUacion  d  la  virtud ,  la  esencia  de  Dios,  la  constitución  de  la  naíuia- 
íeza  y  buena  moral;  el  pueblo  concurría  á  oírlos  sin  escepcíon  de  sexo  ni 


(I]    Los  tordetanos  y  lúrdalos  cilidos  por  Estra 
gueses  y  audaluces  mss  al  Mediodía. 


n,  son  los  pueblos  porlu- 


personas.»  Estas  noticias  un  Tavorables  á  la  antigua  cultura  española,  no 
ttinili'ian  tanto  valor,  si ,  antes  que  un  español  nioilcroo,  no  hubiesen  los 
auli^uo;  csci'ilores  puesto  á  esta  naiiion  á  la  cabeza  de  los  pueblos  civili- 
•/.¡iiius  lie  Europa,  piti'ticulanneate  en  cuanto  á  los  conocimienlos  amenos 
y  tloriiloá  de  la  poesía ,  que  tal  ye/,  fuese  la  primitiva,  Uc  la  misma  ínilole 
y  artificio  que  la  griega  y  licbrea  ,  siendo  asi  que  está  casi  probado  que  el 
lenguaje  primitivo  de  los  españoles  dimana  del  de  estas  dos  antiguas  na- 
ciones, Habiendo  tratad»  con  bastante  erudición  y  tino  el  origen  de  la 
poesía  de  nuestra  nación  el  benemérito  P.  Sarmienío  en  sus  Memorias 
para  la  poesía  española  ,  basadas  sobre  los  orígenes  de  la  poesía  castellana 
del  erudito  ^elaz'/uez,  á  una  y  á  otra  obra  dÍri};imos  al  que  quiera  estu- 
diar con  detención  este  punto  ,  pues  que  basta  á  nuestro  propósito  lo  que 
ilejamus  dicho ,  y  la  convicción  que  tenemos  de  que  ningún  pueblo  moder- 
no puede  vanagloriarse  de  habernos  precediilo  en  materias  poéticas,  ni 
menos  habernos  enseñado  el  arte  divino  del  letiguaje  de  los  dioses  y  de 
los  héroes,  que  inspiró  el  Criador  á  los  hijos  de  Iberia  para  engrandecer 
su  fogosa  y  rica  imaginación. 

Poetas  los  españoles  en  tiempo  de  los  celtas ,  fenicios  y  cartagineses,  no 
lo  fueron  menos  bajo  la  dominación  de  los  tiranos  de  Boma  ,  á  pesar  del 
peso  de  las  cadenas  con  que  les  pretendieron  sojuzgar.  Los  célebres  ffi'ji- 
nio  ,  Hena ,  los  Sénecas ,  Lucano ,  Marcinl  y  otros  muchos  poetas  latinos 
españoles  con  que  se  engalana  nuestra  historia  nacional,  ponen  ú  la  Es- 
pana  ,  particularmente  á  la  parte  de  Andalucía  ,  entre  los  pueblos  que  mas 
adelantados  se  hallaban  en  goesia  de  aquellos  que  obedecían  las  vencedo- 
ras leyes  de  ios  Césares,  señores  del  mundo  civilizado.  La  fama  de  su  jo- 
viididad  ,  habilidad  y  cultura  hizo  se  esceptuase  en  l\oma  A  los  músicos  es- 
pañoles, como  dice  Quintiltano ,  cuando  se  echó  de  aquella  ciudad  á  todos 
los  estranjcros,  pues  respetaron  en  ellos  á  sus  poetas ,  que  unidos  al  cón- 
sul Cornelio  Balbo ,  instalaron  ol  primer  teatro  que  hubo  en  Roma  cuyos 
primeros  actores  fueron  también  españoles. 

Invadida  la  Península  por  los  godos  padeció  la  poesía  española  los  es- 
tragos de  su  barbarie ,  y  ademas  apoderándose  de  las  Musas  el  partido  sa- 
cerdotal ,  que  aconsejaba  i  los  fieles  no  imitasen  los  versos  de  los  gentiles, 
se  perdió  su  amenidad ,  sustituyendo  &  su  caballerosidad  y  alegría  la  nio- 
nutonia  y  tristeza  de  los  cantos  místicos  y  sepulcrales.  A  pesar  de  todo, 
la  poesía  latina-española  se  sostuvo ,  si  bien  solo  dedicada  a  la  Iglesia ,  en 
la  Espafia  goda  ,  y  los  respetables  nombres  de  Merobaudes,  Draconío,  Ce- 
ponió,  Orencio,  S.  Ildefonso  ,  S,  Eugenio ,  S.  Faterio ,  Juliano ,  Tajón, 
TheoiliUfo  y  otros  muclios .  cuyos  versos  entusiasmaron  ü  sus  contempo- 
rúueos,  hacen  ver  que  en  medio  de  la  barbarie  y  oscuridad  de  aquellos 
si;;los ,  se  sostenía  con  mas  ó  menos  elegancia  la  poesía  en  nuestra  patria. 

Puesto  que  hemos  probado .  no  solamente  qiio  la  poesía  española  es  la 
mas  antigua  de  que  hay  memoria  enlrc  los  pueblos  moileraos ,  sino  que 
se  sostuvo  constantemente  en  la  primera  línea  hasta  el  siglo  VIII  de  nues- 
tra era ,  donde  tocamos .  vamos  á  entrar  en  una  de  las  épocas  de  su  mayor 
lustre  y  esplendor .  época  do  gloria  para  la  civilización  de  España ,  puesto 
que  esiinguidas  en  el  resto  de  Europa  las  luces  que  encendieran  un  día  la 
sabia  Grecia  y  la  culta  Boma  ,  solo  España  «mservaha  alguna  parte,  sí  no 
el  todo,  de  su  benéfica  luz,  y  que  sus  luminosas  antorchas  fueron  el  sa- 
grado fuego  que ,  conservado  por  manos  piadosas ,  sirvió  después  para 
reproducir  la  claridad  perdida  y  destruir  las  espesas  tinieblas  con  que  en- 
volvió la  barbarie  y  la  ignorancia  á  los  siglos  medios. 


—  123  — 

Dice  g1  erudito  Velazquez ,  que  tos  árabes  que  ínTadieron  ta  España 
en  el  siglo  VIH ,  inirotlu{;eroii  en  la  poesía ,  asi  como  eo  las  ditmas  arles  y 
ciencias  ,  una  alteración  considcrtitile .  pero  que  no  por  eso  dejó  de  con- 
servarse lapoeítia  laiina  de  los  godos,  citando  como  poetas  latinos  ú  Jí- 
varo ,  Cipriano  y  S.  Eulogio,  cordoveses ;  y  á  Prudencio ,  Camasücio  y 
Saívo .  añadiendo  t]ua  llegó  la  poesía  h  ser  el  empleo  y  diversión  de  los  li- 
teratos. Cuando  los  árubcs  sr  apoderaron  de  España .  tiabia  poesía  antigua 
y  moderna;  el  laúd  del  trovador  sonaba  entre  manos  hábiles,  los  cantos 
ya  solemnes  ya  populares ,  hacían  la  delicia  del  pueblo .  y  no  se  suspen- 
dieron para  empuñar  el  escudo  y  el  lanxon ,  sino  que  al  contrario ,  a  los 
cantos  de  ñcstas  sucedieron  los  marciales,  y  los  religiosos  se  enriquecie- 
ron con  las  inspiradas  trovas  do  los  defensores  de  la  religión.  Invasores  y 
naturales  cantanan .  y  si  bien  sus  canciones  tcnian  un  origen  y  objeto  en- 
teramente diferente ,  la  poesía  española  se  engalanaba  con  las  ricas  inspi- 
raciones de  los  unos  y  de  tus  otros.  La  g. llantería,  alma  de  la  poesía  du 
Ins  siglos  medios  .  se  había  entronizado  ya  en  España  en  la  ciarte  de  los 
últimos  reyes  godos,  y  la  mujer  era  en  España  un  objeto  de  adoraciotí 
mundana  ante  cuyas  aras  el  español  quemaba  con  profusión  el  suave  y 
balsámico  incienso.  Los  antiguos  romances  de  la  Cava  y  don  Itodrigo  son 
testigos  de  este  hecho ,  y  le  conñrman  las  linas  galanterías  de  los  árabes 
primitivos  que  invadieron  á  España ,  y  las  de  los  c;ihalteros  cristianos  ci- 
tados en  el  romancero  del  Cid.  Como  siente  el  sabio  Florian,  los  árabes 
antes  de  salir  del  Asia  y  de  sos  conquistados  dominios  del  África ,  eran 
casi  como  en  el  día  salvajes,  intolerantes  por  precepto  y  poco  ffnos  con 
su«  mujeres  á  quienes  negaban  gracias  divinas  en  el  paraíso,  y  en  este 
carácter  siguen  hoy  desde  su  cspulsion  de  la  Península,  siendo  tiranos  de 
suí  mujeres,  y  no  conociendo  mas  poesl^i  que  los  versículos  de  ta  ley  de 
su  profeta  y  alguna  que  otra  canción  tradicional .  generalmente  mística. 
Sicmlii  esto  cierto,  como  confiesan  los  antiguos  libros  y  los  viajeros  mo- 
dernos, y  constando  hasta  la  evidencia  que  los  árabes  españoles  fueron 
grandes  poetas ,  caballerosos ,  galantes  con  las  damas  hasta  el  fanastismo, 
tolerantes  y  generosos  hasta  la  demasía ,  no  cabe  duda  de  que  aprendie- 
ron do  los  españoles  estas  bellas  cualidades  que  ellos  supieron  engrande- 
cer y  adornar  con  su  ardiente  imaginación  y  con  el  prestigio  de  vencedo- 
res. De  no  ser  esta  l.i  razón  ,  no  alcanzamos  la  causa  de  la  repentina  mu- 
danza de  carácter  de  los  árabes  al  pisar  los  floridos  campos  de  la  Hética, 
7  do  la  pérdida  también  repentina  de  sus  poéticas ,  caballerescas  y  galan- 
tes dotes,  al  volver  á  las  abrasadas  arenas  del  desierto  después  de  siete 
siglos  de  glorias  en  Espima. 

Siendo  los  árabes  españoles  los  amantes  mas  tiernos,  sumisos  y  apa- 
sionados, no  podían  menos  de  ser  poetas,  pues  que  nada  fecunda  la  ima- 
ginación tanto  como  el  amor.  Sus  mujeres,  si  bien  casi  esclavas  por 
exigirlo  así  su  religión ,  cuando  eran  amadas  eran  soberanas  absolutas  y 
diosas  de  aquel  cuyo  corazón  poesían.  Como  dice  Florian,  buscaban  el 
honor  y  la  gloria  para  agrailarlas ;  despreciaban  sus  tesoros  y  su  vida  ;  se 
esforzaban  á  oscurecerse  los  unos  á  los  otros  con  hazañas  y  frestas  mag- 
nílicas,  solo  por  brillar  á  su  vista ;  testigos  de  esto  muchos  monumentos 
de  Cói'doba ,  Granuda  y  demás  pueblos  de  Andalucía ,  hechos  para  el  |da- 
cerde  las  favoritas  do  los  soberanos  árabes,  y  los  centenares  de  romances 
moriscos  tradicionales  que  han  llegado  iiasta  nosotros  y  que  pueden  verse 
en  el  precioso  romancero  ile  nuestro  compañero  y  amigo  el  erudito  Don 
J-justín  Duran ,  en  los  que  se  nota  una  setluctora  mezcla  de  a  mor  y  va- 


—  194  — 

lentía ,  de  feroddad  y  de  ternura.  La  poesia  eapallola,  enriquecida  por  los 
árabes  desde  los  tiempos  de  Abderramen,  fundador  de  su  monarquía,  hizo 
bien  pronto  oWidar  la  poesia  latina ,  de  lo  que  se  queja  amargamente  ^/* 
varo  Cordobense  diciendo :  que  los  cristianos  escribian  sus  versos  en  len- 
gua arábiga  con  mas  primor  y  gracia  que  los  mismos  árabes.  Efectiva- 
mente i  SI  se  recorren  las  bibliotecas  hispanas  de  D.  Nicolás  Antonio  y  de 
Casiri ,  y  la  oriental  de  Hervelot ,  se  verá  en  estas  obras  el  gran  número 
de  poetas  árabes  que  produjo  la  Península  en  los  siete  siglos  de  la  domi- 
nación musulmana,  y  aun  conocemos  poesias  de  una  infinidad  de  poetas 
no  comprendidos  en  dichas  obras ,  y  de  los  que  constan  aún  escritos  iné- 
ditos en  los  manuscritos  arábigos  del  Escorial  y  de  otras  bibliotecas.  Dice 
el  abate  Andrés  que  la  España,  como  tenia  mas  comercio  con  ios  sarra- 
cenos que  con  las  demás  naciones ,  fué  la  primera  que ,  rompiendo  los 
grillos  de  la  lengua  latina ,  dejó  correr  libremente  la  imaginación  aban- 
donándola al  nativo  idioma ;  de  suerte  que  en  los  espafioles  es  donde  em- 
pezó la  poesia  moderna  rimada,  puesto  que  rimada  fué  la  poesia  de  los 
árabes,  y  de  aquí  pasó  á  los  poetas  provenzales,  que  no  fueron  invento- 
res como  se  pretende ,  sino  imitadores  de  los  árabes  españoles. 

Mucho  podríamos  decir  acerca  de  este  particular  para  apoyar  nuestro 
propósito  de  que  los  espaíkoles  ensenaron  a  ios  demás  pueblos  modernos 
la  poesía  rimada ,  y  de  que  á  ellos  se  debe  su  origen ;  pero  remitiendo  á 
la  obra  diel  abate  Andrés  y  á  los  divanes  y  escritos  árabes  del  Escorial ,  á 
los  que  quieran  estudiar  su  poesia  y  ver  si  nuestra  opinión  está  fundada, 
y  á  las  bibliotecas  hispanas  y  orientales  citadas  á  los  que  pretenden  saber 
el  número  de  poetas  rimantes  que  hubo  antes  que  rimasen  los  trovadores 
provenzales ,  vamos  á  dar  noticia  de  los  consistorios  poéticos  ó  justas  de 
poesías  árabes  que  existieron  en  Córdoba  mucho  antes  que  se  establecie- 
sen los  juegos  florales  de  Tolosa ,  de  los  que  es  muy  probable  se  origina- 
ron los  consistorios  de  la  ciencia  gaya  del  reino  de  Aragón^ 

Los  sabios  califas  Harum  Errassid  que  reino  desde  el  ano  de  170  de  la 
Egira,  y  su  hijo  el  famoso  Jbul-Abas  eíJUamun,  fueron  tan  sabios  éilus^ 
trados ,  que  hicieron  de  Córdoba  una  segunda  Atenas ,  á  la  que  acudie- 
ron ,  va  llamados  por  protección  ,  ya  por  curiosidad ,  la  mayor  parte  de 
los  sabios  del  mundo  civilizado  que  entonces  á  la  verdad  era  bastante  re- 
ducido. 

Apasionado  el  iíamun  á  las  costumbres  griegas  y  romanas  que  leía 
en  los  libros  romanos  que  entendía  perfectamente,  según  los  cronistas 
árabes ,  trató  de  restaurar  en  su  imperio  las  de  aquellas  cosas  que,  no 
oponiéndose  á  los  preceptos  del  Coran ,  fuesen  útiles  para  emular  á  los 
jóvenes  estudiosos ,  entretener  á  los  sabios  y  fomentar  la  ilustración.  Por 
esta  razón  se  colige,  que  leyendo  en  los  libros  griegos  los  juegos  olímpicos 
en  que  reputaban  al  vencedor  en  cualquiera  materia  como  á  un  hombre 
divino,  y  los  ejercicios  literarios  y  poéticos  de  los  liceos,  museos,  ateneos, 
odeones  y  accidtmias ,  concibió  la  idea  de  los  famosos  certámenes  poéticos 
y  de  retórica  que  estableció  en  su  corte ,  en  los  cuales  brilló  el  talento  del 
sabio  y  la  fogosa  y  fecunda  imaginación  del  poeta.  Dice  el  erudito  Jsensio 
en  su  Ensayo  sobre  la  lengua  y  gramática  árabe ,  que  estos  certámenes  se 
celebraban  en  la  gran  plaza  de  OAaz  por  espacio  de  un  mes,  y  que  en  los 
dias  de  estas  academias ,  se  coronaba  al  rector  ó  al  poeta  que  en  dictamen 
de  los  inteligentes  había  recitado  al  concurso  las  mejores  piezas  de  las  dos 
facultades. 

En  un  códice  árabe  del  Escorial,  se  lee  con  respecto  á  Córdoba,  Toledo 


—  125  — 

y  Granada ,  cuyos  poetas  y  ^ndezas  describe,  el  ceremonial  del  premio 
qne  se  daba  á  los  literatos  y  poetas  qne  yencian  en  estos  certámenes,  me 
traducido  libremente  por  nut^stro  amigo  D.  José  Abascat  que  nos  facilitó 
una  copia ,  ponemos  a  continuación. 

cDesignatio  por  los  sabios  Cadies  el  que  merecia  el  premio ,  se  publi- 
caba; y  llamándole  por  su  nombre,  se  le  coronaba  de  flores  y  laureles  por 
mano  del  Entír^  f^acir  ó  persona  mas  condecorada  que  hubiese  en  la  reu- 
nión. En  seguida  el  Mu$tifhíkci2i  una  plegaria  á  Alá  dándole  gracias  por  el 
talento  de  que  habia  dotado  á  aquel  creyente ,  si  lo  era ,  y  si  era  infiel 
(pues  en  estos  certámenes  se  admitía  á  los  crisUanos)  suplicándole  le  hi- 
ciese conocer  su  error  y  le  tragese  á  la  verdadera  ley.  Hecho  esto  se  hacia 
subir  al  Toncedor  coronado  sobre  un  carro  triunfal ,  y  paseándole  por  las 
principales  calles  de  la  ciudad ,  se  le  conduela  al  Alcázar  del  soberano ,  el 
que  le  premiaba  con  un  rico  turbante  y  una  sortija  ú  anillo  de  plata  que 
él  mismo  ponia  en  el  dedo  Índice  del  yencedor.  Saliendo  del  Alcázar,  se 
dirigia  el  triunfo  á  la  mezquita ,  y  quedando  á  la  puerta  el  boato  triunfal, 
entraba  en  ella  el  agraciado  con  los  sabios  jueces ,  y  puesto  de  rodillas  en 
tanto  que  el  gran  Mustíf  entonaba  una  reverente  azald  (oración)  ofrecía  á 
Alá  todos  sus  honores  como  recibidos  por  su  gran  poder,  poniendo  la 
corona  en  el  suelo  en  señal  de  humildad.  Terminada  esta  ceremonia  salla 
de  la  mezquita,  y  poniéndose  el  turbante  espresado  volviaá  subir  al  carro» 
que  entonces  estaba  adornado  de  flores  si  era  poeta ,  y  era  conducido  en 
triunfo  á  su  casa  en  la  que  le  visitaban  los  sabios  Huzlimes :  desde  el  al- 
minar se  publicaba  su  nombre.» 

Después  de  esto,  ¿se  podrá  dudar  de  la  grandeza  de  los  árabes .  de  que 
supieron  premiar  el  mérito  con  tanta  suntuosidad  como  los  pueblos  mas 
civilizados,  y  de  que  hubo  en  España  en  la  edad  media  consistorios  poé- 
ticos antes  que  en  Tolosa? :  eremos  que  no  (i). 

Dueños  los  árabes  de  casi  toda  la  Península ,  pusieron  su  empeño  en 
introducir  en  los  pueblos  conquistados  sus  usos  y  costumbres  ,  y  parti- 
cularmente su  lenguaje,  su  literatura  y  su  poesía.  Fué  tanto  lo  que  se 
aficionaron  los  españoles  á  la  poesía  en  lenj^ua  árabe,  que  según  el  dicho 
Alvaro  Gordobense  en  su  Judíenlo  luminoso  publicado  por  el  historiador 
P.  Florez,  los  españoles  olvidaron  en  los  primeros  tiempos  de  la  domina- 
ción el  latín  por  el  árabe  y  el  caldco,  y  apenas  habia  uno  que  no  supiese 
escribir  el  árabe  con  perfección  y  componer  versos  graciosos  y  elegantes 
en  la  misma  lengua.  Esta  queja  de  un  escritor  contemporáneo,  nos  afirma 
mas  en  nuestra  opinión  ,  de  que,  la  principal  poesía  desde  el  siglo  VIII 
hasta  el  XIV  en  que  ios  árabes  fueron  perdiendo  su  conquista,  fué  en  Es- 
paña,  y  de  que  es  preciso  fomentar  el  estudio  del  Arabo  entre  nosotros 
para  que  llegue  un  dia  en  que  hallemos  en  los  antiguos  códices  musul- 
manes mucha  parte ,  ignorada  aún ,  de  nuestra  historia  nacional  en  todos 
conceptos. 

Sometido  el  reino  de  Aragón  y  la  Cataluña  al  dominio  musulmán ,  esta 
parte  de  la  Península  tomó  como  las  demás  la  poesía  árabe,  y  aun  cuando 
fué  de  las  primeras  que  sacudieron  el  yugo ,   adquiriendo  su  indcpen- 

(1)  También  fueron  fuertes  los  árabes  en  la  roásica,  pues  que  en  Córdoba  tu- 
vieron dos  escuelas,  una  griega  por  el  sistema  de  Pilágoras,  y  otra  bastarda  entre 
la  griega  y  hebrea  de  la  que  resultó  la  popular,  cuyo  aire  se  conserva  aún  en 
las  canciones  andaluzas. 


—  las- 
en el  siglo  XIII  á  su  nuevo  reino  de  Ñapóles ,  Uerando  consigo  mucbos 
Eoetas  provenzales  y  catalanes ,  entre  los  que  so  distinguían  el  barcelonés 
luiltermo,  vizconde  de  Berga,  cuyas  poesías,  como  otras  muchas,  se  con- 
servan inéditas  en  la  biblioteca  vaticana  de  Roma ;  pero  que  mucho  antes 
habia  pasado  la  poesía  catalana  á  Sicilia  llevada  por  el  espresado  empera- 
dor  Federico  ,  que  habiéndola  conocido  en  una  academia  que  en  liO!l  le 
dieron  en  Turin  el  conde  de  Barcelona  Berenguer  IV  ya  citado  y  su  sobri- 
no el  conde  de  Provenza,  la  tomó  tanta  afición,  que  no  solo  compuso  ver- 
sos, sino  que  se  llevó  consigo  trovadores  catalanes  que  leensefkaron  k  sus 
vasallos ,  entre  los  que  fué  de  director  Guillermo  Mascardo ,  gran  cantor 
que  fué  uno  de  los  fundadores  de  la  deliciosa  música  italiana,  é  inventor  de 
las  notas  breves  (1),  y  de  los  cuales  salieron  en  Italia  en  los  tiempos  pos- 
teriores los  divinos  poetas  Petrarca,  Dante,  Metastasio,  Taso  y  otros  que 
llevaron  la  poesía  europea  al  mas  alto  grado  de  perfección ,  y  á  no  desde- 
cir en  sus  canciones  de  los  inspirados  cantos  de  los  poetas  semidioses  Uo- 
mero  y  Virgilio. 

Si  á  lo  dicho  por  los  referidos  escritores,  aumentamos  lo  que  sobre 
este  particular  dejaron  consignado  el  célebre  abale  Andrés  y  otra  multitud 
de  autores,  la  mayor  parte  estranjeros  á  nuestro  país,  y  el  testimonio  in- 
destructible de  las  poesías  que  han  llegado  hasta  nosotros  de  este  tiempo, 
ya  árabes,  ya  castellanas  ó  ya  catalanas,  ¿habrá  alguno  que  todavía  pueda 
dudar  de  la  preeminencia  de  la  poesía  rimada  española  sobre  la  francesa, 
á  pesar  de  los  bardos  y  de  sus  decantados  trovadores?  Yo  cre^  que  no ,  ¿ 
no  ser  que  el  dudoso  sea  un  negado,  ó  uno  á  quien  ciegue  del  todo  los  ojos 
de  la  razón  el  amor  de  su  pais.  Confiesen  de  buena  fé  los  franceses  que 
somos  sus  maestros  en  poesía ,  que  nosotros  no  nos  desdeñaremos  de 
confesar  gue  somos  sus  discípulos  en  otras  cosas  que  efectivamente  nos 
han  ensenado  (^). 

Em[iero  se  nos  podrá  decir,  caso  que  nos  concedan  esto,  que  escri-* 
hiendo  sobre  los  juegos  florales  nos  hemos  salido  de  la  cuestión,  puesto 

(\)  El  obispo  Amat  dice,  que  los  primeros  diez  versos  que  hizo  el  emperador 
fueron  los  siguientes ,  que  traduce  del  catalán  al  castellano: 

Me  place  el  noble  francés 
T  la  mujer  catalana , 
El  artista  genovés , 

Y  la  Corte  Castellana ; 
El  canto  provenzales 

Y  la  danza  trevisana  ; 
Amo  por  rostro  al  inglés  , 
Por  mozuelo  al  de  Toscana , 
Por  talle  al  aragonés  , 

Y  por  amiga  á  Juliana. 

(2)  Los  franceses  no  pueden  olvidar  qoeen  la  edad  media  se  dio  la  preferencia 
en  toda  la  Europa,  y  aun  en  la  misma  Francia,  á  los  trovadores  y  músicos  es- 
pañoles sobre  los  franceses,  que  fueron  siempre  muy  inferiores.  No  debe  tampoco 
estranarse  esta  preferencia^  se  atiende  á  que  ademas  de  las  dotes  sobresalien- 
tes que  dio  Dios  á  los  españoles,  sus  cantares  y  trovas  eran  espresivos,  finos,  de- 


—  129  — 

íbamos  babieson  nacido  en  España  antes  que  en  Francia ;  pero 

rfintostamos  con  los  referidos  certámenes  poéticos  ile  ios  árabes 

■<  Aadalacias ,  i\\k  teniendo  casi  las  mismas  formas  y  siendo 

.intiguos  que  los  de  Tolosa ,  pudieron  muy  bien  haberlos  co- 

¡ii>  quiere  el  P.  Sannicato,  no  los  tomaron  de  los  romanos; 

> !»».  aaatino  así  no  sea.  que  nosotros  así  lo  creemos,  siem- 

ilncir  que  en  los  tiempos  modernos,  en  Kspaña  antes  que 

<  ninguna  otra  parle .  se  coronó  y  premió  al  poeta  con  so- 

r-s  el  objeto  de  lo»  dichos  j  uegos  florales. 

I  luel  atribuye  ol  arte  déla  rima  á  tos  árabes  españoles,  y 

!i  en  su  Historia  de  la  poesía  francesa ,  estraciada  en  17íCl 

^  dvTKToas  dice:  «que  los  españoles  fueron  verosímil- 

rat  qne  tomaron  la  poesía  rimada  de  sus  nuevos  hudxpc- 

r^elu  por  la  comodidad  ile  sus  puertos ,  nos  la  tragcron 

I  ronercin.»  Quadrio  y  Saint  Pelaye  son  del  mismo  sen- 

'Kttiios  echan  por  tierra  la  paradoja  de  Faucbel  que  ,  sin 

••■nde  qoo  el  uso  de  la  rima  ba  nacido  en  Francia  y  que 

'<  las  demás  de  Europa. 

■vamoB  dicbo,  el  año  de  11G2  los  españoles  señores  do 
'  I  'iit  en  Turin  academias  poéticas  en  versos  catalanes, 
1 53i  que  se  fundó  el  consistorio  de  Tolosa  ,  median 
I  poesía  española ,  y  es  de  creer  que  en  las  cortes 
iinn  aolenores  á  éste,  puesto  que  estatian  tan  esli- 
nes  poúlicos  en  que  el  soberano  premiase  al  tro- 
es  españoles  Jordi,  Febrer,  Berqiiedsn,  Mata- 
el  rey  D.  Pedro  III  de  Aragón,  que  florecieron 
¡o  los  certámenes  poéticos  que  en  su  tiempo  Ce- 
ca .  no  pudieron  menos  de  tenerlos,  máxime  en 
oia  los  Certámenes  en  su  palacio,  y  si  no  ba  lie- 
1 03  será  bien  porque  no  les  dieron  la  importan- 
tulosaoos.  ó  porque  teniendo  por  ofensivo  á-la 
DIO  costumbre  musulmana,  creyeran  cosapia- 
'  ■■  certámenes. 
's  dicho  para  probar  nuestra  proposición,  se 
la  embajada  que  don  Juanl  dcAraí;on  man- 
'idiondo  mantenedores  de  la  gaya  ciencia 
';;ual  en  Barcelona ;  y  t.tiiibien  con  la  noü- 
I  &  los  marqueses  de  Víllena  y  de  Santilla- 
ertámenei  poéticos  de  los  árabes  ,  ni  de 
i'.n  cuanto  á  lo  primero  les  contestamos 
que  D.  Juan  quiso  tener  en  Barcelona 
<^a  lodo  ul  de  Tolosa  ,  y  que  para  ba- 
nor  aquellos  mantenedores  de  la  gaya 

los  franceses,  frías,  sio  modulación  ni 
ir  lo  que  dice  uu  uutor  se  tes  proliiLiiú 
■o  qne  se  les  llama  Juglares  Charlatanes, 
ilñ ,  solicitabii  de  todas  parles  .  y  se  les 
,  <  luoa  y  delicados  cantores  de  los  amores. 

17 


—  130  — 

ciencia ,  arte  sobradamente  conocido  en  España  entonces ,  pero  que  csio 
no  destruye  lo  que  se  ha  diclio  ni  acerca  de  la  preeminencia  de  nuestra 
poesía ,  ni  de  la  existencia  de  acailemias  políticas  aateriores  á  la  Tolosana. 
¥  en  cuanto  á  lo  secundo .  que  en  la  sabiduría  del  marqués  de  Villena  y 
en  la  del  de  Santillana  ,  no  es  de  creer  ignorasen  las  costumbres  árabes 
en  sus  certámenes ,  sino  que  como  la  religión  estaba  invadida  en  su  época 
por  el  ísnatismo  religioso ,  no  se  atrevieron ,  tal  vez  ,  á  alabar  á  sus  ene- 
migos, por  temor  de  hacerse  sospechosos  y  atraerse  el  furor  del  valgo,  ó 
porque  quisieran  dar  á  los  trovadores  cristianos  preeminencia  sobre  los 
moros,  desatendiendo  por  espíritu  de  partido  el  decoro  y  grandeza  na- 
cional. 

Logrado  nuestro  objeto  primordial  en  este  particular ,  vamos  á  mani- 
festar el  método  con  que  se  celebraron  en  España  los  j  uegos  llórales ,  des- 
pués de  la  espresaJa  embajada  á  Tolosa  del  rey  don  Juan. 

Desde  la  mitad  del  siglo  XIV  fué  decayendo  la  poesía  de  tal  modo  en 
la  Provenza  y  en  los  estados  de  Francia,  que  á  pesar  de  los  juegos  llóra- 
les de  Toiosa ,  y  do  los  premios  y  protección  que  se  concedía  á  los  trova- 
dores, estos  empezaron  á  ser  tenidos  en  poco  aprecio,  al  paso  que  los 
juglares  y  titiriteros ,  corrompiendo  el  gusto  y  la  buena  poesía ,  eran  ad- 
mitidas con  predilección  hasta  en  las  casas  de  los  principales  magnates. 
Despreciada  asi  la  poesía  provcnzal,  corrió  á  buscar  un  honroso  asilo  á  su 
país  natal ,  y  la  Cataluña  se  llenó  de  trovadores ,  pasando  á  ser  Barcelo- 
na lo  que  en  otros  tiempos  las  ciudades  de  Aiiy  de  Avinon.  Barcrlono, 
Tortosa  y  Tarragona  en  Catalufia,  Zaragoza  en  Aragón,  y  f'ateneia  en 
sn  provincia,  fueron  otros  tantos  Liceos  donde  encontraba  el  trovador 
apasionados  oyentes  á  sus  armoniosos  cantos ,  y  no  tardó  mucho  tiempo 
en  que  faUadolitl  y  las  demás  ciudades  de  Castilla  sf¡;uiesen  el  ejemplo 
poético  de  las  déla  Corona  de  Aragón,  retrocediendo  de  este  modo  la 
poesía  y  sus  solemnes  actos  á  los  países  donde  nacieran  y  de  donde  salie- 
ran un  día  á  publicar  por  todo  el  mundo  conocido  las  glorias  españolas  y 
las  fogosas  y  galantes  mspiraciones  de  sus  hijos. 

El  erudito  AbaU  Andrés  es  de  nuestra  misma  opinión  ,  en  cuanto  á  lo 
que  acabamos  de  decir ,  pero  aunque  no  hubiese  este  autor  y  otros  cono- 
cidos que  citar  ,  bastábalo  dicho  y  el  saber  que  establecido  el  parlamento 
ó  consistorio  de  Itarceloaa ,  se  eclipsó  á  poco  tiempo  ct  de  Tolosa ,  único 
i^uc  quedaba,  porque  los  parlamentos  de  Aix,  Romani  y  Avinon,  no  exis- 
tían ya  desde  1382,  en  que  terminaron  en  aquel  país  las  galantes  Cortes 
de  Amor. 

Por  el  códice  catalán  que  citamos  mas  adelante  sobre  las  Corles  de  Amor, 
consta  que  en  1353  liabia  en  Barcelona  parlamento  ó  academia  de  la  ciencia 
gaya,  de  la  que  salieron  para  Avinon  los  poetas  que  allí  nombramos  á  lle- 
var un  mensaje  de  la  junta  de  damas  catalanas,  y  como  esta  fecha  sea  mu- 
chos años  anterior  á  la  embajada  cnviaila  ¿Tolosa  por  D.  Juan  1,  si  bien  en 
su  misma  época ,  hé  aqui  una  prueba  de  que  había  academias  poéticas  en 
Barcelona ,  antes  que  viniesen  los  mantenedores  de  Tolosa ,  y  habiéndo- 
las es  imposible  que  asi  en  ellas  como  en  el  parlamento  de  Amor,  que 
también  esíslia ,  no  se  premiase  el  talento  y  las  inspiraciones  poéticas  con 
joyas  mas  ó  menos  parecidas  ¿  las  de  la  gilieo-provenzal  academia  (f): 


(M     Autcsdu  quaso  inlrodugese  el  Consistorio  en  Barcelona  existieron  enZa- 
rngonn  ücriúmenes  píxiticos,  pues  Uslaroz  en  su  Aganipe  dice:  que  O.  Pedro  de 


—  151  ~ 

■ia§  como  sea  un  hecho  0I  liamamiento  de  los  mantenedores  de  Tolosa, 
pasaremos  á  dar  noticia  de  este  suceso. 

Saraamente  aficionado  á  la  poesía  D.  Juan  I  rey  de  Aragón ,  que  tívíó 
desde  diciembre  de  1350  liasta  mayo  de  1395  en  que  falleció,  y  del  que 
han  llegado  á  estos  tiempos  algunas  trovas  de  que  nace  mención  el  jesuita 
P.  QuMTo  en  su  historia  D^ognie  poesie  tomo  ü ,  pág.  131 ,  puso  todo  sn 
comito  en  hacer  florecer  las  letras  aragonesas ,  y  queriendo  honrar  debi- 
damente á  la  poesía ,  sn  ocupación  favorita ,  reunió  al  rededor  de  su  trono 
los  principales  trovadores  españoles  y  franceses  á  los  que  colmaba  de  do- 
nes y  tenia  por  sus  mayores  amigos.  No  contento  con  las  academias  teni- 
das en  su  palacio  9  ni  con  las  celebradas  en  casa  de  sus  cortesanos  que, 
como  siempre,  imitaron  en  las  costumbres  al  monarca  si  no  por  tirtttd  al 
menos  por  adulación ,  ideó  el  crear  una  academia  pública  del  6ai  Sabbe 
donde  so  premiase  con  magniñcenda  el  talento  de  ios  poetas.  Para  llevar 
•delante  su  grandiosa  obra,  dio  la  comisión  á  su  secretario  Luis  db  Avbi- 
só  y  á  Jaimb  Maetí  ,  ambos  caballeros  de  Barcelona  y  escelentes  trovado- 
res 9  los  cuales  presentaron  al  rey  un  luminoso  dictamen  que  fué  inme- 
diatamente aprooado,  estendiéndose  el  diploma  latino  para  el  estableci- 
miento de  la  academia ,  que  cita  el  obispo  Torres  Amat  en  su  obra  (1) 
copiado  por  D.  José  Vega  del  Códice  de  la  Biblioteca  de  la  catedral  de  Se- 
villa titulado  «Super  Scientia  Goj/a  Ordi  p.  b.  servent.9  En  este  docu- 
mento se  hculta  á  los  dos  caballeros  dichos ,  para  enterarse  del  cerraio- 

AragoD ,  conde  de  Ribagorza,  infaute  y  hermaúo  del  Rey  D.  Alonso  el  IV,  en  las 
fiestas  de  su  coronaciou  celebrada  en  13SS 

Eo  rithmo  suavísimo  elegante, 
Que  aquel  siglo  llamaba  gaya  ciencia , 
En  métrica  elocuencia , 
En  la  coronación  magcstuosa , 
Has  célebre ,  mas  rara ,  y  numerosa 
Del  cuarto  D.  Alonso : : : : 
En  el  palacio  de  la  Alja feria , 
Oyeron  de  su  altísima  Talia 
Sentenciosos  primores. 

De  esta  coronación  habla  Zurita  al  año  1327  y  28,  pero  aunque  dá  noticia 
de  trovadores  que  asistieron,  no  hace  mención  de  las  copias  del  infante  D.  Pe- 
dro, sin  embargo  consta  el  certamen  en  un  tiempo  en  que  apenas  acababa  de 
establecerse  el  consistorio  de  Tolosa.  (Sarmiento  pág.  S55).  D.  Blas  Nassarre  en 
la  disertación  sobre  la  comedia  española  Impresa  en  Madrid  en  4749,  añade  á 
todo  esto ,  con  relación  á  dichas  fiestas:  que  el  juglar  Rnmaset  cantó  una  villa- 
nesca de  la  composición  del  mismo  infante,  y  que  otro  juglar  llamado  Novellet 
recitó  y  representó  en  voz  y  sin  cantar  mas  de  seiscientos  versos  que  hizo  el 
espresado  infante  en  el  metro  que  llamaban  rima  vulgar  ,  y  en  fin  que  en  la  fa- 
milia real  de  este  principe ,  se  vinculó  la  gracia  y  estudio  de  la  poesía  hasta 
el  marqués  de  Viilena  su  biznieto,  que  compuso  el  arte  de  la  gaya  ciencia  y  mu-, 
chas  poesías  que  se  representaron  y  celebraron. 
0)    Pág.  59. 


—  132  ~ 

nial  y  demás  cosas  pertenecientes  al  consistorio  de  Tolosa,fEe  nota  el 
deseo  de  D.  Juan  de  que  la  academia  de  Barcelona .  fuese  en  todo  igual  i 
la  de  aquella  cindad.  Mandados  Jversóy  lilarli  con  embajada  de  su  rey 
y  señor  al  Rey  de  Francia ,  éste  le  concedió  dos  fíimosos  manlenedares  del 
consistorio  de  Tolosa ,  los  que  liien  recibidos  en  la  ccirte  de  D.  Juan  y  por 
el  pueblo  catalán,  establecieron  lus  realas  de  los  juegos  florales  en  la  aca- 
demia de  Barcelona  tal  y  como  releían  en  el  consistorio  de  donde  venían. 

El  marqwis  de  ¡'Hiena ,  en  el  Arle  de  trovar  intitulad»  á  D.  Jñigo  Lo- 
pr.z  de  Mendoza,  Señor  de  Hita .  dice  con  respecto  !i  los  maniennlures  de 
Tolosa  (11:  «E  fundaron  eiludio  deUa  en  la  ciídad  de  Barcelona,  dos 
manlenedares  i/iie  vinieron  de  Tolosa  para  esto,  ordenando/e  des/a  ma- 
nera :  9ue  bnhiese  en  el  estudio  ó  consistorio  desta  scicncin  en  fínrcetona 
cuatro  mantenedores:  ei  uno  cniía/íero.  el  otro  maestro  de  TUeolotjia ,  ei 
otro  en  leyes ,  el  otra  honrado  citdadano :  e  cuando  alifimo  deslos  falles- 
ciese ,  fuese  otro  de  su  condición  eleytdo  fior  el  coleijio  de  los  trovadores 
é  confirmado  por  el  Rey.» 

Muerto  el  rey  D.  Juan  ,  so  sucesor  D.  Martin ,  ultimo  vastago  de  It 
rama  varonil  de  los  condes  de  Uarcelona  rjuc  duró  eo  Ar3í;on  373  años 

firoducrcndo  once  esforaados  reyes,  pn^stó  su  real  apoyo  á  la  academia  de 
a  gaya  ciencia  de  Barcelona ,  aumentando  sus  rentas  para  que  fuesen  sus 
actos  mas  lucidos  y  solemnes ,  y  é\  mismo  bizo  leer  en  ello  sus  composi- 
ciones poéticas  para  alentará  los  trovadores,  y  proniinciú  un  elocuente 
discurso,  en  Ií07  .  á  su  vuelta  de  las  Cortes  de  Pcrpiñan,  en  el  que  acre- 
ditó también  su  elocuencia.  Con  respecto  á  este  tiempo  dice  el  citado  arte 
de  trovar :  «  En  tiempo  del  Itey  D.  Martin  fueron  mas  privileífiadas  6 
acrecentadas  ¡as  rentas  del  consistorio  para  las  despensas  facederas ,  asi 
en  la  reparación  de  (os  libros  del  arle,  é  verijas  de  plata  de  los  wín/iieros 
que  van  adelante  de  los  mantenedores ,  e  sellos  del  consistorio ;  como  en 
las  joyas  que  se  dan  cada  mes;  é  para  celebrar  las  fiestas  ijenerales:  é 
fidéronse  en  este  tiempo  muy  señaladas  obras,  ifue  fueron  dignas  de  co- 
rona,a 

Como  si  la  poesía  siendo  un  cuerpo  físico  hubiese  querido  sepultarse 
con  el  último  v&slago  de  aquella  ilustre  rama  que  la  apadrinó  en  el  prin- 
cipio de  su  poder  y  la  elevó  con  ella  al  trono,  así  sucedió  á  la  muerte  del 
rey  D.  Martín,  acaecida  en  Barcelona  en  4  de  mayo  de  14f0.  La  pa)a 
ciencia  que  empezó  á  florecer  con  el  primer  soberano  de  la  Provenza, 
conde  de  Barcelona  ,  y  por  mejor  decir  con  los  primeros  condes  de  esta 
ciudad,  hizo  tal  sentimiento  á  la  cstincion  total  do  sus  soberanos  protec- 
tores, que  poco  falló  para  que  se  sepultase  del  todo  con  ellos  en  la  tumba. 

Los  grandes  debates  que  se  suscitaron  entre  los  pretendientes  it  la  co- 
rona de  Aragón  ,  fueron  causa  de  que  la  mayor  parte  de  los  trovadores 
roarcIíascQ  á  Tortosa  y  abandonasen  á  Barcelona  en  la  que  cesó  ei  consis- 
torio por  entonces.  Mucho  hicieron  los  mantenedores  por  establecerle  en 
aquella  ciudad;  pero  sus  esfuerzos  fueron  inútiles  ,  á  pesar  de  haber  allí 
elementos  útiles  para  ello;  y  hubiese  concluido  para  siempre  el  consisto- 
rio de  la  ciencia  gaya  á  durar  un  poco  mas  las  reyertas  políticas,  verdu- 
gos que  destrozan  siempre  todos  los  elementos  de  civilización  ,  de  saber  y 
de  cultura. 

Declarado,  por  los  jueces  reunidos  en  Caapc  ni  efecto,  el  infante  de 
Antequera  U,  Fernando ,  con  mayor  derecho  ft  la  corona  de  Aragón  que 


(1)     Vidc 


!.s  <le  la  Icngun  castellaua  por  Mayaos  ,  (.  3,  p;íg.  3*21. 


—  133  — 

s  preteii(]ieiites,  pisó  á  Bnrcfliona  i  ser  jnrido  por  conde  de  esta 
9<1 ,  y  en  las  fisstas  de  esta  jura  puede  decirse  que  resncitó  el  mo- 
tda  CoDütslorín,  pnes  regresando  á  Burcelona  los  mantenedores  j 
^dores  deuln  Tortosa ,  volvieron  i  empezarse  ios  poéticos  certáme- 
.lapadñnados  por  el  rey,  el  que  en  lil3  señaló  una  pensión  de  iO  fl»- 
^V]i*s  de  oro  sobre  el  real  erario  para  comprar  ias  joyas  con  qne  debia 
iTpminrKe  k  los  truvidores,  y  puso  el  Coosislorío  bajo  la  presidencia  de 
tin  principe  sabio,  tsniflocon  razón  por  el  talcDlo  mas  esiraordinario  de 
11  «poca.  Era  este  D.  Enriútir  dr  Aragor  ,  conocido  Tulgarmentc  con  el 
\  I  iilii  del  margues  de  füUna,  tercer  nieto  del  rey  D.  Jaime  ii  y  el  tiltinio 
■w  \a%  descendientes,  por  legitima  varonía,  de  la  casa  real  de  los  condes 
m:  Itarcelona ,  se^un  pmeba  Zurita.  Acompañando  á  su  tio  el  nuevo  rey 
iK  FBRnxKDO,  rué  rombrado  por  el  colegio  de  los  trovadores,  donde  se 
jiA>  présenle  su  fama  de  sabio  y  de  poeta,  presidente  de  la  academia  de 
'.  ji'celona ,  la  que  S6  puso  á  restablecer  con  el  mayor  empeflo .  y  empezó 
-arcrorniahaciendoelrttualdela  academia,  del  concurso  y  de  la  adjudica- 
uMü  áa  los  premios .  i  lo  que  llamó  la  Gaya  Ciencia  ó  arte  de  trovar  (1). 

AmitM  DX  U9TAII0Z  en  su  AgmUpe  de  los  poetas  aragoneses,  de 
va  DD  Códice  entre  los  manuscritos  de  la  Biblioteca  Nacional  de 
mención  de  las  academias  poélicas  de  Barcelona ,  y  del  marqués 
■n  rwtanndor  en  los  siguientes  versos ; 

T  cuando  D.  Enrique  de  Yillcna 
Con  D.  Femando  vino 
A  la  insigne  Barcino, 
El  Apolíneo  gremio 
De  su  fecunda  y  elegante  vena, 
Ilustró  con  aplausos  y  con  premio  : 
Donde  el  Rey  presidía 
En  trono  para  honor  de  la  poesía : 
y  de  la  Gaya  Ciencia 
Escribió  su  elocuencia, 
llosirando  la  erudita 
Copia  de  sus  dolencias  y  primores. 
Donde  citró  las  flores 
En  el  sutil  tratado 
Del  arte  de  trovar  inlilulado. 
Que  á  instancia  lo  escribió  del  Sr.  de  Hila . 
De  D.  lúigo  López  de  Mendoza, 
De  quien  Castilla  laureles  muchos  goza. 
En  trd|!;icss  y  dulces  cantinelas. 
Del  príncipe  D.  Cdrlos  las  cadenas 
T  BU  temprano  y  triste  acabamiento 
Cantaron  sus  dulcísimas  carmenas. 

1  dar  una  completa  idea  de  lo  que  era  el  consistorio  de  Barcelona  en 
I  da  D.  Enrique  d«  Villana ,  y  de  la  ostentación  con  qae  la  adornaba  la 


—  154  — 

Con  la  maerte  del  marquéi  de  Yilleiia,  actecida  en  1431,  puede  deeine 
que  concluyó  el  consistorio  de  la  Gaya  Ciencia  de  Barcelona » pues  que  si 
algunos  trovadores  hicieron  lo  posible  por  sostenerle ,  no  pudieron  con- 
trarestar  el  carácter  peculiar  que  tomó  el  siglo  contra  esta  clase  de  aca- 
demias que  iban  teniendo  por  enemigos  á  los  austeros  religiosos,  oposito- 
res de  todo  lo  que  no  fuera  enteramente  mistico  como  peijudidaly  en  su 
concepto ,  á  la  buena  moral  cristiana.  El  Aragón  perdió  sus  consistorioe ,  y 
desde  1436  hasta  las  célebres  academias  de  los  condes  de  Quimera  f  en  Á 
siglo  XVII,  no  se  vuelven  á  ver  academias  poéticas  en  este  pais»  á  no  ser  en 
alguna  comunidad  religiosa  para  alabar  las  escelencias  de  la  Yirgtn  6  de 
algún  santo  patrón. 

academia  en  los  días  de  concurso ,  y  con  que  se  daban  los  premios  ^  pondremos 
las  mismas  palabras  del  marqués  de  Santillana  en  el  citado  arte  de  trovar,  to- 
mándolo del  tomo  segundo  de  los  Orígenes  de  le  íeñgua  etpañoUí,  compuestos 
por  varios  autores  y  recogidos  por  D.  Gregorio  Mayaus  y  Sisear ,  bibliotecario 
de  S.  M.,  en  el  que  se  hallan  algunas  cosas  notables  del  arte  de  trovar  que 
Don  Enrique  de  Yillena  dedicó  á  D.  Iñigo  L^pez  de  Mendoza,  8eik>r  de  Hita,  á 
la  página  324 ,  en  que  se  encuentra  lo  siguiente  con  relación  al  consistorío  de 
Barcelona. 

«Las  materias  que  se  proponían  en  Barcelona  estando  allí  D.  Enrique.  Al- 
gunas veces  loores  de  Santa  María :  otras  de  armas :  otras  amores,  e  de  buenas 
costumbres.  E  llegado  el  día  prefijado,  congregábanse  los  mantenedores  é  tro- 
vadores en  el  palacio  donde  yo  estaba;  y  de  allí  partíamos  ordenadamente  con 
los  vergueros delante ,  é  los  libros  del  arte,  que  traían,  y  el  registro  ante  los 
mantenedores.  E  llegados  al  dicho  capilul ,  que  ya  estaba  aparejado,  é  empara- 
mentando de  panos  de  pared  al  derredor,  é  fecho  un  asiento  de  frente  con  gra- 
das, en  donde  estaba  D.  Enrique  en  medio,  é  los  mantenedores  en  cada  parle 
é  á  nuestros  pies  los  escríbanos  del  consistorío,  é  los  vergueros  mas  abajo ,  é  el 
suelo  cubierto  de  tapicería  é  fechos  dos  circuitos  de  asientos  donde  estaban  los 
trovadores,  é  enmedio  un  bastimento  cuadrado  tan  alto  como  un  altar,  de  pa- 
ños de  oro,  é  encima  puestos  de  libros  del  arte  é  la  joya;  é  á  la  man  derecha 
estaba  la  silla  alta  para  el  rey ,  que  las  mas  veces  era  presente,  é  otra  mucha 
gente  se  ende  allegaba.» 

«B  fecho  silencio,  levantábale  el  maestro  en  teología,  que  era  uno  de  los  man- 
tenedores, é  facía  una  presuposición  con  su  tema,  y  sus  alegaciones,  é  loores 
de  la  Gaya  Sciencia ,  é  de  aquella  materia  de  que  se  había  de  tratar  en  aquel 
consistorío;  é  tornábase  á  asentar.  E  luego  uno  de  los  vergueros  decía ,  que  los 
trovadores  allí  congregados  espandiesen ,  y  publicasen  las  obras  que  tenían  he- 
chas de  la  materia  á  ellos  a6nada;  é  luego  levantábase  cada  uno,  é  leia  la  obra 
que  tenia  fecha  en  voz  inteligible,  é  traíanlas  escritas  en  papeles  damasquinos 
de  diversos  colores  con  letras  de  oro  é  de  plata,  iiluminaduras  formosas  lo  me- 
jor que  cada  uno  podía  :  é  desque  todas  eran  publicadas,  cada  uno  la  presen- 
taba al  escribano  del  consistorio.» 

«Teníanse  después  dos  consistorios :  uno  secreto  y  otro  público.  En  el  se- 
creto facían  todos  juramento  de  juzgar  derechamente  sin  parcialidad  alguna, 
según  las  reglas  del  arte,  quál  era  mejor  de  las  obras  examinadas  é  leídas  pun- 


—  155  — 

Et  marqués  de  Saotillana ,  amigo  y  discípulo  del  do  Villena,  hizo  todo 
lo  posible  por  iniroductr  en  Castilla  los  juegos  florales  del  mismo  modo 
qne  se  celebraron  ea  Aragón .  y  lo  consiguió  en  la  uoiilica  cime  del  rey 
l>.  Juiín  el  II ,  |)oela  y  amij;o  de  los  trovadores ,  el  cual  situó  el  consistorio 
en  su  mismo  palacio .  y  presidiilo  por  ¿I  se  enroñaron  ,  en  los  tres  años 
que  se  celebraron  estas  justas  poéticas,  tos  famosos  Mnrnna,  Saníillana, 
Lope 'le  Estúñiija ,  Carvt^al,  Siifro  de  ¡Uvera,  Juan  Duermas,  JHoxica, 
Arias  de  Busto ,  FiUalpando ,  yüialoboí ,  Juan  de  Tavera ,  Tapia  y  otros 
poetas  (1).  Con  la  muerte  de  Santillana  y  de  D.  Juan  II,  terminaron  en 
Castilla  estas  justas  literarias,  y  aunque  Pedro  Gracia  Orí,  cronista  do 
los  Reyes  Católicos  y  corto  poeta,  trató  de  restaurarlas  en  el  tiempo  de  lu 
virtuosa  Isabel  la  Católica ,  no  lo  consintió  aquella  corle  guerrera  y  mis- 
tica,  que  atendía  mas  &  contar  las  sangrientas  cabezHs  cortadas  ú ios  ínñe- 
lea  de  Granada  y  á  ver  encender  después  las  bogueras  del  creado  santo 
oBcio,  que  ¿  los  melodiosos  cantos  del  poeta,  troidos  entonces  entre  los 


tnalmente  por  et  escribano.  Cnda  uno  dcllos  apuntaba  los  vicios  en  ella  ronlc- 
nidos,  é  señalábanse  en  las  margéneos  de  fuern.  E  todns  así  requeridas,  i  la  que 
era  hallada  sin  vicios,  ó  íÍ  la  que  leüia  menos,  era  juzgada  la  joya  por  los  vo- 
tos del  consistorio.! 

-En  el  publico  congregábanse  los  mantenedores,  6  trovadores  en  el  palacio-, 
é  D.  Enrique  partía  dendc  con  ellos,  conjo  está  dicho, para  el  capitulo  de  los 
frailes  predicadoresi  é  colocados,  é  fecho  silencio,  yo  les  facía  una  presuposi- 
ción loando  las  obras  que  ellos  hablan  fecho  é  declarando  en  especial  quat  do 
ellas  oierecia  la  joya;  é  aquella  la  traía  ya  el  escribano  del  consistorio:  en  per- 
gamino bien  iluminada ,  é  encima  puesta  lu  corona  do  oro.  <^  lirmábalo  D.  En- 
rique al  pié,  é  luego  los  mantenedores:  é  sellnlia  ei  escribano  con  el  sello  pen- 
dicnle  del  consistorio  :  é  traia  la  joya  nnlc  D.  Eoriquo :  é  llamado  el  que  fizo 
aquella  obra,  entregiibalc  la  joya,  é  la  obra  coronada  por  memoria,  la  cual 
era  asentada  en  el  registro  del  consislorio,  dando  autoridad  é  licencia  para  que 
■e  pudiese  cantar,  é  en  público  decir.* 

<E  acabado  esto,  tornábamos  de  allí  al  palacio  en  ordenanza,  é  iba  entro 
dos  mantenedores  el  que  ganó  la  joya,  é  llevábale  un  mo/o  debmle  la  joya  con 
ministriles, é  trompetas:  é  llegados  á  palacio,  haeiales  dar  conliles.y  vina:i! 
luego  partían  dcnde  los  mantenedores,  é  trovadores  con  los  ministriles,  é  joya, 
acompañando  al  que  la  gauú  hasta  su  posada;  é  mostrábase  aquel  aveulaje  que 
Dios  ¿Natura  ficicron  entre  los  claros  ingenios,  i  los  obscuros.  De  donde  pa~ 
rece  que  aventaje  viene  del  vocablo  italiano  avanle.r 

\l]  La  poesía  castellana  contaba  ya  en  esta  época  mucbos  vales  que  la  en- 
noblecieron,  debii'iiduse  tener  por  sus  primeros  cullívudorps  de  buena  especie 
al  inFante  J).  Juan  lUamiet,  a  Ayala  el  Canciller,  al  duque  I).  Fadrique,  á  Don 
Juan  de  la  Corda  ,  á  D.  Pedro  Gon:ealez  de  Neiidoza ,  Adelantado  mayor,  y  á  los 
Vdlenas,  Sanlillanas,  Guzmanes,  Luna,  Eiiríquei,  Guevara,  Manrique  y  otros 
ciilcbres  miiguate-ique  pulsaron  la  lira  de  la  poesía  cortesana  de  ios  pnlacios,  en 
contraposición  de  la  de  los  juglares  públicos,  debiendo  advertirse  que  cuando 
solo  cantaban  amores  y  lisonjas  los  primeros,  los  s^undos  ensalzaban  bis  glo- 
rias del  país,  las  hazaOas  de  sus  héroes  y  describiiin  las  costumbres. 


—  156  — 

mas  por  impíos  y  perjudiciales  cuando  no  sa  dirigían  á' alabar  á  Dios  y 
¿  maldecir  á  ios  enemigos  de  la  Craz. 

El  reinado  de  los  Reyes  Católicos,  grande  por  tantos  títulos,  puedftcon- 
templarse  como  la  época  principal  de  la  decadencia  de  la  poe»a  nacional  pri- 
mitiva en  £spana  y  la  muerte  de  la  provenzal ;  pues  al  puso  que  aragoneses 
y  catalanes  fueron  tomando  el  lenguaje  castellano,  fué  decayendo  su  poesía 
basta  el  punto  de  versificarse  en  castellano,  empezando  esta  trasmrma- 
clon  Mijutl  Pérez ,  Juan  de  rerdancha ,  y  Mosen  Grespi  de  FnUdaura , 
que  usaron  del  verso  de  ocbo  sílabas  con  la  consonancia  y  disposición  de 
las  redondillas  castellanas  (1)» 

Aun  cuando  se  estinguieron  en  la  Provenza  y  en  España  ios  consisto- 
rios poéticos  donde  se  premiaba  á  los  trovadores,  no  por  eso  desma- 
yaron los  poetas  espaftoles  como  los  franceses ;  pues  contentos  con  los 
aplausos  de  un  pequeño  círculo  de  admiradores,  siguieron  aumentando 
páginas  &  la  gloriosa  bístoria  de  la  poesía  española  y  nombres  muy  ilus- 
tres al  catálogo  del  Parnaso  Español,  que  es  en  los  tiempos  antiguos  y 
medios  el  mas  numeroso  y  magnífico  de  Europa.  Alternando  la  lira  con 
los  instrumentos  dcTalía,  se  dio  lugar  á  las  inspiraciones  fecundas  y  di- 
vinas del  poeta  dramático,  y  empezó  en  España  una  nueva  era  de  noesia 
mas  grande  que  ninguna,  y  que  en  vano  pretenden  presentar  mas  tiorida 
y  amena  las  demás  naciones,  y  los  siglos  X Vi  y  XVII  se  engalanaron  con  los 
ilustres  nombres  de  Lope  de  P^ega,  Calderón,  Moreto ,  Tirso  y  otros  maes- 
tros del  teatro  sensato  de  Europa .  y  con  los  cantares  sublimes  de  Garci^ 
laso,  León,  Góngor a,  Granada,  los  Argensolas,  Ercilla,  Herrera,  Que^ 
vedo  y  el  inmortal  Cervantes ,  creador  de  la  buena  novela ,  y  perfecciona- 
dor  del  lenguaje  en  nuestra  patria. 

Volviendo  á  nuestro  propósito  de  tener  por  mas  antiguos  los  certáme- 
nes ()oéticos  españoles ,  que  los  juegos  florales  de  Tolosa ,  é  hijos  éstos  de 
aquellos ,  recordamos  cuanto  en  apoyo  de  nuestra  oninion  hemos  sentado 
como  pruebas  incontestables ,  asi  como  la  forma  de  premiar  los  árabes 
andaluces  á  sus  poetas.  Coronas  de  flores  y  demostraciones  públicas  y 
relii*¡osas,  eran  el  premio  del  árabe  vencedor  en  ios  certámenes  de  la  corte 
de  El  Mamun,  y  flores,  y  demostraciones  públicas  y  religiosas,  eran  el 

Eremio  dado  á  ios  trovadores  de  Tolosa.  Atendiendo  ú  la  descripción  que 
emos  hecho  de  aquellos  certámenes,  á  los  que  hemos  insertado  de  Tolosa 
y  del  Consistorio  de  Uarceiona,  se  vé,  que  solo  en  las  prácticas  religiosas  y 
en  alguna  que  otra  circunstancia  insignificante,  es  en  lo  que  se  diferencian 
unos  de  otros,  y  no  puede  dudarse  en  su  vista  que  así  como  los  proven- 
zales  copiaron  la  Índole  y  estructura  de  los  versos  árabes,  les  imitaron 
también  en  los  medios  de  alentar  y  premiar  el  talento  poético,  sacándose 
por  consecuencia  final ,  que  los  españoles  fueron  los  maestros  en  poesia 
de  los  franceses,  y  los  inventores  de  los  juegos  florales  modernos.  En 
efecto,  no  tomarían  los  tolosanos  sus  juegos  de  los  romanos  y  ai  de  los 


(1)  Nos  conformamos  con  la  opinión  de  los  escritores  que  han  dicho  que  el 
clero  y  la  nobleza  al  declinar  la  edad  media,  eran  las  clases  depositarías  del  saber, 
raEon  por  lo  que  la  poesía  lució  tanto  en  estas  clases  en  España,  en  donde  por 
todas  partes  se  veía  en  esta  época  trovadores  ilustres;  pero  no  podemos  meó- 
nos de  confesar  con  los  hechos,  que  los  cantos  de  mas  interés  histórico  fueron 
los  de  los  poetas  del  pueblo. 


—  137  - 

eananoles,  puesto  quo  teniendo  semejanza  sus  jueps  con  los  de  éstos ,  se 
difereacian  notablemente  de  los  impuros  de  aquellos. 

De  la  similitud  de  la  poesía  pruvenzal  y  de  la  ai'ábiga  española,  y  de 
los  poetas  de  una  y  otra  ,  trata  largamente  el  erudito  abate  Andrés  en  su 
citada  obra  tomo  II ,  páginas  74  y  9B.  y  nos  escusamos  de  hacerlo ,  tanto 
por  haber  ya  dicho  lo  suñcienie  en  apoyo  de  nuestro  pnrcccr,  cuanto  por 
habernos  dilatado  demasiado  sobre  osta  materia :  á  dicha  obra  y  páginas 
remitimos  á  los  curiosos,  encomendando  sus  observaciones  como  au- 
menlo  de  las  pruebas  que  hemos  dado  á  favor  de  nuestra  emitida  opi- 
nión (I). 

Se  han  conocido  principalmente  con  el  nombre  de  trovadores  en  Eu- 
ropa, k  los  poetas  provenzalos  que  florecieron  del  siglo  XI  al  XIV  ;  los 
cuales,  no  obstante  la  barbarie  y  grosera  estupidez  en  que  esta  rcgien 
estaba  sumergida  á  escepcion  de  la  parto  de  España  ocupada  porlosaraiies, 
y  &  pesar  del  indujo  en  contrario  que  en  aquella  época  ejercía  el  partido 
fanálico,  trataron  en  sus  cantares  de  endulzar  las  costumbres  de  la 
época  por  medio  de  la  galantería  caballeresca.  Los  trovadores  Tueron  per- 
feccionando y  suavizando  el  lenguaje ;  crearon  un  nuevo  género  de  poesía, 
dieron  un  gracioso  y  elegante  ^iro  al  pensamiento,  á  la  ficción  y  á  la  mo- 
ral; y  como  dice  un  auior:  acesó  la  manía  de  esclavizarse  á  una  enfadosa 
«rutina,  siguióse  el  progreso  de  las  ideas,  y  abrazando  una  variedad  de 


(I)  Bien  quisiéramos  haber  seguido  la  historia  de  los  ccrlámenes  poéticos 
españoles,  con  los  quo  en  varias  épocas  se  han  repelido  en  España,  entre  los 
que  sobresalen  los  de  tos  aragoneses ennd^t  de  la  Quimera,  en  el  siglo XVII,  los 
del  famoso  Alfanio  de  Batres,  los  de  Coelln,  en  el  Retiro,  en  1638,  los  de  la 
corle  de  Felipe  IV,  los  de  Lima  en  el  siglo  XVII,  sostenidos  por  el  virey  Castel- 
dürríus,  y  de  otros  de  que  tenemos  la  historia  y  composiciones,  asi  como  de 
los  de  las  universidades  do  Alcalá.  Salamanca,  Genera  y  oirás,  pero  seria  ta- 
rea demasiado  larga,  bastando  decir  por  hoy,  que  el  Liceo  artístico  y  lilcrario, 
fundado  ca  tladrid  en  1 837,  y  que  se  ha  disuello  en  el  próximo  pasado  de  I S51 , 
tova  cerlámcnes  poólicos  con  que  mantuvo  el  entusiasmo  de  la  mejor  sociedad 
deUadrid  durante  diez  años,  en  los  que  se  establecieron  los  juegos  dorales  por 
el  ilustrado  poeta  elExcmo.Sr.  I).  Mariano  ñoca  de  Togoreí,  ministro  que  fué, 
hace  poco,  de  Instrucción  publica  y  de  Marina ,  en  los  cuales  dio  la  reinn  Sofía 
Ttabel  II,  los  premios  por  su  propia  mano  a  los  mantenedores  lodos  los  años.  El 
¡lutituto  etpaiiotjCa  cuya  fuodacion.en  abril  do  4839,  tuvimos  una  parle  prin- 
cipal, sociedad  Blanlrúpico-lileraria  y  artística,  que  aún  subsiste,  celebra  certá- 
menes poéticos  desde  su  fundación ,  y  i  estas  dos  sociedades  y  d  las  que  de  ellas  se 
formaron  eu  todo  el  roino  se  debe,  en  gran  parta ,  la  boga  en  que  hoy  se  halla 
nuestra  poeiiía,  y  el  que  sean  los  poetas  tan  considerados  como  lo  fueron  en  los 
tiempos  de  las  Cor(«ti/e..4rnor¡/Con*t«í«rM  de  laGayaCienda  y  aun  mas,  puesto 
que  jamás  salieron  los  Irovndoros  anliguos  de  !a  dependencia  délos  señores,  lla- 
gando pocos  á  serlo  si  no  lo  debieron  al  naciroiento;  y  en  loe  tiempos  que  al- 
canzamos se  han  visto  muchas  veces  las  riendas  del  Estado  y  la  sueilc  de  los 
pueblos  y  hasta  del  trono  español  en  las  manos  do  nuestros  trovadores  y  lite- 
ratos modernos. 

18 


mas  por  im[iios  y  pi-rtn 
&  mulilecir  ¿  los  cat'iiiit" 

líl  i'dnadoili!  lo<.ll>'\> 
tem[)lHr»ecomo  taé))i»;<  i 
nilliva  BQ  Bopann  y  U  i»i  < 
ycaialanes  fueron  (»iii  .1 
Iiasta  el  puDto  de  v>>i   1 

cion  iliíjwsi  Ptrtt ,  J 

quo  usaron  del  Ti-r->o  1 
lus  rcMloiidillas  ca^^tcll  h 

Aun  cuando  m'-u  1 
ríos  pvélicus  duioln 
yarou  los  pueltis  ««|<  "i 
aplausos  lia  un  itc^iui  ñ' 
paginas  i  la  fUuno»  }>•■  < 
tres  al  catiílo;;»  d-tl  t>if 
tnRdios  el  mas  niiiucK 
los  iiistruruenlQ!)  üi'  í 
viuus  del  poeta  Atw 
mas  grande  que  uinr 
^Y  aitiuna  las  dctinis  n  1 
ilustren  noinbi-es  itc  l.u¡. 
tros  del  teatro  sentmio   I 
laso,  teon,  (liinijura  f 
vedo  y  el  inmortal  Cfrt; 
dor  del  lenguaje  en  ntiu 

Volvieudo  i  nu<>!ttt« 
Dca  poéticos  uspaüolflit 
nquellos,  rccordaoioAa 
ciimu  prueliuí  {DüoitBr 
anlaluces  A  »ii3  |Tonr 
r<'lÍ;;¡os:i!),  eran  etiT 
de  Á7  ifamun,  y  (1 

Gremio  (ladi)  á  loH  tn 
emos  tiRCbo  de  aqun 
y  d<>l  Coiisistoriú  aa  8. 
en  al|;unu  que  otra  (in 
unos  ilu  otros,  y  no  pd 
?.ales  copiaran  la  indow 
turnbícn  en  los  me<Iias4 
pr>r  consecnencii  Anal,  1 
lie  \(n  rraocestis,  y  li»  I 
efecto ,  DO  lomarían  los  | 


(I)  Nos  conformiimo*  nai^ 
clnroyln  nobleza  ni  declinar |j 
TAXon  por  lo  que  la  poeafa  td 
(odas  p.'irte»  se  vciii  oa  esta  t 
una  do  coofc-Mir  con  los  lioc~ 
los  (Ui  lux  liúdas  ditl  pueblo. 


i 


—  139  — 

en  la  proximidad  de  un  monasterio.  InmediatameDte  bobo  quien 
trovas,  quien  las  admirase,  y  en  tia,  quieo  quisiera  imi- 
i  un  progreso  de  civilización  que  en  vano  podriamos  des- 
03,  en  nuestra  opinión,  el  cimieulo  de  la  que  aún  no  hemos 


i  ests  nación  Un  vilipendiada ,  por  envidia  de  sn  bellísimo  cielo, 
1  suelo  é  in;;Bnio  de  sus  hijos,  asi  como  tuvo  en  la  época  romana 
t  HiGinio,  SsxnLio  UKni,  loa  SensckB,  Marcial  ,  Único.  Cah- 
>-LiciKiir(o,  Jdvkhco,  Severo  PanoEncio.  los  fumosos  Aubioas 
.  Pebres  poetas  latinos .  fue  de  las  primeras  naciones  que  oyeran 
iIlvs  acentos  de  lüstrovadores,  cantores  que  nacieron  en  su  suelo, 
I  llevamos  dicho ,  y  que  ciñeron  no  solo  la  corona  de  MinuvA  y  du 
-  /Til  KÍno  la  ilel  mundo  y  del  poder...  Aragón  fué  el  país  cl&sicode  los 
-1  tiTCi,  BUS  escarpada»  pero  alegres  montanas  y  sus  risueños  valles 
'Ton.  entre  los  aromas  del  cantueso  y  el  tomillo,  donceles  biearros 
'-  rfciterrando  las  dañinas  serpientes  y  tas  salvajes  lleras,  formaron 
"■"mita  del  amor,  que  despertó  el  fuego  celestial  hacienda  brotar  de 
'-'■  los  incultos  peña'icoi,  los  encantos  de  una  vida  mas  feliz  y  la  idea 
•-•ritn cobres  mas  humanas  y  deliciosas. 

"^t  riuísiéramos  analiiar  este  asunto  con  mas  cuidado  á  favor  de  nnes- 
•■ira  patria ,  podríanlos  remontar  el  origen  de  los  trovadores  y  román- 
'rt-í  at  Rifólo  V  de  nucí^tra  era,  desde  el  que  no  debió  perderse  la  costum- 
"   (nJVtime  si  recordamos  antes  de  él  á  Mbrobiddbs,  DB&concioyel 
'"l^o  Cnvoifio.  i'oetus  citados  con  elogio  por  S.  Isidoro.  Cuenta  la  Cró- 
'  "•  (I)  que  al  eiilrar  Ttirismundo,  rey|de  los  Godos  españoles,  en  Tolosa, 
"1  «1  cadáver  de  su  padre  Teodoredo  el  Grande,  que  fué  mnerto  en  la 
•  ripienta  batalla  de  los  campos  cataláunicos  en  iSl  contra  el  feroz  jalifa, 
'')«  mancebos  y  doncellas  entonaron  canciones  lastimosas,  en  las  que  re- 
#MHn  las  hazañas  del  difunto  rey,  usanza  de  la  nación  goda  asi  en  los 
^pites  y  bodas,  como  en  los  funerales,  de  dooiie,  como  ase;íurael  eru- 
JPfc  Saavrdra .  resultaron  en  España  las  trovas  y  romances  históricos. 
^iios  SsntoslLDeEonso,  EnCRUio,  Vat-rhio,  Juuano,  arzobispo  de  To- 
Mo.  y  Tajón,  obispo  de  Ziiragoza  en  el  siglo  Vil,  Theodülfo  en  el  VIII, 
los  cordobeses  Alvaro.  Cipriano,  S.  Eclogio  y  Galikdon  Prudencio  en 
el  IX  y  SAtvo  en  el  X ,  acreditan  con  sus  obras ,  que  la  lira  poética  se 
palsaba  con  mieslria  en  e-sto^  oscuros  tiempos  en  Es|iaña,  y  esto  sin  en- 
trar en  la  E^paBa  Árabe,  donde,  como  dejamos  probado,  se  hallaba  en  el 
apogeo  de  l:i  ilastracion  y  poesía  Europea, 

A  pesar  de  esta  verdad  histórica,  los  estranjeros  que  tienen  siempre 
l)non  cuidado  de  rebajar  nuestro  mérito  en  lodo ,  señalan  al  conde  de  Poi- 
lon  ('2).  GiTiLi.KHMO  IX,  como  el  primer  trovador  en  el  siglo  XII.  sin  ha- 
i:er  mención  du  poetas  du  este  género  anteriores  á  él;  y  con  respecto  á  los 
i^^panoles  solo  citan  k  Alfohso  II ,  tey  de  Ara»on ,  que  murió  en  1190, 
ii  catalán  Hur.3  db  AIataplana  en  1^9,  RAiiiunno  BEHEnouER,  quinto 
mde  de  Provenza  en  13i3,  Pedro  111  rey  de  Aru^^on  en  1285,  y  Abnaü 

(fALAM. 

Por  do  guier  resonaba  con  aplauso  en  el  siglo  \II  el  canto  del  trova- 
liir ;  paro  en  ninguna  parte ,  aunque  nos  cuesto  et  decirlo,  con  mas  éxito 


I)    Corona  gótica  de  D.  Diego  Fajardo  Saavedra  ,  con  respecto  al  año  4S(. 
)    Hitlolra  litterafre  das  Trouvadours,  edition  de  Paris  17Ti. 


—  144  — 

DOS  parece  quctar  bastante  probailo  que  liicieron  un  gran  servicio  al  gé- 
nero humano  dtilcÍlii:an(lo  sus  bárbaras  costumbres  con  la  tneloitia  de  sus 
cantos,  y  que  la  España  pueiie  (¡toriarse  de  liaber  producido  de  las  prí- 
nieras  tan  i^pimos  y  Raxan:idas  fiutos.  Ojalá  pueda  decir  lo  mismo  la  pos- 
teridad de  los  mil  trovadores ,  que,  á  iniJiaciou  de  aquL'llos ,  endulzan  hoy 
con  sus  cantos  nuestras  penas. 

Al  liablar  ríe  los  orígenes  y  progresos  de  la  poe^ia  cspariola,  no  pode- 
mos dejar  de  hacer  mención  de  las  galantes  antiguas  Cortes  He  Amor,  de 
Arwjon  y  de  Calaiuiia,  que  tan  Favorables  la  fueron,  y  qup  tanto  contribu- 
yeron á  su  desarrollo  y  engrandecimiento;  y  asi  es  que  aun  cuando  con  el 
temor  de  repetirnos  volviendo  á  recorrer  ¿pocas  de  que  ya  hemos  hablaito, 
no  queremos  dejar  de  consignar  en  este  discurso  lo  que  fueron  y  los 
grandes  servicios  que  prestaron  á  la  civilización  de  Europa  y  en  particu- 
lar á  la  de  España. 

Hay  en  el  amor  propio  ,  entre  oíros  sentimientos  que  produce,  el  de- 
seo de  agradar,  y  éste  causa  la  galantería.  El  encanto  de  slt  ainados  dr-1 
objeto  &  quien  prefiere  nuestro  corazón  ,  nos  hace  buscar  cuanto  pueda 
lisonjearle  y  a;;ra(iarle ,  á  Un  de  merecer  A  su  vista  su  aprecio  y  hacemos 
dignos  de  él ;  los  meilíos  empleados  al  efecto  dan  por  prorlucto  la  galante- 
ría que ,  como  dice  un  autor ,  no  es  otra  cosa  que  nit  delicado,  fino  y  per- 
petuo engaño  de/ amor. 

Todos  los  pueblos  han  rendido  homenaje  mas  ó  menos  vivo  á  la  her- 
mosura, y  por  consiguiente,  desde  que  ha  habiJo  bellas  mujeres  ha  ais- 
tido  la  galantería  entre  los  hombrea,  porque  han  concedida  á  esa  mitad  en- 
canI:idora  de  su  ser  una  instrucción  y  suflcicncia  mas  adelantada  y  pro- 
funda para  juzgar  de  cuanto  constituye  el  mérito  personal.  La  dicha  y  el 
placer  de  los  sentidos  consisten  en  et  hombre  en  ser  amado  de  la  mujer  á 
quien  adora  ,  y  como  en  todos  los  países  de  la  tierra  nazca  esta  aflcion 
entre  estos  seres  orgánicos  ,  los  goce^  no  se  alcanzan  sin  galantes  primi- 
cias ,  razón  por  la  que  el  hombre  halaga  á  la  mujer  procurando  gauar  su 
voluntad  por  moilio  de  la  galantería. 

Entre  los  cultos  griegos  es  donde  encontramos  la  galantería  en  mas 
boga  que  en  los  otros  pueblos  antiguos,  si  esceptuamus  ¡t  los  adustos  y 
misteriosos  lacedemonios  que  miraban  como  un  vicio  reprensible,  y  aun 
como  un  crimen,  el  obsequiar  galantemente  &  las  damas.  Los  demás  grie- 
gos, en  particular  los  atenienses,  galanteaban  á  sus  queridas  adornando 
durante  la  noche  sus  puertas  y  ventanas  con  coronas  y  guirnaldas  de  mirto 
y  llores ,  origen  de  las  enramadas  con  que ,  tomadas  de  los  árabes  en  al- 
gunos pueblos  de  Gspaiía,  se  visten  las  puertas  de  las  doncellas  las  noches 
de  san  Juan  y  de  san  Pedro.  Además  de  esta  galantería,  que  ha  sido  imi- 
taila  en  los  tiempos  de  1k  caballería,  ó  sea  en  la  edad  medía,  ñjaban  en  las 
calles  de  sus  damas  carteles  en  verso,  en  los  que  manifestaban  su  her- 
mosura y  el  amor  que  las  tenian.  Al  romper  el  alba,  colocados  deb^o  de 
sus  ventanas  ó  á  la  puerta  de  las  casas  de  sus  amalas ,  cantaban  los  grie- 
gos trovas  amorosas  acompañándose  con  la  lira  ó  haciéndoles  los  amigos 
el  son  con  dulces  flautas.  SI  buscásemos  el  origen  de  nuestras  serenatas 
amorosas  ó  rondallas ,  ciertamente  que  tendríamos  que  remontamos  hasta 
los  griegos,  do  quien  tomarían  la  costumbre  los  ilrabes ,  que  son  los  que 
Im  introdujeron  en  España  ,  donde  hoy  hacen  todavía  la  il«lícía  de  los  jó- 
venes amantes  de  todas  las  clases.  A  las  galantcrias  nocturnas  sucedían 
entre  los  griegos  las  del  dia ,  pues  adornados  con  vestidos  de  púrpura,  de 
los  que  exhalaban  agradables  miasmas  merced  á  las  esencias  con  que  los 


—  145  — 

perfumaban,  y  orladas  las  sienes  coa  veriles  coronas  cuyas  llores  les  caiau 
por  detrás  de  las  orejas,  paseaban  los  amantes  por  las  calles  de  sus  damas 
llevando  un  torneada  y  rico  bastón  en  la  niiino,  y  los  mas  ricos  faacién- 
dosc  seguir  de  dos  6  mas  esclavos  que  conducían  una  silla  de  tijera  para 
cuando  quisiesen  descansar ,  y  ramilletes  de  frescas  flores  para  recalarlos 
al  objeto  de  su  amor,  si  acaso  se  dignaba  asomarse  á  la  ventana.  Huchas 
galanterías  podríamos  citar  correspondientes  k  esta  culta  nación,  pero  solo 
diromos  que  la  bistoria  nos  recuerda  la  galantería  del  sabio  Sóc&atrs  que 
recibió  leccioocs  de  política  y  de  elocuencia  de  la  famosa  Aspasia;  la  de  Alb- 
lANDBO  el  Grande  por  Frtnb  que  reedlQcú  á  su  costa  los  muros  de  Tébas; 
las  de  los  filósofos  DtÓ6E^BS  y  Arcitipo  por  la  astuta  Lais  y  la  do  Eptcu- 
RRo  por  la  célebre  filósofa  Leoncií.  Siendo  galantes  los  filósofos  y  sñbios 
mas  ilustres  de  los  iiri^os  como  lo  descubre  la  veraz  bistoria,  no  puede 
negarse  &  esu  nación  civilizadora  de  las  demás,  que  fué  el  tipo  de  la  ga- 
lantería en  los  tiempos  antiguos,  y  que  la  mujer  );ozó  en  aauel  pais  de  las 
delicias  que  trae  consigo  la  finura  y  cortesanía  amorosa  de  los  hombres. 

Ciertamente  que  los  romanos  no  fueron  tan  galantes  como  los  griegos, 
pues  bailándose  mas  adelantada  la  licencia  y  las  costumbres  mas  corrom- 
pidas que  en  aquella  nación,  los  medios  para  conseguir  los  goces  fueron 
menos  delicados,  y  la  galantería  fué  decayendo  con  la  ilustración,  al  paso 
que  se  fué  entronizando  la  desmoralización  y  aproximándose  la  barbarie. 
Sin  embargo,  también  hubo  en  Roma  enramadas,  cantos  amorosos  y  finos 
galanes  que  sostuvieron  la  galantería  contra  la  licencia,  y  la  cortesía  con- 
tra la  grosera  moda  de  hacer  á  las  mujeres  todas  de  una  misma  condición, 
cosa  nada  favorable  á  su  pudor ,  y  que  por  desgracia  se  va  iotroduciendo 
en  nuestra  actual  sociedad. 

Empero  si  la  galantería,  como  bemos  visto  ,  reinó  en  la  culta  Grecia, 
estaba  reservado  á  los  siglos  medios  el  entronizarla  mas  debidamente  y 
adornarla  de  ricas  preseas;  asi  como  á  ella  el  suavizar  las  feroces  costum- 
bres de  estos  mismos  siglos  y  levantar,  con  ayuda  de  la  poesía,  su  madre 
y  amiga ,  la  pesada  losa  sepulcral  donde  enterraran  la  civilización  de  Gre- 
cia y  de  Itoma  los  salvajes ,  bárbaros  y  supersticiosos  bijos  de  la  Gótia, 
cuando ,  á  manera  de  un  torrente  asolador ,  inundaron  el  Mediodía  de  la 
Europa  en  los  siglos  IV  y  V  de  nuestra  era. 

Yéndose  civilizando  los  godos  conquistadores,  fueron  mejorándose  sus 
feroces  costumbres,  y  la  galantería  y  la  poesía  se  fueron  elevando  k  su 
trono,  siendo  el  medio  la  belleza  de  la  mujer,  foco  de  galantes  inspiracio- 
nes y  objeto  bermoso  y  poderoso  de  civilización.  El  deseo  de  agradar  á  las 
damas  y  de  mostrarse  digno  de  ellas,  unido  al  entusiasmo  reli|;ioso.  creó  la 
caballeria,  orden  galante  y  religiosa,  asi  como  los  torneos  ,  justas  y  otros 
magníficos  Juegos  que  inventaron  los  caballeros,  todos  para  obsequiar  al 
bello  aeio,  en  los  que  lucia  la  mas  fina  cortesanía.  Muy  galanieí^  Tiieron  los 
caballeros  cristianos  con  las  damas,  pero  no  llegaron  cun  muclio  al  respeto 
y  veneración  en  que  las  tuvieron  los  árabes  españoles,  como  hemos  dicho 
■I  hablar  de  esta  nación  conquistadora,  á  la  que  se  debe  mucha  parte  de  ta 
civilización  europea.  Pasaremos  ahora  á  dar  razón  de  la  historia  de  las 
galantes  Corles  de  amor. 

Los  Tenzones  ó  disputas  poéLicas  de  los  trovadores,  en  las  que  se  agi- 
taban cuestiones  de  amor  en  forma  de  diálogo,  empezaron  á  concederá 
las  damas,  como  llevamos  dicho,  el  derecho  de  decidir  en  cuestiones  amo- 
rosas ,  encomendándolas  los  trovadores  este  encargo.  La  sumisiuu  cun  que 

19 


—  ue  — 

recibían  los  poetas  sos  sentencias  ingeniosas ,  lisonjeó  de  tal  modo  á  las 
damas ,  que  se  esmeraban  en  estudiar  el  medio  de  buscar  la  razón  y  la 
justicia  entre  los  contendientes ,  y  estos  contentos  de  sus  amables  jaeces» 
les  conñaron  todas  sus  querellas  basta  el  punto  de  tener  su  voto  como  ley 
divina  y  obedecerla  con  el  mayor  respeto.  Las  damas  se  remontaron  en- 
tonces a  su  mayor  altura  y ,  después  de  Dios  y  de  la  Virgen  María «  se 
puede  decir ,  con  relación  á  aquella  época »  que  nada  se  respetaba  tanto 
sobre  la  tierra  como  la  mujer.  Nada  se  bacía  en  materias  de  amor  sin 
el  parecer  de  las  bermosas ,  y  los  amantes  esperaban  de  sus  sentencias 
la  telicidad  ó  la  muerte.  En  ios  primeros  anos  del  siglo  XIII ,  Savari  de 
ñíauíeon  ,  noble  de  Poitou ,  Anselmo  Faydü  y  Hugo  de  ia  Bachdm^ 
ambos  naturales  de  la  villa  de  Userte ,  en  la  diócesis  de  Límoges ,  diputa- 
ban una  proposición  del  primero,  reducida ,  á  qué  favor  era  mayor,  si  el 
de  un  amante  que  babia  recibido  una  mirada  favorable  de  su  dama ,  el  de 
otro  que  le  babia  apretado  la  mano ,  ó  el  de  otro  á  quien  la  dama  había 
apretado  el  pié.  Los  tres  trovadores  espusieron  sus  razones  en  verso ,  y 
sometieron  su  decisión  á  las  damas  de  Bon-Prix  y  Guillbmbttb  de  Bel- 
AvoiR  y  que  sentenciaron  á  favor  de  la  mirada  favorable.  De  este  modo  se 
bicieron  insensiblemente  las  damas  de  la  Provenza  tan  hábiles  en  estas  ma- 
terias» que  de  todas  partes  se  las  venia  á  consultar  sobre  estos  asuntos. 

De  estas  consultas  puede  asegurarse  que  se  originaron  las  galantes 
Cortes  de  Amor ,  tribunales  mas  respetables  en  materias  de  amor  que  los 
supremos  de  justicia,  y  ante  el  cual  los  amantes  llevaban  sus  diferencias, 
sabiendo  que  sus  sentencias  no  tenían  apelación  ninguna.  £ri[BR0ardá, 
vizcondesa  de  Naróona ,  £lbo»oh  de  Jquilania,  esposa  de  Lms  vin  de 
Francia ,  y  después  de  Hrihrique  ii  de  lní¿laterra,  Sibila,  de  Aif jou  conde- 
sa de  Flandes ,  Machia  su  bija  condesa  de  Campaña  y  las  nobles  damas  de 
Gascuña.  ,  son  los  primeros  jueces  que  vemos  formar  este  florido  tribu- 
nal, cuyos  reglamentos  y  ordenanzas  formaron  siendo  legisladoras  á  la 
Ear  que  magistradas ,  cada  una  de  por  sí  en  su  numerosa  corte  de  damas. 
1  primer  nombre  que  tuvo  este  tribunal  fué  el  de  Parlamento  de  Akob, 
y  á  sus  decisiones  se  denominó  Arrestos  (Decretos).  La  ciudad  de  Aix  fué 
el  primer  sitio  que  tuvo  el  tribunal  de  Amor  (1),  y  sucesivamente  se  es- 
tablecieron otros  en  Pibrrefeu  ,  en  el  castillo  de  Sigile,  en  Romanía,  y  en 
la  corte  pontifícia  de  AviÑon  :  pero  si  la  galantería  presidió  en  todos  estos 
tribunales,  debe  darse  la  preferencia  al  primero,  cuyas  damas  hemos ci* 
tado  por  haber  sido  no  solamente  el  fundador,  sino  el  que  sancionó  el  có- 

(0  Si  bien  Sismondi,  Guinguené,  Rolland  y  otros  autores,  en  sus  obras  de 
literatura,  han  hablado  de  las  Corles  de  Amor,  solo  M.  RAmouARD,  sabio  escritor 
francés  que  falleció  en  4S26,  ha  sido  el  que  las  ha  hecho  conocer  tal  cual  fueron, 
por  haber  hallado  en  la  hiblioteca  real  de  París  el  curioso  manuscrito  latino  es- 
crito por  Mabsb  AnoRBS,  titulado  viLiber  de  arte  amandi  et  de  reprobathne  amo^ 
m,  ete.,  en  el  cual  se  prueba  evidentemente  )a  existencia  de  las  Cortes  de  Amar. 
El  célebre  Juan  de  NostradamuSt  en  su  biografía  de  los  trovadores,  al  dar  razón 
de  las  Corles  de  Amor  de  Signe,  Pícrrefeu  ,  de  Romanin  y  de  Aviñon,  cita  todos 
los  nombres  de  las  damas  que ,  en  distintas  épocas  ,  compusieron  estas  cortes, 
desde  el  principio  del  siglo  XII  hasta  el  segundo  tercio  del  XIV ;  pero  como  no 
sea  necesario  el  poner  en  este  lugar  todos  los  nombres,  que  por  otro  lado  seria 
tarea  bastante  larga ,  lo  haremos  solo  de  algunas  de  las  mas  ilustres.  La  Corte  de 


L 


-  147  — 

cHgo  dé  amor  por  el  que  se  rigieron  todas  las  rianiss ,  cuyo  maravilloso 
origeo  y  discretas  leyes  hace  años  que  tetinmos  publicado  (i). 

£ii  tollas  las  drcisionos  se  consultaba  csle  código  maravilloso,  y  cuando 
no  estaba  prevenido  ea  lil  el  asunto  de  que  se  trataba,  decidían  las  damas 
coD  arreglo  á  su  juicio,  de  cuyos  casos  y  sentencias  se  fué  formando  un 
suplemento  al  c(^digD.  No  solamente  se  discutian  y  fallaban  en  estos  tri- 
bunales asuntos  amorosos ,  sino  que ,  como  dice  Nostradamus ,  biógrafo 
de  los  trovadorus,  acudian  et^tus  á  ellos  para  que  decidiesen  sus  cucstio- 
oes  políticas  y  galantes,  nimibraiido  para  que  les  defendiesen,  cuaudo 
no  podían  asistir,  fi  la  dama  ó  damas  ii  cuya  opinión  querían  sujetarse,  las 
que  formaban  para  este  solo  acto  una  (^írie  de  Amor. 

En  las  Corles  de  Amor  babia  también  caballeros  que  componían  una 
comisión  especial,  la  cual  tonia  la  obligación  de  instruir  á  las  damas  en 
loa  asuntas  quo  les  consultaren  ,  y  de  hacer  que  no  faltase  nada  ni  decoro 
de  las  hermosas  y  á  la  dignidad  del  tribunal ,  de  suerte  que  puede  decirse 

Amor  dL>  Pitirrcrcu  y  de  Sigiir,  ko  componía  en  el  nño  4300  de  iaa  damas  siguien- 
tes: EsreVAltiLLA,  dama  de  Baulx,  hija  del  conde  de  Proreiua ,  Presideeita; 
Alalizis,  vixcanüesa  de  Aviñuii;  Alm.btji  ,  dama  de  Ollglo:  Bbhuisenda  ,  dainn 
de  Po^uieres;  REHTHAnDi,  dama  de  Urgoii;  Mabili^,  dama  do  Yúres;  lu  condesa 
de  Dib;  Rostaeioa,  dnma  de  Piorrcfeu;  BBRTRAKDA.dama  de  Signn  y  Jauseran- 
DA,  de  Clnaslra).  Algunns  de  estas  damas  perteoccinu  también  al  parlamento  de 
la  ciudad  de  Alx,  y  así  es  (jiie  se  linllau  en  el  cnldlogo  de  nqnel  tribunal. 

(I)  El  citado  llsese  Andris  al  dar  mron  del  faniüso  ciidígo  de  Amor,  diro  que 
fué  encontrado  por  un  cabiiliero  Bretón,  ol  que  presentú  á  las  damas  y  caballe- 
ros de  la  primera  Ciirle  de  Amor .  que  fui^  la  que  le  hizo  publicar  para  qno  sir- 
viera  de  ley  i  tos  nniaiiles.  Con  relación  al  origen  de!  código  dice  Anárét :  Que 
habiéndose  internado  en  un  bosque  un  cobollcro  Bretón,  con  la  espcrniiM  do 
encontrar  á  j^rfuro,  se  Id  presen  t<i  nna  scJIorit  a  que  le  dijo;  'Silo  qne  biucaix, 
y  en  iwno  KsperaU  hnlíarln  ñti  mi  atmilio:  hohris  reqtimifo  rfí  nrnir  rf  tina  rfama 
brtfimn ,  /o  ranl  exige  de  vns  giie  la  Itevñs  el  rí/rfirc  hafrim  ijw  está  jmittdo  m 
*ina  nkándnra  en  el  patacin  de  JrUiTn.  Para  tonsfgvir  Ptte  hníain  fí  precito 
probar ,  par  medio  de  un  combate ,  qwe  pm  $eiiora  m  ma»  hermota  que  tvdaí  las 
dimuu  nrniidas  por  hs  caballeTOi  ifue  haij  bh  eia  citrfe.»  Después  de  varias  aven- 
turas romancescas  ,  cnconlrd  el  halcón  en  ima  alc/mdara  de  oro  en  la  entrada 
del  palacio,  y  6C  apoderó  de  él.  Colgaba  de  la  alrdndara  ,  alado  al  extremo  de 
una  cadenilla  de  oro ,  un  escrito  que  era  el  Código  de  Armyr,  que  ol  caballero 
debía  tomar  y  dar  á  conocer  do  parto  del  rey  de  Amor  ,  si  aspiraba  á  llevarse 
ptciñeamenle  el  halcón ;  y  en  ñn  que  el  caballero  1c  présenle  á  la  Corto  de 
Amor,  la  que  le  sancionó  y  mandó  ^nardar.  lista  ingeniosa  y  romancesca  fábula 
es  la  historia  del  código  maravilloso,  forjado  acaso  por  algiin  fino  y  entendido 
amante ,  que  para  darle  mas  prestigio,  le  cimentó  sobre  tan  galante  fundamento, 
en  lo  cual  no  hi/o  olrn  cosa  que  lo  ejecutado  por  los  mas  sdbios  y  acreditados 
hiiitoriadores  de  su  tiempo ,  y  aun  de  los  posteriores,  los  cuales  queriendo  dar  .-i 
su  nación ,  ciudad  6  pueblo  ,  una  prodigiosa  antigüedad,  han  fundado  su  origen 
en  rábulas  in,is  ú  menos  ingeniosas. 

El  espresndo  código  consla  de  34  artículos,  que  así  como  su  origen,  se  hallan 
en  buen  latín  on  el  folio  t03  del  manuscrito  do  maese  Andrea;  pero  habiéndolos 


—  148  — 

eran  la  guardia  de  honor  de  tan  galante  corte.  Los  primeros  caballeros  de 
estas  fueron  los  del  tribunal  de  Aix,  Berardo  des  Beaux ,  Bonifacio  de 
Catelune ,  Hugo  de  Lascaris  ,  fíaimundo  Jordán ,  los  vizcondes  de  San 
jántonio,  Bertrand  (de  los  vizcondes  de  Marsella)  Guillen  AdhenutTf  seAor 
de  Grigoan,  Bertrán  de  Pages  •  GrimaUiy  Savari  de  Mauleon. 

En  un  códice  titulado:  Traducción  de  la  Tenzona  ó  controversia 
latioa  que  sostuvieron  ante  el  parlamento  d'Amor  de  las  damas  de  Bomani, 
tnosen  Borrell,  catalán,  Dedacus  Casteíerva  y  Jaques  UoAretf  poetas  pro^ 
vénzales,  el  cual  está  en  letra  del  siglo  XV,  hallamos  la  siguiente  descrip- 
ción del  parlamento: 

«El  tribunal  se  situaba  en  la  casa  de  la  presidenta ,  la  coal  procuraba 
adornar  su  local  con  todas  las  gatas  posibles,  aventajando  siempre  en  lujo 
á  las  anteriores ,  de  suerte  que  la  riqueza  brillaba  en  éste  á  la  par  que  el 
gusto  y  el  ingenio.  Las  damas  se  sentaban  en  ricas  sillas  alrededor  de  una 
gran  mesa  cubierta  con  tapetes  de  brocado  de  oro,  en  cuyo  centro  se  ha* 


fíelmenlo  traducido  nuestro  buen  amigo  el  erudito  literato  catalán  D.Joan  Cor- 
tada en  su  linda  novela  histórica  titulada  Lorenzo^  los  insertamos  en  castellano, 
copiándolos  de  la  traducción  de  este  autor. 

4 .  ®  El  matrimonio  no  es  escusa  legítima  contra  el  amor.  2.  ®  Quien  no  sabe 
celar  no  puede  amar.  3.  ®  Nadie  puede  estar  ligado  por  desamores,  i.^  El  amor 
siempre  va  en  aumento  ó  en  decadencia.  5.  ®  Los  placeres  que  un  amante  horta 
á  la  persona  amada ,  sin  su  consentimiento,  no  tienen  sabor  alguno.  6.®  El  va- 
ron  no  ama  hasta  llegar  á  la  plena  pubertad.  7.  ®  El  amante  que  sobrevive  al 
otro,  debe  guardar  viudez  durante  dos  años.  8.  ®  Nadie  debe  privarse  de  su  amor 
sm  un  motivo  muy  poderoso.  9.®  Nadie  puede  amar  sino  por  efecto  de  la  per- 
suasión del  amor.  iO.  El  amor  siempre  ha  huido  de  la  morada  de  la  avaricia* 
4  i .  No  es  decente  amar  á  aquellas  mujeres  á  quienes  el  pudor  obliga  á  manifes* 
tar  deseos  de  casarse.  42.  £1  verdadero  amador  no  desea  mas  abrazos  que  loa  de 
su  coamante.  13.  El  amor  que  se  hace  público  dura  poco,  i  4.  La  fiaciUdad  del 
deleite  hace  despreciable  el  amor;  la  dificultad  lo  aumenta.  15.  En  la  preseneia 
del  amante ,  el  coamante  palidece,  i  6.  El  corazón  del  amante  se  estremece  i  la 
repentina  aparición  de  su  coamante.  47.  Un  amor  nuevo  ahuyenta  al  anterior 
18.  La  sola  probidad  hace  á  cualquiera  digno  del  amor.  49.  El  amor  que  empíesa 
á  disminuirse  ,  acaba  bien  pronto ,  y  rara  vez  vuelve  á  tomar  incremento.  20.  Si 
amante  siempre  teme.  2i.  La  verdadera  celotipia  aumenta  el  amor.  22.  Conocidas 
las  sospechas  del  amante  se  aumentan  los  celos  y  el  amor.  23.  El  que  está  ocu- 
pado en  pensamientos  de  amor ,  pierde  el  sueño  y  el  apetito.  24.  Todo  lo  que 
hace  el  amante  se  refiere  á  la  idea  de  la  persona  amada.  25.  El  verdadero  ama- 
dor solo  reputa  por  feliz  lo  que  cree  gustar  á  su  coamante.  28.  Uua  mediana 
presunción  obliga  al  amante  á  sospechar  siniestramente  de  su  coamante.  29.  Por 
lo  general  ama  poco  aquel  á  quien  atormenta  una  escesiva  voluptuosidad.  30.  El 
que  ama  de  veras  se  ocupa,  sin  intención,  de  la  imagen  de  lo  que  ama.  31.  Nada 
impide  que  una  mujer  sea  amada  por  dos  hombres,  y  un  hombre  por  dos 
mujeres.  Solo  estos  articulos  constituyeron  al  primitivo  código  de  las  Cortes  de 
Amor,  si  bien  como  hemos  dicho,  se  aumentó  sucesivamente  con  los  acuerdos  que 
^ban  recayendo ,  en  los  casos  que  se  presentaban  y  no  estaban  previstos  en  él. 


I 


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—  151   — 

do  la  corte  pontincia  AvÍCíod  y  favorecido  por  el  pontiflce,  vino  á  saf  el 
mas  ilustre,  disputaron  los  ramosos  trovadores  genovese» Símoíi  Doria 
y  Lanfranc  Cüjales  sobre  si  era  mas  liberal  el  que  daba  con  ^sto,  i*  el 
quedaba  contra  su  voluntad  ,  cuya  tenzón  vino  en  apelación  al  tiibunal 
de  Aviñon  del  de  .4tx  donde  ya  so  Iiabia  decidido.  Él  papa  Inocbkcio  vi 
protegió  este  parlameaio  desde  1353  al  13C2  que  estuvo  en  Aviñon ;  pero 
una  cruel  peste  que  sobrevino  en  este  ano,  en  el  que  murieron  muchas 
damas  y  trovadores,  se  puede  decir  que  concluyó  con  las  Cortes  de  Amor 
en  la  Provenza  ,  pues  aunque  una  dama  de  bí  casa  de  Clia&ot  y  do  Jfíar- 
dtebruse  cnPoitou,  contra  la  que  so  dice  hizo  el  Petrarca  sus  sonetos 
sobre  Roma ,  á  fin  de  vengar  á  ^a  tia  de  su  querida ,  quiso  establecer  un 
nuevo  tribunal  en  el  mismo  Avino»  ,  no  pndo  conseguirlo  íi  pesar  de  ser 
hábil  poetisa  ,  y  como  dice  Nustradamus ,  desde  1383  ya  no  se  encuentran 
en  la  Provenza  ni  parlamentos  de  amor  ni  trovadores. 

Rbn8,  llamado  el  bueno  rey  do  Chapóles,  siendo  conde  do  Provenza 
desde  1454  á  l/iXl),  hizo  cuanto  pudo  para  restablecer  laaCdrics  de  Amor, 
pero  pasada  la  moda ,  no  pudo  conseguirlo.  Sin  embarj^o ,  estableció  una 
junta  poética  anual  llamada  Phincifr  do  Amor  (1),  á  cuyo  tribunal  conce- 
dió todos  los  derechos  did  antiguo,  y  ademíis  el  llamado  vulgarmente 
Bota ,  contribución  que  se  hacia  pagar  ¿  los  qne  pasaban  á  segundas  nnp- 
cias  para  castigar  su  inconstancia  y  la  infidelidad  hecha  á  sus  maridos  ó 
mujeres  difuntas ,  y  á  los  que  ó  las  que  se  casaban  con  estranjeros ,  ma- 
trimonios que  las  mas  veces  forja  el  interés  mas  que  el  amor.  Esta  con- 
tribución subsistió  hasta  1G6B  en  que  se  quitó  por  ser  onerosa  í  la  no- 
bleza;pero  en  1733  tudavía  se  celebraba  en  Ais,  en  latlesla  del  Corpus, 
el  espresado  Principe  en  memoria  de  la  primera  creación  de  las  Cortes 
de  Amor  (3). 


vénzales  y  aragoneses  que  fiiora  larga  Inrea  el  citarlos.  Los  curiosos  ([oc  quicriin 
salier  mas  nulicias  sobro  este  asunto,  pueden  cuiisullar  Ins  obras  de  los  nulures 
que  hemos  eludo;  el  discurso  sobro  los  arcos  Iriunrales  ile  Ai\  en  1701  por  Gnl- 
ídup  Chusleuil;  la  Biblioteca  de  Duverdier  Vanprívas,  la  bisloria  del  teiilro  frnt> 
céá ,  y  la  de  L.iingucdoc ,  por  los  beiiediclioos  do  San  Mauro. 

[I]  Este  tribunal  se  componia  de  un  prcsidculc,  una  presidenta,  consejeros 
CGlesiáslicos  y  seglares,  un  abogndo  general  y  su  compañera,  una  y  on  procu- 
rador general,  y  escribanos,  secretarios  y  ugJeresdel  uno  y  del  otro  se&o. 

(3|  £1  I'hiI4Cipe  de  Amor,  creado  por  Reno,  rey  de  Ñapóles,  cuando  era 
conde  de  Pruveuza,  se  componía  mitad  de  cabnlleros  y  mitad  de  damas;  pero 
jamás  llegó  este  tribunal  .i  tener  el  prestigio  que  las  anteriores  cortes  de  Amor, 
porque  la  moda  de  líslss  había  pasado,  y  la  civilización  se  habla  salido  do  los 
estrechos  limites  de  la  Provenga  y  cortes  de  Aragón  ,  estcniliendo  sus  dominios 
por  toda  la  Europa.  Los  trovadores  so  aumentaron  prodigiosa  mente ,  y  conten- 
tos coa  los  laureles  que  recogían  en  su  pais  natal  de  las  manos  de  la  bella  que 
cautivaba  sus  almas ,  no  aspiraron  ya  á  los  que  pudieran  obtener ,  en  una  corte 
lejana,  de  una  mano  desconocida  que  aunque  hermosa  ,  no  hacia  latir  al  corn- 
zoo  al  plantarlos  eo  la  sonrojada  frente  del  vencedor.  En  Gn  ,  con  las  curtes  de 
Amor  sucedió  lo  que  con  todas  las  cosas,  que  pasada  la  moda  cesa  lo  sublime 
eoella  y  entra  el  ridiculo  á  ejercer  su  poder;  si  bien  en  las  cosas  buenas,  en- 


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Ricarilo,  el  roy  D.  Alfonso  de  Jragan ,  el  Delfin  de  Auvernia  y  el  conile 
de  ProTeDza  llenabüQ  aUeraativameDle,  y  en  su  falta  los  principales  se- 
ñores de  la  Provenza. 


kitoatta  mejUla  al  tiempo  de  darla  un  beio. ~Poe  anie  el  baile  (Juez)  de  ale- 
gría «e  ha  inslaiirado  on  espediente  enirc  un  jóvEn  y  una  juren;  ol  primoro 
espuso ,  que  nianir<!Slanda  A  su  querida  quererla  decir  un  secreto ,  la  abrazú  rc- 
penlioamcnle  y  la  díú  un  ardiente  beso ;  pero  que  al  separarse,  le  liirio  Icrri'- 
blemeiile  en  la  cara  cou  un  alHler  que  llevaba  prendido  en  <:1  sombrerillo,  cau- 
sáudole  tan  gran  arañazo  ,  que  liacia  ircs  meses  no  se  alrevia  á  presentarse  en 
público,  sí  bien  estaba  convencido  de  que  su  amada  no  lo  habla  becho  con  in- 
tención ;  y  pedia  al  tribunal  se  sirviese  condenar  á  la  causadora  de  su  mal ,  i 
que  le  curase  y  bendase  cariñosamente  durante  su  enreritiedad.  Por  parlo  de  la 
daran  se  dijo :  que  el  amante  hahia  sido  invasor,  asaltándola  para  obtener  cl  es- 
prd^adobeso.y  que  en  cl  arañazo  no  liabia  ella  tenido  culpa  alguna,  sino  que 
habla  sido  castigo  de  Dios  por  su  osadía.  Oídas  las  partes  por  el  espresado  baile, 
y  ea  vista  de  que  los  médicos  de  los  amores  declararon  que  el  arañazo  estaba 
ensillo  peligroso,  condenó  A  la  dicha  dama  á  mojar  con  su  saliva  lodos  los  me- 
ses la  llaga  Ue  su  amante  hasta  que  sanase,  y  ademas  que  le  proveyese  de  pa- 
ños durante  su  curación.  Apelando  de  esta  sentencia  la  dama  al  parlamento  de 
Amor,  éste  conflrmá  la  sentencia  dada  por  el  baile  ,  y  sabiéndose  oñclalmenle 
que  la  dama  bahía  dicho,  que  si  se  la  obligaba  i  mojar  con  su  saliva  la  herida, 
qUe  la  mot-ileria  de  tal  modo  que  el  nmanle  se  acordase  siempre  de  ella ,  la  curte 
la  mulld  en  30  libras  para  los  prisioneros  por  amores,  obligándola  á  obedecer  A 
costa  de  penas  corporales  si  se  resistiese. — jérresto  fUl.  Un  ataante  da  á  la 
fuerza  un  beto  á  su  dama,  y  hta  acuda  en  qaeja  á  la  corte  de  ^mor.— Preson- 
láiidoseal  tribunal  dos  amaiiles,  lii  dama  espuso:  Que  un  díase  lleBí^  A  ella  muy 
sorocadosu  preiendienle  tratando  de  abrazarla,  y  que  repenlinamente  sin  de- 
cir Dios  os  guarde  ni  cosa  alguna,  la  beso  d  la  fuerza,  cogiéndola  de  modo  que 
no  pudo  defenderse,  en  lo  que  había  procedido  muy  mal.  £1  amante  defendién- 
dose dijo  ;  que  bien  sabia  ella  que  lu  amaba  ,  y  sufría  mucho  por  ella  por  no 
quererle  conceder  ningún  consuelo  :  que  hacia  tiempo  le  hahia  prometido  darle 
un  beso  ,  y  que  .  para  no  cumplir  su  palabra  ,  unas  veces  le  decía  que  no  podía 
ser,  otras  que  no  era  aún  tiempo  y  otras  escusas,  haciendo  tres  meses  esperaba 
en  balde,  por  loque  cansado  de  esperar  lomó  el  beso  por  si  mismo,  dándosele  con 
el  mayor  cariño;  y  así  que  declarase  el  tribunal  haber  apelado  á  él  injuslamenle 
su  dama,  y  que  en  pena  do  ello  se  sirviese  senlencíarla  it  dejarse  voluntaria- 
menle  dar  otro  buso.  La  dama  replicó  que  no  le  había  prometido  beso  aijíuno; 
pero  dado  que  fuese  como  su  acusado  decía  ,  que  había  sido  con  la  condición 
de  darle  cuando  á  ella  1c  agradase,  puc&  que  so  hahia  reservado  este  derecho, 
y  que  por  lo  tanto  estaha  probado  el  delito  do  osadía.  Oidiis  ambas  partes  cl  tri- 
bunal declaró  no  haber  tenido  la  dama  razón  para  acudir  en  queja  al  parla- 
mvnlude  Amor,  y  mandó  que  la  dama  borrase  el  beso  dado  en  su  mejilla  ha- 
ciendo que  su  amante  le  diese  otro  en  el  mismo  sitio  que  el  anterior,  y  devol- 
viéndole ella  otros  dos  en  desquite,  en  la  mejilla  dol  ludo  en  que  (uc  la  preten- 

20 


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—  i54  — 

En  ot  cAdicn  que,  hemos  cilBilo  al  liabUr  de  moscn  ItoitnBt,  Catalír, 
dice  en  una  nota  :  «Que  el  año  1353 ,  ^poca  en  qua  la  tía  de  la  bella  L»it- 
ni,  querida  del  Petrarca,  (iresidia  la  corle  áe  AvJñoD,  pasaron  los  trova- 
dores RAMon  Castbll  y  MiiiTin  Dbart  de  Tortosa  i  llevar  un  mcnsajo 
de  la  junta  de  Damas  de  Barcelona  al  parlamento  de  Aviñon  ,  en  el  que  las 
rlamait  catalanas  solicilaban  se  las  mandase  un  traslado  del  Código  de  ias 
leyes  de  Amor ,  y  se  las  tuviese  como  amigas  y  servidoras  de  aquel  Par- 
lamenta;» y  añade  que  la  peticiua  i6a  en  ¿luemt  rima  proveníala ,  com- 
puesta por  el  huen  trovador  Pedro  Martínez  f'tdal,  hijo  de  Zaragoza. 
Si[,'uiendo  la  nota,  haciendo  relación  del  género  de  la  lengua  catalana,  viene 
á  pararse  en  la  embajada  que  envii^  I).  Juan  I  de  Aragón ,  á  fines  del  si- 
i;lo  XiV  á  Tolosa,  pidiendo  mantenedores  para  establecer  los  juegos  flo- 
rales ett  Baroelona,  de  que  ya  hemos  hablado,  y  dice:  «que  en  aquel 
tiempo ,  con  motivo  de  hallarse  en  Zaragoza  ta  dama  y  poetisa  proTenzal 
AriTOÑBTADBS&LLON.  Se  juntaron  las  da  mas  aragonesas  en  corte  de  Amor, 
y  ante  ellas  se  cantaron  lindas  trovas  por  las  que  se  llevó  el  premio  la  di* 
cha  dama  provenzal  y  ToNOit  L&STAKOS.  capitán  de  caballos  j  escelenle 
trovador.  También  dice,  trovaron  las  damas  de  Tortosa  en  tiempos  del 
rey  Martin ,  en  la  casa  de  BerCanda  Forcndels ;  pero  no  hubo  parlamento 
de  Amor,  y  si  otra  vuelta  en  Barcelona  bajo  las  leyes  que  hizo  D.  En- 
riqufz,  gran  servidor  del  rey  D-  Fernando,  y  sabia  hambre  de  seiencia 
gaya  y  letras ,  y  de  nt^romanciVi  y  alquimia  conocedor.  Este  D.  Enri- 
que seria  el  raarqutSs  (Jo  Villenn.  al  que  por  su  saber  hicieron  en  esta 
época  presidente  de  la  junta  poélica  de.  Barcelona.  Nada  mas  dice  el  ci^- 
dicc,  pero  basta  para  saber  que,  como  no  podia  menos,  las  Cortes  de 
amor  tuvieron  acogida  en  BspaDa  como  los  juegos  florales,  si  no  nacie- 
ruu  en  ella  en  las  nli>t;res  campiñas  de  Córdoba,  Sevilla  y  Orinada  bajo 
las  inspiraciones  del  turbante  y  de  la  Media  Luna.  Sea  de  esto  lo  que 
quiera,  lo  cierto  es  que  tanto  estos  actos,  como  todos  los  de  la  galante- 
ría, veneración  y  respeto  hacia  el  bello  seio,  se  han  ejecutado  en  Espa- 
ña ,  siendo  la  nación  que  con  mas  gravedad  los  ha  jiuesto  en  planta,  y  la 
que  por  mas  tiempo  los  ha  conservado;  pues  desde  los  guerreros  tiempos 
de  Peiayo,  hasta  los  del  galante  caballero  y  poeta  D.  Juan  II,  y  desde 
éste  hasta  el  grave  y  severo  Carlos  111,  en  todos  tiempos  y  por  todas  par- 
tes el  español  ha  rendido  respetos  á  las  damas  y  veneración  á  la  hermo- 
sura ;  pero  las  costumbres  se  han  cambiado  de  tal  modo  en  este  siglo  que 
se  llama  ilustrado,  oue  seria  preciso  confesar,  sino  hubiera  arortuna- 
damente  otras  pruebas  en  contrario,  que  el  decoro,  la  finura,  el  res- 
peto y  hasta  la  educación  para  tratar  at  bello  sexo,  se  queda  á  oscu- 
ras con  las  luces  de  la  ilustración ,  puesto  que  lucían  para  tas  damas  me- 


dida ofensa,  y  (|ue  en  pena  de  haber  npeUdo  injustamonto ,  se  la  condenaba 
á  besar  y  dejarse  besar  de  su  amante,  cuantas  veces  éste  se  lo  raand.ise,  y  ¿ 
pagar  las  costas  del  proceso.» 

Pur  lo  quo  en  el  testo  anterior  se  ha  visto ,  puede  juzgarse  de  la  opinión  que 
sobre  estos  arretlos  bemos  sentado  en  éste.  Eclre  estos  aolds  los  hay  soma- 
monte  ingeniosos,  y  algunos  bastante  nlrcvidos;  pent  fieles  á  nuestro  propósito 
de  hablar  solo  de  Espada,  nos  at)stenemos  de  insertnr  utros,  puesto  que  los  dos 
anteriores  los  dan  á  conocer  sulicientemente ,  y  que  con  ellos  completamos  las 
ñolas  del  articulo  sobre  las  curtes  de  Amor. 


—  155  — 

jor  las  maUs  y  moribundas  teas  de  los  siglos  medios ,  que  las  decantadas 
antorchiis  (¡ni;  su  dice  lucen  en  el  presente  (1). 

Di^üpiies  (lu  cuanto  acabamos  lio  GSponer,  tenemos  que  cunvenir  con 
el  sabio  Quintana  en  su  introducción  á  las  poesías  selectas  castellanas,  so- 
bre la  mui'cha  que  lia  sefiullu  nuestra  poesía,  y  asi  es  que  vamos  á  lermi- 
oar  nuestro  discurso  en  presencia  de  doctrÍDa  tan  acertada  que  veneramos, 
y  lie  Im  que  turnaremos  lo  que  mejor  baga  ít  nuestro  propósito,  recogiendo 
al  (laso  observaciones  de  otros  estimables  escritures  españulfs,  que  unire- 
mos á  nuestra  opinión,  no  sin  temor  de  repetirnos  en  este  mismo  discurso. 
Si  beinos  de}iiz;;ar  por  los  monumentos  que  luto  llefiado  basta  nosotros, 
cosa  indispens;iblii  ú  un  ari|ueólogu ,  bastu  el  sí^lo  XII  no  bubo  poesía  cas- 
tellana ni  verdadera  mente  lenguaje  que  afi  pudiese  llamarse  después  du  1ü 
anarquía  introducida  |<or  la  iiailii  du  l<if>  í;odos  y  de  lesúrabesen  unión  del 
latino  ó  romano,  y  asi  es  que  el  poema  del  Cid,  esi:rito  á  la  mitad  de  este 
sigilo,  no  solo  ei  el  piiioer  liiuDumontu  escrito  en  nuestra  lengua  castellana, 
síBO  también  el  primer  libro  de  poesía  de  ella,  confirmándose  on  esto  la  opi- 
nión de  que  en  Espaíia  preceili¿  cnmn  en  otros  paises  el  verso  á  la  prosa. 
Si  bien  ruda  aun  esta  antigua  primitiva  poesía  castellana,  puede  conside- 
rarse al  libro  U  buso,  la  piedra  primera  sobre  que  estriba  una  lengua  y  una 
poesía  que  empezando  ú  mejorarse  en  el  siglo  siguiente  por  los  poetas /iran 
Lorenzo,  y  Gonzalo  Berceo,  supo  el  rey  ü.  Alfonso  el  SáOio  elevar  en  sus 
famiisas  cantigas  gallegas,  baciéndose  el  protector  mas  decidido  de  Ift  parla 
castellami ,  que  hizo  sustituir  al  latía  en  el  lenguaje  oRcial ,  dándonos  ya 
en  BU  libro  del  Tesoro  versos  sonoros  y  castizos,  y  en  el  de  ÍJuerelías  una 


(I )  A  la  poética  y  lisongern  (talanleria  antigua  para  con  las  señoras ,  ha  sU' 
ceilido  en  lu  general  en  Eiirupn,  y  no  pocu  en  nuestra  patria  una  probAica 
iiidifercticia,  y  la  moda,  ó  la  Ci>lupide2  y  el  egoismo  por  mejor  decir,  vd  in- 
troduciendo en  nuestra  sociedad  la  mas  escandalosa  deücortesia  para  coa  ol 
bello  sexo,  al  que  lejos  ijc  respetarle  se  le  trata  ,  por  algunos  de  nuestros  jóve- 
nes ,  basta  cun  desprecio  y  vilipeudio,  haciendo  gala  de  su  desatención  y  Taita 
de  cortesanía,  y  olvjdaiidi*  el  decoro  y  compostura  que  se  deben  ii  las  da- 
mas en  perjuicio  de  In  proverbial  galantería  y  gravedad  española.  En  los  tiem- 
pos antiguus,  en  que  los  eoslumbres  eran,  sino  mas  purtis,  menos  escan- 
dalosas, las  señoras  eran  un  ¡dolo  al  que  so  revercneiaba  en  las  sociedades" 
y  Una  sola  bella  bastaba  para  que  se  guardase  en  su  recinto  el  mayor  de- 
coro y  compostura;  pero  hoy, por  desgracia,  no  una ,  sino  mil, no  son  suli- 
cioules  para  contener  ii  algunos  on  sus  licenciosas  niiris  y  Teas  acciones,  lle- 
gando hasta  ol  caso  de  disputar  los  asientos  A  las  damas  cu  las  reuniones  de 
etiqueta,  y  do  consentir  tenerlas  A  la  espalda  de  pie  por  no  cederbs  un  asíen- 
tu,  que  por  urbanidad  debieran  poner  á  sus  pies,  si  bien  en  esto  nos  aventa- 
j-tn  los  egoislns  eslranjeros.  ¿Qíí6  hutnbrc  se  sentaba  en  lo  antiguo  en  prcsen- 
rin  de  una  datna  mientras  ésta  no  se  lo  mandaba  P  Poro  el  siglo  presento  «e 
Huma  positivo,  y  aquellos  galantes,  y  al  paso  que  en  ellos  reinaba  la  urba- 
nidad y  la  decencia,  en  éstos  se  buce  gala  de  lu  poca  educación.  (Concedamos 
&  la  dobil  mujer  esos  dones  eslerlores,  ya  que  ellas  nos  conceden  los  positivos, 
y  no  queramos  caml>iarsus  cadenas  de  uro  'por  las  de  Iiierro,  puesto  que  ya 
les  son  bien  pesadas  las  que  al  nacer  les  echó  al  cuello  la  naturaleza. 


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—  4B7  - 

diem  ha  atreiido  á  eseribir  todavia,  en  los  imiebos  proyectos  'para  toUt- 
Baria  qae  se  han  pubUcado  por  nacionales  y  estranjeros,  ^amos  &  reca- 
pitalar  en  nn  corto  espacio ,  cnanto  sobre  esta  materia  nos  han  dicho  los 
cÉwlitos  SaniUkma  en  su  carta  sobre  los  poetas  de  sn  edad ,  Vtíñzqmz 
en  ana  MeuMMrias  sobre  la  misma ,  LampiÜas  y  el  abuiñ  Jndrés  en  sus 
ohraa,  Bouterwek.  y  Cortina  encomendándole»  en  su  diminuta  historia  de 
la  Uteratura  espafiola ,  Sismandi  en  sn  obra  de  igual  titulo ,  y  Jicote  Gor- 
Ikmo  m  sus  lecciones  que  trataron  de  la  materia  con  mas  ó  menos  es- 
iaiiaion* 

Del  «amen  de  las  espresadas  obras  resulta  lo  siguiente,  que  ya  puMi- 
caiMM  en  otra  ocasión  en  un  articulo: 

Loa  po^as  españolea  del  si^lo  XV  se  asemejaban  mucho  ¿  los  italianos 
da  sn  época;  pero  eran  mas  graves  que  estos  y  Tersaban  sus  asuntos  sobre 
tdi^s  y  sentencias  útiles.  Sus  canciones  amorosas  fueron  monótotes, 
porque  el  deseo  de  alambicsr  «na  idea,  se  la  hada  repetir  muchas  Teces»  lo 
qne  en  aquel  siglo  era  muy  loado.  Lo»  españoles  ñieron  mas  drcunspMos 
y  pomposos  que  los  italianos »  y  sin  embargo  sus  canciones  amorosas  no 
estaban  desprovistas  de  agudeza  y  chiste,  echándose  únicamente  de  Ter  qne 
no  les  ayudaban  las  ideas ,  pero  que  aunque  mas  escasos  de  ellas.,  sus 
composiciones  podian  ponerse  á  la  par  de  las  de  los  mejores  troTadores,  cosa 
qne  no  podía  menos  de  ser  asi  en  unos  tiempos  en  que  el  gusto  caballo^ 
resoo  era  el  Ídolo  del  pais.  La  Tehemenda  en  las  pasiones,  sensadooes 
Ttolaotas»  y  una  desesperación  llevada  basta  el  estremo,  era  asunto  princi* 
iml  de  las  composiciones  amorosas  de  aquella  época ,  y  esto  les  bacw  dis- 
tinguir de  los  italianos  que  se  extasiaban  en  las  suyas  con  apacible  calma. 
En  sus  candónos  no  hermanaban  la  razón  con  la  pasión  como  los  italia^ 
nos,  sino  qne  se  complacian  en  su  pugna,  y  estos  contrarios  efectos,  bijos 
de  su  moralidad ,  son  interesantes ,  y  forman  vistosas  escenas  y  difíciles 
dtuadones  ^ue  engrandecen  la  acción  poética ;  pero  es  necesario  confesar 
que  no  consiguieron  completamente  este  objeto,  pues  que  no  supieron 
apravecharse  de  él.  El  ambicioso  deseo  de  aparecer  eruditos  obligó  ¿  los 
poetas  del  siglo  XV  á  no  dejar  campear  las  inspiraciones  bellísimas  que  se 
eonoce  les  prodigaba  la  naturaleza ,  y  asi  es  que  por  seguir  la  moda  de 
dedr  agudezas,  y  de  manifestar  las  ideas  hinchadas  y  adornadas  de  senten- 
ctea,  encubrieron  las  gracias  de  la  sencillez  que  les  dictaba  sn  corazón ,  y 
perdieron  el  fuego  entusiasta  que  Tierte  la  pluma  del  poeta ,  si  deja  correr 
loa  conceptos  como  los  siente  su  alma ,  cuando  se  baila  Terdaderamente 
inspirado. 

Los  primeros  ensayos  dramáticos  en  España  fueron  como  llevamos  di- 


El  Excmo.  Sr.  D.  Juan  Francisco  Pacheco  en  su  Juicio  critico  al  Romancero 
del  mismo  Sr.  Duran ,  se  espresa  asi  acerca  del  romance: 

•El  romance  es  la  gennina  poesía  ,  la  poesía  nacional  de  los  espadóles.  Ella 
sola  no  nació  entre  nosotros  de  la  imitación  de  las  escuelas ,  sino  de  la  espoa-* 
laneídad  del  pueblo:  ella  sola  es  primitiva,  es  universal ,  es  germen  de  una  li- 
teratura variada  y  completa.  Únicamente  con  el  romance,  con  nuestro  roman- 
ea ha  podido  suceder  en  la  moderna  Europa  lo  que  sucedió  en  la  Grecia  antigua 
con  los  originales  cantos  de  los  Rapsodas  atribuidos  al  mítico  Homero ,  de  los 
coslis  el  estudio  literario  resumió  después  la  Iliada  y  la  Odisea ,  y  mas  ade- 
lante dedujeron  Esquilo  y  Sófocles  sus  inmortales  dramas.» 


i. 


—  158  — 

cha  CD  el  siglo  W,  en  cuyo  tiemjio  solo  eran  fursas  ya  religiosas,  ya  pro- 
füDas  .  semcjanles  &  las  de  lus  siglos  de  la  i^uoraDcia  y  ile  la  barbarie.  El 
Marques  de  f'iUena  hizo  lo  posible  por  crear  en  Caaltlla  la  diversión  dra- 
mática quu  empezaba  á  ser  algo  en  Aragoo ;  ppro  murió  sin  conseguirlo. 
Un  diálogo  |ia<;toril  puede  decirse  fue  la  primera  ¡lieza  teatral  de  España 
escrita  por  Mingo  fíe&uigo  con  mil  iniperfecciünes  con  respecto  á  lo  guo 
ya  entonces  se  ver&ilicaba.  El  músico  español  Jvan  de  la  Encina  vino  de 
Roma ,  dooile  sirvió  de  director  de  orquesta  á  Leoo  X,  y  este  célebre  poe- 
ta ,  á  fines  del  siglo  XV ,  compuso  églogas  en  diálogo ,  que  se  representa- 
ban en  presencia  de  los  Reyes  Católicos,  ñodríijo  de  Cola,  creído  por  alí;U' 
nos  el  Minijo  Reliulgu ,  dio  principio  á  la  comedia  de  la  Celestina  ó  Caíis- 
ío  y  ÍHelillea,  la  cual  concluyó  Fernando  de  ¡tojas  ¿  principios  del  si- 
glo \V1 ;  pero  aun  cuando  esta  comedia  ,  ó  mejor  tragedia  moral,  escrita 
con  lenguaje  puco  decoroso  en  algunas  escenas,  fuese  hecha  para  repre- 
sentarse, no  se  puede  concebir  cómo  pudiera  serlo,  íi  no  ser  dividiéndola 
en  muchos  días,  pues  que  consta  do  veinte  y  un  actos.  Su  género  se  se- 
para del  lodo  de  las  reglas  aristotélicas .  y  se  conoce  que  los  autores  deja- 
ron correr  á  su  fantasía  sin  atenerse  á  nniguna  medida  ,  por  consiguienle 
hé  aquí  la  iirimcra  comedia  romántica.  Ems  cumulia  ,  ¿  la  que  ptiedH  lla- 
marse la  piedr.i  fundamental  de  nuestra  literatura  dramática,  debe  consul- 
tarse por  el  lenguaje  y  algunas  costumbres  de  aquella  época ,  y  mas  aún 
porque  por  ella  se  conoce  el  gusto  dominante  de  los  españoles  del  si- 
glo XV  ,  que  en  lileraluta  son  los  primeros  que  pueden  calificarse  con  c\ 
dictado  de  Románticos,  pero  Románticos  razonables. 

Los  historiógrafos  instituidos  por  Alonso  X,  en  cuyo  tiempo  se  empe/,0 
á  escribir  la  Historia  con  algún  método,  eran  los  escritores  que  el  gobier- 
no pagaba  para  este  fin ;  pero  dedicándose  muchos  caballeros  i  esta  clase 
de  obras  ,  qu»  por  ser  tantas  llama  el  Padre  Sarmiento  al  siglo  MV  el  si- 
glo de  las  Crónicas ,  en  el  siglo  XV  se  unieron  á  estos  aquellos  ,  y  unos  y 
otros  fueron  mirados  con  gi'an  consideración  por  sus  conciudadanos.  El 
estilo  monótono  de  estas  crónicas  hace  conocer  la  falta  de  buen  criterio  de 
sus  autores  ,  y  el  orden  y  encadenamiento  necesario  en  estas  obras;  el 
modelo  que  se  propusieron  fué  la  Biblia  .  y  hé  aquí  la  manía  de  empezar 
los  periodos  siempre  por  la  conjunción  é.  Pedro  López  de  Jyaía .  y  Pérez 
de  Giizman  ,  fueron  los  que  se  distinguieron  por  el  inas  correcto  pstilo,  si 
bien  no  dejaron  de  caer  en  los  díclios  defectos;  pero  deben  sacarse  de  enire 
estas  insulsas  crónicas  la  de  D.  Pedro  Niño,  conde  de  fiuelna  ,  á  fines  del 
siglo  XIV,  escrita  por  Gutierre  Diez  de  Gamez,  su  altérea,  y  la  de  D.  Jí- 
varo de  Luna,  &  mediadas  del  siglo  \V  por  un  autor  anónimo,  las  cuales 
están  cí^critas  con  mas  lino  y  combinación  mas  unirorme  que,  todas  las  de 
su  épocü  (1).  El  cronista  de,  los  Reyes  Católicos  Femando  del  Pulgar,  fué 
el  que  escribió  con  mas  pureza  y  elegancia  la  historia  en  aquel  siglo,  como 
puede  notarse  leyendo  su  obra  titulada  Los  claros  barones  de  Caslil/a, 
obra  que  es  lástima  que  no  concluyese ;  y  también  en  sus  Cartas,  que  son 
tal  vez  los  primeros  trabajos  epistolares,  á  imitación  de  los  oradores  roma- 
nos, que  se  han  hecho  en  España  (H).  En  fin  en  las  obras  literarias  de  este 

(I)  La  crúuica  mas  antigua  de  E-^panaesIn  del  Cid,  llamada  Uislorin  Leonesa, 
que  existe  en  ti.  Isidoro  de  León,  y  pertenece  á  lo^  siglos  XU  y  Xlll. 

(1)  E)i  el  siglo  XIII  üiu  embargo  yn  se  conocía  eale  género  ,  pues  Fermín  Gó- 
mez de  Cibdadrcal  había  escrito  su  Centón  Epiílolario. 


—  i59  — 

siglo  se  deja  Tcr  la  gravoilad  española  eo  tollo  su  TÍgor,  carácter  que  los 
distingue  de  las  de  los  cstrantieros  de  su  época.  Juan  de  ta  Enema  rn  su 
Arlt  de  ta  poesía  casteUana  dio  reglas  íi  los  poetas  que  ya  empezahan  k 
remoDtarsc  ¿  mayores  empresas;  pero  la  especie  de  unión,  que  tuvo  la 
Bspafia  al  principio  del  siglo  XVI  con  Italia ,  nos  priva  de  saber  qué  giro 
huDiera  lomado  desde  el  siglo  en  cuestión  la  literatura,  sin  teoer  otros  re- 
cursos que  los  suyos  propios. 

El  lloraciaco />,  i.ui>  de  León,  fué  el  poeta  que  mas  ennobleció  el 
arte  después  de  Garcilaso ,  y  el  qu<!  pri-sentó  la  p»rl.i  castellana  con  una 
propiedad  y  vigor  desconocido  liasia  él,  si  bien  tuvo  m^nos  fecundidad 
como  poeta  que  aquel ;  Figueroa ,  ilonfemaj/or  y  Gil  Polo  sií;uÍGron  la  es- 
cuela de  Fr.  Luis  do  León,  pero  el  que  contribuyó  mas  a  la  perleccion  de 
la  poesía  fué ,  como  ya  hemos  dicho  antes ,  el  fecundo  y  divino  Herrera, 
rey  de  los  Úricos  andaluces  de  su  edad .  y  aun  de  los  que  le  han  sucedido, 
siguiéndole  de  cerca  Arquijo  y  el  célebre  AtV>;'a,  desde  el  que  decayó  la 
poesía  algUD  tanto  en  las  manos  de  Cueva,  Espinel,  Soto,  Céspedes  y  Pa- 
dilla que  tenaintron  el  siglo  XVI  (1). 

Si  Fr.  Luis  de  León  fué  el  Horacio  de  su  época ,  los  ilustrados  Argén- 
solas,  banra  de  Araron,  merecieron  con  justicia  este  titulo  de  la  suya  que 
les  reputó  como  poetas  eminentes,  opinión  que  aún  se  tiene  de  ellos.  El 
anacreóntico  HUegas  sucedió  á  sus  maestros ,  pero  su  fiénio  envidioso  no 
le  dejó  medrar,  y  se  atrajo  por  su  vanídail  la  enemiga  de  sus  contempo- 
ráneos. 

Recogiendo  el  siglo  Wll  todas  lasbellczasque  le  legó  el  anterior,  puede 
tenerse  por  el  siíjdi  de  la  poesia  casieüana ,  en  el  que  los  vates  <lc  Madrid 
ajiarecen  en  |irimerlérmiDn  en  la  dramático.  Distinguiéronse  en  este  siglo 
particularmente  Balbiiena,  Lope  de  Ffi-a,  llamado  el  Fénix  de  los  intienios, 
Góngora ,  el  fecundísimo  Quevedo ,  Calderón ,  Sforeto  y  Tirso ,  que  fue- 
ron genios  gigantes  que  produjeron  obras  líricas  y  dramáticas  tan  esce- 
lentes ,  que  pusieron  nuestra  poesía  moderna  y  en  particular  la  dramática, 
sobre  la  de  todas  las  naciones  del  mundo.  Divididos  los  vüles  españoles  do 
este  siglo  en  sentenciosos,  cultos,  conceptistas  y  equivoquislas,  buba 
una  espede  de  anarquía  poética  que  en  nuestra  opinión  engrandeció  nues- 
tra poesía  lejos  de  perjudicarla  como  suponen  algunos  autores  respeta- 
bles, si  bien  es  preciso  confesar  que  trajo  tras  sí  la  decadencia  del  arte, 
pues  que  lieboUedo,  Esquilache,  C'Uoa ,  Sotis  y  Gradan ,  aparecen  ya  ra- 
quíticos y  en  particular  el  liltímo ,  que ,  como  dice  con  mucha  oportuni- 
dad el  ilustrado  Quintana,  redujo  á  teoría  el  mal  gusto  ya  sancionado  en 
su  estravagante  obra  :  Agudezas  y  arte  de  ingenios. 

Dice  D.  Antonio  Alcalá  Galiano,  nuestro  actual  embajador  en  Portu- 
gal ,  en  sus  lecciones  sobre  la  literatura,  que  los  mas  perfectos  modelos 
de  composición  literaria  hay  que  buscarlos  en  Francia  en  el  s¡slo  XVli. 
reinando  Luis  XIV ,  y  en  Italia  en  parte  del  mismo  siglo  y  sobre  todo  en 
«1  XVI ;  en  Inglaterra  en  los  reinados  de  Isabel  y  Carlos  II ,  y  en  España 
entre  el  Snat  del  siglo  XVI  y  principios  del  XVll. 

(O  Dice  el  -Sr.  Duran  en  ol  Discurso  á  su  Itomaiiüero  que  uhaiita  Hnes  del  si- 
glo XVt  no  sJquirió  la  poesia  castellana  aquella  rica  invectiva ,  aquella  gala  y 
soltura,  aquellas  formas  libres  y  fáciles,  .iqücl  lujo  de  colorido  y  de  estilo,  y 
aquellna  dotes  que  tanto  la  ensalzaron  en  Europ.i,  y  que  ahora  empiezun  de 
nuevo  á  apreciarse  y  á  admirarscu 


—  160  — 

Los  poetas  dramáticos  del  siglo  XVIII  fueron  Zamora  y  Cnfíizares,  el 
primero  imitador  de  Galdcron  y  el  segundo  de  in;;enio  mas  fecundo ,  pero 
de  inferior  talento ,  los  c]ue  liicieron  coMiedías  ilignns  tudaviii  de  nuestra 
liicrutura  dramática.  O.  Ewfenio  Gerardo  Lobo  fur  el  poeta  lírico  mas  Fc- 
cuodu  y  aplaudido  al  principio  de  este  sigilo,  si  bien  empezó  ya  á  conta- 
minarse con  el  mal  gusto  que  habían  establecido  los  malos  imitadores  de 
la  escuela  francesa  ,  y  no  debemos  olvidar  al  poeta  religioso  D.  Pedro  Ni- 
toliis  Ocejo ,  cuyo  poema  á  San  Antonio  es  obra  apreciable  por  mas  de  un 
titulo. 

La  reforma  de  la  poesía  en  el  siglo  VIH.  así  como  de  toda  la  litera- 
tura .  tuvo  su  origen  en  la  francesa ,  s^un  el  Sr.  Galiano ,  á  quien  se^ui- 
remos  en  lo  relativo  á  este  siglo,  siendo  el  benedictino  y  erudito  Keijno  el 

Srímcr  rcslaura^lor  en  este  país.  El  poeta  D.  ¡¡¡nado  de  Ltizán  imitó  á  los 
".tnceses  en  sus  |ioesÍ3s,  en  lasque  imprimieron  su  espíritu  los  célebres 
yoütiire  y  Rousseau,  y  la  secta  enciclopédica  entronizada  por  D'Jlem- 
¿erl  y  fíideroC.  que  con  la  escuela  del  inglés  Pope,  Thompson.  Grai/  y 
Goldsmith  fueron  las  iileas  del  si^lo  en  poesía.  Siguieron  el  poeta  conde 
fie  Torrepatma,  ímítadory  mas  bien  traductor  del  latino  Ovidio ,  el  trágico 
D.Agutlin  jVon/ráno.  el  historiador  poeLiy  jesuita  D.  Francisco  de  Isla,  y 
no  debemos  dejar  de  citar  como  poeta  también  al  erudito  discípulo  do 
Feijóo  el  bencdictttio  Fr.  ISarlm  Sarmiento ,  que  nos  dio  un  tomo  de  la 
historia  de  la  poesía  española. 

Dice  el  mismo  Sr.GalianocoD  razón  que  nuestra  literatura  del  siglo  X  Vil 
es  una  mala  imitación  de  la  francesa  del  siglo  deLuísXIV.y  que  la  iitcratuia 
francesa  inlluyó  enteramente,  é  imperó  en  este  siglo  XVlll  en  todo  el 
mundo  cíviUzado  por  mas  que  los  ia;;leses  desdeñen  confesarque  también 
la  siguieron.  Al  mediar  el  siglo  XVIII  la  novela,  poesía  en  prosa  desconocida 
de  los  antiguos ,  que  solo  se  entrevio  en  los  tiempos  de  la  decadetida  de  la 
literatui'a  grieira .  que  inauguró  el  célebre  Boccacío  en  ol  siglo  XIV  en  Ita- 
lia, y  en  España  en  el  siguiente  coa  nuestiaCelestina,  á  la  que  siguieron 
las  felices  creJCÍones  del  inmortal  Cervantes .  cuyo  Quijote  es  uita  de  las 
obras  mas  colosales  en  su  género  del  ingenio  humano,  fué  la  poesía  de 
moda  El  Lazarillo  de  Tomtes,  Guzman  de  Alfaracbe,  las  novelas  del 
Gran  Tacailo  y  otras  del  inmortal  Queveda,y  en  el  siglo  Wlt  las  de  Doña 
María  de  Zayas  aseguraron  el  gusto  &  esta  clase  de  poesía.  La  noveb  que 
empezó  en  l-raucía  Scuderi  y  siguió  con  Lessage .  y  en  Inglaterra  la  in- 
augucú  Uaiiicl  Uefoe,  Hmollet,  y  la  aseguró  el  triunfo  el  imorul  Fielding 
en  su  fumoso  jTom-Joues  \ino  á  ser  una  poesía  universal  de  la  época 
que  supo  realzar  el  famoso  inglés  nicbardson.  La  novela  en  Francia  tuvo 
su  Prebost  y  su  Mnrinonlel.  y  aun  podemos  buscarla  en  Voltairc,  en 
Rousseau  y  en  Fenelon ;  pero  si  el  Gil  Blas  de  SantillaDa  no  es  una  crea- 
ción española,  como  lo  hace  pensar  su  estructura  yotras  muchas  circuns- 
tancias y  se  ha  creído  por  muchos  escritores ,  Lessage  es  el  padre  mas 
iveot^udo  de  la  novela  en  Francia,  cuya  nación  tanto  se  ba  remontado  en 
este  género  en  el  siglo  presente. 

Metaslasio  inauguró  en  Italia  en  c^te  siglo  esa  poesía  canLible  tan  me- 
lodiosa y  dulce  que  caracteriza  sus  obras ,  y  aprovechándose  de  la  nueva 
escuela  algunos  poetas  españoles  la  ensayaron  ,  si  bien  no  con  muy  buen 
<UÍto,  cosa  común  en  los  imitadores.  A  pesardc  queelsígloXVllI  fué  el 
siglo  do  las  academias ,  pues  que  en  él  tuvieron  principio  en  Espaüa,  nin- 
gún ingenio  estraordínario,  dice  el  Sr.  Galiano.  uubo  en  poesía  en  su  pri- 
mera mitad ,  y  lo  propio  sucedió  en  los  demás  ramos  del  saber. 


í 


—  161  — 

Al  advenimiento  al  trono  de  Carlos  ill  ta  litcratnra  dio  un  paso  hacía 
su  adelantamiento  con  la  publicación  de  oliras  cstranjeras  que  liicicroo  co- 
Docer  una  nueva  senda  y  que  alentaron  á  ios  escritores  para  no  detenerse 
tanto  ante  el  temor  que  les  inspiraba  el  Sanio  Oficio  no  muy  apoyado  por 
aquel  soberano  :  los  lectores  acrecieron ,  y  las  nuevas  ideas  fi;cundizaron 
la  meóte  de  los  escritores.  Los  Maedutios  emprendieron  su  historia  ile 
la  literatura  español.),  y  sí  bien  con  ntal  éxito  y  peor  corrección ,  abrieron 
un  campo  nuevo,  el  que  ensanchó  el  P.  Flores  con  su  España  Sagrada, 
ayodAndoIe  esa  multitud  de  literatos  que  abraza  la  biblioteca  de  escritores 
de  la  época  de  Carlos  lil ,  k  pesar  de  ser  todas  cuando  mas,  respetables 
medianías ,  según  el  sentir  del  Sr.  Galiano. 

El  caricter  español  y  su  facilidad  para  vcrsiñcar,  á  pesnr  de  no  ser 
tan  dócil  su  lengua  como  la  italiana,  unirlo  á  una  imaginación  no  poco 
fecunda,  ha  hecho  que  nuestros  poetas  brillen,  si  no  siempre  por  lo  pro- 
fundo de  tas  ideas ,  por  la  sonoridad  de  sus  rotundos  versos ;  asi  sucedió 
en  el  siglo  Will  k  su  mitad  en  la  que  un  D.  Cándido  Triguero ,  autor  de 
la  niada ,  I).  Ignacio  López  de  Ayala .  superior  h  i\ ,  que  lo  fué  de  la  tra- 
gedia Numancia  destruida ,  y  D.  Mcolds  Fernandez  de  Moratin  cuuliva- 
ron  la  atención  públic» ,  siendo  éste  de  estilo  y  locución  robusta ,  mas 
lirict)  que  dramático  .  razón  por  la  que  son  mejores  sus  poesías  líricas  que 
8U3  composiciones  drama  ticas;  i7.  y  Ícenle  García  de  ía  Huerta,  poeta  lírico 
ydramilico,  iniscibley  enemigo  de  todos  los  escritoresde  su  tiempo,  fué  au- 
tor de  grandes  defectos  y  de  notables  perfecciones,  comopuede  verse  en  sus 
principales  obras,  laslragediasFlaqnelyla  Jaiíay  en  su  poco  diestra  defensa 
déla  anticua  literatura  española  contra  los  poetas  Cadahalso  é  triarle  y 
otros  que  abrazaron  la  literatura  francesa  que  se  entronizó  con  ellos  en 
Espaiía  y  que  cambió  poco  después  su  carácter  por  completo. 

Falto  de  imaginación,  pero  de  suma  instrucción,  D.  Tomás  de  Iriarte, 
se  hizo  en  sus  tiempos  tener  por  el  poeta  modelo ,  y  lo  fué  efectivamente 
en  sus  fáfoubs,  que  aún  ponemos  en  manos  de  nuestros  hijos,  no  obs* 
tante  que  Ii>s  falla  mucbo  para  ser  perfectos  apólogos;  careciendo  de 
no  pocas  dotes  de  poeta  dramático  en  sus  comedias  originales,  al  pro- 
pia paso  que  mejoró  mucho  las  producciones  de  este  género  que  trabajó 
por  mas  que  la  elección  no  fuera  siempre  acertada  :  sín  embargo ,  como 
siente Moralin,  el^Jort^u  mimado  úe  Iriaitc,  empieza  el  buen  teatro  có- 
mico castellaao.  El  diestro  fabulista  Samaniego ,  competidor  de  Iriarte,  le 
venció  muchas  veces  en  este  género,  en  el  que  no  careció  de  buenas  pren- 
das poéticas.  EL  fabulista  dramático  y  critico  Farmer,  enemigo  de  Iriarle, 
tuvo  mas  fama  en  su  tiempo,  segunGaliano,  que  el  que  merecen  sus  obras 
á  pesar  de  lo  que  pudiera  decirse  encontrarlo  del  premio  que  le  concedió  la 
Academia  por  su  sátira  contra  los  malos  poet.is,  en  cuyo  número  preten- 
den algunos  que  podia  meterse.  El  P.  Fr.  Dieijo  González ,  admirador  do 
BU  compañero  de  religión  Fr.  Imís  de.  León  y  amiiío  de  Cadahalso,  poeta  lí- 
rico y  dramático  atrevidísimo,  aunque  do  contraria  e.scuela  que  Ior  ante- 
riores ,  dividía  con  ellos  los  aplausos  del  pi'iblico  que  gustaba  do  nu  dulce, 
fácil  á  la  par  que  floja  versiñcacion  y  aulícuada  dicción ;  y  no  fuó  menos 
aplaudido  como  poeta  D.  José  bargas  Ponce ,  cuyas  obras  no  son  aún  bien 
conocidas. 

Descendía  el  siglo  XVllI  á  su  ocaso  y  la  literatura  francesa  aún  pre- 
dominaba en  Europa,  predominio  que  ejerce  aún  lioy  en  toda  su  fueiza, 
ya  en  prosa  ya  en  verso ,  pues  qne  ¿  los  Voliaire   y  i  los  Rooiscaa  aí- 

31 


—  162  — 

p,u'ió  nn  C/iaieauiríantl ,  cuyas  inspiracioaes  llenan  de  pocsín  el  mutiiln. 
y  lejos  de  apaj^ar  la  gran  revolución  que  imsiornó  la  liuropa  al  ñn  ilcl 
siglo,  sirvió  para  aunieotarla .  pues  que  levantada  la  olocuencia  parla- 
mentaria ¡1  Sü  aparco  vn  Francia  y  en  lngblcrr¡«,  Tué  mas  poético  qun 
razonado,  mas  bríllaute  que  sólido  en  sus  imú^unes  ,  que  se  remontaron 
tiasta  el  Olimpo  por  los  oradores.  El  poeta  itramálico  íthfridam,  dice  (la- 
liana  ,  entusiasmó  con  sus  obras  la  foglalerra  al  ¡laso  que  lograba  arreba- 
tar á  los  franceses  republicanos  el  célebre  Miratiean  con  sus  discursos ,  y 
después  el  inraoitat  Nafioleon  con  sus  arencas  y  su  espada,  en  los  quk  se 
\é  un  alma  fecunda  de  imágenes .  un  Tenladero  taller  de  poesia ,  que  po- 
dían competir  con  las  del  poeta  Saint  Lambert  aplaudido  por  Voitairc^ 
con  las  del  inglés  Tompson.  l>e1illo  babia  alcanzado  el  cetro  de  la  poesía 
francesa  sobrepujando  á  Lamben ,  y  los  dramáticos  La  Harpe ,  Chenier, 
el  lírico  Parnu ,  llamado  c)  Tibulo  francés ,  y  el  descriplivo  Ronc/ier ,  eran 
pastores  del  Parnaso  que  supieron  enriquecerle  con  sus  obras. 

El  ciceroniano  Joveilanos,  honra  de  nuestra  magii^tratura  j  uno  de  los 
hombres  mas  ilustrados  de  su  siglo ,  fué  también  en  España  un  poeta  U- 
rico  i  quien  no  faltó  talento  poético;  pero  no  podemos  ponerle  en  primera 
línea,  como  i  su  ami};o  B.  Juan  Menendez  f'aldcs .  ú  quien  se  concedia  la 
primicia  entre  los  poetas  de  su  edad  con  justicia:  algunas  de  sus  poesías  se 
acercan  á  las  antiguas  castellanas,  y  él  en  España,  Metastasto  en  Italia, 
Dtlille  en  Francia  .  Bums  en  Escocia,  Cmvper  en  Inglaterra,  y  el  suizo 
Gerner.  puede  decirse  que  reinaron  junios  en  el  Parnaso  europeo  de  este 
siglo.  Compartieron  el  aura  popular  en  Espjña  con  el  suave  Melendrz .  el 
auacreóntico  y  epigramático  J).  José  Iglesias  de  la  Casa,  el  conde  de  TVo- 
roila,  y  el  fabulista  I).  Félix  Samanirgo.  pero  siempre  fué  en  menor  esca- 
la ,  porque  no  pasaron  de  una  recomendable  medianía. 

TermÍDaba  el  siglo  XVlll  en  Francia,  añade  Galiano,  entre  los  cánticos 
de  la  Marsellesa  del  famoso  Bouget  de  leíste,  y  de  las  ÍDS|iiraciones  de  Cba- 
leauériand,  Madama  Síael  y  Benjamin  Constant,  y  eo  Italia  con  las  crea- 
ciones del  fecundo,  sensible  y  dramático  Jlfieri,  y  primeros  rasgos  poéticos 
del  sublime  JUarli,  cuando  la  España  pasaba  al  siglo  XIX  bastante  rico  en 
poesia  con  los  tres  discípulos  de  Melendcz  mas  aventajados.  I).  Leandro 
Fernandez  de  Síoralin ,  D,  Nicasio  Alvareí  de  Cienfunjos ,  y  D.  JUamtel 
Jasé  Quintana  ,  al  que  toilavía  tenemos  la  dicha  de  ver  entre  nosotros  y 
de  cousidcrar  como  al  patriarca  de  nuestra  actual  poesía.  Líricos  y  dra- 
máticas los  tres ,  sus  obras  han  sido  y  son  admiradas  con  bastante  justi- 
cia ,  pues  que  ali;unos  defectos  no  son  suficientes  á  hacerles  descender  de 
la  altura  cuque  les  tiene  colocados  la  opinión  universal  que  honra,  con 
Í;;udl  justicia,  también  al  escelt-nte  lírico />.  Juan  jVic(]t5íu  GaUeijo,  que  feliz- 
mente vive  c'imu  Ouintana,  sabios  maestros  ambos  de  nuestros  buenos  poe- 
tas. O.  Juan  líaitíisla  Arriaza,  lírico  mas  poeta  del  pueblo  que  de  la  dase 
instruida ,  y  D.  Tomás  Iriarte .  frió  y  trivial ,  compartieron  con  aquellos 
los  aplausos,  siendo,  en  la  escuela  sevillana,  aplaudidos  como  poetas  Rolilan, 
Blanco,  Arjona,  Beinosa,  y  D.  Jlóerlo  Lisia,  que  fué  el  mejor  de  todos 
los  do  esta  escuela  como  poeta  y  como  hombre  do  ciencia  é  instrucción. 
El  señor  Caliano  dice  que  el  siglo  XVIU  destruyó  mucho  (1^,  fundó 


(r¡  Con  respecto  á  esto  siglo  dice  el  orudito  Durnn  en  uno  de  los  Priilogos  do 
su  Romimoero ;  lEn  Ir  segunda  mitad  del  siglo  XVIU  fué  moda  en  Europa  y  mas 
en  Ejpnña  despreciar  la  pntrin  líieralurn  sin  haber  esludiado  y  conocido  la  bue- 


—  1(Í3  — 

poco,  y  varió  casi  todo,  reservándose  el  siglo  XIX  el  carácter  de  reediñ- 
cador  y  clasiTicudor  de  las  mudanzas  hechas  en  squel;  pero  perdVinenos  sn 
excelencia  »\  dudamos  que  así  suceda  en  visla  del  actual  estado  de  la  litern- 
tura  en  general  en  Eurn|ia  ,  y  pariicularmenie  en  España,  en  donde  es 
poco  lo  que  se  hatla  original  en  realidad ,  nuevo .  ni  (;rande.  Nosotros  par- 
ticipamos do  la  opinión  de  que  estn  siglo,  cnyo  carácter  peculiar  en  letras  y 
en  arles  es  no  tenerle  y  abrazar  el  de  todos  los  que  le  han  precedido  ^ín 
imprimir  el  suyo  delinitivamcnte  en  nada ,  es  unn  ^poca  de  transición  que 
separa  lo  pasado  do  lo  veniílern ,  ¡mes  que  la  imitación  servil  es  el  prin- 
cipio imperante  por  mas  qne  se  íiuscan  las  innovaciones  y  se  pretenden 
nuevas  creaciones  caila  día. 

SÉanos  permitido  .  sin  rmbitriio.  repetir  para  conclnir,  con  respecto  i 
nuestro  sigt»,  lo  quK  acerca  de  nuestra  literatura  y  poesía  liíjimoK  en  1B37 
en  un  articulo  del  periódico  literario  titulado  el  Olsenialorío  Pintoresco. 

«Sumióse  en  la  tumba  el  siglo  XVJII ,  cuya  infancia  fu^  un  manantial 
de  males  para  la  infortunada  España ,  y  que  si  al;:o  mas  fcliit ,  cuando  la 
nieve  blanqueaba  sus  cabellos,  dormito  en  el  sueño  de  la  indolencia,  hasta 
qne  un  genio  literato  le  dispertó  un  momento  antes  de  fenecer,  con  las 
trompas  de  Aristóteles,  alejando  de  su  exánime  mente  el  estragado  gusto 
que  abrigara.  El  nuevo  cantor  le  enterró  para  siempre .  y  apailrinando  al 
siglo  de  las  luces ,  dio  el  grito  de  alarma  ,  llamando  en  su  apoyo  á  los  lite- 
ratos amanti's  de  su  nación.  En  efecto ,  el  siglo  XIX  nació  con  felices  aus- 
picios ;  Moratin  tuvo  prosélitos ,  y  resucitada  la  doctrina  del  dramático  de 
la  Urocia,  aparecieron  para  gloria  de  la  poesía  Ibérica,  el  suave  Melendez, 
ct  esmerado  tJieafuegos ,  el  inspirado  (Quintana,  el  ent^ri;Íco  Galleco «  el 
cientiHco  Lista ,  el  dulce  Martínez  de  h  Rosa,  el  cabjlleresco  duque  de  Di- 
va<t,  el  mage<ituo8o  duque  de  I'rias  y  otros  líricos  cantores  que  nos  honran. 

Empero  si  la  lira  de  Erato  siguió  pulsándose  con  maestría ,  Tulfa  fué 
casi  lotilnienle  abandonada  desde  la  mnerte  del  genio arisiotélico  del  siglo, 
y  el  mal  gusto  volvió  á  invadir  su  imperio. 

nn  de  nuestros  antopasado.x,  Hflciase  un  vana^tloTÍoso  atnrde  de  preferir  lo  es- 
traflo  A  lu  propio  ,  y  se  tenia  por  ignornnle  ;  bárbaro  al  que  dudaba  de  la  fnfiíli- 
bfüdad  de  los  novadores.  Cundirt  el  contagio  porque  era  mns  fácil  ser  eco  de  los 
pretendidos  crilicoa ,  que  ostudínr  bien  lo  antiguo  par»  estudiar  sobre  ello; 
porque  era  nins  cómodo  traducir  que  inventar;  porque  costaba  nienoü  imitar 
to  hecho  que  reformar  lo  pnsiido  y  conformarlo  &  las  variaciones  que  deliia  te- 
ner. En  tal  situación  apenas  lialiin  quien  saliese  bI  encuentro  de  tan  cstraordi- 
narías  ¡deas,  síquieía  para  discutirlas.  Perdido  hsí  el  buen  camino  ,  nos  queda- 
mos reducidos  á  ser  debilitados  ecos  do  lo  que  era  bueno  y  acomodado  i  los 
países  donde  naeió,  mas  que  entro  nosotros  no  podía  producir  creaciones  es- 
pontáneas, ni  vivificador  entusiasmo.»  El  seDor  Duran,  con  una  franquexn  que 
lo  honra,  conliesa  que  participó  tinnbien  de  aquel  contagio;  pero  que  conucido 
ol  error  y  las  necesidades  del  sijílo.  fuá  el  primero  en  romper  en  España  las  va- 
lias que  impüdian  el  de^rroUo  del  entendimiento  y  de  la  poesía  nacional,  y  efec- 
tivamente qued  su  discurso  preliminar  al  Homaneero  y  d  sus  oíros  escritos,  de- 
bemos la  revolución  que  diú  un  nuevo  giro  d  la  crítica,  ;  que,. como  dke,  la  ío- 
caruii  dul  cammo  empírico  y  cslreclio  que  lomó  .ti  mediar  el  sigilo  Wlll ;  eu  fin, 
en  nuestra  opinión  D.  jígtislin  Duran  lia  sido  en  bella  lilcrnlura  el  restaurador 
de  nuestra  escuda  p:ilr¡a. 


■fe 


—  164  — 

La  guerra  llegó  un  tiempo ,  por  dos  veces ,  como  boy ,  á  embargar  la 
atención  general ,  y  aterradas  las  tímidas  musas,  buyeron  á  regiones  mas 

Saciflcas  y  (ellees;  pero  acabada  una  y  otra  tormenta ,  cuando  la  poesk 
ramática  gemía  en  el  mayor  abatimiento ,  un  joven  se  lanzó  con  valentía 
á  la  palestra  dramática.  Nadie  vé  en  ella ,  considera  el  desierto  campo ,  y 
pulsando  la  lira  de  Talia  atrae  en  torno  de  si  al  pueblo  todo»  y  el  nombre 
de  D.  Manuel  Bretón  de  los  Herreros  resuena  por  do  quier  con  entusiasmo. 
Yo  le  vi  solo  por  mucho  tiempo  poblando  la  desierta  escena,  y  resucitando 
el  amortiguado  gusto  nacional...  loor  á  ti,  amigo  mió...  loor  á  ti  que  em- 
pezaste esta  nueva  era  dramática  de  tu  patria ,  y  que  con  la  constancia  de 
tu  inspirado  ingenio  y  la  melodía  de  tus  canciones  supiste  atraer  bacía  ti  el 
amor  de  tus  conciudadanos,  y  serviste  de  émulo  á  los  mil  trovadores  que 
hoy  consuelan  á  la  afligida  España  con  sus  dulces  cantares  (1). 

Casi  al  propio  tiempo  una  gran  revolución  empieza  en  las  costumbres 
europeas  ,  que,  amenazando  á  las  presentes  cosas,  trata  de  elevar  á  todo 
trance  las  de  una  época  de  entusiasmo  y  de  gloria.  Los  partidarios  forman 
el  plan,  y  no  tardan  en  vencer.  En  la  parte  literaria  pierde  lo  clásico  y 
triunfa  lo  romántico ;  decae  Aristóteles ,  y  se  eleva  sobre  él  la  eiagerada 
doctrina  de  Víctor  Hugo ,  Alejandro  Dumas  y  otros.  Mezclada  la  litera- 
tura ,  basta  cierto  punto ,  con  la  política,  al  primer  estilo  por  sus  formas 
absolutas  y  precisas ,  se  le  clasifica  entre  los  dictados  del  déspota,  y  al  se* 
gundo  se  adhiere ,  por  la  franqueza  de  su  marcha ,  á  las  ideas  de  libertad 
que  triunfan. 

Mas  mesurados  los  espaftoles ,  si  bien  pagan  tributo  á  la  época  los  mas 
exaltados  por  el  nuevo  régimen,  la  mayor  parte,  y  la  mas  sana  acaso,  si- 
gue la  revolución  resucitando  la  memoria  de  nuestros  antiguos  poetas ,  y 
las  obras  selectas  de  Góngora ,  Lope  de  Vega ,  Calderón ,  Tirso ,  Moreto  y 
otros  patriarcas  del  romanticismo  español  del  siglo  XVI,  son  los  planes  de 
campana  con  los  que  se  proponen  vencer. 

Publica  B,  Agustín  Duran  la  primera  edición  de  su  escogido  Román* 
cero,  y  al  hacer  este  servicio,  que  le  agradecerá  siempre  la  república  de  las 
letras,  dio  el  impulso  á  la  revolución  literaria  en  nuestra  patria  (3). 

On  Juvenal  empezaba  á  florecer  en  España;  pero  tan  precoz  flor,  cuyo 
lozano  nacimiento  daba  esperanzas  de  mayor  hermosura  ,  la  marchitó  el 
fuegd  de  las  pasiones  apenas  saliera  del  capullo...!  Sin  embargo  aun  se 
rien  sus  gracias ,  aun  duele  su  azote...  el  nombre  del  célebre  Figaro  (Don 
Mariano  José  de  Larra),  pertenece  ya  á  la  posteridad... 

Progresando  la  revolución,  el  romanticismo  español  adelanta  con  uti- 
lidad :  pónese  á  la  cabeza  de  esta  escuela  el  modesto  lirico-dramático 


(1 )  Al  principio  de  las  notas  á  la  Corona  se  pone  el  catálogo  de  los  poetas  con- 
temporáneos. 

(2)  El  Discurso  preliminar,  prólogos  y  notas  del  Komancero  de  D.  Agustín  üu* 
ran  queso  publicó  hace  2 f  años  por  primera  vez,  y  después,  en  1851,  muy  aumen- 
tado en  la  Biblioteca  de  Autores  españoles,  componen  en  estracto,una  eruditísima 
y  razonado-filosófica  historia  de  nuestra  poesía  nacional, en  la  que  secsplica  tam- 
bién, con  sazonada  crítica,  la  historia  y  móvil  de  nuestros  celebrados  libros  de  ca- 
ballería, dándose  curiosísimas  noticias  de  toda  nuestra  literatura  y  de  muchas  de 
nuestras  costumbres.  Estos  preciosos  escritos  que,  como  llevamos  dicho,  han  hecho 
verdaderamente  la  revolución  literaria  en  Espalla  en  este  siglo,  han  servido  para 
que  se  luzcan,  después  de  publicados,  muchas  otras  notabilidades  que  en  esto  n» 


—  165  — 

anadino  el  Excmo.  Sr.  D.  Francisco  Martinez  de  la  Sosa  (que  tantas 
vece»  ha  regido  tos  destinos  de  España  como  ministro  y  presideDlo  del 
Consejo  de  Ministros  en  las  dos  épocas  constilucionales}  con  su  drama 
de  la  Conjuración  de  Venecia,  y  al  ver  al  poeta  mimado  de  las  mu- 
sas seguir  esta  marcha,  ya  nadie  duda  en  la  elección,  y  0I  partido  de 
los  estrechos  límites  acaba  de  perderse  anie  el  nuevo  régfmen  viclorio- 
sa,cuya  bandera  ensülzRn  García  Gulierrez  con  su  Trovador,  llarlztn- 
ftiiscli  con  sus  Amaines  de  Teruel,  Roca  da  Toijores  con  su  Doña  ¡Haria 
de  Molina  y  el  Excmo.  Señor  Duque  de  Rivas  con  su  iton  Alvaro  ó  la 
fuerza  del  sino.  Hüijistranse  hs  antiguas  crónicas,  escudritiansc  los  ro- 
mances del  siglo  XV  y  \V1,  aquellos  cantares  que  recuerdan  las  glorias 
nacionales :  sácanse  de  entro  el  polvo  de  los  archivos  lúa  olvidadas  obras 
lie  nuestros  mayores;  el  deseo  de  súber  se  retrata  en  las  almas  de  todos 
tos  jóvenes,  y  haciendo  circulabtes  los  cuantiosos  caudales  estancados  en 
las  bibliotecas,  la  revolución  Tiiarcha.  y  ya  no  existe  en  nuestra  his- 
toria dicbo  feliz ,  hecho  memorable  y  acción  heroica  que  no  se  recuer- 
de en  alegres  cantares.  A  la  lira  de  Homero  se  sustituye  el  alegre  y  so- 
noro laúd  nacional  cuyas  sensibles  cuerdas  vibran  en  loor  de  Pelayo  y  útA 
Cid  y  acampanando  los  cantares  religiosos  de  Berenguela ,  Doña  Urraca  é 
Isabela ;  y  este  instrumento  que  sabe  pulsar  solo  el  bardo  espariol ,  si);ue 
los  compases  tiernos  de  las  quejas  del  apasionado  Gazul ,  los  ayes  de  Fa- 
tima  ó  los  amores  de  los  Muzas  y  Abindarracs  y  también  los  de  los  Cór- 
dobas ,  tiirones.  Pelaez  y  Pimenteles...  Á  los  flgíndos  pastorea  se  sustitu- 
yen  en  las  comedias  y  cantos  líricos  los  guerreros  de  luciente  armadura, 
¿  las  Amarilis  las  heroínas  de  la  historia  Dacional ,  A  las  horrorosas  vena- 
ción», las  corridas  de  toros;  alas  carreras,  los  carroseles  y  Tollas;  yA 
los  ejercicios  del  anfiteatro  y  del  circo ,  los  torneos ,  las  justas  J  las  ca- 
ñas. La  zampona  y  el  pandero  se  mezclan  con  los  atabales,  analiles  y 
trompas  guerreras..,  Al  monótono  y  frió  enamorar  de  OwrffO ,  sucede  el 
fuego  de  Amadis  y  el  furor  de  Orlando  y  áa  Bell^nebros,  y  á  la  tortuga 
y  pontones  bélicos  de!  romano  el  escudo  y  el  rastrillo  de  gótica  fortaleza... 
En  la  parte  mítica  se  sustituye  ú  las  comparaciones  de  seres  fanlis^ 
ticos  que  solo  existieron  en  las  aberraciones  liumanas,  existencias  verda- 
deras ,  y  por  esta  razón  al  falso  y  variable  dios  del  Olimpo  se  antepone 
un  Dios  cierto  é  inmutable.  Ya  no  es  Vnius  la  diosa  de  las  gracias ,  jVa- 
na,  la  madre  del  Eterno,  las  lleva  en  si  todas  y  su  curo  celestial  note 
componen  genios  que  representan  los  vicios  (^ue  halagan ,  sino  seres  rea- 
les de  la  luz  divina  que  enseñan,  que  acompaiian  y  que  derraman  las  vir- 
tudes... y  en  ñn ,  ¿  Us  ficciones  de  una  Imaginación  oprimida ,  se  prefie- 
ren los  encantos  y  verdades  de  la  naturaleza. 


L 


ban  tenido  mas  trabajo  que  el  de  copíarlosdesngurAndolosnnpocoen  la  forma  y 
en  el  lenguaje,  a  Rn  de  no  Innerso  que  lomar  In  pena  du  citar  á  su  verdadero  autor. 
como  debieran  hacerlo  siquiera  por  eralitud.  De  este  modo  personas  muy  dislin- 
giiidas  han  adquirido  su  celebridad  en  literatura;  pero  como  cuando  do  tal  ma- 
nera se  ganan  los  laureles  son  estos  tan  perecederas ,  que  oo  duran  mus  que  et 
tiempo  que  larda  en  presentar  el  plagio  la  verdad,  dejando  al  descubierto  y  en  el 
mayor  ridiculo  al  que  se  engalanó  coo  plumas  agenas  como  el  grnjo  de  la  Tabula. 
Los  inteligentes  y  el  público  sensato  hace  y  hará  siempre  la  debida  justicia  al 
MÚor  Duran. 


—  166  — 

Esta  revoincion  influye  esfraordinariameiite  en  las  ArM ,  pnes  hala- 
gadas por  un  lado  al  armonioso  acento  de  cantares  que  las  ensahan ,  y 
arrastradas  dalcemente  hacia  el  bien ,  despiertan  de  so  esmintoso  letargo, 
y  tendiendo  los  artistas  sn  raano  bienhecbora  &  la  de  los  literatos  qse  se 
encuentran  al  ofrecérsela  generosamente ,  dos  cnerpos  desonidos»  por  al- 
gún tiempo,  por  la  presunción,  la  vanidad  ó  la  ignorancia,  forman  un  todo 
compacto  en  los  Liceos,  Ateneos  é  institutos,  y  reunidos  caminan  á  la  par 
al  templo  de  la  inmortalidad  á  recibir  la  corona  de  laurel  (1). 

Felices  vosotros  trovadores  de  iberia,  felices  vosotros  que  entre  el 
estruendo  del  bélico  estampido  de  la  presente  guerra  (3),  os  habéis  levan- 
tado como  el  genio  tutelar  de  esta  nación  para  vindicarla  y  hacer  ver  al 
maligno  estranjero  que,  si  en  medio  de  la  borrasca  de  las  pasiones ,  del 
huracán  de  destrucción  y  de  los  arroyos  de  sangre  que  han  inundado  la 
mísera  patria ,  en  su  aurora  de  libertad ,  sabéis  cantar  con  voz  tan  sonora 
y  segura,  si  un  dia  el  ramo  de  oliva  se  levanta  entre  nosotros  y  la  ensena 
de  paz  se  tremola  por  la  mano  de  la  concordia ,  en  breve  término  los  fo- 
gosos al  paso  que  graves  hijos  de  la  madre  Espafta  aventajar&n  al  orbe 
entero  en  ciencia  y  en  saber. 

Loor  eterno  á  vosotros  los Martinezdela  Rosa 9  ñivas^  Duran,  Bretón, 
GilfEoca  deTogores^  Pastor  Diaz, Vegas,  Peñalveres^  Zorrillas  y  Calde- 
rones; y  á  vosotros  también  los  Hartzenóures ,  Bravos,  Ociioas^  Espron* 
cedas 9  Garda  Gutiérrez,  Eseosuras,  Quirogasy  Madrazos,  y  á  todos 
vosotros  jóvenes  trovadores  que  identiflcados  con  la  presente  revolución 


(I)  Las  ciencias  han  contribuido  principalmente  á  la  revolución  inlelectual 
de  este  siglo, pues  que  sus  adelantos  y  descubrimientos  lian  sido  tan  estraordina- 
r¡08,ques¡  no  fuera  por  ellas  pasaría  sin  carácter  propio;  mas  se  le  darán  el  gas» 
el  vapor, el  daguerreotipo  y  otros  descubrimientos  gigantescos  y  de  tanta  iropon> 
tancia  que  por  su  medio  se  vá  logrando  hacer  del  mundo  un  solo  pueblo  por  la 
rapidez  con  que  se  comunican  los  puntos  mas  distantes,  la  celeridad  con  que 
se  pasa  de  las  tinieblas  á  la  luz  y  se  reproducen  los  monumentos,  los  paisesy 
las  facciones  de  los  vivientes  con  la  exactitud  de  la  misma  naturaleza  que  se 
retrata  por  sí  misma.  Tantas  ventajas  do  las  ciencias  hacen  caminar  al  vapor 
al  entendimiento  humano  en  todas  las  cosas,  y  sin  tiempo  para  estudiar  y  re- 
flexionar sobre  las  ¡deas  fosfóricas  que  se  encienden  en  la  mente  á  cada  paso, 
se  profundiza  poco  ó  nada,  y  una  anarquía  seductora  á  veces  y  penosa  y  laoieo- 
table  otras  es  la  reina  de  este  siglo  de  movimiento  y  de  sistemático  desorden, 
en  el  que  alterna  lo  bueno  con-lo  malo,  lo  mediano  con  lo  mejor  con  tal  lige- 
reza ,  que  parece  el  mundo  intelectual  una  linterna  mágica  cuyos  cuadros  se 
cambian  por  segundos:  el  linal  es  dudoso,  pero  presentimos,  por  lo  que  dicta  la 
esperíencia  é  historia  del  pasado,  que  á  tan  prolongado  movimiento,  ha  de  su- 
ceder el  reposo  y  á  la  agitación  la  calma  en  la  que  se  podrá  juzgar  mijor  del 
verdadero  espíritu  del  siglo  XIX  y  aprovecharse  los  venideros  de  sus  descu* 
brimientos,  ventajas  de  que  nosotros  disfrutamos  apenas  por  el  continuo  movi- 
miento en  que  nos  hallamos  y  por  la  veleidad  á  que  esto  mismo  nos  (ril>liga. 

(S)  Se  reGere  esto  á  la  guerra  civil  que  se  hallaba  al  escribir  este  articula 
en  toda  su  fuerza. 


—  167  -^ 

literaria,  dais  honor  ¡i  la  patria  ele  Cervantes  :  yo  os  saJuiIo  con  la  since- 
ridail  lie  mi  alma... 

A  vosotros  está  encomenilaila  la  gloriosa  revolución  literaria  del  siglo 
de  movimiento  en  iiUG  vivimos ;  pero  al  ejecutarla  no  puedo  dejar  de  su- 
plicaros (¡ue  huyáis  de  los  horrores  y  de  sus  cuadros  cárdenos ,  lúbricos, 
asquerosos  y  sangrientos  con  que  hace  la  suya  el  e]:agerado  bardo  fran- 
cas: y  que  no  olvidéis  que  no  todo  es  malo  en  el  sistema  de  AristfíCeles .  ni 
todo  bueno  en  la  escuela  moderna ;  bellezas  resallan  en  aquel  estilo  dignas 
do  imitacton,  y  bellcsa^  que  fueron  engrandecidas  por  vuestros  padres  que 
os  las  ensenaron...  la  gratitud  es  el  primer  deber  del  hombre,  y  en  litera- 
tura solo  hay  dos  géneros  entcramcute  distintos,  lo  burno  y  lo  malo. 

Tened  presento  que  la  eiallacion  exajerada ,  arrastra  en  pos  de  si  co- 
munmente una  reacción  peliftrosa.  V  vosotros  jóvenes  dramáticas  que  bri- 
Uais  en  la  escena,  no  aticioneis  at  pueblo  al  crimen  presentándole  el  vicio 
engalanado  con  los  atavíos  del  heroísmo  y  bajo  la  mentida  máscara  de  ac- 
ciones loables,  porquele  viciareis  desgraciadamente,  y  una  vez  aficionado 
al  delito  es  difícil  volverle  á  la  virtud ,  pues  á  la  afición  sucede  el  desen- 
freno como  al  relámpago  el  trueno...  Presentad  at  vicio  y  á  la  maldad  cas- 
tigada inmediatamente  y  no  la  dejéis  impune,  ni  hagáis  trio  el  castigo  pro- 
longando el  azote.  La  misión  del  poeta  dramático ,  no  es  solo  copiar  exac- 
tamente á  la  sociedad  con  toitos  sus  errores ,  si  la  de  dulcificar  las  cos- 
tumbres para  mejorar  esta  misma  sociedad,  y  al  afear  sus  vicios  y  de 
fectos,  presentarla  en  contraposición  buenos  modelos  que  imitar. 

Ilaccdlo  asi  como  muchos  liabeis  empezado  y  desmentiréis  la  opinión 
de  algunos  filósofos  coetáneas  <}ue  pretenden  probar  que  nuestro  sigilo  en 
literatura  es  solo  una  época  de  imitación,  una  transición  débil  y  enferma. » 

Sent-idas  dejamos  nuestras  opinionps  sobre  los  puntos  de  que  acaba- 
mos de  tratar ;  espuestas  quedan  todas  las  que  de  autores  respetables  he- 
mos visto  y  á  las  que  sometemos  nosotros ,  como  debemos ,  las  nuestras; 
el  lector  podrá  acudir  á  las  fuentes  que  Ih  indicamos  para  formar  su  juicio 
en  la  comparación  de  unas  y  otras,  y  poner  la  parte  cuestionable  en  su 
verdadero  lu^^ar ,  puesto  que  en  los  hechos  no  tendrá  mas  que  acatar  el 
pasado  en  la  imposibilidad  de  variarle  según  su  deseo,  haciendo  á  la  his- 
toria el  honor  qno  se  merece  como  hija  del  tiempo  y  de  la  verdad. 

Muchos  mas  autores  pudiéramos  haber  citado  en  este  desaliñado  dis- 
curso sobre  la  marcha  de  nuestra  poesía  nacional ,  pero  no  hemos  querido 
servirnos  de  la  porción  do  escritos  estranjcros  que  conocemos  sobre  esta 
materia,  porque,  ó  no  han  hecho  sus  autores  mas  que  repetir  trastornando 
másamenos  lodicho  por  nuestros  literatos,  ó  han  escrito  á  placer  y  sin  da- 
tos ciertos  que  den  á  sus  obras  un  interés  verdaderamente  histúrico,  ha- 
biéndose ensañado  algunos  demasiado  en  sus  criticas  contra  nosotros,  re- 
bajándonos no  poco  de  nuestra  puesto  otros,  y  tratándonos  los  mas  sin  co- 
nocernos bien.  Dejanilo  á  nuestros  sabios  del  presente  y  del  porvenir  la 
honrosa  tarea  de  vengarnos  de  los  que  nos  hayan  y  ]>uedan  ofendernos,  y 
en  la  esperanza  deque  no  puedo  menos  de  llegar  undiaen  que  la  pluma  de 
un  genio  feliz  consigne  nuestras  glorias  literarias  de  un  moilollrine}' eterno 
en  una  huena,  completa  y  razonada  historia  de  nuestra  poesía  nacional,  al 
dejar  nuestra  tarea  réstanos  solo  recordar  la  indulgencia  que  imploramos  en 
la  Advertencia  que  precede  á  este  Discurso  órelato  de  introducción,  para 
que  en  atención  á  las  razones  que  alli  esponemos,  se  nos  aplique  por 
nuestros  conciudadanos,  siquiera  en  gracia  de  nuestro  buen  deseo  de  agra- 
darles, única  pretensión  de  este  escrito. — B.  S.  C.  de  L. 


L 


k>V      t 


r 


IVSi  MBÁLIZI. 


G«ii|rende  lis  lores  poéticas  fu  eoisifni  al  iUMrtal  Anta  las 

vates  h  las  j^mfneias  h : 


JÜjMEKÍA. 

CBANABA. 

CÁDIZ.                    *" 

nDELYA. 

ganarías  (fSIíAS). 

JAÉN. 

GOBDOBA. 

MALAfiA. 

SR?ni1 

íA. 

iaMtta9o  V  awoMA  OMUuMasMSinraii  man  ¡pahb» 


22 


ADVERTENCIA. 


liot  lia  parcciilo  eonteniente  poner  al  priocipio  de  cada  provincia  lii  pociiu  que  le  Ijillen  ce- 
crilai  en  el  ilíalecio  dd  piis,  cuja  iradurcion , f i  U  neceiítat*,  ;  esplicicion  de  Is  «Iruciara  ; 
orlonnrm  da  éita ,  le  poBC  por  nota  reforeale  ú  lat  pociiai  de  etle  género  al  fio  de  la  CoroDo: 
lo  mismo  hacemoi  con  lai  Iraduccione)  de  lii  composicionet  en  len^ai  lábiai  ú  eilrinjerní. 
Lat  poeiJBS  de  las  seKorAS  m  interlan  1»  primerat  por  deber  de  galonlerit ,  y  lai  de  lot 
demai  vates  guardan  el  drden  rígoroM  del  abecedario  icgun  lot  pcimeroi  apellidos.  Los 
Dooilircí  di:  pueblo»  eirrito)  á  la  iiquierda  al  pié  de  lai  coiujioiicioaei ,  ma  loi  de  la  nelura- 
leii  de  los  nnlorcí ,  ]  lot  qoe  en  lelrai  tertaleí  ocupen  el  medio  de  la  plana  á  Id  cabHa  de 
una  lérie  de  poeiiai  ú  de  una  nía,  el  déla  protindaá  que  perteieun  lai  quetignen.  Cuando 
DO  te  Tea  nombre  do  pueblo  al  fin  de  una  compwicion  ,  en  el  lugar  y  modo  citado,  et  que  >e 
ignora  el  del  nactmieolo  del  aatsr.  La*  compoticíonei  múticaí  qae  enpieiau  cada  una  de  lat 
llutai,  eipreían  en  el  dialeclo  del  pait  Ja  canelón  y  baile  que  mat  le  cerectcriran,  habién- 
dote eicrito  para  ptnno  lodat  para  mnyac  uaifunnidad :  en  las  nolat  te  boMa  de  la  música 
etpahola  en  general  y  te  dá  nnlicia  de  loi  maetlrot  compotilorct  que  Ggnru  en  etla  obra.  Al 
Ande  la  Corono  le  dá  la  razón  bibliográQcn ,  6  una  tucinla  nolícia  de  cada  uno  de  loi  aulotet 
que  loman  pana  en  etie  obtequisio  moBiinenio. 


