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f-'-.n .V ;-t -o Í7Í ■ '.
Íí¿¿
6L0RIAS DE IZABi EN EL SIÍiLO XIX.
ACTA de la solemne inauguración del Monumento erigido en Barbuñales de
Aragón^ el 27 de noviembre de 1850, al célebre diplomático y distinguido
literato español^ el
EXCIO. SR. DON JOSÉ NICOLÁS DE AZARA Y PESERA ,
Primer Marqués de IVlbblifttto,
por surobrino y succsc-r^el
Tercer Marqué* del misino tUalo, ete.^ eie.
COROM A 9 QUE LOS POETAS , ORIENTALISTAS , HOMBRES POLÍTICOS , T
ARTISTAS ESPAÑOLES, COIf SAGRÁIS AL ESPRESADO SEÑOR.
OBRA SSORITA EH PARTE T BIRIOIBA BH LO DEMÁS,
por
DON BASILIO SEBASTUN €ASTELLA]VOS DE LOSADA ,
Secretario bononrio de S. M.; Caballero de las Ordenes de Isabel la Católica, San Juan de JerosaloB, ele.; Direcior
Kaadador de la Academia Espaúola de Arqueología, Bibliotecario Anticuario de la Biblioteca Nacional, y Conservador
de so Mosco de medallas y gabinete de antigüedades*, Cronista y Anticuario de la Ca&a y Estados del Excmo. Sr. Duque
4Íe Osana y del lafaatado, y Conservador de su Armería y Monetario; Historiador de la Casa de Asara, y antor ¿« \arias
obras literarias, &c. , &c.
PRIMERA PARTE.
^-» ■ •«.
illalírilr.
IMPRENTA DE D. B. GOXZAIíKZ.
C«//« de la Madera bej* , nóm ■•
1862.
— IV —
de su causa,y para escribir en las doradas y eternas páginas de la his-
toria 8u glorioso nombre y sus grandes hechos con caracteres indes-
truclibles.
Llegada ha sido la época que profetizó sabiamente el ¡lustrado
camarista de Gaslílla />. Bernardo de Iriarte , grande amigo de Azara,
cuando en carta de 16 de marzo de 1805, que hemos tenido el placer
de copiar en la preciosa biblioteca de nuestro buen amigo D. Pedro
Salva, en Valencia, disuadía al/?. P. Beyes ^ general de los Carmelitas,
que fué apasionado de nuestro héroe, de imprimir el elogio que le
habia escrito y del que ya hemos hablado en la Vida de Azara á la
página 255 , del tomo II : <nEl mismo convencimiento (dice aquel en la
citada carta) , que en diversos puntos bien delicados arroja el elogio^
dificultan y aún imposibilitan la publicación de él en la presente época :
OTRA, yendrí en que PODRÁ SALIR A. LUZ sin que haga sombra d nadie^
ni esperimente la mala suerte que tendrá^ al modo que no la tuto cual
merecía el héroe celebrado y defendido tan convincente y vigorosamente
por tan verdadero amigo suyo en vida y en muerte, y*
Por esta carta se vé que á la muerte de Azara sus émulos tcnian
mal dispuestos los ánimos de la corte á recibir bien el elogio que
hombre tan religioso y virtuoso como el P. Reyes habia escrito de
nuestro héroe, lo que creemos fué una fortuna para la buena memoria
de ambos, en atención á que la pasión del historiador y la mala in-
tención de sos enemigos , hubiera podido perjudicar mucho al elo-
f;iado, cuyo nombre debía quedar en su patria unido á su cadáver en
a tumba del olvido , para salir de ella mas brillante después de que
beneficiase la corrompida atmósfera política la gratitud nacional y la
ilustración.
Los enemigos políticos de Azara le presentaron unos como Jause*
nista , y como demasiado amigo de los franceses y de sus ideas revo-
lucionarias los otros. Pero esta gratuita imputación jamás pudo ser
creída mas que por cierta clase de gentes que no piensan ni ven con
mas ojos que con los de la pasión y de la maldad , pues que fueron
tan ostensibles y remarcabas sus hechos en contrario, que nadie
se puede citar haya hecho tanto en su época como él por el catolicis-
mo , ni servido mejor y mas que él á su pais contra la ambición de
Napoleón y hostiles ideas de los franceses con respecto á Espaí^a , pu-
diéndose bien asegurar , como hemos dicho en su Historia , que á vivir
él no pasáramos por la necesidad de aumentar nuestras glorias en el
ano de 1808 y sucesivos á costa de sangre y desolaciones. Por fortuna
si pudieron un dia hombres tan alevosos hacer callar la gratitud en una
corte corrompida y sin virtudes , llegó , como no podia menos , el dia
de la reparación, y despertando la España de su letargo, hace hoy
justicia al héroe por medio de sus ilustrados hijos que se han unido
para dar un ejemplo de gratitud , digno de imitar siempre que se ol-
vide por algún tiempo á los que hayan hecho servicios á su patria.
Felicilámonos , pues, de haber concebido y llevado á cabo un pen-
^
Sarniento reparador que no podrá menos de tener , en adelante , imita-
dores celosos del honor nacional, al ver que al medio siglo de la
muerte de un hombre cuya gloria se pretendió eclipsar , se despejan
tas tinieblas para que brille el astro con todo su esplendor ; así lo es-
peramos del patriotismo de los que nos sucedan al dejar hecha la re-
paración mas solemne que se ha visto en España , la que aún serla
mas completa , si la delicadeza esquisita del actual Sr. Marqués de
Ñibbiano nos hubiera permitido publicar ciertos documentos y cartas,
3ue al presentar mas acrisolada la religiosidad , españolismo y lealtad
e Azara , descubren la maldad de algunos de sus émulos (1).
Para juzgar bien, ó al menos aproximadamente , al grande Azara,
y verle en toda su magnitud , es preciso estudiar y considerar con de-
tención la época turbulenta en que figuró y la anarquía de creencias
políticas que se desarrolló en ella ; examinar con cuidado las diferentes
crisis civiles y guerreras que caracterizaron al siglo del filosofismo Vol-
teriano , sobre todo que lué el principio de una revolución civil , polí-
tica y religiosa, estraordinaria y de nueva especie , revolución que aún
no ha terminado por desgracia, en la que se empezó por derribar y
destruir todo lo antiguo , sustituyéndolo por ideas nuevas que comen-
zaron por desorganizar todo lo existente sin crear para el porvenir
otra cosa que la duda y el desorden en todos los ramos y en todas las
cosas. El hombre pensador y estudioso que con estos dalos juzgue del
ascendiente que tuvo Azara en aquella época , que llegó á dominar,
sobre los ánimos desorganizadores , innovadores y turbulentos , y so-
bre los conservadores mas acérrimos , entre los que fué el fiel de una
balanza difícil de equilibrar , podrá considerarle en todo su valor , y
fallar, con conocimiento de causa , si nos hemos escedido engrandecién-
dole , ó si nos hemos quedado aún cortos todos los que en esta obra
nos hemos reunido , en nombre del pais , á tributar á su buena memo-
ria un homenaje de gratitud y un culto civil de que le consideramos
merecedor por sus hechos y por sus virtudes.
Muy sensible nos es que el Sr. Príncipe de la Paz el Excmo. Sr. D. Ma-
(1) Eo la f^ida del caballero Azara solo hemos publicado aquellas cartas y doca-
nentos que , sin perjuicio de ninguna reputación , pueden servir para probar nuestros asertos,
dejando de hacerlo de otros muy interesantes porque en ellos se perjudicaban algunas reputa-
ciones. Solo hemos apelado á documentos de esta cluse, cuando hemos tenido que rebatir
cargos de los sugetos á quien aluden para combatirles con sus propias armas, cuando pu—
diendo padecer la reputación de Azara, acudimos al instinto de propia conservación sacri-
flcando al culpable para salvar al inocente, cosa que tenemos por justa; y aún en este caso
callárnosla paite que mas puede dafiarles, aun con riesgo de debilitar nuestra defensa. Los
docamentos oficiales pasado cierto tiempo en que puede importar la reserva , entran ya en
el dominio de la historia y por eso los hemos insertado íntegros, y confesamos que nos ha
costado bastante el suprimir muchos escritos por el empefiodel delicado sucesor de Azara , de
no perjudicar á la buena memoria de algunos hombres que no la merecen tan buena, gene-
rosidad que tiene pocos ejemplos.
^
— VI —
nuel Godoy^ que en sus Memorias culpó á Azara de algunos de sus des-
aciertos en política, sin dejar por eso de alabar su mérito y probidad siem-
pre, haya fallecido (1) antes de contestar, como lo prometió, álos caraos
3ue le hicimos en la PtUa civil y poUtica del CabalUro, en contraposición
elo dicho en sus espresadas Memorias, porque de tal documento no hu-
biera podido menos de resultar mas gloria , si aún es posible , á nuestro
héroe. Tanto mas sentimos su muerte , cuanto que esta Corona le hu-
biera demostrado cuan injusto fué en haber olvidado á aquel amigo que
por tantos años le fué tan querido, como él nos ha dicho en sus cartas, y
al que solo tenia que perdonar el no haber sido franco con él en los últi-
mos dias de su vida (2). Hubiera visto que si por adulación á él faltó
la corte de Garlos IV á la gratitud que aebia á Azara por los muchos
beneficios que habia hecho al pais en mas de cuarenta años que le
representó con la mayor grandeza y dignidad; la España del siglo XIX,
ó al menos una gran parte de ella compuesta de sus mas ilustrados
hijos , se habia levantado en el reinado de la excelsa Nieta de su au-
gusto Protector, á vindicar al Hombre grande, al benemérito Patricio,
al Procer ilustre y, como dice el sabio Gallegos (5), al español mas
digno del siglo XFIll , para dar un mentís solemne á sus enemigos,
espresar la gratitud de un pueblo hacia los que bien le hicieron , y
dar un ejemplo de moralidad y de grandeza nacional á los que vengan
después , para que , como ellos , se levanten á sincerar á sus hombres
grandes cuando se trate de oscurecer su mérito por la vil envidia , la
adulación ó la discordia, y á hacer que aparezca la justicia en todo su es-
plendor , cuando manos atrevidas y mal intencionadas la hayan tenido
velada. Mucho se nos ocurre sobre este particular, pero el Príncipe de
la Paz ya no existe , y esto nos detiene por el respeto que tenemos á
aquellos que no pueden defenderse : su nombre pertenece ya á la his-
toria como el de Azara, y ella dará á cada uno su merecido^ porque
la verdad viene al fin siempre á sentar su mano benéfica sobre el libro
de la Historia, del que la fama postuma toma sus tonos para hacerse
oír en el porvenir.
■Deseando nosotros, después de haber escrito la Vida de Azara (4),
no solo de honrar mas su memoria , sino de inquirir el grado de apre-
cio en que por las personas ilustradas de nuestra época se le tenia en
España , concebimos la idea de una Gorona Poética , y llevado adelante
nuestro pensamiento , encendimos la Pira delante del glorioso nombre
(1) Falleció á los 84 años eu París á primeros de octubre de 1851.
(2) Carta de 1). Manuel Godoy á D. Juan Méndez en 16 de abril de 1849, contestán-
dole sobre los cargos y preguntas que para la Vida de Azara le bicimos respecto de lo pu-
blicado en sus Memorias sobre el tratado de neutralidad de Espaüa entre Francia é Inglaterra
después de roto el tratado do paz de Amiens.
(3) Véase pág. 446 de esta Corona.
(4) Historia de la Vida civil y poUtica del CabaUero Azara y 2 tomos en 4.®
francés. Madrid año de 1850.
— vn —
de Duestro héroe, persuadidos de que todo aqael para quien Tiiese
grata su memoria, iiabia de acudir á rendir homenaje y depositar una
flor de su ingenio al pié del ara, para que pudiéramos entregarla á las
Musas españolas , deseosas de tej«rle una Corona en nombre de la
España deIs¡f;lo XIX.
En un principio pensamos invitar únicamente á los diez y ocho
principales vates, contemporáneos, de nuestro Parnaso, y en este con-
cepto se imprimieron las primeras circulares i pero habiendo recapa-
citado lo imposible de que nuestro pobre talento bastase á medir, con
justicia , el mérito de todos nuestros vates para sacar en una clasifica-
ción los de mas mérito, preferimos el hacer una invitación general,
acordando al propio tiempo dividirlos por el orden actual de provin-
cias en que se halla Espa&a , cosa nueva hasta el dia eu esta ciase de
obras, y de nías honor para Azara y aún para nuestras letras y sus
prosélitos, pues que todos sin esccpcion m limitación alguoa, han
podido contribuir á engrandecer este Álbum nacional : el que no lo
naya hecho de los que boy tienen algún nombre en el país, no será
ciertaoienle por descuido nuestro, sino porque su indirerencía ú otras
causas les haya apartado de este concurso á que han sido llamados en
particular y en general, privada y públicamente.
A pesar de que se vean en esta Corona figurar mas de doscientos sesenta
vates españoles , no se crea sea solo este el número de los que pulsan
la lira de Apolo con mas ó menos ésito en la patria de Garcilaso y de
Herrera, faltan aún en ella algunos nombres respetables como los de
Zorrilla , Campoamor y otros que no nos han favorecido , bien por su
ausencia en lejanos países, ó por causas que no son de este lugar y
que en nada perjudican al buen nombre de Azara que veneran , ni á
la buena amistad con que nos honran. Mas de quinientos escritores, de
quienes conocemos composiciones poéticas publicadas , han sido invita-
dos , y si bien , con rarísimas escepciones , todos nos han manifestado
por escrito el respeto y amor que les debe la memoria de nuestro Ca-
ballero, se hanescusado de mandarnos sus flores poéticas, creyendo
nosotros que la indiferencia de los unos, la avanzada edad de otros,
la ausencia y género de vida de no pocos y la pereza de los mas , ha
sido la causa principal de que no podamos presentar en esta obra las
flores de todos nuestros fecundos ingenios, en cuya mayor parte hay
siempre mucha mas voluntad de hacer que ejecución (1).
(i) No dfJQmoi dt conocer qat coniadoi los poeist iIcconiribuirgralDÍlaiiiciiteá lamallilnd
ili Coronal j Albiiroi como diariamcnic te Ict preicoian. ib bailan remitoiGn componer para
liíilo) objfiloí, qno lai niat «ecti son de capriclio j lamameole frÍYoloi, fo !oi que lieneD
qnc leparane de >nt ÍDipiracian» propia) pora ejecular tobro las do otroi, qoe poi lo miimo
¡¡ae >enan tobre aiunlo) dadoi. no leí son laa fácilet do deicnTolTer , puctlo que delJencD li
imagioacLon caire hi limite» que recboia licmpre el génto amigo de la liberlad é hijo de la
npoDlancidod y de la ÍDipiíaeioD, que no acude iiempre qae le la llama , eino cuando menoi
le la npera como c»príchosa dama. Tnoipoco dotconocemoi qne do lodot loi poclai too li-
— vm —
A poco que se bojee esta obra se notará, por solo las composiciones
insertadas en ella , que al paso que hay provincias como las de Anda-
lucia y Castilla, en las que puede formarse una gran lista de vates, hay
otras que solo uno hemos hallado ; pero no por esto creemos falte en
estas poetas dignos del Parnaso Español , ó al menos literatos que se
sientan inspirados, siendo asi que en todas hay personas ilustradas y
que florecen en otras materias. Debemos , si , pensar , ó que no han
creido sus poetas tan digna como nosotros la empresa de honrar á un
ilustre español , ó que carecen de entusiasmo por las glorias de su pais
cuando no han acudido al llamamiento que muy pocos han podido ig-
norar.
Es tan difícil el formar una colección, igual en mérito, de poesías de
diversos autores contemporáneos, y en la cual presida siempre el buen
gusto, feliz pensamiento, y una esmerada dicción y pureza de lenguaje,
(|ue lo tenemos por cosa imposible de todo punto. El editor ó colector
tiene que luchar con tantos inconvenientes que se rozan con el amor
propio y siempre vidriosa susceptibilidad de los autores, que á cada paso
se le presentan escollos invencibles las mas veces , y con los (¡ue tiene
que transigir al fin, si no ha de abandonar su empezada obra. Si el colec-
tor , llevado de su buen deseo y del amor al buen nombre de las letras
de su pais, conociendo los defectos, quiere corregirlos y evitarlos ad-
virtiendo á los autores las faltas de buen sentido y el descuido en que
suelen incurrir, se cree desde luego que trata de constituirse en maes-
tro, y por ilustración que se le reconozca, por categoría literaria que
tenga , y por ascendiente que ejerza sobre sus corregidos , son pocos
los autores que quieren someterse á su corrección , y muchos los que
la rechazan , acabando algunos por retirar sus obras antes de entregar-
las ni aun á su propia lima , porque creyéndolas obras perfectas como
hijas de su inspiración , llegan á persuadirse de que un tilde menos de
su primer pensamiento las destroza ó desfigura: así es la condición hu-
mana en todo por lo general , y no habian de ser los poetas precisa-
mente los que formasen escepcion de esta regla que está basada en
nuestra débil naturaleza.
Si nuestro ánimo al idear esta obra hubiera sido formar una colec-
ción de poesías selectas que pudiese dar justa idea , ó al menos apro-
ximada , de la altura á que nos hallamos en España en este género de
literatura , ciertamente que no hubiéramos emprendido esta empresa
que tenemos por temeraria , seguros de la imposibilidad de conseguir
nuestro objeto. Empero como solo hayamos llevado el intento de obse-
quiar debidamente y lo mejor posible á un insigne é ilustrado compa-
triota , y de buscar el grado de aprecio en que se tiene su memoria en
la patria al medio siglo de su fallecimiento, nemos admitido lo bueno y
ricMf y que á veces los hijos de Melpómene y de Talia se aTÍeneo mal con las exigencias de
Krato, por lo cual se hallan separados frecnentemenle de so templo por mas qae habiten con
'•qoeUos en el Parnaso y recojan tus floree en el campo de Helicona.
lo mediano que se nos ha mandado, agradeciendo á lodos sus esfuerzos
fior lo bien que, al menos con ta voluntad, nos han servido, sin meternos
ilerariamenle en el fondo de sus composiciones, porque solo la intención
de ellas nos incumbía. En este concepto debíamos declinar , y declina-
mos de hecho « toda la responsabilidad literaria de las composiciones
que se insertan en esta obra, en cada uno de sus autores, si bien de-
clarando , por deber, eu su obsequio , que la mayor parte nos han ma-
nifestado por escrito , con una modestia que tes honra, la desconfianza
que tenían en unas composiciones en que solo llevaron la idea de hon-
rar al héroe á quien las dedicaban , y no la pretensión de hacerlas pa-
sar por obras perfectas y acabada».
No podemos menos de confesar que tal vez hay algunas poesías
que no debiéramos haber insertado; pero ¿qué habíamos de hacer cuan-
do habiendo sido invitados sus autores ó venido voluntariamente á de-
positar su flor sobre el sepulcro de Azara las babiau trabajado con bue-
na intención y deseo del acierto que no pudieron hallar? Nosotros no
fiodiamos , ni debíamos , desairar á ninguno de los que han acudido al
lamamiento, porque esto hubiera sido castigarles, á fuer de maestros
que estamos muy lejos de querer aparecer, por su condescendencia y
galantería, máxime cuando ni los autores ni nosotros tenemos la ridi-
cula pretensión de que se tenga este Alhum, como llevamos dicho, por
la espresion de la actual poesía española, sino por la del amor que con-
serva el país al ilustre Azara. Si todas las poesías do son buenas , son
apreciables por el objeto, habiéndose logrado por ellas nuestro deseo
de que todas las provincias de España y sus colonias rindan á nuestro
héroe un resnetuoso homenaje de amor y gratitud, cosa hasta ahora no
usada , sienao el inmortal A£ara el primero que recibe , en su memo-
ria , esta gloriosa ovación.
La presente obra es la Corona poética mas copiosa que se ha escrito
jamás en España, y acaso en el estranjero , á un hombre ilustre, pues
que si bien la consagrada por los vates españoles del siglo XVII al fa-
moso poeta lírico -drama tico Juan Pérez de Montalvan , con el titulo de
Las LdgHmas de Montalvan , se compuso de doscientos vates que can-
taron en su elogio, ésta ha esccdiilo eu el número en una tercera parte
mas, siendo diferentes también los motivos y circunstancias mas favora-
bles que al nuestro á aquel ingenio, que sufrió la ovación al poco tiempo
de morir, atravesándose para ello cosas que disminuyen en cierto modo
eu valer, como saben bien nuestros literatos eruditos.
No solo los poetas y literatos españoles han tomado parte en esta
Corona; algunos apreciables vates eslranjeros , sabedores del gran
concurso nacional , han querido tomarla también, viniendo á deposi-
tar sus flores sobre la urna cineraria de un hombre cuya memoria ve-
neran y cuyo nombre llena el muado literario y político. Los artistas
que reconocen en Azara uno de los Mecenas mas dignos y de los pro-
lectores mas decididos y magníficos que tuvo el arte y sus hijos , lian
!«■
— X —
querido contribuir también á su obsequio ; y la música española , no
queriendo perder esta ocasión de lucir sus encantos en obsequio de tan
grande hombre, ha templado sus armoniosos instrumentos y acompa-
ñado con ellos los alegres, melodiosos y sentidos cantares españoles en
su loor. Los orientalistas españoles han ensalzado también el nombre
de Azara en las lenguas sabias de Israel y de Homero, sin que dejen
olvidadas las de los Catiras españoles y la de los Mandarines de la China.
Y los estadistas y hombres políticos mas ilustres de nuestro pais , se
han hecho un deber en contribuir á la gloria del héroe, tributándole
recuerdos de gratitud por su ciencia y virtud.
Como se vé con solo leer los nombres de los que han contribuido á
formar este Álbum, todos los partidos políticos en que, por desgracia,
se halla dividida la madre patria , se han reunido en esta Corona , de-
poniendo sus rancios rencores y disidencias , para ensalzar juntos al
inmortal Azara, creyéndolo un deber nacional que á todos comprende,
en una época en que no pesando sobre su glorioso nombre la tiranía
de sus émulos, la justicia habia vuelto por su causa, y su buena fama
reclamaba un completo desagravio, una vindicación solemne y ostensible.
Ovación tan magnífica y completa , solo nuestro Azara la ha con-
seguido en muerte en España, y no conocemos ninguno, fuera del
gran Napoleón , su amigo , que la haya alcanzado en el estranjero. Su
nombre se elogia en esta Corona , no solo en todos los dialectos espa-
ñoles, única obra en donde se han visto reunidos hasta el dia, si que
también en la grave y sonora lengua del Lacio y de Cicerón, en la ma-
gestuosa de David, en la maguí lica de Homero y de Aristóteles , en la
de Aberrocs y Avicena , y en la del filósofo Confucio , siéndolo igual-
mente en la del Dante, el Tasso y el Petrarca, que fué su favorita después
de la de Cervantes, en la de Shackespeare y de Walter Scolt, en la de
Racine y Corneille, en la del espirituoso Goethe, en la de Camoens, y en
casi todas las de Europa. No solo las provincias de España han venido
reunidas á poner coronas de flores sobre la gloriosa pira de Azara ; las
cinco partes del mundo han acudido con el mismo fin á honrar su me-
moria, y las flores de Europa, África , Asia, América y de la Oceanía,
adornan con sus bellos colores el altar del héroe que eternizará la gra-
titud de los hombres de todos los países que sean amantes de la huma-
nidad y de la virtud , y que deseen verlas honradas.
Con el fin de dar mas interés y novedad á esta obra, y de hacer co-
nocer, en donde se ignoren sus nombres, los ilustrados españoles que
han contribuido á formarla , creímos deberla ilustrar con notas biográ-
fico-bibliográficas ; mas siéndonos imposible el estendernos en ellas
por falta de datos en la mayor parte, á causa de la escesiva modeslia
de algunos autores, y de noticias en los amigos que nos las han facili-
tado, nos hemos concretado á consignar la fecha del natalicio, patria y
destino ó facultad de los que la hemos podido averiguar, v la noticia de
los escritos ú obras que hayan publicado, no sin peligro ¿e que se nos
queden sin citar muchas, por ignorancia.
Eli las mismas notas, qiie se ponen ñor provincias para seguir el or-
den L>stribl(!ci(lo, damos también la tntauccion de las poesías escritas
ya en dialectos españoles ya en lenguas estraiijeras , y bacemo» la re-
seña del fí^nero do poesía de algunas de nuestras provincias, dando al
git'opio tiempo otras noticias que creemos de iolerés, insertando por lo
misioc) algtmas cartas curiosas de los mismos autores que han escrito
en \n OiüunA.
Nuestro deseo de caracterizar mas á las provincias obsequimtcs,
nos ha impelido á terminar las poesías de sus vales con el escudo de
armas q;ic las distingue y los trajes de bus naturales, y sentimos en el
olmn que no lodos ios grabados correspondan ú objeto tan digno, re-
sintiéndose di! la ligereza y nrecipitacion con que se hicieron , lo qne
contrasta notablemente con lo bien ejecutado de los retratos grabados
al buril de los ilustres Azaras que les ucompaüan, y con las dos bellas
portadas lilograRadas.
En h primera portada hemos representado la gloria del puebtn de
Bar/mñaUs íle Araron como patria del grande Azara, cnyo sepulcro
guardan el soberbio Eí/ro y e! Iiumilde Alcanadre, al pié de un arco
derendído por la España y por la Fama , y surmontadü por el escudo
de armas de la noble casa de Asara, viéndose en el mismo ocho escu-
dos de las provincias, cuyos blasones oo se ven en su lugar por no tia-
berse hecho á tiempo: en la segunda portada se representa la apoteosis
del héroe ante cuya Harneante ara depositan sus coronas, no solo las
provincias de España, si que también las cinco partes del mundo.
En tan honroso obsequio, solo nos pertenece la humilde trama con
que hemos formado la Corüma , y al noble sucesor de Azara, el señor
Marqués de Nibbíano , la rica cinta que siijctu las bellísimas flores que
la componen , como lazos de la mas loable gratitud; empero nos cabe
la glorid de ser autor del pensamiento, y si hemos sabido conducirle por
buen camino , esto y el haber conseguido el fin que nos propusimos,
de vindicar al caballero Azara del punible olvido con que tan ingra-
tamente le paga su generación los importantes servicios que la prestó,
y de hacerle aparecer entre los hombres mas ilustres de nuestra Espa-
ña, nos deja recompensados con usura de todo cuanto beincs trabajado
por conseguirlo , con una constancia y paciencia á toda prueba en los
seis años que nos hemos ocupado en la publicación de las obras postu-
mas de los ilustres Azaras de Aragón y cu la composición y dirección
cíe las que hemos dado iiluz , para hacerles conocer, como tiisloria-
dor y cronista de su antigua é ilustre Casa.
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INTRODUCCIÓN.
Smtm euique decus^ pos-
terUai rependU.
(tácito.)
DkGLoi
^S y siglos víiiieron ensalzando la noble familia de los Azaras de
Aragón, haista llegar al grande luminar de tan esclarecido linaje, el
IdcIíIo hijo de Barbuñales« Don José Nicolás de Azara y Perera,
gloria de España, y cuyo ilustre nombre es aúo delicia de Aragón,
satisfacción de Italia, respeto de Francia, y admiración de Europa.
Medio siglo de turbulencias y revuelias en que se ha cambiado, por
decirlo así , la faz del mundo, y en el que han aparecido y desapare-
cido tantos astros en política, no lia bastado para eclipsar ni un solo
rayo de la refulgente corona de gloria que supo conquistarse con su
virtud, patriotismo y talento, el que, nacido en las humildes riberas
del Alcanadre, respirando la brisa del Guara y del Sibil, y viendo la
luz primera bajo los humildes techos del pintoresco Barbuñales, supo
ostentar su ciencia y saber en las magestuosas márgenes del soberbio
Tiher y del orgulloso Sena, imponer al flameante Vesubio y al altivo
Quírinal, y defender al magestuoso Vaticano.
El valor, la arrogancia, la energía y las virtudes cívicas que os-
tenta el Aragón, se reconcentraron en el corazón de Azara para en-
cender en él aquel fuego patrio que tantos héroes ha producido en
este pais, y acudiendo á su privilegiada alma todas las virtudes nobles,
la ciencia y el saber para engrandecerla, se formó un coloso que no
pudo menos de avasallar cuanto le rodeó, sujetándolo á su imperio
1
— 2 —
por medio de los fuertes lazos de la razón , de la elocuencia y del
amor, lazos de mas poder y resistencia que los que impone la arbitra-
riedad y la fuerza material, que al fin viene á destruirse bajo el mis-
mo peso de sus crueles yerros, y por los mismos medios en que basa,
fia y procura su conservación.
La opinión, reina del mundo, que tarde ó temprano viene á ven-
cerlo todo, llegó á señalar al ¡lustrado Azara como uno de los hom-
bres mas dignos de su pais, y de los de mas valia de su siglo ; y como
se basaba en hechos que la historia siempre conserva en el sagrado
templo de la verdad « por mas que se la pretendan ocultar, como un
depósito precioso que poder ensenar en sn dia á las generaciones para
quienes no puede nada interesar el que se manifiesten en su verdadero
ser, no ha podido menos de llegar un tiempo en que presentándose al
héroe libre de asechanzas de amigos y enemigos personales, se le vea
en su verdadero tamaño, sin el incienso con que le ofuscaban los nnos,
y los negros nubarrones con que procuraron ocultarle los otros.
Los hombres grandes tienen siempre dos figuras enteramente dis-
tintas; una bella y colosal para sus amigos y apasionados, que aún
hacen superior sus aduladores, y otra fea y grosera para sus émulos
de mala ley que pintan horrible sus enemigos personales: el incienso
de los unos, unido al negro humo de la envidia de los otros, les en-
vuelve en nube tan obscura que su sombra no puede percibirse mien-
tras viven, ni aun después de finados, en tanto qne no baja al sepulcro
su generación; hé aquí por lo que las vidas de los hombres públicos
escritas á su vista , no pueden ser mas que efímero incienso ó negro
humo que se evapora al fin, no quedando después mas que baldón ó
miseria, de que se ríe el sabio con razón. Si los escritores de las vidas
ó biografías de los que viven se contentasen con apuntar aquellos
hechos gloriosos, nobles ó punibles que nadie pudiera negar y sin
comentarios de clase alguna, no solo aconsejaríamos esta clase de
escritos por la utilidad que prestarían á la historia, sino que tendría-
mos por un deber sagrado el que so hiciera así; pero en la dificultad
deque nadie se presente áser tratado en relación de méritos ó de des-
méritos, por decirlo así, ni como escritores haya muchos que no quie-
ran ensalzar ó vituperar á aquel de quien escriben , ya por lo que les
obliga la amistad , ya por lo que de él esperan , ó ya guiados de una
venganza, jamás justificable, estamos porque es nocivo á la moral y
á las buenas costumbres y sumamente perjudicial á la verdad de la
historia, el que se escríba la vida de los hombres antes de que hayan
bajado al sepulcro, y de que haya pasado siquiera medio siglo desde
su defunción , apuntándose solo las fechas y lugares en notas biográ-
ficas y sus obras si son literarias ó artísticas, porque al conservarse
aquellas para que no haya dudas mañana , en eslas queda bien senta-
do su elogio ó baldón , su mérilo ú ignorancia.
A esla época nos parece no hay ya peligro en escribir la historia
para que no carezca de verdad , porque si el historiador por pasión
de familia, de sistema, ó de otra cosa cualquiera que sea, se para en
los elogios y oculta los defectos, no faltará ciertamente quien le dé en
cara con ellos sacándolos á plaza, y de este principio contradictorio
no podrá menos de salir la verdad en toda su desnudez y sin ambajes
que desfiguren sus bellas formas para que se cumpla aquel: incotrup^
ta fides^ nudaque veritas.
Solo en dos casos admitimos las biografías en vida: cuando se ha-
cen simplemente de hechos sin comento alguno como llevamos es-
puesto, para denotar los ejecutados por tal ó cual hombre, á fin de
aclarar algún punto que tenga relación con esto, según lo hacemos
de nuestros vates, en las notas á la Corona poética en este tomo^
ó cuando se escriben fielmente por la misma persona para sincerarse
de ataques dirigidos contra ella sean justos ó injustos, porque en este
caso la polémica que necesariamente se suscita, si bien pocas veces
acaba de romper el velo que oculta á la verdad, la deja al menos en*
Irever y esta es siempre una gran ventaja para la historia contempe-p
ranea.
Somos tan de esta opinión , que sin la publicación de las Memo^
ríoj de D. Manuel Godoy^ Principe de la Pa%^ publicadas en Parí¿
por el mismo estos años pasados para sincerar su conducta durante
su valimiento con el Rey D. Carlos IV, tal vez no hubiéramos escri-
to la vida del caballero Azara , de que nos encargamos accediendo al
deseo de su heredero, aunque lo deseábamos, por parecemos aún
temprano. Empero como el espresado señor Príncipe haya declinado,
injustamente en nuestra opinión, alguna de su responsabilidad moral
sobre Azara, achacándole cosas que no fueron como las cuenta en su
defensa propia, hemos querido volver por la buena memoria de quien
tanto valió, no obstante de que tiene tan alta su reputación que no son
ya posibles los tiros de sus contemporáneos para causarla menoscabo
alguno.
Vivo estaba por fortuna , como lo hemos dicho dos veces en el
tomo segundo de la vida de Azara , vivo estaba todavía , pues que no
ha muerto hasta hace pocos meses, el señor Godoy cuando se publicó
nuestra obra, déla que le mandamos un ejemplar á París; y aún vi-
ven algunos aunque pocos de sus contemporáneos y apasionados, y él
pudo sincerarse en tiempo lo que no ha hecho, y ellos pueden venir
aún al juicio contradictorio con que tenemos el honor de retarlos al
pié del digno monumento elevado al ilustre aragonés Azara , á deponer
_- i _
conlra los graudes liccliosy cscelencias que apuntamos con mas voluntad
que acierlo ; vengan pues, y sino hemos aceri:irlo á descorrer el velo que
cubría aquella época, lan decantada por los que represen laron un prin-
cipal papel en ella, riisguenle con mano fuerle y señálennos h peque-
nez de nueslro héroe, y los defectos que en su opinión eclipsan su
gloria; pero no lo harán seguramente, nos hemos apoyado en docu-
mentos verdaderos, y la firme hase sohre que cslriha la rcpuiacion de
Azara es asaz sólida para que pueda temerse nada del aquilón, por
muclio que arrecie el huracán.
A pesar de que la doctrina que acahamos de esponer no ha sido
desconocida por los sabios ni por los escritores, ha habido y hay hom-
bres de tan colosal reputación ó de nombradla lal , por lo bueno ó por
lómalo, que no es posible dejar dchablar de ellos en ciertas obraslia-
madas á dar á conocer á los venideros la fisonomía del siglo , y esta no
es por cierto invención moderna puesto que lo \emos ya en Plutarco en
sus Varanes ilustres, y en otros varios escritores de la antigüedad. Asi
es que, ó no ha de llenarse bien el deber de enciclopedista biogrúfico ó
histórico, ó es preciso hacer mérito, siquiera sea de paso, de aquellos
contemporáneos cuya reputación descuella en primer término, pero aquí
es en donde era necesaria toda la circunspección del historiador para
no desfi}í;urarel carácter verdadero de su héroe, arrastrado de pasio-
nes que le sean favorables ó contrarias en su corazón, cosa por lo que,
como sucede por lo común, perjudican mas que benelictan d la his-
toria esta clase de obras, que debieran ser su apoyo mas robusto.
Sin elevarnos á las sanas y buenas prácticas oi'Iodo<£asde nuestra
religión , en la que no se preconizan los hombres grandes en virtud y
santidad liasla que ha finado no solo su generación si que también la
que la sucedió, cosa muy conveniente en nuestro sentir para quesean
mas reverenciados aquellos seres privilegiados señalados con el dedo
de Dios á su Vicario en la tierra, para que, venerados en los altares,
sean reconocidos medianeros benéficos cutre su soberana Omnipoten-
ciayel hombre; sin remontarnos á lauta altura, el pueblo chino, mas
sabio tal vez que nosotros en muchas cosas, liace un estudio serio de
la historia sobre la base de la verdad que procura hallar á todo trance;
y así es que, durante la vida de un soberano, recibe, en depó-
sitos herméticamente cerrados que no han do abrir los jueces que
los admiten, escritos en que cada uno espone libremente sn opinión
sobre las virtudes, vicios y defectos del monarca reinante ó que fué.
El tribunal lleva un diario de sus hechos que también ha de entrar,
después de su muerte, en la caj» misteriosa que al cabo de muchos
años han ile abrir jueces imparcibles sin afecciunes ni odios personales
contra aquel que van á juzgar, para pesar en nna fiel balanza lo bueno
J
— 5 —
<i malo t:|iie del juzgado conste, y escribir su \ÍJa según el resiiliado
<|ue arrojen de si los documeiilos que examinan, no sin dejar de le-
ner en cuenln la buena ó mala impresión que de aquel de i|iilen ven
las memorias haya quedado y manienga la tradición |)0|jiilar (1). Esle
sabio iríbnnal. era semejanlc al famoso Congreso e^'ípcio en que se dis-
culia, sdbre el cadáver de los que morían, sus buenas 6 malas obras
para juzgarles por sus lieclios y senlenciar si era ó no digno de sepul-
tura, tribunal que de Minos y liadamanlo nos trascribe lambien la
poesía con alguna semejanza. Pariodado después entre nosotros este
tribunal, pero siempre en sentido de elo;;io en las acostumbradas
oraciones fÚDebres, cdsi jamás espresion completa de la verdad, re-
presenta el poder y triunfo de la opinión pública soberana dct.mundo
como llevamos diclio y la cual, proveyendo á la bistoria <le poderosas
armas, viene al lin á bennanaise, pronto ó mas larde, á la verdad,
emanación divina de Dios que pesíi en su balanza nuestros buenos li
malos hecbos, para premiarlos ó penarlos se^un la diferencia á que
se incline el fiel.
Confesamos, no obstante lo dictio, que es mas diricil escribir la
vida de un liombre que íiuó en lejana i^'poca, que la del que vivió] ó
existe aún entre nosotros, porque tío puede menos de liaberse lleva-
do tras sí su generación, sin dejar huella de muchos preciosos detalles
que la embellecerían. Empero, aun cuando esto sea así , en el concep-
to de que los referidos detalles perdidos por lo general, no son aque-
llos que por su magnitud se graban en el corazón de los contemporá-
neos con caracteres indestructibles, en cuyo solo caso es cuando los
admite la tradición para llevarlos de generación en generación y de
pueblo eu pueblo, ¿no vale mas perder uu lincamiento precioso, que
tropezar á cada paso con la multitud de miserias que destruyen el buen
efecto del cuadro de la vida del hombre que vemos ó liemos conocido?
Si se pierden eu la historia de los muertos de larga fecha bellezas, son
mas los defectos que con él se enlierran, y en este caso es mejor
perder uu accesorio por bello que sea, que el original entero , ó que se
presente éste en tal estado que apenas pueda columbrarse su mérito
ofuscado por mil y mil abrojos, interesados, con justicia, en obscure-
cerle. Es preciso que la apoteosis de un mortal cumpla con su objeto
eo todas sus partes, pues que de fallarle el menor requisito es tanto
como desnudarle de la ráfaga de divinidad de que se le supone rodea-
do, jr el Ídolo falto de luz propia «jueda materializado por sj mismo.
(I) Es lal el es crtíp atonde los cliínos ea c%lo. que hasta ilan á sus soliiTanos
otro nombre del que tuvieron en vida, temiendo quo aquel H|jarezca mancbaitu
por algún deructo.
Kl piielilo, al paso qat se eotosbsmi á h ñsia del kéfoe qve id-
iníri y victorea sobre el carro de tríaofo, pierde sa eatasiasmo eo
cuanto 16 lú accixa, porque ai considerarle no solo de sa propia figu-
ra y maleria, sino con sas visnos defectos j aan snperiiidole en
alloa, onipíeía por analizarle, llef^ á conocerle y acaba por despre-
ciarla, cambiando sn primer entnsiasmo en indifeitencia á la bon de
halvarlo aplaudido y aborreciéndole al dia siguiente. Esto es lo que
oomiinmeiUe sucede j no puede menos de acontecer si seeiamina la Ín-
dole del coraion humano , miiime cuando no modera sus impulsos b
educación como sucede en las masas, t cuando la ilustración de las
demás clases no ha recibido toda su perfección. Per el contrario , ese
pueblo de condición natural, tan Toluble re»|tectoá los títos, acata
con respeto la memoria de los finados de quienes la tradición les bace
concebir una figura gigantesca t sobrenatural : j cuando Té la imagen
que recuertia sus facciones, no la considera va como U estampa de
un ser de su especie ^ sino que pasando engrandecida b %sura de sus
ojos á su imaginación . olvida las formas naturales por bs maravillosas
que de ella concibiera, t regocijándose su corazón cambia en pasión
lo que empezó curiosidad.
Lo reísimos « cooTcncidos de la verdad del principio : cuanto mas
lejano el hértüe de nosotros, tanta mavor veneración nos infunde, v bé
aqui ese profundo respeto con que acatamos i Pelm/m , al CM, al Com-
éf Ffrmmm Gomsaftz v á otros muchos insignes personajes que i ha-
berlos conocido T tratado , acaso no recordáramos coa tal placer j
entusiasmo.
Estamos ea h pers^uasion de que si las vidas tiel inmonai Certmm-
fes T del ins^ne Gmrr{la$o. princi|viles padres de nuestra lengua patria,
kuliiesen sido escrius |>or sus coniemporaneos , ea cuyo caso ao
babiera podido menos de teaer alguna parte b adulacioa d la dialfiva
de b eavidia . si biea por sas obras siempre se aos presealaríaa ea
sa gigantesca figura literaria, no dejaríamos de bailar algaaos luaa-
res qae oscareciesen su aureola de gloria: pero afortuaadameaie para
ellos, y pira nuestras ilusi«Hie$. que son las fieles gaanbdoras del
eatasiasmo , ao se pretendió darnos los detalles de sas vidas hasta b
época en que, olridadas sus debilidades humanas « solo se les podia
consitlerar como héroes rtnleados de brillante luz producida por sas
buenos hechos. En efecto, i poco qae se pare la ateacioa se vytI qae
cuanto mas se van alejando los hooibres de nuestra edad « a^jores y
mas grandes nos par^ven . y al contrario » disminuyen de tamaño al
írsenos acercaudo ^ considerándolos pigmeos si les tocamos y exami-
namos frente á frtinte. Ilombres han lígarado á aaesira v«i»a i bs
qae, si biea ao podeaios ai^r aa gna mérito por el 4|aft ka
ama
tamos, DO podemos acatar, porque al lado de sus grandes hechos
consideramos en sus pasiones su pequenez; vemos al héroe y al hom-
bre en una misma pieza, y la continua lucha en que les consideramos
DOS quita el buen efecto, y no nos deja formar la ilusión desapasio-
nada que deseamos hallar y no encontramos.
Hombres acaban de finar, y aun viven entre nosotros, que ensal-
zadas y vituperados i la vez según las pasiones de los que les juzgan,
tendrán un cuito general civil mañana, después que desaparezcan con
ellos las pasiones de sus contemporáneos, que unidas á sus debilida-
des oscurecen hoy su gloria. Hay seres que habiendo figurado en pri-
mera línea son objetos de placer ó de odio cuando se les recuerda, y
en ambos sentidos se devora con ansia cuanto les pertenece por la
sociedad , deseosa de saber hasta las menores particularidades de su
vida privada , al paso que pasan desapercibidos muchos de sus bue-
nos hechos públicos y privados, por mas que se procure poner algu-
nos en evidencia.
Debe tener presente el historiador, según el P. Reyes, á cuya
opinión nos atenemos, «que no basta que empeñe todo su celo por
el triunfo completo de la verdad , de la que pretende ser órgano fiel,
exacto y escrupuloso, sino que es menester que encargado de referir
las acciones del hombre público no se contente con producir los he-
chos aislados y con la reticencia de las causas que los determinaron.
No basta presentar su héroe sobre el teatro de sus acciones, sino
que es menester hacer sensibles los motivos que le decidieran á ellas,
y hasta lasmismas intenciones que la dirigieron. Debe proteger con
entereza, cuando el caso lo pida, su inocencia, y declamar también
en favor de una virtud modesta y poco celosa de su gloria , ó mas
presto empeñada en hurtarse de los aplausos á que por su conside-
ración juzgó no tener derecho. >
No se crea por cuanto llevamos dicho que pretendamos se deje
de premiar el talento y la heroicidad en vida con justa ovación al que
se haga digno de ella , al contrario , lo aconsejamos para estímulo de
sos compatricios; pero deseamos que sea siempre concediendo mas
á la justicia que á la adulación y al favor: tampoco queremos quede
impune el malo ; pero sí pretendemos que el castigarle sea de modo
que no pueda achacarse á ofensa premeditada, sino á corrección me-*
recida.
Como el mismo Azara lo dijo al empezar su Elogio al inmortal
Garlos HI: cLa historia de los siglos pasados nos hace ver que por
disposición de la Providencia y la naturaleza de las cosas ha habido
y habrá siempre algunos hombres de quienes en gran parte depen-
de la felicidad del género humano;» á lo que añadió el general de los
— 8 —
Carmelitas, P. Reyes, en su Elogio, (rqne los hombres destioados
por la Providencia á beneficio de sus semejantes son los verdadera-
mente sabios , de quienes está escrito que la multitud de ellos es la
sabiduría del universo , entre los que fué singular y claro el mérito
del caballero Azara, nacido para beneficio y honor de la humanidad, >
Y habiendo esta clase de hombres, por Fortuna, aunque en corto nú-
mero, por desgracia, ¿cómo podríamos pretender que no fuesen
honrados debidamente y en todos tiempos por sus semejantes?
Dejando á los filósofos y moralistas la penosa tarea de discurrir
sobre las bases y principios en que estriban nuestras reflexiones para
calificarlas, lo que fácilmente podrá hacer el que nos lea, si, metiendo
la mano en el seno, pregunta 4 su conciencia sobre ello, añadiremos
que el olvido en que de intento se dejó al caballero Azara en su pa-
tria por espíritu de pandillaje y de fanatismo político, casi al propio
tiempo que humeaba, embalsamando el ambiente, el incienso de los
triunfos que constituyen su gloria, y después los grandes aconteci-
mientos, de que fué sabio profeta, que embargaron toda la atención
de los españoles ocupados en la independencia de su patria primero,
y en alcanzar su libertad civil después: este olvido , repetimos, ha
sido , eu cierto modo, una fortuna para su buena memoria, y mucho
mas para nosotros, su historiador, puesto que llegándonos la clarí-
sima luz de sus virtudes y de sus glorias, no columbramos siquiera
un átomo de sus debilidades, sin duda porque abismados en su pro-
pia pequenez se sumirian con él en el sepulcro para dejar su gloria
mas pura y resplandeciente. Si no es así esto, abierto dejamos, como
hemos ya dicho , el juicio contradictorio, y ante el supremo tribu-
nal de la opinión pública , presidido por la justicia , podrán depo-
ner sus razones en las aras de la verdad , los que pretendan probar
que el inmortal Azara no fué tan grande como le presentamos, y
como generalmente se le cree hoy por todos los hombres instruidos
del mundo civilizado, como tal le hemos defendido con empeño , te-
niendo presente que como en su Elogio dijo el P. Carmelita Reyes:
«El Historiador debe proceder en este género de discursos sin respeto
alguno humano , y tener el valor de combatirle siempre que lo exi-
jan, ó las siniestras prevenciones, ó las mentiras acreditadas.» Nos
hemos detenido mas de lo que creíamos, y tal vez debíamos, ea
esta introducción á la gloria de nuestro ilustre aragonés, y vamos
á entrar por fin en el objeto principal que nos hemos propuesto,
que es relatar con sencillez y del modo que mejor podamos , los
hechos que hemos presenciado en su honor, y en los que hemos
tomado , en su obsequio , no poca parte. Acompáñanos el temor
de que en la ejecución falte mucho de lo que desea nuestra vo-
— 9 —
Innladt porqne la figura de Azari es tan colosal á nuestra vista,
qae al tratar de él no podemos menos de esclamar con nuestro
qoerído amigo el ilustrado magistrado y Senador del reino el Es-
celentísimo Sr. D. Pascual Femandes Baeza, cuando empieza elo-
giándole en la Oda que insertamos en la Corona Poética, Musa
Castellana-Leonesa :
¿Fuera tal m¡ osadía que ¡htenlára
Cual los Titanes escalar el cielo,
O con rápido vuelo
Subir á doode Azara
Tiene sentado de su gloria el trono;
Y en pindárico tono
Himnos cantar á su virtud preclara?
GLORIAS DE AZARA EN EL SIGLO XIX,
Joiephui Nicolaus Azara celtiber
natalibíu , ingenio ^ eruditione,
vitoRque inlegritate clanu disd-
pHnarum omnium , bonarumque
aríium cultor ac promotor exi-
miui carminum vindex^ justituB
verüalisgue adseníor strenuus
rerum gestarum magnUudine et
copia celebratissimus principia
bus üc bomis omnibui ob egre-
gias dotes suas miraculum ca-
rus. Qiii cum invidotum hotni-
num , ac sichophantarum ctstus
deluissetf eorumque maias artes
dispenxisset.
(P. Ret£s, Elogio db Ailbül.)
E
L precioso diamante de la casa de Borbon , el inmortal Carlos III
de gloriosa memoria , que tuvo el privilegiado talento de saber esco-
ger á los hombres de quienes rodearse para proporcionar prosperidad
y ventura á Espafia , de la que disfrutó esla nación durante su feliz
reinado, empezó á tejer, con preciosas flores de su grandeza, la
corona de gloria de Azara, uno de sus mas fieles y sabios servidores.
Continuó aumentándola con inmarcesibles laureles el buen Carlos IV,
su augusto hijo y sucesor , y engrandeciéndola con floridas ramas los
Pontífices Clemente XIV y Pío VI, y los Soberanos José II , Em-
perador de Alemania, Gustavo III, Rey de Suecia, los Reyes nue-
vos de Etruria, Infantes de España y D. Luis y doña Haru Luisa,
el Gran Leopoldo, Duque i]e Tos cana , y Jespues emperador de
Alemania, el DnQDE de í'arma , y otros; el coloso del siglo, el
gran Napoleón Bonaparte, tuvo la satisfacción de acrecentar eus
laureles, y el sentimiento de colocar la corona, rodeada de ciprés,
sobre el sepulcro de su sdliio amigo.
Estaba reservado sin duda al reinado de Isabel II el acabar la
obra empezada por sus augustos abuelas , pues que babiendo alzado
del sepulcro nuestra Heina aquella corona, tejida por tan augustas
manos, empezó por cubrirla de una aureola brillante de gloria que la
dispuso á ser lanzada á los cíelos al hacerse la apoteosis de aquel
hombre ilustre que supo honrar á su pais y llenar el mundo de su
nombre, por lo cual puede aplicársele aquel Non lauri mille
tuentur.
La íQclita nieta de Carlos ill ha vuelto por el decoro de su pue-
blo ensalzando la memoria de Azara al medio siglo de su muerte , y
premiando con su real aprecio, como lo hicieron un dia sus abuelos,
sus privilegiados talentos y nunca desmentido patriotismo, en la ca-
beza de su ilustrado sucesor, al que ha condecorado con distinciones
dignas de su regia munificencia , y no menos merecidas por e) que
heredó las virtudes del Libertador de Roma, y por el que, con
tanta grandeza coniu geucroso dcsprendimiecto , sabe haorar á sus
gloriosos antepasados.
Hacer mención de las honras y distinciones recibidas de nuestra
augusta Reina por los ilustres descendientes del célebre diplomático, y
por las familias nobles allegadas á ellos con los vínculos de la sangre,
razón por la que blasonan , al lado del suyo natural , el apellido es-
clarecido de Azara, seria tanto como querer hacer la historia de una
familia fecunda en seres privilegiados y acatados por su país; y como
esto lo hayamos hecho , si bien con alguna brevedad, en el Pakteon
BlofinAFiCfí-MODERSO rfe los ilustres Azaras de Aragón , obra pu-
blicada en 1848, remitiendo á ella al curioso, bastará consignemos
aquí que no hay carrera distinguida eu la nación en la que no figure
dignamente un Azara , inclusa la que asiste , por el voto del pueblo,
al santuario de las leyes en la Kcpresentacíon INacional, en el que
muchos de ellos han coadyuvado, hasta el dia, y continúan hoy, á
la formación de las leyes , siendo üeles guardadores de ellas en los
altos destinos del Estado , en lo que imitan á su inmortal pariente.
Cuando al glorioso nombre de Azara se hacian tales y tantas hon-
ri9 por su patria y por su Keína, no podia menos de tenerse por san-
tificado su patriotismo, y acrisolada su lealtad , lo que unido al culto
civü que recibia ya , como ilustrado literato y sabio diplomático , del
mundo civilizado, le ponia en la categoría de aquellos hombree prt-
— 12 —
TÜegpados á qoíenes la posteridad venera en aa memoria por ana glo*
íh
riosos hechos y escelentes virtudes. Así lo pensó justamente so
tarado sobrino y heredero el Sr. D. Agustín de Azara , tercer mar-
qués de JNibbiano , cuando accediendo al voto universal que procla-
maba á su ilustre tio, uno de los españoles mas beneméritos del
siglo XY m , y por lo tanto digno de la honrosa dístineion coocedída
á los grandes hombres , determinó erigirle un monumento que espre-
sase á las generaciones venideras, no solo su valer y grandeza, si que
también la gratitud con que su familia y su país habia sabido corres-
ponder á sus servicios patrióticos , honrando debidamente su me-
moria.
Los volantes de las fábricas de monedas y medallas de la capital
del orbe cristiano , hábian ya eternizado en metales al que fué su sal-
vador benéfico : testigo de ello esas medallas que tanto honran su
memoria. Los duros mármoles presentaban , en repetidos y bien aca-
bados bustos , el homenaje que supo rendirle á tiempo la escultura.
El pincel , el tiralíneas y el buril de los maestros de las artes , habian
también correspondido dignamente al ensalzamiento de su magnifico
Mecenas , ya reproduciendo sus agraciadas y nobles facciones , ya
proyectando arcos de triunfo, y monumentos que declaran una mere-
cida ovación y el amor que le profesaron aquellos de sus contempo-
ráneos que tuvieron la dicha de conocer su mérito y de participar de
sus beneficios ; y en fin , la prensa europea habia sudado cien y cien
veces para reproducir sus alabanzas y comentar sus virtudes. ¿Qué ha-
cer, pues, para completar su apoteosis? Solo faltaba á su gloria que la
humilde, pero ilustre casa que le vio nacer, se convirtiera en un tem-
Elo de veneración civil en el que fuese Azara el ídolo , y que el pne-
lecillo de Barbuñales de Aragón adquiriese , ademas de la celebri-
dad que ya debiera al Héroe, un monumento glorioso que eternizase
su grandeza.
Así fué en efecto, pues prefiriendo el actual marqués«de IVibbiano
la gloria del nombre de su familia al mezquino interés por el que todo
se abandona en estos tiempos tan metalizados por desgracia , no solo
hizo cuantiosos desembolsos para la impresión de las obras escritas
por sus dos ilustres tios D. José y D. Félix , y para que se escribie-
sen sus vidas á la vista de muchos documentos auténticos que posee
en su archivo , sino que hermoseando la casa solar de los Azaras de
Aragón, en que nacieron sus astros mas rebilgentes , encargó al dis-
tinguido escultor catalán D. José Bober hiciese un sencillo, pero ele*
gante monumento en mármol de Carrára , para eternizar á su Ínclito
antecesor.
Conatraido el referido monumento en Barcelona , ae condujo á
— 13 —
Barbufiíles el lüo pasado de 1850^ y colocándose en la Tachada prín-
ápal de la casa solar de los Azaras , se dispuso todo para inaugurarle
draidimeote, á cuyo efecto nos llamó el señor marqués de !NibbÍanOf
para que, como historiadores de su familia, asistiésemos i tan solemne
Mto , que M dispuso y «eeutó conforme vamos á decir, acto que han
engrandecido los ilustraoos vates españoles después tejiendo , ea ho-
nor de Azara, la corona poética mas copiosa que jamás se ha for-
mado CD Espifia.
día grande de barbuñales.
Magna parens firugum
Saturnia tellut,
(Vugiuo.)
c
LARA y serena nació el alba la mañana del dia 23 de octubre
de 1850 en el alto Aragón. La rosada aurora no tardó en bañar de
oro las elevadas crestas del alto Pirineo, que se asoma respetuoso
por entre el Guara y el Sibila y estendiendo sus dones del monte á
¡as llanuras , y de estas á los valles , los risueños y floridos campos
del pintoresco BarbuNalbs participaron del celeste don , dorando
su yerdura con los rayos del díyíno Febo, que se presentó bello
y radiante á reanimar con su faz de fuego á la naturaleza ente-
ra. Las encantadoras brisas de la mañana desprendieron los aromas
de las flores para llevarlas de beso en beso á embriagar de ambrosía
á los felices mortales que las aspirasen. Las parleras aves voltijeando
de árbol en árbol y de rama en rama, saludaron en alegre concierto
al padre de la vida, al paso que triscando por el prado los corderillos^
y regocijados en el monte de Lízana los tiernos gazapillos , se veia
por do quier un prodigio , un nuevo encanto que ponia de manifiesto
la grandeza del Ser Supremo , Padre de la luz y de la creación ente-
ra : todo parecia halíerse reunido por la naturaleza para engrandecer
el acto que habia de tener lugar en Barbuñales en este dia , en que
adquirirla nuevos títulos que acrecentasen su celebridad , como cuna
de los ilustres Azaras y palacio de los señores de Lízana.
Ocupa el pueblecillo de Barbuñales una situación tan bella y des-
pejada sobre ua montecillo que , á manera de moto , se eleva en nna
— 16 —
esteosa llanura, que parece mas que pueblo un bonito castillo ó casa
de campo rodeado de huertecillos siempre cubiertos de flores y de
?erdura. Domínanle á lo lejos, hacia el Norte, las elevadas sierras del
Guara y del Sibil , separadas en una cortadura , por la que asoma su
blanca cabellera el soberbio Pirineo , como para saludar á las altas
llanuras de Aragón, y cercándole en lontananza, por Oriente, el alto
Turban, el CoUella y el Garrodilla , y por Mediodía la sierra de
Alcubierre y de Jttonegros^ solo le queda abierta la puerta de la via
de la antigua Osca^ por camino libre de las gigantescas sierras de
Aragón y de Cataluña. Su bellísima situación le nace disfrutar de la
vista de porción de pueblecillos á cortas y largas distancias , y unido
esto á lo feraz de su suelo cubierto de olivos , carrascales , árboles
frutales y viñedo, presenta el panorama mas seductor que puede ima-
ginarse el lector. Corta es por cierto la población de Barbuñales, pues
que no pasa de 400 habitantes á lo mas , que ocupan setenta y ocho
casas agrupadas al lado del palacio de Azara y de la elegante, aunque
humilde, parroquia de San Lorenzo , que con la gloriosa Santa Bar •
bara , que ocupa una capilla á la salida meridional del pueblo , tienen
dividido el amor religioso de sus patrocinados ; pero es tal el aseo y
curiosidad de las casas , interior y esteriormente , y tal la honradez y
amabilidad de sus habitantes , que puede considerársele un pequeño
paraiso en donde pasar la vida agradablemente , disfrutando á la vez
de los encantos que proporciona la soledad y las delicias del campo,
y de los goces de una sociedad compuesta de seres sencillos , entre
los que se desconocen las pretensiones de la elevada envidia , las in-
trigas cortesanas , y los grandes crímenes ; y para los que son bases
de la felicidad la religión, la honradez y la verdad.
Envanecidos con haber sido de los primeros que han acudido
siempre en defensa de la religión de su patria , de sus reyes y de sus
venerandas leyes , no saben mas en política que el estar prontos, á
cualquier hora , á defender tan caros objetos con el tesón y lealtad
que les es proverbial , y con el valor y constancia que por nadie ni
jamás se ha desmentido. Ufanos de que su humilde aldea haya pro-
ducido un Laborda^ un Foncillasy un Lovera^ y sobre todo , tres
Azaras, soles de muchos otros de su progenie que por su talento en-
salzaron el nombre de Barbuñales , no envidian el oropel de las ciu-
dades, en las que se aspira mas fácilmente el fétido miasma de los vi-
cios, que el suave perfume de la virtud.
Sobrios , como buenos aragoneses , prefieren la humildad de sus
casas, qué les proporciona una libertad moral efectiva, á los dorados
palacios que esclavizan con grillos, que, por lo mismo que son de oro,
son doblemente pesados. Fiando la vida en la frugalidad y en sus
— 16 —
buenas costumbres ^ no apetecen los regalos que matan con hahgo
cruel, hallándose mas satisfechos al disfrutar de los goces que les
acuerda el trabajo de sus manos y el sudor de su rostro , que el opa-
lento enriquecido con la vida de sus semejantes j i cuya costa T¡?e
para reir en tanto que los demás lloran j si bien no sin padecer loa
punzantes y mortíferos dardos con que enyenena su vida la concien-
cia 5 tan turbulenta en ellos como pacifica y benéfica en aquellos.
Dios 9 la Virgen en su santísima advocación del Pilar j asistida
de sus gloriosos patronos San Lorenzo y Santa Bárbara ^ son kw
queridos ídolos de los barbufialeses : el amor á la patria , el fuego po-
lítico que les anima , y las glorías de Aragón , su blasón mas estima-
do. Por esta razón no hay para ellos fiestas mas apreciadas que las
que se dirigen á elevar preces y prestar obsequios á so Dios , á su
Reina celestial y á sus tutelares; ni diversión que mas cautive su aten-
ción que cuando los virtuosos eclesiásticos de la aldea ó los ancianos
les recuerdan la divina aparición de la Virgen del Pilar, los gloriosos
hechos de sus antepasados, y el valor con que supieron en todos
tiempos sostener sus fueros y la independencia del pais. Al oir estas
relaciones se entusiasman y se crecen , creyéndose capaces hasta del
heroísmo; y asi es que si en todos sus cantares se advierte inspiración
y sublimidad , cuando los dirigen á la Virgen del Pilar, su Paladión
amado , se les siente llenos de dulzura ; cuando los causa el amor, se
oyen robustecidos de ternura y de energía , y de heroísmo marcial
cuando ensalzan en ellos á sus héroes, refieren sus proezas , y se pre-
paran á imitarlas.
Vecinos del monte de Lizana , sefiorfo de la casa de Azara , no
Easan por él sin recordar las heroicas escenas de que fué causa su so-
erbio castillo en las antiguas guerras de Aragón , bazafias que les ha
trasmitido la tradición y la historia , y las nevadas cumbres del Piri-
neo que se les asoma al otro lado del Guara , les recuerda con entu-
siasmo los heroicos hechos que les ennoblecieron en la gloriosa guerra
de la Independencia al acreditar , humillando á las águilas francesas
victoriosas en cien combates , que nada se resiste al valor aragonés
cuando pelea por su religión y por la independencia de su patria.
Ocupando Barbuñales situación tan bella y pintoresca , y siendo
sus naturales tales y como los acabamos de bosquejar , podrá conce-
birse , en toda su halagüeña perspectiva , el espectáculo que vamos á
describir continuando nuestro primer relato , que suspendimos á pro-
pósito de dar á conocer el pueblo y sus habitantes.
Desde el religioso toque del alba en que , saludando á la Madre
de los Angeles , acostumbra la Iglesia cristiana á despertar á los fieles
para recordarles ha nacido un nuevo día en el que servir al Señor,
— 17 —
ocupándole en buenas y meritorias obras, y el cual deben empezar
levanUindose é darle gracias y cantarle alabanzas, las vocingleras cam-
panas de fiarbuñales, con mas regocijo que de ordinario ^ auunciaron
á toda la comarca que algo de nuevo iba á ocupar á sus vecinos en
aquel dia. Por los caminos de Pertusa, Azara, Panzano y Laluenga se
reian llegar porción de gentes alraidas por el nuncio sonoro del cris-
tianismo, 9i ya no de anticipadas noticias, y reuniéndose (i la entrada
de Barbuñales, aguardaban ver el objeto á que tes llamó la curiosidad ó
la invitación. Los alegres vecinos vestidos de dia de fiesla , pues que
por tal consideraron aquel, dando de mano á las tareas del campo á
pesar de hallarse en lo mas recio de la vendimia, enteraban con rego-
cijo á los Torasleros de la festividad del dia, esplayándose en el elogio
del héroe de la ñesla , y en la grandeza del señor de Lizana que la
promovía: los mucbacbos, salsa de toda función popular, gritaban á
»a sabor en la plazoleta de la iglesia en coloquio con los que en la
torre volteaban las campanas: las doncellas acudían al templo con sus
madres derramando gracia y sal aragonesa, y (lechando, al paso, no
pocos corazones; y los pobres de la comarca, que aguardaban mucho de
la liberalidad del Sr. de Lizana, ocupaban el frente de la casa de Azara.
Estaba esta colgada de tapices, ricas alcatifas y vetustos repos-
teros que declaraban la anligíiedad de la grandeza de sus dueños , y
en su fachada principal se hallaba cubierto el sencillo , pero glorioso
monumento que la gratitud del mejor de los descendientes, á su costa,
y en nombré de su noble ftimiíia, de Aragón y de España entera,
levantó al inmortal D. JosÉ ISicqlas dk Azara , sol de esplendente
íus, nacido en ella, que aunque ya finado, es una ardiente llama,
uua luciente estrella que abrasa de amor patrio todos los corazones,
Eior lo que bien le cuadra el £t si mortuus uríl con que se encabezó
a inscripcioD del Monumento.
Ei ayuntamiento de Uarbufiales por un lado, y el clero por otro,
acompañado de los principales vecinos de la población, y de algunos
forasteros, acudieron á la casa de Azara, en donde el señor marqués
de iMbblano, D. Agustín db Azaba, les recibió con la mayor amabi-
lidad y cortesanía, manifestándose sumamente agradecido al obsequio
que prestaba el pueblo todo á su ilustre antecesor. Tomada acta por
el secretario de Ayuntamiento del objeto de la fiesta y de los asis-
tentes , se dispuso por el venerable cura párroco D. Francisco Las-
licrra^ con la véala del señor marqués, empezar la función, y todos
los concurrentes, llevando i su frente al ayuntamicnlo, salieron de la
casa de Azara para el templo, en el que se colocaron en sus debidos
puestos.
-30 —
«i Aftv^r de Im preces , presenta ante los ojos
. j^^^^^^ ^. f^f^ñd j firmeza en sus creencias, el cadá-
- ^^ ' ^ ^ÜmmÍí" P^ quienes se implora , incorporados sobre
- '*' ^^'^úm^ "" ^"^^ ^^ lágrimas de arrepentimiento para
^ ,„««f^ ' ^l^ftteta que por ellos le dirigen sus ministros y
«-^* i f^ ^mgrtct también que calentándose el frío sepulcro al
,^ l>«i"'?J^']Jp|a oración y se reanima y recompone la yerta y
Igíffl ^ MffMNíia J^ntro de él para volver á ser lo que fué en aquel
«pjfíi'llJ^'^^lli. y cuánto debe gozar el alma de los difuntos coan-
$eUf ^''^l^l^ MW hermanos , y cuando la Iglesia , sin recordar sus
do p^ " ]^iñiM«i«^ el libro de ellos para no volverle á abrir jamás
«n'^f^ V üMiida olvidar á los fieles , para implorar á Dios les aeoer-
^ n^nhMi* onlenando á sus prosélitos nieguen por ellos!
T^niiM^^ «4 uilcio fúnebre en la capilla de San Juan Bautista á
, >^,^^MÍ(i el don>« el ayuntamiento y todos los circunstantes,
^ Y M freuto del suntuoso sepulcro en mármoles en que se
\iiii#r>i^ ^ oenitas tlel famoso D. José ISicolás de Azara (que fue*
V^ ^I^MiMiladaM en él el año de 1806, trayéndolas al efecto de París
>^ ^Ik^^mli^ t^U«H^Í4^ t^l ^6 de enero de 1 804 ) « se cantó un solemne res-
l/MM^ ^^iIhnikIo por su alma « que fué repelido por las de los demás di-
)]¡j¡¡^^ «^la uidile familia, cuyo antiguo panteón se halla en esta
^^^^ ^h^ 1^ protección del patrón y protector de la casa de Azara,
^^ iáiM«^^^ ^M J^i^^^ Bautista.
^ % iK \vA4ii|Hiuas cambiaron instantáneamente sus lúgubres clamores
;^^ li^ \\/^^ de tiesta, y era de ver salir las gentes del templo salu-
.Wiv^vk> p^"^^^ si ^eñor marqués de ?iibbiano, felícílándole por ha-
^>i%g4( MV^H^roionado una festividad religiosa solemne en que pedir á
yiisx )uuHUH*ordia: y deseosas de asistir a la fiesta civil de la apoteo-
^Aii yh ^M uunortal compatriota « rodear el palacio por todas partes,
.*ivva4iiudo Aituar^ en los pantos desde los que putliesen ver aiejor y
iu^Nai <4 Muuiuuieulo quc levantaba la gratitud de un descendiente ce-
«\«^^ iv^ bui^ii nombrr de su familia « a aquel que la honró y engran-
.U\HV s\4i servicios de importancia hechos al pais y a sos concuida-
\ik^^ el ayuntamiento de la iglesia acompaftando en pos de él los
n\\Km>\> oura |vam>ro y alcalde al seAor marqués, en medio de las de-
^^H^ pw>4^uias mvitadas . y las salutaciones que se le hicieron al paso,
i\«V(\U4 U prueba mas lisonjera del afecto y amor que proiesa aquel
.^^«'W MMWillo y virtuoS(>. a una familia pi\>tectora y por la que no
Nv>A ui pasara ya desapercibiila su aldea cuando se rrcorra el mapa y
vl^ lis glorías de Ani(^>n.
— 21 —
Describir el júbilo y la alegría que se apoderó de los circunstantes
cuando situado el ayuntamiento al frente de la casa , y dando un viva
á la Reina Doña Isabel Segunda el alcalde D. Pablo La Sierra^
se descubrió el monumento erigido al inmortal Azara^ sería obra que
necesitaría pluma mejor corlada que la nuestra , bastándonos decir
que el entusiasmo fué general y que aquel viva mágico se repitió cien
y cien veces , mezclándose con los grítos de espansíon patriótica diri-
gidos al héroe de la fiesta y á su digno heredero que tan magnifico
homenaje habia sabido dispensarle. Recordándosenos en aquella oca-
sión la ostentosa ceremonia con que los gentiles divinizaban , por me-
dio de la apoteosis, á sus emperadores en Roma, creíamos ver no vo-
lar hacia el cielo el águila que soltada de sus ataduras huia del fuego
de la hoguera que consumia el residuo mortal del nuevo falso Dios,
sino al mismo Dios Nuestro Bien , rodeado de su celeste gloría pre.
senciar acto tan solemne después de haber sido reverenciado por aque-
llos mismos que se alegraban á la vista del busto de su ilustre com-
patríota que recibia la ovación mas satisfactoría y cumplida en su me-
moría de parte de sus paisanos. Parecíanos también ver en lontananza
rodeado de luz el templo de la Inmortalidad á cuyas doradas puertas
contemplábamos al insigne Azara presenciando el masestuoso acto
en que él pueblo español le coronaba en premio de sus hechos y virr
tndes, y como manifestándose agradecido á tan fino obsequio. Loque
pasa en el alma cuando el entusiasmo la eleva sobre la misera mate-
ría es indescribible, pues que la magnitud de la idea adquiere mo-
mentáneamente tan gigantescas proporciones, que la imaginación ofus-
cada en tanta grandeza, no presenta los medios posibles de que la
boca ni la pluma puedan espresar lo que siente el corazón demasiado
ocupado con ella y asaz embriagado de ese vapor espansivo que na-
die ha sabido describir ni pintar con su verdadero color.
A tanto alborozo y entusiasmo sucedió un religioso silencio y el
secretarío del ayuntamiento, levantando la voz por orden del señor al-
calde, leyó el acta de la inauguración del monumento (I) en la que
se espresaba toda esta fiesta para dar conocimiento de ella á las eda-
des venideras. Y si bien al finalizar la lectura se repitieron los vivas
con alegría, volvió á recobrarse el silencio cuando tocándonos, comoá
historiador de la ilustre casa de Azara , dirigir la palabra al entusiasta
pueblo, le pusimos de manifiesto las grandes prendas del Caballero
por escelencia el Excmo. Sr. D. José Nicolás de Azara ^ honor de
Barbuñales , á quien se honraba en su memoria por los grandes ser-
vicios hechos á su patria , á la religión de nuestro^ padres y á la ilus-
tración del mundo, motivos por los que su nombre inmortal era ve-
nerado en todas partes , y por el que Aragón habia aumentado los
— 25 —
es 9 y que se complace en remediarlas. La beneficencia es
legado que viene de generación en generación en la iius-
5 los Azaras , y si lo ignorásemos , nos lo hubieran des-
recuerdos de magnificas acciones en este sentido, pro-
)r los vecinos de Barbuñaies en aquel dia de grata memo-
iunfador el dia de su ovación pudo compararse al señor
i el momento que oia recordar la beneficencia proverbial
isores , y que se sentia alabar por los indigentes á quien
m todos sus conciudadanos en acto tan sublime ! Si los
dos concibieran el placer que siente el alma generosa al
rte de sus pobres hermanos, ciertamente que tendria que
la humanidad , y que la felicidad sería patrimonio de los
or desgracia son pocos los que observan la ley del Evan-
;hos los que la contrarían, no viendo en el pobre mas que
íres indiferentes y aun indignos de su atención, cuya vista
ada é irrita. Cuando esto es así por nuestro mal, ¿qué de
cansada la Omnipotencia de tanta soberbia, lance contra
s los dardos de su justa ira para humillarles , y proteja la
humildes en toda su estension^ ó permita, para nuestro
iomo de ideas desorganizadoras, que se dejan sentir ya en
e la sociedad? Consideren los soberbios que el amago es
golpe , y vuelvan á Dios sus ojos para impetrar su divina
antes que cansado , al ver que se desprecia el aviso con
su bondad y clemencia , haga caer sin tregua la terrible
u justicia. ¡ Infeliz del soberbio en aquel dia terrible y de
las le valiera no haber nacido.
•se acto tan sublime con espresiones de regocijo y de grata
f subiendo el ayuntamiento , cabildo y cuantos quisieron
i de la casa de Azara , un sencillo , pero ligero obsequio,
á nuevos recuerdos y á merecidas alabanzas , las que se
1 cuando invitados por las personas autorizadas entre los
3 tuvimos el honor de leer el elogio- histórico del inmortal
lien se festejaba, que ponemos al terminar esta reseña:
»mos los plácemes de los honrados aragoneses que le es-
quedamos sumamente honrados en haberles complacido,
pre sentiremos que la cortedad de nuestro talento no nos
ido presentar al héroe con toda la dignidad que se mere-
ra la que era necesario , como allí decimos , un Demós-
liceron , ú otro de esos seres privilegiados para quienes la
s familiar.
(as españolas no podían menos de asistir á tan solemne
ido en la patría de los trovadores , en la cuna de la poe-
i
— 94 —
iilu uaeional ^ y asi es qae TÍníendo festiyas á tomar parte en tanto re-
Haoyu i después de haber inspirado á los nobles vates de naestra pa-
tria loa ilustrados Hartzenbuscky Guerra y Orbsj Fernandez Baexa,
Moiifuera^ Magariños y Cervantes^ Casas Deza , la Poetisa Ca-
din de f^elaseo^ Rosell , Sanz , Bover , BoraOj Cervino^ Atiza y
iialvez^ entusiasmaron á ios hijos deBarbuñales con los sentidos^pa-
triótíeos y elevados cantares de su armoniosa lira, de los que se repar-
tieron copias con profusión en elegantes cuadernos que recordarán día
tan solemne y placentero (1).
La colocación en el monumento de la caja de yerro ra que ae
encerró el acta de inauguración y otros documentos históricos , fué el
último acto de la fiesta matinal , acto que ejecutó por su mano el se-
ñor alcalde , gozoso de dejar encerrado en aquel muro , como legado
á las venideras generaciones, hi página mas brillante de la historia de
Barbnffales, y en la que leerá el porvenir, no solo las escelencias del
grande Azara y de sus ilustres hermanos y noble familia, si qae tam-
bién la gratitud de un pueblo entusiasta de las glorías nacionales y de
sus grandes hombres.
La concurrencia pasó después al magnifico Museo de pinturas es-
celentes que posee la casa en dos grandes salones construidos al efec-
to, y al admirar los bellos cuadros originales que le forman , tuvie-
ron lugar diferentes reflexiones á la vista de los retratos de los célebres
Azaras que, ejecutados por los ilustrados artistas Mengs^ Volpato^
Salesaj Goya^ Espinosa^ Bover ^ y otros, inmortalizan, cnanto la
pintura y escultura puede hacerlo , sus agradables fisonomiaa (II).
Alegres bailes, en los que luce siempre la gracia y la imaginación
poética que tanto distingue á los hijos de Aragón, ocuparon la aten-
ción de los habitantes de Barbuñales y de los forasteros aquella tarde,
en la que , á vista de su regocijo , pudimos considerar la envidiable
fraternidad que disfrutan los que habitan entre el Cinca y el Ebro en
aquellos fértiles campos y risueñas vegas , siempre vestidas de gala
para cautivar la vista del que las contempla , y enriquecer á sus di-
chosos dueños. Advertimos también que á la proverbial honradez de
los aragoneses se hermanaba en este pais una cortesanía y galantería
natural , particularmente en las mujeres , que les presenta finos y
atentos con sencillez y sin esa hinchazón, y á veces despropósito, con
que los labriegos de otras provincias hablan cuando pretenden imitar
(i) Estas composiciones componen parte de la Corona Poética de Jzara que
se dá en este tomo ; debiendo advertirse, que cuando se vean en ella dos com«
posiciones de un mismo vate, una de ellas faé hecha para este acto, y otra des-
pués para la corona.
— 25 —
el leegaaje y las costumbres de las cl^ises instruidas. En sus tiailes
notamos alegría y gravedad á la vez, de manera que ni un gesto, ni
uaa acción desdice en sus airosas jotas de lo que se debe al pudor y
Á la decencia ; y si bien sus graciosos movimientos seducen el cora-
ron cuando los ejecuta una bella, no preseutan nada que dé margen
i la licencia, y que promueva el escándalo que traen consigo otros
bailes mas libres, en los que se hace gala de desenvoltura, y se pre-
sentan incentivos al placer punible. Aquellas doncellas guardan en
sus diversiones las leyes de la castidad severamente, y los mancebos
las respetan por eso mas que en otra parte. Como la virtud es gala de
las hijas de Aragón, no es estrafio que sean las reinas y soberanas
del pais, y que las leyes locales, resto venerando de sus antiguos
fueroSf las favorezcan mas que en parte alguna, haciéndolas en su
viudez dueñas usufructuarias de todos los bienes del hombre , aun
cuando tengan sucesión, privilegio deque, lejos de abusar, las ofrece la
ocasión de ser celosas guardadoras del patrimonio de sus hijos, que se
conserva mejor en Aragón que en pueblo alguno: siendo este pais silla
imperial de la Reina de los Angeles en su advocación gloriosa del
Pilar, razón es que las bellas aragonesas teugan el poder, máxime
cuando tan dignamente saben sostenerse en él por sus virtudes.
Sucediéronse los bailes y los cantares hasta las ocho de la noche,
bora en que volteadas las campanas anunciaron , con sonoras y ale-
gres voces, era llegado el momento en que el pueblo se reuniese en
masa para saludar al seijor de Lizana y disfrutar á su mesa de los
dones que, con una generosidad sin igual, les proporcionaba en fa-
milia como padre tierno y cariñoso. El palacio de Azara, la casa de
concejo y algunas otras de los prini^^ipales de la población, presentaron
el espectáculo mas tierno y grande que jamás se ofreciera en su género
en los pueblos del alto Aragón y tal vez en ninguno de la tierra en los
tiempos modernos. Había querido el magnifico descendiente del inmor-
tal Azara terminar aquella festividad dando una sencilla pero abundante
cena á lodos los vecinos de Barbuñales sin escepcion , y todo se babia
dispuesto al efecto de antemano por el honrado y activo Francisco Be-
torz, mayordomo del señor, asisti<lo al efecto de su amabilísima fami-
lia; y á fin de que reinase en tan singular como nuevo banquete la liber-
tad qne bien se aviniese con la debida compostura y necesario orden,
ge babia dispuesto que todos los ancianos y cabezas de familia cenasen
eu los salones del palacio , los jóvenes solteros en el salón de la casa
capitular, las doucellas y niñas con sus madres en una casa particular,
j los mticliaclios en la escuela, presidiendo la primera mesa los señores
alcalde y cura párroco del pueblo, y las demás los señores regidores y
i
m^
— re-
teniente de parroquia con el maestro de escaela y sacristán, ttispaeslo
de este modo, y proveyéndose á la cena de los que por indisposición
física no pudieron salir de sus casas, y de los forasteros que habían
pernoctado en el pueblo, ocuparon todos las respectivas mesas, y los
numerosos criados de la casa de Azara cruzaban en todas direcciones
el pueblo conduciendo cestos de pan , pellejos de vino , frutas , y las
marmitas de los condimentos de la cena, hecho todo con un orden y
disposición que puso de manifiesto la buena dirección del mayordomo
espresado y de su hijo D. Francisco Betorz y Andreu.
Los sacerdotes bendigeron las mesas, y á una misma hora empe-
zaron á cenar mas de cuatrocientas personas ; espectáculo grande y
magnífico, que engrandeció este dia solemne , y que no podrá menos
de perpetuarse en Barbuñales, recordándose siempre con satisfacción.
Mucho agradecimos al señor Marqués de iNibbiano nos hiciese
acompañarle en este grandioso acto , pues que nos proporcionó nn
placer que recordaremos siempre llenos de júbilo , teniendo este día
por uno de los mejores y mas satisfactorios de nuestra vida. Cuando
entramos en el salón en que los ochenta y dos ancianos y cabezas de
familia de Barbuñales participaban de los dones del señor Marqués,
se levantaron todos para saludarnos con la mayor urbanidad , y ade«
lantándose á nosotros el señor cura párroco y el señor alcalde , nos
invitaron con la cabecera de la mesa , en donde tomamos asiento un
breve rato para contemplar mejor cuadro tan interesante. Gustando
los manjares que se servían , el señor Marqués de Níbbiano se igualó
á sus colonos y criados con la mayor humildad, alimentando su alma
con las voces de gratitud que le dirigian aquellos venerables padres
del pueblo^ que le recordaban las liberalidades de sus antepasados, y
muy especialmente de sus progenitores D. Francisco de Azara y
Doña Leandra db Mata t Rivas , nombres que hicieron saltar las
lágrimas de mas de cuatro ancianos que les debieron su bienestar y
el de sus familias. El digno párroco se empeñó en referir actos benéfi-
cos ejercidos por los Azaras , y en particular por el que se hallaba
presente y por sus piadosos y caritativos padres ; pero la modestia
esquisita del señor Marqués no le permitió escucharlos , y saludando
á los concurrentes, con la mayor cortesanía y afabilidad, salió del
salón, conduciéndome á la casa de concejo. Un viva unánime y es--
pansívo fué el saludo que los jóvenes reunidos allí nos hicieron ; y
como en esta edad, siempre bulliciosa, nunca puede contenerse del
todo la efusión que produce el entusiasmo de una buena acción , los
vivas se sucedieron sin cesar , y tuvimos que dejarles para que conti-
nuasen la cena que suspendieron por respeto al señor Marqués que
les espresó su gratitud por el amor que le manifestaban. En donde
-^ 27 —
se nos ofrcciú un cuadro vcnlatlcramctilc seiliictür y magDÍfíco, fiii^
ea (a casa on donde las madres de familia b<í ballabaa reunidas con
sus bijas; al vemos enlrar , fin religioso silencio nos anunció tle su
modestia, y nos dio á conocer el carácter limiiio y mesurado de las
hijas del Alcanadre: las doncellas levantadas de sus asientos bajaliau
la viüU, coloreando sus mejillas el sonrojado que proclama el pudor
lie la mujer bien educada á la presencia del bombre que respeta : las
luadres levantaban á sus niños en los brazos, llamando su infantil
atención hacía el señor Marqués, como si quisieran darles á conocer
á su beaéfico protector, y las ancianas le repetían, sin cesar, reli-
giosas bendiciones, que no pudieron menos de enternecernos. Con-
ínamos con toda sinceridad que en revista tan solemne no envidia-
hamos al seúor Marqués de I\itilnano sus riquezas, su posición social,
tú el ser el dícno sucesor de familia tan ilustre , sino las bendiciones
({ue sobre él iToviernn, bendiciones salidas de corazones agradecidos,
pronunciados con buena intención, y sin mezcla de vil adulación, por
labios puros que se abrían naturalmente para interpretar, en palabras
híen sentidas, las sensaciones que espcrimentaban las almas , y dejar
Bttlir el fuego de gratitud que abrasaba sus corazones. Si bien con el
bnco^miento propio del sexo y de mujeres que se bailan al frente de
un . 'superior , pero superior á quien amaban, algunas ancianas diri-
gieron »u vos al señor Marqués para manifestarle lo bien que imitaba
las virtudes que fueron tan ejercitadas por sus padres, y recordándole
cosas de la niñez, que liicierou asomar á sus ojos lágrimas del corazón
enternecido ú semejante memoria. La bulliciosa y juguetona infancia
prestó también su homenaje , y saludándonos con vivas espresivos,
los repitieron con regocijo cuando les ofreció el señor Marqués que al
siguiente dia se les repartirían en abundancia nueces y frutas y que
sería de asueto, para que pudiesen disfrutar á su sabor de estos do-
nes, en lo que se convino con el maestro, que le espresá tnmbien su
gratitud.
Nueva ovación recibió el digno sucesor de los Azaras al regresar
i su casa, donde no pudo, i pesar (ie su modestia, librarse de
oír la plática del señor párroco, en la que hizo una breve, pero sen-
tida y enérgica reseña de sus virluiies cívicas y de las de sus nobles
ascendientes. Eran las once de la noche cnando tocando á orar las
campanas de la parroquia por orden de su pastor , dieron gracias á
DÍ09 los sacerdotes en todas las mesas por los beneücios recibidos en
aquel dia memorable , rogándole al propio tiempo por la prosperídad
y bienandanza de la familia Azara, sin que en la súplica se olvidase el
pedir por los finados de la mioma y por todos los hermanos difuntos,
acción magnánima y santa con que concluyen los buenos aragoneses
y en lo general los católicos españoles todos sus banquetes. Termi-
nadas tas preces, y dando nuevas bendiciones al señor de Lizana, se
ilisotvió , con et mayor Arden, aquella juiciosa asamblea popular, y
cada cual fué á buscar el necesario descanso á su casa, en donde,
reunidos en familia, se entregaron á él, no sin comentar los sucesos
de aquel dia memorable, con cuyas ilusiones y recuerdos les sorprea-
deria agradablemente el sueño.
Los jóvenes mancebos, para los que es alimento y descanso la
misma diversión, lejos de entregarse al sueño, se dedicaron toda la
noche á obsequiar á quien tan generosamente les habia tratado, y
después de repetidas serenatas que le dieron al frente del glorioso
monumento que se babia inaugurado , en las que lucieron su genio
poético ensalzando en sus sentidas jotas las escclencias del grande
Azara y de su sucesor, recorrieron en alegres rondallas hasta el alba
las cortas calles del pueblo , locando y cantando con mucho regocijo,
no teniendo que agradecerles poco las bellas á quienes obsequiaron al
paso con sus músicas, y nuestra bumildc persona á la que se dirigieron
en algunas coplas. Asi terminó aquella fiesta que no podrá menos
de conservar ftarbuñales en sus fastos como uno de sus mejores dias,
máxime cuando se refiere al hombre mas notable que ha producido
y al que debe su actual consideración y nombradla, y tampoco po-
drá olvidarle jamás el magnlGco señor de Lizana, por las gratas sen-
saciones que debió recibir en ¿I, pudicndo asegurar nosotros, que vi-
virá siempre en nuestra memoria tan lisonjero recuerdo, porque los
sucesos de este dia se imprimieron en nuestra alma con tan profun-
dos caracteres, que solo podrá borrarlos la muerte (III).
pinjliPf I?
ELOGIO HISTÓRICO DEL CABALLERO AZARA.
YOLBRi DI LIDO IN LIDO
Lk TUA GLORIA TINGITRICE9
E D'OBLIO TRIOIVFATRIGB
LA TUA FAMA TIYIRÁ.
£ NON SOLO IN QUESTl BOSGHI
SARA NOTO IL TUO GORAGGIO,
HA 06NI POPÓLO PIU 8AGGI0
AL TUO NOHE, AL TUO YALORE
SIMOLACEI INALZERÁ.
(TpsUanti en Ali Beff.)
L
A vida de los muertos estriba en la memoria de los vivos : asi lo
dijo Cicerón elogiando á Servio SulpiciOy añadiendo <rque era deber
sagrado de sus compatricios el hacer que gozase de la inmortalidad
poniendo su estatua en los rostros , para trasmitir á la posteridad la
memoria del sacrificio que hiciera por la patria.» En efecto, amados
compatriotas , pues que los héroes pasan , y á la naturaleza suele
costar siglos de esfuerzo para reemplazar uno solo, según sabiamente
sienta un hábil escritor, necesario es que nuestra memoria no sea tan
débil que olvide sus beneficios una vez reconocidas sus escelencias,
siquiera porque no se entronice la ingratitud , y no falte quien les
imite para bien de la humanidad.
Historiador yo, aunque sin merecerlo, de la ilustre casa de Azara^
de esa nobilísima y antigua estirpe aragonesa, cuyos hombres ilustres
fecundizan las glorias de este heroico pais , y en la que los varones
virtuosos pueden muy bien contarse por el número mismo de sus in-
dividuos; cronista fiel y heraldo humilde de familia tan respetable
como respetada por todos los buenos españoles , y especialmente por
— 30 —
vosotros que de mas cerca habéis disfrutado y conocéis sus virtudes,
vengo hoy á llenar un deber sagrado de mi ministerio, á maoifesla-
ros, (00 mas voluntad que esperanzas del acierto, las escelencias del
Grande Azara , de ese luminar refulgente de Aragón cuyo nombre
glorioso envanece á España, y al que saluda con respeto el mundo
civilizado.
Mucho fio del námero y grandeza de las escelencias de Azara
para que ellas por si solas salgan de mis labios al recordarlas , á Gn
de que rodeando el ídolo os le presenten en todo su esplendor ; mas
no fio menos en vuestra indulgencia, que sabiendo apreciar en su
justo valor mis débiles fuerzas para tan gigantesca empresa, suplirá
lo que falte al cuadro que voy á bosquejaros, para que sea mas gran-
dioso, y disimulará , os lo suplico, los defectos en que, por mas celo
y deseo que lleve en evitarlos, habré de incurrir necesariamente.
Si guidem gloria eH iUtuíris,
ac pervagala muUorum, et mag^
norum, vel in tuos, vel in Patriam,
vel in amne gent hominum fama
meritorum.
(Cicerón pro Marcelo , 8.)
L
A verdadera gloria , dice Cicerón , es la ilustre y esparcida reputa-
ción de grandes servicios hechos á los suyos , á los amigos, á la pa-
tria y á todo el género humano. Según el mismo autor, consiste en la
aprobación unánime de los hombres de bien , y en el incorrupto tes-
timonio de los que juzgau rectamente de la escelente virtud ; de ma-
nera que la gloría es la imagen del mérito, y le corresponde como el
eco á la voz^ y los hombres honrados no la deben rehusar , supuesto
que es compañera inseparable de las buenas acciones. El que aspire á
esta gloría debe hacerse tan útil y amado á sus conciudadanos , que
bendigan al cielo porque le hizo nacer. Según esta idea , no queda
duda , como sienta Middleton en su vida de Cicerón , que es uno de
los mas nobles impulsos que puede tener el corazón humano : un
principio que Dios mismo ha impreso en la naturaleza para realzar su
dignidad ; y en una palabra , es la raiz de donde procede cuanto lau-
dable y grande representa la historia antigua. Azara aspiró á la cele^
brídad, es cierto; pero como dice el célebre tribuno y publicista es-
pañol D. Antonio Alcalá Galiano en su sección XI, pág. 154 de
su Uistoría de la literatura del siglo XVII h ¿ Quién puede hacerse
famoso sin aspirar á ella y sin sentir en su pecho un tanto de
amor á la gloria^ que es la fuente de los pensamientos levantados
y de los afectos nobles? Tan poseído estaba de esta doctrina el sa-
bio QuirUiliano^ que decia^ que si le daban un discípulo sensible á
la gloria , y á quien las alabanzas hiciesen impresión , no temería ja-
más que la pereza ni la desidia le impidiesen corresponder á sus es-
peranzas.
Si pues asi es la gloría humana en el sentir de tan sabios escrito-
res, ¿qué de estrañar que quien nació para ser honra y prez de su
patría y rico ornato de su pais , dirigiera hacia ella la vista desde la
— 52 —
cuna, coIumbranJo la laureola gloriosa que había de orlar su frente?
Azara ! el grande Azara tan entusiasta de la gloria de su patria , no
podía menos de seguirla cual astro que recibía su luz de ella , hasta
que adquiriera tan fuertes esplendores , que pudiera eclipsar con sus
rayos las luces mas brillantes de los luminares de su época.
Era compatriota vuestro, era aragonés, y los que han tenido la
dicha de nacer en este país , cuna de la lealtad, de la honradez y del
heroísmo , no pueden dejar de tener en mucho la gloria de su nom-
bre cuando á él ?á unida la de su patria , que cifra en sus glorias su
mayor riqueza y toda la nobleza de sus muchos y heroicos hijos.
Aragón ! tierra fecunda de sabios y de héroes , yo te saludo al
hacerme cargo de las escelencias de tus mas ilustres hijos ; y entu-
siasta de tu suelo feraz y pintoresco, recuerdo tus grandezas con glo*
ría , porque gloria son dé mi cara patria á la que el esfuerzo de sus
héroes hizo respetar en todos los tiempos y de todas las edades.
La fidelidad^ la lealtad de vuestros abuelos, ilustres aragoneses^ y
su nunca desmentido valor , hizo conocer á los romanos que de nadie
podían fiar mejor la custodia de sus emperadores que de los aragone-
ses, y de ellos formaron la Cohorte Pretoria, ó sea la guardia de honor
imperial , de suerte que aquellos romanos, á cuyo solo nombre tem-
blaba el mundo , vinieron á ponerse bajo vuestra salvaguardia en los
tiempos de su mayor esplendor y poderio, como si adivinando habíais
de sujetar on día la hermosa Italia, quisieran dejar á sus hijos méritos
que alegar en su pro y beneficio.
Vuestro patriotismo no pudo sufrir , ni un momento, que el atre-
f ido agareoo salido de las abrasadas arenas del desierto, para inundar
nuealra anuula patria , á beneficio de la mas inicua traición , pisase
imfúnemtuie este país leal y eminentemente religioso , y elevando
al trono al denodado D. Garda Jimeíiezy vuestro compatriota , no
UrdiBUsm en bacer retroceder á los hijos de Mahotnaly dejando triun-
fante la eni^Aa de h redención en Aragón ^ del propio modo que los
fulkuU» afttnres , mandados por el iudito Pelayo , lo hicieran en su
inuíhwín lierííeo pais.
f>/« néfU^Aios griegos, aquellos que al par que supieron cautivar
ni $ftm$4éf yífí b esceleocia de sus artes y de sus leyes y de sus cos-
iéimUf^ i *^ ^ señores de la ilustración antigua y los dominadores
M0f ÍM 0!fMUnkáz de sos armas; aquellos de quienes salieron PerieUsj
1/1/0^4 f /lUf andró el Grande , y tantos otros héroes que aun ad-
lillfü ^ mff^^ J ^mirarán las edades futuras « aquellos, repito ^ vi-
lii^féfli /í mí tributarios vuestros , porque la fama de vuestro valor,
iipáiMfié^f t^j^tta 1m moros de la antigua Bizaucio , hizo que os llamase
MI M i^^^ Andrinico , empeñar de Cooslaniinopla , á «¡uien
~ 33 —
haeitti erada guerra los turcos. Vivos están , para gloría de Espa-
ña, los ilustres nombres de los generales aragoneses Roger Brinaez^
y don Bermguer Dentenza que acaudillaron y llevaron á vuestros
ilustres abuelos al Asia , en donde no tardaron mas que el presen-
tarse para ser duefios de Tracia , Thesalónica , Macedonia, P^atolia y
de Grecia, y echar á los bárbaros turcos de aquellas regiones , que-
dando señores de los Estados de Atenas, y de Pifeopatria, sobre cuyas
fortalezas ondeó por largo tiempo el pabellón aragonés. Os llevaron
á la hermosa Italia, y en cuantas ocasiones os presentasteis en ella
como conquistadores , otras tantas quedó vencido el orgullo romano
en los tiempos antiguos y modernos , habiendo ganado á vuestros re-
yes dilatados dominios con los que se estendió y engrandeció el im-
perio español. A vuestro denuedo, á vuestra lealtad y á vuestro va-
lor deben nuestros reyes muchos de los nobles blasones con que se
engrandece su escudo en simbolización del grande poder que tuviera
esta Monarquía, y en vano , sin vuestro valor , se podrían enseñorear
nuestros Soberanos Reyes de Jerasalen, de Sicilia , de Atenas , Neo-
patría, y de tantos otros estados debidos á vuestro esfuerzo y he-
roismo.
Favorecidos del cielo habéis alcanzado victorías que os inmortali^
zan en los tiempos antiguos : testigo de ello esa milagrosa cruz que
recuerda , en el ilustre blasón de vuestras armas , la que alcanzaron
vuestros abuelos de los sarracenos, bajo la formidable tizona de vues-
tro valeroso rey Iñigo Arista; la no menos milagrosa, á cuya vista
sobre un roble antes de él , habia vencido del mismo agareno el de-
nodado rey D. Garda de Sobrarbe , titulo honroso que conservan
nuestros soberanos ; el recuerdo del glorioso jS. Jorge , asistiendo á
vuestros antepasados mandados por D. Pedro I en la célebre batalla
de Alcoraz contra Almozahen , rey moro de Zaragoza ; del mismo
S. Jorge en la toma de la ciudad de Mallorca por D. Jaime I que
se la quitó i los moros con sus aragoneses , con los que, poco des-
pués^ y auxiliados del mismo santo guerrero , patrón de la caballería
de los reinos de Aragón, conquistó la ciudad de Valencia; no faltán-
doos el amparo de la Reina de los Angeles, cuando el rey Z). Alón-
so el Batallador se propuso lanzar de Zaragoza á los árabes, lo que
consiguió bien pronto con tan poderoso auxilio , que acrecentó vues-
tro valor.
Consignado está vuestro heroismo en la célebre batalla de Ubcda,
ó sea de las Navas de Tolosa , en donde os acaudilló el Rey D. Pe-
dro II cuando acudió á ella en defensa de Alfonso IX de Castilla
contra el terrible Miramamolin , rey de Marruecos , acción heroica,
5
— Si-
en la que los aragoneses fueron los primeros que tomaron á aquella
ciudad, decidiendo la victoria por las armas de la Cruz. Y no lo que-
dó menos en la gloriosa toma de Granada, último asilo de loe moros,
que fueron arrojados de ella i las abrasadas arenas de África , dó sa-
lieran para tiranizar á España hacia setecientos afios, á donde os llevó
el magnifico Femando el Católico^ rey de Aragón, digno esposo de
aquella insigne Isabel , reina de Castilla , que supo dejar por princi-
pio, según lo dijo el sabio Clemencin , que el alma t el yaloh no
TIENEN SEXO.
Un nuevo mundo se presentó , poco después , en el que se esten-
diese la grandeza española para la que ya no bastaban sos antiguos
dominios , y allí los aragoneses fueron lan grandes , que ayudaron á
los castellanos , sus hermanos , á señalar al sol su curso para que ja-
más dejase de alumbrar el imperio español ; y si Colon logró hallar
la ruta de aquellas innolas regiones, los aragoneses supieron con<^
quistarlas para sus reyei. Solos como reino independiente ó for-
mando parte de la Monarquía española , los aragoneses han acre-
ditado siempre su valor, y han engrandecido en todas épocas sus
blasones, siendo tan temidos por su espada, cuanto amados por
su religiosidad , por su nobleza , por su franqueza , por su tesón
en defender las leyes patrias , y por su fidelidad. Prueba es ine-
quívoca de vuestras virtudes la heroica lucha que, en nuestros
tiempos , sostuvisteis contra los vencedores de Austerlitz y de Jena,
que vinieron á humillar sus soberbias águilas á vuestros pies y á es-
trellar su arrogancia contra el impenetrable muro de vuestro heroís-
mo. Aun resuena el cañón de los célebres sitios de la inmortal Zara-
goza, de la que saliendo la fama, atronando con sus cien trompas los
oidos del coloso del siglo , del capitán mas afortunado , de Napoleón
en fin , que se estremeció á vuestro nombre , llenó de él y de vuestro
valor el mundo todo , dictándosele á la historia , que le escribió en
eternas páginas en el templo de la inmortalidad para que le recuerde
con gloria la posteridad en pro de vuestros hijos.
Perdóneseme si el entusiasmo que me causan las glorias de vues-
tros mayores y la vista de este pais clásico de los héroes , en el que
tuvo su cuna nuestra sonora y bella poesía nacional , me he separado
del objeto principal que debe ocuparnos en este dia, siquiera en gra-
ci'i de mi amor al pais, que aprecio tanto como al mió, y á que ha-
ciendo vuestro elogio , no me separo de hacer el del ínclito Azara,
vuestro ilustre compatriota ; de ese genio que supo retratarse tan per-
fectamente en sus obras, que bien puede decirse de él lo que Za--
chiroli dijo de Hafael al pié de su retrato pintado por él mismo : In
opem me copia fecit.
— 36 —
Habiendo tenido Azara por cuna este hermoso pais , patria céle-
bre de los Trovadores que civilizaron y entusiasmaron á España con
8Q8 nelodiosos y sentidos cantares, y pueblo galante en donde se es-
tablecieron aquellas Cortes de Amor en que tanto lució la hermo-
sura y el talento , para premiar , con pródiga mano , á los aprestos
mantenedores de la gaya ciencia del saber en certámenes tan mag-
níficos como poéticos ; descendiente ilustre de los que tan suntuoso
templo supieron erigir á Applo y á Minerva , y habiendo nacido con
un alma grande y un corazón sensible , no podia menos de ser un
recuerdo lozano y vigoroso de aquellos genios que les recordase en
Duestros tiempos.
Nació />. José Nicolás de Azara el dia 5 de diciembre de 1 730,
en este pueblo de Barbuñales, como si quisiera el cielo remontar su
humilde nombre para que le envidiasen las populosas ciudades, ser pa-
tria de varón tan esclarecido, y concederos un blanon ilustre , por el
que se os recuerde con distinción en la historia de los pueblos. Vos-
otros sabéis que es cierto mi aserto, pues que Azara ha hecho con su
nombre que el de Barbuftales se pronuncie con respeto al recordar que
fué su cuna , y esta nombradla durará tanto como la memoria de
varón tan eminente , es decir , hasta la consumación de los siglos.
La España al nacimiento de Azara disfrutaba de la dulce paz
que, tras muchos años de sangrientas lides, la ganara por fin el ani-
moso Felipe y y cuyo rey supo conquistarse la misma corona que se
le dejara por herencia ; y si bien poco después la muerte de Car-
los lY, Emperador de Alemania y último varón de la casa de Aus-
tria , volvió á poner á la Europa en combustión, no alteró la tranqui-
lidad de España, que habia sentado sobre el trono de Piápoies al in-
fante D. Carlos, hijo de su rey, como si fuese necesario dar á este
príncipe un reino pequeño en aprendizaje, para que supiese regir me-
jor después esta vasta Monarquía, en donde habia de hallar un Azara
que supiese interpretar, con sabiduría, sus grandes concepciones,
secundar sus felices ideas, y ser digno representante de tal Soberano:
Azara nació para Carlos III, y el cielo quiso que tan colosales inteH-
gencias encontrasen en su curso astros refulgentes de clarísima luz
con que poder despejar las tinieblas de la ignorancia, y abrir en ro-
sada aurora una nueva era de ventura , de ilustración y de prosperi-
dad á la trabajada España.
Los virtuosos padres de Azara • hijos también de este afortunado
pueblo , sembraron desde la infancia en su tierno corazón las benéfi-
cas semillas de la religión y de la virtud , y dándole una educación
esmerada y una instrucción adecuada á la gran capacidad que desde
luego se hizo lugar en su mente, prepararon su alma para que pu-
— 36 —
diera producir opimos frutos , cuya madurez no se Ihzo esper» por
largo tiempo.
El gusto que naeió con Azara en lo relativo á las bellas letras y
á las artes , le hizo el arbitro , desde la infancia y de sus condiseípií-
los , que muy luego le consultaron para el buen éxito de sus prodoo*
ciones ; y deseoso de conocer al hombre en todo cuanto á él concier-
ne I se aficionó á la jurísnmdencia , que hizo sa profesión, persuadido
de que con el auxilio poaeroso de tan sublime ciencia, de la que ema-
nan las leyes , origen constante de la prosperidad ó decadencia de los
pueblos y podria U^r , como Uegó ^ á conaegair sa deseo.
Las célebres y nunca bien ponderadas unifersidades de Huesca y
de Salamanca , planteles floridos de donde salieron tantos y tan emi-
nentes sabios que honran hoy el patrio sudo, y que tan eficazmente
han contribuido á formar nuestras glorias nacionales y á la civilixa-
cion é ilustración del mundo; esos dos famosos tempíos de Minerta
fueron el palenque en donde lució Azara sa destreza , en cuya arena
robusteció su privilegiado talento , y en cuya^ palestra tvvo sos prime-
ros triunfos, que dieron tanto que hacer i la fama deade un principio,
que no pudieron menos de llamar la atención de la corte de Castilla,
en donde apareció el nombre de Azara cual el nuncio de nn lominoao
y esnlendente astro.
Jóvenes que me ois , acercaos á Azara en ú principie de sn car-
rera literaria , y le veréis, en los primeros pasos de sn instraccion,
encaminar todos sus cuidados i hacerse digno del aprecio público,
estudiando con constancia para llegar i formar nn jmcio eapaz de ser
un día ütil i sus conciudadanos. Vedle sacudir la pereza enemiga ae-
duclora y peligrosa que condoee á la oeioaidad , madre de los vicios
y hermana de la ignorancia^ y bascar, á faena de eonstanda y de me-
ditación , la espinosa senda que condoee al templo de la sabidoria,
cuyo dificil accedo se logra solo eon la peiaeferancia tm ú estadio,
|>ero que una vea vencidos todos loa obsiácalos, se obtiene por sa
mmiio libre entradla en él, pan alcaoiar desposa oo fa^ar distinguido
en el de la inmortalidad*
l>ye que la fama de Azara Uegó i la cóite de Castilla: empnftaba
en ella el cetro de dos mundos el inasorlal Cailos ID , qoe tras el
virtut>so FRaNiNDO VI, sa aogoslo hermano^ cayo reinado habia sido
de pax , de pn>speritlad y de ventara para los poeUos , hacia poco
regia la moiiarquia ; y eooso tan grande soberano tnvien el precioso
don do saber bascar el mérito, no tanto para premíarleí» en lo qoe
«iemnre fuó pródigo , cuanto nara hacer, por so medio, felices á sos
pueblos , llamó á si al joven Atara , á fin de conocer át cerca en fo
que iHMlia beneficiar sn capacidad* Verse y enleodcise fué lo sufi-
— 37 —
cíente eo tqnellas dos almas privilegiadas , y Azara no tardó en hacer
sonar su nombre por todos los ámbitos de la antigua Mantua , de
Madrid , que empezó á ver en aquel joven un funcionario público
•di^no de la estimación de su rey , y de la consideración pública (1).
El célebre escritor de Economía Política D. Ricardo Wal dirigía
entonces el Ministerio de Estado y ^ colocado en esta dependencia
Azara , supo hacerse merecedor del distinguido destino de rigente
general de España en Roma ^ con que no tardó en agraciarle su
rey ^ encaigo honroso en el que supo elevarse al alto concepto que
de él se tuvo desde que apareció en la escena política.
Si la presencia de Azara en la corte de Castilla agradó tanto por
su figura gallarda y agradable , cuanto por su talento privilegiado y
fioas maneras, cautivó desde luego la atención del Vaticano, ante el
que se presentó con la arrogante gravedad de un español ilustrado
que sabia hermanar á este carácter propio la galantería y finura de
un caballero español y las maneras delicadas de un hábil diplomático.
Saludado Azara por la capital del mundo antiguo y moderno como el
CabaUero par escelencia , dictado con que le bautizó á su vista y
con el que se le conoce aun en su memoria , no tardó en hacerse por
su talento , afabilidad y virtud , el arbitro de los destinos de Roma,
y en ser su casa el emporio de las letras y de las artes , el palacio al
que acudían los reyes á tomar consejo ó á prestar homenaje al saber
y á la virtud , y el benéfico albergue donde los necesitados hallaban
satisfacción y consuelo.
Asi fué en efecto ; los sabios se reunian alrededor de Azara , en
su propia casa , para dilucidar los puntos mas intrincados de las le*
tras y de las ciencias , y los artistas para tomar lecciones en las aca-
demias que presidia con acertada dirección y maestría. £1 grande
José II , Emperador de Alemania , despreciando la opinión de su
amigo el célebre VoUaire , se fué á Roma á pedir consejo al caba-
llero Azara acerca de sus pretendidas reformas eclesiásticas, que supo
detener en su torrente la fuerte razón de vuestro compatriota : Gus-
tavo III de Suecía le fué también á pedir consejo á su propia casa,
(I) £1 oGcial mayor de la Secretaría] de Estado 1^. Joié Agustín de Llano ^
después Marqués de Llano, fué el primero que hizo conocer á Carlos III el méri-
to de Azara, protegiéndole para traerle de ofícial de aquel Ministerio, en donde
inauguró aquella grande amistad, que conservó hasta la muerte, con el ilus-
trado camarista de Castilla después 1). Bernardo Triarte, que sirvió 22 años de
ofícial de la misma , según lo dice el general de los Carmelitas , P. Reyes, elogia-
dor de Azara , en carta desde Valencia de 46 de marzo de 4805 , que conserva
D. Pedro Salva en su preciosa biblioteca.
-3» —
y por él fe gmroo Im sobcnoos de Tesean, 4e Paran y ét Eira-
ríjf y Mo Un mismo§ Pontífices Cleibüts IIV j Pío ¥1, y por
últinM M eata se abrió eooo WeoiAtM hospederia á las ifcuüu ¿s-
lerradas princesas de Frauda Adelaida y VicrauA, y sa bokiib'
fué on ooero coeroo de Amallea qoe derranuó sns tesoros pan socor-
rer é Lüis XVIII y á la aogosU Dwpesa de CMeans LiásA Haua
Adelaida , madre de Luís Felipe último rey de los frmccaes, cnn-
do la re?olocioD les lanzó de so pais.
El cardenal de Beimb, embajador ¿t Frauda en Roma y ele-
gíale poeta , redbió después de su muerte el beneficio de que su
amigo Azara ^ qoe le soconríó también en YÍda en b adtersidad , pu-
blicase so precioso Poema de la Religión , escelenda que también
disfrutó el critico poeta Cash, cuyas obras rieron la luz pública á
costa de tan magnífico Mecenas ; y sobre todo partidpó de su pro-
rerbíal grandeza y generosidad el inmortal pintor de Ustoria D. Aii •
TOHio Rafael Mekgs, del que, y de su familia, fué el protector mas
decidido y y el qoe sopo dar á conocer al mundo la denda de tan es-
célente artista, comentando sos preciosas obras en las suntuosas edi^
ciones que publicó á su costa en España é Italia. Los eruditos li-
teratos fVinkelmanny Geij Daiincourly Marínij Fütonii^ Dir-
cuil 9 y los famosos artistas Pikíer , Canova , Volpalo y Angélica
Kafmann, Cawil^ HamiUan^ Salesaj Carmona y otros muchos ya
españoles ya estrangeros, obluTieron los beneficios de su generostdail
y patriotismo en Roma , en cuya ciudad fué llamado Azara con jus-
ticia el protector magnifico de los literatos y de las artistas y el
cariñoso padre de los pobres j dictado, el primero, con que se honró
también en España el augusto artista infante D. Sebastian Gabsicl
BE BoBBOH, cuya ausencia de nuestro pais lloran las artes españolas,
que tanto deben á su regia y liberal munificencia.
Sopo granjearse de tal modo el aprecio de los romanos y llegó i
ejercer en su ánimo on predominio tal , que llegaron á residir so-
bre 14,000 almas en la plaza de España y su barrio , buscando en
80 palacio una fortaleza y en él un esforzado campeón qoe les de-
fendiese de todo riesgo y les amparase en la necesidad. ¡ Oh, y cuán-
tas reces satisfacieron el hambre multitud de romanos en el palacio
de nuestro Azara ! A él se dirigian demandando un socorro que sa-
bían no habia de negarles su liberalidad ; y cuando los poderosos
temian algo cié la liara ó del capelo , á él acudian para que les rol-
viese á la decaida gracia del poder , ó para que les librase de su eno-
jo 9 seguros de que nadie podia lo que Azara con el Soberano de
Roma y su gobierno. Los sacerdotes y los religiosos le ponían por
mediador coando dirigían al vicario de Cristo sus plegarías , y como
— 59 —
faerm justas , pocas veces dejaban de recibir satisfacción , porque el
sucesor de San Pedro se complacía en manifestar su aprecio apostó-
lico y soberano al caballero Azara ; y lo mismo sucedió al gran Car-
los III que , mirándole como á un amigo querido y predilecto , jamás
desairó sos peticiones, bastando que espusiese para conceder. Por
esta consideración le debieron la grandeza de España algunos roma-
nos j entre ellos el Duque de Nemi y el Príncipe de santa Croce^
y ios literatos , artistas y demás hombres de mérito nacionales y es*
trangeros j las distindones con í|ue les honró el magnifico Carlos III,
y después de él el buen Carlos IV, su sucesor, y las que les dispen-
saron ios Pontífices de su época.
Cuando á tal altura supo elevarse Azara en Roma, ¿qué de es-
trenar tuviese tanto ascendiente con los Pontífices Clemente XIII,
Clemente XIV y Pió VI , que llegó á decirse, con respecto á los dos
últimos , que solo veian por sus ojos y que era necesario ganar el fa-
vor del caballero para congraciarse con ellos ? Si esto decia el pueblo
romano dando pábulo á los émulos de Azara á que criticasen de su
ascendiente, no carecía de algún fundamento , puesto que se le con-
sultaban los asuntos mas difíciles del Estado , se solicitaba su consejo
en las cosas de mayor gravedad, y se le recibía en el Vaticano con la
mayor predilección , tratándole los Pontífices , mas que como á un
agente diplomático, como amigo predilecto, como á un pariente que-
rido. Azara supo realzar el deslino de agente de España en Roma á un
rango que jamás tuviera , acreditando en esto el principio de que los
hombres clan elevación al deslino y no el empleo á los hombres^
cuando estos carecen de las dotes necesarias para ennoblecerle ó man-
tenerle en el rango que se ideó en él, y así fué que aunque la España
estaba representada en Roma por el arzobispo Azpuro^ y después por
el ilustre MoSiNo, conde de Floridablanca , jamás se eclipsó con el
esplendor de estos jefes natos del caballero su nombre venerando y
querido.
Cuando Azara se hallaba en el apogeo de su nombradia ; cuando
disponía de la voluntad de la corte de los Césares , obtenía el mayor
aprecio del vicario de Cristo , y mandaba , por decirlo asi , en el co-
razón de los romanos, uu gran suceso que vino á complicar las dife-
rencias de la curia romana con España y pudo romper las relaciones
y amistad entre ambos gobiernos , hubiera podido esponer la influen-
cia de Azara en Roma; pero como los talentos privilegiados saben
vencer los obstáculos por grandes que sean , supo llenar sus deberes
con el celo que cumplía á su lealtad, sin que por ello disminuyese en
nada el aprecio en que le tenían los romanos : me refiero , señores , á
la célebre estincion de los Jesuítas.
— 40 —
MotiTos que no sabriimos esponer por ignorados en su mayor
parte y que aun sabidos no serian de este lugar, movieron á Car-
los UI) siguiendo el ejemplo de otros Soberanos , á lanzar de Espaffa
y de lodos sus dominios á la Compañía de Jesús , plantel de tantos
santos , hombres ¡lustres y de muchos sabios, y comunidad que había
conquistado á Espafta inmensos terrenos con su unción evangélica y
sus grandes sacrificios , la cual habia llegado á poseer eslraordinarías
riquezas y un gran predominio en la nación. Desde que fueron espul-
sados de España los jesuitas y mandados en tropel sin consideración
á clases ni edades al Papa , empezó entre la Silla de San Pedro y la
corona de Castilla una lucha tenaz , cuyos mantenedores oficiales por
parte de Espafia fueron el arzobispo Azpwro ^ FhridabUmca y
nuestro caballero Azara. Larga y trabajosa fué la lucha , y si bien la
resistió hasta su muerte Clemente XIU , su sucesor no pudo ha-
cer frente á las testas coronadas de la casa de Borbon coligadas con-
tra los jesuitas , aunque llamó al efecto mas asi la razón que la ezi-
gencia si se ha de creer á su historiador, y después de tratar la causa
canónicamente , la Compañía de Jesús vino al fin á ser estinguida de
toda la cristiandad.
Los amigos de los jesuitas culparon á los agentes de Espafia de
haber influido demasiado en la decisión de esta contienda , y afilaron
sus dardos contra ellos llegando á ensañarse con Azara teniéndole
por enemigo de la Compañía. La imputación fué y será siempre gra-
tuita en este concepto, puesto que no existiendo pruebas deque Aza-
ra aborreciese á los jesuitas y antes por el contrario, como diré, ni
habiéndonos él dejado declarado esplicitamente como pensó en su in-
terior en este delicado asunto, el entrar á interpretar el silencio de un
varón grande ya difunto y escudriñar en lo recóndilo de su alma^ es ter-
reno vedado al hombre de buena fé y cuya valla no puede saltarse sin un
fondo de refinada malicia. Azara, como agente de Espafia, tuvo quelle-^
nar los deberes que le impuso su soberano en una misión en la que su
lealtad debia acreditarse con el celo que desplegase en la obediencia,
sin que su empeño decidido en dejar airoso á su Rey y señor pudiese
dar motivos justos para probar en él enemiga contra una asocia-
ción que aunque amase , tenia que ahogar su amor á la vista de su
deber , sacrificio que debe hacer el buen patricio , y el fiel subdito
ante el interés de su pais y soberana que le manda. Empero al paso
que no hay prueba alguna que poder esponer para presentar al caba-
llero como enemigo de los jesuitas , las hay vivas é indestructibles en
sentido contrario por mas que se pretendan ocultar, y estas son la
protección y amparo que prestó , después de la estincion , á los sabios
jesuitas Andrés y Requenoj Clavigeroj Ortízj Eximeno^ y al sa-
— 45 —
nopodia e?¡lar, y demandar de su gobierno salros-conductos para
loa onoa , reprensión para los otros , fuerza y agua para etiiar el sa-
qoeo y apagar ei incendio de las casas de Francia que el fanático
pueblo puaieta en llamas, y evitar que prosiguiese en sus intentos de /
de? aatacioD ! T en fin , oyéraisle predicar la paz á las turbas y obli-
garles á deponer las armas y retirarse al mágico acento de su toz y á
la eootnodente fuerza de sus razones ! Bien merecido tuvo Azara , en
esta oeasion , el pláceme que le dio Pió VI , abrazándole después de
la tormenla ; y las gracias que , en honorisimo documento para él , le
enrid el gobierno retolucionario de Paris , porque á él y solo á él de-
bió el primero la suspensión del desorden , y el segundo las vidas de
sus compatricios en Roma.
Los ejércitos terroristas de la revolución se acercaban de victoria
en victoria á los Estados de la Iglesia, dirigidos por un joven sediento
de gloría , que vencedor en todas partes , llevaba , cual Cesar , la es •
trella de la fortuna delante de si , anunciándole el genio de la guerra
en los tiempos modernos. El nombre de Napoleón Bonaparte reso*
naba ya con espanto en las bóvedas del Vaticano, y el anciano Pon-
tifice 9 sin saber si huir ó si esperar « estaba en la incerlidumbre mas
terrible y lamentable. Desechadas como hemos dicho las proposicio-
nes de mediación que en nombre de Espafla hiciera Azara al Sobe-
rano de Roma , no podia ser mas que un espectador silencioso de
aquel zozobroso estado , porque asi se lo aconsejaba la prudencia y
la dignidad de su ministerio ; pero senlia en su alma que , por babor
sido desatendidos sus consejos , se hallase Roma en tal confusión , y
el Pontífice en situación tan triste como peligrosa.
El temor de mayores males para la Iglesia decide por fin á Pió VI
á demandar gracia de los vencedores, á pesar de los consejos en con-
trario que le daban ; y buscando quien mejor pudiera alcanzar su de-
seo, en vano recuerda otro mas apto, capaz , poderoso y á propósito
que el caballero para tan espinosa como diílcil comisión.
Llamado Azara para ella, la admite en nombre de su Rey des-
pués de dejar bien puesta la dignidad de éste, y con el alma llena de
esperanza y de placer por el bien que va á hacer á Roma , á la reli-
gión del Crucificado y á su Vicario , parte hacia el campo del ene-
migo ansioso de convidarle con la paz. El pueblo romano, apercibido
de la misión de Azara , se agolpa en la plaza de España á las puer-
tas de su palacio , y victoreándole con entusiasmo á su salida , pi-
diéndole les libertase del furor de los franceses , llevó su coche en
volandas y sobre sus hombros hasta las puertas de la ciudad eterna,
prodigándole los nombres de Padre ^ de Camilo y de Libertador.
Considerad , aragoneses ^ vosotros que sois tan sensibles á todo lo
— 43 —
fallar al respeto debido al yicarío de Jesueristo y al sucesor de San
Pedro á quien veneraba como á tai y á quien quería como á amigo
íntimo (IV).
El cansancio en los negocios públicos del conde Grimaldi qoe
sucedió al de Florídablanca en la embajada de'Espafia en Roma^ y
su muerte después , pusieron al caballero Azara en el alto puesto qcfe
merecia, y jamás se yió el Vaticano mas satisfecbode España, niéati
mejor servida , pues que con aquella babilidad diplomática que 8Op0
aprender en el profundo conocimiento que adquirió , con su constante
estudio sobre el corazón humano, y con su larga esperiencia en el tfA-
to de la curia y corte romana ,' pudo ponerse en la ventajosa posición
de servir á su patria en aquel puesto mejor que otro alguno, y de no
desmerecer del aprecio en que como funcionario y como partieolaf le
tuvo la Italia entera.
Si bien es cierto que jamás se vio en Roma embajador con mas
ostentación y que mejor supiese hacer patente la grandeza de sd na-
ción, también lo es que nunca Espafia tuvo tanto poder é influencia
en la ciudad eterna , y que hasta entonces no hubo representante mas
respetado , venerado y querido en un pueblo que mira siempre con
prevención á los estranjeros , por mas buenos recuerdos que puedan
alegar.
Las tareas diplomáticas no consiguieron separarle de sus esta-
dios ni de sus paseos favoritos al Tusculano de Cicerón, en el mo*
nasterio de Basilios de Grotta Ferrata, á pesar de su gravedad y
del mucho tiempo que consumen naturalmente , y mas en una lazon
en que Azara removió multitud de espedientes atrasados de gtande
interés y consecuencia para Espafia que se hallaban detenidos , como
si aguardasen por su medio una feliz terminación. Deseoso de ||ioaeer
tesoros artísticos y de contribuir al progreso de las bellas artes , que
siempre miró con especial predilección , emprendió despnes de otras
muchas cavas en el Viminal^ Traslivere^ Frascati j otros punttfs, el
examen de la antigua quinta de los Pisones, y haciendo acertadas ea-
cavaciones en Tivotij logró volver ala luz porción de preciosos restos
del arte antiguo , que huyendo de la feroz y destructora mano del
hombre de los siglos bárbaros y aun del fanatismo religioso y político
despnes , se escondieran en las entrañas de la tierra para salir un dia
niieron, sin su consentimiento, sns amigos, se bascó con tanta avidez que la
edición primera se acabó en Roma en el mismo día en que se publicó, y de las
hechas en Florencia por los libreros Pisoni y Lucano, se vendieron veinte y seis
mil ejemplares cosa que, como decimos en su vida , prueba su gran popularidad
en Italia.
— 43 —
i publicar 9 cual testigos vivos é irrecusables^ las glorías artísticas y
la grandeza de los griegos y de los romanos (Y). Yiéraisle allí, no-
bles aragoneses j manejar la azada y el pico con esruerzo, y dirigir las
eavaa con destreza , entusiasmándose á la vista de las obras maestras
que la fortuna, deseosa de coronar sus laudables esfuerzos y deseos^
le ofreeia á eada paso ! Yiéraisle admirado á la vista del precioso busto
de Ak^andro el Grande , cuyas facciones , hasta entonces ignora-
daa, él sopo conocer, busto que regaló al gran Napoleón (1), y que
fué el bao que afianzó su amislad , como si quisiera darle á entender
que ¿1 solo era capaz de imitarle y por lo tanto merecedor único de
poseerle!... De aquellas bien dirígidas cavas salieron esos preciosos bus*
tos de los mas famosos filósofos de la antigüedad, que hacen hoy la
principal riqueza del Real Musco de Escultura de Madrid , para glo-
ria del arte y enseñanza de nuestros artistas j puesto que , con una
liberalidad que le honra, legó la colección que tantos sacrificios le cos-
tó á su Rey , para que la dedicase al estudio y perfección de las artes
en su patria. Allí están esos preciosos restos publicando la magnifi-
cencia y liberalidad de Azara, cuyo patriotismo es un proverbio para
todo espafiol^ y aun para el mundo entero.
Veinte y un años llevaba el buen Pió YI rigiendo la nave del Pes-
cador ^ y otros tantos que la santa amistad le tenia unido al caballero
Azara , cuando una espantosa nube política , formada de los vapores
exhalados por la filosofía del siglo XYIII, lanzó un trueno terrible que
conmovió el mundo todo y que trastornó la sociedad. Rompiéronse
los diques del antiguo orden , y desbordándose las ideas modernas de
suyo desorganizadoras, llevaron tras de sí el espanto y la destrucción.
La Francia, esa nación poderosa que tanto pesa, desde muy anti-
guo^ en la balanza europea que cuando se mueve rompe el equilibrio
social , y de la que hoy mismo pende tal vez la suerte del mundo ; ese
pais, revolucionario por escelencia, empezó por derribar su monarquía
con la cabeza de su Rey y terminó por abolir las creencias veneran-
das del cristianismo , arrastrando sus torrentes de sangre todo lo an^
tiguo por santo y sublime que fuese. Tan espantosa catástrofe , que
asustó al mundo entero, no pudo menos de conmover la Silla de San
Pedro , cuyo virtuoso poseedor al llorar por el estravio de la porción
mas querida de sus ovejas por sus piadosos antecedentes^ calculó la
ruina de la religión , pronosticando el lamentable fin de su persona
al anatematizar la revolución.
En esta ocasión es donde quisiera yo poderos pintar con sus vi-
(1) Este famoso busto recuerda al caballero Azara en el Museo de París en
donde se halla.
— 48 —
bellas estampas, se arrebataba de las manos de los artistas que le c^e*
cutaban, pues iodos queriau poseer la efigie de su salfador, del liber-
tador de Koma. El proyecto de un bello monumeato erigido por d
célebre escultor Canava en nombre de los artistas ^ fué grabado y
repartido con profusión en honor de Azara (i); y como se bailase
fuera de Koma , se le disponia una entrada triunfal , para la que d
público entusiasmo imaginaba mil locuras, acordando hacerle uo sun-
tuoso arco de cuyo proyecto , que se conserva en el museo de esta
casa , se encargó el famoso arquitecto Jasé Baladier (VI),
Grande y estraordinario fué el regocijo y el honor que se dispensó
al caballero ; y esto mismo fué lo que encendió la ira de sus émulos
para calumniarle y procurar que el inconstante pueblo volviese sus ti-
ros contra el ídolo que acabara de incensar.
Las condiciones del armisticio hablan sido ciertamente duras para
Roma , pero siempre mucho mas beneficiosas que las impuestas por
el Directorio y que las que creyó el mismo Pontífice, y solo de
aquella manera pudo detenerse al vencedor á las puertas de una eiii*
dad indefensa , y salvar á la religión de una inevitable catástrofe eo la
corta de su imperio. Sabíanlo muy bien esto el Papa y su gobierno,
pero repuesto éste de su espanto, y viendo ya lejano el peligro, quiso
eludir las consecuencias del armisticio y , como medio mas á propó*
sito, autorizó en cierto modo el descrédito de Azara buscado con ahin-
co por sus émulos.
Las exigencias del Directorio por un lado, y, mas que todo, la poca
política de k>s cardenales consejeros del Papa , hizo que se rompiese
el armisticio , y rotas las hostilidades en las que venció INapoleon sm
pelear i pesar de las alharacas de los romanos , se hizo al fin la pm
en Tolentino , en la que si no tuvo parte el caballero , se afirmó el
armisticio que habia logrado en Bolonia , declarando Piapolcon en sus
cartas , que si los romanos siguieran los consejos de Azara no e/e
verían en tales aprietos , y pidiendo á éste que por bien de la pa;^
volviese á Roma á enseñar á los romanos lo que no sabian.
Viendo d caballero próxima otra tormenta , corrió á Roma para
impedirla con su poderosa mano, y haciendo seguirle á José Napo-
UON , después rey intruso de España , que habia sido nombrado e«i^
bajador del Directorio en Roma , hizo conocer al gobierno romano
que el león español, que por nada ni por nadie se arredra, sabe hacer
cumplir los compromisos al que los pactó con su mediación , y el ar-
misticio empezó á cumplirse en todas sus partes. Mas la tormenta no
hizo sino retroceder para volver con mas fuerza , y á pesar del firme
(i) Véase su dibujo á la pág. 311 dol tomo i.® de nuestra vida de Azara.
49-
arabilidad y tolerancia del em-
i(io por los república-
carácter del mediador español,
bajaiior José , las costts se dispusieron ¿
nos romanos por un lado, y por los fandticos papistas de otro, que al
fin eütallú la tempestad sobre la desgraciada Roma.
Enconado el pueblo contra los franceses y los republicanos, á los
que i pesar de las instancias de Azara no quiso ó no pudo reprimir el
}¡obierno, se desbordó cual torrente mal comprimido, y tomando parte
con «i algunas partidas de las tropas del Pontífice, les atacan hasta
dentro del palacio del embajador de Francia, muriendo en la refriega
Duflot, jefe francés, prósimo á casarse con la cuñada de José na-
poleón.
En este día y noche fatal , barbuñalenses , fué en la que , mejor
que en tiempo alguno, manifestó el denodado Azara que babia nacido
en Aragón, y que como tal era valiente y arrojado en el peligro , en
el que le daba alas y acrecentaba su heroísmo el deseo que le ani-
maba de librar i Roma otra vez , á pesar de su ingratitud, y de evi-
tar víctimas aun cuando para conseguirlo tuviera que serlo él. Vie-
rais su carroza, guiada por españoles tan bravos como él, recorrer los
puntos en que mas vivo era el fuego , pues que las tropas pontificias
tiraban arbitrariamente desde sus cuarteles y destacamentos á cuanto
pasaba por las calles; viéraisle luego que, con grave riesgo de su per-
sona , llegó al palacio de Francia , trepar 'por cima de los cadáveres
hacinados en el zaguán y escaleras para ganar la habitación del em-
bajador y de su inconsolable y asustada famíbal Allí entre las recon-
vcncioues de José, que babia entrado en Roma bajo su salvaguardia,
lus lloros de su cuñada, que demandaba su prometido asesinado por
su loca temeridad , tas instancias de madama Bonaparte para obligar
Á su marido á salir de Roma , y las instigaciones de todos los france-
ses y jefes republicanos romanos que le pedían les salvase ; viéraisle,
repito, hermanando la afabilidad cortesana á ta energía diplomática,
la dulzura de la amistad á la réplica para combatir al error, conso-
lar á unos, imponer silencio á otros, prometer á todos, defender al
Papa, y lograr, en Gu, por la irresistible fuerza de su elocuencia , y
por el juego certero de los recursos de su privilegiado talento , resta-
blecer la conlianza y la calma en aquella Rabel , y entrar en razona-
ble conferencia.
L« ofensa hecha á la República francesa era sin duda grande , lo
confiesa Azara ; pero asegura la inculpabilidad del Papa, y aun la de
Ku gobierno, que prueba solo había pecado por imprevisión; y que-
dando convenido con el embajador, á quien promete seguridad en
nombre del gobierno y en que PÍo VI casligaria lus desmanes come-
7
— 50 —
tiilos y tiaria á la Francia la mas ciimjilida satisfacción, parte como
p\ rayo al Vaticano , atravesando con su carruaje nuevos peligros por
entre miiltitiid de balas, y allí afea i los cardenales y magnates go~
beraantes su poca energía para salvar á Roma de su ruina; les obliga
i tomar medidas políticas de represión, y, Mesías político, libra
también á los judíos del Gueto de Boma del saqueo y de la muerte
cierta que les deparaba la descnTrenada turba rumana.
Las salvadoras medidas aconsejadas por Azara y ordenadas por el
Papa vuelven la tranquilidad á la ciudad eterua ; pero el daño ya es-
taba hecho, y la desgraciada suerte del Pontífice, consentida en los
altos designios de Dios, quedó inaugurada en aquella noche fatal.
Olvidando el embajador francés, que cpdio á los ruegos de su es-
posa, la palabra que diera á Azara, salió precipitadamente de Roma
en la misma noche con toda su familia, franceses y revoltosos que pu-
dieron seguirle , sin que el caballero pudiera evitarlo , dejándole en-
cargada, por medio de una carta, su casa y los intereses de la Francia.
Contristado Azara con tan terrible suceso, acude primero i librar
de la muerte á los franceses refugiados en su palacio dándoles salvos-
conductos y carruajes; enlierra decorosamente el cadáver del jefe
DuDot y pone á buen recaudo los intereses de la República y de su
ministro , todo lo cual le valió bien otro honrosa documento de gra-
cias que le mandó el Directorio , apellidándole el grande, el humano
defensor de los franceses perseguidos en Roma.
Concebir podréis fácilmente, nobles aragoneses, el profundo sen-
timiento de vuestro compatriota al presentir la gran tormenta que
amenazaba á su querida Roma ! Recordársele debía los lamentables
tiempos de Atila y de los bárbaros , y temer podía semejanles de-
sastres !
No se hicieron esperar mucho sus vaticinios ; la Francia revolu-
cionaria, indignada por el liilimo suceso, juró en su loco frenesí echar
i rodar la Silla de San Pedro, destruir el gobierno clerical de Roma
y sacar todas sus bellezas para enriquecerse á su costa.
Advertidos del peligro los romanos, guiados de mas patriotismo
que conocimiento de su poder, y sugeridos por los agentes del Aus-
tria y de ¡Ñapóles , que buscaban en ellos un antemural para detener
en sus conquistas al enemigo, soñaron mil locuras para su defensa,
locuras que se confirmaron de tales cuando ae aproximaron los ejérci-
tos de la República, ante los que huyeron sin haber peleado. Los ro-
manos de aquellos tiempos no oran los de Pompeyo ni de César; la
molicie les habia afeminado, y no podían menos de portarse de di-
verso modo que sus gloriosos antepasados: no eran españoles, no
erau aragoneses, para los que el tiempo no hace otra cosa que au-
— 51 —
menlar noeva fuena^ imevo brío, eon el querencer ó morir en la
demanda ruando alguo pueblo , por grande que sea , preteude ultra-
jarlos : pocos años después disteis á los mismos franceses esta severa
lección.
Perdido todo en Roma, no quedaba mas que un áncora de salva-
ción para que loa males disminuyesen algún tanto ; este era la ilustre
persona de Aaaia... Pero ¿cómo volverla á llamar en su socorro cuan-
do tan ingratamente se habian pagado sus anteriores beneficios? Asi
lo comprende el gobierno del Papa y el mismo pueblo que se horro -
riía á la proximidad del ejército invasor ; mas Pío VI , que conoce á
fondo el alma grande y el corazón sensible de su amigo , le llama,
implora su auxilio, y no se engañó en confiar en él por tercera ó cuar-
ta vez la salvación de Roma. ]No es dado al caballero, por las circuns-
tancias, esta vez el hacer retroceder á los ejércitos de la República,
ni puede tampoco mediar en nombre del Rey de España que, ofen-
dido por la rotura de los pactos anteriores , tenia dadas órdenes para
evitar nuevos desaires; y saliendo al campo enemigo , solo como par-
ticular, impetra el favor y la amistad del general Berthieb, que man-
daba los ejércitos en nombre de la República, y con la persuasión lo-
gra por fin que la entrada de los franceses en Roma no sea ruidosa ni
con sangre, ni perjudique á la dignidad sacerdotal y soberana del
Pontífice.
Todo se verificó en un principio á satisfacción de Azara , por lo
que recibió los plácemes y bendiciones del Papa , del gobierno y del
pueblo entero; pero teniendo Dios decretado en sus altos juicios el mar-
tirio de Pío VI y el castigar á Roma de sus estravios, pocos dias des-
pues, por instancia de los romanos descontentos, el gobierno pontifi-
cio fué sustituido por el republicano , y conducido el Papa prisionero
fuera de Roma, varió el aspecto político enteramente en la ciudad de
los Césares , cual si Bruto se hubiera apoderado de ella y tratase de
vengarse de sus enemigos.
Ko pudieodo Azara evitarla catástrofe , abandonó para siempre
su querida Roma con el fin de seguir al Papa, desconociendo, como
debía hacerlo , al gobierno republicano no sin haberle hecho anies
respetar el pabellón español.
Cómo podré pintaros , sensibles aragoneses , la tiemísima escena
que tuvo lugar en Siena entre el decrépito Pío VI , que se hallaba
oreso en el convento de los Agustinos y su amigo Azara , que era el
irimero que corría á consolarle en su aflicción? Aquellas dos almas
lie se entendían con solo verse, se llenaron de satisfacción y de con-
lelo cuando , abrazados estrechamente , sintieron latir sus corazones
un mismo tiempo. Allí fué donde el paciente Pontífice confesó al
i i
I
I
I
— 52 —
caballero sa error político en haberse separado de sos sabios consejos,
causa muy principal de sus males , y allí donde unida la satisraccion
mas decorosa á la amistad 9 y el dolor causado por los sucesos al pla-
cer de verse , pudieron, dos tan célebres personages, elevar sus almas
al Criador para implorar su misericordia en auxilio de la Iglesia y de
los pueblos. La sagaz previsión del caballero Uegé basta asegurar la
paz futura de la Iglesia , persuadiendo al caduco Papa la bula por la
3ue fué mas fácil la elección de su sucesor en aquella desbordacioa
e las ideas : bula de la cual se encargó Azara. ¡ Caántas diligencias
no practicó este celoso católico para recoger las firmas de los carde-
nales distribuidos y escondidos por toda la Italia! Al fin logró su de-
signio , y mucho le debió la Iglesia en la canónica elevación al sóUo
pontificio de Pió YU*
Despidióse por fin Azara del virtuoso y desgraciado Pío YI basta
la eternidad, y las lágrimas que salieron de sus ojos regaron ya loa
cipreses que no tardaron en adornar la tumba , en Yaiencia del Del-
finado donde le arrastraron sus enemigos á pesar de los ruegos del
caballero y de un pastor escogido por Dios , por victima espiatoria y
santa de los pecados de sus ovejas : la corona del martirio y de la
gloria se ostenta sobre su urna cineraria, y la fama publicará sus vir-
tudes á las venideras generaciones, así como la amistad de Azara, qoe
traspasó el sepulcro logrando que su cadáver fuera al fin , á su mego
y el del famoso Talley rand , á depositarse al panteón de sus prede -
cesores.
Los destinos de España dirigidos por el favoritismo de 2>. JBii-
nu$l Godoy , Príncipe de la Paz , sufrieron una variación en so go-
bierno , y necesitándose un hombre fuerte y enérgico , á la par qne
profundo político , que representase al león de Castilla ante el sober-
bio Directorio francés , no se halló otro mas capaz que el caballero,
y Carlos lY le nombró su embajador en París.
El glorioso nombre de Azara sonaba tan bien en la capital de
Francia por los beneficios hechos en Roma á los franceses, que la
noticia de su llegada fué una verdadera satisfacción y alegría pública.
El ministro TaUeyrandy alma de aquel gobierno , sale á su encuen-
tro , y las personas mas notables de París se hacen un deber en irle á
saludar , buscándosele con ahinco por la multitud para tener el gusto
de conocerle. El Directorio « altanero con todos los representantes ea-
trangeros, se complace en obsequiar al caballero recibiéndole en una
audiencia destinada únicamente á este acto , y en ella le manifestó el
aprecio que hacia la Francia de su persona y de la nación que tanto
acierto había tenido en su nombramiento. Si Azara perdió el teatro
de Roma en el que tanto lució su privilegiado talento , en el de Pa-
m^asa^
-53 -
ri8 encontró una Tasta escena en donde estenderee y dar todo el vnelo
necesario á su rica imaginación y profundo saber, para asegurar y aun
aumentar loa merecidos laureles de su corona de gloría.
rio es ya soto la tranquilidad y la salud de un pueblo la que salva
allí ; es la de toda una gran nación , y la de su misma patria , pues
que aconsejando sabiamente al Directorio , destruye los clubs revolu-
cionarios que trastornaban el orden público y amenazaban incendiar,
con el fuego de la revolución, á £spaña y á la Europa entera que no
puede menos de bendecir al móvil de tan salvadora medida. Mirando
por los intereses de su pais, que estribaban en las finanzas de Francia,
salva el crédito de las dos naciones por uno de aquellos felices golpes
de imaginación y de talento que solo se asoman á la mente de los hom-
bres que saben aprovecharse de ellos. Yiéraisie ser el protector de los
demás diplomáticos insultados por el Directorio y de los que gemían
bajo su atroz despotismo, y constituirse el padre, no solo de los es-
pañoles pensionados y demás que vivían en París , si que también de
ios emigrados de todas las categorías á muchos de los cuales alcanza
gracia. El gobierno fía tanto de su talento , desde que en un día de
peligro le salvó Azara de un naufragio que hubiera sido terrible para
la Francia , que poniendo entera confianza en su probidad y talento,
manda sus mejores oficiales de marina, bajo sus órdenes, á su propia
casa , para que dispusiese la combinación de la escuadra española y
francesa unidas en Brest en la guerra contra Inglaterra.
Los generales franceses que se coligan entre si para derribar al
Directorio y dar á la Francia un gobierno pacifico y racional , le fian
sus proyectos , le demandan consejo sin temor de que les falte al se-
creto, y luego que les hace ver el éxito que pueden tener sus planes,
se someten á sus prudentes reflexiones. Los hteratos y los artistas no
solo le consultan sus obras como en Roma , si que también le pro-
claman su Mecenas, creyendo su protección la mas poderosa que pu-
dieran desear. La liberalidad de Azara se estiende á todas partes , y
Paris entero , que pronuncia su nombre con entusiasmo , le apellida
el liberal y magnífico. Y en fin^ el mismo Napoleón que, deseoso de
remediar los males de su patria abandona las Pirámides de Egipto
que supo conquistar con su espada, llegó de improviso á Paris cuan-
do todos le creian muerto ó vencido , le descubre sus grandes desig-
nios , y recibe de él los saludables consejos , á favor de los cuales tal
vez , y de su arrojo y valor , salvó la Francia de sus verdugos, y le
puso en estado de ser el arbitro de ella, y el ídolo de los franceses.
Jamás español alguno en el puesto de Azara hizo representar á
su nación mas grande papel en Francia ; pero esta escelencia que
hubiera divinizado á otro en los tiempos en que se premiaba el
~ 54 —
talento y la virtud , fué lo mñmo qoe causó la primera desgfaeia po-
lilica del caballero para con su Key y su gobierno^
Los émulos cortesanos no pudieron ver sin celos la estrella de
Azara tan refulgente , y pusieron empeño en eclipsarla. No era fácil
á la envidia apagar un fuego encendiao por el cielo y que faabia de
ser mas duradero que el de las Vestales , pues que aun alumbra eu
todo su esplendor y sus rayos no son estinguibles; pero si logró
amortiguar el amor en el corazón de Carlos IV que, mas sensible
3ue debiera á los arteros amafios de la intrigante adulación, decretó,
espues de muchos embates , su destitución al finalizar el siglo pa-
sado.
r(oticia de tanto bulto alarmó á la Francia entera y al Directorio
que puso empeño en sostener al hombre amado y virtuoso que tanto
respetaba ; pero apesar de las reiteradas instandas del Directorio, que
quiso mandar á uno de sus mismos miembros á Madrid para disuadir
á Carlos IV hasta con la amenaza de la guerra , y no obstante las
protestas y promesas del mismo Napoleón , que declaraba no haber
en España quien fuese capaz de sustituirle, Azara, subdito fiel y es-
pañol leal , cerró los oidos á todo menos á su deber, y luego que ob-
tuvo con súplicas la admisión de su sucesor, salió precipitadamente
de París temiendo ser detenido , viniendo á traer sus glorias á la cara
patria para enriqueceros con ellas.
Al llegar á este punto no puedo menos de esclamar con el grande
y fecundo Virgilio :
Salve magna parens frugum ,
Azara tellus magna virum.
Salud, grande Azara, la patria agradecida á tus beneficios saluda
hoy á tu ilustre memoria , como saludara aquel día á tu persona con
la sien orlada de laurel radiante y precioso. Barcelona le recibió como
á un héroe después del triunfo , pues que si bien faltó lo ostentoso de
las esterioridades públicas , todos corrieron á admirar el encanto de
su voz y á manifestarle su amor , que es la ovación verdadera y la
mas hsonjera para un alma grande. El palacio del obispo D. Pabto
Sichar^ su ilustrado sobrino , no bastaba á contener la multitud de
personas que acudió á felicitarte por su regreso á la madre patria , no
quedando ninguna notable , ya del gobierno , ya del pueblo , que no
fuese á rendir homenaje á aquel esclarecido compatriota.
La satisfacción de verse querido y obsequiado de sus compatrio-
tas , no le tuvo un instante olvidado de la amistad ni del infortunio,
y corrió presuroso al pueblecito de Sarria á ofrecer sus respetos á la
— 55 —
¥Írtiiosa princesa rli; Francia madajna Luisa María jádelaida, viuiia
del desgraciado Duque de Orleans y madre del último Rey de los
franceses Luis Felipe. /, (]ue le recibió como i un prolector hcnéficn
y magnánimo: la historia nos dice los grandes servicios que prestó á
aquella Princesa en Francia y en España, y la casa de Orleans,
enlazada hoy con la de liorlion reinante en España, no podrá menos
de conservar siempre á Azara un recuento de gratitud.
JNobie pueblo de Barbuñales, ilustre cuna de los Lahorda, fon-
filias. Lobera^ Conlilias , y íM mas cumplido cal)allero aragonés
de los tiempos moderóos, tú viste lleno de magestad y grandeza á tu
bijo volver á los patrios lares y le rodeaste para gloriarte y envane-
certe de haberle producido. Vosotros , ancianos respetables , podéis
ntcordar su claro ingenio , su sereno continente, y uquella interesante
figura, cuyo aopecto noble revelaba á primera vista la magnitud de su
alma y el privilegiado talento con que el Todopoderoso fecundara su
mente. Pintársete á vuestros hijos tal y cual le visteis, grande y ma-
gestuoso, aTable y enérgico, próvido y liberal, amante de sus com-
patriotas, y ostentoso sin vanidad; vosotros podréis mejor que yo dar
una idea de su agraciada persona, de sus linas maneras, y del en-
canto y elocuencia irresistible de su mágica voz. Recordad á vuestros
hijos, cuando rodeado de sus virtuosos hermanos y de sus nobles pa-
rit-ntes, daba gracias al cielo en este templo que saludó su nacimiento,
y que le aco;;ió después en su muerte para conservar sus cenizas cual
neo tesoro, pidiendo a Dios por el bien y prosperidad de la patria, y
por vuestra salud y ventura. No les ocultéis cuando con la podadera
en la mano, á guisa de entendido labrador, os daba ejemplo de la-
Imríosidad ea ese mismo antiguo y magnifico olivar que cerca su casa;
asi como sus sabios consejos agrónomos, morales y religiosos, y los
tieneScios que con pródiga mano, y poco común liberalidad, derramó
suhre los pobres, y el consueto que dio á los allígidos: decidles todo
esto á vuestros hijos , ancianos de Bartiuíiales , y cuando paséis con
vuestros tiernos iiietecillos por esla iluNlrc casa de tantos gloriosos re-
cuerdos por los virtuosos varones que ha producido, hacedles levantar
la vista liácia ese monumento en que se ven delineadas sus facciones
y recordados algunos de sus grandes hechos , y contarles la historia
para (¡ue , estimulados por su ejemplo, se envanezcan de haber tenido
tan ilustre compatriota, y enseñen á sus hijos á imitar sus virtudes,
que fueron caus» principal de su elevación y celebridad.
Si el imperio de la maldad es por desgracia duradero , siempre se
halla combatido por la divina Justicia , y viene al Gn á estrellarse cu
sus mismos maquiavélicos planes. Los triunfantes enemigos de Azara no
pudieron sostenerse muchos meses en el puesto que escalaran con sus
\i:
— 56 —
intrigas en el fa?or de sa Rey , y preeipitándose por si misinos , la
verdad rompió las cadenas con que la sujetaran , y presentó al caba-
llero Azara aun mas grande que antes. Carlos lY conoció á tiempo
su error (1), y llamando al caballero para confiar las riendas del Es*
tado á su sabia dirección , vosotros le visteis regresar á los honores,
sin orgullo, y si con la firme voluntad de servir fielmente á su patria.
£1 viaje del caballero á la corte fué en esta época una verdadera
ovación pública ; Zaragoza se distinguió en obsequios , y su entrada
en Madrid , fué mas bien la de un príncipe querido que la de un par-
ticular. Los ilustres duques de Osuna y otra porción de grandes y
personajes se le disputan con el privado Godoy que quiere alojarle
en su propia casa ; pero el humilde tugurio del virtuoso Iríarle , su
buen amigo, es preferido á los mas ricos palacios. El embajador de
Francia Luciano Boiuiparle preside al cuerpo diplomático que se
apresura á felicitarle , y no hubo corporación literaria y artística , ni
persona notable , que no se hiciese un deber en seguir tal ejemplo.
Presentado á los Reyes por Godoy, Carlos iP" le tendió la mano
mas de amigo que de soberano , y la Reina María Luisa le saludó
con los mas honrosos dictados. El alma grande de Azara, qne no eo-
nocia el rencor ni la envidia , suplicó á sus Reyes por sus enemigos
cuando so los recordaron para satisfacer su amor propio ofendido y ,
lejos de envanecerse con su desgracia , le merecieron indulgencia y
perdón.
Sabido es el empefio de los Reyes y de Godoy en que se hiciese
cargo del ministerio de Estado; pero también lo es que lo rehusó pri-
mero con escusas y después con enérgica decorosa resolución , cuya
modestia respetaron los soberanos , rogándole admitiese otra vez la
embajada de Francia lo que hizo por obedecer y en la persuasión
de que solo él podia entenderse, en aquellas circunstancias , con Na-
I^oleon , que dominaba ya á la Francia como primer cónsul de su
Icpiiblica.
JNo quiso Carlos lY separarse tan pronto de Azara que no le
hiciese acompañarle á Aranjuez , en cuyo Real Sitio le alojó en su
palacio el Principe de la Paz, y alli fué donde, deseando honrarle, le
condecoró , en capítulo celebrado en su propio cuarto , con la gran
banda de Carlos III^ mereciendo la honra de que el mismo Rey se
la pusiese , de que la Reina María Luisa le cosiese por su mano la
presilla , y de que el Principe de la Paz le ciñese la espada.
(I) El mmarisla de Oístilla I). Bernardo Iriarie fué el que probó al Rey y á
KU fávorílo la intriga de los enemigos de Azara , como se vé en sus cartas origi-
nales en la biblioteca Salva en Valencia.
9"
— 67 —
Cuantos asantos graves se presentaron en aquella sazón al Real
desfMicho , otros tantos fueron consultados á vuestro compatriota por
el prÍTido, por Garlos lY y aun por los Ministros antes de ponerlos
en ejecución porque todos fiaban de su superior talento y práctica en
la intrincada ciencia de gobierno.
La Reina Mana Luisa le consultaba en sus asuntos de familia> y
asi ea que se halló instruido en cuanto concemia á los Infantes, Reyes
de Etruria, sus hijos y demás Principes de la sangre; y como acae-
ciese una indisposición á aquella Soberana, por la que tuvo que gust*
dar cama , rogó al caballero fuese los mas ratos posibles á baíceria
compañía por el gusto ^ decia, que tenia en disfrutar de su elo-
cueneia y amena conversación.
La salida de Azara de Madrid fué un gran sentimiento para todos
BUS numerosos amigos que , como si presintiesen no hablan de vol^-
verle á ver, le abrazaron con trasporte y efusión de placer y de pena.
Mo hubo pueblo notable desde Aladrid á París en donde no ha-
llase Azara inequívocas pruebas del aprecio en que le tenían sus con-
ciudadanos y después los franceses, siendo su entrada en Paris,acom-
panado del famoso ministro Talleyrand que salió á recibirle á algu-
nas millas, una entrada que, aunque ignorada, pudo llamarse triun-
fal , paesto que en la primera hora se divulgó la noticia por toda la
capital, la casa de Talleyrand, en donde hizo alto desde luego, y
la embajada de España después , se llenaron de numerosos amigos y
apasionados , y de ciudadanos que llegaron hasta victorearle.
Obsequio tan general no pudo menos de satisfacer el amor pro-
pio del caballero, máxime luego que hallándose en los brazos de
Napoleón , le manifestó éste con el mayor carino cuánto le deseaba á
su lado , y cuando presentándole á sus colegas de consolado , Cam-
baceres y Lebrun^ les dijo con entusiasmo: hé aquí el hombre
grande de España , recibidle como d un virtuoso y buen amigo
de vuestro compañero.
Mucho tendría que estender mi discurso si hubiera de contaros
minuciosamente todos los hechos de Azara en esta segunda estancia
en la capital de Francia , en la que fué su palacio un liceo protector
de artistas y literatos , una hospedería benéfica y una verdadera corte
á la que acudían , en respeto de homenaje , todas las personas nota-
bles de Francia y del estranjero que residían ó pasaban por París (1).
(I) Componíase la tertulia de la casa de Azara en París de las personas de sa-
ber y posición mas eminente de Francia y del estrangero, viéndose también
muchos ilustrados españoles, entre los que se contaron en distintas ocasiones los
8
— 58 —
Empero como no pueila detenerme tanto en este ligero bosquejo, eoIo
os dii^ por de pronto, remitiéndoos á la historia que ture el honor de
escribir con mas Té que acierto , que su propia casa sirvió de regio y
magnífico hospedaje á los Reyes de Etniría D. Luís y doña Maña
Luisa, hijos de Carlos IV, en su estancia en París, cuando Tueron á
tomar posesión de su nuevo reino, debido en mucha parte Á los es-
fuerzos y cuidados de Azara , sin que la estancia de un mes en aque-
lla capital costase nada á España, pues que él acudió á todo con su
natural magnificencia á pesar de la numerosa comitiva que consigo
llevaban los Príncipes.
Los grandes beneficios que se siembran pocas veces dejan de pro-
ducir rica cosecha en la tierra, teniéndola siempre pingüe en el cielo:
el Duque de Parma D. Fernando, desposeído de su Estado por los
tratados que favorecieron la nueva monarquía de su hijo el Rey de
Etruría, le debía el que le siguiese disfrutando de por vida al celo y
talento de Azara, que supo obligar en su favor á?Japoleon,á pesar del
empeño que tuvo en lanzaríe de él , y este importantísimo servicio no
podía quedar sin recompensa : en efecto á la gratitud de este Sobe-
rano debió vuestro compatríola el Marquesado de Nibhiano que hoy
se baila vinculado en su virtuosa famUía, feudo que recibió, mas que
por voluntad propia, por mandato de su Rey con satisfacción de Es-
paña, y que obligó mas á Bouapartc en favor del Duqrie Soberano.
¿Qué hombre menos fuerte y sabio que Azara podría haber des-
pachado á un tiempo seis embajadas de tres distintos Soberanos, en
dos ciarles diferentes, y dar cumplida satisfacción á lodos y á las dos
^^^^^ cortes ante quien les representaba? Pocos ciertamente hubieran po-
^^^^L dido llenar este estremo, y asi es, que diplomático alguno sabe-
^^^^H mos se baya hallado en este caso. Azara fué, pues, doble embajador
^^^^^ de España cerca de Napoleón, ya como prímer Cónsul de la Repii-
^f blica francesa , ya como presidente de la llábana , y lo filé de igual
H modo y á las mismas cortes, del Rey de Etruría y del Duque de
^k^^^ Parma, teniendo de los tres Soberanos poderes generales y casi ab-
^^^^1 solutos para todo: fuélo también un tiempo de Portugal, única negó-
r
célebrcsD. &(3rianoGoDialezdeSepi]iIve<!3, grabador pcDsjoDstlo en París que
lia muerto hace pocos aúoá de diicctor de nuestras casas de moneda. D. Isidoro
Uaiqoez , bonor de la escena española ; el célebre escultor e^afiol D. José AWa -
reí. padre del dislin^uido arquitecto D. Aníbal; el famoso D. Domingo Badía,
conocido por el Principe turco Álí Bpj el Abasí; el erudito artista D. José Madrü-
to, director actual do la Academia de San Fernando, f padre de cscelentes artis-
tas y de dislingoidos Hiéralos que son hoy gloria del pais ; D. Pedro Nalacuera.
director de máquinas para las casas de moDCtda, cuyo virtuoso y entcadidn hijo
D. Santiago sigue hoy en ignal destiuo.
— 59 —
cúcion que do salió bien por no haber querido seguir los gobier-
nos de Portugal y de España enteramenle sus buenos consejos.
Y ¿cómo JejareiDos de recordar que por su destreja y privilegia-
do tacto diplomático, libró á España de pagar muchos millones con-
tratados coa intrigantes de mala ley por su antecesor , para soste-
ner al duque de Parma en su estado, cosa que él logró &in que su ne-
gociación costase d España un solo real? Viéraisle en este negocio,
(le suyo espinosa, resbaladizo y delicado, por los altos personajes
que habian mediaiío en él, sorprender el secreto de la conspiración
tramada contra el Erario español, confundir á los agentes mas eleva-
dos y falsear el plan llevándole á un Gn benelicioso á nuestro crédito.
Oyéraisle tratar el asunto con Napoleón, que llegó á sospechar el
amaño , descubrírsele y poner á cubierto , no obstante su empeño en
saberlo, los autores y cómplices de la trama, temiendo mayores ma-
les y ningún remedio por lo perdido sí los denunciaba!... La con-
ducta de Azara en este negocio fué todo lo noble , todo lo político y
todo lo patriótico que podía ser en tal negocio y en t^les circunstan-
cias, pues que al paso que hizo un importante servicio á su patria y
A su Key, supo evitar un escándalo público que hubiera redundado al
ña en perjuicio de España, si se hubiese castigado por Napoleón á
los culpables.
£1 hombre que habia sido ei defensor mas decidido de la paz de
los pueblos, la que siempre predicó á los Ueyes, el que espuso hasta
su vida muchas veces por conseguirla, y el que, después de haber
dirigida la enérgica protesta que bízo todo el cuerpo diplomático eu-
ropeo por et horrible asesinato de los embajadores franceses al con-
greso de ñasladty y escribió el célebre proyecto para la pacificación
general de Europa; este grande hombre, repito, que llevaba siempre
en BU mano ta pacífera oliva ante la que cedió la espada de la pode-
rosa Palas victoriosa en cíen batallas, no podía dejar de ser conside-
rado cuando se trató entre Francia é Inglaterra de ceder cd sus dife-
rencias para dar la paz al muado, conmovido largos año^ bahía por
sos armas. En efecto, abiertos los preliminares de la célebre Paz de
Amiens, á pesar de lo que trabajó en contrario la envidia cortesana
con Carlos lY , Azara fué el encargado por España para asistir al
congreso en que se había de contratar la paz general, y lo fué con los
poderes mas amplios que para negociación tan importante podían
darse.
Deciros su recibimiento en Amiens serta quereros pintar un cua-
dro muy difícil de bosquejar á mi pobre talento, y así solo podré ma-
nifestaros que fué tal el entusiasmo que causó su vista, que al pre-
Bentarse la nocbe de au llegada en el teatro , tuvo que suspenderse la
L
— 60 —
rpprísentacion graode ralo para dar lugar á los aplausos y »itores con
que fué saludado por toda la onmerosa conciirreacín, aplausos que se
rcpilieron á sw salida, y que se le prodigaron en todos los puntos en
que 9C presentó durante su estancia en aquel pueblo : ¿qué emba-
jador, desde los ostentosos romanos, tuvo una ovación mayor en
nuestros tiempos? Ciertamente que cinguno; pero tampoco ha habi-
do otro cuyo nombre fuese mas conocwlo, ni que tuviese mas dere-
chos á la consideración pública que vuestro compatriota. Allí estaba
el famoso inglés Cornwallis; aUi estaba /oi^ Joreíipnrie hermano
de Napoleón , terror de Europa, y los no menos hábiles diplomáticos
el inglés Merry, el holandés Sckimmeíptnnich^ pero Azara era el Sol
entre estos planetas que lejos de separarse de su órbita para no ser
eclipsados á fuerza de tanta luz, giraban con doble esfuerzo á su
centro, descosos de acercársele, considerándole digno de los reflejos
que le adornaban.
La dulzura y la energía se hermanaron en el corazón de Azara para
persuadir á sus compañeros en aquel congreso los que acatando su
larga esperiencia diplomática ysaber, y respetando su talento, le ce-
dieron el primer puesto mirándole todos los congregados como a un
hábil y entendido presidente para dirigir con acierto sus graves discu-
siones.
Viéraisle, nobles aragoneses, componer con la mayor dulzura las
diferencias que á cada paso se suscitaban entre los delegados; persua-
dir á la concordia luego que se acaloraban los ánimos en la disputa;
razonar sobre el derecho y la conveniencia de cadapais; y llamar con
energía al orden cuando se salían de él, evitando qne recuerdos in-
oportunos alterasen los ánimos de los contendientes. Síntiéraísle ele-
var su voz con dignidad en defensa de los intereses de Kspaña logran-
do, por la fuerza de sus razones y energía con que supo csponerlas,
la restitución de la isla de Menorca que nos habían quitado tos in-
gleses, y la adquisición de la plaza de Olivenza que conquistaron nues-
tras tropas en Portugal cediendo, bajo su responsahiliilad y con ar-
rogante generosidad española á los ingleses la isla americana de la
Trinidad, luego que vio que convenido todo el tratado su resistencia
sobre este punto podía romperle y volver á la Europa la desastrosa
guerra, siendo asi que la España se hallal>a ya suficientemente com-
pensada por las demás ventajas que la habia alcanzado; y por último,
hubierais admirado su talento diplomático en aquel congreso y en-
vanecídoos de tenerle por vuestro compatriota , al ver la sagacidad y
argucia con que supo anular todos los ruinosos contratos de comercio
que sujetaban ¡i España á la Inglaterra, dejándonos libres de tan pe-
eado'yugo, yugo en que consintieran antes de él otros diplomáticos
— 6i —
HBa por el que los ingleses eran mas favorecidos eo naes-
-nmerciantes que nuestros compatriotas. Si, aragoneses, po-
iiar á la faz del orbe que Azara desató las cadenas eon que
-ijvlavitestrainilustría y la de toda España, emancipando-
'i^onzosa tutela, y poniéndola en el camitio del progreso
n!|uexa. ¡Ojalá que le hubieran imitado los demaa que
[I ncj^ociaciones semejantes! La madre patria, hoy seria
•"rfiunadn...
'-tble firma de Azara es la primera que aparece en aqael
"rtlo, porque todos le cedieron la preferencia reconoci¿D-
t ^r, y este acta publica declarará en lodo tiempo lo que va-
V el respeto con que aún se miraba i España cuya consí-
-^eeoierecido mucbo desde entonces en la balanza earo-
faltado á sus hijos el valor y el heroísmo, sino por
IOS de sus gobernantes y nulidad de algunos de los
:coQ que le miraban bus soberanos , fué la causa de
entendiese en los asontos de la Real familia con rcs-
is matrimonios eotre el Principe de Asturias Don
\» Princesa de Sajonia, y entre la Infanta Doña Isa-
Dofia Marta Cristina de Borboo, que lo es hoydenues-
la Btña Isabel lí, y un Príncipe alemán, y si después no
m «Inrtn por el repentino enlace de estos Principes con los de
..tndftHApoles, no fué porque Azara no los tuviese ya conveni-
^ lülf- "^ ponto en que habia recibido instrucciones, sino porque
..,«*l»>6ériOB IV á las noticias qne el mismo caballero le dio de
' IHapoteon ponía los ojos para esposa en su hija la Infan-
proveyó repentinamente el enunciado doble enlace, te-
hecha la demanda por el afortunado capitán del siglo, lo-
noneedérsela comprometiéndose con los soberanos enemigos
Éf Cónsul ó negársela, y envolver en la repulsa la suerte de su
ih: Carlos IV juzgó una lamentable desgracia lo que según
tal vez hubiese sido una felicidad para España y acaso para
■I !■ Pnrnpi, porque la uníon de las casas de Borbon y de fiona-
'dbieran logrado asegurar la paz en aquella época y evitar lal
'graves conllictos por que hemos pasado, pudíendo llegar i la
' lad sin pasar por las aflicciones: estaban estas decretadas en
juicios de Dios , y las cosas debieron pasar como han suce-
ñ devolución de la isla de Malta á los caballeros de San Juan en
ÉDto trabajó Azara en el congreso de Amiens , era una cosa
ileaote á los ingleses que eonsiiiiieron en elli de mal grado, {wr-
— 69 —
que filé presa que teDÍen en mucho aprecio* líapoleon por otro ladO|
si bien pugnó porque se devolviese á los caballeros ^ deseaba tener ui
gran Maestre soberano, amigo suyo y enemigo de los ingleses , y k
spaña quería mantener en aquel punto la prioridad ¿ influencia á que
le daban lugar sus antiguos derechos. En tal cúmulo de exigencias,
que por otro lado agravaba la Rusia, cuyo Emperador pretendía la
soberanía de la Orden , pensó Napoleón buscar un gran Maestre ca-
paz de conciliar todos los estremos y con la eneigM^ y talento necesa-
rio para sostenerse y agradar á la mayoría sin ser repugnante á la Or-
den ; y no viendo quien reuniese con mas ventaja todas estas cuali-
dades que el caballero Azara que era BaiUo y Gran Cruz de la mis-
ma, formó empeño en hacerle soberano de Malta, proponiéndole la
Gran Maestría y encargándose él , con las fuerzas de que disponia, de
hacerle nombrar , darle posesión y sostenerle en ella. La empresa,
garantida por el poder mas fuerte efe Europa á la sazón no podía fa*
liar de modo alguno , y el valor de una corona es demasiadío grande
para que nadie trate de despreciarle , y asi es que pensareis ya , con
alguna razón , tener un paisano vuestro soberano de un pueblo y jefe
de una de las Ordenes mas respetables de la cristiandad ; natural cosa
á la verdad seria creerlo asi, pero sucedió de diferente modo para ma-
yor gloria de vuestro compatriota. Aquel alma grande y privilegiada
que no se dejó jamás alucinar por la ambición , que conoció muy lue-
go lo efímero y vano de las grandezas mundanas á las que calificó
siempre de bambolla y hojarasc€^ y que fijó toda su atención en real-
zarse por medio de su patriotismo y de los beneficios que pudiera
hacer á sus semejantes , rehusó con modestas reflexiones primero , y
después con enérgicas razones, la corona que se le proponía, prefi*
riendo su humÜde tugurio al esplendor del trono y su corte de sa^
bíos artistas y literatos, á la de los caballeros de San Juan y de loa
magnates en Malta , contento con su Baílía , el obedecer le fué mas
grato que el mandar, razón por la que rehusó el ministerio en su país
las muchas veces que se le ofreció , y si se convino á ir á gobernar la
Toscaua durante la incapacidad de su soberano , lo que no llegó i
efectuarse por muerte de éste , fué , como se prueba en su historia,
por obedecer á sus Reyes que le manifestaron el deseo de que fuese á
sostener el nuevo reino de sus hyos y por poner aquella monarquía
en el orden que necesitaba.
Quien de este modo supo despreciar los cebos de la ambición y
de la avaricia humana, ¿qué podría hacerle apartar de la senda que
conduce al templo de la Justicia? La pregunta se responde por si
misma á poco que lo consideréis y que recordéis la inflezibilidad de
sus justas resoluciones.
— 65 —
Tanta abnegación, tan estraorilinana grandeza de atma, no pudo
menos de sorprender á Napoleón, el que, á pesar de que el rehuso
de Azara destruía de un golpe todos sus planes sobre Malla y los in-
gleses, no piído menos de admirar á aquel bonrado español que de-
ponía so interés propio ante las aras de su patria y que sabia des-
preciar las grandezas con tanto heroi^mo : acató su resolución, y abra-
zándole croemos que no dejaría de punzar su alma el contraste de la
modestia del caballero comparada con su ambición. ¡Oh ilustre Aiara!
este hccbo que recordará siempre la liistoria del siglo presente, te en-
grandece mas que si le hubieras vestido la púrpura y ceñido la coro-
na, y la posteridad no podrá menos de hacer justicia á tu abnegación
y desprecio de las cosas mundanas!...
Una gran satisfacción vino á embargar el corazón del caballero en
estas circunstancias y esta fué, el abrazará su querido hermano el sa-
bio naturalista D. Fdix de Azara, que después de veinte años de
ausencia de su patria, volvia rico de ciencia y de virtudes y recono-
cido como uno de los mejores jefes de la marina española y como el
naturalista mas sabio de cuantos habian escrito en este ramo sobre
América: parece que el cielo le traia de su larga y lejana peregrina-
ción para cerrar los ojos de su ilustre hermano. Empero esta satis-
facción fué acibarada por el fatiecimiento del duque de Parma at que
quería el caballero mas como á un amigo querido que como á un so-
berano á quien representaba y defendia., y por la no menos sensible
para él del famoso poeta Castíi quien protcgia y cuyos ojos cerró con
lágrimas de la mas aÜigida amistad. E^tas defunciones causaron en el
sensible corazón de vuestro compatriota una profunda huella que au-
mentó estraordinariamente la rotura de la paz contratada en Amiens,
por los graves males que su talento previsor le hizo ver traerla á su
patria la renovación de hostilidades entre Francia é Inglaterra.