^^^B^^V^V 

1 

ALMERÍA. 

£V  l(ü  (¡]]SQ](DQ9a 

1 

nsi.  ciii.E«»K  kspiSql 

■ 

EXCMO.  sit.  no^  jóse  nicolas  de  azara  y  perera, 

■ 

Primer  Slarqiiéíi  ilc  IVIbbiaiio. 

1 

Vales  ,1e  U  prniofii  de  ilmcria. 

^ 

»£]  hombre  (leücmaiú  su  rumiha  que  ó 
íimiíino,  a  tu  pal  ría  masque  ú  eu  raiDLliü,y 
bI  linaje  huPiSDO  moi  que  »  lu  patria. • 
Fenkloh. 

Libe  una  vez  la  humanidad  el  vasu 
de  sacra  paz  y  caridad  TervicDle , 
renere  el  alma  ciencia; 
balsámico  consuelo  en  su  existencia 
alcance  el  inclemente, 
de  la  hermosa  virtud  y  honor  preclaro, 
agrupándose  en  toruo , 
mire  el  mortal  el  relumbrante  faro ; 
del  mundo,  resonando  eii  el  contorno. 

1 

la  voz  del  sabio  oiga  , 

que  al  hombre  llama  lierviano,  en  su  alegría, 

y  el  orbe  humano  se  salvó  aquel  dia. 

¿Los  Eaogrientos  laureles  del  guerrero 
por  qué  marchitos  ora  desparecen? 
El  llanto  no  los  riega!!... 
ya  no  los  brota  la  apacible  vega : 
palmas  y  olivas  crecen 
con  que  egregios  varones  se  coronan. 
Donde  Atila  execrable, 

■.        d 

ADVERTENGI 


líos  ha  parecido  conteniente  poner  al  principio  de  cada 
critas  en  el  dialecto  del  pais,  cuya  tradaccioa ,  si  la  ne*' 
ortografía  de  ésta ,  se  pone  por  iota  referente  á  las  p< 
lo  mismo  hacemos  con  las  tradoceioici  de  lai  eera' 
Las  poesías  de  las  SfiNoaAS  le  ¡isertai  las  prim 
demás  vates  guardan  el  ¿rdea  rigoroso  del  o^ 
nombres  de  pueblos  escritos  á  la  izquierda  al  pi 
leza  de  los  autores,  y  los  que  en  letru  Tersol 
una  serie  de  poesías  ó  de  una  sola*  el  de  la  pr 
no  se  Tea  nombre  de  pueblo  al  fin  de  nna 
ignora  el  del  nacimiento  del  aaler.  Las 
Musas,  espresan  en  el  dialecto  del  pa¡!: 
dosc  escrito  para  piano  todas  para  m: 
espaftola  en  general  y  se  dá  atUcía  • 
fti  de  la  Corona  se  dá  la  raita  bibl 
qae  toman  parte  en  este  dMOfíioso 


I 


i  ruino  un  astro? 
i  noble  Azara, 

..IIIO. 

• ,  <|iic  en  sublime  arrobo, 
mí  piíiíó  en  el  globo. 
stirpe,  en  do  Sertorío  un  dia 
íA  saber  mostró  á  la  España , 
.  :vcera 

.  ^  p»o  j  amor  la  Inz  primera*, 
lecho  bafia 


^^j^  juguetón ,  sonoro , 
'*^**^|i  olíTa  en  pabellones 


^  ^tf^*'^  también  cien  corazones. 
lísfc  j£¡Íuo  emblema 
[^^tuA***  misterio,  honor,  cariño.. 

^  jhÉfc  «ff^^*^^  ^^  inocente  niño. 
^  escelsa  ocupará  su  mente. 


\ 


—  175  — 

'  <  del  Eterao  iluminaba. 
K  desvelo 

tite  vio  en  el  cíelo,        -.i'MtDM 

'  'hundo  contemplabul  'iU|i 

I  pecho  inunda,  '<    ni 

luanzBy   I  ii«  Ido 
.icrania»    ^-  i>ll'il*'di 

iiaflte     ir!*»  ut 

.  i:ol6gi04i'  '  I  ''''to  n'  'ilt 

,iBio,:       :  ^-.;    /  li><..IÍ 

-spetada  y  j«toV'  -í  i;'  mniü-' 

Dios,  UD  privilegio.'  olir  tu- 

M'bata  le  enajena,  ' "i  I''  ( 

:)»amiento,  '*v>t'< 

lou  de  Azara  le  encadena,  '  i:  biÍC 

üc  su  heroico  pensamiento.  >'  ntlitifi 

ijeio  de  paz  irresistible,  ■  '  -Ji  t-' 

lU'íjiéria  con  Azara  ei  bien  asoma ,    I  fi  'mp 

¿11  elevado  agente  le  hace  en  Roma.  N->  tmli 

El  mar  Tirreno  acarició  la  nave,  ..---ilt  «I 

con  fresca  y  pura  brisa  agitó  el  lino ,  ;  ^ 

do  el  noble  Azara  canta  >  "  I')) 

porque  se  acerca  á  la  ciudad  que  es  Saota'í^  ■  'I 

divisa  el  Quirinal.....  Capitolino !-'  'til'-  ' 

el  Tibcr  placentero  le  saluda .::(■»  ( 

en  religiosa  calma  ' .  ..•i 

Azara  sel^euconlrA :  con  lengua  muda  <■■   • '<' 

á  Dios  dirige  fervorosa  ei  alma.  >'  ^-(i 

Al  Vaticano  empíreo  • 

lleva  la  vista  audaz  y  la  memoria :  l 

allí  vio  su  misión,  allí  su  gloria.  ' 
Henchido  de  virtud  y  de  entusiasmo,      '■  '■>: 

raudal  perenne  de  elocuencia  suma,  <     •' 
incansable,  ingenioso, 

por  la  paz  dando  su  vílal  reposo,  >- 
la  patria  le  admiró  del  grande  IVuma. 
Junto  al  sol  de  la  Iglesia  iiiililantc 
de  Azara  está  el  lucero: 

le  v¿  Clemente  décimo  tercero,  ■■    >  > 


^ 


—  172  — 

do  César  y  Alejandro  6e  pregonan , 
en  columnas  de  bronce ,  al  miserable 
se  ofrecen  mil  asilos. 
Sonó  la  YQz  de  humanidad  bendita ! 
el  mundo  entusiasmado  la  recita. 

¿Qué  mensajeros  divos  en  la  tierra 
£eran  la  toz  ceteste,  con  que  el  seno 
del  pueblo  sin  ventura 
olvida  8u  martirio  y  su  tortura  ^ 
y  de  plácido  bien  se  encuentra  lleno  ? 
Kn  los  brazos  alígeros  del  aura , 
el  eca  de  armonía 
que  dicha  y  paz  al  ánima  restaura  j 
¿  qué  sublime  cantor  entregaria , 
la  ambición  acallando, 
el  dolo ,  la  crueldad  y  la  avaricia  , 
que  del  eco  escucharon  la  delicia  ? 

Un  lugar  inocente ,  solitario , 
en  un  monte  de  olivos  y  rosales ,] 
candido  cual  violeta , 
de  su  iglesia  elevando  la  veleta , 
¿no  distingue  la  vista?  Es  Barbuñales. 
¿Magnífico  sepulcro^de  alabastro, 
el  mirar  no  repara,  " 

?ue  en  toda  Europa  irradia  como  un  astro? 
!una  y  sepulcro  son  del  noble  Azara , 
El  marqués  de  Ptibbiano. 

Este  es  el  genio ,  que  en  sublime  arrobo , 
paz  y  fraternidad  pidió  en  el  globo. 

De  ilustre  estirpe ,  en  do  Sertorio  un  dia 
la  antorcha  del  saber  mostró  á  la  España , 
Azara  de  Perera 

vio  entre  el  gozo  y  amor  la  Inz  primera.. 
Su  ebúrneo  lecho  baila 
el  Alcanadre  juguetón ,  sonoro , 
y  custodia  la  oliva  en  pabellones 
su  aliento  de  ángel  con  el  sueño  de  oro , 
que  le  guardan  también  cien  corazones. 
De  su  destino  emblema 

su  cuna  fué...  misterio,  honor,  cariño 

la  paz  ornando  al  inocente  niño. 

Misión  escelsa  ocupará  su  mente, 


ti 


mm 


f 


—  174  — 

férvido  le  consulta  cada  instante. 
Ganganelli,  el  Celeste, 
tiende  siempre  por  do  quier  consigo , 
que  halló  en  Azara  el  eminente  amigo. 

Iris  (ie  paz  en  la  hórrida  lornienla 
que  A  Europa  entera  en  su  furor  inmola, 
miradle  sin  mancilla 
paraudo  de  la  guerra  la  cuchilla 
con  su  heroica  virtud  su  ciencia  sola : 
destello  de  la  gloria  del  Supremo, 
su  claro  nombre  alcanza 
de  la  ancha  tierra  al  uno  y  otro  estremo. 
Mira  al  Austria  blandir  la  férrea  lanza 
contra  la  .Santa  Sede, 
8U  alto  saber  detiene  la  pelea , 
y  el  pendón  de  la  paz  su  mano  ondea. 

Siembra  el  genio  del  mal  la  saña  impía!... 
Mira  á  Leopoldo  duque  de  Toscaua, 
contra  Konia  altanero, 
el  de  Parma  ¡ambien  blande  su  acero 

^ue  á  la  ciudad ,  asesta ,  soberana, 
on  esfuerzos  Azara  sobrehumanos, 
la  discordia  derriba , 
la  pnz  ofrece  i  Koma,  y  en  las  maoos 
colocó  de  los  Duques  una  ohva. 
l'io  Scsto  en  su  ostracismo 
bebió  el  consuelo  en  la  amistad  de  Azara, 
y  el  brillo  le  debió  de  la  Tiara. 

Su  alma  se  multiplica ,  enaltecido 
para  salvar  la  humanidad  que  llora, 
diplomacia ,  ambiciones , 
concilios,  tronos,  pueblos,  sediciones, 
registra  con  su  vista  abrasadora. 
Los  grandes  hombres  de  la  ciencia  espejos , 
artistas  y  letrados, 
Keyes ,  poetas ,  mil  infortunados 
pidenle  auxilio,  eiigenle  consejos. 
su  morada  es  palacio 

do  el  pueblo  se  une,  el  clero  ,  aristocracia... 
donde  halla  amparo  la  fatal  desgracia. 

El  volcan  de  la  guerra  ,  el  hombre  Marte , 
cuya  misión  grandiosa  es  un  problema, 


—  175  — 

ese  genio  profundo 

que  hizo  temblar  bajo  su  plañía  al  mundo , 

ni  colocarse  la  imperial  diadema, 

IVapoleoh  ,  el  hombre  de  la  historia , 

el  genio  humanitario  vio  en  Azara, 

y  al  contemplar  su  gloria 

el  carro  triunfador  absorto  para. 

Roma  se  salva  entonces : 

el  momento  vé  Azara  mas  propicio, 

y  arranca  á  Bonaparte  un  armisticio. 

A  Fernando  Primero  que  de  Parma 
gran  duque  fué,  le  mira  destronado: 
veloz  Azara  corre, 

con  8u  ingenio  asombroso  le  socorre, 
y  la  ducal  corona  te  ha  salvado. 
La  paz  con  Francia  y  Portugal  consigue. 
Yé  su  patria  adorada 
de  una  guerra  cruel  amenazada 
por  la  Rusia  potente,  y  le  persigue 
el  temor  de  la  lucha, 
y  entre  júbilo ,  aplauso  y  bendiciones , 
hizo  la  paz  entre  las  dos  naciones. 

Con  himnos,  que  en  el  ciclo  resonaron  , 
Amiens  le  saludó.  El  fué  el  primero 
que  el  tratado  firmaba  , 
que  la  paz  bendecida  aseguraba 
i  la  Francia,  la  Europa ,  el  mundo  entero. 
Sol  entre  los  planetas,  muy  mas  brilla 
Azara  entre  los  grandes  del  Congreso. 
En  lagos  abrasantes 

de  humana  sangre  y  miembros  palpitantes 
que  encubre  del  cañón  el  humo  espeso, 
los  pueblos  y  los  Reyes 
miraron  en  su  noche  tenebrosa , 
de  Azara,  el  inmortal,  la  luz  hermosa. 

Por  la  etérea  región  su  genio  miran 
las  suavísimas  alas  esparciendo , 
de  que  la  muerte  huia. 
Nace  entonces  la  calma  y  la  alegría, 
y  bajo  el  genio  tutelar  se  uniendo, 
sus  ruegos  le  dirigen  su  defensa. 
Conquistador,  tribuno, 


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1 

—  177  — 

para  cantar  tus  glorías  con  poesía. 

■ 

cede  i  mi  lira  divinal  concento. 

■ 

■ 

DlLtAS. 

■ 

Gabriel  Febkakdbz. 

1 

■ 

IL  CÉLECIIE  SIPLOEtTICO  DEL  SISLO  XVID. 

1 

■ 

Digna  empresa  elevar  un  monumento 

■ 

que  eternice  en  los  hombres  la  memoria 

P 

del  hidalgo  español,  del  gran  talento 

^^1 

de  alto  renombre  y  fama  meritoria. 

^^1 

Sí  los  bronces  y  mármoles,  mentidos 

^^1 

emblemas  son  del  genio  y  de  su  gloría ; 

^^1 

porque  sin  ellas  siempre  eterna  vive 

^^^ 

del  sabio  y  del  artista  en  la  memoria; 

1 

¿Qué  resta  hacer?....  ¿Del  muado  en  el  olvido 

dejarlos,  en  un  siglo  de  ilusoria 

1 

mentida  erudición,  que  el  mas  osado 

^^H 

el  premio  del  saber  dá,  y  la  victoria? 

^^H 

iNo  pardiez:  elevemos  á  las  nubes 

^^1 

nobles  trofeos ,  inmortal  corona  , 

^^H 

del  que  supo  su  nombre  hacer  ilustre, 

^^H 

alto  lugar  tomando  eu  nuestra  historia. 

^^1 

Y  mientras  en  discordias  divididos 

^^1 

los  hijos  de  la  patria  la  destrozan, 

^^H 

■ 

en  vez  de  combatirla,  hacerla  heroica. 

Al  que  pupo  allá  en  Koma  largos  días, 

^^1 

representando  á  España,  aún  poderosa, 

^^1 

del  ambicioso  Capitán  del  siglo 

^^H 

la  espada  contener  devastadora  : 

^^1 

Al  que  supo  prestar  franca  acogida 

^^M 

i  cuanto  (le  virtud  se  hallaba  en  Roma, 

^^H 

siendo  su  rica  estancia  siempre  emporio 

^^H 

de  sabios  y  de  artistas  de  gran  nota. 

^^H 

■ 

Por  eso  entre  el  revuelto  torbellino 

^^H 

de  la  moderna  socícdá  orgullosa , 

^^1 

gigantes  le  han  de  alzar  hasta  las  nubes 

^^1 

23 

1 

j 

^^^^H 

—  178  — 

de  Azara  las  inéditas  Memorias. 

Y  en  ellas  han  de  ver  un  nuevo  germen 
de  honor  y  rectitud ,  de  fama  heroica 

y  el  marqués  de  ^'ibbiano  y  Castellanos 
participes  serán  de  tanta  gloria. 

Aún  queda ,  si ,  en  hidalgos  corazones 
de  la  antigua  nobleza  castellana , 
quien  no  solo  en  sus  timbres  y  blasones 
contempla  su  nobleza  decantada. 

De  su  ilustre  ascendiente  los  contempla 
en  su  genio  y  saber  y  su  alta  fama : 
en  las  grandes  mejoras  que  constante 
supo  proporcionar  siempre  á  su  patria. 

En  difundir  al  mundo  sus  laureles, 
laureles  que  crecieron  para  España , 
que  han  de  asombrar  al  orbe  cuando  estiendan 
por  él  sus  altas  y  copudas  ramas. 

Honor  también  á  quien  con  alma  ilustre 
á  los  vates  convoca  de  su  patria , 
por  celebrar  un  héroe  tan  ilustre 
que  entusiasta  su  voz  también  ensalza. 

Si  alguna  cosa  de  la  triste  vida 
queda  al  abandonarnos  despiadada , 
no  son  los  vanos  títulos  que  guarda , 
tal  vez  la  necia  vanidá  iniundada ; 

Reunir  á  la  alta  alcurnia,  genio  ilustre 
y  saber  y  virtud  acrisolada , 
haber  á  vuestra  patria  defendido 
con  ánimo  invencible ;  cual  Azara; 

Y  veréis  cómo  entonce ,  eterna  vive 
entre  los  hombres  vuestra  ilustre  fama ; 
y  allá  del  otro  mundo  en  las  regiones , 
hallareis  nueva  gloria  reservada. 

AlhbeIa.  Almería  9  ds  eaero  d«  i85l . 

Francisco  Lbdbsma. 


CÁDIZ; 

DIPLOMiTIGO  Y  UTEBÁTO  ESPIÍÍOL  AZAti. 


Loi  ntei  d«  li  pTotiacii  da  Cidii. 


Allif  junto  á  una  tumba  sileocioBa 
con  orla  de  ciprés  bq  sien  ceñida , 
flojas  las  cuerdas  de  su  lira  hermosa ; 
bella  ninfa  distingüese  afligida : 
y  en  página  brillante 
asi  escribe  con  pluma  de  diamaote. 

■¿Quién  al  poder  gigante  que  del  Sena 
el  temido  renombre  dilatando  , 
en  su  marcha  triunrante  le  encadena 
á  la  Eterna  ciudad  así  librando? 
Loa  siglos  el  diploma 
é  Azara  dan,  dt;  salvador  de  Roma.» 

St ,  de  Azara  es  la  tumba ,  junto  á  ella 
noble  matrona  miro  reclinada, 
con  cien  laureles  en  su  frente  hella  , 
con  muestras  de  dolor  en  su  mirada  : 
y  ajadas  cnn  su  llanto 
las  gayas  flores  de  su  regio  manto. 

Mo  llores 4  patria,  no,  que  la  memoria 
del  generoso  Azara  te  ha  dejado 
un  ejemplo  á  tus  hijos,  en  la  historia,. 
un  lugar  á  su  nombre  reservado; 
y  el  mas  rico  brillante 
á  tu  escelsa  corona  radiante^ 


—  178  — 

de  Azara  las  inéditas  Memorias. 

Y  en  ellas  han  de  ver  un  nuevo  germen 
de  honor  y  rectitud ,  de  fama  heroica 
y  el  marqués  de  ^'ibbiano  y  Castellanos 
participes  serán  de  tanta  gloria. 

Aún  queda ,  si ,  en  hidalgos  corazones 
de  la  antigua  nobleza  castellana , 
quien  no  solo  en  sus  timbres  y  blasones 
contempla  su  nobleza  decantada . 

De  su  ilustre  ascendiente  los  contempla 
en  su  genio  y  saber  y  su  alta  fama  : 
en  las  grandes  mejoras  que  constante 
supo  proporcionar  siempre  á  su  patria. 

En  difundir  al  mundo  sus  laureles, 
laureles  que  crecieron  para  España , 
que  han  de  asombrar  al  orbe  cuando  estiendan 
por  él  sus  altas  y  copudas  ramas. 

Honor  también  á  quien  con  alma  ilustre 
á  los  vates  convoca  de  su  patria , 
por  celebrar  un  héroe  tan  ilustre 
que  entusiasta  su  voz  también  ensalza. 

Si  alguna  cosa  de  la  triste  vida 
queda  al  abandonarnos  despiadada, 
no  son  los  vanos  títulos  que  guarda  , 
tal  vez  la  necia  vanidá  infundada ; 

Reunir  á  la  alta  alcurnia,  genio  ilustre 
y  saber  y  virtud  acrisolada , 
haber  á  vuestra  patria  defendido 
con  ánimo  invencible  ^  cual  Azara ; 

y  veréis  cómo  entonce ,  eterna  vive 
entre  los  hombres  vuestra  ilustre  fama ; 
y  allá  del  otro  mundo  en  las  regiones , 
hallareis  nueva  gloria  reservada. 

AlmbrIa.  Almería  9  ds  uero  á%  (I 

Francisco  Lbdf 


■■^■^ 


-  187  — 

gala  y  pompa  gentil ;  estrago ,  calma , 
cercan  do  quíer  la  corpulenta  palma 
y  el  rosal ,  que  á  su  sombra  florecía. 

Mas  á  adorar  el  sol  después  nacieron 
flores  mil  >  que  la  palma  rodearon , 
el  tronco  paternal  luego  escalaron , 
y  la  ondulante  copa  entretejieron. 

¡  Fantástica  visión !  el  raudo  fuelo 
que  osada  levantó  la  meute  mia  j 
cruza  la  niebla  ,  que  te  cerca  umbría , 
y  rasga  y  corre  el  misterioso  velo. 

Y  en  el  pensil  de  la  asombrada  Europa , 
que  el  guerrero  francés  fiero  asolara  j 
mis  ojos  miran  levantar  á  Azara , 
palma  gigante,  la  poblada  copa. 

A  Azara  ilustre ,  que  sujeta  y  doma 
del  galo  vencedor  la  safia  ardiente ; 
y  con  su  sombra  salva  floreciente , 
el  místico  rosal ,  la  augusta  Homa. 

A  Azara ,  que,  del  orbe  maravilla, 
corona  ciñe  de  fragantes  flores , 
que  engendraron  los  vivos  resplandores 
del  sol  de  paz,  que  en  nuestro  oriente  brilla. 

Genio  de  hazañas ,  manantial  fecundo , 
símbolo  rico  de  grandeza  y  gloría 
tu  nombre  en  mármol  esculpió  la  historia , 
y  eterno  y  grande  vivirá  en  el  mundo. 

Cádiz.  Vicoa  15  de  tcliembrc  de  1851. 

JoAQDiN  Rubio  y  Bosichy. 


Ili4)8  IDto(DIB8<) 


Héroe  nombra  frenética  la  fama 
á  quien  con  hierro  insano 
tala ,  y  destruye ,  y  mata  y  estermina ; 
y  á  la  rojiza  llama 
de  incendiadas  ciudades,  soberano 
alza  su  trono  audaz  y  en  él  domina. 


—  180  — 

El  toiile  moDniMato  qw  m  eonnda 
j  oh  Uiapanoa !  i  rendir  tributo  homio, 
es  el  altar  qae  España  agradecida 
alza  de  Azara  al  oombre  rictorioio; 
7  aiu  corona  ofrece 
de  laurel  beUo  que  ea  so  anelo  ence. 

jiObUoh.  lUri<HdtMm4ilSH. 

Haua  di  los  Dolous  Gooz  di  Sauui. 


¿Por  qaé,  rúnella  Timen  de  Helieona, 
á  tus  ojoe  nnblando  ata  alegría 
tristes  los  bajas ,  cuando  el  tima  ndal 
qne  «1  Hanzanares  Tueles  ambicñoi? 

IHo  temas ,  si  esto  solo  te  ocañona 
temor,  qae  se  aouncille  ta  hidalgolai 

Jue  para  adorno  de  una  turaba  fnS) 
e  la  tamba  de  Azara ,  es  la  corona. 
Mas  si  i  las  dignas  Husai,  por  el  celo 
de  on  sucesor  ilustre  coi^regaaas , 
acercarte  gentil  quizás  te  inauieta ; 
blai 


Velado  el  rostro  con  tn  blanco  velo 
llega ,  entre  las  de  gloria  coronadas 
á  ofrecer  ona  humilde  violeta. 

PuBiTO  BB  Sarta  Había. 

Funosco  AflTonio  ] 


Ya  no  es  el  sol  radiante  de  Granada ; 
tampoco  el  astro  de  Lepanto  In-illa; 
ni  ante  el  pendón  trínníante  de  Castilla, 
rinde  la  Francia  su  temible  espada. 

Hurra,  grita  la  Eoropa  desolada, 
blandiendo  á  par  la  lanza  y  la  cucliilla  fi 
y  se  conmueve  la  Romana  Silla , 
por  el  altivo  Corso  a 


\ 


—  181  _ 

Era  el  raudal  que  al  siglo  diez  y  nueve 
de  embales  y  trastornos  precedía; 
pero  no  al  valor  cívico  se  atreve, 

Del  que  en  la  senda  que  á  la  gloria  guia , 
á  la  posteridad  le  dá  preclara 
de  8u  saber  la  fama,  como  Azara. 


Alejandbo  Blo:vo. 


Torrentes  brotan  de  fecunda  ciencia  , 
¡oh  grande  Azara,  tus  modestos  labios! 
admiración  de  rudos  y  de  sabios 
es  el  raudal  feliz  de  tu  elocuencia. 

Quiere  JNapideon  con  iasolencia 
el  suelo  hollar  de  Brutos  y  de  Fabios; 
mas  lo  salva  de  ultraies  y  de  agravios 
un  numen  tutelar,  tu  inteligencia. 

Para  subir  al  templo  de  la  gloria 
Di  incendias,  ni  destrozas ,  ni  aniquilas: 
sigues  el  bien  per  senda  mas  preclara. 

Por  tu  virtud  nos  dice  ya  la  historia, 
que  ,  si  tanza  el  averno  al  mundo  Alilas, 
la  paz  espere  el  mundo  de  un  Azara. 


Adolfo  de  Castio. 


Santo  respeto  infunde  á  tu  memoria 
lu  postrera  mansión  ,  con  sus  fulgores 
lo  circunda  la  lumbre  de  la  gloría, 
la  humanidad  de  gratitud  con  flores. 

Con  el  laurel  del  sabio  coronada  (1) 
la  sien,  t^uropa  te  escuchó  en  un  día 
mostrar  patentes  de  la  edad  pasada 
los  arcanos  de  ciencia  y  de  poesía. 


[I)    Aluiloo  i  las  obrm  Wie 


II  del  tenor  At*ri. 


—  182  — 

Bien  ante  el  trono  de  diversos  Heyea  f 
ó  bien  del  pueblo  ante  el  poder  temido. 
sostenedor  de  las  hispanas  leyes 
te  viste  por  lu  patria  bendecido. 

Misera,  (3)  sola,  en  estranjen  tíeiT 
la  que  regia  familia  fuera  un  dia  , 
bañada  en  sangre  de  nefanda  guerra 
sin  smparo  ni  asilo  discurría ; 

Sus  ligrimas  de  liicl  coa  noble 
tú  supiste  enjugar  ¡oh  grande  A> 
y  al  que  llevaba,  perseguido  anc' 
sobre  su  cana  frente  la  tiara  (3' 

Amparaste  piadoso  con  resp 
de  un  guerrero  procaz  contra  ' 
que  su  carro  de  triunfo  tÍÓ  sr 
ante  el  heroico  pabellón  de  1 

Ya  sobre  Roma  (4)  con  I 
el  déspota  lanzaba  sus  legi< 
y  de  la  vox  de  Dios  eco  ti 
el  fragor  sofocó  de  sus  c: 

Revolvieron  la  rienda 
del  vencedor  del  mundo 
y  el  genio  de  la  guerra 
arrancó  de  sa  sien  poi 


Una  orgullou  lápi 
debe  á  tu  nombre  r 
para  plegaria  el  cor 
gloria  tu  patria ,  a< 


ii  olviib 
iiiañaoi. 

,i,3?¡|eytirMi 
,jrbiniiiwrt«! 

■-|.*a  inpüi  1 


Otros  tn  gil 
Azara,  orgiil 

Hic.rr»c«..         '  ■'ÍJ5od«iiiiudo, 

(f)    A  la  faoipitilidad  dírt.         "*•  ^^  H  «•  mUIMW, 
(3)    A  lot  GDJdadM  j  »K'      ..  ^^Ji 
(i)    Ejubidohiiseltrf' J'!^«tf?'^yBrtCÍldo; 
polnn  qoi  Dirclubia  Mbi  '  * 


—  192  — 

h  del  Trances  terrifici  TÍolencui 

con  el  conloo  finísimo  tejido 

por  su  blanda  elocoeocia. 

¡  Oh  fuerza  irresistible ,  soberana 

de  la  sabia  yirtod!  ¿Qoién  le  prolana? 

El  héroe  de  la  paz  al  de  la  guerra 
iuibió ;  y  el  Tencedor  de  cíen  naciones , 
el  que  lleró  soberbio  sus  pendones 
por  el  mar  proceloso  y  la  ancha  tierra  j 
el  que  escribió  su  nombre  en  las  Pirámides  ^ 
el  que  trocé  sa  voluntad  en  leyes 
el  que  impuso  al  son  de  sos  broncíneos  rayos 
y  en  su  carro  triunfante  ^  de  lacayos 
sirvieron  los  Pontífices  y  Reyes , 
no  pudo  resistir ,  quedó  yencido , 
y  el  suelo  de  sus  sueños  abandona 
dejándose  al  salir  una  corona. 
Italia  libre  fué :  cesó  su  espanto 
y  de  grata  efusión  prorumpe  en  Uanlo» 

Cese  mi  lira  aqní ,  sublime  Azara. 
Para  tu  gran  renombre 
para  que  el  orbe  pásmese  y  se  asombre  ^ 
é  Italia  agradecida ,  en  sus  vergeles , 
agote  en  mil  coronas  sus  laureles, 
basta  tan  solo  pronunciar  tu  nombre. 

Cádiz.  Cá4ii  15  de  «futo  de  1851 . 

Fbangisgo  Sánchez  del  Abgo. 


AYES  DE  MI  PATRU. 


«Ábrete  á  mi  dolor,  tumba  sagrada; 
deviuUveme  ese  ser  esclarecido 
(|ije  injusto  triunfo  de  la  Parca  ha  sido , 
dondo  ha  cebado  su  segur  airada !... 

«Oye  el  ¡ay !  de  una  madre  desolada 
dcMiiundándoto  un  hijo  tan  querido.. • 
un  hijo  que  orgullosa  he  poseído... 


F 

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^" 

1 

1 

—  193  - 

1 

m 

■ 

«Ay!  de  mi  amor,  hijo  adorado! 

^^M 

iluslre  Azara!!  Duerme!...  Tu  memoria  , 

^^H 

^^V 

varón  insigne,  vivirá  en  la  Historia, 

^^H 

^H 

y  el  blasón  que  me  legas,  envidiado!» 

^^H 

^B 

De  Iberia  ta  matrona,  asi  su  duelo 

^^H 

■ 

espresó...  con  acerbo  desconsuelo. 

■ 

1 

CiDU. 

1 

Gabrikl  Sánchez  de  Castilla. 

1 

W 

AL  DIPLOMUICO  kliU. 

^ 

Del  hondo  hueco  de  empinada  breña 

^ 

el  águila  caudal  soberbia  sate 

á  mirarse  en  el  sol ,  donde  se  empeña 

^^1 

L 

en  mostrarle  en  su  espejo  lo  que  vale. 

De  la  peña  escondida 
y  entre  negras  adelfas,  c»n  dulzura, 
la  límpida  fontana  toma  vida 

1 

y  llega  á  ser  torrente  en  la  llanura. 

Un  astro  en  Unrbuñalcs  tuvo  Oriente 
para  darle  á  su  patria  lumbre  clara  , 
nacido  como  el  águila,  y  torrente  , 
y  la  iumortalidad  le  llama  Azara. 

Feliz  la  peña  que  la  linfa  envia, 
y  la  breña  que  al  águila  dá  nido, 
villa  feliz  la  que  en  sus  lares  cria 
un  genio  bienhechor  y  esclarecido. 

Si  Barbuñales  tuvo  pobre  bistoria  , 
las  águilas  del  Tiber  levantaron 
au  raagesluoso  vuelo ,  y  para  gloria 
de  la  olvidada  villa,  esta  memoria 
con  picos  diamantinos  le  grabaron. 

Hubo  un  hijo  de  Breno                            •"'''■ 

■ 

que  á  la  Eterna  ciudad,  y  nuestra  tierra                 ,,„,;, 

llamó  con  voz  de  trueno. 

'^^^1 

H 

y  férrea  mano  preparada  á  guerra. 

^^1 

P 

25 

1 

_ 

1 

^^^H 

^^^^^ 

—  192  — 

h  del  francé»  terrifica  violencia 

con  el  cordón  finísimo  tejido 

por  su  blanda  elocuencia. 

¡  Oh  fuerza  irresistible ,  soberana 

de  la  sabia  virtud!  ¿Quién  te  profana? 

El  héroe  de  la  paz  al  de  la  guerra 
habló ;  y  el  vencedor  de  cien  naciones , 
el  que  llevó  soberbio  sus  pendones 
por  el  mar  proceloso  y  la  ancha  tierra , 
el  que  escribió  su  nombre  en  las  Pirámides^ 
d  que  trocó  su  voluntad  en  leyes 
el  que  impuso  al  son  de  sus  broncíneos  rayos 
y  en  su  carro  triunfante  ^  de  lacayos 
sirvieron  los  Pontífices  y  Reyes , 
no  pudo  resistir  ^  quedó  vencido , 
y  el  suelo  de  sus  sueños  abandona 
dejándose  al  salir  una  corona. 
Italia  libre  fué :  cesó  su  espanto 
y  de  grata  efusión  prorumpe  en  llanto» 

Cese  mi  lira  aquí ,  sublime  Azara. 
Para  tu  gran  renombre 
para  que  el  orbe  pásmese  y  se  asombre , 
é  Italia  agradecida ,  en  sus  vergeles , 
agote  en  mil  coronas  sus  laureles, 
basta  tan  solo  pronunciar  tu  nombre. 

CÁDIZ.  Cádiz  45  de  agosto  de  1651 . 

Fbangisco  Sancdez  del  Aaco. 


AYES  DE  NI  PATRU. 


«Ábrele  á  mi  dolor,  tumba  sagrada; 
devuélveme  ese  ser  esclarecido 
que  injusto  triunfo  de  la  Parca  ha  sido , 
donde  ha  cebado  su  segur  airada !... 

«Oye  el  ¡ay !  de  una  madre  desolada 
demandándote  un  hijo  tan  querido... 
un  hijo  que  orguUosa  he  poseído... 


^ 


— 194  — 

Los  OunceboE  temblando  se  miraron ; 

las  virgenes  lloraron  en  su  asilo; 

y  los  aociaDos  tristes  recordaron 

la  valerosa  cfipada  de  Camilo. 

Todo  era  confusión ,  todo  agonía , 

la  vista  el  pueblo  avara 

de  hallar  un  defensor  do  quier  tendía; 

nna  voz  lanzó  al  lin  con  alegría, 

hija  de  la  esperanza,  pues  vio  á  Azara. 

Y  entre  el  eslrnendo  de  ademan  guerrero 
se  adelantó  tu  hijo  generoso 
frente  á  frente  al  coloso 
sin  ocultar  su  pecho  con  acero, 
pues  que  siendo  espailol  fné  valeroso. 

La  palabra  vertió  con  voz  serena ; 
y  la  mano  enemiga, 
que  sustentaba  de  ambiciones  llena 
la  heroica  espada  de  Anstertitz  y  Jena 
la  estrechó  Asara  como  mano  amiga. 

Se  oyó  un  grito  de  paz  y  el  Vaticano 
devolvió  el  eco  con  presteza  rara 
diciendo:  «Salve,  Senador  Komanoü» 
y  el  pueblo  de  los  pueblos  soberano 
prohijó  con  vanidad  al  noble  Azara. 

¥  la  Reina  del  mundo  agradecida 
estrechó  á  Azara  con  los  miamos  brazos 
que  estrechó  á  César  en  su  edad  florida 
haciéndolo  inmortal  en  sus  abrazos. 

]\obte  villa,  recibe  eatoa  laureles 
que  regó  el  Tihcr  con  su  linfa  clara  ' 

y  déjalos  que  enreden ,  pues  son  fíeles ,..  '  i 
en  las  barras  que  adornan  tus  cuarteles 
que  noble  sombra  dá  el  laurel  de  Azara!! 

Esto  las  raudas  águilas  grabaron 
en  el  eterno  libro  de  la  historia  '  .  ..i 

y  en  rápido  revuelo  se  elevaron,,  :•>  . 

y  en  los  aires  tres  veces  esclarntron  :■  ■ 
«Paz  á  tu  hijo  é  inmarcesible  gloria.!      -'■■. ' 


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Ai;  BfMTiL  imk¿ 

Detener  al:  eoloao'.tactt  cácreía 
cuando  con  planta  rosada  •  - 
salvar  quiso  la  dtimiM;. barrera 
de  una  nación  heróieary  eaforadda; 

Oponerse-á  las  leye»  Úel  de^o 
que  pretendió  iracundo  y  •  . 
libre  el  paso  dejar  leb  su  camino'  :'  ' 
al  que  ser  dictador' quiso  del  nlmiido'!   ■:.;■ 

Ser  de  virtud  ejemplo 
conquistando  una  página  en  la  historia 
y  alzar  un  alto  templo, 
al  claro  nombre  y  á  la  eterna  gloria ; 

Vivir  en  paz  sabrosa 
sin  que  del  crimen  turbe  la  conciencia 
la  fantasma  ominosa.:    . 
y  dejar  la  existeocta 
solo  como  un^  carga  fatigosa; ;  ;  . 

¿Quién,  ¡ perínclito ;^2ara/ 
pudiera  como  tú?  ¿Quién  á  tu  altura     ; 
el  vuelo  remontara, 
y  rival  de  tu  ardor  y  tu  bravura 
contigo  y  á  tu  lado  se  mostrara  ?       ' 

¿Y  quí^Q,  quién  dignamente 
tus  hechos  cantaré?'r^Pobre  mi  lira 
ante  tu  luz  se  siente, 
y  aunque  el  valor  y  el  entusiasino  inspira 
mi  preocupada  mente; 

El  temor  tanta  dicha  me  acibara^ 
y  el  último  en  cantarte 
quiero  ser  ¡  noble  Azara ! 
aunque  soy  el  primero  en  admirarte ! 


i.'" 


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J. 


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Algeciras. 


Ramón  Valladares  y  Saavedra 


Azara :  tu  laurel  y  tu  memoria 
honra  será  de  la  española  gente , 


-  I 


-  Jl  ^- 


—  196  — 

y  á  honor  el  español  tendrá  en  su  mente 
en  respeto  tu  nombre ,  ta  alta  ^oria. 

Si  lanzas  tu  mirada  por  la  historia , 
la  verás  derramada  cual  torrente , 
tan  limpia ,  como  el  agua  de  la  fuente, 
y  no  como  tu  vida  transitoria. 

Que ,  si  tu  flor  secó  traidora  muerte, 
al  peso  de  cuchilla  in^esistible, 
no  se  olvida  la  España  de  tu  suerte: 

No  se  apaga  la  llama  de  quererte ; 
en  el  corazón  ibero  es  increible : 
solamente  se  olvida un  cuerpo  inerte. 

i 

CÁDIZ.  Gádií  4  d«  octubre  de  1851 

FBDEaiGO  Mabía  Utrera. 


Cádiz. 


Rápido  tiende  el  genio  de  la  guerra 
sus  alas  sobre  el  mundo :  «  El  mundo  es  mió  » 
esclama ,  y  tiembla  á  su  alto  poderío 
y  al  trueno  del  cañón  toda  la  tierra. 

Un  ángel  de  la  paz  que  Roma  encierra 
y  Aragón  vio  nacer ,  benigno  y  pío 
alza  la  voz  con  denodado  brío 
y  al  vencedor  de  Egipto  el  paso  cierra. 

Henchido  en  armas  ruge  el  carro  fiefo 
del  genio  destructor :  talento  y  arte 
opone  el  ángel  con  virtud  preclara. 

Y  á  la  sublime  voz  cedió  el  guerrero 
y  hoy  si  en  su  fuerza  brilla  Bonaparte 
mas  grande  en  su  elocuencia  brilla  Azora. 


FRíIX  USÜRIAGA. 


ISLáS  CANARIAS. 


DBL  ILCSTBB  LITERATO  T  DIFLÚKÍTIGO 

EXGMO.  SR.  DON  JOSB  RIGOLAS  DE  AZARA  T  PERGRA. 


Loi  ntei  de  las  blas  Canariai. 


Bramó  en  las  Galiaa  tempestad  ?iolenta  ^ 
rompió  su  cauce  el  azotado  río ; 
en  el  azul  del  cielo  manto  umbrío 
la  luz  del  sol  entrévelo  sangrienta. 

Estremecióse  Europa :  la  tormenta 
creciendo  fué  con  desusado  brío ; 
nada  contuvo  su  furor  impío , 
ni  el  áureo  trono  donde  Dios  se  ostenta. 

En  tanta  confusión  y  horrores  tantos , 
iris  brillaste ,  esclarecido  fizara , 
de  España  atleta  y  sus  derechos  santos. 

Gloría  á  tu  nombre  el  porvenir  prepara , 
gloria ,  del  vate  en  los  sonoros  cantos , 
gloria  y  en  la  flor  de  tu  virtud  preclara ! 

Sarta  Cbuz  db  Tenerife. 

José  Plácido  Sansón. 


AL  ILUSTRE  AZARA. 


En  Roma  y  en  Amiens  y  en  la  famosa 

Capital  populosa 
Que  ciñe  el  Sena  y  con  sus  ondas  baña, 
Tus  elocuentes  voces  resonaron 

Que  ardientes  te  inspiraron 
Los  poderosos  genios  de  la  España. 


—  198  — 

Y  mieubaa  rage  ináóinUo  y  y  pateóte 
Sacude  su  ancha  freate 
El  dueño  de  la  Europa  estremecida , 
Tu  mano  generosa  preparando 

Vá  la  paz ,  y  sembraDcb 
Fecunda  gérmoQ  de  ealnd  y  vida. 
Procer ,  artista ,  embajador  y  sabio , 
Do  <|u««:íe  tí.lábi» 
Mana  la  paz ,  cual  de  una  flor  la  aroma , 
A  los  monarcas  sin  d^er  mostraste 

Y  el  destino  cambiaste 
De  la  imperial  y  sacrosanta  Roiha. 
Moderno  Clncinato «  la  grandeza , 
El  poder ,  la  riqueza 
Trocaste  al  fib  por  solitario  asilo,' 
Ansiando  solo  bajo  Tresca  sombra 

Hollar  la  rerde  alfombra 
Del  suelo  hispano ,  pUcído  y  tranquilo. 
¡Descansa  énpaz!  Tu  enaltecida  prole 

en  cincelada  mole        .     '     . 
Hoy  tu  recuerdo  ensalza  soberano ; 
Y  de  tu*  pueblo  la  modesta  gente 

Se  inclina  referente 
A  saludar  el  nombfv  de  Nibbiang.  * 

Sahta  Cruz  dk  Tbnui'E-  Cnaiiii  lOdi  tuno  itc  18^2. 

Ignaíio  »9  rÍEcaiN. 


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DBL  BXflllO.  Sito» 

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DON  JOSÉ  NIGitLAS  DÉ  AZARA  t  WéUI 


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j      .  ■  ■     >  .     . '.     '  í  1 1    . 1  .  L»   •  I     / 


1  ■. 


Sonrióte,  al  Haíeet,'  MldoTetitérÉ?    '  ;    ' 
te  dio  la  paz  su  olhrá :  ht  elóctoeiieiif '  •  \  •'  '^'^■* 
su  magia  te  prestó^  su  fciK  It  denfein  '  "'  f.'' 


valladar  invencible- ieé  tu  prudéDeii i'    -  '^  -  '  '- 
y  discordia  rompió  stf  trama  osctnré;'     r'  >;  '-     -' 

Cual  padre  te  aclamó,  salvada  Roma ; 
hijo  preclaro  te  saluda  España , 
y  en  tí  él  noble  patrido  cgemplo  toiÁa. 

Tu  voz  aplaca  la  temida  saña 
del  guerrero  feroz ,  le  vence  y  doma ; 
¡  ilustre  galardón ,  ínclita  hazaña  !••.. 

Babka. 

'    Jo$É  Amador  i)B  LOS  Ríos. 


^•i«iM*«M 


Cual  tempestad  borrisona  y  violenta 
que  estragos  amenaza  al  fértil  llano , 
se  lanza  á  Italia  con  furor  insano 
el  galo,  y  castigar  á  Roma  intenta. 
*  Ya  én  kittiste  B^rfonih  se  presenta 


I 

i 


—  200  — 

y  amaga  sojuzgar  ají  Ya^eáno :. 
tiembla  el  pueblo  la  saña  del  tirano 
y  su  esterminío  y  perdición  lamenta. 

No  con  las  armas  la  agresión  impía 
repeler  puede  Roma ,  y  consternada 
solo  de  Azara  en  la  prudencia  fia  : 

Marcha  al  encuentro  del  feroz  soldado , 
hace  que  envaine  la  terrible  espada , 
y  salvador  de  Roma  es  aclamado. 


Espugna  á  Roma  Breno  despechado 
y  cuantioso  rescate  le  exigiera , 
cuando  Camilo  en  su  favor  viniera 
y  en  fuga  pone  al  galo  escarmentado. 

Busca  el  gran  San  León,  no  intimidado, 
y  logra  detener  en  su  carrera 
Al  azote  de  Dios  que  su  ira  fiera 
marcha  en  Roma  á  cebar  precipitado. 

Con  hierro  y  fuego  vindicar  intenta 
mentida  ofensa  en  la  afligida  Roma 
un  nuevo  Atila  ^  Bonaparte  insano ; 

Mas^,el  ilustre  Azara  se  presenta 
al  caudillo  feroz ,  su  saña  doma , 
y  del  golpe  fatal  libra  al  Romano. 

CÓRDOBA. 

Lüís  Mahia  Ramírez  y  las  Casas-Deza. 


Envia  el  sol  desde  el  zenit  fulgente 
sus  rayos  bienhechores  á  la  tierra  , 
y  cual  monarca  próvido  y  demente 
bienes  dispensa  y  el  temor  destierra. 
Tal  Azara  inmortal ,  brilló  eminente 
en  alia  diplomática  carrera ; 
siendo  de  sus  hermosos  resplandores 
los  sabios  de  la  Europa  admiradores. 

CÓRDOBA.  Gatlellon  de  Ja  Plaaa  25  de  idiembre  do  1851 

,  JPOWROO  POBsPFAIX  T  PaBZ. 


GRANADA. 

AL  DISTINGIIIDO  UTBRATO  ESPAÑOL 


Los  vates  de  la  provincia  de  Graoad«. 


CÁIfCION  Ain>AXUZA. 

Soy  andalaza ,  sefiores , 
y  en  mi  caló  algarávia 
esprícaré  los  dolores 
con  que  locha  el  arma  mia. 

Y  así  diré , 

que  poique  Azara  ha  mnesto , 
yo  lloraré. 

Poique  fué  un  señó  Azara 
de  tantísimo  talento, 
que  paró  er  sor  cara  á  cara 
solo  con  su  pensamiento. 

Y  hoy  paire  fuera 

de  los  hijos  der  puebro 
si  no  muriera. 

¡  Ay !  nos  vemos  habatíos 
poique  se  laigó  der  mundo , 
er  que  tuvo  sus  sentios 
en  toilico  lo  profundo. 
Como  adivino , 
penetraba  al  instante 
del  hombre  er  sino. 

No  hubo  un  triste  desgraciao 
adonde  arcanzaba  su  mano  j 
poique  este  masques  honrao 
era  de  toos  hermano. 

26 


—  202  — 

Por  eso  lloro  9 

ar  ver  que  hemos  perdió 

tanto  tesoro. 

No  podré  enjuga  er  llanto , 
que  es  mi  peniya  mu  fueste 
y  en  er  pecho  mi  quebranto 
me  está  anunciando  la  mueste. 
Poique  es  mu  triste 
que  lo  güeno  se  muere 
lo  malo  existe. 

Si  en  este  instante  cantando 
voi  ar  son  de  mi  bigüela , 
es  po  que  el  arma  está  echando 
las  alitas  con  que  güela. 
¡  Ay  pena  mia ! 
yo  he  perdido  la  carma 
que  tuve  un  dia. 

Der  mundo  ya  he  conoció 
los  engaños  y  dobreses , 
y  mi  vida  ha  frorecio 
luchando  con  sus  reveses. 

Y  he  penetrao , 

que  solo  allá  en  er  cielo 
muere  el  pecao. 

¡  Ay !  Azara  vive  allí 
enmedío  ese  cielo  hermoso ; 
como  tan  güeno  fué  aqui , 
allá  gozará  reposo. 
De  aqui  lo  miro 
y  le  mando  en  la  nubes 
triste  suspiro. 

En  su  corona  de  frores 
prantaré  una  siempre-viva , 
que  aunque  triste  y  sin  olores 
nunca  la  mueste  reciba. 

Y  con  quebranto  ^ 
con  ella  yo  le  envió 
mi  amasgo  llanto. 

Granada.  Granada  10  de  enero  de  1852. 

RoGEUA  León. 


203 


AL  GRANDE  AZARA  (1). 


Genio  sublime  como  el  sol  radiante ; 
divina  emanación  del  suelo  hispano ; 
faro  divino ,  á  cuya  luz  brillante 
se  iluminó  de  ciencia  el  Vaticana, 
ante  cuyo  talento  deslumbrante 
no  hubo  misterio  en  el  saber  ni  arcano ; 
porque  alcanzaba  mas  su  fantasía 
que  cuantas  ciencias  en  el  mundo  habia. 

Ilustre  genio  de  la  España  gloria , 
orgullo  de  Aragón  y  de  Castilla : 
los  siglos  venideros  tu  memoria 
acatarán  hincando  la  rodilla , 
y  al  contemplar  los  fastos  de  la  historia  j 
do  lucirás  cual  regia  maravilla , 
dirán  que  del  alcázar  del  talento 
era  el  supremo  rey  tu  pensamiento. 

¿  Quién  logró  como  tú,  genio  profundo, 
encontrar  un  coloso  frente  á  frente 
en  la  marcial  carrera  sin  segundo 
de  una  ambición ,  como  su  genio  ardiente , 
que  anhelaba  regir  el  ancho  mundo, 
pequeño  á  los  alcances  de  su  mente : 
quién  logró  contener  su  altivo  mando 
la  ciudad  de  los  Césares  salvando? 

Tú,  solo ,  Azara ;  ingenio  sobrehumuiio  , 
pudieras  conseguir  victoria  tanta , 
plantando  en  el  ejército  romano 
la  palma  de  la  oliva  sacrosanta , 
tornando  al  opresor  en  dulce  hermano, 
sin  que  ofendiese  de  la  Silla  Santa 
los  fueros  que  supiste  religioso 
sostener  con  tu  influjo  poderoso. 

Por  siempre  quedará,  con  letras  de  oro  , 
de  Azara  el  nombre  en  el  hispano  suelo , 
y  del  noble  Aragón  el  triste  lloro 

(i)    Esta  composición  se  dio  para  ser  Icida  el  dia  de  la  inauguración  del  Monuuienlo  de 
Azara  en  Barbu&ales,  eo  noviembre  de  1850. 


— 204  — 

se  verterá  en  amargo  desconsuelo , 
al  ver  perdido  su  mejor  tesoro 
en  el  hijo  que  en  sincero  desvelo 
por  su  patria  veló  con  ardimiento 
empuñando  las  armas  del  talento. 

Noble  Aragón ,  añade  á  tus  blasones 
los  del  genio  admirable  y  aplaudido, 
ante  cuya  memoria  las  naciones 
un  culto  le  tributan  merecido. 
Escucha  las  continuas  ovaciones 
que  hoy  eleva  el  poeta  enaltecido 
y  admite  en  su  corona  laureada 
los  ecos  de  mi  lira  entusiasmada. 

Geaiiada. 

RoGELU  León. 


A  LA  HENORU  DE  AZARA. 

La  pura  flor  que  bella  y  perfumada 
abre  su  cáliz  al  nacer  el  día , 
la  encuentran  sin  olor  y  deshojada 
la  auras  ledas  de  la  noche  fria : 
de  los  años  la  mano  descarnada 
mata  la  juventud  y  la  alegría , 
y  cuanta  dicha  la  existencia  ofrece 
como  el  humo  fpgaz  desaparece. 

Tan  solo  la  virtud,  llama  divina 
que  lega  Dios  al  corazón  del  hombre , 
que  á  la  verdad  sus  pasos  encamina 
y  hace  que  brille  por  do  quier  su  nombre, 
que  sus  ilustres  hechos  ilumina 
y  á  los  siglos  trasmite  su  renombre , 
es  un  laurel  del  tiempo  respetado 
que  aún  presta  sombra  á  su  sepulcro  helado. 

Por  eso  tus  acciones ,  noble  Azara , 
no  cubrirá  jamás  el  negro  olvido , 
que  para  el  limpio  honor,  la  virtud  clara 
siempre  en  el  corazón  hay  un  latido  : 
el  justo  nombre ,  la  memoria  cara 
que  en  Roma  y  en  París  has  conseguido 


—  905  — 

dicen  tus  alabanzas  á  porfía 
mejor  que  mí  canción  sin  armonía. 

Canten  tus  glorías ,  canten  tus  loores 
tu  prudencia  y  valor  en  paz  y  en  guerra 
de  mi  patria  los  dignos  trovadores  y 
que  orgullo  son  de  la  española  tierra : 
pero  acoge  también  las  pobres  flores 
que  arrojo  en  el  sepulcro  que  te  encierra ; 
que  si  del  genio  son  mezquino  fruto, 
del  joven  corazón  son  un  tributo. 


Granada. 


Granada  18  de  junio  de  I85i. 

Enriqueta  Lozano, 


AL  CÉLEBRR  DON  JOSÉ  MOLAS  DR  AUBl. 


¿Por  qué,  Dios  mió,  cuando  al  alto  roble 
que  á  la  yedra  defiende 
y  que  la  abriga  poderoso  y  noble 
del  huracán  que  tiende 
sus  alas  vigorosas , 
destrozando  las  flores  mas  hermosas? 

¿Por  qué  le  arrojas  tu  potente  rayo , 
que  arranca ,  en  un  instante , 
de  la  yedra  al  que  fuera  en  su  desmayo 
el  protector  constante? 
¡  Asi  desaparece 
todo  lo  que  en  la  tierra  humilde  crece ! 

¿Es  que  mirando  tu  poder  inmenso 
envidias  al  coloso 

que  pudiera  rogarte  algún  incienso, 
¡  oh  Señor  poderoso ! 
y  tu  brazo  anonada 
al  que  se  quiso  alzar  sobre  su  nada  ? 

¿  O  es  acaso.  Señor ,  que  á  la  ereatura 
elevas  un  momento 

para  que ,  contemplándose  tu  hechura , 
su  loco  pensamiento 
olvide  su  impotencia 
y  se  juzgue  tu  igual ,  en  su  demencia? 


—  206  — 

¿Y  que,  luego,  humillado  por  tu  mauo 
ya  se  vea  impotente , 
y  te  adore  por  Dios  y  Soberano , 
inclinada  la  frente , 
cantando  los  loores 
del  que  al  sol  ha  prestado  sus  fulgores ?.... 

¡Azara!  tú  también  el  roble  fuerte 
fuiste  para  la  España , 
pero  ¡  infelice !  la  atrevida  muerte 
estendió  su  guadaña 
que  ni  al  fuerte  respeta , 
ni  al  monarca ,  ni  al  sabio ,  ni  al  profeta» 

La  fria  muerte  se  llevó  tu  vida , 
mas  te  dejó  tu  gloria ; 
y  tu  España ,  tu  patria  tan  querida 
conserva  tu  memoria , 
y  entre  sus  hijos  siente 
de  Azara  el  nombre  resonar  potente 

Cantemos ,  sí ,  de  Azara  la  prudencia , 
la  virtud  y  el  talento ; 
un  altar  elevemos  á  la  ciencia 
que  en  él  tuvo  su  asiento. 
¡Españoles!  cantemos 
y  su  helado  sepulcro  veneremos ! ! ! . . 

OjiVAR.  Madrid  6  de  abril  de  1851 . 

Angela  Morejon  be  Masa. 


¡  Honor  y  gloria  á  la  virtud  !  la  tumba 
Es  su  altar ;  de  cipreses  la  corona 
Se  vá  tornando  en  el  laurel  sagrado 
Que  cabe  el  lecho  de  Virgilio  crece. 
¡  Gloria  al  talento!  su  radiante  llama 
Entre  las  brumas  de  la  edad  destella : 
Mas  brilla  y  mas  bajo  la  losa  dura , 
Y,  como  el  fénix,  de  cenizas  nace. 
¡  Honor  á  la  virtud !  ¡  gloria  al  talento ! 
¡  Honor  á  ti  varón  que  sabio  y  fuerte , 
P^i  al  yugo  infando  de  pasiones  viles 
Doblaste  la  cerviz ,  ni  la  ignorancia 


—  207  — 

Ciñó  á  tus  ojos  su  tupida  venda ! 
¡  Gloria  y  honor !  corriste  desde  Ebro , 
Rico  en  caudal ,  al  pobre  Manzanares ; 
Del  Manzanares  al  heroico  Tíber , 

Y  desde  el  Tíber  al  brumoso  Sena. 
La  cúpula  inmortal  del  Vaticano 
Oyó  tu  voz ;  consejos  á  dos  Pios 

Y  á  dos  Clementes  dio;  y  el  nuevo  Marte 
Guardó  en  Bolonia  la  potente  espada 
Que  brilló  rayo  en  Austerlitz  y  Jena. 
Como  el  águila  al  sol  mira ,  miraste 

Al  vencedor  de  Llody ;  y  el  caudillo , 
Que  señaló  arrogante  con  su  diestra 
Cuarenta  siglos  á  la  hueste  franca , 
Te  abrió  sus  brazos  y  estrechó  en  su  seno* 
¡  Honor  y  gloria  á  tí !  la  frente  erguida 
Ante  el  que  impera ,  los  abiertos  brazos 
Tendidos  siempre  al  infeliz,  ¿quién  puede 
Como  tú ,  asegurar  que  al  fuerte  doma 

Y  al  desvalido  en  su  orfandad  ampara? 
¡  Honor  á  la  virtud !  ¡  gloría  al  talento ! 
¡  Honor  y  gloria  á  ti !  mi  ronca  lira 
En  balde  intenta  remontar  su  canto 

A  la  región  que  habitas ;  calla  y  deja 
Que  de  la  Fama  las  sonoras  trompas, 
De  siglo  en  siglo,  á  las  edades  lleven 
El  claro  nombre  del  ilustre  Azara. 

Motril.  Madrid  29  de  junio  de  1850. 

Juan  de  Ahiza. 


Del  hombre  el  inerte  polvo 
guarda  en  su  seno  la  tierra 
y  de  sus  glorias  caducas 
altas,  magníficas  prendas. 

Cual  la  madre  que  ha  perdido 
hijuelo  que  amaba  tierna , 
ávida  guarda  los  rizos 
de  su  rubia  cabellera. 

Por  eso  el  arado  corvo 
cuando  en  los  campos  se  aferra , 
girón  de  púrpura  arrastra , 


—  910  — 

Ta  ciencia ,  que  ann  admiran  las  oacionea ; 

Pues  brilló  siempre  el  generoso  oficio 
de  encadenar  las  miseras  pasiones , 
mostrar  el  bien  y  confundir  el  vicio. 

Granada.  Madrid  i3  de  abril  de  1851 . 

Luis  Fernandez-Guerra  y  Orbe 


¿  Cuál  es  la  voz  que  en  el  espacio  suena 
y  se  pierde  en  el  cóncavo  horizonte , 
clara ,  sonora  y  de  dulzura  llena , 
que  en  su  eterno  vibrar  cruza  potente 
generaciones  mil  de  ignota  gente? 

Es  de  la  Fama :  cuando  todo  muere 
y  al  peso  de  los  siglos  se  desploma , 
girando  en  el  espacio , 
y  entre  nubes  de  gualda  y  de  topacio 
ella  su  faz  asoma , 
á  contar  á  los  hombres  que  vinieron 
de  los  héroes  ilustres  que  murieron 
el  saber,  la  virtud ,  la  gentileza^ 
los  hechos ,  la  grandeza. 
Y  esa  voz  inmortal  hiere  mi  oido 
tan  límpida  y  tan  clara , 
y  escucho  reverente  y  conmovido 
el  nombre  pronunciar  del  grande  Azara. 
Nombre  que  lleva  el  huracán  violento 
de  confin  á  confin ,  de  zona  á  zona , 
y  que  llega  hasta  el  alto  firmamento 
y  allí  también  triunfante  se  pr^ona. 

Y  escrito  se  halla  eA^mármoles  y  en  bronces 
para  la  gloria  y  prez  de  nuestra  Espa&a 
en  las  oríllaa  del  tranquilo  Sena 
con  letras  eternaleSi 
y  los  ámbitos  llena 
desde  la  antigua  y  opulenta  Roma 
al  desierto  rincón  de  Barbuñales. 

¡  Cómo  la  muerte  en  su  veloz  carrera 
al  estepder  sus  alas  tenebrosa 


p 

^                                                                                                                                    A 

1 

1 

—  2H  — 

1 

m 

por  la  poblada  tierra,                   it,.  /*.  •  .t-.f- 

■ 

Do  respetú  varón  tan  esforzado, 

^M 

y  ruda  y  rencorosa 

^^H 

^^ 

descargó  el  golpe  airado, 

^^H 

sin  temer  de  los  hombres  e!  encono 

^^H 

en  su  tristeza  y  mísero  abandono ! 

^^H 

¡Mas  quién  detiene  el  mnr  embravecido,. 

^^H 

^B 

ni  el  giro  universal  de  las  estrellas. 

^^1 

■ 

ni  el  torrente  del  monle  desprendido. 

^^1 

ni  en  el  aire  las  fúlgidas  centellas ! 

^^H 

H 

La  muerte  avara  con  su  firme  paso 

^^H 

■ 

caminando  segura 

^^H 

■ 

de  uno  en  otro  fracaso  , 

^^H 

■ 

sigue  torva  y  sañuda  su  camino; 

^^H 

■ 

en  sus  brazos  la  humana  criatura 

^^1 

■ 

termina  su  destino. 

^^1 

■ 

También  ¡ó  Azara!  te  alcanzó  la  rauerlc 

^^H 

■ 

aunque  caduco  ya,  siempre  querido; 

^^1 

lú  que  supiste  con  aliento  fuerte 

^^H 

H 

sacar  tu  claro  nombre  del  olvido  ; 

^^1 

■ 

tú  que  domaste  la  cerviz  guerrera 

^^1 

f 

del  coloso  francés ,  rayo  de  Marte , 

^^1 

y  en  ti  encontró  la  cristiandad  entera 

^^1 

seguro  baluarte; 

^H 

cual  roca  por  las  olas  carcomida 

^^H 

que  las  rudas  tormentas  desplomaron  , 

^^B 

así  desde  su  altura  desprendida 

' 

tu  existencia,  las  Parcas  se  llevaron. 

^^ 

Mas  la  fama  te  guarda  mejor  vida, 

^J 

^L 

tu  memoria  los  hombres  respetaron  , 

^^1 

■ 

y  hoy  que  se  vuelve  á  recordar  tu  historia 

^^1 

■ 

levantan  monumentos  A  tu  gloría. 

^^1 

■ 

Y  yo  también  al  recordarte  siento 

^^1 

■ 

orgulloso  entusiasmo ,    - 

^^1 

K 

y  en  mi  loco  ardimiento 

^^H 

K  . 

siguiendo  vanamente  mi  deseo, 

^^1 

aun  imagino,  Azara,  que  te  veo. 

^^H 

w 

lleno  de  juventud  y  de  nobleza                '  *  '"*" 

^^H 

levantar  orgulloso  tu  cabeza. 

^M 

Y  aquí  en  mi  fantasía                                                             i 

^M 

pienso  ver  entreabrir  la  negra  losa               ,  ,u    m  .  ^i 

^^M 

1 

que  cubre  lu  sepulcro  y  magestuosa 

1 

L 

1 

^H 

^^^1 

—  912  — 

alzarse  tu  figura , 

ceñida  de  laurel  la  altiva  frente , 

límpida  la  mirada , 

con  resuelto  ademan  y  voz  segura 

á  la  turba  espantada , 

dirigir  tu  palabra  nuevamente, 

y  á  tu  potente  influjo  pros^ternados 

á  tus  plantas  caer  anonadados. 

¡  Ob !  si  fuese  verdad  y  si  tornases 
á  la  vida  otra  vez ,  la  patria  mía 
grande  y  feliz  por  siempre  se  vería ; 
y  las  otras  naciones 
respetaran  de  España  los  pendones : 
pues  no  bastan  guerreros  esforzados 
que  lleven  á  la  lid  los  escuadrones, 
sino  hombres  de  saber  y  de  conciencia , 
ágenos  de  ambición  torpe  y  mezquina , 
que  en  su  fé  descansando  y  su  esperíencia 
los  gobiernos  y  reyes , 
dicten  al  pueblo  venerandas  leyes. 

¿A  dónde  osado  remontar  mi  vuelo 

pretendo  en  mi  flaqueza 

si  tú  morando  en  la  mansión  del  cielo 

con  inmensa  grandeza , 

verás  al  mundo  cual  mezquino  grano 

que  se  oculta  en  el  fondo  del  Océano? 

Mas  si  acaso  llegase  el  canto  mió 
á  tu  escelsa  persona , 
perdóname  benéfico  si  ansio 
tejer  mi  pobre  flor  en  tu  corona. 

Granada  5  de  juiHO  de  1851. 

FñANCisco  Martínez  Artzala 


Del  E\ciDo.  Sr.  Presidente  del  Consejo  BeaK 

Madríd  21  de  mayo  de  1851. 

Sr«  D.  Basilio  Sebastian  Castellanos :  Muy  señor  mió  y  de  mi 
mayor  aprecio:  desde  el  momento  que  recibí,  bailándome. aun  en  Ita- 


—  215  — 

lia,  la  atenta  comunicación  de  V.  S. ,  invitándome,  en  nombre  del 
señor  marqués  de  INibbiano,  á  remitir  una  composición  psra  la  Coro- 
na poética  ([ue  ha  de  tributarse  á  la  memoria  del  insigne  español  don 
José  Nicolás  de  Azara,  no  pude  menos  de  aplaudir  los  nobles  senti- 
mientos que  hablan  inüpirado  tal  designio,  asi  como  esperimenté  viví- 
simos deseos  de  contribuir  á  tan  laudable  empresa  en  cuanto  estuviese 
á  mi  alcance. 

Cabalmente  pocas  personas  han  tenido  tantos  motivos  como  yo 
de  admirar  las  dotes  de  aquel  célebre  diplomático  y  de  congratular- 
me por  el  alto  concepto  que  supo  granjear,  no  menos  para  si  que 
para  su  patria,  en  las  embajadas  de  París  y  de  Roma;  habiendo  que- 
rido la  suerte,  aunque  con  escaso  merecimiento  por  mi  parte,  que  le 
contase  por  uno  de  mis  predecesores  en  ambos  importantes  deslinoí^. 

El  tacto  político  con  que  el  ilustre  Azara  los  desempeñó  en  las 
circunstancias  mas  diiiciles  que  imaginarse  pueden,  el  inllujo  benéfico 
que  ejerció,  y  los  eminentes  servicios  que  prestó  bajo  lodos  concep- 
tos, liacc  que  su  memoria  sea  respetada  y  grata  en  ks  naciones  donde 
tuvo  la  honra  de  representar  al  soberano  de  España;  al  paso  que  sus 
nobles  prendas  personales,  et  buen  éxito  con  que  cultivó  las  letras 
humanas,  y  su  añcion  a  las  bellas  artes,  de  que  ha  dejado  tan  seña- 
lados testimonios,  aumentaron  su  crédito  y  fama,  asi  dentro  como 
fuera  del  reino. 

r4adie  desearía,  por  lo  mismo,  con  tantas  veras  como  yo,  dedi- 
car una  composición  poética  á  un  sugetn  tan  merecedor  de  alabanza; 
pero  me  arredra  el  temor  de  no  hacer  una  obra  digna  de  su  elevado 
objeto;  empresa  para  mi  difícil  siempre,  y  aun  mas  al  cabo  de  mu- 
chos años,  en  que  cuidados  y  ocupaciones  graves  me  han  alejado  de 
cultivar  et  ameno  campo  de  la  poesía,  que  en  otras  épocas  de  mi  vida 
me  había  servido  de  solaz  y  recreo. 

Ruego  á  V.  S.  lo  baga  asi  presente  al  ilustre  deudo  de  varón  tan 
esclarecido,  quien  con  sus  generosos  conatos  para  perpetuar  su  fama, 
da  claro  testimonio  de  ser  su  legitimo  descendiente. 

B.  L.  M.  de  V.  S.  su  mas  atento  y  seguro  servidor — Francisco 
Marlinez  de  la  Rosa. 


Rotas  las  cuerdas  de  mi  humilde  lira , 
de  sacra  inspiración  falta  la  mente, 
¿por  qué  de  nuevo  el  pensamiento  gira 
y  juvenil  ardor  el  pecho  siente? 
¿Qué  grande  gloria  á  mi  pesar  me  inspira 
que  así  despierta  mi  entusiasmo  ardiente, 


—  5Sf  4  ~ 

robando  al  corazón  su  dulce  calma 
y  á  regiones  de  luz  llevando  el  alma?..» 

Fuerza  es  cantar!  que  el  corazón  ya  sientoi 
de  patrio  orgullo  y  de  placer  bañado 
y  el  soplo  de  los  Grénios  le  da  aliento. 
De  entre  las  losas  del  sepulcro  helado- 
la  noble  frente  del  saber  asiento 
alza  un  varón  potente  y  esforzado ; 
y  el  laurel  que  la  gloría  simboliza 
rodeado  á  su  sien  lo  diviniza. 

Rápido  cruza  las  etéreas  salas 
su  nombre  ilustre  que  los  mundos  llena  f 
el  Genio  lo  conduce  entre  sus  alas, 
y  ¡  Azara !  por  los  ámbitos  resuena. 
7)i  del  oi^llo  las  pomposas  galas , 
ni  la  servil  adulación  agena 
al  que  de  ciencia  y  de  virtud  blasona , 
entretejieron  su  inmortal  corona. 

Por  do  quiera  que  fué,  tras  de  su  huella 
esclava  de  su  genio  fué  la  gloria : 
y  en  la  virgen  América  la  bella 
y  en  Roma  la  Imperial ,  para  su  historia 
páginas  recogió  con  las  que  sella 
los  labios  á  la  envidia  su  memoria ; 
sin  que  el  tiempo  que  borra  cuanto  ha  sido 
pudiera  relegarlas  al  olvido. 

La  Silla  del  Pontífice  en  la  augusta 
capital  de  los  Césares ,  un  dia 
amenazada  fué  por  la  robusta 
mano  que  el  mundo  á  su  placer  regia. 
El  soldado  del  siglo  con  adusta 
faz ,  sus  bravas  legiones  conducia  ; 
y  al  que  gobierna  las  cristianas  greyes 
quiso  imponer  en  su  soberbia  leyes... 

Y  hubiera  hollado  con  su  planta  á  Roma*, 
pero  Azara  está  allí !  Sin  mas  defensa 
que  sus  virtudes ,  la  palabra  toma 
y  la  paz  llevando  entre  su  voz  suspensa ; 
y  la  soberbia  del  Coloso  doma 
émulo  siendo  de  su  gloria  inmensa ; 
y  dando  á  conocer  al  orbe  atento 
que  esclavo  es  el  valor  del  pensamiento. 


—  215  — 

Salve,  Azara  inmortal!  joya  preciada 
siempre  serás  Je  la  española  historia  ! 
ni  el  torpe  orgullo ,  ni  la  envidia  airada 
podrán  jamás  oscurecer  tu  gloria. 
La  fama  por  tus  hechos  conquistada 
á  la  edad  venidera  hará  notoria , 
que  entre  las  palmas  que  en  Espafin  crecen 
el  genio  y  la  virtud  juntos  florecen. 

Ante  tu  sombra ,  silenciosa  ,  muda, 
de  tu  sepulcro  traspasando  e)  linde, 
la  juventud  ibera  te  saluda 
y  mil  coronas  de  laurel  te  rinde. 
Perdona  que  á  mi  vez  también  acuda  , 
y  deja  ;  ó  gran  Azara  !  que  te  brinde 
con  este  llanto  de  mi  pena  fruto... 
¡  humilde  pero  sincero  tributo  ! 


Ciodad-Rea]  22  de  HÚenibre  de  1 851 . 


Rafael  Milán  y  ^'avakbetk. 


Del  limo.  Sr.  Récenle  de  la  Andícncia  de  Cáceres. 


Cáceres  y  octubre  30  de  1851. 

Sr.  D.  Basilio  Sebastian  Castellanos  de  Losada :  MÍ  antiguo  y 
querido  amigo :  Honrado  con  la  invitación  que  se  sirve  V.  hacerme 
para  que  añada  una  hoja,  á  la  bien  merecida  corona  consagrada  al  ilus- 
tre caballero  español  1>.  José  Nicolás  de  Azara ,  debo  manifestarle 
que  aunque  mi  imaginación  tuviese  loda  la  frescura  de  la  juventud, 
mas  que  para  otra  cosa  serviria  mi  pobre  trabajo,  para  formar  un  triste 
contraste  con  los  de  tantos  esclarecidos  ingenios  que  han  consagrado 
sus  plumas  á  encomiar  al  distinguido  patricio  cuyo  nombre  no  puede 
pronunciarse  sin  orgullo.  Pero  en  mi  concurre  también  otra  circuns- 
tancia y  es,  que  hace  mucho  tiempo  que  volví  la  espalda  á  las  Mu- 
sas, entre  otras  razones  por  despique  ó  en  venganza  de  que  no  me 
fueron  nunca  muy  propicias,  y  ademas  porque  no  me  ha  cabido  en 
suerte  uno  de  esos  admirables  talentos  de  la!  Ilexibiiidad,  que  aunque 
dedicados  á  estudias  severos,  no  por  eso  se  amortigua  en  ellos  el 
estro  poético. 

¡Nunca  hubiera  sido  mi  pluma  digna  de  emplearse  en  tan  grande 


—  216  — 

asunto ,  y  ahora  macho  menos,  pues  la  rapidez  con  que  se  sucede  la 
publicación  de  nqevos  códigos ,  la  necesidad  de  estudiarlos  y  hacer 
sobre  ellos  observaciones ,  y  la  multitud  de  negocios  que  me  rodean 
propios  de  mi  destino ,  de  tal  manera  absorben  todas  mis  facultades, 
que  seria  trabajo  vano  intentar  remontarme  al  hemisferio  de  los  poe- 
tas ,  sin  que  por  eso  ceda  á  ninguno  de  ellos  en  entusiasmo  por  el  es- 
clarecido personaje  cuya  vida  está  Y.  encargado  de  escribir ;  y  esto 
es  tan  cierto  y  que  hallándome  en  Barcelona  á  la  sazón  que  un  distin- 
guido artista  de  aquella  hermosa  ciudad  esculpía  el  busto ,  que  des- 
pués ha  sido  colocado  en  Barbuñales ,  raro  era  el  día  que  no  fuese  á 
contemplarlo  y  á  dar  mi  voto,  aunque  profano,  sobre  esta  importante 
obra  del  arte.  El  mismo  artista  fué  encargado  después  de  la  estatua 
de  Balmes,  que  habia  de  colocarse  sobre  su  sepulcro,  y  con  este  mo- 
tivo tuve  ocasión  de  considerar  simbolizadosen  estos  dos  monumentos 
las  glorias  españolas  de  los  siglos  XYIU  y  XIX;  porque,  en  verdad: 
¿quién  escedió  al  primero  en  sabiduría,  en  prudencia,  en  buen  gusto, 
en  magnificencia?  ¿quién  ha  aventajado,  qué  digo,  quién  ha  llegado 
al  segundo  en  virtud  y  en  fílosofia  ? 

Mucho  debe  en  verdad  España  á  los  nobles  esfuerzos  del  señor 
marqués  de  Nibbiano  y  al  celo  de  Y.,  porque  no  queden  sepultadas 
en  el  olvido  las  preciosas  memorias  de  Azara  y  sus  esclarecidos 
hechos,  y,  si  no  versos,  porque  no  me  es  dado  hacerlos,  reciban  us- 
tedes ambos  mi  mas  cordial  parabién  por  estar  próximos  á  dar  cima 
á  tan  importante  como  honrosa  empresa. 

Con  este  motivo  se  repite  de  Y.  atento  y  seguro  servidor  y  amigo 
que  S.  M.  B. — Nicolás  Peñalver  y  López. 


MI  LUCHA. 


— ^Qué  dices ,  corazón? — «Si  la  memoria 
de  un  hombre  justo  y  grande  cantar  quieres , 
conoce  tu  valor,  mira  lo  que  eres; 
no  te  ciegue  el  afán  de  la  victoria.» — 

Es  verdad ,  corazón ;  mas  si  la  historia 
que  aclama  los  sublimes  y  altos  seres 
ha  escrito  con  eternos  caracteres 
un  nombre  que  de  España  es  prez  y  gloria ; 

Por  qué  no  he  de  cantar  ?  Si  oigo  cuál  suena 
de  \  eien  bardos  la  dulce  melodía      . 


—  217  — 

que  de  alabanzas  mil  el  aura  llena , 

No  he  de  unir  á  sus  voces  la  voz  mia  ? 
Azara ^  débil  es,  triste ,  insegura, 
pero  admite  mi  ofrenda  porque  es  pura. 

Granada.  Granada  Í5  de  abril  de  1851 . 

José  Joaquín  Soler  de  la  Fobnte* 


AL  ۃLEBRE  AZARAt 


Todo  perece !  el  tiempo  en  su  carrera 
lenta ,  cual  del  hambriento  la  agonía 
para  el  triste  que  espera 
termine  con  el  dia 
la  pena  que  le  abruma  desastrosa ; 
rápida  como  tromba  impetuosa 
para  quien  cuenta  los  momentos  idos 
cual  placeres  perdidos , 
en  su  trascurso  igual  mata  y  derrumba 
lo  animado  y  lo  inerte.  Si  ayer  fiero 
un  mortal  dominaba  un  pueblo  entero , 
hoy  el  pueblo  es  su  tumba 
y  mañana  tal  vez  de  pueblo  y  hombre 
ni  habrá  restos ,  ni  polvo ,  ni  aun  el  nombre. 

Todo  sucumbe !  Mezquindad  humana 
de  este  mundo  engañoso ! 
y  sin  embargo  cuánta  pompa  insana ! 
cuánto  título  vano  y  orgulloso ! 
qué  afán  por  deslumhrarse,  qué  entusiasmo 
por  hacer  de  quimeras  necio  alarde ! 
Insensatos !  no  ven  que  es  un  sarcasmo 
el  brillo  apetecido ,  que  mas  tarde 
la  muerte  que  con  todos  los  iguala 
en  su  dominio  lúgubre  propala. 

Y  un  marmóreo  sepulcro  comparando 
á  una  tosca  y  sencilla  cruz  de  caña 
con  su  negra  guadaña 
dice  irónicamente  señalando : 
«En  el  mundo  fué  aquel ;  éste  no  ha  sido , 

28 

I 


—  ai8  — 

pero  á  mi  reino  iguales  han  Tenido.» 

Todo  perece  en  fin!.. •  mas  no  9  detente 
reflexión  temeraria ,  es  imposible 
ese  todo  absoluto  é  inclemente ; 
tu  vuelo  acorta,  pensamiento  mió  9 
que  sin  tocar  el  mas  allá  terrible 
desciendes  á  lo  impío 
en  tu  delirio  cáustico  y  sombrío ; 

Si  bien  de  transitorios  oropeles 
ni  polvo  llega  á  haber ,  queda  la  gloria 
y  sus  verdes  laureles 
inmarcesibles  pasan  á  la  historia 
donde  cien  y  otras  cien  generaciones 
fascinadas  al  ver  tanta  grandeza 
descubren  la  cabeza 
y  ante  el  héroe  tributan  ovaciones. 

£1  genio  nunca  muere ;  luce  clara 
la  antorcha  que  en  su  vida  resplandece 
siglos  de  siglos  mil  |  siempre  parece 
de  fulgores  avara; 
el  ejemplo  repara 

que  la  historia  entre  muchos  hoy  te  ofrece; 
un  gran  hombre^  no  ves?  no  ves  á  Azara? 

¿No  te  ciega  la  luz  esplendorosa 
que  su  nombre  rodea 
cual  de  gloria  aureola  vagorosa  ? 
responde ,  pensamiento ,  no  te  inspira 
el  pobre  vate  y  crea 
arrancando  preludios  de  su  lira 
al  deslumhrarte  el  fulgido  destello 
que  hiere  su  mirada 
cual  del  arcángel  bello 
la  ráfaga  de  fuego  de  su  espada? 

Sí ,  noble  aragonés ,  perenne  escudo 
que  fuiste  un  tiempo  de  la  patria  mía, 
yo  á  mi  vez  me  descubro  y  te  saludo. 
Si  mi  lenguaje  rudo 
carece  de  poesía , 
no  de  cspresion  sincera ; 
os  la  espresion  de  un  alma  que  te  admira, 
que  al  paso  que  te  admira  te  venera 
y  tus  hechos  numera 


—  919  — 
y  eoD  toB  hechos  fncljios  delin ; 

Saare  brisa  qne  llegas  á  mi  frente 
no  hace  mucho  abrasada 
por  pensamiento  indómito  y  ardiente, 
hoy  marchita  y  helada 
como  la  nivea  sierra  que  en  Granada 
su  cresta  de  marfil  al  cielo  eleva  , 
croza  el  espacio  y  lleva 
al  sepulcro  de  Azara  el  canto  mió : 

MoDótono  cfl  y  frío 
cual  la  fúnebre  losa 
que  cubre  en  blanco  osario  negra  fosa  ,- 
mas  si  triste  lo  envió 
y  la  brisa  que  arralla  sus  clamores 
perfumes  no  difunde ,  es  porque  Oores 
no  brotan  en  mi  torno :  aolo  abrojos 
cuando  i  la  luz  mis  ojos  se  entreabrieron 
hallaron  por  do  quier ;  yertos  despojos 
en  hórrido  erial  mas  tarde  vieron 
y  agora  al  porvenir...  cieno  mis  ojos. 


José  Joaqoin  Soler  de  la.  FuEnrE. 


HUELVA. 


ii  la  ^i4;i:D:aaa 


EXCIO.  SR.  D0>  JOSC  XK0LAS  DE  AZARA  Y  PERERA, 


MiMbi 


De  cbn  csivpe  pan  honor  nacido 
h  pilra  «ahmsle^  t  hoy  blisona 
I  I  ftta  al  tettt  espléodida  coroQt 

'  de  habefte  «  sos  «tnñas  coneebidow 

El  tkmpo  deslniclor  rey  del  ohido 
nobles  recuerdos  para  ti  eslabona , 
T  á  ser  jiisla  la  enrídia  se  alecciona 
sí  por  ti  mueie  el  libio  enrilecido. 

Artista  ilustre « la  poesia  te  canta ; 
patricio  leal^  la  historia  te  grandece ; 
te  llora  la  piedad  modesto  y  bueno; 

La  muerte  en  tu  Mpulero  desparece  j 
que  es  tida  la  que  en  mármol  te  leranta 
sobre  este  mundo  de  tu  nombre  lleno. 

UvatYi. 

HbGüEL  Tenobio. 


JAÉN 


i.  u.  uidDim 


DON  JOSÉ  MGOLAS  DE  AZARA  T  PERERA. 


Loi  Tatei  de  la  proTÍncia  de  Jaén. 


De  la  inmortalidad  al  templo  augusto 
la  ciencia  y  la  virtud  lleyan  á  Azara. 
— «¿Quién  tu  planta,  espafiol,  aquí  guiara?» 
pregunta  la  Deidad  con  cefio  adusto. 

— «To ,  responde  la  Ciencia ,  que  su  busto 
hice  en  metal  brillante  se  grabara, 
ante  el  cual  se  inclinó  solio  y  tiara : 
nombre  eterno  al  saber  es  premio  justo.» 

— ulSo  á  tanto  galardón  basta  esa  gloria; 
que  aunque  ella  cueste  afanes  en  la  vida , 
como  del  mundo  al  fin ,  es  transitoria. 

— «Yo,  dice  la  Virtud,  tengo  ceñida 
la  frente  á  ese  varón  de  alta  memoria.» 
— «Logre  entonces  la  palma  merecida.» 


Jaeh.  Cádiz  7  abril  de  1851. 

Rosa  Butlheb. 


AL  ínclito  azara. 


Genio  inmortal  cuyo  preclaro  nombre 
radiante  brilla  por  el  ancho  mundo : 


■kMBM*MM«Í 


I 


¿Qué  importa ,  di ,  que  el  corazón  del  hombre 

te  consagre  un  recueido  harto  profundo? 

Si  todos  con  dolor  *á  tu  renomore 

derraman  triste  llanto  sin  segundo, 

y  conseryan  araros  tu  memoria 

como  timbre  y  blasón  de  nuestra  historia. 

Que  del  gáiio  el  poder  que  le  inspirara 
lo  guarda  ansioso  el  alma  del  poeta, 
y  ante  la  inspiración  del  noble  Azara 
admira  con  fervor,  con  fé  respeta. 
Qa$  do  quiera  sus  hechos  admirara 
y  eternos  son  en  su  memoria  inquieta , 
formando  con  tan  puro  sentimiento 
una  fé  y  un  altar  y  un  pensamiento. 

Coronas  de  laurel  sobre  la  tumba 
del  que  nació  con  genio  soberano, 
resonando  en  ia  basta  catacumba 
la  bendición  del  inmortal  Romano. 
Qué  importa  el  tiempo;  por  los  aires  zumba 
el  eco  que  repite  el  Vaticano , 
añadiendo  por  timbre  á  sus  cuarteles 
guirnaldas  de  arrayán  y  de  laureles* 

Perdona  si  hasta  tí  elevé  mi  canto 
con  ronco  acento  y  destemplada  lira , 
no  te  ofenda  si  el  alma  en  su  quebranto 
canta  las  glorias  que  á  la  mente  inspira , 
que  es  muy  poco  ofrecerte  amargo  llanto 
ni  el  pensamiento  que  en  la  mente  gira : 
descansa  en  paz ,  que  velará  tu  sueño 
Castilla  y  Aragón  con  noble  empeño. 


Baeza. 


Josefa  Moreno  Nartos. 


Alza  soberbia  el  águila  su  vuelo 
y  hasta  el  trono  del  Sol  llegar  pretende; 
cruza  el  espacio  y  en  su  ardor  se  enciende 
y  ya  no  duda  en  escalar  el  cielo. 

Nada  la  arredra:  su  incesante  anhelo 
la  engaña  tanto  cuanto  mas  la  yendis; 


—  225  — 

las  negras  alas  orgallosa  tiende 

y  sombras  manda  por  do  quier  á  el  soelo. 

Asi  el  soldado  de  AuBterlitz  y  Jena 
alzó  arrogante  su  potente  mano 
atentando  de  Roma  i  el  alio  nombre ; 

Pero  Azara  rompió  la  vil  cadena 
que  el  águila  tendiera  á  el  Vaticano 
y  eternos  conquistó  gloria  y  renombre. 

Andujab.  Aodujtr  20  de  myo  de  1 851. 

José  Garzón  t  Aguado. 


Es  un  siglo  feliz,  era  dichosa , 
merced  á  su  saber  y  su  cultura, 
en  cuyo  seno  maternal  reposa 
do  quiera  dulce  paz ,  do  quier  yentura. 

Se  oye  la  voz  del  Evangelio  Santo , 
en  vez  de  himnos  al  Dios  de  las  batallas 
mientras  ai  son  de  su  festivo  canto  j 
derriban  las  ciudades  sus  murallas. 

Solo  á  la  dulce  paz  se  alza  un  trofiéo ; 
y  al  nombrar  á  Alejandro  ya  se  olvida 
que  osó  grande  llamar  á  aquel  pigmeo 
la  antigua  sociedad  envilecida. 

Nombre  cruel  que  á  su  ambiciosa 
le  conquistó  su  inmenso  poderío , 
á  costa  de  los  pueblos  del  Oriente , 
á  costa  de  la  ruina  de  Darío. 

De  Troya  y  de  Sagunto  la  ceniza 
no  delatan  al  mundo  el  fiero  estrago 
ni  la  orgullosa  Roma  rivaliza 
en  las  púnicas  lides  con  Cartago. 

¡  Roma !  siglos  atrás  acostumbrada , 
el  ancho  mundo  á  dominar ,  señora , 
y  otros  tantos  después  que  desolada 
sumisa  ante  el  altar  sus  culpas  llora. 

Y  en  medio  del  recuerdo  que  la  aflige 
cierra  las  puertas  del  sangriento  Jano  j 
y  compasiva  y  maternal  se  erige 


—  224  — 

en  metrópoli  augusta  del  cristiano» 
Por  todas  partes  general  y  varia , 
una  paz  evangélica  se  ostenta, 
y  de  esa  pazUranquila  milenaria 
el  trono  en  Roma  con  fulgor  se  asienta. 

Vestida  de  cendal  ¡  santa  amazona ! 
clava  en  tierra  el  acero  de  su  lanza 
y  con  triple  diadema  se  corona 
de  Fé ,  de  Caridad  y  de  Esperanza. 

Y  al  mundo  vela  en  su  apacible  suefio , 
y  al  través  de  su  prisma  sonrosado , 
se  vé  un  presente  mágico  alhagfieño , 
un  porvenir  brillante  y  encantado» 

Mas  ya  en  Europa  su  fulgor  se  apaga 
y  á  general  combate  nos  condena 
esa  irrupción  terrible  con  que  amaga 
tragar  al  mundo  el  irascible  Sena. 

Ya  altivo  de  su  cauce  se  desborda ; 
ya  su  corriente  hacia  la  Italia  inclina  j 
ya  sus  campiñas  con  sus  haces  borda 
y  á  la  santa  ciudad  breve  camina. 
Ya  su  cabeza  de  gigante  asoma 
acechando  el  descuido  de  sus  presas , 
y  ya  ciernen  sus  alas  sobre  Roma 
las  carnívoras  águilas  francesas. 

Despierta,  ¡oh  Roma!  que  á  tus  puertas  llama 
ese  guerrero  que  al  poder  aduna, 
el  mágico  prestigio  de  su  fama  j 
y  el  dulce  sonreir  de  la  fortuna. 

Despierta ,  sí ;  libertador  ó  azote , 
que  Dios,  al  mundo  consternado  envía, 
no  hay  paladin  que  su  cuchilla  embote, 
nada  hay  que  á  su  ambición  no  le  sonría. 

Mira  en  la  diestra  del  sagaz  coloso 
la  bandera  cruel  con  que^domina : 
y  escrito  ¡Napoleón!...  nombre  glorioso, 
cuyo  nombre  no  mcui  ¡ay!  te  fascma. 

Conoce  ^  ciudad  santa ,  tu  impotencia , 
y  ante  ese  mar  que  tempestuoso  ruje, 
mira  que  el  oponerle  resistencia , 
será  doblarle  su  brutal  empuje. 
Si  bate  el  santo  muro  con  su  ariete , 


—  92B  — 

burila  entre  quinas  portugnesBB 

el  nombre  de  ese  Azara  tan  querido. 

Familia  augusta  á  quien  la  suerte  varía 
arrojó  desde  el  trono  de  los  Luises , 
bendice  su  mansión  hospitalaria , 
y  su  nombre  inmortal,  graba  en  tus  Lises. 

Pontífices ,  hablad ,  pueblos  yalientes 
sus  hechos  referid ,  cantad  su  gloria ; 
su  fama  pregonad  entre  las  gentes ; 
consagradle  una  página  en  la  historia. 

Genios  que  de  Alcanadre  en  la  ribera  j 
visteis  nacer  -al  bienhechor  amigo , 
dejad  vuestra  amenísima  pradera 
y  á  mi  lado  venid ,  cantad  conmigo. 

Dadme  flores  que  enlace  á  su  corona , 
mitológicas  musas  del  Parnaso ; 
templad  con  vuestras  aguas  de  Helieona 
la  devorante  sed  en  que  me  abraso. 

Fabulosas  deidades  de  Atalante, 
dadle  tonos  sublimes  á  mi  lira , 
para  que  alegre  y  armoniosa  cante 
esa  heroica  virtud  que  el  mundo  admira. 

Pero  no...  ¡detened!...  genio,  perdona; 
tus  hechos  son  tu  célica  poesía , 
tu  nombre  solamente  es  tu  corona 
y  está  grabado  en  la  memoria  mia. 

LOPERA. 

Elbütbeio  Goivzalez  db  la  Mota. 


Bien  haces  en  llorar ,  \  misera  Espafia  I 
tu  fatal  desventura. 
Lloras  perdida  la  virtud  estrafla 
del  preclaro  varón,  y  la  amargura 
de  tus  fieros  enojos 
brota  á  raudales  de  los  turbios  ojos. 

¡Bien  haces  en  llorar!  hijo  querido 
te  ha  robado  la  muerte , 
y  mal  puedes  dejar  en  el  olvido 
á  quien  honró  á  su  madre,  y  de  tal  suerte] 


mmmm 


■^ 


—  937  — 

que  i  los  siglos:  fataroB 

sa  nombre  y  su  TÍrtiid  llegarán  puros. 

¿  No  escuchas  los  tristísimos  gemidos 
que  en  los  aires  resuenan? 
¿No  llegan,  pobre  España 9  á  tus  oidos 
los  que  del  Tiber.en  la  margen  suenan? 
¿No  escuchas  el  lamento 
que  eleva  en  la  del  Seña  raudo  el  liento  ? 

Es  que  lloran  también;  es  que  á  la. Francia, 
llegó  tu  desconsuelo  i . 
es  que  Roma  olvidando  su  arrogancia 
lágrimas  YÍerte  ea prueba  de  su. duelo. 
¡Quién  no  las  derramara 
si  vio  una  vez  al  inmortal  Azara  I 

¡  Aragón ,  Aragón !  ilustre  cuna 
de  preclaros  yarones ! 
Ya  que  tuYÍste  la  sin  par  fortuna, 
de  unir  este  blasón  á  tus  blasones  (1), 
no  huyan  de  tu  memoria 
las  páginas  brillantes  de  su  historia. 

Yo ,  pobre  yate ,  que  la  ausencia  lloro 
del  que  boy  es  polvo  frío, 
yo,  su  memoria  y  sa  virtud  adoro , 
yo  de  nacer  donde  nació  me  engrio : 
que  aquí  do  el  Betis  baña 
respiramos  también  auras  de  España. 


: 


AifDCJAa. 


UAHüBL  MaBIA  Mt)I¥TERO. 


Ya  la  rosada  aurora 
rubicunda  asomaba  en  el  Oriente ; 
de  púrpura  la  nube  se  colora ; 
y  brilla  refulgente , 
en  el  azul  del  cielo , 
el  sol,  que  inunda  el  anchuroso  suelo. 

¡  Roma !  la  ciudad  bella , 
en  otro  tiempo  emperatriz  del  mundo  ^ 


(1)   Alude  al  McimieDlo  de  Azara  ei  Aragón. 


_  228  — 

ufana,  sin  rival,  siempre  descuella! 
Mas  ¡  ah !  terror  profundo 

la  subyuga Imponente 

la  tempestad  estalla  de  repente. 

¡  Roma  desventurada ! 
¡Estremécete  si ;  liego  tu  hora ! 
Del  que  contempla,  Europa  anonadada ^ 
la  voz  atronadora, 
vá  ,  contra  tí ,  orgullosas , 
á  lanzar  sus  falanges  victoriosas* 

¡  BoNAPARTE  1  I  Ese  hombre , 
ese  genio  infernal  de  la  victoria  I 
Los  tronos ,  hizo  vacilar  su  nombre..*.. 
Mas  empañó  la  gloria, 
de  su  triunfante  rayo , 
el  inmortal,  terrible,  DOS  DE  MAYO. 

¡  España  I  solo  España , 
esa  infeliz  nación ,  noble,  aguerrida, 
reprimir  supo  del  león  la  saña. 
¡  Ah  I  la  patria  querida , 
al  fiero  Bonaparte 

opone  en  cada  hijo  un  nuevo  Marte. 
¡  Oh  !  no  desmayes,  Roma ! 

Recobra,  sí,  recobra  la  esperanza 

Ya  furibundo  este  español  asoma , 

un  héroe  en  lontananza 

Ya  se  acerca;  ¿lo  vés?.... 

Es  Azara ,  el  invicto  aragonés. 

/  Azara !  que  animoso 
con  sin  igual  ardor  y  bizarría , 
del  formidable  vencedor  coloso , 
abate  la  osadía ; 
y  su  numen  propicio 
obtiene  de  Bolonia  el  armisticio. 

El  te  libra  también 
de  la  opresión  injusia  del  tirano. 
¡De  inmarcesible  lauro,  orla  su  sién!...« 
Orgullo  del  hispano 
pueblo ,  será  el  de  Azara 
el  héroe  invicto  de  la  patria  cara. 

La  pobre  lira  mia , 
no  es  digna  ^  empero ,  de  cantar  su  nombre , 


—  229  — 

su  entusiasta  Talor  y  {{allardia. 
Mas  I  oh  I  sin  que  se  asombre 
no  estampará  la  histom 
su  virtud ,  su  lealtad  y  su  metnoria. 


AiidúJDr3(tdealiild«  I8SI. 

Lms  uB  SoLís  T  JVIanso. 


I 


Há  tiempo  el  hombre  con  audaz  intento 
al  alto  ciclo  en  espiral  ufana 
el  templo  eleva  de  la  ciencia  humauaf 
del  orgullo  quizá  sobre  el  cimiento. 

Cada  genio  Creador  al  monumento 
lleva  una  piedra,  en  cuya  cifra  vana, 
un  nombre  vé  la  vaDJdad  mundana 
y  la  razón  austera  un  pensamiento. 

Tu  nombre,  Azara,  de  la  EspaSa  gloría, 
la  altiva  mole  con  orgullo  encierra  ; 
no  temas,  no,  que  muera  tu  mcmoríi 
si  cual  otra  Babel  sobre  la  tierra  , 
Dios  no  destruye  con  potente  mano 
la  obra  gigante  del  orgullo  humano. 

1,.,.       Uudríd  j  DOTiembrc  de  185). 
''         '•"    JdaH  AmOHIO  BiEDMA. 


•MM 


^MlMkiri^^dl^flh 


MALAGA 


DEL  GBLBBHB  UTEHÁTO  T  DIPLOJHÁTIGO  ESPAÑOL 

EXGMO.  SEÑOR  DON  JOSÉ  AGOLAS  DE  AZARA. 


Lo»  Talet  de  la  proTÍncia  de  Málaga. 

¡AY!  QUE  SEÑON  JOSÉ!  (1) 

Jesúh  lo  que  giso  ohté 
señan  José^  ¡  vaya  un  sarto ! 
sino  poia  Até  golvese 
en  er  lugariyo  eAcaso, 
onde  er  que  too  lo  guipa 
quiso  que  viera  híé  el  aAtro , 
la  primera  veh  ,  der  só; 
y  con  brio  saluando 
la  venia  á  ehte  mundiyo , 
ehmoresia ,  á  gritasoh 
quiso  ohté  dar  antendé 
que  le  ejaran  ahté  er  paso. 

¿Qué  liebre,  que  sigarron , 
que  purga  sarta  mah  arto 

ue  sartó  er  sefton  José 

e  que  ar  mundo  fue  arrojao? 
De  un  blinco  Au  obté  á  BÍairí 
y  de  otro  blinco  á  palasio 
á  basé  mota  reonda 
y  á  cobral  ayí  er  barato. 
Ohté  copó  al  rey  de  oro 
que  era  un  cuco  ¡  de  lo  caro  I 

(1)    La  etplicacion  de  las  palabras  de  dadosa  inteligencia,  la  índole  de  la  parla  andaluza 
y  el  por  qoé  del  uso  tan  repetido  de  la  A ,  se  dará  en  U  nota  relati?a  i  esta  composición. 


3 


J 


■AUGf; 


ABL  CBUBBB  LfTBKA.TO  T  MPIMUTIC' 


EXCHO.  SESOR  don  JOSÍ  IKO 

,  V.  !ii;ri' 


Km  mn  4t  !■  ftfriKu  di 
¡ATiQOE  SKÍ^O^ 


JesiUi  lo  gve  pso 
señonJosé,  xnyn 
«no  p(Hi  Alfi  golv 
eo  er  liqiwir<i  e/i' 
oode  cr  jy(ñ  loo 
quiso  q¡D;  mn 
u  prÍMiÜ  Velí 
y  coe  lirio  ni 


I!  U>ti  liuinbrell 
>{tte  gusarspob. 

jn.  Isea  Uh  nqib 
«■  prohijiofio  porto 
hJl  «  cuar  ebUlfO 


^■■Ma 


I 


—  534  — 

ehtando  tan  jacbtrao 
con  la  gran  suida  e  Roma  ? 
que  si  hté  no  ataja  er  pasa 
á  su  mersé,  comen  Papah 
en  er  rancho  (oh  sordaoh. 
¡Qué  caliá,  on  José! 
tuvo  hté  mu  guena  mano 
pa  toíto  loh  Aaaereh 
que  ehtaban  á  su  cudiao. 
¿Qué  ange  le  Aurgaba  ahté 
pa  jasé  taieh  milagroh 
en  diah  e  tan  sin  gana, 
en  tiempoli  esengafiaob  ? 
Pero  ehto  no  vale  ná 
ni  an  er  Aumo  d'  un  sigarro  ^ 
pa  ia  grasia  y  el  aquer 
de  yamá  á  su  reclamo , 
con  cante  de  ruiseñó, 
pajarilah  á  su  lao. 
¡  Qué  simbé  trujieudo  aliiab 
á  la  ré  !  ¡qué  garabato! 
¡Qué  pajueiita  esendia 
en  un  paja  rebosando 
era  bté,  señon  José ! 
y  lab  prínscsah,  ¡qué  sacob 
de  pajiya  linipia  y  seca 
prendiéndose  ar  contronaso ! 
£yah ,  carguiyah  de  ehtopa, 
ohté  mihto  rehtregao. 
¡  Qué  barquiyah  velacherab 
caminando  á  too  trapo! 
¡qué  ventolina  esecha 
en  lob  mareh  ilataoh 
der  Camela!  ¡Qué  senteyak 
barriendo  y  -culebreando 
po  lab  cuevab  ebcondíah 
der  corasen!  ¡Jui!  ¡qnérajro! 
que  ponde  juego  enrama , 
quema  y ' mata ,  y  úa  ehpanto 
sa  poera  la  negríya 
del  ariQa^Aeeha  peasofa!    : 
f^á ,  no  eh  ná ,  no  jiso  hté 


—  aSW- 
entre  lah  Aembrah  ehtrago ; 
pero  queriió  hté  mab  iancbah 
que  en  lah.gnnfali  é  Lepanto. 

Me  paese  q  w  Je  dico 
po  entre  lob  vidrioh  eraaob 
der  pensé !  ¡  Qué  capa  e  grfoa 
arregúerta  entre  lob  brasob 
por  onde  asoma  la  cbapa 
con  tanto  eairel  9  que  engafta 
moh  paese  e  k  vibta 
que  puea  uno  solo  ]^ablob ! 
Paesen  comuniach 
de  loh  tiempob  que  pasaron  9 
ú  ensarth  e  .pretendienteh 
trah  lob  menibtrob  de  ogafio* 
y  Po  y  la  montera  erren^  .    . 
Aasia  una  oreja?  y  er  majo 
jugonsiyo  e  sier  seab 
tan  fino  y  con  tanto  apafio? 
¡Qué  e?¡yab !  Aabta  en  lo  ebeuro, 
dan  unob  relampagasob, 
que  no  iarta  man  que  er  trueno 
pá  tormenta  e  verano. 
¡  Qué  trensa  e  pelo ,  guarda 
entre  loh  puntob  cuadraob 
e  la  resiya !  qué  enieob 
con  lab  sintiyab  e  raso , 
como  si  fuera  hté  isíendo, 
si  yo  á  mi  mehmo  me  ato  , 
¿que  Aaré,  smo  me  Auyen 
cuando  yo  lab  voi  bubcando? 
¡Yárgame  la  Soleá! 
que  sereniá  e  paso 
tenia  hté  pa  con  lob  bembrob  I 
pero  en  goliendo  Áarapob 
¡  qué  piafa ,  qué  yená  er  pecbo 
e  resopliüh !  ¡qué  sartob 
e  carnero  po  si  habia 
sobre  er  lomo  arguien  montao ! 
¡Qué  reliocho  aragonéb! 
¡  qué  andareh  tan  cabteyanob  I 
¡  qué  velosiá  andalosa 


I 


I 


—  236  — 

y  qué  resueyo  africano ! 

Cuando  una  reina  ¡  dertó ! 
cogió  entre  sub  sinco  caboh 
e  sea  (que  taleh  paesian 
sinco  deoh ,  sinco  clafoh 
de  plata  afiligrana) 
aquel  aserito  ebcaso 
y  cosiéndole  la  insinia 
¡  durse  imán !  dise ,  te  traiga 
con  la  punta  d'  ehte  asero 
que  junto  ar  pecho  te  clafo. 

¿  Qué  Aiso  hté  con  la  sangre 
na  asujetahla  en  el  auto , 
junta  aquer  vapó,  de  fuersa 
de  mah  de  dien  mir  cabayob? 
¿Ya  queyah  manoh  e  china, 
pehpunteab  en  topasioh , 
alevantah ,  pa  cose  f 
pero  pidiendo  ahte  amparo  ? 
¿Ya  quer  pecho  que  parpita 
y  guarda  anque  emohtrando 
don  medioh  mundoh  e  perlas  y 
lo  mehmob  que  relicaríoh , 
que  tiene  muchoh  evotos 
y  hecboh  muchoh  milagrob? 
¿Y  ohté  no  quiso  besa 
aquer  Línun  Crusis?  Carda 
se  la  Aaria  er  corason 
de  tanto  Aervir  pasao. 

D'  entonseh  se  queo  hté 
aunque  Aermosu  mu  palio ^ 
pol  que  la  sangre  s'  iría 
arregüerta  á  loh  sancajob. 
Esta  jué  mala  jugá ; 
pero  ya  pasó  el  chubabco , 
que  tó  en  ehte  mundo  pasa : 
trah  el  inviebno  er  verano , 
y  antes  de  isí  Jesiib, 
pasa  un  año  y  otro  año ; 
etrah  se  cuentan  loh  sigloh  y 
y  er  que  nasió  por  antaño , 
se  quea  mahcando  tierra 


—  957  — 

entre  ctmab  e  gosaBoh^ 
ejando  otra  simentera 
de  hombreh  mah  guenoh  ú  aialoby 
pa  que  acaben  la  tarea 

Íae  lob  otrob  comensaron. 
¡bto  pasó  por  obté 
como  por  tó  lob  umanob ; 
Diob  perdone  er  peeaiyo 
y  le  tenga  en  sn  escanso. 

Málaga.  Málaga  i.^  de  febrero  ie  1852. 

DoiiOBBS  GOHEZ  DB  CaDIZ  DB  YbLASGO. 


AL  INMORTAL  AZARA. 


Serpientes:  se  deslizan  plateadas 
regando  el  campo  de  Aragón  ameno : 
y  en  su  bullir  sereno 
y  en  su  murmurio  blando  9 
ya  resbalan  risueñas , 
ya  caminan  llorando. 
Que  la  antigua  corriente 
como  la  anciana  bistoria , 
renueva  las  consejas 
y  presta  á  la  memoria 
en  sus  páginas  viejas , 
bondos  recuerdos  de  perdidas  glorias. 

Cristales  pasajeros,  que  besáis 
de  tristes  sauces  las  flexibles  cañas , 
céfiros  de  las  sierras ,  que  bajáis 
á  besar  amorosas  espadañas : 
á  la  sombra  del  Guara, 
de  sus  troncos  añosos, 
me  contareis  los  hecbos  gloriosos 
dd  genio  que  levanta 
su  cabeza  inmortal  desde  su  cuna , 
y  afirma  con  su  planta 
el  incierto  rodar  de  la  fortuna» 


—  358  — 

Las  seculares  ramas 
esparcidas  á  ciento 
del  Flúmen  y  el  Isaela 
dejan  sentir  su  canoroso  acenlo ; 
y  en  su  parlar  cadente 
y  suavísimos  tonos , 
á  mi  musa  olvidada 
le  dan  inspiración ,  le  dan  aliento. 

Los  restos  que  los  tiempos  esparcíeroQ 
de  la  antigua  cornisa, 
que  el  cuento  de  la  historia  sepultada 
enseña  cual  divisa  ^ 
y  de  las  cosas  que  otras  veces  fueron 
refieren  las  altezas 

mostrando  á  muchos  ojos  las  señales , 
de  perdidas  riquezas, 
cuentos  sombríos  son  porque  pasaron 
las  no  vueltas  grandezas ; 
pero  el  alma  dilatan 
con  amigas  tristezas. 

Así  también ,  monumentales  piedras , 
que  en  vuestro  mármol  frío 
una  historia  escribís ,  dáisme  tristeza  y 
y  temor  y  respeto. 
Y  el  alma  que  medita 
en  sí  misma  se  agita , 
y  ya  vé  la  verdad  desnuda,  helada  j 
pálida ,  desgreñada , 
que  amarra  la  cadena 
de  la  dura  esperiencia , 
abriendo  cauces  á  ilusión  querida 
con  fatídica  ciencia , 
ya  fantásticas  sombras 

que  el  pensamiento  abruma  y  que  le  asombra, 
y  levantarse  colosal  figura 
que  á  pasos  mesurados,  silenciosa, 

por  un  estéril  valle  se  adelanta 

i  favor  de  la  luna  misteriosa. 
Ks  el  águila  nueva  de  la  Europa^ 

Quieta  de  los  siglos , 

M  miró  desde  el  cielo 

•ristiB  los  tronos  á  su  planta. 


dh 


—  259  — 

y  en  su  incansable  Toelo 

el  ave  proiiigiosa  de  Occidente^ 

solo  un  trono  levanta 

del  ocaso  del  sol  basta  sa  Oriente. 

Al  claror  de  la'*nocbe 

en  un  tranquilo  mar  de  los  bafiada  ^ 

ved  y  linfas ,  su  cabeza 

tristemente  inclinada. 

So  los  brazos  cruzados 

oculta  un  corazón  envenenado. 

Los  hondos  surcos  de  su  frente  augusta 

del  alma  escriben  la  profunda  pena : 

atado  el  cetro  con  tenaz  cadena  9 

llora  de  ingrata  patria , 

y  de  aleves  estrafios , 

los  pérfidos  engaños , 

el  Coloso  inmortal  de  Sania  Elena* 

Qué,  Azara  y  dice,  vengo  desasido 
del  férreo  brazo  de  la  muerte  cruda. 
Deja  que  el  polvo  helado  antes  sacuda 
mi  cabellera  asida 
cual  raíz  vegetal  bajo  la  tierra 
que  mi  sien  inmortal  bunde  y  encierra. 
La  mano  de  Albión  cavó  el  sepulcro. 
Si  tu  ojo  está  dormido 
con  el  sueño  de  muerte , 
y  al^mundanal  ruido , 
insensibles  tus  palmas  y  tu  oido , 
y  en  la  materia,  muerta  tu  memoria, 
mira  en  las  graves  letras  de  tu  historia 
la  mano  poderosa 

que  en  mi  gran  corazón  letal  comprime 
y^hasta  de  Dios  el  hálito  reprime. 

¡El  hálito  de  Dios !  mi  alma  á  su  imagen 
en  las  vastas  regiones  habitaba 
del  porvenir,  los  mundos  sujetaba 
y  con  gigantes  pasos, 
el  circulo  del  orbe, 
el  poder  de  los  reyes, 
la  amarra  de  sus  leyes , 
á  mi  vasto  poder  encontré  escasos. 
Y  en  cálculo  divino  • 


i 


—  240  — 

elevando  mi  carro  de  victoria , 

á  región  impalpable , 

los  átomos  conté  de  mi  camino. 

Y  cual  rayo  de  luz  que  el  cielo  envía 
que  ios  fuegos  fosfóricos  quebranta, 
asi  la  luz  de  la  presencia  mía, 
del  encendido  trópico  apagaba 
la  arena  ebulicicnte, 
de  la  encendida  atmósfera  j 
del  África  candente, 
y  en  mi  órbita  giraba 
como  del  sol  el  astro  omnipotente. 

Ronco  rugiendo  el  huracán  de  fuego, 
el  astro  refulgente, 
con  su  rojiza  frente, 
enciende  la  llanura 

rasgando  en  grietas  en  la  tierra  hírviente 
horrible  sepultura , 
y  en  remolino  horrendo 
en  los  mares  de  arena  borrascosa 
que  gira  revoltosa 

y  huye  quemando  y  se  revuelve  hirviendo, 
yo  cual  otro  Moisés  rompí  la  roca ; 
y  del  seno  profundo 
de  sus  entrañas  secas , 
en  la  mar  encendida 
de  arenoso  oleSje, 
á  la  sedienta  boca , 
en  trasparente  copa 
de  líquidos  raudales  di  la  vida . 

Yo ,  espíritu  supremo ,  te  saludo 
fénix  de  España.  De  mi  traje  regio 
sacudo  la  marmórea  vestidura 
que  mi  querida  Francia  en  su  amargura 
guarneció  para  mí ,  y  vengo  á  darle 
beso  de  gratitud  al  pié  del  ara 
de  tu  sencillo  altar ;  ¡  oh  grande  fizara! 

Por  tí  la  Ciudad  santa  á  fuego  y  saco 
devorada  no  fué.  Tu  Roma  amada , 
la  silla  de  los  príncipes  del  cielo , 
tu  artístico  consuelo  i 
tu  Partenón ,  tu  Atenas 


—  241  — 

y  la  marmóreo  libro 

escrito  en  su  ruina 

los  salvó ,  tu  palabra  asaz  divina. 

Por  tí  piadoso  fui.  ¡Salve,  gran  hombre ! 

que  la  historia  entrelace 

tu  nombre  con  mi  nombre. 

Del  Alcanadre  las  corrientes  hondas 

sean  el  Leléo  profundo , 

Iue  guarden  en  sus  aguas  las  palabras 
el  Capitán  del  mundo. 

Los  vientos  en  las  ramas  divertían 
la  noche  silenciosa : 
en  la  sierra  fragosa 
nuevos  fantasmas  al  trasluz  se  vian. 
Tiaras ,  capelos ,  coronadas  frentes 
y  estrafias  vestiduras 
que  solo  en  las  antiguas  esculturas 
los  ojos  vieron  de  las  nuevas  gentes , 
á  la  luz  se  divisan 
de  interrumpida  nube  9 
ó  de  neblina  inquieta,  suave  y  clara 
á  las  faldas  del  Guara , 
atravesando  campos  silenciosos  2 
y  en  andar  afanosos , 
jóvenes  inmortales , 
inmortales  ancianos, 
señalan  con  las  manos 
al  monumento  que  á  tu  nombre  elevan, 
do  posar  las  palomas  arrullantes 
que  de  todas  naciones , 
de  grandes  corazones 
gracias  y  bendición  sus  alas  llevan. 

Con  túnica  flexible 
grave  se  acerca  al  inmortal  Horacio , 
que  en  tierna  gratitud  dulce  y  sensible 
atraviesa  los  siglos  y  el  espacio. 
El  orador  de  la  ciudad  de  César, 
y  el  creador  de  la  divina  Eneida , 
llegan  también ;  mas  Cicerón  alzando 
la  concertada  voz ,  en  dulces  sones 
y  al  compás  de  suavísimo  instrumento 


31 


J 


—  242  — 

con  mágica  palabra 

alza  un  potente  solio  y 

y  al  pié  del  solitario  monumento , 

resuenan  armoniosas  oraciones , 

cual  si  hablara  á  la  Roma  sediciosa , 

á  las  gradas  del  ancho  Capitolio. 

¡  Hasta  cuándo ,  decid ,  reyes  de  Hesperia , 
abusareis  del  sueño  de  los  muertos  I 
Hasta  cuándo 9  decid,  olvidos  yertos, 
serán  de  vuestro  espíritu  laceria , 
hereditaria ,  pegajosa  llaga 
y  mortífera  plaga , 
que  á  las  gradas  del  trono 
cual  si  fuese  de  Dios  supremo  encono , 
se  estiende,  se  contrae,  y  se  dilata, 
como  el  cuerpo  de  sierpe  venenosa 
que  su  contacto  aterra,  oprime  y  mata? 
I  Oh  negra  ingratitud  I  Goal  escorpiones , 
cual  reptiles  inmundos , 
con  su  frío  lamer  la  frente  hiela 
que  abriga  la  corona  de  dos  mundos. 
¡Sus  I  deponed ,  ¡oh  grandes  de  la  tierra! 
los  triunfos,  las  coronas, 
los  cetros  de  diamantes , 
al  que  dá  nueva  vida  al  gran  Virgilio 
y  á  Horacio ,  y  al  Demóstenes  de  Roma  j 
en  la  armónica  lengua  de  Cervantes. 

En  tropel  se  adelantan  misteriosas 
desordenadas  turbas, 
que  describiendo  irregulares  curvas, 
visiones  hacen  de  óptica  engañosas. 
Remedan  los  cristales  de  la  mente , 
vestidos,  disfrazados  esqueletos, 
que  en  sentidos  conceptos, 
exhalan  luengas  quejas  amargosas. 

Con  seria  capa  y  cúbico  sombrero , 
flotando  al  viento  solitaria  pluma , 
al  gran  Carlos  Tercero 
con  una  frase  se  disculpa  en  suma. 

Yo  el  Trajano  de  España 

di  el  impulso  primero 

Mas  Cários  Cuarto  interrumpiendo  al  punto 


—  245  ^ 

dejaBdo"  atrás  al  venerando  padre  . 
con  paso  vacilante , 
dudando  si  pasar  mas  adelante , 
al  incierto  mover  de  su  persona 
tiembla ,  se  inclina  y  cae  su  corona. 

¿Dónde  está  Azara ,  esclama  en  queja  inútil, 
de  la  Europa  sapiente  el  primer  sabio? 
¿Dónde  el  consejo'del  divino  labio , 
que  á  mis  escasas  sienes 
la  anchurosa  diadema  sujetaba  ? 
¿Dónde  el  apoyo  de  seguro  brazo? 
¿Quién  me  dará  de  mi  corona  rota 
que  amo  y  adoro  aunque  mi  frente  embota  y 
de  sus  hojas  brillantes  los  pedazos  ? 

Ninguna  voz  humana 
acierta  á  responder.  El  eco  solo 
de  aterradora  guerra, 
que  mide  sus  sepulcros  por  la  tierra 
que  media  desde  un  polo  al  otro  polo , 
con  la  voz  del  cañón  le  respondia , 
con  la  tea  incendiaria  le  alumbraba , 
y  en  su  crugir,  volar  y  arder ,  decia  : 
«Teja  el  saber  del  mundo 
nueva  y  brillante  ropa 
y  arda  el  harapo  inmundo 
de  la  viciada,  envejecida  Europa.» 

Tras  de  las  negras  hondas 
del  mar  embravecido , 
vuelve  la  blanca  espuma 
á  arrullar  cariñosa 
con  su  dulce  sonido. 

El  blando  Garcilaso 
entre  las  voces  de  aterrado  coro , 
en  preciosas  palabras  como  perlas 
engastadas  en  versos , 
de  filigrana  de  oro , 
Azara ,  llama  en  amorosa  queja , 
Azara ,  llama  en  su  decir  sonoro. 
¡j4y  dulce  prenda  por  mi  bien  hallada! 
dulce  y  sensible  cuando  Dios  quería ! 
viviendo  estás  en  la  memoria  mia , 
con  muy  dulce  placer  representada. 


—  944  — 

Tú  que  á  la  nuefa  luz  ]  ay  t  me  llevaste 
coge  de  los  laureles  que  me  distes  j 
si  no  sospecharé  que  me  pusistes 
en  tantos  bienes^  porque  (leseaste 
verme  partir  entre  memorias  tristes. 

Cual  bandada  en  desorden 
de  inocentes  palomas  azoradas , 
que  al  rápido  volar  y  al  estampido 
del  mortífero  plomo  derretido, 
se  atropella ,  se  agrupa ,  se  dispersa , 
hasta  que  lejos  del  mortal  mido , 
latiendo  el  corazón ,  temblosa  el  ala 
segura  vése  de  traidora  bala , 
así  matronas  regias  se  veían 
de  albos  cendales  casi  desgarrados, 
que  en  grupos  agitados 
á  la  luna  mostrando  de  alta  noche 
del  pecho  herido  pudoroso  broche , 
y  al  silencio  del  valle , 
crugir  la  seda  del  flexible  talle. 

Dulce  una  voz  sonando  lastimera  y 
¡Azara!  dice,  ¡ay  mi  tierno  amigo! 
¡ Cuánto  cuidado  te  debí!  La  suerte 
Con  su  hálito  de  muerte 
tenaz  y  dura  se  ensañó  conmigo. 
La  sangre  fraternal,  la  regia  sangre 
mis  vestidos  mojaba 
y  el  corazón  de  horror  me  salpicaba» 
De  Orleans  la  bandada  de  palomas 
ahuyentadas  del  nido , 
tú ,  de  los  sentimientos ,  héroe  santa 
anidas  en  su  espanto 
y  piadoso  embalsamas 
el  albo  pecho  herido. 
La  fortuna  traidora 
incensó  seductora 
mi  altiva  cuna,  mi  fugaz  infancia; 
mas  hoy  víctima  triste 
de  sed  devoradora 

de  la  inconstante  y  sanguinaria  Francia  ^ 
á  tí  la  voz  de  mis  dolores  alzo , 
á  ti  el  dolor  de  mi  familia  augusta , 


V 


•«^ 


—  246  — 

hiere  la  corazen  desde  el  cadalso. 

¡Azara!  ¡Azara!  repiiieron  voeet 
blandas  y  melodiosas , 
como  las  dulces  cuerdas  sonorosas 
de  invisibles  laúdes. 
Cantemos ,  dicen ,  la  amistad  sagrada  j 
el  profundo  talento  9 
y  las  altas  virtudes. 

Como  el  arco  benéfico  que  sigue 
á  la  tormenta  brava, 
que  en  prismáticas  luces  reverbera  j 
las  siete  tintas  de  la  limpia  esfera  ^ 
asi  un  cielo  purísimo  brillaba, 
remedando  del  dia 
el  instante  primero, 
de  la  primera  hora 
en  las  rosas  templadas  de  la 'aurora. 

De  vírgenes  y  arcángeles 
de  forma  humana  y  perfección  celeste, 
entre  el  iris  y  el  coro  se  veia 
al  nuevo  Fidias ,  que  en  afaa?postrero  y 
lleva ,  Azara ,  dccia , 
mi  estudioso  pincel  y  mi  paleta , 
que  un  dia  adorabas 
con  el  saber  de  Apeles 
y  el  entusiasmo  ardiente  de  poeta. 
Tu  magniCco  nombre 
en  mí  sepulcro  helado , 
por   tu  amistad  purísima  grabado, 
fué,  sabio  Azara j  la  mejor  corona 
que  mi  artística  ciencia 
premia ,  ensalza  y  pregona. 
Al  cónclave  nocturno 
de  venerables  sombras  evocadas 
viene  tu  amigo  Mengs ,  tu  Meng»  querido, 
mas  q:ic  lus  reyes  ¡ay!  agradecido, 
á  ofrecerte  del  arte 
de  la  mas  pura  flor  la  mejor  parte. 

Un  eco  vibrador  el  aire  llena 
de  melodioso,  músico  sonido , 
que  el  valle  encanta,  el  corazón  suaviza 
y  enamora  el  oido. 


—  246  — 

De  Adelaida  la  voz  suena  amorosa 

cual  concertada  entonación  de  clave. 

Era  del  yerto  corazón  la  llave , 

y  al  tocar  del  acero  prodigioso , 

como  quien  vuelve  de  pesado  ensueño , 

ó  marasmo  angustioso, 

si  la  pila  galvánica  le  llama , 

asi  de  nuevo  aquel  vivir  se  inflama 

del  genio  de  la  paz.  Con  voz  sonora 

deleitosa  y  canora, 

aunque  grave  y  profunda , 

esta  fué  la  palabra 

que  deja  al  corazón  niebla  sombría , 

mas  grave  pensamiento  dulce  labra. 

Héroes  y  poderosos  de  la  tierra , 
guardad  vuestras  coronas  poderosas. 
Navegad  ¡  oh  I  fantasmas  engañosas 
por  los  avaros,  procelosos  mares. 
Que  yo  en  la  arena  ¡  ay  I  de  puerto  amigo 
solo  al  eterno  Ser  quiero  conmigo. 
¡Dejad,  pues,  mis  desiertos  patrios  lares! 
voHoiras  peregrinas  artes  bellas , 
magcstuosa  escultura , 
soberana  pintura , 
y  celestial  poesía, 

¡dulce  embeleso  de  mi  amor  un  dial 
I  Y  pradera  olorosa , 
que  regó  cariñosa 
en  artiHta  entusiasmo  el  alma  mia ! 
Id ,  volad  y  creced  á  la  corriente 
do  brota  pura  y  cristalina  fuente 
del  saber  enpahol.  Que  aquí  en  la  tumba, 
otra»  las  artes  son ,  otra  la  ciencia. 
Ante  el  Kterno  Sabio , 
solo  alumbra  la  luz  de  la  conciencia, 
solo  habla  el  polvo  inerte 
de  la  vida  y  la  muerte 
con  verí<iico  labio. 

(liinl  si  la  tierra  en  su  profunda  entraña 
abrigarte  del  viento 
el  íuipetu  violento, 
y  removiese  en  convulsión  estrafia 


—  247  — 

su  profundo  cimiento , 

conmovida  así  fué.  Locas  visiones 

de  los  pasados  hechos 

como  magia  dramática  cambiaron 

de  la  verdad  severa 

en  nuevas  y  palpables  creaciones. 

IVo  es  ya  decoración  de  luna  hermosa 

ni  de  dosel  espléndido  de  cielo ; 

es  de  la  noche  reducido  velo , 

amortiguada  lámpara  verdosa 

que  escasa  alumbra  reducida  estancia. 

Ño  derraman  los  aires 

en  purísima  esencia  la  fragancia 

del  campo  dilatado.  Las  historias, 

que  en  confusión  medrosa , 

revuelven  mis  memorias , 

escritas  aquí  están :  sobre  los  libros 

de  la  presente  edad ,  sobre  el  sendero 

de  turbulentos  años  borrascosos. 

Y  aquí  leo:  ¡oh  Azara!  que  famoso, 

que  fiel  y  caballero , 

en  tu  carrera  rápida  y  segura , 

no  subiste  la  escala  de  tu  emporio, 

y  que  hollaste  corona  dadivosa 

de  inquieto  y  sanguinario  Directorio. 

Tu  bajel  de  esperanzas 

apenas  en  vaivén  con  viento  en  popa 

surcaba  por  las  ondas  encrespadas 

de  la  tormenta  horrísona, 

de  los  oscuros  mares  de  la  Europa. 

Salve  ¡  oh  Azara !  Que  mi  musa  ingrata 
fugitiva  y  traidora, 
que  desdeña  mi  alma  que  le  adora, 
cante  con  entusiasmo  tus  virtudes, 
porque  fuistes  el  genio  que  levanta , 
su  cabeza  inmortal  desde  su  cuna , 
y  afirma  con  su  planta 
el  incierto  rodar  de  la  fortuna. 

Málaga.  Málaga  SO  de  agosto  de  1851. 

Dolores  Gómez  de  Cádiz  de  Velasco. 


—  248  — 

Tú  que  las  lentas  horas 
sueles  calmar  de  la  tristeza  mia, 
aliviauílo  tus  ráfagas  sonoras 
del  corazón  doliente  la  agonía  j 
lira  adorada ,  ven ,  tu  pobre  acento 
que  apenas  vagoroso 

á  hcndir  se  atreve  la  estension  del  viento  ^ 
hoy  el  espacio  con  sus  ecos  llene  ^ 
y  grande  y  magestuoso 
como  el  canto  de  Pindaro  resuene* 

£1  numen  que  en  su  vuelo 
á  la  región  etérea  nos  levante 
con  alta  inspiración  hija  del  cielo  9 
de  un  hombre  ilustre  la  memoria  sea  j 
cual  astro  rutilante 
del  glorioso  esplendor  que  la  rodea 
un  rayo  desprendido , 
sobre  nosotros  reflejarse  veo. 

¡  Gloria !  ¡  mágica  voz !  tu  nombre  solo 
la  niebla  del  olvido  no  oscurece 
cual  célica  aureola 

que  á  través  de  los  tiempos  se  engrandece  ^ 
brillante  tornasola 

los  héroes  de  los  siglos  que  pasaron. 
Ya  de  Sagunto  al  resplandor  sangriento 
asombro  grande  de  la  edad  futura , 
de  Annibal  se  me  ofrece  al  pensamiento 
la  imagen  evocada : 
ya  mas  lejos  la  mente  se  figura 
del  Macedonio  la  gigante  sombra , 
mientras  el  Asia  postrada 
señor  del  mundo  con  terror  le  nombra  j 
i  su  carro  triunfal  encadenada. 

Mas  lejos  id  de  la  memoria  mia 
pavorosos  recuerdos  de  la  historia , 
¿  qué  fué  siempre  la  gloria 
del  que  en  su  brazo  vencedor  confia , 
si  en  tanto  que  á  sus  plantas  la  victoria 
los  lauros  amontona  de  la  guerra , 
ancho  surco  de  lágrimas  y  sangre 
su  insaciable  ambición  marca  en  la  tierra? 
Así  también  como  fugaz  centella 


—  250  — 

Tornad  la  mente  á  la  ciudad  que  baña 
del  ancho  Tíber  la  corriente  undosa , 
cual  vemos  tormentosa 
agruparse  la  nube  en  la  montaña , 
cubrir  el  sol  con  su  siniestro  velo, 
amagando  su  saña 
luto  y  desolación  al  triste  suelo  j 
vengativo  coloso  se  levanta. 
Ya  con  soberbia  planta 
la  valla  de  los  Alpes  traspasando 
su  hueste  asoladora  se  descubre. 
¿Quién  del  audaz  torrente 
que  antiguos  diques  con  fragor  quebranta  y 
defender  osa  á  la  Romúlea  gente  ? 
¿Dó  las  legiones  fieras , 
base  de  su  poder  ?  La  densa  noche 
de  la  callada  eternidad  las  cubre. 
¿Qué  se  hicieron  las  águilas  guerreras 
que  el  sacro  Capitolio  coronaban , 
y  del  mundo  altaneras 
corto  el  imperio  á  su  valor  juzgaban? 
Cuando  la  Galia  á  su  ominoso  yugo 
tras  heroico  luchar  se  sometía , 
¿  quién  de  César  dijera  á  las  legiones 

3ue  á  su  voz  esa  Roma  las  veia 
el  galo  vencedor  en  los  pendones. 
¡  Oh  mengua  de  los  tiempos !  Humillada 
de  tus  cobardes  hijos  al  espanto , 
raza  degeuerada 

que  en  vez  de  sangre  te  dará  su  llanto , 
sobre  el  polvo  glorioso  de  tus  ruinas 
mientras  la  argolla  del  esclavo  esperas , 
la  noble  frente  con  rubor  inclinas. 

Llora,  si,  tu  baldón ¿Mas  quién  sereno 

de  entre  el  asombro  universal  se  eleva , 

y  de  esperanza  lleno 

la  generosa  planta  al  riesgo  lleva  ? 

Un  estrafio  no  mas ,  al  eco  amigo 
pliega  la  tempestad  sus  negras  alas , 
y  la  Eterna  Ciudad  bajo  su  abrigo 
en  gozo  cambia  el  azaroso  duelo 
con  entusiasmo  ardiente 


I 


JH 


la  sangre  de  sus  bi}os  se  Tertia  , 

cuando  en  tristes  pedazos 

tu  secular  poder  se  dernunbaba , 

de  infanda  guerra  los  sangrientos  brazos 

él  con  ramos  de  oliva  encadenaba. 

¡  Gloria  al  que  pudo  con  ferviente  celo 

desde  el  dintel  de  su  entreabierta  tumba 

legar  la  paz  á  tu  angustiado  suelo ! 

¿Qué  importa,  Azara^  que  de  encono  bencbida 

la  envidia  osase  desdorar  tu  gloría  ^ 

si  es  la  muerte  un  crisol ,  y  nueva  vida 

las  páginas  te  guardan  de  la  historia? 

Mas  ¿  dónde  el  raudo  vuelo 
lleva  la  arrebatada  fantasía  ^ 
mariposa  que  al  cielo 
con  leves  alas  remontarse  ansia  ? 
Es  vana  tu  ilusión ,  vano  tu  anbelo , 
porque  al  alzarte  á  la  radiante  cumbre 
en  busca  de  ese  sol  que  te  enamora, 
deshecbo  se  ba  de  ver  ante  su  lumbre 
el  tenue  polvo  que  tus  alas  dora. 

Ven ,  destemplada  lira , 
ven  á  llorar  las  esperanzas  mias , 
y  ante  la  gloria  que  la  España  admira 
apagúense  tus  rudas  armonías : 
que  la  ronca  garganta 
no  esfuerza  entre  canoros  ruiseñores 
la  tórtola  que  gime  triste  y  sola , 
ni  orgullosa  despliegue  sus  colores 
la  silvestre  amapola^ 
del  ameno  pensil  entre  las  flores. 

Árdales. 

María  Mendoza  dr  Vives. 


Si  grande  te  juzgó  Carlos  Tercera 
protectora  tendiéndote  su  mano , 
y  en  tí  mas  de  una  vez  el  Vaticano 
supo  bailar  un  ilustre  consejero ; 

Si  el  héroe  que  humillara  cien  naciones 
á  las  armas  tríonfanles  de  la  Francia  , 


u 


—  255  — 

en  Bolonia  depaso  m  arroguiciif 
á  lu  voz  replegando  sus  legiones ; 

Si  eo  Boma  bajo  el  aura  de  tu  genio 
las  flores  de  la  ciencia  se  mecian , 
y  sus  ricos  perfumes  esparcían 
la  virtud ,  á  tu  sombra  ,  y  el  ingenio ; 

Si  respetar  hiciste  al  Directorio 
tu  saber ,  y  en  Amiens  por  li  á  la  España 
honroso  puesto  dio  la  Gran  Bretaña, 
ese  gran  pueblo  del  orgullo  emporio ; 

Si  virtuoso ,  y  publicista  y  sabio 
te  llama  ,  Azara  ,  la  imparcial  historia; 
¿  Qué  timbre  á  la  diadema  de  lu  gloría 
hoy  añadir  podrá  mi  torpe  labio? 


A  través  de  los  siglos  el  talento 
cual  colosal  figura  se  levanta, 
que  oprime  al  orbe  con  soberbia  planta^ 
y  toca  con  la  frente  al  Firmamento. 

La  humanidad  absorta  se  prosterna 
por  un  secreto  impulso  conmovida  , 
del  mundo  al  ver  ¡a  deleznable  vida: 
del  genio,  al  contemplar  la  vida  eterna! 

Puede  tal  vez  la  nube  precursoraj 
(le  horrible  tempestad  ,  en  el  Oriente 
abogar  del  regio  sol  la  luz  naciente, 
porque  candida  y  tímida  es  la  aurora: 

Mas  del  cénit  al  remontar  la  cumlwe, 
vivido  el  astro  las  tinieblas  mata  , 
y  la  nube  siniestra  se  dilata 
al  raudo  impulso  de  la  augusta  lumbre. 

Así  suelen  menguadas  las  pasiones, 
nubes  de  la  región  del  pensamiento, 
eclipsar  los  destellos  del  talento, 
sol  también  de  esas  mágicas  regiones. 

Pero  su  luz  al  cabo  triunfadora, 
ese  vapor  disipa  que  la  envuelve, 
y  el  hombre  al  punto  á  contemplarla  vuelve 
brillante  como  nunca  y  seductora... 

Luz  misteriosa ,  manantial  fecundo 
que  al  brotar  de  la  euTÍdiaJentre  la  escoria  , 


—  256  — 

ríndese  á  Azara  ^  y  en  la  paz  consiente» 

Atento  alli  miraba 
á  dos  gigantes ,  con  respeto  el  mundo 
y  entre  el  sabio  profundo 
y  el  nuevo  Marte  su  opinión  vagaba. 
¿Cuál  mas  grande? — los  hombres  preguntaron 
cuando  en  brazos  del  uno  al  otro  vieron. 
¿Cuál  es  mas  grande? — á  preguntar  tornaron; 
y,  grandes  son  entrambos!  respondieron. 


¡  Mártir  de  Santa  Elena !  no  pretendo 
tu  reposo  turbar ,  que  si  á  tu  lado 
si  al  lado  de  tu  nombre  tan  glorioso 
el  del  ilustre  Azara  he  colocado , 
tú  su  inmensa  valia  sancionaste 
su  consejo  acatando,  y  á  tu  altura 
su  fama  envidiadisima  elevaste 
al  tenderle  tus  brazos  con  ternura. 

Digno  de  tanta  gloria 
proclama  á  Azara  la  imparcial  historia , 
al  sabio  que  del  Ebro 
las  frescas  brisas  con  arrullo  blando 
su  cuna  dichosísima  mecieron; 
al  que  después ,  del  regio  Manzanares 
las  seductoras  Ninfas,  entonando 
en  su  loor  dulcísimos  cantares « 
saludaron  su  nombre  que  aún  resuena 
en  la  orilla  del  Tíber  y  del  Sena. 

¡  Eterna  gloria  á  su  virtud  !  Torrente 
de  célica  armonía 

broten  de  vuestras  liras ,  trovadores. 
Cubrid  su  tumba  de  olorosas  flores 
como  su  vida  y  su  memoria  bellas : 
y  si  mi  pobre  canto  os  acompaña 
no  condenéis  mi  arrojo.  Solamente 
es  un  tributo  al  que  ennoblece  á  España , 
á  Azara  el  diplomático  eminente. 

Madrid  y  mayo  de  1851. 
MjÚítíBt  EscÜDERa  T  TOBRES. 


257 


AL  EMINENTE  AZARA. 


Si  garza  débil  en  lugar  mezquino, 
rica  en  plumaje,  poderosa  en  galas, 
á  la  lumbre  del  astro  matutino 
no  pudiste  tender  las  limpias  alas , 
luego  viste  á  lo  lejos  tu  camino 
y  haciendo  de  tu  genio  mil  escalas , 
gigante  en  ambición ,  águila  en  vuelo 
bien  mereciste  y  galardón  del  cielo. 
¿Quién  puso  á  tu  valor  traba  importuna 
ni  á  tu  pureza  criminal  escolio?... 
si  fácil  á  tu  imperio  la  fortuna 
dio  á  tus  consejos  el  Ibero  solio , 
y  lo  mismo  en  la  torpe  Media  Luna 
que  en  la  altivia  ciudad  del  Capitolio 
derramaste  la  luz  de  tu  elocuencia , 
grande  fué  tu  misión ,  mucha  tu  ciencia. 

Rota  en  el  mundo  de  la  paz  la  valla , 
do  quier  sembrando  la  discordia  el  luto , 
hasta  en  los  rudos  campos  de  batalla 
diste  á  probar  de  tu  prudencia  el  fruto : 
enmudeció  tu  acento  la  metralla 
y  en  prenda  de  su  amor,  bello  tributo , 
te  dieron  de  saber  noble  diploma 
Amiens  y  Parma,  Portugal  y  Roma. 
Y  asi  también  el  vencedor  de  Jena 
proclamó  tu  virtud  y  poderío; 
y  así  ese  pueblo  que  fecunda  el  Sena 
se  dio  de  tu  talento  al  albedrío  ; 
y  así  de  envidia  y  prevención  agena 
en  su  áureo  templo  la  sapiente  Clío , 
con  pluma  de  marfil  grabó  plecara 
el  nombre  ilustre  del  insigne  Azara... 

Si  entre  sus  hojas,  con  verdad  nutrida , 
guarda  tus  hechos ,  eternal ,  la  historia  : 
si  en  cada  acción  de  (u  intachable  vida 
revela  un  rasgo  de  virtud  y  gloria , 

33 


—  968  — 

eo  los  futuros  siglos,  merecidí , 
aún  se  alzaré  en  los  hombres  tu  memoria 
como  prenda  de  honor ,  de  f¿  y  de  bazafii 
de  la  ralieote  y  poduvsa  España. 


Rahon  Fbahqublo. 


Setenta  veces  el  radiante  Febo, 
lumbre  y  vida  del  mundo  planetario, 
ha  ostentado  su  disco  en  Sagitario 
durante  el  existir  que  á  Dios  le  debo ; 

Un  amargo  dolor  en  tanto  pruebo  j 
Tate,  ya,  por  mí  mal  septuagenario, 
que  soy  de  Apoto  antiguo  tributario 
y  el  néctar  de  Helicóna  apenas  bebo. 

Mas  hoy  fuerza  invisible  me  arrebata 
á  ofrecer,  con  audaz  trémula  mano, 
débil  ofrenda  i  la  memoria  grata 

Del  grande  Azara ,  honor  del  pueblo  hispano. 
Así  mi  humilde  senectud  acata 
á  ese  prodigo  del  saber  humano. 


Saltador  López. 


"H2n  DSiyn  iinS  Dan  ist 


«     « 


TO  THE  SÁGRED  MEMORY 

OF 

THE  MOST  ILLÜSTBIOÜS  PATBIOT  , 

EMmENT  STATES  BlAN  9  DISTINGUISHED  SGOOLAR, 

ANO  A  FRlEm)  OF  GANGAIfELLI ,   JOSEPH  II.  °  AND  NAPOLEÓN. 

«0  tl)e  íibtvatov  oí  nme  in  1796 : 

TO  TUE  MAN,   RESPEGTED  BOTH  AT  UOMB  AND  ABROAD; 
TO  HiM  WHO  UY  UiS  TALENTS  AND  VIRTUES  TV  AS  AN  HONOUR 

TO  SPAIN; 

TO  THE  Sb.  d.  jrosc:  iyicoeiAS  dk  axamAj 

WIIO  DIED   ON  THE  26"  OF  MARGH   1 804  , 

AND  TO    WHOSE  WORTH, 

THIS  SMALL   BUT    GRATEFUL  TRIBUTE  OF  VENERATION  AND  REGARD^ 

IS  INSGRIBED, 
BY  HIS  FELLOÜ-COUNTRYMAr> 


MáLAG.V. 


A5T0S10  KABTIHBZ  DIL  lOHBIO. 


—  260  — 

AL  DIPLOIATIGO  T  LITERATO  ESPAÑOL  AZARA. 


*—— 


?  Por  qué  la  mente  al  recordar  la  nombre 
ve  su  luz  apagada , 
y  gira  por  do  quier  siiT  ese  guia 
que  sus  rayos  dá  á  el  hombre  ? 
¿Por  qué  oscurece  su  esplendente  dia 
tu  célebre  renombre, 
y  al  oirlo  no  gira  entusiasmada , 
y  aquí  y  alli  posando 
vá  las  glorias  de  Azara  repitiendo , 
su  virtud  alabando, 
y  sus  honrosos  hechos  ensalzando  ? 

¿  Será  acaso  que  envidia  haya  medrado 
sobre  la  mente! loca , 
y  ciega  en  su  delirio 
el  nombre  de  Nibbiano  haya  olvidado  ? 

^0 no  puede  olvidarse  de  ese  Azara 

el  nombre  que  es  de  España 

honra  y  prez ;  ni  la  envidia  en  sus  rigores 

pudo  en  mi  mente  introducir  su  saña. 

Oyó  el  nombre  de  Azara ,  y  aturdida 

creyó  ver  en  su  sueño 

un  gigante  llegar;  trémula  y  llena 

de  respeto  profundo , 

y  venerando  con  loable  empeño 

de  sus  hechos  la  gloria  , 

quedó  sin  luz  al  referir  su  historia» 

¿Y  quién  pudiera  con  orgullo  osado 
Escribir  de  Nibbiano  la  grandeza  ? 
Quién  no  temblara  al  recordar  al  hombre 
que  erguida  la  cabeza 
vivió  entre  sabios  sin  que  á  él  ninguno 
se  igualase  en  renombre , 
ni  en  ciencia ,  ni  en  saber ;  ni  á  su  talento 
otro  talento  igual  halló  su  siglo , 
ni  otro  hombre  su  nación  vio  que  elevase 
el  buen  nombre  español  hasta  la  altura , 
que  el  mundo  al  admirarlo  te  temblase! 

Grande  y  vivió  entre  grandes  sin  orgullo ; 


1 


—  261  — 

ni  á  mezquinas  pasiones  prestó  oido , 
ni  á  débiles  y  bajas  ambiciones : 
todo  fué  grande  en  él ;  despreció  un  trono , 
y  bien  hizo  el  que  un  dia 
vivió  al  lado  de  Reyes, 
ue  con  su  orgullo  y  sin  igual  porfía 
el  grande  Azara  recibieron  leyes. 

Insigne  ^Jnoble  y  leal  Nibbiano^ 
recibe  de  mi  acento 
el  parabién  dulcísimo , 
que  guarda  á  tu  memoria  el  pueblo  hispano. 
Tú  le  distes^honor ,  paz  y  contento 
y  sin  igual  ventura , 
en  época  de  glorías  para  España ; 
en  tiempos  donde  aún  no  hubo  amargura 
sembrando  torpe  saña 
en  nuestro  suelo  que  gimió  tu  muerte 
y  llora  y  llorará  tu  aciaga  suerte. 

Descansa  en  paz ;  pero  tu  nombre  viva 
para  gloría  y  honor  de  nuestra  patria , 
para  ser  de  la  España  hermosa  perla¡ ' 
que  entre  sus  garras  con  amor  cautiva : 
para  ser  de  estranjeros  el  asombro 
quc^envidia  cause  á  quien  le  mire  osado 
y  escrito  en  libros,  mármoles  ó  acero 
ensalzada  por  todos  tu  memoria , 
sea  el  timbre  mejor  de  nuestra  historia. 


MÁLAGA. 


Florencio  Luis  PabreSo. 


al:  grande  azara. 


A  los  que  amáis  los  triunfos  de  la  gloría 
que  la  fortuna  al  hombre  esquiva  avara, 
en  el  ejemplo  del  ilustre  Azara 
alia  lección  os  brindará  la  historia. 

£1  nombre  de  su  ingenio,  su  memoria 
contra  la  muerte  del  olvido  ampara, 
que  el  mundo  al  sabio  fama  noble  y  clara 
le  otorga  por  laurel  de  su  victoria. 

Tu  piedra ,  Azara ,  para  alzar  tragiste 


—  262  — 

de  la  gloría  de  España  el  monumento 
y  en  él  al  par  el  tuyo  te  erigiste. 

Tu  ciencia  de  tu  patria  fué  ornamento, 
y  al  mundo  que  en  tu  muerte  vistió  luto , 
consuelo  dio  de  tu  talento  el  frutot 

MÁLAGA.  Madrid  i  .<"  de  abril  de  1852. 

Francisco  Javier  Sdionet* 


Bebió  la  ciencia  en  la  sagrada  copa 
de  los  dioses  del  Pindó :  en  Gel  cadena 
del  galo  y  español  cruzó  la  entena 
y  de  sus  naves  enlazó  la  popa. 

«¡Atrás!...»  dijo,  y  atrás  quedó  la  tropa 
del  Corso  vencedor.  ••  y  con  serena 
y  grave  magcstad  allá  en  el  Sena 
arbitro  fué  de  la  turbada  Europa. 

Caballero  sin  par ,  en  sus  frescores 
ni  una  queja  exhaló :  con  ardimiento 
amó  la  gloria  de  sus  patrios  lares... 

Y  boy  que  yace  en  eterno  apartamiento , 
bendiciones  de  pueblos  á  millares 
coronan  su  virtud  y  su  talento. 

MALAGA.  Bladrid,  abril  de  1852. 

Tomás  Rodríguez  Rubí. 


Kl  ancho  Sena,  el  Arno,  el  Tíbre,  el  Neva, 
el  orbe  entero  aumenta  con  su  lloro , 
el  llanto  de  dolor  que  en  granos  de  oro 
con  sus  aguas  al  mar  el  Ebro  lleva. 

Y  por  luto  mayor  la  deidad  prueba 
secar  sus  linfas  y  raudal  sonoro 

sus  urnas  quiebra  y  rompe  con  desdoro, 
las  conchas  y  cristales  de  su  cueva. 

Y  no  mas ,  dice ,  crezcan  en  mi  orilla 
la  juncia  ,  el  trébol,  flores  y  espadaña 
solo  triste  ciprés,  gualda  amarilla; 

Que  la  muerte  esgrimiendo  su  guadaña 

contra  Azara ,  conduele  y  amancilla 

á  Sobrarbe,  Aragón  y  toda  España. 

MAlaoa. 

El  Solitario. 


A   OR  laiASZfO. 

den  Slmprofle  c  Azara,  4>rajal  c  desqaerA  bnj«rri 
or  Ocray  c  ncmé  on  Corpinrbehí  on  or  dañé  c  Ja- 
saré estcr-grrosia  oHtordé  panebo  (l>* 


Eyasquer  uchurgaffl  t  *    ' 

ijor  Otalpe  de  Sesé, 
lacrorró  hut  alagé , 
zujemia  dor  alpandi ; 
é  chaneria  berbi 
a  coin  sar  rabclanara 
menda  Iramistó  sarplara 
achangao  chorrigaüó,  |    | 

ar  penique  Truliianó  ■■ 

e  den  Simprofie  du  Azara. 

Tuc  ,  jelante  der  chañar , 
luc ,  jelante  dcr  clioror , 
júnela  ar  giiillabaor 
Bos  ajela  rabelar : 
¿plesas  comblaste  mucar 
ar  dcsqueró  hujerí, 
or  ocray  der  Adali 
OD  SDsquc  ardica  choró, 
er  odisilo  en  baró 
per  alar  Corpinchcbi? 

Ote  lúe  chini  aluné 
arcbabasle'sat  luchó, 
■  qucsaste  chino-barú 

de  os  lacros  der  Ostobé ; 

reblinen  sornasibé 

der  serseo  er  lombardo , 

(■}    Li  (i-adaccian  da  ula  compoiicioD  eo  leogoaja  poro  gilioo  j  U  de  \i  tiguicntc  n 
uló,  6  gíliDO  nui  culelUniíido,  te  darán  ea  1h  naUt  reUtiru  i  uli  Huu  y  aultr. 


—  964  — 

diñaste  ehimuclanó, 
terablaste  lujofií 
de  la  peniehe  cangri 
der  sari  corpinchebó. 

On  Ghorriga ,  á  eiler  chÍTeleí  der  ochon  de  giiodaré  der  dale  e  mile  oitor-gretu  pan- 
chardi  duií. 

Atronensb  SmpROFiB  Yelasgo. 


Al  señó  on  Slmprofle  de  Asara,  enUal  de  ».  m.  el 
oeray  de  Sesé  Carlea  III  en  Oerplneliebf ,  1V9K« 

Ay  chinorré!  ¿no  diquelas 
al  perelao  erasñó 
mas  tibao  que  un  fustoquc , 
taralao  de  mistó , 
cara  de  lancho-manú 
de  aspeto  pacbiballó  9 
ardiñao  en  Barbufiales, 
i  por  tanto  Trubianó? 
]So  has  dicao  su  jaez 
desde  el  calco  al  castorró  y 
tan  querelao  i  sorabi* 
tan  lindo  i  tan  síntrabó 
que  no  aguara  pintalo 
el  mas  diestro  costanó? 
Paéceme  que  ha  salió 
de  jestarí  é  mulo ; 
ú  ese  hombre  está  mulajai , 
ó  yo  estoy  matagamó. 

Oye  con  dambos  júnelos , 
caro  ó  pió  laranó^ 
la  historia  de  este  gaché 
que  un  zíngaro  libanó  j 
copiada  al  pie  de  lirestre 
por  este  chorrigafió  f 
nacido  en  Pinacendá  j 
salamito  nosvaló , 
aquirindoy  como  él  solo 


MMta 


—  266  — 

á  la  jerga  de  los  ró , 
pues  vesita  las  calli , 
los  presos  del  cstardó , 
y  está  siempre  chimullando 
en  lenguaje  calorró. 

Quiera  un  devel,  on  Simprofie, 
no  me  vea  yo  orgagó 
al  jinar  la  via  de  ostré 
en  lo  que  tendré  osunchó ; 
pues  que  too  el  mundo  la  garla , 
tamien  la  garlaré  yo , 
que  donde  grasé  se  cria  y 
tamien  nacerá  un  goró. 
Si  se  alumbran  pá  randar 
con  mermellin,  ¡cliachunó! 
i  á  mí  solo  me  alumbrare 
la  luz  del  dandesqueró , 
eso  no  quita ,  ¡  chipé  ! 
que  me  vea  emposuñó 
pa  decir  á  tó  el  diquén 
con  ayuda  del  Uscbó^ 
(i  no  se  pancbibelare 
que  yo  invoco  al  Ancbisó) 
quien  fué  el  que  su  charniqui , 
eseuto  de  la  anguñó , 
modelo  de  toda  sila 
por  su  chin  sacrificó. 
Tuvo  manros  á  millares 
desde  el  buen  Pontesqueró, 
Pío  Zobio  (que  Dios  jaya) 
hasta  el  último  lacró 
de  Pió  Esñá  que  nombraron 
después  Balo  Majaró. 
No  conoció  la  arraqui , 
ó  armitia  aleúdelo, 
lo  fremí  que  le  diñaban 
porque  vivió  colcorró, 
pues  no  terció  rumi , 
dugida,  ni  chavoró, 
que  entre  toos  gastisardan 
canisabao  jandorró. 


34 


Existe  laa  '.-hiiciifna 

I  ni»?  iifraniiw  iiuiiii  iju»?  e¡ 

sfra  lias  :e*:aarv> 

J  ?%»iiíia  jor— i:u:::4r 

ii  jerí:  iei  iia^riamo 

>  su  «4ut?  [•;  piucharian 
i  ei  »fí»f  x'njiai.'hebv. 

YiOHxta  aoano  roüu 


V  v^  \.*  \ 


I 


striaúost  aei  ¿aro : 
itu  naut.'iitvt  it?  liabia. 
.Vino  ie  liiDia  orlan j:o« 
IMS  ?.a:>m  ^ue  la  ¡eív^í  * 
•••ii  .líi  Jpjpo  Dflanio « 

«va  j£t  '^«es^ui...  ua!  pa  qué! 

rtiariifíio  de  Jti  juuilo, 
jr*!  :tt*taüiio  1  JicaJa¿ 
vTuai  s  :uori  bruohanlo: 
ira  ?cf  á:i  uu  oo:v>fe 
Jo  r*oJ  :b¡riia-:IaQo. 

1.^.1  Nai,'.-\»¿í  coa  su  garla 
¿c  Iv^aJjMrtc  o^uncho  ^ 
iro  vrnrjsíítt  sos  perdmelw 
».v;i  >a  jujja  y  scuajaoó 

¿\:Tjrx  [o  ^ue  el  chiro  * 
i  «wrtjjinvk»  íííri 
jLVc  ei  3^1!» Jache  íar\K 
\  j^fut  tfurWa  ta  hisloría 
^tte  en  nxnané  Ubaoó 

\in^^MC«$S«  ó  PUNRDORIO  SlMPBOFlB  DB  YbLASGÓ. 


R 


SEVILLA. 

BEL  BICHO.  SESOn 

DON  JOSÉ  NICOLÁS  DE  ÁZÁU  T  PERERl, 

Lq«  valeí  d«  la  prgiiucia  do  Sevilla. 

Ilustres  vates ,  que  pulsáis  la  lira 
¡loor  dando  á  los  hu'rocs  inmortales! 
á  los  que  el  orbe  ,  venerando  admira 
como  dones  sublimes,  celestiales 
del  Eterno  Hacedor;  de  aquc!  que  inspira 
magna  virtud  á  débiles  mortales : 
suspended  vuestros  cautos  un  momento 
y  con  vosotros  uniré  mi  accsto.  .     l 

THas  ¡  ay  !  (•  cómo  seguir  el  raudo  vuelo  _     -      • 

de  vuestra  voz,  de  vuestra  fautasia?  ' 

Inútil  es  mi  fervoroso  anbelo  , 
que  aunque  osada,  muy  débil  es  la  mia. 
En  vano  inspiíacion  le  pido  al  cielo 
y  raudales  de  dulce  melodía*, 
para  cantar  con  voz  solemne  y  clara  : 
para  ensalzar  al  generoso  Azara. 

Al  ínclito  varón,  que  los  destinos, 
supo  regir  de  la  potente  Koma  ; 
y  cerrar  valeroso  sus  caminos 
al  que  los  tronos  con  su  voz  desploma; 
que  honores  mereció  casi  divinos. 
Cuya  presencia  las  borrascas  doma  , 
que  á  la  eterna  ciudad  comi)atcn  Aeras 
y  sumergirla  ¡olcnlnn  altaneras. 

A  quien  acatan  orgullosos  reyes, 
y  entusiastas  bendicen  las  naciones  : 
al  que  impone  á  los  príncipes  sus  leyes 
y  á  Eu  arbitrio  dirige  sus  acciones. 


—  268  — 

Al  que  á  los  pueblos,  cual  humildes  greyes 
guia  bajo  pacíficos  pendones; 
que  á  todos  rige  su  potente  mano ; 
á  Emperadores,  Reyes,  Vaticano!  (1) 

Cuyo  nombre  inmortal  guarda  la  España 
como  hermoso  recuerdo  de  su  historia. 
Por  cuanto  alumbra  el  sol  y  el  agua  baña 
será  eterna  y  amada  su  memoria. 
JNingun  celage  su  esplendor  empaña. 
INinguna  nube  ofuscará  su  gloria. 
Que  tanto  alcanza  la  virtud,  la  ciencia 
y  el  don  de  una  suprema  inteligencia ! 

Cantad ,  cantad  por  mí  tiernas  poetisas , 
del  Parnaso  español  hermosas  flores  : 
las  que  alegres  sembráis  do  quier  sonrisas  : 
las  que  lloráis  acerbos  sinsabores. 
Eleven  hasta  el  cielo  dulces  brisas 
vuestros  ecos  cual  suben  los  vapores ; 
y  de  Sión  los  ámbitos  resuenen 
con  himnos  al  Señor,  que  la  enagenen! 

A  ti  ;  mi  Dios !  la  creación  entera 
tributará  alabanzas  inmortales ; 
porque  alumbras  al  mundo  en  su  carrera 
con  refulgentes  faros  celestiales. 
Tuya  es  la  luz ,  que  pura  reverbera 
y  guia  en  su  camino  á  los  mortales. 
Por  tí  viven  los  seres  y  fenecen ! 
Por  tí  solo,  los  héroes  resplandecen  I 

Sevilla.  Bcrlanga  de  Duero  17  de  enero  de  1051 

La  Marquesa  del  Surco. 


«¡Bien  haya  veces  mil  aqnel  momento 
Kn  que  n  las  manos  del  saber  se  entregan 
Lus  riendas  del  poder!» 

Quintara. 

España  le  dio  el  ser!...  Del  mundo  Inego 
su  áurea  corona  fué ,  que  tal  estiende 

(t)    Porque  los  Papas  le  consultaban. 


—  269  - 

su  gloria  el  genio,  como  el  sol  su  Tncgo , 
cuando  en  la  azul  región  su  llama  enciende. 

Blanca  estrella  Teliz,  de  eterna  lumtire, 
las  auras  al  mecer  su  ilustre  cuna,  *•. 

se  alzó  en  la  etérea  trasparente  cumbre, 
nuncio  de  su  esplendor  y  su  fortuna. 

Y  del  Eibro  las  márgenes  frondosas, 
que  alegres,  en  su  honor,  se  engalanaron, 
para  ornarla,  al  nacer,  lirios  y  rosas, 

y  las  del  Cinca ,  entre  laurel,  brotaron. 
Orgullo  de  Aragón  los  distinguidos  , 
los'allos  timbres  de  s»  nombre  fueron  , 
y  ,  en  su  profunda  gratitud  unidos  ,  i 
Saint  Cloud  y  et  Quirinal  lo  repitieron. 

Y  para  mas  de  la  inmortal  corona  , 
el, brillo  enaltecer,  mil  en  colores  ' 
á  ella  unieron  el  Tíber,  y  el  Carona,  ' 
y  el  Danubio  y  el  Vístula  sus  (lores. 

Eminente  en  virtud,  grande  en  tálenlo' 
cuanto  es  débil  mi  voz,  pobre  mi  lira, 
cantar  en  vano  el  entusiasmo  intento 
que  boy  su  memoria  al  corazón  le'Jnspira. 

CiPB  y  cien  mas  habrá  que  ardientes  alcen 
sus  cánticos  á  Dios,  y  con  sonoro 
dulce  plectro  inmortal  su  historia  ensalcen 
en  arpas  de  marfil ,  ébano  y  oro. 

Cien  y  cien  mas  ,  <;ue  at  que  verdad  no  espera , 
cual  yo  ,  de  su  laúd  ,  por  mal  templado , 
aunque  mayor  en  fé  su  empeño  fuera, 
solo  admirarlo  en'su  ilusionóle  es  dado. 

Roma,  Bolnni.'i,  Amieiis!...  Harto  esplendente 
sobre  las  torres  de  sus  muros  brilla , 
al  orbe  dando,'_como  luz  de  Oriente  , 
rayos  del  claro  sol ,  qne  ardió  en  Caslilla.' 

;0h!  Mudo  el  labio  á  su  grandeza  quede, 
y  otro  de  mas  valer  su  gloria  alabe , 
que  absorto  el  corazón  ante  ella  cede, 
y  admirarla  ,  y  no  mas  ,  rendido  sabe. 


MAMtEL  AZCCTIA. 


-  270  — 


AL  DIPLOMÁTICO  AZARA. 


Héroe  de  paz ,  que  te  fugaste  al  cielo : 
tu  preclara  virtud  narra  la  historia. 
Tu  benéBco  afán  ,  tu  dulce  anhelo , 
son  los  timbres  que  adornan  tu  memoria. 
]No  tu  fama  cimenta 
del  ambicioso  el  pertinaz  deseo , 
ni  de  la  lid  sangrienta 
el  bárbaro  trofeo. 

Con  intranquila  compasión  mirabas 
de  agena  patria  el  proceloso  abismo  ^ 
intrépido  en  su  auxilio  te  lanzabas^ 
pues  con  pavor  mirabas 
la  siniestra  mansión  del  egoismo. 

Y  de  tu  vida  en  la  fugaz  carrera 
pura  brilló  tu  fama ,  y  esplendente  ^ 
como  en  límpida^esfera 
brilla  del  sol  la  enrojecida  frente. 

SEYlLLk. 

Ildefonso  Antonio  Beriuejo. 


¿  Quién  del  genio  bañado  en  pura  llama 
al  gran  Napoleón  el  carro  enfrena , 
y  el  iris  pinta  en  la  región  serena 
do  antes  la  tempestad  ardiendo  brama? 

¿A  quién  alaba  en  su  clamor  la  Fama  j 
Amiens  aplaude,  gloriGca  el  Sena  , 
y  libre  ya  de  la  angustiosa  pena 
Roma  Libertador  y  Padre  aclama? 

Es  al  insigne  Azara ;  su  memoria , 
que  ensalzan  hoy  los  vates  de  Castilla  ^ 
con  eterno  buril  graba  la  historia ; 

Y  en  su  sien  venerable  y  sin  mancilla  j 
de  escelsa  gratitud  signo  y  de  gloria, 
ved,  de  Dibbiano  la  corona  brilla. 

Sevilla.  Sevilla  22  de  enero  de  4852. 

Juan  José  Bueno. 


—  272  — 

A  otro  laurel  mas  limpio  y  mas  oculto 
con  que  Azara  se  adorna ,  fiel  mi  labio 
rinde  de  admiración  ferviente  culto. 

Laurel  precioso  que  conquista  el  sabio 
en  los  vergeles  del  saber  amenos , 
que  si  no  cuesta  mas ,  no  vale  menos. 

Sevilla. 

Manuel  Juan  Dlitía. 


Oh !  si  los  nuevos  ayes  de  tu  Roma 
oyeses,  otra  vez  vuelto  á  la  vida, 
si  vieses  espirar ,  cual  cierva  herida , 
tu  Italia  que  vencida  se  desploma. 

Si  de  la  guerra  la  sangrienta  poma 
vieses  rodar  en  llamas  encendida, 
y  á  Kspaña  yerta ,  á  Francia  estremecida , 
y  suelto  un  huracán  que  nadie  doma. 

Tú,  Mentor  de  la  paz,  ¿de  qué  manera 
hoy  renovaras  tu  felice  historia 
en  la  discordia  que  en  el  mundo  impera? 

¿Fuérate  ya  imposible  aquella  gloria? 
oh!  no :  que  un  nuevo  Azara  Europa  espera 
que  legue  eterna  al  mundo  otra  memoria. 

Seyuxa. 

Gabreel  Estrella. 


¡Salve,  genio  inmortal!  La  prez  recibe 
que  hoy  á  tu  nombre  el  español  tributa : 
digna  es  la  fama  que  del  orbe  todo 
los  dilatados  horizontes  cruza , 
del  sacro  lauro  que  ornará  por  siempre 
la  triste  losa  de  tu  noble  tumba. 

Dígalo  el  Sena  que  de  tu  alta  gloria, 
inmarcesible,  universal  y  justa, 
sus  triunfos  canta  en  la  callada  noche 
cuando  sus  ondas  plácidas  murmuran 
dulces  recuerdos  que  á  la  edad  presente 


—  ais- 
las linieblas  de  an  si^Io  nos  ocoltao. 

Yo  de  Italia  también  bajo  su  delo^ 
cuando  la  brisa  celestial  arrulla 
en  torno  á  su  sagrado  monumento 
qne  los  arcanos  de  la  F¿  sepulta , 
tu  nombre  oí  qne  lerantaba  ufana 
hasta  elevarlo  i  la  gigante  cúpula ; 
tu  nombre,  cuya  fama  repetían, 
desde  el  bello  Posilípo  en  la  altura , 
la  celeste  morada  de  VirgUio , 
j  del  Pantheon  las  bóvedas  oscuras,' 
las  auras  del  soberbio  Palatino , 
del  Capitolio  la  mansión  angosta , 
hasta  perderse  allá  en  el  Yatieaou 
donde  por  siempre  Tivirá  insepulta. 


lIidridiSdemiiodBiSSt. 

Josfi  Gdtibbbsz  bb  la  Ysga, 


Si  el  nombre  augusto  de  la  patria  mia 
brilla  eterno  en  el  suelo  italiano, 
y  WD  RUS  glorias  repite  el  garellano, 
y  en  los  campos  resuenan  de  Pavía; 

Con  grata  aclamación  también  un  dia 
iris  de  p3E  lo  saludó  el  romano , 
cuando,  á  la  voz  de  Azara ,  el  Vaticano 
libre  se  viera  de  venganza  impía. 

Dos  veces  Tíber  su  feraz  ribera 
temió  mirar  de  escombros  oprimida, 
y  en  sangre  tinta  su  corriente  clara ; 

Y  dos  veces  inmune,  al  par  venera 
y  repite  con  voz  agra'decida 
los  daros  nombres  de  León  y  Azara. 


ScTÍlU,  «DtTo  d«l85S. 
Lms  S.   HUIDOBBO. 


274  — 


AL  HEIORABLE  AZARA. 


Brille ,  Azara ,  enlazado  al  de  Jotído 
el  blasón  ostentoso  de  tu  gloría ; 
que  de  la  suya  al  par  legó  el  destino  j 
entre  el  común  aplauso  tu  memoria 
á  los  patrios  anales , 
dó  se  graban  los  hechos  inmortales. 

Asi  9  mientras  que  vierte  en  su  amargura 
tu  ilustre  sucesor  acerbo  llanto  y 
y  con  laudable  afán  tejer  procura 
guirnaldas  de  ciprés  y  de  amaranto  ^ 
cual  nunca  limpia  y  bella 
esplende  ufana  de  Aragón  la  estrella. 

I  Quién  me  diera  ensalzar  esos  albores 
con  rigoroso  y  desusado  aliento , 
y,  de  la  edad  burlando  los  furores, 
erigir  perdurable  monumento 
al  que  la  Hesperia  aclama , 
y  con  cien  trompas  la  sonante  fama ! 

Mas ,  si  hoy  Apolo  su  favor  me  niega  y 
en  vez  de  tributar  dignos  cantares , 
ofreceré,  de  los  que  el  Bétis  riega, 
verdes  mirtos  y  frescos  azahares 
al  varón  eminente 
que  mil  lauros  y  mil  ciñó  á  su  frente. 

Otros  dirán  en  mármoles  gloriosos 
con  fúlgido  buril  y  diestra  mano 
del  gran  patricio  en  tiempos  venturosos 
la  vasta  ciencia ,  el  genio  sobrehumano , 
su  imponderable  celo , 
de  preclaros  repúblicos  modeló. 

Dirán ,  contuvo  en  su  fatal  carrera 
al  Corso ,  domador  de  cien  naciones , 
cuando  á  Itah'a  cruzó  con  saña  fiera 
al  frente  de  terríficas  legiones , 
concibiendo  inhumano 
hollar  con  férrea  planta  el  Vaticano. 

Cuando  el  Coloso  ambicionó  potente 
en  las  bélicas  artes  sin  segundo 


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—  275  — 

llenar  desde  la  aurora  hasta  oceidente 
con  su  imperio  los  ámbitos  del  mundo , 
y  si ,  mas  allá  hubiera 
mas  allá  erguir  de  Marte  la  bandera. 

Dirán ,  que  á  Azara  entonces  proclamando 
Roma  su  salvador ,  de  gozo  henchida , 
orló ,  á  despecho  del  yencido  bando  ^ 
su  imagen  en  los  bronces  esculpida  j 
y  alzó  en  torno  trofeos , 
que  aún  admiran  Gimnasios  y  Liceos. 

Y  yo  á.los  ecos,  que  do  quier  propalan 
del  insigne  español  tiernos  loores 
recogeré  los  que  en  su  tumba  exhalan , 
ricos  aromas,  escogidas  flores, 
y  al  son  de  blanda  lira, 
el  canto  egregio  que  su  nombre  inspira. 

Himno,  que  en  la  alta  cima  del  Moncayo 
mustia  repite  en  noche  silenciosa 
de  tibia  luna  al  moribundo  rayo 
de  Barbuñales  hada  misteriosa , 
que  de  consuelo  agcna , 
asi  mitiga  su  doliente  pena  : 

«Coronas  al  que  fué  perenne  ejemplo 
de  patrio  amor  y  de  moral  civismo, 
al  que  de  la  lealtad  se  alzó  en  el  templo 
sublimando  al  valor,  y  al  heroísmo , 
y  al  solio  de  los  reyes 
llevó  consejos  y  benignas  leyes. 

i>Del  Tercer  Carlos  ante  el  tronó  augusto, 
del  sucesor  de  Pedro  ante  la  Silla, 
muéstrase  á  un  tiempo  compasivo  y  justo , 
sin  que  empafie  jamás  con  vil  mancilla 
la  adulación  su  labio, 
ni  la  infanda  calumnia  en  torpe  agravio. 

»De  la  virtud  en  las  radiantes  aras 
supo  rendir  magnificas  ofrendas. 
La  paz  su  escudo ;  y  cetros  y  tiaras , 
que  desunieron  hórridas  contiendas ,  . 
con  vínculos  estrechos 
hermanó  al  par  que  á  enemisU^dos  pechos. 

i>El  error ,  la  ignorancia  confundidos 
súbito  huyeron  su  imperiosa  vista , 


—  276  — 

ú  su  mágico  influjo  enaltecidoB 
el  vate 9  el  arqueólogo,  el  artista, 
en  quienes  impotente , 
la  envidia  no  clavó  su  negro  diente. 

i^Cántenlo  España  y  el  antiguo  Lacio  ^ 
al  recordar  las  palmas  que  esparciera 
sobre  las  tumbas  de  Marón  y  Horacio , 
y  á  honor  de  Laso  en  la  feraz  ribera , 
do  candidos  pastores 
aún  vibran  el  laúd  de  los  amores. 

«La  del  divino  T^lio  am^a  sombra, 
la  de  Mengs ,  la  de  Casti  y  de  Prudencio 
á  Azara  ,  siempre  que  mi  voz  le  nombra , 
honren ,  turbando  el  funeral  silencio , 
y  asaz  gratas  y  fieles 
cédanle  olivas ,  plumas  y*pinceles ; 

«Mientras  que  al  cielo  con  plegaria  pia 
demando  para  Hesperia  otros  varones 
de  tan  bizarra ,  insólita  hidalguía , 
que  acrecienten  sus  timbres  y  blasones , 
cogiendo  por  tributo 
de  eterna  admiración  el  dulce  fruto. » 

Aquí  calló ;  y  el  ancho  firmamento 
respondió  al  melancólico  gemido, 
que  raudo  puebla  la  región  del  viento 
y  por  sonoros  ecos  repetido , 
dt¡jízara  con  el  nombre 
lleva  do  quier  el  español  renombre. 

Sevillí.  Seiilla  20  de  enero  de  1853. 

FRAmnsco  Rodríguez  Zapata. 


EL  CIEGO  ROMANCERO 


El  preludio  sonó  de  mi  víhuSla ; 
vengan  á  colocarse  en  derredor 
para  escuchar  la  dulce  cantinela , 
las  jácaras  del  ciego  historiador. 

Os  cantaré  de  júbilo ,  de  amores , 


r 


—  277  —        - 

de  yentuní ,  de  (^oria ,  de  placer, 
y  también  de  di^ichas  y  dolores  j 
de  torturas  y  lento  padecer. 

Los  que  gustéis  de  gozo  y  de  alegría 
y  festivo  trovar,  venid  aquí ; 
los  que  busquéis  doliente  melodía  j 
funeraria  canción ,  llegad  á  mi. 

Hijos ,  llegad  al  ciego  peregrino 
harto  rico  y  feliz  con  su  laúd , 
y  un  perro  que  dirige  su  camino , 
amigo  de  leal  solicitud. 

Llegad  al  viejo  trovador  viandante 
que  el  mundo  corre  sin  temor  ni  afán ; 
seguro  de  obtener  después  que  cante 
de  francas  manos  abundante  pan. 

JVo  me  inquieto  en  buscar  para  mafiana  j 
ni  de  hoy  recelo  la  miseria  en  pos; 
que  es  harto  grande  la  piedad  cristiana ; 
que  es  infinita  la  piedad  de  Dios. 

Si  mi  pupila  vaga  y  oscurecida , 
en  la  creación  no  puédese  fiiar , 
en  éxtasis  el  alma  embebecida 
mas  bella  sabe  la  creación  sofiar. 

Un  trovador  tal  vez  os  ha  pintado 
de  palacio  el  espléndido  festin ; 
de  boda  regia  el  ritual  sagrado ; 
las  glorias  del  famoso  paladin. 

En  la  Alhambra  la  fiesta  soberana 
de  Boabdil  tras  el  último  revés ; 
los  desposorios  de  Felipe  y  Juana ; 
el  regreso  triunfal  de  Hernán-Cortés. 

Tal  vez  un  romano  os  ha  narrado 
alguna  infausta  crónica  redi ; 
los  trances  de  un  caudillo  denodado ; 
de  escelsa  dama  el  trágico  final. 

De  Rodrigo  la  horrenda  desventura ; 
el  suceso  funesto  de  Montiel ; 
del  heroico  Guzman  la  suerte  dura ; 
de  Fadrique  y  de  Blanca  el  fin  cruel.    . 

De  Pizarro  quizás  cantó  la  gloria , 
su  muerte  por  fatal  conjuración; 
ó  de  Quevedo  os  refirió  la  historia  j 


—  278  — 

8u  incesante  y  tenaz  persecución. 

Puedo  contaros  en  sentido  canto 
la  vida  de  trabajos  y  escasez 
de  aquel  manco  famoso  de  Lepanto, 
Miguel  Cervantes,  de  su  siglo  prez. 

Con  el  Papa  y  el  Rey  la  preeminencia 
en  honores  y  digna  estimación 
de  Lope  y  autor  de  cómica  escelencia, 
monstruo  de  inagotable  concepción. 

De  Juan  de  Mena  á  referiros  paso 
el  valimiento  con  el  rey  Don  Juan ; 
los  favores  que  obtuvo  Garci-Lasso , 
soldado  y  rimador;  bravo  y  galán. 

Las  honras  que  Yelazquez  alcanzara ; 
cuando  al  sabio  pintor ,  genio  andaluz , 
el  monarca  Filipo  colocara 
del  apóstol  patrón  la  roja  cruz. 

O  la  grata,  reál^benevolencia 
que  alentara  á  Don  Pedro  Calderón , 
honrando  de  Felipe  la  presencia 
cuantas  obras  produjo  su  invención. 

Trataré  de  los  nobles  Arjensolas , 
Lupercio ,  y  el  Mayor ,  Bartolomé ; 
y  blasón  de  las  letras^españolas , 
de  los  Azaras,  Felii  y  José. 

Félix  marino  y  gran  naturalista ; 
y  José  Nicolás ,  alto  varón , 
hábil  ministro,  célebre  humanista, 
que  á  la  Europa  llenó  de  admiración. 

Os  diré  del  postrero  los  anales ; 
que  los  obtuve  por  relato  fiel 
en  sn  pueblo  nativo,  Barbufiales, 
que  guarda  con  sus  restos  su  laurel. 

Yo  no  la  he  visto ;  mas  posé  mi  mano 
en  el  mármol  de  augusta  construcción , 
con  que  el  Marqués  ilustre  de  (JNibbiano 
de  tal  deudo  decora  la  mansión. 

Yo  he  visitado  los  patricios  lares 
del  predilecto  en  Roma  y  en  París , 
y  recuerdo  las  trovas  populares , 
que  graban  su  memoria  en  el  pais 

£1  asunto^que  os  plazca  decid  luego ; 


-s«  — 

y  de  su  histom  cntri'teniíía  en  pos, 
diréis  en  paga  de  su  canto  al  ciego 
«no  limosna  por  amor  de  Dios. 


Seiilla  10  .Ig  enero  de  tG53. 

Josfi  Vbuzqdez  y  Saiichbz. 


AL  CÉLEBae  AZARA  (4)< 


Oh  musas !  dadme  una  Qorida  rama 
de  lauro ,  con  qae  oraar  la  alta  memoria 
de  él  que  celebra  nuestra  patria  historia, 
de  él  que  eterniza  con  su  voz  la  fama. 

Gran  politico  aquella  le  proclama, 
cuando  sagaz  al  numen  de  la  gloría 
contuvo  eu  el  ardor  de  la  victoria, 
por  lo  que  Roma  salvador  le  aclama. 

Y  esta  su  nombre  con  la  trompa  de  qro 
de  la  inmortalidad  fija  fn  el  templo, 

de  preclaros  varones  entre  el  coro. 

Y  allí  con  noble  orgullo  lo  .contemplo , 
de  honra ,  de  ciencia  y  de  virtud  tesoro, 
de  boDor  de  ciencia  y  de  virtud  ejemplo. 


Uidridl.odeUiToISS 

El  Ddoob  de  Rivas. 


Separó  tu  sepulcro  de  mi  cuna 
de  medio  siglo  la  siguiente  huella; 
y  hoy,  solo  el  mármol  que  tu  tumba  sella, 
triste  contemplo  al  rayo  de  la  luoa. 

S'i  las  grandezas  que  el  mortal  aduoa, 

la  muerte  las  confunde  y  atropella  ; 
pero  la  ¿loria  fúlgida  destella , 
inmóvil  sobre  el  tiempo  y  la  lortuna. 

{^)    Eiu  poeiíi  del  Excmo.  Sr.  D.  Ángel  Saavedra,  debe  conur»  eilre  i»  de  J« 
niH  de  CÚrdobi  lo  mumo  qne  la  lignieote  de  id  leoor  bije  D.  Enrique. 


—  280  — 

En  el  supremo  libro  de  la  Historia , 
donde  la  envidia  ó  la  pasión  fenece  ^ 
grabó  la  fama  tu  eternal  memoria  : 
Y  allí  tu  nombre,  que  alto  resplandece , 
luz  de  las  ciencias ,  de  la  España  gloria , 
ejemplos  de  virtud  al  orbe  ofrece. 

CoRDOBi.  Madrid  I  .•  de  Hayo  de  1852. 

E.  S.  Marqués  de  AdiSon. 


*—* 


AL  INHORTiL  AZARA  (I). 

Procer  ilustre  de  los  tuyos  gloria 
y  honor  y  ejemplo  de  la  patria  mia, 
el  mármol  guarda  tu  ceniza  fria 
pero  vive  en  el  tiempo  tu  memoria. 

Fuiste  quien  de  la  vida  transitoria 
al  alcanzar  el  postrimero  dia 
puede  fijar  su  clara  nombradla 
en  el  eterno  libro  de  la  historia. 

En  él  tu  nombre  la  virtud  escribe , 
en  él  también  la  esplendorosa  llama 
de  tu  feliz  ingenio  se  percibe. 

En  él  la  ciencia  tu  saber  proclama , 
y  de  tus  hechos  generosos  vive 
inmaculada  la  brillante  fama. 

Cbiglana  db  la  FaoifTBRl.  Madrid  y  abril  de  1852. 

AinroNio  GáRaA  Gutiérrez* 

(1)    Eita  poftfa  pertenece  á  la  provincia  de  Cidii. 


V.  .  • 


p  • 


a^m^mimm 


USA  mmm. 


Ceaprende  las  Oores  poéticas  qoe  dedican  á  so  ilastre  paisano  los 

vates  de  las  provincias  de : 


miESGA. 


TERUL. 


ZARAGOZA. 


mMttaoa  v  amaat/t  9JiiaA<nmmB0va<tJi  atan  baob» 


36 


Surget  gms  auna  mundo. 
(Ymetuo,  Égloga  4/) 


HUESCA. 

•  

ÜEI.   ILUSTRE   LITERATO   T   DIPLOMÁTICO  ESI'ASoL 

EXGHO.  SR.  DON  JOSÉ  AIGOLAS  DE  AZARA  Y  PERERA. 

Titts  de  li  pnnióa  It  tmta. 


Seres  hay  que  en  él  mondo  ípsreeieroD 
sedientos  del  poder  y  la  fortuní  ■, 
que  con  su  toz  al  orbe  estremecieron , 
y  que  su  faz  cambiando, 
imperios  y  naciinies  eoaquistando, 
dieron  su  nombre  al  siglo  eo  qoe  TÍTÍeroD. 
Cual  raudo  torbellino 
eihalados  corrieron  tras  la  gloria 
despreciando  los  riesgos  del  camino  : 
escribieron  su  historia 
sobre  ruinas  de  pueblos  humeantes; 
y  si  ceñir  lograron 
de  laureles  brillantes 
su  frente  victoriosa, 
regados  fueron  antes 
cou  la  sangre  del  pueblo  generosa. 

¡Ay!  A  ñn  que  la  madre  afortunada 
de  un  héroe ,  la  que  un  día 
rogaba  á  Dios  por  él,  junto  á  su  cuna, 
ó  en  sus  amantes  brazos  le  mecia 
escuche  sonriendo  enagenada , 
la  narración  de  sus  gloriosos  hechos, 
¡  cuántas  madres  no  habrá  ,  gimiendo  tristes, 
al  ver  ya  para  siempre 
los  santos  lazos  de  su  amor  deshechos. 

IVo  fué  csta'gloría ,  no ,  la  que  en  el  mundo 
para  ti,  noble  Azara,  ambicionaste; 


—  284  — 

indigna  de  él  tu  genio  la  creería : 
y  la  gloría  que  existe 

en  la  virtud,  fué  tu  ambición tu  guia , 

porque  la  gloria  eo  la  virtud  consiste ; 
y  cuando  frente  á  frente 
con  el  héroe  del  siglo  te  encontraste , 
el  que  audaz  y  valiente 
seguido  de  sus  bélicas  legiones 
impuso  leyes  á  la  Europa  entera  , 
é  hizo  doblar  bajo  su  férrea  planta 
sus  cervices ,  á  reyes  y  naciones ; 
absorto  oyó  tus  sabias  advertencias, 
tus  prudentes  razones , 
dando  paz  á  los  pueblos  temerosos , 
que  en  ti  cifraban  la  esperanza  suya , 
siendo  entonces  su  gloria 
aventajada  por  la  gloría  tuya. 

¡  Qué  vale  la  victoria ! 
qué  los  odiosos  triunfos  de  la  guerra , 
que  cuestan  sangre  y  lágrimas  sin  cuento , 
y  hacen  de  horror  estremecer  la  tierra , 
si  se  comparan  con  los  nobles  triunfos 
de  la  santa  virtud  y  del  talento ! 

Vimos  á  Bonaparte,  que  lidiando 
en  su  furor  impio 
su  camino  de  victimas  sembrando , 
dominar  quiso  al  mundo  á  su  albedrio , 
para  esclamar  después  con  arrogancia 
¡Cuanto  ilumina  el  solj  es  todo  mió  ! 
Y  el  fuego  asolador  de  sus  cañones 
destruyó  templo^^  abrasó  ciudades; 
y  á  su  empuje  los  tronos  vacilaron ; 
y  las  coronas  á  sus  pies  cayeron ; 
y  execraron  su  nombre  las  naciones; 
y  los  buenos  su  orgullo  despreciaron ; 
y  las  madres,  su  gloria  maldijeron!! 

Tú  ,  mas  feliz  en  tanto , 
sembrando  beneficios  y  favores , 
ya  mitigando  el  llantoj 
del  triste ,  que  yacia 
sufriendo  la  miseria  y  sus  horrores ; 
ya  prodigando  afee  toa  7  consuelo 


—  285  — 

á  los  que  viste  un  dia 

alzados  sobre  un  trono 

del  cual  los  arrojó  la  suerte  impía ; 

ya  tendiendo  al  artista  en  su  abandono 

tu  mano  generosa , 

ó  legando  á  los  siglos  venideros 

las  preciosas  memorias  de  tu  vida , 

tan  útil  á  la  patria ,  tan  gloriosa ; 

ya  honores  y  riquezas  despreciando 

porque  mas  que  el  poder ,  y  mas  que  el  oro 

comprendiste ,  ¡  oh  Azara !  que  valian 

tu  noble  dignidad  y  tu  decoro  ; 

tii  conseguiste  que  tu  vida2fuera 

dichosa ,  que  tu  nombre 

con  justa  admiración  se  repitiera ; 

que  tu  memoria  viva  eternamente 

y  que  todos  los  buenos  corazones 

á  tu  virtud  rindieran  un  tributo 

de  respeto ,  y  amor  y  bendiciones. 

Asi  mi  pátríai^amada , 
la  que  ostenta  su  frente 
de  inmarcesibles  lauros  coronada , 
con  orgullo  tus  hechos  hoy  recuerda , 
y  en  tu  gloria  se  goza , 
que  su  seno  fecundo 

hombres  cual  tú  produce,  ilustres,  grandes, 
de  alta  virtud  y  ae  saber  profundo , 
y  pueblos ,  cual  la  insigne  Zaragoza 
que  ejemplos  son  y  admiración  del  mundo! 

Tamarite  de  Litera.  Madrid  28  de  marzo  de  1851. 

Dolores  Cabrera  y  Heredia. 


AL  ínclito  AZiRi. 


Pasan  con  raudo  vuelo  las  edades 
dejando  en  pos  de  sí  profunda  huella ; 
en  polvo  se  convierten  las  ciudades  j 


[ 


—  286  — 

y  el  trono  del  poder* cnige  y  se  estrella. 

Destrúyense  también  ricas  naciones  | . 
que  eran  orsullo  de  la  edad  pasada  ^ 
y  los  hiios  de  mil  generaciones 
se  pierden  en  el  caos  de  la  nada. 

1  á  los  siglos  j  losjsiglos  se  suceden  ^ 
y  en  los  escombros  álzanse  ciudades , 
y  tronos ,  que  en  poder  ni  en  brillo  ceden 
y  ocuoan  otras  regias  potestades. 

Todo  es  revolución ,  todo ,  el  presente 
ocupando  el  lugar  de  lo  que  ha  sido 
Tiene  á  formar  del  porvenir  la  fuente 
y  el  pasado  sepulta  en  el  olvido. 

Todo  perece ,  si ,  la  fama  solo 
se  alza  en  medio  de  escombros  y  ruina  y 
é  inalterable  y  fiel  de  polo  á  polo 
sobre  los  tiempos  sin  cesar  domina. 

Inmutable^y  eterna  en  su  carrera 
el  ámbito  del  mundo  recorriendo^ 
de  grandes  genios ,  que  el  mortal  venera 
vá  los  nombres  al  mundo  repitiendo. 

También  el  tuyo ,  Azara ,  resonando 
revela  tu  poder  sabio  profundo, 
y  tus  hechos  la  fama  proclamando , 
eres  ¡oh  genio  I  admiración  del  mundo. 

Alcen  tus  deudos  bello  monumento 
que  muestre  y  eternice  tu  memoria , 
mas  basta  el  que  por  premio  á  tu  talento , 
te  reserva  en  sus  páginas  la  historia. 

Arbitro]  del  poder  hombre  admirable 
con  tu  genio  los  genios  avasallas , 
y  detienes  la  espada  formidable 
del  siempre  vencedor  en  las  batallas. 

Privado  de  monarcas ,  sus  acciones 
diriges  con  certero  y  sabio  tino , 
calmas  la  acitacion  de  las  naciones , 
y  cual  iris  de  paz  es  tu  destino. 

Sabio  escritor,  tu  inteligencia  avivas 
y  obras  sin  cuento  al  porvenir  presentas , 
amante  de  las  ciencias ,  las  cultivas  ,^ 
protector  de  lu  artes  |  las  fomenta8.| 

Y  tu  nombre  do  quiera  resonando 


—  287;— 

revela  tu  poder  sabio  profundo , 
y  tus  hechos  la  fama  proclamando^ 
eres  ¡  oh  genio  I  admiración  del  mundo. 

Salve ,  inmortal  Azara ,  tu  memoria 
llena  mi  pecho  de  respeto  mudo , 
y  unida  á  los  cantores  de  tu  gloría , 
ilustre  aragonés ,  yo  te  saludo. 

Hija  de  la  ciudad ,  que  fué  el  emporio 
cual  Atenas  y  Roma  de  la  ciencia 
la  de  la  escuela,  que  fundó  Sertorio,  (1) 
do  comenzó  á  brillar  tu  inteligencia. 

¿  Cómo  negarme  pues  genio  eminente 
cuando  la  fama  tu  saber  pregona , 
si  del  numen  un  rayo  arae  enfmi  mente 
á  poner  una  flor  en  tu  corona  ? 

¡  Oh !  quién  tuviera  la  sonora  lira 
que  Safo ,  y  que  Corína  poseyeron , 
y  un  destello  del  fuego ,  que  respira , 
con  que  siempre  inmortal  su  nombre  hicieron. 

Pero  otros  bardos  de  tu  gloria  amantes 
tus  hechos  cantarán  con  lira  de  oro , 
y  las  flores  que  viertan  cual  diamantes 
de  tu  corona  harán  rico  tesoro. 

Mas  la  mia  modesta  siempreviva 
sin  brillo ,  sin  fragancia ,  ni  colores , 
se  ocultará  bajo  la  rosa  altiva 
y  entre  las  galas  de  tan]  ricas  flores. 

Solo  aparecerá  como  una  prenda 
que  al  contemplar  tu  esclarecida  historia 
una  hija  de  Aragón ,  cual  tierna  ofrenda 
consagra  en  su  entusiasmo  á  tu  memoria. 


HüBSGA. 


Valencia  26  de  jolio  de  1851, 

NiGOLASA  Causada. 


Generoso  y  leal ,  libre  y  valiente , 
el  de  Aragón ,  un  dia 
el  rayo  de  la  guerra  dirigia 


(t)    Lt  ciidad  de  Haesca. 


—  288  — 

del  ocaso ,  al  oriente. 

Y  do  su  brava  gente 

la  infatigable  planta  reposaba , 
todo  el  país  temblaba , 
so  el  peso  de  su  férrea  armadura , 
de  su  ardor  sin  igual  y  su  bravura. 

Entonces  los  Giménez ,  los  Aristas  y 
los  Pedros^  los  Abarcas,  los  Ramiros, 
los  Jaimes ,  los  Alfonsos ,  los  Martinez 
dilataron  del  reino  las  conquistas , 
cercados  de  sus  fuertes  paladines. 
Entonces  se  estendieron  los  confines 
mas  allá  de  los  mares. 

Y  abandonaron  los  sus  patrios  lares, 
bajo^la  enseña  santa , 

terror  y  confusión  del  vil  alarbe, 
porque  á  tanto  valor,  á  gloria  tanta 
ya  no  bastaba  el  reino  de  Sobrarbc. 

¡Nuestro  Aragón^ entonces 
hasta  reyes  tenia  tributarios!!!... 
Mas  por  contrastes  varios 
de  la  inconstante  y  desleal  fortuna , 
rota  la  Media  Luna , 
deshechos  en  su  tierra  los  contrarios 
en  la  vaina  embotada  la  cuchilla , 
Fernando  de  Aragón  caballeroso 
un  reino  con  la  mano  dio  de  esposo 
á  Isabel^Ia  Primera  de  Castilla. 

Permitid,  castellanos, 
de  un  pecho  aragonés  la  espansion  justa 
de  sus  padres  en  pro  y  sus  soberanos. 
Todos  somos  hispanos ; 
y  una  madre  común  puesto  tenemos, 
lo  conveniente  es  ya ,  que  los  hermanos , 
como  buenos  hermanos  nos  amemos. 

Mas  no  por  esta  unión ,  de  ingenios  grandes 
quedó  infecundo  de  Aragón  el  suelo. 
La  tiara  y  el  capelo , 
el  palio  y  mitra  y  toga  venerable, 
y  el  victorioso  sable , 
y  todo  cuanto  grande  se  ha  alcanzado 
tras  de  afanes  prolijos. 


lodo  .,  L     .         ~  289  _ 


de/ 


f 


—  ago- 
la madre  de  Orlcans ,  madre  piadosa , 

i  del  postrimero  rey  de  los  franceses, 

¡  á  Azara  acude  triste  y  pesarosa, 

contando  de  su  suerte  los  reveses. 

Y  el  alma  generosa 
del  inmortal  Azara  á  la  Princesa 
consuela  y  seca  el  llanto ; 
y  á  aquellos  que  causaron  su  quebranto 
también  protege  con  unción  cristiana 
en  la  Puerta  Otomana. 

Y  todos ,  de  distintas  opiniones , 
de  encontradas  fracciones, 
y  hasta  los  de  diversas  religiones, 
todos  hallan  cabida 
en  aquel  pecho  humanitario  y  justo!... 
Nadie  se  llegó  á  Azara  y 
en  busca  de  consuelo , 
que  en  él  no  le  encontrara , 
lleno  de  humano  y  religioso  celo. 

Felice  tú  mil  veces 
que  sin  odios  mezquinos  ni  rencores , 
cruzaste  de  la  vida  los  albores, 
y  á  la  tumba  bajaste!...  Allí  á  las  preces 
siguieron  los  acentos  plañidores , 
premio  el  mayor  á  grandes  bienhechores. 

Feliz  tu  descendiente 
el  marqués  de  JNibbiano , 
que  puede  circular  de  gente  en  gente: 
«Ese  noble  ascendiente 
que  yace  en  ese  túmulo  cristiano, 
al  templo  de  la  Fama  llegó  ufano 
y  se  ciñó  con  su  esplendente  aureola 
sin  que  por  él  vertiera  el  ser  humano 
lágrimas  de  pesar  una  vez  sola.» 

Pebtusa.  Teroel  23  de  joaio  de  1 851 . 

Félix  db  Antonio. 


—  29)  — 
i  LA  MEMORIA  U  AZARA. 

?Jo  muriera  cautivo  en  Sania  Elena, 
ni  (le  pouas  Be  viera  circundado 
arrastraudo  uua  bárbara  cadena 
el  hi'roc  que  la  Francia  habla  adorado , 
y  cuya  fama  el  universo  llena, 
8Í  dócil  tus  consejos  ,  practicado 
hubiera  en  su  poder ,  y  la  victoria 
no  huyera  entonces  de  su  diva  gloria. 


Madrid  IG  da  julio  <1b  lQ5t. 

Pedho  Escüdebo  y  Esgüdebo. 


Sb.  D.  Basilio  Sebastian  Castellinos  de  Losada. 

Muy  Sr.  mío  y  de  mi  mayor  aprecio  :  Abrumado  con  las  muchas 
y  perentorias  ocupaciones  anejas  al  cargo  que  desempeño,  y  olvidado 
totalmente  del  lenguaje  de  las  Musas,  que  cultivé  una  corta  tempo- 
rada por  mero  solaz  y  pasatiempo,  no  me  es  posible,  con  mucho 
sentimiento  mió,  corresponder  á  la  honrosa  invitación,  que  V.  y  mí 
querido  tio  el  Marqués  de  INibbiano  me  hacen,  de  añadir  al  cató- 
logo  de  brillantes  composiciones  que  ya  cuenta  la  Corona  poética  de 
D.  José  Nicolás  de  Azara,  una  que  sea  producto  de  mi  pobre 
ingenio. 

Aun  cuando  me  considerase  capaz  de  hacer  alguna  cosa  que 
fuese  digna  del  sngeto  á  quien  se  dirigiera,  y  que  no  desmereciese  de 
aquellas  á  cuyo  lado  habia  deOgurar,  hay  una  consideración  que 
todavía  me  retraerla  de  ello,  y  es,  que  siendo  yo  persona  tan  unida 
co  parentesco  al  Sr.  D.  José  Nicolás  de  Azara ,  lemeria  que  mis 
conceptos  apareciesen  inspirados,  mas  por  el  interés  del  parentesco, 
que  por  el  entusiasmo  de  sus  virtudes  y  preclaro  talento,  siguiendo  en 
entaparte  el  ejemplo  del  actualMarqués  de  Piibbiano,  que  para  histo- 
riador de  su  famüia  eligió  -i  V.  con  preferencia  á  todos  sus  parientes, 
en  lo  que  además  del  distinguido  saber,  y  demás  cualidades  que  le 
adornan,  tuvo  presente  la  máxima  de  que: 

«Laus  in  ore  propriis  vilescit.  » 

Ocúpense  en  hora  buena  las  Musas  españolas  en  cantar  las  glo- 
rias de  aquel  varón  dustre  á  quien  tanto  deben  por  haberlas  devuelto 
el  buen  gusto,  del  que  por  tanto  tiempo  se  hahian  separado:  enva- 


—  292  — 

názcanse  de  haber  contado  entre  sus  sacerdotes  al  eminente  bomlire 
de  Estado,  que  no  se  desdeñaba  después  de  firmar  un  protocolo  diplo- 
mático, de  ocuparse  en  analizar  las  bellezas  que  conlienen  las  obras 
de  nuestros  mejores  poetas;  trasmitan  á  la  posteridad  en  severa  é  im- 
parcial historia  los  ingenios  que  en  algo  aprecian  el  nombre  español, 
como  en  nuestro  país  nació  el  grande  hombre ,  que  conociemlo  á 
fondo  la  época  en  que  vivía,  y  el  carácter  de  la  revolución  gigantesca 
que  conmovió  el  mundo,  supo  fijar  el  limite  entre  lo  antiguo  y  lo 
moderno ,  demostrando  con  superior  maestría  basta  qué  punto  eran 
justas  las  exigencias  de  tos  innovadores,  y  cuánto  tenían  de  absurdo 
y  ciagerado  otras  de  sus  pretensiones;  enaltézcanse  por  fin,  cuanto 
de  enaltecerse  es  digno,  por  todos  los  que  saben  apreciar  el  talento 
y  las  virtudes,  al  filósolo  amigo  de  los  reyes  y  de  los  ponliGces,  al 
protector  de  estos  mismos,  cuando  á  impulso  del  embate  revolucio- 
nario, ó  de  la  injusta  agresión  del  genio  de  la  ¿poca ,  tan  frecuente 
entonces,  se  veían  echados  de  sus  tronos,  ó  bamboleaban  en  ellos; 
a!  que  cual  otro  San  León  detuvo  con  soto  una  palabra  al  nuevo 
Alila,  que  vencedor  marchaba  al  saqueo  de  Boma  ;  al  libertador  de 
esta  Ciudad  Eterna;  al  hombre  en  fin,  que  disponiendo  de  una  in- 
fluencia inmensa  en  el  mundo ,  la  empleó  tan  solo  en  beneficio  de  la 
humanidad,  y  apoyo  de  la  justicia ;  y  que  desdeñando  la  soberanía 
de  un  Kslado  que  se  le  ofrecia,  le  sorprendió  la  muerte  cuando  se 
disponía  para  volver  á  su  querida  Uonia,  y  terminar  sus  días  en  me- 
dio de  los  artistas  y  de  los  sabios;  publiquese  por  do  quiera  cuanto 
de  escelso ,  de  sublime,  de  sobrehumano  se  admira  en  D.  José  ríí- 
colás  de  Azara;  que  á  mi,  orgulloso  con  haber  heredado  su  apellido, 
sin  otra  ambición  que  imitar  sus  virtudes  y  conservar  ileso  el  nom- 
bre que  me  legara,  no  me  es  dado  hacer  otra  cosa  mas,  que  tributar 
miles  de  gracias  á  los  que  contribuyan  con  sus  obras  á  inmortalizarlo, 
y  á  que  no  se  olviden  por  la  generación  presente,  ni  las  venideras 
hechos  por  todos  conceptos  tan  dignos  de  trasmitirse  á  la  posteridad. 
Ueciba  V.,  pues,  como  el  primero,  y  el  que  mas  se  ha  esmerado 
en  inmortalizar  el  nombre  de  Azara,  mi  profundo  reconocimiento  por 
tíiu  señalado  servicio  á  la  familia ;  recibanlo  también  los  ilustres  va- 
les españoles,  que  á  su  memoria  han  dedicado  una  flor  de  su  brillante 
ingenio;  aprovechando  esta  ocasión  para  manifestar  mi  gratitud  al  ac- 
tual Marqués  de  INibbiano  por  todo  cuanto  ha  I>echQ  por  honrar  la 
memoria  de  sus  ilustres  tios ;  asegurando  á  V.  los  sentimientos  de  la 
consideración  mas  distinguida  de  su  atento  S.  S.  Q.  B.  S.  M. 

Pedro  Mabia  Escudero  de  Azara. 

Azara.  BarccIoDa  29  de  julio  'Je  1S5I. 


í 


—  293  — 
AL  ENINEISTE  AUBl. 


¡Oh!  genio  ilustre,  que  en  frondosas  ramas 
te  esliendes  con  orgullo  y  lozanía, 
y  el  aroma  que.  por  do  quier  derramas 
en  tus  hojas  imprime  labiilalguia. 

Tu  nomlire  brilla  con  fulgente  gloria, 
gloria  que  ennoblece  cien  blasones  ; 
España  lo  escribió  grata  en  su  historia, 
y  con  ella  también  otras  naciones. 

Radiante  en  Josii  Nicolás  de  Azara 
de  ciencia  y  de  virtud  el  astro  asoma  ^ 
cuando  orgullosa  y  de  talento  avara 
le  abre  sus  puertas  la  opulenta  Koma. 

For  el  sañudo  Marte  perseguida 
á  sus  murallas  el  combate  llama  , 
débil  por  demás  en  su  escasa  vida 
en  grande  riesgo  vé  su  antigua  fama. 

Ño  es  la  Roma  de  Curcios  ni  Escípiones, 
la  que  estendíó  sus  venerandas  leyes, 
la  que  subyugó  imperios  y  naciones 
al  mandato  y  capricho  de  sus  reyes  : 

?lo  cuenta  ya  con  tanto  poderío 
ni  de  Alejandros  ni  Césares  la  espada , 
ni  guerreros  soldados  cuyo  brío 
hágala  por  do  quier  ser  respetada. 

El  grito  de  venganza  que  ha  lanzado 
el  vencedor  en  Austerlilz  y  Jena , 
y  las  huestes  guerreras  que  ha  mandado 
para  imponer  á  Roma  la  cadena, 

Con  pavor  la  separan  ilcl  combate 
sus  glorias  y  recuerdos  eclipsando, 
sin  fuerzas  que  oponer  á  tanto  embale , 
amparo  y  protección  anda  buscando. 

Truena  el  cañón...!  El  enemigo  asoma... 
lánzase  un  grito  de  terror  y  espanto... 
dice  Plapoleon:  •^húndase  Moma» 
y  tiembla  la  ciudad  envuelta  en  llanto. 

Azara  que  la  vé  la  compadece, 
arrójase  en  sus  brazos  el  romauo  ; 


'r^ 


—  994  — 

la  ciudad  santa  libertar  ofrece , 
y  con  ella  el  poder  del  Vaticano. 

A  cumplir  esta  oferta  sin  temores 
entre  peligros  mil  Azara  parte ; 
y  en  Bolonia  disipa  los  rencores 
del  coloso  del  siglo  Bonaparte. 

Aleja  Roma  su  pesar  sombrío 
al  acercarse  aquel  que  la  dio  vida ; 
y  al  cruzar  por  en  medio  del  gentio^ 
se  agrupa  la  ciudad  agradecida. 

¡Fiva  el  Libertador!!  La  mucbedumbre 
gritaba  en  plazas ,  calles ,  miradores.  •• 
Kivaü!  se  contestó  desde  la  cumbre 
por  mil  grupos  y  mil  de  espectadores. 

Con  júbilo  el  romano  en  la  algazara 
consigna  en  los  anales  de  su  historia 
los  servicios  del  inmortal  Azara , 
y  medallas  acufia  en  su  memoria. 

Do  quiera  que  le  encuentra  allí  le  ensalza ; 
y  Azara  de  mil  tíná)res  adornado , 
aumenta  su  esplendor  y  lo  realza , 
al  sentarse  de  Boma  en  A\Senado. 

Si  al  recorrer  también  otras  naciones 
se  registran  los  libros  de  su  historia, 
de  Azara  se  hallarán  nobles  acciones 
que  redoblan  el  brillo  de  su  gloria: 

Porque  todos  los  pueblos  le  admiraron  y 
su  ciencia  y  su  virtud  reconocieron , 
sus  consejos  por  leyes  adoptaron , 
sus  obras  por  do  quier  enaltecieron. 

Por  todos  á  porfía  fué  colmado 
de  litulos ,  grandezas  y  de  honores ; 
su  nombre  con  elogio  fué  citado 
en  las  obras  de  sabios  escritores. 

Cercado  del  halago  y  la  fortuna 
Azara  no  olvidó  su  patriotismo  9 
y  España  que  meció  su^noble  cunsí 
mil  pruebas  recibió  de  su  civismo. 

En  medio  de  la  guerra  y  de  su  encono 
la  causa  de  su  patria  defendía ; 
y  al  mirar  cuál  se  hundia  tanto  trono 
con  tesón  el  de  Espafia  sostenía. 


%i 


—  296  — 

Ta  su  vida  tocaba  en  el  ocaso  9 
esa  Tída  mortal ,  perecedera , 
sin  que  la  ciencia  detuviera  el  paso 
para  cortar  su  rápida  carrera. 

La  Francia  recogió  el  último  aliento 
de  aquel  que  á  otras  naciones  diera  vida  ^ 
y  se  mostró  en  su  amargo  sentimiento 
del  ilustre  español  agradecida* 

Bajo  los  arcos  del  cristiano  templo 
el  cortejo  de  su  entierro  se  veia , 
y  fué  tan  numeroso,  que  otro  ejemplo 
hasta  entonces  Parts  no  conocia. 

Sus  deudos ,  sus  amigos  le  lloraron , 
y  plegarias  al  cielo  dirigieron  ; 
el  sepulcro  con  lágrimas  regaron , 
cuando  tristes  sus  labios  imprimieron» 

¡Azara  murió!!!  ¡Destino  es  del  hombre!!! 
se  fué  á  la  tumba  con  radiante  gloria , 
y  eternamente  brillará  su  nombre 
indeleble  en  los  fastos  de  la  gloría. 


Huesca. 


Uoeical2dejaliodei851 

Babtolomé  Martdn^ez 


Hasta  la  altara 
Se  encambró  de  la  gloria , 
Dejando  al  mundo  grata  ta  memoria. 


Mblerdez. 


El  grande  Cicerón ,  sin  par  dechado 
de  sobrehumana  mágica  elocuencia, 
respira  y  habla  en  la  preciosa  vida 
que  vertió  con  dignísima  pureza 
el  sabio  Azara  al  toledano  idioma. 
Cuando ,  anegada  en  fútiles  novelas 
y  en  un  turbión  de  bárbaros  abortos , 
la  castellana  pompa  bastardea ; 
cuando  delirios  de  interés  mezquino 
y  de  ignorancia  presumida  y  ciega 
la  nacional  literatura  plagan, 
descuella  ya  lozana  sementera 


^Wfc 


—  296  — 

sobre  cuafia  tíI;  y  d  sumo  Ingenio  ^ 
con  tan  hidalga  y  memorable  empresa  ^ 
antidoto  feliz  á  la  ponzoña 
advenediza ,  para  siempre  sea. 

Allá  en  la  augusta  capital  del  orbe , 
en  la  gran  Roma ,  con  sus  altas  prendas  ^ 
con  su  regio  esplendor,  cual  fiel  espejo 
del  numen  español,  Azara  reina. 

A  su  afán  desalado  y  sabio  tino 
tesoros  mil  la  antígñedad  franquea ; 
Tulio ,  César ,  Catón ,  Pompeyo  y  Bruto , 
y  al  par  el  dios  de  la  oratoria  griega , 
Demóstenes  en  fin  j  del  mundo  asombro , 
todos  viviendo  están  á  su  presencia*  * 

Azara ,  á  fuer  de  su  sin  par  talento  9 
la  esclarecida  Roma  señorea , 
y  allá  tal  vez  desde  región  lejana 
sublime  artista  desvalido  llega  9 
y  revive  al  mirar  enajenado 
en  el  rostro  del  Ínclito  Mecenas 
con  destellos  de  plácida  sonrisa , 
grandioso  halago  y  protección  escelsa. 

En  pos  de  su  saber  ansia  cavila 
todo  un  emperador ,  y  á  Roma  vuela , 
y  absorto  escucha  la  sin  par  cordura , 
el  tierno  afán  y  la  sublime  ciencia , 
que  de  los  labios  elocuentes  mana ; 
su  Estado  todo  reformar  anhela 
y  del  odioso  obstáculo  prescinde... 
Sensato  Azara  sus  impulsos  templa; 
un  cúmulo  de  ejemplos  y  razones , 
en  cuadro  inmenso  y  rápido ,  le  muestra , 
y  el  recio  ahinco ,  el  ímpetu  fogoso 
de  aquel  torrente  arroUador  enfrena. 
¡  Así  José  con  advertencia  cauta 
tan  certeros  dictámenes  siguiera ! 
pues  venturo  entonces  evitara 
un  piélago  sin  fin  de  amargas  penas. 

Mas  brama  el  huracán ,  su  estruendo  amaga 
trastornos  mil  y  bárbaras  revueltas ; 
con  horrendos  frenéticos  intentos 
la  presumida  Francia  devanea  9 


—  297  — 

y  mas  y  mas  sas  yerros  estremando  ^ 
á  las  naciones  menosprecia  y  reta... 
El  pavoroso  carro  se  dispara , 
y  todo  es  ya  reyolucion  sangrienta. 

La  Europa  se  estremece  j  el  orbe  entero 
se  desquicia  y  desploma ;  el  Tuelco  llega 
al  Nuevo  Mundo  que  feliz  sosiego 
logró  tres  siglos,  y  engreido  trueca , 
en  pos  allá  de  imaginarias  dichas , 
su  paz  celeste  en  conmoción  violenta  • 

Alzase  al  fin  el  alemán  pausado , 
y  mies  colmada  de  trofeos  sueña ; 
ya  inmensas  huestes  al  volcan  asoma ; 
mas  ¡  ay !  que  ya  la  llamarada  fiera 
le  abrasa ,  acosa ,  huella.  ••  el  triste  llora 
y  desampara  á  su  ínclita  Yiena , 
y  mas  y  mas  hasta  la  absorta  Hungría 
con  trémulo  pavor  huye  á  carrera. 

Italia  muda  y  palpitante  yace , 
mirando  la  oleada  turbulenta ; 
y  aquella  Roma  que  en  remotos  tiempos 
su  yugo  impuso  á  la  postrada  tierra... 
¡  A  y  que  apagó  los  vaticanos  rayos ! 
y  á  sus  solas  allá  solloza  y  tiembla. 

Del  enviado  francés  el  vil  orgullo 
la  nacional  escarapela  ostenta  y 
y  á  la  plebe  romana  provocando 
difunto  cae  en  desigual  pelea. 

Desde  Milán  el  memorable  Corzo 
su  sable  vengador  alza...  y  decreta , 
con  mil  amagos  de  esterminio  fiero , 
marcha  veloz  y  asolación  horrenda. 

El  Pontífice  pálido  y  atónito  j 
por  iris  de  la  bárbara  tormenta , 
á  Azara  invoca  con  mortal  zozobra ; 
escudo  fiel ,  paladio  de  Minerva , 
que  á  libertar  del  asestado  rayo 
la  capital  despavorida  vuela. 

Baldón  amargo  y  sacrificio  inmenso 
el  ceño  atroz  del  vencedor  despejan... 

Mas  ¿qué  holocaustos  á  saciar  alpanzan 


38 


TERUEL. 


a   lia  HiíSlüiíd^lBDa 


DEL  CELEBRE  LITERATO  T  BIPLOMÁTlGa  ESPáfiOL 


EICHQ.  SEÑOR  DON  JOSÉ  NICOLÁS  DE  AZARA. 


Lm  Tates  de  la  proTíncia  de  Teroel. 


Ese  pueblo  que  ves  cercano  al  Guara 
cuyas  alfombras  Alcanadre  baña , 
es  Barbuñales ,  prez  y  honra  de  España, 
patria  y  sepulcro  del  ínclito  Azara. 

Si  en  tu  alma  la  virtud  no  es  planta  estraña , 
y  al  patriotismo  y  gratitud  ampara , 

caminante ^  una  flor  lleva  al  intento , 

de  engalanar  de  Azara  el  monumento. 


TSRUEL. 


Mercedes  López  de  Somayia. 


Voz  de  alabanza  entusiasmada  suene 
la  memoria  de  Azara  celebrando ; 
voz  que  la  España  de  su  nombre  llene-, 
su  talento  y  virtudes  recordando : 
y  mientras  del  Moncayo  allá  al  Pirene 
Azara  vá  en  los  ecos  resonando , 
yo ,  fiel  Aragonés ,  también  al  viento 
dar  de  Azara  en  loor  quiero  mi  acento. 


T&RUEL» 


Téroel ,  enero  de  1852. 

Antonio  Carlos  Bernis. 


,', 


ZARAGOZA. 

LiH  TAlu  dt  la  prftTÍnda  d<I  Zaragoza. 

cincion  ÁHAeonESÁ. — la  joti. 

Risueñas  linfas  del  Ebro 
desplegad  nueva  esbeltez , 
celebrando  la  memoria 
de  un  preclaro  aragonés: 
y  pronunciad ,  viva  Azara , 
de  Aragón  orgullo  y  prez. 

La  fama  del  hombre  ¡lustre 
por  su  saber  y  virtud  , 
brilla  siempre  como  el  sol, 
con  eterna  y  pura  luz: 
y  por  eso  en  Barbuñales , 
luz  destella  un  ataúd. 

Quisiera  sobre  su  tumba 
colocar  una  corona, 
tan  esplendorosa  y  d¡g;na 
como  merece  su  gloria; 
y  hacer  su  preclaro  nombre 
sonar  por  la  tierra  toda, 

De  Zaragoza  ,  de  Iluesca 
y  de  todo  el  Aragón  , 
sale  una  voz  armoniosa 
del  grande  Azara  en  loor  : 
y  el  eco  responde  ,  Azara 
honra  y  gloria  es  de  Aragón. 

RaMOH  SaHS  y  RlVES. 


309 


AL  BIPLOimCO 


De  entre  esta  fértil  fortunada  tierra  y 
Que  dio  codicia  y  estupor  al  mundo ; 
De  aquesta  madre ,  en  cuyos  pechos  siempre 
La  lealtad  y  el  valor  se  amamantaron  j 
Para  gloria  de  Europa  y  gloria  nuestra 
Naciste  tú ,  que  en  Coco  luminoso , 
El  brillo  extinto  del  He^rio  nombre 
En  tu  alma  sda  condensar  debías. 
Tu  pobre  patria  enflaquecida  y  muda 
Cadáver  era  triste  de  sí  propia ; 

Y  alli  donde  las  palmas  le  natieron , 
En  son  de  triunfo ,  alborozados  todos  ^ 
Hoy  el  yerro  candente  de  la  afrenta 
Sobre  su  rostro  Uvido  estampaban. 
Mas  ella ,  de  la  suerte  que  el  aloe 
Que  pasa  en  florecer  un  siglo  entero 

Y  de  súbito  rinde  el  tardo  fruto , 
Laboriosa  preñez  y  ütcil  parto 
Para  engendrarte  tuvo';  y  en  un  dia , 
Dichoso  á  todos ,  lisonjero  á  Espafia , 
Trocó  su  postración  por  esaf  gloria 
La  madre  de  Padilla  y  de  Cervantes, 

Exiguo  espacio  á  tus  alientos  era 
Tu  ingrata  patria,  y  remontaste  osado 
El  vuelo  de  tu  esplrtu  generoso  y 
Hasta  besar  del  Tíber  en  la  orilla 
El  regio  manto  que  engalana  y  viste 
A  la  Santa  Ciudad,  las  nobles  aras 
Del  magnifico  templo  que  á  las  artes 
Alzó  alli  Dios ,  sobre  el  solar  ilustre 
Que  j  hollado  por  Atila  y  Alarico , 
Trono  fuérale  un  dia  al  grande  César  9 
Jardin  á  Augusto ,  á  Cicerón  tribuna  9 
Al  mundo  emperatriz ,  y  á  todos  gloria. 

Alli  en  el  seno  de  la  paz  amiga 
Mecenas  culto  y  generoso  abrieras 
Tu  pecho  á  la  virtud  j  tu  hidalga  mano 


—  303  — 

Al  sabio  ,  al  vnte ,  al  ÍDSpirado  artista ; 

Y  en  torno  tuyo,  á  tu  calor  viviendo 

Y  al  vivífico  sol  de  tu  alia  meale ,  ^  - 
Cuantos  honraran  á  la  humana  estirpe 
Cuantas  lumbreras  el  saber  brotaba, 
Cuantos  seres  el  mundo  engrandecía, 
Canova,  Menga,  Andrés,  Volpato,  Casti, 
Todos  por  consejero  ó  por  amigo. 

Todos  por  bienhechor  le  proclamaron. 

Y  qué  de  lauros  á  tu  frente  pura 
IVo  entretejia  el  Genio  de  las  Artes  , 
Cuando  en  fervor  arlislico  encendido, 
Hl  seno  hendiste  de  la  avara  tierra  , 
Que  at  par  de  los  tesoros  del  Eterno, 
Los  de  un  pueblo  iomortai  nos  cscondia? 
Cuánto  no  precia  el  mundo  ,  sobre  el  oto 
De  Tibar  y  de  Ofir,  los  bellos  restos 
Que  á  Tiboli  arrancaste ,  para  asombro 
De  la  atónita  vista  !  qué  de  incienso 

En  el  altar  sublime  do  quemaste , 
Que  alzaron  al  de  Pádua  y  al  Mantuano 
La  ciudad  inmortal  y  el  orbe  todo! 
Que  de  ello  no  ban  debido  á  tu  catino 
Casti,  Mcngs,  y  el  cantor  afortunado  (i) 
Que  en  el  áspera  via  dó  Virgilio 
Trepaba  sin  rival,  hincó  la  planta , 
Con  él  basta  la  cúspide  eminente 
Su  prodigioso  vuelo  levantando  ! 

Y  cuando  Europa,  en  el  volcan  ardiendo 
De  su  postrera  victoriosa  lucha , 

De  poder  á  poder  llamó  á  combate, 

Y  derrocó  á  la  torpe  tiranía , 

Que  envuelta  en  erímen  á  adorar  nos  daban 
Sus  idólatras  siervos  ¡  qué  de  encantos 
]Vo  te  ostentó  la  púdica  Matrona 
Que ,  nuevo  redentor ,  por  Dios  guiado  , 
Venia  con  el  nombre  generoso 
De  virtud,  á  sembrarla  en  nuestros  pechos, 
De  libertad,  á  darla  á  las  naciones! 
Allí  la  Europa  ,  despertando  libre 

(t}    Garcíluo ,  de  cnyu  obru  fué  edilor. 


—  504  — 

Al  estampido  horrísono  en  que  rompe 
La  cárcel  de  Yoltaire ,  toma  al  repente 
La  vengadora  espada  y  que  mil  rayos 
De  fuego  y  luz  brotó ;  y  allí  de  tu  alma 
Surgió  la  lumbre  que  ilustrar  tenia 
A  tu  patria  servil  y  amancillada. 
Reyes ,  pueblos ,  pontífices  ^  pusieron 
Su  amistad  toda  en  tí :  tu  voz  briosa 
Se  oyó  dó  quier ;  tu  próvido  consejo 
Ora  en  la  corte  de  la  nueva  Roma  (1) , 
Ora  en  el  seno  de  la  vieja  España , 
Todo  lo  iluminó ;  tu  mano  amiga 
La  paz  firmó  en  Amicns ,  la  dio  á  Bolonia , 

Y  á  Portugal ,  y  á  España ;  y  de  la  suerte 
Que  el  incUto  filósofo  de  Prusia  (2)  y 

La  proclamó  á  las  gentes ,  y  en  la  recia 
Despoderada  lid  que  mas  ardía 
La  aIba'*paloma  que  anidó  en  tu  mente 
Soltó  contra  el  incendio  desastroso. 

Salud ,  Libertador !  nuevo  Camilo , 
Como  él  salvaste  á  la  Ciudad  Eterna ; 

Y  no  como  él  de  ejércitos  seguido , 
Mas  solo ,  inerme ,  el  esforzado  pecho 
Al  guerrero  de  Córceea  mostrando. 
«Detente  (le  dijiste),  has  de  escucharme:» 

Y  súbito  aouel  mar  tempestuoso , 
Que  de  su  Dios  no  mas  la  voz  oia  j 
Por  tí  calmó  sus  iracundas  olas , 

Y  el  sol  radiante  iluminó  las  aguas 
Por  donde  mansamente  navegase 
Del  pescador  la  barca  combatida. 

Ah !  si  en  tu  labio ,  donde  asiento  tuvo 
La  ciencia ,  bs  repúblicos  bebieran ! 
Ah !  si  respeto  á  los  instintos  dando] 
De  un  pueblo  que  los  ídolos  hollaba 
De  barro  frágil ,  para  alzar  altares 
Al  Dios  de  la  verdad  ¡  ah !  si  rindiesen 
Homenaje  de  amor  al  bien  que  abría 
La  gran  revolución ;  que  no  la  hicieran 


(1)  París. 

(2)  KiBl. 


_  305  — 

A  torpe  yugo  doblegar  la  frente, 

De  lauros  inmortales  coronada, 

Ah  I  si  la  cruda  Parca  detuviera 

La  tijera  fatal  un  lustro  solo ; 

Que  entonces  la  irrupción  desventurada 

Que  adivinaste  tú,  tú  sometieras! 

Ah  I  si  la  Hesperia  mármoles  criara 

Para  sus  héroes !  Tu  virtud  entonces 

Tu  alto  ingenio  ,  tu  espléndida  largueza, 

Tendrían  en  tu  patria  agradecida 

Regio  panteón  y  regio  monumento. 


Zangoia  23  de  julio  de  18S0. 

Gerókuio  Bobao. 


¡  Vastago  noble  de  la  noble  Espatla , 
que  madre  fué  del  heroísmo  un  día  I 
¡Salud!  tu  patria  el  bálsamo  te  envia 
del  llanto  amargo  que  su  losa  baña. 

Pío  ya  eo  tu  torno  rugirá  la  safia 
que  al  bueno  oprime  en  desigual  porfía  ; 

3ue  ya  la  inmarcesible  nombradla 
e  Colon  y  Cervantes  te  acompaña. 
Y  á  tí  que  ai  león  de  Córcega  amansaste 
y  á  ti ,  el  libertador  del  pueblo  eterno 
y  á  ti ,  joya  española  de  alio  engaste  , 

Todos  darán  aplauso  sempiterno ; 
y  en  trueque  del  honor  con  que  la  hourasle, 
tu  patria  te  dará  su  amor  materno. 

OZÁ..  ZaragoiB  3S  Ae  dicieiabre  de  1850. 

Manuel  Lasala. 
AL  GRANDE  AZARA. 


Amoragado  mi  estro  :  polvoroso 
yaciendo  el  plectro  que  pulsara  un  dia, 
me  acerco  á  tu  sepulcro ,  Azara  ilustre  ,      ■ 
39 


! 


^^^^^^^^^^^^^^^^^^^\ 

* 

—  306  — 

Cual  águila  caudal,  que  hcndieudo  el  aire 

sobre  un  punto  su  »uelo  dftprmina 

asi  ver  me  parece  tu  alma  noble 

que  en  torno  de  la  tumba  vucl»e  y  gira 

y  arroja  desde  allí  páginas  t)elhs 

que  un  fiel  historiador  acá  publica. 
¿Qué  alabanza  mayor  que  tus  accÍoiiL-s 

tú  apareces  cual  fuiste» ,  y  tu  gloria 

en  tu  solo  valer  toda  se  cifra. 

En  medio  del  silencio  de  la  muerte 

parecióme  que  un  ruido  percibía 

cual  el  que  se  oye  si  voraz  incendio 

prende  veloz  en  la  amarilla  arista. 

Es  Azara  que  ei  mármol  de  su  tumba 

rompe,  y  bañado  en  celestial  sonrisa 

por  breve  espacio  de  la  muerte  triunfa 

para  decir  con  voz  agrailecíd»  : 

¡lasta  la  alma  región  dond.e  ora  habito 

llegó  de  mis  cantores  la  armonio ; 

de  Ilartzenbusctt ,  de  Boraoy  Sanz  y  Cervino 

de  Lasóla,  Bovér^  Baeza,  Ariza, 

los  versos  oue  cantaron  en  mi  elogio 

me  alzan  á  nueva  y  verdadera  vida. 

Mis  hechos  que  el  profundo  Castellanos 

al  crisol  de  su  critica  ilumina 

van  á  ser  timbre  perdurable ,  honroso 

de  mi  progenie  y  de  la  patria  mia. 

De  mi  patria,  aiiadiá,  que  deseara 

fuera  feliz  y  virtuosa  y  rica. 

Cesó  en  esto  el  rumor,  y  ya  mis  versos 

que  son  eco  del  héroe  que  me  inspira, 

cesar  deben  también  :  otros  mas  diestros 

en  prez  de  Azara  pulsarán  la  lira. 

Zaragoza.                                                   Zaragota  15  de  enero  de  11151. 

Maruno  ÍJoncDÉs  Secall. 

Cuando  su  ilustre  celsitud  contemplo 

y  la  pobreza  de  mi  talla  mido  y 

^    J 

4 

1 

—  507  — 

bronco  se  escapa  y  lúgubre  un  gemido 
del  arpa  que  en  su  honor  humilde  templo. 

No  soy  de  vales  ínclitos  ejemplo 
para  loar  su  nombre  esclarecido  , 
mas  soy  al  fin  en  Aragón  nacido, 
y  esto  me  acerca  de  su  gloria  al  templo. 

Ya  cantar  puedo  á  quien  asi  me  ampara; 
ya  me  siento  mayor,  y  en  tal  manera 
brios  me  dá  mi  cualidad  preclara, 

Que  si  por  dicha  aragonés  no  fuera  , 
solo  por  ser  aragonés  Azara  , 
aragonés  cual  él  nacer  quisiera. 


Miguel  Agustín  Pbíncifb. 


I 


isi  ismum  Y  cALLm. 


(¡•■preide  las  Iwes  poéticas  qie  CMSigrai  al  lisipe  Don  Jasé 
Nicolás  4e  Azara  las  utes  de  las  proiriieias  de : 


EN  ASTUIUS  :~OiriEDO. 


GOROÑL  0K8NSB. 

LÜGQ,  PONTETEDRA 

SANTIiGO. 


mjumwo  9  mwonjk  ^MtMmamaQfmA  m»  mb^aw 


DE  Li  POESU  BABLE  O  ASTURIANA. 


En  el  Apéndice  al  Discano  prelimÍDar  del  tomo  I  del  Romancero  de  D.  Agustín  Dirán 
publicado  en  la  Biblioteca  de  Autores  españoles,  so  dice  lo  siguiente : 

iiPocas  provincias  de  España  cooserrarán  mas  reliquias  y  recuerdos  de  venerable  anti- 
güedad, que  conservan  las  Asturias.  Su  dialecto,  conocido  con  el  nunlirt  de  Babie^  ei  so- 
noro, suave,  y  si  no  eslremad ámenle  rico,  no  tan  pobr£  como  creen  algunos.  Hablase  en  el 
interior  de  Asturias  la  misma  lengua  que  se  habló  en  Espafla  en  los  siglos  medios ,  y  muchas 
frases  y  giros  que  se  conservan  en  el  poema  del  Cid  son  familiarias  á  los  labriegos  asturianos. 
Las  voces  adquiridas  de  los  árabes  no  traspasaron  los  aledaños  de  Asturias:  será  lástima  que 
se  deje  perder  un  dialecto  que,  bien  estudiado,  podria  dar  á  conocer  la  etimologia  de  muchas 
voces  castellanas  y  del  quo  podríamos  tomarlas  que  nos  fallasen,  sin  tener  que  mendigarlas  del  es- 
tranjero.  £1  Sr.  Jovcllanos  estimiló  i  varios  literaioiá  qae  formasen  un  Diccionario  Bable  bajo 
las  reglas  que  trabajó  ,  mas  no  llegó  á  concluirse  tan  difícil  empresa.  Don  José  Cavcda  ( boy 
director  de  Agricultura  de  Espafia  y  académico  de  la  Lengua)  tiene  escrita  una  memoria  aceren 
de  la  antigüedad  y  mérito  del  dialecto  de  Asturias,  digna  de  la  luz  pública. 

>Una  de  las  diversiones  favoritas  del  paíi  ei  la  danza  prima.  La  mesura  y  sencilleí  dt 
este  baile  circular  son  los  mejores  garantes  de  su  antigüedad.  Homero  nos  describe  ya  damas 
circulares.  Canta  el  pueblo  en  estas  danzas  romances  sagrados  6  herókos,  amorosos  ó  festivos, 
intercalados  de  algún  estribillo  por  lo  común  de  asunto  sagrado.  (Es  lo  particular  que  siem- 
pre son  en  castellano  y  no  en  bable,  en  cuyo  dialecto  no  se  conoce  ninguno  anterior  al  si- 
glo XVIL) 

■Asturias  tuvo  poetas,  el  primero  de  que  hay  noticia  clara  y  del  que  se  conservan  algunos 
escritos  es  D.  Antonio  González  ñequena ,  conocido  con  el  nombre  de  Antón  de  la 
Mariregtiera  y  y  floreció  desdo  principios  á  mediados  del  'siglo  XVIL  En  iG59  escribió  nn 
romance  subre  el  pleito  entre  Mcrida  y  Oviedo  por  la  posesión  de  las  cenizas  de  Santa  Eula- 
lia. Escribió  en  octavas  ios  poemitas  jocosos  titulados  Dido  y  Eneas,  Ero  y  Leandro, 
Piramo  y  Tisbe.  Se  descubre  en  ellos  genio  festivo ,  amena  y  fecunda  imaginación ,  esce- 
lentes  imitaciones  de  los  antiguos  y  versiGcacion  fácil  al  mismo  tiempo  que  nomerosa.  Hay  no- 
ticias y  existen  obras  de  otros  poetas  coetáneos  y  posteriores ,  siendo  los  mas  célebres  Juan 
Fernandez  Parley,  llamado  Juan  de  las  Candongas  y  D.  Bernardino  Robledo, 
cura  de  Piedelora ,  2>.  N,  Benavides,  2>.  Bruno  Fernandez  y  J).  Antonio  Balvi^ 
dares.Tn 

La  danza  prima  se  ejecuta  en  dos  corros,  el  uno  cerrado  de  hombres  solos  y  otro  abierto 
do  mujeres,  y  todos  cantan  al  propio  tiempo  romances  castellanos  siempre  tradicionales,  iné- 
ditos en  su  mayor  parte.  En  nuestros  artículos  arqueológicos  sobro  las  costumbres  espaftolai 
tenemos  escrito  sobre  este  bailo  como  de  todos  los  que  se  usan  en  nuestras  provincias. 


ASTURIAS.— OVIEDO. 

DON  XOSÉ  MCOLIS  U'  AZARA  T  PEREBA, 

Loi  Taiet  del  Principado  da  Atloriii*. 


JNació  isti  xcntil  cspaflol  n'  ¡I  día  5  de  diciembre  de  1750,  ñun 
üugarzucu  d'  Aragón  q'  Ü  llamen  Barhuñales,  d'  una  kenle  muy  can- 
dial. Encomenzó  a'eliidiar  Íuris¡>rudenc¡a  en  Huesca,  d'  illi  fuiS  se- 
guila  á  lÍTiedo  y  acabóla  dempuea  de  diez  ailos  en  Salamanca.  Es- 
taba tan  nítida  la  fama  de  so  iientil  caheza,  que  notando  Carlos  III 
q'  era  repóblicu  grande ,  lo  fexo  oficial  de  la  secretaria  d'  Eslau  en 
1760.  Cinco  años  dcmpues,  fué  d' axente  &enera[  cabo  Boma  cuan 
d'  era  Papa  Clemente  XIII. 

Dempnes  que  Díos  tevo  en  folgancia  á  Clemente,  trabayó  mun- 
chu  r  basta  que  se  feío  Papa  al  cardinal  Ganganeli ,  y  el  mesmu  es- 
forciu  rijcio  dempnes  de  fincadu  isli  pa  fello  tamien  Á  Pió  YI  con'  el 
que  deparlia  munchu  y  se  Gaba  del;  y  rebalgadu  el  tiempu  V  hasta 
Pío  Vil,  fexo  muocbos  serricios  d'  importancia  mientrcs  los  32  años 
que  levo  en  Roma ,  entre  los  que  merecen  cuntase  los  que  fexo  co- 
mo comunicador  melgueru ,  cuando  rínienon  los  franceses  con' el 
mandón  Bonaparte;  y  por  ello  tevo  muncha  amista  con  isti,  y  los  de 
Roma  i  llamano  el  so  Librador,  y  ficienon  par' |1U  un  diniro  con' el 
80  retrato. 

Desde  Roma  pasó  é  Francia  de  nuestro  cmbaüador  cabo  la  Re- 
pública y  dienoi  tamien  el  cargo  de  representante  del  rey  de  Portu- 
gal. El  lo  mcsnio  trabayó  en  París  qu' en  Roma,  pero  por' eso  la 
corle  d' España  andcbu  arella,  pa  q'  ii  quilasen  1' embaxada,  como 
lo  consiguió  en  1795.  D' allí  Azara  s' empobinó  á  Barcelona  ,  dem- 
pues  de  departir  con  Bonaparte  q'  acababa  de  carenar  á  lodo  TEÜp- 
lo,  y  por  empeño  d'el,  Carlos  IV  lu  nombró  embalador  en  Paiis, 
y  antes  dioi  la  cruzona  de  Carlos  III ;  y  cunten  tes  Galcetes  q'  ü  punió 
la  placa  la  mesma  María  Luisa. 


—  312  — 

Golbió  pa  Francia  en  1801 ;  mientres  tevo  ilU^  Ti?¡ó  con  los  reía 
d*  Etruria ,  y  ñon  y  yastó  al  duque  de  Parma  con  felá  ministru  suyo, 
si  non  q'  i  lu  senquillotró  á  Marqués  de  Nibbiano  y  dioi  tamien  otres 
seis  villes  n'  el  ducado  de  Plasencia.  Mientres  te?o  esta  segunda  em- 
balada ,  dienoi  otros  machus  cargos ;  (exo  la  paz  con  la  Rusia ,  re- 
presentó á  España  metanes  la  república  italiana  en  París,  y  en  18 
d'  octubre  firmó  un  tratan  de  muncba  importancia  pa  España. 
Cuandu  y'  era  viegu  dexó  toos  los  cargos :  solo  quixo  ser  consegem 
d'Estau  que  lo  ficieran  en  1795,  y  guardó  la  cruzona  de  San  xuan 
de  xerusalen  que  tamien  i  la  dienu  en  1784,  cuandu  estaba  en  Ro- 
ma. Quitan  de  todes  les  incumbencies ,  quería  rebalgar  á Italia;  pero 
acutioí  la  de  la  guadañona  el  26  de  enero  de  1804,  á  los  73  años 
d'  edá.  Todos  dentro  y  lofie  de  la  so  tierra  lagrimuqueaben  pe'  reí. 

Asturias.— Oviedo. 

Nicolás  Castor  db  Gaükedo. 


' 


ROMANCE  EN  DIALECTO  ASTURIANO. 


Asentadu  cabo  el  fuegn 
co  la  cabeza  enclinada , 
y  enredando  distraidn 
co  los  pliegues  de  so  capa , 
sospíraoa  el  señor  cura 
la  noche  de  1'  esfoyaza ; 
metanos  al  mismu  tiempo 
les  rapaciques  cantaban , 
y  á  los  mozos  de  1'  aldea 
echaben  tiernas  miradas. 

Co  nel  estaba  el  tíu  xuan , 
yecinu  de  la  Quintana , 
home  que  en  noches  de  fuelgu 
como  sacara  la  gaita  ^ 
y  tocara  un  fandanguin 
ó  siquier  fora  la  danza , 
todes  les  moces  del  puebln 
iunta  su  casa  bailaban. 

Tamien  el  ama  del  cora 
y  una  ?¡eyina  axelada 
estaben  aUí  j  y  un  nefia 


r 


.?."*  9"'cf8  ¿  ,„  í««  pasa ,  ' 
*«o  que  i'  AS7««  ft/afcan 


j 

'i 


—  314  — 

»esi  que  non  quiso  ser 
»Rey  i  maestre  de  Malta  ^ 
»modestu  á  la  par  que  sabia 
»j  orgullu  de  lo  so  patria... 
»¿T  quieres  q'  esté  contenta 
»y  que  non  llore  de  gana?» 

Galló  el  cura,  y  el  tiu  jtuan 
co  la  so  frente  doblada 
Uevantóse  de  lescafiu  j 
y  sin  gorffutar  palabra, 
saliendo  de  la  cocina 
foi  derecbu  á  1'  esfoyaza , 
y  dioyos  la  mala  nueva 
á  los  que  ndla  cantaban. 


Y  mas  de  cuatro  muyeres 
rezaran  pe  la  su  alma , 
y  sin  cantar  nin  bailar 
se  foren  todos  á  casa 
les  Uágrimes  é  nos  gfieyos 
porque  s'  babia  muerta  Azara , 
q'  fasta  na  probé  aldea 
ye  conocida  so  fama. 


Llares. 


ANTomo  QuiinrANÁ  Menendez. 


Nota.     A  la  l  panluada  le  ie  dá  en  la  lectara  la  miima  proonoeiacion  qae  á  la  j  fna- 
ceia. 


Sol  de  Aragón  y  de  la  Espafia  gloria, 
cuyo  nombre  potente 
resuena  esclarecido 
de  la  frondosa  vega 

3ue  baña  la  magnifica  corriente 
el  Ebro  caudaloso 
á  la  dulce  ribera 
del  Tiber  magestuoso , 
y  en  el  sombrío  y  perezoso  lecho 
donde  se  arrastra  el  Sena  cenagoso. 

Sol  de  Aragón  que  el  amoroso  rayo 
de  tu  amorosa  lumbre 


—  316  — 

de  paz  y  de  alegría 

brilló  del  QuirÍDal  eobre  la  frente. 

¡Salud  ángel  del  Itien.  sombra  del  sabio! 
yo  te  saludo  con  humilde  labio  , 
yo  la  citara  de  oro 
pulsar  quisiera  con  sentido  acento. 
¿Mas  que  laúd  sonoro 
basta  á  cantar  lu  bienbecbora  ciencia? 
Tranquilo  en  tu  conciencia 
contempla  Azara  el  líl>ro  de  la  historia 
donde  tu  nombre  colosal  oscila 
de  aureola  de  paz  siempre  cercado, 
¡Sol  de  Aragón  y  de  la  España  gloria!» 


ROUDSTIAHA  ArMISo  DE  CüKSTA. 


Sh.  D.  Basilio  Sebastian  Castkllatíos. 

Muy  señor  miu  y  apreciablc  arnigo:  Una  flor  para  la  corona  poé- 
tica que  Vd.  consagra  ai  Excmo.  Sr.  D.  José  INícolás  de  Azara,  mas 
que  el  don  espontáneo  de  la  amistad  seria  el  justo  tributo  de  reco- 
nocimiento y  respeto  debidos  al  verdadero  mérito.  Fué  muy  grande 
el  del  señor  Azara  para  que  los  amigos  de  las  letras  y  de  las  artes  le 
negasen  hoy  el  recuerdo  de  sus  caras  afecciones.  Se  las  deben  no 
solo  como  una  digna  recompensa  de  sus  altos  merecimientos,  sino 
como  la  esprcsion  del  patriolismo  que  reconoce  en  ellos  un  titulo  de 
gloria  para  la  nación  entera.  Porque  si  el  seüor  Azara  supo  como 
hombre  de  Estado  representarla  dignamente  en  las  corles  estranjeras, 
y  sostener  sus  derechos  cuando  el  vértigo  de  las  revoluciones  agitaba 
igualmente  los  tronos  y  los  pueblos,  también  como  literato  distinguido 
ilustró  la  historia,  manturo  la  pureza  y  magestad  de  la  lengua  cas- 
tellana, fué  el  protector  de  las  bellas  artes,  contribuyendo  con  sus 
escritos  á  restaurarlas,  y  ofreció  en  ellos  li  la  estudiosa  juventud  gran- 
des modelos  para  la  imitacioo;  modelos  tanto  mas  dignos  de  sus  me- 
ditaciones, cuanto  mas  hablan  perdido  las  buenas  letras  de  su  anti- 
guo esplendor  y  lozanía. 

Vea  Vd. ,  amigo  niio,  por  qué  quisiera  yo  asociarme  d  los  que 
poseídos  de  un  verdadero  palriolismo,  y  dignos  apreciadores  del  tá- 
lenlo y  las  virtudes  del  scíior  Azara,  consideran  como  un  deber  en- 


d 


I 


—  317  — 

tonar  sus  alabanzas,  caando  la  edición  completa  desús  obras  va  á 
justificar  á  los  ojos  del  público  la  celebridad  que  le  han  coucedido 
sus  contcmporáueos. 

Por  desgracia  al  contarme  entre  sus  apreciadores,  solo  puedo 
ofrecerle  un  sincero  reconocimiento ;  una  justa  admiración;  aquellas 
nobles  afecciones  que  despierta  siempre  el  verdadero  mérito  en  los 
que  le  buscan  como  objeto  sagrado  de  veneración  y  respeto.  Perdidas 
ya  las  ilusioncíi  de  la  juventud  ,  cuando  la  razón  sucede  al  entusias- 
mo, y  las  ocupaciones  graves  sustituyen  á  los  estudios  amenos,  el 
mérito  de  los  grandes  hombres  se  admira  y  se  encarece;  no  se  canta 
y  abandona  al  entusiasmo  poético  que  le  eterniza  en  sus  inspiraciones. 

Quede  para  los  genios  privilegiados  tan  noble  y  difícil  tarea; 
mientras  que  yo  con  pretensiones  mas  humildes  bendigo  en  silencio 
al  escritor  y  al  hombre  público  cuyas  sabias  larcas  serán  siempre  un 
titulo  de  gloria  para  el  Estado  y  una  rica  presea  para  la  literatura  cs- 
paúola. 

Soy  de  Vd.  affmo.  amigo  y  servidor  Q.  B.  S.  M. 

José  Caveda. 

Undrid  40  do  ma;o  de  ll!S3. 


IVo  de  servil  adulación  el  grito 
pretendo  levantar,  tenga  otro  vate, 
por  halagar  con  el  clamor  maldito 
de  la  iinsonja  pérfida  al  magnate, 
gratitud  especial,  lucro  infinito  : 
que  por  mas  noble  sentimiento  late 
mi  corazón,  cuando  con  firme  acento 
cantar  las  glorias  de  mi  patria  intento. 

i\o  de  tal  suerte  profanar  es  justo  , 
cantores  de  la  fama,  el  arpa  de  oro 
que  el  cielo  ha  dado  á  vuestro  genio  augusto, 
guarde  el  avaro  imbécil  su  tesoro 
y  el  despúta  su  amparo:  que  robusto 
vuestro  acento  fatídico  y  sonoro 
debe  cantar  basta  el  sepulcro  mismo 
la  virtud,  el  valor  y  el  heroismo. 

Y  boy,  que  en  cnanto  terreno  se  comprende, 
desde  donde  se  eleva  el  fuerte  muro 
de  gigantes  peñascos ,  que  defiende 


—  518  — 

del  cantábrico  mar,  rérvido,  oscuro, 
todo  el  NoTtc'español ,  á  do  se  estieade, 
cual  manto  de  crisis),  el  i^oiro  puro, 
donde  lanzan  su  brisa  perfumada 
los  floridos  vergeles  de  Granada , 

Un  canto  universal  á  la  memoria 
levantáis  de  un  escelso  personaje, 
digno,  por  cierto,  de  una  eterna  gloria, 
yo  rendirle  pretendo  el  homenaje , 
que  corresponde  á  su  preclara  historia, 
sin  que  ,  al  haceros  semejante  ultraje, 
tenga  otro  impulso  mas  mi  fantasía 
que  el  amor  solo  de  la  patria  mia. 

Sacrosanta  pasión,  fuego  divino, 
que  hiciste  al  hombre  en  la  sangrienta  guerra 
romper  entre  borrascas  un  camino 
que  le  condujo  á  dominar  la  tierra , 
tú  enardeces  mi  espíritu  mezquino, 
por  ti  el  aliento  que  mi  pecho  encierra 
con  inmortales  cantos  celebrara 
la  honrosa  gloria  del  ilustre  Azara. 

Aiara,  Azara.,  nombre  esclarecido, 
nombre  de  un  genio  poderoso,  ardiente, 
que  como  un  astro  colosal  perdido^ 
por  el  espacio  inmenso  de  repente 
con  un  disco  brillante  guarnecido 
al  mundo  alzó  su  majestuosa  frente 
sobre  el  cielo  español  puro  y  sereno, 
y  el  mundo  le  admiró  de  asombro  lleno. 

Qué  importa  á  su  memoria  que  el  deslino 
le  arrojara  a)  ocaso  macilento  , 
si  trazado  con  fuego  su  camino 
dejó  sobre  el  oscuro  firmamento  , 
como  un  arco  triunfal ,  que  el  torbellino 
no  alcanzará  á  ocultar  solo  un  momento, 
desplegando  sus  sombras  en  la  altura 
Di  el  velo  inmenso  de  la  noche  oscura? 

La  muerte  entre  sus  somI)ras  no  comprende 
la  memoria  del  sabio  y  del  guerrero 
bajo  su  propio  templo  la  dcGeude 
para  asombro  del  tiempo  venidero 
la  eternidad ,  y  en  tanto  que  desciende 


—  319  — 

al  fondo  del  olvido  el  mundo  entero , 
ella  salvar  la  destrucción  alcanza 
y  al  mas  remoto  porvenir  se  lanza. 

Recompensa  tan  justa  corresponde 
á  tu  genio  también,  bombre  eminente, 
gloria  del  suelo  venturoso  en  donde 
se  desliza  la  rápida  corriente 
del  Ebro  raudo ,  que  en  su  seno  esconde 
los  carcomidos  restos  de  imponente 
multitud  (le  naciones  aguerridas 
en  sus  Trondosas  márgenes  vencidas. 

Y  el  honroso  laurel  de  la  victoria , 
circundando  tu  Trente  ensangrentada 
sobre  el  inmenso  campo  de  la  gloria , 
¿tal  vez  ha  sido  el  que  dejó  grabada 
profundamente  tu  inmortal  memoria? 
No  ;  que  jamás  tu  ciencia  sublimada 
protectora  del  ¿dio  enardecido 
de  la  discordia  detestable  ha  sido. 

Mas  benéfico  indujo,  otras  acciones 
ciertamente  mas  dignas  de  la  fama, 
que  ei  arruinar  imperios  y  naciones 
y  el  propagar  la  destructora  llama 
de  una  guerra  de  férvidas  pasiones, 
que  el  sosiego  perturba  y  que  derrama 
sangre  pura  con  bárbara  inclemencia, 
prestó  á  mi  patria  tu  admirable  ciencia. 

Esa  ciencia  sublime  á  cuya  planta 
su  cetro  de  oro ,  del  poder  emblema  , 
rinde  el  tirano  cuyo  orgullo  espanta, 
y  coronada  de  imperial  diadema 
bajo  el  dosel  del  trono  se  levanta 
por  dirigir  la  potestad  suprema, 
mostrando  el  rumbo  que  conduce  á  donde, 
lleno  de  gloria  un  porvenir  se  esconde. 

Esa  ciencia  sublime,  omnipotente, 
que  la  insolencia  popular  abate, 
que  hunde  en  el  polvo  la  soberbia  frente 
del  déspota  orgulloso  y  del  magnate 
y  á  todo  aquel  que  arrebatar  intente 
la  libertad  de  la  nación  combate , 
cuando  en  un  alma ,  que  el  honor  inflama 


—  530  — 

sa  claridad  benéfica  derrama. 

Cuando  plugo  al  Eterno  por  fortuna , 
que  tan  solo  aquel  hombre  la  posea , 
que  á  la  nación  que  le  arrulló  en  la  cuna , 
gloria ,  esplendor  y  libertad  desea ; 

Eero  jamás  cuando  instrumento  de  una 
ajeza  vil  y  abominable  sea , 
para  saciar  con  bárbaro  egoísmo 
la  execrable  ambición  y  el  despotismo. 

Si  tamaño  baldón  en  ti  se  hallara , 
nunca  entregara  mi  clamor  al  viento 
para  ensalzar  tu  gloria ,  oh  gran  Azara ! 
como  buen  español ,  solo  mi  acento 
maldigera  tu  nombre  y  levantara , 
si  posible  me  fuera ,  un  monumento 
de  vergonzoso  oprobio ,  que  en  la  historia 
detestable  dejara  tu  memoria. 

Mas  no ;  que  el  patriotismo  con  la  ciencia 
siempre  unidos  reinaron  en  tu  pecho , 
siempre  de  tu  virtud  y  tu  clemencia 
quedó  el  triste  infortunio  satisfecho  : 
tú  prestaste  socorro  á  la  indigencia 
y  ocupándote  solo  en  el  provecho 
de  tu  propia  nación  ^  en  todas  partes 
del  saber  fuiste  amparo  y  de  las  artes. 

Y  por  eso  el  tenerte  por  patrono 
disputó  con  ardor  la  Europa  entera 
cuando  el  tirano  su  triunfante  trono 
sobre  el  mundo  plantó  ^  y  en  la  carrera 
que  arrebatado  de  infernal  encono 
atravesaba  el  monstruo,  de  barrera 
sirviéndole  tu  gloría  y  tu  prudencia , 
fué  calmada  su  bárbara  inclemencia. 

Mas  ¡  ay !  que  en  el  momento  sucumbiste , 
en  que  España  tal  vez  necesitaba 
mas  que  nunca  de  tí ,  y  acaso  diste 
un  suspiro  al  morir :  porque  alcanzaba 
tu  genio  al  hondo  porvenir ,  y  oiste 
la  tormenta  infernal  que  amenazaba 
la  gloriosa  nación ,  en  que  el  tirano 
trató  de  alzar  su  despotismo  en  vano. 

Era  el  tiempo  fatal  —  recuerda  apenas 


*w 


—  321  — 

tanta  maldad  mi  consternada  mente  ^ 
tanta  desolación ,  sin  que  en  mis  ?enas 
corra  la  sangre  de  furor  ardiente.  — 
Era  el  tiempo  en  que  obtuvo  con  cadenas 
enlazar  ambos  siglos  juntamente 
la  afrentosa  traición,  la  astucia,  el  arle, 
y  el  colosal  poder  de  Sonaparte. 

Y  el  águila  imperial  con  raudo  ?uelo 
se  remontaba  intrépida ,  arrogante , 
bajo  el  inmenso  paiieHon  del  cielo : 
y  roto  á  su  préseiieia.  en  un  instante 
todo  el  horrible'  murallon  ¿e  liielo 
que  encierra  el  Norte ,  se  lanzó  triunfante 
desde  el  Egipto  abrasador  á  donde 
la  nieve  el  fin  del  universo  esconde ; 

Mas  creyéndose  ya  en  el  apogeo 
de  la  gloría ,  en  sus  alas  sostenida 
so  la  cumbre  del  alto  Pirineo 
miró  pasmada  la  estension  florida 
de  mi  querida  patria ;  y  con  deseo 
de  tenerla  en  sus  garras  comprimida , 
de  tal  suerte  clamó  con  ronco  acento 
por  las  cóncavas  bóvedas  del  viento : 

¿Qué  importe  el  ver  bajo  de  mí  la  nieve, 
que  los  desiertos  de  la  Rusia  llena , 
y  allá  en  el  Asia  el  huracán ,  que  mueve 
con  torbellinos  rápidos  la  arena 
sin  que  el  pendón  de  la  victoria  lleve 
á  la  nación  fructífera  y  amena , 
que  el  Tajo  inmenso  con  sus  ondas  baña  ? 
Nada  es  mi  gloria  sin  vencer  á  España. 

Mas  no  lo  consiguió :  fueron  en  vano 
la  fuerza  horrible ,  la  traición  y  el  dolo 
de  que  vilmente  se  valió  el  tirano , 
solo  el  pueblo  español ,  el  pueblo  solo , 
sin  general ,  ni  ley ,  ni  soberano  ^ 
al  que  osaba  del  uno  al  otro  Polo 
dilatar  su  poder ,  tuvo  la  gloria 
de  arrancar  el  laurel  de  la  victoria. 

Verdadero  español,  si  los  sonidos 
del  arpa  del  poeta  por  ventura 


/il 


—  332  — 

?an  á  la  inmensa  eternidad  perdidos , 
escúchame  y  sabrás ,  que  esa  perjura 
caterva  de  infernales  foragidos 
alcanzó  solo  con  su  sangre  impura 
do  quier  vertida  sin  temor  ni  auelo 
fertilizar  de  tu  nación  el  suelo. 

¡  Ab !  tú  no  oiste  el  formidable  grito 
que  el  intrépido  astúr  lanzó  el  primero  ^ 
tú  no  viste  el  valor  ciego ,  inaudito  y 
que  asombro  fué  del  universo  entero  j 
cuando  al  poder  del  agresor  precito  j 
mientras  latió  su  corazón  guerrero, 
Zaragoza  y  Gerona  honrosamente 
presentaron  magnánimas  la  frente. 

Que  el  Eterno  dispuso  j  que-estuvieras 
antes  ceñido  de  eternal  beleño 
que  los  desastres  de  tu  patria  vieras 
con  acerbo  dolor  y  el  dulce  sueño 
de  la  insondable  eternidad  durmieras 
al  susurro  imponente  y  halagüeño 
con  que  se  irán  los  siglos  deslizando , 
con  respeto  tu  nombre  murmurando. 

Descansa ,  pues ,  bajo  la  augusta  sombra 
del  pabellón  que  alzaron  tus  honores  j 
mientras  corremos  á  tender  la  alfombra 
de  honrosos  lauros  y  de  eternas  flores 
en  la  mansión  feliz,  do  no  te  asombra 
la  infame  vejación  y  los  rigores 
de  una  vil  servidumbre  que  en  el  dia 
degrada  el  nombre  de  la  patria  mia. 

OviBDO.  Oviedo  12  de  NoTiembre  de  i85i. 

Josi  iNDALBao  Caso. 


Pasado  numen  de  grandiosos  hechos , 
por  quien  la  gran  Ciudad ,  la  Ciudad  Santa 
tuvo  un  rey  9  un  pontífice :  y  deshechos 
sus  disturbios ,  por  quien  gloriosa  canta : 

A  cual  potente  voz ,  miles  de  pechos , 
cuyo  aliento  feroz  moros  quebranta , 


—  325  — 

contra  su  voluntad ,  á  su  despecho 
atrás  volvieron  la  pesada  planta. 

Perdooa  que  se  atreva  á  recordarte 
un  bombre  que  ardoroso  mas  sin  ciencia 
quiere  cantar  tu  mas  pequeña  hazaña: 

Glorioso  amansador  de  Bonapartc 
de  mi  loca  ilusión  tendrás  clemencia 
que  somos  hijos  de  la  madre  Espaúa. 


Desidebio  üe  la  Esgosuba. 


LA  FAMA  POSTUMA. 


Guarda  en  su  fondo  el  corazón  del  hombre 
un  sentimiento  innato  y  generoso 
que  en  pos  de  eterna  fama  y  alto  nombre 
le  impele  con  instinto  poderoso. 

Luz  divina  del  genio,  eterno  guía, 
origen  de  valor  y  de  nobleza, 
de  heroismo ,  de  fé  y  sabiduría  , 
germen  de  perfección  y  de  grandeza. 

Dentro  del  alma  sin  cesar  le  siente 
y  al  porvenir  con  ciega  f¿  se  lanza ; 
porque  esta  llama  que  encendió  su  mente, 
este  mmenso  poder  es  la  esperanza. 

Débil  el  hombre,  mísero,  acosado 
de  infortunios  sin  fin  ,  morir  no  quiso 
poniendo  ,  en  su  esperanza  confiado 
mas  allá  de  la  muerte  un  paraíso. 

Y  sintiendo  sus  pasos  vacilantes, 
para  guiar  su  tránsito  en  el  suelo, 
trazó  una  ley  que  en  páginas  briltanles 
le  dictaron  los  ángeles  del  cielo. 

Y  su  ambición  después  acrccentaniln 
sobre  un  leílo  cruzó  las  ondas  fieras, 

y  al  vacio  los  ojos  levantando 
medir  el  vuelo  quiso  á  las  esferas. 
Las  trabas  todas  arrolló  su  brio 


-  524  -r 

y  creyéndose  rey  de  los  espacios    ' 
por  la  tierra  estendíó  su  poderío , 
tuvo  esclavos  y  coronas  y  palacios. 

A  cuanto  existe  declaró  la  guerra 
insaciable  de  gloria  y  de  placeres , 
y  arrancó  las  entrafias  á  la  tierra 
para  dar  una  joya  á  sus  mujeres. 

De  peñascos  alzó  masas  disforme» 
y  torres  y  obeliscos  atrevidos 
y  edificó  pirámides  enormes 
que  encerrasen  sus  huesos  carcomidos. 

Y  quiso  aún  con  su  saber  ufano 
lanzarse  audaz  al  mas  profundo  abismo , 
y  con  su  ciencia  y  su  poder  mundano 
revelar  el  misterio  de  si  mismo. 

Yedle  grande  y  feliz,  pero  avariento 
de  gloria  y  de  poder  jamás  reposa 
legando  al  porvenir  un  monumento 
donde  brille  su  fama  esplendorosa. 

¡  Hele  allí,  con  la  luz  de  su  esperiencia 
moviendo  á  su  placer  los  corazones ! 
¡hele  allí,  con  un  rasgo  de  elocuencia 
calmando  las  fanáticas  pasiones ! 

El  numen  de  la  ciencia  quo  le  inspira 
formó  su  genio  poderoso  y  sabio , 
la  humanidad  estática  le  admira 
rodeándole ,  pendiente  de  su  labio. 

¡  Oh  cómo  goza  entonces  de  su  gloria ! 
recoge  á  manos  llenas  los  laureles, 
adivinando  su  inmortal  memoria 
en  el  mármol ,  la  lira  y  los  pinceles. 

Y  antes  que  el  plazo  del  vivir  se  rompa 
tiende  la  Fama  el  magestuoso  vuelo, 

su  nombre  anuncia  con  sonora  trompa 
y  el  aura  popular  le  sube  al  cielo... 

Mas  ¡ay !  no  siempre  así,  tal  vez  le  oprime 
la  envidia ,  la  fatiga  y  el  quebranto , 
tal  vez  con  la  miseria  lucha  y  gime , 
tal  vez  surca  su  rostro  amargo  llanto. 

Lanzado  de  su  hogar,  á  tierra  estrafta 
la  desesperación  lleva  consigo 
y  en  su  pobre  mansión  no  le  acompaña 


—  525  — 

la  voz  consoladora  de  un  amigo. 

La  eiiátencia  iafeliz  asi  arrastrando 
bajo  los  rudos  golpes  <lc  la  suerte 
cruza  el  mundo  ignorado  y  aguardando 
su  descanso  en  el  seoo  de  la  muerte. 

La  fiebre  del  saber  gasta^  su  vida  ^ 
la  suerte  inexorable  le  abandona, 
y  á  tanta  afán  tan  solo  es  concedida 
al  umbral  de  la  tumba  una  corona. 

Guirnalda  funeral ,  flor  que  tardía 
su  sepulcro  adornó  ;  pero  no  en  vano ; 
entre  las  grietas  de  la  losa  Tria 
su  tallo  crecerá  verde  y  lozano. 

;01i!  no  temáis  que  el  tedio  y  los  enojos 
rodeen  al  morir  su  cabecera  ; 
tranquilo  cierra  los  cansados  ojos 
y  muere  resignado  ,  porque  espera. 

Su  gloria  es  la  esperanza  indestructible 
que  acrisolan  del  mundo  los  desdenes  ; 
su  corona  sagrada,  inmarcesible, 
las  canas  que  brotaron  en  sus  sienes. 

¡  Honor  al  hombre  que  por  sus  hermanos 
la  vida  consumió  sobre  el  camino 
de  la  ciencia,  y  leyendo  en  sus  arcanos 
en  la  tierra  cumplió  con  su  destino! 

¡Al  hombre  que  con  fuerzas  de  gigante ^ 
del  sol  pudo  acercarse  Á  la  luz  pura, 
y  entre  la  turba  ciega  é  ignorante 
como  un  coloso  alzó  su  gruu  figura! 

¡  Cantad  ,  poetas,  estampad  sus  nombres 
con  letras  de  oro  en  el  augusto  templo ; 
que  alii  el  recuerdo  de  los  graudos  hombres 
el  mundo  guarde  para  eterno  ejemplo! 

Que  los  vean  allí  sus  descendientes, 
sobre  los  ¡aspes  del  sagrado  muro 
brillando  ante  los  ojos  de  tas  gentes 
pasar  de  siglo  en  siglo  á  lo  futuro. 

¡Honor  Á  ti ,  Aragón!  que  un  fuego  santo, 
de  tu  pueblo  escogido  arde  en  los  pechos 
y  alzaste  en  mármol  y  en  robusto  canto 
tus  grandes  nombres  y  tus  nobles  hechos. 

Álzalos,  si,  y  en  la  gloriosa  cumbre 


J^  b  ¡BmarUlidad  grande  y  preclatt 
Imxcí  eutre  todos  eon  eterna  lumbre 
^  nombre  ibistre  de  tu  sabio  Azara. 

{ Oh  sombras  que  Tenero !  ilustres  manes 
al  cantaros  también  busqué  la  fama , 

J  entre  dudas  y  tétricos  afanes 
rotó  en  mi  pecho  de  ambición  la  llama. 

YicUma ,  ¡  oh  sombras !  de  mi  ardor  profundo 
vedme  sin  fuerzas ,  ignorante  y  ciego; 
si  aún  sentís  las  penas  de  este  mundo  j 
oid  propicias  mi  doliente  ruego.     . 

Mostredme  vuestra  senda  ¡  ínclitas  almas ! 
y  al  seguiros  dejadme  que  recoja 
del  bosque  eterno  de  gloriosas  palmas 
no  una  corona  ya  y  solo  una  hoja. 

OviKüO.  Oviedo  y  setiembre  de  185!. 

Timoteo  García  del  Real. 


Del  genio  que  se  admira 
que  llena  todo  el  mundo  con  su  nombre  y 
¿qué  cantaré?  Las  cuerdas  de  mi  lira 
débiles  son  como  la  ?oz  del  hombre. 

No  basta ,  no ,  el  acento 
de  humana  voz  para  cantar  la  gloria 
de  aquel  que  de  su  siglo  fué  el  portento... 
que  no  acaba  del  mundo  en  la  memoria ! 

Si  la  voz  que  encantaba 
del  dulce  Laso ,  ó  de  León  tuviera , 
ó  el  acento  impotente  que  mezclaba 
al  fuego  de  su  lira  el  sabio  Herrera ! 

Cantara  entusiasmado 
tus  hechos  y  grandeza ,  noble  Azara , 
cantárate ,  y  al  mundo  que  admirado 
te  contempló ,  mi  acento  dominara. 

Los  reinos  te  querían, 
los  reyes  y  magnates  te  adoraban, 

es  porque  á  su  pesar  reconocían 
o  distantes  de  tí  que  se  encontraban! 

Los  héroes  y  los  reyes 


i 


1 

^^^■^■^ 

J 

■ 

—  327  — 

M 

doblaron  ante  li  cetros  y  mallas , 

^H 

y  tu  voz  (liú  la  paz  y  dictó  leyes 

^^H 

en  medio  del  rigor  de  las  batallas. 

^^H 

Honraron  tus  blasones 

^^H 

y  de  gloria  tu  nombre  circundaron ; 

^^H 

los  pueblos,  las  ciudades,  las  naciones 

^^H 

que  á  tu  nombre  con  fé  se  conyugaron . 

^^H 

París ,  y  Roma  y  Parma 

^^H 

de  anárquico  terror  se  estremecieron; 

^^H 

pero  los  gritos  al  oír  de  alarma 

^^1 

te  vieron  á  su  lado,  y  sonrieron. 

^^^H 

En  tu  vivir  resalta 

^^H 

un  carácter  modesto,  arable  y  llano, 

j^^H 

pues  no  quisiste  ser  de  España  y  Malla 

^^H 

minislro  de  una,  en  otra  soberano! 

^^H 

Hermosa  y  limpia  y  pura 

^^H 

tu  fama  por  el  mundo  se  estendia 

^^1 

brillaudo  como  brilla  en  nocbc  oscura 

^^H 

la  estrella  que  precede  al  claro  dia. 

^^1 

¡Tú!  genio  sin  segundo, 

^^1 

tú,  el  congreso  de  Amiens  iluminaste, 

^^H 

tú  diste  paz  y  porvenir  al  mundo 

^^1 

y  el  comercio  español  recuperaste. 

^^1 

Tú  de  algún  rey  el  trono 

^^1 

supiste  conservar,  cuando  en  un  dia 

^^1 

el  Dictador  de  Europa  con  encono 

^^H 

^H 

reinados  y  monarcas  destruía. 

^^H 

^H 

Tú  las  artes  que  inspiran 

^H 

^Ki 

amaste  y  protegiste...  ¿pero  á  dónde 

^^H 

^H| 

me  lleva  el  entusiasmo?  j  A  tí  le  admiran 

1 

m 

de  donde  nace  á  donde  el  sol  se  esconde! 

^ 

Recibe ,  ¡  oh  genio !  en  la  suprema  gloría 

^Hl 

los  débiles  cantares  de  mi  lira! 

^V 

Que  siempre  vivirás  en  la  memoria 

^H 

W 

del  pobre  vate  que  tu  nombre  admira  ! 

■ 

1 

Uares.                                                              Undrid  33  de  eoero  de  1852. 

■ 

f 

AhTOKIO  QülNTAHA  MeKBHDEZ. 

1 

\ 

h.                J 

1.. 


^t« 


*  — 


^.   fiULi. 


,  ^  i-írmosiira 
.,    •^.''.ííTvui  sombrío 
^  :  iuaiiuar  el  mundo. 
.  _  loche  oscura, 
>.jn>n  inmundo 
.   >^-.'.:ji  mariposa 
.... .-j  \jció  vuelve  á  la  vida, 
^.  -yac  Je  su  inconstante  vuelo 

;ilor  halla  en  el  suelo 
,^-  ia  mansión  que  pronto  olvida. 
Vre,  luz  y  calor,  plantas  y  flores, 
ui  impresión  que  su  alma  heria  ; 
\  absorta  contemplaba , 
cuando  virgen  salia 
.,   <  .'>cura  mansión  que  abandonaba. 
X:i<  **cd  va;  mas  su  belleza  ignora; 
,  u  wllar  por  el  viento  alguna  hermana 
Con  ella  revoltea , 
en  verla  se  recrea  , 
«  ie  su  misma  imagen  se  enamora. 
p.U  vive  feliz ,  flor  de  los  vientos 
Je  Uioionte  plumaje  encantadora 
^1  pensar  en  su  fin  :  de  su  atavío 

Y  de  tanta  hermosura 
lj|  voz  mañana  al  despuntar  la  aurora 
una  brillante  gota  de  rocío 
será  su  sepultura. 
Fresca ,  lozana  y  del  jardin  la  reina 

El  cáliz  de  su  seno 
á  los  rayos  del  sol  abre  la  rosa 

en  plií^gu^^  ^*^"  y  ^^  perfumes  lleno. 

Vida  le  dio  la  noche ;  en  su  enramada 
con  dulce  esplendidez  brilló  la  luna ; 
Mas  su  frente  rosada 
llega  á  azotar  el  sol ,  y  hoja  por  hoja 
llora  su  muerte  á  un  paso  de  su  cuna. 


On-í. 


-  529  _ 
*  su  labio  ,l,,i  '    ■  """¡da  vmh 

'^"""•.¡oi.rjrr  '"""*' 

''«*í'«l'¿r:,\'*  perece, 
p.  .      í^"  mismo  am     '""mosura. 

"-"-«r^iM-er^o™"»^ 

"—  su  nombre. 


—  530  — 

Saog^  el  uno  y  horror  siembra  irracundo; 

el  otro  espigas ,  alelíes ,  diamantes. 

Odia  á  aquel  Koma ,  como  Annibal  antes  ; 

por  su  Uoertador  alza  al  segundo. 

¿Cuál  de  los  genios,  á  la  culta  tierra 
merece  honor  y  estimación  preclara? 
La  historia ,  faro  que  el  error  dcstierra , 

En  sus  páginas  de  oro  lo  declara  : 
Bonaparte  es  el  genio  de  la  guerra ; 
el  del  bien  y  la  paz  Don  José  Azara. 

Antonio  Mahu  Obdo5ez. 


r 


GALICIA— CORUftA. 

EXCMO.  SR.  DON  JOSÉ  MCOLAS  UE  AZARA  V  PERERA. 


Lot  T 


I  de  h  fToñai 


Solo  el  genio  <ipl  polvo  se  levanta 
recordando  d  los  siglos  su  existencia , 
y  la  cárcel  quebranta 
donde  el  tiempo  con  Tria  indiferencia 
borra  la  huella  que  imprimió  su  planta. 

Árbol  fecundo  que  produce  fruto 
mas  allá  de  su  helada  sepultura  , 
pagámosle  el  tributo 
de  nuestra  admiración  ardiente  y  pura  , 
llevando,  en  su  loor,  eterno  luto. 

Porque  esa  tumba  que  mi  pié  tropieza 
abandonada,  triste,  solitaria, 
cubierta  de  maleza 

sin  una  cruz  que  atraiga  una  plef^aria, 
no  inspira  al  corazón  mas  que  tristeza. 

Y  no  le  importa  descifrar  sii  historia 
envuelta  ¡  ay  I  en  la  impalpable  nada; 
cual  fantasma  ilusoria 
cumplió  en  la  tierra  su  mortal  jornada 
sepultando  consigo  su  memoria. 

La  tierna  madre,  el  afligido  esposo 
acaso  con  sus  lágrimas  turbaron 
su  fúnebre  reposo ; 
pero  al  calor  del  tiempo  las  secaron 
entregándola  á  olvido  vergonzoso. 

JNada  resiste  su  mordiente  lima  , 
todo  bajo  su  imperio  se  desploma; 
de  su  elevada  cima 


—  332  — 

Té  cómo  el  sol  por  el  Oriente  asoma 
y  su  ausencia  jamás  lo  desanima. 

El  yé  hundirse  en  las  sombras  del  olvido 
los  espectros  de  mil  generaciones ; 
nada  le  ha  resistido , 
monumentos ,  ciudades  y  naciones 
á  su  peso  terrible  han  sucumbido. 

Mas  tú ,  Inmortalidad ,  hija  del  cielo , 
tú  salvas  de  su  garra  poderosa 
para  nuestro  consuelo 
cuanto  puede  tu  diestra  generosa 
arrebatar  á  su  voraz  anhelo. 

Tú  devorar  te  dejas  tos  despojos 
de  cuanto  el  mundo  en  su  recinto  encierra , 
y  que  nazcan  abrojos 
donde  palacios  sustentó  la  tierra 
ante  tus  bellos ,  inmortales  ojos. 

Pero  mientras  su  saña  destructora 
de  Troya ,  de  Cartago  y  de  Plamancia 
los  despojos  devora , 
tu  solicito  amor  y  tu  constancia 
sus  gloriosos  recuerdos  atesora. 

Y  al  lado  de  los  pueblos  y  naciones 
cuyo  nombre  tu  celo  ha  eternizado  y 
Tortísimos  varones, 

que  muy  justo  renombre  han  alcanzado 
ostentan ,  á  tu  amparo ,  sus  blasones. 

¡Con  qué  dulce  placer  yo  te  contemplo 
entre  cenizas  recoger  avara 
para  adornar  lu  templo 
los  nobles  hechos  del  ilustre  cazara  j 
de  saber  y  virtud  insigne  ejemplo  1 

Quizá  á  tu  vista  por  la  vez  primera 
sin  odios,  sin  venganzas,  sin  enconos, 
sin  ambición  siquiera , 
se  presenta  este  apoyo  de  los  tronos 
como  ilusión  fugaz  y  pasajera. 

Pero  no ;  tú  bien  sabes  que  ha  existido , 
conoces  bien  el  varonil  aliento 
del  sabio  esclarecido , 
que  rehusaba  un  eminente  asiento 
á  su  preclaro  mérito  ofrecido* 


—  555  — 

Malta  lo  llora  vieodo  en  sus  almenas, 
en  voz  de  sus  gallardos  cabaüeros , 
empedernidas  hieaaa 
hollando  sio  piedad  los  nobles  fueros 
de  sus  hijos  cargados  de  cadenas. 

¡  Ay  !  si  hiihiese  previsto  que  el  milano 
iba  á  cebarse  en  tí ,  sus  fuertes  hombros 
el  manto  soberano 

vistieran  para  hundirlo  en  tus  escombros, 
antes  que  verte  esclavo  del  britano. 

¡Tú  bien  sabes,  j  oh  diosa!  á  cuánta  altura 
su  noble  pensamiento  se  elevaba  I 
En  dias  de  amargura 
Boma ,  Libertador ,  lo  proclamaba , 
prodigándole  toda  su  ternura. 

Ella  le  ofrece  un  puesto  en  el  Senado, 

y  una  medalla  á  su  inmortal  memoria 

¡Oh  español  esforzado ! 

El  resplandor  brillante  de  ta  gloria 

sobre  tu  hermosa  patria  ha  rcOejado. 

Sobre  esta  patria  que  fió  á  tu  diestra 
la  llave  de  su  honor  distintas  veces 
para  fortuna  nuestra  , 
y  que  nunca  te  diú,  cual  tú  mereces, 
una  sensible ,  agradecida  muestra. 

A  lo  menos  será  prueba  constante 
el  titulo  fi^udal  de  INibbiano  , 
que  el  cetro  vacilante 
tú  sostuviste  en  la  convulsa  mano 
de  un  sin  ventura,  destronado  Infante. 

Tú  también  fuiste  protector  y  amigo 
de  victimas  ilustres  que  buscaron 
en  tu  seno  un  abrigo; 
y  de  que  todas  ellas  lo  encontraron 
la  Europa ,  el  mundo  entero  fué  testigo. 

Las  artes  y  las  ciencias  te  debieron 
carino,  poesia  y  ricas  galas, 
y  tus  buéspcdes  fueron 
hasta  el  instante  que  las  negras  alas 
sobre  ti  de  la  muerte  se  tendieron. 

Y  lú.  Inmortalidad  á  quien  adoro, 
tú,  que  al  olvido  arrancas  su  memoria 


—  554  — 

grabando  en  letras  de  oro' 

su  digna  ,  aáliia  y  virtuosa  historia , 

salva,  te  ruego,  el  español  decoro. 

JSo  digas,  no,  que  el  Tiber  aún  murmura 
lastimeros  suspiros  recordando 
á  Azara  su  ternura  , 
y  que  España  en  sus  huellas  tropezando 
no  le  ofreció  siquiera  sepultura. 

No  digas,  no,  que  solo  á  un  descendiente 
dejó  llevar  esta  matrona  ingrata 
con  ánimo  indolente, 
á  honrosa  cima  la  tarea  grata 
de  pagarle  un  tributo  reverente, 

¥  al  mostrar  el  sencillo  monumento 
que  en  su  casa  solar  de  Barbuñales 
consagra  su  talento, 
di  que  Aragón  no  tiene  en  sus  anales 
gloria  mayor,  ni  otro  mayor  portento. 


Ferrol  y  majo  dft  (851. 

Jdsto  Gatoso. 


Yace  olvidada  del  cantor  la  lira, 
ronco  el  .icctito  del  cansado  vate, 
y  ni  el  sagrado  porvenir  le  inspira  , 
ni  ya  eu  pecho  por  la  gloria  late. 

Solo ¡infeliz  !  bajo  el  poder  suspira 

de  un  genio  audaz  que  su  entusiasmo  abate, 
sin  permitirle  que  en  su  afán  legara 
recuerdo  alguno  al  inmortal  alzara. 

¡Dichoso  aquel  que  eternizar  pudiera 
con  grato  acento  y  melodioso  canto, 
hechos  que  el  mundo  conocer  quisiera  , 
lauros  que  valen  por  sí  solos  tanto! 
¡Magnifica  misión  !  Tan  lisonjera, 
que  lleva  en  pos  el  delicioso  encanto 
de  un  rico  porvenir  lleno  de  gloria , 
digno  final  de  tan  honrosa  historia. 

¿Pero  es  corona  que  al  mortal  asombre 
el  solo  aplauso  de  un  fugaz  momento? 
¿Basta  una  trova  á  eternizar  su  nombre? 


—  335  — 

¿Trasmite  al  siglo  su  ejemplar  tálenlo?.... 
¡  Ah !  DO ,  1  por  Dios  !  Para  tan  grande  hombn 
débil  es  ,  por  demás ,  tal  monumento ; 
y  el  tiempo,  acaso,  con  impía  mano, 
querrá  iumolarlo  á  su  poder  tirano. 

Que  solo  uu  pimío  al  entusiasmo  ciega 
por  mas  que  rápido  y  violento  nace  : 
pasa  el  furor,  la  indiferencia  Mega, 
y  en  noche  eterna  su  memoria  yace. 
Si  algún  ingenio  su  saber  desplega, 
y  un  noble  alarde  «le  bus  dotes  hace, 
honre  el  mundo  al  artista  venerando , 
de  laureles  su  frente  coronando. 

Si  la  bondad  divina  me  alcanzara 
y  mi  tímida  mano  se  atreviera, 
del  talento  los  hechos  consignara 
y  á  la  futura  edad  los  trasmitiera. 
Pero  ^'y  si  el  hombre  aún  los  olvidara 
y  mi  honrosa  ambición  no  se  cumpliera?.... 
¿Qué  me  resta  que  hacer,  mísero  enano, 
sino  la  frente  hundir  cual  vil  gusano? 

¡Ah!  Ya  sé  que  mi  voz  ronca  y  sombría 
no  sirve ,  no ,  para  entonar  loores ! 
Ya  sé  que  es  infeliz  la  estrella  mia 
y  que  víctima  sufro  sus  rigores  : 
Mas  aunque  la  fortuna  me  sonría 
y  una  mi  voz  á  la  de  mil  cantores, 
¿qué  prez  al  genio  mi  canción  legara?..,, 
¡  Soy  laa  pequeflo  ,  y  es  tan  grande  Azara  ! 

¿Qué  es  ante  el  sol  el  águila  rapante? 
¿Qué  es  el  reptil  ante  el  león  potente? 
¿iSi  quién  soy  yo  que  asi  tan  arrogante 
osé  del  polvo  levantar  la  frente 
para  medir  la  altura  del  gigante? 
¿Quién  inspiró  mi  acalorada  mente? 
¡Horrible  presunción !  —  Con  torpe  labio 
creí  cantar  al  eminente  sabio. 

Creí  ¡gran  Dios!  que  al  evocar  su  nombre 
un  lauro  mas  para  su  sien  tejia , 
mas  no  Juzgué  que  al  héroe  que  me  asombra 
no  es  nada  nunCa  una  alabanza  mia. 
¡Perdón,  Azara,  si  mi  voz  te  nombra! 


—  336  — 

¡Perdón  si  á  tí  quise  elevarme  un  dia!.... 

Tan  grande  te  aamiré  que  tuve  miedo 

Adoro  tu  saber ,  —  cantar  no  puedo. 

Duerme  eterno  tu  sueño  asaz  profundo 
circundado  de  aplausos  y  de  gloría. — 
Duérmelo,  sí,  — que  el  hombre  muere  al  mundo, 
pero  no  muere  nunca  su  memoria. 
Reposa  en  paz,  patriota  sin  segundo, 
deja  que  el  siglo  al  admirar  tu  historia, 
reseñándola  en  mármoles  y  bronces, 
lauros  mas  gratos  te  prepare  entonces. 

¡  Gloria  y  posteridad !  —  ¡  Mágico  aroma ! 
¡Lauros  y  porvenir!  —  ¡  Sublime  halago! 
Cual  otros  hijos  de  la  antigua  Roma , 
cual  héroes  mil  de  la  inmortal  Gartago , 
ó  de  INumancia  en  la  sangrienta  toma, 
victimas  mil  de  su  horroroso  estrago, 
así  tu  nombre  respetado  viste 
asi  tu  gloria  inmarcesible  hiciste. 

¡ Napoleón  y  Azara !  —  ¡Qué  grandeza ! 
¡  Marengo  y  Roma !  —  ¡  Interesante  emblema  I 
¡  París  y  Waterlóo  ¡  —  ¡  Cuánta  belleza  I 
¡  Qué  de  hazañas !  :  oh  Dios  I  —  ¡  Cuánta  diadema ! 

Venid,  vales,  venid.  —  Con  fiel  pureza 

glosad  al  mundo  tan  grandioso  tema ; 
y  cantad  con  espléndida  arrogancia , 

¡  Gloria  al  héroe  español !  ¡  Gloria  al  de  Francia ! 
Napoleón  á  el  mundo  ha  sometido 

de  su  espada  á  la  mágica  influencia, 

y  ante  tí  las  naciones  se  han  rendido 

al  poder  de  tu  mágica  influencia. 

¡  Genio  por  genio !  —  Bonaparte  ha  sido 

del  siglo  el  campeón  por  excelencia , 

y  tú  fuiste  I  oh  fizara!  en  ruda  saña 

padre  de  Roma,  —  Salvador  de  España. 
Tú  has  conseguido  títulos  y  honores 

y  diste  un  nombre  á  tu  saber  profundo : 

el  aura  popular  dióte  loores 

y  tú  una  historia  bosquejaste  al  mundo. 

Tú  debiste  á  los  reyes  mil  favores ; 

y  en  honor  á  tu  ingenio  harto  fecundo  9 

diéronte  su  amistad  grande  y  preciada , 


—  357  — 

ppro ¿qué  es  todo  ante  el  arlisla? —  ¡Nada! 

En  mas  tengo  tii  huesa  solitaria 
CD  torno  de  la  cual  constante  gira , 
cual  vaporosa  nube ,  esa  plegaria 
que  al  triste  invoca  y  ante  Dios  espira. 
Vale  mas  tu  corona  literaria 
vale  aún  mas  tu  virtud  que  al  alma  inspira; 
y  tanto  vales  que  te  admiro  mudo , 
y  ante  Dios  y  los  hombres  te  saludo. 

i  Deja  que  le  contemple  I  —  ¡  Espacio  quiero ! — 
¡Luz  pido  al  sol  y  á  sus  destellos  rojos! — 
¡Quiero  tu  rostro  ver  noble  y  severo  I 
¡  Solazarse  ante  U ,  quieren  mis  ojos ! 
¡Quiero  abrazarte,  sí!  — Ser  el  primero 
en  rendirme  á  tu  mérito  de  hinojos, 
y  en  legarle  esa  aurífera  corona 
que  tu  honor,  español,  por  siempre  abona. 

Mas  ¡oh  dolor!  — ¡Esclarecido  el  nombre 
oculto  yace  en  funerario  hueco! 
¡  Nada  resta !  —  ¡  Murió ! . . . .  Pero  su  nombre , 
sostiene  ai  mundo  interminable  el  eco. 
Ki  (lores  faltarán,  —  ni  quien  alfombre        '  >  'I 
ese  escaso  recinto  árido  y  seco ; 
y  una  lágrima  vierta  de  tristeza, 
corto  tributo  á  su  inmortal  grandeza. 

¡  Goza,  ilustre  Marqués,  sueño  profundo  I 
¡  Reposa  en  paz  :  ~~  la  vida  es  transitoria  ! 
¡Di.'janos,  de  tu  ingenio  sin  segundo, 
inalterable  y  pura  la  memoria  ! 
Descansa,  sí,  que  al  trasponerse  al  mundo, 
celoso  el  sol  de  tu  eminente  gloria , 
tal  vez  se  pare,  plácido  á  admirarte 
y  al  par  del  universo  á  saludarte. 


José  Evaristo  de  Pczo. 


LUGO. 


A  LA  lEMOBIA  DEL  CÉLIBRE  MU  JOSÉ  NICOLÁS  N  AZili. 


Los  vales  de  la  proviDcia  de  Loga. 

Dadme  la  escelsa  lira 
con  que  el  Luso  cantó  aljlustre  Gama ; 
que  no  guerras^  no  ira 
canto ,  sino  la  fama 
del  varón,  que  inmortal  el  orbe  aclama. 

¡Azara....!  ilustre  nombre, 
emblema  de  virtud,  de  noble  ejemplo ^ 
en  cuyo  alto  renombre 
la  eternidad  contemplo , 
tu  sepulcro  es  á  el  sábio'altar  y  templo. 

¡Azara !  en  la  escondida 
cabana  suena  y  por  el  monte  solo  y 
por  toda  la  estendida , 
cubierta  de  odio  y  dolo, 
región  que  bate  el  mar  de  polo  á  polo. 

¿Qué  son  del  altanero 
conquistador  las  glorías  homicidas 
ante  el  loor  verdadero 
de  las  enaltecidas 
glorias  del  bien  y  de  la  ciencia  unidas  ? 

¿  Quien  tu  saber  preclaro 
adelantó  jamás?  ¿  Quién  tus  larguezas 
al  pobre  sin  amparo  ? 
¿  Quién  hallará  comparo 
de  otro  alguna  grandeza  á  tus  grandezas  ? 

Tu  no  perecedero 
nombre,  eterniza  el  pueblo  do  naciera , 
un  rey  fué  tu  heredero , 
y  de  tu  fama  entera 
el  mundo,  que  te  admira  y  te  venera!! 


RiVADEO. 


Madrid  y  mayo  7  de  i85i. 

Ubaldo  Fasahon  t  LisiaA. 


•  I 


íi 


ORENSE. 

fi  M  Hffl 

ma  JOSÉ  Hicftus  de  azirí  y  pereiu. 

Lm  nttt  de  li  proTÍacia  da  Orenic. 

LA  MOlS'EtRA,— Canción  en  gallego  para  la  corona  de  Azara. 

CORO. 

Canlay  ó  nome  d" Azara , 
cánCay,  meninas ,  cantay  : 
onle  por  nos  íraballara^ 
Iwxe  onde  os  anxeles  vay,  ,„., 

Endrómenas  que  os  ingreses  , 

BieroD  ,  listo  des&io  : 
Azara  ó  noso  beo  quixo,         <i. 
Azara  foy  noso  pay. 

Cantay  ó  nome  d Azara  ^  ele. 

Vengar  ultraxea  mentidos , 
(juisu  ea  Roma  Bonaparte; 
é  d'estos  novos  peligros 
librouna  Azara  con  arte. 

Cantay  ó  nome  d Azara ,  etc. 

Tantas  vos  foreu  meninas, 
as  proezas  dó  Azara,  ^ 

que  naiilc  ,  naide  aa  contara 
á  non  ser  en  largas  liñas. 

Cantay  ó  nome  d Azara,  etc. 

Fixolle  grandes  Favores 
os  Papas  é  Soticrauos ; 


—  34a  — 

¡  Ay !  mora  lome  y  moy  lome 
o  imán  do  meu  carino... 
oideme  un  istantiño, 
sentaivos  ¿  meu  redor. 

r^in  TOS  ríádes  oindo 
que  un  xenio  defunto  adoro, 
Din  vos  ríádes  bí  chorro 
porque  tan  larde  nacÍD. 

]  riacera  en  tempo  d' Azara ! 
que  a  miña  nación  non  vira 
aldraxada:  il  non  sufrirá 
os  que  hoxe  deta  se  rin. 

I  Azara...!  Azara  á  quen  toda 
Europa  respeto  tina...! 

¡  Azara  da  patria  miña 
pay  cal  non  será  ninguen...! 

A  solo  un  chorro  d' Azara 
o  eetranxeiro  tremía, 
y  a  dura  testa  rendía 
cal  jato  no  recaden, 

jBarbuñales,  Barbufiales! 
o  ceo  te  destinara 
á  ser  o  berzo  en  que  Azara 
infantino  se  arrolou. 

Aquil  teu  vastago  hodo 
foy  do  seus  mcstres  encanto 
ala  na  patria  do  santo 
que  o  fero  Dacian  tostou. 

Viuse  que  Azara  lucia 
sobre  os  demais  en  talentos 
cal  roseira  sobre  os  feotos 
na  estación  primaveíral. 

II  foy  polastro  coa  Troles , 

y  os  outros ,  co  íl  comparados , 
cogordos  anafagados 
sumidos  no  tremedal. 

A  pouco  mais  de  tres  lustros 
as  borlas  ten  o  pequeño, 
y  é  letrado  sendo  neno , 
sin  tcr  barbas,  e  doutor. 

Salamanquinos  y  Oscenscs 
veneran  o  graduado, 


\ 


1_ 


—  344  — 

O  resullado  de  tanta 
raerístada  ranTurriña 
sería  rodar  eisíña 

todos  ¡les  por  o  chao. 

A  loíu  como  os  cDxames 
algún  tempo  soslcrían; 
mais  00  Bn  de  la  serían 
mosquiüas  no  fin  do  brao. 

Azara  sabe  salrftlos 
do  furacaa  que  os  nmenaza : 
fay  que  cada  un  amoleza 
sin  azuzador  moUn. 

Lome  de  mis,  repetía , 
a  esterilizante  guerra: 
criará  frutos  a  térra, 
criando  as  armas  orín. 

José  d'Auslría  on  caramillo» 
tixeiro  de  cascos  arma ; 
tamen  o  Duque  de  Parnia , 
y  o  de  Toscaaa  lamen. 

Azara  con  sabia  soma , 
como  o  oulro  co  as  abenas^ 
mete  paces,  desfay  crellas, 
y  atalla  o  bélico  tren. 

Cando  o  indómito  atmallo 
ííapoleon  Bonaparte 
prantar  o  seu  estandarte 
no  chao  de  Roma  tcntou ; 

Surtiulle  Azara  á  camino, 
y  atrás  faceiido  volrelo, 
nin  se  esgrimiu  o  cuiteto  , 
oin  o  cafion  estoupou. 

O  lume  alogo»  das  iras 
ccn  veces  de  igual  maoeira, 
cando  cmpolanle  tuleíra 
era  cada  curazou. 

Fale  Rusia,  Tale  Italia, 
Tale  a  sua  España  querida, 
fale  a  Francia  cnranecida  , 
fale  a  cobizosa  Albion. 

Acatarán  todas  cías        i  ' 
d'  Azara  o  saber  profundoir:!  f- 


—  545  — 

foy  Azara  a  paz  do  mando  ,  ■■•i't^  y 
eternamente  dirán. 

¡  E  con  que  ardor  fts  Ibeiros 
librou  da  ingresa  rapiña ! 
üVofl  garda  tanto  a  galiña 
os  pitos  do  gavilán. 

Vos  do  meu  choro  testigos 
y  amantes  da  hispana  gloría , 
¿non  vos  encanta  a  memoria 
do  aragonés  doutor? 

Botay  de  conta,  romeiros, 
que  nada  dixen  aínda : 
Taltavos  da  historia  linda 
oir  o  mais  y  o  mellor. 

Alendey.  Pero...  ¡ay!...  de  noi 
o  meu  delor  me  atormenta  : 
d'  angustia  o  peito  reventa  , 
c  féndese  o  curazon. 

¿Por  qué  non  hay  outro  Azara 
na  miña  nación  querida?... 
Ronieiros  da  miQa  vida, 
la  non  sigo  a  relación. 

As  vágoas  a  cara  erapolan  , 
os  zaluzos  ponme  ronco... 
y  eterno  chorar  &  pouco 
por  ti ,  divino  Español. 

Adiós  ,  romeiros  :  eu  Toume 
disfremar  as  penas  fondas 
ali  veiriña  das  ondas 
sentado  no  ceape  mol. 


1! 


Oreóte  13  de  teliemLrc  de  1851. 

José  Garcu  Mosquera, 


_ 


íQaé  flor  podrei  regalar 
d'  esta  cálida  campiüa, 
pra  formar  unha  corona 
tan  elegante  é  lucida 
como  merece  a  memoria 
d'  a  persona  noble  e  dina 


_ 


—  346  — 

qne  Castellanos  describe 
con  laa  delicadas  tioUs? 
Por  mais  qae  busco  noo  topo 
un  lia  bonita  e  garrida. 
Uacho  de  cote  n'  os  montes 
carrascas  ,  azayas  ,  süras  , 
q'  os  prados  lardís  e  borlas 
nada  deisou  a  sequía. 
Mais  ¿q'  importaba  q'  honlíera 
algunba  q'  outra  Qorecifia? 
Cantas  pudcse  encontrar 
d'  estas  dilatadas  viñas, 
e  n'  os  pensiles  d'  as  Burgas  , 
e  d'  o  Miño  n'  as  orillas , 
non  valeríau  pro  caso 
maldita  cousa),  do  é  risa. 
Porque  se  deafoilan  logo 
é  faa  com'  a  maravilla 
que  xa  de  si  non  e'  sombra 
a  bora  de  ser  coluda. 
¿E  por  eso  ha  de  quedar 
a  corona  sin  á  miüa? 
Buscaréi  oulras  mellorea 
de  mais  duradeira  vida  , 
pois  sendo  Azara  inmortal 
po  la  sua  gran  valia 
non  creo  xusto  ofreccrlle 
llores  que  o  tempo  marchita  ^ 
sinon  aquelas  perpetuas 
que  non  se  axan  tan  eixiña. 
Ka  EspaQa  é  Tora  d'  ela 
(non  lie  Tan  sinon  xusticia) 
vemos  á  Azara  aplaudido 
en  vidas  é  biografías 
de  papas ,  reís  e  bornes  sabios 
po  las  virtudes  que  ti6a, 
e  se  recordan  d'  os  fastos 
d'  a  historia  d'  os  nosos  dias. 
Que  d'  UD  e  outro  eoiilin 
o  sen  bo  nome  eternizan. 
Tomare!  pois  a  men  cal>o 
ie  mirtos  unba  pohfia , 


—  347  — 

outra  tameo  de  loureirOf 
e  d'  amaranto  UDba  miga, 
e  c'  anbas  cuantas  perpetuas 
que  son  llores  sempre  vivas, 
algus  lazmis  d'  os  niais  finos 
e  horteosas  d'  as  mais  bonitas , 
farei  un  ramilletiúo 
qu'e  atarei  q'  unha  cinta: 
mandareino  a  Barbu&ales 
rogáodolle  que  m'  o  admita 
n'  a  corona  literaria 
que  lie  leien  as  Provincias , 
pra  que  sepa  qu  a  d'  Orense 
tamen  o  quer  e  admira. 


DosnTíGO  Antonio  Fariñas. 
A  BOA  HEIHORIA  D'  AZARA. 


Negras  sombras  de  noüe  medrosa 
unha  trtgoa  deixade  ó  luar , 
que  á  sua  luz  malencólica ,  hermosa, 
triste  un  canto  me  poida  lemhrar. 

Dende  á  vcira  do  Arnoya  prateado  , 
que  do  anciano  Allariz  borda  a-Talda  , 
texer  quero  unha  probé  guirnalda, 
d'  amargosa  niapola  e  ciprés , 
que  'n-un  ¡  ay!  do-meu  peilo  enframado 
d'  Allariz  haslra  Huesca  voára, 
3  ofrendarse  na  coba  d'  Azara 
non  pra  á  testa,  que  e  pauco,  pra  os  pi'sl. 

Ises  bornes,  do  molde  corlados 
dos  Floridas  e  dos  Jovellanos  , 
¿dónde  van?  que  uniía  raza  d'  ananos 
soias-mentcs  deixaron  atrás! 
¿Dónde  van?  que  á  virtude  apegados 
nunca  o-mal  sempre  o  ben  platicaron 
e  con  dias  de  groria  alcadaron 


—  Si»  — 


t  K  aifMM  i*  mI  «B  íbvíbm 


Mrttap 


¿Ika c irte  a^ «ridÍB  t  farte 


¡Mal  af/oko  pn  I 
rola  a  >et>c  que  o  ¿too  eioptto , 
caUo  anot  oíai?  larde  xema 
■ob  da  1^7  (lu  linno  caAoa  .'.. 

Cando  i  Águila  u  ¿¿s  bateado 
laoto»  filio*  nrj  mutido  dizmaba, 
media  Europa  en  Azara  calaba 
¡mal  pecado  I  o  saatifío  da  paz. 
E  so  il  pudo  arredar  do  tremendo 
m¿»lro,  as  pouU<  oa  carne  vezadas 
e  das  Aas  de  «aogre  mzouladas 
o  mftrlifero  too  aparar. 

A  Hua  casa  o  probiAo  apremido 
eoulra  o  forte  iba  amparo  improrando  : 
iba  o  alecto  conselio  catando: 
iba  o  príncipe  o  d^V  consolar. 

Por  o  pao  iba  ali  o  deeralido ; 

o  afríiidn  A  xua  gracia  cramaba ; 

e  de  Heys  e  de  I'apas  lograba 

ser  o  lenzo  que  enzuga  o  chorar. 
Dormc  en  paz :  sa  aquü  xusto  non  temos 
(fue  na  Ierra  bír  maos  so  miraba, 
como  Cristo  a  queu  il  imitaba 
Soy  do  mundo,  non  á'  unba  nacioo... 

Tanta  perda  ¡ay  Gallegos!  choremos- 

surtan  ais  dos  peitos  qucíiosos ; 

vagoas  deilen  os  olios  cborosos  ; 

sangre  esUroche,  o  zangal  curazon. 
Dcnde  o  lUiin  hastra  o  Vístula  e  Dwina , 


—  U9  — 

Añone  o  Bosforo  ó  Sena  e  o  Mosa, 
toda  a  Europa  a  España  chorosa 
acompane  seu  faeroe  a  scnlír. 
Que  a  emprenta  un  nome  cousina, 
branco  leozo  unha  imaxe  describe, 
probcs  formas  o  marino  recibe 
e  do  vate  se  escolta  o  xemir. 

Üaha  tousa  o  seus  restos  encerra 
'n-unba  esquina  da  patria  que  banrára; 
mais  o  acordó  da  vida  á'  Azara 
nome  e  feitos  ¿quen  pode  cuotér? 
!Nin  o  mundo...  Liviá  lie  sea  a  térra; 
e  vivindo  admirado  na  bistoria 
sobre  a  sua  groriosa  memoria 
mau  do  lempo  no  leña  poder. 
Ora  pois  :  adiós  noite  sombría  i 
queda  adiós  amarelo  luar  : 
vos,  que  a  linza  d'  Azara  xa  fría 
m'  lembrastes  o  triste  cantar. 

Allnrii  25  de  tcliembte  lie  1851. 

VicEHTE  Mabia  Feijóo  Montenbgro. 


Entre  el  rumor  acorde  de  las  liras , 
astro  de  gloria  de  la  esfera  hispana , 
deja  que  llegue  á  ti  la  voz  livioa 
de  olvidado  y  oscuro  trovador. 

En  alas  ?olo  de  entusiasmo  canto 
porque  tu  aureola  al  contemplar  un  día, 
en  ti  miré  la  antigua  bizarria 
y  de  la  patria  el  sacrosanto  amor. 

De  liis  tiempos  la  historia  me  contaron 
y  alli  encontré  la  página  mas  bella : 
donde  fijabas  tu  la  augusta  huella, 
alumbraba  do  quier  de  f/loria  el  sol. 

Aunque  negro  borrón  la  historia  afrenta 
que  el  corazón  hinchó  de  luto  y  saña, 
por  tí  bendije  mi  querída  España , 
y  de  tu  patria  el  ser,  ser  español. 
Obbnse.  Madrid  50  Jo  aDvieDilire  de  lOSI. 

José  Mahia  FEHREn. 


U  mCUTO  AZiBA. 


¡  Ay  !  com'  os  vates  choran  '.  dame  pena  . 
c  B  míBa  mor  a  d'  eles  acompafia 
remembrando  a  un  tiome  d'  a  calaña 
d'  Azara ,  en  Roma  loado  e  mais  n'  o  Sena. 

¡  Si  vírades  ali  con  qué  faena 
08  Papas  lies  Talaba  en  pro  d'  a  España  , 
e  canto  conseguiu  co  a  sua  maña 
c  d'  o  caletre  seu  co  a  rica  vena ! 

E  en  París  cando  mozos  descreídos 
botan  o  trono  o  chau,  poñendo  inedo 
a  Europa  toda  ,  a  quen  declaran  guerra, 

Grítou  Azara,  e  quedan  aturdidos; 
e  o  Corso  paladin  díxole  ledo 
añada  e  contigo  nin  co  a  tua  térra.» 


Francisco  Fkalgo  Saítedra, 


Al  eminente:  azara. 


Quii  deiider'io  lilpuilur  ¡tai  m 
tsm  charj  cipili»  ? 


Mientras  con  gloria  por  el  orbe  gira 
de  las  estrellas  tu  dichosa  planta, 
del  pobre  Hispano  el  corazón  suspira, 

y  el  trovador  su  lira 
pulsa  doliente  y  ú  tus  manes  canta. 

El  tiempo  que  de  mármol  y  de  plata 
las  estatuas  derriba,  y  de  brillante 
pórfido  las  imágenes  maltrata, 
tu  claro  nombre  acata  , 
de  tu  virtud  venerador  constante. 

Mas  que  el  bronce  perenne  un  monumento. 


t 


[55  — 

mrtal,  el  ooble  acento 
,  la  sedación 

viento, 
.¡ce  y  soaora 
iludo  firmamento. 
' !  A  marchitar  tu  aureola 
Ivo  de  loa  iñoa 
uria  española: 
iii  chispa  de  honor  sola 
i>aLria  y  los  estrafios! 
lias  del  revnelto  Sena 
'I  saber  vertiste , 
'<tcedor  en  Jena 
;i:ia  domefiar  supiste , 
'lia  de  feroz  cadena, 
reyes  generoso  amigo 
•':  pueblo  protector  escudo  y 
\i.\vms  mil  testigo  f 
.'iiio  do  aegoro  pudo 
'olio  de  Sao  Pedro  abrigo. 
ru  númeo  vasto  y  poderoso 
montando  del  Ptrén  la  cumbre 
~>r  ostentó  mijestooso 
■  Gália  con  fulgente  lambre 
.  tiinúbío  al  margen  anchuroso. 
.]y.ado  entre  el  revuelto  torbellino 
igitaba  la  Europa  amedrentada , 
cual  faro  peregrino 
-.  en  medio  de  la  mar  alborotada 
iiiiza  á  la  nave  el  salvador  camino. 

De  los  vetustos  tronos  carcomidos 
la  base  sustentaste  insegura 

con  tus  brazos  fornidos : 
puerto  fuiste  de  paz,  do  guarnecidos 
brillo  nuevo  ostentaron  y  hermosura. 

Mas  ¿quién  del  aguilucho  sigue  el  vuelo 
cuando  á  cruzar  la  inmensidad  se  lanza 

con  orgulloso  snhelo? 
¿Quién  á  medir  los  ámbitos  del  cielo 
con  su  mezquina  comprensión  alcanza? 
¿Quién  tus  preclaros  hechos  enumera? 

AS 


\lz 


—  359 

Aqni  el  Genio  l-^. 

veréis,  y  el  Héroe  th- 

Ora  veréisle  qn- 
gigante  Ibero  en 
su  vuelo  altivn 

que  hieiiil' 

Qui'  '  ::¡i;iiite 

del  líi'  .vie¿a. 

es  ?<  *  'v:*:i  rica  tüsloria, 

i^r-a  9«  eu|j[alaoa. 
«u  vauaiciocia : 
SV4IIU  m  inemuha 
viiiiMv  leican  oíadana. 
4  Hi>cui>ra  á«  la  sacra  oliva 
..wu   a  r«*M%e  úeavaruaiia , 
.•  j   ní«<m'a  «ita 
.    ^.  .>^.i«  -t  4  .iauM  e«iiva 
.     >  %^^t«  a  crwfMttte  helada. 
V    v^M^  it«áj|t!Mi»  im^  cantares 
.«     .«^«.  ■    »  vmw  4  ;u  saber  profundo 
«•  iMWM  MiQ^ptf«aiw. 
.^v    .M.44  «  nMftíw  MlDí  lo»  mares 
-^  %^n%M  ai  MUMMt  al  mando ! 


•*»« 


Jims  López  Mosquera. 


^<.^  ^%|  «É»  ^i«l  %Mil  rOiRi. 


■W-  «A 


^-•M^(    !•• 


—  355  — 

Que  a  Dosa  parla  gallega, 
cltabacaaa  e  zatameíra, 
iiiri  se  podrá  por  a  vcira 
>r  a  de  Don  Lope  de  Vega. 

Mais  iiou  facer  taota  mofa 
')<ie  trinen  escnbiu  o'ela 
o  neto  de  Bereogüela  (1)  ■*" 

e  oulros  homes  d'csa  eslofa.         ■■'  ' 

Tameo  temos  poesía  (2) ,         ' 
a  demais  d'as  nosas  prosas, 
e  musas  com^unhas  rosas 
que  atrás  deisan  á  Talia.  i 

rfon  se  me  ponen  colores 
porque  a  miña  sália  a  plaza, 
que  lie  ha  de  dar  mellor  traza      "li 
qu'  e  a  mais  ruin  d'as  peores.       i"-; 

Eiqui  tes  pois  mesmo  u4zara    '•• 
outro  novo  trovador 
que  acompaña  en  teu  loor 
versos  que  outro  beroe  envidiara. 

Anque  en  Finís  terree  estamos 

o  teu  nome  chegou  acá       

caudo  os  íeciños  d'  ala  '  ■  •■    *  '  *  .■         • 
quiseron  ser  nosoa  amoSi  ''  t  '  ^ 

Dicen  que  os  montea  non  paren 
sinon  ratos ,  é  patraña ,    ■ 
tamen  paren  os  d'  España 
bomes  ,  e  sínon  reparen. 

A  Azara  entr'outios  celebro, 
pois  e'  unba  cousa  evidente 
que  honrou  moito  aqueta  xente 
que  está  mais  ala  d'o  Ebro. 

(I)  AloDío  X  llamaiio  el  Sabía  ,  hijo  ¿t  San  Fernando  j  nielo  du  üú&a  Bereogüela  eicri- 
'    bi«  un  gruF»D  tolúmen  de  poesías  cu  lengoa  gallega. 

(£)  El  Murigtiéi  de  SaDlilUoa  D.  lúigo  Lopci  de  Meodoia,  eo  una  csrU  tobre  la  pocila 
dirigida  al  CaadeíUble  de  Parlugat  D.  Pedro ,  rt'genle  *lel  reinii  ra  la  minorided  do  D.  Al- 
(ooio  V.  dice :  «E  deipuet  fallaron  eita  arte,  que  majar  te  llama ,  el  tí  arle  codiud,  creó 
ta  lo>  reinos  de  Galicia  é  de  Portugal ,  donde  nn  es  de  dubdiir,  que  el  nercicio  de  eilai  scien- 
ciai,  mi*  (¡uc  en  ningunat  ulrai  regiones  el  proviaciat  do  la  Empalia ,  te  icutluiubrá  eo  tamo 
fiada  qne  no  ha  mucbo  tiempo,  qualesquier  decidores  ó  iroTadoreí  de  eitas  parles,  agora  fueieu 
castellanoi ,  andaluce!  ó  de  la  liiiremodura ,  todas  tus  obm  uouponian  en  lengna  gallega  o 
pariggueía.D 


—  564  — 

de  ta  ImflUa  qii»(fe;fMn.brilla 

la  marea  dimíden 
podrá  segoir  en  narraeíoii  aefera  j 
orgullo  de  Aragón ,  sol  de  Gaatflla? 
Del  siglo  que  espiró  alzas  radiante 
sobre  otras  mil  eseelsas,  tn  cabeza^ 

cual  palmera  gigante 
por  encima  del  plátano  ondulante 
su  copa  eleva  de  gentil  belleu. 

Eres  la  flor  de  nuestra  rica  historia , 
joya  con  que  la  patria  se  engalana, 

su  prez  9  su  ranagloria : 
eterna  en  el  Hispano  tu  memoria 
nunca  á  tu  nombre  llegará  mafkana. 

Duerme  á  la  sombra  de  la  sacra  oliva 
que  circunda  Ui  frente  descamada , 

cuya  frescura  viva 
jamás  agostará  la  llama  estiva 
ni  del  diciembre  la  crispante  helada. 

Y  no  veas  indignos  los  cantares 
que  ofrece  el  bardo  4  tu  saber  profondo 

en  medio  sus  pesares, 
cuando  vuela  lu  nombre  oitre  los  mares 
y  tumba  estrecha  te  promete  d  mnodol 

Orense. 

Josft  J^mn  Mo 


O  EXGIO.  SEROft  DON  XOSÉ  NiGOLilI  D 


Eu  quixera  decir  algo 
d'  Azara  vi  a  nosa  lengua, 
pero  será  unba  menrai 
*  pra  min  e  mais  pra  Fidalgo  (1 

[\)    Doo  Franciieo  Fidalgo  Sttvsdra^  euteifo  carden..' 
tor  de  su  Seninarío  eonpoN  u  nsalt  es  pUigo  en  ei»: 
lerto  en  la  Cortaa. 


■ 

^^^^^M 

■ 

■ 

~  1 

—  3S7  — 

non  Ue  marrón,  e  por  eso 

^H 

respelóuno  aquel  gobernó. 

^^H 

E  Napoleón  vendo  q'il 

^^H 

era  un  mozo  de  canteira 

^^H 

^H^ 

diiole  d'  esla  maneira: 

^^H 

^^1 

mon  ami,  reslez  tranquil. 

^^H 

^^P 

Púnase  muy  turbio  ó  ceo. 

^^H 

^* 

c  a  tormeula  estaba  pronta, 

^^H 

e  entonces  vénse  á  dar  conta 

^^H 

d'  asuntos  d'  o  seu  empleo. 

^^H 

_ 

Os  émulos  fanlle  n  guerra 

^^H 

^H 

qu' entendía  ben  Xil  Blas, 

^^H 

^ 

e  dicenlle  o  homc  :  atrás'; 

^^1 

e  non  para  mais  n'  a  térra. 

^^1 

■ 

Vaise,  e  ¿a  dónde?  a  París, 

^^1 

1 

que  as  veces  os  eslraños 
(d*  eso  hay  moitos  desengaños)] 
non  son  pra  ün  tan  ruis. 
Estaba  triste  o  cuitado, 
e  botouse  encima  a  morle  : 
choros  houbo  en  toda  a  Corte , 
e  foi  con  pompa  enterrado. 

A  un  borne  de  tanta  sóna 
fiíéronlle  monumentos, 
e  DOS  po'  los  seiis  tálenlos 
poOémoslIe  unha  corona. 

Obbdsb. 

JüAií  Moheuio. 

¿Quién  penetra  en  la  urna  del  destino? 
¿Quién  del  hombre  el  horóscopo  hallar  sabe? 
¿Y  quién  presume  conocer  la  clave 
que  armoniza  del  mundo  el  torbellino? 

De  la  vida  el  incógnito  camino 
nadie  deslinde  mientras  no  se  acabe. 
El  héroe  vá  á  la  gloria  que  le  cabe 
ciego  marchando;  porque  asi  es  su  sino  (1). 

(1)     El  nulor  no  eres  en  olro  lino  que  la  divina  ProTidencia,  h  que  á  fine 

nqae  ad 

^1 

finem  fnrlitfir  diiponit  omnia  luaviler ;  pero  tqui  habla  como  podo  j  lolo  c 

ííp  con- 

^^1 

ceplo  llama  sino  &  la  mism»  ProTidcniia  que  lodo  lo  golicrna  ifgun  m  alioi  j  o 

cullos  do- 

^^1 

íigniot,  tÍD  liacer  (iolencia  i  la  criatura  racjooal. 

1 

1 

^^^^^H 

—  356- 

Paréceme  que  teria 
un  pouco  de  teattmido , 
mais  eso  a  un  borne  ses 
dalle  forza  e  bizarria. 

Desque  salió  pr'  < 
xá  o  rapaz  den  so\ 
de  non  ser  d'  o^ 
e  estes  eran  ]>' 

Aplicado  • 
dense  as  I«'i 
púxose  X." 
eo  a  sn 

eil- 

(V 


utV 


.  \  ..itor , 


. ! .  :--.  :i  iiiarmora  conJunt, 

,»       %«>   ■••.11% 
. . .:    *•»'••  ^  i  • 


I  ■» 


.'i   rr;v, 


I 


:ii!ir?:::tí  sf:  iilohnini 


•   •   • 


—  359  — 

luis  cujas  BÍmuUcra  vereoda 
''iijus  nomen  adorat  Iber. 
¡iisti  et  sapieotis  imago , 
' '  vincet  nonos, 

'»,  laudes(jtie  manebunt. 
■'lorare  BUOB. 


Josfi  GaBCI A  MoSQDKBA. 


PONTEVEDRA. 


1^    lia  HüIiS^íDI^^a 


DBL  CBLEBBB 


¿/XCUIO.     (bt'.     (jdm    C)0ÓC    (J\DlCcíctÁ   De    CADZCUÍO,. 


Los  Tales  de  la  provincia  de  PonteTedra. 

Ed  su  delirio  ardiente , 
con  estro  inspirador  mi  lira  cante 
al  varón  eminente , 
cuya  virtud  constante, 
en  nuestra  historia  vivirá  triunfante. 

En  armónicos  sones 
el  genio  colosal  del  noble  Azara 
recuerde  á  las  naciones , 
y  su  grandeza  rara , 
y  el  alto  nombre  y  su  bondad  preclara. 

Fué  su  cuna  dichosa 
el  dulce  suelo  de  la  patria  mia , 
que  la  corriente  undosa 
del  Cinca ,  en  su  armonía , 
le  saludó  al  nacer  con  alegría. 

En  la  risueña  aurora 
de  su  temprana  edad ,  de  sus  talentos 
la  llama  brilladora 
crecía  por  momentos, 
luchando  de  la  envidia  entre  los  vientos. 

Y  absortas  le  admiraron 
las  ciudades  de  España ,  y  por  el  mundo 
entusiasmo  inspiraron 
los  rayos  del  fecundo 
y  limpio  sol  de  su  saber  profundo. 

Ya ,  con  noble  osadía , 


fmm 


—  361  — 

libra  á  Roma  ilel  yugo  torpe  y  fiero. 

de  Bonaparte,  el  dia 

en  que  abatió  allanero 

de  la  sagrada  indepeudencia  el  fuero. 

Ya,  al  vencedor  de  Jena, 
de  Austerlitz  y  Marengo,  prepotente, 
mira  con  faz  serena 
rendirle  DoblemeDte 
la  gloriosa  cerviz  armipotente. 

Y  Roma  enaltecida 
por  Sil  libertador,  como  memoria 
le  ofreció  agradecida 
un  recuerdo  en  su  historia 
grabando  en  bronce  su  adquirida  gloría. 

Ya  ,  en  la  orgullosa  Francia, 
de  especiales  poderes  investido, 
con  tesón  y  constancia 
A  su  pais  querido 
libertó  dignamente  del  olvido. 

Y'^  asi  vivió  dichoso 
las  ciencias  y  las  artes  amparando 
su  genio  luminoso , 
y  á  la  Hesperia  legando 
el  nombre  singular  que  fué  alcanzando. 

Los  reyes  homenaje 
á  su  virtud  y  á  su  saber  rindieron, 
y  tranquilo  hospedaje 
en  su  albergue  obtuvieron 
los  que  su  franca  protección  pidieron. 

En  todas  sus  acciones 
la  santa  humanidad  era  su  guia; 
ver  quiso  á  las  naciones 
hermanadas  un  dia 
disfrutando  de  paz  y  de  alegría. 

Pero  la  infausta  suerte 
destruyó  su  esperanza  lisonjera, 
y  envidiosa  la  muerte 
detuvo  en  su  carrera 
al  defensor  de  la  nación  Ibi-ra. 

I  Ay  !  siempre  recordados 
serán  sus  dignos  memorables  hechos 


—  362  — 

justamente  ensalzados, 

y  con  fé  venerados 

mientras  que  latan  españoles  pechos. 


Joaquín  Fontan. 


Qoince  lustros  escasos  de  existencia 
para  gloria  de  España  recorriste , 
varón  ilustre ,  cuyo  nombre  existe 
grabado  en  los  anales  de  la  ciencia. 

De  norte  y  verdadera  inteligencia 
entre  reyes  y  principes  serviste, 
y  en  consolar  al  desterrado  y  triste 
empleaste  tu  pródiga  elocuencia. 

Roma  y  París  eterno  monumento 
serán  de  tu  virtud  acrisolada , 
de  tu  preclaro  y  general  talento  , 

Y  en  la  historia  de  esa  ¿poca  dorada, 
siempre  brillante  se  verá  esculpida 
la  gloriosa  carrera  de  tu  vida. 


Eddabdo  Gasset. 


''""femefe    *"^;"■■ 
"'""•IB  lías  2  """"«"M 
'  """"mcnios 


^24114. 


—  364  — 

que  mostran  ós  seus  talentos 
virtudes  y  bondad  é  cencía , 
moito  acertó ,  gran  prudencia 
é  vastos  conoccmentos. 

Goza  pois  xusto  varón 
ó  premio  do  ten  sudor , 
¿  dispénsame  ó  favor 
lie  ncoller  esta  esprcsion : 
Ben  sci  que  é  cativo  don 
prá  os  honores  que  tictes ; 
mais  faiclia  sin  interés 
respetando  á  boa  memoria 
dó  teu  nome  é  dá  tua  gloria 
en  Galicia  un  Santiagués* 


Sam'iaíío. 


Vicií;me  dk  Turnes. 


AL  INMORTAL  AZARA. 

Les  úk\ií$  sont  h  loi ,  le  niondi'  09t  \a  (lalrie 

Ausí  Taiglc  supcrhe  sou  vol  audacieiii 
Semille  diré  aux  niorlels :  je  mis  uc  sur  la  torre 

Mus  jo  vis  dans  los  cieux. 
L.\)iinTi\E.  (AY/^  J/pr/íY.— Lrt  gloirc.) 

Treguas  á  la  incesante  agitación  de  la  época  presente.  Dejemos 
revelar  ai  tiempo;  evocar  á  la  historia  :  campo  á  una  gloria  nacional. 

Cantemos  nosotros ,  hereilcros  pródigos  de  Gonzalo  de  Córdoba 
y  Cristóbal  Colon ,  al  legatario  de  los  destinos  españoles  en  la  ciu- 
dad de  los  Césares  y  de  los  Papas.  El  Itomancero  de  España  em- 
pieza en  el  poema  del  Cid:  celebra  el  valor  y  la  inteligencia.  ¡He- 
rencia augusta  de  una  dinastía  de  pueblos  conquistadores!  Los  vates 
castellanos  y  los  trovadores  provinciales  se  han  citado  voluntaria- 
nionle  para  ceñir  una  corona  de  laurel  sobre  la  tumba  solitaria  de 
llaibuñales.  i^as  nacionalidades  se  agrupan  para  celebrar  la  memoria 
de  un  varón  ilustre:  la  Kspañü  meridional,  viva,  inquieta,  concep- 
tuosa ,  estrecha  su  mano  á  la  España  septentrional  grave ,  refleiiva  y 
profunda.  Ks  una  nación  ¡la  patria  !  que  responde  al  apoteosis  como 
contesta  á  la  guerra.  Para  combatir  ó  celebrar  la  unidad  política  de 


T 


I 


F 


I 
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I 
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I 
I 


—  365  — 


Doña  Isabel  la  Católica ,  no  es  mas  que  un  reflejo  de  la  unidad  in- 
tima j  espontánea  y  aguerrida  de  los  tiempos  de  Yiriato ,  de  Pelayo, 
del  duque  de  Baüen. 

Lleguemos  también  nosotros  de  luengas  tierras  á  justar  en  este 
palenque  popular.  La  poesía  brota  del  corazón  y  recoge  las  aspiracio- 
nes del  entusiasmo ,  vengan  perfumadas  en  el  aroma  de  la  rima ,  ó 
regaladas  con  la  belleza  del  concepto. 

Las  márgenes  del  Alcanadre  saludan  á  un  niño  de  estirpe  escla- 
recida :  Huesca  y  Salamanca  abren  las  severas  puertas  de  sus  aulas 
á  un  joven  distinguido :  el  Estado  conQa  sus  secretos  á  un  aventa- 
jado diplomático.  Roma  le  saluda  alborozada ,  Napoleón  le  atiende, 
y  la  dinastía  de  Clodoveo  se  aparta  del  ensangrentado  cadalso  de 
Luis  XVI  y  celebra  su  hospitalidad.  Es  la  España  del  siglo  XVIII 
simbolizada  en  un  hombre  :  es  el  ocaso  de  la  monarquía  de  Car- 
los V  reflejada  en  un  varón  eminente.  Para  los  postreros  dias  de  un 
I  imperio  se  presentan  los  fulgores  estivales  de  elocuentes  y  magnáni- 
mos dignatarios.  Para  monarcas  como  Carlos  III  reserva  la  Pro- 
videncia plenipotenciarios  como  cazara.  El  plátano  y  el  cedro  no  se 
arraigan  en  las  fangosas  laderas.  El  águila  anida  en  las  montañas  y 
*     respira  en  medio  de  las  nubes. 

Águila  española  fué  Azara,  que  atravesando  los  temporales  de 
su  siglo  y  salvando  las  crestas  escarpadas  de  las  naciones  cstranjeras, 
representó  la  reconciliación  de  los  pueblos  y  la  paz  de  los  Estados. 
Embajador  de  un  pueblo,  fué  el  plenipotenciario  del  Continente.  La 
antigüedad  había  abierto  las  entrañas  de  la  tierra  para  presentar  el 
cadáver  embalsamado  del  Imperio  romano.  La  revolución  francesa 
abrió  mas  tarde  las  entrañas  de  la  sociedad  para  hacer  la  autopsia  de 
la  monarquía.  Eran  dos  ruinas  gigantescas ,  que  esplicaban  lo  pasado 
y  el  porvenir.  Azara  comprendió  la  soledad  «le  las  tumbas  de  Pom- 
peya  y  Ilerculano  y  el  estruendo  de  los  mercados  de  París,  y  anti- 
cipó la  paz  á  la  destrucción.  España  fué  la  sostenedora  de  esta  re- 
conciliación solemne  de  las  armas  y  de  las  ideas.  Azara  representa  la 
restauración  previsora  de  las  monarquías,  tras  luengos  dias  de  tribu- 
laciones sangrientas. 

Salud,  águila  de  la  paz  europea.  La  posteridad  os  aclama.  La 
nación  celebra  vuestra  memoria.  En  IJarbuñales  tenéis  un  panteón  de 
mármol , —  es  un  recuerdo  de  familia  ;  es  el  monumento  de  vueslra 

herencia  de  fortaleza  y  renombre.  Allí  están  vuestras  cenizas lo 

que  pertenece  á  la  tierra.  En  la  historia  conserváis  un  panteón  Glo- 
rioso; es  el  tributo  de  la  venlad ;  es  el  santuario  de  la  patria.  Allí 

está   vuestro  genio lo  que   pertenece  al  pensamiento,   lo  que 

Tuelve  al  cielo. 


r 


—  366  — 

Ambos  monumentos  perpetúan  la  cuna  y  el  sepulcro  de  Azara. 
Faltaba  esa  inscripción  respetuosa  que  la  poesía  improvisa  entre  los 
vates  de  un  pueblo.  Sobre  la  urna  cineraria  se  echaba  de  menos  una 
corona.  El  laurel  y  el  mirto  son  deshechos  por  las  tempestades;  son 
la  lúgubre  ovación  de  una  fecha  de  familia ;  representan  el  dolor  in- 
timo y  el  luto  privado ;  caen  y  se  deshojan  cuando  se  apagan  los  ci- 
rios del  dia  de  los  difuntos.  Los  vates  españoles  han  tejido  una  co- 
rona de  siemprevivas,  que  sobrevivirá  al  sepulcro.  El  mármol  dura 
menos  que  el  libro. 

I  Ovación  solemne!  ¡  Recuerdo  imperecedero !  No  en  vano  circula 
por  las  venas  de  los  ingenios  españoles  la  sangre  de  Berceo  y  de 
Alonso  de  Ercilla.  Siempre  que  se  apele  entre  nosotros  al  sentimiento 
nacional ,  á  la  hidalga  independencia ,  los  poetas  del  siglo  XIX  res- 
ponderán acordes  como  los  trovadores  provenzales  á  las  Cortes  de 
Amor  y  á  las  tensiones  de  la  gaya  ciencia. 

Detened  el  tiempo :  no  volváis  esta  página  gloriosa  de  la  histo- 
ria   no  olvidéis  un  nombre  que  pertenece  á  las  glorias  nacio- 
nales  

Ya  es  tarde. 

Vuestra  corona  la  recoge  la  familia  y  el  entusiasmo. 

Azara  pertenece  á  lo  pasado :  al  través  de  guerras  asoladoras  y 
quebrantos  nacionales,  como  la  posteridad  de  nuestros  padres. 

Seguidle  con  vuestra  mirada las  nubes  apiladas  en  el  hori- 
zonte ocultan  su  sombra. 

Es  el  águila  de  la  paz ¿Será  la  primera  ó  la  última  de  esa 

legión  de  espíritus  emprendedores  que  salvan  á  los  pueblos  de  los 
naufragios  asoladores? 

El  águila  anida  en  las  montañas  y  respira  en  medio  de  las  nubes. 

El  plátano  y  el  cedro  no  se  arraigan  en  las  fangosas  laderas. 

Santiago.  Santiago  1.°  de  diciembre  de  1851. 

Antonio  Píeira  de  Mosquera. 


llomes  salen  á  luz  de  cando  en  cando , 
que  moito  fan  pasmar  ao  mundo  enteiro , 
uns  sobresalen  por  ó  seu  diñeiro 
outros  por  gran  valor,  poder  é  mando. 

Aquel  por  compasivo  é  xenio  blando , 
aquel  outro  por  reuto  é  xusticieiro , 
mais  rara  vez  un  sabio  verdadeiro 


—  567  — 

vemos  en  todo  cencía  demostrando. 

Un  sin  embargo  temos  por  fortuna 
de  todos  ben  ná  Europa  conocido , 
con  talento  é  saber  desde  a  sua  cuna ; 

Este  tal  como  aquí  vay  referido 
un  xenio  foi  apellidado  Azara , 
que  Dios  ná  España  para  ó  seu  ben  criara. 


Sapitiago. 


Vigente  de  Tübiíes. 


Eco  doce,  popular,  brando  acento, 
que  España  é  Europa  enteira  t'escoitando , 
d'  Azara  ilustres  feitos  vas  lembrando 
e  a  patria  cbegas  boxe  de  sarmentó. 

Eiqui  onde  ó  sabor,  á  groria  e  o  talento 
do  xenio  aquel ,  un  dia  nos  pasmando , 
cundiron  por  do  quer,  Ue  levantando 
cada  gallego  peito  un  monumento , 

Sois  filio  d'  esa  patria  tamen  son 
e  tí ,  Eco ,  español  Eco ,  m'  envaneces , 
d'  Azara  inmortal  nome  o  recordar , 

Toma ;  leva  d'  Azara  ó  panteón 
un  suspiro ,  una  bagoa ,  mentras  preces 
dende  eiqui  quero  ó  Ceo  en  U'  elevar. 


YlLANGOSTA. 


Marcial  de  Valladares. 


isi  WHim-Lira. 


CoBfreide  las  lores  poétieis  qie  eoBsigrai  al  iisígie  Doi  José 
Nicolás  de  Aun  los  vates  de  las  f  miieias  de : 


imA.  PÁLENGU. 

BADAJOZ.  SALAIANGA. 

BURGOS.  SANTANDER. 

GAGERES.  SEGOm. 

LEÓN.  TALLADOLID. 

LOGROÑO.  ZAMORA. 


9úaaa9a  v  amaMn  9MUiViamMVMA  maik  vjuto* 


47 


1 


AYIU 


ü  iUi  atiSQt«iiütii 

DBL  ILDSTRB  UTBRATO  T  ]>IK,OI[ÍTICO  BSPÁÜOL 

EXGMO.  SR.  DON  JOSB  KK»LAS  DE  AZAIA  T  PERERA. 


Tata  do  h  pifiMuie  lih. 


Grande ,  Espafia ,  en  poder  nn  tiempo  fuiste  ^ 
dias  de  gloria  para  ti  corrieron  j 
un  Mundo  descubrieron 
las  naves  de  Isabel ;  fiera  venciste 
en  Lepanto ,  ea  Pavía , 
en  San  Quintín...  El  mar  acató  un  dia 
tu  noble  pabellón  cuando  imperaba 
el  Tercer  Carlos ,  y  las  turbias  olas 
viéronse  henchir  de  naves  espafiolas. 
Azara  entonces  del  Monarcapispano 
representó  con  gloria 
la  augusta  magestad :  el  Vaticana 
admiró  sus  virtudes :  su  memoria 
aun  hoy  en  Roma  vive¿...  Dadme  flores 
para  adornar  su  tumba,  insignes  vates, 
pulsad  la  lira,  y  suenen  sus  ToOres. 
¡  Cuánto  las  letras  y  las  bellas  artes 
debieron  á  su  afán !  Por  éfá  Horacio 
monumento  envidiable . 
y  al  grandioso  Marón  levantó  en  Parma 
el  célebre  Bodoni ,  mas  durable 
que  el  mármol  honrador  del  culto  Lacio  (1). 
TúUo  le  inspira,  y  atinado  vierte 
en  el  castizo  idioma  de  Cervantes 
las  frases  elegantes 

(I)    Se  alude  á  las  magnificas  ediciones  de  las  obras  de  Horacio  y  Virgilio  hecha»  en  Par- 
ma hdjo  la  dirección  del  br.  Azara. 


i| 


—  573  — 

á  la  mansión  de  su  celeste  Padre , 

otra  vez  bajo  el  peso 

gimiendo  de  fai  cruz ,  le  presentabas 

con  divinal  ternura 

vuelta  la  faz  á  su  amorosa  Madre, 

victima  del  dolor  y  la  amargura  (!)• 

Así  uniendo  lo  bello  y  lo  sublime 

de  las  artes  aprende  los  primores, 

y  en  su  mente  se  imprime 

la  ideal  perfección.  De  los  pintores 

el  genio  á  la  censura 

del  español  Mecenas  sometido, 

escucha  sus  lecciones : 

museo  los  magníficos  salones 

de  su  morada  son ,  donde  se  hermana 

el  arte  con  la  ciencia,  y  donde  absorta 

le  oye  enseñar  la  juventud  romana. 

Si  á  los  negocios  públicos  vacando 

rara  vez  y  al  estudio ,  hállase  Azara 

suspenso  contemplando 

en  quieta  soledad ,  las  colosales 

ruinas  su  atención  llaman 

de  la  antigua  metrópoli :  ¡oh  cuál  siente 

latir  su  pecho  cuando  se  halla  al  frente 

de  los  arcos  triunfales , 

que  entrar  cautivos  á  los  reyes  vieron  )^ 

y  en  sangre  tintos  por  los  godos  fueron ! 

En  el  antiguo  foro 

al  eco  de  tu  voz  grave  y  sonoro , 

elocuente  orador,  ha  sucedido 

silencio  sepulcral :  solo  del  buho 

en  la  callada  noche  se  oye  el  canto ; 

y  grima  da  y  espanto 

cuando  la  ruina  llora 

de  Roma  en  la  caverna  dó  se  esconde , 

y  el  que  le  escucha  con  dolor  responde: 

¡  Ay  cuál  cayó  del  orbe  la  señora  !••• 

Y  cuando  triste  el  sabio  coutemplaba 

á  la  muerta  ciudad ,  cruda  tormenta 

también  amenazaba 

(1)    El  cuadro  de  Rafael  conocido  coo  el  nombre  de  Pasmo  de  Sicilia. 


374  — 


á  la  que  hoy  vive ,  y  su  hermosura  ostenta. 
En  la  Gália  vecina 

arde  el  volcan  donde  se  hundiera  el  solio , 
y  de  la  inmensa  amenazante  ruina 
no  está  seguro  el  alto  Capitolio. 
:  Misera  Italia !  Para  ti  Belona 
dio  la  horrible  señal :  acerbos  males 
te  aguardan  ¡  ay !  vacila  tu  corona. 
Ya  las  trompas  marciales 
rf  suenan  con  fragor :  la  helada  cumbre 
traspasan  de  los  Alpes  las  banderas 
de  tricolor  insignia ;  el  humo  denso 
del  tnniante  cañón  la  clara  lumbre 
i>scunH^^  del  s^>l «  y  al  grito  agudo 
lie  I  tiM  /«I  RefHMica  es  vencida 
la  cxHubinada  hueste :  ya  en  el  campo 
rwwa  el  silencio  mudo... 
IM  ^y^ce^Kv  terrible  de  Marengo 
la  es)vaila  centellea... 
\a  cual  funesto  metei>ro  avanza, 
el  IV  >  el  .\|>enino  señorea , 
\  el  Mvo  destructor  de  la  venganza 
|Hr^|iara  ¡  oh  IVoma !  ct>ntra  ti  I  ¿  Qué  escuda 
auuvirarte  punirá?...  Solo  el  de  Azara. 
Kl  Vnucipe  sagrado 
en  cuyas  sienes  brilla  la  li^ra  j 
al  es|^Aol  confia 

la  alta  misión  de  interceder «  y  parte 
en  alas  del  deseí^  inerme  el  sabio  ¡ 
\  cual  batano  dique  al  mar  eofrena  y 
v^uiara^  illa  del  arte"! 
Viara  asi  c\hi  elocuente  labio 
desarma  al  >íettc<sli>r.  y  le  seresa  \^l\ 
¡Oh  duictf  simpatía ! 
viiK^ulo  ile  las  almas «  cuyo  encanto 
lur^ihla  e^  de  uaa  en  b  afligida  Imn ; 
tu  al  geuio  del  saber  y  al  de  b  giiem 


—  575  — 

uniste  ep  este  dia, 
y  Roma  se  salvó.  Resuena  el  canto 
en  la  eterna  ciudad.  «Azara  viva , 
nuestro  libertadora  la  gente  clama  ^ 
«▼iva  la  pazy»  y  umba 
la  salva  del  cafion,  y  el  himno  santo 
en  la  elevada  bóveda  retumba. 
Del  espafiol  la  imagen  espresiva 
multiplica  el  pincel ,  tamnien  se  graba 
en  duro  bronce^  y  la  repite  el  mármol. 
El  pueblo  agradecido  que  te  alaba , 
nunca  te  olvidará :  su  eco  sonoro 
desde  el  suelo  feliz  que  el  Tiber  bafia 
llega  hasta  el  Bétis ;  se  repite  en  coro 
por  la  ibérica  gente, 
y  será ,  ilustre  Azara ,  eternamente 
tuyo  el  honor  9  la  gloria  para  Espafia. 


ÁYÍLk. 


EuGEino  DE  Tapu. 


A  LOS  DOS  CÉLEBRES  AZARAS. 


En  alas  de  su  Genio  conducidos, 
á  la  inmortalidad  son  elevados : 
como  Castor  y  Pólux  abrazados , 
de  Febo  en  las  mansiones  admitidos, 

PTo  fueron  héroes  para  el  mal  nacidos : 
ni  doctos  en  el  aula  ejercitados 
á  alzar  el  velo  de  Jehovat  osados ; 
ni  empíricos^  de  pueblos  aplaudidos. 

Fueron  la  glona  de  la  patria  mia 
los  que  al  culto  del  bien  se  consagraron 
para  felicidad  de  los  mortales : 

Y  el  sacerdocio  en  la  sabiduría 
ejercieron  los  dos ,  pues  enseñaron 
ciencia  social ,  y  ciencias  naturales. 


PODaiHITA. 


José  Somoza  Cabbajab. 


—  576 


AL  DIPLOMÁTICO  AZARA. 


Cuando  á  las  letras  y  á  las  ciencias  dado 
ilustrabas  tu  nombre  generoso  9 
y  al  celtíbero  suelo  venturoso 
por  mil  claros  varones  ya  afamado , 

A  los  altos  negocios  del  Estado 
la  Patria  te  llamó :  vuelas  gozoso ; 
y  Europa  oyó  tu  acento  poderoso 
por  Principes  y  Pueblos  acatado. 

A  tí ,  en  Guerra  de  Paz  fiel  Mensagero ; 
salvador  de  Monarcas  y  Naciones  ; 
Sabio,  Estadista,  Yate,  y  Caballero... 
¿qué  lustre  añadir  pueden  mis  canciones? 

De  España  enalteciste  el  Nombre  y  Gloria ; 
y  el  tuyo  j  Azara ,  vivirá  en  la  Historia. 

AldeíYIBJA.  ATÍla  20  de  setiembre  de  485 1 • 

Antonio  Zauonero  de  Robles. 


BADAJOZ 


DEL  IXCMO.  SEftOB 

DON  JOSÉ  NICOLÁS  DE  AZARA  T  PERERA. 


Los  fa(M  de  la  prof incia  de  ftadigos. 

¡  Ilustre  Azara ,  honor  del  suelo  Hispano  y 
caudillo  invicto  de  esplendor  y  gloria  j 
sin  par  por  tus  azañas  en  la  lustoria , 
de  talento  y  esfuerzo  sobrehumano ! 

El  Támesis ,  el  Sena ,  el  Océano , 
donde  tu  fama  se  hizo  tan  notoria , 
en  mármoles  y  bronces  tu  memoria 
por  siempre  grabarán ,  César  Romano. 

¡  Parca  fatal  que  arrebataste  un  dia 
á  tan  noble  familia  su  consuelo 
que  ser  eterno  al  mundo  merecía! 

Mas  no  murió  ^pues  de  virtud  modelo 
aunque  le  vemos  en  la  tumba  fría , 
murió  en  la  tierra ,  y  renació  en  el  cielo. 


'  Madrid  5  de  enero  de  1852. 

La  Marqübsa  db  Aguiar. 


Corona  ciñe  el  triunfador  guerrero 
¡  ay !  mas  corona  á  las  naciones  cara 
es  esa  que  la  gloria  le  prepara 
con  la  punta  sangrienta  de  su  acero. 

Tú ,  modelo  del  noble  caballero , 
orgullo  y  honra  de  tu  estirpe  clara 
tú  has  hecho  que  tu  nombre ,  ilustre  Azara , 
venere  el  español  y  el  estrangero. 

48 


•* 


—  378  — 

Pero  no  porque  el  grito  de  la  guerra 
hicistf  resonar  con  loca  saña 
diriiiidicDilo  el  espanto  en  nuestra  tierra ; 

Sino  por  dar  á  la  infeliz  £spaña , 
g^nio  de  diplomático  eminente  , 
|uiz  al  furor  de  su  irritada  gente. 


AUHUHDBILKJO. 


Garduña  Coronado. 


Hoy  que  la  madre  Europa  se  lamenta 
al  contemplar  su  seno  desgarrado , 
y  su  escelso  blasón  roto  y  bollado 
por  los  hijos  espúreos  que  alimenta : 

Hoy  que  en  dura  prisión  el  bueno  alienta 
ó  de  los  patrios  lares  arrojado 
arrastra  su  existencia  entre  dolores , 
mientras  gozan  impunes  los  traidores : 

Hoy  que  no  bastan  ojos  para  el  llanto 
que  nos  hacen  verter  males  sin  cuento : 
hoy  que  para  luchar  nos  falta  aliento , 
y  al  orbe  emancipar  de  su  quebranto : 
hoy  que  impera  el  terror,  porque  el  espanto 
no  deja  á  las  gargantas  un  acento 
con  que  clamar  venganza  á  loa^tiranos , 
y  á  sus  hierros  tendemos  nuestras  manos : 

Hoy  que  de  nuestra  patria  los  varones 
de  valor  y  virtud  no  son  dechados: 
hoy  que  fajas  y  cruces  y  bordados 
se  ganan  intrigando  en  los  salones ; 
hoy  que  no  queda  á  nobles  corazones 
mas  que  volver  sus  ojos  angustiados 
á  otro  tiempo  mejor ,  de  ínclitas  glorías 
para  endulzar  la  pena  en  sus  memorias. 

Ven  á  mis  manos ,  lira  idolatrada , 
de  mi  eterno  dolor  la  compañera: 
ven  á  mis  manos ,  ven ,  por  vez  primera , 
dulcísima,  sonora  y  acordada, 
ven ;  que  de  mirto  y  lauro  coronada 
á  tu  voz  uniré,  no  plañidera, 
mi  voz ,  como  en  los  dias  del  quebranto , 


w 


I 


—  379  — 

que  boy  me  place  secar  mi  acerbo  llanto. 

Ven;  qne  si  en  los  recuerdos  eiistimoü 
grandes  los  españoles,  olvidemos 
en  ellos  los  dolores  que  seotimos, 
y  las  glorias  pasadas  celebremos ; 
veo;  que  si  postergados  hoy  nos  vemos, 
porque  ser  siempre  grandes  no  supimos, 
evoquemos  un  nombre  en  nuestro  duelo, 
que  sirva  á  las  edades  de  modelo. 

¡JNombre  inmortal,  primero  sin  segundo  ! 
¡  Azara  el  mas  ilustre  de  los  sabios , 
que  supiste  acallar,  genio  fecundo, 
de  la  agitada  Europa  loe  agravios  , 
y  la  noble  doctrina  de  tus  labios 
con  respeto  sin  par  acató  el  mundo ! 
jTú,  á  quien  grata  dedico  mis  canciones, 
ejemplo  palpitante  á  las  naciones  ! 

Alza  la  voz  y  di  á  los  que  nos  vejas 
al  vernos  ¡  oh  dolor  I  degenerados, 
que  no  son,  no,  los  iberos  menguados 
como  ellos  falsamente  los  motejan: 
que  si  torpea  pasiones  nos  aquejnn , 
desgracia  que  boy  lamentan  sus  Estados, 
al  recuerdo  grauílioso  de  tus  hechos 
podrán  regenerarse  nuestros  pechos. 

Diles,  que  si  no  existen  ya  en  España 
seres  qiie  como  tú  su  nombre  bouraron ; 
que  si  DO  nacen  ya  los  que  ganaron 
un  cetro  á  su  señor  con  cada  hazaña ; 
que  si  amaños  sin  fin  de  gente  estraña 
el  fruto  de  sus  triunfos  nos  robaron, 
aun  nos  quedan  ,  Azara  ,  tu  memoria 
y  el  manto  en  que  envolvernos  de  tu  gloria. 

¿Y  quién,  di,  claro  sol  de  glorias  ciertas, 
que  eternas  vivirán  en  las  naciones  , 
le  podrá  deslucir?  ¿Quién  sus  legiones 
manda  á  oprimir  los  pueblos  que  libertas? 
¿O  los  que  llenan  cárceles  desiertas, 
dó  se  adunan  la  infamia  y  las  pasiones , 
de  ilustres  desgraciados,  que  cual  perros 
perecen  de  dolor  entre  sus  hierros? 

;  Oh!  no  :  que  esos  mil  pueblos  oprimidus 


_  580  — 

el  lazo  romperán  que  bu  voz  doma , 

y  con  voz  sepulcral  clamará  Roma , 

los  brazos  hacia  ti  siempre  tendiáos : 

«Mira  mis  monumentos  derruidoB, 

vé  cnál  mi  Capitolio  se  desploma , 

j  cuál  la  tiranía  sufro  muda 

hoy  que  to  nombre ,  Azara ,  no  me  escuda.  ■ 

Y  á  su  vez  clamará  la  triste  Europa  , 
fijos  en  tí  los  anguBtíados  ojos : 

«Mis  huenoB  hijo»  vé  que  en  sangre  rojos 

pasto  dan  al  Teslin  de  insana  tropa : 

vé  manchado  el  fulgor  de  mi  áurea  ropa , 

y  en  mi  frente  el  carmin  de  los  sonrojos 

al  ver  mi  dignidad  por  ti  salvada 

hoy  por  hombres  sin  íé  lan  mancilladaji. 

Y  clamarán  allende  de  los  mares, 
desde  el  füado  de  cárceles  impuras, 
las  voces  de  aherrojadas  criaturas , 
que  asesina  el  rigor  de  los  pesares : 
«Para  los  que  arrojasteis  los  altares 
de  Dueslra  libertad  de  bus  alturas, 

y  hoy  DOS  dais  el  dogal  para  consuelo, 
DO  hay  gloria  mas  allá  ni  en  este  suelo.» 

¡Oh,  Azara,  Azara!...  Al  contemplar  las  penas 
que  pesan  sobre  el  mundo  en  estos  dias ; 
al  mirar  los  conflictos  que  solias 
á  lu  patria  evitar  y  á  las  agenas; 
al  ver  que  del  proscripto  las  cadenas 
en  dorados  alambres  converlias , 
trocando  de  su  duefio  la  dureza 
con  ellos  en  magnifica  largueza ; 

Al  mirarte  legado  de  los  reyes , 
y  de  todos  amigo  el  mas  preciado , 
eo  todas  circunstancias  aprestado 
á  proteger  sus  tronos  y  sus  greyes  , 
y  á  conservar  incólumes  sus  leyes , 
que  hiciste  respetar  al  gran  Soldado; 
y  al  ver  que  loa  Pontífices  buEcahan 
en  tí  su  salvación,  y  la  encomiaban, 

Siento  inflamar  mi  mente  entusiasmada 
el  estro  abrasador,  que  al  vate  inspira  , 
y  hago  vibrar  las  cuerdas  de  mi  lira , 


I 


—  381   - 

que  en  lloroso  ciprés  dejé  colgada: 
y  me  lleno  de  orgullo,  patria  amada  , 
de  los  que  á  bu  pesar  el  orbe  admira, 
de  haber  nacido  en  el  fecundo  suelo 
que  dá  Azaraa  al  mundo  por  modelo. 

filas  tal  vez  me  replica  el  estrangero 
con  acento  brutal  de  hondo  sarcasmo  : 
modera,  pobre  necia,  el  entusiasmo 
que  te  inspira  e)  ingrato  pueblo  iliéro : 
de  ese  que  ensalzas  hoy  tan  caballero, 
cuyo  genio  la  Europa  vio  con  pasmo, 
si  se  cantan  las  glorias  ¡co.sa  estraña! 
á  su  sangre  lo  debe ,  no  á  la  España. 

¡Oh  los  labios  sellar!  no  mas  acentos 
pronunciéis  humillando  la  altiveza 
de  este  pueblo  ,  tesoro  de  nobleza, 
y  foco  de  leales  sentimientos. 
¡Callad.'  no  blasfeméis,  hombres  violentos: 
ya  que  usurpado  habéis  nuestra  grandeza 
devoradla  en  buen  hora  ;  mas  dejadnos 
con  nuestras  ilusiones  recrearnos. 

Nosotros  no  os  dijimos  que  olvidara 
vuestra  patria  también,  hijos  preclaros , 
ni  la  nuestra  tampoco  fué  á  brindaros 
con  premios  que  á  los  suyos  rehusara. 
Si  en  Iberia  á  los  sabios  no  se  ampara, 
saben  estos  decir  para  enseñaros: 
el  olvido  prefiere  el  castellano 
á  la  gloria  deber  á  estraña  mano. 

Y  que  los  que  por  dicha  aquí  nacieron 
DO  el  tráfico  tuvieran  por  oficio, 
ni  á  su  madre  por  precio  de  un  servicio 
honores  y  riquezas  la  eligieron; 
que  al  contrario  de  aquello  en  beneficio 
sus  tesoros  y  vida  consumieron , 
gozosos  con  que  el  mundo  celebrara 
tamaña  abnegación  y  la  imitara. 

Asi,  callad  y  oíd  ,  hoy  que  en  mi  alma 
sustituye  el  placer  al  sentimiento, 
mi  voz  junto  al  sagrado  monumento 
dó  el  patricio  mejor  reposa  en  calma. 
Allí,  uniendo  al  laurel  la  virgen  palma, 


—  582  — 

al  eco  vibrador  de  mi  instrumento 
á  su  frente ,  de  España  maravilla  , 
cciliré  mi  guirnalda  aunque  sencilla. 

Mas  ¡oh  Azara  inmortal!  genio  eminente, 
orgullo  de  la  Hispana  monar(|uía, 
hijo  digno  del  pueblo  que  estendia 
su  grandioso  poder  de  ocaso  á  oriente,,.! 
Ante  tu  mügestad  doblo  mi  frente 
espira  en  la  garganta  la  voz  mía , 
lemiendi)  profanar  mérito  tanto 
con  el  débil  acento  de  mi  caoto. 

Otras  voces  mas  fuertes  y  sonoras 
dirán  por  mi  lo  que  á  decir  no  acierto ; 
que  fuera  audaz  mezclarme  en  el  concierto 
que  ensalza  las  virtudes  que  atesoras, 
A  las  regias  alturas  donde  moras, 
no  alcanza  ,  no  ,  la  voz  de  nti  desierto  i 
y  lo  que  siente  el  alma  que  te  admira 
no  acertará  á  espresar  mi  humilde  lira. 

oz.  C9inpsn«ti<i  1."  de  twn  Ae  lOSi. 

VlCBHTA   GaBGIÍ    MlBANDA. 


Lloremos  sobre  la  tumba 
generación  desdichada, 
para  sarcasmo  nacida 
de  las  edades  pasadas. 

Altos  ejemplos  de  gloría 
ya  no  te  admiran,  España, 
que  nuestra  fatal  estrella 
ahogó  su  fecunda  savia. 

Para  los  pueblos  que  lloran 
cual  lloras  tú,  pobre  patria, 
está  et  único  consuelo 
en  el  polvo  de  la  nada. 

¿A  dó  tenderás  la  vista? 
¿Dónde  otro  consuelo  hallaras? 
Conmigo  ven  á  la  tumba, 
que  ella  nuestra  gloria  guarda. 

No  vuelvas  atrás  los  ojos 


—  585  — 

desde  esta  mansión  sagrada^ 
que  el  eco  de  nuestro  mundo 
bastaría  á  profanarla. 

¡  Cada  sepulcro  un  recuerdo ! 
¡  Una  eternidad  de  fama ! 
¡  Que  tú  tan  heroicos  hijos 
hayas  engendrado ,  Espafia ! 

I  Cómo  el  corazón  revive , 
y  la  mente  se  levanta , 
y  hierve  sangre^espaftola 
en  nuestras  venas  heladas ! 

¿Quién  poderoso  su  brazo 
no  siente  á  rudas  batallas  j 
si  de  Cortés  y  del  Cid 
huella  la  tumba  preclara  ? 

Cenizas  de  Carlos  Quinto 
por  laureles  cobijadas  j 
¿á  domeñar  hemisferíos 
no  alientan  á  nuestras  almas? 
(Y  si  tanto  no  consiguen 
recuerdos  de  gloría  tanta , 
que  reposen  nuestros  ojos 
sobre  la  tumba  de  Azara.^ 

¡Azara!  ¡Azara!  despiertan 
los  ecos  de  las  montañas 
á  dar  su  voz  melancólica 
á  los^ecos  de  la  Fama. 

Y  de  placer  se  estremece 
cabe  su  cuna  arrullándola , 
aquella  región  fecunda 
que  Ebro  caudaloso  baña. 

Laureles  dadme^de  Tiro, 
de  Jericó  dadme  palmas, 
y  los  conceptos  de  Tasso , 
y  las  trovas  del  Petrarca. 

Que  solo  á  este  sitio  puede 
mover  la  tímida  planta 
á  cantarle  y  coronarle 
como  á  Gofredo  y  á  Laura. 

Mas  ¡  ay !  que  á  gloria  diviña 
no  alcanza  trova  mundana , 
y  virtudes  y  altos  hechos 


—  585  — 

eseacia  de  nuestras  almas ; 

Venid  y  del  prafo  íérlil , 
que  Mayo  viste  de  gala  , 
traed  las  mas  aromosas 
flores,  en  ofrenda  sacra. 

I  Dichosas  llores,  nacidas 
con  estrella  afortunada  t 
Van  á  derramar  su  cálii 
sobre  la  tumba  de  Azara. 

Y  en  grato  coro  tejidas 
vuestras  voces  sobrehumanas, 
música  den  á  los  vientos , 

y  á  su  memoria  alabanzas. 

Venid,  vírgenes,  envueltas 
en  vuestros  velos  de  gasa , 
á  ser  amorosos  guias 
que  al  cielo  llevéis  su  alma. 

Yo ,  trovador  desvalido , 
ronco  cisne  en  turbias  aguas , 
para  el  barro  miserable 
que  con  los  hombres  le  iguala. 

Para  ese  polvo  ,  que  era 
cuando  quiso  Dios,  Azara, 
un  nombre  tengo  mundano 
1  cuan  dulce  nombre  I  la  Fama; 

Y  una  flor ,  de  esotra  vida 
imagen  sencilla  y  santa, 
siempreviva  melancólica , 

que  pongo  en  su  tumba  helada. 
I  Ángel  del  bien  I  lú  que  velas 
por  la  gloría  de  mí  España , 
cuando  mis  ojos  se  sequen 
^ven  con  tu  llanto  á  regarla. 


Vicente  Barbantes. 


Ya  en  leve  polvo,  y  en  la  tumba  impía, 
do  las  glorias  se  olvidan  terrenales  , 
del  mundo  y  de  sus  pompas  ideales 

49 


—  386  — 

yace  tu  freale  bajo  loSa  fría. 

El  genio  que  admirara  en  algún  dia 
la  Europa,  por  sus  dotes  inmortales, 
cuondo  la  ciencia  á  rápidos  raudales 
de  tus  labios  dulcísimos  salía, 

!\o  existe  ya.  Mas  dura  el  sentimiento, 
y  los  sabios  del  mundo,  de  tu  nombre 
evocan  el  recuerdo  y  la  memoria, 

Que  en  premio  de  tu  grande  «alimienlo 
al  noble  Azara  y  á  su  gran  renombre 
puesto  emineate  concedió  la  hbloria. 


Jbrez  db  los  Cad\lleboí<. 


UaanJ  II  di  Abril  dc18ül. 


EuGEniQ  GábcU  uk  Gregobio. 


De  la  alta  diplomacia  los  arcanos 
penetraste  sagaz  con  noble  intento , 
y  de  tu  ciencia  en  premio,  un  monumento, 
alzaron  a  tu  gloria  ,  los  romanos. 

Fioridabianca ,  Roda  y  Joíellanos 
admiraron  absortos  tu  talento, 
y  su  fina  amistad^  con  leal  acento 
te  ofrecieron  solícitos  y  ufanos. 

Al  par  de  aquellos  eminentes  hombres 
que  á  la  Iberia  legaron  tanta  gloría, 
y  cuyos  claros  y  famosos  nomines 

Son  un  blasón  de  la  española  liistoría , 
tu  gigante  figura  se  aparece 
y  entre  inmortales  hechos  resplandece. 


JBEBZ  db  los  ClBALLEBOB, 


Madrid  II  de  abril  de  1851. 


JoAQCín  GabcIa  db  Gregorio. 


]No  en  el  ocio  su  espíritu  consuma, 
ni  esquive  padecer,  quien  su  alabanza 
deber  no  intente  á  lisonjera  pluma. 

En  esta  transitoria  humilde  estanza 
el  efímero  honor  que  se  consigue 


—  387  — 

I  de  lágrimas  se  alcanza.  < 
B  il  pesar  que  dos  bosLígiiu  : 
I  impettutbable  do  contemplo 
bl  rigor  lie  los  hados  do  mitigue. 
las  lio  8u  gloria  cifre  eD  el  ejem|ilD 
,  I  que  abrióse  camino  cou  la  espada , 
1  iiitsca  de  la  fama  el  sacro  templo  :      "lu 

Hay  scodero  mejor:  digna  morada 
iieDc  aili  la  virtud  para  el  que  prueba 
de  la  envidia  la  copa  envenenada ; 

Para  quien  los  rigores  sobrelleva 
y  solícito  arranca  al  desvalido 
el  punzante  aguijón  que  en  él  se  ceba. 

Guarde  el  mundo  su  lauro  fementido, 
premio  de  quien  tejiólo  por  su  mano 
pensando  no  le  espera  eterno  olvido : 

Que  tú,  sublime  Azara,  cuaudo  ufano 
al  proscripto  infeliz  fuiste  consuelo 
y  robusto  broquel  contra  un  tirauo. 

Constante  y  animoso,  el  torpe  sábelo 
desdeñando  del  émulo  safiudo,  «""^ 

ojos  de  caridad  volviste  al  cielo. 

Quede  la  hie)  del  odio  :i  quien  no  pudo 
su  méate  ennoblecer,  y  escuche  el  sabio 
con  magnánimo  pecbo  y  labio  mudo 
de  sus  propios  validos  el  agravio. 


Emíuo  Olloüui. 


áia  aa^agisa  ,^34^154^, 


Mereciste  del  cielo  los  favores 
y  de  los  pueblos  el  amor  ardiente  , 
y  mereciste  que  en  tu  noble  frente 
brillasen  de  la  gloria  los  fulgores. 

De  la  fama  los  ecos  voladores 
tu  nombre  llevarán  de  gente  en  gente  , 
y  serán  tu  epitafio  eternamente 


yace  ta  frente  ti  ni 
El  genio  qiii' 

la  Europa ,  ]".•■■ 

cuando  la  cti 

de  tus  lábil' 
Koexi- 

y  los  p!il' 

evocan 

0-1 

al  ii< 
p».- 


.'jErrs  RoDUGüEZ  Varó. 


BURGOS.      """" 

EXCMO.  SR.  DON  JOSÉ  NICOLÁS  DE  AZAfiA  Y  PERERA, 

Loi  tales  il«  la  pronncia  de  Búrgot. 


Tiembla  mi  mano  femeDÍna  y  débil 
al  pulsar  boy  las  cuerdas  de  mi  lira , 
porque  incapaz  la  veo 
de  interpretar  fielmente  mi  deseo. 

Tiembla  también  mi  voz,  y  espira  el  canto 
en  mis  trémulos  Ubios,  y  humillada 
al  mirar  mi  ímpoleucia , 
envidio  el  don  de  uoa  alta  inteligencia. 

Lo  envidio,  si,  porque  á  los  grandes  hombres 
solo  grandes  ingenioe  loar^tiebeii, 
y  juzgo  atrevimiento 
á  tal  altura  el  elevar  mi  acento. 

¡Quién  poseyera  la  lira  melodiosa 
que  tan  heroicos  hechos  nos  cantara, 
lira  que  yo  venero, 
y  que  un  dia  pulsó  e!  divino  Homero  I 

¡  Qué  suWimc  mi  canto  entonces  fuera  ! 
el  digno  galardón  ,  que  de  justicia 
se  le  debe  ¡ oh  Azara! 
de  pagártelo  eoto  me  encargara. 

¡  Mas  delirando  estoy  I  la  musa  mia , 
por  mucho  que  se  esfuerce,  débilmente 
podrá  cantar  las  glorias, 
que  han  legado  á  mi  patria  tus  memorias. 

¿Y  qué  importa  que  débilmente  cante, 
y  que  no  te  interprete  felizmente, 


L 


'"^.  


'•4.mi 


b  aclama? 
^ :«  .«-  ié  rica  poesía 
^    -. .  u  <  M  le  liesuuda  9 

:    rr-'  ,  :ur  ca  bella 

-<:.  .  ::-i:indo  hasta  agradable 

-  -i.   :írH*:'j::.i,i  numen? 

t  -vf  síT-nii  un  hermosa  ? 

'.I^^*•    ;h  Arara!  que  mis  ojos 

-  v  ij^vi:;  ¡a  alia  cumbre 

■ .:.    rr"  fc  <c  M:>^?l^e  se  ostenta. 
•  .    .-  í-  :  v.r.j  aureola 
•■ :  v^^  ;.  •  c  ^"-^  '■  r.\:fa, 

.í :  \-.iiStt»\'    ij  •  ríe  Ríe  deslumhra. 
\  :i' ••'*  j  .  •  í'í  :¿  :í'.'-.  •  í'4>«  ?u  manto 

:<..»    l\'**    fH*   .Vil'  *4".í 

;    ,1    .(  '..j  iT?  jv.:*;  j>f  íx  »i%Ja. 

,.np    íiMi-  !r  ,•**»/  :,HÍ«i».<'  Imposible: 

\»  I.    (iir  -»!  in  a.rniiT  t  'w?  iir».ii, 

Oírt  nnt  firiyrfsna. 


1  • 


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—  591  — 

Al  borde  de  ese  nnto  pNfdigjioso 
pensamientos ,  yioleías ,  ama]polas , 
forman  orla ,  y  el  tema 
de  su  inscripción  traduzco  en  este  lema : 

— Nuestro  nombre  español  honraste  en  Roma 
con  tu  saber  profundo ;  á  tal  altura 
en  Francia  lo  elevaste 
que  asombra  ver ,  donde  lo  colocaste.  — 

Con  tan  hermosas  flores ,  enlazados 
ramos  de  verdes  y  doradas  hojat , 
suavísimos  aromas 
despiden ;  y  en  poéticos  idiomas 

De  armonía  dulcísima ,  murmuran 
impulsados  de  un  céfiro  celeste : 
—  Que  el  gran  Napoleón 
tributo  te  rindió  de  adoración 

— Que  Tuiste  fiel  amigo  de  los  reyes.. ••• 

— Sostén  de  las  princesas  desgraeiadas 

— ^Y  del  artista  amparo 

— ^Y  de  los  sabios  luminoso  faro..;.!^— ^ 

Mucho  mas  me  dirian  las  parleras      ' 
y  bellisimas  flores,  sí  onti  nube 
del  cielo  no  bajara , 
y  ese  mi  hermoso  libro  no  cerrara. 