Empero el sentimiento, á pesar de su intensidad, no le privó de
pensar en los medios de librar á su patria, en lo posible, de los de
sastres que necesariamente liabia de traer consigo la nueva guerra y
lihPH pronto su fogosa imaginación le presentó la neutralidad como el
''"•tarlo mas á propósito de que la España se pusiese á cubierto de nue-
vas desgracias. Lleno ds fé en su idea, aconsejó á Carlos IV la neu-
tralidad, y su consejo fué admitido y decretado á pesar de sus ému-
las: pero ¿cuánto no tuvo que trabajar, nobles aragoneses, para lo-
^ar consintiese en ella la Francia? ¿Qué de memorias y de notas no
tovo que escribir para convencer al primer Cónsul de la necesidad en
qae España se hallaba de obrar asi en ocasión en que su erario se re-
wolia y la nación se resistía á empeñar una lucha que solo habia de
ItaerU males sobre males? ¿Qué no tuvo que hacer para neutralizar,
^64 —
DO solo el espiritii del ramoso UaUdo ^ alianza úú affo 1796 , si que
también los amaños del embajador de la República ea Madrid , y las
lorpezas de su gobierno y del Príncipe de la Paz en esla n^oeiacion?
¿Y qué de ruegos, con dignidad y razonamienlos, no luvo que hacer
á fin de rebajar las ezhorbitanies exigencias que Napoleón pidió para
que nos pudiésemos cooseryar neutrales en una época en que tanto
necesitaba la Francia de nuestro apoyo? Considerad la gravedad de
este asunto y comparándolo con la avanzada edad del caballero en fina
▼ida tan laboriosa , y no podréis menos de convenir conmigo que esla
negociación le acercó estraordinariamente al sepulcro , máiime cuan-
do sepáis que la ingratitud fué el pago de tanto celo ; ingratitud que
le obligó á dimitir su honroso encargo, y que hubiera dejado á todo
trance sí las satisfacciones que se le dieron por Carlos IV para que
siguiese en él 9 y el considerarse necesario en la crisis peligrosa que ae
inauguraba, no le hubiesen obligado á hacer aún un sacrificio roas
por su amada patria deponiendo en sus sacras aras sus justos resen-
timientos.
La muerte de D. Luis /, Rey de Etruria é infante de Espafta, y
la venia de la Luisiana hecha por Napoleón á los an^o-americanos,
faltando á su palabra y á los tratados pactados con España, complicó
muy mucho la crisis , y dio bastante que hacer al caballero, sin cuyo
tino y talento diplomitíco se hubieran roto las relaciones entre ambas
naciones. Empero cuando la rotura hubiera sido inevitable y los ejér-
citos franceses hubieran invadido la Península y adelantádose algu-
nos anos la represen iacion del drama sangriento de nuestra guerra de
la Independencia , líié cuando persuadido Kapoleon de que el Prin-
cipe de la Paz influia en la corte de Madrid contra lodos los deseos
de la Francia, se empeñó en exigir de Carlos IV le echase de su Jado
y desterrase de su corte. Vierais entonces al caballeio,il«erde agra-
decido, defender á Godoy de toda inculpación y aconsqar á su Corte
el modo mas á propósito y conveniente de parar la tonaenU que ae
preparaba , asi como disuadir á Napoleón de su empeño. Empero ai
logró por fin poner en paz al favorito con el Cónsul y librarnos de
aquel peligro , sus émulos sacaron de esto mismo servicio armas ve-
dadas con que dirigirle tiros rateros que no pudieron menos de herir
su alma. De tal modo sintió sus golpes, que se decidió por fin i
abandonar la vida pública para cicatrizar en la privada las recibidas
heridas y recobrar un sosi^o y tranquilidad de que jamás disfrútala,
porque su patriotismo le empeñó en una vida trabajosa y de tan cons-
tantes sacrificios que le arrastraron al sepulcro-
Azara vino al fin á ser viclima del amor que tovo i su pak , por
lo que bien podemos esclamar con Céoenm cuando, en k aitngia
— 65 —
contra Antonio en favor de Octavio^ recordando á los cónsules J9Vr-
do y Pansa muertos en defensa de la patria esclamó: «Feliz
muerte! Feliz sacrificio que se hace á la patria de una vida que tarde
ó temprano es forzoso restituir á la naturaleza ! La muerte es una in-
famia para aquellos que la hallan en la fuga , y gloriosa para los que
la consiguen con la victoria. Vosotros los que exhalasteis el último
aliento en servicio de la patria , seguramente reposáis en el destino
que está preparado á las almas virtuosas. La vida es breve, pero ja-
más perecerá la memoria de vuestras ilustres acciones.» Asi lo di¡o el
padre de la elocuencia, y asi lo repito yo con respecto á nuestro Aza-
ra, de ese ilustre caballero vuestro compatriota , que pudo muy bien
decir lo que de si Plinio (1): «Yo no sé si la posteridad hará de mi
alguna estimación ; pero estoy seguro de haberla procurado merecer,
no por mi mérito , que seria demasiada vanidad , sino por mis cona-
tos y aplicación, y por el respeto que tengo á los venideros.»
¡ Si , grande Azara! la posteridad hace de ti la debida estimación
por tu relevante mérito, por tus escelentes virtudes, y sobre todo por
tu acendrado patriotismo , y por esa razón debistes estar seguro de
que super Ubi erunl qui distre laudes lúas cupiani , siempre reso-
narán tus alabanzas.
Descansa en paz , noble Azara ; descansa en paz disfrutando de
la gloriosa recompensa de tus virtudes y del premio de tus sacrificios,
pues que atendiendo al aprecio con que hoy te se recuerda , no solo
en nuestra madre patria si que también en todo el mundo civilizado
y por todos los hombres que saben dar el justo valor al mérito , pue-
do prometerte como Virgilio con toda seguridad , que en la tierra
semper honos , nomenque tuuniy laudesque manebunt.
La envidia y la ingratitud lograron al fin destruir al caballero
Azara y causar á la España una pérdida irreparable , pues que reti-
rado de los negocios , quedaron estos cual bagel sin piloto que ca-
mina de escollo en escollo hasta que , ó se encalla en cenagoso ban-
cal, ó se estrella en la dura roca: así marchó la España de allí ade-
lante hasta que los malos pilotos la condujeron á las vergonzosas es-
cenas palaciegas de Aranjuez y á sus terribles consecuencias del año
de 1808 que, por mas gloriosas que fueran para eternizar el heroísmo
y valor de los españoles, no por eso dejaron de ser tan sangrientas y
desastrosas, que no nos alegráramos de no haberlas pasado, como hu-
biera sucedido si Azara viviera entonces , puesto que sobradamente
se hallaba consignado en indestructibles páginas el patriotismo y de-
(1) Pro Mílon 3S.
*i >.
— 66 —
miedo de los hijos de Pelnyo y del Cid. Si, inmortal Azara , lú hu-
bieras sahido dpiener en los Pirineos el torrente de las Galias como
oirás veces, y el coloso del siglo, respetando lus canas, hubiera de-
tenido, como lo lograste en h^ puertas de Roma, su ambición ante la
fuerza de lus razones, y en consideración al aprecio (¡ue hacia de tu
persona que lenia en mas que la de muchos Soberanos. Tú con tu
persuasiva elocuencia y acertado consejo , hubieras podido quizá des-
truir las intrigas palaciegas que escandalizaron al mundo en el alcázar
de nuestros Reyes, y que causaron las desgracias que aún lloramos.
¡Y quién sabe si por tu mediación la Francia y la España unidas,
hubieran llegado á dominar al mundo y logrado hacerse las señoras
de la tierra! con tal poder y con tales genios no creemos imposible
que asi hubiera sucedido ,* pero estaba sin duda decretado de otro
modo y, Á fin de ijrie se cumpliese el destino, era preciso que fueses la
primera victima para que se inaugurase la era del infortunio en Es-
paña y para que tu nombre recibiese el último sello de grandeza y
magestad.
Acabó, nobles aragoneses, la vida pública de vuestro ihislre com-
patriota el caballero Azara , y con él lo que habia de bueno en Es-
pañay y aun en oirás partes , de poUlica , de liumanidades , del
bjien gusto y filosofía de las bellas Artes y según lo dijo a D. lícr-
nardo Iriarte el erudito B. Juan Agustín Cean Bermudez (I) al
saber sii muerte; y como si el cielo quisiera que quien tan en publico
habia vivido no finara sus dias en el retiro de ia vida privada eo
donde quedando á la historia las glorias del nombre, viene á recoger
la persona en la soledad de su descauso la ingratitud de todos aque-
llos á quien hiciera beneficios, y á verse por fin olvidado cual her-
moso menage que se arrincona pasado el furor y frenesí de la moda,
cortó sus días sutes de salir del palacio de tas adoraciones nmndanas,
á fin de trasportarle, sin pasar por aquellos disgustos que siempre
acibaran ei placer de! descanso, á otra morada mas magcsluosa y rica
6 infinitamente mas duradera, en la que omnia magna, es grandioso
todo, segrm sabiamente dijo Virgilio. Pocos dias pasaron desde que,
con sentimiento de la España y de la Francia , abandonó Azara la
vida pública, hasta su muerte que supo recibir con la resignación del
cristiano y con la tranquilidad del hombre grande que aprendió, en
buena doctrina , lo efimero y perecedero de las cosas mundanas y lo
verdadero y grande de las divinas (Vil).
Al morir Azara (2) grabó la fama su nombre en el templo de la
(1) Cartn original det mismo en UBíbliotecs de Salva en Valencia, su fecha á
23 do febrero (le ISOi.
(!) El diu 126 do enero da ISOi.
— 67 —
lomorlalidad , en iloiiile recibirá cl cultu que la poslfridad tnliutará
siempre á los hombres gratules , y las artes y las letras , regando con
lágrimas el cadáver de su protector, le consignaron su agradecimiento
en brillantes y eternas páginas, pudiéndose muy bien decir de
Azara lo que el erudito D. Adolfo de Castro dijo eu elogio de los
ilustres y malogrados artistas gaditanos D. José Utrera, nuestro
amigo y la señorita UrruUa. «Dichoso quien al decir su último adiós
al mundo no deja inscrito su nombre en las páginas de su historia
ton letras de sangre, sino con letras de oro, salpicadas por lágrimas
de los que admiraron su ingenio y sus virtudes para orgullo de su pa-
tria y para bien de sus hermanos.»
Deciros cuan sentida fué la muerte del caballero, seria repetir á
vuestra imaginación lo que habrá bien pronto concebido: París entero
asistió á sus funerales alabando sus escelencias « y la Francia toda
publicó sus glorias en merecidos elogios (1).
La infortunada Kspaüa no pudo menos de cubrirse do luto, y si
la ingratitud de sus gobernantes y la maldad de los émulos del caba-
llero, nada dijeron en su muerte deseosos de que se oscureciese en la
huesa su nombre , los buenos españoles , que jamás le han olvidado.
Je han prestado y prestan el debido homenaje, acompaüando hoy á
boorar su memoria á su magiiitico sobrino, que con una grandeza
digua (le tal tronco, ha sabido honrar al mas claro luminar de su no-
bilísima familia. Vosotros, hijos de Barbuñales, que poseéis las ceni-
zas del héroe , jamás le habéis olvidado y vuestros hijos aprenden , á
la vista de su magestuosu sepulcro , la historia de sus virtudes y es-
celencias que recordará con gusto también su posteridad. Decidles á
la vista de ese glorioso monumento que le Íia levantado la gratitud,
lo que mi bueu amigo el erudito D. Antonio Martínez del Romero
(I) En algunos periódicos de París <¡ do Inglaterra se dijo por entonces lo si-
Kuieale, que hemos vislo en un papel impresuen Madrid. •Unce muchos años
t|De en París no le lia vislo uu eiilierro Ion lucido como d qun so lia lieclio ul
difuolo beiiar Azara. El ministro ile rolaiioiies eslenures, seguido del cuerpo di-
plomático y el Prcr^clo do palacio cou las autoridades civiles y militares, fucmu
acompañando al rórelro;el gciillo era iumcu:;0, y los que preseuciuroii el en-
tierro de Jfíirabeait el Júvea, convienen en que las exequias del sehur Azara Imii
sido tanto ó mus distinguidas. Aquí aumcnlaii (|ue su muerte, acaecida en 36 de
enero, fué de resullas de un convite en casa del primer Cúnsnl, y que liay sos-
pechas de que ha sido envenenado , y que Bonaparle ha hecho y hacía las ma-
yores pesquisas para averiguar la verdad. ■ Esto dice el papel , y abí lo espresaii
también los manuscritos que sobro Axara bcmos registrado en Valeucia en la
biblioteca del Sr. Salva.
- 68 —
dijo á la vista de las espadas de Pelayo y del Cid (1). Ahi están para
enseñamos lo que cumple hacer vor la patria, y para manifestar-
nos que es deber de todo español enaltecer las heroicas virtudes de
los varones esforzados que han sido gloria y honor de la nación.
Siempre se ha discutido y jamás decidido, dice un autor, cuál sea
mejor , ser grande por lo heredado , ó llegar al colmo de la fortuna
por lo adquirido : en el caballero Azara cesa el utrum de la disputa,
puesto que puede resolverse por la afirmativa en ambos estremos. En
efecto , fué grande Azara por lo heredado , porque desciende de una
de las mas ilustres y antiguas casas de Aragón , y lo fué por lo ad-
quirido , porque desde muy niño le colocó su privilegiado talento en-
tre los primeros hombres de su pais, y entre los mas célebres de Eu-
ropa, confiándole, no solo sus Soberanos, sino los de otras nacio-
nes , honrosas comisiones que le proporcionaron títulos y honores de
gran valía. El inmortal Carlos III y el bueno de su hijo Carlos IV,
asi como los Soberanos de Etruria y de Parnia, pudieron decir de
Azara lo que el poderoso Faraón , rey de Egipto , dijo del castísimo
José y su ministro : Numquid sapientiorem et amsimilem tui inve-
ñire potero? (¿por ventura hallaré otro mas sabio?) Ciertamente que
no les hubiera sido posible encontrarlo , y por eso le eligieron para
embajador de Roma y de Francia en las circunstancias mas difíciles
y espinosas que ocurrieran en aquellos tiempos. Azara supo corres-
ponder á tan alia confianza de un modo satisfactorio , y como, según
el sabio Séneca : Graliludo pro poslerilis futura consequitur be-
neftcia (es el agradecer mérito para conseguir) consiguió por el agra-
decimiento la estimación de los Soberanos que se sirvieron de él, y la
de aquellos á quienes representó.
Si las letras tuvieron en Azara un protector á quien rendir home*
naje de gratitud , no se la debieron menos ios inmortales Horacio^
Firgilioy Prudencio ^ Garcilaso y Plinio^ y sus ilustres contem-
poráneos Nengs , Cardenal de Bemis , Arleaga , Casli y otros
muchos literatos cuyas obras publicó con magnificencia imperial, me-
jorándolas y aclarándolas con sabias ilustraciones; y asi es que, aten-
diendo al beneficio público que en esto hizo y al mérito de sus escri^
tos literarios originales, confio no falte quien diga de las obras de
vuestro noble y sabio compatriota lo que asegura Plutarco dijo ^u-
guslo cuando sorprendió á uno de sus nietos leyendo cierta obra de
Cicerón: «Ten hijo, este era un grande hombre y muy celoso del
honor de su patria.» Sí, esto es de tal modo , que no podrá menos
(I) Advertencia preliminar del catálogo de la Real Armería que escribió y pu-
blicó de real orden en 1849,
— 69 —
de eonfestrae asi en lo Tenidero á la vista de tus obras. Sí , tu notn^
bre será siempre venerado por la escelencia de tus hechos: ¿Quid
\m memorare tuü , aispania^ terrís vox hwinana valet ?
Callen, pues, los que envidiosos de tu gloría trataron de oscure-
cer tu nombre glorioso; confúndanse los que con el fin de eclipsarle
fie atreviesen á buscar lunares en tu refulgente estrella, que si bien nti/-
íum magnum ing$nium sine mixtura dementice^ tú fuiste sol cla-
rísimo que sapistes ocultar con la fuerza y esplendor de tus lucientes
rif 08 tas miamos defectos si es que los tuvistes , en cuyo caso solo
debieron ser los necesarios á pagar el tributo á la frágil natural(>za
que nada quiere enteramente perfecto, porque esta escelencia es solo
cualidad reservada á Dios. Sin embargo , mucho tenemos , ¡ oh sabio
Azara ! que agradecer á tus émulos en sus mal seguros é inciertos ti-
ros , puesto que estrellándose en el invulnerable acero de tu virtud,
y cayendo impotentes cuando saltaron para llegar á tu altura , nos
proporcionaron la ocasión de considerar tu astro con mas claridad
después del nublado por aquel famoso y cierto principio de que da-
rius fU lumen comparatione lenebram (VIU).
En los elogios de los hombres ilustres , es para unos oi^ullo lo
que para otros magnanimidad, calificándose todas las acciones en
sentido contrario por unos y otros; pero hay hombres, no obstante,
tan colosales, que arrastran tras si en su elogio hasta sus mas porfiados
enemigos, porque la envidia no puede llegar jamás á obscurecerles; asi
fué Azara, al que si bien lanzaron dardos sus émulos, ellos mismos
ó procuraron recogerlos á tiempo, ó lloraron después el mal qrie in-
tentaron hacer, siendo los mas decididos en confesar sus eseelencias y
virtudes cívicas y morales (IX).
Azara supo reunir en si la galantería del caballero , con la grave-
dad del sabio diplomático y así fué que la literatura, las artes, la
ciencia de gobierno y cuanto participó de su influjo, quedó ilustrado
y lleno de esplendor, presentándonoslo la literatura como á un pu-
rista y distinguido escritor, las artes como al conocedor mas sublime
y al protector mas decidido y magnifico , y la diplomacia como uno
de los mas sagaces y entendidos ministros y de sus hijos mas emi-
nentes; las pruebas de estos asertos descansan en sus mismas obras
y en la opinión de los mas sabios publicistas que me han precedido,
y hé aquí porque procurando la brevedad y solo me he propuesto en
este discurso poneros de manifiesto aquellos puntos mas luminosos
del astro, con mas voluntad que talento para retratárosle.
Séame permitido , señores , descorrer , por un momento , el velo
á la virtuosa modestia del magnifico Señor D. Agustín dk Azara,
Marqués de ^ibbiano, é ilustre compatriota vuestro, actual posee-
— rs —
^jgbXVni, y uniéndoos á los faijos de BarbuBales, arrojad coronas
^gratitud sobre el sepulcro dd bombre graade i quien boy Tcsteja-
oos. PúPtas que, para glona del Paroaso español, pulsáis la lira de
Apolo iuspirados de las Musas y conducidos por las Graciaa, venid á
derramar flores alrededor del monumenlo que boy lo ba erigido el bc-
redero mas agradecido y magníbco; descended del Pindó y del Par-
naso ^ venid á verter el agua de Helicona y áz Castalia para fecun-
dizar tas bermosas rosas y el inmarcegible laurel que forma su glo~
ríosa corona. ¡Ninfas risueñas del Manzanares, drf Tajo, del Turia^
del Béiis, y del Genüi Nereidas del Miño, de) Sil y del Ebro^ venid
é rtaniros con las del humilde Alcanadre para canlar loores y alá-
banlas al diplomático insigue, al literato aragonés que tantas veces
celebró vuestras glorías y defendió vuestras riberas; venid, españoles
lodos, á incensar al idolo de nuestros obsequios, y bo os quedéis pe-
masas vosotras las silfiílea del Tiber y del Sena, que también le te-
néis que agradecer algunos de vuestros lauros y no poco de vuestra
(nuquilidad y ventura. Venid , pues, todos á estos alegres campos
cuque impera la sencillez á la par que el heroísmo; y no os desde-
mos en posar en Alcázar tan bumilde, que el pequeño pueblo de Bar-
bufiales tiene ya, y tendrá en la posteridad sido por ser ounadcAza-
n, un nombre ilustre, á que si no estaba llamaao por sa corta po-
blación, ha llegado por lau especial esceleaeia.
Honrados labríegos, respetables ancianos, virtuosos sacerdotes,
ütutie ayuntamiento de Barbuñales que os habéis asociado en este
dia al magnifico marqués de INibbíano i pedir misericordia al Todo-
poderoso y darle gricias por los benelicios inmensos que le debemos;
que Je habéis acompañado á contemplar á su dustrc tio D. José Ni-
colás de fizara en su suntuoso sepulcro , y desde allí veoido á ren-
dir homenaje á vuestro mas ilustre compatriota ; vosotros que habéis
tenido la dicha de couocor , mejor que yo, á los nobles Azaras , per-
donad si mi débil pluma no ha acertado á retratarlos con sus verda-
deros colores, y si ha faltado la elocuencia á mi voz para elogiar al
luminar de esta familia con palabras dignas de su relevante mérito, y
darle i conocer tan gigante como fué por la escelencia de sus obras
y especialidail de su talento. Mi pincel es tosco , mi voz débil y mi
talento demasiado limitado para tan grande empresa ; pero como mi
voluntad sea grande y mi deseo de acertar haya sido mayor, espero
Erdonareis indulgentes mis defectos , máxime cuando no habré ca-
do nada que no sepáis mejor que yo.
¡Salve, grande Azara! español sublime, yo le saludo en nomlirc
de las letras, de las artes y de los hombres de bien de la Kspaña cn-
10
— 74 —
tera. Recibe el homenaje del mas humilde de tus historiadores, que
hubiera deseado tener la elocuencia de Cicerón y de Demóstenes , y
la persuasiva tuya, para cantar en tu elogio y dar á conocer al mundo
entero tus escelencias y esclarecidos hechos.
¡ Salve otra vez , salvador de Roma y ornamento glorioso de mí
patria ! si te es dado dirigir tu penetrante vista, aquella mirada pers-
picaz y escudriñadora con que sabias leer en el corazón del hombre y
sorprender sus ideas y concepciones , verás la efusión de amor y de
veneración con que te dirijo estas palabras y la sana y firme volun-
tad con que las pronuncian mis labios , si no fieles intérpretes de lo
que mi alma siente en este instante que es mas de lo que me es dado
esplicar por la cortedad de mi limitado talento , verdaderos heraldos
de mis deseos.
De hoy en adelante, ilustre Azara, la memoria de tu virtud
y de tus esclarecidos hechos no corre ya peligro de borrarse en
el olvido del siglo presente ni en el silencio de los venideros , pues
que vuestro magnífico sucesor os ha erigido , por medio de las letras
y de las artes, un monumento duradero por el que en vez de la vida
perecedera que habéis perdido, habéis logrado afianzar otra para siem-
pre inmortal.
Aqui tenéis , nobles aragoneses , sus obras , y ahi su retrato ; y
como por las unas podáis conocer lo sublime de su talento , y por el
otro la nobilísima figura con que le dotó naturaleza , bien puedo des-
pedirme diciendo de Azara lo que de Arecio el Teólogo dijo su sabio
comentador:
Azara si nósse velis , hic aspice totum :
in scriptis animum , corpus in effigie.
He dicho.
Basiuo Sebastian Castellanos
DE Losada.
Bar tunales 23 de octubre de 1850,
I
QBI3PO EK BARCELONA
NOTAS ¥ DOGdENTOS.
I.
Acta de la solemne inauguración del monumento engido en
Barbuñates al Excmo. Sr. D. José Nicolás de Azara , por su
sobrino el Sr. D. Agustín de Azara , tercer marqués de Nib-
biano.
«En el pueblo de Barbuftales, partido de Baibastro, provincia de Hues-
ca y obispado de Lérida ; y en la casa solar del Sr. D. Jgusiín de Jzara,
caballero de la real y distinguida orden de Carlos III, marqués de INibbíano,
señor de Lizana y de Guadarespe , vecino privilegiado de la villa de Fra-
ga, etc. , etc.» se reunieron boy veinte y tres de octubre de mil ochocien-
tos cincuenta , á las siete do la mañana » el señor alcalde de este pueblo
D. Pablo Lasíerra al frente del ayuntamiento, compuesto de los conceja-
les D. Antonio Tnella, teniente alcalde; Joaquín Loriz, síndico, y los t^
^iáores Uariano EspuiSf Antonio Jabierre, Joaquín Antin, y el infras-
crito secretario , como igaaimente el señor cura párroco l)f Francisco
Lasíerra , con el señor regente de la tenencia 1). Seltastían Lorie , racio-
nero de la santa iglesia de Pcrtusii ; el Sr. D. Basilio Seóastían CasteUa-
nos de Losada, del Consejo de S. iM., su secretario honorario, caballero co-
mendador de la real y distinguida orden de Isabel la Católica, caballero de
la de S. Genaro, condecorado con el cordón de Anticuarios del Norte y con
otras cruces por servicios patrióticos , y varias medallas de honor por los
literarios, bioliotecario -anticuario y conservador de los muscos <le anti-
güedades de la Biblioteca JNacional, diputado por I^ladrid en el congreso de
Agricultura del reino , fundador director do la Academia española de Ar-
queología, corresponsal del ministerio de Instrucción Pública de Francia,
individuo de muchas academias científicas, literarias y artísticas do Es-
— 76 —
pana y del estrangero , historiador y anticuario de la casa y estados del
Excmo. Sr. duque de Osuna y del Infantado , y de la casa aragonesa de
Azara, etc. , etc.; asi como otras varias personas de la población.»
«El señor marqués espresado manifestó á los circunstantes ante mi, que
deseando honrar debidamente la memoria de su ilustre tio el Excmo. señor
B. José Nicolás de Azara y Perera , b^o de este pueblo , agente y emba-
jador de España en Roma durante 36 anos en los pontiflcados de Clemen-
te XIIl , Clemente XIV y Pió VI , y después embajador, por dos veces, (*n
París , cerca del cónsul Napoleón Bonaparte , como presidente de las Re-
públicas francesa é Italiana, embajador al mismo tiempo , en las mismas
cortes , de los Reyes de Etruria y del Gran Duque de Parma, el cual como
caballero gran cruz de Carlos ifl, caballero gran cruz y bailío de la orden
de San Juan de Jerusaiem , como consejero de Estado , como célebre di-
plomático, distinguido literato y protector de las artes, y en fin como buen
español, se habla ganado el aplauso público y grangeado el aprecio de toda
la Europa que le coloca entre los grandes nombres que ha producido Es-
Eaña , había hecho publicar sus obras inéditas, asi como las de su ilustre
ermano el limo. Sr. D. FéUx de Azara ^ brigadier que fué de marina , y
celebrado escritor naturalista , como también la historia documentada do
aquel. Y que para mejor honrar la grata memoria de D. José, habia man-
dado construir al distinguido escultor de Barcelona D. José Bover un sen-
cillo monumento en mármol de Carrara que habia empezado á colocar
en 1848 al frontis de la casa en que nació , que es en la que nos hallamos,
y el cual tenia cabierto hasta el dia.»
«Después de manifestado' esto , el espresado señor marqués, bizo pre-
sente que deseaba celebrar con toda la solemnidad posible, en este dia, la
inauguración del mencionado monumento si se lo permitía y ayudaba en
ello el señor alcalde como autoridad del pueblo, ácuyo fin presentó el pro-
grama de la función que, en tal caso, quería se verífícase.»
(cLeido que fué por mí el espresado programa , el señor alcalde confe-
renció lar¿;amente con el ayuntamiento en unión de los señores cura pár-
roco j teniente, y después de deliberar, acordaron so hiciese tal y como
el señor marqués lo proponía , tanto por ser razonable y beneficioso al
pueblo , cuanto i)or ceder en honra de un ilustre hijo de Barbuftales y en
gloria de sus vecinos y del buen nombre de esta población.»
«Acordada la función, pasaron en seguida los circunstantes á la iglesia
parroquial de San Lorenzo, que es la de este pueblo, y tocando las cam*
panas á fiesta, según costumbre, se reunió el pueblo en el templo en su
mayoría , apesar de hallarse en lo mas fuerte de la Tendímia. Ocupó el
ayuntamiento su puesto presidido por el seflor alcalde y el señor marqués,
y los demás circunstantes, adornados con sus condecoraciones los que las
tenían, so colocaron en los que se les dispusieron. Encendidos los altares
y reyestídos los sacerdotes con temo de gala , el señor cura párroco cantó
una Misa solemne acompañado de diáconos y contestado por los sacrista-
nes y cantores de esta iglesia , pidiendo á Dios en ella misericordia para
España y para este pueblo, y dándole gracias por la prosperidad de la
ilustre familia de los Azaras, de la que tan digno homenaje fe prestaba sn
cabeza en este dia.»
«Terminada la función de gracias, se vistieron los sacerdotes con el temo
de luto , y dirigiéndose , con el señor marqués , ayuntamiento y circuns-
tantes, á la canilla de San Juan Bautista, propia de la familia de Azara,
on la misma iglesia , y en la cual se halla ei antiguo panteón de familia y
— 11 —
el snntnoso sepulcro en marinólos del Eicmo. Sr. D. José Nicolás de
Azifii, que fiió trasladado á él en el año de tíJüfi desdu Paris, en donde
falleció el día Ít6 de enero de 1804 , se caati) un solemne responso que se
aplicó por el alma de éste y de los demás difuntos de la familia.»
■ Acto continuo y , desnudadas que fuL-ron los señores sacerdotes, se di-
x'i'fxa el seüor alcalde y ayuntamiento con estos y los demás asistentes k la
función , i la casa del espresado señor marqués de Níbbiano , y colocrm-
dose (odos al frente de la fachada principal que se baila en la calle llamada
de Enmedio , que es la de la iglesia, el señor alcalde di6 un viva á la Reina
1)0^1 Isabel II, nuestra augusta Soberana, que fue contestado con entu-
siasmo por lodos lo» circunstantes, y en el momento se descubrió el mo-
numento incfuslado en el medio de la fachada y sobre la puerta y escudo
de armas do la casa solur de los Azaras. ■
«Descubierto el monumento, que se compone del busto en un metlallon
circular, en relieve, de D. José ¡Nicolás de Azara , con la leyenda: D. José
NiCOLÍS I>B AZ1.KA, CABALLERO AUiGOnÉS, LIHBHTAIIOH UB IlOMA , meda-
llón rodeado de láureas en festones cogidas con cintas y surmunCado do la
lisada corona de marqués , y de una grande lát'ida inscripcional cogida en
un remarco de mármol como ludo el monumento; yo cl mfrascrito secre-
tario de este ayuntamiento leí , por mandato espreso del señor alcalde , la
inscripción de la lápida que en letras abiertas en la misma piedra y de co-
lor negro dice asi :
■Et El MonTDUs CRn. — -El Eicho. Sn. D. Jos£ Nicolab db Azara,
pniMBn uiBgoÉs UB A'ibbía^o, cauau-bro obak ckdz dk Carlos III, bai-
LIO T CABALLKHU OIIAN CRUZ DR LA ÓRDBN OH SaK JuAN OB JbRCSALBH , fiK-
MADoii DS Roma, btc, ktc. Nació bn bsta casa solar de kd afitigua fa-
milia EL DlA 5 UB UtCIKMHKB DE 173U. DIPLOMÁTICO ILtlSTUB UBSBMPklfó POR
ESPACIO DE 3J AÑOS LOS CAKUÚS UB AGBrrTB BB?ihllAÍ. T EMBAJlbOR \tV. ES-
PAÑA BN Boma CKHCA de los PUHTIFICKS CLBMEnTE Xlll, CLBlUBnTB \IV
Y Pío vi. Em 26 mi ekeho uk 18ii4 murió eh Pabib siendo embajaijob dk
España, ub Tiiscaha t de PAnnA En t'KAivciA t en Italia cerca del pri-
mer CtinSlTL UB LA BBPDBLICA V PRBSIÜBnTE DK LA ITALIANA INaPOLEON ]to-
nAPABTB. La DIPLOMACIA. LAS LETRAS Y LAS ARTF.S LLOBAN T PBBPETUAN LA
MEMORIA DB QUIEN TAFITO LAS ILUSTRÓ CON SDS OBRAS \ PROTEGIÓ CON SO
HUaiFlCBNCIA. La historia AÑADK su NOmRB AL DE LOS MAS ILUSTRES ARA-
GONESES. España, Roma y Pabiha lb oísTiNGCEn con titdlos de grati-
tud. Su SOBRINO Y IIBHEDERO i). AgüSTIN DR AzABA, UARQUftS DB MlHBrAISO,
CABALLERO DB LA RIIAL ORDEN DB CARLOS 111 . ETC. , ERIGB KSTB SENCILLO
MONUMENTO A SU BUENA UEMOBIA BN EaBBUÑALES . SD PATRIA , A 38 DB
AGOSTO DB 1848.*
■En sc(:uid8 de este acto el espresado Sr. D. Basilio Sebastian Castella-
nos de [josada , del Consejo de s. M. , etc. , como historiador de la casa
de Azara , pronunció en clara é inteligible voz , desde el balcón principal
de la casa, un l.icóntco á la par que enérgico discurso, en el que manifestó
al pueblo las escclencias def caballero Azara, y el porqué y objeto á que
se dedicaba este monumento en su honor y buena memoria , exhortando á
los padre» k dar buena educación á sus hijos y á estos á imitar las virl»-
des y palriotiMno de Azara , linico medio de alcanzar el premio reservado
al mérito y á la virtud , y de llegar á merecer, como su compatriota , el
— 80 —
GoMkVEt MiTR T Doif NiGOLis FBRifáifDRZ. Madrid 18S8. Y por último
se metió en U referida caja una copia de este acta firmada por el referido
señor alcalde, concejales . eclesiásticos y demás señores presentes, y qne
también Arman esto original, que se acordó quede en el archivo de este
ayuntamiento, y se copie en sus libros do acuerdos para perpetua memo-
ria y recuerdo de este dia.»
«Y cerrada y e^^tañada que fué la caja por el maestro herrero de este
I)ueblo jifjustin Bareche , se colocó por el señor alcalde espresado en el
ugar dispuesto al efecto , en cuyo acto el maestro albañil de esta pobla-
ción Joaquín ñamiz la cubrió , edificando sobre ella y sij;uiendo la obra
que faltana para asegurar el monumento hasta su conclusión , en cuyo
caso so retiraron todos los circunstantes.»
«be todo lo cual, y por mandato del señor al«»lde D. Pablo Lasierra, y
acuerdo del ayuntamiento, certifico como secretario público del mismo,
firmando este acta conmigo el espresado señor, los señores concejales, los
seftores cura párroco y teniente do esta iglesia , el limo. Sr. Historiador
de la casa de Azara y tres vecinos honrados de la población como testigos
del neto. Harbuñales, fecha ut supra. — Pablo Lassierra, alculde.— Antonio
Tuolla, teniente alcalde.— Francisco Lasierra, cura.— Sebastian Lorte,
rogonte de la tenencia y racionero — Mariano Espuís , regidor.— Joaquín
Autin, regidor._Joaquin Loriz , síndico, y firma por Antonio Jabíerre,
que no sabe escribir. — Miguel López. — Antonio Laborda. — Bartolomé
Castan. — Antonio Perera. — Francisco Betorz.— Pascual Paraíso.— Juan
Antonio Fcrrer y Francisco Betorz y Andreu , testigos.- D. Basilio Se-
Imstian Castellanos, historiador de la casa. — Pablo Pera, secretario públi-
co del ayuntamiento.— Comprobación. — Yo el infrascrito público y real,
vecino de la villa de Pertusa , provincia de Huesca , rríno de Aragón:
Ortifico y doy fé: Que las firmas anteriores j^uestas en el documento que
antecede son legitimas , á saber: D. Pablo Lasierra, alcalde; Antonio Tue-
lia » teniente alcalde ; Mariano Espuis , Joaquín Antin , regidores; Joaquín
IdOrii • regidor sindico, que firma también por su companero regidor An-
tonio Jabierre por no saber escribir. — Componentes del ayuntamiento
constitucional del lugar de Barbuñales con su secretario Pablo Pera. —
1). Francisco Lasierra , presbítero , *cura párroco. --D. Sebastian Lorte,
recente de la tenencia de cura , ambos de la iglesia parroquial de Barbn-
fiaVes. y los testigos vecinos de él Miguel López, Antonio L:iborda , Bar-
totoméCastan . Pascual Paraíso, Antonio Perera, Juan Antonio Ferrer,
FnncJSGO Betorz y Andreu , á quienes conozco á todos y cada uno por
legitimas sus firmas y nibricus puestas al pié ó final de dicho acto ó docu-
mento« así como también la del que se nombra D. Basilio Sebastian Gas
lellanos; en te^ímonío de lo cual lo sí^^no y firmo en la espresada villa de
Pertusa á veinte y seis días del mes de octubre . ano del sello mil ociio-
Ctoiloa cincuenta* *-»Bn testimonio signo de verdad.— Antonino ~~
IL
Kulre las grandes mejoras con que ha ennqnecide D. Agustín de
INH k\ IHllrímonio que hert^> de sus inayiures* debe coatarse el ensanche
)í ^mueiUo de la casa s^^lartega de su ílosure liiu(ie cu Barlmfiales , la que
¡^HmmA"^ de lají mudiaa obras €M qm la iMbia cafranlecado antes de alMm»
i**i
— 81 —
filé doblad! últímamente pira regularizarla v proveerla de mayor número
de cómodas habitaciones y de anchurosas cámaras y almacenes, asi como
Cara dar mas capacidad á sus varias y estensas bodegas y cocederos , ba-
leado quedado una de las fincas mas lindas y capaces para palacio de su
numerosa fiunilia, y una de las casas de labor mas grandes y bien arre-
aladas á las buenas reglas de agricultura del alto Aragón. Enriquecida su
fachada principal con el elegante monumento en mármol erigido á la me-
moria del sol esplendente de la familia , se han construido también en el
piso a^mido de la parte occidental de la casa, con vistas al huerto y vasto
oUvar de enormes plantas que rodea la casa por este lado , dos estensos
salones paralelos con sus correspondientes ingresos de uno á otro » y de
una elevación suficiente* con buen pavimento y rasgadas ventanas, en los
cuales se hallan colocados» con su correspondiente numeración, unos dos-
cientos cincuenta cuadros , poco mas ó menos, con buenos marcos dora-
dos en su mayor parte.
Se compone esta bellísima colección de los cuadros que la familia Azara
fué reuniendo en lo antiguo , y de la parte que se pudo traer del rico mu-
seo que formó en Roma D. José Nicolás de Azara en los años que vivió
en ella representando á Espafia ya como agente general , ya como emba-
jador, colección que sufirió muciías pérdidas en la revolución de aquella
capital y durante su invasión por las tropas francesas en la ausencia de su
duefio , y que se desmembró también en su traslación á la Península, y
aun después de hallarse en ella, pues que se regalaron á los Reyes D. Car-
los IV y Haría Luisa algunos cuadros originales del célebre Goya , entre
ellos sus propios retratos que se les mandaron y les entregó en Roma el
cardenal D. Dionisio Bardaji y Azara.
Con motivo déla pasada guerra civil, estos cuadros se han llevado á
las ciudades de Jaca y de Huesca á fin de que estuviesen á recaudo de lo
que pudieran padecer por propios y estrenos , que fué lo que les sucedió
también durante la gloriosa guerra de la Independencia: empero estable-
cido el orden , y pareciendo lejanos nuevos peligros , el señor de Lizana
los fijó definitivamente en Barbuñales, en el decoroso lugar que hoy ocu*
pan para gloria del pueblo y magnificencia de la casa de Azara. Por esta
razón se vé, que cuando populosas ciudades y academias respetables ca-
recen de buenos gabinetes pictóricos , el pueblecito de'Barbuñales ostenta
un rico museo que viene á ser boy un objeto digno de curiosidad que re-
vela la protección que prestó generosamente á los artistas un Azara ilus-
tre; y el aprecio en que otro tiene á las artes.
La mayoría de los cuadros representan asuntos religiosos originales, y
copias algunos de ellos , pero muy buenas , de las mejores obras de los
padres de la escuela italiana y flamenca, y entre ellos descuellan algunos
de las escuelas españolas , de bastante buen género.
En la serie de retratos campean en primer término uno de medio
cuerpo al natural del célebre Ticiano^ que se supone ejecutado por él mis-
mo, dos de Azara y otro del cardenal de Bcrnis por el insigne D. Antonio
Rafaei MengSj dos de la bellísima mujer de este artista ejecutados por el
mismo, del que, y de cuyo diestro pincel está su propio retrato; el del
poeta abate Casti, el del o{>ispo de Ibiza y de Barcelona D. Eustaquio de
Azara, hermano del anterior; el del cardenal D. Dionisio Bardsiji y Aza-
ra, de cuerpo entero , y pintado por Espinosa , primer discípulo español
de Menas , y el del brigadier do marina D. Félix de Azara , hermano de
- 11
los dos espresadús, pintado de cuerpo entero al nnlnral y con sa f-ran unr-
forme de laarÍDa , por el distinguido pintor espaiiol D. Francisco Gaya y
Lucientes. Estumbicn de notar en vslí galeriaderetrutosel de Dona Jfo-
ría Perera, abuela del actual señor do Lizana , de cuerpo entero y al ni-
turnl. arrodillada y en oración ante el glorioso locero mercenario San
Itiimon Nnnnato, escena que parece reprea^ntar una ofrenda hecha por
aquella piadosa señora halli'mdose embarazada de Ü. José Nicolás de Aza-
ra, que taiilo ennobleció dnspucs ú su fiimiUa.
1^1 señor de Lizana ha aumentndo ia galería de cuadros con su retrato
y el de su virtuosa esposa duna María de los Dolores Lope2 Fernandez áo.
Ucredia Aülor y Villuvicencio , que ocupan el lugnr que les conviene en el
museo, y ademas ha colocado en el la serte de retratos en lúmina de todos
sus antecesores que se publicarun en nuestra Vida ilc Azura.
Varios personajes de cclebriilRd en Italia y en España ya pur su posi-
ción elevada, ya también por sus hechos, se hallan representados en
esta gjiería , y también se ven, sobre pedestales, los bustos en mármol de
Carrara de D. Josií Piicol&s y de D. Félix de Azara , hábilmente ejecutados
por el escultor catalán />. José Bover, siendo el ánimo del señor marqués
de INibbiano el enriquecer su museo con nuevas adquisiciones.
Lo espacioso de los salones y su mucha luz, si bien no tomada artisti-
camenle como debirra y pudo hacerse, permiten al observador psf ticipar
de las bellezas de este museo en todos sus objetos sin fatiga alguna.
III.
La prensa de todos los matices políticos dio noticia en los úllimos dias
de octubre y primeros de noviembre del año de 1ÍI5U de la inauguración
del uiOQumento levantado en Uarbuñales al inmortal Azara ; pero la que
naturalmente debía distinguirse mas y se distmguió , fué la de Zai'agoza,
leyéndose en el número 2119 drl diario de avisos titulado Kl Zaragozano,
correspondiente al 3tJ de octubre de 1850, un largo articulo en que se des-
cribe el monumento y la espresada fiesta.
Üespues de esto artículo publicó la Templanza , que era otro diario de
esta capital, el siguiente, en su número S5S correspondiente al 1.» de no-
viembre del mismo año.
«Con un placer indecible hemos leído en el JHario de esta capital
del 39 de este mes la relación de la función cívica y religiosa que se ce-
lebro para inaugurar el monumento con que el marqués de Nibhiano
ha lr:)tado de honrar la memoria de su CHclarecido pariente el Hicmo. se-
ñor U. José Nicolás de Azara . conocido en toda la España como liíibil di-
plomático y literato. Wo podi-mos menos de elogiar al marqués de IXibbia-
no por un acto que acredita patriotismo y generosidad : patriotismo, por-
que intenta llamar la atención general sobre las relevantes prendas de un
español , de un ara;;onés eminente, consagrándole honores que recuerdan
el mérito de este oscpIho varón : generosidad, parque ha sabido despren-
derse de sumas cuantiosas para la publicación de la vida de este inteligente
diplomático, sacando á luz ducumentoa curiosos é inEeresanies, como tam-
bién las obras del marino D. Félix Azara. Los aragoneses debemos tributar
un voto de gracias al marqués, porque ha sabido deslinar una parte de sus
— 85 —
riquezas k un objeto tan digno ; pues aunque es natural que en ello tenpa
una complacencia y se proponga enaltecer la honra propia, el resultado es
que al misino tiempo cede en gloria del pais. Si lodus los que becen alarde
de su nobleza y de sus blasones hubiesen seguido el mismo rumbo, las
cUises distin;;uidas de la sociedad Gonservarian mas aprecio en el público,
mas prestigio , y una influencia mas permanente , porque el pueblo no
puede dejar de tributar respeto ñ los nobles, que procurnn aumentar el
esplendor de su nombre con la aureola del saber y con homenages pres-J
tadüs á los que se interesaron en la gloria de la patria. Esperamos con an-
sia [3 publicación de la vida del diplomático A/ara , que no dudamos quu
el marqués recalará, como lo ha hecho con otras publicaciones, ¿ ios cuer-
pos cJentíllcos de la provincia . á los establecimientos públicos y al ayun-
tamiento de esta capital: presumimos que esta obra será divina del aprecio
general hallfinilose escrita por el benemérito literato el Sr. D. Basilio Cus-
tellanos, que entusiasmado con la gloria de su héroe, )ia escilado h los va-
tes aragoneses á que entonasen las alabanzas del Sr. D. José de Azara.
D. Basilio Castellanos de Losada con estos setos patrióticos parece que ba
tomado en cierto modo carta de naturaleza en Aragón, donde tiene nume-
rosos amigos y simpatías inestingnibles: trabajando por la gloria de su hé-
roe ha labrado la suya propia; los amantes de este pais le agradecen que
baya sabido aumentar en el ánimo del marqués el entusiasmo bacía su
pariente , y que haya auxiliado sus rectas y puras intenciones para eter-
nizar su memoria.
La TuDcion celebrada para inaugurar el monumento ha tenido un ca-
rácter popular : se ba bren» intervenir á la religión , porque nada puede
hacerse sin e.\h en uu país eminentemente religioso como la Esp:iña. Las
limosnas hechas con largueza por el marqués en aquel día han debido gra-
bar profundamente su recuerdo en los miserables que no fueron simple-
mente espectadores de un fausto y de una pompa estéril. Aquellas largas
mesas , distribuidas en varías casas del pueblo , y presididas por los al-
caldes y eclesiásticos nos recuerdan los tiempos patriarcales y aun las fc-
bulosas bodas de Camacho que nos describió (Cervantes. Un pueblo en
que no bubo un solo vecino que no gozase con la munificencia del mar-
qués: ana fiesta en que todos los concurrentes eran obsequiados, seria nn
espectáculo digno de la atención de un observador, y hubiéramos querido
hallarnos presentes para recoger aquellos chistes naturales, aquellos do-
naires y sales de las gentes rú-iticas , que los franceses apellidan naiveles,
que iniprovisarian aquellos labriegos. Seguramente han debido decir, es
un grande hombre el que hace que comamos y que se nos regale cuando
há tantos años que ha muerto.
Ya que por este incidente inesperado hemos hablado del señor mar-
qués de Nibníano, no podremos menos de escilarle á que venciendo su
modestia traiga á esta capital el precioso gabinete de fscogidas pinturas y
esculturas que se nos ha dicho tiene en la ciudad de Huescii. ¿ No es /ara-
goza su patria adoptiva 't ¿No es donde se halla avecindado y arraigado
con los vínculos de familia? ¿Zaragoza no le ha tributado demostraciones
de aprecio elii;iéndole concejal? ¿No es constiiario de la Academia de San
Luis y vice-presídento de I» sociedad Aragonesa? Si pues esta capital siem-
pre herdica le mira como uno de sus hijos mas queridos , á exta ciudad
debe traer ese precioso tesoro para que sea un objeto de admiración para
los inteligentes, de estudio para los amantes de las arles, y un testimonio
elocuente de la grandeza y buen gusto del Excmo. Sr. I>. José de Azara.
— 84 —
Cada vez que se examine este museo, que segim hemos oído decir abunda
en riquezas artísticas , se tributará un bomenage respetuoso al que el
marque mira como el béroe de su Eamilia , y en cuyos bechos y recuer-
dos cifra una de sus principales glorias. No creemos que el señor marqués
desaire esta indicación , atendido su verdadero patriotismo.»
Entre los periódicos políticos de Madrid el Heraldo y la Época fueron
los primeros que dieron la noticia que ya babía anunciado el literario ti-
tulado La Semana en su número l.^'del mes de octubre , con cuyo
motivo publicó la biografía de Axara con su retrato pintado por el dn-
tinguido Mengs » y grabado en madera ; pero el que mas se estendió b»-
dendo una descripción de la fiesta fué el periódico berildico-üterario ti-
tulado Eí Trono y La NoMeza en su número 30 correspondiente A diciem-
bre , en que insertó un estonso articulo encabezado con el retrato espre-
sado.
La ffqja lüográfica de París bizo mención también de la inaoguradoB,
y al espresarla el periódico literario universal que se publica en la capital
de Francia con el título de El Correo de Ultramar, en su número S , eor»
respondiente al 15 de febrero de 1851 , A la pAg. 44» inserta una biofmfia
escrita de nuestra mano , que es la publicaaa en Madrid en el Foro Bsp^
ñol el ano anterior , la que ignoramos cómo llegarla A su redacción.
IV.
Se ba becbo tan raro el folleto que escribió Azara A que alude It dca
que comentamos » que pasa ya como un impreso de difidl adquisición
basta en Italia , en donde circularon roas de diez y seis mil ejemplares 7
mudbas copias manuscritas. En vista de esta rareza actual, debemos creer
que se pondría empeño en recetor los ejemplares por los enemicos del
venerable Palafoz, ios que quemarían cuantos bailasen A la maso. ApeauT
de esto bemos visto un ejemplar de cada una de las ediciones dtadaa , ▼
tenemos una copia exacta de la primera. También posee otra copia «I
Excmo. Sr. duque de Osuna y del Infantado en la secdon de Ihnaacriloa
de la copiosa y magnífica biblioteca de su palacio de Madrid » en el Códice
núm. 1, en A.», pergamino, titulado: Varias poesías y cartas ée Mrd. A*
cuya copia , dice allí, fué sacada para el señor marqués de Nasfakermomm
La espresada copia , igual á las impresas , empieza asi :
«La última congregación de ntos que se tuvo el martes 98 del Wkm
pasado sobre las virtudes del venerable Sr. D. Juan jde Palafoz, ba sido
muy estraordinaria y de las consecuencias mas estranas y peligroaas.»—
Y concluye asi : «Por todo lo cual y demás que pudiera esponer, conOa
quien esto escribe que Su Santidad, usando de la notoria rectitud y Justi-
cia de que estA adornado, dará el decreto que desea el Bey católico» y todo
lo grande , impardal y juidoso del mundo. Boma 18 de febrero do i777._
J. N. de A.»
Este papel está escrito sin reticencias, con energía y basta en térmiii'
algo duros, pero siempre con respeto bácia el Pontífice; y se defleml
Carlos III en él con todo el vigor y talento que podía bacerlo un aragt*
tan sAblo y enérgico como Azara: sentimos que su estenaioD , nos i»
de insertar documento tan interesante como curioso.
Cuatro son los cuadros en que se oslentan , en bellísimas láminas,
grabadas por Ángel Cam[)anG]la, los dibujos antiguos encoDtmdos por
Azara eu las escavacioncs que se hicieron de su orden y bajo su dirección
en Boma, los cuales fueron pintados por su amigo y protegido ol célebre
Mengs, que le dedicó tos cuadros que copió de ellos, y que sirvieron para
grabar las láminas.
Hepresenu el primero , eeíiatado con el número 136 en esto museo,
una escena en la que se vé á Adonis moribundo acariciado por Venus . y i
su lado el perro que se le tU de atributo al hi^roe cazador. Al pié de la
obra se lee la siguiente inscripción: Antonio ¡\aphaeli Menas Caroli III
Hispan. Reg. al quondam Alexandri JUagni Jpelles ptcíon, GrcEiorum
summis artificibus comparando imaginum Aiionidis moríentis in senu
Fmeris tuper txquiliis detecíam . in anea tabula expressam , amiciis
duidssimo 1). D. D, 1778. Cum privileijio SS. D. iV. Pü sexti.
Representa el segundo cuadro : en el centro del adorno de un salón
por el estilo del anterior, á Venus de pié a¡:arrada á un árbol con la de-
recba, j sosteniéndose el manto que le cubre solo por la parte inferior
con la izquierda : la rodean tres amorcillos , de los que el uno se arroja á
sus pies desde un pedestal. En el friso se vé, al rededor de la caja de los
incieasos , tres palomas. La inauripcion es igual á la del siguiente. Ea el
número 154 del museo.
En igual adorno se vé en ol tercer cuadro á Venus sentada sobre una
roca á orilbis del mar , en h que se sostiene con la derecba , teniendo la
melena de sus cabellos con la izquierda. Desde la misma roca un amorci-
llo se prepara á arrojarse al mar , y otro pufina por salir de él ayudado de
una de tas Gracias que le dá la mauo. En el friso está la concha mislii^a
rodeada de alegorías de Venus, y al pié tiene la siguiente leyenda: Equiti
Josepho Nicolao de Azara Potentis. Caroli Iff, Hisp. fíeg. C'atbodci a/iud
S. Sedem Pro-Legato procuratOTique generali cBguo Bonarum Arlitmt
aslimatori, etc. Parielinas picluras inier Esgnilias et fiminalem col~
tem superiore anno deteclas in ruderiints ptivaiat domus divi Anlonini
Pii OBVo depiclas, fañli , elegantigue arte , et omamentorttm simplicilate
speclandas , sérvala proporttont in tabulis expressas CamUltis Buti Ar-
ehiíeclm Romanm. D. D. D. 1778. Cum privilegio SS. D. N. Pii sexti.
Está señalado con el número 134.
En adorno de labor por el estilo del primero se vé en el centro del
cuarto cuadro á Adonis con su perro delante y escudero con dardos y es-
cudo detrás. Adonis enteramente desnudo con el manto á la espalda, se
halla en la actitud de probar con sus dedos si el bierro de la lanza que lleva
en la derecba está bien agudo. V.n el friso so ven dos venados corriendo,
como símbolos del cazndor. Esta lámina está pintada por Antonio Barón,
pues que debió hacerse después de la muerte de Mengs. Ld leyenda que
tiene es la siguiente: Jfemorúe Antonii Rapttaelis JBengs pictoris pialo-
sophinuper extincti , exguilinam Adonidis Fenatoris piciuram in anea
tabula expressam amicus. D. D. J>, 1779. Cum privilegio SS. D. N.
Pii sexti.
— 86
VI.
Cuando la noticia del armisticio de Bolonia hecho por Azara, en nom*
bre del Papa , con Napoleón , se ▼olvieron locos de alegría los romanos,
por decirlo asi, y entre las muchas cosas que proyectó su entusiasmo para
obsequiar á su libertador el caballero Izara , lo fué un arco de triunfo»
de cuyo proyecto encargaron al arquitecto José Vatadier. Como variaron
tan pronto las circunstancias |)or la veleidad de los romanos , ¿ pesar de
que el referido artista presentó el proyecto del arco, no se verifico la e)e^
cucion; pero si se hizo presente del proyecto referido al caballero^ el cual
debió conservarle, puesto que este original es hoy uno de los objetos que
decoran el museo de Barbuñales.
£1 arco pertenece al orden compuesto con toda su riqueza de decora^
cion, y se compone de cuatro columnas. £n los intercolumnios se ven dos
estatuas de las que, la una representa la Sabiduria y la otra la Meditación,
ambas con sus respectivos atributos. Sobre las dos estatuas se hallan dos
bajos relieves, de los que el uno manifiesta al caballero Azara presentando
¿ Pío VI la oliva de la paz, y el otro al mismo Azara firmando con Napo-
león el armisticio de Bolonia, y el Genio de la Paz cerrando el templo de
Jano. A los lados de la clave del arco se ven dos melladoncitos, y en uno
de ellos se advierte la cruz de San Juan , y en el otro el escudo de armas
de la casa de Azara. En el friso de la cornisa bay 17 figuras simbólicas
que representan á las artes, á las Musas y ¿ las virtudes que adornaban á
Azara. Sobre la cornisa se lee en una lápida la siguiente inscripción .*
«JosBPHO. NicoLA^o. DE AzARA. Equiti. Oratori. Hispáhico. Ad.
Pont. Max. Quod. Rbgb. Catholico. Auctore. Pacis. Sequesteb. Ur*
bebí. Ingruentb. Bello. Trepidam. In. Tranquillitatem. Securita*
TEMQUB. BbSTITUERIT.»
Coronan el todo sobre cuatro gradas sentada en trono, adornado con
los utensilios de labranza, la Paz con oliva á la derecha, y el caduceo de
Mercurio á la izquierda. A sus lados, en tronos mas bajos de dos gradas,
se ven sentadas dos figuras simbólicas , de las que la de la derecha repre-^
senta la ciudad de Roma con el lábaro papal á la izquierda, cabeza tor*
reada, tiara en la derecha , y la loba con Rómulo y Remo al pié. La de
izquierda es la España con lábaro en la derecha, escudo en la izquierte y
sentada sobre una proa de nave y armas. Al pié del arco , á los lados de
las armas de Azara, se loe : Pairono eximio Jos. Valaáier ^ archüectus.
D. D. (E& el cuadro 132 del museo de Barbuñales.)
VII.
So manifiesta la resignación con que aguardaba Azara la muerte, en la
siguiente carta que escribió á su intimo amigo 1). Bernardo Iriarte, cama-
rista do Castilla , diez y siete dias antes de su muerte, la cual, con otras
muchas conserva originales nuestro amigo el Sr. Salva.
— 87 —
aParís 7 de enero rfc í804. — Queriiio Bernardo : veo por tu última
carta iiuc el malrímonio conlinuaba cod buena saluil, ¡t pesar de la vecin-
dail de la peste; y gracias sean dadas á Dios, la mia va también nn poco
mejor , y ne comenzailo á comer un poco de pescado, después de muchos
meses que be estado condenado á caldos puros, lü sueño también es bue-
no y tranquilo, pero las piernas permanecen siempre hinchadas y van ga-
nando i los musW; esto amenaza bidropesia ; pero te aseguro que no me
dá el menor cuidado . pDrque de una ó de otra manera se n^ de hacer el
f ran paso, y lueí;o iodo «s igual : no ({nlsiera dejar mis huesos en el ce-
menterio de Montmarlre, porque hay ulli muy mala compahia: eí>pero lle-
varlos k Limina
. .El señor cónsul anda por esos andurriales de costa dando sus disposi-
ciones , y yo quemo li'ha pura librarme del frJo, que es cruel : mil abrazos
i Antonia , y soy tuyo — Azar&.>
VIII.
Todos los periódicos de París y mucbos de Europa publicaron la ne-
crología de Azara con mas ó menos estension , habiéndose becbo en los
oficiales de Francia por orden de Napoleón y aun por la pluma del céle-
bre ministro Talleyrand, como se deduce de la sií;uiente carta de ü. Fl^IÍi
de Azara al erudito y célebre camarista de Castilla D. Bernardo Iriarle (!].
«París 2 de abril de 1804. — Querido Iríarte: Ya pensaba estar fuera de
aqní cuando llegó la de Vd. del 7; pero los enredos me lian detenido , y
cuento salir pasado mañana si no ocurre otra novedad. Desde Barcelona
escribiré á Vd.—INicolás recibió antes de morir la noticia olicial de que lo
dejaban el sueldo de Consejero de Estado; pero llegó después de su muerte
la de concederle ol cobrarlo en G<Ínova. Talieyrand dispuso que Bourgoia
hiciese una memoria histórica sobre Nicolás , y habiéndola hecho bastante
larga la mostró al que se la mandó, y no habiéndole gustado él mismo or-
denó la que incluyo, que la tradujo al italiano Maiescbalcbi , ministro de
relaciones csteriores de la República italiana.— En todos los diarios se ha
(I) Grande amigo de aquel diplomúlico, y aulor del anónimo que se djrigiú
¿ Carlos IV, y de que damos ruzon d la página 3í9 del lomo 1" de la vida del
caballero, así como de la poeaia que insertamos ;l la pig. Goa del referido lo-
mo t." Al anOuiaio se (itulú : Papel de Uit Nadal. También i^ de líl una poesía
que empieza :
Pretento al hoiní>fe,
Pi'o ¡iretenUt al traje,
improvifiacioD que hizo Iriarle al presenlarle al Principe de la Paz, al acabar üc
apear:>e de la silla de posta, cuando, en <)iOJ , vino á Madrid rcpiieslo segunda
ves en su embajada de París. Asi consta de In carta de triarte al P. Heyes di> IC de
marzo de ISOS, escrita en Valencia, que se conserva en osla ciudad , Biblioleca
de SaUd.
— 92 —
cía qae mereceii , porqae gaeriéiblome males ban provocado mi Teliadad.
y porque la fonuna que se imaginan baber üecbo a mi cosía , merece mi
compasión y no esciía mi envidia. Lloro línicameDle los males de mi pa-
tria, la que teniendo tanta proporcioD para ser leliz, estJi reducida al es-
lado mas miserable, y á representar el último papel en la Europa, y á ser
casi ignominia el nombre de espafiol. Todo por ignorancia , avaricia , in-
triga y libertinaje de los que están á la cabeza del gobierno , y que perde-
rian Ui España si pudieran. TNi creo que pueda suceder diferentemente,
porque los buenos, ó buyen de los empleos , ó los apartan de ellos , no
simpatizando con las máximas corrientes ; y los que se buscan para ocu-
parlos son homogéneos á ellos , ó se tiaceo presto de sus mañas , no ba-
biendo camino mas resbaladizo que el de la lortuna apoyada del premio y
del ejemplo. Si yo hubiera conservado las minutas de todos mis despacbos
y correspondencias, temo desde Italia como desile Francia, basieria pu-
blicarlas para tener la historia completa de mis asuntos ; pero mis fugas y
viajes, y la obligación de dejar en los archivos respectivos de oñcio los
papeles que lea pertenecen, me privan de poder usar de estos documen-
tos. Sia embargo creo baber salvado bastantes para comprobar nii rela-
ción , y los que existen en los depósitos de Madrid , París y Boma servi-
rán. II es menester , para demostrar las verdades que refiero. Mi inten-
ción es de no publicar nuda en mis días . y después de mi muerte harán
mis herederos lo que quieran (I). Con esto pon^o freno á mi venganza
cuando ¿sta me dominara, pues no he de ver el efecto que harán mis ver-
dades contra los que han pretendido ofender, y solo deseo que justicia sea
hecha á todos.
"Si el que leerá esle escrito se imagina que ha de hallar en él una his-
toria en forma , según las reglas del arte, y que los sucesos que contiene
est^n enlazados entre sí según el orden cronológico, se hallará muy en-
gañado ; porque las diferentes negociaciones que refiero , no tienen por lo
regular semejanza ni conexión entre sí ; por lo que si yo hubiera escogido
el miJtodo cronológiCD. habría formado un diario informe, sallando de una
á otra especie, sin que el lector pudiese juntar los materiales relativos á
cada negociación, ni instruirse seguidamente de ninguno. Me ha parecido,
pues, separar los asuntos y tratarlos cada nnode por si, á lin de que los
que se aplican í la política y al conocimiento de los hombres , puedan sa-
car del conjunto de ellos la instrucción que desean. En cuanto al estilo me
be propuesto adoptar el mas simple y llano sin figuras, porque me pareco
ser el que conviene al objeto que trato. No me habría costado mas tra-
bajo cargarlo de sentencias y encajar disfrazados algunos lugares comunes
relativos á las pasiones copiando 6 imitando á Tácito, Séneca y otros mo-
ralistas nerviosos; pero dejándome de esto, he trabajado únicamente para
que mi estilo fuese terso , inteligible , sin nudos , y en cuanto me ha sido
posible /iitro simiUimus amici.»
En este trozo se vé con toda su fucna uno de los rasgos mas atrevidos
y oaracteristicos del retrato mornl de nuestro Azara , que supo retratarse
con verdad en sus escritos , siendo este uno de los que mejor pueden dar
á conocer su carácter.
(t) Su sobrino D. Agustín do Azara ha llenedo su deber publicando á su de-
bido tiempo las Memorias que escribió su ilustre tío , comprendiendo su deseo y
i
— 9a —
cía qae merecen , porqne qneriéndome males lian ¡
y porqne la fortuna que se imaginan haber liecljn .'
compasión y no escita mi envidia. Lloro únicanif i
tria , la qne tenienilo tanta proporción para ser frl..
tado mas miserable , y k representar el último |i:i| -
casi ignominia el nombre de español. Todo por i.
triga y libertinaje de loa que esiin á la cabeza ili '
rían la España si pudieran. Wi creo qne fiucilL
porque los buenos, ó buyen de los eni ¡I
simpatizando con las m4ximas corricr,;.
E arios son bomogéneos á ellos, ó se i.
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del ejemplo. Si yo hubiera conservad
y correspondencias, tanto desdo Itali i
blicarlas para tener la historia compl
viajes, y la obligación de dejar en lo
papeles que les pertenecen , me priv¡
tos. Sis embargo creo haber salvado
cion , y los que existen en los drpn^i
Fin, SI es menester , para demostrar
cion es de no publicar nada en mis d
mis berederos lo que quieran (I). i
cuando dsta me dominara, pues no li
dades contra los que han pretemllilo
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toria en forma , se^un las reglas di! u
estén enlazados entre s( scgnn el ('imI
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á otra especie, sin que el lector pti'
cada negociación, ni instruirse se
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que se aplican á la política y al c<i
car del conjunto de ellos la insini'
he propuesto adoptar el mas sini:
ser el que conviene al objeto qii-
bajo cargarlo de sentencias y rn<'
relativos ¿ tas pasiones copíandi>
ralistas nerviosos; pero dbjánd'
que mi estilo fuese terso, inli'l
posible puro simiUimus amiei.
En este trozo se vé con loit
y caracteristicos del retrato ii:
con verdad en sus escritos, si
á conocer su carácter.
fl) Su sobrino D. Agustín
bido tiempo las Uemoríasq
su intención.
XI.
Ji. jilejandro de Azara y Loícerlaíes , señor de Lizana , nació en Bar-
bnñales el ii de octubre de 1702, y casado en 3 de noviembre de i723 con
doña María Perera . que había nacido en el mismo pueblo en 1705 ; tu-
vieron los siguientes hijos : D. Eustaquio . que habiendo sido obispo de
Ibiza, murió sitándolo de Barcelona; i). José Nico/ds; D. Félix dt Azara,
que des[iues de haber estado 21 arios en América , particularmente en el
Paraguav, estableciendo los limites entre las posesiones de España y Por-
tu(,-al , y de haber escrito famosas obras sobre aquellos paises y sus pro-
ducciones, falleció de brliia'lier de la real armada {!); D. lorenzo, que
falleció & la edad de 37 aflos siendo presidente del cabildo [le la santa
iglesia catedral de Huesca; D. Mateo, que murió de oidor de la Au-
diencia de Barcelona, y doña Mañana, que habiéndose casado en S de
julio de 175S con B. José Barrínji, murió en i«'M después de haber
vUto á su bijo D. Eusebio BardaJE do ministro de Estado, destino que
ha servido varias veces basla íHil. en que falleció ; cardenal de la Ijile-
sia Católica á au otro h'\io B. Dionisio, que murió en tan elevada dig-
nidad en 1826, y cacado perfeclameitte i sus hijas (2). Y en fin, D. Fran -
cisco Antonio, último hijo de Ü. Alejandro, y padre del aclual mar-
qués do Nibbiano , que casado con doña Leaiidra !tfata y fíivas en 1775,
(1) Eo ISt7 hemos publicado sa Descripción é hiitoria del Paragutpj y del
fíüi de la Plata en dos lomos en i." con su bJugraTía ; y en el mismo en olro
lomo en i.° sus Jfíamoriai tobre el estada rural del rio de la Pinta en IflOI , y
demarcación de timitei entre el Braül y el Paraguay áfin del liglo XI'III.
[i] Duna Francisca y su esposo han rallecido , y en el día viven sus tres lu-
jos siguientes; D. Agustín Cascajares, casado con doña Catalina de Azara; don
Francisco, coronel de caballería y jeTü de estado mayor en Pamplona; y doña
Gertrudis . que falleció en marzo deí año de 1BÍ7, casada eo Castelseras con don
Joaquín Saolapan. Doña Martina vive aún , y BU,esposo falleció hace algunos
años; en el día tienen tos hijos siguientes : D. Uanuel , heredero de la casa de su
padre, el cual contrajo matrimonio con dona Antonia Castilloii ; don Lorenzo
coronel de infantería , y doña Francisca . casada en Alcañix con D, Mariano Ar-
did y Plano, Doña Joaquina murió hace algunos años, y su esposo D. Pedro Cle-
mente Ligues vive aiin, habiendo sido Jefe político do Pamplona, de Talladolíd y
de Cúrdoba desde lg!D á 1SÍ3, diputado ií Corles en las constituyentes de 1837, y
Senador del reino. Ea el día tiene los hijos siguientes : D. Tomds. que ha seguido
la carrera diplomática, siendo secretario de embajada en los Eslados-U oídos de
Ami^riea y en Cerdeña . y boy oficial del ministerio de Estado ; dooa Justa, ca-
sada en Dnjalance, provincia de Córdoba, coa D. Francisco Espinosa do los Uon-
teros; dooa Juliana, casada en Aíagon con Ü. Carlos Olal , corregidor cesante, y
doña Benigna , enlazada en niatrímonio con D. Rafael Navascués, jefe político de
varias provincias, ex-díputado á Cortes por Tudela, y aclual jefe de sección del
miaíslerio de la Gobernación,
— 94 —
falleció en IR^O, siendo segundo maniui^s de Nibbiano, siguiéndole al se-
pulcro su esposa on I)ij3 á los 84 de edad, ilejando 6 hijos, SO nieloB y 39
DÍznietos, que formaD un toiai de 86 descendientes \ivos, D. Alejandro
murió en 13 de julio de 1778 k la edad de 75 años; y sn esposa tloña Ma-
ría Perera le siguió al sepulcro el 7 de diciembre de 17«2 & la de 77 anos.
xn.
Los hijos de O. Francisco de Azara ^segundo marqués de Nibbiano,
por sucesión de su hermano Ü. José ¡Vtcolús) y de doíia Leandia de Mata
y Rivas , fueron los siguientes, que ponemos por su orden con sus des-
cendencias.
La primera fué b señora doña Nicolisa. qae vive en el dia, viuda del
Sr. D. Francisco Javier de Sal.is. Este fué el heredero de su casa ; y en el
ano de 1814, cuando se establecieron las primeras diputaciones provincia-
les, se le nouibró diputado por el partido de Qarbastro. y pasó á Zaragoza
á desempeñarlo. Hijos que viven de este matrimonio; D. Mariano, teniente
coronel de artillería con grado de coronel de infantería , y director do la
real fábrica de salitre de Zaragoza: se halla casado con doña Casilda Car-
bajo- Üona María del Bosario, monja profesa en las Salesas en Calataynd,
en donde llevó el nombre de sor María Jacoba hasta principio de JS5Í en
oué falleció. Üon Jaime María , heredero de la casa , vocal propieiario di>l
Cons(íjo Itenl de Ultramar, y ex-presidcnte de una de las salas como ma-
filRlrado de la Audiencia de Madrid, ei cual fufí uno de los fundadores de
las academias de la isla do Puerto-ltico y de la Habana , y disfruta hoy en
la corte de una distinguida consideración por bu proverbial honradez,
pnibldad y justiñcacion , pasando ciin justicia por uno de los jurísconsul -
tos mas entendidos en nuestra legislación y practicas forenses. Doña Anto-
Dina, casada en Estada con D. Pablo Sich.ir. Dona Teresa , en Ahañiz,
con Ü. Joaquín Ardid. Doíia Lorenza , sultera. Doña Luisa , id. Doíia Jo-
sefa , monja del real monasterio de Sigena, de la orden de san Juan de Je-
rusatcn. Ú. José, licenciado en la universidad de Huesca.
Dono Mónic V, vive . y su primer marido Mancho murió: era heredero
de su casa, y no tuvo destinos. Su segundo marido Ladrón de Ceftama,
también ha muerto , fué heredero do su casa , y obtuvo el destino de juez
de la Cámara de Cumptos de Pamplona. Hijos que viven de los dos matri-
monios: del primero, doña Margarita, casada en Castejon de Lapuente
con U. José Sin : y del segundo , doDa Benita , heredera de la casa de La-
drón . casada con D. Benito Holloqui , en Lunihier.
Doña Micaela, murió en setiembre del año de 1«47, y sn marido
D. Francisco Falces tnmbien murió antes que ella: fué heredero de la casa, y
DO obluvo deslino. Hijos que viven de este matrimonio: don Francisco, he-
redero de la casa, catedrático de ascenso de la universidad de Barcelona y
diputado á Cortes por la provincia de Huesca , distrito de Bcnabnrre (IV
D. José , siguió la carrera literaria , y se halla al frente de los negocios ae
la casa. Dona Teresa, soltera. Don Salvador, juez de primera instancia de
II) En 18i9 tin-ímos el honor de escribir y poLlic
Irado diputado, en la Hiiiloria de las Cortes.
' la biografía de este iins-
I
i
— 95 —
Pina , en )a proviocia de Zitrngozil. D. Fennin , es-consejero de províncJ!)
en Huesca, y ei-alcalde corregidor de Lérida, cesante por supresión de
eate destino. 1>ob Jorge, capitán de )a;ten¡eros, y comandante en la Isla de
Cuba , on donde se baila . en la poblaciOD de Víllaclara. D. Vicente , te-
niente de artillerÍD , graduado de capitán de ejercito.
Dona CtRLOTA. vive en el dia , y su marido Escudero murió: fué here-
dero de la casa, y no obtuvo destinos. H>J03 de esto mairimonlo : don
Francisco, heredero de la casa, catedrático de término de una de las aslg-
Daturas de estudios sufieriores para el doctorado que solo eiistun en la
universidad central de Madrid, y diputado á Cortes por la provincia de
Huesca, distrito de Barbastro , casado con duna Concepción bscudero (1).
Doña María de la Concepción , casada en Lascell^s con don Joaquín Allue.
D. Pedro María, magistrado de la Audiencia de Albacete , casado con doña
Sixta Blanque. U. Benito , jefe civil cesante del distrito de Barbastro , por
supresión de este destino. D. Mariano, abogada de ios Supremos Tribu-
nales, jefe de las rubricas de sales de la provincia de Granada. Ü. Lorenzo,
abosado como el anterior, y oficial inspector de las salinas de la provincia
de Madrid. D. Manuel , abogado , y oficial primero de la jefatura poütica
de Huesca. Dona Carlota , viudü de D. Nicolás Coll, en Estadilla.
Doña MjIbu URL P[l.\ii, murió en diciembre de 1821, y su marido La-
drón de Cegama ba muerto también hace algunos años : fué el heredero de
aucasB. la que estaba establecida en Navarra en la ciudad de Sangüesa,
y en la inundación que padeció esta población por el rio en el siglo
pasado , se trasladaron A Huesca, en donde tenian h casa de la antigua é
ilustre familia de Lastanosa , que hablan heredado. En Huesca fué algunos
años catedrático de la universidnd, y después magistrado de las Au-
diencias de Barcelona y de Pamplona, tenia por su casa asiento en las
corles de Navarra , y asistió A las que se celi'braron en el año de iHI7 y
i Us posterioru'S. Hijos de este matrimonio : D. Clemente, después de ha-
ber seguido la carrera literaria , so halla en Sangüesa al frente de su casa,
como heredero de ella. 1>. Juan , catedrático en Oñale. B. Francisco , ca-
pitán de infantería. Ü. Javier , ingeniero civil.
Doña Cataliha, vive en el dia, y también su esposo D. Agustín Casca-
jares , barón de Barcabó: es el herpdero de su casa , y no ha obtenido des-
tinos. Hijos de este matrimonio : O Manuel , heredero de la casa . doctor
de la universidad de Zaragoza , casado con dona Encarnación Franco , ha
sido diputado de provincia en la de Teruel. I). Ftiüx, doctor de la univer-
sidad de Zaragoza, auditor honorario de marina , y actualmente catedrá-
tico de Jurisprudencia en la universidad déla Habana. D. Fnmcisco , li-
cenciado en la universidad de Huesca , y comandante graduado de teniente
coronel del regimiento de caballería de Alcántara. D. Felipe , capitán de
artillería. D. Joaquín, capitán de artillería. D. Antonio, teniente de arti-
llería coa grado de capitán. Dona Pascuala, soltera. Üoña Leonarda, ídem,
y dona Justa , que casó con U. Serapio de Pedro , hija del barón de Sali-
ílas, coronel graduado de infantería y comandante efectivo de artillería,
de cuya arma es profesor en el colegio de Segovia. Doña Justa, murió
(I ) En 1849 tuvimos el honor de escribir y publicar la biograria de este ilus-
trado español , la cual se inaertó también en la Historia de les Corles publicada
en el mismo año por II. Manuel Ovilo y Otero, direclor del periódico hcr.il-
dico titulado El Trono y La ¡Vohleza.
— 98 —
ciudad el 3 y 4 de agosto cuando los franceses . decididos á tomarla Id
bombardoaroa tcDazmente, sería querer hacer un bosqupjo su)i<TJar k
nuestras fuerzas, y asi es que itos con te ataremos con decir quejamos Se
vio pueblo alguno, desde Sat;uiilu y IVumancia , mas heroico y que mejor
supií'sc defender su liberud. La Bureta con su fusil en la mano y man-
dando la batería que situó por sí misma al frente de su propia casa, apa-
recía en la parte de mayor peligro estimulando á la pelea A sus bravos, y
sembrando el espanto entre los franceses, asombrados de su valor: y ni
la lluvia de bombas que caía sobre la ciudad, ni la multitud de ediñcios
que se desplomaban ya á sa impulso , ya volados por minas hechas al
tifecto ó por descuida , ni los centenares de cadáveres de agresores y de-
fensores que obstruían las calles , fué capaz de detener k la condesa en su
heroísmo , ní á sus conciudadanos en et empeño de morir ó vencer : Za-
raí;oia quedó reducida a un montón de escombros en estas memorables
jornadas, pero . defendida por sus naturales, dio la lección al mundo de
que nada hay capaz de hacer sucumbir á un pueblo que pelea unido por
su JRde|iendencia.
Relirados los franceses bien disminuidos por el mortífero plomo de
los zaraítozaoos , la heroica condesa y sus esforzadas compañeras reci-
bieron el premio de sus gloriosos hechos en la estimación de sus conciu-
dadanos; estimación que se acrecentó después en las jornadas que empe-
zaron el segundo sitio en ^1 de diciembre, época en que, á pesar de
haberse atacado la ciudad por veinte mil infantes y dos mil cabatlos, su-
frirron los franceses igual suerte , pues que si entraron en Zaragoza
el 51 da febrero , fuií después de que la guerra , la peste y el huiubre
liabiiin dejado en cuadro a sus habitantes, hallándose moribundo el ge-
neral l^alaCox , y viendo necesaria la capitulación por falta de combatien-
tes, no sin sentimienio de la Bureta, que hizo todo cuanto pudo para que
pereciesen todos antes de entregarse.
En el tiempo que medró entre los dos sitios , se casó la condesa con el
espresado barón de Valdeolivos, rúente de la audiencia, y presidente de
la Junta de Gobierno que se nombró por enfermedad del ^-enerat Palafox,
el que, en virtud de su encargo, fué el que capituló por la ciudad con el
mariscal Lannes.
No pudiendo sufrir la condesa la vista de los invasores de su jtatría,
después de despedirse del héroe Palafoi, que fué conducido prisionero
!i Francia , saUo para Cádiz con su esposo y familia, dando i luz á su
paso en Valencia, á su hija doña María del Pilar, que heredó después
l;i baronía de su padre , liallándose hoy simada en la villa de Pons , cerca
de liarbastro , casada con D. Ramón Ota!. Cuando en l!tti, cebados de
España los franceses , volvió Fernando Vil al trono de sus mayores , re-
gresó á Zaragoza , en donde recibió las mas señaladas pruebas de aprecio
de sus conciudadanos, y vio premiadas sus acciones en la gratitud que,
tanto á ella como ¡í su esposo, les manifestó el soberano y el país entero.
Después do vida tan virtuosa como heroica . murió la condesa de Bu-
reta en Zaragoza el 23 de diciembre de 18U & los 39 anos de edad; pero
su memoria vive y vivirá eternamente en el corazón de los españoles aman-
tes de su país y de la independencia española.
> Hoy vtven ios descendientes de la Bureu : dofia María Ignacia do Snel -
ves.vmda de su hijo D, Mariano, y -sus siguientes hijos: D.Manuel
María José López y Suelves , actual conde do Bureta ; ávSa Pilar , doña
Ignacia, doña Dolores, JD. Francisco y doña Magdalena, que permatie-
IjV ,vl\.ií r\ i'iK 1,1-
— 99 —
cen tAdns en Zaragoza con su virtuosa mitilre; y vivi> L-imbÍpn. mlcntns
da ta referi'la acEiial baronesa du Vuldeolivos, la eniinciatla si^rinra 1)01*1:1
Maris de loa Dolores, marqiieaa de ¡Nibbiano. cuya TÍftHd y sumidad r.s
probervialen Zaragoza, ücredUando con sus ruconucidaíi virtudes leda cMa
esclarecida familia de la Bureta el lüclado honroso de la Familia sania que
la da el pueblo aragonés.
XIV.
Bon /igtutin fie Azara Perera Mala t¡ Rivas, tercer marqui's de Nib-
biano . nació en Barbur'ialcft el dia 3K de iiiíoslo de 1H01, y bcredero de las
virtudes y patrimniiio de su ilustre ramília, ha subido mantener sin lesión
las glorias de las primer.is con sus nobles acciones y acrecentar al segundo
con su loable conducía y buena dirección.
Educado D. AgnstÍQ por sus virtuosos padres D. Francisco y doña
Leandra, é instruido por su ilustre tÍo D. Félix de Azara , britiadíer es-
perto de marina y sábto naturalista que, ii un talento y perspicacia singu-
hr retiñió una vastísima erudición hija de su larga espcriencia, de sits
grandes viajes y de su pasión al estudio, si bien no pueite presentar docu-
mentos que acrediten una carrera literaria que no se le q<iísnd.ir para
qne sadeiticase solo al engrandecimiento de su casa, adquirió aquellus
conocimienios de sólida instrucción que necesita el hombre para conocer
y sabor triMr A sus semejantes, para manejar con tino grandes intereses,
vivir estimado y aun venerado en aociedarl , y drri;;ir bien la educación é
instrucción de una numerosa prole. Las ciencias y las letras no tienen se-
guramente en él un eminente profesor, pero si un conocedor aprcciable
que sabe lo quo se las debe considerar , y habiendo cultivado en ellas su
talento para sostener con dignidad su elevada categoría , la Una modestia
que le caracteriza aumenta muchos quilates ¿1 su saber, y le da nuevos
valores á la consideración en que se le tiene por todas estas recomenda-
bles circunstancias , y por su reconocida rcli^^osidud, honradez , amabdi-
dad y acendrado patriotismo.
Por muerte de su señor padre heredó 0. Agustín á los 18 años el mar-
quesado de Nibbiano, el senorio de Lizana , el honroso derecho de vecino
privilegiado do Fraga , y todos sus bienes, que nn tardó en aumentar con
los de su ilustrado tio y mentor U. Félix, que murió en 1821 «tejándole por
su universal heredero. Si bien, scpun fuero de Aragón, la señora madre de
D. Agustín quedó usufructuaria do todos los bienes . esta les hizo entera
donación de todos ellos en ÍH^'1, época desde la que tuvo eiclusivamento ji
su cargo la dirección de la casa, en cuyos asuntos graves, como buen hijo
consultó siempre con la cariñosa y virtuosa autora do sus dias . que falle-
ció en I1J43, llorada de los muchos que le debieron su bienestar, y de sus
iumensos amibos y admiradores.
Deilicado D- Agustín al engrandecimiento de su casa, no tardó en con-
sí^ir su designio con aplicación y bien entendida economía, viniendo k
ser patrimonio suyo , por compra , el sei'iorio de Guadarespc , posesión
vasta de la provincia de Huesca , en donde se halló en tiempos antiguos la
población y famoso castillo de su nnmlirn, do que tantas veces , como del
de Lizana , nos hnhlna las crónicas de Aragón.
Casado ¿ gusto de su familia desdo IH'1'2 con la virtuosísima señora y
^ 100 ^
modelo de cariñosas madres doña María de tos Dolores López
de Heredia y Marín, hija de D. Crisóstomo. conde de Bureta , y de doña
María de la Consolación de Azlor u Fillaineeneio , ilastte heroína de Za-
ragoza , cuyes gloriof^os hechos publicó la fama y están escritos con eter-
nos caracteres en el templo de ia inmortalidad , como dejamos sentado en
la nota anterior, formó con tan escolente señora una de aquellas dichosas
familias que de vea en cuamto ¡ircsenta Dios en el mundo para que sir-
van de santo modelo y para que sean bendecidas por su generación y ad-r
miradas en la posteridad. El cielo que bendijo tan acertada unión, les col-
mó de sus beneficios haciéndoles herederos no solo de las virtudes de sus
predecesores, si que también de la fecundidad que tanto engrandece desde
muy antiguo á la familia de los Azaras de Aragón , óomo sí quisiere per-
petuar tan benéfica j rica rama en aquel pais protegido por la madre
de los Angeles.
En BarbuAales , en Jaca , en Huesca y en fragosa, puntos de Aragoii
en que ha tenido el marqués de Nibbíano su residencia, según que las cir-
cunstancias de nuestras últimas divisiones políticas lo han exigido, en to-
dos estos puntos existen recuerdos gloriosos de esta familia ilustre, que
jamás se borrarán, por los bienes que proporcionaron y por el fuego de
virtud que encendieron.
Los cargos patrióticos y benéficos mas honrosos ocuparon en todos
estos puntos á D. Agustín, designado por sus conciudadanos como el mas
digno de representarles do quier por su lionradez ; las sociedades crentííU
cas y patrióticas de su pais le abrieron sus puertas honrándose en admithr
en su seno á tan ilustre como ilustrado varón, y la Reina dona Isabel II no
pudo menos de darle, en varias ocasiones, pruebas inequívocas del apre-
cio y deferencia con que le miró desde que la dieron á conocer sus viitn-
des, siendo una de ellas el haber honrado su cas9 en )as noches de )6y t7
de julio de 1845 cuando, de regreso de Barcelona, estuvo en Zaragoza con
su angelical hermana la infanta Doña Fernanda , hoy Duquesa de Mont-
pensier , y con su augusta madre Doña María Cristina de BorAon , boy
Duquesa de Riánsares.
A ser menos modesto D, Agustín , ciertamente que figuraría boy en )a
corte en primera línea; pero enemigo de aparecer ostentosamente de modo
alguno , pues que ha sido obligado siempre á los cargos públicos que ha
desempeñado, deseoso de dedicarse á su ramüia, al bien de la humanidad, y
contento con su suerte, ha rechazado con la energía de buen aragonés»
cuantas proposiciones de engrandecimiento personal se le han hecho, ha-
biendo solo admitido la cruz de la reaj orden de Garlos III que orna su pe-
cho por no desairar á su Reina y Señora : nosotros somos testigos de no
haber querido admitir el nombramiento de^ron de Jzar^, título de Cas-
tilla con que no hace mucho se le brindó ; y si ha puesto su firma alguna
vez en cosas de engrandecimiento y en solicitudes que puedan inducir á
ostentación, ciertamente que ha sitio obligado del empeño de sus amigos,
que le han presentado al efecto las colosales figuras de ilustres ascendien-
tes á quienes honrar de este modo, y [a larga descendencia á quien tiene el
del)er de preparar un porvenir risueño y honroso. Todo el que haya tra-
tado , por poco que sea, á D. Agustín de A^^ara, podrá conocer la verdad
de cuanto acabamos de esponer.
Amante apasionado de su familia, pocos habrá que hayan sabido hon-*
rar á los suyos con mas cordial entusiasmo y con mas grandeza en igual-
dad de circunstancias y fortuna , testigo de ello el objeto principal de este
— 101 —
volumen , U publicaciaa ite las obras inéditas de sus Ilustres tins , y Ir
suntuosa edición de la Tída del mas esclarecido de ellos que hemoa tenido
el bonor de escribir por encargo de señor (an magníüco como agradecido
A a<|uellos que le legaron un nombre jurando y veoeranilo. El amor filial
lo hizo no perdonar gasto alguno para reunir en liarbufiales, en el sun-
tuoso panteón do faniilia, á aquellos dos aeres que fueron modelo de amor
conyufial y de paz y de felicidad doméstica, á sus queridos padres . cuyos
cadáveres hizo tr^^sladar desde Huesca- i.a gratitud que tiene eucundida en
RU corazón la pira de su sagrado fuego , lo obligó á leTanlur ese [tlorioso
monumento que honra tanto en la casa solanegu de los Azaras al ht^rott k
qn« está dediaido , cuanto al sucesor que de tal modo supo recordarlo y
perpetuar sus grandes hechos ; y el reconocimiento y amor que tiene á su
patria y it su n^ina, son ios móTJIcs que le han impelido h tomar carpios
patriólicos que le ocupan diariamente y á todas las huras , y á los que se
dedica cotí asiduidad y can entera voluntad , sin otro interés que la ttalis-
faccion de hacer el bien que pueda á sus somejanies , servir conni buen
ciudadano k su piis , y como subdito liel i la beredera augusta del trono
de San Fernando.
Grandes desembolsos ha tenido que hacer y haco este magnifico suce-
sor del inmortal Azara paní servir á su |<ais con la íó y amor que lo ha
ejecutado siempre, y sobre todo pura honrar ú sus ascendientes con tanta
magnificencia ; pero el cielo te favorece , y tan noble desprendimiento no
puede menos de ser recompensado con creces eu su fortuna , pui's que lo
que se hace para llenar H delior de gratitud jamús so pierde, y lejos de
ilismiauir las fortumis, las acrece en grande/a y en buena fama, riqueza
superior ¿ los bienes materiales pLi'eceileros por su esetir.iii, ¡Cuánta mas
grandes y felices fueran lo^ pueblos, si los que han sido favorecidos del
eleto en posición y riqueza imitaran al señor de Lizana ! pero por desgra-
cia el lujo desuiiisuraiio de los unos y las pasiones de los mas, no golu les
hace olvidar lo que deben á sus mayores, i quienes dejan en el olvido m-is
punible por mas que les deban cuanto poseen, sí que concluyen por ar-
rojarlos del pináculo de su poder y grandeza á la sima en que se pierde el
nombre y la honra en el inmundo füQgo de las pasiones, ¡t^luiíra el ciclo
preservar de este mal á la ilustro familia del marqués de ISibbiano en su
desr^ndencia !
Si la escesiva modestia del sefior marqués ile Nihbiano le ha podido te-
ner sep.iradi> de aquellos cargos on que la política da el poder á sus esco-
gidos (i), y de lo^ que unen á una elevada poi<icion cortesana pingues ren-
tas sacadas del erario para sostener una dignidad gubernativa, ella misma
le ha elevado á aquelloB cargos patrióticos para los que se preliere á lodo
la honradez , la ciencia y el desinterés, y asi es que de los de esta clase
pocos han sido los que los ayuntamientos y corporaciones de los puntos
en que se ha balt.ido no se han apresurado á pouer k sus órdenes , y seria
larga la historia de los que podriamos citar con relación ¿ Huesca y i Za*
ragoza.
(1) En 18J3 en que fué propuesta en primer lu^-ar para Senador por la
provincia de Huesca, Irabajii mucho para coaseguir do ser elegido, lo que lam>
bien lii¿ü cuando en iSU fué igualmente propueMo en primer lugar para el luiV
mo cargo por Zaragoza. En el uiismo año fué elegido vice-presidenicde la Junta
de Gobierno de la provincia por aclsniacion, á pesar de do hallarse presente.
A
— 102 —
En virtn<l Ac la justa consiilcracion en que se le lícne , de lo qac se fia
tie üii celo y liQDrailez , ^ liel amor (jiio lu proFesan sus conciudadanos,
Dilemas de otras carteos civiles y ri;li(!ias(is, es hoy director de la real So-
ciedail aragnncsü d« Amigos del Pais, vlce-presiJentc de la real Academia
de Nohli>s Artes de San l.nis, presidente de su >ecctun áe HsciiUurJ . pre-
sidente de la dipntacion arqneolójíica ile la provincia, )>i'esitlonte de la co-
niísion iirovincial de Escnelas y do Instrucción primaria, rc;;i(lur del ayun-
tamiento , director He la sociedad de Seguros , tesorero de la Junta de Ca-
ridad, y miembro de honor de porción de Saciedades liierurias y artísticas
nacionales y eslran^eras.
La gran generosidad con que lia repartido entre todas las academias,
bibliotecas, institutos, universiilades y snciodsdes literarias, cientíñcas y
artísticas de España y aun del estrangpro, las obras de sus í^ébios antece-
sores que tía impreso á t^u cosía, solo con el fin de honrarles mas de este
modo, le ban valido repetidas reales órdenes de gracias dudas por S. M. la
Reina y su gobierno, y por los soberanos de otros países . y pláixmcs li-
soRíterns de casi todos los cuerpos sabios de Europa , que no han podido
dejar de elogiar tan generoso desprendimiento y acción tan magníinima.
nada ha perdonado el señor de IJzana para servir h su pats y honrar
fi los suyos . y por lo tanto sí sus descendientes le deben latitud y vene-
ración . razón será que la patria le tribute honores y aplausos en vi'Ja . y
que conserve su nombre con gloria al porvenir.
No seremos nosotros por cierto los que menos contribuyamos á que
el nombre del actual marqués de ISibbíano aparezca tan honrado como
deba serlo, pues que si el honroso cometido que le debemos de Histo-
riador de su ilustre familia nos ponia ya en este deber, las dístindones
con qno nos ha favorecido y la fmura Con que ha sabido', siendo
digno sucesor del grande Azara , recompensar nuestros débiles trabajos
hechos en obsequio de su ilustre y antigua familia, llamarán siem-
pre con prererencia hacia este objeto nuestra gratitud , y & pesar del veto
que nos pono su fína modestia, no dejaremos ni un día de eiojiiar debida-
mente sus buenos heclios , y de recomendarlos á la estimación publica , ni
de cantar las glorias do sus esclarecidos ascendientes, insistiendo en cuanto
podamos con el gobierno y con el país entero , para que se premien cual
debe las virtudes y mérito de tos Azaras en el sucesor que tan dignamente
IcSsabe representar.
Siete hijos y una bija cuenta el actual marqués de JNihbiano en su des-
cendencia, los cnales forman la delicia de su feliz y venturoso matrimonio:
el mayor de ellos, b. Míriano , después de haberse recibido de licenciado
en leyes, ba servido en el cuerpo diplomático en la legación de S. M. en
Rruselas.
O. Albbbto se halla concluyendo su carrera literaria para dedicarse al
Foro,
1). FüAncifico signe la misma carrera, y está declarado aspirante apro-
bado para entrar en el coletiio de Marina.
O. LoHKnzo y D. Innicio tienen gracia de aspirante de Marina el pri-
mero, y de artillería el se;:undo, y ae bailan esludiiimlo en el colegio de
Vergara, y D. Nicolás y D. Li;is son pequHlitos todavía: de la única hija
de 1). AgHslin d.imos razón en la nota sii^uicnle.
Miidiii pudiéramos añadir il cuanto llevamos dicho de las escelenciss del
actual marqués de INibbiano y délo qucpu&le prometerse do su dichosa
prole; poro pareciéndonos suficiente lo ya expresado para darle á conocer,
- 103 —
terminaremos esta nota renilicndo el flnal que pusimos en su biograria en
nuestra obra Panteón de los Azaras. «La Historia, qae sigue paso á paso
al tiempo, apuntando en sus eternas bnjas los hechos gloriosos de los hom-
bres , la grandeza de las naciones y los nombres ilustres de las familiaa,
deja en D. Agustín la narración de las virtudes de los Azaras, conservando
levíintaila y mojnla en indeleble tinta su magníSca pluma para seguir es-
cribiendo merecidos elogios de éste , y continuar en sus descendientes las
glorias de su nobilísima familia. Permita el cielo, para honor y Telicidad
do los Azaras, y para bien del pais , que siga la Historia su celosa
tarea con esta ilustre familia sin tener que variar de volumen, para apun-
tar, en el que consigna las desgracias y los resultados del vicio, nada que
empañe «I ilustre apellido Azara; que si brillante y repetido en muchas
hojas tersas y limpias del libro de oro de la inmortalidad y de la gloría,
aun no se ha escrito en aquellas manchadas y miserables páginas. Asi lo
deseamos y aun esperamos, porque el porvenir de esta familia ilustre y
virtuosa se presenta muy UtOTtjero.»
XV.
Doña Luisa de jizara López Fernandez Heredia de Ürries, bija
única del actual marqués de Hibbiano, contrajo matrimonio el 36 de junio
de 185ü con D. Juan de ürriet y Bucareli, hijo de D. Fernando y de doña
Josefa Arias y Girla. El D. Fernando, diputado ¿ Cortes por Molina de
Aragón , es natural de Zaragoza ; pertenece ¿ la casa de los Eicmos. se-
ñores marqueses de Ayerbe, de cuyo actual marqués el Ejcmo. Sr. D. Juan
Jordán de Urries, es tío carnal. La dofta Josefa es natural di.' Molina de Ara*
gOD, y heredera de las antiguas y nobles casas de sus padres establecidas en
aquella ciudad y en la de Calatayud. La gracia, talento y despejo natural
qne adornan á la joven doña Luisa de Azara , unido á la religiosa y fina
educación que supo incrustar en su sensible y bello corazón su virtuosa
madre, son prendas confesadas por cuantos la conocen , los que ven en
esta amabilísima señora, como nosotros, una digna sucesora de los Azaras
que sabrá conservar su glorioso nombre cq el alto puesto cd que le colo-
caron sus mayores, é imitar en la virtud á su cariñosa madre.
o. .rose NicoíA^s ves
^g,jv.aj^»
(¡ORONA POmCOMilGÁL
^e una gran parte &e literatos p algunos ptoUwte»
he »6»ira (spaftoles Hel siglo XiX »
comssiii
21 la butna imemoría
& cíiiBRE mmm i nnmoiDO un mm
^\ £xCfM. St.
D. JOSÉ RIGOLAS DE AZARA T PERERA.
Q OU>¿i9
lo perpetúan Denorían magDanini.
14
A LOS LECTORES.
Al publicar la Corona poético-musícal, tejida al ¡nmorlal Azaba por
la mayor parte de los ilustrados vates españoles y por algunos ingenios
músicos del siglo XIX, que, en homenaje ú su gloriosa memoria, han
eepueslo las ricas flores de su fecundo ingenio ante la pira en que arde
el fuego de su ilustre nombre, proclamando la escelencia, saber y
virtud de uno de los hijos de Iberia mas esclarecidos y de los arago-
neses mas dignos del siglo anterior, me parece que de modo alguno
podré honrar mejor á nuestro héroe, ya que no rae sea dado aumen-
tar m copiosa corona con las llores de mi pobre ingenio , que acom-
pañándola con una reseña histórico-arqueolúgica acerca del origen,
progreso y decadencia de nuestra poesía nacional.
Ciertamente que si hubiera de hacer un examen histórico-crílico
concienzudo de la poesía española en todas sus épocas, fijar estas con
sus correspondientes divisiones, y escribir, en fin, su completa historia,
pretendería un imposible que no podría menos de quedarse en deseo;
pero como no sea éste mi intento , ni tampoco el de disertar á fuer
de entendido y erudito vate, calidad de que no puedo blasonar, como
lo hicieron tantos otros sabios españoles entre los que se cuentan los
eruditos P. Sarmiento, Yelazquez, Sismondi, Duran, Alcalá Galiano,
Pida! , Uartzenbusch , y muy especialmente el iliish'adisímo primer
poeta español del siglo d Excmo. Sr. D. Maniiel José Quintana.,
encomendando sus obras á los estudiosos y á los que deseen conocer
la historia de nuestra poesía nacional, solo discurriré arqueológicamente
por el campo histórico de las Musas españolas para tomar de la parte
que mas me convenga las noticias que mejor hagan á mi propósito de
(lar á conocer, á los que no to sepan, la época ile las glorias y vicisitu-
des mas marcadas de nuestra poesía nacional, y muy particularmente
de la de Aragón, patria de Azara y de tos trovadores. Estos y su orí-
gen provcozal , las galantes Cortes de Amor , los Consistorios de
la gaya ciencia dei saber, y los poéticos Juegos florales, serán los
puntos sobre que mas me detendré, como mas adaptables á miintento;
y como ya tenga lral)ajos hechos sobre esta materia, que conocen mis
compatriotas, Gado en lo bien que los recibieron en su publicación y
cu su innagotable indulgencia , voy á reunirlos en esle discurso de
introducción para que compongan un todo parles basta el dia espar-
cidas y sin orden alguno, si bien en la reunión no podrán menos de
arrastrar consigo porción de noticias nuevas que les den doble interés
bistórico que el que Iwy tienen.
Hecha esta franca manifestación, solo me queda que suplicar á
mis conciudadanos que miren con indulgencia este mi escrito, como
lo han hecho con los anteriores de igual especie; al señor marqués de
IVibbiano que le reciba como una prueba del homenaje que rindo á la
buena memoria de su ilustre predecesor el inmortal D. José IVicolás de
Azara, y á los nobles aragoneses que perdonen si no be sido Sel nar-
rador de sus glorias literarias , pues que en todo caso no habrá estado
en mi el evitarlo, en mi que quiero al Aragón con entusiasmo, y le
amo tanto como á mi pais natal, y que al admirar á sus héroes, tengo
á tos aragoneses una inclinación natural , porque , por lo general , los
he hallado siempre francos, leales, virtuosos y buenos amigos.
El siguiente discurso es cuanto he podido hacer en mis limitadas
facultades intelectuales en esta materia , después de liaber visto mu-
cho de lo que se ha escrito sobre ella por los autores citados en él y
por otros antiguos y modernos; le presento sin pretensión alguna,- y
si sirve siquiera para que los que no hayan leido á los eruditos y sa-
bios escritores que cito , acudan á estudiar sus obras, daré por bien
empleado mi trabajo, en la convicción de haber hecho un hien d mis
conciudadanos , que es ¡i cuanto aspiro.
INTRODUCCIÓN.
Discnaso bistóbico arqoeológico sobbb el obiger, pbogiiesos e decadeucia
DB LA ÍOBSl V BSI>lSol.A , ÜN El. ULE &E DA NOTICIA DE LOS THOTAUOHES, CÓB-
TfiS DE AHUR, COflSlSTÜHIU DE GATA CIEnCIA, f JUEGUS fLOBALES ESPAÍiOLBll.
■ Asos á hablar ile ouestra poesía nacional , no como inspirados poclas y
entcndiilos literatos, de que no pretendemos blasonar por eslar muy lejos
nuestro pobre talento de aspirar á Un honorifícos dictados, sino como
humildes bistoriadoren y un tanto añcionados á escudriñar y estudiar las
costumbres de nuestro pais. Empero como á fuer de arqueólogos, nos gus-
te remoQlarnos al origen de las cosas de que traíamos , séanoK permiiido
recurrir á los bellos tiempos de Greciay de IRoma, para encontrar las
preciosas fuentes üe que manaron las beoéHcas y saludables aguas que
produjeron el sabroso y sazonado fruto de la ilustración, que pugnamos
aun por perfeccionar . y A la que pertenecen tas lindas , ricas y variadas
Qores que germinaron en el Consistorio de la gaya ciencia, Corles üe
Amor y juegos florales . jardines deliciosos y amenos de la poesia españo-
la, que plantados entre los eiiséacos campos Ce la Ddlica, y entre los lomi-
llares de las agrestes montañas de Aragón , eslendieron sus anibrósicos
aromas al resto de la patria do Cervantes , produciendo sus celestes cnia-
oaciunes los ricos frutos de Santillana , Garcllaso , Mona , León, Góngora,
— lio —
Calderón , y otros m'¡\ genios que bacen glorioso y eterno d nombre
del ilustre pueblo espnñol. Mucho pudiéramos esteudernos si hubiéramos
de decir en este discurso cuanto hemos visto acerca del particular que nos
ocupa; pero sobre no ser este campo por sus estrechos limites el mas
& propósito para ello, tendríamos que molestar á nuestros apreciables lec-
tores con episodios y citas larcas mucbas veces en lenguas poco conoci-
das; y por tanto, en gracia déla brevedad, y siguiendo la moda de la épo-
ca, que esige de uq autor ligereza aun en los puntos mas serios, nos li-
mitaremos á recoger las flores mas selectas de nuestro jardín, dejando
para el minucioso cienliGco y para el adusto filósofo las que no nos parez-
can tan bellas, y creemos menos á propósito ú nuestro objeto.
La poesía se vé ea la infancia de las sociedades como el agente mas
Eoderoso y civilizador que ha ido formando las costumbres bajo que se
an constituido, y lomando parte en la publicación de las primeras leyes,
que se dieron en verso, fué preparando la conquista del hombre salvaje,
que acabó por civilizar con sus bellas imágenes, seduciéndole con hala-
güeños encantos para apartarle de una vida errante y feroz , y traerle á
la sociedad con ideas mas humanas y dignas di'l hombre; y hó aquí por lo
que la poesía , la primera entre las artes bellas de imitación, ha preparado
la ilustración del mundo, contribuyendo, con la música su hermana, á
dulcificar las costumbres de los pueblos en cuyo progreso y desarrollo
de instrucción y moralidad tienen tanta parte, y en los que cnm^ervará
siempre una influencia poderosa. Embelleciendo en sus cundros á la na-
turaleza, cautiva con sus imágenes la atención del hombre que , seducido
por las bellas formas en que presenta á la creación, oye con tnas gusto al
poeta que le ilivierte que al austero filósofo que pretende instruirle. En
todos los pueldus sucede la prosa al verso en la escritura , por lo cual se
vé & la poesía siempre en la infancia de la insiruccron de los pueblos como
Mentora benéfica que conduce á ella. Poética es la inspiración, y dirigién-
dose el hombre á dar gracias y suplicarlas á su Criador, la religión le pre-
sentó poi?ta desde un princípm , porque le prestó su apoyo para buscar
bellas imágenes en su imaginación, con las que representar su amor y fer-
vorosa oración (i),
(1) El Excino. Sr. D. Pedro José Pidal, marqués de Pidal , en su con-
icslacion al discurso que Kilo á su entrada en la Academia de la Lt-ngua el
señor don José Caveda sobre la poesía considi^rada como elemento de la
historia, dolinc, 6 mejor dicho, describo de este modo la poesía: oLa poesía,
cuando no se la prosliluyo ó envilece, es sieaipre la cspresion de los sentímien-
los elevados de calla época ; es In parte mas alia , noble y armoniosa del pensa-
miento humuno; es como la quinta esencia y el perfume de ios demás conoci-
mientos; la poesía es por lo mismo considerada como elemento hisli'irico, an
monumento insigne del desarrollo intelectual do cada época , del progreso en la
pprreocion do las formas , de la estension y alcance de las lenguas , y del esta-
do del desenvolvimiento de las artes y las ciencias; datos importan tjslmos, sin
los coales queda siempre manco é incompleta la historia de cualquier pueblo-
Purqut; ¿cúmo nos lisonjearemos do comprender los hechos, que constituyen la
vida hisldrica du un pais eu una época dada , sino sabemos ol grado á que habla
llegaJo en ella el desarrollo intelectual ; si con esta guia en la mano no exami-
namos sus opiniones , no jozgamos sus principios y no apreciamos los móviles
— m —
En todos !o8 tiempos y en todos los países han acostnmbrado los hom-
bres á acatar el talento de sus semejantes con el mayor respeto , llegando
en algunos á adorar al sabio en los altares , pretendiendo pasar á divini-
dad inmortal á la hamana naturaleza. La Biblia nos presenta muchos
ejemplos do esto . y lleaa está la Mitología de Dioses que pasaron de
la clase de mortales á tan elevado puesto por su saber, pues idólatras
los gentiles de los hombrea cuyo in^ienio admiraban, los divinizaban por
medio de la Apoteosis: así lo hicieron con Homero, Minos, Solón y otros
hombres ilustres. Los egipcios y los hebreos, que son los primeros pue-
blos civilizados que se hallan, y los mas antiguos, en la historia del mun-
do que conocemos, premiaron el saber con dignidad, divinizando los pri-
meros á su soberano Osirh , y adorando los segundos al poeta David , su
Señor, y al fumoso y virtuoso patriarca Jos(!. Empero donde se halla un
entusiasmo que raya casi en locura por los sabios , es en ta culta Grecia,
en ese pais privilegiado, cuna délas ciencias, de las artes y de la lite-
ratura.
Acostumbrados los griegos desde la mas tierna infancia á admirar y
conocer lo bello en todas materias , y á aprender de memoria los dichos y
sentencias de los poetas y de los sabios , se acostumbraban desde niños ft
sentir la belleza y á conocer la escelencia de la sabiduría. Las obras del di-
vino Homero, inmortales poemas producidos en la infancia del arte que
nació ya gigante en esta prodi(;iosa nación, eran el catecismo que se aprun-
dia en las escuelas , y pasaba por ignorante el que no autorizaba sus pro-
nósticos, dichos ó sentencias con testos del poeta por escelencia. Un pue-
blo tan civilizado necesitaba un culto tan grande á las letras, como
estraordioario era su deseo de instrucción ; por lo tanto, imitando al pri-
mer establecimiento literario que se conoció en el mundo, que fué el Mu-
seo, que para reunión de los subios hizo en Alejandría el literato Ptolomeo
Pbiladelfo. rey do Egipto, por consejo del sabio Demetrio Phalero , el
cual dotó magníHcamente con rentas del tesoro público, establecieron el
Museo de Atenas. El sepulcro del célebre poeta Museo, en el cual se ha-
bían erigido altares á las Musas, fué el sitio elegido para ediñcar el primer
establecimiento literario de los griegos. En este templo se reunieron los
sibíos , los poetas y los fliósofos , y en agradables sesiones fijaron las le-
yes del buen gusto, y produjeron los buenos modelos en todas materias.
Asi como en el Museo de Alejandría, la tolerancia de opiniones fué un
punto casi dogmático, y por lo tanto cada uno manifestaba la suya con la
roas entera libertad , en lo cual no podían menos de giinar estraordinaria-
meute las letras. Pero un solo Museo no era suficiente para aumentar U-
£
de sos acciones y empresas ?b Asi es en efecto , y si aloademos i que en la poe-
sía de un puebla puede estudiarse mejor que en su liisloria ¡su estado moral y
social , se podrá comprender que se cooocc mas á la Grecia antigua por el cri-
tico Homero que por los sabios historiadores Herodoto, Tueidides, Xeoofonlc y
demás que les precedieron.-
Dicen slguuos queja poesía es unlreflcjo de la sociedad contemporánea . un
retrato al vivo do sqs efectos, creencias y pasiones; pero esto lo enlendomosasi
nosotros en la edad media j con la poesía vuljjar , pero de modo alg^uno con la
cortesana de aquella época: hoy creemos que es mas verdadero ol,a:(iom<'< en
general.
— U2 —
terariameiite el crecido número de sabios que produjo solo el establecí -
miento del primero , y asi es que fué preciso multiplicarlos por toda la
Grecia.
A los Museos siguieron en Grecia los Ateneoa, originados de las fiestas
ateneas que instituyó Eritreo IV, rey de Atr-nas, en cuyos anfiteatros
leían y declamaban los poetas sus producciones escénicas, como diceLam-
pridio, SidoDÍo y Apolinar ; á estos siguió la Ecsbdra de los gimnasios,
escuela tíleraria sostenida por el tesoro público ; y á estas las academias
en que lucieron el divino l'iaton, Sócrafes, Arcesitao y Carneades, filóso-
fos distinguidísimos que merecieron un lugar preferente en el panteón de
los sabios que se edificó en la misma academia de Atenas. Los Liceos, es-
tableci mié utos consagrados á Apolo, cuya fundación se concede á Pisis-
iralo, y su engrandecí miento á Peñoles y á Licurgo bijo do Licofron,
continuaron en la Grecia el espíritu de asociación, y en el de Atenasi el
famoso Aristóteles hizo oir su divina voz en sus instructivos paseos por
entre los frondosos plátanos que enibellecian su recinto.
Como complemento de civilización y cultura , se estableció en Atenas
el Odech, famoso teatro en el que se reunían los músicos y los poetas,
según escribe Suidas , y en él, a la presencia de una gran concurrencia de
espectadores . leian los unos y tocaban los otros , los poemas , cantos y
coros que debian presentarse en el gran tatlro ; de suerte que venia á ser
UB comité censor de las obras escénicas que se babian de poner al público,
lín este OnEUn se bacia improvisar fi los músicos y á los poetas que pre-
tendían ser admitidos en la corporación , y una votación pública decidla
su admisión. Otros muchos establecimientos de segundo orden tuvieron
ios magniücos griegos para engnindecer las letras y alentar y premiar
como en estos á los poetas y literatos ; pero donde so hacia con mas os-
teotacíoR era en los juegos olímpicos , jiiftlticos , ñemeos . é isthtnicos que
eran los cuatro principales de los griegos. En los pylbicos . que se hacían
en honor de Apolo, se cantaban bimnos por sns mismos autores y no por
otros , al son de la lira y de la citara , recibiendo por premio , d que te
ganaba, un vaso ó trípode sobre el que se grababa el nombre def poeta, y
después se colgaba en el templo de la divinMad festejada.
En casi todas las ciudades griegas se celebraban combates literarios, en
los que se premiaba el talento de los mantenedores . particularmente en
Samas , en los jue;;os en bonor de Juno , en ¡tluma y Jdion en I» fiesta
de Júpiter, en Epidauro en las de Esculapio, y por último en Tkebas,
Jrgos , Potras, Sicionea y Olimpia, en cuyas ciudades había escuelas
donde se admitía á todos los que querían ejercitarse en algún combate li-
terario.
La primavera es de l.is cuatro estaciones la mas galana y poética , y
por lo tanto , eo todos tiempos las flores que la embellecen bao promovi-
do juegos donde brdle la inspiración del poeta. Las fiestas Dionisiacas ó
de Baco en Atbenas se celebraban en abril , y en ellas habia combales li-
terarios eo que se premiaba con una corona do pámpanos al poeta que
había compuesto el mejor bimno. Tanto en esta fiesta lloreal , cuanto en
las Anthestei-ias ó sea de los toneles , de las copas y de las ollas . y en las
Panatheneas, que también estaban consagradas al dios déla vid , dispu-
taban el premio , ct'tmícos, trágicos y poetas , ante los comisarios ó jueces
nombrados por el estado para juzgar del mérito de sus obras, represen-
tándose á costa de la república con toda pompa , la que á pluralidad de
votos se declaraba digna del premio. En fin, puede asegurarse que, asi
— 113 —
coma de las demás artes y ciencias , la Grecia fué el país por escclt^ncia
de la poesía , y por lo Unto la primera que supo saludar con sus llores
iatelectuales á las de la bella naturaleza en sus días de placer y de ulegria.
Seniles imitadores los romanos de los griej^os en sus artes y costum-
bres, si bien nn las sublimaron porque al empezar á imitarlas hicieron
perder su ¡nspifada originalidad, trataron de hacer ¿ los conquistados
turiegos mas ligeia la cadena do esclavitud con ({uu amarraron su libeiiad
al carro Ir iunrante de los tiranos, conservándoles sus halagüeñas costum-
bres en las que tanto t<^nian que admirar y que aprender. Por esta razón
el Museo de Atenas se sostuvo tal y como le tenían los grífgos por los
empeí adonis , y en Alejandría no solo se aunienió cuando los rumanos se
enseíioroaron de lü^íplo, sino que Claudio fundó in la misma ciudad otro
al que dio su nombre, y en el que ordenó se leyí'sen lus antigüedades de
Elruiia y de Cartago escritas pur <?1. Jdriano se lionró en cuestionar con
los sabios de esln Museo que dotó ricamente y que produjo muchus salios
hasta su desgraciada desliuccion, causada en tiempo del empiridnr Aurc-
liano á causa de una sublevación contra el Impi'rio por los hubiíaotcs de
Alejandiia. Itt'piltcron ios romanos el Ateneo en Roma, en el sitio que boy
se hala la iglesia Ara Cwti, el cual mandó ediQcar Adriano en el ano 135
de nuestra era, y en León por el feroz Calíanla, mereciendo el piimeto
la asistencia continua de Alejandro Severo , y el haber tenido por discípu-
lo i Gordiano Pió que apicndJó eu él á declamar. Las Academias y los
Liceos no fueron en Ruma acogidos con tanlo entusiasmo como en Gre-
cia, donde siguieron respetados durante la dominación romana; pero
los Odeum, se multiplicaron por todo el Imperio, habiendo cuatro solo en
liorna. El principal esialia en el monto Aventiuo del cual habla Cicerón á
Attico ; los oíros dos el uno en el Palatino de que habla Séneca , y en el
teatro de Pompeyo mencionado por Amino Marcelliuo, y el cuaito fué
erigido en el Imperio de Domiciano según dice Suelanio.
Tanibicn tuvieron los romanos veneración por las letras y entusiasmo
por la poesía lomo los griegos sus maestros , y asi os . que en muchos de
sos juegos públicos, el dube cauto del poeta se hacia sentir con apliiuso;
siendo en las fiestas que se hacían en honor de Minerva , en donde |>rinci-
palinente tenían un lugar preferente sus cantos. En 1." de junio y cu 19 de
marzo se ceU-brahan las fieslas Mlnbkv&lls, que duraban cinco dias se-
guidos : los priiiiiros los pasaban los romanos eu hacer votos y oraciones
á la diosa de la sabiduría, y lus siguientes en sacriñcios y combates de
gladiadores. En ellos se representaban tragedias y, después de Dnmiciano,
los síihios disputaban lerendo en público sus obras ócumpiisicioties. Cuan-
do se h'iciaa estas tiestas á la diosj de las ciencias y do las bellas artes , se
cerraban , por el tiempo de su duración , las aulas y escuelas , y los discí-
pulos daban á los maestros un honorario llamado Mioerval. Los poetas,
en el quinto día , improvisaban sobre puntos que lis indicnha el rey de
los sacríDcios ó la persona mas condecorada que se hallaba en los juegos,
y I-I premio del vencedor era una corona de rusas frestas en lus ñestas de
junio, y de grama en las de mai zo , razón por lo que se llamó á los cinco
dias de estas fiestas dias doridos.
Muchos juegos podríamos presentar en que la poesía campeaba entre
los romanos, como los Itiptrcales. taturnales , bacanales y otros, piro
reduciéndome solo á los ijue. como los anteriormente descritos, tienen
alguna analoda coa los juegos llórales deToiosa, de cuyas ñcstas sequic-
15
— fl4 —
re hacer salir el origen del Consistorio de la gaya ciencia de Aragón,
haré mención de ios juegos florales romanos y de ios del Ainai de León de
los que, por recuerdo^ se tomarían los florales de la edad media como quie-
ren algunos.
Flora era entre los griegos , que la llamaban Chlorís , la diosa que pre-
sidia las flores y los jardines. Céfiro con quien casó la concedió este im-r
perio , y conservándola en su primera juventud , la hizo gozar de una pri-
mavera eterna. Los griegos transportaron su culto á la Etmria , y la re-
presentaban bajo la figura de una joven coronada de flores, con el cuerno
de la Abundancia en la mano: así se la adoraba en Roma en su templo cerca
del Capitolio , desde que Tacto ^ rey de los sabinos , llevó su culto. En su
honor se establecieron en 413 , en 513 ó según otros en 5^3 de Roma
unos juegos por los cónsules L. y Marco Publicio que se celebraban en
tiempos de esterilidad , ó cuando los libros de las Sibilas lo prevenían;
pero habiendo habido una gran esterilidad en 580 , el senado , para apla-
car k Fiora , dispuso que se celebrasen los juegos florales todos los afios
el 28 de abril y después en 1.* de mayo. Estos juesos se efectuaban de no-
che dentro de un círculo iluminado que se formaba en la plaza Patricia,
cantando y bailando con mucha decencia; pero como nunca falta un mo-
tivo que corrompa las costumbres mas puras é inocentes » no tardó e»
presentarse uno que cambió el aspecto risuefto y candoroso de estos jue-
gos. Fiora ó Acá Laurencia, cortesana pública, dejó sus bienes al pueblo
romano y éste fundó con su patrimonio unos juegos en su obsequio que
no tardaron en confundirse con los florales. En estos juesos llegó á reinar
el desorden basta tan escandaloso punto , que ademas de los cantares obs-
cenos que se entonaban , como en las fiestas de Priapo y en las orgías de
Baco , las cortesanas se presentaban enteramente desnudas á ejecutar in-
decorosos y lascivos bailes al son de las flautas que tocaban hombres tan
impuros como ellas. A pesar de las declamaciones del censor Catón, estos
escesos y deshonestidades presidieron por mucho tiempo en estas fiestas,
á las que asistían , sin sonrojarse, las damas y caJ[)alleros romanos , y aun
algunas veces los mismos gobernantes. Los poetas, en un principio, com-
ponían y leían himnos en los que se cantaban las gracias de Flora , sos
virtudes y beneficios que prodigaba á los mortales ; pero cuando la insti-
tución se bastardeó , sus composiciones variaron y se dirigieron á objetos
lúbricos é indecentes: las fiestas florales se denominaron por los desórde-
nes referidos, fiestas de las Cortesanas (1).
Mas severos los galos , por exigirlo asi su religión , cuando imitaron
(O Se cuenta que hallándose un día el célebre Catón en estos juegos , no se
atrevía el pueblo á pedir que saliesen las mujeres desuudas ; pero habiéndole
advertido Favonio, su amigo, que su presencia retenía al público, se salió de[
teatro á fin d» dejar al pueblo en libertad de divertirse con estas danzas según
costumbre. Conociendo el pueblo por lo que se salía , dio á Catón estrepitosos
aplausos , é hizo que saliesen á bailar las cortesanas , manifestando que les cau-
saba mas respeto este sabio y virtuoso hombre, que toda la reunión. Séneca,
Epist. 47 : Marcial y Valerio Máximo traen este hecho. Los célebres escritores
Juvenal , Ovidio , PHoio , Tácito . Lactancio , Arbonio » S. Agustín , Vossio y Ro-
siniy de AnUquU, ñonumorum, hablan de los juegos florales romanos » como po-
drán ver los que quieran apurar esta materia.
— 116 —
de los romanos SQS conquisladores sas costumbres festivas, las despoja-
ron de su parte impura, y adoptaron con empeño la parte útil, y asi
68» que cuando por el mes de mayo se celebraban en ei Ainai ó Meneo
de León loa famosos juegos establecidos en honor de Augusto , que venian
i ser les de Flora en Roma, en ellos reinaba la mayor compostura y de-
licadeza. En estes juegos que eran atléticos generalmente , los habia ade-
mas literarios , en los que los poetas llevaban la mayor parte ; pero si
bien no nos han dejado dicho los autores contemporáneos cuál fuese ei
premio de los vencedores , la tradición ha conservado el castigo de los
vencidos , el cual consistía en que el poeta que habia hecho una maia com-
posición y habia sido caliñcada en este sentido por el jurado nombrado al
eCseto, estaba obligado á borrarla con la lengua, y otras veces á arrojarla
al rio ó despedazarla con mansedumbre , todo á la vista de los espectado-
res. De lo grave y vergonzoso de este castigo puede juzgarse en los versos
de la sátira de Juvenal , en que compara el temor de un rector destinado
¿ leer sus composiciones en estos célebres juegos, al de un viajero que ha
pisado una serpiente (i).
Conforme rae Roma cambiando la humilde cubierta de sus techos en
ricos artesonados , y sus pobres cabanas en grandiosos palacios, la sober-
bia , la molicie , y la indiferencia , fueron sucediendo por grados á la mo-
destia , al valor heroico y al deseo do saber de los tiempos primitivos de la
república. La ignorancia, guiada por el lujo y la vanidad , se fué entroni-
zando , y las artes y las letras fueron cediendo el puesto á su poderosa
rival. Empero se sostuvo algún tanto la poesia engalanada por las ricas
{roseas de Virgilio, del festivo Marcial, del satírico Juvenal y de otros sá-
íes varones, hasta que una calamidad para el mundo civilizado , la vino
á sumir en la mas tenebrosa tumba con todas las bellas artes y produc-
ciones del hombre. Los cantores de Grecia y Roma enmudecieron al hor-
roroso graznido de los bárbaros del Norte , y al invadir estos la Europa,
cayeron en pedazos de las manos de aquellos la dulce lira y el adiestrado
plectro.
Si bien la poesia en su renacimiento y en los tiempos modernos , ha
sacado y saca una riqueza inagotable de la época tenebrosa en que las
bárbaras naciones del Norte invadieron la Europa , nada tuvieron aquellos
tiempos de poéticos para los que pasaron sus días en ellos , puesto que sus
cánticos fueron cantos de sangre, y los instrumentos con que les acompa-
ñaron, el agudo puñal y el terrible lanzon. Todo lo bueno sucumbió ante
sus ferocidades, y las bellezas de la mano del hombre civilizado , fueron
(4) Terrible á la verdad seria para los poetas desgraciados semejante sen-
tencia, pero si atendemos á que en aquellos tiempos no se pasaba por la media-
nía en la poesia y á que ésta era su {dolo, no habrá que cstrañar una rigidez
que no debiera haberse perdido para honor de las letras de todas las épocas, y
para que no quisiéramos todos , como hoy sucede por desgracia , adornarnos
con el laurel reservado por Minerva al verdadero mérito. Pero el buen gusto lia
sucumbido en nuestros tiempos bajo la maza de hierro de la ignorante audacia,
y la luz divina de Ja inspiración y del talento se vé envuelta cutre las espesas
tinieblas de la ignorancia y del mal gusto , si bien aquella poca luz no las deja
jamás juntarse para ocultarla : un castigo como los referidos del Ainai de León
no vendría mal en estos tiempos para limpiar nuestra bella y buena poesía.
— í'
re hacer salir el origen del
haré mendoii de los juegos •'.
los qae, por recuerdo, si' tum
ren alguoos.
Flora era entre los gri*' ^
sidia las flores y los janr***
perio , y coDser \ áiidoi:*
uuTera eterna. Lns '^'
SreseoUban bnjn Kt
ela Abamlanrii
dd Capit(»l¡n . ■:
r
eoD que inundaron al
vn pequeño lugar entre
-«Hio qme lodo lo Tence y á la paz
s4^ttM«i$ ▼ Ostrogodos de la parte mas
. ^mrtsrr^ fueron suaTizán<io!^i' algún
^ ^«wttf lentamente para ganar paso ¿
.m:^«r-«. reTolucion que completaron
'^^^>^vaúe» el Dante y el Peirarca que en
\.^ « a ivstncion romana , inauguraron la
bonor se i ^- *
mos jii -
tiemp.
peló
cnr
cl
■Mtyendada en los tiempos mas remo-
;»«tiTando con sus encantos el corazón
nKftió la noble misión de embalsamar
i!{ corrompiilo ambiente, dulcificar la fe-
» .svnir el corazón de los mortales á un ter-
»i^«ieAo, á la par que mas digno d(« él . santo
"^1^ ^ ¿«tTÍzar las costumbres, nadie pneile negár-
^'^'j ..tfrt» es preciso concederla que fué el móvil prin-
^*^ J^ 4 idimra penlíúa, y para despejar las ili*nsas linie-
-'**^ ^.M»r^ ¡¿inorancia á ta ciTüi/acion en la rd;id me-
-" *~ ^^ » l«F (9 necesario buscar mucha parte t!e nuestra
' ' ^''«•■•««^ íí** paebl«>s mas en los antiguos romances y can-
• ' ^ j« 1^ Trtüstos cronicones.
"^'^ *1¡^ *^tjkIos p>eLi$ de los Celus . C.«ntabros . Galos y
jmtT- las acciones ife los héroes al son de sus agrestes
« ji« c^mtMitientes con sus óardiros para prepararlos á
^e« ella para que fueran mas ferv^es. esos mismos,
*^|^^||^ ^«e se les miraba pues que llegaba hasta snsf*en-
^ ^ Mr sus razones si se presentaban en medio de los
«: esos banios tan feroces en un principio como
1^^ ^««^^^-^ ^"Mlt taños, fueron después los que, variando sus cantos
»*<»«'^'*^^j^ie paz , empezaron a hacer ésta aprecíable , é insni-
■ '***^ JÜJ * wf^**^ • b^granm que sus admiradores no fuesen tan fe-
^"^^^ .jIiY"^ el canto de su voz abrió una nueva era de cultura
*'*j^l>¿»lra pan la restauración del destruido templo del sa-
^2 |iffl«ia «'^ renacer las estinguidas luces,
^h Í.Í ^J*^ j^ 1^ balólos fué después en Francia , en Irlanda y en Es-
Jfc '>**f^jju^*j:nient»» en que se cultivaba la poesía y en que se pre-
v*!**^ •* '"^^¡¡¡¡¡jiís públicos á sus autores, que eran mirados como cró-
«Mü.^ -•**"^'^li¡¡tíK»rias de la patria, de la ^ ida de los héroes cuyas proe-
i»^<«^ ^'^y^ /y^mbre de muchos siglos mas antiguas en Espáiia como
nie^ ^f^^xaM^'^j^ulP. i^a ingratitud signe las mas veces al beneficio , y
ain«K> roncedemos d los poetas y á la poes^ía el haber mejorado la
(O ^*" ^|i%aflue su completa formación y su perfección se debe á la filo-
íofia-
— H7 —
: (Ina privado , trató de quitarles de delante caanto pudiese recordarle^
. iíMi la 1. Para ello, según el sabio Uomr , mandó reunir en un solo si-
1.0 á todos los bardos del país, y los hizo degollar desapiadadamente;
ci iiclilad que se repitió después con los abenceriajes en la Tamosa fuente
de los Leones de la Alhambra de Granada. La Galia quedó sin sus bardos,
pero la poesía habia ya empezado su revolución civilizadora , y nuevos
cantores sustituyeron álos primeros, recordando los cantos del divino
Oslan (hijo de Fingal), y continuando la civilización ¿ que los cántabros y
los bardos dieron principio, si bien tuvieron muy pronto que abandonar
su puesto á los inspiraitos trovadores, hijos de los cantores arábigo-espa-
ñoles, á auíenes estaba cometida la misión de perfeccionar la obra que
aquellos nabian comenzado.
Desde la aparición de los trovadores pasados de España á la Provenza
en el siglo XI de nuestra era, los bardos se corrompieron hasta el punto
fie ser unos histriones errantes tan llenos de vicios , que fué necesario
que las leyes les anatematizasen ; y asi es oue la reina Isabel de Inglaterra
dio un decreto en 1567 , por el que los pronibió, mandando : que el lunes
después de la fiesta de la Trinidad de dicho ano , un consejo compuesto
de los caballeros BecUy, Grifí%t, EUis-Prix^ y de su escudero GutUermo
Mostin^ escogiesen los mejores bardos y músicos del principado de Gales
y enviasen los demás á labrar la tierra ó á ejercer oncios mecánicos, á
iín de que por este medio se remediasen los abusos, y honrase debida-
mente á los buenos poetas y músicos.
Hemos llegado á uno de los puntos mas principales de nuestro dis-
curso, es decir, á la época en que ya mas suaves las costumbres* se ve á
la poesia adornarse con las ricas galas de los tiempos modernos, y empe-
zar una carrera de menos abrojos y malezas. La galantería sucede á la
grosera ferocidad , y concediendo á la belleza su asiento en la mujer , en
esa preciosa mitad de nuestro ser y perfecta obra del Criador, hace olvi-
dar la sanguinosa musa de los combates , y presenta á la faz del mundo
civilizado el encanto de la virtud coronada de frescas rosas mantenidas
Cor la alegría y el placer. Nacen los tiempos de la galante caballería, y sí
ien no son tan puros que no manchen su cuna algunos negros borrones
arrojados por el vicio pertinaz perseguidor de la virtud, ni tan comple-
tos que algunas espinas no dañen los tiernos pétalos de sus flores , afean-
do el hermoso vergel que les rodea , al menos se respira en un ambiente
roas saludable, y se engríe y se esparce el alma en un porvenir mas feliz
y venturoso. Los trovadores provenzales , ciertamente que no dieron á la
poesía su dignidad, porque sus composiciones se resentían de vulgarida-
des^, monotonía , prolijidad y dureza en el verso y rimas penosas y es-
trañas, como dice el abate Andrés; pero allanaron el camino para que los
Petrarcas y Dantes colocasen á la poesía en el alto puesto que merecía.
Ellos fueron, según los críticos, los inventores de la poesía rimada en las
lenguas modernas, si bien nosotros concedemos este don á nuestros anda-
luces y árabes españoles, como diremos, y sus canciones amorosas, sus
serveniesios ó sátiras contra los vicios, usurpadores y tiranos, sus^ones
ó sonetos^ sus madrugóles ^ madrigales^ ó martingales, sus farsas cómi-
cas y sus /^nzone^ dieron origen á una poesía agradable y musical.
Los trovadores (inventores; como tengo dicho (1) aparecieron en el si-
(I) Los trovadores celebraron los buenos sucesos de los Cruzados que en el
siglo XI se congregaron para reconquistar la Tierra Santa. Ellos hicieron con sus
— M6 —
alingailas j arrolladla por loa torrentes de ntigra cod qop
momio culto.
Miich) tiempo tardó la dTlItiiclon en baoms no per]'
esta turba do salTaJea, pero gnciaa al tiempo qie loan
SUQ tiidn loracilita, dueños ya loi Wialgodoa 7 Oitroí.-
orilla dü Europa , la« costnmbreí gnemm (ueror
tjnlo . y la cultura perdiila fui^ 3|iari;clenilo leoUní'' '
paso el terreno usurpailo por U barbarie, r«vril<'
di^spties en ItüliH á los inmortoles poetas el fía"'
meilio lie U barbarie que sucedió ¡1 la ilustrarii
aurora de la bella poesín y del buen Euslo.
Asi como á la poesía csluvo eacomonr'n
tos la conquista do la Ilustración, oauli^'':
dol lioiiibrc . asi en la edad media rccilii . •
cnn sus aroméUcas emanaciones «I ci>' :: ^
rocíd;id de las costiimbri^s . y gui:)r ■■ ^m^
nmo mas ameno , dulce y halapii'
7 virtuoso. El celeste don de %vr
soln á la poesra, y por lo tanto r-
cip:tl para roenlronizar laculii-
Ma^ con que ocull¿ laoslú¡>
dia (1), y li*' aquí por lo <)ii
historia y de la dotoilo^ 1 '-
cionet populares que m 1
I.0S bardos, es'>s y^
Rrelanes. que cindifi i<<
liras . encoritjalnn A li<.
lu guerra, 6 alpQt!trt> -
fcracJasal respi-in .ni
derse unabatrilifi |-
do3 oji^rcitos l'cli,: -_
fil rosto de SrM - " ->
dopK'rra -" -
nndo ilui
roces; r,.
mnlio
■ ■ '.m de
í n las
«anajaráia del arra-
t arntío da nn orU drcolar i
par i»dB Vsmpn . y fiíeroD Un
i jr ficfama i sus caries . y el
' •>() M amistad y beDpn-
.: . l-M lletii á esle santo
. 1Í1W evíO sus canias- Los
^. >|iM «iwKcieroD eii la
'".•«MlilsMricasy minan-
1 .-*fl>*;Mtoseran b«lios
~ iiionacaotaban Ins pro-
direreult^s Íns-
ita Juan I de Ñapóles que
desfalleciendo eo-
los poet«s. Los
Faydil, Bninel,
lerse en Nos irada-
— H9 —
todos los trovadores dit las cercanías que (iiiisicson venir & c^la cindad el
primero de mayo dd síítuicntf! año, iiromtftinndo dnr una violeta de oro de
premio al (jue recitase los mepns versos. Escrita esta carta eu rimas pro-
ven7.alcs . se¡^n se inserta en este registro , futí remitida á todas Ins ciu-
daili-s qnfí hablan la lengu» d'Oc. Los sicie de iiuo se ha hecho niencion, se
llaman Iternard de Panassnc, Damoisean , Guillaume de Li>bra, Veren^cr
d« S. Phncal, l'itíire ile Mcjancssere , Guillanme deGiminut, Pierre Ba-
raignoa 7 Bernaril Olh. Amantes los capitulares de esta vilhi de la>: bellas
letras, acordaron en su consejo municipal (|ue so ejecutasft esli* certamen,
DO solamento este año , sino todos los sucesivos en semejante día. Ha vir-
tud de la invjtativa, vinieron para el día señalado un gran número de tro-
vadores. El primer dia de mayo en que se juntaron en las casas Cnpítnla-
res, se empleó en oir tos vera<)s que recitarla los trovadnres; al sijinicnte
dia se examinaron las compusicinnes por los siete arriba dichos, y ademas
por diis capitulares , y el tercer din que era la fiesta de la Santa Cruz, des-
pués de hahiT oido misa , se adjudicó el premio del^>Qt« del pi'iliiico a] tío-
vador Arnaud Vidal , oalural du la ciudad de Castelnauílarry , por un poe-
ma que había recitado en honor de la Virgen Santísima.» En las actas del
mismo dia del año siguiente consta : «(jue á Tin de dar una forma acadé-
mica i esta reunión , se creó un canciller y un bedel ; el prtmei o debfa
poner su spIIo á las poesías premiadas , y el bedel que hacia de secretario,
estaba encardado de escribirlas en un registro particular. Desde entonces
los siete fundadores lomaron el nombre de MAHTEniíDOKEs, con la obliga-
ción de conservar en lo sucesivo este establecimiento. En las actas de es-
tos juegos , que se couscrvaa también en Tolosa , consta que ¿ los 32 um>g
de la fundación se establecieron sus leyes Ihmadas de Amor, y se añadie-
ron otros dos premias, siendo el segundo premio una zarza rosa ríe oro.
Y una caíéndula ó maravilla del mismo metal, ordenándose que al que
pnase la vÍolet.i, podría decir se le nombras» bachiller; pero al que Iiu-
bierajtaDado los tres premios, se le graduase de doctor en Gaya ctRnciA,
si lo pedia. Al poeta mas iligno so le ponia una corona de luiirel y so le
denominaba amante (¡el i/e la Curie ríe Amor, pues la rccibian de mano de
las duma^: los títulos del uno y del utro grado se espedían en vetso y con
el sello del canciller. A los premios se les llamaba joya, y el modo de dar-
los, lat ceremonias de el doctorada y las leyes de los juegos, constan en
el registro del ayuntamiento de Túlusa en %crsos provcnzales: el poeta
Molinier , que fué canciller de los juegos, escribió uu formulario sobre las
ceremonias de los premios en sus Tratados de retórica y poesía.
Por lo que ácana de verse se nota que el establecimiento de estos jue-
gos , que se atribuye á Clemencia Isaura ya en la misma época citada ya
después en 1 540, diciendo haber legado sus bienes al pueblo para este efec-
to , es una fábula cread» por M. Catel, que fué el primero que la puso en
la historia fabulosa de Tolosa, pues de haber sido cieita la donación, cons-
taría indudablemente en las actas municipales de dicha ciudad en las que
no se halla nada de esto (1)-
[i] Esi 1n nota T de la historia de la lileralurS por Boulerwek.fallnn los Ira-
duclores á la verdad diciendo que Lariiitle en dichos nnales tiene á Clemencin
Isaura por creadora de los Juegos norales, siendo asi que como heñios vl&lo lo
desmiente con pruebas en contrario.
Sin embargo, como muchos autores franceses digan que Isaura dejó en ISiO
— H8 —
glo X en la Prorenn, pass conatt qae caando Cnu-
ea , bijB de Gifillbiiko I conde de ProTCDZii , i-
Fnncii ec lOOi , llovó consigo Irovadorcs de su }■ ■.
friDceses li poesía rimada de los caial^nes sus i
mada y los trovii(1i)r«s nac¡i'r<<-i ■ n
slgaiemlo por atinra la opiriKín ui-.r. '. u
francesea, ImcíadiIo suyo hi qui> im:
Los fánsoius fB«ron las comitoüiciaiir^ji (lodUa
DÍo , Juncias 7 snltlusa de los trovailnm» |in "
pede do diapnlaa en verso entre ilor — -
de diülogOR , uno proptinli l;i irii>-<
unos y otros. Kn vsUs cucsilinii'^
Cortes de Amor . «o rrnlnli» sen 'i >i
, de lia i;alanterlafl ilii la cakilli-i 1 1 ^
Ícaasa de BDB cantos y lie mi' .i
B lasCArhiS de Amnr . <-ii i]i
las Cortes do jííx. jiinfinr v .
nidainente ds aste famo'in v
Mtibledmioito de los Jifi. >' '
del ma^lDoo Constáronlo .^ [ < '
Vanas h'iB sido Ijs n|<ii]i'
blertmiento de los jtir;:oq >'' <
/tfiHTo, en niy» error ij-' ■
vailitres bsiníioícíi >-ti •■iv ■
masdiitnaae ti Uv nt ■• '
ae describen, \m<i
Ajttiis bien lr.ii¡'< '
"a 1394, Id qi]<
"prurttalits '
RIdiadeT.:
•su eludid, atiKi '
baldeSanEstiíi
— 12i —
irvrt alfjDje, sustituyéndolos por el sonoro laúd, tratán-
<>«us tras cuyo Iriunrante carro caballeros y escuderas se-
llos, liaciondo ga\a y mérito de su dichosa esclavitud.
~ ftDGgar, que D. Juan i de Aragón mandó ú pedir al Con-
~t Dorales de Tolusa Mantenedores para establecer estos
1 lal y como se hallaban en aquella ciudad, tampoco
r pasar la opinión vultjar , seguida por l.i mayor parte de loa
■ handicbo algo sobre este particular, quepretcmlen, por este
kFnncia dio á la España las primeras lecciones de poesía en
1, y por consiguiente de estos certámenes poéticos, siendo
I contrario. Poetas los cspafiolüs. tal vez los mas antiguos
D y afenlados siempre por un cielo tipo de las bellezas, un sue-
I, y un clima lleno de encantos é ilusiones, desde los mas remo-
M basta el dia, no han dejado jiimás de pulsarla armoniosa lira
. . hr, y sus cantos melodiosos y Festivos han adormecido comun-
^. I la ferocidad de sus enemigos, que suavizando en esto país de deli-
ísui costumbres salvajes, concluyeron por hacerse hijos de cslepa-
~l terrenal cu el que tüdo retipiraba la protección de los dioses y los
■ del cielo. La poesía pasó necesariamente de tos españoles í sus
m , y aun i los (lemas pueblos , y el probarlo es el fln que nos pro-
ponemos.
Dice EstraboD : que ¡os españoles turdeíanos (1) eran tenidos , en su
tiempo , por ios mas doctos , que hadan uso de (a ijramdtica , conserva-
6an escritas sus memorias antiguas , de seis mií años antes del Imperio
de Tiberio. Púeh^ta. kt hbtbis ioclusís liíobs, a sexhilubds (üt aju>t)
AnnoBDX. Escribió este autor en tiempo de Cristo , y se colige por él , que
el u»u de h poesía en España d<ita da mas de siete mil y ochocientos añits.
No somos nosotros tan apegados á la aotigúedad, que nos ciegue la pasiun
de la patria á creer en tan pruiligioso origen de nuestra poista , aunque,
como algunos quieren, diésemos ¿ aquellos años solo cuatro meses en
caJa nao , en cuyo caso reduciéndose á mil y seiseieutus , podríamos dar
diB oiro modo fuerza á nuestra prueba ; pero sin creer este origen , ¿qué
paeblo se presenta entre los de Europa del que, con respecto á la poesía,
■e bable antes <}ue de España y al que se le coucedan mas antiguos cono-
cioiientos poéticos? El poeta Silio ¡tdtico hablando de los gallegos primí-
üvoi en 3u obra de J!e/M ftinico . dice que, tisaóan en sus diversiones,
juegos y fiestas sagradas de himnos , cantos , m&sica y bailes , lo que
prueba que se halkban aventajados en \\ poesía , y lo propio se colige de
lu citas geográHuo- históricas de los famosos escritores Plinio y Ptolomeo.
El crítico valenciano Luis Vives al coment.ir las obras de S. Agustín dice,
GOB respecto á España : «En aquellos países, antes del descubrimiento de
las venas de plata y oro , pocas veces el estruendo de la guerra llevaba la
iaqaictudycl terror á las familias. Los sabios filosofaban, los pueblos
vivian tranquilos y seguros conservando sus costumbres santas é incor-
ruptas. Los eruditos en dias destinados hadan públicos discursos sobre la
emiUacion d la virtud , la esencia de Dios, la constitución de la naíuia-
íeza y buena moral; el pueblo concurría á oírlos sin escepcíon de sexo ni
(I] Los tordetanos y lúrdalos cilidos por Estra
gueses y audaluces mss al Mediodía.
n, son los pueblos porlu-
personas.» Estas noticias un Tavorables á la antigua cultura española, no
ttinili'ian tanto valor, si , antes que un español nioilcroo, no hubiesen los
auli^uo; csci'ilores puesto á esta naiiion á la cabeza de los pueblos civili-
•/.¡iiius lie Europa, piti'ticulanneate en cuanto á los conocimienlos amenos
y tloriiloá de la poesía , que tal ye/, fuese la primitiva, Uc la misma ínilole
y artificio que la griega y licbrea , siendo asi que está casi probado que el
lenguaje primitivo de los españoles dimana del de estas dos antiguas na-
ciones, Habiendo tratad» con bastante erudición y tino el origen de la
poesía de nuestra nación el benemérito P. Sarmienío en sus Memorias
para la poesía española , basadas sobre los orígenes de la poesía castellana
del erudito ^elaz'/uez, á una y á otra obra dÍri};imos al que quiera estu-
diar con detención este punto , pues que basta á nuestro propósito lo que
ilejamus dicho , y la convicción que tenemos de que ningún pueblo moder-
no puede vanagloriarse de habernos precediilo en materias poéticas, ni
menos habernos enseñado el arte divino del letiguaje de los dioses y de
los héroes, que inspiró el Criador á los hijos de Iberia para engrandecer
su fogosa y rica imaginación.
Poetas los españoles en tiempo de los celtas , fenicios y cartagineses, no
lo fueron menos bajo la dominación de los tiranos de Boma , á pesar del
peso de las cadenas con que les pretendieron sojuzgar. Los célebres ffi'ji-
nio , Hena , los Sénecas , Lucano , Marcinl y otros muchos poetas latinos
españoles con que se engalana nuestra historia nacional, ponen ú la Es-
pana , particularmente á la parte de Andalucía , entre los pueblos que mas
adelantados se hallaban en goesia de aquellos que obedecían las vencedo-
ras leyes de ios Césares, señores del mundo civilizado. La fama de su jo-
viididad , habilidad y cultura hizo se esceptuase en l\oma A los músicos es-
pañoles, como dice Quintiltano , cuando se echó de aquella ciudad á todos
los estranjcros, pues respetaron en ellos á sus poetas , que unidos al cón-
sul Cornelio Balbo , instalaron ol primer teatro que hubo en Roma cuyos
primeros actores fueron también españoles.
Invadida la Península por los godos padeció la poesía española los es-
tragos de su barbarie , y ademas apoderándose de las Musas el partido sa-
cerdotal , que aconsejaba i los fieles no imitasen los versos de los gentiles,
se perdió su amenidad , sustituyendo & su caballerosidad y alegría la nio-
nutonia y tristeza de los cantos místicos y sepulcrales. A pesar de todo,
la poesía latina-española se sostuvo , si bien solo dedicada a la Iglesia , en
la Espafia goda , y los respetables nombres de Merobaudes, Draconío, Ce-
ponió, Orencio, S. Ildefonso , S, Eugenio , S. Faterio , Juliano , Tajón,
TheoiliUfo y otros muclios . cuyos versos entusiasmaron ü sus contempo-
rúueos, hacen ver que en medio de la barbarie y oscuridad de aquellos
si;;los , se sostenía con mas ó menos elegancia la poesía en nuestra patria.
Puesto que hemos probado . no solamente qiio la poesía española es la
mas antigua de que hay memoria enlrc los pueblos moileraos , sino que
se sostuvo constantemente en la primera línea hasta el siglo VIII de nues-
tra era , donde tocamos . vamos á entrar en una de las épocas de su mayor
lustre y esplendor . época do gloria para la civilización de España , puesto
que esiinguidas en el resto de Europa las luces que encendieran un día la
sabia Grecia y la culta Boma , solo España «mservaha alguna parte, sí no
el todo, de su benéfica luz, y que sus luminosas antorchas fueron el sa-
grado fuego que , conservado por manos piadosas , sirvió después para
reproducir la claridad perdida y destruir las espesas tinieblas con que en-
volvió la barbarie y la ignorancia á los siglos medios.
— 123 —
Dice g1 erudito Velazquez , que tos árabes que ínTadieron ta España
en el siglo VIH , inirotlu{;eroii en la poesía , asi como eo las ditmas arles y
ciencias , una alteración considcrtitile . pero que no por eso dejó de con-
servarse lapoeítia laiina de los godos, citando como poetas latinos ú Jí-
varo , Cipriano y S. Eulogio, cordoveses ; y á Prudencio , Camasücio y
Saívo . añadiendo t]ua llegó la poesía h ser el empleo y diversión de los li-
teratos. Cuando los árubcs sr apoderaron de España . tiabia poesía antigua
y moderna; el laúd del trovador sonaba entre manos hábiles, los cantos
ya solemnes ya populares , hacían la delicia del pueblo . y no se suspen-
dieron para empuñar el escudo y el lanxon , sino que al contrario , a los
cantos de ñcstas sucedieron los marciales, y los religiosos se enriquecie-
ron con las inspiradas trovas do los defensores de la religión. Invasores y
naturales cantanan . y si bien sus canciones tcnian un origen y objeto en-
teramente diferente , la poesía española se engalanaba con las ricas inspi-
raciones de los unos y de tus otros. La g. llantería, alma de la poesía du
Ins siglos medios . se había entronizado ya en España en la ciarte de los
últimos reyes godos, y la mujer era en España un objeto de adoraciotí
mundana ante cuyas aras el español quemaba con profusión el suave y
balsámico incienso. Los antiguos romances de la Cava y don Itodrigo son
testigos de este hecho , y le conñrman las linas galanterías de los árabes
primitivos que invadieron á España , y las de los c;ihalteros cristianos ci-
tados en el romancero del Cid. Como siente el sabio Florian, los árabes
antes de salir del Asia y de sos conquistados dominios del África , eran
casi como en el día salvajes, intolerantes por precepto y poco ffnos con
su« mujeres á quienes negaban gracias divinas en el paraíso, y en este
carácter siguen hoy desde su cspulsion de la Península, siendo tiranos de
suí mujeres, y no conociendo mas poesl^i que los versículos de ta ley de
su profeta y alguna que otra canción tradicional . generalmente mística.
Sicmlii esto cierto, como confiesan los antiguos libros y los viajeros mo-
dernos, y constando hasta la evidencia que los árabes españoles fueron
grandes poetas , caballerosos , galantes con las damas hasta el fanastismo,
tolerantes y generosos hasta la demasía , no cabe duda de que aprendie-
ron do los españoles estas bellas cualidades que ellos supieron engrande-
cer y adornar con su ardiente imaginación y con el prestigio de vencedo-
res. De no ser esta l.i razón , no alcanzamos la causa de la repentina mu-
danza de carácter de los árabes al pisar los floridos campos de la Hética,
7 do la pérdida también repentina de sus poéticas , caballerescas y galan-
tes dotes, al volver á las abrasadas arenas del desierto después de siete
siglos de glorias en Espima.
Siendo los árabes españoles los amantes mas tiernos, sumisos y apa-
sionados, no podían menos de ser poetas, pues que nada fecunda la ima-
ginación tanto como el amor. Sus mujeres, si bien casi esclavas por
exigirlo así su religión , cuando eran amadas eran soberanas absolutas y
diosas de aquel cuyo corazón poesían. Como dice Florian, buscaban el
honor y la gloria para agrailarlas ; despreciaban sus tesoros y su vida ; se
esforzaban á oscurecerse los unos á los otros con hazañas y frestas mag-
nílicas, solo por brillar á su vista ; testigos de esto muchos monumentos
de Cói'doba , Granuda y demás pueblos de Andalucía , hechos para el |da-
cerde las favoritas do los soberanos árabes, y los centenares de romances
moriscos tradicionales que han llegado iiasta nosotros y que pueden verse
en el precioso romancero ile nuestro compañero y amigo el erudito Don
J-justín Duran , en los que se nota una setluctora mezcla de a mor y va-
— 194 —
lentía , de feroddad y de ternura. La poesia eapallola, enriquecida por los
árabes desde los tiempos de Abderramen, fundador de su monarquía, hizo
bien pronto oWidar la poesia latina , de lo que se queja amargamente ^/*
varo Cordobense diciendo : que los cristianos escribian sus versos en len-
gua arábiga con mas primor y gracia que los mismos árabes. Efectiva-
mente i SI se recorren las bibliotecas hispanas de D. Nicolás Antonio y de
Casiri , y la oriental de Hervelot , se verá en estas obras el gran número
de poetas árabes que produjo la Península en los siete siglos de la domi-
nación musulmana, y aun conocemos poesias de una infinidad de poetas
no comprendidos en dichas obras , y de los que constan aún escritos iné-
ditos en los manuscritos arábigos del Escorial y de otras bibliotecas. Dice
el abate Andrés que la España, como tenia mas comercio con ios sarra-
cenos que con las demás naciones , fué la primera que , rompiendo los
grillos de la lengua latina , dejó correr libremente la imaginación aban-
donándola al nativo idioma ; de suerte que en los espafioles es donde em-
pezó la poesia moderna rimada, puesto que rimada fué la poesia de los
árabes, y de aquí pasó á los poetas provenzales, que no fueron invento-
res como se pretende , sino imitadores de los árabes españoles.
Mucho podríamos decir acerca de este particular para apoyar nuestro
propósito de que los espaíkoles ensenaron a ios demás pueblos modernos
la poesía rimada , y de que á ellos se debe su origen ; pero remitiendo á
la obra diel abate Andrés y á los divanes y escritos árabes del Escorial , á
los que quieran estudiar su poesia y ver si nuestra opinión está fundada,
y á las bibliotecas hispanas y orientales citadas á los que pretenden saber
el número de poetas rimantes que hubo antes que rimasen los trovadores
provenzales , vamos á dar noticia de los consistorios poéticos ó justas de
poesías árabes que existieron en Córdoba mucho antes que se establecie-
sen los juegos florales de Tolosa , de los que es muy probable se origina-
ron los consistorios de la ciencia gaya del reino de Aragón^
Los sabios califas Harum Errassid que reino desde el ano de 170 de la
Egira, y su hijo el famoso Jbul-Abas eíJUamun, fueron tan sabios éilus^
trados , que hicieron de Córdoba una segunda Atenas , á la que acudie-
ron , va llamados por protección , ya por curiosidad , la mayor parte de
los sabios del mundo civilizado que entonces á la verdad era bastante re-
ducido.
Apasionado el iíamun á las costumbres griegas y romanas que leía
en los libros romanos que entendía perfectamente, según los cronistas
árabes , trató de restaurar en su imperio las de aquellas cosas que, no
oponiéndose á los preceptos del Coran , fuesen útiles para emular á los
jóvenes estudiosos , entretener á los sabios y fomentar la ilustración. Por
esta razón se colige, que leyendo en los libros griegos los juegos olímpicos
en que reputaban al vencedor en cualquiera materia como á un hombre
divino, y los ejercicios literarios y poéticos de los liceos, museos, ateneos,
odeones y accidtmias , concibió la idea de los famosos certámenes poéticos
y de retórica que estableció en su corte , en los cuales brilló el talento del
sabio y la fogosa y fecunda imaginación del poeta. Dice el erudito Jsensio
en su Ensayo sobre la lengua y gramática árabe , que estos certámenes se
celebraban en la gran plaza de OAaz por espacio de un mes, y que en los
dias de estas academias , se coronaba al rector ó al poeta que en dictamen
de los inteligentes había recitado al concurso las mejores piezas de las dos
facultades.
En un códice árabe del Escorial, se lee con respecto á Córdoba, Toledo
— 125 —
y Granada , cuyos poetas y ^ndezas describe, el ceremonial del premio
qne se daba á los literatos y poetas qne yencian en estos certámenes, me
traducido libremente por nut^stro amigo D. José Abascat que nos facilitó
una copia , ponemos a continuación.
cDesignatio por los sabios Cadies el que merecia el premio , se publi-
caba; y llamándole por su nombre, se le coronaba de flores y laureles por
mano del Entír^ f^acir ó persona mas condecorada que hubiese en la reu-
nión. En seguida el Mu$tifhíkci2i una plegaria á Alá dándole gracias por el
talento de que habia dotado á aquel creyente , si lo era , y si era infiel
(pues en estos certámenes se admitía á los crisUanos) suplicándole le hi-
ciese conocer su error y le tragese á la verdadera ley. Hecho esto se hacia
subir al Toncedor coronado sobre un carro triunfal , y paseándole por las
principales calles de la ciudad , se le conduela al Alcázar del soberano , el
que le premiaba con un rico turbante y una sortija ú anillo de plata que
él mismo ponia en el dedo Índice del yencedor. Saliendo del Alcázar, se
dirigia el triunfo á la mezquita , y quedando á la puerta el boato triunfal,
entraba en ella el agraciado con los sabios jueces , y puesto de rodillas en
tanto que el gran Mustíf entonaba una reverente azald (oración) ofrecía á
Alá todos sus honores como recibidos por su gran poder, poniendo la
corona en el suelo en señal de humildad. Terminada esta ceremonia salla
de la mezquita, y poniéndose el turbante espresado volviaá subir al carro»
que entonces estaba adornado de flores si era poeta , y era conducido en
triunfo á su casa en la que le visitaban los sabios Huzlimes : desde el al-
minar se publicaba su nombre.»
Después de esto, ¿se podrá dudar de la grandeza de los árabes . de que
supieron premiar el mérito con tanta suntuosidad como los pueblos mas
civilizados, y de que hubo en España en la edad media consistorios poé-
ticos antes que en Tolosa? : eremos que no (i).
Dueños los árabes de casi toda la Península , pusieron su empeño en
introducir en los pueblos conquistados sus usos y costumbres , y parti-
cularmente su lenguaje, su literatura y su poesía. Fué tanto lo que se
aficionaron los españoles á la poesía en lenj^ua árabe, que según el dicho
Alvaro Gordobense en su Judíenlo luminoso publicado por el historiador
P. Florez, los españoles olvidaron en los primeros tiempos de la domina-
ción el latín por el árabe y el caldco, y apenas habia uno que no supiese
escribir el árabe con perfección y componer versos graciosos y elegantes
en la misma lengua. Esta queja de un escritor contemporáneo, nos afirma
mas en nuestra opinión , de que, la principal poesía desde el siglo VIII
hasta el XIV en que ios árabes fueron perdiendo su conquista, fué en Es-
paña, y de que es preciso fomentar el estudio del Arabo entre nosotros
para que llegue un dia en que hallemos en los antiguos códices musul-
manes mucha parte , ignorada aún , de nuestra historia nacional en todos
conceptos.
Sometido el reino de Aragón y la Cataluña al dominio musulmán , esta
parte de la Península tomó como las demás la poesía árabe, y aun cuando
fué de las primeras que sacudieron el yugo , adquiriendo su indcpen-
(1) También fueron fuertes los árabes en la roásica, pues que en Córdoba tu-
vieron dos escuelas, una griega por el sistema de Pilágoras, y otra bastarda entre
la griega y hebrea de la que resultó la popular, cuyo aire se conserva aún en
las canciones andaluzas.
— las-
en el siglo XIII á su nuevo reino de Ñapóles , Uerando consigo mucbos
Eoetas provenzales y catalanes , entre los que so distinguían el barcelonés
luiltermo, vizconde de Berga, cuyas poesías, como otras muchas, se con-
servan inéditas en la biblioteca vaticana de Roma ; pero que mucho antes
habia pasado la poesía catalana á Sicilia llevada por el espresado empera-
dor Federico , que habiéndola conocido en una academia que en liO!l le
dieron en Turin el conde de Barcelona Berenguer IV ya citado y su sobri-
no el conde de Provenza, la tomó tanta afición, que no solo compuso ver-
sos, sino que se llevó consigo trovadores catalanes que leensefkaron k sus
vasallos , entre los que fué de director Guillermo Mascardo , gran cantor
que fué uno de los fundadores de la deliciosa música italiana, é inventor de
las notas breves (1), y de los cuales salieron en Italia en los tiempos pos-
teriores los divinos poetas Petrarca, Dante, Metastasio, Taso y otros que
llevaron la poesía europea al mas alto grado de perfección , y á no desde-
cir en sus canciones de los inspirados cantos de los poetas semidioses Uo-
mero y Virgilio.
Si á lo dicho por los referidos escritores, aumentamos lo que sobre
este particular dejaron consignado el célebre abale Andrés y otra multitud
de autores, la mayor parte estranjeros á nuestro país, y el testimonio in-
destructible de las poesías que han llegado hasta nosotros de este tiempo,
ya árabes, ya castellanas ó ya catalanas, ¿habrá alguno que todavía pueda
dudar de la preeminencia de la poesía rimada española sobre la francesa,
á pesar de los bardos y de sus decantados trovadores? Yo cre^ que no , ¿
no ser que el dudoso sea un negado, ó uno á quien ciegue del todo los ojos
de la razón el amor de su pais. Confiesen de buena fé los franceses que
somos sus maestros en poesía , que nosotros no nos desdeñaremos de
confesar gue somos sus discípulos en otras cosas que efectivamente nos
han ensenado (^).
Em[iero se nos podrá decir, caso que nos concedan esto, que escri-*
hiendo sobre los juegos florales nos hemos salido de la cuestión, puesto
(\) El obispo Amat dice, que los primeros diez versos que hizo el emperador
fueron los siguientes , que traduce del catalán al castellano:
Me place el noble francés
T la mujer catalana ,
El artista genovés ,
Y la Corte Castellana ;
El canto provenzales
Y la danza trevisana ;
Amo por rostro al inglés ,
Por mozuelo al de Toscana ,
Por talle al aragonés ,
Y por amiga á Juliana.
(2) Los franceses no pueden olvidar qoeen la edad media se dio la preferencia
en toda la Europa, y aun en la misma Francia, á los trovadores y músicos es-
pañoles sobre los franceses, que fueron siempre muy inferiores. No debe tampoco
estranarse esta preferencia^ se atiende á que ademas de las dotes sobresalien-
tes que dio Dios á los españoles, sus cantares y trovas eran espresivos, finos, de-
— 129 —
íbamos babieson nacido en España antes que en Francia ; pero
rfintostamos con los referidos certámenes poéticos ile ios árabes
■< Aadalacias , i\\k teniendo casi las mismas formas y siendo
.intiguos que los de Tolosa , pudieron muy bien haberlos co-
¡ii> quiere el P. Sannicato, no los tomaron de los romanos;
> !»». aaatino así no sea. que nosotros así lo creemos, siem-
ilncir que en los tiempos modernos, en Kspaña antes que
< ninguna otra parle . se coronó y premió al poeta con so-
r-s el objeto de lo» dichos j uegos florales.
I luel atribuye ol arte déla rima á tos árabes españoles, y
!i en su Historia de la poesía francesa , estraciada en 17íCl
^ dvTKToas dice: «que los españoles fueron verosímil-
rat qne tomaron la poesía rimada de sus nuevos hudxpc-
r^elu por la comodidad ile sus puertos , nos la tragcron
I ronercin.» Quadrio y Saint Pelaye son del mismo sen-
'Kttiios echan por tierra la paradoja de Faucbel que , sin
••■nde qoo el uso de la rima ba nacido en Francia y que
'< las demás de Europa.
■vamoB dicbo, el año de 11G2 los españoles señores do
' I 'iit en Turin academias poéticas en versos catalanes,
1 53i que se fundó el consistorio de Tolosa , median
I poesía española , y es de creer que en las cortes
iinn aolenores á éste, puesto que estatian tan esli-
nes poúlicos en que el soberano premiase al tro-
es españoles Jordi, Febrer, Berqiiedsn, Mata-
el rey D. Pedro III de Aragón, que florecieron
¡o los certámenes poéticos que en su tiempo Ce-
ca . no pudieron menos de tenerlos, máxime en
oia los Certámenes en su palacio, y si no ba lie-
1 03 será bien porque no les dieron la importan-
tulosaoos. ó porque teniendo por ofensivo á-la
DIO costumbre musulmana, creyeran cosapia-
' ■■ certámenes.
's dicho para probar nuestra proposición, se
la embajada que don Juanl dcAraí;on man-
'idiondo mantenedores de la gaya ciencia
';;ual en Barcelona ; y t.tiiibien con la noü-
I & los marqueses de Víllena y de Santilla-
ertámenei poéticos de los árabes , ni de
i'.n cuanto á lo primero les contestamos
que D. Juan quiso tener en Barcelona
<^a lodo ul de Tolosa , y que para ba-
nor aquellos mantenedores de la gaya
los franceses, frías, sio modulación ni
ir lo que dice uu uutor se tes proliiLiiú
■o qne se les llama Juglares Charlatanes,
ilñ , solicitabii de todas parles . y se les
, < luoa y delicados cantores de los amores.
17
— 130 —
ciencia , arte sobradamente conocido en España entonces , pero que csio
no destruye lo que se ha diclio ni acerca de la preeminencia de nuestra
poesía , ni de la existencia de acailemias políticas aateriores á la Tolosana.
¥ en cuanto á lo secundo . que en la sabiduría del marqués de Villena y
en la del de Santillana , no es de creer ignorasen las costumbres árabes
en sus certámenes , sino que como la religión estaba invadida en su época
por el ísnatismo religioso , no se atrevieron , tal vez , á alabar á sus ene-
migos, por temor de hacerse sospechosos y atraerse el furor del valgo, ó
porque quisieran dar á los trovadores cristianos preeminencia sobre los
moros, desatendiendo por espíritu de partido el decoro y grandeza na-
cional.
Logrado nuestro objeto primordial en este particular , vamos á mani-
festar el método con que se celebraron en España los j uegos llórales , des-
pués de la espresaJa embajada á Tolosa del rey don Juan.
Desde la mitad del siglo XIV fué decayendo la poesía de tal modo en
la Provenza y en los estados de Francia, que á pesar de los juegos llóra-
les de Toiosa , y do los premios y protección que se concedía á los trova-
dores, estos empezaron á ser tenidos en poco aprecio, al paso que los
juglares y titiriteros , corrompiendo el gusto y la buena poesía , eran ad-
mitidas con predilección hasta en las casas de los principales magnates.
Despreciada asi la poesía provcnzal, corrió á buscar un honroso asilo á su
país natal , y la Cataluña se llenó de trovadores , pasando á ser Barcelo-
na lo que en otros tiempos las ciudades de Aiiy de Avinon. Barcrlono,
Tortosa y Tarragona en Catalufia, Zaragoza en Aragón, y f'ateneia en
sn provincia, fueron otros tantos Liceos donde encontraba el trovador
apasionados oyentes á sus armoniosos cantos , y no tardó mucho tiempo
en que faUadolitl y las demás ciudades de Castilla sf¡;uiesen el ejemplo
poético de las déla Corona de Aragón, retrocediendo de este modo la
poesía y sus solemnes actos á los países donde nacieran y de donde salie-
ran un día á publicar por todo el mundo conocido las glorias españolas y
las fogosas y galantes mspiraciones de sus hijos.
El erudito AbaU Andrés es de nuestra misma opinión , en cuanto á lo
que acabamos de decir , pero aunque no hubiese este autor y otros cono-
cidos que citar , bastábalo dicho y el saber que establecido el parlamento
ó consistorio de Itarceloaa , se eclipsó á poco tiempo ct de Tolosa , único
i^uc quedaba, porque los parlamentos de Aix, Romani y Avinon, no exis-
tían ya desde 1382, en que terminaron en aquel país las galantes Cortes
de Amor.
Por el códice catalán que citamos mas adelante sobre las Corles de Amor,
consta que en 1353 liabia en Barcelona parlamento ó academia de la ciencia
gaya, de la que salieron para Avinon los poetas que allí nombramos á lle-
var un mensaje de la junta de damas catalanas, y como esta fecha sea mu-
chos años anterior á la embajada cnviaila ¿Tolosa por D. Juan 1, si bien en
su misma época , hé aqui una prueba de que había academias poéticas en
Barcelona , antes que viniesen los mantenedores de Tolosa , y habiéndo-
las es imposible que asi en ellas como en el parlamento de Amor, que
también esíslia , no se premiase el talento y las inspiraciones poéticas con
joyas mas ó menos parecidas ¿ las de la gilieo-provenzal academia (f):
(M Autcsdu quaso inlrodugese el Consistorio en Barcelona existieron enZa-
rngonn ücriúmenes píxiticos, pues Uslaroz en su Aganipe dice: que O. Pedro de
— 151 ~
■ia§ como sea un hecho 0I liamamiento de los mantenedores de Tolosa,
pasaremos á dar noticia de este suceso.
Saraamente aficionado á la poesía D. Juan I rey de Aragón , que tívíó
desde diciembre de 1350 liasta mayo de 1395 en que falleció, y del que
han llegado á estos tiempos algunas trovas de que nace mención el jesuita
P. QuMTo en su historia D^ognie poesie tomo ü , pág. 131 , puso todo sn
comito en hacer florecer las letras aragonesas , y queriendo honrar debi-
damente á la poesía , sn ocupación favorita , reunió al rededor de su trono
los principales trovadores españoles y franceses á los que colmaba de do-
nes y tenia por sus mayores amigos. No contento con las academias teni-
das en su palacio 9 ni con las celebradas en casa de sus cortesanos que,
como siempre, imitaron en las costumbres al monarca si no por tirtttd al
menos por adulación , ideó el crear una academia pública del 6ai Sabbe
donde so premiase con magniñcenda el talento de ios poetas. Para llevar
•delante su grandiosa obra, dio la comisión á su secretario Luis db Avbi-
só y á Jaimb Maetí , ambos caballeros de Barcelona y escelentes trovado-
res 9 los cuales presentaron al rey un luminoso dictamen que fué inme-
diatamente aprooado, estendiéndose el diploma latino para el estableci-
miento de la academia , que cita el obispo Torres Amat en su obra (1)
copiado por D. José Vega del Códice de la Biblioteca de la catedral de Se-
villa titulado «Super Scientia Goj/a Ordi p. b. servent.9 En este docu-
mento se hculta á los dos caballeros dichos , para enterarse del cerraio-
AragoD , conde de Ribagorza, infaute y hermaúo del Rey D. Alonso el IV, en las
fiestas de su coronaciou celebrada en 13SS
Eo rithmo suavísimo elegante,
Que aquel siglo llamaba gaya ciencia ,
En métrica elocuencia ,
En la coronación magcstuosa ,
Has célebre , mas rara , y numerosa
Del cuarto D. Alonso : : : :
En el palacio de la Alja feria ,
Oyeron de su altísima Talia
Sentenciosos primores.