Sus  páginas  gloriosas  se  me  ocultan 

esa  azulada  nube  se  interpone 

y  te  envuelve y  te  eleva 

sin  duda  al  seno  de  mi  Dios  te  lleva..... 

Allí  tu  puesto  está :  allí  tu  gloria : 
allí  tu  galardón  |  oh  noble  Azara ! 
El  Dios  omnipoteofle 
solo  puede  premiarte  dignamente 

Cesa  mi  canto  ya :  la  seductora 
poética  ilusión  desaparece; 
y  mi  musa  á  la  nada 
vuelve  de  que  salió  por  ti  inspirada. 

Puebla  de  Arganzon.  Vitoria  22  de  julio  de  4851. 

Joaquina  López  de  Madaruga. 


—  593  — 

y  objeto  digno  de  tu  sacra  lira 

del  mundo  busca  por  el  ancho  suelo. 

Mas  no :  no  el  ala  por  el  aire  lleves, 
que  un  siglo  corruptor  ha  emponzoDado^ 
ni  entre  tos  que  han  sus  hálitos  tragado 
el  genio  busques  que  cantar  tú  debes. 

A  la  luz  tibia  de  menguante  luna 
desciende  á  abrir  los  mudos  panteones, 
y  entre  el  mustio  ciprés  y  los  llorones 
de  hondos  recuerdos  misteriosa  cuna; 

Verás  mil  sombras  en  sutil  bandada 
silenciosas  volar  de  copa  en  copa, 
y  entre  ellas  una  que  contempla  A  Europa 
en  la  mas  alta  cúspide  posada. 

Y  es  ella ,  si;  aún  dibuja  el  vapor  vano 
su  venerable  aspecto  y  frente  clara , 
ella  es  la  sombra  del  ilustre  fizara , 
la  del  marqués  primero  de  Piíbbiaiio, 

La  del  hombre  de  Estado,  el  literato, 
el  protector  ardiente  de  las  artes, 
el  que  luz  derramando  á  todas  parles 
tributara  al  saber  incienso  grato. 

[Genio  sublime!  ya  en  cadenas  de  oro 
tiernos  alumnos  de  tu  labio  prendas  , 
ya  al  cortesano  adulador  sorprenda 
de  tu  patria  y  de  tí  hollando  el  decoro; 

Ya  cruzando  magniñcos  salones 
con  los  altos  poderes  del  Estado, 
graves  cuestiones  á  tratar  llamado, 
de  gobierno  y  de  paz  distes  lecciones; 

O  descendiendo  de  su  regio  trono 
altos  monarcas  de  tu  patria  lejos, 
siempre  de  paz  escuchen  los  consejos 
del  labio  amigo  sin  doblez  ni  encono : 

O  si  trepando  al  alto  Capitolio 
te  vé  admirada  la  romana  gente, 
ó  de  los  Papas,  con  serena  frente, 
y  firme  mano  sostener  el  solio  ; 

Ya  lu  elocuente  voz  de  la  tiara 
arreglado  el  solemne  movimiento 
en  todo  el  orbe  tu  apacible  acento 

50 


—  394  — 

por  la  estendida  cristiandad  sonara : 
O  si  acosado  de  la  envidia  avara 
de  la  calumnia  huyendo  los  azares 
al  seno  tornas  de  tus  patrios  lares , 
siempre  serás  el  mismo ,  siempre  Azara. 

Y  aquel  que  descollando  cual  gigante 
en  los  altos  consejos  del  Estado, 

de  poderosos  príncipes  al  lado , 
supo  calmar  al  mundo  delirante , 

Hoy  al  humilde  hogar  de  sus  mayores 
del  cortesano  vértigo  volviendo , 
y  de  su  pompa  engañadora  huyendo 
torna  á  regar  de  su  jardín  las  flores. 

Mas  si  la  patria  en  borrascoso  día 
de  nación  á  nación ,  de  nombre  á  nombre 
traba  la  lid ,  y  necesita  un  hombre 
á  Azara  solo  su  estandarte  Ca. 

Y  sosteniendo  como  buen  patricio 
con  frente  altiva  y  poderosa  mano, 
el  pabellón  del  pueblo  castellano, 
de  su  quietud  haciendo  el  sacrificio. 

De  Francia  toca  la  agitada  corte 
cuya  discordia  su  presencia  calma  : 
de  su  gobierno  y  clubs  arbitro  y  alma , 
conquista  á  par  la  admiración  del  Norte. 

Si  la  tormenta  popular  bramando 
Reyes  y  Tronos  despedaza  fiera , 
de  Azara  solo  la  amistad  sincera 
vuela  en  su  auxilio  el  golpe  reparando. 

Y  cuando  el  numen  que  fulmina  el  trueno 
el  rayo  lanza  que  la  tierra  enciende , 

solo  la  mano  protectora  tiende 

al  grande  Azara ,  de  contento  Heno. 

Así  la  sien  ceñida  de  laureles 
y  de  grandezas  y  de  honor  colmado , 
le  sorprendió  la  muerte  rodeado 
de  ilustres  hombres ,  y  de  amigos  fíeles. 

Y  el  que  de  tantos  pueblos  el  enlace 
selló  entre  Reyes  con  pomposo  ruido , 
deshecho  en  polvo  y  en  la  nada  hundido 
bajo  este  mármol  solitario  yace. 

£1  eco  hoy  solo  en  tu  mansión  retumba , 


—  596  — 

ilustre  sombra  en  ta  mansioii  de  loto  r 

permíteme  una  lágrima  en  tributo 

este  lirio  arrojar  sobre  tu  tumba. 

Villa  de  Portosublo. 

Cándido  Oscna* 


A  LOS  DOS  GÉLEBHES  AZARAS  DE  ARAGÓN. 


Tienda  la  Fama  su  esplendente  vuelo , 
rasgando  el  aire  con  potente  brío : 
encúmbrese  veloz  de  nuestro  suelo 
al  abrasado  Sud  y  al  Polo  frío , 
y  adonde  el  sol  huyendo  en  el  vacío 
hundir  vemos ,  ó  bien  pos  de  la  aurora 
su  carroza  fulgente 
retiñe  en  grana  al  plateado  Oríente ; 
y  céntupla  pregone  en  voz  sonora 
los  nombres  de  los  hijos  inmortales 
del  pequeño  confin  de  Barbuñales. 

Allí  cabe  el  Oscense  Celtibero 
dos  astros  luminosos  aparecen , 
que  ledos  esclarecen 
con  bella  luz  al  orbe  todo  entero. 
De  su  fúlgido  aspecto  mil  loores 
en  ti  reflejarán ,  patria  querida , 
y  culminante  gloria , 
y  prez  nunca  mentida ; 
que  son  también  hoy  tuyos  los  honores , 
que  dando  eterna  vida , 
exornan  de  españoles  la  memoria. 

[Nobles  hispanos ,  que  en  sublimes  alas 
de  un  genio  colosal  al  templo  augusto 
subisteis  de  la  gloria  inmarcesible , 
mil  dignos  vates  con  las  bellas  galas 
de  poético  decir ,  y  estro  robusto  j 
sabrán  en  honor  justo, 
y  empresa  bonancible, 
cantar  con  dulce  voz  la  fama  ilustre 


—  3%  — 

de  vuestro  ingenio,  que  la  Espafia  admira  j 

y  que  es  de  Espafia  decoroso  lastre. 

No  tanta  es  mi  ambición :  no  á  tanto  aspira 

mi  estéril  musa ,  mi  empolvada  lira. 

Ella  sin  uso ,  desacorde  y  ruda , 

gozosa  canta  en  amistoso  acento , 

y  en  llana  frase ,  de  esplendor  desnuda  : 

salud ,  oh  estirpe  clara , 

que  á  ti  debieron  su  glorioso  alirato 

los  dos  hermanos  Ínclitos  de  Azara. 

¿Quién  es  la  linda  |óven ,  que  aparece , 
de  rasgos  sobrehumanos , 
con  un  globo  y  un  índice  en  sus  manos « 
y  cuya  blanca  frente  resplandece 
con  miles  luces  bellas 
de  miles  otras  fúlgidas  estrellas? 
Es  Urania ;  que  nitida  enaltece , 
y  con  sus  altos  dones  enriquece 
al  noble  Félix ^  su  querido  aluno, 
que  innotos  rumbos  traza  sin  sendero , 
solícito  oprimiendo  en  su  madero 
los  estensos  dominios  de  JXeptuno. 

Y  no  sin  fruto,  impávido  viajero  y 
con  afán  incansable 
el  viejo  y  nuevo  mundo  recorriste ; 
que  hidalgo  enriqueciste 
con  venturoso  don ,  de  alta  valía , 
el  campo  de  la  historia  deleitable , 
y  el  ya  noto  confin  de  geografía. 

Frente  á  los  Andes  de  cortadas  crestas 
de  puntas  elevadas , 
que  amenazan  enhiestas 
del  campo  convecino 
las  húmedas  llanuras  y  lomadas ; 
allá  del  Paraguay ,  y  el  Argentino , 
y  el  Uruguay ,  y  el  Panamá  saltante 
el  curso  undoso  y  ribas  dilatadas 
con  vista  contemplaste  penetrante. 
De  sus  grandes  riquezas  no  estudiadas 
dócil  naturaleza 
allí  sus  minerales  te  descubre , 
y  la  ufana  grandeza 


—  597  — 

del  vq;etal ,  que  n»  tarraioB  órim. 

Y  tú  en  doetas  laboiei 

y  grata  seneUleza , 

del  gran  Buffmii^noUaio  loa  erroreay 

alcanzaa  deacobnr  pájaraa  rnika , 

cuadrúpedos ,  é  inseetos  y  Eeplíka. 

¡T  qnién  el  otro  Axam  ennobleddo , 
ingenio  portentoso , 
de  honor  y  ledtad  brillante  ejemplo , 
que  de  Mmerra.  en  el  aagradé  templo 
sn  aliento  eonaagrára  eompbeiéo , 
á  par  que  sn  fortuna  generoso ! 
¡Oh  diva  Nux^ás!  genio  preclaro  j 
tu  loa  por  do  quier  girata  lesuena, 
y  todo  espado  Uent 
la  clara  fama  de  tu  nombre  claro» 

En  la  eterna  dodad  qoe  aterradora 
con  las  fieras  legiones 
de  Césares,  Pompeyoa  ó  Escipiones  j 
en  dura  tiranía  9 

que  su  esplendor  histórico  desdcmi, 
al  mundo  todo  en  tiempos  oprimía; 
allí,  I  oh  Azara !  en  mas  fdice  dia 
es  tu  dulce  presencia 
el  nuncio  de  la  paz  satisfactorio  j 
que  ledo  tu  benéfica  influencia 
afirma  en  el  anillo  Piscatorio  9 
mostrándose  á  tu  influjo  deferentes 
dos  grandes  Píos ,  y  otros  dos  Clementes. 

El  Austria  entonce ,  y  Parma  y  la  Toscana , 
que  en  designios  bulliendo  inconvenientes , 
á  la  corte  romana 
hostiles  algún  tanto  parecieron , 
con  el  poder  de  tu  amigable  auspido , 
benévolas  al. trono  pontificio 
su  gracia  y  sus  respetos  devolvieron. 

¿Y  quién  de  tanto  ingenio  la  importancia 
pudiera  describir?  Aunque  humeante 
el  mal  estinto  fuego ,  que  á  la  Francia 
tornar  casi  pudiera  en  despoblado  , 
á  Azara  ved ,  de  Iberia  ddegado , 
que  allí  su  comidon  llena  importante. 


—  398  — 

De  la  culta  Lutecia  es  estimado ; 

su  probo  corazón  y  su  talento , 

do  quiera  relevante , 

admira  al  Directorio  apasionado ; 

y  á  par  su  sabia  voz  escucha  atento 

el  rayo  de  la  guerra , 

que  asombrada  después  quedó  á  la  tierra. 

¿Y  el  monarca  español  será  insensible 
al  genio  audaz  que  la  parlera  fama 
pregona  por  do  quier?  No ;  que  apacible  y 
y  amigo  á  su  mansión  regia  le  llama , 
y  le  ofrece ,  y  le  invita ;  y  el  primero 
le  hiciera  en  el  privar^  si  él  consintiera. 
De  su  alta  confianza  consejero , 
y  de  la  orden  marcial ,  que  al  otomano 
en  liza  duradera 
mostrara  su  valor  inestinguible , 
la  insignia  viste  y  principal  venera ; 
y  de  Carlos  que  el  cetro  hubo  el  Tercero , 
la  banda  y  cruz  le  dio  su  soberano , 
y  Luisa  augusta  quiso  placentera 
fijar  la  placa  por  su  propia  mano. 

Ya  de  tus  Reyes  el  aprecio  llevas , 
¡oh  Azara!  y  llevas  el  amor  hispano  : 
vuelve  ya,  torna  á  discusiones  nuevas 
políticas ,  y  allí  tu  ciencia  espacia , 
brillantes  mas  y  mas  dándonos  pruebas 
de  ingenio  en  la  difícil  diplomacia. 
Del  galo  siempre  inquieto 
en  la  ilustre  París  presto  renuevas 
aprecio  sumo,  y  comunal  respeto: 
y  allí  de  Parma  el  ínclito  Fernando 
su  cetro  vio  caído , 
y  con  diestra  influencia  tú  discreto 
del  suelo  el  áurea  insignia  levantando , 
le  afirmas  por  su  vida  el  regio  mando. 

¿Qué  mucho  si  á  favor  tan  acrecido 
á  Azara  el  corazón  Femando  inclina, 
y  otorgándole  feudo  distinguido , 
de  Nibbiano  Marqués  le  denomina? 

La  Europa  en  complicadas  disensiones 
recarga  el  horizonte  en  nube  oscura , 


i 


-  599  — 

que  pronta  á  reventar ,  á  las  naciones 
el  rayo  destructor  do  quier  augura. 
Mas  no  temáis  que  Marte  ora  su  saña 

lanzaros  pueda,  y  bárbara  tortura 

I  Oh  genio  hooor  de  España , 
nuncio  siempre  feliz!  ¡Oh  cuan  dichoso 
fuiste  en  Amiens  con  los  legados  regios ! 
¡  Loor  á  ti !  Que  el  trato  pernicioso 
de  injustos  mercantiles  privilegios 
robar  pudiste  á  la  insular  Bretaña. 
Y  alli  del  alma  paz ,  de  la  paz  bella 
el  bello  resplandor  á  Europa  baña ; 
que  Astréa  docta  sella 
el  pacto  celebrando , 
do  primero  tu  rúbrica  descuella , 
y  Europa  el  porvenir  mira  afianzado. 

Amiens  con  tal  portento  entusiasmada 
un  numen  le  contempla  bienhadado , 
que  sabio  y  justo  á  los  legados  guía ; 

y  en  sus  dignos  obsequios  preocupada 

perdona  y  ¡  oh  gran  Talia ! 

si  Amiens ,  que  á  tu  jovial  recinto  acude , 

cuando  en  tus  aras  pía 

sus  cultos  rinda  en  tu  feliz  morada , 

suspenda  alli  tu  honor ;  y  alborozada 

á  vista  del  Marqués ,  de  culto  mude  j 

y  en  grata  cortesía 

al  entrar  en  su  palco  le  salude. 

Loor  á  tí  también  ,  ciudad  famosa , 

que  á  la  escelsa  virtud  digno  trofeo 

rendir  te  place  y  divinal  estima. 

Tú  sabes  que  la  ciencia  á  su  apogeo 

subiendo  á  par  de  la  virtud  hermosa , 

consigo  al  hombre  encumbra,  y  le  sublima. 

¿Y  adonde  vas,  ¡oh  Azara!  perseguido 
de  tanta  admiración ,  que  á  Europa  espanta  ? 
¿  Te  vuelves  á  tus  lares  ya  rendido 
de  afanes  tantos ,  y  de  gloria  tanta  ? 
Vuelve ,  que  al  ocio  torpe  tu  existencia 

preciosa  no  darás Mas  si  inflexible 

¡  triste  deber !  en  su  letal  violencia 
herirte  logra  Parca  aborrecible , 


—  400  — 

asaz  vestigios  de  saber  profundo 
deja  tu  ingenio  al  asombrado  mundo. 
Del  dulce  Laso ,  el  vate  toledano , 
de  Prudencio  y  del  grande  Yenusino  ^ 
del  épico  grandioso  Maotuano , 
del  candido  Bemís  ( poema  divino) , 
y  de  Casti  travieso  italiano 
el  ingenio  medistes  estupendo , 
al  mundo  sus  tesoros  difundiendo. 

Y  del  anglo  al  idioma ,  que  al  latino 
su  origen  debe  y  su  elocuente  ornato , 
trasladas  en  biográfico  retrato 

al  magno  Túlio ,  al  orador  de  Arpiño. 

Y  de  Bowles ,  sutil  naturalista , 
revelas  á  la  España  la  riqueza , 

y  del  diestro  pincel  de  Mengs  artista 
muestras  sabio  el  primor  y  la  belleza. 

Deten ,  Musa ,  detente , 
y  ya  tu  débil  canto  no  persista : 
deten  tu  lira ,  tente , 
y  el  eco  rudo  de  sonar  desista ; 
que  á  tu  voz  humildosa  es  denegado 
correr  tan  fértil  campo  y  dilatado. 
Deja  á  la  historia  que  con  rasgo  ardiente , 
del  tiempo  y  sus  rigores  respetado , 
la  gloria  y  esplendor  de  Azara  insigne 
en  sus  doradas  páginas  consigne. 

Cágeres.  Cácereti  de  octubre  de  1851. 

Lüís  Sergio  Sánchez. 


9m 


l^^i^^HH^ 

1 

LEÓN. 

a  (La  ii3sii:¡](DiBiia 

1 

DGÍ.  CÉLEDHB  DIPLOMÍTICO   T   LITERATO  ESPAÑOL 

■ 

EL  EXGMO.  SR.  DON  JOSÉ  NICOLÁS  DE  AZARA  f  PERERA. 

1 

Loi  TBtu  de  la  provincia  d«  León, 

1 

¿Fuera  tal  mi  osadía  que  intentara 

■ 

cual  los  Titanes  escalar  el  cielo , 

ó  con  rápido  vuelo 

^^H 

subir  á  donde  ,  Azara, 

^^H 

geniado  tienes  de  tu  gloria  el  trono, 

^^1 

y  en  pindárico  tono 

^^1 

himnos  cantar  á  tu  virtud  preclara? 

^^1 

^ 

Mas  tu  genio  me  guia 

^^1 

b 

de  la  Eterna  Ciudad  al  Capitolio. 

^^1 

■ 

Colocada  en  su  altura 

^^1 

K,' 

la  débil  musa  mia, 

^^H 

■  i 

inspirándole  tu  noble  braTura, 

' 

H 

podrá  solo  altanera 

Á 

^ 

su  voz  alzar  a!  eminente  solio, 

^^j 

que  á  tu  nombre  elevó  la  Kurops  entera; 

^^1 

y  el  canto  de  alegría 

^^H 

entonar,  con  que  Roma  libertada, 

^^H 

de  gratitud  tributo  le  rendía 

^^H 

á  su  libertador ,  y  las  canciones 

^^H 

con  que  gozosas,  á  la  paz  ansiada, 

^^1 

en  Amiens  saludaron  las  naciones. 

^^H 

Cual  negra  nube  en  su  revuelto  seno , 

^^H 

en  medio  á  la  tormenta , 

^^H 

lanza,  al  rodar  del  trueno. 

^^1 

el  rayo  que  sustenta  , 

^^1 

que  ardiente  brilla ,  y  por  do  quier  que  pasa  , 

^^H 

Bi 

J 

^^^^^1 

—  402  — 

rompe ,  destruye ,  abrasa , 

cuanto  oponerse  á  su  furor  intenta ; 

así  la  Francia  en  medio  del  bramido 

espantador ,  que  aterra  , 

del  volcan  que  en  su  seno  está  encendido , 

lanza ,  cual  rayo ,  al  genio  de  la  guerra  ^ 

que  han  de  mirar  un  dia 

de  Egipto  las  pirámides  pasmadas 

al  ver  tanta  osadía , 

entre  montes  de  arena 

venciendo  con  las  huestes  abrasadas  y 

que  luego  desde  el  Sena 

conducirá  hasta  el  Moscua  congelado , 

siempre  por  la  victoria  coronado. 

De  su  destino  en  pos ,  marcha  gigante 
por  la  gloriosa  via  que  le  lleva 
á  dominar  el  mundo ,  y  cual  se  eleva 
el  águila  arrogante 
sobre  las  altas  nubes ,  y  se  lanza 
sobre  la  presa  que  espió  anhelante ; 
así  ríapoleon  los  elevados 
Alpes  trepa  veloz ,  su  cima  alcanza , 
rápido  baja ,  y  donde  quier  combate , 
vence,  destroza,  al  enemigo  abate; 
y  los  pueblos  contemplan  admirados 
que  un  nuevo  Breno  sobre  Roma  avanza. 

Tiembla  la  Ciudad  Rey,  la  que  Señora 
se  tituló  del  mundo, 
y  sujeta  á  un  poder  que  llama  santo , 
al  par  que  su  esplendor  perdido  llora , 
agrava  la  amargura  de  su  llanto 
ver  con  dolor  profundo 
hollados  los  girones  de  su  manto. 
¿Dónde  hallará  un  Camilo 
que  audaz  corra  á  salvarla , 
ni  matronas  que  puedan  libertarla 
con  sus  ruegos,  del  filo 
de  la  espada  del  fiero  Coríolano  ? 

¿Qué  poder  sobrehumano? 

Solo ,  Azara ,  bastante  poderoso, 
eres  á  poner  fin  á  su  gemido. 
Por  su  llanto  movido 


■ 

^^^^^P^P^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^ 

■ 

—  405  — 

■ 

corres  hacia  tu  amigo  generoso  , 

^H 

liegas ,  bahías ,  conviértese  en  oliva 

^^1 

el  deatruclor  acero : 

^^1 

resuena  alegre  viva , 

^^H 

que  el  labrador  repite,  y  el  guerrero; 

.^^H 

y  como  á  la  Concordia  levantara 

^^H 

altares  Koma  pía, 

^^H 

arcos  do  quier  de  triunfo  te  prepara  , 

^^H 

tu  busto  graba  en  bronces,  y  á  porfía 

^^H 

himnos  entona  al  salvador  Azara. 

^^1 

La  Europa  arrasan  destructoras  lidís : 

^^H 

de  las  altas  montañas  ronco  el  eco  , 

^^H 

los  gritos  de  los  ñeros  adalides, 

^^1 

y  el  horrísono  son  del  bronce  hueco , 

^^H 

repite  estremecido. 

^^H 

Del  valle  la  verdura 

_^^^ñ 

desparece  con  sangre  enrojecida  ; 

"^^1 

la  linfa  del  arroyo,  que  antes  pura, 

^^H 

en  salto  repetido. 

^^1 

jugaba  alegre ,  retratando  llores , 

^^H 

1' 

por  el  pié  del  guerrero  detenida , 

^^1 

armas  solo  retrata  ,  solo  horrores. 

^^1 

mi 

Del  niño,  de  la  joven,  del  anciano 

^^H 

■1 

se  escuchan  por  do  quiera  loa  clamorea  , 

^^1 

■) 

demandándole  al  cielo 

^^1 

n 

al  padre,  al  amante ,  al  hijo  ,  su  consuelo. 

^^1 

■ 

Óyelos  Dios :  y  vá  ;  y  á  los  que  tienen 

^^1 

■ 

la  suerte  de  los  pueblos  en  su  mano 

^^1 

w 

tuca  ios  corazones,  y  convienen 

^^1 

en  concertar  la  paz.  ¿Quién  ardoroso 

^^1 

corre  á  cerrar  de  Jano 

^^1 

el  templo,  que  inclemente  y  ambicioso 

^^M 

abrió  el  furor  de  dominar  insano? 

^^H 

;  Azara ,  Azara !  Amiens ,  tú  le  escuchaste  : 

^^H 

en  su  boca  el  acento  lastimero 

^^H 

resonó  de  los  pueblos  desolados, 

^^1 

que  salva  de  la  ruina  su  elocuencia; 

^^1 

y  ron  placer  miraste 

^^1 

que  en  jusla  deferencia 

^^H 

)e  ceden  su  lugar  los  potentados; 

^^H 

y  del  mundo  la  paz  sella  el  primero  ; 

^^H 

de  la  paz,  que  las  alas  protectoras 

■ 

'<■ 

J 

^^^1 

^^^^^1 

—  4Ü4  — 

tieade  sobre  los  pueblos  que  le  aclaman  , 

y  en  cáatígas  sonoras 

le  bendiceo  y  padre  le  procIamaD. 

Taa  dulce  nombre ,  Azara ,  complacido 
recibirás  del  candido  aldeano, 
al  par  que  desechabas  decidido 
el  cetro  soberano. 

El  Coloso  que  quita  ,  y  dá  coronas , 
te  ofrece  la  de  Malta,  y  la  rebusas; 
que  tú  solo  ambicionas 
la  inmortal  de  Minerva  y  de  las  musas , 
á  ti  guardada  en  su  sagrado  templo. 
En  él  te  veo  entrar  con  firme  planta  : 
rodeado  te  contemplo 
allí  de  gloria  tanta , 
que  mi  vista  deslumhra.  Vano  intento 
fuera  seguirte  á  donde  audaz  te  lanza 
tu  sin  par  ardimiento: 
de  mi  cansada  musa  mas  no  alcanza 
el  fatigado  aliento ; 
y  mientras  que  te  admiro, 
brillando  como  en  medio  las  estrellas 
brilla  esplendente  Siró , 
en  la  cumbre  elevada  en  que  descuellas , 
sigue  radiaute  en  sempiterno  giro. 

IHHADI.  HmIfÍJ  i."  Je  eiere  de  1853. 

Pascdal  Fbbhaiidez  Babza. 


Si  mi  vista  llegar  pudiera  al  cielo 
traspasando  la  atmósfera  ligera; 
si  el  eco  de  mi  voz  tomase  el  vuelo 
que  devolviese  la  armillar  esfera: 
sí  mi  vista  y  mi  voz ,  el  ancho  suelo 
al  tender  y  verter,  viera  y  oyera; 
tan  solo  un  nombre  célebre  escuchara... 
do  quier  el  mundo  repitiera  ¡Azara! 

Lleno  mi  pecho  de  ambición  y  gloria  , 
el  alma  pura,  el  corazón  ardiente; 
del  desengaflo  ain  sutil  escoria ; 


I 


—  405  — 

del  curso  de  mi  vida  en  la  naciente ; 
¿  qué  recuerdo  traeria  á  la  memoria 
como  senda  virtuosa  y  mas  prudente? — 
La  que  observó  en  su 'Vida  pura  y  santa 
el  grande  alzara  con  nobleza  tanta. 

Salve ,  ilustre  varón  :  tú  de  las  ciencias 
lograste  recoger  opimos  frutos; 
de  sus  flores  sacaste  las  esencias  ; 
de  la  ignorancia  bárbara  los  lutos 
raf;gaste...  de  la  luz  la  transparencia 
(que  separa  á  los  hombres  de  los  brutos), 
destilando  tus  célicas  palabras 
al  misero  mortal  su  dicha  labras. 

Salve ,  tres  veces  salve :  de  tu  baella 
los  pasos  uno  á  uno  fué  contando : 
preciosos  lauros  encontraba  en  ella  : 
cuanto  mas  en  su  curi^o  fué  avanzando  , 
la  hallaba  cada  vez  mucho  mas  bella!... 
A  su  postrero  fin  llegar  ansiando , 
mi  alma  se  cubrió  de  desconsuelo 
a)  no  poder  seguirte  hasta  en  el  cielo. 

Mas  allí  vi  una  estrella  limpia  y  clara 
cercada  de  suavísimos  fulgores; 
en  sus  decretos,  Sián,  la  colocara 
dando  al  mundo  sus  puros  resplandores, 
y  su  existencia  conocer  lograra; 
legando  al  mostrarle  sus  albores, 
llevando  de  su  estremo  á  los  confines  I 

tu  fama  ¡  Azara !  si ,  mil  serafines. 

Eternal  publicáronla  sus  voces  ; 
é  indeleble  en  las  almas  de  los  buenos 
fijaron  con  sus  gratos  leves  roces  : 
tus  virtudes  marcaron  en  mis  senos 
y  eu  él  depositaron  tiernos  goces 
de  gloria,  de  ambición,  de  ilusión  llenos... 
¿Mas  cómo,  Azara.,  intentaré  imitarle, 
si  en  el  cielo  no  mas  podré  encontrarte? 

Reposa  ahí  con  perenal  ventura 
en  medio  de  los  justos,  de  mi  pecho 
recibe  el  !  ay !  que  vierte  de  amargura 
separado  de  ti  tan  largo  trecho ; 
aunque  goza  de  mágica  dulzura 


—  406  — 

considerando  que  de  gloría  el  lecho 
es,  dó  te  encuentras  ora  reposando 
á  este  mentido  mundo  ya  olvidando. 

Si  acaso  un  dia  tu  mirada  triste 
tiendes  hacia  este  suelo ,  de  tus  ojos 
la  luz  yo  vea;  si  quizá  sentiste , 
por  desgracia ,  contra  este  mundo  enojos  j 
perdónale...  Mas  ¡ay!  que  nunca  viste 
uno  hacia  ti  postrándose  de  hinojos!... 
Tus  virtudes  estoy  siempre  adorando , 
la  lira  de  oro  con  placer  pulsando. 

¡Adiós!!  En  la  tumba  silenciosa 
donde  tan  solo  la  virtud  resuena , 
para  una  eternidad,  ¡  Adiós !  reposa. 
De  acíbares  mi  alma  se  halla  llena : 
si  llorar  una  vez  sobre  tu  losa 
pudiera  yo ,  se  aliviará  mi  pena ; 
y  á  tu  espíritu  el  mió  ya  siguiendo 
te  irá  alcanzando  porque  iré  muríendo. 

Bayona.  León  10  de  janio  de  1851. 

Patria  adoptiva,  León. 

Ovidio  Chalaivzon. 


¡ AZARA ! 


Civilia  Doví 
jare ,  quibas  miseris  patrocinabar  ego. 
¡Ileu,  oea,  tantas  bonos! 

II ic  tegit  ossa  lapis. 

(Dt  un  itfuUro  «a  te  cmttdrmt  ti*  Lttm.) 


Cuan  apacible  siento 
el  aura  susurrar  sobre  mi  frente, 
al  ver  el  momumento , 
que  guarda  reverente 
los  restos  de  varón  tan  escelente!... 

Fija  la  noble  idea 
en  su  mas  noble ,  generosa  vida , 
el  alma  se  recrea , 


■!•• 


—  407  — 

cual  tórtola  querida , 

que  vuela  en  torno  al  árbol  donde  anida. 

Parece  que  de  amores 
balsámica  lo  envuelve  roja  niibe  j 
y  puras ,  albas  flores 
sembrando  va  el  querube, 
que  en  sus  esencias  perfumado  sube. 

I  Oh  tú ,  cien  y  cien  veces 
pió ,  felice  j  triunfador  Azara ! 
¡  Cuan  grave  resplandeces 
en^tu  virtud  preclara , 
que  el  brazo  de  Mavorte  airado  para ! 

Lo  veis?  Del  Corso  fiero, 
del  Atila  moderno  inmenso  asoma 
ya  el  escuadrón  guerrero.  •• 
Ah !  El  fuego  de  Sodoma 
tan  terrible  no  fué,  misera  Roma. 

Las  celebradas  ninfas 
de  Tibulo  y  Nasón  saldrán  en  vano ; 
¡  ay  si  toca  en  las  linfas 
del  Tiber  el  insano , 
que  sacrilego  vuela  al  Vaticano ! 

Con  los  ferrados  callos 
las  frentes  de  tus  vírgenes  donosas 
hollarán  sus  caballos ; 
con  sus  preciadas  rosas 
se  adornarán  las  huestes  polvorosas. 

Que  fiero  altivo  el  mozo 
la  piedad ,  el  amor  pospuso  un  dia 
al  bélico  alborozo. 
¿  Quién  firme  frente  haria  ? 
¿Qué  genio  enclavará  su  artillería? 

El  clero?  No.  El  Senado? 
El  pueblo  que  armas  pide  embravecido. 
El  pueblo  no  es  soldado , 
ni  al  numen  permitido 
fué  enrojecer  su  candido  vestido. 

La  música  sonora 
de  la  ciencia  ensayad.  Sí ;  Azara  parte ; 
el  héroe  se  enamora 
de  su  elocuencia  y  arte ; 
Roma  sin  armas  rinde  á  Bonaparte. 


m4 


—  408  — 

Oh !  vuelve ,  la  ribera 
del  Tíber  á  tu  acento  libertada , 
nuevo  Túlio ,  te  espera 
feliz  j  entusiasmada, 
de  sombras  de  alto  ejemplo  rodeada. 

Tú  de  la  Italia  bella 
eterno  vivirás  en  la  memoria , 
legislarás  en  ella , 
y  en  alas  de  la  gloria 
tu  fama  dará  vuelta  á  nuestra  historia. 

Los  fugitivos  reyes 
de  su  inocente  sangre  salpicados 
recogerán  sus  leyes , 
y  solos ,  sin  soldados , 
contigo  llorarán  desconsolados. 

La  agradecida  Europa 
sonriendo  en  la  paz  de  sos  liceos 
te  servirá  la  copa 
tallada  de  trofeos , 
gigante  entre  sus  míseros  pigmeos. 

Y  adornará  tu  manto 
con  sus  manos  la  Reina  de  C»tiUa , 
si  con  modesto  llanto, 
que  al  mundo  maravilla, 
cambiar  su  corte  anhelas  por  l«  villa. 

¡  Villa  que  fuiste  cuna 
de  esos  tus  bellos  hijos  naturales, 
corone  la  fortuna 
sus  hechos  inmortales, 
y  en  paz  eterna  vivas ,  Barbufiales ! 

Modesto  siempre  veas 
el  candido  matiz  de  tos  pastoras , 
y  alegren  tus  ideas 
mis  cantigas  sonoras, 
flores  y  danzas ,  músicas  auroras. 

Que  al  fin  ¡Eternidad  I  llegará  un  dia 
que  de  luto  y  pavor  y  espanto  Denos 
con  su  efimera  pompa  y  al^a 
absorberás  los  múñaos  en  tus  senos. 

V ALDEKAS.  Gerona  20  de  diciembre  de  i  85 1 . 

GuiLLBRMo  FBiiifAin>Bz  Saihiago. 


— 409  -. 

AL  nmrro  AZAKi. 

Sin  escudos,  empresas  ni  blasones 
hay  nn  pneblo  en  Espafia ,  cuya  gente 
oculta  en  polvo  la  modesta  frente 
y  desprecia  el  furor  de  las  pasiones» 

A  ese  pueblo  le  envidian  las  naciones 
que  encierran  uno  y  otro  continente  ^ 
y  á  su  recuerdo  cuanto  yi?e  y  siente  j 
al  par  que  amor,  tributa  admiraciones. 

Es  Barbufiales ;  su  pequefia  historia 
no  cabe  en  Aragón  j  aunau^  se  humilla , 
porque  unido  á  los  soles  de  Castilla 

Hay  en  él  otro  sol,  de  tanta  gloria, 
de  mas  recuerdos  y  de  luz  mas  dará : 
¡el  grande  nombre  del  ilustre  Azora ! 


■ 


LlON. 


BIahübl  Pbbbz  Duban. 


Sr.  D»  Basiuo  Sebastian  Castellanos  de  Losada. 

Muy  sefior  mió :  Por  no  parecer  desatento  á  la  honra  no  mereci- 
da que  se  me  hace  dirigiéndome  la  carta  circular  de  1 1  del  actual, 
Gue  Vd.  suscribe ,  con  la  nota  biográfica  del  Excmo.  Sr.  D.  Nica*' 
tá$  de  Azara  y  Perera ,  tomo  la  pluma  no  para  contribuir  á  la  co- 
rona poética ,  que  su  buen  deseo  me  pide ,  sino  para  manifestarle  la 
imposibilidad  en  que  me  hallo  de  poderle  complacer ,  sin  embargo  de 
encontrarme  animado  de  los  mismos  deseos. 

Agradable  sorpresa  ha  sido  para  mí  rerme  honrado  con  su  esti- 
mada circular ,  y  después  de  leer  con  el  mayor  gusto  la  espresada 
nota  biográfica  del  Sr.  de  Azara ,  no  he  podido  menos  de  aplaudir 
la  bella  idea  de  su  digno  sucesor  el  señor  marqués  de  Nibbiano ,  y 
los  nobles  deseos  que  á  Yds.  animan.  ¡Cuánto  siento  en  este  instante 
no  ser  poeta  para  contribuir  con  mis  compatriotas  á  entretejer  una  co- 
rona al  célebre  diplomático  que  á  últimos  del  pasado  siglo  mereció  el 
titulo  de  Libertador  de  Roma ;  al  autor  de  la  Memoria  sobre  la  pa- 
cificación general  de  Europa ;  al  amigo ,  en  fin ,  del  Papa  Ganga- 


imm 


—  410  — 

neli...!  Pero  en  medio  de  este  sentimiento;  en  medio  del  pesar  que  es- 

Serimento  porque  las  Musas  no  han  querido  prestarme  su  lira  á  fio 
e  cantar  las  alabanzas  del  distinguido  literato  español ;  del  artista 
eminente;  del  sabio  anticuario;  del  virtuoso  y  patriota  Azara ^  me 
consuela  la  idea  de  que  no  faltarán  escritores  imparciales  que  llenen 
tan  laudables  deseos.  No ,  no  faltará  quien  haga  el  merecido  elogio 
del  inmortal  Azara ;  inmortal  por  sus  obras  como  por  sus  virtudes: 
inmortal ,  si ,  porque  los  hombres  como  Azara ,  no  mueren  en  la 
memoria  de  los  que  estiman  el  saber  y  la  virtud ;  y  lejos  de  tener  rí- 
gidos censores  y  críticos  envidiosos ,  se  complace  todo  el  mundo  en 
hacer  su  apología.  ¿Hay  por  ventura  adulación  en  elogiar  lo  que  es 
digno  de  elogio?  ¿Hay  miras  interesadas  en  el  que  se  presta  gustoso  á 
tejer  una  corona  que  reclama  por  un  lado  el  mérito  incontrastable  del 
señor  Azara ,  y  su  noble  sangre  por  otro  ?  No ;  lejos  de  haber  adu- 
lación; lejos  de  encontrarse  en  esto  una  degradante  bajeza,  es  elogiar- 
se á  sí  mismo;  es  estimarse  en  lo  que  uno  vale,  el  contribuir  á  ensal- 
zar la  virtud  y  el  mérito  do  quiera  que  se  halle.  Conozco  que  una 
gota  de  agua  derramada  en  el  vasto  Océano  le  aumentaría  tanto 
como  mi  pobre  elogio  puede  aumentar  la  celebridad  del  Excmo.  señor 
D.  José  Nicolás  de  Azara;  pero  aseguro  á  Yd.  que  siente  mi  cora- 
zón lo  que  ha  espresado  mi  pluma ;  y  que  al  leer  la  nota  biográfica 
que  ha  tenido  Yd.  la  bondad  de  mandarme ,  he  esperimentado  una 
especie  de  envidia  ;  pero  una  envidia  que  no  rebaja  á  quien  la  abriga, 
puesto  que  no  á  todos  ha  concedido  el  Criador  los  talentos  y  cualida- 
des que  sobresalen  en  ciertos  hombres  privilegiados  como  los  Azaras. 
Doy  á  Yd.  la  mas  completa  enhorabuena  por  haber  emprendido 
la  noble  tarea  de  escribir  su  biografía,  y  se  la  doy  igualmente  ai  te- 
ñor  D.  Agustín  de  Azara ,  que  tan  bien  ha  sabido  honrar  la  me- 
moria de  sus  ilustres  antecesores. 

Es  de  Yd.  con  la  mayor  consideración  su  mas  atento  S.  S. 
Q.  B.  S.  M. 

León.  León  15  de  majo  de  4851. 

Frangisgo  del  Palacio  Gómez. 


Del  feroz  Breno  á  la  fulmínea  espada  , 
pasmado  el  Capitolio  tembló  an  dia ; 
y  á  tí  ¡oh  Camilo !  proclamaba  pía 
dictador  la  Repúbfica  salvada. 

Lánzase  Atila  á  la  ciudad  sagrada , 
vibrando  el  rayo  de  su  saña  impía ; 


^^ 


—  411  — 

el  Gran  León  qv^ebianta  M^iMdta , 
y  bendícele  Ron»  ftmUétmótt. 

Camilo  empnfia  fokncante  acero ; 
visión  celeste  al  Gran  León  escoda : 

Has  tú  9  Azara  inmortal ,  del  Corso  fiero 
tríunras  iaMne,  y  Robiií  le  safada :  ; 

Siendo  este  sdlo  rasgo  de  fu  histoña 
offgallo  al  Aragón ,  á  Espaffa  gloria. 

CuüJALBS.  Serllla  17  de  dielembre  de  1851 

JuAR  BIakijel  Alyarez. 


•  r 


»  . 


Elévase  arrogante  y  ambicioso 
Un  poder  colosal :  con  la  nna  mano 
Los  tronos  avasalla  ^  y  soberano» 
En  dos  mundos  su  pié  fija'  orgulloso : 

La  otra  mano  tendiendo  cauteloso 
A  la  tiara ,  la  venda,  y  irara  tifiínó 
El  cetro  mundanal  y  el  wbrdmniíio ,    * 
Remdos  por  su  braio  vigoroso*  ) 

Quién?  ¡  quién  que  tá  no  Amas,  grande  Azaca  y 
Animoso  al  gigttite  retaría 
T  esforzado  bs  tronos  snatentáral  :    . 

Tú  le  retas  con  noble  valentía , 
T  la  venda  arrancándole  á  la  tiara , 
Venciste  la  orgullosa  Compañía, 


EPITAFIO. 

Los  restos  aquí  ves  del  grande  Azara 
Ante  quien  admiradas  se  postraron 
Roma ,  París ;  y  á  su  virtud  preclara , 
Ciencia  y  valor,  altares  elevaron : 
Puro  incienso  quemó  sobre  su  ara. 
El  hombre  al  que  cien  reyes  se  humillaron 
Una  corona  rehusó  en  el  suelo ; 
Otra  inmortal  le  cifie  justo  el  cielo. 

Poiir£BEADA.  Madrid  1.*  ée  BOYÍembre  de  1850. 

Pascual  Febivandez  Bakza. 


LOGRORO 


lÁ  iLSi  naanüi^i^Qa 


DBL  cfctlBBl 


ooxMuo.  bv.  Oc).  ao6&  df\Dicov(t6  de  q1\d 


ZOíMÜ. 


Los  fites  de  U  profineia  de  Logroflo. 


GU£L. 


Pudo  un  dia  extinguir ,  ínclito  Azara , 
tu  noble  aliento  Láqnesis  avara 
de  fría  tumba  en  el  oscuro  abismo ; 
mas  no  tu  claro  nombre ;  que  la  Historia 
perpetuará  del  mundo  en  la  memoria 
tu  ciencia ,  tu  virtud ,  tu  patriotismo. 


Mainel  Bretón  de  los  Herreros. 


No :  la  tierra  que  bafia  el  padre  Ibero 
desde  el  alto  Pirene  basta  Moncayo , 
de  esfuerzo  y  de  saber  rico  venero , 
no  agotó  su  vigor :  el  mismo  rayo 
del  sol  vivificante 
recorre  sus  esferas  luminosas ; 
y  su  fulgor  espléndido  y  radiante 
el  genio  enciende  en  almas  ardorosas. 

Si  España  en  triste  abatimiento  hundida  ^ 
recordando  sus  ínclitos  varones , 
llora  su  antigua  gloria  oscurecida , 
roto  el  yugo  que  impuso  á  las  naciones , 


r 


I 


lia 

la, 

i 

ada. 

.iisto , 
I  prefiere 
justo. 
A  cielo  puro 
generoso  Azara! 
mas  su  oscuro 
a  su  luz  clara. 
Ta 
,  hundido  el  Capitolio , 
i  Sefior  pusiera 
inilde  el  sacro  solio, 
fiol  la  altiva  mente 
'Htro  del  saber  cristiano , 
iiquista  prepotente 
>  oro ,  ni  el  valor  insano : 
pone  leyes 
1  mundo  impróvidos  dominan; 
s  Pontífices  y  Reyes 
>  erguido  ante  su  voz  inclinan, 
mpero  de  la  paz  en  las  delicias, 
^iie  escaso  al  mortal  otorga  el  cielo  y 
'  gozar  las  plácidas  primicias 
-11  estenso  saber  y  ardiente  celo : 
;  en  letargo  profundo 
'  adurmiera  tal  vez  la  muelle  calma ; 
.>olo  en  las  ondas  de  agitado  mundo 
grande  el  hombre  sublime  ostenta  el  alma. 

Del  turbio  Sena  en  la  funesta  orilla 
fiera  borrasca  honditronante  muje ; 
el  rayo  entre  el  fragor  del  trueno  brilla , 
y  el  mundo  antiguo  en  sus  asientos  cruje: 
sus  ejes  se  estremecen , 
y  al  impulso  feroz  del  fuego  horrendo, 


;il 


—  414  — 

hechos  leves  cenizas ,  desparecen 
trono  y  altar  con  pavoroso  estruendo. 

Un  mar  de  sangre  ante  los  ojos  luce 
negro,  siniestro! •••  él,  cual  sagaz  piloto, 
su  frágil  nave  á  salvación  conduce, 
do  mil  se  hunden  á  fondo ,  el  casco  roto. 
La  luz  de  su  prudencia 
á  los  náufragos  es  plácido  faro , 
y  la  flébil  desgracia  y  la  indigencia 
hallan  en  su  piedad  puerta  y  amparo. 

Tú  los  hallaste ,  oh  misera  señora, 
madre  de  rey  y  de  monarcas  nieta , 
triste  Adelaida !  rabia  asoladora 
segó  á  tu  esposo  la  cabeza  inquieta ; 
y  en  arena  estrangera 
vagabas  pobre  y  sin  hogar,  perdida , 
cuando  en  medio  á  tu  suerte  acerba  y  fiera 
hizote  su  piedad  dulce  la  vida. 

¿Qué  no  salvó  del  torbellino  aciago? 
en  amor  de  las  artes  encendido  , 
sus  restos  sustrayendo  á  tanto  estrago, 
les  dio  su  seno  albergue  enaltecido;* 
cuando  al  grito  de  Francia 
que  audaz  la  Europa  repitió,  confusas 
el  suelo  huian,  su  dorada  estancia 
el  templo  fué  de  las  divinas  Musas. 

Allí  admiró  la  vista  los  vestigios 
de  los  remotos  siglos  ensalzados , 
bellos  modelos  del  cincel,  prodigios 
á  la  barbarie  gótica  arrancados : 
allí  gozó  extasiada 

marmóreos  vasos  y  quebrados  bustos , 
la  grande  edad  mirando  renovada 
de  Grecia  v  de  los  Césares  augustos. 

Allí  su  dueño  eterno  monumento 
alzó  glorioso  al  orador  romano : 
por  él  arte  moderno  el  dulce  acento 
eternizó  del  cisne  mantuSno ; 
por  él  la  patria  España 
miró  reverdecidos  ios  laureles 
de  Laso ,  que  agostó  bélica  saña , 
por  .él  de  Mengs  brillaron  los  pinceles. 


ri* 


i 


Oh!  ilustre  Aun!  ai  hasti  el  seno  oeeoiro 
del  descanso  etemal  donde  reposa 
el  que  el  cíelo  privó  del  aire  pwo^ 
lleva  acaso  la  uibm  vasorosa 
lo  que  de  celo  heBchioo 
en  la  terrestre  estancia  intenta  el  hombre  ^ 
los  héroes  que  arrancaste  al  negro  olvido 
con  puro  elogio  ensalzarán  tu  nombre. 

Cuando  pises  su  suelo  silencioso 
te  estrechahin  con  fraternales  lazos , 

JTúlio  esclamará ,  rio  abundoso 
e  varonil  facundia  9  entre  tus  brazos : 

«Ven  j  digno  compañero 
de  los  que  al  mundo  ennoblecieron  sabios ; 
ven ,  que  formar  tus  alabanzas  quiero 
dignas  ¡  oh  Azara !  de  divinos  labios. 

» \  Quién  en  tu  siglo  como  tú  la  gloria 
de  tu  patria  sostuvo?  Cual  dechado 
en  sus  Uustres  páginas  la  historia 
escribirá  tu  nombre  bienhadado^ 
Si  en  Grecia  hi  luz  vieras , 
en  tí  Grecia  á  Solón  admiraría  f 
si  hijo  de  mi  República  nadaras  j 
emulara  tu  voz  tal  vez  la  mia. 

» Oráculo  de  escelsos  Potentados 
te  vio  la  misma  Roma ,  en  que  potente 
disipó  mi  elocuencia  los  nublados 

2ue  congregara  el  crimen  insolente. 
I  pusiérate^el  cielo 
la  sien  ceñida  sobre  el  alto  solio , 
y  nuevo  Marco  Aurelio  en  bien  del  suelo 
admirara  en  su  cima  el  Capitolio. 

«Padre  fui  yo  del  pueblo  apellidado , 
rey  sin  segundo  del  romano  foro ; 
la  baja  plebe,  el  ínclito  Senado 
augusto  dominó  mi  labio  de  oro. 
Si  en  esta  edad  naciera  j 
en  triunfos  para  el  hombre  mas  avara , 
y  el  grande  Cicerón  ser  no  pudiera , 
solo ,  ilustre  español ,  tu  gloria  ansiara. » 
Así  el  gran  Tulio  esclamará ,  y  unidos 
Virgilio  y  Laso  aprobarán  su  acento  j 


—  A16  — 

y  á  Azara  entonarán  agradecidos 
en  sonoro  laúd  dulce  concento: 
de  las  sienes  altivas 
depuestas  las  coronas,  dulcemente 
con  sus  lauros  y  eternas  aíempreviras 
le  ceñirán  la  reneranda  Trente. 


Eustaquio  Fbbnaitdbz  db  Iíavabsbte. 


•i» 


PáLENCIá 


DEL  GBLBBBB  LUB&ATO  T  DIPLOMÁTICO  BSPAAOL 

EXCHO.  SESOR  don  JOSÉ  NICOLÁS  DE  AZARA. 


Los  f itei  de  la  profiida  de  Ptleacia. 


A  AZARA,  SOBIE  SU  SEPULCRO. 

Lee  teioroi  del  rico ,  la  gloria  de  los 
héroes,  la  grandeu  de  loe  moMrcasi 
lodo  acalla  ob  la  tunba. 

lome. 

Los  que  guardáis  cerrado 
de  la  existencia  al  fin ,  mármoles  frios  j 
tesoros  del  pasado , 
7  de  esperanza  y  ponrenir  vacios  j 
prestadme  inspiración.  Senris  de  lecho 
al  sueño  de  la  muerte , 
y  en  leve  polvo  inerte 
al  vigoroso  ser  dejais  deshecho ; 
¡tristísimo  servicio!.. • 
Otros  al  hombre  depravado  encierran  ^ 
que  altar  y  tumba  ha  conseguido  el  vicio : 
mas  no ,  no  sois  vosotros , 
cuyos  labrados  de  sencillo  gusto 
sirven  de  guarda  á  la  mansión  del  justo. 

Prestadme  inspiración.  ¡  Ay !  no  del  prado 
la  flor ,  el  verde  césped , 
ni  el  del  bosque  sombrío  alado  huésped 
podríanme  decir  lo  que  ignorado 
yace  en  la  Eternidad.  Cuanto  la  vida 

53 


—  418  — 

en  la  muerte  perdida  ^ 

de  un  ser  que  la  cruzó  lleno  de  gloria ; 

y  solo  puede  del  no  ser  la  historia 

la  tumba  revelar.  Ese  silencio 

que  en  mi  redor  suspira , 

esa  pálida  luz  que  errante  gira , 

y  el  pavor  que  me  oprime 

y  la  temible  misteriosa  calma , 

ideas  dan  tristísimas  al  alma. 

¡  Oh !  quién  rasgando  el  velo  de  la  nada , 
guiándome  á  través  del  gran  vacio , 
que  el  espacio  sombrío 
envuelve ,  hasta  la  altísima  morada 
me  diera  penetrar.  ¡  Ay !  yo  comprendo 
soles  sin  fin  girando  en  el  espacio , 
cien  y  cien  mundos  de  soherUa  masa ; 
y  el  espíritu  crea 
fantástico  mi  edén  de  luz  escasa , 
con  alfombras  de  nácar  y  topacio  , 
y  vírgenes  de  aiúor.  Mas  es  en  vano 
indagar  el  avismo  de  la  nada ; 
que  el  fatídico  arcano , 
que  en  la  cumbre  del  cielo  se  halla  escrito , 
guarda  la  Eternidad  al  infinito. 

¡Nacemos  !•••  al  secreto  de  la  maerte 
el  secreto  precede  de  la  vida ; 
y  esta  llega  aturdida , 
su  carrera  trazando  ignota  suerte 
de  la  muerte  al  dintel.  Entonces  corre 
andando  para  atrás  el  gran  camino  j 
el  alma  hasta  la  infancia  , 
y  en  confuso  recorre 
sus  glorías,  sus  pesares,  su  ventara , 
que  en  breve  acabarán.  Ligeros  huyen 
los  que  en  tropel  al  pensamiento  afluyen 
recuerdos  del  pasado; 
y  un  instante  después  ¡  destino  triste ! 
glorias,  penas,  amor,  ya  nada  eii^. 

Nobilísimo  Azara,  tú  cruzaste, 
acá  dejando  el  nombre  que  creaste , 
ese  dintel  maldito ; 
y  el  genio  que  te  diera  el  Infinito 


—  419  — 

despareció  tambieo.  La  anda  Parca 

á  nadie  perdonó  :  tal  el  incendio 

que  abrasa  la  comarca, 

troncha  por  dó  camina 

á  la  soberbia  y  corpulenta  eacina 

y  al  débil  espinar.  Mas  cuando  muere 

el  bombre  grande  ,  sus  recuerdos  deja  ; 

asi  lú ,  noble  Azara , 

aunque  acabaste  tu  brillante  historia  , 

vives  aún  del  hispano  en  la  memoria. 

Ei  nació  aquf :  cabe  su  helada  fosa 
se  entretejió  su  cuna ; 
y  esas  flores  que  arrástranse  en  la  tosa , 
restos  tal  vez ,  semillas  son  de  alguna 
que  su  infancia  adornó.  Nace  en  la  aurora 
bella  flor  de  riquísimos  colores, 
y  apenas  el  zenit  abrasadores 
lanza  sus  rayos,  deshojada  muere, 
y  da  vida  á  otra  flor.  Y  se  deshacen 
en  vapores  las  olas,  luego  en  lluvia, 
y  nuevas  fuentes  en  las  rocas  nacen... 
Que  sin  fin  sucediéndose 
todo  vuelve  á  vivir  en  la  natura , 
menos  ¡ay!  la  escogida  criatura. 

El  nació  aquí ;  pasaron  halagüeños 
sus  dias  venturosos, 
esos  que  el  cielo  nos  regala  hermosos , 
poblados  de  purísimos  ensueños , 
de  la  edad  infantil.  Mas  el  ilustre 
el  magnlEco  Aiara 
nació  para  la  gloría  mas  preclara, 
y  él  la  alcanzó.  Lanzándose  su  genio 
al  mar  de  las  terríficas  pasiones 
que  á  pueblos  y  naciones , 
desde  el  soberbio  Albion  al  pobre  Helenio, 
agitados  traían , 

alza  en  el  huracán  la  oliva  santa , 
y  dó  quiera  la  paz  su  faz  levanta. 

¡  Qué  misión  tan  hermosa !  Allá  del  Tibre 
en  la  estéril  ribera 
recuerdo  fiel  del  águila  altanera, 
tumba  de  un  pueblo  soberano  y  Ubre 


—  420  — 

que  ai  mundo  ayasalió :  de  tiempo  antiguo 

ia  idea  y  ia  materia , 

ei  pensamiento  bíblico  infinito 

y  ei  orgullo  maldito , 

el  Eterno  y  Luzbel ,  si  lucha  cabe , 

luchaban  sin  cesar.  De  pronto  suena 

la  voz  de  Azara  que  el  espacio  llena , 

y  el  gigante  orgulloso , 

oyendo  aquella  voz  que  le  estremece, 

detiene  su  corcel  y  paz  ofrece. 

Tal  algún  día  el  tigre  de  Pasmonia, 
cuya  garra  de  horror  sangrienta  abarca 
del  Mármara  á  la  Estonia , 
y  del  Elva  á  la  Tártara  comarca , 
á  la  ciudad  llegó:  los  hombres  huyen 
de  los  hombres  que  viven  á  caballo , 
y  las  matronas  lloran , 
y  las  candidas  vírgenes  imploran 
al  cielo  protección.  Entonces  sale, 
gloria  cantando  á  Dios  en  las  alturas , 
pobre  pastor  de  egregias  criaturas : 
y  al  mirar  su  faz  santa 
nije  el  Tigre ,  se  humilla ,  huye  temblando 
la  ciudad  de  la  Cruz  abandonando. 

Mas  no  solo  la  patria  de  Lucrecia 
su  voz  oyó :  la  guerra 
á  los  soberbios  reyes  de  la  tierra 
de  el  muro  ensangrentado  de  Lutecia 
se  hacia  con  furor.  Allí  fué  Azara , 
y  su  noble  misión  desempeñando , 
la  paz  llevó ,  que  augusta  saludaron 
el  uno  y  otro  bando : 
y  hasta  el  Genio  del  mal  que  se  cernía 
de  Cecrops  en  los  altos  monumentos , 
de  dó  sus  ojos  estendia  hambrientos 
cual  águila  sombría 
que  busca  presas  para  hartarse  avara , 
el  mar  cruzó  por  abrazar  á  Azara. 

¡  Cuánta  gloria!...  mas  ¡  ay !  ya  se  acabaron 
los  honores ,  la  gloria  ; 
y  solo  nos  dejaron , 
cual  impía  fatídica  memoria 


i 


—  421  — 

una  tamba  fiítal.  ¿Dónde  está  Aun? 
Ei  yace  aqai :  descansa  en  el  incierto 
saefio  eterno  ignoüdo  9 
del  mundo  en  qae  vivimos  separado 
por  una  eternidad;  Quizás  d¿pierto 
está  en  la  vida  9  dó  la  vida  empieza. 

¿Vives,  Azara ?  ; Duermes 
en  la  cuna  ó  la  tamba  ?  ¡  ay  I  que  yo  ignoro 
cuál  el  astro  sorá,  cuál  meteoro. 
¿Dó  está  Azara,  dó  está?  Dóblase  mudo 
el  mármol  á  mi  voz  y  no  responde ; 

Jorque  él  tan  solo  esconde 
ediondo  cuerpo  pálido  y  desnudo 
de  vida  y  de  calor.  ¿Dónde  está  Azara? 
Sus!...  pensamiento 9  atravesando  el  cielo 
con  eléctrico  vuelo , 

sigue  su  huella...  ¡Sus!..,  á  dónde  mora , 
mansión  encantadora , 
el  eternal  espíritu  celeste 
asciende  sin  temor :  deja  el  terrestre : 

3ue  bay  otro  mundo  bello 
e  hermoso  sol,  florestas  y  jardines, 
y  de  ángeles  mansión  y  querubines. 

No  desmayes  medrosa ,  musa  mia , 
en  aqueste  momento , 
en  que  mi  pensamiento, 
en  brazos  de  la  ardiente  fantasía 
penetra  en  el  Edén.  Allí  mil  soles 
en  transparente  luz  vierten  su  lumbre  ^ 
y  en  cóncava  techumbre 
se  esparcen  cual  diamantes  las  estrellas , 
y  es  el  suelo  de  luz.  Y  entre  las  nubes , 
en  mil  colores  irradiando  bellas , 
guardado  por  dulcísimos  querubes 
inmenso  magestuoso , 
se  alza  sobre  los  cielos  imponente 
el  trono  del  Señor  omnipotente. 

¡El  está  allí !...  ¡  ah!...  el  hombre  no  ha  podido 
el  velo  descorrer  de  lo  ignorado ; 
que  la  muerte  ha  trazado 
el  Umite  dó  empieza  lo  escondido 
y  la  vida  sin  fin.  Detente,  musa. 


—  «a- 


porqtKBC 

bajo  d  pno  de  tal  n 

porque  mi  frente  de  süiot  i 

al  minnol  ipcfséi, 

eú  aidoi  quien  Icnpbr.  >o  ,  do  laa  Iqw 

busques  ;  aj  !  los  aecreiae  de  la  nada ; 

y  f o  eu  tumba  helada 

do  la  TÍda  detoTo  el  morioiieala , 

detéogate  taoibiea  mi  pro— liwiu. 

Cuautü  b£  LOf  Cojua. 

Pinonro  Axems  CudaXo. 


A  tos  obras ,  van»  csclareódo , 
la  gloria  siga  del  aplauso  hanuno ; 
del  UDo  al  otro  Polo  difundido 
eaene  tu  nombre ,  honor  del  euelo  hispano  : 
y  no  te  ofenda  ,  Azara  ,  si  atrevido 
tu  sombra  eroco ,  j  mi  temblante  mano 
entreteje  una  flor  en  la  corona 
que  tu  claro  renombre  galardona. 

R&BáSU.  DE  uos  CuiUEBOi.  Kiánl  S  1(  jtli»  ée  tSii. 

Modesto  de  LífcemS' 


SALAMANCA 


I M  MWMl 


AaNiIxcmi.  ftr. 


n  José  Nieolte  de  Azara  j  Perera ,  fñmtt  narqués  de  Nibbiano. 


Los  vates  de  la  protincia  de  Salamaioa« 


ROMA  T  iZARi. 


Un  ay  arroja  la  ciudad  sagrada 
dó  mira  el  Vaticano 
su  santa  cima  hasta  el  empíreo  alzada 
sobre  todos  los  mundos  del  cristiano ; 
allí  donde  los  Cónsules  y  Césares 
desgarraron  un  dia 
púrpuras  cien  de  poderosos  reyes , 

Jue  su  carro  de  triunfo  conducía 
esde  naciones 
que  las  legiones 
se  disputaran, 
y  su  oro  y  su  paz  se  arrebataran. 

Un  ay  arroja ,  porque  allí  del  Corso 
las  armas  ya  resuenan , 
y  los  muros ,  y  templos ,  y  palacios 
tiemblan ,  suspiran  y  el  espacio  llenan 
con  gritos  de  dolor.  ••  Ora  el  anciano 
en  cuya  excelsa  frente 
el  Dios  Omnipotente 

Suso  la  enseña  con  su  diva  mano 
e  tremendo  poder ;  y  esta  plegaría 
lleva  un  querube 
y  al  Éter  sube 


i*i 


—  494  — 

y  al  trono  santo 

y  se  apiada  el  Supremo  de  so  llanto. 

Sálvese  Roma ,  con  terrible  acento 
el  Señor  pronunció, 
y  mil  veces  el  almo  firmamento 
en  el  misterio  de  eternal  momento 
su  eco  repitió. 

Sálvese  Roma  j  estremecidos  dicen 
de  sublimes  espíritus  los  coros , 
y  aquel  juicio  bendicen 
potestades ,  apóstoles ,  profetas , 
y  querubines, 
y  serafines ; 
y  adora  el  justo 
dd  Rey  de  reyes  el  decreto  augusto. 

Alzase  entonces  de  argentinas  alas 
un  ángel  rutilante 
á  la  mansión  de  Magestad  divma : 
resplandece  en  su  célico  semblante 
la  gloria  del  Altísimo:  se  inclina , 
y  el  Paráclito  Espíritu  en  su  labio 
palabra  misteriosa  deposita.. • 
es  el  nombre  de  un  sabio 
joyel  precioso 
que  el  Ebro  undoso 
fecundo  diera 
i  España  toda  9  y  á  la  Europa  entera. 

Del  gran  Azara  se  escuchó  en  la  altura 
magnífico  renombre, 
tan  solo  es  dado  á  su  virtud  preclara 
libertar  al  Vicario  de  un  Dios-Hombre. 
Desciende  el  ángel...  por  heraldo  lleva 
á  la  aurora  de  rayos  esplendentes , 
y  sobre  orbes  lucientes 
y  nubes  de  oro  y  de  zafir,  se  eleva 
á  la  cumbre  inmortal  del  Vaticano; 
desde  allí  grita : 
«Sea  bendita 
»la  Omipotencia 
»que  hubo  de  Roma  y  su  dolor  clemencia.» 

Remonta  el  vuelo  el  paraninfo  hermoso , 
y  el  varón  elegido 


—  425  — 

busca  al  soldado ,  al  guerreador  potente , 

y  dulce  y  elocuente 

del  siglo  al  vencedor  dejó  vencido. 

Ya  Azara  no  es  mortal ,  es  de  Romanos 

el  benéfico  numen.  Le  proclaman 

libertador  en  la  Ciudad  Eterna ; 

mendigan  su  amistad  los  soberanos ; 

las  naciones  le  llaman 

en  sus  horas  de  luto  y  amargura ; 

y  el  sabio  de  la  Iberia 

crece  en  ventura 

y  en  gloria  crece , 

y  halla  y  merece 

dones  divinos 

porque  anduvo  de  Diod  por  los  caminos. 

Salamanca. 


José  Dongkl  t  Ordax. 


Alto  en  saber ,  prudente  en  el  consejo , 
insigne  en  letras,  y  alma  generosa  , 
hoy  en  el  suelo  aragonés  reposa 
quien  de  España  fué  honor  y  claro  espejo. 

Mas  de  su  gloria  brillará  el  reflejo , 
lámpara  eterna  de  su  noche  hermosa ; 
á  cuya  dulce  luz  sobre  su  losa 
una  sencilla  flor  del  alma  dejo. 

Francia  su  nombre  con  amor  pronuncia; 
Italia  lo  repite  agradecida : 
si  pues  dó  quiera  su  virtud  se  anuncia 

A  sublimes  acciones  siempre  unida ; 
el  ingenio  español  alce  en  voz  clara 
himnos  en  prez  del  español  Azara. 


VBifTüRA  Ruiz  Y  Aguilera, 


64 


SANTANDER 


A  LA  NENORU  DEL  EXdO.  SB.  D.  JOSÉ  NICOLÁS  DE  AZARA. 


Lot  tatei  de  la  protincia  de  Santander. 

¿  Quién  es  aquel  por  quien  de  Amiens  la  gente 
bate  las  palmas ,  grita ,  yictorea 
llena  de  gozo ,  de  entusiasmo  ardiente  ?— 

¡  Ese  es  Azara ! 
¿  Quién  es  aquel  que  un  cetro  rehusando 
grande  se  muestra  al  capitán  del  siglo , 
prueba  sublime  de  modestia  dando  ?  — 

¡  Ese  es  Azara  I 
¿  Quién  es  aquel ,  cuyo  acompañamiento 
fúnebre  forman  sabios  y  magnates , 
claro  mostrando  amargo  el  sentimiento  ? — 

I  Ese  es  Azara ! 

Santahdsb.  Madrid  i  de  junio  de  1852. 

Manuel  Assas. 


Quien  ¡oh  fúnebre  mármol !  á  tu  lado 
cubierto  osó  llegar ;  quién  atrevido 
no  dobló  la  rodilla  y  conmovido 
la  frente  no  humilló !  quién  no  ha  regado 

Las  gayas  flores  de  que  estás  rodeado 
con  lágrimas  de  fuego ,  y  comprimido 
no  sintió  el  corazón ,  cuando  esculpido 
vio  en  tí  de  Azara  el  nombre  venerado ! 

Urna  que  guardas  las  cenizas  santas 
de  ese  egregio  español ,  que  de  la  saña 
de  envidioso  estrangero  veces  tantas 

Supo  librar  nuestra  gloriosa  España , 
mi  llanto  por  tributo  á  su  memoria 
vengo  á  dejar  en  tu  inscripción  mortuoria. 

SartáIVDEB.  Santander,  enero  de  1851 

Pedro  de  la.  Dehesa. 


497 


AL  nominis  azuu. 


Ifi  Imtoría  j  Bieitroi  iBaleí 
NesM  Mtán  d«l  bneír  nombre 
del  qne  á  Aragón  di6  renombre, 
del  qie  Bació  en  Barbaflalet. 

Hty  de  ph  ?eitíriB 
fonnodo  graid»  algaiara 
lü  Mntu ,  porqae  de  Jzara 
lai  obras  ám  faldrán. 

De  Aragón  Barbofiales  hoy  blasona , 
con  tu  nombre  de  Azara  y  de  Perera  j 
á  Moffinoy  Cerrantes,  y  aun  á  Herrera  9 
tuvo  entonces  la  Esp»Ba  en  tn  persona  r 

Tu  fama  volará  de  zona  en  zona, 
y  del  marcfués  Nibbiano  pregonera , 
tus  obras  hará  leer  por  donde  quiera , 
escritas  sobre  el  carro  de  Belona. 

Como  el  sol  en  su  curso  eentdléa 
luz  á  todas  distancias  esparciendo , 
tal  Azara  en  Espafia ,  y  sabia  Roma 

Como  sabio  entre  sabios  se  recrea , 
el  buen  gusto  y  la  ciencia  difundiendo ; 
si  no  basta  su  voz ,  la  pluma  toma. 

Lupias.  Bendeje  2  de  setiembre  de  i851 . 

BIanurl  Pebbz  de  la  Ybga. 


Noble  es  cantar ,  las  Musas  me  dijeron , 
cuando  el  vate  discurre  en  sus  canciones 
encomiando  al  varón  cuyos  blasones 
prez  eternal  á  su  nación  le  dieron. 

Azara ,  por  lo  mismo 
noble  es  cantar  tu  gloria  y  patriotismo.. 

A  los  ilustres  hombres  asi  reyes 
como  vasallos  débenles  el  trono 
(aunque  parezca  magistral  el  tono) 
defensa  y  artes ,  religión  y  leyes ; 
y  en  tiempos  primordiales 
honrábanlos  cual  seres  celestiales». 


-  428  — 

Los  sabios ,  pues ,  en  dispersión  los  hombres 
por  las  selvas  y  valles  siempre  en  gaerras , 
los  juntan ,  reconcilian ,  les  dan  tierras ; 
de  sus  gritos  y  gestos  hacen  nombres , 

y  el  racional  cautivo 
comprende  que  es  un  ser  mas  perceptivo. 

Son  reyes ,  sacerdotes  y  sus  jueces ; 
el  pueblo  los  bendice  y  los  aclama ; 
en  su  sepulcro  lágrimas  derrama , 
y  entona  en  su  dolor  sentidas  preces. 

Sin  otros  mil  honores 
que  alcanzaban  los  sabios  escritores. 

Si  el  que  hizo  leyes  y  arregló  ciudades 
allá  en  lo  antiguo  recibió  mil  dones , 
¿nada  merece  el  que  humilla  hoy  pendones 
de  horror  y  destrucción  con  sus  bondades  y 

y  el  hábil  consejero 
que  enriquece  su  pueblo  y  estranjero? 

¿  Ninguna  cosa  j  Azara ,  te  debemos? 
¿|De  nuestros  campos,  artes  y  riquezas 
no  hicisteis  consejeros  la  grandeza? 
Mas,  lectores  I  la  historia  repasemos, 

pues  ella  decir  tiene 
lo  que  de  Azara  que  sepáis  conviene. 

Siete  siglos  hacia  que  la  España 
en  creciente  ignorancia  y  fanatismo 
las  artes  y  las  ciencias  á  hondo  abismo 
arrojando  venia  en  cruda  saña, 

y  sus  mas  habitantes 
mendigos  eran ,  monjes  é  impetrantes. 

En  el  siglo  diez  y  ocho  entraba  pobre , 
sin  ciencia,  sin  trabajo  y  movimiento, 
cuando  Felipe  Quinto  abre  el  cimiento, 
hace  el  templo  y  que  el  genio  le  recobre  (1), 

y  Minerva  al  repente 
aparece  risueña  y  esplendente. 

En  Barbuñales  de  Aragón  nacia 
á  la  inauguración ,  pues ,  de  aquesta  era 
un  ilustre  de  Azara  y  de  Perera , 
que  orgullo  y  prez  de  su  nación  seria ; 

(i)    A  Felipe  V  debe  tu  origen  U  Actdenia  Etpiftok. 


—  499  — 

mecíanle  en  k  cana 
el  talento  j  honradez  y  la  fortuna. 

Muerto  Felipe  y  muerto  don  Fernando 
con  tanta  fé  como  incalmable  celo  j 
un  padre  mas  que  rey  por  su  desvelo 
de  Ñapóles  á  España  va  llegando : 

Era  Carlos  Tercero , 
que  en  Bitonto  triunfó  cual  buen  guerrero. 

A  este  Carlos  llegó  pronto  de  Azara 
el  preclaro  saber  y  gran  talento , 
que  conviniendo  al  logro  de  su  intento , 
auxiliar  de  su  Estado  le  declara , 

y  en  la  secretaría 
del  joven  prueba  el  tino  y  maestría. 

Su  discreción  y  su  aptitud  pujantes 
para  desempeñar  cuanto  á  sí  toma , 
agente  general  de  España  en  Roma 
le  valió  ser  nombrado  antes  con  antes ; 

y  cerca  de  Cíemete 
el  decimotercero  halló  ascendiente.* 
Vosotros  los  artistas  y  los  sabios 
que  en  Roma,  pues,  su  casa  frecuentasteis, 
y  de  refugio  y  protección  la  hallasteis , 
desplegad  en  la  fosa  vuestros  labios , 

decid  si  en  su  morada 
el  arte  y  ciencia  estaba  atesorada! 

Muerto  Clemente  Trece,  amigo  Azara 
de  Ganganeli^  célebre  italiano, 
con  su  influencia  en  todo  el  Vaticano 
ayuda  á  que  el  capelo  asciéndala  tiara ; 
y  el  Catorce  Clemente 
se  intitula  su  amigo  incontinente. 
Carlos  avanza,  Carlos  retrocede 
en  el  almo  camino  comenzado, 
pues  dos  poderes  nos  depara  el  hado 
que  á  el  uno  alienta ,  lo  que  á  el  otro  cede : 

encuéntrase  indeciso.  •• 
¡  Con  qué  oportunidad  recibió  aviso ! 

«Los  hijos  de  Loyola  y  sus  hermanos 
atierra  y  gente  metiendo  en  religión 
«disminuyen ,  señor ,  la  población 
»y  os  quitan  el  poder,  la  renta  y  manos.» 


—  430  — 

Esto  á  Carlos  Tercero 
es  probable  dijera  un  consejero. 

Aunque  mi  alma  desde  hoy  llamen  precita 
el  Monarca  esclamó  con  desenfado , 
antes  que  frailes  todos  en  mi  Estado  y 
no  quedará  en  España  un  jesuita ; 

y  su  estincion  declara 
el  Papa  amigo  á  quien  apoyó  Azara. 

¡El  templo  tiembla!  grita  la  ignorancia 
á  quien  sostiene  el  fanatismo  aleve; 
pero  I  oh  furor !  á  ese  temblor  se  debe 
las  luces ,  el  poder  y  la  abundancia , 

de  que  á  pesar  las  guerras 
aun  conservan  un  algo  aquestas  tierras. 

Cerca  de  Pió  Sesto,  Azara  que  era 
embajador  de  España  á  mas  de  agente , 
corta  con  su  amistad  y  su  ascendiente 
del  Austria  y  Roma  la  enemiga  fiera , 

y  de  Toscana  y  Parma 
los  duques  ofendidos  él  desarma. 

A  la  Santa  Ciudad  un  cataclismo 
al  fin  del  otro  siglo  amenazaba , 
pues  el  motin  sediento  que  se  alzaba 
á  lanzarlo  va  todo  en  un  abismo ; 

mas  el  de  Azara  humano 
detiene  el  brazo  del  puñal  insano. 
El  Coloso  del  siglo  suponiendo 
ultraje  en  Roma  hacia  su  libre  Francia  ^ 
á  vengarla  se  apresta  con  jactancia ; 
pero  Azara  detuvo  aquel  tremendo , 

y  el  de  antigua  Yasconia 
consigue  el  armisticio  de  Bolonia. 
Roma  por  ello  á  Azara  dá  loores 
y  dícele  con  amoroso  acento  : 
Libertador  de  Roma ,  toma  asiento 
de  uno  de  mis  sesenta  senadores , 

y  por  símbolo  augusto 
te  acuñó  una  medalla  con  tu  busto. 
Tan  compasivo  como  hospitalario 
las  familias  de  Luis  Décimosesto 
y  de  Orleans,  que  al  bárbaro  pretesto 
en  orfandad  dejó  el  revolucionario 


—  451  — 

en  Azara  y  Perera 
hallan  la  esplendidez  mas  lisonjera. 

Pío,  pues ,  Sesto  que  de  su  ostracismo 
cuidados  te  debía  y  atenciones, 
dio  la  bula  cual  sus  indicaciones 
por  la  que  ae  eligió  al  citoliciemo 

en  tiempo  posterior 
fuera  de  Roma  el  Fio  sucesor. 

De  embajador  de  España  pasa  á  Francia, 
que  le  recibe  como  al  mas  leal ; 
et  mismo  cargo  dióle  Portugal 
para  arreglar  la  puz  ,  y  á  su  importancia 

le  debe  el  lusitano 
que  el^tle  Gália  le  tienda  amiga  mano. 

Azara  lleva  su  beneficencia 
al  francés  en  prisión  de  la  Turquía, 
cuyo  gobierno  que  morir  le  hacia , 
por  su  medio  contrata  su  asistencia; 

y  es  tanto  su  ascendiente 
que  Azara  en  Francia  es  el  mas  potente. 

Su  talento  apremiando  este  patriota 
en  fuerza  de  su  ingenio  y  de  su  mafia 
logra,  salvando  el  crédito  de  España, 
á  la  Francia  librar  de  banca-rota  , 
por  lo  que  ambas  naciones 
mil  plácemes  le  dan  y  bendiciones. 

Tiene  sus  grandes  dotes  tan  probadas 
que  la  Francia  no  duda  envuelta  en  guerra 
encargarle,  para  ir  contra  Inglaterra  , 
el  marítimo  plan  de  sus  armadas, 

y  en  su  palacio  mismo 
con  fé  le  trabajó  y  por  patriotismo. 

De  la  intriga  infernal,  raza  maldita, 
que  el  veneno  llevó  siempre  en  la  entraña 
derramando  ponzoña  en  nuestra  España, 
de  la  corte  el  favor  á  Azara  quita; 

que  al  punto  fué  depuesto 
de  su  bien  merecido  y  alto  puesto. 

Indignóse  por  ello  el  Directorio 
que  tomar  quiere  para  si  este  asunto; 
pero  el  de  Azara  temió  echar  un  punto 
entre  España  y  la  Francia  divisorio  , 


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que  ipdtfmo  tonto 
cantar  solo  pudiera  m  talento. 

De  paso  ¿or  Paria  loa  aoberanoa 
del  noevo  Etraria,  prineipea  de  Paraia, 
Azara  loa  recibe  y  que  derrama 
regalo  y  afección  c<m  ambaa  manoa ; 

él  loa  llevó  á  an  casa 
do  so  magnificencia  ftié  ain  tasa. 

Don  Fernando  Primero  á  quien  destrona 
el  de  Aranjuez  magnifico  tratado, 

Eor  Azara  conste  en  su  ducado 
e?ar  mientras  ?i?iera  la  corona  9 
que  el  gran  Napoleón 
nunca  negó  á  su  amigo  nretension. 

Dióle  d  duque  por  tal  benevolencia , 
con  trasmisión  al  sucesor  lejano  9 
el  feudo  y  marquesado  dé  Ñibbiano 
en  su  hermoso  duca^  de  Plaaencia, 

ademas  del  honor 
de  nombrarle  en  París  su  embajador. 

De  Azara  vemos  la  preponoerancia 
en  que  reúne  ya  seis  emboadas , 
sin  otras  facultades  amplias  dadas 
por  naciones  en  guerra  con  la  Francia , 

que  amistará  con  ella  9 
pues  do  él  habla ,  Belóna  el  labio  sella. 

De  España  y  Rusia  ^  pues^  cortó  la  guerra , 
y  al  congreso  de  Amiens  después  enviudo 
suscribe  de  la  paz  aquel  tratado 
en  que  anular  logró  de  la  Inglaterra 

los  contratos  ruinosos 
para  los  españoles  industriosos. 

Del  célebre  congreso  era  el  primero ; 
y  Amiens  le  dispensó  tal  distinciones , 
que  suspende  el  teatro  las  funciones 
para  aplaudir  cuando  entra  el  Consejero } 

con  entusiasmo  tal 
que  en  Amiens  nunca  vio  ningún  mortal. 

Porque  el  de  Etruria  grave  se  sentia 
quiso  mandarse  allá  al  ilustre  Azara 
á  que  el  reino  ordenase  y  gobernara 

55 


—  454 

mientras  que  el  joven  Rey 

mas  su  temprana  muerte 
verificarlo  impide  de  esta  suerte. 

Rota  la  paz  que  Francia  y  Gran  Bretaña 
hicieron  en  Amiens  por  un  tratado  j 
Azara  aconsejó  muy  acertado 
esa  neutralidad  que  guardó  Espafia  j 

pudiendo  conservarla 
por  sacrificios  que  hizo  minorarla. 

Hastiado  Azara  de  sufrir  intrigas 
y  deseando  en  su  Roma  querida 
escribir  los  sucesos  de  su  vida , 
y  descansar  por  fin  de  sus  fatigas  ^ 

su  jubilación  pide 
que  viendo  su  energía  se  le  espide. 

Libre  de  los  negocios  el  de  Azara 
con  su  hermano  Don  Félii  ^  distinguido 
marino  y  escritor  muy  conocido  ^ 
á  pasar  á  la  Italia  se  prepara ; 

pero  ¡ah !  en  este  camino 
triste  los  separó  fatal  destino 

Exhalando  su  postrimer  aliento 
del  turbio  Sena  en  la  poblada  orilla , 
un  fxjí4  quedó  del  noble  sin  mancilla , 
del  generoso  Azara  y  su  talento ; 

y  ante  su  sepultura 
París  ¡  ay !  devoraba  su  amargura. 

¡  De  Azara ,  Europa ,  pues,  dirá  en  su  historia 
que  este  fué  un  diplomático  escelente , 
sabio  anticuario ,  artista ,  si ,  eminente  y 
y  escritor  puro ,  de  feliz  memoria ; 

y  encomiará  asimismo 
su  probidad,  virtud  y  patriotismo....! 

Don  Félii ,  pues ,  que  entonces  le  acompaña 
y  para  quien  consuelos  son  en  vano , 
dispone  que  el  cadáver  de  su  hermano 
á  darle  tierra  se  conduzca  á  Espafia , 

y  sus  restos  mortales 
entre  mármol  encierre  Barbufiales. 

Y  desde  entonces  ¡  ah !  vemos  se  ostenta 
en  su  iglesia  parroquia  misterioso 
de  mármol  un  sepulcro ,  sí ,  suntuoso , 


—  435  — 

que  años  cuarenta  y  ocho  luego  cuenta ; 

y  allí  á  Azara  y  Perera 
venerará  (generación  postrera. 

También  ayer  se  alzó  otro  monumento 
en  la  fachada  de  su  misma  casa, 
en  él  el  tiempo  vé  siempre  que  pasa 
símbolo  augusto  del  merecimitnto , 

y  al  ilustre  admirando 
por  él  uu  íiglo  y  otro  irán  pasando. 

Y  cual  hora  los  cien  hijos  de  Clío 
pagando,  pues  ,  tributo  á  su  memoria  , 
ante  ese  mármol  cantarán  la  historia 
de  grandeza ,  virtud  y  poderlo  ; 
y  hasta  en  las  soledades 
sus  trovas  oirán  luengas  edades. 

is.  LimpieiST  do  uguslo  tic  1051. 

Fbamciscü  Jdak  de  la  Piedra. 


SEGOVIA. 


A  L&  IKIOIU  DEL  CÉLIBKI BOR  JOSÉ  NICOLÁS  II  iZili. 


Lot  fatet  de  la  profineia  de  Segofia. 

Si  amantes  del  saber  noble  y  profundo 
buscáis  recuerdos  de  la  hispana  gloria 
en  ciencias  y  en  virtud  j  que  admire  el  mundo , 
no  fatiguéis ,  viajeros,  la  memoria : 
¿Un  modelo  queréis  grande,  fecundo, 
que  valga  por  mil  páginas  de  historia ?.... 
pues  anotad  en  rasgos  inmortales : 
Don  Agustín  de  Azara : — Barbuñales. 

EusEBio  Gástelo  Serba. 


Despierta  hoy  á  mi  voz ,  musa  querida , 
y  á  mi  frente  convulsa  y  agitada 
cubre  gentil  con  trasparente  egida ; 
dá  inspiración  al  alma  anonadada 
y  al  corazón  y  al  pensamiento  vida : 
y  en  situación  feliz ,  inesperada , 
humilde  vate ,  cantaré  tranquilo 
de  Azara  el  nombre  en  mi  modesto  asilo» 

Harto  callaste.  Noche  tenebrosa 
de  amargos  y  secretos  torcedores , 
de  duración  eterna  y  dolorosa 
de  mis  ensueños  desgarró  las  flores, 
Y  otra  noche  serena ,  deleitosa 
orlada  de  delirios  seductores , 
la  gloria  de  Aragón  dio  ,  sin  mancilla , 
por  asunto  á  la  lira  de  Castilla. 

Cual  sonrosada  la  naciente  aurora 
despunta  en  el  opaco  firmamento , 
y  al  mar  saluda ,  y  al  pensil  colora , 


d^ 


"^ 


•ft. 


—  '457  — 

ríe  á  los  Talks  y  tearida  al  vieiito ; 
viera  asiBarboflalea  m  boen  hora 
BU8  lares  colocar ,  fijar  sa  asiento 

Sara  gloria  y  blasón ,  honra  y  fortuna 
e  Azara  ilastre  la  esplendente  cuna, 

!No  el  aliento  de  Marte ,  no  la  guerra 
que  al  adalid  impele  á  la  eampafia 
y  el  ocio  blando  de  la  pat  destierra 
y  en  sangre  hinriente  el  parimento  bafla : 
¡ Oh!  no  ese  monstruo  que  rugiendo ^  aterra 
y  con  promesas  de  triunfar  engafia , 
sopló  en  redor  del  ondulante  lecho 
que  en  si  mecia  tan  hidalgo  pecho. 

La  paz ,  siempre  la  paz  hija  del  cielo , 
coronando  sus  sienes  ? enturosas , 
cubrió  su  faz  con  inocente  Telo  ^ 
sembró  su  estancia  de  fragantes  rosas. 
Siempre  la  paz  para  templar  su  anhelo 
le  guiara  por  sendas  espinosas ; 
y  donde  quier  su  nombre  se  decia 
el  nombre  de  la  paz  se  repetia. 

Si  vino  á  respirar  la  ardiente  brisa 
del  regio  alcázar ,  con  segura  planta , 
siempre  el  desinterés  fué  su  divisa  ^ 
nunca  dobló  á  la  intriga  su  garganta : 
y,  para  bien  del  mundo ,  en  cuanto  pisa 
los  ámbitos  de  Roma  eterna  y  santa, 
agrúpanse  en  redor  de  todas  partes 
la  virtud  y  el  amor ,  las  ciencias  y  artes. 

Si  la  Silla  de  Pedro  bambolea , 
vuela  el  aragonés  al  Vaticano 
y  vence  á  la  Discordia  en  la  pelea , 
y  encierra  los  destinos  en  su  mano* 
£1  descanso,  el  saber,  la  vida  emplea 
en  favor  del  Pontífice  romano , 
y  el  de  Toscana  y  Parma ,  y  Bonaparte 
se  rinden  á  sus  pies ,  no  á  los  de  Marte. 

No  muy  lejos  de  alli ,  la  Francia  altiva 
á  venganzas  injustas  se  prepara 
y  enciende  su  furor ,  y  avanza  esquiva 
luchando  con  denuedo  cara  á  cara , 
por  desplomar ,  y  para  uncir  cautiva 


—  438  — 

al  carro  de  sus  triunfos  la  Tiara..... 
Pero  j  Francia  deten:  Azara  asoma 
y  es  el  Libertador  que  salva  á  Roma. 

Gomo  derrama  el  murmurante  río 
por  do  quiera  sus  aguas  caudalosas , 
ó  matinal ,  balsámico  roció 
fecundiza  las  playas  aromosas; 
el  corazón  de  Azara  j  siempre  pío , 
multiplica  con  manos  generosas 
donde  faltaba  albergue ,  amigo  suelo , 
donde  faltaba  paz,  pan  y  consuelo. 

Luis  Diez  y  Seis  y  Orleans  cuando  lloraron , 
en  su  seno  sus  lágrimas  vertieron , 
y  allí  donde  suspiros  exbalaron 
esperanzas  y  auxilios  recogieron. 
Cuantos  la  faz  de  Azara  contemplaron 
mercedes  y  atractivos  entrevieron, 
y  llevó  á  la  mazmorra  mas  sombría 
la  libertad  que  el  hombre  apetecía. 

Pero  sonó  tremenda  y  despiadada 
allá  en  la  eternidad  ronca  tormenta , 
y  sucedió  la  niebla  á  la  alborada, 
y  retembló  la  tierra  macilenta. 
Súbito  de  centellas  coronada 
la  majestad  del  Criador  se  ostenta , 
que,  Príncipe  del  siglo  venidero, 
doblega  á  su  escabel  el  mundo  entero. 

¡Lulo  y  consternación!  La  noche  oscura 
del  sepulcro ,  los  goces  acibara , 
y  resuena  el  clarin  de  la  amargura 
y  funeral  concurso  se  prepara  : 
el  zenit  un  relámpago  fulgura 
y  describiendo  en  el  espacio ,  Azara , 
cuando  el  trueno  fatídico  retumba 
baja  á  alumbrar  la  solitaria  tumba. 

JDios  en  tanto  inmutable ,  omnipotente , 
rasga  de  un  soplo  las  prefiadas  nubes, 
y  le  ofrecen  de  alfombra  reverentes 
sus  alas  hermosísimos  querubes. 
Brilla  del  justo  la  tranquila  frente , 
y  al  decirle  Jehová :  — ¿Por  qué  no  subes?— 
multísona ,  celeste  melodía 


—  439  — 

los  párpados  del  justo  adormecía. 

Y  como  antorcha  que  temblante  brílln 
con  luz  conrusa  y  soñolienta  y  vaga, 
y  cenicienta  y  roja  y  amarilla 
con  repentina  oscuridad  amaga  ; 
lo  mismo  blanqueciendo  la  mejilla 
de  José  Nicolás ,  yerto  se  apaga 
un  astro  que  vivifico  y  fecundo 
dio  vida  y  claridad  á  todo  el  mundo. 

Poco  tiempo  después  mirando  al  cíelo 
su  boca,  aún  sonrosada,  se  entreabría, 
y  lanzaba  un  suspiro  de  consuelo 
que  en  la  esmaltada  bóveda  moría  : 
tras  él,  como  el  armiño,  blando  vuelo 

paloma  inocentísima  tendía 

¡  El  alma!  —  Nuevos  coros  preludiaron, 
y  á  su  entrada  triunfal  la  saludaron. 

El  lecho  entonces  se  tornó  enlutado; 
del  féretro  á  los  pies  no  quedó  nada 
mas  que  un  sauce  lloroso  y  encorvado, 
y  una  guirnalda  mustia  y  deshojada. 
Los  emblemas  del  mérito  ha  borrado 

otra  generación  mas  consolada 

no  existe  mas  donde  el  que  fué  reposa 
que  un  sepulcro,  un  cadáver  y  una  losa. 

Tal  es  ¡a  ley  del  tiempo  y  la  fortuna : 
et  uno  asolador,  la  otra  inconstante, 
mecen  del  niño  la  dorada  cuna, 
ahogan  del  hombre  el  postrimer  instante  : 
6Í  aquella  con  halagos  le  importuna 
le  hace  el  tiempo  gemir,  que  vá  delante, 
y  ante  el  umbral  del  porvenir  resalta 
que  el  tiempo  vuela  y  la  fortuna  falta. 

INo  liay  volver  hacia  atrás :  la  vida  es  l)reve: 
sino  ciencia  y  virtud,  todo  es  mentira; 
y  el  ambiente  que  rápido  se  mueve 
y  el  céQro  festivo  que  suspira , 
ese  valor  que  al  corazón  conmueve  , 
esa  ambición  que  esclavizando  gira, 
y  el  infortunio  que  al  vencido  hiere 
y  el  gozar  y  el  sufrir,  y  todo  muere. 
La  Virtud  es  eterna ,  porque  es  santa ; 


—  ao  — 

la  Ciencia  es  ioraortal ,  porque  es  sapretni ; 

la  rirtud  victoriosa  se  levanta 

sobre  el  iocieoso  que  la  cieacia  quema. 

Al  sabio  y  virtuoso  el  orbe  canta 

Por  eso ,  bajo  Tülgida  diadema , 

del  sabio  Azara  el  nombre  y  la  ceníu 

la  virtud  ea  su  solio  iomortaliza. 


Madrid  jodibn  de  1851. 

Fbupe  Vblazqubz. 


VALUbtlLID 


i  Li  mOBU  DH  MN  1688  NKWLAS  BE  iEARA. 


Lot  nlM  de  It  proriBeh  de  VálUilottd. 


.  Cea  profiidi  tdaf ración 
Azara,  Ca  Dombre  brilla : 
Iporqtt'e  fié  1ú  coVaton , 
laiipiad6aUft  en  Aragón, 
y  aie0oÍMiado  én  Ctaiilla. 


i  Oh !  ¡  Quién  tuviera  el  numen  sacroBMto 
del  inspirado  genio  en  eikte  ikistinfe ! 
Digno  es  tu  nombre  dd  mbKme  canto 
é  indigno  yo  de  qne  ta  gldrit  cante : 
mi  pecho  palpitante 
al  recordarle,  Azara ^  ise  estremece ; 
y  aunque  tu  nombre  mi  enMsiasmo  enlta , 
la  inspiración  me  Mta 
y  mi  labio  enmudece* 

Pero  quiero  cantar :  mi  fiíntasfá 
se  agranda  solo  al  recordar  al  hombre 
orgullo  honroso  de  la  patria  mía : 
si  pobre  y  débU  es  mi  póesfa 
la  prestará  valor  solo  su  nombré. 

Tu  nombre,  si,  que  en  singolitr  nplanso 
y  en  el  crisol  del  tiempo  resplandcM : 
porque  tu  pura  gloria 
dustra  y  embellece 
el  libro  fiel  de  la  moderna  historia. 

Y  no  el  brillo  de  estrépito  sangriento 
tu  sien  circunda  con  guerrera  pompa : 
el  lauro  del  talento 
es  la  luz  que  ilumina  blandamente ; 
no  el  rayo  destructor ,  cuya  honda  tea , 
como  genio  del  mal ,  rápida  cruza 

56 


—  442  — 

y  en  destruir  cuanto  halla  se  recrea : 
que  cada  cual  influye 
en  la  esfera  especial  de  su  dominio ; 
el  uno  es  popular  porque  destruye 
y  el  otro  popular  porque  lo  crea. 

¡  Dichoso  Azara !  En  la  estension  del  mundo 
se  oyeron  con  aplauso  tus  consejos : 
conocedor  profundo 
del  corazón  humano  y 
á  las  puertas  de  Roma  vacilantes 
detuviste  al  tirano , 
llegando  á  ser  en  críticos  instantes 
el  solo  defensor  del  Vaticano. 

Reyes  y  Emperadores 
rindieron  culto  al  singular  talento 
del  grande  Azara :  en  su  agitada  vida 
príncipes  y  señores 
buscaron  en  Azara  fuerte  egida : 
y  él  en  medio  de  estrafios  y  rivales 
supo  hallar  en  su  noble  pensamiento 
remedio  siempre  á  los  ágenos  males. 

Si  Azara  en  la  política  palestra 
es  de  la  Europa  admiración  y  pasmo 
al  desplegar  su  genio  en  todas  partes  j 
mas  sublime  se  muestra 
al  ser  con  entusiasmo 
protector  de  las  letras  y  las  artes.  -    ::  J] 

Por  eso  su  memoria 
exenta  vive  de  rencor  y  agravios ; 
y  por  eso  la  historia 
le  brinda  con  la  gloría 
inmarcesible  y  pura  de  los  sabios. 


Mota  del  Marqués. 


Madrid  21  de  setiembre  de  i  851. 

Pedro  Calvo  Asensio. 


UNA  FLOR  EN  U  TUMBA  DE  AZARA. 


Torpe  la  planta ,  tímido ,  anhelante , 
llego  al  templo  que  guarda  tu  memoria 


■T" 


1:= 


—  4é5  — 

i  consagrar  con  mano  vacOante 

Eálida  flor  ante  tu  altar  radiante , 
umilde  ofrenda  á  tu  soberbia  gloria. 

]No  tu  sueño  it  turbar ,  no  en  tu  morada- 
vengo  á  evocar  tus  manes  temerario , 
ni  en  pos  de  oscura  ciencia  codiciada 
á  desgarrar  tu  fúnebre  sudario 
para  hallar  el  misterio  de  la  nada. 

Otros  acudan  orgullosos  sabios 

á  interrogar  tus  míseros  despojos 

Yo  al  llegar  ante  ti  caigo  de  hinojos  y 
sella  el  respeto  mis  profanos  labios  ^ 
ciega  tu  luz  mis  atrevidos  ojos 

Leve  rumor  tu  soledad  quebranta 

Mas  duerme  en  paz ,  esclarecida  sombra : 
es  que  al  posarse  mi  indecisa  planta  y 
en  el  dintel  de  la  morada  santa , 
ha  hollado  los  laureles  de  tu  alfombra. 

Duerme ,  Azara  inmortal :  la  altiva  frente 
alces  jamás ,  aunque  el  turbión  que  zumba 
de  las  pasiones  en  el  mar  hirviente 
lleve  á  tu  asilo  su  voraz  corriente 
y  haga  saltar  la  losa  de  tu  tumba. 

Duerme  en  el  noble  polvo  del  pasado , 
no  quieras  ver  lo  que  el  presente  encierra 
aunque  del  monstruo  informe  de  la  guerra 
oigas  crugir  el  carro  ensangrentado 

que  cruza  en  triunfo  la  anchurosa  tierra 

V.  No  busques  hoy  osados  Prometeos 
que  del  genio  se  encumbren  á  las  aras , 
hechos  preclaros ,  ínclitos  trofeos , 
ni  un  destello  fugaz  de  los  Azaras 
entre  la  turba  ruin  de  los  pigmeos. 

Descansa  en  paz  en  tu  mansión  sombría  y 
del  honor  español  límpido  emblema , 
sombra  gloriosa  de  la  patria  mia , 
el  custodio  mas  fiel  de  su  hidalguía , 
el  mas  bello  florón  de  su  diadema. 

Yo  he  cogido  esta  flor  entre  las  flores 
que  el  sol  hispano  con  sus  luces  baña  : 
no  al  contemplarla  mustia  y  sin  colores 
la  arrojes  del  altar  de  tus  honores 


-  444  — 

Es  del  versel  de  tu  querida  EspafUu 
Recibe  de  mi  ofrenda  el  don  liviano 

que  á  tus  píes  deposito  respetuoso , 

ya  que  no  puede  mi  cobarde  mano 

alzarse  hasta  tu   solio  soberano 

para  ceñir  la  frente  del  coloso. 

Adiós,  cenio  inmortal Para  ti  ufana 

el  mas  verde  laurel  guarda  la  gloria , 

su  recuerdo  mejor  la  gente  hispana  j 

su  mas  brillante  página  la  historia , 

su  inspiración  la  Musa  castellana. 

YALLADOLU). 

FfiRNAimo  Martiv  Redondo, 


Dichoso  aquel  que  á  la  virtud  preclara 
une  la  ciencia  y  el  saber  profundo : 
el  que  benigno  á  la  orfandad  ampara , 
y  astro  de  bendición ,  deja  en  el  mundo 
un  nombre  ilustre  como  el  tuyo,  Azara. 
Que  en  vano  las  revueltas  tempestades 
del  tiempo  destructor ,  sobre  su  historia 
pasarán  rebramando : 
él  triunfará  viviendo  en  la  memoria 
de  todas  las  edades 
sus  hechos  generosos  demostrando 
á  la  luz  esplendente  de  la  gloria. 

Esa  gloria  en  tu  nombre  resplandece , 
cuando  elocuente  la  soberbia  doma 
del  águila  imperial ,  que  altiva  mece 
sus  triunfadoras  alas  sobre  Roma. 
¿  Qué  poderosa  mano 
será  bastante  á  contener  su  vuelo  ? 
¡  Tal  esclamaba  Roma  en  su  impotencia ! 
Sus  plegarias  oyó  benigno  el  cielo , 
y  ansioso  tú  del  esplendor  hispano 
y  ardiendo  en  santa  sed  de  independencia  y 
nuncio  de  paz,  con  fervoroso  anhelo 
desplegaste  el  raudal  de  tu  elocuencia. 
Cede  Napoleón ,  y  en  tu  presencia 
no  tema  Roma  que  mi  espada  vibre 


■ 

—  445  — 

1 

dijo ,  puesto  que  Azara  la  defiende ; 
y  el  triunro  de  la  paz  tos  aires  hiende 
y  la  Ciudad  Eterna  queda  libre. 

Pero  no  solamente 
se  cifra  en  esta  hazaña  tu  renombre : 
ni  es  tan  solo  la  paz  la  que  riénte, 
de  oliva  y  de  laurel  ciñe  á  tu  frente 
Tresca  corona  que  eterniza  al  hombre. 

Las  letras  con  tu  nombre 

nuevo  valor  recobran,  nuevo  brillo, 

y  las  artes  también  ,  también  le  aelamaa, 

y  generoso  prolector  le  llaman 

los  émulos  de  Homero  y  de  Murillo. 

Te  aclaman  su  caudillo 

y  entre  ellos  tú  la  emulación  repartes, 

al  templo  de  la  Fama  los  impeles, 

y  Azara  es  aclamado  en  todas  partes 

con  plumas,  con  buriles  y  pinceles, 

Protector  de  las  letras  y  las  arles. 

Nata  bel  Kev.                                                Madrid  Í9  de  abril  de  ISol. 

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Jü4N  DE  LA  Rosa  Gohzalez. 

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fTis^lky  ^í0     aHÍ^^IeIIp 

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1 

1 

ZAMORA 


A  L4  HEHORU  DEL  EMINENTE  ESPAÑOL  AZARA. 


Yates  de  la  proTÍDcia  de  Zamora. 


Madrid  9  de  eoero  de  1851 


Sb.  D.  Basiuo  Sebastian  Castellanos. 

Muy  señor  mió  y  de  toda  mi  consideración :  Desde  que  recibí  la 
apreciable  de  Y . ,  á  que  hace  referencia  en  su  última  ^  me  propuse 
tantear  el  estado  de  mi  yerto  numen;  deseoso  de  complacer  á  Y.,  no 
solo  por  la  estimación  que  hago  de  su  persona,  sino  por  la  que 
siempre  ha  merecido  el  Excmo.  Sr.  D.  José  Nicolás  de  Azara^ 

EL  MAS    ILÜSTBADO   T  EL  MAS   DIGNO  ESPAfíOL  DEL  SIGLO  XVIU.  PcrO 

mis  infructuosas  tentativas  me  han  convencido  de  que  el  hacer  ver- 
sos no  es  tarea  de  viejos  de  75  años ,  y  menos  cuando  no  hace  pa- 
cos que ,  como  yo ,  la  tienen  olvidada ,  y  solo  manejan  procesos  y 
papel  sellado ,  que  son  lo  mas  antipoético  del  mundo.  Asi  ruego 
á  Y.  y  al  Sr.  Marqués  de  INibbiano  se  sirvan  dispensarme  de  ua  en- 
cargo que  me  considero  incapaz  de  desempeñar,  teniendo  presente 
que  las  Musas  son  hembras ,  y  como  tales  huyen  de  las  canas  y  de 
las  arrugas.  De  Y.  apasionado  servidor  y  capellán  Q.  S.  M.  B. 


Juan  Nigasio  Gallego. 


Zamora. 


Cual  águila  soberbia  y  caudalosa  j 
¡  quién  el  gigante  vuelo 
seguro  remontar  pudiera  al  cielo , 
y  del  ardiente  Febo  cara  á  cara  ^ 
la  inspiración  divina  y  misteriosa 
al  Supremo  Hacedor  le  arrebatara! 
Del  huracán  violento 


—  447  — 

qniin  habiert  la  yozy  qoién  la  armonía 

y  quién  el  sentimiento 

del  alado  querub  y  que  en  celestiales 

cantos  de  amor^  de  paz  y  de  alegría, 

celebra  de  su  Dios  la  inmensa  gloria , 

para  cantor  ¡  oh  Azara ! 

en  hinmos  inmortales 

que  vivieran  por  siempre  en  la  memoria , 

tas  grandes  hechos ,  ta  yirtad  preclara ! 

Mas,  ¡  ay !  que  no  le  es  dado 
al  mísero  mortal  en  su  flaqueza , 
frento  á  frente  mirar  tanta  grandeza  !•••• 
Por  ciega  admiración  arrebatado , 
un  dia  imaginé  llegar  podia 
á  la  hermosa  mansión  que  to  sustenta 
en  alas  de  mi  loca  fantasía. 
El  vivido  entusiasmo  que  alimenta 
del  hombre  el  corazón ,  mis  pasos  guia , 
y  el  resplandor  divino 

3ue  emanando  de  tí ,  su  lumbre  pura 
enrama  por  do  quier ,  fué  la  brillante 
antorcha  irradiante ; 

que  en  medio  de  la  negra  sombra  oscura , 
mostróme  el  inmortal ,  arduo  camino. 

¡Llegué  y  te  vi  I....  ¡Dios  grande  y  soberano, 
perenne  manantial  de  cuanto  bueno 
el  orbe  encierra  en  su  revuelto  seno : 
tú  que  el  mundo  formaste  con  tu  mano ; 
tú  que  ese  manto  azul ,  limpio  y  sereno 
del  infinito  en  el  confin  tendiste , 
y  un  insondable  arcano 
en  cada  estrella  ó  luminar  pusiste ; 
haz  de  la  enhiesta  cumbre 
do  asiento  tiene  tu  imperial  grandeza , 
baje  un  rayo  de  luz ;  mi  mente  alumbre : 
de  mi  férrea  lira 
la  rústica  aspereza 

vaya  lejos  también ,  y  en  son  de  amores , 
cante  con  dulce  voz  la  visión  santa 
que  al  empíreo  consigo  me  levanta , 
en  tanto  que  de  flores , 
verde  oliva ,  laurel  y  frescas  rosas , 


—  408  — 

entretejen  coronas  á  millares 

las  ninfas  mas  hermosas 

del  Ebro  y  Manzanares , 

al ,  por  tí ,  grato  son  de  mis  cantares ! 

Rosada  luz  de  aurora 
la  etérea  región  iluminaba 
con  plácido  fulgor ;  murmuradora , 
de  un  ameno  vergel  entre  las  flores , 
blandamente  sus  alas  agitaba 
el  aura  bulliciosa ,  y  los  olores 
que  los  abiertos  cálices  exhalan , 
en  vagarosa ,  perfumada  nube 
el  éler  hiende  y  hasta  el  cielo  snbe , 
do  el  címbalo  sonoro 
une  su  voz  al  canto  de  alegría 
del  angélico  coro, 
los  espacios  llenando  de  armonía. 

¡Salud,  hijo  de  Iberia!....  Píuestras  roces 
que  las  glorias  de  Dios  siempre  cantaron , 
hoy  cu  acorde  acento 
virgen  de  adulación,  de  ultraje  exento, 
las  virtudes  celebran  que  del  mundo 
hasta  el  nié  de  su  trono  te  elevaron. 
Tú  con  dolor  profundo 
del  sucesor  de  Pedro  contemplaste 
el  augusto  poder  roto  y  manchado : 
con  ánimo  esforzado 
la  confianza  en  Dios  que  al  justo  abona 
poniendo,  derrocaste 
el  bastardo  poder  que  lo  manchaba 
menguando  el  esplendor  de  su  corona. 

Del  seno  de  los  mares  un  coloso 
brotó ,  cuyo  gigante ,  brazo  fuerte, 
llevaba  á  un  tiempo  mismo  poderoso 
la  gloria  y  el  dolor ,  el  llanto  y  pena , 
la  destrucción ,  la  muerte , 
de  la  margen  del  Sena 
al  áspero  Apenino,  al  valle  ameno 
cuyas  flores  retrata  el  Trasimeno. 

La  hermosa  patria  del  Petrarca  y  Tasso, 
de  Ariosto  y  Dante ,  esclavizada  gime 
bajo  la  planta  del  moderno  A  tila. 


■«n*" 


~«9  — 

} So  soberbia  y  forornada reprude.I..»         ' 

Al  grito  de,  ¡victoria !.•••  ú  hierro  afila ^ 

y  con  ávidos  ojos  . 

por  ambición  inmensa  devorado  ^ 

tras  los  nuevos  despojos 

del  triunfo  ya  alcanzado 

nuevas  conquistas  en  su  mente  apila. 

¡  Ay  de  ti  y  ilustre  Roma  I...» 
La  ardiente  sed  de  guerra 
que  al  bárbaro  consume ,  sus  legiones 

impele  ya  hacia  ti ¡Tiembla  la  tierra 

herida  al  galopar  de  sus  bridones !•••• 
Tus  grandes  monumentos 

hollados  se  verán ¿Dó  una  barrera? 

No  la  encuentro.. •••  ¡Oh  dolor!....  Tu  egregio  solio, 

polvo  será  no  mas.....  Del  Capitolio 

sobre  los  altos  muros  arrogante 

flotará ,  y  victoriosa  su  bandera. 

Mas,  ¿por  qué  enternecidas 

tus  vírgenes  al  cielo  alzan  sus  manos 

las  mejillas  en  llanto  humedecidas  ? 

¡Ya  Roma  se  salvó  1....  ¡Cantad,  romanos!.... 

¡Himnos  cantad  á  su  virtud  preclara!.... 

Cual  nuevo  San  León ,  el  Grande,  Azara 

detuvo  al  enemigo 

que  al  eco  de  su  voz  tornóse  amigo. 

Por  él  los  tiempos  que  al  olvido  dieron 
de  Carlos  y  Felipe :  las  naciones 
que  altivas  insultaron 
á  la  España ,  por  él  vencidas  fueron. 
Ante  ella  sus  pendones 
no  orgullosas ,  sumisas  inclinaron. 

¡  Cantad ,  vates  de  Iberia ,  al  grande  hombre 
modesto  al  par  que  fuerte!.... 
Cantad  al  virtuoso 
varón ,  que  el  Soberano 
cetro  rehusa  en  su  humildad  ufano. 

Su  limpido  renombre 
del  tiempo  victorioso 
triunfando  del  sepulcro,  holló  la  muerte. 
De  hoy  mas  el  mundo  aprenderá  en  su  historia, 

67 


—  460  — 

qiio  hí  la  vmU  humana  se  demmiba 
011  la  eupantoiía  aima  de  la  nada , 
ilol  hombro  ilustre  la  etcrnal  memoria 
lio  pcroce  y  ni  alli  yace  olvidada. 
LaM  loMas  de  su  tumba 
Moii  las  puertas  del  templo  de  la  gloria. 


/  vMoai. 


Madrid  21  de  jilit  de  1850. 

EüGBNio  Habtiivez  Cuerbe. 


A  AZm  (I). 


Do  vos  el  muy  sabio  é  mas  honorable 
Aiara  fíiiiuuto,  de  Kspafla  ufanía, 
yo  cuido  oni  cantares  loar  la  valia^ 
con  \km  ralagiiera,  con  voz  semejable: 
oiiipoM  Hi  on  esta  materia  mirable 
mi  pi^iidola  Anca  por  al  denostada, 
coiióriamo  onde,  que  en  esta  vegada 
uir  anima  la  viiosa  visión  deleitaole. 

Los  laurtNi  que  en  Homa  aveis  conquerido 
do  olorno  renombre  vos  son  ya  fianza; 
los  tules  ofn'con  al  inundo  inembranza 
tlol  mas  alio  ingenio  granado  é  subido. 
Riagíior  intentaren  con  eco  empecido 
turbaros  la  fucsa  mil  sandios  golbines, 
biirladvos ,  Azara ,  de  aleves  malsines ; 
ca  siempre  al  hondrado  veréis  maltraído. 

Con  las  coloradas  é  apuestas  razones 
é  mili  omillanzas  farán  aguisado 
al  ingenio  vueso ,  por  ser  bien  hadado , 
de  muy  alta  guisa  los  mas  infanzones. 
También  los  sesudos  é  graves  varones 
que  en  noble  cobdicia  de  grandes  saberes 
la  vida  gastaron  é  muchos  averes, 
á  vuesos  decires  loarán  en  sermones. 


Uif  Adhorador  de  Azara. 


( 1 )    TroTai  en  caitelUno  antigoo. 


ff^ 


n  ÜSTILLm-TOLiJlM. 


reide  bs  lores  ^ticas  qie  Misigm  il  insigie  Don  José 
NieoUs  de  Azara  los  vafes  de  las  |rovÍieias  de : 


AUi€ETE. 

GIMdá. 

dODAD-REAL. 


WADALAJARA. 

■ABRID. 

TOLEDO. 


SOMA. 


•üjftTOJf  7  amo294k  9^kmM9miu§wum  mmjk  wjíao* 


I 


I 


LaudemiiS  viros  gloriosos  ín  gejieraiioiu  sua^ 


ALBACETE. 

DEL    CÍLISBE    EiPlSoL 

EXCMO.  SR.  DON  JOSÉ  MCOLAS  UE  AZARA  Y  PERERA, 


Ld>  Tales  de  la  proTÍncia  de  Albacitf. 

De  Albacete  un  vetusto  campesino 
que  Dunca  á  la  Fortuna  vio  la  cara, 
y  que  sufre  el  rigor  de  su  destino 
desde  que  á  España  falta  el  grande  Azara, 
hombre  inmortal  y  de  la  gloria  digno  ; 

Salud  envia  al  sucesor  glorioso 
del  Salvador  de  Roma,  porque  humaoo, 
francü,  leal,  amante  y  generoso, 
8u  gratitud  demuestra  al  noble  hispano 
blasón  de  su  familia  el^mas  precioso. 

Kcciba  el  de  JNibbiano  entre  las  llores 
que  en  Barbufiales  un  sepulcro  ostenta , 
la  sencilla  esprcsion  de  los  amores 
de  un  manchego  que  raya  en  los  ochenta 
recordando  de  Azara  los  favores. 

Mi  padre  fué  en  París.  ¡  Grata  memoria ! 
y  antes  de  morir  yo  llevo  el  consuelo 
de  bal)er  leído  en  su  brillante  historia  , 
de  que  ¡usticia  le  hizo  el  patrio  suelo, 
y  que  su  nombre  al  fin  dejo  con  gloria. 

Loor  al  Historiador,  honra  á  ]NibbÍanot. 
ambos  reciban  la  cspresiou  mas  pura 
de  amor  y  gratitud  ile  un  pobre  anciano  , 
que  al  borde  <le  su  triste  sepultura 
con  la  flor  de  la  fé  les  dá  la  mano. 

:eT&.  Hnilrjd  13  de  hhrm  dt  1851. 

ArrroNio  Soler  del  Rio. 


CUENCA. 


A  LA  MEMORIA  DEL  INMORTAL  ESPAÑOL  AZARA. 


Los  Tatei  de  la  provincia  de  Cuenca. 

¡  Escuchad  cómo  España  levanta 
gritos  mil  de  entusiasmo ,  escuchad , 
y  las  glorías  y  el  méríto  canta 
del  que  al  orbe  fué  nuncio  de  paz ! 

Por  su  ciencia  y  sus  ínclitos  hechos 
inmortal  es  el  nombre  de  Azara , 
¡cuál  inunda  el  placer  nuestros  pechos 
al  pensar  en  sn  historia  preclara! 

Los  laureles  coronen  su  frente 
y  los  siglos  aplausos  le  den ; 
sus  hazañas  el  mundo  presente 
para  honor  de  la  patria  y  su  bien. 

Sa?!  Clemente.  San  Clemente  10  de  marzo  de  1852. 

AlAaJA  Antonu  Melgarejo  de  Saioioval. 


Brilló  la  roja  lumbre 
del  triste  día  que  marcó  el  Eterno ; 
y  á  la  soberbia  cumbre 
llega  un  rugido  desde  el  hondo  averno : 
fatídico  aparece 

monstruo  ceñido^de  feral  corona ; 
el  mundo  se  estremece , 
y  al  par  sonríe  con  desden  Belona. 

Respira ;  y  á  su  aliento 
en  voraz  combustión  arde  la  tierra  : 
Guerra  se  oye  en  el  viento , 
y  el  eco  en  triste  son  repite  guerra. 

¿Y no  veis  por  ventura 

en  medio  al  campo  del  tremendo  Marte 


—  Ató- 
la colosal  figura 
del  gran  Conquiatador....,  de  Banaparte? 

¿  No  veis  ?  Antes  que  el  mundo 
de  su  letargo  á  despertar  comience , 
con  ímpetu  iracundo 
en  sangrientos  combates  locha  y  yence. 

Mirad :  cetro  dorado 
no  halaga  su  ambiciona  mostrar  quisiera 
á  sus  plantas  postrado 
cuanto  cobija  la  azulada  esfera. 

Pronto  las  sacras  leyes 
ha  de  abatir  en  so  funesto  encono , 
y  á  los  vencidos  reyes 
hará  bajar  humildes  de  su  trono. 

Pueblos,  miradle,  ufano 
en  su  oi^ullo  á  los  cielos  desafia ; 
en  medio  al  Vaticano 
su  lábaro  triunfal  clavar  ansia.] 

Mas  del  ancho  torrente 
que  á  la  Eterna  Ciudad  se  desbordara , 
cual  dique  prepotente , 
admira  el  mundo  al  espafiol  Azaha. 

El  genio  de  la  ciencia 
enfrente  al  genio  de  la  guerra  brilla , 
y  en  noble  competencia , 
de  Minerva  á  los  pies  Marte  se  humilla. 

Victoria :  al  trono  santo 
libró  benigna  la  estupenda  hazafia ; 
prorumpa  en  dulce  canto 
llena  de  orgullo  nuestra  heroica  Espafia : 
que  si  en  aciago  dia 
del  Pueblo  Rey  el  orador  portento 
pudo  agresión  impía 
vencer  al  golpe  de  sublime  acento^ 
hoy  noble  ibero  alcanza 
al  de  indómito  ardor  tornar  propicio , 
y  su  feroz  venganza 
detener  en  benéfico  armisticio. 

No  ya  madre  amorosa 
de  sus  hijos  verá  sangre  humeante , 
ni  la  acuitada  esposa 
el  pecho  abierto  del  esposo  amante. 


a* 


—  466  — 

No :  ya  muestra  de  oliva 

el  grande  Aragonés  la  verde  rama ; 

ya  en  prolongado  viva 

la  escelsa  Roma  defensor  le  aclama : 

y  las  doradas  puertas 

que  al  templo  guian  del  Senado  augusto , 

preséntale  hoy  abiertas 

mientras  hábil  cincel  labra  su  busto. 

Y  si  el  mundo  á  porfía 
del  sabio  acata  el  nombre  venerando, 
ufana  se  gloría 

la  tierra  del  Católico  Fernando : 
Y  del  Orto  á  Poniente 
y  en  la  esteusion  que  Norte  á  Sur  separa , 
clama  una  voz  potente : 
«Loor  eterno  al  inmortal  Azara.» 


ClK^ÍOV. 


Madrid  y  enero  de  1852. 

Severo  Catalina. 


Itrevisima  del  hombro  ¡  ay !  es  la  vida  : 
apianas  viene  al  mundo  de  él  se  aleja: 
dichiK^o  aquel  que  en  su  veloz  partida 
algún  recuertlo  de  su  vida  deja. 

>o  el  del  couquíslador ,  que,  con  su  espada, 
lcg;i «  trislo  recuerdo  de  su  gloria , 
a  b  piK^teriilad  amedrenlada 
con  sangre  escrita  su  brillante  historia. 

>i  el  del  monarca,  cuanto  ocioso  altivo, 
que  en  millones  de  subditos  impera , 
y  al  pasar  cual  meteoro  fugitivo, 
deja  la  oscuridad  tras  su  carrera. 

JNi  el  del  Creso  opulento , 
quien  ostentando  caridad  mentida , 
á  su  renombre  y  vanidad  atento , 
al  ocio  premia ,  y  la  virtud  olvida. 

Ki  el  de  tantas  y  tantos  escritores 
delirando  á  porfía, 
que  en  su  torpe  y  letal  filosofía 
al  mundo  estraviaron  con  errores. 


I 

P 


—  457  — 

Sangrienta  gloria,  inútil  poderío, 

efímera  riqueza , 

de  los  sabios  funesto  desvario, 

que  renombre  buscasteis  y  grandaza 

¿merecisteis  eterno  ensalzamiento? 

¿De  qué  servisteis  á  la  especie  bumana? 

Solo  fama  inmortal  logra  el  talento 

si  s  la  modestia  y  la  virtud  se  hermana. 
Tú,  insigne  Aragonés,  justo  renombre 

alcanzaste  glorioso, 

y  á  la  posteridad  irá  tu  nombre 

del  tiempo  y  del  olvido  victorioso. 
Tú,  en  hora  afortunada, 

dejaste  el  natal  suelo , 

y,  águila  audaz  en  el  espacio  alzada, 

dirigiste  hacia  el  sol  tu  raudo  vuelo. 
Tú ,  claro  riachuelo, 

mientras  fiero  torrente  desbordado 

desolación,  espanto  y  amargura 

esparce  en  la  llanura  ; 

Tú  presto  en  rio  bienhechor  trocado, 

llevaste  por  do  quiera  la  riqueza, 

Ja  paz  y  iu  ventura, 

y,  admiración  causando  tu  onda  pura, 
ignoraste  tú  solo  tu  grandeza. 

Apreció  tu  saber  el  Vaticano, 
el  llanto  de  Princesas  enjugaste, 
Libertador  te  proclamó  el  romano 
y  al  Coloso  del  siglo  domeñaste. 

Mas  ¿á  qué  repetir  mi  tosca  pluma 
tu  conocida  historia, 
cuando  es  mi  objeto  tributar,  en  suma, 
un  humilde  homenaje  á  lu  memoria? 

-  Otros  hijos  dignísimos  de  Apolo 
con  plectro  mas  feliz  pueden  cantarte; 
Á  mi  me  es  dado  solo 
envidiar  tu  talento  y  admirarte. 

Inútilmente  elogios,  rudo  el  labio, 
quisiera  articular  en  este  instante; 
que  en  presencia  del  sabio 
le  toca  enmudecer  al  ignorante. 


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—  458  — 

Sí ;  en  tu  presencia ,  Azara ;  porque  cu  Yano 
te  cubrió  un  día  de  la  muerte  el  velo : 
la  omnipotente  mano 
tu  gloria  nos  dejó  para  consuelo. 

Aragonés  insigne,  tu  renombre 
eternamente  vivirá  glorioso , 
y  á  la  posteridad  irá  tu  nombre 
del  tiempo  y  del  olvido  victorioso. 

José  María  Huic(. 


Del  noble  Aragonés ,  del  grande  Azara 
cuyos  hechos  publica  ya  la  historia , 
hoy  el  vate  español  la  escelsa  gloría 
en  Corona  Poética  declara : 

La  honra  y  prez  que  por  ellos  alcanzara , 
son  á  su  corazón  grata  memoria , 
y  como  galardón  de  su  victoria 
á  ceñirle  la  frente  se  prepara. 

La  fama  que  adquirió  en  otras  regiones 
sabio  eminente  sin  cesar  lo  llama , 
y  pacificador  de  las  naciones. 

Por  su  Libertador  Roma  le  aclama 
añadiendo  uno  mas  á  los  blasones 
de  su  preclara  estirpe  ilustre  rama. 

Iniesta.  San  Clemente  10  de  marzo  de  4852. 

Joaquín  Maeía  Melgarejo  y  Espinosa. 


Al  ínclito  español ,  que  de  Belona 
el  furor  apagó  y  funesta  tea : 
al  que  arbitro  de  Europa  haciendo  Astréa , 
su  tratado  de  Paz  Marte  sanciona ; 

Al  que  Flora  tejió  linda  corona 
y  en  ceñírsela  Apolo  se  recrea  : 
al  que  Palas  por  sabio  victorea 
y  por  héroe ^  do  quier,  Fama  pregona , 

Tus  himnos  entonar ,  Musa ,  hoy  no  trates. 
De  Azara  á  las  proezas  ten  respeto , 


c 


—  459  — 

cuando  en  el  Pindó  sn  loor  retumba. 
Sus  virtudes  admira  y  á  sus  vates ; 
y  ofreciéndole  un  ramo  en  un  folleto  (1) , 
hoy  tu  lira  por  flor  deja  en  sn  tumba. 

Gasgueña. 

ThIFOH  MüflOZ  Y   SOLIVA. 


¡  Qué  ingenio  celebrar  tu  gloría  alcanza ! 
¡  Héroe  sublime  de  eternal  ventura ! 
Perdón  si  en  tu  alabanza 
pobre  es  la  inspiración  de  mi  ternura. 
Mas  no  bien  cumple  en  tu  loor  profundo 
quien  con  acento  breve, 
hoy  una  flor  no  lleve 
á  ese  obelisco  que  te  erige  el  mundo. 

Era  Atila ,  el  que  enciende 
contra  naciones  ciento  áspera  guerra , 
bárbaro  que  desciende 
con  fiero  encono  á  encadenar  la  tierra ; 
tierra  que  en  sangre  bafia 
desde  egregio  palacio  á  la  cabafia , 
si  resistencia  opone 
á  la  cruenta  hazaña 
del  que  á  su  antojo  del  poder  dispone. 

Era  de  Grecia  el  vencedor,  que  avanza 
y  al  Occidente  embiste , 
cuando  en  alas  de  débil  esperanza 
Roma  se  apresta  á  su  defensa  triste. 

Era  Atila  de  Roma  cabe  el  muro 
con  torva  faz  y  cóncava  pupila , 
de  su  conquista  al  parecer  seguro. 

Roma  vá  á  sucumbir ;  Roma  vacila. 
Mas  entre  Atila  y  ese  Imperio  inerte , 
álzase  León  Diez ,  varón  sublime , 
de  cuyos  labios  dependió  la  suerte 
de  esa  ciudad  á  quien  del  yugo  exime. 

¡Ilusión,  ilusión!  vuelve  tus  ojos, 

(1)    Se  refiere  este  autor  á  ud  folleto  de  1,100  vertos  ^e  ha  compuesto  con  el  título  de 
Sueño  de  Azara ,  y  que  se  publicará  en  este  afio. 


---460^ 

toraa  á  esos  campos  de  eternal  verdón , 

que  Italia  en  sus  despojos. 

con  flores  colmará  nuestra  ternura. 

No  es  ya  el  de  Madras  feroz  Escita 
de  helado  Septentrión  aborto  horrible, 
el  que  á  orillas  del  Mincio  irresistible 
sin  descansar  medita* 

Otro  de  corazón  mas  animoso 
tala  de  Italia  el  floreciente  suelo  9 
héroe  á  quien  orgulloso 
cede  el  mejor  lugar  Marte  en  su  cielo : 

Es  s{ ,  azote  de  Dioe ,  mas  no  el  del  Norte  , 
de  tártaros  salvajes  descendiente  1 
otro  es  de  este  héroe  eotre  su  hueste  el  porte 
otra  la  erudición  que  en  él  descuella , 
otro  su  claro  ingenio ,  otra  su  estrella. 

¡  Yedle ,  vedle ,  aunque  asombre  I 
cubrir  el  orbe  de  insondable  llanto , 
genio  que  con  su  nombre 
á  Europa  llena  de  terror  y  espanto. 

Vedlé  cubierto  de  brillante  acero 
al  son  de  ese  clarin  que  le  recrea 
convocando  su  gente  á  la  pelea 
con  pecho  firme  y  corazón  guerrero. 

Y  al  tremolar  de  sus  diez  mil  banderas 
en  confuso  tropel  anonadados  | 
de  Roma  á  los  soldado» 
lidiando  en  otros  siglos  como  fieras 
vedlos  hoy  asombrados. 

Ya  esa  ciudad  sefiora 
del  mundo  9  un  tiempo ,  por  su  acero  y  leyes  j 
á  Roma  cuyos  hijos  eran  Revés, 
prosternada  ante  un  sol  que  la  desdora , 
vedla  también ,  cuan  temblorosa  gime 
escasa  hoy  de  valor  y  fortaleza , 
ante  el  ardor  del  que  su  acero  esgrime 
con  bélica  fiereza. 

Siniestra  luz  que  apenas  centellea 
de  la  esperanza  en  los  desiertos  mares , 
hace  que  del  terror  la  faz  le  vea. 
Todo  es  pavor ,  consternación ,  azares.  1  ^ 

¿  Vas  Roma  á  ser  dd  triunfador  presea  ■ 


■wi 


-.  461  ~ 

y  nadie  vela  por  tas  sacros  Lares? 
¿  No  hay  un  San  León  cabe  tu  muro 

3ue  con  ciencia ,  virtud  y  alma  tranquila , 
e  la  justicia  de  su  acción  seguro 
liberte  á  Roma  del  moderno  Atila? 

La  historia  registrad ,  y  sin  desdoro 
junto  al  del  héroe  que  ese  pueblo  oprime 
leed  otro  escelso  nombre ,  aún  mas  sublime 
grabado  ¡  oh  Pueblos  I  sobre  letras  de  oro. 

Ese  es  el  que  de  Roma  enjuga  el  lloro, 
el  que  contu?o  á  ese  inmortal  Coloso 
y  frente  á  frente  le  detuvo  ún  dia 
cuando  del  siglo  i  ese  adalid  famoso 
venció  en  sabiduría. 

Ese  es  el  genio  de  virtud  preclara, 
Libertador  de  Roma ,  Ínclito  Azara. 

Valparaíso  de  Cüehca. 

JuuAN  Prvgo  t  Rbal. 


Gloria  al  héroe  espafiol  que  con  talentos^ 
de  nobles  almas  virtuosa  prenda , 
supo  trazarse  en  sólidos  cimientos 
la  muy  difícil  senda, 
por  donde  ser ,  sin  ambición ,  hallado 
de  la  ciega  fortuna, 
que  casi  siempre  sonrió  á  su  lado. 
De  noble  estirpe  y  blasonada  cuna 
llega  á  la  puerta  del  saber,  y  de  ella 
penetrando  en  el  templo , 
sobre  el  altar  por  sabios  adornado 
sube  precoz  con  gigantesca  huella , 
y  luego ,  sin  ejemplo , 
ofrece  á  España  en  vuelo  remontado 
la  flor  hermosa  de  su  ingenio  alado. 

Loor  eterno  al  que  triunfó  en  la  Ausonia : 
cual  Fabio  un  dia  á  Roma  hbertára, 
prudente  embajador  detiene  Azara 
al  Aníbal  francés ;  luego  en  Bolonia 
á  nombre  de  la  España 
logró  para  el  Estado  Pontificio 


con  poUUca  y  miñi 

del  militar  Coloso  on  inmsticia. 

Corrf  $o  fama  con  ardor  y  f^smo 

por  toda  Italia «  el  pueblo  en  armoma 

libre  ya  la  sonrisa  de  alepia 

á  sos  labios  asoma « 

y  entre  gritos  de  amor  y  de  entosiasBio 

aclámale  Libertador  de  Roma. 

Desde  la  cumbre*  á  que  le  ahára  n£mo 
su  ptña  y  su  talento, 
el  bien  proclama  de  naciones  denlo , 
la  paz  enseña  al  general  tirano* 
Té  de  su  España  el  crédito  en  zoiobra 
y  saWarle  procura « 
acude  infatigable  *  le  asegura  • 
y  porque  el  bien  alcanza  de  su  obra 
en  critica  y  precaria  circunstancia 
le  rinde  gracias  la  Tecina  Francia. 

Los  templos  de  la  Fama  mas  sagrados 
mina  la  euTidia  en  la  Toluble  corte 
con  mezquino  resorte : 
mas  los  que  están  basados 
eu  cimientos  de  honor «  por  mas  que  intrigue 
conmoTcrlos  tal  Tez  solo  consigue: 
Tal  Azara  mantuTo  firmemente 
su  ilustre  nombre  siendo  separado 
de  los  negocios  públicos  de  Estado 
por  conmoción  no  mas,  ésta  realmente 
fué  un  rato  de  solaz ,  que  de  atenciones 
su  hogar  llenó  de  fama  y  bendiciones. 

>'o  es  el  destino  del  patriota  amado 
TiTir  humilde  en  plácida  morada , 
cual  oscuro  planeta  está  encerrado 
en  órbita  nublada ; 
otra  sublime  atmósfera  de  ascenso 
como  astro  esplendoroso 
le  reclama  á  su  círculo  espacioso , 
y  entre  nubes  de  incienso 
por  genios  y  por  héroes  quemado 
bajo  dosel  inmenso 
á  la  mas  alta  cumbre  es  elevado. 

Asi  cual  sabio  y  distinguido  Apolo 


J 


—  463  — 

alumbrando  la  faz  del  universo 

fuiste ,  Azara ,  solo 

venerado  á  la  vez  con  mil  honores 

de  Infantes ,  Duques ,  Príncipes  y  Reyes  ^ 

Papas  y  Emperadores 

que  á  tu  sabia  virtud  piden  sus  leyes. 

La  Europa  toda  tu  favor  invoca : 

desde  el  gélido  Cabo  al  Cabo  ardiente 

resuena  el  grato  nombre  y  eminente 

de  Azara ,  y  al  pasar  de  boca  en  boca 

va  en  derredor  formando  una  corona 

de  epítetos  de  gloria , 

y  se  imprimen  frecuentes  en  la  historia 

que  en  su  tiempo  blasona 

del  esplendor  de  Azara ,  el  generoso 

noble,  sabio,  patriota,  virtuoso. 

Diplomático  activo  laureado , 
amante  de  las  ciencias  y  las  artes , 
hoy ,  Azara  j  bordado 
tu  nombre  está  con  caracteres  de  oro 
en  cuantos  estandartes 
de  paz  tu  ¿poca  tiene,  y,  cual  tesoro 
de  históricos  laureles,  se  conserva 
en  los  templos  de  Apolo  y  de  Minerva. 

Sobre  mullido  lecho  de  mil  flores 
dentro  el  vergel ,  do  amigos  los  mejores 
nacionales  y  estraños 
te  honraban  ofreciendo  sus  favores , 
viste  la  muerte  amenazar  tus  años 
con  ánimo  tranquilo , 
y  que  cortando  de  tu  vida  el  hilo , 
la  inevitable  sica  en  una  mano 
te  mostraba ,  y  en  la  otra  el  soberano 
cetro  é  inmortal  corona  de  tus  glorias , 
grandes  cuanto  notorias 
que  mas  bien  que  se  cantan  se  conciben; 
¡Muerte!!!  ¿qué  he  dicho?...  no,  no  muere  un  hombre, 
cuya  alma  grande  nos  la  acuerda  el  nombre : 
el  héroe  y  el  sabio  siempre  viven. 

Aún  tus  hechos ,  Azara ,  palpitantes 
en  la  elocuente  historia 
agitan  tu  memoria 


—  464  — 

y  enardecen  los  ánimos  como  antes : 

aun  cánticos  inspiran ,  que  á  porfía 

y  llenos  de  armonía 

en  vibración  sonora 

sus  ondulas  desplegan 

y  el  viento  hiriendo  hasta  el  Olimpo  llegan , 

dó  descansas  ahora. 

¡  Ah !  de  ese  campo  de  indecible  gloría 

que  es  la  quietud  eterna , 

triunfo  feliz  de  tu  mayor  victoria , 

una  voz  aunque  débil,  oye  tierna , 

cual  dulce  sentimiento 

que  el  corazón  respira , 

sencillo  acento  de  mi  humilde  lira. 

HUBTE. 

Mabiano  Almonagid  Sánchez. 


Cuando  en  el  curso  de  la  noche  oscura 
en  airada  tormenta  brama  el  cielo , 
y  yace  el  morador  del  triste  suelo 
envuelto  en  confusión ,  sombra  y  pavura: 

Si  el  fuego  del  relámpago  fulgura 
de  la  elcrca  región  rasgando  el  velo 
brilla ,  muere  en  un  punto ;  y  por  consoelo 
nos  deja  en  ilusión  su  llama  pura. 

Así  tú  iluminaste  de  la  vida 
la  procelosa  noche  en  luz  serena , 
subíondo  de  la  gloria  á  la  alta  cumbre! 

¡  Hoy  ya  te  llora  el  alma  dolorida ; 
mas  tu  genio  inmortal  el  mundo  llena 
y  ciega  nuestros  ojos  con  su  lumbre ! 


Román  Soiivá. 


CIUDAD-REAL. 


jü  aü  aBasü©aüü  u>^^  aasstííaa  ¿laíiaíií. 


I  de  h  proTintia  do  Ciudod-Rciil, 


Id  memoria íllustris  mei  comitatrícii  ioseplii  Nicolao  de  Azara  (I). 

Omne  studium  et  ingenium  Dostrum  ad  celebrandam  gloriam  fa- 
tnamque  istius  optimi  viri  cui  Corona  poética  dirigitur,  mcumbcrc 
debemus :  namque  ad  geamm  suum  laudandum ,  iiihil  est  quantum 
de  se  dícatur.  Fuit  eDim  artuum  stícntiarumque  protector,  propler 
quod  omiiia  opera  auctorum  optimorutn  ad  sermonem  bispanJcum 
evertit.  Legatus  Romse  ab  iuvasione  Bonaparte,  banc  urbem  übera- 
vit;  gallis  etiam  favuít,  et  ab  injusto  stipeodio  quod  Uispania  invite 
solvevat,  exouerabit.  ¿Quis  est  lam  acerbus  qui  illum  non  desidcrat 
et  mortem  suain  non  sentít?  ¿Rt  tu,  Parca  inexorabilis,  stamcn  suum 
vitale  sequisti?  Non  fuit  vita  sua  illa  qux  curpore  et  spirilu  contine- 
batur,  sed  quae  memoria  seculorum  omaium  vigebit,  quam  pósten- 
las alel,  quam  íeternitas  ipsa  intuebitur.  llic  homo,  non  diem  su- 
prcmum  pervenire  debuit.  Et  ego  quíe  vis  parvam  nolionem  historia 
suíc  audivi ,  haac  brevissimam  more  latino  oratiouem  feci,  ct  iuver- 
nacula  lingua  carmina  exigua  quíe  infía  scnpta  sunt. 

¡Insigne  Azara  í  tu  ilustre  memoria 
con  tu  eterno  renombre  conocido, 
en  los  folios  estensos  de  la  historia 
ocuparán  un  sitio  distinguido. 
Elevado  hasta  el  templo  de  la  Gloria 
por  ese  gran  talento  esclarecido 
protector  de  las  artes  y  las  ciencias , 
todos  alabarán  tu  inteligencia. 

¿Por  qué  Á  nuestro  pesar  la  Parca  fiera 
te  quiso  demostrar  cortando  impía 
el  estambre  vital  de  tu  carrera  ? 


(f )    [nproviíacioD  eicrila  en  el  aelo  de  bocorla  la  ramot. 
se  liablaiú  ta  U  nata  rape  c  ti  ti  ú  etU  compone  ion. 


c  Manznnareí, 

59 


—  466  — 

Pero  resuena  mas  de  dia  en  dia 
tu  fama  sempiterna ,  y  postrimera 
que  al  universo  colma  de  alegría , 
y  aun  tu  mismo  sepulcro  se  envanece 
do  tus  miseros  restos  permanecen. 

¿Qué  le  dio  mayor  honor? 

El  valor. 
¿Qué  dispensó  á  su  nación? 

Protección. 
¿  Y  á  la  ciencia  mas  notoria  ? 

Gloría. 
Su  sempiterna  memoria 
en  el  orbe ,  tan  sin  par;, 
tres  cosas  hacen  brillar 
valor ,  protección  y  gloria. 

¿Por  ventura  es  nuestra  vida 
la  que  turba  nuestra  calma 
y  la  que  en  el  cuerpo  y  alma 
se  demuestra  contenida? 
No  j  que  la  mas  preferida 
es  la  que  suele  brillar 
después  del  hombre  espirar 
que  le  da  postuma  fama , 
y  la  que  en  ferviente  llama 
va  luciente  sin  cesar. 

Cuando  un  genio  interesante 
desea  sobresalir 
y  se  quiere  distinguir 
de  aquese  vulgo  ignorante , 
luce  su  antorcha  brillante 
en  el  campo  y  estension 
de  noble  imaginación 
con  las  prendas  que  atesora 
el  noble  Azara  que  mora 
en  la  perpetua  mansión. 

Del  britano  ambicioso  que  exigia 
á  la  España  un  tributo  comercial , 
quedó  burlada  su  ambición  impia 
por  tu  genio  y  talento  natural ; 


—  467  — 

y ,  por  tu  singdir  «AidiHit 

á  la  nación  libraste  de  ese  mal : 

digalo  Pío  Sesto  eotosiasmado 

pues  que  en  su  tiempo  á  Bonn  has  libertado. 

MÁNZiHiÁaBS.  Li  poire  eiega  de  Mnianaref. 

SUbu  FftMGiscA  Dmz  Cabralero. 


Grata  es  al  alma  la  misión  presente , 
mi  voz  al  dirigir  á  los  que  fueron : 
en  su  silenció  lóbrego  doeuente 
¡  cuánto  las  tumbas,  cuánto  me  dijeron  ü! 

Ellas  un  tiempo  al  corazón  nádente 
inspiración  sublime  concedieron , 
y  ellas  son  hoy ,  con  la  iluñon  perdida 
la  dominante  imagen  de  mi  ñda. 

¡  Paz  y  quietud...  esclarecida  sombra!!! 
¡  Egregios  manes ,  si  hasta  vos  mi  acento 
feliz  alcanza  y  vuestra  gloria  nombra , 
si  la  calma  mortal  vence  mi  aliento , 
si  el  mundano  rumor  quizá  os  asombra.. . 
vuestro  sueño  eternal  cese  un  momento : 
benévola  atención  prestadme ,  os  ruego , 
y  al  silencio  sin  fin  tornaros  luego. 

¿Juzgaste,  oh  sombra,  que  la  Parca  fiera 
al  olvido  dar  pudo  tu  alta  gloría , 
y  ahuyentar  cual  fantástica  quimera 
los  hechos  de  perínclita  memoria , 
que  para  asombro  de  la  Europa  entera 
cantamos  hoy  en  veneranda  historia, 
y  sublime  el  espíritu  trazara 
del  español  sin  jmht,  del  sabio  Azarat 

¿Do  oyes  el  eco  de  Occidente  á  Oriento 
del  Sur  termal  al  Septentrión  helado 
vibrar  en  el  Ibero  continente 
proclamando  tu  nombre  venerado  ? 
¿No  le  ves  hoy  entre  la  estrena  gente 
modelo  de  virtud  siempre  citado? 
¿Dó  quíer ,  en  fin ,  no  admiras  la  presteza 
con  que  el  viento  repite  su  grandeza  ? 

¡  Oh !  Cuánto  debe  ser  helio  y  grandioso 


i 


—  468  — 

sentir  el  fuego  noble  que  germina 

en  corazón  hidalgo  y  generoso 

que  el  rayo  de  los  genios  ilumina, 

como  el  claro  destello  luminoso 

que  desplega  la  aurora  matutina , 

y  que  arrollando  la  tiniebla  oscura 

su  lumbre  hermosa  por  doquier  fulgura ! 

Tú  fuiste ,  tú ,  destello  peregrino 
que  á  engrandecer  la  ibérica  guarida 
(iesde  la  altura  omnipotente  vino : 
tu  nombre  dá  consolación  y  vida ; 
y  su  esplendor  en  nuestro  erial  camino 
senda  nos  abre  mágica  y  florida 
por  dó  aspiramos  el  fragante  aroma 
del  perfume  oriental  de  Grecia  y  Roma. 

El  genio...  el  arte...  el  inspirado  anhelo.», 
cantan  sublimes  tu  perpetua  hazaña. 
¿Qué  resta,  pues,  al  entusiasta  celo 
del  vate  mas  humilde  de  tu  España  ? 
La  eterna  aureola  dirigirte  al  cielo 
que  esa  generación  propia  y  estraña 
para  ornamento  de  tu  frente  envia, 
y  para  antorcha  de  la  patria  mia. 

Presten  tus  rasgos  luminoso  ejemplo 
esculpidos  en  áureos  caracteres ; 
cada  español  eríjales  un  templo 
donde  guardar  la  fé  de  sus  deberes, 
llágase,  ínclita  sombra...!  Y  ya  contemplo 
que,  si  te  imitan  predilectos  seres, 
como  ante  el  grande  y  sin  igual  Azara  ^ 
el  orbe  ante  ellos  la  cerviz  doblara. 

¡Tu  nombre  es  inmortal...!  JNunca  perece, 
lie  la  escelsa  virtud  á  semejanza. 
lEl  hombre  pasa...  y  débil  desparece...! 
Alas  el  fulgor  que  tu  recuerdo  alcanza 
sobre  tu  ilustre  tumba  brota  y  crece... 
Y  de  otros  siglos  á  través  se  lanza. .. 
I.as  edades  rindiendo  á  tu  memoria 
tributo  6el  de  admiración,  de  gloria. 

Hiv  \NVHKS.  Madrid  1.^  de  diciembre  de  1051. 

Pedro  José  Carrascosa  t  Carrion. 


^^^^^^p^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^j^^^^^^^B 

Há  . .                                                 —  469  — 

■ 

^^^B  r 

AL  IXGLITO  AZARA. 

^1 

^H 

Tú  ,  que  mecido  en  esplendente  cuna  , 

^1 

lumbrera  de  inmortal  sabiduría  , 

^^H 

^^H 

gloria,  virtud,  bonor  y  fantasía 
debiste  ¡grande  Azara!  á  la  fortuna: 

^^H 

^^H 

Tú,  en  cuyo  brillo  y  prez  fácil  se  aditn» 

^^H 

de  opuestas  ciencias  la  difícil  TÍa  ; 

^^H 

y  muestras  mil  de  augusta  simpatía 

^^H 

contaste  en  gradación  una  por  una : 

^^^H 

Torna  al  suelo  feliz  que  te  dio  aliento. 

^^H 

De  España  vuelve  á  dirigir  la  mente: 

^^H 

del  vate  á  iluminar  el  pensamiento. 

^^H 

Deja  la  tumba...  Y  cual  patricio  ardiente, 

^^1 

un  paso  mas  corooe  tu  carrera 

^^^1 

que  acabe  de  asombrar  la  España  entera. 

^H 

MAnzinABES.                                                Nanianoret  22  de  ina]ro  de  1  S5t . 

^^1 

^ 

FEAKaSGO   GOHZALBZ  El.lPE. 

I 

Entre  el  estruendo  de  la  guerra  impía, 

entre  crímenes  mil  y  mil  horrores  , 

^^H 

inundado  de  sangre,  entre  furores 

^^H 

el  siglo  diez  y  ochn  fenecía. 

^^H 

Sus  años,  al  finar,  se  horrorizaron 

^^H 

^^■i 

del  cañón  al  horrísono  estampido. 

^^H 

y  al  oír  de  la  guerra  el  cruel  rugido. 

^^H 

del  tiempo  en  el  abismo  se  ocultaron. 

^^H 

Del  nuevo  siglo  alumbra  el  nacimiento 

^^H 

la  hoguera  que  cieu  pueblos  devoraba  , 

^^1 

el  gítiío  de  la  guerra  lo  aguardaba 

^^1 

y  en  su  cuna  arrojó  su  inmundo  aliento. 

^^H 

La  Europa  que  miraba  estremecida 

^^^ñ 

de  sus  hijos  la  lucha  desastrosa  , 

^^^M 

como  madre  sensible  y  amorosa. 

^^^ñ 

clamaba  por  la  paz  apetecida. 

^^^M 

Sus  hijos  los  lamentos  escucharon 

^^^M 

cansados  ya  de  su  luchar  punible. 

^^^M 

y  dando  tregua  á  su  matanza  horrible. 

^^^M 

celéltrese  la  paz;  todos  clamaron. 

^^H 

Amiens  fué  la  ciudad  afortunada 

^^H 

que  en  su  recinto  cobijar  debía 

■ 

1            ' 

^^^^B 

—  470  — 

al  congreso  de  sabios  que  algún  dia 
diera  al  mundo  la  paz  tan  deseada. 

Y  las  naciones  todas  se  esmeraron 
en  elegir  varones  eminentes , 

los  mas  profundos ,  sabios  y  elocuentes , 
y  al  congreso  de  Paz  los  enviaron. 

La  España  que  dio  leyes  á  dos  mumdos  y 
y  soldados  ilustres  en  la  guerra ; 
entonces  demostró  también  que  encierra 
en  su  seno  políticos  profundos. 

Pero  en  caso  tan  arduo  y  azaroso 
¿  quién  será  aquel  varón  tan  entendido 
i  quien  confie  España  el  distinguido 
encargo,  tan  diRcil  como  honroso? 

¿Quién  podrá  con  su  mágica  elocuencia 
moderar  la  ambición  de  las  naciones  ? 
¿  quién  podrá  contener  las  pretensiones 
del  Corso  y  y  su  absoluta  omnipotencia? 

Solo  el  saber  y  la  prudencia  rara 
del  ilustre  varón  de  Barbuñales , 
solo  la  ciencia  y  dotes  especiales, 
la  firmeza  y  valor  del  grande  Azara. 

Su  voz  se  oyó  en  Amiens,  y  le  escucharon 
los  sabios  con  placer ,  y  á  su  elocuencia 
muestras  de  admiración,  de  deferencia, 
de  respeto  y  amor  le  tributaron. 

Y  ofreciendo  un  obsequio  placentero 
á  su  capacidad  y  á  sus  talentos , 

al  firmarse  la  paz  todos  contentos 
á  Azara  ceden  el  lugar  primero. 

Gloria  y  honor  á  sus  virtudes,  gloria 
á  su  honradez  é  integridad  estraña , 
y  sea  para  gloria  de  la  España 
eterna  entre  los  hombres  su  memoria. 

Ignacio  Pérez  Calonge. 


¿Qais  desiderío  sit  nudor  aut  modas 
tam  cari  capitis? 

Q.  Horacio. 


Hoy  hasta  ti  se  eleva  en  raudo  vuelo 
el  rudo  vate  que  ta  gloría  admira , 


Y  en  aquella  comarca  Tcoerado 
sa  Dombre  fué  doquier.  ¡  Oh  !  y  cuántas  Teces 
las  lagrimas  secó  del  desagraciado 
cuando  apurara  del  dolor  las  heces ! 

La  hisloria  su  piedad  y  sus  bondades 
mucbo  mas  que  sus  glorias  preconiza  ; 
que  si  al  héroe  respetan  las  edades  , 
al  juslo  la  TÍrtud  inmortaliza. 

Li»A.  Madrid  39  de  enero  de  ISSI 

Abdbhs  Tatiba  y  Romeeo. 


1 


GUADALAJARA. 


A  u  wmmk  DiL  ínclito  azara. 


Los  filet  de  It  proimcit  de  Gaadalajara. 

Ese  gigante  de  espafiola  raza , 
gloría  del  nhÍD ,  admiracioD  del  Sena , 
cuyo  renombre  el  universo  llena... 
cuyo  genio  sus  ámbitos  abraza : 

Ese  coloso  que  en  su  altura  traza 
angosta  via  al  vencedor  de  Jena ; 
sus  indomables  ímpetus  enfrena , 
y  sus  hercúleas  águilas  enlaza : 

El  que  sabe  en  el  Tiber  ser  Camilo , 
con  iracundo  César  tierno  hermano , 
y  en  la  común  desgracia  dulce  asilo.  •• 

Es  Azara ;  broquel  del  Vaticano , 
que  á  la  espada  del  Corso  quiebra  el  filo  9 
dzando  al  sol  la  estirpe  de  Nibbiano. 

SlGUBNZA. 

Manuel  Asensio  y  Berzosa. 


Genios  encuentro  mil  divinizados 
que  en  justa  gratitud  á  su  memoria 
en  el  grandioso  templo  de  la  historia 
por  fiel  posteridad  son  venerados ; 

De  guirnaldas  se  ostentan  coronados 
tejidas  con  laurel  de  la  victoria ; 
portentos  de  valor  leo  en  su  historia 
con  caracteres  de  rubi  grabados. 

Uno  se  vé  de  angelical  presencia 
que  por  cima  de  todos  descollara ; 

60 


—t 


MADRID 


i  U  MENORU  DEL  EXCNO.  SR.  D.  JOSÉ  FUGÓLAS  DE  AZARA. 


Los  f atet  de  la  proTÍncia  de  Hadfid. 

Sr.  D.  Basilio  Sebastian  Castellanos. 

Muy  señor  mió  de  toda  mi  estimacioú  :  He  recibido  dias  pasados 
una  atenta  carta  de  Yd.,  en  que  me  invita  á  concurrir  con  alguna 
composición  mia  para  la  Corona  poética  que  ha  de  publicarse  en  ho- 
nor del  ilustre  escritor  y  diplomático  D.  José  Nicolás  de  Azara. 

No  he  podido  por  mis  ocupaciones  contestar  á  Yd.  con  la  breve- 
dad que  deseaba.  Hoy  que  ya  puedo  hacerlo ,  doy  á  Yd.  en  primer 
lugar  las  gracias  por  la  honra  que  dispensa  á  mi  pobre  ingenio,  cre- 
yéndole digno  de  asociarse  á  su  noble  pensamiento.  Bien  acreedor  era, 
por  cierto ,  á  la  mas  alta  estimación  entre  sus  contemporáneos ,  y  á 
toda  alabanza  en  la  posteridad,  el  hombre  insigne  que  al  gusto  mas 
esquisito  con  que  toda  su  vida  cultivó  y  protegió  las  Letras  y  las  Ar- 
tes, supo  unir  la  superioridad  de  razón,  la  estensa  capacidad  y  el 
carácter  firme  y  elevado  con  que  allanaba  diestramente  las  arduas  di- 
ficultades de  su  carrera  política ,  salvó  á  Roma  de  los  horrores  de  la 
guerra ,  y  dio  á  respetar  el  nombre  español  donde  quiera  que  fué  lla- 
mado á  representarle.  El  asunto,  sin  duda,  es  grande,  y  fecundo; 
pero  mis  fuerzas  son  ya  pocas  para  tratarle  como  corresponde. 

Tengo  demasiada  edad ,  y  las  atenciones  que  me  rodean  me  ale- 
jan de  las  Musas  en  tal  manera,  que  se  pasan  años  y  años  sin  hacer 
un  solo  verso.  Por  esta  razón  me  he  negado  á  entrar  en  otros  con- 
cursos á  que  he  sido  invitado ;  y  por  la  misma  espero  que  no  estrañe 
Yd.  me  niegue  á  entrar  en  el  que  me  propone.  Mis  versos  no  serian 
ya  flores ,  sino  espinas ,  comparados  con  los  que  presentarán  otros 
escritores^  ahora  en  el  vigor  de  la  edad  y  del  talento ;  lo  cual ,  como 
Yd.  conoce,  no  baria  honor  á  la  empresa  de  Yd.,  ni  al  difunto  Aza- 
ra, ni  á  mí  tampoco.  B.  L.  M.  de  Yd.  su  atento  seguro  servidor 

Manuel  José  Quintana. 

Madrid.  Madrid  14  de  junio  de  1850. 


—  476  — 

AL  MEMORABLE  AZARA. 

Cuando  miro  mi  humilde  poesía 
y  escucho  el  eco  de  tu  eterna  gloría  ^ 
mi  pecho  se  conmueve  de  alegría 
al  acatar  del  Genio  la  memoria. 
Grande  te  proclamó  la  voz  del  mundo 
por  tu  virtud  y  acrisolada  ciencia , 
y  el  respeto  inspiró  santo  y  profundo 
que  al  hombre  dá  la  próvida  conciencia. 
¿Por  qué  me  falta  inspiración  y  aliento 
al  querer  espresar  tanta  grandeza? 
Es  que  comprende  bien  mi  pensamiento 
de  sus  rudos  conceptos  h  pobreza. 
Liras  mil  á  porña  hoy  te  ensalzan : 
tu  memoria  por  siempre  es  acatada : 
si  tantos  genios  presurosos  se  alzan 
qué  puedo  yo  decir?  ¡ay,  de  mí^  triste!  nada  f 

MA.DR1D. 

Natalia  Boris  de  Ferrant. 


Yaron  ilustre  de  mi  patria  amada 
insigne  en  letras,  noble  en  tus  acciones, 
iris  de  paz  brillante  entre  naciones 
próximas  á  lanzarse  en  guerra  airada: 

Te  aplaude  el  mundo ,  la  Ciudad  sagrad» 
Libertador  te  aclama  entre  ovaciones , 
y  ensalzan  los  hidalgos  corazones 
tu  piedad  á  los  tristes  prodigada. 

Bien  hacen  hoy  los  vates  i  porfía 
en  alzar  con  sus  trovas  monumento 
á  quien  diera  i  su  suelo  gran  valía , 

Y  ¡  ojalá !  yo  pudiera  en  tal  intenta 
rendirte  ofrenda  cual  la  patria  mia 
otorga  á  tu  virtud  ^  dá  á  tu  talento. 
Madrid. 

Antonio  Alcalá  Galiano. 


Dá  piadoso  el  destino  á  las  naciones 
para  ahuyentar  la  estúpida  ignorancia 
y  el  dañino  desmán  de  las  pasiones , 


—  477  — 

los  preclaros  varones 
que  honran  la  humanidad  entristecida  , 
y  con  la  fulgidez  de  sus  acciones , 
de  la  muerte  las  vuelven  á  la  vida. 

I  Ilustre  aragonés!  •••  de  Espafia  gloria ; 
ábil  negociador ,  sabio  profundo ; 
ya  te  cuenta  la  historia 
entre  los  genios  que  venera  el  mundo* 
En  la  Ciudad  sagrada 
como  digno  español  j  con  alto  pecho 
defendiste  el  derecho 
de  la  patria  adorada ; 
y  alzaste  generoso 
el  mérito  caido , 
que  un  instinto  ominoso , 
siempre  condena  el  mérito  al  olvido. 
¡Nombre  grato  de  Azara  al  pueblo  Ibero ! 
al  recordarle  las  futuras  gentes , 
clamarán  reverentes : 
El  fué  aquel  que  brilló  como  lucero ; 
que  la  Fama  con  mano  cariñosa    ' 
bajo  su  busto  escribe : 
«Sobre  su  tumba  las  edades  ruedan 
»y  la  memoria  de  sus  hechos  vive.» 


Madrid. 


Madrid  23  de  febrero  de  1852. 

Maiyuel  Maeia  Alzaibar. 


Honor  y  prez  al  eminente  genio , 
al  preclaro  varón  justo  y  prudente, 
al  que  del  jesuitismo  hundió  la  frente 
aconsejando  á  Garlos  su  estincion. 

Al  esperto  piloto  afortunado , 
que  surcando  los  golfos  de  Loyola 
paró  el  furor  de  la  soberbia  ola 
que  amagó  general  inundación. 

Al  que  tras  diplomática  pelea 
presentó  de  un  cónclave  el  colorido  j 
y  de  añejas  pasiones  el  tejido 
bosquejó  con  magnifico  pincel. 

Al  que  supo  sin  oro  y  sin  empleos 


—  478  — 

los  errores  vencer  cardenalicios , 
y  combatiendo  monacales  vicios 
á  Gangancli  procuró  el  dosel. 

Al  que  trazó  con  atinada  pluma 
la  hipocresía  audaz  del  Vaticano 
que  al  católico  al  par  que  al  luterano 
supo  halagar  con  ingenioso  ardid. 

Al  que  entre  palacios  de  Austria  y  Roma 
los  enojos  maléGcos  desarma, 
y  entre  los  duques  de  Toscana  y  Parma 
y  el  gran  Vicario  conjuró  la  lid. 

Al  que  sin  mas  recursos  que  su  ciencia , 
sin  otro  apoyo  que  su  recto  juicio 
logró ,  que  de  Bolonia  el  armisticio 
declarara  el  Coloso  de  la  edad. 

Al  sabio  economista,  que  observando 
allende  el  Pirineo  astros  de  ruina , 
al  par  salvó  que  en  la  nación  vecina 
el  crédito  en  España  y  dignidad. 

Al  amigo  y  mentor  de  Bonaparte , 
al  gran  representante  de  seis  reyes , 
al  que  de  todos  respetó  las  leyes 
siempre  entendido,  recto  y  liberal... 

Al  ilustre  estadista,  al  buen  patricio, 
honor  y  gloria  del  hispano  suelo , 
el  galardón  del  justo  rinda  el  ciclo 
y  el  orgullo  español  lauro  inmortal. 

Madrid.  Madrid  7  de  mayo  de  1851. 

Blas  María  Araqüe. 


¿Que  á  m{  del  loco  mundo , 
en  errores  há  siglos  sumergido 
el  ignorar  profundo? 
Y  si  corona  con  laurel  mentido 
sienes  indignas  de  eternal  renombre , 
¿respetaré  cuanto  á  su  error  asombre, 
su  fama  infiel  loando, 
y  errores  y  delitos  endiosando  ? 

No ,  Azara ,  no.  Detesto 
los  vanos  ecos  de  usurpada  gloria , 


—  479  — 

como  el  orgallo  enhiesto 

de  falsos  héroes  que  nos  da  la  historia  ^ 

como  Alejandro ,  como  Aníbal  fiero , 

como  á  otros  mil ,  cuyo  letal  acero 

sangre  humana  vertía , 

y  del  hombre  el  incienso  recibía. 

¡  Fatídica  demencia ! 
¡  estúpido  loor  I  ¡incienso  impío  I 
¿Por  qué  fatal  creencia 
héroes  llamar  en  ciego  desvario 
á  los  verdugos  de  la  humana  raza , 
quien  sangre  y,  fuego  cuanto  el  orbe  abraza 
frenéticos  bollaron , 
y  á  crímenes  y  á  vicios  le  avezaron? 

Ellos  ¡ay!  ancha  vía 
al  fratricidio  y  al  dolor  abrieron : 
y  en  su  procaz  valia 

¿qué  ventura,  cuál  bien  al  orbe  dieron? 
Ellos  ¡  ay !  sí ,  por  héroes  aclamados ; 
mas  ¡los  hombres. ••!  ó  muertos  ó  aherrojados 
incendio ,  y  rapto  y  muerte 
y  esterminio  y  y  horror :  tal  fué  su  suerte. 

Pues  sarcasmo  es  tal  gloria : 
vil  el  laurel  que  á  tan  audaz  cinismo 
en  la  veraz  historia 
laurel  mintiera  ser  del  heroísmo. 
Héroe  nunca  es  aquel  que  hiere  y  mata; 
héroe  es  solo  el  que  gérmenes  dilata 
de  paz  y  de  ventura 
de  fraternal  amor,  y  de  fé  pura. 

Y  tú,  por  esto,  Azara , 
orgullo  eterno  de  la  patria  mía , 
héroe  de  luz  preclara 
fuiste ,  y  héroe  de  paz  y  de  hidalguía : 
héroe  en  el  bien,  y  en  el  saber  sublime, 
y  en  la  virtud  que  del  dolor  exime 
y  al  hombre  inmortaliza , 
porque  al  Dios  en  el  hombre  diviniza. 

De  Témis  en  el  templo 
tu  voz  sonó ,  y  al  castellano  solio 
tu  ciencia  sin  ejemplo 
plugo  elevar  al  grave  Capitolio , 


—  480  — 

dó ,  al  herir  de  tu  acento  sobrehumano 
la  bóveda  eternal  del  Vaticano , 
luya  fué  la  Tiara 
de  Clementes  y  Píos,  grande  Azara. 

Y  cuando  el  estampido 
de  Marte  ruje,  y  el  fatal  Coloso 
al  muro  bendecido 
de  la  santa  ciudad  osa  orgulloso , 
en  la  insaciable  sed  de  su  venganza 
que  á  Europa  aflije  con  feroz  pujanza , 
¿quién  sino  tú  alentado 
Libertador  de  Roma  es  proclamado  ? 

Tú  á  la  mazmorra  horrenda 
llevas  heroico  tu  piedad  sublime , 
y  en  Bizancio  tu  ofrenda 
del  galo  audaz  la  esclavitud  redime ; 
que  paz  es  tu  misión ,  y  la  paz  santa 
tu  voz  de  cisne  enamorado  canta , 
y  por  tu  genio  solo 
reina  la  paz  del  uno  al  otro  polo. 

Los  tronos  vacilantes 
por  ti  se  afirman ,  y  los  tronos  quieren 
tus  talentos  radiantes 
con  un  trono  premiar :  mas  no.  Prefieren 
tu  saber  y  tus  lauros  tutelares 
solo  apacibles  y  modestos  lares : 
que  tú ,  héroe  verdadero , 
tu  trono  tienes  en  tu  hogar  primero. 

Y  tu  nombre  es  el  nombre 
que  el  mundo  escucha  con  feliz  sonrisa; 
ni  de  cruel  renombre 
la  ensangrentada  sombra  se  divisa. 
La  paz  y  las  virtudes  y  las  ciencias 
son  tu  solio :  balsámicas  esencias 
dánte  prez  y  reposo , 
y  tu  tumba  es  el  trono  mas  glorioso. 

Que  nunca,  Azara,  muere 
quien  fué  genio  del  bien  y  de  paz  santa : 
honor  eterno  espere : 
honor,  que  al  vate  enardecido  encanta: 
y  si  en  falaces  páginas  la  historia 
de  mil  tiranos  aduló  la  gloria ; 


—  481  — 

Azara,  tu  cmsmo 

es  el  solo  laurel  del  heroísmo. 


Madrid. 


Gabriel  Ferrer. 


Noble  Azara,  sí  tiene  tu  memoria 
en  cada  corazón  un  monumento , 
¿  á  qué  de  nuevo  fatigar  el  viento 
con  los  recuerdos  de  tu  inmensa  gloría? 

Su  nombre  basta  á  enaltecer  al  hombre , 
mas  no  hay  nada  que  baste  en  su  alabanza , 
pues  ¿quién  su  genio  á  comprender  alcanza, 
ni  quién  soy  yo  para  cantar  tu  nombre?; 


Madrid. 


Bladrid  23  de  enero  de  1852. 
EimiQUB  HERIVAia)EZ. 


Guando  abrasados  de  llorar  los  ojos 
tornan  al  llanto  y  lágrimas  no  hallan ; 
cuando  anegada  el  alma  en  los  enojos 
que  en  torno  suyo  sin  cesar  estallan ; 
lo  ya  pasado  olvida , 
detesta  lo  presente 

y  hastiada  en  fin  el  porvenir  descuida ; 
dulce  le  es  en  el  piélago  inclemente 
que  arrebató  su  bien  pérfido ,  avaro , 
la  antorcha  ver  de  apetecido  faro. 

Dulce  le  es  al  proscripto  moribundo 
que  gimió  triste  y  solo  años  prolijos , 
cuando  su  adiós  frenético  dá  al  mundo 
recibirle  en  su  idioma  y  de  sus  hijos ; 
dulce  es  la  tierra  al  náufrago  que  arrojan 
inflamadas  las  onda»  á  la  arena, 
dulce  es  al  caminante  que  despojan 
salvar  la  vida  que  el  ladrón  le  ordena : 
pero  es  mas  dulce  aún  poder  la  lengua 
un  nombre  dar  al  porvenir,  sin  mengua. 


61 


A  u  MEioRU  m  mu. 


Amenaza  al  romano  estremecido 
Del  grao  Napoleón  la  prepotencia ; 
Pero  cede  al  poder  de  tu  elocuencia 
El  rayo  de  ta  guerra  despedido. 

Salvación  es  tu  hogar  al  desvalido ; 
Y  burlando  del  hado  la  inclemencia, 
Olvida  en  él  su  misera  indigencia 
Mas  de  ud  vastago  regio  perseguido. 

De  monarcas  amigo  y  consejero , 
Cual  noble  fiel ,  pmdente  como  sabio , 
Fuiste  en  todo  un  cumplido  caballero; 

Y  á  rstrañas  glorias  sin  hacer  agravio, 
Puede  el  vate  decir  del  noble  jizara : 
■  ¡  Fué  entre  los  grandes  su  gracdeza  rara ! 


1j¡AS  EdGBNIO   HABTZKfBDSGU. 


■  j  No  hay  nada  mu  que  yo  I  dijo  en  su  sueño 
el  gran  Napoleón ,  pasmo  del  mundo  : 
todo  cede  á  mi  esfuerzo  sin  segundo , 
y  fae  de  ser  cual  un  Dios,  del  orbe  dueño. 

El  hombre  ea  ante  mí  reptil  pequeño 
que  bajo  el  polvo  de  mis  pies  confundo, 
buUente  pedestal,  siempre  fecundo 
y  á  mi  inmensa  ambición  siempre  risueño.» 

Calló  el  guerrero ,  y  en  su  alentó  oido 
una  voz  resonó  vibrante  y  clara 

que  dijo  así ¡  Gigante  enaltecido , 

hay  algo  mas  que  tú ,  viviendo  jizara .' 

I  Pontífices  y  Reyes  le  han  honrado 

cédele  un  puesto  á  tu  brillante  lado  ! 


Eduardo  de  la  Lona. 


••.'.* 


■         .'f 

■    -  *    « 


—  485 


AL  EmNENTE  AZARA. 


Sí  de  Aragón  U  gloria  no  bastóra , 
si  de  claros  varones  careciera , 
con  noble  orgullo  presentar  pudiera 
cual  glorioso  blasón ,  al  grande  Azata^ 


Madiud. 


Airromo  Pirila. 


AL  DIPLOMÁTICO  T  LITERATO  ESPAÑOL  AZARA. 


Bien  mereces  ceñir,  oh  espafiol  Fabio, 
el  laurel  y  la  oliva  de  Belona, 
que  aun  el  tranquilo  Reno  el  bien  pregona 
que  Roma  debe  á  tu  elocuente  labio  (1) ; 

Aún  dura  en  la  memoria  el  desagravio 
de  tu  patria  en  Amiens  (3) ;  y  de  Helicona 
el  coro  bello  y  púdico  aún  blasona 
de  que  fuistes  á  un  tiempo  artista  (3)  y  sabio. 

De  tu  gloriosa  vida  en  el  discurso 
uniste  así  por  modos  diferentes 
la  fria  razón  del  entusiasmo  al  vuelo. 

Como  el  famoso  Xanto  que  en  su  curso 
cristales  vuelca  de  dos  altas  fuentes , 
cálida  una,  y  otra  como  el  hielo. 


MadrU)  (adopÜYa). 


Pedro  Madrazo. 


(1)  Ei  jármisticio  de  Bolonia,  qae  en  1796  contuYo  á  Napoleón  Bonaparte^  eoaodo 
I  dirigía  á  Roma  con  sn  ojército  para  yeogar  los  agrayiot  qoe  la  República  francesa  Mponia 
aber  recibido  del  Pontífice. 

(2)  Véase  el  cuerpo  do  esta  obra  acerca  de  las  grandes  Yentajas  qne  consignió  Axara 
ira  la  Espafta  en  aquel  célebre  congreso  de  Amiens. 

(3)  Alude  al  ilustrado  amor  á  las  artes  que  distinguid  á  e$tt  consumado  político ,  y  á  sai 
faügablet  inYestigaciones  estáticas. 


mmátm 


486 


íl  eminente  azara. 


Tú  que  á  Im  gloría  de  tu  estirpe  clara 
timbres  uniste  de  mayor  valia , 
orgullo  y  lustre  de  la  patria  mia 
que  admira  tu  virtud  y  ciencia  rara  : 

Firme  sostén  del  Trono  y  la  Tiara 
que  en  tí  esperanza  en  sus  peligros  fia ; 
protector  de  las  arles ,  y  alegría 
de  ingenios  mil  que  tu  bondad  ampara ; 

Tú  que  la  saña  moderaste  solo 
del  genio  de  la  guerra  armipotente 
sirviendo  al  pueblo  de  Marón  de  escudo , 

Y  enlazaste  al  laureiíl  sacro  de  Apolo 
la  oliva  de  Minerva  floreciente : 
¡  Salve ,  Jzara  inmortal ,  yo  te  saludo ! 


Madrid. 


Floibngio  MoasNo  t  Goomo. 


Ciencia ,  ciencia  sublime 
que  al  sol  ¡gualas  que  preside  al  día; 
antorcha  luminosa , 
tu  luz  disipa  la  linicbla  odiosa. 

¡  Qué  grande  es  tu  poder! 
Mágico  influjo  su  esplendor  encierra ; 
su  fuego  soberano 
al  genio  libra  del  error  tirano. 

Feliz  el  que  tu  soplo 
ardiente  recibió ,  y  herirle  pudo , 
por  suerte  peregrina , 
vivo  un  destello  de  tu  luz  divina 

Desconocido ,  oscuro , 
el  que  en  tu  templo  penetrar  no  osara , 
ni  el  misterioso  arcano 
escuchó  de  tu  acento  sobrehumano : 

Baja  á  la  triste  huesa, 
y  arrastra  envuelto  su  ignorado  nombre 
entre  ceniza  helada 


—  487  — 

á  sempiterno  olvido  destinada. 

Qne  dí  un  rastro  siquiera 
dejó  en  el  mundo  sn  vivir  KviaBO ; 
ni  en  su  escasa  ventura 
tendrá  un  recuerdo  de  la  edad  fiilnra ; 

Pues  pasó  su  existencia 
cual  llama  Tátua  que  en  el  aire  cruza 
coD  giro  violento, 
ó  leve  arista  que  arrebata  el  viento.^... 

Del  sabio  empero  se  alza 
santa  la  tumba,  de  fulgente  aureola 
de  fuego  rodeada , 
de  un  siglo  y  otro  siglo  venerada. 

En  torno  la  flor  cace ; 
y  á  esa  flor  la  sucede  otra  mas  bella , 
y  el  lauro  reverdece , 
de  sombra  amiga  que  lozana  crece. 

Canta  un  vate  inspirado ; 
otro  en  remota  edad  $n  ejemplo  sigue , 
y  lleva  hasta  esa  tumba 
su  canto,  el  aire  que  lejano  zumba. 

Esculpe  el  duro  bronce 
de  su  talento  tos  preciados  dones ; 
y  conserva  la  historia 
en  láminas  doradas  su  memoria 

¡Quién  cual  tú,  Azara, 
respeto  tanto  y  nombradla  alcanza ! 
El  vate  reverente 
pasa  tu  nombre  de  ana  en  otra  gente. 

IVombra  Azara  la  historia : 
Azara  imprime  en  la  medalla  el  cufio  : 
Azara,  en  sus  pinceles  , 
repite  el  arte  del  divino  Apeles. 

¡Qué  mucho  si  asombrado 
miró  tu  frente  de  laurel  ornada 
el  Ebro  caudaloso, 
el  ancho  Tajo ,  el  Sena  impetuoso ; 

Y  el  Tibcr  en  su  orilla 
escuchó  absorto  la  sonora  trompa 
de  la  Fama  vocera 
que  tus  hechos  publica  por  do  quiera! 

¡  Qu¿  mucho,  si  las  testas 


—  488  — 

que  ostentan  de  oro  la  Tiara  Santa , 

en  tu  consejo  fian , 

y  á  tu  prudencia  su  poder  confian : 

Si  á  la  vez  seis  naciones 
nobles ,  valientes ,  generosas ,  grandes , 
entregan  á  tu  tino 
el  ancho  porvenir  de  su  destino : 

Si  con  egregia  mano 
la  reina  de  dos  mundos  poderosa 
marca  en  tu  noble  pecho 
insignias  de  su  afecto  satisfecho : 

Si  el  Capitolio  altivo , 
del  mundo  espanto ,  del  poder  emporio , 
que  á  remotas  regiones 
llevó  un  día  triunfantes  sus  legiones , 

A  ti  angustiado  acude, 
Y  en  tí  encontrando  alivio  al  rudo  amago 
que  su  soberbia  doma 
te  aclama  al  fia  Libertador  de  Roma  ! 

¡  Y  qué ,  si  al  tiempo  mismo 
que  á  Marte  embotas ,  la  sañuda  espada , 
las  recónditas  leyes , 
esplicas  de  la  ciencia  de  los  reyes ; 

Y  tu  fecundo  genio 
al  raudo  vuelo  que  el  espacio  mide 
también  bajo  la  oliva , 
artes  y  letras  con  ardor  cultiva ! 

Ilustre  Aragonés, 
vio  Barbuñales  tu  nacer  dichoso , 
y  brilló  desde  el  cielo 
el  refulgente  sol  del  patrio  suelo. 

¿Mas  dónde  me  conduce 
mi  ardiente  fantasía  arrebatada , 
que  en  su  calor  no  mira 
que ,  Azara ,  es  para  tí  pobre  mi  lira?.... 

Cese ,  cese  mi  acento 
que  solo  el  fuego  del  sublime  Homero 
es  digno  á  tanta  [hazaña 
del  hijo  ilustre  de  la  hermosa  España.  É 

BsrnGNO  Qüjbós  y  Contreras. 


■  489  — 


U  ILUSTRE  ESPAÑOL  AZADA. 


Docto  varón,  jízara  esclarecido, 
hoDor  del  Cioca  y  su  feraz  ribera; 
tú,  vencedor  del  tiempo  y  del  olvido, 
gloria  serás  de  la  nacioD  ibóra. 
Tus  despojos  la  muerte  ha  recogido 
pero  el  alma  inmortal  voló  á  su  esfera, 
y  libre  ostenta  en  el  feliz  seguro 
nuevo  esplendor  inalterable  y  puro. 

Aún  te  recuerdan,  al  llorarte  muerto, 
el  huérfano,  el  mendigo  ,  el  desterrado  , 
que  á  sus  naufragios  encontraron  puerto 
en  tu  sensible  corazón  honrado, 
siempre  al  clamor  de  la  ÍRÓigeacia  abierto, 
siempre  á  la  voz  del  interés  cerrado , 
ageno  al  egoismo  y  la  codicia, 
templo  de  caridad  y  de  justicia, 

¿Cómo  olvidar  al  defensor  celoso 
de  uno  y  otro  proscripto  soberano « 
á  los  que  asilo  hospitalario  honroso 
cedió  leal  con  generosa  mano? 
¿Al  que  del  bien  de  su  país  ganoso, 
embajador  y  á  un  tiempo  ciudadano, 
trocó  en  Aniiens,  en  Portugal  y  España 
en  paz  amiga  la  feroz  campaña? 

¿Quién  no  recuerda  al  que  elocuente  un  dia 
con  voz  irresistible  y  poderosa, 
con  la  unión  de  los  reinos,  pretendía 
llegar  á  hacer  la  humanidad  dichosa: 
al  que  alivió  su  servidumbre  ímpia, 
hermanando  con  ciencia  prodigiosa, 
de  la  virtud  para  acatar  las  leyes, 
los  Pueblos,  lo8  PontiBces,  los  Reyes? 

Al  que  de  Francia  al  águila  potente 
supo  corlar  el  vuelo  temerario  , 
y  ante  la  Tíára  ungida  de  Clemente 
paró  el  bridón  del  Corso  sanguinario; 
é  hizo  dichosa  á  la  romana  gente 


—  491  — 

al  corso  Macedón  miriü  la  lierra 
de  la  discordia  frecuentar  el  ara  ; 

Y  solo  entero  en  el  coniua  quebranto  , 
vivió  extrafio  á  las  arles  de  la  guerra, 
sabio ,  apacible  y  bienhechor  Azara. 


Catetaho  Rosbll. 


Blandiendo  audaz  su  espada  enrojecida 
el  genio  triunfador  que  á  Italia  doma, 
ante  sus  puertas  la  potente  Roma 
le  contempló  de  asombro  estremecida. 

La  ciudad  de  los  Césares,  vencida 
mira  que  su  grandeza  se  desploma ; 
y  al  anciano  PonliOce  le  asoma 
al  párpado  una  lágrima  encendida. 

Tal  era  loh  Roma  I  tu  funesta  suerte  : 
pero  el  ilustre  Azara  y  ante  el  guerrero 
que  sobre  ti  voló,  rayo  de  muerte, 

Be  acerca  mediador  y  consejero 

y  el  Jefe  de  las  Gálicas  legiones 
parte  lejos  de  ti ,  con  sus  pendones. 


Juan  Rciz  del  Cerro. 


Cuando  el  genio  del  mat  con  impía  saiía 
en  disensiones  mil  la  Europa  llena, 
y  cuando  empieza  su  triunfal  campaña 
el  que  fué  luego  vencedor  de  Jena , 
iris  de  paz  ,  orgullo  de  la  España 
brillas  tú  ,  Azara,  en  su  región  serena  ; 
bien  asi  como  el  sol  tras  noche  umbria 
vertiendo  luz  y  gloría  y  alegría. 

Tú,  que  en  las  letras  y  en  las  artes  solo 
á  tu  ilustre  blasón  timbre  divino 
diste ,  y  esento  de  perfidia  y  dolo 
registe  de  los  pueblos  el  destino  , 


Madbid. 


—  495  — 

Los  males  de  so  patria  acrecentaba  y 

Y  con  desprecio  el  Orbe  la  miraba  ^ 
Testigo  un  tiempo  de  su  ardor  fecundo^ 

Los  bechos  inmortales  caducaron 
Del  de  Yivar ,  de  Córdoba  y  de  Ercilla  ^ 
Sopló  el  Austro,  y  los  mares  anegaron 
Del  triste  barco  la  postrer  bastilla; 
Mas  los  bados  de  España  se  apiadiron , 

Y  Azara  claro  Sol  tocó  su  orilla. 


Rafael  Calvez  Amaüdi. 


AL  INMORTAL  AZARA. 


Rico  de  heroicos  recuerdos 
el  bello  Aragón  se  ostenta 
tan  grande ,  que  el  mundo  todo 
reconoce  su  grandeza. 
Y  el  aragonés  henchido 
de  lanía  gloría ,  presenta 
su  noble  cabeza  al  mundo 
con  mas  candor  que  soberbia.. 
Recuerda  á  Roger  Brindéz 
y  á  Don  Berenguer  Dentenza  y 
que  de  Aragón  los  pendones 
hicieron  triunfar  en  Grecia , 
la  Tracia ,  la  Tesalónica  , 
la  Macedonia ,  y  Atenas , 
tributarías  de  Aragón 
fueron  con  el  Asia  entera , 
cuando  triunfando  en  su  suelo 
el  aragonés ,  ahuyenta 

(1)  Fragmento  de  mis  Romances  pnblieados  con  estos  títulos  en  el  Albmm  de  mi  fa- 
ilia  y  de  mis  amigos ,  y  por  folleto  separado  eo  1 851  coa  motivo  ie  la  iBaoguraeion  del 
momento  de  Azara. 


—  494  — 

los  turcos  que  al  rey  AndrÓDÍco 

de  Bizancio  baciao  guerra. 

Eo  Don  Garda  Giménez , 

su  rey  primero ,  recuerdao 

que  al  hijo  de  Mahomet 

vencieron,  ycn  su  cabeza 

anda  viva  ia  memoria 

de  Iñigo  Arista  que  encuentra 

esa  milagrosa  Cruz 

que  es  de  su  blasoo  la  eoseSa. 

Y  del  campo  de  Alcoráz, 
cabe  la  ciudad  de  Huesca, 
al  rey  don  Pedro  Primero 
como  á  vencedor  presentan 
de  la  morisma  insolente 

que  Almozaben  coa  soberbia 
como  rey  de  Zaragoza 
Iraia  para  su  ofensa: 

Y  al  rey  Don  Alonso^  el  dicho 
Batallador  <lc  escelencia , 

por  héroe  de  Zaragoza 
cual  conquistador  celebra. 
Pío  olvida  que  el  rey  Don  Jaime 
de  Mallorca  al  moro  echa  , 
y  que  con  aragoneses 
conquistó  también  Valencia. 
INi  que  don  Pedro  Segundo, 
con  la  tropa  aragonesa  , 
en  las  INavas  de  Tolosa 
venció  al  moro  en  la  refriega, 
Con  Don  Fernando  el  Católica 
el  Aragón  se  presenta 
en  la  toma  de  Granada 
y  allí  triunfa  su  bandera  ; 
bandera  que  vencedora 
en  el  uuevo  mundo  queda, 
cuando  un  Colon  le  descubre 
para  que  un  Córtís  le  venza. 

Y  en  fin  el  aragonés 

con  gloria  siempre  recuerda, 
que  humilló  á  ios  vencedores 
de  Austerlilz,  Egipto  y  Jena, 


«MhB^M^BMB^Ita 


y  qae  al  gran  Napoleón 
hizo  bajar  la  eaboa  ^ 
cuando  pretradió  insensato 
avasallar  su  fiereza. 
Con  tantos  trianfos  pasados , 
el  aragonés  se  ostenta, 
rico  de  valor  y  gloria^ 
ufano  de  so  grandeza. 
Pero  tiene  otro  tesoro 
de  mas  ricas  escelencias , 
tesoro  que  el  vencimiento 
por  do  quiera  le  presenta ; 
y  al  cual  debe  de  su  brazo 
el  esfuerzo  y  la  braveza 
con  que  se  sabe  hacer  héroe 
en  los  cielos  y  en  la  tierra. 
Este  tesoro  infinito , 
este  bien  y  esta  riqueza  9 
es  la  diva  protección 
que  tiene  en  la  Virgen  bella. 
En  esa  hermosa  matrona 
de  cielos  y  mundo  estrella, 
que ,  madre  del  Salvador, 
es  de  Aragón  Madre  y  Reina. 
T  el  aragonés  que  sabe 
que  la  divina  Princesa 
á  su  tierra  tiene  amor , 
en  adorarla  se  empefia. 
Al  fuego  de  devoción, 
María,  una  llama  hecha 
de  amor,  acude  al  auxilio 
de  quien  tan  bien  la  festeja. 
Por  eso  en  advocaciones 
es  tan  frecuente  esta  tierra 
de  la  Virgen  Soberana , 
que  en  treinta  se  la  venera. 


Aparecidas  imágenes 
son  todas  de  la  luz  bella , 
con  que  la  Virgen  María 
en  Aragón  se  presenta : 


—  496  — 

Son  apellidos  divinos 
de  su  celeste  grandeza , 
y  nombres  de  los  Estados 
á  quienes  dio  preferencia. 
Mas  en  otra  advocación 
tan  grandiosa  se  presenta 
en  Aragón ,  que  los  cielos 
solo  tienen  tal  grandeza : 
Con  el  nombre  del  Pilar 
la  adora  toda  la  tierra , 
y  la  heroica  Zaragoza 
es  la  corte  de  tal  Reina. 
Aparecida  fué  allí 
también ,  mas  por  escelencia 
lo  fué  cuando  en  carne  humana 
hizo  feliz  á  la  tierra. 


Y  en  aquel  famoso  templo , 
en  que  la  piedad  se  ostenta 
del  invicto  aragonés , 

la  adora  la  España  entera. 

Y  la  adorará  por  siempre 

que  siendo  de  España  Estrella  y 
el  español  jamás  puede 
olvidarse  de  su  Reina. 


Entre  su  sol  y  su  luna 
el  aragonés  su  tierra , 
por  pais  de  bendición 
con  justa  causa  celebra. 
Y  mucho  mas  si  en  auxilio 
los  santos  de  Aragón  llegan 
que  son ,  á  mas  de  los  mártires 
que  Zaragoza  celebra, 
los  suficientes  á  hacer 
rica  de  piedad  la  Iberia. 


Con  tantos  aragoneses 
en  el  cielo  ¿cómo  espera 


^« 


—  497  _ 

el  euemigo  de  Dios 
prosperar  en  esta  tierra  ? 
Jamás  podrá  avasallarla 
que  es  ejército  de  fuerza , 
y  lleva  por  capitán 
del  cielo  á  la  Augusta  Ri!Ína. 
¡  Oh  Aragón  !  solo  los  cielos 
te  aventajan  en  grandeza  , 
si  es  que  estando  en  li  María 
no  están  los  cielos  con  ella. 
Si  en  la  cristiandad ^tan  fuerte 
y  tan  grande  te  presentas , 
no  eres  menos  rico  en  letras , 
en  las  armas  y  en  las  ciencias. 
Tan  bendito  está  de  Dios 
tu  suelo,  Aragón  ,  que  es  fuerza 
confesar  que  en  obsequiarle 
se  empeñó  naturaleza. 
Pues  tan  galana  y  lujosa 
en  tus  campos  se  presenta, 
que  en  parte  ninguna  es 
tan  hermosa  y  tan  risueña ; 
y  para  que  tus  vergeles 
constante  verdura  tengan , 
deseoso  de  agradarte 
hace  llorar  á  las  piedras. 
Sus  lágrimas  en  cristales 
tornan  las  blancas  arenas , 
para  que  puedan  las  flores 
componer  su  cabellera. 
Y  derritiendo  las  nieves 
que  el  Pirineo  conserva , 
te  las  manda  en  rica  plata 

Eara  que  puedas  cogerlas, 
leí  IVIoncayo  el  huracán 
vá  quebrando  en  altas  crestas, 
á  fin  de  que  baje  humilde 
á  beneficiar  tus  tierras. 
Al  Guara  y  al  Sivil  puso 
de  atalayas  atta  y  recia 
para  que  el  alto  Pirene 


—  498  — 

ofenderle  no  pudiera. 
Apolo  sus  rizos  de  ora 
ostenta  cuando  pasea 
sobre  tus  campos  DorídoB 
en  los  (jue  tanto  se  alegra. 
Y  Diana  por  la  noche 
luce  tanto  su  diadema, 
que  rayos  de  luz  te  entia 
para  alumbrar  tus  praderas. 
Géres  el  oro  derrama 
en  tu  campo  á  manee  DcDas, 
y  Baco  sus  hondas  cubas 
vierte  sobre  lus  bodegas. 
La  Paz  le  manda  su  oliva, 
Pomona  frutos  te  lleva  , 
y  la  Diosa  de  las  flores 
en  complacerte  se  empeña. 
Venus  sus  gracias  te  manda  , 
y  por  eso  son  tan  bellas 
tus  hijas ,  que  en  hermosura 
y  en  gracia  la  palma  llevan. 
¡Dichoso  Aragón!  dichoso! 
puedes  decir  con  soberbia, 
que  si  el  gobierno  del  enelo 
como  el  de  los  cielos  fuera  ^ 
así  como  en  santidad 
y  en  becbos  nadie  te  llega, 
país  mas  fcbz  y  rico 
en  el  mundo  no  le  hubiera. 


En  una  estensa  Itanort 
vestida  de  verdes  galas, 
el  pueblo  de  Barbuúalea 
orgulloso  se  levanta. 
De  la  proviucia  de  Huesca 
es,  aunque  pequeña  ,  alhaja 
de  gran  valor  que  al  partido 
de  Barbastro  mucho  ensabca. 
Pueblo  es  de  la  baronía 
de  Pertusa  ,  y  aun  es  fama 


—  499  — 

que  de  preladosr  de  Léridx 
ha  solido  ser  posada. 
Aunque  su  térmiho  es  corto 
toda  su  tierra  >e»  labrada;, 
y  granos  de  toda»  clases^ 
aceite ,  y  verduras  verías^, 
frutas  y  legmnbre»  y  vinos , 
pastos  y  buenas  carrascas^ 
y  cuanto  al:  hombre  alimenta, 
produce  con  abundancia. 
r(o  es  pueblb  de  macha:  gente 
pues  solo  setenta  casas 
cuenta ;  mas  aunque  pequeño 
es  plantel  de  grandes  almas : 
Que  es  patria  de  los  Loberas, 
Laborda  y  Foncillas ,  galas , 
con  Cotilla  de  Aragón , 
y  sobre  todo  de  Azara^ 
De  Azara ,  cuya  familia 
tan  fecunda  como  sabia , 
varones  tuvo  admirados 
en  Roma ,  París  y  España. 
Hijo  fué  de  Barbufiales 
el  diplomático  Azara 
que  á  la  Religión  y  á  Roma 
libró  de  quedar  esclava. 
Por  eso  se  lee  su  historia 
en  el  frontis  de  su  casa , 
y  por  eso,  en  regia  tumba , 
en  su  parroquia  descansa. 
Hijo  también  fué  el  obispo 
á  quien  publica  la  fama 
de  Ibiza  el  restaurador 
y  de  Barcelona  alhaja. 
E  hijo  fué  aquel  marino 
que  en  el  Paraguay  dejara 
nombre  inmortal  por  valiente , 
y  de  escritor  en  España  : 
Azaras  fueron  los  tres , 
y  en  el  templo  de  la  Fama 
escritos  están  sus  nombres 
en  páginas  de  oro  y  plata. 


— f 


TOLEDO. 


ü  ILÜ  SUSSOidDl&aü 


DBL  CBLEBBB  DIPLOMÁTICO 


¿occiuo.   (bt/.    Oc),   óoóe  Q/VDicovcu  De  g/Io 


tat^. 


Los  vates  de  la  provincia  de  Toledo. 

¡  Cuan  grande  es  el  mortal  cuya  memoria 
de  santo  fuego  el  corazón  inflama  !.••• 
Ciñe  su  nombre  claro  y  esplendente 
aureola  purísima  de  gloria 
de  la  imperecedera  y  santa  llama 
que  en  su  ser  inundó  como  un  torrente , 
y  que  luciente  estrella 
cada  vez  brilla  mas  porque  es  mas  bella. 

Scpúitanse  los  siglos  en  la  nada ; 
de  la  faz  de  la  tierra  desparecen 
los  imperios  que  al  orbe  avasallaron 
porque  en  el  mundo  todo  es  de  pasada. 
Las  flores  que  galanas  amanecen 

antes  de  anochecer  se  marchitaron 

¡Cuan  triste  es  nuestra  suerte  I.... 
¡  Cuan  grande  el  poderío  de  la  muerte ! 

Mas  ¿qué  pudo  la  muerte,  que  su  saña 
contra  el  alto  varón  ,  robusto  Atlante , 
en  cuyos  hombros  descansara  un  dia 
para  gloria,  blasón  y  prez  de  España^ 
toda  Europa ;  depósito  gigante 
digno  de  su  saber  y  su  valía  ? 
¿  Quién  á  cabo  llevara 
tan  colosal  empresa  sino  Azarai 

Azara ,  sí ,  el  noble ,  el  virtuoso 
de  admiración  universal  objeto  ^ 


—  305  — 

de  mora  sangre  en  que  tifió  8u  acero : 
Y  olvide  los  Gcanadas,  y  Leones, 
los  Cervantes,  Gonzalos,  Pimenleles, 
y  muchos  mas  clarísimos  varones 

One  A  España  ooroaaron  de  lanrelo8, 
decidle  con  la  historia  eo  vuestra  mano  : 
Leed  tos  hechos  dét  prímer  Nibbiano. 


Madrid  33  de  junio  dsiesf 

NiGOLls  Rabdbbz  db  Losada. 


SORIA. 

A  U  lEMORU  DEL  CVHORTAL  iZlRl. 


¿!Vo  veis  cuál  buyen  de  la  brisa  leve 
las  densas  nieblas  que  formó  la  bruma  , 
y  tan  blancas  tornarse  cual  la  nieve  , 
grupos  formando  de  vistosa  espuma? 
Cual  primoroso  trasparente  encaje 
que  el  aura  ufana  entre  sus  alas  lleva, 
¿no  veis  de  nubes  el  sutil  celaje 
que  en  el  espacio  sin  cesar  se  eleva? 
Muy  mas  veloz  que  nacarada  nube 
ligera  vuela  veolurosa  el  alma  , 
que  deja  el  mundo,  y  al  Empíreo  sube 
buscando  ansiosa  la  celeste  calma. 
A  la  bermosa  región  de  los  aromas 
subiste,  Azara,  y  en  tu  raudo  ruelo 
protegido  por  candidas  palomas 
¡a  dicha  hallaste  que  soñó  tu  anhelo  I 
Fuistes  un  astro  que  brilló  en  el  mundo, 
fuiste  un  tesoro  de  virtud  y  ciencia, 
dejando  conocer,  genio  fecundo, 
tu  noble  origen,  tu  sublime  esencia. 
La  sagrada  misión  que  Dios  te  diera 
la  cumpliste  cubriéndote  de  gloria, 
vive  feliz  en  la  aromal  esfera  ! 
yo  bendigo,  cantando,  tu  memoria. 

Soria  A  de  junio  de  1851 . 

La  Huérfana  Nümahtiha. 


I 


il  mMORTAL  AZARA. 


Pues  que  una  flor  no  puede  consagrarte 
mi  pobre  ingenio,  digna  de  tu  gloria; 
ni  ta  cinta  tampoco  pueda  darte 
que  sujete  el  laurel  de  tu  victoria  , 

Recibe  ¡oh  grande  Azara!  en  la  Corona 
que  el  Parnaso  EspaSol  le  lia  consagrado 
con  las  flores  del  campo  de  Uelicona, 
la  humilde  trama  coa  que  la  he  formado. 


Básojo  Skbastun  Castbllahos. 


ADVERTENCIA. 


Lai  composiciones  músicas  y  canciones  populares  qoe  se  citan  en  las  portadas  de  las 
Masas,  de  nuestras  provincias  se  publican  juntas  por  separado  de  esta  obra,  y  forman  la  Co* 
roña  Úrica  6  Álbum  Musical  escrito  en  honor  de  Azara  por  algunos  de  nuestros  artis- 
tas y  literatos  españoles;  pero  van  dispuestas  de  tal  suerte  las  espresadas  piezas  de  música,  que 
es  fácil,  al  que  deseetener  asi  la  obra,  poner  al  encuadernar  en  cada  Musa  la  que  la  cor- 
responda ;  asi  como  es  igualmente  fácil  el  formar  un  solo  tomo  de  las  dos  partes  en  que  divi- 
dimos esta  obra,  pues  en  la  segunda  no  hemos  hecho  nueva  foiiaeioi  abo  seguido  la  de  esta 
como  si  no  le  interrumpiese  el  tomo. 


(ÍLORUS  DE  AZm  EN  EL  SIÜLO  M. 


ACTA  de  la  solemne  inauguración  del  Monumento  erigido  en  Barbuñales  de 
Aragón^  el  27  de  noviembre  de  1850,  al  célebre  diplomático  y  distinguido 
literato  español ,  el 

EXCNO.  SR.  DON  JOSÉ  NICOLÁS  DE  AZABA  Y  PEKEBA , 

primer  marqneii  de  IVIbblane, 

por  SU  sucesor 

tercer  Marques  del  mbmo  titulo,  etc.,  etc. 

OOBOM A  POÉTIGO-MUSIGAL  QUE  LOS  POETAS ,  LITERATOS ,  ALGUNOS  HOMBRES 
políticos  y  ARTISTAS  MÚSICOS  ESPAÑOLES  CONSAGRAN  AL  ESPRESADO  SEÑOR. 

OBRA  ESCRITA  BH  PARTE  T  DIRIOIBA  BE  LO  DEBAS, 

por 

DON  BASILIO  SEBASTIAN  CASTELLANOS  DE  LOSADA. 

Secretario  honorario  de  S.  M. ;  Caballero  con  merced  de  Hábito  en  la  Orden  militar  de  Montosa; 
Comendador  de  la  de  Isabel  la  Católica ;  Caballero  de  las  Ordenes  de  San  Juan  de  Jerusalen 

Íde  San  Genaro ,  ele. ;  Director  Fundador  de  la  Academia  Española  de  Argueolosia;  Bibliotecario 
nticuario  de  la  Nacional ,  y  Conserrador  de  su  Museo  de  medallas  y  gabinete  de  antigüedades; 
Cronista  y  Anticuario  de  la  Casa  y  Estados  del  Excmo.  Sr.  Duque  de  Osuna  y  del  Infantado,  y  Con- 
servador de  su  Armería  y  Monetario;  Historiador  de  la  Casa  de  Aiara  ,  y  autor  de  y  arias  obras  li- 
terarias, etc.,  etc. 


SEGUNDA  PARTE. 


MADRID: 

IMPItENTA  Á  CARGO  DE  D.    ANTONIO   PÉREZ  DUBRULL, 

calle  de,  Valverde ,  núm.  6 ,  bajo. 

1854. 


_ 


EL  PI:EBL0  AGRAnECIDO  QUE  TE  ALABA, 
MNCA  TE  OLVIDARÁ :  Sf  ECO  SO.NORO 
HESDE  EL  SUELO  FELIZ  Ql'E  EL  TÍBER  BAÑA 
LLEGA  HASTA  EL  DÉTIS ;  SE  REPITE   EN  CORO 
POR  LA  IBÉRICA  GENTE  , 

rSERÁ,  ILl'STRE  AZARA,   ETERNAMENTE 
TUYO  EL  HONOR,  LA  GLORIA  PARA  ESPAÑA. 

lE.  d«  Tapia.  p.^g.  373  de  e»ta  obra.  P.  I.) 

CANTEMOS,   SÍ,  DE  AZARA  L\  PRUDENCIA  , 

LA  VIRTUD  V  EL  TALENTO ; 

UN  ALTAR  ELEVEMOS  Á  LA  CIENCIA 

QUE  EN  ÉL  TUVO  SU  ASIENTO. 

i  ESPAÑOLES  !  CANTEMOS 

T  SU  HELADO  SEPULCRO  VENEREMOS!!! 

'Angela  Morejon  de  Masa,  pig.  S06  de  Mta  obra,  P.  I.) 


A  LOS  LECTORES 


Goxo  proemio  de  esta  segunda  parte  de  la  Corona  Poétigo-Musigal, 
que  dedicamos  al  inmortal  Azara,  ó  como  conclusión  de  ella  para  los  que, 
siguiendo  la  numeración  de  sus  páginas ,  la  quieran  tener  en  un  solo 
Toiúmen ,  cumple  á  nuestro  deber  dar  algunas  aclaraciones  acerca  de  lo 
que  hemos  consignado  en  la  advertencia  preliminar  que  hicimos  á  los 
lectores  en  la  primera  parte. 

Debemos  decir  en  primer  lugar ,  que  en  vez  de  los  doscientos  sesenta 
vates  españoles  que  hicimos  alU  cuenta  hablan  prestado  homenaje  al  ca- 
ballero Azara  con  sus  composiciones ,  nos  han  resultado  trescientos  uno  á 
la  conclusión  de  esta  Corona;  siendo  muy  corto  el  número  de  los  que,  te- 
niendo algún  nombre  poético  en  España ,  no  presentemos  composiciones, 
cuyos  nombres  dejamos  mencionados  en  la  advertencia  final  que  hemos 
hecho  á  la  pág.  690.  Es  por  lo  tanto  una  tercera  parte  mas,  bien 
completa ,  el  número  de  vates  que  han  obsequiado  á  Azara  al  medio  siglo 
de  su  muerte,  que  el  de  los  que ,  al  poco  tiempo  de  su  fallecimiento, 
honraron  al  célebre  Moníalvan  ^  única  Corona  Poética  que  sepamos 
puede  compararse  con  esta  en  cuanto  al  número  de  vates. 

Como  en  aquel  preliminar  digamos  que  algunos  vates  estranjeros  ha- 
blan acudido  á  este  concurso  nacional ,  así  como  también  que  los  artistas, 
los  orientalistas,  los  estadistas  y  hombres  políticos  del  país  se  habían  he- 
cho un  deber  en  contribuir  á  la  gloría  de  Azara;  y  al  ojear  esta  Corona 
no  se  vean  mas  obsequiantes  de  estas  clases  que  los  que  aparecen  como 
poetas  y  algunos  artistas  músicos,  nos  obliga  á  manifestar  que,  al  consi- 
derar el  gran  número  de  españoles  que  han  respondido  á  nuestro  llama- 


—  V  — 

debiendo  animeiar  qpie  aun  ostentaremos  ramilletes  poéticos  en  la  sección 
de  Fkre$  ¡üerarias  de  la  Gobona  Política,  con  on  buen  número  de  poe- 
sías de  nuevos  vates,  que  nos  las  han  remitido  cuando  ya  no  podian 
tener  lugar  en  esta,  y  con  otras  que  esperamos  todavia. 

Aun  cuando  á  riesgo  de  que  se  nos  tenga  por  demasiado  nimios ,  nos 
ha  parecido ,  si  no  necesario ,  de  alguna  curiosidad ,  d  presentar  un  estado 
sencillo  del  número  de  vates ,  composiciones  y  de  versos  de  que  se  com- 
pone estaCoROfiA  Poctioo-Mvsigal;  estado  que  pondrá  algún  tanto  de  ma- 
nifiesto la  mas  ó  menos  fecundidad  poética  de  nuestras  provincias. 

El  número  de  versos  hechos  á  esprofeso  en  elogio  de  Azara  en  esta 
obra,  es  el  de  diez  t  seis  vil  ciento  cincuenta  t  cuatro,  escritos  en 
TMSGiENTAS  DIEZ  Y  NUEVE  composicíones ,  por  trescientos  t  un  vates, 
en  esta  forma : 

Musa  andaluza 67  autores,  y  versos.  3,663 

Musa  aragonesa lo        id 780 

Musa  asturiana 9        id 665 

Musa  gallega <6         id 4,064 

Musa  castellana-leonesa.  .  38        id 2,60o 

Musa  castellana-toledana..  43         id 1,743 

Musa  catalana 20         id 527 

Musa  valenciana 31          id 2,052 

Musa  vascongada 10         id 527 

Musa  colonial  y  americana.  17         id 693 

Poesías  de  todas  las  musas.  28         id 4 ,045 

Poesías  de  traducción  de  los 

DIALECTOS 7          id 689 

Versos  DIVERSOS  EN  su  oBSEgno 431 

En  las  iioesias  varías  ó  de  todas  las  musas  se  notan  cinco  autores  anda- 
luces; nueve  de  la  musa  valenciana;  seis  de  la  castellana-toledana; 
tres  de  la  leonesa;  dos  de  la  aragonesa;  dos  de  la  vascongada  y  uno  de  la 
asturiana. 


—  VI  — 

Gonio  en  el  Cataloga  de  los  autores  que  han  escrito  en  esta  CkmoTCA,  y 
en  el  que  pondremos  en  la  Política ,  se  da  noticia  de  todas  las  obras  publi- 
cadas por  los  mismos ,  esta  obra  será  en  cierto  modo  una  pequeña  biblio- 
grafía de  este  siglo ,  que  podrá  muy  bien  servir  de  algo  al  que  pretenda 
hacer  el  importante  servicio  de  darnos  una  completa  bibliografía  espaiíola , 
que  ya  reclama  nuestro  decoro  nacional. 

Hemos  procurado ,  en  la  parte  que  nos  corresponde  como  autor  en 
esta  obra,  asi  como  en  todas  lasque  la  han  precedido,  y  muy  particular- 
mente en  su  Vida  civil  y  poUiica ,  honrar  debidamente  al  caballero 
Azara,  según  nuestro  leal  saber  y  entender,  y  con  sujeción  á  nuestras 
creencias  religiosas;  y,  por  lo  tanto,  si  algo  se  encontrase  en  nuestros  es^ 
critos ,  lo  que  no  creemos,  que  pueda  ofender  en  lo  mas  mínimo  á  la  re- 
ligion  católica  apostólica  romana,  que  nos  gloriamos  de  profesar  y 
seguir,  y  en  cuya  creencia  juramos  vivir  y  morir  con  la  asistencia  y 
misericordia  de  Dios ,  ciertamente  que  habrá  tenido  toda  la  parte  nuestra 
ignorancia,  y  jamás  nuestra  voluntad ,  y  en  tal  caso  queremos  que  se  ten- 
gan por  no  escritas  las  palabras  ó  ideas  que  puedan  verse  en  tal  sentido, 
aunque  sea  en  simple  sospecha ,  y  asi  se  lo  suplicamos  encarecidamente  á 
todos  nuestros  lectores  en  estas  y  en  cuantas  obras  hemos  dado  y  pudiéra- 
mos dar  aun  á  luz. 

Advertimos ,  por  último ,  que ,  si  bien  la  Corona  Político-Diplomática 
puede  tenerse  por  una  misma  obra  con  esta ,  va  dispuesta  de  tal  modo  que 
será,  al  propio  tiempo,  un  libro  enteramente  independiente,  pues  que  para 
que  consten  en  él  cuantos  han  obsequiado  al  caballero  Azara  ,  prestando 
homenaje  á  su  buena  memoria,  en  la  Sección  literaria,  ó  sea  entre 
sus  Flores  Científico-Literarias,  se  pondrán  por  musas  y  provincias 
los  nombres  de  todos  los  vates  y  artistas  músicos  que  aparecen  en  la  Co- 
rona PoÉTico-MüsiGAL ;  de  suerte  que  en  aquel  libro  se  hallarán  reunidos 
todos  los  españoles  que  han  contestado  al  juicio  contradictorio  (¡ue  hace 
*tres  años  abrimos  públicamente,  para  saber  si,  en  la  opinión  del  pais  y  del 
mundo  culto,  merecia  el  caballero  Azara  ser  contado  entre  los  ilustres 
españoles  que  en  elsiylo  xviii  dieron  prez  y  gloria  á  su  patria,  y  si 
por  lo  tanto  era  digno  de  que  se  recordase  con  gloria  su  nombre 


^ 


—  vn  — 

y  de  que  se  le  tributase  un  homenaje  publico  por  sus  compatriotas.  Esta 
pregunta,  que  se  ha  contestado  afirmativamente ,  y  de  un  modo  tan  satis- 
factorio que  enaltece  su  ilustre  nombre ,  honra  á  su  noble  familia  y  da 
(^oria  al  país  que  le  vio  nacer  y  á  toda  España,  acredita  que  el  patriotis- 
mo y  la  virtud  reciben  siempre  el  premio  merecido  en  la  gratitud  pública, 
laque,  venciendo  á  las  mezquinas  y  miserables  pasiones,  acaba  por  co- 
ronar al  que,  con  sus  hechos,  se  hizo  digno  del  aprecio  de  los  buenos, 
que  es  lo  que  hace  esclamar  al  poeta  Huici ,  á  la  pág.  458  de  la  parte 
primera  de  esta  obra: 

Si ;  en  tu  presencia ,  Áiara ,  porque  en  vano 
Te  cubrió  un  dia  de  la  muerte  el  velo : 
La  Omnipotente  mano 
Tu  gloria  nos  dejó  para  consuelo. 

Aragonés  insigne^  tu  renombre 
Eternamente  vivirá  glorioso , 
Y  ala  posteridad  irá  tu  nombre 
Del  tiempo  y  del  olvido  victorioso. 

Ojalá  que  asi,  como  Azara  ha  conseguido  de  sus  conciudadanos  un  lauro 
mmarcesible  al  medio  siglo  de  su  muerte,  haya  alcanzado  del  Todo- 
poderoso la  corona  inmortal  con  que  premia  á  sus  escogidos  (entre  los 
que  el  señor  marques  de  Nibbiano  ,  su  sucesor,  y  yo,  le  suplicamos  nos 
cuente] ,  en  cuyo  caso  es  muy  digno ,  por  todos  conceptos ,  de  que  se 
cumplan  los  deseos  de  su  ilustrada  cantora  la  señorita  doña  María  Ver- 
dejo y  Duran ,  cuando  dice  al  terminar  su  soneto ,  pág.  689 ,  parte  se- 
gunda de  esta  Corona  : 

PARA  ALZAR  HOT  UN  CANTO  SIN  SEGUNDO, 
BUSCAD  LA  LIRA  DEL  DIVINO  DANTE, 
A  AZARA  LE  CANTAD,  SABIO  PROFUNDO, 

T  ELEVADLE  UNA  ESTATUA  DE  DIAMANTE 
QUE  SEA  EL  PEDESTAL  EL  ANCHO  MUNDO, 
Y  FORME  SU  CORONA  EL  SOL  RADIANTE. 


I 

{ 


»  m\mi 


Coiprende  las  flores  poéticas  qoe  consagran  al  insigne  Don  José 
Nicolás  de  Azara  los  vates  de  las  provincias  de : 


BARCELONA. 
GERONA. 


LÉRIDA. 
TARRAGONA. 


(saasioa  v  awsasü  (üaantvaaaavatA  aai  iPáiaa, 


64 


q 

BARCELONA. 

1 

A  Ll  MEHdRU  DEL  INHORTAL  ESPAÜOL  AZARA. 

1 

1 

Lot  vaiei  ds  la  proTÍncia  de  Burcelona. 

1 

¿Quién  duerme  en  esa  tumba?  ¿qué  alio  nombre 

de  esa  brisa  repite  el  fiel  murmullo? 

M 

¡  Ay !  los  restos  aquí  yacen  del  hombre 

■ 

que  fué  de  España  admiración  y  orgullo  ! 

1 

i  Ved  cuál  se  acercan  de  entusiasmo  henchidos , 

llenos  de  ardor  sus  compatriotas  fieles  , 

y  al  son  de  sus  plegarias  y  gemidos 

coronan  esa  tumba  de  laureles! 

m 

Tened  el  paso  :  respetad  el  sueño 

■ 

del  que  descansa  al  fin  Iras  su  fatiga: 

■ 

¡  dulce  es  del  justo  el  elernal  ensueño! 

su  virtud  fué  sin  par :  Dios  le  bendlgs. 

Callad,  callad;  los  mundanales  cantos 

nada  son  para  el  polvo  I  Goza  el  alma, 

que  á  la  virtud  honró  dulces  encantos 

en  la  santa  mansión  de  paz  y  calma  ! 

Vé  el  rostro  de  su  Dios ,  que  peregrino 

reileja  el  cielo  cual  espejo  terso  , 

y  no  distingue  el  átomo  mezquino 

que  el  misero  mortal  llama  universo!... 

¿Qué  le  importan  sus  cautos  de  ternura 

al  que  el  canto  escuchó  de  los  querubes. 

bendiciendo  á  su  Dios,  cuaudo  conjura 

con  rayos  de  su  luz  las  densas  nubes? 

Grande  fué  Azara:  su  pótenle  mano 

los  cetros  derribó  :  su  voz  temida 

impuso  leyes  al  Coloso  insano. 

De  BU  patria  agitando  la  bandera  , 

ó  tumba  ó  libertad,  gritó  ferviente. 

y  i  sus  plantas  cayó  la  Europa  cnlera  , 

1 

y  con  mil  lauros  coronó  su  frente! 

k 

i 

P 

—  508  — 

Grande  fué  Azara :  la  virtud  sencilla 
supo  hermanar  con  su  esplendente  gloria  j 
y  forman  sus  hazañas  sin  mancilla 
la  página  mejor  de  nuestra  historial 

Gallad ,  callad :  para  ensalzar  su  nombre 
es  ruda  nuestra  voz^  vano  el  anhelo « 
dejad  que  olvide  su  miseria  de  hombre , 
quien  corona  inmortal  logró  en  el  cielo. 

Barcelona  (adoptiva).  Madrid  31  de  marzo  de  1851. 

Angela  Grassi. 


líiü  ^^'^^"ISíS^  ^S3  ^Sáiíaiio 


Si  par  Dii  nous  la  tOle  clait  debout  encoré, 
Celle  cime  ou  vibrait  1*  eloqueiices,  onore, 
Au  milieu  de  nos  flols  tu  teruis  calmé  et  graud; 
Tu  serais  comme  un  poní  poté  tar  le  courant. 

Víctor  Hugo. 

¿Quién  eres  tú^  fantasma  vaporosa^ 
que  con  rara  porfía , 
tenaz  prosigues  la  memoria  mia 
con  fuerza  portentosa? 
¿Quién  eres,  di ,  que  el  alma  fascinaste 
y  esclava  de  tu  influjo  la  dejaste? 

Espléndida  visión,  ¿de  dó  surgiste? 
¿del  centro  del  averno? 
¿del  seno  misterioso  del  Eterno? 
¿de  dó,  ó  á  qué  viniste? 
Precito  ó  bendecido  ¿qué  me  quieres? 
Aléjate  veloce,  ó  di  quién  eres. 

¿  Quién  eres ,  di ,  que  tan  ligero  vuelo 
das  á  mí  pensamiento , 
y  tan  noble  impresión  al  sentimiento? 
¿Quién...?  mas,  sagrado  cielo...! 
comprendo  al  fin ,  y...  Oh !  Salve !  visión  rara^ 
¡vale  á  la  sombra  funeral  de  jízaral 

¿  Será  verdad ,  visión  esclarecida  , 
que  fuerza  misteriosa 


—  509  — 

te  evoca  de  la  tumba  silenciosa 
y  te  lanza  á  la  vida , 
como  recuerdo  de  pasada-  gloria , 
como  padrón  escelso  de  la  historia  ? 

¿Será  que  el  duelo  y  tímidos  lamentos 
de  Europa  sin  ventura , 
al  través  de  la  negra  sepultura 
llevados  por  los  vientos , 
tus  generosas  manos  conmovieron 
y  tu  sueño  de  muerte  interrumpieron? 

¿Por  qué  la  paz  sagrada  y  perdurable 
dejas ,  sombra  ligera  j 
y  apareces  de  nuevo  en  la  ribera 
de  este  mar  insondable , 
en  donde  galeote  infortunado  , 
la  suerte  envidia  el  vivo  del  finada? 

¿Eres  de  Dios  celeste  mensagera 
que  por  sus  altos  juicios , 
vienes  tal  vez  á  corregir  los  vicios 
de  la  nación  Ibera? 

¡  Ay !  llegue  si  es  asi ,  llegue  en  buen  hora , 
nuevo  Samuel ,  tu  sombra  aterradora. 

Llega ,  recorre ,  observa  atentamente 
las  clases  del  Estado , 
y  al  ver  lo  grande  de  su  mal  patente 
y  el  pueblo  tan  mudado, 
¡justicia  del  Señor !  con  cuánta  saña 
clamarás  :  «¿Dónde  estoy?  ¡no  es  esta  España  }» 

«INi  aquestos  son  los  nobles  descendientes 
»de  la  sin  par  Numancia , 
i>¿dó  está  el  valor ,  la  cívica  constancia 
»de  las  Iberas  gentes? 
»Los  Cides',  los  Pelayos,  los  Wifredos, 
nGuzmanes  y  Lanuzas ,  ¿dó  son  idos? 

»En  dónde  están  los  ínclitos  varones  ^ 
»quc  en  leños  carcomidos, 
)}por  piélagos  surcando  embravecidos 
Ȏ  ignoradas  regiones, 
»la  patria  acrecentaron 
»con  mundos  que  á  su  trono  encadenaron?» 

j>¿Oué  fué  ¡gran  Dios  I  del  sobrio  ,  del  guerrero, 
»del  noble  pueblo  hispano , 


—  510  — 

»que  aterrador ,  uaido ,  y  sobrehumaoo , 

'•cual  DÚnieD  justiciero , 

"del  rayo  venf^ador  la  diestra  armada 

»al  semi-Dios  del  siglo  hundió  en  la  Dada? 

»¿Eu  dóude  hallar  el  entusiasta  y  saoto 
npatriólico  heroísmo, 
»si  no  hay  mas  patria  ya  que  el  egoísmo  , 
ulnas  consuelo  que  el  llanto, 
»i]i  mas  Dios  que  el  gozar,  ui  mas  decoro^ 
»ni  saber,  ni  razón  ,  iti  ley  ,  que  el  oro? 

iiUucrme  el  valor,  la  fé  sagrada  falU, 
"cl  htju  que  asesina 
»del  pueblo  labra  la  cercana  ruina, 
■y  el  deshonor  le  asalta... 

"¿Y  esta  es  mi  patria?  ¡Oh  Dios!  si  España  n  esa 
iiá  mí  la  eternidad,  á  mi  la  hnesa.'n 

Asi  con  Grme  acento  dolorido , 
quizás  tu  sombra  hablara, 
varón  ilustre  ,  bondadoso  ^zara , 
mortal  esclarecido , 
que  con  talento  y  genio  sin  segundo 
marchaste  al  frente  del  saber  del  mundo. 

Y  protector  ardiente  de  la  ciencia, 
amparo  de  las  leyes, 
y  amigo  de  Ponlifices  y  reyes, 
registe  con  tu  influencia 
seis  turbulentos  reinos  poderosos, 
cual  rige  Dios  los  mares  procelosos. 

«Talenío  para  el  bien"  con  ese  emblema  , 
plugo  ú  la  Providencia, 
distinguir  tu  piadosa  inteligencia, 
y  con  largueza  estrema 
dolarte  del  espíritu  prudcnle 
y  grandeza  de  un  rey  justo  y  clemente. 

¿Viste  fuerte  pirámide  que  erguida 
la  aguja  macizada 
por  la  egipcia  llanura  caU'iuada 
asoma  denegrida, 
y  eterna  allí  subsiste  y  misteriosa, 
testigo  mudo  de  una  edad  gloriosa? 

¿O  cual  del  sol  traspuesto  cl  horizonte, 
se  pintan  á  lo  lejos 


A 

K 


—  511  — 

en  lus  parduscas  nubes  los  reflejos , 
y  del  llano  y  del  monte , 
su  roja  luz  mas  viva  pordó  quiera 
CD  el  maulo  noclurno  reverbera? 

Asi  tu  fama  índeEtruclible  y  pura 
subsiste  iuvulneriida , 
asi  al  través  de  lustros  depurada 
mas  tu  gloria  fulgura, 
siéndole  el  polvo  del  olvido  vano, 
al  renombre  inmortal  del  grao  Nibbiano. 

¡Oh  si  al  patrio  valor  desfallecido, 
en  los  amargos  dias 
de  aterradoras  pruebas  y  agonfas, 
dable  le  hubiera  sido 
tener  por  su  columna  y  su  lumbrera 
á  quien  cual  tú  su  esfuerzo  dirigiera! 

Si  tu  saber  pasmoso  del  Estado 
la  nave  condujese 

mejor  tal  vez  la  suerte  esquiva  fuese 
del  pueblo  infortunado , 
y  tanto  el  trono  de  Isabel  brillara 
que  no  hubiera  poder  que  le  igualara. 

Mas  lay!  no  existes  ya,  y  en  vano  ardiente 

el  entusiasmo  mío, 

invoca  de  tu  influjo  el  poderío , 

que  dable  solamente 

es  al  glorioso  espíritu  en  su  altura 

compadecer  la  humana  desventura. 

I  por  eso  tu  sombra  fugitiva  , 

revuelve  vagarosa 

cabe  á  la  tumba  fria  y  cavernosa , 

sin  poder  compasiva 

indicar  el  mortal  que  alcanzarla 

del  naufragio  salvar  la  monarquía. 
Vuélvete  en  paz ,  espíritu  dichoso , 

y  el  polvo  bendecido , 

duerma  á  la  sombra  del  laurel  florido 

en  perpetuo  reposo , 

é  inmortal  sea  la  memoria  cara 

del  varón  justo ,  del  ilustre  Azara. 

Mawa  Josefa  Mas.45es  de  González. 


I 


IIU  VISITA  AL  SEPULCRO  DE  AZARA. 

Dailme  nn  l.-inJ ,  j  en  npncilile  liíslurii 
do  un  groio  o>  caDlorc  Tirlud  preclara ; 
ilnilmc  nn  IdúiI  y  fatEliprc  t«  flom 
de  un  liombrc  oci^lso,  elíamortal  Aun! 
Bliitnn,  DO  t<  me  ojera: 
mi  dchil  TDi  «n  «1  «tpacio  inmento 
euahm  le  pirdiera... 
Puei  quv  de  Tatio  ;  Caldoroo  lo  citara 
lin  duda  00  LatlÁra 
pira  candr  «rmñitíca 
lot  grande*  lieclios  Oul  iluilic  Aiarn. 


I. 

Los  árboles  estremecidos  por  el  viento  despojáliansc  de  las  Lojas 
yn  marchitas:  pálidas  estrellas  aparecían  lentamente  en  los  cielos  y 
la  luna  cual  diosa  de  amor  despcdia  entre  diáfanas  nubes  su  luz  con- 
soladora. 

Kt  genio  de  la  noche  esparcía  sobre  la  tierra  sus  tenebrosas  alas. 

Todo  yacia  en  bonanciblp  calma;  solamente  yo,  viajero  errante, 
atravesaba  triste  y  silencioso  los  campos  de  líarbufíalcs. 

lira  el  26  de  enero:  auiversario  de  la  muerte  del  ilustre  Azara. 

II. 

Divagaba  por  una  alameda  de  álamos  y  tilos:  algunos  arbustos 
ostentaban  entre  ellos  lánguidas  flores  :  algimas  aves  soñolientas  en- 
viaban ai  último  albor  del  ilia  sus  trinos  de  amor:  entre  las  ramas  de 
los  árboles  veíanse  las  chisporroteantes  luces  li  hogueras  que  ilumina- 
ban y  calentaban  las  rústicas  cabanas  de  los  labradores:  y  un  tor- 
rente descendía  de  una  colina  precipitándose  en  el  valle.  En  su  espu- 
mosa superficie  veía  yo  de  vez  en  cuando  alguna  ílor  que,  juguete  de 
las  ondas  ,  dejal>a  en  ellas  una  á  una  sus  hojas  dcsa|tareciendo  luego 
entre  las  corrientes;  á  la  manera  que  el  hombre  lanzado  en  el  Océano 
de  sus  pasiones  en  cada  ola  deja  una  ilusión  seguida  de  usa  esperan- 
za hasta  que  sin  esperanzas  ni  ilusiones  sucumbe  y  piérdese  en  el 
abismo  de  esc  Oci^ano  borrascoso, 

III. 

Dos  veces  durante  ese  dia  de  fatal  aniversario  ,  dos  veces  esc  día 


N 


J 


—  5t5  — 

con  una  corona  de  siemprevivas  ea  la  mano  y  una  lágrima  en  los  ojos, 
cruzaba  aquellos  campos  silenciosos,  impelido  por  un  sentimiento  de 
admiración  y  de  ternura. 

Mct  dirigia  al  templo  de  Barhuñales  á  ofrecer  en  el  sepulcro  de 
Azara  la  corona ,  y  á  entonar  una  plegaría  ante  sus  yertos  despojos. 

IV. 

El  rumor  del  torrente,  los  cantos  plañideros  de  las  aves  y  la  apa- 
cibilidad  de  la  noche  infundieron  en  mi  corazón  uq  sentimiento  de 
pavor  y  de  tristeza. 

Ideas  las  mas  desconsoladoras  vinieron  en  tropel  á  anublar  mi 
mente ,  y  cediendo  á  un  secreto  impulso  del  corazón  esclamé: 
— «¡Miserias  de  la  vida  !  ¡Orgullo  humano!...  El  ataúd  al  borde  de 
la  cuna:  ¡tránsito  breve  que  el  hombre  atraviesa  oscurecido  ó  res- 
plandeciente contemplando  siempre  sti  frágil  existencia  por  el  empa- 
ñado cristal  de  sus  pasiones!... 

Y. 

Agitado  con  estos  lúgubres  pensamientos  penetra  en  el  templo. 

Algunas  lámparas  lo  iluminaban ,  cuya  oscilante  luz  se  confundia 
con  los  pálidos  líestellos  de  la  luna,  destellos  que,  asemejándose  á  Ro- 
tantes gasas,  penetraban  por  las  lucernas  de  las  souibrins  bóvedas  del 
templo. 

El  pavimento  cubierto  con  las  losas  de  mármol  de  los  sepulcros 
rclucian,  al  fulgor  de  tas  luces,  cual  brillan  los  ojos  de  los  moribun- 
dos al  exhalar  el  postrimer  suspiro. 

Silencio...  por  dü  quicr  silencio  y  soledad  ! 

Mis  pasos  vacilantes  resonaban  y  perdíanse  por  los  ámbitos  de 
aquel  recinto ,  cual  resuenan  y  pierden  en  las  montaüas  los  quejidos 
del  cárabo  doliente  lanzados  en  la  mitad  de  la  noche. 

Un  Crucifijo  iluminado  por  resplandecientes  lámparas  yacia  soste- 
nido por  dos  ángeles  de  mármol  blanco...  junto  al  Crucifijo  contemplé 
el  sepulcro  magestuoso  de  Azara! 

Frente  a  esc  monumento  que  guarda  los  frios  restos  del  hombre 
grande  entre  los  grandes,  frente  á  ese  moniimento  elevado  y  silen- 
cioso que  parccia  decir :  «Hé  aqui  el  término  de  las  grandezas  hu- 
manas'." se  conmovió  mi  corazón,  un  sudor  frió  inundó  mi  frente ,  y 
trémulo  y  adolorido  hinqué  la  rodilla  esclamando : 

— "Tú  que  erigiste  un  solio  glorioso  á  las  ciencias  y  á  las  artes! 
¡  tú  que  ú  manera  de  formidable  valla  que  alujara  el  ímpetu  de  aso- 
ladnr  torrente,  contuviste  las  águilas  imperiales  ante  los  muros  de  la 

65 


—  514  — 

Ciudad  Eterna !  ¡  tú  que  cual  garza  real  te  eleraste  del  lodo  en  que  se 
agitan  las  sociedades ,  ostentando  en  tus  brillantes  y  trasparentes  alas 
la  virtud  y  el  genio!  ¡Tú,  coloso  de  ciencia  y  de  poder ,  que  enla- 
zaste los  pueblos  con  vínculos  de  amor  plantando  el  olivo  en  medio 
de  combates  fratricidas !  ¡  tú,  que  con  el  cincel  y  la  citara  imitaste  los 
encantos  de  la  naturaleza  y  acallaste  con  tus  cantigas  los  lamentos  do- 
lorosos que  exhala  el  corazón  herido!  ¿Qué  se  ha  hecho  tu  grandeza? 
¿Dónde  reside  aquel  genio  esclareciente ,  aquel  numen  creador,  aquel 
corazón  ardiente  y  virtuoso ,  que  engalanara  las  miserias  de  la  vida, 
cual  palma  que  se  ostenta  hermosa  y  erguida  en  mitad  de  los  áridos 
desiertos!  ¿Dónde,  libertador  de  la  ciudad  de  los  Césares  y  Numas; 
dónde,  Azara  inmortal ,  está  tu  magnificencia  y  poderío?. ••  ¿Dónde?... 

VI. 

Azara!...  el  ilustre  Azara  convertido  en  sutil  polvo!... 

Aquel  gigante  de  saber  y  de  grandeza ,  aquella  planta  hermosa, 
cuyo  aroma  embalsamara  el  universo  desaparecer  de  un  suelo  que 
tanto  lo  embelleciera!... 

VIL 

Derramando  amargas  lágrimas  coloqué  la  corona  de  siemprevivas 
en  su  sepulcro  helado. 

vm. 

La  luna  entretanto  apartó  sus  amortiguados  destellos  de  las  lu- 
cernas :  las  trémulas  lámparas  languidecieron  y  llegaron  á  mis  oidos, 
cual  misterioso  acento ,  el  zumbido  de  las  fúnebres  campanas. 

Sobresaltado  y  lloroso  tiendo  la  vista  en  tomo  mió...  bajo  mis 
pies  hallo  mas  sombrías  las  losas  mortuorias:  en  frente  el  sepulcro  de 
Azara  mas  imponente  y  las  imágenes  del  templo ,  cual  sombras  esca- 
padas de  las  tumbas,  parecian  estremecerse  y  avanzar  lentamente... 

Y  ¡  cosa  estraña !  el  Crucifijo  mas  resplandeciente,  mas  hermoso, 
mas  sublime ,  parecióme  levantaba  al  cielo  su  pupila  brillante  y  dila- 
tada...  ¡mirada  elocuente,  que  parecía  decirme:  «£a  muerte  está 
en  la  vida ,  la  vida  está  en  la  muerte:  Azara  vive  en  la  célica  re- 
gión de  las  almas  escogidas!» 

Esta  idea  consoladora ,  cual  brisa  que  ahuyenta  la  bruma  al  cesar 
la  tempestad ,  di¿i¡pó  los  lúgubres  pensamientos  que  vinieran  pavoro- 
sos á  sombrear  mi  frente. 

Y  alejándome  del  templo  esclamé ,  tendiendo  una  mirada  al  ho- 
rizonte : 


—  515  — 

— Azara  vive  en  la  célica  región  de  las  al/mas  escogidas!  con- 
servando empero  un  recuerdo  inmortal  de  su  esclarecido  talento  y  vir- 
tudes la  misera  tierra. 

Barcelona. 

Fernaudo  AirroN  y  Skron. 


SOBRE  EL  SEPULCRO  DE  AZARA/ 


¡Salud,  sombra  de  Azara!  Si  tu  frente 
rasga  hoy  el  mármol  de  la  quieta  tumba  , 
es  que  al  redor  de  tu  mansión  postrera , 
en  hirviente  tropel ,  dorada  turba 
de  dignísimos  vates  españoles 
su  lira  de  oro  en  tu  memoria  pulsan. 
Y  hacen  bien  en  verdad ,  que  al  hombre  ilustre , 
al  varón  sabio  cuya  sien  augusta 
ciñe  el  laurel  eterno  de  la  fama , 
presagio  hermoso  de  inmortal  ventura , 
la  patria  debe  bendición  y  gloria 
y  loores  mil  los  vates  le  tributan. 
Si  saliste  á  escuchar  estos  cantares , 
sombra  de  Azara  ,  tórnate  á  la  tumba  , 
y  en  pos  descansa  só  el  laurel  frondoso 
que  el  blanco  mármol  con  su  copa  oculta. 
;  Azara ,  Azara !  tu  memoria  vive 
circundada  de  luz  eterna  y  pura. 
Por  su  historia  la  España  te  bendice, 
por  sus  bardos  la  España  te  saluda. 

Babgeloiva. 

Víctor  Balaguer. 


Al  pronunciar  de  Azara  el  claro  nombre 
el  azar  y  azahar  suena  en  la  mente ; 
que  del  uno  y  del  otro  juntamente 
rasgos  tuvo  la  vida  de  tal  hombre. 

Asaz  nunca,  por  mucho  que  se  asombre , 
le  admirará  la  historia ,  diligente 


~  516  — 

embajador  de  Roma  haciendo  frente 
á  prueba8  que  exaltaron  su  renombre , 

Del  gran  Loyola  al  desterrar  los  hijos 
el  monarca  español,  mediando  Azara... 

Oh!  qué  azares  aquellos  tan  prolijos!! 
Oh !  cómo  si  pudiera ,  no  mediara!!! 

Mas  si  medió ,  también  fué  su  ternura 
yízaharñl  proscrito  en  tal  tristura. 


Joaquín  Gil. 


Ya  blancos  los  cabellos , 
á  la  tierra  inclinada  va  la  frente, 
no  empero  menos  vivos  los  destellos 
que  ardían  eu  su  mente ; 

Cansada  ya  la  mano 
de  regir  la  balanza ,  cuyas  leyes 
tal  vez  somete  misterioso  arcano 
los  pueblos  y  los  reyes; 

Y  el  labio  ya  cansado 
de  interponer  pacíficas  razones, 
para  hermanar  con  vínculo  sagrado 
de  Europa  las  naciones ; 

Azara  solo  busca 
de  quieto  hogar  la  sombra  apetecida, 

3ue  si  el  brillo  del  nombre  un  tanto  ofusca  y 
i  al  corazón  mas  vida. 

Descanso  ya  reclama 
premio  de  sus  afanes  merecido , 
y  silencio  no  mas  pide  á  la  fama , 
pide  á  la  gloria  olvido. 

¿Qué  dias  tan  hermosos 
gozar  espera  en  dulce  complacencia, 
en  medio  los  tesoros  mas  preciosos 
del  arte  y  de  la  ciencia? 

Un  libro  á  su  recreo , 
á  su  noble  ambición  basta  una  pluma  ^ 
para  elevar  solícita  un  trofeo 
que  el  tiempo  no  consuma. 

Político  profundo 
de  recuerdos  descarga  su  memoria ; 


—  517  — 

y  mas  bien  que  su  vida ,  la  del  mundo 
escribirá  en  su  historia. 

Y  entonces ,  cuando  trata 
de  vivir  para  si  ¡  terrible  suerte ! 
con  improviso  golpe  le  arrebata 
la  mano  de  la  muerte. 

Fatal ,  si  no  funesto 
privilegio  del  genio ,  que  ha  nacido 
para  brillar  en  elevado  puesto 
cual  faro  allí  encendido ! 

Bargeloma. 

Jaime  Füstagüeras  y  Füsteb. 


AL  EMINENTE  AZARA. 


Entonen  himnos  de  alabanza  á  los  guerreros  aquellos  que  en  las 
victorias  ven  no  mas  el  laurel  que  ciñe  la  cabeza  del  triunfador ;  yo 
no  puedo  ensalzar  aquella^  gloria  que  se  alcanza  vertiendo  sangre, 
amontonando  ruinas,  incendiando  ciudades,  y  derramando  la  desola- 
ción ,  la  orfandad  y  la  miseria.  Lejos  de  mí  insultar  de  esta  suerte 
las  desdichas  de  mis  hermanos. 

Si  de  mi  cabeza  pudieran  salir  epopeyas ,  á  los  hombres  como  tú 
las  consagraría,  porque  ellos  solos  las  merecen.  Al  recorrer  tu  vida 
no  acierto  á  decir  en  cuál  de  tus  obras  fuiste  mas  grande ,  porque  tú 
conviertes  en  paz  la  guerra,  detienes  al  Atila  civilizado  que  cubre  de 
sangre  y  ruinas  la  Europa  toda ;  traes  á  la  razón  al  emperador  de 
Austria  que  parecía  empeñado  en  reunir  el  supremo  sacerdocio ,  cual 
esperaba  asimilar  por  su  voluntad  sola  los  estraños  pueblos  sujetos  á 
su  cetro;  renuevas  en  Roma  los  días  de  Mecenas  haciéndote  padre  de 
los  sabios  y  de  los  artistas ;  la  Ciudad  eterna  que  habia  apellidado 
Padre  de  la  Patria  á  Cicerón  cuando  la  purgó  de  Catilina ,  te  procla- 
ma su  Libertador  porque  la  salvas  de  una  catástrofe  mas  grande  de  la 
que  le  preparaba  la  conspiración  del  disoluto  patricio ;  tu  generosidad 
y  tu  magnificencia  enjugan  el  llanto  de  la  familia  real  proscrita  de 
Francia  ,  y  tiende  una  mano  benéfica  á  los  satélites  del  Coloso  ,  que 
sirviendo  su  ambición  caen  en  poder  de  sus  adversarios ;  tu  voz  im- 
pone silencio  á  los  descarnados  hijos  de  Francia,  que  después  de  ane- 
Sar  su  patria  en  sangre ,  tramaban  en  oscuros  conciliábulos  la  manera 
e  hacerla  verter  en  España ;  arbitro  general  entre  todos  los  sobera- 
nos de  Europa ,  eras  tú  en  París  la  Europa  entera ,  y  fuiste  para  lie- 


—  520  — 

á  la  mente  aquejánn  solitaria 

del  humano  cambiando  la  ventura 

en  sombra  funeraria , 

mas  negra  que  la  noche  que  desplega 

tormenta  cruel  que  á  la  natura  anega. 

¡  Honor  á  tí ,  varón  esclarecido ! 
Tú  al  pais  de  los  Césares  librasle 
del  gigante  Corees  enaltecido , 
y  al  íbero  inflamaste , 
dándole  fé ,  con  desigual  pujanza , 
pn  la  senda  benigna  de  esperanza. 

¡  Honor  á  tí !  que  tu  saber  profundo 
siempre  mostróse  bienhechor  y  raro , 
á  las  artes  colmando  del  fecundo 
apoyo  del  amparo , 
que  se  las  debe  con  asaz  justicia 
para  de  ellas  lograr  alta  primicia! 

Si  la  potente  voladora  Fama 
de  Aragón  y  la  corte  de  Castilla , 
en  ecos  prolongados  ora  aclama 
tu  nombre  sin  mancilla , 
¿  cómo  no  á  tu  corona  mil  laureles 
añadimos,  á  España  siendo  fieles? 

I  Preciado  bien  de  colosal  tesoro 
que  acogió  Barbuñales  en  su  seno , 
cuando  á  la  Tiara  guiaste  con  decoro ; 
poniendo  duro  freno 
á  las  del  galo  indómitas  legiones , 
te  admiraron  de  Europa  las  naciones  ! 

Aquel  que  oyó,  de  Parma  soberano, 
tu  voz  prudente ,  de  amistad  en  prenda 
el  marquesado  dióte  de  JNibbiano. 
¿Y  cuál  será  la  ofrenda 
digna  de  tí ,  si  á  tus  brillantes  hechos 
no  dá  la  historia  límites  estrechos? 

Hienda  los  aires  atrevida  el  ave, 
y  mire  el  monumento  suntuoso 
cercano  al  lecho  dilatado  y  grave 
del  Ebro  caudaloso , 
que  allí  recuerdo  tuyo  se  distingue , 
recuerdo  que  jamás  ya  no  se  estingue ! 

Salud ,  Azara ,  mi  fervor  perdona ; 


1 


—  521  — 

fuerte  has  sido  en  virtud ,  en  ciencias  sabio ; 
no  mas  pongo  que  una  hoja  en  tu  corona , 
y  calle  al  fin  mi  labio , 
pues  la  Fama  por  ti  cogió  su  trompa 
y  al  mundo  estremeció  con  regia  pompa. 

Igualada.  Barcelona  y  Julio  de  i 85i. 

Radion  Justino  de  Gassó. 


Ya  de  la  tumba  el  insondable  seno 
guarda  por  siempre  en  funeral  reposo 
tristes  despojos  del  que  grande  un  dia 
varón  ilustre ,  sabio  y  generoso 
orgullo  fuera  de  la  patria  mia. 
Rico  tesoro  que  produjo  el  suelo 
del  fértil  Aragón :  alli  nacido 
en  Barbuñales  se  meció  su  cuna 
al  grato  ambiente  de  feliz  fortuna. 
Allí  brotó  la  que  después  gigante 
planta  fué  hermosa  de  abundantes  frutos , 
planta  que  el  genio  fecundó  constante 
y  el  mundo  todo  le  rindió  tributos. 
Ora  agostada  sin  color  ni  vida  , 
de  su  esplendor  tan  solo 
la  sombra  enaltecida 
la  tierra  oculta ,  de  tener  avara 
restos  preciosos  del  ilustre  Azara. 

¡  Azara ^  Azara!....  cuyo  nombre  encierra 
de  admiración  mil  hechos  y  de  gloria, 
y  en  caracteres  indelebles  de  oro 
grabado  se  halla  en  la  española  historia. 
Héroe  preclaro  que  lograste  un  dia,  - 
cual  otro  grande  dictador  Camilo , 
el  nombre  conquistar  por  dicha  suma 
de  Salvador  de  la  Ciudad  Potente 
que  un  tiempo  viera  su  monarca  en  Píúma. 
Hoy  entusiasta  el  corazón  quisiera 
tu  fama  celebrar  que  le  enardece; 
la  fama  que  á  tu  sien  embelleciera 

66 


v^- 


nassir  ::•:  7C*i:-  n•^if:•ia^>a  fin, 

'  II  x*3;;*c*?¿irtt  ^ti  M  mmeoTO)  lecho 

TU  labio  cilli  T  í*f  íoc!a»?Te  el  peeho. 

Tj  qa^  *1  i'-.r:-  df  I*  Reyes  fm?te 
•p*  tes  ?.:•:;>?;  :«5  í  :-d  idn  ¿^^gnieron ; 
b  cuno  sifoxprf  al  infelii  leodiste 
y  en  li  lis  artes  prolector  UiTieroo : 
Ta  que  al  sacio  Pocliñíe 
con  la  laz  de  tu  ciecca  eonsoksle 
coindo  su  siila  ibinlooír  le  hkaen 
francesa  ho^te  de  ambicioo  rastren  • 
solo  mereces  por  cantor  un  eéoio , 
cual  tu,  Colc^so  de  saber  y  gloria* 
que  sonando  la  trompa  reíolgeiite 
veraz  trasmita  a  la  futan  gente 
tu  egregio  nombre  de  eteroal  memoria 
T  de  tus  hechos  la  brillante  histona. 
Que  ¿i  hoy  la  patria  acongojada  Uon 
de  su  Tergel  perdida 
la  flor  encantadon 
que  en  ti  miran  placenten  un  día, 
V  observa  en  torno  suvo 
el  llanto  por  do  quier  y  la  tristeza ; 
en  el  sepulcro  do  tus  restos  yacen 
conserva  por  fortuna 
un  testimonio  fiel  de  su  gnndeza. 

¡  Azara j  Azara!....  al  contemplar  la  losa 
que  tus  cenizas  cubre 
siento  una  pena  que  mi  dicha  embarga, 
al  alma  oprime ,  al  conzon  acosa ; 
pues  que  los  seres  que  cual  tú  vivieran 
jamás  el  mundo  abandonar  debieran. 
¡  Oh !  ¡  si  mi  canto  penetrar  pudiese 
á  la  región  dichosa 

donde  entre  genios  celestiales  mons!.... 
¡  Oh !  ú  mi  puro  ruego 
y  el  entusiasmo  que  mi  pecho  siente 
pudieran  devolverte  de  la  existencia  el  fuego 
y  al  mundo  tu  saber ,  tu  genio  ardiente ! 


v,..^ 


—  525  — 

Mas  ¡ay!  oscuro  bardo, 

aunque  entusiasta,  solo 

pulsar  me  es  dado  desacorde  lira  : 

y  al  contemplarte  en  tu  marmóreo  lecho 

nii  aliento  desfallece , 

mi  labio  calla  y  se  conmueve  el  pecho. 


Barcelonii  y  junio  de  tUSI. 

Joaquín  María  Martínez. 


Ciñe  tu  sica  espléndida  corona 
(le  saber,  de  virtud  ,  de  patriotismo , 
en  justo  galardón  de  ese  civismo 
que  el  mundo  proclamó  de  zona  á  zona. 

Así  la  hispana  musa  altiva  entona, 
derramando  raudales  de  hrismo, 
de  tus  glorias  el  canto,  y  ahora  mismo 
después  de  un  siglo  tu  valer  pregona. 

Nada  le  Taita  á  tu  sublime  gloria; 
sobre  tu  losa  ya  no  caben  llores ; 
ni  poetas  necesitas  ,  ni  pintores 

Que  ensalcen  de  tus  hechos  la  memoria  ; 
pues  ella  es  tan  brillante  y  laa  preclara, 
que  tu  gloria  es  lu  nombre,  grande  Azara. 

;lona. 

Fhakcisco  de  Paiila  Maürwo. 


¡AZARA! 


Como  el  pescador  de  perlas,  la  historia  saca  del  mar  del  olvido 
las  acciones  humanitarias.  Ellas  son  perlas  (\m  demucstrau  el  divino 
origen  del  hombre,  y  los  grandes  destinos  de  la  perfección  que  espe- 
ran á  nuestra  raza. 

La  vida  de  los  hombres  célebres  en  su  siglo,  y  sus  trabajos,  des- 
aparecen entre  el  gran  pueblo  de  generaciones  ()uc  habita  la  tierra. 

El  hombre  célebre  en  su  siglo  no  hace  siou  bajar  con  mas  len- 
titud que  los  demás  al  seno  det  olvido,  en  el  seno  de  este  gran  di- 


—  526  — 

de)  infeliz  que  llora,  del  mísero  mortal. 

Tu  fama  crece  rápida,  fulgente  por  do  quiera 
tu  nombre  es  grata  ensefia  de  paz  y  bendición , 
tú  calmas  de  los  principes  la  iudignacion  severa 
por  ti  la  paz  bendice  el  gran  napoleón. 

Y  allá  desde  la  altura  de  atmósfera  elevada 
donde  tu  mente  esparce  torrentes  de  su  luz 
diriges  al  que  sufre,  eolicila  mirada, 
y  íi  sincera  ofreces  á  la  triunfante  Cruz. 

Tu  pérdida  lloremos  dolientes  á  porÜa 
doblando  en  tu  recuerdo  las  cantigas  sin  fin, 

suspiros  ¡ay!  profundos tenaz  melancolía 

lloremos  de  uno  á  otro ,  recóndito  confía. 

Descansa  en  fin ,  descansa ,  tú  que  do  quier  llevaste 
la  espléndida  grandeza  del  titulo  español : 
goce  tu  raza  ilustre  la  gloria  que  alcanzaste 
y  luzca  allá  en  tu  buesa  interminable  Sol. 

UAT.VKÚ.  Madrid  j  eatro  SO  de  (852. 

Antonio  Vieta. 


GERONA. 

A  U  MEMORU  m  DON  JOSÉ   NICOLÁS  SE  AZiRA. 


1  proTÍDcia   Je  Gerdna. 


La  mort  pe  urprcBd  poiol  le  iije, 
II  ett  lOBJoun  pról  ii  parlir ; 


La  nort  eit  le  loii  d'oi  bean  jour. 
La  FoKTAmE. 


Vosotras  sombras  qae  vagáis  en  tomo 
del  mármol  triste  en  funeral  silencio  , 
dejad  que  libre  su  fatal  contorno 
al  alma  inspire  en  su  cantar  de  fuego. 

Suspira  el  aura  entre  el  ciprés  vagando 
y  suaves  armonías 

<|ue  al  cielo  suben  en  ferviente  ruego, 
del  arpa  arranca  que  dejara  el  bardo 
de  las  ramas  pendiente 
en  sus  aciagos  días, 
resuello  y  decidido 
á  que  por  siempre  ya  permaneciera 
entre  los  pliegues  de  eternal  olvido. 

Si,  ilustre  Azara! el  genio  de  la  noche 

sobre  la  losa  que  tu  tumba  cubre , 
sobre  la  losa  que  el  laurel  sombrea 
la  sien  inclina  con  fervor  ardiente  ; 
y  ea  su  gemir  doliente 
tu  nombre  ensalza  y  de  fulgor  rodea 
la  justa  gloria  que  tu  frente  orléa. 

¡Azaroy  Azara*....  nombre  esclarecido 
egregio  nombre  á  quien  venera  el  mundo, 
al  deponer,  entre  fragantes  rosas 
ricas  guirnaldas  de  laurel  florido. 

Por  tu  numen  fecundo , 


.!>  jeüas, 

v;i:oIIas.  j 

..:i..U)  I 

-.  i.-nüe  cielo 
-o  velo 


.   ;   •iiilenlc  espiim.i ; 

•  V  la  llanura « 
...»  y  sus  cascadas  , 

« 

- ;.  de  flores  llena  : 
.   u  buril  el  bronce 
-.  iraciou  el  numen 
a  frente 
^  ..»  con  la  llama  ardiente  : 
.  i:  la  lira 

i  fuente  que  murmura 
¿ue  suspira 
.    ^  lando  presurosas 
.  \*fOs  del  vergel  liermosas. 
. ,  fizara!....  nombre  esclarecido, 
^ .     v»:nbre  á  quien  venera  el  mundo 

.  .'..T  onlre  fragantes  rosas 
«     ...naldas  de  laurel  florido, 
i  >olicilo  anhelo 
os  siglos  arrancaste  el  velo 
.  .'.¡.íarle  entre  cenizas  frias  , 
.  ..  .vuizas  del  pasado  yerto, 
^  •  üorlaja  de  brillantes  dias  : 
^  .».o  jurisconsulto 
.  ,  ^.loerdote  hallara 
..   ;  de  la  justicia  el  sacro  culto 
..  .¡molar  el  vicio  ante  las  aras 
;•  .lugustas  leyes  que  el  deber  dictara. 
i.^h !  el  pecho  se  alboroza  y  de  contento 
X»a  fuerza  late  al  recordar  tu  ciencia , 
.il  rtvordar  que  la  mordaz  envidia 
lus  glorias  eternales  y  sin  cuento 
nunca  empanara  con  su  infame  aliento. 
Loor  á  tí ,  Libertador  de  liorna , 
Karbuñales  felice 


—  529  — 

coa  prez  y  honor  te  aclama 
brillante  al  recordar  tu  eterna  fiíms, 
loor  á  tí,  varón  ilustre,  insigne 
blasón  que  enalleciera 
de  España  la  altanera 
el  rico  solio  y  el  potente  cclro; 
loor,  loor  á  ti,  cuyos  consejos, 
que  siempre  sanos  tu  saber  dictara, 
guiar  lograron  en  aciagos  dias 

con  esplendor  la  Tiara 

Los  años  al  besar  tu  tumba  fria 

un  sello  de¡an  de  eternal  respeto, 

huella  indeleble  que  la  patria  mía 

agradecida  acata 

y  que  la  luna  con  su  red  de  plata 

tranquila  envuelve  por  la  uochc  umbría. 

¡Ob!  salve,  ¡Azara! nombre  esclarecido, 

egregio  nombre  á  quien  venera  el  mundo, 
al  deponer  entre  fragante»  rosas 
ricas  guirnaldan  de  laurel  preciosaí<. 


Narciso  Blakoh  b  Illa. 


Al  ctflebrí^  DIplomAtlcli  y  dlsilnsali  llcirai  espa- 
nyolt  Vo  Excel-lcnllsslm  StMiyor  D.  dosoph  nil- 
colaa  «le  Aasara  y  Ferora. 

Si  una  petita  flor  en  lo  boscb  nada , 
ignorada  del  m¿n  ,  y  sens  cultura 
de  pétalos  hermosos  despullada, 
que  conserva  l'sol  dó  de  sérne  pura, 
en  corona  immortal  es  col-locada, 
hont  brilla  tant  diamant  tanla  hermosura  ; 
ufana  mostrará  sa  sensillesa, 
puig  la  admet  per  adorno  tal  noblesa. 

Ans  quel'  primer  vagit  donas  ta  boca  , 
la  mis  il-luslre  sancb  lón  ser  nutria , 
ó  pimpoU  admirable ,  que  á  la  soca 


L 


J 


—  530  — 

ab  fruyt  dols  y  abundant  ennoblíria  : 
en  tóQ  ser  son  poder  lo  cel  evoca , 
talent,  saber,  virtut,  noble  hidalguía. 
La  plebeya  virtut  es  acatable, 
mes  la  del  sabi  il-lustre  es  adorable. 

Com  lo  benéfich  astre  que  il-lumina 
y  la  vida  conserva  ab  sa  presencia , 
tores ,  ó  tendré  Azara :  hont  s'encamina 
la  tramposa  discordia,  pie  de  ciencia , 
portas  rams  d'olivera ,  y  la  ruina 
evitas  ab  páranlas  de  clemencia : 
aquella  atia  1'  foch ,  mes  no  s'  propaga, 
ans  á  ta  veu  d'amor  luego  s'apaga. 

Si  monstruos  destructors  los  cels  permeten  , 
queF  terror  infundéixen  ab  sas  Uansas ; 
si  hipócritas  astuts  que  comprometen 
del  món  la  pau  ab  locas  esperansas ; 
pios  raigs  de  consol  també  remeten  , 
que  ais  mortals  afligits  donan  fiansas : 
si  Marats  y  Nerons  lo  sol  castigan, 
Azaras  é  Isabels  lo  bé  prodigan. 

Bn  vers  la  Ciutat  Santa  sMirigia 
ab  furia  lo  soldat  per  qui  tremola 
assustada  la  Europa ,  puig  temia 
al  colosso  del'  sigle ,  aquell  que  immola 
á  son  voler  lo  món :  Roma  t'envia, 
y  queda  convensut  á  ta  veu  sola : 
de  un  cor  tal  los  ressorts ,  coneix  Azara^ 
á  qui  ni  los  cels  tem,  t'on  y  se  para. 

Qual  en  un  camp  florit  acut  Tabella 
per  recullir  en  ell  la  mel  sabrosa ; 
qual  los  anyells  balant  de  la  mamella 
buscan  lo  dols  licor  que  carinyosa 
sa  mare  is'  ofereix ,  sabent  que  en  ella 
pura  llet  mamarán  y  no  enganyosa , 
á  los  brassos  oberts  van  los  artistas , 
literats ,  diplomátichs ,  canonistas. 

Ets  muralla  deis  sabis  invencible , 
de  infeüssos  consol  lo  mes  amable ; 
no  coneix  lo  rencor  ton  cor  sensible , 
ta  vida  á  tot  lo  món  es  saludable , 
puig  ton  desitg  perenne  ^  irresistible , 


—  551  — 

es  vearer  l'univers  ett  pan  establo : 
que  en  calmar  de  u  patria  la  tormenta 
ud'  ácima  tan  gran  no  se  contenta. 

Pontífices  y  Reys  tement  la  guerra , 
fandan  sas  esperansas  en  Azara ; 
com  al  véurer  l'arch  iris  en  la  térra , 
recorda  lo  cristiá  que  Deu  l'ampara ; 
puig  Esben  quel'  ferós  Marte  s'aterra 
al  aspecte  tranquil  de  aquella  cara. 
Cessa,  donchs  de  pintar  ,  ó  débil  metro, 
al  qui  fan  homenatje  Tiara  y  Cetro. 


Pao  EsToacH  t  Sígbés. 


LÉRIDA. 


A  LA  IBIOIIA  DIL  CÍLIIBK  MU  M  HICOLÁS  II  AUIA. 


Los  T&tes  de  la  ^of  iitia  de  Lérida. 

Creced ,  lauros ,  al  pié  del  moDumento 
que  en  Barbuñales  con  honor  se  ostenta , 
y  sombra  amiga  dad  al  gran  talento 
del  distinguido  hispano , 
que  bajo  noble  mármol  prodigioso , 
descansa  en  paz  profunda ,  venturoso. 

Creced ,  lauros,  creced ;  que  si  la  frente 
á  ennoblecer  aún  sois  destinados, 
del  hombre  en  claros  hechos  eminente , 
no  vuestro  verdor  santo 

marchitaráse  nunca  en  Barbuñales 

¡  Pocos  en  gloria  son  á  Azara  iguales! 

¿  No  veis  con  ansia  fiel  cabe  su  tumba 
sombras  de  augusta  majestad,  divinas 
rendirle  fausto  honor?  El  eco  zumba 
en  noche  silenciosa 
palabras  de  alabanza  repitiendo , 
y  ¡  gloria  al  grande  Azara  vá  diciendo  \ 

Los  Clementes  y  Píos ,  los  Borbones , 
los  principes  de  Parma  y  Orleánes , 
Talleyrand  y  otros  Ínclitos  varones , 
cuya  insigne  memoria 
con  Azara  enlazada  al  mundo  asombra  ^ 
están  ¡  oh  lauros  !  bajo  vuestra  sombra. 

Y  es  fama  que  de  Córcega  el  Coloso 
su  letargo  de  muerte  sacudiendo , 
tiende ,  un  instante ,  el  brazo  poderoso  ^ 
y  en  la  tumba  tocando 
del  preclaro  español ,  recuerdo  fausto 
de  amistad  le  tributa  y  holocausto. 

Creced,  lauros,  creced  con  arrogancia 


—  655  — 

sin  temor  que  os  marchite  negro  olvido , 
que  el  genio  del  saber  y  la  eonstancia 
vuestros  vastagos  fuertes 
con  agua  reganin  del  Amazonas, 
y  á  su  tumba  daréis  siempre  coronas. 

LÉRIDA.  Zaragoia  2  de  ooTiembre  de  1851. 

Ramón  Sans  t  Rites. 


Sus  hechos  á  la  par  que  sus  escritos 
timida  voz  alientan  de  mi  lira , 
de  Europa ,  Francia ,  Roma ,  España  admira , 
y  por  do  quier  que  lea  van  descritos. 

Si  grandes  ellos  son  como  infinitos , 
también  de  fizara  atenta  el  alma  mira , 
cuando  la  humana  caridad  inspira 
su  hospitalario  amor  con  los  proscriptos. 

Feliz  ingenio ,  rápido ,  fecundo : 
de  la  virtud  amigo  muy  potente ; 
de  las  artes  y  ciencias  un  liceo. 

Pero  su  fama  recorriendo  el  mundo 
recuerda  al  diplomático  escelente , 
y  su  inmortal  renombre  que  deseo. 

¡Vuela  9  varón  famoso ! 
vuela  ya  en  pos  y  en  alas  de  la  Fama  y 
do  tu  nombre  glorioso 
el  Helicón  te  llama , 
y  las  Musas  en  tomo  te  reclama. 

Vuela ,  y  rápido  sube , 
sin  que  arredre  jamás  tu  raudo  vuelo 
densa  y  cerrada  nube 
hasta  correr  el  velo 
del  alto  Olimpo  y  tapizado  cielo. 

Vuela  y  señor ,  repito , 
hasta  ver  de  Hipocréne  el  gran  portento 
donde  en  coro  infinito , 
con  sonoro  instrumento 
te  ofrece  de  la  Fama  el  noble  asiento. 

Mas  no ,  párate  digo , 


—  634  — 

y  olvida ,  si ,  lo  torpe  y  lo  rehácio 

de  un  momento  contigo : 

que  ya  tiempo  el  espacio 

habitas  con  Virgilio ,  Mengs ,  Horacio. 

Y  cual  tú  ellos  tu  gloria 
celebran  en  la  cumbre  del  Parnaso, 
como  Clio  en  su  historia 
recuerda  i  cada  paso, 
y  tus  obras  Prudencio  y  Garcilafo. 

Pero  en  la  impura  tierra 
ya  que  cantar  tus  hechos  señor,  quiero, 
quien  mejor  plectro  encierra, 
cante  pues  el  primero , 
y  tu  virtud  yo  cantaré  el  postrero. 


HidridlS  J«jDUoda48í>l. 

Bamoh  Sostres. 


^ 


mÉm 


TARRAGONA. 


i  LA  HBNORU  DEL  BXGMO.  SR.  D.  JOSÉ  NICOLÁS  DE  AZARA. 


Loi  n(et  é%  la  profioeia  de  Tarragona. 


AbtinC  inane  fonere  menis 
Loctotqoe  torpes;  et  querimonis 
Competce  clamomm ;  ac  sepalchri 
Mitle  tapenracQos  honores. 

Horacio  :  Tom.  I,  Oda  20. 


Movida  de  mi  llanto 
torna  ¡  oh  mi  lira !  á  suspirar  conmigo 
y  entona  triste  canto : 

3ue  yo  á  llorar  con  mi  dolor  me  obligo , 
ando  salida  á  mi  doliente  lloro 
al  suave  impulso  de  tus  cuerdas  de  oro. 

Tú  elevarás  al  viento 
endecha  humilde  que  los  aires  hienda , 
tu  noble  sentimiento 
del  ígneo  Sirio  el  caminar  suspenda ; 
¡  solo  correr  como  abundante  rio 
lágrimas  ¡ay!  del  desconsuelo  mió! 

Murió  el  honrado  vate 
do  el  Sena  gime  en  caudaloso  estruendo. 
Murió  el  noble  magnate 
que  á  Roma  realzó  su  ruina  viendo. 
Murió  el  Libertador  de  una  colonia 
autor  del  Armisticio  de  Bolonia. 

¡Azara!....  Ese  sublime 
genio  español  en  las  alturas  mora. 
De  un  mundo  que  se  exime 
los  bienes  que  otorgó  recoge  ahora ; 
y  el  sol  que  un  dia  reflejó  en  su  frente, 
cual  corona  de  honor  ciñe  esplendente. 


—  636  — 

Nuevo  Pacubio  (1),  honrado 
al  peso  de  la  edad  bajó  á  la  hnesa. 
Su  nombre  respetado 
el  aura  leve  suspirando  besa ; 
y  rica  España  guardará  memoria « 
contando  un  noble  mas  su  noble  historia. 

¡  Oh  tú !  inmortal  Azara , 
de  noble  estirpe  el  vastago  primero  : 
si  una  lágrima  osara 
verter  un  dia  en  tu  sepulcro  austero 
será  el  recuerdo  que  en  medio  su  camino 
ofrece  el  corazón  de  un  peregrino. 

Y  tú ,  alma  poesía , 
tú  que  ora  el  héroe  ó  al  artista  alabas 
en  métrica  armonía : 
tú  que  de  Augusto  la  virtud  cantabas , 
eleva  á  la  región  de  las  estrellas , 
al  genio  que  brilló  cual  brillan  ellas. 


Tarragona  24  de  junio  de  1851 

Juan  Antonio  Disdibr. 


¿Dó  existís  colosales  monumentos 
que  elevabais  erguidas  vuestras  frentes? 
¿Dónde  estaban  los  sólidos  cimientos 
bases  de  vuestras  moles  imponentes? 

Ya  nada  existe el  choque  de  los  vientos 

derribó  vuestros  muros  sorprendentes ; 
solo  escombros  y  ruinas  hacinadas , 
recuerdan  vuestras  glorias  ya  pasadas. 

El  tiempo  con  su  mano  destructora  y 
trazando  caracteres  en  la  arena 
el  frágil  ser  del  hombre  deteriora 
y  al  sempiterno  olvido  le  condena : 

nada  respeta todo  lo  desflora  ^ 

y  el  duro  bronce  su  furor  barrena : 
todo  perece,  pues,  sobre  la  tierra , 

(i)    Pacubio  filósofo  y  poeta :  nació  en  Brindis :  mnnó  en  Tárenlo  á  los  90  aflos  de  edad. 
Lloróle  Roma. 


—  657  — 

hasta  lo  mas  recóndito  que  encierra. 

Mas  una  cosa  su  poder  ahuyenta 
y  se  burla  á  la  vez  de  su  dominio , 
pues  con  el  tiempo  impávida  se  aumenta 
y  adquiere  mayor  nombre  y  predominio ; 
su  fama  por  do  quiera  se  iicrecienta 
sin  que  poder  ya  quepa  el  esterminio; 
es  el  nombre  de  Azara  cuya  gloría  ^ 
eterniza  en  sus  páginas  la  historia. 

Cual  el  cedro  del  Líbano  frondoso , 
que  su  cima  se  pierde  desde  el  suelo  ^ 
levanta ,  Barbuñales ,  venturoso 
tu  orgullosa  cabeza  al  alto  cielo ; 
patria  feliz  de  un  héroe  luminoso 
cuya  gloria  remonta  tanto  el  vuelo , 
que  no  puede  espresar  la  lira  miá , 
su  elevado  saber ,  y  nombradla. 

Círculo  estrecho  á  su  inmortal  talento , 
era  su  patria  y  la  nación  entera , 
y  tomando  sus  luces  incremento 
cual  las  llamas  voraces  de  una  hoguera , 
admiró  su  saber  como  un  portento , 
la  inmediata  República  estranjera ; 
y  por  sabio  le  aclaman  á  porfía 
creciendo  su  renombre  cada  dia. 

¡Y  tú ,  Roma  inmortal !  himnos  entona , 
al  que  la  grata  paz  por  tí  alcanzara , 
téjele  de  laurel  verde  coroúa 
al  hombre  virtuoso ,  al  grande  Azara. 
Él  evitó  que  la  feroz  Beloua 
con  sangre  de  tus  hijos  se  manchara , 
y  alcanzó  de  Piapoleon  con  su  juicio , 
de  Bolonia  llamado  el  Armisticio. 

Libertador  de  Roma^  por  renombre 
te  proclama  el  Senado  agradecido , 
y  coD  igual  razón  date  otro  nombre 
que  tan  bien  lo  tenias  merecido, 
bien  pudiera  llamarte  sin  que  asombre  y 
insigne  protector  del  desvalido : 
díganlo  los  Orleans  y  los  Borbones , 
que  obtuvieron  de  tí  mil  atenciones. 

España ,  Portugal ,  Francia ,  Turquía 

68 


—  638  — 

tu  nombre ,  insigne  Azara ,  es  venerado , 

con  fina  diplomacia  la  armonía 

á  potentes  naciones  has  llevado. 

Pues  siempre  la  bonanza  fué  tu  guia 

y  por  ello  de  todos  fuiste  amado ; 

el  cielo  colmará  de  bendiciones 

á  aquel  que  dio  la  paz  á  las  naciones. 

Dos  genios  relucieron  en  tu  era 
uno  de  destrucción  y  desventura , 
que  cebándose  en  sangre  por  do  quiera 
inmolaba  á  su  indómita  bravura ; 
llegó  el  iris  de  paz  y  en  su  cimera 
refleja  la  virtud  y  la  dulzura; 
Napoleón  de  entrambos  fué  el  primero , 
y  el  virtuoso  Azara  es  el  postrero. 

]\o  te  esfuerces  en  balde ,  débil  lira , 
que  á  mi  pobre  talento  no  le  es  dado 
espresar  los  acentos  que  me  inspira 
el  mérito  de  Azara ,  el  Celebrado ; 
tu  discorde  pulsar ,  por  Dios  retira , 
no  profanes  su  nombre  decantado 
ya  que  de  sus  talentos  el  tesoro 
la  historia  grabará  con  letras  de  oro. 

Diplomático ,  sabio te  saludo , 

distinguido  escritor yo  te  venero, 

de  sublime  virtud  fuístes  escudo 
y  en  proteger  las  artes  el  primero. 
El  honor  y  la  gloria  en  ti  no  pudo 
volverte  vanidoso  ni  altanero : 
y  el  laurel  inmortal  que  orla  tu  frente 
pasará  en  su  verdor  de  gente  en  gente. 

De  afanosa  carrera  ya  cansado 
busca  en  Roma  el  reposo  apetecido , 
mas  á  su  buen  deseo ,  adverso  hado , 
opone  un  dique  al  sabio  esclarecido  : 
la  Parca  inexorable  le  ha  cortado 
un  lauro  inmarcesible ,  entretejido 
de  virtud  y  saber,  que  en  nuestra  mente 
con  gloria  vivirán  eternamente. 

TORTOSA.  Madrid  2  de  octubre  de  i851 

Modesto  Esgofet  y  Febrer. 


-  839 


AL  EMINENTE  AZARA. 


Si  del  sepulcro  el  ámbito  le  encierra 
y  queda  solo  de  él  sobre  la  tierra 
bendecido  su  nombre  y  su  memoria , 
entone  mi  laúd  en  son  doliente 
cantiga  funeral  y  reverente ; 
y  enseñe  al  vulgo  su  virtud  la  Historia. 
/  Azara  fué  I  Del  ibero  las  olas , 
las  costas  y  las  vegas  españolas , 
al  /  ay  !  que  arroja  doloroso  el  Sena  j 
su  belleza  perdieron  y  verdura 
y  ocultas  en  ropaje  de  pavura 
llanto  vertieron  de  tristeza  y  pena. 
— ¡Paz  al  Libertador! — 151  Tfber  santo 
gime  al  pasar —  al  eco  de  su  llanto 
suspira  el  Vaticano  compungido , 
y  del  antiguo  mundo  la  Señora 
—  ¡  paz  al  Libertador !  —  repite ,  llora 
y  se  encorva  la  Italia  á  este  gemido. 

La  ofendida  Albión  reir  no  sabe 

pasma  la  nueva  funeraria  y  grave 
del  Vístula  la  audaz  corriente  ruda. 
Las  orgullosas  frentes  coronadas , 
vueltas  al  suelo  mira  y  espantadas 
la  Europa  en  su  estupor  llorosa  y  muda. 

Su  llama  celestial  el  Genio  apaga 
y  sin  guia  ni  luz  errante  vaga , 
al  cíelo  alzando  su  pesar  profundo : 
la  ciencia  desmayó ;  y  en  luto  envuelta 
un  ¡ay!  desgarrador  el  arte  suelta, 
hiriendo  el  corazón  del  docto  mundo. 

Rompe  el  silencio  santo  de  las  tumbas , 
tono  lejano  que  mortal  retumbas , 
plañidero  gemir  de  las  naciones ; 
y  al  estrellarte  quejumbroso  el  viento 
de  Azara  en  el  mortuorio  monumento , 
su  epitafio  dirás  y  sus  blasones. 


—  540  — 

Vites  de  Ibérii  qae  lis  arpas  de  w> 
palsaiB  de  Axara  ea  loor  y  d  sabio  coro 
no  desdeñe  la  agreste  lira  mía. 
Y  tú ,  sombra  inmortal ,  mi  afao  perdona , 
si  en  las  flores  que  forman  tu  corona 
res  la  que  el  FraacoU  modesto  cria. 

LGO^A.  Tirrigui  y  julio  di  I85i. 

FbAHGISGO  Bf<»BfiA  T  VaLS. 


J 


n  fÁLEEim  Y  6MR. 

tide  las  flores  poéticas  qie  coisagrai  al  insigne  Don  José 
Nicolás  de  Azara  los  vates  de  las  provincias  de : 


AU(]ANTE.  CASTELLÓN. 

BALEARES  aSLAS).  HCRGU. 

YALENGU. 


^duniMa  7  awoMA  «iuüitifiíaurfftrraii  zpaa  ¡p/iao» 


JOTA  VAIiENCIAlVA 

DEDICADA  AL  CÉLKBIE   LITBEATO  BSPAÍtOL  AZAHA  (1). 


CORO. 

Cisnes  del-Turia 
alcen  el  vol 
cantant  de  Azara 
el  {amos  nom. 

Eb  esta  jilaya 
de  Qors  cuberts , 
la  porta  uberU 
del  Sel  dont. 

Y  es  tan  alegre 
que  tot  Be  riu , 
iíern  y  yestiu 
de  vert  bordat. 


(I)    Letra  en  el  ttiiUcta  vilcDciino  qoe  te  bibU  en  el  di». 


ALICANTE. 


I  M  lllffi®ill£ 


^iX  ¥.%c/i(^o.  St. 


Don  José  Nicolás  de  Azara  y  Perera ,  primer  marqués  de  Nibbiano. 


Loi  Tatei  de  la  proTÍncia  de  Alicante. 

• 

Dende  las  viejas  márgenes  sagradas 
de  este  opulento  rio 
do  en  tiempos  no  lejanos 
cantaban  melancólicas  baladas 
los  inspirados  bardos  laletanos , 
yo ,  recuerdo  infeliz  de  los  que  fueron 
ardientes  trovadores, 
quise  cantar  la  gloría  en  que  ardieron , 
sus  lizas ,  sus  amores , 
y  ensangrentadas  guerras , 
mas  ¡  ay !  que  de  estas  sierras 
el  eco  mis  cantares  repetía 
y  en  acento  cruel  me  escarnecia. 

Mi  arpa  sonó ,  mas  con  tañido  incierto , 
con  trémulo  tañido , 
cual  si  temiera  despertar  al  yerto , 
al  olvidado  bardo  laletano  j 
mi  vacilante  mano 

vagaba  entre  las  cuerdas  destempladas 
como  el  cierzo  liviano 
suele  rizar  las  aguas  sosegadas. 
¿Y  en  trémulos  acentos 
tu  gloría  he  de  cantar,  ilustre  Azara? 
¿Y  han  de  llenar  los  misteriosos  vientos 
mis  cautos  á  tu  gloria  consagrados , 
si  aun  cuando  te  cantara , 
si  aun  cuando  en  inspirados 


—  544  — 

acentos  mi  laúd  se  deshiciera 

á  tu  gloria  inmortal  nada  añadiera  ? 

Azara  ^  Azara  ^  ya  tu  sombra  veo 
vagando  en  los  palacios  de  los  reyes , 
dictar  sesudas  leyes 
con  pensamiento  sabio , 
con  raudo  acento  de  elocuente  labio. 
Y  ¡  ay !  si  la  pobre  España , 
si  esa  pobre  madrastra  de  sus  hijos , 
no  hubiese  envilecido  su  corona 
que  de  fuego  al  buen  Carlos  parecia ! 
¡  Ay !  si  antes  de  su  saña , 
de  esa  valiente  saña  que  la  abona 
y  en  noble  y  santa  indignación  ardia , 
¡  ay !  si  antes  de  aquel  dia 
un  recuerdo  tan  solo 
á  su  historia  le  hubiera  consagrado!.... 
Mas  no ,  que  abandonado 
los  manes  de  sus  héroes  la  habían , 
ni  sus  tumbas  dejaron 
ni  los  sagrados  mármoles  abrieron  y 
y  aunque  de  sacro  horror  se  estremecían 
de  los  valientes  héroes ,  que  fueron , 
las  augustas  cenizas , 
dejaron  hecho  trizas 
el  español  católico  estandarte , 
deshonrado  y  perdido , 
á  Lis  plantas  yacer  de  Bonaparte. 

Tú  solo ,  si ,  tú  solo  ,  grande  Azara , 
que  el  vuelo  audaz  de  ese  francés  tirano 
tener  lograste  en  su  fatal  carrera , 
tú ,  tú ,  que  en  sobrehumano 
su  genio  superior  no  te  escediera , 
cual  defensor  de  Roma  le  tuviste 
depuesto  el  alto  orgullo  que  ostentara ; 
el  vuelo  giganteo 
detener  de  sus  águilas  pudiste 
al  traspasar  el  alto  Pirineo. 
Mas  no ,  la  Madre  España 
no  consintió  á  tu  genio  tanta  hazaña , 
y  débil  y  orgullosa , 
aunque  viera  en  pedazos 


_ 


—  54B  — 

deshecho  el  trono  de  so  infausto  orgullo  j 

Íaz ,  paz,  cobarde  paz ,  solo  pedía. 
!*  ¿  dó  esa  paz  dichosa  ? 
¿Dó  ese  celeste  arrallo 
fué  9  que  en  so  ceguedad  se  prometía? 
Llegó  y  si,  llegó  el  día 
en  que  iiuestras  montafiw  retemUaron 
al  eco  Dronco  del  cafion  de  guerra : 
los  hijos  de  la  merra 
de  su  estirpe  por  dicha  se  acordaron 
y  en  sed  de  sangre  aborrecida  ardieron. 
Paz ,  paz  y  aún  los  cobardes  les  fiaron  y 
mano  en  su  mano  armada  les  pusieron  j 
mas  los  valientes  que  á  la  lid  corrían 
dejad  y  dejad  j  bastardos  ^  les  decían. 

Si  9  Azara  y  si,  el  cobarde  cortesano 
Principe  de  esa  paz ,  que  en  Básiléa 
su  nombre  deshonró  de  castellano , 
de  tu  fama  celoso 
fué  quien  cortó  las  alas  al  coloso 

Íénio  que  te  alentaba. 
11  vivirá  del  hombre  á  la  memoria 
por  siempre  abominado , 
y  tú ,  oh  astro  irradiante  y  sublimado , 
tú  de  la  Espafia  inmarcesible  gloria, 
brillante  sol ,  que  en  vano 
en  sus  negras  tinieblas  la  alumbrara, 
do  aliente  un  espafiol  noble  ó  villano, 
donde  asome  un  tirano , 
do  nuestra  augusta  libertad  se  holllhi 
la  sombra  se  alzará  del  grande  Azota. 

Alicahtb.  BarceloM  j  jmiío  50  de  1851. 

Adolfo  Blangh  t  Cobtada. 


69 


\ 


—  546  — 


VDíDIGAGION  DE  ESPAÑA. 


a  En  un  confia  de  la  ilustrada  Europa 
vive  un  pueblo  ignorante ,  tosco  y  rudo ; 
no  ha  sido  mas  que  belicosa  tropa , 
manco  en  las  artes ,  y  en  las  ciencias  mudo, 

«Ambicionando  siempre  ajenas  tierras 
gastó  su  vida  en  bélicas  campañas ; 
no  tiene  mas  historia  que  sus  guerras, 
solo  conoce  el  mundo  sus  hazañas. 

]>A1  concederle  Dios  instintos  ñeros, 
á  la  luz  del  saber  cegó  su  vista ; 
llámase  España ;  pueblo  de  guerreros , 
que  no  ha  tenido  un  sabio,  ni  un  artista.» 

Asi  te  juzgan  las  demás  naciones 
porque  no  haces  alarde  de  tu  gloria , 
ensalzando  á  ios  ínclitos  varones 
que  han  ilustrado  tu  brillante  historia. 

Historia  cual  ninguna  enriquecida 
con  recuerdos  de  artistas  y  de  sabios ; 
estudiada  con  fé ,  patria  querida , 
y  un  sello  pon  á  infamadores  labios. 

Páginas  hallarás  de  inmenso  brillo 
donde  aparecen  limpios  y  radiantes 
los  nombres  de  Velazquez  y  Murillo^ 
de  Calderón ,  de  Lope  y  de  Cervantes. 

Allí  conocerás  mil  y  mil  hombres , 
antorchas  de  la  ciencia  soberana , 
alternando  sus  nombres  con  los  nombres 
de  Feijóo ,  Jovellanos ,  Mariana. 

Azara  está  también ;  nombre  glorioso 
que  su  patria  recuerda  agradecida ; 
patricio  ilustre «  sabio  y  virtuoso 
que  consagró  al  saber  su  larga  vida. 

Las  artes  y  las  ciencias  le  debieron 
protección  generosa  y  delicada ; 
los  artistas  en  él  un  padre  vieron ; 
templo  fué  de  los  sabios  su  morada. 

De  Garcüaso  comentó  los  cantos , 
adivinó  á  Prudencio  en  su  pureza ; 


—  547  — 

y  naeva  vida  dio ,  nueTOs  encantos 
de  Virgulo  y  de  Horado  á  la  belleza. 

Politíco  sagaz  y  humanitario 
procuró  la  amistad  entre  los  reyes ; 
de  toda  guerra  y  sinrazón  contrario 
sostuvo  de  la  paz  las  dulces  leyes. 

Hoy  sus  deudos,  honrando  su  memoria , 
un  monumento  eterno  le  levantan ; 
pintores  y  poetas ,  con  su  gloria 
entusiasmados  hoy,  pintan  y  cantan. 

Mi  débil  voz ,  entre  otras  esforzadas , 
quiere  alzarse  también ,  aunque  sin  fruto , 
y  á  esas  nobles  cenizas  veneradas 
rendir  de  admiración  justo  tributo. 

Mas  al  ver  de  su  tumba  los  blasones 
solo  recuerdo  el  estranjero  agravio , 
y  oigo  á  España  gritar  á  las  naciones  : 
Ahi  yace  un  español  que  ha  sido  un  sabio. 

JüAn  Rico  t  Amat, 


Para  cantar,  Azara ^  tu  grandeza 
débil  es  ¡  ay !  mi  voz ,  pobre  mi  lira , 
cuando  el  genio  sublime  solo  inspira 
mi  ardiente  corazón ,  no  mi  cabeza. 

Con  su  propia  impotencia  y  su  rudeza 
mi  pensamiento  reluchando  gira , 
y  al  vencer  al  deseo  la  flaqueza 
mi  alma  padece ,  y  en  su  afán  delira 

Rompo  la  lira ,  pues ;  á  otros  cantores 
el  campo  cedo  á  quien  su  ingenio  abona « 
para  que  rindan  á  tu  tumba  honores ; 

Y  aunque  ingrata  Caliópe  ^  hoy  me  abandona , 
y  pobres  son  de  mi  pensil  las  flores , 
uno  ésta,  Azara ^  á  tu  inmortal  corona. 

Auciim.  Gatlellon  ^  de  febrero  de  1852. 

Edüabdo  del  Solab. 


—  549  — 

Supo  con  ñno  y  sin  igual  renombre 
La  ciencia  colocar  ,  sin  que  quedara 
Ciudad  ó  villa  dó  habilsse  el  hombre 
Que  sus  altos  talentos  do  ensalzara. 

Cuando  del  Vaticano 
Las  elevadas  cúpulaa  uft  dia 
Miró  con  entusiasmo,  del  anciano 
PontíGce  Clemente  fué  el  amigo  ; 
Sin  que  dejasen  de  rendir  al  genio 
Los  demás  Soberanos  su  triLuto ; 
Pudiéndose  decir  con  gran  certeza. 
Que  fué  de  Azara  sazonado  fruto 
De  la  Silla  romana  la  grandeza. 

Su  diplomacia  estrema 
La  ciudad  de  tos  Césares  sabia; 

Y  cuando  el  rayo  de  la  cruda  guerra 
Cruzó  los  Alpes  y  en  la  Italia  hermosa 
Su  estrago  seüaló,  fué  electo  Azara 
Para  que  con  misión  noble  y  honrosa 
Del  guerrero  tos  pasos  atajara. 

Su  entereza,  su  voz,  sus  persuasiones 
Tales  y  tantas  fueron,  que  aquel  dia 
El  Jefe  de  las  Gálicas  legiones 
Al  águila  los  vuelos  suspendía. 

Entonces  Boma 
De  Senador  patricio ,  honor  bastante  y 
Estendió  para  Azara  en  su  diploma , 
Libertador  le  aclama  en  su  entusiasmo^ 
Graba  en  láminas  hecho  tan  brillante, 
Medalla  acuña  dó  en  recuerdo  grato 
Los  hechos  del  varón  sabia  eslabona; 

Y  para  mas  recueido  en  su  retrato 
De  oliva  reverdece  la  corona. 

Tan  digna  recompensa 
Logra  el  talento  en  su  eternal  destino; 
El  polvo  de  la  ingrata  muchedumbre 
Del  sabio  nunca  cegará^el  camino; 
Su  marcha  seguirá,  y  allá  en  la  cumbre 
Luciendo  de  Minerva  la  aureola 
Su  guía  encontrará  ,  mas  esplendente 
Si  la  mente  que  alumbra  es  espafiola. 

Desde  el  Foro  Romano 


i 

^^^^^■1 

■ 

-  GM  ~ 

I 

Su  nombre  resonase,  de  su  lira 

^^1 

_ 

Brotaron  ecos  que  el  Parnaso  admira. 

^^H 

^L 

Las  artes  que  diviuas 

^^^1 

H 

Bajo  el  pincel ,  el  mazo  y  la  piqueta 

^^H 

^^ 

Tienen  su  asiento,  del  sin  par  Azara 

^^^^1 

^HhÍ 

Lograron  protección  ;  en  sus  loOri-s 

'^^^H 

^H 

Vertió  su  mano  con  merced  cumplida 

^^^H 

^H 

Las  mas  brillantes  y  galanas  llores: 

^^^H 

^V' 

Por  doquiera  su  planta  agradecida 

'^^^1 

^K 

Llevó  del  genio  la  marcada  huella, 

^^^1 

^H 

Y  con  la  luz  de  Febo  refulgente 

^^H 

^H 

Fué  el  mejor  astro  de  la  hispana  gente. 

^^H 

^Hj 

¡Al  talento  la  gloria! 

^^H 

^H 

Del  mundo  en  las  edades  venideras 

^^^1 

^^M 

Vivirá  de  su  ciencia  la  memoria  ; 

^^^1 

^^B 

No  marchitadas  se  verán  un  dia 

^^^1 

^He 

Las  páginas  de  Azara ;  que  la  historia 

^^H 

^^H 

Cuando  graba  con  mágica  destreza 

^^H 

^^H 

Del  sabio  el  nombre,  su  buril  es  de  oro, 

^^1 

^^B 

Su  libro  el  ancho  cielo;  las  estrellas 

^^H 

^^D 

Su  luz  divina,  y  el  cantar  sonoro 

^^H 

^^H 

Tal  engrandece  las  acciones  bellas 

^^H 

^^P 

Que  vivirán  en  el  terreno  mundo 

^^H 

^r 

Hasta  que  Dios  le  llame  á  lo  profundo. 

^H 

1 

PiLMl  [adoptiva).                                                Palma  de  Mallorca  1B50. 

^1 

L 

JoAQÜtN  KLUUA  BOTER  DE  KOSELLÓ- 

^1 

^H 

,CU..Í~lT^«r.^,y™*.--...~..| 

^1 

H 

Alzad  ,  hijos  de  España  , 

^1 

i 

al  son  de  vuestras  liras  vuestro  acento ; 
cantad,  que  es  noble  hazaña 
recordar  un  momento 
las  glorias  que  en  España  han  su  asiento. 

I 

^Kj 

Al  Aragón  que  un  dia 

^^^1 

B¡ 

de  reyes  cuna  fué,  tended  el  vuelo. 

^^^1 

seguid  la  lira  mia, 

^^^1 

^P ' 

y  al  recorrer  su  suelo 

^^^1 

^B 

veréis  al  que  nació  bajo  su  cielo. 

^^H 

^B  , 

Oiréis  i  las  ciudades 

^^H 

que  de  un  hijo  os  dirán  la  gloria  claia, 

I 

\ 

Palma. 


~  665  ~ 
que  salvador  de  Roma  es  aquel  hombre. 

Perdona  ahora ,  Azara  9 
si  tosca  fué  mi  lira  al  celebrarte , 
que  nunca  yo  intentara 
con  rica  voz  cantarte , 
mas  si  de  corazón  siempre  adorarte» 

Palma  6  de  agoito  de  1 851. 

Joaquín  Fiol  y  Pujol. 


AL  HOLT  ILUSTRE  T  EIELLENTISSDH  SEÑOR 

Tribut  á  ton  gran  nom  en  equeix  die 
també  darte  desitx  i  oh  gran  Azara  I 
aquella  veu  sonora,  bona  y  clara, 
teñir  del  gran  Apolo  jo  voldria ; 

Llevonses  tes  virtuts  alabaría.. • 
pero  molt  débil  som,  y  cosa  rara 
seria  qu'  un  com  jó ,  cara  per  cara 
penses  en  mirarte ,  loco  seria : 

Solament  te  suplicb  que  de  le  gloría 
ahont  ar*  et  contempl,  que  b'  et  goñares... 
per  favor  to  deman ,  present  me  tengas 

Com  un  vate,  no  mes,  que  ta  memoria 
admire,  tes  virtuts,  y  prendas  rares, 
y  per  mostrarles  mos  cuaique  picb  vengas. 

Palma.  Mallorque  6  d'  agott  de  1 851. 

JüA»  O'  NlILL. 


A  LA  HORT  D' AZARA. 


Un'  esplanada  deserta 
vaitx  veur'  un  dia  ab  triste ; 
ni  una  sola  herb'  ey  naxia , 


70 


J 


i 


—  554  — 

ni  s'  y  veya  un  solet  brot. 

May  ey  plovía ;  per  ella 
tot  r  any  era  el  mes  d'  agost ; 
qu'  aquella  térra  cremava 
desde  qu'el  mon  era  mon. 

Un  puig  que  la  dominava 
á  modo  d'  antich  torreó 
fonch  el  punt  que  vaitx  triar 
per  las  mevas  refleiions. 

Y  d'  allá  dalt  contemplava 
la  seva  poca  verdó , 

tan  poca  com  mollas  eran 
las  vistas  d'  els  seus  contonis.. 

Si  d'  aquí  dalt  una  font, 
esclamava  jó  á  ocasions  y 
bexás  ab  las  seuas  aygos 
fent  per  las  peñas  i^mó 

A  fecunda  aquellas  térras^ 
for'  aqiiest  un  camp  hermós  ^ 
fora  un  pais  tan  alegre 
com  are  es  trist  y  enfados. 

Y  una  d'  ellas  quant  pegava 
en  térra  ab  el  meu  bastón 

dos  fílets  d'  aygo  sortiran 
rompent  las  seuas  presons» 

Desd'  aquell  dia  variaren 
las  térras  els  seus  colors, 
d'  estiu  el  sol  las  cremava , 
d'  ivern  las  dava  verdó. 

A  poc  á  poc  se  féu  grossa 
la  font  de  dalt  el  turó , 
y  tots  els  camps  se  poblaren 
de  cases  y  possessions , 

D'  abres ,  de  flors  y  de  fuyatge^ 
de  fruits  de  cent  condicions , 
gent,  moviment  y  riquesa 
qu'  en  feran  un  altre  mon. 

Un  homo  ey  va  ever  llevonce» 
que  va  cser  per  sa  nació 
lo  que  la  font  d'aygo  clara 
per  aquellas  térras  fonch. 

Aquest  homo  es  deya  Azara 


I 


—  666  — 

que  en  els  temps  de  Napoleón 
va  salvar  Roma  y  ab  ella 
á  tota  la  religió : 

Aquest  homo  es  deya  Azara , 
y  mentre  el  mon  signe  mon , 
V  anomeneran  els  homos 
ab  alegría  y  trístó. 

Ab  alegría ,  si  pensan 
que  els  dias  de  bendició 
que  teñan  tots ,  son  deguts 
á  n'  el  sen  sebre  y  valor. 

Y  ab  tristó ,  si  reflexionan 
la  falta  qu'  ara  en  el  mon 
mos  fan  la  seua  virtut 
y  la  seua  ilustrado. 


Palma. 


Palma ,  1851 


Pera  d' Alcántara  PeSa. 


Noble  cuna ,  valor ,  claro  talento 
é  ingenio  le  debiste  al  alto  cielo , 
serviste  al  oprimido  de  consuelo 
y  á  la  dulce  virtud  de  firme  asiento : 

La  paz  le  dio ,  tu  generoso  acento 
al  famoso ,  inmortal ,  Romano  suelo, 
y  la  región  indómita  del  hielo 
cedió  también  á  tu  esforzado  aliento ; 

Tu  pluma,  en  fin,  solicita  prepara 
rasgos  insignes ,  que,  veraz  la  historia 
contra  el  olvido  perezoso  ampara ; 

Para  que  eternamente  tu  memoria 
dé  al  mundo  que  admirar ,  ilustre  Azara^ 
á  tí  debida  prez ,  á  España  gloria. 


Palma. 


Barcelona  29  de  moyo  do  1051. 

José.  Rocabertí  de  Dameto. 


Fué  en  su  cénit  un  astro  refulgente 
á  cuya  luz  su  gloria  alumbra  España , 


r 


—  556  — 

que  con  el  celo  maternal  que  entrafia 
ese  áslro  levantó  de  rayo  ardiente. 

Con  el  sol  encontróse  frente  á  frente  j 
y  aun  el  sol  mismo  de  su  luz  se  baña ; 
grabó  su  nombre  escelso  con  la  hazaia  ^ 
y  con  su  luz  iluminó  la  gente» 

La  sombra  del  no  ser  le  envuelve  ahora ! 
y  España  en  vano  en  la  mansión  serena 
aguarda  de  otros  astros  nueva  Aurora. 

Triste  dá  rienda  á  su  amargura  y  peni 
cuando  el  Tiber,  escucha,  que  le  llora 
ó  con  tristQ  rumor  le  canta  el  Sena. 


Palua. 


Gerónimo  Rosblló  t  Rivera. 


saas9ra>!L(Bii» 


AL  EMINENTE  AZARA. 

Alcanzar  inmortal  gloria  en  la  tierra 
á  genios  predilectos  se  concede  y 
y  tan  difícil  bien  lograrse  puede 
en  octaviana  paz  y  en  cruda  guerra. 

Hechos  esclarecidos  dan  la  gloria, 
los  partos  del  talento  dan  renombre , 
y  á  la  posteridad  legan  un  nombre 
al  quedar  consignados  en  la  historia. 

Honra  y  prez  de  los  buenos  españolea 
en  sus  páginas  cuenta  á  cada  paso 
cien  y  cien  apellidos ,  que  no  escaso 
galardón  sus  virtudes  reportóles. 

Entre  todos  descuella  la  figura 
de  un  Azara,  modelo  el  mas  perfecto 
de  cuantos  con  un  fin  grandioso  y  recto 
llegar  pudieron  á  elevada  altura. 

Don  José  INicolás,  puro  escritor, 
diplomático ,  artista  y  anticuario , 
logró  hacer  de  su  genio  tributario 
al  que  quiso  áü  mundo  ser  señor. 


—  667  — 

Con  8UB  lacea  la  paz  tatn  Uoaarca» 

que  malquislos  se  hallaban  por  dó  quiem 
restableció  á  la  insinuacioD  primera 
en  diferenles  reinos  y  comarcas. 

Roma,  Conslanlinopla  y  Portugal, 
Francia,  Toscana  y  el  austriaco  Iniperio 
confiaron  sus  negocios  it  criterio 
del  hombre  de  un  saber  universal. 

Estendióse  su  fama  por  el  mundo^ 
su  nombre  llegó  á  Rer  tan  conocido, 
que  se  vé  en  muchas  obras  repelido 
con  elogio ,  y  respeto  el  mas  prorundo. 

Justo  tributo  que  pagó  al  talento 
el  siglo  que  se  vio  por  él  honrado , 
al  dejar  en  la  historia  consignado 
cuanto  pudo  abarcar  su  pensamiento  . 

¡Loor  eterno  al  hijo  de  Aragón ! 
honor  y  orgullo  del  hispano  suelo, 
por  sus  virtudes  compensóle  el  cielo, 
y  el  mundo  por  su  noble  corazón. 

Josí  Maiu  Rbcasens. 


—  559  — 

ni  héroes  imperiales  que  anhelasen 
BU  cariño  sincero. 

El  genio  de  la  guerra,  el  Corzo  aílivo 
ceilia  á  sus  razones , 
y  broló  lie  la  paz  el  verde  olivo 
en  medio  de  sangrientas  disensiones, 

Amparo  de  los  miseros  monarcas 
sin  vasallos  ni  trono  , 
en  la  patria  de  Dantes  y  Pctrarcas 
siempre  se  alzó  en  su  aboao  , 

Y  después  estcndiendo  como  egida 
Eu  protectora  mano 
hasta  Bizancio,  consoló  la  vida 
del  franco,  prisionero  de  un  tirano. 

El  monstruo  de  la  envidia  detestable 
hirióle  con  su  saña^ 

¿mas  qué  importaba  un  mando  deleznable 
al  héroe  de  la  España? 

¿Por  quién  clamaba  el  Directorio  todo, 
y  á  quién  llamaba  amigo 
el  gran  Napoleón,  que  en  vario  modo 
había  sido  de  su  honor  testigo? 

En  su  vida  privada,  todavía 
sirviera  á  una  Princesa, 
mientras  la  gratitud  le  concedía 
causándole  sorpresa. 

El  marquesado  de  Nihbiano,  y  lleno 
de  una  modestia  suave, 
á  la  ambición  cerraba  el  noble  seno 
por  no  regir  de  Malla  la  Orden  grave. 

Literato  y  artista,  abandonando 
la  sabia  diplomacia 
quiso  finar  su  vida,  arrebatando 
su  presa  á  la  desgracia. 

Mas  sorprendióle  la  implacable  muerte  , 
y  el  virtuoso  ,  el  noble  , 
el  político  grande,  el  hombre  fuerte, 
cayó  por  fia  cual  centenario  roble. 

Lloróle  el  mundo  que  sus  prendas  viera, 
ciñóte  la  corona 

de  un  renombre  inmortal  que  mereciera 
y  que  su  gloria  abona  , 


CASTELLC 


A  U  HEIORU  DEL  EHT 


Tú  que  iiupirfBti 
de  un  Ereilli  j  Hr- 
Musa  del  suelo  hi- 
te ostentas  dond' 

Tú  y  Ídolo  sn 
áDgel  de  blaii' 
que  al  peneti 
maealraa  ár' 

Tú  qii>' 
de  tu  Iu7 


inapira  i 
y  mi  vf 

P.r 
qitr 
la  > 


; zara, 
..rillnra 
.  i'i'iiil  asoma, 
;i-uiiibró  á  Roma 
t~i:ira. 

:>lTc!  ¿Oui^n  dcrrurol)! 
^, .  i-tiando  contemplo 
iiüfctf  rn  tu  loOr  retumba  ? 
a  jfjnulc*  de  virtud  ejemplo, 
,^^tf  liundirte  en  negrí  tumbí , 
iMidad  te  alzó  á  su  templo. 

Usdriil  li  da  il 

Wekceslao  Atgoals 


Joh.eap.  ti.  I 

i;^  (acero  radiante  que  aparece 
¡üfttiJk  Doche  larga  y  tormentosa, 
»  Mwr  <*™os  1"e  en  abril  se  mece 
^^^(1  tallo  gentil  la  fresca  rosa: 

^■fiarMc  el  sabio,  aiinr|iic  la  muerte 
^ü^ b eucierre  en  su  mant^ioo  sombría; 
^likace>l<^l  sepulcro  ¡Teliz  suerte! 
^.^cMrilos  renacer  al  dia. 

jÜmct  el  amigo  de  los  hombres  pudo 


n< 


i^i 


—  561  — 

merecer  la  abyección  y  el  torpe  olvido ; 
pues  fuera  de  indefensos  áureo  escudo 
y  antemural  del  pobre  y  afligido. 

Piensa  el  mundano  en  su  error 
que  al  bueno  y  al  criminal , 
medidos  con  peso  igual 
traga  el  sepulcro  voraz : 

Porque  el  justo  siempre  vive ; 
renuévase  su  memoria , 
y  en  el  templo  de  la  historia 
su  nombre  es  grato  solaz. 
Al  jazmin  que  descuella  en  primavera 
miramos  cual  monarca  de  las  flores ; 
y  el  ciprés  que  se  eleva  en  la  pradera 
del  vendabal  desprecia  los  furores : 
Tan  noble  privilegio  y  alta  gloria 
don  Nicolás  de  Azara  ha  disfrutado : 
su  nombre  ilustre  al  par  de  su  memoria 
siempre  el  artista  y  sabio  han  conservado. 

Pues  le  miraron  descollar  glorioso 
de  Huesca  en  el  Gimnasio ,  y  en  Oviedo 
defender  campeón  siempre  animoso , 
de  Témis  los  arcanos  con  denuedo. 

Que  es  propio  de  almas  sublimes 
y  genios  privilegiados , 
manifestarse  elevados 
ya  desde  el  primer  albor : 
Asi  al  principiar  el  dia 
del  alba  entre  resplandores , 
ya  vemos  de  ciertas  flores 
el  magnifico  color. 
Hubo  un  monarca  justo  á  quien  España 
dá  entre  sus  reyes  el  lugar  primero: 
El  gran  Carlos  Tercero 
que  para  confundir  la  horrenda  saña 
dejando  Partenópe ,  aquí  viniera  j 
brilló  en  Madrid  como  en  su  propia  esfera. 

Premiador  de  los  sabios  sin  segundo , 
y  cual  Tito  delicias  de  su  pueblo, 
un  talento  profundo 
en  Azara  descubre ,  desde  el  día 

71 


—  562  — 

que  modesto  y  humilde  se  presenta , 
y  altas  empresas  encargarle  intenta. 

Musa  sublime ,  que  destina  Apolo 
á  sugerir  ideas  siempre  nobles, 
inspírame  propicia ,  y  que  tan  solo 
suene  mi  lira  en  melodías  dignas 
del  inmortal  Azara ;  pues  su  acento 
hoy  llegar  debe  al  alto  firmamento. 

¿Mas  qué  miro?  ¡Oh  placer!  Noble  matrona 
de  talle  esbelto  y  celestial  semblante , 
la  sien  ceñida  de  áurea  corona , 
al  viento  flota  manto  rozagante. 

La  sacrosanta  Estola  de  su  cuello 
pende ,  y  el  nombre  de  la  Paz  inscrito 
con  primor  esquisito , 
sobre  la  misma  leo. 

Cual  numen  tutelar  de  la  comarca 
mira  risueña  la  Ciudad  eterna ; 
la  de  los  siete  montes ,  cuyo  solio 
al  mundo  dominara 
desde  su  altivo  y  noble  Capitolio. 

Sostiene  en  una  mano  la  Tiara 
que  abarca  tres  coronas , 
como  celestial  dote 
del  Sumo  Sacerdote, 
que  con  la  misma  su  cabeza  cubre. 

Empuña  en  la  otra  mano  las  dos  llaves , 
que  el  pobre  Pescador  en  Galilea 
recibió  de  Jesús  cuando  le  elige 
primera  base  de  su  Iglesia  santa , 
y  premia  sus  desvelos 
fiándole  las  puertas  de  los  Cielos. 

El  Genio  que  acompaña  á  la  matrona 
un  escudo  fulgente  de  oro  puro 
le  ofrece ,  y  ésta  toca  con  las  llaves : 

Al  golpe  resonante , 
veo  en  el  mismo  instante 
Roma  agitarse  y  preguntar  pasmada : 
¿qué  es  lo  que  ha  sucedido? 
y  de  dó  parte  el  celestial  sonido  ? 

Cuando  óyese  en  seguida 
la  voz  del  Numen  dando  aliento  y  vida  ^ 


—  565  — 

pues  las  dudas  borrando  y  juicios  vanos 
que  hacian  los  Romanos 
dice :  «Ya  el  noble  Nicolás  de  Azara , 
de  ciencia  y  probidad  siempre  dechado , 
por  la  corte  de  España  está  nombrado 
Embajador  en  Roma.» 
Dijo ,  y  el  gozo  asoma 
en  aquel  mismo  instante 
de  los  hijos  del  Tiber  al  semblante. 
Tal  se  pinta  en  el  rostro 

del  nauta  consternado, 

el  júbilo  y  agrado 
cuando  vé  que  se  amansa  airado  mar : 

Y  asi  se  alegra  el  prado 

cuando  en  dichosas  horas , 

las  brisas  bienhechoras 
vienen  la  árida  tierra  á  refrescar. 

Tan  luego  como  Azara  se  presenta 
en  la  ciudad  de  Rómulo ,  ya  alcanza 
los  mas  altos  honores: 
los  Pontífices  Sumos ',  sucesores 
del  Apóstol  sagrado , 
con  tacto  fino  y  gusto  delicado , 
el  mérito  conocen 

del  ilustre  español:  ven  sus  escritos, 
y  en  todo  semejantes 
al  sabroso  maná  que  cayó  antes 
en  la  tierra  de  Horeb;  causan  á  un  tiempo 
todo  deleite ,  admiración  y  gusto. 

Clemente  Trece  desde  el  solio  augusto 
aprecia  á  Azara  y  honra  con  su  trato : 
su  sucesor  el  sabio  Ganganeli , 
y  después  Pió  Sesto ,  ¿  cuántas  veces 
al  noble  aragonés  no  distinguieron 
con*  marcadas  señales  de  alto  aprecio  ? 

Si  ora  decir  quisiera  estos  favores ! 
pero  no,  es  imposible :  antes  pudiera 
contar  del  prado  las  vistosas  llores , 
las  arenas  del  mar ,  y  las  estrellas 
que  muestran  desde  el  cielo  sus  fulgores.. 
Su  casa  en  Roma  fué  como  un  liceo , 
do  reunidos  el  brillante  artista , 


—  562  - 

que  modesto  y  humilde  so 
y  altas  empresas  encargar! 

Musa  sublime,  que  de 
á  sugerir  ideas  siempre  : 
inspírame  propicia ,  y  * 
suene  mi  lira  en  nielcxi 
del  inmortal  Azara :  \ 
hoy  llegar  debe  al  ni* 

¿Mas  que  miro? 
de  talle  esbelto  y  * 
la  sien  ceñida  de 
al  viento  flota  uim 

La  sacrosaniM 
pende,  y  el  in>- 
con  primor  e?:»' 
sobre  la  misir 

Cual  núin 


iirece 


::m 


t\ 


\ano! 


dentro  viene : 

¡ipo  deja. 
.  confirmarla 
Holonia , 
.:  marcado 
lié  llamado. 
.*  en  noche  umbría 
.'rror 

lUe  el  fragor 
^4U  que  eu  torno  brama  ; 
i  II  astro  hermoso 
.  j  tormenta 
>perimenta, 
..i  grato  le  aclama. 
I  >eguirá  á  Azara  en  su  carrera 
^liomáticos  ilustres? 
.4  con  él  á  la  ciudad  dó  el  Sena 
^  >4Uoso?  ¿Quién  á  Rusia, 
.  Cía  la  paz  esta  potencia 
.a,  >  cesó  la  competencia? 
.ii  seguirlo  puede  hasta  el  congreso 
a  Viiiiens ,  dó  fuerte  Atlante , 
•.%pai\a  fiel  representante? 
.  c>  posible  al  Colorín  sencillo 
.;  ij;uila  noble  el  raudo  vuelo  ; 
'^.áiiUle  vate ,  desde  el  suelo 
.c*»;í»  cu  cantar  al  astro  hermoso , 
c^ai  oamiiia  luminoso , 
>.«mu  looorre  allá  eu  el  ciclo. 


mira  risueñ:» 
la  de  los  si» ' 
al  mundo 
desde  sn    ' 

Sosli'  • 
que  al»n- 
como 
del  S 
que 

\r 
\ 


■ 


I  / 


>*  • 


í¡65  — 


.  (|ue  en  su  carrera 
;)l  que  en  la  esfera 
.nido,  está  agobiado, 
)  adverso  mil  rigores. 
jiic  los  dolores 
üii  mitigado 
n^ ,  y  de  la  viuda, 
(  bondad  y  amor  han  implorado* 
:uroso  anciano,  moribundo 
::  lecho  de  paz,  dirá  á  su  hijo : 
1  iuc  el  honor  de  nuestra  España.» 
.i|)enas  esto  oido, 
¡o  formará  á  sus  descendientes 
(iiprc  este  mismo  elogio  enternecido; 
y  aíiadirá  que  pueblos  y  altos  reyes 
a  este  español  ilustre  han  proclamado  y 
como  sosten  de  venerandas  leyes 
y  de  sabios  ministros  fiel  dechado. 

Asi  de  boca  en  boca 
pasará  hasta  los  siglos  venideros , 
la  relación  exacta 

de  hechos  tan  grandes  como  verdaderos. 
Tal  de  Judá  en  el  pueblo 
el  padre  transmitia 
al  hijo  que  tenia 
cuanto  al  progenitor  oyó  contar  : 
Del  árido  peñasco 
el  agua  cristalina 
la  ley  dada  en  el  Sina 
y  el  lance  de  Moisés  cuando  abre  el  mar. 

Mas  cuando  yo  las  glorías 
del  sabio  diplomático  celebro , 
se  acerca  un  dia  aciago 
que  llanto  va  á  causar  y  pesadumbre. 

Aunque  en  París  Azara ,  al  alta  cumbre 
de  honores  ha  llegado ,  desfallece ; 
y  por  entre  los  árboles  que  adornan 
los  parques  y  jardines  de  Yersalles , 
la  muerte  asoma  su  espantable  rostro ; 
mira  á  Azara ,  por  victima  lo  elige ; 
y  un  mortífero  dardo  le  dirige. 
¿Mas  qué  placer  ¡  oh  cielo ! 


«» 


y  el  incansnl»"  ■ 
que  ostiii¡j:i 
y  en  pl-  ; 
pasan  I 

relii!.;" 

V  f. 

■ 


I 


,.  tjbfs  de  oro  ; 
'  jj^ívi  rf  entreabra 
^;¿;;i5  despojos , 

^  ^,^  i;rJffS  OJOS  , 

//  íí"'^  ^"  renombre , 
"^  ,  íT/íií'fro  no  perece, 
'..„,^ aurora  hermosa; 


■    ..f,  gwí*  aparece 

.  ;jrra  y  tormentosa.» 
, .  ^  r.íinicn  de  la  guerra 
.,r-P  sanguinoso 
.  ..-•iij.'^-'*  y  furioso 

-úier  susto  y  horror ; 
^!.  ^»s.^lO  estrago  nace 
".,  sn^'^egundo, 
..;  o  admira  el  mundo, 
.  r  i?  3Iarte  vencedor. 
.  j  .'  marqués  de  INibbidno  , 
;>  cantares ; 
^  ^.^>  c:2?  en  la  margen  del  Mijares 
.   vr.>ígrar  el  plectro  mió 
^^  rs^vlso  tío: 
^.^  rriídencia  ordena 
;.:  .ivo  á  grande  pena, 
íí.uJiré,  que  en  vano  ahora 
'\^,^>c  fatiga; 

..  .r4  Poesía  en  vano 
^  <irs  liras  para  alzarle  Templo. 
*  X  •>  preciso  ya ,  no ,  que  hijos  de  Apeles , 

•*^«Je  Praxileles , 
^N.vM  ^^^l>re  mármoles  y  lienzos 
t  ¿«r  nombre  y  paz  al  grande  Azara ; 
^iifs  siempre  habrá  quien  diga 

^\r  v*^*  '*'""^  y  constante : 

V*  tW  grande  y  amado:»  Esto  es  bastante. 


V-V.^í^"^ 


Castellón  do  la  Plana  2'2  de  setiembre  de  i85l. 

Juan  de  la  Cruz  Bernat* 


i 


567 


A  DON  GHÜSEP  NIGOUÜ  DE  AZARA  T  PEDERÁ  (1). 


GAimG  EN  miOMA  VALENCIA. 

Que  les  dicbes  mes  nobles  disfrute 
nostra  patria  voliguda  T  España , 
mes  que  brame  Tanárquica  saña 
y  de  guerra  el  borrible  Dragó : 

Disfrutant  de  la  pau  les  ventacbes 
canten  ara  A^ Azara  les  glories , 
rcnovant  les  famoses  memories 
d'este  fill  ilustrat  d'Aragó. 

L' España  mare  agraida 
sempre  ha  vollgut  celebrar 
ais  seus  filis ,  que  com  cel  ciar, 
bam  brillat  durant  la  vida. 

Huí  el  nom  d' Azara  combida 
ais  poetes  del  Millars, 
perqué  en  troves  singulars 
alaben  bé  les  accions 
d'un  borne,  que  á  les  nacions 
estrancberes  vá  pasmar. 
Cuant  en  Roma  y  París  escoltaren 
d'este  sabi  español  els  discursos 
en  els  veren  mil  nobles  recursos 
els  primers  díplomatics  d'allá : 

En  qúestions  les  mes  ardues  y  fortes 
de  son  tino  y  saber  es  vallgueren , 
y  en  política  sabia  prengueren 
les  idees  que  Azara  els  dona. 

Si  este  bome  en  mil  ocasions 
fonc  tan  apreciat  deis  Reis , 
es  perqué  sabut  en  Ueis 
vá  pasmar  á  les  nacions  : 

Per  aixó  en  dolces  cansons 
li  donen  aquells  dictats 
que  deis  bomcns  ilustrats , 
formen  la  brillant  corona , 


(1)    Esta  poesía  se  hizo  para  el  dia  en  que  se  inauguró  el  monomento  en  Barbuflales. 


.;:-  ■■■■"■'i:Ui«" ,.. 


^^^tu-t*- 


MURCIA 


A  LA  HEIOBU  BEL  lüHORTAL  ESPAÑOL  AZARA. 


Lüs  vates  de  la  proTÍDcia  de  Bfarcia. 


Pobre ,  es  sin  duda ,  el  femenil  talento , 
y  aún  es  mas  débil  el  ingenio  mió ; 
mi  corazón  encierra  sentimiento , 
mas  mi  laúd  al  despedir  su  acento 
revela  su  pequeño  poderío. 

¿  Cómo  podrá  mi  discordante  lira 
ensalzar,  dignamente  al  sabio ,  al  noble? 
¡  Mi  deseo  fantástico  delira ! 
Que  en  vano  á  descollar  gigante  aspira 
la  débil  rama  sobre  el  alto  roble. 

¡  El  estro  envidio  del  sublime  Homero ! 
Si  su  laúd  glorioso  yo  pulsara 
del  héroe  Aragonés ,  á  quien  venero 
con  puro  acento  y  á  la  par  sincero , 
los  timbres  y  las  glorias  entonara. 

En  la  patria  do  nacen  los  leales , 
en  el  pais  de  heroicidad  fecundo , 
en  el  pueblo  feliz  de  Barbuñales 
sintió  por  vez  primera  los  raudales 
del  sol ,  Azara ,  admiración  del  mundo. 

Acató  el  orbe  entero  virtud  tanta , 
y  volando  su  fama  en  el  momento, 
fuese  á  tomar  un  elevado  asiento 
en  la  patria  de  Remo,  Ciudad  Santa 
que  Azara  lo  admiró  como  á  un  portento. 

Le  respetaron  las  sencillas  greyes , 
y  los  sabios  también  le  respetaron : 
fué  consultado  por  distintos  reyes 
para  dar  á  sus  pueblos  sabias  leyes 
y  amigos  y  enemigos  le  admiraron. 


72 


—  571  — 

y  al  pronunciar  tu  nombre 
responderán  los  ecos  de  la  Fama. 

Tal  es  la  pobre  ofrenda 
que  á  tí  mi  amor  consagra : 
dígnate  recibirla , 
hijo  preclaro  de  la  Madre  Patria. 

MüEaA.  Enero.— 1852. 

Ain'ONio  Abnao. 


AL  ínclito  azara. 


A  eternizar  tu  nombre  y  tu  memoria 
no  es  necesario  el  canto  del  poeta 
sobre  tu  mauseolo ; 
basta  que  cruce  la  europea  historia 
en  lenguas  cien  del  uno  al  otro  Polo. 

Basta  saber  que  amigo  de  tus  Reyes , 
una  corona  para  ti  rehusaste ; 
y  que  impusiste  leyes 

en  Roma ,  Yiena ,  Rusia ,  Prusia  y  Francia , 
rico  de  ciencia ,  y  pobre  de  arrogancia. 

Que  dos  Emperadores  y  tres  Reyes  y 
sin  contar  dos  Pontífices  romanos , 
consejo  te  pidieron ; 
que  fuistes  la  cabeza  y  ellos  manos 
de  cuanto  bueno  á  sus  naciones  dieron. 

Que  á  tu  genio  y  tu  ciencia  tributara 
el  gran  Napoleón ,  justo  homenaje 

y  un  trono  te  brindara (1); 

y  que  al  morir,  la  pompa  de  tu  escombro , 
fué  de  París  y  de  la  Europa  asombro ! 

Por  eso  es  que  el  canto  del  poeta 
no  es  necesario  á  eternizar  tu  nombre ; 
consúltese  una  á  una 
de  cada  gran  nación  la  grande  historia 
y  encontrará  allí  el  hombre 
este  recuerdo  de  tu  ciencia  y  gloria. 


1)    La  soberanía  de  Malta. 


—  375  — 

ese  rastro  magnifico  que  el  mnodo 

con  atención  severa 

y  con  gozo  ó  pesar  mira  profundo  ? 

Tus  anales  elli  con  caracléres 
de  inestimable  duración  pregonan 
la  nobleza,  el  valor,  la  ciencia  amada 

la  justicia  y  piedad prendas  que  abonan 

tras  afanes  prolijos 

la  justa  fama  de  tusj^nobles  hijos. 

¿Quién  osará  los  timlires  inmortales 

de  tan  ilustre  y  pública  valia 

empañar  con  su  voz?  Los  crimÍDales 

tiros  de  la  pasión  y  saña  impía 

cuando  al  mérito  hieren 

del  mismo  golpe  que  descargan,  mueren. 

La  envidia,  el  odio  ,  pérfido  el  veneno 

de  la  feroz  y  vil  maledicencia 

émulos  miran  el  aplauso  ajeno 

con  bastardo  pesar :  y  en  su  inclemencia 

y  en  su  afán  anhelante 

alzan  las'quejas  de|furor  henchidas 

como  las  olas  ¡ay!  embravecidas 

del  proceloso  mar  ondisonante 

chocan  y  se  levantan, 

al  cielo  suben  y  al  mortal  espantan : 

pero  muy  pronto  tras  el  rudo  embate 

y  el  estruendoso  rebramar,  contenía 

y  de  pesar  eicnta 

la  dulce  calma  del  honor  renace , 

y  eücaz  satisface 

la  buena  y  recta  fama 

que  al  seno  suyo  las  virtudes  Hama. 

¡Hijo  ilustre  del  sacio  esclarecido 
que  el  Ebro  con  amor  baña  y  fecunda! 
¡Vastago  distinguido 

de  clara  estirpe en  cuyo  nombre  funda 

Aragón  la  memoria 

de  uno  de  los  blasones  de  su  gloria ! 

;  Azara !  noble  y  grande 

fué  tu  misión para  enseñar  naciste, 

y  solo  el  bien  de  tu  nación  quisiste: 
no  será,  no,  que  el  cielo  te  demande 


—  574  — 

de  tu  aurora  benéfica  el  empleo ; 

que  el  insigne  y  espléndido  trofeo 

que  llevas  de  tus  hechos , 

alto  espíritu  y  docta 

prudencia  inestimada 

en  el  aplauso  y  el  honor ,  vivientes 

y  dignos  testimonios 

que  hoy  la  posteridad  fiel  te  tributa 

en  mármoles|;y  bronces  esculpidos, 

es  ¡ay!  el  galardón  que  dulce  y  bello 

como  claro  destello 

de  gloria  tan  estraña 

con  justicia  y  verdad  proclama  España. 

Tierra  feliz  con  apacible  cielo 
te  vio  nacer ,  y  se  meció  tu  cuna 
entre  la^  dulce  paz  y  entre  el  consuelo 
que  los  halagos  dan  de  la  fortuna. 
Él  aura  de  los  rústicos  pensiles 
y  los  genios  del  bien  te  amamantaron 
y  faustos  alejaron 
de  aquel  natal  terreno 
el  sombrío  rigor  que  invierno  tiene , 
convirtiendo  en  jardín  de  flores  lleno 
las  encumbradas  sierras  del  Pirene. 

No  fué  anuncio  falaz de  aquel  recinto 

que  hoy  el  Ibero  admira 

vióse  luego  salir  claro  y  distinto 

del  genio  el  rayo  quejamos  espira 

¡  Rastro  honroso ,  eternal !  ¡  INoble  y  ansiado 

privilegio  que  Dios  solo  concede 

al  que  esforzado  puede 

fijar  con  osadía 

de  sus  talentos  altos  la  valía ! 

¿No  lo  veis?  ¿  No  lo  veis?  De  la  ribera 
del  Gallego  y  del  Ginca  sosegados 
vuela  audaz  á  otra  esfera 
donde  debe  brillar.  De  los  cuidados 
del  mundo  esento  asombro  es  prematuro 
y  risueña  promesa'á  lo  futuro 
de  su  patria  en  favor :  con  grato  acento 
la  escuela  sertoriana 
y  Salamanca  ufana 


—  575  — 

le  saladan  al  fin :  la  corte  luego 

en  sus  áulicas  juntas  le  coloca 

sin  despertar  de  la  ambición  el  fuego ; 

y  su  mismo  destino  le  provoca 

con  impulso  suSve 

á  trepar  por  la  grave 

senda  de  la  fortuna 

donde  no  siempre  la  esperanza  es  una. 

¡  Ay !  en  Azara ,  empero , 
en  Azara  una  fué :  de  España  lejos 
solo  el  destino  próspero 
del  suelo  suyo  le  ocupó  :  ventura 
con  fé  hidalga  buscaba 
digna ,  si ,  de  la  gloria 
y  del  valor  del  español  renombre. 
Nunca  de  la  honradez  justa  faltaba 
á  su  anhelo  benéfico  el  aliento , 
mientras  que  del  fastuoso  y  opulento 
estado  de  los  proceres ,  que  ansian 
especular  con  sus  oficios ,  supo 
menospreciar  los  caros  adelantos 
buscados  ¡  ay !  pero  bastardos  siempre. 

Del  Tiber  en  las  márgenes  amenas 
pasaron  las  serenas 
horas  que  dedicar  pudo  á  las  artes 
y  á  las  letras  amadas 
bajo  su  amparo  mismo  congregadas. 
¡  Mas  de  calma  tan  útil  y  apacible 
cuan  corta  fué  la  duración !  Tareas 
y  vigilias  mas  áridas  y  duras 
sustituyeron  luego  á  las  dulzuras 

del  ilustrado  trato 

y  á  la  espansion  del  inspirado  genio , 

alumna  placentera  de  Silenio , 

siguieron  los  desvelos  importunos 

del  vigilante  afán  de  otros  deberes 

lejos  de  los  placeres 

con  que  el  mundo  engañoso  lisonjea 

al  poderoso  afortunado.  Altivo 

con  el  orgullo  del  honor  que  atiende 

á  no  ser  nunca  esquivo 

á  la  desgracia  y  al  dolor,  enciende 


—  578  — 

fuera  conquistador,  déspota  y  solo , 
¡  ay  !  hasta  ese  prodigio  de  los  siglos 
vído  con  la  verdad  del  sentimiento 
á  rendir  sus  tributos  al  talento. 

De  grandeza  y  honores  precedido , 
de  bendiciones  y  de  amor  colmado 
en  el  orbe  con  gloria  conocido  y 
y  de  los  pueblos  todos  respetado, 
llegó  del  noble  Azara 
el  instante  postrero 
con  paso  cauteloso  y  agresivo  : 
y  entonces  ¡oh  dolor!  el  nombre  ibero 
que  vio  de  su  hado  esquivo 
el  embate  fatal ,  lloró  angustioso 
el  funeral  quebranto 
al  contemplar  con  llanto 
¡  ay !  apagada  la  feliz  lumbrera 
que  luz  y  ejemplo  de  los  hombres  fuera. 

Salve,  patricio  ilustre, 
docto  ministro,  español  preclaro: 
tu  alta  reputación  es  la  censura 
mas  terrible  y  amarga 
que  darse  puede  al  insolente  orgullo 
y  á  la  baja  codicia 
de  la  grandeza  y  el  poder  moderno. 
Déspota  nunca  ni  tirano,  el  celo 
de  tu  dominación  huyó  oficioso 
entre  graves  cuidados 
de  hacer  gemir  con  opresor  encono 
á  la  sombra  del  trono 
la  santa  libertad  de  tus  hermanos. 

¡Oh  bendición  universal!  descansa 
sobre  la  silenciosa  y  triste  tumba 
del  hombre  honrado  y  noble 
con  tu  paz  y  esplendor,  como  descansa 
sobre  la  del  malvado 
la  execración  y  el  vilipendio :  odiosa 
del  crimen  tanto  la  memoria  sea 
como  ensalzada  la  virtud  se  vea. 

¡  Hijo  ilustre  del  suelo  esclarecido 
que  el  Ebro  con  amor  baña  y  fecunda ! 
vastago  distinguido 


y 


/ 


-T  579  — 

de  clara  estirpe en  cuyo  nombre  funda 

Aragón  la  memoria 

de  uno  de  los  blasones  de  su  gloria! 

/  Azara !  noble  y  grande 

fué  tu  misión para  enseñar  naciste 

y  el  nacional  decoro  redimiste : 

no  será ,  no ,  que  el  cielo  te  demande 

de  tu  aurora  benéfica  el  empleo ; 

que  el  insigne  y  espléndido  trofeo 

que  llevas  de  tus  hechos , 

alto  espíritu  y  docta 

prudencia  inestimada , 

en  el  aplauso  y  el  honor  vivientes 

y  dignos  testimonios 

que  hoy  la  posteridad  fiel  te  tributa 

en  mármoles  y  bronces  esculpidos , 

es  ¡  ay !  el  galardón  que  dulce  y  bello 

como  claro  destello 

de  gloria  tan  estraña 

con  justicia  y  verdad  proclama  España. 


Murcia. 


Madrid  24  de  Agosto  de  1851. 


Juan  Guillen  Buzaran. 


GLORIA  Y  TIRTCD. 


Van  en  confuso  tropel 
rápidas  unas  tras  otras 
del  infatigable  tiempo 
en  constante  afán  las  horas ; 
y  arrastran  en  su  camino , 
precipitándose  sordas , 
siglos  y  pueblos  y  reyes 
y  cadalsos  y  coronas ; 
y  tras  ellas  macilento, 
sepulcro  de  la  memoria , 
indiferente  el  olvido 
va  derramando  sus  sombras. 


—  580  — 

¡  Todo  la  muerte  lo  acaba ! 
¡Todo  el  tiempo  lo  devora ! 

Viene  de  siglos  lejanos , 
llega  de  edades  remotas 
con  el  manto  de  la  Fama 
grave  y  severa  la  Historia. 
Delante  de  cada  siglo 
que  ante  sus  ojos  asoma , 
detiene  el  paso  seguro 
y  con  voz  firme  y  sonora 
hechos  ilustres  relata, 
ilustres  hombres  pregona : 
y  ocultando  luego  el  rostro 
del  manto  en  las  sueltas  onda^ 
tras  del  tiempo  fugitivo 
do  nuevo  el  camino  toma. 
Hechos  y  nombres  reviven , 
porque  es  inmortal  la  gloria. 

En  pos  del  abril  risueño  9 
mensajera  de  la  aurora , 
el  aura  vuela  y  de  flores 
montes  y  prados  corona ; 
y  siempre  que  al  campo  an 
vuelve  su  gala  y  su  pomp: 
á  la  humilde  sepultura 
donde  la  virtud  reposa 
llega ,  y  á  su  dulce  influj 
ricas  siemprevivas  brotai 
y  formando  mil  labores 
con  los  tallos  y  las  boj: 
escribe  un  nombre  mo 
que  jamás  el  tiempo  I 
Porque  es  la  virtud  r 
como  es  inmortal  la 

¡Qué  mas  le  pue<' 
á  tu  venerable  soml 

La  primavera  for 
en  colores  y  en  ar» 
tu  nombre  con  sii- 
sobre  tu  sepulcro 
Siguiendo  su  lenJ 
con  su  voz  siem].  ^»s 


imana , 
1  humaDa 
^  temples, 
iiue  ha  criat 
ilrc  errors  delira : 
sió ,  mentira , 
'  veritat. 

irc  els  rics  y  forls 
mar  els  rius : 
isis  en  los  vius , 
irtuts  deis  morts. 
i'iitre  negre  vél 
armonía  cnserra , 
spirasió  en  lu  térra 
Is  la  inspirasió  del  sel. 
a !  embecharé  ta  sort , 
'  vida ,  no  tinc  glóriii , 
iis  cults  en  la  memoria ; 
rabie,  vixc  ya  mort. 
11  que  mentres  brama  el  vent, 
os  y  la  mar  ensafia , 
jiiuil  en  sa  felis  cabana 
•vs  d'este  mon  no  sent! 
i<\  escolta  en  la  callada  nit 
enenosa  T^co  insert, 
1  seu  cor  el  mon  desért 
•'II  á  la  esperansa  ba  dit! 
en  eixa  fosa  aon  no  se  ven 
>  que  la  maldat  deslila ! 
I  eixa  eternitat  tranquila 
:  lióme  perqué  parla  Deu. 

Valejisia,  selcmbre  d«  1851 

José  María  Bonilla. 


74 


—  591  — 

de  las  artes  su  mente  grande  inspira , 

y  comunica  el  pasmo 

con  que  las  obras  mira , 
que  Europa  toda  embelesada  admira. 

Vuelta  en  pincel  su  pluma, 
en  tintas  rica  y  variedad  y  gracia, 

asi  retrata  en  suma 

la  dicha  y  la  desgracia , 
como  del  héroe  la  indomable  audacia. 

Y  con  bellos  colores , 
que  de  natura  la  verdad  esceden , 

se  ven  vivir  las  flores , 

que  exhalar  ambas  pueden , 
sin  que  sus  hojas  inmovibles  queden. 

Monumento  fecundo 
en  este  siglo  al  habla  patria  alzado , 

que  no  tiene  segundo 

que  de  Azara  ha  cercado 
la  sien  ilustre  de  laurel  preciado. 

Valencia. 

Estanislao  Cosca  y  Yayo. 


Dura ,  inflexible  ley,  el  Dios  potente , 
grabó  sobre  la  frente 
del  hombre ,  al  exhalar  el  primer  lloro. 
En  vano  es  el  poder ,  la  ciencia ,  el  oro 
su  influjo  á  resistir ,  pretensión  loca 
ir  mas  allá ,  si  el  límite  se  toca. 
La  cuna  y  el  sepulcro :  hé  aquí  trazada 
la  igual  sentencia,  y  luego polvo nada! 

¿Dó  se  ocultan  los  fieros  capitanes, 
que  al  mundo  con  su  furia  estremecieron  ? 
Los   Reyes  ¿qué  se  hicieron, 
henchidos  de  ambición ,  nuevos  Titanes , 
que  ni  tierra  ni  cielo  respetaron? 
Sus  términos  cumplidos , 
ellos ,  cedros  erguidos , 
las  altaneras  copas  doblegaron 
ante  la  ley  eterna ,  y  de  su  gloria , 
nos  resta  la  memoria 


—  592  — 

¡  La  memoria !  El  recuerdo  que  transpira 
por  la  marmórea  losa  de  la  tumba , 
sublime  emanación ,  que  el  ser  aspira 
de  aquel  que  se  derrumba  , 
consolador  presente  que  á  los  vivos , 
en  sus  rnnibüs  inciertos , 
desde  la  elernidad  legan  los  muertos  !.••• 

]No  plugo  á  Dios  en  sus  bondades 
que  el  mísero  mortal ,  las  soledades 
de  este  camino ,  que  llamamos  vida , 
sin  norte ,  sin  egida , 
en  las  tinieblas  de  su  mente  oscura , 
recorriefra  con  planta  mal  segura, 
y  en  la  memoria  de  gloriosos  nombres 
por  guia  de  los  hombres 
poner  quiso  propicio , 
fulgentes  luminarias, 
clarísimos  fanales , 
en  las  torcidas  sondas  solilarias  ^ 
que  á  la  virtud  y  al  vicio, 
al  bien  y  al  mal  conducen  casi  iguales. 

A  la  indomable  ley,  ilustre  Azara  , 
también  doblaste  el  cuello , 
que  era  de  frágil  barro  tu  estructura  ; 
pero  la  fama  clara 

de  tu  nombre  inmortal,  como  un  destello 
brota ,  de  la  profunda  sepultura 
donde  yaces  en  paz ,  y  en  la  alta  esfera 
esplendente  lumbrera, 
la  moral  y  el  saber,  en  sus  arcanos 
revela  á  los  humanos. 

Grata ,  Azara ,  es  demás  tu  augusta  sombra , 
á  esta  patria  que  en  vida  amabas  tanto. 
Klla  en  sus  horas  de  amargura  y  llanto 
la  evoca,  y  sin  cesar  dulce  te  nombra ; 
que  á  tu  recuerdo ,  fieles 
se  mezclan  siempre  timbres  y  laureles, 
que  olvidar  no  la  es  dado 
su  presente  estudiando  y  su  pasado 

La  tea  abrasadora  ya  no  ardía 
de  la  discordia ,  que  en  sangrientos  bandos 
á  la  española  gente  dividía  , 


—  593  — 

y  tras  días  nefandos 

de  execración  y  horror ,  su  frente  pura 

asomaba  la  paz ,  anchos  raudales 

de  gloría  derramando  y  de  ventura , 

cuando  hollabas  del  mundo  los  umbrales. 

Excelsos  Reyes  ^  de  robusto  aliento 
asidos  al  timón ,  la  nave  Ibera 
llena  de  majestad  surcó  ligera 
entonces ,  con  feliz  próspero  viento , 
por  la  antorcha  del  Genio  iluminada , 
en  los  oscuros  mares 
de  la  ciencia  olvidada , 
y  al  compás  de  dulcísimos  cantares. 

Dichosa  fué  tu  edad ,  felice  estrella 
presidió  tu  nacer ,  que  eclipsó  el  cielo 
al  arrancarte  Azara  de  este  suelo , 
y  el  hoy  de  maldición  y  de  querella,    . 

De  él  apartado ,  cuando  Amiens  ,  serena 
la  Europa  te  mostraba  ; 
que  el  huracán  bramaba , 
cubierto  con  el  polvo  de  la  huesa , 
no  oiste ,  ni  la  horrible  nube ,  espesa , 
preñada  de  traiciones,  que  en  el  Sena 
formó  el  genio  del  mal ,  llegó  á  tus  ojos , 
ni  los  cruentos  despojos 
de  Trafalgar ,  ni  el  duelo  y  los  horrores 
de  odiados  invasores. 

Mas  te  valió  morir ,  que  es  triste  historia 
la  que  el  tiempo  escribió  desde  aquel  dia. 
Muy  triste ,  Azara ,  y  mas  que  triste  impía , 

sacrilega ;  Oh!  no  quiero  á  tu  memoria 

juntar  de  ella  una  página  tan  solo, 
que  tu  sueño  turbara  tanto  dolo 

tan  infanda  maldad Ceso  en  el  canto 

que  es  mi  estro  ya  no  mas  de  horror,  de  espanto!.... 

ViXEivciA.  Castellón  29  de  febrero  de  i 852. 

Vicente  Ferreh. 


75 


—  595  — 

que  Den  piados  volgué  á  la  criatura , 

y  DO  sois  S3  figura, 

si  que  ademes  tan  gran  y  noble  inosira, 

preteogiié  que  tiuguera  per  sa  ditja, 

y  que  do  Tora  tnitja, 

aquella  tau  gran  obra  , 

del  iulinit  amor  que  1'  inflamaba, 

y  del  que  en  tanta  sobra  , 

en  el  cor  que  es  son  sentro  li  possaba. 

¡Insigne  Azara,  ingeni  predilectc, 
que  deste  Toe  sagral  laut  entingucres, 
y  que  d'elt  asi  feres 
un  US  tan  asertat  y  tan  selecte! 
El  moment  que  degut  es  de  justisia, 
á  ta  inmensa  perísia, 
aqnell  que  desitjaban, 
cts  leus  adoradors  y  que  proclama , 
ton  triunfo  que  buscaban, 
al  ultim  vingué  ya,  soná  ta  {ama. 

]NÍ  del  mar  bórraseos  perilts  inmensos  , 
ni  negosis  que  i  tots  de  por  omplieu, 
ni  lo  que  mes  fujieo, 
en  asuntes  ficarsc  tan  estensos; 
no  foreo  sufisiens  pera  arredrarte, 
ni  pogueren  llevarte , 
que  dares  á  coneixer  , 
lo  encara  no  sabut,  y  que  la  historia, 
que  tan  tu  Teres  creiser, 
fora  un  porleut  que  eialta  ta  memoria. 

I  Oh  IVoma  ,  sacra  Roma  soberana  , 
cíutat  eterna,  sempre  tan  gloriosa, 
y  encara  mes  presiosa  , 
pera  tota  nasió  dita  cristiana! 
De  ta  brillant  historia  reverbera  , 
en  merit  la  primera, 
una  fulla  selecta , 

que  pregona  de  Azara  els  graos  servisis , 
y  que  admira  y  respecta 
lot  home  de  virtut  que  tem  ais  visis. 

Com  después  de  la  nit  muda  y  sombría , 
que  á  la  ignoransia  tant  es  pareguda, 
la  matinal  vcnguda , 


—  597  — 

siguen  sempre  propisis , 

cU  tcus  decreta  á  Espanya, 

y  les  virluts  de  Azara ,  y  la  alia  gloria , 

que  el  seu  noni  acompauya, 

mils  de  cixeiiiples  eucootreu  en  la  biatoria. 


José  Vicente  Fillol. 


No  muere  el  genio:  si  la  Parca  fiera 
el  hilo  corta  de  la  humana  vida, 
sobre  el  sepulcro  de  laurel  ceñida 
se  alza  su  sombra  y  en  el  mundo  impera ; 

Tal,  Azara ,  eres  tú  ;  la  Europa  culera 
tu  muerte  llora  por  dó  quier  Bentida, 
y  al  scnlimiento  de  mi  pecho  unida 
lu  ilustre  nombre  y  dignidad  venera  ; 

¡Gloria  á  tí,  que  las  artes  protegiste 
y  á  la  hispana  corona  cou  empeño 
sus  derechos  en  Roma,  defendiste, 

Y  de  la  astuta  diplomacia  dueüo 
supiste  con  talento  el  mas  profundo 
tener  á  raya  la  ambición  del  mundo!!! 


Oiledo  37  da  enero  de  IGül. 

Carlos  Mbstre  y  Marzal. 


Pcrillnstris  viri  eqaitis  D.  D.  Nicolai  de  Azara. 

Vixi  Camoenis  nupcr  idonens: 
illudit  ulmis  fcssa  volentibus 

a;las,  et  aururum  tenacea 
impediunt  sinc  fine  cur%. 
Majus  sed  illis  impcrium  mai 
adspirat  auiis:  poscit  ct  obsequor, 

desuela  jamdudum  et  trcmenti 
plectra  inval  resonare  dextrá. 
¿Ou'dni?  Superba  non  ego  turpitcr 


—  599  — 

rebus  ades.  Pius  ecce  laudiim  .¡^  i/citrx 
Testis  tuarum  notus ,  et  hostia 
devola  mortí,  quum  sacra  pallídA 
íd  fronle  miltant  corona 
tergeniinig  veneranila  gemmis. 
¡Son  sensil  airo  veclus  inhóspitas 
adnasse  térras  turbine  regnís 

esul ,  nec  abjectum  ferelHt 
grata  fides,  vigüesve  cura. 
Mox  scissa  nectens  corda,  per  arduos 
gravcsque  casus  duccre  providus, 
ulciiraque  procedis,  juventi 
paciñcx  subiere  lauri. 
Hinc  Nibbiani  stcminatís  eicipit 
te  pulchra  merces,  dum  tibi  principum 
grata  rcceplorum  triumpho 
Parma  salit  resonatque  Iceto. 
Gaude:  vel  atris  dcntibus  impotetis 
tabescít  araní  livor  ahcnoam 

frustra  momordisse,  ct  minaci 
scgne  manu  jacuisse  verber. 
Jam  Dunc  securo  gnavus  in  otio 
parcís  sludrnti :  te  sapicnlium 

clamat  magislrum,  te  ducem  ,  te 
turba  patrcm  numerosa  vatum. 
Necnon  aperto  cuneta  fovens  sinu 
Musarum  alumnos,  Paltadis  et  genus 
o  mague  Mspcenas,  secunda 
munificis  tegit  umbra  ramis. 
Per  te  obsoletas  Tullius  exuens, 
nuDC  pulchriori  splendet  imagine 
formas,  et  eiultant  reccnlí 
gesta  viri  meliora  signo. 
Nec  tu,  sonanli  carmine,  Virgili» 
nec  venusina;  tu  fídicen  lyra; 

sacra  insalutati  coteadaí 
annia  prxtcriislis  aulse. 
Natura  quidquid  provida  protulit 
peritus  apto  digerís  ordinc; 

ducitque  in  argutos  leporum 

parta  quics,  ÜNicolae,  ludos. 

I  nunc,  Ulympum  posse  viris  loca 


Comprende  las  Dores  po<lieas  que  consagran  al  insigne  Dun  José 
Nicolis  de  izara  los  vates  de  las  provincias  de : 


iim.  yizcm. 

GlUPliZCOA.  NÁVIRIU. 


mjutíltBa  7  awsatú  aaa/ititaaasíníMA  «va  mas* 


76 


L 


ÁLAVA. 

ü  ILÍl  ffiSM 


m. 


Dn  Josi  Nic«li3  die  liara ;  Perera ,  primer  marqnés  de  Itibbiaoo. 


^ 

^ 
W 


Loi  Tiiet  de  la  pconncia  ds  Alati. 


España  afortunada, 
bella  cuna  de  Ínclitos  varones  I 
alza  la  frente  altiva  y  orguUosa, 
vé  á  los  insignes  y  preclaros  hijos 
de  tu  suelo  fecundo 
causar  la  admiración  de  todo  el  mundo. 

Pais  de  los  Mendozas , 
patria  de  los  Cervantes  y  Cisneros, 
madre  de  ingenios  grandes  y  sublimes  ! 
permíteme  que  ufano  y  venturoso 
añada  hoy  á  tu  gloria 
un  nombre  ilustre  de  inmortal  memoría. 

Esle  nombre  es  jízara , 
modelo  de  acendrado  patriotismo. 
Azara,  el  distinguido  literato, 
el  eminente  artista  y  gran  político, 
que  á  Roma  libertando 
del  bravo  Napoleón  detuvo  el  mando. 

Si  mi  mente  pudiera 
pasar  al  Helicón  con  raudo  vuelo, 
y  á  Caliope  implorar  su  altivo  DÜmea , 
con  el  alma  turbada  de  alegría, 
del  decantado  Azara 
el  nombre  por  el  orbe  resonara. 

Mas  I  ay  !  enmudecida  , 
sin  que  pueda  vibrar  sonora  cuerda, 
ni  los  aires  llenar  con  sus  acentos. 


L 


—  605  — 

sin  sol  ni  vida  que  le  hiciese  ameao  y 

cuando  sus  mustias  flores 

llenó  Azara  de  inmeasos  resplandores. 

Envidia  pues  el  mundo  , 
insigne  Nicolás ,  tu  alma  divina , 
y  antes  que  sepultar  en  el  olvido 
la  esplendorosa  aureola  que  le  cerca , 
confunda  á  los  moríales 
una  plaga  fatal  de  horrendos  males. 

¡Qué  tamaño  delirio  ! 
los  hombres  son  tu  vivo  monumento 
y  nuestro  feliz  reino  en  duro  bronce 
esculpidas  conserva  estas  palabras, 
que  repetirá  ufano : 
uDiste  lustre  y  honor  al  pueblo  hispano.' 


I 


ViloriaSl  de  judío  de  1851. 

Daniel  Ramón  Arhese. 


Tú  fuiste  admiración  de  Europa  entera 
y  aun  tu  nombre  en  sus  ámbitos  retumba  ; 
porque  es  tu  nombre  de  tan  alta  esfera 
que  no  acierta  á  encerrarse  en  una  tumba. 

El  mundo  oyó  tu  vozj  clara  lumbrera 
que  el  soplo  de  los  tiempos  no  derrumba , 
duerme,  descansa,  que  lu  gloria  espera 
y  esa  fama  no  es  fácil  que  sucumba. 

Porque  al  pisar  tu  tumba  cu  sus  dinteles 
tu  renombre  se  vé ,  grande  ,  profundo , 
ó  indeleble  también  cual  otro  sol. 

Que  en  la  fada  del  tiempo  tus  laureles 
fué  contemplando  el  asombrado  mundo 
y  repitiendo  al  par:  H¡era  e 


Viloria  29  Je  inajo  do  IQ51. 

Sebastian  Febbahdez  Mobellan. 


í 


n 


ru--. 


jliii. 


!•«' 


;2.    jiv:  ijda  lira ; 
i^.  >ccr:¿JQto 

roijs  que  tu  acento 
.  .  ^  :i  jura  lleve , 

..  ,^  iirfuioria, 
...  -lucuslo  de  la  gloria. 
•^ .  i.i;  mira  su  frente 
:  ..u  iiaiarcesible : 
.   ;iiL*  se  alzó  potente 
I  kTible 
.>^>  ..i-j>  que  abortaron 
..^u   ->  iu¿<rles  precitos 
.■  ..iijjron 
.>^iA  :  jropa  que  en  su  llanto 
...  >a>  oiuuenlos  con  espanto. 
...' ,  >i ,  cuando  en  borrasca  fiera 
. .'  js  pasiones  se  encumbraba  j 
^\:  jüoio^  donde  quiera 
... '  cuoadenaba 
M^u  luror  de  la  tormenta, 
!4>iUi  insolente  contenida 
•eos  atenta , 
v«.u  los  despojos  que  codicia 
^  .uallada  sed  de  su  avaricia. 
.1  uKUio  adusta  del  audaz  gigante 
.«,  iUMUias  contemplan  las  naciones  j 
^.  los  ítalos  pueblos  arrogante 
...auo  sus  pendones, 
>. .»  osúior^o  amenaza  encrudecido 
^,  jiav>  O^iirinal ,  y  España  ilustre 
..i  lujo  esclarecido 
.»s»ac  u  su  furor:  oye;  la  fama 
\ilailor  de  liorna  le  proclama, 
hu  \auo  ¡oh  patria !  en  vano  tu  memoria 
«V»  <(uc  fueron  tus  siervos  escarnecen : 


.N.- 


—  607  — 

si  nada  resta  de  to  aotigaa  gloria, 

de  Azara  te  enaltecen 

los  triunfos  alcanzados  con  civismo : 

publica,  ¡oh  patria  mia  idolatrada! 

publica  su  heroismo, 

y  sepa  el  mundo  que  del  alto  cielo 

bajaron  las  virtudes  á  tu  suelo. 

Y  tú,  que  gozas  en  la  eteroa  cumbre , 
ilustre  Azara ,  de  fulgor  radiante , 
UQ  rayo  envía  de  tu  sacra  lumbre 
al  vale  delirante : 

con  santa  inspiración  su  pecho  inflama , 
y  entonces  dignamente  tu  memoria 
pregonará  la  Fama... 
Mas  lay!  del  vate  que  infeliz  suspira 
cuando  tus  glorias  á  cantar  aspira. 


SoTEHO  Manteu. 


GUIPÚZCOA. 

Ldi  tnlet  de  ¡i  pratincja  de  Guipúzcoa. 

ffiípaííüíiiD  (1). 

Enien  dalza  José  Nicolás  Azaru  cta  Perera  Janna,  lenftDgo  Harqnes 
NibbiaDo  izaodacoa.  [Urra  ariila  guerta  daquiola! 


Bat. 

Guizon  Jaquintzun  aundi 
BarbuQaleS'Coa 
zuri  nere  Oroítza 
hiotz  barrengoa : 
ar  zazu  gai  chiqui  au 
borondatczcoa , 
eguiazco  sitormea 
euscal  errícoa. 

Bi. 

Aita  Santu  ,  Erregue , 
etnperadoreac  j 
zirao  mundic  onetan 
zure  adisquideac: 
zarri  deizca  zinduzlen 
bat  ota  besteac , 
arguitazuD  zureac 
galdezca  guztiac. 

Ied. 

Carlos  irugarrena 
guizoD  aditua , 

(1^    Recuerdo  en  reno  Yaicongado,  dialecto  Guípuzcoano. 


—  609  - 

Azararen  galdetca 
aurrcna  dijua : 
eta  urrcngo  Carlos 
laugarrenecoa , 
beti  billazen  dabil 
zure  consejua. 

Lau. 

Zure  egnnac  beti 
zirala  aundiac , 
aitortu  izan  dute 
Jaun  aguintaríac: 
lecu  guztieUc 


ezagutuac  zure 
paqueco  doayac. 

BOST. 

Gerbait  jaquintzun  izan 
nai  duen  gaztéac , 
iracurrí  dizala 
liburu  zureac: 
berac  dirá  Maísnac 

onac  baña  Obeac,                                                     i 
arguitazunes  daude 
guxtíac  beleac« 

■1 

Sei. 

Esan  nainugueana , 
guztia  da  gucbi, 
zeren  gueyago  dezu 
Azara  mereci : 
ez  du  zure  berdiñic 
niunduac  icusi , 
zure  gandic  bear  du 
guizonac  icasi. 

Bbderetzi. 

Napoleón  bid  zan 
zure  egunetan, 

77 

—  610  — 

Europa-ren  jabea 
dembora  ayetan : 
Malta  eman  nai  zizun 
bere  asmoetan 
crregue  eguiñ  eta 
aguindu  zenezan. 

Amah. 

Jargoi  ura  nai  ezic , 
alde  bnt  ulzizen , 
ezan  beste  guizonic 
lurrcan  arquizen: 
INapoleon  zegoen 
Azara  enziiten , 
adizen  zuen  baña 
cziien  Sinistcn. 

Zazpi. 

Scigarreu  Pió ,  ela 
Empcradorea 
clzayac  izan  arrcn 
batcquin  bestea: 
Bolonian  zuc  eguiñ 
zenduen  paquea , 
bada  aiñ  zan  auudía 
zure  aguintca. 

ZOBZI. 

Amienz-co  paqueac , 
zuri  zizun  zorra , 
zuc  garaitu  zenduen 
Europa-co  guerra : 
zuc  zuzendu  zenduen 
gauza  chit  oquerra , 
Azara  aditua 
zuri  on  ezquerra. 


San  Sebastian. 


José  Vicente  Echegarat. 


611 


Sr.  D.  Basiuo  Sebastian  Castellanos. 

Mi  apreciado  amigo  y  anticuo  cS^mpafiero :  sí  alguna  vez  he  la- 
mentado vivamente  el  total  olvido  en  que ,  con  la  falta  de  ejercicio,  he 
dejado  caer  mi  antigua  facilidad  para  componer  versos,  aunque  ma- 
los ,  es  en  la  ocasión  presente ,  por  cuanto  me  priva  de  dos  grandes 
satisfacciones,  la  de  complacer  á  Y.,  y  la  de  ver  inscrito  mi  nombre 
en  la  Corona  poética  que  va  Y.  á  dedicar  á  la  memoria  del  ilustre 
escritor  y  hombre  de  Estado  D.  José  Poicólas  de  Azara.  Agrava  mi 
sentimiento  en  esta  ocasión  la  circunstancia  de  haberme  Y.  invitado 
á  pagar  un  justo  tributo  de  aprecio  y  de  respeto  á  aquel  benemérito 
español ,  en  nombre  de  su  dignísimo  descendiente  el  señor  marqués 
de  Nibbiano ,  persona  á  quien  por  todos  conceptos  profeso  particular 
estimación.  Consten ,  pues,  por  estas  líneas  mi  aprecio  y  mi  respeto 
á  la  memoria  del  ilustre  Azara ,  y  la  fineza  de  mi  voluntad  con  res- 
pecto á  Y.  y  al  señor  Marqués,  contrariada  únicamente  por  la  imposi- 
bilidad en  que  me  veo  de  demostrarla  de  otro  modo  que  repitiéndome 
de  YY.  con  toda  sinceridad,  muy  afecto  y  seguro  servidor  q.  b.  s.  m. 


Lbzo. 


Madrid  7  de  julio  de  1851. 

Eugenio  de  Ocnoá* 


4  LA  HENOMA  DEL  DÍGLITO  AZARA. 


>•••■ 


Con  paso  mesurado , 
radiante  y  magestuósa ,  á  la  morada 
de  un  bardo  vascongado 
llegó  del  gran  Azara  la  sagrada 
sombra  pidiendo  asilo;  y  el  anciano 
llevando  al  corazón  su  diestra  mano , 

Le  dijo  :  cuando  siento 
que  puro  aquí  se  alberga  el  patriotismo 
¿  pudiera  ¡  á  tí !  mi  aliento 
negarte  asilo?  JNo.  Mi  lecho  mismo 
te  doy ;  en  él  reposa ,  y  oye  en  tanto 
de  un  libre  montañés  el  rudo  canto. 

Del  corazón  tan  solo. 


—  640  — 

LA  FLOR  DEL  AIHB» 

Cómo !  á  mi  natal  ribera 
quieres  arrancarme  fiero? 
aquí  mando  sin  rivales , 
allí  hay  á  la  envidia  templos. 

Ah !  déjame  en  mi  retiro ; 
hija  del  valle  modesto  j 
aquí  venturosa  vivo , 
allí  airado  ruge  el  viento. 

La  belleza  aquí  me  acata , 
duerme  el  amor  en  mi  seno : 
¿  quieres  que  en  tu  helado  clima' 
cetro  y  vida  pierda  á  un  tiempo  ? 

Sigue  tu  marcha ,  y  sí  quieres , 
nuestro  oro  llévate ;  pero 
deja  i  la  virgen  de  América 
su  Flor  del  Aire  á  lo  menos ! 

Quién  soy  yo ,  pobre  estranjera , 
para  ornar  tu  noble  féretro  ? 
Otra  flor  mas  alta  debe 
ceñir  un  nombre  tan  bello. 

Oh  ^  si ,  ya  miro  en  la  hbtoria 
de  tu  nombre  al  heredero , 
con  la  gloria  en  tu  sepulcro 
hojas  de  laurel  vertiendo  ! 

Madrid  14  de  marzo  de  1852. 
A.  MaGARIAOS  CERYAirrBS. 


Qi^  (mímiMü^ 


A  DON  FÉLIX  DE  AZARA. 


(CarU  U  Aun  «1  CaklU*  4*  U 

AaBSCMS.) 


Adelante!...  adelante!...  nada  importa 
que  rasgando  la  bóveda  del  Cielo , 
cual  flamígera  nube ,  ardiente  velo 
amague  al  universo  devorar  (1) : 


—  615  — 

de  la  patria  se  vé  en  club  tenebroso 

el  nombre  venerado, 

del  Directorio  eiige  presuroso 

de  tal  desmán  reparación  cumplida 

que  á  la  vil  turba  deje  sin  guarida. 

Si  el  crédito  declina  , 
en  su  nación  y  en  la  que  baña  el  Sena, 
á  realzarlo  atina 

al  propio  tiempo  que  su  genio  ordena 
en  el  ínmen^io  piélago  tos  leños 
que  midan  su  poder  con  los  islefios. 

Cuando  aleve  le  hiere 
la  miserable  intriga  cortesana  , 
ved  que  su  gloria  adquiere 
brillo  mayor,  pues  la  opinión  se  afana 
basta  lograr  llevarle  nuevamente 
al  lugar  que  ocupo  tan  dignamente. 

Alli  su  solo  nombre 
á  la  vez  seis  naciones  representa, 
y  adquiere  tal  renombre 
que  entre  las  testas  coronadas  cuenta 
leales  amigos  de  consejo  ansiosos 
que  honores  le  tributan  afanosos. 

Con  valor  y  fé  viva , 
á  su  patria  sirviendo  la  enaltece; 
la  benéñca  oliva 
á  su  esfuerzo  lozana  reverdece 
y  en  medio  de  fatigas  sin  ejemplo 
constante  acude  de  Minerva  ai  templo. 

Mas  ¿qué  veo?  ¿Es  posible 
que  en  roaliilad  suceda  tal  pórtenlo? 
¡  Oh  ,  si ,  cosa  increíble! 
Mira,  linaje  humano  ;  mira  atento 
un  prodigio  que  asombra  á  quien  razona. 
¡Mira  ni  hombre  que  rehusa  una  corona' 

¡Oh  sombra!  Yo  te  admiro: 
ornar  quisiera  tu  gloriosa  Trente 
en  mi  humilde  retiro 
con  este  ramo;  pero  tal  presente, 
de  mi  veneración  modeí^lo  signo, 
es  para  tu  corona  adorno  indigno. 


—  642  — 

varón  heroico  en  su  fatal  camino , 
puede  en  él  darle  tumba  su  destino... 
¡  mas  no  obligarle  á  desviar  el  pié ! 

Un  impulso  sccrelo ,  un  misterioso 
instinto  que  invencible  le  domina, 
le  arrebata ,  le  impele  y  encamina 
do  cumpla  su  misión^  triste  ó  feliz. 

Y  cae  y  se  levanta ,  y  cae  de  nuevo , 
y  otra  vez  mas  altivo  se  levanta , 

y  sigue  sin  temor ,  firme  la  planta, 
sereno  el  pecho,  erguida  la  cerviz. 

Acaso  en  premio  de  su  afán  arribe 
de  su  ansiada  esperanza  al  grato  puerto , 
y  á  la  posteridad  legue  cubierto 
su  nombre  de  aureola  divinal. 

Y  acaso  ese  demonio  que  persigue 

al  Genio  y  la  Virtud  con  furia  insana , 
dé  á  su  noble  ambición  tumba  temprana 
y  á  su  memoria  olvido  perennal. 

Esa  es  la  gloria! ...  Los  que  van  tras  ella 
su  juventud  arrojan  en  sus  aras , 
dichas,  placeres,  ilusiones  caras, 
cuanto  atesora  el  alma  y  corazón. 
Así  tan  solo  se  fecunda  y  brota , 
y  se  entreabre  su  espinoso  lirio ; 
porque  la  gloria  es...  nada!...  ó  el  martirio: 
¡  es  del  ángel  proscripto  la  espiacíon ! 

Mientras  palpita  el  hombre,  ella  le  pida 
toda  la  savia  de  la  vida  suya, 
y  hace  que  ardiente  sin  cesar  refluya 
en  la  fragua  del  tiempo,  el  porvenir. 
Porvenir  que  no  llega,  sino  cuando 
el  alma  rompe  su  mortal  cadena , 
y  se  remonta  á  la  región  serena 
entre  nubes  de  rosa  y  de  zafir. 

Viene  entonces  la  gloria,  casta  virgen, 
que  huye  del  hombre  cuanto  mas  la  implora, 
y  en  su  sepulcro  se  le  entrega  y  llora , 

f>orque  viviendo  le  negó  su  amor : 
a  tierra  besa  que  sus  restos  cubre, 
y  el  puro  llanto  que  i  raudales  vierte , 
en  luz  y  aromas  y  laurel  convierte 


■I^H^HH 

■ 

VIZCAYA. 

1 

í^  !Lü  SI!^£3D£B!Jt^ 

■ 

CL  EXCHO.  SR.  SON  JOSÉ  MGOLAS  DE  ÁZiRÁ  Y  PEREBA. 

1 

Loi  valDi  de  la  proíiucÍB  du  VjiciyD. 

I 

■ 

No  armaJo  el  brazo  de  saagriento  acero 
llevaste  el  lulo  á  incógnitas  regiones, 
□i  guiando  famélicas  legiones 
hiciste  estremecerse  al  inuiido  entero. 

Mas  halagüeño  triunfo  y  lisonjero 
mcrecicroD  tus  inditas  accioucs  : 
el  hogar  asolado  tú  repones 
y  tornas  á  sus  lares  al  guerrero. 

La  Europa  entera  con  asombro  mita 
de  tu  genio  inmortal  la  alta  victoria, 
y  tranquila,  tal  vci,  por  tí  respira. 

rio  eslrafíes,  pues,  que  para  tanta  gloria 
no  halle  sonidos  mi  doliente  lira 
que  ensalcen  dignamente  tu  memoria. 

1 

DiLUAO.                                                                       B¡lbaoyjuIiodc105l. 

^1 

Valentih  db  Aldana. 

I 

A  LA  IttEMORU  M  AZARA. 

1 

Balzai  ederrac,  jachiezazute  gure  mcniü  zupaldazlu  cta  zoiile- 
tatic,  basolora  bat  ela  ulziezazule  Azara  raarquesaren  tumhaga- 
ñean. 

Ez  eizute  galdetu  cein  dan  ela  cer  eguinzuben ;  jaquin  ezaziite 
bacarricbere  maniac  guelditucebala  gudacoancia ,    ela    doneguidatu- 
cebala  bcre  viciabere  jayelarriaren  soseguraco. 

1 

F.    AfllSTIMtiSO. 

^ 

L 

- 

1 

—  644  - 
NOTAS. 


Hemos  creído  conveniente  aclarar  con  algunas  notas  varios  pasajes  del  testo,  para  que  nues- 
tros lectores  europeos  comprendan  mejor  las  alusiones  que  encierran  ú  otras  circunstancias  aná- 
logas. No  es  otro  el  objeto  de  estos  ligeros  apuntes,  eslractados  ó  copiados  literalmente  de  las 
mismas  obras  de  Azara. 

(1)  Tanto  en  el  litoral  del  Plata  comeen  el  interior,  en  todas  las  estaciones  y  masen  verano* 
suele  llover  con  mncbos  relámpagos,  á  veces  tan  continoos  que  apenas  bay  intervalos  de  onosá 
otros ,  y  parece  que  está  el  cielo  ardiendo.  (Descripción  é  Historia  del  Paraguay 
y  del  rio  de  la  Piala  (I.  í.  cap.  I.) 

(2)    allí  (en  América ),  las  sierras,  los  valles,  llanuras,  ríos,  cataratas,  y  todo  son  tan 

grandes  que  en  su  parangón  las  mismas  cosas  en  Europa  deben  reputarse  miniaturas  y  mufiecos.» 
(Obra  cil.  cap.  IV.) 

(o)  En  lodo  el  continente  americano  son  muy  frecuentes  los  incendios  de  los  bosques ,  sába- 
nas ó  pajonales  ora  por  la  mano  del  hombre ,  ora  por  la  electricidad  ,  ora  por  escesivo  calor. 
£8las  quemazones,  dice  Azara,  solo  se  detienen  en  los  arroyos  y  caminos,  eslendiéndose  tanto  con 
el  viento,  como  que  yo  caminé  mas  de  doscientas  leguas  muy  al  Sur  de  Buenos-Aires 
sobre  una  campiña  que  principiaba  á  retobar  y  babia  sido  abrasada  de  una  vez.» 

(4)  El  Vanará  es  uno  de  los  mas  grandes  ríos  de  la  América  meridional :  al  reunirse 
con  el  Uruguay  forma  el  célebre  rio  de  la  Piala,  el  cual,  para  valemos  de  las  mismas  pa- 
labras de  Azora,  quo  lo  esploró  en  varias  direcciones,  tiene  tal  vez  tanta  agua  como 
todos  los  de  Europa  juntos  grandes  y  chicos. 

(5)  Guazn  y  Aguaray  son  dos  cataratas  dignas  de  figurar  al  lado  de  las  primeras  del 
mundo.  El  despeñadero  total  de  la  primera  es,  según  Azara,  de  1551  varas  y  la  altura  ver- 
tical de  G3  4|^  ;  y  el  salto  de  la  segunda  á  pique  ó  vertical  de  149  1|2. 

(6)  La  Pampa  y  el  Chaco  son  inmensos  desiertos  inesplorados  en  su  mayor  parte ;  que 
abrazan  centenares  de  leguas  en  las  provincias  de  Buenos-Aires  y  Santa  Fe,  pertenecientes  á 
la  Confederación  Argentina. 