De esta coronación habla Zurita al año 1327 y 28, pero aunque dá noticia
de trovadores que asistieron, no hace mención de las copias del infante D. Pe-
dro, sin embargo consta el certamen en un tiempo en que apenas acababa de
establecerse el consistorio de Tolosa. (Sarmiento pág. S55). D. Blas Nassarre en
la disertación sobre la comedia española Impresa en Madrid en 4749, añade á
todo esto , con relación á dichas fiestas: que el juglar Rnmaset cantó una villa-
nesca de la composición del mismo infante, y que otro juglar llamado Novellet
recitó y representó en voz y sin cantar mas de seiscientos versos que hizo el
espresado infante en el metro que llamaban rima vulgar , y en fin que en la fa-
milia real de este principe , se vinculó la gracia y estudio de la poesía hasta
el marqués de Viilena su biznieto, que compuso el arte de la gaya ciencia y mu-,
chas poesías que se representaron y celebraron.
0) Pág. 59.
— 132 ~
nial y demás cosas pertenecientes al consistorio de Tolosa,fEe nota el
deseo de D. Juan de que la academia de Barcelona . fuese en todo igual i
la de aquella cindad. Mandados Jversóy lilarli con embajada de su rey
y señor al Rey de Francia , éste le concedió dos fíimosos manlenedares del
consistorio de Tolosa , los que liien recibidos en la ccirte de D. Juan y por
el pueblo catalán, establecieron lus realas de los juegos florales en la aca-
demia de Barcelona tal y como releían en el consistorio de donde venían.
El marqwis de ¡'Hiena , en el Arle de trovar intitulad» á D. Jñigo Lo-
pr.z de Mendoza, Señor de Hita . dice con respecto !i los maniennlures de
Tolosa (11: «E fundaron eiludio deUa en la ciídad de Barcelona, dos
manlenedares i/iie vinieron de Tolosa para esto, ordenando/e des/a ma-
nera : 9ue bnhiese en el estudio ó consistorio desta scicncin en fínrcetona
cuatro mantenedores: ei uno cniía/íero. el otro maestro de TUeolotjia , ei
otro en leyes , el otra honrado citdadano : e cuando alifimo deslos falles-
ciese , fuese otro de su condición eleytdo fior el coleijio de los trovadores
é confirmado por el Rey.»
Muerto el rey D. Juan , so sucesor D. Martin , ultimo vastago de It
rama varonil de los condes de Uarcelona rjuc duró eo Ar3í;on 373 años
firoducrcndo once esforaados reyes, pn^stó su real apoyo á la academia de
a gaya ciencia de Barcelona , aumentando sus rentas para que fuesen sus
actos mas lucidos y solemnes , y é\ mismo bizo leer en ello sus composi-
ciones poéticas para alentará los trovadores, y proniinciú un elocuente
discurso, en Ií07 . á su vuelta de las Cortes de Pcrpiñan, en el que acre-
ditó también su elocuencia. Con respecto á este tiempo dice el citado arte
de trovar : « En tiempo del Itey D. Martin fueron mas privileífiadas 6
acrecentadas ¡as rentas del consistorio para las despensas facederas , asi
en la reparación de (os libros del arle, é verijas de plata de los wín/iieros
que van adelante de los mantenedores , e sellos del consistorio ; como en
las joyas que se dan cada mes; é para celebrar las fiestas ijenerales: é
fidéronse en este tiempo muy señaladas obras, ifue fueron dignas de co-
rona,a
Como si la poesía siendo un cuerpo físico hubiese querido sepultarse
con el último v&slago de aquella ilustre rama que la apadrinó en el prin-
cipio de su poder y la elevó con ella al trono, así sucedió á la muerte del
rey D. Martín, acaecida en Barcelona en 4 de mayo de 14f0. La pa)a
ciencia que empezó á florecer con el primer soberano de la Provenza,
conde de Barcelona , y por mejor decir con los primeros condes de esta
ciudad, hizo tal sentimiento á la cstincion total do sus soberanos protec-
tores, que poco falló para que se sepultase del todo con ellos en la tumba.
Los grandes debates que se suscitaron entre los pretendientes it la co-
rona de Aragón , fueron causa de que la mayor parte de los trovadores
roarcIíascQ á Tortosa y abandonasen á Barcelona en la que cesó ei consis-
torio por entonces. Mucho hicieron los mantenedores por establecerle en
aquella ciudad; pero sus esfuerzos fueron inútiles , á pesar de haber allí
elementos útiles para ello; y hubiese concluido para siempre el consisto-
rio de la ciencia gaya á durar un poco mas las reyertas políticas, verdu-
gos que destrozan siempre todos los elementos de civilización , de saber y
de cultura.
Declarado, por los jueces reunidos en Caapc ni efecto, el infante de
Antequera U, Fernando , con mayor derecho ft la corona de Aragón que
(1) Vidc
!.s <le la Icngun castellaua por Mayaos , (. 3, p;íg. 3*21.
— 133 —
s preteii(]ieiites, pisó á Bnrcfliona i ser jnrido por conde de esta
9<1 , y en las fisstas de esta jura puede decirse que resncitó el mo-
tda CoDütslorín, pnes regresando á Burcelona los mantenedores j
^dores deuln Tortosa , volvieron i empezarse ios poéticos certáme-
.lapadñnados por el rey, el que en lil3 señaló una pensión de iO fl»-
^V]i*s de oro sobre el real erario para comprar ias joyas con qne debia
iTpminrKe k los truvidores, y puso el Coosislorío bajo la presidencia de
tin principe sabio, tsniflocon razón por el talcDlo mas esiraordinario de
11 «poca. Era este D. Enriútir dr Aragor , conocido Tulgarmentc con el
\ I iilii del margues de füUna, tercer nieto del rey D. Jaime ii y el tiltinio
■w \a% descendientes, por legitima varonía, de la casa real de los condes
m: Itarcelona , se^un pmeba Zurita. Acompañando á su tio el nuevo rey
iK FBRnxKDO, rué rombrado por el colegio de los trovadores, donde se
jiA> présenle su fama de sabio y de poeta, presidente de la academia de
'. ji'celona , la que S6 puso á restablecer con el mayor empeflo . y empezó
-arcrorniahaciendoelrttualdela academia, del concurso y de la adjudica-
uMü áa los premios . i lo que llamó la Gaya Ciencia ó arte de trovar (1).
AmitM DX U9TAII0Z en su AgmUpe de los poetas aragoneses, de
va DD Códice entre los manuscritos de la Biblioteca Nacional de
mención de las academias poélicas de Barcelona , y del marqués
■n rwtanndor en los siguientes versos ;
T cuando D. Enrique de Yillcna
Con D. Femando vino
A la insigne Barcino,
El Apolíneo gremio
De su fecunda y elegante vena,
Ilustró con aplausos y con premio :
Donde el Rey presidía
En trono para honor de la poesía :
y de la Gaya Ciencia
Escribió su elocuencia,
llosirando la erudita
Copia de sus dolencias y primores.
Donde citró las flores
En el sutil tratado
Del arte de trovar inlilulado.
Que á instancia lo escribió del Sr. de Hila .
De D. lúigo López de Mendoza,
De quien Castilla laureles muchos goza.
En trd|!;icss y dulces cantinelas.
Del príncipe D. Cdrlos las cadenas
T BU temprano y triste acabamiento
Cantaron sus dulcísimas carmenas.
1 dar una completa idea de lo que era el consistorio de Barcelona en
I da D. Enrique d« Villana , y de la ostentación con qae la adornaba la
— 154 —
Con la maerte del marquéi de Yilleiia, actecida en 1431, puede deeine
que concluyó el consistorio de la Gaya Ciencia de Barcelona » pues que si
algunos trovadores hicieron lo posible por sostenerle , no pudieron con-
trarestar el carácter peculiar que tomó el siglo contra esta clase de aca-
demias que iban teniendo por enemigos á los austeros religiosos, oposito-
res de todo lo que no fuera enteramente mistico como peijudidaly en su
concepto , á la buena moral cristiana. El Aragón perdió sus consistorioe , y
desde 1436 hasta las célebres academias de los condes de Quimera f en Á
siglo XVII, no se vuelven á ver academias poéticas en este pais» á no ser en
alguna comunidad religiosa para alabar las escelencias de la Yirgtn 6 de
algún santo patrón.
academia en los días de concurso , y con que se daban los premios ^ pondremos
las mismas palabras del marqués de Santillana en el citado arte de trovar, to-
mándolo del tomo segundo de los Orígenes de le íeñgua etpañoUí, compuestos
por varios autores y recogidos por D. Gregorio Mayaus y Sisear , bibliotecario
de S. M., en el que se hallan algunas cosas notables del arte de trovar que
Don Enrique de Yillena dedicó á D. Iñigo L^pez de Mendoza, 8eik>r de Hita, á
la página 324 , en que se encuentra lo siguiente con relación al consistorío de
Barcelona.
«Las materias que se proponían en Barcelona estando allí D. Enrique. Al-
gunas veces loores de Santa María : otras de armas : otras amores, e de buenas
costumbres. E llegado el día prefijado, congregábanse los mantenedores é tro-
vadores en el palacio donde yo estaba; y de allí partíamos ordenadamente con
los vergueros delante , é los libros del arte, que traían, y el registro ante los
mantenedores. E llegados al dicho capilul , que ya estaba aparejado, é empara-
mentando de panos de pared al derredor, é fecho un asiento de frente con gra-
das, en donde estaba D. Enrique en medio, é los mantenedores en cada parle
é á nuestros pies los escríbanos del consistorío, é los vergueros mas abajo , é el
suelo cubierto de tapicería é fechos dos circuitos de asientos donde estaban los
trovadores, é enmedio un bastimento cuadrado tan alto como un altar, de pa-
ños de oro, é encima puestos de libros del arte é la joya; é á la man derecha
estaba la silla alta para el rey , que las mas veces era presente, é otra mucha
gente se ende allegaba.»
«B fecho silencio, levantábale el maestro en teología, que era uno de los man-
tenedores, é facía una presuposición con su tema, y sus alegaciones, é loores
de la Gaya Sciencia , é de aquella materia de que se había de tratar en aquel
consistorío; é tornábase á asentar. E luego uno de los vergueros decía , que los
trovadores allí congregados espandiesen , y publicasen las obras que tenían he-
chas de la materia á ellos a6nada; é luego levantábase cada uno, é leia la obra
que tenia fecha en voz inteligible, é traíanlas escritas en papeles damasquinos
de diversos colores con letras de oro é de plata, iiluminaduras formosas lo me-
jor que cada uno podía : é desque todas eran publicadas, cada uno la presen-
taba al escribano del consistorio.»
«Teníanse después dos consistorios : uno secreto y otro público. En el se-
creto facían todos juramento de juzgar derechamente sin parcialidad alguna,
según las reglas del arte, quál era mejor de las obras examinadas é leídas pun-
— 155 —
Et marqués de Saotillana , amigo y discípulo del do Villena, hizo todo
lo posible por iniroductr en Castilla los juegos florales del mismo modo
qne se celebraron ea Aragón . y lo consiguió en la uoiilica cime del rey
l>. Juiín el II , |)oela y amij;o de los trovadores , el cual situó el consistorio
en su mismo palacio . y presidiilo por ¿I se enroñaron , en los tres años
que se celebraron estas justas poéticas, tos famosos Mnrnna, Saníillana,
Lope 'le Estúñiija , Carvt^al, Siifro de ¡Uvera, Juan Duermas, JHoxica,
Arias de Busto , FiUalpando , yüialoboí , Juan de Tavera , Tapia y otros
poetas (1). Con la muerte de Santillana y de D. Juan II, terminaron en
Castilla estas justas literarias, y aunque Pedro Gracia Orí, cronista do
los Reyes Católicos y corto poeta, trató de restaurarlas en el tiempo de lu
virtuosa Isabel la Católica , no lo consintió aquella corle guerrera y mis-
tica, que atendía mas & contar las sangrientas cabezHs cortadas ú ios ínñe-
lea de Granada y á ver encender después las bogueras del creado santo
oBcio, que ¿ los melodiosos cantos del poeta, troidos entonces entre los
tnalmente por et escribano. Cnda uno dcllos apuntaba los vicios en ella ronlc-
nidos, é señalábanse en las margéneos de fuern. E todns así requeridas, i la que
era hallada sin vicios, ó íÍ la que leüia menos, era juzgada la joya por los vo-
tos del consistorio.!
-En el publico congregábanse los mantenedores, 6 trovadores en el palacio-,
é D. Enrique partía dendc con ellos, conjo está dicho, para el capitulo de los
frailes predicadoresi é colocados, é fecho silencio, yo les facía una presuposi-
ción loando las obras que ellos hablan fecho é declarando en especial quat do
ellas oierecia la joya; é aquella la traía ya el escribano del consistorio: en per-
gamino bien iluminada , é encima puesta lu corona do oro. <^ lirmábalo D. En-
rique al pié, é luego los mantenedores: é sellnlia ei escribano con el sello pen-
dicnle del consistorio : é traia la joya nnlc D. Eoriquo : é llamado el que fizo
aquella obra, entregiibalc la joya, é la obra coronada por memoria, la cual
era asentada en el registro del consislorio, dando autoridad é licencia para que
■e pudiese cantar, é en público decir.*
<E acabado esto, tornábamos de allí al palacio en ordenanza, é iba entro
dos mantenedores el que ganó la joya, é llevábale un mo/o debmle la joya con
ministriles, é trompetas: é llegados á palacio, haeiales dar conliles.y vina:i!
luego partían dcnde los mantenedores, é trovadores con los ministriles, é joya,
acompañando al que la gauú hasta su posada; é mostrábase aquel aveulaje que
Dios ¿Natura ficicron entre los claros ingenios, i los obscuros. De donde pa~
rece que aventaje viene del vocablo italiano avanle.r
\l] La poesía castellana contaba ya en esta época mucbos vales que la en-
noblecieron, debii'iiduse tener por sus primeros cullívudorps de buena especie
al inFante J). Juan lUamiet, a Ayala el Canciller, al duque I). Fadrique, á Don
Juan de la Corda , á D. Pedro Gon:ealez de Neiidoza , Adelantado mayor, y á los
Vdlenas, Sanlillanas, Guzmanes, Luna, Eiiríquei, Guevara, Manrique y otros
ciilcbres miiguate-ique pulsaron la lira de la poesía cortesana de ios pnlacios, en
contraposición de la de los juglares públicos, debiendo advertirse que cuando
solo cantaban amores y lisonjas los primeros, los s^undos ensalzaban bis glo-
rias del país, las hazaOas de sus héroes y describiiin las costumbres.
— 156 —
mas por impíos y perjudiciales cuando no sa dirigían á' alabar á Dios y
¿ maldecir á ios enemigos de la Craz.
El reinado de los Reyes Católicos, grande por tantos títulos, puedftcon-
templarse como la época principal de la decadencia de la poe»a nacional pri-
mitiva en £spana y la muerte de la provenzal ; pues al puso que aragoneses
y catalanes fueron tomando el lenguaje castellano, fué decayendo su poesía
basta el punto de versificarse en castellano, empezando esta trasmrma-
clon Mijutl Pérez , Juan de rerdancha , y Mosen Grespi de FnUdaura ,
que usaron del verso de ocbo sílabas con la consonancia y disposición de
las redondillas castellanas (1)»
Aun cuando se estinguieron en la Provenza y en España ios consisto-
rios poéticos donde se premiaba á los trovadores, no por eso desma-
yaron los poetas espaftoles como los franceses ; pues contentos con los
aplausos de un pequeño círculo de admiradores, siguieron aumentando
páginas & la gloriosa bístoria de la poesía española y nombres muy ilus-
tres al catálogo del Parnaso Español, que es en los tiempos antiguos y
medios el mas numeroso y magnífico de Europa. Alternando la lira con
los instrumentos dcTalía, se dio lugar á las inspiraciones fecundas y di-
vinas del poeta dramático, y empezó en España una nueva era de noesia
mas grande que ninguna, y que en vano pretenden presentar mas tiorida
y amena las demás naciones, y los siglos X Vi y XVII se engalanaron con los
ilustres nombres de Lope de P^ega, Calderón, Moreto , Tirso y otros maes-
tros del teatro sensato de Europa . y con los cantares sublimes de Garci^
laso, León, Góngor a, Granada, los Argensolas, Ercilla, Herrera, Que^
vedo y el inmortal Cervantes , creador de la buena novela , y perfecciona-
dor del lenguaje en nuestra patria.
Volviendo á nuestro propósito de tener por mas antiguos los certáme-
nes ()oéticos españoles , que los juegos florales de Tolosa , é hijos éstos de
aquellos , recordamos cuanto en apoyo de nuestra oninion hemos sentado
como pruebas incontestables , asi como la forma de premiar los árabes
andaluces á sus poetas. Coronas de flores y demostraciones públicas y
relii*¡osas, eran el premio del árabe vencedor en ios certámenes de la corte
de El Mamun, y flores, y demostraciones públicas y religiosas, eran el
Eremio dado á ios trovadores de Tolosa. Atendiendo ú la descripción que
emos hecho de aquellos certámenes, á los que hemos insertado de Tolosa
y del Consistorio de Uarceiona, se vé, que solo en las prácticas religiosas y
en alguna que otra circunstancia insignificante, es en lo que se diferencian
unos de otros, y no puede dudarse en su vista que así como los proven-
zales copiaron la Índole y estructura de los versos árabes, les imitaron
también en los medios de alentar y premiar el talento poético, sacándose
por consecuencia final , que los españoles fueron los maestros en poesia
de los franceses, y los inventores de los juegos florales modernos. En
efecto, no tomarían los tolosanos sus juegos de los romanos y ai de los
(1) Nos conformamos con la opinión de los escritores que han dicho que el
clero y la nobleza al declinar la edad media, eran las clases depositarías del saber,
raEon por lo que la poesía lució tanto en estas clases en España, en donde por
todas partes se veía en esta época trovadores ilustres; pero no podemos meó-
nos de confesar con los hechos, que los cantos de mas interés histórico fueron
los de los poetas del pueblo.
— 137 -
eananoles, puesto quo teniendo semejanza sus jueps con los de éstos , se
difereacian notablemente de los impuros de aquellos.
De la similitud de la poesía pruvenzal y de la ai'ábiga española, y de
los poetas de una y otra , trata largamente el erudito abate Andrés en su
citada obra tomo II , páginas 74 y 9B. y nos escusamos de hacerlo , tanto
por haber ya dicho lo suñcienie en apoyo de nuestro pnrcccr, cuanto por
habernos dilatado demasiado sobre osta materia : á dicha obra y páginas
remitimos á los curiosos, encomendando sus observaciones como au-
menlo de las pruebas que hemos dado á favor de nuestra emitida opi-
nión (I).
Se han conocido principalmente con el nombre de trovadores en Eu-
ropa, k los poetas provenzalos que florecieron del siglo XI al XIV ; los
cuales, no obstante la barbarie y grosera estupidez en que esta rcgien
estaba sumergida á escepcion de la parto de España ocupada porlosaraiies,
y & pesar del indujo en contrario que en aquella época ejercía el partido
fanálico, trataron en sus cantares de endulzar las costumbres de la
época por medio de la galantería caballeresca. Los trovadores Tueron per-
feccionando y suavizando el lenguaje ; crearon un nuevo género de poesía,
dieron un gracioso y elegante ^iro al pensamiento, á la ficción y á la mo-
ral; y como dice un auior: acesó la manía de esclavizarse á una enfadosa
«rutina, siguióse el progreso de las ideas, y abrazando una variedad de
(I) Bien quisiéramos haber seguido la historia de los ccrlámenes poéticos
españoles, con los quo en varias épocas se han repelido en España, entre los
que sobresalen los de tos aragoneses ennd^t de la Quimera, en el siglo XVII, los
del famoso Alfanio de Batres, los de Coelln, en el Retiro, en 1638, los de la
corle de Felipe IV, los de Lima en el siglo XVII, sostenidos por el virey Castel-
dürríus, y de otros de que tenemos la historia y composiciones, asi como de
los de las universidades do Alcalá. Salamanca, Genera y oirás, pero seria ta-
rea demasiado larga, bastando decir por hoy, que el Liceo artístico y lilcrario,
fundado ca tladrid en 1 837, y que se ha disuello en el próximo pasado de I S51 ,
tova cerlámcnes poólicos con que mantuvo el entusiasmo de la mejor sociedad
deUadrid durante diez años, en los que se establecieron los juegos dorales por
el ilustrado poeta elExcmo.Sr. I). Mariano ñoca de Togoreí, ministro que fué,
hace poco, de Instrucción publica y de Marina , en los cuales dio la reinn Sofía
Ttabel II, los premios por su propia mano a los mantenedores lodos los años. El
¡lutituto etpaiiotjCa cuya fuodacion.en abril do 4839, tuvimos una parle prin-
cipal, sociedad Blanlrúpico-lileraria y artística, que aún subsiste, celebra certá-
menes poéticos desde su fundación , y i estas dos sociedades y d las que de ellas se
formaron eu todo el roino se debe, en gran parta , la boga en que hoy se halla
nuestra poeiiía, y el que sean los poetas tan considerados como lo fueron en los
tiempos de las Cor(«ti/e..4rnor¡/Con*t«í«rM de laGayaCienda y aun mas, puesto
que jamás salieron los Irovndoros anliguos de !a dependencia délos señores, lla-
gando pocos á serlo si no lo debieron al naciroiento; y en loe tiempos que al-
canzamos se han visto muchas veces las riendas del Estado y la sueilc de los
pueblos y hasta del trono español en las manos do nuestros trovadores y lite-
ratos modernos.
18
mas por im[iios y pi-rtn
& mulilecir ¿ los cat'iiiit"
líl i'dnadoili! lo<.ll>'\>
tem[)lHr»ecomo taé))i»;< i
nilliva BQ Bopann y U i»i <
ycaialanes fueron (»iii .1
Iiasta el puDto de v>>i 1
cion iliíjwsi Ptrtt , J
quo usaron del Ti-r->o 1
lus rcMloiidillas ca^^tcll h
Aun cuando m'-u 1
ríos pvélicus duioln
yarou los pueltis ««|< "i
aplausos lia un itc^iui ñ'
paginas i la fUuno» }>•■ <
tres al catiílo;;» d-tl t>if
tnRdios el mas niiiucK
los iiistruruenlQ!) üi' í
viuus del poeta Atw
mas grande que uinr
^Y aitiuna las dctinis n 1
ilustren noinbi-es itc l.u¡.
tros del teatro sentmio I
laso, teon, (liinijura f
vedo y el inmortal Cfrt;
dor del lenguaje en ntiu
Volvieudo i nu<>!ttt«
Dca poéticos uspaüolflit
nquellos, rccordaoioAa
ciimu prueliuí {DüoitBr
anlaluces A »ii3 |Tonr
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de Á7 ifamun, y (1
Gremio (ladi) á loH tn
emos tiRCbo de aqun
y d<>l Coiisistoriú aa 8.
en al|;unu que otra (in
unos ilu otros, y no pd
?.ales copiaran la indow
turnbícn en los me<Iias4
pr>r consecnencii Anal, 1
lie \(n rraocestis, y li» I
efecto , DO lomarían los |
(I) Nos conformiimo* nai^
clnroyln nobleza ni declinar |j
TAXon por lo que la poeafa td
(odas p.'irte» se vciii oa esta t
una do coofc-Mir con los lioc~
los (Ui lux liúdas ditl pueblo.
i
— 139 —
en la proximidad de un monasterio. InmediatameDte bobo quien
trovas, quien las admirase, y en tia, quieo quisiera imi-
i un progreso de civilización que en vano podriamos des-
03, en nuestra opinión, el cimieulo de la que aún no hemos
i ests nación Un vilipendiada , por envidia de sn bellísimo cielo,
1 suelo é in;;Bnio de sus hijos, asi como tuvo en la época romana
t HiGinio, SsxnLio UKni, loa SensckB, Marcial , Único. Cah-
>-LiciKiir(o, Jdvkhco, Severo PanoEncio. los fumosos Aubioas
. Pebres poetas latinos . fue de las primeras naciones que oyeran
iIlvs acentos de lüstrovadores, cantores que nacieron en su suelo,
I llevamos dicho , y que ciñeron no solo la corona de MinuvA y du
- /Til KÍno la ilel mundo y del poder... Aragón fué el país cl&sicode los
-1 tiTCi, BUS escarpada» pero alegres montanas y sus risueños valles
'Ton. entre los aromas del cantueso y el tomillo, donceles biearros
'- rfciterrando las dañinas serpientes y tas salvajes lleras, formaron
"■"mita del amor, que despertó el fuego celestial hacienda brotar de
'-'■ los incultos peña'icoi, los encantos de una vida mas feliz y la idea
•-•ritn cobres mas humanas y deliciosas.
"^t riuísiéramos analiiar este asunto con mas cuidado á favor de nnes-
•■ira patria , podríanlos remontar el origen de los trovadores y román-
'rt-í at Rifólo V de nucí^tra era, desde el que no debió perderse la costum-
" (nJVtime si recordamos antes de él á Mbrobiddbs, DB&concioyel
'"l^o Cnvoifio. i'oetus citados con elogio por S. Isidoro. Cuenta la Cró-
' "• (I) que al eiilrar Ttirismundo, rey|de los Godos españoles, en Tolosa,
"1 «1 cadáver de su padre Teodoredo el Grande, que fué mnerto en la
• ripienta batalla de los campos cataláunicos en iSl contra el feroz jalifa,
'')« mancebos y doncellas entonaron canciones lastimosas, en las que re-
#MHn las hazañas del difunto rey, usanza de la nación goda asi en los
^pites y bodas, como en los funerales, de dooiie, como ase;íurael eru-
JPfc Saavrdra . resultaron en España las trovas y romances históricos.
^iios SsntoslLDeEonso, EnCRUio, Vat-rhio, Juuano, arzobispo de To-
Mo. y Tajón, obispo de Ziiragoza en el siglo Vil, Theodülfo en el VIII,
los cordobeses Alvaro. Cipriano, S. Eclogio y Galikdon Prudencio en
el IX y SAtvo en el X , acreditan con sus obras , que la lira poética se
palsaba con mieslria en e-sto^ oscuros tiempos en Es|iaña, y esto sin en-
trar en la E^paBa Árabe, donde, como dejamos probado, se hallaba en el
apogeo de l:i ilastracion y poesía Europea,
A pesar de esta verdad histórica, los estranjeros que tienen siempre
l)non cuidado de rebajar nuestro mérito en lodo , señalan al conde de Poi-
lon ('2). GiTiLi.KHMO IX, como el primer trovador en el siglo XII. sin ha-
i:er mención du poetas du este género anteriores á él; y con respecto á los
i^^panoles solo citan k Alfohso II , tey de Ara»on , que murió en 1190,
ii catalán Hur.3 db AIataplana en 1^9, RAiiiunno BEHEnouER, quinto
mde de Provenza en 13i3, Pedro 111 rey de Aru^^on en 1285, y Abnaü
(fALAM.
Por do guier resonaba con aplauso en el siglo \II el canto del trova-
liir ; paro en ninguna parte , aunque nos cuesto et decirlo, con mas éxito
I) Corona gótica de D. Diego Fajardo Saavedra , con respecto al año 4S(.
) Hitlolra litterafre das Trouvadours, edition de Paris 17Ti.
— 144 —
DOS parece quctar bastante probailo que liicieron un gran servicio al gé-
nero humano dtilcÍlii:an(lo sus bárbaras costumbres con la tneloitia de sus
cantos, y que la España pueiie (¡toriarse de liaber producido de las prí-
nieras tan i^pimos y Raxan:idas fiutos. Ojalá pueda decir lo mismo la pos-
teridad de los mil trovadores , que, á iniJiaciou de aquL'llos , endulzan hoy
con sus cantos nuestras penas.
Al liablar ríe los orígenes y progresos de la poe^ia cspariola, no pode-
mos dejar de hacer mención de las galantes antiguas Cortes He Amor, de
Arwjon y de Calaiuiia, que tan Favorables la fueron, y qup tanto contribu-
yeron á su desarrollo y engrandecimiento; y asi es que aun cuando con el
temor de repetirnos volviendo á recorrer ¿pocas de que ya hemos hablaito,
no queremos dejar de consignar en este discurso lo que fueron y los
grandes servicios que prestaron á la civilización de Europa y en particu-
lar á la de España.
Hay en el amor propio , entre oíros sentimientos que produce, el de-
seo de agradar, y éste causa la galantería. El encanto de slt ainados dr-1
objeto & quien prefiere nuestro corazón , nos hace buscar cuanto pueda
lisonjearle y a;;ra(iarle , á Un de merecer A su vista su aprecio y hacemos
dignos de él ; los meilíos empleados al efecto dan por prorlucto la galante-
ría que , como dice un autor , no es otra cosa que nit delicado, fino y per-
petuo engaño de/ amor.
Todos los pueblos han rendido homenaje mas ó menos vivo á la her-
mosura, y por consiguiente, desde que ha habiJo bellas mujeres ha ais-
tido la galantería entre los hombrea, porque han concedida á esa mitad en-
canI:idora de su ser una instrucción y suflcicncia mas adelantada y pro-
funda para juzgar de cuanto constituye el mérito personal. La dicha y el
placer de los sentidos consisten en et hombre en ser amado de la mujer á
quien adora , y como en todos los países de la tierra nazca esta aflcion
entre estos seres orgánicos , los goce^ no se alcanzan sin galantes primi-
cias , razón por la que el hombre halaga á la mujer procurando gauar su
voluntad por moilio de la galantería.
Entre los cultos griegos es donde encontramos la galantería en mas
boga que en los otros pueblos antiguos, si esceptuamus ¡t los adustos y
misteriosos lacedemonios que miraban como un vicio reprensible, y aun
como un crimen, el obsequiar galantemente & las damas. Los demás grie-
gos, en particular los atenienses, galanteaban á sus queridas adornando
durante la noche sus puertas y ventanas con coronas y guirnaldas de mirto
y llores , origen de las enramadas con que , tomadas de los árabes en al-
gunos pueblos de Gspaiía, se visten las puertas de las doncellas las noches
de san Juan y de san Pedro. Además de esta galantería, que ha sido imi-
taila en los tiempos de 1k caballería, ó sea en la edad medía, ñjaban en las
calles de sus damas carteles en verso, en los que manifestaban su her-
mosura y el amor que las tenian. Al romper el alba, colocados deb^o de
sus ventanas ó á la puerta de las casas de sus amalas , cantaban los grie-
gos trovas amorosas acompañándose con la lira ó haciéndoles los amigos
el son con dulces flautas. SI buscásemos el origen de nuestras serenatas
amorosas ó rondallas , ciertamente que tendríamos que remontamos hasta
los griegos, do quien tomarían la costumbre los ilrabes , que son los que
Im introdujeron en España , donde hoy hacen todavía la il«lícía de los jó-
venes amantes de todas las clases. A las galantcrias nocturnas sucedían
entre los griegos las del dia , pues adornados con vestidos de púrpura, de
los que exhalaban agradables miasmas merced á las esencias con que los
— 145 —
perfumaban, y orladas las sienes coa veriles coronas cuyas llores les caiau
por detrás de las orejas, paseaban los amantes por las calles de sus damas
llevando un torneada y rico bastón en la niiino, y los mas ricos faacién-
dosc seguir de dos 6 mas esclavos que conducían una silla de tijera para
cuando quisiesen descansar , y ramilletes de frescas flores para recalarlos
al objeto de su amor, si acaso se dignaba asomarse á la ventana. Huchas
galanterías podríamos citar correspondientes k esta culta nación, pero solo
diromos que la bistoria nos recuerda la galantería del sabio Sóc&atrs que
recibió leccioocs de política y de elocuencia de la famosa Aspasia; la de Alb-
lANDBO el Grande por Frtnb que reedlQcú á su costa los muros de Tébas;
las de los filósofos DtÓ6E^BS y Arcitipo por la astuta Lais y la do Eptcu-
RRo por la célebre filósofa Leoncií. Siendo galantes los filósofos y sñbios
mas ilustres de los iiri^os como lo descubre la veraz bistoria, no puede
negarse & esu nación civilizadora de las demás, que fué el tipo de la ga-
lantería en los tiempos antiguos, y que la mujer );ozó en aauel pais de las
delicias que trae consigo la finura y cortesanía amorosa de los hombres.
Ciertamente que los romanos no fueron tan galantes como los griegos,
pues bailándose mas adelantada la licencia y las costumbres mas corrom-
pidas que en aquella nación, los medios para conseguir los goces fueron
menos delicados, y la galantería fué decayendo con la ilustración, al paso
que se fué entronizando la desmoralización y aproximándose la barbarie.
Sin embargo, también hubo en Roma enramadas, cantos amorosos y finos
galanes que sostuvieron la galantería contra la licencia, y la cortesía con-
tra la grosera moda de hacer á las mujeres todas de una misma condición,
cosa nada favorable á su pudor , y que por desgracia se va iotroduciendo
en nuestra actual sociedad.
Empero si la galantería, como bemos visto , reinó en la culta Grecia,
estaba reservado á los siglos medios el entronizarla mas debidamente y
adornarla de ricas preseas; asi como á ella el suavizar las feroces costum-
bres de estos mismos siglos y levantar, con ayuda de la poesía, su madre
y amiga , la pesada losa sepulcral donde enterraran la civilización de Gre-
cia y de Itoma los salvajes , bárbaros y supersticiosos bijos de la Gótia,
cuando , á manera de un torrente asolador , inundaron el Mediodía de la
Europa en los siglos IV y V de nuestra era.
Yéndose civilizando los godos conquistadores, fueron mejorándose sus
feroces costumbres, y la galantería y la poesía se fueron elevando k su
trono, siendo el medio la belleza de la mujer, foco de galantes inspiracio-
nes y objeto bermoso y poderoso de civilización. El deseo de agradar á las
damas y de mostrarse digno de ellas, unido al entusiasmo reli|;ioso. creó la
caballeria, orden galante y religiosa, asi como los torneos , justas y otros
magníficos Juegos que inventaron los caballeros, todos para obsequiar al
bello aeio, en los que lucia la mas fina cortesanía. Muy galanieí^ Tiieron los
caballeros cristianos con las damas, pero no llegaron cun muclio al respeto
y veneración en que las tuvieron los árabes españoles, como hemos dicho
■I hablar de esta nación conquistadora, á la que se debe mucha parte de ta
civilización europea. Pasaremos ahora á dar razón de la historia de las
galantes Corles de amor.
Los Tenzones ó disputas poéLicas de los trovadores, en las que se agi-
taban cuestiones de amor en forma de diálogo, empezaron á concederá
las damas, como llevamos dicho, el derecho de decidir en cuestiones amo-
rosas , encomendándolas los trovadores este encargo. La sumisiuu cun que
19
— ue —
recibían los poetas sos sentencias ingeniosas , lisonjeó de tal modo á las
damas , que se esmeraban en estudiar el medio de buscar la razón y la
justicia entre los contendientes , y estos contentos de sus amables jaeces»
les conñaron todas sus querellas basta el punto de tener su voto como ley
divina y obedecerla con el mayor respeto. Las damas se remontaron en-
tonces a su mayor altura y , después de Dios y de la Virgen María « se
puede decir , con relación á aquella época » que nada se respetaba tanto
sobre la tierra como la mujer. Nada se bacía en materias de amor sin
el parecer de las bermosas , y los amantes esperaban de sus sentencias
la telicidad ó la muerte. En ios primeros anos del siglo XIII , Savari de
ñíauíeon , noble de Poitou , Anselmo Faydü y Hugo de ia Bachdm^
ambos naturales de la villa de Userte , en la diócesis de Límoges , diputa-
ban una proposición del primero, reducida , á qué favor era mayor, si el
de un amante que babia recibido una mirada favorable de su dama , el de
otro que le babia apretado la mano , ó el de otro á quien la dama había
apretado el pié. Los tres trovadores espusieron sus razones en verso , y
sometieron su decisión á las damas de Bon-Prix y Guillbmbttb de Bel-
AvoiR y que sentenciaron á favor de la mirada favorable. De este modo se
bicieron insensiblemente las damas de la Provenza tan hábiles en estas ma-
terias» que de todas partes se las venia á consultar sobre estos asuntos.
De estas consultas puede asegurarse que se originaron las galantes
Cortes de Amor , tribunales mas respetables en materias de amor que los
supremos de justicia, y ante el cual los amantes llevaban sus diferencias,
sabiendo que sus sentencias no tenían apelación ninguna. £ri[BR0ardá,
vizcondesa de Naróona , £lbo»oh de Jquilania, esposa de Lms vin de
Francia , y después de Hrihrique ii de lní¿laterra, Sibila, de Aif jou conde-
sa de Flandes , Machia su bija condesa de Campaña y las nobles damas de
Gascuña. , son los primeros jueces que vemos formar este florido tribu-
nal, cuyos reglamentos y ordenanzas formaron siendo legisladoras á la
Ear que magistradas , cada una de por sí en su numerosa corte de damas.
1 primer nombre que tuvo este tribunal fué el de Parlamento de Akob,
y á sus decisiones se denominó Arrestos (Decretos). La ciudad de Aix fué
el primer sitio que tuvo el tribunal de Amor (1), y sucesivamente se es-
tablecieron otros en Pibrrefeu , en el castillo de Sigile, en Romanía, y en
la corte pontifícia de AviÑon : pero si la galantería presidió en todos estos
tribunales, debe darse la preferencia al primero, cuyas damas hemos ci*
tado por haber sido no solamente el fundador, sino el que sancionó el có-
(0 Si bien Sismondi, Guinguené, Rolland y otros autores, en sus obras de
literatura, han hablado de las Corles de Amor, solo M. RAmouARD, sabio escritor
francés que falleció en 4S26, ha sido el que las ha hecho conocer tal cual fueron,
por haber hallado en la hiblioteca real de París el curioso manuscrito latino es-
crito por Mabsb AnoRBS, titulado viLiber de arte amandi et de reprobathne amo^
m, ete., en el cual se prueba evidentemente )a existencia de las Cortes de Amar.
El célebre Juan de NostradamuSt en su biografía de los trovadores, al dar razón
de las Corles de Amor de Signe, Pícrrefeu , de Romanin y de Aviñon, cita todos
los nombres de las damas que , en distintas épocas , compusieron estas cortes,
desde el principio del siglo XII hasta el segundo tercio del XIV ; pero como no
sea necesario el poner en este lugar todos los nombres, que por otro lado seria
tarea bastante larga , lo haremos solo de algunas de las mas ilustres. La Corte de
L
- 147 —
cHgo dé amor por el que se rigieron todas las rianiss , cuyo maravilloso
origeo y discretas leyes hace años que tetinmos publicado (i).
£ii tollas las drcisionos se consultaba csle código maravilloso, y cuando
no estaba prevenido ea lil el asunto de que se trataba, decidían las damas
coD arreglo á su juicio, de cuyos casos y sentencias se fué formando un
suplemento al c(^digD. No solamente se discutian y fallaban en estos tri-
bunales asuntos amorosos , sino que , como dice Nostradamus , biógrafo
de los trovadorus, acudian et^tus á ellos para que decidiesen sus cucstio-
oes políticas y galantes, nimibraiido para que les defendiesen, cuaudo
no podían asistir, fi la dama ó damas ii cuya opinión querían sujetarse, las
que formaban para este solo acto una (^írie de Amor.
En las Corles de Amor babia también caballeros que componían una
comisión especial, la cual tonia la obligación de instruir á las damas en
loa asuntas quo les consultaren , y de hacer que no faltase nada ni decoro
de las hermosas y á la dignidad del tribunal , de suerte que puede decirse
Amor dL> Pitirrcrcu y de Sigiir, ko componía en el nño 4300 de iaa damas siguien-
tes: EsreVAltiLLA, dama de Baulx, hija del conde de Proreiua , Presideeita;
Alalizis, vixcanüesa de Aviñuii; Alm.btji , dama de Ollglo: Bbhuisenda , dainn
de Po^uieres; REHTHAnDi, dama de Urgoii; Mabili^, dama do Yúres; lu condesa
de Dib; Rostaeioa, dnma de Piorrcfeu; BBRTRAKDA.dama de Signn y Jauseran-
DA, de Clnaslra). Algunns de estas damas perteoccinu también al parlamento de
la ciudad de Alx, y así es (jiie se linllau en el cnldlogo de nqnel tribunal.
(I) El citado llsese Andris al dar mron del faniüso ciidígo de Amor, diro que
fué encontrado por un cabiiliero Bretón, ol que presentú á las damas y caballe-
ros de la primera Ciirle de Amor . que fui^ la que le hizo publicar para qno sir-
viera de ley i tos nniaiiles. Con relación al origen de! código dice Anárét : Que
habiéndose internado en un bosque un cobollcro Bretón, con la espcrniiM do
encontrar á j^rfuro, se Id presen t<i nna scJIorit a que le dijo; 'Silo qne biucaix,
y en iwno KsperaU hnlíarln ñti mi atmilio: hohris reqtimifo rfí nrnir rf tina rfama
brtfimn , /o ranl exige de vns giie la Itevñs el rí/rfirc hafrim ijw está jmittdo m
*ina nkándnra en el patacin de JrUiTn. Para tonsfgvir Ptte hníain fí precito
probar , par medio de un combate , qwe pm $eiiora m ma» hermota que tvdaí las
dimuu nrniidas por hs caballeTOi ifue haij bh eia citrfe.» Después de varias aven-
turas romancescas , cnconlrd el halcón en ima alc/mdara de oro en la entrada
del palacio, y 6C apoderó de él. Colgaba de la alrdndara , alado al extremo de
una cadenilla de oro , un escrito que era el Código de Armyr, que ol caballero
debía tomar y dar á conocer do parto del rey de Amor , si aspiraba á llevarse
ptciñeamenle el halcón ; y en ñn que el caballero 1c présenle á la Corto de
Amor, la que le sancionó y mandó ^nardar. lista ingeniosa y romancesca fábula
es la historia del código maravilloso, forjado acaso por algiin fino y entendido
amante , que para darle mas prestigio, le cimentó sobre tan galante fundamento,
en lo cual no hi/o olrn cosa que lo ejecutado por los mas sdbios y acreditados
hiiitoriadores de su tiempo , y aun de los posteriores, los cuales queriendo dar .-i
su nación , ciudad 6 pueblo , una prodigiosa antigüedad, han fundado su origen
en rábulas in,is ú menos ingeniosas.
El espresndo código consla de 34 artículos, que así como su origen, se hallan
en buen latín on el folio t03 del manuscrito do maese Andrea; pero habiéndolos
— 148 —
eran la guardia de honor de tan galante corte. Los primeros caballeros de
estas fueron los del tribunal de Aix, Berardo des Beaux , Bonifacio de
Catelune , Hugo de Lascaris , fíaimundo Jordán , los vizcondes de San
jántonio, Bertrand (de los vizcondes de Marsella) Guillen AdhenutTf seAor
de Grigoan, Bertrán de Pages • GrimaUiy Savari de Mauleon.
En un códice titulado: Traducción de la Tenzona ó controversia
latioa que sostuvieron ante el parlamento d'Amor de las damas de Bomani,
tnosen Borrell, catalán, Dedacus Casteíerva y Jaques UoAretf poetas pro^
vénzales, el cual está en letra del siglo XV, hallamos la siguiente descrip-
ción del parlamento:
«El tribunal se situaba en la casa de la presidenta , la coal procuraba
adornar su local con todas las gatas posibles, aventajando siempre en lujo
á las anteriores , de suerte que la riqueza brillaba en éste á la par que el
gusto y el ingenio. Las damas se sentaban en ricas sillas alrededor de una
gran mesa cubierta con tapetes de brocado de oro, en cuyo centro se ha*
fíelmenlo traducido nuestro buen amigo el erudito literato catalán D.Joan Cor-
tada en su linda novela histórica titulada Lorenzo^ los insertamos en castellano,
copiándolos de la traducción de este autor.
4 . ® El matrimonio no es escusa legítima contra el amor. 2. ® Quien no sabe
celar no puede amar. 3. ® Nadie puede estar ligado por desamores, i.^ El amor
siempre va en aumento ó en decadencia. 5. ® Los placeres que un amante horta
á la persona amada , sin su consentimiento, no tienen sabor alguno. 6.® El va-
ron no ama hasta llegar á la plena pubertad. 7. ® El amante que sobrevive al
otro, debe guardar viudez durante dos años. 8. ® Nadie debe privarse de su amor
sm un motivo muy poderoso. 9.® Nadie puede amar sino por efecto de la per-
suasión del amor. iO. El amor siempre ha huido de la morada de la avaricia*
4 i . No es decente amar á aquellas mujeres á quienes el pudor obliga á manifes*
tar deseos de casarse. 42. £1 verdadero amador no desea mas abrazos que loa de
su coamante. 13. El amor que se hace público dura poco, i 4. La fiaciUdad del
deleite hace despreciable el amor; la dificultad lo aumenta. 15. En la preseneia
del amante , el coamante palidece, i 6. El corazón del amante se estremece i la
repentina aparición de su coamante. 47. Un amor nuevo ahuyenta al anterior
18. La sola probidad hace á cualquiera digno del amor. 49. El amor que empíesa
á disminuirse , acaba bien pronto , y rara vez vuelve á tomar incremento. 20. Si
amante siempre teme. 2i. La verdadera celotipia aumenta el amor. 22. Conocidas
las sospechas del amante se aumentan los celos y el amor. 23. El que está ocu-
pado en pensamientos de amor , pierde el sueño y el apetito. 24. Todo lo que
hace el amante se refiere á la idea de la persona amada. 25. El verdadero ama-
dor solo reputa por feliz lo que cree gustar á su coamante. 28. Uua mediana
presunción obliga al amante á sospechar siniestramente de su coamante. 29. Por
lo general ama poco aquel á quien atormenta una escesiva voluptuosidad. 30. El
que ama de veras se ocupa, sin intención, de la imagen de lo que ama. 31. Nada
impide que una mujer sea amada por dos hombres, y un hombre por dos
mujeres. Solo estos articulos constituyeron al primitivo código de las Cortes de
Amor, si bien como hemos dicho, se aumentó sucesivamente con los acuerdos que
^ban recayendo , en los casos que se presentaban y no estaban previstos en él.
I
I
— 151 —
do la corte pontincia AvÍCíod y favorecido por el pontiflce, vino á saf el
mas ilustre, disputaron los ramosos trovadores genovese» Símoíi Doria
y Lanfranc Cüjales sobre si era mas liberal el que daba con ^sto, i* el
quedaba contra su voluntad , cuya tenzón vino en apelación al tiibunal
de Aviñon del de .4tx donde ya so Iiabia decidido. Él papa Inocbkcio vi
protegió este parlameaio desde 1353 al 13C2 que estuvo en Aviñon ; pero
una cruel peste que sobrevino en este ano, en el que murieron muchas
damas y trovadores, se puede decir que concluyó con las Cortes de Amor
en la Provenza , pues aunque una dama de bí casa de Clia&ot y do Jfíar-
dtebruse cnPoitou, contra la que so dice hizo el Petrarca sus sonetos
sobre Roma , á fin de vengar á ^a tia de su querida , quiso establecer un
nuevo tribunal en el mismo Avino» , no pndo conseguirlo íi pesar de ser
hábil poetisa , y como dice Nustradamus , desde 1383 ya no se encuentran
en la Provenza ni parlamentos de amor ni trovadores.
Rbn8, llamado el bueno rey do Chapóles, siendo conde do Provenza
desde 1454 á l/iXl), hizo cuanto pudo para restablecer laaCdrics de Amor,
pero pasada la moda , no pudo conseguirlo. Sin embarj^o , estableció una
junta poética anual llamada Phincifr do Amor (1), á cuyo tribunal conce-
dió todos los derechos did antiguo, y ademíis el llamado vulgarmente
Bota , contribución que se hacia pagar ¿ los qne pasaban á segundas nnp-
cias para castigar su inconstancia y la infidelidad hecha á sus maridos ó
mujeres difuntas , y á los que ó las que se casaban con estranjeros , ma-
trimonios que las mas veces forja el interés mas que el amor. Esta con-
tribución subsistió hasta 1G6B en que se quitó por ser onerosa í la no-
bleza;pero en 1733 tudavía se celebraba en Ais, en latlesla del Corpus,
el espresado Principe en memoria de la primera creación de las Cortes
de Amor (3).
vénzales y aragoneses que fiiora larga Inrea el citarlos. Los curiosos ([oc quicriin
salier mas nulicias sobro este asunto, pueden cuiisullar Ins obras de los nulures
que hemos eludo; el discurso sobro los arcos Iriunrales ile Ai\ en 1701 por Gnl-
ídup Chusleuil; la Biblioteca de Duverdier Vanprívas, la bisloria del teiilro frnt>
céá , y la de L.iingucdoc , por los beiiediclioos do San Mauro.
[I] Este tribunal se componia de un prcsidculc, una presidenta, consejeros
CGlesiáslicos y seglares, un abogndo general y su compañera, una y on procu-
rador general, y escribanos, secretarios y ugJeresdel uno y del otro se&o.
(3| £1 I'hiI4Cipe de Amor, creado por Reno, rey de Ñapóles, cuando era
conde de Pruveuza, se componía mitad de cabnlleros y mitad de damas; pero
jamás llegó este tribunal .i tener el prestigio que las anteriores cortes de Amor,
porque la moda de líslss había pasado, y la civilización se habla salido do los
estrechos limites de la Provenga y cortes de Aragón , estcniliendo sus dominios
por toda la Europa. Los trovadores so aumentaron prodigiosa mente , y conten-
tos coa los laureles que recogían en su pais natal de las manos de la bella que
cautivaba sus almas , no aspiraron ya á los que pudieran obtener , en una corte
lejana, de una mano desconocida que aunque hermosa , no hacia latir al corn-
zoo al plantarlos eo la sonrojada frente del vencedor. En Gn , con las curtes de
Amor sucedió lo que con todas las cosas, que pasada la moda cesa lo sublime
eoella y entra el ridiculo á ejercer su poder; si bien en las cosas buenas, en-
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Ricarilo, el roy D. Alfonso de Jragan , el Delfin de Auvernia y el conile
de ProTeDza llenabüQ aUeraativameDle, y en su falta los principales se-
ñores de la Provenza.
kitoatta mejUla al tiempo de darla un beio. ~Poe anie el baile (Juez) de ale-
gría «e ha inslaiirado on espediente enirc un jóvEn y una juren; ol primoro
espuso , que nianir<!Slanda A su querida quererla decir un secreto , la abrazú rc-
penlioamcnle y la díú un ardiente beso ; pero que al separarse, le liirio Icrri'-
blemeiile en la cara cou un alHler que llevaba prendido en <:1 sombrerillo, cau-
sáudole tan gran arañazo , que liacia ircs meses no se alrevia á presentarse en
público, sí bien estaba convencido de que su amada no lo habla becho con in-
tención ; y pedia al tribunal se sirviese condenar á la causadora de su mal , i
que le curase y bendase cariñosamente durante su enreritiedad. Por parlo de la
daran se dijo : que el amante hahia sido invasor, asaltándola para obtener cl es-
prd^adobeso.y que en cl arañazo no liabia ella tenido culpa alguna, sino que
habla sido castigo de Dios por su osadía. Oídas las partes por el espresado baile,
y ea vista de que los médicos de los amores declararon que el arañazo estaba
ensillo peligroso, condenó A la dicha dama á mojar con su saliva lodos los me-
ses la llaga Ue su amante hasta que sanase, y ademas que le proveyese de pa-
ños durante su curación. Apelando de esta sentencia la dama al parlamento de
Amor, éste conflrmá la sentencia dada por el baile , y sabiéndose oñclalmenle
que la dama bahía dicho, que si se la obligaba i mojar con su saliva la herida,
qUe la mot-ileria de tal modo que el nmanle se acordase siempre de ella , la curte
la mulld en 30 libras para los prisioneros por amores, obligándola á obedecer A
costa de penas corporales si se resistiese. — jérresto fUl. Un ataante da á la
fuerza un beto á su dama, y hta acuda en qaeja á la corte de ^mor.— Preson-
láiidoseal tribunal dos amaiiles, lii dama espuso: Que un díase lleBí^ A ella muy
sorocadosu preiendienle tratando de abrazarla, y que repenlinamente sin de-
cir Dios os guarde ni cosa alguna, la beso d la fuerza, cogiéndola de modo que
no pudo defenderse, en lo que había procedido muy mal. £1 amante defendién-
dose dijo ; que bien sabia ella que lu amaba , y sufría mucho por ella por no
quererle conceder ningún consuelo : que hacia tiempo le hahia prometido darle
un beso , y que . para no cumplir su palabra , unas veces le decía que no podía
ser, otras que no era aún tiempo y otras escusas, haciendo tres meses esperaba
en balde, por loque cansado de esperar lomó el beso por si mismo, dándosele con
el mayor cariño; y así que declarase el tribunal haber apelado á él injuslamenle
su dama, y que en pena do ello se sirviese senlencíarla it dejarse voluntaria-
menle dar otro buso. La dama replicó que no le había prometido beso aijíuno;
pero dado que fuese como su acusado decía , que había sido con la condición
de darle cuando á ella 1c agradase, puc& que so hahia reservado este derecho,
y que por lo tanto estaha probado el delito do osadía. Oidiis ambas partes cl tri-
bunal declaró no haber tenido la dama razón para acudir en queja al parla-
mvnlude Amor, y mandó que la dama borrase el beso dado en su mejilla ha-
ciendo que su amante le diese otro en el mismo sitio que el anterior, y devol-
viéndole ella otros dos en desquite, en la mejilla dol ludo en que (uc la preten-
20
h
— i54 —
En ot cAdicn que, hemos cilBilo al liabUr de moscn ItoitnBt, Catalír,
dice en una nota : «Que el año 1353 , ^poca en qua la tía de la bella L»it-
ni, querida del Petrarca, (iresidia la corle áe AvJñoD, pasaron los trova-
dores RAMon Castbll y MiiiTin Dbart de Tortosa i llevar un mcnsajo
de la junta de Damas de Barcelona al parlamento de Aviñon , en el que las
rlamait catalanas solicilaban se las mandase un traslado del Código de ias
leyes de Amor , y se las tuviese como amigas y servidoras de aquel Par-
lamenta;» y añade que la peticiua i6a en ¿luemt rima proveníala , com-
puesta por el huen trovador Pedro Martínez f'tdal, hijo de Zaragoza.
Si[,'uiendo la nota, haciendo relación del género de la lengua catalana, viene
á pararse en la embajada que envii^ I). Juan I de Aragón , á fines del si-
i;lo XiV á Tolosa, pidiendo mantenedores para establecer los juegos flo-
rales ett Baroelona, de que ya hemos hablado, y dice: «que en aquel
tiempo , con motivo de hallarse en Zaragoza ta dama y poetisa proTenzal
AriTOÑBTADBS&LLON. Se juntaron las da mas aragonesas en corte de Amor,
y ante ellas se cantaron lindas trovas por las que se llevó el premio la di*
cha dama provenzal y ToNOit L&STAKOS. capitán de caballos j escelenle
trovador. También dice, trovaron las damas de Tortosa en tiempos del
rey Martin , en la casa de BerCanda Forcndels ; pero no hubo parlamento
de Amor, y si otra vuelta en Barcelona bajo las leyes que hizo D. En-
riqufz, gran servidor del rey D- Fernando, y sabia hambre de seiencia
gaya y letras , y de nt^romanciVi y alquimia conocedor. Este D. Enri-
que seria el raarqutSs (Jo Villenn. al que por su saber hicieron en esta
época presidente de la junta poélica de. Barcelona. Nada mas dice el ci^-
dicc, pero basta para saber que, como no podia menos, las Cortes de
amor tuvieron acogida en BspaDa como los juegos florales, si no nacie-
ruu en ella en las nli>t;res campiñas de Córdoba, Sevilla y Orinada bajo
las inspiraciones del turbante y de la Media Luna. Sea de esto lo que
quiera, lo cierto es que tanto estos actos, como todos los de la galante-
ría, veneración y respeto hacia el bello seio, se han ejecutado en Espa-
ña , siendo la nación que con mas gravedad los ha jiuesto en planta, y la
que por mas tiempo los ha conservado; pues desde los guerreros tiempos
de Peiayo, hasta los del galante caballero y poeta D. Juan II, y desde
éste hasta el grave y severo Carlos 111, en todos tiempos y por todas par-
tes el español ha rendido respetos á las damas y veneración á la hermo-
sura ; pero las costumbres se han cambiado de tal modo en este siglo que
se llama ilustrado, oue seria preciso confesar, sino hubiera arortuna-
damente otras pruebas en contrario, que el decoro, la finura, el res-
peto y hasta la educación para tratar at bello sexo, se queda á oscu-
ras con las luces de la ilustración , puesto que lucían para tas damas me-
dida ofensa, y (|ue en pena de haber npeUdo injustamonto , se la condenaba
á besar y dejarse besar de su amante, cuantas veces éste se lo raand.ise, y ¿
pagar las costas del proceso.»
Pur lo quo en el testo anterior se ha visto , puede juzgarse de la opinión que
sobre estos arretlos bemos sentado en éste. Eclre estos aolds los hay soma-
monte ingeniosos, y algunos bastante nlrcvidos; pent fieles á nuestro propósito
de hablar solo de Espada, nos at)stenemos de insertnr utros, puesto que los dos
anteriores los dan á conocer sulicientemente , y que con ellos completamos las
ñolas del articulo sobre las curtes de Amor.
— 155 —
jor las maUs y moribundas teas de los siglos medios , que las decantadas
antorchiis (¡ni; su dice lucen en el presente (1).
Di^üpiies (lu cuanto acabamos lio GSponer, tenemos que cunvenir con
el sabio Quintana en su introducción á las poesías selectas castellanas, so-
bre la mui'cha que lia sefiullu nuestra poesía, y asi es que vamos á lermi-
oar nuestro discurso en presencia de doctrÍDa tan acertada que veneramos,
y lie Im que turnaremos lo que mejor baga ít nuestro propósito, recogiendo
al (laso observaciones de otros estimables escritures españulfs, que unire-
mos á nuestra opinión, no sin temor de repetirnos en este mismo discurso.
Si beinos de}iiz;;ar por los monumentos que luto llefiado basta nosotros,
cosa indispens;iblii ú un ari|ueólogu , bastu el sí^lo XII no bubo poesía cas-
tellana ni verdadera mente lenguaje que afi pudiese llamarse después du 1ü
anarquía introducida |<or la iiailii du l<if> í;odos y de lesúrabesen unión del
latino ó romano, y asi es que el poema del Cid, esi:rito á la mitad de este
sigilo, no solo ei el piiioer liiuDumontu escrito en nuestra lengua castellana,
síBO también el primer libro de poesía de ella, confirmándose on esto la opi-
nión de que en Espaíia preceili¿ cnmn en otros paises el verso á la prosa.
Si bien ruda aun esta antigua primitiva poesía castellana, puede conside-
rarse al libro U buso, la piedra primera sobre que estriba una lengua y una
poesía que empezando ú mejorarse en el siglo siguiente por los poetas /iran
Lorenzo, y Gonzalo Berceo, supo el rey ü. Alfonso el SáOio elevar en sus
famiisas cantigas gallegas, baciéndose el protector mas decidido de Ift parla
castellami , que hizo sustituir al latía en el lenguaje oRcial , dándonos ya
en BU libro del Tesoro versos sonoros y castizos, y en el de ÍJuerelías una
(I ) A la poética y lisongern (talanleria antigua para con las señoras , ha sU'
ceilido en lu general en Eiirupn, y no pocu en nuestra patria una probAica
iiidifercticia, y la moda, ó la Ci>lupide2 y el egoismo por mejor decir, vd in-
troduciendo en nuestra sociedad la mas escandalosa deücortesia para coa ol
bello sexo, al que lejos ijc respetarle se le trata , por algunos de nuestros jóve-
nes , basta cun desprecio y vilipeudio, haciendo gala de su desatención y Taita
de cortesanía, y olvjdaiidi* el decoro y compostura que se deben ii las da-
mas en perjuicio de In proverbial galantería y gravedad española. En los tiem-
pos antiguus, en que los eoslumbres eran, sino mas purtis, menos escan-
dalosas, las señoras eran un ¡dolo al que so revercneiaba en las sociedades"
y Una sola bella bastaba para que se guardase en su recinto el mayor de-
coro y compostura; pero hoy, por desgracia, no una , sino mil, no son suli-
cioules para contener ii algunos on sus licenciosas niiris y Teas acciones, lle-
gando hasta ol caso de disputar los asientos A las damas cu las reuniones de
etiqueta, y do consentir tenerlas A la espalda de pie por no cederbs un asíen-
tu, que por urbanidad debieran poner á sus pies, si bien en esto nos aventa-
j-tn los egoislns eslranjeros. ¿Qíí6 hutnbrc se sentaba en lo antiguo en prcsen-
rin de una datna mientras ésta no se lo mandaba P Poro el siglo presento «e
Huma positivo, y aquellos galantes, y al paso que en ellos reinaba la urba-
nidad y la decencia, en éstos se buce gala de lu poca educación. (Concedamos
& la dobil mujer esos dones eslerlores, ya que ellas nos conceden los positivos,
y no queramos caml>iarsus cadenas de uro 'por las de Iiierro, puesto que ya
les son bien pesadas las que al nacer les echó al cuello la naturaleza.
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diem ha atreiido á eseribir todavia, en los imiebos proyectos 'para toUt-
Baria qae se han pubUcado por nacionales y estranjeros, ^amos & reca-
pitalar en nn corto espacio , cnanto sobre esta materia nos han dicho los
cÉwlitos SaniUkma en su carta sobre los poetas de sn edad , Vtíñzqmz
en ana MeuMMrias sobre la misma , LampiÜas y el abuiñ Jndrés en sus
ohraa, Bouterwek. y Cortina encomendándole» en su diminuta historia de
la Uteratura espafiola , Sismandi en sn obra de igual titulo , y Jicote Gor-
Ikmo m sus lecciones que trataron de la materia con mas ó menos es-
iaiiaion*
Del «amen de las espresadas obras resulta lo siguiente, que ya puMi-
caiMM en otra ocasión en un articulo:
Loa po^as españolea del si^lo XV se asemejaban mucho ¿ los italianos
da sn época; pero eran mas graves que estos y Tersaban sus asuntos sobre
tdi^s y sentencias útiles. Sus canciones amorosas fueron monótotes,
porque el deseo de alambicsr «na idea, se la hada repetir muchas Teces» lo
qne en aquel siglo era muy loado. Lo» españoles ñieron mas drcunspMos
y pomposos que los italianos » y sin embargo sus canciones amorosas no
estaban desprovistas de agudeza y chiste, echándose únicamente de Ter qne
no les ayudaban las ideas , pero que aunque mas escasos de ellas., sus
composiciones podian ponerse á la par de las de los mejores troTadores, cosa
qne no podía menos de ser asi en unos tiempos en que el gusto caballo^
resoo era el Ídolo del pais. La Tehemenda en las pasiones, sensadooes
Ttolaotas» y una desesperación llevada basta el estremo, era asunto princi*
iml de las composiciones amorosas de aquella época , y esto les bacw dis-
tinguir de los italianos que se extasiaban en las suyas con apacible calma.
En sus candónos no hermanaban la razón con la pasión como los italia^
nos, sino qne se complacian en su pugna, y estos contrarios efectos, bijos
de su moralidad , son interesantes , y forman vistosas escenas y difíciles
dtuadones ^ue engrandecen la acción poética ; pero es necesario confesar
que no consiguieron completamente este objeto, pues que no supieron
apravecharse de él. El ambicioso deseo de aparecer eruditos obligó ¿ los
poetas del siglo XV á no dejar campear las inspiraciones bellísimas que se
eonoce les prodigaba la naturaleza , y asi es que por seguir la moda de
dedr agudezas, y de manifestar las ideas hinchadas y adornadas de senten-
ctea, encubrieron las gracias de la sencillez que les dictaba sn corazón , y
perdieron el fuego entusiasta que Tierte la pluma del poeta , si deja correr
loa conceptos como los siente su alma , cuando se baila Terdaderamente
inspirado.
Los primeros ensayos dramáticos en España fueron como llevamos di-
El Excmo. Sr. D. Juan Francisco Pacheco en su Juicio critico al Romancero
del mismo Sr. Duran , se espresa asi acerca del romance:
•El romance es la gennina poesía , la poesía nacional de los espadóles. Ella
sola no nació entre nosotros de la imitación de las escuelas , sino de la espoa-*
laneídad del pueblo: ella sola es primitiva, es universal , es germen de una li-
teratura variada y completa. Únicamente con el romance, con nuestro roman-
ea ha podido suceder en la moderna Europa lo que sucedió en la Grecia antigua
con los originales cantos de los Rapsodas atribuidos al mítico Homero , de los
coslis el estudio literario resumió después la Iliada y la Odisea , y mas ade-
lante dedujeron Esquilo y Sófocles sus inmortales dramas.»
i.
— 158 —
cha CD el siglo W, en cuyo tiemjio solo eran fursas ya religiosas, ya pro-
füDas . semcjanles & las de lus siglos de la i^uoraDcia y ile la barbarie. El
Marques de f'iUena hizo lo posible por crear en Caaltlla la diversión dra-
mática quu empezaba á ser algo en Aragoo ; ppro murió sin conseguirlo.
Un diálogo |ia<;toril puede decirse fue la primera ¡lieza teatral de España
escrita por Mingo fíe&uigo con mil iniperfecciünes con respecto á lo guo
ya entonces se ver&ilicaba. El músico español Jvan de la Encina vino de
Roma , dooile sirvió de director de orquesta á Leoo X, y este célebre poe-
ta , á fines del siglo XV , compuso églogas en diálogo , que se representa-
ban en presencia de los Reyes Católicos, ñodríijo de Cola, creído por alí;U'
nos el Minijo Reliulgu , dio principio á la comedia de la Celestina ó Caíis-
ío y ÍHelillea, la cual concluyó Fernando de ¡tojas ¿ principios del si-
glo \V1 ; pero aun cuando esta comedia , ó mejor tragedia moral, escrita
con lenguaje puco decoroso en algunas escenas, fuese hecha para repre-
sentarse, no se puede concebir cómo pudiera serlo, íi no ser dividiéndola
en muchos días, pues que consta do veinte y un actos. Su género se se-
para del lodo de las reglas aristotélicas . y se conoce que los autores deja-
ron correr á su fantasía sin atenerse á nniguna medida , por consiguienle
hé aquí la iirimcra comedia romántica. Ems cumulia , ¿ la que ptiedH lla-
marse la piedr.i fundamental de nuestra literatura dramática, debe consul-
tarse por el lenguaje y algunas costumbres de aquella época , y mas aún
porque por ella se conoce el gusto dominante de los españoles del si-
glo XV , que en lileraluta son los primeros que pueden calificarse con c\
dictado de Románticos, pero Románticos razonables.
Los historiógrafos instituidos por Alonso X, en cuyo tiempo se empe/,0
á escribir la Historia con algún método, eran los escritores que el gobier-
no pagaba para este fin ; pero dedicándose muchos caballeros i esta clase
de obras , qu» por ser tantas llama el Padre Sarmiento al siglo MV el si-
glo de las Crónicas , en el siglo XV se unieron á estos aquellos , y unos y
otros fueron mirados con gi'an consideración por sus conciudadanos. El
estilo monótono de estas crónicas hace conocer la falta de buen criterio de
sus autores , y el orden y encadenamiento necesario en estas obras; el
modelo que se propusieron fué la Biblia . y hé aquí la manía de empezar
los periodos siempre por la conjunción é. Pedro López de Jyaía . y Pérez
de Giizman , fueron los que se distinguieron por el inas correcto pstilo, si
bien no dejaron de caer en los díclios defectos; pero deben sacarse de enire
estas insulsas crónicas la de D. Pedro Niño, conde de fiuelna , á fines del
siglo XIV, escrita por Gutierre Diez de Gamez, su altérea, y la de D. Jí-
varo de Luna, & mediadas del siglo \V por un autor anónimo, las cuales
están cí^critas con mas lino y combinación mas unirorme que, todas las de
su épocü (1). El cronista de, los Reyes Católicos Femando del Pulgar, fué
el que escribió con mas pureza y elegancia la historia en aquel siglo, como
puede notarse leyendo su obra titulada Los claros barones de Caslil/a,
obra que es lástima que no concluyese ; y también en sus Cartas, que son
tal vez los primeros trabajos epistolares, á imitación de los oradores roma-
nos, que se han hecho en España (H). En fin en las obras literarias de este
(I) La crúuica mas antigua de E-^panaesIn del Cid, llamada Uislorin Leonesa,
que existe en ti. Isidoro de León, y pertenece á lo^ siglos XU y Xlll.
(1) E)i el siglo XIII üiu embargo yn se conocía eale género , pues Fermín Gó-
mez de Cibdadrcal había escrito su Centón Epiílolario.
— i59 —
siglo se deja Tcr la gravoilad española eo tollo su TÍgor, carácter que los
distingue de las de los cstrantieros de su época. Juan de ta Enema rn su
Arlt de ta poesía casteUana dio reglas íi los poetas que ya empezahan k
remoDtarsc ¿ mayores empresas; pero la especie de unión, que tuvo la
Bspafia al principio del siglo XVI con Italia , nos priva de saber qué giro
huDiera lomado desde el siglo en cuestión la literatura, sin teoer otros re-
cursos que los suyos propios.
El lloraciaco />, i.ui> de León, fué el poeta que mas ennobleció el
arte después de Garcilaso , y el qu<! pri-sentó la p»rl.i castellana con una
propiedad y vigor desconocido liasia él, si bien tuvo m^nos fecundidad
como poeta que aquel ; Figueroa , ilonfemaj/or y Gil Polo sií;uÍGron la es-
cuela de Fr. Luis do León, pero el que contribuyó mas a la perleccion de
la poesía fué , como ya hemos dicho antes , el fecundo y divino Herrera,
rey de los Úricos andaluces de su edad . y aun de los que le han sucedido,
siguiéndole de cerca Arquijo y el célebre AtV>;'a, desde el que decayó la
poesía algUD tanto en las manos de Cueva, Espinel, Soto, Céspedes y Pa-
dilla que tenaintron el siglo XVI (1).
Si Fr. Luis de León fué el Horacio de su época , los ilustrados Argén-
solas, banra de Araron, merecieron con justicia este titulo de la suya que
les reputó como poetas eminentes, opinión que aún se tiene de ellos. El
anacreóntico HUegas sucedió á sus maestros , pero su fiénio envidioso no
le dejó medrar, y se atrajo por su vanídail la enemiga de sus contempo-
ráneos.
Recogiendo el siglo Wll todas lasbellczasque le legó el anterior, puede
tenerse por el siíjdi de la poesia casieüana , en el que los vates <lc Madrid
ajiarecen en |irimerlérmiDn en la dramático. Distinguiéronse en este siglo
particularmente Balbiiena, Lope de Ffi-a, llamado el Fénix de los intienios,
Góngora , el fecundísimo Quevedo , Calderón , Sforeto y Tirso , que fue-
ron genios gigantes que produjeron obras líricas y dramáticas tan esce-
lentes , que pusieron nuestra poesía moderna y en particular la dramática,
sobre la de todas las naciones del mundo. Divididos los vüles españoles do
este siglo en sentenciosos, cultos, conceptistas y equivoquislas, buba
una espede de anarquía poética que en nuestra opinión engrandeció nues-
tra poesía lejos de perjudicarla como suponen algunos autores respeta-
bles, si bien es preciso confesar que trajo tras sí la decadencia del arte,
pues que lieboUedo, Esquilache, C'Uoa , Sotis y Gradan , aparecen ya ra-
quíticos y en particular el liltímo , que , como dice con mucha oportuni-
dad el ilustrado Quintana, redujo á teoría el mal gusto ya sancionado en
su estravagante obra : Agudezas y arte de ingenios.
Dice D. Antonio Alcalá Galiano, nuestro actual embajador en Portu-
gal , en sus lecciones sobre la literatura, que los mas perfectos modelos
de composición literaria hay que buscarlos en Francia en el s¡slo XVli.
reinando Luis XIV , y en Italia en parte del mismo siglo y sobre todo en
«1 XVI ; en Inglaterra en los reinados de Isabel y Carlos II , y en España
entre el Snat del siglo XVI y principios del XVll.
(O Dice el -Sr. Duran en ol Discurso á su Itomaiiüero que uhaiita Hnes del si-
glo XVt no sJquirió la poesia castellana aquella rica invectiva , aquella gala y
soltura, aquellas formas libres y fáciles, .iqücl lujo de colorido y de estilo, y
aquellna dotes que tanto la ensalzaron en Europ.i, y que ahora empiezun de
nuevo á apreciarse y á admirarscu
— 160 —
Los poetas dramáticos del siglo XVIII fueron Zamora y Cnfíizares, el
primero imitador de Galdcron y el segundo de in;;enio mas fecundo , pero
de inferior talento , los c]ue liicieron coMiedías ilignns tudaviii de nuestra
liicrutura dramática. O. Ewfenio Gerardo Lobo fur el poeta lírico mas Fc-
cuodu y aplaudido al principio de este sigilo, si bien empezó ya á conta-
minarse con el mal gusto que habían establecido los malos imitadores de
la escuela francesa , y no debemos olvidar al poeta religioso D. Pedro Ni-
toliis Ocejo , cuyo poema á San Antonio es obra apreciable por mas de un
titulo.
La reforma de la poesía en el siglo VIH. así como de toda la litera-
tura . tuvo su origen en la francesa , s^un el Sr. Galiano , á quien se^ui-
remos en lo relativo á este siglo, siendo el benedictino y erudito Keijno el
Srímcr rcslaura^lor en este país. El poeta D. ¡¡¡nado de Ltizán imitó á los
".tnceses en sus |ioesÍ3s, en lasque imprimieron su espíritu los célebres
yoütiire y Rousseau, y la secta enciclopédica entronizada por D'Jlem-
¿erl y fíideroC. que con la escuela del inglés Pope, Thompson. Grai/ y
Goldsmith fueron las iileas del si^lo en poesía. Siguieron el poeta conde
fie Torrepatma, ímítadory mas bien traductor del latino Ovidio , el trágico
D.Agutlin jVon/ráno. el historiador poeLiy jesuita D. Francisco de Isla, y
no debemos dejar de citar como poeta también al erudito discípulo do
Feijóo el bencdictttio Fr. ISarlm Sarmiento , que nos dio un tomo de la
historia de la poesía española.
Dice el mismo Sr.GalianocoD razón que nuestra literatura del siglo X Vil
es una mala imitación de la francesa del siglo deLuísXIV.y que la iitcratuia
francesa inlluyó enteramente, é imperó en este siglo XVlll en todo el
mundo cíviUzado por mas que los ia;;leses desdeñen confesarque también
la siguieron. Al mediar el siglo XVIII la novela, poesía en prosa desconocida
de los antiguos , que solo se entrevio en los tiempos de la decadetida de la
literatui'a grieira . que inauguró el célebre Boccacío en ol siglo XIV en Ita-
lia, y en España en el siguiente coa nuestiaCelestina, á la que siguieron
las felices creJCÍones del inmortal Cervantes . cuyo Quijote es uita de las
obras mas colosales en su género del ingenio humano, fué la poesía de
moda El Lazarillo de Tomtes, Guzman de Alfaracbe, las novelas del
Gran Tacailo y otras del inmortal Queveda,y en el siglo Wlt las de Doña
María de Zayas aseguraron el gusto & esta clase de poesía. La noveb que
empezó en l-raucía Scuderi y siguió con Lessage . y en Inglaterra la in-
augucú Uaiiicl Uefoe, Hmollet, y la aseguró el triunfo el imorul Fielding
en su fumoso jTom-Joues \ino á ser una poesía universal de la época
que supo realzar el famoso inglés nicbardson. La novela en Francia tuvo
su Prebost y su Mnrinonlel. y aun podemos buscarla en Voltairc, en
Rousseau y en Fenelon ; pero si el Gil Blas de SantillaDa no es una crea-
ción española, como lo hace pensar su estructura yotras muchas circuns-
tancias y se ha creído por muchos escritores , Lessage es el padre mas
iveot^udo de la novela en Francia, cuya nación tanto se ba remontado en
este género en el siglo presente.
Metaslasio inauguró en Italia en c^te siglo esa poesía canLible tan me-
lodiosa y dulce que caracteriza sus obras , y aprovechándose de la nueva
escuela algunos poetas españoles la ensayaron , si bien no con muy buen
<UÍto, cosa común en los imitadores. A pesardc queelsígloXVllI fué el
siglo do las academias , pues que en él tuvieron principio en Espaüa, nin-
gún ingenio estraordínario, dice el Sr. Galiano. uubo en poesía en su pri-
mera mitad , y lo propio sucedió en los demás ramos del saber.
í
— 161 —
Al advenimiento al trono de Carlos ill ta litcratnra dio un paso hacía
su adelantamiento con la publicación de oliras cstranjeras que liicicroo co-
Docer una nueva senda y que alentaron á ios escritores para no detenerse
tanto ante el temor que les inspiraba el Sanio Oficio no muy apoyado por
aquel soberano : los lectores acrecieron , y las nuevas ideas fi;cundizaron
la meóte de los escritores. Los Maedutios emprendieron su historia ile
la literatura español.), y sí bien con ntal éxito y peor corrección , abrieron
un campo nuevo, el que ensanchó el P. Flores con su España Sagrada,
ayodAndoIe esa multitud de literatos que abraza la biblioteca de escritores
de la época de Carlos lil , k pesar de ser todas cuando mas, respetables
medianías , según el sentir del Sr. Galiano.
El caricter español y su facilidad para vcrsiñcar, á pesnr de no ser
tan dócil su lengua como la italiana, unirlo á una imaginación no poco
fecunda, ha hecho que nuestros poetas brillen, si no siempre por lo pro-
fundo de tas ideas , por la sonoridad de sus rotundos versos ; asi sucedió
en el siglo Will k su mitad en la que un D. Cándido Triguero , autor de
la niada , I). Ignacio López de Ayala . superior h i\ , que lo fué de la tra-
gedia Numancia destruida , y D. Mcolds Fernandez de Moratin cuuliva-
ron la atención públic» , siendo éste de estilo y locución robusta , mas
lirict) que dramático . razón por la que son mejores sus poesías líricas que
8U3 composiciones drama ticas; i7. y Ícenle García de ía Huerta, poeta lírico
ydramilico, iniscibley enemigo de todos los escritoresde su tiempo, fué au-
tor de grandes defectos y de notables perfecciones, comopuede verse en sus
principales obras, laslragediasFlaqnelyla Jaiíay en su poco diestra defensa
déla anticua literatura española contra los poetas Cadahalso é triarle y
otros que abrazaron la literatura francesa que se entronizó con ellos en
Espaiía y que cambió poco después su carácter por completo.
Falto de imaginación, pero de suma instrucción, D. Tomás de Iriarte,
se hizo en sus tiempos tener por el poeta modelo , y lo fué efectivamente
en sus fáfoubs, que aún ponemos en manos de nuestros hijos, no obs*
tante que Ii>s falla mucbo para ser perfectos apólogos; careciendo de
no pocas dotes de poeta dramático en sus comedias originales, al pro-
pia paso que mejoró mucho las producciones de este género que trabajó
por mas que la elección no fuera siempre acertada : sín embargo , como
siente Moralin, el^Jort^u mimado úe Iriaitc, empieza el buen teatro có-
mico castellaao. El diestro fabulista Samaniego , competidor de Iriarte, le
venció muchas veces en este género, en el que no careció de buenas pren-
das poéticas. EL fabulista dramático y critico Farmer, enemigo de Iriarle,
tuvo mas fama en su tiempo, segunGaliano, que el que merecen sus obras
á pesar de lo que pudiera decirse encontrarlo del premio que le concedió la
Academia por su sátira contra los malos poet.is, en cuyo número preten-
den algunos que podia meterse. El P. Fr. Dieijo González , admirador do
BU compañero de religión Fr. Imís de. León y amiiío de Cadahalso, poeta lí-
rico y dramático atrevidísimo, aunque do contraria e.scuela que Ior ante-
riores , dividía con ellos los aplausos del pi'iblico que gustaba do nu dulce,
fácil á la par que floja versiñcacion y aulícuada dicción ; y no fuó menos
aplaudido como poeta D. José bargas Ponce , cuyas obras no son aún bien
conocidas.
Descendía el siglo XVllI á su ocaso y la literatura francesa aún pre-
dominaba en Europa, predominio que ejerce aún lioy en toda su fueiza,
ya en prosa ya en verso , pues qne ¿ los Voliaire y i los Rooiscaa aí-
31
— 162 —
p,u'ió nn C/iaieauiríantl , cuyas inspiracioaes llenan de pocsín el mutiiln.
y lejos de apaj^ar la gran revolución que imsiornó la liuropa al ñn ilcl
siglo, sirvió para aunieotarla . pues que levantada la olocuencia parla-
mentaria ¡1 Sü aparco vn Francia y en lngblcrr¡«, Tué mas poético qun
razonado, mas bríllaute que sólido en sus imú^unes , que se remontaron
tiasta el Olimpo por los oradores. El poeta itramálico íthfridam, dice (la-
liana , entusiasmó con sus obras la foglalerra al ¡laso que lograba arreba-
tar á los franceses republicanos el célebre Miratiean con sus discursos , y
después el inraoitat Nafioleon con sus arencas y su espada, en los quk se
\é un alma fecunda de imágenes . un Tenladero taller de poesia , que po-
dían competir con las del poeta Saint Lambert aplaudido por Voitairc^
con las del inglés Tompson. l>e1illo babia alcanzado el cetro de la poesía
francesa sobrepujando á Lamben , y los dramáticos La Harpe , Chenier,
el lírico Parnu , llamado c) Tibulo francés , y el descriplivo Ronc/ier , eran
pastores del Parnaso que supieron enriquecerle con sus obras.
El ciceroniano Joveilanos, honra de nuestra magii^tratura j uno de los
hombres mas ilustrados de su siglo , fué también en España un poeta U-
rico i quien no faltó talento poético; pero no podemos ponerle en primera
línea, como i su ami};o B. Juan Menendez f'aldcs . ú quien se concedia la
primicia entre los poetas de su edad con justicia: algunas de sus poesías se
acercan á las antiguas castellanas, y él en España, Metastasto en Italia,
Dtlille en Francia . Bums en Escocia, Cmvper en Inglaterra, y el suizo
Gerner. puede decirse que reinaron junios en el Parnaso europeo de este
siglo. Compartieron el aura popular en Espjña con el suave Melendrz . el
auacreóntico y epigramático J). José Iglesias de la Casa, el conde de TVo-
roila, y el fabulista I). Félix Samanirgo. pero siempre fué en menor esca-
la , porque no pasaron de una recomendable medianía.
TermÍDaba el siglo XVlll en Francia, añade Galiano, entre los cánticos
de la Marsellesa del famoso Bouget de leíste, y de las ÍDS|iiraciones de Cba-
leauériand, Madama Síael y Benjamin Constant, y eo Italia con las crea-
ciones del fecundo, sensible y dramático Jlfieri, y primeros rasgos poéticos
del sublime JUarli, cuando la España pasaba al siglo XIX bastante rico en
poesia con los tres discípulos de Melendcz mas aventajados. I). Leandro
Fernandez de Síoralin , D, Nicasio Alvareí de Cienfunjos , y D. JUamtel
Jasé Quintana , al que toilavía tenemos la dicha de ver entre nosotros y
de cousidcrar como al patriarca de nuestra actual poesía. Líricos y dra-
máticas los tres , sus obras han sido y son admiradas con bastante justi-
cia , pues que ali;unos defectos no son suficientes á hacerles descender de
la altura cuque les tiene colocados la opinión universal que honra, con
Í;;udl justicia, también al escelt-nte lírico />. Juan jVic(]t5íu GaUeijo, que feliz-
mente vive c'imu Ouintana, sabios maestros ambos de nuestros buenos poe-
tas. O. Juan líaitíisla Arriaza, lírico mas poeta del pueblo que de la dase
instruida , y D. Tomás Iriarte . frió y trivial , compartieron con aquellos
los aplausos, siendo, en la escuela sevillana, aplaudidos como poetas Rolilan,
Blanco, Arjona, Beinosa, y D. Jlóerlo Lisia, que fué el mejor de todos
los do esta escuela como poeta y como hombre do ciencia é instrucción.
El señor Caliano dice que el siglo XVIU destruyó mucho (1^, fundó
(r¡ Con respecto á esto siglo dice el orudito Durnn en uno de los Priilogos do
su Romimoero ; lEn Ir segunda mitad del siglo XVIU fué moda en Europa y mas
en Ejpnña despreciar la pntrin líieralurn sin haber esludiado y conocido la bue-
— 1(Í3 —
poco, y varió casi todo, reservándose el siglo XIX el carácter de reediñ-
cador y clasiTicudor de las mudanzas hechas en squel; pero perdVinenos sn
excelencia »\ dudamos que así suceda en visla del actual estado de la litern-
tura en general en Eurn|ia , y pariicularmenie en España, en donde es
poco lo que se hatla original en realidad , nuevo . ni (;rande. Nosotros par-
ticipamos do la opinión de que estn siglo, cnyo carácter peculiar en letras y
en arles es no tenerle y abrazar el de todos los que le han precedido ^ín
imprimir el suyo delinitivamcnte en nada , es unn ^poca de transición que
separa lo pasado do lo veniílern , ¡mes que la imitación servil es el prin-
cipio imperante por mas qne se íiuscan las innovaciones y se pretenden
nuevas creaciones caila día.
SÉanos permitido . sin rmbitriio. repetir para conclnir, con respecto i
nuestro sigt», lo quK acerca de nuestra literatura y poesía liíjimoK en 1B37
en un articulo del periódico literario titulado el Olsenialorío Pintoresco.
«Sumióse en la tumba el siglo XVJII , cuya infancia fu^ un manantial
de males para la infortunada España , y que si al;:o mas fcliit , cuando la
nieve blanqueaba sus cabellos, dormito en el sueño de la indolencia, hasta
qne un genio literato le dispertó un momento antes de fenecer, con las
trompas de Aristóteles, alejando de su exánime mente el estragado gusto
que abrigara. El nuevo cantor le enterró para siempre . y apailrinando al
siglo de las luces , dio el grito de alarma , llamando en su apoyo á los lite-
ratos amanti's de su nación. En efecto , el siglo XIX nació con felices aus-
picios ; Moratin tuvo prosélitos , y resucitada la doctrina del dramático de
la Urocia, aparecieron para gloria de la poesía Ibérica, el suave Melendez,
ct esmerado tJieafuegos , el inspirado (Quintana, el ent^ri;Íco Galleco « el
cientiHco Lista , el dulce Martínez de h Rosa, el cabjlleresco duque de Di-
va<t, el mage<ituo8o duque de I'rias y otros líricos cantores que nos honran.
Empero si la lira de Erato siguió pulsándose con maestría , Tulfa fué
casi lotilnienle abandonada desde la mnerte del genio arisiotélico del siglo,
y el mal gusto volvió á invadir su imperio.
nn de nuestros antopasado.x, Hflciase un vana^tloTÍoso atnrde de preferir lo es-
traflo A lu propio , y se tenia por ignornnle ; bárbaro al que dudaba de la fnfiíli-
bfüdad de los novadores. Cundirt el contagio porque era mns fácil ser eco de los
pretendidos crilicoa , que ostudínr bien lo antiguo par» estudiar sobre ello;
porque era nins cómodo traducir que inventar; porque costaba nienoü imitar
to hecho que reformar lo pnsiido y conformarlo & las variaciones que deliia te-
ner. En tal situación apenas lialiin quien saliese bI encuentro de tan cstraordi-
narías ¡deas, síquieía para discutirlas. Perdido hsí el buen camino , nos queda-
mos reducidos á ser debilitados ecos do lo que era bueno y acomodado i los
países donde naeió, mas que entro nosotros no podía producir creaciones es-
pontáneas, ni vivificador entusiasmo.» El seDor Duran, con una franquexn que
lo honra, conliesa que participó tinnbien de aquel contagio; pero que conucido
ol error y las necesidades del sijílo. fuá el primero en romper en España las va-
lias que impüdian el de^rroUo del entendimiento y de la poesía nacional, y efec-
tivamente qued su discurso preliminar al Homaneero y d sus oíros escritos, de-
bemos la revolución que diú un nuevo giro d la crítica, ; que,. como dke, la ío-
caruii dul cammo empírico y cslreclio que lomó .ti mediar el sigilo Wlll ; eu fin,
en nuestra opinión D. jígtislin Duran lia sido en bella lilcrnlura el restaurador
de nuestra escuda p:ilr¡a.
■fe
— 164 —
La guerra llegó un tiempo , por dos veces , como boy , á embargar la
atención general , y aterradas las tímidas musas, buyeron á regiones mas
Saciflcas y (ellees; pero acabada una y otra tormenta , cuando la poesk
ramática gemía en el mayor abatimiento , un joven se lanzó con valentía
á la palestra dramática. Nadie vé en ella , considera el desierto campo , y
pulsando la lira de Talia atrae en torno de si al pueblo todo» y el nombre
de D. Manuel Bretón de los Herreros resuena por do quier con entusiasmo.
Yo le vi solo por mucho tiempo poblando la desierta escena, y resucitando
el amortiguado gusto nacional... loor á ti, amigo mió... loor á ti que em-
pezaste esta nueva era dramática de tu patria , y que con la constancia de
tu inspirado ingenio y la melodía de tus canciones supiste atraer bacía ti el
amor de tus conciudadanos, y serviste de émulo á los mil trovadores que
hoy consuelan á la afligida España con sus dulces cantares (1).
Casi al propio tiempo una gran revolución empieza en las costumbres
europeas , que, amenazando á las presentes cosas, trata de elevar á todo
trance las de una época de entusiasmo y de gloria. Los partidarios forman
el plan, y no tardan en vencer. En la parte literaria pierde lo clásico y
triunfa lo romántico ; decae Aristóteles , y se eleva sobre él la eiagerada
doctrina de Víctor Hugo , Alejandro Dumas y otros. Mezclada la litera-
tura , basta cierto punto , con la política, al primer estilo por sus formas
absolutas y precisas , se le clasifica entre los dictados del déspota, y al se*
gundo se adhiere , por la franqueza de su marcha , á las ideas de libertad
que triunfan.
Mas mesurados los espaftoles , si bien pagan tributo á la época los mas
exaltados por el nuevo régimen, la mayor parte, y la mas sana acaso, si-
gue la revolución resucitando la memoria de nuestros antiguos poetas , y
las obras selectas de Góngora , Lope de Vega , Calderón , Tirso , Moreto y
otros patriarcas del romanticismo español del siglo XVI, son los planes de
campana con los que se proponen vencer.
Publica B, Agustín Duran la primera edición de su escogido Román*
cero, y al hacer este servicio, que le agradecerá siempre la república de las
letras, dio el impulso á la revolución literaria en nuestra patria (3).
On Juvenal empezaba á florecer en España; pero tan precoz flor, cuyo
lozano nacimiento daba esperanzas de mayor hermosura , la marchitó el
fuegd de las pasiones apenas saliera del capullo...! Sin embargo aun se
rien sus gracias , aun duele su azote... el nombre del célebre Figaro (Don
Mariano José de Larra), pertenece ya á la posteridad...
Progresando la revolución, el romanticismo español adelanta con uti-
lidad : pónese á la cabeza de esta escuela el modesto lirico-dramático
(1 ) Al principio de las notas á la Corona se pone el catálogo de los poetas con-
temporáneos.
(2) El Discurso preliminar, prólogos y notas del Komancero de D. Agustín üu*
ran queso publicó hace 2 f años por primera vez, y después, en 1851, muy aumen-
tado en la Biblioteca de Autores españoles, componen en estracto,una eruditísima
y razonado-filosófica historia de nuestra poesía nacional, en la que secsplica tam-
bién, con sazonada crítica, la historia y móvil de nuestros celebrados libros de ca-
ballería, dándose curiosísimas noticias de toda nuestra literatura y de muchas de
nuestras costumbres. Estos preciosos escritos que, como llevamos dicho, han hecho
verdaderamente la revolución literaria en Espalla en este siglo, han servido para
que se luzcan, después de publicados, muchas otras notabilidades que en esto n»
— 165 —
anadino el Excmo. Sr. D. Francisco Martinez de la Sosa (que tantas
vece» ha regido tos destinos de España como ministro y presideDlo del
Consejo de Ministros en las dos épocas constilucionales} con su drama
de la Conjuración de Venecia, y al ver al poeta mimado de las mu-
sas seguir esta marcha, ya nadie duda en la elección, y 0I partido de
los estrechos límites acaba de perderse anie el nuevo régfmen viclorio-
sa,cuya bandera ensülzRn García Gulierrez con su Trovador, llarlztn-
ftiiscli con sus Amaines de Teruel, Roca da Toijores con su Doña ¡Haria
de Molina y el Excmo. Señor Duque de Rivas con su iton Alvaro ó la
fuerza del sino. Hüijistranse hs antiguas crónicas, escudritiansc los ro-
mances del siglo XV y \V1, aquellos cantares que recuerdan las glorias
nacionales : sácanse de entro el polvo de los archivos lúa olvidadas obras
lie nuestros mayores; el deseo de súber se retrata en las almas de todos
tos jóvenes, y haciendo circulabtes los cuantiosos caudales estancados en
las bibliotecas, la revolución Tiiarcha. y ya no existe en nuestra his-
toria dicbo feliz , hecho memorable y acción heroica que no se recuer-
de en alegres cantares. A la lira de Homero se sustituye el alegre y so-
noro laúd nacional cuyas sensibles cuerdas vibran en loor de Pelayo y útA
Cid y acampanando los cantares religiosos de Berenguela , Doña Urraca é
Isabela ; y este instrumento que sabe pulsar solo el bardo espariol , si);ue
los compases tiernos de las quejas del apasionado Gazul , los ayes de Fa-
tima ó los amores de los Muzas y Abindarracs y también los de los Cór-
dobas , tiirones. Pelaez y Pimenteles... Á los flgíndos pastorea se sustitu-
yen en las comedias y cantos líricos los guerreros de luciente armadura,
¿ las Amarilis las heroínas de la historia Dacional , A las horrorosas vena-
ción», las corridas de toros; alas carreras, los carroseles y Tollas; yA
los ejercicios del anfiteatro y del circo , los torneos , las justas J las ca-
ñas. La zampona y el pandero se mezclan con los atabales, analiles y
trompas guerreras.., Al monótono y frió enamorar de OwrffO , sucede el
fuego de Amadis y el furor de Orlando y áa Bell^nebros, y á la tortuga
y pontones bélicos de! romano el escudo y el rastrillo de gótica fortaleza...
En la parte mítica se sustituye ú las comparaciones de seres fanlis^
ticos que solo existieron en las aberraciones liumanas, existencias verda-
deras , y por esta razón al falso y variable dios del Olimpo se antepone
un Dios cierto é inmutable. Ya no es Vnius la diosa de las gracias , jVa-
na, la madre del Eterno, las lleva en si todas y su curo celestial note
componen genios que representan los vicios (^ue halagan , sino seres rea-
les de la luz divina que enseñan, que acompaiian y que derraman las vir-
tudes... y en ñn , ¿ Us ficciones de una Imaginación oprimida , se prefie-
ren los encantos y verdades de la naturaleza.
L
ban tenido mas trabajo que el de copíarlosdesngurAndolosnnpocoen la forma y
en el lenguaje, a Rn de no Innerso que lomar In pena du citar á su verdadero autor.
como debieran hacerlo siquiera por eralitud. De este modo personas muy dislin-
giiidas han adquirido su celebridad en literatura; pero como cuando do tal ma-
nera se ganan los laureles son estos tan perecederas , que oo duran mus que et
tiempo que larda en presentar el plagio la verdad, dejando al descubierto y en el
mayor ridiculo al que se engalanó coo plumas agenas como el grnjo de la Tabula.
Los inteligentes y el público sensato hace y hará siempre la debida justicia al
MÚor Duran.
— 166 —
Esta revoincion influye esfraordinariameiite en las ArM , pnes hala-
gadas por un lado al armonioso acento de cantares que las ensahan , y
arrastradas dalcemente hacia el bien , despiertan de so esmintoso letargo,
y tendiendo los artistas sn raano bienhecbora & la de los literatos qse se
encuentran al ofrecérsela generosamente , dos cnerpos desonidos» por al-
gún tiempo, por la presunción, la vanidad ó la ignorancia, forman un todo
compacto en los Liceos, Ateneos é institutos, y reunidos caminan á la par
al templo de la inmortalidad á recibir la corona de laurel (1).
Felices vosotros trovadores de iberia, felices vosotros que entre el
estruendo del bélico estampido de la presente guerra (3), os habéis levan-
tado como el genio tutelar de esta nación para vindicarla y hacer ver al
maligno estranjero que, si en medio de la borrasca de las pasiones , del
huracán de destrucción y de los arroyos de sangre que han inundado la
mísera patria , en su aurora de libertad , sabéis cantar con voz tan sonora
y segura, si un dia el ramo de oliva se levanta entre nosotros y la ensena
de paz se tremola por la mano de la concordia , en breve término los fo-
gosos al paso que graves hijos de la madre Espafta aventajar&n al orbe
entero en ciencia y en saber.
Loor eterno á vosotros los Martinezdela Rosa 9 ñivas^ Duran, Bretón,
GilfEoca deTogores^ Pastor Diaz, Vegas, Peñalveres^ Zorrillas y Calde-
rones; y á vosotros también los Hartzenóures , Bravos, Ociioas^ Espron*
cedas 9 Garda Gutiérrez, Eseosuras, Quirogasy Madrazos, y á todos
vosotros jóvenes trovadores que identiflcados con la presente revolución
(I) Las ciencias han contribuido principalmente á la revolución inlelectual
de este siglo, pues que sus adelantos y descubrimientos lian sido tan estraordina-
r¡08,ques¡ no fuera por ellas pasaría sin carácter propio; mas se le darán el gas»
el vapor, el daguerreotipo y otros descubrimientos gigantescos y de tanta iropon>
tancia que por su medio se vá logrando hacer del mundo un solo pueblo por la
rapidez con que se comunican los puntos mas distantes, la celeridad con que
se pasa de las tinieblas á la luz y se reproducen los monumentos, los paisesy
las facciones de los vivientes con la exactitud de la misma naturaleza que se
retrata por sí misma. Tantas ventajas do las ciencias hacen caminar al vapor
al entendimiento humano en todas las cosas, y sin tiempo para estudiar y re-
flexionar sobre las ¡deas fosfóricas que se encienden en la mente á cada paso,
se profundiza poco ó nada, y una anarquía seductora á veces y penosa y laoieo-
table otras es la reina de este siglo de movimiento y de sistemático desorden,
en el que alterna lo bueno con-lo malo, lo mediano con lo mejor con tal lige-
reza , que parece el mundo intelectual una linterna mágica cuyos cuadros se
cambian por segundos: el linal es dudoso, pero presentimos, por lo que dicta la
esperíencia é historia del pasado, que á tan prolongado movimiento, ha de su-
ceder el reposo y á la agitación la calma en la que se podrá juzgar mijor del
verdadero espíritu del siglo XIX y aprovecharse los venideros de sus descu*
brimientos, ventajas de que nosotros disfrutamos apenas por el continuo movi-
miento en que nos hallamos y por la veleidad á que esto mismo nos (ril>liga.
(S) Se reGere esto á la guerra civil que se hallaba al escribir este articula
en toda su fuerza.
— 167 -^
literaria, dais honor ¡i la patria ele Cervantes : yo os saJuiIo con la since-
ridail lie mi alma...
A vosotros está encomenilaila la gloriosa revolución literaria del siglo
de movimiento en iiUG vivimos ; pero al ejecutarla no puedo dejar de su-
plicaros (¡ue huyáis de los horrores y de sus cuadros cárdenos , lúbricos,
asquerosos y sangrientos con que hace la suya el e]:agerado bardo fran-
cas: y que no olvidéis que no todo es malo en el sistema de AristfíCeles . ni
todo bueno en la escuela moderna ; bellezas resallan en aquel estilo dignas
do imitacton, y bellcsa^ que fueron engrandecidas por vuestros padres que
os las ensenaron... la gratitud es el primer deber del hombre, y en litera-
tura solo hay dos géneros entcramcute distintos, lo burno y lo malo.
Tened presento que la eiallacion exajerada , arrastra en pos de si co-
munmente una reacción peliftrosa. V vosotros jóvenes dramáticas que bri-
Uais en la escena, no aticioneis at pueblo al crimen presentándole el vicio
engalanado con los atavíos del heroísmo y bajo la mentida máscara de ac-
ciones loables, porquele viciareis desgraciadamente, y una vez aficionado
al delito es difícil volverle á la virtud , pues á la afición sucede el desen-
freno como al relámpago el trueno... Presentad at vicio y á la maldad cas-
tigada inmediatamente y no la dejéis impune, ni hagáis trio el castigo pro-
longando el azote. La misión del poeta dramático , no es solo copiar exac-
tamente á la sociedad con toitos sus errores , si la de dulcificar las cos-
tumbres para mejorar esta misma sociedad, y al afear sus vicios y de
fectos, presentarla en contraposición buenos modelos que imitar.
Ilaccdlo asi como muchos liabeis empezado y desmentiréis la opinión
de algunos filósofos coetáneas <}ue pretenden probar que nuestro sigilo en
literatura es solo una época de imitación, una transición débil y enferma. »
Sent-idas dejamos nuestras opinionps sobre los puntos de que acaba-
mos de tratar ; espuestas quedan todas las que de autores respetables he-
mos visto y á las que sometemos nosotros , como debemos , las nuestras;
el lector podrá acudir á las fuentes que Ih indicamos para formar su juicio
en la comparación de unas y otras, y poner la parte cuestionable en su
verdadero lu^^ar , puesto que en los hechos no tendrá mas que acatar el
pasado en la imposibilidad de variarle según su deseo, haciendo á la his-
toria el honor qno se merece como hija del tiempo y de la verdad.
Muchos mas autores pudiéramos haber citado en este desaliñado dis-
curso sobre la marcha de nuestra poesía nacional , pero no hemos querido
servirnos de la porción do escritos estranjcros que conocemos sobre esta
materia, porque, ó no han hecho sus autores mas que repetir trastornando
másamenos lodicho por nuestros literatos, ó han escrito á placer y sin da-
tos ciertos que den á sus obras un interés verdaderamente histúrico, ha-
biéndose ensañado algunos demasiado en sus criticas contra nosotros, re-
bajándonos no poco de nuestra puesto otros, y tratándonos los mas sin co-
nocernos bien. Dejanilo á nuestros sabios del presente y del porvenir la
honrosa tarea de vengarnos de los que nos hayan y ]>uedan ofendernos, y
en la esperanza deque no puedo menos de llegar undiaen que la pluma de
un genio feliz consigne nuestras glorias literarias de un moilollrine}' eterno
en una huena, completa y razonada historia de nuestra poesía nacional, al
dejar nuestra tarea réstanos solo recordar la indulgencia que imploramos en
la Advertencia que precede á este Discurso órelato de introducción, para
que en atención á las razones que alli esponemos, se nos aplique por
nuestros conciudadanos, siquiera en gracia de nuestro buen deseo de agra-
darles, única pretensión de este escrito. — B. S. C. de L.
L
k>V t
r
IVSi MBÁLIZI.
G«ii|rende lis lores poéticas fu eoisifni al iUMrtal Anta las
vates h las j^mfneias h :
JÜjMEKÍA.
CBANABA.
CÁDIZ. *"
nDELYA.
ganarías (fSIíAS).
JAÉN.
GOBDOBA.
MALAfiA.
SR?ni1
íA.
iaMtta9o V awoMA OMUuMasMSinraii man ¡pahb»
22
ADVERTENCIA.
liot lia parcciilo eonteniente poner al priocipio de cada provincia lii pociiu que le Ijillen ce-
crilai en el ilíalecio dd piis, cuja iradurcion , f i U neceiítat*, ; esplicicion de Is «Iruciara ;
orlonnrm da éita , le poBC por nota reforeale ú lat pociiai de etle género al fio de la CoroDo:
lo mismo hacemoi con lai Iraduccione) de lii composicionet en len^ai lábiai ú eilrinjerní.
Lat poeiJBS de las seKorAS m interlan 1» primerat por deber de galonlerit , y lai de lot
demai vates guardan el drden rígoroM del abecedario icgun lot pcimeroi apellidos. Los
Dooilircí di: pueblo» eirrito) á la iiquierda al pié de lai coiujioiicioaei , ma loi de la nelura-
leii de los nnlorcí , ] lot qoe en lelrai tertaleí ocupen el medio de la plana á Id cabHa de
una lérie de poeiiai ú de una nía, el déla protindaá que perteieun lai quetignen. Cuando
DO te Tea nombre do pueblo al fin de una compwicion , en el lugar y modo citado, et que >e
ignora el del nactmieolo del aatsr. La* compoticíonei múticaí qae enpieiau cada una de lat
llutai, eipreían en el dialeclo del pait Ja canelón y baile que mat le cerectcriran, habién-
dote eicrito para ptnno lodat para mnyac uaifunnidad : en las nolat te boMa de la música
etpahola en general y te dá nnlicia de loi maetlrot compotilorct que Ggnru en etla obra. Al
Ande la Corono le dá la razón bibliográQcn , 6 una tucinla nolícia de cada uno de loi aulotet
que loman pana en etie obtequisio moBiinenio.
^^^B^^V^V
1
ALMERÍA.
£V l(ü (¡]]SQ](DQ9a
1
nsi. ciii.E«»K kspiSql
■
EXCMO. sit. no^ jóse nicolas de azara y perera,
■
Primer Slarqiiéíi ilc IVIbbiaiio.
1
Vales ,1e U prniofii de ilmcria.
^
»£] hombre (leücmaiú su rumiha que ó
íimiíino, a tu pal ría masque ú eu raiDLliü,y
bI linaje huPiSDO moi que » lu patria. •
Fenkloh.
Libe una vez la humanidad el vasu
de sacra paz y caridad TervicDle ,
renere el alma ciencia;
balsámico consuelo en su existencia
alcance el inclemente,
de la hermosa virtud y honor preclaro,
agrupándose en toruo ,
mire el mortal el relumbrante faro ;
del mundo, resonando eii el contorno.
1
la voz del sabio oiga ,
que al hombre llama lierviano, en su alegría,
y el orbe humano se salvó aquel dia.
¿Los Eaogrientos laureles del guerrero
por qué marchitos ora desparecen?
El llanto no los riega!!...
ya no los brota la apacible vega :
palmas y olivas crecen
con que egregios varones se coronan.
Donde Atila execrable,
■. d
ADVERTENGI
líos ha parecido conteniente poner al principio de cada
critas en el dialecto del pais, cuya tradaccioa , si la ne*'
ortografía de ésta , se pone por iota referente á las p<
lo mismo hacemos con las tradoceioici de lai eera'
Las poesías de las SfiNoaAS le ¡isertai las prim
demás vates guardan el ¿rdea rigoroso del o^
nombres de pueblos escritos á la izquierda al pi
leza de los autores, y los que en letru Tersol
una serie de poesías ó de una sola* el de la pr
no se Tea nombre de pueblo al fin de nna
ignora el del nacimiento del aaler. Las
Musas, espresan en el dialecto del pa¡!:
dosc escrito para piano todas para m:
espaftola en general y se dá atUcía •
fti de la Corona se dá la raita bibl
qae toman parte en este dMOfíioso
I
i ruino un astro?
i noble Azara,
..IIIO.
• , <|iic en sublime arrobo,
mí piíiíó en el globo.
stirpe, en do Sertorío un dia
íA saber mostró á la España ,
. :vcera
. ^ p»o j amor la Inz primera*,
lecho bafia
^^j^ juguetón , sonoro ,
'*^**^|i olíTa en pabellones
^ ^tf^*'^ también cien corazones.
lísfc j£¡Íuo emblema
[^^tuA*** misterio, honor, cariño..
^ jhÉfc «ff^^*^^ ^^ inocente niño.
^ escelsa ocupará su mente.
\
— 175 —
' < del Eterao iluminaba.
K desvelo
tite vio en el cíelo, -.i'MtDM
' 'hundo contemplabul 'iU|i
I pecho inunda, '< ni
luanzBy I ii« Ido
.icrania» ^- i>ll'il*'di
iiaflte ir!*» ut
. i:ol6gi04i' ' I ''''to n' 'ilt
,iBio,: : ^-.; / li><..IÍ
-spetada y j«toV' -í i;' mniü-'
Dios, UD privilegio.' olir tu-
M'bata le enajena, ' "i I'' (
:)»amiento, '*v>t'<
lou de Azara le encadena, ' i: biÍC
üc su heroico pensamiento. >' ntlitifi
ijeio de paz irresistible, ■ ' -Ji t-'
lU'íjiéria con Azara ei bien asoma , I fi 'mp
¿11 elevado agente le hace en Roma. N-> tmli
El mar Tirreno acarició la nave, ..---ilt «I
con fresca y pura brisa agitó el lino , ; ^
do el noble Azara canta > " I'))
porque se acerca á la ciudad que es Saota'í^ ■ 'I
divisa el Quirinal..... Capitolino !-' 'til'- '
el Tibcr placentero le saluda .::(■» (
en religiosa calma ' . ..•i
Azara sel^euconlrA : con lengua muda <■■ • '<'
á Dios dirige fervorosa ei alma. >' ^-(i
Al Vaticano empíreo •
lleva la vista audaz y la memoria : l
allí vio su misión, allí su gloria. '
Henchido de virtud y de entusiasmo, '■ '■>:
raudal perenne de elocuencia suma, < •'
incansable, ingenioso,
por la paz dando su vílal reposo, >-
la patria le admiró del grande IVuma.
Junto al sol de la Iglesia iiiililantc
de Azara está el lucero:
le v¿ Clemente décimo tercero, ■■ > >
^
— 172 —
do César y Alejandro 6e pregonan ,
en columnas de bronce , al miserable
se ofrecen mil asilos.
Sonó la YQz de humanidad bendita !
el mundo entusiasmado la recita.
¿Qué mensajeros divos en la tierra
£eran la toz ceteste, con que el seno
del pueblo sin ventura
olvida 8u martirio y su tortura ^
y de plácido bien se encuentra lleno ?
Kn los brazos alígeros del aura ,
el eca de armonía
que dicha y paz al ánima restaura j
¿ qué sublime cantor entregaria ,
la ambición acallando,
el dolo , la crueldad y la avaricia ,
que del eco escucharon la delicia ?
Un lugar inocente , solitario ,
en un monte de olivos y rosales ,]
candido cual violeta ,
de su iglesia elevando la veleta ,
¿no distingue la vista? Es Barbuñales.
¿Magnífico sepulcro^de alabastro,
el mirar no repara, "
?ue en toda Europa irradia como un astro?
!una y sepulcro son del noble Azara ,
El marqués de Ptibbiano.
Este es el genio , que en sublime arrobo ,
paz y fraternidad pidió en el globo.
De ilustre estirpe , en do Sertorio un dia
la antorcha del saber mostró á la España ,
Azara de Perera
vio entre el gozo y amor la Inz primera..
Su ebúrneo lecho baila
el Alcanadre juguetón , sonoro ,
y custodia la oliva en pabellones
su aliento de ángel con el sueño de oro ,
que le guardan también cien corazones.
De su destino emblema
su cuna fué... misterio, honor, cariño
la paz ornando al inocente niño.
Misión escelsa ocupará su mente,
ti
mm
f
— 174 —
férvido le consulta cada instante.
Ganganelli, el Celeste,
tiende siempre por do quier consigo ,
que halló en Azara el eminente amigo.
Iris (ie paz en la hórrida lornienla
que A Europa entera en su furor inmola,
miradle sin mancilla
paraudo de la guerra la cuchilla
con su heroica virtud su ciencia sola :
destello de la gloria del Supremo,
su claro nombre alcanza
de la ancha tierra al uno y otro estremo.
Mira al Austria blandir la férrea lanza
contra la .Santa Sede,
8U alto saber detiene la pelea ,
y el pendón de la paz su mano ondea.
Siembra el genio del mal la saña impía!...
Mira á Leopoldo duque de Toscaua,
contra Konia altanero,
el de Parma ¡ambien blande su acero
^ue á la ciudad , asesta , soberana,
on esfuerzos Azara sobrehumanos,
la discordia derriba ,
la pnz ofrece i Koma, y en las maoos
colocó de los Duques una ohva.
l'io Scsto en su ostracismo
bebió el consuelo en la amistad de Azara,
y el brillo le debió de la Tiara.
Su alma se multiplica , enaltecido
para salvar la humanidad que llora,
diplomacia , ambiciones ,
concilios, tronos, pueblos, sediciones,
registra con su vista abrasadora.
Los grandes hombres de la ciencia espejos ,
artistas y letrados,
Keyes , poetas , mil infortunados
pidenle auxilio, eiigenle consejos.
su morada es palacio
do el pueblo se une, el clero , aristocracia...
donde halla amparo la fatal desgracia.
El volcan de la guerra , el hombre Marte ,
cuya misión grandiosa es un problema,
— 175 —
ese genio profundo
que hizo temblar bajo su plañía al mundo ,
ni colocarse la imperial diadema,
IVapoleoh , el hombre de la historia ,
el genio humanitario vio en Azara,
y al contemplar su gloria
el carro triunfador absorto para.
Roma se salva entonces :
el momento vé Azara mas propicio,
y arranca á Bonaparte un armisticio.
A Fernando Primero que de Parma
gran duque fué, le mira destronado:
veloz Azara corre,
con 8u ingenio asombroso le socorre,
y la ducal corona te ha salvado.
La paz con Francia y Portugal consigue.
Yé su patria adorada
de una guerra cruel amenazada
por la Rusia potente, y le persigue
el temor de la lucha,
y entre júbilo , aplauso y bendiciones ,
hizo la paz entre las dos naciones.
Con himnos, que en el ciclo resonaron ,
Amiens le saludó. El fué el primero
que el tratado firmaba ,
que la paz bendecida aseguraba
i la Francia, la Europa , el mundo entero.
Sol entre los planetas, muy mas brilla
Azara entre los grandes del Congreso.
En lagos abrasantes
de humana sangre y miembros palpitantes
que encubre del cañón el humo espeso,
los pueblos y los Reyes
miraron en su noche tenebrosa ,
de Azara, el inmortal, la luz hermosa.
Por la etérea región su genio miran
las suavísimas alas esparciendo ,
de que la muerte huia.
Nace entonces la calma y la alegría,
y bajo el genio tutelar se uniendo,
sus ruegos le dirigen su defensa.
Conquistador, tribuno,
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i
1
— 177 —
para cantar tus glorías con poesía.
■
cede i mi lira divinal concento.
■
■
DlLtAS.
■
Gabriel Febkakdbz.
1
■
IL CÉLECIIE SIPLOEtTICO DEL SISLO XVID.
1
■
Digna empresa elevar un monumento
■
que eternice en los hombres la memoria
P
del hidalgo español, del gran talento
^^1
de alto renombre y fama meritoria.
^^1
Sí los bronces y mármoles, mentidos
^^1
emblemas son del genio y de su gloría ;
^^1
porque sin ellas siempre eterna vive
^^^
del sabio y del artista en la memoria;
1
¿Qué resta hacer?.... ¿Del muado en el olvido
dejarlos, en un siglo de ilusoria
1
mentida erudición, que el mas osado
^^H
el premio del saber dá, y la victoria?
^^H
iNo pardiez: elevemos á las nubes
^^1
nobles trofeos , inmortal corona ,
^^H
del que supo su nombre hacer ilustre,
^^H
alto lugar tomando eu nuestra historia.
^^1
Y mientras en discordias divididos
^^1
los hijos de la patria la destrozan,
^^H
■
en vez de combatirla, hacerla heroica.
Al que pupo allá en Koma largos días,
^^1
representando á España, aún poderosa,
^^1
del ambicioso Capitán del siglo
^^H
la espada contener devastadora :
^^1
Al que supo prestar franca acogida
^^M
i cuanto (le virtud se hallaba en Roma,
^^H
siendo su rica estancia siempre emporio
^^H
de sabios y de artistas de gran nota.
^^H
■
Por eso entre el revuelto torbellino
^^H
de la moderna socícdá orgullosa ,
^^1
gigantes le han de alzar hasta las nubes
^^1
23
1
j
^^^^H
— 178 —
de Azara las inéditas Memorias.
Y en ellas han de ver un nuevo germen
de honor y rectitud , de fama heroica
y el marqués de ^'ibbiano y Castellanos
participes serán de tanta gloria.
Aún queda , si , en hidalgos corazones
de la antigua nobleza castellana ,
quien no solo en sus timbres y blasones
contempla su nobleza decantada.
De su ilustre ascendiente los contempla
en su genio y saber y su alta fama :
en las grandes mejoras que constante
supo proporcionar siempre á su patria.
En difundir al mundo sus laureles,
laureles que crecieron para España ,
que han de asombrar al orbe cuando estiendan
por él sus altas y copudas ramas.
Honor también á quien con alma ilustre
á los vates convoca de su patria ,
por celebrar un héroe tan ilustre
que entusiasta su voz también ensalza.
Si alguna cosa de la triste vida
queda al abandonarnos despiadada ,
no son los vanos títulos que guarda ,
tal vez la necia vanidá iniundada ;
Reunir á la alta alcurnia, genio ilustre
y saber y virtud acrisolada ,
haber á vuestra patria defendido
con ánimo invencible ; cual Azara;
Y veréis cómo entonce , eterna vive
entre los hombres vuestra ilustre fama ;
y allá del otro mundo en las regiones ,
hallareis nueva gloria reservada.
AlhbeIa. Almería 9 ds eaero d« i85l .
Francisco Lbdbsma.
CÁDIZ;
DIPLOMiTIGO Y UTEBÁTO ESPIÍÍOL AZAti.
Loi ntei d« li pTotiacii da Cidii.
Allif junto á una tumba sileocioBa
con orla de ciprés bq sien ceñida ,
flojas las cuerdas de su lira hermosa ;
bella ninfa distingüese afligida :
y en página brillante
asi escribe con pluma de diamaote.
■¿Quién al poder gigante que del Sena
el temido renombre dilatando ,
en su marcha triunrante le encadena
á la Eterna ciudad así librando?
Loa siglos el diploma
é Azara dan, dt; salvador de Roma.»
St , de Azara es la tumba , junto á ella
noble matrona miro reclinada,
con cien laureles en su frente hella ,
con muestras de dolor en su mirada :
y ajadas cnn su llanto
las gayas flores de su regio manto.
Mo llores 4 patria, no, que la memoria
del generoso Azara te ha dejado
un ejemplo á tus hijos, en la historia,.
un lugar á su nombre reservado;
y el mas rico brillante
á tu escelsa corona radiante^
— 178 —
de Azara las inéditas Memorias.
Y en ellas han de ver un nuevo germen
de honor y rectitud , de fama heroica
y el marqués de ^'ibbiano y Castellanos
participes serán de tanta gloria.
Aún queda , si , en hidalgos corazones
de la antigua nobleza castellana ,
quien no solo en sus timbres y blasones
contempla su nobleza decantada .
De su ilustre ascendiente los contempla
en su genio y saber y su alta fama :
en las grandes mejoras que constante
supo proporcionar siempre á su patria.
En difundir al mundo sus laureles,
laureles que crecieron para España ,
que han de asombrar al orbe cuando estiendan
por él sus altas y copudas ramas.
Honor también á quien con alma ilustre
á los vates convoca de su patria ,
por celebrar un héroe tan ilustre
que entusiasta su voz también ensalza.
Si alguna cosa de la triste vida
queda al abandonarnos despiadada,
no son los vanos títulos que guarda ,
tal vez la necia vanidá infundada ;
Reunir á la alta alcurnia, genio ilustre
y saber y virtud acrisolada ,
haber á vuestra patria defendido
con ánimo invencible ^ cual Azara ;
y veréis cómo entonce , eterna vive
entre los hombres vuestra ilustre fama ;
y allá del otro mundo en las regiones ,
hallareis nueva gloria reservada.
AlmbrIa. Almería 9 ds uero á% (I
Francisco Lbdf
■■^■^
- 187 —
gala y pompa gentil ; estrago , calma ,
cercan do quíer la corpulenta palma
y el rosal , que á su sombra florecía.
Mas á adorar el sol después nacieron
flores mil > que la palma rodearon ,
el tronco paternal luego escalaron ,
y la ondulante copa entretejieron.
¡ Fantástica visión ! el raudo fuelo
que osada levantó la meute mia j
cruza la niebla , que te cerca umbría ,
y rasga y corre el misterioso velo.
Y en el pensil de la asombrada Europa ,
que el guerrero francés fiero asolara j
mis ojos miran levantar á Azara ,
palma gigante, la poblada copa.
A Azara ilustre , que sujeta y doma
del galo vencedor la safia ardiente ;
y con su sombra salva floreciente ,
el místico rosal , la augusta Homa.
A Azara , que, del orbe maravilla,
corona ciñe de fragantes flores ,
que engendraron los vivos resplandores
del sol de paz, que en nuestro oriente brilla.
Genio de hazañas , manantial fecundo ,
símbolo rico de grandeza y gloría
tu nombre en mármol esculpió la historia ,
y eterno y grande vivirá en el mundo.
Cádiz. Vicoa 15 de tcliembrc de 1851.
JoAQDiN Rubio y Bosichy.
Ili4)8 IDto(DIB8<)
Héroe nombra frenética la fama
á quien con hierro insano
tala , y destruye , y mata y estermina ;
y á la rojiza llama
de incendiadas ciudades, soberano
alza su trono audaz y en él domina.
— 180 —
El toiile moDniMato qw m eonnda
j oh Uiapanoa ! i rendir tributo homio,
es el altar qae España agradecida
alza de Azara al oombre rictorioio;
7 aiu corona ofrece
de laurel beUo que ea so anelo ence.
jiObUoh. lUri<HdtMm4ilSH.
Haua di los Dolous Gooz di Sauui.
¿Por qaé, rúnella Timen de Helieona,
á tus ojoe nnblando ata alegría
tristes los bajas , cuando el tima ndal
qne «1 Hanzanares Tueles ambicñoi?
IHo temas , si esto solo te ocañona
temor, qae se aouncille ta hidalgolai
Jue para adorno de una turaba fnS)
e la tamba de Azara , es la corona.
Mas si i las dignas Husai, por el celo
de on sucesor ilustre coi^regaaas ,
acercarte gentil quizás te inauieta ;
blai
Velado el rostro con tn blanco velo
llega , entre las de gloria coronadas
á ofrecer ona humilde violeta.
PuBiTO BB Sarta Había.
Funosco AflTonio ]
Ya no es el sol radiante de Granada ;
tampoco el astro de Lepanto In-illa;
ni ante el pendón trínníante de Castilla,
rinde la Francia su temible espada.
Hurra, grita la Eoropa desolada,
blandiendo á par la lanza y la cucliilla fi
y se conmueve la Romana Silla ,
por el altivo Corso a
\
— 181 _
Era el raudal que al siglo diez y nueve
de embales y trastornos precedía;
pero no al valor cívico se atreve,
Del que en la senda que á la gloria guia ,
á la posteridad le dá preclara
de 8u saber la fama, como Azara.
Alejandbo Blo:vo.
Torrentes brotan de fecunda ciencia ,
¡oh grande Azara, tus modestos labios!
admiración de rudos y de sabios
es el raudal feliz de tu elocuencia.
Quiere JNapideon con iasolencia
el suelo hollar de Brutos y de Fabios;
mas lo salva de ultraies y de agravios
un numen tutelar, tu inteligencia.
Para subir al templo de la gloria
Di incendias, ni destrozas , ni aniquilas:
sigues el bien per senda mas preclara.
Por tu virtud nos dice ya la historia,
que , si tanza el averno al mundo Alilas,
la paz espere el mundo de un Azara.
Adolfo de Castio.
Santo respeto infunde á tu memoria
lu postrera mansión , con sus fulgores
lo circunda la lumbre de la gloría,
la humanidad de gratitud con flores.
Con el laurel del sabio coronada (1)
la sien, t^uropa te escuchó en un día
mostrar patentes de la edad pasada
los arcanos de ciencia y de poesía.
[I) Aluiloo i las obrm Wie
II del tenor At*ri.
— 182 —
Bien ante el trono de diversos Heyea f
ó bien del pueblo ante el poder temido.
sostenedor de las hispanas leyes
te viste por lu patria bendecido.
Misera, (3) sola, en estranjen tíeiT
la que regia familia fuera un dia ,
bañada en sangre de nefanda guerra
sin smparo ni asilo discurría ;
Sus ligrimas de liicl coa noble
tú supiste enjugar ¡oh grande A>
y al que llevaba, perseguido anc'
sobre su cana frente la tiara (3'
Amparaste piadoso con resp
de un guerrero procaz contra '
que su carro de triunfo tÍÓ sr
ante el heroico pabellón de 1
Ya sobre Roma (4) con I
el déspota lanzaba sus legi<
y de la vox de Dios eco ti
el fragor sofocó de sus c:
Revolvieron la rienda
del vencedor del mundo
y el genio de la guerra
arrancó de sa sien poi
Una orgullou lápi
debe á tu nombre r
para plegaria el cor
gloria tu patria , a<
ii olviib
iiiañaoi.
,i,3?¡|eytirMi
,jrbiniiiwrt«!
■-|.*a inpüi 1
Otros tn gil
Azara, orgiil
Hic.rr»c«.. ' ■'ÍJ5od«iiiiudo,
(f) A la faoipitilidad dírt. "*• ^^ H «• mUIMW,
(3) A lot GDJdadM j »K' .. ^^Ji
(i) Ejubidohiiseltrf' J'!^«tf?'^yBrtCÍldo;
polnn qoi Dirclubia Mbi ' *
— 192 —
h del Trances terrifici TÍolencui
con el conloo finísimo tejido
por su blanda elocoeocia.
¡ Oh fuerza irresistible , soberana
de la sabia yirtod! ¿Qoién le prolana?
El héroe de la paz al de la guerra
iuibió ; y el Tencedor de cíen naciones ,
el que lleró soberbio sus pendones
por el mar proceloso y la ancha tierra j
el que escribió su nombre en las Pirámides ^
el que trocé sa voluntad en leyes
el que impuso al son de sos broncíneos rayos
y en su carro triunfante ^ de lacayos
sirvieron los Pontífices y Reyes ,
no pudo resistir , quedó yencido ,
y el suelo de sus sueños abandona
dejándose al salir una corona.
Italia libre fué : cesó su espanto
y de grata efusión prorumpe en Uanlo»
Cese mi lira aqní , sublime Azara.
Para tu gran renombre
para que el orbe pásmese y se asombre ^
é Italia agradecida , en sus vergeles ,
agote en mil coronas sus laureles,
basta tan solo pronunciar tu nombre.
Cádiz. Cá4ii 15 de «futo de 1851 .
Fbangisgo Sánchez del Abgo.
AYES DE MI PATRU.
«Ábrete á mi dolor, tumba sagrada;
deviuUveme ese ser esclarecido
(|ije injusto triunfo de la Parca ha sido ,
dondo ha cebado su segur airada !...
«Oye el ¡ay ! de una madre desolada
dcMiiundándoto un hijo tan querido.. •
un hijo que orgullosa he poseído...
F
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^"
1
1
— 193 -
1
m
■
«Ay! de mi amor, hijo adorado!
^^M
iluslre Azara!! Duerme!... Tu memoria ,
^^H
^^V
varón insigne, vivirá en la Historia,
^^H
^H
y el blasón que me legas, envidiado!»
^^H
^B
De Iberia ta matrona, asi su duelo
^^H
■
espresó... con acerbo desconsuelo.
■
1
CiDU.
1
Gabrikl Sánchez de Castilla.
1
W
AL DIPLOMUICO kliU.
^
Del hondo hueco de empinada breña
^
el águila caudal soberbia sate
á mirarse en el sol , donde se empeña
^^1
L
en mostrarle en su espejo lo que vale.
De la peña escondida
y entre negras adelfas, c»n dulzura,
la límpida fontana toma vida
1
y llega á ser torrente en la llanura.
Un astro en Unrbuñalcs tuvo Oriente
para darle á su patria lumbre clara ,
nacido como el águila, y torrente ,
y la iumortalidad le llama Azara.
Feliz la peña que la linfa envia,
y la breña que al águila dá nido,
villa feliz la que en sus lares cria
un genio bienhechor y esclarecido.
Si Barbuñales tuvo pobre bistoria ,
las águilas del Tiber levantaron
au raagesluoso vuelo , y para gloria
de la olvidada villa, esta memoria
con picos diamantinos le grabaron.
Hubo un hijo de Breno •"'''■
■
que á la Eterna ciudad, y nuestra tierra ,,„,;,
llamó con voz de trueno.
'^^^1
H
y férrea mano preparada á guerra.
^^1
P
25
1
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1
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^^^^^
— 192 —
h del francé» terrifica violencia
con el cordón finísimo tejido
por su blanda elocuencia.
¡ Oh fuerza irresistible , soberana
de la sabia virtud! ¿Quién te profana?
El héroe de la paz al de la guerra
habló ; y el vencedor de cien naciones ,
el que llevó soberbio sus pendones
por el mar proceloso y la ancha tierra ,
el que escribió su nombre en las Pirámides^
d que trocó su voluntad en leyes
el que impuso al son de sus broncíneos rayos
y en su carro triunfante ^ de lacayos
sirvieron los Pontífices y Reyes ,
no pudo resistir ^ quedó vencido ,
y el suelo de sus sueños abandona
dejándose al salir una corona.
Italia libre fué : cesó su espanto
y de grata efusión prorumpe en llanto»
Cese mi lira aquí , sublime Azara.
Para tu gran renombre
para que el orbe pásmese y se asombre ,
é Italia agradecida , en sus vergeles ,
agote en mil coronas sus laureles,
basta tan solo pronunciar tu nombre.
CÁDIZ. Cádiz 45 de agosto de 1651 .
Fbangisco Sancdez del Aaco.
AYES DE NI PATRU.
«Ábrele á mi dolor, tumba sagrada;
devuélveme ese ser esclarecido
que injusto triunfo de la Parca ha sido ,
donde ha cebado su segur airada !...
«Oye el ¡ay ! de una madre desolada
demandándote un hijo tan querido...
un hijo que orguUosa he poseído...
^
— 194 —
Los OunceboE temblando se miraron ;
las virgenes lloraron en su asilo;
y los aociaDos tristes recordaron
la valerosa cfipada de Camilo.
Todo era confusión , todo agonía ,
la vista el pueblo avara
de hallar un defensor do quier tendía;
nna voz lanzó al lin con alegría,
hija de la esperanza, pues vio á Azara.
Y entre el eslrnendo de ademan guerrero
se adelantó tu hijo generoso
frente á frente al coloso
sin ocultar su pecho con acero,
pues que siendo espailol fné valeroso.
La palabra vertió con voz serena ;
y la mano enemiga,
que sustentaba de ambiciones llena
la heroica espada de Anstertitz y Jena
la estrechó Asara como mano amiga.
Se oyó un grito de paz y el Vaticano
devolvió el eco con presteza rara
diciendo: «Salve, Senador Komanoü»
y el pueblo de los pueblos soberano
prohijó con vanidad al noble Azara.
¥ la Reina del mundo agradecida
estrechó á Azara con los miamos brazos
que estrechó á César en su edad florida
haciéndolo inmortal en sus abrazos.
]\obte villa, recibe eatoa laureles
que regó el Tihcr con su linfa clara '
y déjalos que enreden , pues son fíeles ,.. ' i
en las barras que adornan tus cuarteles
que noble sombra dá el laurel de Azara!!
Esto las raudas águilas grabaron
en el eterno libro de la historia ' . ..i
y en rápido revuelo se elevaron,, :•> .
y en los aires tres veces esclarntron :■ ■
«Paz á tu hijo é inmarcesible gloria.! -'■■. '
*r
-^
■ ►?'' :
••<" •• • /
Ai; BfMTiL imk¿
Detener al: eoloao'.tactt cácreía
cuando con planta rosada • -
salvar quiso la dtimiM;. barrera
de una nación heróieary eaforadda;
Oponerse-á las leye» Úel de^o
que pretendió iracundo y • .
libre el paso dejar leb su camino' :' '
al que ser dictador' quiso del nlmiido'! ■:.;■
Ser de virtud ejemplo
conquistando una página en la historia
y alzar un alto templo,
al claro nombre y á la eterna gloria ;
Vivir en paz sabrosa
sin que del crimen turbe la conciencia
la fantasma ominosa.: .
y dejar la existeocta
solo como un^ carga fatigosa; ; ; .
¿Quién, ¡ perínclito ;^2ara/
pudiera como tú? ¿Quién á tu altura ;
el vuelo remontara,
y rival de tu ardor y tu bravura
contigo y á tu lado se mostrara ? '
¿Y quí^Q, quién dignamente
tus hechos cantaré?'r^Pobre mi lira
ante tu luz se siente,
y aunque el valor y el entusiasino inspira
mi preocupada mente;
El temor tanta dicha me acibara^
y el último en cantarte
quiero ser ¡ noble Azara !
aunque soy el primero en admirarte !
i.'"
/ ij
I ' ' * • ■ •• I • ' ■
..i'.'i 1-. !f.)
J.
i
Algeciras.
Ramón Valladares y Saavedra
Azara : tu laurel y tu memoria
honra será de la española gente ,
- I
- Jl ^-
— 196 —
y á honor el español tendrá en su mente
en respeto tu nombre , ta alta ^oria.
Si lanzas tu mirada por la historia ,
la verás derramada cual torrente ,
tan limpia , como el agua de la fuente,
y no como tu vida transitoria.
Que , si tu flor secó traidora muerte,
al peso de cuchilla in^esistible,
no se olvida la España de tu suerte:
No se apaga la llama de quererte ;
en el corazón ibero es increible :
solamente se olvida un cuerpo inerte.
i
CÁDIZ. Gádií 4 d« octubre de 1851
FBDEaiGO Mabía Utrera.
Cádiz.
Rápido tiende el genio de la guerra
sus alas sobre el mundo : « El mundo es mió »
esclama , y tiembla á su alto poderío
y al trueno del cañón toda la tierra.
Un ángel de la paz que Roma encierra
y Aragón vio nacer , benigno y pío
alza la voz con denodado brío
y al vencedor de Egipto el paso cierra.
Henchido en armas ruge el carro fiefo
del genio destructor : talento y arte
opone el ángel con virtud preclara.
Y á la sublime voz cedió el guerrero
y hoy si en su fuerza brilla Bonaparte
mas grande en su elocuencia brilla Azora.
FRíIX USÜRIAGA.
ISLáS CANARIAS.
DBL ILCSTBB LITERATO T DIFLÚKÍTIGO
EXGMO. SR. DON JOSB RIGOLAS DE AZARA T PERGRA.
Loi ntei de las blas Canariai.
Bramó en las Galiaa tempestad ?iolenta ^
rompió su cauce el azotado río ;
en el azul del cielo manto umbrío
la luz del sol entrévelo sangrienta.
Estremecióse Europa : la tormenta
creciendo fué con desusado brío ;
nada contuvo su furor impío ,
ni el áureo trono donde Dios se ostenta.
En tanta confusión y horrores tantos ,
iris brillaste , esclarecido fizara ,
de España atleta y sus derechos santos.
Gloría á tu nombre el porvenir prepara ,
gloria , del vate en los sonoros cantos ,
gloria y en la flor de tu virtud preclara !
Sarta Cbuz db Tenerife.
José Plácido Sansón.
AL ILUSTRE AZARA.
En Roma y en Amiens y en la famosa
Capital populosa
Que ciñe el Sena y con sus ondas baña,
Tus elocuentes voces resonaron
Que ardientes te inspiraron
Los poderosos genios de la España.
— 198 —
Y mieubaa rage ináóinUo y y pateóte
Sacude su ancha freate
El dueño de la Europa estremecida ,
Tu mano generosa preparando
Vá la paz , y sembraDcb
Fecunda gérmoQ de ealnd y vida.
Procer , artista , embajador y sabio ,
Do <|u««:íe tí.lábi»
Mana la paz , cual de una flor la aroma ,
A los monarcas sin d^er mostraste
Y el destino cambiaste
De la imperial y sacrosanta Roiha.
Moderno Clncinato « la grandeza ,
El poder , la riqueza
Trocaste al fib por solitario asilo,'
Ansiando solo bajo Tresca sombra
Hollar la rerde alfombra
Del suelo hispano , pUcído y tranquilo.
¡Descansa énpaz! Tu enaltecida prole
en cincelada mole . ' .
Hoy tu recuerdo ensalza soberano ;
Y de tu* pueblo la modesta gente
Se inclina referente
A saludar el nombfv de Nibbiang. *
Sahta Cruz dk Tbnui'E- Cnaiiii lOdi tuno itc 18^2.
Ignaíio »9 rÍEcaiN.
i
- wíí
a '!.iLSL';a3i¡a&.iiiá
; ■: . '.. .?
DBL BXflllO. Sito»
■ I ■ * ■
DON JOSÉ NIGitLAS DÉ AZARA t WéUI
■ I ; - . . . r . i • *
j . ■ ■ > . . '. ' í 1 1 . 1 . L» • I /
1 ■.
Sonrióte, al Haíeet,' MldoTetitérÉ? ' ; '
te dio la paz su olhrá : ht elóctoeiieiif ' • \ •' '^'^■*
su magia te prestó^ su fciK It denfein ' "' f.''
valladar invencible- ieé tu prudéDeii i' - '^ - ' '-
y discordia rompió stf trama osctnré;' r' >; '- -'
Cual padre te aclamó, salvada Roma ;
hijo preclaro te saluda España ,
y en tí él noble patrido cgemplo toiÁa.
Tu voz aplaca la temida saña
del guerrero feroz , le vence y doma ;
¡ ilustre galardón , ínclita hazaña !••..
Babka.
' Jo$É Amador i)B LOS Ríos.
^•i«iM*«M
Cual tempestad borrisona y violenta
que estragos amenaza al fértil llano ,
se lanza á Italia con furor insano
el galo, y castigar á Roma intenta.
* Ya én kittiste B^rfonih se presenta
I
i
— 200 —
y amaga sojuzgar ají Ya^eáno :.
tiembla el pueblo la saña del tirano
y su esterminío y perdición lamenta.
No con las armas la agresión impía
repeler puede Roma , y consternada
solo de Azara en la prudencia fia :
Marcha al encuentro del feroz soldado ,
hace que envaine la terrible espada ,
y salvador de Roma es aclamado.
Espugna á Roma Breno despechado
y cuantioso rescate le exigiera ,
cuando Camilo en su favor viniera
y en fuga pone al galo escarmentado.
Busca el gran San León, no intimidado,
y logra detener en su carrera
Al azote de Dios que su ira fiera
marcha en Roma á cebar precipitado.
Con hierro y fuego vindicar intenta
mentida ofensa en la afligida Roma
un nuevo Atila ^ Bonaparte insano ;
Mas^,el ilustre Azara se presenta
al caudillo feroz , su saña doma ,
y del golpe fatal libra al Romano.
CÓRDOBA.
Lüís Mahia Ramírez y las Casas-Deza.
Envia el sol desde el zenit fulgente
sus rayos bienhechores á la tierra ,
y cual monarca próvido y demente
bienes dispensa y el temor destierra.
Tal Azara inmortal , brilló eminente
en alia diplomática carrera ;
siendo de sus hermosos resplandores
los sabios de la Europa admiradores.
CÓRDOBA. Gatlellon de Ja Plaaa 25 de idiembre do 1851
, JPOWROO POBsPFAIX T PaBZ.
GRANADA.
AL DISTINGIIIDO UTBRATO ESPAÑOL
Los vates de la provincia de Graoad«.
CÁIfCION Ain>AXUZA.
Soy andalaza , sefiores ,
y en mi caló algarávia
esprícaré los dolores
con que locha el arma mia.
Y así diré ,
que poique Azara ha mnesto ,
yo lloraré.
Poique fué un señó Azara
de tantísimo talento,
que paró er sor cara á cara
solo con su pensamiento.
Y hoy paire fuera
de los hijos der puebro
si no muriera.
¡ Ay ! nos vemos habatíos
poique se laigó der mundo ,
er que tuvo sus sentios
en toilico lo profundo.
Como adivino ,
penetraba al instante
del hombre er sino.
No hubo un triste desgraciao
adonde arcanzaba su mano j
poique este masques honrao
era de toos hermano.
26
— 202 —
Por eso lloro 9
ar ver que hemos perdió
tanto tesoro.
No podré enjuga er llanto ,
que es mi peniya mu fueste
y en er pecho mi quebranto
me está anunciando la mueste.
Poique es mu triste
que lo güeno se muere
lo malo existe.
Si en este instante cantando
voi ar son de mi bigüela ,
es po que el arma está echando
las alitas con que güela.
¡ Ay pena mia !
yo he perdido la carma
que tuve un dia.
Der mundo ya he conoció
los engaños y dobreses ,
y mi vida ha frorecio
luchando con sus reveses.
Y he penetrao ,
que solo allá en er cielo
muere el pecao.
¡ Ay ! Azara vive allí
enmedío ese cielo hermoso ;
como tan güeno fué aqui ,
allá gozará reposo.
De aqui lo miro
y le mando en la nubes
triste suspiro.
En su corona de frores
prantaré una siempre-viva ,
que aunque triste y sin olores
nunca la mueste reciba.
Y con quebranto ^
con ella yo le envió
mi amasgo llanto.
Granada. Granada 10 de enero de 1852.
RoGEUA León.
203
AL GRANDE AZARA (1).
Genio sublime como el sol radiante ;
divina emanación del suelo hispano ;
faro divino , á cuya luz brillante
se iluminó de ciencia el Vaticana,
ante cuyo talento deslumbrante
no hubo misterio en el saber ni arcano ;
porque alcanzaba mas su fantasía
que cuantas ciencias en el mundo habia.
Ilustre genio de la España gloria ,
orgullo de Aragón y de Castilla :
los siglos venideros tu memoria
acatarán hincando la rodilla ,
y al contemplar los fastos de la historia j
do lucirás cual regia maravilla ,
dirán que del alcázar del talento
era el supremo rey tu pensamiento.
¿ Quién logró como tú, genio profundo,
encontrar un coloso frente á frente
en la marcial carrera sin segundo
de una ambición , como su genio ardiente ,
que anhelaba regir el ancho mundo,
pequeño á los alcances de su mente :
quién logró contener su altivo mando
la ciudad de los Césares salvando?
Tú, solo , Azara ; ingenio sobrehumuiio ,
pudieras conseguir victoria tanta ,
plantando en el ejército romano
la palma de la oliva sacrosanta ,
tornando al opresor en dulce hermano,
sin que ofendiese de la Silla Santa
los fueros que supiste religioso
sostener con tu influjo poderoso.
Por siempre quedará, con letras de oro ,
de Azara el nombre en el hispano suelo ,
y del noble Aragón el triste lloro
(i) Esta composición se dio para ser Icida el dia de la inauguración del Monuuienlo de
Azara en Barbu&ales, eo noviembre de 1850.
— 204 —
se verterá en amargo desconsuelo ,
al ver perdido su mejor tesoro
en el hijo que en sincero desvelo
por su patria veló con ardimiento
empuñando las armas del talento.
Noble Aragón , añade á tus blasones
los del genio admirable y aplaudido,
ante cuya memoria las naciones
un culto le tributan merecido.
Escucha las continuas ovaciones
que hoy eleva el poeta enaltecido
y admite en su corona laureada
los ecos de mi lira entusiasmada.
Geaiiada.
RoGELU León.
A LA HENORU DE AZARA.
La pura flor que bella y perfumada
abre su cáliz al nacer el día ,
la encuentran sin olor y deshojada
la auras ledas de la noche fria :
de los años la mano descarnada
mata la juventud y la alegría ,
y cuanta dicha la existencia ofrece
como el humo fpgaz desaparece.
Tan solo la virtud, llama divina
que lega Dios al corazón del hombre ,
que á la verdad sus pasos encamina
y hace que brille por do quier su nombre,
que sus ilustres hechos ilumina
y á los siglos trasmite su renombre ,
es un laurel del tiempo respetado
que aún presta sombra á su sepulcro helado.
Por eso tus acciones , noble Azara ,
no cubrirá jamás el negro olvido ,
que para el limpio honor, la virtud clara
siempre en el corazón hay un latido :
el justo nombre , la memoria cara
que en Roma y en París has conseguido
— 905 —
dicen tus alabanzas á porfía
mejor que mí canción sin armonía.
Canten tus glorías , canten tus loores
tu prudencia y valor en paz y en guerra
de mi patria los dignos trovadores y
que orgullo son de la española tierra :
pero acoge también las pobres flores
que arrojo en el sepulcro que te encierra ;
que si del genio son mezquino fruto,
del joven corazón son un tributo.
Granada.
Granada 18 de junio de I85i.
Enriqueta Lozano,
AL CÉLEBRR DON JOSÉ MOLAS DR AUBl.
¿Por qué, Dios mió, cuando al alto roble
que á la yedra defiende
y que la abriga poderoso y noble
del huracán que tiende
sus alas vigorosas ,
destrozando las flores mas hermosas?
¿Por qué le arrojas tu potente rayo ,
que arranca , en un instante ,
de la yedra al que fuera en su desmayo
el protector constante?
¡ Asi desaparece
todo lo que en la tierra humilde crece !
¿Es que mirando tu poder inmenso
envidias al coloso
que pudiera rogarte algún incienso,
¡ oh Señor poderoso !
y tu brazo anonada
al que se quiso alzar sobre su nada ?
¿ O es acaso. Señor , que á la ereatura
elevas un momento
para que , contemplándose tu hechura ,
su loco pensamiento
olvide su impotencia
y se juzgue tu igual , en su demencia?
— 206 —
¿Y que, luego, humillado por tu mauo
ya se vea impotente ,
y te adore por Dios y Soberano ,
inclinada la frente ,
cantando los loores
del que al sol ha prestado sus fulgores ?....
¡Azara! tú también el roble fuerte
fuiste para la España ,
pero ¡ infelice ! la atrevida muerte
estendió su guadaña
que ni al fuerte respeta ,
ni al monarca , ni al sabio , ni al profeta»
La fria muerte se llevó tu vida ,
mas te dejó tu gloria ;
y tu España , tu patria tan querida
conserva tu memoria ,
y entre sus hijos siente
de Azara el nombre resonar potente
Cantemos , sí , de Azara la prudencia ,
la virtud y el talento ;
un altar elevemos á la ciencia
que en él tuvo su asiento.
¡Españoles! cantemos
y su helado sepulcro veneremos ! ! ! . .
OjiVAR. Madrid 6 de abril de 1851 .
Angela Morejon be Masa.
¡ Honor y gloria á la virtud ! la tumba
Es su altar ; de cipreses la corona
Se vá tornando en el laurel sagrado
Que cabe el lecho de Virgilio crece.
¡ Gloria al talento! su radiante llama
Entre las brumas de la edad destella :
Mas brilla y mas bajo la losa dura ,
Y, como el fénix, de cenizas nace.
¡ Honor á la virtud ! ¡ gloria al talento !
¡ Honor á ti varón que sabio y fuerte ,
P^i al yugo infando de pasiones viles
Doblaste la cerviz , ni la ignorancia
— 207 —
Ciñó á tus ojos su tupida venda !
¡ Gloria y honor ! corriste desde Ebro ,
Rico en caudal , al pobre Manzanares ;
Del Manzanares al heroico Tíber ,
Y desde el Tíber al brumoso Sena.
La cúpula inmortal del Vaticano
Oyó tu voz ; consejos á dos Pios
Y á dos Clementes dio; y el nuevo Marte
Guardó en Bolonia la potente espada
Que brilló rayo en Austerlitz y Jena.
Como el águila al sol mira , miraste
Al vencedor de Llody ; y el caudillo ,
Que señaló arrogante con su diestra
Cuarenta siglos á la hueste franca ,
Te abrió sus brazos y estrechó en su seno*
¡ Honor y gloria á tí ! la frente erguida
Ante el que impera , los abiertos brazos
Tendidos siempre al infeliz, ¿quién puede
Como tú , asegurar que al fuerte doma
Y al desvalido en su orfandad ampara?
¡ Honor á la virtud ! ¡ gloría al talento !
¡ Honor y gloria á ti ! mi ronca lira
En balde intenta remontar su canto
A la región que habitas ; calla y deja
Que de la Fama las sonoras trompas,
De siglo en siglo, á las edades lleven
El claro nombre del ilustre Azara.
Motril. Madrid 29 de junio de 1850.
Juan de Ahiza.
Del hombre el inerte polvo
guarda en su seno la tierra
y de sus glorias caducas
altas, magníficas prendas.
Cual la madre que ha perdido
hijuelo que amaba tierna ,
ávida guarda los rizos
de su rubia cabellera.
Por eso el arado corvo
cuando en los campos se aferra ,
girón de púrpura arrastra ,
— 910 —
Ta ciencia , que ann admiran las oacionea ;
Pues brilló siempre el generoso oficio
de encadenar las miseras pasiones ,
mostrar el bien y confundir el vicio.
Granada. Madrid i3 de abril de 1851 .
Luis Fernandez-Guerra y Orbe
¿ Cuál es la voz que en el espacio suena
y se pierde en el cóncavo horizonte ,
clara , sonora y de dulzura llena ,
que en su eterno vibrar cruza potente
generaciones mil de ignota gente?
Es de la Fama : cuando todo muere
y al peso de los siglos se desploma ,
girando en el espacio ,
y entre nubes de gualda y de topacio
ella su faz asoma ,
á contar á los hombres que vinieron
de los héroes ilustres que murieron
el saber, la virtud , la gentileza^
los hechos , la grandeza.
Y esa voz inmortal hiere mi oido
tan límpida y tan clara ,
y escucho reverente y conmovido
el nombre pronunciar del grande Azara.
Nombre que lleva el huracán violento
de confin á confin , de zona á zona ,
y que llega hasta el alto firmamento
y allí también triunfante se pr^ona.
Y escrito se halla eA^mármoles y en bronces
para la gloria y prez de nuestra Espa&a
en las oríllaa del tranquilo Sena
con letras eternaleSi
y los ámbitos llena
desde la antigua y opulenta Roma
al desierto rincón de Barbuñales.
¡ Cómo la muerte en su veloz carrera
al estepder sus alas tenebrosa
p
^ A
1
1
— 2H —
1
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por la poblada tierra, it,. /*. • .t-.f-
■
Do respetú varón tan esforzado,
^M
y ruda y rencorosa
^^H
^^
descargó el golpe airado,
^^H
sin temer de los hombres e! encono
^^H
en su tristeza y mísero abandono !
^^H
¡Mas quién detiene el mnr embravecido,.
^^H
^B
ni el giro universal de las estrellas.
^^1
■
ni el torrente del monle desprendido.
^^1
ni en el aire las fúlgidas centellas !
^^H
H
La muerte avara con su firme paso
^^H
■
caminando segura
^^H
■
de uno en otro fracaso ,
^^H
■
sigue torva y sañuda su camino;
^^H
■
en sus brazos la humana criatura
^^1
■
termina su destino.
^^1
■
También ¡ó Azara! te alcanzó la rauerlc
^^H
■
aunque caduco ya, siempre querido;
^^1
lú que supiste con aliento fuerte
^^H
H
sacar tu claro nombre del olvido ;
^^1
■
tú que domaste la cerviz guerrera
^^1
f
del coloso francés , rayo de Marte ,
^^1
y en ti encontró la cristiandad entera
^^1
seguro baluarte;
^H
cual roca por las olas carcomida
^^H
que las rudas tormentas desplomaron ,
^^B
así desde su altura desprendida
'
tu existencia, las Parcas se llevaron.
^^
Mas la fama te guarda mejor vida,
^J
^L
tu memoria los hombres respetaron ,
^^1
■
y hoy que se vuelve á recordar tu historia
^^1
■
levantan monumentos A tu gloría.
^^1
■
Y yo también al recordarte siento
^^1
■
orgulloso entusiasmo , -
^^1
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y en mi loco ardimiento
^^H
K .
siguiendo vanamente mi deseo,
^^1
aun imagino, Azara, que te veo.
^^H
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lleno de juventud y de nobleza ' * '"*"
^^H
levantar orgulloso tu cabeza.
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Y aquí en mi fantasía i
^M
pienso ver entreabrir la negra losa , ,u m . ^i
^^M
1
que cubre lu sepulcro y magestuosa
1
L
1
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— 912 —
alzarse tu figura ,
ceñida de laurel la altiva frente ,
límpida la mirada ,
con resuelto ademan y voz segura
á la turba espantada ,
dirigir tu palabra nuevamente,
y á tu potente influjo pros^ternados
á tus plantas caer anonadados.
¡ Ob ! si fuese verdad y si tornases
á la vida otra vez , la patria mía
grande y feliz por siempre se vería ;
y las otras naciones
respetaran de España los pendones :
pues no bastan guerreros esforzados
que lleven á la lid los escuadrones,
sino hombres de saber y de conciencia ,
ágenos de ambición torpe y mezquina ,
que en su fé descansando y su esperíencia
los gobiernos y reyes ,
dicten al pueblo venerandas leyes.
¿A dónde osado remontar mi vuelo
pretendo en mi flaqueza
si tú morando en la mansión del cielo
con inmensa grandeza ,
verás al mundo cual mezquino grano
que se oculta en el fondo del Océano?
Mas si acaso llegase el canto mió
á tu escelsa persona ,
perdóname benéfico si ansio
tejer mi pobre flor en tu corona.
Granada 5 de juiHO de 1851.
FñANCisco Martínez Artzala
Del E\ciDo. Sr. Presidente del Consejo BeaK
Madríd 21 de mayo de 1851.
Sr« D. Basilio Sebastian Castellanos : Muy señor mió y de mi
mayor aprecio: desde el momento que recibí, bailándome. aun en Ita-
— 215 —
lia, la atenta comunicación de V. S. , invitándome, en nombre del
señor marqués de INibbiano, á remitir una composición psra la Coro-
na poética ([ue ha de tributarse á la memoria del insigne español don
José Nicolás de Azara, no pude menos de aplaudir los nobles senti-
mientos que hablan inüpirado tal designio, asi como esperimenté viví-
simos deseos de contribuir á tan laudable empresa en cuanto estuviese
á mi alcance.
Cabalmente pocas personas han tenido tantos motivos como yo
de admirar las dotes de aquel célebre diplomático y de congratular-
me por el alto concepto que supo granjear, no menos para si que
para su patria, en las embajadas de París y de Roma; habiendo que-
rido la suerte, aunque con escaso merecimiento por mi parte, que le
contase por uno de mis predecesores en ambos importantes deslinoí^.
El tacto político con que el ilustre Azara los desempeñó en las
circunstancias mas diiiciles que imaginarse pueden, el inllujo benéfico
que ejerció, y los eminentes servicios que prestó bajo lodos concep-
tos, liacc que su memoria sea respetada y grata en ks naciones donde
tuvo la honra de representar al soberano de España; al paso que sus
nobles prendas personales, et buen éxito con que cultivó las letras
humanas, y su añcion a las bellas artes, de que ha dejado tan seña-
lados testimonios, aumentaron su crédito y fama, asi dentro como
fuera del reino.
r4adie desearía, por lo mismo, con tantas veras como yo, dedi-
car una composición poética á un sugetn tan merecedor de alabanza;
pero me arredra el temor de no hacer una obra digna de su elevado
objeto; empresa para mi difícil siempre, y aun mas al cabo de mu-
chos años, en que cuidados y ocupaciones graves me han alejado de
cultivar et ameno campo de la poesía, que en otras épocas de mi vida
me había servido de solaz y recreo.
Ruego á V. S. lo baga asi presente al ilustre deudo de varón tan
esclarecido, quien con sus generosos conatos para perpetuar su fama,
da claro testimonio de ser su legitimo descendiente.
B. L. M. de V. S. su mas atento y seguro servidor — Francisco
Marlinez de la Rosa.
Rotas las cuerdas de mi humilde lira ,
de sacra inspiración falta la mente,
¿por qué de nuevo el pensamiento gira
y juvenil ardor el pecho siente?
¿Qué grande gloria á mi pesar me inspira
que así despierta mi entusiasmo ardiente,
— 5Sf 4 ~
robando al corazón su dulce calma
y á regiones de luz llevando el alma?..»
Fuerza es cantar! que el corazón ya sientoi
de patrio orgullo y de placer bañado
y el soplo de los Grénios le da aliento.
De entre las losas del sepulcro helado-
la noble frente del saber asiento
alza un varón potente y esforzado ;
y el laurel que la gloría simboliza
rodeado á su sien lo diviniza.
Rápido cruza las etéreas salas
su nombre ilustre que los mundos llena f
el Genio lo conduce entre sus alas,
y ¡ Azara ! por los ámbitos resuena.
7)i del oi^llo las pomposas galas ,
ni la servil adulación agena
al que de ciencia y de virtud blasona ,
entretejieron su inmortal corona.
Por do quiera que fué, tras de su huella
esclava de su genio fué la gloria :
y en la virgen América la bella
y en Roma la Imperial , para su historia
páginas recogió con las que sella
los labios á la envidia su memoria ;
sin que el tiempo que borra cuanto ha sido
pudiera relegarlas al olvido.
La Silla del Pontífice en la augusta
capital de los Césares , un dia
amenazada fué por la robusta
mano que el mundo á su placer regia.
El soldado del siglo con adusta
faz , sus bravas legiones conducia ;
y al que gobierna las cristianas greyes
quiso imponer en su soberbia leyes...
Y hubiera hollado con su planta á Roma*,
pero Azara está allí ! Sin mas defensa
que sus virtudes , la palabra toma
y la paz llevando entre su voz suspensa ;
y la soberbia del Coloso doma
émulo siendo de su gloria inmensa ;
y dando á conocer al orbe atento
que esclavo es el valor del pensamiento.
— 215 —
Salve, Azara inmortal! joya preciada
siempre serás Je la española historia !
ni el torpe orgullo , ni la envidia airada
podrán jamás oscurecer tu gloria.
La fama por tus hechos conquistada
á la edad venidera hará notoria ,
que entre las palmas que en Espafin crecen
el genio y la virtud juntos florecen.
Ante tu sombra , silenciosa , muda,
de tu sepulcro traspasando e) linde,
la juventud ibera te saluda
y mil coronas de laurel te rinde.
Perdona que á mi vez también acuda ,
y deja ; ó gran Azara ! que te brinde
con este llanto de mi pena fruto...
¡ humilde pero sincero tributo !
Ciodad-Rea] 22 de HÚenibre de 1 851 .
Rafael Milán y ^'avakbetk.
Del limo. Sr. Récenle de la Andícncia de Cáceres.
Cáceres y octubre 30 de 1851.
Sr. D. Basilio Sebastian Castellanos de Losada : MÍ antiguo y
querido amigo : Honrado con la invitación que se sirve V. hacerme
para que añada una hoja, á la bien merecida corona consagrada al ilus-
tre caballero español 1>. José Nicolás de Azara , debo manifestarle
que aunque mi imaginación tuviese loda la frescura de la juventud,
mas que para otra cosa serviria mi pobre trabajo, para formar un triste
contraste con los de tantos esclarecidos ingenios que han consagrado
sus plumas á encomiar al distinguido patricio cuyo nombre no puede
pronunciarse sin orgullo. Pero en mi concurre también otra circuns-
tancia y es, que hace mucho tiempo que volví la espalda á las Mu-
sas, entre otras razones por despique ó en venganza de que no me
fueron nunca muy propicias, y ademas porque no me ha cabido en
suerte uno de esos admirables talentos de la! Ilexibiiidad, que aunque
dedicados á estudias severos, no por eso se amortigua en ellos el
estro poético.
¡Nunca hubiera sido mi pluma digna de emplearse en tan grande
— 216 —
asunto , y ahora macho menos, pues la rapidez con que se sucede la
publicación de nqevos códigos , la necesidad de estudiarlos y hacer
sobre ellos observaciones , y la multitud de negocios que me rodean
propios de mi destino , de tal manera absorben todas mis facultades,
que seria trabajo vano intentar remontarme al hemisferio de los poe-
tas , sin que por eso ceda á ninguno de ellos en entusiasmo por el es-
clarecido personaje cuya vida está Y. encargado de escribir ; y esto
es tan cierto y que hallándome en Barcelona á la sazón que un distin-
guido artista de aquella hermosa ciudad esculpía el busto , que des-
pués ha sido colocado en Barbuñales , raro era el día que no fuese á
contemplarlo y á dar mi voto, aunque profano, sobre esta importante
obra del arte. El mismo artista fué encargado después de la estatua
de Balmes, que habia de colocarse sobre su sepulcro, y con este mo-
tivo tuve ocasión de considerar simbolizadosen estos dos monumentos
las glorias españolas de los siglos XYIU y XIX; porque, en verdad:
¿quién escedió al primero en sabiduría, en prudencia, en buen gusto,
en magnificencia? ¿quién ha aventajado, qué digo, quién ha llegado
al segundo en virtud y en fílosofia ?
Mucho debe en verdad España á los nobles esfuerzos del señor
marqués de Nibbiano y al celo de Y., porque no queden sepultadas
en el olvido las preciosas memorias de Azara y sus esclarecidos
hechos, y, si no versos, porque no me es dado hacerlos, reciban us-
tedes ambos mi mas cordial parabién por estar próximos á dar cima
á tan importante como honrosa empresa.
Con este motivo se repite de Y. atento y seguro servidor y amigo
que S. M. B. — Nicolás Peñalver y López.
MI LUCHA.
— ^Qué dices , corazón? — «Si la memoria
de un hombre justo y grande cantar quieres ,
conoce tu valor, mira lo que eres;
no te ciegue el afán de la victoria.» —
Es verdad , corazón ; mas si la historia
que aclama los sublimes y altos seres
ha escrito con eternos caracteres
un nombre que de España es prez y gloria ;
Por qué no he de cantar ? Si oigo cuál suena
de \ eien bardos la dulce melodía .
— 217 —
que de alabanzas mil el aura llena ,
No he de unir á sus voces la voz mia ?
Azara ^ débil es, triste , insegura,
pero admite mi ofrenda porque es pura.
Granada. Granada Í5 de abril de 1851 .
José Joaquín Soler de la Fobnte*
AL ۃLEBRE AZARAt
Todo perece ! el tiempo en su carrera
lenta , cual del hambriento la agonía
para el triste que espera
termine con el dia
la pena que le abruma desastrosa ;
rápida como tromba impetuosa
para quien cuenta los momentos idos
cual placeres perdidos ,
en su trascurso igual mata y derrumba
lo animado y lo inerte. Si ayer fiero
un mortal dominaba un pueblo entero ,
hoy el pueblo es su tumba
y mañana tal vez de pueblo y hombre
ni habrá restos , ni polvo , ni aun el nombre.
Todo sucumbe ! Mezquindad humana
de este mundo engañoso !
y sin embargo cuánta pompa insana !
cuánto título vano y orgulloso !
qué afán por deslumhrarse, qué entusiasmo
por hacer de quimeras necio alarde !
Insensatos ! no ven que es un sarcasmo
el brillo apetecido , que mas tarde
la muerte que con todos los iguala
en su dominio lúgubre propala.
Y un marmóreo sepulcro comparando
á una tosca y sencilla cruz de caña
con su negra guadaña
dice irónicamente señalando :
«En el mundo fué aquel ; éste no ha sido ,
28
I
— ai8 —
pero á mi reino iguales han Tenido.»
Todo perece en fin!.. • mas no 9 detente
reflexión temeraria , es imposible
ese todo absoluto é inclemente ;
tu vuelo acorta, pensamiento mió 9
que sin tocar el mas allá terrible
desciendes á lo impío
en tu delirio cáustico y sombrío ;
Si bien de transitorios oropeles
ni polvo llega á haber , queda la gloria
y sus verdes laureles
inmarcesibles pasan á la historia
donde cien y otras cien generaciones
fascinadas al ver tanta grandeza
descubren la cabeza
y ante el héroe tributan ovaciones.
£1 genio nunca muere ; luce clara
la antorcha que en su vida resplandece
siglos de siglos mil | siempre parece
de fulgores avara;
el ejemplo repara
que la historia entre muchos hoy te ofrece;
un gran hombre^ no ves? no ves á Azara?
¿No te ciega la luz esplendorosa
que su nombre rodea
cual de gloria aureola vagorosa ?
responde , pensamiento , no te inspira
el pobre vate y crea
arrancando preludios de su lira
al deslumhrarte el fulgido destello
que hiere su mirada
cual del arcángel bello
la ráfaga de fuego de su espada?
Sí , noble aragonés , perenne escudo
que fuiste un tiempo de la patria mía,
yo á mi vez me descubro y te saludo.
Si mi lenguaje rudo
carece de poesía ,
no de cspresion sincera ;
os la espresion de un alma que te admira,
que al paso que te admira te venera
y tus hechos numera
— 919 —
y eoD toB hechos fncljios delin ;
Saare brisa qne llegas á mi frente
no hace mucho abrasada
por pensamiento indómito y ardiente,
hoy marchita y helada
como la nivea sierra que en Granada
su cresta de marfil al cielo eleva ,
croza el espacio y lleva
al sepulcro de Azara el canto mió :
MoDótono cfl y frío
cual la fúnebre losa
que cubre en blanco osario negra fosa ,-
mas si triste lo envió
y la brisa que arralla sus clamores
perfumes no difunde , es porque Oores
no brotan en mi torno : aolo abrojos
cuando i la luz mis ojos se entreabrieron
hallaron por do quier ; yertos despojos
en hórrido erial mas tarde vieron
y agora al porvenir... cieno mis ojos.
José Joaqoin Soler de la. FuEnrE.
HUELVA.
ii la ^i4;i:D:aaa
EXCIO. SR. D0> JOSC XK0LAS DE AZARA Y PERERA,
MiMbi
De cbn csivpe pan honor nacido
h pilra «ahmsle^ t hoy blisona
I I ftta al tettt espléodida coroQt
' de habefte « sos «tnñas coneebidow
El tkmpo deslniclor rey del ohido
nobles recuerdos para ti eslabona ,
T á ser jiisla la enrídia se alecciona
sí por ti mueie el libio enrilecido.
Artista ilustre « la poesia te canta ;
patricio leal^ la historia te grandece ;
te llora la piedad modesto y bueno;
La muerte en tu Mpulero desparece j
que es tida la que en mármol te leranta
sobre este mundo de tu nombre lleno.
UvatYi.
HbGüEL Tenobio.
JAÉN
i. u. uidDim
DON JOSÉ MGOLAS DE AZARA T PERERA.
Loi Tatei de la proTÍncia de Jaén.
De la inmortalidad al templo augusto
la ciencia y la virtud lleyan á Azara.
— «¿Quién tu planta, espafiol, aquí guiara?»
pregunta la Deidad con cefio adusto.
— «To , responde la Ciencia , que su busto
hice en metal brillante se grabara,
ante el cual se inclinó solio y tiara :
nombre eterno al saber es premio justo.»
— ulSo á tanto galardón basta esa gloria;
que aunque ella cueste afanes en la vida ,
como del mundo al fin , es transitoria.
— «Yo, dice la Virtud, tengo ceñida
la frente á ese varón de alta memoria.»
— «Logre entonces la palma merecida.»
Jaeh. Cádiz 7 abril de 1851.
Rosa Butlheb.
AL ínclito azara.
Genio inmortal cuyo preclaro nombre
radiante brilla por el ancho mundo :
■kMBM*MM«Í
I
¿Qué importa , di , que el corazón del hombre
te consagre un recueido harto profundo?
Si todos con dolor *á tu renomore
derraman triste llanto sin segundo,
y conseryan araros tu memoria
como timbre y blasón de nuestra historia.
Que del gáiio el poder que le inspirara
lo guarda ansioso el alma del poeta,
y ante la inspiración del noble Azara
admira con fervor, con fé respeta.
Qa$ do quiera sus hechos admirara
y eternos son en su memoria inquieta ,
formando con tan puro sentimiento
una fé y un altar y un pensamiento.
Coronas de laurel sobre la tumba
del que nació con genio soberano,
resonando en ia basta catacumba
la bendición del inmortal Romano.
Qué importa el tiempo; por los aires zumba
el eco que repite el Vaticano ,
añadiendo por timbre á sus cuarteles
guirnaldas de arrayán y de laureles*
Perdona si hasta tí elevé mi canto
con ronco acento y destemplada lira ,
no te ofenda si el alma en su quebranto
canta las glorias que á la mente inspira ,
que es muy poco ofrecerte amargo llanto
ni el pensamiento que en la mente gira :
descansa en paz , que velará tu sueño
Castilla y Aragón con noble empeño.
Baeza.
Josefa Moreno Nartos.
Alza soberbia el águila su vuelo
y hasta el trono del Sol llegar pretende;
cruza el espacio y en su ardor se enciende
y ya no duda en escalar el cielo.
Nada la arredra: su incesante anhelo
la engaña tanto cuanto mas la yendis;
— 225 —
las negras alas orgallosa tiende
y sombras manda por do quier á el soelo.
Asi el soldado de AuBterlitz y Jena
alzó arrogante su potente mano
atentando de Roma i el alio nombre ;
Pero Azara rompió la vil cadena
que el águila tendiera á el Vaticano
y eternos conquistó gloria y renombre.
Andujab. Aodujtr 20 de myo de 1 851.
José Garzón t Aguado.
Es un siglo feliz, era dichosa ,
merced á su saber y su cultura,
en cuyo seno maternal reposa
do quiera dulce paz , do quier yentura.
Se oye la voz del Evangelio Santo ,
en vez de himnos al Dios de las batallas
mientras ai son de su festivo canto j
derriban las ciudades sus murallas.
Solo á la dulce paz se alza un trofiéo ;
y al nombrar á Alejandro ya se olvida
que osó grande llamar á aquel pigmeo
la antigua sociedad envilecida.
Nombre cruel que á su ambiciosa
le conquistó su inmenso poderío ,
á costa de los pueblos del Oriente ,
á costa de la ruina de Darío.
De Troya y de Sagunto la ceniza
no delatan al mundo el fiero estrago
ni la orgullosa Roma rivaliza
en las púnicas lides con Cartago.
¡ Roma ! siglos atrás acostumbrada ,
el ancho mundo á dominar , señora ,
y otros tantos después que desolada
sumisa ante el altar sus culpas llora.
Y en medio del recuerdo que la aflige
cierra las puertas del sangriento Jano j
y compasiva y maternal se erige
— 224 —
en metrópoli augusta del cristiano»
Por todas partes general y varia ,
una paz evangélica se ostenta,
y de esa pazUranquila milenaria
el trono en Roma con fulgor se asienta.
Vestida de cendal ¡ santa amazona !
clava en tierra el acero de su lanza
y con triple diadema se corona
de Fé , de Caridad y de Esperanza.
Y al mundo vela en su apacible suefio ,
y al través de su prisma sonrosado ,
se vé un presente mágico alhagfieño ,
un porvenir brillante y encantado»
Mas ya en Europa su fulgor se apaga
y á general combate nos condena
esa irrupción terrible con que amaga
tragar al mundo el irascible Sena.
Ya altivo de su cauce se desborda ;
ya su corriente hacia la Italia inclina j
ya sus campiñas con sus haces borda
y á la santa ciudad breve camina.
Ya su cabeza de gigante asoma
acechando el descuido de sus presas ,
y ya ciernen sus alas sobre Roma
las carnívoras águilas francesas.