(7)  Con  el  poético  nombre  de  Aconquija  es  conocido  nn  cerro,  mas  poétieo  aún,  si- 
tuado á  corla  distancia  de  la  ciudad  de  Tucuman.  Ningún  viajero  pasa  por  allí  sin  visitarle. 

(8)  Los  mapas  de  Azara  sobre  la  provincia  (boy  república)  del  Paraguay,  son  obras  de 
tan  eslraordinurio  mérito  y  de  tal  valia  que  el  cabildo  de  la  Asunción  (capital  de  la  misma) 
en  carta  de  25  de  setiembre  de  1793,  después  de  darle  las  man  espresivas  gracias  por  ellos  ¿ 
nombre  de  la  ciudad  y  de  la  provincia  entera ,  entre  otras  cosas ,  no  menos  lisonjeras  y  que 
suprimimos  en  obsequio  de  la  brevedad,  aftade  lo  siguiente : 

«  Siendo  su  reconocimiento  inferior  á  esta  gran  dádiva  y  don  qne  V.  S.  se  ha  dignado  dii» 
pensarla  por  solo  un  efecto  de  su  generosidad ,  en  manifestación  do  la  gratitud  en  que  queda, 
tiene  acordado  con  esta  fecha  en  sus  libros  capitulares  pasen  á  la  morado  de  V.  S.  dos  capi- 
tulares Y  á  nombre  de  la  provincia  le  hagan  presente  como  el  distinguido  favor  de  V.  S.  ha 
vinculado  en  su  gratitud  un  eterno  reconocimiento,  y  que  en  su  manifestación  ha  acordado 
igualmente  que  á  V.  S.  se  le  tenga  y  reconozca  por  uno  do  los  primeros  republicanos  y  com- 
patriotas ,  bnjo  del  respeto ,  estimación  y  benevolencia  á  que  es  acreedora  la  persona  de  V.  S. 
¿anto  por  las  circunstancias  con  que  le  adornó  d  Todo-poderoso,  como  por  este  particular  y 
gran  servicio  que  V.  S.  se  ha  dignado  hacer  á  esta  ciudad. 


T 


—  617 


■oi 


A  dorado  Oriente ; 
r  la  vez  primera 
a  cuyo  impulso  ardiente 
1  de  la  tormenta  fiera. 
.julo  que  emoción  rebosa : 
>io  en  la  paz,  grande  en  la  guerra; 
u  lóbrega  cárcel^  tenebrosa, 
nobles  restos  el  sepulcro  encierra  I 
f  ;iiiánto  el  ser  es  mezquino ! 
Del  mundo  abyecto  en  el  fugaz  odioso 
revuello  remolino 
se  eleva  vagaroso 

el  hombre  con  su  ingenio  coronado 
hasta  tocar  en  la  divina  cumbre , 
y  luego  en  una  tumba  sepultado 
¡  pasto  es  no  mas  de  inmensa  podredumbre ! 

A  tan  fatal  sentencia  y  desconsuelo 
no  vuelve  nunca  la  perdida  calma... •• 
¿Por  qué  si  el  alma  es  inmortal ,  el  cielo 
no  presta  al  cuerpo  la  virtud  del  alma  ? 
I  Ah !  de  la  mente  antojos ! 

PTo  en  vano  los  Azaras  eminentes 
son  meteoros  rojos 
que  con  rayos  lucientes 
mueren  y  dejan  de  su  brillo  el  rastro 
en  la  niebla  que  lejos  se  vislumbra !.... 
El  hombre  sabio  con  sus  luces  astro 
la  oscuridad  de  la  ignorancia  alumbra. 
Tú  fuiste  el  sol  en  tiempos  mas  dichosos 
que  entre  celajes  su  melena  asoma : 
aún  recuerda  tus  hechos  valerosos 
esa  altanera  y  orgullosa  Roma. 
Sin  tí  ardiera  al  momento 
de  la  discordia  la  humeante  tea.... 
Solo  á  tu  dulce  acento 

pendón  de  paz  ondea 

X  aún  el  romano  combatiera  esclavo , 
si  cual  lúgubre  sombra  no  atajara 
al  dios  de  guerra ,  Bonaparte  el  bravo , 
el  dios  de  paz,  el  animoso  Azara. 

78 


—  618  — 

,  :¡i   r^t  *vr  qof  f  D  Austria ,  Parma  y  Francia 
i  >iuíj  ^az  ron  eutusiasino  ¡avocas, 

iudli*  >.-astigaiiilo  la  arrogancia 
-•«>  la  >alla  Je  ambiciones  locas. 

f  urtuj^al  á  ti  debe 

>ii  vi^ulura  ,  su  gloria  ,  su  renombro  : 

CoiLjtant  inopia  aleve 

auu  recuerda  tu  nombre  : 

nada  á  tu  ingenio  sin  igual  resiste : 

el  mundo ,  en  fin,  de  admiración  se  aterra  , 

y  dios  del  siglo,  A  tu  poder  tuviste 

por  pedestal  á  la  asombrada  tierra. 
Sublime  el  arpa  de  David  pulsaste, 

y  rival  de  Cervantes,  Garcilaso 

y  Rioja  ,  con  tu  gónio  conquistaste 

las  inmortales  cumbres  del  Parnaso. 

Hl  castálico  coro 

henchido  de  placer  A  tu  presencia , 

como  rico  tesoro 

de  balsámica  esencia 

guirnaldas  ciñe  á  tu  espaciosa  frente: 

(jue  ha  (le  inspirar  de  santo  amor  la  llama , 

el  hombre,  que  cual  Dios,  de  omnipotente 

por  dooilc  quiera  te  aclamó  la  fama. 

Si  al  desmayar  mi  lira,  presuroso 

dallas  otra  vez  mi  fantasía , 

el  eco  de  mi  acento  misterioso 

resonará  por  la  estension  vacia. 

Yo,  Azara,  te  saludo  ! 

¡Dame  un  destello  de  tu  genio  ardiente !.... 

Aquí ,  á  tu  tumba  acudo 

porque  el  hado  inclemente 

no  me  prestó  de  tu  saber  las  galas 

ni  de  tu  numen  el  gigante  vuelo; 

que  al  otorgar  á  mi  ambición  sus  alas 

quizá  con  ellas  asaltara  el  cielo. 
Descansa  en  el  reposo  de  la  nada , 

que  tus  claras  proezas  y  tu  gloria 
cual  recuerdos  de  dicha  ya  pasada 
jamás  se  apartarán  de  la  memoria. 
Si  la  fortuna  quiso 
en  alas  elevarte  del  contento 


—  619  — 

al  santo  Paraíso , 

mitiga  tu  tormento ; 

que  con  psa  ilusión  dulce  y  radiante 

no  ha  de  Tallarte,  aunque  al  pesar  sucumba , 

nunca  un  laüd  que  tus  virtudes  cunte 

ni  llores  que  orucn  tu  tranquila  tumba. 


Eugenio  de  OlavabhU- 


i 


M^to 


VENEZUELA. 


A  Li  BUENA  Y  DICINA  MEMORU  DE  AZARA. 


Los  Tales  de  Venezuela. 


El  hombre  coando  maere,  es 
un  astro  que  se  poce  en  nuestro 
horizonte ,  nara  leTanlarse  mas 
radiante ,  soore  otro  hemisferio. 


Goethe. 


¿En  cuál  región  amaneció  tu  mente 

insigne  Aragonés, 
cuando  del  mundo  material  partiste? 
¿Dónde  lució  la  antorcha  refulgente 

de  tu  virtud  después 
que  en  la  española  tierra  le  escondiste? 
¿Te  alzaste  acaso  con  mejor  fortuna 

en  mas  plácida  esfera 
y  no  ves  reflejar  en  tu  memoria 
el  sol  que  acarició  tu  noble  cuna 

ni  la  beldad  primera 
que  tu  frente  besó  y  amó  tu  gloria? 
España  en  tanto  guarda  con  respeto 

los  ilustres  despojos 
confiados  á  su  amor,  y  en  sus  pesares , 
tus  hazañas  contando  al  orbe  inquieto 

divierte  sus  enojos 
y  honra  te  aclama  de  los  patrios  lares. 
Vengan  mis  vates ,  dijo  estremecida , 

mis  tiernos  trovadores 
y  en  los  atrios  del  Nibbiano  palacio 
canten  del  sabio  fundador  la  vida ; 

ved  que  fué  mis  amores 
y  ha  de  llenar  su  nombre  el  ancho  espacio!... 
Calló ,  y  al  aire  mágica  armonía 

suaves  tonos  eleva ; 
Azara  por  doquier  del  eco  alcanzo , 


■^■^■■1 

M 

—  6S1  — 

EXCEILRM.  D,  nCOL.  DE  AZABl. 

M 

Auratam  citharam  Thracius  Orpheus 

■ 

nunc  si  mi  tribual,  carmine  forsiUn 

M 

audcrcm  Latió  plurima  prodere 

H 

prxstanlis  merila  et  conspicui  vtri. 

^ 

ortus  qui  populo  non  celebri,  dedil 

magnum  post  patria  nomen.  Hic  artium 

cultor  laurcolA  témpora  nobili 

ornatus  letigit  limina  regia  : 

sed  non  hoc  sal  eral.  Frotinus  urbium 

Princeps  ad  dubías  res  vocal:  ordiusns 

arguti  geminal  murmura  acuminis. 

Solers  ipse  ducis  comperit  improbi 

sensum  ,  quo  tequie  líela  Bononia 

^^^Jl 

armorum  fruilur;  tuque  Britannia 

^^H 

tenlandas  metuens  puppibus  eiteris 

^^^1 

undas,  sic  trepidas  ut  lupus  áspero 

^^H 

qucRi  circum  sequitur  concita  vocibus 

^^H 

sallCí  turba  canuni.  ¡  Vir  cclpberrime! 

^^H 

¿Cui  vatum  modulari  iiceat  luam 

^^^1 

mentem  vel  te  cgeanl  Aula  vel  horridus 

^^H 

Mars?  Si  prsecipiat  Calliope  melos 

^^H 

non  digna  valeam  ludere  libiA 

^^H 

■• 

quse  magna  ¡lie  Pius  muñera,  te  duce  , 
accepit  prófugos  ,  cum  solio  procul 
crraret  miseris  casibus  obrutus. 
Gaudentem  patriae  sedibus  ,  inclyta 
Conjux  te  Caroli,  adstantibus  aulicis 

1 

coram  ,  condecoral  stemraate  nobiü 

^^1 

adsuto  digitis  (sic  libuit)  suis, 

^^H 

quod  nulli  obsequium  contigit  antea. 

^^H 

Ifaud  mullos  generant  s%>cula,  qui  libi 

^^H 

ducanlur  similes.  ¡  Oh  utinam  chori 

^^ 

in  laudem  resonent  Aonii  tuam, 

nec  pricsens ,  renuant,  sil  mea  barbitos ! 

P»MPl0nA.                                                     V»leiici»l."deniiiT(»dí  1851. 

Jaciuto  Asehjo. 

t       d 

—  650  — 

bríndale  un  cetro  con  esfuerzo  asido , 
y  el  ínclito  marqués  guarda  su  mano 

porque  tocarle  no  osa ; 
mas  no  teme  el  oprobio  ni  el  olvido. 
Razón  tuviste,  bídalgo ,  yo  te  admiro 

con  orgullo  espafiol; 
nada  le  falta  á  tu  luciente  estrella , 
tu  nombre  volverá  en  eterno  giro ; 

nuevo  espléndido  sol 
que  va  dejando  fulgurante  huella. 
Tu  genio  y  tu  virtud  mas  alto  asiento 

lograron ,  no  lo  dudo. 
Así  me  manda  creer  la  fé  cristiana ; 
vele  allá  por  la  patria  tu  ardimiento 

y  sírvale  de  escudo  j 
i  los  pies  de  la  Alteza  Soberana. 

Cono.  Madrid  y  agosto  de  4851. 

Juana  ZArraga  de  Pilón. 


No  aspirando  á  una  fama  transitoria  ^ 
mientras  que  los  azotes  de  la  tierra 
piden  sangrientos  lauros  á  la  guerra , 
tú  fundaste  en  la  paz  tu  eterna  gloria: 

Gara  á  los  buenos ,  vive  tu  memoria 
del  hondo  valle  á  la  empinada  sierra ; 
que  alta  enseñanza  de  virtud  encierra 
el  elocuente  libro  de  tu  historia. 

Modelo  del  perfecto  ciudadano, 
fuiste  á  mas  de  un  ilustre  perseguido 
seguro  protector,  amigo,  hermano; 

Y  lu  preclaro  nombre  repetido 
por  el  eco  inmortal  del  Vaticano 
presa  nunca  será  de  injusto  olvido. 

Cobo.  Madrid  3  de  enero  de  185 f. 

Heriberto  García  de  Queyedo. 


nm  (1011)11  \  mimi 


Couf rende  lis  flores  poéticas  qie  eoisigni  il  imortil  Azara  los 

vates  de  las  Colonias  espalólas  de : 


ÁFRICA. 

ASU. 

AMÉRICA. 

OCRANÍA. 

ü 

los  Aierieano-espaloles 

de: 

BUENOS-AIRES. 

PERÚ. 

MÉJICO. 

IIRU6UAY. 

mURKlTEIiA. 

■1    innnnua 

i 


r 


—  652  — 

de  peso  y  ley  litenria ,  la  tíI  calderilla  con  qoe  hace  sus  nnporas 
trueque»  é  infames  comercios  el  charlatanismo  onÍTersal  de  estos 
tiempo- • 

¡  Dichoso  Azara  que  títíó  en  otros  harto  diferentes  •  y  que  em* 
pleaba  el  suyo  en  el  alternado  trato  de  títos  como  Crangaiuííi,  y 
muertos  como  Cicerón  y  Garcilaso!  ¡Dichoso  también  en  haher 
dejado  tras  sí  uoa  noble  familia  que  conserve  con  santo  amor  sn  me- 
moria; y  en  V.  un  admirador  inteligente  capaz  de  perpetuar  esta  por 
medio  de  la  esmerada  y  correcta  edición  de  unos  escritos  que  serán 
siempre  útil  lección  y  honesto  deleite  de  nuestra  nación  y  de  sus  hijos, 
mientras  dure  incorrupta ,  libre  del  contagio  que  hoy  la  penríerle  y 
desGgara ,  la  rica ,  soberbia ,  incomparable  lengua  castellana! 

Y  con  este  motivo  me  ofrezco  á  las  órdenes  de  V.  como  sn  aftc- 
tisimo  8.  8.  q.  b.  s«  m. 

Rafael  BIaeia  Bahalt  (1). 

Madrid  11  de  abril  de  1851. 


¡  Bien  haya  la  piedad  que  augusta  ofrenda 
de  oliva  y  lauro  á  tu  inmortal  memoria 
justiciera  dedica ;  y  tu  alma  gloría 
á  las  celestes  Blusas  encomienda; 

Que  en  la  patria  feliz  acaso  encienda 
espíritu  viril  tu  clara  historia , 
y  tnieaue  en  oro  nuestra  vil  escoria 
llama  de  honor,  que  de  virtud  sea  prenda! 

Mas  no  será  ;  que  envejecida  España 
varones  como  tú  ya  no  concibe , 
ni  en  fecunda  labor  produce  un  hombre. 

Murió  tu  ínclita  edad ;  ni  héroe  ni  hazaña 
la  presente  enaltece ;  y  triste  vive 
sin  amor  y  sin  fé  ,  sin  Dios ,  sin  nombre. 

Sázi  Sebastiáei  db  Mábacaibo. 

Rafael  Mabu  Baralt« 


(1)    Apetar  de  esta  manifeslacion  del  Sr.  Baralt,  insiilíeDdo  noiotroi  ea  qae  DMUcieie  laa 
pequeña  poesía,  noi  faToreció  con  el  Soneto  qae  le  inierU. 


ÁFRICA. 

Lo9  val»  de  las  paioionu  eipaboloi  do  Klrint. 

Grande  Azara,  un  Marroquí 
que  tiene  sangre  española 
y ,  sin  ser  penado ,  aquí 
la  negra  pena  le  inmola, 
se  atreve  á  pensar  en  tí. 

Recibe  de  un  africano 
un  recuerdo  en  vez  de  flor ; 
pero  UD  recuerdo  lozano , 
que  arde  mi  seno  de  amor 
por  e!  marqués  de  Nibbiano, 

CeulaSdcenerode  1852. 

Antonio  Rodríguez. 


Rarbuñalcs,  Barbuñales, 
el  cielo  en  noble  blasón 
te  dio  por  hijo  un  Azara 
que  honra  y  prez  es  de  Aragón. 

Ufano  puedes  estar 
con  prenda  de  tul  valia, 
pues  por  ella  España  toda 
sus  bellas  flores  te  envia. 

Envidiante  las  ciudades, 
y  en  ello  tienen  razón , 
que  encierras  rico  tesoro 


1 


—  654  — 

Ah !  ese  nombre  glonoso ,  que  tu  hermano 
hizo  ilustre  también,  el  arpa  ibera, 
DO  mi  pobre  laúd  americano , 
sabrá  cantarle  como  yo  quisiera ! 
IVIDBO.  Midrid  6  de  febrero  de  1851. 

A.  Magabuüos  Cbhvastes. 


AMÉRICA. 


A  U  MEIHORU  DEL  EXCHO.  SR.  ».  JOSÉ  NICOUS  DE  ÁZÁBl. 


Loi  valeí  de  la  Habana  y  Pacrlo-Rico. 

¡SU  NOMBRE! 

Si  un  nombre^basta  ú  recordar  al  hombre 
que  estar  debe  grabado  en  la  memoria, 
tuya  será  la  gloria 

de  ver,  Azara,  elornizar  lu  nombre ; 
nada  al  mundo  le  debes, 
que  al  descender  del  puesto  de  la  vida 
la  Fama  con  sus  trompas  en  tu  losa 
se  colocó  atrevida, 
y  con  eco  profundo 
tu  ilustre  nombre  resonó  en  el  mundo. 

Águila  del  saber  tendiste  el  vuelo 
en  el  inmenso  campo  de  la  ciencia , 
y  arrebatado  por  tu  propio  anhelo 
llegaste  á  tal  altura, 
que  atónitos  los  hombres  te  miraron, 
al  ver  su  insuficiencia  ; 
quisieron  disfrutar  de  igual  ventura  , 
mas  conociendo  al  punto  su  impotencia 
con  respeto  aclamaron 
al  hombre  sabio,  al  eminente  hombre 
que  supo  eteruizar  áblAzara  el  nombre. 


Teodoro  Guerrero. 


De  San  Juan  en  la  bahía 
dó  el  Palo-Seco  desagua, 
dirigió  un  americano 
calos  loores  á  Azara  : 

« Ilustrado  Aragonés , 


AL  INMORTAL  AZARA. 


wk  (Sj>s7{K&i^i^2)339á^0  asa  e^  wsasssia. 


Yo  muero ,  Curra  del  arma : 
cuando  me  siento  morí 
no  pueo  recobra  la  carma. 
¡  Ay !  muero  pensando  en  tí 
que  eres  de  mi  amó  la  parma. 

Pero  en  tí  pensando  muero 
cuarj^sicmpre  por  tí  he  vivió ; 
que  eres ,  Currílla ,  un  lucero 
que  junto  ar  Só  sa  caio 
con  muchísimo  el  salero. 

¿Quién  me  lo  habia  de  deci? 
En  el  espita ,  acharao , 
vine  mi  sino  á  cumplí : 
de  una  bala  atravesao 
cuar  valiente  vi  á  morí. 

Y  en  mis  ducas  y  jachares 
la  muerte  me  da  canguelo  y 
y  peno ,  y  en  mis  pesares 
pienso  en  tu  cara  é  cielo 
con  faitigas  á  millares. 

Ayé,  cuando  amaneció, 
cuando  el  Só  tendió  sus  clisos  y 
mi  jaquilla  relinchó, 
y  pensando  en  tus  jechisos 
tu  Pepe  ar  campo  salió. 

Trepando  montes  y  cerros 
caminaba ,  reina  mia ; 
solo  escuchaba  senserros 
der  ganao  que  veia 
y  er  ladra  de  algunos  perros. 

A  la  playa  diligente 
con  mi  jaca  llegué  fiero , 
y  pincnarando  pruente , 


ASIA. 


UÜL    CELCDRE    DJH.OMXTICU    Y    I.lTtaiTO   ESPAÑOL 

EXCMO.  SR.  DON  JOSÉ  NICOLÁS  UE  AZABA  Y  PEREBA, 


[Bendiga  el  Señor  su  obra!  Caiilcn  sus  alabanzas  los  pueblos 
de  la  tierra.  La  gloria  es  bija  de  Dios :  la  fama  de  los  buenos ,  voz 
del  Señor :  Kl  les  bendice  y  eleva  en  su  generación ;  les  recomienda 
d  la  posteridad todo  se  debe  á  Dios. 

Azara  sea  bendito  de  los  hombres  en  su  memoria  por  sus  virtu- 
des como  el  ave  blanca  amada  del  Señor  :  que  la  Casa  del  Señor 
abra  siempre  sus  lucientes  puertas  á  los  que  vengan  del  liombre  que 
trabajó  por  sus  hermanos  y  se  sacriOcó  por  ellos ;  y  que  el  sol  de  su 
gloria  no  se  ponga  jamás:  que  no  se  eclipse  en  lus  tniieblas  su  luz 
luciente  y  liella,...! 

¡Alabanzas  al  Señor  porque  ¿I  solo  es  grande!  Lo  puede  todo, 
principia  y  acaba  todo  y  manda  los  tiempos  en  el  pasado  y  en  lo 
que  vendrá. 

¡  Jebus,  Jcbus!  Reina  hermosa  de  Judá ,  la  Santa ,  la  Grande 
Puerta  de  Sión....!  Yo  vi  en  ti  la  primera  luz  de  mi  ser:  y  el  Señor 

me  bendijo  cu  mi  primer  suspiro por  eso  te  recuerdo  como  rnadre 

querida. 

Preciosa  Ilierosólima,  perla  de  Palestina  de  luciente  brillo,  her- 
mosa Etía,  tú  me  acogiste  en  mi  nada  :  y  me  mantuviste,  madre 
cariñosa:  y  me  enseñaste  á  dar  los  primeros  pasos  por  la  vida  que 
camina  á  la  muerte  en  el  valle  de  los  pesares  y  del  llanto....! 

Entre  las  ruinas  d<;  Sión  se  soltó  mi  lengua  para  alabar  al  Señor: 
en  el  valle  de  Josafát  lloré  las  desdichas  de  mi  infancia:  allí  reguío 
con  mí  llanto  el  leve  polvo  del  templo  de  Salomón  sobre  el  monte 
Moriah....! 

3Iis  débiles  pies  marcharon  sobre  el  polvo  del  palacio  de  Ilerodes 
que  se  senió  sobre  la  Casa  de  David,  querido  de  Dios...! 

Las  desgracias  de  Israel  fueron  las  primeras  nuevas  que  conmo- 
vieron mi  pobre  alma  al  nacer  á  las  sensaciones ! 

La  lóbrega  casa  de  Ornar  dio  sombrad  mi  cuna,  y  á  pesar  de 


A 


p 

^^VB^V 

■ 

r 

OCEANIA.-FILIPINAS. 

1 

^1 

a  na  naaiaQaaa 

1 

DKt,  CELHBRP,  LITERATO  Y  DIPLOMÁTICO  ESPAÍÍ'iL 

1 

EXCHO.  SEÑOR  DON  JOSÉ  IVICOIAS  DE  AZARA. 

M 

1 

LuE  ysin  de   h¡  Isluj  Kii;['inai. 

1 

En  ta  isla  de  Liizon 

do  está  Manila  la  hella 

L 

bañada  por  el  Pasig 

m 

que  fertiliza  sus  vegas, 

■ 

linearon  los  españoles. 

H 

tomando  por  paz  la  tierra 

■ 

Miguel  López  de  Legaspi 

■ 

Adelantado  en  la  guerra. 

■ 

Del  rey  Felipe  Segundo 

■ 

fué  de  Legaspi  la  presa 

F 

y  desde  entonces  Manila 

de  la  Malaya  fué  reina 

y  reina  del  Archipiélago 

d  quien  la  chusma  chinesca 

por  nohle  y  por  poderosa 

con  veneración  respeta. 

Surcando  los  anchos  mares 

y  resistiendo  tormentas 

que  á  otros  menos  valerosos 

volver  atrás  les  hicieran. 

el  español  se  encamina 

en  sus  pesadas  galeras 

desde  la  patria  del  Cid 

á  estas  lejanas  viviendas, 

i 

ta 

L 

1 

A  AZARA . 


El  corazón  relate  de  entusiasmo  al  pronunciar  el  nombre  del  español 
Azara. 

Los  hechos  de  su  larga  carrera  forman  en  verdad  una  página  brillante 
de  la  historia. 

Las  naciones  mas  cultas  tributan  homenaje  de  admiración  y  respeto  en 
su  recuerdo. 

¡Los  sabios  de  la  tierra  derramarán  sus  lágrimas,  y  con  ellas  regarán  la 
piedra  aue  cubre  sus  conizas!! 

Los  nijos  mas  queridos  de  las  Musas  levantarán  el  grito  para  cantar 
sus  gloriiis,  y  su  eco  retumbará  en  los  arenales  de  Oriente,  en  las  playas  de 
Occidente,  del  Setentrion  y  el  Mediodía. 

¡Y  los  reyes  del  mundo  encontrarán  en  la  vida  de  Azara  hechos  dignos 
de  imitación  y  de  ejemplo!... 

jY  morirán  los  hombres,  y  los  pueblos!  y  otros  hombres  levantarán 
ciudades  populosas,  que  sucumbirán  también  entre  ruinas...  :yel  nombre 
ilustre  de  Azara  vivirá  por  cima  de  las  generaciones  y  los  pueblos!... 

Porque  el  que  supo  hermanar  en  si  el  poder  y  la  prudencia ;  el  que  vi- 
vió tan  solo  para  prestar  servicios  eminentes  á  supatria;  el  que  llego  á  ob- 
tener la  confianza  suma  de  monarcas  varios,  baja  al  sepulcro,  si...  mas  su 
memoria  vive,  y  vive  adorada,  y  su  buen  nombre  se  graba  para  siempre 
en  el  ^ran  libro  de  las  celebridades  europeas. 

¡Dichoso  el  descendiente  que  su  nomore  lleva! 


Ronda. 


Madrid  14  de  junio  de  1853. 
Rafael  Atienza. 


Sevilla. 


Del  sabio  y  justo,  y  del  que  tanta  gloria 
supo  adquirir  de  estraña  y  propia  gente, 
debe  ensiilzíir  España  la  memoria; 
y  si  alguno  el  laurel  niega  á  tu  frente, 
que  venga  á  preguntái'solo  á  la  historia. 

Aunque  os  verdad  que  si  alabado  fuere? 
y  ninguno  tu  gloria  disi)utara, 
y  ensalzado  te  vieres, 
ni  á  tanto  entonces  tu  virtud  llegara, 
ni  fueras  sabio,  ni  español  nacieras. 


Madrid  4  de  junio  de  4853. 
Emilio  Bravo. 


■ 

V 

^V 

3 

—  633  — 

para  cambiar  de  la  Europa 
las  políticas  creencias , 

l^^l 

B^^H 

supo  deteacr  el  carro 

tt^^H 

de  su  poder  y  soberbia                                                    ¡ 

n^^H 

en  la  mitad  de  sus  triunfos                                              ' 

\  ^^H 

con  su  mágica  elocuencia....? 

^^H 

Wombre  glorioso  de  Jzara, 

^^H 

en  el  nombre  de  mi  tierra 

'  ^^H 

yo  te  saludo  gozoso, 

-i^^^l 

y  al  mirar  que  Europa  entera 

'^^^H 

homenaje  de  respeto 

i^^^l 

le  rinde,  y  que  celebra                                                    j 

l^^^l 

que  un  ilustre  descendiente 

■^^H 

publique  tus  escelencias ; 
Filipinas  si  callara 

^^^H 

^^^H 

ciertamente  Ingrata  Tuera 

^^^H 

que  como  á  bijo  de  España 

^^^H 

te  debe  prez  y  grandeza. 

^^^H 

Recibe  pues,  BarbuBales,                                               i 

^^^H 

de  Aragón  preciosa  perla , 

^^^H 

para  el  sepulcro  de  Azara 

■^^H 

las  flores  de  cstae  riberas ; 

^^^H 

y  ofrécelas  cual  tributo                                                    \ 

H^^l 

de  gratitud  de  mi  tierra 

' 

que  á  los  sabios  de  la  España 

como  á  los  suyos  venera. 

Y  un  corazón  filipino 

y  español  recibe  en  prenda , 

y  cual  flor  de  puro  amor 

■ 

pónle  de  Azara  en  la  huesa. 

1 

1 

UaniLA- 

Maaila  1.' de  eMTO  de  1850, 
JCAn  HODUGDBZ  DB   CaBIPO. 

80 

1 

i 

■*9 


—  662  — 


LOS  VATES  IBÉRICOS  EN  HONOR  DEL  CELEBRE  ESPAÑOL  AZARA. 


I. 


El  Sol  visita  bienhechor  el  orbe, 
con  aparente  movimiento  diomo, 
que  altera  el  anuo  de  pasado  efecto: 

Según  recorre  de  estival  oriente 
á  las  columnas  del  hiemal  ocaso  (1), 
do  quier  le  acude  con  la  luz  y  vida. 

El  pez  que  habita  los  profundos  luai'es, 
el  ave  osada,  que  el  etéreo  puebla, 
y  el  vil  insecto  que  en  la  tierra  yace; 

La  vieja  encina,  cual  la  tierna  planta, 
la  piedra  inerte  y  el  metal  precioso, 
el  mundo  todo  su  presencia  adora. 

El  es  quien  rige  de  argentada  Luna 
la  unión  fecunda  con  la  madre  Tierra  (á) 
que  anuncian  pronto  regulares  brisas: 

Con  ellas  trae  la  copiosa  lluvia 
y  agita  luego  el  desarrollo  activo 
que  á  todo  impone  su  destino  innato. 

El  campo  cubre  de  verdor  frondoso; 
con  aura  fresca,  portadora  activa 
del  grato  aroma,  la  pradera  alhaja. 

El  puro  cáliz,  al  mecer  las  (lores, 
en  ella  tian  la  preciosa  esencia 
con  que  olorosa  fecundiza  el  fruto. 

Su  acción  en  tanto  progresiva  acrece; 
la  tierra  entonces  el  calor  recibe 
con  que  el  roció  matinal  produce: 

Mil  vidas  toman  una  vida  propia, 

(1)  Los  geógrafos  mayores  distíDguieron  dos  orientes  y  ocasos,  según  aparece  y  se 
oculta  el  sol  roas  alto  ó  roas  bajo  en  verano  y  en  invierno.  Los  montes  Galpe  y  Abyla 
fueron  roirados  por  los  poetas  antiguos  como  las  columnas  que  en  el  ocaso  liiemal  in- 
dicaban el  térromo  de  los  trabajos  del  Sol  (Hércules  físico  prototipo  de  todos  ios  Héi^ 
cules),  después  de  haber  corrido  sus  doce  trabajos  ó  los  doce  signos  del  Zodíaco. 

^2)  En  numerosas  roedallas  antiguas  se  ve  la  Tierra  representada  por  el  buey  ado» 
raao  en  Egipto  como  símbolo  de  ella,  con  el  nombre  de  Apis  6  Serapis,  el  cual  recibe 
el  influjo  nc  la  Luna  creciente  que  se  halla  sobre  su  cuello,  la  que  fue  también  adorada 
con  el  nombre  de  Isis^  y  se  le  dedicó  el  espresado  buey.  Desde  los  tiempos  místicos 
viene  reconocido  así  el  influjo  do  la  Luna  en  la  fecundidad  de  la  tierra. 


AMCRICA.-BUENOS  AIRES. 


Uí^  3a¿s^}Sí  s>a  Qi'éisih  ¡sé  ¡¡¿a  '^^'s&^^s^m. 


H0MMA6E  A  MB.  LB  MARQUIS  DE  NIBBIAIfO. 

A  LA  MÉHOIRE  DU  6RAND  NATIIRALISTE  FEUX  DE  AZARA. 


Los  Tales  de  Baenoi  Aires. 

Un  soir ,  sur  le  lointain  ri?age 
de  ees  fleuves  majestueux 
dont  r  onde  reQéte  l'image 
et  d'  un  nouveau  monde  et  des  cieux, 

Un  Yoyageur,  á  l'ame  puré , 
errant  sur  son  léger  coursier, 
sous(le¿cbarme(]de  la  nature 
s^arréte  á  Tombre  d'un  palmier : 

Non ,  ríen  ne  iroubie  son  extase! 
la  terre]^exhale  un  divin  son , 
des  chants  qui  remplirent  Tcspace 
au  jour  de  la  création ! 

Óui ,  cette  touchante  harmonie 
rhymne  du  celeste  jardin  , 
présage  de  Téternelle  vie , 
ecbo  d'un  éternel  matin ! 

Enivrés  de  ce  doux  vertige 
ses  yeux  contemplent  une  fleur , 
qui ,  se  balan^ant  sur  sa  tige 
de  parfum  inonde  son  coeur. 

LB  TOYAGEUR. 

Blanche  fleur,  dit-il,  fleur  amie, 
oh  I  ríen  n'égale  ta  beauté. 
Dis-moi  ton  nom,  je  t'en  supplief 
serais-tu  rimmortalité  ? 


r 


—  664  — 

El  fuego  asciende  á  la  región  etérea , 
do  mil  vapores  rarefactos  halla, 
que  agita,  cambia,  y  confecciona  el  nublo: 

El  viento  crece,  con  la  nube  choca, 
la  densifica,  y  á  descenso  obliga 
ya  por  su  impulso,  ya  á  su  efecto  frío. 

El  ave  el  \iielo  de  lo  etéreo  abate, 
acá  en  el  bosque  en  dispersión  parece, 
y  el  pez  su  abismo  por  la  orilla  deja: 

El  sol  se  pierde  tras  de  negra  nube, 
de  blanquecino  y  agitado  seno, 
que  electrizado,  con  sus  fuegos  brilla. 

En  él  se  fraguan  los  terribles  rayos, 
allí  retumba  estrepitoso  el  trueno , 
y  el  mundo  todo  estremecido  yace: 

La  oscura  noche  prevalece  al  dia , 
terribles  fuegos  sin  cesar  se  cruzan , 
sonando  el  trueno  y  huracán  furioso... 

¿Habrá  perdido  su  equilibrio  el  mundo , 
y  en  caos  informe  la  materia  simple 
al  centro  corre  de  quietud  eterna?... 

Mas  no ,  mortales ,  admirad  la  causa 
que  á  todo  el  orbe  circular  prescribe 
por  unas  leyes  en  la  gran  natura. 

Aquellas  leyes  que  rigieron  antes 
la  parte  acuosa,  evaporada  al  cielo , 
ya  coagulada  la  dcMielven  ahora ; 

Oid  cuan  recia  comenzó  la  llmía: 
¿qué  fue  del  trueno  y  huracán  terrible? 
¿qué  fué  del  rayo  y  del  salino  ambiente? 

Es  la  cascada  lo  que  oís  cual  suena , 
es  el  torrente  que  impetuoso  sale , 
y  es  vida  pura  lo  que  ya  se  aspira: 

La  nube  tenue  y  rarefacta  asciende, 
el  sol  la  rasga  al  anunciarlo  Iris, 
y  mas  brillante  remanece  al  mundo. 


n. 


En  la  infancia  moral ,  tomando  el  hombre 
las  ideas  según  impresionado 
viene  siendo  su  ser  de  ^ida  errante, 


^ 
f 


—  639  — 

luz  tan  solo  al  día  pido , 
y  á  la  noche  dulce  riego ! 

De  su  fé  y  amor  celosos , 
dos  fieles  amantes  tiernos , 
entre  mí  y  el  cielo  nn  dia 
su  alma  pura  dividieron. 

Desde  entonces  en  el  valle 
sin  temer  rayos  ni  vientos , 
sola  vivo ,  y  me  apellidan 
Flor  del  Aire  cuantos  veo. 

Cuando  vienen  á  contarse 
sus  amantes  devaneos 
las  zagalas ,  gozo  al  verlas 
cogerme  y  pasar  riendo. 

Sin  rivales ,  por  la  noche 
en  su  blanco  seno  duermo , 
y  lirios ,  violetas ,  rosas , 
caen  marchitas  á  mi  aliento. 

EL  VIAJERO. 

Yo  te  adoro ,  flor  divina , 
y  embriagado  con  tu  incienso , 
llevarte  bajo  mi  tienda 
á  un  mundo  mejor  anhelo. 

Ya  para  ti  forja  el  alma , 
allá  en  otro  clima ,  nn  bello 
palacio,  dó  el  arte  vence 
al  huracán  y  los  hielos. 

Nuestras  flores  mas  altivas , 
que  ante  tí  se  humillen  quiero, 
y  para  triunfar  de  ingratos 
que  te  escoja  el  bello  sexo. 

Quiero  hacerte  soberana 
de  un  rico  estendido  imperio , 
y  que  eclipses  los  diamantes 
en  mas  de  un  augusto  pecho. 

Y  luego  tu  dulce  aroma 
velando  mi  postrer  sueño , 
consolará  á  mi  adorada 
en  tanto  que  yo  despierto. 


0m 


—  666  — 

te  ofreció  el  hombre ,  cual  el  ave  trina 
cuando  las  sombras  tu  fulgor  confina, 
ó  cuando  triunfas  de  la  tempestad. 

Bel  de  Caldea,  Bel  de  los  asirios, 
de  Egipto  OsiriSj  Hércules  potente , 
Pauj  Febo,  Apolo áe  la  griega  gente, 
Tánfana  galo ,  Túbal  español , 

Tú  de  los  hombres  entre  los  delirios 
fuiste  el  Vidente ,  bienhechor  Ariman , 
tú  á  quien  los  siglos  por  principio  estiman , 
cuando  su  genio  no  les  da  otro  sol. 

Gloria  en  lo  escelsoie  cantara  el  mundo, 
fijó  en  Oriente  al  fanatismo  insano, 
culto  mil  pueblos  dándote  inhumano 
que  al  hombre  mismo  inmoló  en  tu  altar. 
Siendo  asi  envueltas  en  error  profundo, 
grandes  naciones  por  la  fuerza  alzadas, 
ante  tus  héroes  se  las  vio  postradas, 
y  sus  hazañas  vínose  á  cantar. 

Mas  la  luz  genio,  cual  la  luz  febea , 
llega  creciendo  del  Oriente  á  Ocaso, 
y  el  cielo  antiguo  hace  con  fracaso 
para  el  poeta  fabuloso  Edén. 

Hoy  ante  el  hombre  que  saber  desea, 
¿qué  de  los  astros  fuera  mas  hermosos? 
¿qué  de  la  tierra ,  mares  procelosos, 
y  los  efectos  que  do  quier  se  ven?... 

Halla  una  causa  para  siempre  ignota, 
fuera  de  cuanto  su  razón  comprende , 
y  si  alcanzarla  vanamente  emprende , 
lo  que  no  es  solo  ve  su  ineptitud : 

Causa  de  causas  que  la  unidad  rota 
dio  á  la  materia  en  el  primer  momento , 
y  agentes  hizo  de  su  movimiento- 
las  mismas  leyes  de  etemal  quietud. 

¿Qué  fue  del  héroe  que  en  furor  guerrero 
con  dura  mano  despobló  naciones? 
por  cruel  é  impio  con  las  maldiciones 
del  alto  Jpve,  solo  se  cantó. 

Digno  es  del  plectro  del  sin  par  Homero 
quien  á  hechos  bienes  debe  su  memoria ; 
mas  no  el  que  ciego  tras  de  falsa  gloria 


-I 


—  667- 

sangre  inocente  sin  piedad  vertió. 

Todo  cambiado  el  anterior  destino 
de  las  naciones»  otro  es  ya  su  cielo, 
otros  los  héroes  á  que  nuestro  suelo 
n*el  firmamento  rinde  su  loor. 

Hoy  son  los  himnos  al  Dios  Uno  y  Trino 
cual  la  materia  lo  es  en  condiciones, 
al  escogido  por  sus  santos  dones, 
y  al  que  á  la  patria  sirve  con  valor. 

IV. 

Es  digno  de  prez  é  infando  renombre 
aquel  que  lidió  la  patria  sirviendo; 
tampoco  es  menor  la  gloria  del  hombre 
que  sabe  evitar  su  bélico  estruendo. 

Sagunto  en  valor,  ciudad  admirable, 
Segeda  inmortal,  Numancia  asombrosa, 
que  su  libertad  sostuvo  indomable, 
Contrevia  al  furor  de  Roma  ominosa. 

Viriato,  que  horror  causara  al  tirano 
Sertorio,  ante  quien  dudó  de  su  suerte. 
Cantabria,  que  á  ser  tu  dueño  Octaviano 
prefieren  lograr  tus  hijos  la  muerte. 

Valiente  vascon,  que  al  godo  aterraste 
al  ver  tu  cerviz  jamás  sojuzgada, 
heroico  Astur,  que  al  moro  atajaste 
su  marcha  triunfal  por  zona  vedada. 

Navarra,  Aragón,  Castilla,  mil  glorias 
por  siempre  cantad  de  aquellas  edades; 
do  quierhay  un  Cid  de  infandas  memorias, 
que  el  hierro  blandió  por  sus  libertades. 

La  España  al  formar  un  trono  glorioso, 
triunfando  se  ven  con  brazo  bizarro 
por  la  redondez  del  mundo  anchuroso, 
Gonzalo,  Cortés,  Legaspi  y  Pizarro. 

Después  de  cantar  los  hechos  de  allende, 
al  siglo  venid  que  vamos  cruzando, 
en  que  al  español  la  patria  se  ofende, 
y  gana  otra  vez  un  nombre  inefando. 

Mirad  á  Madrid,  Bailen,  Zaragoza, 
¡la  insigne  ciudad!...  mirad  toda  España, 


1 


Ht'tSCA. 


^668- 

en  sangre  su  honor  se  ensaña  y  se  goza. .. 
y  al  héroe  firancés  las  glorias  empaña. 

Cantad  el  valor  que  pudo  libraros 
de  injusto  dogal  en  choque  sangriento; 
mas  nunca  olvidéis  que  hay  héroes  preclaros 
allá  en  otra  lid  do  vale  el  talento. 

Si  visteis  huir  las  bravas  legiones 
que  al  suelo  español  echó  la  falacia» 
primero  lidió,  en  altas  regiones 
de  Estado,  el  saber  la  gran  diplomacia. 

Un  himno,  un  laurel,  al  sabio  y  virtuoso 
que  en  otro  pais  veló  por  sus  reyes 
en  tiempo  de  azar  el  mas  proceloso, 
y  tiel  escudó  la  patria  y  sus  leyes. 

Asi  descolló  el  Ínclito  Azarüy 
su  busto  mirad  allá  en  Barbuñales, 
cual  digno  blasón  de  gloria  muy  rara, 
con  alto  lugar  en  nuestros  anales. 


Francisco  Panzano  \  Almirall. 


¡Aragón!  ¡Aragón!  Bellas  praderas 
ricas  en  frutos  y  en  lozanas  flores, 
del  Ebro  fértilísimas  riberas... 
¡Ay,  de  mi  juventud  en  los  albores, 
vosotras  me  halagabais  lisonjeras! 

Y  la  brillante  aurora 

que  entonces  mi  destino  sonreía, 
de  gloria  y  de  ventura  precursora, 
se  oscureció,  y  hoy  la  desdicha  mia 
rigores  de  la  muerte,  triste  llora. 

Has  avara  conserva  mi  meknoria, 
con  recuerdos  queridos, 
los  héroes  que  te  dan  prestigio  y  gloria, 
los  hijos  de  tu  suelo  esclarecidos 
on  las  páginas  de  oro  de  la  historia. 

Y  acuerdo  la  preclara 

((uc  con  rasgos  tan  bellos,  dignamente 
guarda  el  nombre  de  Azara; 


—  669- 

¡Azara!  que  leal,  pato^  vali^Me 
el  honor  español  personizara. 

Que  ostentando  severo 
su  innata  rectitud,  su  deaoia  bimetisa, 
la  admiración  logtó  del  pueblo  ibero, 
y  en  noble  recompensa 
el  afecto  del  gran  CárlóS  Tercero^ 

¡Volyed  la  vista  á  ItaUat  AUf  éetendido 
SU  ingenio  sobertao, 
á  la  eterna  ciudad  Ubró  atrevido, 
y  aun  el  pueblo  romano 
su  ilustre  nombre  acuerda  afpradeddo. 
¡Ah!  Cesen,  lira  mía,  tus  débHes  acordes  un  momento. 
¿Cómo  atrevida  abarcas 
los  hechos  celebnur  con  digm>  ftoeñlo 
del  que  logró  favor  dé  cien  moftareas 
por  su  bondad,  su  cuna  y  su  talento? 

Que  su  grandeza  y  su  honradez  abona 
el  ínclito  heroísmo 

que  Malta  en  sus  anales  nos  pregona: 
Azara  renunció  por  patriotismo 
á  sus  sienes  ceñir  una  corona. 


Mota,  Mota  éb\  CueriD  ÍS  Al  «tHhlt  de  i 853. 

La  Maga  ds  la  Montaña. 
(Lorema  Carrasco  y  Campos.) 


Cual  nobles  castellanos  (1). 
debemos  imitar 
del  innwrtal  Azara 
la  vida  singular. 

Al  libertador  de  Roma , 
hijo  ilustre  de  Aragón , 
justos  elogios  trUniten 
los  de  Castilla  y  León. 

Si  la  capital  del  orbe 
en  bronce  esculpió  tu  gloria, 
¿qué  deberá  hacer  E^aña 
por  conservar  tu  memoria? 

(1)    Puesta  en  música  para  la  Musa  Castellana-^Leonesa,  por  el  padre  de  la  autora. 


—  670  — 

Mas  que  Bonaparte  hiciste 
con  tu  genio  y  tu  saber, 
que  es  mejor  evitar  guerras 
que  victorias  obtener : 

Reyes,  Papas  y  naciones 
por  ti  tan  favorecidos , 
tus  servicios  importantes 
premiaron  agradecidos. 

¡Oh  Azara!  Tu  patrio  suelo 
bien  puede  estar  orgulloso 
por  contar  entre  sus  hijos 
uno  tan  sabio  y  virtuoso. 

¡Cuan  feliz  seria  España 
si  llegase  á  conseguir 
que  otros  Azaras  vinieran 
á  salvar  su  porvenir! 

Madrid.  Madrid  16  de  junio  de  1852. 

Pitra  Sobjejáno  de  Morelle. 


DANZA  PRIMA  ASTIIRIAIVA  (t). 


Les  montañés  d'Aragon 
son  lo  mas  rico  d'España, 
qu'en  elles  naciera  el  xeniu 
qu'orgullu  foi  de  so  patria. 
Uorai,  güeyos,  llorai,  güeyos, 
porque  non  existe  Azara. 


El  xeniu  qu'en  tempos  crudos 
respetó  la  mesma  Francia, 

(1)    Puesta  en  música  para  la  Musa  Gallega  por  D.  Camilo  Mojón  y  Uobis. 


—  671  — 

por  subírsenos  al  cielu 
llorosa  dexa  so  patria. 
Uorai,  güeyosy  Uorai,  güeyos, 
porque  non  existe  Azara. 


¡Non  vive  el  borne  entendidu 
qu'á  Roma  salvó  y  al  Papa! 
Llore  la  so  patria ,  llore 
pe  la  pena  solliviada. 
Llorai,  gúeyos,  llora!,  güeyos, 
porque  non  existe  Azara. 

IV. 

¡Morrió  el  modestu  y  el  sabiu, 
el  fiu  meyor  d'España! 
¿En  qué  pecbu  y  en  qué  rostru 
non  fexo  el  dolor  morada? 
Llorai,  güeyosy  llorai,  güeyos, 
porque  non  existe  Azara. 


J.  M. 


OTBA. 


Agora  que  nosallumbra 
parda  la  lluna  'nel  cielu; 
Tuxa  mia,  mió  consuelu... 
ven  y  ayúdame  á  cantar. 

Solu  el  silenciu  s'escucba, 
y  no  enturbiarán  to  acentu, 
nin  los  suspiros  del  vientu, 
nin  los  ruxidos  del  mar. 
¡Ay!  nena,  xuntemos 
tu  voz  co  la  mia, 
y  en  tierna  armonía 
cantemos  al  par... 


—  674  — 

hoy  al  mundo  declara 
cuya  es  la  gloria  de  los  hombres;  cuya 

la  escelsitud  de  Azara. 
Salve,  ¡oh  genio  inmortal!  Si  de  pesares 

tu  historia  es  un  ejemplo, 
en  cambio  te  alzan  por  do  quier  altares, 

y  nuestra  España  un  templo. 
Bellas  ofrendas  de  guirnaldas  varias, 

buriles  y  pinceles 
se  agrupan  entre  lúgubres  plegarias, 

junto  á  tu  tumba  fíeles. 
¿Cuál  mas  grande  ovación?...  Otra  quisiera 

el  humanista  sabio: 
¡que  en  la  senda  del  bien  se  le  siguiera; 

no  lisonjas  del  labio! 
Él  de  los  justos  la  morada  habita; 

y  allí  esclama  doliente: 
«jAh! — Lo  bueno  se  alaba  y  no  se  siente 

»por  la  moderna  gente; 
>y  es  que  á  un  malvado  corazón  de  cieno 

»que  vive  á  su  regalo, 
>le  es  mas  fácil  rendir  culto  á  lo  bueno 
»que  abandonar  lo  malo.» 

Madrid.  Gandía  12  de  octubre  de  1852. 

Manuel  de  Llano  y  Persk 


En  la  última  región  del  Occidente , 
en  un  siglo  harto  celebre  en  la  historia, 
nació  un  hombre  inmortal  en  la  memoria 
de  la  española  y  europea  gente. 

Sobre  los  libros  reclinó  su  frente 
de  la  vida  en  la  edad  mas  transitoria, 
de  ellos  brotó  el  germen  de  su  gloria, 
y  renombre  le  dieron  eminente. 

Escritor ,  diplomático  famoso , 
erudito,  anticuario  de  valia. 
Mecenas  de  las  artes  generoso: 


—  673  — 

y  mirar  la  inacción,  la  decadencia 

de  tu  querida  patria,  ¡oh,  cuánto,  cuánto 

al  verla  tan  pequeña  sufrirías! 

Tú  que  vivias  cuando  fuerte  y  grande 
arrojó  de  la  haz  de  su  recinto 
al  coloso  del  siglo  diez  y  nueve ; 
tú  que  al  hallar  en  Roma  á  ese  coloso 
«párate»  le  dijiste,  y  con  tu  acento 
detuviste  su  bárbara  insurgencia; 
tú  que  elevaste  con  potente  mano 
la  bandera  de  paz  en  toda  Europa, 
y  fuiste  consejero  de  cien  reyes, 
y  grande ,  y  sabio,  y  poderoso  fuiste  : 

Rompe  ahora  la  losa  que  te  encubre , 
alza  la  frente  de  tu  fría  tumba , 
y  arranca  de  su  inercia  decadente 
á  tu  feliz  cuanto  querída  patría. 

Con  hombres  como  tú ,  aun  mi  pueblo, 
aun  pudiera  subir  á  la  alta  cima 
que  en  el  mundo  á  ocupar  está  llamado. 

Despierta,  Azara,  y  que  tu  inmensa  ciencia 
la  dicha  y  gloria  en  el  hispano  suelo 
vierta  otra  vez,  como  en  tus  bellos  dias. 

Y  cuando  ya  potente ,  y  fuerte ,  y  grande 
le  tornen  de  tu  ciencia  los  arcanos, 
vuela  otra  vez  al  templo  de  la  gloria , 
ve  á  descansar  á  tu  sepulcro  frío, 
que  alU  te  colmarán  de  bendiciones 
la  España  entera,  mi  laúd  y  el  cielo. 
Secovia.  '  Madrid  i2  de  marzo  do  1853. 

Mariano  Alonso. 


Salve,  ¡oh  procer  ilustre!  El  eco  solo 

de  tu  nombre  eminente, 
corre  en  fama  triunfal  de  polo  á  polo; 

vuela  de  gente  en  gente. 
Noble  corona  de  laurel  la  tuya, 

85 


—  676  — 

español  es  també  el  que  ahí  mirem. 

Glories  el  Aragó  perqué  ans  mirara, 
al  que  admiraren  les  nasions  sanseres, 
al  que  al  gucrrer  del  sigle  dominara, 
davant  les  cuals  banderes 
les  mes  fíeres  é  intrépides  nasions 
plegaben  sos  pendons, 
y  resibien  de  sa  ma  les  Ueys, 
costums  y  relligió,  y  hasta  els  seus  reys. 

La  Italia,  entusiasmada  per  tos  bens, 
Llibertador  de  Roma  t*apellida, 
y  al  mirar  eija  gloria  que  tú  tens, 
no  encontra,  no,  agraida 
un  premi  bastant  digne  que  oferirle, 
y  entemida  al  sentirte, 
ses  festes  deija,  y  per  de  mes  contenta, 
en  entusiastes  vives  romp  atenta  (4). 

¿Mes  que  podré  yo  dirte,  ¡gran  Azara! 
que  digne  siga  de  ton  nom  y  gloria, 
si  pulsant  yo  la  lira  mes  preclara 
fora  poc  meritoria 
pera  cantar  asagnes  que  an  deijat 
al  mes  sabi  admirat, 

del  que  honrats  hasta  oís  reys  sempre  es  creien 
si  propet  del  seu  trono  te  vcien? 

Esta  pobreta  flor  que  yo  he  format, 
naiscuda  es  de  ta  gloria  al  pcnsament; 
si  al  haberla  el  meu  labio  acarisiat 
no  se  mostra  esplendent, 
no  la  despresies,  no,  colócala, 
mes  que  siga  amaga, 
entre  les  que  losanes  y  orgulloses 
amostren  ses  coróles  oloroses. 

Valencia.  Valencia  12  de  noviembre  de  1852. 

Dolores  B alaciar. 

TRADUCCIÓN  DE  LA  ANTEBIOR. 

Al  mirar  tu  talento  esclarecido, 
tu  renombre  inmortal  y  duradero, 

(1)    Era  tant  el  entusiasme  del  poblé  per  este  gran  Iiome,  que  cuant  entraba  en  al-> 
guna  divcrsió  pública  se  paraba  esta  pera  victorejarlo. 


c^ 


—  677  — 

mi  pecho  de  entusiasmo  siento  henchido, 

y  si  posible  fuera, 

á  Safo  arrebatara  entunasmada, 

su  lira  regalada, 

y  vibrando  sus  cuerdas  seductoras, 

tu  nombre  {nregonara  á  todas  horas. 

Entonces,  orgullosa  con  mi  obra, 
tus  altos  hechos  con  ardor  cantara, 
y  el  colosal  ingenio  que  en  ti  asombra 
con  gusto  reooidura, 
sin  olvidar  ninguno  de  esos  hechos, 
que  inflaman  nuestros  pechos, 
haciendo  que  orgullosos  esclamemos: 
espa&ol  es  tamlúen  ese  que  vemos. 

Gltfriese  el  Aragón,  pues  vid  el  primero, 
al  que  admiraron  gentes  estranjeras, 
al  que  supo  domar  á  aquel  guerrero, 
ante  cuyas  banderas, 
las  mas  fieras  é  intrépidas  naciones 
doblaban  sus  pendones, 
y  recibían  de  su  mano  leyes, 
y  ritos  y  costumbres,  y  hasta  reyes. 

Italia,  entusiasmada  por  tos  bienes, 
libertador  de  Roma  te  apellida, 
y  con  placer  á  sus  gloriosas  sienes, 
no  encuentra  agradecida, 
lauro  bastante  digno  que  ofrecerte; 
sus  fiestas  deja,  y  por  demás  contenta, 
en  entusiastas  vivas  rompe  atenta  (1). 

¿Mas  qué  podré  decirte  ¡grande  Azara! 
que  digno  sea  de  tu  {^oria  y  nombre, 
si  aun  pulsando  la  lira  mas  preclara, 
mi  plectro  fuera  pobre, 
para  cantar  hazañas  que  han  dejado, 
al  mas  sabio  admirado, 
de  quien  honrados  los  reyes  se  creian 
si  junto  al  mismo  trono  le  tenían? 

Esta  modesta  flor  por  mí  formada. 


(1)  Era  tanto  el  entusiasmo  del  pueblo  por  este  grande  hombre,  que  cuando  entra- 
ba en  algún  espectáculo  público  se  interrumpía  para  victorearle.  Asi  sucedió  en 
AnUens,  ctiando  fue  al  Congreso  de  Paz. 


—  678  — 

nacida  es  de  tu  gloría  al  soplo  ardiente; 

si  siendo  por  mi  labio  acariciada 

no  se  muestra  esplendente» 

no  la  deseches,  no,  dala  acogida, 

aunque  sea  escondida, 

entre  las  que  galanas  y  orgullosas, 

ostentan  sus  corolas  olorosas. 


I).  B. 


HAPOLEOH.— AZARA. 


«(Solo  la  fuerza  será  admirada: 
vencer  en  los  combates ,  subyugar 
naciones  •  arrebatar  los  despojos  de 
un  sinnúmero  de  hombres  sacrifi- 
cados,  será   considerado   como   la 

cumbre  de    la  gloría    humana 

Alcanzará  el  nombre  de  conquista' 
dor  y  será  mirado  como  un  Dios, 
como  el  amparo  de  la  humanidad, 
quien  con  mas  justicia  debiera  ser 
llamado  azote  y  estcrminador  de  los 
lioinbres.» 

(El  Angrl  San  Miguel  en  el  Pa- 
raíso perdido  de  Mílton.) 

«Dios  nos  ha  dado  dos  alas  para 
volar  á  él :  el  amor  y  la  razon.D 

(Platón.) 


I. 


Cuando  so  juzgue  lo  que  llama  gloria 
de  los  hombres  el  mísero  vaivén , 
no  en  los  inciertos  juicios  de  la  historia , 
que  al  fin  juicios  humanos  son  también ; 

Sino  en  el  fallo  augusto  que  destina 
á  este  mundo  el  eterno  tribunal, 
cuando,  á  la  luz  de  la  verdad  divina, 
reciba  el  hombre  el  galardón  final : 

Así  hablarán  dos  almas ,  que  en  la  tierra 
tuvieron  alta  y  desigual  misión; 
de  una  fué  la  divisa  gloria  y  guerra ; 
de  la  otra  fué  el  emblema  paz  y  unión. 


—  679  — 


n 


El  GonqimUdor. 

Yo  fui  de  un  siglo  incrédulo  é  impío 
arbitro,  azote,  y  vengador  y  juez, 
y  en  conquistar  renombre  y  poderío 
cifré  mi  dicha ,  mi  ilusión ,  mi  prez. 

Placer  y  amor  y  júbilo  y  sosiego 
al  mundo  que  humillaba  no  pedí; 
que  me  abrasaba  en  mi  delirio  ciego 
de  fama  y  de  dominio  el  frenesí. 

El  vuelo  de  mi  mente  soberano 
quise  elevar  sobre  la  humana  esfera: 
no  fué  el  hombre  mi  igual,  no  fué  mi  hermano; 
solo  instrumento  de  mis  sueños  era. 

De  mando  y  de  conquista  el  ansia  ardiente 
cortó  á  mi  caridad  las  nobles  alas: 
miré,  al  lidiar,  con  ojo  indiferente 
los  estragos  del  hierro  y  de  las  balas. 

Me  gocé  de  la  muerte  en  los  despojos : 
nada  de  humano  en  mi  delirio  habia; 
una  ciudad  ardiendo  era,  á  mis  ojos, 
alegre  antorcha  de  la  gloría  mia. 

No  respeté,  del  triunfo  en  la  demencia, 
ni  hogar,  ni  ley,  ni  tradición,  ni  fe: 
ahogué  en  un  mar  de  gloria  mi  conciencia, 
y  cuanto  adora  el  hombre  profané. 

Mi  renombre  inmortal  entre  las  gentes 
brilló  como  la  lava  del  volcan , 
sonó  como  el  rumor  de  los  torrentes, 
y  corrió  como  corre  el  huracán. 

Quiso  borrar  el  fuego  de  mi  alma 
cuanto  legara  el  genio  á  la  memoria: 
robé  á  Alejandro  su  jigante  palma, 
de  Carlomagno  oscurecí  la  gloria. 

Soñé  el  imperio  universal :  al  mundo 
subyugar  quise  como  á  vil  rebaño.... 
vivir  no  pude  en  mi  dolor  profundo 
cuando  llegó  la  luz  del  desengaño. 


Palma. 


—  682  — 

Severa  en  son  jui,  un  prem  eminent 
Donará  ais  Azaras,  si  Than  merescút; 
Donchs  la  historia  may,  al  hom  de  talent 
Son  merexer  néga,  ni  al  que  es  delincuent 
El  Iliura  del  castig,  etern  y  digut. 

Ab  letras  deuradas,  escriu  las  proessas 
D'Annibal,  de  Cessar,  d'August  y  mil  homs, 
Que  al  mon  per  sos  fets,  y  accions  gentilessas, 
Guañyant  eterns  triunfos,  ab  ses  grans  empressas, 
Deixaren  gloriossos,  sos  gloriossos  noms. 

Obriu  est  gran  libra,  y  jioms  spantabbles 
De  sanch  y  terror,  també  Icggireu: 
Obriulo  y  miráu,  com  son  perdurables 
De  Mario  y  de  Syla,  los  crims  detestabbles 
Que  ab  fel  y  vinagre,  scrits  trobareu. 

Madrit  12  de  decombra  de  1852. 
Lloatxim  María  Bovér. 


Triste  la  España  con  dolor  proñmdo 
raudo  llanto  tributa  á  la  memoria 
de  aquel  genio  inmortal,  genio  fecundo, 
que  un  timbre  añade  á  su  gloriosa  historia; 
de  aquel  gran  genio,  admiración  del  mundo, 
y  de  las  letras  y  las  artes  gloria; 
¡ah!  de  aquel  genio,  en  fin,  que  en  Francia  y  Roma 
con  sus  consejos  la  anarquía  doma. 

Llóralo,  llóralo,  que  entre  tus  hijos 
otro  no  encontrarás  igual  en  celo, 
otro  que  con  afanes  tan  prolijos, 
con  ciencia  tanta,  con  tan  grande  anhelo 
de  tu  comercio  y  crédito  dé  fijos, 
como  el,  los  destinos  en  tu  suelo. 
¡Loor  eterno,  pues,  oh  patria  cara, 
al  solo,  al  sin  igual,  al  noble  Az^a! 

Madrid  12  de  noviembre  de  1853. 

Jorge  García  dk  Cárdenas* 


( 


—  681  — 

Avuy  que  tot-hom  diu  que  no  y  ha  porta 
que  si'n  baula  d*o*y  toquen  quet  tancada; 
que  veym  servar  per  tanta  ma  soyada 
de  la  justici  la  balansa  torta; 

Avuy  en  día  quen  la  fe  mitx  morta 
malavetjam  en  va  á  donar  durada, 
á  la  nova  Babel  que'm  axecada 
que  may  sens  fe  podrá  romandre  forta. 

Avuy  que  ñns  lo  poeta  sois  se  canta 
á  si  mateix;  que  escandols  diiis  el  temple 
no  manquen  de  la  gent  qu'es  te  per  santa. 

¿Quins  pot  salvar?  Sois  Deu  y  el  bon  exeinple 
deis  passats...  Castellanos,  befas  ara 
recordantmos  els  fets  del  sabi  Azara. 

Pakwa.  Madriil  1.*  abril  do  1853. 

Mariano  Agüiló  y  Füster, 


AL    MOLT    EGREGI, 

magniflch  é  exellent  sefiyor,  lo  sefiyor 

JOSÉPH  NICOLAU  DE  AZARA 


Requestas  d'amor,  cantaba  yo  un  día, 
Coplas  de  delit,  un  temps  entonaba; 
Lavors  mos  placrs,  ab  plaers  unía 
Del  ángel  hermós,  per  qui  yo  vivía, 
Que  dins  rAlmudayna,  Malorcha  gordaba. 

Ya  no  tornará  |0  cruel  recórt! 
Temps  de  goig  y  ditxa,  y  de  gran  ventura; 
Ya  mon  sperit,  no  té  mes  conort 
Que  plorar  ab  plant,  y  sperar  la  mort 
Sens  altra  consol,  que  aroargua  tristura. 

Mon  accent  no  pot,  en  tais  occasíons 
Tremetra  al  ingeni,  ño  bona  memoria, 
De  Azara  logran,  lloasní  cansons; 
Sino  Pare  nostros,  y  homils  oracions, 
Deixant  per  jutjiár,  sos  fets  á  la  historia. 

80 


— 


—  684  — 

merece,  ¡oh  madre!  tu  doliente  queja, 
y  de  tu  llanto  interminable  el  rio. 

A  tu  inmenso  dolor  asocio  el  mió: 
si  en  tanta  desventura  que  te  aqueja 
también  la  muerte  á  Nicolás  aleja... 
¿qué  ha  de  ofrecerte  el  porvenir  sombrío? 

¡Ay!  la  flor  de  la  ciencia  se  ha  agostado, 
la  virtud  ha  perdido  joya  rara, 
la  noche  para  el  huérfano  ha  cerrado. 

Has  no  podrá  la  impía  muerte  avara 
ocultar  el  sarcófago  sagrado 
en  cuya  losa  lea  el  mundo:  ¡A%ara! 

Palma.  Barcelona  \0  de  noviembre  de  18S3. 

Miguel  Victoriano  Auer. 


Bella  es  scmpra  la  virtud  , 
cants  etems  al  honor  fan 
es  pels  vicis  el  cor  mut 
sempra  Azara  será  gran. 

Com  del  mon  sa  roda  gura, 
axí  humanas  opinions, 
que  uns  volen  comprar  calsons , 
y  altras  jach  cuant  van  á  fira. 
Tod  agrada ,  tod  inspira 
amor,  dobblés  y  salud , 
jcntileza,  joventud; 
pero  tod  acaba  y  mor, 
mentres  ab  diví  loor 
bella  sempra  es  la  virtud. 

Las  musicals  armonías 
mos  diuen  en  gois  eterns, 
(¡ue  Orféo  baixá  ais  infems 
tocant  unas  xirimías; 
cuant,  cuant  en  los  nostros  días 
pcrduts  los  oids  están, 
que  els  homos  casantlas  van 
com  casa  es  falcó  es  rupíd , 


—  6»5— 

be  que  en  gaiígaména  y  pill   ^    ' 
carUs  etems  al  tumor  fan.  *        ' 

Diuen  mortlistas  sabis 
que  vui  dia  el  predica 
es  just  tiré  amunt  es  pá 
y  rebre  fems  en  els  llabis. 
Yo  sensa  ferlos  agravis, 
no  veix  el  mon  tan  perdut, 
perqué  encara  que  es  sabút 
cuant  poch  la  consiensia  es  tem, 
coneixem  tots  y  entenem 
quee8pelé4fíét$H  €ar4kUí. 

No  eu  es,  no,  per  qui  naixent 
sobre  els  niguls  de  la  torra, 
amb'una  ma  forta  aferra 
lo  cetro  d'or  y  d'argent. 
Ab  Taltra  el  ferro  lluent 
doblega  del  Cesar  gran; 
los  sigles  miranüo  están, 
las  nasions  trovan  ventura, 
y  una  veu  canta  en  Taltura: 
sempra  Azara  sera  gran. 

Mallorca.  Un  pajes  andritxel. 


tmJ^mmá 


mi  LA  TüSBA  DE  ASARA 


Nació ,  murió ;  mas  entre  huesa  y  cuna 
trazó  la  fama  su  inmortal  camino; 
lauro  eterno  la  ciencia  le  previno , 
y  perdurables  timbres  la  fortuna. 

Abrió  en  sangriento  mar  gentil  laguna 
del  turbio  Sena  al  Tiber  cristalino. 
Pirene  llora,  llora  el  blanco  Alpino; 
cese,  español,  tu  lágrima  importuna. 

Que  si  el  ciprés  se  dobla  macilento , 
si  piensas  que  de  Azara  la  memoria 
en  polvo  escrita  ha  de  borrar  el  viento, 


—  688  — 

Por  eso  tú,  provincia  aragonesa, 
ensalza  por  do  quiera  tan  grande  hombre, 
que  si  la  Italia  y  la  nación  francesa 

Admiraron  aquella  alma  eminente, 
tesoro  de  las  ciencias,  hoy  su  nombre 
cual  astro  brillará  resplandeciente. 


Barbuñales,  hoy  tienes  la  fortuna 
que  el  destino  risueño  te  depara, 
de  oir  narrar  las  glorías  una  á  una 
del  inmortal  y  esclarecido  Azara. 

Su  nombre,  como  el  sol  del  mediodía 
sin  mancha  que  lo  anubla  ni  lo  empañn, 
hace  latir  de  gozo  y  alegría 
el  corazón  del  hijo  de  la  España. 

Benéfíco  cual  ángel,  dio  la  mano 
al  que  imploró  no  en  balde  su  clemencia, 
V  aun  el  mismo  Pontífice  romano 
recurrió  á  sus  consejos  y  á  su  ciencia. 

Diplomático  célebre,  su  nombre 
es  respetado  en  todas  las  naciones, 
y  por  do  quiera  quedará  el  renombre 
de  sus  altas  y  magnificas  acciones. 

Bien  haya,  pues,  el  dulce  pensamiento 
de  descorrer  el  velo  de  su  historia, 
pues  quedará  perenne  monumento 
que  nos  recuerde  su  feliz  memoria. 

Pamplotia.  Pamplona  t\  de  m^n  de  1853. 

María  Conckpgion  Saralegui  de  CnnA. 


Si  elevan  monumentos  las  naciones 
que  guarden  con  orgullo  altas  memorias 
de  las  grandes  hazañas  y  victorias 
de  sus  grandes  ingenios  y  varones; 

Si  crónicas,  leyendas  y  canciones 
trasmiten  elocuentes  sus  historias. 


—  689  — 

y  eterniza  sus  nombres  y  sus  glorias 
la  fama  en  una  y  mil  generaciones; 

Para  alzar  hoy  un  canto  sin  segundo, 
buscad  la  lira  del  divino  Dante, 
á  Azara  le  cantad,  sabio  profundo, 

y  elevadle  una  estatua  de  diamante 
que  sea  el  pedestal  el  ancho  mundo, 
V  forme  su  corona  el  sol  radiante. 


Cascante,  Navarra.  Madrid  y  noviembre  de  i ftj2 


Jíaría  Verdejo  y  Duran. 


^  oble  varón  de  pecho  generoso , 
^  lustre  por  tu  cuna  y  tu  talento , 
o  onstante  en  proseguii*  tu  pensamiento, 
o  freciste  á  tu  patria  tu  reposo. 
t-*  uchando  con  esfuerzo  belicoso, 

>  1  templo  de  la  fama  tu  ardimiento 
c/3  upo  trepar,  y  un  inmortal  asiento 

o  iote  el  premio  que  alcanza  el  victorioso. 
M  spaña  te  contó  por  hijo  suyo : 

>  Itiva  de  esta  gloría ,  se  demuestra 
^  elosa  del  blasón  de  agradecida; 

>  tus  servicios,  hoy,  al  nombre  tuyo, 
?9  ecompensas  tributa  cuando  muestra 

>  1  mundo  los  ejemplos  de  tu  vida. 

Madrid.  Habana  23  de  enero  de  f  853. 

Pedro  Castellanos. 


Vívere  dent  alüt  vatet,  tu  vatibus  íptít  vivere  dat;  Piado  vivís,  et  ipie  tuo. 

C.  II.  Danjoüan. 

87 


- 


ADIERTEXCIA. 


Los  ilustrados  poolas  D.  Antonio  Uurtado^  en  carta  de  J8  de  abril  de  1851 ,  don 
Jobc  Salvador  de  Salvador ,  en  la  de  16  de  setiembre  del  mismo,  y  el  italiano  don 
Tcmistocles  Solera  en  la  suya  de  o  de  enero  de  1^52,  elogian  al  caballero  Azaea  ai 
prometer  escribir  composiciones  poéticas  en  su  alabanza,  que  sin  duda  por  sus 
viajes  y  ocupaciones  no  nos  han  mandado. 

Ademas  de  los  poetas  que  han  obsequiado  al  caballero  Azara  con  sus  composiciones 
en  e^ta  Corona,  cuenta  nuestra  Espaiía  con  otros  fecundos  ingenios^  entre  los  que  so- 
bresalen por  el  número  ó  esceiencia  de  sus  obras  los  siguientes:  D.  José  Zorrilla^  el 
primero  de  nuestros  jóvenes  líricos  del  siglo  xiz,  y  distinguido  autor  dramático;  los 
Excmos.  Sres.  el  general  D,  Juan  Pezuela^  marques  de  la  Pezuela,  boy  capitán  general 
de  la  isla  de  Cuba;  D.  Mariano  Roca  de  TogorcSy  marques  de  Molins  y  ez-mínistro  de 
Instrucción,  y  hoy  de  Marina;  D.  Patricio  déla  Escosura^  ez-mínistro  de  la  Goberna- 
ción; el  (general  D,  Antonio  Ros  de  Olano,  ez-mínistro  de  Instrucción  pública;  D.  Fen* 
tura  de  la  Vega,  cx-presidonte  de  la  junta  consultiva  de  teatros;  D.  Nieomedes  Pastor 
Diaz,  ex-ininistro  de  Instrucción  pública;  D.  Agwtin  Duran,  decano  de  la  Biblioteca 
Nacional,  y  doña  Gertrudis  Gómez  de  Avellaneda  de  Sabater.  Los  Sres.  D,  Ramón 
Campoamor,  gobernador  civil  de  Valencia;  D.  Eusebio  y  D.  Eduardo  Asquerino^ 
rx- diputado  á  Cortes  el  primero;  D.  Manuel  Cañete,  escritor  critico;  D.  Mariano 
Zacarías  Cazurro,  doctor  en  medicina  y  autor  dramático;  D.  Francisco  Cea,  escritor 
público;  D.  Luis  Valladares  y  Corriga,  ez-secretario  de  la  junta  consultiva  de  tea- 
tros; />.  Aguslin  Azcona,  oficial  honorario  de  la  Biblioteca  Nacional ;  />.  Ramón  Me» 
sonero  Romanos,  escritor  crítico  y  erudito,  y  regidor  del  escelenlísimo  ayuntamiento 
de  Madrid;  D.  Julián  Romea,  primer  actor  de  los  teatros  de  Madrid;  D.  Francisco 
Orgaz,  escritor  público ;  D.  Ce  ferino  Suarez  Brabo,  D.  Luis  Olona,  autor  dramá- 
tico; D.  Miguel  de  los  Santos  Alvarez,  jefe  político  cesante;  D.  Gavi9u>  Tejado,  oGcial 
dül  ministerio  de  Fomento  (casi  todos  autores  dramáticos)  y  otros  que  no  recordamos. 

Diforcntcs  causas,  que  nada  tienen  que  ver  con  el  aprecio  que  se  merece  Azara 
en  la  memoria  de  sus  conciudadanos ,  ni  con  la  buena  amistad  con  que  nos  honran 
casi  todos  los  mencionados  vates ,  han  impedido  el  que  podamos  presentar  composi- 
ciones do  ellos,  entre  los  que  los  hay  entusiastas  admiradores  del  inagne  diplomá- 
tico, habiéndole  prestado  homenaje  algunos  en  otras  secciones  de  esta  obra,  como  verá 
el  que  la  repase. 


HOTAS 


A   LA 


CORONA   POÉTICA 

TRADUCCIOtnS  SI  ALGUNAS  DE  LAS 

poesías  liSERTAS  Cl  DIALECTOS  PROYIICIALES , 

iCUIACIONES  T  UITtS  BOI  LIS  ISH.ICÍN. 


MUSA  ANDALUZA 


CARTA  EN  QUE  SE  TRATA  DEL  DIALECTO  DE  ANDALUCÍA  ,  T  BSPLICA   LA  POESÍA    ANDALUZA 
INSERTA  k  LA  PÁG.  230,  QUE  EMPIEZA.*   ¡AT  QUE  SENON  JOSÉ! 

I. 

Sr.  D.  Basilio  Sebastian  Castellanos.-— Remito  á  V.  nuevamente  la  composición  an- 
daluza, con  las  enmiendas  ortológicas,  mas  que  ortográGcas,  que  me  ba  sugerido  mi 
razón,  y  con  la  ayuda  de  mi  amigo  Pastor  Díaz ,  á  quien  tengo  el  gusto  de  tener  muy 
cerca,  aunque  por  causa  bien  triste.  El  pobre  padece  mucho. 

No  tengo  el  gusto  de  conocer  el  Diccionario  de  la  galantería  escrito  por  Y.  Yo  hago 
mas  la  vida  doméstica  que  la  vida  literaria,  y  leo  poco,  especialmente  nuevo.  La  obra  de 
usted,  titulada  Compendio  elemental  deArqueologia,  es  la  que  he  tenido  el  gusto  de  ver, 
aunque  no  con  la  detención  que  deseo,  porque  cabalmente  ha  venido  á  mis  manos  en  estos 
días  pasados  en  que  me  faltaba  tiempo  y  reposo.  ¿Y  cómo  era  posible  que  hallándole 
le  dejase  escapar  de  mis  manos,  siendo  obra  de  Y.?  Le  tengo,  sí  seiíor,  y  pienso  encua- 
dernarle con  cariño  y  con  devoción,  porque  otra  cosa  no  sé  hacer  en  íavor  ni  en  ob- 
sequio del  autor. 

Hágame  Y.  el  gusto  de  decir  á  su  señora,  á  quien  agradezco  su  afecto,  que  no  tome 
celos:  que  yo  no  me  apodero  del  hombre,  que  no  le  codicio;  mas,  que  le  respeto  inGnito 
cuando  no  es  libre;  pero  que  sí  lo  hago  con  el  talento,  con  las  cualidades  del  alma.  Las 
cualidades  espirituales  son  mías,  porque  esas  no  tienen  dueño  señalado :  pertenecen  á 
la  creación  como  el  sol,  como  el  aire,  como  el  Océano.  Sea  el  hombre  material  de  su 
mujer,  de  su  querida,  de  quien  quiera.  El  hombre  alma  es  mío,  es  de  todos.  No  codi- 
cio, no  amo  al  hombre  de  talento.  Suelen  ser  monumentos  artísticos  con  magníficas 
fachadas,  con  varias  habitaciones  suntuosas;  pero  á  los  cuales  les  faltan  lugares  para  el 
bienestar  y  las  comodidades  de  la  vida. 

Como  he  hecho  modificaciones  en  la  composición  al  Señon  José,  creo  que  las  obser- 
vaciones ortográficas  de  mi  carta  anterior  (i)  son  inútiles;  pero  en  esta  haré  las  ad- 


(1)    Se  refiere  á  la  que  nos  escribió  pocos  días  antes,  de  la  que  entresacamos  lo  si- 
guiente: 

«¡Cuánto  desearé  que  no  desagrade  á  Y.  una  cosa  que  solo  he  hecho  por  complacer- 
le! ¡Cuánto  deseo  también  que  pueda  Y.  entender  el  enredo  de  letras  cambiadas  y  los 
giros  de  las  frases!  Los  que  han  escrito  hasta  ahora  en  tono  andaluz,  no  lo  han  hecho 
de  la  manera  que  yo,  temiendo  sin  duda  á  las  difieultades  de  poder  esplicar  el  verda- 
dero sentido  de  las  letras  que  usamos  en  nuestra  pronunciación.  Yo,  á  riesgo  de  no  ser 
entendida,  ó  al  menos  bien  leída,  he  querido  aproximarme  á  la  verdad.  Procuraré 
esplicar  mi  rara  ortografía,  que  es  la  de  la  gente  de  mi  provincia,  así  como  de  la  de 
Granada,  pues  los  sevillanos  usan  la  z  en  vez  de  nuestra  s,  á  pesar  de  l8  cercanía  á 
Cádiz,  en  dondese  pronuncia  lo  mismo  que  en  nuestra  Málaga.  Nosotros  no  quitamos 
las  ss  como  se  cree,  en  los  finales  de  las  silabas:  cuando  así  sucede,  resultan  unos 
sonidos  flojos  y  desagradables,  y  no  se  ve  la  diferencia  de  los  singulares  á  los  plurales. 


—  695  — 

Estas  razones,  anunciadas  y  mal  desenfueltas  en  la  estreches  de  una  carta,  mués* 
tran  en  parte  el  plano  de  mi  vida  y  de  mis  creencias. 

Mis  amigoti  han  deseado  que  me  presentase  como  actriz  en  el  drama  social  que  des- 
empeñamos, para  ejecutar  á  la  vez  mi  papel  de  escritora.  Hubiera  sido  mi  deb^  com- 
placerlos si  hubiese  tenido  que  decir  alguna  cosa  á  la  sociedad  para  su  provecho.  Pero 
yo  no  conozco  las  artes  sino  por  lo  que  me  afectan:  no  conozco  las  ciencias  smo  por 
sus  prodigios :  ¿y  qué  pudiera  yo  decir  de  la  ciencia  de  la  virtud  que  h  sociedad  no 
quiera  ya  olvidar?  He  guardado,  pues,  mi  pluma,  y  no  la  empleo  sino  en  complacer  á 
aquellds  que  me  estiman  por  lo  poco  que  vale  mi  corazón ,  mas  bien  que  por  lo  poco 
que  vale  mi  entendimiento. 

Al  darle  á  V.  amplias  facultades  para  que  haga  el  uso  que  guste  de  mis  cartas  (t), 
me  he  distraído  demasiado;  pero  procuraré  remediar  esta  fiílta  entrando  muy  didácti- 
camente y  con  mucha  seriedad  en  mi  esplicadon  ortográfica  y  ortológica  de  mi  gra- 
mática y  pronunciación  andaluza. 

Los  que  mas  felizmente  que  yo  han  presentado  cuadros,  ya  de  las  costumbres  de 
este  pais  meridional,  ya  de  las  gracias  de  imaginación  y  de  lenguaje ,  se  han  hallado 
roas  que  dudosos,  en  completa  oscuridad  al  pretender  fijar  la  pronunciación  andaluza. 
Ya  han  zezeado  como  los  sevillanos ,  ya  han  repetido  la  $  delgada  y  constante  de  los 
granadinos,  gaditanos  y  malagueños,  ya  han  pretendido  imitar  la  suavidad  y  ligereza 
de  nuestra  habla,  suprimiendo  rróss  finales,  á  costa  de  hacer  la  pronunciación  floja  y 
desgraciada,  y  de  confundir  por  la  supresión  de  las  ts  los  plurales  con  los  singulares.  Yo, 
aunque  con  no  poca  repugnancia,  había  casi  emprendido  igual  camino;  solamente  que 
en  vez  de  las  8$  que  terminaban  las  sílabas  ó  palabras,  comencé  á  usar  hg,  por  parecer- 
roe  que  esta  letra,  mas  que  ninguna  otra,  podia  sustituir  á  nuestra  s  gutural.  Había  un 
obstáculo.  La  p  se  une  á  la  r  y  á  la  <  y  formaba  sílabas,  sonidos  y  palabras  diversas  de 


(I)  Se  reQerc  á  la  citada  anteriormente  por  nota ,  en  la  que  nos  decía  : 
«Tal  vez  habré  sido  demasiado  impertinente  en  la  esplicacion  del  lenguaje  andaluz 
que  hago  á  Y. ;  pero  prefiero  que  Y.  considere  mis  esplicaciones  como  inátiles,  á  que 
no  entienda  esa  escritura,  que  no  es  otra  cosa  que  un  castellano  corrompido.  Suplan 
mis  buenos  deseos  de  complacerle  á  Y.  á  la  gracia  que  necesitaba  nú  larga  y  roman- 
cesca tirada  de  versos. 

»A  pesar  del  frío,  que  avanza,  continúo  á  las  orillas  de  mi  ancho  arroyo,  y  cobijada 
de  montes  mas  ó  menos  graves,  mas  ó  menos  rugosos,  según  la  edad  que  representan. 
Aquí  dificilraente  se  hallan  marcas  históricas,  como  en  esos  palacios  (se  refiere  á  los  de 
Gandía  y  Oliva,  del  duque  de  Osuna,  oue  yo  visitaba  entonces),  á  no  ofrecerlas  la  ca- 
sual escavacion,  en  algún  documento  del  poder  de  los  romanos  ó  de  los  árabes.  Aquí  el 
poeta  tiene  pocas  Castalias  donde  beber  inspiraciones,  á  no  ser  que  considere  mas 
grande  que  los  hechos  délos  hombres  las  maravillas  de  la  creación,  gue  en  el  mas  es- 
condido sitio  del  globo  despliegan  y  lucen  sus  milagrosas  combinaciones.  El  botánico 
sí  hallaría  secretos  que  descubrir  en  las  familias  de  nuevas  plantas,  y  el  geólogo  se  en- 
contraría bien  cnroedio  de  una,  dos  ó  tres  generaciones,  digámoslo  así,  de  montes,  cu- 
yas tranas  señalan  volcanes  antidiluvianos,  historia  de  la  juventud  de  una  roca  aouela 
de  otros  montes  de  tercera  formación  en  la  infancia  de  su  vida,  blandos,  flexibles  á  la 
educación  del  arado,  desmontables  á  la  impresión  de  las  lluvias,  como  el  niño  que  pa- 
rece deshacerse  en  lágrimas,  y  que ,  sin  embargo,  crece ,  se  desarrolla ,  se  endurece  y 
cumple  la  edad  que  la  naturaleza  señaló  á  su  vida.  Así,  estos  niños  de  las  generaciones 
geológicas,  que  cuentan  siglos  sin  fin  en  su  infancia,  así  estos  retoños  de  las  edades 
ofrecen  hoy  en  rededor  mío  historias  para  el  sabio;  pero  silencio,  tristeza,  monotonía 
para  los  ojos  ignorantes  y  profanos  como  los  míos,  n 


—  697  — 

dulce.  No  hay  duda  que  el  sooido   gutural  de  la  A    es  eBtremadamente  suave. 

Nuestra  <  en  las  sflabas  directas  es  mas  delgada  que  la  s  castellana.  Los  andaluces 
granadinos,  malagueños  y  gaditanos  la  usamos  constantemente ,  y  desconocemos  el  uso 
de  la  z,  reina  de  la  pronunciación  entre  los  sevillanos. 

La  e  la  pronunciamos  como  la  s,  y  la  desconocemos  en  las  silabas  inversas  entre  la 
gente  del  pueblo,  que  son  los  archiveros  de  las  tradiciones. 

La  U  siempre  es  y.  La  /  y  la  r  son  arbitrarias,  según  que  conviene  á  la  blandura 
ó  fuerza  lingual  del  que  habla.  La  r  final  suele  hacerse  gutural  como  la  5. 

Solamente  la  voz  viva  puede  dar  idea  de  las  diferencias  en  nuestros  sonidos  gu- 
turales. 

Se  cambian  las  letras  6  se  suprimen,  en  obsequio  á  la  blandura  y  á  la  brevedad  del 
habla,  y  decimos:  Señan  por  Señar,  pa  por  para.  Ademas,  tenemos  palabras  especiales,  y 
especiales  en  deflniciones:  Trepar  entre  nosotros  es  inclinarse  oblicuamente  de  espaldas. 
Trepa  el  que  inclina  la  silla  hacia  atrás,  el  que  cae  de  espaldas,^  el  queá  fuerza  de  ergui- 
do se  inclina  atrás:  trepa  lo  que  se  inclina  oblicuaroente.  Engreído  quiere  decir  encari- 
ñado, enamorado ,  embebecido ,  amancebado,  enviciado ;  pero  esto  necesita  un  largo 
trabajo,  y  no  es  del  caso  ahora. 

Para  que  V.  me  entienda,  le  formaré  un  pequeño  vocabulario  de  las  palabras  poco 
inteligibles  de  mi  pequeña  obra,  rogándole  me  haga  el  gusto  de  dar  mil  gracias  á  su 
señora  por  sus  buenas  prevenciones  para  conmigo,  y  de  creerme  siempre  su  segura  ser- 
vidora Q.  S.  M.  B. 

DOLOBES  DE  VelASCO. 

Agachah:  Agachadas,  arte,  sagacidad. — Calta i  Calidad,  mérito,  fuerza,  valor. — 
Cante:  Canto. — Claquer:  El  no  sé  qué,  belleza ,  gracia  ó  cualquier  condición  indefi- 
nible.— Con  apaña:  Cosa  bien  hecha ,  con  acomodo. — Coa :  Codos. — Cureao :  Cuer- 
do.— Dambah:  Ambos. — Ehmaresia. — Esmortecido,  amortizado,  morado,  abogado  con 
la  fuerza  del  llanto. — Galienda:  Oliendo. — Güeña:  Bixeno.^-Hurganda :  Tocando, 
rozando.— /nnnúi;  Insignia. — Inuncruci:  Lignum  Crucis. — Jacharaa:  De  mal  humor, 
apenado,  melancólico  ,  desesperado.  Las  inflexiones  de  voz  esplican  los  matices  de 
estos  sentimientos.— /»e¿a :  Hiela.— /uio:  Huido  y  judío.— La  ne^to:  La  melan- 
colía.— Mehmah:  Mismos. — Mu:  Muy.— Soóto:  Sabio. — Singana:  Sin  gusto,  sin  en- 
tusiasmo.—TV-u^ieiuio  alitcts:  Trayendo  pájaros. 


II. 


CARTA   EN   QUE  SE    TRATA  DEL    DIALECTO  GITANO-,   T  EN  LA   QUE  SE  ESPLICAN  LAS   POESÍAS 

INSERTAS  k  LAS    PÁGINAS   NÚMEROS   263  y  264. 

Sr.  D.  Basilio  S.  Castellanos.— Muy  señor  mió:  Al  remitir  las  dos  adjuntas  composi- 
ciones en  dialecto  gitano,  no  hago  otra  cosa  que  probarle  cuánto  es  mi  deseo  de  com- 
placerle; pero  como  jamás  he  escrito  versos,  temo,  con  sobrado  fundamento,  no  satis- 
fagan el  pensamiento  que  V.  se  ha  propuesto  al  hacer  formar  parte  de  la  Corona  poé  - 

88 


— 


—  703  — 

¿Queréis  ver  ana  muestra  del  estilo  malicioso  y  risueño  de  Reguera ,  y  de  la  abun- 
dancia fraseológica  del  dialecto?  Leed  la  siguiente  octava  de  la  fábula  de  Hero  y  Lean- 
dro. Esplica  este  á  su  amada  la  manera  de  que  han  de  valerse  para  hablar  sin  que  el 
mundo  ni  sus  padres  lo  conozcan,  y  después  la  dice: 


«Con  esto  plaza  pasf^s  d*onestica: 
Munches  hay  que  lo  entamen  de  pequeños 
Por  saber  de  qué'modu  el  amor  pica 
Y  fácense  mas  fresques  y  aguíleñes, 
Non  me  lo  querrás  creer;  ye  cosa  rica 


Velles  andar  alegres  y  risueños, 
Falatibles,  folgades,  Iliberales, 
Gasayozes,  melgueres,  fegadales, 
Arrascando  una  mano  y  pensatible 
Hero  sospira  y  diz...  no  sé  qué  faga...» 


En  la  historia  de  Judit ,  de  un  autor  desconocido ,  se  dice  hablando  de  Holofernes  á 
vista  de  la  heroina: 


Falatible,  enfortadu  y  gayasperu, 
De  gozu  y  de  fachenda  refalgando , 
Cual  si  echa  un  xabalin  é  nun  regueru 
Ansi  sobre  el  coxin  mollidu  y  blando 
S'espurría  á  la  perllonga  gayoleru 
Placeres  y  esperances  saborguiado; 
¡Q'esmorgar  de  viandes!  ¡qué  fartare! 


¡Y  qué  emburriar  el  codu!  ¡qué  folgare! 

¡Ya  palabras  y  piernes  y  faltaben 
Y  con  todo  á  Xudit  echaba  flores 
Partochu  y  allorian  con  sos  amores! 
Xoya  del  alma  y  diz,  como  está  muerta 
Por  esa  cara  guapa  y  esos  güeyos... 


¡Y  qué  vigor  se  advierte  en  los  siguientes  versos  de  la  poesía  á  la  batalla  de  Cova- 
donga,  hablando  de  D.  Pelayo! 


¿Quién  lu  espera?  ¿quién  s'atreve 

su  coraxe  á  provocar? 

Arremeter  y  apurrir, 

ferir  y  desfarrapar 

ye  tod'uno,  al  mismu  ttempu 

Y  hablando  de  los  moros,  dice: 

¿Dónde  están  los  sos  pendones 
y  les  llunes  de  Bagdá, 
y  les  tiendes  y  los  carros 
y  el  soberbiosu  allcozan? 
¡Tantos  escuadres  armados 


s'oye  el  golpe  y  vese  el  mal, 
un  rastru  de  negra  sangre 
de  muertos  un  halagar, 
marquem  el  camin  que  lleva, 
son  de  so  triunfu  señal. 


q*el  Oriente  arroxó  acá... 
fortes  d'esmorgar  el  mundu 
de  ferir  y  de  matar ! 
¿qué  9e  fixeron?... 


¿Queréis  ver  un  modelo  de  ternura ,  de  poesía  y  de  cariño  maternal?  Leed  El  Niño 
enfermo.  ¿En  qué  lengua  moderna  se  puede  decir  mas? 


Mcdiu  apagudu  el  candil, 
y  antes  que  el  gallu  cantara, 
Tuxa ,  llagrimosa  y  sola 
cabo  el  so  ñcñin  velaba. 


So  cuita  aumenta  el  silenciu 
que  reina  pe  la  enramada: 
solo  la  mar  de  muy  Iloñe 
con  sordos  ruxidos  brama : 


I 


—  704  — 

solo  el  arroyu  del  monte  canta  el  paxarin  dd  alba, 

entre  las  peñes  restalla,  triste  como  sos  pesares, 

y  dalguna  vez  en  gúertu  doliente  como  so  alma. 

Pero  leed  á  una  madre  estos  versos,  que  la  del  Niño  enfermo  murmura,  y  veréis 
correr  sus  lágrimas. 

Era  gayasperu  pásalo  por  elli 

alegre,  xovial,  mas  quixera,  mas, 

soliquin  andaba  q'el  triste  sos  males 

soltara  á  falar :  non  sabe  esplicar ; 

daba  gustu  velu  ¡y  quéxasa  y  llora, 

correr  cabo  el  llar  y  faime  llorar, 

faciendo  beyures  y  remedio  en  tantu 

d'aquí  par*allá:  non  puede  aíayar! 

y  agora  amusgadu,  ¿Qué  dirá  so  padre 

sin  fuelgu  tomar,  que  na  siega  está? 

non  tien  mas  que  gúesos,  

morriéndose  va.  

¿Par'eso  dolores  Anzelin  hermosu , 

costasti  á  to  má?  vixu  de  to  má, 

¡qué  penas  i  dieres 

¡Ayl  Señor,  ¡qué  penes  si  Dios  te  ileváü...  etc. 
me  da  isti  rapaz! 

En  la  poesía  titulada  Los  Enamorados  de  la  aldea,  se  lee  este  amante  coqjoro: 

Penosina  de  la  peña,  y  mas  que  la  flor  de  maya 

rosa  do  la  mió  quintana,  coida  pe  Talborada; 

la  de  les  rises  melgueres,  ¡que  non  me  mires  por  Dios 

la  de  la  voz  regalada,  tan  goyespera  y  Iliviana, 

mas  cuca  que  por  San  Xuan  que  maten  les  tos  rntrades 

la  cereza  colorada ,  como  tos  enozos  matan! 

Ni  la  índole  de  esta  publicación,  ni  nuestras  ocupaciones,  nos  permiten  «tendemos 
«aas,  ni  bacer  las  citas  que  deseáramos  y  nos  parecen  bellas.  Bastará  que  remitamos  i 
los  anaotes  de  esta  clase  de  literatura  á  la  colección  de  poesías  en  dialecto  asturiano 
publicada  en  1639^  En  ella ,  ademas  de  las  ya  citadas,  sobresalen  por  sa  mérito  las  de 
doña  Josefa  Jovellanos,  ¿  las  flestas  que  se  preparaban  en  Oviedo  para  solemnizar  la 
coronación  de  Garlos  ÍY;  la  del  Sn  Bernaldo  de  Quirós,  titulada  El  Cábdlo;  h  del 
Sr.  Balvidares ,  Las  Exequias  de  Carlos  III;  de  Fernandez,  La  Enfermedad,  j  •Craa 
mucbas  que  será  ocioso  enumerar ,  y  que  puede  ver  el  que  guste  en  la  colecdon 
citada. 

Por  mi  parte,  saludo  con  toda  la  efusión  de  mi  alma  á  los  sencillos  é  inspirados  vates 
de  mi  país,  que  supieron  conservar  en  sus  simpáticas  poesías  el  lengu^'e  que  tanto 
entusiasma  por  las  ilusiones  que  crea  y  los  recuerdos  que  evoca ;  esa  lengua  que,  á  pe- 


—  707  — 

d^  presente  del  verbo  ser:  es.— £tanfki  ó  aixiñi  (del  castellano  antiguo  aina):  Pron- 
tamente.— Endromenas :  Travesuras,  intrigas. — Enfurruxadctói  De  mucboa  años,— 
Enzoufado:  Asquerosamente,  sucio. — Esbroche  (de  esbrochar) :  Estallar  i  iw&eidi  de 
fuego,  echar  á  borbotones  como  un  liquido  cuando  hierve.  Tiene  otras  varias  signifi- 
caciones, pero  ninguna  traducible  con  una  palabra  sola. — Escoita  (del  verbo  escoltar): 
Escucha.— £5Co//efi(io  (de  escoller):  Escogiendo. — Espellante:  Resplandeciente,  que 
refleja.— f'^^uexe  (de  esquezer):  Olvida. — Bstóu:  Esloi. — Estóupou:  Sonó.  Obsérvese  la 
armonía  imitativa  de  las  dos  últimas  sílabas  de  estoupou. — Esvagoando:  Vertiendo  lá- 
grimas.—£u:  Yo. 

Facciós  (plural  de  facción) :  Facciones.  Así  se  forman  en  Galicia  todos  los  plu- 
rales de  los  nombres  acabados  en  on;  pero  en  las  provincias  do  Pontevedra  y  la  Cora- 
na conservan  la  n  ,  faecions, — Fáicha  (contracción  del  verbo  facer  de  los  dos 
pronombres  che  y  a):  Te  la  hace. — Fálan  (de  falar  y  del  antiguo  castellano  fisiblar):  Ha- 
blan.— Fan  (de  facer):  Hacen. — Fara/urri/Sa:  Arrogancia,  baladronada. — Feüos:  He* 
chos. — Fento$:  Heledlos. — Futo:  Hijo. — Fixeron  (de  facer) :  Hicieron . — Folión:  Ilurai  « 
nación,  fuego  artificial. — For,  fora,  foron  (del  verbo  ser):  Fuere,  fuera,  fueron. — Fora 
(pronunciada  mas  abierta  la  o):  Fuera,  adverbio. — Fose  (de  ser):  Fuese. — FoiV  Fue.-* 
Fuxidor:— Corredor  6  huidor.  Nótese  la  armonía  de  fuxidor  aplicada  al  cohete. 

Hacho  (del  verbo  hachar):  Hallo. — Handoüo:  Suelen  ó  hacen  otras  veces. — Hortai 
Huerta. — Hocoe:  Hoy. 

//:  El. — Ise,  isee:  Ese,  esos. 

Lembrar:  Iluminar,  inspirar. — Librouna  (verbo  y  pronombre):  Libróla. — Unza: 
Ceniza.— Ltüúi:  Ligera.  La  terminación  masculina  es  liviao,  del  latín  leois.—'Ue: 
Le.— Lopo:  Luego.-^LóUo:  Luto. — Lono^e  (del  latín  tora^e):  Lejos. — Lour6tro:  Lau- 
rel.— Lousa:  Lusa. — Luar:  Lunar. 

Mallo:  Mazo  ó  martillo  grande  de  madera,  y  un  instrumento  con  que  en  Galicia,  á 
fuerza  de  golpes,  separan  el  grano  de  la  espiga,  equivalente  al  trillo. — Man  6  mau: 
Mano. — MeHor:  Mejor. — Menina,  as:  Jovencita,  as. — Meu,  meus:  Mió,  mios.— J/iAa, 
as:  Mía,  as.— Ifoi^o,  a:  Mucho,  a. — Mor  (espresion  prepositiva):  Cerca  de,  junto  á: 
V.  gr.  Mordolume:  Junto  al  fuego, -^Moxena:  Cbispa. 

Noite:  Noche.— iVom«:  Nombre- — Noso:  Nuestro. 

O  (artículo  tomado  del  griego);  El.  Si  se  acentúa  signíGca  a/,ó¿  el,  porque  es  pre- 
posición y  artículo.  Pospuesto á  la  palabra,  es  pronombre  como  el  castellano  ley  ¡o^ 
V.  gr.  Enseñáranle:  Ensinaráno.-^OUo:  Ojo.  I>e  aquí  el  verbo  oUart  ver,  mirar.— 
Onte:  Ayer. 

Pay:  Padre.— Pesto:  Pecha. — Penamento:  Aflicci'on  continua. —  Perguntades: 
En  el  dialecto  gallego  no  es  preguntar,  sino  perguntar,  del  verbo  latino  ^recontare. 
— Po :  Lo  mismo  que  por. — Po  chao  6  por  lo  chao :  Por  el  suelo. — Pode: 
Puede.— Pow:  Pues.— Poíoatro:  Rama  muy  desarrollada  y  esbelta, — Poliña  (di- 
minutivo de  pola):  Ramita,  para  lo  cual  es  preciso  pronunciar  abierta  la  o  de  po:  con 
pronunciación  cerrada  significa  gallinita.  Todos  los  diminutivos  gallegos  terminan  en 
iño  6  en  iña,  cuya  traducción  al  castellano  es  imposible  sin  alterar  su  gracia,  v.  gr. 
Menfiüiño:  Vale  y  signiGca  mas  que  decir  en  castellano :  ¡querido  hijo  mió!  ¡prenda  do 
mi  corazón!— Pouía:  Mansión.  Aunque  tiene  otras  acepciones,  este  es  su  verdadero 
significado  en  la  composición. —Pouía,  as:  Garra,  as.— Pra  (con tracion  de  para):  Para. 
-^Pran^o:  Llanto,  derivación  de  la  voz  latina  plantus.—Pro:  Para  él  (contracción  de  la 


—  711  — 


Que  alternar  con  la  gallega 
zalamera  y  chavacana, 
no  querrá  la  castellana 
en  que  habló  Lope  de  Vega. 

Mas  no  hay  qoe  hacer  tanta  mofa, 
que  en  ella  también  ha  escrito 
un  rey  sabio  y  erudito, 
y  otros  hombres  de  esa  estofa. 

También  tenemos  poesía 
ademas  de  nuestras  prosas, 
y  musas  como  unas  rosas 
que  atrás  dejan  á  Talla. 

No  me  causará  rubor 
quo  la  mía  salga  á  plaza, 
pues  le  ha  de  dar  mejor  traza 
que  la  mas  tosca  ó  inferior. 

Aquí  tienes,  pues,  mi  Azara 
otro  nuevo  trovador 
que  componga  en  tu  loor 
versos  que  otro  héroe  envidiara. 

Aunque  en  Finísterre  estamos, 
tu  nombre  ha  llegado  acá 
cuando  esos  guapos  de  allá 
quisieron  ser  nuestros  amos. 

Diz  que  los  montes  no  paren 
sino  ratones:  ¡patraña! 
también  paren  los  de  España 
hombres,  y  si  no  reparen. 

A  Azara  entre  otros  celebro, 
pues  es  un  hecho  evidente 
que  honró  mucho  á  aquella  gente 
que  está  mas  allá  del  Ébro. 

Paréceme  que  tendría 


un  poco  de  teatorodo  (i); 
mas  eso  á  un  hombre  sesudo 
le  da  fuerza  y  bizarría. 

Desque  salió  á  los  estudios, 
el  muchacho  dio  señales 
de  dotes  intelectuales 
que  eran  felices  preludios. 

Gomo  la  abeja  atareada 
se  aplica,  y,  aun  mozalbete, 
púsose  ya  el  birrete 
de  la  borla  colorada. 

Llamáronle  á  Madrid  luego, 
y  le  dieron  un  destino. 
Si  no  tuviera  padrino  (2), 
¿se  lo  darían?  Lo  niego. 

De  la  política  intriga 
presto  da  con  el  resorte, 
y  le  consulta  la  corte, 
y  se  honra  de  ser  su  amiga. 

Le  mandan  de  embajador 
á  la  ciudad  de  los  Papas: 
entre  tantas  rojas  capas 
rubio  tendría  el  color. 

Bueno  les  fue:  si  él  no  fuera, 
Correr  la  sangre  á  la  par 
del  clérigo  y  del  seglar 
aquella  señora  viera. 

Supo  en  el  Tíber  y  el  Sena 
sostener  nuestros  blasones: 
Daniel  entre  los  leones 
pudo  entrar  con  menos  pena. 

Andando  en  aquella  parte 
el  diablo  suelto,  fue  suerte 


s 


Como  buen  aragonés. 

Si  no  me  fuera  forzoso  ceñirme  al  testo  gallego,  hubiera  concluido  la  estrofa 
de  esta  manera: 


Porque  tendría  padrino, 
y  porqae  do  era  gallego. 


Y  ciertamente  con  mucha  oportunidad,  pues  al  ver  el  olvido  casi  completo  en  que 
se  tiene  á  los  gallegos  y  á  Galicia,  fecunda  en  talentos,  riquezas,  población  v  virtudes, 
estoy  tentado  á  creer  que  el  pertenecer  á  este  pais  se  mira  como  un  obstáculo  ó  impe- 
dimento para  llegar  á  ocupar  los  altos  puestos  reservados  á  la  virtud  y  al  saber,  uios 
se  lo  pague. 


—  712  — 


no  le  diesen  también  muerte 
alíá  en  el  Campo  del  Harte. 

Pero  no,  no  ha  sido  así: 
y  si  bien  aquellas  locos 
perdonaban  á  muy  pocos, 
él  se  estuvo  quieto  allí. 

Enmedio  de  un  tal  infierno 
precisaba  tino  y  seso; 
no  le  ha  faltado,  y  por  eso 
le  respetó  aquel  gobierno. 

Napoleón,  penetrado 
de  que  allí  lo  habia  todo, 
dijo  á  Azara  de  este  modo: 
amigo,  estad  sin  cuidado. 

Núblase  el  cielo,  y  comprendo 
que  amenazaba  tormenta, 
y  entonces  vino  á  dar  cuenta 


de  los  designios  de  allende. 

La  emulación  le  denigra, 
como  presagia  Gil  Blas, 
y  le  dicen:  alto,  atrás; 
y  del  patrio  suelo  emigra. 

Vase,  y  ¿á  donde?  á  París, 
que  es  muy  común  enire  estraños 
(de  ese  hay  muchos  desengaños) 
no  echar  menos  el  pais. 

Estaba  mustio  el  cuitado, 
y  echóse  encima  la  muerte: 
gran  llanto  la  corte  vierte, 
y  es  con  fausto  sepultado. 

A  tan  nombrada  persona 
se  le  erigen  monumentos, 
y  el  Parnaso  sus  talentos 
premia  con  esta  corona. 

J.  M. 


MUSA    CATALANA. 


I. 


DE  LA  POESÍA  T    MÚSICA  CATALANA  INSERTA  AL  FREIVTE  DE  LA  PÁGINA  505,  PARTE  SEGUNDA. 

Cataluña  no  tiene  entre  sus  muchas  canciones  populares  ninguna  que  sea  la  domi- 
nante ó  preferida  del  pais,  como  sucede  en  casi  todas  las  otras  provincias  de  Espula» 
en  que  una  tiene  su  Jotay  otra  su  Zorcico,  aquella  su  Muñeiray  estotra  su  Bondeña  j 
Caña,  etc.,  etc.,  puesto  que  desde  tiempo  inmemorial,  Cataluña  (sin  duda  por  estar 
antiguamente  dividida  en  varios  condados)  ha  tenido  infinidad  de  canciones  que  se 
han  sucedido  unas  á  otras.  La  prueba  de  ello  está  muy  reciente:  á  principios  de  este 
siglo  se  escribieron,  con  motivo  de  la  guerra  del  año  de  1808  y  siguientes*  muclias  can- 
ciones, que  se  cantaban  hasta  en  las  filas  de  los  ejércitos  populares  empuñando  las  ar- 
mas, canciones  que  algunas  de  ellas  eran  de  un  efecto  y  do  un  mérito  estraordinario: 
pues  bien,  cesó  la  guerra,  y  esas  mil  canciones  dejaron  poco  á  poco  de  tararearse,  aun 
entre  aquellos  que  con  mas  entusiasmo  las  habían  cantado.  Por  lo  tanto,  ü  escoger 
las  dos  que  presento,  entre  las  muchas  que  he  tenido  á  la  vista,  ha  sido  porque  me  ha 
parecido,  así  por  su  poesía  como  por  su  música,  que  conservan  ese  gusto  que  tanto 
distinguió  los  cantos  de  los  trovadores  de  la  edad  media  (á  cuya  época  se  cree  que  per« 
tenecen  las  dos  referidas  canciones),  razón  por  la  cuul  se  ignoran  los  autores  de  días» 


—  713  — 

tanto  de  la  letra  como  de  la  música;  si  bien  la  tradición  ha  conservado  una  y 
otra  muy  confusamente,  habiendo  llegado  hasta  nuestros  dias  de  padres  á  hijos.  En 
corroboración  de  lo  que  acabo  de  manifestar,  presento  la  Porcayrda  con  dos  diferentes 
melodías,  tal  como  las  cantan  las  gentes  del  pueblo;  yo,  sin  embargo,  doy  la  preferen- 
cia, entre  las  dos,  á  la  que  está  en  tono  de  lá  natural  mayor,  por  parecerme  que 
conserva  en  su  melodía  aquel  sabor  propio  de  los  cantos  antiguos  populares  del  país. 
Habiendo  llegado  hasta  nosotros  estas  canciones  sin  acompañamiento  alguno,  he 
procurado ,  al  ponérselo  ahora,  conservar  en  él  toda  la  trivial  sencillez  propia  de 
aquella  época. 

Madrid  y  junio  de  4892. 

Baltasar  Saldohi. 


11. 


CARTA   80BRB  tA  POBSIA  POESTA  EN  MÚSICA  POR  EL  5EÍI0A  SALOORI. 


Señyor  D.  Lluis  Bordas:  Axsúch  y  molt  señyor  meu:  tinch  lasatisfacció  de  rametrerli 
lo  romancet  de  la  por^ereta.  Esta  virtuosa  madó  es  verament  popular  en  Catalunya  y 
Rosselló,  de  hontes  tal  vegada  originaria.  ¡Llástima  que  no  se  n'sapia  un  exemplar 
impres ,  6  un  manuscrit  antich  al  menos!  Eíxa  mateixa  popularitat  ha  fot  que  dit  ro- 
mane sia  tant  del  tot  malmés  y  alterat,  que  ab  prou  feynas  he  pognt  arribar  á  coorde- 
narlo: cada  dona  de  quilo  he  oit  me  l'lia  cantat  (recita  t  vuU  dir)  de  diferent  ma- 
nera. Transposició  de  posadasi  incompletas  quartotas ,  y  arbitrari  firjameot  y  anyadi- 
dura  de  ideas,  que  me  han  obligat  ja  que  no  possible  era  tornarlo  á  sa  prístina  puresa, 
arraba^ar  lo  que  hi  noti  de  sobras  y  añyadir  de  ma  pobra  y  dura  olosca  colcuna  ralleta, 
pera  no  deixan  incomplet  lo  sentit  de  posadas  las  mes  bonicas. 

Aparme,  y  no  sé  si  V.  adherirá  ab  mí,  que  lo  tal  roman^et,  á  pesar  de  sa  rusücítat, 
te  un  sabor  de  candor  y  tendresa  que ,  no  per  feltary  subjimitat  y  elegancia,  no  dei- 
xa,  no,  de  conmourer  nostre  pit,  atraurer  nostra  iienavolen^a  pera  tornarnos  per  la 
pobreta  Porcayrola ;  tant  com  irritarmos  contra  sa  mala  mare-sogra  y  coñyadas,  quals 
nos  ofereixen  una  viva  y  trista  llit^  de  las  tremendas  escenas  de  familia ,  quand  no  hi 
media  la  moderadora  presencia  de  un  fill,  que  venerand  á  sa  mare,  ama  al  mateix  temps 
á  la  esposa. 

Un  día  pudó  ny  enviaré  algún  altre:  baldament  que  pugues  jo  trobar  alguna  canco- 
neta  antiga  que  valgues  la  pena :  prou  ni  han  de  tendres  y  hermosas:  recordom  ha- 
berne  oídas ,  no  fentne  llavos  altr'estat,  que  ab  gran  plaher  avuy  si  pegues  las  recap- 
tara ;  mes  no  m*creya  á  las  horas  vindría  día  en  que  be  plores  am  faig  tal  descuit  y 
negligencia. 

Oeu  lo  tinga,  señyor  y  oaríssim  1).  Lluis,  en  santa  guarda.  A  V.  las  mans  besa 
son  servidor  y  amích. 

ÍQñÉPñ  SUBIRAÜA. 

90 


I- 


-^ 


—  T17- 


To  duermo  al  pie  4e  la  diadni, 
como  si  fuese  lelirel,*-*- 

Y  pregunta  el  caballero: 
— Dígamot  buena  ni^ar» 
tras  de  tan  bqeoa  acogida^ 
¿quién  á  dormir  Uevaré? 

—No  irá  una  de  mis  h^aa; 
yo  bien  se  k)  impedirá: 
vaya,  yaya  la  dulera, 
como  fue  á  cenar  también. — 

Ya  la  cogen»  la  sujetan, 
ciérranla  en  el  cuarto»  pues» 
y  cuando  estuvo  en  el  cuarto 
la  ventana  á  sallar  fas. 

—Siete  anoa  dornií  aín  hombre» 
casta  esposa  moriré. 
—Conmigo,  sí»  eipoaa  easta, 
que  don  Jaime  vuelto  es. 

Escucha,  escuoha,  dolerá, 
oye  lo  que  te  diré; 
¿Conocerías  don  Jaime? 
¿Con  nada  conóoeale? 


— Coami  imiareo  el  muslo: 
asi  le  ooDoeeré«— 
— Xira,  mirame  dolerá, 
mira  si  yo  lo  tendré! 


Tres  horas  antea  del 
la  suegra  á  ^lamerla  fue: 
—Alza,  levanta,  dulert, 
hora  es  ya  de  ir  á  pacer. 

— Que  vayan,  pues,  vuestras  hijas 
tanto  como  mi  mujer, 
que  vayan  ellas  siete  años 
como  mi  pobre  oo^ar; 

Que  si  no  ea  porque  sois  madre 
la  cabeza  os  corto  é  le, 
y  ahora.  ^|ae  eoís  mi  miedre 
yo  estrangular  os  haré, 

— ¡Ayl  de  Jesús  obtuvieron 
judío  y  ladrón  merced. 
—Si  Cristo  é  judies  lo  Uso, 
¿por  mi  madre  no  lo  haré? 

Joáqvui  Maiüa  BovEa. 


V, 


CANaON  ANTIGUA  CATALANA, 


MANDADA  CON  U  CARTA  DE  LA  NOTA  NÚMiaO  2.® 


Lo  decembre  congelat 
confús  se  retira; 
abrí!  de  flors  coronat 
que  ais  angeis  admira. 
Naix  una  divina  flor 
de  celestial  primor 
de  una  ro,  ro,  ro, 
de  una  sa,  sa,  sa; 
de  una  ro,  de  una  sa, 
de  una  rosa  bella, 
fecunday  pongella. 

Lo  mes  de  maix  ha  florit 
sens  esser  encara 


un  Iliri  blanch  y  poüt 

de  íragansia  rara, 

que  per  tot  lo  mon  se  sent, 

de  Llevant  fins  á  Ponent, 

tota  sa,%a,  sa 

tola  del,  (k>l,  dol; 

iota  sa,  tota  dol» 

tota  aa  dolsura 

y  oior  ab  vfnhtrtL 

Tota  loa  pastora  van  venint 
vestits  de  samarra, 
uBs  toean  lo  fluviol, 
aitres  la  guitarra. 


:      ! 


—  719  — 


MUSA  VALENCIANA. 

I. 

TáADUCCIOlf  LITERAL  BN  PROSA  CASTELLANA  DEL  cJllfTICO  EN  IDIOMA  VALENCIANO,   IMPRESO 

EN  LA  PÁGINA  567,  PARTE  SEGUNDA. 

Que  las  dichas  mas  nobles  disfrute  nuestra  patria  querida,  la  España,  aunque  bra* 
me  la  anárquica  saña  y  de  la  guerra  el  horrible  dragón.  Gozando  las  Tentajas  de  la  paz 
cantemos  ahora  las  glorias  de  Azara ,  renovando  las  antiguas  memorias  de  este  hijo 
ilustre  de  Aragón. 


La  España,  madre  agradecida,  siempre  ha  querido  celebrar  á  sus  hijos  que,  como 
claro  cielo,  han  brillado  mientras  vivieron.  Hoy  el  nombre  de  Azara  cambióla  á  los 
poetas  del  Miejares,  para  que  en  trovas  singulares  alaben  bien  las  acciones  de  un  hom- 
bre que  á  las  naciones  estranjeras  llegó  á  pasmar. 


Cuando  en  Roma  y  París  escucharon  de  este  sabio  español  los  discursos,  en  él 
vieron  mil  nobles  recursos  los  primeros  diplomáticos  de  allá:  en  cuestiones  las  mas 
arduas  y  espinosas  de  su  tino  y  saber  se  valieron,  y  en  política  sabia  aprendieron  mil 
ideas  que  Azara  les  dio. 


Si  AzdTfk  en  varias  ocasiones  fue  tan  estimado  de  los  reyes,  consiste  en  que,  práctico 
en  leyes,  admiró  á  las  naciones:  por  lo  mismo,  en  dulces  canciones  le  dan  aquellos  dio- 
tados, que  de  ios  hombres  ilustrados  forman  la  brillante  Corona,  y  hasta  la  envidia  les 
exime  de  sus  tiros  emponzoñados. 


Cual  la  rosa  lozana  que  muestra  los  colores  purpúreos  que  la  esmaltan,  y  en  la 
margen  de  un  rio  resaltan  sobre  las  humildes  flores  que  alli  hay;  asi  Azara  se  elevó  en 
su  carrera  sobre  los  demás  políticos,  y  Europa  le  miró  navegar  viento  en  popa  en  cuan- 
tos reinos  y  cortes  se  dejó  ver. 


Hasta  la  Rusia  admiró  su  talento  en  cuestiones  y  célebres  comisiones  que  la  Espa- 
ña le  encargó:  asisüó  al  congreso  de  Amiens,  y  como  una  estrella  brillante  que  de  no- 


1^ 

\ 


—  728  — 

No  conozco  poeta  ó  compositor  que  poetice  en  vascongado  en  Vizcaya  ni  en  Álava» 
y  dudo  exista  alguno.  El  dialecto  de  la  primera  provincia  es  muy  desagradable  al  oído 
por  sus  frecuentes  rr  dobles,  y  bastante  castellanizado:  en  la  segunda  no  está  en  uso 
mas  que  en  algunas  aldeas;  es  torpe,  y  también  castellanizado,  y  en  Vitoria  se  desco- 
noce. Los  nombres  Bat,  Bi,  Iru,  etc.,  que  llevan  las  estancias,  son  los  nombres  de  los 
números  uno,  dos,  tres,  etc.  Con  sincero  agradecimiento  al  señor  marques  por  su  fino 
recuerdo,  revalida  á  V.  la  mejor  voluntad  su  afectísimo  S.  S.  Q.  S.  M.  B. 

San  Sebastian  9  de  diciembre  de  1851. 

José  Viceivte  Eghbgarat. 


II. 


TRADUCCIÓN  UBRX  DE  LAS  DIEZ  ESTROFAS  DEL  ZORZIGO  IMPRESO  EN  LA  PÁGINA  608. 

[. 

Hombre  sabio ,  nacido  en  Barbu fíales,  á  ti  rendimos  el  debido  homenaje  de  lo  inte- 
rior de  nuestros  corazones.  Recibe  esta  pequeña  muestra  de  la  mejor  voluntad,  y  como 
verdadero  testimonio  dd  pueblo  vascongado. 

II 

Papas,  reyes  y  emperadores  fueron  en  este  mundo  amigos  tuyos,  y  todos  te  lia* 
maban  y  buscaban  frecuentemente  con  gran  solicitud. 

IIl. 

El  prudente  y  sabio  rey  Carlos  III  recurría  á  Azara  con  preferencia  á  todos  sus 
cortesanos ;  y  el  cuarto  de  su  nombre ,  que  le  .«sucedió  en  el  trono ,  se  valia  de  sus  sa- 
bios consejos. 

IV. 

Que  tus  días  en  el  mundo  fueron  siempre  grandiosos,  nos  lo  han  dicho  los  mas 
sabios  df  tu  tiempo  ;  y  de  lejanos  países  acudían  á  Azara ,  reconociéndole  como  pa- 
cificador. 


lengua  vasca.  Las  obras  de  D.  Juan  Bautista  Erro,  tituladas  El  Mundo  primüi^ 
vOf  ó  examen  fUasófico  de  la  antigüedad  y  cultura  de  la  nación  vaseonfioaa;  Ma- 
drid, 1815.  Alfabeto  de  la  lengua  primitiva  de  Eepafía;  Madrid,  i806.  La  Centura 
sobre  la  escelencia  de  la  lengua  vasca,  por  D.  José  A.  Conde;  y  la  obra  Sobre  su  a$Ui^ 
güedadf  por  Baltasar  Echave. 


-tS7- 


IMTERPREtACION  CA^tBtLANA   DE  LAS  PALABRAS  MEÜOS  INTELlCtRLES    fiN    LAS    CÓIlt»O^Cld- 
^tS  EH  MALLORQUÍN,  IIIPRSAS  k  LAS  PÁCIMAS  548,  DE    CAMARILLA;  553,  DE  O^MfetLL; 

681,  DE  aguil6,  t  686  de  rcllan. 


Ahont  ar'et:  Donde  ahora  te. — Axecada:  Levantada. — Éáula:  Aldaba. — Cantamly: 
Le  cantamos. — Cualche  pie:  Alguna  vez. — Dech:  Debo. — Desitx:  Deseo. — Deym:  De- 
cimos.— Equeiá):  Aqueste. — Encara:  Aun. — Fitas:  Lindes. — Fossa:  Huesa. — Jamechs: 
Gemidos. — Lau:  Nicolás. — Llabis:  Llaves. — Marbres:  Mármoles. — Mito:  Medio.— 
Menxe:  Come. — Pep:  José. — Renou:  Ruido. — Romanare:  Quedar. — Som:  Soi. — Tan^ 
car:  Cerrar. — Todemon:  Te  lo  pido. — Trovat  Encuentra. — Veytn:  Vemos. — Nevonses: 
Entonces. 

Los  que  deseen  tomar  una  idea  del  dialecto  mallorquín  pueden  consultar  la  Gra^' 
máticamallorquina  f  escnih  por  D.  Juan  José  Aroengual ,  abogado^  impresa  en  Palioa, 
en  casa  de  Guasp,  año  1835;  y  el  Diccionario  maUorquin-castellano  del  P.  Pedro  Anto- 
nio Figuera,  que  se  publicó  en  dicha  ciudad  en  la  imprenta  do  Trias,  en  1840.  Para 
los  que  duden  de  si  el  idioma  mallorquín  puede  ostentar  ó  no  bellezas  y  corrección, 
existe  el  escelente  poema  del  Menispreu  del  mon,  escrito  por  Jaime  Oleza  en  1540,  y 
publicado  por  el  Sr.  D.  Joaquín  María  Bover,  en  su  Diccionario  critico  de  escritores 
baleares ;  h  Vida  de  Monserrat  Fontanet,  escrita  en  proverbios  mallorquínes;  La 
Rondaya  de  Rondayas,  de  D.  Tomás  Aguiló ,  y  otras  muchas  producciones  de  escritores 
isleños. 


«^MA/UXAAA^ 


MUSA  VASCONGADA. 


BSPLIC ACIÓN   DEL   ZORZICO   IMPRESO  Eff  ESTA  MUSA,   PARTE  SEGUNDA. 


I. 


Sr.  D.  Basilio  Sebastian  Castellanos. — Muy  señor  mió:  El  propio  signiflcativo  nom- 
bre del  verso  en  vascuence  es  Zortzicoa^  con  su  riguroso  metro  de  siete  sílabas  los  no- 
nes, y  seis  los  pares  ó  consonantes  (1). 


(1)  Los  que  deseen  noticias  sobre  la  lengua  y  {MOiía  vascongada  pueden  consul- 
tar las  dos  coras  de  D.  Manuel  Larramendi,  tituladas  SI  Imposme  vencido,  ó  arte  de 
la  lengua  vascongada]  Salamanca,  1729.  Diccionario  triUngue,  castellano,  latino  y 
vasco;  San  Sebastian,  1745.  También  puede  verse  el  Diccionario  de  López  sobre  ¡a 


—  731  — 


DEL  VOU  VARIVOÜ,  GANGIOIf  MALLORQUÍNA  PUESTA   EN  MÚSICA   POR  EL  PROFESOR 

DON  FRANCISCO  FRONTINA  DB   VALLDEMOSA. 


Vou  varivou,  vouvarireta^  vocablos  que  no  les  enconlramos  sígnificacioii  alguna, 
es  el  nombre  de  la  canción  popular  conocida  en  toda  la  isla  de  Mallorca  desde  los  pri- 
meros siglos  de  su  conquista.  Su  tono  sencillo  al  par  que  agradable  á  los  liemos  oidos 
de  los  niños,  ha  servido  desde  aquellos  remotos  tiempos  para  divertirlos;  y  cantado  el 
vou  varivou  con  la  gracia  característica  de  las  aldeanas  mallorquinas,  tanto  se  ha  oido 
y  oye  recitar  bajo  de  los  fastuosos  techos  aristócratas,  como  dentro  del  humilde  re- 
cinto de  un  labriego.  La  letra  se  ha  escrito  en  obsequio  al  caballero  Azara,  sobre  el  me- 
tro antiguo,  por  nuestro  buen  amigo  y  compañero  el  Sr.  D.  Joaquin  María  Bover. 


•^\/\A^B®CAA/VAi 


ADVERTENCIA  A  LA  MUSA  ARAGONESA. 


Como  en  las  composiciones  de  la  musa  aragonesa  se  halle  alguna  que  otra  voz  que 
no  es  castellana  pura,  y  que  por  lo  tanto  no  se  encontrará  en  el  Diccionario  de  la  Aca- 
demia, debemos  advertir  que  nuestro  amigo  apreciabiiísimo  D.  Mariano  Peralta,  ac- 
tual magistrado  de  la  Audiencia  de  Mallorca,  publicó  en  Zaragoza  años  pasados,  y  ha 
reimpreso  en  el  presente,  en  Palma  de  Mallorca,  un  curiosísimo  cuaderno,  titulado 
Ensayo  de  un  Diccionario  Aragonés^CkistellanOf  en  el  que  podrá  hallar  el  curioso  las 
voces  que  estrañe  y  no  le  parezcan  ccstel lanas,  ó  que  no  encuentre  en  el  Diccionario 
de  la  Real  Academia  de  la  Lengua.  Siendo  el  Sr.  Peralta  individuo  de  la  familia  de 
Azara,  tanto  por  esto,  cuanto  por  ser  Aragón  la  patria  de  este,  vamos  á  insertar  en 
obsequio  á  ambos  patricios,  y  en  honor  al  pais  que  miramos  y  tenemos  por  nuestra 
segunda  pal  ría,  el  prólogo  del  espresado  Diccionario,  en  que  se  esplica  perfectamente, 
en  nuestro  concepto,  el  lenguaje  aragonés,  con  razones  que  nos  han  convencido. 
Dice  asi: 

«Para  aquellos  que  pretenden  reducida  la  España  en  materia  de  idioma  culto  á  los 
confínes  de  la  Castilla,  y  que  solo  juzgan  que  allí  se  habla  el  lenguaje  puro  y  castizo  de 
los  hijos  de  Pelayo,  parece  una  empresa  ridicula  y  mezquina  la  de  un  Diccionario  de 
las  voces  que  se  usan  en  Aragón,  y  que  no  han  merecido  tener  cabida  en  el  de  la  Aca- 
demia. Sin  embargo^  un  trabajo  de  esta  naturaleza  no  solo  es  un  testimonio  de  lalx)- 
ríosidad,  y  de  que  se  ha  lijado  una  atención  filosófica  sobre  cosas  que  no  llaman  ordi  - 
nanamente  la  de  los  que  solo  viven  en  el  mundo  de  los  muertos,  conversando  única- 
mente con  los  autores    que  fallecieron  en  siglos  remotos  y  apartados,  sino  que  es  un 


I 

I 


—  733  — 

liallará  una  en  que  las  ideas  no  lo  sean.  Do}',  sin  embargo,  quo  haya  una  absoluLa 
identidad:  ¿nada  es  la  variedad,  la  armonía,  la  facilidad  de  asonanUs  y  consoninles 
por  los  diferentes  Icrntl naciones?  Dejemos,  pues,  esas  paradojas,  esos  error*»,  esas  ar- 
les á  los  franceses;  llamen  ellos  claridad  d  la  mezquindad,  exactitud  &  la  ruindad  y 
monotonia  de  su  sinláiis:  y  formando  la  opinión  por  nosolros  mismos  y  por  nuestras 
cosas  nacionales,  atrevámonos  i  cslioiar  nuestra  riqueza,  y  la  abundancia,  variedad  y 
la  generosidad  de  la  mas  hermosa  lengua  de  Europa. 

uNo  se  traía  en  esle  Diccionario  de  las  voces  parliculnres  de  un  diateclo,  porque 
este  nombro  no  se  puede  dar  sino  A  una  lengua  distinta  de  otra  en  ¡ilga  en  la  sintaxis , 
ó  por  lo  menos  do  la  declinación  de  los  nombres  y  conjugación  do  los  verbos,  y  seme- 
jante á  la  misma  en  lo  general  de  ella.  Seria  dialecto  del  español  la  lengua  quo  hablan 
nuestros  aragoneses  del  Somontano,  porque  sin  dejar  de  ser  española  licne  diferen- 
cias bastante  considerables  en  lo  esencial  de  todo  idioma.  AHÍ  dicen,  ó  tnuio,  oi  mu- 
ios, por  el  mulo,  loi  mulo»;  tú  ye»,  él  yé,  por  fii  eres,  él  m:  vinon,  tuvon,  te  fueit, 
por  vinieron,  lutii'^on,  te  fueron:  á  yo,  por  á  mi;  gubilta,  teneba,  por  sabia,  tenia; 
gasa  ser,  gosa  tener,  por  debe  de  ser.  debe  de  tener;  bel  tunante  que  la  (juit  engañar, 
por  algún  tunante  que  la  quiere  engañar:  bella  muller  d' a  galera,  por  alguna  mu- 
jer de  lagotera.  Esto  es  un  verdadero  dialecto  de  la  común  lengua  española;  pero  no 
lo  ps  la  que  se  liabla  en  Zaragoza  ni  en  parto  alguna  de  Aragón  (fuera  de  esa),  porque 
es  absolutamente  la  misma  de  Castilla.  Una  que  aira  voz  ni  muchas  no  hacen  diferen- 
cia de  idioma. 

iiUudias  do  estas  son  tomadas  del  lemosin  á  catnUn,  por  In  proximidad  A  Cataluña  y 
la  antiquísima  unión  de  estas  dos  naciones.  Pero  no  jtor  eso  so  crea  que  en  Aragón  se 
habló  el  catalán  en  algún  tiempo,  como  dice  sin  ningún  fundamento  el  marques  do 
Mondéjar,  que  quiere  atribuir  al  rey  Fernando  I  la  introducción  du  la  lengua  castellana. 
Poco  había  leído  de  nuestras  antiguas  escritores,  y  poco  sabía  de  nuestras  cosas.  El 
rey  Fernando  vino  d  principios  del  siglo  IV,  y  ya  muclio  entes  habla ba raos  ta  misma 
lengua  que  ahora,  si  bien  usábamos  algunas  voces  que  poco  á  poco  se  fueron  dejando, 
como  también  ba  sucedido  en  Castilla.  En  1383  decía  D.  Juan  I  escribiendo  d  los  ju- 
rados de  Zaragoza:  Ornes  buenot,  bien  creemos  gue  habedex  Kpido,  como  tn  el  prin- 
cifMdo  de  Cataluña  no  hay  aquella  abundancia  de  pan  que  seria  mmester.  Pregunto: 
¿i:ómo  se  diría  esto  en  Castilla  en  aquel  ti<<inpo?  ¿Era  otra  lengua,  6  estaba  mas  ade- 
lantada la  quo  entonces  hablaban  los  castellanas?  Sin  embargo,  aun  tardó  mas  de  veinte 
años  i  venir  el  rey  Fernando  del  marques  de  Mondéjar. 

uQue  cu  Aragón  resultase  del  latín,  del  arábigo  y  del  gótica  una  lengua  tan  pare- 
cida, ó  la  misma  quo  rosulUi  en  Castilla,  no  debe  admirar,  porque  con  ios  mismos 
elementos  en  el  idioma,  la  misma  pronuDciacton,  las  mismas  costumbres,  las  mismas 
causas  políticas  y  religiosas,  el  mismo  cielo,  el  mismo  carácter  y  una  comunicación  y 
mezcla  tan  continua  entre  ambas  naciones,  fuera  imposible  suceder  otra  cosa.  No  asi  en 
Cataluña,  donde  la  corrupción  del  latín  vino  do  la  Provenza  con  los  primeros  recon- 
quistadores. Conque  ni  los  castellanos  introdujeron  aquí  su  lengua,  ni  es  diferente  la 
nuestra  do  la  de  olios:  es  uno  mismo  y  solo  idioma. 

No  todas  las  voces  que  usamos  nosotros  y  son  estrsüas  en  Castilla  pertenecen  al  le- 
mosin, aunque  hay  algunas  que  tienen  esle  origen,  Unas  ton  latinas,  otras  derivadas 
de  raices  españolas,  otras  arábigas,  lo  que  demostraría  su  etimología  sí  so  examínase. 
Pero  para  prueba  véase  en  Cílas:  Concieto  (apetito  fuerte  y  especial  de  comer  ú  beber 


—  73S  — 

lengua  española  prescnUriuii  el  rústico  pero  auaTlsimo  dialecto  dúrico  de  Dion  y  Tcú- 
crito  en  la  griega. 

"Adíierto  que  no  todas  las  vocns  de  este  Diccionario  son  igualmente  cultas:  liay  al- 
fitinas  bajas,  otras  son  familiares,  otras  burlescas,  otras  jocosas:  pero  este  juicio  se  ileja 
á  la  educación,  gusto  y  oido  del  que  conoce  la  lengua. 

»DecÍmos,  pues,  respondiendo  á  la  pregunta  de  arriba,  que  con  la  debida  elección, 
y  según  la  naturaleza  de  la  obra  que  se  escribo,  se  pueden  usar  estas  voces  en  escritos 
para  el  público,  y  por  supuesto  en  instrumentos  de  notarios,  en  la  conversación  y  tra- 
to Tamiliar,  nía  ningún  escrúpulo,  como  las  mas  puras  castellanas  6  de  la  común  len- 
gua española.  ¿Qué  poeta  reparará  en  una  égloga  en  usar  de  la  voi  lemiuco  (cabritlJIo 
destinado  para  regalo  de  la  mesa),  tan  legitima  por  su  climologia  (tierno)  y  tan  castiza 
por  el  sonido?  ¿Qué  poeta,  describiendo  elcampo,  no  usará  la  suave  y  hermosa  voz  Aba- 
boi,  por  la  especie  da  amapolas  que  se  crian  en  las  mieses  en  primavera,  y  que  en  le- 
mosín  se  llaman  ñutios,  ruillas,  por  su  color  rojo?  Pues  no  menos  liermosas  que  esla 
Ijjy  mucliDS  en  este  Diccionario.  Utrns  son  cspresivas  de  un  modo  particular;  otras 
graciosas;  otras  sonoras:  y  aunque  todas  tuvieran  sus  equivalentes  en  castellano,  y 
equivalentes  rigurosos,  ¿quién  so  privará  do  esta  riqueza  y  variedad,  sobre  lodo  en 
poesía,  por  un  respeto  casi  iddiatra  &  la  Academia  de  Madrid?  Si  en  vez  de  ir  Fernando 
el  Catdlico  á  Castilla  hubiese  venido  la  re  ina  Isabel  &  Aragón  y  fuera  Zaragoza  la  corte 
de  España,  aqui  se  hubiese  formado  el  Diccionario  de  la  Lengua,  y  contendría  nues- 
tras voces  como  primeras,  y  las  provinciales  de  Castilla  como  segundas. 

«Prevengo  que  los  zaragozanos  bailarán  aqui  algunas  voces  que  ellos  no  usan,  y 
quizá  echarán  menos  una  quo  otra  de  las  mas  usadas  en  esta  capital:  pero  aquello  de- 
ben atribuirlo  i  la  generalidad  del  Diccionario,  y  esto  á  un  cuidado  muy  especial  que 
liemos  puesto  en  el  discernimiento  de  las  mismas  voces.  Las  bay  en  todas  las  lenguas 
quepor  su  rustiquez,  inutilidad  ó  corrupción  no  deben  estar  en  ningún  Diccionario. 
Us  propias  de  nuestros  fueros  se  darán  on  un  apéndice,  al  que  precederá  un  tratadito 
del  derecho  público,  polftico  y  civil  de  los  aragoneses,  cuando,  tomando  consejo  de  las 
circunstancias,  me  parezca  que  puedo  y  debo  publicarle.» 


Muses,  uctis  sa  cloire  a  tous  vos  nourrissons; 
Son  nom  vaut  miedx  pouh  Etis  qob  Tom-Es  vos  lec 


(Dksphsaui.    V.  193.,  cap.  4,  Art.  poetique.) 


DISCURSO 

HISTÓRICO  ARQUEOLÓGICO  SOBRE  LA  MÚSICA  EM  GENERAL, 

T  EN  PARTICULAR  DE  LA  ESPAÑOLA, 

ESCRITO  EN  HONOR  Á  LA  BUENA  BIEHORIA  DEL  CÉLEBRE   DIPLOMÁTICO   Y  LITERATO 

ESPAÑOL  DEL  SIGLO  XVIU, 

EL  EXCMO.  SR.  D.  JOSÉ  NICOLÁS  DE  AZARA  Y  PERERA, 

PBIMER  MARQUES  DE  NIBBIANO,  ETC. , 

POR  SU  HISTORIADOR 

D.  BASILIO  SEBASTIAN  CASTELLANOS  DE  LOSADA. 


Nihií  esi  tam  cognatum  meniibus  nos- 
triSy  quam  numeri  atque  voces ,  quibus  ei 
excitamur,  et  incendimur,  et  lenimur^  et 
íanguescimus  et  ad  hüaritatem,  et  ad  triS' 
iiUam  smpe  deducimur. 

(Cíe.  de  Orat.,  lib,  3  ) 


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DISCURSO  SOBRE  LA  MÚSICA. 


PITRODÜCCIOS. 


El  idi(mui  de  ¡a  mÚ9iea  tiene  sobre  el 
del  poeta  la  ventaja  de  un.  idioma  univer" 
sal  sobre  otrofartieular:  este  solo  habla  la 
lengua  de  su  siglo  y  de  supais;  aquel  la  de 
toáoslas  naciones  y  de  todos  los  siglos. 

(Arrieta,    Pñncipíos  de  literalura.) 


Dijo  el  célebre  Batteux,  con  mucha  razón  en  nuestro  sentir,  que  la  imitación  déla 
naturaleza  por  medio  del  cántico  debió  ser  una  de  rasprímeras  cosas  qu^  ocurriesen  á 
la  imaginación  del  hombre^  y  si  esto  fue  asf,  como  pariece,  el  origen  deja  ^it^ica  pro* 
Tiene  del  principio  del  mundo,  y  nació  con  elprimérliombre. 

La  alegoría,  añade  el  mismo  autor,  inspiró  tenosfmilmente  los  primeros  cánticos: 
al  principio  debió  cantarse  sin  articular  palabras ;  después  se  procuraría  acomodar  al 
canto  algunas  palabras  análogas  al  sentimiento  que  se  quería  espresar,  y  de  aquí  las 
coplas  y  cancionesy  que  debieron  ser  la  primera  música  (ÍJ. 

«Observando  el  hombre  que  á  medida  que  el  alma  sale  de  su  tono  ordinario  se  eleva 
In  voz  y  da  mas  fuerza  al  discurso,  y  que  cada  pasión  y  afecto  del  alma  tenia  su  acento, 
su  melodía  y  su  canto  peculiar,  hizo  del  canto  un  instrumento  de  imitación,  y  de  esta 
observación  nació  la  tnúsica  imitativa  y  el  arte  del  canto,»  que  vino  á  ser  una  especie 
de  poesía,  un  idioma,  un  arte  de  imitación,  cuya  hipótesis  fue  espresar  por  medio  de  la 


(1)  En  do  quiera  aue  hay  hombres,  se  oyen  cantares  mas  ó  menos  melodiosos,  sien- 
do ley  que  la  belleza  ae  la  voz  está  subordinada  á  la  pureza  del  clima,  y  que  el  canto 
formado  por  la  voz  es  un  don  tan  natural  como  la  palabra,  y  así  lo  siente  J.  J.  Rousseau 
cuando,  al  definir  la  música,  dice  «que,  sea  cual  lucre  su  etimología,  el. origen  del  arte 
no  está  cierta  monte  tan  apartado  del  hombre;  y  que  si  la  palabra  no  empezó  con  canto, 
es  indudable  que  se  canta  en  todas  partes  en  donde  se  habla.»  El  maestro  Sortafio, 
nuestro  amigo,  en  sus  comentarios  ala  música  árabe  de  Alfarbi,  se  estiende  íilosóGca- 
mente  sobre  este  particular  en  la  pág.  104,  y  á  este  lugar  remitimos  al  curioso. 


--742-- 

griegos,  la  lira;  no  pudicndo  menos  de  confesarse  en  esta  hipótesis,  que  k»  poetas  grie- 
gos fueron  los  primeros  cantores  de  la  Grecia. 

Haciéndose  común  á  los  romanos  la  prosodia  griega,  es  necesario  con?emr  que  á  esto 
se  deberá  el  origen  de  la  música  en  este  pueblo,  opinión  de  que  participa  e!  célebre 
Gondillac,  que  añade  que  el  primer  canto  sería  muy  grosero,  y  que  se  iría  mejorando 
según  las  circunstancias  de  cada  pais,  perfeccionándole  los  griegos  en  grado  superior  á 
los  demás  pueblos,  porque  antes,  mas  que  á  ningún  otro  de  los  placeres  sensuales,  se 
entregarían  desde  luego  á  ejercer  la  poesía  y  el  canto. 

Los  autores  matemáticos  tomaron  el  fundamento  de  la  música  en  esta  deocía,  asi 
como  Gondillac  y  Eximeno  en  la  prosodia  de  la  lengua,  siendo  loa  defensores  mascóle* 
bres  de  la  primera  opinión  Tandini,  Enler,  Ramean,  y  sobre  todo  Alembert ,  filóeofo 
profundo,  que  cIcyó  á  su  mas  alto  grado  esta  cuestión  en  su  obra  titulada  Elementos 
de  la  música.  Ninguna  de  estas  opiniones  de&ende  el  P.  Bononl  en  su  obra  sobre  el 
origen  de  los  instrumentos  antiguos,  pues  que  solo  trata  de  llenar  su  objeto,  y  lo 
propio  bizo  Salas  en  la  suya,  siendo  tan  difusos  los  escritores  músicos  árabes  Ahrem 
y  Aliy  que  fuera  de  su  música  peculiar  nada  puede  descubrirse  sobre  el  fundamento. 

Discurriendo  yarios  autores  sobre  los  orígenes  del  arte  y  de  sus  acddeotes,  dieen 
que  las  cuerdas  musicales  fueron  descubiertas  por  medio  de  la  comparación  de  los  to- 
nos de  la  Yoz  humana  con  los  sonidos  de  ciertos  cuerpos  inanimados,  deduciéndose  de 
aquí  que  el  sistema  de  cuerdas  mas  antiguo,  según  ellos,  es  el  de  Pítágoras,  oompaeelo 
de  1.*,  4.*,  5.*  y  8.*,  únicas  cuerdas  que  aseguran  tenían  los  instrumentos  antiguos, 
y  con  los  que  cantaron  los  poetas,  hasta  que,  pasando  á  un  sistema  teórico,  se  aumentó 
el  número  de  cuerdas  musicales,  con  cuya  yariacion  se  creó  un  nuevo  sistema. 

Sabido  es  que  las  modulaciones  varian  en  la  música  según  la  índole  de  las  personas 
que  la  ejecutan,  y  que  por  lo  tanto  la  mujer  acentúa  la  palabra  mas  que  el  hombre  p  el 
italiano  mas  que  el  español,  este  mas  que  el  francés,  y  este  mas  que  el  alemán;  y  tam- 
bién lo  es  que  sin  salir  de  Europa  hay  distinción  entre  las  diferentes  músicas  naciona- 
les, como  la  española,  la  italiana,  la  polaca,  la  alemana,  la  inglesa,  la  (rancesat  etc.,  en 
el  modo  de  hacer  uso  de  los  géneros,  tiempos,  medidas  y  otras  cosas  que  les  dan  un 
carácter  peculiar,  que  forma  el  estilo  especial  de  cada  país,  siendo  la  música  italiana 
la  que  ha  logrado  mas  general  aceptación  hasta  el  dia,  en  que  la  alemana  y  la  firaiioesa 
empiezan  á  sobreponérsela  á  pasos  ajigantados  (1). 


(i)  Dice  el  profesor,  nuestro  amigo  D,  Mariano  Soriano,  en  la  obrita  diada  sobre 
la  música  árabe-española  de  Alfarbi,  que  cada  pueblo  tiene  su  música  particular  aeijnn 
BU  clima,  lenguaje,  costumbres,  carácter  y  opiniones;  y  en  este  concepto  define  á  la  ita- 
liana como  la  mas  melodiosa  y  dulce,  á  la  alemana  como  la  mas  armoniosa,  á  la  suiía  la 
caracteriza  de  una  melodía  monótona  y  triste,  y  la  francesa  dice  que  participa  de  loa 
caracteres  déla  alemana,  de  la  italiana  y  de  la  española.  Añade  que  los  Renos  tienen  una 
música  que,  aunque  de  buena  canturía,  es  triste  y  aun  agreste,  parüdpando  la  música 
polaca  de  estas  dotes,  si  bien  es  mas  alegre,  espiritual  y  marcial.  Que  la  música  ingleía 
es  triste,  monótona  y  sin  inspiración  ni  melodía,  y  que  la  de  los  escoceses  se  distingue 
por  una  melodía  monótona,  triste  y  dolorida,  si  bien  tienen  aires  de  bailes  muy  Yifoa  y 
espresivos.  Que  los  españoles  cantamos  sin  arte,  habiendo  hecho  la  cienda  muy  poco 
en  nuestra  música  nacional;  pero  que  participa  esta  de  las  cualidades  de  la  ilahana, 
siendo,  si  no  tan  voluptuosa  y  cortes,  mas  riva  y  tierna  que  esta  en  su  espredon  amo* 


I 


—  745  — 

Sentados  eslos  preliminares,  vamos  á  liacer  una  breve  reseña  do  la  liistoria  de  la 
música,  tenieado  en  cuenta  las  luminosas  noticias  quo  nos  lian  dejado  sobre  ella  los 
anliguos  ja  cilados,  y  loa  célebres  Solima,  Teisídor,  Garcia-Caslañer,  Bermudo,  Artca- 
ga,  Cerone,  Salinas,  Santa-María  y  otros  muchos  apreciablcs  escritores  españoles,  sin 
que  dejemos  de  tomar  en  cuenta  lo  que  han  escrito  sobre  esta  materia  los  autores  cs- 
tranjeros  de  mas  nota,  renriéodosG  á  los  escritores  antiguos  que  mejor  discurrieron 
acerca  de  arte  tan  seductor  (1).  Empero  como  nuestro  principal  objeto  sea  el  decirlo 
que  podamos  acerca  de  la  música  española,  dividiremos  csle  discurso  en  tres  partes, 
dedicada  la  primera  ú  hacer  una  brevísima  resena  de  la  bisloria  de  la  música  en  gene- 
ral; la  segunda  i  dar  alguna  razón  de  la  música  peculiar  de  España,  y  la  tercera  á 
manireslar  el  origen  y  estado  de  la  ópera,  muy  particularmente  en  España.  Y  como  la- 
maña  empresa  sea  muy  superior  á  nuestras  fuerzas,  y  tengamos,  con  respecto  á  la  par- 
to española,  pocos  autores  i  quienes  seguir,  preciso  será  quo  demandemos  mas  quo  nun- 
ca la  Indulgencia  de  nuestros  compatriotas,  en  la  que  confiamos  y  esperamos,  y  sin  la 
cual  se  quedaría  en  deseo  csle  nuestro  proyecto,  y  Talla  la  corona  del  caballero  Azara 
lie  esta  parte  de  nuestro  sincero  obsequio,  que  á  su  memoria  esclarecida  dedicamos 
esclusivamcntc,  ain  mas  pretensiones  que  las  do  contribuir  con  una  humilde  hoja  á  en* 
grandoccrsu  gloriosa  ovación  postuma. 


I 


rosa.  Añade,  que  la  música  portuguesa  se  asemeja  4  la  españoli,  pero  que  es  muy  infe- 
rior en  laespresion  scntimenlal  y  melancúlica;  que  los  chinas  tienen  una  música  sorda  y 
monótona,  sin  armonía  alguna,  pues  que  siempre  se  usa  al  unísono,  por  mas  instru- 
mentos concertantes  que  se  reúnan:  y  concluye  diciendo  que  cuanto  menos  civilizados 
son  los  hombres,  menos  variada  es  su  música,  es  tendiendo  se  en  reflexiones  filosúlicas 
sobre  este  último  punto,  de  las  que  deduce  que  la  influencia  quo  la  música  ejerce  en  el 
liombre,  no  puedo  atribuirse  solo  al  poder  de  la  imaginación. 

(1)  Ya  escrito  este  discurso,  y  cuando  le  empezábamos  á  imprimir,  hemos  recibido 
la  preciosisima  obra  de  nuestro  sabio  amigo  y  colega  (en  muchas  sociedades  literarias 
de  Europa)  Mr.  E.  áe  Coussemaker,  miembro  de  la  Academia  Real  de  Bélgica, 
titulada:  Éiitoire  de  t'Uarmonie  au  mayen  ága,  impresa  en  gran  folio,  en  una 
bellísima  edición,  en  París  el  año  de  1890,  grueso  volumen,  llenado  facsímiles  de 
composiciones  de  música  desde  el  siglo  ii  al  xv  inclusive,  con  su  correspondiente  tra- 
ducción en  música  moderna.  Como  el  tiempo  nos  apuraba,  solo  hemos  podido  lomar 
alguna  que  otra  noticia  ípara  este  escrito)  do  esta  obra  interesantísima,  que  creemos 
ñnica  en  su  ({enero,  y  la  cual  tenemos  pensado  traducir  para  utilidad  de  nuestros 
músicos.  Tritase  largamente  en  esta  obra,  y  con  sabiocriterío,  en  nuestra  opinión,  del 
origen  de  la  armonía.  De  esta  desde  San  Isidoro  de  Sevilla,  en  el  siglo  vi,  liasta  iluc- 
bal  en  el  ix,  dando  noticia  de  los  trabajos  de  esta  famosa  profesor,  y  de  las  DiaphonioM 
hasta  el  siglo  xi.  Pasa  después  á  osplicsr  las  regias  de  los  famosos  musicólogos  Gui 
d'ÁreMo,  Jean  f^oKon,  y  doctrina  de  Gui  de  ChaulU,  Francon  de  Colonia,  Gariande  y 
oíros.  Analiza  los  mas  antiguos  documentos  de  canto  on  todas  sus  fases,  del  contra- 

Sunto,  y  de  los  instrumentos.  Trata  con  claridad  de  la  música  rjlmica  de  la  edad  me- 
ia;  de  los  cantos  religiosos,  bistúricos  v  populares:  de  la  notación  musical  desde  su 
origen;  del  arte  dramático  de  la  edad  media,  y  de  toda  suerte  de  dramas  en  sus  carac- 
teres musicales,  y  nos  da  una  eslensa  bibliografía  musical  desde  el  si^lo  xii  al  iiv  in- 
clusive, de  manuscritos  é  impresos,  en  la  que  ha  olvidado  i  los  escritores  españoles; 
y,  en  lin,  si  se  le  perdona  este  último  defecto,  y  se  tiene  en  cuenta  la  multitud  de  do- 
cumentos auc  présenla  en  su  apoyo,  puede  coDsideranc  esla  obra  como  la  mas  selecta 
sobre  la  música  que  se  ha  publicado  en  nuestros  días. 


I 


—  744  — 


PARTE  PRIMERA 


DE    LA  MÚSICA  E?f  GENERAL  Y    DE  SU  ORIGEN,   SEGÚN  LOS  ACTORES  ANTIGUOS  Y 

MODERNOS. 


■^\A/u?fy\/\/vAi 


OM!«IA  RERUM  PRINCIPIA  PARVA     BÜNT, 
SED  SUIS  PROGRESIBUS  USU  AUGERTUR. 


Las  maravillas  de  aqud  arte  canto 
que  con  varia  espresion,  grataaloüHo, 
mide  y  combina  el  tiempo  y  el  nomáOm 

(Iriarte.  Poema  de  la  música ,  canto  I/) 


De  todos  los  autores  que  Iiablun  sobre  los  orígenes  de  la  música  (1)»  ya  sagrados, 
ya  profanos,  el  doctor  español  D.  José  Teixidor^  organista  que  fue  de  las  Dttcalus 
Reales  de  Madrid,  y  después  de  la  Real  Capilla»  fue  el  que  supo  reunir,  mas  compendia- 
das, las  noticias  que  existen  sobre  esta  materia,  en  su  Discurso  sobre  la  hietoria  «fu* 
versal  de  la  música  (2),  obra  que  es  lástima  no  terminase,  y  que  dejó  al  tener  que 
tratar  sobre  la  española,  tal  vez  por  los  grandes  obstáculos  que  debieron  presenUríele 
al  hallarse  falto  de  guia  y  de  noticias  claras  y  seguras  sobre  esta  parte  de  nuestras  oos- 
tumbrcs,  que  continúa  aun  en  la  mayor  oscuridad,  y  de  la  que  no  la  sacaremos  noaolit» 
seguramente,  á  pesar  de  los  esfuerzos  que  haremos  para  ello.  Siguiendo  á  tan  ilustrado 
autor  en  la  parte  que  cumple  á  nuestro  propósito,  creemos  hacer  un  acto  de  justicia  ci- 
tándole, así  como  á  todos  los  autores  de  quien  tomó  su  doctrina ,  que ,  por  parecemos 
la  mas  acertada,  seguiremos  algún  tanto  en  esta  primera  parte  de  nuestro  discorso»  en 


(i)  La  palabra  música  quieren  algunos  que  se  derivo  de  la  de  las  nueve  Masas  da« 
dicadas  al  servicio  del  templo  de  Apolo,  cu}[Os  nombres,  atributos,  protectorado  que 
ejercen  en  particular,  y  significación  mitológica  es  tan  conocida;  otros,  que  viene  de 
Moy,  Yuz  egipcio-hebrea,  oue  significa  agua;  otros,  del  instrumento  llamado  mma,  j 
otros  de  Moisés,  atribuyendo  á  este  su  invención;  pero  lo  que  hay  de  mas  cierto  en 
todo  esto  es  que  los  hebreos  la  perfeccionaron. 

(2)  Publicado  en  Madrid  en  i 804,  en  un  volumen  en  4.°,  y  dejó  de  dar  á  loz  el 
segundo,  que  anunció. 


I 


—  7«1  — 

el  que  mucha  se  deberá  i  la  Sacrn  E^críturj,  libro  sagrado  que  hnmos  coiuultjido  ron 
ciiiilado  como  la  rúenle  m.-ispura,  n húndante  y  preciosa  d  quu  pudiérninos  acuiiir 
para  nbaslecernos  ;  pod^r  marchnr  por  tí  batrtí  camino,  y  on  el  qua  coitlinmos  mas  que 
Gn  otro  alguno  el  Luen  éxílo  y  el  acierto  d  que  aspiramos. 

Si,  como  se  lee  en  el  cap.  it,  t.  SI  dol  Géntiiá,  el  nielo  do  Adam,  Enóc,h}¡o  AeSeí, 
fue  el  que  hizo  se  reuniesen  ton  hombres  para  alabar  al  Señor,  es  casi  natural  creer 
que  desde  aquel  primer  padre  hasta  Moisés  cantaron  los  hombres,  pues  que  no  de  otro 
niciKo  que  de  la  música  pudieron  Talerae  mejor  para  dar  Rracíns  al  Senor ,  lo  que  con- 
firma Calmet  en  la  Crónica  Alejandriita,  cuando  dice  que  la  tribu  de  Sot  se  asemejó  ti 
los  ílnüeles  en  el  himno  Sánelas,  Sanctui. 

Datando  ya  de  Juval  (cap.  iv,  v.  SS  del  Gcnena)  la  invención  de  la  cítara  y  del  ár- 
gana, origen  de  todos  los  instrumentos  de  cuerdas  y  de  (;ol[)co,  como  el  tambor,  etc.,  á 
este  tiempo  debe  achacarse  el  principio  de  unir  la  voz  al  instrumento,  y  el  primer  sis- 
tema, no  pndiendo  dudarse  de  que  en  su  origen  la  música  solo  turo  por  objeto  adorar 
al  Señor  (!)■ 

Quiere  Ptinio  que  In  flauta  sea  el  primer  instrumento  conocido  por  los  hombres,  y 
hace  á  Pan  inventor  de  él,  lo  que  lo  disputa  Egino,  que  lo  atribuye  i  Minerva,  herman-i 
de  Juvol,  el  órgano  armónico,  siendo  el  famoso  Apolo,  hijo  de  Vulcano  y  de  Minerva,  al 
que  se  concedo  eslableciú  lo  del  sistema  musical,  después  de  la  invención  da  la  aritmé- 
tica por  Noema,  invención  quo  valió  ú  Apolo  la  adoración  de  los  egipcios,  de  quienes 
la  tomaron  los  atenienses,  que,  como  todos  krs griegos,  tuvieron  i«sta  divinidad  (¡enll- 
lica  como  el  inventor  de  las  ciencias  humanas,  y  á  Minerva,  su  madre,  como  ni  sfmlralo 


I 


(1)  Dice  la  Sagrada  Escritura  (Ceneíií,  cap.  IV,  V.  ai),qua  Juval  hijo  do  Lamecv  de 
Ada  y  seslo  nieto  de  Adam,  fue  el  inventar  y  maestro  del  órgano  y  de  la  dUra.'San 
Agustín  (lib.  IV  du  la  Ciudad  de  Dio»)  asegura  que  ni  entrar  Juval  en  casa  de  su  licr- 
miiiio  Tubalcain,  hijo  de  Sella  (otra  mujer  de  Lamec],  y  do  oficio  herrero,  formó  la  idea 
de  la  múaicB  del  sonido  que  al  trabajar  liacian  los  murlillus,  los  que  causalian  un  «m 
segaa  sus  lamartos;  y  que  los  ordenó  sacando  de  ellos  el  tono,  lomando  desde  entonces 
origen  el  canto  regular,  que  Tue  medido  proporcional  man  te  por  ios  hombres. 

Los  gentiles,  como  dice  en  sus  EkmerUoi  di  Carao-Uano  0.  Joaquín  fisrda  Casls- 
ñer,  unos  atribuyen  la  invención  á  Apolo,  otros  i  Horcurio,  y  otros  á  Ucmodocu  do 
Corfú,  músico  viejo  que  canlú  en  las  bodas  do  Venus  y  de  Vulcnno.  Hacrobio  achaca  io 
de  los  martillos  á  Pildgoras  Samio,  por  lo^  años  do  4608  (31)1)  antes  de  Cristo;  y  on 
atención  i  que  Juval  fue  antes  del  diluvio,  y  que  Pildoras  vivió  en  tiempo  de  ios  grie- 
gos, asi  como  Orfeo,  AmCon  y  otros  en  el  de  los  gentiles.  Muses  en  el  de  los  Itebreos  y 
Buecio  en  el  de  los  latinos,  puedo  ser  que  Juval  hallase  las  proporciones,  y  que  Pitúgo- 
ras,  en  cuyo  tiempo  se  usaba  el  género  cromático  inveaiadv  por  Timoteo  Uilcaio,  quo 
él  reprueba,  inventase  el  sistema  míiimo,  tan  celebrado  de  su  liray  de  la  do  Orfeo,  el 
que  cedió  después  el  campo  á  lu  de  Guido  da  Arestio,  quo  inventó  la  oscala  do  exa- 
cordos. 

Casaneo  dice  que  In  música  tuvo  su  origen  en  la  Gloría,  siendo  Adam  el  primeo 
que  la  practicó  en  el  mundo,  pues  que  Dios  le  infundid  todas  las  ciencias;  y  así  es,  lo 
cspresa  Genobrando,  que  cantó  el  misma  dia  que  fue  creado. 

Jusefb  asegurd  que  Seth,  hijo  de  Adam,  hiio  escribir  en  aquel  tiempo  t>  mttsica  en 
dos  columnas,  la  una  de  barra  y  la  otra  de  mel.tl. 

O* 


—  717  - 

liailc,  en  l'I  i]ud  se  ejercíló  oí  mismo  rey  David,  que  Tue  bailando  delante  del  Are»,  pnra 
3((nAar  y  obsequinr  ni  Señor.  En  vista  He  la  multitud  de  músicos  inatrumenlisUs  y 
cantores  del  ten<p)o  de  Salomón  y  de  los  que  antes  nombnl  David,  autor  del  sistema 
instrumental  para  el  Tabernáculo,  puedo  creerse  que  jnmás  liubo  pueblo  mas  músico 
en  el  mtindn:  teniendo  diferentes  coros  para  los  varios  salinos  y  cantares  sagrados  que 
repartió  pntre  los  veinte  y  cuatro  signos  de  su  método  el  rey  David,  el  cual  tuvo  por 
principales  instrumentos  la  citara,  el  salterio  de  diez  cuerdas,  y  las  trompas,  como  se 
descubre  en  sus  mismos  salmos,  los  que  se  sujetaban,  pur  lo  común,  i  instrumentos  y 
canciones  particularesj  peculiares,  que  describe  el  sagrado  testo.  Asegura  Teixidor,  con 
relación  li  los  autores,  que  en  tiempo  de  Salomón  sobrepujú  la  música  hebrea  en  perreccinii 
A  la  de  las  naciones  mas  civilizadas  del  mundo,  liabiendu,  tanto  ella  como  la  magnificen- 
cia de  los  sacrificio!!,  asombrado  á  la  reina  de  Saba  y  á  los  reyes  de  Siria  y  Asia,  Seleuco 
y  Ikmetrio;  y  en  el  libro  do  los  fíeyes  so  dn  raían  de  los  magnílicas  orquestas  y 
conciertos  de  los  convites,  festines  y  funerales  de  los  hebreos,  cantándose  en  estos  úl- 
timos las  célebres  lamentaciones  de  Jeremías.  Los  poetas  hebreos,  entre  ellos  David, 
preparaban  su  inspiración  con  la  música,  y  lo  mismo  lincian  los  profetas  para  los 
oráculos.  En  lin,  las  notas  musicales  de  esto  pueblo  fueron  los  acentos  empleados  en  la 
escritura  regular,  y  puede  deducirse,  por  lo  que  dicen  los  autores,  de  que  sus  píes  mé  - 
trieos  solo  tenían  su  justa  medida  cuando  so  cantaban,  porque  solo  entonces  se  diriuii 
las  sílabas  con  su  justa  duración. 

Señálase  á  los  fenicios  como  los  que  perfeccionaron  la  primitiva  mfrsicn  en  la  pro- 
gresión que  llevamos,  y  tiéneso  d  la  famosa  Sidona  por  la  inventora  de  sus  himnos  na- 
cionales, que  imitaron  después  los  sacerdotes  griegos  de  Delfos;  atribuyéndose  á  este 
pueblo  el  origen  de  los  cánticos  lúgubres,  las  canciones  addnicas,  y  otras  que  mencio- 
nan el  libro  de  los  Númem  desdee]  v.  27  al  31,  y  \oi  AA>  Sancouiaton,  Mignot,  y 
liasla  Slrabon,  que  nos  habla  de  los  instrumentas  de  que  se  les  supone  inventores. 

Si  solo  considerdsemos  á  Diodoro  de  Sicilia,  al  que  copió  Rollin  en  su  Historia  an- 
tigua, tendríamos  que  dar  por  seguro  que  loa  egipcios  no  tuvieron  música;  pero  con  rn- 
lacion  al  P.  Kinjuer  en  su  Masurgia,  &  Pilón  en  su  historia  de  Uoisés,  instruidos  toj 
egipcios  en  la  música  por  Cam  y  su  hijo  Mesray m,  practicaron  con  éxito  el  arte,  en  el 
que  instruyeron  i  Hoiséa,  relirienJu  Platón  su  sistema  músico,  teniéndose  i  su  Mercu- 
rio por  el  inventor  de  la  lira  de  trea  cuerdas,  lo  que  le  valió  un  premio  del  dios  Osírií. 

El  canto  de  Lino  es  lo  que  dice  mas  del  canto  y  música  de  los  egipcios;  y  el  entier- 
ro  del  patriarca  lacob,  en  cuyas  exequias  cantaron  juntos  egipcios  y  judías,  atestigua 
la  aniigúedad  de  su  música,  la  que,  según  Plutarco,  era  estrepitosa  en  los  wcrilicius  a 
lais  y  á  Osiris,  y  aun  mas  en  las  festividades  de  Apis  y  SÚrapis,  en  que  se  bailaba  y  can- 
taba, costumbre  puesta  en  práctica  por  los  judíos  al  adorar  el  becerro  de  oro  en  el  de- 
sierto, al  pie  del  monte  Sinaí,  como  se  deduce  del  testo  do  la  Sagrada  Escritura  ( I ). 


(I )  En  el  reinado  de  los  Tolomeos  la  música  no  fue  en  Egipto  solo  el  arte  de  roni- 
pnner  y  ejecutar  los  s>,intdos,  sino  que  abrazaba  este  estudio  la  puesta,  la  astronomía  y  el 
baile.  Los  sacerdotes,  primeros  personajes  del  país,  eran  músicos,  y  tenían  el  derecho 
de  juzgar  al  rey  después  de  muerto,  y  da  negarlo  la  sepultura,  cantándole  el  himno  de 
las  Imprecadonei. 


—  748  — 

El  establecimiento  de  los  egipcios  en  la  Arcadia  y  el  paso  de  Cecrope  ai  Ática,  1582 
años  antes  de  Cristo^  supone  á  los  griegos  discípulos  de  los  fenicios,  de  los  que  apren* 
dieron  la  música.  Casi  no  cabe  duda  de  que  los  egipcios  fueron  los  fundadores  del  go- 
bierno de  los  Arcadesi  en  parecer  de  Polibio,  los  cuales  obligaron  á  practicar  la  música 
bsEta  los  treinta  años  de  edad  á  todos  los  jóvcne?,  lo  que  hizo  Gecrops  en  Ática,  y  Cadmo, 
según  Pausanias,  en  Aonia  de  Beocia.  Cuéntase  en  Grecia  á  Lino  por  el  primer  músi- 
co, 7  como  tal  fue  maestro  de  Hércules  y  de  Orfeo,  según  los  autores  griegos,  y  á  es* 
tos  siguió  en  fama  el  famoso  músico  y  poeta  Olimpo,  muy  aplaudido  por  Plutarco»  to- 
dos los  cuales  usaron  de  la  lira  de  cuatro  cuerdas  para  acompañar  sus  cantos;  pero  ae 
dice  que  á  fin  de  que  la  música  se  tuviese  por  originaría  de  la  Greda,  trastoroó  el 
sistema  fenicio  é  introdujo  una  anarquía  espantosa  en  la  lira,  á  la  que  se  añadieron 
cnerdas  en  unos  países  y  se  quitaron  en  otros,  basta  llegar  á  quince  progresífamente, 
según  las  adiciones  de  Terpandro,  Licaon,  Pitágoras  y  otros  célebres  músicos. 

Entre  Pitágoras  y  Eudoxo,  contemporáneo  de  Platón,  se  bailan  difididos  los  filó- 
sofos griegos  acerca  de  la  invención;  pero  la  bístoría  nos  enseña,  con  referencia  á  loi 
Lidies,  á  los  Torios  y  á  toda  la  Grecia,  que  fueron  discípulos  en  música  de  los  feni* 
cios,  y  que  la  poesía  griega  fue  siguiendo  los  pasos  de  la  música  como  m  discípulo  á 
su  maestro,  pues  que  los  bombres  empezaron  por  cantar  antes  que  por  hacer  versos, 
lo  que  se  concibe  fácilmente  si  se  filosofa  sobre  el  orden  natural  de  las  cosas. 

Cuéntase  á  Amfíon  por  el  músico  mas  antiguo  de  la  Grecia,  y  se  le  quiere  suponer 
inventor  de  la  lira,  á  pesar  de  que  nada  diga  Homero  de  él,  lo  que  pmdÍNL  que  fue  pos- 
terior su  celebridad,  y  lo  siguen  en  Pireo,  Lino,  antes  Filemon ,  Tamisirís,  Orfeo,  que 
acompañó  á  los  argonautas,  y  que  con  Hércules  fue  discípulo  do  Lino;  al  flautista /l¿i* 
ques,  padre  del  famoso  Marsias,  rival  de  Apolo  como  músico,  y  maestro  de  Olimpio 
Misio,  que  vivió  antes  de  la  guerra  de  Troya,  diferente  del  Olimpio  músico  del  rey 
Midas,  cuyo  soberano,  dice  la  fábula  griega,  fue  juez  en  la  disputa  entre  el  dios  Pan  y 
Apolo  sobre  la  (lauta.  Homero  bacc  mención  en  la  Odisea  do  los  famosos  músicos  De- 
modoco  y  Femio,  que  fue  su  padrastro,  por  babersc  casado  con  su  madre  Críteida,  y 
puedo  calcularse  por  las  obras  de  este  padre  de  los  poetas,  quo  los  vates  ó  raptodoi, 
antiguos  griegos,  fueron  músicos  al  propio  tiempo,  incluso  él  mismo,  como  asi  lo  fu6- 
ron  igualmente  en  la  edad  media  los  trovadores  provenzales,  y  aun  los  castellanos  (1). 

Famoso  fue  Terpandro,  maestro  del  célebre  Aríscrito,  que  lo  fue  en  la  citan  de 
Frinis  en  Mitilene,el  cual  perfeccionó  la  lira,  por  lo  que  fue  premiado  en  Atenas  en 
la  80  olimpiada,  á  pesar  de  la  declamación  de  los  músicos  y  escritores  pitagóricos,  que 
le  tienen  por  el  corruptor  de  la  música  griega,  por  las  dos  cuerdas  que  aumentó  i  las 
siete  de  la  lira  de  esta  nación* 


(1)  Aun  antes  de  que  el  grande  Homero  diese  á  conocer  al  mundo  sus  magníficos 
poemas,  lionor  de  la  lengua  de  su  país,  ya  recorrían  los  rapsodas  las  calles  de  la  GredSt 
ensalzando  en  sus  cantares,  que  acompañaban  con  el  heptacordost  lira  formada  de  la 
conclia  de  una  tortuca,  las  proezas  de  sus  liéroes,  en  poesías  que  ellos  mismos  goda- 
ponían;  y  después  de  Homero  entonaban  los  cantos  de  la  Iliada  y  de  la  Odisea,  que  por 
orden  de  Hiparco  se  mandó  cantar  en  las  populosas  ciudades  griegas.  Estos  rapsodas 
venían  á  ser  los  maestros  de  música  de  aquella  época,  y  los  poetas  inspirados  que  en- 
señaban la  lilcralura  á  los  pueblos,  en  cuyas  fiestas  públicas  eran  ios  principues  ion- 
rtonarios. 


—  719  — 

Fue  tal  el  entusiasnio  que  tuvieron  loa  gríegos  por  la  músicj,  que  do  solo  cantaron 
laa  alabanzas  de  sus  dioses,  siao  (]ue  les  creyeron  músicos,  y  también  á  sus  héroes  y  so- 
beranos, los  que,  a  pro  Tediándose  de  esta  disposición,  dictaron  las  leyes  al  pueblo  por 
medio  do  la  música,  como  lo  liizoOrfeo  con  los  [ébanos,  y  Lino,  P<implio,  Musoo,  Si- 
inonides  y  otros  con  los  pueblos  quo  se  propusieron  civilizar,  teniéndose  por  músicos 
en  la  historia  grietea,  á  los  reyes  de  Creta  Radamanto,  Minos  y  Thalcs,  y  á  los  legisla- 
dores de  Lacodemonia  y  do  Atonas,  los  famosos  Licurgo  y  Solón,  porque  al  son  da 
sus  liras  dictaron  susleyos  y  proccptoi  á  los  cretenses,  espartanos  y  atenienses,  espli- 
cando  también  los  oráculos  sus  profeGías  por  medio  del  canto,  en  el  que  Safo  Tuo  la  mas 
diestra. 

Tres  Tucron  los  sistemas  de  canto  de  los  griegos:  llamáronse  estos  homofonio, 
que  ora  cuando  se  acompañaban  con  instrumentos  juntos  at  unisono;  antifonio,  cuando 
iban  juntas  voces  é  instrumentos  á  la  octava  y  quinana,  lo  que  se  usaba  en  lo^  convites, 
en  los  que  todos  cantaban,  y  el  ñnfónieo,  que  so  subdividia  en  vocal  é  instrumental  (I). 

Entuisiostas  los  RrieRos  de  la  música  escénica,  inventada  en  honor  á  las  cantoras 
Musas  por  un  rey  de  Macedonia,  según  Diodoro  Siculo,  y  elevada  por  los  célebres  dra- 
máticos Eurípides,  Súfocles  y  Esquilo,  fue  acompañada  comunmente  por  las  flautas,  y 
aun  por  las  liras  y  citaras  que  acompañaban  al  cantor;  y  cuando  en  los  tiempos  de 
Xcrxcs,  Safon  de  Siracusa  inventó  la  mímica,  alma  de  la  declamación,  la  música  ins- 
trumental fue  el  primer  móvil  de  la  comedia,  y  á  pesar  de  las  declamaciones  de  Platón, 
que  se  opuso  siempre  á  la  música  quo  cirecia  de  palabras,  tanto  la  acción  como  la  re  - 
citación  se  escribía  con  notas  musicales,  debiendo  los  actores  arreglar  los  movimientos 
de  lai  manos  y  del  cuerpo  á  la  medida  ó  ritmo  de  la  misma  manera  que  el  canto.  Em  • 
pero  como  viciadas  las  costumbres  de  los  griegos,  también  se  vició  su  poesía  y  su  mú- 
sica, llegó  á  tal  punto  la  corrupción  escénica,  que  los  coros  do  las  tragedias  no  tenian 
ninguna  conexión  con  la  acción  principal,  y  los  entreactos  so  compusieron  do  teUtos 
de  poesía  y  música  inconexos  con  la  pieza  dramática,  hasta  que  vino  ú  perderse  del  to- 
do la  anti|{ua  música  en  aquel  pueblo,  en  el  que,  como  después  en  Roma,  fue  deshonra 
el  no  saber  bailar  (3)  ni  música  en  un  principio. 

Cosa  sabida  es  por  la  liistoria,  que  los  romanos  tomaron  su  música  de  los  griegos, 
siendo  tan  pobre  en  su  origen,  como  majestuosa  después,  puesto  que  llegó  A  ser  uno 


I 


(1)  Fabro  Stabulenso  habla  de  Ion  tres  géneros  anü'guos,  llamados  diatónico,  cro- 
mático V  inarmónico. 

(2)  bl  baile,  tan  antiguo  como  la  música,  y  del  mismo  origen,  y  con  el  cual  los  cal- 
deos, fenicios,  egipcios,  hebreos  y  demás  pueblos  antiguos,  acompañaron,  en  unión 
del  canto,  sus  ceremonias  religiosas,  Tue  también  ejecutado  por  los  entufiastas  griegos, 
que  creyeron  no  pedia  celebrarse  misterio  alguno  sin  el  auxilio  do  la  duoza.  Homero 
nos  habla  del  bailo  inventado  por  Dédalo  para  Ariadna  acl  cual  grabó  Vulcano  en  el 
escudo  de  Aquiles,  y  do  su  descripción  so  deduce  los  progresos  quo  hizo  cu  Grecia, 
siendo  la  danza  en  curro,  y  la  que  hoy  se  imita  en  los  zorcicos  vascongados  y  en  in 
danza  prima  asturiana,  los  bailes  que  nos  ofrecen  mas  antigüedad  entro  los  do  mven- 
cion  griega.  Admitieron  el  baile  por  parto  muy  principal  do  la  educación,  y  desdo 
quo  empezaban  á  andar  hasta  que  morían,  por  viejos  uuc  fuesen,  bailaban  los  griegos, 
pormie,  como  en  las  expiaciones  f  sacrificios  habíu  baile,  la  religión  los  obligaba,  y  lió 
aquí  el  origen  de  la  csbeltoz,  agilidad  y  gracia  de  aquel  pueblo  privilegiado.  La  música 


—  731  — 

lio  es  nuisicn  en  este  pueblo,  puea  que  aun  cuando  hablan  canUii,  mcdiIu  cinco  los  in- 
tcrT.-ilos  armúnicos  elementales  de  sus  melodlns,  así  como  son  cinco  sus  colores,  amari- 
llo, verde,  violado,  rojo  y  azal;  cincj  sus  virtudes,  amor  á  la  liumanídad,  justicia,  ur- 
banidad, discernímieDto  y  rectitud  de  corazón;  y  cinco  sus  elementos,  tierra,  agua, 
Fuego,  aire,  y  movimiento  6  sonido.  Según  el  famoso  Tilósora  Confueh,  la  música  es  el 
alma  de  la  lileraliira,  política  y  gobierno  de  los  chinos,  asegurando  que  las  alteracio- 
nes de  la  música  han  sido  la  causa  de  lodos  los  trastornos  que  lia  surrído  el  imperio, 
razón  por  la  que  existe  un  tribunal  severo,  compuesto  do  mandarines ,  para  impedir  se 
altere  la  música,  que  tiene  reglas  fijas  para  ordenar  lo  que  ba  de  cantarse  y  tocarse  en 
todas  las  solemnidades  públicas  y  aun  privados.  Los  hijos  de  los  principes  y  mandari- 
nes aprenden  !a  música  en  el  palacio  imperial,  y  el  emperador  preside  los  eximeiies 
todos  los  años,  on  el  otoño ,  premiando  con  suntuosidad  á  los  que  mas  se  distinguen, 
tanto  en  la  música  como  en  los  bailes  instituidos  para  los  sacrílicios  y  solemnidades, 
los  cuales  son  siempre  espresivos  y  panlomimícoa,  y  tienen  nombres  de  virtudes ,  asi 
como  sus  poesías  escénicas  son  siempre  morales. 

El  jciiuita  portugués,  P.  Pereira,  tralú  de  variar  la  música  china,  interesando  al 
efecto  al  emperador  Kang-hi,  que,  músico  también ,  creú  en  Pekin  una  nueva  Aca- 
demia ;  pero  á  pesar  del  entusiasmo  que  escitú  en  Is  corte  al  oír  al  P.  Pereira  tocar  o! 
dave  que  mandó  el  rey  de  Portugal  al  emperador ,  no  surtió  efecto ,  porque  en  el  tra- 
tado que  presentú  no  vieron  los  chinos  esplicaciones  ilc  las  tocatas  d  las  virtudes  mora- 
les ni  &  Jas  cualidadc!!  físicas  de  los  entes ,  espresion  de  su  antigua  música  ,  &  pesar  del 
edicto  que  ae  diÓ  para  la  reforma  en  sentido  europeo ;  sin  embargo,  algo  de  nuestro 
sistema  musical  quediS  arraigado,  y  tan  algo,  que  es  el  que  practican,  con  cortas  varia- 
ciones, particularmente  en  la  solemne  fíesta  anual  de  la  labranza ,  en  que  se  reduce  el 
emperador  i  labrador  ,  trabajando  la  tierra  por  su  propia  mano. 

Han  sido  los  indioi  lan  entusiastas  de  la  música ,  que  hasta  sus  camellos  andan  solo 
al  compás  de  los  instrumentos ,  y  las  cnicbras  vienen  á  domesticarse  por  el  gusto 
de  oírlos:  pero  esto  es  solo  predu posición  natural  del  país,  pues  que  su  música  es  bír- 
bam,  y  lo  fue  desdo  que  sus  sabios  inventaron  el  sistema  música  llamado  el  exaeordo 
igual,  por  constar  da  seis  sonidos  monótonos  y  de  mal  gusto,  por  su  empeño  en  hacer 
depender  su  música  de  la  geometría.  Sus  cantores  principales  son  las  Bayaderai,  pro- 
fesoras del  Indoslan,  destinadas  á  cantar  y  bailar,  á  un  tiempo,  en  los  templos  ó  pago- 
das y  en  las  solemnidades  religiosas,  con  sus  ruidosos  instrumentos  de  platillos  y  tam- 


cía  que  había  entre  1b4  armonías  celestes  y  los  gritos  del  pueblo  en  las  feslividades,  se 
puso  á  investigar  las  leyes  músicas.  A  este  lin,  imploranao  la  protección  de  los  dioses, 
sn  fue  por  tres  diasá  la  orilla  de  un  rio  sagrado,  en  donde,  al  principiar  el  crepúsculo, 
advirtió  que  el  viento  que  silbaba  en  un  cañaveral,  formó  el  signo  ut;  despertando  a) 
siguiente  día,  observó  en  el  gorgeo  de  un  paiarillo  que  repelía  oí  ut,  mi;  que  al  tercer 
día,  postrándose  i  la  orilla  del  torrente  que  daba  nacimiento  al  rio,  inclinando  el  oido  i 
la  tierra,  percibió  el  mismo  sonido  al  precipitarse  el  agua  al  abisma,  acompañado  el 
grave  y  el  agudo  de  otra  multitud  de  otros  que  vibraban  formando  armonía  con  el  pri- 
mi'ro.  Lleno  de  alegría  se  levantó  á  dar  gracias  á  la  divinidad,  y  qne,  dando  con  su 
báculo  en  un  pedazo  de  roca,  formó  el  acorde  perfecto;  y  en  ñn,  que  hallada  de  este 
modo  la  ley  música,  liizo  en  seguida  el  arle  muchos  progresas,  y  se  estendió  por  todo 
el  Oriente. 


I 


—  753  — 

Los  hebreos  anuncinlian  que  iban  &  empciir  los  Mcrilicius  por  medio  ño  sus  Irum- 
pas  de  plata,  y  los  cristianos  quisieron  instrumantos  (jue  elevasen  tnas  sus  voces  y 
nauDciasen  &  los  ciclos  con  sonoros  ecos  las  preces  de  los  Deles,  y  al  erecto  idearon  las 
campanas,  que  también  se  sujetaron  á  armonía  co  muchos  pueblos,  entro  ellos  Cspaüa, 
que  tuvo  su  campanario  ormúnico  en  el  suntuosa  monasterio  del  Escorial  ¡  y  ademas 
el  órgano,  si  bien  este  es  solo  adopción ,  pues  que ,  como  llevamos  diclio,  su  inven- 
ción pertenece  ya  al  pueblo  primitivo  :  ambos  instrumentos  juegan  on  nuestros  fune- 
rales, espectáculo  cristiano  muy  parecido  al  funerario  de  lo»  bebrcos,  cu  el  que ,  al  paso 
que  las  campanas  dan  los  lamentos  que  ruegan  á  los  líeles  pidan  á  Dios  por  el  alma  del 
difunto,  el  bajo  ú  oboe,  instrumento  cristiano,  y  el  que  mas  imita  la  voz  humana, 
acompaña  los  s^mos  y  los  demás  cánticos  de  los  sacerdotes  cuando  imploran  la  raise- 
ricordin  por  el  Tmado,  lo  que  los  licbreos  hacían  al  compás  del  salterio,  cosa  que  se  sabe 
pjecutú  Enodio  &  la  muerto  do  la  madre  de  San  Agustín. 

Que  los  primeros  cristianos  usaron  de  la  música  en  los  entierros  y  en  todas  las  so- 
lemnidades religiosas,  particularmente  al  cantar  los  salmos,  no  solo  lo  dice  Plinio  li,  el 
judio  Filón  y  Eusebio  de  Cesárea,  sino  que  lo  confirma  también  San  Agustín  ,  puesto 
que  consta  en  los  libros  de  sus  Confetioncs,  cuando  refiere  lo  que  de  los  funerales  do 
su  madre  hemosdichoantes,  y  ademas  decuanlo  dice  el  Santo  ensuvíajed  España, 
en  que  se  queja  de  lo  poco  que  se  cantaba  en  nuestras  iglesias,  lo  que  le  obligó  i  refor- 
mar y  ordenar  el  canto  según  cl  concilio  Agatense,  reforma  que  se  acordó  en  el  cuarto 
concilio  de  Toledo,  quo  fue  presidido  por  San  Isidoro,  y  después  en  el  de  Bosilca. 

Consta  de  la  historia,  que  al  poner  en  práctica  San  Gregorio  el  Grande  el  canto 
llano,  creO  al  objeto  un  colegio  de  cantores,  ¿  los  que  dio  el  primer  arte  que  se  escri- 
bió sobre  esta  clase  de  música  religiosa  (I);  y  como  los  Papas  que  lo  sucedieron  man- 
tuviesen este  colegio  con  el  mayor  esmero,  el  canto  llano  so  estendió,  y  vino  d  tenor 
tantos  cantores  como  sacerdotes,  ademas  de  los  profesores  dedicados  á  él  esclusiva- 
mente,  y  en  esto  estado  se  baila,  pues  que  es  la  m^ica  olicial  de  la  Iglesia  cristiana. 

En  vista  do  cuanto  liemos  visto,  hemos  llegado  á  conocer  quo  los  griegos  apren- 
dieron la  música  de  los  egipcios;  pero  que  habiéndola  complicado  estraordinaríamente, 
tuvieron  que  símphricorla  los  latinos,  habiendo  conseguido  arreglarla  los  célebres  Boe- 
cio, San  Ambrosio,  San  Agustín,  San  Gregorio  Magno,  siendo  el  célebre  Guido  Are- 
lino  el  que  acertó  á  lijar  el  sistema,  que  adoptó  por  lin  toda  Europa,  en  el  que  siguió 
la  Ijjacion  egipcia  de  las  siete  voces,  opinión  que  aceptó  San  Isidoro,  puesto  que  en  ol 
libra  sétimo  de  los  Orígenes  establece  la  regla,  diciendo: 

Siet»  ton  ¡03  tonúlus  musicales, 
Siete  sus  variaciones  esenciales. 

Si  bien  no  tan  entusiastas  cuino  el  rey  Itoberlo  de  Toscana,  que  cantaba  pública- 
mente en  las  iglesias  de  su  capital,  ha  tenido  la  música  mapnílicos  pruteclores,  que 


o  Cirene  y  en  la  de  Tapia ,  pu- 


—  753  — 

tíicion  del  arle  nriliguo,  y  vino  ñ  creirsu  el  conlrapanto  ,  quu  uta  un  nrlu  camplcta^ 
Míenlo  n llevo , 

El  nuevo  arto,  que  por  In  calma  é  indecisión  de  sus  furniiiü  parecía  In  mas  análoRn 
at  minticismo  católico  ,  estuvo  ñ  pi(|üe  de  p«rilen<n  perlas  ridiculas  innovaciiuies  de 
[Duchos  músicos,  fiasla  que  apareciendo  pu  gI  sig)o  xvi  Gudinel  j  Palestrina,  apoyan  - 
doso  en  la  verdadera  entonación,  se  sirvieron  de  la  música  de  sus  antecesores  solo 
como  medio,  y  compusieron  obras  s<-lectas.  Verificóse  entonces  una  grande  revolución  en 
lamúsica;  los  trovadores  de  Picardía,  de  Cataluña  y  de  la  Crovenza  (I)  hacia  tiempo 
que  liabian  dirundido  por  Europa  una  música  que  se  diferenciaba  muctio  del  contrapunto 
|Mr  su  melodia,  armonía,  forma  y  estilo ;  y  fuese  que  esta  influyese  en  los  músicos  ibi- 
lianoH,  sea  casualidad. d  la  imposibilidad  de  sobrcpujariiloagraudcsmúsicosdel  siglo  xvi 
ya  citados,  Claudio Monteverde escribid  la  disonancia  sin  preparación,  en  compás ndu- 
cuadu  al  Madrigal,  y  csla  novedad,  ian  atrevida  como  bella,  dio  por  tierra  con  la  teoría 
dd  conlrnpunlo  y  echó  los  cimientos  á  la  música  moderna. 

En  breve  tn  música  profana,  hasta  entonces  menospreciada,  tooíd  uu  rápido  vudo: 
cada  soberano  quiso  tener  su  música  de  capilla  y  su  úpera,  y  se  multiplicaron  por  tudas 
lurtes  los  conciertos  y  los  teatros.  Las  cortes  de  Italia,  España,  Saboya,  [nglaterru  y 
Francia  empezaron  á  dar  en  todas  sus  funciones  intermedios  de  música;  ios  músicos 
insiruidos  abandonaran  el  contrapunto,  mirado  hasta  alli  como  arte  sagrado,  y  Cavaili, 
l.ulli,  Ilaendel  y  otros,  prepararon  con  su  talento  el  camino  á  los  célebres  Gluck,  Pac- 


(t)  t.os  trofoitorM  catalanes  y  franceíiesdehinn  ser  músicos,  poetas  ú  historiadores 
i  un  tiempo,  porque  de  no  ser  asf,  se  confundiim  con  los  t'ugíarev,  que  eran  una  especie 
de  cantores  de  la  plebe,  d  la  manera  denupslros  ciegos.  Fueron  tan  es  limados,  que  para 
ellos  no  bubia  palacio  ni  castillo  (|ue  les  cerrase  las  puertas,  pues  que  en  todas  partes  se 
deaeaba  oir  sus  cantares,  y  se  tenia  por  una  fealividad  solemne  su  aparíciou  en  los  cas- 
tillos feudales.  Los  romances  de  los  trovadora  versaban  sobre  lu  liisluría  de  los  guerre- 
ros, i  los  que  llamaban  terventeiiias,  y  las  vidas  de  los  santos,  las  cuales  cantaban 
acompañíndosp  de  la  rota,  salterio,  cornemtisa,  viola  d  sinfonía,  instrumentos  todos 
que  les  eran  familiares.  El  aprecio  en  que  la  corte  de  Francia  y  los  señores  tuvieron  i 
los  trovadores,  se  cambiú  en  desprecio  y  persecución,  á  causa  de  la  desordenada  conduc- 
ta y  envilecimiento  en  que  cayeron,  y  perseguidos  estuvieron  hastd  el  siglo  iiv, 
en  que  conociendo  los  trovadores  nuese  aproximaba  su  fin  si  no  se  enmendaban,  en- 
traron en  Arden,  fundando  en  1330  la  cofradía  de  San  Julián,  en  la  que,  aprobada  que 
fue  al  siguiente  año,  se  reunieron  en  academia,  bajo  la  protección  del  jugador  de  manos 
romano  Sun  GencsL  De  aouella  sociedad  musical  sallan  las  orquestas  y  los  cantares 
para  las  iglesias  y  lieslos  do  todas  clases;  venia  á  ser  lo  que  nuestra  sociedad  filarmó- 
nica de  ^nla  Cecilia,  á  lo  que  la  compañin  muñen  de  nuestro  buen  amigo  el  célebre 
D.  Victoriano  Üaroca.  Esta  sociedad  vino  al  fin  A  descomponerse,  por  volver  li  su  vida 
de  desórdenes  parle  de  ios  trovadores,  quedando  nnos  pocos,  á  los  que  Carlos  VI,  en 
1401,  eoníirmí)  la  potente  de  músicos  de  instrumento,  dándoles  unas  ordenanzas,  que 
dejaron  de  rezlr  con  la  supresión  de  este  empleo  por  real  orden  do  (773. 

Los  trovadores  italianos  cantaron  por  la  Italia  las  inspiraciones  de  Aríosto,  del  Tassii 
v  del  Dante  en  sus  respectivas  4Ípocas,  y  aun  Iioy  so  ve  á  los  ciurront  elevar  su  voz  en 
las  callea  de  Ñipóles,  ftiffuna  que  otra  vez,  con  las  trovas  de  tan  diestros  poetois. 

Fueron  tantos  los  histriones  que  hubo  en  Italia  en  el  siglo  xiti ,  que  Munitori  nos 
dice  que  en  I7SS  hormiguealun  en  Bolonia,  teiiiendu  la  autoridad  que  prohibir  canta- 
sen en  las  plazas,  y  que  en  Rlmini  se  reunieron  mas  de  mil  y  quinientos  en  unas  Gestas 
arislocrü ticas  que  se  dieron  el  año  1334. 


—  757  — 

;  ministriles  (t)  que  recorrían  la  Europa  ,  y  particularmente  Ini;tatcrra,  Irlanila, 
Escocia  y  Alemania.  Obligados  los  primeros  cristianos  i  practicar  en  silencio  su 
religión  para  huir  de  la  persecución  de  sus  enemigos,  no  pudieron  inventar  música  al- 
guna peculiar,  pues  los  salmos  é  himnos  tenían  que  rezarse  y  no  cantarse,  por  temor  de 


fanda,  raamfándose  «Jespues  á  Enrique  VIII  como  defensor  del  crisliauismo,  el  cual  lÜé 
por  armas  á  Irlanda  el  arpa,  Itallándoso  et  instrumento  de  O'Brien,  desde  1783,  en  el 
colegio  de  la  Trinidad  de  Dublin.  Los  bardos  irlandeses  celebraban  todos  los  años  cer- 
timenes  poéticos  y  de  música,  en  los  que  se  premiaban  las  buenas  composiciones,  las 
que  so  enseñaban  á  los  niños  para  que  tas  aprendiesen  y  Ls  liiciesen  tradicionales; 
pero  coyendo  los  bardos  en  desgracia  de  Isabel  de  Inglaterra,  que  les  quitó  todos  sus 
privilegios  y  coniiscó  todos  sus  bienes,  concluyeron  su  imperio  para  dejar  el  campo  i 
los  ciegos,  cantores  de  la  plebe. 

Cantores  de  paz  y  de  guerra  eran  los  bardos  de  Escocia,  y  también  los  hombres 
mas  liospilaiarios,  y  los  que  mas  alentaban  á  los  comliatienles  en  la  ulerea,  siendo  tos 
que  cantaban  después  las  proezas  de  los  guerreros.  El  bardo  mas  célebre  escocés  fue 
Ossian,  hijo  de  Fingal,  cuyos  cdnticos  han  llegado  hasta  nosotros,  y  escitan  aun  el  en- 
tusiasmo de  los  escoceses.  Los  bardos  de  este  pais  acabaron  también  en  la  mudanza 
de  los  tiempos,  y  sus  cantares  son  i-ecordados  boy  por  la  historia  ;  por  la  ira- 
dicion. 

(I)  La  Inglaterra  recuerda  en  la  liisloria  de  su  música  y  de  su  poesía  i  los  Uinr- 
Irelt  6  ministriles  como  los  poetas  y  cantores  de  la  edad  media  míe  sucedieron  i  tos 
BColdaa,  citiindose  en  el  Mglo  it  ú  Tallaferro,  famoso  cantor  del  Rolando  en  la  corte 
de  Guillermo  el  Conquistador.  Por  esttis  públicos  cantores  sabemos  los  amores  de  En- 
rique II  con  la  bello  ttosmunda,  las  proezas  de  Ricardo  1  Corazón  de  León,  en  cuya 
corte  pululaban,  y  cuyo  rey,  poeta  y  cantor  también,  prisionero  por  el  duque  de  AuS' 
tria,  Leopoldo,  debió  la  libertad  al  ministril  Blondel  de  Ncsle,  que  por  medio  de  una 
canción  aue  cantó  al  pie  de  la  torre  en  que  estaba  preso,  y  á  la  que  61  contestó  desde 
dentro,  descubrid  su  paradero,  del  ^ue  Tue  rescatado  por  una  enorme  suma.  Los  mi- 
nistriles, que  á  la  cabeza  do  los  ejércitos  alentaban  al  combate  cantando  las  glorías  del 
pais  y  las  proezas  de  los  héroes,  cayeron  en  Inglaterra  en  tal  degradación,  que  Eduar- 
do II  se  VIO  en  la  necesidad  de  refrenar  sus  abusos  en  I3ÍS,  cuya  ley  renovó  en  i4<i4 
Eduardo  VI.  En  lin,  los  Tninistriles  ingleses  fueron  corrompiéndose  cada  vez  mas,  sien- 
do solo  unos  picarescos  bufones  en  cl  reinado  de  Enrique  VIH,  en  el  que,  como  en  todo 
el  siglo  171,  S8  hallnhan  al  serricio  de  los  poderosos,  que  acabaron  por  desapreciarles, 
con  lo  que  desaparecieron  del  todo.  En  muchos  puntos  de  Europa  bubo  ministriles 
cantores,  ya  públicos  al  servicio  de  los  reyes,  ya  particulares  al  de  los  señores,  y  todos 


llevaban  colgada  delante  el  arpa,  y  pendiente  al  cuello  de  una  cadena  de  oro  á  do  plata, 
el  escudo  do  armas  del  señor  que  les  pagaba. 

En  Alemania  los  Spietlmte  eran  nna  especie  de  ministriles  quo  tocaban  públicamen- 
te instrumentos  músicos,  y  si  bien  se  ignora  su  orígcn,  se  sabe  que  eiístia  una  socie- 
dad de  ellos  en  Austria  en  el  siglo  xiv. 

Los  Saengers  eran  unos  cantores  alemanes  que  existían  en  corporación  en  d  siglo  x, 
y  á  los  que  lleixí  de  mercedes  el  Papa  León  Vlll  y  el  rey  Otón  I,  siendo  durante  cinco 
siglos  venerados  de  los  germanos  y  alemanes  por  lo  bien  quo  cantaban  en  lo  sagrado  y 
profano  sus  propias  poesías,  partícula  míen  te  en  la  ciudad  de  Maguncia  y  en  las  prin- 
cipales del  imperío.  Disminuida  la  importancia  de  estos  cantores  en  ol  si^lo  xv,  volvio- 
ron  á  recobrarla  en  ol  ivi,  y  por  el  grande  auge  á  (]ue  ha  llcgailo  la  música  alemana, 
ilustrada  por  Mozart,  Bclhovcii  y  otros  autores  músicos,  lia  sido  causa  de  iiuc  desapa- 
rezcan los  JUaUten  Saengers,  maestros  cantores  antiguos  conservadores  de  la  música 
alemana. 


—  763  — 

'ler  dicho  lo  «uOciente  para  dar  una  idea,  aunque  sucinta,  de  la  liislo- 

^neral,  tratada  arqueológicamente  como  nos  hemos  propuesto,  y 

íunda  parte  de  este  escrito,  á  hacer  lo  mismo  con  respecto  á  la 

liistoria  se  halla  en  tanU  oscuridad,  que  dudamos  nos  putída 

lámpara  de  la  arqueología,  con  que  caminamos  por  entre  tan 


V  del  alffonquin,  como  el  de  todos  los  habitantes  de 
i  espede  de  aullido,  al  paso  que  el  árabe  del  de- 
I  peruano,  y  todos  los  hombres  menos  civiliza- 
oras  y  cantos  acentuados. 


navogaiuL.  , 

El  canto  llano  «..- 
que  Snn  Gregorio  el  Mugiio  • 
clio,  inventó  la  escala,  en  que  m  i. 
ventó  las  notas,  que  señalan  la  duracii>n  . 
á  su  mayor  perfección.  La   majestad  de  . 
Mater ,  la  fesliva  gravedad  del  Pange  linf/urj 
difuntos,  diccFeijóo,  son  leseantes  mas  stAt^mu»- 
Teniendo  la  música  el  mngnífíco  poder  d<>;  rk*^'^- 

vicios,  debe  escribirse  la  música  para  los  tf'mpí'c  a*   • 

cl(*ve  el  alma  hacia  su  Creador,  que  es  como  lo  v/ju^:¡ 

institución  del  canto  eclesiástico. 

Desde  que  el  P.  Kircher,  en  su  famosa  obra  Mu*^-   . 

canto  del  ruiseñor,  en  cuya  época  las  semicorcheas  er^ü  iv».  .... 

se  han  inventado  las  tricorcheas,  que  parten  por  miud  tk*  i<u^ 

trirorcheas,  de  casi  imposible  ejecución,  pues  que  han  &f.*jA\^. 

tos.  En  la  música  moderna  se  hacen  frecuentes  tránsitob  ús- 


*^'"* 


máiico  y  Enarmónico^  mudando  á  cada  paso  los  tonos  con  U  iiu.  ^,,. 
dos  y  bemoles,  viéndose  cstra viada  la  armonía,  no  pocas  \*pAfi  ^.  , 
los  músicos  las  modulaciones  que  ocurren  á  su  fantasía,  sin  btnví  i..    _^ 
ó  toma  alguno;  y  siendo  esto  así  en  nuestra  misma  músícii  («•  ^^   ^ 
Feijóo,  el  maestro /)iiron  nos  introdujo  en  ella  las  modas  esüraujeiá.-    ., 
han  ido  escesivamente  en  aumento,  véase  con  los  ojos  de  la  razón  is  <,^. 
gravedad  de  la  música  sagrada  el  estilo  de  la  profana,  que  se  ha  mUhúu*,^^ 
mos,  lamentaciones,  misas  y  demás  cantares  del  oficio  divino.  INjr  ut4^T.  i|..  ^ 
ga,  la  música  profana  con  sus  graves,  airosos,  recitado  y  fugas,  m  avu-iif  u.^.  , , 
las  súplicas  de  David  y  con  las  lamentaciones  y  llanto  de  Jeremías,  itmüitA^jc^  •,^^. 
leyes  de  la  música,  que  previenen  que  el  canto  sea  apropiado  á  la  M';{nih(.u<:.  ^.  . 
letra,  y  siendo  grave  y  triste  la  de  la  Iglesia,  asi  debe  ser  su  música.  Ya  «/.i.  .^   .^^ 


—  763  — 

Partéenos  haber  dicho  lo  anfidente  para  dar  ana  idea,  aun^e  suciaüt,  da  la  liislo- 
ria  de  la  música  en  general,  tratada  arqueológicamente  como  nos  hemos  propuesto,  j 
vamos  á  pasar  d  la  segunda  parte  de  este  escrito,  á  hacer  lo  mismo  con  respecto  á  la 
música  española,  cuya  historiase  llalla  en  tanta  oscuridad,  que  dudamos  nos  pueda 
servir  d  j  suGciente  luí  la  lámpara  de  la  arqueología,  con  (¡ue  caminamos  por  entre  tan 
densas  liníeUas. 


el  canto  del  lapon,  del  groeulandés  y  del  algonguin,  como  el  de  todos  los  habitantes  de 
las  tonas  glaciales,  no  es  mas  que  una  especie  de  aullido,  al  paso  que  el  árahe  del  de- 
sierto, el  etiope,  el  cafre,  ti  malayo,  el  peruano,  y  todos  los  hombres  menos  civiliza- 
dos de  la  zona  tdrrída,  tienen  voces  sonoras  y  cantos  acentuados. 


—  765  — 

A  la  fista  de  It  joaU  fioná  que  tiene  en  toda  Europa  nilestra  antigua  músáta  ecié^ 
siástica,  y  de  las  muchas  y  preciosas  composiciones  en  este  género  que  se  conservan 
en  nuestras  catedrales  y  colegiatas,  parece  imposible  no  haya  habido  hasta  el  dia 
quien  se  haya  ocupado  de  damos  una  relación,  siquiera  cronológica»  de  nuestros  bue« 
nos  maestros  compositores  y  de  sus  obras,  según  eiiste  de  otras  profesiones  artísticas» 
como  pintores,  escultores,  arquitectos,  poetas,  etc.  Confiamos  mucho  en  que  de  hoy 
en  adelante  no  faltará  quien,  ofendido  de  que  un  profano  en  el  arte,  como  lo  somos  nos- 
otros» se  haya  atrevido  á  dar  un  paso  para  ello»  se  lance  con  buen  éxito  á  damos  de  la 
música  una  historia  lo  mas  completa  posible  (i); 

En  vista  de  los  pocos  datos  que,  como  llevamos  dicho,  tenemos  para  escribir  esta 
parte  de  nuestro  discurso»  podemos  decir  que  caminamos  como  Eneas  y  la  Sibila  por 
el  Tártaro : 

Ibant  obscuri  sola  sub  noete  per  umbras  ; 

así  marcharemos  nosotros  por  los  campos  españoles,  buscando  los  melodiosos  acentos  de 
la  Eutefpe  ibérica,  no  sin  temor  de  perdernos  á  cada  paso  en  tan  lóbrego  como  tortuo- 
so camino»  y  de  dar  en  Escila  huyendo  de  CaTibáu\  pero  confiando  en  las  luces  de 
otros  autores  que  se  iniciaron  en  algunos  puntos,  y  confiados  en  la  indulgencia  natu- 
ral de  los  sabios  y  en  la  proverbial  de  nuestros  compatriotas,  diremos  lo  que  podamos, 
procurando,  en  nuestra  dificilísima  escursion,  hallar  alguna  luz  que»  aclarando  el  ca« 


nandez  de  Moratin,  en  su  obra  Orígenes  é  Historia  del  Teatro  esfañol,  desde  sus 
principios  hasta  la  época  del  famoso  Lope  de  Vega^  y  lo  que  sobre  música  hemos 
encontrado  en  las  notas  jf  prólogos  de  las  obras  de  este  autor  en  la  edición  publicada 
por  la  Academia  de  la  Historia. 

El  distinguido  profesor  compositor  citado»  Soriano  Fuertes»  ha  publicado  una  obrita 
en  8.^,  de  183  folios,  impresa  en  Barcelona,  tituUida  Música  Árabe-Española^  y  cone- 
wion  de  la  música  con  la  medicinüy  astronomía  y  arquitectura.  La  parte  principal  de 
este  escrito  es,  según  lo  confiesa  en  el  prólogo,  una  traducción  inédita  de  D.  AnUmio 
Conde^  bibliotecario  que  fue  de  S.  M.»  del  tratado  de  Aritmética  de  Alfarabi^  escrito 
á  mediados  del  sifflo  ix  en  dialecto  árabe,  que  existe  en  la  biblioteca  del  Escorial,  ma- 
nuscrito núm.  69,  del  que  ya  habían  hablado  los  célebres  Casiri  y  el  abate  Andrés  en 
sus  obras;  lo  restante  es  un  estracto  esmerado  de  las  doctrinas  de  San  bidoro  con  res« 
pecto  á  la  música^  y  unos  curiosos  apuntes  sobre  la  conexión  de  la  música  con  la  as» 
tronomía,  la  medicma  y  la  arquitectura,  sacados  de  varios  autores  antiguos  y  moder- 
nos. Siendo  este  escrito,  en  su  parte  última»  una  especie  de  trabajo  preparatorio  que 
da  el  Sr.  Soriano  para  anunciar  su  historia  de  la  música  española»  que  trata  de  publi- 
car en  breve,  nos  na  hecho  concebir  grandes  esperanzas  de  esta  obra,  q\ie  deseamos  ver 
llevada  á  cabo  para  que  se  llene  el  vacio  que  se  halla  en  nuestra  historia  artistíca. 

(I)  ^  Confiamos  en  que  no  tardará  en  verse  una  historia  filosófica  completa  de  nues- 
tra música  nacional,  escrita  por  el  erudito,  purista  y  elegante  escritor,  el  Excmo.  señor 
D.  José  Caveday  ex-director  de  Agricultura,  y  hoy  consejero  real,  con  cuya  amistad  nos 
honramos,  el  cual  tiene  hechos  trabajos  muy  profundos  y  concienzudos  sobre  esta  ma- 
teria, que  entiende  como  pocos,  y  de  los  cuales  podramos  habernos  aprovechado  en 
este  discurso,  por  habérnoslos  cedido  con  su  natural  generosidad;  pero  hemos  temido 
profanarlos,  y  los  hemos  respetado,  preGriendo  el  aguardar  á  que  su  autor  nos  dé  tan 
buena  obra  sobre  la  música,  como  nos  la  ha  dado  ya  sobre  la  arquitectura  monumental 
española. 


ligadas  entre  ai,  quo  no  podin  variarse  nín;;unode  esl  os  objetos  sin  (juo  íad^ítsenda  re- 
sentir  los  (lemas;  y  lié  aqui  por  lo  que  las  rcp  rosen  tac!  ones  sagradas  tuvieron  en  Gre- 
cia tan  larga  «Ida,  y  por  lo  que  Tueron  tan  consideradas. 

«Enteramente  lo  contrario  aucede  entre  nosotros.  El  cristianismo,  aquella  religión 
santa,  que  trae  su  origen  del  cielo,  nos  da  de  la  naturaleza  divina  j  de  todas  los  cosos 
que  1.1  pertenecen  una  idea  demasiado  elevada  y  respetable  para  que  puedan  servir  en 
d  teatro  de  espectáculo  á  los  hombres.  Incomprensible  en  sus  misterios,  porque  las 
operaciones  del  Ser  infinito  sobrepujan  al  débil  poder  de  la  finita  razón  liumsna,  san 
mayor  motivo  de  veneración  de  bu  misma  oscuridad. 

Profonda  e  chiara,  (enrtrow  e  vera. 

•Ligada  Intimamente  nuestra  religión  con  la  moral,  á  la  que  sirve  de  sosten  y  de 
guia,  su  objeto  principal  es  el  de  reprimir  á  las  pasiones  que  se  rebelan,  otemudo  ni 
Ídolo  del  amor  propio.  Ocupada  únicamente  en  procurar  al  hombro  la  lellcidad  clemn, 
porque  la  vida  terrenal  no  es  mas  que  un  breve  y  Tugitivo  paso,  reconuenda  la  practica 
de  la  virtud  que  conduce  &  tal  fín.  La  renuncia  á  todos  los  placeres  di^I  siglo;  la  abs  - 
tracción  do  si  mismo;  el  temor  de  un  Dios  siempre  presente  para  examinar  las  mas  pe- 
queñas y  escondidas  sensaciones  del  coraEon;  el  recuerdo  perpetua  de  la  muerte  j  del 
Tuturo  destino;  y,  en  una  palabra,  la  sublimo  y  saludable  tristeza  de  esta  vida,  para  al- 
canzar en  la  otra  una  interminable  alegría,  es  el  espíritu  verdadero  del  cristianismo... 
¡Benditos  los  que  saben  llorar  en  este  vallo  de  lágrimas!  Basta  la  sendlla  esposicion  do 
los  hechos  para  concebir  lo  impropia  que  es  su  representación  en  ol  teatro,  en  donde 
|a  libertad  degenera  frecuentemente  en  licencia,  y  la  alegría  en  dcsenrrcnada  bacanal. 
No  podiendo  elevar  las  miradas  del  vulgo  basta  la  grandeza  de  las  cosas  representa- 
das, es  necesario  rebajar  la  dignidad  de  estas  para  que  pu<^da  verlas  aquel,  acomodar  la 
naturaleza  divina  i  tas  pasiones  de  los  hombres,  y  hacer  un  espectáculo  material  de  la 
mas  espiritual  de  todas  las  religiones.  Por  esta  razón  los  espectáculos  sacros  deben  de- 
generar en  oscuros,  máxime  cuando  la  religión  y  el  teatro  forman  dos  distintos  obje- 
tas entre  nosotros,  pues  que  la  disipación  del  uno  so  opone  incesantemente  á  la  santi- 
dad de  la  olra. 

«Las  noticias  que  nos  quedan  de  los  misterios  conlirman  estas  observaciones.  Me- 
morable será  siempre  la  fiesla  do  los  Locos,  celebrada  durante  muchos  siglos  en  toda 
la  Europa,  y  en  la  que  se  mezclaban  las  es  ira  vagancias  mas  licenciosas  (I).  Escogíase 
anualmente  en  todas  las  caledniles  uno  que  presidiese  la  fiesta,  conel  titulo  de  ilr»6tf;>o 
de  ha  Locos,  y  en  algunos  puntos  con  el  de  Papa,  ;  la  consagración  se  hacia  con  fúr- 
mutas  muy  ridiculas.  El  elegida  se  vestia  con  las  insignias  propios  del  personaje  q-je 
representaba.y  el  venerable  risible  corifeo  bendecía  públicamente  al  pueblo,  con  la 
mitra  puesta  en  la  cabeza.  El  dia  en  que  se  presentaba  en  público  por  lu  primera  vez, 
conferia  su  limosnero  á  los  espectadores  las  indulgencias  en  nombre  de  su  señor,  pro- 


(I)  En  nuestros  arliculos  de  costumbres  españolas^  publicados  hace  algunos  años 
en  el  Bibtioteeario  y  Trovador  español,  hemos  descrito  estas  Gestas  religiosas  en  toda 
su  cstcnsion. 


—  769  — 

años  antes  del  imperio  de  Tiberio,  escritas  sus  leyes  en  verso ;  y  los  Moedanos,  al  ha- 
cerse cargo  en  su  Historia  literaria  de  España  de  nuestra  ilustración,  confirman  esta 
noticia  cuando  dicen  que  cantaban  con  método  y  escribian^  con  símbolos  y  geroglíficos 
nnles  de  comunicarse  con  los  fenicios ,  que  fue  el  primer  pueblo  que  se  cree  vino  á  sa- 
car á  los  españoles  de  sus  primitivas  costumbres. 

Nación  belicosa  la  España  desde  un  principio ,  y  entusiasta  del  Dios  desconocido, 
ignoto  Deo,  á  quien  siempre  adoró ,  sus  primeros  cantares  debieron  ser  dirigidos  á 
Dios  y  á  la  guerra ,  y  asi  su  másica  naciente  participaría  de  ambas  ideas.  Y  como  la 
nación  fenicia  y  las  demás  que,  arrastradas  de  nuestra  fecundidad  y  riqueza,  vinieron  á 
llevarnos  lo  que  poseíamos,  con  mas  ó  menos  cortesia,  fueron  también  guerreras,  la  ín- 
dole de  nuestra  música  debió  variar  poco  en  estos  antiguos  tiempos,  y  los  himnos, 
cintos,  música  y  baile  que  dice  Silio  Itálico  que  usaban  los  gallegos  en  los  primeros 
(icmpus,  debian  declarar  el  carácter  religioso  y  el  genio  belicoso  de  los  españoles. 

Hemos  dicho  en  nuestro  citado  discurso  sobre  la  poesía  española,  que  esta  pasó  de 
los  iberos  á  sus  vecinos;  y  como  tengamos  la  misma  opinión  sobre  la  música,  aducímoy 
al  efecto  las  mismas  pruebas  que  allí  esponemos,  porque  la  poesía  y  la  música  han  ido 
siempre  juntas  en  su  origen  en  todos  los  pueblos,  habiendo  precedido  la  segunda  á  la 
primera,  como  debe  sospecharse  á  poco  que  se  reflexione  sobre  el  carácter  de  ambas 
cosas  y  estudie  la  índole  de  la  especie  humana:  así  lo  han  creido  muchos  filósofos,  y 
así  se  deduce  de  la  observación  de  nuestro  organismo  físico  é  intelectual. 

Si,  como  quieren  algunos  autores,  hubo  relación  entre  fenicios  é  israelitas,  y  de 
ambos  pueblos  con  España  en  los  tiempos  del  rey  profeta  David  y  de  su  hijo  Salomón, 
es  preciso  convenir  que  en  esta  época  sufriría  una  de  sus  primeras  revoluciones  la  pri- 
mitiva música  española.  Nos  fundamos  para  este  aserto  en  que  siendo  los  judíos,  en 
esta  época,  como  consta  de  los  sagrados  libros,  los  mas  diestros  músicos  del  mundo 
conocido  entonces,  según  manifestamos  en  la  primera  parte  de  este  discurso,  debieron 
tomar  de  ellos  los  españoles  los  conocimientos  armónicos  y  la  práctica  que  poseían,  en 
los  que,  atendiendo  al  carácter  constante,  fecundidad  de  ideas  y  genio  emprendedor  y 
vivo  de  los  naturales  de  nuestro  pueblo,  debieron  llegar  pronto  á  ser  tan  diestros  mú- 
sicos como  sus  maestros,  no  tardando  en  ser  los  principales  profesores  del  arte;  así  lo 
dicen  algunos  autores,  y  no  tenemos  dificultad  en  creerlo,  fundados  en  lo  que  acaba- 
mos de  esponer,  mas  quo  en  el  amor  patrio  que  podría  cegarnos  si  careciésemos  de 
pruebas. 

Empero  no  podemos  menos  de  sospechar  que  de  la  música  primitiva  y  de  la  impor- 
tada se  haria,  por  amalgama,  un  nuevo  sistema  peculiar  de  España;  y  nos  induce  á 
crcerio  así  lo  enemigos  que  fueron  siempre  nuestros  mayores  á  ser  meramente  imita- 
dores,  cuya  propensión  debió  ser  mas  en  un  principio,  y  su  decidido  apego  á  las  cos- 
tumbres antiguas,  y  aversión  á  las  reformas  que  pudieran  tender  á  que  se  perdiera  el 
carácter  nacional ,  por  cuya  conservación  fueron  tan  celosos.  Sea  de  esto  lo  que  quie- 
ra, hemos  leído  en  varios  autores  que  se  entusiasmaron  tanto  los  primeros  romanos 
que  vinieron  á  la  conquista  de  España  al  oír  cantar  y  tocar  á  los  naturales,  y  al  ver 
sus  graciosos  bailes,  que  en  muchas  partes  fue  este  una  recomendación  eficacísima 
para  que  se  les  tratase  con  consideración  y  para  que  se  les  solicitase  por  amigos,  no 
queriendo  descontentar  y  tener  por  enemigos  á  quienes  sabían  cautivar  con  sus  meló* 
diosos  acentos  y  graciosas  posturas  los  corazones.  Mucho  debió  ínHuír  en  el  ánimo  del 

97 


—  771  — 

GáusiHiof  profundo  sentimiento  el  ver  que  cuando  en  tantas  cosas  hemos  estado  á 
la  cabeza  de  los  deroas  pueblos  por  nuestros  inventos  y  destreza,  nos  hallamos  hoy  de- 
tras de  algunos  en  cosas  de  nuestra  misma  invención,  por  habernos  dormido  siempre 
sobre  nuestros  laureles,  sin  cuidar  de  aprovecharnos  de  lo  que  debíamos  á  la  fecundidad 
de  nuestro  ingenio,  á  nuestro  arrojo  ó  á  nuestro  valor.  En  literatura  particularmente,  en 
poesía,  en  el  estudio  de  las  antigüedades,  en  la  müsica,  en  el  vapor,  que  es  el  agente 
principal  de  este  siglo  y  el  que  mas  le  caracteriza  hasta  el  día,  y  en  tantas  otras  cosas  ^ 
hemos  sido  los  maestros  para  los  demás  pueblos,  y  hoy  nos  vemos  reducidos  á  la  con- 
dición de  discípulos  poco  aventajados,  recibiendo  lecciones  de  los  que  lo  fueron  nues- 
tros en  el  origen;  porque  la  inercia  nos  atajó  el  paso  al  empezar  á  trazar  un  camin  o 
nuevo,  y  la  indiferencia,  que  fue  tan  característica  á  nuestros  padres,  que  nos  la  han 
dejado  por  legado  que  conservamos  con  el  mayor  cariño,  nos  hizo  mirar  con  desden 
nuestras  propias  obras.  ¿Quién  había  de  decir  á  los  españoles,  creadores  del  gusto  mú- 
sico y  del  teatro  en  Roma,  que  se  habían  de  ahogar  sus  triunfos  en  el  olvido,  y  que 
sus  discípulos  habían  de  ser  los  maestros  de  sus  hijos? 

Invadida  España  por  los  bárbaros  del  Norte,  que  salieron  á  mejorar  de  clima  y  de 
condición  de  sus  heladas  regiones,  como  un  caudaloso  torrente  que  todo  lo  arrolla  y 
destruye,  las  costumbres  de  nuestro  país  debieron  empezar  por  resentirse,  y  acabarían 
por  perderse  en  su  mayor  parte,  amalgamándose  con  el  tiempo  unas  con  las  de  los  de- 
vastadores, y  cediendo  otras  por  completo,  para  dar  lugar  á  las  que  aportaron  de  sus 
selvas.  La  música,  perseguida  en  los  demás  países  por  estos  innovadores  para  que  pre- 
valeciese la  que  traían,  seria  una  de  las. artes  que  mas  padeciese  en  nuestra  España,  y 
en  esta  variación  debió  perder  su  antiguo  brillo  y  majestad»  si  ya  no  pereció  la  indíge- 
na por  completo,  para  hacer  plaza  á  la  importada  por  aquel  pueblo  agreste  y  feroz,  que 
es  lo  mas  posible  que  sucediese.  En  este  caso,  ó  se  formó  en  España  una  nueva  música 
entre  el  carácter  é  índole  de  ambas,,  ó  imperó  solo  la  de  los  bardps  celtas  (1)  hacíén« 


sola  mas  nuestra  bondad.  Apropósitodeesto,  hallamos  (¡ue  Mr,  Emilio  Begin,  en  su  Via* 
je  pintoresco  de  España  y  Portugal^  publicado  en  París  hace  dos  años,  nos  regala  en  el 
cap.  XXVI,  pág.  261,  un  artículo  sobre  la  música  española,  escrito  con  la  ligereza  pro- 
pia de  los  enciclopedistas  de  su  país,  del  cual  traducimos  el  siguiente  párrafo:  aLa 
«España  no  tiene  sentimiento  instintivo  de  la  música,  porque,  esceptuandose  algu- 
»nas  sierras,  y  las  provincias  de  Vizcaya  y  Valencia,  no  se  siente  ninguna  melodía,  nin- 
»guna  frase  armónica  que  llegue  al  alma,  oyéndose  solo  el  ra,  ra¡  y  los  orinSf  crins  de 
Días  guitarras  con  cuerdas  dobles,  la  voz  bronca  de  los  criados  y  el  canto  monótono 
»de  los  muletevos;»  y  añade  mas  adelante:  «Antes  de  4789,  asegura  un  hiéralo  francés, 
»que  no  se  hubiera  hallado  en  Madríd  un  tamborilero  que  tocase  con  compás,  ni  un 
«trompetero  que  ejecutase  con  precisión  y  cadencia,  y  que  lo  propio  sucedía  en  toda 
«España.»  ¿Se  puede  dar  mas  mala  fe  y  falsedad?  Ó,  de  lo  contrario,  ¿puede  conce- 
birse mayor  ignorancia  de  nuestras  costumbres,  de  nuestra  historia  musical,  dispo- 
sición natural,  artística  y  carácter  español?  Muclio  pudiéramos  decir  para  sincerarnos 
de  tan  gratuitas  suposiciones;  pero  esto  seria  dar  un  mérito,  de  que  carecen,  á  tan  ig- 
norantes adversarios,  y  el  silencio  nos  parece  ser  suficiente  para  castigar  su  audacia. 
(1)  Los  Druidas  celias  eran  los  sacerdotes,  los  poetas  y  los  músicos  de  su  nación, 
y  á  estos  estuvieron  subordinados  los  Bardos.  En  Charlrcs,  capital  de  la  Galia  céltico, 
tuviecon  su  colegio  principal,  en  el  que  enseñaban  la  religión,  la  historia  y  la  música, 
en  cuyos  conocimientos  recibían  el  grado  de  doctor,  ó  sea  de  dlmach  entre  ellos. 
Acompañaban  los  bardos  á  los  ejércitos,  seguidos  de  su  guardia  peculiar ,  y  llevando  el 


—  815  — 

la  úpern  rusa,  siendo  la  primera  ikfalo  y  Froei,  escrita  por  el  poeto  moscovita  Suma- 
rokow,  Y  puesto  en  música  por  Arnja,  siorido  cantores  é  instrumentistns  toilos  rusos. 
Eq  tiempo  de  Catalina  I(  se  llniuó  i  Rusia  con  gran  sueldo  al  célebre  Galitppi,  maes- 
tro de  capilla  de  Venecia,  el  cual  cantó  la  Dido  con  lal  éiito,  que,  llamándole  la  em- 
peratriz al  fln  del  espectáculo,  le  dio  un  Msillo  lleno  de  ruMot,  diciéndole  que  la  d  es- 
graciada  Dido  al  morir  le  había  dejado  aquel  Ic^di).  La  Rusia  ompeni  torda  su  carre- 
ra música;  pero  no  tardd  en  ponerse  al  ¡Kual  de  las  naciones  mas  maestras  do  la  Eu- 
ropa en  este  arto,  por  la  protección  que  diú  y  da  í  los  artistas. 

En  las  prímoras  representaciones  dramático- musicales,  el  carácter  de  soprano  se 
representaba  las  mas  veces  por  muchachos;  pero  como  con  la  edad  se  onRruosa  la  vux. 
y  por  otra  parte  era  dirícil  diesen  al  canto  toda  la  espresion  en  años  tan  tiernos,  obliga 
á  los  directores  de  los  espectáculos  á  valerse  de  eunucot.  No  puede  Gjarse  la  época  de 
la  introducción  da  estos  cantores;  pero  por  una  Bula  de  Siito  V,  dirigida  i  su  Nuncio 
en  España,  se  deduce  que  el  uso  de  los  eunucos  era  mu;  común  en  este  país,  proba- 
blemente para  la  música  de  la  Iglesia  y  para  la  de  la  real  cámara  (j).  El  aúo  de  1640 
los  eunucos  eran  muy  comunes  en  Italia,  como  se  ve  por  una  carta  del  célebre  viajero 
Pedro  de  la  Valle,  halnéndolos  de  gran  celebridad,  como  se  ven  en  la  Pinacoteca  de 
Siüvador,  eo  donde  se  les  da  á  conocer. 

Dice  Arteaga  que  es  un  problema  bastante  diQcil  ile  resolver  si  conviene  6  no  á  la 
moral  pública  que  representen  las  mujeres  en  los  espectáculos,  y  añade:  «Bl  ejemplo  de 
los  antiguos  griegos  yromanos,  que  las  escluyeron  constantemente;  el  riesgoá  que  se 
espone  su  virtud  ejerciendo  una  profesión  en  la  que  no  tiene  ventaja  el  pudor,  y  donde 
tontas  tiene  la  licencia;  el  ascendiente  que  tienen  sobre  el  ánimo  del  espectador,  no 
menos  contrarío  al  da  del  teatro  que  peligroso  al  buen  urden  de  la  sociedad;  la  moli- 
cie de  los  afectos  que  inspiran  con  sus  cspresivas  acciones,  aumentada  con  la  seducción 
natural  de  la  belleza  ydel  seto;  el  espíritu  de  disipación  que  esparcen  entre  losjúve- 
nes,  y  otras  causns,  parecen  legitimar  la  costumbre  de  los  eunucos  para  sustituirlas; 
pero,  por  otra  parte,  los  desórdenes,  acaso  mayores,  que  nacían  de  sustituir  &  las  mu- 
jeres con  jovencillos  venales  y  descarados,  á  los  que,  después  de  haber  envilecida  el  pro- 
pio SG3I0  con  trajes  femeniles,  nn  era  difícil  el  pasar  á  envilecer  también  la  naturaleza; 
la  influencia  grande  en  la  sociedad,  y  mayormente  en  el  teatro,  que  nuestros  sistemas 
de  gobierno  permiten  á  las  mujeres  desde  que  nacen,  y  que,  siendo  ellas  h  parte  mas 
numerosa  y  preciada  da  los  espectáculos,  que  quieren  complacer  por  lodos  modos,  y 
gustan  el  ver  representar  en  el  teatro  sus  derechos;  el  amor,  que,  por  causas  que  no 
son  de  este  lugar,  La  llegado  á  sor  el  carácter  dominante  del  teatro  moderno,  y  que  no 
puede  debidamente  cspresarse,  ni  conviene  se  esprese,  por  otros  objetos  que  los  crea- 
dos por  el  cielo  para  inspirarle;  la  estrechez  de  nuestros  teatros,  pequeñísimos  en  com- 


(I)    En    ISSOsefiíndd  el  colecjo  llamado  vulgarmente  de  los  ca;>on»  ó  castrados, 

Íior  el  rey  Felipe  11.  el  que  le  creó  con  el  fin  de  diir  una  carrera  música  desde  niños  á 
ns  cantores  de  la  Real  Capilla.  Lo  fundú  bajo  la  advocación  de  Santa  Bárbara,  edifi- 
cando al  efecto  una  casa,  que  aun  subsiste  en  la  callo  de  Leganitog,  y  en  él  entraban 
los  niños  que  se  dedicaban  á  la  música  sacra,  á  los  que  parece  se  castraba  para  que 
conservasen  la  voz  de  tiple.  En  el  reinado  de  Fernando  VI  dirigió  este  real  colegio  el 
célebre  favorito  músico  cantante  Cdrhi  Broathi  ParintlU,  de  quien  damos  estcnsa 
noticia  en  este  discurso. 


—  81S- 

y  no  fiieroLi  iIb  los  quemas  Urde  conocieron  ni  teatro  ruera(Ielasiglesia<i(l)-  Ademas  de 
esias.añadeArteaga,  deben  tener luf;ar  las  representaciones  sagradas,  llamadas  vi- 
Uancieos,  que  celebran  coo  gran  pompa  en  la  Iglesia  en  la  nadie  de  Navidad,  como  re- 
liquia de  los  misterios  de  la  Pasión;  de  los  Tiestas  profanas  de  los  torneos ,  cuadrillas, 
carroseles,  parejas  y  otras  semejantes  diversiones  que  se  hallaban  en  gran  hoga,  prín- 
eipolmente  en  los  tiempos  de  Isabel  y  de  Fernando  (hubo  ya  pocos) ,  y  después  de  Fe- 
lipe II  (liubo  mucbo  mpnos).  Apareció  poco  después  In  música  sobro  el  teatro,  donde 
la  cnnthjo  Lope  de  Rueda,  que  Tue  entre  los  españoles  la  que  Tir^i  entre  iosgricgos.  En 
su  tiempo  se  cantaba  por  dentro  de  la  escena,  sin  acompañamiento  instrumental,  unas 
antiguas  cantinelas  nacionales,  llamadas  Tomaneet,  según  Cervantes  en  el  prólogo  de  sug 
comedias :  el  toledano  Pedro  Naharro  Tue  el  primero  que  liizo  que  tos  músicos  saliesen 
al  público  en  la  escena  ;  Barrio,  restaurador  del  género  ilramátlco,  aumentÚ  la  música 
instrumental,  roforzando  el  número  y  la  calidad  de  los  instrumentos  en  la  orquesta  ,  y 
Juan  y  Franeiieo  de  la  Cueva  introdujeron  la  costumbre  de  contar  en  los  intermedios. 
A  pesar  de  todo  esto,  séniíos  permitido  consultir  al  célebre  Moratin  en  sus  Orlgenet 
(ieí  Teatro,  y  á  otros  escritores , con  respoctoal  siglo  »vi,  tan  fecundo  parala  escena 
española  en  todos  los  géneros. 

El  dominio  que  sobre  Italia  tuvieron  los  españoles  en  el  siglo  ivi ,  merced  á  nuestro 
poder,  representada  por  el  gran  capitán  Gonzalo  Fernandez  de  Córdova,  que  supo  ha- 
cer respetar  en  Itoma  nuestra  pabellón,  fue  causa  de  que  nuestra  música  recibiese  ins- 
piraciones italianas,  si  bien  no  de  tanta  monta  que  se  desnaturalizase:  pero  no  vemos 
en  las  ocho  comedias  de  Bartolomede  Ibrrw  Naharro  (2),  ni  en  las  tragedias  de  Fos- 
eo Diat  Taneo  (3) ,  ni  en  las  traducciones  de  Fernán  Pérez  de  Oliva,  ni  en  las  que  se 
citan  de  Criitábal  del  Castillejo,  y,  en  fin  ,  ni  en  las  de  Pedro  de  Altamira,  Esteban 
Maríinet,  Jaime  de  Hurte,  Juan  Pastor,  GU  Vieenle,  Ausiat  Cebrero,  Andrés  Prado, 
Francitco  de  (ai  Navas,  Juan  Sedeño,  ni  en  los  domas  poetas  de  esta  época,  nada  que 


(1)  Las  represcnlaclnnes  dramáticas  en  Aragón,  fuere  de  las  de  los  templos,  se 
ven  ya  en  el  siglo  xiv,  á  principios,  en  la  coronación  do  Alfonso  [V,  el  año  I32S,  en  que 
se  sabe  se  representaron,  cantaron  y  bailaron  por  su  hermano  oí  infante  D.  Pedro,  conde 
de  Rivagorza,  y  por  los  magnates  de  la  corte  y  juglares,  varias  poesías  escritas  por  el 
infante;  y  como  esta  clase  de  espectáculos  se  asemeje  i  los  primeros  fundamentos  de  la 
ópera,  podemos  considerar  á  esta  función  una  de  las  bases  del  drama  lírico  aragonés, 
á  la  que  sigiiid  la  quo  compuso  el  marques  de  Villena,  D.  Enrique  do  Aragón,  titulada 
Comedia  aleijórica  de  la  justicia,  la  pos,  ta  misericordia  y  la  verdad,  y  se  representó 
en  UUenZnmgnza  con  motivo  de  la  coronación  del  rey  católico  Ú.  Femando  por 
rey  de  Aragón,  [^s  poesías,  canciones  y  diálogos  quede  este  célebre  autor  se  rcpresen- 
tarocvdespues  do  la  esprMada  comedía,  que  podemos  llamar  zarzuela,  por  lo  que  de 
ella  se  sabe  ,  pertenecen  d  nuestro  teatro  nrico,  mas  que  al  dramático. 

(2)  Esto  sacerdote  del  siglo  ivi  se  dio  i  conocer  como  poeta  en  Roma  y  en  Ñapó- 
les, después  de  haber  sido  rescatado  de  los  moros,  que  le  tuvíuron  cautivo.  Fue  natu- 
ral do  Estrcmadura,  y  se  conocen  de  él  las  oclio  comedias  siguientes  en  verso,  y  termi- 
nadas con  villancicos  para  música,  como  concluyen  hoy  los  vaudevilles  franceses;  Se- 
rafina, La  Soldadeiea,  La  Trofeo,  La  Himtnea,  La  Jacinta,  La  Tinera,  La  Aqui- 
lana  y  La  Calamita. 

(3)  Bate  poeta  de  loa  últimos  años  del  reinado  de  Cirios  I,  y  natural  do  Pregonil, 
escribió  las  siguientes  tragedias:  Ámon,  Saúl,  Jonalás  y  Abialon. 


—  817  — 

ge  armaba  la  Dscena,  se  fijaron  corrales  en  las  ciudades,  en  los  que  los  cómicos  pudie- 
sen armar  sus  máquinas.  Madrid  acudid  áesln  necesidad  ámedindos  del  siglo  xri,  desde 
cuya  época  daUn  nuestros  corrales  de  comedias,  coliseos  ó  teatros,  como  lioy  los  lla- 
mamos. Empezó  la  nueva  era  del  teatro  español  en  esta  época  con  el  monstruo  en  fe- 
cundidad poética  dramítica,  Lope  de  Vega,  que  si,  cnmo  siente  Horatin,  no  eorñijiá 
cotno  pudo  el  maí  gusto  que  había  ya  en  su  época  en  el  teatro,  no  le  corrompió,  eomn 
prelendcn  alffunoi,  sino  que  se  conformó  en  escribir  según  el  gusto  que  domínnlin 
entonces,  como  £1  mismo  lo  acredita  cuando  dice; 

Y  pues  lo  paga  el  vulgo,  et  justo 
hablarte  en  aecio ,  para  darle  gusto. 

Entre  las  mil  ochocientas  comedias  y  cuatrocientos  autos  sacramun lulos  que  dice 
D.  Nicolás  Antonio  en  su  BiWiolíco  Aiípana  que  escribió  üasla  1635  en  que  murió 
Lope  de  Vega,  al  que  no  podemos  menos  de  llamar  verdadero  creador  del  teatro  na- 
cional, y  tener  por  el  mas  fecundo  de  nuestros  poetas  dramáticos,  que  csceden  en  nú- 
mero á  los  de  las  naciones  que  mas  tienen  (I),  lo  liizo  de  mucbas  zarzuclis,  raion  por 
la  que  debe  considerársele  como  una  de  los  que  mas  contribuyeron  con  bus  obras  á  la 
creación  do  la  representación  en  música  en  España  y  á  In  elevación  del  teatro,  que,  tanto 
en  música  como  en  verso,  un  profundo  sentimiento  de  catolicismo  y  du  cabnilerisino 
le  caracterizan  en  el  fondo  y  en  la  forma  {()i  si  bien  bastante  libre  en  sus  enredos  y  en 
el  decir,  como  se  ve  en  las  comedias  de  Tirso,  Calderón  y  otros. 

LossainetesquGson,  en  el  teatro  español,  la  imagen  déla  verdadera  y  genuina  co- 
media (S),  y  en  cuya  composición  alcanzaran  gran  celebridad  D.  Luis  de  Üenavmile  en 
el  siglo  ivii,  y  D.  fíamon  de  la  Crus  en  el  tvjn,  sirvieron  muclio  para  promover  la 
música  teatral  por  alf^nos  coros,  villancicos  finales,  canciones,  y  aun  diálogos  musi- 
cales y  bailes  quo  Itabia  en  alfjunos  de  ellos.  Las  lonadillag,  especie  de  arias  bufas  espa' 
üolas,  deque  ya  hemos  hablado,  quo  pueden  competir,  comosienie  Arteaga,  en  vivacidad 
cómica  con  cualquiera  composición  música  de  otros  paises,  finalizaban  por  la  general  los 
antiguos  saínetes,  y  fueron  los  que  dieron  origen  á  las  zarzuelas.  En  los  primeros  años 
del  reinado  de  Felipe  II  se  introdujo  la  costumbre  de  cantar  dúos  y  tercetos  en  las  come- 
dias, de  los  que  sacan  algunos  el  orígen  de  nuestras  tonadillas,  y  Imbiérase  llegado  li 
conocer  el  melodrama,  si  por  una  parte  el  carácter  de  Felipe  III,  sumamente  devoto  y 


(()    Siendo  el  principal  móvil  do  sus  iiiezas,  dice  Bef^n,  iiel  punto  de  honor,  délo 

Sue  nació  un  arte  nuevo  de  hacer  comedias,  que  han  imitado  las  literatos  modernos 
ranceses,  tal  vez  sin  fN-n^rla.»  Aquí  Begi»  nos  concede  la  preferencia  sobre  sus 
románticos  en  cuanto  a  la  invención;  pero,  como  buen  francés,  no  quiere  que  sea  since- 
ra su  confesión,  pues  dice  que  la'  ves  sin  pensarlo,  y  nosotros  creemos  quo  hicieron 
de  ello  un  serio  estudio. 

(2)  En  los  principios  do  nuestro  teatro  se  hacían  toas,  e^tecie  de  prólogo  prepara- 
torio de  la  función,  y  i  esta  composición  sucedieron  los  sainttes,  que  en  su  primera 
época  se  representaban  entre  la  segunda  y  tercera  jornada  de  la  comedia,  y  después  ul 
■ftial  de  ella  como  fin  de  liesta,  y  asi  sigue  hoy  la  coslumbro  cuando  so  representa  al- 
guno. 

103 


—  819  — 

Lolianbnndonudo,  cuyus  dos  loatros  vinieron  ú  ser  propiedad  do  la  villa  do  Madrid 
en  I63S,  por  convenio  lisclio  con  los  liaspilalcs,  ó  sen  con  las  referidaK  corrndias  (I). 

Taiilo  en  los  primitivos  cotrales  cuanlo  en  los  leatros,  aecantaron  farsiis  mas  ú  me- 
nos buenas,  i|ue  ultemaban  con  las  comedias,  ya  por  cuntore*  lupaüoles,  ya,  en  lo  Rene- 
ral,  por  italianos,  que  venían  en  compañía  á  recorrer  España,  sin  mas  interrupción  tjuu 
desde  1507,  un  que  suspendid  Felipe  II  los  representaciones,  prohibiéndolas  por  su  de- 
creta  de  2  de  mayo  do  1S98,  liasta  la  muerte  de  este  soberano  en  setiembre  del  año  si- 
guictite. 

Llegando  la  comedia  á  su  mayor  bo^  en  el  restiro  reinado  do  Felipa  IV,  on  el  qm 
los  selectos  y  célebres  dramáticos  españoles  Lope  de  Vega,  Calderón,  Moreto,  Tirso  de 
Malina,  Solís,  Hojas  y  otros  supieron  entusiasmar  al  pública  y  eternizar  sus  nombres 
al  crear  nuestro  teatroclásico,Blmasrico,abundanto,  y,  enlin,el  maestro  delojde  Eu- 
ropa (2),  las  comparsas  líricas  no  fueron  oidas  con  tanto  gusto,  y  Euterpe  callii  ante  d 
poder  do  Talla  y  de  Melpómene.  Construido  en  el  palacio  del  Büen-Retiro  un  teatro 
tan  c»pB£,  en  el  que  servían  de  decoraciones  á  veces  los  mismos  jardines,  y  maniobra* 
ban  tropas  do  caballería  6  infantería  cuando  lo  exigía  el  drama,  en  este  teatro,  y  en  los 
salones  de  aquel  palacio  y  del  do  Madrid,  se  dieron  de  vez  en  cuando  conciertos  de 
música  según  los  adelantos  de  aquel  tiempo,  y  se  canturon  alf{unas  fnrsas,  ia  tas  que  se 
origínamii  después  las  zarzuelas,  hijas  de  las  tonadillas,  como  llevamos  diclio.  Con  la 
muerte  de  Feli|>e  IV  puede  decirse  que  ge  cerró  u)  teatro  cspaítol  en  todas  sentidos,  i 
pesar  de  los  esfuerzos  de  Cañizares,  Candamo,  Zamora  y  otros  poetas  dramáticos,  pues 
que  no  eiemiü  npropósíto  para  el  teatro  la  mustia  y  mística  corte  deCdrlos  11,  y  vi- 
niendo tras  él  una  guerra  sangricnln  y  larga,  en  vana  trataron  los  cortesanos  di^l  primer 
Uorbon  que  reinó  en  Espaíia  ie  poner  competidores  en  su  época  al  gran  Moliere,  que 


(\)  El  actual  teatro  de  la  Cruz  se  reconstrayiS  en  17*3,  y  el  del  Príncipe  en  1 745 
por  Sacheti,  i\<:\  ijuu  em  delineante  el  famoso  H.  Ventara  fíodriiiuei:  estrenóse  el  ac- 
lutil  coliseo  del  Principe  el  espresado  año  cun  la  zarauola  El  fíaplo  de  Ganimedei. 

Las  represen  tarín  nes  teatrales  pasaron  en  el  siglo  ivi  do  Castilla  i  Portugal,  siendo 
célebre  en  ellas  oí  cdmico  y  poeta  Git  VieeiUs,  protegido  por  el  rey  O.  ManuH,  si- 
guiéndole en  esta  costumbre  los  poetas  Saa  de  Uiranda,  Ferrcira,  el  inmortal  Camoeni 
y  otros  que  cuenta  la  Talla  portuguesa. 

J2)  Como  sesicn  t:i  en  la  Enektopedia  moderna,  de  Mellado,  á  la  pdg.  701  del  tomo  ii , 
os  los  críticos,  aun  los  franceses,  desde  Voltaíre  i  Villemain ,  reconocen  corm 
verdad  indudable  nuc  sus  grandes  dramáticos  formaron  su  genio  estuilíando  el  reperto- 
rio del  teatro  español.  Hr.Hicoboin  dice;  nlín  el  estraordinario  número  de  comedias  que 
tienen  los  españoles,  apenas  ae  encuentran  ideas  tomadas  fuera,  síno  que,  al  contrario, 
sus  poetas  dramáticos  son  los  que  lian  abastecido  de  ellas  A  todos  los  teatros  de  Euro- 
pa.» ¥  no  puede  menos  de  confesarse  así;  pues  t^ue  es  sabido  que.  A  cscepcíon  de  las  re- 
presentadones  religiosas,  no  so  ven  comedias  m  en  Italia  ni  en  Francia,  ni  en  nnrte  nl> 
guna  de  Europa  puesto  que  solo  se  conoce  l.i  ¡Mandragora  y  la  Chiia ,  de  Maehiavello, 
y  la  Calandra,  de  Bibbitna,  coma  producciones  dramáticas  profanas  italianas,  y  estas 
pertenecen  ya  ú  los  últimos  años  del  siglo  xv ;  y  basta  la  mitad  de)  mismo  siglo  no  se 
ve  en  Francia  pieza  que  pueda  llamarse  comedia,  fuera  de  las  escenas  devotas,  liabien- 
do  sido  los  ñoclos  Joaellt,  Peru»e,  Tnuttaia  y  Grevin  los  autores  únicos  que,  al  lermí- 
narje  el  siglo,  dieron  las  seis  comedias  y  tragedias  únicas  que  aparecen  en  Francia  en 
esta  época,  en  la  que  ya  la  España  contaba  con  porción  de  piezas  y  do  autores  en  este 
género,  de  los  que  lomaron  inuclio  los  demns  de  Europa;  en  fin,  puede  decirse  que  los 
españoles  ban  creado ol  teatro  moderno  en  Europa. 


—  821  — 

del  real  Alcózar,  en  el  sitio  llamado  los  Canoa  del  Peral,  que  era  donde  se  liallabnu 
los  lavaderos  de  la  villa  en  ta  puerta  de  Balnada,  cerca  de  la  Tuenle  denominada  de  la 
Priora,  y  lea  concedió  la  villa  el  sitio  con  la  condición  de  conservar  los  lavaderos.  Em- 
pezaron las  rejirejenlaciones,  que  si  bien  fueron  acofíidas  con  entusiasmo  en  un  princi- 
pio, no  tardaron  en  despreciarse  por  la  mala  clase  de  cantantes  y  de  inUrumentislas  do 
que  se  componía  la  compañía  ( I).  La  guerra  de  sucesión  en  que  se  lialló  la  Península  en 
los  primeros  años  del  espresado  reinado,  fue  causa  de  que  la  ópera  italiana  en  España 
no  se  aclimatase  desde  luego,  i  pesar  del  amor  d  la  música  de  nuestros  antepasados.  Sin 
embargo,  desde  <70S  al  noS  inclusives  hubo  un  teatñllo  de  ópera  italiana ,  que  tuvo 
que  cerrarse  si  lin  por  falta  de  concurrencia. 

Llegó  en  170S  Francisco  Bartuli  con  su  compañía  de  TrufaldiitM  y  bailarínes,  y  si- 
tuándose en  la  casa  de  los  Cañoi  dei  Peral,  de  que  va  hecha  meocioi),  attcrnaron  los 
funciones  líricas  con  las  corcográHcas  hasta  1713  en  que  su  sucesor,  FranciicaNeri,  le- 
vantó el  campo,  pagando  con  los  efectos  del  teatro  todo  lo  que  debía  la  compañía  á  la 
villa,  y  siguió  dando  algunas  funciones  en  varias  casas  de  los  señores  de  la  corte  hasta 
el  año  de  17(6,  en  que  habiendo  traído  mejores  músicos  de  Italia,  logró  que  el  rey 
mandase  á  la  villa  le  cediese  el  edificio  de  los  Caños  sin  Ínteres  alguno,  concediendo  el 
que  se  cargase  ocho  maravedís  en  cada  entrada  para  que  la  villa  se  resarciese  de  los 
2,200  rs.  que  valia  anualmente  el  alquiler  del  local.  Uesile  «fie  año  daUín  las  represen- 
taciones de  noche,  pues  que  hasta  entonces  se  dieron  por  la  tarde,  á  las  cuatro  on  verano 
y  &  las  dos  en  invierno,  y  en  esta  costumbre  siguieron  aun  tos  testros  de  la  comedia 
muchos  años  después,  á  pesar  de  lo  que  gustó  la  novedad  de  las  luces,  alma  de  la  ilu- 
sión en  los  espectáculos  teatrales,  y  por  medio  de  la  que  resallan  mas  las  gracias  y  se 
ocultan  mejor  los  defectos  físicos  de  los  actores  y  la  habilidad  de  los  jxnlorcg. 

Esta  compañía  alternaba  los  funciones  líricas  con  representaciones  de  comedias  en 
italiano,  á  las  que  se  aGcíonó  mucho  aquel  público,  á  pesar  de  lo  que  estragaron  su 
gusto  los  dramaturgos  tlrrutia,  Villaroel  y  otros  de  su  clase  ;  sin  embargo,  nosotros 
creemos  que,  ó  es  exagerada  la  noticia,  6  se  sabia  en  Madrid,  al  menos  entro  los  cor- 
tesanos, mojor  el  italiano  que  hoy,  en  que  estamos  seguros  de  que  no  se  aguantaría  una 
representación  do  comedias  italianas,  i  no  ser  que  se  hiciese  moda  como  la  comedia 
francesa;  pero  esta  moda  acabaría  antes  déla  que  bemoa  indicado,  que  también  ha  lar- 
minado  su  imperio  (2). 


It)  Mr.  Begin  fue  mal  informado  cuando  nos  dice  en  su  citada  obra  que  la  ópera 
italiana  no  empeló  en  España  hasta  el  año  de  1748  |>or  Farinello.  En  primer  lugar,  Fa- 
rinello  empezó  las  óperas  que  dirigió  en  el  año  17*7,  y  no  en  1748;  [lero  ya  en  osla 
época  hacia  muchos  anos,  como  hemos  dícho,  que  se  cantaban  óperas  bien  ó  mal  en 
Madrid  por  cantantes  italianos. 

(2)  El  teatro  franca,  introducido  en  España  par  D.  Juan  del  Penü,  que  obtuvo  el 
privilegio,  se  estableció  en  el  teatro  de  la  Cruz  el  año  pasado  de  1831,  y  ha  continuado 
en  el  del  Instituto  Español  basta  Bu  de  febrero  de  este  año  de  l8St,  en  el  que  lia  stAo 
muy  poco  favorecido  del  público,  á  pesar  do  los  buenos  actores  con  que  lia  contado 
pare  la  representación  de  vaudcvilles,  en  los  que  ha  lucido  la  fumosa  y  bella  actriz  de 
dicx  años,  Cefina  Jfontafanrf,  joya  inestimable  de  la  escena  francesa,  cuyo  talento, 
gracia  y  despeja  cómico,  unido  á  la  hermosura  con  que  la  ha  dotado  la  naturaleza,  ban 


—  785  — 

moría  nuestra  pluma,  asi  como  la  obra  dedicada  al  mismo  Azara  en  1785,  en  que 
la  imprimió  en  italiano  en  Venecia  en  cuatro  tomos,  y  antes  en  Bolonia  á  costa  del 
propio  caballero,  séanos  permitido  insertar  nqui  algunas  noticias  de  las  que  sobre  la 
música  española,  en  la  época  que  recorremos,  da  este  célebre  autor  aspañol,  cuyo  nom- 
bre está  tan  justamente  honrado  entre  los  sabios  del  siglo  xvui  en  Europa. 

Dice  Arteaga:  «Que  sí  la  música  sagrada  tuvo  su  origen  y  progreso  en  Italia ,  no 
sucedió  lo  mismo  con  la  profana.  Inundada  Italia  largo  tiempo  en  los  s  iglos  medios  por 
los  bárbaros;  embrollada  en  cuestiones  y  controversias  entre  el  sacerdocio  y  el  impe- 
rio; destrozada  por  las  rabiosas  fracciones  entre  gúelfos  y  gibelioos;  desunida  por  las 
divisiones  de  sus  príncipes,  y  ocupados  los  italianos  en  la  guerra  y  en  la  política,  pen- 
saron poco  en  las  artes,  y  mucho  menos  en  la  música,  que  tanta  tranquilidad  y  abun- 
dancia necesita  para  prosperar.  En  este  desorden  de  ideas,  y  de  principios  tocó  á  los 
provenzales  dar  las  primeras  máximas  de  la  música  profana  moderna  á  la  Italia,  cuya 
nación  debia  superar  en  ella  á  todos  los  demás  pueblos  en  el  porvenir.» 

El  carácter  alegre  de  los  provenzales,  la  larga  paz  y  el  feliz  gobierno  de  sus  galan- 
tes soberanos,  les  hizo  adelantar  estraordinariamente  en  la  música  y  poesía  nacional,  de 
la  que  fueron  inventores  según  unos^  ó  tomaron  de  los  catalanes  según  otros,  no  fal- 
tando quien  pretenda  que  fundaron  su  sistema  en  los  últimos  destellos  de  los  latinos. 
Añade  Arteaga  aque  el  lujo  y  galantería  de  los  soberanos  de  la  Provenza  dio  origen 
á  cierta  tribu  ó  compañía  de  hombres,  llamados  generalmente  ministriles  (i),  los  que, 
sin  tener  morada  fija,  errando  de  castillo  en  castillo  y  de  ciudad  en  ciudad,  iban 
acompañados  de  sus  mujeres  é  hijos  imitando  á  los  antiguos  rapsodas  de  la  Grecia,  ó 
como  residuo  de  los  cómicos  latinos.  Distinguíanse  con  diversos  nombres,  según  sus 
oGcios:  los  que  improvisaban  se  denominaban  trovadores;  cantores  los  que  cantaban 
los  versos  compuestos  por  los  primeros,  y  juglares  los  que  tocaban  algún  instrumento 
ó  entretenían  al  pueblo  con  sus  bufonadas.» 

Faltos  de  sociedad  aquellos  pueblos ,  sus  bodas  y  ferias  eran  sus  únicas  reuniones 
de  gran  diversión  ,  y  en  ellas  se  presentaban  en  turba  los  juglares  y  los  trovadores,  á 
fm  de  divertirá  los  convidados  y  al  pueblo  con  soá  canciones,  bailes  y  tocatas,  que 
siempre  acababan  por  ensalzar  á  las  damas,  que  por  lo  tinto  les  tenían  especial  afición . 
Los  italianos  no  conocían  la  música  vulgar  unida  á  la  poesía  por  el  estilo  de  los  pro- 
venzales, y  dedicados  á  la  música  eclesiástica ,  en  sus  diversiones  faltaba  ese  saínete 
que  siempre  las  solemniza ;  pero  al  llevar  el  conde  Berenguer  de  Barcelona  y  de  la  Pro- 
venza  sus  ministriles  ó  trovadores  y  juglares  á  Italia,  como  llevamos  dicho ,  los  italia- 
nos se  prendaron  de  sus  cánticos  semidramáticos  y  de  sus  bailes  pantomímico-escé- 
nicos,  y  abandonaron  su  sistema  músico  instrumental  profano,  de  que  hacían  uso  desd 
los  tiempos  de  la  famosa  condesa  Matilde ,  sin  que  haya  pueblo  alguno  que  pueda  pre- 
sentar documentos  mas  antiguos  do  la  poesía  vulgar  hermanada  á  la  música,  que  los 
provenzales  españoles  y  franceses. 

Dice  Arteaga ,  repetiremos  por  convenir  así  algo  de  k)  que  dejamos  dicho  sobre 
esto,  que  si  bien  el  sistema  poético  y  musical  de  los  árabes  y  españoles,  y  de  los  pro- 
venzales, tiene  algunos  puntos  de  semejanza,  no  puede  convenir  en  que  los  provenza- 


(I)    Queda  dada  noticia  de  estos,  por  nota,  en  la  parte  primera  de  este  discurso, 

99 


—  827  — 

PilarRHiuicos  los  catalanes  por  nnturaleza,  j  an  particular  los  barceluiieses,  hnn  sido 
en  eete  stglu  los  (|uc  mas  constantemente  han  mantenido  la  Opera  italiana,  la  cual  soa- 
lienen  también  en  el  día  un  sus  bellos  teatros  de  Barcelona,  en  cufa  ciuJad  han  figu- 
rado mucha  parte  de  las  notabilidades  musicales  de  la  6poca,  que  Itan  «ido  pagadas 
con  largueza  y  liasta  alojadas  con  suntuosidad,  síondo  lio;  de  los  que  mas  esfuerzos 
liaceu  para  introducir  la  ópera  española  ú  larzuela,  ijue  ha  empezada  ú  ejecutarse  en 
Bijuellos  teatros  con  grande éiiio  (I). 

En  Madrid,  que  con  Barcelona  tta  competido  siempre  en  este  asunto,  hn  liabido, 
desde  el  ano  1814  al  presente,  como  liemos  indicado,  algunos  largos  intervalos  en  que 
ha  estado  callada  laEuterpe  escénica  de  todo  punto,  alternando  en  loscolbcos  del  Prin- 
cipe y  de  la  Cruz,  únicos  que  hubo  desde  I8H,  ^n  qiicsecerrd  pnra  las  representacio- 
nes el  de  los  Ceños  del  Peral,  la  ópera  italiana,  ja  cantada  por  adores  españolos,  ya  por 
italianos,  pero  sosteniándosc  siempre  débilmente  y  por  temporadas  carias.  Llegó  el 
aña  de  <  833,  que  con  el  de  39  pueden  apellidarse  de  las  Rociedados  literarias  y  artlsli  - 
cas  por  las  muchas  que  se  crearon  en  toda  España,  y  levantando  al^n  tanto  &  la  decai- 


y  dolado  casi  de  las  mismas  gracias  armonií^as  ild  tosuano,  es  suave  para  la  música: 
10  primero,  por  la  atiundancia  de  Tócales;  lo  segundo,  por  ta  suavidad  de  ellns;  lo  terce- 
ro, porque  sus  dicciones  temiiflan  regularmente  en  consonantes  nnncibles  y  sencillas, 
cscluyendo  las  Asieras  y  dobles;  y  lo  cuarto,  pqrquc  no  tiene  necesidad  indispensable  de 
usar  con  frecuencia  aquellas  letras  uue  por  si  son  duras  y  desdicen  de  un  idioma  tan 
agradable;  estas  son  la  J,  la  G  y  la  X,  letras  cuya  pronunciación  es  de  origen  drabe, 
las  cuales  se  usan  menns  veces  que  las  domas.  Es,  pues,  indudable  qiio  después  del  tos- 
cano,  el  castellano  es  el  idioma  mis  adecuado  para  la  música,  porque  es  el  mas  suave, 
varío  y  armonioso  de  Europa.  jOjalA  que,  as!  como  hay  en  él  esta  favorable  disposición 
para  el  canb,  iHibiese  el  DecesarioestudioydolicRdezaenlosinseniosque  escrtuen  poe- 
sía para  poner  en  música!  Pero  ademas  do  faltarles  en  suj  obras  las  dotes  de  buena 
poesía,  les  (alta  dulzura  mótrica;  siendo  nsl  que  en  los  versos  que  se  han  de  cantar  no 
esdisimulableel  mas  mínimo  descuido  contrarío  Ala  grata  sonoridad,  por  lo  nuc  dehe 
evitarse  el  encuentro  dsconsonanlesdiisapacibles.  las  violentas  contracciones  nelas  vo- 
cales, los  Gnales  asonantados  cuando  nolos  exige  elinctro,  y  la  acumulaciou  da  dicdonei 
agudas  que  no  vayan  discretamente  mezcladas  con  las  breves-»  Añade:  «Que  os  inútil 
toda  diligencia  del  versihcador  si  el  compositor  no  atiende  al  sentido  de  la  letra;  si  U 
trunca  quebranta  su  natural  prosodia;  si  la  confunde  con  demasiado  acompañamiento; 
si  la  hace  lánguida  con  importunas  repeticiones,  ysi,  para  acreditarse  de  inteligente  en 
las  abusivas  licencias  del  contrapunto,  dispone  que  en  las  composiciones  á  muchas  voces 
canten  unos  ejecutores  unas  palabras,  mientras  los  demás  cantan  otras,  que  es  el  modo 
de  que  nada  se  entienda.  Aun  cuando  el  poeta  y  músico  eviten  todo  incoavuniente ,  se 
aventura  el  acierto,  si  el  cantor  no  contribuye  por  su  parte  con  una  pronunciación  da' 
ra  y  eapresiva;  y  solo  cuando  los  tres  se  ayudan  ÍKual  y  mutuauíento  se  logra  al  admi- 
rable efecto  que  debe  producir  la  música  vocal.  Pero  casi  siempre  es  esclava  la  poesía 
déla  música,  llevándose  el  ruido  la  atención,  da  suerte  que  el  mismo  efeoloda  una  ma- 
la que  buena  poesía,  lo  que  no  sucedería  ai  el  compositor  dejase  lucir  al  poeta  y  el 
cantor  no  quitase  la  espresion  i  ambos.i> 

(1)  Ln  zarzuela  encontró  oposición  siempre  en  los  catalanes,  apasionados,  mas  que 
el  resto  de  España,  á  la  ópera  italiana,  y  asi  es  que  jamás  se  aclimató,  y  pocas  veces  se 
oyó  con  gusto  este  género  español;  pero  encarcatlode  la  direocion  núsicadel  teatro  del 
Licito  de  Barcelona  nuestro  amigo  el  aprecioble  profesor  y  compositor  D.  ilariano  So- 
nano  Futriesen  lSo2,  ha  logrado  con  su  buena  dirección  y  talento  músico,  no  soto  que 
se  oiga  la  zarzuela  con  gusto  por  los  caLitanes,  sino bastacon entusiasmo,  de  modo  que 
puede  decirse  que  ha  conquistado  el  gusto  de  aquel  pueblo  severo  y  enlcndidu  en 
música,  al  género  español,  y  es  de  esperar  que  la  opereta  española  afiance  allí  su  con- 
qolsla  y  produzca  obras  dignas  y  meritorias. 


I 


—  831  — 

Ita  época  ea  la  espresion  de  U  letra,  y  la  or(|uesU  se  limitaba  á  acumpañur  sobria- 
mente, y  muy  piuno  por  lo  gonerai.  Los  famosos  músicos  Buramello,  Hass,  Nicolás  Ju- 
nielli  el  napolitano,  y  sobro  todo  Lampugaant,  pusisron  todo  su  estudio  y  conoto  en 
Ib  parta  instrumental,  y  poco  á  poco  iia  llegado  esta  parte  eu  la  ópera  á  sobreponerse 
á  la  voz  y  á  lu  letra,  ú  las  que  cubre  muchas  veces  el  grnode  estruendo  de  la  multitud 
de  instrumentos  antiguos  y  modernos  do  que  se  componen  lioy  nuestras  orqueataa,  j 
cuya  necesaria  combinación  dificulto  al  doble  las  buenas  composiciones  músíco-dra- 
milicas.  El  grande  adelanto  que  ademas  ba  beclio  la  música  instrumenta]  en  Alemania , 
en  cuyo  pueblo  so  escribe  ia  música  mas  Glosófica  y  complicada  que  se  conoce,  y  el  gus- 
to que  lia  creado  esto  mismo  bácia  esta  música,  ha  hecho  desmerecer  mucho  al  me- 
lodrama en  la  parte  de  canto,  que,  siendo  su  principal,  parece  una  cosa  secundaria  de 
su  mismo  comento,  que  son  las  melodías  instrumentales. 

Dedúcese  de  esto,  que  la  Taita  de  filosolia  en  los  compositores  es  la  verdadera 
causa  principal  de  la  decadencia  de  la  ópera,  y  particularmente  de  la  italiana,  como  lle- 
vamos diclio,  á  lo  que  se  añade  el  abandono  casi  total,  de  que  ya  se  quejaba  nuestro 
Glósofo  en  el  siglo  pasado  y  podria  quejarse  doblemente  hoy,  así  como  de  la  vanidad 
i  ignorancia  de  mucha  parle  de  los  cantores,  que  creemos  haya  ido  en  aumento 
desde  su  época  en  vez  de  disminuir. 

Verdaderamente  que  á  paca  que  lo  examinemos,  y  muy  especialmente  en  nuestra 
España,  entre  lodos  los  géneros  de  poesia  ninguno  so  ha  descuidado  tanto  como  el 
drama  musical,  A  pesar  de  los  escelentes  y  grandes  modelos  que  dejó  el  inspirado  Me- 
toíttuio,  al  que  puede  considerarse  como  el  rey  de  los  poetas  de  la  Apera,  y  et  que  la 
elevó,  en  esta  parte,  i  su  mayor  altura,  inmortalizándose  él  en  sus  escritos,  pues  que 
sus  aperas  como  la  Odiiea  de  Homero,  Églogas  de  Virgilio  y  de  Teúcrito,  las  Etegiai 
de  Calulo  y  de  Calimaco  y  los  túmedias  de  Uenaiidro  y  de  Tereauio,  son  obras  poéticas 
que  siempre  serán  célebres,  y  que  Inmortalizarán  á  sus  autores  en  la  posteridad.  Olvi- 
dando los  autores  que  la  poesía  es  la  primera  fuente  de  la  espresion  en  el  canto,  lia  que- 
dado reducida  6  un  estado  peor  que  una  prosa  m  iserable;  en  fin,  ahora  sí  que  puede  de- 
cii'se  que  ha  llegado  á  lal  estado,  que  ni  el  tealro  conserva  sus  derechos,  ni  la  lengua 
sus  prírilogios;  A  un  punto  en  el  que  la  música  no  encuentra  imágenes  que  espresar 
ni  rilmo  que  seguir,  y  en  el  que,  concluiremos  con  ArLeaga  y  con  mas  razón  que  él  te- 
nia para  decirlo  en  su  época  y  Fdjóo  en  la  suya  (1),  la  razón  no  ve  conexión  aljijuna 


(I)  El  P.  Peijóo,  en  su  Tiutro  CrKíeo,  discurso  cuarto,  dice  al  párrafo  12  que  la  poe- 
sia en  España  (en  su  tiempo}  estaba  mas  perdida  que  la  música  en  mucho  y  con  este 
motivo  se  eapresa  asi;  «Son  infinitos  los  qiie  hacen  coplas,  y  ninguno  es  poeta.  Si  se 
me  pregunta  cuáles  son  las  arte.^  mas  difíciles,  responderé  que  la  médica,  poética  y 
oratoria.  Y  t;i  se  me  pregunta  cuáles  son  las  mas  láciles,  responderé  que  la  poética, 
oratoria  y  médica.  No  bay  licenciado  que  si  qui«re  no  haft<i  coplas;  cuantos  religiosos 
sacerdotes  bay  suben  al  pulpito,  y  cuantos  estudian  medicina  bailan  partido;  pero 
¿ddndi!  está  el  médico  verdau érame n te  sabio,  el  poeta  cabal  y  el  orador  perfecto? 

•iNuestro  erudito  monje  D.Juan  de  Habillon,  en  su  libro  do  esludios  mondalicos, 
dice  que  un  poeta  escelenie  es  una  alhaja  rarísima,  y  yo  mrf  conformo  con  su  dicta- 
men; porque,  si  se  mira  bien,  ¿dónde  se  encucnlra,  entre  tantas  coplas  como  salen  á  luz, 
una  solo  juntamente  natural  y  sublime,  dulce  j  eílcaz,  ingeniosa  y  clara,  brillante  sin 
alectacion,  sonora  sin  turgencia,  armoniosa  sin  impropiedad,  corriente  sin  tropiezo, 
delicada  sin  melindre,  valiente  sin  dureza,  hermosa  sin  afeite,  noble  sin  presunción, 
y  conceptuosa  sin  oscuridad?  Casi  osaré  decir  que  quien  quisiere  hallar  un  poeta  que 


—  833  — 

qaese  afanan  algunos  jóvenes  profesores  para  conseguirlo  (i).  Trabajen  en  ello  con 
inteligencia  y  constancia,  estudiando  los  buenos  modelos  unos  y  otros,  y  estamos  se- 
guros de  que  conseguirán  dar  esta  gloría  á  su  país  y  satisfacer  los  deseos  de  sus  com" 
patriotas^  antes  que  la  voluble  moda  abandono  al  género  español  y  vuelva  la  cara  á  la 
culta  Alemania,  cuya  música  está  llamada  á  sustituir  en  toda  Europa  á  la  italiana  (2), 
en  cuyo  caso  seremos  alemanes  en  esto  como  hemos  sido  italianos  hasta  el  día,  y  será 
mas  difícil  entronizar  el  drama  lírico-español  (3).  Pónganse,  pues^  de  acuerdo  poetas  y 
músicos  en  sus  obras  lírico-dramáticas»  procurando  hacerlas  tan  perfectas  como  ya 
exige  la  ilustración  del  país,  y  para  que  se  cumpla  la  profética  promesa  que  pone  Iríarte 
en  su  poema  en  boca  de  la  poesía  castellana: 

Asi  con  amistosa  competencia, 
Música  ypoesia 
En  una  misma  lira  tocaremos. 


(i)  ((Nuestra  música  española  teatral,  dice  el  profesor  Soriano,  difícilmente  llegará  i 
ser  mas  de  lo  que  es,  pues  faltándonos  escuelas  donde  aprender  las  reglas  del  arte  para 
escribir  con  acierto  nuestro  género  de  música,  empezamos  siempre  por  donde  se  debe 
acabar.  Así  es  que,  teniendo  eénero  nuestro,  no  sabemos  cortarnos  la  ropa  que  nos 
hemos  de  poner;  y  cuando  lo  nacemos  es  tan  mal,  que  nos  parece  malo  también  el  gé- 
nero, y  vamos  á  buscar  ropa  hecha  al  estranjero;  y  como  toda  la  que  allí  se  consume 
nos  gusta,  tanto  por  sus  colores  como  por  su  hechura,  vamos  vestidos  siempre  de 
arlequines,  haciendo  reir  á  los  despreocupados.»  Nosotros  creemos  que  el  Sr.  Soriano 
txagera  algo  en  esta  opinión,  y  tenemos  mas  esperanzas  que  este  profesor. 

(2)  Dice  Mr.  Begin,  ya  citado,  que  las  i arzuelas  carecen  del  estudio  suficiente  en  el 
arte  de  escribirlas,  pero  que  se  componen  con  gusto  y  con  el  instinto  de  las  melodías; 

Íf  que  la  acogida  que  tienen  del  público  debe  alentar  á  sus  autores  mas  bien  que  cebar- 
es sobre  un  mérito  naciente,  en  el  que  el  patriotismo  tiene  razón  en  sostener  el  éxito. 
Dice  este  autor  que  la  lengua  española  es  mas  apropósito  para  la  ópera  sería  que  para 
la  cómica,  y  nosotros  creemos  que  para  ambas  lo  es,  y  con  preferencia  para  la  segun- 
da; pero  esta  es  solo  nuestra  opinión. 

(3)  Ademas  de  las  obras  citadas  en  este  escrito ,  pueden  consultarse  sobre  la 
ópera  las  siguientes:  TrattatodeW Opera  in  música,  áéi  caballero  napolitano  Planell; 
esta  es  una  de  las  mas  selectas.  Storia  é  ragioni  d^ogni  Poesía,  por  Quadrío . 


wm  DRL  DISCURSO. 


105 


I 

—  I 


—  837  — 

Itá,  Antonio. — Solii,  Diego. — Sdorxano. — Suares,  Vicnnlo. — Tanca  Vasno,  Diai. — 
Tapia,  Vid.  BallMtercw. — Tárrega,  El  zaníiHimi.—Tejera,  Juan  Francisco  de. — Ti- 
moMiia,  Juan  de. — Tirxo  de  Molina,  Fr.  Gabriel  Tellez  de. — rorra,  El  conde  de 
l«B. — Torret  Farfan,  Francisco  da  las. — Torre,  Francisco  do  la. — Torrei,  Corúniínt) 
de.— Torres,  Uiinuel  González  de. — TbrrM  filianal,  Dieco  de. — Trejo,  José  de, — 
furia,  Ricardo  de. — Turre»  ó  í^ima,  Ricardo.— FafliUox,  Fr.  Leandro.— ToJ- 
eárcei,  Francisco. —  Valdét,  Vid.  Lanos. — ValdivieiO,  &I  maestro. — Vateneiano, 
Jaime. —  VaUn3uela.fi. —  Valladares,  Koloaio. —  Valkjo. — Yanga,  Finncisco  Velas- 
co  de. — Varga»,  Manuel. —  Taires,  Antonio  de. — Va*  Vüíastea.  Mnrlin. — Vna  Bel- 
Inin,  Juan. — Ve/axeo,  Antonio  Altad. — F« Jateo,  Diego  de — Velasco,  Juan  de, — Ve- 
les, Juan. — Velez,  \M\s.—  VeiiaviAe»,  Juan  Antonio  de. —  Fera  y  Mendoza,  Francii- 
ro. — Vera,  Diego.  —  Vera  y  VÜlarroel,  Juan  de.  —  Ficlorta,  Francisco. —  Vidal, 
Juan, —  Vidal,  Manuel. —  Vidal,  VéAtü. — Vidal  Salvador,  Unnuel. — Villapando.  Bal- 
lasiir, — ViUamediana,  ti. —  V'íUanueva,  Diego  de. — Villanueva,  Gerónimo. — Villar- 
boa.1,  N. — VÜlarroel. — FiíiaftciOM,  Francisco  de  ia  Mesa  y.—  Villatan,  Gerónimo 
do. — Villega*,  Juan  Bautista, —  Virvega,  Antonio  de. — Virue»,  Cristóbal  de. — Viruei, 
El  capitán  Luh.—Volada,  Galceran, —Í/Hoa  y  Sandoval,  Gonzalo.— t/JJoa,  Luís 
<le. — Ursino,  N. — Urrutia,  N. — JCimenes,  Ignacio. — Ximenes,  Vicente. —  Vaiíes,  Ja- 
cinto.— Zabaleta,  Jimn  de. — Zamora,  Antonio  de. — Zapata,  Helclior. — Zarate,  Fer- 
nando de. 

SIGLO  i*m  (I). 

Aguayo,  Diego  A^i.— Alies  y  Gurena,  Francisco. — .Vvear,  Tomás.— Arellano 
y  Cruces  ,  Rumnn  de. — Arellano,  Vicente  Rodríguez  de. — Árrieta,  Aguslin  Gar- 
clade. — Atará,  El  conde  de.—BaqucdatiO,  Ángel  Saavedra  Ramirai  de.— ffaia. 
Antonio.  —  Benavides,  Juan  de.  —  Benegari  y  Latan,  José. — Bernad  ,  Pedro 
José,  mallorquín. — flouer  y  Ramonell,  Uiguel.  —  Brave  .  Manuel. — íoti,  Do- 
mingo. —  Cauahalso ,  José.  —  Cagigal  ,  Fernando  ,  marques  de  casa  Cagignl.  — 
Coüe,  Teodoro  déla.— CWsado,  Bernardo  María  de, — Camocho  y  Martine::.  Anto- 
nio.— Camaeho  ,  Vicente. — Cuno  y  Olmedüla,  Il.imon  de  ta  Cruz. — Cañisaret, 
¡osé.— Carnerero,  Jo^  üath.— Carpió,  La  condesa  del.— Carriíío.— Castr'lio,  Juan 
González  del. — Caglrillon,  Félix  Enciso. — &ufro,  HArcos  de. — Gienfuegof,  Nicasio 
Alvareí  Ae.—Claíiijo,  El  conde  de.— Ciouijo  $  Fajardo,  José- — Comalia,  Luciano 
Francisco. — Comnañy,  Juan,  jesuita  mallorquín. — Coneepeion,  Juan  de  la. — Concha, 
José. — Copons.  FrancisBo. — Cortés,  Cristóbal. — Cuadrado,  Alonw  Aotntiio. — Cua- 
drado, hoKazo  Íi:im0\  y  Uoaso. —  Cumplido,  José. — Diilgado,  Maoarí  Daniel. — Biex 
Gonsales,  Santos.— fluron.  Francisco. — Estala,  Pedro. — Estrada,  ManueL — Uslre- 
mera,  Juan  López. — Fernandes,  Antonio  Pablo. — Femandes  Bastamante,  losé. — 
íVrer,  Juan  Piíbln.^^Fernandeí  de  Líon.  Mdclior. — Fernandes  de  Moratin,  Nico- 
lás.—Fírnaiiáes  de  J/oraíin.  Leandro. — foco».  Luís,  raallonpiin.— Frupnanlo,  Anlo- 
nin. — Galvei.  Marín  Rosa. — Garda  Sutíto,  Tomás.— O'nis.  Tomií.— Gerardo  Lobo, 
Eugenio, — Gomei  de  Aco»ta,  Francisco. — González  EstéfaiU,  Francisco. — Gonzalti 
de  León,  Antonio. — Gonaal-is  Martines,  Nicolás. — Guerrero,  Alvaro  María. — Guef^ 
rero,  Vicente. — Gras,  José,  presbítero,  mallorquin. — Gusman,  Antonio  Merino  ;. — 
llidalQo,  Ju,tn,— ffuerla.  Vicente  García  de  la. — triarte,  Tomás. — fparraguirre, 
Miinnel. — Isunsa.  N. — Isenguisa,  N. — Jooellanos.  Gaspar  de. — Jagasay  Pilotos,  Fer- 
nnndo.— tanusfl,  Marcos. — Lasóla,  Manuel. — Latre,  Tomás  Sebastian  y. — Laviano, 
Manuel  Fermín, — Ledesma,  Félix  Rodríguez. — Ledeima,  Francisco  Rodriguez  de. 
— Lobera  y  Hendieía.  losé. — Lopes  de  .iyala,  lunario. —  Lorena  de  Arosar. — 
JMiguno  y  Amirola,  Eugenio,— Luaun,  Ign.icio. — Maldonado.  N. — Martines,  N. — 
Halo,  Ignacio  García,- iíojueda,  José.— .tfarcftena,  José.— J/arqHW,  Aulonío. — 


(1)    Cita  Homlin  en  osle  siglo  ití  producciones  anónimas,  du  las  que  10  son  z 
luelBB,  27  tragedias.  40  Óperas,  ;  las  demos  comedias  y  saínetes. 


—  8S9  — 

Pedro. — Grasi,  Angela. — Guerra  y  Orbe,  Aureliano  Fernamlai.— Guerra  t/  Orbe, 
l.iiiB  Fernandez. — Guerrero ,  Teodoro. — Gutierres  de  Alba,  José. — ffarlsenbuteh, 
¡nao  Eugenio. — Herrero,  Sebeslian. — Hurlado,  Antonio. — Hurtado  de  Mendosa, 
Joa([UÍri. — Huid,  José  Maria.— Jado,  Laureano  ríe. — Larra,  Luis  Mariaao  de.— Lorra, 
Mana  DO  José  de. — Larrañaga,  Gregorio  Romero. — Larrea. — La»  Heras,  Manuel. — 
Lósala,  Juan. — l-oma  y  Corradi,  Luis. — Lombia,  Juan. — López  Arciüo.  Ricardo. — 
López  de  Madariaga,  Jonquin. — Lup^  Pelegrin,  Eduardo. — Lapes  Pelegrin,  San~ 
los. — Lumbreras,  Santos.— ¿(ano  y  Persi,  Manuel  del. — Lledra,  Antonio.— JTadroso, 
Pedro. — Hagan,  Nieoliis. — Maldonado,  José  Muñoz,  conde  de  Fabraquer, — ¡Santeli, 
Solero, — MaTtinee  Pitrel.  Antonio. ^ — Martínez,  Bartolomé. — Martines  Cuende,  Eu- 
Renio. — Martines  de  la  Rosa.  Francisco, — Martines  Navarro,  Carlos. — Mestres, 
José  Unria. — Miilan  y  Navarrete.  Rafael. — Motellan,  Sebastian  Fernandez. — Mon- 
t?niar,  Francisco  de  Paula.— i^nlt*,  Antonio,  marques  de  la  Bastida —Aforan,  Ge- 
rónimo.— Moreno,  Eugenio. — Muteat,  Eduardo. — Nartoi,  La. — Saiiarrete  y  Landa. 
Ramón. — jV^ira  de  Mosquera,  Antonio. — Negrin  —Nogaerat,  Manuel. — Óchoa.  Eu- 
genio de. — Oíavarrid,  Eugenio  de. — Olloqui,  Emilio. — Olona,  Luis. — Ontiveros,  An- 
tonio García. — Orgas.  Francisco. — Pacheco,  Joaquín  Francisco. — Paalorfido.  Miguel. 
— Pojaron  y  Lastra,  Ubaldo. — ParreAo,  Florencio  Luía. — Peral,  Juan  del. — Peirel  y 
Bosque,  José. — Peres  Ouran,  Manuel.— Piwrro,  Manuel  Hernando.— Principe,  Bi- 

Suel  Aguslin. — Quwedo,  JosélleribertoGarcind&. — Quintana,  MenenJez. — Quadrado, 
nséMaria. — fíamires,  Braulio. — /tamir^a  ¿oia(£a,  Nemesio. — Reca»ens,  José  María. — 
fíegoyoi. — Regnes.  Juan  García. — Rete»,  Francisco  Luis  de. — Rü>al  y  Fontteré,  An- 
tonio.— Hibol,  Francisco  de  Ab\s.—Ríos.  Francisco  Manuel,  msllorquin.— Aoca  de 
Tbgores.  Mañano,  marques  de  MolrDS.>~At>ca  y  Se?ui,  Guíllerino. — Romera  Saave- 
dra,  Antonio. — ttomo.  Judas  José. — Rosa  Gonsatec,  Juan  do  la. — Rosell,  Cayeta- 
no.— Rubí,  Tomás  Rodríguez, — Ruis  Aguilera. — Ruis  dekCerro,  Juan. — Saavedra, 
Ángel,  duque  de  R iras. — Soiaíer,  Pedro, — Satas  y  Quiroga,  Jacinto  de.— SancA» 
del  Arco,  Francisco. — San«  y  Rives,  Ramón. — Sansón. — Santa  Ana,  Manuel. — Sana, 
Eulogio  Florentino. — Sans  Peret,  Jone— Satarres,  Ramón.— Segovia,  Antonio, — 
Sc/ffoi,  José, — Serón,  Fernando  de  Antón  y. — 5erra,  Narciso. — Seruera,  Francisco 
María. — Simonettf  naatco  hiior.— Soler  de  lit  Fuente.  José  Joaquín. — Soííx.  Dio- 
nisio. —  Soilrea ,  Ramón.  —  Suares  Brabo ,  Ceferíno.  —  Suricalday.  —  Tejado, 
Gavino. —  Tiá,  Jaime,  catalán.  —  Vatdeíomar  y  Pineda,  Javier.  —  VaUíulares  y 
Garriga,  Luís. — Valladares  y  Saavedra,  Ramón.  —  Vargas  Ponee,  Jusé. —  Vayo, 
Estanislao  de  Kosca  y  — Fejo,  Ventura  de  la. —  Velasques.  Felipe. — Vera,  Joaquina. — 
Victoria,  Francisca. — Viliay  YaUe,íosé. — ViUaJta.  José  Garda. — ViUerpot,  Juan  Uar- 
linei.- Pí/ÍOíioda,  Francisco  Navarro.— iTamócoía,  Antonio  de  Iza. — Zorrilla,  José. 
Nuestro  ilustrado  amigo  y  compañero  ol  Sr.  D.  Eugenio  Harttenbutoh,  poeta  dra- 
mjlico  bien  conocido  en  Europa  por  sus  escelejiles  obras,  escribe  unos  Anales  del 
Teatro  Español,  y  en  esta  interesante  obra,  que  no  podré  dejar  de  ser  muy  buena  y 
muy  completa,  atendiendo  al  buen  criterio  y  veracúlad  de  su  autor,  se  dará  razón  ain 
duda  du  todos  los  autores  moncíouuJos  en  estas  lisias  y  de  sus  obras. 


Compositores  de  ópera. — D.  Hilarión  Eslava. — D.  Baltasar  Saldoni. — D.  Antonio 
Robira.- D.  Emilio  Arrieta.— D.  Ramón  Carnicar.- D.  Eduardo  Domínguez. —D.  Joa- 
quín Espin  y  Guillan. — D.  Tomás  Genores.— D.  Ventura  Sancbez  Madrid. 

Compoíiíorffs  de  lariueía. — D,  Joaouin  Gaztambidc. — Udri, — D.  José  Inzenga  y 
Castellanos.— D.  Francisco  Barbicri. — Hernando,— Allú,—D.  Manuel  Nicolás. 


^  «« 


n 


NOTA  FINAL  AL  DISCURSO  SOBRE  LA  MÚSICA  ESPASOLA. 


iTÍgen    de    lai    iartminantot    múiiaoi    npañoli 


psrlllJi  maduItlioDii  so 

(S<tfl  Isidoro.) 

•.  un*  (tlcTla  cuiildad  de  lanoK  par 

EBONE,  Tratado  de  « 

.úiicj.) 

Si  por  el  uso  antíf^uo  y  moderno  hemos  de  juzgar,  hs  itistrumcnlos  de  nuestro 
pueblo,  y,  por  lo  tonto,  los  mas  nacionales,  linn  sido  y  son  en  el  día  la  pandereta,  pan- 
dero y  tamboril,  la  guitarra  y  las  que  de  pila  se  derivan ,  como  citara  y  bandurriii; 
h  íinfonia,fole,  gaita,  dukaina,  silbo,  triángula  ó  hiertot  y  \as  castañuela»:  eslofi 
son  tos  mas  usados  efi  nuestra  España  en  las  mUs  do  nuestros  alegres  compatriotas; 
y  vamos  á  dar  razón  de  ku  origen  y  de  la  manera  que  ha  llegado  su  uso  hasta  nos- 
otros, valiéndonos  para  ello  déla  noticias  que  nos  han  dejado  esparcidas  Jos  autores 
antiguos  nacionales  de  mas  crédito  en  sus  obras,  las  cuales  reuniremos  en  este  escrito. 

A  poco  que  se  reHeiione  sobre  la  forma  y  Tunciones  de  los  instrumentos ,  lodos 
ellos  deben  de  hnber  salido  de  tres  mices;  á  saber:  do  la  caracola  ó  del  cuerno,  de  la 
(tro  y  de  la  pandera,  que  deben  ser  los  mas  antiguos  de  que  liarían  uso  los  hombres. 
Ue  la  caracola  marina  o  del  cuerno  animal,  que  demeroa  av  los  primitivos  iostrumen- 
mos  cnúsicos.  se  derivan  naturalmente  la  tromna,  las  Irompctsi,  los  clürínos  do  todas 
clases,  el  üranoa,  la  Hauta,  el  clarinete,  la  duluiaa,  las  gaitas  de  todas  especies,  el 
Tole,  chirimía,  sacabuche,  albogue,  zampona,  silbo,  analll  y  todos  los  demás  instru- 
mentos que  producen  sonidos  por  medio  del  airo,  diríjase  este  de  la  manera  que  quiera, 
pues  que  loaos  son  pnemmSnicus  y  deben  su  voz  al  viento. 

Ue  la  lira,  quo  en  un  principio  dcbiú  tener  mucho  de  nuestro  grotesco  orrabel  tic 
Navidad,^  parala  que  sirvió  después  de  caja  d  tripa  la  lapa  cooTCia  de  la  tortuí¡n, 
debe  originarse  el  ar^ta,  lu  vUiuclit  úguilarra,  la  bandola,  cíUra,  laúd,  bandurria, 
tiorba,  el  salterio,  la  sinfonía,  el  vioün,  el  piano  y  todos  los  demás,  cuyos  sonidos  Ioü 
producen  las  cuerdas  meldlieas  6  de  tdria,  tirantes  y  templadas  convenían  temen  lo. 

En  fin,  de  la  pandera  (} adu/'s se  sngiaarían  el  tambor,  el  pandero,  los  atabalea, 
el  crdtalo ,  las  sonajas ,  el  címbalo ,  las  castañuelas  y  todoü  los  instrumentos  ilc  golpeo, 
entre  los  oue  debt^mos  do  contar  los  pastoriles ,  chicharra  y  zambomba,  mistos  entre 
los  segundos  y  estos  ,  y  los  dema^  do  este  cdnero. 

Lot  instrumentos  de  las  nacionm  qun  lian  dominado  &  España  so  introdugeron 
en  ella  con  sus  autores,  y,  mas  d  menos  i'n  uso,  tjuodaron  cotuo  un  loRudu  que  ba  11c- 

106 


—  815  — 

saa  una  mismn  cosa ,  le  ooinpnnáe  bien  dn  In  il&scripuion  qtio  hacen  los  nulorcs  ;  y 
■1110  es  propio  para  acompañar  los  bailes ,  lo  dijo  Ofidio  en  uatos  versoí : 

Ouocumque  tapieei  damor  javenitet ,  el  una 
FainintB  docsj  percussaque  tympana  palmiti 

y  Tibulo,  hablando  de  Berccintliia,  lodecinrú  inejur,  diciendo: 

Níveis  citó  capil  manibiu  leoe  tympanum 

(<|ue  loatú  velozmente  con  sus  blancas  manos  el  li;jero  adufe),  aÑudiendu  Cálulo  : 

Plangebant  atiis  proeeris  tympana  patmis. 

El  poner  tmnnjas  en  Ins  panderetas  y  pandero»  lo  vemos  ya  citado  en  el  lib.  i  de  los 
Beyes,  cap.  iS,  puesto  que  diciendo  tn  tympanii  latitia  et  ín  tístris ,  es  preciso 
tomar  aquí  el  sistro  por  las  sonajas,  iuvennl,  Ovidio  en  sus  J/etamor/^oMoj  v  Mar- 
cial en  el  lib.  iv,  Lacen  referencia  á  la><  sonajas  de  los  pandaros  cuando  se  reitere  bI 
siitro  del  tímpano  .  y  ya  se  conlirmnu  en  Job  los  conciertos  del  pundero  con  h  vihuela 
como  se  verifica  entre  nosotros  para  cantar  los  aires  españoles  y  bailarlos  la  f;enle  del 
pueblo ,  puesto  que  liallamos  que  dijo ;  A  ly/a/tanum  et  eitharam  dueunt  ehoroí. 

En  realidad,  el  tímpano  de  los  antiguos  viene  á  dividirse  entro  nosotros  en  cua- 
tro instrumentos,  dos  de  uso  varonil  v  dos  del  de  nuestras  doncellas.  Los  varoniles 
son  los  tambores  y  \oi  timbales  á  atabales,  instrumentos  do  golpeo  í  palillot,  de  los 
que  se  sirve  lu  milicia  de  infantería  en  el  primero,  y  la  caballería  antiguamente  en  el 
segundo,  sirviendo  ambos  también  para  nuestras  zambras  en  algunas  provincias,  y 
para  solemnizar  las  grandes  Restas  populares  y  darlas  cierto  tono  de  majestad. 

Vese  et  tamboril  6  tambor  pequeño  usado  en  nuestras  provincias  vascas,  razón  por 
la  que  algunos  autorea  llamaron  al  pandero  tambor  vasto,  acompañando  al  llaulin 
psra  llevar  el  aire  de  los  alegres  zonicos ,  cantares  y  bailes  ijue  caracteriían  &  aquellas 

Erovincias  de  usos  patriarcales,  que  conservan  en  toda  la  pureza  de  su  origen ;  y  lam- 
ien  se  le  oye  en  las  Taldas  del  Pirineo  y  en  la  mayor  parto  de  Ins  pueblos  de  la  corona 
do  Arngnn,  y  aun  en  algunos  de  la  de  Castilla,  nsociandoso  á  la  gaita  y  ¡i  la  dulzaina  en 
las  danzas  provinciales,  si  bien  en  oslas  es  ya  un  tAmbar  guerrero  en  vez  del  pequeño 
tamboríl. 

Si  hubiéramoH  de  buscaren  los  tiempos  modernos  el  origen  de  estos  instrumentos, 
tendríamos  que  concederles  á  los  moros  que  ocuparon  por  siete  siglos  la  Península, 
los  que,  vueltos  á  sus  arenales  dul  Afríca,  siguen  usindolos  carao  nosotros;  aero  les  ha- 
llamos ya  establecidos  entre  los  antiguos,  como  llevamos  dicho,  y  solo  añadiremo:*  que 
de  la  costumbre  de  malar  i  palos  los  gentiles  i  los  primeros  mírtires,  según  San  Pa- 
blo, la  cual  imitaron^  aun  usan  los  árabes,  viene  el  dicho  castellano  de  decir  cuando 
bandado  una  paliza  a  al^un  prójimo,  deque  te  han  tonada  et  cuadro  áel  pandero. 

Es  muy  natural  el  confundiré!  pHnder»  con  la  pandereta  en  la  actualidad;  pero  en  el 
antiguo  castellano  se  hallan  bien  designados  ,  dando  á  li  primero  el  nombro  de  Adufe 
queesel  suyo  propio,  instrumento  árabeque  se  usaen  Tánger,  ArgelyTetuan,  y  en  toda 
lii  costa  de  África  en  las  diversiones  del  pueblo,  y  «n  nuestra  España  en  todas  sus  pro- 
vincias para  los  bailes  de  calle  de  las  donccN.is,  y  para  los  regocijos  familiares  de  todos 
las  clases  en  la  festividad  del  nacimiento  dul  Señor. 

La  voz  pandero  p.irece  derívacion  de  la  griega  panderit  6  prtndora  ,  instrumento 
rústico  con  el  que  se  festejaba  al  dios  Pan,  del  cual  puede  provenir  el  denominar  pan- 
dero, pandeó  pandorga  al  hombre  ó  mujer  grosero  y  necio.  Sea  lo  que  quiera,  es  ins- 
trumento usado  ya  en  tiempo  de  Moisés  ,  puesto  que  se  lee  en  el  Kzodo  ,  15.  30, 
que  su  hermana  Haría  y  Aarnon  al  son  del  panderillo  guiaban  la  danza  de  tas  mujeres 
quK  celebraron  el  paso  del  mar  Rnio ,  cantando  su  sagrada  tonada  á  la  grandeza  del 
Señor;  leyéndose  en  el  libro  de  Jume,  II,  34,  que  la  hija  de  Jepte  salid  al  encuentro  de 
su  padre  locando  el  pandero  cuando  venia  triunfante  de  tos  amonitas. 

Si  hemos  do  creer  en  las  alabanzas  que  dieron  al  pandero  en  sus  versos  los  poetas 


—  8i3  — 

ptausMi  mawi  etpcrcusMi  pede  et  gaoiáa  est  confe;  lo  cual  dicen  los  Íotérprel9í  de 
las  Santas  Letras,quepbuiíérenianu(.'f  percutere  pedt,  es  lo  mismo  quu  bailar  ha- 
ciendo castaaelss  con  los  itodos  y  cabríolu  i  zipaleUs  con  loa  pies.  Do  niiul  ne  co* 
ligo  el  origen  de  los  aplausos  (^ue  se  dan  á  los  cantantes,  oúinicos  y  oradores  al  ter- 
minar sus  trabiuos  d  satisfacción  del  púUico  quo  les  escuchn.  aplausos  que  por  olra 
parte  aconseja  el  Salmista  á  lodos  los  Heles  en  las  festividades  consagradas  al  Señor: 
omnes  genis*  jikntdite  mamhus;  razón  por  la  que  se  establecerían  las  danzas  y  uso 
en  ollas  de  las  castañuelas  antigu:imonte  en  las  procesiones  del  CofViM,  y  por  la  que 
no  deben  estrañarnos  las  danxas  que  en  algunas  de  nuestros  pueblos  Tan  delante  de 
las  procesiones ,  y  el  que  bayan  bailado  con  castañuelas  los  niños  It.imados  infantes 
dolante  de  los  monumentos  del  Jueves  Santo  en  algunas  de  nuestras  catedrales. 

Ürlgen  de  las  caslañuela^i  debieron  ser  tat  vez  las  tejoletai ,  y  no  muy  lejos  de  ellas 
debe  de  estar  el  de  los  HoarsKUELOS  j  caicabele» ,  instrumento^;  llamados  en  lo  antiguo 
crepitúculos.  Polín  arirma  que  los  griegos  hicieron  uso  do  las  tejoletas ,  á  las  quolla- 
nuaranPAn^ituía,  vd  fin  do  que  se  supiese  su  uso,  nos  dej4  dícbo  que  eran  enlrepo- 
ner  en  los  dedos  de  la  mano  izquierda  tejoletas  partidas  y  darías  con  la  mano  derecba 
ilcompds.  Atlioneo  lus  denommó  Lepando*  en  el  lib.  t,  cap.  iv,  como  lo  confirma  su 
comentador  Casaubono,  que  cuenta  que  el  rey  Antioco  en  ciertas  tiestas  llevó  tejo- 
letas en  señal  de  su  tristeza,  en  vez  de  los  ulegres  instrumentos  que  los  demás  lleva- 
ron :  Antioehut  ut  magis  h  dejieeret  testas  artunferebal  tibiarum  loco.  V  en  el 
lib.  iT,  tomándolo  de  Oidiuio,  dice  que  fueron  usadas  las  tejoletas  universal  mente.  En 
lasjlira  Use  acordú  Ju  venal  de  este  agreste  instrumento,  que,  según  Suetonio,  no 
disguslú  al  emperador  Nerón  ,  al  que  cinco  mil  maDcebos,  bijos  de  caballeros,  le 
nplaudicrou  con  bombos  y  tejoletas,  teniéndose  el  bombo  aquí  por  un  zumbido  ó  silbo 
bronco  hecho  con  la  boca,  según  lo  entiende  Casaubono  ,  que  lo  deduce  de  Licofront 
y  de  Sdfocles. 

Los  HonTSRueuis  fueron  en  un  principio  de  barro,  y  se  tocaban  con  palillos  ,  pero 
se  diferenciaron  poco  de  los  nuestros.  Suidas  baca  inventor  al  iitenieuse  Diocles,  y  San 
Isiiloro,  en  el  lib.  iii  de  sus  Etimologías,  at  hacer  mención  de  este  instrumento,  dic« 
(juf.  so  liacian  de  metal,  y  auD  de  plata.  Tampoco  se  olvidd  de  él  Casiodoro  on  su  cartí 
a  Simaco,  pues  que  dice:  Quid  acetabuíarutn  ttnnilwf  Quid  diUeisfimé  toni?  Ae- 
feram  varia  pereuitione  modtilanun  ;  y  Propercio  aludid  i  este  instrumento  on  la 
elegia  9  del  lib.  iv,  sintiéndolo  usi  larabien  José  Elscaligero. 

Ño  menos  celebridad  y  antigüedad  tienen  los  cascabeles  que  adornan  iiueslnis  pan- 
deretas. No  podemos  asegurar  si  su  nombre  es  bárbaro  ó  latino  ,  y  casi  la  misma  voz 
se  usó  siempre.  Cicerón  pro  Celio  lo  llama  escabela  ,  y  Suetonio  Tranquilo ,  refiriendo 
la  pesada  burla  que  C.iyo  Callgula  quiso  jugar  a  unos  caballeros,  dice:  Deindé  repente 
magno  tibiarum  et  senbelorum  erepítu  eum  palla  tunieaqae  eantieo  abtít.  kn  las 
advertencias  &  este  fug.nr,  ñire  Casaubono:  Assentior  autem  amieisiimo  Scaligero  qui 
icabetoi  ene  putat  apud  Suetonium  et  Amobium  ,  171105  Hitpani  et  Aagustani  caaoo- 
belos  di'cuní.  Erat  hoe  unum  ex  crepilacuti  generibu»,  (¡uibua  vel  cum  musieas  or- 
ganis ,  vel  inopia  oorum ,  u(  notat  Scoliastei  Aristofanis  ad  rana»  utebatur.  En 
Arnubio  se  esplicnn  del  propio  modo  los  cascabeles. 

Llamaron  los  hebreos  á  loscascabelesmsriloíatm.  que  traduce  tintimuAula  la  Vul- 
gaU,  debiéndose  tener  por  cascabeles  los  que  colgaban  déla  Gmbria  ó  franja  do 
jn  túnica  del  sumo  sacerdote ,  y  no  por  campanillas,  como  bao  creído  algunos.  Entra 
los  hebreos  los  cascabeles  avisaban  el  silencio  y  el  reposo ,  y  entra  nosotros  el  ruido  y 
la  diversión.  No  queremos  dejar  olvidado  que  los  israelitas  adornaban  con  cascabeles 
los  frenos;'  prelules  de  sus  caballos,  pues  que  vaticinó  Zacarías,  cap.  xiv.  vers.  20, 

aue  llegaría  tiempo  que  en  los  cascabeles  de  ios  caballos  se  escribíria  el  santo  nombra 
e  Dios :  ín  dit  Íüo  erit  quod  tuper  frenum  egui  est  sanclutn  Domino.  De  aquí  pro> 
vendría  el  origen  anlisuo  en  España  de  poner  cascabeles  en  los  frenos  de  los  caballos 
(le  los  soldados,  no  solo  para  amansarlos,  sino  ^ue  también  para  imponer  con  su  ruido 
al  enemigo,  lo  que  consta  practicaron  los  españolea  ea  la  conquista  de  la  Nueva-Es- 
paña, en  la  que  surtieron  buen  efecto  para  atemorizar  £  los  indios.  Nuestros  arrieros 
y  moKos  de  muías  aun  ponen  cascabeles  en  los  lujosas  cabezadas  de  los  caballerías,  y 
no  hace  roucbo  que  los  llevaban  por  botones  en  las  boquillas  de  los  calzones  y  en  la 


—  847  — 

Los  espsDoles  Kan  [rasporlado  &  kioéñcahs  sonajas,  ea  daDde  es  muy  común  verte 
en  las  mnnoa  de  negros  y  mulatos  en  sua  diversiones  y  bailes.  Hoy  no  se  le  considera 
en  Bapañü  ínslrumento  música,  á  no  ser  que  teníanlos  porsistro.  como  San  Gerónimo, 
al  [ñángulo  y  liierrecillos,  tan  en  uso  entre  nuestros  músicos  campnsinos,  y  nun  en 
l(s  orquestas,  y  muy  especíülraenle  en  los  bandas  militares. 

El  «TiBAL,  que  el  vulgo  llama  timbales,  y  que  también  se  denomina  atambor,  se  vq 
ya  mencinnadn  como  instrumento  de  guerra  entra  los  antiguos,  y  de  él  habla  Stacio 
cuando,  en  el  lili,  n  de  su  Tebaida,  dice: 

Tune  plurima  busiut 
mrague  taurinos  sortitu  tJincend'a  jtulauí. 

Denomínase  atali.-il,  ya  por  el  sonido  que  hace,  ya  por  su  Bgura,  en  cuyo  caso 
puede  originnrse  del  hebreo  tabai,  que  slgnilica  redondea,  ó  de  tabal,  que  en  árabe 
tiene  el  signillcado  aquel.  El  uso  de  los  atabales  empezó  en  Enpañn  en  la  edud  media 
con  los  árabes,  que  le  usaron  en  los  juegos  do  cañís,  y  de  ellos  pasó  i  liis  naturales,  qne 
le  admitieron  en  los  torneos  y  demás  regocijos  públicos,  habiendo  quedado  después  i 
la  cabftlleria,  como  en  un  principio,  de  instrumento  múiico,  ya  solo  usndo  hoy  en  Jos 
grandes  orquestas  de  nuestros  teatros,  particularmente  en  tas  de  ópera,  y  para  his 
gmndes  Hestas  de  ceremonia,  como  las  proel  a  m.i  clon  es  de  nuestros  reyes  y   sus  juras 

Íliestas  reales,  publicación  anual  de  la  Bula,  y  corridas  de  loros  en  nuestros  circos: 
is  ayuntamientos  de  las  ciudades,  y  en  particular  el  de  Madrid,  lleva  delante  de 
si  atabales  y  clarines  en  todas  las  solemnidades  púMicas  en  que  se  presenta  i  caballo 
6  en  coche.  El  tj^mboril  ea  un  tambor  pequeño  usado  en  nuestras  danzas,  acompañada 
siempre  por  la  dulzaina,  chirimía,  pífano  o  pilo,  según  el  uso  de  cada  una  de  nuestras 
provincias  que  usan  estu  especio  de   música  en  sus  bailes. 


INSTRUMENTOS  DE  VIENTO. 


I 


DoutAiNt.  Este  instrumento  de  boca  se  dnriva  de  lg  (l^uta,  por  lo  que  empezare- 
mos i  esplicar  usía.  Dicese  flauta  á  /lata,  porque  suena  impelida  del  aire,  razón  pr 
la  que  se  la  reconoce  por  madre  de  todos  los  instrumentos  pneumónicos  que  deben 
su  voz  al  espíritu. 

Si  Jubal  en  In  primera  edad  del  mundo  es  tenido  por  padre  de  los  cantores  al  son 
del  órgano,  como  se  colige  del  Gintsis.  4,  21,  puede  considerarse  la  antigüedad  de  la 
flauta,  alma  del  rererido  instrumenlo.  El  pueblo  de  brael  la  usó  en  sus  danzas,  como 
se  ve  en  el  libro  de  los  Reyas  con  referencia  t  la  elección  de  Saúl,  y  en  Judit  con  re- 
lación al  recibimiento  de  llolofernes. 

También  usaron  la  flauta  los  griegas  y  los  romanas,  según  Ovidio  y  otros  autores. 
Las  representaciones  de  los  antiguos  se  modulaban  al  sonido  y  compás  de  las  Qau tas, 
las  cuales  eran  diestras  ú  siniestras,  según  el  lado  de  la  bocu  á  que  se  ponían  para  to- 
carlas, ó  pares,  impares  ó  serranas.  Por  la  clase  y  sonido  de  las  flautas  conocía  el  con* 
curso  la  naturaleza  del  drama,  pues  las  diestras  y  graves  servían  para  los  dramas  se- 
rios, y  las  siniestras,  serranas  y  agudas  para  los  jocosos,  usándose  de  flautas  diestras 
y  siniestras  cuando  el  asunto  era  joco-seno,  como  se  hacía  en  la  representación  de  la 
Mria  de  Tereneio.  Se  halla  en  Plutarco  que  Alcibiades  no  quiso  aprender  á  tocar  la 
flauta,  portgue  desGguraba  el  rostro,  y  díce  que  este  instrumento  debía  dejarse  á  los 
tóbanos  niños  que  no  sabían  hablar,  porque  los  atenienses  tenían  por  patrones  i  Mi- 
nerva^  que  tiabia  arrojado  la  flauta,  y  i  Apolo,  que  había  castigado  al  ílautista,  burla 
que  hizo  se  menospreciase  la  nauta  en  Atenas,  á  pesar  de  que  los  amantes  de  este  ins- 
trumento acostumbraron  en  aquella  ciudad  á  ponerse  una  venda  en  la  cara  para  to- 
carla, á  Dn  de  evitar  se  viera  io  que  se  desfiguraba  el  rostro.  Cuando  esto  escribían  los 
espresados  autores,  notó  Estrabon  la  coatumDre  de  nuestros  españoles  en  los  bailes,  en 
su  lib.  III  de  las  Georgias,  cuando  dice:  Ad  tUtiam  taltant,  el  adjubam  choreai  du- 


—  849  — 

mía,  la  cual  se  osa  regularmente  en  las  danzas  gite  van  en  las  procesiones  en  algu- 
nos pueblos  de  España;  y  se  da  este  nombre  impropiamente  a  la  sinfonía  gallega, 
que  pertenece,  como  manifestaremos  en  su  lugar,  á  los  mstrumentos  de  cuerdas. 

Si  bien  en  muclioe  pueblos  de  £spana  se  usa  la  gaita,  llamada  entre  los  franceses  é 
italianos  cornamusa,  y  aue  nosotros  tenemos  por  de  origen  romano,  los  asturianos, 
gallegos,  estremeños  y  los  castellanos  viejos  son  los  que  mas  la  usan.  Viéndola  citada 
por  los  poetas  con  referencia  á  estos  pueblos,  y  muy  particularmente  en  las  Soledades 
de  Góngora,  en  donde  hallamos  que  dice: 

La  gaita  oZ  baile  soUcita  el  gusto, 
á  la  voz  el  salterio, 
cruia  el  ttion  mas  fijo  el  hemisferio. 

Y  en  Salazar,  en  cuyas  obras  postumas  leemos: 

¡Oh  música  sonora  de  Oaiioiaj 
,  adimde  los  gaiteros 

ios  cueros  tocan  hechos  ttnos  cuerosl 

De  todas  las  ^tas  conocidas  en  España,  las  zaoooranas,  las  de  Ontoria,  en  la  prof- 
vincia  de  SegoTia,  y  las  gaitillas  de  Barcelona,  son  Jas  mas  celebradas;  habiéndolo  aido 
también  muciio  la  gaita  sencilla  ó  sin  odre  de  Ja  provincia  de  Madrid,  cuando  esta  ínt- 
trumento  era  mas  común  hasta  en  la  misma  corte,  en  la  que  de  mur  antiguo  era  nn 
oGcio  de  villa,  que  tenia  la  obligación  de  ir  tocando  en  las  danzas  delante  de  las  pri»- 
cesiones. 

Zampona.  Este  instrumento  rústico,  á  modo  de  flanta,  compuesto  de  mochas  íkuitas, 
es  la  sambMca  de  los  romanos,  como  quiere  Antonio  Agustín  en  su  Diálogo  de  meda^ 
üas.  Este  ¿astrumento,  que  fue  en  lo  antiguo  muy  usado  en  Castilla  en  loe  bailes  cam- 
pestres, y  en  la  mayor  parte  de  nuestras  provincias  por  los  pastores,  ha  merecido  ser 
cantado  por  nuestros  poetas  en  las  composiciones  pastoriles. 

El  ALBOGVE  é  albogon  es  un  instrumento  especie  de  dulzaina,  muy  usado  por  los 
árabes,  de  quien  se  origina,  que  le  dieron  este  nombre  de  su  voz  alhuaq^  que  significa 
fiauia,  y  del  cual  hace  Gdogora  mención  en  su  Polifemo,  cuando  dice:  . 

Cera  y  cáñamo  utiíó,  que  no  debiera,  * 

eiff^  cañas,  cuyo  bárbaro  rutJo, 
de  mas  eoos  que  unió  cáñamo  y  cera 
albogue  e$  duramenie  repetido. 

El  BAaon,  que  es  el  mas  grave  de  los  instrumentos  de  boca  antigaos  espanotos, 
sábese  que  es  un  canon  de  madera  que  tiene  como  una  vara  do  largo,  de  grueso  de  wa 
brazo,  y  con  vanos  alegaros  para  pKmer  los  dedos  y  producir  los  sonidos  conforme  al 
arte,  y  que  se  denomina  asi  píor  imitar  á  la  octava  6  punto  bajo  de  la  música.  Su  sri* 
gen  nos  parece  romano,  atenaiendo  á  la  deserípcion  que  de  un  instrumento  se  hallad 
los  antiguos  ULioos,  los  que  pudieron  toouirle  de  los  trompones  de  los  hebreos,  usados 
en  sus  cantos  sepulcrales,  qoe  es  el  oficio  i  que  está  hoy  destinado  en  nuestras  igle-* 
sias.  Los  rústicos  labriegos  imitan  el  bajón  con  los  huesos  y  grandes  taUos  de  ciertas 
plantas,  y  en  lo  antiguo,  en  las  cencerradas  ó  serenatas  hurkncas  que  se  dan  en  E^a* 
na  á  los  que  se  casan  oon  viudos*  ó  viadas ,  acompañaban  á  los  cencerros  y  roneos 
cuernos  de  estas  nudosas  orquestas,  con  bajones  de  caña  y  de  cebollones,  y  á  esto  aloée 
Vargas  Castellanos  cuando  dice: 

Con  cencerros  y  bmoñes 
le  dieron  la  oénotf  rraaa, 
yera  ixer  en  losbaloonet 
á  la  gente  Morotada> 

iOl 


—  831  — 

arpa  cuKlro  cuerdas  mas,  no  leniciidú  mas  que  siete  la  de  sus  antepasados.  Sí  hemos 
de  creer  ^  Horacio,  la  lira  del  famoso  Amplilon  solo  tenia  siete  cuerdas.  La  lira  fue 
entre  los  antiguos  el  instrumento  mas  noble,  y,  según  la  Iliada,  con  ella  cantó  AquJIes 
las  hazañas  de  los  héroes.  La  había  de  dos  clases,  la  lira  que  se  tocaba  con  los  diidns, 
y  lacitaraquese  tocabaconestosdcon  elpletro,  eupecie  do  púa  molálíca  como  ta 
usada  para  puntear  nuestras  guitarras  de  bajos  y  bandurrias.  Otros  autores  aseguran 
que  ya  en  los  tiempos  de  Adán  resonó  la  guitarra,  porque  JutuI,  liijo  de  Lamecit,  ejer- 
citd  á  sus  hijos  en  el  canto  al  cnmpús  de  la  guitarra,  como  se  deduce  del  Géneiii  4,21, 
y  aue  después,  para  liacerla  mas  sonora  y  preciosa,  la  mcjiró  el  rey  Salomón,  se^un 
tí  libn  de  los  Reyes,  cap,  i,  Tubrícandosu  vientre  ú  cuerpo  de  respfanducíenla  made- 
ra da  Tliyino:  fecit  Rex  de  (ignU  thijinis  athara»,  lirasqae  cantimbui;  madera  lus- 
trosa, fuerte  y  lisa,  que  ca  la  qud  mus  conviene  d  la  guitarra. 

Por  lo  que  se  ve  en  los  sagrados  libros,  la  guitarra  tuc  muy  usada  por  los  hebreos; 
y  como  se  lee  en  el  libro  de  toa  Reyes,  cap.  i,  con  ella  se  celebró  la  exaltación  de  Saúl 
í  la  corona.  Pasó  después  de  los  griegos  i  los  romanos,  que  la  recomendaron  métrica- 
mente en  su  teología,  puesto  que  Ovidio  nos  dice  en  sus  Metamorfosis:  Te  lyra  pulsa 
mana,  le  carmina  noilra  sonabunl,  y  Horacio  en  su  oda  iO:  T»  eatutm  magni  Jovu 
el  deoTum  NarUaum  curreque  li/rte  parentem. 

Pasó  de  los  romanos  i  los  españoles  la  guitarra,  si  ya  nn  la  tenían  antes,  como  pu- 
diera ser.  y  desde  entonces  puede  considerársela  el  instrumento  nacional  por  csce- 
Jencta,  por  ser  el  mas  usado  de  nuestro  pueblo,  que  acompaña  con  él  sus  graciosos  can- 
tares, y  que  le  sirve  mejor  que  olro  alguna  en  lus  provincias  meridionales  para  sus 
bailes  y  diversiones. 

La  citara,  laúd,  tiorba,  bandola  ó  bandurria  de  los  intiguos  trovadores  españoles, 
no  era  otra  cosa  que  nuestra  guitarra,  con  diversas  figuras  en  la  forma.  Oomo  liemos 
dicho  en  la  parte  segunda  de  nuestro  discurso  musical,  el  P.  Fr.  Juan  ElermuHo,  en  su 
obra  Declaronon  de  ÍTUtrumentoí,  que  publicó  en  IS3S,  escribió  en  el  libro  iv  do  Iodo 
género  de  vihuela,  y  d<>l  moilo  de  cifrar  y  tañer  este  instrumento.  Ya  antes  de  él,  en 
1SS2,  el  escritor  y  músico  Pisador,  en  su  libro  de  cifra  para  tañer  la  vihuela,  re- 
conoció á  la  guitarra  como  instrumento  capaz  de  armonU ,  pero  si  desda  entonces 
acá  ha  habido  escelentes  tocadores,  estos  no  acertaron  á  escribir  con  exactitud  lo  mis- 
mo que  tocaban  ,  y  son  prueba  de  esto  las  composiciones  de  los  célebres  guitarristas 
Lanorln,  Arepacochaga,  Abreu,  D.  Miguel  Garcia,  munge  Basilio  y  demás,  por  Us  que 
si  t>ien  llegaron  i  alcanzar  una  pasmosa  ejecución  y  conocimiento  del  instrumento,  no 
fuernn  tan  felices  al  querer  escribir  la  música  de  sus  creaciones. 

Vino  D.  Federico  Moreti,  que  fue  el  primero  que  empezó  i  describir  la  música  de 
guitarra,  de  manera  que  se  distinguiesen  dos  partes,  una  de  canto  y  otra  de  acompa- 
ñamiento, y  llegando  en  pos  de  él  D.  Fernando  Sor,  descubrid  ya  en  sus  composicio- 
nes el  secreto  >le  hacer  que  la  L'iiitnrra  fuese  al  propio  tiempo  instrumento  armónico 
Í'  melodioso.  Desde  estos  dos  profesores  el  género  Jj  música  y  el  modo  do  esiTibirla 
lan  variado,  y  ya  se  empezó  i  escribir  lo  que  se  cantaba,  es  decir,  los  sonidos  espre- 
sndos  en  su  justo  valor.  Í¡ü  este  estada  era  iireciso  un  nu'-vo  método  de  tocar  la  gui  - 
larra  coma  correspondía  y  en  que  se  esplícase  ,  v  á  esta  necesidad  acudió  en  1819 
el  célebre  guitarnsla  D.  Dionisio  Aguado,  publicando  una  colección  de  estudios 
que  fue  arrebatada  en  su  publicación;  pero  conociendo  el  mismo  autor  que  esto  no  era 
bastante  y  que  era  preciso  un  método  elemental,  se  determinó  á  escribir  una  escala 
de  guitarra,  la  cual  publicó  en  folio,  en  esmerada  edición,  en  Madrid  el  aña  1834,  des- 
de cuya  época  data,  por  decirlo  así,  el  apogeo  de  un  instrumento  quecueolaen  España, 
su  país,  con  muchos  escelentes  profesores  que  han  seguido  al  célebre  Aguado,  que  bi 
pocos  años  ha  fallecido. 

El  uno,  al  que  podemos  llamar  el  instromento  de  los  antiguos  trovadores  de  Cas- 
tilla, y  cuyo  uso  fue  general  en  la  edad  media  en  España,  África  é  Italia,  es  un  instru- 
mento de  la  especie  iie  la  guitarra,  de  la  que  se  diferencia  en  que  su  cap  ó  vientre  es 
rcilondo  y  giboso,  construido  de  muchas  costillas  delgadas  y  unidas.  Dice  Cobarru- 
bias  que  algunos  llamiron  á  esto  instrumento  de  cuerda  á  laudandú  heroibas,  porque 
acó  m  paña  adose  con  él  se  cantaban  los  romances  de  las  hazañas  de  los  revés,  principes  y 
héroes.  Su  nombro  se  deriva  de  la  toe  griega  holieut,  que  indica  la  iiarquiila  de  los 


—  853  — 

the  por  los  canales ;  y  en  Francia  y  en  España  ,  habiéndolas  tomado  bajo  su  hipócrita 
mano  la  política  y  los  partidos ,  se  usan  hoy  también  para  festejar  á  los  hombres  po- 
líticos, como  diputados,  senadores,  ministros  y  otras  personas  poderosas  por  su  repre- 
sentación ministerial  ó  tribunicia. 

Empero  si  bien  en  todas  estas  serenatas  suenan  instrumentos,  son  como  auxiliares 
de  los  cantares  amorosos  ^  pero  las  hay  solo  instrumentales,  siendo  de  esta  clase  las 
que  dan  las  bandas  de  música  de  los  regimientos  las  vísperas  de  los  dias  de  nues- 
tros reyes  ó  con  motivos  de  festividad  pública ,  y  los  músicos  pobres  reunidos  en 
banda ,  á  que  se  llama  murga ,  del  nombre  de  su  inventor ,  cuando  van  á  felicitar  á 
los  particulares  por  sucesos  prósperos,  y  en  particular  las  vísperas  de  sus  santos. 

Así  como  en  todos  los  pueblos  anügoos,  la  másíca  instrumental  ha  sido  en  España 
el  arma  do  entusiasmo  en  la  guerra ,  y  así  es  qae  el  historiador  español  Beuter  dice 
que  en  lo  antiguo  la  vox  de  mando  era  la  que  arreglaba  los  movimientos  militares,  y 
la  gritería  los  combates  al  empatar  la  acción ,  hasta  que ,  imaginando  que  la  música 
alentaría  mas  á  los  combatientes  que  las  Toces ,  se  eligieron  instromentos  apropósito. 
Áulo  Gelio  y  Tuddidei  dicen  que  loe  lacedemonios  usaron  íhiatu  en  la  guerra  para 
reprimir  la  furia  de  los  caballeros.  Los  Cardiotoi  se  sabe  qae  usaron  arpas  para  dar  la 
señal  de  acometer,  pero  las  abandonaron  porque  no  las  oian  bien  les  soldados.  Los  ro« . 
manos  usaron  la  bocina  ó  cometa  Mra  incitar  á  sus  caballeros  y  peones ,  y  después 
tomaron  la  trómpela,  ^e  baüaroa  ios  Urrenos  (genoveses)  en  Italia,  según  Virgilio ,  y 
asi  es  que  Propercio  dice  de  los  primeros:  Buecina  eogebat  priscos  ad  arma  quirües; 
y  Virgilio  de  los  segundos  en  el  v.  8.®  de  la  Eneida:  Turrenosque  tuba  mugiré  per 
wthera  clangor.  El  tambor  de  guerra,  según  Plinio,  lo  halló  ya  establecido  Midia  en 
la  Frigia,  v  los  cartagineses  daban  la  señal  de  acometer  cen  el  Utuo,  especie  de  cuerno, 
cuyo  sonido  era  lamentable. 

Las  creaciones  alemanas  y  rusas  en  este  género  son  ya  hoy  conocidas  en  España,  en 
donde  hay  escelentes  profesores  de  ellas,  como  puede  verse  á  poco  que  se  asista  á 
nuestro  Teatro  Real  ó  de  la  Opera,  cuya  orquesta  deja  poco  que  desear,  y  puede  com- 
petir con  las  mejores  del  estranjero,  ó  se  repare  en  las  bandas  da  nuestros  regimientos, 
en  los  que  las  hay  eecelentes,  como  la  de  Alabarderos,  Ingenieros  y  otras  de  la  guar- 
nición de  Madrid,  debiendo  dejar  consignado  que  las  llamadas  charangas,  bandas 
compuestas  solo  de  instrumentos  antiguos  y  modernos  de  metal,  de  uso  moderno,  se 
encuentran  al  nivel  en  ejercicio  de  las  mejores  de  Enropa. 

Creemos  dejar  apantado  cuanto  en  esta  parte  de  nuestro  discurso  sobre  la  mú- 
sica nos  habíamos  propuesto,  habiendo  hecho  soto  mención  de  los  instrumentos  que 
tenemos  por  nacionales,  y  deseamos  que  otro  mas  aventajado  é  inteligente  que  nos- 
otros amplíe,  mejoráadOMS,  estas  pocas  noticias. 


FIN  DE  LAS  NOTAS  AL  DISCUASO. 


«MkWki^Miitfta 


DISCURSO 

HISTORIGO-ARQUEOLOGIGO  SOBRE  EL  BAILE  EN  GENERAL, 

T  BR  PABTIOULIR  DEL  B8PAÍPL, 

I8CMT0  IN  BONOa  Á  LA  BDIIU  MBMOHU  DBL  QÉUBHI  DIPLOHÁTICO  Y  UTIBATO 

EL  EXCHO.  8R.  D.  JOSÉ  WC0LA8  DE  AZARA  Y  PERERA, 

POK  80  nsmuDOK 

I 

D.  BASILIO  SEBASTIAN  CASTELLANOS  DE  LOSADA 


Cla%t9is  faudbuset  loquetUe  gettu  ^  nutu 
crure,  genu^  manu^  raUíiu^  toto  in  sehemate 
vel  semei  lateri. 

StDOifio  Apolinar. 


■avrtMk^aMMMHMBMMMta 


PARTE  PRIMERA. 


DEL  ORIGEN  DEL  BAILE  EM  GEMERAL,  T  DB  LAS  DANZAS  SAGRADAS  T  RELIGIOSAS  DE  LOS 
PUEBLOS  ANTIGUOS  ,  DE  LAS  QUK  SE  DERIVAN  LAS  QUE  DE  ESTA  CLASE  SE  USAN  EN  ES- 
PANA. 


Cl  baile,  según  la  cspresion  de  Plutarco,  es  una  poesía  muda,  que,  sin  hablar  pa- 
glabra ,  espresg  cuanto  quiere  significar  por«medio  de  gestos  ,  movimientos  y  pasos.  La 
Academia  de  nuestra  lengua  le  define  diciendo  que  es  «cada  una  de  las  varias  especies 
de  danza,  las  cuales  toman  nombre  particular  del  tañido  que  les  es  propio,  como 
minué,  fandango,  etc.  Numerosa  relatio  juxtamensurajn  acta.  Festejo  en  que  se 
juntan  varias  personas  para  bailar.» 

Del  instinto  natural  del  hombre  (dice  el  sabio  Miilin  en  su  erudito  Diccionario), 
que  desea  manifestar  sentimientos  alegres,  fue  de  lo  que  se  originó  el  baile,  del  que  el 
gusto  y  el  genio  hicieron  poco  á  poco  un  arte;  debiendo  notarse  que ,  cuanto  mas  dis- 
puestos están  los  pueblos  á  divertirse,  mas  aficionados  son  al  baile. 

Este  es  tan  antiguo,  que  su  origen  se  pierde  en  la  noche  de  los  siglos,  y  su  fin  debió 
ser,  en  todos  tiempos,  el  placer  y  la  alegría.  Dicen  algunos  escritores  que  la  voz  baile 
es  griega,  y  que  significa  yo  danzo;  y  otros  la  hacen  derivar  de  Baal^  ídolo  á  quien 
celebraban  bailando:  pero  Calderón  quiere  que  danza  se  derive  do  Dan,  y  pone  como  á 
inventorea  á  los  hebreos  de  esta  tribu,  diciendo  que  aprendieron  á  danzar  do  los 
egipcios.  Algunos  autores  opinan  que  la  música  dio  origen  al  baile,  pues  que  entusias* 
mado  el  hombre  al  armonioso  son  de  los  instrumentos ,  la  misma  naturaleza  lo  condujo 
á  mover  los  pies  y  las  manos  á  compás  de  la  música,  y  á  seguir  á  esta  con  los  movi- 
mientos del  cuerpo.  La  voz  y  el  gesto,  dice  el  Diccionario  de  las  ciencias,  publicado 
por  Diderot,  son  tan  naturales  al  hombre  como  el  canto  y  el  baile,  pues  que  ambos  son 
los  principales  instrumentos  de  las  dos  artes  que  han  producido.  La  razón  nos  conduce 
á  pensar  que  desde  la  creación  del  mundo  han  cantado  y  bailado  los  hombres  t  y  la 
misma  nos  enseña  que  cantarán  y  bailarán  hasta  la  terminación  de  los  siglos. 

Empero  si  estas  razones  debieron  conocerse  por  los  antiguos,  convino  á  los  idóla- 

108 


—  889  — 

pLinsto  do  hombrea  r  al  oLro  (le  mujeres,  lüs  que,  según  el  g,i;;racl<i  testo,  cnntaron  j 
4laniaran  solemnemente  en  acción  ite  gracias,  suceso  que  ntanifiesta  unn  t^r.in  práctica 
y  costumbre,  puesto  que  al  íwlir  de  tan  terrible  pnso,  y  sin  preparación  alffuuu  <le  aii- 
leiiiano,  pudo  bailarse  de  la  manura  que  se  dice.  Ya  en  tiempo  de  los  jueces  su  bailaba 
bastante  perfeccionndo el  baile,  que  ejuculalian  dÍTÍdidoa  en  coros,  dunuminadus  cAo- 
rea,  formados  porliamlires  solos  unos,  y  por  mujeres  los  otros,  pues  en  Jdditli  (cap.  xi) 
leemos  que  la  bija  de  Jepté  saliú  ,  como  dijimos  al  babtar  de  la  música ,  i  recibir  á  su 
padre,  que  volTÍa  victoriuso  de  los  amonitas,  cantando  j  bailando  can  alábale:!,  f 
guiando  un  coro  de  doncellas  de  au  edad ;  y  que  las  que  fueron  rolladas  por  la  tribu  de 
Deiijamín,  por  consejo  de  los  ancianas  do  Israel,  discurrían  bailando  en  uoros  en  la  (e*- 
tiridad  que  cada  año  se  hacia  en  Silo,  donde  í  la  saioa  su  bailaba  el  Arca  de  la 
AlJania.  (Cap.  iii,  D.  21.) 

Siempre  que  el  pueblo  escogido  de  Dia«  celebraba  algún  acontecimiento  UVit,  debida 
al  favor  del  Señor,  ejecutaban  los  lerilas  danzas  solemnes  al  son  de  sistros  y  alábales, 
compuertas  por  tos  sacerdotes,  y  do  esto  modo  celebraron  los  bebrcos  la  victoria  do 
David  sobre  el  gigante  Goliat.  ((103.  I.",  cap.  xvni.) 

En  una  de  estas  licstas  solemnes,  y  con  motiva  de  trasladarse  el  Arca  &mta  desde 
la  casa  de  Obededon  Cetheo  isa  alcázar  do  Jerusalen,  según  unos.úá  la  de  Delen,  se- 
gún otros,  8C  dice  que  sn  uníri  al  santo  rey  Darid  á  los  sacerdotes,  y  qno,  i.itroducién- 
doseen  uno  de  los  coros,  baild  alegremente  alrededor  del  Arca,  delante  de  todo  el  pue- 
blo judio.  En  el  tomo  primero  de  los  comentarios  á  la  Biblia  por  el  pidro  Calmat,  se 
dice  que  esta  trasladacion  del  Arca  se  hizo  acompañada  de  siete  cuadrillas  do  danzanled, 
que  bailaron  al  son  de  las  arpas  y  de  todos  los  demás  instrumentos  do  i(ue  liacian  uso 
Ins  judíos.  Todos  los  salmos  hacen  concebir  las  danzas  sagradas  do  los  judíos,  y  los  iu- 
túrpretes  de  la  Biblia  eslin  unánimes  sobro  osta  parle  del  culto. 

En  las  descripciones  que  nos  quedan  de  los  tres  templos  de  Jeruialen  ,  Sumaria  y 
Alejanilrla,  construidos  por  el  gran  sacerdote  Onia»,  se  hace  mención  de  que  üim  gran 
parte  de  estos  templos  formaba  una  especie  de  teatro ,  á  la  que  los  judíos  daban  el  nom- 
bre de  coro,  porque  era  la  que  ocupaban  los  cantores  y  los  bailarínes ,  quo  ejecutaban 
sus  danzas  con  la  mayor  pompa  en  las  liustas  solemnes.  Leemos  en  Calderón,  que  cuan- 
do entre  los  hebreos  llegó  el  arte  sallatorío  y  el  baile  A  su  mayor  perfección ,  fue  en  el 
liirnipo  de  Herodes;  pero  aquí  habla  de  cuando  el  baile  empezó  á  celebrarse  en  las  lies- 
tirs  profanas,  del  que  hablaremos  mas  adelante  al  tratar  de  los  bailes  do  espectáculo  y 
de  sociedad. 

De  los  liebreos  y  de  los  ei^ipcios  tomaron  el  baile  los  griegos,  linbiendo  autores  quo 
aspgurnn  que,  cuando  so  hallaban  en  la  mas  estúpida  ÍgnoranrÍ¡i,  Orfeo.  quu  babia  re- 
corrido el  RRipto  y  queso  había  hecho  iniciáronlos  misierios  de  los  sacerdotes  de  Isis, 
llevó  á  la  (¡recia ,  su  patria,  sus  conocí  míe  otos,  sus  errares  y  el  baile,  razón  por  lo  que 
el  sistema  de  religión  de  los  griegos  no  fue  en  un  principio  mas  que  una  copia  de  Ins 
cstravaganciasde  los  sacerdotes  de  Egipto.  Establecióse  el  hailc  en  Grecia  para  hon- 
rar á  las  divinidades ,  cuyo  culto  instituyó  Or/'«o,  y  como  formaba  una  de  las  partes 
principales  de  las  ceremonias  y  de  los  sacrilicíos  ,  ú  medida  que  se  erígian  altares  á  al- 
guna diiinidad,  se  inventaban  también,  para  honrarla  y  festejarla,  danzas  y  bailes 
nuevos ,  que  fueron  componiendo  la  gran  colección  de  las  danzas  sagradas ,  de  las  quo 
daremos  una  idea,  haciendo  mención  de  las  principales. 

El  dios  Pan  era  honrado  y  festejado  por  los  aldeanas  con  danzas  campestres ,  que 


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(los,  y  llevaban  el  compás  iliin^a  en  los  escudos  los  unos  do  los  otros  can  unas  varillas 
ú  palillos,  costumbre  que  niin  imilnn  nuestros  danzanlcs  espuñalca.  Las  domid  dnnzas 
snftradas  de  los  romanos,  como  las  Humadas  de  la  Buena  Dioia,  lus  Saturnales,  las  del 
primer  din  de  mayo,  j  oirás,  se  ori^aaron  de  la  de  los  salios ;  pero  las  m<is  concur- 
ridas eran  las  quo  se  ejecutaban  en  honor  de  Bsco,  que  imitaron  do  las  de  las  griegos. 
Como  el  placer  y  la  alegría  fueron,  según  los  mitólogos,  las  únicas  armas  de  que  se 
valió  Baco  [lara  conquistar  la  India,  sujetar  á  los  tidlos  y  domar  á  los  lirrenos  ,  aña- 
den que  á  esto  aluilian  tas  danzas  báquicas,  que  ftioron  bailadas  en  un  principio  por 
Butiros,  y  después  por  las  bacantes.  Estas  danzas,  inocentes  en  un  principio  entre  los 
griegos,  llegaron  i  ser  lúbricas  entre  los  romanos,  que  ampeíaron  en  ella»  por  donde 
babian  acabado  los  griegos;  y  asi  es  que  tas  bacanales  dieron  origen  á  los  bailas  lasci- 
vos, lo  que  no  podía  menos  de  suceder  en  unas  fiestas  que,  si  bien  fueron  In  delicia  de 
los  sabios  y  modestos  griegos,  se  tornaron,  entre  los  romanos,  coma  un  objeto  Je  li- 
bertinaje y  de  licencia. 

Después  áo  liaber  dirigido  una  mirada  á  todos  los  pueblaií  y  religiones  antiguas,  en 
loilas  encontramos  el  baile  como  una  parte  del  culto,  y  esto  nos  da  á  entemler  qua, 
siendo  el  baile  la  espresion  mas  marcada,  esleriormente,  de  la  nlegria  del  alma,  de  In 
tranquilidad  del  corazón  y  de  la  satisfacción  y  placer  de  los  sentidos,  creyeron  los 
1  lumbres  que  de biun  honrar  ccn  él  d  la  Divinidad,  monifestíndolade  estemodo  su  gra- 
titud y  lo  alegría  con  que  obedecían  sus  divinos  mandatos  y  podían  su  gracia.  Teniendo 
todas  las  religiones  esta  parte  esterna  del  culto,  tos  primitivos  cristianos  no  pudieron 
prescindir  de  dar  entrada  al  baile  en  un  principio  entre  los  ritos  y  ceremonias  que  esta- 
blecieron para  adorar  al  verdadero  Dios;  y  asi  es  que  le  practicaron  con  tal  fe,  que,  si  he- 
mos de  dar  crédito  áEscalfgero,  fueron  Wnmaáos  Pmsuleí  \os  obispas,  porque  ellos  prin- 
cipiaban y  presidian  las  danzas  sagradas,  de  suerte  que  tanto  las  primeras  dignidades 
eclesiásticas  como  lodos  los  sacerdotes  eran  bailarines  por  su  estado,  costumbre  quo  so 
conservú  hasta  el  siglo  xit,  como  se  lee  en  algunas  constituciones  sinodales. 

Leemos  en  el  Dieeionarío  de  Ciencia»  de  Diderot,  que  al  reunir  la  primitiva  Itfle- 
si.i  á  los  fieles,  infundirles  disgusto  i  los  placeres  y  sGcionarles  solamente  d  los  bienes 
ciemos,  tratd  de  inspirarles  una  pura  alegría  en  la  celebración  délas  fiestas  que 
estableció  para  recordarles  los  singulares  beneficios  de  Dios.  Como  las  persecuciones 
turbasen  mucbns  veces  la  paa  de  los  cristianos,  se  formaron  cangregacioncs  de  born* 
brcs  y  mujeres,  que,  á  ejemplo  de  los  Therapeutai,  se  retiraron  al  desierto,  donde  jun- 
tándose los  domingos  y  las  lieslas  &  la  puerta  de  In  cabana  que  tenían  por  templo, 
Iniluban  {según  el  P.[]elÍot)(l)  piadosamente  al  compás  de  los  santos  cantares  en 
quo  entonaban  las  preces  de  la  Iglesia. 

Cuando  ya  el  cristianismo  pudo  construir  templos  al  Señor,  se  Iiizo  en  ellos  una  par- 
te elevada  dentro  do  la  misma  nave,  á  la  cual  so  llamó  coro,  que,  como  se  ve  todavía  en 
las  iglesias  de  San  Pancracio  y  de  San  Clemente  eti  Roma,  era  una  espocie  de  teatro 
separado  del  altar,  en  el  que,  i  ejemplo  do  los  sacerdotes  y  levitas  de  la  ley  antigua,  los 
primitivos  sacerdotes  de  la  ley  nueva  ejecutaban  danzas  sagrad-^s  para  festejará  Jesús. 
Bn  aquellos  tiempos,  cada  misterio  y  cada  festividad  tenia  sus  himnos  y  danzas  parti- 
culares, y  los  obispos,  los  sacerdotes,  los  legos,  y,  e»  lln,  todos  los  Deles,  bailaban  parn 


—  805  — 

guió  bailando  en  las  iglesins,  en  las  procesiones  ,  en  muciías  íeslívidndes  por  nlfiiinos 
pueblos,  y  aun  sigue  esta  costumbre  en  España,  como  hornos  <licha  al  hublnr  ilo  la 
música,  y  repetiremos  mas  adelante. 

Sabido  es  que  Hahoma  compuso  su  religión  de  una  amalgama  rio  los  hebreos.  p.i;!n- 
nos  j  cristianos  ,  y,  por  lo  tanto  ,  como  en  las  tres  religiones  que  lea  sirvieron  de  base 
hilld  lasdanzas  sagradas,  establecid  esta  especie  de  culta  en  sus  templos  6  mezquitas, 
encargando  su  ejecución  solo  á  los  sacerdotes ,  los  que  bailan  de  muolios  rawlus,  siendo 
)a  principal  dama  la  qae  liacen  los  BerviMs.  dando  vueltas  con  es tra ordinaria  rapidoz. 

El  baile  constituyo  una  gran  parte  del  culto  religioso  de  la  India.  En  cada  t<-mplo 
i  pagoda  hay  jóvenes  bailarinas  (que  generalmente  se  prostituyen  después  que  danzan 
en  los  días  de  festividades  i>o<emnes),  que  danzan  haciendo  posturas  lúbricas  y  lascivas 
delante  de  los  Ídolos.  No  solo  bailan  e«tas  jóvenes  en  las  pagodas,  si  que  también  lo 
hacen  los  sacerdotes  casi  desnudos,  llevando  una  espada  en  la  mano,  que  agitan  al  com- 
pás de  su  eslraña  música ,  y  con  la  cual  hacen  vistosos  equilibrios  y  diestros  juegos. 

También  los  chinos  tienen  bailes  sagrados  en  sus  festividades  d  los  genios  celestes; 
y  los  africanos ,  asiáticos  y  americanos  iddiatras  los  tian  tenida  y  usan  en  el  dio, 
siendo  muy  de  notar  quo  los  negros  do  Angola  ejecutan  un  baile  sagrado  ,  en  ol  que 
hacen  entrar  á  un  bailarín  en  un  entusiasmo  tal,  que  parece  un  loco,  y  tienen  como 
palabras  de  oráculo  cuantas  dice  en  tal  estado,  creyendo  también  que  predice  lo 
venidero. 

Dificil  es  averiguar  si  en  la  primitiva  religión  de  los  españoles  y  en  \tís  que  siguio- 
rotí  después  hubo  ó  no  bailes  sagrados  ;  pero  en  lo  que  no  cabe  duda  es  que  luego  que 
Bspaña  tomd,  de  grado  6  por  fuerza  ,  las  costumbres  de  los  romanos  ,  sus  conquistado- 
res ,  E(!  unid  el  baile  al  culto  idrtlilra,  si  ya  no  eiislii  en  el  sujo  ,  como  es  de  creer,  Bn 
la  sospecha  de  que  los  españoks  primitivos  bailaron  á  su  ignoto  Dio,  j  después  delante 
de  sus  ídulos  patrios ,  creemos  que  luego  que  la  luz  del  Evangelio  le.s  alumbró  con  sus 
divinos  rayos  iMio  serian  los  últimos  que  manifestasen  al  Salvador  su  gratitud  con  las 
danzas  y  bailes  introducidos  en  el  culto  cristiano  por  los  primeros  padres  de  la  iglesia. 
En  efecto  ,  consta  por  las  libros  eclesiásticos ,  nacionales  y  estranjeros  ,  que  loa  espa- 
Aiilea  y  portugueses  bailaban  en  los  templos  en  las  grandes  festivid^ides  al  son  de  fos 
cdnticos  sagrados ,  en  las  fiestas  de  primero  de  ,iño  y  de  primero  de  mayo ,  on  los  diai 
de  los  apóstoles  San  Juan  y  San  Pedro ,  en  las  Pascuas,  y  en  las  ñestas  de  los  santos 
patrones  y  prolectores  de  cada  pueblo,  como  hemos  probado  en  nuestros  conocidas  ar- 
tículos sobre  el  Mayo  y  las  Verbenas,  y  en  nuestro  Diccionario  de  la  Galanieria,  pu- 
blicado en  Madrid  en  1848,  al  hablar  de  las  enramadas  y  de  estas  festividades.  Las 
vísperas  de  las  tiestos  de  la  Virgen  se  reunían  las  doncellas  d  la  puerta  de  las  iglesias 


se  ejecutaba  el  primer  domingo  de  Cuaresma  un  bulle  ó  danza  sagrada,  titulada  Bran- 
tUms.  el  que  se  hacia  alrededor  de  hogueras  que  se  encendían  en  las  elaia»  públicas,  á 
manera  que  aun  se  hace  en  Hispana  en  las  noches  de  San  Juan  y  San  Pedro  ;  causa 
por  que  se  dio  aquel  nombre  á  estos  bailes.  Loi  reyes  de  Francia  los  abolieron,  osi 
como  los  llamados  noclurnoa.  y  los  demás  que  se  hacían  en  las  iglesias  ;  pero  estaba 
tan  arraigada  la  costumbre,  que  hasta  el  Gn  del  siglo  ivni  no  su  estinguíeron  del  lodo, 
particularmente  en  la  licEta  de  San  Marcial,  en  que  al  terminar  cada  salmo,  bailaba 
el  pueblo  en  el  coro,  cantando:  San  Marcial,  rogad  por  nosotros ,  quenomtroi  vela- 
remos V  bailaremos  ;>or  t'Oí. 


—  865  — 

Cita  costumbre,  que  se  cternízard,  porque  está  vn  el  carácter  capañul,  se  procüea 
Umtiien  en  Cspañ»  con  mnlivo  de  tiestas  reules,  en  los  Caniiivalcs  y  en  los  itamas  fest>3  • 
jos  públicos,  (lara  los  cuales  se  cogalannii  los  danzantes  TÍstosainento,  ya  d  su  costa, 
ya  d  la  de  los  n juntamientos,  siguiendo  las  órdenes,  en  los  bailes,  de  un  maestro,  ni  que 
llaman  Mogigonú  ítnlarga,  y  dol  ijue  ya  liemos  lieclio  mención  en  estos  escrítoinl 
hablar  de  la  miislca. 


PARTE  SEGUNDA. 


Considerado  el  bailo  por  los  antiguos  como  una  do  las  bellas  artes,  fue  ennoblecido 
por  ellos.  Este  arte,  en  lo  profano,  no  se  limita,  como  otros,  á  la  pintura  que  nace  de 
un  sentimiento  de  alegría,  sino  que  emplea,  cuanto  le  es  posible,  las  bellas  posiciones, 
gestos  y  movimientos  del  cuerpo  liumano.  Como  un  seductor  medio  de  espresar  las  di- 
ferentes afecciones  del  hombre,  puede  idcilmente  el  baile  trasformarse  en  una  especie 
de  lenguaje  délas  pasiones  y  afecciones  del  alma;  pero  cuando  se  espresa  el  senii- 
miento  sin  unidad  de  carácter  y  de  espresíon,  y  sin  que  los  movimientos  sean  acompa- 
sados, no  merece  el  nombre  de  bailo.  La  música  es  tan  esencial  d  esto  arte,  que  sin  ella 
carece  de  vida,  por  decirlo  esl,  y  el  canto  es  un  cariñoso  lierraano  que  le  nviva  y  en- 
tretiene agradablemente  :  lié  aquí  por  lo  que  creemos  que  si  la  Poesía  y  la  Música 
tocan  en  una  misma  lira,  según  la  cspresion  común,  es  para  qu<^  baile  Tersicorc  con 
doble  armonía  y  majestad. 

En  lo  antiguo  había  mas  diferencia  entre  el  baile  do  sociedad  y  el  do  teatro,  siendo 
el  primero  el  que  mas  definía  el  cardcler  de  cada  pueblo,  y  el  que  mayor  número  de 
nombres  reunía,  puesto  que  tomaba  el  de  los  pueblos  que  le  bailaban ;  poro  en  el  día. 
en  nuestra  España,  lo  que  los  antiguos  llamaron  baile  do  sociedad,  lia  venido  d  ser,  si 
no  lo  fue  siempre  como  creemos,  baile  nacional,  y  que  llamarÍLiinos  provincial  con  mas 
verdad,  puesto  que  cada  provincí»  tiene  el  suyo  peculiar,  en  el  cual  puedo  muy  bien 
estudiarse  su  caricler. 

Los  bailes  teatrales  ejecutados  por  profesores  se  dividen  en  cuatto  clases  generales 
á  saber:  baile  grotesco,  baile  cúmíco,  de  medio  cardcler  y  serio.  El  primero  es  una 
serie  de  saltos  estraordinaríos  y  de  gestos  estraños  y  ridiculos,  con  los  que  se  pretende 
espresar  las  diversiones  y  aventuras  del  pueblo  b.ij'o,  campesino  6  de  las  aldeas:  el  baile 
cúmíco  es,  y  debe  ser,  menos  libre  que  el  anterior;  pero  eiige  vivacidad,  agilidad,  mo- 
vimientos riipidos  y  diestros,  y  mucha  intención ;  el  do  medio  carácter  participa  bas- 

109 


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[uinlires.  Débese  al  baila,  sin  duda,  luuclm  parli:  de  In  civilización  áe  lus  bárbaros  dul 
NorlB  que  invadieron  nuestra  Península,  los  cuiiles  acabaron  por  ejecutar  los  mismos 
bailes,  que  les  entusiasmaron;  y  cuando  ja,  restablecida  la  pnz  que  turbó  su  irrupción,  y 
dueños  del  pais,  se  connaturalizaron  en  él  lis  danzas  religiosas,  de  hs  que  aun  ijueilnn 
copiosos  restos  en  nuestras  aldeas  y  en  nuestras  rillas,  como  hemos  (tícliu,  en  las  rome- 
rías y  procesiones  de  los  santos  protectores  titulares,  y  en  variAs  dudadas,  como  Va- 
lencia  y  otras  en  las  del  Corpus,  no  baciendo  mucbos  años  que  se  bailaba  también  en  la 
(le  Uadrid  ;  las  danzas  religiosas,  repetimos,  mantuvieron  la  afición,  y  la  España  visi- 
goda apreció  el  baile  tanto  como  la  Espníia  romana.  Vinieron  los  árabes,  y  á  la  par  de 
su  corvo  alfanje  y  de  sus  místicas  costumbres  trajeron  la  galantería ,  si  es  i)uo  no  la 
crearon  en  España  al  recibir  en  su  ardiente  imaginación  las  frescas  brisas  del  Guadal- 
quivir, y  al  aspirar  los  suaves  aromas  de  los  ríeos  pensiles  que  en(;alanan  i  la  elisUca 
Andalucía,  cuyas  preciosas  flores  les  debieron  Fecundar  la  mente,  baciénJoles  concebir 
aquellos  sublimes  pensamientos  y  galantes  ideas,  qne  tan  lindos  y  sonnros  lineen  sus 
niidodiúsog  cantos,  recordodos  en  nuestros  cantares  y  jácaras  andaluzas.  Las  bellas  y 
esbeltas  hijas  del  Guadalquivir  les  lucieran  olvidar  pronto  sus  odaliscas  ,  sus  armenias 
y  las  divinidades  del  desierto,  y  el  gracioso  aire  do  las  Iiijas  del  Genil  aeabA  de  cauti- 
var toda  su  atención.  Hijos  de  estas  ilusiones  Tueron  sus  galantes  torneos,  vistosas 
cañas  y  sus  alegres  zambras,  en  las  que  nuestras  españolas  llevaron  siempre  ventaja 
á  las  mas  bellas  africanas. 

Llenos  estin  nuestros  antiguos  romances,  particularmente  los  moriscos,  de  des- 
cripciones de  alegres  bailes,  en  los  que  siempre  lucierou  las  lindas  y  graciosas  bijas  de 
la  Bélica,  que  liabiendo  liecbo  desde  los  primitivos  tiempos  de  la  república  las  delicias 
de  Homo,  en  donde  las  gaditanas  obtuvieron  la  fama  de  las  jnejores  y  mas  seductoras 
bailarinas  del  mundo,  según  Plutarco,  mantuvieron  entre  los  liijos  de  Miiboma  su  buen 
nombro,  venciéndoles  antes  y  mas  poderosamente  con  sus  hecbizos,  que  los  caballeros 
cristianos  con  sus  pesadas  y  tajantes  tizonas. 

Los  italianos  modernos  fueron  los  primeros  que,  con  motivo  de  la  úpera,  restable- 
cieron ri  baile  en  los  espectáculos  teatrales,  y,  seguido  el  ejemplo  por  la  Francia,  de  alli 
le  tomamos  nosotros  en  mayor  número  de  parejas,  tan  luego  como  tuvimos  teatros  for- 
males, en  lo  que  liemos  sido  muy  tardíos,  siéndolo  también  en  admitir  el  bailo  serio  6 
de  Rran  espect<kulo,  que  es  muy  moderna  entre  nosotros. 

Después  de  lo  espresado  vamos  ábacer,  sucintamente,  la  bistoria  de  los  bailes 
de  espectáculo  y  de  sociedad  desde  su  or!gen,  para  venir  á  la  descripción  do  los 
nacionales. 

Las  danzas  sagradas,  creadas  por  los  Nombres  para  festejar  y  Uañnr  &  la  Divinid.id, 
dej^cneraron  después,  como  llevamos  diclio,  on  profanas,  dando  la  idea  de  las  que  se 
inventaron  con  motivo  de  festividades  públicas,  victorias,  roalrímonios  de  los  reyes, 
funerales  y  demás  festejos  de  estos  y  de  los  particulares,  y,  por  último,  do  estos  espec- 
táculos públicos  so  originaron  los  bailes  particulares  entre  las  familias,  ya  nobles  ,  ya 
plebeyas.  El  baile,  como  Iodos  los  inventas  humanos  practicados  por  los  hombres,  tuvo 
genios,  y  estos,  que  supieron  acomodarle  i  reglas,  le  elevarou  basta  el  punto  de  poder 
ser  considerada ,  como  lo  está,  entre  las  bellas  artes.  Estudiando  sobre  él  sus  conoce- 
dores, y  reuniéadole  la  gimnástica  y  la  mímica,  le  pusieron  en  estado  do  poderse 
poner  en  escena  para  representar,  como  la  música ,  la  comedia  y  la  tragedia,  hechos 
grandes  y  bcrúicos,  y  escenas  alegres  ygrotcscos,  pues  queso  combinaron  con  élespec- 


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y  Balilo,  de  quien  hemas  ya  liabludo  y  volveremos  á  irutar ;  consifjnnnito  ofjui  qu<i  hi 
pantomiinaa  liieron  arínen  MgurnniGDtc  ú  l.is  represen tncioncs  religiosas  de  los  primi' 
tivnscristiaiiús  ,  de  las  guQ  so  derivan  las  farsas  religiosas  cspafiolas  y  ol  origen  do 
nuestro  teatro  (I). 

Según  CayliiK,  en  el  tomo  primero,  pá;;.  03  de  su  o!>ra  sobre  antigüedades,  los 
ctniscos  praclicaroR  rnuclias  danzas  y  liailes  qua  entraban  en  sus  diversiones;  pero  de 
todas  los  que  pudieron  tener,  solónos  habla  de  un  bailo  que  so  ejecutaba  por  guerroroa 
completamente  armados,  y  de  los  pantomímicos,  quo  crea  do  invención  etrusca,  puesto 
que  el  mismo  Luciana  con  Ilesa  haber  recibido  los  griegos  cate  baile  de  Italia,  osforadn* 
dote  en  probarlo  con  la  ligura  de  un  bailarín  que  cinsílica  por  clrusco  ,  y  que  publica 
en  la  csprcsada  obra.  Entre  los  griegos  y  los  etruscos  consta  que  liubo  muchas  relacio- 
nes de  amistad  en  los  tiempos  demás  prosperidad  de  ambas  naciones ,  j  siendo  esto 
MÍ  no  podemos  menos  de  creer  que  unos  lomaron  las  costumbres  agradables  de  los 
otros,  porque  esto  es  lo  que  ha  sucedido  y  sucedo  comunmente  en  todos  los  tiempos, 
por  cuya  raion  no  dudamos  de  que  los  etruscos,  que,  según  lo  quo  so  ve  por  sus  mo- 
numentos, y  particularmente  en  sus  preciosos  vasos  pintados,  eran  muy  bailarines, 
adoptasen  los  bailes  dolo»  griegos,  y  estos  los  de  aquellos. 

Los  romanos  no  Tucron  meims  apasionados  por  el  baile  quo  los  griegas,  y  asi  es  que 
en  sus  Juegas,  en  sus  cspecliculos  públicos,  civiles,  militares  y  reli^^osos,  y  aun  en  sus 
festines,  tenían  al  baile  como  una  pqrte  muy  principal;  pero,  según  Petiteus  y  otros 
autores,  no  daban  bailes  como  los  griegas,  aino  que  Ijadan  ir  &  sus  casaa  haílariiies  y 
bailarinas  de  prorealon  para  divertirles  en  los  Ttistines,  en  cuyos  bailes  no  se  raozdnhan 
jamAs  los  convidados  (V). 

Uno  de  los  bailes  mna  usados  por  los  romanis  era  la  llamnda  DanM  nupcial ,  que 
puedo  asegurarse  llegd  i  ser  la  mas  obscena  pintura  do  tas  secretos  del  matrimonio, 
sabiéndose  que  li  uno  do  estos  bailes  ae  debiii  la  separación  de  Julio  César  de  su  mujer, 
pues  que  habiendo  entrado  Clodio  en  el  baile  vestido  do  ninfa ,  no  quisa  aquel  que  se 
sospechase  de  que  le  habia  sido  aquella  infiel.  A  este  baile  dieron  origen  los  lascivos  de 
Himeneo  de  los  griegos;  pero  los  romanos  en  la  copia  cscedieron  tanto  al  original,  que 
el  Senado  romano  so  vio  en  la  precisión  de  prohibir  esta  clasede  bailes,  y  aun  perseguir 
y  echar  de  Roma  á  'os  bailarínes  y  á  sos  maestras,  y  esto  en  tiempo  do  Tiberio,  que 
fue  uno  de  los  soberanos  mas  disolutos  que  ha  tenido  el  mundo.  La  praliibicion  do  una 
cosa  es  el  incentivo  que  aviva  mas  el  deseo  de  hacer  lo  quo  se  prohibe;  y  como  esté 
probado  quo  las  mas  veces  surte  la  proliibicion  el  efecto  contrario ,  no  pocas  es  íilil,  y 
se  logra  mas,  no  prohibir  lo  que  se  quiere  estinguir,  sino  ridiculizarlo,  reglamentán- 
dolo en  tanto  se  logra  la  eslincion.  En  efecto,  así  sucedió  en  Roma:  la  juventud  roma- 
na tomó  el  lugar  do  los  bailarínes  asalariados  que  se  habían  echado,  el  pueblo  imitit  i 
la  nobleza,  y  los  mismos  senadores  llegaron  á  no  avergonzarse  de  bailar  obscenamente, 
teniendo  que  lanzar  del  Senado  el  emperador  Domiciano  A  algunos  padres  conscrip- 
tos, que  ae  envilecieron  basta  el  punto  de  efecutar  en  público  el  vergonzoso  baile  nup- 
cial. Si  no  se  liubíera  prohibido  este  baile,  no  hubiera  salido  de  la  esfera  de  los  b.iila- 


(1)    Los  que  quieran  saber  la  forma  y  mótodus  do  loa  bailes  pantomímicos ,  pueden 
consultar  la  disertación  de  Mr.  Burotto  sobro  bailes  ontiguos. 

lio 


—  871  — 

una  media  armadura,  cascos  dorados  en  la  cabeza,  campanillas  en  las  piernas  y  espa- 
da en  las  manos ;  y  armados  de  esla  suerte,  bailaban  haciendo  contorsiones,  ya  có- 
micas, ya  guerreras  (i).  A  pesar  de  ejecutar  esta  danza  armados  los  bailarines,  no  la 
comprendian  los  griegos  entre  las  danzas  militares,  las  cuales  se  dice  inventaron 
Castor  y  PóltiXt  cosa  que  niegan  otros  autores,  diciendo  que  estos  no  fueron  sino  jó- 
venes que  hicieron  mas  progresos  en  ellos  que  los  demás  héroes  de  su  tiempo.  Fue  tal 
el  entusiasmo  que  causaba  el  baile  militar  entre  los  guerreros  griegos,  que,  en  parti- 
cular los  espartanos,  se  lanzaban  bailando  al  enemigo;  de  suerte  que  por  este  hecho 
histórico  se  contesta  á  los  que,  para  deprimir  al  arte,  dicen  que  el  baile  debilita  las 
fuerzas  y  hace  muelles  y  afeminados  á  los  hombres,  inutilizándoles  para  el  ejercicio 
de  las  armas,  error  crasísimo  que  pone  de  manifiesto  la  ignorancia  de  los  que  asi 
opinan. 

Entre  los  bailes  públicos  y  privados  de  los  griegos ,  la  danza  fúnebre  era  uno  de  los 
mas  usados  y  solemnes,  particularmente  cuando  se  practicaban  por  la  muerte  de  al- 
gún soberano  ó  magnate.  Los  funerales  de  los  reyes  de  Atenas  se  hacian  en  procesión 
como  los  de  los  egipcios,  y  como  nosotros  hacemos  los  enterramientos  de  las  personas 
reales ;  pero  en  aquellos  rompia  la  marcha  una  escogida  tropa  vestida  de  largas  ropas 
blancas;  descuadrillas  de  jóvenes  precedían  al  féretro ,  que  iba  rodeado  de  dos  coros 
de  doncellas ,  y  unos  y  otros  coronados  y  con  ramos  de  cipreses  en  las  manos ,  ejecu  - 
taban  bailes  serios  y  majestuosos  al  son  de  músicas  lúgubres  esparcidas  por  toda  la  pro- 
cesión, y  de  tristes  cantos  elegiacos  en  alabanza  del  difunto,  que  entonaban  los  sacer- 
dotes de  todas  las  divinidades  griegas ,  vestidos  según  su  rito.  Detras  del  féretro  se- 
guían una  porción  de  ancianas  cubiertas  con  grandes  mantos  negros,  á  las  que  se  deno- 
minaba UoronaSf  porque  iban  dando  tristes  lamentos  y  gritos ,  que  no  serian  pocos, 
atendiendo  á  que  se  las  pagaba  según  las  mas  ó  menos  estravagancias  que  se  las  habla 
visto  hacer.  Los  particulares,  con  arreglo  á  sus  Intereses ,  disponían  los  bailes  fúnebre9 
con  mas  ó  menos  pompa ,  pero  siempre  por  este  orden. 

Otro  baile  de  los  griegos  era  el  fíormus:  un  joven  listo  y  vigoroso  guiaba  la  danzas 
una  tropa  de  jóvenes  le  seguía  hallando;  otra  porción  de  doncellas  iba  detras  de  ello; 
bailando  con  pasos  lentos  y  aire  modesto;  los  jóvenes  volvían  repentinamente  atrás  y 
se  mezclaban  con  las  doncellas,  á  tín  de  representar  así  la  unión  y  la  armonía,  el  tem- 
peramento y  la  fuerza ;  los  jóvenes  multiplicaban  los  pasos  en  este  baile,  al  paso  que  las 
doncellas  los  hacian  sencillos,  y  esto  era  lo  que  proporcionaba  la  variedad  de  los  grupos 
y  de  las  figuras. 

Antes  de  entrar  con  los  bailes  de  teatro  de  los  griegos,  no  queremos  dejar  de  hacer 
mención  del  baile  llamado  danza  de  los  Lapitas;  baile  que  se  hacia  siempre  al  fin  de 
los  festines  que  se  tenían  para  celebrar  alguna  gran  victoria.  Luciano  dice  que  este 
baile  era  muy  penoso  y  difícil,  porque  tenían  que  imitar  en  él  los  combates  de  los  cen- 
tauros y  de  los  lapitas,  y  que  los  diversos  movimientos  de  estos  monstruos,  medio 
hombres  y  medio  caballos,  que  era  Indispensable  ejecutar,  exigían  mucha  fuerza,  ra- 


íl) Este  baile,  que  se  usó  en  los  primitivos  teatros  modernos  y  practica  alguna  vez 
en  los  actuales,  está  perfectamente  espilcado  y  descrito  por  Thoinot  Arbeau  en  su  Or- 
chesografia. 


—  879  — 

del  cuerpo,  inaiiiriestan  al  espectador  el  placer  que  les  inspira  la  perfeccioii  que  leí 
acompaña.  Bn  Itn,  la  agitación  del  cuerpo,  los  pies,  In;  posiciones,  las  actitudes  y  los 
balanceos,  ;a  ECon  vivos,  ya  graves,  capresan  perrectamente  y  cou  gracia  el  deseo,  la 
galantería,  la  incerlidumbre,  la  impaciencia,  la  ternura,  la  desgracia,  Inconrusion,  la 
desesperación,  la  paz,  la  satisraccion,  y,  por  úllimo,  la  dicha:  lié  aquí  por  lo  quo  la  in- 
tención es  el  alma  de  los  bailes  españoles ,  y  por  lo  que  por  bien  quo  los  qjocuten  loi 
cstranjcros  jamás  los  caracterizarán  debidamente ,  pues  que,  6  exagerarán,  dse  queda- 
rán cortos. 


PARTE  TERCERA. 


Ue  la  propia  manera  que  entre  nosotros,  Fue  en  lo  antiguo  el  baile,  honesto  é 
inocente,  6  desenvuelto  y  la.scivo.  Luciano  es  de  opinión  de  que  el  bailo  pueile  com- 
pararse á  la  armonía  de  los  ciclos,  porque  del  propio  modo  que  estos  se  mueven  á 
compás  y  número,  H  baílarin  ó  danzante  lo  hace  armdnicamente  divirtiendo  al  qua 
le  mira,  Silio  ILilico,  en  su  Ub.  ni  do  la  Guerra  rúnícii,  nos  asegura  que  era  tal  la 
afición  de  los  españoles  a]  baile,  que  constituia  su  mayor  diversión,  y  que  le  practi- 
caban con  entusiasmo  en  todas  sus  Tiestas  sagradas  y  profanas. 