Despierta, ¡oh Roma! que á tus puertas llama
ese guerrero que al poder aduna,
el mágico prestigio de su fama j
y el dulce sonreir de la fortuna.
Despierta , sí ; libertador ó azote ,
que Dios, al mundo consternado envía,
no hay paladin que su cuchilla embote,
nada hay que á su ambición no le sonría.
Mira en la diestra del sagaz coloso
la bandera cruel con que^domina :
y escrito ¡Napoleón!... nombre glorioso,
cuyo nombre no mcui ¡ay! te fascma.
Conoce ^ ciudad santa , tu impotencia ,
y ante ese mar que tempestuoso ruje,
mira que el oponerle resistencia ,
será doblarle su brutal empuje.
Si bate el santo muro con su ariete ,
— 92B —
burila entre quinas portugnesBB
el nombre de ese Azara tan querido.
Familia augusta á quien la suerte varía
arrojó desde el trono de los Luises ,
bendice su mansión hospitalaria ,
y su nombre inmortal, graba en tus Lises.
Pontífices , hablad , pueblos yalientes
sus hechos referid , cantad su gloria ;
su fama pregonad entre las gentes ;
consagradle una página en la historia.
Genios que de Alcanadre en la ribera j
visteis nacer -al bienhechor amigo ,
dejad vuestra amenísima pradera
y á mi lado venid , cantad conmigo.
Dadme flores que enlace á su corona ,
mitológicas musas del Parnaso ;
templad con vuestras aguas de Helieona
la devorante sed en que me abraso.
Fabulosas deidades de Atalante,
dadle tonos sublimes á mi lira ,
para que alegre y armoniosa cante
esa heroica virtud que el mundo admira.
Pero no... ¡detened!... genio, perdona;
tus hechos son tu célica poesía ,
tu nombre solamente es tu corona
y está grabado en la memoria mia.
LOPERA.
Elbütbeio Goivzalez db la Mota.
Bien haces en llorar , \ misera Espafia I
tu fatal desventura.
Lloras perdida la virtud estrafla
del preclaro varón, y la amargura
de tus fieros enojos
brota á raudales de los turbios ojos.
¡Bien haces en llorar! hijo querido
te ha robado la muerte ,
y mal puedes dejar en el olvido
á quien honró á su madre, y de tal suerte]
mmmm
■^
— 937 —
que i los siglos: fataroB
sa nombre y su TÍrtiid llegarán puros.
¿ No escuchas los tristísimos gemidos
que en los aires resuenan?
¿No llegan, pobre España 9 á tus oidos
los que del Tiber.en la margen suenan?
¿No escuchas el lamento
que eleva en la del Seña raudo el liento ?
Es que lloran también; es que á la. Francia,
llegó tu desconsuelo i .
es que Roma olvidando su arrogancia
lágrimas YÍerte ea prueba de su. duelo.
¡Quién no las derramara
si vio una vez al inmortal Azara I
¡ Aragón , Aragón ! ilustre cuna
de preclaros yarones !
Ya que tuYÍste la sin par fortuna,
de unir este blasón á tus blasones (1),
no huyan de tu memoria
las páginas brillantes de su historia.
Yo , pobre yate , que la ausencia lloro
del que boy es polvo frío,
yo, su memoria y sa virtud adoro ,
yo de nacer donde nació me engrio :
que aquí do el Betis baña
respiramos también auras de España.
:
AifDCJAa.
UAHüBL MaBIA Mt)I¥TERO.
Ya la rosada aurora
rubicunda asomaba en el Oriente ;
de púrpura la nube se colora ;
y brilla refulgente ,
en el azul del cielo ,
el sol, que inunda el anchuroso suelo.
¡ Roma ! la ciudad bella ,
en otro tiempo emperatriz del mundo ^
(1) Alude al McimieDlo de Azara ei Aragón.
_ 228 —
ufana, sin rival, siempre descuella!
Mas ¡ ah ! terror profundo
la subyuga Imponente
la tempestad estalla de repente.
¡ Roma desventurada !
¡Estremécete si ; liego tu hora !
Del que contempla, Europa anonadada ^
la voz atronadora,
vá , contra tí , orgullosas ,
á lanzar sus falanges victoriosas*
¡ BoNAPARTE 1 I Ese hombre ,
ese genio infernal de la victoria I
Los tronos , hizo vacilar su nombre..*..
Mas empañó la gloria,
de su triunfante rayo ,
el inmortal, terrible, DOS DE MAYO.
¡ España I solo España ,
esa infeliz nación , noble, aguerrida,
reprimir supo del león la saña.
¡ Ah I la patria querida ,
al fiero Bonaparte
opone en cada hijo un nuevo Marte.
¡ Oh ! no desmayes, Roma !
Recobra, sí, recobra la esperanza
Ya furibundo este español asoma ,
un héroe en lontananza
Ya se acerca; ¿lo vés?....
Es Azara , el invicto aragonés.
/ Azara ! que animoso
con sin igual ardor y bizarría ,
del formidable vencedor coloso ,
abate la osadía ;
y su numen propicio
obtiene de Bolonia el armisticio.
El te libra también
de la opresión injusia del tirano.
¡De inmarcesible lauro, orla su sién!...«
Orgullo del hispano
pueblo , será el de Azara
el héroe invicto de la patria cara.
La pobre lira mia ,
no es digna ^ empero , de cantar su nombre ,
— 229 —
su entusiasta Talor y {{allardia.
Mas I oh I sin que se asombre
no estampará la histom
su virtud , su lealtad y su metnoria.
AiidúJDr3(tdealiild« I8SI.
Lms uB SoLís T JVIanso.
I
Há tiempo el hombre con audaz intento
al alto ciclo en espiral ufana
el templo eleva de la ciencia humauaf
del orgullo quizá sobre el cimiento.
Cada genio Creador al monumento
lleva una piedra, en cuya cifra vana,
un nombre vé la vaDJdad mundana
y la razón austera un pensamiento.
Tu nombre, Azara, de la EspaSa gloría,
la altiva mole con orgullo encierra ;
no temas, no, que muera tu mcmoríi
si cual otra Babel sobre la tierra ,
Dios no destruye con potente mano
la obra gigante del orgullo humano.
1,.,. Uudríd j DOTiembrc de 185).
'' '•" JdaH AmOHIO BiEDMA.
•MM
^MlMkiri^^dl^flh
MALAGA
DEL GBLBBHB UTEHÁTO T DIPLOJHÁTIGO ESPAÑOL
EXGMO. SEÑOR DON JOSÉ AGOLAS DE AZARA.
Lo» Talet de la proTÍncia de Málaga.
¡AY! QUE SEÑON JOSÉ! (1)
Jesúh lo que giso ohté
señan José^ ¡ vaya un sarto !
sino poia Até golvese
en er lugariyo eAcaso,
onde er que too lo guipa
quiso que viera híé el aAtro ,
la primera veh , der só;
y con brio saluando
la venia á ehte mundiyo ,
ehmoresia , á gritasoh
quiso ohté dar antendé
que le ejaran ahté er paso.
¿Qué liebre, que sigarron ,
que purga sarta mah arto
ue sartó er sefton José
e que ar mundo fue arrojao?
De un blinco Au obté á BÍairí
y de otro blinco á palasio
á basé mota reonda
y á cobral ayí er barato.
Ohté copó al rey de oro
que era un cuco ¡ de lo caro I
(1) La etplicacion de las palabras de dadosa inteligencia, la índole de la parla andaluza
y el por qoé del uso tan repetido de la A , se dará en U nota relati?a i esta composición.
3
J
■AUGf;
ABL CBUBBB LfTBKA.TO T MPIMUTIC'
EXCHO. SESOR don JOSÍ IKO
, V. !ii;ri'
Km mn 4t !■ ftfriKu di
¡ATiQOE SKÍ^O^
JesiUi lo gve pso
señonJosé, xnyn
«no p(Hi Alfi golv
eo er liqiwir<i e/i'
oode cr jy(ñ loo
quiso q¡D; mn
u prÍMiÜ Velí
y coe lirio ni
I! U>ti liuinbrell
>{tte gusarspob.
jn. Isea Uh nqib
«■ prohijiofio porto
hJl « cuar ebUlfO
^■■Ma
I
— 534 —
ehtando tan jacbtrao
con la gran suida e Roma ?
que si hté no ataja er pasa
á su mersé, comen Papah
en er rancho (oh sordaoh.
¡Qué caliá, on José!
tuvo hté mu guena mano
pa toíto loh Aaaereh
que ehtaban á su cudiao.
¿Qué ange le Aurgaba ahté
pa jasé taieh milagroh
en diah e tan sin gana,
en tiempoli esengafiaob ?
Pero ehto no vale ná
ni an er Aumo d' un sigarro ^
pa ia grasia y el aquer
de yamá á su reclamo ,
con cante de ruiseñó,
pajarilah á su lao.
¡ Qué simbé trujieudo aliiab
á la ré ! ¡qué garabato!
¡Qué pajueiita esendia
en un paja rebosando
era bté, señon José !
y lab prínscsah, ¡qué sacob
de pajiya linipia y seca
prendiéndose ar contronaso !
£yah , carguiyah de ehtopa,
ohté mihto rehtregao.
¡ Qué barquiyah velacherab
caminando á too trapo!
¡qué ventolina esecha
en lob mareh ilataoh
der Camela! ¡Qué senteyak
barriendo y -culebreando
po lab cuevab ebcondíah
der corasen! ¡Jui! ¡qnérajro!
que ponde juego enrama ,
quema y ' mata , y úa ehpanto
sa poera la negríya
del ariQa^Aeeha peasofa! :
f^á , no eh ná , no jiso hté
— aSW-
entre lah Aembrah ehtrago ;
pero queriió hté mab iancbah
que en lah.gnnfali é Lepanto.
Me paese q w Je dico
po entre lob vidrioh eraaob
der pensé ! ¡ Qué capa e grfoa
arregúerta entre lob brasob
por onde asoma la cbapa
con tanto eairel 9 que engafta
moh paese e k vibta
que puea uno solo ]^ablob !
Paesen comuniach
de loh tiempob que pasaron 9
ú ensarth e .pretendienteh
trah lob menibtrob de ogafio*
y Po y la montera erren^ . .
Aasia una oreja? y er majo
jugonsiyo e sier seab
tan fino y con tanto apafio?
¡Qué e?¡yab ! Aabta en lo ebeuro,
dan unob relampagasob,
que no iarta man que er trueno
pá tormenta e verano.
¡ Qué trensa e pelo , guarda
entre loh puntob cuadraob
e la resiya ! qué enieob
con lab sintiyab e raso ,
como si fuera hté isíendo,
si yo á mi mehmo me ato ,
¿que Aaré, smo me Auyen
cuando yo lab voi bubcando?
¡Yárgame la Soleá!
que sereniá e paso
tenia hté pa con lob bembrob I
pero en goliendo Áarapob
¡ qué piafa , qué yená er pecbo
e resopliüh ! ¡qué sartob
e carnero po si habia
sobre er lomo arguien montao !
¡Qué reliocho aragonéb!
¡ qué andareh tan cabteyanob I
¡ qué velosiá andalosa
I
I
— 236 —
y qué resueyo africano !
Cuando una reina ¡ dertó !
cogió entre sub sinco caboh
e sea (que taleh paesian
sinco deoh , sinco clafoh
de plata afiligrana)
aquel aserito ebcaso
y cosiéndole la insinia
¡ durse imán ! dise , te traiga
con la punta d' ehte asero
que junto ar pecho te clafo.
¿ Qué Aiso hté con la sangre
na asujetahla en el auto ,
junta aquer vapó, de fuersa
de mah de dien mir cabayob?
¿Ya queyah manoh e china,
pehpunteab en topasioh ,
alevantah , pa cose f
pero pidiendo ahte amparo ?
¿Ya quer pecho que parpita
y guarda anque emohtrando
don medioh mundoh e perlas y
lo mehmob que relicaríoh ,
que tiene muchoh evotos
y hecboh muchoh milagrob?
¿Y ohté no quiso besa
aquer Línun Crusis? Carda
se la Aaria er corason
de tanto Aervir pasao.
D' entonseh se queo hté
aunque Aermosu mu palio ^
pol que la sangre s' iría
arregüerta á loh sancajob.
Esta jué mala jugá ;
pero ya pasó el chubabco ,
que tó en ehte mundo pasa :
trah el inviebno er verano ,
y antes de isí Jesiib,
pasa un año y otro año ;
etrah se cuentan loh sigloh y
y er que nasió por antaño ,
se quea mahcando tierra
— 957 —
entre ctmab e gosaBoh^
ejando otra simentera
de hombreh mah guenoh ú aialoby
pa que acaben la tarea
Íae lob otrob comensaron.
¡bto pasó por obté
como por tó lob umanob ;
Diob perdone er peeaiyo
y le tenga en sn escanso.
Málaga. Málaga i.^ de febrero ie 1852.
DoiiOBBS GOHEZ DB CaDIZ DB YbLASGO.
AL INMORTAL AZARA.
Serpientes: se deslizan plateadas
regando el campo de Aragón ameno :
y en su bullir sereno
y en su murmurio blando 9
ya resbalan risueñas ,
ya caminan llorando.
Que la antigua corriente
como la anciana bistoria ,
renueva las consejas
y presta á la memoria
en sus páginas viejas ,
bondos recuerdos de perdidas glorias.
Cristales pasajeros, que besáis
de tristes sauces las flexibles cañas ,
céfiros de las sierras , que bajáis
á besar amorosas espadañas :
á la sombra del Guara,
de sus troncos añosos,
me contareis los hecbos gloriosos
dd genio que levanta
su cabeza inmortal desde su cuna ,
y afirma con su planta
el incierto rodar de la fortuna»
— 358 —
Las seculares ramas
esparcidas á ciento
del Flúmen y el Isaela
dejan sentir su canoroso acenlo ;
y en su parlar cadente
y suavísimos tonos ,
á mi musa olvidada
le dan inspiración , le dan aliento.
Los restos que los tiempos esparcíeroQ
de la antigua cornisa,
que el cuento de la historia sepultada
enseña cual divisa ^
y de las cosas que otras veces fueron
refieren las altezas
mostrando á muchos ojos las señales ,
de perdidas riquezas,
cuentos sombríos son porque pasaron
las no vueltas grandezas ;
pero el alma dilatan
con amigas tristezas.
Así también , monumentales piedras ,
que en vuestro mármol frío
una historia escribís , dáisme tristeza y
y temor y respeto.
Y el alma que medita
en sí misma se agita ,
y ya vé la verdad desnuda, helada j
pálida , desgreñada ,
que amarra la cadena
de la dura esperiencia ,
abriendo cauces á ilusión querida
con fatídica ciencia ,
ya fantásticas sombras
que el pensamiento abruma y que le asombra,
y levantarse colosal figura
que á pasos mesurados, silenciosa,
por un estéril valle se adelanta
i favor de la luna misteriosa.
Ks el águila nueva de la Europa^
Quieta de los siglos ,
M miró desde el cielo
•ristiB los tronos á su planta.
dh
— 259 —
y en su incansable Toelo
el ave proiiigiosa de Occidente^
solo un trono levanta
del ocaso del sol basta sa Oriente.
Al claror de la'*nocbe
en un tranquilo mar de los bafiada ^
ved y linfas , su cabeza
tristemente inclinada.
So los brazos cruzados
oculta un corazón envenenado.
Los hondos surcos de su frente augusta
del alma escriben la profunda pena :
atado el cetro con tenaz cadena 9
llora de ingrata patria ,
y de aleves estrafios ,
los pérfidos engaños ,
el Coloso inmortal de Sania Elena*
Qué, Azara y dice, vengo desasido
del férreo brazo de la muerte cruda.
Deja que el polvo helado antes sacuda
mi cabellera asida
cual raíz vegetal bajo la tierra
que mi sien inmortal bunde y encierra.
La mano de Albión cavó el sepulcro.
Si tu ojo está dormido
con el sueño de muerte ,
y al^mundanal ruido ,
insensibles tus palmas y tu oido ,
y en la materia, muerta tu memoria,
mira en las graves letras de tu historia
la mano poderosa
que en mi gran corazón letal comprime
y^hasta de Dios el hálito reprime.
¡El hálito de Dios ! mi alma á su imagen
en las vastas regiones habitaba
del porvenir, los mundos sujetaba
y con gigantes pasos,
el circulo del orbe,
el poder de los reyes,
la amarra de sus leyes ,
á mi vasto poder encontré escasos.
Y en cálculo divino •
i
— 240 —
elevando mi carro de victoria ,
á región impalpable ,
los átomos conté de mi camino.
Y cual rayo de luz que el cielo envía
que ios fuegos fosfóricos quebranta,
asi la luz de la presencia mía,
del encendido trópico apagaba
la arena ebulicicnte,
de la encendida atmósfera j
del África candente,
y en mi órbita giraba
como del sol el astro omnipotente.
Ronco rugiendo el huracán de fuego,
el astro refulgente,
con su rojiza frente,
enciende la llanura
rasgando en grietas en la tierra hírviente
horrible sepultura ,
y en remolino horrendo
en los mares de arena borrascosa
que gira revoltosa
y huye quemando y se revuelve hirviendo,
yo cual otro Moisés rompí la roca ;
y del seno profundo
de sus entrañas secas ,
en la mar encendida
de arenoso oleSje,
á la sedienta boca ,
en trasparente copa
de líquidos raudales di la vida .
Yo , espíritu supremo , te saludo
fénix de España. De mi traje regio
sacudo la marmórea vestidura
que mi querida Francia en su amargura
guarneció para mí , y vengo á darle
beso de gratitud al pié del ara
de tu sencillo altar ; ¡ oh grande fizara!
Por tí la Ciudad santa á fuego y saco
devorada no fué. Tu Roma amada ,
la silla de los príncipes del cielo ,
tu artístico consuelo i
tu Partenón , tu Atenas
— 241 —
y la marmóreo libro
escrito en su ruina
los salvó , tu palabra asaz divina.
Por tí piadoso fui. ¡Salve, gran hombre !
que la historia entrelace
tu nombre con mi nombre.
Del Alcanadre las corrientes hondas
sean el Leléo profundo ,
Iue guarden en sus aguas las palabras
el Capitán del mundo.
Los vientos en las ramas divertían
la noche silenciosa :
en la sierra fragosa
nuevos fantasmas al trasluz se vian.
Tiaras , capelos , coronadas frentes
y estrafias vestiduras
que solo en las antiguas esculturas
los ojos vieron de las nuevas gentes ,
á la luz se divisan
de interrumpida nube 9
ó de neblina inquieta, suave y clara
á las faldas del Guara ,
atravesando campos silenciosos 2
y en andar afanosos ,
jóvenes inmortales ,
inmortales ancianos,
señalan con las manos
al monumento que á tu nombre elevan,
do posar las palomas arrullantes
que de todas naciones ,
de grandes corazones
gracias y bendición sus alas llevan.
Con túnica flexible
grave se acerca al inmortal Horacio ,
que en tierna gratitud dulce y sensible
atraviesa los siglos y el espacio.
El orador de la ciudad de César,
y el creador de la divina Eneida ,
llegan también ; mas Cicerón alzando
la concertada voz , en dulces sones
y al compás de suavísimo instrumento
31
J
— 242 —
con mágica palabra
alza un potente solio y
y al pié del solitario monumento ,
resuenan armoniosas oraciones ,
cual si hablara á la Roma sediciosa ,
á las gradas del ancho Capitolio.
¡ Hasta cuándo , decid , reyes de Hesperia ,
abusareis del sueño de los muertos I
Hasta cuándo 9 decid, olvidos yertos,
serán de vuestro espíritu laceria ,
hereditaria , pegajosa llaga
y mortífera plaga ,
que á las gradas del trono
cual si fuese de Dios supremo encono ,
se estiende, se contrae, y se dilata,
como el cuerpo de sierpe venenosa
que su contacto aterra, oprime y mata?
I Oh negra ingratitud I Goal escorpiones ,
cual reptiles inmundos ,
con su frío lamer la frente hiela
que abriga la corona de dos mundos.
¡Sus I deponed , ¡oh grandes de la tierra!
los triunfos, las coronas,
los cetros de diamantes ,
al que dá nueva vida al gran Virgilio
y á Horacio , y al Demóstenes de Roma j
en la armónica lengua de Cervantes.
En tropel se adelantan misteriosas
desordenadas turbas,
que describiendo irregulares curvas,
visiones hacen de óptica engañosas.
Remedan los cristales de la mente ,
vestidos, disfrazados esqueletos,
que en sentidos conceptos,
exhalan luengas quejas amargosas.
Con seria capa y cúbico sombrero ,
flotando al viento solitaria pluma ,
al gran Carlos Tercero
con una frase se disculpa en suma.
Yo el Trajano de España
di el impulso primero
Mas Cários Cuarto interrumpiendo al punto
— 245 ^
dejaBdo" atrás al venerando padre .
con paso vacilante ,
dudando si pasar mas adelante ,
al incierto mover de su persona
tiembla , se inclina y cae su corona.
¿Dónde está Azara , esclama en queja inútil,
de la Europa sapiente el primer sabio?
¿Dónde el consejo'del divino labio ,
que á mis escasas sienes
la anchurosa diadema sujetaba ?
¿Dónde el apoyo de seguro brazo?
¿Quién me dará de mi corona rota
que amo y adoro aunque mi frente embota y
de sus hojas brillantes los pedazos ?
Ninguna voz humana
acierta á responder. El eco solo
de aterradora guerra,
que mide sus sepulcros por la tierra
que media desde un polo al otro polo ,
con la voz del cañón le respondia ,
con la tea incendiaria le alumbraba ,
y en su crugir, volar y arder , decia :
«Teja el saber del mundo
nueva y brillante ropa
y arda el harapo inmundo
de la viciada, envejecida Europa.»
Tras de las negras hondas
del mar embravecido ,
vuelve la blanca espuma
á arrullar cariñosa
con su dulce sonido.
El blando Garcilaso
entre las voces de aterrado coro ,
en preciosas palabras como perlas
engastadas en versos ,
de filigrana de oro ,
Azara , llama en amorosa queja ,
Azara , llama en su decir sonoro.
¡j4y dulce prenda por mi bien hallada!
dulce y sensible cuando Dios quería !
viviendo estás en la memoria mia ,
con muy dulce placer representada.
— 944 —
Tú que á la nuefa luz ] ay t me llevaste
coge de los laureles que me distes j
si no sospecharé que me pusistes
en tantos bienes^ porque (leseaste
verme partir entre memorias tristes.
Cual bandada en desorden
de inocentes palomas azoradas ,
que al rápido volar y al estampido
del mortífero plomo derretido,
se atropella , se agrupa , se dispersa ,
hasta que lejos del mortal mido ,
latiendo el corazón , temblosa el ala
segura vése de traidora bala ,
así matronas regias se veían
de albos cendales casi desgarrados,
que en grupos agitados
á la luna mostrando de alta noche
del pecho herido pudoroso broche ,
y al silencio del valle ,
crugir la seda del flexible talle.
Dulce una voz sonando lastimera y
¡Azara! dice, ¡ay mi tierno amigo!
¡ Cuánto cuidado te debí! La suerte
Con su hálito de muerte
tenaz y dura se ensañó conmigo.
La sangre fraternal, la regia sangre
mis vestidos mojaba
y el corazón de horror me salpicaba»
De Orleans la bandada de palomas
ahuyentadas del nido ,
tú , de los sentimientos , héroe santa
anidas en su espanto
y piadoso embalsamas
el albo pecho herido.
La fortuna traidora
incensó seductora
mi altiva cuna, mi fugaz infancia;
mas hoy víctima triste
de sed devoradora
de la inconstante y sanguinaria Francia ^
á tí la voz de mis dolores alzo ,
á ti el dolor de mi familia augusta ,
V
•«^
— 246 —
hiere la corazen desde el cadalso.
¡Azara! ¡Azara! repiiieron voeet
blandas y melodiosas ,
como las dulces cuerdas sonorosas
de invisibles laúdes.
Cantemos , dicen , la amistad sagrada j
el profundo talento 9
y las altas virtudes.
Como el arco benéfico que sigue
á la tormenta brava,
que en prismáticas luces reverbera j
las siete tintas de la limpia esfera ^
asi un cielo purísimo brillaba,
remedando del dia
el instante primero,
de la primera hora
en las rosas templadas de la 'aurora.
De vírgenes y arcángeles
de forma humana y perfección celeste,
entre el iris y el coro se veia
al nuevo Fidias , que en afaa?postrero y
lleva , Azara , dccia ,
mi estudioso pincel y mi paleta ,
que un dia adorabas
con el saber de Apeles
y el entusiasmo ardiente de poeta.
Tu magniCco nombre
en mí sepulcro helado ,
por tu amistad purísima grabado,
fué, sabio Azara j la mejor corona
que mi artística ciencia
premia , ensalza y pregona.
Al cónclave nocturno
de venerables sombras evocadas
viene tu amigo Mengs , tu Meng» querido,
mas q:ic lus reyes ¡ay! agradecido,
á ofrecerte del arte
de la mas pura flor la mejor parte.
Un eco vibrador el aire llena
de melodioso, músico sonido ,
que el valle encanta, el corazón suaviza
y enamora el oido.
— 246 —
De Adelaida la voz suena amorosa
cual concertada entonación de clave.
Era del yerto corazón la llave ,
y al tocar del acero prodigioso ,
como quien vuelve de pesado ensueño ,
ó marasmo angustioso,
si la pila galvánica le llama ,
asi de nuevo aquel vivir se inflama
del genio de la paz. Con voz sonora
deleitosa y canora,
aunque grave y profunda ,
esta fué la palabra
que deja al corazón niebla sombría ,
mas grave pensamiento dulce labra.
Héroes y poderosos de la tierra ,
guardad vuestras coronas poderosas.
Navegad ¡ oh I fantasmas engañosas
por los avaros, procelosos mares.
Que yo en la arena ¡ ay I de puerto amigo
solo al eterno Ser quiero conmigo.
¡Dejad, pues, mis desiertos patrios lares!
voHoiras peregrinas artes bellas ,
magcstuosa escultura ,
soberana pintura ,
y celestial poesía,
¡dulce embeleso de mi amor un dial
I Y pradera olorosa ,
que regó cariñosa
en artiHta entusiasmo el alma mia !
Id , volad y creced á la corriente
do brota pura y cristalina fuente
del saber enpahol. Que aquí en la tumba,
otra» las artes son , otra la ciencia.
Ante el Kterno Sabio ,
solo alumbra la luz de la conciencia,
solo habla el polvo inerte
de la vida y la muerte
con verí<iico labio.
(liinl si la tierra en su profunda entraña
abrigarte del viento
el íuipetu violento,
y removiese en convulsión estrafia
— 247 —
su profundo cimiento ,
conmovida así fué. Locas visiones
de los pasados hechos
como magia dramática cambiaron
de la verdad severa
en nuevas y palpables creaciones.
IVo es ya decoración de luna hermosa
ni de dosel espléndido de cielo ;
es de la noche reducido velo ,
amortiguada lámpara verdosa
que escasa alumbra reducida estancia.
Ño derraman los aires
en purísima esencia la fragancia
del campo dilatado. Las historias,
que en confusión medrosa ,
revuelven mis memorias ,
escritas aquí están : sobre los libros
de la presente edad , sobre el sendero
de turbulentos años borrascosos.
Y aquí leo: ¡oh Azara! que famoso,
que fiel y caballero ,
en tu carrera rápida y segura ,
no subiste la escala de tu emporio,
y que hollaste corona dadivosa
de inquieto y sanguinario Directorio.
Tu bajel de esperanzas
apenas en vaivén con viento en popa
surcaba por las ondas encrespadas
de la tormenta horrísona,
de los oscuros mares de la Europa.
Salve ¡ oh Azara ! Que mi musa ingrata
fugitiva y traidora,
que desdeña mi alma que le adora,
cante con entusiasmo tus virtudes,
porque fuistes el genio que levanta ,
su cabeza inmortal desde su cuna ,
y afirma con su planta
el incierto rodar de la fortuna.
Málaga. Málaga SO de agosto de 1851.
Dolores Gómez de Cádiz de Velasco.
— 248 —
Tú que las lentas horas
sueles calmar de la tristeza mia,
aliviauílo tus ráfagas sonoras
del corazón doliente la agonía j
lira adorada , ven , tu pobre acento
que apenas vagoroso
á hcndir se atreve la estension del viento ^
hoy el espacio con sus ecos llene ^
y grande y magestuoso
como el canto de Pindaro resuene*
£1 numen que en su vuelo
á la región etérea nos levante
con alta inspiración hija del cielo 9
de un hombre ilustre la memoria sea j
cual astro rutilante
del glorioso esplendor que la rodea
un rayo desprendido ,
sobre nosotros reflejarse veo.
¡ Gloria ! ¡ mágica voz ! tu nombre solo
la niebla del olvido no oscurece
cual célica aureola
que á través de los tiempos se engrandece ^
brillante tornasola
los héroes de los siglos que pasaron.
Ya de Sagunto al resplandor sangriento
asombro grande de la edad futura ,
de Annibal se me ofrece al pensamiento
la imagen evocada :
ya mas lejos la mente se figura
del Macedonio la gigante sombra ,
mientras el Asia postrada
señor del mundo con terror le nombra j
i su carro triunfal encadenada.
Mas lejos id de la memoria mia
pavorosos recuerdos de la historia ,
¿ qué fué siempre la gloria
del que en su brazo vencedor confia ,
si en tanto que á sus plantas la victoria
los lauros amontona de la guerra ,
ancho surco de lágrimas y sangre
su insaciable ambición marca en la tierra?
Así también como fugaz centella
— 250 —
Tornad la mente á la ciudad que baña
del ancho Tíber la corriente undosa ,
cual vemos tormentosa
agruparse la nube en la montaña ,
cubrir el sol con su siniestro velo,
amagando su saña
luto y desolación al triste suelo j
vengativo coloso se levanta.
Ya con soberbia planta
la valla de los Alpes traspasando
su hueste asoladora se descubre.
¿Quién del audaz torrente
que antiguos diques con fragor quebranta y
defender osa á la Romúlea gente ?
¿Dó las legiones fieras ,
base de su poder ? La densa noche
de la callada eternidad las cubre.
¿Qué se hicieron las águilas guerreras
que el sacro Capitolio coronaban ,
y del mundo altaneras
corto el imperio á su valor juzgaban?
Cuando la Galia á su ominoso yugo
tras heroico luchar se sometía ,
¿ quién de César dijera á las legiones
3ue á su voz esa Roma las veia
el galo vencedor en los pendones.
¡ Oh mengua de los tiempos ! Humillada
de tus cobardes hijos al espanto ,
raza degeuerada
que en vez de sangre te dará su llanto ,
sobre el polvo glorioso de tus ruinas
mientras la argolla del esclavo esperas ,
la noble frente con rubor inclinas.
Llora, si, tu baldón ¿Mas quién sereno
de entre el asombro universal se eleva ,
y de esperanza lleno
la generosa planta al riesgo lleva ?
Un estrafio no mas , al eco amigo
pliega la tempestad sus negras alas ,
y la Eterna Ciudad bajo su abrigo
en gozo cambia el azaroso duelo
con entusiasmo ardiente
I
JH
la sangre de sus bi}os se Tertia ,
cuando en tristes pedazos
tu secular poder se dernunbaba ,
de infanda guerra los sangrientos brazos
él con ramos de oliva encadenaba.
¡ Gloria al que pudo con ferviente celo
desde el dintel de su entreabierta tumba
legar la paz á tu angustiado suelo !
¿Qué importa, Azara^ que de encono bencbida
la envidia osase desdorar tu gloría ^
si es la muerte un crisol , y nueva vida
las páginas te guardan de la historia?
Mas ¿ dónde el raudo vuelo
lleva la arrebatada fantasía ^
mariposa que al cielo
con leves alas remontarse ansia ?
Es vana tu ilusión , vano tu anbelo ,
porque al alzarte á la radiante cumbre
en busca de ese sol que te enamora,
deshecbo se ba de ver ante su lumbre
el tenue polvo que tus alas dora.
Ven , destemplada lira ,
ven á llorar las esperanzas mias ,
y ante la gloria que la España admira
apagúense tus rudas armonías :
que la ronca garganta
no esfuerza entre canoros ruiseñores
la tórtola que gime triste y sola ,
ni orgullosa despliegue sus colores
la silvestre amapola^
del ameno pensil entre las flores.
Árdales.
María Mendoza dr Vives.
Si grande te juzgó Carlos Tercera
protectora tendiéndote su mano ,
y en tí mas de una vez el Vaticano
supo bailar un ilustre consejero ;
Si el héroe que humillara cien naciones
á las armas tríonfanles de la Francia ,
u
— 255 —
en Bolonia depaso m arroguiciif
á lu voz replegando sus legiones ;
Si eo Boma bajo el aura de tu genio
las flores de la ciencia se mecian ,
y sus ricos perfumes esparcían
la virtud , á tu sombra , y el ingenio ;
Si respetar hiciste al Directorio
tu saber , y en Amiens por li á la España
honroso puesto dio la Gran Bretaña,
ese gran pueblo del orgullo emporio ;
Si virtuoso , y publicista y sabio
te llama , Azara , la imparcial historia;
¿ Qué timbre á la diadema de lu gloría
hoy añadir podrá mi torpe labio?
A través de los siglos el talento
cual colosal figura se levanta,
que oprime al orbe con soberbia planta^
y toca con la frente al Firmamento.
La humanidad absorta se prosterna
por un secreto impulso conmovida ,
del mundo al ver ¡a deleznable vida:
del genio, al contemplar la vida eterna!
Puede tal vez la nube precursoraj
(le horrible tempestad , en el Oriente
abogar del regio sol la luz naciente,
porque candida y tímida es la aurora:
Mas del cénit al remontar la cumlwe,
vivido el astro las tinieblas mata ,
y la nube siniestra se dilata
al raudo impulso de la augusta lumbre.
Así suelen menguadas las pasiones,
nubes de la región del pensamiento,
eclipsar los destellos del talento,
sol también de esas mágicas regiones.
Pero su luz al cabo triunfadora,
ese vapor disipa que la envuelve,
y el hombre al punto á contemplarla vuelve
brillante como nunca y seductora...
Luz misteriosa , manantial fecundo
que al brotar de la euTÍdiaJentre la escoria ,
— 256 —
ríndese á Azara ^ y en la paz consiente»
Atento alli miraba
á dos gigantes , con respeto el mundo
y entre el sabio profundo
y el nuevo Marte su opinión vagaba.
¿Cuál mas grande? — los hombres preguntaron
cuando en brazos del uno al otro vieron.
¿Cuál es mas grande? — á preguntar tornaron;
y, grandes son entrambos! respondieron.
¡ Mártir de Santa Elena ! no pretendo
tu reposo turbar , que si á tu lado
si al lado de tu nombre tan glorioso
el del ilustre Azara he colocado ,
tú su inmensa valia sancionaste
su consejo acatando, y á tu altura
su fama envidiadisima elevaste
al tenderle tus brazos con ternura.
Digno de tanta gloria
proclama á Azara la imparcial historia ,
al sabio que del Ebro
las frescas brisas con arrullo blando
su cuna dichosísima mecieron;
al que después , del regio Manzanares
las seductoras Ninfas, entonando
en su loor dulcísimos cantares «
saludaron su nombre que aún resuena
en la orilla del Tíber y del Sena.
¡ Eterna gloria á su virtud ! Torrente
de célica armonía
broten de vuestras liras , trovadores.
Cubrid su tumba de olorosas flores
como su vida y su memoria bellas :
y si mi pobre canto os acompaña
no condenéis mi arrojo. Solamente
es un tributo al que ennoblece á España ,
á Azara el diplomático eminente.
Madrid y mayo de 1851.
MjÚítíBt EscÜDERa T TOBRES.
257
AL EMINENTE AZARA.
Si garza débil en lugar mezquino,
rica en plumaje, poderosa en galas,
á la lumbre del astro matutino
no pudiste tender las limpias alas ,
luego viste á lo lejos tu camino
y haciendo de tu genio mil escalas ,
gigante en ambición , águila en vuelo
bien mereciste y galardón del cielo.
¿Quién puso á tu valor traba importuna
ni á tu pureza criminal escolio?...
si fácil á tu imperio la fortuna
dio á tus consejos el Ibero solio ,
y lo mismo en la torpe Media Luna
que en la altivia ciudad del Capitolio
derramaste la luz de tu elocuencia ,
grande fué tu misión , mucha tu ciencia.
Rota en el mundo de la paz la valla ,
do quier sembrando la discordia el luto ,
hasta en los rudos campos de batalla
diste á probar de tu prudencia el fruto :
enmudeció tu acento la metralla
y en prenda de su amor, bello tributo ,
te dieron de saber noble diploma
Amiens y Parma, Portugal y Roma.
Y asi también el vencedor de Jena
proclamó tu virtud y poderío;
y así ese pueblo que fecunda el Sena
se dio de tu talento al albedrío ;
y así de envidia y prevención agena
en su áureo templo la sapiente Clío ,
con pluma de marfil grabó plecara
el nombre ilustre del insigne Azara...
Si entre sus hojas, con verdad nutrida ,
guarda tus hechos , eternal , la historia :
si en cada acción de (u intachable vida
revela un rasgo de virtud y gloria ,
33
— 968 —
eo los futuros siglos, merecidí ,
aún se alzaré en los hombres tu memoria
como prenda de honor , de f¿ y de bazafii
de la ralieote y poduvsa España.
Rahon Fbahqublo.
Setenta veces el radiante Febo,
lumbre y vida del mundo planetario,
ha ostentado su disco en Sagitario
durante el existir que á Dios le debo ;
Un amargo dolor en tanto pruebo j
Tate, ya, por mí mal septuagenario,
que soy de Apoto antiguo tributario
y el néctar de Helicóna apenas bebo.
Mas hoy fuerza invisible me arrebata
á ofrecer, con audaz trémula mano,
débil ofrenda i la memoria grata
Del grande Azara , honor del pueblo hispano.
Así mi humilde senectud acata
á ese prodigo del saber humano.
Saltador López.
"H2n DSiyn iinS Dan ist
« «
TO THE SÁGRED MEMORY
OF
THE MOST ILLÜSTBIOÜS PATBIOT ,
EMmENT STATES BlAN 9 DISTINGUISHED SGOOLAR,
ANO A FRlEm) OF GANGAIfELLI , JOSEPH II. ° AND NAPOLEÓN.
«0 tl)e íibtvatov oí nme in 1796 :
TO TUE MAN, RESPEGTED BOTH AT UOMB AND ABROAD;
TO HiM WHO UY UiS TALENTS AND VIRTUES TV AS AN HONOUR
TO SPAIN;
TO THE Sb. d. jrosc: iyicoeiAS dk axamAj
WIIO DIED ON THE 26" OF MARGH 1 804 ,
AND TO WHOSE WORTH,
THIS SMALL BUT GRATEFUL TRIBUTE OF VENERATION AND REGARD^
IS INSGRIBED,
BY HIS FELLOÜ-COUNTRYMAr>
MáLAG.V.
A5T0S10 KABTIHBZ DIL lOHBIO.
— 260 —
AL DIPLOIATIGO T LITERATO ESPAÑOL AZARA.
*——
? Por qué la mente al recordar la nombre
ve su luz apagada ,
y gira por do quier siiT ese guia
que sus rayos dá á el hombre ?
¿Por qué oscurece su esplendente dia
tu célebre renombre,
y al oirlo no gira entusiasmada ,
y aquí y alli posando
vá las glorias de Azara repitiendo ,
su virtud alabando,
y sus honrosos hechos ensalzando ?
¿ Será acaso que envidia haya medrado
sobre la mente! loca ,
y ciega en su delirio
el nombre de Nibbiano haya olvidado ?
^0 no puede olvidarse de ese Azara
el nombre que es de España
honra y prez ; ni la envidia en sus rigores
pudo en mi mente introducir su saña.
Oyó el nombre de Azara , y aturdida
creyó ver en su sueño
un gigante llegar; trémula y llena
de respeto profundo ,
y venerando con loable empeño
de sus hechos la gloria ,
quedó sin luz al referir su historia»
¿Y quién pudiera con orgullo osado
Escribir de Nibbiano la grandeza ?
Quién no temblara al recordar al hombre
que erguida la cabeza
vivió entre sabios sin que á él ninguno
se igualase en renombre ,
ni en ciencia , ni en saber ; ni á su talento
otro talento igual halló su siglo ,
ni otro hombre su nación vio que elevase
el buen nombre español hasta la altura ,
que el mundo al admirarlo te temblase!
Grande y vivió entre grandes sin orgullo ;
1
— 261 —
ni á mezquinas pasiones prestó oido ,
ni á débiles y bajas ambiciones :
todo fué grande en él ; despreció un trono ,
y bien hizo el que un dia
vivió al lado de Reyes,
ue con su orgullo y sin igual porfía
el grande Azara recibieron leyes.
Insigne ^Jnoble y leal Nibbiano^
recibe de mi acento
el parabién dulcísimo ,
que guarda á tu memoria el pueblo hispano.
Tú le distes^honor , paz y contento
y sin igual ventura ,
en época de glorías para España ;
en tiempos donde aún no hubo amargura
sembrando torpe saña
en nuestro suelo que gimió tu muerte
y llora y llorará tu aciaga suerte.
Descansa en paz ; pero tu nombre viva
para gloría y honor de nuestra patria ,
para ser de la España hermosa perla¡ '
que entre sus garras con amor cautiva :
para ser de estranjeros el asombro
quc^envidia cause á quien le mire osado
y escrito en libros, mármoles ó acero
ensalzada por todos tu memoria ,
sea el timbre mejor de nuestra historia.
MÁLAGA.
Florencio Luis PabreSo.
al: grande azara.
A los que amáis los triunfos de la gloría
que la fortuna al hombre esquiva avara,
en el ejemplo del ilustre Azara
alia lección os brindará la historia.
£1 nombre de su ingenio, su memoria
contra la muerte del olvido ampara,
que el mundo al sabio fama noble y clara
le otorga por laurel de su victoria.
Tu piedra , Azara , para alzar tragiste
— 262 —
de la gloría de España el monumento
y en él al par el tuyo te erigiste.
Tu ciencia de tu patria fué ornamento,
y al mundo que en tu muerte vistió luto ,
consuelo dio de tu talento el frutot
MÁLAGA. Madrid i .<" de abril de 1852.
Francisco Javier Sdionet*
Bebió la ciencia en la sagrada copa
de los dioses del Pindó : en Gel cadena
del galo y español cruzó la entena
y de sus naves enlazó la popa.
«¡Atrás!...» dijo, y atrás quedó la tropa
del Corso vencedor. •• y con serena
y grave magcstad allá en el Sena
arbitro fué de la turbada Europa.
Caballero sin par , en sus frescores
ni una queja exhaló : con ardimiento
amó la gloria de sus patrios lares...
Y boy que yace en eterno apartamiento ,
bendiciones de pueblos á millares
coronan su virtud y su talento.
MALAGA. Bladrid, abril de 1852.
Tomás Rodríguez Rubí.
Kl ancho Sena, el Arno, el Tíbre, el Neva,
el orbe entero aumenta con su lloro ,
el llanto de dolor que en granos de oro
con sus aguas al mar el Ebro lleva.
Y por luto mayor la deidad prueba
secar sus linfas y raudal sonoro
sus urnas quiebra y rompe con desdoro,
las conchas y cristales de su cueva.
Y no mas , dice , crezcan en mi orilla
la juncia , el trébol, flores y espadaña
solo triste ciprés, gualda amarilla;
Que la muerte esgrimiendo su guadaña
contra Azara , conduele y amancilla
á Sobrarbe, Aragón y toda España.
MAlaoa.
El Solitario.
A OR laiASZfO.
den Slmprofle c Azara, 4>rajal c desqaerA bnj«rri
or Ocray c ncmé on Corpinrbehí on or dañé c Ja-
saré estcr-grrosia oHtordé panebo (l>*
Eyasquer uchurgaffl t * '
ijor Otalpe de Sesé,
lacrorró hut alagé ,
zujemia dor alpandi ;
é chaneria berbi
a coin sar rabclanara
menda Iramistó sarplara
achangao chorrigaüó, | |
ar penique Truliianó ■■
e den Simprofie du Azara.
Tuc , jelante der chañar ,
luc , jelante dcr clioror ,
júnela ar giiillabaor
Bos ajela rabelar :
¿plesas comblaste mucar
ar dcsqueró hujerí,
or ocray der Adali
OD SDsquc ardica choró,
er odisilo en baró
per alar Corpinchcbi?
Ote lúe chini aluné
arcbabasle'sat luchó,
■ qucsaste chino-barú
de os lacros der Ostobé ;
reblinen sornasibé
der serseo er lombardo ,
(■} Li (i-adaccian da ula compoiicioD eo leogoaja poro gilioo j U de \i tiguicntc n
uló, 6 gíliDO nui culelUniíido, te darán ea 1h naUt reUtiru i uli Huu y aultr.
— 964 —
diñaste ehimuclanó,
terablaste lujofií
de la peniehe cangri
der sari corpinchebó.
On Ghorriga , á eiler chÍTeleí der ochon de giiodaré der dale e mile oitor-gretu pan-
chardi duií.
Atronensb SmpROFiB Yelasgo.
Al señó on Slmprofle de Asara, enUal de ». m. el
oeray de Sesé Carlea III en Oerplneliebf , 1V9K«
Ay chinorré! ¿no diquelas
al perelao erasñó
mas tibao que un fustoquc ,
taralao de mistó ,
cara de lancho-manú
de aspeto pacbiballó 9
ardiñao en Barbufiales,
i por tanto Trubianó?
]So has dicao su jaez
desde el calco al castorró y
tan querelao i sorabi*
tan lindo i tan síntrabó
que no aguara pintalo
el mas diestro costanó?
Paéceme que ha salió
de jestarí é mulo ;
ú ese hombre está mulajai ,
ó yo estoy matagamó.
Oye con dambos júnelos ,
caro ó pió laranó^
la historia de este gaché
que un zíngaro libanó j
copiada al pie de lirestre
por este chorrigafió f
nacido en Pinacendá j
salamito nosvaló ,
aquirindoy como él solo
MMta
— 266 —
á la jerga de los ró ,
pues vesita las calli ,
los presos del cstardó ,
y está siempre chimullando
en lenguaje calorró.
Quiera un devel, on Simprofie,
no me vea yo orgagó
al jinar la via de ostré
en lo que tendré osunchó ;
pues que too el mundo la garla ,
tamien la garlaré yo ,
que donde grasé se cria y
tamien nacerá un goró.
Si se alumbran pá randar
con mermellin, ¡cliachunó!
i á mí solo me alumbrare
la luz del dandesqueró ,
eso no quita , ¡ chipé !
que me vea emposuñó
pa decir á tó el diquén
con ayuda del Uscbó^
(i no se pancbibelare
que yo invoco al Ancbisó)
quien fué el que su charniqui ,
eseuto de la anguñó ,
modelo de toda sila
por su chin sacrificó.
Tuvo manros á millares
desde el buen Pontesqueró,
Pío Zobio (que Dios jaya)
hasta el último lacró
de Pió Esñá que nombraron
después Balo Majaró.
No conoció la arraqui ,
ó armitia aleúdelo,
lo fremí que le diñaban
porque vivió colcorró,
pues no terció rumi ,
dugida, ni chavoró,
que entre toos gastisardan
canisabao jandorró.
34
Existe laa '.-hiiciifna
I ni»? iifraniiw iiuiiii iju»? e¡
sfra lias :e*:aarv>
J ?%»iiíia jor— i:u:::4r
ii jerí: iei iia^riamo
> su «4ut? [•; piucharian
i ei »fí»f x'njiai.'hebv.
YiOHxta aoano roüu
V v^ \.* \
I
striaúost aei ¿aro :
itu naut.'iitvt it? liabia.
.Vino ie liiDia orlan j:o«
IMS ?.a:>m ^ue la ¡eív^í *
•••ii .líi Jpjpo Dflanio «
«va j£t '^«es^ui... ua! pa qué!
rtiariifíio de Jti juuilo,
jr*! :tt*taüiio 1 JicaJa¿
vTuai s :uori bruohanlo:
ira ?cf á:i uu oo:v>fe
Jo r*oJ :b¡riia-:IaQo.
1.^.1 Nai,'.-\»¿í coa su garla
¿c Iv^aJjMrtc o^uncho ^
iro vrnrjsíítt sos perdmelw
».v;i >a jujja y scuajaoó
¿\:Tjrx [o ^ue el chiro *
i «wrtjjinvk» íííri
jLVc ei 3^1!» Jache íar\K
\ j^fut tfurWa ta hisloría
^tte en nxnané Ubaoó
\in^^MC«$S« ó PUNRDORIO SlMPBOFlB DB YbLASGÓ.
R
SEVILLA.
BEL BICHO. SESOn
DON JOSÉ NICOLÁS DE ÁZÁU T PERERl,
Lq« valeí d« la prgiiucia do Sevilla.
Ilustres vates , que pulsáis la lira
¡loor dando á los hu'rocs inmortales!
á los que el orbe , venerando admira
como dones sublimes, celestiales
del Eterno Hacedor; de aquc! que inspira
magna virtud á débiles mortales :
suspended vuestros cautos un momento
y con vosotros uniré mi accsto. . l
THas ¡ ay ! (• cómo seguir el raudo vuelo _ - •
de vuestra voz, de vuestra fautasia? '
Inútil es mi fervoroso anbelo ,
que aunque osada, muy débil es la mia.
En vano inspiíacion le pido al cielo
y raudales de dulce melodía*,
para cantar con voz solemne y clara :
para ensalzar al generoso Azara.
Al ínclito varón, que los destinos,
supo regir de la potente Koma ;
y cerrar valeroso sus caminos
al que los tronos con su voz desploma;
que honores mereció casi divinos.
Cuya presencia las borrascas doma ,
que á la eterna ciudad comi)atcn Aeras
y sumergirla ¡olcnlnn altaneras.
A quien acatan orgullosos reyes,
y entusiastas bendicen las naciones :
al que impone á los príncipes sus leyes
y á Eu arbitrio dirige sus acciones.
— 268 —
Al que á los pueblos, cual humildes greyes
guia bajo pacíficos pendones;
que á todos rige su potente mano ;
á Emperadores, Reyes, Vaticano! (1)
Cuyo nombre inmortal guarda la España
como hermoso recuerdo de su historia.
Por cuanto alumbra el sol y el agua baña
será eterna y amada su memoria.
JNingun celage su esplendor empaña.
INinguna nube ofuscará su gloria.
Que tanto alcanza la virtud, la ciencia
y el don de una suprema inteligencia !
Cantad , cantad por mí tiernas poetisas ,
del Parnaso español hermosas flores :
las que alegres sembráis do quier sonrisas :
las que lloráis acerbos sinsabores.
Eleven hasta el cielo dulces brisas
vuestros ecos cual suben los vapores ;
y de Sión los ámbitos resuenen
con himnos al Señor, que la enagenen!
A ti ; mi Dios ! la creación entera
tributará alabanzas inmortales ;
porque alumbras al mundo en su carrera
con refulgentes faros celestiales.
Tuya es la luz , que pura reverbera
y guia en su camino á los mortales.
Por tí viven los seres y fenecen !
Por tí solo, los héroes resplandecen I
Sevilla. Bcrlanga de Duero 17 de enero de 1051
La Marquesa del Surco.
«¡Bien haya veces mil aqnel momento
Kn que n las manos del saber se entregan
Lus riendas del poder!»
Quintara.
España le dio el ser!... Del mundo Inego
su áurea corona fué , que tal estiende
(t) Porque los Papas le consultaban.
— 269 -
su gloria el genio, como el sol su Tncgo ,
cuando en la azul región su llama enciende.
Blanca estrella Teliz, de eterna lumtire,
las auras al mecer su ilustre cuna, *•.
se alzó en la etérea trasparente cumbre,
nuncio de su esplendor y su fortuna.
Y del Eibro las márgenes frondosas,
que alegres, en su honor, se engalanaron,
para ornarla, al nacer, lirios y rosas,
y las del Cinca , entre laurel, brotaron.
Orgullo de Aragón los distinguidos ,
los'allos timbres de s» nombre fueron ,
y , en su profunda gratitud unidos , i
Saint Cloud y et Quirinal lo repitieron.
Y para mas de la inmortal corona ,
el, brillo enaltecer, mil en colores '
á ella unieron el Tíber, y el Carona, '
y el Danubio y el Vístula sus (lores.
Eminente en virtud, grande en tálenlo'
cuanto es débil mi voz, pobre mi lira,
cantar en vano el entusiasmo intento
que boy su memoria al corazón le'Jnspira.
CiPB y cien mas habrá que ardientes alcen
sus cánticos á Dios, y con sonoro
dulce plectro inmortal su historia ensalcen
en arpas de marfil , ébano y oro.
Cien y cien mas , <;ue at que verdad no espera ,
cual yo , de su laúd , por mal templado ,
aunque mayor en fé su empeño fuera,
solo admirarlo en'su ilusionóle es dado.
Roma, Bolnni.'i, Amieiis!... Harto esplendente
sobre las torres de sus muros brilla ,
al orbe dando,'_como luz de Oriente ,
rayos del claro sol , qne ardió en Caslilla.'
;0h! Mudo el labio á su grandeza quede,
y otro de mas valer su gloria alabe ,
que absorto el corazón ante ella cede,
y admirarla , y no mas , rendido sabe.
MAMtEL AZCCTIA.
- 270 —
AL DIPLOMÁTICO AZARA.
Héroe de paz , que te fugaste al cielo :
tu preclara virtud narra la historia.
Tu benéBco afán , tu dulce anhelo ,
son los timbres que adornan tu memoria.
]No tu fama cimenta
del ambicioso el pertinaz deseo ,
ni de la lid sangrienta
el bárbaro trofeo.
Con intranquila compasión mirabas
de agena patria el proceloso abismo ^
intrépido en su auxilio te lanzabas^
pues con pavor mirabas
la siniestra mansión del egoismo.
Y de tu vida en la fugaz carrera
pura brilló tu fama , y esplendente ^
como en límpida^esfera
brilla del sol la enrojecida frente.
SEYlLLk.
Ildefonso Antonio Beriuejo.
¿ Quién del genio bañado en pura llama
al gran Napoleón el carro enfrena ,
y el iris pinta en la región serena
do antes la tempestad ardiendo brama?
¿A quién alaba en su clamor la Fama j
Amiens aplaude, gloriGca el Sena ,
y libre ya de la angustiosa pena
Roma Libertador y Padre aclama?
Es al insigne Azara ; su memoria ,
que ensalzan hoy los vates de Castilla ^
con eterno buril graba la historia ;
Y en su sien venerable y sin mancilla j
de escelsa gratitud signo y de gloria,
ved, de Dibbiano la corona brilla.
Sevilla. Sevilla 22 de enero de 4852.
Juan José Bueno.
— 272 —
A otro laurel mas limpio y mas oculto
con que Azara se adorna , fiel mi labio
rinde de admiración ferviente culto.
Laurel precioso que conquista el sabio
en los vergeles del saber amenos ,
que si no cuesta mas , no vale menos.
Sevilla.
Manuel Juan Dlitía.
Oh ! si los nuevos ayes de tu Roma
oyeses, otra vez vuelto á la vida,
si vieses espirar , cual cierva herida ,
tu Italia que vencida se desploma.
Si de la guerra la sangrienta poma
vieses rodar en llamas encendida,
y á Kspaña yerta , á Francia estremecida ,
y suelto un huracán que nadie doma.
Tú, Mentor de la paz, ¿de qué manera
hoy renovaras tu felice historia
en la discordia que en el mundo impera?
¿Fuérate ya imposible aquella gloria?
oh! no : que un nuevo Azara Europa espera
que legue eterna al mundo otra memoria.
Seyuxa.
Gabreel Estrella.
¡Salve, genio inmortal! La prez recibe
que hoy á tu nombre el español tributa :
digna es la fama que del orbe todo
los dilatados horizontes cruza ,
del sacro lauro que ornará por siempre
la triste losa de tu noble tumba.
Dígalo el Sena que de tu alta gloria,
inmarcesible, universal y justa,
sus triunfos canta en la callada noche
cuando sus ondas plácidas murmuran
dulces recuerdos que á la edad presente
— ais-
las linieblas de an si^Io nos ocoltao.
Yo de Italia también bajo su delo^
cuando la brisa celestial arrulla
en torno á su sagrado monumento
qne los arcanos de la F¿ sepulta ,
tu nombre oí qne lerantaba ufana
hasta elevarlo i la gigante cúpula ;
tu nombre, cuya fama repetían,
desde el bello Posilípo en la altura ,
la celeste morada de VirgUio ,
j del Pantheon las bóvedas oscuras,'
las auras del soberbio Palatino ,
del Capitolio la mansión angosta ,
hasta perderse allá en el Yatieaou
donde por siempre Tivirá insepulta.
lIidridiSdemiiodBiSSt.
Josfi Gdtibbbsz bb la Ysga,
Si el nombre augusto de la patria mia
brilla eterno en el suelo italiano,
y WD RUS glorias repite el garellano,
y en los campos resuenan de Pavía;
Con grata aclamación también un dia
iris de p3E lo saludó el romano ,
cuando, á la voz de Azara , el Vaticano
libre se viera de venganza impía.
Dos veces Tíber su feraz ribera
temió mirar de escombros oprimida,
y en sangre tinta su corriente clara ;
Y dos veces inmune, al par venera
y repite con voz agra'decida
los daros nombres de León y Azara.
ScTÍlU, «DtTo d«l85S.
Lms S. HUIDOBBO.
274 —
AL HEIORABLE AZARA.
Brille , Azara , enlazado al de Jotído
el blasón ostentoso de tu gloría ;
que de la suya al par legó el destino j
entre el común aplauso tu memoria
á los patrios anales ,
dó se graban los hechos inmortales.
Asi 9 mientras que vierte en su amargura
tu ilustre sucesor acerbo llanto y
y con laudable afán tejer procura
guirnaldas de ciprés y de amaranto ^
cual nunca limpia y bella
esplende ufana de Aragón la estrella.
I Quién me diera ensalzar esos albores
con rigoroso y desusado aliento ,
y, de la edad burlando los furores,
erigir perdurable monumento
al que la Hesperia aclama ,
y con cien trompas la sonante fama !
Mas , si hoy Apolo su favor me niega y
en vez de tributar dignos cantares ,
ofreceré, de los que el Bétis riega,
verdes mirtos y frescos azahares
al varón eminente
que mil lauros y mil ciñó á su frente.
Otros dirán en mármoles gloriosos
con fúlgido buril y diestra mano
del gran patricio en tiempos venturosos
la vasta ciencia , el genio sobrehumano ,
su imponderable celo ,
de preclaros repúblicos modeló.
Dirán , contuvo en su fatal carrera
al Corso , domador de cien naciones ,
cuando á Itah'a cruzó con saña fiera
al frente de terríficas legiones ,
concibiendo inhumano
hollar con férrea planta el Vaticano.
Cuando el Coloso ambicionó potente
en las bélicas artes sin segundo
•í^
^i»»i
i^<^
mmirm^
— 275 —
llenar desde la aurora hasta oceidente
con su imperio los ámbitos del mundo ,
y si , mas allá hubiera
mas allá erguir de Marte la bandera.
Dirán , que á Azara entonces proclamando
Roma su salvador , de gozo henchida ,
orló , á despecho del yencido bando ^
su imagen en los bronces esculpida j
y alzó en torno trofeos ,
que aún admiran Gimnasios y Liceos.
Y yo á.los ecos, que do quier propalan
del insigne español tiernos loores
recogeré los que en su tumba exhalan ,
ricos aromas, escogidas flores,
y al son de blanda lira,
el canto egregio que su nombre inspira.
Himno, que en la alta cima del Moncayo
mustia repite en noche silenciosa
de tibia luna al moribundo rayo
de Barbuñales hada misteriosa ,
que de consuelo agcna ,
asi mitiga su doliente pena :
«Coronas al que fué perenne ejemplo
de patrio amor y de moral civismo,
al que de la lealtad se alzó en el templo
sublimando al valor, y al heroísmo ,
y al solio de los reyes
llevó consejos y benignas leyes.
i>Del Tercer Carlos ante el tronó augusto,
del sucesor de Pedro ante la Silla,
muéstrase á un tiempo compasivo y justo ,
sin que empafie jamás con vil mancilla
la adulación su labio,
ni la infanda calumnia en torpe agravio.
»De la virtud en las radiantes aras
supo rendir magnificas ofrendas.
La paz su escudo ; y cetros y tiaras ,
que desunieron hórridas contiendas , .
con vínculos estrechos
hermanó al par que á enemisU^dos pechos.
i>El error , la ignorancia confundidos
súbito huyeron su imperiosa vista ,
— 276 —
ú su mágico influjo enaltecidoB
el vate 9 el arqueólogo, el artista,
en quienes impotente ,
la envidia no clavó su negro diente.
i^Cántenlo España y el antiguo Lacio ^
al recordar las palmas que esparciera
sobre las tumbas de Marón y Horacio ,
y á honor de Laso en la feraz ribera ,
do candidos pastores
aún vibran el laúd de los amores.
«La del divino T^lio am^a sombra,
la de Mengs , la de Casti y de Prudencio
á Azara , siempre que mi voz le nombra ,
honren , turbando el funeral silencio ,
y asaz gratas y fieles
cédanle olivas , plumas y*pinceles ;
«Mientras que al cielo con plegaria pia
demando para Hesperia otros varones
de tan bizarra , insólita hidalguía ,
que acrecienten sus timbres y blasones ,
cogiendo por tributo
de eterna admiración el dulce fruto. »
Aquí calló ; y el ancho firmamento
respondió al melancólico gemido,
que raudo puebla la región del viento
y por sonoros ecos repetido ,
dt¡jízara con el nombre
lleva do quier el español renombre.
Sevillí. Seiilla 20 de enero de 1853.
FRAmnsco Rodríguez Zapata.
EL CIEGO ROMANCERO
El preludio sonó de mi víhuSla ;
vengan á colocarse en derredor
para escuchar la dulce cantinela ,
las jácaras del ciego historiador.
Os cantaré de júbilo , de amores ,
r
— 277 — -
de yentuní , de (^oria , de placer,
y también de di^ichas y dolores j
de torturas y lento padecer.
Los que gustéis de gozo y de alegría
y festivo trovar, venid aquí ;
los que busquéis doliente melodía j
funeraria canción , llegad á mi.
Hijos , llegad al ciego peregrino
harto rico y feliz con su laúd ,
y un perro que dirige su camino ,
amigo de leal solicitud.
Llegad al viejo trovador viandante
que el mundo corre sin temor ni afán ;
seguro de obtener después que cante
de francas manos abundante pan.
JVo me inquieto en buscar para mafiana j
ni de hoy recelo la miseria en pos;
que es harto grande la piedad cristiana ;
que es infinita la piedad de Dios.
Si mi pupila vaga y oscurecida ,
en la creación no puédese fiiar ,
en éxtasis el alma embebecida
mas bella sabe la creación sofiar.
Un trovador tal vez os ha pintado
de palacio el espléndido festin ;
de boda regia el ritual sagrado ;
las glorias del famoso paladin.
En la Alhambra la fiesta soberana
de Boabdil tras el último revés ;
los desposorios de Felipe y Juana ;
el regreso triunfal de Hernán-Cortés.
Tal vez un romano os ha narrado
alguna infausta crónica redi ;
los trances de un caudillo denodado ;
de escelsa dama el trágico final.
De Rodrigo la horrenda desventura ;
el suceso funesto de Montiel ;
del heroico Guzman la suerte dura ;
de Fadrique y de Blanca el fin cruel. .
De Pizarro quizás cantó la gloria ,
su muerte por fatal conjuración;
ó de Quevedo os refirió la historia j
— 278 —
8u incesante y tenaz persecución.
Puedo contaros en sentido canto
la vida de trabajos y escasez
de aquel manco famoso de Lepanto,
Miguel Cervantes, de su siglo prez.
Con el Papa y el Rey la preeminencia
en honores y digna estimación
de Lope y autor de cómica escelencia,
monstruo de inagotable concepción.
De Juan de Mena á referiros paso
el valimiento con el rey Don Juan ;
los favores que obtuvo Garci-Lasso ,
soldado y rimador; bravo y galán.
Las honras que Yelazquez alcanzara ;
cuando al sabio pintor , genio andaluz ,
el monarca Filipo colocara
del apóstol patrón la roja cruz.
O la grata, reál^benevolencia
que alentara á Don Pedro Calderón ,
honrando de Felipe la presencia
cuantas obras produjo su invención.
Trataré de los nobles Arjensolas ,
Lupercio , y el Mayor , Bartolomé ;
y blasón de las letras^españolas ,
de los Azaras, Felii y José.
Félix marino y gran naturalista ;
y José Nicolás , alto varón ,
hábil ministro, célebre humanista,
que á la Europa llenó de admiración.
Os diré del postrero los anales ;
que los obtuve por relato fiel
en sn pueblo nativo, Barbufiales,
que guarda con sus restos su laurel.
Yo no la he visto ; mas posé mi mano
en el mármol de augusta construcción ,
con que el Marqués ilustre de (JNibbiano
de tal deudo decora la mansión.
Yo he visitado los patricios lares
del predilecto en Roma y en París ,
y recuerdo las trovas populares ,
que graban su memoria en el pais
£1 asunto^que os plazca decid luego ;
-s« —
y de su histom cntri'teniíía en pos,
diréis en paga de su canto al ciego
«no limosna por amor de Dios.
Seiilla 10 .Ig enero de tG53.
Josfi Vbuzqdez y Saiichbz.
AL CÉLEBae AZARA (4)<
Oh musas ! dadme una Qorida rama
de lauro , con qae oraar la alta memoria
de él que celebra nuestra patria historia,
de él que eterniza con su voz la fama.
Gran politico aquella le proclama,
cuando sagaz al numen de la gloría
contuvo eu el ardor de la victoria,
por lo que Roma salvador le aclama.
Y esta su nombre con la trompa de qro
de la inmortalidad fija fn el templo,
de preclaros varones entre el coro.
Y allí con noble orgullo lo .contemplo ,
de honra , de ciencia y de virtud tesoro,
de boDor de ciencia y de virtud ejemplo.
Uidridl.odeUiToISS
El Ddoob de Rivas.
Separó tu sepulcro de mi cuna
de medio siglo la siguiente huella;
y hoy, solo el mármol que tu tumba sella,
triste contemplo al rayo de la luoa.
S'i las grandezas que el mortal aduoa,
la muerte las confunde y atropella ;
pero la ¿loria fúlgida destella ,
inmóvil sobre el tiempo y la lortuna.
{^) Eiu poeiíi del Excmo. Sr. D. Ángel Saavedra, debe conur» eilre i» de J«
niH de CÚrdobi lo mumo qne la lignieote de id leoor bije D. Enrique.
— 280 —
En el supremo libro de la Historia ,
donde la envidia ó la pasión fenece ^
grabó la fama tu eternal memoria :
Y allí tu nombre, que alto resplandece ,
luz de las ciencias , de la España gloria ,
ejemplos de virtud al orbe ofrece.
CoRDOBi. Madrid I .• de Hayo de 1852.
E. S. Marqués de AdiSon.
*—*
AL INHORTiL AZARA (I).
Procer ilustre de los tuyos gloria
y honor y ejemplo de la patria mia,
el mármol guarda tu ceniza fria
pero vive en el tiempo tu memoria.
Fuiste quien de la vida transitoria
al alcanzar el postrimero dia
puede fijar su clara nombradla
en el eterno libro de la historia.
En él tu nombre la virtud escribe ,
en él también la esplendorosa llama
de tu feliz ingenio se percibe.
En él la ciencia tu saber proclama ,
y de tus hechos generosos vive
inmaculada la brillante fama.
Cbiglana db la FaoifTBRl. Madrid y abril de 1852.
AinroNio GáRaA Gutiérrez*
(1) Eita poftfa pertenece á la provincia de Cidii.
V. . •
p •
a^m^mimm
USA mmm.
Ceaprende las Oores poéticas qoe dedican á so ilastre paisano los
vates de las provincias de :
miESGA.
TERUL.
ZARAGOZA.
mMttaoa v amaat/t 9JiiaA<nmmB0va<tJi atan baob»
36
Surget gms auna mundo.
(Ymetuo, Égloga 4/)
HUESCA.
•
ÜEI. ILUSTRE LITERATO T DIPLOMÁTICO ESI'ASoL
EXGHO. SR. DON JOSÉ AIGOLAS DE AZARA Y PERERA.
Titts de li pnnióa It tmta.
Seres hay que en él mondo ípsreeieroD
sedientos del poder y la fortuní ■,
que con su toz al orbe estremecieron ,
y que su faz cambiando,
imperios y naciinies eoaquistando,
dieron su nombre al siglo eo qoe TÍTÍeroD.
Cual raudo torbellino
eihalados corrieron tras la gloria
despreciando los riesgos del camino :
escribieron su historia
sobre ruinas de pueblos humeantes;
y si ceñir lograron
de laureles brillantes
su frente victoriosa,
regados fueron antes
cou la sangre del pueblo generosa.
¡Ay! A ñn que la madre afortunada
de un héroe , la que un día
rogaba á Dios por él, junto á su cuna,
ó en sus amantes brazos le mecia
escuche sonriendo enagenada ,
la narración de sus gloriosos hechos,
¡ cuántas madres no habrá , gimiendo tristes,
al ver ya para siempre
los santos lazos de su amor deshechos.
IVo fué csta'gloría , no , la que en el mundo
para ti, noble Azara, ambicionaste;
— 284 —
indigna de él tu genio la creería :
y la gloría que existe
en la virtud, fué tu ambición tu guia ,
porque la gloria eo la virtud consiste ;
y cuando frente á frente
con el héroe del siglo te encontraste ,
el que audaz y valiente
seguido de sus bélicas legiones
impuso leyes á la Europa entera ,
é hizo doblar bajo su férrea planta
sus cervices , á reyes y naciones ;
absorto oyó tus sabias advertencias,
tus prudentes razones ,
dando paz á los pueblos temerosos ,
que en ti cifraban la esperanza suya ,
siendo entonces su gloria
aventajada por la gloría tuya.
¡ Qué vale la victoria !
qué los odiosos triunfos de la guerra ,
que cuestan sangre y lágrimas sin cuento ,
y hacen de horror estremecer la tierra ,
si se comparan con los nobles triunfos
de la santa virtud y del talento !
Vimos á Bonaparte, que lidiando
en su furor impio
su camino de victimas sembrando ,
dominar quiso al mundo á su albedrio ,
para esclamar después con arrogancia
¡Cuanto ilumina el solj es todo mió !
Y el fuego asolador de sus cañones
destruyó templo^^ abrasó ciudades;
y á su empuje los tronos vacilaron ;
y las coronas á sus pies cayeron ;
y execraron su nombre las naciones;
y los buenos su orgullo despreciaron ;
y las madres, su gloria maldijeron!!
Tú , mas feliz en tanto ,
sembrando beneficios y favores ,
ya mitigando el llantoj
del triste , que yacia
sufriendo la miseria y sus horrores ;
ya prodigando afee toa 7 consuelo
— 285 —
á los que viste un dia
alzados sobre un trono
del cual los arrojó la suerte impía ;
ya tendiendo al artista en su abandono
tu mano generosa ,
ó legando á los siglos venideros
las preciosas memorias de tu vida ,
tan útil á la patria , tan gloriosa ;
ya honores y riquezas despreciando
porque mas que el poder , y mas que el oro
comprendiste , ¡ oh Azara ! que valian
tu noble dignidad y tu decoro ;
tii conseguiste que tu vida2fuera
dichosa , que tu nombre
con justa admiración se repitiera ;
que tu memoria viva eternamente
y que todos los buenos corazones
á tu virtud rindieran un tributo
de respeto , y amor y bendiciones.
Asi mi pátríai^amada ,
la que ostenta su frente
de inmarcesibles lauros coronada ,
con orgullo tus hechos hoy recuerda ,
y en tu gloria se goza ,
que su seno fecundo
hombres cual tú produce, ilustres, grandes,
de alta virtud y ae saber profundo ,
y pueblos , cual la insigne Zaragoza
que ejemplos son y admiración del mundo!
Tamarite de Litera. Madrid 28 de marzo de 1851.
Dolores Cabrera y Heredia.
AL ínclito AZiRi.
Pasan con raudo vuelo las edades
dejando en pos de sí profunda huella ;
en polvo se convierten las ciudades j
[
— 286 —
y el trono del poder* cnige y se estrella.
Destrúyense también ricas naciones | .
que eran orsullo de la edad pasada ^
y los hiios de mil generaciones
se pierden en el caos de la nada.
1 á los siglos j losjsiglos se suceden ^
y en los escombros álzanse ciudades ,
y tronos , que en poder ni en brillo ceden
y ocuoan otras regias potestades.
Todo es revolución , todo , el presente
ocupando el lugar de lo que ha sido
Tiene á formar del porvenir la fuente
y el pasado sepulta en el olvido.
Todo perece , si , la fama solo
se alza en medio de escombros y ruina y
é inalterable y fiel de polo á polo
sobre los tiempos sin cesar domina.
Inmutable^y eterna en su carrera
el ámbito del mundo recorriendo^
de grandes genios , que el mortal venera
vá los nombres al mundo repitiendo.
También el tuyo , Azara , resonando
revela tu poder sabio profundo,
y tus hechos la fama proclamando ,
eres ¡oh genio I admiración del mundo.
Alcen tus deudos bello monumento
que muestre y eternice tu memoria ,
mas basta el que por premio á tu talento ,
te reserva en sus páginas la historia.
Arbitro] del poder hombre admirable
con tu genio los genios avasallas ,
y detienes la espada formidable
del siempre vencedor en las batallas.
Privado de monarcas , sus acciones
diriges con certero y sabio tino ,
calmas la acitacion de las naciones ,
y cual iris de paz es tu destino.
Sabio escritor, tu inteligencia avivas
y obras sin cuento al porvenir presentas ,
amante de las ciencias , las cultivas ,^
protector de lu artes | las fomenta8.|
Y tu nombre do quiera resonando
— 287;—
revela tu poder sabio profundo ,
y tus hechos la fama proclamando^
eres ¡ oh genio I admiración del mundo.
Salve , inmortal Azara , tu memoria
llena mi pecho de respeto mudo ,
y unida á los cantores de tu gloría ,
ilustre aragonés , yo te saludo.
Hija de la ciudad , que fué el emporio
cual Atenas y Roma de la ciencia
la de la escuela, que fundó Sertorio, (1)
do comenzó á brillar tu inteligencia.
¿ Cómo negarme pues genio eminente
cuando la fama tu saber pregona ,
si del numen un rayo arae enfmi mente
á poner una flor en tu corona ?
¡ Oh ! quién tuviera la sonora lira
que Safo , y que Corína poseyeron ,
y un destello del fuego , que respira ,
con que siempre inmortal su nombre hicieron.
Pero otros bardos de tu gloria amantes
tus hechos cantarán con lira de oro ,
y las flores que viertan cual diamantes
de tu corona harán rico tesoro.
Mas la mia modesta siempreviva
sin brillo , sin fragancia , ni colores ,
se ocultará bajo la rosa altiva
y entre las galas de tan] ricas flores.
Solo aparecerá como una prenda
que al contemplar tu esclarecida historia
una hija de Aragón , cual tierna ofrenda
consagra en su entusiasmo á tu memoria.
HüBSGA.
Valencia 26 de jolio de 1851,
NiGOLASA Causada.
Generoso y leal , libre y valiente ,
el de Aragón , un dia
el rayo de la guerra dirigia
(t) Lt ciidad de Haesca.
— 288 —
del ocaso , al oriente.
Y do su brava gente
la infatigable planta reposaba ,
todo el país temblaba ,
so el peso de su férrea armadura ,
de su ardor sin igual y su bravura.
Entonces los Giménez , los Aristas y
los Pedros^ los Abarcas, los Ramiros,
los Jaimes , los Alfonsos , los Martinez
dilataron del reino las conquistas ,
cercados de sus fuertes paladines.
Entonces se estendieron los confines
mas allá de los mares.
Y abandonaron los sus patrios lares,
bajo^la enseña santa ,
terror y confusión del vil alarbe,
porque á tanto valor, á gloria tanta
ya no bastaba el reino de Sobrarbc.
¡Nuestro Aragón^ entonces
hasta reyes tenia tributarios!!!...
Mas por contrastes varios
de la inconstante y desleal fortuna ,
rota la Media Luna ,
deshechos en su tierra los contrarios
en la vaina embotada la cuchilla ,
Fernando de Aragón caballeroso
un reino con la mano dio de esposo
á Isabel^Ia Primera de Castilla.
Permitid, castellanos,
de un pecho aragonés la espansion justa
de sus padres en pro y sus soberanos.
Todos somos hispanos ;
y una madre común puesto tenemos,
lo conveniente es ya , que los hermanos ,
como buenos hermanos nos amemos.
Mas no por esta unión , de ingenios grandes
quedó infecundo de Aragón el suelo.
La tiara y el capelo ,
el palio y mitra y toga venerable,
y el victorioso sable ,
y todo cuanto grande se ha alcanzado
tras de afanes prolijos.
lodo ., L . ~ 289 _
de/
f
— ago-
la madre de Orlcans , madre piadosa ,
i del postrimero rey de los franceses,
¡ á Azara acude triste y pesarosa,
contando de su suerte los reveses.
Y el alma generosa
del inmortal Azara á la Princesa
consuela y seca el llanto ;
y á aquellos que causaron su quebranto
también protege con unción cristiana
en la Puerta Otomana.
Y todos , de distintas opiniones ,
de encontradas fracciones,
y hasta los de diversas religiones,
todos hallan cabida
en aquel pecho humanitario y justo!...
Nadie se llegó á Azara y
en busca de consuelo ,
que en él no le encontrara ,
lleno de humano y religioso celo.
Felice tú mil veces
que sin odios mezquinos ni rencores ,
cruzaste de la vida los albores,
y á la tumba bajaste!... Allí á las preces
siguieron los acentos plañidores ,
premio el mayor á grandes bienhechores.
Feliz tu descendiente
el marqués de JNibbiano ,
que puede circular de gente en gente:
«Ese noble ascendiente
que yace en ese túmulo cristiano,
al templo de la Fama llegó ufano
y se ciñó con su esplendente aureola
sin que por él vertiera el ser humano
lágrimas de pesar una vez sola.»
Pebtusa. Teroel 23 de joaio de 1 851 .
Félix db Antonio.
— 29) —
i LA MEMORIA U AZARA.
?Jo muriera cautivo en Sania Elena,
ni (le pouas Be viera circundado
arrastraudo uua bárbara cadena
el hi'roc que la Francia habla adorado ,
y cuya fama el universo llena,
8Í dócil tus consejos , practicado
hubiera en su poder , y la victoria
no huyera entonces de su diva gloria.
Madrid IG da julio <1b lQ5t.
Pedho Escüdebo y Esgüdebo.
Sb. D. Basilio Sebastian Castellinos de Losada.
Muy Sr. mío y de mi mayor aprecio : Abrumado con las muchas
y perentorias ocupaciones anejas al cargo que desempeño, y olvidado
totalmente del lenguaje de las Musas, que cultivé una corta tempo-
rada por mero solaz y pasatiempo, no me es posible, con mucho
sentimiento mió, corresponder á la honrosa invitación, que V. y mí
querido tio el Marqués de INibbiano me hacen, de añadir al cató-
logo de brillantes composiciones que ya cuenta la Corona poética de
D. José Nicolás de Azara, una que sea producto de mi pobre
ingenio.
Aun cuando me considerase capaz de hacer alguna cosa que
fuese digna del sngeto á quien se dirigiera, y que no desmereciese de
aquellas á cuyo lado habia deOgurar, hay una consideración que
todavía me retraerla de ello, y es, que siendo yo persona tan unida
co parentesco al Sr. D. José Nicolás de Azara , lemeria que mis
conceptos apareciesen inspirados, mas por el interés del parentesco,
que por el entusiasmo de sus virtudes y preclaro talento, siguiendo en
entaparte el ejemplo del actualMarqués de Piibbiano, que para histo-
riador de su famüia eligió -i V. con preferencia á todos sus parientes,
en lo que además del distinguido saber, y demás cualidades que le
adornan, tuvo presente la máxima de que:
«Laus in ore propriis vilescit. »
Ocúpense en hora buena las Musas españolas en cantar las glo-
rias de aquel varón dustre á quien tanto deben por haberlas devuelto
el buen gusto, del que por tanto tiempo se hahian separado: enva-
— 292 —
názcanse de haber contado entre sus sacerdotes al eminente bomlire
de Estado, que no se desdeñaba después de firmar un protocolo diplo-
mático, de ocuparse en analizar las bellezas que conlienen las obras
de nuestros mejores poetas; trasmitan á la posteridad en severa é im-
parcial historia los ingenios que en algo aprecian el nombre español,
como en nuestro país nació el grande hombre , que conociemlo á
fondo la época en que vivía, y el carácter de la revolución gigantesca
que conmovió el mundo, supo fijar el limite entre lo antiguo y lo
moderno , demostrando con superior maestría basta qué punto eran
justas las exigencias de tos innovadores, y cuánto tenían de absurdo
y ciagerado otras de sus pretensiones; enaltézcanse por fin, cuanto
de enaltecerse es digno, por todos los que saben apreciar el talento
y las virtudes, al filósolo amigo de los reyes y de los ponliGces, al
protector de estos mismos, cuando á impulso del embate revolucio-
nario, ó de la injusta agresión del genio de la ¿poca , tan frecuente
entonces, se veían echados de sus tronos, ó bamboleaban en ellos;
a! que cual otro San León detuvo con soto una palabra al nuevo
Alila, que vencedor marchaba al saqueo de Boma ; al libertador de
esta Ciudad Eterna; al hombre en fin, que disponiendo de una in-
fluencia inmensa en el mundo , la empleó tan solo en beneficio de la
humanidad, y apoyo de la justicia ; y que desdeñando la soberanía
de un Kslado que se le ofrecia, le sorprendió la muerte cuando se
disponía para volver á su querida Uonia, y terminar sus días en me-
dio de los artistas y de los sabios; publiquese por do quiera cuanto
de escelso , de sublime, de sobrehumano se admira en D. José ríí-
colás de Azara; que á mi, orgulloso con haber heredado su apellido,
sin otra ambición que imitar sus virtudes y conservar ileso el nom-
bre que me legara, no me es dado hacer otra cosa mas, que tributar
miles de gracias á los que contribuyan con sus obras á inmortalizarlo,
y á que no se olviden por la generación presente, ni las venideras
hechos por todos conceptos tan dignos de trasmitirse á la posteridad.
Ueciba V., pues, como el primero, y el que mas se ha esmerado
en inmortalizar el nombre de Azara, mi profundo reconocimiento por
tíiu señalado servicio á la familia ; recibanlo también los ilustres va-
les españoles, que á su memoria han dedicado una flor de su brillante
ingenio; aprovechando esta ocasión para manifestar mi gratitud al ac-
tual Marqués de INibbiano por todo cuanto ha I>echQ por honrar la
memoria de sus ilustres tios ; asegurando á V. los sentimientos de la
consideración mas distinguida de su atento S. S. Q. B. S. M.
Pedro Mabia Escudero de Azara.
Azara. BarccIoDa 29 de julio 'Je 1S5I.
í
— 293 —
AL ENINEISTE AUBl.
¡Oh! genio ilustre, que en frondosas ramas
te esliendes con orgullo y lozanía,
y el aroma que. por do quier derramas
en tus hojas imprime labiilalguia.
Tu nomlire brilla con fulgente gloria,
gloria que ennoblece cien blasones ;
España lo escribió grata en su historia,
y con ella también otras naciones.
Radiante en Josii Nicolás de Azara
de ciencia y de virtud el astro asoma ^
cuando orgullosa y de talento avara
le abre sus puertas la opulenta Koma.
For el sañudo Marte perseguida
á sus murallas el combate llama ,
débil por demás en su escasa vida
en grande riesgo vé su antigua fama.
Ño es la Roma de Curcios ni Escípiones,
la que estendíó sus venerandas leyes,
la que subyugó imperios y naciones
al mandato y capricho de sus reyes :
?lo cuenta ya con tanto poderío
ni de Alejandros ni Césares la espada ,
ni guerreros soldados cuyo brío
hágala por do quier ser respetada.
El grito de venganza que ha lanzado
el vencedor en Austerlilz y Jena ,
y las huestes guerreras que ha mandado
para imponer á Roma la cadena,
Con pavor la separan ilcl combate
sus glorias y recuerdos eclipsando,
sin fuerzas que oponer á tanto embale ,
amparo y protección anda buscando.
Truena el cañón...! El enemigo asoma...
lánzase un grito de terror y espanto...
dice Plapoleon: •^húndase Moma»
y tiembla la ciudad envuelta en llanto.
Azara que la vé la compadece,
arrójase en sus brazos el romauo ;
'r^
— 994 —
la ciudad santa libertar ofrece ,
y con ella el poder del Vaticano.
A cumplir esta oferta sin temores
entre peligros mil Azara parte ;
y en Bolonia disipa los rencores
del coloso del siglo Bonaparte.
Aleja Roma su pesar sombrío
al acercarse aquel que la dio vida ;
y al cruzar por en medio del gentio^
se agrupa la ciudad agradecida.
¡Fiva el Libertador!! La mucbedumbre
gritaba en plazas , calles , miradores. ••
Kivaü! se contestó desde la cumbre
por mil grupos y mil de espectadores.
Con júbilo el romano en la algazara
consigna en los anales de su historia
los servicios del inmortal Azara ,
y medallas acufia en su memoria.
Do quiera que le encuentra allí le ensalza ;
y Azara de mil tíná)res adornado ,
aumenta su esplendor y lo realza ,
al sentarse de Boma en A\Senado.
Si al recorrer también otras naciones
se registran los libros de su historia,
de Azara se hallarán nobles acciones
que redoblan el brillo de su gloria:
Porque todos los pueblos le admiraron y
su ciencia y su virtud reconocieron ,
sus consejos por leyes adoptaron ,
sus obras por do quier enaltecieron.
Por todos á porfía fué colmado
de litulos , grandezas y de honores ;
su nombre con elogio fué citado
en las obras de sabios escritores.
Cercado del halago y la fortuna
Azara no olvidó su patriotismo 9
y España que meció su^noble cunsí
mil pruebas recibió de su civismo.
En medio de la guerra y de su encono
la causa de su patria defendía ;
y al mirar cuál se hundia tanto trono
con tesón el de Espafia sostenía.
%i
— 296 —
Ta su vida tocaba en el ocaso 9
esa Tída mortal , perecedera ,
sin que la ciencia detuviera el paso
para cortar su rápida carrera.
La Francia recogió el último aliento
de aquel que á otras naciones diera vida ^
y se mostró en su amargo sentimiento
del ilustre español agradecida*
Bajo los arcos del cristiano templo
el cortejo de su entierro se veia ,
y fué tan numeroso, que otro ejemplo
hasta entonces Parts no conocia.
Sus deudos , sus amigos le lloraron ,
y plegarias al cielo dirigieron ;
el sepulcro con lágrimas regaron ,
cuando tristes sus labios imprimieron»
¡Azara murió!!! ¡Destino es del hombre!!!
se fué á la tumba con radiante gloria ,
y eternamente brillará su nombre
indeleble en los fastos de la gloría.
Huesca.
Uoeical2dejaliodei851
Babtolomé Martdn^ez
Hasta la altara
Se encambró de la gloria ,
Dejando al mundo grata ta memoria.
Mblerdez.
El grande Cicerón , sin par dechado
de sobrehumana mágica elocuencia,
respira y habla en la preciosa vida
que vertió con dignísima pureza
el sabio Azara al toledano idioma.
Cuando , anegada en fútiles novelas
y en un turbión de bárbaros abortos ,
la castellana pompa bastardea ;
cuando delirios de interés mezquino
y de ignorancia presumida y ciega
la nacional literatura plagan,
descuella ya lozana sementera
^Wfc
— 296 —
sobre cuafia tíI; y d sumo Ingenio ^
con tan hidalga y memorable empresa ^
antidoto feliz á la ponzoña
advenediza , para siempre sea.
Allá en la augusta capital del orbe ,
en la gran Roma , con sus altas prendas ^
con su regio esplendor, cual fiel espejo
del numen español, Azara reina.
A su afán desalado y sabio tino
tesoros mil la antígñedad franquea ;
Tulio , César , Catón , Pompeyo y Bruto ,
y al par el dios de la oratoria griega ,
Demóstenes en fin j del mundo asombro ,
todos viviendo están á su presencia* *
Azara , á fuer de su sin par talento 9
la esclarecida Roma señorea ,
y allá tal vez desde región lejana
sublime artista desvalido llega 9
y revive al mirar enajenado
en el rostro del Ínclito Mecenas
con destellos de plácida sonrisa ,
grandioso halago y protección escelsa.
En pos de su saber ansia cavila
todo un emperador , y á Roma vuela ,
y absorto escucha la sin par cordura ,
el tierno afán y la sublime ciencia ,
que de los labios elocuentes mana ;
su Estado todo reformar anhela
y del odioso obstáculo prescinde...
Sensato Azara sus impulsos templa;
un cúmulo de ejemplos y razones ,
en cuadro inmenso y rápido , le muestra ,
y el recio ahinco , el ímpetu fogoso
de aquel torrente arroUador enfrena.
¡ Así José con advertencia cauta
tan certeros dictámenes siguiera !
pues venturo entonces evitara
un piélago sin fin de amargas penas.
Mas brama el huracán , su estruendo amaga
trastornos mil y bárbaras revueltas ;
con horrendos frenéticos intentos
la presumida Francia devanea 9
— 297 —
y mas y mas sas yerros estremando ^
á las naciones menosprecia y reta...
El pavoroso carro se dispara ,
y todo es ya reyolucion sangrienta.
La Europa se estremece j el orbe entero
se desquicia y desploma ; el Tuelco llega
al Nuevo Mundo que feliz sosiego
logró tres siglos, y engreido trueca ,
en pos allá de imaginarias dichas ,
su paz celeste en conmoción violenta •
Alzase al fin el alemán pausado ,
y mies colmada de trofeos sueña ;
ya inmensas huestes al volcan asoma ;
mas ¡ ay ! que ya la llamarada fiera
le abrasa , acosa , huella. •• el triste llora
y desampara á su ínclita Yiena ,
y mas y mas hasta la absorta Hungría
con trémulo pavor huye á carrera.
Italia muda y palpitante yace ,
mirando la oleada turbulenta ;
y aquella Roma que en remotos tiempos
su yugo impuso á la postrada tierra...
¡ A y que apagó los vaticanos rayos !
y á sus solas allá solloza y tiembla.
Del enviado francés el vil orgullo
la nacional escarapela ostenta y
y á la plebe romana provocando
difunto cae en desigual pelea.
Desde Milán el memorable Corzo
su sable vengador alza... y decreta ,
con mil amagos de esterminio fiero ,
marcha veloz y asolación horrenda.
El Pontífice pálido y atónito j
por iris de la bárbara tormenta ,
á Azara invoca con mortal zozobra ;
escudo fiel , paladio de Minerva ,
que á libertar del asestado rayo
la capital despavorida vuela.
Baldón amargo y sacrificio inmenso
el ceño atroz del vencedor despejan...
Mas ¿qué holocaustos á saciar alpanzan
38
TERUEL.
a lia HiíSlüiíd^lBDa
DEL CELEBRE LITERATO T BIPLOMÁTlGa ESPáfiOL
EICHQ. SEÑOR DON JOSÉ NICOLÁS DE AZARA.
Lm Tates de la proTíncia de Teroel.
Ese pueblo que ves cercano al Guara
cuyas alfombras Alcanadre baña ,
es Barbuñales , prez y honra de España,
patria y sepulcro del ínclito Azara.
Si en tu alma la virtud no es planta estraña ,
y al patriotismo y gratitud ampara ,
caminante ^ una flor lleva al intento ,
de engalanar de Azara el monumento.
TSRUEL.
Mercedes López de Somayia.
Voz de alabanza entusiasmada suene
la memoria de Azara celebrando ;
voz que la España de su nombre llene-,
su talento y virtudes recordando :
y mientras del Moncayo allá al Pirene
Azara vá en los ecos resonando ,
yo , fiel Aragonés , también al viento
dar de Azara en loor quiero mi acento.
T&RUEL»
Téroel , enero de 1852.
Antonio Carlos Bernis.
,',
ZARAGOZA.
LiH TAlu dt la prftTÍnda d<I Zaragoza.
cincion ÁHAeonESÁ. — la joti.
Risueñas linfas del Ebro
desplegad nueva esbeltez ,
celebrando la memoria
de un preclaro aragonés:
y pronunciad , viva Azara ,
de Aragón orgullo y prez.
La fama del hombre ¡lustre
por su saber y virtud ,
brilla siempre como el sol,
con eterna y pura luz:
y por eso en Barbuñales ,
luz destella un ataúd.
Quisiera sobre su tumba
colocar una corona,
tan esplendorosa y d¡g;na
como merece su gloria;
y hacer su preclaro nombre
sonar por la tierra toda,
De Zaragoza , de Iluesca
y de todo el Aragón ,
sale una voz armoniosa
del grande Azara en loor :
y el eco responde , Azara
honra y gloria es de Aragón.
RaMOH SaHS y RlVES.
309
AL BIPLOimCO
De entre esta fértil fortunada tierra y
Que dio codicia y estupor al mundo ;
De aquesta madre , en cuyos pechos siempre
La lealtad y el valor se amamantaron j
Para gloria de Europa y gloria nuestra
Naciste tú , que en Coco luminoso ,
El brillo extinto del He^rio nombre
En tu alma sda condensar debías.
Tu pobre patria enflaquecida y muda
Cadáver era triste de sí propia ;
Y alli donde las palmas le natieron ,
En son de triunfo , alborozados todos ^
Hoy el yerro candente de la afrenta
Sobre su rostro Uvido estampaban.
Mas ella , de la suerte que el aloe
Que pasa en florecer un siglo entero
Y de súbito rinde el tardo fruto ,
Laboriosa preñez y ütcil parto
Para engendrarte tuvo'; y en un dia ,
Dichoso á todos , lisonjero á Espafia ,
Trocó su postración por esaf gloria
La madre de Padilla y de Cervantes,
Exiguo espacio á tus alientos era
Tu ingrata patria, y remontaste osado
El vuelo de tu esplrtu generoso y
Hasta besar del Tíber en la orilla
El regio manto que engalana y viste
A la Santa Ciudad, las nobles aras
Del magnifico templo que á las artes
Alzó alli Dios , sobre el solar ilustre
Que j hollado por Atila y Alarico ,
Trono fuérale un dia al grande César 9
Jardin á Augusto , á Cicerón tribuna 9
Al mundo emperatriz , y á todos gloria.
Alli en el seno de la paz amiga
Mecenas culto y generoso abrieras
Tu pecho á la virtud j tu hidalga mano
— 303 —
Al sabio , al vnte , al ÍDSpirado artista ;
Y en torno tuyo, á tu calor viviendo
Y al vivífico sol de tu alia meale , ^ -
Cuantos honraran á la humana estirpe
Cuantas lumbreras el saber brotaba,
Cuantos seres el mundo engrandecía,
Canova, Menga, Andrés, Volpato, Casti,
Todos por consejero ó por amigo.
Todos por bienhechor le proclamaron.
Y qué de lauros á tu frente pura
IVo entretejia el Genio de las Artes ,
Cuando en fervor arlislico encendido,
Hl seno hendiste de la avara tierra ,
Que at par de los tesoros del Eterno,
Los de un pueblo iomortai nos cscondia?
Cuánto no precia el mundo , sobre el oto
De Tibar y de Ofir, los bellos restos
Que á Tiboli arrancaste , para asombro
De la atónita vista ! qué de incienso
En el altar sublime do quemaste ,
Que alzaron al de Pádua y al Mantuano
La ciudad inmortal y el orbe todo!
Que de ello no ban debido á tu catino
Casti, Mcngs, y el cantor afortunado (i)
Que en el áspera via dó Virgilio
Trepaba sin rival, hincó la planta ,
Con él basta la cúspide eminente
Su prodigioso vuelo levantando !
Y cuando Europa, en el volcan ardiendo
De su postrera victoriosa lucha ,
De poder á poder llamó á combate,
Y derrocó á la torpe tiranía ,
Que envuelta en erímen á adorar nos daban
Sus idólatras siervos ¡ qué de encantos
]Vo te ostentó la púdica Matrona
Que , nuevo redentor , por Dios guiado ,
Venia con el nombre generoso
De virtud, á sembrarla en nuestros pechos,
De libertad, á darla á las naciones!
Allí la Europa , despertando libre
(t} Garcíluo , de cnyu obru fué edilor.
— 504 —
Al estampido horrísono en que rompe
La cárcel de Yoltaire , toma al repente
La vengadora espada y que mil rayos
De fuego y luz brotó ; y allí de tu alma
Surgió la lumbre que ilustrar tenia
A tu patria servil y amancillada.
Reyes , pueblos , pontífices ^ pusieron
Su amistad toda en tí : tu voz briosa
Se oyó dó quier ; tu próvido consejo
Ora en la corte de la nueva Roma (1) ,
Ora en el seno de la vieja España ,
Todo lo iluminó ; tu mano amiga
La paz firmó en Amicns , la dio á Bolonia ,
Y á Portugal , y á España ; y de la suerte
Que el incUto filósofo de Prusia (2) y
La proclamó á las gentes , y en la recia
Despoderada lid que mas ardía
La aIba'*paloma que anidó en tu mente
Soltó contra el incendio desastroso.
Salud , Libertador ! nuevo Camilo ,
Como él salvaste á la Ciudad Eterna ;
Y no como él de ejércitos seguido ,
Mas solo , inerme , el esforzado pecho
Al guerrero de Córceea mostrando.
«Detente (le dijiste), has de escucharme:»
Y súbito aouel mar tempestuoso ,
Que de su Dios no mas la voz oia j
Por tí calmó sus iracundas olas ,
Y el sol radiante iluminó las aguas
Por donde mansamente navegase
Del pescador la barca combatida.
Ah ! si en tu labio , donde asiento tuvo
La ciencia , bs repúblicos bebieran !
Ah ! si respeto á los instintos dando]
De un pueblo que los ídolos hollaba
De barro frágil , para alzar altares
Al Dios de la verdad ¡ ah ! si rindiesen
Homenaje de amor al bien que abría
La gran revolución ; que no la hicieran
(1) París.
(2) KiBl.
_ 305 —
A torpe yugo doblegar la frente,
De lauros inmortales coronada,
Ah I si la cruda Parca detuviera
La tijera fatal un lustro solo ;
Que entonces la irrupción desventurada
Que adivinaste tú, tú sometieras!
Ah I si la Hesperia mármoles criara
Para sus héroes ! Tu virtud entonces
Tu alto ingenio , tu espléndida largueza,
Tendrían en tu patria agradecida
Regio panteón y regio monumento.
Zangoia 23 de julio de 18S0.
Gerókuio Bobao.
¡ Vastago noble de la noble Espatla ,
que madre fué del heroísmo un día I
¡Salud! tu patria el bálsamo te envia
del llanto amargo que su losa baña.
Pío ya eo tu torno rugirá la safia
que al bueno oprime en desigual porfía ;
3ue ya la inmarcesible nombradla
e Colon y Cervantes te acompaña.
Y á tí que ai león de Córcega amansaste
y á ti , el libertador del pueblo eterno
y á ti , joya española de alio engaste ,
Todos darán aplauso sempiterno ;
y en trueque del honor con que la hourasle,
tu patria te dará su amor materno.
OZÁ.. ZaragoiB 3S Ae dicieiabre de 1850.
Manuel Lasala.
AL GRANDE AZARA.
Amoragado mi estro : polvoroso
yaciendo el plectro que pulsara un dia,
me acerco á tu sepulcro , Azara ilustre , ■
39
!
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^\
*
— 306 —
Cual águila caudal, que hcndieudo el aire
sobre un punto su »uelo dftprmina
asi ver me parece tu alma noble
que en torno de la tumba vucl»e y gira
y arroja desde allí páginas t)elhs
que un fiel historiador acá publica.
¿Qué alabanza mayor que tus accÍoiiL-s
tú apareces cual fuiste» , y tu gloria
en tu solo valer toda se cifra.
En medio del silencio de la muerte
parecióme que un ruido percibía
cual el que se oye si voraz incendio
prende veloz en la amarilla arista.
Es Azara que ei mármol de su tumba
rompe, y bañado en celestial sonrisa
por breve espacio de la muerte triunfa
para decir con voz agrailecíd» :
¡lasta la alma región dond.e ora habito
llegó de mis cantores la armonio ;
de Ilartzenbusctt , de Boraoy Sanz y Cervino
de Lasóla, Bovér^ Baeza, Ariza,
los versos oue cantaron en mi elogio
me alzan á nueva y verdadera vida.
Mis hechos que el profundo Castellanos
al crisol de su critica ilumina
van á ser timbre perdurable , honroso
de mi progenie y de la patria mia.
De mi patria, aiiadiá, que deseara
fuera feliz y virtuosa y rica.
Cesó en esto el rumor, y ya mis versos
que son eco del héroe que me inspira,
cesar deben también : otros mas diestros
en prez de Azara pulsarán la lira.
Zaragoza. Zaragota 15 de enero de 11151.
Maruno ÍJoncDÉs Secall.
Cuando su ilustre celsitud contemplo
y la pobreza de mi talla mido y
^ J
4
1
— 507 —
bronco se escapa y lúgubre un gemido
del arpa que en su honor humilde templo.
No soy de vales ínclitos ejemplo
para loar su nombre esclarecido ,
mas soy al fin en Aragón nacido,
y esto me acerca de su gloria al templo.
Ya cantar puedo á quien asi me ampara;
ya me siento mayor, y en tal manera
brios me dá mi cualidad preclara,
Que si por dicha aragonés no fuera ,
solo por ser aragonés Azara ,
aragonés cual él nacer quisiera.
Miguel Agustín Pbíncifb.
I
isi ismum Y cALLm.
(¡•■preide las Iwes poéticas qie CMSigrai al lisipe Don Jasé
Nicolás 4e Azara las utes de las proiriieias de :
EN ASTUIUS :~OiriEDO.
GOROÑL 0K8NSB.
LÜGQ, PONTETEDRA
SANTIiGO.
mjumwo 9 mwonjk ^MtMmamaQfmA m» mb^aw
DE Li POESU BABLE O ASTURIANA.
En el Apéndice al Discano prelimÍDar del tomo I del Romancero de D. Agustín Dirán
publicado en la Biblioteca de Autores españoles, so dice lo siguiente :
iiPocas provincias de España cooserrarán mas reliquias y recuerdos de venerable anti-
güedad, que conservan las Asturias. Su dialecto, conocido con el nunlirt de Babie^ ei so-
noro, suave, y si no eslremad ámenle rico, no tan pobr£ como creen algunos. Hablase en el
interior de Asturias la misma lengua que se habló en Espafla en los siglos medios , y muchas
frases y giros que se conservan en el poema del Cid son familiarias á los labriegos asturianos.
Las voces adquiridas de los árabes no traspasaron los aledaños de Asturias: será lástima que
se deje perder un dialecto que, bien estudiado, podria dar á conocer la etimologia de muchas
voces castellanas y del quo podríamos tomarlas que nos fallasen, sin tener que mendigarlas del es-
tranjero. £1 Sr. Jovcllanos estimiló i varios literaioiá qae formasen un Diccionario Bable bajo
las reglas que trabajó , mas no llegó á concluirse tan difícil empresa. Don José Cavcda ( boy
director de Agricultura de Espafia y académico de la Lengua) tiene escrita una memoria aceren
de la antigüedad y mérito del dialecto de Asturias, digna de la luz pública.
>Una de las diversiones favoritas del paíi ei la danza prima. La mesura y sencilleí dt
este baile circular son los mejores garantes de su antigüedad. Homero nos describe ya damas
circulares. Canta el pueblo en estas danzas romances sagrados 6 herókos, amorosos ó festivos,
intercalados de algún estribillo por lo común de asunto sagrado. (Es lo particular que siem-
pre son en castellano y no en bable, en cuyo dialecto no se conoce ninguno anterior al si-
glo XVIL)
■Asturias tuvo poetas, el primero de que hay noticia clara y del que se conservan algunos
escritos es D. Antonio González ñequena , conocido con el nombre de Antón de la
Mariregtiera y y floreció desdo principios á mediados del 'siglo XVIL En iG59 escribió nn
romance subre el pleito entre Mcrida y Oviedo por la posesión de las cenizas de Santa Eula-
lia. Escribió en octavas ios poemitas jocosos titulados Dido y Eneas, Ero y Leandro,
Piramo y Tisbe. Se descubre en ellos genio festivo , amena y fecunda imaginación , esce-
lentes imitaciones de los antiguos y versiGcacion fácil al mismo tiempo que nomerosa. Hay no-
ticias y existen obras de otros poetas coetáneos y posteriores , siendo los mas célebres Juan
Fernandez Parley, llamado Juan de las Candongas y D. Bernardino Robledo,
cura de Piedelora , 2>. N, Benavides, 2>. Bruno Fernandez y J). Antonio Balvi^
dares.Tn
La danza prima se ejecuta en dos corros, el uno cerrado de hombres solos y otro abierto
do mujeres, y todos cantan al propio tiempo romances castellanos siempre tradicionales, iné-
ditos en su mayor parte. En nuestros artículos arqueológicos sobro las costumbres espaftolai
tenemos escrito sobre este bailo como de todos los que se usan en nuestras provincias.
ASTURIAS.— OVIEDO.
DON XOSÉ MCOLIS U' AZARA T PEREBA,
Loi Taiet del Principado da Atloriii*.
JNació isti xcntil cspaflol n' ¡I día 5 de diciembre de 1750, ñun
üugarzucu d' Aragón q' Ü llamen Barhuñales, d' una kenle muy can-
dial. Encomenzó a'eliidiar Íuris¡>rudenc¡a en Huesca, d' illi fuiS se-
guila á lÍTiedo y acabóla dempuea de diez ailos en Salamanca. Es-
taba tan nítida la fama de so iientil caheza, que notando Carlos III
q' era repóblicu grande , lo fexo oficial de la secretaria d' Eslau en
1760. Cinco años dcmpues, fué d' axente &enera[ cabo Boma cuan
d' era Papa Clemente XIII.
Dempnes que Díos tevo en folgancia á Clemente, trabayó mun-
chu r basta que se feío Papa al cardinal Ganganeli , y el mesmu es-
forciu rijcio dempnes de fincadu isli pa fello tamien Á Pió YI con' el
que deparlia munchu y se Gaba del; y rebalgadu el tiempu V hasta
Pío Vil, fexo muocbos serricios d' importancia mientrcs los 32 años
que levo en Roma , entre los que merecen cuntase los que fexo co-
mo comunicador melgueru , cuando rínienon los franceses con' el
mandón Bonaparte; y por ello tevo muncha amista con isti, y los de
Roma i llamano el so Librador, y ficienon par' |1U un diniro con' el
80 retrato.
Desde Roma pasó é Francia de nuestro cmbaüador cabo la Re-
pública y dienoi tamien el cargo de representante del rey de Portu-
gal. El lo mcsnio trabayó en París qu' en Roma, pero por' eso la
corle d' España andcbu arella, pa q' ii quilasen 1' embaxada, como
lo consiguió en 1795. D' allí Azara s' empobinó á Barcelona , dem-
pues de departir con Bonaparte q' acababa de carenar á lodo TEÜp-
lo, y por empeño d'el, Carlos IV lu nombró embalador en Paiis,
y antes dioi la cruzona de Carlos III ; y cunten tes Galcetes q' ü punió
la placa la mesma María Luisa.
— 312 —
Golbió pa Francia en 1801 ; mientres tevo ilU^ Ti?¡ó con los reía
d* Etruria , y ñon y yastó al duque de Parma con felá ministru suyo,
si non q' i lu senquillotró á Marqués de Nibbiano y dioi tamien otres
seis villes n' el ducado de Plasencia. Mientres te?o esta segunda em-
balada , dienoi otros machus cargos ; (exo la paz con la Rusia , re-
presentó á España metanes la república italiana en París, y en 18
d' octubre firmó un tratan de muncba importancia pa España.
Cuandu y' era viegu dexó toos los cargos : solo quixo ser consegem
d'Estau que lo ficieran en 1795, y guardó la cruzona de San xuan
de xerusalen que tamien i la dienu en 1784, cuandu estaba en Ro-
ma. Quitan de todes les incumbencies , quería rebalgar á Italia; pero
acutioí la de la guadañona el 26 de enero de 1804, á los 73 años
d' edá. Todos dentro y lofie de la so tierra lagrimuqueaben pe' reí.
Asturias.— Oviedo.
Nicolás Castor db Gaükedo.
'
ROMANCE EN DIALECTO ASTURIANO.
Asentadu cabo el fuegn
co la cabeza enclinada ,
y enredando distraidn
co los pliegues de so capa ,
sospíraoa el señor cura
la noche de 1' esfoyaza ;
metanos al mismu tiempo
les rapaciques cantaban ,
y á los mozos de 1' aldea
echaben tiernas miradas.
Co nel estaba el tíu xuan ,
yecinu de la Quintana ,
home que en noches de fuelgu
como sacara la gaita ^
y tocara un fandanguin
ó siquier fora la danza ,
todes les moces del puebln
iunta su casa bailaban.
Tamien el ama del cora
y una ?¡eyina axelada
estaben aUí j y un nefia
r
.?."* 9"'cf8 ¿ ,„ í«« pasa , '
*«o que i' AS7«« ft/afcan
j
'i
— 314 —
»esi que non quiso ser
»Rey i maestre de Malta ^
»modestu á la par que sabia
»j orgullu de lo so patria...
»¿T quieres q' esté contenta
»y que non llore de gana?»
Galló el cura, y el tiu jtuan
co la so frente doblada
Uevantóse de lescafiu j
y sin gorffutar palabra,
saliendo de la cocina
foi derecbu á 1' esfoyaza ,
y dioyos la mala nueva
á los que ndla cantaban.
Y mas de cuatro muyeres
rezaran pe la su alma ,
y sin cantar nin bailar
se foren todos á casa
les Uágrimes é nos gfieyos
porque s' babia muerta Azara ,
q' fasta na probé aldea
ye conocida so fama.
Llares.
ANTomo QuiinrANÁ Menendez.
Nota. A la l panluada le ie dá en la lectara la miima proonoeiacion qae á la j fna-
ceia.
Sol de Aragón y de la Espafia gloria,
cuyo nombre potente
resuena esclarecido
de la frondosa vega
3ue baña la magnifica corriente
el Ebro caudaloso
á la dulce ribera
del Tiber magestuoso ,
y en el sombrío y perezoso lecho
donde se arrastra el Sena cenagoso.
Sol de Aragón que el amoroso rayo
de tu amorosa lumbre
— 316 —
de paz y de alegría
brilló del QuirÍDal eobre la frente.
¡Salud ángel del Itien. sombra del sabio!
yo te saludo con humilde labio ,
yo la citara de oro
pulsar quisiera con sentido acento.
¿Mas que laúd sonoro
basta á cantar lu bienbecbora ciencia?
Tranquilo en tu conciencia
contempla Azara el líl>ro de la historia
donde tu nombre colosal oscila
de aureola de paz siempre cercado,
¡Sol de Aragón y de la España gloria!»
ROUDSTIAHA ArMISo DE CüKSTA.
Sh. D. Basilio Sebastian Castkllatíos.
Muy señor miu y apreciablc arnigo: Una flor para la corona poé-
tica que Vd. consagra ai Excmo. Sr. D. José INícolás de Azara, mas
que el don espontáneo de la amistad seria el justo tributo de reco-
nocimiento y respeto debidos al verdadero mérito. Fué muy grande
el del señor Azara para que los amigos de las letras y de las artes le
negasen hoy el recuerdo de sus caras afecciones. Se las deben no
solo como una digna recompensa de sus altos merecimientos, sino
como la esprcsion del patriolismo que reconoce en ellos un titulo de
gloria para la nación entera. Porque si el seüor Azara supo como
hombre de Estado representarla dignamente en las corles estranjeras,
y sostener sus derechos cuando el vértigo de las revoluciones agitaba
igualmente los tronos y los pueblos, también como literato distinguido
ilustró la historia, manturo la pureza y magestad de la lengua cas-
tellana, fué el protector de las bellas artes, contribuyendo con sus
escritos á restaurarlas, y ofreció en ellos li la estudiosa juventud gran-
des modelos para la imitacioo; modelos tanto mas dignos de sus me-
ditaciones, cuanto mas hablan perdido las buenas letras de su anti-
guo esplendor y lozanía.
Vea Vd. , amigo niio, por qué quisiera yo asociarme d los que
poseídos de un verdadero palriolismo, y dignos apreciadores del tá-
lenlo y las virtudes del scíior Azara, consideran como un deber en-
d
I
— 317 —
tonar sus alabanzas, caando la edición completa desús obras va á
justificar á los ojos del público la celebridad que le han coucedido
sus contcmporáueos.
Por desgracia al contarme entre sus apreciadores, solo puedo
ofrecerle un sincero reconocimiento ; una justa admiración; aquellas
nobles afecciones que despierta siempre el verdadero mérito en los
que le buscan como objeto sagrado de veneración y respeto. Perdidas
ya las ilusioncíi de la juventud , cuando la razón sucede al entusias-
mo, y las ocupaciones graves sustituyen á los estudios amenos, el
mérito de los grandes hombres se admira y se encarece; no se canta
y abandona al entusiasmo poético que le eterniza en sus inspiraciones.
Quede para los genios privilegiados tan noble y difícil tarea;
mientras que yo con pretensiones mas humildes bendigo en silencio
al escritor y al hombre público cuyas sabias larcas serán siempre un
titulo de gloria para el Estado y una rica presea para la literatura cs-
paúola.
Soy de Vd. affmo. amigo y servidor Q. B. S. M.
José Caveda.
Undrid 40 do ma;o de ll!S3.
IVo de servil adulación el grito
pretendo levantar, tenga otro vate,
por halagar con el clamor maldito
de la iinsonja pérfida al magnate,
gratitud especial, lucro infinito :
que por mas noble sentimiento late
mi corazón, cuando con firme acento
cantar las glorias de mi patria intento.
i\o de tal suerte profanar es justo ,
cantores de la fama, el arpa de oro
que el cielo ha dado á vuestro genio augusto,
guarde el avaro imbécil su tesoro
y el despúta su amparo: que robusto
vuestro acento fatídico y sonoro
debe cantar basta el sepulcro mismo
la virtud, el valor y el heroismo.
Y boy, que en cnanto terreno se comprende,
desde donde se eleva el fuerte muro
de gigantes peñascos , que defiende
— 518 —
del cantábrico mar, rérvido, oscuro,
todo el NoTtc'español , á do se estieade,
cual manto de crisis), el i^oiro puro,
donde lanzan su brisa perfumada
los floridos vergeles de Granada ,
Un canto universal á la memoria
levantáis de un escelso personaje,
digno, por cierto, de una eterna gloria,
yo rendirle pretendo el homenaje ,
que corresponde á su preclara historia,
sin que , al haceros semejante ultraje,
tenga otro impulso mas mi fantasía
que el amor solo de la patria mia.
Sacrosanta pasión, fuego divino,
que hiciste al hombre en la sangrienta guerra
romper entre borrascas un camino
que le condujo á dominar la tierra ,
tú enardeces mi espíritu mezquino,
por ti el aliento que mi pecho encierra
con inmortales cantos celebrara
la honrosa gloria del ilustre Azara.
Aiara, Azara., nombre esclarecido,
nombre de un genio poderoso, ardiente,
que como un astro colosal perdido^
por el espacio inmenso de repente
con un disco brillante guarnecido
al mundo alzó su majestuosa frente
sobre el cielo español puro y sereno,
y el mundo le admiró de asombro lleno.
Qué importa á su memoria que el deslino
le arrojara a) ocaso macilento ,
si trazado con fuego su camino
dejó sobre el oscuro firmamento ,
como un arco triunfal , que el torbellino
no alcanzará á ocultar solo un momento,
desplegando sus sombras en la altura
Di el velo inmenso de la noche oscura?
La muerte entre sus somI)ras no comprende
la memoria del sabio y del guerrero
bajo su propio templo la dcGeude
para asombro del tiempo venidero
la eternidad , y en tanto que desciende
— 319 —
al fondo del olvido el mundo entero ,
ella salvar la destrucción alcanza
y al mas remoto porvenir se lanza.
Recompensa tan justa corresponde
á tu genio también, bombre eminente,
gloria del suelo venturoso en donde
se desliza la rápida corriente
del Ebro raudo , que en su seno esconde
los carcomidos restos de imponente
multitud (le naciones aguerridas
en sus Trondosas márgenes vencidas.
Y el honroso laurel de la victoria ,
circundando tu Trente ensangrentada
sobre el inmenso campo de la gloria ,
¿tal vez ha sido el que dejó grabada
profundamente tu inmortal memoria?
No ; que jamás tu ciencia sublimada
protectora del ¿dio enardecido
de la discordia detestable ha sido.
Mas benéfico indujo, otras acciones
ciertamente mas dignas de la fama,
que ei arruinar imperios y naciones
y el propagar la destructora llama
de una guerra de férvidas pasiones,
que el sosiego perturba y que derrama
sangre pura con bárbara inclemencia,
prestó á mi patria tu admirable ciencia.
Esa ciencia sublime á cuya planta
su cetro de oro , del poder emblema ,
rinde el tirano cuyo orgullo espanta,
y coronada de imperial diadema
bajo el dosel del trono se levanta
por dirigir la potestad suprema,
mostrando el rumbo que conduce á donde,
lleno de gloria un porvenir se esconde.
Esa ciencia sublime, omnipotente,
que la insolencia popular abate,
que hunde en el polvo la soberbia frente
del déspota orgulloso y del magnate
y á todo aquel que arrebatar intente
la libertad de la nación combate ,
cuando en un alma , que el honor inflama
— 530 —
sa claridad benéfica derrama.
Cuando plugo al Eterno por fortuna ,
que tan solo aquel hombre la posea ,
que á la nación que le arrulló en la cuna ,
gloria , esplendor y libertad desea ;
Eero jamás cuando instrumento de una
ajeza vil y abominable sea ,
para saciar con bárbaro egoísmo
la execrable ambición y el despotismo.
Si tamaño baldón en ti se hallara ,
nunca entregara mi clamor al viento
para ensalzar tu gloria , oh gran Azara !
como buen español , solo mi acento
maldigera tu nombre y levantara ,
si posible me fuera , un monumento
de vergonzoso oprobio , que en la historia
detestable dejara tu memoria.
Mas no ; que el patriotismo con la ciencia
siempre unidos reinaron en tu pecho ,
siempre de tu virtud y tu clemencia
quedó el triste infortunio satisfecho :
tú prestaste socorro á la indigencia
y ocupándote solo en el provecho
de tu propia nación ^ en todas partes
del saber fuiste amparo y de las artes.
Y por eso el tenerte por patrono
disputó con ardor la Europa entera
cuando el tirano su triunfante trono
sobre el mundo plantó ^ y en la carrera
que arrebatado de infernal encono
atravesaba el monstruo, de barrera
sirviéndole tu gloría y tu prudencia ,
fué calmada su bárbara inclemencia.
Mas ¡ ay ! que en el momento sucumbiste ,
en que España tal vez necesitaba
mas que nunca de tí , y acaso diste
un suspiro al morir : porque alcanzaba
tu genio al hondo porvenir , y oiste
la tormenta infernal que amenazaba
la gloriosa nación , en que el tirano
trató de alzar su despotismo en vano.
Era el tiempo fatal — recuerda apenas
*w
— 321 —
tanta maldad mi consternada mente ^
tanta desolación , sin que en mis ?enas
corra la sangre de furor ardiente. —
Era el tiempo en que obtuvo con cadenas
enlazar ambos siglos juntamente
la afrentosa traición, la astucia, el arle,
y el colosal poder de Sonaparte.
Y el águila imperial con raudo ?uelo
se remontaba intrépida , arrogante ,
bajo el inmenso paiieHon del cielo :
y roto á su préseiieia. en un instante
todo el horrible' murallon ¿e liielo
que encierra el Norte , se lanzó triunfante
desde el Egipto abrasador á donde
la nieve el fin del universo esconde ;
Mas creyéndose ya en el apogeo
de la gloría , en sus alas sostenida
so la cumbre del alto Pirineo
miró pasmada la estension florida
de mi querida patria ; y con deseo
de tenerla en sus garras comprimida ,
de tal suerte clamó con ronco acento
por las cóncavas bóvedas del viento :
¿Qué importe el ver bajo de mí la nieve,
que los desiertos de la Rusia llena ,
y allá en el Asia el huracán , que mueve
con torbellinos rápidos la arena
sin que el pendón de la victoria lleve
á la nación fructífera y amena ,
que el Tajo inmenso con sus ondas baña ?
Nada es mi gloria sin vencer á España.
Mas no lo consiguió : fueron en vano
la fuerza horrible , la traición y el dolo
de que vilmente se valió el tirano ,
solo el pueblo español , el pueblo solo ,
sin general , ni ley , ni soberano ^
al que osaba del uno al otro Polo
dilatar su poder , tuvo la gloria
de arrancar el laurel de la victoria.
Verdadero español, si los sonidos
del arpa del poeta por ventura
/il
— 332 —
?an á la inmensa eternidad perdidos ,
escúchame y sabrás , que esa perjura
caterva de infernales foragidos
alcanzó solo con su sangre impura
do quier vertida sin temor ni auelo
fertilizar de tu nación el suelo.
¡ Ab ! tú no oiste el formidable grito
que el intrépido astúr lanzó el primero ^
tú no viste el valor ciego , inaudito y
que asombro fué del universo entero j
cuando al poder del agresor precito j
mientras latió su corazón guerrero,
Zaragoza y Gerona honrosamente
presentaron magnánimas la frente.
Que el Eterno dispuso j que-estuvieras
antes ceñido de eternal beleño
que los desastres de tu patria vieras
con acerbo dolor y el dulce sueño
de la insondable eternidad durmieras
al susurro imponente y halagüeño
con que se irán los siglos deslizando ,
con respeto tu nombre murmurando.
Descansa , pues , bajo la augusta sombra
del pabellón que alzaron tus honores j
mientras corremos á tender la alfombra
de honrosos lauros y de eternas flores
en la mansión feliz, do no te asombra
la infame vejación y los rigores
de una vil servidumbre que en el dia
degrada el nombre de la patria mia.
OviBDO. Oviedo 12 de NoTiembre de i85i.
Josi iNDALBao Caso.
Pasado numen de grandiosos hechos ,
por quien la gran Ciudad , la Ciudad Santa
tuvo un rey 9 un pontífice : y deshechos
sus disturbios , por quien gloriosa canta :
A cual potente voz , miles de pechos ,
cuyo aliento feroz moros quebranta ,
— 325 —
contra su voluntad , á su despecho
atrás volvieron la pesada planta.
Perdooa que se atreva á recordarte
un bombre que ardoroso mas sin ciencia
quiere cantar tu mas pequeña hazaña:
Glorioso amansador de Bonapartc
de mi loca ilusión tendrás clemencia
que somos hijos de la madre Espaúa.
Desidebio üe la Esgosuba.
LA FAMA POSTUMA.
Guarda en su fondo el corazón del hombre
un sentimiento innato y generoso
que en pos de eterna fama y alto nombre
le impele con instinto poderoso.
Luz divina del genio, eterno guía,
origen de valor y de nobleza,
de heroismo , de fé y sabiduría ,
germen de perfección y de grandeza.
Dentro del alma sin cesar le siente
y al porvenir con ciega f¿ se lanza ;
porque esta llama que encendió su mente,
este mmenso poder es la esperanza.
Débil el hombre, mísero, acosado
de infortunios sin fin , morir no quiso
poniendo , en su esperanza confiado
mas allá de la muerte un paraíso.
Y sintiendo sus pasos vacilantes,
para guiar su tránsito en el suelo,
trazó una ley que en páginas briltanles
le dictaron los ángeles del cielo.
Y su ambición después acrccentaniln
sobre un leílo cruzó las ondas fieras,
y al vacio los ojos levantando
medir el vuelo quiso á las esferas.
Las trabas todas arrolló su brio
- 524 -r
y creyéndose rey de los espacios '
por la tierra estendíó su poderío ,
tuvo esclavos y coronas y palacios.
A cuanto existe declaró la guerra
insaciable de gloria y de placeres ,
y arrancó las entrafias á la tierra
para dar una joya á sus mujeres.
De peñascos alzó masas disforme»
y torres y obeliscos atrevidos
y edificó pirámides enormes
que encerrasen sus huesos carcomidos.
Y quiso aún con su saber ufano
lanzarse audaz al mas profundo abismo ,
y con su ciencia y su poder mundano
revelar el misterio de si mismo.
Yedle grande y feliz, pero avariento
de gloria y de poder jamás reposa
legando al porvenir un monumento
donde brille su fama esplendorosa.
¡ Hele allí, con la luz de su esperiencia
moviendo á su placer los corazones !
¡hele allí, con un rasgo de elocuencia
calmando las fanáticas pasiones !
El numen de la ciencia quo le inspira
formó su genio poderoso y sabio ,
la humanidad estática le admira
rodeándole , pendiente de su labio.
¡ Oh cómo goza entonces de su gloria !
recoge á manos llenas los laureles,
adivinando su inmortal memoria
en el mármol , la lira y los pinceles.
Y antes que el plazo del vivir se rompa
tiende la Fama el magestuoso vuelo,
su nombre anuncia con sonora trompa
y el aura popular le sube al cielo...
Mas ¡ay ! no siempre así, tal vez le oprime
la envidia , la fatiga y el quebranto ,
tal vez con la miseria lucha y gime ,
tal vez surca su rostro amargo llanto.
Lanzado de su hogar, á tierra estrafta
la desesperación lleva consigo
y en su pobre mansión no le acompaña
— 525 —
la voz consoladora de un amigo.
La eiiátencia iafeliz asi arrastrando
bajo los rudos golpes <lc la suerte
cruza el mundo ignorado y aguardando
su descanso en el seoo de la muerte.
La fiebre del saber gasta^ su vida ^
la suerte inexorable le abandona,
y á tanta afán tan solo es concedida
al umbral de la tumba una corona.
Guirnalda funeral , flor que tardía
su sepulcro adornó ; pero no en vano ;
entre las grietas de la losa Tria
su tallo crecerá verde y lozano.
;01i! no temáis que el tedio y los enojos
rodeen al morir su cabecera ;
tranquilo cierra los cansados ojos
y muere resignado , porque espera.
Su gloria es la esperanza indestructible
que acrisolan del mundo los desdenes ;
su corona sagrada, inmarcesible,
las canas que brotaron en sus sienes.
¡ Honor al hombre que por sus hermanos
la vida consumió sobre el camino
de la ciencia, y leyendo en sus arcanos
en la tierra cumplió con su destino!
¡Al hombre que con fuerzas de gigante ^
del sol pudo acercarse Á la luz pura,
y entre la turba ciega é ignorante
como un coloso alzó su gruu figura!
¡ Cantad , poetas, estampad sus nombres
con letras de oro en el augusto templo ;
que alii el recuerdo de los graudos hombres
el mundo guarde para eterno ejemplo!
Que los vean allí sus descendientes,
sobre los ¡aspes del sagrado muro
brillando ante los ojos de tas gentes
pasar de siglo en siglo á lo futuro.
¡Honor Á ti , Aragón! que un fuego santo,
de tu pueblo escogido arde en los pechos
y alzaste en mármol y en robusto canto
tus grandes nombres y tus nobles hechos.
Álzalos, si, y en la gloriosa cumbre
J^ b ¡BmarUlidad grande y preclatt
Imxcí eutre todos eon eterna lumbre
^ nombre ibistre de tu sabio Azara.
{ Oh sombras que Tenero ! ilustres manes
al cantaros también busqué la fama ,
J entre dudas y tétricos afanes
rotó en mi pecho de ambición la llama.
YicUma , ¡ oh sombras ! de mi ardor profundo
vedme sin fuerzas , ignorante y ciego;
si aún sentís las penas de este mundo j
oid propicias mi doliente ruego. .
Mostredme vuestra senda ¡ ínclitas almas !
y al seguiros dejadme que recoja
del bosque eterno de gloriosas palmas
no una corona ya y solo una hoja.
OviKüO. Oviedo y setiembre de 185!.
Timoteo García del Real.
Del genio que se admira
que llena todo el mundo con su nombre y
¿qué cantaré? Las cuerdas de mi lira
débiles son como la ?oz del hombre.
No basta , no , el acento
de humana voz para cantar la gloria
de aquel que de su siglo fué el portento...
que no acaba del mundo en la memoria !
Si la voz que encantaba
del dulce Laso , ó de León tuviera ,
ó el acento impotente que mezclaba
al fuego de su lira el sabio Herrera !
Cantara entusiasmado
tus hechos y grandeza , noble Azara ,
cantárate , y al mundo que admirado
te contempló , mi acento dominara.
Los reinos te querían,
los reyes y magnates te adoraban,
es porque á su pesar reconocían
o distantes de tí que se encontraban!
Los héroes y los reyes
i
1
^^^■^■^
J
■
— 327 —
M
doblaron ante li cetros y mallas ,
^H
y tu voz (liú la paz y dictó leyes
^^H
en medio del rigor de las batallas.
^^H
Honraron tus blasones
^^H
y de gloria tu nombre circundaron ;
^^H
los pueblos, las ciudades, las naciones
^^H
que á tu nombre con fé se conyugaron .
^^H
París , y Roma y Parma
^^H
de anárquico terror se estremecieron;
^^H
pero los gritos al oír de alarma
^^1
te vieron á su lado, y sonrieron.
^^^H
En tu vivir resalta
^^H
un carácter modesto, arable y llano,
j^^H
pues no quisiste ser de España y Malla
^^H
minislro de una, en otra soberano!
^^H
Hermosa y limpia y pura
^^H
tu fama por el mundo se estendia
^^1
brillaudo como brilla en nocbc oscura
^^H
la estrella que precede al claro dia.
^^1
¡Tú! genio sin segundo,
^^1
tú, el congreso de Amiens iluminaste,
^^H
tú diste paz y porvenir al mundo
^^1
y el comercio español recuperaste.
^^1
Tú de algún rey el trono
^^1
supiste conservar, cuando en un dia
^^1
el Dictador de Europa con encono
^^H
^H
reinados y monarcas destruía.
^^H
^H
Tú las artes que inspiran
^H
^Ki
amaste y protegiste... ¿pero á dónde
^^H
^H|
me lleva el entusiasmo? j A tí le admiran
1
m
de donde nace á donde el sol se esconde!
^
Recibe , ¡ oh genio ! en la suprema gloría
^Hl
los débiles cantares de mi lira!
^V
Que siempre vivirás en la memoria
^H
W
del pobre vate que tu nombre admira !
■
1
Uares. Undrid 33 de eoero de 1852.
■
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AhTOKIO QülNTAHA MeKBHDEZ.
1
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h. J
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^. fiULi.
, ^ i-írmosiira
., •^.''.ííTvui sombrío
^ : iuaiiuar el mundo.
. _ loche oscura,
>.jn>n inmundo
. >^-.'.:ji mariposa
.... .-j \jció vuelve á la vida,
^. -yac Je su inconstante vuelo
;ilor halla en el suelo
,^- ia mansión que pronto olvida.
Vre, luz y calor, plantas y flores,
ui impresión que su alma heria ;
\ absorta contemplaba ,
cuando virgen salia
., < .'>cura mansión que abandonaba.
X:i< **cd va; mas su belleza ignora;
, u wllar por el viento alguna hermana
Con ella revoltea ,
en verla se recrea ,
« ie su misma imagen se enamora.
p.U vive feliz , flor de los vientos
Je Uioionte plumaje encantadora
^1 pensar en su fin : de su atavío
Y de tanta hermosura
lj| voz mañana al despuntar la aurora
una brillante gota de rocío
será su sepultura.
Fresca , lozana y del jardin la reina
El cáliz de su seno
á los rayos del sol abre la rosa
en plií^gu^^ ^*^" y ^^ perfumes lleno.
Vida le dio la noche ; en su enramada
con dulce esplendidez brilló la luna ;
Mas su frente rosada
llega á azotar el sol , y hoja por hoja
llora su muerte á un paso de su cuna.
On-í.
- 529 _
* su labio ,l,,i ' ■ """¡da vmh
'^"""•.¡oi.rjrr '"""*'
''«*í'«l'¿r:,\'* perece,
p. . í^" mismo am '""mosura.
"-"-«r^iM-er^o™"»^
"— su nombre.
— 530 —
Saog^ el uno y horror siembra irracundo;
el otro espigas , alelíes , diamantes.
Odia á aquel Koma , como Annibal antes ;
por su Uoertador alza al segundo.
¿Cuál de los genios, á la culta tierra
merece honor y estimación preclara?
La historia , faro que el error dcstierra ,
En sus páginas de oro lo declara :
Bonaparte es el genio de la guerra ;
el del bien y la paz Don José Azara.
Antonio Mahu Obdo5ez.
r
GALICIA— CORUftA.
EXCMO. SR. DON JOSÉ MCOLAS UE AZARA V PERERA.
Lot T
I de h fToñai
Solo el genio <ipl polvo se levanta
recordando d los siglos su existencia ,
y la cárcel quebranta
donde el tiempo con Tria indiferencia
borra la huella que imprimió su planta.
Árbol fecundo que produce fruto
mas allá de su helada sepultura ,
pagámosle el tributo
de nuestra admiración ardiente y pura ,
llevando, en su loor, eterno luto.
Porque esa tumba que mi pié tropieza
abandonada, triste, solitaria,
cubierta de maleza
sin una cruz que atraiga una plef^aria,
no inspira al corazón mas que tristeza.
Y no le importa descifrar sii historia
envuelta ¡ ay I en la impalpable nada;
cual fantasma ilusoria
cumplió en la tierra su mortal jornada
sepultando consigo su memoria.
La tierna madre, el afligido esposo
acaso con sus lágrimas turbaron
su fúnebre reposo ;
pero al calor del tiempo las secaron
entregándola á olvido vergonzoso.
JNada resiste su mordiente lima ,
todo bajo su imperio se desploma;
de su elevada cima
— 332 —
Té cómo el sol por el Oriente asoma
y su ausencia jamás lo desanima.
El yé hundirse en las sombras del olvido
los espectros de mil generaciones ;
nada le ha resistido ,
monumentos , ciudades y naciones
á su peso terrible han sucumbido.
Mas tú , Inmortalidad , hija del cielo ,
tú salvas de su garra poderosa
para nuestro consuelo
cuanto puede tu diestra generosa
arrebatar á su voraz anhelo.
Tú devorar te dejas tos despojos
de cuanto el mundo en su recinto encierra ,
y que nazcan abrojos
donde palacios sustentó la tierra
ante tus bellos , inmortales ojos.
Pero mientras su saña destructora
de Troya , de Cartago y de Plamancia
los despojos devora ,
tu solicito amor y tu constancia
sus gloriosos recuerdos atesora.
Y al lado de los pueblos y naciones
cuyo nombre tu celo ha eternizado y
Tortísimos varones,
que muy justo renombre han alcanzado
ostentan , á tu amparo , sus blasones.
¡Con qué dulce placer yo te contemplo
entre cenizas recoger avara
para adornar lu templo
los nobles hechos del ilustre cazara j
de saber y virtud insigne ejemplo 1
Quizá á tu vista por la vez primera
sin odios, sin venganzas, sin enconos,
sin ambición siquiera ,
se presenta este apoyo de los tronos
como ilusión fugaz y pasajera.
Pero no ; tú bien sabes que ha existido ,
conoces bien el varonil aliento
del sabio esclarecido ,
que rehusaba un eminente asiento
á su preclaro mérito ofrecido*
— 555 —
Malta lo llora vieodo en sus almenas,
en voz de sus gallardos cabaüeros ,
empedernidas hieaaa
hollando sio piedad los nobles fueros
de sus hijos cargados de cadenas.
¡ Ay ! si hiihiese previsto que el milano
iba á cebarse en tí , sus fuertes hombros
el manto soberano
vistieran para hundirlo en tus escombros,
antes que verte esclavo del britano.
¡Tú bien sabes, j oh diosa! á cuánta altura
su noble pensamiento se elevaba I
En dias de amargura
Boma , Libertador , lo proclamaba ,
prodigándole toda su ternura.
Ella le ofrece un puesto en el Senado,
y una medalla á su inmortal memoria
¡Oh español esforzado !
El resplandor brillante de ta gloria
sobre tu hermosa patria ha rcOejado.
Sobre esta patria que fió á tu diestra
la llave de su honor distintas veces
para fortuna nuestra ,
y que nunca te diú, cual tú mereces,
una sensible , agradecida muestra.
A lo menos será prueba constante
el titulo fi^udal de INibbiano ,
que el cetro vacilante
tú sostuviste en la convulsa mano
de un sin ventura, destronado Infante.
Tú también fuiste protector y amigo
de victimas ilustres que buscaron
en tu seno un abrigo;
y de que todas ellas lo encontraron
la Europa , el mundo entero fué testigo.
Las artes y las ciencias te debieron
carino, poesia y ricas galas,
y tus buéspcdes fueron
hasta el instante que las negras alas
sobre ti de la muerte se tendieron.
Y lú. Inmortalidad á quien adoro,
tú, que al olvido arrancas su memoria
— 554 —
grabando en letras de oro'
su digna , aáliia y virtuosa historia ,
salva, te ruego, el español decoro.
JSo digas, no, que el Tiber aún murmura
lastimeros suspiros recordando
á Azara su ternura ,
y que España en sus huellas tropezando
no le ofreció siquiera sepultura.
No digas, no, que solo á un descendiente
dejó llevar esta matrona ingrata
con ánimo indolente,
á honrosa cima la tarea grata
de pagarle un tributo reverente,
¥ al mostrar el sencillo monumento
que en su casa solar de Barbuñales
consagra su talento,
di que Aragón no tiene en sus anales
gloria mayor, ni otro mayor portento.
Ferrol y majo dft (851.
Jdsto Gatoso.
Yace olvidada del cantor la lira,
ronco el .icctito del cansado vate,
y ni el sagrado porvenir le inspira ,
ni ya eu pecho por la gloria late.
Solo ¡infeliz ! bajo el poder suspira
de un genio audaz que su entusiasmo abate,
sin permitirle que en su afán legara
recuerdo alguno al inmortal alzara.
¡Dichoso aquel que eternizar pudiera
con grato acento y melodioso canto,
hechos que el mundo conocer quisiera ,
lauros que valen por sí solos tanto!
¡Magnifica misión ! Tan lisonjera,
que lleva en pos el delicioso encanto
de un rico porvenir lleno de gloria ,
digno final de tan honrosa historia.
¿Pero es corona que al mortal asombre
el solo aplauso de un fugaz momento?
¿Basta una trova á eternizar su nombre?
— 335 —
¿Trasmite al siglo su ejemplar tálenlo?....
¡ Ah ! DO , 1 por Dios ! Para tan grande hombn
débil es , por demás , tal monumento ;
y el tiempo, acaso, con impía mano,
querrá iumolarlo á su poder tirano.
Que solo uu pimío al entusiasmo ciega
por mas que rápido y violento nace :
pasa el furor, la indiferencia Mega,
y en noche eterna su memoria yace.
Si algún ingenio su saber desplega,
y un noble alarde «le bus dotes hace,
honre el mundo al artista venerando ,
de laureles su frente coronando.
Si la bondad divina me alcanzara
y mi tímida mano se atreviera,
del talento los hechos consignara
y á la futura edad los trasmitiera.
Pero ^'y si el hombre aún los olvidara
y mi honrosa ambición no se cumpliera?....
¿Qué me resta que hacer, mísero enano,
sino la frente hundir cual vil gusano?
¡Ah! Ya sé que mi voz ronca y sombría
no sirve , no , para entonar loores !
Ya sé que es infeliz la estrella mia
y que víctima sufro sus rigores :
Mas aunque la fortuna me sonría
y una mi voz á la de mil cantores,
¿qué prez al genio mi canción legara?..,,
¡ Soy laa pequeflo , y es tan grande Azara !
¿Qué es ante el sol el águila rapante?
¿Qué es el reptil ante el león potente?
¿iSi quién soy yo que asi tan arrogante
osé del polvo levantar la frente
para medir la altura del gigante?
¿Quién inspiró mi acalorada mente?
¡Horrible presunción ! — Con torpe labio
creí cantar al eminente sabio.
Creí ¡gran Dios! que al evocar su nombre
un lauro mas para su sien tejia ,
mas no Juzgué que al héroe que me asombra
no es nada nunCa una alabanza mia.
¡Perdón, Azara, si mi voz te nombra!
— 336 —
¡Perdón si á tí quise elevarme un dia!....
Tan grande te aamiré que tuve miedo
Adoro tu saber , — cantar no puedo.
Duerme eterno tu sueño asaz profundo
circundado de aplausos y de gloría. —
Duérmelo, sí, — que el hombre muere al mundo,
pero no muere nunca su memoria.
Reposa en paz, patriota sin segundo,
deja que el siglo al admirar tu historia,
reseñándola en mármoles y bronces,
lauros mas gratos te prepare entonces.
¡ Gloria y posteridad ! — ¡ Mágico aroma !
¡Lauros y porvenir! — ¡ Sublime halago!
Cual otros hijos de la antigua Roma ,
cual héroes mil de la inmortal Gartago ,
ó de INumancia en la sangrienta toma,
victimas mil de su horroroso estrago,
así tu nombre respetado viste
asi tu gloria inmarcesible hiciste.
¡ Napoleón y Azara ! — ¡Qué grandeza !
¡ Marengo y Roma ! — ¡ Interesante emblema I
¡ París y Waterlóo ¡ — ¡ Cuánta belleza I
¡ Qué de hazañas ! : oh Dios I — ¡ Cuánta diadema !
Venid, vales, venid. — Con fiel pureza
glosad al mundo tan grandioso tema ;
y cantad con espléndida arrogancia ,
¡ Gloria al héroe español ! ¡ Gloria al de Francia !
Napoleón á el mundo ha sometido
de su espada á la mágica influencia,
y ante tí las naciones se han rendido
al poder de tu mágica influencia.
¡ Genio por genio ! — Bonaparte ha sido
del siglo el campeón por excelencia ,
y tú fuiste I oh fizara! en ruda saña
padre de Roma, — Salvador de España.
Tú has conseguido títulos y honores
y diste un nombre á tu saber profundo :
el aura popular dióte loores
y tú una historia bosquejaste al mundo.
Tú debiste á los reyes mil favores ;
y en honor á tu ingenio harto fecundo 9
diéronte su amistad grande y preciada ,
— 357 —
ppro ¿qué es todo ante el arlisla? — ¡Nada!
En mas tengo tii huesa solitaria
CD torno de la cual constante gira ,
cual vaporosa nube , esa plegaria
que al triste invoca y ante Dios espira.
Vale mas tu corona literaria
vale aún mas tu virtud que al alma inspira;
y tanto vales que te admiro mudo ,
y ante Dios y los hombres te saludo.
i Deja que le contemple I — ¡ Espacio quiero ! —
¡Luz pido al sol y á sus destellos rojos! —
¡Quiero tu rostro ver noble y severo I
¡ Solazarse ante U , quieren mis ojos !
¡Quiero abrazarte, sí! — Ser el primero
en rendirme á tu mérito de hinojos,
y en legarle esa aurífera corona
que tu honor, español, por siempre abona.
Mas ¡oh dolor! — ¡Esclarecido el nombre
oculto yace en funerario hueco!
¡ Nada resta ! — ¡ Murió ! . . . . Pero su nombre ,
sostiene ai mundo interminable el eco.
Ki (lores faltarán, — ni quien alfombre ' > 'I
ese escaso recinto árido y seco ;
y una lágrima vierta de tristeza,
corto tributo á su inmortal grandeza.
¡ Goza, ilustre Marqués, sueño profundo I
¡ Reposa en paz : ~~ la vida es transitoria !
¡Di.'janos, de tu ingenio sin segundo,
inalterable y pura la memoria !
Descansa, sí, que al trasponerse al mundo,
celoso el sol de tu eminente gloria ,
tal vez se pare, plácido á admirarte
y al par del universo á saludarte.
José Evaristo de Pczo.
LUGO.
A LA lEMOBIA DEL CÉLIBRE MU JOSÉ NICOLÁS N AZili.
Los vales de la proviDcia de Loga.
Dadme la escelsa lira
con que el Luso cantó aljlustre Gama ;
que no guerras^ no ira
canto , sino la fama
del varón, que inmortal el orbe aclama.
¡Azara....! ilustre nombre,
emblema de virtud, de noble ejemplo ^
en cuyo alto renombre
la eternidad contemplo ,
tu sepulcro es á el sábio'altar y templo.
¡Azara ! en la escondida
cabana suena y por el monte solo y
por toda la estendida ,
cubierta de odio y dolo,
región que bate el mar de polo á polo.
¿Qué son del altanero
conquistador las glorías homicidas
ante el loor verdadero
de las enaltecidas
glorias del bien y de la ciencia unidas ?
¿ Quien tu saber preclaro
adelantó jamás? ¿ Quién tus larguezas
al pobre sin amparo ?
¿ Quién hallará comparo
de otro alguna grandeza á tus grandezas ?
Tu no perecedero
nombre, eterniza el pueblo do naciera ,
un rey fué tu heredero ,
y de tu fama entera
el mundo, que te admira y te venera!!
RiVADEO.
Madrid y mayo 7 de i85i.
Ubaldo Fasahon t LisiaA.
• I
íi
ORENSE.
fi M Hffl
ma JOSÉ Hicftus de azirí y pereiu.
Lm nttt de li proTÍacia da Orenic.
LA MOlS'EtRA,— Canción en gallego para la corona de Azara.
CORO.
Canlay ó nome d" Azara ,
cánCay, meninas , cantay :
onle por nos íraballara^
Iwxe onde os anxeles vay, ,„.,
Endrómenas que os ingreses ,
BieroD , listo des&io :
Azara ó noso beo quixo, <i.
Azara foy noso pay.
Cantay ó nome d Azara ^ ele.
Vengar ultraxea mentidos ,
(juisu ea Roma Bonaparte;
é d'estos novos peligros
librouna Azara con arte.
Cantay ó nome d Azara , etc.
Tantas vos foreu meninas,
as proezas dó Azara, ^
que naiilc , naide aa contara
á non ser en largas liñas.
Cantay ó nome d Azara, etc.
Fixolle grandes Favores
os Papas é Soticrauos ;
— 34a —
¡ Ay ! mora lome y moy lome
o imán do meu carino...
oideme un istantiño,
sentaivos ¿ meu redor.
r^in TOS ríádes oindo
que un xenio defunto adoro,
Din vos ríádes bí chorro
porque tan larde nacÍD.
] riacera en tempo d' Azara !
que a miña nación non vira
aldraxada: il non sufrirá
os que hoxe deta se rin.
I Azara...! Azara á quen toda
Europa respeto tina...!
¡ Azara da patria miña
pay cal non será ninguen...!
A solo un chorro d' Azara
o eetranxeiro tremía,
y a dura testa rendía
cal jato no recaden,
jBarbuñales, Barbufiales!
o ceo te destinara
á ser o berzo en que Azara
infantino se arrolou.
Aquil teu vastago hodo
foy do seus mcstres encanto
ala na patria do santo
que o fero Dacian tostou.
Viuse que Azara lucia
sobre os demais en talentos
cal roseira sobre os feotos
na estación primaveíral.
II foy polastro coa Troles ,
y os outros , co íl comparados ,
cogordos anafagados
sumidos no tremedal.
A pouco mais de tres lustros
as borlas ten o pequeño,
y é letrado sendo neno ,
sin tcr barbas, e doutor.
Salamanquinos y Oscenscs
veneran o graduado,
\
1_
— 344 —
O resullado de tanta
raerístada ranTurriña
sería rodar eisíña
todos ¡les por o chao.
A loíu como os cDxames
algún tempo soslcrían;
mais 00 Bn de la serían
mosquiüas no fin do brao.
Azara sabe salrftlos
do furacaa que os nmenaza :
fay que cada un amoleza
sin azuzador moUn.
Lome de mis, repetía ,
a esterilizante guerra:
criará frutos a térra,
criando as armas orín.
José d'Auslría on caramillo»
tixeiro de cascos arma ;
tamen o Duque de Parnia ,
y o de Toscaaa lamen.
Azara con sabia soma ,
como o oulro co as abenas^
mete paces, desfay crellas,
y atalla o bélico tren.
Cando o indómito atmallo
ííapoleon Bonaparte
prantar o seu estandarte
no chao de Roma tcntou ;
Surtiulle Azara á camino,
y atrás faceiido volrelo,
nin se esgrimiu o cuiteto ,
oin o cafion estoupou.
O lume alogo» das iras
ccn veces de igual maoeira,
cando cmpolanle tuleíra
era cada curazou.
Fale Rusia, Tale Italia,
Tale a sua España querida,
fale a Francia cnranecida ,
fale a cobizosa Albion.
Acatarán todas cías i '
d' Azara o saber profundoir:! f-
— 545 —
foy Azara a paz do mando , ■■•i't^ y
eternamente dirán.
¡ E con que ardor fts Ibeiros
librou da ingresa rapiña !
üVofl garda tanto a galiña
os pitos do gavilán.
Vos do meu choro testigos
y amantes da hispana gloría ,
¿non vos encanta a memoria
do aragonés doutor?
Botay de conta, romeiros,
que nada dixen aínda :
Taltavos da historia linda
oir o mais y o mellor.
Alendey. Pero... ¡ay!... de noi
o meu delor me atormenta :
d' angustia o peito reventa ,
c féndese o curazon.
¿Por qué non hay outro Azara
na miña nación querida?...
Ronieiros da miQa vida,
la non sigo a relación.
As vágoas a cara erapolan ,
os zaluzos ponme ronco...
y eterno chorar & pouco
por ti , divino Español.
Adiós , romeiros : eu Toume
disfremar as penas fondas
ali veiriña das ondas
sentado no ceape mol.
1!
Oreóte 13 de teliemLrc de 1851.
José Garcu Mosquera,
_
íQaé flor podrei regalar
d' esta cálida campiüa,
pra formar unha corona
tan elegante é lucida
como merece a memoria
d' a persona noble e dina
_
— 346 —
qne Castellanos describe
con laa delicadas tioUs?
Por mais qae busco noo topo
un lia bonita e garrida.
Uacho de cote n' os montes
carrascas , azayas , süras ,
q' os prados lardís e borlas
nada deisou a sequía.
Mais ¿q' importaba q' honlíera
algunba q' outra Qorecifia?
Cantas pudcse encontrar
d' estas dilatadas viñas,
e n' os pensiles d' as Burgas ,
e d' o Miño n' as orillas ,
non valeríau pro caso
maldita cousa), do é risa.
Porque se deafoilan logo
é faa com' a maravilla
que xa de si non e' sombra
a bora de ser coluda.
¿E por eso ha de quedar
a corona sin á miüa?
Buscaréi oulras mellorea
de mais duradeira vida ,
pois sendo Azara inmortal
po la sua gran valia
non creo xusto ofreccrlle
llores que o tempo marchita ^
sinon aquelas perpetuas
que non se axan tan eixiña.
Ka EspaQa é Tora d' ela
(non lie Tan sinon xusticia)
vemos á Azara aplaudido
en vidas é biografías
de papas , reís e bornes sabios
po las virtudes que ti6a,
e se recordan d' os fastos
d' a historia d' os nosos dias.
Que d' UD e outro eoiilin
o sen bo nome eternizan.
Tomare! pois a men cal>o
ie mirtos unba pohfia ,
— 347 —
outra tameo de loureirOf
e d' amaranto UDba miga,
e c' anbas cuantas perpetuas
que son llores sempre vivas,
algus lazmis d' os niais finos
e horteosas d' as mais bonitas ,
farei un ramilletiúo
qu'e atarei q' unha cinta:
mandareino a Barbu&ales
rogáodolle que m' o admita
n' a corona literaria
que lie leien as Provincias ,
pra que sepa qu a d' Orense
tamen o quer e admira.
DosnTíGO Antonio Fariñas.
A BOA HEIHORIA D' AZARA.
Negras sombras de noüe medrosa
unha trtgoa deixade ó luar ,
que á sua luz malencólica , hermosa,
triste un canto me poida lemhrar.
Dende á vcira do Arnoya prateado ,
que do anciano Allariz borda a-Talda ,
texer quero unha probé guirnalda,
d' amargosa niapola e ciprés ,
que 'n-un ¡ ay! do-meu peilo enframado
d' Allariz haslra Huesca voára,
3 ofrendarse na coba d' Azara
non pra á testa, que e pauco, pra os pi'sl.
Ises bornes, do molde corlados
dos Floridas e dos Jovellanos ,
¿dónde van? que uniía raza d' ananos
soias-mentcs deixaron atrás!
¿Dónde van? que á virtude apegados
nunca o-mal sempre o ben platicaron
e con dias de groria alcadaron
— Si» —
t K aifMM i* mI «B íbvíbm
Mrttap
¿Ika c irte a^ «ridÍB t farte
¡Mal af/oko pn I
rola a >et>c que o ¿too eioptto ,
caUo anot oíai? larde xema
■ob da 1^7 (lu linno caAoa .'..
Cando i Águila u ¿¿s bateado
laoto» filio* nrj mutido dizmaba,
media Europa en Azara calaba
¡mal pecado I o saatifío da paz.
E so il pudo arredar do tremendo
m¿»lro, as pouU< oa carne vezadas
e das Aas de «aogre mzouladas
o mftrlifero too aparar.
A Hua casa o probiAo apremido
eoulra o forte iba amparo improrando :
iba o alecto conselio catando:
iba o príncipe o d^V consolar.
Por o pao iba ali o deeralido ;
o afríiidn A xua gracia cramaba ;
e de Heys e de I'apas lograba
ser o lenzo que enzuga o chorar.
Dormc en paz : sa aquü xusto non temos
(fue na Ierra bír maos so miraba,
como Cristo a queu il imitaba
Soy do mundo, non á' unba nacioo...
Tanta perda ¡ay Gallegos! choremos-
surtan ais dos peitos qucíiosos ;
vagoas deilen os olios cborosos ;
sangre esUroche, o zangal curazon.
Dcnde o lUiin hastra o Vístula e Dwina ,
— U9 —
Añone o Bosforo ó Sena e o Mosa,
toda a Europa a España chorosa
acompane seu faeroe a scnlír.
Que a emprenta un nome cousina,
branco leozo unha imaxe describe,
probcs formas o marino recibe
e do vate se escolta o xemir.
Üaha tousa o seus restos encerra
'n-unba esquina da patria que banrára;
mais o acordó da vida á' Azara
nome e feitos ¿quen pode cuotér?
!Nin o mundo... Liviá lie sea a térra;
e vivindo admirado na bistoria
sobre a sua groriosa memoria
mau do lempo no leña poder.
Ora pois : adiós noite sombría i
queda adiós amarelo luar :
vos, que a linza d' Azara xa fría
m' lembrastes o triste cantar.
Allnrii 25 de tcliembte lie 1851.
VicEHTE Mabia Feijóo Montenbgro.
Entre el rumor acorde de las liras ,
astro de gloria de la esfera hispana ,
deja que llegue á ti la voz livioa
de olvidado y oscuro trovador.
En alas ?olo de entusiasmo canto
porque tu aureola al contemplar un día,
en ti miré la antigua bizarria
y de la patria el sacrosanto amor.
De liis tiempos la historia me contaron
y alli encontré la página mas bella :
donde fijabas tu la augusta huella,
alumbraba do quier de f/loria el sol.
Aunque negro borrón la historia afrenta
que el corazón hinchó de luto y saña,
por tí bendije mi querída España ,
y de tu patria el ser, ser español.
Obbnse. Madrid 50 Jo aDvieDilire de lOSI.
José Mahia FEHREn.
U mCUTO AZiBA.
¡ Ay ! com' os vates choran '. dame pena .
c B míBa mor a d' eles acompafia
remembrando a un tiome d' a calaña
d' Azara , en Roma loado e mais n' o Sena.
¡ Si vírades ali con qué faena
08 Papas lies Talaba en pro d' a España ,
e canto conseguiu co a sua maña
c d' o caletre seu co a rica vena !
E en París cando mozos descreídos
botan o trono o chau, poñendo inedo
a Europa toda , a quen declaran guerra,
Grítou Azara, e quedan aturdidos;
e o Corso paladin díxole ledo
añada e contigo nin co a tua térra.»
Francisco Fkalgo Saítedra,
Al eminente: azara.
Quii deiider'io lilpuilur ¡tai m
tsm charj cipili» ?
Mientras con gloria por el orbe gira
de las estrellas tu dichosa planta,
del pobre Hispano el corazón suspira,
y el trovador su lira
pulsa doliente y ú tus manes canta.
El tiempo que de mármol y de plata
las estatuas derriba, y de brillante
pórfido las imágenes maltrata,
tu claro nombre acata ,
de tu virtud venerador constante.
Mas que el bronce perenne un monumento.
t
[55 —
mrtal, el ooble acento
, la sedación
viento,
.¡ce y soaora
iludo firmamento.
' ! A marchitar tu aureola
Ivo de loa iñoa
uria española:
iii chispa de honor sola
i>aLria y los estrafios!
lias del revnelto Sena
'I saber vertiste ,
'<tcedor en Jena
;i:ia domefiar supiste ,
'lia de feroz cadena,
reyes generoso amigo
•': pueblo protector escudo y
\i.\vms mil testigo f
.'iiio do aegoro pudo
'olio de Sao Pedro abrigo.
ru númeo vasto y poderoso
montando del Ptrén la cumbre
~>r ostentó mijestooso
■ Gália con fulgente lambre
. tiinúbío al margen anchuroso.
.]y.ado entre el revuelto torbellino
igitaba la Europa amedrentada ,
cual faro peregrino
-. en medio de la mar alborotada
iiiiza á la nave el salvador camino.
De los vetustos tronos carcomidos
la base sustentaste insegura
con tus brazos fornidos :
puerto fuiste de paz, do guarnecidos
brillo nuevo ostentaron y hermosura.
Mas ¿quién del aguilucho sigue el vuelo
cuando á cruzar la inmensidad se lanza
con orgulloso snhelo?
¿Quién á medir los ámbitos del cielo
con su mezquina comprensión alcanza?
¿Quién tus preclaros hechos enumera?
AS
\lz
— 359
Aqni el Genio l-^.
veréis, y el Héroe th-
Ora veréisle qn-
gigante Ibero en
su vuelo altivn
que hieiiil'
Qui' ' ::¡i;iiite
del líi' .vie¿a.
es ?< * 'v:*:i rica tüsloria,
i^r-a 9« eu|j[alaoa.
«u vauaiciocia :
SV4IIU m inemuha
viiiiMv leican oíadana.
4 Hi>cui>ra á« la sacra oliva
..wu a r«*M%e úeavaruaiia ,
.• j ní«<m'a «ita
. ^. .>^.i« -t 4 .iauM e«iiva
. > %^^t« a crwfMttte helada.
V v^M^ it«áj|t!Mi» im^ cantares
.« .«^«. ■ » vmw 4 ;u saber profundo
«• iMWM MiQ^ptf«aiw.
.^v .M.44 « nMftíw MlDí lo» mares
-^ %^n%M ai MUMMt al mando !
•*»«
Jims López Mosquera.
^<.^ ^%| «É» ^i«l %Mil rOiRi.
■W- «A
^-•M^( !••
— 355 —
Que a Dosa parla gallega,
cltabacaaa e zatameíra,
iiiri se podrá por a vcira
>r a de Don Lope de Vega.
Mais iiou facer taota mofa
')<ie trinen escnbiu o'ela
o neto de Bereogüela (1) ■*"
e oulros homes d'csa eslofa. ■■' '
Tameo temos poesía (2) , '
a demais d'as nosas prosas,
e musas com^unhas rosas
que atrás deisan á Talia. i
rfon se me ponen colores
porque a miña sália a plaza,
que lie ha de dar mellor traza "li
qu' e a mais ruin d'as peores. i"-;
Eiqui tes pois mesmo u4zara '••
outro novo trovador
que acompaña en teu loor
versos que outro beroe envidiara.
Anque en Finís terree estamos
o teu nome chegou acá
caudo os íeciños d' ala ' ■ •■ * ' * .■ •
quiseron ser nosoa amoSi '' t ' ^
Dicen que os montea non paren
sinon ratos , é patraña , ■
tamen paren os d' España
bomes , e sínon reparen.
A Azara entr'outios celebro,
pois e' unba cousa evidente
que honrou moito aqueta xente
que está mais ala d'o Ebro.
(I) AloDío X llamaiio el Sabía , hijo ¿t San Fernando j nielo du üú&a Bereogüela eicri-
' bi« un gruF»D tolúmen de poesías cu lengoa gallega.
(£) El Murigtiéi de SaDlilUoa D. lúigo Lopci de Meodoia, eo una csrU tobre la pocila
dirigida al CaadeíUble de Parlugat D. Pedro , rt'genle *lel reinii ra la minorided do D. Al-
(ooio V. dice : «E deipuet fallaron eita arte, que majar te llama , el tí arle codiud, creó
ta lo> reinos de Galicia é de Portugal , donde nn es de dubdiir, que el nercicio de eilai scien-
ciai, mi* (¡uc en ningunat ulrai regiones el proviaciat do la Empalia , te icutluiubrá eo tamo
fiada qne no ha mucbo tiempo, qualesquier decidores ó iroTadoreí de eitas parles, agora fueieu
castellanoi , andaluce! ó de la liiiremodura , todas tus obm uouponian en lengna gallega o
pariggueía.D
— 564 —
de ta ImflUa qii»(fe;fMn.brilla
la marea dimíden
podrá segoir en narraeíoii aefera j
orgullo de Aragón , sol de Gaatflla?
Del siglo que espiró alzas radiante
sobre otras mil eseelsas, tn cabeza^
cual palmera gigante
por encima del plátano ondulante
su copa eleva de gentil belleu.
Eres la flor de nuestra rica historia ,
joya con que la patria se engalana,
su prez 9 su ranagloria :
eterna en el Hispano tu memoria
nunca á tu nombre llegará mafkana.
Duerme á la sombra de la sacra oliva
que circunda Ui frente descamada ,
cuya frescura viva
jamás agostará la llama estiva
ni del diciembre la crispante helada.
Y no veas indignos los cantares
que ofrece el bardo 4 tu saber profondo
en medio sus pesares,
cuando vuela lu nombre oitre los mares
y tumba estrecha te promete d mnodol
Orense.
Josft J^mn Mo
O EXGIO. SEROft DON XOSÉ NiGOLilI D
Eu quixera decir algo
d' Azara vi a nosa lengua,
pero será unba menrai
* pra min e mais pra Fidalgo (1
[\) Doo Franciieo Fidalgo Sttvsdra^ euteifo carden..'
tor de su Seninarío eonpoN u nsalt es pUigo en ei»:
lerto en la Cortaa.
■
^^^^^M
■
■
~ 1
— 3S7 —
non Ue marrón, e por eso
^H
respelóuno aquel gobernó.
^^H
E Napoleón vendo q'il
^^H
era un mozo de canteira
^^H
^H^
diiole d' esla maneira:
^^H
^^1
mon ami, reslez tranquil.
^^H
^^P
Púnase muy turbio ó ceo.
^^H
^*
c a tormeula estaba pronta,
^^H
e entonces vénse á dar conta
^^H
d' asuntos d' o seu empleo.
^^H
_
Os émulos fanlle n guerra
^^H
^H
qu' entendía ben Xil Blas,
^^H
^
e dicenlle o homc : atrás';
^^1
e non para mais n' a térra.
^^1
■
Vaise, e ¿a dónde? a París,
^^1
1
que as veces os eslraños
(d* eso hay moitos desengaños)]
non son pra ün tan ruis.
Estaba triste o cuitado,
e botouse encima a morle :
choros houbo en toda a Corte ,
e foi con pompa enterrado.
A un borne de tanta sóna
fiíéronlle monumentos,
e DOS po' los seiis tálenlos
poOémoslIe unha corona.
Obbdsb.
JüAií Moheuio.
¿Quién penetra en la urna del destino?
¿Quién del hombre el horóscopo hallar sabe?
¿Y quién presume conocer la clave
que armoniza del mundo el torbellino?
De la vida el incógnito camino
nadie deslinde mientras no se acabe.
El héroe vá á la gloria que le cabe
ciego marchando; porque asi es su sino (1).
(1) El nulor no eres en olro lino que la divina ProTidencia, h que á fine
nqae ad
^1
finem fnrlitfir diiponit omnia luaviler ; pero tqui habla como podo j lolo c
ííp con-
^^1
ceplo llama sino & la mism» ProTidcniia que lodo lo golicrna ifgun m alioi j o
cullos do-
^^1
íigniot, tÍD liacer (iolencia i la criatura racjooal.
1
1
^^^^^H
— 356-
Paréceme que teria
un pouco de teattmido ,
mais eso a un borne ses
dalle forza e bizarria.
Desque salió pr' <
xá o rapaz den so\
de non ser d' o^
e estes eran ]>'
Aplicado •
dense as I«'i
púxose X."
eo a sn
eil-
(V
utV
. \ ..itor ,
. ! . :--. :i iiiarmora conJunt,
,» %«> ■••.11%
. . .: *•»'•• ^ i •
I ■»
.'i rr;v,
I
:ii!ir?:::tí sf: iilohnini
• • •
— 359 —
luis cujas BÍmuUcra vereoda
''iijus nomen adorat Iber.
¡iisti et sapieotis imago ,
' ' vincet nonos,
'», laudes(jtie manebunt.
■'lorare BUOB.
Josfi GaBCI A MoSQDKBA.
PONTEVEDRA.
1^ lia HüIiS^íDI^^a
DBL CBLEBBB
¿/XCUIO. (bt'. (jdm C)0ÓC (J\DlCcíctÁ De CADZCUÍO,.
Los Tales de la provincia de PonteTedra.
Ed su delirio ardiente ,
con estro inspirador mi lira cante
al varón eminente ,
cuya virtud constante,
en nuestra historia vivirá triunfante.
En armónicos sones
el genio colosal del noble Azara
recuerde á las naciones ,
y su grandeza rara ,
y el alto nombre y su bondad preclara.
Fué su cuna dichosa
el dulce suelo de la patria mia ,
que la corriente undosa
del Cinca , en su armonía ,
le saludó al nacer con alegría.
En la risueña aurora
de su temprana edad , de sus talentos
la llama brilladora
crecía por momentos,
luchando de la envidia entre los vientos.
Y absortas le admiraron
las ciudades de España , y por el mundo
entusiasmo inspiraron
los rayos del fecundo
y limpio sol de su saber profundo.
Ya , con noble osadía ,
fmm
— 361 —
libra á Roma ilel yugo torpe y fiero.
de Bonaparte, el dia
en que abatió allanero
de la sagrada indepeudencia el fuero.
Ya, al vencedor de Jena,
de Austerlitz y Marengo, prepotente,
mira con faz serena
rendirle DoblemeDte
la gloriosa cerviz armipotente.
Y Roma enaltecida
por Sil libertador, como memoria
le ofreció agradecida
un recuerdo en su historia
grabando en bronce su adquirida gloría.
Ya , en la orgullosa Francia,
de especiales poderes investido,
con tesón y constancia
A su pais querido
libertó dignamente del olvido.
Y'^ asi vivió dichoso
las ciencias y las artes amparando
su genio luminoso ,
y á la Hesperia legando
el nombre singular que fué alcanzando.
Los reyes homenaje
á su virtud y á su saber rindieron,
y tranquilo hospedaje
en su albergue obtuvieron
los que su franca protección pidieron.
En todas sus acciones
la santa humanidad era su guia;
ver quiso á las naciones
hermanadas un dia
disfrutando de paz y de alegría.
Pero la infausta suerte
destruyó su esperanza lisonjera,
y envidiosa la muerte
detuvo en su carrera
al defensor de la nación Ibi-ra.
I Ay ! siempre recordados
serán sus dignos memorables hechos
— 362 —
justamente ensalzados,
y con fé venerados
mientras que latan españoles pechos.
Joaquín Fontan.
Qoince lustros escasos de existencia
para gloria de España recorriste ,
varón ilustre , cuyo nombre existe
grabado en los anales de la ciencia.
De norte y verdadera inteligencia
entre reyes y principes serviste,
y en consolar al desterrado y triste
empleaste tu pródiga elocuencia.
Roma y París eterno monumento
serán de tu virtud acrisolada ,
de tu preclaro y general talento ,
Y en la historia de esa ¿poca dorada,
siempre brillante se verá esculpida
la gloriosa carrera de tu vida.
Eddabdo Gasset.
''""femefe *"^;"■■
"'""•IB lías 2 """"«"M
' """"mcnios
^24114.
— 364 —
que mostran ós seus talentos
virtudes y bondad é cencía ,
moito acertó , gran prudencia
é vastos conoccmentos.
Goza pois xusto varón
ó premio do ten sudor ,
¿ dispénsame ó favor
lie ncoller esta esprcsion :
Ben sci que é cativo don
prá os honores que tictes ;
mais faiclia sin interés
respetando á boa memoria
dó teu nome é dá tua gloria
en Galicia un Santiagués*
Sam'iaíío.
Vicií;me dk Turnes.
AL INMORTAL AZARA.
Les úk\ií$ sont h loi , le niondi' 09t \a (lalrie
Ausí Taiglc supcrhe sou vol audacieiii
Semille diré aux niorlels : je mis uc sur la torre
Mus jo vis dans los cieux.
L.\)iinTi\E. (AY/^ J/pr/íY.— Lrt gloirc.)
Treguas á la incesante agitación de la época presente. Dejemos
revelar ai tiempo; evocar á la historia : campo á una gloria nacional.
Cantemos nosotros , hereilcros pródigos de Gonzalo de Córdoba
y Cristóbal Colon , al legatario de los destinos españoles en la ciu-
dad de los Césares y de los Papas. El Itomancero de España em-
pieza en el poema del Cid: celebra el valor y la inteligencia. ¡He-
rencia augusta de una dinastía de pueblos conquistadores! Los vates
castellanos y los trovadores provinciales se han citado voluntaria-
nionle para ceñir una corona de laurel sobre la tumba solitaria de
llaibuñales. i^as nacionalidades se agrupan para celebrar la memoria
de un varón ilustre: la Kspañü meridional, viva, inquieta, concep-
tuosa , estrecha su mano á la España septentrional grave , refleiiva y
profunda. Ks una nación ¡la patria ! que responde al apoteosis como
contesta á la guerra. Para combatir ó celebrar la unidad política de
T
I
F
I
I
i
I
i
I
I
— 365 —
Doña Isabel la Católica , no es mas que un reflejo de la unidad in-
tima j espontánea y aguerrida de los tiempos de Yiriato , de Pelayo,
del duque de Baüen.
Lleguemos también nosotros de luengas tierras á justar en este
palenque popular. La poesía brota del corazón y recoge las aspiracio-
nes del entusiasmo , vengan perfumadas en el aroma de la rima , ó
regaladas con la belleza del concepto.
Las márgenes del Alcanadre saludan á un niño de estirpe escla-
recida : Huesca y Salamanca abren las severas puertas de sus aulas
á un joven distinguido : el Estado conQa sus secretos á un aventa-
jado diplomático. Roma le saluda alborozada , Napoleón le atiende,
y la dinastía de Clodoveo se aparta del ensangrentado cadalso de
Luis XVI y celebra su hospitalidad. Es la España del siglo XVIII
simbolizada en un hombre : es el ocaso de la monarquía de Car-
los V reflejada en un varón eminente. Para los postreros dias de un
I imperio se presentan los fulgores estivales de elocuentes y magnáni-
mos dignatarios. Para monarcas como Carlos III reserva la Pro-
videncia plenipotenciarios como cazara. El plátano y el cedro no se
arraigan en las fangosas laderas. El águila anida en las montañas y
* respira en medio de las nubes.
Águila española fué Azara, que atravesando los temporales de
su siglo y salvando las crestas escarpadas de las naciones cstranjeras,
representó la reconciliación de los pueblos y la paz de los Estados.
Embajador de un pueblo, fué el plenipotenciario del Continente. La
antigüedad había abierto las entrañas de la tierra para presentar el
cadáver embalsamado del Imperio romano. La revolución francesa
abrió mas tarde las entrañas de la sociedad para hacer la autopsia de
la monarquía. Eran dos ruinas gigantescas , que esplicaban lo pasado
y el porvenir. Azara comprendió la soledad «le las tumbas de Pom-
peya y Ilerculano y el estruendo de los mercados de París, y anti-
cipó la paz á la destrucción. España fué la sostenedora de esta re-
conciliación solemne de las armas y de las ideas. Azara representa la
restauración previsora de las monarquías, tras luengos dias de tribu-
laciones sangrientas.
Salud, águila de la paz europea. La posteridad os aclama. La
nación celebra vuestra memoria. En IJarbuñales tenéis un panteón de
mármol , — es un recuerdo de familia ; es el monumento de vueslra
herencia de fortaleza y renombre. Allí están vuestras cenizas lo
que pertenece á la tierra. En la historia conserváis un panteón Glo-
rioso; es el tributo de la venlad ; es el santuario de la patria. Allí
está vuestro genio lo que pertenece al pensamiento, lo que
Tuelve al cielo.
r
— 366 —
Ambos monumentos perpetúan la cuna y el sepulcro de Azara.
Faltaba esa inscripción respetuosa que la poesía improvisa entre los
vates de un pueblo. Sobre la urna cineraria se echaba de menos una
corona. El laurel y el mirto son deshechos por las tempestades; son
la lúgubre ovación de una fecha de familia ; representan el dolor in-
timo y el luto privado ; caen y se deshojan cuando se apagan los ci-
rios del dia de los difuntos. Los vates españoles han tejido una co-
rona de siemprevivas, que sobrevivirá al sepulcro. El mármol dura
menos que el libro.
I Ovación solemne! ¡ Recuerdo imperecedero ! No en vano circula
por las venas de los ingenios españoles la sangre de Berceo y de
Alonso de Ercilla. Siempre que se apele entre nosotros al sentimiento
nacional , á la hidalga independencia , los poetas del siglo XIX res-
ponderán acordes como los trovadores provenzales á las Cortes de
Amor y á las tensiones de la gaya ciencia.
Detened el tiempo : no volváis esta página gloriosa de la histo-
ria no olvidéis un nombre que pertenece á las glorias nacio-
nales
Ya es tarde.
Vuestra corona la recoge la familia y el entusiasmo.
Azara pertenece á lo pasado : al través de guerras asoladoras y
quebrantos nacionales, como la posteridad de nuestros padres.
Seguidle con vuestra mirada las nubes apiladas en el hori-
zonte ocultan su sombra.
Es el águila de la paz ¿Será la primera ó la última de esa
legión de espíritus emprendedores que salvan á los pueblos de los
naufragios asoladores?
El águila anida en las montañas y respira en medio de las nubes.
El plátano y el cedro no se arraigan en las fangosas laderas.
Santiago. Santiago 1.° de diciembre de 1851.
Antonio Píeira de Mosquera.
llomes salen á luz de cando en cando ,
que moito fan pasmar ao mundo enteiro ,
uns sobresalen por ó seu diñeiro
outros por gran valor, poder é mando.
Aquel por compasivo é xenio blando ,
aquel outro por reuto é xusticieiro ,
mais rara vez un sabio verdadeiro
— 567 —
vemos en todo cencía demostrando.
Un sin embargo temos por fortuna
de todos ben ná Europa conocido ,
con talento é saber desde a sua cuna ;
Este tal como aquí vay referido
un xenio foi apellidado Azara ,
que Dios ná España para ó seu ben criara.
Sapitiago.
Vigente de Tübiíes.
Eco doce, popular, brando acento,
que España é Europa enteira t'escoitando ,
d' Azara ilustres feitos vas lembrando
e a patria cbegas boxe de sarmentó.
Eiqui onde ó sabor, á groria e o talento
do xenio aquel , un dia nos pasmando ,
cundiron por do quer, Ue levantando
cada gallego peito un monumento ,
Sois filio d' esa patria tamen son
e tí , Eco , español Eco , m' envaneces ,
d' Azara inmortal nome o recordar ,
Toma ; leva d' Azara ó panteón
un suspiro , una bagoa , mentras preces
dende eiqui quero ó Ceo en U' elevar.
YlLANGOSTA.
Marcial de Valladares.
isi WHim-Lira.
CoBfreide las lores poétieis qie eoBsigrai al iisígie Doi José
Nicolás de Aun los vates de las f miieias de :
imA. PÁLENGU.
BADAJOZ. SALAIANGA.
BURGOS. SANTANDER.
GAGERES. SEGOm.
LEÓN. TALLADOLID.
LOGROÑO. ZAMORA.
9úaaa9a v amaMn 9MUiViamMVMA maik vjuto*
47
1
AYIU
ü iUi atiSQt«iiütii
DBL ILDSTRB UTBRATO T ]>IK,OI[ÍTICO BSPÁÜOL
EXGMO. SR. DON JOSB KK»LAS DE AZAIA T PERERA.
Tata do h pifiMuie lih.
Grande , Espafia , en poder nn tiempo fuiste ^
dias de gloria para ti corrieron j
un Mundo descubrieron
las naves de Isabel ; fiera venciste
en Lepanto , ea Pavía ,
en San Quintín... El mar acató un dia
tu noble pabellón cuando imperaba
el Tercer Carlos , y las turbias olas
viéronse henchir de naves espafiolas.
Azara entonces del Monarcapispano
representó con gloria
la augusta magestad : el Vaticana
admiró sus virtudes : su memoria
aun hoy en Roma vive¿... Dadme flores
para adornar su tumba, insignes vates,
pulsad la lira, y suenen sus ToOres.
¡ Cuánto las letras y las bellas artes
debieron á su afán ! Por éfá Horacio
monumento envidiable .
y al grandioso Marón levantó en Parma
el célebre Bodoni , mas durable
que el mármol honrador del culto Lacio (1).
TúUo le inspira, y atinado vierte
en el castizo idioma de Cervantes
las frases elegantes
(I) Se alude á las magnificas ediciones de las obras de Horacio y Virgilio hecha» en Par-
ma hdjo la dirección del br. Azara.
i|
— 573 —
á la mansión de su celeste Padre ,
otra vez bajo el peso
gimiendo de fai cruz , le presentabas
con divinal ternura
vuelta la faz á su amorosa Madre,
victima del dolor y la amargura (!)•
Así uniendo lo bello y lo sublime
de las artes aprende los primores,
y en su mente se imprime
la ideal perfección. De los pintores
el genio á la censura
del español Mecenas sometido,
escucha sus lecciones :
museo los magníficos salones
de su morada son , donde se hermana
el arte con la ciencia, y donde absorta
le oye enseñar la juventud romana.
Si á los negocios públicos vacando
rara vez y al estudio , hállase Azara
suspenso contemplando
en quieta soledad , las colosales
ruinas su atención llaman
de la antigua metrópoli : ¡oh cuál siente
latir su pecho cuando se halla al frente
de los arcos triunfales ,
que entrar cautivos á los reyes vieron )^
y en sangre tintos por los godos fueron !
En el antiguo foro
al eco de tu voz grave y sonoro ,
elocuente orador, ha sucedido
silencio sepulcral : solo del buho
en la callada noche se oye el canto ;
y grima da y espanto
cuando la ruina llora
de Roma en la caverna dó se esconde ,
y el que le escucha con dolor responde:
¡ Ay cuál cayó del orbe la señora !•••
Y cuando triste el sabio coutemplaba
á la muerta ciudad , cruda tormenta
también amenazaba
(1) El cuadro de Rafael conocido coo el nombre de Pasmo de Sicilia.
374 —
á la que hoy vive , y su hermosura ostenta.
En la Gália vecina
arde el volcan donde se hundiera el solio ,
y de la inmensa amenazante ruina
no está seguro el alto Capitolio.
: Misera Italia ! Para ti Belona
dio la horrible señal : acerbos males
te aguardan ¡ ay ! vacila tu corona.
Ya las trompas marciales
rf suenan con fragor : la helada cumbre
traspasan de los Alpes las banderas
de tricolor insignia ; el humo denso
del tnniante cañón la clara lumbre
i>scunH^^ del s^>l « y al grito agudo
lie I tiM /«I RefHMica es vencida
la cxHubinada hueste : ya en el campo
rwwa el silencio mudo...
IM ^y^ce^Kv terrible de Marengo
la es)vaila centellea...
\a cual funesto metei>ro avanza,
el IV > el .\|>enino señorea ,
\ el Mvo destructor de la venganza
|Hr^|iara ¡ oh IVoma ! ct>ntra ti I ¿ Qué escuda
auuvirarte punirá?... Solo el de Azara.
Kl Vnucipe sagrado
en cuyas sienes brilla la li^ra j
al es|^Aol confia
la alta misión de interceder « y parte
en alas del deseí^ inerme el sabio ¡
\ cual batano dique al mar eofrena y
v^uiara^ illa del arte"!
Viara asi c\hi elocuente labio
desarma al >íettc<sli>r. y le seresa \^l\
¡Oh duictf simpatía !
viiK^ulo ile las almas « cuyo encanto
lur^ihla e^ de uaa en b afligida Imn ;
tu al geuio del saber y al de b giiem
— 575 —
uniste ep este dia,
y Roma se salvó. Resuena el canto
en la eterna ciudad. «Azara viva ,
nuestro libertadora la gente clama ^
«▼iva la pazy» y umba
la salva del cafion, y el himno santo
en la elevada bóveda retumba.
Del espafiol la imagen espresiva
multiplica el pincel , tamnien se graba
en duro bronce^ y la repite el mármol.
El pueblo agradecido que te alaba ,
nunca te olvidará : su eco sonoro
desde el suelo feliz que el Tiber bafia
llega hasta el Bétis ; se repite en coro
por la ibérica gente,
y será , ilustre Azara , eternamente
tuyo el honor 9 la gloria para Espafia.
ÁYÍLk.
EuGEino DE Tapu.
A LOS DOS CÉLEBRES AZARAS.
En alas de su Genio conducidos,
á la inmortalidad son elevados :
como Castor y Pólux abrazados ,
de Febo en las mansiones admitidos,
PTo fueron héroes para el mal nacidos :
ni doctos en el aula ejercitados
á alzar el velo de Jehovat osados ;
ni empíricos^ de pueblos aplaudidos.
Fueron la glona de la patria mia
los que al culto del bien se consagraron
para felicidad de los mortales :
Y el sacerdocio en la sabiduría
ejercieron los dos , pues enseñaron
ciencia social , y ciencias naturales.
PODaiHITA.
José Somoza Cabbajab.
— 576
AL DIPLOMÁTICO AZARA.
Cuando á las letras y á las ciencias dado
ilustrabas tu nombre generoso 9
y al celtíbero suelo venturoso
por mil claros varones ya afamado ,
A los altos negocios del Estado
la Patria te llamó : vuelas gozoso ;
y Europa oyó tu acento poderoso
por Principes y Pueblos acatado.
A tí , en Guerra de Paz fiel Mensagero ;
salvador de Monarcas y Naciones ;
Sabio, Estadista, Yate, y Caballero...
¿qué lustre añadir pueden mis canciones?
De España enalteciste el Nombre y Gloria ;
y el tuyo j Azara , vivirá en la Historia.
AldeíYIBJA. ATÍla 20 de setiembre de 485 1 •
Antonio Zauonero de Robles.
BADAJOZ
DEL IXCMO. SEftOB
DON JOSÉ NICOLÁS DE AZARA T PERERA.
Los fa(M de la prof incia de ftadigos.
¡ Ilustre Azara , honor del suelo Hispano y
caudillo invicto de esplendor y gloria j
sin par por tus azañas en la lustoria ,
de talento y esfuerzo sobrehumano !
El Támesis , el Sena , el Océano ,
donde tu fama se hizo tan notoria ,
en mármoles y bronces tu memoria
por siempre grabarán , César Romano.
¡ Parca fatal que arrebataste un dia
á tan noble familia su consuelo
que ser eterno al mundo merecía!
Mas no murió ^pues de virtud modelo
aunque le vemos en la tumba fría ,
murió en la tierra , y renació en el cielo.
' Madrid 5 de enero de 1852.
La Marqübsa db Aguiar.
Corona ciñe el triunfador guerrero
¡ ay ! mas corona á las naciones cara
es esa que la gloria le prepara
con la punta sangrienta de su acero.
Tú , modelo del noble caballero ,
orgullo y honra de tu estirpe clara
tú has hecho que tu nombre , ilustre Azara ,
venere el español y el estrangero.
48
•*
— 378 —
Pero no porque el grito de la guerra
hicistf resonar con loca saña
diriiiidicDilo el espanto en nuestra tierra ;
Sino por dar á la infeliz £spaña ,
g^nio de diplomático eminente ,
|uiz al furor de su irritada gente.
AUHUHDBILKJO.
Garduña Coronado.
Hoy que la madre Europa se lamenta
al contemplar su seno desgarrado ,
y su escelso blasón roto y bollado
por los hijos espúreos que alimenta :
Hoy que en dura prisión el bueno alienta
ó de los patrios lares arrojado
arrastra su existencia entre dolores ,
mientras gozan impunes los traidores :
Hoy que no bastan ojos para el llanto
que nos hacen verter males sin cuento :
hoy que para luchar nos falta aliento ,
y al orbe emancipar de su quebranto :
hoy que impera el terror, porque el espanto
no deja á las gargantas un acento
con que clamar venganza á loa^tiranos ,
y á sus hierros tendemos nuestras manos :
Hoy que de nuestra patria los varones
de valor y virtud no son dechados:
hoy que fajas y cruces y bordados
se ganan intrigando en los salones ;
hoy que no queda á nobles corazones
mas que volver sus ojos angustiados
á otro tiempo mejor , de ínclitas glorías
para endulzar la pena en sus memorias.
Ven á mis manos , lira idolatrada ,
de mi eterno dolor la compañera:
ven á mis manos , ven , por vez primera ,
dulcísima, sonora y acordada,
ven ; que de mirto y lauro coronada
á tu voz uniré, no plañidera,
mi voz , como en los dias del quebranto ,
w
I
— 379 —
que boy me place secar mi acerbo llanto.
Ven; qne si en los recuerdos eiistimoü
grandes los españoles, olvidemos
en ellos los dolores que seotimos,
y las glorias pasadas celebremos ;
veo; que si postergados hoy nos vemos,
porque ser siempre grandes no supimos,
evoquemos un nombre en nuestro duelo,
que sirva á las edades de modelo.
¡JNombre inmortal, primero sin segundo !
¡ Azara el mas ilustre de los sabios ,
que supiste acallar, genio fecundo,
de la agitada Europa loe agravios ,
y la noble doctrina de tus labios
con respeto sin par acató el mundo !
jTú, á quien grata dedico mis canciones,
ejemplo palpitante á las naciones !
Alza la voz y di á los que nos vejas
al vernos ¡ oh dolor I degenerados,
que no son, no, los iberos menguados
como ellos falsamente los motejan:
que si torpea pasiones nos aquejnn ,
desgracia que boy lamentan sus Estados,
al recuerdo grauílioso de tus hechos
podrán regenerarse nuestros pechos.
Diles, que si no existen ya en España
seres qiie como tú su nombre bouraron ;
que si DO nacen ya los que ganaron
un cetro á su señor con cada hazaña ;
que si amaños sin fin de gente estraña
el fruto de sus triunfos nos robaron,
aun nos quedan , Azara , tu memoria
y el manto en que envolvernos de tu gloria.
¿Y quién, di, claro sol de glorias ciertas,
que eternas vivirán en las naciones ,
le podrá deslucir? ¿Quién sus legiones
manda á oprimir los pueblos que libertas?
¿O los que llenan cárceles desiertas,
dó se adunan la infamia y las pasiones ,
de ilustres desgraciados, que cual perros
perecen de dolor entre sus hierros?
; Oh! no : que esos mil pueblos oprimidus
_ 580 —
el lazo romperán que bu voz doma ,
y con voz sepulcral clamará Roma ,
los brazos hacia ti siempre tendiáos :
«Mira mis monumentos derruidoB,
vé cnál mi Capitolio se desploma ,
j cuál la tiranía sufro muda
hoy que to nombre , Azara , no me escuda. ■
Y á su vez clamará la triste Europa ,
fijos en tí los anguBtíados ojos :
«Mis huenoB hijo» vé que en sangre rojos
pasto dan al Teslin de insana tropa :
vé manchado el fulgor de mi áurea ropa ,
y en mi frente el carmin de los sonrojos
al ver mi dignidad por ti salvada
hoy por hombres sin íé lan mancilladaji.
Y clamarán allende de los mares,
desde el füado de cárceles impuras,
las voces de aherrojadas criaturas ,
que asesina el rigor de los pesares :
«Para los que arrojasteis los altares
de Dueslra libertad de bus alturas,
y hoy DOS dais el dogal para consuelo,
DO hay gloria mas allá ni en este suelo.»
¡Oh, Azara, Azara!... Al contemplar las penas
que pesan sobre el mundo en estos dias ;
al mirar los conflictos que solias
á lu patria evitar y á las agenas;
al ver que del proscripto las cadenas
en dorados alambres converlias ,
trocando de su duefio la dureza
con ellos en magnifica largueza ;
Al mirarte legado de los reyes ,
y de todos amigo el mas preciado ,
eo todas circunstancias aprestado
á proteger sus tronos y sus greyes ,
y á conservar incólumes sus leyes ,
que hiciste respetar al gran Soldado;
y al ver que loa Pontífices buEcahan
en tí su salvación, y la encomiaban,
Siento inflamar mi mente entusiasmada
el estro abrasador, que al vate inspira ,
y hago vibrar las cuerdas de mi lira ,
I
— 381 -
que en lloroso ciprés dejé colgada:
y me lleno de orgullo, patria amada ,
de los que á bu pesar el orbe admira,
de haber nacido en el fecundo suelo
que dá Azaraa al mundo por modelo.
filas tal vez me replica el estrangero
con acento brutal de hondo sarcasmo :
modera, pobre necia, el entusiasmo
que te inspira e) ingrato pueblo iliéro :
de ese que ensalzas hoy tan caballero,
cuyo genio la Europa vio con pasmo,
si se cantan las glorias ¡co.sa estraña!
á su sangre lo debe , no á la España.
¡Oh los labios sellar! no mas acentos
pronunciéis humillando la altiveza
de este pueblo , tesoro de nobleza,
y foco de leales sentimientos.
¡Callad.' no blasfeméis, hombres violentos:
ya que usurpado habéis nuestra grandeza
devoradla en buen hora ; mas dejadnos
con nuestras ilusiones recrearnos.
Nosotros no os dijimos que olvidara
vuestra patria también, hijos preclaros ,
ni la nuestra tampoco fué á brindaros
con premios que á los suyos rehusara.
Si en Iberia á los sabios no se ampara,
saben estos decir para enseñaros:
el olvido prefiere el castellano
á la gloria deber á estraña mano.
Y que los que por dicha aquí nacieron
DO el tráfico tuvieran por oficio,
ni á su madre por precio de un servicio
honores y riquezas la eligieron;
que al contrario de aquello en beneficio
sus tesoros y vida consumieron ,
gozosos con que el mundo celebrara
tamaña abnegación y la imitara.
Asi, callad y oíd , hoy que en mi alma
sustituye el placer al sentimiento,
mi voz junto al sagrado monumento
dó el patricio mejor reposa en calma.
Allí, uniendo al laurel la virgen palma,
— 582 —
al eco vibrador de mi instrumento
á su frente , de España maravilla ,
cciliré mi guirnalda aunque sencilla.
Mas ¡oh Azara inmortal! genio eminente,
orgullo de la Hispana monar(|uía,
hijo digno del pueblo que estendia
su grandioso poder de ocaso á oriente,,.!
Ante tu mügestad doblo mi frente
espira en la garganta la voz mía ,
lemiendi) profanar mérito tanto
con el débil acento de mi caoto.
Otras voces mas fuertes y sonoras
dirán por mi lo que á decir no acierto ;
que fuera audaz mezclarme en el concierto
que ensalza las virtudes que atesoras,
A las regias alturas donde moras,
no alcanza , no , la voz de nti desierto i
y lo que siente el alma que te admira
no acertará á espresar mi humilde lira.
oz. C9inpsn«ti<i 1." de twn Ae lOSi.
VlCBHTA GaBGIÍ MlBANDA.
Lloremos sobre la tumba
generación desdichada,
para sarcasmo nacida
de las edades pasadas.
Altos ejemplos de gloría
ya no te admiran, España,
que nuestra fatal estrella
ahogó su fecunda savia.
Para los pueblos que lloran
cual lloras tú, pobre patria,
está et único consuelo
en el polvo de la nada.
¿A dó tenderás la vista?
¿Dónde otro consuelo hallaras?
Conmigo ven á la tumba,
que ella nuestra gloria guarda.
No vuelvas atrás los ojos
— 585 —
desde esta mansión sagrada^
que el eco de nuestro mundo
bastaría á profanarla.
¡ Cada sepulcro un recuerdo !
¡ Una eternidad de fama !
¡ Que tú tan heroicos hijos
hayas engendrado , Espafia !
I Cómo el corazón revive ,
y la mente se levanta ,
y hierve sangre^espaftola
en nuestras venas heladas !
¿Quién poderoso su brazo
no siente á rudas batallas j
si de Cortés y del Cid
huella la tumba preclara ?
Cenizas de Carlos Quinto
por laureles cobijadas j
¿á domeñar hemisferíos
no alientan á nuestras almas?
(Y si tanto no consiguen
recuerdos de gloría tanta ,
que reposen nuestros ojos
sobre la tumba de Azara.^
¡Azara! ¡Azara! despiertan
los ecos de las montañas
á dar su voz melancólica
á los^ecos de la Fama.
Y de placer se estremece
cabe su cuna arrullándola ,
aquella región fecunda
que Ebro caudaloso baña.
Laureles dadme^de Tiro,
de Jericó dadme palmas,
y los conceptos de Tasso ,
y las trovas del Petrarca.
Que solo á este sitio puede
mover la tímida planta
á cantarle y coronarle
como á Gofredo y á Laura.
Mas ¡ ay ! que á gloria diviña
no alcanza trova mundana ,
y virtudes y altos hechos
— 585 —
eseacia de nuestras almas ;
Venid y del prafo íérlil ,
que Mayo viste de gala ,
traed las mas aromosas
flores, en ofrenda sacra.
I Dichosas llores, nacidas
con estrella afortunada t
Van á derramar su cálii
sobre la tumba de Azara.
Y en grato coro tejidas
vuestras voces sobrehumanas,
música den á los vientos ,
y á su memoria alabanzas.
Venid, vírgenes, envueltas
en vuestros velos de gasa ,
á ser amorosos guias
que al cielo llevéis su alma.
Yo , trovador desvalido ,
ronco cisne en turbias aguas ,
para el barro miserable
que con los hombres le iguala.
Para ese polvo , que era
cuando quiso Dios, Azara,
un nombre tengo mundano
1 cuan dulce nombre I la Fama;
Y una flor , de esotra vida
imagen sencilla y santa,
siempreviva melancólica ,
que pongo en su tumba helada.
I Ángel del bien I lú que velas
por la gloría de mí España ,
cuando mis ojos se sequen
^ven con tu llanto á regarla.
Vicente Barbantes.
Ya en leve polvo, y en la tumba impía,
do las glorias se olvidan terrenales ,
del mundo y de sus pompas ideales
49
— 386 —
yace tu freale bajo loSa fría.
El genio que admirara en algún dia
la Europa, por sus dotes inmortales,
cuondo la ciencia á rápidos raudales
de tus labios dulcísimos salía,
!\o existe ya. Mas dura el sentimiento,
y los sabios del mundo, de tu nombre
evocan el recuerdo y la memoria,
Que en premio de tu grande «alimienlo
al noble Azara y á su gran renombre
puesto emineate concedió la hbloria.
Jbrez db los Cad\lleboí<.
UaanJ II di Abril dc18ül.
EuGEniQ GábcU uk Gregobio.
De la alta diplomacia los arcanos
penetraste sagaz con noble intento ,
y de tu ciencia en premio, un monumento,
alzaron a tu gloria , los romanos.
Fioridabianca , Roda y Joíellanos
admiraron absortos tu talento,
y su fina amistad^ con leal acento
te ofrecieron solícitos y ufanos.
Al par de aquellos eminentes hombres
que á la Iberia legaron tanta gloría,
y cuyos claros y famosos nomines
Son un blasón de la española liistoría ,
tu gigante figura se aparece
y entre inmortales hechos resplandece.
JBEBZ db los ClBALLEBOB,
Madrid II de abril de 1851.
JoAQCín GabcIa db Gregorio.
]No en el ocio su espíritu consuma,
ni esquive padecer, quien su alabanza
deber no intente á lisonjera pluma.
En esta transitoria humilde estanza
el efímero honor que se consigue
— 387 —
I de lágrimas se alcanza. <
B il pesar que dos bosLígiiu :
I impettutbable do contemplo
bl rigor lie los hados do mitigue.
las lio 8u gloria cifre eD el ejem|ilD
, I que abrióse camino cou la espada ,
1 iiitsca de la fama el sacro templo : "lu
Hay scodero mejor: digna morada
iieDc aili la virtud para el que prueba
de la envidia la copa envenenada ;
Para quien los rigores sobrelleva
y solícito arranca al desvalido
el punzante aguijón que en él se ceba.
Guarde el mundo su lauro fementido,
premio de quien tejiólo por su mano
pensando no le espera eterno olvido :
Que tú, sublime Azara, cuaudo ufano
al proscripto infeliz fuiste consuelo
y robusto broquel contra un tirauo.
Constante y animoso, el torpe sábelo
desdeñando del émulo safiudo, «""^
ojos de caridad volviste al cielo.
Quede la hie) del odio :i quien no pudo
su méate ennoblecer, y escuche el sabio
con magnánimo pecbo y labio mudo
de sus propios validos el agravio.
Emíuo Olloüui.
áia aa^agisa ,^34^154^,
Mereciste del cielo los favores
y de los pueblos el amor ardiente ,
y mereciste que en tu noble frente
brillasen de la gloria los fulgores.
De la fama los ecos voladores
tu nombre llevarán de gente en gente ,
y serán tu epitafio eternamente
yace ta frente ti ni
El genio qiii'
la Europa , ]".•■■
cuando la cti
de tus lábil'
Koexi-
y los p!il'
evocan
0-1
al ii<
p».-
.'jErrs RoDUGüEZ Varó.
BURGOS. """"
EXCMO. SR. DON JOSÉ NICOLÁS DE AZAfiA Y PERERA,
Loi tales il« la pronncia de Búrgot.
Tiembla mi mano femeDÍna y débil
al pulsar boy las cuerdas de mi lira ,
porque incapaz la veo
de interpretar fielmente mi deseo.
Tiembla también mi voz, y espira el canto
en mis trémulos Ubios, y humillada
al mirar mi ímpoleucia ,
envidio el don de uoa alta inteligencia.
Lo envidio, si, porque á los grandes hombres
solo grandes ingenioe loar^tiebeii,
y juzgo atrevimiento
á tal altura el elevar mi acento.
¡Quién poseyera la lira melodiosa
que tan heroicos hechos nos cantara,
lira que yo venero,
y que un dia pulsó e! divino Homero I
¡ Qué suWimc mi canto entonces fuera !
el digno galardón , que de justicia
se le debe ¡ oh Azara!
de pagártelo eoto me encargara.
¡ Mas delirando estoy I la musa mia ,
por mucho que se esfuerce, débilmente
podrá cantar las glorias,
que han legado á mi patria tus memorias.
¿Y qué importa que débilmente cante,
y que no te interprete felizmente,
L
'"^.
'•4.mi
b aclama?
^ :« .«- ié rica poesía
^ -. . u < M le liesuuda 9
: rr-' , :ur ca bella
-<:. . ::-i:indo hasta agradable
- -i. :írH*:'j::.i,i numen?
t -vf síT-nii un hermosa ?
'.I^^*• ;h Arara! que mis ojos
- v ij^vi:; ¡a alia cumbre
■ .:. rr" fc <c M:>^?l^e se ostenta.
• . .- í- : v.r.j aureola
•■ : v^^ ;. • c ^"-^ '■ r.\:fa,
.í : \-.iiStt»\' ij • ríe Ríe deslumhra.
\ :i' ••'* j . • í'í :¿ :í'.'-. • í'4>« ?u manto
:<..» l\'** fH* .Vil' *4".í
; ,1 .( '..j iT? jv.:*; j>f íx »i%Ja.
,.np íiMi- !r ,•**»/ :,HÍ«i».<' Imposible:
\» I. (iir -»! in a.rniiT t 'w? iir».ii,
Oírt nnt firiyrfsna.
1 •
■•» ••-. •
••• V.
• ,•
. i *..
— 591 —
Al borde de ese nnto pNfdigjioso
pensamientos , yioleías , ama]polas ,
forman orla , y el tema
de su inscripción traduzco en este lema :
— Nuestro nombre español honraste en Roma
con tu saber profundo ; á tal altura
en Francia lo elevaste
que asombra ver , donde lo colocaste. —
Con tan hermosas flores , enlazados
ramos de verdes y doradas hojat ,
suavísimos aromas
despiden ; y en poéticos idiomas
De armonía dulcísima , murmuran
impulsados de un céfiro celeste :
— Que el gran Napoleón
tributo te rindió de adoración
— Que Tuiste fiel amigo de los reyes.. •••
— Sostén de las princesas desgraeiadas
— ^Y del artista amparo
— ^Y de los sabios luminoso faro..;.!^— ^
Mucho mas me dirian las parleras '
y bellisimas flores, sí onti nube
del cielo no bajara ,
y ese mi hermoso libro no cerrara.
Sus páginas gloriosas se me ocultan
esa azulada nube se interpone
y te envuelve y te eleva
sin duda al seno de mi Dios te lleva.....
Allí tu puesto está : allí tu gloria :
allí tu galardón | oh noble Azara !
El Dios omnipoteofle
solo puede premiarte dignamente
Cesa mi canto ya : la seductora
poética ilusión desaparece;
y mi musa á la nada
vuelve de que salió por ti inspirada.
Puebla de Arganzon. Vitoria 22 de julio de 4851.
Joaquina López de Madaruga.
— 593 —
y objeto digno de tu sacra lira
del mundo busca por el ancho suelo.
Mas no : no el ala por el aire lleves,
que un siglo corruptor ha emponzoDado^
ni entre tos que han sus hálitos tragado
el genio busques que cantar tú debes.
A la luz tibia de menguante luna
desciende á abrir los mudos panteones,
y entre el mustio ciprés y los llorones
de hondos recuerdos misteriosa cuna;
Verás mil sombras en sutil bandada
silenciosas volar de copa en copa,
y entre ellas una que contempla A Europa
en la mas alta cúspide posada.
Y es ella , si; aún dibuja el vapor vano
su venerable aspecto y frente clara ,
ella es la sombra del ilustre fizara ,
la del marqués primero de Piíbbiaiio,
La del hombre de Estado, el literato,
el protector ardiente de las artes,
el que luz derramando á todas parles
tributara al saber incienso grato.
[Genio sublime! ya en cadenas de oro
tiernos alumnos de tu labio prendas ,
ya al cortesano adulador sorprenda
de tu patria y de tí hollando el decoro;
Ya cruzando magniñcos salones
con los altos poderes del Estado,
graves cuestiones á tratar llamado,
de gobierno y de paz distes lecciones;
O descendiendo de su regio trono
altos monarcas de tu patria lejos,
siempre de paz escuchen los consejos
del labio amigo sin doblez ni encono :
O si trepando al alto Capitolio
te vé admirada la romana gente,
ó de los Papas, con serena frente,
y firme mano sostener el solio ;
Ya lu elocuente voz de la tiara
arreglado el solemne movimiento
en todo el orbe tu apacible acento
50
— 394 —
por la estendida cristiandad sonara :
O si acosado de la envidia avara
de la calumnia huyendo los azares
al seno tornas de tus patrios lares ,
siempre serás el mismo , siempre Azara.
Y aquel que descollando cual gigante
en los altos consejos del Estado,
de poderosos príncipes al lado ,
supo calmar al mundo delirante ,
Hoy al humilde hogar de sus mayores
del cortesano vértigo volviendo ,
y de su pompa engañadora huyendo
torna á regar de su jardín las flores.
Mas si la patria en borrascoso día
de nación á nación , de nombre á nombre
traba la lid , y necesita un hombre
á Azara solo su estandarte Ca.
Y sosteniendo como buen patricio
con frente altiva y poderosa mano,
el pabellón del pueblo castellano,
de su quietud haciendo el sacrificio.
De Francia toca la agitada corte
cuya discordia su presencia calma :
de su gobierno y clubs arbitro y alma ,
conquista á par la admiración del Norte.
Si la tormenta popular bramando
Reyes y Tronos despedaza fiera ,
de Azara solo la amistad sincera
vuela en su auxilio el golpe reparando.
Y cuando el numen que fulmina el trueno
el rayo lanza que la tierra enciende ,
solo la mano protectora tiende
al grande Azara , de contento Heno.
Así la sien ceñida de laureles
y de grandezas y de honor colmado ,
le sorprendió la muerte rodeado
de ilustres hombres , y de amigos fíeles.
Y el que de tantos pueblos el enlace
selló entre Reyes con pomposo ruido ,
deshecho en polvo y en la nada hundido
bajo este mármol solitario yace.
£1 eco hoy solo en tu mansión retumba ,
— 596 —
ilustre sombra en ta mansioii de loto r
permíteme una lágrima en tributo
este lirio arrojar sobre tu tumba.
Villa de Portosublo.
Cándido Oscna*
A LOS DOS GÉLEBHES AZARAS DE ARAGÓN.
Tienda la Fama su esplendente vuelo ,
rasgando el aire con potente brío :
encúmbrese veloz de nuestro suelo
al abrasado Sud y al Polo frío ,
y adonde el sol huyendo en el vacío
hundir vemos , ó bien pos de la aurora
su carroza fulgente
retiñe en grana al plateado Oríente ;
y céntupla pregone en voz sonora
los nombres de los hijos inmortales
del pequeño confin de Barbuñales.
Allí cabe el Oscense Celtibero
dos astros luminosos aparecen ,
que ledos esclarecen
con bella luz al orbe todo entero.
De su fúlgido aspecto mil loores
en ti reflejarán , patria querida ,
y culminante gloria ,
y prez nunca mentida ;
que son también hoy tuyos los honores ,
que dando eterna vida ,
exornan de españoles la memoria.
[Nobles hispanos , que en sublimes alas
de un genio colosal al templo augusto
subisteis de la gloria inmarcesible ,
mil dignos vates con las bellas galas
de poético decir , y estro robusto j
sabrán en honor justo,
y empresa bonancible,
cantar con dulce voz la fama ilustre
— 3% —
de vuestro ingenio, que la Espafia admira j
y que es de Espafia decoroso lastre.
No tanta es mi ambición : no á tanto aspira
mi estéril musa , mi empolvada lira.
Ella sin uso , desacorde y ruda ,
gozosa canta en amistoso acento ,
y en llana frase , de esplendor desnuda :
salud , oh estirpe clara ,
que á ti debieron su glorioso alirato
los dos hermanos Ínclitos de Azara.
¿Quién es la linda |óven , que aparece ,
de rasgos sobrehumanos ,
con un globo y un índice en sus manos «
y cuya blanca frente resplandece
con miles luces bellas
de miles otras fúlgidas estrellas?
Es Urania ; que nitida enaltece ,
y con sus altos dones enriquece
al noble Félix ^ su querido aluno,
que innotos rumbos traza sin sendero ,
solícito oprimiendo en su madero
los estensos dominios de JXeptuno.
Y no sin fruto, impávido viajero y
con afán incansable
el viejo y nuevo mundo recorriste ;
que hidalgo enriqueciste
con venturoso don , de alta valía ,
el campo de la historia deleitable ,
y el ya noto confin de geografía.
Frente á los Andes de cortadas crestas
de puntas elevadas ,
que amenazan enhiestas
del campo convecino
las húmedas llanuras y lomadas ;
allá del Paraguay , y el Argentino ,
y el Uruguay , y el Panamá saltante
el curso undoso y ribas dilatadas
con vista contemplaste penetrante.
De sus grandes riquezas no estudiadas
dócil naturaleza
allí sus minerales te descubre ,
y la ufana grandeza
— 597 —
del vq;etal , que n» tarraioB órim.
Y tú en doetas laboiei
y grata seneUleza ,
del gran Buffmii^noUaio loa erroreay
alcanzaa deacobnr pájaraa rnika ,
cuadrúpedos , é inseetos y Eeplíka.
¡T qnién el otro Axam ennobleddo ,
ingenio portentoso ,
de honor y ledtad brillante ejemplo ,
que de Mmerra. en el aagradé templo
sn aliento eonaagrára eompbeiéo ,
á par que sn fortuna generoso !
¡Oh diva Nux^ás! genio preclaro j
tu loa por do quier girata lesuena,
y todo espado Uent
la clara fama de tu nombre claro»
En la eterna dodad qoe aterradora
con las fieras legiones
de Césares, Pompeyoa ó Escipiones j
en dura tiranía 9
que su esplendor histórico desdcmi,
al mundo todo en tiempos oprimía;
allí, I oh Azara ! en mas fdice dia
es tu dulce presencia
el nuncio de la paz satisfactorio j
que ledo tu benéfica influencia
afirma en el anillo Piscatorio 9
mostrándose á tu influjo deferentes
dos grandes Píos , y otros dos Clementes.
El Austria entonce , y Parma y la Toscana ,
que en designios bulliendo inconvenientes ,
á la corte romana
hostiles algún tanto parecieron ,
con el poder de tu amigable auspido ,
benévolas al. trono pontificio
su gracia y sus respetos devolvieron.
¿Y quién de tanto ingenio la importancia
pudiera describir? Aunque humeante
el mal estinto fuego , que á la Francia
tornar casi pudiera en despoblado ,
á Azara ved , de Iberia ddegado ,
que allí su comidon llena importante.
— 398 —
De la culta Lutecia es estimado ;
su probo corazón y su talento ,
do quiera relevante ,
admira al Directorio apasionado ;
y á par su sabia voz escucha atento
el rayo de la guerra ,
que asombrada después quedó á la tierra.
¿Y el monarca español será insensible
al genio audaz que la parlera fama
pregona por do quier? No ; que apacible y
y amigo á su mansión regia le llama ,
y le ofrece , y le invita ; y el primero
le hiciera en el privar^ si él consintiera.
De su alta confianza consejero ,
y de la orden marcial , que al otomano
en liza duradera
mostrara su valor inestinguible ,
la insignia viste y principal venera ;
y de Carlos que el cetro hubo el Tercero ,
la banda y cruz le dio su soberano ,
y Luisa augusta quiso placentera
fijar la placa por su propia mano.
Ya de tus Reyes el aprecio llevas ,
¡oh Azara! y llevas el amor hispano :
vuelve ya, torna á discusiones nuevas
políticas , y allí tu ciencia espacia ,
brillantes mas y mas dándonos pruebas
de ingenio en la difícil diplomacia.
Del galo siempre inquieto
en la ilustre París presto renuevas
aprecio sumo, y comunal respeto:
y allí de Parma el ínclito Fernando
su cetro vio caído ,
y con diestra influencia tú discreto
del suelo el áurea insignia levantando ,
le afirmas por su vida el regio mando.
¿Qué mucho si á favor tan acrecido
á Azara el corazón Femando inclina,
y otorgándole feudo distinguido ,
de Nibbiano Marqués le denomina?
La Europa en complicadas disensiones
recarga el horizonte en nube oscura ,
i
- 599 —
que pronta á reventar , á las naciones
el rayo destructor do quier augura.
Mas no temáis que Marte ora su saña
lanzaros pueda, y bárbara tortura
I Oh genio hooor de España ,
nuncio siempre feliz! ¡Oh cuan dichoso
fuiste en Amiens con los legados regios !
¡ Loor á ti ! Que el trato pernicioso
de injustos mercantiles privilegios
robar pudiste á la insular Bretaña.
Y alli del alma paz , de la paz bella
el bello resplandor á Europa baña ;
que Astréa docta sella
el pacto celebrando ,
do primero tu rúbrica descuella ,
y Europa el porvenir mira afianzado.
Amiens con tal portento entusiasmada
un numen le contempla bienhadado ,
que sabio y justo á los legados guía ;
y en sus dignos obsequios preocupada
perdona y ¡ oh gran Talia !
si Amiens , que á tu jovial recinto acude ,
cuando en tus aras pía
sus cultos rinda en tu feliz morada ,
suspenda alli tu honor ; y alborozada
á vista del Marqués , de culto mude j
y en grata cortesía
al entrar en su palco le salude.
Loor á tí también , ciudad famosa ,
que á la escelsa virtud digno trofeo
rendir te place y divinal estima.
Tú sabes que la ciencia á su apogeo
subiendo á par de la virtud hermosa ,
consigo al hombre encumbra, y le sublima.
¿Y adonde vas, ¡oh Azara! perseguido
de tanta admiración , que á Europa espanta ?
¿ Te vuelves á tus lares ya rendido
de afanes tantos , y de gloria tanta ?
Vuelve , que al ocio torpe tu existencia
preciosa no darás Mas si inflexible
¡ triste deber ! en su letal violencia
herirte logra Parca aborrecible ,
— 400 —
asaz vestigios de saber profundo
deja tu ingenio al asombrado mundo.
Del dulce Laso , el vate toledano ,
de Prudencio y del grande Yenusino ^
del épico grandioso Maotuano ,
del candido Bemís ( poema divino) ,
y de Casti travieso italiano
el ingenio medistes estupendo ,
al mundo sus tesoros difundiendo.
Y del anglo al idioma , que al latino
su origen debe y su elocuente ornato ,
trasladas en biográfico retrato
al magno Túlio , al orador de Arpiño.
Y de Bowles , sutil naturalista ,
revelas á la España la riqueza ,
y del diestro pincel de Mengs artista
muestras sabio el primor y la belleza.
Deten , Musa , detente ,
y ya tu débil canto no persista :
deten tu lira , tente ,
y el eco rudo de sonar desista ;
que á tu voz humildosa es denegado
correr tan fértil campo y dilatado.
Deja á la historia que con rasgo ardiente ,
del tiempo y sus rigores respetado ,
la gloria y esplendor de Azara insigne
en sus doradas páginas consigne.
Cágeres. Cácereti de octubre de 1851.
Lüís Sergio Sánchez.
9m
l^^i^^HH^
1
LEÓN.
a (La ii3sii:¡](DiBiia
1
DGÍ. CÉLEDHB DIPLOMÍTICO T LITERATO ESPAÑOL
■
EL EXGMO. SR. DON JOSÉ NICOLÁS DE AZARA f PERERA.
1
Loi TBtu de la provincia d« León,
1
¿Fuera tal mi osadía que intentara
■
cual los Titanes escalar el cielo ,
ó con rápido vuelo
^^H
subir á donde , Azara,
^^H
geniado tienes de tu gloria el trono,
^^1
y en pindárico tono
^^1
himnos cantar á tu virtud preclara?
^^1
^
Mas tu genio me guia
^^1
b
de la Eterna Ciudad al Capitolio.
^^1
■
Colocada en su altura
^^1
K,'
la débil musa mia,
^^H
■ i
inspirándole tu noble braTura,
'
H
podrá solo altanera
Á
^
su voz alzar a! eminente solio,
^^j
que á tu nombre elevó la Kurops entera;
^^1
y el canto de alegría
^^H
entonar, con que Roma libertada,
^^H
de gratitud tributo le rendía
^^H
á su libertador , y las canciones
^^H
con que gozosas, á la paz ansiada,
^^1
en Amiens saludaron las naciones.
^^H
Cual negra nube en su revuelto seno ,
^^H
en medio á la tormenta ,
^^H
lanza, al rodar del trueno.
^^1
el rayo que sustenta ,
^^1
que ardiente brilla , y por do quier que pasa ,
^^H
Bi
J
^^^^^1
— 402 —
rompe , destruye , abrasa ,
cuanto oponerse á su furor intenta ;
así la Francia en medio del bramido
espantador , que aterra ,
del volcan que en su seno está encendido ,
lanza , cual rayo , al genio de la guerra ^
que han de mirar un dia
de Egipto las pirámides pasmadas
al ver tanta osadía ,
entre montes de arena
venciendo con las huestes abrasadas y
que luego desde el Sena
conducirá hasta el Moscua congelado ,
siempre por la victoria coronado.
De su destino en pos , marcha gigante
por la gloriosa via que le lleva
á dominar el mundo , y cual se eleva
el águila arrogante
sobre las altas nubes , y se lanza
sobre la presa que espió anhelante ;
así ríapoleon los elevados
Alpes trepa veloz , su cima alcanza ,
rápido baja , y donde quier combate ,
vence, destroza, al enemigo abate;
y los pueblos contemplan admirados
que un nuevo Breno sobre Roma avanza.
Tiembla la Ciudad Rey, la que Señora
se tituló del mundo,
y sujeta á un poder que llama santo ,
al par que su esplendor perdido llora ,
agrava la amargura de su llanto
ver con dolor profundo
hollados los girones de su manto.
¿Dónde hallará un Camilo
que audaz corra á salvarla ,
ni matronas que puedan libertarla
con sus ruegos, del filo
de la espada del fiero Coríolano ?
¿Qué poder sobrehumano?
Solo , Azara , bastante poderoso,
eres á poner fin á su gemido.
Por su llanto movido
■
^^^^^P^P^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^
■
— 405 —
■
corres hacia tu amigo generoso ,
^H
liegas , bahías , conviértese en oliva
^^1
el deatruclor acero :
^^1
resuena alegre viva ,
^^H
que el labrador repite, y el guerrero;
.^^H
y como á la Concordia levantara
^^H
altares Koma pía,
^^H
arcos do quier de triunfo te prepara ,
^^H
tu busto graba en bronces, y á porfía
^^H
himnos entona al salvador Azara.
^^1
La Europa arrasan destructoras lidís :
^^H
de las altas montañas ronco el eco ,
^^H
los gritos de los ñeros adalides,
^^1
y el horrísono son del bronce hueco ,
^^H
repite estremecido.
^^H
Del valle la verdura
_^^^ñ
desparece con sangre enrojecida ;
"^^1
la linfa del arroyo, que antes pura,
^^H
en salto repetido.
^^1
jugaba alegre , retratando llores ,
^^H
1'
por el pié del guerrero detenida ,
^^1
armas solo retrata , solo horrores.
^^1
mi
Del niño, de la joven, del anciano
^^H
■1
se escuchan por do quiera loa clamorea ,
^^1
■)
demandándole al cielo
^^1
n
al padre, al amante , al hijo , su consuelo.
^^1
■
Óyelos Dios : y vá ; y á los que tienen
^^1
■
la suerte de los pueblos en su mano
^^1
w
tuca ios corazones, y convienen
^^1
en concertar la paz. ¿Quién ardoroso
^^1
corre á cerrar de Jano
^^1
el templo, que inclemente y ambicioso
^^M
abrió el furor de dominar insano?
^^H
; Azara , Azara ! Amiens , tú le escuchaste :
^^H
en su boca el acento lastimero
^^H
resonó de los pueblos desolados,
^^1
que salva de la ruina su elocuencia;
^^1
y ron placer miraste
^^1
que en jusla deferencia
^^H
)e ceden su lugar los potentados;
^^H
y del mundo la paz sella el primero ;
^^H
de la paz, que las alas protectoras
■
'<■
J
^^^1
^^^^^1
— 4Ü4 —
tieade sobre los pueblos que le aclaman ,
y en cáatígas sonoras
le bendiceo y padre le procIamaD.
Taa dulce nombre , Azara , complacido
recibirás del candido aldeano,
al par que desechabas decidido
el cetro soberano.
El Coloso que quita , y dá coronas ,
te ofrece la de Malta, y la rebusas;
que tú solo ambicionas
la inmortal de Minerva y de las musas ,
á ti guardada en su sagrado templo.
En él te veo entrar con firme planta :
rodeado te contemplo
allí de gloria tanta ,
que mi vista deslumhra. Vano intento
fuera seguirte á donde audaz te lanza
tu sin par ardimiento:
de mi cansada musa mas no alcanza
el fatigado aliento ;
y mientras que te admiro,
brillando como en medio las estrellas
brilla esplendente Siró ,
en la cumbre elevada en que descuellas ,
sigue radiaute en sempiterno giro.
IHHADI. HmIfÍJ i." Je eiere de 1853.
Pascdal Fbbhaiidez Babza.
Si mi vista llegar pudiera al cielo
traspasando la atmósfera ligera;
si el eco de mi voz tomase el vuelo
que devolviese la armillar esfera:
sí mi vista y mi voz , el ancho suelo
al tender y verter, viera y oyera;
tan solo un nombre célebre escuchara...
do quier el mundo repitiera ¡Azara!
Lleno mi pecho de ambición y gloria ,
el alma pura, el corazón ardiente;
del desengaflo ain sutil escoria ;
I
— 405 —
del curso de mi vida en la naciente ;
¿ qué recuerdo traeria á la memoria
como senda virtuosa y mas prudente? —
La que observó en su 'Vida pura y santa
el grande alzara con nobleza tanta.
Salve , ilustre varón : tú de las ciencias
lograste recoger opimos frutos;
de sus flores sacaste las esencias ;
de la ignorancia bárbara los lutos
raf;gaste... de la luz la transparencia
(que separa á los hombres de los brutos),
destilando tus célicas palabras
al misero mortal su dicha labras.
Salve , tres veces salve : de tu baella
los pasos uno á uno fué contando :
preciosos lauros encontraba en ella :
cuanto mas en su curi^o fué avanzando ,
la hallaba cada vez mucho mas bella!...
A su postrero fin llegar ansiando ,
mi alma se cubrió de desconsuelo
a) no poder seguirte hasta en el cielo.
Mas allí vi una estrella limpia y clara
cercada de suavísimos fulgores;
en sus decretos, Sián, la colocara
dando al mundo sus puros resplandores,
y su existencia conocer lograra;
legando al mostrarle sus albores,
llevando de su estremo á los confines I
tu fama ¡ Azara ! si , mil serafines.
Eternal publicáronla sus voces ;
é indeleble en las almas de los buenos
fijaron con sus gratos leves roces :
tus virtudes marcaron en mis senos
y eu él depositaron tiernos goces
de gloria, de ambición, de ilusión llenos...
¿Mas cómo, Azara., intentaré imitarle,
si en el cielo no mas podré encontrarte?
Reposa ahí con perenal ventura
en medio de los justos, de mi pecho
recibe el ! ay ! que vierte de amargura
separado de ti tan largo trecho ;
aunque goza de mágica dulzura
— 406 —
considerando que de gloría el lecho
es, dó te encuentras ora reposando
á este mentido mundo ya olvidando.
Si acaso un dia tu mirada triste
tiendes hacia este suelo , de tus ojos
la luz yo vea; si quizá sentiste ,
por desgracia , contra este mundo enojos j
perdónale... Mas ¡ay! que nunca viste
uno hacia ti postrándose de hinojos!...
Tus virtudes estoy siempre adorando ,
la lira de oro con placer pulsando.
¡Adiós!! En la tumba silenciosa
donde tan solo la virtud resuena ,
para una eternidad, ¡ Adiós ! reposa.
De acíbares mi alma se halla llena :
si llorar una vez sobre tu losa
pudiera yo , se aliviará mi pena ;
y á tu espíritu el mió ya siguiendo
te irá alcanzando porque iré muríendo.
Bayona. León 10 de janio de 1851.
Patria adoptiva, León.
Ovidio Chalaivzon.
¡ AZARA !
Civilia Doví
jare , quibas miseris patrocinabar ego.
¡Ileu, oea, tantas bonos!
II ic tegit ossa lapis.
(Dt un itfuUro «a te cmttdrmt ti* Lttm.)
Cuan apacible siento
el aura susurrar sobre mi frente,
al ver el momumento ,
que guarda reverente
los restos de varón tan escelente!...
Fija la noble idea
en su mas noble , generosa vida ,
el alma se recrea ,
■!••
— 407 —
cual tórtola querida ,
que vuela en torno al árbol donde anida.
Parece que de amores
balsámica lo envuelve roja niibe j
y puras , albas flores
sembrando va el querube,
que en sus esencias perfumado sube.
I Oh tú , cien y cien veces
pió , felice j triunfador Azara !
¡ Cuan grave resplandeces
en^tu virtud preclara ,
que el brazo de Mavorte airado para !
Lo veis? Del Corso fiero,
del Atila moderno inmenso asoma
ya el escuadrón guerrero. ••
Ah ! El fuego de Sodoma
tan terrible no fué, misera Roma.
Las celebradas ninfas
de Tibulo y Nasón saldrán en vano ;
¡ ay si toca en las linfas
del Tiber el insano ,
que sacrilego vuela al Vaticano !
Con los ferrados callos
las frentes de tus vírgenes donosas
hollarán sus caballos ;
con sus preciadas rosas
se adornarán las huestes polvorosas.
Que fiero altivo el mozo
la piedad , el amor pospuso un dia
al bélico alborozo.
¿ Quién firme frente haria ?
¿Qué genio enclavará su artillería?
El clero? No. El Senado?
El pueblo que armas pide embravecido.
El pueblo no es soldado ,
ni al numen permitido
fué enrojecer su candido vestido.
La música sonora
de la ciencia ensayad. Sí ; Azara parte ;
el héroe se enamora
de su elocuencia y arte ;
Roma sin armas rinde á Bonaparte.
m4
— 408 —
Oh ! vuelve , la ribera
del Tíber á tu acento libertada ,
nuevo Túlio , te espera
feliz j entusiasmada,
de sombras de alto ejemplo rodeada.
Tú de la Italia bella
eterno vivirás en la memoria ,
legislarás en ella ,
y en alas de la gloria
tu fama dará vuelta á nuestra historia.
Los fugitivos reyes
de su inocente sangre salpicados
recogerán sus leyes ,
y solos , sin soldados ,
contigo llorarán desconsolados.
La agradecida Europa
sonriendo en la paz de sos liceos
te servirá la copa
tallada de trofeos ,
gigante entre sus míseros pigmeos.
Y adornará tu manto
con sus manos la Reina de C»tiUa ,
si con modesto llanto,
que al mundo maravilla,
cambiar su corte anhelas por l« villa.
¡ Villa que fuiste cuna
de esos tus bellos hijos naturales,
corone la fortuna
sus hechos inmortales,
y en paz eterna vivas , Barbufiales !
Modesto siempre veas
el candido matiz de tos pastoras ,
y alegren tus ideas
mis cantigas sonoras,
flores y danzas , músicas auroras.
Que al fin ¡Eternidad I llegará un dia
que de luto y pavor y espanto Denos
con su efimera pompa y al^a
absorberás los múñaos en tus senos.
V ALDEKAS. Gerona 20 de diciembre de i 85 1 .
GuiLLBRMo FBiiifAin>Bz Saihiago.
— 409 -.
AL nmrro AZAKi.
Sin escudos, empresas ni blasones
hay nn pneblo en Espafia , cuya gente
oculta en polvo la modesta frente
y desprecia el furor de las pasiones»
A ese pueblo le envidian las naciones
que encierran uno y otro continente ^
y á su recuerdo cuanto yi?e y siente j
al par que amor, tributa admiraciones.
Es Barbufiales ; su pequefia historia
no cabe en Aragón j aunau^ se humilla ,
porque unido á los soles de Castilla
Hay en él otro sol, de tanta gloria,
de mas recuerdos y de luz mas dará :
¡el grande nombre del ilustre Azora !
■
LlON.
BIahübl Pbbbz Duban.
Sr. D» Basiuo Sebastian Castellanos de Losada.
Muy sefior mió : Por no parecer desatento á la honra no mereci-
da que se me hace dirigiéndome la carta circular de 1 1 del actual,
Gue Vd. suscribe , con la nota biográfica del Excmo. Sr. D. Nica*'
tá$ de Azara y Perera , tomo la pluma no para contribuir á la co-
rona poética , que su buen deseo me pide , sino para manifestarle la
imposibilidad en que me hallo de poderle complacer , sin embargo de
encontrarme animado de los mismos deseos.
Agradable sorpresa ha sido para mí rerme honrado con su esti-
mada circular , y después de leer con el mayor gusto la espresada
nota biográfica del Sr. de Azara , no he podido menos de aplaudir
la bella idea de su digno sucesor el señor marqués de Nibbiano , y
los nobles deseos que á Yds. animan. ¡Cuánto siento en este instante
no ser poeta para contribuir con mis compatriotas á entretejer una co-
rona al célebre diplomático que á últimos del pasado siglo mereció el
titulo de Libertador de Roma ; al autor de la Memoria sobre la pa-
cificación general de Europa ; al amigo , en fin , del Papa Ganga-
imm
— 410 —
neli...! Pero en medio de este sentimiento; en medio del pesar que es-
Serimento porque las Musas no han querido prestarme su lira á fio
e cantar las alabanzas del distinguido literato español ; del artista
eminente; del sabio anticuario; del virtuoso y patriota Azara ^ me
consuela la idea de que no faltarán escritores imparciales que llenen
tan laudables deseos. No , no faltará quien haga el merecido elogio
del inmortal Azara ; inmortal por sus obras como por sus virtudes:
inmortal , si , porque los hombres como Azara , no mueren en la
memoria de los que estiman el saber y la virtud ; y lejos de tener rí-
gidos censores y críticos envidiosos , se complace todo el mundo en
hacer su apología. ¿Hay por ventura adulación en elogiar lo que es
digno de elogio? ¿Hay miras interesadas en el que se presta gustoso á
tejer una corona que reclama por un lado el mérito incontrastable del
señor Azara , y su noble sangre por otro ? No ; lejos de haber adu-
lación; lejos de encontrarse en esto una degradante bajeza, es elogiar-
se á sí mismo; es estimarse en lo que uno vale, el contribuir á ensal-
zar la virtud y el mérito do quiera que se halle. Conozco que una
gota de agua derramada en el vasto Océano le aumentaría tanto
como mi pobre elogio puede aumentar la celebridad del Excmo. señor
D. José Nicolás de Azara; pero aseguro á Yd. que siente mi cora-
zón lo que ha espresado mi pluma ; y que al leer la nota biográfica
que ha tenido Yd. la bondad de mandarme , he esperimentado una
especie de envidia ; pero una envidia que no rebaja á quien la abriga,
puesto que no á todos ha concedido el Criador los talentos y cualida-
des que sobresalen en ciertos hombres privilegiados como los Azaras.
Doy á Yd. la mas completa enhorabuena por haber emprendido
la noble tarea de escribir su biografía, y se la doy igualmente ai te-
ñor D. Agustín de Azara , que tan bien ha sabido honrar la me-
moria de sus ilustres antecesores.
Es de Yd. con la mayor consideración su mas atento S. S.
Q. B. S. M.
León. León 15 de majo de 4851.
Frangisgo del Palacio Gómez.
Del feroz Breno á la fulmínea espada ,
pasmado el Capitolio tembló an dia ;
y á tí ¡oh Camilo ! proclamaba pía
dictador la Repúbfica salvada.
Lánzase Atila á la ciudad sagrada ,
vibrando el rayo de su saña impía ;
^^
— 411 —
el Gran León qv^ebianta M^iMdta ,
y bendícele Ron» ftmUétmótt.
Camilo empnfia fokncante acero ;
visión celeste al Gran León escoda :
Has tú 9 Azara inmortal , del Corso fiero
tríunras iaMne, y Robiií le safada : ;
Siendo este sdlo rasgo de fu histoña
offgallo al Aragón , á Espaffa gloria.
CuüJALBS. Serllla 17 de dielembre de 1851
JuAR BIakijel Alyarez.
• r
» .
Elévase arrogante y ambicioso
Un poder colosal : con la nna mano
Los tronos avasalla ^ y soberano»
En dos mundos su pié fija' orgulloso :
La otra mano tendiendo cauteloso
A la tiara , la venda, y irara tifiínó
El cetro mundanal y el wbrdmniíio , *
Remdos por su braio vigoroso* )
Quién? ¡ quién que tá no Amas, grande Azaca y
Animoso al gigttite retaría
T esforzado bs tronos snatentáral : .
Tú le retas con noble valentía ,
T la venda arrancándole á la tiara ,
Venciste la orgullosa Compañía,
EPITAFIO.
Los restos aquí ves del grande Azara
Ante quien admiradas se postraron
Roma , París ; y á su virtud preclara ,
Ciencia y valor, altares elevaron :
Puro incienso quemó sobre su ara.
El hombre al que cien reyes se humillaron
Una corona rehusó en el suelo ;
Otra inmortal le cifie justo el cielo.
Poiir£BEADA. Madrid 1.* ée BOYÍembre de 1850.
Pascual Febivandez Bakza.
LOGRORO
lÁ iLSi naanüi^i^Qa
DBL cfctlBBl
ooxMuo. bv. Oc). ao6& df\Dicov(t6 de q1\d
ZOíMÜ.
Los fites de U profineia de Logroflo.
GU£L.
Pudo un dia extinguir , ínclito Azara ,
tu noble aliento Láqnesis avara
de fría tumba en el oscuro abismo ;
mas no tu claro nombre ; que la Historia
perpetuará del mundo en la memoria
tu ciencia , tu virtud , tu patriotismo.
Mainel Bretón de los Herreros.
No : la tierra que bafia el padre Ibero
desde el alto Pirene basta Moncayo ,
de esfuerzo y de saber rico venero ,
no agotó su vigor : el mismo rayo
del sol vivificante
recorre sus esferas luminosas ;
y su fulgor espléndido y radiante
el genio enciende en almas ardorosas.
Si España en triste abatimiento hundida ^
recordando sus ínclitos varones ,
llora su antigua gloria oscurecida ,
roto el yugo que impuso á las naciones ,
r
I
lia
la,
i
ada.
.iisto ,
I prefiere
justo.
A cielo puro
generoso Azara!
mas su oscuro
a su luz clara.
Ta
, hundido el Capitolio ,
i Sefior pusiera
inilde el sacro solio,
fiol la altiva mente
'Htro del saber cristiano ,
iiquista prepotente
> oro , ni el valor insano :
pone leyes
1 mundo impróvidos dominan;
s Pontífices y Reyes
> erguido ante su voz inclinan,
mpero de la paz en las delicias,
^iie escaso al mortal otorga el cielo y
' gozar las plácidas primicias
-11 estenso saber y ardiente celo :
; en letargo profundo
' adurmiera tal vez la muelle calma ;
.>olo en las ondas de agitado mundo
grande el hombre sublime ostenta el alma.
Del turbio Sena en la funesta orilla
fiera borrasca honditronante muje ;
el rayo entre el fragor del trueno brilla ,
y el mundo antiguo en sus asientos cruje:
sus ejes se estremecen ,
y al impulso feroz del fuego horrendo,
;il
— 414 —
hechos leves cenizas , desparecen
trono y altar con pavoroso estruendo.
Un mar de sangre ante los ojos luce
negro, siniestro! ••• él, cual sagaz piloto,
su frágil nave á salvación conduce,
do mil se hunden á fondo , el casco roto.
La luz de su prudencia
á los náufragos es plácido faro ,
y la flébil desgracia y la indigencia
hallan en su piedad puerta y amparo.
Tú los hallaste , oh misera señora,
madre de rey y de monarcas nieta ,
triste Adelaida ! rabia asoladora
segó á tu esposo la cabeza inquieta ;
y en arena estrangera
vagabas pobre y sin hogar, perdida ,
cuando en medio á tu suerte acerba y fiera
hizote su piedad dulce la vida.
¿Qué no salvó del torbellino aciago?
en amor de las artes encendido ,
sus restos sustrayendo á tanto estrago,
les dio su seno albergue enaltecido;*
cuando al grito de Francia
que audaz la Europa repitió, confusas
el suelo huian, su dorada estancia
el templo fué de las divinas Musas.
Allí admiró la vista los vestigios
de los remotos siglos ensalzados ,
bellos modelos del cincel, prodigios
á la barbarie gótica arrancados :
allí gozó extasiada
marmóreos vasos y quebrados bustos ,
la grande edad mirando renovada
de Grecia v de los Césares augustos.
Allí su dueño eterno monumento
alzó glorioso al orador romano :
por él arte moderno el dulce acento
eternizó del cisne mantuSno ;
por él la patria España
miró reverdecidos ios laureles
de Laso , que agostó bélica saña ,
por .él de Mengs brillaron los pinceles.
ri*
i
Oh! ilustre Aun! ai hasti el seno oeeoiro
del descanso etemal donde reposa
el que el cíelo privó del aire pwo^
lleva acaso la uibm vasorosa
lo que de celo heBchioo
en la terrestre estancia intenta el hombre ^
los héroes que arrancaste al negro olvido
con puro elogio ensalzarán tu nombre.
Cuando pises su suelo silencioso
te estrechahin con fraternales lazos ,
JTúlio esclamará , rio abundoso
e varonil facundia 9 entre tus brazos :
«Ven j digno compañero
de los que al mundo ennoblecieron sabios ;
ven , que formar tus alabanzas quiero
dignas ¡ oh Azara ! de divinos labios.
» \ Quién en tu siglo como tú la gloria
de tu patria sostuvo? Cual dechado
en sus Uustres páginas la historia
escribirá tu nombre bienhadado^
Si en Grecia hi luz vieras ,
en tí Grecia á Solón admiraría f
si hijo de mi República nadaras j
emulara tu voz tal vez la mia.
» Oráculo de escelsos Potentados
te vio la misma Roma , en que potente
disipó mi elocuencia los nublados
2ue congregara el crimen insolente.
I pusiérate^el cielo
la sien ceñida sobre el alto solio ,
y nuevo Marco Aurelio en bien del suelo
admirara en su cima el Capitolio.
«Padre fui yo del pueblo apellidado ,
rey sin segundo del romano foro ;
la baja plebe, el ínclito Senado
augusto dominó mi labio de oro.
Si en esta edad naciera j
en triunfos para el hombre mas avara ,
y el grande Cicerón ser no pudiera ,
solo , ilustre español , tu gloria ansiara. »
Así el gran Tulio esclamará , y unidos
Virgilio y Laso aprobarán su acento j
— A16 —
y á Azara entonarán agradecidos
en sonoro laúd dulce concento:
de las sienes altivas
depuestas las coronas, dulcemente
con sus lauros y eternas aíempreviras
le ceñirán la reneranda Trente.
Eustaquio Fbbnaitdbz db Iíavabsbte.
•i»
PáLENCIá
DEL GBLBBBB LUB&ATO T DIPLOMÁTICO BSPAAOL
EXCHO. SESOR don JOSÉ NICOLÁS DE AZARA.
Los f itei de la profiida de Ptleacia.
A AZARA, SOBIE SU SEPULCRO.
Lee teioroi del rico , la gloria de los
héroes, la grandeu de loe moMrcasi
lodo acalla ob la tunba.
lome.
Los que guardáis cerrado
de la existencia al fin , mármoles frios j
tesoros del pasado ,
7 de esperanza y ponrenir vacios j
prestadme inspiración. Senris de lecho
al sueño de la muerte ,
y en leve polvo inerte
al vigoroso ser dejais deshecho ;
¡tristísimo servicio!.. •
Otros al hombre depravado encierran ^
que altar y tumba ha conseguido el vicio :
mas no , no sois vosotros ,
cuyos labrados de sencillo gusto
sirven de guarda á la mansión del justo.
Prestadme inspiración. ¡ Ay ! no del prado
la flor , el verde césped ,
ni el del bosque sombrío alado huésped
podríanme decir lo que ignorado
yace en la Eternidad. Cuanto la vida
53
— 418 —
en la muerte perdida ^
de un ser que la cruzó lleno de gloria ;
y solo puede del no ser la historia
la tumba revelar. Ese silencio
que en mi redor suspira ,
esa pálida luz que errante gira ,
y el pavor que me oprime
y la temible misteriosa calma ,
ideas dan tristísimas al alma.
¡ Oh ! quién rasgando el velo de la nada ,
guiándome á través del gran vacio ,
que el espacio sombrío
envuelve , hasta la altísima morada
me diera penetrar. ¡ Ay ! yo comprendo
soles sin fin girando en el espacio ,
cien y cien mundos de soherUa masa ;
y el espíritu crea
fantástico mi edén de luz escasa ,
con alfombras de nácar y topacio ,
y vírgenes de aiúor. Mas es en vano
indagar el avismo de la nada ;
que el fatídico arcano ,
que en la cumbre del cielo se halla escrito ,
guarda la Eternidad al infinito.
¡Nacemos !••• al secreto de la maerte
el secreto precede de la vida ;
y esta llega aturdida ,
su carrera trazando ignota suerte
de la muerte al dintel. Entonces corre
andando para atrás el gran camino j
el alma hasta la infancia ,
y en confuso recorre
sus glorías, sus pesares, su ventara ,
que en breve acabarán. Ligeros huyen
los que en tropel al pensamiento afluyen
recuerdos del pasado;
y un instante después ¡ destino triste !
glorias, penas, amor, ya nada eii^.
Nobilísimo Azara, tú cruzaste,
acá dejando el nombre que creaste ,
ese dintel maldito ;
y el genio que te diera el Infinito
— 419 —
despareció tambieo. La anda Parca
á nadie perdonó : tal el incendio
que abrasa la comarca,
troncha por dó camina
á la soberbia y corpulenta eacina
y al débil espinar. Mas cuando muere
el bombre grande , sus recuerdos deja ;
asi lú , noble Azara ,
aunque acabaste tu brillante historia ,
vives aún del hispano en la memoria.
Ei nació aquf : cabe su helada fosa
se entretejió su cuna ;
y esas flores que arrástranse en la tosa ,
restos tal vez , semillas son de alguna
que su infancia adornó. Nace en la aurora
bella flor de riquísimos colores,
y apenas el zenit abrasadores
lanza sus rayos, deshojada muere,
y da vida á otra flor. Y se deshacen
en vapores las olas, luego en lluvia,
y nuevas fuentes en las rocas nacen...
Que sin fin sucediéndose
todo vuelve á vivir en la natura ,
menos ¡ay! la escogida criatura.
El nació aquí ; pasaron halagüeños
sus dias venturosos,
esos que el cielo nos regala hermosos ,
poblados de purísimos ensueños ,
de la edad infantil. Mas el ilustre
el magnlEco Aiara
nació para la gloría mas preclara,
y él la alcanzó. Lanzándose su genio
al mar de las terríficas pasiones
que á pueblos y naciones ,
desde el soberbio Albion al pobre Helenio,
agitados traían ,
alza en el huracán la oliva santa ,
y dó quiera la paz su faz levanta.
¡ Qué misión tan hermosa ! Allá del Tibre
en la estéril ribera
recuerdo fiel del águila altanera,
tumba de un pueblo soberano y Ubre
— 420 —
que ai mundo ayasalió : de tiempo antiguo
ia idea y ia materia ,
ei pensamiento bíblico infinito
y ei orgullo maldito ,
el Eterno y Luzbel , si lucha cabe ,
luchaban sin cesar. De pronto suena
la voz de Azara que el espacio llena ,
y el gigante orgulloso ,
oyendo aquella voz que le estremece,
detiene su corcel y paz ofrece.
Tal algún día el tigre de Pasmonia,
cuya garra de horror sangrienta abarca
del Mármara á la Estonia ,
y del Elva á la Tártara comarca ,
á la ciudad llegó: los hombres huyen
de los hombres que viven á caballo ,
y las matronas lloran ,
y las candidas vírgenes imploran
al cielo protección. Entonces sale,
gloria cantando á Dios en las alturas ,
pobre pastor de egregias criaturas :
y al mirar su faz santa
nije el Tigre , se humilla , huye temblando
la ciudad de la Cruz abandonando.
Mas no solo la patria de Lucrecia
su voz oyó : la guerra
á los soberbios reyes de la tierra
de el muro ensangrentado de Lutecia
se hacia con furor. Allí fué Azara ,
y su noble misión desempeñando ,
la paz llevó , que augusta saludaron
el uno y otro bando :
y hasta el Genio del mal que se cernía
de Cecrops en los altos monumentos ,
de dó sus ojos estendia hambrientos
cual águila sombría
que busca presas para hartarse avara ,
el mar cruzó por abrazar á Azara.
¡ Cuánta gloria!... mas ¡ ay ! ya se acabaron
los honores , la gloria ;
y solo nos dejaron ,
cual impía fatídica memoria
i
— 421 —
una tamba fiítal. ¿Dónde está Aun?
Ei yace aqai : descansa en el incierto
saefio eterno ignoüdo 9
del mundo en qae vivimos separado
por una eternidad; Quizás d¿pierto
está en la vida 9 dó la vida empieza.
¿Vives, Azara ? ; Duermes
en la cuna ó la tamba ? ¡ ay I que yo ignoro
cuál el astro sorá, cuál meteoro.
¿Dó está Azara, dó está? Dóblase mudo
el mármol á mi voz y no responde ;
Jorque él tan solo esconde
ediondo cuerpo pálido y desnudo
de vida y de calor. ¿Dónde está Azara?
Sus!... pensamiento 9 atravesando el cielo
con eléctrico vuelo ,
sigue su huella... ¡Sus!.., á dónde mora ,
mansión encantadora ,
el eternal espíritu celeste
asciende sin temor : deja el terrestre :
3ue bay otro mundo bello
e hermoso sol, florestas y jardines,
y de ángeles mansión y querubines.
No desmayes medrosa , musa mia ,
en aqueste momento ,
en que mi pensamiento,
en brazos de la ardiente fantasía
penetra en el Edén. Allí mil soles
en transparente luz vierten su lumbre ^
y en cóncava techumbre
se esparcen cual diamantes las estrellas ,
y es el suelo de luz. Y entre las nubes ,
en mil colores irradiando bellas ,
guardado por dulcísimos querubes
inmenso magestuoso ,
se alza sobre los cielos imponente
el trono del Señor omnipotente.
¡El está allí !... ¡ ah!... el hombre no ha podido
el velo descorrer de lo ignorado ;
que la muerte ha trazado
el Umite dó empieza lo escondido
y la vida sin fin. Detente, musa.
— «a-
porqtKBC
bajo d pno de tal n
porque mi frente de süiot i
al minnol ipcfséi,
eú aidoi quien Icnpbr. >o , do laa Iqw
busques ; aj ! los aecreiae de la nada ;
y f o eu tumba helada
do la TÍda detoTo el morioiieala ,
detéogate taoibiea mi pro— liwiu.
Cuautü b£ LOf Cojua.
Pinonro Axems CudaXo.
A tos obras , van» csclareódo ,
la gloria siga del aplauso hanuno ;
del UDo al otro Polo difundido
eaene tu nombre , honor del euelo hispano :
y no te ofenda , Azara , si atrevido
tu sombra eroco , j mi temblante mano
entreteje una flor en la corona
que tu claro renombre galardona.
R&BáSU. DE uos CuiUEBOi. Kiánl S 1( jtli» ée tSii.
Modesto de LífcemS'
SALAMANCA
I M MWMl
AaNiIxcmi. ftr.
n José Nieolte de Azara j Perera , fñmtt narqués de Nibbiano.
Los vates de la protincia de Salamaioa«
ROMA T iZARi.
Un ay arroja la ciudad sagrada
dó mira el Vaticano
su santa cima hasta el empíreo alzada
sobre todos los mundos del cristiano ;
allí donde los Cónsules y Césares
desgarraron un dia
púrpuras cien de poderosos reyes ,
Jue su carro de triunfo conducía
esde naciones
que las legiones
se disputaran,
y su oro y su paz se arrebataran.
Un ay arroja , porque allí del Corso
las armas ya resuenan ,
y los muros , y templos , y palacios
tiemblan , suspiran y el espacio llenan
con gritos de dolor. •• Ora el anciano
en cuya excelsa frente
el Dios Omnipotente
Suso la enseña con su diva mano
e tremendo poder ; y esta plegaría
lleva un querube
y al Éter sube
i*i
— 494 —
y al trono santo
y se apiada el Supremo de so llanto.
Sálvese Roma , con terrible acento
el Señor pronunció,
y mil veces el almo firmamento
en el misterio de eternal momento
su eco repitió.
Sálvese Roma j estremecidos dicen
de sublimes espíritus los coros ,
y aquel juicio bendicen
potestades , apóstoles , profetas ,
y querubines,
y serafines ;
y adora el justo
dd Rey de reyes el decreto augusto.
Alzase entonces de argentinas alas
un ángel rutilante
á la mansión de Magestad divma :
resplandece en su célico semblante
la gloria del Altísimo: se inclina ,
y el Paráclito Espíritu en su labio
palabra misteriosa deposita.. •
es el nombre de un sabio
joyel precioso
que el Ebro undoso
fecundo diera
i España toda 9 y á la Europa entera.
Del gran Azara se escuchó en la altura
magnífico renombre,
tan solo es dado á su virtud preclara
libertar al Vicario de un Dios-Hombre.
Desciende el ángel... por heraldo lleva
á la aurora de rayos esplendentes ,
y sobre orbes lucientes
y nubes de oro y de zafir, se eleva
á la cumbre inmortal del Vaticano;
desde allí grita :
«Sea bendita
»la Omipotencia
»que hubo de Roma y su dolor clemencia.»
Remonta el vuelo el paraninfo hermoso ,
y el varón elegido
— 425 —
busca al soldado , al guerreador potente ,
y dulce y elocuente
del siglo al vencedor dejó vencido.
Ya Azara no es mortal , es de Romanos
el benéfico numen. Le proclaman
libertador en la Ciudad Eterna ;
mendigan su amistad los soberanos ;
las naciones le llaman
en sus horas de luto y amargura ;
y el sabio de la Iberia
crece en ventura
y en gloria crece ,
y halla y merece
dones divinos
porque anduvo de Diod por los caminos.
Salamanca.
José Dongkl t Ordax.
Alto en saber , prudente en el consejo ,
insigne en letras, y alma generosa ,
hoy en el suelo aragonés reposa
quien de España fué honor y claro espejo.
Mas de su gloria brillará el reflejo ,
lámpara eterna de su noche hermosa ;
á cuya dulce luz sobre su losa
una sencilla flor del alma dejo.
Francia su nombre con amor pronuncia;
Italia lo repite agradecida :
si pues dó quiera su virtud se anuncia
A sublimes acciones siempre unida ;
el ingenio español alce en voz clara
himnos en prez del español Azara.
VBifTüRA Ruiz Y Aguilera,
64
SANTANDER
A LA NENORU DEL EXdO. SB. D. JOSÉ NICOLÁS DE AZARA.
Lot tatei de la protincia de Santander.
¿ Quién es aquel por quien de Amiens la gente
bate las palmas , grita , yictorea
llena de gozo , de entusiasmo ardiente ?—
¡ Ese es Azara !
¿ Quién es aquel que un cetro rehusando
grande se muestra al capitán del siglo ,
prueba sublime de modestia dando ? —
¡ Ese es Azara I
¿ Quién es aquel , cuyo acompañamiento
fúnebre forman sabios y magnates ,
claro mostrando amargo el sentimiento ? —
I Ese es Azara !
Santahdsb. Madrid i de junio de 1852.
Manuel Assas.
Quien ¡oh fúnebre mármol ! á tu lado
cubierto osó llegar ; quién atrevido
no dobló la rodilla y conmovido
la frente no humilló ! quién no ha regado
Las gayas flores de que estás rodeado
con lágrimas de fuego , y comprimido
no sintió el corazón , cuando esculpido
vio en tí de Azara el nombre venerado !
Urna que guardas las cenizas santas
de ese egregio español , que de la saña
de envidioso estrangero veces tantas
Supo librar nuestra gloriosa España ,
mi llanto por tributo á su memoria
vengo á dejar en tu inscripción mortuoria.
SartáIVDEB. Santander, enero de 1851
Pedro de la. Dehesa.
497
AL nominis azuu.
Ifi Imtoría j Bieitroi iBaleí
NesM Mtán d«l bneír nombre
del qne á Aragón di6 renombre,
del qie Bació en Barbaflalet.
Hty de ph ?eitíriB
fonnodo graid» algaiara
lü Mntu , porqae de Jzara
lai obras ám faldrán.
De Aragón Barbofiales hoy blasona ,
con tu nombre de Azara y de Perera j
á Moffinoy Cerrantes, y aun á Herrera 9
tuvo entonces la Esp»Ba en tn persona r
Tu fama volará de zona en zona,
y del marcfués Nibbiano pregonera ,
tus obras hará leer por donde quiera ,
escritas sobre el carro de Belona.
Como el sol en su curso eentdléa
luz á todas distancias esparciendo ,
tal Azara en Espafia , y sabia Roma
Como sabio entre sabios se recrea ,
el buen gusto y la ciencia difundiendo ;
si no basta su voz , la pluma toma.
Lupias. Bendeje 2 de setiembre de i851 .
BIanurl Pebbz de la Ybga.
Noble es cantar , las Musas me dijeron ,
cuando el vate discurre en sus canciones
encomiando al varón cuyos blasones
prez eternal á su nación le dieron.
Azara , por lo mismo
noble es cantar tu gloria y patriotismo..
A los ilustres hombres asi reyes
como vasallos débenles el trono
(aunque parezca magistral el tono)
defensa y artes , religión y leyes ;
y en tiempos primordiales
honrábanlos cual seres celestiales».
- 428 —
Los sabios , pues , en dispersión los hombres
por las selvas y valles siempre en gaerras ,
los juntan , reconcilian , les dan tierras ;
de sus gritos y gestos hacen nombres ,
y el racional cautivo
comprende que es un ser mas perceptivo.
Son reyes , sacerdotes y sus jueces ;
el pueblo los bendice y los aclama ;
en su sepulcro lágrimas derrama ,
y entona en su dolor sentidas preces.
Sin otros mil honores
que alcanzaban los sabios escritores.
Si el que hizo leyes y arregló ciudades
allá en lo antiguo recibió mil dones ,
¿nada merece el que humilla hoy pendones
de horror y destrucción con sus bondades y
y el hábil consejero
que enriquece su pueblo y estranjero?
¿ Ninguna cosa j Azara , te debemos?
¿|De nuestros campos, artes y riquezas
no hicisteis consejeros la grandeza?
Mas, lectores I la historia repasemos,
pues ella decir tiene
lo que de Azara que sepáis conviene.
Siete siglos hacia que la España
en creciente ignorancia y fanatismo
las artes y las ciencias á hondo abismo
arrojando venia en cruda saña,
y sus mas habitantes
mendigos eran , monjes é impetrantes.
En el siglo diez y ocho entraba pobre ,
sin ciencia, sin trabajo y movimiento,
cuando Felipe Quinto abre el cimiento,
hace el templo y que el genio le recobre (1),
y Minerva al repente
aparece risueña y esplendente.
En Barbuñales de Aragón nacia
á la inauguración , pues , de aquesta era
un ilustre de Azara y de Perera ,
que orgullo y prez de su nación seria ;
(i) A Felipe V debe tu origen U Actdenia Etpiftok.
— 499 —
mecíanle en k cana
el talento j honradez y la fortuna.
Muerto Felipe y muerto don Fernando
con tanta fé como incalmable celo j
un padre mas que rey por su desvelo
de Ñapóles á España va llegando :
Era Carlos Tercero ,
que en Bitonto triunfó cual buen guerrero.
A este Carlos llegó pronto de Azara
el preclaro saber y gran talento ,
que conviniendo al logro de su intento ,
auxiliar de su Estado le declara ,
y en la secretaría
del joven prueba el tino y maestría.
Su discreción y su aptitud pujantes
para desempeñar cuanto á sí toma ,
agente general de España en Roma
le valió ser nombrado antes con antes ;
y cerca de Cíemete
el decimotercero halló ascendiente.*
Vosotros los artistas y los sabios
que en Roma, pues, su casa frecuentasteis,
y de refugio y protección la hallasteis ,
desplegad en la fosa vuestros labios ,
decid si en su morada
el arte y ciencia estaba atesorada!
Muerto Clemente Trece, amigo Azara
de Ganganeli^ célebre italiano,
con su influencia en todo el Vaticano
ayuda á que el capelo asciéndala tiara ;
y el Catorce Clemente
se intitula su amigo incontinente.
Carlos avanza, Carlos retrocede
en el almo camino comenzado,
pues dos poderes nos depara el hado
que á el uno alienta , lo que á el otro cede :
encuéntrase indeciso. ••
¡ Con qué oportunidad recibió aviso !
«Los hijos de Loyola y sus hermanos
atierra y gente metiendo en religión
«disminuyen , señor , la población
»y os quitan el poder, la renta y manos.»
— 430 —
Esto á Carlos Tercero
es probable dijera un consejero.
Aunque mi alma desde hoy llamen precita
el Monarca esclamó con desenfado ,
antes que frailes todos en mi Estado y
no quedará en España un jesuita ;
y su estincion declara
el Papa amigo á quien apoyó Azara.
¡El templo tiembla! grita la ignorancia
á quien sostiene el fanatismo aleve;
pero I oh furor ! á ese temblor se debe
las luces , el poder y la abundancia ,
de que á pesar las guerras
aun conservan un algo aquestas tierras.
Cerca de Pió Sesto, Azara que era
embajador de España á mas de agente ,
corta con su amistad y su ascendiente
del Austria y Roma la enemiga fiera ,
y de Toscana y Parma
los duques ofendidos él desarma.
A la Santa Ciudad un cataclismo
al fin del otro siglo amenazaba ,
pues el motin sediento que se alzaba
á lanzarlo va todo en un abismo ;
mas el de Azara humano
detiene el brazo del puñal insano.
El Coloso del siglo suponiendo
ultraje en Roma hacia su libre Francia ^
á vengarla se apresta con jactancia ;
pero Azara detuvo aquel tremendo ,
y el de antigua Yasconia
consigue el armisticio de Bolonia.
Roma por ello á Azara dá loores
y dícele con amoroso acento :
Libertador de Roma , toma asiento
de uno de mis sesenta senadores ,
y por símbolo augusto
te acuñó una medalla con tu busto.
Tan compasivo como hospitalario
las familias de Luis Décimosesto
y de Orleans, que al bárbaro pretesto
en orfandad dejó el revolucionario
— 451 —
en Azara y Perera
hallan la esplendidez mas lisonjera.
Pío, pues , Sesto que de su ostracismo
cuidados te debía y atenciones,
dio la bula cual sus indicaciones
por la que ae eligió al citoliciemo
en tiempo posterior
fuera de Roma el Fio sucesor.
De embajador de España pasa á Francia,
que le recibe como al mas leal ;
et mismo cargo dióle Portugal
para arreglar la puz , y á su importancia
le debe el lusitano
que el^tle Gália le tienda amiga mano.
Azara lleva su beneficencia
al francés en prisión de la Turquía,
cuyo gobierno que morir le hacia ,
por su medio contrata su asistencia;
y es tanto su ascendiente
que Azara en Francia es el mas potente.
Su talento apremiando este patriota
en fuerza de su ingenio y de su mafia
logra, salvando el crédito de España,
á la Francia librar de banca-rota ,
por lo que ambas naciones
mil plácemes le dan y bendiciones.
Tiene sus grandes dotes tan probadas
que la Francia no duda envuelta en guerra
encargarle, para ir contra Inglaterra ,
el marítimo plan de sus armadas,
y en su palacio mismo
con fé le trabajó y por patriotismo.
De la intriga infernal, raza maldita,
que el veneno llevó siempre en la entraña
derramando ponzoña en nuestra España,
de la corte el favor á Azara quita;
que al punto fué depuesto
de su bien merecido y alto puesto.
Indignóse por ello el Directorio
que tomar quiere para si este asunto;
pero el de Azara temió echar un punto
entre España y la Francia divisorio ,
ft -
,t ^-1 —
^í ^fÜWl^ f^
i
t^- J^mmm
que ipdtfmo tonto
cantar solo pudiera m talento.
De paso ¿or Paria loa aoberanoa
del noevo Etraria, prineipea de Paraia,
Azara loa recibe y que derrama
regalo y afección c<m ambaa manoa ;
él loa llevó á an casa
do so magnificencia ftié ain tasa.
Don Fernando Primero á quien destrona
el de Aranjuez magnifico tratado,
Eor Azara conste en su ducado
e?ar mientras ?i?iera la corona 9
que el gran Napoleón
nunca negó á su amigo nretension.
Dióle d duque por tal benevolencia ,
con trasmisión al sucesor lejano 9
el feudo y marquesado dé Ñibbiano
en su hermoso duca^ de Plaaencia,
ademas del honor
de nombrarle en París su embajador.
De Azara vemos la preponoerancia
en que reúne ya seis emboadas ,
sin otras facultades amplias dadas
por naciones en guerra con la Francia ,
que amistará con ella 9
pues do él habla , Belóna el labio sella.
De España y Rusia ^ pues^ cortó la guerra ,
y al congreso de Amiens después enviudo
suscribe de la paz aquel tratado
en que anular logró de la Inglaterra
los contratos ruinosos
para los españoles industriosos.
Del célebre congreso era el primero ;
y Amiens le dispensó tal distinciones ,
que suspende el teatro las funciones
para aplaudir cuando entra el Consejero }
con entusiasmo tal
que en Amiens nunca vio ningún mortal.
Porque el de Etruria grave se sentia
quiso mandarse allá al ilustre Azara
á que el reino ordenase y gobernara
55
— 454
mientras que el joven Rey
mas su temprana muerte
verificarlo impide de esta suerte.
Rota la paz que Francia y Gran Bretaña
hicieron en Amiens por un tratado j
Azara aconsejó muy acertado
esa neutralidad que guardó Espafia j
pudiendo conservarla
por sacrificios que hizo minorarla.
Hastiado Azara de sufrir intrigas
y deseando en su Roma querida
escribir los sucesos de su vida ,
y descansar por fin de sus fatigas ^
su jubilación pide
que viendo su energía se le espide.
Libre de los negocios el de Azara
con su hermano Don Félii ^ distinguido
marino y escritor muy conocido ^
á pasar á la Italia se prepara ;
pero ¡ah ! en este camino
triste los separó fatal destino
Exhalando su postrimer aliento
del turbio Sena en la poblada orilla ,
un fxjí4 quedó del noble sin mancilla ,
del generoso Azara y su talento ;
y ante su sepultura
París ¡ ay ! devoraba su amargura.
¡ De Azara , Europa , pues, dirá en su historia
que este fué un diplomático escelente ,
sabio anticuario , artista , si , eminente y
y escritor puro , de feliz memoria ;
y encomiará asimismo
su probidad, virtud y patriotismo....!
Don Félii , pues , que entonces le acompaña
y para quien consuelos son en vano ,
dispone que el cadáver de su hermano
á darle tierra se conduzca á Espafia ,
y sus restos mortales
entre mármol encierre Barbufiales.
Y desde entonces ¡ ah ! vemos se ostenta
en su iglesia parroquia misterioso
de mármol un sepulcro , sí , suntuoso ,
— 435 —
que años cuarenta y ocho luego cuenta ;
y allí á Azara y Perera
venerará (generación postrera.
También ayer se alzó otro monumento
en la fachada de su misma casa,
en él el tiempo vé siempre que pasa
símbolo augusto del merecimitnto ,
y al ilustre admirando
por él uu íiglo y otro irán pasando.
Y cual hora los cien hijos de Clío
pagando, pues , tributo á su memoria ,
ante ese mármol cantarán la historia
de grandeza , virtud y poderlo ;
y hasta en las soledades
sus trovas oirán luengas edades.
is. LimpieiST do uguslo tic 1051.
Fbamciscü Jdak de la Piedra.
SEGOVIA.
A L& IKIOIU DEL CÉLIBKI BOR JOSÉ NICOLÁS II iZili.
Lot fatet de la profineia de Segofia.
Si amantes del saber noble y profundo
buscáis recuerdos de la hispana gloria
en ciencias y en virtud j que admire el mundo ,
no fatiguéis , viajeros, la memoria :
¿Un modelo queréis grande, fecundo,
que valga por mil páginas de historia ?....
pues anotad en rasgos inmortales :
Don Agustín de Azara : — Barbuñales.
EusEBio Gástelo Serba.
Despierta hoy á mi voz , musa querida ,
y á mi frente convulsa y agitada
cubre gentil con trasparente egida ;
dá inspiración al alma anonadada
y al corazón y al pensamiento vida :
y en situación feliz , inesperada ,
humilde vate , cantaré tranquilo
de Azara el nombre en mi modesto asilo»
Harto callaste. Noche tenebrosa
de amargos y secretos torcedores ,
de duración eterna y dolorosa
de mis ensueños desgarró las flores,
Y otra noche serena , deleitosa
orlada de delirios seductores ,
la gloria de Aragón dio , sin mancilla ,
por asunto á la lira de Castilla.
Cual sonrosada la naciente aurora
despunta en el opaco firmamento ,
y al mar saluda , y al pensil colora ,
d^
"^
•ft.
— '457 —
ríe á los Talks y tearida al vieiito ;
viera asiBarboflalea m boen hora
BU8 lares colocar , fijar sa asiento
Sara gloria y blasón , honra y fortuna
e Azara ilastre la esplendente cuna,
!No el aliento de Marte , no la guerra
que al adalid impele á la eampafia
y el ocio blando de la pat destierra
y en sangre hinriente el parimento bafla :
¡ Oh! no ese monstruo que rugiendo ^ aterra
y con promesas de triunfar engafia ,
sopló en redor del ondulante lecho
que en si mecia tan hidalgo pecho.
La paz , siempre la paz hija del cielo ,
coronando sus sienes ? enturosas ,
cubrió su faz con inocente Telo ^
sembró su estancia de fragantes rosas.
Siempre la paz para templar su anhelo
le guiara por sendas espinosas ;
y donde quier su nombre se decia
el nombre de la paz se repetia.
Si vino á respirar la ardiente brisa
del regio alcázar , con segura planta ,
siempre el desinterés fué su divisa ^
nunca dobló á la intriga su garganta :
y, para bien del mundo , en cuanto pisa
los ámbitos de Roma eterna y santa,
agrúpanse en redor de todas partes
la virtud y el amor , las ciencias y artes.
Si la Silla de Pedro bambolea ,
vuela el aragonés al Vaticano
y vence á la Discordia en la pelea ,
y encierra los destinos en su mano*
£1 descanso, el saber, la vida emplea
en favor del Pontífice romano ,
y el de Toscana y Parma , y Bonaparte
se rinden á sus pies , no á los de Marte.
No muy lejos de alli , la Francia altiva
á venganzas injustas se prepara
y enciende su furor , y avanza esquiva
luchando con denuedo cara á cara ,
por desplomar , y para uncir cautiva
— 438 —
al carro de sus triunfos la Tiara.....
Pero j Francia deten: Azara asoma
y es el Libertador que salva á Roma.
Gomo derrama el murmurante río
por do quiera sus aguas caudalosas ,
ó matinal , balsámico roció
fecundiza las playas aromosas;
el corazón de Azara j siempre pío ,
multiplica con manos generosas
donde faltaba albergue , amigo suelo ,
donde faltaba paz, pan y consuelo.
Luis Diez y Seis y Orleans cuando lloraron ,
en su seno sus lágrimas vertieron ,
y allí donde suspiros exbalaron
esperanzas y auxilios recogieron.
Cuantos la faz de Azara contemplaron
mercedes y atractivos entrevieron,
y llevó á la mazmorra mas sombría
la libertad que el hombre apetecía.
Pero sonó tremenda y despiadada
allá en la eternidad ronca tormenta ,
y sucedió la niebla á la alborada,
y retembló la tierra macilenta.
Súbito de centellas coronada
la majestad del Criador se ostenta ,
que, Príncipe del siglo venidero,
doblega á su escabel el mundo entero.
¡Lulo y consternación! La noche oscura
del sepulcro , los goces acibara ,
y resuena el clarin de la amargura
y funeral concurso se prepara :
el zenit un relámpago fulgura
y describiendo en el espacio , Azara ,
cuando el trueno fatídico retumba
baja á alumbrar la solitaria tumba.
JDios en tanto inmutable , omnipotente ,
rasga de un soplo las prefiadas nubes,
y le ofrecen de alfombra reverentes
sus alas hermosísimos querubes.
Brilla del justo la tranquila frente ,
y al decirle Jehová : — ¿Por qué no subes?—
multísona , celeste melodía
— 439 —
los párpados del justo adormecía.
Y como antorcha que temblante brílln
con luz conrusa y soñolienta y vaga,
y cenicienta y roja y amarilla
con repentina oscuridad amaga ;
lo mismo blanqueciendo la mejilla
de José Nicolás , yerto se apaga
un astro que vivifico y fecundo
dio vida y claridad á todo el mundo.
Poco tiempo después mirando al cíelo
su boca, aún sonrosada, se entreabría,
y lanzaba un suspiro de consuelo
que en la esmaltada bóveda moría :
tras él, como el armiño, blando vuelo
paloma inocentísima tendía
¡ El alma! — Nuevos coros preludiaron,
y á su entrada triunfal la saludaron.
El lecho entonces se tornó enlutado;
del féretro á los pies no quedó nada
mas que un sauce lloroso y encorvado,
y una guirnalda mustia y deshojada.
Los emblemas del mérito ha borrado
otra generación mas consolada
no existe mas donde el que fué reposa
que un sepulcro, un cadáver y una losa.
Tal es ¡a ley del tiempo y la fortuna :
et uno asolador, la otra inconstante,
mecen del niño la dorada cuna,
ahogan del hombre el postrimer instante :
6Í aquella con halagos le importuna
le hace el tiempo gemir, que vá delante,
y ante el umbral del porvenir resalta
que el tiempo vuela y la fortuna falta.
INo liay volver hacia atrás : la vida es l)reve:
sino ciencia y virtud, todo es mentira;
y el ambiente que rápido se mueve
y el céQro festivo que suspira ,
ese valor que al corazón conmueve ,
esa ambición que esclavizando gira,
y el infortunio que al vencido hiere
y el gozar y el sufrir, y todo muere.
La Virtud es eterna , porque es santa ;
— ao —
la Ciencia es ioraortal , porque es sapretni ;
la rirtud victoriosa se levanta
sobre el iocieoso que la cieacia quema.
Al sabio y virtuoso el orbe canta
Por eso , bajo Tülgida diadema ,
del sabio Azara el nombre y la ceníu
la virtud ea su solio iomortaliza.
Madrid jodibn de 1851.
Fbupe Vblazqubz.
VALUbtlLID
i Li mOBU DH MN 1688 NKWLAS BE iEARA.
Lot nlM de It proriBeh de VálUilottd.
. Cea profiidi tdaf ración
Azara, Ca Dombre brilla :
Iporqtt'e fié 1ú coVaton ,
laiipiad6aUft en Aragón,
y aie0oÍMiado én Ctaiilla.
i Oh ! ¡ Quién tuviera el numen sacroBMto
del inspirado genio en eikte ikistinfe !
Digno es tu nombre dd mbKme canto
é indigno yo de qne ta gldrit cante :
mi pecho palpitante
al recordarle, Azara ^ ise estremece ;
y aunque tu nombre mi enMsiasmo enlta ,
la inspiración me Mta
y mi labio enmudece*
Pero quiero cantar : mi fiíntasfá
se agranda solo al recordar al hombre
orgullo honroso de la patria mía :
si pobre y débU es mi póesfa
la prestará valor solo su nombré.
Tu nombre, si, que en singolitr nplanso
y en el crisol del tiempo resplandcM :
porque tu pura gloria
dustra y embellece
el libro fiel de la moderna historia.
Y no el brillo de estrépito sangriento
tu sien circunda con guerrera pompa :
el lauro del talento
es la luz que ilumina blandamente ;
no el rayo destructor , cuya honda tea ,
como genio del mal , rápida cruza
56
— 442 —
y en destruir cuanto halla se recrea :
que cada cual influye
en la esfera especial de su dominio ;
el uno es popular porque destruye
y el otro popular porque lo crea.
¡ Dichoso Azara ! En la estension del mundo
se oyeron con aplauso tus consejos :
conocedor profundo
del corazón humano y
á las puertas de Roma vacilantes
detuviste al tirano ,
llegando á ser en críticos instantes
el solo defensor del Vaticano.
Reyes y Emperadores
rindieron culto al singular talento
del grande Azara : en su agitada vida
príncipes y señores
buscaron en Azara fuerte egida :
y él en medio de estrafios y rivales
supo hallar en su noble pensamiento
remedio siempre á los ágenos males.
Si Azara en la política palestra
es de la Europa admiración y pasmo
al desplegar su genio en todas partes j
mas sublime se muestra
al ser con entusiasmo
protector de las letras y las artes. - :: J]
Por eso su memoria
exenta vive de rencor y agravios ;
y por eso la historia
le brinda con la gloría
inmarcesible y pura de los sabios.
Mota del Marqués.
Madrid 21 de setiembre de i 851.
Pedro Calvo Asensio.
UNA FLOR EN U TUMBA DE AZARA.
Torpe la planta , tímido , anhelante ,
llego al templo que guarda tu memoria
■T"
1:=
— 4é5 —
i consagrar con mano vacOante
Eálida flor ante tu altar radiante ,
umilde ofrenda á tu soberbia gloria.
]No tu sueño it turbar , no en tu morada-
vengo á evocar tus manes temerario ,
ni en pos de oscura ciencia codiciada
á desgarrar tu fúnebre sudario
para hallar el misterio de la nada.
Otros acudan orgullosos sabios
á interrogar tus míseros despojos
Yo al llegar ante ti caigo de hinojos y
sella el respeto mis profanos labios ^
ciega tu luz mis atrevidos ojos
Leve rumor tu soledad quebranta
Mas duerme en paz , esclarecida sombra :
es que al posarse mi indecisa planta y
en el dintel de la morada santa ,
ha hollado los laureles de tu alfombra.
Duerme , Azara inmortal : la altiva frente
alces jamás , aunque el turbión que zumba
de las pasiones en el mar hirviente
lleve á tu asilo su voraz corriente
y haga saltar la losa de tu tumba.
Duerme en el noble polvo del pasado ,
no quieras ver lo que el presente encierra
aunque del monstruo informe de la guerra
oigas crugir el carro ensangrentado
que cruza en triunfo la anchurosa tierra
V. No busques hoy osados Prometeos
que del genio se encumbren á las aras ,
hechos preclaros , ínclitos trofeos ,
ni un destello fugaz de los Azaras
entre la turba ruin de los pigmeos.
Descansa en paz en tu mansión sombría y
del honor español límpido emblema ,
sombra gloriosa de la patria mia ,
el custodio mas fiel de su hidalguía ,
el mas bello florón de su diadema.
Yo he cogido esta flor entre las flores
que el sol hispano con sus luces baña :
no al contemplarla mustia y sin colores
la arrojes del altar de tus honores
- 444 —
Es del versel de tu querida EspafUu
Recibe de mi ofrenda el don liviano
que á tus píes deposito respetuoso ,
ya que no puede mi cobarde mano
alzarse hasta tu solio soberano
para ceñir la frente del coloso.
Adiós, cenio inmortal Para ti ufana
el mas verde laurel guarda la gloria ,
su recuerdo mejor la gente hispana j
su mas brillante página la historia ,
su inspiración la Musa castellana.
YALLADOLU).
FfiRNAimo Martiv Redondo,
Dichoso aquel que á la virtud preclara
une la ciencia y el saber profundo :
el que benigno á la orfandad ampara ,
y astro de bendición , deja en el mundo
un nombre ilustre como el tuyo, Azara.
Que en vano las revueltas tempestades
del tiempo destructor , sobre su historia
pasarán rebramando :
él triunfará viviendo en la memoria
de todas las edades
sus hechos generosos demostrando
á la luz esplendente de la gloria.
Esa gloria en tu nombre resplandece ,
cuando elocuente la soberbia doma
del águila imperial , que altiva mece
sus triunfadoras alas sobre Roma.
¿ Qué poderosa mano
será bastante á contener su vuelo ?
¡ Tal esclamaba Roma en su impotencia !
Sus plegarias oyó benigno el cielo ,
y ansioso tú del esplendor hispano
y ardiendo en santa sed de independencia y
nuncio de paz, con fervoroso anhelo
desplegaste el raudal de tu elocuencia.
Cede Napoleón , y en tu presencia
no tema Roma que mi espada vibre
■
— 445 —
1
dijo , puesto que Azara la defiende ;
y el triunro de la paz tos aires hiende
y la Ciudad Eterna queda libre.
Pero no solamente
se cifra en esta hazaña tu renombre :
ni es tan solo la paz la que riénte,
de oliva y de laurel ciñe á tu frente
Tresca corona que eterniza al hombre.
Las letras con tu nombre
nuevo valor recobran, nuevo brillo,
y las artes también , también le aelamaa,
y generoso prolector le llaman
los émulos de Homero y de Murillo.
Te aclaman su caudillo
y entre ellos tú la emulación repartes,
al templo de la Fama los impeles,
y Azara es aclamado en todas partes
con plumas, con buriles y pinceles,
Protector de las letras y las arles.
Nata bel Kev. Madrid Í9 de abril de ISol.
H
Jü4N DE LA Rosa Gohzalez.
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íí^mS ^SpPyii
1
fTis^lky ^í0 aHÍ^^IeIIp
^1
W 11
1
1
ZAMORA
A L4 HEHORU DEL EMINENTE ESPAÑOL AZARA.
Yates de la proTÍDcia de Zamora.
Madrid 9 de eoero de 1851
Sb. D. Basiuo Sebastian Castellanos.
Muy señor mió y de toda mi consideración : Desde que recibí la
apreciable de Y . , á que hace referencia en su última ^ me propuse
tantear el estado de mi yerto numen; deseoso de complacer á Y., no
solo por la estimación que hago de su persona, sino por la que
siempre ha merecido el Excmo. Sr. D. José Nicolás de Azara^
EL MAS ILÜSTBADO T EL MAS DIGNO ESPAfíOL DEL SIGLO XVIU. PcrO
mis infructuosas tentativas me han convencido de que el hacer ver-
sos no es tarea de viejos de 75 años , y menos cuando no hace pa-
cos que , como yo , la tienen olvidada , y solo manejan procesos y
papel sellado , que son lo mas antipoético del mundo. Asi ruego
á Y. y al Sr. Marqués de INibbiano se sirvan dispensarme de ua en-
cargo que me considero incapaz de desempeñar, teniendo presente
que las Musas son hembras , y como tales huyen de las canas y de
las arrugas. De Y. apasionado servidor y capellán Q. S. M. B.
Juan Nigasio Gallego.
Zamora.
Cual águila soberbia y caudalosa j
¡ quién el gigante vuelo
seguro remontar pudiera al cielo ,
y del ardiente Febo cara á cara ^
la inspiración divina y misteriosa
al Supremo Hacedor le arrebatara!
Del huracán violento
— 447 —
qniin habiert la yozy qoién la armonía
y quién el sentimiento
del alado querub y que en celestiales
cantos de amor^ de paz y de alegría,
celebra de su Dios la inmensa gloria ,
para cantor ¡ oh Azara !
en hinmos inmortales
que vivieran por siempre en la memoria ,
tas grandes hechos , ta yirtad preclara !
Mas, ¡ ay ! que no le es dado
al mísero mortal en su flaqueza ,
frento á frente mirar tanta grandeza !••••
Por ciega admiración arrebatado ,
un dia imaginé llegar podia
á la hermosa mansión que to sustenta
en alas de mi loca fantasía.
El vivido entusiasmo que alimenta
del hombre el corazón , mis pasos guia ,
y el resplandor divino
3ue emanando de tí , su lumbre pura
enrama por do quier , fué la brillante
antorcha irradiante ;
que en medio de la negra sombra oscura ,
mostróme el inmortal , arduo camino.
¡Llegué y te vi I.... ¡Dios grande y soberano,
perenne manantial de cuanto bueno
el orbe encierra en su revuelto seno :
tú que el mundo formaste con tu mano ;
tú que ese manto azul , limpio y sereno
del infinito en el confin tendiste ,
y un insondable arcano
en cada estrella ó luminar pusiste ;
haz de la enhiesta cumbre
do asiento tiene tu imperial grandeza ,
baje un rayo de luz ; mi mente alumbre :
de mi férrea lira
la rústica aspereza
vaya lejos también , y en son de amores ,
cante con dulce voz la visión santa
que al empíreo consigo me levanta ,
en tanto que de flores ,
verde oliva , laurel y frescas rosas ,
— 408 —
entretejen coronas á millares
las ninfas mas hermosas
del Ebro y Manzanares ,
al , por tí , grato son de mis cantares !
Rosada luz de aurora
la etérea región iluminaba
con plácido fulgor ; murmuradora ,
de un ameno vergel entre las flores ,
blandamente sus alas agitaba
el aura bulliciosa , y los olores
que los abiertos cálices exhalan ,
en vagarosa , perfumada nube
el éler hiende y hasta el cielo snbe ,
do el címbalo sonoro
une su voz al canto de alegría
del angélico coro,
los espacios llenando de armonía.
¡Salud, hijo de Iberia!.... Píuestras roces
que las glorias de Dios siempre cantaron ,
hoy cu acorde acento
virgen de adulación, de ultraje exento,
las virtudes celebran que del mundo
hasta el nié de su trono te elevaron.
Tú con dolor profundo
del sucesor de Pedro contemplaste
el augusto poder roto y manchado :
con ánimo esforzado
la confianza en Dios que al justo abona
poniendo, derrocaste
el bastardo poder que lo manchaba
menguando el esplendor de su corona.
Del seno de los mares un coloso
brotó , cuyo gigante , brazo fuerte,
llevaba á un tiempo mismo poderoso
la gloria y el dolor , el llanto y pena ,
la destrucción , la muerte ,
de la margen del Sena
al áspero Apenino, al valle ameno
cuyas flores retrata el Trasimeno.
La hermosa patria del Petrarca y Tasso,
de Ariosto y Dante , esclavizada gime
bajo la planta del moderno A tila.
■«n*"
~«9 —
} So soberbia y forornada reprude.I..» '
Al grito de, ¡victoria !.••• ú hierro afila ^
y con ávidos ojos .
por ambición inmensa devorado ^
tras los nuevos despojos
del triunfo ya alcanzado
nuevas conquistas en su mente apila.
¡ Ay de ti y ilustre Roma I...»
La ardiente sed de guerra
que al bárbaro consume , sus legiones
impele ya hacia ti ¡Tiembla la tierra
herida al galopar de sus bridones !••••
Tus grandes monumentos
hollados se verán ¿Dó una barrera?
No la encuentro.. ••• ¡Oh dolor!.... Tu egregio solio,
polvo será no mas..... Del Capitolio
sobre los altos muros arrogante
flotará , y victoriosa su bandera.
Mas, ¿por qué enternecidas
tus vírgenes al cielo alzan sus manos
las mejillas en llanto humedecidas ?
¡Ya Roma se salvó 1.... ¡Cantad, romanos!....
¡Himnos cantad á su virtud preclara!....
Cual nuevo San León , el Grande, Azara
detuvo al enemigo
que al eco de su voz tornóse amigo.
Por él los tiempos que al olvido dieron
de Carlos y Felipe : las naciones
que altivas insultaron
á la España , por él vencidas fueron.
Ante ella sus pendones
no orgullosas , sumisas inclinaron.
¡ Cantad , vates de Iberia , al grande hombre
modesto al par que fuerte!....
Cantad al virtuoso
varón , que el Soberano
cetro rehusa en su humildad ufano.
Su limpido renombre
del tiempo victorioso
triunfando del sepulcro, holló la muerte.
De hoy mas el mundo aprenderá en su historia,
67
— 460 —
qiio hí la vmU humana se demmiba
011 la eupantoiía aima de la nada ,
ilol hombro ilustre la etcrnal memoria
lio pcroce y ni alli yace olvidada.
LaM loMas de su tumba
Moii las puertas del templo de la gloria.
/ vMoai.
Madrid 21 de jilit de 1850.
EüGBNio Habtiivez Cuerbe.
A AZm (I).
Do vos el muy sabio é mas honorable
Aiara fíiiiuuto, de Kspafla ufanía,
yo cuido oni cantares loar la valia^
con \km ralagiiera, con voz semejable:
oiiipoM Hi on esta materia mirable
mi pi^iidola Anca por al denostada,
coiióriamo onde, que en esta vegada
uir anima la viiosa visión deleitaole.
Los laurtNi que en Homa aveis conquerido
do olorno renombre vos son ya fianza;
los tules ofn'con al inundo inembranza
tlol mas alio ingenio granado é subido.
Riagíior intentaren con eco empecido
turbaros la fucsa mil sandios golbines,
biirladvos , Azara , de aleves malsines ;
ca siempre al hondrado veréis maltraído.
Con las coloradas é apuestas razones
é mili omillanzas farán aguisado
al ingenio vueso , por ser bien hadado ,
de muy alta guisa los mas infanzones.
También los sesudos é graves varones
que en noble cobdicia de grandes saberes
la vida gastaron é muchos averes,
á vuesos decires loarán en sermones.
Uif Adhorador de Azara.
( 1 ) TroTai en caitelUno antigoo.
ff^
n ÜSTILLm-TOLiJlM.
reide bs lores ^ticas qie Misigm il insigie Don José
NieoUs de Azara los vafes de las |rovÍieias de :
AUi€ETE.
GIMdá.
dODAD-REAL.
WADALAJARA.
■ABRID.
TOLEDO.
SOMA.
•üjftTOJf 7 amo294k 9^kmM9miu§wum mmjk wjíao*
I
I
LaudemiiS viros gloriosos ín gejieraiioiu sua^
ALBACETE.
DEL CÍLISBE EiPlSoL
EXCMO. SR. DON JOSÉ MCOLAS UE AZARA Y PERERA,
Ld> Tales de la proTÍncia de Albacitf.
De Albacete un vetusto campesino
que Dunca á la Fortuna vio la cara,
y que sufre el rigor de su destino
desde que á España falta el grande Azara,
hombre inmortal y de la gloria digno ;
Salud envia al sucesor glorioso
del Salvador de Roma, porque humaoo,
francü, leal, amante y generoso,
8u gratitud demuestra al noble hispano
blasón de su familia el^mas precioso.
Kcciba el de JNibbiano entre las llores
que en Barbufiales un sepulcro ostenta ,
la sencilla esprcsion de los amores
de un manchego que raya en los ochenta
recordando de Azara los favores.
Mi padre fué en París. ¡ Grata memoria !
y antes de morir yo llevo el consuelo
de bal)er leído en su brillante historia ,
de que ¡usticia le hizo el patrio suelo,
y que su nombre al fin dejo con gloria.
Loor al Historiador, honra á ]NibbÍanot.
ambos reciban la cspresiou mas pura
de amor y gratitud ile un pobre anciano ,
que al borde <le su triste sepultura
con la flor de la fé les dá la mano.
:eT&. Hnilrjd 13 de hhrm dt 1851.
ArrroNio Soler del Rio.
CUENCA.
A LA MEMORIA DEL INMORTAL ESPAÑOL AZARA.
Los Tatei de la provincia de Cuenca.
¡ Escuchad cómo España levanta
gritos mil de entusiasmo , escuchad ,
y las glorías y el méríto canta
del que al orbe fué nuncio de paz !
Por su ciencia y sus ínclitos hechos
inmortal es el nombre de Azara ,
¡cuál inunda el placer nuestros pechos
al pensar en sn historia preclara!
Los laureles coronen su frente
y los siglos aplausos le den ;
sus hazañas el mundo presente
para honor de la patria y su bien.
Sa?! Clemente. San Clemente 10 de marzo de 1852.
AlAaJA Antonu Melgarejo de Saioioval.
Brilló la roja lumbre
del triste día que marcó el Eterno ;
y á la soberbia cumbre
llega un rugido desde el hondo averno :
fatídico aparece
monstruo ceñido^de feral corona ;
el mundo se estremece ,
y al par sonríe con desden Belona.
Respira ; y á su aliento
en voraz combustión arde la tierra :
Guerra se oye en el viento ,
y el eco en triste son repite guerra.
¿Y no veis por ventura
en medio al campo del tremendo Marte
— Ató-
la colosal figura
del gran Conquiatador...., de Banaparte?
¿ No veis ? Antes que el mundo
de su letargo á despertar comience ,
con ímpetu iracundo
en sangrientos combates locha y yence.
Mirad : cetro dorado
no halaga su ambiciona mostrar quisiera
á sus plantas postrado
cuanto cobija la azulada esfera.
Pronto las sacras leyes
ha de abatir en so funesto encono ,
y á los vencidos reyes
hará bajar humildes de su trono.
Pueblos, miradle, ufano
en su oi^ullo á los cielos desafia ;
en medio al Vaticano
su lábaro triunfal clavar ansia.]
Mas del ancho torrente
que á la Eterna Ciudad se desbordara ,
cual dique prepotente ,
admira el mundo al espafiol Azaha.
El genio de la ciencia
enfrente al genio de la guerra brilla ,
y en noble competencia ,
de Minerva á los pies Marte se humilla.
Victoria : al trono santo
libró benigna la estupenda hazafia ;
prorumpa en dulce canto
llena de orgullo nuestra heroica Espafia :
que si en aciago dia
del Pueblo Rey el orador portento
pudo agresión impía
vencer al golpe de sublime acento^
hoy noble ibero alcanza
al de indómito ardor tornar propicio ,
y su feroz venganza
detener en benéfico armisticio.
No ya madre amorosa
de sus hijos verá sangre humeante ,
ni la acuitada esposa
el pecho abierto del esposo amante.
a*
— 466 —
No : ya muestra de oliva
el grande Aragonés la verde rama ;
ya en prolongado viva
la escelsa Roma defensor le aclama :
y las doradas puertas
que al templo guian del Senado augusto ,
preséntale hoy abiertas
mientras hábil cincel labra su busto.
Y si el mundo á porfía
del sabio acata el nombre venerando,
ufana se gloría
la tierra del Católico Fernando :
Y del Orto á Poniente
y en la esteusion que Norte á Sur separa ,
clama una voz potente :
«Loor eterno al inmortal Azara.»
ClK^ÍOV.
Madrid y enero de 1852.
Severo Catalina.
Itrevisima del hombro ¡ ay ! es la vida :
apianas viene al mundo de él se aleja:
dichiK^o aquel que en su veloz partida
algún recuertlo de su vida deja.
>o el del couquíslador , que, con su espada,
lcg;i « trislo recuerdo de su gloria ,
a b piK^teriilad amedrenlada
con sangre escrita su brillante historia.
>i el del monarca, cuanto ocioso altivo,
que en millones de subditos impera ,
y al pasar cual meteoro fugitivo,
deja la oscuridad tras su carrera.
JNi el del Creso opulento ,
quien ostentando caridad mentida ,
á su renombre y vanidad atento ,
al ocio premia , y la virtud olvida.
Ki el de tantas y tantos escritores
delirando á porfía,
que en su torpe y letal filosofía
al mundo estraviaron con errores.
I
P
— 457 —
Sangrienta gloria, inútil poderío,
efímera riqueza ,
de los sabios funesto desvario,
que renombre buscasteis y grandaza
¿merecisteis eterno ensalzamiento?
¿De qué servisteis á la especie bumana?
Solo fama inmortal logra el talento
si s la modestia y la virtud se hermana.
Tú, insigne Aragonés, justo renombre
alcanzaste glorioso,
y á la posteridad irá tu nombre
del tiempo y del olvido victorioso.
Tú, en hora afortunada,
dejaste el natal suelo ,
y, águila audaz en el espacio alzada,
dirigiste hacia el sol tu raudo vuelo.
Tú , claro riachuelo,
mientras fiero torrente desbordado
desolación, espanto y amargura
esparce en la llanura ;
Tú presto en rio bienhechor trocado,
llevaste por do quiera la riqueza,
Ja paz y iu ventura,
y, admiración causando tu onda pura,
ignoraste tú solo tu grandeza.
Apreció tu saber el Vaticano,
el llanto de Princesas enjugaste,
Libertador te proclamó el romano
y al Coloso del siglo domeñaste.
Mas ¿á qué repetir mi tosca pluma
tu conocida historia,
cuando es mi objeto tributar, en suma,
un humilde homenaje á lu memoria?
- Otros hijos dignísimos de Apolo
con plectro mas feliz pueden cantarte;
Á mi me es dado solo
envidiar tu talento y admirarte.
Inútilmente elogios, rudo el labio,
quisiera articular en este instante;
que en presencia del sabio
le toca enmudecer al ignorante.
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Utiel.
— 458 —
Sí ; en tu presencia , Azara ; porque cu Yano
te cubrió un día de la muerte el velo :
la omnipotente mano
tu gloria nos dejó para consuelo.
Aragonés insigne, tu renombre
eternamente vivirá glorioso ,
y á la posteridad irá tu nombre
del tiempo y del olvido victorioso.
José María Huic(.
Del noble Aragonés , del grande Azara
cuyos hechos publica ya la historia ,
hoy el vate español la escelsa gloría
en Corona Poética declara :
La honra y prez que por ellos alcanzara ,
son á su corazón grata memoria ,
y como galardón de su victoria
á ceñirle la frente se prepara.
La fama que adquirió en otras regiones
sabio eminente sin cesar lo llama ,
y pacificador de las naciones.
Por su Libertador Roma le aclama
añadiendo uno mas á los blasones
de su preclara estirpe ilustre rama.
Iniesta. San Clemente 10 de marzo de 4852.
Joaquín Maeía Melgarejo y Espinosa.
Al ínclito español , que de Belona
el furor apagó y funesta tea :
al que arbitro de Europa haciendo Astréa ,
su tratado de Paz Marte sanciona ;
Al que Flora tejió linda corona
y en ceñírsela Apolo se recrea :
al que Palas por sabio victorea
y por héroe ^ do quier, Fama pregona ,
Tus himnos entonar , Musa , hoy no trates.
De Azara á las proezas ten respeto ,
c
— 459 —
cuando en el Pindó sn loor retumba.
Sus virtudes admira y á sus vates ;
y ofreciéndole un ramo en un folleto (1) ,
hoy tu lira por flor deja en sn tumba.
Gasgueña.
ThIFOH MüflOZ Y SOLIVA.
¡ Qué ingenio celebrar tu gloría alcanza !
¡ Héroe sublime de eternal ventura !
Perdón si en tu alabanza
pobre es la inspiración de mi ternura.
Mas no bien cumple en tu loor profundo
quien con acento breve,
hoy una flor no lleve
á ese obelisco que te erige el mundo.
Era Atila , el que enciende
contra naciones ciento áspera guerra ,
bárbaro que desciende
con fiero encono á encadenar la tierra ;
tierra que en sangre bafia
desde egregio palacio á la cabafia ,
si resistencia opone
á la cruenta hazaña
del que á su antojo del poder dispone.
Era de Grecia el vencedor, que avanza
y al Occidente embiste ,
cuando en alas de débil esperanza
Roma se apresta á su defensa triste.
Era Atila de Roma cabe el muro
con torva faz y cóncava pupila ,
de su conquista al parecer seguro.
Roma vá á sucumbir ; Roma vacila.
Mas entre Atila y ese Imperio inerte ,
álzase León Diez , varón sublime ,
de cuyos labios dependió la suerte
de esa ciudad á quien del yugo exime.
¡Ilusión, ilusión! vuelve tus ojos,
(1) Se refiere este autor á ud folleto de 1,100 vertos ^e ha compuesto con el título de
Sueño de Azara , y que se publicará en este afio.
---460^
toraa á esos campos de eternal verdón ,
que Italia en sus despojos.
con flores colmará nuestra ternura.
No es ya el de Madras feroz Escita
de helado Septentrión aborto horrible,
el que á orillas del Mincio irresistible
sin descansar medita*
Otro de corazón mas animoso
tala de Italia el floreciente suelo 9
héroe á quien orgulloso
cede el mejor lugar Marte en su cielo :
Es s{ , azote de Dioe , mas no el del Norte ,
de tártaros salvajes descendiente 1
otro es de este héroe eotre su hueste el porte
otra la erudición que en él descuella ,
otro su claro ingenio , otra su estrella.
¡ Yedle , vedle , aunque asombre I
cubrir el orbe de insondable llanto ,
genio que con su nombre
á Europa llena de terror y espanto.
Vedlé cubierto de brillante acero
al son de ese clarin que le recrea
convocando su gente á la pelea
con pecho firme y corazón guerrero.
Y al tremolar de sus diez mil banderas
en confuso tropel anonadados |
de Roma á los soldado»
lidiando en otros siglos como fieras
vedlos hoy asombrados.
Ya esa ciudad sefiora
del mundo 9 un tiempo , por su acero y leyes j
á Roma cuyos hijos eran Revés,
prosternada ante un sol que la desdora ,
vedla también , cuan temblorosa gime
escasa hoy de valor y fortaleza ,
ante el ardor del que su acero esgrime
con bélica fiereza.
Siniestra luz que apenas centellea
de la esperanza en los desiertos mares ,
hace que del terror la faz le vea.
Todo es pavor , consternación , azares. 1 ^
¿ Vas Roma á ser dd triunfador presea ■
■wi
-. 461 ~
y nadie vela por tas sacros Lares?
¿ No hay un San León cabe tu muro
3ue con ciencia , virtud y alma tranquila ,
e la justicia de su acción seguro
liberte á Roma del moderno Atila?
La historia registrad , y sin desdoro
junto al del héroe que ese pueblo oprime
leed otro escelso nombre , aún mas sublime
grabado ¡ oh Pueblos I sobre letras de oro.
Ese es el que de Roma enjuga el lloro,
el que contu?o á ese inmortal Coloso
y frente á frente le detuvo ún dia
cuando del siglo i ese adalid famoso
venció en sabiduría.
Ese es el genio de virtud preclara,
Libertador de Roma , Ínclito Azara.
Valparaíso de Cüehca.
JuuAN Prvgo t Rbal.
Gloria al héroe espafiol que con talentos^
de nobles almas virtuosa prenda ,
supo trazarse en sólidos cimientos
la muy difícil senda,
por donde ser , sin ambición , hallado
de la ciega fortuna,
que casi siempre sonrió á su lado.
De noble estirpe y blasonada cuna
llega á la puerta del saber, y de ella
penetrando en el templo ,
sobre el altar por sabios adornado
sube precoz con gigantesca huella ,
y luego , sin ejemplo ,
ofrece á España en vuelo remontado
la flor hermosa de su ingenio alado.
Loor eterno al que triunfó en la Ausonia :
cual Fabio un dia á Roma hbertára,
prudente embajador detiene Azara
al Aníbal francés ; luego en Bolonia
á nombre de la España
logró para el Estado Pontificio
con poUUca y miñi
del militar Coloso on inmsticia.
Corrf $o fama con ardor y f^smo
por toda Italia « el pueblo en armoma
libre ya la sonrisa de alepia
á sos labios asoma «
y entre gritos de amor y de entosiasBio
aclámale Libertador de Roma.
Desde la cumbre* á que le ahára n£mo
su ptña y su talento,
el bien proclama de naciones denlo ,
la paz enseña al general tirano*
Té de su España el crédito en zoiobra
y saWarle procura «
acude infatigable * le asegura •
y porque el bien alcanza de su obra
en critica y precaria circunstancia
le rinde gracias la Tecina Francia.
Los templos de la Fama mas sagrados
mina la euTidia en la Toluble corte
con mezquino resorte :
mas los que están basados
eu cimientos de honor « por mas que intrigue
conmoTcrlos tal Tez solo consigue:
Tal Azara mantuTo firmemente
su ilustre nombre siendo separado
de los negocios públicos de Estado
por conmoción no mas, ésta realmente
fué un rato de solaz , que de atenciones
su hogar llenó de fama y bendiciones.
>'o es el destino del patriota amado
TiTir humilde en plácida morada ,
cual oscuro planeta está encerrado
en órbita nublada ;
otra sublime atmósfera de ascenso
como astro esplendoroso
le reclama á su círculo espacioso ,
y entre nubes de incienso
por genios y por héroes quemado
bajo dosel inmenso
á la mas alta cumbre es elevado.
Asi cual sabio y distinguido Apolo
J
— 463 —
alumbrando la faz del universo
fuiste , Azara , solo
venerado á la vez con mil honores
de Infantes , Duques , Príncipes y Reyes ^
Papas y Emperadores
que á tu sabia virtud piden sus leyes.
La Europa toda tu favor invoca :
desde el gélido Cabo al Cabo ardiente
resuena el grato nombre y eminente
de Azara , y al pasar de boca en boca
va en derredor formando una corona
de epítetos de gloria ,
y se imprimen frecuentes en la historia
que en su tiempo blasona
del esplendor de Azara , el generoso
noble, sabio, patriota, virtuoso.
Diplomático activo laureado ,
amante de las ciencias y las artes ,
hoy , Azara j bordado
tu nombre está con caracteres de oro
en cuantos estandartes
de paz tu ¿poca tiene, y, cual tesoro
de históricos laureles, se conserva
en los templos de Apolo y de Minerva.
Sobre mullido lecho de mil flores
dentro el vergel , do amigos los mejores
nacionales y estraños
te honraban ofreciendo sus favores ,
viste la muerte amenazar tus años
con ánimo tranquilo ,
y que cortando de tu vida el hilo ,
la inevitable sica en una mano
te mostraba , y en la otra el soberano
cetro é inmortal corona de tus glorias ,
grandes cuanto notorias
que mas bien que se cantan se conciben;
¡Muerte!!! ¿qué he dicho?... no, no muere un hombre,
cuya alma grande nos la acuerda el nombre :
el héroe y el sabio siempre viven.
Aún tus hechos , Azara , palpitantes
en la elocuente historia
agitan tu memoria
— 464 —
y enardecen los ánimos como antes :
aun cánticos inspiran , que á porfía
y llenos de armonía
en vibración sonora
sus ondulas desplegan
y el viento hiriendo hasta el Olimpo llegan ,
dó descansas ahora.
¡ Ah ! de ese campo de indecible gloría
que es la quietud eterna ,
triunfo feliz de tu mayor victoria ,
una voz aunque débil, oye tierna ,
cual dulce sentimiento
que el corazón respira ,
sencillo acento de mi humilde lira.
HUBTE.
Mabiano Almonagid Sánchez.
Cuando en el curso de la noche oscura
en airada tormenta brama el cielo ,
y yace el morador del triste suelo
envuelto en confusión , sombra y pavura:
Si el fuego del relámpago fulgura
de la elcrca región rasgando el velo
brilla , muere en un punto ; y por consoelo
nos deja en ilusión su llama pura.
Así tú iluminaste de la vida
la procelosa noche en luz serena ,
subíondo de la gloria á la alta cumbre!
¡ Hoy ya te llora el alma dolorida ;
mas tu genio inmortal el mundo llena
y ciega nuestros ojos con su lumbre !
Román Soiivá.
CIUDAD-REAL.
jü aü aBasü©aüü u>^^ aasstííaa ¿laíiaíií.
I de h proTintia do Ciudod-Rciil,
Id memoria íllustris mei comitatrícii ioseplii Nicolao de Azara (I).
Omne studium et ingenium Dostrum ad celebrandam gloriam fa-
tnamque istius optimi viri cui Corona poética dirigitur, mcumbcrc
debemus : namque ad geamm suum laudandum , iiihil est quantum
de se dícatur. Fuit eDim artuum stícntiarumque protector, propler
quod omiiia opera auctorum optimorutn ad sermonem bispanJcum
evertit. Legatus Romse ab iuvasione Bonaparte, banc urbem übera-
vit; gallis etiam favuít, et ab injusto stipeodio quod Uispania invite
solvevat, exouerabit. ¿Quis est lam acerbus qui illum non desidcrat
et mortem suain non sentít? ¿Rt tu, Parca inexorabilis, stamcn suum
vitale sequisti? Non fuit vita sua illa qux curpore et spirilu contine-
batur, sed quae memoria seculorum omaium vigebit, quam pósten-
las alel, quam íeternitas ipsa intuebitur. llic homo, non diem su-
prcmum pervenire debuit. Et ego quíe vis parvam nolionem historia
suíc audivi , haac brevissimam more latino oratiouem feci, ct iuver-
nacula lingua carmina exigua quíe infía scnpta sunt.
¡Insigne Azara í tu ilustre memoria
con tu eterno renombre conocido,
en los folios estensos de la historia
ocuparán un sitio distinguido.
Elevado hasta el templo de la Gloria
por ese gran talento esclarecido
protector de las artes y las ciencias ,
todos alabarán tu inteligencia.
¿Por qué Á nuestro pesar la Parca fiera
te quiso demostrar cortando impía
el estambre vital de tu carrera ?
(f ) [nproviíacioD eicrila en el aelo de bocorla la ramot.
se liablaiú ta U nata rape c ti ti ú etU compone ion.
c Manznnareí,
59
— 466 —
Pero resuena mas de dia en dia
tu fama sempiterna , y postrimera
que al universo colma de alegría ,
y aun tu mismo sepulcro se envanece
do tus miseros restos permanecen.
¿Qué le dio mayor honor?
El valor.
¿Qué dispensó á su nación?
Protección.
¿ Y á la ciencia mas notoria ?
Gloría.
Su sempiterna memoria
en el orbe , tan sin par;,
tres cosas hacen brillar
valor , protección y gloria.
¿Por ventura es nuestra vida
la que turba nuestra calma
y la que en el cuerpo y alma
se demuestra contenida?
No j que la mas preferida
es la que suele brillar
después del hombre espirar
que le da postuma fama ,
y la que en ferviente llama
va luciente sin cesar.
Cuando un genio interesante
desea sobresalir
y se quiere distinguir
de aquese vulgo ignorante ,
luce su antorcha brillante
en el campo y estension
de noble imaginación
con las prendas que atesora
el noble Azara que mora
en la perpetua mansión.
Del britano ambicioso que exigia
á la España un tributo comercial ,
quedó burlada su ambición impia
por tu genio y talento natural ;
— 467 —
y , por tu singdir «AidiHit
á la nación libraste de ese mal :
digalo Pío Sesto eotosiasmado
pues que en su tiempo á Bonn has libertado.
MÁNZiHiÁaBS. Li poire eiega de Mnianaref.
SUbu FftMGiscA Dmz Cabralero.
Grata es al alma la misión presente ,
mi voz al dirigir á los que fueron :
en su silenció lóbrego doeuente
¡ cuánto las tumbas, cuánto me dijeron ü!
Ellas un tiempo al corazón nádente
inspiración sublime concedieron ,
y ellas son hoy , con la iluñon perdida
la dominante imagen de mi ñda.
¡ Paz y quietud... esclarecida sombra!!!
¡ Egregios manes , si hasta vos mi acento
feliz alcanza y vuestra gloria nombra ,
si la calma mortal vence mi aliento ,
si el mundano rumor quizá os asombra.. .
vuestro sueño eternal cese un momento :
benévola atención prestadme , os ruego ,
y al silencio sin fin tornaros luego.
¿Juzgaste, oh sombra, que la Parca fiera
al olvido dar pudo tu alta gloría ,
y ahuyentar cual fantástica quimera
los hechos de perínclita memoria ,
que para asombro de la Europa entera
cantamos hoy en veneranda historia,
y sublime el espíritu trazara
del español sin jmht, del sabio Azarat
¿Do oyes el eco de Occidente á Oriento
del Sur termal al Septentrión helado
vibrar en el Ibero continente
proclamando tu nombre venerado ?
¿No le ves hoy entre la estrena gente
modelo de virtud siempre citado?
¿Dó quíer , en fin , no admiras la presteza
con que el viento repite su grandeza ?
¡ Oh ! Cuánto debe ser helio y grandioso
i
— 468 —
sentir el fuego noble que germina
en corazón hidalgo y generoso
que el rayo de los genios ilumina,
como el claro destello luminoso
que desplega la aurora matutina ,
y que arrollando la tiniebla oscura
su lumbre hermosa por doquier fulgura !
Tú fuiste , tú , destello peregrino
que á engrandecer la ibérica guarida
(iesde la altura omnipotente vino :
tu nombre dá consolación y vida ;
y su esplendor en nuestro erial camino
senda nos abre mágica y florida
por dó aspiramos el fragante aroma
del perfume oriental de Grecia y Roma.
El genio... el arte... el inspirado anhelo.»,
cantan sublimes tu perpetua hazaña.
¿Qué resta, pues, al entusiasta celo
del vate mas humilde de tu España ?
La eterna aureola dirigirte al cielo
que esa generación propia y estraña
para ornamento de tu frente envia,
y para antorcha de la patria mia.
Presten tus rasgos luminoso ejemplo
esculpidos en áureos caracteres ;
cada español eríjales un templo
donde guardar la fé de sus deberes,
llágase, ínclita sombra...! Y ya contemplo
que, si te imitan predilectos seres,
como ante el grande y sin igual Azara ^
el orbe ante ellos la cerviz doblara.
¡Tu nombre es inmortal...! JNunca perece,
lie la escelsa virtud á semejanza.
lEl hombre pasa... y débil desparece...!
Alas el fulgor que tu recuerdo alcanza
sobre tu ilustre tumba brota y crece...
Y de otros siglos á través se lanza. ..
I.as edades rindiendo á tu memoria
tributo 6el de admiración, de gloria.
Hiv \NVHKS. Madrid 1.^ de diciembre de 1051.
Pedro José Carrascosa t Carrion.
^^^^^^p^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^j^^^^^^^B
Há . . — 469 —
■
^^^B r
AL IXGLITO AZARA.
^1
^H
Tú , que mecido en esplendente cuna ,
^1
lumbrera de inmortal sabiduría ,
^^H
^^H
gloria, virtud, bonor y fantasía
debiste ¡grande Azara! á la fortuna:
^^H
^^H
Tú, en cuyo brillo y prez fácil se aditn»
^^H
de opuestas ciencias la difícil TÍa ;
^^H
y muestras mil de augusta simpatía
^^H
contaste en gradación una por una :
^^^H
Torna al suelo feliz que te dio aliento.
^^H
De España vuelve á dirigir la mente:
^^H
del vate á iluminar el pensamiento.
^^H
Deja la tumba... Y cual patricio ardiente,
^^1
un paso mas corooe tu carrera
^^^1
que acabe de asombrar la España entera.
^H
MAnzinABES. Nanianoret 22 de ina]ro de 1 S5t .
^^1
^
FEAKaSGO GOHZALBZ El.lPE.
I
Entre el estruendo de la guerra impía,
entre crímenes mil y mil horrores ,
^^H
inundado de sangre, entre furores
^^H
el siglo diez y ochn fenecía.
^^H
Sus años, al finar, se horrorizaron
^^H
^^■i
del cañón al horrísono estampido.
^^H
y al oír de la guerra el cruel rugido.
^^H
del tiempo en el abismo se ocultaron.
^^H
Del nuevo siglo alumbra el nacimiento
^^H
la hoguera que cieu pueblos devoraba ,
^^1
el gítiío de la guerra lo aguardaba
^^1
y en su cuna arrojó su inmundo aliento.
^^H
La Europa que miraba estremecida
^^^ñ
de sus hijos la lucha desastrosa ,
^^^M
como madre sensible y amorosa.
^^^ñ
clamaba por la paz apetecida.
^^^M
Sus hijos los lamentos escucharon
^^^M
cansados ya de su luchar punible.
^^^M
y dando tregua á su matanza horrible.
^^^M
celéltrese la paz; todos clamaron.
^^H
Amiens fué la ciudad afortunada
^^H
que en su recinto cobijar debía
■
1 '
^^^^B
— 470 —
al congreso de sabios que algún dia
diera al mundo la paz tan deseada.
Y las naciones todas se esmeraron
en elegir varones eminentes ,
los mas profundos , sabios y elocuentes ,
y al congreso de Paz los enviaron.
La España que dio leyes á dos mumdos y
y soldados ilustres en la guerra ;
entonces demostró también que encierra
en su seno políticos profundos.
Pero en caso tan arduo y azaroso
¿ quién será aquel varón tan entendido
i quien confie España el distinguido
encargo, tan diRcil como honroso?
¿Quién podrá con su mágica elocuencia
moderar la ambición de las naciones ?
¿ quién podrá contener las pretensiones
del Corso y y su absoluta omnipotencia?
Solo el saber y la prudencia rara
del ilustre varón de Barbuñales ,
solo la ciencia y dotes especiales,
la firmeza y valor del grande Azara.
Su voz se oyó en Amiens, y le escucharon
los sabios con placer , y á su elocuencia
muestras de admiración, de deferencia,
de respeto y amor le tributaron.
Y ofreciendo un obsequio placentero
á su capacidad y á sus talentos ,
al firmarse la paz todos contentos
á Azara ceden el lugar primero.
Gloria y honor á sus virtudes, gloria
á su honradez é integridad estraña ,
y sea para gloria de la España
eterna entre los hombres su memoria.
Ignacio Pérez Calonge.
¿Qais desiderío sit nudor aut modas
tam cari capitis?
Q. Horacio.
Hoy hasta ti se eleva en raudo vuelo
el rudo vate que ta gloría admira ,
Y en aquella comarca Tcoerado
sa Dombre fué doquier. ¡ Oh ! y cuántas Teces
las lagrimas secó del desagraciado
cuando apurara del dolor las heces !
La hisloria su piedad y sus bondades
mucbo mas que sus glorias preconiza ;
que si al héroe respetan las edades ,
al juslo la TÍrtud inmortaliza.
Li»A. Madrid 39 de enero de ISSI
Abdbhs Tatiba y Romeeo.
1
GUADALAJARA.
A u wmmk DiL ínclito azara.
Los filet de It proimcit de Gaadalajara.
Ese gigante de espafiola raza ,
gloría del nhÍD , admiracioD del Sena ,
cuyo renombre el universo llena...
cuyo genio sus ámbitos abraza :
Ese coloso que en su altura traza
angosta via al vencedor de Jena ;
sus indomables ímpetus enfrena ,
y sus hercúleas águilas enlaza :
El que sabe en el Tiber ser Camilo ,
con iracundo César tierno hermano ,
y en la común desgracia dulce asilo. ••
Es Azara ; broquel del Vaticano ,
que á la espada del Corso quiebra el filo 9
dzando al sol la estirpe de Nibbiano.
SlGUBNZA.
Manuel Asensio y Berzosa.
Genios encuentro mil divinizados
que en justa gratitud á su memoria
en el grandioso templo de la historia
por fiel posteridad son venerados ;
De guirnaldas se ostentan coronados
tejidas con laurel de la victoria ;
portentos de valor leo en su historia
con caracteres de rubi grabados.
Uno se vé de angelical presencia
que por cima de todos descollara ;
60
—t
MADRID
i U MENORU DEL EXCNO. SR. D. JOSÉ FUGÓLAS DE AZARA.
Los f atet de la proTÍncia de Hadfid.
Sr. D. Basilio Sebastian Castellanos.
Muy señor mió de toda mi estimacioú : He recibido dias pasados
una atenta carta de Yd., en que me invita á concurrir con alguna
composición mia para la Corona poética que ha de publicarse en ho-
nor del ilustre escritor y diplomático D. José Nicolás de Azara.
No he podido por mis ocupaciones contestar á Yd. con la breve-
dad que deseaba. Hoy que ya puedo hacerlo , doy á Yd. en primer
lugar las gracias por la honra que dispensa á mi pobre ingenio, cre-
yéndole digno de asociarse á su noble pensamiento. Bien acreedor era,
por cierto , á la mas alta estimación entre sus contemporáneos , y á
toda alabanza en la posteridad, el hombre insigne que al gusto mas
esquisito con que toda su vida cultivó y protegió las Letras y las Ar-
tes, supo unir la superioridad de razón, la estensa capacidad y el
carácter firme y elevado con que allanaba diestramente las arduas di-
ficultades de su carrera política , salvó á Roma de los horrores de la
guerra , y dio á respetar el nombre español donde quiera que fué lla-
mado á representarle. El asunto, sin duda, es grande, y fecundo;
pero mis fuerzas son ya pocas para tratarle como corresponde.
Tengo demasiada edad , y las atenciones que me rodean me ale-
jan de las Musas en tal manera, que se pasan años y años sin hacer
un solo verso. Por esta razón me he negado á entrar en otros con-
cursos á que he sido invitado ; y por la misma espero que no estrañe
Yd. me niegue á entrar en el que me propone. Mis versos no serian
ya flores , sino espinas , comparados con los que presentarán otros
escritores^ ahora en el vigor de la edad y del talento ; lo cual , como
Yd. conoce, no baria honor á la empresa de Yd., ni al difunto Aza-
ra, ni á mí tampoco. B. L. M. de Yd. su atento seguro servidor
Manuel José Quintana.
Madrid. Madrid 14 de junio de 1850.
— 476 —
AL MEMORABLE AZARA.
Cuando miro mi humilde poesía
y escucho el eco de tu eterna gloría ^
mi pecho se conmueve de alegría
al acatar del Genio la memoria.
Grande te proclamó la voz del mundo
por tu virtud y acrisolada ciencia ,
y el respeto inspiró santo y profundo
que al hombre dá la próvida conciencia.
¿Por qué me falta inspiración y aliento
al querer espresar tanta grandeza?
Es que comprende bien mi pensamiento
de sus rudos conceptos h pobreza.
Liras mil á porña hoy te ensalzan :
tu memoria por siempre es acatada :
si tantos genios presurosos se alzan
qué puedo yo decir? ¡ay, de mí^ triste! nada f
MA.DR1D.
Natalia Boris de Ferrant.
Yaron ilustre de mi patria amada
insigne en letras, noble en tus acciones,
iris de paz brillante entre naciones
próximas á lanzarse en guerra airada:
Te aplaude el mundo , la Ciudad sagrad»
Libertador te aclama entre ovaciones ,
y ensalzan los hidalgos corazones
tu piedad á los tristes prodigada.
Bien hacen hoy los vates i porfía
en alzar con sus trovas monumento
á quien diera i su suelo gran valía ,
Y ¡ ojalá ! yo pudiera en tal intenta
rendirte ofrenda cual la patria mia
otorga á tu virtud ^ dá á tu talento.
Madrid.
Antonio Alcalá Galiano.
Dá piadoso el destino á las naciones
para ahuyentar la estúpida ignorancia
y el dañino desmán de las pasiones ,
— 477 —
los preclaros varones
que honran la humanidad entristecida ,
y con la fulgidez de sus acciones ,
de la muerte las vuelven á la vida.
I Ilustre aragonés! ••• de Espafia gloria ;
ábil negociador , sabio profundo ;
ya te cuenta la historia
entre los genios que venera el mundo*
En la Ciudad sagrada
como digno español j con alto pecho
defendiste el derecho
de la patria adorada ;
y alzaste generoso
el mérito caido ,
que un instinto ominoso ,
siempre condena el mérito al olvido.
¡Nombre grato de Azara al pueblo Ibero !
al recordarle las futuras gentes ,
clamarán reverentes :
El fué aquel que brilló como lucero ;
que la Fama con mano cariñosa '
bajo su busto escribe :
«Sobre su tumba las edades ruedan
»y la memoria de sus hechos vive.»
Madrid.
Madrid 23 de febrero de 1852.
Maiyuel Maeia Alzaibar.
Honor y prez al eminente genio ,
al preclaro varón justo y prudente,
al que del jesuitismo hundió la frente
aconsejando á Garlos su estincion.
Al esperto piloto afortunado ,
que surcando los golfos de Loyola
paró el furor de la soberbia ola
que amagó general inundación.
Al que tras diplomática pelea
presentó de un cónclave el colorido j
y de añejas pasiones el tejido
bosquejó con magnifico pincel.
Al que supo sin oro y sin empleos
— 478 —
los errores vencer cardenalicios ,
y combatiendo monacales vicios
á Gangancli procuró el dosel.
Al que trazó con atinada pluma
la hipocresía audaz del Vaticano
que al católico al par que al luterano
supo halagar con ingenioso ardid.
Al que entre palacios de Austria y Roma
los enojos maléGcos desarma,
y entre los duques de Toscana y Parma
y el gran Vicario conjuró la lid.
Al que sin mas recursos que su ciencia ,
sin otro apoyo que su recto juicio
logró , que de Bolonia el armisticio
declarara el Coloso de la edad.
Al sabio economista, que observando
allende el Pirineo astros de ruina ,
al par salvó que en la nación vecina
el crédito en España y dignidad.
Al amigo y mentor de Bonaparte ,
al gran representante de seis reyes ,
al que de todos respetó las leyes
siempre entendido, recto y liberal...
Al ilustre estadista, al buen patricio,
honor y gloria del hispano suelo ,
el galardón del justo rinda el ciclo
y el orgullo español lauro inmortal.
Madrid. Madrid 7 de mayo de 1851.
Blas María Araqüe.
¿Que á m{ del loco mundo ,
en errores há siglos sumergido
el ignorar profundo?
Y si corona con laurel mentido
sienes indignas de eternal renombre ,
¿respetaré cuanto á su error asombre,
su fama infiel loando,
y errores y delitos endiosando ?
No , Azara , no. Detesto
los vanos ecos de usurpada gloria ,
— 479 —
como el orgallo enhiesto
de falsos héroes que nos da la historia ^
como Alejandro , como Aníbal fiero ,
como á otros mil , cuyo letal acero
sangre humana vertía ,
y del hombre el incienso recibía.
¡ Fatídica demencia !
¡ estúpido loor I ¡incienso impío I
¿Por qué fatal creencia
héroes llamar en ciego desvario
á los verdugos de la humana raza ,
quien sangre y, fuego cuanto el orbe abraza
frenéticos bollaron ,
y á crímenes y á vicios le avezaron?
Ellos ¡ay! ancha vía
al fratricidio y al dolor abrieron :
y en su procaz valia
¿qué ventura, cuál bien al orbe dieron?
Ellos ¡ ay ! sí , por héroes aclamados ;
mas ¡los hombres. ••! ó muertos ó aherrojados
incendio , y rapto y muerte
y esterminio y y horror : tal fué su suerte.
Pues sarcasmo es tal gloria :
vil el laurel que á tan audaz cinismo
en la veraz historia
laurel mintiera ser del heroísmo.
Héroe nunca es aquel que hiere y mata;
héroe es solo el que gérmenes dilata
de paz y de ventura
de fraternal amor, y de fé pura.
Y tú, por esto, Azara ,
orgullo eterno de la patria mía ,
héroe de luz preclara
fuiste , y héroe de paz y de hidalguía :
héroe en el bien, y en el saber sublime,
y en la virtud que del dolor exime
y al hombre inmortaliza ,
porque al Dios en el hombre diviniza.
De Témis en el templo
tu voz sonó , y al castellano solio
tu ciencia sin ejemplo
plugo elevar al grave Capitolio ,
— 480 —
dó , al herir de tu acento sobrehumano
la bóveda eternal del Vaticano ,
luya fué la Tiara
de Clementes y Píos, grande Azara.
Y cuando el estampido
de Marte ruje, y el fatal Coloso
al muro bendecido
de la santa ciudad osa orgulloso ,
en la insaciable sed de su venganza
que á Europa aflije con feroz pujanza ,
¿quién sino tú alentado
Libertador de Roma es proclamado ?
Tú á la mazmorra horrenda
llevas heroico tu piedad sublime ,
y en Bizancio tu ofrenda
del galo audaz la esclavitud redime ;
que paz es tu misión , y la paz santa
tu voz de cisne enamorado canta ,
y por tu genio solo
reina la paz del uno al otro polo.
Los tronos vacilantes
por ti se afirman , y los tronos quieren
tus talentos radiantes
con un trono premiar : mas no. Prefieren
tu saber y tus lauros tutelares
solo apacibles y modestos lares :
que tú , héroe verdadero ,
tu trono tienes en tu hogar primero.
Y tu nombre es el nombre
que el mundo escucha con feliz sonrisa;
ni de cruel renombre
la ensangrentada sombra se divisa.
La paz y las virtudes y las ciencias
son tu solio : balsámicas esencias
dánte prez y reposo ,
y tu tumba es el trono mas glorioso.
Que nunca, Azara, muere
quien fué genio del bien y de paz santa :
honor eterno espere :
honor, que al vate enardecido encanta:
y si en falaces páginas la historia
de mil tiranos aduló la gloria ;
— 481 —
Azara, tu cmsmo
es el solo laurel del heroísmo.
Madrid.
Gabriel Ferrer.
Noble Azara, sí tiene tu memoria
en cada corazón un monumento ,
¿ á qué de nuevo fatigar el viento
con los recuerdos de tu inmensa gloría?
Su nombre basta á enaltecer al hombre ,
mas no hay nada que baste en su alabanza ,
pues ¿quién su genio á comprender alcanza,
ni quién soy yo para cantar tu nombre?;
Madrid.
Bladrid 23 de enero de 1852.
EimiQUB HERIVAia)EZ.
Guando abrasados de llorar los ojos
tornan al llanto y lágrimas no hallan ;
cuando anegada el alma en los enojos
que en torno suyo sin cesar estallan ;
lo ya pasado olvida ,
detesta lo presente
y hastiada en fin el porvenir descuida ;
dulce le es en el piélago inclemente
que arrebató su bien pérfido , avaro ,
la antorcha ver de apetecido faro.
Dulce le es al proscripto moribundo
que gimió triste y solo años prolijos ,
cuando su adiós frenético dá al mundo
recibirle en su idioma y de sus hijos ;
dulce es la tierra al náufrago que arrojan
inflamadas las onda» á la arena,
dulce es al caminante que despojan
salvar la vida que el ladrón le ordena :
pero es mas dulce aún poder la lengua
un nombre dar al porvenir, sin mengua.
61
A u MEioRU m mu.
Amenaza al romano estremecido
Del grao Napoleón la prepotencia ;
Pero cede al poder de tu elocuencia
El rayo de ta guerra despedido.
Salvación es tu hogar al desvalido ;
Y burlando del hado la inclemencia,
Olvida en él su misera indigencia
Mas de ud vastago regio perseguido.
De monarcas amigo y consejero ,
Cual noble fiel , pmdente como sabio ,
Fuiste en todo un cumplido caballero;
Y á rstrañas glorias sin hacer agravio,
Puede el vate decir del noble jizara :
■ ¡ Fué entre los grandes su gracdeza rara !
1j¡AS EdGBNIO HABTZKfBDSGU.
■ j No hay nada mu que yo I dijo en su sueño
el gran Napoleón , pasmo del mundo :
todo cede á mi esfuerzo sin segundo ,
y fae de ser cual un Dios, del orbe dueño.
El hombre ea ante mí reptil pequeño
que bajo el polvo de mis pies confundo,
buUente pedestal, siempre fecundo
y á mi inmensa ambición siempre risueño.»
Calló el guerrero , y en su alentó oido
una voz resonó vibrante y clara
que dijo así ¡ Gigante enaltecido ,
hay algo mas que tú , viviendo jizara .'
I Pontífices y Reyes le han honrado
cédele un puesto á tu brillante lado !
Eduardo de la Lona.
••.'.*
■ .'f
■ - * «
— 485
AL EmNENTE AZARA.
Sí de Aragón U gloria no bastóra ,
si de claros varones careciera ,
con noble orgullo presentar pudiera
cual glorioso blasón , al grande Azata^
Madiud.
Airromo Pirila.
AL DIPLOMÁTICO T LITERATO ESPAÑOL AZARA.
Bien mereces ceñir, oh espafiol Fabio,
el laurel y la oliva de Belona,
que aun el tranquilo Reno el bien pregona
que Roma debe á tu elocuente labio (1) ;
Aún dura en la memoria el desagravio
de tu patria en Amiens (3) ; y de Helicona
el coro bello y púdico aún blasona
de que fuistes á un tiempo artista (3) y sabio.
De tu gloriosa vida en el discurso
uniste así por modos diferentes
la fria razón del entusiasmo al vuelo.
Como el famoso Xanto que en su curso
cristales vuelca de dos altas fuentes ,
cálida una, y otra como el hielo.
MadrU) (adopÜYa).
Pedro Madrazo.
(1) Ei jármisticio de Bolonia, qae en 1796 contuYo á Napoleón Bonaparte^ eoaodo
I dirigía á Roma con sn ojército para yeogar los agrayiot qoe la República francesa Mponia
aber recibido del Pontífice.
(2) Véase el cuerpo do esta obra acerca de las grandes Yentajas qne consignió Axara
ira la Espafta en aquel célebre congreso de Amiens.
(3) Alude al ilustrado amor á las artes que distinguid á e$tt consumado político , y á sai
faügablet inYestigaciones estáticas.
mmátm
486
íl eminente azara.
Tú que á Im gloría de tu estirpe clara
timbres uniste de mayor valia ,
orgullo y lustre de la patria mia
que admira tu virtud y ciencia rara :
Firme sostén del Trono y la Tiara
que en tí esperanza en sus peligros fia ;
protector de las arles , y alegría
de ingenios mil que tu bondad ampara ;
Tú que la saña moderaste solo
del genio de la guerra armipotente
sirviendo al pueblo de Marón de escudo ,
Y enlazaste al laureiíl sacro de Apolo
la oliva de Minerva floreciente :
¡ Salve , Jzara inmortal , yo te saludo !
Madrid.
Floibngio MoasNo t Goomo.
Ciencia , ciencia sublime
que al sol ¡gualas que preside al día;
antorcha luminosa ,
tu luz disipa la linicbla odiosa.
¡ Qué grande es tu poder!
Mágico influjo su esplendor encierra ;
su fuego soberano
al genio libra del error tirano.
Feliz el que tu soplo
ardiente recibió , y herirle pudo ,
por suerte peregrina ,
vivo un destello de tu luz divina
Desconocido , oscuro ,
el que en tu templo penetrar no osara ,
ni el misterioso arcano
escuchó de tu acento sobrehumano :
Baja á la triste huesa,
y arrastra envuelto su ignorado nombre
entre ceniza helada
— 487 —
á sempiterno olvido destinada.
Qne dí un rastro siquiera
dejó en el mundo sn vivir KviaBO ;
ni en su escasa ventura
tendrá un recuerdo de la edad fiilnra ;
Pues pasó su existencia
cual llama Tátua que en el aire cruza
coD giro violento,
ó leve arista que arrebata el viento.^...
Del sabio empero se alza
santa la tumba, de fulgente aureola
de fuego rodeada ,
de un siglo y otro siglo venerada.
En torno la flor cace ;
y á esa flor la sucede otra mas bella ,
y el lauro reverdece ,
de sombra amiga que lozana crece.
Canta un vate inspirado ;
otro en remota edad $n ejemplo sigue ,
y lleva hasta esa tumba
su canto, el aire que lejano zumba.
Esculpe el duro bronce
de su talento tos preciados dones ;
y conserva la historia
en láminas doradas su memoria
¡Quién cual tú, Azara,
respeto tanto y nombradla alcanza !
El vate reverente
pasa tu nombre de ana en otra gente.
IVombra Azara la historia :
Azara imprime en la medalla el cufio :
Azara, en sus pinceles ,
repite el arte del divino Apeles.
¡Qué mucho si asombrado
miró tu frente de laurel ornada
el Ebro caudaloso,
el ancho Tajo , el Sena impetuoso ;
Y el Tibcr en su orilla
escuchó absorto la sonora trompa
de la Fama vocera
que tus hechos publica por do quiera!
¡ Qu¿ mucho, si las testas
— 488 —
que ostentan de oro la Tiara Santa ,
en tu consejo fian ,
y á tu prudencia su poder confian :
Si á la vez seis naciones
nobles , valientes , generosas , grandes ,
entregan á tu tino
el ancho porvenir de su destino :
Si con egregia mano
la reina de dos mundos poderosa
marca en tu noble pecho
insignias de su afecto satisfecho :
Si el Capitolio altivo ,
del mundo espanto , del poder emporio ,
que á remotas regiones
llevó un día triunfantes sus legiones ,
A ti angustiado acude,
Y en tí encontrando alivio al rudo amago
que su soberbia doma
te aclama al fia Libertador de Roma !
¡ Y qué , si al tiempo mismo
que á Marte embotas , la sañuda espada ,
las recónditas leyes ,
esplicas de la ciencia de los reyes ;
Y tu fecundo genio
al raudo vuelo que el espacio mide
también bajo la oliva ,
artes y letras con ardor cultiva !
Ilustre Aragonés,
vio Barbuñales tu nacer dichoso ,
y brilló desde el cielo
el refulgente sol del patrio suelo.
¿Mas dónde me conduce
mi ardiente fantasía arrebatada ,
que en su calor no mira
que , Azara , es para tí pobre mi lira?....
Cese , cese mi acento
que solo el fuego del sublime Homero
es digno á tanta [hazaña
del hijo ilustre de la hermosa España. É
BsrnGNO Qüjbós y Contreras.
■ 489 —
U ILUSTRE ESPAÑOL AZADA.
Docto varón, jízara esclarecido,
hoDor del Cioca y su feraz ribera;
tú, vencedor del tiempo y del olvido,
gloria serás de la nacioD ibóra.
Tus despojos la muerte ha recogido
pero el alma inmortal voló á su esfera,
y libre ostenta en el feliz seguro
nuevo esplendor inalterable y puro.
Aún te recuerdan, al llorarte muerto,
el huérfano, el mendigo , el desterrado ,
que á sus naufragios encontraron puerto
en tu sensible corazón honrado,
siempre al clamor de la ÍRÓigeacia abierto,
siempre á la voz del interés cerrado ,
ageno al egoismo y la codicia,
templo de caridad y de justicia,
¿Cómo olvidar al defensor celoso
de uno y otro proscripto soberano «
á los que asilo hospitalario honroso
cedió leal con generosa mano?
¿Al que del bien de su país ganoso,
embajador y á un tiempo ciudadano,
trocó en Aniiens, en Portugal y España
en paz amiga la feroz campaña?
¿Quién no recuerda al que elocuente un dia
con voz irresistible y poderosa,
con la unión de los reinos, pretendía
llegar á hacer la humanidad dichosa:
al que alivió su servidumbre ímpia,
hermanando con ciencia prodigiosa,
de la virtud para acatar las leyes,
los Pueblos, lo8 PontiBces, los Reyes?
Al que de Francia al águila potente
supo corlar el vuelo temerario ,
y ante la Tíára ungida de Clemente
paró el bridón del Corso sanguinario;
é hizo dichosa á la romana gente
— 491 —
al corso Macedón miriü la lierra
de la discordia frecuentar el ara ;
Y solo entero en el coniua quebranto ,
vivió extrafio á las arles de la guerra,
sabio , apacible y bienhechor Azara.
Catetaho Rosbll.
Blandiendo audaz su espada enrojecida
el genio triunfador que á Italia doma,
ante sus puertas la potente Roma
le contempló de asombro estremecida.
La ciudad de los Césares, vencida
mira que su grandeza se desploma ;
y al anciano PonliOce le asoma
al párpado una lágrima encendida.
Tal era loh Roma I tu funesta suerte :
pero el ilustre Azara y ante el guerrero
que sobre ti voló, rayo de muerte,
Be acerca mediador y consejero
y el Jefe de las Gálicas legiones
parte lejos de ti , con sus pendones.
Juan Rciz del Cerro.
Cuando el genio del mat con impía saiía
en disensiones mil la Europa llena,
y cuando empieza su triunfal campaña
el que fué luego vencedor de Jena ,
iris de paz , orgullo de la España
brillas tú , Azara, en su región serena ;
bien asi como el sol tras noche umbria
vertiendo luz y gloría y alegría.
Tú, que en las letras y en las artes solo
á tu ilustre blasón timbre divino
diste , y esento de perfidia y dolo
registe de los pueblos el destino ,
Madbid.
— 495 —
Los males de so patria acrecentaba y
Y con desprecio el Orbe la miraba ^
Testigo un tiempo de su ardor fecundo^
Los bechos inmortales caducaron
Del de Yivar , de Córdoba y de Ercilla ^
Sopló el Austro, y los mares anegaron
Del triste barco la postrer bastilla;
Mas los bados de España se apiadiron ,
Y Azara claro Sol tocó su orilla.
Rafael Calvez Amaüdi.
AL INMORTAL AZARA.
Rico de heroicos recuerdos
el bello Aragón se ostenta
tan grande , que el mundo todo
reconoce su grandeza.
Y el aragonés henchido
de lanía gloría , presenta
su noble cabeza al mundo
con mas candor que soberbia..
Recuerda á Roger Brindéz
y á Don Berenguer Dentenza y
que de Aragón los pendones
hicieron triunfar en Grecia ,
la Tracia , la Tesalónica ,
la Macedonia , y Atenas ,
tributarías de Aragón
fueron con el Asia entera ,
cuando triunfando en su suelo
el aragonés , ahuyenta
(1) Fragmento de mis Romances pnblieados con estos títulos en el Albmm de mi fa-
ilia y de mis amigos , y por folleto separado eo 1 851 coa motivo ie la iBaoguraeion del
momento de Azara.
— 494 —
los turcos que al rey AndrÓDÍco
de Bizancio baciao guerra.
Eo Don Garda Giménez ,
su rey primero , recuerdao
que al hijo de Mahomet
vencieron, ycn su cabeza
anda viva ia memoria
de Iñigo Arista que encuentra
esa milagrosa Cruz
que es de su blasoo la eoseSa.
Y del campo de Alcoráz,
cabe la ciudad de Huesca,
al rey don Pedro Primero
como á vencedor presentan
de la morisma insolente
que Almozaben coa soberbia
como rey de Zaragoza
Iraia para su ofensa:
Y al rey Don Alonso^ el dicho
Batallador <lc escelencia ,
por héroe de Zaragoza
cual conquistador celebra.
Pío olvida que el rey Don Jaime
de Mallorca al moro echa ,
y que con aragoneses
conquistó también Valencia.
INi que don Pedro Segundo,
con la tropa aragonesa ,
en las INavas de Tolosa
venció al moro en la refriega,
Con Don Fernando el Católica
el Aragón se presenta
en la toma de Granada
y allí triunfa su bandera ;
bandera que vencedora
en el uuevo mundo queda,
cuando un Colon le descubre
para que un Córtís le venza.
Y en fin el aragonés
con gloria siempre recuerda,
que humilló á ios vencedores
de Austerlilz, Egipto y Jena,
«MhB^M^BMB^Ita
y qae al gran Napoleón
hizo bajar la eaboa ^
cuando pretradió insensato
avasallar su fiereza.
Con tantos trianfos pasados ,
el aragonés se ostenta,
rico de valor y gloria^
ufano de so grandeza.
Pero tiene otro tesoro
de mas ricas escelencias ,
tesoro que el vencimiento
por do quiera le presenta ;
y al cual debe de su brazo
el esfuerzo y la braveza
con que se sabe hacer héroe
en los cielos y en la tierra.
Este tesoro infinito ,
este bien y esta riqueza 9
es la diva protección
que tiene en la Virgen bella.
En esa hermosa matrona
de cielos y mundo estrella,
que , madre del Salvador,
es de Aragón Madre y Reina.
T el aragonés que sabe
que la divina Princesa
á su tierra tiene amor ,
en adorarla se empefia.
Al fuego de devoción,
María, una llama hecha
de amor, acude al auxilio
de quien tan bien la festeja.
Por eso en advocaciones
es tan frecuente esta tierra
de la Virgen Soberana ,
que en treinta se la venera.
Aparecidas imágenes
son todas de la luz bella ,
con que la Virgen María
en Aragón se presenta :
— 496 —
Son apellidos divinos
de su celeste grandeza ,
y nombres de los Estados
á quienes dio preferencia.
Mas en otra advocación
tan grandiosa se presenta
en Aragón , que los cielos
solo tienen tal grandeza :
Con el nombre del Pilar
la adora toda la tierra ,
y la heroica Zaragoza
es la corte de tal Reina.
Aparecida fué allí
también , mas por escelencia
lo fué cuando en carne humana
hizo feliz á la tierra.
Y en aquel famoso templo ,
en que la piedad se ostenta
del invicto aragonés ,
la adora la España entera.
Y la adorará por siempre
que siendo de España Estrella y
el español jamás puede
olvidarse de su Reina.
Entre su sol y su luna
el aragonés su tierra ,
por pais de bendición
con justa causa celebra.
Y mucho mas si en auxilio
los santos de Aragón llegan
que son , á mas de los mártires
que Zaragoza celebra,
los suficientes á hacer
rica de piedad la Iberia.
Con tantos aragoneses
en el cielo ¿cómo espera
^«
— 497 _
el euemigo de Dios
prosperar en esta tierra ?
Jamás podrá avasallarla
que es ejército de fuerza ,
y lleva por capitán
del cielo á la Augusta Ri!Ína.
¡ Oh Aragón ! solo los cielos
te aventajan en grandeza ,
si es que estando en li María
no están los cielos con ella.
Si en la cristiandad ^tan fuerte
y tan grande te presentas ,
no eres menos rico en letras ,
en las armas y en las ciencias.
Tan bendito está de Dios
tu suelo, Aragón , que es fuerza
confesar que en obsequiarle
se empeñó naturaleza.
Pues tan galana y lujosa
en tus campos se presenta,
que en parte ninguna es
tan hermosa y tan risueña ;
y para que tus vergeles
constante verdura tengan ,
deseoso de agradarte
hace llorar á las piedras.
Sus lágrimas en cristales
tornan las blancas arenas ,
para que puedan las flores
componer su cabellera.
Y derritiendo las nieves
que el Pirineo conserva ,
te las manda en rica plata
Eara que puedas cogerlas,
leí IVIoncayo el huracán
vá quebrando en altas crestas,
á fin de que baje humilde
á beneficiar tus tierras.
Al Guara y al Sivil puso
de atalayas atta y recia
para que el alto Pirene
— 498 —
ofenderle no pudiera.
Apolo sus rizos de ora
ostenta cuando pasea
sobre tus campos DorídoB
en los (jue tanto se alegra.
Y Diana por la noche
luce tanto su diadema,
que rayos de luz te entia
para alumbrar tus praderas.
Géres el oro derrama
en tu campo á manee DcDas,
y Baco sus hondas cubas
vierte sobre lus bodegas.
La Paz le manda su oliva,
Pomona frutos te lleva ,
y la Diosa de las flores
en complacerte se empeña.
Venus sus gracias te manda ,
y por eso son tan bellas
tus hijas , que en hermosura
y en gracia la palma llevan.
¡Dichoso Aragón! dichoso!
puedes decir con soberbia,
que si el gobierno del enelo
como el de los cielos fuera ^
así como en santidad
y en becbos nadie te llega,
país mas fcbz y rico
en el mundo no le hubiera.
En una estensa Itanort
vestida de verdes galas,
el pueblo de Barbuúalea
orgulloso se levanta.
De la proviucia de Huesca
es, aunque pequeña , alhaja
de gran valor que al partido
de Barbastro mucho ensabca.
Pueblo es de la baronía
de Pertusa , y aun es fama
— 499 —
que de preladosr de Léridx
ha solido ser posada.