Naturalmente  belicosos  los  españoles,  se  entretenían  en  tiempos  de  paz  en  bailes 
bélicos  por  su  forma  ,  é  iguales  A  los  llamados  Pirricos  por  los  griegos,  los  cuales, 
como  dice  Ateneo  en  ol  lib.  iv  do  sus  Dimiuisophistcu,  se  asemejaban  mucho  á  sus 
batallas.  Con  esta  danza  bélica  no  solo  se  divertían,  si  que  también  festejaban  con 
ella  á  sus  dioses.  En  atención  á  saberse  por  los  autores  antiguos,  y  por  la  tradición, 
que  muchos  griegos  vinieron  á  poblar  i  España,  es  creiblo  que  asios  bailes  los  toma- 
sen de  ellos  los  españoles;  y  nos  lo  induce  á  pensar  asi  ol  que  los  griegos  tuvieron 
casi  los  mismos  bailes,  y  que  la  voz  bailt  y  bailar  sale  del  verbo  griego  BaUito, 
usado  de  muy  antiguo  en  España,  como  se  nolA  ya  en  el  Concilio  bracanensc, 

Ixw  inventores  do  la  danza,  y  en  particular  de  la  Pírrica,  hay  autores  quo  dicen 
que  fueron  los  Cunta,  y  asi  lo  sienta  Estrabon  en  su  lib.  x.  Estos  Curetes,  según 
Trogo  Pompeyo  ü  su  abreviador  Juitíno,  lib,  iliv,  vinieron  de  Crecía  á  sentar  sus 
reales  en  las  costas  de  Gibraltnr  y  de  Tarifo. 

Estrabon  (lib.  ni  Di  geografía)  asegura  que  los  lusitanos  bailaban  en  sus  (¡estas  al 


—  877  — 

leristica  permanente,  de  que  hemos  dado  en  la  Corona  do  Azar\  una  muestra  palpi- 
tante, y  en  él  se  manifiesta  de  tal  modo  el  carácter  de  los  países  respectivos,  que  aun 
cuando  la  música  y  el  traje  callase  el  nombre  del  país  á  que  pertenecen  los  bailarines, 
se  puede  interpretar  solo  por  el  movimiento  de  los  pies  y  de  las  manos,  y  por  las  ges- 
ticulaciones, postura  y  figura  del  baile.  En  la  siguiente  parte  daremos  á  conocer  los 
bailes  nacionales  españoles  mas  característicos,  y  los  que  actualmente  hacen  la  diver- 
sión de  todas  las  clases. 

En  bailes  escénicos  de  espectáculo,  la  España  ha  seguido  en  su  teatro  á  las  nacio- 
nes mas  adelantadas  en  el  arte,  si  bien  hasta  estos  últimos  años  no  los  ha  prestado  gran 
protección,  porque  tampoco  se  presentaron  hasta  ahora  con  la  magnificencia  que  re- 
quieren. 

El  gran  baile  pantomímico  escénico  puede  decirse  que  empezó  en  España  en  los 
teatros  de  los  Caños  del  Peral  y  del  Buen-Retiro,  al  propio  tiempo  que  la  ópera  italia- 
na, pues  que,  aunque  en  los  tiempos  de  Lope  de  Vega,  Calderón  y  de  Morete,  entre  la 
segunda  y  tercera  jornada  de  las  comedias  había  un  intermedio  llamado  saínete,  en 
el  que  se  bailaba  y  cantaba,  á  lo  que  alude  el  festivo  Quevedo  cuando  dice  en  su 
Musa  5.*,  Baile  5 A- 

Hoy  la  trompeta  del  juicio 
de  los  bailes  de  este  mundOy 
al  parlamento  los  llama 
que  en  Madrid  celebra  el  gusto, 

estos  bailes,  así  como  los  llamados  bailes  de  composición  (1),  se  asemejaban  mas  á 
nuestras  tonadillas  y  zarzuelas  que  á  los  bailes  de  espectáculo  tal  y  como  se  conside- 
ran hoy,  si  bien  de  aquellos  se  originan  en  España  los  segundos  en  cierto  modo. 

Como  al  hablar  sobre  la  poesía  y  la  música  hemos  ya  dado  alguna  noción  del  bailo 
de  espectáculo  moderno,  ejecutado  casi  siempre  por  estranjeros,  y  de  sus  principales 
actores,  tanto  de  estos  como  del  país,  ya  en  el  contesta,  ya  por  medio  de  las  notas  que 
le  esclarecen,  si  bien  siempre  por  incidencia,  nos  dispensamos  hacerlo  en  este  lugar 
por  evitar  repeticiones,  encaminando  á  aquellas  citas  á  los  curiosos  que  deseen  noti- 
cias sobre  este  particular. 

Solo  añadiremos  aquí,  en  cuanto  al  baile  español,  que  se  debe  al  maestro  de  baile 
Carlos  Atané  y  á  su  bella  pareja  la  graciosa  gaditana  Josefa  Vargas,  el  haber  vuelto 
á  Madrid  el  entusiasmo  por  nuestros  bailes  nacionales  en  el  teatro,  en  donde  estaban 
ya  mirados  con  desden,  por  la  novedad  con  que  supieron  presentarlos  en  el  teatro  del 
Instituto  en  el  año  de  4850,  empezando  en  esta  época  el  baile  nacional  escénico  de 
grande  espectáculo,  con  vistosos  trajes  del  país,  alegres  panderas  y  otros  efectos,  y 
dando  entrada  en  ellos  á  la  pantomima,  nueva  clase  de  baile  que  tan  bien  han  sabido 
mantener  con  aquellos  los  entendidos  profesores  coreográficos  españoles  Estrella,  Ca-^ 
sos,  Vera,  Ruiz,  Guerrero  y  otros,  y  las  bellas  sirenas  de  Andalucía  la  linda  Manuela 
Perca,  conocida  por  la  Nena,  Ana  Garrido,  Petra  Cámara,  Dolores  Montero  y  otras 


(1)    Nuestros  poetas  han  escrito  porción  de  bailes,  que  se  cuentan  entre  las  piezas 
dramáticas. 


—  883  — 

que  se  empezó  á  usar.  Calderón,  en  su  comedia  El  Alcalde  de  si  mismo ^  jornada  terce« 
ra,  hace  mención  de  las  foliasi  diciendo: 

El  barbero 

¿no  está  tras  de  su  cortina 
tañendo  ,  que  aquí  lo  oigo, 
El  Villano  y  las  Folias? 

La  alegría  que  causaba  este  baile,  y  sus  locas  contorsiones,  debió  sin  duda  hacer  de- 
cir á  uno  de  nuestros  poetas  aquella  estrofa,  tan  sabida  como  bufonesca,  que  se  repite 
casi  diariamente  en  varias  ocasiones: 

Tocando  la  lira  Orfeo 
y  cantando  Jeremías^ 
bailaron  unas  folias' 
los  hijos  del  Zebedeo. 

De  LA  Zambra.  Cuando  los  árabes  ocuparon  la  España  practicaron  en  ella,  no  solo 
sus  bailes  nacionales,  sino  que  ioyentaron  otros  inspirados  por  el  alegre  genio  de  los 
españoles,  en  los  cuales  caracterizaron  á  este  pueblo  singular,  que ,  por  mas  desgracias 
y  privaciones  que  le  sucedan ,  jamás  pierde  su  natural  alegría  y  jovialidad.  Uno  de  los 
principales  bailes,  si  no  fue  el  primero,  es  el  que  se  conoce  en  nuestras  crónicas  y  poe- 
sías con  e)  nombre  de  Zambra,  danza  española  que  aun  se  usa  en  la  Península,  y  que 
describió  perfectamente  M.  de  Chateaubriand  en  su  lindísima  novela  titulada  El  Ultimo 
Abencerraje,  donde  puj^den  verlo  los  Curiosos.  En  las  obras  postumas  de  Montero,  to« 
mo  II,  pág.  2i7,  hallamos  también  mencionado  este  baile  morisco-español  en  los  si- 
guientes versos : 

Metiendo  grande  algazara 
entrar  no  se  les  impida, 
que  el  hacer  zambra  es  muy  propio 
una  noche  tan  festiva. 

Tanto  por  los  moros  cuanto  por  los  españoles,  se  ejecutó  siempre  este  baile  al  son 
do  inslrumcntcs  dulces  y  armoniosos,  en  los  saraos  y  casas  de  los  grandes,  pues  en  la 
época  principal  de  su  poderío  fue  el  baile  Hworito  de  la  sociedad  española. 

De  la  Zarabanda.  De  alguno  de  los  restos  de  los  bailes  lascivos  de  las  bacanales,  ó 
(le  otros  de  los  que  introdujeron  ios  romanos  en  España ,  ó  del  carácter  natural  de  los 
andaluces,  debió  de  originarse  indudablemente  el  titulado  de  la  Zarabanda,  cantar  y 
bailo  español  de  los  siglos  xv  y  xvi,  que  se  ejecutó  con  suma  viveza  y  figuras  y  ade- 
manes sobrado  lascivos  é  incitantes.  Discurriendo  Cobarrubias  sobre  la  derivación  de 
la  voz,  la  hace  salir  de  la  hebrea  Zara,  cuyo  significado  es,  según  él ,  esparcir,  cerner 
6  andar  á  la  redonda,  en  lo  que  manifiesta  que  se  ejecutaba  este  baile  en  rueda  en  al- 
gunas figuras,  gesticulando  indcccnlemcnte  y  haciendo  movimientos  nada  honestos. 
Que  era  así  so  deduce  fácilmente  de  la  filosofía  antigua  y  poética  de  Alonso  Pérez  Pin- 
ciano,  cuando  dice,  cu  la  epístola  4.^,  fragmento  primero:  aLa  Dithyrámbica  se  dará 


—  887  — 

Homero,  en  el  lib.  iviti  de  «u  ¡liada,  Imcc  referencia  A  los  corros  de  bus  bíroes  y 
scmidioses,  (iiciendo  quo  las  donocllns  y  mancebos  solteros  (IcVabiin  ffiiu  muy  os- 
Itiislla  en  CJtnastiltoB,  y  qua  entre  ellos  ibn  nn  mncliBRÜn  tocando  \m  mnan  instrn- 
mcnio  y  canianíto  cun  dtilce  toz,  á  cuyo  nirc  bsilubnn  otros  en  roedn  i  su  alroHo- 
dor.  Hesiodo,  en  su  TVo^níd,  espresa  que  los  bellas  musas  danzaban  en  corro:  y  Sé- 
neca, en  el  lib.  i  De  Benefic,  nos  espresa  que  Ins  Gracias  6  Capí((«finjíianqm  andaban 
siempre  en  corro  a;;nrrnda3  de  las  manos,  para  sl^tnilicar  la  benevolencia  y  amor  quo 
üft  llenen;  costumbre  que  instituya  el  dios  Apalo  en  Detos.  Lucio  Apuleyo,  en  el  lib.  X 
de  sus  MÜeñM,  pinta  elegantemente  un  corro  de  niños  de  ambos  sexos,  y  son  infini- 
tos los  que  liallamos  descritos  en  los  autores  anlt^fUos  y  vemos  esculpidos  en  h»  mo- 


Siendo  el  corro,  entre  los  antiguos,  cosa  sa;;rjida,  no  podía  menos  de  haberse  suje- 
tado í  interpretaciones,  y  asi  es  que  se  croyil  contenta  misterios  de  la  nnturalein. 
I.as  primeras  Tueltas  que  se  daban  en  los  bailes  en  com  eran  de  izquierda  S  derecha, 
pam  sif^ilicar  el  rápido  mavimiento  del  cielo  de  Oriente  i  Poniente;  luego  al  contra- 
río, para  dar  á  entender  que  este  es  el  mavimiento  natural  del  cielo  de  Poniente  á 
Oriente;  la  tercera  vuelta,  en  redondo,  significaba  la  perfección  de  la  esfera  con  su 
mavimiento  de  Sctentñon  al  Mediodía,  y  al  contrario.  E!  salir  tin  mancebo  A  bailar 
primero  significó  en  estas  bailes,  en  lo  antiguo,  al  sol,  que  guia  á  los  demás  astros;  la 
doncella  que  salia  después  manifestaba  A  la  luna;  el  ir  sacando  de  una  en  una  A  las 
demás,  daba  á  entender  los  cursos  de  los  planetas;  y,  por  t^Ittmo.  todo  el  corro  signt- 
Ticó  las  estrellas  dd  Grmamento,  qtic,  en  corro  y  con  armonía,  hacen  fiesta  i  su  Cria- 
dor, sobre  lo  cual  dijo  también  alf;o  Luciano  en  uno  de  sus  Diálogos  que  empieza: 
Etenim  ipsa  ndeniní  rfiorea. 

Asegura  el  citado  Servio  ,  que  los  corros  y  los  danzas  que  se  hacian  por  los  pue- 
blos nntignos  se  dedicaban  á  tos  dioses ;  y  Dionisio  de  Huticarnaso  ,  al  dar  razón  do 
las  fórmuias  de  daníiU-  y  cantar  en  corro,  dice  que  denominaron  al  qiM  hacia  In  guia 
Prasul,  quo  vendría  á  ser  el  Orresco  que  dirige  los  bailes  do  nuestros  vawonga- 
dos,  el  cual  guiaba  á  veces  con  una  cinta,  de  que  se  asia  todo  el  corro.  En  vista  do 
lo  espuesto,  debamos  creer  que  el  baile  en  corro  seria  el  baile  denominado  Cordax 
por  los  griego),  del  cual  hace  mención  Arisliírancs  on  la  comedia  de  Xttba  Polux, 
y  á  la  cual  so  refiero  Horacio  en  e!  verso: 


TbrCuin  digna  Mqiii,  potiu»  c/uarn  dacere  funim. 


Coligcso  de  cuanto  acabamos  de  esponcr,  que  las  danzas  en  corro  son  los  liaWes  mas 
antiguos  que  se  conocen ,  y  al  cspecticulo  en  que  so  reunió  primero  la  poesía ,  In  mñ  - 
sica  y  el  baila  d  la  vez,  formando  una  especie  de  base  para  el  drama  lírico ,  que  vino 
muchos  siglos  después  i  sustentarse  en  ella,  y  á  dar  todo  el  realce  escénico  de  que 
pueden  ser  susceptibles  las  espresadas  tres  artes  reunidas. 

Los  asturianos,  bailando  en  corro  su  Danxa  Prima,  recordando  en  sus  pausados  can- 
tares las  hazañas  de  sus  hárocs  y  las  glorias  da  su  país,  que  detendíeron  siempre  con 
heroismo,  y  i  cuyo  recuerdo  se  entusiasman  y  envalentonan,  pueden  blasonar  de  liubnr 
conservado  el  primitivo  baile  que  nos  describan  las  liistorins  sagrada  y  profana,  li  pcsnr 


^ 


—  889- 

que  se  denominó  nsl  este  bailo  por  liaber  traido  i  Espían  oslR  ilania  los  naturales  de 
CaiurJBS  antes  que  perteneciesen  aquellas  talas  i  la  Península.  En  el  Epitome  á  la  Hit- 
loriad*  I>.  Joan  ¡I de  CoitÜla,  libro  primera,  cap.  tim,  escrito  por  Ponle,  sa  dice: 
('Gustaban  mucijo,  y  aun  lioy,  de  cierto  baile  mu  j  (gracioso  que  llamamos  en  España  el 
Canario,  por  baber  venido  de  Cananas  su  uso.» 

Fandango.  Luego  que  volvieron  He  América  los  primeros  españoles  que  la  con- 
quistaron ,  introdujeron  en  la  Peninsula  una  porción  de  costumbres  de  acjuellos  países, 
;  entre  ellas  lo  bicieron  del  Fandango,  baile  que  aun  hoy  se  ejecuta  de  la  misma  suerte 
que  el  primer  dia,  al  son  de  un  toque  alegre  y  festivo.  En  su  principio,  y  mucho  tiempo 
después,  el  [andanj^o  ae  bailaba  en  Ins  casas  de  los  nobles  y  de  la  clase  media;  pero  ca- 
yendo en  desuso  desde  la  mitad  del  siglo  pasado,  se  abandonó  al  pueblo,  que  le  pracii- 
u  todavía  al  compás  do  la  armoniosa  guitarra,  bandurria  y  sonora ,  del  aluRre  panderi- 
llo  T  de  las  ruidosas  castañuelas. 

BoLBHo.  Si  hemos  de  creer  á  Salas  Calderón  en  el  lomo  segundo  de  sus  Aaligile~ 
dades,  el  bolera  se  inventd  en  Bspaña  i  medíailos  del  siglo  pasado,  pues  dice  i  la  pi- 
gina  123:  nReuno  en  si  el  bolero  todas  las  posturas,  mudanzas,  paseos,  vuetlas,  dire- 
renci as,  brincos,  tejidos,  cruzados  y  provocativas  Besliculactone^  que  se  liabian  visto 
algunas  vecos  en  el  fandango  y  en  las  seguidillas  mancliegas.n  Por  este  recitado  se 
deduce  que  el  bolero  se  originó  del  fandango,  6,  mejor,  de  las  dichas  sepfuidillas,  que 
cuentan  mucba  mayor  antigüedad  que  el  baile  americano.  Nada  mas  nos  dice  del  bo- 
lero el  OícBíonnrio  (b  la  Ü>n^a  sino  que  «es  un  baile  español  que  requiere  mucho 
garbo  y  gentileza,  y  en  el  que  ejecutan  varias  mudanzas  arregladas  al  toque  de  segui- 
dillas.» Este  baile  compaso  también,  en  su  principio,  parte  de  los  que  se  ejecutaban 
por  la  nobleza;  pero  hoy  solo  se  baila  por  Ib  g^rte  del  puebla  y  por  Id9  hailnrinea  del 
teatro,  los  que  le  ejecutan  ricamente  vertidos  de  majos  y  mujas  andaluzas,  y  son 
siempre  estrepitosamente  aplaudidos,  porque  es  el  baile  mas  incitativo  por  sus  postu- 
ras y  pasos,  mas  alegre  por  su  música,  y,  en  el  sentir  de  algunos,  el  mas  español  dt>  los 
que  aun  se  ejecutan  en  la  Península. 

Seguidillas.  La  seguidilla  es  el  baile  tal  vez  mas  antiguo  que  hay  en  España  des- 
pués del  de  corro,  el  mas  variado  y  el  mas  general.  En  erecto,  si  se  recorre  una  por 
una  todas  las  provincias,  en  todas  se  verí  este  baile,  ya  con  su  propio  nombro,  ya  cou 
un  adjetivo  provincial.  Hay  seguidillas  rodadas,  que  es  una  especie  de  contradanza  de 
osle  aire  popular ;  las  hay  boleras  ,  sacadas  del  bolero ,  afandangadns,  playera.^, 
rondenas,  mollares  y  otras  de  aire  andaluz;  aa  mora  ñas  ,  valencianas  y  aragonesas, 
gallegas,  sacadas  de  la  muñeíra,  pasiegas,  guipuzcoanas,  que  provienen  del  zor- 
cico, y  manchegas,  que  son  las  mas  conocidas  en  toda  la  Península  ,  como  las  mas 
antiguas,  y  acaso  las  que  dieron  origen  i  todos  las  demás  seguidillas.  Las  Habas  verdes, 
de  que  ya  liemos  hablado,  no  son  otra  cosa  que  las  antiguas  seguidillas  de  Castilla  la 
Vieja;  y,  en  fin,  podemos  calificar  i  esto  baile  como  el  principal  entre  los  nacionales 
del  pueblo,  que  es  la  clase  que  siempre  le  lia  usado,  sin  que  neguemos  que  ha  habido 
muchas  ocasiones,  entre  ellas  i  Unes  del  siglo  xvni,  en  que  ha  sido  baile  de  tono,  usado 
por  las  primeras  clases  de  la  sociedad  española,  como  se  nota  en  la  obra  del  referido  Salas 
Calderón.  L-i  seguidilla,  según  el  Diccionario  de  nuestra  lengua  y  el  Arte  poética,  oes  una 
composición  métrica  de  cuatro  pies,  en  la  que  el  segundo  ha  de  ser  asonante  del  cuarto, 
los  que  constan  de  cinco  sílabas,  y  el  primero  y  tercero  do  siete,  y  se  llama  así  por  el 

112 


—  895  — 

dicion  de  Cira,  habla  Limbien  do  estos  bai\p.s  guerreros  prnclic-idns  inte  los  Pa/lago' 
nios  por  Eos  Traclos,  Enianos,  Magnesios,  Mysios,  ManUnos  y  Arcadios,  con  motivo  de 
unR  embalada  á  que  fueron  aquellos.  Dicen  algunas  autores  que  la  dania  plrríca  estaba 
consagrada  á  Baco,  y  que  en  ella  se  representaban  las  victonas  de  este  dios  sobre  ios 
indios  con  la  fíbula  de  Penlco,  en  cuyo  baile,  los  lUc  lo  ejecutaban  llevaban,  en  lugar 
de  armas  ofensivas,  tirsos,  canas  y  antorchas  encendidas,  Én  las  danms  militares  grie- 
gas no  debe  olvidarse  la  llamada  ¿Uronomia,  que  confunda  Ateneo,  Eustato  y  otros 
con  la  pirrica,  ta  cual  Xcnofonte  describe  diciendo  que  se  ejecutaba  por  un  solo  guer- 
rero, y  que  fue  la  masdiricil  y  aplaudida  en  el  teatro,  y  la  que  lal  vez  dio  origen  á  la 
paniomiina. 


Ademas  del  Cordado,  baile  cómico  tanto  délos  f^riegos  como  do  los  r 
dice  Ateneo  que  tenian  también  para  la  comedia  el  Hyporehemálico,  ctiyo  baile  si  , 
cutaba  por  hombres  y  mujeres  que  cantaban  y  bnilabaa  al  mismo  tiempo  en  honor  de 
Apolo,  á  cuya  divinidad  estaba  dedicado,  del  mismo  moduq_uolns  cantares  llamados 
Paanes.  Añade  el  mismo  autor  que  se  daba  este  nombro  al  baile  porque  en  lo  antiguo 
los  poetas  prescribían  á  los  bailarines  los  movimientos,  íiguras  y  cadencia  que  debían 
ejecutar  con  rel.icion  á  los  cantos,  de  los  que  su  baile  debia  ser  la  espresion.  Eunapiut 
quiere  que  Arlstóranes  fucso  el  primero  que  introdujo  esta  danza  en  ol  teatro,  y  el  que 
ncomodú  el  ridiculo  á  la  sátira  en  estos  bailes. 


I 


Bn  el  tiempo  que  mediA  entra  las  dos  guerras  púnicas  hizo  el  baile  en  Roma  ta- 
les progresos,  quo  habia,  secun  Macrobio,  escuelas  públicas  para  enseñarie,  li  las  que 
asistían  los  hijos  do  los  senadores  con  sus  crótalos,  ú  sean  las  castañuelas  quo  usan 
nuestros  bailarines  españoles.  Fue  tal  la  pasión  que  tuvieron  al  baile  los  romanos,  que  el 
emperador  Nerón  secntregó  tlél  la n  desordenadamente,  que  salió  al  teatro  á  bailar  entre 
los  nentomimicos  é  histriones,  según  lo  refieren  TAcilo  y  Suetonio.  Con  las  pro hi Iliciones 
del  wile  por  Tiberio  no  se  hizo  mas  que  avivar  los  deseos  j  hacerle  mas  licencioso, 
como  se  colÍRe  del  cpigroma  seislo,  lib.  ii  de  Marcial,  (|ue  Qoreció  en  tiempo  de  los  em- 
peradores Tilo  y  Domiciano,  en  cuya  época  so  había  perdido  del  todo  en  Roma  el 
pudor  y  la  decencia  en  los  espectáculus  públicos. 

Ademas  de  las  obras  citadas  en  este  discurso,  pueden  consultar  los  curiosos  las  si- 
guientes: la  vox  Dame,  du  Dictitutnaire  HesArU,  dcM.Millío,  en  donde  seda  una  copiosa 
noticia  biblioffrárica  sobre  d  baile;  El  Laberinto,  periódico  literario  publicado  en 
.Madrid  en  184*.  Se  publicó  en  este  periódico  un  articulo  traducido  del  francés,  en  el 
que  se  liace  la  historia  antigua  y  moderna  del  baile,  del  cual  no  hemos  hecho  aso  alguno 
en  este  escrito,  como  tampoco  del  de  Millín  ni  de  las  obras  siguientes:  Orekaographia, 
por  el  canónigo  Thoiuet  Arbeír,  en  Langres  en  Ia88,  publicada  por  Furetiere:  este  es 
el  arto  do  escribir  el  baile,  en  cuya  obra  se  unen  los  pasos  con  las  notas  del  canto ,  gene- 
ro  que  perfeccionaron  después  Beaucliamps  y  Feuillet,  famosns  maestros  de  baile  en 
París.  ¿eUTM  sur  la  Danse  tt  sur  les  Baüet».  por  M.  INnvarro  (maestro  de  baile  del 
duque  de  Wurtemberg),  Stutgardt,  1760:  en  esU  obra  se  ve  el  origen  de  muchas  bailes 
modernos.  En  fin,  pueden  consultarse  las  voces  Danaa  y  Baile  de  todos  tos  Diccionarios 
de  antigüedades  y  de  las  enciclopedias  antiguas  y  modernas  inglesas,  francesas,  italin- 
ñas  }■  españolas,  etc.,  y  nuestro  Compendio  de  Arqaeologia  Monumental  y  Artintica 
publicado  en  I64S. 


L  DlSCUnSO  SOÜBE  EL  D ULE. 


—  895  - 

El  siglo  XVI  nos  ha  suministrado  hasta  ahora  una  sola  Misa  debida  á  Tomás  de  Victo- 
ria, á  quien  se  llamaba  en  su  tiempo  el  imitadordePalestrina;  y,  con  efecto,  este  imita- 
dor se  aproximaba  muchas  veces  bastante  á  su  modelo,  y  en  muchas  obras,  por  ejemplo, 
en  sus  Misasbrevest  es  incontestablemente  su  igual,  según  eonflesa  el  mismo  Baíní.  (No 
faltan  autores  modernos  que  le  creen  superior  á  Palestrina  en  estas  últimas).  Ademas, 
como  Victoria  se  aproximaba  mas  al  estilo  moderno,  nos  parece  con  frecuencia  mas 
correcto  y  fluido,  porque  evita  desde  luego  las  falsas  relaciones  que  Palestritia  no 
creía  deber  rechazar.  La  Misa  nuevamente  publicada,  escrita  á  cuatro  partes  sin  acom- 
pañamiento, y  trabajada  sobre  el  canto  llano  del  himno  Ave  maris  SteUa,  conGrmará 
sin  duda  la  opinión  que  se  acaba  de  emitir. 

)>EI  siglo  XVII  presenta  dos  Misas  de  dos  compositores  españoles  absolutamente  des- 
conocidas. El  primero  es  de  D.  Diego  Pontae,  cuya  Misa  breve  á  cuatro  sin  acompa- 
ñamiento, compuesta  sobre  la  Salmodia  Ramada  irregular  del  In  exitu  Israel,  ofrece  el 
mérito  propio  de  las  composiciones  de  este  género,  á  saber:  gran  pureza  de  armonía  y 
bastante  variedad,  si  se  tiene  en  cuenta  que  el  compositor  no  puede  separarse  ja- 
más de  un  tema  monótono.  Esta  Misa  nos  manifiesta  ademas  que  los  compositores 
españoles  se  complacían  en  escribir  Misas  sobre  motivos  de  canto  llano  cuando  este 
sistema  estaba  generalmente  abandonado.  El  otro  compoñtor,  nuevo  para  nosotros, 
sí  bien  tiene  la  fecha  de  dos  siglos,  es  D.  Garlos  Patino»  que  fue,  como  manifiesta  el 
titulo  de  la  obra,  maestro  de  capilla  de  la  Encarnación  de  Madrid.  Este  suministra  á 
la^  colección  una  Misa  á  ocho  voces  con  bajo  continuo,  trabajada  igualmente  sobre  el 
testo  de  un  motete  y  copiada  del  manuscrito  original.  Los  dos  coros  estáfi  én  ella 
muy  bien  dispuestos,  y  la  armonía  es  muy  correcta,  solamente  qne  los  deja  algunas 
veces  un  poco  abiertos,  y  no  cierra  bastante  el  diálogo;  efecto  que ,  empleado  opor- 
tunamente, da  bastante  color  á  esta  especie  de  composiciones :  parécenos  también  que 
liay  alguna  monotonía  en  el  diseño,  y  que  las  voces  no  cambian  con  bastante  frecuen- 
cia de  posición ;  pero  es,  en  suma,  una  composición  digna  de  ser  estudiada,  sobre  todo 
bajo  el  punto  de  vista  de  la  pureza  de  la  armonía. 

»La  única  composición  del  siglo  xviii  es  debida  á  otro  músico,  tan  poco  conocido 
como  los  dos  precedentes,  D,  José  de  Nebra.  Esta  es  una  Misa  fúnebre,  escrita  también 
sobre  el  tema  del  canto  llano,  que  sirve  de  introito  á  la  Misa  de  difuntos.  Difiere  de  las 
anteriores  en  que  tiene  acompañamiento  de  dos  vioiines,  viola,  bajo  y  dos  flautas  para 
las  ocho  partes  vocales  de  que  se  compone.  Las  partes  instrumentales  no  hacen  ordi- 
nariamente mas  que  doblar  el  canto:  sin  embargo,  se  ven  de  cuando  en  cuando  in- 
tentos bastante  felices:  las  entradas  de  las  flautas  están  á  las  veces  hábilmente  dispues- 
tas para  producir  efecto:  en  fin,  se  encuentran  pasajes  en  que  el  unísono  instrumen- 
tal produce  con  los  acordes  prolongados  de  las  voces  un  contraste  que  entonces  debió 
parecer  nuevo.  Hay  una  particularidad  que  distingue  á  esta  Misa ,  y  es  que  el  primer 
coro  está  escrilo  para  dos  tiples,  contralto  y  tenor,  y  el  segundo  para  las  cuatro  vo- 
ces ordinarias.  En  suma,  esta  obra  nos  prueba  que  D.  José  de  Nebra  era  un  hombre 
de  mérilo. 

))E1  siglo  XIX,  hasta  ahora,  está  representado  en  la  colección  por  un  solo  músico; 
pero  por  el  número  é  importancia  de  sus  obras  puede  decirse  que  él  solo  vale  por  mu- 
chos. D.  Hilarión  de  Eslava,  antes  maestro  de  capilla  de  la  catedral  de  Sevilla,  y  hoy 
de  la  Real  Capilla  de  la  Reina,  director  de  la  publicación,  nos  da  un  Te-Deum  á  cua- 
tro voces  y  orquesta,  en  el  cual  hace  uso  del  tema  modificado  del  canto  llano  de  e^te 


CATÁLOGO  BIOGRAFICO-BIBLIOGRAFICO 


Dt  LOS  LITERATOS,  VOETKfi  Y  PROFESORES  DE  MÚSICA  QUE  HAN  PRESTADO  HOMENAJE  Á  LA 
MEMORIA  DEL  INSIGNE  CABALLERO  ARAGOffES  AZARA,  Elf  SU  Corona  PoétioO'-MMi- 
oal,  RIGRITO  EN  ORDEN  ALFABÉTICO,  CON  LA  DESIGNACIÓN  DE  LAS  PÁGINAS  EN  QUE  SE 
RALLAN  SOS  COMPOSiaONES  EN  ESTA  OBRA  (I). 


AGUIAR,  la  marquesa  de.  Yido  Gallego  Lancharro,  doña  Bibiana.— Parte  i,  Pág.  377. 

AGUILÓ  T  PUSTCR,  Mariano.  Nació  en  Palma  do  Mallorca  en  15  de  marzo  de  !825. 
Es  abogado  de  los  tribunales  de  la  nación,  individuo  de  la  Real  Academia  de  la  His- 
toria ,  oGcial  segundo  de  la  Biblioteca  de  Barcelona,  académico  de  número  de  la  de 
Bellas  Letras  de  la  misma,  y  de  otras  nacionales  y  estranjeras.  Se  ha  dedicado  con 
fruto  al  estudio  de  la  literatura  lemosina^  y  va  á  publicar,  con  auxilio  del  gobierno, 
una  obra  en  que  manifiesta  su  importancia»  y  en  que  prueba  también  que  aquel  idio- 
ma es  el  mas  apropósiio  para  ostentar  bellezas  y  corrección.  Su  Romancero  lemosino 
es  una  colección  riquísima,  tanto  en  la  parte  histórica  cuanto  en  la  variedad  v  dulzura 
del  metroi  que  con  tan  brillante  éxito  cultivaron  Fogasot,  Bergadan  y  Beliviure  en 
los  primeros  albores  de  la  Gaya  Sciencia. — P.  ii,  681. 

ALBENiTZ,  Pedro.  Profesor  y  compositor  de  música  y  maestro  de  piano  de  S.  M.  la 
reina  doña  Isabel  II,  maestro  de  piano  del  Conservatorio  de  música,  organista  pri- 
mero de  la  Real  Capilla,  caballero  de  Carlos  III,  secretario  honorario  de  S.  M.,  é  in- 
dividuo de  varias  academias  científicas,  literarias  y  artísticas.  Nació  en  Logroño, 
cuando  sus  padres  huian  de  la  invasión  francesa,  el  14  de  abril  de  1793;  pero  su 
verdadera  patria  es  San  Sebastian  de  Guipúzcoa,  en  donde  recibió  su  instrucción 
música,  que  perfeccionó  después  en  París.  Ha  compuesto  muchas  obras  religiosas  y 
profanas,  tanto  instrumentales  como  de  canto,  que  no  se  han  publicado,  entre  las 
publicadas  en  Madrid ,  debe  contarse :  un  método  completo  de  piano,  dividido  en 
tres  cuadernos,  al  que  acompaña  una  carta  de  aprobación  del  célebre  Thal- 
berg.  Se  han  publicado  de  este  compositor  sesenta  jr  cinco  piezas  de  piano,  unas  á 
cuatro  manos,  otras  para  piano  y  acompañamiento  instrumental,  y  algunas  á  piano 
solo;  casi  todas  compuestas  espresamente  ^ara  la  instrucción  música  de  S.  M.  la  - 
Reina  y  de  su  augusta  hermana  la  infanta  dona  María  Luisa  Fernanda,  hoy  duquesa 
de  Montpcnsier.  En  el  folletín  del  periódico  político  titulado  La  Nación,  correspon- 


(i)  Debemos  hacer  presente  que  habremos  dejado  de  apuntar  muchas  noticias  de 
interés,  á  causa  de  la  escesiva  modestia  de  la  mayor  parle  de  los  autores  que  se  mencio- 
nan.  De  los  que  solo  ponemos  el  nombre  y  patria,  es  porque  no  hemos  podido  averiguar 
otras  noticias  del  sugeto. 

113 


««■ 


—  899  — 

seriado  en  los  periódicos  de  Zaragoza,  Barcelona  y  Madrid.  Tiene  compuestos 
tres  dramas  en  verso,  que  trata  de  publicar. — P.  i,  287. 

APARIGI  Y  GUIJARRO,  Antonio  (Valencia).  Abogado.  Su  oda  sobre  la  batalla  de 
Bailen  mereció  el  segundo  premio  en  el  certamen  que  proYucó  la  Real  Academia 
de  la  Historia  en  1852.— P.  n,  582. 

ARAQUB,  Blas  María.  Médico-cirujano  y  escritor  público.  Nació  en  Madrid  el  15  de 
agosto  de  1821.  Sus  primeras  producciones  fueron  unos  artículos  sobre  anatomía 
publicados  en  los  periódicos  de  medicina  y  otros,  negando  á  la  medicina  el  derecho 
de  titularse  Ciencia,  que  se  publicó  en  el  periódico  El  Dómine  Lúeas.  En  1843  pu- 
blicó en  el  Eco  del  Comercio  y  en  otros  periódicos  políticos  sus  artículos  sobre  el 
derecho  de  gentes.  Ayudó  á  su  amigo  D.  José  Segundo  Flores  en  la  historia  del  ex- 
regente D.  Eíaldomero  Espartero,  que  se  publicó  en  1843.  En  la  Go/erta  Militar  con- 
temporáneay  que  empezó  á  [publicar  en  1841  D.  Pedro  Chamorro,  escribió  las  bio- 
grafías de  los  generales  D.  Isidro  Alaix  y  D.  Luis  Fernandez  de  Córdova.  En  la  His- 
toria de  la  guerra  de  Cataluña^  del  mismo  Sr.  Chamorro,  escribió  las  biografías  de 
los  ffenerales  D.  Baldomero  Espartero ,  D.  Francisco  Linage  y  el  barón  de  Meer, 
conde  deGrá.  En  1848  anunció  y  escribió  la  primera  entrega  de  su  obra  El  Papa  y 
la  Revolución,  páginas  contemporáneas;  pero  la  suspendió  por  los  acontecimientos 
políticos  de  aquel  año.  En  los  periódicos  literarios  La  Ilustración  y  Las  Novedades 
publicó  varios  artículos  GlosóGcos  y  contra  la  Homeopatía  en  1850.  Y,  por  último,  en 
1851  hadado  á  luz  una  estensa  biografía  del  novelista  español  D.  Wenceslao  Ayguals 
de  Izco;  fue  encargado  de  la  sección  literaria  del  Correo  de  los  Teatros,  periódico 
de  literatura,  y  es  uno  de  los  redactores  del  Panteón  C^mt^erjai,  diccionario  bio- 
gráfico que  se  está  publicando.— -P.  i,  477. 

ARISTIMUÑO,  F.  (Vizcaya),  seudónimo  de  D.  Valentín  Aldana.— P.  ii ,  515. 

ARIZA,  Juan  de.  Ex-oficial  del  ministerio  de  Instrucción  pública.  Nació  en  Motril, 
provincia  de  Granada.  Sus  obras  en  verso  son:  Remismundaf  tragedia. — Mocedades 
del  Pulgar  y  drama. — El  Primer  Girón ,  id. — Antonio  de  Leiva,  id. — D.  Alonso  de 
Ercilla,  id. — El  Ramo  de  rosa ,  id.  en  prosa. — Novelas:  Los  Dos  Reyes, — Las  Tres 
navidades, — El  Dos  de  Mayo, — Las  Ruinas  de  Sancho  el  diablo.~^Ún  viaje  al  tn- 
fierno. — Amor  á  vista  de  pájaro, — Dos  secretos, — Diabluras ;  ioáas  componen  21 
tomos.  Ademas  ha  [publicado  en  los  periódicos  varias  poesías  líricas,  artículos  de  cos- 
tumbres, estudios  históricos  y  artículos  políticos  y  literarios. — P.  i,  206. 

ARIZALA,  Francisco  Martínez.  De  Granaaa.^Ha  publicado  varias  poesías  en  los  perió- 
dicos.— P.  1,  210. 

ARIZU,  Angela.  Vid.  Numantina,  la  Huérfana. 

ARMIÑO  DE  CUESTA ,  Robustiana.  Poetisa  asturiana,  socia  de  mérito  del  Liceo  de  la 
Habana,  y  facultativa  del  de  Badajoz.  Ha  publicado  en  Oviedo,  el  año  de  1851,  dos 
tomos  de  poesías  que  llevan  su  nombre ,  cuyo  prólogo  está  escrito  por  la  poetisa 
estremeña  doña  Carolina  Coronado. — P.  i,  313. 

ARNAO ,  Antonio.  Abogado.  Nació  en  Murcia,  el  2  de  febrero  de  1828.  Sus  obráis 
son:  Himnos  y  ^ue/o^,  colección  de  poesías. — Melancolías ,  id. — La  Pasionaria^ 
comedia. — Fi^rnanao /,  drama:  ambas  en  verso.  Varias  poesías  y  artículos  en  los 
periódicos  de  Madrid  y  de  las  provincias. — P.  ii,  571. 

ARRESE ,  Daniel  Ramón  de.  Estudia  jurisprudencia  y  cánones.  Nació  en  Vitoria  el 
3  de  enero  de  1832.  Sus  obras  son :  un  sermón  sóbrela  caridad.  Varias  poesías  suel- 
tas en  los  periódicos.  Sentimos  no  poder  insertar  su  nota  biográGca,  escrita  por  su 
amigo  D.  Ramón  O.  de  Zarate ,  por  oponerse  su  estension  al  laconismo  que  nos  he  - 
mos  propuesto  en  cuanto  á  noticias  biográficas.— P.  i,  603. 

ASEN  JO,  Jacinto.  Nació  en  Pamplona  en  16  de  agosto  de  1808.  Es  catedrático  de 
retórica  y  poética  de  la  Universidad  de  Valencia,  habiendo  desempeñado  antes  la 
de  sintaxis  latina  de  Pamplona,  cuyo  ayuntamiento  le  nombró  director  y  maestro 
principal  do  sus  aulas  públicas  de  latinidad  y  humanidades,  y  servido  la  asignatura 

3UC  hoy  desempeña  en  la  Universidad  de  Madrid  por  sustitución.  Sus  obras  son:  El 
íscurso  inaugural  de  apertura  en  la  Universidad  de  Valencia  en  1849. — Poesías  latinas 
á  los  objetos  siguientes:  Epigrama  al  Dos  de  Mayo.— Al  difunto  duque  de  Osuna,  con 
motivo  de  su  retrato  pintado  por  D.  Federico  Madrazo. — A  la  traslación  del  cadáver 


-90t  — 

cueoda  y  de  historia  de  Cataluña  en  la  Sociedad  Filarmónica,  individiio  de  la  Aea- 
demia  de  Buenas  Letras  y  de  la  Sociedad  Fiiomática  de  Barcelona,  y  de  otras  va- 
rias sociedades  nacionales  y  eslranjeras.  Sus  obras  son:  BeUexas  de  la  Historia  de 
Cataluña,  dos  tomos. — Monserrate  (tres  ediciones). — Escurtion  á  las  Cuevas  de 
Monserrate. — Una  espedicion  á  San  Miguel  del  tay,  — Mantesa  y  Cardona ,  su 
liístoria  y  tradiciones. — Recuerdos  de  viaje  por  CakUufiat  Francia^  Bélgica  y 
Prusia,— Junto  al  hogar,  miscelánea  literaria. — Los  Frailes  y  sus  conventos,  su 
historia,  sus  descripciones,  sus  costumbres,  su  importancia,  dos  tomos  en  folio. — 
Conferencia  de  literatura. — La  Elocuencia  cU  alcance  de  todos,  dos  tomos. — ram- 
bien  tienen  corazón  las  flores. — Obras  dramáticas:  Julieta  y  Romeo,  tragedia. — Un 
corazón  de  mujer. — En  mil  ochocientos  treinta.--'Cárlos  VH.'^Ál  toque  de  la 
oración. — De  cocinero  á  ministro.  Y  una  porción  de  poesías  y  de  artículos  literarioa 
ó  históricos  en  los  periódicos. — P.  ii,  515. 

BAHaLT,  Rafael  María.  Ex-vocal  de  la  junta  consultiva  de  teatros  del  reino.  Nació  en 
la  ciudad  de  San  Sebastian  de  Maracaibo,  territorio  de  la  antigua  capitanía  general 
de  Costa-Firme  ó  Venezuela,  en  América,  el  2  de  julio  de  1814.  Sus  obras  son:  His- 
toria  antigua  y  moderna  de  Venesuela. — Obras  políticas:  Colección  de  folletos 
sobre  las  instituciones,  historia  y  costumbres  de  España. —  Varios  artículos  políticos, 
cientíGcos  y  literarios  en  los  periódicos  El  Tiempo ,  El  Espectador  y  El  Sigh,  de 
los  que  fue  redactor. — Od<is  á  D  Agustin  ArgiieUesy  á  Colon,  ambas  premiadas  en 
dos  certámenes  públicos. — Varias  poesías  sueltas.— Y  se  ocupa  en  escribir  el  Dic^ 
eionario  Matriz  de  la  lengua  eastdlana ,  cuyo  prospecto  se  ba  publicado. — 
P.  II,  652. 

BARRADAS,  Francisco  Antonio.  Poeta  gaditano. — P.  i,  180. 

BARRANTCS,  Vicente.  Escritor  público.  Nació  en  Badajoz  el  24  de  marzo  de  1829. 
Sus  primeras  composiciones  poéticas  se  publicaron  en  El  Guadiana  y  en  El  Teatro 
Estremeño,  perióaicos  de  Badajoz,  y  después  en  los  literarios  de  Madrid  titulados  Ga-' 
ceta  de  Teatros  y  La  Ilustración.  En  unión  de  los  escritores  Larra  y  Serra  publicó 
en  Madrid  un  periódico  llamado  El  Teatro,  y  la  novela  La  Querida  dd  soldado,  en 
el  Semanario  Pintoresco,  la  cual  han  traducido  los  periódicos  portugueses  y  La  Cró" 
nica  de  Nueva- Yorck:  ademas  ha  publicado  poesías  en  los  periódicos  literarios  El  So* 
brino,  que  dirigió^  El  Bardo  y  otros.  Con  el  seudónimo  de  Rascarrabia  publicó  los 
folletos  satíricos  titulados  Las  Pildoras,  que  fueron  prohibidos  y  multados  en  50,000 
reales  por  los  jurados,  y  en  la  actualidad  prepara  la  leyenda  fantástica  Lágrimas  y 
Carcajadas,  y  un  tomo  de  baladas  y  dolerás,  de  las  que  se  han  publicado  ya  algunas 
en  La  Ilustración :  también  se  ha  ensayado  en  el  arte  dramático. — P.  i,  382. 

BBNCDITO  Y  CALZADA,  Manuel.  Abogado  de  Valencia  y  su  Colegio,  ex-dipuUdo 
provincial  en  1840  y  43,  ex-diputado  á  Cortes  en  las  legislaturas  de  1841  y  42,  deca- 
no del  Colegio  de  abogados  en  1849,  y  regidor  síndico  del  ayuntamiento  de  la 
ciudad  de  Valencia.  Nació  en  Villareal,  provincia  de  Valencia,  el  31  de  diciembre  de 
1813.  Sus  obras  literarias  son  algunas  poesías  sueltas  y  varios  trabajos  de  su  profe- 
sión, publicados  en  Valencia. — P.  ii,  583. 

BEiNITEZ  DE  GOR,  Andrés  Aureliano  (Habana).— P.  ii,  627. 

BERMEJO,  Ildefonso  Antonio.  Abobado  y  escritor  público.  Nació  en  Sevilla  en  diciem* 
bre  de  1822.  Sus  obras  son  las  siguientes:  La  Revolución  de  España  en  su  verdade- 
ro punto  de  vista,  seis  tomos  en  4.*  menor.  En  los  teatros  de  Madrid  se  han  repre- 
sentado sus  siguientes  obras:  El  Poder  de  un  fcdso  amigo,  drama  en  dos  actos  y  en 
verso. — Cenar  á  tambor  batiente,  comedia  en  un  acto  y  en  verso. — Por  tenerle 
compasión,  arreglada  del  francés,  en  un  acto. — Al  mejor  cazador,  comedia  en  tres 
actos  y  en  verso. — Llueven  hijos  ,  comedia  en  un  acto  y  en  prosa. — La  Banda  de 
capitán,  drama  en  un  acto,  en  verso. — La  Ley  de  represalias,  drama  en  tres  actos 
en  verso. — La  novela  histórica  La  Capa  del  rey  Garda,  Ha  dirigido  varios  perió- 
dicos de  literatura  de  Madrid. — P.  i.  270. 

BEUNAT,  el  doctor,  presbítero,  Juan  de  la  Cruz.  Fue  lector  de  Qlosofía  en  el  convento 
de  dominicos  de  Valencia,  del  que  salió  por  haberse  secularizado  en  1822.  Es  cronis- 
ta de  la  ciudad  de  Castellón  de  la  Plana,  en  donde  nació;  catedrático  de  este  Institu- 
to, examinador  sinodal  del  obispado  y  predicador  del  mismo,  y  beneficiado  del 


—  903  — 

~El  Viaconde  de  Beüers,  traducida  Ai¡  Soalié. — El  Amar  tu  el  eíaut- 
k  críticas. — Ei  Encubierto  en  Valencia,  Dovela  bislórica. — Varias  poesías 
oltticos  y  literarios  en  los  peri&ücos, — P.  n,  588. 
&  Maria.  Abobado,  poeta  y  niDlor.  Nació  eo  Valeocia  el  16  de  agosto 
b  tocio  de  mérilo  de  la  Academia  forense  de  Valencia,  ;  lia  sido  alcalde 
leJéric»,  alcalde  7  juez  de  primera  instaacia  de  Lucena,  y  regidor  de 
IB  obras  ioa:  Dion,  tragedia  —Don  Aloaro  4e  Lana,  drama  en  prosa  y 
"'  Mote,  periódico  escrito  en  valenciaoo. — El  Desengaño,  diario  político, 
ódico  literario.— La  Guilda,  comedia  eii  verso. — Una  mujer  como 
'Tres  comedias  en  uit  acto.— ffiopra/ía  d«  lord  Bgron. — Cd  tomo  de 
— Lu*  tj  tinieblas,  ó  el  Bien  y  el  Mal,  fantasía  mítológico-lirica  en  cinco 
en  verso. — Ruinas  de  Babilonia,  comedia  funtástica.  Ha  escrito  en  los  pe- 
políticos  y  literarios:  El  Popular,  La  Ley  (en  Bjrcelona),  La  Risa,  La  Sil- 
Espectador  (ea  Madrid),  y  en  otros  de  Valencia.  Abandonando  la  pluma  por 
Íinlura.  su  pasión  Ea»orita,  se  conocen  de  este  artista  diferentes  obras  al  óleu  y 
ilografia.  El  gobernador  de  Castellón,  Sr.  Porlefaii,  nos  ha  mandado  ana  bioffra- 
fia  do  este  literato,  oue  sentimos  no  poder  insertar. — P.  ii,  583. 
^  ttORAO,  Gerónimo.  Abogado.  L'no  de  los  fundadores  del  Liceo  de  Zaragoza  J  presi- 
^  d^te  de  su  sección  de  literatura,  catedrático  de  literatura  general  j  española  pnr 
oposición  en  la  llniversidad  de  esta  ciudad.  Nació  en  Zaragoza  en  II  de  agosto  de 
(821.  Sus  obras  son:  Historia  de  la  Universidad  de  Zaragoza,  escrita  por  encargo 
de  la  misma.— Ji-atodo  completo  de  Aritmética,  publicado  en  Zaracoza  bajo  el  ana- 
grama de  ñogerio  .Vobona.  —Las  Hijas  del  Cid,  drama  que  le  valió  en  sa  represen  - 
tacion  el  premio  de  una  pluma  de  oro.  Ha  fundado  á  dirigida  La  Aurora,  El  Sus- 
jÁró  y  otros  periódicos  de  Zaragoza,  y  sido  colaborador  de  otros  muchos  en  iiue  S« 
vea  artículos  á  poesías  sayas.  Coaserva  inéditos  aun,  entre  otros  [rabajos,  dos  (ira- 
nias, el  primero  titulado  Bn  el  crimen  va  el  castigo,  que  es  una  verdadera  trage  - 
día  semqante,  en  su  asanlo,  A  la  Fedra,  de  Racine,  y  d  segundo  El  Fuero  de  ¡a 
í/nion.— P.  I,  302. 
BORIS  DE  PERBANT,  Natalia.  Natura)  de  Madrid,  esposa  del  pintor  paisista  de  cá- 
mará  de  S.  M.  ít.  Fernaado  Ferrant.  Sus  poesías  se  tian  publicado  cu  varios  perió- 
dicos; pero  la  mayor  parte  las  conserva  inéditas  para  publicarlas  en  colección. 
— P.  I,  476. 
BOVER,  Joaquín  María.  Secretario  de  S.  H.,  caballero  con  merced  de  hábito  ki  ia  orden 
militar  de  Calatra va,  de  justicia  de  la  de  San  Juan  de  ierosalen,  caballero  de  las  órdenes 
de  Carlos  IH  é  Isabel  la  Católica,  de  la  insigne  y  militar  de  la  Espuela  de  Oro,  de  la 
consUntiniana  de  San  Silvestre  y  de  la  Legión  de  Honor  de  Francia.  Revisor  por 
S.  H.  de  manuscritos  antiguos,  bibliotecario  honoraria  y  oücial  tercero  de  la  .N'aciO'- 
nal,  iodividuo  de  la  real  Academia  de  la  Historia  y  de  otros  muchos  cuerpos  literarios 
españoles  y  cstrsnjeros.  Arcadc  de  número  laureado  con  el  nombre  de  Oleandro 
Lirceo.  Nació  en  Sevilla  de  una  ilustre  familia,  originaria  de  Cataluña.  Sus  obras  son 
las  BÍguientes:  Noticias  HistóricO'topotfráficas  de  la  isla  de  Mallorca,  estadística  ge- 
neral de  ella  y  periodos  memorables  de  su  bisloria.— Üiccionuno  critio} -biográfico 
de  escritores  baleares.— IVúlorút  general  del  reino  de  Mallorca,  continuando  liasla 
nuestros  días,  con  notas,  ilustraciones  y  documentos,  las  que  escribieron  Dámelo, 
Muí  y  Alemañy. — Diceionario  histórico-geográfico'estadittiea  de  las  islas  Baleares. 

Í Solo  se  ba  impreso  el  tomoprímero.) — Varones  ilustres  de  Mattorea. — Historia 
e  la  oana  real  de  Mallorca,  y  noticias  de  ios  monedas  acuñadas  en  aqu^ilh  isla. 
— iVbbifúirio  moííor^uÍR,  dedicado  á  la  Reina  nuestra  sef^ra. — Memoria  liisnirico- 
DIoióGca  de  los  museos  del  cardenal  [>espuig. — Úisertacion  histórica  sf^re  el  lugar 
en  que  estuvo  situado  el  pueblo  latino  ile  Cunium  durante  la  dominación  romana. 
'—¡M  origen,  progreso  y  estado  actual  de  la  literatura  en  la  isla  de  Mallorca. — Exa- 
men critico  sobre  los  poetas  j  poesía  mallorquína. — La  isla  de  Cabrera,  relaciones 
do  SD  historia  con  la  de  Francia.- Del  origen,  proi^reso  y  estado  actual  de  la  agricnl- 
tnra  ,  arles  y  comercio  en  la  isla  de  Mallorca. — Memoria  de  (ai  poblado  res  de  Ma- 
liorea,  v  noticia  de  las  heredades  asignadas  ú  cada  uno  di;  ellos  en  el  r  eparto  gnie- 
ral  de  las  tierras.— diccionario  manual  de  antigüedades,  na  unión    con  D.  T'^lix 


—  905  — 

BÍos3,LBBatelfra  de  Pasajes,  La  Escuela  de  las  cnsndas,  El  Editor  responsable,  Prue- 
MsHenmorconyuítnl, Finezas  contra  des tÍu5,  Los  Sulitnrios,  EstnliudeDioB.Unnoviii 
d  pedir  de  boca,  Un  francés  en  Cartagena,  El  C;irn.ival  de  los  denianioa.  Pomo  derír 
li  verdad,  Una  noclie  en  Búr|;o3,  Pascual  y  Carranin,  La  tridepeintenciB,  K  lo  beclio 
pecho.  Cuidado  con  las  amigas,  Amo  i  lascoijiiitis,  Lo  «itio  rs  vivir  en  buen  liiio, 
Don  Frutos  en  Belchite,  Frenología  7  Magnetismo,  lírrar  lu  vu  cae  ion.  Un  enemi^ío 
oculto,  Memorias  de  Juan  Garcia,  El  Intendenta  y  el  comudiante.  ¿Quién  es  ella?  Los 
tres  ramilletes.  Una  ensalada  ile  pollos,  Por  podorca,  La  Escuela  del  matrimonio,  y 
Bl  Novio  pasaría  por  agua. 

laiditat:  Mi  dinero  y  yo.  La  Hipocresia  del  vicio. 

Traduecionei:  Lujo  é  indigencia,  Andrdmaca,  Iji  Llave  rnÍsa,LaCieguecÍla  do  01- 
liruck,  lliflonin  y  Oréstea,  Doni  Inís  du  Caitrn,  Dido,  El  Caballero  &  la  roodrt.  El  Si- 
tio del  campanario,  Engañar  con  la  verdad,  El  Amante  singular,  ó  el  legado,  La'Au' 
toridad  paternal.  El  Paseo  á  Dedlam,  El  Suplicio  en  el  detito,  María  Estuarda,  Ingí^- 
nioy  virtud,  El  que  menos  corre  vuela.  La  Astucia  contra  la  fuerza,  li  los  tres  presos, 
El  Conlumni.  Milríihlcs,  Los  Primeros  amores.  Ariadna,  El  Cúmico  de  In  le({ua, 
Desconliann  y  travesura,  Anligone,  Bl  Conlitlente,  Querer  mandar  en  cnsa,  El 
Amante  prestado,  El  Médico  del  difunto.  El  Itegañon  enamorado,  El  Poetastro  ü  1;i 
Inda  ungida.  El  Aturdido,  MI  tloel  joroWo,  Carolina,  ó  la  fuena  del  tálenlo.  La 
Madro  política,  ó  In  rubia  y  la  morena,  Yelva  6  U  liuérTana rusa,  Bl  Vtige  á  Huelva, 
El  Segundo  año,  Bl  Desertor  y  el  diablo,  Vullenstein,  La  Familia  del  boticario.  Ciinio 
so  pasa  el  tiempo.  Por  la  novia  y  por  la  dote.  El  Albañil,  La  Loca  Hngidn,  La  Fe  do 
bautismo.  El  Colegio  de  Tonington  ó  la  educandn.  Los  Dos  preceptores.  Mi  em  - 
pleo  y  mi  mujer,  ¿Se  sabe  quién  gobierna?  Los  Hijos  de  Eduardo,  Un  af;entnde  poli- 
cía. La  Primera  lección  de  amor.  La  Mansión  del  crimen.— De  estas  irnducciuties 
liay  varias  que  no  se  lian  impreso,  algunas  que  no  lian  llegido  á  representarse,  y  otras 
que  se  lian  estraviado. 

Befttndicionei:  Los  Tellos  do  Mencses,  La  Carcelera  de  si  mjsma,  ¡Qué  de  apuros  en 
tres  liorasi  Bl  Principe  y  el  villano,  No  hay  cosa  como  callar,  ¡Si  no  vieran  las  mu  - 
ieresl  Clin  quien  veneo,  vengo.  Las  paredes  oyen,  ¡Fuego  de  Días  en  el  querer 
bien!— Total  liasta  1852,  140  producciones,  j  do  ellos  72  originales  y  en  verso  casi 
tndns.  Su  íiltinia  producción  ha  sido  el  drama  La  Niña  del  motírador. — P.  t,  412, 
DUEÑO,  Juin  José.  Doctor  en  leyes  v  abobado  del  Colegio  de  Sevilla,  uno  de  los  fun- 
dadores de  la  Academia  literaria  de  Sevilla,  miembro  del  Liceo  do  esta  ciudad,  ex- 
regidor  de  ella,  que  le  debe  el  arreglo  y  clasiricacion  del  arcbivo  de  suayuntamien- 
lo,  miembro  de  ta  Academia  de  Buenas  Letras  de  Sevilla,  y  autor  del  proyecto  de 
los  treinta  relnttos  d?  sevillanos  ilustres  con  que  se  está  adornando  la  Biblioteca  Cn- 
íumliina.  Académico  de  la  Española  de  arqueología,  y  fundador  y  presidente  de  su  di- 
putación en  Sevilla.  Nació  en  Sevilla  en  7  de  febrero  de  1820.  Su  primera  poesía  su 
Ai6  A  luz  en  El  Diario  de  Sevilla,  y  después  ha  publicado  varias  en  casi  todos  los  pc- 
ríMcosde  EspaQa,entrelas  que  merecen  particular  mención  las  siguientes:  El  Cisne, 
El  Sevillano  y  El  CoTreo  de  Sevilla,  periúdlcos  que  fundú  d  redactó. — Odaálapai 
de   Kir^nro,  leida  en  1839  el  l.°  de  octubre  en  el  teatro  de  aquella  ciudad,  clo- 

Sinda  p>ir  el  sabio  D.  Alberto  Lista  en  la  Colección  de  poesías  escogidas  que,  en  unión 
e  Ü.  José  Amador  de  los  Rios,  pnblicd  en  el  mismo  año,  en  la  que  la  puso  li  la 
altura  de  las  oilas  de  Pindaro  y  Horacio.— Una  Oda  á  la  Infanta  doña  María  Huí- 
so  Fernanda  por  liaber  alcanzado  de  la  Reina,  su  augusta  hermana,  volviesen  de 
su  destierro  los  deportados  ti  la  isla  de  Cuba  por  los  sucesos  del  7  de  mayo  ile 
ISIS,  en  los  que  logró  libertar  do  la  muerte  al  sargento  Sanz,  senlenciudo  por  la 
siililcvaci'in  d"  aquel  din:  esta  oda  le  mereció  uu  lapicero  de  oro  que  le  reátalo  la 
liir.iiii.n.  Como  aixigado,  es  uno  do  los  mas  acreditados  de  Scvillo,  y  como  liierato,  e» 
\a  i^olii'ii;i  en  loilas  las  publicaciones  periodistlcas:  tiene  inédiUs  algunasobras.  Bu 
los  piTiúdicos  d«  la  Haoana  se  publicó  on  1849  su  bíograíTa.— P.  i.  370. 
BUTLER,  Rosa  Poetisa  andaluza.  Nació  en  Jaén  en  18  de  julio  da  IRzl.  Su  primera 
pnesia  la  escribid  á  los  diez  y  sicle  años  con  el  título  ite  El  Sueña  ilet  Sepulern, 
mspiracion  dublda  i  las  desgnicins  que  persiguieron  de  tal  modo  i  su  familia,  que  la 

11  i 


—  90^  — 

PomovA.— Historias  particulares  délas  casas  de  Ayamans,  Dezcallar,  Perelada,  BeIN 
puig,  Campo-Franco,  Alba,  Vitlafranca»  Romana,  Albranca,  Orgaz,  San  Cárk»  y 
otras. —  Trovas  de  Mossen  Pebrer^  corregidas  é  ilustradas  con  abundantes  notas. — 
Memoria  en  que  se  proponen  los  medios  mas  conducentes  para  la  cría  y  conserva- 
ción de  las  abejas,  preparar  con  ventaja  las  colmenas,  j  lograr  que  sea  mas  abun- 
dante la  cosecha  de  la  miel  y  de  la  cera  (se  ha  traducido  al  francés  y  al  inglés).— 
Descripción  de  la  grata  de  San  Luis  en  Porrera. — La  Libertad  Española,  oda. — 
Discurso  sobre  la  falsedad  del  nacimiento  de  Aníbal  en  la  isla  de  Cabrera. — El 
Acontecimiento  y  leyenda  histórica  de  181  i. —La  Lira  de  Bover  con  motivo  de  la 
real  jura  de  Isabel  //  como  princesa  heredera. — Memoria  en  que  se  proponen  los 
medios  mas  conducentes  para  aumentar  la  ríqueza  á  la  villa  de  Esporlas. — La  Em  ^ 
presa  de  Arael  por  las  armas  españolas  en  1775  (traducción  del  francés). — £(o- 
aio  histórico  oel  lAmo.  Sr.  D.  Juan  Mon tañer,  arzobispo  de  Caracas. — Disertación 
nistórica  sobre  las  antigüedades  druidieas  de  Mallorca. — Elogio  histórico  del  doctor 
D.  Antonio  Ramis,  de  la  real  Academia  de  la  Historia.-^Descrtpcton  de  la  gruta  de 
Canet  en  Mallorca. — Recuerdos  de  Mahon^  poema. — ilptintet  sobre  el  origen,  vir- 
tudes y  estado  actual  de  las  termas  de  San  Juan  de  Campos. — Syüoge  musei  Bove* 
riani.'-'Memoria  escrita  en  unión  de  D.  Francisco  Terán,  por  encargo  del  serenísi- 
mo Sr.  Infante  D.  Francisco,  sobre  la  historia,  prerogativas  é  importancia  de  la  mili- 
cia de  San  Juan. — Etementoe  de  historia  unii>ersal  (van  á  entrar  en  prensa). — 
P.  n,  548.  681,715,723  y  724. 

BRAVO,  Emilio.  Abogado,  director  y  redactor  principal  de  El  CoUseOy  periódico  lile- 
rano  y  de  teatros,  escritor  póblico,  ofícial  de  la  Bibiioieca  Nacional,  e  individuo  de 
varias  corporaciones  literarías.  Nació  on  Sevilla  el  29  de  junio  de  1827.  Las  obras 
que  ha  puolicado  son  las  siguientes:  Los  Misterios  de  Sevilla,  impresos  en  esta 
ciudad  en  1845.  Prohibida  esta  obra  por  la  autoridad  eclesiástica,  el  autor  emigró  al 
estmnjero,  en  donde  estuvo  un  año. — Resefla  impardal  de  los  sucesos  de  Boma: 
Cádiz,  1849. — Ensayos  poéticos:  Habana,  1848.  Desterrado  á  aquella  isla  por  causas 
políticas  en  este  año,  fue  redactor  de  El  Diario  de  la  Marina.  Tiene  publicados  los 
dos  primeros  cantos  de  la  traducción  de  Las  Lusiadas  de  Camoens,  en  cuyo  trabajo 
hace  tiempo  se  ocupa,  y  ha  dado  al  teatro  las  dos  comedias  siguientes,  en  un  acto: 
Una  noche  de  enredos. — Su  imá^n.  Ademas  ha  tomado  parte  en  varios  periódicos 
políticos  y  literarios. — En  su  poesía  hay  un  fueres  y  un  vieres  que  debe  decir  fue^ 
ras  y  vieras. — P.  n,  660. 

BRETÓN  DE  LOS  HERREROS,  Manuel.  Del  Consejo  deS.  M.,  su  secretario  honora- 
rio, comendador  de  número  de  la  orden  de  Carlos  lll,  director  y  bibliotecarío  mayor 
de  la  Nacional,  individuo  y  secretario  perpetuo  de  la  Real  Academia  Española  de  la 
Len^jua,  socio  de  varias  Academias  y  corporaciones  de  España  v  del  estranjero,  etc. 
Ha  sido  director  de  la  Imprenta  Nacional  y  de  la  Gaceta  del  gobierno,  etc.  Nació  en 
Quel,  provincia  de  Logroño,  el  19  de  diciembre  de  1796.  Este  poeta  dramático  es  en 
la  actualidad  el  mas  fecundo  y  popular  de  España  y  de  América  por  el  carácter  y  nú- 
mero de  sus  producciones.  En  1850  ha  publicado  sus  obras  en  cinco  tomos  en  folio, 
con  un  prólogo  del  poeta  dramático  D.  Juan  Eugenio  Hartzenbuscb;  en  loa  cuatro  se 
publican  76  comedias,  v  enel  quinto  las  poesías  y  algunos  de  sus  artículos  literarios. 
Ademas  se  conocen  ae  este  autor  porción  de  poesías  y  artículos  de  literatura 
y  de  crítica  literaria  publicados  por  los  periódicos ,  enciclopedias  y  revistas, 
siendo  inlinitas  las  ediciones  de  algunas  de  sus  comedias  que  andan  impresas. 
Sus  comedias  son  las  siguientes:  Originales:  A  la  vejez  viruelas.  Los  Dos  sobrinos. 
Achaques  á  los  vicios,  A  Madrid  me  vuelvo.  El  ingenuo.  La  Falsa  ilustración,  Mar- 
cela, Un  tercero  en  discordia,  Un  novio  parala  niña,  Elena,  El  Hombre  gordo, Méropc, 
Todo  es  farsa  en  este  mundo,  Me  voy  de  Madrid,  La  Redacción  de  un  periódico,  £1 
Amigo  mártir,  Una  de  tantas.  Muérete  y  verás,  D.  Fernando  el  Emplazado,  Medidas 
estraordinarías.  Ella  es  él.  El  Poeta  y  la'beneíiciada.  El  Pro  y  el  contra,  Ei  Hombre 
pacífico.  Flaquezas  ministeriales.  El  qué  dirán,  Un  dia  de  campo.  El  Novio  y  eJ  con- 
cierto, No  ganamos  para  sustos,  Una  vieja,  Bellido  Dolfos,  El  Pelo  de  la  dehesa,  Lan- 
ces de  Carnaval,  El  Cuarto  de  hora,  Dios  los  cria  y  ellos  se  juntan,  Cuentas  atrasadas, 
Mi  secretario  y  yo,  ¡Qué  hombre  tan  amable!  Lo  vivo  y  lo  pintado.  La  Piuma  prodi- 


—  907  — 

CAMARILLA,  Ambrosio  do  la  (Palm.i).  Croemos  que  cl  verdadero  niitor  do  la  poesía 

que  lleva  esta  íirma  es  un  calalan ,  pues  nos  vino  de  Barcelona. — P.  n  ,  548. 
CARDAÑO,  Primitivo  Andrés.  Abo^Mdo.  Nació  en  Currion.  provincia  de  Palencia  ,  el 
año  1827,  y  ha  escrito  en  los  periódicos  de  Madrid  La  Reforma,  El  Clamor  Público, 
La  ilustración  y  el  Semanario  Pintoresco. — I*,  i,  417. 
CÁRDENAS,  Jorge  García  do.  Dií  Palma  de  Mallorca,  de  la  casmle  los  m.irquesos  delRe- 
^'uer.  Ks  abogado,  liternlo  é  individuo  de  varias  corporaciones  literarias. — P.  n,  682. 
CARRASCO  Y  CAMPOS,  Lorenza.  Poetisa  mrinclief^a.  Nació  en  la   Mota  del  Cuervo, 
provincia  de  Cuenca,  eMO  de  agosto  de  1827.  siendo  su  padre  í).  Antonio,  magis- 
trado de  la  Audiencia  de  Zaragoza,  qu(?  falleció  en  18  i6.  Retirada  osla  modesta  poe- 
tisa con  su  familia  en  la  villa  de  la  Mota  del  Cuervo,  provincia  de  Cuenca,  es  conuci- 
da  por  el  seudónimo  de  la  ñfaga  de  la  Montaña  en  la  mayor  parte  do  las  pocas  poe- 
sías que  ha  publicado,  particularmente  en  los  periódicos  de  Alicante  ,   titulados  La 
Amenidad,  año  1848  ,   El  Agente  Alicantino  y  el  Diario  de  Alicante;   y  en  este 
año  en  ^7  TVono  y  la  Nobleza  y  en  El  Circulo  Cifinlifico  y  Literario. — P.  n,  668. 
CARRASCO,  Felipe  Ramón.  Piloto  de  la  real  armada  y  oíicialdc  Hacienda.  Nació   en 
Cartagena  el   31   de  agosto  de   1827.  Fue  redactor  de   los  periódicos  literarios  si- 
guientes: El  Noticiero. — La  Jóonn  Málaga. — El  Eco  de  la  Juventud,^  El  Rubí. — 
La  Esmeralda,  en  Granada. — El  Trovador  y  Catalán,  de  Barcelona. — El  Serrano, 
de  Ronda. — Espósito  y  Meteoro,  de  Cádiz. — El  AlicjntinOy  de  Alicante. — \  El  Soldé 
Andalucía,  de  Sevilla,  de  cuya  S  )ciedad  literaria  es  mi<;mbro.  En  a  actualidad   pu- 
blica La  Adelfa  del  Francoli,  periódico  literario  y  mercantil. — P.  n.  571. 
CARRASCOSA  Y  CARRION.  Pedro  José.  Profesor  de  farmacia.  Nació  en  Ciudad -Real 
el  5  de  noviembre  de  1823.  Fue  fundador  de  la  Academia  Literaria  de  Manzanares, 
en  donde  se  representó  con  aplauso  su  primera  obra  dramática.  Se  ha  dado  á  conoecr 
en  los  periódicos  por  sus  poesías,  de  las  que  lia  arregla<1o  un  tomo,  próximo  á  publi- 
carse, así  como  otro  drama,  escrito  para  los  teatros  de  Madrid,  en  domle  se  halla  es- 
tablecido.—P.  I,  467. 
CASÓ,  José  Indalecio.  Cursante  en  leyes,  de  edad  de  diez  y  nueve  anos,  y  natural  de 

Oviedo.  Ha  publicado  varins  poesías  en  los  periódicos. — P.  i,  317. 
GÁSTELO  SERRA,  Ensebio.  Profesor  de  medicina  y  catedrático  regente  de  retórica  y 
poética.  Nació  enSegovia  en  5  de  marzo  de  1825.  Es  redactor  del   Boletin  de  Me^ 
dicina.  Cirugía  y  Farmacia  de  Madrid,  en  el  queso  leen  sus poosías,  entre  otros  ar- 
tículos científicos,  en  los  que  su  examen  sobre  la  lactancia  y  sus  Escenas  médicas  le  han 
adquirido  fiima  de  buen  escritor  médico. — P.  i,  436. 
CASTELLANOS  DE  LOSADA,  Bisilio  Sebastian.  Secretario  honorario  de  S.  M. ,  caba- 
llero de  las  órdenes  de  San  Juan  de  Jerusalen,  Isabel  la  Católica,  de  San  Genaro,  etc. 
S.  M.  le  ha  hecho,  en  marzo  de  este  año.  merced  del  hábito  de  la  orden  militar  de 
caballeros  de  Montesa.  Está  condecoratlo  con  varias  cruces  de  distinción  por  ser- 
vicios patrióticos  y  militares ,    honrado  con  el  cordón  de  Anticuarios  ,  con  una 
medalla  con  su  busto  como  fundador  de  la  Sociedad  numismálica  Matritense,  con 
la  medalla  de  la  Sociedad  numismática  de  Bélgica  y  con  la  de  fundador  del  Insti- 
tuto  Español.   E<  funilidor  y  actual  director  de   la  Academia  Española  de  arqueo- 
logia  ,  bibliotecario  anticuario  y  conservador  del  Museo  de    medallas   y   gabinelo 
de  antigüedades  de  la  Biblioteca  Nacional  ,  cronista  y  anticuario  de  la  casa  y  es- 
tados del  Excmo.  Sr.  Duque  de  Osuna  y  del  Infantado,  miembro  de  las  Socieáades 
anticuarías  de  Francia  y  del   Norte,  corresponsal  de  honor  ó  de  mérito  de  cua- 
renta y  ocho  sociedades  y  academias  literarias,  científicas  y  artísticas  de  España  y 
del  estranjero,  corresponsal  de  la  Biblioteca  Imperial  de  San-Petersburgo  por  ukaso 
del  Emperador  actual,  de  la  Real  .\cad«ímia  de  Herculano  por  real  decreto  del  .so- 
berano reinante  en  las  Dos-Sicilias,  del  comité  de  artes  y  monumentos  de  Paris.  del 
Instituto  Italiano  y  de  otros  cuerpos  y  Estados.   Nació  en   Madrid  el   14  do  junio 
de  1807.  Sus  obras  dadas  á   luz  son  :   De  arqueología:  Enciclopedia  de  las  cos- 
tumbres españolas  ,  su  oríger)   ó    historia.   De  esta   obra  se   han    publicado  mas 
de  trescientos  artículos  en  los   periódicos  literarios  de  Madrid  de  veinte  y  seis 
añosa   esta  parte,  y    se   prepara  su   publicación  en    dos    tomos. — Cartilla  Nu- 
mismática.—  Galena  Numismálica  Universal.  —  Disertación  sobre  la  numismática 


—  909—. 

en  1848,  y  en  Cambridge,  {849.  TamMcn  se  publicaron  en  París  en  dos  ediciones 
de  1848  y  i850  ,  en  Oporto  oii  i 848,  y  en  Colonia  en  el  mismo  año. — HUtoria  de 
los  protestantes  españoles,  y  su  persecución  por  Felipe  If,  Cádiz,  i  85  i,  la  cual  se 
ha  traducido  y  publicado  en  Londres  en  el  mismo  año.  Tiene  publicados  otros  vanos 
interesantes  opúsculos  este  escritor  gaditano,  del  que  se  publica  en  Madrid  en  la 
actualidad,  un  Diccionario  de  la  lengua  castellana,  por  el  editor  D.  Ángel  Fer- 
nandez de  los  Ríos,  director  de  los  periódicos  literarios  El  Semanario  y  La  Ilm^ 
tracion, — P.  i,  Í8\. 

CASTRO  Y  OROZCO,  Josó.  Vid.  Gerona,  el  marques  de. 

CATALINA,  Gavino.  De  Budia,  provincia  de  Guadalajara^  presbítero,  ex-catedrático 
del  seminario  conciliar  de  Cuenca,  cura  párroco  de  Barajas  de  Meló.  Nació  en  19  de 
febrero  de  i818  (hermano  del  Catalina  siguiente).— P.  i,  474. 

CATALINA,  Severo.  Abobado.  Nació  en  Cuenca  el  6  do  noviembre  de  1832.  Ha  pu- 
blicado artículos  literarios  en  algunos  periódicos  de  Madrid,  entre  ellos  La  ilustra- 
cion  y  El  Semanario,  y  se  ocupa  en  arreglar  un  tomo  de  poesías  originales  para  su 
publicación.  Es  muy  entendido  en  la  lengua  hebrea. — P.  i,  454. 

CAUSADA,  Nicolasa.  Poetisa  aragonesa,  hija  del  difunto  catedrático  de  medicina  de  la 
Universidad  de  Valencia,  D.  Jo^.  Los  periódicos  literarios  han  dado  á  conocer  algu- 
nas de  sus  poesías. — P.  i.  285. 

CAVEDA,  José.  Ex  director  general  de  agricultura,  industria  y  comercio;  miembro  or- 
dinario del  Consejo  Real;  vocal  del  Real  Consejo  de  agricultura,  industria  y  comer- 
cio; vocal  de  la  junta  de  aranceles;  secretario  de  S.  M.;  individuo  de  número  de  las 
reales  Academias  de  la  Lengua  y  de  la  Historia;  vocal  de  la  comisión  de  monumen- 
tos artísticos;  comendador  de  numero  de  la  orden  de  Carlos  III  y  gran  cruz  de  Isa- 
bel la  Católica;  socio  corresponsal  de  la  sociedad  central  de  agricultura  de  Paria,  de 
In  española  de  arqueología,  y  de  otras  sociedades  españolas  y  estranjeras.  Nadó  en 
Villaviciosa,  provincia  de  Oviedo,  el  12  de  junio  do  1798.  Sus  obras  son:  las  poesías 
anónimas  y  el  discurso  preliminar  de  la  Colección  de  poesías  asturianas, — Memo- 
ria histórica  sobre  la  junta  general  del  Principado  de  Asturias. — Memoria  histórica 
sobre  los  diversos  géneros  de  arquitectura  empleados  en  España. — Otra  sobre  los 
productos  de  la  inaustría  española  traídos  á  la  esposicion  pública  de  1852,  y  otras. 
Es  escritor  purista  y  concienzudo,  y  uno  de  los  eruditos  de  mas  profundidad,  hon- 
radez y  modestia  de  España. — P.  i,  316. 

CERVINO,  Joaquín  José.  Abogado.  OGcial  de  sección  del  ministerio  de  Gracia  y  Jus- 
ticia, caballero  de  la  orden  de  Carlos  III,  secretario  de  S.  M.,  socio  profesor  de  la 
Academia  de  jurisprudencia  y  legislación  de  Madrid,  de  la  de  Buenas  Letras  de  Se- 
villa, de  los  Liceos  de  Madrid  y  de  Valencia,  etc.  Nació  en  Tortosa  el  18  de  mayo 
de  18 i8,  por  hallarse  allí  accidentalmente  su  padre  D.  José,  teniente  coronel  del  re- 
gimiento de  Vitoria,  y  su  madre  doña  Josefa  Perrero.  Sus  obras  son:  La  Virgen  de 
los  Dolores,  poema  en  siete  cantos. — A  la  Fe,  oda. — La  Victoria  de  Bailen^  canto 
épico. — Dramas:  Sara,  en  verso. — Otro  inédito. — /udtt,  drama  en  cuatro  actos  y 
en  verso,  y  una  colección  de  poesías,  de  las  que  han  aparecido  ademas  muchas  en 
los  periódicos.  Se  le  cuenta  entre  los  poetas  valencianos,  porque  solo  en  el  haber 
nacido  pertenece  á  Cataluña:  Onteniente,  pueblo  de  su  madre,  puede  considerarse 
como  el  suyo. — P.  ii,  588. 

CíIALANZON,  Ovidio.  Profesor  de  farmacia.  Nació  en  Bayona  de  Francia  el  10  de 
marzo  de  1827,  hallándose  allí  emigrado  su  padre  por  liberal;  pero  como  al  año  re- 
gresase a  León,  patria  de  sus  padres,  esta  ciudad  es  la  suya  adoptiva.  Se  han  pu- 
blicado en  los  periódicos  algunas  de  sus  poesías,  que  trata  de  publicar  en  colección, 
así  como  su  drama,  en  cuatro  actos  y  en  verso,  Un  castigo  ael  cielo, — Un  amor  y 
un  padecer,  en  tres  actos. — La  Dama  disfrazada,  zarzuela  en  dos  actos.— (/no 
para  otro,  comedia  en  tres  actos. — El  poema  NueHra  Señora  de  los  Dolores,  en 
nueve  cantos. — P.  i,  404. 

CIL,  Joaquín.  De  Cataluña. — P.  ii,  515. 

CISNEROS,  Enrique  de.  Abogado  del  ilustre  colegio  de  Madrid.  Nació  en  Sevilla  en 
1826.  Sus  obras  son:  Vari3s  artículos  de  jurisprudencia  publicados  en  los  periódicos. 
— Poesías  líricas  en  id.— Comadlas:  Jadraque  y  Paris.-^Ultima  calaverada. — Rico 


t. 


—  911  — 

lia  visto  ya  la  luz  pública  en  este  idioma  en  la  Révue  des  Deux-Mondes. — P.  n,  678. 

DACARRETE),  Ángel  Mariar  Está  concluyendo  la  carrera  de  leyes.  Nació  en  Cádiz  en 
4827.  Sus  poesías  se  han  publicado  en  los  periódicos. — P.  i,  i8i. 

DEHESA,  Pedro  de  la  (de  Santander).— P.  i,  226. 

DIANA,  Manuel  Juan.  Oñcial  del  archivo  del  ministerio  de  la  Guerra.  Nació  en  Sevilla 
en  octubre  de  18^8.  Ha  escrito  y  se  han  representado  en  los  principales  teatros  de 
lyiadrid  las  comedias  sip;uicntes:  No  siempre  el  amor  es  ciego,  en  tres  actos. — 
Cuánto  vale  una  leccionf  en  tres  actos. — Ella  es,  en  un  acto. — Casualidades,  en 
un  acto. — Es  un  bandido  á  juzgar  por  las  apariencias,  en  tres  actos,  en  prosa  y 
en  verso,  escrita  en  unión  con  D.  Juan  Eugenio  Hartzenbusch. — La  Cruz  de  la 
torre  blanca,  drama  en  tres  actos  y  en  verso,  en  unión  con  D.  Gregorio  Romero 
Larrañaga. — Los  Erttantos  de  la  voz,  en  un  acto  y  en  prosa,  en  unión  con  D.  Fran- 
cisco Navarro  Villoslada.  Ademas  ha  escrito  y  publicado  varios  artículos  de  costum- 
bres y  algunas  novelas,  entre  ellas  Una  y  tres  y  Donde  las  dan  las  toman.  Por  úl- 
timo, ha  dado  á  luz  una  Memoria  histórico-artistica  del  teatro  Real  de  Madrid^ 
y  un  libro  titulado  Capitanes  ilustres  y  revista  de  libros  militares. ^^P.  i,  27i.« 

DÍAZ  CARRALERO,  María  Francisca,  conocida  por  La  Ciega  de  Manzanares»  Nació 
en  la  mas  humilde  esfera  social,  en  la  villa  de  Manzanares,  provincia  de  Ciudad-Real, 
el  10  de  octubre  de  18i8,  quedando  cie^a  á  los  seis  dias.  En  el  núm.  51  de  La  IluS" 
tracion  (periódico  literario  que  se  publica  en  Madrid),  correspondiente  al  21  do  di- 
ciembre de  1850,  se  publicó,  con  su  retrato,  la  interesantísima  biografía  de  esta 
célebre  repentista  poetisa  y  latina»  por  D.  P.  C.  y  C,  su  compatriota,  y  sin- 
tiendo nosotros  na  poder  insertarla  en  esta  nota,  solo  diremos  que  esta  joven,  que 
habla  en  latin  con  igual  facilidad  que  en  castellano,  es  un  prodigio  de  fecundidad 
poética,  si  bien  algún  tanto  inculta  á  falta  de  instrucción,  ae  tal  modo  que  tiene 
admirados  á  todos  los  vates  y  personas  instruidas  de  la  corte,  en  cuyas  principales 
reuniones  se  la  llama  para  admirarla  y  colmarla  de  merecidos  aplausos  cuando  viene, 
pues  que  es  increíble  la  facilidad  con  que  improvisa  en  el  acto  las  composiciones  á 
que  se  la  invita.  La  fama  de  su  nombre,  traída  por  los  viajeros  que  pasan  por  Man- 
zanares, á  quienes  demanda  limosna,  la  hace  desear  en  Madrid,  donde  las  veces  que 
viene  es  obsequiada  de  las  personas  instruidas.  Solo  de  oídas,  situándose  á  la  puerta 
de  la  escuela  de  latinidad  de  su  pueblo,  aprendió  la  lengua  del  Lacio,  y  la  composición 
que  presentamos,  con  su  exordio  latino,  nos  la  hizo  en  el  mismo  momento  que  la 
indicamos  nuestro  deseo. — P.  i,  465. 

DISDIER,  Juan  Antonio  (de  Tarragona).  Empleado  de  Hacienda  y  conocedor  de  docu- 
mentos antiguos,  por  lo  que  fue  hace  tres  anos  comisionado  para  recoger  los  de  los 
archivos  de  ílacienda  de  Tarragona,  á  petición  de  la  Academia  de  la  Historia.  Ha 
publicado  algunas  poesías  en  los  perióaicos. — P.  ii,  536. 

DIOS  Y  SANTA  MARÍA,  José  de  (antes  Samuel  Abdallah).  Natural  de  Jerusalcn,  en 
cuya  ciudad  nació,  siendo  hijo  de  Jacob-Ackdel  y  de  Rosa  de  María,  ambos  conver- 
tidos al  cristianismo  después  de  su  hijo.  Nació  el  19  de  marzo  de  1804.  Huyendo  do 
Jerusalen  con  Fr.  Juan  de  Lnnda,  que  fue  á  visitar  los  Santos-Lugares,  recibió  el 
bautismo  en  Jerusalen,  y  su  educación  religiosa  en  Barcelona,  y  pasando  á  Londres 
empleado  en  el  comercio,  se  ocupa  en  este  ejercicio  en  Inglaterra  y  en  Gibraltar, 
en  donde  casó  con  española  ,de  la  que  tiene  cuatro  hijos,  que,  como  él  y  su  esposa , 
profesan  el  catolicismo. — P.  n,  029. 

DONCEL  Y  ORDAZ,  José.  Presbítero,  beneOciado  curado  de  la  orden  militar  de  Santia- 
go en  la  ciudad  de  Llerena,  y  miembro  de  varias  sociedades  literarias.  Nació  en 
Salamanca  el  día  4  de  febrero  de  1822  Ademas  de  porción  de  poesías  publicadas  en 
los  periódicos  de  Madrid  v  de  las  provincias,  ha  escrito  las  obras  siguientes:  Colec- 
ción de  odas  íilosófícas,  fábulas  morales,  epigramas,  letrillas  v  otras  composiciones 
festivas  y  satíricas,  impresíren  Valladolid  bajo  el  seudónimo  de  Fr.  Polipodio,  Sa- 
lamanca, año  de  1844. — Seis  novtUas  históricas  y  de  costumbres,  á  saber.  Kalminda, 
Abides,  y  La  Fuente  del  secreto,  Valladoliil,  18  i4. —  Walisima,  Madrid,  1848. — El 
Italiano  y  la  portugucsay  Zaragoza,  1349 — Y  El  Jacinto,  que  se  halla  aun  inédita. 
En  1851  terminó  su  poema  bíblico  dcnominiJo  El  Altísimo,  del  que  los  periódicos 
han  insertado  la  introducción  y  algunos  de  sus  cantos.  Como  poeta  dramático  ha  es- 


—  913  — 

losa  híbri  un  nombra  que  el  lienipn  so  «ncar^srá  da  Iwrrar  bifin  pronto.  ¿Qué  lii*- 
toría  tiene  una  planta  estéril  que  se  consume  sin  producir?  Ln  liisloHn  es  un  recuT- 
do,  y  yo  no  tengo  recuerdos;  los  desengaños  ahof;aron  la  esperanza.  jCompréndesc  la 
vida  sin  un  recuerdo  tras  sí.  y  anle  si  una  esperania?» — P.  i,  317. 

FENOLLOSA  Y  PERIS,  Amalia.  Naciú  en  Castellón  de  la  Plana  el  S  de  febrero  de  <  Río. 
Es  individua  de  mérito  de  la  Academia  literaria  deSanllaco,  del  Lic«o  da  Valladolld. 
del  de  Valencia,  y  de  la  Filomática  de  Barcelona.  Sus  padres  lian  aido  el  médico  don 
Francisco  JaTier  y  doña  Antonia  Peris,  y  sos  obras  son  las  siguientes:  Un  tonto  de 
poesías  en  16.°,  publicado  en  San  Sebastian. — JemerUto  aneí  Gólgota. — Et  Premio 
de  la  virtud,  no\«h.— Malvina  de  Serhati,  id. — Un  drama  que  no  se  ha  represen» 
tado  .-luii.  y  porción  de  poesías  en  las  periúdícos  siRuientes:  Ei  Idólatra,  de  Galicia; 
El  Ómnibus  de  la  Union  Comercial;  la  Gaceta  IHutieal  y  Literaria;  El  Genio ,  en 
Barcelona;  £1  Basar  Literario,  de  Burdos;  El  Polichinela,  de  Madrid;  El  Féniir,  dn 
Valencia,  y  otros:  tiene  para  imprimir  trw  lomos  de  poesías,  v  se  ocup.i  on  ium 
obra  de  empeño  literaria.  Sentimos  no  poder  insertar  la  biografía  de  esta  poetisa, 
que  nos  mandó  el  Sr.  D.  Domingo  Porlemii,  escrita  de  su  mano,  siendo  gobernador 
civil  de  Castellón — P.  i,S38. 

FERNANDEZ,  Gabriel.  Profesor  de  educación  superior  an  Adra.  N.icifi  en  Daliao  p1 
año  de  ISli.  Sus  obras  son  las  siguientes:  Ittnonia,  tragedia  cldslc.i  en  tres  ii'-ti:i<! 

Jen  Terso.— £í  ifarido  ei  un  tirano,  comedia  un  tres  actos  j  en  verso. — 6Í  Go- 
ernador  poeta,  iá.—La»  CábaUn  de(  tia  Basilio,  Mrauela  en  un  solo.— Loa  Tra- 
vesuras de  Manuela,  zarzuela. — Las  Barbas  imprevistas,  id. — El  Fraile,  drama 
en  cuatro  actos. — El  Arrepentimiento,  id.,  id.,  id.— ETna  de  nuestras  áie:i  mil  pla- 
ga*, comedia  en  tres  actos  y  en  verso. — LaEsniacion,  id.,  id.,  id. — Gascón,  drami 
en  cinco  actos  y  en  verso.  Varias  poesías  y  artículos  sobre  educación  on  los  periódi- 
cos.—P.  I,  171. 

FERNANDEZ  BA&ZA,  Pascual.  Secretaria  de  S.  U.  con  ejercicio .  senador  del  reino. 
pi-presidente  de  la  Sata  primera  de  la  Audiencia  de  Madrid,  presidente  do  la  junta  d<: 
«árceles  r  de  la  Galúra.etc,  ei-coDsejero  rea.1.  Fuá  promotor  (i^cil  en  I)t9t,  desput-s 
do  servir  dos  juzgados  de  primera  instancia,  la  auditoria  de  guerra  de  Galicia,  y  dido 
magistrado  de  la  Audiencia  de  Valladolid.  Fue  li.';cal,  y  después  magistrado,  de  la 
Audiencia  de  Madrid,  diputado  á  Cortes  por  PonFerrada  en  todas  lasHegislatnras,  y 
secretario  de  la^  Cortes  constituyentes.  Nació  en  Ponferrada,  capital  del  Vierzo,  e! 
4  de  octnbre  de  1798.  Sus  obras  son:  Cna  elegía  á  la  muerte  de  su  esposa  dona  Ha- 
rfa  del  Carmen  Riego,  hermana  del  desgraciado  general  Ríe^o,  victima  de  la  Liber- 
tad.-Un  tomo  de  fábulas  morales  y  políticas.- Varias  poesías  publicadas  en  El  La- 
berinto, Faro  déla  Niñes,  La  fíastrocian  y  otros  periódicos  literarios.  En  jurispru- 
dencia: La  Etíadistioa  criminal  del  distrito  de  la  Audiencia  de  Madrid,  relativa  ul 
año  de  18iS,  aplicando,  por  medio  del  cálculo,  sus  resultados  i  la  mejora  de  la  le- 
gislación vigente  j  reforma  del  Código  penal  que  riae. -Artículos  en  el  0o^l>n  de 
Jurisprudencia  de  los  años  1813  y  44.— Otros  arliculos  en  El  Foro,  periódico  judi  - 
cial.etc. — En  la  composición  de  este  vate,  pág.  403,  linea  2S,  dunde  dice  al 
amante,  el  al  está  de  mas;  y  no  la  404,  linea  5  ,  dic«  recibirás,  y  debe  decir  rící- 
6iaj.— P.  1,401  y*H, 

FERNANDEZ  GUERRA  Y  ORffi:,  Aureliano.  Oücial  del  ministerio  do  Gracia  y  Jus- 
ticia .  corresponsal  de  la  real  Academia  de  la  Historia ,  etc.  NacÍ4  en  Grniind;i. 
Sus  obras  dramáticas  son:  La  Hija  de  Cervantes. — Atonto  Cano. — La  Rica  Hembra. 
— Comentos,  notas  y  vida  de  Queredo  en  la  edición  de  obras  escogidas  dii  oítu  autor 
en  la  Colección  de  Autores  célebres  españoles, — Varias  poesfoi  en  La  Alhambra,  pe- 
riódico literario  de  Granada,  etc.— P.  i,  299, 

FERNANDEZ  GUERRA  V  ORBE,  Luis.  Olidiil  del  ministerio  de  Gracia  y  Justfr.in  en 
la  dirección  de  contabilidad,  abogado,  socio  de  varias  corporaciones  cienliRcas  y  lite- 
rarias, etc.  Fue  ayudante  director  de  lu  Academia  de  Nobles  arles  de  Granada.  Nnciil 
en  tiranada  en  el  presante  siglo.  Snsoltras  son:  Varios  artículos  de  bellas  artes  y  las 
piezagdramálícas  siguientes:   Un  JuramenCo. — Mtreeer  para  alean»ar,—El  Pilu~ 

Suero  de  tu  AÜesa.— La  Novia  de  encargo. — Varia*  poesías  publicadas  en  losperió' 
icos.— P.  I,  20f. 

US 


—  917  — 

las  oue  sobresale  La  Ori/ia.— ^Dos  tomos  de  poesías  titulados  Im%  y  iinUifUu^  j  los  ar- 
tículos £1  Memorialitta  y  El  Caaador  en  Los  Españoles  pintados  por  si  mismos.— 
P.  1, 2S0. 
garcía  miranda  y  Vicenta.  Poetisa  estremeSa.  Nació  en  Campanario ,  Tilla  de  la 
proYinda  de  Bddajoz,  el  9  de  agosto  de  1817,  liiia  de  D.  Antonio,  profesor  de  fiírma- 
cía  y  distinguido  poeta.  El  literato  D.  Ramón  Ortiz  de  Zarate  publicó  en  4849  la 
Iñograria  de  esta  poetisa  eq  Valencia,  en  ei  periódico  titulado  ¿a  Esmeralda,  en  la 
cual  se  da  su  interesantísima  historia  bastante  completa ;  pero  no  pudiendo  copiarla 
aquí  por  su  estension,  nos  ceñiremos  á  las  obras  publlcacuis,  que  son  las  sij[uientes; 
debiendo  advertir  que  las  bellas  creaciones  de  su  paisana  poetisa ,  la  señorita  Coro- 
nado, fueron  las  que,  entusiasmando  su  alma,  la  impelieron  á  escribir  é  los  28  años, 
época  en  que  ya  se  iMÜlaba  viuda.  Fueron  sus  primeras  poesías  las  tituladas:  La  TWn- 
fuiad, — A  «na  rosa, — Una  oda  al  célebre  novelista  Sué,  impresa  en  el  Eco  del  Co' 
mércio  en  1845^  medio  año  después  de  su  primer  ensayo.  Vense  sus  composidones 
líricas  en  los  periódicos  denominados  El  Guadiana^  BlUriOy  El  Bardo  de  Caslülá 
y  La  Esmeralda  Talenciana,  y  otros,  siendo  hoy  colaboradora  poética  de  los  cobo- 
cidos  con  los  nombres  de  la  Gaceta  del  bello  mu»,  en  Madrid,  El  Despertador 
Montañés  y  El  Meantino.  Esta  graciosa  poetisa,  atendiendo  á  lo  que  hemos  leído 
en  su  biografía,  acredita,  como  dice  su  biógrafo,  que  el  poeta  nace,,  no  se  tiace;  y 
que  la  poesía  es  hija  del  délo,  y  no  del  arte  ni  deí  estudio. — P.  i,  S'ffi. 

GAIiCIA  MOSQUERA,  José.  Eminente  latino  y  profesor  de  humanidades:  es-catedri» 
tico  de  latin,  retórica  y  poética  en  el  Instituto  de  Cuenca,  y  hoy  de  Pontevedra.  Na- 
dó en  Castro  de  Escuadro,  provincia  de  Orense,  en  17  de  mayo  de  4849.  Ha  publi- 
cado varias  poesías,  yes  notable  su  oda  latina  al  dnspo  de  Orense  ,  fk  Luis  Lastra  y 
Cuesta,  y  su  canto  á  la  Cena  del  Cordero  Pascual,  publicadas  snelU»^  la  primera  ea 
Orense  en  4852,  y  la  segunda  en  Cuenca  en  4853.  So  escesiva  nsodesHa  hace  que  b» 
conozcámoslas  poesías  ^ue  conserva  inéditas.  TamlHen  publicó  una  composición^ 
con  motivo  del  nacimiento  de  la  princesa  de  Asturias. — P.  i,  344 ,  350  y  358» 

GARCLV'DB  QUEVBDO,  Heriberto.  Escritor  público.  NadóenCaro>  dudad  de  Ve- 
nezuela, en  la  América  española,  d  año  de  4849.  Al  caer  el  [wder  ^pañd  en  aquel 
pais  pasó  á  Europa,  situándose  en  Madrid,  después  de  liaber  viajadio  por  Asia,.  África 
y  la  mayor  parte  de  este  continente.  Sus  obras  son  bien  conocidas,,  y  particula»^ 
mente  sus  novdas,  artículos  de  viajes  y  multitud  de  poesfais  líricas  midMicadaspor 
los  periódicos  españoles:  bs  mas  aplaudidas  entre  estas  son  la  oda  á  Malia  y  Pió  DT,  y 
los  cantos  épicos  á  la  Fe  cristiana  y  á  Colon.  Ha  escrito  lod  drama»  siguienles:  NMexa 
contra  nobleza. — Un  ftaje  y  un  caballero. — Don  Bernardo  de  Cabrera. — Felipe  de 
Beaufort,^Patria  y  amor. — Isabel  de  Mediéis  y  Coriolano.  En  unión  del  poeta 
Bonilla  ha  escrito:  Marta,  poema  religioso. — Pentápoiis^  poema  sagrado^  y  una  le- 
yenda amorosa. — Las  leyendas  fantásticas  Carema  del  Diablo. — DeUnmn.  Esla» 
solas  de  su  ingenio. — P.  ii,  650. 

GARCÍA  DEL  REAL,  Timoteo.  Bachiller  en  filosofía  y  de  25  años  de  edad.  Ha  publi- 
cado en  los  periódicos  algunas  poesías. — P.  i,  323. 

GARCÍA  VERDUGO,  Vicente.  Abogado  dd  Colegio  de  Madrid,  redactor  jprimero  de  la 
Gaceta  en  4847,  y  jefe  civil  de  segunda  clase.  Nadó  en  YepHBs.  provincia  de  Toledo, 
el  5  de  abril  de  4848.  Sus  poesías  se  hallan  en  los  periódicos  de  Madrid,  y  ha  publi- 
cado las  traducciones  de  varias  novelas  de  Paul  de  Kock,  una  obra  de  veterinaria,  y 
la  obra  francesa  titulada  La  iglma  Católica  vindicada  de  la  imputación  de  favo-- 
recer  al  despotismo. — P.  i,  504. 

GARZÓN  Y  AGUADO,  José  (de  Jaenl.^P.  i,  222. 

GASSBT,  Eduardo.  Empleado,  caballero  de  las  órdenes  de  Carlos  IH  y  de  la  de  San 
Juan  de  Jerusalen.  socio  de  la  sección  de  literatura  del  instituto  Español  y  de  otras 
sociedades  literarias.  Nació  en  Pontevedra  en  43  de  Junio  de  4832.  En  los  periódicos 
Las  Novedades,  del  que  fue  redactor,  y  en  el  Semanario  é  ¡lu^raeion,  ha  publi- 
cado algunas  de  sus  poesías. — P.  i,  362. 

GASSÓ,  Antonio  Jacinto  de  (Igualada,  en  Cataluña). — ^P.  u,  548. 

GASSÓ,  Ramón  Justino  de  (Igualada).-— P.  ii,  519. 

GAYOSO,  Justo  (de  la  Coruña).— P.  i,  334. 


—  919  — 

celona.  En  cusí  todas  los  p«rifMicos  literarios  de  Madrid  He  esU  époc.i ,  y  en  muchos 
de  los  de  liis  provincias  se  Imii  sus  creaciones  poéticas,  yaiiemas  ha  pubiicadn.-  Leal- 
túdó  un  juramento,  (trama  en  cinco  actos  ven  prosa:  Barcelona  1R42.  el  que  se  re- 

Cresejitden  aquellos  teatros.— ¿oi  Comletde  Rocaberti,  novela:  Rareelonn,  (Kt3,— 
n  fpüodio  de  Jo ^u^rrarfelooMc dflM,  novela:  Dnrcelonn,  1851.  Prepnni  í  la 
impresión  otr»s  obras  de  este  género  y  poesías ,  siendo  uun  de  las  qun  linn  cantado 
al  nacimiento  do  la  Princesa  Isabel  en  la  Cototm  Regia  de  El  Trono  y  ¡a  Nobleza,  en 
el  año  de  1892.— P.  it,  SÜS. 

GUEHRBnO,  Teodoro.  Abogado,  secretarlo  honorario  de  S.  H.,  oficial  auiilinr  del 
ministerio  de  Hacienda,  b  individuo  do  varias  corporaciones  cientificas  y  lilor.irias. 
Nació  en  la  Habana,  capital  do  la  isla  de  Cuba,  e^  O  de  noviembre  de  1884.  Sus 
obras  son:  Comedias:  fitden  duda,  con  ValladaresySaavedra.— £<  St^Joivni  yKi. 
—Intrigas  di  joíon. — Vn  Don  Juan  del  Siglo  xa.— La  Leu  del  emttudo.—Fea  y 
pobre. — Dramas:  Herida  en  et  eoraion.  Ademas  hapublicado  Fas  siguientes:  Hi  Qui- 
tapetares,  biblioteca  burlesca.— fotum  Aftwlulum.  colección  de  poesías. — ÍJieoto- 
narío  fihsófieo  det  amor  y  de  las  mujeres. — Las  Página»  de  un  demente,  revista 
sal  f  rica.— Ehm  1/0  eritiea  iobre  la  vida  del  en -ministro  Bravo  HíuriUo.—  Y  Vna 
Hiitoria  del  gran  munilo,  novela.  Ha  sido  colaborador  de  varios  periódicos  polí- 
ticos de  España  y  de  Ultramar.— P.  n,  627. 

GUILLEN  BUZARAN,  luán.  Oficial  del  ministerio  de  la  Guerra,  corom-l  dn  caballe- 
ría ,  jefe  del  cuerpo  do  estado  mayor  del  ejército  ,  oentil-bombre  dn  ciiinara  da 
S.  M.  con  ejercicio,  condecorado  con  varías  crucm  de  distinción  por  méritos  de 
guerra,  etc.;  es  esposo  de  doña  Haria  Teresa  Zerriz.  camarista  de  S.  H.  la  Heina. 
Nació  en  Valencia  el  20  de  setiembre  de  1817.  Sus  obras  son;  Historia  de  ¡a  corte 
de  Felipe  III. — Un  considerable  número  de  composiciones  poéticas,  y  eslcnsos 
artículos  de  historia,  ari^ueologia,  costumbres  militares  y  de  critica  literaria,  pu- 
blicados en  los  periódicos. — P.  ii,  572. 

GUTIÉRREZ  DE  LA  VEGA,  José.  Caballero  de  la  Espuela  de  Oro  y  de  la  urden  Pía- 
na  ,  condecorado  por  cl  t'apa  ademas  con  ia  medalla  «le  Pió  IX  creada  para  los 
ejércitos  conligados  en  favor  de  esto  Ponlifice  en  1849 ,  lircade  de  Roma  con  el 
nombre  de  Arcliita  Temisio,  miembro  de  las  academias  Tiberini  de  Roma ,  j  Er- 
uica  de  Alatrí,  eattallero  do  la  orden  de  San  Juan  de  Jerusaleu  por  los  servicios  li- 
terarios que  presta  al  ejército  español  espedicionario  de  Italia,  profesor  de  medici- 
na, etc.  Naciú  en  Sevilla  el  S4  de  agosto  de  (824.  Sus  obras  son  :  Artkulus  de 
medicina  en  su  historia  dirigida  por  el  Dr.  Cbíncliilla  ,  y  en  el  BoMin  de 
Medicina,  Cirugía  y  Farmacia  de  Madrid. — La  Giralda,  periódico  literario  en  Se- 
vjllu.— Hiííoria  de  la  «í/fíti,  en  la  obra  de  H.  Fabre.  —  Viajes  por  Italia  con  ¡a 
espedieion  cspañoia.  Y  porción  de  articulas  con  motivo  de  (os  suciisos  de  Roma, 
do  política  y  de  literatura  en  los  periódicos  Et  independiente,  Et  Popular,  El 
Trono  y  la  Nobleía,  El  Heraldo.  El  Pais  y  otros.— P.  i,  272. 

HARTZENBUSCH,  Juan  Eugenio.  Bibliotecario  y  secretario  de  la  Nacional,  vocal  de  la 
junta  consultiva  de  teatros,  individuo  de  la  Academia  de  la  Lengua .  caballero  do  las 
Ordenes  de  Carlos  III  y  de  Isabel  la  Católica.  Nació  en  Madrid  el  6  do  setiembre  do 
1806.  Sus  obras  dramáticas  son:  Los  Amantes  de  TVruei. — Dolta  ¡Seneta. — Don 
Alonso  el  Casta. — La  Jura  en  Santa  Gadea.—La  Madre  de  Pelayo. — Primero  yo. 
—El  ñaeliiller  Sfendarias.— Honor  ia.— La  Ley  de  raza.— Comeá'at:  La  Visionaria. 
—La  Coja  y  el  encogido. — Juan  de  las  ViRas. — Es  un  bandida,  en  que  tiene  parlo. 
— Jugar  por  ta}Aa,eiin  Rosell  y  Vnllad-iroá.— Las  tres  comedias  de  ma)[Ín  La  Redoma 
tneantada,  Loi  Polvos  de  ta  madre  Celestina  j  Las  Batuecas. — Con  tlubl, 
la  comedia  en  dos  actos,  titulada  Una  onsaá  /emo  seco.— Un  tomo  ile  fíbulas. 
Su  úlllma  nroduccion  dramiltica  es  la  titulada  Un  si  y  un  no,  que  Hizo  representar 
en  marzo  de  este  año  en  el  teatro  del  Principe,  como  un  arreglo  del  autor  alemán  Oe- 
derin,  T  que  no  es  tal  arreglo,  y  sinnacomediaorigin.il  suya.  Ha  dirigido,  pi)rg.indo- 
les  de  deleclos,  l.i  publicicton  del  Teatro  escogido  ilc  Tirso ,  el  de  ñaii  do  Alarcou ,  es 
suyo  el  prólogo  del  de  b.  Ramón  de  laCruc  y  otros,  y  son  ínRuitos  losarllcnlos  de 
literatura  dramática  que  se  conocen  do  esto  autor,  cuyos  obras  ha  publicado  en 
Paris  en  una  elegante  edición  U.  Baudry.— P.  i,  483. 


\^ 


—  921  — 

Fr.Gtfuiidio,  rai'iÁla  pitíMica,  s.ilir¡i;i,  (osliva.  Ho  poülina  y  costumbres.  10  lo- 
mos en  8.":  Muilrü,  <S37  ai  H.—  Vinjisdi!  Fr.  Cerundio  por  Francia,  BÉl^ka, 
UnUnday  oriltnBiJel  Ftliin,  «loa  tomos;  Mmlríd.— El  Teatro  Social  del  sigla  xa,  áos  lo- 
mos: Uudriil. — La  Revista  Europea,  caatro  lomos:  Madrid, — Ynlgunos  onÚSCuloB  jr 
poosius  aucltos,  ya  ca  róllelo,  ya  ea  los  períódicnR  tilerarios  ;  polllicoft.  En  la  actiinli- 
datl  lleva  publicados  doce  tomos  ou  i.  ilo  In  Historia  general  de  España  desde  los 
{íerRfos  mas  remotos  hasta  nuestros  diat.  Este  autor  es  el  escritor  mas  popular  de 
España,  oues  que  sus  capilladss  se  lian  leido  liasls  en  la  mas  inculta  J  miserable  al- 
dea, en  donde  SQ  ríen  las  praciasdeFr.  Gerundio.— P.  i,  422. 

LA  HOZ,  Florencia.  Composilor  de  música  y  profesor  de  piano.  Et-presidente  de  los 
secciones  de  música  de  los  Liceoü  de  Undrid  y  da  Zaragoza,  socio  de  mórilo  de  la 
del  Inslilulo  Esnañol  V  de  otras.  Nacid  en  AlasoD,  provincia  de  Zangota,  el  H  de 
mayo  de  181a,  nijo  del  famoso  ori^anisli  O.  Miguel,  conocido  pnr  el  ciego  de  Ala- 
gon,  por  lerlu  desde  los  tres  meses  de  su  edail.  Fue  discípulo  de  su  señor  padre  on 
música;  pero  duilicado  al  esludio,  oti  la  Universidad  de  Zaragoza  ostudiú  la  Qlosolia, 
y  en  Madrid  las  nialemdlicas.  No  pudiendo  seguir  la  carrera  de  las  tetros  por 
morir  su  padre  dejando  en  la  indigoncui  i  su  madre  y  cuillra  liíjns ,  se  dedicó  del 
lodo  á  la  enserjunza  música  para  poder  sostener  á  cslos.  Viniendo  &  Madrid  eo  IStO, 
entró  de  discipulo  del  Sr.  Albenilz  en  el  real  Conserralorio  de  música,  on  el  que  iil 
uDo  se  le  nombró  profesor  supernumerario  ái  In  clase  do  sn  rRprnsado  inaeslro,  la 
que  desempeñó  durante  dos  añas.  Sus  principalra  obras,  entre  Ins  90  publicadas,  Ron: 
La  Jota  aragonega  que  lleva  m  uombro,  con  42  variaciones  y  cinco  cantos. — Pun- 
tHsias:  la  áe  Uaria  de  fíohan,  Linda  de  Chamoutüx  é  f  ATatnOflierí.— Molodins: 
El  Infortunio,  El  Doior,  La  Moribunda. — Pnrle  de  la  zariucla  nticslra  titulada  La 
Pastora  d»t  Manzanares ^'^míonia  &  toda  orijuesta  pura  ios  }n<v;as  florales  del  Li- 
ceo de  Madrid,— Uua  f(rau  misii  para  la  i  ñau  r»  ración  do  la  caitillu  del  liislltttto  Ba  - 
pañol.— Una  Salvo  á  dúo  parala  ¡(riesia  de  l.i  Encamación  de  esta  corte,  ele, 

LARRA,, Luis  Mariano  de.  Hijo  del  célebre  critico  español  D.  Mariano  José  de  Larra, 
cuyas  obras  le  inmortalizan  y  colocan  entre  los  escnlnres  españoles  mas  eminentes 
de  este  siglo.  Su  hijo  O.  Luis  ps  amor  de  las  oliras  dramdlJcas  siguientes:  El  Toro  y 
el  tigre,  Un  embuste  y  una  hada  y  Toiío  con  raptos. — Zarzuela :  El  Cuello  de  ia 
camisa,  escrita  con  D.  Cayulanode  Suriculday.— £tt  Palacio genla  calle,  drama  en 
caaüttiCíos.—LasTres  nobtexan. — Quien  d  cucAiVIo  mala. — ¡A  casa  d«  ouervoí! 
con  Larrea. — Una  nube  de  verano. — P.  i,  4Sf, 

LAFtItEA,  José  María  do.  Nació  en  Madrid  el  2  de  setiembre  de  <S2R-  Sus  obras  snti 
las  comedias  siguientes:  No  c(  OPO  euanlo  rcíuce, — Un  imposible  de  amor. — Ellas 
y  nosotros. — La  xarauela  Pero  Grullo,  en  unión  de  D.  A.  Lozano. — Una  suegra,  ju- 
guete cómico  en  un  aclo. — La  Ocasión,  comedia  original  en  tres.  —El  Prinetpio  de 
un  reinado,  drama  en  cuatro  actos. — La¡  Trot  noAlMOt,  comedia  id.  en  tres,  oecríta 
con  D.  Luis  Mariano  de  Larra.— Quien  ácuchíUo  mala,  comedia  on  un  acto,  arre- 
glada del  francé.'i,  con  Lorra.—;^  coso  do  cmstuot/ id.,  en  tres  actos,  original,— 
Loi  Dos  tniríporaUei,  juguete  cómico  on  un  acto,  arreglado  del  fraucés. — La  Duda, 
comedía  en  tres  actos,  original  y  en  vurso:  todas  ban  sido  representadas.  Adornas 
ha  publicado  varias  poesías  y  arliculos  en  prosa  en  los  periódicos. — P.  i,  484. 

LASALA ,  Manuel  (do  Zaragoza).— P.  i,  30S. 

LEDESMA,  Francisco. -Nucid  en  Almería  el  12  d«  noviembre  du  ISIR,  Sus  poesiiis  so 
lian  pubiicado  en  los  siguientes  periódicos  de  aquella  ciudad:  El  Deseo. — El  Cas- 
cajar.— La  Biblioteea.~-Jarge,  o  tí  loco  do  Almena. — El  Aladran. — El  Faro  Al- 
ménense. En  el  periódico  Ululado  £J  Omifeino  Público,  la  novela  litul.idn  Don 
Pedro  de  Portugal,  y  diferentes  leyendas  on  prosa  y  verso.  Tiene  inéditos  dos  poe- 
mas que  prepara  para  la  imprenta. ~P.  t,  I7T. 

LEÓN,  Rogoiia.  Nació  en  Granada  en  10  dü  setiembre  de  I82ft,  y  apareció  como 

Clisa  en  la  creación  del  Liceo  granadino  ol  año  de  1S47  .  desde  cuya  épnuii 
I  publicada  los  periódicos  composioiuuessuyas  en  castellano  y  en  andaluz.  Los 
poesías  mas  aplaudidas  de  esta  poelt^  que  h»n  visto  la  luz  pública  son  tas  siguien- 
tes: A  los  artistas. — A  Granada.— Gloria  y  fortuna. —A  la  infanta  doña  María  Lui- 

lio 


r 


—  925  — 

MElGARBiO  Y  ME^fA  DE  SANDOVAL,  Marín  AiiLoiiia.  Hija  del  anterior.  Nacid  en 
la  villa  de  San  Clemente,  de  la  provincia  de  Cuencn,  al  aña  de  1827.  Sus  poeslis 
anlo  sn  conocen  ontrc  bus  ainisos,  por  m  osce-lvu  madesUa. — P.  i,  iSi- 
MENDOZA  DB  VtVES,  Mnrin.  Eipofci  del  fw-omolor  licnl  de  FigiMras  D.  Ramón  Vi- 
ves. Nacid  cu  Ardiles  d  VJ  ik  dicicmhre  de  1S<0.  Sus  obras  son  las  siguíenics:  A 
mi  madrt,  nocaia  puMIcaila  por  El  Guadhalorce,  periddico  literario  de  Uilnga,  At\ 
lie,  y  del  litnlado  Athambra  .  que  m  publicó  en  Grnnada,  fue  redactora  en  los  anos 
B  1830  y  10,  siendo  sus  compon  i  cienes  principales  tnserlas  en  ellos  las  tilutidas: 
íí  Porucmr. — Jtii  ilitíionei. — Mi  eiperansa. — ^41  Mar,  y  la  leyenda  Una  /nñf  po* 
Otra  loe»,  l/t  Crónica  de  Sfobila,  en  tos  Estados  Unidos,  ál  insertar  una  poesía  su- 
ya,  precedida  de  un  bnen  juicio  lU-Kico,  en  18*9,  dice  de  esta  poeliss:  bLm  cuidados 
deeaposa  y  madre  U  liióeron  muy  pronto  abandonar  Í!a  Musas,  privando  desdu  en- 
tonces al  Parnaso  español  de  sus  sentidos  cantos,  ifue  hablan  ya  principiado  i  gran- 
jearla ol  titulo  de  poutisn,  li  que  es  tan  ncroeiiora;  sus  eshalecíoags  poéticas  liriilan 
solo  i'n  el  eslrcclio  circulo  de  muy  pocos  amigos.»  A  posar  de  esto  y  de  sn  poca 
sulud,  lia  escrito  vnrhs  oom posiciones,  que  lien  publicado  sus  amigos,  entre  his  que 
^lobrcaalen  las  »ffui entes:  A  mi  etposo.-~A  doiña  Adelaida  O-Dena.—A  doña  Ema 
PutUrien,  publicadas  en  El  Corretponsiü.  Et  Anfúm  y  El  Tiempo,  períúdicos  de 
Madrid,  en  lRt3,  43  y  IH.— ^  la  feUndad.—A  mis  hijuí .  que  lo  fueron  en  £1  Lo- 
comotor de  Barcelona  en  1850. — La  leyenda  lilulada  Brigida,  inserta  en  el  Diario 
de  esta  ciudad  á  principios  de  18111,  por  la  que  fue  nombrada  socia  de  mérito  do  la 
sociedad  Filnmiitica. — P.  i,  248. 
MENENDEZ  HAYON,  Patricio.  AlmR'-Hto.  Nació  en  Otur,  partido  do  Luarca,  en  Asttt- 
rias,  et  añade  fS21.  Ifa  escrita  varias  poesías  y  artieuloa  literarios  en  alf^unoe  pe- 
riódicos de  la  corte  y  de  las  provincias,  y  entre  elloe  una  eo lección  de  Cantos  orien- 
tales, que  se  lian  pÑblicDdo  también  en  los  periddicoa  de  América.  Bu  varios  perid- 
ilicos  ha  publie«do  ensayos  críticos  sobre}  la  novela  francesa,  de  la  oral  se  ocupa,  y 
«^Mt,  la  influencia  ite  su  IHemtnra  en  nuestras  eoshimbres. — P.  i,  328. 
MESTRE  V  HAnZAL,  Cüriiu.  Medico,  directer'  de  im  baños  minerales  de  Buyores 
ilu  Nava,  provincia  de  Oviedo.  Nacid  en  ín  ciudad  de  Valencia  el  ;tO  do  agosto  de 
1618.  Sus  poesías»  entre  lasque  merecen  partioular  roendon  lis  tituladas  Casar 
durmiendo,  Ut  ntuíon  y  Ona  nOla,  le  l>an  pnbticado  en  los  periódico»,  no  bnbitn- 
dole  permitido  su  modestia  prablicar  todi  ta  coleccloD,  á  pesar  «tel  recomeiMlable  pn)< 
\oftfi  que  pan  ello  le  acribió,  en  1843,  tí  dibtitiffuldo  literato  tilmo.  Sr.  O.  Antonio 
Gil  y  2árate,  ci -subsecretario  del  ministerio  de  la  Gobernación  y  consejero  real  en 
la  actualidad.  Ademas  do  varios  artitulos^cidntllicaí  en  los  periddicosde  su  facultad, 
lia  publicado  una  otirita  titulada  El  rtrantuíúmo,  y  en  (846  el  libro  denominado 
ConKJos  morales  d  la  niñes,  aornti  Jos  do  las  realas  «ie  urbanidad  puestos  en  verso. 
— P.u,  607. 
MILÁN  Y  NAVARRETE,  Itamou.  Ayudanta  de  telégmíos.  Nacid  en  Granada  el  4  do 
junio  de  182S.  Sus  obras  literarias  son  las  siguientes:  Recuerdo  de  doíia  Haria  Pine- 
da ,  impresa  en  su  corona  r(incl>rQ:  Granada,  1841  (run  le  priinem  que  publicó).  Una 
serie  de  poesías  en  El  Avisador  Granadino  de  1*<44, — Et  Portero, '  picH  en  un 
acto. — f/n  anlieuofw),  comedia  en  dos  actos. — 0on  Aomiro  ríe  Linares,  drama  en 
cuatro  acles. — Ocio* /upentlu,  colección  de  sus  poesías. — Bl  Jateo  de  Jeret¡.—El 
(■ambio  de  lo)  billeta,  piezas  dramúticas  en  un  acto. — Antei  ^ue  todo  et  mi  honor , 
drama  cu  cuatro  actos.— l/)s  llávm  dt  la  cMijuitía,  colección  do  liingralias  en  el 
periódico  liertildlco  Et  Trotto  y  la  Nobleza,  1849.— /<  un  tiempo  amor  ij  fortuna. 
comedia  en  ver^o  ,  representad»  i'»  el  tealro  Español  en  t84B. —  0;oí  y  oidoí 
eni/aflan,  comedia  en  Tcrso.— ¿a  Bamlavierde,  comedia  da  maffís.— Porción  de 
poesías  en  los  periódicos  liternrios  si^ulontes:  La  Emuraldit,  ItuDieta  Granadina,  el 
Álbum  Granadino,  El  Guadatcásar  de  lain  j  El  Capricho,  dul  que  Tue  director  y 
fiindodor:  también  fue  fundador  de  la  actual  Socicilad  Utcrana  de  Granada. — 
P,  1.213. 


—  927  — 

ÍSECniN,  [(^nncio  ríe.  Mnrino.  Narió  r^n  Sanla-Cni):  ile  Tenpriío,  ísIm  Cnniriüs.d  2A 
<lu  enero  lie  tS2S.  En  1647  iliú  ú  iii/  un  pMtniU  Sohrr.la  mtujuitía  de  Tenerife, 
y  eo  el  aaa  do  1849  un  rlretnu  tiluliido  Uonsalo  de  Córdooa,  y  el  cuenlo  rentístico 
Tres  muertes  por  un  amor. — P.  i,  tH7. 

NEIRA  DE  MOSQUERA,  Antonio.  Escritor  núbitm,  abogattn,  mienibm  ilc  In  Acnrlamla 
GapañolB  de  Arquooli>f;Ía,  d»  In  Sociedad  rilomáticu  de  Burcelona,  Económícn  do  Vn- 
lencift,  c(c.  Naciii  en  SanÜagn  en  1823.  Ha  escrito  m  los  penddicofi  liierariott  desdo 
In  edad  de  diei  y  odio  nñoí,  y  se  ven  escritos  ^yos  en  El  Cirnsor  de  lu  Pmnsn,  Es- 
|innolc3  pintados  por  sí  mismas,  Impflrciol,  Galerifi  H Hitar,  Ptinléxicn,  t'nns  Noches 
españolas,  Siglo  Pintoresco  y  Semanario  Pintoresco^  poblieaciones  dn  Mnríriil.  Sus 
oliras,  nderaas  de  loa  rercridos  escritos,  san:  Las  Penas  de  Uadríd,  opúsculo  snüríco. 
—La  Marquesa  de  Camluí,  novela  histórica. — Las  MonogralTaa  de  Santiago,  obra 
histórica,  que  le  valiú  uoa  real  ónteo  sntisfactoria  y  el  titulo  de  corre«poníinl  de  la 
Academia  de  In  Historia.  Es  director  del  perifMico  de  Santiago ,  titulado  El  Eco  de 
Golicia,  T  se  dedica  &  los  estudios  históricos  sobre  la  inílniccion  pública  m  Es- 
paña.—P.  I,  364. 

NOUGUEíj  SECALL,  Mariano.  Abogado,  secretario  honorario  de  R.  M. ,  caballero  de 
las  órdenes  de  Carlos  III  é  Isabel  la  Católica ,  vice-presidento  de  la  Sociedad  Econó- 
mica Aragonesa,  secretario  perpetuo  de  la  renl  Academia  de  Artes  de  San  Luis  de 
Zara^oaa ,  liscal  de  la  capitanía  general  do  Arsfton  ,  académico  da  )a  Historia  ,  de  la 
Español»  de  Arqueologia ,  fundador  y  Tice-presidente  de  la  diputación  nrqiieoidgfcn 
de  ZaragOEa ,  y  socio  de  muchas  academias  de  España  y  del  eslranjoro.  Í.as  onras 

;ue  ha  publicado,  son  :  Descripción  é  hüUtria  líel  toitMo  de  la  Aljaferia:  Znragnsa, 
SiG.— La  Uoral  del  Abogado:  Zaragoza,  I8S0. — DÍ$ewto»eohre{ap¡ntura,ile  /u- 
Mpe  Martines-,  Zaragoaa,  IS33;  y  otros  muchos  artículos  literarios  y  forenses  m  los 
periiUicos  de  Madriay  de  Zaragoza. — P.  i,  3O0. 

NUHANTINA.  Lalmórfana  (Angela  A  riiul.  Nació  en  Soria  el  año  de  183(:  algunas  desús 
poesías  se  ven  en  loa  periódicos  do  HlB.áñáGacttadtl  bello  texo  y  olros.~P.  i,  S04. 

OCEiOA,  Eugenio  de.  SecreLirio  de  S.  M.  con  ejercicio ,  jefe  de  sección  del  minisierio 
de  Gracia  y  Justicia  y  director  del  Botetin  de  /nUruceion  pública;  cnbiillcro  ile  la 
drden  de  Carlos  III,  comendador  déla  de  Isabel  la  Católica,  miembro  do  In  Legión 
de  Honor  de  Francia,  diputado  i  Cortos  por  Huesca  en  In  le^slatura  de  IRÜi,  indi- 
»idtM  de  la  real  Academia  española  do  la  Lengua  y  do  otras  sociedades  litf  nirlns  y 
artísticas ,  cx-jefe  político  de  Huesca ,  ex -administrador  de  In  Imprenta  Nmiimal, 
censor  de  teatrog,  ei-bibliotecario  segundo  de  la  Nacional ,  primer  rednrtor  de  la 
fi'ocetaen  18jG,  uno  da  los  jóvenei  pensionados  que  en  1S3!>  fueron  A  Pnrís  A  la 
nueva  escuela  de  arles  y  oiicios,  etc.  Nació  en  Leto,  provincia  de  GiiipÚEcna  ,  el  tf> 
de  abril  do  (MIS,  Sus  obras  son.  Comedías:  Ineertidumbrt  y  amor.— Un  dia  del 
uño  1S23. — Dramas:  JfatiUí. — Ademas  ha  hecho  porción  ne  traducciones,  entre 
ellas  el  Hernani,  de  Víctor  Hugo. — No*elas:  Un  avio  de  fe. — Ha  traducido  v  publi- 
cado las  novelas  do  Víctor  Hugo,  y  muchas  de  Soulié,  Jome  Sand,  Diimas,  hroudu- 
cau ;[  otros.  Fundó  el  pcriiVlteo  literario  fil  ifrtúta  eo  <83S,  y  fue  redactor  de  los 
políticos  La  Abeja,  El  Espaitoi.  Bl  Patriota  y  otros.  Ha  publicado  en  París:  la 
Coloccion  de  autores  cspañiiles.— £1  fUrUía),  periódico  del  que  Rio  único  redac- 
tor.—-La  RCTista  Enciclopédica. — El  Cnldlogo  de  los  manuscritos  nspañnlcs  de  la 
ifiblioteca  de  París. — Rimas  inéditas  del  marques  de  Santillana.— Ecos  del  alma,  que 
sonsus poesías.— Traducciones:  El  viaje it  Oriente,  de  Liimartínu. — Gui  Mmi-rinva. — 
Los  aguas  de  San  itomiin. — El  Monasterio  (l>s  tres  de  W.  Senil).— Obras  religiosas 
de  Hadialle.— Vida  de  Santo  Uominifo,  de  Laoordaire. — Otras,  y  porción  de  nrllcuins 
lilerariosonfí  Jfonítor  y  demasporiódicos  da  París, — En  Lo*  Rspañoleíi  pintailns  por 
si  miamos:  El  Emigrado ,  y  El  Español  fuera  de  Bsnilña, — En  loa  Españoles  ilus- 
tres: laahioftraflHdeGaltegí),  Hariienbusch,  Donoso  Cortés  y  D.  Federico  Madram. — 
Elumeiilos  de  economía  polilíca,  jior  Garnier  .  traducción.— Rl  flanrinnero  dn  Bac- 
ila, con  losSres.  Pidal  y  Gayangos. — La  vida  de  R.inoey,  por  Chateaubriand,  traduc- 
ción.— Y,  en  lin,  artículos  en  El  kenacimiento ,  revista  luapano-aiiKiricana,  un  cuyn 
fundación  tuvo  parle ,  y  la  tiríliea  teatral  m  La  España ,  périódi¿<)  politice  ,  etc.— 


JBi 


—  929  — 

PANZANO  Y  ALMIRALL)  Francisco  (de  Haesca).  Uno  de  los  redactores  del  Dteeiofia- 
rio  geoaráfico  de  España,  publicado  por  Madoz. — P.  ii,  662. 

PARHISÑO,  Florencio  Luis.  Nació  en  Halaga  el  25  de  agosto  de  1822.  Ha  sido  redactor 
del  Eco  del  ComerciOy  de  El  Pueblo  y  de  otros  periódicos  políticos  y  literarios,  y 
ha  publicado  los  tres  dramas  originales  siguientes:  Laura  de  Ciufro.  en  cuatro  actos 
y  en  verso. — El  Conde  de  Sagunto,  en  dos  actos  y  en  verso. — Rey^  Duque  y  Conspi- 
rador^ en  tres  actos  y  en  verso:  y  lia  traducido  del  francés  el  drama  en  cinco  actos 
titulado  El  Conde  Hermann^  que  también  se  ha  representado  é  impreso.  Se  ven 
poesías  líricas  de  este  autor  en  los  periódicos  literarios  que  se  publican  actualmente. 
— «P.  I   260. 

PASARON  Y  LASTRA,  Ubaldo.  Escritor  público  militar.  Nació  en  la  villa  de  Riva- 
deo,  provincia  de  Lugo,  el  año  de  1827.  Ha  escrito  varios  artículos  de  moral^  de 
critica,  de  costumbres,  históricos,  biográGcos  y  militares  en  los  periódicos  siguien- 
tes: La  Semana,  El  Henares,  El  Museo  de  los  niños^  El  Baen  deseo.  La  Ilurion, 
El  Despertador  Montañés,  La  Revista  Bistóriea,  La  Revista  MiUÍar  y  otros  de 
Madrid  v  do  las  provincias.  Ha  dado  á  luz  la  comedia  Una  Página  de  amor,  y  tiene 
otras  inéditas.  Ha  publicado  sus  poesías  y  leyendas  tradicionales  en  dos  tomos,  y'en 
la  actualidad  es  colaborador  de  varios  periódicos  literarios  de  Madrid  y  de  las  pro- 
vincias, y  del  Diccionario  Enciclopédico  moderno  universal  oue  se  publica,  en  el 
que  reoactó  principalmente  la  sección  del  Arte  militar  hasta  el  tomo  20.  Es  uno  de 
los  que  en  la  actualidad  dirigen  La  iberia  MiHtar,  y  colabora  en  la  Rewlsta  de  Am- 
bos  Mundos.  Tiene  anunciado  y  va  á  dar  á  luz  un  proyecto  para  la  apiícaeion 
del  ejército  español  á  las  obras  públicas. — P.  i,  338. 

PEÑA,  Pedro  de  Alcántara.  Abogado  y  oOcial  de  la  administración  del  cuerpo  de  in- 
genieros ;  es  natural  de  Palma.— P.  ii,  555. 

PEÑALVER  Y  LÓPEZ,  Nicolás.  Regente  de  la  Audiencia  de  Barcelona,  y  antes  de  la 
de  Gáceres.  Se  conocen  de  este  autor  varías  poesías  y  artículos  literarios  y  poéticos 
en  publicaciones  periódicas,  oraciones  inaugurales  de  las  Audiencias  que  ha  re- 
gentado, y  otros  trabajos  ferales. — P.  r,  2i5. 

PÉREZ  DURAN,  Manuel  Nació  en  la  ciudad  de  León.  Los  periódicos  de  esta  <M^te 
han  publicado  algunas  de  sus  poesías. — P.  i,  499. 

PÉREZ  MURO,  Julián  (de  Huesca).— P.  i,  299. 

PÉREZ,  Pascual  (Valencia).  Presbítero.— P.  ii,  597. 

PÉREZ  DE  LA  VEGA,  Manuel.  Capitán  de  patriotas  distinguidos  de  Méjico,  cabaNero 
del  Santo  Sepulcro  y  de  la  Espuela  de  Oro,  conde  palatino,  condecorado  con  It  flor 
de  la  Adelfa,  y  la  purpúrea  toga  por  la  ciudad  de  Valencia  del  Cid,  y  fiel  almotacén 
honorario  de  ella,  con  billete  para  asiento  de  preferencia  en  el  gran  palco  de  emba- 
jadores y  grandes  de  España,  distinción  que  solo  á  él  se  ha  concedido;  socio  de  mé- 
rito de  varios  Liceos  artísticos  y  literarios.  Sociedades  y  Academias  dentíflcas  na- 
cionales y  estranjeras,  viajero  estraordinario  liebaniego,  llamado  ^neralmente  el 
indiano  de  Bendejo  y  el  poeta  cantábrico  bendegíno,  etc.  Nació  en  Bendejo,  partido 
de  Llábana  y  provincia  de  Santander,  el  9  de  mayo  de  i782.  Después  de  veinte  y  dos 
anos  de  permanencia  en  América,  en  la  que  so  dice  prestó  á  España  fmportantisi- 
mos  servicios  personales  y  cedió  á  la  Corona  generosamente  cuantiosos  cándales, 
regresó  á  España  en  Í8i5,  viajando  por  la  mayor  parte  del  globo.  Sos  obras  son  es- 
critos iostructivos  publicados  sueltos  en  América  y  Europa,  y  algunas  poesías.— 
P.  1,  427. 

PIEDRA  GONZÁLEZ,  Francisco  Juan  de  la.  Fabricante,  gimnasta,  músico  y  escritor 
público.  Nació  en  Umpias,  villa  de  la  provincia  de  Santander,  en  i2  de  diciembre 
de  i825.  Es  corresponsal  de  El  Clamar  Público  dñsáñ  1846,  en  el  quo  tiene  «sorí- 
tos  varios  artícnlos  de  política,  agricaltnra  é  intereses  materiales  v  varias  pos^s, 
entre  las  que  figuran  una  letrilla  al  sistema  tributario.— La  Revista  m  la  villa  de  Lim- 
pias y  otras  que  han  isprodncido  los  demás  periódicos,  de  algunos  de  los  cuales, 
entre  ellos  El  Capricho,  fue  redactor,  firmando  algunos  de  sus  escritos  con  el  seudó- 
nimo de  El  Cornetín  de  Limpias.-^P.  i,  427. 

PIRALA,  Antonio.  Individuo  de  honor  y  mérito  de  la  Academia  de  profesores  de  prime- 

117 


—  951  — 

Iliinas  que  debe  consultar  el  que  desee  aprender  en  buenas  fuentes.  El  Sr.  Quinta- 
na es  el  maestro  mas  sabio  y  amable  de  quien  nuestros  jóvenes  poetas  pueden  reci  • 
bir  consejo  y  corrección.  Su  nombre  vivirá  eternamente  en  la  historia  de  la  litera- 
tura española  por  sus  buenas  obras,  en  la  del  partido  líbenií  por  su  constante  pa- 
triotismo, y  en  la  de  España  por  su  civismo,  honradez,  sacriGcios  y  demás  virtu- 
des que  le  honran  para  gloría  de  su  patría.^P.  i,  475. 

QUINTANA  MENBNDEZ,  Antonio.  Empleado  en  el  Tribunal  de  Cuentas  del  reino,  y 
literato.  Nació  en  la  villa  de  Llanos,  provincia  de  Asturias,  el  1.**  de  febrero  de 
1829.  Hijo  de  un  pobre  labrador,  se  hubiera  dedicado  á  las  tareas  del  campo  sin  la 
protección  de  su  tío,  el  presbítero  D.  Antonio  Menendez  Diaz,  que  le  costeó  su  car- 
rera literaria  hasta  terminar  la  Glosofía:  murió  este  seiíor  dejándole  en  la  pobreza  y 
abandono  y  sin  poder  continuar  sus  estudios.  Una  traducción  en  verso  que  hizo  de 
algunos  capítulos  del  Cantar  de  los  Cantares,  jr  una  comedia  que  compuso  y  fue  re- 
presentada por  sus  amigos,  le  valió  la  protección  del  señor  marques  de  Gastañaga, 
que  le  escito  á  venir  á  Madrid,  en  donde  su  paisano,  el  Sr.  D.  José  de  Posada  Herre- 
ra, le  colocó  en  el  Consejo  Real,  desde  donde,  por  las  influencias  del  mismo  señor  y 
del  ilustrado  joven  D.  Bonifacio  Cortés  Llanos,  pasó  al  destino  que  hoy  tiene,  ra« 
zon  por  la  que  les  mira  con  laudable  gratitud,  así  como  á  su  señor  tio,  D.  Lorenzo 
Nicolás  de  Quintana,  que  le  sostuvo  el  primer  mes  de  su  estancia  en  Madrid*  Ha 
publicado  varias  poesías  en  los  periódicos  de  Madrid,  una  novela  en  El  Popuhr  con 
el  título  de  £1  Hijo  de  un  eoUmo,  y  tiene  presentada  una  comedia  para  su  repre- 
sentación en  uno  de  los  teatros  de  esta  corte.  Hemos  tomado  esti  noticia  de  una 
biografía  escrita  de  sí  mismo  por  el  Sr.  Quintana,  que  sentimos  no  poder  Insertar 
íntegra ,  porque  es  un  modelo  de  modestia  que  le  honra  en  estremo,  y  que  enseña 
cómo  debe  escribirse  de  sí  propio  esta  dase  de  escritos  para  que  la  verdad  luzca 
en  la  biografía.— P.  i,  312  y  326. 

QUIRÓS  Y  GONTRERAS.  Benigno  Catalina  José  Bernaldo  de.  Abogado  del  Colegio 
de  Madrid,  ez-jefe  político  de  las  provincias  de  Zamora,  de  Goadalajara,  Avila  y  de 
ValladoKd  ,  después  de  haber  sido  secretario  de  las  jefaturas  de  Servia,  Barcelona 
y  Valencia,  y  jefe  de  la  Guardia  Nacional  en  unas  y  otras  provincias.  Es  miembro 
de  muchas  sociedades  filantrópicas  y  literarias,  en  todas  las  que  su  honradez  pro- 
verbial le  han  adquirido  cargos  de  su  gobierno  y  dirección .  jr  si  no  es  conocido 
como  literato,  es  porque  su  exagerada  modestia  no  ha  permitido  que  sus  amiaos 
publiquen  sus  escritos  y  poesías.  Ha  sido  secretario  del  Instituto  Español,  de  cuya 
socieoad  es  actualmente  consiliario,  y  pertenece  á  la  Academia  española  de  arqueo- 
logía.—P.  1,  486. 

RADA  Y  DELGADO,  Juan  de  Dios  de  la.  Abogado  de  los  tribunales  de  la  nación  y 
del  ilustre  Colegio  de  Granada,  doctor  en  iurisprudencia,  caballero  de  la  real  y  dis- 
tinguida orden  española  de  Carlos  HI,  académico  profesor  d«3  la  de  ciencias  y  htera- 
tura  del  Liceo  de  Granada,  individuo  de  mérito  de  la  sección  de  literstura,  sodo 

Erofesor  de  las  Acadeit^ias  de  Jurisprudencia,  Ciencias  filosóficas  y  Literatura  de  la 
íniversidad  de  Granada,  vocal  de  la  comisión  de  monumentos  históricos  y  artís- 
ticos de  la  misma  provincia,  socio  de  las  Económicas  de  Madrid,  Granada  y  Huelvay 
y  de  mérito  en  esta  última,  académico  profesor  de  la  de  Jurisprudencia  y  Legisla- 
ción de  Madrid,  socio  de  mérito  en  la  sección  de  literatura  ael  Instituta  Bs^ñol, 
Srofesor  gue  ha  sido  de  la  Universidad  de  Granada,  oficial  primero  de  la  secretaría 
e  la  Universidad  central,  académico  profesor  de  la  de  profesores  de  instrucción 
primaría  de  la  provincia  de  Granada,  etc.,  etc.  Nació  en  Almería  en  setiembre  de 
1827. — Obras  del  mismo. — CierUificoii  Elementos  de  derecho  romano,  presentado 
en  cuadros  sinópticos ,  dos  tomos  en  4.®  menor :  está  declarada  por  el  real 
Consejo  de  Instrucción  páblica  como  de  méríto  especial  para  el  autor.— Derecho  ci- 
vil y  práctica  de  escribanos;  un  tomo  en  4.*,  Granada.— «Memoria  sobre  la 
posición  de  la  antigua  Illíberis,  Madrid.— ^'(«totúm:  Amor  áel  esclavo ,  drama  en 
tres  actos  y  en  verso.*-Cmtó6ai  Colon^  dranuí  histórico  en  cuatro  actos.— Tret 
en  unOf  comedia.— FFt/r0(io //,  (7ofide<i«i7(iroe(oiMi,  novela  histórica;  un  tomo 
en  4.^— Don  Ramón  Berenguer,  id.,  id.,  id.— P.  n,  661. 
RAMÍREZ  Y  LAS  CASAS-DE2A.  Luis  Mirfa.  Médico.  Batnloiáioades  de  Roma  Ra- 


—  955  — 

Historia  de  las  Indias,  por  Oviedo,  coa  notas,  documentos  ó  ilustraciones,  bajo  la  ^&r^ 
reocJoQ  de  la  real  Aciiaeniia  de  la  Historia. — P.  i,  199. 

RICH,  Juan  Amador  y  (Tayabas,  en  Filipinas).  Abogado. — P.  n.  634. 

RIYAS,  duque  de  (Excmo.  Sr.  D.  Ángel  Saavedra  y  Ramírez,  de  Bladrid).  Marques- 
4lel  Villar,  de  Andia  y  de  Villasinda;  señor  de  las  casas  de  Alcedo,  de  Quiñones,  del 
ilustre  Gradan  Ramírez,  y  de  muchos  pueblos,,  donadíos  y  de  casas  fuertes  de  Ar»- 
goo,  de  Bstremadura,  Andalucía  y  Castilla,  y  de  los  castillos  de  Rivas,  de  Ecala, 
San  Martin,  Zudaite,  Baquedano  y  Biu'indano.  Capitán  de  la  gente  de  guerra  de 
los  cinco  YaHes  de  Mescoa,  alta  y  naja,,  de  Lana,  ¡de  Sdllíay  de  Erri.  Cdrreo  Mhyor 
perpetuo  de  la  ciudad  de  Vitoria,  patrono  del  Colegio  de  escribanos  de  Córdoba  y  de 
la  eoTradía  da  loe  doce  nobles  de  Alba,,  caballero  gran  cruz  de  la  orden  de  San  Juan 
de  Jerusalei>,,de  la  de  Carlos  UU  de  la  de  San  Fernando  de  las  Dos-Sicilias  y  de  la 
Piaña,  senador  del  reino,  consejero  de  Estado,  gentil-hombre  de  cámara  de  S.  M. 
con  ejercicio,  coronel  de  estado  mayor,  condecorado  con  varías  cruces  por  acdooee 
de  guerra,  benemérito  de  la  patria,  ex -ministro  de  la  Gobernación  del  reino,  ex- 
embajador de  S»  M.  en  la  corte  de  Jas  Dos-Sicilias,,  individuo  de  náoiero  de  las 
reales  Academias  de  la  Lengua  y  de  la  Historia,  consiliario  de  la  real  de  San  Fer- 
oaado.  áreade  de  IV>ma,  académico  de  la  de  Buenas  Letras  de  Sevilla,,  de  la  Ponto- 
nittoa  y  de  la  de  San  Liócas  de  Roma,  etc.  Como  pintor  y  poeta  pertenece  á  los  artis- 
tas, y  como  escritor  político  á  los  periodistas.  Sns  obras  líricas  son:  El  Pan  hon" 
rofo,  poema. — FknindOy  id» — El  Moro  espásitOj  ó  Córdoba  y  Burgos  en  el  siglo  i, 
ídem. — Una  colección  de  romances  caballerescos  y  muchas  poesías  sueltas.— Trage- 
dias: Ataxdfo.^-ÁUatar, — Doña  BUmea,—^l  Duque  d^  Ájailania.^-Malech»AdM. 
— Lanuza, — Arias  Gonzalo. — Dramas:  Don  Alvaro  ^  la  fuerjsa  del  sino. — El  Desf 
engaño  en  un  «Mtlo.^-Comedias:  Tanto  vales  ctsanio  tíenes, — Sektoes  dé  un  prí^^ 
sionero.—El  Crisol  de  la  lealtad  y  la  Morisoa  de  Alajuar. — El  Parador  de  Sitúen/, 
— En  Los  Eipaüoles  pintados  por  si  mismos:  El  Bosvedador  de  provincia,  y  El  Vém 
tero.  EA  Duque,  D.  Agustín  Duran,  Hartzenbuscb,  Martínez  de  la  Rosa,  Garda  Gu>- 
tierrez  y  Roca  do  Togores,  marques  de  Molins,  son  los  restauradores  del  romanticis* 
roo  español  en  el  siglo  xix. — ^P.  i,  279. 

RIVES,  Pedro  (Ceuta).  Abogado.-4>.  n,  625. 

RIZO,  Josefa.  Primera  actriz  de  los  teatros  de  Madrid,  y  esposa  del  primer  actor  don. 
Juan  Alba.  Nació  en  Murcisi  el  año  de  i822.  Protegida  por  el  virtuosísimo  escelentl- 
simo  Sr.  D.  Antonio  Posada  ,  Obispo  de  aquella  diócesi ,  que  falleció  en  1853 
de  patriarca  de  las  Indias  en  esta  corte,  entró,  en  clase  de  educanda,  en  el  con- 
vento de  Santa  Clara  ái  aquella  ciudad,  en  el  que  hubiera  profesado  indudablemente 
á  no  haberse  suspendido  la  toma  de  hábitos  y  profesiones  cuando  contaba  trece  años 
de  edad.  Su  pasión  á  la  lectura,  y  particularmente  á  la  dramática,  la  condujo  insen- 
siblemente á  la  escena  y  al  difícil  arte  de  la  declamación.  Los  teatros  de  Madrid, 
Sevilla  y  Barcelona  han  sido  los  campos  en  que  ha  lucido  esta  artista.  Hasta  hace 
poco  tiempo  no  se  había  dado  á  conocer  en  poesía,  pues  sus  obras  no  habían  pasado 
del  círculo  de  sus  amigos;  pero  el  canto  en  octavas  reales  que  ha  publicado,  dedica- 
do  á  S.  M.  con  motivo  del  nacimiento  de  la  princesa  Isabel,  titulado  El  Eco  maler-^ 
nal,  la  ha  granjeado  un  puesto  entre  las  poetisas  españolas.^-P.  n,  569, 

ROCA,  Carlos.  Natural  de  Paria  y  vecino  ae  Palma  de  Mallorca.  Se  Grma  en  una  de 
ellas  en  mallorquín:  Un  Pagés  de  Andritxol  (que  en  castellano  quiere  decir  un  al- 
deano de  Andraix,  pueblo  de  Mallorca). — P.  n,  683  y  718. 

ROCABERTI  DE  DAMETO,  José.  Hijo  de  loa  Excmos.  Sres.  condes  de  Perelada, 
grandes  de  España.  Nació  en  Palma  de  Mallorca  el  4  de  octubre  de  i810.  Doctor  en 
teobgia,  graduado  en  Roma,  y  conocedor  de  las  leyes  del  pais,  cuya  carrera  conclo- 

Íó,  pero  de  la  cual  no  se  ha  revalidado.  Es  míemoro  de  la  Academia  de  Ciencias  y 
.etras  de  las  Baleares.  Aunque  ha  publicado  algunas  de  sus  poesías,  particularmente 
en  los  periódicos  El  Genio  de  la  Liíertad,  de  Pahna,  y  en  La  Risa,  no  las  ha  firmado. 
Tiene  hecho  un  libreto  de  ópera  italiana,  puesto  en  música  por  el  maestro  D.  Anto- 
nio Revira,  y  escrito  un  poema  en  mallorquin  sobre  las  conmodones  populares  de 
aquel  pais  en  el  siglo  xvi. — P.  ii,  555. 
RODRÍGUEZ,  Antonio  (ÍSoui^.  Abofi^o.— P*  n^  626. 


—  935  — 

pañol,  creado  bujo  el  ministerio  dul  primer  conde  de  San  Luis,  cnballero  de  la  ur- 
den de  Cirios  111,  y  dipuUdo  &  Corles,  etc.  Nació  en  Málaga  el  21  de  dicietnlire  de 
1817.  Sus  primeras  poesías  líricas  se  publicaron  en  los  periódicos  lileraríos  de  Ma- 
drid titulados  L<M  JfiMiu,  A'o  me  olvides,  El  Liceo,  y  isd  oíros.  Sus,  ohns  dramá- 
ticas son  las  comedias;  Del  mal  el  menos,  que  (uc  la  primera. — Toros  j  Cañas. — 
Quien  mas  pone  mas  pierde. — La  Purluna  en  la  prisión. —El  Risor  de  las  desdi- 
chas.—Castillos  en  el  aire.— El  Cortijo  del  Cristo.— El  Diablo  Cojuelo.— Casada, 
virgen  y  mártir, —La  Feria  de  Huirena —La  Bruja  do  Laiyaron.— La  Rueda  de  la 
Fortuna,  dos  parles.— Honra  y  provecho. — Bandera  neera. — Callana. — Al  César  lo 
que  es  del  César. — La  Entrada  en  el  gran  mundo.— El  Arle  de  hacer  fortuna. — 
Isabel  la  Católica. — Una  Onza  á  temo  seco  ,  con  Hartzenbiisch. — Con  el  Sanio  y  la 
Limosna. — De  Potencia  á  Potencia.— A  la  Corle  á  pretender. — Ademas  tiene  la  no- 
vela Eí  Hermano  de  la  mar,  publicada  en  El  Laberinto,  y  los  articules  Kl  To- 
rero y  La  Mujer  de  mundo,  en  la  obra'  Los  Española  piatadoi  por  si  rnísTnoi. — 
P.  I,  262. 

ItUBIO  Y  BOSICHY  ,  Joai^uin.  Abocado.  Caballero  de  la  orden  de  Carlos  111,  vocal  de 
lu  diputación  aroueoldgica  de  Cádií,  de  las  Sociedades  Económica  y  de  Emulación 
de  la  misma  ciuaad,  y  de  la  Academia  de  Buenas  Letras  de  Sevilla.  Nactú  en  Cádiz 
el  año  de  1627.  Ha  acompañado,  á  su  costa,  al  erudito  catedrático  de  Jurispruden- 
cia, D.  José  María  de  Álava,  en  su  viaje  por  Europa,  de  real  drden,  para  estudiar  en 
sus  universidades  la  enseñanta  del  dereclio  romano;  es  hijo  del  ilustrado  anticua- 
rio y  célebre  coleccionista  numismático  de  Cádiz,  D.  Joaquín  Rubio.  Sus  poesías 
estAnnun  inéditas.— P.  i,  186. 
RUIZ  AGUILERA,  Ventura.  Escritor  pública,  y  miembro  de  la  Academia  de  Bue- 
nas Letras  de  Sevilla,  socio  de  mérito  del  Liceo  de  Santiago  y  de  otras  corporacio- 
nes literarias.  Sus  obras  son,  como  períodisti  político:  artículos  en  los  periódicos 
titulados  iVuevo  Etptetador,  La  Prensa,  La  Nación  y  Ei  Sueco,  y  litcruríos  en 
otros  de  que  Tu e  redactor. — Europa  Uarcha,  obra  política  con  D.  A^usUn  Mendia. 
—Una  Boda  en  el  iolierno,— Como  novelista:  El  Conspirador  de  i  loUo.—Ego  Sum. 
— Como  poeta  dramático:  Del  Afiua  mansa  nos  libre  Dios.— No  se  ven^a  quien 
bien  ama,  con  D.  Eugenio  Rubí. — Fernando  de  Saldaña,  con  el  poeta  y  escritor  po- 
lítico D.  Francisco  Cea. — Camino  de  Portugal,  id.— La  Limosna  v  el  perdón  ,  idem. 
—La  Fortuna  en  el  trabajo. — El  Uundo  al  revés,  comedia. — Guiñado  con  los  maes- 
tros, id. — Como  lírico:  Los  Ecos  Nacionales,— Colección  de  Sátiras,  y  ademas  varias 
poesías  en  los  periódicos. — P.  i,  42S. 

Rl'lZ  DEL  CERRO,  Juan.  Profesor  de  farmacia.  Nació  en  Madrid  el  S  de  junio  de 
1824.  Sus  obras  dramáticas  en  verso  son:  Consaosfeelbonorse  ven^a. — üesengaños 
delavida.— El  Favorito  y  el  Rey. — Boabdil  el  Cníco. —Quien  á  hierro  mata.  Vid. 
Rosa  Gonxalez.- P.  i,  491. 

RULLAN.  Jaumo.  Vico-cónsul  de  Dinamarca  en  Palma  de  Mallorca.  Ha  fallecido  en  19 
de  julio  del  año  pasado  de  ISS3. — Escribió  varias  poesías  que  se  hvu  publicado  en 
los  periódicos  de  Palma;  un  i^iceíonario compendiado  roallorauín  y  castellano,  y  el 
poema  épico  titulado  La  AUamoraida,  ó  sean  tolacee  de  lobremeia  en  la  isla  de 
Jaiíca,— P.  II,  686. 

SAAVEDRA  RAMÍREZ,  Ángel.  Vid.  Rivas,  el  diique  de. 

SAAVEDRA.  Enrique.  Vid.  Auílon,  el  marques  ds. 

SALtlONl,  Baltasar  Simón  Tito.  Maestro  compositor  de  mftsica,  prolesnr  >te  canto 
del' Conserva  lorio  de  música  y  de  declamación  de  Maria  Cristina,  vocal  du  la  junta 
facultativa  del  mismo,  individuo  de  varías  sociedades  artísticas  y  1iteriirÍB<i,  caba- 
llero de  la  orden  de  Carlos  III,  etc.  Nació  en  Barcelona  el  4  de  enero  dn  (807.  Sus 
obras  en  música  saturada  y  profana  son  ranchas;  pero  las  aue  se  han  publicado  de 
mas  ñola  son  las  uguíenles:  Música  sagrada:  Una  misa  de  gloria. — Vn  Misírtre. 
—VuStabatMaUr. — Unas  Lamo uUc iones, — Una  Salve.— El  verso  Trtmm»  faetut 
«um  ego. — Anti Cana  SufMpit  nos  Daminuí,  ele.  Eu  música  profana,  las  óperas 
italianas  siguientes:  Clotilde  ó  Sataillno,  endoa  actos. — Ipermestra,  eníd.— Cleonice, 
en  idem.— Boabdil,  en  trea. — Cutman  el  Bueno,  en  tres.— La  opereta  española  ,  El 
Triunfa  del  amor.  Vafhi  nKn|MNCÍones.  enLre  las  que  son  notables  las  siguientes: 


—  937  — 

1818.  Sus  obras  dramáticas  son  las  siguientes:  Chaquetas  y  fraques,  pieza  de  cos- 
tumbres andaluzas,  en  dos  actos. — Los  Celos  del  tio  Macaco,  en  uno. — La  Flor  de  la 
canela,  id. — Juzgar  por  las  apariencias,  en  dos. — Too  es  justa  aue  me  enfae,  en  uno. 
— En  toas  partes  cuesen  jabas,  en  uno — ^No  fiarse  de  compadres. — El  Parto  de  los 
montes. — El  Tio  Caniyitas,  en  dos. — El  Tio  Pilili  en  el  infierno,  en  tres. — El  aue  de 
ajeno  se  viste,  en  uno. — Andújar,  en  tres. — Amores  de  sopetón,  en  tres. — El  Pollo, 
en  tres. — Ilusiones  perdidas,  en  cuatro. — La  Venganza  mas  noble,  en  dos. — El  Car- 
denal de  Ñapóles,  en  unión  ael  Sr.  Montemar,  en  tres. — Otras  obras:  Dona  Luz  y  El 
Fontanero,  cuento  fantástico. — El  Niño  mimado,  novela.^Los  Cuentos  del  pere- 
grino, fantasía:^,  en  tres  volúmenes. — Artículos  de  costumbres,  que  forman  dos  to* 
mos.  Algunas  de  las  espresadas  comedias  están  escritas  en  el  lenguaje  andaluz  y  jer* 

ga  gitana,  y  se  han  representado  en  And.ilucía  y  en  Madrid  por  el  actor  andaluz 
I.  José  Maria  Dardalla  y  su  compañía. — P.  i,  193. 
SANZ  Y  RIVES,  Ramón.  Abogado  del  Colegio  de  Zaragoza,  catedrático  de  Literatura 
en  el  Instituto  de  Teruel,  académico  vocal  de  la  diputación  arqueológica  de  Zara- 

§oza.  Nació  en  Lérida  el  29  de  julio  de  1823  Ha  dado  á  luz  varias  poesías,  v  un 
rama  histórico  en  cinco  actos  en  verso,  titulado  Genio  y  Poder,  ó  el  Ckiraenat 
Cisneros.^9.  ii,  301  y  532. 

SARALEGUI  DE  CUMIA,  María  Concepción.  Hija  de  D.  Miguel,  escribano  de  cámara 
de  la  Audiencia  territorial  de  Navarra,  y  esposa  del  profesor  de  medicina  D.  Fran* 
cisco  Cumia  y  Echevarría.  Nació  en  Pamplona  el  8  de  febrero  de  1829.  Suis  poe- 
sías aun  están  inéditas  por  su  estremada  modestia. — P.  ii,  687. 

SELGAS.  José.  Ex-ofícial  del  ministerio  de  Instrucción  pública,  y  hoy  auxiliar  del 
de  Gobernación.  Nació  en  Murcia  á  fines  de  1824.  Sus  obras  son:  La  Primavera, 
colección  de  poesías. — Una  mentira  inocente ,  comedia  en  verso  ,  en  tres  actos. 
—P.  II,  579. 

SERÓN,  Fernando  Antón  y.  Presidente  de  la  reunión  literaria  dq  Barcelona,  en  cuya 
ciudad  nació  el  año  de  1829.  En  los  periódicos  de  la  espresada  ciudad  y  en  otros 
de  España  se  han  publicado  poesías  suyas,  y  tiene  censurada  una  comeaia  en  verso 

¿en  dos  actos,  titulada  La  Agencia  matrimonial, — P.  ii,  512. 
ONET,  Francisco  Javier.  Literato  y  orientalista.  Auxiliar  de  la  comisión  nombra- 
da por  el  gobierno  de  S.  M.  para  escribir  la  Historia  de  la  infantería  española.  Na- 
ció en  Málaga  el  2  de  junio  de  1823.  Sus  obras  son:  Recuerdos  de  un  poeta,  nove- 
la.^Una  Poetisa ,  id. — Varios  ensayos  literarios  en  prosa  y  verso  en  los  periódi  - 
eos  literarios. — La  comedia  EstreUa,  próxima  á  representarse. — P.  i,  262. 
SOBEJANO  AVALA,  José.  Profesor  y  compositor  de  música,  director  de  la  clase  de 
música  del  colegio  de  niñas  del  Instituto  Español,  presidente  de  su  sección  de  mú- 
sica, condecorado  con  la  medalla  de  oro  como  uno  de  los  restauradores  del  mismo, 
é  individuo  de  su  junta  directiva.  Ha  sido  primer  organista  de  Sancernin  de  Pam- 

1>lona,  de  la  basílica  de  Santiago  en  Bilbao,  de  la  catedral  de  León,  é  interino  de 
a  colegiata  de  San  Isidro  de  Madrid;  profesor  del  real  Seminario  de  Nobles,  y  sino- 
dal en  oposiciones  de  la  Real  Capilla.  Nació  en  la  villa  de  Cinlruénigo  ,  provincia  de 
Navarra,  el  16  de  noviembre  de  1791.  Sus  obras  son  muchas,  pero  las  mas  conoci- 
das son  las  siguientes:  Dos  métodos  de  solfeo  y  piano,  divididos  en  seis  cuadernos , 
que  han  sido  los  primeros  españoles  publicados  para  estudiar  música  en  este  siglo 
en  España. — ^Varios  temas  con  introducciones  y  variaciones  para  piano.— Entreteni- 
mientos para  este  instrumento  con  canciones,  himnos  y  piozns  de  diversos  géne- 
ros.— Once  misas,  la  mayor  parle  con  instrumental. — Dos  oGcios  completos  de  di- 
funtos, ano  ton  orquesta  y  otro  á  cuatro  y  ocho  voces. — Las  Siete  Palabras,  con  ins* 
tnimental  de  viento  y  á  cuatro  y  ocho  voces. — Dos  juegos  de  completas,  uno  do 
ellos  eon  instrumental. — Dos  idem  de  vísperas  con  varios  salmos. — Seis  Salves  y 
varios  motetes  á  |a  Virgen  ,  al  Santísimo ,  y  seis  para  la  Semana  Santa. — Diferen- 
tes juegos  de  gozos  para  novenas  de  varios  Santos. — Lamentaciones,  Misereres  para 
la  Semana  'Santtg|HEÍesponsorios  y  villancicos  de  la  Natividad  del  Señor,  con  otras 
muchas  obras  riBBafeis.  Es  Mire  del  profesor  y  compositor  de  piano  D.  José  So- 
bejano,  secretario «»^ttfll¡fe^inÚ8Íot del  Instituto  Español,  y  déla  poetisa  y 
cantatriz  doña  Petra  sNMHNr  Morelle.— P.  i,  372. 

118 


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de  mi  hijo  y  Al  beüo  sexOf  insertas  en  el  periódico  literario  de  Madrid  denominado 
El  PensU  ¿d  belh  sexo:  la  titulada  Al  Escorial,  y  las  que  el  año  pasado  publicó  la 
Gaceta  del  bello  sexo  en  Madrid,  denominadas  La  Violeta  ^  A  una  amiga.  Ha- 
llándose la  casa  solariega  de  su  esposo  en  Berlanga ,  provincia  de  Soria ,  en  este 
pufíblo  reside  boy  esta  ilustre  señora. — P.  i,  267. 

SUH[CALDAY,  Cayetano  do.  Gentil  bombre  de  entrada  de  S.  M.  la  Reina,  caballero 
de  Garlos  UI,  etc.  Nació  en  Lima,  capital  de  la  república  peruana,  el  i  7  de  julio  de 
i 8 25.  Es  autor  de  las  obras  dramáticas  siguientes,  representadas  en  Madrid:  Una 
noche  en  Veneda,  drama  en  cuatro  actos,  compuesto  en  unión  de  D  Rafael  San 
Millan. — Un  Voto  y  unavenaanzaf  drama  en  cuatro  actos,  en  unión  de  D.  Manuel 
de  Llano.-— ¿a  Corte  y  la  aldeas  comedia  en  tres  actos.  Sus  poesias  se  ven  en  va- 
rios periódicos  de  Madrid,  de  que  ba  sido  redactor.— P.  ii.  647. 

TAP[A,  Eugenio  de.  Abogado.  Caballero  gran  cruz  de  la  orden  de  Isabel  la  Gatólica, 
ex-redactor  en  jefe  y  director  en  varias  épocas  de  la  Gaceta  del  f^obierno,  ez-diputa  • 
do  en  varias  épocas,  v  senador  del  reino  electo  ñor  dos  veces,  director  de  esludios  y 
▼ocal  del  Consejo  de  Instrucción  pública,  y  ex  ni  rector  y  bibliotecario  mayor  de  la 
Nacional  en  Madrid,  etc.  Sus  obras  son  las  siguientes:  Elementos  de  jurisprudencia 
mercantil. — Manual  de  práctica  forense. — Id.  de  inventarios  y  particiones  de  be- 
rcncias. — Febrero  Novísimo,  dos  ediciones,  una  en  Valencia  en  i 829,  en  once  lo- 
mos, y  otra  en  Madrid  en  Í8i6,  en  diez. ^Historia  de  la  civilización  española.— Los 
Cortesanos  y  la  revolución,  novela. — Colección  de  poesias  líricas,  satíricas  y  drama  • 
ticas. — La  Bruja,  el  duende  y  la  inquisición,  poema  heroico  burlesco. — Guia  de  la 
infancia. — Discurso  bistórico-crítico  sobre  la  decadencia  del  imperio  musulmán  en 
España,  y  restauración  de  la  monarquía. — Viaje  de  un  curioso  por  Madrid. — El  Mu- 
seo literario. — Cartas  á  Sofía,  en  prosa  y  verso»  sobre  la  física;  traducciones  del 
francés  v  otras  obras      p  t   Q72 

TAVIRA  Y  ROMERO,  Andrés.'  Abosado  del  Colegio  de  Madrid.  Nació  en  la  villa  de  la 
Solana,  provincia  de  Ciudad-Real,  el  día  30  de  agosto  de  i822.  Han  publicado  los 
periódicos  algunas  de  sus  poesías. — P.  i,  471. 

TENORIO  DE  CASTILLA,  Miguel.  Gran  cruz  de  Isabel  la  Católica ,  gobernador  civil 
de  la  provincia  de  Zaragoza,  habiéndolo  sido  de  las  de  Huelva,  Barcelona ,  Cádiz, 
Tarragona,  Málaga,  Alicante  y  otras.  Nació  en  la  villa  de  Almonaster ,  partido  de 
Aracena,  en  la  provincia  de  Huelva ,  el  año  1818  ,  siguiendo  la  carrera  de  jurispru- 
dencia, la  que  abandonó  por  la  de  la  administración  civil.  Colaborador  de  varios  pe- 
riódicos de  Andalucía,  en  que  se  leen  poesías  suyas,  fundó  el  titulado  Lira  Andaluta. 
Es  autor  de  un  poema  fantástico,  titulado  La  Resurrección  de  un  hombre  ,  el  cual 
fue  censurado  por  el  célebre  D.  Alberto  Lista ,  en  cuatro  ó  cinco  artículos  publicados 
en  Cádiz ,  y  por  los  escritores  duque  de  Rivas,  D.  Leopoldo  Augusto  de  Cueto,  don 
José  Amador  de  los  Ríos  y  otros  de  la  corte,  en  donde  se  hizo  por  Boix  una  nueva 
edición.— P.  i,  220. 

THOMPSON,  Juan.  Abosado  americano,  caballero  de  la  orden  de  Carlos  HI,  etc.  Nació 
en  Buenos-Aires  (república  argentina)  en  el  primer  tercio  de  oste  sij^lo.  Educado  en 
Paris,  contrajo  el  hálbito  de  versiGcar  en  francés.  Sus  obras  son:  Artículos  de  crítica 
literaria,  en  el  Diario  de  la  Tarde  de  Buenos-Aires,  en  El  Nacional  de  Montevideo 
y  en  El  Libertador  de  Corrientes,  periódico  fundado  por  él.— *&l  discurso  prelimi- 
nar al  poema  de  Caa-^guazú,  de  D.  José  Rivera  Indarle. — Sus  artículos  do  política 
en  los  Mríódioos  argentinos,  y  en  los  de  Barcelona  El  Fomento  y  El  Sol. — Un  fo- 
lleto sobre  los  principios  protectores  del  comercio  é  industria  española. — Artículos 
áirmdí^^i  MptUotir  los  principios  fundamentales  del  orden,  hermanados  con  la  li« 
beroidl^  lotáe  le  valieron  la  condecoración  que  ostent'i.-4Jna  colección  de  poe- 
sías éüí^lraocés,  publicada  en  Montevideo. — La  Oda  á  Isabel  II,  en  francés,  de  la  Co- 
rona piálica  puaMcada  por  el  Sr.  Ovilo  y  Otero ,  y  otras  poesías  siempre  en  fran- 
cés, pues  oté  waiasa  que  no  puede  versificar  en  español,  por  Ja  costumbre  que  ad- 
3uirió  desdft  J|líi4)i  Mcerlo  eaifguel  idioma  Sentimos  no  pinler  insertar  la  biografía 
e  este  vate,  eiM|MP,ja  eoMÍMota  el  poeta  Magariños  y  Cervantes.— P.  ii,  602. 

TOLEDO,  N.  ProfiáÍffl|¡lBMiiá¿;;M  compuesta  en  honor  de  Azara  para 

osla  obra.es un áHHMIÍÉUUifiPÉíWQri fírofesor. — P.  i,  311. 


—  9il  — 

eltgante,  en  id.— Juana  y  Enrique,  reyes  de  Castilla.— Vm  Oda  ata  Paz.— La 
Amníitia.—La  Comedia  dt  (oí  partidos. — Su  obra  Educación  del  bello  ae^co  fue 
ninndaila  inutilizar,  y  se  lo  cnu.-iusú  pnr  ella. — Un  Rey  abnluto,  Irai^edia  represen- 
tuda  en  Viilencia. — Historia  de  la  vuta  y  reinado  de  Fernando  Vil.  tres  tomos  en 
4.*,  Madrid,  elogiada  en  E«pa3(i  y  en  el  estrunjero,  y  por  Príncipe  eo  Tirios  y  Tro- 
yanos. — Eljudío  Errante  en  España,  aoveh  oñgioii  en  siete  tomos,  Manrid. — 
La  Hija  del  Aeia.  en  un  tomo,  id.  -El  Poema  del  Cid ,  del  cual  iia  publicado  so- 
lo una  prueba.  Eo  fin,  este  autor  cuenta  basta  el  dia  publicados,  40  tomos  oriei- 
iiales  y  i  30  traducidos,  entre  los  que  figuran  la  República  de  Cicerón,  vertida  del  la- 
tin.  A  pesar  de  tanto  trabajar,  ni  una  sola  distinción  ha  merucido  de  su  país  este  es- 
critor, que  se  ha  creado  con  sus  obras  un  patrimonio  y  una  biblioteca  que  es  citada 
Sor  la  rareza  de  sus  arllculoa  en  los  manuales  de  vinjes  por  Europa:  su  casa  es 
icna  de  verse  por  el  gusto  i  la  par  que  sencillez  que  revela  en  su  interior. — 
P.  H,  590. 

VELASCO,  Antonio  José.  Profesor  do  medicina  déla  ciudad  y  cárcel  de  Málaga,  y  es- 
poso de  la  ilustrada  poetisa  doña  Dolores  Gamez,  de  Cádiz.  En  el  final  de  su  composi- 
ción gitana,  impresa  i  la  páa.  263  de  la  primera  parte,  se  lee  la  siguiente  bio- 
grafía en  aquel  dialecto:  Médico  de  ¡a  ciudad  de  Málaga  y  de  la  cárcel,  admirador 
de  las  talento»,  de  la»  virtudes,  y  del  valor  del  moio  rnas  cumplido  que  ha  nocido 
de  madre  en  toda  la  redondea  de  la  tierra.  ¡Juy,  MariaSantiiima!  Mas  vale  callar. 
Silencio.  Vid.  la  composición  suya,  en  donile  la  tiene  en  caló. — P.  i,  263. 

VGLAZQUEZ,  Felipe.  Sacerdote,  natural  de  Segovia.  Es  autor  del  poema  religioso  pu- 
blicado eo  Madrid  en  tflSO,  titulado  Las  Siete  Patitítras,  y  tiene  inéditas  las  obras 
siguientes:  Uu  tomo  de  poesías  saturadas. — Dos  de  poesías  proraoas. — En  la  actuali- 
dad escribe  un  poema  religioso.  Algunas  poesías  de  este  vate  castellano  se  han  publi- 
cado en  los  periódicos. — P.  i,  Í3S. 

VELAZQUEZ  V  SÁNCHEZ,  José.  Nació  en  Sevilla.  Este  modesto  autor ,  de  quien  se 
conocen  poesías  en  los  pcriúdicos,  nos  mandó  esta  nota  biográñca: 

—Joven,  cuéntanos  tu  historia. 
—Nada  os  puedo  yo  contar 
que  sea  digno  de  memoria; 

Sue  tengo  ambición  de  gloria, 
!,  y  anhelo  de  estudiar. 
De  muchos  en  parangón 
grandes  dimensiones  toco; 
consulto  A  mi  corazón, 
mis  alíenlos  y  ambición, 
señor,  y  me  encuentro  poco. 

Dejad  al  joven  mediano 
su  oscuridad  aFanosa, 
y  salga  A  la  luz  ufano 
cuando  el  mísero  gusano 
se  convierta  en  mariposa.— P.  t,  27S, 

VERDEJO  V  DURAN,  Marta.  Poetisa  navarra,  Tiija  del  brigadier  de  ingenieros  y  caba- 
llero de  la  orden  de  San  Hermenegildo,  D.  Nicolás,  y  de  doña  Águeda  Duran  y  Ca- 
salbon.  Nació  en  Cascante,  ciudad  de  la  provincia  de  iSavarra.  Algunas  de  sus  poesías 
m  han  nublicado  en  los  periódicos  de  Zaragoza,  y  dispone  i  la  prensa  un  tomo  do 
ellas.— P.  tt,  eS8. 

VIETA,  Antonio.  Boc  ... 

lona,  en  rnvn  cnli^sio  An  E^olapios  empezó   fi  aprender  I 
obruson:  Mi-murí.i  solirp  \.\  fnili-nsia   v  ta  fiMfenacian  mental,  publicada  en  1812. 
— Memofi.i  ■i.ii  ili>Zir,i«nza,  del  queruemédico  director 

de  locos,  li  1,  |iiiM(i-,Ltla  en  1843. — Proyecto  acercada 

la  orgMni/ .  '.■■  K^i  líi  i,  y  un  resumen  de  otro  general 

parala  ü'!i  : 'ii  l'<i<l,— Defensa  de  la  protección  méd  i- 


—  in  — 

Huelva,  Lérida,  Puntevedra,  Málaga,  Soria -f  Zamora .  útiicas  ile  luí  qne 

no  se  haa  publicailo  escudos  grabadas  en  la  Vida  civil  \¡  jKiítica  de  Asara, 
ni  en  esta  Corona.  En  el  centro  del  arco  se  ostenta  el  escudo  ^neral  del  ac- 
tual marques  de  NJbbiano ,  y  á  sus  lados  se  ven  senlndas  en  los  arranques 
del  arco  á  la  Gspañ.-)  y  í  In  Fama.  Al  pin  del  srco  están  personiKcRilos  los 
rios  Ebro  y  Alcanadre,  aquel  en  representación  do  Aragón,  y  eslo  de  Bar- 
buñales:  y  á  su  lado  se  ve  el  sepulcro  de  Aznra,  tal  y  como  se  halla  en  la  par- 
roquia del  espre&odo  pueblo  cu  la  capilla  de  los  Azaras. 

PARTE  SEGUNDA. 

A  lo*  Icotoroi, 

Hma  Catalana , BO5 

Barcelona. , so7 

Gerona , 547 

Lérida 533 

Tarragona 535 

Música  de  D.  Baltasar  Saldoni.  U  Parcatrol*. 

Mma  TalenciaBa  j  Balsar. g[) 

Alicante. '  *     \ 543 

Baleares  (Islas).  Mútica  de  D.  P.  raUdmota.  fií  Voo-vabihiou,  letra  de  don 

J-  Bover 3lg 

Castellón. 558 

Murcia .'.'.'...'.'.'  380 

Valencia , SS2 

Músieade  D.  J.  ¿oAos,  letra dt  D.  E.  C  V.  Jon  VuEtiaiifA. 

MoM  VaMoogada  j  Hoi'bm,  .  .  ■.-.  ,.■.,, 601 

Álava <  ,  ,  .  .  í  ,^ B03 

Guipúzcoa \'  i (IOS 

Viicaja ........; Q(6 

Navarra. 620 

Jftitiea  d«  fi.  redro  AV,eniis ,  tetra  de  D.  J.  V.  Bchegaran.  Zontico. 

Moa  OoloaUjAnaioaBa 023 

África. eas 

Amirica 627 

Asia 629 

Ocoanía.— FüipiM» 631 

Americanoi-tepafioles  de 

Buenos-Aires. «31 

Traducción  déla  anterior 133$ 

M*jico mu 

Perü |-,^^ 

Venrauela Olí) 

tírii^nay .  6a3 

pDFaiaa  de  nuUires  de  varioa  provincias  que  no  lleguon  á  tiurapo  de  iosortarse 

fa  líia  musas  provinciales  respectivas 055 

KotM  A  la  Corona  Poética.  Traducdon  de  ilgnnai  do  !u  poesías  insertadas  on 

dialncloBproTüidales,  aclaracione*  y  cartas  que  1»eipfícan 69t 

119 


Notai  al  dÍMono  antariBr, 

Catálogo ,  por  áiglos  |  orden  alfabelico,  de  los  poetas  drarníticos,  que  sabemos 
lia  liabido  en  Espaua  desde  el  siglo  xv  al  aüo  t6S4  inclusÍTe 834 

Razón  de  algunos  artistas  músicos  españoles  del  siglo  iix,  de  los  cuales  aun 
viven  la  mayor  parle 83!! 

Ilota  final  al  diicana  loli»  la  mAÑoa, 

De  los  tnstrumcnlos  músicos  españoles 84< 

/ns (rítmenlo;  de  golpeo. 

Del  pandero,  adufe  li  pandera,  tambor,  atabal,  crútalo,  sonajas,  castañuelas, 
címbalo,  hicrreciiios,  caácabeles,  ote 8*3 

¡nalTvmenUis  de  utenlo. 

De  In caracola,  cuerno,  órgano,  flauta,  clarinete,  dulzaina ,  gaitas  de  todas 
dates,  Tole,  chiriinias,  sacabuche,  albogue,  zampona,  silbo,  ananí,  etc. ...     S47 

Instmmenlas  de  cuerda. 

De  la  lira,  arpa,  vihuela  i}  guitarra,  bandola,  cllarn  ,  laúd,  bandurria,  tiorba, 

salterio,  sinfonia,  vialin,  piano,  etc SÍÍO 

Lámina.— Proyecto  de  sepulcro  para  Azara,  en  (toma,  por  Canov a 8üt 

Dümno  Hiitólifio-AniaMiúgK»  sobre  el  baile  en  general,  y  en  parlicitlar  del 
español,  escrito  en  lienor  ú  la  buena  memoria  del  célebre  Aiara,  por  eu  bís- 

toriador  D.  Basilio  Sebastian  Castellanos  de  Losada SSS 

Parle  primera.— Del  orfgen  del  baile  en  general ,  y  de  las  danuu  sagrados  y 
religiosas  de  los  j>ueblo$  antiguos,  de  las  que  se  derivan  loa  que  de  esta  clase 

se  usan  en  España 888 

Parte  Mgiuida.— Del  origen  de  los  bailes  de  espectáculo ,  de  los  de  sociedad,  y 

(le  los  nacionales  en  España 869 

Parte  teñera. — De  los  bailes  espaüoles 879 

Notai  al  discurso  anterior  sobre  el  baile 892 

Adiertenoia  final  sobre  la  música  sacra  en  España Sflt 

Catilago  KogT^fico-BibliogcáGao  de  los  autores  que  liaD  escrito  en  esta 
Corona 897 

La  portada  de  la  segunda  parte  representa  la  apotedsis  de  Azara,  cuyo  bus- 
to, ü  la  rumana  y  con  láurea,  se  ve  sobre  una  columna,  que  tiene  una  pira 
encendida  delante,  deboin  da  un  arco  exornado  con  diez  medallones  de  re- 
tratos de  otros  tantos  célebres  eacritores  españoles.  El  arco  eslá  coronado  per 
el  escudo  real  d«  España ,  i  cayos  lados,  en  los  arranques,  se  ven  las  cuatro 
Musas  que  mas  couriennn  al  oénero  de  esla  obra,  caracterizadas  con  sus  res' 
poclivoa  atributos,  sosteniendo  dos  de  ellas  una  cinta  en  que  fe  lee:  Poit  in- 
^ntia  ficta  Deorum  ín  lempta  reeepttn. 

En  primer  lórmino  se  ven,  al  lado  derecho  de  la  pira,  las  cinco  partes  del 
mundo,  personificadas,  y  con  sus  atributos  característicos ,  en  otras  tantas 
matronas,  ofreciendo  caronas  de  laurel  al  liérue  ;  y  d  la  Izquierda,  las  pro- 
vincias de  España,  personilicidas  en  bellas  doncellas,  eomnadas  de  laorel  y 
do  flores,  traen  también  i  la  pira  sita  coronas  de  perpetuas,  laurel  y  siempre- 
vivas, Bn  el  campo,  y  en  último  término,  se  ve  el  templo  de  la  Inmorta  lidad 
■obre  el  monte  Parnaso,  del  que  se  lama  volando  el  Pegaso. 


DATE  QUE 

STANFORD  UNIVERSITY  LIBR 
STANFORD,  CALIFORNIA     9430!