Aunque su térmiho es corto
toda su tierra >e» labrada;,
y granos de toda» clases^
aceite , y verduras verías^,
frutas y legmnbre» y vinos ,
pastos y buenas carrascas^
y cuanto al: hombre alimenta,
produce con abundancia.
r(o es pueblb de macha: gente
pues solo setenta casas
cuenta ; mas aunque pequeño
es plantel de grandes almas :
Que es patria de los Loberas,
Laborda y Foncillas , galas ,
con Cotilla de Aragón ,
y sobre todo de Azara^
De Azara , cuya familia
tan fecunda como sabia ,
varones tuvo admirados
en Roma , París y España.
Hijo fué de Barbufiales
el diplomático Azara
que á la Religión y á Roma
libró de quedar esclava.
Por eso se lee su historia
en el frontis de su casa ,
y por eso, en regia tumba ,
en su parroquia descansa.
Hijo también fué el obispo
á quien publica la fama
de Ibiza el restaurador
y de Barcelona alhaja.
E hijo fué aquel marino
que en el Paraguay dejara
nombre inmortal por valiente ,
y de escritor en España :
Azaras fueron los tres ,
y en el templo de la Fama
escritos están sus nombres
en páginas de oro y plata.
— f
TOLEDO.
ü ILÜ SUSSOidDl&aü
DBL CBLEBBB DIPLOMÁTICO
¿occiuo. (bt/. Oc), óoóe Q/VDicovcu De g/Io
tat^.
Los vates de la provincia de Toledo.
¡ Cuan grande es el mortal cuya memoria
de santo fuego el corazón inflama !.•••
Ciñe su nombre claro y esplendente
aureola purísima de gloria
de la imperecedera y santa llama
que en su ser inundó como un torrente ,
y que luciente estrella
cada vez brilla mas porque es mas bella.
Scpúitanse los siglos en la nada ;
de la faz de la tierra desparecen
los imperios que al orbe avasallaron
porque en el mundo todo es de pasada.
Las flores que galanas amanecen
antes de anochecer se marchitaron
¡Cuan triste es nuestra suerte I....
¡ Cuan grande el poderío de la muerte !
Mas ¿qué pudo la muerte, que su saña
contra el alto varón , robusto Atlante ,
en cuyos hombros descansara un dia
para gloria, blasón y prez de España^
toda Europa ; depósito gigante
digno de su saber y su valía ?
¿ Quién á cabo llevara
tan colosal empresa sino Azarai
Azara , sí , el noble , el virtuoso
de admiración universal objeto ^
— 305 —
de mora sangre en que tifió 8u acero :
Y olvide los Gcanadas, y Leones,
los Cervantes, Gonzalos, Pimenleles,
y muchos mas clarísimos varones
One A España ooroaaron de lanrelo8,
decidle con la historia eo vuestra mano :
Leed tos hechos dét prímer Nibbiano.
Madrid 33 de junio dsiesf
NiGOLls Rabdbbz db Losada.
SORIA.
A U lEMORU DEL CVHORTAL iZlRl.
¿!Vo veis cuál buyen de la brisa leve
las densas nieblas que formó la bruma ,
y tan blancas tornarse cual la nieve ,
grupos formando de vistosa espuma?
Cual primoroso trasparente encaje
que el aura ufana entre sus alas lleva,
¿no veis de nubes el sutil celaje
que en el espacio sin cesar se eleva?
Muy mas veloz que nacarada nube
ligera vuela veolurosa el alma ,
que deja el mundo, y al Empíreo sube
buscando ansiosa la celeste calma.
A la bermosa región de los aromas
subiste, Azara, y en tu raudo ruelo
protegido por candidas palomas
¡a dicha hallaste que soñó tu anhelo I
Fuistes un astro que brilló en el mundo,
fuiste un tesoro de virtud y ciencia,
dejando conocer, genio fecundo,
tu noble origen, tu sublime esencia.
La sagrada misión que Dios te diera
la cumpliste cubriéndote de gloria,
vive feliz en la aromal esfera !
yo bendigo, cantando, tu memoria.
Soria A de junio de 1851 .
La Huérfana Nümahtiha.
I
il mMORTAL AZARA.
Pues que una flor no puede consagrarte
mi pobre ingenio, digna de tu gloria;
ni ta cinta tampoco pueda darte
que sujete el laurel de tu victoria ,
Recibe ¡oh grande Azara! en la Corona
que el Parnaso EspaSol le lia consagrado
con las flores del campo de Uelicona,
la humilde trama coa que la he formado.
Básojo Skbastun Castbllahos.
ADVERTENCIA.
Lai composiciones músicas y canciones populares qoe se citan en las portadas de las
Masas, de nuestras provincias se publican juntas por separado de esta obra, y forman la Co*
roña Úrica 6 Álbum Musical escrito en honor de Azara por algunos de nuestros artis-
tas y literatos españoles; pero van dispuestas de tal suerte las espresadas piezas de música, que
es fácil, al que deseetener asi la obra, poner al encuadernar en cada Musa la que la cor-
responda ; asi como es igualmente fácil el formar un solo tomo de las dos partes en que divi-
dimos esta obra, pues en la segunda no hemos hecho nueva foiiaeioi abo seguido la de esta
como si no le interrumpiese el tomo.
(ÍLORUS DE AZm EN EL SIÜLO M.
ACTA de la solemne inauguración del Monumento erigido en Barbuñales de
Aragón^ el 27 de noviembre de 1850, al célebre diplomático y distinguido
literato español , el
EXCNO. SR. DON JOSÉ NICOLÁS DE AZABA Y PEKEBA ,
primer marqneii de IVIbblane,
por SU sucesor
tercer Marques del mbmo titulo, etc., etc.
OOBOM A POÉTIGO-MUSIGAL QUE LOS POETAS , LITERATOS , ALGUNOS HOMBRES
políticos y ARTISTAS MÚSICOS ESPAÑOLES CONSAGRAN AL ESPRESADO SEÑOR.
OBRA ESCRITA BH PARTE T DIRIOIBA BE LO DEBAS,
por
DON BASILIO SEBASTIAN CASTELLANOS DE LOSADA.
Secretario honorario de S. M. ; Caballero con merced de Hábito en la Orden militar de Montosa;
Comendador de la de Isabel la Católica ; Caballero de las Ordenes de San Juan de Jerusalen
Íde San Genaro , ele. ; Director Fundador de la Academia Española de Argueolosia; Bibliotecario
nticuario de la Nacional , y Conserrador de su Museo de medallas y gabinete de antigüedades;
Cronista y Anticuario de la Casa y Estados del Excmo. Sr. Duque de Osuna y del Infantado, y Con-
servador de su Armería y Monetario; Historiador de la Casa de Aiara , y autor de y arias obras li-
terarias, etc., etc.
SEGUNDA PARTE.
MADRID:
IMPItENTA Á CARGO DE D. ANTONIO PÉREZ DUBRULL,
calle de, Valverde , núm. 6 , bajo.
1854.
_
EL PI:EBL0 AGRAnECIDO QUE TE ALABA,
MNCA TE OLVIDARÁ : Sf ECO SO.NORO
HESDE EL SUELO FELIZ Ql'E EL TÍBER BAÑA
LLEGA HASTA EL DÉTIS ; SE REPITE EN CORO
POR LA IBÉRICA GENTE ,
rSERÁ, ILl'STRE AZARA, ETERNAMENTE
TUYO EL HONOR, LA GLORIA PARA ESPAÑA.
lE. d« Tapia. p.^g. 373 de e»ta obra. P. I.)
CANTEMOS, SÍ, DE AZARA L\ PRUDENCIA ,
LA VIRTUD V EL TALENTO ;
UN ALTAR ELEVEMOS Á LA CIENCIA
QUE EN ÉL TUVO SU ASIENTO.
i ESPAÑOLES ! CANTEMOS
T SU HELADO SEPULCRO VENEREMOS!!!
'Angela Morejon de Masa, pig. S06 de Mta obra, P. I.)
A LOS LECTORES
Goxo proemio de esta segunda parte de la Corona Poétigo-Musigal,
que dedicamos al inmortal Azara, ó como conclusión de ella para los que,
siguiendo la numeración de sus páginas , la quieran tener en un solo
Toiúmen , cumple á nuestro deber dar algunas aclaraciones acerca de lo
que hemos consignado en la advertencia preliminar que hicimos á los
lectores en la primera parte.
Debemos decir en primer lugar , que en vez de los doscientos sesenta
vates españoles que hicimos alU cuenta hablan prestado homenaje al ca-
ballero Azara con sus composiciones , nos han resultado trescientos uno á
la conclusión de esta Corona; siendo muy corto el número de los que, te-
niendo algún nombre poético en España , no presentemos composiciones,
cuyos nombres dejamos mencionados en la advertencia final que hemos
hecho á la pág. 690. Es por lo tanto una tercera parte mas, bien
completa , el número de vates que han obsequiado á Azara al medio siglo
de su muerte, que el de los que , al poco tiempo de su fallecimiento,
honraron al célebre Moníalvan ^ única Corona Poética que sepamos
puede compararse con esta en cuanto al número de vates.
Como en aquel preliminar digamos que algunos vates estranjeros ha-
blan acudido á este concurso nacional , así como también que los artistas,
los orientalistas, los estadistas y hombres políticos del país se habían he-
cho un deber en contribuir á la gloría de Azara; y al ojear esta Corona
no se vean mas obsequiantes de estas clases que los que aparecen como
poetas y algunos artistas músicos, nos obliga á manifestar que, al consi-
derar el gran número de españoles que han respondido á nuestro llama-
— V —
debiendo animeiar qpie aun ostentaremos ramilletes poéticos en la sección
de Fkre$ ¡üerarias de la Gobona Política, con on buen número de poe-
sías de nuevos vates, que nos las han remitido cuando ya no podian
tener lugar en esta, y con otras que esperamos todavia.
Aun cuando á riesgo de que se nos tenga por demasiado nimios , nos
ha parecido , si no necesario , de alguna curiosidad , d presentar un estado
sencillo del número de vates , composiciones y de versos de que se com-
pone estaCoROfiA Poctioo-Mvsigal; estado que pondrá algún tanto de ma-
nifiesto la mas ó menos fecundidad poética de nuestras provincias.
El número de versos hechos á esprofeso en elogio de Azara en esta
obra, es el de diez t seis vil ciento cincuenta t cuatro, escritos en
TMSGiENTAS DIEZ Y NUEVE composicíones , por trescientos t un vates,
en esta forma :
Musa andaluza 67 autores, y versos. 3,663
Musa aragonesa lo id 780
Musa asturiana 9 id 665
Musa gallega <6 id 4,064
Musa castellana-leonesa. . 38 id 2,60o
Musa castellana-toledana.. 43 id 1,743
Musa catalana 20 id 527
Musa valenciana 31 id 2,052
Musa vascongada 10 id 527
Musa colonial y americana. 17 id 693
Poesías de todas las musas. 28 id 4 ,045
Poesías de traducción de los
DIALECTOS 7 id 689
Versos DIVERSOS EN su oBSEgno 431
En las iioesias varías ó de todas las musas se notan cinco autores anda-
luces; nueve de la musa valenciana; seis de la castellana-toledana;
tres de la leonesa; dos de la aragonesa; dos de la vascongada y uno de la
asturiana.
— VI —
Gonio en el Cataloga de los autores que han escrito en esta CkmoTCA, y
en el que pondremos en la Política , se da noticia de todas las obras publi-
cadas por los mismos , esta obra será en cierto modo una pequeña biblio-
grafía de este siglo , que podrá muy bien servir de algo al que pretenda
hacer el importante servicio de darnos una completa bibliografía espaiíola ,
que ya reclama nuestro decoro nacional.
Hemos procurado , en la parte que nos corresponde como autor en
esta obra, asi como en todas lasque la han precedido, y muy particular-
mente en su Vida civil y poUiica , honrar debidamente al caballero
Azara, según nuestro leal saber y entender, y con sujeción á nuestras
creencias religiosas; y, por lo tanto, si algo se encontrase en nuestros es^
critos , lo que no creemos, que pueda ofender en lo mas mínimo á la re-
ligion católica apostólica romana, que nos gloriamos de profesar y
seguir, y en cuya creencia juramos vivir y morir con la asistencia y
misericordia de Dios , ciertamente que habrá tenido toda la parte nuestra
ignorancia, y jamás nuestra voluntad , y en tal caso queremos que se ten-
gan por no escritas las palabras ó ideas que puedan verse en tal sentido,
aunque sea en simple sospecha , y asi se lo suplicamos encarecidamente á
todos nuestros lectores en estas y en cuantas obras hemos dado y pudiéra-
mos dar aun á luz.
Advertimos , por último , que , si bien la Corona Político-Diplomática
puede tenerse por una misma obra con esta , va dispuesta de tal modo que
será, al propio tiempo, un libro enteramente independiente, pues que para
que consten en él cuantos han obsequiado al caballero Azara , prestando
homenaje á su buena memoria, en la Sección literaria, ó sea entre
sus Flores Científico-Literarias, se pondrán por musas y provincias
los nombres de todos los vates y artistas músicos que aparecen en la Co-
rona PoÉTico-MüsiGAL ; de suerte que en aquel libro se hallarán reunidos
todos los españoles que han contestado al juicio contradictorio (¡ue hace
*tres años abrimos públicamente, para saber si, en la opinión del pais y del
mundo culto, merecia el caballero Azara ser contado entre los ilustres
españoles que en elsiylo xviii dieron prez y gloria á su patria, y si
por lo tanto era digno de que se recordase con gloria su nombre
^
— vn —
y de que se le tributase un homenaje publico por sus compatriotas. Esta
pregunta, que se ha contestado afirmativamente , y de un modo tan satis-
factorio que enaltece su ilustre nombre , honra á su noble familia y da
(^oria al país que le vio nacer y á toda España, acredita que el patriotis-
mo y la virtud reciben siempre el premio merecido en la gratitud pública,
laque, venciendo á las mezquinas y miserables pasiones, acaba por co-
ronar al que, con sus hechos, se hizo digno del aprecio de los buenos,
que es lo que hace esclamar al poeta Huici , á la pág. 458 de la parte
primera de esta obra:
Si ; en tu presencia , Áiara , porque en vano
Te cubrió un dia de la muerte el velo :
La Omnipotente mano
Tu gloria nos dejó para consuelo.
Aragonés insigne^ tu renombre
Eternamente vivirá glorioso ,
Y ala posteridad irá tu nombre
Del tiempo y del olvido victorioso.
Ojalá que asi, como Azara ha conseguido de sus conciudadanos un lauro
mmarcesible al medio siglo de su muerte, haya alcanzado del Todo-
poderoso la corona inmortal con que premia á sus escogidos (entre los
que el señor marques de Nibbiano , su sucesor, y yo, le suplicamos nos
cuente] , en cuyo caso es muy digno , por todos conceptos , de que se
cumplan los deseos de su ilustrada cantora la señorita doña María Ver-
dejo y Duran , cuando dice al terminar su soneto , pág. 689 , parte se-
gunda de esta Corona :
PARA ALZAR HOT UN CANTO SIN SEGUNDO,
BUSCAD LA LIRA DEL DIVINO DANTE,
A AZARA LE CANTAD, SABIO PROFUNDO,
T ELEVADLE UNA ESTATUA DE DIAMANTE
QUE SEA EL PEDESTAL EL ANCHO MUNDO,
Y FORME SU CORONA EL SOL RADIANTE.
I
{
» m\mi
Coiprende las flores poéticas qoe consagran al insigne Don José
Nicolás de Azara los vates de las provincias de :
BARCELONA.
GERONA.
LÉRIDA.
TARRAGONA.
(saasioa v awsasü (üaantvaaaavatA aai iPáiaa,
64
q
BARCELONA.
1
A Ll MEHdRU DEL INHORTAL ESPAÜOL AZARA.
1
1
Lot vaiei ds la proTÍncia de Burcelona.
1
¿Quién duerme en esa tumba? ¿qué alio nombre
de esa brisa repite el fiel murmullo?
M
¡ Ay ! los restos aquí yacen del hombre
■
que fué de España admiración y orgullo !
1
i Ved cuál se acercan de entusiasmo henchidos ,
llenos de ardor sus compatriotas fieles ,
y al son de sus plegarias y gemidos
coronan esa tumba de laureles!
m
Tened el paso : respetad el sueño
■
del que descansa al fin Iras su fatiga:
■
¡ dulce es del justo el elernal ensueño!
su virtud fué sin par : Dios le bendlgs.
Callad, callad; los mundanales cantos
nada son para el polvo I Goza el alma,
que á la virtud honró dulces encantos
en la santa mansión de paz y calma !
Vé el rostro de su Dios , que peregrino
reileja el cielo cual espejo terso ,
y no distingue el átomo mezquino
que el misero mortal llama universo!...
¿Qué le importan sus cautos de ternura
al que el canto escuchó de los querubes.
bendiciendo á su Dios, cuaudo conjura
con rayos de su luz las densas nubes?
Grande fué Azara: su pótenle mano
los cetros derribó : su voz temida
impuso leyes al Coloso insano.
De BU patria agitando la bandera ,
ó tumba ó libertad, gritó ferviente.
y i sus plantas cayó la Europa cnlera ,
1
y con mil lauros coronó su frente!
k
i
P
— 508 —
Grande fué Azara : la virtud sencilla
supo hermanar con su esplendente gloria j
y forman sus hazañas sin mancilla
la página mejor de nuestra historial
Gallad , callad : para ensalzar su nombre
es ruda nuestra voz^ vano el anhelo «
dejad que olvide su miseria de hombre ,
quien corona inmortal logró en el cielo.
Barcelona (adoptiva). Madrid 31 de marzo de 1851.
Angela Grassi.
líiü ^^'^^"ISíS^ ^S3 ^Sáiíaiio
Si par Dii nous la tOle clait debout encoré,
Celle cime ou vibrait 1* eloqueiices, onore,
Au milieu de nos flols tu teruis calmé et graud;
Tu serais comme un poní poté tar le courant.
Víctor Hugo.
¿Quién eres tú^ fantasma vaporosa^
que con rara porfía ,
tenaz prosigues la memoria mia
con fuerza portentosa?
¿Quién eres, di , que el alma fascinaste
y esclava de tu influjo la dejaste?
Espléndida visión, ¿de dó surgiste?
¿del centro del averno?
¿del seno misterioso del Eterno?
¿de dó, ó á qué viniste?
Precito ó bendecido ¿qué me quieres?
Aléjate veloce, ó di quién eres.
¿ Quién eres , di , que tan ligero vuelo
das á mí pensamiento ,
y tan noble impresión al sentimiento?
¿Quién...? mas, sagrado cielo...!
comprendo al fin , y... Oh ! Salve ! visión rara^
¡vale á la sombra funeral de jízaral
¿ Será verdad , visión esclarecida ,
que fuerza misteriosa
— 509 —
te evoca de la tumba silenciosa
y te lanza á la vida ,
como recuerdo de pasada- gloria ,
como padrón escelso de la historia ?
¿Será que el duelo y tímidos lamentos
de Europa sin ventura ,
al través de la negra sepultura
llevados por los vientos ,
tus generosas manos conmovieron
y tu sueño de muerte interrumpieron?
¿Por qué la paz sagrada y perdurable
dejas , sombra ligera j
y apareces de nuevo en la ribera
de este mar insondable ,
en donde galeote infortunado ,
la suerte envidia el vivo del finada?
¿Eres de Dios celeste mensagera
que por sus altos juicios ,
vienes tal vez á corregir los vicios
de la nación Ibera?
¡ Ay ! llegue si es asi , llegue en buen hora ,
nuevo Samuel , tu sombra aterradora.
Llega , recorre , observa atentamente
las clases del Estado ,
y al ver lo grande de su mal patente
y el pueblo tan mudado,
¡justicia del Señor ! con cuánta saña
clamarás : «¿Dónde estoy? ¡no es esta España }»
«INi aquestos son los nobles descendientes
»de la sin par Numancia ,
i>¿dó está el valor , la cívica constancia
»de las Iberas gentes?
»Los Cides', los Pelayos, los Wifredos,
nGuzmanes y Lanuzas , ¿dó son idos?
»En dónde están los ínclitos varones ^
»quc en leños carcomidos,
)}por piélagos surcando embravecidos
Ȏ ignoradas regiones,
»la patria acrecentaron
»con mundos que á su trono encadenaron?»
j>¿Oué fué ¡gran Dios I del sobrio , del guerrero,
»del noble pueblo hispano ,
— 510 —
»que aterrador , uaido , y sobrehumaoo ,
'•cual DÚnieD justiciero ,
"del rayo venf^ador la diestra armada
»al semi-Dios del siglo hundió en la Dada?
»¿Eu dóude hallar el entusiasta y saoto
npatriólico heroísmo,
»si no hay mas patria ya que el egoísmo ,
ulnas consuelo que el llanto,
»i]i mas Dios que el gozar, ui mas decoro^
»ni saber, ni razón , iti ley , que el oro?
iiUucrme el valor, la fé sagrada falU,
"cl htju que asesina
»del pueblo labra la cercana ruina,
■y el deshonor le asalta...
"¿Y esta es mi patria? ¡Oh Dios! si España n esa
iiá mí la eternidad, á mi la hnesa.'n
Asi con Grme acento dolorido ,
quizás tu sombra hablara,
varón ilustre , bondadoso ^zara ,
mortal esclarecido ,
que con talento y genio sin segundo
marchaste al frente del saber del mundo.
Y protector ardiente de la ciencia,
amparo de las leyes,
y amigo de Ponlifices y reyes,
registe con tu influencia
seis turbulentos reinos poderosos,
cual rige Dios los mares procelosos.
«Talenío para el bien" con ese emblema ,
plugo ú la Providencia,
distinguir tu piadosa inteligencia,
y con largueza estrema
dolarte del espíritu prudcnle
y grandeza de un rey justo y clemente.
¿Viste fuerte pirámide que erguida
la aguja macizada
por la egipcia llanura caU'iuada
asoma denegrida,
y eterna allí subsiste y misteriosa,
testigo mudo de una edad gloriosa?
¿O cual del sol traspuesto cl horizonte,
se pintan á lo lejos
A
K
— 511 —
en lus parduscas nubes los reflejos ,
y del llano y del monte ,
su roja luz mas viva pordó quiera
CD el maulo noclurno reverbera?
Asi tu fama índeEtruclible y pura
subsiste iuvulneriida ,
asi al través de lustros depurada
mas tu gloria fulgura,
siéndole el polvo del olvido vano,
al renombre inmortal del grao Nibbiano.
¡Oh si al patrio valor desfallecido,
en los amargos dias
de aterradoras pruebas y agonfas,
dable le hubiera sido
tener por su columna y su lumbrera
á quien cual tú su esfuerzo dirigiera!
Si tu saber pasmoso del Estado
la nave condujese
mejor tal vez la suerte esquiva fuese
del pueblo infortunado ,
y tanto el trono de Isabel brillara
que no hubiera poder que le igualara.
Mas lay! no existes ya, y en vano ardiente
el entusiasmo mío,
invoca de tu influjo el poderío ,
que dable solamente
es al glorioso espíritu en su altura
compadecer la humana desventura.
I por eso tu sombra fugitiva ,
revuelve vagarosa
cabe á la tumba fria y cavernosa ,
sin poder compasiva
indicar el mortal que alcanzarla
del naufragio salvar la monarquía.
Vuélvete en paz , espíritu dichoso ,
y el polvo bendecido ,
duerma á la sombra del laurel florido
en perpetuo reposo ,
é inmortal sea la memoria cara
del varón justo , del ilustre Azara.
Mawa Josefa Mas.45es de González.
I
IIU VISITA AL SEPULCRO DE AZARA.
Dailme nn l.-inJ , j en npncilile liíslurii
do un groio o> caDlorc Tirlud preclara ;
ilnilmc nn IdúiI y fatEliprc t« flom
de un liombrc oci^lso, elíamortal Aun!
Bliitnn, DO t< me ojera:
mi dchil TDi «n «1 «tpacio inmento
euahm le pirdiera...
Puei quv de Tatio ; Caldoroo lo citara
lin duda 00 LatlÁra
pira candr «rmñitíca
lot grande* lieclios Oul iluilic Aiarn.
I.
Los árboles estremecidos por el viento despojáliansc de las Lojas
yn marchitas: pálidas estrellas aparecían lentamente en los cielos y
la luna cual diosa de amor despcdia entre diáfanas nubes su luz con-
soladora.
Kt genio de la noche esparcía sobre la tierra sus tenebrosas alas.
Todo yacia en bonanciblp calma; solamente yo, viajero errante,
atravesaba triste y silencioso los campos de líarbufíalcs.
lira el 26 de enero: auiversario de la muerte del ilustre Azara.
II.
Divagaba por una alameda de álamos y tilos: algunos arbustos
ostentaban entre ellos lánguidas flores : algimas aves soñolientas en-
viaban ai último albor del ilia sus trinos de amor: entre las ramas de
los árboles veíanse las chisporroteantes luces li hogueras que ilumina-
ban y calentaban las rústicas cabanas de los labradores: y un tor-
rente descendía de una colina precipitándose en el valle. En su espu-
mosa superficie veía yo de vez en cuando alguna ílor que, juguete de
las ondas , dejal>a en ellas una á una sus hojas dcsa|tareciendo luego
entre las corrientes; á la manera que el hombre lanzado en el Océano
de sus pasiones en cada ola deja una ilusión seguida de usa esperan-
za hasta que sin esperanzas ni ilusiones sucumbe y piérdese en el
abismo de esc Oci^ano borrascoso,
III.
Dos veces durante ese dia de fatal aniversario , dos veces esc día
N
J
— 5t5 —
con una corona de siemprevivas ea la mano y una lágrima en los ojos,
cruzaba aquellos campos silenciosos, impelido por un sentimiento de
admiración y de ternura.
Mct dirigia al templo de Barhuñales á ofrecer en el sepulcro de
Azara la corona , y á entonar una plegaría ante sus yertos despojos.
IV.
El rumor del torrente, los cantos plañideros de las aves y la apa-
cibilidad de la noche infundieron en mi corazón uq sentimiento de
pavor y de tristeza.
Ideas las mas desconsoladoras vinieron en tropel á anublar mi
mente , y cediendo á un secreto impulso del corazón esclamé:
— «¡Miserias de la vida ! ¡Orgullo humano!... El ataúd al borde de
la cuna: ¡tránsito breve que el hombre atraviesa oscurecido ó res-
plandeciente contemplando siempre sti frágil existencia por el empa-
ñado cristal de sus pasiones!...
Y.
Agitado con estos lúgubres pensamientos penetra en el templo.
Algunas lámparas lo iluminaban , cuya oscilante luz se confundia
con los pálidos líestellos de la luna, destellos que, asemejándose á Ro-
tantes gasas, penetraban por las lucernas de las souibrins bóvedas del
templo.
El pavimento cubierto con las losas de mármol de los sepulcros
rclucian, al fulgor de tas luces, cual brillan los ojos de los moribun-
dos al exhalar el postrimer suspiro.
Silencio... por dü quicr silencio y soledad !
Mis pasos vacilantes resonaban y perdíanse por los ámbitos de
aquel recinto , cual resuenan y pierden en las montaüas los quejidos
del cárabo doliente lanzados en la mitad de la noche.
Un Crucifijo iluminado por resplandecientes lámparas yacia soste-
nido por dos ángeles de mármol blanco... junto al Crucifijo contemplé
el sepulcro magestuoso de Azara!
Frente a esc monumento que guarda los frios restos del hombre
grande entre los grandes, frente á ese moniimento elevado y silen-
cioso que parccia decir : «Hé aqui el término de las grandezas hu-
manas'." se conmovió mi corazón, un sudor frió inundó mi frente , y
trémulo y adolorido hinqué la rodilla esclamando :
— "Tú que erigiste un solio glorioso á las ciencias y á las artes!
¡ tú que ú manera de formidable valla que alujara el ímpetu de aso-
ladnr torrente, contuviste las águilas imperiales ante los muros de la
65
— 514 —
Ciudad Eterna ! ¡ tú que cual garza real te eleraste del lodo en que se
agitan las sociedades , ostentando en tus brillantes y trasparentes alas
la virtud y el genio! ¡Tú, coloso de ciencia y de poder , que enla-
zaste los pueblos con vínculos de amor plantando el olivo en medio
de combates fratricidas ! ¡ tú, que con el cincel y la citara imitaste los
encantos de la naturaleza y acallaste con tus cantigas los lamentos do-
lorosos que exhala el corazón herido! ¿Qué se ha hecho tu grandeza?
¿Dónde reside aquel genio esclareciente , aquel numen creador, aquel
corazón ardiente y virtuoso , que engalanara las miserias de la vida,
cual palma que se ostenta hermosa y erguida en mitad de los áridos
desiertos! ¿Dónde, libertador de la ciudad de los Césares y Numas;
dónde, Azara inmortal , está tu magnificencia y poderío?. •• ¿Dónde?...
VI.
Azara!... el ilustre Azara convertido en sutil polvo!...
Aquel gigante de saber y de grandeza , aquella planta hermosa,
cuyo aroma embalsamara el universo desaparecer de un suelo que
tanto lo embelleciera!...
VIL
Derramando amargas lágrimas coloqué la corona de siemprevivas
en su sepulcro helado.
vm.
La luna entretanto apartó sus amortiguados destellos de las lu-
cernas : las trémulas lámparas languidecieron y llegaron á mis oidos,
cual misterioso acento , el zumbido de las fúnebres campanas.
Sobresaltado y lloroso tiendo la vista en tomo mió... bajo mis
pies hallo mas sombrías las losas mortuorias: en frente el sepulcro de
Azara mas imponente y las imágenes del templo , cual sombras esca-
padas de las tumbas, parecian estremecerse y avanzar lentamente...
Y ¡ cosa estraña ! el Crucifijo mas resplandeciente, mas hermoso,
mas sublime , parecióme levantaba al cielo su pupila brillante y dila-
tada... ¡mirada elocuente, que parecía decirme: «£a muerte está
en la vida , la vida está en la muerte: Azara vive en la célica re-
gión de las almas escogidas!»
Esta idea consoladora , cual brisa que ahuyenta la bruma al cesar
la tempestad , di¿i¡pó los lúgubres pensamientos que vinieran pavoro-
sos á sombrear mi frente.
Y alejándome del templo esclamé , tendiendo una mirada al ho-
rizonte :
— 515 —
— Azara vive en la célica región de las al/mas escogidas! con-
servando empero un recuerdo inmortal de su esclarecido talento y vir-
tudes la misera tierra.
Barcelona.
Fernaudo AirroN y Skron.
SOBRE EL SEPULCRO DE AZARA/
¡Salud, sombra de Azara! Si tu frente
rasga hoy el mármol de la quieta tumba ,
es que al redor de tu mansión postrera ,
en hirviente tropel , dorada turba
de dignísimos vates españoles
su lira de oro en tu memoria pulsan.
Y hacen bien en verdad , que al hombre ilustre ,
al varón sabio cuya sien augusta
ciñe el laurel eterno de la fama ,
presagio hermoso de inmortal ventura ,
la patria debe bendición y gloria
y loores mil los vates le tributan.
Si saliste á escuchar estos cantares ,
sombra de Azara , tórnate á la tumba ,
y en pos descansa só el laurel frondoso
que el blanco mármol con su copa oculta.
; Azara , Azara ! tu memoria vive
circundada de luz eterna y pura.
Por su historia la España te bendice,
por sus bardos la España te saluda.
Babgeloiva.
Víctor Balaguer.
Al pronunciar de Azara el claro nombre
el azar y azahar suena en la mente ;
que del uno y del otro juntamente
rasgos tuvo la vida de tal hombre.
Asaz nunca, por mucho que se asombre ,
le admirará la historia , diligente
~ 516 —
embajador de Roma haciendo frente
á prueba8 que exaltaron su renombre ,
Del gran Loyola al desterrar los hijos
el monarca español, mediando Azara...
Oh! qué azares aquellos tan prolijos!!
Oh ! cómo si pudiera , no mediara!!!
Mas si medió , también fué su ternura
yízaharñl proscrito en tal tristura.
Joaquín Gil.
Ya blancos los cabellos ,
á la tierra inclinada va la frente,
no empero menos vivos los destellos
que ardían eu su mente ;
Cansada ya la mano
de regir la balanza , cuyas leyes
tal vez somete misterioso arcano
los pueblos y los reyes;
Y el labio ya cansado
de interponer pacíficas razones,
para hermanar con vínculo sagrado
de Europa las naciones ;
Azara solo busca
de quieto hogar la sombra apetecida,
3ue si el brillo del nombre un tanto ofusca y
i al corazón mas vida.
Descanso ya reclama
premio de sus afanes merecido ,
y silencio no mas pide á la fama ,
pide á la gloria olvido.
¿Qué dias tan hermosos
gozar espera en dulce complacencia,
en medio los tesoros mas preciosos
del arte y de la ciencia?
Un libro á su recreo ,
á su noble ambición basta una pluma ^
para elevar solícita un trofeo
que el tiempo no consuma.
Político profundo
de recuerdos descarga su memoria ;
— 517 —
y mas bien que su vida , la del mundo
escribirá en su historia.
Y entonces , cuando trata
de vivir para si ¡ terrible suerte !
con improviso golpe le arrebata
la mano de la muerte.
Fatal , si no funesto
privilegio del genio , que ha nacido
para brillar en elevado puesto
cual faro allí encendido !
Bargeloma.
Jaime Füstagüeras y Füsteb.
AL EMINENTE AZARA.
Entonen himnos de alabanza á los guerreros aquellos que en las
victorias ven no mas el laurel que ciñe la cabeza del triunfador ; yo
no puedo ensalzar aquella^ gloria que se alcanza vertiendo sangre,
amontonando ruinas, incendiando ciudades, y derramando la desola-
ción , la orfandad y la miseria. Lejos de mí insultar de esta suerte
las desdichas de mis hermanos.
Si de mi cabeza pudieran salir epopeyas , á los hombres como tú
las consagraría, porque ellos solos las merecen. Al recorrer tu vida
no acierto á decir en cuál de tus obras fuiste mas grande , porque tú
conviertes en paz la guerra, detienes al Atila civilizado que cubre de
sangre y ruinas la Europa toda ; traes á la razón al emperador de
Austria que parecía empeñado en reunir el supremo sacerdocio , cual
esperaba asimilar por su voluntad sola los estraños pueblos sujetos á
su cetro; renuevas en Roma los días de Mecenas haciéndote padre de
los sabios y de los artistas ; la Ciudad eterna que habia apellidado
Padre de la Patria á Cicerón cuando la purgó de Catilina , te procla-
ma su Libertador porque la salvas de una catástrofe mas grande de la
que le preparaba la conspiración del disoluto patricio ; tu generosidad
y tu magnificencia enjugan el llanto de la familia real proscrita de
Francia , y tiende una mano benéfica á los satélites del Coloso , que
sirviendo su ambición caen en poder de sus adversarios ; tu voz im-
pone silencio á los descarnados hijos de Francia, que después de ane-
Sar su patria en sangre , tramaban en oscuros conciliábulos la manera
e hacerla verter en España ; arbitro general entre todos los sobera-
nos de Europa , eras tú en París la Europa entera , y fuiste para lie-
— 520 —
á la mente aquejánn solitaria
del humano cambiando la ventura
en sombra funeraria ,
mas negra que la noche que desplega
tormenta cruel que á la natura anega.
¡ Honor á tí , varón esclarecido !
Tú al pais de los Césares librasle
del gigante Corees enaltecido ,
y al íbero inflamaste ,
dándole fé , con desigual pujanza ,
pn la senda benigna de esperanza.
¡ Honor á tí ! que tu saber profundo
siempre mostróse bienhechor y raro ,
á las artes colmando del fecundo
apoyo del amparo ,
que se las debe con asaz justicia
para de ellas lograr alta primicia!
Si la potente voladora Fama
de Aragón y la corte de Castilla ,
en ecos prolongados ora aclama
tu nombre sin mancilla ,
¿ cómo no á tu corona mil laureles
añadimos, á España siendo fieles?
I Preciado bien de colosal tesoro
que acogió Barbuñales en su seno ,
cuando á la Tiara guiaste con decoro ;
poniendo duro freno
á las del galo indómitas legiones ,
te admiraron de Europa las naciones !
Aquel que oyó, de Parma soberano,
tu voz prudente , de amistad en prenda
el marquesado dióte de JNibbiano.
¿Y cuál será la ofrenda
digna de tí , si á tus brillantes hechos
no dá la historia límites estrechos?
Hienda los aires atrevida el ave,
y mire el monumento suntuoso
cercano al lecho dilatado y grave
del Ebro caudaloso ,
que allí recuerdo tuyo se distingue ,
recuerdo que jamás ya no se estingue !
Salud , Azara , mi fervor perdona ;
1
— 521 —
fuerte has sido en virtud , en ciencias sabio ;
no mas pongo que una hoja en tu corona ,
y calle al fin mi labio ,
pues la Fama por ti cogió su trompa
y al mundo estremeció con regia pompa.
Igualada. Barcelona y Julio de i 85i.
Radion Justino de Gassó.
Ya de la tumba el insondable seno
guarda por siempre en funeral reposo
tristes despojos del que grande un dia
varón ilustre , sabio y generoso
orgullo fuera de la patria mia.
Rico tesoro que produjo el suelo
del fértil Aragón : alli nacido
en Barbuñales se meció su cuna
al grato ambiente de feliz fortuna.
Allí brotó la que después gigante
planta fué hermosa de abundantes frutos ,
planta que el genio fecundó constante
y el mundo todo le rindió tributos.
Ora agostada sin color ni vida ,
de su esplendor tan solo
la sombra enaltecida
la tierra oculta , de tener avara
restos preciosos del ilustre Azara.
¡ Azara ^ Azara!.... cuyo nombre encierra
de admiración mil hechos y de gloria,
y en caracteres indelebles de oro
grabado se halla en la española historia.
Héroe preclaro que lograste un dia, -
cual otro grande dictador Camilo ,
el nombre conquistar por dicha suma
de Salvador de la Ciudad Potente
que un tiempo viera su monarca en Píúma.
Hoy entusiasta el corazón quisiera
tu fama celebrar que le enardece;
la fama que á tu sien embelleciera
66
v^-
nassir ::•: 7C*i:- n•^if:•ia^>a fin,
' II x*3;;*c*?¿irtt ^ti M mmeoTO) lecho
TU labio cilli T í*f íoc!a»?Te el peeho.
Tj qa^ *1 i'-.r:- df I* Reyes fm?te
•p* tes ?.:•:;>?; :«5 í :-d idn ¿^^gnieron ;
b cuno sifoxprf al infelii leodiste
y en li lis artes prolector UiTieroo :
Ta que al sacio Pocliñíe
con la laz de tu ciecca eonsoksle
coindo su siila ibinlooír le hkaen
francesa ho^te de ambicioo rastren •
solo mereces por cantor un eéoio ,
cual tu, Colc^so de saber y gloria*
que sonando la trompa reíolgeiite
veraz trasmita a la futan gente
tu egregio nombre de eteroal memoria
T de tus hechos la brillante histona.
Que ¿i hoy la patria acongojada Uon
de su Tergel perdida
la flor encantadon
que en ti miran placenten un día,
V observa en torno suvo
el llanto por do quier y la tristeza ;
en el sepulcro do tus restos yacen
conserva por fortuna
un testimonio fiel de su gnndeza.
¡ Azara j Azara!.... al contemplar la losa
que tus cenizas cubre
siento una pena que mi dicha embarga,
al alma oprime , al conzon acosa ;
pues que los seres que cual tú vivieran
jamás el mundo abandonar debieran.
¡ Oh ! ¡ si mi canto penetrar pudiese
á la región dichosa
donde entre genios celestiales mons!....
¡ Oh ! ú mi puro ruego
y el entusiasmo que mi pecho siente
pudieran devolverte de la existencia el fuego
y al mundo tu saber , tu genio ardiente !
v,..^
— 525 —
Mas ¡ay! oscuro bardo,
aunque entusiasta, solo
pulsar me es dado desacorde lira :
y al contemplarte en tu marmóreo lecho
nii aliento desfallece ,
mi labio calla y se conmueve el pecho.
Barcelonii y junio de tUSI.
Joaquín María Martínez.
Ciñe tu sica espléndida corona
(le saber, de virtud , de patriotismo ,
en justo galardón de ese civismo
que el mundo proclamó de zona á zona.
Así la hispana musa altiva entona,
derramando raudales de hrismo,
de tus glorias el canto, y ahora mismo
después de un siglo tu valer pregona.
Nada le Taita á tu sublime gloria;
sobre tu losa ya no caben llores ;
ni poetas necesitas , ni pintores
Que ensalcen de tus hechos la memoria ;
pues ella es tan brillante y laa preclara,
que tu gloria es lu nombre, grande Azara.
;lona.
Fhakcisco de Paiila Maürwo.
¡AZARA!
Como el pescador de perlas, la historia saca del mar del olvido
las acciones humanitarias. Ellas son perlas (\m demucstrau el divino
origen del hombre, y los grandes destinos de la perfección que espe-
ran á nuestra raza.
La vida de los hombres célebres en su siglo, y sus trabajos, des-
aparecen entre el gran pueblo de generaciones ()uc habita la tierra.
El hombre célebre en su siglo no hace siou bajar con mas len-
titud que los demás al seno det olvido, en el seno de este gran di-
— 526 —
de) infeliz que llora, del mísero mortal.
Tu fama crece rápida, fulgente por do quiera
tu nombre es grata ensefia de paz y bendición ,
tú calmas de los principes la iudignacion severa
por ti la paz bendice el gran napoleón.
Y allá desde la altura de atmósfera elevada
donde tu mente esparce torrentes de su luz
diriges al que sufre, eolicila mirada,
y íi sincera ofreces á la triunfante Cruz.
Tu pérdida lloremos dolientes á porÜa
doblando en tu recuerdo las cantigas sin fin,
suspiros ¡ay! profundos tenaz melancolía
lloremos de uno á otro , recóndito confía.
Descansa en fin , descansa , tú que do quier llevaste
la espléndida grandeza del titulo español :
goce tu raza ilustre la gloria que alcanzaste
y luzca allá en tu buesa interminable Sol.
UAT.VKÚ. Madrid j eatro SO de (852.
Antonio Vieta.
GERONA.
A U MEMORU m DON JOSÉ NICOLÁS SE AZiRA.
1 proTÍDcia Je Gerdna.
La mort pe urprcBd poiol le iije,
II ett lOBJoun pról ii parlir ;
La nort eit le loii d'oi bean jour.
La FoKTAmE.
Vosotras sombras qae vagáis en tomo
del mármol triste en funeral silencio ,
dejad que libre su fatal contorno
al alma inspire en su cantar de fuego.
Suspira el aura entre el ciprés vagando
y suaves armonías
<|ue al cielo suben en ferviente ruego,
del arpa arranca que dejara el bardo
de las ramas pendiente
en sus aciagos días,
resuello y decidido
á que por siempre ya permaneciera
entre los pliegues de eternal olvido.
Si, ilustre Azara! el genio de la noche
sobre la losa que tu tumba cubre ,
sobre la losa que el laurel sombrea
la sien inclina con fervor ardiente ;
y ea su gemir doliente
tu nombre ensalza y de fulgor rodea
la justa gloria que tu frente orléa.
¡Azaroy Azara*.... nombre esclarecido
egregio nombre á quien venera el mundo,
al deponer, entre fragantes rosas
ricas guirnaldas de laurel florido.
Por tu numen fecundo ,
.!> jeüas,
v;i:oIIas. j
..:i..U) I
-. i.-nüe cielo
-o velo
. ; •iiilenlc espiim.i ;
• V la llanura «
...» y sus cascadas ,
«
- ;. de flores llena :
. u buril el bronce
-. iraciou el numen
a frente
^ ..» con la llama ardiente :
. i: la lira
i fuente que murmura
¿ue suspira
. ^ lando presurosas
. \*fOs del vergel liermosas.
. , fizara!.... nombre esclarecido,
^ . v»:nbre á quien venera el mundo
. .'..T onlre fragantes rosas
« ...naldas de laurel florido,
i >olicilo anhelo
os siglos arrancaste el velo
. .'.¡.íarle entre cenizas frias ,
. .. .vuizas del pasado yerto,
^ • üorlaja de brillantes dias :
^ .».o jurisconsulto
. , ^.loerdote hallara
.. ; de la justicia el sacro culto
.. .¡molar el vicio ante las aras
;• .lugustas leyes que el deber dictara.
i.^h ! el pecho se alboroza y de contento
X»a fuerza late al recordar tu ciencia ,
.il rtvordar que la mordaz envidia
lus glorias eternales y sin cuento
nunca empanara con su infame aliento.
Loor á tí , Libertador de liorna ,
Karbuñales felice
— 529 —
coa prez y honor te aclama
brillante al recordar tu eterna fiíms,
loor á tí, varón ilustre, insigne
blasón que enalleciera
de España la altanera
el rico solio y el potente cclro;
loor, loor á ti, cuyos consejos,
que siempre sanos tu saber dictara,
guiar lograron en aciagos dias
con esplendor la Tiara
Los años al besar tu tumba fria
un sello de¡an de eternal respeto,
huella indeleble que la patria mía
agradecida acata
y que la luna con su red de plata
tranquila envuelve por la uochc umbría.
¡Ob! salve, ¡Azara! nombre esclarecido,
egregio nombre á quien venera el mundo,
al deponer entre fragante» rosas
ricas guirnaldan de laurel preciosaí<.
Narciso Blakoh b Illa.
Al ctflebrí^ DIplomAtlcli y dlsilnsali llcirai espa-
nyolt Vo Excel-lcnllsslm StMiyor D. dosoph nil-
colaa «le Aasara y Ferora.
Si una petita flor en lo boscb nada ,
ignorada del m¿n , y sens cultura
de pétalos hermosos despullada,
que conserva l'sol dó de sérne pura,
en corona immortal es col-locada,
hont brilla tant diamant tanla hermosura ;
ufana mostrará sa sensillesa,
puig la admet per adorno tal noblesa.
Ans quel' primer vagit donas ta boca ,
la mis il-luslre sancb lón ser nutria ,
ó pimpoU admirable , que á la soca
L
J
— 530 —
ab fruyt dols y abundant ennoblíria :
en tóQ ser son poder lo cel evoca ,
talent, saber, virtut, noble hidalguía.
La plebeya virtut es acatable,
mes la del sabi il-lustre es adorable.
Com lo benéfich astre que il-lumina
y la vida conserva ab sa presencia ,
tores , ó tendré Azara : hont s'encamina
la tramposa discordia, pie de ciencia ,
portas rams d'olivera , y la ruina
evitas ab páranlas de clemencia :
aquella atia 1' foch , mes no s' propaga,
ans á ta veu d'amor luego s'apaga.
Si monstruos destructors los cels permeten ,
queF terror infundéixen ab sas Uansas ;
si hipócritas astuts que comprometen
del món la pau ab locas esperansas ;
pios raigs de consol també remeten ,
que ais mortals afligits donan fiansas :
si Marats y Nerons lo sol castigan,
Azaras é Isabels lo bé prodigan.
Bn vers la Ciutat Santa sMirigia
ab furia lo soldat per qui tremola
assustada la Europa , puig temia
al colosso del' sigle , aquell que immola
á son voler lo món : Roma t'envia,
y queda convensut á ta veu sola :
de un cor tal los ressorts , coneix Azara^
á qui ni los cels tem, t'on y se para.
Qual en un camp florit acut Tabella
per recullir en ell la mel sabrosa ;
qual los anyells balant de la mamella
buscan lo dols licor que carinyosa
sa mare is' ofereix , sabent que en ella
pura llet mamarán y no enganyosa ,
á los brassos oberts van los artistas ,
literats , diplomátichs , canonistas.
Ets muralla deis sabis invencible ,
de infeüssos consol lo mes amable ;
no coneix lo rencor ton cor sensible ,
ta vida á tot lo món es saludable ,
puig ton desitg perenne ^ irresistible ,
— 551 —
es vearer l'univers ett pan establo :
que en calmar de u patria la tormenta
ud' ácima tan gran no se contenta.
Pontífices y Reys tement la guerra ,
fandan sas esperansas en Azara ;
com al véurer l'arch iris en la térra ,
recorda lo cristiá que Deu l'ampara ;
puig Esben quel' ferós Marte s'aterra
al aspecte tranquil de aquella cara.
Cessa, donchs de pintar , ó débil metro,
al qui fan homenatje Tiara y Cetro.
Pao EsToacH t Sígbés.
LÉRIDA.
A LA IBIOIIA DIL CÍLIIBK MU M HICOLÁS II AUIA.
Los T&tes de la ^of iitia de Lérida.
Creced , lauros , al pié del moDumento
que en Barbuñales con honor se ostenta ,
y sombra amiga dad al gran talento
del distinguido hispano ,
que bajo noble mármol prodigioso ,
descansa en paz profunda , venturoso.
Creced , lauros, creced ; que si la frente
á ennoblecer aún sois destinados,
del hombre en claros hechos eminente ,
no vuestro verdor santo
marchitaráse nunca en Barbuñales
¡ Pocos en gloria son á Azara iguales!
¿ No veis con ansia fiel cabe su tumba
sombras de augusta majestad, divinas
rendirle fausto honor? El eco zumba
en noche silenciosa
palabras de alabanza repitiendo ,
y ¡ gloria al grande Azara vá diciendo \
Los Clementes y Píos , los Borbones ,
los principes de Parma y Orleánes ,
Talleyrand y otros Ínclitos varones ,
cuya insigne memoria
con Azara enlazada al mundo asombra ^
están ¡ oh lauros ! bajo vuestra sombra.
Y es fama que de Córcega el Coloso
su letargo de muerte sacudiendo ,
tiende , un instante , el brazo poderoso ^
y en la tumba tocando
del preclaro español , recuerdo fausto
de amistad le tributa y holocausto.
Creced, lauros, creced con arrogancia
— 655 —
sin temor que os marchite negro olvido ,
que el genio del saber y la eonstancia
vuestros vastagos fuertes
con agua reganin del Amazonas,
y á su tumba daréis siempre coronas.
LÉRIDA. Zaragoia 2 de ooTiembre de 1851.
Ramón Sans t Rites.
Sus hechos á la par que sus escritos
timida voz alientan de mi lira ,
de Europa , Francia , Roma , España admira ,
y por do quier que lea van descritos.
Si grandes ellos son como infinitos ,
también de fizara atenta el alma mira ,
cuando la humana caridad inspira
su hospitalario amor con los proscriptos.
Feliz ingenio , rápido , fecundo :
de la virtud amigo muy potente ;
de las artes y ciencias un liceo.
Pero su fama recorriendo el mundo
recuerda al diplomático escelente ,
y su inmortal renombre que deseo.
¡Vuela 9 varón famoso !
vuela ya en pos y en alas de la Fama y
do tu nombre glorioso
el Helicón te llama ,
y las Musas en tomo te reclama.
Vuela , y rápido sube ,
sin que arredre jamás tu raudo vuelo
densa y cerrada nube
hasta correr el velo
del alto Olimpo y tapizado cielo.
Vuela y señor , repito ,
hasta ver de Hipocréne el gran portento
donde en coro infinito ,
con sonoro instrumento
te ofrece de la Fama el noble asiento.
Mas no , párate digo ,
— 634 —
y olvida , si , lo torpe y lo rehácio
de un momento contigo :
que ya tiempo el espacio
habitas con Virgilio , Mengs , Horacio.
Y cual tú ellos tu gloria
celebran en la cumbre del Parnaso,
como Clio en su historia
recuerda i cada paso,
y tus obras Prudencio y Garcilafo.
Pero en la impura tierra
ya que cantar tus hechos señor, quiero,
quien mejor plectro encierra,
cante pues el primero ,
y tu virtud yo cantaré el postrero.
HidridlS J«jDUoda48í>l.
Bamoh Sostres.
^
mÉm
TARRAGONA.
i LA HBNORU DEL BXGMO. SR. D. JOSÉ NICOLÁS DE AZARA.
Loi n(et é% la profioeia de Tarragona.
AbtinC inane fonere menis
Loctotqoe torpes; et querimonis
Competce clamomm ; ac sepalchri
Mitle tapenracQos honores.
Horacio : Tom. I, Oda 20.
Movida de mi llanto
torna ¡ oh mi lira ! á suspirar conmigo
y entona triste canto :
3ue yo á llorar con mi dolor me obligo ,
ando salida á mi doliente lloro
al suave impulso de tus cuerdas de oro.
Tú elevarás al viento
endecha humilde que los aires hienda ,
tu noble sentimiento
del ígneo Sirio el caminar suspenda ;
¡ solo correr como abundante rio
lágrimas ¡ay! del desconsuelo mió!
Murió el honrado vate
do el Sena gime en caudaloso estruendo.
Murió el noble magnate
que á Roma realzó su ruina viendo.
Murió el Libertador de una colonia
autor del Armisticio de Bolonia.
¡Azara!.... Ese sublime
genio español en las alturas mora.
De un mundo que se exime
los bienes que otorgó recoge ahora ;
y el sol que un dia reflejó en su frente,
cual corona de honor ciñe esplendente.
— 636 —
Nuevo Pacubio (1), honrado
al peso de la edad bajó á la hnesa.
Su nombre respetado
el aura leve suspirando besa ;
y rica España guardará memoria «
contando un noble mas su noble historia.
¡ Oh tú ! inmortal Azara ,
de noble estirpe el vastago primero :
si una lágrima osara
verter un dia en tu sepulcro austero
será el recuerdo que en medio su camino
ofrece el corazón de un peregrino.
Y tú , alma poesía ,
tú que ora el héroe ó al artista alabas
en métrica armonía :
tú que de Augusto la virtud cantabas ,
eleva á la región de las estrellas ,
al genio que brilló cual brillan ellas.
Tarragona 24 de junio de 1851
Juan Antonio Disdibr.
¿Dó existís colosales monumentos
que elevabais erguidas vuestras frentes?
¿Dónde estaban los sólidos cimientos
bases de vuestras moles imponentes?
Ya nada existe el choque de los vientos
derribó vuestros muros sorprendentes ;
solo escombros y ruinas hacinadas ,
recuerdan vuestras glorias ya pasadas.
El tiempo con su mano destructora y
trazando caracteres en la arena
el frágil ser del hombre deteriora
y al sempiterno olvido le condena :
nada respeta todo lo desflora ^
y el duro bronce su furor barrena :
todo perece, pues, sobre la tierra ,
(i) Pacubio filósofo y poeta : nació en Brindis : mnnó en Tárenlo á los 90 aflos de edad.
Lloróle Roma.
— 657 —
hasta lo mas recóndito que encierra.
Mas una cosa su poder ahuyenta
y se burla á la vez de su dominio ,
pues con el tiempo impávida se aumenta
y adquiere mayor nombre y predominio ;
su fama por do quiera se iicrecienta
sin que poder ya quepa el esterminio;
es el nombre de Azara cuya gloría ^
eterniza en sus páginas la historia.
Cual el cedro del Líbano frondoso ,
que su cima se pierde desde el suelo ^
levanta , Barbuñales , venturoso
tu orgullosa cabeza al alto cielo ;
patria feliz de un héroe luminoso
cuya gloria remonta tanto el vuelo ,
que no puede espresar la lira miá ,
su elevado saber , y nombradla.
Círculo estrecho á su inmortal talento ,
era su patria y la nación entera ,
y tomando sus luces incremento
cual las llamas voraces de una hoguera ,
admiró su saber como un portento ,
la inmediata República estranjera ;
y por sabio le aclaman á porfía
creciendo su renombre cada dia.
¡Y tú , Roma inmortal ! himnos entona ,
al que la grata paz por tí alcanzara ,
téjele de laurel verde coroúa
al hombre virtuoso , al grande Azara.
Él evitó que la feroz Beloua
con sangre de tus hijos se manchara ,
y alcanzó de Piapoleon con su juicio ,
de Bolonia llamado el Armisticio.
Libertador de Roma^ por renombre
te proclama el Senado agradecido ,
y coD igual razón date otro nombre
que tan bien lo tenias merecido,
bien pudiera llamarte sin que asombre y
insigne protector del desvalido :
díganlo los Orleans y los Borbones ,
que obtuvieron de tí mil atenciones.
España , Portugal , Francia , Turquía
68
— 638 —
tu nombre , insigne Azara , es venerado ,
con fina diplomacia la armonía
á potentes naciones has llevado.
Pues siempre la bonanza fué tu guia
y por ello de todos fuiste amado ;
el cielo colmará de bendiciones
á aquel que dio la paz á las naciones.
Dos genios relucieron en tu era
uno de destrucción y desventura ,
que cebándose en sangre por do quiera
inmolaba á su indómita bravura ;
llegó el iris de paz y en su cimera
refleja la virtud y la dulzura;
Napoleón de entrambos fué el primero ,
y el virtuoso Azara es el postrero.
]\o te esfuerces en balde , débil lira ,
que á mi pobre talento no le es dado
espresar los acentos que me inspira
el mérito de Azara , el Celebrado ;
tu discorde pulsar , por Dios retira ,
no profanes su nombre decantado
ya que de sus talentos el tesoro
la historia grabará con letras de oro.
Diplomático , sabio te saludo ,
distinguido escritor yo te venero,
de sublime virtud fuístes escudo
y en proteger las artes el primero.
El honor y la gloria en ti no pudo
volverte vanidoso ni altanero :
y el laurel inmortal que orla tu frente
pasará en su verdor de gente en gente.
De afanosa carrera ya cansado
busca en Roma el reposo apetecido ,
mas á su buen deseo , adverso hado ,
opone un dique al sabio esclarecido :
la Parca inexorable le ha cortado
un lauro inmarcesible , entretejido
de virtud y saber, que en nuestra mente
con gloria vivirán eternamente.
TORTOSA. Madrid 2 de octubre de i851
Modesto Esgofet y Febrer.
- 839
AL EMINENTE AZARA.
Si del sepulcro el ámbito le encierra
y queda solo de él sobre la tierra
bendecido su nombre y su memoria ,
entone mi laúd en son doliente
cantiga funeral y reverente ;
y enseñe al vulgo su virtud la Historia.
/ Azara fué I Del ibero las olas ,
las costas y las vegas españolas ,
al / ay ! que arroja doloroso el Sena j
su belleza perdieron y verdura
y ocultas en ropaje de pavura
llanto vertieron de tristeza y pena.
— ¡Paz al Libertador! — 151 Tfber santo
gime al pasar — al eco de su llanto
suspira el Vaticano compungido ,
y del antiguo mundo la Señora
— ¡ paz al Libertador ! — repite , llora
y se encorva la Italia á este gemido.
La ofendida Albión reir no sabe
pasma la nueva funeraria y grave
del Vístula la audaz corriente ruda.
Las orgullosas frentes coronadas ,
vueltas al suelo mira y espantadas
la Europa en su estupor llorosa y muda.
Su llama celestial el Genio apaga
y sin guia ni luz errante vaga ,
al cíelo alzando su pesar profundo :
la ciencia desmayó ; y en luto envuelta
un ¡ay! desgarrador el arte suelta,
hiriendo el corazón del docto mundo.
Rompe el silencio santo de las tumbas ,
tono lejano que mortal retumbas ,
plañidero gemir de las naciones ;
y al estrellarte quejumbroso el viento
de Azara en el mortuorio monumento ,
su epitafio dirás y sus blasones.
— 540 —
Vites de Ibérii qae lis arpas de w>
palsaiB de Axara ea loor y d sabio coro
no desdeñe la agreste lira mía.
Y tú , sombra inmortal , mi afao perdona ,
si en las flores que forman tu corona
res la que el FraacoU modesto cria.
LGO^A. Tirrigui y julio di I85i.
FbAHGISGO Bf<»BfiA T VaLS.
J
n fÁLEEim Y 6MR.
tide las flores poéticas qie coisagrai al insigne Don José
Nicolás de Azara los vates de las provincias de :
AU(]ANTE. CASTELLÓN.
BALEARES aSLAS). HCRGU.
YALENGU.
^duniMa 7 awoMA «iuüitifiíaurfftrraii zpaa ¡p/iao»
JOTA VAIiENCIAlVA
DEDICADA AL CÉLKBIE LITBEATO BSPAÍtOL AZAHA (1).
CORO.
Cisnes del-Turia
alcen el vol
cantant de Azara
el {amos nom.
Eb esta jilaya
de Qors cuberts ,
la porta uberU
del Sel dont.
Y es tan alegre
que tot Be riu ,
iíern y yestiu
de vert bordat.
(I) Letra en el ttiiUcta vilcDciino qoe te bibU en el di».
ALICANTE.
I M lllffi®ill£
^iX ¥.%c/i(^o. St.
Don José Nicolás de Azara y Perera , primer marqués de Nibbiano.
Loi Tatei de la proTÍncia de Alicante.
•
Dende las viejas márgenes sagradas
de este opulento rio
do en tiempos no lejanos
cantaban melancólicas baladas
los inspirados bardos laletanos ,
yo , recuerdo infeliz de los que fueron
ardientes trovadores,
quise cantar la gloría en que ardieron ,
sus lizas , sus amores ,
y ensangrentadas guerras ,
mas ¡ ay ! que de estas sierras
el eco mis cantares repetía
y en acento cruel me escarnecia.
Mi arpa sonó , mas con tañido incierto ,
con trémulo tañido ,
cual si temiera despertar al yerto ,
al olvidado bardo laletano j
mi vacilante mano
vagaba entre las cuerdas destempladas
como el cierzo liviano
suele rizar las aguas sosegadas.
¿Y en trémulos acentos
tu gloría he de cantar, ilustre Azara?
¿Y han de llenar los misteriosos vientos
mis cautos á tu gloria consagrados ,
si aun cuando te cantara ,
si aun cuando en inspirados
— 544 —
acentos mi laúd se deshiciera
á tu gloria inmortal nada añadiera ?
Azara ^ Azara ^ ya tu sombra veo
vagando en los palacios de los reyes ,
dictar sesudas leyes
con pensamiento sabio ,
con raudo acento de elocuente labio.
Y ¡ ay ! si la pobre España ,
si esa pobre madrastra de sus hijos ,
no hubiese envilecido su corona
que de fuego al buen Carlos parecia !
¡ Ay ! si antes de su saña ,
de esa valiente saña que la abona
y en noble y santa indignación ardia ,
¡ ay ! si antes de aquel dia
un recuerdo tan solo
á su historia le hubiera consagrado!....
Mas no , que abandonado
los manes de sus héroes la habían ,
ni sus tumbas dejaron
ni los sagrados mármoles abrieron y
y aunque de sacro horror se estremecían
de los valientes héroes , que fueron ,
las augustas cenizas ,
dejaron hecho trizas
el español católico estandarte ,
deshonrado y perdido ,
á Lis plantas yacer de Bonaparte.
Tú solo , si , tú solo , grande Azara ,
que el vuelo audaz de ese francés tirano
tener lograste en su fatal carrera ,
tú , tú , que en sobrehumano
su genio superior no te escediera ,
cual defensor de Roma le tuviste
depuesto el alto orgullo que ostentara ;
el vuelo giganteo
detener de sus águilas pudiste
al traspasar el alto Pirineo.
Mas no , la Madre España
no consintió á tu genio tanta hazaña ,
y débil y orgullosa ,
aunque viera en pedazos
_
— 54B —
deshecho el trono de so infausto orgullo j
Íaz , paz, cobarde paz , solo pedía.
!* ¿ dó esa paz dichosa ?
¿Dó ese celeste arrallo
fué 9 que en so ceguedad se prometía?
Llegó y si, llegó el día
en que iiuestras montafiw retemUaron
al eco Dronco del cafion de guerra :
los hijos de la merra
de su estirpe por dicha se acordaron
y en sed de sangre aborrecida ardieron.
Paz , paz y aún los cobardes les fiaron y
mano en su mano armada les pusieron j
mas los valientes que á la lid corrían
dejad y dejad j bastardos ^ les decían.
Si 9 Azara y si, el cobarde cortesano
Principe de esa paz , que en Básiléa
su nombre deshonró de castellano ,
de tu fama celoso
fué quien cortó las alas al coloso
Íénio que te alentaba.
11 vivirá del hombre á la memoria
por siempre abominado ,
y tú , oh astro irradiante y sublimado ,
tú de la Espafia inmarcesible gloria,
brillante sol , que en vano
en sus negras tinieblas la alumbrara,
do aliente un espafiol noble ó villano,
donde asome un tirano ,
do nuestra augusta libertad se holllhi
la sombra se alzará del grande Azota.
Alicahtb. BarceloM j jmiío 50 de 1851.
Adolfo Blangh t Cobtada.
69
\
— 546 —
VDíDIGAGION DE ESPAÑA.
a En un confia de la ilustrada Europa
vive un pueblo ignorante , tosco y rudo ;
no ha sido mas que belicosa tropa ,
manco en las artes , y en las ciencias mudo,
«Ambicionando siempre ajenas tierras
gastó su vida en bélicas campañas ;
no tiene mas historia que sus guerras,
solo conoce el mundo sus hazañas.
]>A1 concederle Dios instintos ñeros,
á la luz del saber cegó su vista ;
llámase España ; pueblo de guerreros ,
que no ha tenido un sabio, ni un artista.»
Asi te juzgan las demás naciones
porque no haces alarde de tu gloria ,
ensalzando á ios ínclitos varones
que han ilustrado tu brillante historia.
Historia cual ninguna enriquecida
con recuerdos de artistas y de sabios ;
estudiada con fé , patria querida ,
y un sello pon á infamadores labios.
Páginas hallarás de inmenso brillo
donde aparecen limpios y radiantes
los nombres de Velazquez y Murillo^
de Calderón , de Lope y de Cervantes.
Allí conocerás mil y mil hombres ,
antorchas de la ciencia soberana ,
alternando sus nombres con los nombres
de Feijóo , Jovellanos , Mariana.
Azara está también ; nombre glorioso
que su patria recuerda agradecida ;
patricio ilustre « sabio y virtuoso
que consagró al saber su larga vida.
Las artes y las ciencias le debieron
protección generosa y delicada ;
los artistas en él un padre vieron ;
templo fué de los sabios su morada.
De Garcüaso comentó los cantos ,
adivinó á Prudencio en su pureza ;
— 547 —
y naeva vida dio , nueTOs encantos
de Virgulo y de Horado á la belleza.
Politíco sagaz y humanitario
procuró la amistad entre los reyes ;
de toda guerra y sinrazón contrario
sostuvo de la paz las dulces leyes.
Hoy sus deudos, honrando su memoria ,
un monumento eterno le levantan ;
pintores y poetas , con su gloria
entusiasmados hoy, pintan y cantan.
Mi débil voz , entre otras esforzadas ,
quiere alzarse también , aunque sin fruto ,
y á esas nobles cenizas veneradas
rendir de admiración justo tributo.
Mas al ver de su tumba los blasones
solo recuerdo el estranjero agravio ,
y oigo á España gritar á las naciones :
Ahi yace un español que ha sido un sabio.
JüAn Rico t Amat,
Para cantar, Azara ^ tu grandeza
débil es ¡ ay ! mi voz , pobre mi lira ,
cuando el genio sublime solo inspira
mi ardiente corazón , no mi cabeza.
Con su propia impotencia y su rudeza
mi pensamiento reluchando gira ,
y al vencer al deseo la flaqueza
mi alma padece , y en su afán delira
Rompo la lira , pues ; á otros cantores
el campo cedo á quien su ingenio abona «
para que rindan á tu tumba honores ;
Y aunque ingrata Caliópe ^ hoy me abandona ,
y pobres son de mi pensil las flores ,
uno ésta, Azara ^ á tu inmortal corona.
Auciim. Gatlellon ^ de febrero de 1852.
Edüabdo del Solab.
— 549 —
Supo con ñno y sin igual renombre
La ciencia colocar , sin que quedara
Ciudad ó villa dó habilsse el hombre
Que sus altos talentos do ensalzara.
Cuando del Vaticano
Las elevadas cúpulaa uft dia
Miró con entusiasmo, del anciano
PontíGce Clemente fué el amigo ;
Sin que dejasen de rendir al genio
Los demás Soberanos su triLuto ;
Pudiéndose decir con gran certeza.
Que fué de Azara sazonado fruto
De la Silla romana la grandeza.
Su diplomacia estrema
La ciudad de tos Césares sabia;
Y cuando el rayo de la cruda guerra
Cruzó los Alpes y en la Italia hermosa
Su estrago seüaló, fué electo Azara
Para que con misión noble y honrosa
Del guerrero tos pasos atajara.
Su entereza, su voz, sus persuasiones
Tales y tantas fueron, que aquel dia
El Jefe de las Gálicas legiones
Al águila los vuelos suspendía.
Entonces Boma
De Senador patricio , honor bastante y
Estendió para Azara en su diploma ,
Libertador le aclama en su entusiasmo^
Graba en láminas hecho tan brillante,
Medalla acuña dó en recuerdo grato
Los hechos del varón sabia eslabona;
Y para mas recueido en su retrato
De oliva reverdece la corona.
Tan digna recompensa
Logra el talento en su eternal destino;
El polvo de la ingrata muchedumbre
Del sabio nunca cegará^el camino;
Su marcha seguirá, y allá en la cumbre
Luciendo de Minerva la aureola
Su guía encontrará , mas esplendente
Si la mente que alumbra es espafiola.
Desde el Foro Romano
i
^^^^^■1
■
- GM ~
I
Su nombre resonase, de su lira
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_
Brotaron ecos que el Parnaso admira.
^^H
^L
Las artes que diviuas
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Bajo el pincel , el mazo y la piqueta
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Tienen su asiento, del sin par Azara
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^HhÍ
Lograron protección ; en sus loOri-s
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Vertió su mano con merced cumplida
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^H
Las mas brillantes y galanas llores:
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^V'
Por doquiera su planta agradecida
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Llevó del genio la marcada huella,
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Y con la luz de Febo refulgente
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^H
Fué el mejor astro de la hispana gente.
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¡Al talento la gloria!
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Del mundo en las edades venideras
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Vivirá de su ciencia la memoria ;
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No marchitadas se verán un dia
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Las páginas de Azara ; que la historia
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^^H
Cuando graba con mágica destreza
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^^H
Del sabio el nombre, su buril es de oro,
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^^B
Su libro el ancho cielo; las estrellas
^^H
^^D
Su luz divina, y el cantar sonoro
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^^H
Tal engrandece las acciones bellas
^^H
^^P
Que vivirán en el terreno mundo
^^H
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Hasta que Dios le llame á lo profundo.
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1
PiLMl [adoptiva). Palma de Mallorca 1B50.
^1
L
JoAQÜtN KLUUA BOTER DE KOSELLÓ-
^1
^H
,CU..Í~lT^«r.^,y™*.--...~..|
^1
H
Alzad , hijos de España ,
^1
i
al son de vuestras liras vuestro acento ;
cantad, que es noble hazaña
recordar un momento
las glorias que en España han su asiento.
I
^Kj
Al Aragón que un dia
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B¡
de reyes cuna fué, tended el vuelo.
^^^1
seguid la lira mia,
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^P '
y al recorrer su suelo
^^^1
^B
veréis al que nació bajo su cielo.
^^H
^B ,
Oiréis i las ciudades
^^H
que de un hijo os dirán la gloria claia,
I
\
Palma.
~ 665 ~
que salvador de Roma es aquel hombre.
Perdona ahora , Azara 9
si tosca fué mi lira al celebrarte ,
que nunca yo intentara
con rica voz cantarte ,
mas si de corazón siempre adorarte»
Palma 6 de agoito de 1 851.
Joaquín Fiol y Pujol.
AL HOLT ILUSTRE T EIELLENTISSDH SEÑOR
Tribut á ton gran nom en equeix die
també darte desitx i oh gran Azara I
aquella veu sonora, bona y clara,
teñir del gran Apolo jo voldria ;
Llevonses tes virtuts alabaría.. •
pero molt débil som, y cosa rara
seria qu' un com jó , cara per cara
penses en mirarte , loco seria :
Solament te suplicb que de le gloría
ahont ar* et contempl, que b' et goñares...
per favor to deman , present me tengas
Com un vate, no mes, que ta memoria
admire, tes virtuts, y prendas rares,
y per mostrarles mos cuaique picb vengas.
Palma. Mallorque 6 d' agott de 1 851.
JüA» O' NlILL.
A LA HORT D' AZARA.
Un' esplanada deserta
vaitx veur' un dia ab triste ;
ni una sola herb' ey naxia ,
70
J
i
— 554 —
ni s' y veya un solet brot.
May ey plovía ; per ella
tot r any era el mes d' agost ;
qu' aquella térra cremava
desde qu'el mon era mon.
Un puig que la dominava
á modo d' antich torreó
fonch el punt que vaitx triar
per las mevas refleiions.
Y d' allá dalt contemplava
la seva poca verdó ,
tan poca com mollas eran
las vistas d' els seus contonis..
Si d' aquí dalt una font,
esclamava jó á ocasions y
bexás ab las seuas aygos
fent per las peñas i^mó
A fecunda aquellas térras^
for' aqiiest un camp hermós ^
fora un pais tan alegre
com are es trist y enfados.
Y una d' ellas quant pegava
en térra ab el meu bastón
dos fílets d' aygo sortiran
rompent las seuas presons»
Desd' aquell dia variaren
las térras els seus colors,
d' estiu el sol las cremava ,
d' ivern las dava verdó.
A poc á poc se féu grossa
la font de dalt el turó ,
y tots els camps se poblaren
de cases y possessions ,
D' abres , de flors y de fuyatge^
de fruits de cent condicions ,
gent, moviment y riquesa
qu' en feran un altre mon.
Un homo ey va ever llevonce»
que va cser per sa nació
lo que la font d'aygo clara
per aquellas térras fonch.
Aquest homo es deya Azara
I
— 666 —
que en els temps de Napoleón
va salvar Roma y ab ella
á tota la religió :
Aquest homo es deya Azara ,
y mentre el mon signe mon ,
V anomeneran els homos
ab alegría y trístó.
Ab alegría , si pensan
que els dias de bendició
que teñan tots , son deguts
á n' el sen sebre y valor.
Y ab tristó , si reflexionan
la falta qu' ara en el mon
mos fan la seua virtut
y la seua ilustrado.
Palma.
Palma , 1851
Pera d' Alcántara PeSa.
Noble cuna , valor , claro talento
é ingenio le debiste al alto cielo ,
serviste al oprimido de consuelo
y á la dulce virtud de firme asiento :
La paz le dio , tu generoso acento
al famoso , inmortal , Romano suelo,
y la región indómita del hielo
cedió también á tu esforzado aliento ;
Tu pluma, en fin, solicita prepara
rasgos insignes , que, veraz la historia
contra el olvido perezoso ampara ;
Para que eternamente tu memoria
dé al mundo que admirar , ilustre Azara^
á tí debida prez , á España gloria.
Palma.
Barcelona 29 de moyo do 1051.
José. Rocabertí de Dameto.
Fué en su cénit un astro refulgente
á cuya luz su gloria alumbra España ,
r
— 556 —
que con el celo maternal que entrafia
ese áslro levantó de rayo ardiente.
Con el sol encontróse frente á frente j
y aun el sol mismo de su luz se baña ;
grabó su nombre escelso con la hazaia ^
y con su luz iluminó la gente»
La sombra del no ser le envuelve ahora !
y España en vano en la mansión serena
aguarda de otros astros nueva Aurora.
Triste dá rienda á su amargura y peni
cuando el Tiber, escucha, que le llora
ó con tristQ rumor le canta el Sena.
Palua.
Gerónimo Rosblló t Rivera.
saas9ra>!L(Bii»
AL EMINENTE AZARA.
Alcanzar inmortal gloria en la tierra
á genios predilectos se concede y
y tan difícil bien lograrse puede
en octaviana paz y en cruda guerra.
Hechos esclarecidos dan la gloria,
los partos del talento dan renombre ,
y á la posteridad legan un nombre
al quedar consignados en la historia.
Honra y prez de los buenos españolea
en sus páginas cuenta á cada paso
cien y cien apellidos , que no escaso
galardón sus virtudes reportóles.
Entre todos descuella la figura
de un Azara, modelo el mas perfecto
de cuantos con un fin grandioso y recto
llegar pudieron á elevada altura.
Don José INicolás, puro escritor,
diplomático , artista y anticuario ,
logró hacer de su genio tributario
al que quiso áü mundo ser señor.
— 667 —
Con 8UB lacea la paz tatn Uoaarca»
que malquislos se hallaban por dó quiem
restableció á la insinuacioD primera
en diferenles reinos y comarcas.
Roma, Conslanlinopla y Portugal,
Francia, Toscana y el austriaco Iniperio
confiaron sus negocios it criterio
del hombre de un saber universal.
Estendióse su fama por el mundo^
su nombre llegó á Rer tan conocido,
que se vé en muchas obras repelido
con elogio , y respeto el mas prorundo.
Justo tributo que pagó al talento
el siglo que se vio por él honrado ,
al dejar en la historia consignado
cuanto pudo abarcar su pensamiento .
¡Loor eterno al hijo de Aragón !
honor y orgullo del hispano suelo,
por sus virtudes compensóle el cielo,
y el mundo por su noble corazón.
Josí Maiu Rbcasens.
— 559 —
ni héroes imperiales que anhelasen
BU cariño sincero.
El genio de la guerra, el Corzo aílivo
ceilia á sus razones ,
y broló lie la paz el verde olivo
en medio de sangrientas disensiones,
Amparo de los miseros monarcas
sin vasallos ni trono ,
en la patria de Dantes y Pctrarcas
siempre se alzó en su aboao ,
Y después estcndiendo como egida
Eu protectora mano
hasta Bizancio, consoló la vida
del franco, prisionero de un tirano.
El monstruo de la envidia detestable
hirióle con su saña^
¿mas qué importaba un mando deleznable
al héroe de la España?
¿Por quién clamaba el Directorio todo,
y á quién llamaba amigo
el gran Napoleón, que en vario modo
había sido de su honor testigo?
En su vida privada, todavía
sirviera á una Princesa,
mientras la gratitud le concedía
causándole sorpresa.
El marquesado de Nihbiano, y lleno
de una modestia suave,
á la ambición cerraba el noble seno
por no regir de Malla la Orden grave.
Literato y artista, abandonando
la sabia diplomacia
quiso finar su vida, arrebatando
su presa á la desgracia.
Mas sorprendióle la implacable muerte ,
y el virtuoso , el noble ,
el político grande, el hombre fuerte,
cayó por fia cual centenario roble.
Lloróle el mundo que sus prendas viera,
ciñóte la corona
de un renombre inmortal que mereciera
y que su gloria abona ,
CASTELLC
A U HEIORU DEL EHT
Tú que iiupirfBti
de un Ereilli j Hr-
Musa del suelo hi-
te ostentas dond'
Tú y Ídolo sn
áDgel de blaii'
que al peneti
maealraa ár'
Tú qii>'
de tu Iu7
inapira i
y mi vf
P.r
qitr
la >
; zara,
..rillnra
. i'i'iiil asoma,
;i-uiiibró á Roma
t~i:ira.
:>lTc! ¿Oui^n dcrrurol)!
^, . i-tiando contemplo
iiüfctf rn tu loOr retumba ?
a jfjnulc* de virtud ejemplo,
,^^tf liundirte en negrí tumbí ,
iMidad te alzó á su templo.
Usdriil li da il
Wekceslao Atgoals
Joh.eap. ti. I
i;^ (acero radiante que aparece
¡üfttiJk Doche larga y tormentosa,
» Mwr <*™os 1"e en abril se mece
^^^(1 tallo gentil la fresca rosa:
^■fiarMc el sabio, aiinr|iic la muerte
^ü^ b eucierre en su mant^ioo sombría;
^likace>l<^l sepulcro ¡Teliz suerte!
^.^cMrilos renacer al dia.
jÜmct el amigo de los hombres pudo
n<
i^i
— 561 —
merecer la abyección y el torpe olvido ;
pues fuera de indefensos áureo escudo
y antemural del pobre y afligido.
Piensa el mundano en su error
que al bueno y al criminal ,
medidos con peso igual
traga el sepulcro voraz :
Porque el justo siempre vive ;
renuévase su memoria ,
y en el templo de la historia
su nombre es grato solaz.
Al jazmin que descuella en primavera
miramos cual monarca de las flores ;
y el ciprés que se eleva en la pradera
del vendabal desprecia los furores :
Tan noble privilegio y alta gloria
don Nicolás de Azara ha disfrutado :
su nombre ilustre al par de su memoria
siempre el artista y sabio han conservado.
Pues le miraron descollar glorioso
de Huesca en el Gimnasio , y en Oviedo
defender campeón siempre animoso ,
de Témis los arcanos con denuedo.
Que es propio de almas sublimes
y genios privilegiados ,
manifestarse elevados
ya desde el primer albor :
Asi al principiar el dia
del alba entre resplandores ,
ya vemos de ciertas flores
el magnifico color.
Hubo un monarca justo á quien España
dá entre sus reyes el lugar primero:
El gran Carlos Tercero
que para confundir la horrenda saña
dejando Partenópe , aquí viniera j
brilló en Madrid como en su propia esfera.
Premiador de los sabios sin segundo ,
y cual Tito delicias de su pueblo,
un talento profundo
en Azara descubre , desde el día
71
— 562 —
que modesto y humilde se presenta ,
y altas empresas encargarle intenta.
Musa sublime , que destina Apolo
á sugerir ideas siempre nobles,
inspírame propicia , y que tan solo
suene mi lira en melodías dignas
del inmortal Azara ; pues su acento
hoy llegar debe al alto firmamento.
¿Mas qué miro? ¡Oh placer! Noble matrona
de talle esbelto y celestial semblante ,
la sien ceñida de áurea corona ,
al viento flota manto rozagante.
La sacrosanta Estola de su cuello
pende , y el nombre de la Paz inscrito
con primor esquisito ,
sobre la misma leo.
Cual numen tutelar de la comarca
mira risueña la Ciudad eterna ;
la de los siete montes , cuyo solio
al mundo dominara
desde su altivo y noble Capitolio.
Sostiene en una mano la Tiara
que abarca tres coronas ,
como celestial dote
del Sumo Sacerdote,
que con la misma su cabeza cubre.
Empuña en la otra mano las dos llaves ,
que el pobre Pescador en Galilea
recibió de Jesús cuando le elige
primera base de su Iglesia santa ,
y premia sus desvelos
fiándole las puertas de los Cielos.
El Genio que acompaña á la matrona
un escudo fulgente de oro puro
le ofrece , y ésta toca con las llaves :
Al golpe resonante ,
veo en el mismo instante
Roma agitarse y preguntar pasmada :
¿qué es lo que ha sucedido?
y de dó parte el celestial sonido ?
Cuando óyese en seguida
la voz del Numen dando aliento y vida ^
— 565 —
pues las dudas borrando y juicios vanos
que hacian los Romanos
dice : «Ya el noble Nicolás de Azara ,
de ciencia y probidad siempre dechado ,
por la corte de España está nombrado
Embajador en Roma.»
Dijo , y el gozo asoma
en aquel mismo instante
de los hijos del Tiber al semblante.
Tal se pinta en el rostro
del nauta consternado,
el júbilo y agrado
cuando vé que se amansa airado mar :
Y asi se alegra el prado
cuando en dichosas horas ,
las brisas bienhechoras
vienen la árida tierra á refrescar.
Tan luego como Azara se presenta
en la ciudad de Rómulo , ya alcanza
los mas altos honores:
los Pontífices Sumos ', sucesores
del Apóstol sagrado ,
con tacto fino y gusto delicado ,
el mérito conocen
del ilustre español: ven sus escritos,
y en todo semejantes
al sabroso maná que cayó antes
en la tierra de Horeb; causan á un tiempo
todo deleite , admiración y gusto.
Clemente Trece desde el solio augusto
aprecia á Azara y honra con su trato :
su sucesor el sabio Ganganeli ,
y después Pió Sesto , ¿ cuántas veces
al noble aragonés no distinguieron
con* marcadas señales de alto aprecio ?
Si ora decir quisiera estos favores !
pero no, es imposible : antes pudiera
contar del prado las vistosas llores ,
las arenas del mar , y las estrellas
que muestran desde el cielo sus fulgores..
Su casa en Roma fué como un liceo ,
do reunidos el brillante artista ,
— 562 -
que modesto y humilde so
y altas empresas encargar!
Musa sublime, que de
á sugerir ideas siempre :
inspírame propicia , y *
suene mi lira en nielcxi
del inmortal Azara : \
hoy llegar debe al ni*
¿Mas que miro?
de talle esbelto y *
la sien ceñida de
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Holonia ,
.: marcado
lié llamado.
.* en noche umbría
.'rror
lUe el fragor
^4U que eu torno brama ;
i II astro hermoso
. j tormenta
>perimenta,
..i grato le aclama.
I >eguirá á Azara en su carrera
^liomáticos ilustres?
.4 con él á la ciudad dó el Sena
^ >4Uoso? ¿Quién á Rusia,
. Cía la paz esta potencia
.a, > cesó la competencia?
.ii seguirlo puede hasta el congreso
a Viiiiens , dó fuerte Atlante ,
•.%pai\a fiel representante?
. c> posible al Colorín sencillo
.; ij;uila noble el raudo vuelo ;
'^.áiiUle vate , desde el suelo
.c*»;í» cu cantar al astro hermoso ,
c^ai oamiiia luminoso ,
>.«mu looorre allá eu el ciclo.
mira risueñ:»
la de los si» '
al mundo
desde sn '
Sosli' •
que al»n-
como
del S
que
\r
\
■
I /
>* •
í¡65 —
. (|ue en su carrera
;)l que en la esfera
.nido, está agobiado,
) adverso mil rigores.
jiic los dolores
üii mitigado
n^ , y de la viuda,
( bondad y amor han implorado*
:uroso anciano, moribundo
:: lecho de paz, dirá á su hijo :
1 iuc el honor de nuestra España.»
.i|)enas esto oido,
¡o formará á sus descendientes
(iiprc este mismo elogio enternecido;
y aíiadirá que pueblos y altos reyes
a este español ilustre han proclamado y
como sosten de venerandas leyes
y de sabios ministros fiel dechado.
Asi de boca en boca
pasará hasta los siglos venideros ,
la relación exacta
de hechos tan grandes como verdaderos.
Tal de Judá en el pueblo
el padre transmitia
al hijo que tenia
cuanto al progenitor oyó contar :
Del árido peñasco
el agua cristalina
la ley dada en el Sina
y el lance de Moisés cuando abre el mar.
Mas cuando yo las glorías
del sabio diplomático celebro ,
se acerca un dia aciago
que llanto va á causar y pesadumbre.
Aunque en París Azara , al alta cumbre
de honores ha llegado , desfallece ;
y por entre los árboles que adornan
los parques y jardines de Yersalles ,
la muerte asoma su espantable rostro ;
mira á Azara , por victima lo elige ;
y un mortífero dardo le dirige.
¿Mas qué placer ¡ oh cielo !
«»
y el incansnl»" ■
que ostiii¡j:i
y en pl- ;
pasan I
relii!.;"
V f.
■
I
,. tjbfs de oro ;
' jj^ívi rf entreabra
^;¿;;i5 despojos ,
^ ^,^ i;rJffS OJOS ,
// íí"'^ ^" renombre ,
"^ , íT/íií'fro no perece,
'..„,^ aurora hermosa;
■ ..f, gwí* aparece
. ;jrra y tormentosa.»
, . ^ r.íinicn de la guerra
.,r-P sanguinoso
. ..-•iij.'^-'* y furioso
-úier susto y horror ;
^!. ^»s.^lO estrago nace
"., sn^'^egundo,
..; o admira el mundo,
. r i? 3Iarte vencedor.
. j .' marqués de INibbidno ,
;> cantares ;
^ ^.^> c:2? en la margen del Mijares
. vr.>ígrar el plectro mió
^^ rs^vlso tío:
^.^ rriídencia ordena
;.: .ivo á grande pena,
íí.uJiré, que en vano ahora
'\^,^>c fatiga;
.. .r4 Poesía en vano
^ <irs liras para alzarle Templo.
* X •> preciso ya , no , que hijos de Apeles ,
•*^«Je Praxileles ,
^N.vM ^^^l>re mármoles y lienzos
t ¿«r nombre y paz al grande Azara ;
^iifs siempre habrá quien diga
^\r v*^* '*'""^ y constante :
V* tW grande y amado:» Esto es bastante.
V-V.^í^"^
Castellón do la Plana 2'2 de setiembre de i85l.
Juan de la Cruz Bernat*
i
567
A DON GHÜSEP NIGOUÜ DE AZARA T PEDERÁ (1).
GAimG EN miOMA VALENCIA.
Que les dicbes mes nobles disfrute
nostra patria voliguda T España ,
mes que brame Tanárquica saña
y de guerra el borrible Dragó :
Disfrutant de la pau les ventacbes
canten ara A^ Azara les glories ,
rcnovant les famoses memories
d'este fill ilustrat d'Aragó.
L' España mare agraida
sempre ha vollgut celebrar
ais seus filis , que com cel ciar,
bam brillat durant la vida.
Huí el nom d' Azara combida
ais poetes del Millars,
perqué en troves singulars
alaben bé les accions
d'un borne, que á les nacions
estrancberes vá pasmar.
Cuant en Roma y París escoltaren
d'este sabi español els discursos
en els veren mil nobles recursos
els primers díplomatics d'allá :
En qúestions les mes ardues y fortes
de son tino y saber es vallgueren ,
y en política sabia prengueren
les idees que Azara els dona.
Si este bome en mil ocasions
fonc tan apreciat deis Reis ,
es perqué sabut en Ueis
vá pasmar á les nacions :
Per aixó en dolces cansons
li donen aquells dictats
que deis bomcns ilustrats ,
formen la brillant corona ,
(1) Esta poesía se hizo para el dia en que se inauguró el monomento en Barbuflales.
.;:- ■■■■"■'i:Ui«" ,..
^^^tu-t*-
MURCIA
A LA HEIOBU BEL lüHORTAL ESPAÑOL AZARA.
Lüs vates de la proTÍDcia de Bfarcia.
Pobre , es sin duda , el femenil talento ,
y aún es mas débil el ingenio mió ;
mi corazón encierra sentimiento ,
mas mi laúd al despedir su acento
revela su pequeño poderío.
¿ Cómo podrá mi discordante lira
ensalzar, dignamente al sabio , al noble?
¡ Mi deseo fantástico delira !
Que en vano á descollar gigante aspira
la débil rama sobre el alto roble.
¡ El estro envidio del sublime Homero !
Si su laúd glorioso yo pulsara
del héroe Aragonés , á quien venero
con puro acento y á la par sincero ,
los timbres y las glorias entonara.
En la patria do nacen los leales ,
en el pais de heroicidad fecundo ,
en el pueblo feliz de Barbuñales
sintió por vez primera los raudales
del sol , Azara , admiración del mundo.
Acató el orbe entero virtud tanta ,
y volando su fama en el momento,
fuese á tomar un elevado asiento
en la patria de Remo, Ciudad Santa
que Azara lo admiró como á un portento.
Le respetaron las sencillas greyes ,
y los sabios también le respetaron :
fué consultado por distintos reyes
para dar á sus pueblos sabias leyes
y amigos y enemigos le admiraron.
72
— 571 —
y al pronunciar tu nombre
responderán los ecos de la Fama.
Tal es la pobre ofrenda
que á tí mi amor consagra :
dígnate recibirla ,
hijo preclaro de la Madre Patria.
MüEaA. Enero.— 1852.
Ain'ONio Abnao.
AL ínclito azara.
A eternizar tu nombre y tu memoria
no es necesario el canto del poeta
sobre tu mauseolo ;
basta que cruce la europea historia
en lenguas cien del uno al otro Polo.
Basta saber que amigo de tus Reyes ,
una corona para ti rehusaste ;
y que impusiste leyes
en Roma , Yiena , Rusia , Prusia y Francia ,
rico de ciencia , y pobre de arrogancia.
Que dos Emperadores y tres Reyes y
sin contar dos Pontífices romanos ,
consejo te pidieron ;
que fuistes la cabeza y ellos manos
de cuanto bueno á sus naciones dieron.
Que á tu genio y tu ciencia tributara
el gran Napoleón , justo homenaje
y un trono te brindara (1);
y que al morir, la pompa de tu escombro ,
fué de París y de la Europa asombro !
Por eso es que el canto del poeta
no es necesario á eternizar tu nombre ;
consúltese una á una
de cada gran nación la grande historia
y encontrará allí el hombre
este recuerdo de tu ciencia y gloria.
1) La soberanía de Malta.
— 375 —
ese rastro magnifico que el mnodo
con atención severa
y con gozo ó pesar mira profundo ?
Tus anales elli con caracléres
de inestimable duración pregonan
la nobleza, el valor, la ciencia amada
la justicia y piedad prendas que abonan
tras afanes prolijos
la justa fama de tusj^nobles hijos.
¿Quién osará los timlires inmortales
de tan ilustre y pública valia
empañar con su voz? Los crimÍDales
tiros de la pasión y saña impía
cuando al mérito hieren
del mismo golpe que descargan, mueren.
La envidia, el odio , pérfido el veneno
de la feroz y vil maledicencia
émulos miran el aplauso ajeno
con bastardo pesar : y en su inclemencia
y en su afán anhelante
alzan las'quejas de|furor henchidas
como las olas ¡ay! embravecidas
del proceloso mar ondisonante
chocan y se levantan,
al cielo suben y al mortal espantan :
pero muy pronto tras el rudo embate
y el estruendoso rebramar, contenía
y de pesar eicnta
la dulce calma del honor renace ,
y eücaz satisface
la buena y recta fama
que al seno suyo las virtudes Hama.
¡Hijo ilustre del sacio esclarecido
que el Ebro con amor baña y fecunda!
¡Vastago distinguido
de clara estirpe en cuyo nombre funda
Aragón la memoria
de uno de los blasones de su gloria !
; Azara ! noble y grande
fué tu misión para enseñar naciste,
y solo el bien de tu nación quisiste:
no será, no, que el cielo te demande
— 574 —
de tu aurora benéfica el empleo ;
que el insigne y espléndido trofeo
que llevas de tus hechos ,
alto espíritu y docta
prudencia inestimada
en el aplauso y el honor , vivientes
y dignos testimonios
que hoy la posteridad fiel te tributa
en mármoles|;y bronces esculpidos,
es ¡ay! el galardón que dulce y bello
como claro destello
de gloria tan estraña
con justicia y verdad proclama España.
Tierra feliz con apacible cielo
te vio nacer , y se meció tu cuna
entre la^ dulce paz y entre el consuelo
que los halagos dan de la fortuna.
Él aura de los rústicos pensiles
y los genios del bien te amamantaron
y faustos alejaron
de aquel natal terreno
el sombrío rigor que invierno tiene ,
convirtiendo en jardín de flores lleno
las encumbradas sierras del Pirene.
No fué anuncio falaz de aquel recinto
que hoy el Ibero admira
vióse luego salir claro y distinto
del genio el rayo quejamos espira
¡ Rastro honroso , eternal ! ¡ INoble y ansiado
privilegio que Dios solo concede
al que esforzado puede
fijar con osadía
de sus talentos altos la valía !
¿No lo veis? ¿ No lo veis? De la ribera
del Gallego y del Ginca sosegados
vuela audaz á otra esfera
donde debe brillar. De los cuidados
del mundo esento asombro es prematuro
y risueña promesa'á lo futuro
de su patria en favor : con grato acento
la escuela sertoriana
y Salamanca ufana
— 575 —
le saladan al fin : la corte luego
en sus áulicas juntas le coloca
sin despertar de la ambición el fuego ;
y su mismo destino le provoca
con impulso suSve
á trepar por la grave
senda de la fortuna
donde no siempre la esperanza es una.
¡ Ay ! en Azara , empero ,
en Azara una fué : de España lejos
solo el destino próspero
del suelo suyo le ocupó : ventura
con fé hidalga buscaba
digna , si , de la gloria
y del valor del español renombre.
Nunca de la honradez justa faltaba
á su anhelo benéfico el aliento ,
mientras que del fastuoso y opulento
estado de los proceres , que ansian
especular con sus oficios , supo
menospreciar los caros adelantos
buscados ¡ ay ! pero bastardos siempre.
Del Tiber en las márgenes amenas
pasaron las serenas
horas que dedicar pudo á las artes
y á las letras amadas
bajo su amparo mismo congregadas.
¡ Mas de calma tan útil y apacible
cuan corta fué la duración ! Tareas
y vigilias mas áridas y duras
sustituyeron luego á las dulzuras
del ilustrado trato
y á la espansion del inspirado genio ,
alumna placentera de Silenio ,
siguieron los desvelos importunos
del vigilante afán de otros deberes
lejos de los placeres
con que el mundo engañoso lisonjea
al poderoso afortunado. Altivo
con el orgullo del honor que atiende
á no ser nunca esquivo
á la desgracia y al dolor, enciende
— 578 —
fuera conquistador, déspota y solo ,
¡ ay ! hasta ese prodigio de los siglos
vído con la verdad del sentimiento
á rendir sus tributos al talento.
De grandeza y honores precedido ,
de bendiciones y de amor colmado
en el orbe con gloria conocido y
y de los pueblos todos respetado,
llegó del noble Azara
el instante postrero
con paso cauteloso y agresivo :
y entonces ¡oh dolor! el nombre ibero
que vio de su hado esquivo
el embate fatal , lloró angustioso
el funeral quebranto
al contemplar con llanto
¡ ay ! apagada la feliz lumbrera
que luz y ejemplo de los hombres fuera.
Salve, patricio ilustre,
docto ministro, español preclaro:
tu alta reputación es la censura
mas terrible y amarga
que darse puede al insolente orgullo
y á la baja codicia
de la grandeza y el poder moderno.
Déspota nunca ni tirano, el celo
de tu dominación huyó oficioso
entre graves cuidados
de hacer gemir con opresor encono
á la sombra del trono
la santa libertad de tus hermanos.
¡Oh bendición universal! descansa
sobre la silenciosa y triste tumba
del hombre honrado y noble
con tu paz y esplendor, como descansa
sobre la del malvado
la execración y el vilipendio : odiosa
del crimen tanto la memoria sea
como ensalzada la virtud se vea.
¡ Hijo ilustre del suelo esclarecido
que el Ebro con amor baña y fecunda !
vastago distinguido
y
/
-T 579 —
de clara estirpe en cuyo nombre funda
Aragón la memoria
de uno de los blasones de su gloria!
/ Azara ! noble y grande
fué tu misión para enseñar naciste
y el nacional decoro redimiste :
no será , no , que el cielo te demande
de tu aurora benéfica el empleo ;
que el insigne y espléndido trofeo
que llevas de tus hechos ,
alto espíritu y docta
prudencia inestimada ,
en el aplauso y el honor vivientes
y dignos testimonios
que hoy la posteridad fiel te tributa
en mármoles y bronces esculpidos ,
es ¡ ay ! el galardón que dulce y bello
como claro destello
de gloria tan estraña
con justicia y verdad proclama España.
Murcia.
Madrid 24 de Agosto de 1851.
Juan Guillen Buzaran.
GLORIA Y TIRTCD.
Van en confuso tropel
rápidas unas tras otras
del infatigable tiempo
en constante afán las horas ;
y arrastran en su camino ,
precipitándose sordas ,
siglos y pueblos y reyes
y cadalsos y coronas ;
y tras ellas macilento,
sepulcro de la memoria ,
indiferente el olvido
va derramando sus sombras.
— 580 —
¡ Todo la muerte lo acaba !
¡Todo el tiempo lo devora !
Viene de siglos lejanos ,
llega de edades remotas
con el manto de la Fama
grave y severa la Historia.
Delante de cada siglo
que ante sus ojos asoma ,
detiene el paso seguro
y con voz firme y sonora
hechos ilustres relata,
ilustres hombres pregona :
y ocultando luego el rostro
del manto en las sueltas onda^
tras del tiempo fugitivo
do nuevo el camino toma.
Hechos y nombres reviven ,
porque es inmortal la gloria.
En pos del abril risueño 9
mensajera de la aurora ,
el aura vuela y de flores
montes y prados corona ;
y siempre que al campo an
vuelve su gala y su pomp:
á la humilde sepultura
donde la virtud reposa
llega , y á su dulce influj
ricas siemprevivas brotai
y formando mil labores
con los tallos y las boj:
escribe un nombre mo
que jamás el tiempo I
Porque es la virtud r
como es inmortal la
¡Qué mas le pue<'
á tu venerable soml
La primavera for
en colores y en ar»
tu nombre con sii-
sobre tu sepulcro
Siguiendo su lenJ
con su voz siem]. ^»s
imana ,
1 humaDa
^ temples,
iiue ha criat
ilrc errors delira :
sió , mentira ,
' veritat.
irc els rics y forls
mar els rius :
isis en los vius ,
irtuts deis morts.
i'iitre negre vél
armonía cnserra ,
spirasió en lu térra
Is la inspirasió del sel.
a ! embecharé ta sort ,
' vida , no tinc glóriii ,
iis cults en la memoria ;
rabie, vixc ya mort.
11 que mentres brama el vent,
os y la mar ensafia ,
jiiuil en sa felis cabana
•vs d'este mon no sent!
i<\ escolta en la callada nit
enenosa T^co insert,
1 seu cor el mon desért
•'II á la esperansa ba dit!
en eixa fosa aon no se ven
> que la maldat deslila !
I eixa eternitat tranquila
: lióme perqué parla Deu.
Valejisia, selcmbre d« 1851
José María Bonilla.
74
— 591 —
de las artes su mente grande inspira ,
y comunica el pasmo
con que las obras mira ,
que Europa toda embelesada admira.
Vuelta en pincel su pluma,
en tintas rica y variedad y gracia,
asi retrata en suma
la dicha y la desgracia ,
como del héroe la indomable audacia.
Y con bellos colores ,
que de natura la verdad esceden ,
se ven vivir las flores ,
que exhalar ambas pueden ,
sin que sus hojas inmovibles queden.
Monumento fecundo
en este siglo al habla patria alzado ,
que no tiene segundo
que de Azara ha cercado
la sien ilustre de laurel preciado.
Valencia.
Estanislao Cosca y Yayo.
Dura , inflexible ley, el Dios potente ,
grabó sobre la frente
del hombre , al exhalar el primer lloro.
En vano es el poder , la ciencia , el oro
su influjo á resistir , pretensión loca
ir mas allá , si el límite se toca.
La cuna y el sepulcro : hé aquí trazada
la igual sentencia, y luego polvo nada!
¿Dó se ocultan los fieros capitanes,
que al mundo con su furia estremecieron ?
Los Reyes ¿qué se hicieron,
henchidos de ambición , nuevos Titanes ,
que ni tierra ni cielo respetaron?
Sus términos cumplidos ,
ellos , cedros erguidos ,
las altaneras copas doblegaron
ante la ley eterna , y de su gloria ,
nos resta la memoria
— 592 —
¡ La memoria ! El recuerdo que transpira
por la marmórea losa de la tumba ,
sublime emanación , que el ser aspira
de aquel que se derrumba ,
consolador presente que á los vivos ,
en sus rnnibüs inciertos ,
desde la elernidad legan los muertos !.•••
]No plugo á Dios en sus bondades
que el mísero mortal , las soledades
de este camino , que llamamos vida ,
sin norte , sin egida ,
en las tinieblas de su mente oscura ,
recorriefra con planta mal segura,
y en la memoria de gloriosos nombres
por guia de los hombres
poner quiso propicio ,
fulgentes luminarias,
clarísimos fanales ,
en las torcidas sondas solilarias ^
que á la virtud y al vicio,
al bien y al mal conducen casi iguales.
A la indomable ley, ilustre Azara ,
también doblaste el cuello ,
que era de frágil barro tu estructura ;
pero la fama clara
de tu nombre inmortal, como un destello
brota , de la profunda sepultura
donde yaces en paz , y en la alta esfera
esplendente lumbrera,
la moral y el saber, en sus arcanos
revela á los humanos.
Grata , Azara , es demás tu augusta sombra ,
á esta patria que en vida amabas tanto.
Klla en sus horas de amargura y llanto
la evoca, y sin cesar dulce te nombra ;
que á tu recuerdo , fieles
se mezclan siempre timbres y laureles,
que olvidar no la es dado
su presente estudiando y su pasado
La tea abrasadora ya no ardía
de la discordia , que en sangrientos bandos
á la española gente dividía ,
— 593 —
y tras días nefandos
de execración y horror , su frente pura
asomaba la paz , anchos raudales
de gloría derramando y de ventura ,
cuando hollabas del mundo los umbrales.
Excelsos Reyes ^ de robusto aliento
asidos al timón , la nave Ibera
llena de majestad surcó ligera
entonces , con feliz próspero viento ,
por la antorcha del Genio iluminada ,
en los oscuros mares
de la ciencia olvidada ,
y al compás de dulcísimos cantares.
Dichosa fué tu edad , felice estrella
presidió tu nacer , que eclipsó el cielo
al arrancarte Azara de este suelo ,
y el hoy de maldición y de querella, .
De él apartado , cuando Amiens , serena
la Europa te mostraba ;
que el huracán bramaba ,
cubierto con el polvo de la huesa ,
no oiste , ni la horrible nube , espesa ,
preñada de traiciones, que en el Sena
formó el genio del mal , llegó á tus ojos ,
ni los cruentos despojos
de Trafalgar , ni el duelo y los horrores
de odiados invasores.
Mas te valió morir , que es triste historia
la que el tiempo escribió desde aquel dia.
Muy triste , Azara , y mas que triste impía ,
sacrilega ; Oh! no quiero á tu memoria
juntar de ella una página tan solo,
que tu sueño turbara tanto dolo
tan infanda maldad Ceso en el canto
que es mi estro ya no mas de horror, de espanto!....
ViXEivciA. Castellón 29 de febrero de i 852.
Vicente Ferreh.
75
— 595 —
que Den piados volgué á la criatura ,
y DO sois S3 figura,
si que ademes tan gran y noble inosira,
preteogiié que tiuguera per sa ditja,
y que do Tora tnitja,
aquella tau gran obra ,
del iulinit amor que 1' inflamaba,
y del que en tanta sobra ,
en el cor que es son sentro li possaba.
¡Insigne Azara, ingeni predilectc,
que deste Toe sagral laut entingucres,
y que d'elt asi feres
un US tan asertat y tan selecte!
El moment que degut es de justisia,
á ta inmensa perísia,
aqnell que desitjaban,
cts leus adoradors y que proclama ,
ton triunfo que buscaban,
al ultim vingué ya, soná ta {ama.
]NÍ del mar bórraseos perilts inmensos ,
ni negosis que i tots de por omplieu,
ni lo que mes fujieo,
en asuntes ficarsc tan estensos;
no foreo sufisiens pera arredrarte,
ni pogueren llevarte ,
que dares á coneixer ,
lo encara no sabut, y que la historia,
que tan tu Teres creiser,
fora un porleut que eialta ta memoria.
I Oh IVoma , sacra Roma soberana ,
cíutat eterna, sempre tan gloriosa,
y encara mes presiosa ,
pera tota nasió dita cristiana!
De ta brillant historia reverbera ,
en merit la primera,
una fulla selecta ,
que pregona de Azara els graos servisis ,
y que admira y respecta
lot home de virtut que tem ais visis.
Com después de la nit muda y sombría ,
que á la ignoransia tant es pareguda,
la matinal vcnguda ,
— 597 —
siguen sempre propisis ,
cU tcus decreta á Espanya,
y les virluts de Azara , y la alia gloria ,
que el seu noni acompauya,
mils de cixeiiiples eucootreu en la biatoria.
José Vicente Fillol.
No muere el genio: si la Parca fiera
el hilo corta de la humana vida,
sobre el sepulcro de laurel ceñida
se alza su sombra y en el mundo impera ;
Tal, Azara , eres tú ; la Europa culera
tu muerte llora por dó quier Bentida,
y al scnlimiento de mi pecho unida
lu ilustre nombre y dignidad venera ;
¡Gloria á tí, que las artes protegiste
y á la hispana corona cou empeño
sus derechos en Roma, defendiste,
Y de la astuta diplomacia dueüo
supiste con talento el mas profundo
tener á raya la ambición del mundo!!!
Oiledo 37 da enero de IGül.
Carlos Mbstre y Marzal.
Pcrillnstris viri eqaitis D. D. Nicolai de Azara.
Vixi Camoenis nupcr idonens:
illudit ulmis fcssa volentibus
a;las, et aururum tenacea
impediunt sinc fine cur%.
Majus sed illis impcrium mai
adspirat auiis: poscit ct obsequor,
desuela jamdudum et trcmenti
plectra inval resonare dextrá.
¿Ou'dni? Superba non ego turpitcr
— 599 —
rebus ades. Pius ecce laudiim .¡^ i/citrx
Testis tuarum notus , et hostia
devola mortí, quum sacra pallídA
íd fronle miltant corona
tergeniinig veneranila gemmis.
¡Son sensil airo veclus inhóspitas
adnasse térras turbine regnís
esul , nec abjectum ferelHt
grata fides, vigüesve cura.
Mox scissa nectens corda, per arduos
gravcsque casus duccre providus,
ulciiraque procedis, juventi
paciñcx subiere lauri.
Hinc Nibbiani stcminatís eicipit
te pulchra merces, dum tibi principum
grata rcceplorum triumpho
Parma salit resonatque Iceto.
Gaude: vel atris dcntibus impotetis
tabescít araní livor ahcnoam
frustra momordisse, ct minaci
scgne manu jacuisse verber.
Jam Dunc securo gnavus in otio
parcís sludrnti : te sapicnlium
clamat magislrum, te ducem , te
turba patrcm numerosa vatum.
Necnon aperto cuneta fovens sinu
Musarum alumnos, Paltadis et genus
o mague Mspcenas, secunda
munificis tegit umbra ramis.
Per te obsoletas Tullius exuens,
nuDC pulchriori splendet imagine
formas, et eiultant reccnlí
gesta viri meliora signo.
Nec tu, sonanli carmine, Virgili»
nec venusina; tu fídicen lyra;
sacra insalutati coteadaí
annia prxtcriislis aulse.
Natura quidquid provida protulit
peritus apto digerís ordinc;
ducitque in argutos leporum
parta quics, ÜNicolae, ludos.
I nunc, Ulympum posse viris loca
Comprende las Dores po<lieas que consagran al insigne Dun José
Nicolis de izara los vates de las provincias de :
iim. yizcm.
GlUPliZCOA. NÁVIRIU.
mjutíltBa 7 awsatú aaa/ititaaasíníMA «va mas*
76
L
ÁLAVA.
ü ILÍl ffiSM
m.
Dn Josi Nic«li3 die liara ; Perera , primer marqnés de Itibbiaoo.
^
^
W
Loi Tiiet de la pconncia ds Alati.
España afortunada,
bella cuna de Ínclitos varones I
alza la frente altiva y orguUosa,
vé á los insignes y preclaros hijos
de tu suelo fecundo
causar la admiración de todo el mundo.
Pais de los Mendozas ,
patria de los Cervantes y Cisneros,
madre de ingenios grandes y sublimes !
permíteme que ufano y venturoso
añada hoy á tu gloria
un nombre ilustre de inmortal memoría.
Esle nombre es jízara ,
modelo de acendrado patriotismo.
Azara, el distinguido literato,
el eminente artista y gran político,
que á Roma libertando
del bravo Napoleón detuvo el mando.
Si mi mente pudiera
pasar al Helicón con raudo vuelo,
y á Caliope implorar su altivo DÜmea ,
con el alma turbada de alegría,
del decantado Azara
el nombre por el orbe resonara.
Mas I ay ! enmudecida ,
sin que pueda vibrar sonora cuerda,
ni los aires llenar con sus acentos.
L
— 605 —
sin sol ni vida que le hiciese ameao y
cuando sus mustias flores
llenó Azara de inmeasos resplandores.
Envidia pues el mundo ,
insigne Nicolás , tu alma divina ,
y antes que sepultar en el olvido
la esplendorosa aureola que le cerca ,
confunda á los moríales
una plaga fatal de horrendos males.
¡Qué tamaño delirio !
los hombres son tu vivo monumento
y nuestro feliz reino en duro bronce
esculpidas conserva estas palabras,
que repetirá ufano :
uDiste lustre y honor al pueblo hispano.'
I
ViloriaSl de judío de 1851.
Daniel Ramón Arhese.
Tú fuiste admiración de Europa entera
y aun tu nombre en sus ámbitos retumba ;
porque es tu nombre de tan alta esfera
que no acierta á encerrarse en una tumba.
El mundo oyó tu vozj clara lumbrera
que el soplo de los tiempos no derrumba ,
duerme, descansa, que lu gloria espera
y esa fama no es fácil que sucumba.
Porque al pisar tu tumba cu sus dinteles
tu renombre se vé , grande , profundo ,
ó indeleble también cual otro sol.
Que en la fada del tiempo tus laureles
fué contemplando el asombrado mundo
y repitiendo al par: H¡era e
Viloria 29 Je inajo do IQ51.
Sebastian Febbahdez Mobellan.
í
n
ru--.
jliii.
!•«'
;2. jiv: ijda lira ;
i^. >ccr:¿JQto
roijs que tu acento
. . ^ :i jura lleve ,
.. ,^ iirfuioria,
... -lucuslo de la gloria.
•^ . i.i; mira su frente
: ..u iiaiarcesible :
. ;iiL* se alzó potente
I kTible
.>^> ..i-j> que abortaron
..^u -> iu¿<rles precitos
.■ ..iijjron
.>^iA : jropa que en su llanto
... >a> oiuuenlos con espanto.
...' , >i , cuando en borrasca fiera
. .' js pasiones se encumbraba j
^\: jüoio^ donde quiera
... ' cuoadenaba
M^u luror de la tormenta,
!4>iUi insolente contenida
•eos atenta ,
v«.u los despojos que codicia
^ .uallada sed de su avaricia.
.1 uKUio adusta del audaz gigante
.«, iUMUias contemplan las naciones j
^. los ítalos pueblos arrogante
...auo sus pendones,
>. .» osúior^o amenaza encrudecido
^, jiav> O^iirinal , y España ilustre
..i lujo esclarecido
.»s»ac u su furor: oye; la fama
\ilailor de liorna le proclama,
hu \auo ¡oh patria ! en vano tu memoria
«V» <(uc fueron tus siervos escarnecen :
.N.-
— 607 —
si nada resta de to aotigaa gloria,
de Azara te enaltecen
los triunfos alcanzados con civismo :
publica, ¡oh patria mia idolatrada!
publica su heroismo,
y sepa el mundo que del alto cielo
bajaron las virtudes á tu suelo.
Y tú, que gozas en la eteroa cumbre ,
ilustre Azara , de fulgor radiante ,
UQ rayo envía de tu sacra lumbre
al vale delirante :
con santa inspiración su pecho inflama ,
y entonces dignamente tu memoria
pregonará la Fama...
Mas lay! del vate que infeliz suspira
cuando tus glorias á cantar aspira.
SoTEHO Manteu.
GUIPÚZCOA.
Ldi tnlet de ¡i pratincja de Guipúzcoa.
ffiípaííüíiiD (1).
Enien dalza José Nicolás Azaru cta Perera Janna, lenftDgo Harqnes
NibbiaDo izaodacoa. [Urra ariila guerta daquiola!
Bat.
Guizon Jaquintzun aundi
BarbuQaleS'Coa
zuri nere Oroítza
hiotz barrengoa :
ar zazu gai chiqui au
borondatczcoa ,
eguiazco sitormea
euscal errícoa.
Bi.
Aita Santu , Erregue ,
etnperadoreac j
zirao mundic onetan
zure adisquideac:
zarri deizca zinduzlen
bat ota besteac ,
arguitazuD zureac
galdezca guztiac.
Ied.
Carlos irugarrena
guizoD aditua ,
(1^ Recuerdo en reno Yaicongado, dialecto Guípuzcoano.
— 609 -
Azararen galdetca
aurrcna dijua :
eta urrcngo Carlos
laugarrenecoa ,
beti billazen dabil
zure consejua.
Lau.
Zure egnnac beti
zirala aundiac ,
aitortu izan dute
Jaun aguintaríac:
lecu guztieUc
ezagutuac zure
paqueco doayac.
BOST.
Gerbait jaquintzun izan
nai duen gaztéac ,
iracurrí dizala
liburu zureac:
berac dirá Maísnac
onac baña Obeac, i
arguitazunes daude
guxtíac beleac«
■1
Sei.
Esan nainugueana ,
guztia da gucbi,
zeren gueyago dezu
Azara mereci :
ez du zure berdiñic
niunduac icusi ,
zure gandic bear du
guizonac icasi.
Bbderetzi.
Napoleón bid zan
zure egunetan,
77
— 610 —
Europa-ren jabea
dembora ayetan :
Malta eman nai zizun
bere asmoetan
crregue eguiñ eta
aguindu zenezan.
Amah.
Jargoi ura nai ezic ,
alde bnt ulzizen ,
ezan beste guizonic
lurrcan arquizen:
INapoleon zegoen
Azara enziiten ,
adizen zuen baña
cziien Sinistcn.
Zazpi.
Scigarreu Pió , ela
Empcradorea
clzayac izan arrcn
batcquin bestea:
Bolonian zuc eguiñ
zenduen paquea ,
bada aiñ zan auudía
zure aguintca.
ZOBZI.
Amienz-co paqueac ,
zuri zizun zorra ,
zuc garaitu zenduen
Europa-co guerra :
zuc zuzendu zenduen
gauza chit oquerra ,
Azara aditua
zuri on ezquerra.
San Sebastian.
José Vicente Echegarat.
611
Sr. D. Basiuo Sebastian Castellanos.
Mi apreciado amigo y anticuo cS^mpafiero : sí alguna vez he la-
mentado vivamente el total olvido en que , con la falta de ejercicio, he
dejado caer mi antigua facilidad para componer versos, aunque ma-
los , es en la ocasión presente , por cuanto me priva de dos grandes
satisfacciones, la de complacer á Y., y la de ver inscrito mi nombre
en la Corona poética que va Y. á dedicar á la memoria del ilustre
escritor y hombre de Estado D. José Poicólas de Azara. Agrava mi
sentimiento en esta ocasión la circunstancia de haberme Y. invitado
á pagar un justo tributo de aprecio y de respeto á aquel benemérito
español , en nombre de su dignísimo descendiente el señor marqués
de Nibbiano , persona á quien por todos conceptos profeso particular
estimación. Consten , pues, por estas líneas mi aprecio y mi respeto
á la memoria del ilustre Azara , y la fineza de mi voluntad con res-
pecto á Y. y al señor Marqués, contrariada únicamente por la imposi-
bilidad en que me veo de demostrarla de otro modo que repitiéndome
de YY. con toda sinceridad, muy afecto y seguro servidor q. b. s. m.
Lbzo.
Madrid 7 de julio de 1851.
Eugenio de Ocnoá*
4 LA HENOMA DEL DÍGLITO AZARA.
>•••■
Con paso mesurado ,
radiante y magestuósa , á la morada
de un bardo vascongado
llegó del gran Azara la sagrada
sombra pidiendo asilo; y el anciano
llevando al corazón su diestra mano ,
Le dijo : cuando siento
que puro aquí se alberga el patriotismo
¿ pudiera ¡ á tí ! mi aliento
negarte asilo? JNo. Mi lecho mismo
te doy ; en él reposa , y oye en tanto
de un libre montañés el rudo canto.
Del corazón tan solo.
— 640 —
LA FLOR DEL AIHB»
Cómo ! á mi natal ribera
quieres arrancarme fiero?
aquí mando sin rivales ,
allí hay á la envidia templos.
Ah ! déjame en mi retiro ;
hija del valle modesto j
aquí venturosa vivo ,
allí airado ruge el viento.
La belleza aquí me acata ,
duerme el amor en mi seno :
¿ quieres que en tu helado clima'
cetro y vida pierda á un tiempo ?
Sigue tu marcha , y sí quieres ,
nuestro oro llévate ; pero
deja i la virgen de América
su Flor del Aire á lo menos !
Quién soy yo , pobre estranjera ,
para ornar tu noble féretro ?
Otra flor mas alta debe
ceñir un nombre tan bello.
Oh ^ si , ya miro en la hbtoria
de tu nombre al heredero ,
con la gloria en tu sepulcro
hojas de laurel vertiendo !
Madrid 14 de marzo de 1852.
A. MaGARIAOS CERYAirrBS.
Qi^ (mímiMü^
A DON FÉLIX DE AZARA.
(CarU U Aun «1 CaklU* 4* U
AaBSCMS.)
Adelante!... adelante!... nada importa
que rasgando la bóveda del Cielo ,
cual flamígera nube , ardiente velo
amague al universo devorar (1) :
— 615 —
de la patria se vé en club tenebroso
el nombre venerado,
del Directorio eiige presuroso
de tal desmán reparación cumplida
que á la vil turba deje sin guarida.
Si el crédito declina ,
en su nación y en la que baña el Sena,
á realzarlo atina
al propio tiempo que su genio ordena
en el ínmen^io piélago tos leños
que midan su poder con los islefios.
Cuando aleve le hiere
la miserable intriga cortesana ,
ved que su gloria adquiere
brillo mayor, pues la opinión se afana
basta lograr llevarle nuevamente
al lugar que ocupo tan dignamente.
Alli su solo nombre
á la vez seis naciones representa,
y adquiere tal renombre
que entre las testas coronadas cuenta
leales amigos de consejo ansiosos
que honores le tributan afanosos.
Con valor y fé viva ,
á su patria sirviendo la enaltece;
la benéñca oliva
á su esfuerzo lozana reverdece
y en medio de fatigas sin ejemplo
constante acude de Minerva ai templo.
Mas ¿qué veo? ¿Es posible
que en roaliilad suceda tal pórtenlo?
¡ Oh , si , cosa increíble!
Mira, linaje humano ; mira atento
un prodigio que asombra á quien razona.
¡Mira ni hombre que rehusa una corona'
¡Oh sombra! Yo te admiro:
ornar quisiera tu gloriosa Trente
en mi humilde retiro
con este ramo; pero tal presente,
de mi veneración modeí^lo signo,
es para tu corona adorno indigno.
— 642 —
varón heroico en su fatal camino ,
puede en él darle tumba su destino...
¡ mas no obligarle á desviar el pié !
Un impulso sccrelo , un misterioso
instinto que invencible le domina,
le arrebata , le impele y encamina
do cumpla su misión^ triste ó feliz.
Y cae y se levanta , y cae de nuevo ,
y otra vez mas altivo se levanta ,
y sigue sin temor , firme la planta,
sereno el pecho, erguida la cerviz.
Acaso en premio de su afán arribe
de su ansiada esperanza al grato puerto ,
y á la posteridad legue cubierto
su nombre de aureola divinal.
Y acaso ese demonio que persigue
al Genio y la Virtud con furia insana ,
dé á su noble ambición tumba temprana
y á su memoria olvido perennal.
Esa es la gloria! ... Los que van tras ella
su juventud arrojan en sus aras ,
dichas, placeres, ilusiones caras,
cuanto atesora el alma y corazón.
Así tan solo se fecunda y brota ,
y se entreabre su espinoso lirio ;
porque la gloria es... nada!... ó el martirio:
¡ es del ángel proscripto la espiacíon !
Mientras palpita el hombre, ella le pida
toda la savia de la vida suya,
y hace que ardiente sin cesar refluya
en la fragua del tiempo, el porvenir.
Porvenir que no llega, sino cuando
el alma rompe su mortal cadena ,
y se remonta á la región serena
entre nubes de rosa y de zafir.
Viene entonces la gloria, casta virgen,
que huye del hombre cuanto mas la implora,
y en su sepulcro se le entrega y llora ,
f>orque viviendo le negó su amor :
a tierra besa que sus restos cubre,
y el puro llanto que i raudales vierte ,
en luz y aromas y laurel convierte
■I^H^HH
■
VIZCAYA.
1
í^ !Lü SI!^£3D£B!Jt^
■
CL EXCHO. SR. SON JOSÉ MGOLAS DE ÁZiRÁ Y PEREBA.
1
Loi valDi de la proíiucÍB du VjiciyD.
I
■
No armaJo el brazo de saagriento acero
llevaste el lulo á incógnitas regiones,
□i guiando famélicas legiones
hiciste estremecerse al inuiido entero.
Mas halagüeño triunfo y lisonjero
mcrecicroD tus inditas accioucs :
el hogar asolado tú repones
y tornas á sus lares al guerrero.
La Europa entera con asombro mita
de tu genio inmortal la alta victoria,
y tranquila, tal vci, por tí respira.
rio eslrafíes, pues, que para tanta gloria
no halle sonidos mi doliente lira
que ensalcen dignamente tu memoria.
1
DiLUAO. B¡lbaoyjuIiodc105l.
^1
Valentih db Aldana.
I
A LA IttEMORU M AZARA.
1
Balzai ederrac, jachiezazute gure mcniü zupaldazlu cta zoiile-
tatic, basolora bat ela ulziezazule Azara raarquesaren tumhaga-
ñean.
Ez eizute galdetu cein dan ela cer eguinzuben ; jaquin ezaziite
bacarricbere maniac guelditucebala gudacoancia , ela doneguidatu-
cebala bcre viciabere jayelarriaren soseguraco.
1
F. AfllSTIMtiSO.
^
L
-
1
— 644 -
NOTAS.
Hemos creído conveniente aclarar con algunas notas varios pasajes del testo, para que nues-
tros lectores europeos comprendan mejor las alusiones que encierran ú otras circunstancias aná-
logas. No es otro el objeto de estos ligeros apuntes, eslractados ó copiados literalmente de las
mismas obras de Azara.
(1) Tanto en el litoral del Plata comeen el interior, en todas las estaciones y masen verano*
suele llover con mncbos relámpagos, á veces tan continoos que apenas bay intervalos de onosá
otros , y parece que está el cielo ardiendo. (Descripción é Historia del Paraguay
y del rio de la Piala (I. í. cap. I.)
(2) allí (en América ), las sierras, los valles, llanuras, ríos, cataratas, y todo son tan
grandes que en su parangón las mismas cosas en Europa deben reputarse miniaturas y mufiecos.»
(Obra cil. cap. IV.)
(o) En lodo el continente americano son muy frecuentes los incendios de los bosques , sába-
nas ó pajonales ora por la mano del hombre , ora por la electricidad , ora por escesivo calor.
£8las quemazones, dice Azara, solo se detienen en los arroyos y caminos, eslendiéndose tanto con
el viento, como que yo caminé mas de doscientas leguas muy al Sur de Buenos-Aires
sobre una campiña que principiaba á retobar y babia sido abrasada de una vez.»
(4) El Vanará es uno de los mas grandes ríos de la América meridional : al reunirse
con el Uruguay forma el célebre rio de la Piala, el cual, para valemos de las mismas pa-
labras de Azora, quo lo esploró en varias direcciones, tiene tal vez tanta agua como
todos los de Europa juntos grandes y chicos.
(5) Guazn y Aguaray son dos cataratas dignas de figurar al lado de las primeras del
mundo. El despeñadero total de la primera es, según Azara, de 1551 varas y la altura ver-
tical de G3 4|^ ; y el salto de la segunda á pique ó vertical de 149 1|2.
(6) La Pampa y el Chaco son inmensos desiertos inesplorados en su mayor parte ; que
abrazan centenares de leguas en las provincias de Buenos-Aires y Santa Fe, pertenecientes á
la Confederación Argentina.
(7) Con el poético nombre de Aconquija es conocido nn cerro, mas poétieo aún, si-
tuado á corla distancia de la ciudad de Tucuman. Ningún viajero pasa por allí sin visitarle.
(8) Los mapas de Azara sobre la provincia (boy república) del Paraguay, son obras de
tan eslraordinurio mérito y de tal valia que el cabildo de la Asunción (capital de la misma)
en carta de 25 de setiembre de 1793, después de darle las man espresivas gracias por ellos ¿
nombre de la ciudad y de la provincia entera , entre otras cosas , no menos lisonjeras y que
suprimimos en obsequio de la brevedad, aftade lo siguiente :
« Siendo su reconocimiento inferior á esta gran dádiva y don qne V. S. se ha dignado dii»
pensarla por solo un efecto de su generosidad , en manifestación do la gratitud en que queda,
tiene acordado con esta fecha en sus libros capitulares pasen á la morado de V. S. dos capi-
tulares Y á nombre de la provincia le hagan presente como el distinguido favor de V. S. ha
vinculado en su gratitud un eterno reconocimiento, y que en su manifestación ha acordado
igualmente que á V. S. se le tenga y reconozca por uno do los primeros republicanos y com-
patriotas , bnjo del respeto , estimación y benevolencia á que es acreedora la persona de V. S.
¿anto por las circunstancias con que le adornó d Todo-poderoso, como por este particular y
gran servicio que V. S. se ha dignado hacer á esta ciudad.
T
— 617
■oi
A dorado Oriente ;
r la vez primera
a cuyo impulso ardiente
1 de la tormenta fiera.
.julo que emoción rebosa :
>io en la paz, grande en la guerra;
u lóbrega cárcel^ tenebrosa,
nobles restos el sepulcro encierra I
f ;iiiánto el ser es mezquino !
Del mundo abyecto en el fugaz odioso
revuello remolino
se eleva vagaroso
el hombre con su ingenio coronado
hasta tocar en la divina cumbre ,
y luego en una tumba sepultado
¡ pasto es no mas de inmensa podredumbre !
A tan fatal sentencia y desconsuelo
no vuelve nunca la perdida calma... ••
¿Por qué si el alma es inmortal , el cielo
no presta al cuerpo la virtud del alma ?
I Ah ! de la mente antojos !
PTo en vano los Azaras eminentes
son meteoros rojos
que con rayos lucientes
mueren y dejan de su brillo el rastro
en la niebla que lejos se vislumbra !....
El hombre sabio con sus luces astro
la oscuridad de la ignorancia alumbra.
Tú fuiste el sol en tiempos mas dichosos
que entre celajes su melena asoma :
aún recuerda tus hechos valerosos
esa altanera y orgullosa Roma.
Sin tí ardiera al momento
de la discordia la humeante tea....
Solo á tu dulce acento
pendón de paz ondea
X aún el romano combatiera esclavo ,
si cual lúgubre sombra no atajara
al dios de guerra , Bonaparte el bravo ,
el dios de paz, el animoso Azara.
78
— 618 —
, :¡i r^t *vr qof f D Austria , Parma y Francia
i >iuíj ^az ron eutusiasino ¡avocas,
iudli* >.-astigaiiilo la arrogancia
-•«> la >alla Je ambiciones locas.
f urtuj^al á ti debe
>ii vi^ulura , su gloria , su renombro :
CoiLjtant inopia aleve
auu recuerda tu nombre :
nada á tu ingenio sin igual resiste :
el mundo , en fin, de admiración se aterra ,
y dios del siglo, A tu poder tuviste
por pedestal á la asombrada tierra.
Sublime el arpa de David pulsaste,
y rival de Cervantes, Garcilaso
y Rioja , con tu gónio conquistaste
las inmortales cumbres del Parnaso.
Hl castálico coro
henchido de placer A tu presencia ,
como rico tesoro
de balsámica esencia
guirnaldas ciñe á tu espaciosa frente:
(jue ha (le inspirar de santo amor la llama ,
el hombre, que cual Dios, de omnipotente
por dooilc quiera te aclamó la fama.
Si al desmayar mi lira, presuroso
dallas otra vez mi fantasía ,
el eco de mi acento misterioso
resonará por la estension vacia.
Yo, Azara, te saludo !
¡Dame un destello de tu genio ardiente !....
Aquí , á tu tumba acudo
porque el hado inclemente
no me prestó de tu saber las galas
ni de tu numen el gigante vuelo;
que al otorgar á mi ambición sus alas
quizá con ellas asaltara el cielo.
Descansa en el reposo de la nada ,
que tus claras proezas y tu gloria
cual recuerdos de dicha ya pasada
jamás se apartarán de la memoria.
Si la fortuna quiso
en alas elevarte del contento
— 619 —
al santo Paraíso ,
mitiga tu tormento ;
que con psa ilusión dulce y radiante
no ha de Tallarte, aunque al pesar sucumba ,
nunca un laüd que tus virtudes cunte
ni llores que orucn tu tranquila tumba.
Eugenio de OlavabhU-
i
M^to
VENEZUELA.
A Li BUENA Y DICINA MEMORU DE AZARA.
Los Tales de Venezuela.
El hombre coando maere, es
un astro que se poce en nuestro
horizonte , nara leTanlarse mas
radiante , soore otro hemisferio.
Goethe.
¿En cuál región amaneció tu mente
insigne Aragonés,
cuando del mundo material partiste?
¿Dónde lució la antorcha refulgente
de tu virtud después
que en la española tierra le escondiste?
¿Te alzaste acaso con mejor fortuna
en mas plácida esfera
y no ves reflejar en tu memoria
el sol que acarició tu noble cuna
ni la beldad primera
que tu frente besó y amó tu gloria?
España en tanto guarda con respeto
los ilustres despojos
confiados á su amor, y en sus pesares ,
tus hazañas contando al orbe inquieto
divierte sus enojos
y honra te aclama de los patrios lares.
Vengan mis vates , dijo estremecida ,
mis tiernos trovadores
y en los atrios del Nibbiano palacio
canten del sabio fundador la vida ;
ved que fué mis amores
y ha de llenar su nombre el ancho espacio!...
Calló , y al aire mágica armonía
suaves tonos eleva ;
Azara por doquier del eco alcanzo ,
■^■^■■1
M
— 6S1 —
EXCEILRM. D, nCOL. DE AZABl.
M
Auratam citharam Thracius Orpheus
■
nunc si mi tribual, carmine forsiUn
M
audcrcm Latió plurima prodere
H
prxstanlis merila et conspicui vtri.
^
ortus qui populo non celebri, dedil
magnum post patria nomen. Hic artium
cultor laurcolA témpora nobili
ornatus letigit limina regia :
sed non hoc sal eral. Frotinus urbium
Princeps ad dubías res vocal: ordiusns
arguti geminal murmura acuminis.
Solers ipse ducis comperit improbi
sensum , quo tequie líela Bononia
^^^Jl
armorum fruilur; tuque Britannia
^^H
tenlandas metuens puppibus eiteris
^^^1
undas, sic trepidas ut lupus áspero
^^H
qucRi circum sequitur concita vocibus
^^H
sallCí turba canuni. ¡ Vir cclpberrime!
^^H
¿Cui vatum modulari iiceat luam
^^^1
mentem vel te cgeanl Aula vel horridus
^^H
Mars? Si prsecipiat Calliope melos
^^H
non digna valeam ludere libiA
^^H
■•
quse magna ¡lie Pius muñera, te duce ,
accepit prófugos , cum solio procul
crraret miseris casibus obrutus.
Gaudentem patriae sedibus , inclyta
Conjux te Caroli, adstantibus aulicis
1
coram , condecoral stemraate nobiü
^^1
adsuto digitis (sic libuit) suis,
^^H
quod nulli obsequium contigit antea.
^^H
Ifaud mullos generant s%>cula, qui libi
^^H
ducanlur similes. ¡ Oh utinam chori
^^
in laudem resonent Aonii tuam,
nec pricsens , renuant, sil mea barbitos !
P»MPl0nA. V»leiici»l."deniiiT(»dí 1851.
Jaciuto Asehjo.
t d
— 650 —
bríndale un cetro con esfuerzo asido ,
y el ínclito marqués guarda su mano
porque tocarle no osa ;
mas no teme el oprobio ni el olvido.
Razón tuviste, bídalgo , yo te admiro
con orgullo espafiol;
nada le falta á tu luciente estrella ,
tu nombre volverá en eterno giro ;
nuevo espléndido sol
que va dejando fulgurante huella.
Tu genio y tu virtud mas alto asiento
lograron , no lo dudo.
Así me manda creer la fé cristiana ;
vele allá por la patria tu ardimiento
y sírvale de escudo j
i los pies de la Alteza Soberana.
Cono. Madrid y agosto de 4851.
Juana ZArraga de Pilón.
No aspirando á una fama transitoria ^
mientras que los azotes de la tierra
piden sangrientos lauros á la guerra ,
tú fundaste en la paz tu eterna gloria:
Gara á los buenos , vive tu memoria
del hondo valle á la empinada sierra ;
que alta enseñanza de virtud encierra
el elocuente libro de tu historia.
Modelo del perfecto ciudadano,
fuiste á mas de un ilustre perseguido
seguro protector, amigo, hermano;
Y lu preclaro nombre repetido
por el eco inmortal del Vaticano
presa nunca será de injusto olvido.
Cobo. Madrid 3 de enero de 185 f.
Heriberto García de Queyedo.
nm (1011)11 \ mimi
Couf rende lis flores poéticas qie eoisigni il imortil Azara los
vates de las Colonias espalólas de :
ÁFRICA.
ASU.
AMÉRICA.
OCRANÍA.
ü
los Aierieano-espaloles
de:
BUENOS-AIRES.
PERÚ.
MÉJICO.
IIRU6UAY.
mURKlTEIiA.
■1 innnnua
i
r
— 652 —
de peso y ley litenria , la tíI calderilla con qoe hace sus nnporas
trueque» é infames comercios el charlatanismo onÍTersal de estos
tiempo- •
¡ Dichoso Azara que títíó en otros harto diferentes • y que em*
pleaba el suyo en el alternado trato de títos como Crangaiuííi, y
muertos como Cicerón y Garcilaso! ¡Dichoso también en haher
dejado tras sí uoa noble familia que conserve con santo amor sn me-
moria; y en V. un admirador inteligente capaz de perpetuar esta por
medio de la esmerada y correcta edición de unos escritos que serán
siempre útil lección y honesto deleite de nuestra nación y de sus hijos,
mientras dure incorrupta , libre del contagio que hoy la penríerle y
desGgara , la rica , soberbia , incomparable lengua castellana!
Y con este motivo me ofrezco á las órdenes de V. como sn aftc-
tisimo 8. 8. q. b. s« m.
Rafael BIaeia Bahalt (1).
Madrid 11 de abril de 1851.
¡ Bien haya la piedad que augusta ofrenda
de oliva y lauro á tu inmortal memoria
justiciera dedica ; y tu alma gloría
á las celestes Blusas encomienda;
Que en la patria feliz acaso encienda
espíritu viril tu clara historia ,
y tnieaue en oro nuestra vil escoria
llama de honor, que de virtud sea prenda!
Mas no será ; que envejecida España
varones como tú ya no concibe ,
ni en fecunda labor produce un hombre.
Murió tu ínclita edad ; ni héroe ni hazaña
la presente enaltece ; y triste vive
sin amor y sin fé , sin Dios , sin nombre.
Sázi Sebastiáei db Mábacaibo.
Rafael Mabu Baralt«
(1) Apetar de esta manifeslacion del Sr. Baralt, insiilíeDdo noiotroi ea qae DMUcieie laa
pequeña poesía, noi faToreció con el Soneto qae le inierU.
ÁFRICA.
Lo9 val» de las paioionu eipaboloi do Klrint.
Grande Azara, un Marroquí
que tiene sangre española
y , sin ser penado , aquí
la negra pena le inmola,
se atreve á pensar en tí.
Recibe de un africano
un recuerdo en vez de flor ;
pero UD recuerdo lozano ,
que arde mi seno de amor
por e! marqués de Nibbiano,
CeulaSdcenerode 1852.
Antonio Rodríguez.
Rarbuñalcs, Barbuñales,
el cielo en noble blasón
te dio por hijo un Azara
que honra y prez es de Aragón.
Ufano puedes estar
con prenda de tul valia,
pues por ella España toda
sus bellas flores te envia.
Envidiante las ciudades,
y en ello tienen razón ,
que encierras rico tesoro
1
— 654 —
Ah ! ese nombre glonoso , que tu hermano
hizo ilustre también, el arpa ibera,
DO mi pobre laúd americano ,
sabrá cantarle como yo quisiera !
IVIDBO. Midrid 6 de febrero de 1851.
A. Magabuüos Cbhvastes.
AMÉRICA.
A U MEIHORU DEL EXCHO. SR. ». JOSÉ NICOUS DE ÁZÁBl.
Loi valeí de la Habana y Pacrlo-Rico.
¡SU NOMBRE!
Si un nombre^basta ú recordar al hombre
que estar debe grabado en la memoria,
tuya será la gloria
de ver, Azara, elornizar lu nombre ;
nada al mundo le debes,
que al descender del puesto de la vida
la Fama con sus trompas en tu losa
se colocó atrevida,
y con eco profundo
tu ilustre nombre resonó en el mundo.
Águila del saber tendiste el vuelo
en el inmenso campo de la ciencia ,
y arrebatado por tu propio anhelo
llegaste á tal altura,
que atónitos los hombres te miraron,
al ver su insuficiencia ;
quisieron disfrutar de igual ventura ,
mas conociendo al punto su impotencia
con respeto aclamaron
al hombre sabio, al eminente hombre
que supo eteruizar áblAzara el nombre.
Teodoro Guerrero.
De San Juan en la bahía
dó el Palo-Seco desagua,
dirigió un americano
calos loores á Azara :
« Ilustrado Aragonés ,
AL INMORTAL AZARA.
wk (Sj>s7{K&i^i^2)339á^0 asa e^ wsasssia.
Yo muero , Curra del arma :
cuando me siento morí
no pueo recobra la carma.
¡ Ay ! muero pensando en tí
que eres de mi amó la parma.
Pero en tí pensando muero
cuarj^sicmpre por tí he vivió ;
que eres , Currílla , un lucero
que junto ar Só sa caio
con muchísimo el salero.
¿Quién me lo habia de deci?
En el espita , acharao ,
vine mi sino á cumplí :
de una bala atravesao
cuar valiente vi á morí.
Y en mis ducas y jachares
la muerte me da canguelo y
y peno , y en mis pesares
pienso en tu cara é cielo
con faitigas á millares.
Ayé, cuando amaneció,
cuando el Só tendió sus clisos y
mi jaquilla relinchó,
y pensando en tus jechisos
tu Pepe ar campo salió.
Trepando montes y cerros
caminaba , reina mia ;
solo escuchaba senserros
der ganao que veia
y er ladra de algunos perros.
A la playa diligente
con mi jaca llegué fiero ,
y pincnarando pruente ,
ASIA.
UÜL CELCDRE DJH.OMXTICU Y I.lTtaiTO ESPAÑOL
EXCMO. SR. DON JOSÉ NICOLÁS UE AZABA Y PEREBA,
[Bendiga el Señor su obra! Caiilcn sus alabanzas los pueblos
de la tierra. La gloria es bija de Dios : la fama de los buenos , voz
del Señor : Kl les bendice y eleva en su generación ; les recomienda
d la posteridad todo se debe á Dios.
Azara sea bendito de los hombres en su memoria por sus virtu-
des como el ave blanca amada del Señor : que la Casa del Señor
abra siempre sus lucientes puertas á los que vengan del liombre que
trabajó por sus hermanos y se sacriOcó por ellos ; y que el sol de su
gloria no se ponga jamás: que no se eclipse en lus tniieblas su luz
luciente y liella,...!
¡Alabanzas al Señor porque ¿I solo es grande! Lo puede todo,
principia y acaba todo y manda los tiempos en el pasado y en lo
que vendrá.
¡ Jebus, Jcbus! Reina hermosa de Judá , la Santa , la Grande
Puerta de Sión....! Yo vi en ti la primera luz de mi ser: y el Señor
me bendijo cu mi primer suspiro por eso te recuerdo como rnadre
querida.
Preciosa Ilierosólima, perla de Palestina de luciente brillo, her-
mosa Etía, tú me acogiste en mi nada : y me mantuviste, madre
cariñosa: y me enseñaste á dar los primeros pasos por la vida que
camina á la muerte en el valle de los pesares y del llanto....!
Entre las ruinas d<; Sión se soltó mi lengua para alabar al Señor:
en el valle de Josafát lloré las desdichas de mi infancia: allí reguío
con mí llanto el leve polvo del templo de Salomón sobre el monte
Moriah....!
3Iis débiles pies marcharon sobre el polvo del palacio de Ilerodes
que se senió sobre la Casa de David, querido de Dios...!
Las desgracias de Israel fueron las primeras nuevas que conmo-
vieron mi pobre alma al nacer á las sensaciones !
La lóbrega casa de Ornar dio sombrad mi cuna, y á pesar de
A
p
^^VB^V
■
r
OCEANIA.-FILIPINAS.
1
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a na naaiaQaaa
1
DKt, CELHBRP, LITERATO Y DIPLOMÁTICO ESPAÍÍ'iL
1
EXCHO. SEÑOR DON JOSÉ IVICOIAS DE AZARA.
M
1
LuE ysin de h¡ Isluj Kii;['inai.
1
En ta isla de Liizon
do está Manila la hella
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bañada por el Pasig
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que fertiliza sus vegas,
■
linearon los españoles.
H
tomando por paz la tierra
■
Miguel López de Legaspi
■
Adelantado en la guerra.
■
Del rey Felipe Segundo
■
fué de Legaspi la presa
F
y desde entonces Manila
de la Malaya fué reina
y reina del Archipiélago
d quien la chusma chinesca
por nohle y por poderosa
con veneración respeta.
Surcando los anchos mares
y resistiendo tormentas
que á otros menos valerosos
volver atrás les hicieran.
el español se encamina
en sus pesadas galeras
desde la patria del Cid
á estas lejanas viviendas,
i
ta
L
1
A AZARA .
El corazón relate de entusiasmo al pronunciar el nombre del español
Azara.
Los hechos de su larga carrera forman en verdad una página brillante
de la historia.
Las naciones mas cultas tributan homenaje de admiración y respeto en
su recuerdo.
¡Los sabios de la tierra derramarán sus lágrimas, y con ellas regarán la
piedra aue cubre sus conizas!!
Los nijos mas queridos de las Musas levantarán el grito para cantar
sus gloriiis, y su eco retumbará en los arenales de Oriente, en las playas de
Occidente, del Setentrion y el Mediodía.
¡Y los reyes del mundo encontrarán en la vida de Azara hechos dignos
de imitación y de ejemplo!...
jY morirán los hombres, y los pueblos! y otros hombres levantarán
ciudades populosas, que sucumbirán también entre ruinas... :yel nombre
ilustre de Azara vivirá por cima de las generaciones y los pueblos!...
Porque el que supo hermanar en si el poder y la prudencia ; el que vi-
vió tan solo para prestar servicios eminentes á supatria; el que llego á ob-
tener la confianza suma de monarcas varios, baja al sepulcro, si... mas su
memoria vive, y vive adorada, y su buen nombre se graba para siempre
en el ^ran libro de las celebridades europeas.
¡Dichoso el descendiente que su nomore lleva!
Ronda.
Madrid 14 de junio de 1853.
Rafael Atienza.
Sevilla.
Del sabio y justo, y del que tanta gloria
supo adquirir de estraña y propia gente,
debe ensiilzíir España la memoria;
y si alguno el laurel niega á tu frente,
que venga á preguntái'solo á la historia.
Aunque os verdad que si alabado fuere?
y ninguno tu gloria disi)utara,
y ensalzado te vieres,
ni á tanto entonces tu virtud llegara,
ni fueras sabio, ni español nacieras.
Madrid 4 de junio de 4853.
Emilio Bravo.
■
V
^V
3
— 633 —
para cambiar de la Europa
las políticas creencias ,
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B^^H
supo deteacr el carro
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de su poder y soberbia ¡
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en la mitad de sus triunfos '
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con su mágica elocuencia....?
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Wombre glorioso de Jzara,
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en el nombre de mi tierra
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yo te saludo gozoso,
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y al mirar que Europa entera
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homenaje de respeto
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le rinde, y que celebra j
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que un ilustre descendiente
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publique tus escelencias ;
Filipinas si callara
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ciertamente Ingrata Tuera
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que como á bijo de España
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te debe prez y grandeza.
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Recibe pues, BarbuBales, i
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de Aragón preciosa perla ,
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para el sepulcro de Azara
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las flores de cstae riberas ;
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y ofrécelas cual tributo \
H^^l
de gratitud de mi tierra
'
que á los sabios de la España
como á los suyos venera.
Y un corazón filipino
y español recibe en prenda ,
y cual flor de puro amor
■
pónle de Azara en la huesa.
1
1
UaniLA-
Maaila 1.' de eMTO de 1850,
JCAn HODUGDBZ DB CaBIPO.
80
1
i
■*9
— 662 —
LOS VATES IBÉRICOS EN HONOR DEL CELEBRE ESPAÑOL AZARA.
I.
El Sol visita bienhechor el orbe,
con aparente movimiento diomo,
que altera el anuo de pasado efecto:
Según recorre de estival oriente
á las columnas del hiemal ocaso (1),
do quier le acude con la luz y vida.
El pez que habita los profundos luai'es,
el ave osada, que el etéreo puebla,
y el vil insecto que en la tierra yace;
La vieja encina, cual la tierna planta,
la piedra inerte y el metal precioso,
el mundo todo su presencia adora.
El es quien rige de argentada Luna
la unión fecunda con la madre Tierra (á)
que anuncian pronto regulares brisas:
Con ellas trae la copiosa lluvia
y agita luego el desarrollo activo
que á todo impone su destino innato.
El campo cubre de verdor frondoso;
con aura fresca, portadora activa
del grato aroma, la pradera alhaja.
El puro cáliz, al mecer las (lores,
en ella tian la preciosa esencia
con que olorosa fecundiza el fruto.
Su acción en tanto progresiva acrece;
la tierra entonces el calor recibe
con que el roció matinal produce:
Mil vidas toman una vida propia,
(1) Los geógrafos mayores distíDguieron dos orientes y ocasos, según aparece y se
oculta el sol roas alto ó roas bajo en verano y en invierno. Los montes Galpe y Abyla
fueron roirados por los poetas antiguos como las columnas que en el ocaso liiemal in-
dicaban el térromo de los trabajos del Sol (Hércules físico prototipo de todos ios Héi^
cules), después de haber corrido sus doce trabajos ó los doce signos del Zodíaco.
^2) En numerosas roedallas antiguas se ve la Tierra representada por el buey ado»
raao en Egipto como símbolo de ella, con el nombre de Apis 6 Serapis, el cual recibe
el influjo nc la Luna creciente que se halla sobre su cuello, la que fue también adorada
con el nombre de Isis^ y se le dedicó el espresado buey. Desde los tiempos místicos
viene reconocido así el influjo do la Luna en la fecundidad de la tierra.
AMCRICA.-BUENOS AIRES.
Uí^ 3a¿s^}Sí s>a Qi'éisih ¡sé ¡¡¿a '^^'s&^^s^m.
H0MMA6E A MB. LB MARQUIS DE NIBBIAIfO.
A LA MÉHOIRE DU 6RAND NATIIRALISTE FEUX DE AZARA.
Los Tales de Baenoi Aires.
Un soir , sur le lointain ri?age
de ees fleuves majestueux
dont r onde reQéte l'image
et d' un nouveau monde et des cieux,
Un Yoyageur, á l'ame puré ,
errant sur son léger coursier,
sous(le¿cbarme(]de la nature
s^arréte á Tombre d'un palmier :
Non , ríen ne iroubie son extase!
la terre]^exhale un divin son ,
des chants qui remplirent Tcspace
au jour de la création !
Óui , cette touchante harmonie
rhymne du celeste jardin ,
présage de Téternelle vie ,
ecbo d'un éternel matin !
Enivrés de ce doux vertige
ses yeux contemplent une fleur ,
qui , se balan^ant sur sa tige
de parfum inonde son coeur.
LB TOYAGEUR.
Blanche fleur, dit-il, fleur amie,
oh I ríen n'égale ta beauté.
Dis-moi ton nom, je t'en supplief
serais-tu rimmortalité ?
r
— 664 —
El fuego asciende á la región etérea ,
do mil vapores rarefactos halla,
que agita, cambia, y confecciona el nublo:
El viento crece, con la nube choca,
la densifica, y á descenso obliga
ya por su impulso, ya á su efecto frío.
El ave el \iielo de lo etéreo abate,
acá en el bosque en dispersión parece,
y el pez su abismo por la orilla deja:
El sol se pierde tras de negra nube,
de blanquecino y agitado seno,
que electrizado, con sus fuegos brilla.
En él se fraguan los terribles rayos,
allí retumba estrepitoso el trueno ,
y el mundo todo estremecido yace:
La oscura noche prevalece al dia ,
terribles fuegos sin cesar se cruzan ,
sonando el trueno y huracán furioso...
¿Habrá perdido su equilibrio el mundo ,
y en caos informe la materia simple
al centro corre de quietud eterna?...
Mas no , mortales , admirad la causa
que á todo el orbe circular prescribe
por unas leyes en la gran natura.
Aquellas leyes que rigieron antes
la parte acuosa, evaporada al cielo ,
ya coagulada la dcMielven ahora ;
Oid cuan recia comenzó la llmía:
¿qué fue del trueno y huracán terrible?
¿qué fué del rayo y del salino ambiente?
Es la cascada lo que oís cual suena ,
es el torrente que impetuoso sale ,
y es vida pura lo que ya se aspira:
La nube tenue y rarefacta asciende,
el sol la rasga al anunciarlo Iris,
y mas brillante remanece al mundo.
n.
En la infancia moral , tomando el hombre
las ideas según impresionado
viene siendo su ser de ^ida errante,
^
f
— 639 —
luz tan solo al día pido ,
y á la noche dulce riego !
De su fé y amor celosos ,
dos fieles amantes tiernos ,
entre mí y el cielo nn dia
su alma pura dividieron.
Desde entonces en el valle
sin temer rayos ni vientos ,
sola vivo , y me apellidan
Flor del Aire cuantos veo.
Cuando vienen á contarse
sus amantes devaneos
las zagalas , gozo al verlas
cogerme y pasar riendo.
Sin rivales , por la noche
en su blanco seno duermo ,
y lirios , violetas , rosas ,
caen marchitas á mi aliento.
EL VIAJERO.
Yo te adoro , flor divina ,
y embriagado con tu incienso ,
llevarte bajo mi tienda
á un mundo mejor anhelo.
Ya para ti forja el alma ,
allá en otro clima , nn bello
palacio, dó el arte vence
al huracán y los hielos.
Nuestras flores mas altivas ,
que ante tí se humillen quiero,
y para triunfar de ingratos
que te escoja el bello sexo.
Quiero hacerte soberana
de un rico estendido imperio ,
y que eclipses los diamantes
en mas de un augusto pecho.
Y luego tu dulce aroma
velando mi postrer sueño ,
consolará á mi adorada
en tanto que yo despierto.
0m
— 666 —
te ofreció el hombre , cual el ave trina
cuando las sombras tu fulgor confina,
ó cuando triunfas de la tempestad.
Bel de Caldea, Bel de los asirios,
de Egipto OsiriSj Hércules potente ,
Pauj Febo, Apolo áe la griega gente,
Tánfana galo , Túbal español ,
Tú de los hombres entre los delirios
fuiste el Vidente , bienhechor Ariman ,
tú á quien los siglos por principio estiman ,
cuando su genio no les da otro sol.
Gloria en lo escelsoie cantara el mundo,
fijó en Oriente al fanatismo insano,
culto mil pueblos dándote inhumano
que al hombre mismo inmoló en tu altar.
Siendo asi envueltas en error profundo,
grandes naciones por la fuerza alzadas,
ante tus héroes se las vio postradas,
y sus hazañas vínose á cantar.
Mas la luz genio, cual la luz febea ,
llega creciendo del Oriente á Ocaso,
y el cielo antiguo hace con fracaso
para el poeta fabuloso Edén.
Hoy ante el hombre que saber desea,
¿qué de los astros fuera mas hermosos?
¿qué de la tierra , mares procelosos,
y los efectos que do quier se ven?...
Halla una causa para siempre ignota,
fuera de cuanto su razón comprende ,
y si alcanzarla vanamente emprende ,
lo que no es solo ve su ineptitud :
Causa de causas que la unidad rota
dio á la materia en el primer momento ,
y agentes hizo de su movimiento-
las mismas leyes de etemal quietud.
¿Qué fue del héroe que en furor guerrero
con dura mano despobló naciones?
por cruel é impio con las maldiciones
del alto Jpve, solo se cantó.
Digno es del plectro del sin par Homero
quien á hechos bienes debe su memoria ;
mas no el que ciego tras de falsa gloria
-I
— 667-
sangre inocente sin piedad vertió.
Todo cambiado el anterior destino
de las naciones» otro es ya su cielo,
otros los héroes á que nuestro suelo
n*el firmamento rinde su loor.
Hoy son los himnos al Dios Uno y Trino
cual la materia lo es en condiciones,
al escogido por sus santos dones,
y al que á la patria sirve con valor.
IV.
Es digno de prez é infando renombre
aquel que lidió la patria sirviendo;
tampoco es menor la gloria del hombre
que sabe evitar su bélico estruendo.
Sagunto en valor, ciudad admirable,
Segeda inmortal, Numancia asombrosa,
que su libertad sostuvo indomable,
Contrevia al furor de Roma ominosa.
Viriato, que horror causara al tirano
Sertorio, ante quien dudó de su suerte.
Cantabria, que á ser tu dueño Octaviano
prefieren lograr tus hijos la muerte.
Valiente vascon, que al godo aterraste
al ver tu cerviz jamás sojuzgada,
heroico Astur, que al moro atajaste
su marcha triunfal por zona vedada.
Navarra, Aragón, Castilla, mil glorias
por siempre cantad de aquellas edades;
do quierhay un Cid de infandas memorias,
que el hierro blandió por sus libertades.
La España al formar un trono glorioso,
triunfando se ven con brazo bizarro
por la redondez del mundo anchuroso,
Gonzalo, Cortés, Legaspi y Pizarro.
Después de cantar los hechos de allende,
al siglo venid que vamos cruzando,
en que al español la patria se ofende,
y gana otra vez un nombre inefando.
Mirad á Madrid, Bailen, Zaragoza,
¡la insigne ciudad!... mirad toda España,
1
Ht'tSCA.
^668-
en sangre su honor se ensaña y se goza. ..
y al héroe firancés las glorias empaña.
Cantad el valor que pudo libraros
de injusto dogal en choque sangriento;
mas nunca olvidéis que hay héroes preclaros
allá en otra lid do vale el talento.
Si visteis huir las bravas legiones
que al suelo español echó la falacia»
primero lidió, en altas regiones
de Estado, el saber la gran diplomacia.
Un himno, un laurel, al sabio y virtuoso
que en otro pais veló por sus reyes
en tiempo de azar el mas proceloso,
y tiel escudó la patria y sus leyes.
Asi descolló el Ínclito Azarüy
su busto mirad allá en Barbuñales,
cual digno blasón de gloria muy rara,
con alto lugar en nuestros anales.
Francisco Panzano \ Almirall.
¡Aragón! ¡Aragón! Bellas praderas
ricas en frutos y en lozanas flores,
del Ebro fértilísimas riberas...
¡Ay, de mi juventud en los albores,
vosotras me halagabais lisonjeras!
Y la brillante aurora
que entonces mi destino sonreía,
de gloria y de ventura precursora,
se oscureció, y hoy la desdicha mia
rigores de la muerte, triste llora.
Has avara conserva mi meknoria,
con recuerdos queridos,
los héroes que te dan prestigio y gloria,
los hijos de tu suelo esclarecidos
on las páginas de oro de la historia.
Y acuerdo la preclara
((uc con rasgos tan bellos, dignamente
guarda el nombre de Azara;
— 669-
¡Azara! que leal, pato^ vali^Me
el honor español personizara.
Que ostentando severo
su innata rectitud, su deaoia bimetisa,
la admiración logtó del pueblo ibero,
y en noble recompensa
el afecto del gran CárlóS Tercero^
¡Volyed la vista á ItaUat AUf éetendido
SU ingenio sobertao,
á la eterna ciudad Ubró atrevido,
y aun el pueblo romano
su ilustre nombre acuerda afpradeddo.
¡Ah! Cesen, lira mía, tus débHes acordes un momento.
¿Cómo atrevida abarcas
los hechos celebnur con digm> ftoeñlo
del que logró favor dé cien moftareas
por su bondad, su cuna y su talento?
Que su grandeza y su honradez abona
el ínclito heroísmo
que Malta en sus anales nos pregona:
Azara renunció por patriotismo
á sus sienes ceñir una corona.
Mota, Mota éb\ CueriD ÍS Al «tHhlt de i 853.
La Maga ds la Montaña.
(Lorema Carrasco y Campos.)
Cual nobles castellanos (1).
debemos imitar
del innwrtal Azara
la vida singular.
Al libertador de Roma ,
hijo ilustre de Aragón ,
justos elogios trUniten
los de Castilla y León.
Si la capital del orbe
en bronce esculpió tu gloria,
¿qué deberá hacer E^aña
por conservar tu memoria?
(1) Puesta en música para la Musa Castellana-^Leonesa, por el padre de la autora.
— 670 —
Mas que Bonaparte hiciste
con tu genio y tu saber,
que es mejor evitar guerras
que victorias obtener :
Reyes, Papas y naciones
por ti tan favorecidos ,
tus servicios importantes
premiaron agradecidos.
¡Oh Azara! Tu patrio suelo
bien puede estar orgulloso
por contar entre sus hijos
uno tan sabio y virtuoso.
¡Cuan feliz seria España
si llegase á conseguir
que otros Azaras vinieran
á salvar su porvenir!
Madrid. Madrid 16 de junio de 1852.
Pitra Sobjejáno de Morelle.
DANZA PRIMA ASTIIRIAIVA (t).
Les montañés d'Aragon
son lo mas rico d'España,
qu'en elles naciera el xeniu
qu'orgullu foi de so patria.
Uorai, güeyos, llorai, güeyos,
porque non existe Azara.
El xeniu qu'en tempos crudos
respetó la mesma Francia,
(1) Puesta en música para la Musa Gallega por D. Camilo Mojón y Uobis.
— 671 —
por subírsenos al cielu
llorosa dexa so patria.
Uorai, güeyosy Uorai, güeyos,
porque non existe Azara.
¡Non vive el borne entendidu
qu'á Roma salvó y al Papa!
Llore la so patria , llore
pe la pena solliviada.
Llorai, gúeyos, llora!, güeyos,
porque non existe Azara.
IV.
¡Morrió el modestu y el sabiu,
el fiu meyor d'España!
¿En qué pecbu y en qué rostru
non fexo el dolor morada?
Llorai, güeyosy llorai, güeyos,
porque non existe Azara.
J. M.
OTBA.
Agora que nosallumbra
parda la lluna 'nel cielu;
Tuxa mia, mió consuelu...
ven y ayúdame á cantar.
Solu el silenciu s'escucba,
y no enturbiarán to acentu,
nin los suspiros del vientu,
nin los ruxidos del mar.
¡Ay! nena, xuntemos
tu voz co la mia,
y en tierna armonía
cantemos al par...
— 674 —
hoy al mundo declara
cuya es la gloria de los hombres; cuya
la escelsitud de Azara.
Salve, ¡oh genio inmortal! Si de pesares
tu historia es un ejemplo,
en cambio te alzan por do quier altares,
y nuestra España un templo.
Bellas ofrendas de guirnaldas varias,
buriles y pinceles
se agrupan entre lúgubres plegarias,
junto á tu tumba fíeles.
¿Cuál mas grande ovación?... Otra quisiera
el humanista sabio:
¡que en la senda del bien se le siguiera;
no lisonjas del labio!
Él de los justos la morada habita;
y allí esclama doliente:
«jAh! — Lo bueno se alaba y no se siente
»por la moderna gente;
>y es que á un malvado corazón de cieno
»que vive á su regalo,
>le es mas fácil rendir culto á lo bueno
»que abandonar lo malo.»
Madrid. Gandía 12 de octubre de 1852.
Manuel de Llano y Persk
En la última región del Occidente ,
en un siglo harto celebre en la historia,
nació un hombre inmortal en la memoria
de la española y europea gente.
Sobre los libros reclinó su frente
de la vida en la edad mas transitoria,
de ellos brotó el germen de su gloria,
y renombre le dieron eminente.
Escritor , diplomático famoso ,
erudito, anticuario de valia.
Mecenas de las artes generoso:
— 673 —
y mirar la inacción, la decadencia
de tu querida patria, ¡oh, cuánto, cuánto
al verla tan pequeña sufrirías!
Tú que vivias cuando fuerte y grande
arrojó de la haz de su recinto
al coloso del siglo diez y nueve ;
tú que al hallar en Roma á ese coloso
«párate» le dijiste, y con tu acento
detuviste su bárbara insurgencia;
tú que elevaste con potente mano
la bandera de paz en toda Europa,
y fuiste consejero de cien reyes,
y grande , y sabio, y poderoso fuiste :
Rompe ahora la losa que te encubre ,
alza la frente de tu fría tumba ,
y arranca de su inercia decadente
á tu feliz cuanto querída patría.
Con hombres como tú , aun mi pueblo,
aun pudiera subir á la alta cima
que en el mundo á ocupar está llamado.
Despierta, Azara, y que tu inmensa ciencia
la dicha y gloria en el hispano suelo
vierta otra vez, como en tus bellos dias.
Y cuando ya potente , y fuerte , y grande
le tornen de tu ciencia los arcanos,
vuela otra vez al templo de la gloria ,
ve á descansar á tu sepulcro frío,
que alU te colmarán de bendiciones
la España entera, mi laúd y el cielo.
Secovia. ' Madrid i2 de marzo do 1853.
Mariano Alonso.
Salve, ¡oh procer ilustre! El eco solo
de tu nombre eminente,
corre en fama triunfal de polo á polo;
vuela de gente en gente.
Noble corona de laurel la tuya,
85
— 676 —
español es també el que ahí mirem.
Glories el Aragó perqué ans mirara,
al que admiraren les nasions sanseres,
al que al gucrrer del sigle dominara,
davant les cuals banderes
les mes fíeres é intrépides nasions
plegaben sos pendons,
y resibien de sa ma les Ueys,
costums y relligió, y hasta els seus reys.
La Italia, entusiasmada per tos bens,
Llibertador de Roma t*apellida,
y al mirar eija gloria que tú tens,
no encontra, no, agraida
un premi bastant digne que oferirle,
y entemida al sentirte,
ses festes deija, y per de mes contenta,
en entusiastes vives romp atenta (4).
¿Mes que podré yo dirte, ¡gran Azara!
que digne siga de ton nom y gloria,
si pulsant yo la lira mes preclara
fora poc meritoria
pera cantar asagnes que an deijat
al mes sabi admirat,
del que honrats hasta oís reys sempre es creien
si propet del seu trono te vcien?
Esta pobreta flor que yo he format,
naiscuda es de ta gloria al pcnsament;
si al haberla el meu labio acarisiat
no se mostra esplendent,
no la despresies, no, colócala,
mes que siga amaga,
entre les que losanes y orgulloses
amostren ses coróles oloroses.
Valencia. Valencia 12 de noviembre de 1852.
Dolores B alaciar.
TRADUCCIÓN DE LA ANTEBIOR.
Al mirar tu talento esclarecido,
tu renombre inmortal y duradero,
(1) Era tant el entusiasme del poblé per este gran Iiome, que cuant entraba en al->
guna divcrsió pública se paraba esta pera victorejarlo.
c^
— 677 —
mi pecho de entusiasmo siento henchido,
y si posible fuera,
á Safo arrebatara entunasmada,
su lira regalada,
y vibrando sus cuerdas seductoras,
tu nombre {nregonara á todas horas.
Entonces, orgullosa con mi obra,
tus altos hechos con ardor cantara,
y el colosal ingenio que en ti asombra
con gusto reooidura,
sin olvidar ninguno de esos hechos,
que inflaman nuestros pechos,
haciendo que orgullosos esclamemos:
espa&ol es tamlúen ese que vemos.
Gltfriese el Aragón, pues vid el primero,
al que admiraron gentes estranjeras,
al que supo domar á aquel guerrero,
ante cuyas banderas,
las mas fieras é intrépidas naciones
doblaban sus pendones,
y recibían de su mano leyes,
y ritos y costumbres, y hasta reyes.
Italia, entusiasmada por tos bienes,
libertador de Roma te apellida,
y con placer á sus gloriosas sienes,
no encuentra agradecida,
lauro bastante digno que ofrecerte;
sus fiestas deja, y por demás contenta,
en entusiastas vivas rompe atenta (1).
¿Mas qué podré decirte ¡grande Azara!
que digno sea de tu {^oria y nombre,
si aun pulsando la lira mas preclara,
mi plectro fuera pobre,
para cantar hazañas que han dejado,
al mas sabio admirado,
de quien honrados los reyes se creian
si junto al mismo trono le tenían?
Esta modesta flor por mí formada.
(1) Era tanto el entusiasmo del pueblo por este grande hombre, que cuando entra-
ba en algún espectáculo público se interrumpía para victorearle. Asi sucedió en
AnUens, ctiando fue al Congreso de Paz.
— 678 —
nacida es de tu gloría al soplo ardiente;
si siendo por mi labio acariciada
no se muestra esplendente»
no la deseches, no, dala acogida,
aunque sea escondida,
entre las que galanas y orgullosas,
ostentan sus corolas olorosas.
I). B.
HAPOLEOH.— AZARA.
«(Solo la fuerza será admirada:
vencer en los combates , subyugar
naciones • arrebatar los despojos de
un sinnúmero de hombres sacrifi-
cados, será considerado como la
cumbre de la gloría humana
Alcanzará el nombre de conquista'
dor y será mirado como un Dios,
como el amparo de la humanidad,
quien con mas justicia debiera ser
llamado azote y estcrminador de los
lioinbres.»
(El Angrl San Miguel en el Pa-
raíso perdido de Mílton.)
«Dios nos ha dado dos alas para
volar á él : el amor y la razon.D
(Platón.)
I.
Cuando so juzgue lo que llama gloria
de los hombres el mísero vaivén ,
no en los inciertos juicios de la historia ,
que al fin juicios humanos son también ;
Sino en el fallo augusto que destina
á este mundo el eterno tribunal,
cuando, á la luz de la verdad divina,
reciba el hombre el galardón final :
Así hablarán dos almas , que en la tierra
tuvieron alta y desigual misión;
de una fué la divisa gloria y guerra ;
de la otra fué el emblema paz y unión.
— 679 —
n
El GonqimUdor.
Yo fui de un siglo incrédulo é impío
arbitro, azote, y vengador y juez,
y en conquistar renombre y poderío
cifré mi dicha , mi ilusión , mi prez.
Placer y amor y júbilo y sosiego
al mundo que humillaba no pedí;
que me abrasaba en mi delirio ciego
de fama y de dominio el frenesí.
El vuelo de mi mente soberano
quise elevar sobre la humana esfera:
no fué el hombre mi igual, no fué mi hermano;
solo instrumento de mis sueños era.
De mando y de conquista el ansia ardiente
cortó á mi caridad las nobles alas:
miré, al lidiar, con ojo indiferente
los estragos del hierro y de las balas.
Me gocé de la muerte en los despojos :
nada de humano en mi delirio habia;
una ciudad ardiendo era, á mis ojos,
alegre antorcha de la gloría mia.
No respeté, del triunfo en la demencia,
ni hogar, ni ley, ni tradición, ni fe:
ahogué en un mar de gloria mi conciencia,
y cuanto adora el hombre profané.
Mi renombre inmortal entre las gentes
brilló como la lava del volcan ,
sonó como el rumor de los torrentes,
y corrió como corre el huracán.
Quiso borrar el fuego de mi alma
cuanto legara el genio á la memoria:
robé á Alejandro su jigante palma,
de Carlomagno oscurecí la gloria.
Soñé el imperio universal : al mundo
subyugar quise como á vil rebaño....
vivir no pude en mi dolor profundo
cuando llegó la luz del desengaño.
Palma.
— 682 —
Severa en son jui, un prem eminent
Donará ais Azaras, si Than merescút;
Donchs la historia may, al hom de talent
Son merexer néga, ni al que es delincuent
El Iliura del castig, etern y digut.
Ab letras deuradas, escriu las proessas
D'Annibal, de Cessar, d'August y mil homs,
Que al mon per sos fets, y accions gentilessas,
Guañyant eterns triunfos, ab ses grans empressas,
Deixaren gloriossos, sos gloriossos noms.
Obriu est gran libra, y jioms spantabbles
De sanch y terror, també Icggireu:
Obriulo y miráu, com son perdurables
De Mario y de Syla, los crims detestabbles
Que ab fel y vinagre, scrits trobareu.
Madrit 12 de decombra de 1852.
Lloatxim María Bovér.
Triste la España con dolor proñmdo
raudo llanto tributa á la memoria
de aquel genio inmortal, genio fecundo,
que un timbre añade á su gloriosa historia;
de aquel gran genio, admiración del mundo,
y de las letras y las artes gloria;
¡ah! de aquel genio, en fin, que en Francia y Roma
con sus consejos la anarquía doma.
Llóralo, llóralo, que entre tus hijos
otro no encontrarás igual en celo,
otro que con afanes tan prolijos,
con ciencia tanta, con tan grande anhelo
de tu comercio y crédito dé fijos,
como el, los destinos en tu suelo.
¡Loor eterno, pues, oh patria cara,
al solo, al sin igual, al noble Az^a!
Madrid 12 de noviembre de 1853.
Jorge García dk Cárdenas*
(
— 681 —
Avuy que tot-hom diu que no y ha porta
que si'n baula d*o*y toquen quet tancada;
que veym servar per tanta ma soyada
de la justici la balansa torta;
Avuy en día quen la fe mitx morta
malavetjam en va á donar durada,
á la nova Babel que'm axecada
que may sens fe podrá romandre forta.
Avuy que ñns lo poeta sois se canta
á si mateix; que escandols diiis el temple
no manquen de la gent qu'es te per santa.
¿Quins pot salvar? Sois Deu y el bon exeinple
deis passats... Castellanos, befas ara
recordantmos els fets del sabi Azara.
Pakwa. Madriil 1.* abril do 1853.
Mariano Agüiló y Füster,
AL MOLT EGREGI,
magniflch é exellent sefiyor, lo sefiyor
JOSÉPH NICOLAU DE AZARA
Requestas d'amor, cantaba yo un día,
Coplas de delit, un temps entonaba;
Lavors mos placrs, ab plaers unía
Del ángel hermós, per qui yo vivía,
Que dins rAlmudayna, Malorcha gordaba.
Ya no tornará |0 cruel recórt!
Temps de goig y ditxa, y de gran ventura;
Ya mon sperit, no té mes conort
Que plorar ab plant, y sperar la mort
Sens altra consol, que aroargua tristura.
Mon accent no pot, en tais occasíons
Tremetra al ingeni, ño bona memoria,
De Azara logran, lloasní cansons;
Sino Pare nostros, y homils oracions,
Deixant per jutjiár, sos fets á la historia.
80
—
— 684 —
merece, ¡oh madre! tu doliente queja,
y de tu llanto interminable el rio.
A tu inmenso dolor asocio el mió:
si en tanta desventura que te aqueja
también la muerte á Nicolás aleja...
¿qué ha de ofrecerte el porvenir sombrío?
¡Ay! la flor de la ciencia se ha agostado,
la virtud ha perdido joya rara,
la noche para el huérfano ha cerrado.
Has no podrá la impía muerte avara
ocultar el sarcófago sagrado
en cuya losa lea el mundo: ¡A%ara!
Palma. Barcelona \0 de noviembre de 18S3.
Miguel Victoriano Auer.
Bella es scmpra la virtud ,
cants etems al honor fan
es pels vicis el cor mut
sempra Azara será gran.
Com del mon sa roda gura,
axí humanas opinions,
que uns volen comprar calsons ,
y altras jach cuant van á fira.
Tod agrada , tod inspira
amor, dobblés y salud ,
jcntileza, joventud;
pero tod acaba y mor,
mentres ab diví loor
bella sempra es la virtud.
Las musicals armonías
mos diuen en gois eterns,
(¡ue Orféo baixá ais infems
tocant unas xirimías;
cuant, cuant en los nostros días
pcrduts los oids están,
que els homos casantlas van
com casa es falcó es rupíd ,
— 6»5—
be que en gaiígaména y pill ^ '
carUs etems al tumor fan. * '
Diuen mortlistas sabis
que vui dia el predica
es just tiré amunt es pá
y rebre fems en els llabis.
Yo sensa ferlos agravis,
no veix el mon tan perdut,
perqué encara que es sabút
cuant poch la consiensia es tem,
coneixem tots y entenem
quee8pelé4fíét$H €ar4kUí.
No eu es, no, per qui naixent
sobre els niguls de la torra,
amb'una ma forta aferra
lo cetro d'or y d'argent.
Ab Taltra el ferro lluent
doblega del Cesar gran;
los sigles miranüo están,
las nasions trovan ventura,
y una veu canta en Taltura:
sempra Azara sera gran.
Mallorca. Un pajes andritxel.
tmJ^mmá
mi LA TüSBA DE ASARA
Nació , murió ; mas entre huesa y cuna
trazó la fama su inmortal camino;
lauro eterno la ciencia le previno ,
y perdurables timbres la fortuna.
Abrió en sangriento mar gentil laguna
del turbio Sena al Tiber cristalino.
Pirene llora, llora el blanco Alpino;
cese, español, tu lágrima importuna.
Que si el ciprés se dobla macilento ,
si piensas que de Azara la memoria
en polvo escrita ha de borrar el viento,
— 688 —
Por eso tú, provincia aragonesa,
ensalza por do quiera tan grande hombre,
que si la Italia y la nación francesa
Admiraron aquella alma eminente,
tesoro de las ciencias, hoy su nombre
cual astro brillará resplandeciente.
Barbuñales, hoy tienes la fortuna
que el destino risueño te depara,
de oir narrar las glorías una á una
del inmortal y esclarecido Azara.
Su nombre, como el sol del mediodía
sin mancha que lo anubla ni lo empañn,
hace latir de gozo y alegría
el corazón del hijo de la España.
Benéfíco cual ángel, dio la mano
al que imploró no en balde su clemencia,
V aun el mismo Pontífice romano
recurrió á sus consejos y á su ciencia.
Diplomático célebre, su nombre
es respetado en todas las naciones,
y por do quiera quedará el renombre
de sus altas y magnificas acciones.
Bien haya, pues, el dulce pensamiento
de descorrer el velo de su historia,
pues quedará perenne monumento
que nos recuerde su feliz memoria.
Pamplotia. Pamplona t\ de m^n de 1853.
María Conckpgion Saralegui de CnnA.
Si elevan monumentos las naciones
que guarden con orgullo altas memorias
de las grandes hazañas y victorias
de sus grandes ingenios y varones;
Si crónicas, leyendas y canciones
trasmiten elocuentes sus historias.
— 689 —
y eterniza sus nombres y sus glorias
la fama en una y mil generaciones;
Para alzar hoy un canto sin segundo,
buscad la lira del divino Dante,
á Azara le cantad, sabio profundo,
y elevadle una estatua de diamante
que sea el pedestal el ancho mundo,
V forme su corona el sol radiante.
Cascante, Navarra. Madrid y noviembre de i ftj2
Jíaría Verdejo y Duran.
^ oble varón de pecho generoso ,
^ lustre por tu cuna y tu talento ,
o onstante en proseguii* tu pensamiento,
o freciste á tu patria tu reposo.
t-* uchando con esfuerzo belicoso,
> 1 templo de la fama tu ardimiento
c/3 upo trepar, y un inmortal asiento
o iote el premio que alcanza el victorioso.
M spaña te contó por hijo suyo :
> Itiva de esta gloría , se demuestra
^ elosa del blasón de agradecida;
> tus servicios, hoy, al nombre tuyo,
?9 ecompensas tributa cuando muestra
> 1 mundo los ejemplos de tu vida.
Madrid. Habana 23 de enero de f 853.
Pedro Castellanos.
Vívere dent alüt vatet, tu vatibus íptít vivere dat; Piado vivís, et ipie tuo.
C. II. Danjoüan.
87
-
ADIERTEXCIA.
Los ilustrados poolas D. Antonio Uurtado^ en carta de J8 de abril de 1851 , don
Jobc Salvador de Salvador , en la de 16 de setiembre del mismo, y el italiano don
Tcmistocles Solera en la suya de o de enero de 1^52, elogian al caballero Azaea ai
prometer escribir composiciones poéticas en su alabanza, que sin duda por sus
viajes y ocupaciones no nos han mandado.
Ademas de los poetas que han obsequiado al caballero Azara con sus composiciones
en e^ta Corona, cuenta nuestra Espaiía con otros fecundos ingenios^ entre los que so-
bresalen por el número ó esceiencia de sus obras los siguientes: D. José Zorrilla^ el
primero de nuestros jóvenes líricos del siglo xiz, y distinguido autor dramático; los
Excmos. Sres. el general D, Juan Pezuela^ marques de la Pezuela, boy capitán general
de la isla de Cuba; D. Mariano Roca de TogorcSy marques de Molins y ez-mínistro de
Instrucción, y hoy de Marina; D. Patricio déla Escosura^ ez-mínistro de la Goberna-
ción; el (general D, Antonio Ros de Olano, ez-mínistro de Instrucción pública; D. Fen*
tura de la Vega, cx-presidonte de la junta consultiva de teatros; D. Nieomedes Pastor
Diaz, ex-ininistro de Instrucción pública; D. Agwtin Duran, decano de la Biblioteca
Nacional, y doña Gertrudis Gómez de Avellaneda de Sabater. Los Sres. D, Ramón
Campoamor, gobernador civil de Valencia; D. Eusebio y D. Eduardo Asquerino^
rx- diputado á Cortes el primero; D. Manuel Cañete, escritor critico; D. Mariano
Zacarías Cazurro, doctor en medicina y autor dramático; D. Francisco Cea, escritor
público; D. Luis Valladares y Corriga, ez-secretario de la junta consultiva de tea-
tros; />. Aguslin Azcona, oficial honorario de la Biblioteca Nacional ; />. Ramón Me»
sonero Romanos, escritor crítico y erudito, y regidor del escelenlísimo ayuntamiento
de Madrid; D. Julián Romea, primer actor de los teatros de Madrid; D. Francisco
Orgaz, escritor público ; D. Ce ferino Suarez Brabo, D. Luis Olona, autor dramá-
tico; D. Miguel de los Santos Alvarez, jefe político cesante; D. Gavi9u> Tejado, oGcial
dül ministerio de Fomento (casi todos autores dramáticos) y otros que no recordamos.
Diforcntcs causas, que nada tienen que ver con el aprecio que se merece Azara
en la memoria de sus conciudadanos , ni con la buena amistad con que nos honran
casi todos los mencionados vates , han impedido el que podamos presentar composi-
ciones do ellos, entre los que los hay entusiastas admiradores del inagne diplomá-
tico, habiéndole prestado homenaje algunos en otras secciones de esta obra, como verá
el que la repase.
HOTAS
A LA
CORONA POÉTICA
TRADUCCIOtnS SI ALGUNAS DE LAS
poesías liSERTAS Cl DIALECTOS PROYIICIALES ,
iCUIACIONES T UITtS BOI LIS ISH.ICÍN.
MUSA ANDALUZA
CARTA EN QUE SE TRATA DEL DIALECTO DE ANDALUCÍA , T BSPLICA LA POESÍA ANDALUZA
INSERTA k LA PÁG. 230, QUE EMPIEZA.* ¡AT QUE SENON JOSÉ!
I.
Sr. D. Basilio Sebastian Castellanos.-— Remito á V. nuevamente la composición an-
daluza, con las enmiendas ortológicas, mas que ortográGcas, que me ba sugerido mi
razón, y con la ayuda de mi amigo Pastor Díaz , á quien tengo el gusto de tener muy
cerca, aunque por causa bien triste. El pobre padece mucho.
No tengo el gusto de conocer el Diccionario de la galantería escrito por Y. Yo hago
mas la vida doméstica que la vida literaria, y leo poco, especialmente nuevo. La obra de
usted, titulada Compendio elemental deArqueologia, es la que he tenido el gusto de ver,
aunque no con la detención que deseo, porque cabalmente ha venido á mis manos en estos
días pasados en que me faltaba tiempo y reposo. ¿Y cómo era posible que hallándole
le dejase escapar de mis manos, siendo obra de Y.? Le tengo, sí seiíor, y pienso encua-
dernarle con cariño y con devoción, porque otra cosa no sé hacer en íavor ni en ob-
sequio del autor.
Hágame Y. el gusto de decir á su señora, á quien agradezco su afecto, que no tome
celos: que yo no me apodero del hombre, que no le codicio; mas, que le respeto inGnito
cuando no es libre; pero que sí lo hago con el talento, con las cualidades del alma. Las
cualidades espirituales son mías, porque esas no tienen dueño señalado : pertenecen á
la creación como el sol, como el aire, como el Océano. Sea el hombre material de su
mujer, de su querida, de quien quiera. El hombre alma es mío, es de todos. No codi-
cio, no amo al hombre de talento. Suelen ser monumentos artísticos con magníficas
fachadas, con varias habitaciones suntuosas; pero á los cuales les faltan lugares para el
bienestar y las comodidades de la vida.
Como he hecho modificaciones en la composición al Señon José, creo que las obser-
vaciones ortográficas de mi carta anterior (i) son inútiles; pero en esta haré las ad-
(1) Se refiere á la que nos escribió pocos días antes, de la que entresacamos lo si-
guiente:
«¡Cuánto desearé que no desagrade á Y. una cosa que solo he hecho por complacer-
le! ¡Cuánto deseo también que pueda Y. entender el enredo de letras cambiadas y los
giros de las frases! Los que han escrito hasta ahora en tono andaluz, no lo han hecho
de la manera que yo, temiendo sin duda á las difieultades de poder esplicar el verda-
dero sentido de las letras que usamos en nuestra pronunciación. Yo, á riesgo de no ser
entendida, ó al menos bien leída, he querido aproximarme á la verdad. Procuraré
esplicar mi rara ortografía, que es la de la gente de mi provincia, así como de la de
Granada, pues los sevillanos usan la z en vez de nuestra s, á pesar de l8 cercanía á
Cádiz, en dondese pronuncia lo mismo que en nuestra Málaga. Nosotros no quitamos
las ss como se cree, en los finales de las silabas: cuando así sucede, resultan unos
sonidos flojos y desagradables, y no se ve la diferencia de los singulares á los plurales.
— 695 —
Estas razones, anunciadas y mal desenfueltas en la estreches de una carta, mués*
tran en parte el plano de mi vida y de mis creencias.
Mis amigoti han deseado que me presentase como actriz en el drama social que des-
empeñamos, para ejecutar á la vez mi papel de escritora. Hubiera sido mi deb^ com-
placerlos si hubiese tenido que decir alguna cosa á la sociedad para su provecho. Pero
yo no conozco las artes sino por lo que me afectan: no conozco las ciencias smo por
sus prodigios : ¿y qué pudiera yo decir de la ciencia de la virtud que h sociedad no
quiera ya olvidar? He guardado, pues, mi pluma, y no la empleo sino en complacer á
aquellds que me estiman por lo poco que vale mi corazón , mas bien que por lo poco
que vale mi entendimiento.
Al darle á V. amplias facultades para que haga el uso que guste de mis cartas (t),
me he distraído demasiado; pero procuraré remediar esta fiílta entrando muy didácti-
camente y con mucha seriedad en mi esplicadon ortográfica y ortológica de mi gra-
mática y pronunciación andaluza.
Los que mas felizmente que yo han presentado cuadros, ya de las costumbres de
este pais meridional, ya de las gracias de imaginación y de lenguaje , se han hallado
roas que dudosos, en completa oscuridad al pretender fijar la pronunciación andaluza.
Ya han zezeado como los sevillanos , ya han repetido la $ delgada y constante de los
granadinos, gaditanos y malagueños, ya han pretendido imitar la suavidad y ligereza
de nuestra habla, suprimiendo rróss finales, á costa de hacer la pronunciación floja y
desgraciada, y de confundir por la supresión de las ts los plurales con los singulares. Yo,
aunque con no poca repugnancia, había casi emprendido igual camino; solamente que
en vez de las 8$ que terminaban las sílabas ó palabras, comencé á usar hg, por parecer-
roe que esta letra, mas que ninguna otra, podia sustituir á nuestra s gutural. Había un
obstáculo. La p se une á la r y á la < y formaba sílabas, sonidos y palabras diversas de
(I) Se reQerc á la citada anteriormente por nota , en la que nos decía :
«Tal vez habré sido demasiado impertinente en la esplicacion del lenguaje andaluz
que hago á Y. ; pero prefiero que Y. considere mis esplicaciones como inátiles, á que
no entienda esa escritura, que no es otra cosa que un castellano corrompido. Suplan
mis buenos deseos de complacerle á Y. á la gracia que necesitaba nú larga y roman-
cesca tirada de versos.
»A pesar del frío, que avanza, continúo á las orillas de mi ancho arroyo, y cobijada
de montes mas ó menos graves, mas ó menos rugosos, según la edad que representan.
Aquí dificilraente se hallan marcas históricas, como en esos palacios (se refiere á los de
Gandía y Oliva, del duque de Osuna, oue yo visitaba entonces), á no ofrecerlas la ca-
sual escavacion, en algún documento del poder de los romanos ó de los árabes. Aquí el
poeta tiene pocas Castalias donde beber inspiraciones, á no ser que considere mas
grande que los hechos délos hombres las maravillas de la creación, gue en el mas es-
condido sitio del globo despliegan y lucen sus milagrosas combinaciones. El botánico
sí hallaría secretos que descubrir en las familias de nuevas plantas, y el geólogo se en-
contraría bien cnroedio de una, dos ó tres generaciones, digámoslo así, de montes, cu-
yas tranas señalan volcanes antidiluvianos, historia de la juventud de una roca aouela
de otros montes de tercera formación en la infancia de su vida, blandos, flexibles á la
educación del arado, desmontables á la impresión de las lluvias, como el niño que pa-
rece deshacerse en lágrimas, y que , sin embargo, crece , se desarrolla , se endurece y
cumple la edad que la naturaleza señaló á su vida. Así, estos niños de las generaciones
geológicas, que cuentan siglos sin fin en su infancia, así estos retoños de las edades
ofrecen hoy en rededor mío historias para el sabio; pero silencio, tristeza, monotonía
para los ojos ignorantes y profanos como los míos, n
— 697 —
dulce. No hay duda que el sooido gutural de la A es eBtremadamente suave.
Nuestra < en las sflabas directas es mas delgada que la s castellana. Los andaluces
granadinos, malagueños y gaditanos la usamos constantemente , y desconocemos el uso
de la z, reina de la pronunciación entre los sevillanos.
La e la pronunciamos como la s, y la desconocemos en las silabas inversas entre la
gente del pueblo, que son los archiveros de las tradiciones.
La U siempre es y. La / y la r son arbitrarias, según que conviene á la blandura
ó fuerza lingual del que habla. La r final suele hacerse gutural como la 5.
Solamente la voz viva puede dar idea de las diferencias en nuestros sonidos gu-
turales.
Se cambian las letras 6 se suprimen, en obsequio á la blandura y á la brevedad del
habla, y decimos: Señan por Señar, pa por para. Ademas, tenemos palabras especiales, y
especiales en deflniciones: Trepar entre nosotros es inclinarse oblicuamente de espaldas.
Trepa el que inclina la silla hacia atrás, el que cae de espaldas,^ el queá fuerza de ergui-
do se inclina atrás: trepa lo que se inclina oblicuaroente. Engreído quiere decir encari-
ñado, enamorado , embebecido , amancebado, enviciado ; pero esto necesita un largo
trabajo, y no es del caso ahora.
Para que V. me entienda, le formaré un pequeño vocabulario de las palabras poco
inteligibles de mi pequeña obra, rogándole me haga el gusto de dar mil gracias á su
señora por sus buenas prevenciones para conmigo, y de creerme siempre su segura ser-
vidora Q. S. M. B.
DOLOBES DE VelASCO.
Agachah: Agachadas, arte, sagacidad. — Calta i Calidad, mérito, fuerza, valor. —
Cante: Canto. — Claquer: El no sé qué, belleza , gracia ó cualquier condición indefi-
nible.— Con apaña: Cosa bien hecha , con acomodo. — Coa : Codos. — Cureao : Cuer-
do.— Dambah: Ambos. — Ehmaresia. — Esmortecido, amortizado, morado, abogado con
la fuerza del llanto. — Galienda: Oliendo. — Güeña: Bixeno.^-Hurganda : Tocando,
rozando.— /nnnúi; Insignia. — Inuncruci: Lignum Crucis. — Jacharaa: De mal humor,
apenado, melancólico , desesperado. Las inflexiones de voz esplican los matices de
estos sentimientos.— /»e¿a : Hiela.— /uio: Huido y judío.— La ne^to: La melan-
colía.— Mehmah: Mismos. — Mu: Muy.— Soóto: Sabio. — Singana: Sin gusto, sin en-
tusiasmo.—TV-u^ieiuio alitcts: Trayendo pájaros.
II.
CARTA EN QUE SE TRATA DEL DIALECTO GITANO-, T EN LA QUE SE ESPLICAN LAS POESÍAS
INSERTAS k LAS PÁGINAS NÚMEROS 263 y 264.
Sr. D. Basilio S. Castellanos.— Muy señor mió: Al remitir las dos adjuntas composi-
ciones en dialecto gitano, no hago otra cosa que probarle cuánto es mi deseo de com-
placerle; pero como jamás he escrito versos, temo, con sobrado fundamento, no satis-
fagan el pensamiento que V. se ha propuesto al hacer formar parte de la Corona poé -
88
—
— 703 —
¿Queréis ver ana muestra del estilo malicioso y risueño de Reguera , y de la abun-
dancia fraseológica del dialecto? Leed la siguiente octava de la fábula de Hero y Lean-
dro. Esplica este á su amada la manera de que han de valerse para hablar sin que el
mundo ni sus padres lo conozcan, y después la dice:
«Con esto plaza pasf^s d*onestica:
Munches hay que lo entamen de pequeños
Por saber de qué'modu el amor pica
Y fácense mas fresques y aguíleñes,
Non me lo querrás creer; ye cosa rica
Velles andar alegres y risueños,
Falatibles, folgades, Iliberales,
Gasayozes, melgueres, fegadales,
Arrascando una mano y pensatible
Hero sospira y diz... no sé qué faga...»
En la historia de Judit , de un autor desconocido , se dice hablando de Holofernes á
vista de la heroina:
Falatible, enfortadu y gayasperu,
De gozu y de fachenda refalgando ,
Cual si echa un xabalin é nun regueru
Ansi sobre el coxin mollidu y blando
S'espurría á la perllonga gayoleru
Placeres y esperances saborguiado;
¡Q'esmorgar de viandes! ¡qué fartare!
¡Y qué emburriar el codu! ¡qué folgare!
¡Ya palabras y piernes y faltaben
Y con todo á Xudit echaba flores
Partochu y allorian con sos amores!
Xoya del alma y diz, como está muerta
Por esa cara guapa y esos güeyos...
¡Y qué vigor se advierte en los siguientes versos de la poesía á la batalla de Cova-
donga, hablando de D. Pelayo!
¿Quién lu espera? ¿quién s'atreve
su coraxe á provocar?
Arremeter y apurrir,
ferir y desfarrapar
ye tod'uno, al mismu ttempu
Y hablando de los moros, dice:
¿Dónde están los sos pendones
y les llunes de Bagdá,
y les tiendes y los carros
y el soberbiosu allcozan?
¡Tantos escuadres armados
s'oye el golpe y vese el mal,
un rastru de negra sangre
de muertos un halagar,
marquem el camin que lleva,
son de so triunfu señal.
q*el Oriente arroxó acá...
fortes d'esmorgar el mundu
de ferir y de matar !
¿qué 9e fixeron?...
¿Queréis ver un modelo de ternura , de poesía y de cariño maternal? Leed El Niño
enfermo. ¿En qué lengua moderna se puede decir mas?
Mcdiu apagudu el candil,
y antes que el gallu cantara,
Tuxa , llagrimosa y sola
cabo el so ñcñin velaba.
So cuita aumenta el silenciu
que reina pe la enramada:
solo la mar de muy Iloñe
con sordos ruxidos brama :
I
— 704 —
solo el arroyu del monte canta el paxarin dd alba,
entre las peñes restalla, triste como sos pesares,
y dalguna vez en gúertu doliente como so alma.
Pero leed á una madre estos versos, que la del Niño enfermo murmura, y veréis
correr sus lágrimas.
Era gayasperu pásalo por elli
alegre, xovial, mas quixera, mas,
soliquin andaba q'el triste sos males
soltara á falar : non sabe esplicar ;
daba gustu velu ¡y quéxasa y llora,
correr cabo el llar y faime llorar,
faciendo beyures y remedio en tantu
d'aquí par*allá: non puede aíayar!
y agora amusgadu, ¿Qué dirá so padre
sin fuelgu tomar, que na siega está?
non tien mas que gúesos,
morriéndose va.
¿Par'eso dolores Anzelin hermosu ,
costasti á to má? vixu de to má,
¡qué penas i dieres
¡Ayl Señor, ¡qué penes si Dios te ileváü... etc.
me da isti rapaz!
En la poesía titulada Los Enamorados de la aldea, se lee este amante coqjoro:
Penosina de la peña, y mas que la flor de maya
rosa do la mió quintana, coida pe Talborada;
la de les rises melgueres, ¡que non me mires por Dios
la de la voz regalada, tan goyespera y Iliviana,
mas cuca que por San Xuan que maten les tos rntrades
la cereza colorada , como tos enozos matan!
Ni la índole de esta publicación, ni nuestras ocupaciones, nos permiten «tendemos
«aas, ni bacer las citas que deseáramos y nos parecen bellas. Bastará que remitamos i
los anaotes de esta clase de literatura á la colección de poesías en dialecto asturiano
publicada en 1639^ En ella , ademas de las ya citadas, sobresalen por sa mérito las de
doña Josefa Jovellanos, ¿ las flestas que se preparaban en Oviedo para solemnizar la
coronación de Garlos ÍY; la del Sn Bernaldo de Quirós, titulada El Cábdlo; h del
Sr. Balvidares , Las Exequias de Carlos III; de Fernandez, La Enfermedad, j •Craa
mucbas que será ocioso enumerar , y que puede ver el que guste en la colecdon
citada.
Por mi parte, saludo con toda la efusión de mi alma á los sencillos é inspirados vates
de mi país, que supieron conservar en sus simpáticas poesías el lengu^'e que tanto
entusiasma por las ilusiones que crea y los recuerdos que evoca ; esa lengua que, á pe-
— 707 —
d^ presente del verbo ser: es.— £tanfki ó aixiñi (del castellano antiguo aina): Pron-
tamente.— Endromenas : Travesuras, intrigas. — Enfurruxadctói De mucboa años,—
Enzoufado: Asquerosamente, sucio. — Esbroche (de esbrochar) : Estallar i iw&eidi de
fuego, echar á borbotones como un liquido cuando hierve. Tiene otras varias signifi-
caciones, pero ninguna traducible con una palabra sola. — Escoita (del verbo escoltar):
Escucha.— £5Co//efi(io (de escoller): Escogiendo. — Espellante: Resplandeciente, que
refleja.— f'^^uexe (de esquezer): Olvida. — Bstóu: Esloi. — Estóupou: Sonó. Obsérvese la
armonía imitativa de las dos últimas sílabas de estoupou. — Esvagoando: Vertiendo lá-
grimas.—£u: Yo.
Facciós (plural de facción) : Facciones. Así se forman en Galicia todos los plu-
rales de los nombres acabados en on; pero en las provincias do Pontevedra y la Cora-
na conservan la n , faecions, — Fáicha (contracción del verbo facer de los dos
pronombres che y a): Te la hace. — Fálan (de falar y del antiguo castellano fisiblar): Ha-
blan.— Fan (de facer): Hacen. — Fara/urri/Sa: Arrogancia, baladronada. — Feüos: He*
chos. — Fento$: Heledlos. — Futo: Hijo. — Fixeron (de facer) : Hicieron . — Folión: Ilurai «
nación, fuego artificial. — For, fora, foron (del verbo ser): Fuere, fuera, fueron. — Fora
(pronunciada mas abierta la o): Fuera, adverbio. — Fose (de ser): Fuese. — FoiV Fue.-*
Fuxidor:— Corredor 6 huidor. Nótese la armonía de fuxidor aplicada al cohete.
Hacho (del verbo hachar): Hallo. — Handoüo: Suelen ó hacen otras veces. — Hortai
Huerta. — Hocoe: Hoy.
//: El. — Ise, isee: Ese, esos.
Lembrar: Iluminar, inspirar. — Librouna (verbo y pronombre): Libróla. — Unza:
Ceniza.— Ltüúi: Ligera. La terminación masculina es liviao, del latín leois.—'Ue:
Le.— Lopo: Luego.-^LóUo: Luto. — Lono^e (del latín tora^e): Lejos. — Lour6tro: Lau-
rel.— Lousa: Lusa. — Luar: Lunar.
Mallo: Mazo ó martillo grande de madera, y un instrumento con que en Galicia, á
fuerza de golpes, separan el grano de la espiga, equivalente al trillo. — Man 6 mau:
Mano. — MeHor: Mejor. — Menina, as: Jovencita, as. — Meu, meus: Mió, mios.— J/iAa,
as: Mía, as.— Ifoi^o, a: Mucho, a. — Mor (espresion prepositiva): Cerca de, junto á:
V. gr. Mordolume: Junto al fuego, -^Moxena: Cbispa.
Noite: Noche.— iVom«: Nombre- — Noso: Nuestro.
O (artículo tomado del griego); El. Si se acentúa signíGca a/,ó¿ el, porque es pre-
posición y artículo. Pospuesto á la palabra, es pronombre como el castellano ley ¡o^
V. gr. Enseñáranle: Ensinaráno.-^OUo: Ojo. I>e aquí el verbo oUart ver, mirar.—
Onte: Ayer.
Pay: Padre.— Pesto: Pecha. — Penamento: Aflicci'on continua. — Perguntades:
En el dialecto gallego no es preguntar, sino perguntar, del verbo latino ^recontare.
— Po : Lo mismo que por. — Po chao 6 por lo chao : Por el suelo. — Pode:
Puede.— Pow: Pues.— Poíoatro: Rama muy desarrollada y esbelta, — Poliña (di-
minutivo de pola): Ramita, para lo cual es preciso pronunciar abierta la o de po: con
pronunciación cerrada significa gallinita. Todos los diminutivos gallegos terminan en
iño 6 en iña, cuya traducción al castellano es imposible sin alterar su gracia, v. gr.
Menfiüiño: Vale y signiGca mas que decir en castellano : ¡querido hijo mió! ¡prenda do
mi corazón!— Pouía: Mansión. Aunque tiene otras acepciones, este es su verdadero
significado en la composición. —Pouía, as: Garra, as.— Pra (con tracion de para): Para.
-^Pran^o: Llanto, derivación de la voz latina plantus.—Pro: Para él (contracción de la
— 711 —
Que alternar con la gallega
zalamera y chavacana,
no querrá la castellana
en que habló Lope de Vega.
Mas no hay qoe hacer tanta mofa,
que en ella también ha escrito
un rey sabio y erudito,
y otros hombres de esa estofa.
También tenemos poesía
ademas de nuestras prosas,
y musas como unas rosas
que atrás dejan á Talla.
No me causará rubor
quo la mía salga á plaza,
pues le ha de dar mejor traza
que la mas tosca ó inferior.
Aquí tienes, pues, mi Azara
otro nuevo trovador
que componga en tu loor
versos que otro héroe envidiara.
Aunque en Finísterre estamos,
tu nombre ha llegado acá
cuando esos guapos de allá
quisieron ser nuestros amos.
Diz que los montes no paren
sino ratones: ¡patraña!
también paren los de España
hombres, y si no reparen.
A Azara entre otros celebro,
pues es un hecho evidente
que honró mucho á aquella gente
que está mas allá del Ébro.
Paréceme que tendría
un poco de teatorodo (i);
mas eso á un hombre sesudo
le da fuerza y bizarría.
Desque salió á los estudios,
el muchacho dio señales
de dotes intelectuales
que eran felices preludios.
Gomo la abeja atareada
se aplica, y, aun mozalbete,
púsose ya el birrete
de la borla colorada.
Llamáronle á Madrid luego,
y le dieron un destino.
Si no tuviera padrino (2),
¿se lo darían? Lo niego.
De la política intriga
presto da con el resorte,
y le consulta la corte,
y se honra de ser su amiga.
Le mandan de embajador
á la ciudad de los Papas:
entre tantas rojas capas
rubio tendría el color.
Bueno les fue: si él no fuera,
Correr la sangre á la par
del clérigo y del seglar
aquella señora viera.
Supo en el Tíber y el Sena
sostener nuestros blasones:
Daniel entre los leones
pudo entrar con menos pena.
Andando en aquella parte
el diablo suelto, fue suerte
s
Como buen aragonés.
Si no me fuera forzoso ceñirme al testo gallego, hubiera concluido la estrofa
de esta manera:
Porque tendría padrino,
y porqae do era gallego.
Y ciertamente con mucha oportunidad, pues al ver el olvido casi completo en que
se tiene á los gallegos y á Galicia, fecunda en talentos, riquezas, población v virtudes,
estoy tentado á creer que el pertenecer á este pais se mira como un obstáculo ó impe-
dimento para llegar á ocupar los altos puestos reservados á la virtud y al saber, uios
se lo pague.
— 712 —
no le diesen también muerte
alíá en el Campo del Harte.
Pero no, no ha sido así:
y si bien aquellas locos
perdonaban á muy pocos,
él se estuvo quieto allí.
Enmedio de un tal infierno
precisaba tino y seso;
no le ha faltado, y por eso
le respetó aquel gobierno.
Napoleón, penetrado
de que allí lo habia todo,
dijo á Azara de este modo:
amigo, estad sin cuidado.
Núblase el cielo, y comprendo
que amenazaba tormenta,
y entonces vino á dar cuenta
de los designios de allende.
La emulación le denigra,
como presagia Gil Blas,
y le dicen: alto, atrás;
y del patrio suelo emigra.
Vase, y ¿á donde? á París,
que es muy común enire estraños
(de ese hay muchos desengaños)
no echar menos el pais.
Estaba mustio el cuitado,
y echóse encima la muerte:
gran llanto la corte vierte,
y es con fausto sepultado.
A tan nombrada persona
se le erigen monumentos,
y el Parnaso sus talentos
premia con esta corona.
J. M.
MUSA CATALANA.
I.
DE LA POESÍA T MÚSICA CATALANA INSERTA AL FREIVTE DE LA PÁGINA 505, PARTE SEGUNDA.
Cataluña no tiene entre sus muchas canciones populares ninguna que sea la domi-
nante ó preferida del pais, como sucede en casi todas las otras provincias de Espula»
en que una tiene su Jotay otra su Zorcico, aquella su Muñeiray estotra su Bondeña j
Caña, etc., etc., puesto que desde tiempo inmemorial, Cataluña (sin duda por estar
antiguamente dividida en varios condados) ha tenido infinidad de canciones que se
han sucedido unas á otras. La prueba de ello está muy reciente: á principios de este
siglo se escribieron, con motivo de la guerra del año de 1808 y siguientes* muclias can-
ciones, que se cantaban hasta en las filas de los ejércitos populares empuñando las ar-
mas, canciones que algunas de ellas eran de un efecto y do un mérito estraordinario:
pues bien, cesó la guerra, y esas mil canciones dejaron poco á poco de tararearse, aun
entre aquellos que con mas entusiasmo las habían cantado. Por lo tanto, ü escoger
las dos que presento, entre las muchas que he tenido á la vista, ha sido porque me ha
parecido, así por su poesía como por su música, que conservan ese gusto que tanto
distinguió los cantos de los trovadores de la edad media (á cuya época se cree que per«
tenecen las dos referidas canciones), razón por la cuul se ignoran los autores de días»
— 713 —
tanto de la letra como de la música; si bien la tradición ha conservado una y
otra muy confusamente, habiendo llegado hasta nuestros dias de padres á hijos. En
corroboración de lo que acabo de manifestar, presento la Porcayrda con dos diferentes
melodías, tal como las cantan las gentes del pueblo; yo, sin embargo, doy la preferen-
cia, entre las dos, á la que está en tono de lá natural mayor, por parecerme que
conserva en su melodía aquel sabor propio de los cantos antiguos populares del país.
Habiendo llegado hasta nosotros estas canciones sin acompañamiento alguno, he
procurado , al ponérselo ahora, conservar en él toda la trivial sencillez propia de
aquella época.
Madrid y junio de 4892.
Baltasar Saldohi.
11.
CARTA 80BRB tA POBSIA POESTA EN MÚSICA POR EL 5EÍI0A SALOORI.
Señyor D. Lluis Bordas: Axsúch y molt señyor meu: tinch lasatisfacció de rametrerli
lo romancet de la por^ereta. Esta virtuosa madó es verament popular en Catalunya y
Rosselló, de hontes tal vegada originaria. ¡Llástima que no se n'sapia un exemplar
impres , 6 un manuscrit antich al menos! Eíxa mateixa popularitat ha fot que dit ro-
mane sia tant del tot malmés y alterat, que ab prou feynas he pognt arribar á coorde-
narlo: cada dona de quilo he oit me l'lia cantat (recita t vuU dir) de diferent ma-
nera. Transposició de posadasi incompletas quartotas , y arbitrari firjameot y anyadi-
dura de ideas, que me han obligat ja que no possible era tornarlo á sa prístina puresa,
arraba^ar lo que hi noti de sobras y añyadir de ma pobra y dura olosca colcuna ralleta,
pera no deixan incomplet lo sentit de posadas las mes bonicas.
Aparme, y no sé si V. adherirá ab mí, que lo tal roman^et, á pesar de sa rusücítat,
te un sabor de candor y tendresa que , no per feltary subjimitat y elegancia, no dei-
xa, no, de conmourer nostre pit, atraurer nostra iienavolen^a pera tornarnos per la
pobreta Porcayrola ; tant com irritarmos contra sa mala mare-sogra y coñyadas, quals
nos ofereixen una viva y trista llit^ de las tremendas escenas de familia , quand no hi
media la moderadora presencia de un fill, que venerand á sa mare, ama al mateix temps
á la esposa.
Un día pudó ny enviaré algún altre: baldament que pugues jo trobar alguna canco-
neta antiga que valgues la pena : prou ni han de tendres y hermosas: recordom ha-
berne oídas , no fentne llavos altr'estat, que ab gran plaher avuy si pegues las recap-
tara ; mes no m*creya á las horas vindría día en que be plores am faig tal descuit y
negligencia.
Oeu lo tinga, señyor y oaríssim 1). Lluis, en santa guarda. A V. las mans besa
son servidor y amích.
ÍQñÉPñ SUBIRAÜA.
90
I-
-^
— T17-
To duermo al pie 4e la diadni,
como si fuese lelirel,*-*-
Y pregunta el caballero:
— Dígamot buena ni^ar»
tras de tan bqeoa acogida^
¿quién á dormir Uevaré?
—No irá una de mis h^aa;
yo bien se k) impedirá:
vaya, yaya la dulera,
como fue á cenar también. —
Ya la cogen» la sujetan,
ciérranla en el cuarto» pues»
y cuando estuvo en el cuarto
la ventana á sallar fas.
—Siete anoa dornií aín hombre»
casta esposa moriré.
—Conmigo, sí» eipoaa easta,
que don Jaime vuelto es.
Escucha, escuoha, dolerá,
oye lo que te diré;
¿Conocerías don Jaime?
¿Con nada conóoeale?
— Coami imiareo el muslo:
asi le ooDoeeré«—
— Xira, mirame dolerá,
mira si yo lo tendré!
Tres horas antea del
la suegra á ^lamerla fue:
—Alza, levanta, dulert,
hora es ya de ir á pacer.
— Que vayan, pues, vuestras hijas
tanto como mi mujer,
que vayan ellas siete años
como mi pobre oo^ar;
Que si no ea porque sois madre
la cabeza os corto é le,
y ahora. ^|ae eoís mi miedre
yo estrangular os haré,
— ¡Ayl de Jesús obtuvieron
judío y ladrón merced.
—Si Cristo é judies lo Uso,
¿por mi madre no lo haré?
Joáqvui Maiüa BovEa.
V,
CANaON ANTIGUA CATALANA,
MANDADA CON U CARTA DE LA NOTA NÚMiaO 2.®
Lo decembre congelat
confús se retira;
abrí! de flors coronat
que ais angeis admira.
Naix una divina flor
de celestial primor
de una ro, ro, ro,
de una sa, sa, sa;
de una ro, de una sa,
de una rosa bella,
fecunday pongella.
Lo mes de maix ha florit
sens esser encara
un Iliri blanch y poüt
de íragansia rara,
que per tot lo mon se sent,
de Llevant fins á Ponent,
tota sa,%a, sa
tola del, (k>l, dol;
iota sa, tota dol»
tota aa dolsura
y oior ab vfnhtrtL
Tota loa pastora van venint
vestits de samarra,
uBs toean lo fluviol,
aitres la guitarra.
: !
— 719 —
MUSA VALENCIANA.
I.
TáADUCCIOlf LITERAL BN PROSA CASTELLANA DEL cJllfTICO EN IDIOMA VALENCIANO, IMPRESO
EN LA PÁGINA 567, PARTE SEGUNDA.
Que las dichas mas nobles disfrute nuestra patria querida, la España, aunque bra*
me la anárquica saña y de la guerra el horrible dragón. Gozando las Tentajas de la paz
cantemos ahora las glorias de Azara , renovando las antiguas memorias de este hijo
ilustre de Aragón.
La España, madre agradecida, siempre ha querido celebrar á sus hijos que, como
claro cielo, han brillado mientras vivieron. Hoy el nombre de Azara cambióla á los
poetas del Miejares, para que en trovas singulares alaben bien las acciones de un hom-
bre que á las naciones estranjeras llegó á pasmar.
Cuando en Roma y París escucharon de este sabio español los discursos, en él
vieron mil nobles recursos los primeros diplomáticos de allá: en cuestiones las mas
arduas y espinosas de su tino y saber se valieron, y en política sabia aprendieron mil
ideas que Azara les dio.
Si AzdTfk en varias ocasiones fue tan estimado de los reyes, consiste en que, práctico
en leyes, admiró á las naciones: por lo mismo, en dulces canciones le dan aquellos dio-
tados, que de ios hombres ilustrados forman la brillante Corona, y hasta la envidia les
exime de sus tiros emponzoñados.
Cual la rosa lozana que muestra los colores purpúreos que la esmaltan, y en la
margen de un rio resaltan sobre las humildes flores que alli hay; asi Azara se elevó en
su carrera sobre los demás políticos, y Europa le miró navegar viento en popa en cuan-
tos reinos y cortes se dejó ver.
Hasta la Rusia admiró su talento en cuestiones y célebres comisiones que la Espa-
ña le encargó: asisüó al congreso de Amiens, y como una estrella brillante que de no-
1^
\
— 728 —
No conozco poeta ó compositor que poetice en vascongado en Vizcaya ni en Álava»
y dudo exista alguno. El dialecto de la primera provincia es muy desagradable al oído
por sus frecuentes rr dobles, y bastante castellanizado: en la segunda no está en uso
mas que en algunas aldeas; es torpe, y también castellanizado, y en Vitoria se desco-
noce. Los nombres Bat, Bi, Iru, etc., que llevan las estancias, son los nombres de los
números uno, dos, tres, etc. Con sincero agradecimiento al señor marques por su fino
recuerdo, revalida á V. la mejor voluntad su afectísimo S. S. Q. S. M. B.
San Sebastian 9 de diciembre de 1851.
José Viceivte Eghbgarat.
II.
TRADUCCIÓN UBRX DE LAS DIEZ ESTROFAS DEL ZORZIGO IMPRESO EN LA PÁGINA 608.
[.
Hombre sabio , nacido en Barbu fíales, á ti rendimos el debido homenaje de lo inte-
rior de nuestros corazones. Recibe esta pequeña muestra de la mejor voluntad, y como
verdadero testimonio dd pueblo vascongado.
II
Papas, reyes y emperadores fueron en este mundo amigos tuyos, y todos te lia*
maban y buscaban frecuentemente con gran solicitud.
IIl.
El prudente y sabio rey Carlos III recurría á Azara con preferencia á todos sus
cortesanos ; y el cuarto de su nombre , que le .«sucedió en el trono , se valia de sus sa-
bios consejos.
IV.
Que tus días en el mundo fueron siempre grandiosos, nos lo han dicho los mas
sabios df tu tiempo ; y de lejanos países acudían á Azara , reconociéndole como pa-
cificador.
lengua vasca. Las obras de D. Juan Bautista Erro, tituladas El Mundo primüi^
vOf ó examen fUasófico de la antigüedad y cultura de la nación vaseonfioaa; Ma-
drid, 1815. Alfabeto de la lengua primitiva de Eepafía; Madrid, i806. La Centura
sobre la escelencia de la lengua vasca, por D. José A. Conde; y la obra Sobre su a$Ui^
güedadf por Baltasar Echave.
-tS7-
IMTERPREtACION CA^tBtLANA DE LAS PALABRAS MEÜOS INTELlCtRLES fiN LAS CÓIlt»O^Cld-
^tS EH MALLORQUÍN, IIIPRSAS k LAS PÁCIMAS 548, DE CAMARILLA; 553, DE O^MfetLL;
681, DE aguil6, t 686 de rcllan.
Ahont ar'et: Donde ahora te. — Axecada: Levantada. — Éáula: Aldaba. — Cantamly:
Le cantamos. — Cualche pie: Alguna vez. — Dech: Debo. — Desitx: Deseo. — Deym: De-
cimos.— Equeiá): Aqueste. — Encara: Aun. — Fitas: Lindes. — Fossa: Huesa. — Jamechs:
Gemidos. — Lau: Nicolás. — Llabis: Llaves. — Marbres: Mármoles. — Mito: Medio.—
Menxe: Come. — Pep: José. — Renou: Ruido. — Romanare: Quedar. — Som: Soi. — Tan^
car: Cerrar. — Todemon: Te lo pido. — Trovat Encuentra. — Veytn: Vemos. — Nevonses:
Entonces.
Los que deseen tomar una idea del dialecto mallorquín pueden consultar la Gra^'
máticamallorquina f escnih por D. Juan José Aroengual , abogado^ impresa en Palioa,
en casa de Guasp, año 1835; y el Diccionario maUorquin-castellano del P. Pedro Anto-
nio Figuera, que se publicó en dicha ciudad en la imprenta do Trias, en 1840. Para
los que duden de si el idioma mallorquín puede ostentar ó no bellezas y corrección,
existe el escelente poema del Menispreu del mon, escrito por Jaime Oleza en 1540, y
publicado por el Sr. D. Joaquín María Bover, en su Diccionario critico de escritores
baleares ; h Vida de Monserrat Fontanet, escrita en proverbios mallorquínes; La
Rondaya de Rondayas, de D. Tomás Aguiló , y otras muchas producciones de escritores
isleños.
«^MA/UXAAA^
MUSA VASCONGADA.
BSPLIC ACIÓN DEL ZORZICO IMPRESO Eff ESTA MUSA, PARTE SEGUNDA.
I.
Sr. D. Basilio Sebastian Castellanos. — Muy señor mió: El propio signiflcativo nom-
bre del verso en vascuence es Zortzicoa^ con su riguroso metro de siete sílabas los no-
nes, y seis los pares ó consonantes (1).
(1) Los que deseen noticias sobre la lengua y {MOiía vascongada pueden consul-
tar las dos coras de D. Manuel Larramendi, tituladas SI Imposme vencido, ó arte de
la lengua vascongada] Salamanca, 1729. Diccionario triUngue, castellano, latino y
vasco; San Sebastian, 1745. También puede verse el Diccionario de López sobre ¡a
— 731 —
DEL VOU VARIVOÜ, GANGIOIf MALLORQUÍNA PUESTA EN MÚSICA POR EL PROFESOR
DON FRANCISCO FRONTINA DB VALLDEMOSA.
Vou varivou, vouvarireta^ vocablos que no les enconlramos sígnificacioii alguna,
es el nombre de la canción popular conocida en toda la isla de Mallorca desde los pri-
meros siglos de su conquista. Su tono sencillo al par que agradable á los liemos oidos
de los niños, ha servido desde aquellos remotos tiempos para divertirlos; y cantado el
vou varivou con la gracia característica de las aldeanas mallorquinas, tanto se ha oido
y oye recitar bajo de los fastuosos techos aristócratas, como dentro del humilde re-
cinto de un labriego. La letra se ha escrito en obsequio al caballero Azara, sobre el me-
tro antiguo, por nuestro buen amigo y compañero el Sr. D. Joaquin María Bover.
•^\/\A^B®CAA/VAi
ADVERTENCIA A LA MUSA ARAGONESA.
Como en las composiciones de la musa aragonesa se halle alguna que otra voz que
no es castellana pura, y que por lo tanto no se encontrará en el Diccionario de la Aca-
demia, debemos advertir que nuestro amigo apreciabiiísimo D. Mariano Peralta, ac-
tual magistrado de la Audiencia de Mallorca, publicó en Zaragoza años pasados, y ha
reimpreso en el presente, en Palma de Mallorca, un curiosísimo cuaderno, titulado
Ensayo de un Diccionario Aragonés^CkistellanOf en el que podrá hallar el curioso las
voces que estrañe y no le parezcan ccstel lanas, ó que no encuentre en el Diccionario
de la Real Academia de la Lengua. Siendo el Sr. Peralta individuo de la familia de
Azara, tanto por esto, cuanto por ser Aragón la patria de este, vamos á insertar en
obsequio á ambos patricios, y en honor al pais que miramos y tenemos por nuestra
segunda pal ría, el prólogo del espresado Diccionario, en que se esplica perfectamente,
en nuestro concepto, el lenguaje aragonés, con razones que nos han convencido.
Dice asi:
«Para aquellos que pretenden reducida la España en materia de idioma culto á los
confínes de la Castilla, y que solo juzgan que allí se habla el lenguaje puro y castizo de
los hijos de Pelayo, parece una empresa ridicula y mezquina la de un Diccionario de
las voces que se usan en Aragón, y que no han merecido tener cabida en el de la Aca-
demia. Sin embargo^ un trabajo de esta naturaleza no solo es un testimonio de lalx)-
ríosidad, y de que se ha lijado una atención filosófica sobre cosas que no llaman ordi -
nanamente la de los que solo viven en el mundo de los muertos, conversando única-
mente con los autores que fallecieron en siglos remotos y apartados, sino que es un
I
I
— 733 —
liallará una en que las ideas no lo sean. Do}', sin embargo, quo haya una absoluLa
identidad: ¿nada es la variedad, la armonía, la facilidad de asonanUs y consoninles
por los diferentes Icrntl naciones? Dejemos, pues, esas paradojas, esos error*», esas ar-
les á los franceses; llamen ellos claridad d la mezquindad, exactitud & la ruindad y
monotonia de su sinláiis: y formando la opinión por nosolros mismos y por nuestras
cosas nacionales, atrevámonos i cslioiar nuestra riqueza, y la abundancia, variedad y
la generosidad de la mas hermosa lengua de Europa.
uNo se traía en esle Diccionario de las voces parliculnres de un diateclo, porque
este nombro no se puede dar sino A una lengua distinta de otra en ¡ilga en la sintaxis ,
ó por lo menos do la declinación de los nombres y conjugación do los verbos, y seme-
jante á la misma en lo general de ella. Seria dialecto del español la lengua quo hablan
nuestros aragoneses del Somontano, porque sin dejar de ser española licne diferen-
cias bastante considerables en lo esencial de todo idioma. AHÍ dicen, ó tnuio, oi mu-
ios, por el mulo, loi mulo»; tú ye», él yé, por fii eres, él m: vinon, tuvon, te fueit,
por vinieron, lutii'^on, te fueron: á yo, por á mi; gubilta, teneba, por sabia, tenia;
gasa ser, gosa tener, por debe de ser. debe de tener; bel tunante que la (juit engañar,
por algún tunante que la quiere engañar: bella muller d' a galera, por alguna mu-
jer de lagotera. Esto es un verdadero dialecto de la común lengua española; pero no
lo ps la que se liabla en Zaragoza ni en parto alguna de Aragón (fuera de esa), porque
es absolutamente la misma de Castilla. Una que aira voz ni muchas no hacen diferen-
cia de idioma.
iiUudias do estas son tomadas del lemosin á catnUn, por In proximidad A Cataluña y
la antiquísima unión de estas dos naciones. Pero no jtor eso so crea que en Aragón se
habló el catalán en algún tiempo, como dice sin ningún fundamento el marques do
Mondéjar, que quiere atribuir al rey Fernando I la introducción du la lengua castellana.
Poco había leído de nuestras antiguas escritores, y poco sabía de nuestras cosas. El
rey Fernando vino d principios del siglo IV, y ya muclio entes habla ba raos ta misma
lengua que ahora, si bien usábamos algunas voces que poco á poco se fueron dejando,
como también ba sucedido en Castilla. En 1383 decía D. Juan I escribiendo d los ju-
rados de Zaragoza: Ornes buenot, bien creemos gue habedex Kpido, como tn el prin-
cifMdo de Cataluña no hay aquella abundancia de pan que seria mmester. Pregunto:
¿i:ómo se diría esto en Castilla en aquel ti<<inpo? ¿Era otra lengua, 6 estaba mas ade-
lantada la quo entonces hablaban los castellanas? Sin embargo, aun tardó mas de veinte
años i venir el rey Fernando del marques de Mondéjar.
uQue cu Aragón resultase del latín, del arábigo y del gótica una lengua tan pare-
cida, ó la misma quo rosulUi en Castilla, no debe admirar, porque con ios mismos
elementos en el idioma, la misma pronuDciacton, las mismas costumbres, las mismas
causas políticas y religiosas, el mismo cielo, el mismo carácter y una comunicación y
mezcla tan continua entre ambas naciones, fuera imposible suceder otra cosa. No asi en
Cataluña, donde la corrupción del latín vino do la Provenza con los primeros recon-
quistadores. Conque ni los castellanos introdujeron aquí su lengua, ni es diferente la
nuestra do la de olios: es uno mismo y solo idioma.
No todas las voces que usamos nosotros y son estrsüas en Castilla pertenecen al le-
mosin, aunque hay algunas que tienen esle origen, Unas ton latinas, otras derivadas
de raices españolas, otras arábigas, lo que demostraría su etimología sí so examínase.
Pero para prueba véase en Cílas: Concieto (apetito fuerte y especial de comer ú beber
— 73S —
lengua española prescnUriuii el rústico pero auaTlsimo dialecto dúrico de Dion y Tcú-
crito en la griega.
"Adíierto que no todas las vocns de este Diccionario son igualmente cultas: liay al-
fitinas bajas, otras son familiares, otras burlescas, otras jocosas: pero este juicio se ileja
á la educación, gusto y oido del que conoce la lengua.
»DecÍmos, pues, respondiendo á la pregunta de arriba, que con la debida elección,
y según la naturaleza de la obra que se escribo, se pueden usar estas voces en escritos
para el público, y por supuesto en instrumentos de notarios, en la conversación y tra-
to Tamiliar, nía ningún escrúpulo, como las mas puras castellanas 6 de la común len-
gua española. ¿Qué poeta reparará en una égloga en usar de la voi lemiuco (cabritlJIo
destinado para regalo de la mesa), tan legitima por su climologia (tierno) y tan castiza
por el sonido? ¿Qué poeta, describiendo elcampo, no usará la suave y hermosa voz Aba-
boi, por la especie da amapolas que se crian en las mieses en primavera, y que en le-
mosín se llaman ñutios, ruillas, por su color rojo? Pues no menos liermosas que esla
Ijjy mucliDS en este Diccionario. Utrns son cspresivas de un modo particular; otras
graciosas; otras sonoras: y aunque todas tuvieran sus equivalentes en castellano, y
equivalentes rigurosos, ¿quién so privará do esta riqueza y variedad, sobre lodo en
poesía, por un respeto casi iddiatra & la Academia de Madrid? Si en vez de ir Fernando
el Catdlico á Castilla hubiese venido la re ina Isabel & Aragón y fuera Zaragoza la corte
de España, aqui se hubiese formado el Diccionario de la Lengua, y contendría nues-
tras voces como primeras, y las provinciales de Castilla como segundas.
«Prevengo que los zaragozanos bailarán aqui algunas voces que ellos no usan, y
quizá echarán menos una quo otra de las mas usadas en esta capital: pero aquello de-
ben atribuirlo i la generalidad del Diccionario, y esto á un cuidado muy especial que
liemos puesto en el discernimiento de las mismas voces. Las bay en todas las lenguas
quepor su rustiquez, inutilidad ó corrupción no deben estar en ningún Diccionario.
Us propias de nuestros fueros se darán on un apéndice, al que precederá un tratadito
del derecho público, polftico y civil de los aragoneses, cuando, tomando consejo de las
circunstancias, me parezca que puedo y debo publicarle.»
Muses, uctis sa cloire a tous vos nourrissons;
Son nom vaut miedx pouh Etis qob Tom-Es vos lec
(Dksphsaui. V. 193., cap. 4, Art. poetique.)
DISCURSO
HISTÓRICO ARQUEOLÓGICO SOBRE LA MÚSICA EM GENERAL,
T EN PARTICULAR DE LA ESPAÑOLA,
ESCRITO EN HONOR Á LA BUENA BIEHORIA DEL CÉLEBRE DIPLOMÁTICO Y LITERATO
ESPAÑOL DEL SIGLO XVIU,
EL EXCMO. SR. D. JOSÉ NICOLÁS DE AZARA Y PERERA,
PBIMER MARQUES DE NIBBIANO, ETC. ,
POR SU HISTORIADOR
D. BASILIO SEBASTIAN CASTELLANOS DE LOSADA.
Nihií esi tam cognatum meniibus nos-
triSy quam numeri atque voces , quibus ei
excitamur, et incendimur, et lenimur^ et
íanguescimus et ad hüaritatem, et ad triS'
iiUam smpe deducimur.
(Cíe. de Orat., lib, 3 )
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DISCURSO SOBRE LA MÚSICA.
PITRODÜCCIOS.
El idi(mui de ¡a mÚ9iea tiene sobre el
del poeta la ventaja de un. idioma univer"
sal sobre otrofartieular: este solo habla la
lengua de su siglo y de supais; aquel la de
toáoslas naciones y de todos los siglos.
(Arrieta, Pñncipíos de literalura.)
Dijo el célebre Batteux, con mucha razón en nuestro sentir, que la imitación déla
naturaleza por medio del cántico debió ser una de rasprímeras cosas qu^ ocurriesen á
la imaginación del hombre^ y si esto fue asf, como pariece, el origen deja ^it^ica pro*
Tiene del principio del mundo, y nació con elprimérliombre.
La alegoría, añade el mismo autor, inspiró tenosfmilmente los primeros cánticos:
al principio debió cantarse sin articular palabras ; después se procuraría acomodar al
canto algunas palabras análogas al sentimiento que se quería espresar, y de aquí las
coplas y cancionesy que debieron ser la primera música (ÍJ.
«Observando el hombre que á medida que el alma sale de su tono ordinario se eleva
In voz y da mas fuerza al discurso, y que cada pasión y afecto del alma tenia su acento,
su melodía y su canto peculiar, hizo del canto un instrumento de imitación, y de esta
observación nació la tnúsica imitativa y el arte del canto,» que vino á ser una especie
de poesía, un idioma, un arte de imitación, cuya hipótesis fue espresar por medio de la
(1) En do quiera aue hay hombres, se oyen cantares mas ó menos melodiosos, sien-
do ley que la belleza ae la voz está subordinada á la pureza del clima, y que el canto
formado por la voz es un don tan natural como la palabra, y así lo siente J. J. Rousseau
cuando, al definir la música, dice «que, sea cual lucre su etimología, el. origen del arte
no está cierta monte tan apartado del hombre; y que si la palabra no empezó con canto,
es indudable que se canta en todas partes en donde se habla.» El maestro Sortafio,
nuestro amigo, en sus comentarios ala música árabe de Alfarbi, se estiende íilosóGca-
mente sobre este particular en la pág. 104, y á este lugar remitimos al curioso.
--742--
griegos, la lira; no pudicndo menos de confesarse en esta hipótesis, que k» poetas grie-
gos fueron los primeros cantores de la Grecia.
Haciéndose común á los romanos la prosodia griega, es necesario con?emr que á esto
se deberá el origen de la música en este pueblo, opinión de que participa e! célebre
Gondillac, que añade que el primer canto sería muy grosero, y que se iría mejorando
según las circunstancias de cada pais, perfeccionándole los griegos en grado superior á
los demás pueblos, porque antes, mas que á ningún otro de los placeres sensuales, se
entregarían desde luego á ejercer la poesía y el canto.
Los autores matemáticos tomaron el fundamento de la música en esta deocía, asi
como Gondillac y Eximeno en la prosodia de la lengua, siendo loa defensores mascóle*
bres de la primera opinión Tandini, Enler, Ramean, y sobre todo Alembert , filóeofo
profundo, que cIcyó á su mas alto grado esta cuestión en su obra titulada Elementos
de la música. Ninguna de estas opiniones de&ende el P. Bononl en su obra sobre el
origen de los instrumentos antiguos, pues que solo trata de llenar su objeto, y lo
propio bizo Salas en la suya, siendo tan difusos los escritores músicos árabes Ahrem
y Aliy que fuera de su música peculiar nada puede descubrirse sobre el fundamento.
Discurriendo yarios autores sobre los orígenes del arte y de sus acddeotes, dieen
que las cuerdas musicales fueron descubiertas por medio de la comparación de los to-
nos de la Yoz humana con los sonidos de ciertos cuerpos inanimados, deduciéndose de
aquí que el sistema de cuerdas mas antiguo, según ellos, es el de Pítágoras, oompaeelo
de 1.*, 4.*, 5.* y 8.*, únicas cuerdas que aseguran tenían los instrumentos antiguos,
y con los que cantaron los poetas, hasta que, pasando á un sistema teórico, se aumentó
el número de cuerdas musicales, con cuya yariacion se creó un nuevo sistema.
Sabido es que las modulaciones varian en la música según la índole de las personas
que la ejecutan, y que por lo tanto la mujer acentúa la palabra mas que el hombre p el
italiano mas que el español, este mas que el francés, y este mas que el alemán; y tam-
bién lo es que sin salir de Europa hay distinción entre las diferentes músicas naciona-
les, como la española, la italiana, la polaca, la alemana, la inglesa, la (rancesat etc., en
el modo de hacer uso de los géneros, tiempos, medidas y otras cosas que les dan un
carácter peculiar, que forma el estilo especial de cada país, siendo la música italiana
la que ha logrado mas general aceptación hasta el dia, en que la alemana y la firaiioesa
empiezan á sobreponérsela á pasos ajigantados (1).
(i) Dice el profesor, nuestro amigo D, Mariano Soriano, en la obrita diada sobre
la música árabe-española de Alfarbi, que cada pueblo tiene su música particular aeijnn
BU clima, lenguaje, costumbres, carácter y opiniones; y en este concepto define á la ita-
liana como la mas melodiosa y dulce, á la alemana como la mas armoniosa, á la suiía la
caracteriza de una melodía monótona y triste, y la francesa dice que participa de loa
caracteres déla alemana, de la italiana y de la española. Añade que los Renos tienen una
música que, aunque de buena canturía, es triste y aun agreste, parüdpando la música
polaca de estas dotes, si bien es mas alegre, espiritual y marcial. Que la música ingleía
es triste, monótona y sin inspiración ni melodía, y que la de los escoceses se distingue
por una melodía monótona, triste y dolorida, si bien tienen aires de bailes muy Yifoa y
espresivos. Que los españoles cantamos sin arte, habiendo hecho la cienda muy poco
en nuestra música nacional; pero que participa esta de las cualidades de la ilahana,
siendo, si no tan voluptuosa y cortes, mas riva y tierna que esta en su espredon amo*
I
— 745 —
Sentados eslos preliminares, vamos á liacer una breve reseña do la liistoria de la
música, tenieado en cuenta las luminosas noticias quo nos lian dejado sobre ella los
anliguos ja cilados, y loa célebres Solima, Teisídor, Garcia-Caslañer, Bermudo, Artca-
ga, Cerone, Salinas, Santa-María y otros muchos apreciablcs escritores españoles, sin
que dejemos de tomar en cuenta lo que han escrito sobre esta materia los autores cs-
tranjeros de mas nota, renriéodosG á los escritores antiguos que mejor discurrieron
acerca de arte tan seductor (1). Empero como nuestro principal objeto sea el decirlo
que podamos acerca de la música española, dividiremos csle discurso en tres partes,
dedicada la primera ú hacer una brevísima resena de la bisloria de la música en gene-
ral; la segunda i dar alguna razón de la música peculiar de España, y la tercera á
manireslar el origen y estado de la ópera, muy particularmente en España. Y como la-
maña empresa sea muy superior á nuestras fuerzas, y tengamos, con respecto á la par-
to española, pocos autores i quienes seguir, preciso será quo demandemos mas quo nun-
ca la Indulgencia de nuestros compatriotas, en la que confiamos y esperamos, y sin la
cual se quedaría en deseo csle nuestro proyecto, y Talla la corona del caballero Azara
lie esta parte de nuestro sincero obsequio, que á su memoria esclarecida dedicamos
esclusivamcntc, ain mas pretensiones que las do contribuir con una humilde hoja á en*
grandoccrsu gloriosa ovación postuma.
I
rosa. Añade, que la música portuguesa se asemeja 4 la españoli, pero que es muy infe-
rior en laespresion scntimenlal y melancúlica; que los chinas tienen una música sorda y
monótona, sin armonía alguna, pues que siempre se usa al unísono, por mas instru-
mentos concertantes que se reúnan: y concluye diciendo que cuanto menos civilizados
son los hombres, menos variada es su música, es tendiendo se en reflexiones filosúlicas
sobre este último punto, de las que deduce que la influencia quo la música ejerce en el
liombre, no puedo atribuirse solo al poder de la imaginación.
(1) Ya escrito este discurso, y cuando le empezábamos á imprimir, hemos recibido
la preciosisima obra de nuestro sabio amigo y colega (en muchas sociedades literarias
de Europa) Mr. E. áe Coussemaker, miembro de la Academia Real de Bélgica,
titulada: Éiitoire de t'Uarmonie au mayen ága, impresa en gran folio, en una
bellísima edición, en París el año de 1890, grueso volumen, llenado facsímiles de
composiciones de música desde el siglo ii al xv inclusive, con su correspondiente tra-
ducción en música moderna. Como el tiempo nos apuraba, solo hemos podido lomar
alguna que otra noticia ípara este escrito) do esta obra interesantísima, que creemos
ñnica en su ({enero, y la cual tenemos pensado traducir para utilidad de nuestros
músicos. Tritase largamente en esta obra, y con sabiocriterío, en nuestra opinión, del
origen de la armonía. De esta desde San Isidoro de Sevilla, en el siglo vi, liasta iluc-
bal en el ix, dando noticia de los trabajos de esta famosa profesor, y de las DiaphonioM
hasta el siglo xi. Pasa después á osplicsr las regias de los famosos musicólogos Gui
d'ÁreMo, Jean f^oKon, y doctrina de Gui de ChaulU, Francon de Colonia, Gariande y
oíros. Analiza los mas antiguos documentos de canto on todas sus fases, del contra-
Sunto, y de los instrumentos. Trata con claridad de la música rjlmica de la edad me-
ia; de los cantos religiosos, bistúricos v populares: de la notación musical desde su
origen; del arte dramático de la edad media, y de toda suerte de dramas en sus carac-
teres musicales, y nos da una eslensa bibliografía musical desde el si^lo xii al iiv in-
clusive, de manuscritos é impresos, en la que ha olvidado i los escritores españoles;
y, en lin, si se le perdona este último defecto, y se tiene en cuenta la multitud de do-
cumentos auc présenla en su apoyo, puede coDsideranc esla obra como la mas selecta
sobre la música que se ha publicado en nuestros días.
I
— 744 —
PARTE PRIMERA
DE LA MÚSICA E?f GENERAL Y DE SU ORIGEN, SEGÚN LOS ACTORES ANTIGUOS Y
MODERNOS.
■^\A/u?fy\/\/vAi
OM!«IA RERUM PRINCIPIA PARVA BÜNT,
SED SUIS PROGRESIBUS USU AUGERTUR.
Las maravillas de aqud arte canto
que con varia espresion, grataaloüHo,
mide y combina el tiempo y el nomáOm
(Iriarte. Poema de la música , canto I/)
De todos los autores que Iiablun sobre los orígenes de la música (1)» ya sagrados,
ya profanos, el doctor español D. José Teixidor^ organista que fue de las Dttcalus
Reales de Madrid, y después de la Real Capilla» fue el que supo reunir, mas compendia-
das, las noticias que existen sobre esta materia, en su Discurso sobre la hietoria «fu*
versal de la música (2), obra que es lástima no terminase, y que dejó al tener que
tratar sobre la española, tal vez por los grandes obstáculos que debieron presenUríele
al hallarse falto de guia y de noticias claras y seguras sobre esta parte de nuestras oos-
tumbrcs, que continúa aun en la mayor oscuridad, y de la que no la sacaremos noaolit»
seguramente, á pesar de los esfuerzos que haremos para ello. Siguiendo á tan ilustrado
autor en la parte que cumple á nuestro propósito, creemos hacer un acto de justicia ci-
tándole, así como á todos los autores de quien tomó su doctrina , que , por parecemos
la mas acertada, seguiremos algún tanto en esta primera parte de nuestro discorso» en
(i) La palabra música quieren algunos que se derivo de la de las nueve Masas da«
dicadas al servicio del templo de Apolo, cu}[Os nombres, atributos, protectorado que
ejercen en particular, y significación mitológica es tan conocida; otros, que viene de
Moy, Yuz egipcio-hebrea, oue significa agua; otros, del instrumento llamado mma, j
otros de Moisés, atribuyendo á este su invención; pero lo que hay de mas cierto en
todo esto es que los hebreos la perfeccionaron.
(2) Publicado en Madrid en i 804, en un volumen en 4.°, y dejó de dar á loz el
segundo, que anunció.
I
— 7«1 —
el que mucha se deberá i la Sacrn E^críturj, libro sagrado que hnmos coiuultjido ron
ciiiilado como la rúenle m.-ispura, n húndante y preciosa d quu pudiérninos acuiiir
para nbaslecernos ; pod^r marchnr por tí batrtí camino, y on el qua coitlinmos mas que
Gn otro alguno el Luen éxílo y el acierto d que aspiramos.
Si, como se lee en el cap. it, t. SI dol Géntiiá, el nielo do Adam, Enóc,h}¡o AeSeí,
fue el que hizo se reuniesen ton hombres para alabar al Señor, es casi natural creer
que desde aquel primer padre hasta Moisés cantaron los hombres, pues que no de otro
niciKo que de la música pudieron Talerae mejor para dar Rracíns al Senor , lo que con-
firma Calmet en la Crónica Alejandriita, cuando dice que la tribu de Sot se asemejó ti
los ílnüeles en el himno Sánelas, Sanctui.
Datando ya de Juval (cap. iv, v. SS del Gcnena) la invención de la cítara y del ár-
gana, origen de todos los instrumentos de cuerdas y de (;ol[)co, como el tambor, etc., á
este tiempo debe achacarse el principio de unir la voz al instrumento, y el primer sis-
tema, no pndiendo dudarse de que en su origen la música solo turo por objeto adorar
al Señor (!)■
Quiere Ptinio que In flauta sea el primer instrumento conocido por los hombres, y
hace á Pan inventor de él, lo que lo disputa Egino, que lo atribuye i Minerva, herman-i
de Juvol, el órgano armónico, siendo el famoso Apolo, hijo de Vulcano y de Minerva, al
que se concedo eslableciú lo del sistema musical, después de la invención da la aritmé-
tica por Noema, invención quo valió ú Apolo la adoración de los egipcios, de quienes
la tomaron los atenienses, que, como todos krs griegos, tuvieron i«sta divinidad (¡enll-
lica como el inventor de las ciencias humanas, y á Minerva, su madre, como ni sfmlralo
I
(1) Dice la Sagrada Escritura (Ceneíií, cap. IV, V. ai),qua Juval hijo do Lamecv de
Ada y seslo nieto de Adam, fue el inventar y maestro del órgano y de la dUra.'San
Agustín (lib. IV du la Ciudad de Dio») asegura que ni entrar Juval en casa de su licr-
miiiio Tubalcain, hijo de Sella (otra mujer de Lamec], y do oficio herrero, formó la idea
de la múaicB del sonido que al trabajar liacian los murlillus, los que causalian un «m
segaa sus lamartos; y que los ordenó sacando de ellos el tono, lomando desde entonces
origen el canto regular, que Tue medido proporcional man te por ios hombres.
Los gentiles, como dice en sus EkmerUoi di Carao-Uano 0. Joaquín fisrda Casls-
ñer, unos atribuyen la invención á Apolo, otros i Horcurio, y otros á Ucmodocu do
Corfú, músico viejo que canlú en las bodas do Venus y de Vulcnno. Hacrobio achaca io
de los martillos á Pildgoras Samio, por lo^ años do 4608 (31)1) antes de Cristo; y on
atención i que Juval fue antes del diluvio, y que Pildoras vivió en tiempo de ios grie-
gos, asi como Orfeo, AmCon y otros en el de los gentiles. Muses en el de los Itebreos y
Buecio en el de los latinos, puedo ser que Juval hallase las proporciones, y que Pitúgo-
ras, en cuyo tiempo se usaba el género cromático inveaiadv por Timoteo Uilcaio, quo
él reprueba, inventase el sistema míiimo, tan celebrado de su liray de la do Orfeo, el
que cedió después el campo á lu de Guido da Arestio, quo inventó la oscala do exa-
cordos.
Casaneo dice que In música tuvo su origen en la Gloría, siendo Adam el primeo
que la practicó en el mundo, pues que Dios le infundid todas las ciencias; y así es, lo
cspresa Genobrando, que cantó el misma dia que fue creado.
Jusefb asegurd que Seth, hijo de Adam, hiio escribir en aquel tiempo t> mttsica en
dos columnas, la una de barra y la otra de mel.tl.
O*
— 717 -
liailc, en l'I i]ud se ejercíló oí mismo rey David, que Tue bailando delante del Are», pnra
3((nAar y obsequinr ni Señor. En vista He la multitud de músicos inatrumenlisUs y
cantores del ten<p)o de Salomón y de los que antes nombnl David, autor del sistema
instrumental para el Tabernáculo, puedo creerse que jnmás liubo pueblo mas músico
en el mtindn: teniendo diferentes coros para los varios salinos y cantares sagrados que
repartió pntre los veinte y cuatro signos de su método el rey David, el cual tuvo por
principales instrumentos la citara, el salterio de diez cuerdas, y las trompas, como se
descubre en sus mismos salmos, los que se sujetaban, pur lo común, i instrumentos y
canciones particularesj peculiares, que describe el sagrado testo. Asegura Teixidor, con
relación li los autores, que en tiempo de Salomón sobrepujú la música hebrea en perreccinii
A la de las naciones mas civilizadas del mundo, liabiendu, tanto ella como la magnificen-
cia de los sacrificio!!, asombrado á la reina de Saba y á los reyes de Siria y Asia, Seleuco
y Ikmetrio; y en el libro do los fíeyes so dn raían de los magnílicas orquestas y
conciertos de los convites, festines y funerales de los hebreos, cantándose en estos úl-
timos las célebres lamentaciones de Jeremías. Los poetas hebreos, entre ellos David,
preparaban su inspiración con la música, y lo mismo lincian los profetas para los
oráculos. En lin, las notas musicales de esto pueblo fueron los acentos empleados en la
escritura regular, y puede deducirse, por lo que dicen los autores, de que sus píes mé -
trieos solo tenían su justa medida cuando so cantaban, porque solo entonces se diriuii
las sílabas con su justa duración.
Señálase á los fenicios como los que perfeccionaron la primitiva mfrsicn en la pro-
gresión que llevamos, y tiéneso d la famosa Sidona por la inventora de sus himnos na-
cionales, que imitaron después los sacerdotes griegos de Delfos; atribuyéndose á este
pueblo el origen de los cánticos lúgubres, las canciones addnicas, y otras que mencio-
nan el libro de los Númem desdee] v. 27 al 31, y \oi AA> Sancouiaton, Mignot, y
liasla Slrabon, que nos habla de los instrumentas de que se les supone inventores.
Si solo considerdsemos á Diodoro de Sicilia, al que copió Rollin en su Historia an-
tigua, tendríamos que dar por seguro que loa egipcios no tuvieron música; pero con rn-
lacion al P. Kinjuer en su Masurgia, & Pilón en su historia de Uoisés, instruidos toj
egipcios en la música por Cam y su hijo Mesray m, practicaron con éxito el arte, en el
que instruyeron i Hoiséa, relirienJu Platón su sistema músico, teniéndose i su Mercu-
rio por el inventor de la lira de trea cuerdas, lo que le valió un premio del dios Osírií.
El canto de Lino es lo que dice mas del canto y música de los egipcios; y el entier-
ro del patriarca lacob, en cuyas exequias cantaron juntos egipcios y judías, atestigua
la aniigúedad de su música, la que, según Plutarco, era estrepitosa en los wcrilicius a
lais y á Osiris, y aun mas en las festividades de Apis y SÚrapis, en que se bailaba y can-
taba, costumbre puesta en práctica por los judíos al adorar el becerro de oro en el de-
sierto, al pie del monte Sinaí, como se deduce del testo do la Sagrada Escritura ( I ).
(I ) En el reinado de los Tolomeos la música no fue en Egipto solo el arte de roni-
pnner y ejecutar los s>,intdos, sino que abrazaba este estudio la puesta, la astronomía y el
baile. Los sacerdotes, primeros personajes del país, eran músicos, y tenían el derecho
de juzgar al rey después de muerto, y da negarlo la sepultura, cantándole el himno de
las Imprecadonei.
— 748 —
El establecimiento de los egipcios en la Arcadia y el paso de Cecrope ai Ática, 1582
años antes de Cristo^ supone á los griegos discípulos de los fenicios, de los que apren*
dieron la música. Casi no cabe duda de que los egipcios fueron los fundadores del go-
bierno de los Arcadesi en parecer de Polibio, los cuales obligaron á practicar la música
bsEta los treinta años de edad á todos los jóvcne?, lo que hizo Gecrops en Ática, y Cadmo,
según Pausanias, en Aonia de Beocia. Cuéntase en Grecia á Lino por el primer músi-
co, 7 como tal fue maestro de Hércules y de Orfeo, según los autores griegos, y á es*
tos siguió en fama el famoso músico y poeta Olimpo, muy aplaudido por Plutarco» to-
dos los cuales usaron de la lira de cuatro cuerdas para acompañar sus cantos; pero ae
dice que á fin de que la música se tuviese por originaría de la Greda, trastoroó el
sistema fenicio é introdujo una anarquía espantosa en la lira, á la que se añadieron
cnerdas en unos países y se quitaron en otros, basta llegar á quince progresífamente,
según las adiciones de Terpandro, Licaon, Pitágoras y otros célebres músicos.
Entre Pitágoras y Eudoxo, contemporáneo de Platón, se bailan difididos los filó-
sofos griegos acerca de la invención; pero la bístoría nos enseña, con referencia á loi
Lidies, á los Torios y á toda la Grecia, que fueron discípulos en música de los feni*
cios, y que la poesía griega fue siguiendo los pasos de la música como m discípulo á
su maestro, pues que los bombres empezaron por cantar antes que por hacer versos,
lo que se concibe fácilmente si se filosofa sobre el orden natural de las cosas.
Cuéntase á Amfíon por el músico mas antiguo de la Grecia, y se le quiere suponer
inventor de la lira, á pesar de que nada diga Homero de él, lo que pmdÍNL que fue pos-
terior su celebridad, y lo siguen en Pireo, Lino, antes Filemon , Tamisirís, Orfeo, que
acompañó á los argonautas, y que con Hércules fue discípulo do Lino; al flautista /l¿i*
ques, padre del famoso Marsias, rival de Apolo como músico, y maestro de Olimpio
Misio, que vivió antes de la guerra de Troya, diferente del Olimpio músico del rey
Midas, cuyo soberano, dice la fábula griega, fue juez en la disputa entre el dios Pan y
Apolo sobre la (lauta. Homero bacc mención en la Odisea do los famosos músicos De-
modoco y Femio, que fue su padrastro, por babersc casado con su madre Críteida, y
puedo calcularse por las obras de este padre de los poetas, quo los vates ó raptodoi,
antiguos griegos, fueron músicos al propio tiempo, incluso él mismo, como asi lo fu6-
ron igualmente en la edad media los trovadores provenzales, y aun los castellanos (1).
Famoso fue Terpandro, maestro del célebre Aríscrito, que lo fue en la citan de
Frinis en Mitilene,el cual perfeccionó la lira, por lo que fue premiado en Atenas en
la 80 olimpiada, á pesar de la declamación de los músicos y escritores pitagóricos, que
le tienen por el corruptor de la música griega, por las dos cuerdas que aumentó i las
siete de la lira de esta nación*
(1) Aun antes de que el grande Homero diese á conocer al mundo sus magníficos
poemas, lionor de la lengua de su país, ya recorrían los rapsodas las calles de la GredSt
ensalzando en sus cantares, que acompañaban con el heptacordost lira formada de la
conclia de una tortuca, las proezas de sus liéroes, en poesías que ellos mismos goda-
ponían; y después de Homero entonaban los cantos de la Iliada y de la Odisea, que por
orden de Hiparco se mandó cantar en las populosas ciudades griegas. Estos rapsodas
venían á ser los maestros de música de aquella época, y los poetas inspirados que en-
señaban la lilcralura á los pueblos, en cuyas fiestas públicas eran ios principues ion-
rtonarios.
— 719 —
Fue tal el entusiasnio que tuvieron loa gríegos por la músicj, que do solo cantaron
laa alabanzas de sus dioses, siao (]ue les creyeron músicos, y también á sus héroes y so-
beranos, los que, a pro Tediándose de esta disposición, dictaron las leyes al pueblo por
medio do la música, como lo liizoOrfeo con los [ébanos, y Lino, P<implio, Musoo, Si-
inonides y otros con los pueblos quo se propusieron civilizar, teniéndose por músicos
en la historia grietea, á los reyes de Creta Radamanto, Minos y Thalcs, y á los legisla-
dores de Lacodemonia y do Atonas, los famosos Licurgo y Solón, porque al son da
sus liras dictaron susleyos y proccptoi á los cretenses, espartanos y atenienses, espli-
cando también los oráculos sus profeGías por medio del canto, en el que Safo Tuo la mas
diestra.
Tres Tucron los sistemas de canto de los griegos: llamáronse estos homofonio,
que ora cuando se acompañaban con instrumentos juntos at unisono; antifonio, cuando
iban juntas voces é instrumentos á la octava y quinana, lo que se usaba en lo^ convites,
en los que todos cantaban, y el ñnfónieo, que so subdividia en vocal é instrumental (I).
Entuisiostas los RrieRos de la música escénica, inventada en honor á las cantoras
Musas por un rey de Macedonia, según Diodoro Siculo, y elevada por los célebres dra-
máticos Eurípides, Súfocles y Esquilo, fue acompañada comunmente por las flautas, y
aun por las liras y citaras que acompañaban al cantor; y cuando en los tiempos de
Xcrxcs, Safon de Siracusa inventó la mímica, alma de la declamación, la música ins-
trumental fue el primer móvil de la comedia, y á pesar de las declamaciones de Platón,
que se opuso siempre á la música quo cirecia de palabras, tanto la acción como la re -
citación se escribía con notas musicales, debiendo los actores arreglar los movimientos
de lai manos y del cuerpo á la medida ó ritmo de la misma manera que el canto. Em •
pero como viciadas las costumbres de los griegos, también se vició su poesía y su mú-
sica, llegó á tal punto la corrupción escénica, que los coros do las tragedias no tenian
ninguna conexión con la acción principal, y los entreactos so compusieron do teUtos
de poesía y música inconexos con la pieza dramática, hasta que vino ú perderse del to-
do la anti|{ua música en aquel pueblo, en el que, como después en Roma, fue deshonra
el no saber bailar (3) ni música en un principio.
Cosa sabida es por la liistoria, que los romanos tomaron su música de los griegos,
siendo tan pobre en su origen, como majestuosa después, puesto que llegó A ser uno
I
(1) Fabro Stabulenso habla de Ion tres géneros anü'guos, llamados diatónico, cro-
mático V inarmónico.
(2) bl baile, tan antiguo como la música, y del mismo origen, y con el cual los cal-
deos, fenicios, egipcios, hebreos y demás pueblos antiguos, acompañaron, en unión
del canto, sus ceremonias religiosas, Tue también ejecutado por los entufiastas griegos,
que creyeron no pedia celebrarse misterio alguno sin el auxilio do la duoza. Homero
nos habla del bailo inventado por Dédalo para Ariadna acl cual grabó Vulcano en el
escudo de Aquiles, y do su descripción so deduce los progresos quo hizo cu Grecia,
siendo la danza en curro, y la que hoy se imita en los zorcicos vascongados y en in
danza prima asturiana, los bailes que nos ofrecen mas antigüedad entro los do mven-
cion griega. Admitieron el baile por parto muy principal do la educación, y desdo
quo empezaban á andar hasta que morían, por viejos uuc fuesen, bailaban los griegos,
pormie, como en las expiaciones f sacrificios habíu baile, la religión los obligaba, y lió
aquí el origen de la csbeltoz, agilidad y gracia de aquel pueblo privilegiado. La música
— 731 —
lio es nuisicn en este pueblo, puea que aun cuando hablan canUii, mcdiIu cinco los in-
tcrT.-ilos armúnicos elementales de sus melodlns, así como son cinco sus colores, amari-
llo, verde, violado, rojo y azal; cincj sus virtudes, amor á la liumanídad, justicia, ur-
banidad, discernímieDto y rectitud de corazón; y cinco sus elementos, tierra, agua,
Fuego, aire, y movimiento 6 sonido. Según el famoso Tilósora Confueh, la música es el
alma de la lileraliira, política y gobierno de los chinos, asegurando que las alteracio-
nes de la música han sido la causa de lodos los trastornos que lia surrído el imperio,
razón por la que existe un tribunal severo, compuesto do mandarines , para impedir se
altere la música, que tiene reglas fijas para ordenar lo que ba de cantarse y tocarse en
todas las solemnidades públicas y aun privados. Los hijos de los principes y mandari-
nes aprenden !a música en el palacio imperial, y el emperador preside los eximeiies
todos los años, on el otoño , premiando con suntuosidad á los que mas se distinguen,
tanto en la música como en los bailes instituidos para los sacrílicios y solemnidades,
los cuales son siempre espresivos y panlomimícoa, y tienen nombres de virtudes , asi
como sus poesías escénicas son siempre morales.
El jciiuita portugués, P. Pereira, tralú de variar la música china, interesando al
efecto al emperador Kang-hi, que, músico también , creú en Pekin una nueva Aca-
demia ; pero á pesar del entusiasmo que escitú en Is corte al oír al P. Pereira tocar o!
dave que mandó el rey de Portugal al emperador , no surtió efecto , porque en el tra-
tado que presentú no vieron los chinos esplicaciones ilc las tocatas d las virtudes mora-
les ni & Jas cualidadc!! físicas de los entes , espresion de su antigua música , & pesar del
edicto que ae diÓ para la reforma en sentido europeo ; sin embargo, algo de nuestro
sistema musical quediS arraigado, y tan algo, que es el que practican, con cortas varia-
ciones, particularmente en la solemne fíesta anual de la labranza , en que se reduce el
emperador i labrador , trabajando la tierra por su propia mano.
Han sido los indioi lan entusiastas de la música , que hasta sus camellos andan solo
al compás de los instrumentos , y las cnicbras vienen á domesticarse por el gusto
de oírlos: pero esto es solo predu posición natural del país, pues que su música es bír-
bam, y lo fue desdo que sus sabios inventaron el sistema música llamado el exaeordo
igual, por constar da seis sonidos monótonos y de mal gusto, por su empeño en hacer
depender su música de la geometría. Sus cantores principales son las Bayaderai, pro-
fesoras del Indoslan, destinadas á cantar y bailar, á un tiempo, en los templos ó pago-
das y en las solemnidades religiosas, con sus ruidosos instrumentos de platillos y tam-
cía que había entre 1b4 armonías celestes y los gritos del pueblo en las feslividades, se
puso á investigar las leyes músicas. A este lin, imploranao la protección de los dioses,
sn fue por tres diasá la orilla de un rio sagrado, en donde, al principiar el crepúsculo,
advirtió que el viento que silbaba en un cañaveral, formó el signo ut; despertando a)
siguiente día, observó en el gorgeo de un paiarillo que repelía oí ut, mi; que al tercer
día, postrándose i la orilla del torrente que daba nacimiento al rio, inclinando el oido i
la tierra, percibió el mismo sonido al precipitarse el agua al abisma, acompañado el
grave y el agudo de otra multitud de otros que vibraban formando armonía con el pri-
mi'ro. Lleno de alegría se levantó á dar gracias á la divinidad, y qne, dando con su
báculo en un pedazo de roca, formó el acorde perfecto; y en ñn, que hallada de este
modo la ley música, liizo en seguida el arle muchos progresas, y se estendió por todo
el Oriente.
I
— 753 —
Los hebreos anuncinlian que iban & empciir los Mcrilicius por medio ño sus Irum-
pas de plata, y los cristianos quisieron instrumantos (jue elevasen tnas sus voces y
nauDciasen & los ciclos con sonoros ecos las preces de los Deles, y al erecto idearon las
campanas, que también se sujetaron á armonía co muchos pueblos, entro ellos Cspaüa,
que tuvo su campanario ormúnico en el suntuosa monasterio del Escorial ¡ y ademas
el órgano, si bien este es solo adopción , pues que , como llevamos diclio, su inven-
ción pertenece ya al pueblo primitivo : ambos instrumentos juegan on nuestros fune-
rales, espectáculo cristiano muy parecido al funerario de lo» bebrcos, cu el que , al paso
que las campanas dan los lamentos que ruegan á los líeles pidan á Dios por el alma del
difunto, el bajo ú oboe, instrumento cristiano, y el que mas imita la voz humana,
acompaña los s^mos y los demás cánticos de los sacerdotes cuando imploran la raise-
ricordin por el Tmado, lo que los licbreos hacían al compás del salterio, cosa que se sabe
pjecutú Enodio & la muerto do la madre de San Agustín.
Que los primeros cristianos usaron de la música en los entierros y en todas las so-
lemnidades religiosas, particularmente al cantar los salmos, no solo lo dice Plinio li, el
judio Filón y Eusebio de Cesárea, sino que lo confirma también San Agustín , puesto
que consta en los libros de sus Confetioncs, cuando refiere lo que de los funerales do
su madre hemosdichoantes, y ademas decuanlo dice el Santo ensuvíajed España,
en que se queja de lo poco que se cantaba en nuestras iglesias, lo que le obligó i refor-
mar y ordenar el canto según cl concilio Agatense, reforma que se acordó en el cuarto
concilio de Toledo, quo fue presidido por San Isidoro, y después en el de Bosilca.
Consta de la historia, que al poner en práctica San Gregorio el Grande el canto
llano, creO al objeto un colegio de cantores, ¿ los que dio el primer arte que se escri-
bió sobre esta clase de música religiosa (I); y como los Papas que lo sucedieron man-
tuviesen este colegio con el mayor esmero, el canto llano so estendió, y vino d tenor
tantos cantores como sacerdotes, ademas de los profesores dedicados á él esclusiva-
mente, y en esto estado se baila, pues que es la m^ica olicial de la Iglesia cristiana.
En vista do cuanto liemos visto, hemos llegado á conocer quo los griegos apren-
dieron la música de los egipcios; pero que habiéndola complicado estraordinaríamente,
tuvieron que símphricorla los latinos, habiendo conseguido arreglarla los célebres Boe-
cio, San Ambrosio, San Agustín, San Gregorio Magno, siendo el célebre Guido Are-
lino el que acertó á lijar el sistema, que adoptó por lin toda Europa, en el que siguió
la Ijjacion egipcia de las siete voces, opinión que aceptó San Isidoro, puesto que en ol
libra sétimo de los Orígenes establece la regla, diciendo:
Siet» ton ¡03 tonúlus musicales,
Siete sus variaciones esenciales.
Si bien no tan entusiastas cuino el rey Itoberlo de Toscana, que cantaba pública-
mente en las iglesias de su capital, ha tenido la música mapnílicos pruteclores, que
o Cirene y en la de Tapia , pu-
— 753 —
tíicion del arle nriliguo, y vino ñ creirsu el conlrapanto , quu uta un nrlu camplcta^
Míenlo n llevo ,
El nuevo arto, que por In calma é indecisión de sus furniiiü parecía In mas análoRn
at minticismo católico , estuvo ñ pi(|üe de p«rilen<n perlas ridiculas innovaciiuies de
[Duchos músicos, fiasla que apareciendo pu gI sig)o xvi Gudinel j Palestrina, apoyan -
doso en la verdadera entonación, se sirvieron de la música de sus antecesores solo
como medio, y compusieron obras s<-lectas. Verificóse entonces una grande revolución en
lamúsica; los trovadores de Picardía, de Cataluña y de la Crovenza (I) hacia tiempo
que liabian dirundido por Europa una música que se diferenciaba muctio del contrapunto
|Mr su melodia, armonía, forma y estilo ; y fuese que esta influyese en los músicos ibi-
lianoH, sea casualidad. d la imposibilidad de sobrcpujariiloagraudcsmúsicosdel siglo xvi
ya citados, Claudio Monteverde escribid la disonancia sin preparación, en compás ndu-
cuadu al Madrigal, y csla novedad, ian atrevida como bella, dio por tierra con la teoría
dd conlrnpunlo y echó los cimientos á la música moderna.
En breve tn música profana, hasta entonces menospreciada, tooíd uu rápido vudo:
cada soberano quiso tener su música de capilla y su úpera, y se multiplicaron por tudas
lurtes los conciertos y los teatros. Las cortes de Italia, España, Saboya, [nglaterru y
Francia empezaron á dar en todas sus funciones intermedios de música; ios músicos
insiruidos abandonaran el contrapunto, mirado hasta alli como arte sagrado, y Cavaili,
l.ulli, Ilaendel y otros, prepararon con su talento el camino á los célebres Gluck, Pac-
(t) t.os trofoitorM catalanes y franceíiesdehinn ser músicos, poetas ú historiadores
i un tiempo, porque de no ser asf, se confundiim con los t'ugíarev, que eran una especie
de cantores de la plebe, d la manera denupslros ciegos. Fueron tan es limados, que para
ellos no bubia palacio ni castillo (|ue les cerrase las puertas, pues que en todas partes se
deaeaba oir sus cantares, y se tenia por una fealividad solemne su aparíciou en los cas-
tillos feudales. Los romances de los trovadora versaban sobre lu liisluría de los guerre-
ros, i los que llamaban terventeiiias, y las vidas de los santos, las cuales cantaban
acompañíndosp de la rota, salterio, cornemtisa, viola d sinfonía, instrumentos todos
que les eran familiares. El aprecio en que la corte de Francia y los señores tuvieron i
los trovadores, se cambiú en desprecio y persecución, á causa de la desordenada conduc-
ta y envilecimiento en que cayeron, y perseguidos estuvieron hastd el siglo iiv,
en que conociendo los trovadores nuese aproximaba su fin si no se enmendaban, en-
traron en Arden, fundando en 1330 la cofradía de San Julián, en la que, aprobada que
fue al siguiente año, se reunieron en academia, bajo la protección del jugador de manos
romano Sun GencsL De aouella sociedad musical sallan las orquestas y los cantares
para las iglesias y lieslos do todas clases; venia á ser lo que nuestra sociedad filarmó-
nica de ^nla Cecilia, á lo que la compañin muñen de nuestro buen amigo el célebre
D. Victoriano Üaroca. Esta sociedad vino al fin A descomponerse, por volver li su vida
de desórdenes parle de ios trovadores, quedando nnos pocos, á los que Carlos VI, en
1401, eoníirmí) la potente de músicos de instrumento, dándoles unas ordenanzas, que
dejaron de rezlr con la supresión de este empleo por real orden do (773.
Los trovadores italianos cantaron por la Italia las inspiraciones de Aríosto, del Tassii
v del Dante en sus respectivas 4Ípocas, y aun Iioy so ve á los ciurront elevar su voz en
las callea de Ñipóles, ftiffuna que otra vez, con las trovas de tan diestros poetois.
Fueron tantos los histriones que hubo en Italia en el siglo xiti , que Munitori nos
dice que en I7SS hormiguealun en Bolonia, teiiiendu la autoridad que prohibir canta-
sen en las plazas, y que en Rlmini se reunieron mas de mil y quinientos en unas Gestas
arislocrü ticas que se dieron el año 1334.
— 757 —
; ministriles (t) que recorrían la Europa , y particularmente Ini;tatcrra, Irlanila,
Escocia y Alemania. Obligados los primeros cristianos i practicar en silencio su
religión para huir de la persecución de sus enemigos, no pudieron inventar música al-
guna peculiar, pues los salmos é himnos tenían que rezarse y no cantarse, por temor de
fanda, raamfándose «Jespues á Enrique VIII como defensor del crisliauismo, el cual lÜé
por armas á Irlanda el arpa, Itallándoso et instrumento de O'Brien, desde 1783, en el
colegio de la Trinidad de Dublin. Los bardos irlandeses celebraban todos los años cer-
timenes poéticos y de música, en los que se premiaban las buenas composiciones, las
que so enseñaban á los niños para que tas aprendiesen y Ls liiciesen tradicionales;
pero coyendo los bardos en desgracia de Isabel de Inglaterra, que les quitó todos sus
privilegios y coniiscó todos sus bienes, concluyeron su imperio para dejar el campo i
los ciegos, cantores de la plebe.
Cantores de paz y de guerra eran los bardos de Escocia, y también los hombres
mas liospilaiarios, y los que mas alentaban á los comliatienles en la ulerea, siendo tos
que cantaban después las proezas de los guerreros. El bardo mas célebre escocés fue
Ossian, hijo de Fingal, cuyos cdnticos han llegado hasta nosotros, y escitan aun el en-
tusiasmo de los escoceses. Los bardos de este pais acabaron también en la mudanza
de los tiempos, y sus cantares son i-ecordados boy por la historia ; por la ira-
dicion.
(I) La Inglaterra recuerda en la liisloria de su música y de su poesía i los Uinr-
Irelt 6 ministriles como los poetas y cantores de la edad media míe sucedieron i tos
BColdaa, citiindose en el Mglo it ú Tallaferro, famoso cantor del Rolando en la corte
de Guillermo el Conquistador. Por esttis públicos cantores sabemos los amores de En-
rique II con la bello ttosmunda, las proezas de Ricardo 1 Corazón de León, en cuya
corte pululaban, y cuyo rey, poeta y cantor también, prisionero por el duque de AuS'
tria, Leopoldo, debió la libertad al ministril Blondel de Ncsle, que por medio de una
canción aue cantó al pie de la torre en que estaba preso, y á la que 61 contestó desde
dentro, descubrid su paradero, del ^ue Tue rescatado por una enorme suma. Los mi-
nistriles, que á la cabeza do los ejércitos alentaban al combate cantando las glorías del
pais y las proezas de los héroes, cayeron en Inglaterra en tal degradación, que Eduar-
do II se VIO en la necesidad de refrenar sus abusos en I3ÍS, cuya ley renovó en i4<i4
Eduardo VI. En lin, los Tninistriles ingleses fueron corrompiéndose cada vez mas, sien-
do solo unos picarescos bufones en cl reinado de Enrique VIH, en el que, como en todo
el siglo 171, S8 hallnhan al serricio de los poderosos, que acabaron por desapreciarles,
con lo que desaparecieron del todo. En muchos puntos de Europa bubo ministriles
cantores, ya públicos al servicio de los reyes, ya particulares al de los señores, y todos
llevaban colgada delante el arpa, y pendiente al cuello de una cadena de oro á do plata,
el escudo do armas del señor que les pagaba.
En Alemania los Spietlmte eran nna especie de ministriles quo tocaban públicamen-
te instrumentos músicos, y si bien se ignora su orígcn, se sabe que eiístia una socie-
dad de ellos en Austria en el siglo xiv.
Los Saengers eran unos cantores alemanes que existían en corporación en d siglo x,
y á los que lleixí de mercedes el Papa León Vlll y el rey Otón I, siendo durante cinco
siglos venerados de los germanos y alemanes por lo bien quo cantaban en lo sagrado y
profano sus propias poesías, partícula míen te en la ciudad de Maguncia y en las prin-
cipales del imperío. Disminuida la importancia de estos cantores en ol si^lo xv, volvio-
ron á recobrarla en ol ivi, y por el grande auge á (]ue ha llcgailo la música alemana,
ilustrada por Mozart, Bclhovcii y otros autores músicos, lia sido causa de iiuc desapa-
rezcan los JUaUten Saengers, maestros cantores antiguos conservadores de la música
alemana.
— 763 —
'ler dicho lo «uOciente para dar una idea, aunque sucinta, de la liislo-
^neral, tratada arqueológicamente como nos hemos propuesto, y
íunda parte de este escrito, á hacer lo mismo con respecto á la
liistoria se halla en tanU oscuridad, que dudamos nos putída
lámpara de la arqueología, con que caminamos por entre tan
V del alffonquin, como el de todos los habitantes de
i espede de aullido, al paso que el árabe del de-
I peruano, y todos los hombres menos civiliza-
oras y cantos acentuados.
navogaiuL. ,
El canto llano «..-
que Snn Gregorio el Mugiio •
clio, inventó la escala, en que m i.
ventó las notas, que señalan la duracii>n .
á su mayor perfección. La majestad de .
Mater , la fesliva gravedad del Pange linf/urj
difuntos, diccFeijóo, son leseantes mas stAt^mu»-
Teniendo la música el mngnífíco poder d<>; rk*^'^-
vicios, debe escribirse la música para los tf'mpí'c a* •
cl(*ve el alma hacia su Creador, que es como lo v/ju^:¡
institución del canto eclesiástico.
Desde que el P. Kircher, en su famosa obra Mu*^- .
canto del ruiseñor, en cuya época las semicorcheas er^ü iv». ....
se han inventado las tricorcheas, que parten por miud tk* i<u^
trirorcheas, de casi imposible ejecución, pues que han &f.*jA\^.
tos. En la música moderna se hacen frecuentes tránsitob ús-
*^'"*
máiico y Enarmónico^ mudando á cada paso los tonos con U iiu. ^,,.
dos y bemoles, viéndose cstra viada la armonía, no pocas \*pAfi ^. ,
los músicos las modulaciones que ocurren á su fantasía, sin btnví i.. _^
ó toma alguno; y siendo esto así en nuestra misma músícii («• ^^ ^
Feijóo, el maestro /)iiron nos introdujo en ella las modas esüraujeiá.- .,
han ido escesivamente en aumento, véase con los ojos de la razón is <,^.
gravedad de la música sagrada el estilo de la profana, que se ha mUhúu*,^^
mos, lamentaciones, misas y demás cantares del oficio divino. INjr ut4^T. i|.. ^
ga, la música profana con sus graves, airosos, recitado y fugas, m avu-iif u.^. , ,
las súplicas de David y con las lamentaciones y llanto de Jeremías, itmüitA^jc^ •,^^.
leyes de la música, que previenen que el canto sea apropiado á la M';{nih(.u<:. ^. .
letra, y siendo grave y triste la de la Iglesia, asi debe ser su música. Ya «/.i. .^ .^^
— 763 —
Partéenos haber dicho lo anfidente para dar ana idea, aun^e suciaüt, da la liislo-
ria de la música en general, tratada arqueológicamente como nos hemos propuesto, j
vamos á pasar d la segunda parte de este escrito, á hacer lo mismo con respecto á la
música española, cuya historiase llalla en tanta oscuridad, que dudamos nos pueda
servir d j suGciente luí la lámpara de la arqueología, con (¡ue caminamos por entre tan
densas liníeUas.
el canto del lapon, del groeulandés y del algonguin, como el de todos los habitantes de
las tonas glaciales, no es mas que una especie de aullido, al paso que el árahe del de-
sierto, el etiope, el cafre, ti malayo, el peruano, y todos los hombres menos civiliza-
dos de la zona tdrrída, tienen voces sonoras y cantos acentuados.
— 765 —
A la fista de It joaU fioná que tiene en toda Europa nilestra antigua músáta ecié^
siástica, y de las muchas y preciosas composiciones en este género que se conservan
en nuestras catedrales y colegiatas, parece imposible no haya habido hasta el dia
quien se haya ocupado de damos una relación, siquiera cronológica» de nuestros bue«
nos maestros compositores y de sus obras, según eiiste de otras profesiones artísticas»
como pintores, escultores, arquitectos, poetas, etc. Confiamos mucho en que de hoy
en adelante no faltará quien, ofendido de que un profano en el arte, como lo somos nos-
otros» se haya atrevido á dar un paso para ello» se lance con buen éxito á damos de la
música una historia lo mas completa posible (i);
En vista de los pocos datos que, como llevamos dicho, tenemos para escribir esta
parte de nuestro discurso» podemos decir que caminamos como Eneas y la Sibila por
el Tártaro :
Ibant obscuri sola sub noete per umbras ;
así marcharemos nosotros por los campos españoles, buscando los melodiosos acentos de
la Eutefpe ibérica, no sin temor de perdernos á cada paso en tan lóbrego como tortuo-
so camino» y de dar en Escila huyendo de CaTibáu\ pero confiando en las luces de
otros autores que se iniciaron en algunos puntos, y confiados en la indulgencia natu-
ral de los sabios y en la proverbial de nuestros compatriotas, diremos lo que podamos,
procurando, en nuestra dificilísima escursion, hallar alguna luz que» aclarando el ca«
nandez de Moratin, en su obra Orígenes é Historia del Teatro esfañol, desde sus
principios hasta la época del famoso Lope de Vega^ y lo que sobre música hemos
encontrado en las notas jf prólogos de las obras de este autor en la edición publicada
por la Academia de la Historia.
El distinguido profesor compositor citado» Soriano Fuertes» ha publicado una obrita
en 8.^, de 183 folios, impresa en Barcelona, tituUida Música Árabe-Española^ y cone-
wion de la música con la medicinüy astronomía y arquitectura. La parte principal de
este escrito es, según lo confiesa en el prólogo, una traducción inédita de D. AnUmio
Conde^ bibliotecario que fue de S. M.» del tratado de Aritmética de Alfarabi^ escrito
á mediados del sifflo ix en dialecto árabe, que existe en la biblioteca del Escorial, ma-
nuscrito núm. 69, del que ya habían hablado los célebres Casiri y el abate Andrés en
sus obras; lo restante es un estracto esmerado de las doctrinas de San bidoro con res«
pecto á la música^ y unos curiosos apuntes sobre la conexión de la música con la as»
tronomía, la medicma y la arquitectura, sacados de varios autores antiguos y moder-
nos. Siendo este escrito, en su parte última» una especie de trabajo preparatorio que
da el Sr. Soriano para anunciar su historia de la música española» que trata de publi-
car en breve, nos na hecho concebir grandes esperanzas de esta obra, q\ie deseamos ver
llevada á cabo para que se llene el vacio que se halla en nuestra historia artistíca.
(I) ^ Confiamos en que no tardará en verse una historia filosófica completa de nues-
tra música nacional, escrita por el erudito, purista y elegante escritor, el Excmo. señor
D. José Caveday ex-director de Agricultura, y hoy consejero real, con cuya amistad nos
honramos, el cual tiene hechos trabajos muy profundos y concienzudos sobre esta ma-
teria, que entiende como pocos, y de los cuales podramos habernos aprovechado en
este discurso, por habérnoslos cedido con su natural generosidad; pero hemos temido
profanarlos, y los hemos respetado, preGriendo el aguardar á que su autor nos dé tan
buena obra sobre la música, como nos la ha dado ya sobre la arquitectura monumental
española.
ligadas entre ai, quo no podin variarse nín;;unode esl os objetos sin (juo íad^ítsenda re-
sentir los (lemas; y lié aqui por lo que las rcp rosen tac! ones sagradas tuvieron en Gre-
cia tan larga «Ida, y por lo que Tueron tan consideradas.
«Enteramente lo contrario aucede entre nosotros. El cristianismo, aquella religión
santa, que trae su origen del cielo, nos da de la naturaleza divina j de todas los cosos
que 1.1 pertenecen una idea demasiado elevada y respetable para que puedan servir en
d teatro de espectáculo á los hombres. Incomprensible en sus misterios, porque las
operaciones del Ser infinito sobrepujan al débil poder de la finita razón liumsna, san
mayor motivo de veneración de bu misma oscuridad.
Profonda e chiara, (enrtrow e vera.
•Ligada Intimamente nuestra religión con la moral, á la que sirve de sosten y de
guia, su objeto principal es el de reprimir á las pasiones que se rebelan, otemudo ni
Ídolo del amor propio. Ocupada únicamente en procurar al hombro la lellcidad clemn,
porque la vida terrenal no es mas que un breve y Tugitivo paso, reconuenda la practica
de la virtud que conduce & tal fín. La renuncia á todos los placeres di^I siglo; la abs -
tracción do si mismo; el temor de un Dios siempre presente para examinar las mas pe-
queñas y escondidas sensaciones del coraEon; el recuerdo perpetua de la muerte j del
Tuturo destino; y, en una palabra, la sublimo y saludable tristeza de esta vida, para al-
canzar en la otra una interminable alegría, es el espíritu verdadero del cristianismo...
¡Benditos los que saben llorar en este vallo de lágrimas! Basta la sendlla esposicion do
los hechos para concebir lo impropia que es su representación en ol teatro, en donde
|a libertad degenera frecuentemente en licencia, y la alegría en dcsenrrcnada bacanal.
No podiendo elevar las miradas del vulgo basta la grandeza de las cosas representa-
das, es necesario rebajar la dignidad de estas para que pu<^da verlas aquel, acomodar la
naturaleza divina i tas pasiones de los hombres, y hacer un espectáculo material de la
mas espiritual de todas las religiones. Por esta razón los espectáculos sacros deben de-
generar en oscuros, máxime cuando la religión y el teatro forman dos distintos obje-
tas entre nosotros, pues que la disipación del uno so opone incesantemente á la santi-
dad de la olra.
«Las noticias que nos quedan de los misterios conlirman estas observaciones. Me-
morable será siempre la fiesla do los Locos, celebrada durante muchos siglos en toda
la Europa, y en la que se mezclaban las es ira vagancias mas licenciosas (I). Escogíase
anualmente en todas las caledniles uno que presidiese la fiesta, conel titulo de ilr»6tf;>o
de ha Locos, y en algunos puntos con el de Papa, ; la consagración se hacia con fúr-
mutas muy ridiculas. El elegida se vestia con las insignias propios del personaje q-je
representaba.y el venerable risible corifeo bendecía públicamente al pueblo, con la
mitra puesta en la cabeza. El dia en que se presentaba en público por lu primera vez,
conferia su limosnero á los espectadores las indulgencias en nombre de su señor, pro-
(I) En nuestros arliculos de costumbres españolas^ publicados hace algunos años
en el Bibtioteeario y Trovador español, hemos descrito estas Gestas religiosas en toda
su cstcnsion.
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años antes del imperio de Tiberio, escritas sus leyes en verso ; y los Moedanos, al ha-
cerse cargo en su Historia literaria de España de nuestra ilustración, confirman esta
noticia cuando dicen que cantaban con método y escribian^ con símbolos y geroglíficos
nnles de comunicarse con los fenicios , que fue el primer pueblo que se cree vino á sa-
car á los españoles de sus primitivas costumbres.
Nación belicosa la España desde un principio , y entusiasta del Dios desconocido,
ignoto Deo, á quien siempre adoró , sus primeros cantares debieron ser dirigidos á
Dios y á la guerra , y asi su másica naciente participaría de ambas ideas. Y como la
nación fenicia y las demás que, arrastradas de nuestra fecundidad y riqueza, vinieron á
llevarnos lo que poseíamos, con mas ó menos cortesia, fueron también guerreras, la ín-
dole de nuestra música debió variar poco en estos antiguos tiempos, y los himnos,
cintos, música y baile que dice Silio Itálico que usaban los gallegos en los primeros
(icmpus, debian declarar el carácter religioso y el genio belicoso de los españoles.
Hemos dicho en nuestro citado discurso sobre la poesía española, que esta pasó de
los iberos á sus vecinos; y como tengamos la misma opinión sobre la música, aducímoy
al efecto las mismas pruebas que allí esponemos, porque la poesía y la música han ido
siempre juntas en su origen en todos los pueblos, habiendo precedido la segunda á la
primera, como debe sospecharse á poco que se reflexione sobre el carácter de ambas
cosas y estudie la índole de la especie humana: así lo han creido muchos filósofos, y
así se deduce de la observación de nuestro organismo físico é intelectual.
Si, como quieren algunos autores, hubo relación entre fenicios é israelitas, y de
ambos pueblos con España en los tiempos del rey profeta David y de su hijo Salomón,
es preciso convenir que en esta época sufriría una de sus primeras revoluciones la pri-
mitiva música española. Nos fundamos para este aserto en que siendo los judíos, en
esta época, como consta de los sagrados libros, los mas diestros músicos del mundo
conocido entonces, según manifestamos en la primera parte de este discurso, debieron
tomar de ellos los españoles los conocimientos armónicos y la práctica que poseían, en
los que, atendiendo al carácter constante, fecundidad de ideas y genio emprendedor y
vivo de los naturales de nuestro pueblo, debieron llegar pronto á ser tan diestros mú-
sicos como sus maestros, no tardando en ser los principales profesores del arte; así lo
dicen algunos autores, y no tenemos dificultad en creerlo, fundados en lo que acaba-
mos de esponer, mas quo en el amor patrio que podría cegarnos si careciésemos de
pruebas.
Empero no podemos menos de sospechar que de la música primitiva y de la impor-
tada se haria, por amalgama, un nuevo sistema peculiar de España; y nos induce á
crcerio así lo enemigos que fueron siempre nuestros mayores á ser meramente imita-
dores, cuya propensión debió ser mas en un principio, y su decidido apego á las cos-
tumbres antiguas, y aversión á las reformas que pudieran tender á que se perdiera el
carácter nacional , por cuya conservación fueron tan celosos. Sea de esto lo que quie-
ra, hemos leído en varios autores que se entusiasmaron tanto los primeros romanos
que vinieron á la conquista de España al oír cantar y tocar á los naturales, y al ver
sus graciosos bailes, que en muchas partes fue este una recomendación eficacísima
para que se les tratase con consideración y para que se les solicitase por amigos, no
queriendo descontentar y tener por enemigos á quienes sabían cautivar con sus meló*
diosos acentos y graciosas posturas los corazones. Mucho debió ínHuír en el ánimo del
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GáusiHiof profundo sentimiento el ver que cuando en tantas cosas hemos estado á
la cabeza de los deroas pueblos por nuestros inventos y destreza, nos hallamos hoy de-
tras de algunos en cosas de nuestra misma invención, por habernos dormido siempre
sobre nuestros laureles, sin cuidar de aprovecharnos de lo que debíamos á la fecundidad
de nuestro ingenio, á nuestro arrojo ó á nuestro valor. En literatura particularmente, en
poesía, en el estudio de las antigüedades, en la müsica, en el vapor, que es el agente
principal de este siglo y el que mas le caracteriza hasta el día, y en tantas otras cosas ^
hemos sido los maestros para los demás pueblos, y hoy nos vemos reducidos á la con-
dición de discípulos poco aventajados, recibiendo lecciones de los que lo fueron nues-
tros en el origen; porque la inercia nos atajó el paso al empezar á trazar un camin o
nuevo, y la indiferencia, que fue tan característica á nuestros padres, que nos la han
dejado por legado que conservamos con el mayor cariño, nos hizo mirar con desden
nuestras propias obras. ¿Quién había de decir á los españoles, creadores del gusto mú-
sico y del teatro en Roma, que se habían de ahogar sus triunfos en el olvido, y que
sus discípulos habían de ser los maestros de sus hijos?
Invadida España por los bárbaros del Norte, que salieron á mejorar de clima y de
condición de sus heladas regiones, como un caudaloso torrente que todo lo arrolla y
destruye, las costumbres de nuestro país debieron empezar por resentirse, y acabarían
por perderse en su mayor parte, amalgamándose con el tiempo unas con las de los de-
vastadores, y cediendo otras por completo, para dar lugar á las que aportaron de sus
selvas. La música, perseguida en los demás países por estos innovadores para que pre-
valeciese la que traían, seria una de las. artes que mas padeciese en nuestra España, y
en esta variación debió perder su antiguo brillo y majestad» si ya no pereció la indíge-
na por completo, para hacer plaza á la importada por aquel pueblo agreste y feroz, que
es lo mas posible que sucediese. En este caso, ó se formó en España una nueva música
entre el carácter é índole de ambas,, ó imperó solo la de los bardps celtas (1) hacíén«
sola mas nuestra bondad. Apropósitodeesto, hallamos (¡ue Mr, Emilio Begin, en su Via*
je pintoresco de España y Portugal^ publicado en París hace dos años, nos regala en el
cap. XXVI, pág. 261, un artículo sobre la música española, escrito con la ligereza pro-
pia de los enciclopedistas de su país, del cual traducimos el siguiente párrafo: aLa
«España no tiene sentimiento instintivo de la música, porque, esceptuandose algu-
»nas sierras, y las provincias de Vizcaya y Valencia, no se siente ninguna melodía, nin-
»guna frase armónica que llegue al alma, oyéndose solo el ra, ra¡ y los orinSf crins de
Días guitarras con cuerdas dobles, la voz bronca de los criados y el canto monótono
»de los muletevos;» y añade mas adelante: «Antes de 4789, asegura un hiéralo francés,
»que no se hubiera hallado en Madríd un tamborilero que tocase con compás, ni un
«trompetero que ejecutase con precisión y cadencia, y que lo propio sucedía en toda
«España.» ¿Se puede dar mas mala fe y falsedad? Ó, de lo contrario, ¿puede conce-
birse mayor ignorancia de nuestras costumbres, de nuestra historia musical, dispo-
sición natural, artística y carácter español? Muclio pudiéramos decir para sincerarnos
de tan gratuitas suposiciones; pero esto seria dar un mérito, de que carecen, á tan ig-
norantes adversarios, y el silencio nos parece ser suficiente para castigar su audacia.
(1) Los Druidas celias eran los sacerdotes, los poetas y los músicos de su nación,
y á estos estuvieron subordinados los Bardos. En Charlrcs, capital de la Galia céltico,
tuviecon su colegio principal, en el que enseñaban la religión, la historia y la música,
en cuyos conocimientos recibían el grado de doctor, ó sea de dlmach entre ellos.
Acompañaban los bardos á los ejércitos, seguidos de su guardia peculiar , y llevando el
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la úpern rusa, siendo la primera ikfalo y Froei, escrita por el poeto moscovita Suma-
rokow, Y puesto en música por Arnja, siorido cantores é instrumentistns toilos rusos.
Eq tiempo de Catalina I( se llniuó i Rusia con gran sueldo al célebre Galitppi, maes-
tro de capilla de Venecia, el cual cantó la Dido con lal éiito, que, llamándole la em-
peratriz al fln del espectáculo, le dio un Msillo lleno de ruMot, diciéndole que la d es-
graciada Dido al morir le había dejado aquel Ic^di). La Rusia ompeni torda su carre-
ra música; pero no tardd en ponerse al ¡Kual de las naciones mas maestras do la Eu-
ropa en este arto, por la protección que diú y da í los artistas.
En las prímoras representaciones dramático- musicales, el carácter de soprano se
representaba las mas veces por muchachos; pero como con la edad se onRruosa la vux.
y por otra parte era dirícil diesen al canto toda la espresion en años tan tiernos, obliga
á los directores de los espectáculos á valerse de eunucot. No puede Gjarse la época de
la introducción da estos cantores; pero por una Bula de Siito V, dirigida i su Nuncio
en España, se deduce que el uso de los eunucos era mu; común en este país, proba-
blemente para la música de la Iglesia y para la de la real cámara (j). El aúo de 1640
los eunucos eran muy comunes en Italia, como se ve por una carta del célebre viajero
Pedro de la Valle, halnéndolos de gran celebridad, como se ven en la Pinacoteca de
Siüvador, eo donde se les da á conocer.
Dice Arteaga que es un problema bastante diQcil ile resolver si conviene 6 no á la
moral pública que representen las mujeres en los espectáculos, y añade: «Bl ejemplo de
los antiguos griegos yromanos, que las escluyeron constantemente; el riesgoá que se
espone su virtud ejerciendo una profesión en la que no tiene ventaja el pudor, y donde
tontas tiene la licencia; el ascendiente que tienen sobre el ánimo del espectador, no
menos contrarío al da del teatro que peligroso al buen urden de la sociedad; la moli-
cie de los afectos que inspiran con sus cspresivas acciones, aumentada con la seducción
natural de la belleza ydel seto; el espíritu de disipación que esparcen entre losjúve-
nes, y otras causns, parecen legitimar la costumbre de los eunucos para sustituirlas;
pero, por otra parte, los desórdenes, acaso mayores, que nacían de sustituir & las mu-
jeres con jovencillos venales y descarados, á los que, después de haber envilecida el pro-
pio SG3I0 con trajes femeniles, nn era difícil el pasar á envilecer también la naturaleza;
la influencia grande en la sociedad, y mayormente en el teatro, que nuestros sistemas
de gobierno permiten á las mujeres desde que nacen, y que, siendo ellas h parte mas
numerosa y preciada da los espectáculos, que quieren complacer por lodos modos, y
gustan el ver representar en el teatro sus derechos; el amor, que, por causas que no
son de este lugar, La llegado á sor el carácter dominante del teatro moderno, y que no
puede debidamente cspresarse, ni conviene se esprese, por otros objetos que los crea-
dos por el cielo para inspirarle; la estrechez de nuestros teatros, pequeñísimos en com-
(I) En ISSOsefiíndd el colecjo llamado vulgarmente de los ca;>on» ó castrados,
Íior el rey Felipe 11. el que le creó con el fin de diir una carrera música desde niños á
ns cantores de la Real Capilla. Lo fundú bajo la advocación de Santa Bárbara, edifi-
cando al efecto una casa, que aun subsiste en la callo de Leganitog, y en él entraban
los niños que se dedicaban á la música sacra, á los que parece se castraba para que
conservasen la voz de tiple. En el reinado de Fernando VI dirigió este real colegio el
célebre favorito músico cantante Cdrhi Broathi ParintlU, de quien damos estcnsa
noticia en este discurso.
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y no fiieroLi iIb los quemas Urde conocieron ni teatro ruera(Ielasiglesia<i(l)- Ademas de
esias.añadeArteaga, deben tener luf;ar las representaciones sagradas, llamadas vi-
Uancieos, que celebran coo gran pompa en la Iglesia en la nadie de Navidad, como re-
liquia de los misterios de la Pasión; de los Tiestas profanas de los torneos , cuadrillas,
carroseles, parejas y otras semejantes diversiones que se hallaban en gran hoga, prín-
eipolmente en los tiempos de Isabel y de Fernando (hubo ya pocos) , y después de Fe-
lipe II (liubo mucbo mpnos). Apareció poco después In música sobro el teatro, donde
la cnnthjo Lope de Rueda, que Tue entre los españoles la que Tir^i entre iosgricgos. En
su tiempo se cantaba por dentro de la escena, sin acompañamiento instrumental, unas
antiguas cantinelas nacionales, llamadas Tomaneet, según Cervantes en el prólogo de sug
comedias : el toledano Pedro Naharro Tue el primero que liizo que tos músicos saliesen
al público en la escena ; Barrio, restaurador del género ilramátlco, aumentÚ la música
instrumental, roforzando el número y la calidad de los instrumentos en la orquesta , y
Juan y Franeiieo de la Cueva introdujeron la costumbre de contar en los intermedios.
A pesar de todo esto, séniíos permitido consultir al célebre Moratin en sus Orlgenet
(ieí Teatro, y á otros escritores , con respoctoal siglo »vi, tan fecundo parala escena
española en todos los géneros.
El dominio que sobre Italia tuvieron los españoles en el siglo ivi , merced á nuestro
poder, representada por el gran capitán Gonzalo Fernandez de Córdova, que supo ha-
cer respetar en Itoma nuestra pabellón, fue causa de que nuestra música recibiese ins-
piraciones italianas, si bien no de tanta monta que se desnaturalizase: pero no vemos
en las ocho comedias de Bartolomede Ibrrw Naharro (2), ni en las tragedias de Fos-
eo Diat Taneo (3) , ni en las traducciones de Fernán Pérez de Oliva, ni en las que se
citan de Criitábal del Castillejo, y, en fin , ni en las de Pedro de Altamira, Esteban
Maríinet, Jaime de Hurte, Juan Pastor, GU Vieenle, Ausiat Cebrero, Andrés Prado,
Francitco de (ai Navas, Juan Sedeño, ni en los domas poetas de esta época, nada que
(1) Las represcnlaclnnes dramáticas en Aragón, fuere de las de los templos, se
ven ya en el siglo xiv, á principios, en la coronación do Alfonso [V, el año I32S, en que
se sabe se representaron, cantaron y bailaron por su hermano oí infante D. Pedro, conde
de Rivagorza, y por los magnates de la corte y juglares, varias poesías escritas por el
infante; y como esta clase de espectáculos se asemeje i los primeros fundamentos de la
ópera, podemos considerar á esta función una de las bases del drama lírico aragonés,
á la que sigiiid la quo compuso el marques de Villena, D. Enrique do Aragón, titulada
Comedia aleijórica de la justicia, la pos, ta misericordia y la verdad, y se representó
en UUenZnmgnza con motivo de la coronación del rey católico Ú. Femando por
rey de Aragón, [^s poesías, canciones y diálogos quede este célebre autor se rcpresen-
tarocvdespues do la esprMada comedía, que podemos llamar zarzuela, por lo que de
ella se sabe , pertenecen d nuestro teatro nrico, mas que al dramático.
(2) Esto sacerdote del siglo ivi se dio i conocer como poeta en Roma y en Ñapó-
les, después de haber sido rescatado de los moros, que le tuvíuron cautivo. Fue natu-
ral do Estrcmadura, y se conocen de él las oclio comedias siguientes en verso, y termi-
nadas con villancicos para música, como concluyen hoy los vaudevilles franceses; Se-
rafina, La Soldadeiea, La Trofeo, La Himtnea, La Jacinta, La Tinera, La Aqui-
lana y La Calamita.
(3) Bate poeta de loa últimos años del reinado de Cirios I, y natural do Pregonil,
escribió las siguientes tragedias: Ámon, Saúl, Jonalás y Abialon.
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ge armaba la Dscena, se fijaron corrales en las ciudades, en los que los cómicos pudie-
sen armar sus máquinas. Madrid acudid áesln necesidad ámedindos del siglo xri, desde
cuya época daUn nuestros corrales de comedias, coliseos ó teatros, como lioy los lla-
mamos. Empezó la nueva era del teatro español en esta época con el monstruo en fe-
cundidad poética dramítica, Lope de Vega, que si, cnmo siente Horatin, no eorñijiá
cotno pudo el maí gusto que había ya en su época en el teatro, no le corrompió, eomn
prelendcn alffunoi, sino que se conformó en escribir según el gusto que domínnlin
entonces, como £1 mismo lo acredita cuando dice;
Y pues lo paga el vulgo, et justo
hablarte en aecio , para darle gusto.
Entre las mil ochocientas comedias y cuatrocientos autos sacramun lulos que dice
D. Nicolás Antonio en su BiWiolíco Aiípana que escribió üasla 1635 en que murió
Lope de Vega, al que no podemos menos de llamar verdadero creador del teatro na-
cional, y tener por el mas fecundo de nuestros poetas dramáticos, que csceden en nú-
mero á los de las naciones que mas tienen (I), lo liizo de mucbas zarzuclis, raion por
la que debe considerársele como una de los que mas contribuyeron con bus obras á la
creación do la representación en música en España y á In elevación del teatro, que, tanto
en música como en verso, un profundo sentimiento de catolicismo y du cabnilerisino
le caracterizan en el fondo y en la forma {()i si bien bastante libre en sus enredos y en
el decir, como se ve en las comedias de Tirso, Calderón y otros.
LossainetesquGson, en el teatro español, la imagen déla verdadera y genuina co-
media (S), y en cuya composición alcanzaran gran celebridad D. Luis de Üenavmile en
el siglo ivii, y D. fíamon de la Crus en el tvjn, sirvieron muclio para promover la
música teatral por alf^nos coros, villancicos finales, canciones, y aun diálogos musi-
cales y bailes quo Itabia en alfjunos de ellos. Las lonadillag, especie de arias bufas espa'
üolas, deque ya hemos hablado, quo pueden competir, comosienie Arteaga, en vivacidad
cómica con cualquiera composición música de otros paises, finalizaban por la general los
antiguos saínetes, y fueron los que dieron origen á las zarzuelas. En los primeros años
del reinado de Felipe II se introdujo la costumbre de cantar dúos y tercetos en las come-
dias, de los que sacan algunos el orígen de nuestras tonadillas, y Imbiérase llegado li
conocer el melodrama, si por una parte el carácter de Felipe III, sumamente devoto y
(() Siendo el principal móvil do sus iiiezas, dice Bef^n, iiel punto de honor, délo
Sue nació un arte nuevo de hacer comedias, que han imitado las literatos modernos
ranceses, tal vez sin fN-n^rla.» Aquí Begi» nos concede la preferencia sobre sus
románticos en cuanto a la invención; pero, como buen francés, no quiere que sea since-
ra su confesión, pues dice que la' ves sin pensarlo, y nosotros creemos quo hicieron
de ello un serio estudio.
(2) En los principios do nuestro teatro se hacían toas, e^tecie de prólogo prepara-
torio de la función, y i esta composición sucedieron los sainttes, que en su primera
época se representaban entre la segunda y tercera jornada de la comedia, y después ul
■ftial de ella como fin de liesta, y asi sigue hoy la coslumbro cuando so representa al-
guno.
103
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Lolianbnndonudo, cuyus dos loatros vinieron ú ser propiedad do la villa do Madrid
en I63S, por convenio lisclio con los liaspilalcs, ó sen con las referidaK corrndias (I).
Taiilo en los primitivos cotrales cuanlo en los leatros, aecantaron farsiis mas ú me-
nos buenas, i|ue ultemaban con las comedias, ya por cuntore* lupaüoles, ya, en lo Rene-
ral, por italianos, que venían en compañía á recorrer España, sin mas interrupción tjuu
desde 1507, un que suspendid Felipe II los representaciones, prohibiéndolas por su de-
creta de 2 de mayo do 1S98, liasta la muerte de este soberano en setiembre del año si-
guictite.
Llegando la comedia á su mayor bo^ en el restiro reinado do Felipa IV, on el qm
los selectos y célebres dramáticos españoles Lope de Vega, Calderón, Moreto, Tirso de
Malina, Solís, Hojas y otros supieron entusiasmar al pública y eternizar sus nombres
al crear nuestro teatroclásico,Blmasrico,abundanto, y, enlin,el maestro delojde Eu-
ropa (2), las comparsas líricas no fueron oidas con tanto gusto, y Euterpe callii ante d
poder do Talla y de Melpómene. Construido en el palacio del Büen-Retiro un teatro
tan c»pB£, en el que servían de decoraciones á veces los mismos jardines, y maniobra*
ban tropas do caballería 6 infantería cuando lo exigía el drama, en este teatro, y en los
salones de aquel palacio y del do Madrid, se dieron de vez en cuando conciertos de
música según los adelantos de aquel tiempo, y se canturon alf{unas fnrsas, ia tas que se
origínamii después las zarzuelas, hijas de las tonadillas, como llevamos diclio. Con la
muerte de Feli|>e IV puede decirse que ge cerró u) teatro cspaítol en todas sentidos, i
pesar de los esfuerzos de Cañizares, Candamo, Zamora y otros poetas dramáticos, pues
que no eiemiü npropósíto para el teatro la mustia y mística corte deCdrlos 11, y vi-
niendo tras él una guerra sangricnln y larga, en vana trataron los cortesanos di^l primer
Uorbon que reinó en Espaíia ie poner competidores en su época al gran Moliere, que
(\) El actual teatro de la Cruz se reconstrayiS en 17*3, y el del Príncipe en 1 745
por Sacheti, i\<:\ ijuu em delineante el famoso H. Ventara fíodriiiuei: estrenóse el ac-
lutil coliseo del Principe el espresado año cun la zarauola El fíaplo de Ganimedei.
Las represen tarín nes teatrales pasaron en el siglo ivi do Castilla i Portugal, siendo
célebre en ellas oí cdmico y poeta Git VieeiUs, protegido por el rey O. ManuH, si-
guiéndole en esta costumbre los poetas Saa de Uiranda, Ferrcira, el inmortal Camoeni
y otros que cuenta la Talla portuguesa.
J2) Como sesicn t:i en la Enektopedia moderna, de Mellado, á la pdg. 701 del tomo ii ,
os los críticos, aun los franceses, desde Voltaíre i Villemain , reconocen corm
verdad indudable nuc sus grandes dramáticos formaron su genio estuilíando el reperto-
rio del teatro español. Hr.Hicoboin dice; nlín el estraordinario número de comedias que
tienen los españoles, apenas ae encuentran ideas tomadas fuera, síno que, al contrario,
sus poetas dramáticos son los que lian abastecido de ellas A todos los teatros de Euro-
pa.» ¥ no puede menos de confesarse así; pues t^ue es sabido que. A cscepcíon de las re-
presentadones religiosas, no so ven comedias m en Italia ni en Francia, ni en nnrte nl>
guna de Europa puesto que solo se conoce l.i ¡Mandragora y la Chiia , de Maehiavello,
y la Calandra, de Bibbitna, coma producciones dramáticas profanas italianas, y estas
pertenecen ya ú los últimos años del siglo xv ; y basta la mitad de) mismo siglo no se
ve en Francia pieza que pueda llamarse comedia, fuera de las escenas devotas, liabien-
do sido los ñoclos Joaellt, Peru»e, Tnuttaia y Grevin los autores únicos que, al lermí-
narje el siglo, dieron las seis comedias y tragedias únicas que aparecen en Francia en
esta época, en la que ya la España contaba con porción de piezas y do autores en este
género, de los que lomaron inuclio los demns de Europa; en fin, puede decirse que los
españoles ban creado ol teatro moderno en Europa.
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del real Alcózar, en el sitio llamado los Canoa del Peral, que era donde se liallabnu
los lavaderos de la villa en ta puerta de Balnada, cerca de la Tuenle denominada de la
Priora, y lea concedió la villa el sitio con la condición de conservar los lavaderos. Em-
pezaron las rejirejenlaciones, que si bien fueron acofíidas con entusiasmo en un princi-
pio, no tardaron en despreciarse por la mala clase de cantantes y de inUrumentislas do
que se componía la compañía ( I). La guerra de sucesión en que se lialló la Península en
los primeros años del espresado reinado, fue causa de que la ópera italiana en España
no se aclimatase desde luego, i pesar del amor d la música de nuestros antepasados. Sin
embargo, desde <70S al noS inclusives hubo un teatñllo de ópera italiana , que tuvo
que cerrarse si lin por falta de concurrencia.
Llegó en 170S Francisco Bartuli con su compañía de TrufaldiitM y bailarínes, y si-
tuándose en la casa de los Cañoi dei Peral, de que va hecha meocioi), attcrnaron los
funciones líricas con las corcográHcas hasta 1713 en que su sucesor, FranciicaNeri, le-
vantó el campo, pagando con los efectos del teatro todo lo que debía la compañía á la
villa, y siguió dando algunas funciones en varias casas de los señores de la corte hasta
el año de 17(6, en que habiendo traído mejores músicos de Italia, logró que el rey
mandase á la villa le cediese el edificio de los Caños sin Ínteres alguno, concediendo el
que se cargase ocho maravedís en cada entrada para que la villa se resarciese de los
2,200 rs. que valia anualmente el alquiler del local. Uesile «fie año daUín las represen-
taciones de noche, pues que hasta entonces se dieron por la tarde, á las cuatro on verano
y & las dos en invierno, y en esta costumbre siguieron aun tos testros de la comedia
muchos años después, á pesar de lo que gustó la novedad de las luces, alma de la ilu-
sión en los espectáculos teatrales, y por medio de la que resallan mas las gracias y se
ocultan mejor los defectos físicos de los actores y la habilidad de los jxnlorcg.
Esta compañía alternaba los funciones líricas con representaciones de comedias en
italiano, á las que se aGcíonó mucho aquel público, á pesar de lo que estragaron su
gusto los dramaturgos tlrrutia, Villaroel y otros de su clase ; sin embargo, nosotros
creemos que, ó es exagerada la noticia, 6 se sabia en Madrid, al menos entro los cor-
tesanos, mojor el italiano que hoy, en que estamos seguros de que no se aguantaría una
representación do comedias italianas, i no ser que se hiciese moda como la comedia
francesa; pero esta moda acabaría antes déla que bemoa indicado, que también ha lar-
minado su imperio (2).
It) Mr. Begin fue mal informado cuando nos dice en su citada obra que la ópera
italiana no empeló en España hasta el año de 1748 |>or Farinello. En primer lugar, Fa-
rinello empezó las óperas que dirigió en el año 17*7, y no en 1748; [lero ya en osla
época hacia muchos anos, como hemos dícho, que se cantaban óperas bien ó mal en
Madrid por cantantes italianos.
(2) El teatro franca, introducido en España par D. Juan del Penü, que obtuvo el
privilegio, se estableció en el teatro de la Cruz el año pasado de 1831, y ha continuado
en el del Instituto Español basta Bu de febrero de este año de l8St, en el que lia stAo
muy poco favorecido del público, á pesar do los buenos actores con que lia contado
pare la representación de vaudcvilles, en los que ha lucido la fumosa y bella actriz de
dicx años, Cefina Jfontafanrf, joya inestimable de la escena francesa, cuyo talento,
gracia y despeja cómico, unido á la hermosura con que la ha dotado la naturaleza, ban
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moría nuestra pluma, asi como la obra dedicada al mismo Azara en 1785, en que
la imprimió en italiano en Venecia en cuatro tomos, y antes en Bolonia á costa del
propio caballero, séanos permitido insertar nqui algunas noticias de las que sobre la
música española, en la época que recorremos, da este célebre autor aspañol, cuyo nom-
bre está tan justamente honrado entre los sabios del siglo xvui en Europa.
Dice Arteaga: «Que sí la música sagrada tuvo su origen y progreso en Italia , no
sucedió lo mismo con la profana. Inundada Italia largo tiempo en los s iglos medios por
los bárbaros; embrollada en cuestiones y controversias entre el sacerdocio y el impe-
rio; destrozada por las rabiosas fracciones entre gúelfos y gibelioos; desunida por las
divisiones de sus príncipes, y ocupados los italianos en la guerra y en la política, pen-
saron poco en las artes, y mucho menos en la música, que tanta tranquilidad y abun-
dancia necesita para prosperar. En este desorden de ideas, y de principios tocó á los
provenzales dar las primeras máximas de la música profana moderna á la Italia, cuya
nación debia superar en ella á todos los demás pueblos en el porvenir.»
El carácter alegre de los provenzales, la larga paz y el feliz gobierno de sus galan-
tes soberanos, les hizo adelantar estraordinariamente en la música y poesía nacional, de
la que fueron inventores según unos^ ó tomaron de los catalanes según otros, no fal-
tando quien pretenda que fundaron su sistema en los últimos destellos de los latinos.
Añade Arteaga aque el lujo y galantería de los soberanos de la Provenza dio origen
á cierta tribu ó compañía de hombres, llamados generalmente ministriles (i), los que,
sin tener morada fija, errando de castillo en castillo y de ciudad en ciudad, iban
acompañados de sus mujeres é hijos imitando á los antiguos rapsodas de la Grecia, ó
como residuo de los cómicos latinos. Distinguíanse con diversos nombres, según sus
oGcios: los que improvisaban se denominaban trovadores; cantores los que cantaban
los versos compuestos por los primeros, y juglares los que tocaban algún instrumento
ó entretenían al pueblo con sus bufonadas.»
Faltos de sociedad aquellos pueblos , sus bodas y ferias eran sus únicas reuniones
de gran diversión , y en ellas se presentaban en turba los juglares y los trovadores, á
fm de divertirá los convidados y al pueblo con soá canciones, bailes y tocatas, que
siempre acababan por ensalzar á las damas, que por lo tinto les tenían especial afición .
Los italianos no conocían la música vulgar unida á la poesía por el estilo de los pro-
venzales, y dedicados á la música eclesiástica , en sus diversiones faltaba ese saínete
que siempre las solemniza ; pero al llevar el conde Berenguer de Barcelona y de la Pro-
venza sus ministriles ó trovadores y juglares á Italia, como llevamos dicho , los italia-
nos se prendaron de sus cánticos semidramáticos y de sus bailes pantomímico-escé-
nicos, y abandonaron su sistema músico instrumental profano, de que hacían uso desd
los tiempos de la famosa condesa Matilde , sin que haya pueblo alguno que pueda pre-
sentar documentos mas antiguos do la poesía vulgar hermanada á la música, que los
provenzales españoles y franceses.
Dice Arteaga , repetiremos por convenir así algo de k) que dejamos dicho sobre
esto, que si bien el sistema poético y musical de los árabes y españoles, y de los pro-
venzales, tiene algunos puntos de semejanza, no puede convenir en que los provenza-
(I) Queda dada noticia de estos, por nota, en la parte primera de este discurso,
99
— 827 —
PilarRHiuicos los catalanes por nnturaleza, j an particular los barceluiieses, hnn sido
en eete stglu los (|uc mas constantemente han mantenido la Opera italiana, la cual soa-
lienen también en el día un sus bellos teatros de Barcelona, en cufa ciuJad han figu-
rado mucha parte de las notabilidades musicales de la 6poca, que Itan «ido pagadas
con largueza y liasta alojadas con suntuosidad, síondo lio; de los que mas esfuerzos
liaceu para introducir la ópera española ú larzuela, ijue ha empezada ú ejecutarse en
Bijuellos teatros con grande éiiio (I).
En Madrid, que con Barcelona tta competido siempre en este asunto, hn liabido,
desde el ano 1814 al presente, como liemos indicado, algunos largos intervalos en que
ha estado callada laEuterpe escénica de todo punto, alternando en loscolbcos del Prin-
cipe y de la Cruz, únicos que hubo desde I8H, ^n qiicsecerrd pnra las representacio-
nes el de los Ceños del Peral, la ópera italiana, ja cantada por adores españolos, ya por
italianos, pero sosteniándosc siempre débilmente y por temporadas carias. Llegó el
aña de < 833, que con el de 39 pueden apellidarse de las Rociedados literarias y artlsli -
cas por las muchas que se crearon en toda España, y levantando al^n tanto & la decai-
y dolado casi de las mismas gracias armonií^as ild tosuano, es suave para la música:
10 primero, por la atiundancia de Tócales; lo segundo, por ta suavidad de ellns; lo terce-
ro, porque sus dicciones temiiflan regularmente en consonantes nnncibles y sencillas,
cscluyendo las Asieras y dobles; y lo cuarto, pqrquc no tiene necesidad indispensable de
usar con frecuencia aquellas letras uue por si son duras y desdicen de un idioma tan
agradable; estas son la J, la G y la X, letras cuya pronunciación es de origen drabe,
las cuales se usan menns veces que las domas. Es, pues, indudable qiio después del tos-
cano, el castellano es el idioma mis adecuado para la música, porque es el mas suave,
varío y armonioso de Europa. jOjalA que, as! como hay en él esta favorable disposición
para el canb, iHibiese el DecesarioestudioydolicRdezaenlosinseniosque escrtuen poe-
sía para poner en música! Pero ademas do faltarles en suj obras las dotes de buena
poesía, les (alta dulzura mótrica; siendo nsl que en los versos que se han de cantar no
esdisimulableel mas mínimo descuido contrarío Ala grata sonoridad, por lo nuc dehe
evitarse el encuentro dsconsonanlesdiisapacibles. las violentas contracciones nelas vo-
cales, los Gnales asonantados cuando nolos exige elinctro, y la acumulaciou da dicdonei
agudas que no vayan discretamente mezcladas con las breves-» Añade: «Que os inútil
toda diligencia del versihcador si el compositor no atiende al sentido de la letra; si U
trunca quebranta su natural prosodia; si la confunde con demasiado acompañamiento;
si la hace lánguida con importunas repeticiones, ysi, para acreditarse de inteligente en
las abusivas licencias del contrapunto, dispone que en las composiciones á muchas voces
canten unos ejecutores unas palabras, mientras los demás cantan otras, que es el modo
de que nada se entienda. Aun cuando el poeta y músico eviten todo incoavuniente , se
aventura el acierto, si el cantor no contribuye por su parte con una pronunciación da'
ra y eapresiva; y solo cuando los tres se ayudan ÍKual y mutuauíento se logra al admi-
rable efecto que debe producir la música vocal. Pero casi siempre es esclava la poesía
déla música, llevándose el ruido la atención, da suerte que el mismo efeoloda una ma-
la que buena poesía, lo que no sucedería ai el compositor dejase lucir al poeta y el
cantor no quitase la espresion i ambos.i>
(1) Ln zarzuela encontró oposición siempre en los catalanes, apasionados, mas que
el resto de España, á la ópera italiana, y asi es que jamás se aclimató, y pocas veces se
oyó con gusto este género español; pero encarcatlode la direocion núsicadel teatro del
Licito de Barcelona nuestro amigo el aprecioble profesor y compositor D. ilariano So-
nano Futriesen lSo2, ha logrado con su buena dirección y talento músico, no soto que
se oiga la zarzuela con gusto por los caLitanes, sino bastacon entusiasmo, de modo que
puede decirse que ha conquistado el gusto de aquel pueblo severo y enlcndidu en
música, al género español, y es de esperar que la opereta española afiance allí su con-
qolsla y produzca obras dignas y meritorias.
I
— 831 —
Ita época ea la espresion de U letra, y la or(|uesU se limitaba á acumpañur sobria-
mente, y muy piuno por lo gonerai. Los famosos músicos Buramello, Hass, Nicolás Ju-
nielli el napolitano, y sobro todo Lampugaant, pusisron todo su estudio y conoto en
Ib parta instrumental, y poco á poco iia llegado esta parte eu la ópera á sobreponerse
á la voz y á lu letra, ú las que cubre muchas veces el grnode estruendo de la multitud
de instrumentos antiguos y modernos do que se componen lioy nuestras orqueataa, j
cuya necesaria combinación dificulto al doble las buenas composiciones músíco-dra-
milicas. El grande adelanto que ademas ba beclio la música instrumenta] en Alemania ,
en cuyo pueblo so escribe ia música mas Glosófica y complicada que se conoce, y el gus-
to que lia creado esto mismo bácia esta música, ha hecho desmerecer mucho al me-
lodrama en la parte de canto, que, siendo su principal, parece una cosa secundaria de
su mismo comento, que son las melodías instrumentales.
Dedúcese de esto, que la Taita de filosolia en los compositores es la verdadera
causa principal de la decadencia de la ópera, y particularmente de la italiana, como lle-
vamos diclio, á lo que se añade el abandono casi total, de que ya se quejaba nuestro
Glósofo en el siglo pasado y podria quejarse doblemente hoy, así como de la vanidad
i ignorancia de mucha parle de los cantores, que creemos haya ido en aumento
desde su época en vez de disminuir.
Verdaderamente que á paca que lo examinemos, y muy especialmente en nuestra
España, entre lodos los géneros de poesia ninguno so ha descuidado tanto como el
drama musical, A pesar de los escelentes y grandes modelos que dejó el inspirado Me-
toíttuio, al que puede considerarse como el rey de los poetas de la Apera, y et que la
elevó, en esta parte, i su mayor altura, inmortalizándose él en sus escritos, pues que
sus aperas como la Odiiea de Homero, Églogas de Virgilio y de Teúcrito, las Etegiai
de Calulo y de Calimaco y los túmedias de Uenaiidro y de Tereauio, son obras poéticas
que siempre serán célebres, y que Inmortalizarán á sus autores en la posteridad. Olvi-
dando los autores que la poesía es la primera fuente de la espresion en el canto, lia que-
dado reducida 6 un estado peor que una prosa m iserable; en fin, ahora sí que puede de-
cii'se que ha llegado á lal estado, que ni el tealro conserva sus derechos, ni la lengua
sus prírilogios; A un punto en el que la música no encuentra imágenes que espresar
ni rilmo que seguir, y en el que, concluiremos con ArLeaga y con mas razón que él te-
nia para decirlo en su época y Fdjóo en la suya (1), la razón no ve conexión aljijuna
(I) El P. Peijóo, en su Tiutro CrKíeo, discurso cuarto, dice al párrafo 12 que la poe-
sia en España (en su tiempo} estaba mas perdida que la música en mucho y con este
motivo se eapresa asi; «Son infinitos los qiie hacen coplas, y ninguno es poeta. Si se
me pregunta cuáles son las arte.^ mas difíciles, responderé que la médica, poética y
oratoria. Y t;i se me pregunta cuáles son las mas láciles, responderé que la poética,
oratoria y médica. No bay licenciado que si qui«re no haft<i coplas; cuantos religiosos
sacerdotes bay suben al pulpito, y cuantos estudian medicina bailan partido; pero
¿ddndi! está el médico verdau érame n te sabio, el poeta cabal y el orador perfecto?
•iNuestro erudito monje D.Juan de Habillon, en su libro do esludios mondalicos,
dice que un poeta escelenie es una alhaja rarísima, y yo mrf conformo con su dicta-
men; porque, si se mira bien, ¿dónde se encucnlra, entre tantas coplas como salen á luz,
una solo juntamente natural y sublime, dulce j eílcaz, ingeniosa y clara, brillante sin
alectacion, sonora sin turgencia, armoniosa sin impropiedad, corriente sin tropiezo,
delicada sin melindre, valiente sin dureza, hermosa sin afeite, noble sin presunción,
y conceptuosa sin oscuridad? Casi osaré decir que quien quisiere hallar un poeta que
— 833 —
qaese afanan algunos jóvenes profesores para conseguirlo (i). Trabajen en ello con
inteligencia y constancia, estudiando los buenos modelos unos y otros, y estamos se-
guros de que conseguirán dar esta gloría á su país y satisfacer los deseos de sus com"
patriotas^ antes que la voluble moda abandono al género español y vuelva la cara á la
culta Alemania, cuya música está llamada á sustituir en toda Europa á la italiana (2),
en cuyo caso seremos alemanes en esto como hemos sido italianos hasta el día, y será
mas difícil entronizar el drama lírico-español (3). Pónganse, pues^ de acuerdo poetas y
músicos en sus obras lírico-dramáticas» procurando hacerlas tan perfectas como ya
exige la ilustración del país, y para que se cumpla la profética promesa que pone Iríarte
en su poema en boca de la poesía castellana:
Asi con amistosa competencia,
Música ypoesia
En una misma lira tocaremos.
(i) ((Nuestra música española teatral, dice el profesor Soriano, difícilmente llegará i
ser mas de lo que es, pues faltándonos escuelas donde aprender las reglas del arte para
escribir con acierto nuestro género de música, empezamos siempre por donde se debe
acabar. Así es que, teniendo eénero nuestro, no sabemos cortarnos la ropa que nos
hemos de poner; y cuando lo nacemos es tan mal, que nos parece malo también el gé-
nero, y vamos á buscar ropa hecha al estranjero; y como toda la que allí se consume
nos gusta, tanto por sus colores como por su hechura, vamos vestidos siempre de
arlequines, haciendo reir á los despreocupados.» Nosotros creemos que el Sr. Soriano
txagera algo en esta opinión, y tenemos mas esperanzas que este profesor.
(2) Dice Mr. Begin, ya citado, que las i arzuelas carecen del estudio suficiente en el
arte de escribirlas, pero que se componen con gusto y con el instinto de las melodías;
Íf que la acogida que tienen del público debe alentar á sus autores mas bien que cebar-
es sobre un mérito naciente, en el que el patriotismo tiene razón en sostener el éxito.
Dice este autor que la lengua española es mas apropósito para la ópera sería que para
la cómica, y nosotros creemos que para ambas lo es, y con preferencia para la segun-
da; pero esta es solo nuestra opinión.
(3) Ademas de las obras citadas en este escrito , pueden consultarse sobre la
ópera las siguientes: TrattatodeW Opera in música, áéi caballero napolitano Planell;
esta es una de las mas selectas. Storia é ragioni d^ogni Poesía, por Quadrío .
wm DRL DISCURSO.
105
I
— I
— 837 —
Itá, Antonio. — Solii, Diego. — Sdorxano. — Suares, Vicnnlo. — Tanca Vasno, Diai. —
Tapia, Vid. BallMtercw. — Tárrega, El zaníiHimi.—Tejera, Juan Francisco de. — Ti-
moMiia, Juan de. — Tirxo de Molina, Fr. Gabriel Tellez de. — rorra, El conde de
l«B. — Torret Farfan, Francisco da las. — Torre, Francisco do la. — Torrei, Corúniínt)
de.— Torres, Uiinuel González de. — TbrrM filianal, Dieco de. — Trejo, José de, —
furia, Ricardo de. — Turre» ó í^ima, Ricardo.— FafliUox, Fr. Leandro.— ToJ-
eárcei, Francisco. — Valdét, Vid. Lanos. — ValdivieiO, &I maestro. — Vateneiano,
Jaime. — VaUn3uela.fi. — Valladares, Koloaio. — Valkjo. — Yanga, Finncisco Velas-
co de. — Varga», Manuel. — Taires, Antonio de. — Va* Vüíastea. Mnrlin. — Vna Bel-
Inin, Juan. — Ve/axeo, Antonio Altad. — F« Jateo, Diego de — Velasco, Juan de, — Ve-
les, Juan. — Velez, \M\s.— VeiiaviAe», Juan Antonio de. — Fera y Mendoza, Francii-
ro. — Vera, Diego. — Vera y VÜlarroel, Juan de. — Ficlorta, Francisco. — Vidal,
Juan, — Vidal, Manuel. — Vidal, VéAtü. — Vidal Salvador, Unnuel. — Villapando. Bal-
lasiir, — ViUamediana, ti. — V'íUanueva, Diego de. — Villanueva, Gerónimo. — Villar-
boa.1, N. — VÜlarroel. — FiíiaftciOM, Francisco de ia Mesa y.— Villatan, Gerónimo
do. — Villega*, Juan Bautista, — Virvega, Antonio de. — Virue», Cristóbal de. — Viruei,
El capitán Luh.—Volada, Galceran, —Í/Hoa y Sandoval, Gonzalo.— t/JJoa, Luís
<le. — Ursino, N. — Urrutia, N. — JCimenes, Ignacio. — Ximenes, Vicente. — Vaiíes, Ja-
cinto.— Zabaleta, Jimn de. — Zamora, Antonio de. — Zapata, Helclior. — Zarate, Fer-
nando de.
SIGLO i*m (I).
Aguayo, Diego A^i.— Alies y Gurena, Francisco. — .Vvear, Tomás.— Arellano
y Cruces , Rumnn de. — Arellano, Vicente Rodríguez de. — Árrieta, Aguslin Gar-
clade. — Atará, El conde de.—BaqucdatiO, Ángel Saavedra Ramirai de.— ffaia.
Antonio. — Benavides, Juan de. — Benegari y Latan, José. — Bernad , Pedro
José, mallorquín. — flouer y Ramonell, Uiguel. — Brave . Manuel. — íoti, Do-
mingo. — Cauahalso , José. — Cagigal , Fernando , marques de casa Cagignl. —
Coüe, Teodoro déla.— CWsado, Bernardo María de, — Camocho y Martine::. Anto-
nio.— Camaeho , Vicente. — Cuno y Olmedüla, Il.imon de ta Cruz. — Cañisaret,
¡osé.— Carnerero, Jo^ üath.— Carpió, La condesa del.— Carriíío.— Castr'lio, Juan
González del. — Caglrillon, Félix Enciso. — &ufro, HArcos de. — Gienfuegof, Nicasio
Alvareí Ae.—Claíiijo, El conde de.— Ciouijo $ Fajardo, José- — Comalia, Luciano
Francisco. — Comnañy, Juan, jesuita mallorquín. — Coneepeion, Juan de la. — Concha,
José. — Copons. FrancisBo. — Cortés, Cristóbal. — Cuadrado, Alonw Aotntiio. — Cua-
drado, hoKazo Íi:im0\ y Uoaso. — Cumplido, José. — Diilgado, Maoarí Daniel. — Biex
Gonsales, Santos.— fluron. Francisco. — Estala, Pedro. — Estrada, ManueL — Uslre-
mera, Juan López. — Fernandes, Antonio Pablo. — Femandes Bastamante, losé. —
íVrer, Juan Piíbln.^^Fernandeí de Líon. Mdclior. — Fernandes de Moratin, Nico-
lás.—Fírnaiiáes de J/oraíin. Leandro. — foco». Luís, raallonpiin.— Frupnanlo, Anlo-
nin. — Galvei. Marín Rosa. — Garda Sutíto, Tomás.— O'nis. Tomií.— Gerardo Lobo,
Eugenio, — Gomei de Aco»ta, Francisco. — González EstéfaiU, Francisco. — Gonzalti
de León, Antonio. — Gonaal-is Martines, Nicolás. — Guerrero, Alvaro María. — Guef^
rero, Vicente. — Gras, José, presbítero, mallorquin. — Gusman, Antonio Merino ;. —
llidalQo, Ju,tn,— ffuerla. Vicente García de la. — triarte, Tomás. — fparraguirre,
Miinnel. — Isunsa. N. — Isenguisa, N. — Jooellanos. Gaspar de. — Jagasay Pilotos, Fer-
nnndo.— tanusfl, Marcos. — Lasóla, Manuel. — Latre, Tomás Sebastian y. — Laviano,
Manuel Fermín, — Ledesma, Félix Rodríguez. — Ledeima, Francisco Rodriguez de.
— Lobera y Hendieía. losé. — Lopes de .iyala, lunario. — Lorena de Arosar. —
JMiguno y Amirola, Eugenio,— Luaun, Ign.icio. — Maldonado. N. — Martines, N. —
Halo, Ignacio García,- iíojueda, José.— .tfarcftena, José.— J/arqHW, Aulonío. —
(1) Cita Homlin en osle siglo ití producciones anónimas, du las que 10 son z
luelBB, 27 tragedias. 40 Óperas, ; las demos comedias y saínetes.
— 8S9 —
Pedro. — Grasi, Angela. — Guerra y Orbe, Aureliano Fernamlai.— Guerra t/ Orbe,
l.iiiB Fernandez. — Guerrero , Teodoro. — Gutierres de Alba, José. — ffarlsenbuteh,
¡nao Eugenio. — Herrero, Sebeslian. — Hurlado, Antonio. — Hurtado de Mendosa,
Joa([UÍri. — Huid, José Maria.— Jado, Laureano ríe. — Larra, Luis Mariaao de.— Lorra,
Mana DO José de. — Larrañaga, Gregorio Romero. — Larrea. — La» Heras, Manuel. —
Lósala, Juan. — l-oma y Corradi, Luis. — Lombia, Juan. — López Arciüo. Ricardo. —
López de Madariaga, Jonquin. — Lup^ Pelegrin, Eduardo. — Lapes Pelegrin, San~
los. — Lumbreras, Santos.— ¿(ano y Persi, Manuel del. — Lledra, Antonio.— JTadroso,
Pedro. — Hagan, Nieoliis. — Maldonado, José Muñoz, conde de Fabraquer, — ¡Santeli,
Solero, — MaTtinee Pitrel. Antonio. ^ — Martínez, Bartolomé. — Martines Cuende, Eu-
Renio. — Martines de la Rosa. Francisco, — Martines Navarro, Carlos. — Mestres,
José Unria. — Miilan y Navarrete. Rafael. — Motellan, Sebastian Fernandez. — Mon-
t?niar, Francisco de Paula.— i^nlt*, Antonio, marques de la Bastida —Aforan, Ge-
rónimo.— Moreno, Eugenio. — Muteat, Eduardo. — Nartoi, La. — Saiiarrete y Landa.
Ramón. — jV^ira de Mosquera, Antonio. — Negrin —Nogaerat, Manuel. — Óchoa. Eu-
genio de. — Oíavarrid, Eugenio de. — Olloqui, Emilio. — Olona, Luis. — Ontiveros, An-
tonio García. — Orgas. Francisco. — Pacheco, Joaquín Francisco. — Paalorfido. Miguel.
— Pojaron y Lastra, Ubaldo. — ParreAo, Florencio Luía. — Peral, Juan del. — Peirel y
Bosque, José. — Peres Ouran, Manuel.— Piwrro, Manuel Hernando.— Principe, Bi-
Suel Aguslin. — Quwedo, JosélleribertoGarcind&. — Quintana, MenenJez. — Quadrado,
nséMaria. — fíamires, Braulio. — /tamir^a ¿oia(£a, Nemesio. — Reca»ens, José María. —
fíegoyoi. — Regnes. Juan García. — Rete», Francisco Luis de. — Rü>al y Fontteré, An-
tonio.— Hibol, Francisco de Ab\s.—Ríos. Francisco Manuel, msllorquin.— Aoca de
Tbgores. Mañano, marques de MolrDS.>~At>ca y Se?ui, Guíllerino. — Romera Saave-
dra, Antonio. — ttomo. Judas José. — Rosa Gonsatec, Juan do la. — Rosell, Cayeta-
no.— Rubí, Tomás Rodríguez, — Ruis Aguilera. — Ruis dekCerro, Juan. — Saavedra,
Ángel, duque de R iras. — Soiaíer, Pedro, — Satas y Quiroga, Jacinto de.— SancA»
del Arco, Francisco. — San« y Rives, Ramón. — Sansón. — Santa Ana, Manuel. — Sana,
Eulogio Florentino. — Sans Peret, Jone— Satarres, Ramón.— Segovia, Antonio, —
Sc/ffoi, José, — Serón, Fernando de Antón y. — 5erra, Narciso. — Seruera, Francisco
María. — Simonettf naatco hiior.— Soler de lit Fuente. José Joaquín. — Soííx. Dio-
nisio. — Soilrea , Ramón. — Suares Brabo , Ceferíno. — Suricalday. — Tejado,
Gavino. — Tiá, Jaime, catalán. — Vatdeíomar y Pineda, Javier. — VaUíulares y
Garriga, Luís. — Valladares y Saavedra, Ramón. — Vargas Ponee, Jusé. — Vayo,
Estanislao de Kosca y — Fejo, Ventura de la. — Velasques. Felipe. — Vera, Joaquina. —
Victoria, Francisca. — Viliay YaUe,íosé. — ViUaJta. José Garda. — ViUerpot, Juan Uar-
linei.- Pí/ÍOíioda, Francisco Navarro.— iTamócoía, Antonio de Iza. — Zorrilla, José.
Nuestro ilustrado amigo y compañero ol Sr. D. Eugenio Harttenbutoh, poeta dra-
mjlico bien conocido en Europa por sus escelejiles obras, escribe unos Anales del
Teatro Español, y en esta interesante obra, que no podré dejar de ser muy buena y
muy completa, atendiendo al buen criterio y veracúlad de su autor, se dará razón ain
duda du todos los autores moncíouuJos en estas lisias y de sus obras.
Compositores de ópera. — D. Hilarión Eslava. — D. Baltasar Saldoni. — D. Antonio
Robira.- D. Emilio Arrieta.— D. Ramón Carnicar.- D. Eduardo Domínguez. —D. Joa-
quín Espin y Guillan. — D. Tomás Genores.— D. Ventura Sancbez Madrid.
Compoíiíorffs de lariueía. — D, Joaouin Gaztambidc. — Udri, — D. José Inzenga y
Castellanos.— D. Francisco Barbicri. — Hernando,— Allú,—D. Manuel Nicolás.
^ ««
n
NOTA FINAL AL DISCURSO SOBRE LA MÚSICA ESPASOLA.
iTÍgen de lai iartminantot múiiaoi npañoli
psrlllJi maduItlioDii so
(S<tfl Isidoro.)
•. un* (tlcTla cuiildad de lanoK par
EBONE, Tratado de «
.úiicj.)
Si por el uso antíf^uo y moderno hemos de juzgar, hs itistrumcnlos de nuestro
pueblo, y, por lo tonto, los mas nacionales, linn sido y son en el día la pandereta, pan-
dero y tamboril, la guitarra y las que de pila se derivan , como citara y bandurriii;
h íinfonia,fole, gaita, dukaina, silbo, triángula ó hiertot y \as castañuela»: eslofi
son tos mas usados efi nuestra España en las mUs do nuestros alegres compatriotas;
y vamos á dar razón de ku origen y de la manera que ha llegado su uso hasta nos-
otros, valiéndonos para ello déla noticias que nos han dejado esparcidas Jos autores
antiguos nacionales de mas crédito en sus obras, las cuales reuniremos en este escrito.
A poco que se reHeiione sobre la forma y Tunciones de los instrumentos , lodos
ellos deben de hnber salido de tres mices; á saber: do la caracola ó del cuerno, de la
(tro y de la pandera, que deben ser los mas antiguos de que liarían uso los hombres.
Ue la caracola marina o del cuerno animal, que demeroa av los primitivos iostrumen-
mos cnúsicos. se derivan naturalmente la tromna, las Irompctsi, los clürínos do todas
clases, el üranoa, la Hauta, el clarinete, la duluiaa, las gaitas de todas especies, el
Tole, chirimía, sacabuche, albogue, zampona, silbo, analll y todos los demás instru-
mentos que producen sonidos por medio del airo, diríjase este de la manera que quiera,
pues que loaos son pnemmSnicus y deben su voz al viento.
Ue la lira, quo en un principio dcbiú tener mucho de nuestro grotesco orrabel tic
Navidad,^ parala que sirvió después de caja d tripa la lapa cooTCia de la tortuí¡n,
debe originarse el ar^ta, lu vUiuclit úguilarra, la bandola, cíUra, laúd, bandurria,
tiorba, el salterio, la sinfonía, el vioün, el piano y todos los demás, cuyos sonidos Ioü
producen las cuerdas meldlieas 6 de tdria, tirantes y templadas convenían temen lo.
En fin, de la pandera (} adu/'s se sngiaarían el tambor, el pandero, los atabalea,
el crdtalo , las sonajas , el címbalo , las castañuelas y todoü los instrumentos ilc golpeo,
entre los oue debt^mos do contar los pastoriles , chicharra y zambomba, mistos entre
los segundos y estos , y los dema^ do este cdnero.
Lot instrumentos de las nacionm qun lian dominado & España so introdugeron
en ella con sus autores, y, mas d menos i'n uso, tjuodaron cotuo un loRudu que ba 11c-
106
— 815 —
saa una mismn cosa , le ooinpnnáe bien dn In il&scripuion qtio hacen los nulorcs ; y
■1110 es propio para acompañar los bailes , lo dijo Ofidio en uatos versoí :
Ouocumque tapieei damor javenitet , el una
FainintB docsj percussaque tympana palmiti
y Tibulo, hablando de Berccintliia, lodecinrú inejur, diciendo:
Níveis citó capil manibiu leoe tympanum
(<|ue loatú velozmente con sus blancas manos el li;jero adufe), aÑudiendu Cálulo :
Plangebant atiis proeeris tympana patmis.
El poner tmnnjas en Ins panderetas y pandero» lo vemos ya citado en el lib. i de los
Beyes, cap. iS, puesto que diciendo tn tympanii latitia et ín tístris , es preciso
tomar aquí el sistro por las sonajas, iuvennl, Ovidio en sus J/etamor/^oMoj v Mar-
cial en el lib. iv, Lacen referencia á la>< sonajas de los pandaros cuando se reitere bI
siitro del tímpano . y ya se conlirmnu en Job los conciertos del pundero con h vihuela
como se verifica entre nosotros para cantar los aires españoles y bailarlos la f;enle del
pueblo , puesto que liallamos que dijo ; A ly/a/tanum et eitharam dueunt ehoroí.
En realidad, el tímpano de los antiguos viene á dividirse entro nosotros en cua-
tro instrumentos, dos de uso varonil v dos del de nuestras doncellas. Los varoniles
son los tambores y \oi timbales á atabales, instrumentos do golpeo í palillot, de los
que se sirve lu milicia de infantería en el primero, y la caballería antiguamente en el
segundo, sirviendo ambos también para nuestras zambras en algunas provincias, y
para solemnizar las grandes Restas populares y darlas cierto tono de majestad.
Vese et tamboril 6 tambor pequeño usado en nuestras provincias vascas, razón por
la que algunos autorea llamaron al pandero tambor vasto, acompañando al llaulin
psra llevar el aire de los alegres zonicos , cantares y bailes ijue caracteriían & aquellas
Erovincias de usos patriarcales, que conservan en toda la pureza de su origen ; y lam-
ien se le oye en las Taldas del Pirineo y en la mayor parto de Ins pueblos de la corona
do Arngnn, y aun en algunos de la de Castilla, nsociandoso á la gaita y ¡i la dulzaina en
las danzas provinciales, si bien en oslas es ya un tAmbar guerrero en vez del pequeño
tamboríl.
Si hubiéramoH de buscaren los tiempos modernos el origen de estos instrumentos,
tendríamos que concederles á los moros que ocuparon por siete siglos la Península,
los que, vueltos á sus arenales dul Afríca, siguen usindolos carao nosotros; aero les ha-
llamos ya establecidos entre los antiguos, como llevamos dicho, y solo añadiremo:* que
de la costumbre de malar i palos los gentiles i los primeros mírtires, según San Pa-
blo, la cual imitaron^ aun usan los árabes, viene el dicho castellano de decir cuando
bandado una paliza a al^un prójimo, deque te han tonada et cuadro áel pandero.
Es muy natural el confundiré! pHnder» con la pandereta en la actualidad; pero en el
antiguo castellano se hallan bien designados , dando á li primero el nombro de Adufe
queesel suyo propio, instrumento árabeque se usaen Tánger, ArgelyTetuan, y en toda
lii costa de África en las diversiones del pueblo, y «n nuestra España en todas sus pro-
vincias para los bailes de calle de las donccN.is, y para los regocijos familiares de todos
las clases en la festividad del nacimiento dul Señor.
La voz pandero p.irece derívacion de la griega panderit 6 prtndora , instrumento
rústico con el que se festejaba al dios Pan, del cual puede provenir el denominar pan-
dero, pandeó pandorga al hombre ó mujer grosero y necio. Sea lo que quiera, es ins-
trumento usado ya en tiempo de Moisés , puesto que se lee en el Kzodo , 15. 30,
que su hermana Haría y Aarnon al son del panderillo guiaban la danza de tas mujeres
quK celebraron el paso del mar Rnio , cantando su sagrada tonada á la grandeza del
Señor; leyéndose en el libro de Jume, II, 34, que la hija de Jepte salid al encuentro de
su padre locando el pandero cuando venia triunfante de tos amonitas.
Si hemos do creer en las alabanzas que dieron al pandero en sus versos los poetas
— 8i3 —
ptausMi mawi etpcrcusMi pede et gaoiáa est confe; lo cual dicen los Íotérprel9í de
las Santas Letras,quepbuiíérenianu(.'f percutere pedt, es lo mismo quu bailar ha-
ciendo castaaelss con los itodos y cabríolu i zipaleUs con loa pies. Do niiul ne co*
ligo el origen de los aplausos (^ue se dan á los cantantes, oúinicos y oradores al ter-
minar sus trabiuos d satisfacción del púUico quo les escuchn. aplausos que por olra
parte aconseja el Salmista á lodos los Heles en las festividades consagradas al Señor:
omnes genis* jikntdite mamhus; razón por la que se establecerían las danzas y uso
en ollas de las castañuelas antigu:imonte en las procesiones del CofViM, y por la que
no deben estrañarnos las danxas que en algunas de nuestros pueblos Tan delante de
las procesiones , y el que bayan bailado con castañuelas los niños It.imados infantes
dolante de los monumentos del Jueves Santo en algunas de nuestras catedrales.
Ürlgen de las caslañuela^i debieron ser tat vez las tejoletai , y no muy lejos de ellas
debe de estar el de los HoarsKUELOS j caicabele» , instrumento^; llamados en lo antiguo
crepitúculos. Polín arirma que los griegos hicieron uso do las tejoletas , á las quolla-
nuaranPAn^ituía, vd fin do que se supiese su uso, nos dej4 dícbo que eran enlrepo-
ner en los dedos de la mano izquierda tejoletas partidas y darías con la mano derecba
ilcompds. Atlioneo lus denommó Lepando* en el lib. t, cap. iv, como lo confirma su
comentador Casaubono, que cuenta que el rey Antioco en ciertas tiestas llevó tejo-
letas en señal de su tristeza, en vez de los ulegres instrumentos que los demás lleva-
ron : Antioehut ut magis h dejieeret testas artunferebal tibiarum loco. V en el
lib. iT, tomándolo de Oidiuio, dice que fueron usadas las tejoletas universal mente. En
lasjlira Use acordú Ju venal de este agreste instrumento, que, según Suetonio, no
disguslú al emperador Nerón , al que cinco mil maDcebos, bijos de caballeros, le
nplaudicrou con bombos y tejoletas, teniéndose el bombo aquí por un zumbido ó silbo
bronco hecho con la boca, según lo entiende Casaubono , que lo deduce de Licofront
y de Sdfocles.
Los HonTSRueuis fueron en un principio de barro, y se tocaban con palillos , pero
se diferenciaron poco de los nuestros. Suidas baca inventor al iitenieuse Diocles, y San
Isiiloro, en el lib. iii de sus Etimologías, at hacer mención de este instrumento, dic«
(juf. so liacian de metal, y auD de plata. Tampoco se olvidd de él Casiodoro on su cartí
a Simaco, pues que dice: Quid acetabuíarutn ttnnilwf Quid diUeisfimé toni? Ae-
feram varia pereuitione modtilanun ; y Propercio aludid i este instrumento on la
elegia 9 del lib. iv, sintiéndolo usi larabien José Elscaligero.
Ño menos celebridad y antigüedad tienen los cascabeles que adornan iiueslnis pan-
deretas. No podemos asegurar si su nombre es bárbaro ó latino , y casi la misma voz
se usó siempre. Cicerón pro Celio lo llama escabela , y Suetonio Tranquilo , refiriendo
la pesada burla que C.iyo Callgula quiso jugar a unos caballeros, dice: Deindé repente
magno tibiarum et senbelorum erepítu eum palla tunieaqae eantieo abtít. kn las
advertencias & este fug.nr, ñire Casaubono: Assentior autem amieisiimo Scaligero qui
icabetoi ene putat apud Suetonium et Amobium , 171105 Hitpani et Aagustani caaoo-
belos di'cuní. Erat hoe unum ex crepilacuti generibu», (¡uibua vel cum musieas or-
ganis , vel inopia oorum , u( notat Scoliastei Aristofanis ad rana» utebatur. En
Arnubio se esplicnn del propio modo los cascabeles.
Llamaron los hebreos á loscascabelesmsriloíatm. que traduce tintimuAula la Vul-
gaU, debiéndose tener por cascabeles los que colgaban déla Gmbria ó franja do
jn túnica del sumo sacerdote , y no por campanillas, como bao creído algunos. Entra
los hebreos los cascabeles avisaban el silencio y el reposo , y entra nosotros el ruido y
la diversión. No queremos dejar olvidado que los israelitas adornaban con cascabeles
los frenos;' prelules de sus caballos, pues que vaticinó Zacarías, cap. xiv. vers. 20,
aue llegaría tiempo que en los cascabeles de ios caballos se escribíria el santo nombra
e Dios : ín dit Íüo erit quod tuper frenum egui est sanclutn Domino. De aquí pro>
vendría el origen anlisuo en España de poner cascabeles en los frenos de los caballos
(le los soldados, no solo para amansarlos, sino ^ue también para imponer con su ruido
al enemigo, lo que consta practicaron los españolea ea la conquista de la Nueva-Es-
paña, en la que surtieron buen efecto para atemorizar £ los indios. Nuestros arrieros
y moKos de muías aun ponen cascabeles en los lujosas cabezadas de los caballerías, y
no hace roucbo que los llevaban por botones en las boquillas de los calzones y en la
— 847 —
Los espsDoles Kan [rasporlado & kioéñcahs sonajas, ea daDde es muy común verte
en las mnnoa de negros y mulatos en sua diversiones y bailes. Hoy no se le considera
en Bapañü ínslrumento música, á no ser que teníanlos porsistro. como San Gerónimo,
al [ñángulo y liierrecillos, tan en uso entre nuestros músicos campnsinos, y nun en
l(s orquestas, y muy especíülraenle en los bandas militares.
El «TiBAL, que el vulgo llama timbales, y que también se denomina atambor, se vq
ya mencinnadn como instrumento de guerra entra los antiguos, y de él habla Stacio
cuando, en el lili, n de su Tebaida, dice:
Tune plurima busiut
mrague taurinos sortitu tJincend'a jtulauí.
Denomínase atali.-il, ya por el sonido que hace, ya por su Bgura, en cuyo caso
puede originnrse del hebreo tabai, que slgnilica redondea, ó de tabal, que en árabe
tiene el signillcado aquel. El uso de los atabales empezó en Enpañn en la edud media
con los árabes, que le usaron en los juegos do cañís, y de ellos pasó i liis naturales, qne
le admitieron en los torneos y demás regocijos públicos, habiendo quedado después i
la cabftlleria, como en un principio, de instrumento múiico, ya solo usndo hoy en Jos
grandes orquestas de nuestros teatros, particularmente en tas de ópera, y para his
gmndes Hestas de ceremonia, como las proel a m.i clon es de nuestros reyes y sus juras
Íliestas reales, publicación anual de la Bula, y corridas de loros en nuestros circos:
is ayuntamientos de las ciudades, y en particular el de Madrid, lleva delante de
si atabales y clarines en todas las solemnidades púMicas en que se presenta i caballo
6 en coche. El tj^mboril ea un tambor pequeño usado en nuestras danzas, acompañada
siempre por la dulzaina, chirimía, pífano o pilo, según el uso de cada una de nuestras
provincias que usan estu especio de música en sus bailes.
INSTRUMENTOS DE VIENTO.
I
DoutAiNt. Este instrumento de boca se dnriva de lg (l^uta, por lo que empezare-
mos i esplicar usía. Dicese flauta á /lata, porque suena impelida del aire, razón pr
la que se la reconoce por madre de todos los instrumentos pneumónicos que deben
su voz al espíritu.
Si Jubal en In primera edad del mundo es tenido por padre de los cantores al son
del órgano, como se colige del Gintsis. 4, 21, puede considerarse la antigüedad de la
flauta, alma del rererido instrumenlo. El pueblo de brael la usó en sus danzas, como
se ve en el libro de los Reyas con referencia t la elección de Saúl, y en Judit con re-
lación al recibimiento de llolofernes.
También usaron la flauta los griegas y los romanas, según Ovidio y otros autores.
Las representaciones de los antiguos se modulaban al sonido y compás de las Qau tas,
las cuales eran diestras ú siniestras, según el lado de la bocu á que se ponían para to-
carlas, ó pares, impares ó serranas. Por la clase y sonido de las flautas conocía el con*
curso la naturaleza del drama, pues las diestras y graves servían para los dramas se-
rios, y las siniestras, serranas y agudas para los jocosos, usándose de flautas diestras
y siniestras cuando el asunto era joco-seno, como se hacía en la representación de la
Mria de Tereneio. Se halla en Plutarco que Alcibiades no quiso aprender á tocar la
flauta, portgue desGguraba el rostro, y díce que este instrumento debía dejarse á los
tóbanos niños que no sabían hablar, porque los atenienses tenían por patrones i Mi-
nerva^ que tiabia arrojado la flauta, y i Apolo, que había castigado al ílautista, burla
que hizo se menospreciase la nauta en Atenas, á pesar de que los amantes de este ins-
trumento acostumbraron en aquella ciudad á ponerse una venda en la cara para to-
carla, á Dn de evitar se viera io que se desfiguraba el rostro. Cuando esto escribían los
espresados autores, notó Estrabon la coatumDre de nuestros españoles en los bailes, en
su lib. III de las Georgias, cuando dice: Ad tUtiam taltant, el adjubam choreai du-
— 849 —
mía, la cual se osa regularmente en las danzas gite van en las procesiones en algu-
nos pueblos de España; y se da este nombre impropiamente a la sinfonía gallega,
que pertenece, como manifestaremos en su lugar, á los mstrumentos de cuerdas.
Si bien en muclioe pueblos de £spana se usa la gaita, llamada entre los franceses é
italianos cornamusa, y aue nosotros tenemos por de origen romano, los asturianos,
gallegos, estremeños y los castellanos viejos son los que mas la usan. Viéndola citada
por los poetas con referencia á estos pueblos, y muy particularmente en las Soledades
de Góngora, en donde hallamos que dice:
La gaita oZ baile soUcita el gusto,
á la voz el salterio,
cruia el ttion mas fijo el hemisferio.
Y en Salazar, en cuyas obras postumas leemos:
¡Oh música sonora de Oaiioiaj
, adimde los gaiteros
ios cueros tocan hechos ttnos cuerosl
De todas las ^tas conocidas en España, las zaoooranas, las de Ontoria, en la prof-
vincia de SegoTia, y las gaitillas de Barcelona, son Jas mas celebradas; habiéndolo aido
también muciio la gaita sencilla ó sin odre de Ja provincia de Madrid, cuando esta ínt-
trumento era mas común hasta en la misma corte, en la que de mur antiguo era nn
oGcio de villa, que tenia la obligación de ir tocando en las danzas delante de las pri»-
cesiones.
Zampona. Este instrumento rústico, á modo de flanta, compuesto de mochas íkuitas,
es la sambMca de los romanos, como quiere Antonio Agustín en su Diálogo de meda^
üas. Este ¿astrumento, que fue en lo antiguo muy usado en Castilla en loe bailes cam-
pestres, y en la mayor parte de nuestras provincias por los pastores, ha merecido ser
cantado por nuestros poetas en las composiciones pastoriles.
El ALBOGVE é albogon es un instrumento especie de dulzaina, muy usado por los
árabes, de quien se origina, que le dieron este nombre de su voz alhuaq^ que significa
fiauia, y del cual hace Gdogora mención en su Polifemo, cuando dice: .
Cera y cáñamo utiíó, que no debiera, *
eiff^ cañas, cuyo bárbaro rutJo,
de mas eoos que unió cáñamo y cera
albogue e$ duramenie repetido.
El BAaon, que es el mas grave de los instrumentos de boca antigaos espanotos,
sábese que es un canon de madera que tiene como una vara do largo, de grueso de wa
brazo, y con vanos alegaros para pKmer los dedos y producir los sonidos conforme al
arte, y que se denomina asi píor imitar á la octava 6 punto bajo de la música. Su sri*
gen nos parece romano, atenaiendo á la deserípcion que de un instrumento se hallad
los antiguos ULioos, los que pudieron toouirle de los trompones de los hebreos, usados
en sus cantos sepulcrales, qoe es el oficio i que está hoy destinado en nuestras igle-*
sias. Los rústicos labriegos imitan el bajón con los huesos y grandes taUos de ciertas
plantas, y en lo antiguo, en las cencerradas ó serenatas hurkncas que se dan en E^a*
na á los que se casan oon viudos* ó viadas , acompañaban á los cencerros y roneos
cuernos de estas nudosas orquestas, con bajones de caña y de cebollones, y á esto aloée
Vargas Castellanos cuando dice:
Con cencerros y bmoñes
le dieron la oénotf rraaa,
yera ixer en losbaloonet
á la gente Morotada>
iOl
— 831 —
arpa cuKlro cuerdas mas, no leniciidú mas que siete la de sus antepasados. Sí hemos
de creer ^ Horacio, la lira del famoso Amplilon solo tenia siete cuerdas. La lira fue
entre los antiguos el instrumento mas noble, y, según la Iliada, con ella cantó AquJIes
las hazañas de los héroes. La había de dos clases, la lira que se tocaba con los diidns,
y lacitaraquese tocabaconestosdcon elpletro, eupecie do púa molálíca como ta
usada para puntear nuestras guitarras de bajos y bandurrias. Otros autores aseguran
que ya en los tiempos de Adán resonó la guitarra, porque JutuI, liijo de Lamecit, ejer-
citd á sus hijos en el canto al cnmpús de la guitarra, como se deduce del Géneiii 4,21,
y aue después, para liacerla mas sonora y preciosa, la mcjiró el rey Salomón, se^un
tí libn de los Reyes, cap, i, Tubrícandosu vientre ú cuerpo de respfanducíenla made-
ra da Tliyino: fecit Rex de (ignU thijinis athara», lirasqae cantimbui; madera lus-
trosa, fuerte y lisa, que ca la qud mus conviene d la guitarra.
Por lo que se ve en los sagrados libros, la guitarra tuc muy usada por los hebreos;
y como se lee en el libro de toa Reyes, cap. i, con ella se celebró la exaltación de Saúl
í la corona. Pasó después de los griegos i los romanos, que la recomendaron métrica-
mente en su teología, puesto que Ovidio nos dice en sus Metamorfosis: Te lyra pulsa
mana, le carmina noilra sonabunl, y Horacio en su oda iO: T» eatutm magni Jovu
el deoTum NarUaum curreque li/rte parentem.
Pasó de los romanos i los españoles la guitarra, si ya nn la tenían antes, como pu-
diera ser. y desde entonces puede considerársela el instrumento nacional por csce-
Jencta, por ser el mas usado de nuestro pueblo, que acompaña con él sus graciosos can-
tares, y que le sirve mejor que olro alguna en lus provincias meridionales para sus
bailes y diversiones.
La citara, laúd, tiorba, bandola ó bandurria de los intiguos trovadores españoles,
no era otra cosa que nuestra guitarra, con diversas figuras en la forma. Oomo liemos
dicho en la parte segunda de nuestro discurso musical, el P. Fr. Juan ElermuHo, en su
obra Declaronon de ÍTUtrumentoí, que publicó en IS3S, escribió en el libro iv do Iodo
género de vihuela, y d<>l moilo de cifrar y tañer este instrumento. Ya antes de él, en
1SS2, el escritor y músico Pisador, en su libro de cifra para tañer la vihuela, re-
conoció á la guitarra como instrumento capaz de armonU , pero si desda entonces
acá ha habido escelentes tocadores, estos no acertaron á escribir con exactitud lo mis-
mo que tocaban , y son prueba de esto las composiciones de los célebres guitarristas
Lanorln, Arepacochaga, Abreu, D. Miguel Garcia, munge Basilio y demás, por Us que
si t>ien llegaron i alcanzar una pasmosa ejecución y conocimiento del instrumento, no
fuernn tan felices al querer escribir la música de sus creaciones.
Vino D. Federico Moreti, que fue el primero que empezó i describir la música de
guitarra, de manera que se distinguiesen dos partes, una de canto y otra de acompa-
ñamiento, y llegando en pos de él D. Fernando Sor, descubrid ya en sus composicio-
nes el secreto >le hacer que la L'iiitnrra fuese al propio tiempo instrumento armónico
Í' melodioso. Desde estos dos profesores el género Jj música y el modo do esiTibirla
lan variado, y ya se empezó i escribir lo que se cantaba, es decir, los sonidos espre-
sndos en su justo valor. Í¡ü este estada era iireciso un nu'-vo método de tocar la gui -
larra coma correspondía y en que se esplícase , v á esta necesidad acudió en 1819
el célebre guitarnsla D. Dionisio Aguado, publicando una colección de estudios
que fue arrebatada en su publicación; pero conociendo el mismo autor que esto no era
bastante y que era preciso un método elemental, se determinó á escribir una escala
de guitarra, la cual publicó en folio, en esmerada edición, en Madrid el aña 1834, des-
de cuya época data, por decirlo así, el apogeo de un instrumento quecueolaen España,
su país, con muchos escelentes profesores que han seguido al célebre Aguado, que bi
pocos años ha fallecido.
El uno, al que podemos llamar el instromento de los antiguos trovadores de Cas-
tilla, y cuyo uso fue general en la edad media en España, África é Italia, es un instru-
mento de la especie iie la guitarra, de la que se diferencia en que su cap ó vientre es
rcilondo y giboso, construido de muchas costillas delgadas y unidas. Dice Cobarru-
bias que algunos llamiron á esto instrumento de cuerda á laudandú heroibas, porque
acó m paña adose con él se cantaban los romances de las hazañas de los revés, principes y
héroes. Su nombro se deriva de la toe griega holieut, que indica la iiarquiila de los
— 853 —
the por los canales ; y en Francia y en España , habiéndolas tomado bajo su hipócrita
mano la política y los partidos , se usan hoy también para festejar á los hombres po-
líticos, como diputados, senadores, ministros y otras personas poderosas por su repre-
sentación ministerial ó tribunicia.
Empero si bien en todas estas serenatas suenan instrumentos, son como auxiliares
de los cantares amorosos ^ pero las hay solo instrumentales, siendo de esta clase las
que dan las bandas de música de los regimientos las vísperas de los dias de nues-
tros reyes ó con motivos de festividad pública , y los músicos pobres reunidos en
banda , á que se llama murga , del nombre de su inventor , cuando van á felicitar á
los particulares por sucesos prósperos, y en particular las vísperas de sus santos.
Así como en todos los pueblos anügoos, la másíca instrumental ha sido en España
el arma do entusiasmo en la guerra , y así es qae el historiador español Beuter dice
que en lo antiguo la vox de mando era la que arreglaba los movimientos militares, y
la gritería los combates al empatar la acción , hasta que , imaginando que la música
alentaría mas á los combatientes que las Toces , se eligieron instromentos apropósito.
Áulo Gelio y Tuddidei dicen que loe lacedemonios usaron íhiatu en la guerra para
reprimir la furia de los caballeros. Los Cardiotoi se sabe qae usaron arpas para dar la
señal de acometer, pero las abandonaron porque no las oian bien les soldados. Los ro« .
manos usaron la bocina ó cometa Mra incitar á sus caballeros y peones , y después
tomaron la trómpela, ^e baüaroa ios Urrenos (genoveses) en Italia, según Virgilio , y
asi es que Propercio dice de los primeros: Buecina eogebat priscos ad arma quirües;
y Virgilio de los segundos en el v. 8.® de la Eneida: Turrenosque tuba mugiré per
wthera clangor. El tambor de guerra, según Plinio, lo halló ya establecido Midia en
la Frigia, v los cartagineses daban la señal de acometer cen el Utuo, especie de cuerno,
cuyo sonido era lamentable.
Las creaciones alemanas y rusas en este género son ya hoy conocidas en España, en
donde hay escelentes profesores de ellas, como puede verse á poco que se asista á
nuestro Teatro Real ó de la Opera, cuya orquesta deja poco que desear, y puede com-
petir con las mejores del estranjero, ó se repare en las bandas da nuestros regimientos,
en los que las hay eecelentes, como la de Alabarderos, Ingenieros y otras de la guar-
nición de Madrid, debiendo dejar consignado que las llamadas charangas, bandas
compuestas solo de instrumentos antiguos y modernos de metal, de uso moderno, se
encuentran al nivel en ejercicio de las mejores de Enropa.
Creemos dejar apantado cuanto en esta parte de nuestro discurso sobre la mú-
sica nos habíamos propuesto, habiendo hecho soto mención de los instrumentos que
tenemos por nacionales, y deseamos que otro mas aventajado é inteligente que nos-
otros amplíe, mejoráadOMS, estas pocas noticias.
FIN DE LAS NOTAS AL DISCUASO.
«MkWki^Miitfta
DISCURSO
HISTORIGO-ARQUEOLOGIGO SOBRE EL BAILE EN GENERAL,
T BR PABTIOULIR DEL B8PAÍPL,
I8CMT0 IN BONOa Á LA BDIIU MBMOHU DBL QÉUBHI DIPLOHÁTICO Y UTIBATO
EL EXCHO. 8R. D. JOSÉ WC0LA8 DE AZARA Y PERERA,
POK 80 nsmuDOK
I
D. BASILIO SEBASTIAN CASTELLANOS DE LOSADA
Cla%t9is faudbuset loquetUe gettu ^ nutu
crure, genu^ manu^ raUíiu^ toto in sehemate
vel semei lateri.
StDOifio Apolinar.
■avrtMk^aMMMHMBMMMta
PARTE PRIMERA.
DEL ORIGEN DEL BAILE EM GEMERAL, T DB LAS DANZAS SAGRADAS T RELIGIOSAS DE LOS
PUEBLOS ANTIGUOS , DE LAS QUK SE DERIVAN LAS QUE DE ESTA CLASE SE USAN EN ES-
PANA.
Cl baile, según la cspresion de Plutarco, es una poesía muda, que, sin hablar pa-
glabra , espresg cuanto quiere significar por«medio de gestos , movimientos y pasos. La
Academia de nuestra lengua le define diciendo que es «cada una de las varias especies
de danza, las cuales toman nombre particular del tañido que les es propio, como
minué, fandango, etc. Numerosa relatio juxtamensurajn acta. Festejo en que se
juntan varias personas para bailar.»
Del instinto natural del hombre (dice el sabio Miilin en su erudito Diccionario),
que desea manifestar sentimientos alegres, fue de lo que se originó el baile, del que el
gusto y el genio hicieron poco á poco un arte; debiendo notarse que , cuanto mas dis-
puestos están los pueblos á divertirse, mas aficionados son al baile.
Este es tan antiguo, que su origen se pierde en la noche de los siglos, y su fin debió
ser, en todos tiempos, el placer y la alegría. Dicen algunos escritores que la voz baile
es griega, y que significa yo danzo; y otros la hacen derivar de Baal^ ídolo á quien
celebraban bailando: pero Calderón quiere que danza se derive do Dan, y pone como á
inventorea á los hebreos de esta tribu, diciendo que aprendieron á danzar do los
egipcios. Algunos autores opinan que la música dio origen al baile, pues que entusias*
mado el hombre al armonioso son de los instrumentos , la misma naturaleza lo condujo
á mover los pies y las manos á compás de la música, y á seguir á esta con los movi-
mientos del cuerpo. La voz y el gesto, dice el Diccionario de las ciencias, publicado
por Diderot, son tan naturales al hombre como el canto y el baile, pues que ambos son
los principales instrumentos de las dos artes que han producido. La razón nos conduce
á pensar que desde la creación del mundo han cantado y bailado los hombres t y la
misma nos enseña que cantarán y bailarán hasta la terminación de los siglos.
Empero si estas razones debieron conocerse por los antiguos, convino á los idóla-
108
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pLinsto do hombrea r al oLro (le mujeres, lüs que, según el g,i;;racl<i testo, cnntaron j
4laniaran solemnemente en acción ite gracias, suceso que ntanifiesta unn t^r.in práctica
y costumbre, puesto que al íwlir de tan terrible pnso, y sin preparación alffuuu <le aii-
leiiiano, pudo bailarse de la manura que se dice. Ya en tiempo de los jueces su bailaba
bastante perfeccionndo el baile, que ejuculalian dÍTÍdidoa en coros, dunuminadus cAo-
rea, formados porliamlires solos unos, y por mujeres los otros, pues en Jdditli (cap. xi)
leemos que la bija de Jepté saliú , como dijimos al babtar de la música , i recibir á su
padre, que volTÍa victoriuso de los amonitas, cantando j bailando can alábale:!, f
guiando un coro de doncellas de au edad ; y que las que fueron rolladas por la tribu de
Deiijamín, por consejo de los ancianas do Israel, discurrían bailando en uoros en la (e*-
tiridad que cada año se hacia en Silo, donde í la saioa su bailaba el Arca de la
AlJania. (Cap. iii, D. 21.)
Siempre que el pueblo escogido de Dia« celebraba algún acontecimiento UVit, debida
al favor del Señor, ejecutaban los lerilas danzas solemnes al son de sistros y alábales,
compuertas por tos sacerdotes, y do esto modo celebraron los bebrcos la victoria do
David sobre el gigante Goliat. ((103. I.", cap. xvni.)
En una de estas licstas solemnes, y con motiva de trasladarse el Arca &mta desde
la casa de Obededon Cetheo isa alcázar do Jerusalen, según unos.úá la de Delen, se-
gún otros, 8C dice que sn uníri al santo rey Darid á los sacerdotes, y qno, i.itroducién-
doseen uno de los coros, baild alegremente alrededor del Arca, delante de todo el pue-
blo judio. En el tomo primero de los comentarios á la Biblia por el pidro Calmat, se
dice que esta trasladacion del Arca se hizo acompañada de siete cuadrillas do danzanled,
que bailaron al son de las arpas y de todos los demás instrumentos do i(ue liacian uso
Ins judíos. Todos los salmos hacen concebir las danzas sagradas do los judíos, y los iu-
túrpretes de la Biblia eslin unánimes sobro osta parle del culto.
En las descripciones que nos quedan de los tres templos de Jeruialen , Sumaria y
Alejanilrla, construidos por el gran sacerdote Onia», se hace mención de que üim gran
parte de estos templos formaba una especie de teatro , á la que los judíos daban el nom-
bre de coro, porque era la que ocupaban los cantores y los bailarínes , quo ejecutaban
sus danzas con la mayor pompa en las liustas solemnes. Leemos en Calderón, que cuan-
do entre los hebreos llegó el arte sallatorío y el baile A su mayor perfección , fue en el
liirnipo de Herodes; pero aquí habla de cuando el baile empezó á celebrarse en las lies-
tirs profanas, del que hablaremos mas adelante al tratar de los bailes do espectáculo y
de sociedad.
De los liebreos y de los ei^ipcios tomaron el baile los griegos, linbiendo autores quo
aspgurnn que, cuando so hallaban en la mas estúpida ÍgnoranrÍ¡i, Orfeo. quu babia re-
corrido el RRipto y queso había hecho iniciáronlos misierios de los sacerdotes de Isis,
llevó á la (¡recia , su patria, sus conocí míe otos, sus errares y el baile, razón por lo que
el sistema de religión de los griegos no fue en un principio mas que una copia de Ins
cstravaganciasde los sacerdotes de Egipto. Establecióse el hailc en Grecia para hon-
rar á las divinidades , cuyo culto instituyó Or/'«o, y como formaba una de las partes
principales de las ceremonias y de los sacrilicíos , ú medida que se erígian altares á al-
guna diiinidad, se inventaban también, para honrarla y festejarla, danzas y bailes
nuevos , que fueron componiendo la gran colección de las danzas sagradas , de las quo
daremos una idea, haciendo mención de las principales.
El dios Pan era honrado y festejado por los aldeanas con danzas campestres , que
— 861 -
(los, y llevaban el compás iliin^a en los escudos los unos do los otros can unas varillas
ú palillos, costumbre que niin imilnn nuestros danzanlcs espuñalca. Las domid dnnzas
snftradas de los romanos, como las Humadas de la Buena Dioia, lus Saturnales, las del
primer din de mayo, j oirás, se ori^aaron de la de los salios ; pero las m<is concur-
ridas eran las quo se ejecutaban en honor de Bsco, que imitaron do las de las griegos.
Como el placer y la alegría fueron, según los mitólogos, las únicas armas de que se
valió Baco [lara conquistar la India, sujetar á los tidlos y domar á los lirrenos , aña-
den que á esto aluilian tas danzas báquicas, que ftioron bailadas en un principio por
Butiros, y después por las bacantes. Estas danzas, inocentes en un principio entre los
griegos, llegaron i ser lúbricas entre los romanos, que ampeíaron en ella» por donde
babian acabado los griegos; y asi es que tas bacanales dieron origen á los bailas lasci-
vos, lo que no podía menos de suceder en unas fiestas que, si bien fueron In delicia de
los sabios y modestos griegos, se tornaron, entre los romanos, coma un objeto Je li-
bertinaje y de licencia.
Después áo liaber dirigido una mirada á todos los pueblaií y religiones antiguas, en
loilas encontramos el baile como una parte del culto, y esto nos da á entemler qua,
siendo el baile la espresion mas marcada, esleriormente, de la nlegria del alma, de In
tranquilidad del corazón y de la satisfacción y placer de los sentidos, creyeron los
1 lumbres que de biun honrar ccn él d la Divinidad, monifestíndolade estemodo su gra-
titud y lo alegría con que obedecían sus divinos mandatos y podían su gracia. Teniendo
todas las religiones esta parte esterna del culto, tos primitivos cristianos no pudieron
prescindir de dar entrada al baile en un principio entre los ritos y ceremonias que esta-
blecieron para adorar al verdadero Dios; y asi es que le practicaron con tal fe, que, si he-
mos de dar crédito áEscalfgero, fueron Wnmaáos Pmsuleí \os obispas, porque ellos prin-
cipiaban y presidian las danzas sagradas, de suerte que tanto las primeras dignidades
eclesiásticas como lodos los sacerdotes eran bailarines por su estado, costumbre quo so
conservú hasta el siglo xit, como se lee en algunas constituciones sinodales.
Leemos en el Dieeionarío de Ciencia» de Diderot, que al reunir la primitiva Itfle-
si.i á los fieles, infundirles disgusto i los placeres y sGcionarles solamente d los bienes
ciemos, tratd de inspirarles una pura alegría en la celebración délas fiestas que
estableció para recordarles los singulares beneficios de Dios. Como las persecuciones
turbasen mucbns veces la paa de los cristianos, se formaron cangregacioncs de born*
brcs y mujeres, que, á ejemplo de los Therapeutai, se retiraron al desierto, donde jun-
tándose los domingos y las lieslas & la puerta de In cabana que tenían por templo,
Iniluban {según el P.[]elÍot)(l) piadosamente al compás de los santos cantares en
quo entonaban las preces de la Iglesia.
Cuando ya el cristianismo pudo construir templos al Señor, se Iiizo en ellos una par-
te elevada dentro do la misma nave, á la cual so llamó coro, que, como se ve todavía en
las iglesias de San Pancracio y de San Clemente eti Roma, era una espocie de teatro
separado del altar, en el que, i ejemplo do los sacerdotes y levitas de la ley antigua, los
primitivos sacerdotes de la ley nueva ejecutaban danzas sagrad-^s para festejará Jesús.
Bn aquellos tiempos, cada misterio y cada festividad tenia sus himnos y danzas parti-
culares, y los obispos, los sacerdotes, los legos, y, e» lln, todos los Deles, bailaban parn
— 805 —
guió bailando en las iglesins, en las procesiones , en muciías íeslívidndes por nlfiiinos
pueblos, y aun sigue esta costumbre en España, como hornos <licha al hublnr ilo la
música, y repetiremos mas adelante.
Sabido es que Hahoma compuso su religión de una amalgama rio los hebreos. p.i;!n-
nos j cristianos , y, por lo tanto , como en las tres religiones que lea sirvieron de base
hilld lasdanzas sagradas, establecid esta especie de culta en sus templos 6 mezquitas,
encargando su ejecución solo á los sacerdotes , los que bailan de muolios rawlus, siendo
)a principal dama la qae liacen los BerviMs. dando vueltas con es tra ordinaria rapidoz.
El baile constituyo una gran parte del culto religioso de la India. En cada t<-mplo
i pagoda hay jóvenes bailarinas (que generalmente se prostituyen después que danzan
en los días de festividades i>o<emnes), que danzan haciendo posturas lúbricas y lascivas
delante de los Ídolos. No solo bailan e«tas jóvenes en las pagodas, si que también lo
hacen los sacerdotes casi desnudos, llevando una espada en la mano, que agitan al com-
pás de su eslraña música , y con la cual hacen vistosos equilibrios y diestros juegos.
También los chinos tienen bailes sagrados en sus festividades d los genios celestes;
y los africanos , asiáticos y americanos iddiatras los tian tenida y usan en el dio,
siendo muy de notar quo los negros do Angola ejecutan un baile sagrado , en ol que
hacen entrar á un bailarín en un entusiasmo tal, que parece un loco, y tienen como
palabras de oráculo cuantas dice en tal estado, creyendo también que predice lo
venidero.
Dificil es averiguar si en la primitiva religión de los españoles y en \tís que siguio-
rotí después hubo ó no bailes sagrados ; pero en lo que no cabe duda es que luego que
Bspaña tomd, de grado 6 por fuerza , las costumbres de los romanos , sus conquistado-
res , E(! unid el baile al culto idrtlilra, si ya no eiislii en el sujo , como es de creer, Bn
la sospecha de que los españoks primitivos bailaron á su ignoto Dio, j después delante
de sus ídulos patrios , creemos que luego que la luz del Evangelio le.s alumbró con sus
divinos rayos iMio serian los últimos que manifestasen al Salvador su gratitud con las
danzas y bailes introducidos en el culto cristiano por los primeros padres de la iglesia.
En efecto , consta por las libros eclesiásticos , nacionales y estranjeros , que loa espa-
Aiilea y portugueses bailaban en los templos en las grandes festivid^ides al son de fos
cdnticos sagrados , en las fiestas de primero de ,iño y de primero de mayo , on los diai
de los apóstoles San Juan y San Pedro , en las Pascuas, y en las ñestas de los santos
patrones y prolectores de cada pueblo, como hemos probado en nuestros conocidas ar-
tículos sobre el Mayo y las Verbenas, y en nuestro Diccionario de la Galanieria, pu-
blicado en Madrid en 1848, al hablar de las enramadas y de estas festividades. Las
vísperas de las tiestos de la Virgen se reunían las doncellas d la puerta de las iglesias
se ejecutaba el primer domingo de Cuaresma un bulle ó danza sagrada, titulada Bran-
tUms. el que se hacia alrededor de hogueras que se encendían en las elaia» públicas, á
manera que aun se hace en Hispana en las noches de San Juan y San Pedro ; causa
por que se dio aquel nombre á estos bailes. Loi reyes de Francia los abolieron, osi
como los llamados noclurnoa. y los demás que se hacían en las iglesias ; pero estaba
tan arraigada la costumbre, que hasta el Gn del siglo ivni no su estinguíeron del lodo,
particularmente en la licEta de San Marcial, en que al terminar cada salmo, bailaba
el pueblo en el coro, cantando: San Marcial, rogad por nosotros , quenomtroi vela-
remos V bailaremos ;>or t'Oí.
— 865 —
Cita costumbre, que se cternízard, porque está vn el carácter capañul, se procüea
Umtiien en Cspañ» con mnlivo de tiestas reules, en los Caniiivalcs y en los itamas fest>3 •
jos públicos, (lara los cuales se cogalannii los danzantes TÍstosainento, ya d su costa,
ya d la de los n juntamientos, siguiendo las órdenes, en los bailes, de un maestro, ni que
llaman Mogigonú ítnlarga, y dol ijue ya liemos lieclio mención en estos escrítoinl
hablar de la miislca.
PARTE SEGUNDA.
Considerado el bailo por los antiguos como una do las bellas artes, fue ennoblecido
por ellos. Este arte, en lo profano, no se limita, como otros, á la pintura que nace de
un sentimiento de alegría, sino que emplea, cuanto le es posible, las bellas posiciones,
gestos y movimientos del cuerpo liumano. Como un seductor medio de espresar las di-
ferentes afecciones del hombre, puede idcilmente el baile trasformarse en una especie
de lenguaje délas pasiones y afecciones del alma; pero cuando se espresa el senii-
miento sin unidad de carácter y de espresíon, y sin que los movimientos sean acompa-
sados, no merece el nombre de bailo. La música es tan esencial d esto arte, que sin ella
carece de vida, por decirlo esl, y el canto es un cariñoso lierraano que le nviva y en-
tretiene agradablemente : lié aquí por lo que creemos que si la Poesía y la Música
tocan en una misma lira, según la cspresion común, es para qu<^ baile Tersicorc con
doble armonía y majestad.
En lo antiguo había mas diferencia entre el baile do sociedad y el do teatro, siendo
el primero el que mas definía el cardcler de cada pueblo, y el que mayor número de
nombres reunía, puesto que tomaba el de los pueblos que le bailaban ; poro en el día.
en nuestra España, lo que los antiguos llamaron baile do sociedad, lia venido d ser, si
no lo fue siempre como creemos, baile nacional, y que llamarÍLiinos provincial con mas
verdad, puesto que cada provincí» tiene el suyo peculiar, en el cual puedo muy bien
estudiarse su caricler.
Los bailes teatrales ejecutados por profesores se dividen en cuatto clases generales
á saber: baile grotesco, baile cúmíco, de medio cardcler y serio. El primero es una
serie de saltos estraordinaríos y de gestos estraños y ridiculos, con los que se pretende
espresar las diversiones y aventuras del pueblo b.ij'o, campesino 6 de las aldeas: el baile
cúmíco es, y debe ser, menos libre que el anterior; pero eiige vivacidad, agilidad, mo-
vimientos riipidos y diestros, y mucha intención ; el do medio carácter participa bas-
109
— 867 —
[uinlires. Débese al baila, sin duda, luuclm parli: de In civilización áe lus bárbaros dul
NorlB que invadieron nuestra Península, los cuiiles acabaron por ejecutar los mismos
bailes, que les entusiasmaron; y cuando ja, restablecida la pnz que turbó su irrupción, y
dueños del pais, se connaturalizaron en él lis danzas religiosas, de hs que aun ijueilnn
copiosos restos en nuestras aldeas y en nuestras rillas, como hemos (tícliu, en las rome-
rías y procesiones de los santos protectores titulares, y en variAs dudadas, como Va-
lencia y otras en las del Corpus, no baciendo mucbos años que se bailaba también en la
(le Uadrid ; las danzas religiosas, repetimos, mantuvieron la afición, y la España visi-
goda apreció el baile tanto como la Espníia romana. Vinieron los árabes, y á la par de
su corvo alfanje y de sus místicas costumbres trajeron la galantería , si es i)uo no la
crearon en España al recibir en su ardiente imaginación las frescas brisas del Guadal-
quivir, y al aspirar los suaves aromas de los ríeos pensiles que en(;alanan i la elisUca
Andalucía, cuyas preciosas flores les debieron Fecundar la mente, baciénJoles concebir
aquellos sublimes pensamientos y galantes ideas, qne tan lindos y sonnros lineen sus
niidodiúsog cantos, recordodos en nuestros cantares y jácaras andaluzas. Las bellas y
esbeltas hijas del Guadalquivir les lucieran olvidar pronto sus odaliscas , sus armenias
y las divinidades del desierto, y el gracioso aire do las Iiijas del Genil aeabA de cauti-
var toda su atención. Hijos de estas ilusiones Tueron sus galantes torneos, vistosas
cañas y sus alegres zambras, en las que nuestras españolas llevaron siempre ventaja
á las mas bellas africanas.
Llenos estin nuestros antiguos romances, particularmente los moriscos, de des-
cripciones de alegres bailes, en los que siempre lucierou las lindas y graciosas bijas de
la Bélica, que liabiendo liecbo desde los primitivos tiempos de la república las delicias
de Homo, en donde las gaditanas obtuvieron la fama de las jnejores y mas seductoras
bailarinas del mundo, según Plutarco, mantuvieron entre los liijos de Miiboma su buen
nombro, venciéndoles antes y mas poderosamente con sus hecbizos, que los caballeros
cristianos con sus pesadas y tajantes tizonas.
Los italianos modernos fueron los primeros que, con motivo de la úpera, restable-
cieron ri baile en los espectáculos teatrales, y, seguido el ejemplo por la Francia, de alli
le tomamos nosotros en mayor número de parejas, tan luego como tuvimos teatros for-
males, en lo que liemos sido muy tardíos, siéndolo también en admitir el bailo serio 6
de Rran espect<kulo, que es muy moderna entre nosotros.
Después de lo espresado vamos ábacer, sucintamente, la bistoria de los bailes
de espectáculo y de sociedad desde su or!gen, para venir á la descripción do los
nacionales.
Las danzas sagradas, creadas por los Nombres para festejar y Uañnr & la Divinid.id,
dej^cneraron después, como llevamos diclio, on profanas, dando la idea de las que se
inventaron con motivo de festividades públicas, victorias, roalrímonios de los reyes,
funerales y demás festejos de estos y de los particulares, y, por último, do estos espec-
táculos públicos so originaron los bailes particulares entre las familias, ya nobles , ya
plebeyas. El baile, como Iodos los inventas humanos practicados por los hombres, tuvo
genios, y estos, que supieron acomodarle i reglas, le elevarou basta el punto de poder
ser considerada , como lo está, entre las bellas artes. Estudiando sobre él sus conoce-
dores, y reuniéadole la gimnástica y la mímica, le pusieron en estado do poderse
poner en escena para representar, como la música , la comedia y la tragedia, hechos
grandes y bcrúicos, y escenas alegres ygrotcscos, pues queso combinaron con élespec-
— 875 —
y Balilo, de quien hemas ya liabludo y volveremos á irutar ; consifjnnnito ofjui qu<i hi
pantomiinaa liieron arínen MgurnniGDtc ú l.is represen tncioncs religiosas de los primi'
tivnscristiaiiús , de las guQ so derivan las farsas religiosas cspafiolas y ol origen do
nuestro teatro (I).
Según CayliiK, en el tomo primero, pá;;. 03 de su o!>ra sobre antigüedades, los
ctniscos praclicaroR rnuclias danzas y liailes qua entraban en sus diversiones; pero de
todas los que pudieron tener, solónos habla de un bailo que so ejecutaba por guerroroa
completamente armados, y de los pantomímicos, quo crea do invención etrusca, puesto
que el mismo Luciana con Ilesa haber recibido los griegos cate baile de Italia, osforadn*
dote en probarlo con la ligura de un bailarín que cinsílica por clrusco , y que publica
en la csprcsada obra. Entre los griegos y los etruscos consta que liubo muchas relacio-
nes de amistad en los tiempos demás prosperidad de ambas naciones , j siendo esto
MÍ no podemos menos de creer que unos lomaron las costumbres agradables de los
otros, porque esto es lo que ha sucedido y sucedo comunmente en todos los tiempos,
por cuya raion no dudamos de que los etruscos, que, según lo quo so ve por sus mo-
numentos, y particularmente en sus preciosos vasos pintados, eran muy bailarines,
adoptasen los bailes dolo» griegos, y estos los de aquellos.
Los romanos no Tucron meims apasionados por el baile quo los griegas, y asi es que
en sus Juegas, en sus cspecliculos públicos, civiles, militares y reli^^osos, y aun en sus
festines, tenían al baile como una pqrte muy principal; pero, según Petiteus y otros
autores, no daban bailes como los griegas, aino que Ijadan ir & sus casaa haílariiies y
bailarinas de prorealon para divertirles en los Ttistines, en cuyos bailes no se raozdnhan
jamAs los convidados (V).
Uno de los bailes mna usados por los romanis era la llamnda DanM nupcial , que
puedo asegurarse llegd i ser la mas obscena pintura do tas secretos del matrimonio,
sabiéndose que li uno do estos bailes ae debiii la separación de Julio César de su mujer,
pues que habiendo entrado Clodio en el baile vestido do ninfa , no quisa aquel que se
sospechase de que le habia sido aquella infiel. A este baile dieron origen los lascivos de
Himeneo de los griegos; pero los romanos en la copia cscedieron tanto al original, que
el Senado romano so vio en la precisión de prohibir esta clasede bailes, y aun perseguir
y echar de Roma á 'os bailarínes y á sos maestras, y esto en tiempo do Tiberio, que
fue uno de los soberanos mas disolutos que ha tenido el mundo. La praliibicion do una
cosa es el incentivo que aviva mas el deseo de hacer lo quo se prohibe; y como esté
probado quo las mas veces surte la proliibicion el efecto contrario , no pocas es íilil, y
se logra mas, no prohibir lo que se quiere estinguir, sino ridiculizarlo, reglamentán-
dolo en tanto se logra la eslincion. En efecto, así sucedió en Roma: la juventud roma-
na tomó el lugar do los bailarínes asalariados que se habían echado, el pueblo imitit i
la nobleza, y los mismos senadores llegaron á no avergonzarse de bailar obscenamente,
teniendo que lanzar del Senado el emperador Domiciano A algunos padres conscrip-
tos, que ae envilecieron basta el punto de efecutar en público el vergonzoso baile nup-
cial. Si no se liubíera prohibido este baile, no hubiera salido de la esfera de los b.iila-
(1) Los que quieran saber la forma y mótodus do loa bailes pantomímicos , pueden
consultar la disertación de Mr. Burotto sobro bailes ontiguos.
lio
— 871 —
una media armadura, cascos dorados en la cabeza, campanillas en las piernas y espa-
da en las manos ; y armados de esla suerte, bailaban haciendo contorsiones, ya có-
micas, ya guerreras (i). A pesar de ejecutar esta danza armados los bailarines, no la
comprendian los griegos entre las danzas militares, las cuales se dice inventaron
Castor y PóltiXt cosa que niegan otros autores, diciendo que estos no fueron sino jó-
venes que hicieron mas progresos en ellos que los demás héroes de su tiempo. Fue tal
el entusiasmo que causaba el baile militar entre los guerreros griegos, que, en parti-
cular los espartanos, se lanzaban bailando al enemigo; de suerte que por este hecho
histórico se contesta á los que, para deprimir al arte, dicen que el baile debilita las
fuerzas y hace muelles y afeminados á los hombres, inutilizándoles para el ejercicio
de las armas, error crasísimo que pone de manifiesto la ignorancia de los que asi
opinan.
Entre los bailes públicos y privados de los griegos , la danza fúnebre era uno de los
mas usados y solemnes, particularmente cuando se practicaban por la muerte de al-
gún soberano ó magnate. Los funerales de los reyes de Atenas se hacian en procesión
como los de los egipcios, y como nosotros hacemos los enterramientos de las personas
reales ; pero en aquellos rompia la marcha una escogida tropa vestida de largas ropas
blancas; descuadrillas de jóvenes precedían al féretro , que iba rodeado de dos coros
de doncellas , y unos y otros coronados y con ramos de cipreses en las manos , ejecu -
taban bailes serios y majestuosos al son de músicas lúgubres esparcidas por toda la pro-
cesión, y de tristes cantos elegiacos en alabanza del difunto, que entonaban los sacer-
dotes de todas las divinidades griegas , vestidos según su rito. Detras del féretro se-
guían una porción de ancianas cubiertas con grandes mantos negros, á las que se deno-
minaba UoronaSf porque iban dando tristes lamentos y gritos , que no serian pocos,
atendiendo á que se las pagaba según las mas ó menos estravagancias que se las habla
visto hacer. Los particulares, con arreglo á sus Intereses , disponían los bailes fúnebre9
con mas ó menos pompa , pero siempre por este orden.
Otro baile de los griegos era el fíormus: un joven listo y vigoroso guiaba la danzas
una tropa de jóvenes le seguía hallando; otra porción de doncellas iba detras de ello;
bailando con pasos lentos y aire modesto; los jóvenes volvían repentinamente atrás y
se mezclaban con las doncellas, á tín de representar así la unión y la armonía, el tem-
peramento y la fuerza ; los jóvenes multiplicaban los pasos en este baile, al paso que las
doncellas los hacian sencillos, y esto era lo que proporcionaba la variedad de los grupos
y de las figuras.
Antes de entrar con los bailes de teatro de los griegos, no queremos dejar de hacer
mención del baile llamado danza de los Lapitas; baile que se hacia siempre al fin de
los festines que se tenían para celebrar alguna gran victoria. Luciano dice que este
baile era muy penoso y difícil, porque tenían que imitar en él los combates de los cen-
tauros y de los lapitas, y que los diversos movimientos de estos monstruos, medio
hombres y medio caballos, que era Indispensable ejecutar, exigían mucha fuerza, ra-
íl) Este baile, que se usó en los primitivos teatros modernos y practica alguna vez
en los actuales, está perfectamente espilcado y descrito por Thoinot Arbeau en su Or-
chesografia.
— 879 —
del cuerpo, inaiiiriestan al espectador el placer que les inspira la perfeccioii que leí
acompaña. Bn Itn, la agitación del cuerpo, los pies, In; posiciones, las actitudes y los
balanceos, ;a ECon vivos, ya graves, capresan perrectamente y cou gracia el deseo, la
galantería, la incerlidumbre, la impaciencia, la ternura, la desgracia, Inconrusion, la
desesperación, la paz, la satisraccion, y, por úllimo, la dicha: lié aquí por lo quo la in-
tención es el alma de los bailes españoles , y por lo que por bien quo los qjocuten loi
cstranjcros jamás los caracterizarán debidamente , pues que, 6 exagerarán, dse queda-
rán cortos.
PARTE TERCERA.
Ue la propia manera que entre nosotros, Fue en lo antiguo el baile, honesto é
inocente, 6 desenvuelto y la.scivo. Luciano es de opinión de que el bailo pueile com-
pararse á la armonía de los ciclos, porque del propio modo que estos se mueven á
compás y número, H baílarin ó danzante lo hace armdnicamente divirtiendo al qua
le mira, Silio ILilico, en su Ub. ni do la Guerra rúnícii, nos asegura que era tal la
afición de los españoles a] baile, que constituia su mayor diversión, y que le practi-
caban con entusiasmo en todas sus Tiestas sagradas y profanas.
Naturalmente belicosos los españoles, se entretenían en tiempos de paz en bailes
bélicos por su forma , é iguales A los llamados Pirricos por los griegos, los cuales,
como dice Ateneo en ol lib. iv do sus Dimiuisophistcu, se asemejaban mucho á sus
batallas. Con esta danza bélica no solo se divertían, si que también festejaban con
ella á sus dioses. En atención á saberse por los autores antiguos, y por la tradición,
que muchos griegos vinieron á poblar i España, es creiblo que asios bailes los toma-
sen de ellos los españoles; y nos lo induce á pensar asi ol que los griegos tuvieron
casi los mismos bailes, y que la voz bailt y bailar sale del verbo griego BaUito,
usado de muy antiguo en España, como se nolA ya en el Concilio bracanensc,
Ixw inventores do la danza, y en particular de la Pírrica, hay autores quo dicen
que fueron los Cunta, y asi lo sienta Estrabon en su lib. x. Estos Curetes, según
Trogo Pompeyo ü su abreviador Juitíno, lib, iliv, vinieron de Crecía á sentar sus
reales en las costas de Gibraltnr y de Tarifo.
Estrabon (lib. ni Di geografía) asegura que los lusitanos bailaban en sus (¡estas al
— 877 —
leristica permanente, de que hemos dado en la Corona do Azar\ una muestra palpi-
tante, y en él se manifiesta de tal modo el carácter de los países respectivos, que aun
cuando la música y el traje callase el nombre del país á que pertenecen los bailarines,
se puede interpretar solo por el movimiento de los pies y de las manos, y por las ges-
ticulaciones, postura y figura del baile. En la siguiente parte daremos á conocer los
bailes nacionales españoles mas característicos, y los que actualmente hacen la diver-
sión de todas las clases.
En bailes escénicos de espectáculo, la España ha seguido en su teatro á las nacio-
nes mas adelantadas en el arte, si bien hasta estos últimos años no los ha prestado gran
protección, porque tampoco se presentaron hasta ahora con la magnificencia que re-
quieren.
El gran baile pantomímico escénico puede decirse que empezó en España en los
teatros de los Caños del Peral y del Buen-Retiro, al propio tiempo que la ópera italia-
na, pues que, aunque en los tiempos de Lope de Vega, Calderón y de Morete, entre la
segunda y tercera jornada de las comedias había un intermedio llamado saínete, en
el que se bailaba y cantaba, á lo que alude el festivo Quevedo cuando dice en su
Musa 5.*, Baile 5 A-
Hoy la trompeta del juicio
de los bailes de este mundOy
al parlamento los llama
que en Madrid celebra el gusto,
estos bailes, así como los llamados bailes de composición (1), se asemejaban mas á
nuestras tonadillas y zarzuelas que á los bailes de espectáculo tal y como se conside-
ran hoy, si bien de aquellos se originan en España los segundos en cierto modo.
Como al hablar sobre la poesía y la música hemos ya dado alguna noción del bailo
de espectáculo moderno, ejecutado casi siempre por estranjeros, y de sus principales
actores, tanto de estos como del país, ya en el contesta, ya por medio de las notas que
le esclarecen, si bien siempre por incidencia, nos dispensamos hacerlo en este lugar
por evitar repeticiones, encaminando á aquellas citas á los curiosos que deseen noti-
cias sobre este particular.
Solo añadiremos aquí, en cuanto al baile español, que se debe al maestro de baile
Carlos Atané y á su bella pareja la graciosa gaditana Josefa Vargas, el haber vuelto
á Madrid el entusiasmo por nuestros bailes nacionales en el teatro, en donde estaban
ya mirados con desden, por la novedad con que supieron presentarlos en el teatro del
Instituto en el año de 4850, empezando en esta época el baile nacional escénico de
grande espectáculo, con vistosos trajes del país, alegres panderas y otros efectos, y
dando entrada en ellos á la pantomima, nueva clase de baile que tan bien han sabido
mantener con aquellos los entendidos profesores coreográficos españoles Estrella, Ca-^
sos, Vera, Ruiz, Guerrero y otros, y las bellas sirenas de Andalucía la linda Manuela
Perca, conocida por la Nena, Ana Garrido, Petra Cámara, Dolores Montero y otras
(1) Nuestros poetas han escrito porción de bailes, que se cuentan entre las piezas
dramáticas.
— 883 —
que se empezó á usar. Calderón, en su comedia El Alcalde de si mismo ^ jornada terce«
ra, hace mención de las foliasi diciendo:
El barbero
¿no está tras de su cortina
tañendo , que aquí lo oigo,
El Villano y las Folias?
La alegría que causaba este baile, y sus locas contorsiones, debió sin duda hacer de-
cir á uno de nuestros poetas aquella estrofa, tan sabida como bufonesca, que se repite
casi diariamente en varias ocasiones:
Tocando la lira Orfeo
y cantando Jeremías^
bailaron unas folias'
los hijos del Zebedeo.
De LA Zambra. Cuando los árabes ocuparon la España practicaron en ella, no solo
sus bailes nacionales, sino que ioyentaron otros inspirados por el alegre genio de los
españoles, en los cuales caracterizaron á este pueblo singular, que , por mas desgracias
y privaciones que le sucedan , jamás pierde su natural alegría y jovialidad. Uno de los
principales bailes, si no fue el primero, es el que se conoce en nuestras crónicas y poe-
sías con e) nombre de Zambra, danza española que aun se usa en la Península, y que
describió perfectamente M. de Chateaubriand en su lindísima novela titulada El Ultimo
Abencerraje, donde puj^den verlo los Curiosos. En las obras postumas de Montero, to«
mo II, pág. 2i7, hallamos también mencionado este baile morisco-español en los si-
guientes versos :
Metiendo grande algazara
entrar no se les impida,
que el hacer zambra es muy propio
una noche tan festiva.
Tanto por los moros cuanto por los españoles, se ejecutó siempre este baile al son
do inslrumcntcs dulces y armoniosos, en los saraos y casas de los grandes, pues en la
época principal de su poderío fue el baile Hworito de la sociedad española.
De la Zarabanda. De alguno de los restos de los bailes lascivos de las bacanales, ó
(le otros de los que introdujeron ios romanos en España , ó del carácter natural de los
andaluces, debió de originarse indudablemente el titulado de la Zarabanda, cantar y
bailo español de los siglos xv y xvi, que se ejecutó con suma viveza y figuras y ade-
manes sobrado lascivos é incitantes. Discurriendo Cobarrubias sobre la derivación de
la voz, la hace salir de la hebrea Zara, cuyo significado es, según él , esparcir, cerner
6 andar á la redonda, en lo que manifiesta que se ejecutaba este baile en rueda en al-
gunas figuras, gesticulando indcccnlemcnte y haciendo movimientos nada honestos.
Que era así so deduce fácilmente de la filosofía antigua y poética de Alonso Pérez Pin-
ciano, cuando dice, cu la epístola 4.^, fragmento primero: aLa Dithyrámbica se dará
— 887 —
Homero, en el lib. iviti de «u ¡liada, Imcc referencia A los corros de bus bíroes y
scmidioses, (iiciendo quo las donocllns y mancebos solteros (IcVabiin ffiiu muy os-
Itiislla en CJtnastiltoB, y qua entre ellos ibn nn mncliBRÜn tocando \m mnan instrn-
mcnio y canianíto cun dtilce toz, á cuyo nirc bsilubnn otros en roedn i su alroHo-
dor. Hesiodo, en su TVo^níd, espresa que los bellas musas danzaban en corro: y Sé-
neca, en el lib. i De Benefic, nos espresa que Ins Gracias 6 Capí((«finjíianqm andaban
siempre en corro a;;nrrnda3 de las manos, para sl^tnilicar la benevolencia y amor quo
üft llenen; costumbre que instituya el dios Apalo en Detos. Lucio Apuleyo, en el lib. X
de sus MÜeñM, pinta elegantemente un corro de niños de ambos sexos, y son infini-
tos los que liallamos descritos en los autores anlt^fUos y vemos esculpidos en h» mo-
Siendo el corro, entre los antiguos, cosa sa;;rjida, no podía menos de haberse suje-
tado í interpretaciones, y asi es que se croyil contenta misterios de la nnturalein.
I.as primeras Tueltas que se daban en los bailes en com eran de izquierda S derecha,
pam sif^ilicar el rápido mavimiento del cielo de Oriente i Poniente; luego al contra-
río, para dar á entender que este es el mavimiento natural del cielo de Poniente á
Oriente; la tercera vuelta, en redondo, significaba la perfección de la esfera con su
mavimiento de Sctentñon al Mediodía, y al contrario. E! salir tin mancebo A bailar
primero significó en estas bailes, en lo antiguo, al sol, que guia á los demás astros; la
doncella que salia después manifestaba A la luna; el ir sacando de una en una A las
demás, daba á entender los cursos de los planetas; y, por t^Ittmo. todo el corro signt-
Ticó las estrellas dd Grmamento, qtic, en corro y con armonía, hacen fiesta i su Cria-
dor, sobre lo cual dijo también alf;o Luciano en uno de sus Diálogos que empieza:
Etenim ipsa ndeniní rfiorea.
Asegura el citado Servio , que los corros y los danzas que se hacian por los pue-
blos nntignos se dedicaban á tos dioses ; y Dionisio de Huticarnaso , al dar razón do
las fórmuias de daníiU- y cantar en corro, dice que denominaron al qiM hacia In guia
Prasul, quo vendría á ser el Orresco que dirige los bailes do nuestros vawonga-
dos, el cual guiaba á veces con una cinta, de que se asia todo el corro. En vista do
lo espuesto, debamos creer que el baile en corro seria el baile denominado Cordax
por los griego), del cual hace mención Arisliírancs on la comedia de Xttba Polux,
y á la cual so refiero Horacio en e! verso:
TbrCuin digna Mqiii, potiu» c/uarn dacere funim.
Coligcso de cuanto acabamos de esponcr, que las danzas en corro son los liaWes mas
antiguos que se conocen , y al cspecticulo en que so reunió primero la poesía , In mñ -
sica y el baila d la vez, formando una especie de base para el drama lírico , que vino
muchos siglos después i sustentarse en ella, y á dar todo el realce escénico de que
pueden ser susceptibles las espresadas tres artes reunidas.
Los asturianos, bailando en corro su Danxa Prima, recordando en sus pausados can-
tares las hazañas de sus hárocs y las glorias da su país, que detendíeron siempre con
heroismo, y i cuyo recuerdo se entusiasman y envalentonan, pueden blasonar de liubnr
conservado el primitivo baile que nos describan las liistorins sagrada y profana, li pcsnr
^
— 889-
que se denominó nsl este bailo por liaber traido i Espían oslR ilania los naturales de
CaiurJBS antes que perteneciesen aquellas talas i la Península. En el Epitome á la Hit-
loriad* I>. Joan ¡I de CoitÜla, libro primera, cap. tim, escrito por Ponle, sa dice:
('Gustaban mucijo, y aun lioy, de cierto baile mu j (gracioso que llamamos en España el
Canario, por baber venido de Cananas su uso.»
Fandango. Luego que volvieron He América los primeros españoles que la con-
quistaron , introdujeron en la Peninsula una porción de costumbres de acjuellos países,
; entre ellas lo bicieron del Fandango, baile que aun hoy se ejecuta de la misma suerte
que el primer dia, al son de un toque alegre y festivo. En su principio, y mucho tiempo
después, el [andanj^o ae bailaba en Ins casas de los nobles y de la clase media; pero ca-
yendo en desuso desde la mitad del siglo pasado, se abandonó al pueblo, que le pracii-
u todavía al compás do la armoniosa guitarra, bandurria y sonora , del aluRre panderi-
llo T de las ruidosas castañuelas.
BoLBHo. Si hemos de creer á Salas Calderón en el lomo segundo de sus Aaligile~
dades, el bolera se inventd en Bspaña i medíailos del siglo pasado, pues dice i la pi-
gina 123: nReuno en si el bolero todas las posturas, mudanzas, paseos, vuetlas, dire-
renci as, brincos, tejidos, cruzados y provocativas Besliculactone^ que se liabian visto
algunas vecos en el fandango y en las seguidillas mancliegas.n Por este recitado se
deduce que el bolero se originó del fandango, 6, mejor, de las dichas sepfuidillas, que
cuentan mucba mayor antigüedad que el baile americano. Nada mas nos dice del bo-
lero el OícBíonnrio (b la Ü>n^a sino que «es un baile español que requiere mucho
garbo y gentileza, y en el que ejecutan varias mudanzas arregladas al toque de segui-
dillas.» Este baile compaso también, en su principio, parte de los que se ejecutaban
por la nobleza; pero hoy solo se baila por Ib g^rte del puebla y por Id9 hailnrinea del
teatro, los que le ejecutan ricamente vertidos de majos y mujas andaluzas, y son
siempre estrepitosamente aplaudidos, porque es el baile mas incitativo por sus postu-
ras y pasos, mas alegre por su música, y, en el sentir de algunos, el mas español dt> los
que aun se ejecutan en la Península.
Seguidillas. La seguidilla es el baile tal vez mas antiguo que hay en España des-
pués del de corro, el mas variado y el mas general. En erecto, si se recorre una por
una todas las provincias, en todas se verí este baile, ya con su propio nombro, ya cou
un adjetivo provincial. Hay seguidillas rodadas, que es una especie de contradanza de
osle aire popular ; las hay boleras , sacadas del bolero , afandangadns, playera.^,
rondenas, mollares y otras de aire andaluz; aa mora ñas , valencianas y aragonesas,
gallegas, sacadas de la muñeíra, pasiegas, guipuzcoanas, que provienen del zor-
cico, y manchegas, que son las mas conocidas en toda la Península , como las mas
antiguas, y acaso las que dieron origen i todos las demás seguidillas. Las Habas verdes,
de que ya liemos hablado, no son otra cosa que las antiguas seguidillas de Castilla la
Vieja; y, en fin, podemos calificar i esto baile como el principal entre los nacionales
del pueblo, que es la clase que siempre le lia usado, sin que neguemos que ha habido
muchas ocasiones, entre ellas i Unes del siglo xvni, en que ha sido baile de tono, usado
por las primeras clases de la sociedad española, como se nota en la obra del referido Salas
Calderón. L-i seguidilla, según el Diccionario de nuestra lengua y el Arte poética, oes una
composición métrica de cuatro pies, en la que el segundo ha de ser asonante del cuarto,
los que constan de cinco sílabas, y el primero y tercero do siete, y se llama así por el
112
— 895 —
dicion de Cira, habla Limbien do estos bai\p.s guerreros prnclic-idns inte los Pa/lago'
nios por Eos Traclos, Enianos, Magnesios, Mysios, ManUnos y Arcadios, con motivo de
unR embalada á que fueron aquellos. Dicen algunas autores que la dania plrríca estaba
consagrada á Baco, y que en ella se representaban las victonas de este dios sobre ios
indios con la fíbula de Penlco, en cuyo baile, los lUc lo ejecutaban llevaban, en lugar
de armas ofensivas, tirsos, canas y antorchas encendidas, Én las danms militares grie-
gas no debe olvidarse la llamada ¿Uronomia, que confunda Ateneo, Eustato y otros
con la pirrica, ta cual Xcnofonte describe diciendo que se ejecutaba por un solo guer-
rero, y que fue la masdiricil y aplaudida en el teatro, y la que lal vez dio origen á la
paniomiina.
Ademas del Cordado, baile cómico tanto délos f^riegos como do los r
dice Ateneo que tenian también para la comedia el Hyporehemálico, ctiyo baile si ,
cutaba por hombres y mujeres que cantaban y bnilabaa al mismo tiempo en honor de
Apolo, á cuya divinidad estaba dedicado, del mismo moduq_uolns cantares llamados
Paanes. Añade el mismo autor que se daba este nombro al baile porque en lo antiguo
los poetas prescribían á los bailarines los movimientos, íiguras y cadencia que debían
ejecutar con rel.icion á los cantos, de los que su baile debia ser la espresion. Eunapiut
quiere que Arlstóranes fucso el primero que introdujo esta danza en ol teatro, y el que
ncomodú el ridiculo á la sátira en estos bailes.
I
Bn el tiempo que mediA entra las dos guerras púnicas hizo el baile en Roma ta-
les progresos, quo habia, secun Macrobio, escuelas públicas para enseñarie, li las que
asistían los hijos do los senadores con sus crótalos, ú sean las castañuelas quo usan
nuestros bailarines españoles. Fue tal la pasión que tuvieron al baile los romanos, que el
emperador Nerón secntregó tlél la n desordenadamente, que salió al teatro á bailar entre
los nentomimicos é histriones, según lo refieren TAcilo y Suetonio. Con las pro hi Iliciones
del wile por Tiberio no se hizo mas que avivar los deseos j hacerle mas licencioso,
como se colÍRe del cpigroma seislo, lib. ii de Marcial, (|ue Qoreció en tiempo de los em-
peradores Tilo y Domiciano, en cuya época so había perdido del todo en Roma el
pudor y la decencia en los espectáculus públicos.
Ademas de las obras citadas en este discurso, pueden consultar los curiosos las si-
guientes: la vox Dame, du Dictitutnaire HesArU, dcM.Millío, en donde seda una copiosa
noticia biblioffrárica sobre d baile; El Laberinto, periódico literario publicado en
.Madrid en 184*. Se publicó en este periódico un articulo traducido del francés, en el
que se liace la historia antigua y moderna del baile, del cual no hemos hecho aso alguno
en este escrito, como tampoco del de Millín ni de las obras siguientes: Orekaographia,
por el canónigo Thoiuet Arbeír, en Langres en Ia88, publicada por Furetiere: este es
el arto do escribir el baile, en cuya obra se unen los pasos con las notas del canto , gene-
ro que perfeccionaron después Beaucliamps y Feuillet, famosns maestros de baile en
París. ¿eUTM sur la Danse tt sur les Baüet». por M. INnvarro (maestro de baile del
duque de Wurtemberg), Stutgardt, 1760: en esU obra se ve el origen de muchas bailes
modernos. En fin, pueden consultarse las voces Danaa y Baile de todos tos Diccionarios
de antigüedades y de las enciclopedias antiguas y modernas inglesas, francesas, italin-
ñas }■ españolas, etc., y nuestro Compendio de Arqaeologia Monumental y Artintica
publicado en I64S.
L DlSCUnSO SOÜBE EL D ULE.
— 895 -
El siglo XVI nos ha suministrado hasta ahora una sola Misa debida á Tomás de Victo-
ria, á quien se llamaba en su tiempo el imitadordePalestrina; y, con efecto, este imita-
dor se aproximaba muchas veces bastante á su modelo, y en muchas obras, por ejemplo,
en sus Misasbrevest es incontestablemente su igual, según eonflesa el mismo Baíní. (No
faltan autores modernos que le creen superior á Palestrina en estas últimas). Ademas,
como Victoria se aproximaba mas al estilo moderno, nos parece con frecuencia mas
correcto y fluido, porque evita desde luego las falsas relaciones que Palestritia no
creía deber rechazar. La Misa nuevamente publicada, escrita á cuatro partes sin acom-
pañamiento, y trabajada sobre el canto llano del himno Ave maris SteUa, conGrmará
sin duda la opinión que se acaba de emitir.
)>EI siglo XVII presenta dos Misas de dos compositores españoles absolutamente des-
conocidas. El primero es de D. Diego Pontae, cuya Misa breve á cuatro sin acompa-
ñamiento, compuesta sobre la Salmodia Ramada irregular del In exitu Israel, ofrece el
mérito propio de las composiciones de este género, á saber: gran pureza de armonía y
bastante variedad, si se tiene en cuenta que el compositor no puede separarse ja-
más de un tema monótono. Esta Misa nos manifiesta ademas que los compositores
españoles se complacían en escribir Misas sobre motivos de canto llano cuando este
sistema estaba generalmente abandonado. El otro compoñtor, nuevo para nosotros,
sí bien tiene la fecha de dos siglos, es D. Garlos Patino» que fue, como manifiesta el
titulo de la obra, maestro de capilla de la Encarnación de Madrid. Este suministra á
la^ colección una Misa á ocho voces con bajo continuo, trabajada igualmente sobre el
testo de un motete y copiada del manuscrito original. Los dos coros estáfi én ella
muy bien dispuestos, y la armonía es muy correcta, solamente qne los deja algunas
veces un poco abiertos, y no cierra bastante el diálogo; efecto que , empleado opor-
tunamente, da bastante color á esta especie de composiciones : parécenos también que
liay alguna monotonía en el diseño, y que las voces no cambian con bastante frecuen-
cia de posición ; pero es, en suma, una composición digna de ser estudiada, sobre todo
bajo el punto de vista de la pureza de la armonía.
»La única composición del siglo xviii es debida á otro músico, tan poco conocido
como los dos precedentes, D, José de Nebra. Esta es una Misa fúnebre, escrita también
sobre el tema del canto llano, que sirve de introito á la Misa de difuntos. Difiere de las
anteriores en que tiene acompañamiento de dos vioiines, viola, bajo y dos flautas para
las ocho partes vocales de que se compone. Las partes instrumentales no hacen ordi-
nariamente mas que doblar el canto: sin embargo, se ven de cuando en cuando in-
tentos bastante felices: las entradas de las flautas están á las veces hábilmente dispues-
tas para producir efecto: en fin, se encuentran pasajes en que el unísono instrumen-
tal produce con los acordes prolongados de las voces un contraste que entonces debió
parecer nuevo. Hay una particularidad que distingue á esta Misa , y es que el primer
coro está escrilo para dos tiples, contralto y tenor, y el segundo para las cuatro vo-
ces ordinarias. En suma, esta obra nos prueba que D. José de Nebra era un hombre
de mérilo.
))E1 siglo XIX, hasta ahora, está representado en la colección por un solo músico;
pero por el número é importancia de sus obras puede decirse que él solo vale por mu-
chos. D. Hilarión de Eslava, antes maestro de capilla de la catedral de Sevilla, y hoy
de la Real Capilla de la Reina, director de la publicación, nos da un Te-Deum á cua-
tro voces y orquesta, en el cual hace uso del tema modificado del canto llano de e^te
CATÁLOGO BIOGRAFICO-BIBLIOGRAFICO
Dt LOS LITERATOS, VOETKfi Y PROFESORES DE MÚSICA QUE HAN PRESTADO HOMENAJE Á LA
MEMORIA DEL INSIGNE CABALLERO ARAGOffES AZARA, Elf SU Corona PoétioO'-MMi-
oal, RIGRITO EN ORDEN ALFABÉTICO, CON LA DESIGNACIÓN DE LAS PÁGINAS EN QUE SE
RALLAN SOS COMPOSiaONES EN ESTA OBRA (I).
AGUIAR, la marquesa de. Yido Gallego Lancharro, doña Bibiana.— Parte i, Pág. 377.
AGUILÓ T PUSTCR, Mariano. Nació en Palma do Mallorca en 15 de marzo de !825.
Es abogado de los tribunales de la nación, individuo de la Real Academia de la His-
toria , oGcial segundo de la Biblioteca de Barcelona, académico de número de la de
Bellas Letras de la misma, y de otras nacionales y estranjeras. Se ha dedicado con
fruto al estudio de la literatura lemosina^ y va á publicar, con auxilio del gobierno,
una obra en que manifiesta su importancia» y en que prueba también que aquel idio-
ma es el mas apropósiio para ostentar bellezas y corrección. Su Romancero lemosino
es una colección riquísima, tanto en la parte histórica cuanto en la variedad v dulzura
del metroi que con tan brillante éxito cultivaron Fogasot, Bergadan y Beliviure en
los primeros albores de la Gaya Sciencia. — P. ii, 681.
ALBENiTZ, Pedro. Profesor y compositor de música y maestro de piano de S. M. la
reina doña Isabel II, maestro de piano del Conservatorio de música, organista pri-
mero de la Real Capilla, caballero de Carlos III, secretario honorario de S. M., é in-
dividuo de varias academias científicas, literarias y artísticas. Nació en Logroño,
cuando sus padres huian de la invasión francesa, el 14 de abril de 1793; pero su
verdadera patria es San Sebastian de Guipúzcoa, en donde recibió su instrucción
música, que perfeccionó después en París. Ha compuesto muchas obras religiosas y
profanas, tanto instrumentales como de canto, que no se han publicado, entre las
publicadas en Madrid , debe contarse : un método completo de piano, dividido en
tres cuadernos, al que acompaña una carta de aprobación del célebre Thal-
berg. Se han publicado de este compositor sesenta jr cinco piezas de piano, unas á
cuatro manos, otras para piano y acompañamiento instrumental, y algunas á piano
solo; casi todas compuestas espresamente ^ara la instrucción música de S. M. la -
Reina y de su augusta hermana la infanta dona María Luisa Fernanda, hoy duquesa
de Montpcnsier. En el folletín del periódico político titulado La Nación, correspon-
(i) Debemos hacer presente que habremos dejado de apuntar muchas noticias de
interés, á causa de la escesiva modestia de la mayor parle de los autores que se mencio-
nan. De los que solo ponemos el nombre y patria, es porque no hemos podido averiguar
otras noticias del sugeto.
113
««■
— 899 —
seriado en los periódicos de Zaragoza, Barcelona y Madrid. Tiene compuestos
tres dramas en verso, que trata de publicar. — P. i, 287.
APARIGI Y GUIJARRO, Antonio (Valencia). Abogado. Su oda sobre la batalla de
Bailen mereció el segundo premio en el certamen que proYucó la Real Academia
de la Historia en 1852.— P. n, 582.
ARAQUB, Blas María. Médico-cirujano y escritor público. Nació en Madrid el 15 de
agosto de 1821. Sus primeras producciones fueron unos artículos sobre anatomía
publicados en los periódicos de medicina y otros, negando á la medicina el derecho
de titularse Ciencia, que se publicó en el periódico El Dómine Lúeas. En 1843 pu-
blicó en el Eco del Comercio y en otros periódicos políticos sus artículos sobre el
derecho de gentes. Ayudó á su amigo D. José Segundo Flores en la historia del ex-
regente D. Eíaldomero Espartero, que se publicó en 1843. En la Go/erta Militar con-
temporáneay que empezó á [publicar en 1841 D. Pedro Chamorro, escribió las bio-
grafías de los generales D. Isidro Alaix y D. Luis Fernandez de Córdova. En la His-
toria de la guerra de Cataluña^ del mismo Sr. Chamorro, escribió las biografías de
los ffenerales D. Baldomero Espartero , D. Francisco Linage y el barón de Meer,
conde deGrá. En 1848 anunció y escribió la primera entrega de su obra El Papa y
la Revolución, páginas contemporáneas; pero la suspendió por los acontecimientos
políticos de aquel año. En los periódicos literarios La Ilustración y Las Novedades
publicó varios artículos GlosóGcos y contra la Homeopatía en 1850. Y, por último, en
1851 hadado á luz una estensa biografía del novelista español D. Wenceslao Ayguals
de Izco; fue encargado de la sección literaria del Correo de los Teatros, periódico
de literatura, y es uno de los redactores del Panteón C^mt^erjai, diccionario bio-
gráfico que se está publicando.— -P. i, 477.
ARISTIMUÑO, F. (Vizcaya), seudónimo de D. Valentín Aldana.— P. ii , 515.
ARIZA, Juan de. Ex-oficial del ministerio de Instrucción pública. Nació en Motril,
provincia de Granada. Sus obras en verso son: Remismundaf tragedia. — Mocedades
del Pulgar y drama. — El Primer Girón , id. — Antonio de Leiva, id. — D. Alonso de
Ercilla, id. — El Ramo de rosa , id. en prosa. — Novelas: Los Dos Reyes, — Las Tres
navidades, — El Dos de Mayo, — Las Ruinas de Sancho el diablo.~^Ún viaje al tn-
fierno. — Amor á vista de pájaro, — Dos secretos, — Diabluras ; ioáas componen 21
tomos. Ademas ha [publicado en los periódicos varias poesías líricas, artículos de cos-
tumbres, estudios históricos y artículos políticos y literarios. — P. i, 206.
ARIZALA, Francisco Martínez. De Granaaa.^Ha publicado varias poesías en los perió-
dicos.— P. 1, 210.
ARIZU, Angela. Vid. Numantina, la Huérfana.
ARMIÑO DE CUESTA , Robustiana. Poetisa asturiana, socia de mérito del Liceo de la
Habana, y facultativa del de Badajoz. Ha publicado en Oviedo, el año de 1851, dos
tomos de poesías que llevan su nombre , cuyo prólogo está escrito por la poetisa
estremeña doña Carolina Coronado. — P. i, 313.
ARNAO , Antonio. Abogado. Nació en Murcia, el 2 de febrero de 1828. Sus obráis
son: Himnos y ^ue/o^, colección de poesías. — Melancolías , id. — La Pasionaria^
comedia. — Fi^rnanao /, drama: ambas en verso. Varias poesías y artículos en los
periódicos de Madrid y de las provincias. — P. ii, 571.
ARRESE , Daniel Ramón de. Estudia jurisprudencia y cánones. Nació en Vitoria el
3 de enero de 1832. Sus obras son : un sermón sóbrela caridad. Varias poesías suel-
tas en los periódicos. Sentimos no poder insertar su nota biográGca, escrita por su
amigo D. Ramón O. de Zarate , por oponerse su estension al laconismo que nos he -
mos propuesto en cuanto á noticias biográficas.— P. i, 603.
ASEN JO, Jacinto. Nació en Pamplona en 16 de agosto de 1808. Es catedrático de
retórica y poética de la Universidad de Valencia, habiendo desempeñado antes la
de sintaxis latina de Pamplona, cuyo ayuntamiento le nombró director y maestro
principal do sus aulas públicas de latinidad y humanidades, y servido la asignatura
3UC hoy desempeña en la Universidad de Madrid por sustitución. Sus obras son: El
íscurso inaugural de apertura en la Universidad de Valencia en 1849. — Poesías latinas
á los objetos siguientes: Epigrama al Dos de Mayo.— Al difunto duque de Osuna, con
motivo de su retrato pintado por D. Federico Madrazo. — A la traslación del cadáver
-90t —
cueoda y de historia de Cataluña en la Sociedad Filarmónica, individiio de la Aea-
demia de Buenas Letras y de la Sociedad Fiiomática de Barcelona, y de otras va-
rias sociedades nacionales y eslranjeras. Sus obras son: BeUexas de la Historia de
Cataluña, dos tomos. — Monserrate (tres ediciones). — Escurtion á las Cuevas de
Monserrate. — Una espedicion á San Miguel del tay, — Mantesa y Cardona , su
liístoria y tradiciones. — Recuerdos de viaje por CakUufiat Francia^ Bélgica y
Prusia,— Junto al hogar, miscelánea literaria. — Los Frailes y sus conventos, su
historia, sus descripciones, sus costumbres, su importancia, dos tomos en folio. —
Conferencia de literatura. — La Elocuencia cU alcance de todos, dos tomos. — ram-
bien tienen corazón las flores. — Obras dramáticas: Julieta y Romeo, tragedia. — Un
corazón de mujer. — En mil ochocientos treinta.--'Cárlos VH.'^Ál toque de la
oración. — De cocinero á ministro. Y una porción de poesías y de artículos literarioa
ó históricos en los periódicos. — P. ii, 515.
BAHaLT, Rafael María. Ex-vocal de la junta consultiva de teatros del reino. Nació en
la ciudad de San Sebastian de Maracaibo, territorio de la antigua capitanía general
de Costa-Firme ó Venezuela, en América, el 2 de julio de 1814. Sus obras son: His-
toria antigua y moderna de Venesuela. — Obras políticas: Colección de folletos
sobre las instituciones, historia y costumbres de España. — Varios artículos políticos,
cientíGcos y literarios en los periódicos El Tiempo , El Espectador y El Sigh, de
los que fue redactor. — Od<is á D Agustin ArgiieUesy á Colon, ambas premiadas en
dos certámenes públicos. — Varias poesías sueltas.— Y se ocupa en escribir el Dic^
eionario Matriz de la lengua eastdlana , cuyo prospecto se ba publicado. —
P. II, 652.
BARRADAS, Francisco Antonio. Poeta gaditano. — P. i, 180.
BARRANTCS, Vicente. Escritor público. Nació en Badajoz el 24 de marzo de 1829.
Sus primeras composiciones poéticas se publicaron en El Guadiana y en El Teatro
Estremeño, perióaicos de Badajoz, y después en los literarios de Madrid titulados Ga-'
ceta de Teatros y La Ilustración. En unión de los escritores Larra y Serra publicó
en Madrid un periódico llamado El Teatro, y la novela La Querida dd soldado, en
el Semanario Pintoresco, la cual han traducido los periódicos portugueses y La Cró"
nica de Nueva- Yorck: ademas ha publicado poesías en los periódicos literarios El So*
brino, que dirigió^ El Bardo y otros. Con el seudónimo de Rascarrabia publicó los
folletos satíricos titulados Las Pildoras, que fueron prohibidos y multados en 50,000
reales por los jurados, y en la actualidad prepara la leyenda fantástica Lágrimas y
Carcajadas, y un tomo de baladas y dolerás, de las que se han publicado ya algunas
en La Ilustración : también se ha ensayado en el arte dramático. — P. i, 382.
BBNCDITO Y CALZADA, Manuel. Abogado de Valencia y su Colegio, ex-dipuUdo
provincial en 1840 y 43, ex-diputado á Cortes en las legislaturas de 1841 y 42, deca-
no del Colegio de abogados en 1849, y regidor síndico del ayuntamiento de la
ciudad de Valencia. Nació en Villareal, provincia de Valencia, el 31 de diciembre de
1813. Sus obras literarias son algunas poesías sueltas y varios trabajos de su profe-
sión, publicados en Valencia. — P. ii, 583.
BEiNITEZ DE GOR, Andrés Aureliano (Habana).— P. ii, 627.
BERMEJO, Ildefonso Antonio. Abobado y escritor público. Nació en Sevilla en diciem*
bre de 1822. Sus obras son las siguientes: La Revolución de España en su verdade-
ro punto de vista, seis tomos en 4.* menor. En los teatros de Madrid se han repre-
sentado sus siguientes obras: El Poder de un fcdso amigo, drama en dos actos y en
verso. — Cenar á tambor batiente, comedia en un acto y en verso. — Por tenerle
compasión, arreglada del francés, en un acto. — Al mejor cazador, comedia en tres
actos y en verso. — Llueven hijos , comedia en un acto y en prosa. — La Banda de
capitán, drama en un acto, en verso. — La Ley de represalias, drama en tres actos
en verso. — La novela histórica La Capa del rey Garda, Ha dirigido varios perió-
dicos de literatura de Madrid. — P. i. 270.
BEUNAT, el doctor, presbítero, Juan de la Cruz. Fue lector de Qlosofía en el convento
de dominicos de Valencia, del que salió por haberse secularizado en 1822. Es cronis-
ta de la ciudad de Castellón de la Plana, en donde nació; catedrático de este Institu-
to, examinador sinodal del obispado y predicador del mismo, y beneficiado del
— 903 —
~El Viaconde de Beüers, traducida Ai¡ Soalié. — El Amar tu el eíaut-
k críticas. — Ei Encubierto en Valencia, Dovela bislórica. — Varias poesías
oltticos y literarios en los peri&ücos, — P. n, 588.
& Maria. Abobado, poeta y niDlor. Nació eo Valeocia el 16 de agosto
b tocio de mérilo de la Academia forense de Valencia, ; lia sido alcalde
leJéric», alcalde 7 juez de primera instaacia de Lucena, y regidor de
IB obras ioa: Dion, tragedia —Don Aloaro 4e Lana, drama en prosa y
"' Mote, periódico escrito en valenciaoo. — El Desengaño, diario político,
ódico literario.— La Guilda, comedia eii verso. — Una mujer como
'Tres comedias en uit acto.— ffiopra/ía d« lord Bgron. — Cd tomo de
— Lu* tj tinieblas, ó el Bien y el Mal, fantasía mítológico-lirica en cinco
en verso. — Ruinas de Babilonia, comedia funtástica. Ha escrito en los pe-
políticos y literarios: El Popular, La Ley (en Bjrcelona), La Risa, La Sil-
Espectador (ea Madrid), y en otros de Valencia. Abandonando la pluma por
Íinlura. su pasión Ea»orita, se conocen de este artista diferentes obras al óleu y
ilografia. El gobernador de Castellón, Sr. Porlefaii, nos ha mandado ana bioffra-
fia do este literato, oue sentimos no poder insertar. — P. ii, 583.
^ ttORAO, Gerónimo. Abogado. L'no de los fundadores del Liceo de Zaragoza J presi-
^ d^te de su sección de literatura, catedrático de literatura general j española pnr
oposición en la llniversidad de esta ciudad. Nació en Zaragoza en II de agosto de
(821. Sus obras son: Historia de la Universidad de Zaragoza, escrita por encargo
de la misma.— Ji-atodo completo de Aritmética, publicado en Zaracoza bajo el ana-
grama de ñogerio .Vobona. —Las Hijas del Cid, drama que le valió en sa represen -
tacion el premio de una pluma de oro. Ha fundado á dirigida La Aurora, El Sus-
jÁró y otros periódicos de Zaragoza, y sido colaborador de otros muchos en iiue S«
vea artículos á poesías sayas. Coaserva inéditos aun, entre otros [rabajos, dos (ira-
nias, el primero titulado Bn el crimen va el castigo, que es una verdadera trage -
día semqante, en su asanlo, A la Fedra, de Racine, y d segundo El Fuero de ¡a
í/nion.— P. I, 302.
BORIS DE PERBANT, Natalia. Natura) de Madrid, esposa del pintor paisista de cá-
mará de S. M. ít. Fernaado Ferrant. Sus poesías se tian publicado cu varios perió-
dicos; pero la mayor parte las conserva inéditas para publicarlas en colección.
— P. I, 476.
BOVER, Joaquín María. Secretario de S. H., caballero con merced de hábito ki ia orden
militar de Calatra va, de justicia de la de San Juan de ierosalen, caballero de las órdenes
de Carlos IH é Isabel la Católica, de la insigne y militar de la Espuela de Oro, de la
consUntiniana de San Silvestre y de la Legión de Honor de Francia. Revisor por
S. H. de manuscritos antiguos, bibliotecario honoraria y oücial tercero de la .N'aciO'-
nal, iodividuo de la real Academia de la Historia y de otros muchos cuerpos literarios
españoles y cstrsnjeros. Arcadc de número laureado con el nombre de Oleandro
Lirceo. Nació en Sevilla de una ilustre familia, originaria de Cataluña. Sus obras son
las BÍguientes: Noticias HistóricO'topotfráficas de la isla de Mallorca, estadística ge-
neral de ella y periodos memorables de su bisloria.— Üiccionuno critio} -biográfico
de escritores baleares.— IVúlorút general del reino de Mallorca, continuando liasla
nuestros días, con notas, ilustraciones y documentos, las que escribieron Dámelo,
Muí y Alemañy. — Diceionario histórico-geográfico'estadittiea de las islas Baleares.
Í Solo se ba impreso el tomoprímero.) — Varones ilustres de Mattorea. — Historia
e la oana real de Mallorca, y noticias de ios monedas acuñadas en aqu^ilh isla.
— iVbbifúirio moííor^uÍR, dedicado á la Reina nuestra sef^ra. — Memoria liisnirico-
DIoióGca de los museos del cardenal [>espuig. — Úisertacion histórica sf^re el lugar
en que estuvo situado el pueblo latino ile Cunium durante la dominación romana.
'—¡M origen, progreso y estado actual de la literatura en la isla de Mallorca. — Exa-
men critico sobre los poetas j poesía mallorquína. — La isla de Cabrera, relaciones
do SD historia con la de Francia.- Del origen, proi^reso y estado actual de la agricnl-
tnra , arles y comercio en la isla de Mallorca. — Memoria de (ai poblado res de Ma-
liorea, v noticia de las heredades asignadas ú cada uno di; ellos en el r eparto gnie-
ral de las tierras.— diccionario manual de antigüedades, na unión con D. T'^lix
— 905 —
BÍos3,LBBatelfra de Pasajes, La Escuela de las cnsndas, El Editor responsable, Prue-
MsHenmorconyuítnl, Finezas contra des tÍu5, Los Sulitnrios, EstnliudeDioB.Unnoviii
d pedir de boca, Un francés en Cartagena, El C;irn.ival de los denianioa. Pomo derír
li verdad, Una noclie en Búr|;o3, Pascual y Carranin, La tridepeintenciB, K lo beclio
pecho. Cuidado con las amigas, Amo i lascoijiiitis, Lo «itio rs vivir en buen liiio,
Don Frutos en Belchite, Frenología 7 Magnetismo, lírrar lu vu cae ion. Un enemi^ío
oculto, Memorias de Juan Garcia, El Intendenta y el comudiante. ¿Quién es ella? Los
tres ramilletes. Una ensalada ile pollos, Por podorca, La Escuela del matrimonio, y
Bl Novio pasaría por agua.
laiditat: Mi dinero y yo. La Hipocresia del vicio.
Traduecionei: Lujo é indigencia, Andrdmaca, Iji Llave rnÍsa,LaCieguecÍla do 01-
liruck, lliflonin y Oréstea, Doni Inís du Caitrn, Dido, El Caballero & la roodrt. El Si-
tio del campanario, Engañar con la verdad, El Amante singular, ó el legado, La'Au'
toridad paternal. El Paseo á Dedlam, El Suplicio en el detito, María Estuarda, Ingí^-
nioy virtud, El que menos corre vuela. La Astucia contra la fuerza, li los tres presos,
El Conlumni. Milríihlcs, Los Primeros amores. Ariadna, El Cúmico de In le({ua,
Desconliann y travesura, Anligone, Bl Conlitlente, Querer mandar en cnsa, El
Amante prestado, El Médico del difunto. El Itegañon enamorado, El Poetastro ü 1;i
Inda ungida. El Aturdido, MI tloel joroWo, Carolina, ó la fuena del tálenlo. La
Madro política, ó In rubia y la morena, Yelva 6 U liuérTana rusa, Bl Vtige á Huelva,
El Segundo año, Bl Desertor y el diablo, Vullenstein, La Familia del boticario. Ciinio
so pasa el tiempo. Por la novia y por la dote. El Albañil, La Loca Hngidn, La Fe do
bautismo. El Colegio de Tonington ó la educandn. Los Dos preceptores. Mi em -
pleo y mi mujer, ¿Se sabe quién gobierna? Los Hijos de Eduardo, Un af;entnde poli-
cía. La Primera lección de amor. La Mansión del crimen.— De estas irnducciuties
liay varias que no se lian impreso, algunas que no lian llegido á representarse, y otras
que se lian estraviado.
Befttndicionei: Los Tellos do Mencses, La Carcelera de si mjsma, ¡Qué de apuros en
tres liorasi Bl Principe y el villano, No hay cosa como callar, ¡Si no vieran las mu -
ieresl Clin quien veneo, vengo. Las paredes oyen, ¡Fuego de Días en el querer
bien!— Total liasta 1852, 140 producciones, j do ellos 72 originales y en verso casi
tndns. Su íiltinia producción ha sido el drama La Niña del motírador. — P. t, 412,
DUEÑO, Juin José. Doctor en leyes v abobado del Colegio de Sevilla, uno de los fun-
dadores de la Academia literaria de Sevilla, miembro del Liceo do esta ciudad, ex-
regidor de ella, que le debe el arreglo y clasiricacion del arcbivo de suayuntamien-
lo, miembro de ta Academia de Buenas Letras de Sevilla, y autor del proyecto de
los treinta relnttos d? sevillanos ilustres con que se está adornando la Biblioteca Cn-
íumliina. Académico de la Española de arqueología, y fundador y presidente de su di-
putación en Sevilla. Nació en Sevilla en 7 de febrero de 1820. Su primera poesía su
Ai6 A luz en El Diario de Sevilla, y después ha publicado varias en casi todos los pc-
ríMcosde EspaQa,entrelas que merecen particular mención las siguientes: El Cisne,
El Sevillano y El CoTreo de Sevilla, periúdlcos que fundú d redactó. — Odaálapai
de Kir^nro, leida en 1839 el l.° de octubre en el teatro de aquella ciudad, clo-
Sinda p>ir el sabio D. Alberto Lista en la Colección de poesías escogidas que, en unión
e Ü. José Amador de los Rios, pnblicd en el mismo año, en la que la puso li la
altura de las oilas de Pindaro y Horacio.— Una Oda á la Infanta doña María Huí-
so Fernanda por liaber alcanzado de la Reina, su augusta hermana, volviesen de
su destierro los deportados ti la isla de Cuba por los sucesos del 7 de mayo ile
ISIS, en los que logró libertar do la muerte al sargento Sanz, senlenciudo por la
siililcvaci'in d" aquel din: esta oda le mereció uu lapicero de oro que le reátalo la
liir.iiii.n. Como aixigado, es uno do los mas acreditados de Scvillo, y como liierato, e»
\a i^olii'ii;i en loilas las publicaciones periodistlcas: tiene inédiUs algunasobras. Bu
los piTiúdicos d« la Haoana se publicó on 1849 su bíograíTa.— P. i. 370.
BUTLER, Rosa Poetisa andaluza. Nació en Jaén en 18 de julio da IRzl. Su primera
pnesia la escribid á los diez y sicle años con el título ite El Sueña ilet Sepulern,
mspiracion dublda i las desgnicins que persiguieron de tal modo i su familia, que la
11 i
— 90^ —
PomovA.— Historias particulares délas casas de Ayamans, Dezcallar, Perelada, BeIN
puig, Campo-Franco, Alba, Vitlafranca» Romana, Albranca, Orgaz, San Cárk» y
otras. — Trovas de Mossen Pebrer^ corregidas é ilustradas con abundantes notas. —
Memoria en que se proponen los medios mas conducentes para la cría y conserva-
ción de las abejas, preparar con ventaja las colmenas, j lograr que sea mas abun-
dante la cosecha de la miel y de la cera (se ha traducido al francés y al inglés).—
Descripción de la grata de San Luis en Porrera. — La Libertad Española, oda. —
Discurso sobre la falsedad del nacimiento de Aníbal en la isla de Cabrera. — El
Acontecimiento y leyenda histórica de 181 i. —La Lira de Bover con motivo de la
real jura de Isabel // como princesa heredera. — Memoria en que se proponen los
medios mas conducentes para aumentar la ríqueza á la villa de Esporlas. — La Em ^
presa de Arael por las armas españolas en 1775 (traducción del francés). — £(o-
aio histórico oel lAmo. Sr. D. Juan Mon tañer, arzobispo de Caracas. — Disertación
nistórica sobre las antigüedades druidieas de Mallorca. — Elogio histórico del doctor
D. Antonio Ramis, de la real Academia de la Historia.-^Descrtpcton de la gruta de
Canet en Mallorca. — Recuerdos de Mahon^ poema. — ilptintet sobre el origen, vir-
tudes y estado actual de las termas de San Juan de Campos. — Syüoge musei Bove*
riani.'-'Memoria escrita en unión de D. Francisco Terán, por encargo del serenísi-
mo Sr. Infante D. Francisco, sobre la historia, prerogativas é importancia de la mili-
cia de San Juan. — Etementoe de historia unii>ersal (van á entrar en prensa). —
P. n, 548. 681,715,723 y 724.
BRAVO, Emilio. Abogado, director y redactor principal de El CoUseOy periódico lile-
rano y de teatros, escritor póblico, ofícial de la Bibiioieca Nacional, e individuo de
varias corporaciones literarías. Nació on Sevilla el 29 de junio de 1827. Las obras
que ha puolicado son las siguientes: Los Misterios de Sevilla, impresos en esta
ciudad en 1845. Prohibida esta obra por la autoridad eclesiástica, el autor emigró al
estmnjero, en donde estuvo un año. — Resefla impardal de los sucesos de Boma:
Cádiz, 1849. — Ensayos poéticos: Habana, 1848. Desterrado á aquella isla por causas
políticas en este año, fue redactor de El Diario de la Marina. Tiene publicados los
dos primeros cantos de la traducción de Las Lusiadas de Camoens, en cuyo trabajo
hace tiempo se ocupa, y ha dado al teatro las dos comedias siguientes, en un acto:
Una noche de enredos. — Su imá^n. Ademas ha tomado parte en varios periódicos
políticos y literarios. — En su poesía hay un fueres y un vieres que debe decir fue^
ras y vieras. — P. n, 660.
BRETÓN DE LOS HERREROS, Manuel. Del Consejo deS. M., su secretario honora-
rio, comendador de número de la orden de Carlos lll, director y bibliotecarío mayor
de la Nacional, individuo y secretario perpetuo de la Real Academia Española de la
Len^jua, socio de varias Academias y corporaciones de España v del estranjero, etc.
Ha sido director de la Imprenta Nacional y de la Gaceta del gobierno, etc. Nació en
Quel, provincia de Logroño, el 19 de diciembre de 1796. Este poeta dramático es en
la actualidad el mas fecundo y popular de España y de América por el carácter y nú-
mero de sus producciones. En 1850 ha publicado sus obras en cinco tomos en folio,
con un prólogo del poeta dramático D. Juan Eugenio Hartzenbuscb; en loa cuatro se
publican 76 comedias, v enel quinto las poesías y algunos de sus artículos literarios.
Ademas se conocen ae este autor porción de poesías y artículos de literatura
y de crítica literaria publicados por los periódicos , enciclopedias y revistas,
siendo inlinitas las ediciones de algunas de sus comedias que andan impresas.
Sus comedias son las siguientes: Originales: A la vejez viruelas. Los Dos sobrinos.
Achaques á los vicios, A Madrid me vuelvo. El ingenuo. La Falsa ilustración, Mar-
cela, Un tercero en discordia, Un novio parala niña, Elena, El Hombre gordo, Méropc,
Todo es farsa en este mundo, Me voy de Madrid, La Redacción de un periódico, £1
Amigo mártir, Una de tantas. Muérete y verás, D. Fernando el Emplazado, Medidas
estraordinarías. Ella es él. El Poeta y la'beneíiciada. El Pro y el contra, Ei Hombre
pacífico. Flaquezas ministeriales. El qué dirán, Un dia de campo. El Novio y eJ con-
cierto, No ganamos para sustos, Una vieja, Bellido Dolfos, El Pelo de la dehesa, Lan-
ces de Carnaval, El Cuarto de hora, Dios los cria y ellos se juntan, Cuentas atrasadas,
Mi secretario y yo, ¡Qué hombre tan amable! Lo vivo y lo pintado. La Piuma prodi-
— 907 —
CAMARILLA, Ambrosio do la (Palm.i). Croemos que cl verdadero niitor do la poesía
que lleva esta íirma es un calalan , pues nos vino de Barcelona. — P. n , 548.
CARDAÑO, Primitivo Andrés. Abo^Mdo. Nació en Currion. provincia de Palencia , el
año 1827, y ha escrito en los periódicos de Madrid La Reforma, El Clamor Público,
La ilustración y el Semanario Pintoresco. — I*, i, 417.
CÁRDENAS, Jorge García do. Dií Palma de Mallorca, de la casmle los m.irquesos delRe-
^'uer. Ks abogado, liternlo é individuo de varias corporaciones literarias. — P. n, 682.
CARRASCO Y CAMPOS, Lorenza. Poetisa mrinclief^a. Nació en la Mota del Cuervo,
provincia de Cuenca, eMO de agosto de 1827. siendo su padre í). Antonio, magis-
trado de la Audiencia de Zaragoza, qu(? falleció en 18 i6. Retirada osla modesta poe-
tisa con su familia en la villa de la Mota del Cuervo, provincia de Cuenca, es conuci-
da por el seudónimo de la ñfaga de la Montaña en la mayor parte do las pocas poe-
sías que ha publicado, particularmente en los periódicos de Alicante , titulados La
Amenidad, año 1848 , El Agente Alicantino y el Diario de Alicante; y en este
año en ^7 TVono y la Nobleza y en El Circulo Cifinlifico y Literario. — P. n, 668.
CARRASCO, Felipe Ramón. Piloto de la real armada y oíicialdc Hacienda. Nació en
Cartagena el 31 de agosto de 1827. Fue redactor de los periódicos literarios si-
guientes: El Noticiero. — La Jóonn Málaga. — El Eco de la Juventud,^ El Rubí. —
La Esmeralda, en Granada. — El Trovador y Catalán, de Barcelona. — El Serrano,
de Ronda. — Espósito y Meteoro, de Cádiz. — El AlicjntinOy de Alicante. — \ El Soldé
Andalucía, de Sevilla, de cuya S )ciedad literaria es mi<;mbro. En a actualidad pu-
blica La Adelfa del Francoli, periódico literario y mercantil. — P. n. 571.
CARRASCOSA Y CARRION. Pedro José. Profesor de farmacia. Nació en Ciudad -Real
el 5 de noviembre de 1823. Fue fundador de la Academia Literaria de Manzanares,
en donde se representó con aplauso su primera obra dramática. Se ha dado á conoecr
en los periódicos por sus poesías, de las que lia arregla<1o un tomo, próximo á publi-
carse, así como otro drama, escrito para los teatros de Madrid, en domle se halla es-
tablecido.—P. I, 467.
CASÓ, José Indalecio. Cursante en leyes, de edad de diez y nueve anos, y natural de
Oviedo. Ha publicado varins poesías en los periódicos. — P. i, 317.
GÁSTELO SERRA, Ensebio. Profesor de medicina y catedrático regente de retórica y
poética. Nació enSegovia en 5 de marzo de 1825. Es redactor del Boletin de Me^
dicina. Cirugía y Farmacia de Madrid, en el queso leen sus poosías, entre otros ar-
tículos científicos, en los que su examen sobre la lactancia y sus Escenas médicas le han
adquirido fiima de buen escritor médico. — P. i, 436.
CASTELLANOS DE LOSADA, Bisilio Sebastian. Secretario honorario de S. M. , caba-
llero de las órdenes de San Juan de Jerusalen, Isabel la Católica, de San Genaro, etc.
S. M. le ha hecho, en marzo de este año. merced del hábito de la orden militar de
caballeros de Montesa. Está condecoratlo con varias cruces de distinción por ser-
vicios patrióticos y militares , honrado con el cordón de Anticuarios , con una
medalla con su busto como fundador de la Sociedad numismálica Matritense, con
la medalla de la Sociedad numismática de Bélgica y con la de fundador del Insti-
tuto Español. E< funilidor y actual director de la Academia Española de arqueo-
logia , bibliotecario anticuario y conservador del Museo de medallas y gabinelo
de antigüedades de la Biblioteca Nacional , cronista y anticuario de la casa y es-
tados del Excmo. Sr. Duque de Osuna y del Infantado, miembro de las Socieáades
anticuarías de Francia y del Norte, corresponsal de honor ó de mérito de cua-
renta y ocho sociedades y academias literarias, científicas y artísticas de España y
del estranjero, corresponsal de la Biblioteca Imperial de San-Petersburgo por ukaso
del Emperador actual, de la Real .\cad«ímia de Herculano por real decreto del .so-
berano reinante en las Dos-Sicilias, del comité de artes y monumentos de Paris. del
Instituto Italiano y de otros cuerpos y Estados. Nació en Madrid el 14 do junio
de 1807. Sus obras dadas á luz son : De arqueología: Enciclopedia de las cos-
tumbres españolas , su oríger) ó historia. De esta obra se han publicado mas
de trescientos artículos en los periódicos literarios de Madrid de veinte y seis
añosa esta parte, y se prepara su publicación en dos tomos. — Cartilla Nu-
mismática.— Galena Numismálica Universal. — Disertación sobre la numismática
— 909—.
en 1848, y en Cambridge, {849. TamMcn se publicaron en París en dos ediciones
de 1848 y i850 , en Oporto oii i 848, y en Colonia en el mismo año. — HUtoria de
los protestantes españoles, y su persecución por Felipe If, Cádiz, i 85 i, la cual se
ha traducido y publicado en Londres en el mismo año. Tiene publicados otros vanos
interesantes opúsculos este escritor gaditano, del que se publica en Madrid en la
actualidad, un Diccionario de la lengua castellana, por el editor D. Ángel Fer-
nandez de los Ríos, director de los periódicos literarios El Semanario y La Ilm^
tracion, — P. i, Í8\.
CASTRO Y OROZCO, Josó. Vid. Gerona, el marques de.
CATALINA, Gavino. De Budia, provincia de Guadalajara^ presbítero, ex-catedrático
del seminario conciliar de Cuenca, cura párroco de Barajas de Meló. Nació en 19 de
febrero de i818 (hermano del Catalina siguiente).— P. i, 474.
CATALINA, Severo. Abobado. Nació en Cuenca el 6 do noviembre de 1832. Ha pu-
blicado artículos literarios en algunos periódicos de Madrid, entre ellos La ilustra-
cion y El Semanario, y se ocupa en arreglar un tomo de poesías originales para su
publicación. Es muy entendido en la lengua hebrea. — P. i, 454.
CAUSADA, Nicolasa. Poetisa aragonesa, hija del difunto catedrático de medicina de la
Universidad de Valencia, D. Jo^. Los periódicos literarios han dado á conocer algu-
nas de sus poesías. — P. i. 285.
CAVEDA, José. Ex director general de agricultura, industria y comercio; miembro or-
dinario del Consejo Real; vocal del Real Consejo de agricultura, industria y comer-
cio; vocal de la junta de aranceles; secretario de S. M.; individuo de número de las
reales Academias de la Lengua y de la Historia; vocal de la comisión de monumen-
tos artísticos; comendador de numero de la orden de Carlos III y gran cruz de Isa-
bel la Católica; socio corresponsal de la sociedad central de agricultura de Paria, de
In española de arqueología, y de otras sociedades españolas y estranjeras. Nadó en
Villaviciosa, provincia de Oviedo, el 12 de junio do 1798. Sus obras son: las poesías
anónimas y el discurso preliminar de la Colección de poesías asturianas, — Memo-
ria histórica sobre la junta general del Principado de Asturias. — Memoria histórica
sobre los diversos géneros de arquitectura empleados en España. — Otra sobre los
productos de la inaustría española traídos á la esposicion pública de 1852, y otras.
Es escritor purista y concienzudo, y uno de los eruditos de mas profundidad, hon-
radez y modestia de España. — P. i, 316.
CERVINO, Joaquín José. Abogado. OGcial de sección del ministerio de Gracia y Jus-
ticia, caballero de la orden de Carlos III, secretario de S. M., socio profesor de la
Academia de jurisprudencia y legislación de Madrid, de la de Buenas Letras de Se-
villa, de los Liceos de Madrid y de Valencia, etc. Nació en Tortosa el 18 de mayo
de 18 i8, por hallarse allí accidentalmente su padre D. José, teniente coronel del re-
gimiento de Vitoria, y su madre doña Josefa Perrero. Sus obras son: La Virgen de
los Dolores, poema en siete cantos. — A la Fe, oda. — La Victoria de Bailen^ canto
épico. — Dramas: Sara, en verso. — Otro inédito. — /udtt, drama en cuatro actos y
en verso, y una colección de poesías, de las que han aparecido ademas muchas en
los periódicos. Se le cuenta entre los poetas valencianos, porque solo en el haber
nacido pertenece á Cataluña: Onteniente, pueblo de su madre, puede considerarse
como el suyo. — P. ii, 588.
CíIALANZON, Ovidio. Profesor de farmacia. Nació en Bayona de Francia el 10 de
marzo de 1827, hallándose allí emigrado su padre por liberal; pero como al año re-
gresase a León, patria de sus padres, esta ciudad es la suya adoptiva. Se han pu-
blicado en los periódicos algunas de sus poesías, que trata de publicar en colección,
así como su drama, en cuatro actos y en verso, Un castigo ael cielo, — Un amor y
un padecer, en tres actos. — La Dama disfrazada, zarzuela en dos actos.— (/no
para otro, comedia en tres actos. — El poema NueHra Señora de los Dolores, en
nueve cantos. — P. i, 404.
CIL, Joaquín. De Cataluña. — P. ii, 515.
CISNEROS, Enrique de. Abogado del ilustre colegio de Madrid. Nació en Sevilla en
1826. Sus obras son: Vari3s artículos de jurisprudencia publicados en los periódicos.
— Poesías líricas en id.— Comadlas: Jadraque y Paris.-^Ultima calaverada. — Rico
t.
— 911 —
lia visto ya la luz pública en este idioma en la Révue des Deux-Mondes. — P. n, 678.
DACARRETE), Ángel Mariar Está concluyendo la carrera de leyes. Nació en Cádiz en
4827. Sus poesías se han publicado en los periódicos. — P. i, i8i.
DEHESA, Pedro de la (de Santander).— P. i, 226.
DIANA, Manuel Juan. Oñcial del archivo del ministerio de la Guerra. Nació en Sevilla
en octubre de 18^8. Ha escrito y se han representado en los principales teatros de
lyiadrid las comedias sip;uicntes: No siempre el amor es ciego, en tres actos. —
Cuánto vale una leccionf en tres actos. — Ella es, en un acto. — Casualidades, en
un acto. — Es un bandido á juzgar por las apariencias, en tres actos, en prosa y
en verso, escrita en unión con D. Juan Eugenio Hartzenbusch. — La Cruz de la
torre blanca, drama en tres actos y en verso, en unión con D. Gregorio Romero
Larrañaga. — Los Erttantos de la voz, en un acto y en prosa, en unión con D. Fran-
cisco Navarro Villoslada. Ademas ha escrito y publicado varios artículos de costum-
bres y algunas novelas, entre ellas Una y tres y Donde las dan las toman. Por úl-
timo, ha dado á luz una Memoria histórico-artistica del teatro Real de Madrid^
y un libro titulado Capitanes ilustres y revista de libros militares. ^^P. i, 27i.«
DÍAZ CARRALERO, María Francisca, conocida por La Ciega de Manzanares» Nació
en la mas humilde esfera social, en la villa de Manzanares, provincia de Ciudad-Real,
el 10 de octubre de 18i8, quedando cie^a á los seis dias. En el núm. 51 de La IluS"
tracion (periódico literario que se publica en Madrid), correspondiente al 21 do di-
ciembre de 1850, se publicó, con su retrato, la interesantísima biografía de esta
célebre repentista poetisa y latina» por D. P. C. y C, su compatriota, y sin-
tiendo nosotros na poder insertarla en esta nota, solo diremos que esta joven, que
habla en latin con igual facilidad que en castellano, es un prodigio de fecundidad
poética, si bien algún tanto inculta á falta de instrucción, ae tal modo que tiene
admirados á todos los vates y personas instruidas de la corte, en cuyas principales
reuniones se la llama para admirarla y colmarla de merecidos aplausos cuando viene,
pues que es increíble la facilidad con que improvisa en el acto las composiciones á
que se la invita. La fama de su nombre, traída por los viajeros que pasan por Man-
zanares, á quienes demanda limosna, la hace desear en Madrid, donde las veces que
viene es obsequiada de las personas instruidas. Solo de oídas, situándose á la puerta
de la escuela de latinidad de su pueblo, aprendió la lengua del Lacio, y la composición
que presentamos, con su exordio latino, nos la hizo en el mismo momento que la
indicamos nuestro deseo. — P. i, 465.
DISDIER, Juan Antonio (de Tarragona). Empleado de Hacienda y conocedor de docu-
mentos antiguos, por lo que fue hace tres anos comisionado para recoger los de los
archivos de ílacienda de Tarragona, á petición de la Academia de la Historia. Ha
publicado algunas poesías en los perióaicos. — P. ii, 536.
DIOS Y SANTA MARÍA, José de (antes Samuel Abdallah). Natural de Jerusalcn, en
cuya ciudad nació, siendo hijo de Jacob-Ackdel y de Rosa de María, ambos conver-
tidos al cristianismo después de su hijo. Nació el 19 de marzo de 1804. Huyendo do
Jerusalen con Fr. Juan de Lnnda, que fue á visitar los Santos-Lugares, recibió el
bautismo en Jerusalen, y su educación religiosa en Barcelona, y pasando á Londres
empleado en el comercio, se ocupa en este ejercicio en Inglaterra y en Gibraltar,
en donde casó con española ,de la que tiene cuatro hijos, que, como él y su esposa ,
profesan el catolicismo. — P. n, 029.
DONCEL Y ORDAZ, José. Presbítero, beneOciado curado de la orden militar de Santia-
go en la ciudad de Llerena, y miembro de varias sociedades literarias. Nació en
Salamanca el día 4 de febrero de 1822 Ademas de porción de poesías publicadas en
los periódicos de Madrid v de las provincias, ha escrito las obras siguientes: Colec-
ción de odas íilosófícas, fábulas morales, epigramas, letrillas v otras composiciones
festivas y satíricas, impresíren Valladolid bajo el seudónimo de Fr. Polipodio, Sa-
lamanca, año de 1844. — Seis novtUas históricas y de costumbres, á saber. Kalminda,
Abides, y La Fuente del secreto, Valladoliil, 18 i4. — Walisima, Madrid, 1848. — El
Italiano y la portugucsay Zaragoza, 1349 — Y El Jacinto, que se halla aun inédita.
En 1851 terminó su poema bíblico dcnominiJo El Altísimo, del que los periódicos
han insertado la introducción y algunos de sus cantos. Como poeta dramático ha es-
— 913 —
losa híbri un nombra que el lienipn so «ncar^srá da Iwrrar bifin pronto. ¿Qué lii*-
toría tiene una planta estéril que se consume sin producir? Ln liisloHn es un recuT-
do, y yo no tengo recuerdos; los desengaños ahof;aron la esperanza. jCompréndesc la
vida sin un recuerdo tras sí. y anle si una esperania?» — P. i, 317.
FENOLLOSA Y PERIS, Amalia. Naciú en Castellón de la Plana el S de febrero de < Río.
Es individua de mérito de la Academia literaria deSanllaco, del Lic«o da Valladolld.
del de Valencia, y de la Filomática de Barcelona. Sus padres lian aido el médico don
Francisco JaTier y doña Antonia Peris, y sos obras son las siguientes: Un tonto de
poesías en 16.°, publicado en San Sebastian. — JemerUto aneí Gólgota. — Et Premio
de la virtud, no\«h.— Malvina de Serhati, id. — Un drama que no se ha represen»
tado .-luii. y porción de poesías en las periúdícos siRuientes: Ei Idólatra, de Galicia;
El Ómnibus de la Union Comercial; la Gaceta IHutieal y Literaria; El Genio , en
Barcelona; £1 Basar Literario, de Burdos; El Polichinela, de Madrid; El Féniir, dn
Valencia, y otros: tiene para imprimir trw lomos de poesías, v se ocup.i on ium
obra de empeño literaria. Sentimos no poder insertar la biografía de esta poetisa,
que nos mandó el Sr. D. Domingo Porlemii, escrita de su mano, siendo gobernador
civil de Castellón — P. i,S38.
FERNANDEZ, Gabriel. Profesor de educación superior an Adra. N.icifi en Daliao p1
año de ISli. Sus obras son las siguientes: Ittnonia, tragedia cldslc.i en tres ii'-ti:i<!
Jen Terso.— £í ifarido ei un tirano, comedia un tres actos j en verso. — 6Í Go-
ernador poeta, iá.—La» CábaUn de( tia Basilio, Mrauela en un solo.— Loa Tra-
vesuras de Manuela, zarzuela. — Las Barbas imprevistas, id. — El Fraile, drama
en cuatro actos. — El Arrepentimiento, id., id., id.— ETna de nuestras áie:i mil pla-
ga*, comedia en tres actos y en verso. — LaEsniacion, id., id., id. — Gascón, drami
en cinco actos y en verso. Varias poesías y artículos sobre educación on los periódi-
cos.—P. I, 171.
FERNANDEZ BA&ZA, Pascual. Secretaria de S. U. con ejercicio . senador del reino.
pi-presidente de la Sata primera de la Audiencia de Madrid, presidente do la junta d<:
«árceles r de la Galúra.etc, ei-coDsejero rea.1. Fuá promotor (i^cil en I)t9t, desput-s
do servir dos juzgados de primera instancia, la auditoria de guerra de Galicia, y dido
magistrado de la Audiencia de Valladolid. Fue li.';cal, y después magistrado, de la
Audiencia de Madrid, diputado á Cortes por PonFerrada en todas lasHegislatnras, y
secretario de la^ Cortes constituyentes. Nació en Ponferrada, capital del Vierzo, e!
4 de octnbre de 1798. Sus obras son: Cna elegía á la muerte de su esposa dona Ha-
rfa del Carmen Riego, hermana del desgraciado general Ríe^o, victima de la Liber-
tad.-Un tomo de fábulas morales y políticas.- Varias poesías publicadas en El La-
berinto, Faro déla Niñes, La fíastrocian y otros periódicos literarios. En jurispru-
dencia: La Etíadistioa criminal del distrito de la Audiencia de Madrid, relativa ul
año de 18iS, aplicando, por medio del cálculo, sus resultados i la mejora de la le-
gislación vigente j reforma del Código penal que riae. -Artículos en el 0o^l>n de
Jurisprudencia de los años 1813 y 44.— Otros arliculos en El Foro, periódico judi -
cial.etc. — En la composición de este vate, pág. 403, linea 2S, dunde dice al
amante, el al está de mas; y no la 404, linea 5 , dic« recibirás, y debe decir rící-
6iaj.— P. 1,401 y*H,
FERNANDEZ GUERRA Y ORffi:, Aureliano. Oücial del ministerio do Gracia y Jus-
ticia . corresponsal de la real Academia de la Historia , etc. NacÍ4 en Grniind;i.
Sus obras dramáticas son: La Hija de Cervantes. — Atonto Cano. — La Rica Hembra.
— Comentos, notas y vida de Queredo en la edición de obras escogidas dii oítu autor
en la Colección de Autores célebres españoles, — Varias poesfoi en La Alhambra, pe-
riódico literario de Granada, etc.— P. i, 299,
FERNANDEZ GUERRA V ORBE, Luis. Olidiil del ministerio de Gracia y Justfr.in en
la dirección de contabilidad, abogado, socio de varias corporaciones cienliRcas y lite-
rarias, etc. Fue ayudante director de lu Academia de Nobles arles de Granada. Nnciil
en tiranada en el presante siglo. Snsoltras son: Varios artículos de bellas artes y las
piezagdramálícas siguientes: Un JuramenCo. — Mtreeer para alean»ar,—El Pilu~
Suero de tu AÜesa.— La Novia de encargo. — Varia* poesías publicadas en losperió'
icos.— P. I, 20f.
US
— 917 —
las oue sobresale La Ori/ia.— ^Dos tomos de poesías titulados Im% y iinUifUu^ j los ar-
tículos £1 Memorialitta y El Caaador en Los Españoles pintados por si mismos.—
P. 1, 2S0.
garcía miranda y Vicenta. Poetisa estremeSa. Nació en Campanario , Tilla de la
proYinda de Bddajoz, el 9 de agosto de 1817, liiia de D. Antonio, profesor de fiírma-
cía y distinguido poeta. El literato D. Ramón Ortiz de Zarate publicó en 4849 la
Iñograria de esta poetisa eq Valencia, en ei periódico titulado ¿a Esmeralda, en la
cual se da su interesantísima historia bastante completa ; pero no pudiendo copiarla
aquí por su estension, nos ceñiremos á las obras publlcacuis, que son las sij[uientes;
debiendo advertir que las bellas creaciones de su paisana poetisa , la señorita Coro-
nado, fueron las que, entusiasmando su alma, la impelieron á escribir é los 28 años,
época en que ya se iMÜlaba viuda. Fueron sus primeras poesías las tituladas: La TWn-
fuiad, — A «na rosa, — Una oda al célebre novelista Sué, impresa en el Eco del Co'
mércio en 1845^ medio año después de su primer ensayo. Vense sus composidones
líricas en los periódicos denominados El Guadiana^ BlUriOy El Bardo de Caslülá
y La Esmeralda Talenciana, y otros, siendo hoy colaboradora poética de los cobo-
cidos con los nombres de la Gaceta del bello mu», en Madrid, El Despertador
Montañés y El Meantino. Esta graciosa poetisa, atendiendo á lo que hemos leído
en su biografía, acredita, como dice su biógrafo, que el poeta nace,, no se tiace; y
que la poesía es hija del délo, y no del arte ni deí estudio. — P. i, S'ffi.
GAIiCIA MOSQUERA, José. Eminente latino y profesor de humanidades: es-catedri»
tico de latin, retórica y poética en el Instituto de Cuenca, y hoy de Pontevedra. Na-
dó en Castro de Escuadro, provincia de Orense, en 17 de mayo de 4849. Ha publi-
cado varias poesías, yes notable su oda latina al dnspo de Orense , fk Luis Lastra y
Cuesta, y su canto á la Cena del Cordero Pascual, publicadas snelU»^ la primera ea
Orense en 4852, y la segunda en Cuenca en 4853. So escesiva nsodesHa hace que b»
conozcámoslas poesías ^ue conserva inéditas. TamlHen publicó una composición^
con motivo del nacimiento de la princesa de Asturias. — P. i, 344 , 350 y 358»
GARCLV'DB QUEVBDO, Heriberto. Escritor público. NadóenCaro> dudad de Ve-
nezuela, en la América española, d año de 4849. Al caer el [wder ^pañd en aquel
pais pasó á Europa, situándose en Madrid, después de liaber viajadio por Asia,. África
y la mayor parte de este continente. Sus obras son bien conocidas,, y particula»^
mente sus novdas, artículos de viajes y multitud de poesfais líricas midMicadaspor
los periódicos españoles: bs mas aplaudidas entre estas son la oda á Malia y Pió DT, y
los cantos épicos á la Fe cristiana y á Colon. Ha escrito lod drama» siguienles: NMexa
contra nobleza. — Un ftaje y un caballero. — Don Bernardo de Cabrera. — Felipe de
Beaufort,^Patria y amor. — Isabel de Mediéis y Coriolano. En unión del poeta
Bonilla ha escrito: Marta, poema religioso. — Pentápoiis^ poema sagrado^ y una le-
yenda amorosa. — Las leyendas fantásticas Carema del Diablo. — DeUnmn. Esla»
solas de su ingenio. — P. ii, 650.
GARCÍA DEL REAL, Timoteo. Bachiller en filosofía y de 25 años de edad. Ha publi-
cado en los periódicos algunas poesías. — P. i, 323.
GARCÍA VERDUGO, Vicente. Abogado dd Colegio de Madrid, redactor jprimero de la
Gaceta en 4847, y jefe civil de segunda clase. Nadó en YepHBs. provincia de Toledo,
el 5 de abril de 4848. Sus poesías se hallan en los periódicos de Madrid, y ha publi-
cado las traducciones de varias novelas de Paul de Kock, una obra de veterinaria, y
la obra francesa titulada La iglma Católica vindicada de la imputación de favo--
recer al despotismo. — P. i, 504.
GARZÓN Y AGUADO, José (de Jaenl.^P. i, 222.
GASSBT, Eduardo. Empleado, caballero de las órdenes de Carlos IH y de la de San
Juan de Jerusalen. socio de la sección de literatura del instituto Español y de otras
sociedades literarias. Nació en Pontevedra en 43 de Junio de 4832. En los periódicos
Las Novedades, del que fue redactor, y en el Semanario é ¡lu^raeion, ha publi-
cado algunas de sus poesías. — P. i, 362.
GASSÓ, Antonio Jacinto de (Igualada, en Cataluña). — ^P. u, 548.
GASSÓ, Ramón Justino de (Igualada).-— P. ii, 519.
GAYOSO, Justo (de la Coruña).— P. i, 334.
— 919 —
celona. En cusí todas los p«rifMicos literarios de Madrid He esU époc.i , y en muchos
de los de liis provincias se Imii sus creaciones poéticas, yaiiemas ha pubiicadn.- Leal-
túdó un juramento, (trama en cinco actos ven prosa: Barcelona 1R42. el que se re-
Cresejitden aquellos teatros.— ¿oi Comletde Rocaberti, novela: Rareelonn, (Kt3,—
n fpüodio de Jo ^u^rrarfelooMc dflM, novela: Dnrcelonn, 1851. Prepnni í la
impresión otr»s obras de este género y poesías , siendo uun de las qun linn cantado
al nacimiento do la Princesa Isabel en la Cototm Regia de El Trono y ¡a Nobleza, en
el año de 1892.— P. it, SÜS.
GUEHRBnO, Teodoro. Abogado, secretarlo honorario de S. H., oficial auiilinr del
ministerio de Hacienda, b individuo do varias corporaciones cientificas y lilor.irias.
Nació en la Habana, capital do la isla de Cuba, e^ O de noviembre de 1884. Sus
obras son: Comedias: fitden duda, con ValladaresySaavedra.— £< St^Joivni yKi.
—Intrigas di joíon. — Vn Don Juan del Siglo xa.— La Leu del emttudo.—Fea y
pobre. — Dramas: Herida en et eoraion. Ademas hapublicado Fas siguientes: Hi Qui-
tapetares, biblioteca burlesca.— fotum Aftwlulum. colección de poesías. — ÍJieoto-
narío fihsófieo det amor y de las mujeres. — Las Página» de un demente, revista
sal f rica.— Ehm 1/0 eritiea iobre la vida del en -ministro Bravo HíuriUo.— Y Vna
Hiitoria del gran munilo, novela. Ha sido colaborador de varios periódicos polí-
ticos de España y de Ultramar.— P. n, 627.
GUILLEN BUZARAN, luán. Oficial del ministerio de la Guerra, corom-l dn caballe-
ría , jefe del cuerpo do estado mayor del ejército , oentil-bombre dn ciiinara da
S. M. con ejercicio, condecorado con varías crucm de distinción por méritos de
guerra, etc.; es esposo de doña Haria Teresa Zerriz. camarista de S. H. la Heina.
Nació en Valencia el 20 de setiembre de 1817. Sus obras son; Historia de ¡a corte
de Felipe III. — Un considerable número de composiciones poéticas, y eslcnsos
artículos de historia, ari^ueologia, costumbres militares y de critica literaria, pu-
blicados en los periódicos. — P. ii, 572.
GUTIÉRREZ DE LA VEGA, José. Caballero de la Espuela de Oro y de la urden Pía-
na , condecorado por cl t'apa ademas con ia medalla «le Pió IX creada para los
ejércitos conligados en favor de esto Ponlifice en 1849 , lircade de Roma con el
nombre de Arcliita Temisio, miembro de las academias Tiberini de Roma , j Er-
uica de Alatrí, eattallero do la orden de San Juan de Jerusaleu por los servicios li-
terarios que presta al ejército español espedicionario de Italia, profesor de medici-
na, etc. Naciú en Sevilla el S4 de agosto de (824. Sus obras son : Artkulus de
medicina en su historia dirigida por el Dr. Cbíncliilla , y en el BoMin de
Medicina, Cirugía y Farmacia de Madrid. — La Giralda, periódico literario en Se-
vjllu.— Hiííoria de la «í/fíti, en la obra de H. Fabre. — Viajes por Italia con ¡a
espedieion cspañoia. Y porción de articulas con motivo de (os suciisos de Roma,
do política y de literatura en los periódicos Et independiente, Et Popular, El
Trono y la Nobleía, El Heraldo. El Pais y otros.— P. i, 272.
HARTZENBUSCH, Juan Eugenio. Bibliotecario y secretario de la Nacional, vocal de la
junta consultiva de teatros, individuo de la Academia de la Lengua . caballero do las
Ordenes de Carlos III y de Isabel la Católica. Nació en Madrid el 6 do setiembre do
1806. Sus obras dramáticas son: Los Amantes de TVruei. — Dolta ¡Seneta. — Don
Alonso el Casta. — La Jura en Santa Gadea.—La Madre de Pelayo. — Primero yo.
—El ñaeliiller Sfendarias.— Honor ia.— La Ley de raza.— Comeá'at: La Visionaria.
—La Coja y el encogido. — Juan de las ViRas. — Es un bandida, en que tiene parlo.
— Jugar por ta}Aa,eiin Rosell y Vnllad-iroá.— Las tres comedias de ma)[Ín La Redoma
tneantada, Loi Polvos de ta madre Celestina j Las Batuecas. — Con tlubl,
la comedia en dos actos, titulada Una onsaá /emo seco.— Un tomo ile fíbulas.
Su úlllma nroduccion dramiltica es la titulada Un si y un no, que Hizo representar
en marzo de este año en el teatro del Principe, como un arreglo del autor alemán Oe-
derin, T que no es tal arreglo, y sinnacomediaorigin.il suya. Ha dirigido, pi)rg.indo-
les de deleclos, l.i publicicton del Teatro escogido ilc Tirso , el de ñaii do Alarcou , es
suyo el prólogo del de b. Ramón de laCruc y otros, y son ínRuitos losarllcnlos de
literatura dramática que se conocen do esto autor, cuyos obras ha publicado en
Paris en una elegante edición U. Baudry.— P. i, 483.
\^
— 921 —
Fr.Gtfuiidio, rai'iÁla pitíMica, s.ilir¡i;i, (osliva. Ho poülina y costumbres. 10 lo-
mos en 8.": Muilrü, <S37 ai H.— Vinjisdi! Fr. Cerundio por Francia, BÉl^ka,
UnUnday oriltnBiJel Ftliin, «loa tomos; Mmlríd.— El Teatro Social del sigla xa, áos lo-
mos: Uudriil. — La Revista Europea, caatro lomos: Madrid, — Ynlgunos onÚSCuloB jr
poosius aucltos, ya ca róllelo, ya ea los períódicnR tilerarios ; polllicoft. En la actiinli-
datl lleva publicados doce tomos ou i. ilo In Historia general de España desde los
{íerRfos mas remotos hasta nuestros diat. Este autor es el escritor mas popular de
España, oues que sus capilladss se lian leido liasls en la mas inculta J miserable al-
dea, en donde SQ ríen las praciasdeFr. Gerundio.— P. i, 422.
LA HOZ, Florencia. Composilor de música y profesor de piano. Et-presidente de los
secciones de música de los Liceoü de Undrid y da Zaragoza, socio de mórilo de la
del Inslilulo Esnañol V de otras. Nacid en AlasoD, provincia de Zangota, el H de
mayo de 181a, nijo del famoso ori^anisli O. Miguel, conocido pnr el ciego de Ala-
gon, por lerlu desde los tres meses de su edail. Fue discípulo de su señor padre on
música; pero duilicado al esludio, oti la Universidad de Zaragoza ostudiú la Qlosolia,
y en Madrid las nialemdlicas. No pudiendo seguir la carrera de las tetros por
morir su padre dejando en la indigoncui i su madre y cuillra liíjns , se dedicó del
lodo á la enserjunza música para poder sostener á cslos. Viniendo & Madrid eo IStO,
entró de discipulo del Sr. Albenilz en el real Conserralorio de música, on el que iil
uDo se le nombró profesor supernumerario ái In clase do sn rRprnsado inaeslro, la
que desempeñó durante dos añas. Sus principalra obras, entre Ins 90 publicadas, Ron:
La Jota aragonega que lleva m uombro, con 42 variaciones y cinco cantos. — Pun-
tHsias: la áe Uaria de fíohan, Linda de Chamoutüx é f ATatnOflierí.— Molodins:
El Infortunio, El Doior, La Moribunda. — Pnrle de la zariucla nticslra titulada La
Pastora d»t Manzanares ^'^míonia & toda orijuesta pura ios }n<v;as florales del Li-
ceo de Madrid,— Uua f(rau misii para la i ñau r» ración do la caitillu del liislltttto Ba -
pañol.— Una Salvo á dúo parala ¡(riesia de l.i Encamación de esta corte, ele,
LARRA,, Luis Mariano de. Hijo del célebre critico español D. Mariano José de Larra,
cuyas obras le inmortalizan y colocan entre los escnlnres españoles mas eminentes
de este siglo. Su hijo O. Luis ps amor de las oliras dramdlJcas siguientes: El Toro y
el tigre, Un embuste y una hada y Toiío con raptos. — Zarzuela : El Cuello de ia
camisa, escrita con D. Cayulanode Suriculday.— £tt Palacio genla calle, drama en
caaüttiCíos.—LasTres nobtexan. — Quien d cucAiVIo mala. — ¡A casa d« ouervoí!
con Larrea. — Una nube de verano. — P. i, 4Sf,
LAFtItEA, José María do. Nació en Madrid el 2 de setiembre de <S2R- Sus obras snti
las comedias siguientes: No c( OPO euanlo rcíuce, — Un imposible de amor. — Ellas
y nosotros. — La xarauela Pero Grullo, en unión de D. A. Lozano. — Una suegra, ju-
guete cómico en un aclo. — La Ocasión, comedia original en tres. —El Prinetpio de
un reinado, drama en cuatro actos. — La¡ Trot noAlMOt, comedia id. en tres, oecríta
con D. Luis Mariano de Larra.— Quien ácuchíUo mala, comedia on un acto, arre-
glada del francé.'i, con Lorra.—;^ coso do cmstuot/ id., en tres actos, original,—
Loi Dos tniríporaUei, juguete cómico on un acto, arreglado del fraucés. — La Duda,
comedía en tres actos, original y en vurso: todas ban sido representadas. Adornas
ha publicado varias poesías y arliculos en prosa en los periódicos. — P. i, 484.
LASALA , Manuel (do Zaragoza).— P. i, 30S.
LEDESMA, Francisco. -Nucid en Almería el 12 d« noviembre du ISIR, Sus poesiiis so
lian pubiicado en los siguientes periódicos de aquella ciudad: El Deseo. — El Cas-
cajar.— La Biblioteea.~-Jarge, o tí loco do Almena. — El Aladran. — El Faro Al-
ménense. En el periódico Ululado £J Omifeino Público, la novela litul.idn Don
Pedro de Portugal, y diferentes leyendas on prosa y verso. Tiene inéditos dos poe-
mas que prepara para la imprenta. ~P. t, I7T.
LEÓN, Rogoiia. Nació en Granada en 10 dü setiembre de I82ft, y apareció como
Clisa en la creación del Liceo granadino ol año de 1S47 . desde cuya épnuii
I publicada los periódicos composioiuuessuyas en castellano y en andaluz. Los
poesías mas aplaudidas de esta poelt^ que h»n visto la luz pública son tas siguien-
tes: A los artistas. — A Granada.— Gloria y fortuna. —A la infanta doña María Lui-
lio
r
— 925 —
MElGARBiO Y ME^fA DE SANDOVAL, Marín AiiLoiiia. Hija del anterior. Nacid en
la villa de San Clemente, de la provincia de Cuencn, al aña de 1827. Sus poeslis
anlo sn conocen ontrc bus ainisos, por m osce-lvu madesUa. — P. i, iSi-
MENDOZA DB VtVES, Mnrin. Eipofci del fw-omolor licnl de FigiMras D. Ramón Vi-
ves. Nacid cu Ardiles d VJ ik dicicmhre de 1S<0. Sus obras son las siguíenics: A
mi madrt, nocaia puMIcaila por El Guadhalorce, periddico literario de Uilnga, At\
lie, y del litnlado Athambra . que m publicó en Grnnada, fue redactora en los anos
B 1830 y 10, siendo sus compon i cienes principales tnserlas en ellos las tilutidas:
íí Porucmr. — Jtii ilitíionei. — Mi eiperansa. — ^41 Mar, y la leyenda Una /nñf po*
Otra loe», l/t Crónica de Sfobila, en tos Estados Unidos, ál insertar una poesía su-
ya, precedida de un bnen juicio lU-Kico, en 18*9, dice de esta poeliss: bLm cuidados
deeaposa y madre U liióeron muy pronto abandonar Í!a Musas, privando desdu en-
tonces al Parnaso español de sus sentidos cantos, ifue hablan ya principiado i gran-
jearla ol titulo de poutisn, li que es tan ncroeiiora; sus eshalecíoags poéticas liriilan
solo i'n el eslrcclio circulo de muy pocos amigos.» A posar de esto y de sn poca
sulud, lia escrito vnrhs oom posiciones, que lien publicado sus amigos, entre his que
^lobrcaalen las »ffui entes: A mi etposo.-~A doiña Adelaida O-Dena.—A doña Ema
PutUrien, publicadas en El Corretponsiü. Et Anfúm y El Tiempo, períúdicos de
Madrid, en lRt3, 43 y IH.— ^ la feUndad.—A mis hijuí . que lo fueron en £1 Lo-
comotor de Barcelona en 1850. — La leyenda lilulada Brigida, inserta en el Diario
de esta ciudad á principios de 18111, por la que fue nombrada socia de mérito do la
sociedad Filnmiitica. — P. i, 248.
MENENDEZ HAYON, Patricio. AlmR'-Hto. Nació en Otur, partido do Luarca, en Asttt-
rias, et añade fS21. Ifa escrita varias poesías y artieuloa literarios en alf^unoe pe-
riódicos de la corte y de las provincias, y entre elloe una eo lección de Cantos orien-
tales, que se lian pÑblicDdo también en los periddicoa de América. Bu varios perid-
ilicos ha publie«do ensayos críticos sobre} la novela francesa, de la oral se ocupa, y
«^Mt, la influencia ite su IHemtnra en nuestras eoshimbres. — P. i, 328.
MESTRE V HAnZAL, Cüriiu. Medico, directer' de im baños minerales de Buyores
ilu Nava, provincia de Oviedo. Nacid en ín ciudad de Valencia el ;tO do agosto de
1618. Sus poesías» entre lasque merecen partioular roendon lis tituladas Casar
durmiendo, Ut ntuíon y Ona nOla, le l>an pnbticado en los periódico», no bnbitn-
dole permitido su modestia prablicar todi ta coleccloD, á pesar «tel recomeiMlable pn)<
\oftfi que pan ello le acribió, en 1843, tí dibtitiffuldo literato tilmo. Sr. O. Antonio
Gil y 2árate, ci -subsecretario del ministerio de la Gobernación y consejero real en
la actualidad. Ademas do varios artitulos^cidntllicaí en los periddicosde su facultad,
lia publicado una otirita titulada El rtrantuíúmo, y en (846 el libro denominado
ConKJos morales d la niñes, aornti Jos do las realas «ie urbanidad puestos en verso.
— P.u, 607.
MILÁN Y NAVARRETE, Itamou. Ayudanta de telégmíos. Nacid en Granada el 4 do
junio de 182S. Sus obras literarias son las siguientes: Recuerdo de doíia Haria Pine-
da , impresa en su corona r(incl>rQ: Granada, 1841 (run le priinem que publicó). Una
serie de poesías en El Avisador Granadino de 1*<44, — Et Portero, ' picH en un
acto. — f/n anlieuofw), comedia en dos actos. — 0on Aomiro ríe Linares, drama en
cuatro acles. — Ocio* /upentlu, colección de sus poesías. — Bl Jateo de Jeret¡.—El
(■ambio de lo) billeta, piezas dramúticas en un acto. — Antei ^ue todo et mi honor ,
drama cu cuatro actos.— l/)s llávm dt la cMijuitía, colección do liingralias en el
periódico liertildlco Et Trotto y la Nobleza, 1849.— /< un tiempo amor ij fortuna.
comedia en ver^o , representad» i'» el tealro Español en t84B. — 0;oí y oidoí
eni/aflan, comedia en Tcrso.— ¿a Bamlavierde, comedia da maffís.— Porción de
poesías en los periódicos liternrios si^ulontes: La Emuraldit, ItuDieta Granadina, el
Álbum Granadino, El Guadatcásar de lain j El Capricho, dul que Tue director y
fiindodor: también fue fundador de la actual Socicilad Utcrana de Granada. —
P, 1.213.
— 927 —
ÍSECniN, [(^nncio ríe. Mnrino. Narió r^n Sanla-Cni): ile Tenpriío, ísIm Cnniriüs.d 2A
<lu enero lie tS2S. En 1647 iliú ú iii/ un pMtniU Sohrr.la mtujuitía de Tenerife,
y eo el aaa do 1849 un rlretnu tiluliido Uonsalo de Córdooa, y el cuenlo rentístico
Tres muertes por un amor. — P. i, tH7.
NEIRA DE MOSQUERA, Antonio. Escritor núbitm, abogattn, mienibm ilc In Acnrlamla
GapañolB de Arquooli>f;Ía, d» In Sociedad rilomáticu de Burcelona, Económícn do Vn-
lencift, c(c. Naciii en SanÜagn en 1823. Ha escrito m los penddicofi liierariott desdo
In edad de diei y odio nñoí, y se ven escritos ^yos en El Cirnsor de lu Pmnsn, Es-
|innolc3 pintados por sí mismas, Impflrciol, Galerifi H Hitar, Ptinléxicn, t'nns Noches
españolas, Siglo Pintoresco y Semanario Pintoresco^ poblieaciones dn Mnríriil. Sus
oliras, nderaas de loa rercridos escritos, san: Las Penas de Uadríd, opúsculo snüríco.
—La Marquesa de Camluí, novela histórica. — Las MonogralTaa de Santiago, obra
histórica, que le valiú uoa real ónteo sntisfactoria y el titulo de corre«poníinl de la
Academia de In Historia. Es director del perifMico de Santiago , titulado El Eco de
Golicia, T se dedica & los estudios históricos sobre la inílniccion pública m Es-
paña.—P. I, 364.
NOUGUEíj SECALL, Mariano. Abogado, secretario honorario de R. M. , caballero de
las órdenes de Carlos III é Isabel la Católica , vice-presidento de la Sociedad Econó-
mica Aragonesa, secretario perpetuo de la renl Academia de Artes de San Luis de
Zara^oaa , liscal de la capitanía general do Arsfton , académico da )a Historia , de la
Español» de Arqueologia , fundador y Tice-presidente de la diputación nrqiieoidgfcn
de ZaragOEa , y socio de muchas academias de España y del eslranjoro. Í.as onras
;ue ha publicado, son : Descripción é hüUtria líel toitMo de la Aljaferia: Znragnsa,
SiG.— La Uoral del Abogado: Zaragoza, I8S0. — DÍ$ewto»eohre{ap¡ntura,ile /u-
Mpe Martines-, Zaragoaa, IS33; y otros muchos artículos literarios y forenses m los
periiUicos de Madriay de Zaragoza. — P. i, 3O0.
NUHANTINA. Lalmórfana (Angela A riiul. Nació en Soria el año de 183(: algunas desús
poesías se ven en loa periódicos do HlB.áñáGacttadtl bello texo y olros.~P. i, S04.
OCEiOA, Eugenio de. SecreLirio de S. M. con ejercicio , jefe de sección del minisierio
de Gracia y Justicia y director del Botetin de /nUruceion pública; cnbiillcro ile la
drden de Carlos III, comendador déla de Isabel la Católica, miembro do In Legión
de Honor de Francia, diputado i Cortos por Huesca en In le^slatura de IRÜi, indi-
»idtM de la real Academia española do la Lengua y do otras sociedades litf nirlns y
artísticas , cx-jefe político de Huesca , ex -administrador de In Imprenta Nmiimal,
censor de teatrog, ei-bibliotecario segundo de la Nacional , primer rednrtor de la
fi'ocetaen 18jG, uno da los jóvenei pensionados que en 1S3!> fueron A Pnrís A la
nueva escuela de arles y oiicios, etc. Nació en Leto, provincia de GiiipÚEcna , el tf>
de abril do (MIS, Sus obras son. Comedías: Ineertidumbrt y amor.— Un dia del
uño 1S23. — Dramas: JfatiUí. — Ademas ha hecho porción ne traducciones, entre
ellas el Hernani, de Víctor Hugo. — No*elas: Un avio de fe. — Ha traducido v publi-
cado las novelas do Víctor Hugo, y muchas de Soulié, Jome Sand, Diimas, hroudu-
cau ;[ otros. Fundó el pcriiVlteo literario fil ifrtúta eo <83S, y fue redactor de los
políticos La Abeja, El Espaitoi. Bl Patriota y otros. Ha publicado en París: la
Coloccion de autores cspañiiles.— £1 fUrUía), periódico del que Rio único redac-
tor.—-La RCTista Enciclopédica. — El Cnldlogo de los manuscritos nspañnlcs de la
ifiblioteca de París. — Rimas inéditas del marques de Santillana.— Ecos del alma, que
sonsus poesías.— Traducciones: El viaje it Oriente, de Liimartínu. — Gui Mmi-rinva. —
Los aguas de San itomiin. — El Monasterio (l>s tres de W. Senil).— Obras religiosas
de Hadialle.— Vida de Santo Uominifo, de Laoordaire. — Otras, y porción de nrllcuins
lilerariosonfí Jfonítor y demasporiódicos da París, — En Lo* Rspañoleíi pintailns por
si miamos: El Emigrado , y El Español fuera de Bsnilña, — En loa Españoles ilus-
tres: laahioftraflHdeGaltegí), Hariienbusch, Donoso Cortés y D. Federico Madram. —
Elumeiilos de economía polilíca, jior Garnier . traducción.— Rl flanrinnero dn Bac-
ila, con losSres. Pidal y Gayangos. — La vida de R.inoey, por Chateaubriand, traduc-
ción.— Y, en lin, artículos en El kenacimiento , revista luapano-aiiKiricana, un cuyn
fundación tuvo parle , y la tiríliea teatral m La España , périódi¿<) politice , etc.—
JBi
— 929 —
PANZANO Y ALMIRALL) Francisco (de Haesca). Uno de los redactores del Dteeiofia-
rio geoaráfico de España, publicado por Madoz. — P. ii, 662.
PARHISÑO, Florencio Luis. Nació en Halaga el 25 de agosto de 1822. Ha sido redactor
del Eco del ComerciOy de El Pueblo y de otros periódicos políticos y literarios, y
ha publicado los tres dramas originales siguientes: Laura de Ciufro. en cuatro actos
y en verso. — El Conde de Sagunto, en dos actos y en verso. — Rey^ Duque y Conspi-
rador^ en tres actos y en verso: y lia traducido del francés el drama en cinco actos
titulado El Conde Hermann^ que también se ha representado é impreso. Se ven
poesías líricas de este autor en los periódicos literarios que se publican actualmente.
— «P. I 260.
PASARON Y LASTRA, Ubaldo. Escritor público militar. Nació en la villa de Riva-
deo, provincia de Lugo, el año de 1827. Ha escrito varios artículos de moral^ de
critica, de costumbres, históricos, biográGcos y militares en los periódicos siguien-
tes: La Semana, El Henares, El Museo de los niños^ El Baen deseo. La Ilurion,
El Despertador Montañés, La Revista Bistóriea, La Revista MiUÍar y otros de
Madrid v do las provincias. Ha dado á luz la comedia Una Página de amor, y tiene
otras inéditas. Ha publicado sus poesías y leyendas tradicionales en dos tomos, y'en
la actualidad es colaborador de varios periódicos literarios de Madrid y de las pro-
vincias, y del Diccionario Enciclopédico moderno universal oue se publica, en el
que reoactó principalmente la sección del Arte militar hasta el tomo 20. Es uno de
los que en la actualidad dirigen La iberia MiHtar, y colabora en la Rewlsta de Am-
bos Mundos. Tiene anunciado y va á dar á luz un proyecto para la apiícaeion
del ejército español á las obras públicas. — P. i, 338.
PEÑA, Pedro de Alcántara. Abogado y oOcial de la administración del cuerpo de in-
genieros ; es natural de Palma.— P. ii, 555.
PEÑALVER Y LÓPEZ, Nicolás. Regente de la Audiencia de Barcelona, y antes de la
de Gáceres. Se conocen de este autor varías poesías y artículos literarios y poéticos
en publicaciones periódicas, oraciones inaugurales de las Audiencias que ha re-
gentado, y otros trabajos ferales. — P. r, 2i5.
PÉREZ DURAN, Manuel Nació en la ciudad de León. Los periódicos de esta <M^te
han publicado algunas de sus poesías. — P. i, 499.
PÉREZ MURO, Julián (de Huesca).— P. i, 299.
PÉREZ, Pascual (Valencia). Presbítero.— P. ii, 597.
PÉREZ DE LA VEGA, Manuel. Capitán de patriotas distinguidos de Méjico, cabaNero
del Santo Sepulcro y de la Espuela de Oro, conde palatino, condecorado con It flor
de la Adelfa, y la purpúrea toga por la ciudad de Valencia del Cid, y fiel almotacén
honorario de ella, con billete para asiento de preferencia en el gran palco de emba-
jadores y grandes de España, distinción que solo á él se ha concedido; socio de mé-
rito de varios Liceos artísticos y literarios. Sociedades y Academias dentíflcas na-
cionales y estranjeras, viajero estraordinario liebaniego, llamado ^neralmente el
indiano de Bendejo y el poeta cantábrico bendegíno, etc. Nació en Bendejo, partido
de Llábana y provincia de Santander, el 9 de mayo de i782. Después de veinte y dos
anos de permanencia en América, en la que so dice prestó á España fmportantisi-
mos servicios personales y cedió á la Corona generosamente cuantiosos cándales,
regresó á España en Í8i5, viajando por la mayor parte del globo. Sos obras son es-
critos iostructivos publicados sueltos en América y Europa, y algunas poesías.—
P. 1, 427.
PIEDRA GONZÁLEZ, Francisco Juan de la. Fabricante, gimnasta, músico y escritor
público. Nació en Umpias, villa de la provincia de Santander, en i2 de diciembre
de i825. Es corresponsal de El Clamar Público dñsáñ 1846, en el quo tiene «sorí-
tos varios artícnlos de política, agricaltnra é intereses materiales v varias pos^s,
entre las que figuran una letrilla al sistema tributario.— La Revista m la villa de Lim-
pias y otras que han isprodncido los demás periódicos, de algunos de los cuales,
entre ellos El Capricho, fue redactor, firmando algunos de sus escritos con el seudó-
nimo de El Cornetín de Limpias.-^P. i, 427.
PIRALA, Antonio. Individuo de honor y mérito de la Academia de profesores de prime-
117
— 951 —
Iliinas que debe consultar el que desee aprender en buenas fuentes. El Sr. Quinta-
na es el maestro mas sabio y amable de quien nuestros jóvenes poetas pueden reci •
bir consejo y corrección. Su nombre vivirá eternamente en la historia de la litera-
tura española por sus buenas obras, en la del partido líbenií por su constante pa-
triotismo, y en la de España por su civismo, honradez, sacriGcios y demás virtu-
des que le honran para gloría de su patría.^P. i, 475.
QUINTANA MENBNDEZ, Antonio. Empleado en el Tribunal de Cuentas del reino, y
literato. Nació en la villa de Llanos, provincia de Asturias, el 1.** de febrero de
1829. Hijo de un pobre labrador, se hubiera dedicado á las tareas del campo sin la
protección de su tío, el presbítero D. Antonio Menendez Diaz, que le costeó su car-
rera literaria hasta terminar la Glosofía: murió este seiíor dejándole en la pobreza y
abandono y sin poder continuar sus estudios. Una traducción en verso que hizo de
algunos capítulos del Cantar de los Cantares, jr una comedia que compuso y fue re-
presentada por sus amigos, le valió la protección del señor marques de Gastañaga,
que le escito á venir á Madrid, en donde su paisano, el Sr. D. José de Posada Herre-
ra, le colocó en el Consejo Real, desde donde, por las influencias del mismo señor y
del ilustrado joven D. Bonifacio Cortés Llanos, pasó al destino que hoy tiene, ra«
zon por la que les mira con laudable gratitud, así como á su señor tio, D. Lorenzo
Nicolás de Quintana, que le sostuvo el primer mes de su estancia en Madrid* Ha
publicado varias poesías en los periódicos de Madrid, una novela en El Popuhr con
el título de £1 Hijo de un eoUmo, y tiene presentada una comedia para su repre-
sentación en uno de los teatros de esta corte. Hemos tomado esti noticia de una
biografía escrita de sí mismo por el Sr. Quintana, que sentimos no poder Insertar
íntegra , porque es un modelo de modestia que le honra en estremo, y que enseña
cómo debe escribirse de sí propio esta dase de escritos para que la verdad luzca
en la biografía.— P. i, 312 y 326.
QUIRÓS Y GONTRERAS. Benigno Catalina José Bernaldo de. Abogado del Colegio
de Madrid, ez-jefe político de las provincias de Zamora, de Goadalajara, Avila y de
ValladoKd , después de haber sido secretario de las jefaturas de Servia, Barcelona
y Valencia, y jefe de la Guardia Nacional en unas y otras provincias. Es miembro
de muchas sociedades filantrópicas y literarias, en todas las que su honradez pro-
verbial le han adquirido cargos de su gobierno y dirección . jr si no es conocido
como literato, es porque su exagerada modestia no ha permitido que sus amiaos
publiquen sus escritos y poesías. Ha sido secretario del Instituto Español, de cuya
socieoad es actualmente consiliario, y pertenece á la Academia española de arqueo-
logía.—P. 1, 486.
RADA Y DELGADO, Juan de Dios de la. Abogado de los tribunales de la nación y
del ilustre Colegio de Granada, doctor en iurisprudencia, caballero de la real y dis-
tinguida orden española de Carlos HI, académico profesor d«3 la de ciencias y htera-
tura del Liceo de Granada, individuo de mérito de la sección de literstura, sodo
Erofesor de las Acadeit^ias de Jurisprudencia, Ciencias filosóficas y Literatura de la
íniversidad de Granada, vocal de la comisión de monumentos históricos y artís-
ticos de la misma provincia, socio de las Económicas de Madrid, Granada y Huelvay
y de mérito en esta última, académico profesor de la de Jurisprudencia y Legisla-
ción de Madrid, socio de mérito en la sección de literatura ael Instituta Bs^ñol,
Srofesor gue ha sido de la Universidad de Granada, oficial primero de la secretaría
e la Universidad central, académico profesor de la de profesores de instrucción
primaría de la provincia de Granada, etc., etc. Nació en Almería en setiembre de
1827. — Obras del mismo. — CierUificoii Elementos de derecho romano, presentado
en cuadros sinópticos , dos tomos en 4.® menor : está declarada por el real
Consejo de Instrucción páblica como de méríto especial para el autor.— Derecho ci-
vil y práctica de escribanos; un tomo en 4.*, Granada.— «Memoria sobre la
posición de la antigua Illíberis, Madrid.— ^'(«totúm: Amor áel esclavo , drama en
tres actos y en verso.*-Cmtó6ai Colon^ dranuí histórico en cuatro actos.— Tret
en unOf comedia.— FFt/r0(io //, (7ofide<i«i7(iroe(oiMi, novela histórica; un tomo
en 4.^— Don Ramón Berenguer, id., id., id.— P. n, 661.
RAMÍREZ Y LAS CASAS-DE2A. Luis Mirfa. Médico. Batnloiáioades de Roma Ra-
— 955 —
Historia de las Indias, por Oviedo, coa notas, documentos ó ilustraciones, bajo la ^&r^
reocJoQ de la real Aciiaeniia de la Historia. — P. i, 199.
RICH, Juan Amador y (Tayabas, en Filipinas). Abogado. — P. n. 634.
RIYAS, duque de (Excmo. Sr. D. Ángel Saavedra y Ramírez, de Bladrid). Marques-
4lel Villar, de Andia y de Villasinda; señor de las casas de Alcedo, de Quiñones, del
ilustre Gradan Ramírez, y de muchos pueblos,, donadíos y de casas fuertes de Ar»-
goo, de Bstremadura, Andalucía y Castilla, y de los castillos de Rivas, de Ecala,
San Martin, Zudaite, Baquedano y Biu'indano. Capitán de la gente de guerra de
los cinco YaHes de Mescoa, alta y naja,, de Lana, ¡de Sdllíay de Erri. Cdrreo Mhyor
perpetuo de la ciudad de Vitoria, patrono del Colegio de escribanos de Córdoba y de
la eoTradía da loe doce nobles de Alba,, caballero gran cruz de la orden de San Juan
de Jerusalei>,,de la de Carlos UU de la de San Fernando de las Dos-Sicilias y de la
Piaña, senador del reino, consejero de Estado, gentil-hombre de cámara de S. M.
con ejercicio, coronel de estado mayor, condecorado con varías cruces por acdooee
de guerra, benemérito de la patria, ex -ministro de la Gobernación del reino, ex-
embajador de S» M. en la corte de Jas Dos-Sicilias,, individuo de náoiero de las
reales Academias de la Lengua y de la Historia, consiliario de la real de San Fer-
oaado. áreade de IV>ma, académico de la de Buenas Letras de Sevilla,, de la Ponto-
nittoa y de la de San Liócas de Roma, etc. Como pintor y poeta pertenece á los artis-
tas, y como escritor político á los periodistas. Sns obras líricas son: El Pan hon"
rofo, poema. — FknindOy id» — El Moro espásitOj ó Córdoba y Burgos en el siglo i,
ídem. — Una colección de romances caballerescos y muchas poesías sueltas.— Trage-
dias: Ataxdfo.^-ÁUatar, — Doña BUmea,—^l Duque d^ Ájailania.^-Malech»AdM.
— Lanuza, — Arias Gonzalo. — Dramas: Don Alvaro ^ la fuerjsa del sino. — El Desf
engaño en un «Mtlo.^-Comedias: Tanto vales ctsanio tíenes, — Sektoes dé un prí^^
sionero.—El Crisol de la lealtad y la Morisoa de Alajuar. — El Parador de Sitúen/,
— En Los Eipaüoles pintados por si mismos: El Bosvedador de provincia, y El Vém
tero. EA Duque, D. Agustín Duran, Hartzenbuscb, Martínez de la Rosa, Garda Gu>-
tierrez y Roca do Togores, marques de Molins, son los restauradores del romanticis*
roo español en el siglo xix. — ^P. i, 279.
RIVES, Pedro (Ceuta). Abogado.-4>. n, 625.
RIZO, Josefa. Primera actriz de los teatros de Madrid, y esposa del primer actor don.
Juan Alba. Nació en Murcisi el año de i822. Protegida por el virtuosísimo escelentl-
simo Sr. D. Antonio Posada , Obispo de aquella diócesi , que falleció en 1853
de patriarca de las Indias en esta corte, entró, en clase de educanda, en el con-
vento de Santa Clara ái aquella ciudad, en el que hubiera profesado indudablemente
á no haberse suspendido la toma de hábitos y profesiones cuando contaba trece años
de edad. Su pasión á la lectura, y particularmente á la dramática, la condujo insen-
siblemente á la escena y al difícil arte de la declamación. Los teatros de Madrid,
Sevilla y Barcelona han sido los campos en que ha lucido esta artista. Hasta hace
poco tiempo no se había dado á conocer en poesía, pues sus obras no habían pasado
del círculo de sus amigos; pero el canto en octavas reales que ha publicado, dedica-
do á S. M. con motivo del nacimiento de la princesa Isabel, titulado El Eco maler-^
nal, la ha granjeado un puesto entre las poetisas españolas.^-P. n, 569,
ROCA, Carlos. Natural de Paria y vecino ae Palma de Mallorca. Se Grma en una de
ellas en mallorquín: Un Pagés de Andritxol (que en castellano quiere decir un al-
deano de Andraix, pueblo de Mallorca). — P. n, 683 y 718.
ROCABERTI DE DAMETO, José. Hijo de loa Excmos. Sres. condes de Perelada,
grandes de España. Nació en Palma de Mallorca el 4 de octubre de i810. Doctor en
teobgia, graduado en Roma, y conocedor de las leyes del pais, cuya carrera conclo-
Íó, pero de la cual no se ha revalidado. Es míemoro de la Academia de Ciencias y
.etras de las Baleares. Aunque ha publicado algunas de sus poesías, particularmente
en los periódicos El Genio de la Liíertad, de Pahna, y en La Risa, no las ha firmado.
Tiene hecho un libreto de ópera italiana, puesto en música por el maestro D. Anto-
nio Revira, y escrito un poema en mallorquin sobre las conmodones populares de
aquel pais en el siglo xvi. — P. ii, 555.
RODRÍGUEZ, Antonio (ÍSoui^. Abofi^o.— P* n^ 626.
— 935 —
pañol, creado bujo el ministerio dul primer conde de San Luis, cnballero de la ur-
den de Cirios 111, y dipuUdo & Corles, etc. Nació en Málaga el 21 de dicietnlire de
1817. Sus primeras poesías líricas se publicaron en los periódicos lileraríos de Ma-
drid titulados L<M JfiMiu, A'o me olvides, El Liceo, y isd oíros. Sus, ohns dramá-
ticas son las comedias; Del mal el menos, que (uc la primera. — Toros j Cañas. —
Quien mas pone mas pierde. — La Purluna en la prisión. —El Risor de las desdi-
chas.—Castillos en el aire.— El Cortijo del Cristo.— El Diablo Cojuelo.— Casada,
virgen y mártir, —La Feria de Huirena —La Bruja do Laiyaron.— La Rueda de la
Fortuna, dos parles.— Honra y provecho. — Bandera neera. — Callana. — Al César lo
que es del César. — La Entrada en el gran mundo.— El Arle de hacer fortuna. —
Isabel la Católica. — Una Onza á temo seco , con Hartzenbiisch. — Con el Sanio y la
Limosna. — De Potencia á Potencia.— A la Corle á pretender. — Ademas tiene la no-
vela Eí Hermano de la mar, publicada en El Laberinto, y los articules Kl To-
rero y La Mujer de mundo, en la obra' Los Española piatadoi por si rnísTnoi. —
P. I, 262.
ItUBIO Y BOSICHY , Joai^uin. Abocado. Caballero de la orden de Carlos 111, vocal de
lu diputación aroueoldgica de Cádií, de las Sociedades Económica y de Emulación
de la misma ciuaad, y de la Academia de Buenas Letras de Sevilla. Nactú en Cádiz
el año de 1627. Ha acompañado, á su costa, al erudito catedrático de Jurispruden-
cia, D. José María de Álava, en su viaje por Europa, de real drden, para estudiar en
sus universidades la enseñanta del dereclio romano; es hijo del ilustrado anticua-
rio y célebre coleccionista numismático de Cádiz, D. Joaquín Rubio. Sus poesías
estAnnun inéditas.— P. i, 186.
RUIZ AGUILERA, Ventura. Escritor pública, y miembro de la Academia de Bue-
nas Letras de Sevilla, socio de mérito del Liceo de Santiago y de otras corporacio-
nes literarias. Sus obras son, como períodisti político: artículos en los periódicos
titulados iVuevo Etptetador, La Prensa, La Nación y Ei Sueco, y litcruríos en
otros de que Tu e redactor. — Europa Uarcha, obra política con D. A^usUn Mendia.
—Una Boda en el iolierno,— Como novelista: El Conspirador de i loUo.—Ego Sum.
— Como poeta dramático: Del Afiua mansa nos libre Dios.— No se ven^a quien
bien ama, con D. Eugenio Rubí. — Fernando de Saldaña, con el poeta y escritor po-
lítico D. Francisco Cea. — Camino de Portugal, id.— La Limosna v el perdón , idem.
—La Fortuna en el trabajo. — El Uundo al revés, comedia. — Guiñado con los maes-
tros, id. — Como lírico: Los Ecos Nacionales,— Colección de Sátiras, y ademas varias
poesías en los periódicos. — P. i, 42S.
Rl'lZ DEL CERRO, Juan. Profesor de farmacia. Nació en Madrid el S de junio de
1824. Sus obras dramáticas en verso son: Consaosfeelbonorse ven^a. — üesengaños
delavida.— El Favorito y el Rey. — Boabdil el Cníco. —Quien á hierro mata. Vid.
Rosa Gonxalez.- P. i, 491.
RULLAN. Jaumo. Vico-cónsul de Dinamarca en Palma de Mallorca. Ha fallecido en 19
de julio del año pasado de ISS3. — Escribió varias poesías que se hvu publicado en
los periódicos de Palma; un i^iceíonario compendiado roallorauín y castellano, y el
poema épico titulado La AUamoraida, ó sean tolacee de lobremeia en la isla de
Jaiíca,— P. II, 686.
SAAVEDRA RAMÍREZ, Ángel. Vid. Rivas, el diique de.
SAAVEDRA. Enrique. Vid. Auílon, el marques ds.
SALtlONl, Baltasar Simón Tito. Maestro compositor de mftsica, prolesnr >te canto
del' Conserva lorio de música y de declamación de Maria Cristina, vocal du la junta
facultativa del mismo, individuo de varías sociedades artísticas y 1iteriirÍB<i, caba-
llero de la orden de Carlos III, etc. Nació en Barcelona el 4 de enero dn (807. Sus
obras en música saturada y profana son ranchas; pero las aue se han publicado de
mas ñola son las uguíenles: Música sagrada: Una misa de gloria. — Vn Misírtre.
—VuStabatMaUr. — Unas Lamo uUc iones, — Una Salve.— El verso Trtmm» faetut
«um ego. — Anti Cana SufMpit nos Daminuí, ele. Eu música profana, las óperas
italianas siguientes: Clotilde ó Sataillno, endoa actos. — Ipermestra, eníd.— Cleonice,
en idem.— Boabdil, en trea. — Cutman el Bueno, en tres.— La opereta española , El
Triunfa del amor. Vafhi nKn|MNCÍones. enLre las que son notables las siguientes:
— 937 —
1818. Sus obras dramáticas son las siguientes: Chaquetas y fraques, pieza de cos-
tumbres andaluzas, en dos actos. — Los Celos del tio Macaco, en uno. — La Flor de la
canela, id. — Juzgar por las apariencias, en dos. — Too es justa aue me enfae, en uno.
— En toas partes cuesen jabas, en uno — ^No fiarse de compadres. — El Parto de los
montes. — El Tio Caniyitas, en dos. — El Tio Pilili en el infierno, en tres. — El aue de
ajeno se viste, en uno. — Andújar, en tres. — Amores de sopetón, en tres. — El Pollo,
en tres. — Ilusiones perdidas, en cuatro. — La Venganza mas noble, en dos. — El Car-
denal de Ñapóles, en unión ael Sr. Montemar, en tres. — Otras obras: Dona Luz y El
Fontanero, cuento fantástico. — El Niño mimado, novela.^Los Cuentos del pere-
grino, fantasía:^, en tres volúmenes. — Artículos de costumbres, que forman dos to*
mos. Algunas de las espresadas comedias están escritas en el lenguaje andaluz y jer*
ga gitana, y se han representado en And.ilucía y en Madrid por el actor andaluz
I. José Maria Dardalla y su compañía. — P. i, 193.
SANZ Y RIVES, Ramón. Abogado del Colegio de Zaragoza, catedrático de Literatura
en el Instituto de Teruel, académico vocal de la diputación arqueológica de Zara-
§oza. Nació en Lérida el 29 de julio de 1823 Ha dado á luz varias poesías, v un
rama histórico en cinco actos en verso, titulado Genio y Poder, ó el Ckiraenat
Cisneros.^9. ii, 301 y 532.
SARALEGUI DE CUMIA, María Concepción. Hija de D. Miguel, escribano de cámara
de la Audiencia territorial de Navarra, y esposa del profesor de medicina D. Fran*
cisco Cumia y Echevarría. Nació en Pamplona el 8 de febrero de 1829. Suis poe-
sías aun están inéditas por su estremada modestia. — P. ii, 687.
SELGAS. José. Ex-ofícial del ministerio de Instrucción pública, y hoy auxiliar del
de Gobernación. Nació en Murcia á fines de 1824. Sus obras son: La Primavera,
colección de poesías. — Una mentira inocente , comedia en verso , en tres actos.
—P. II, 579.
SERÓN, Fernando Antón y. Presidente de la reunión literaria dq Barcelona, en cuya
ciudad nació el año de 1829. En los periódicos de la espresada ciudad y en otros
de España se han publicado poesías suyas, y tiene censurada una comeaia en verso
¿en dos actos, titulada La Agencia matrimonial, — P. ii, 512.
ONET, Francisco Javier. Literato y orientalista. Auxiliar de la comisión nombra-
da por el gobierno de S. M. para escribir la Historia de la infantería española. Na-
ció en Málaga el 2 de junio de 1823. Sus obras son: Recuerdos de un poeta, nove-
la.^Una Poetisa , id. — Varios ensayos literarios en prosa y verso en los periódi -
eos literarios. — La comedia EstreUa, próxima á representarse. — P. i, 262.
SOBEJANO AVALA, José. Profesor y compositor de música, director de la clase de
música del colegio de niñas del Instituto Español, presidente de su sección de mú-
sica, condecorado con la medalla de oro como uno de los restauradores del mismo,
é individuo de su junta directiva. Ha sido primer organista de Sancernin de Pam-
1>lona, de la basílica de Santiago en Bilbao, de la catedral de León, é interino de
a colegiata de San Isidro de Madrid; profesor del real Seminario de Nobles, y sino-
dal en oposiciones de la Real Capilla. Nació en la villa de Cinlruénigo , provincia de
Navarra, el 16 de noviembre de 1791. Sus obras son muchas, pero las mas conoci-
das son las siguientes: Dos métodos de solfeo y piano, divididos en seis cuadernos ,
que han sido los primeros españoles publicados para estudiar música en este siglo
en España. — ^Varios temas con introducciones y variaciones para piano.— Entreteni-
mientos para este instrumento con canciones, himnos y piozns de diversos géne-
ros.— Once misas, la mayor parle con instrumental. — Dos oGcios completos de di-
funtos, ano ton orquesta y otro á cuatro y ocho voces. — Las Siete Palabras, con ins*
tnimental de viento y á cuatro y ocho voces. — Dos juegos de completas, uno do
ellos eon instrumental. — Dos idem de vísperas con varios salmos. — Seis Salves y
varios motetes á |a Virgen , al Santísimo , y seis para la Semana Santa. — Diferen-
tes juegos de gozos para novenas de varios Santos. — Lamentaciones, Misereres para
la Semana 'Santtg|HEÍesponsorios y villancicos de la Natividad del Señor, con otras
muchas obras riBBafeis. Es Mire del profesor y compositor de piano D. José So-
bejano, secretario «»^ttfll¡fe^inÚ8Íot del Instituto Español, y déla poetisa y
cantatriz doña Petra sNMHNr Morelle.— P. i, 372.
118
— 939 —
de mi hijo y Al beüo sexOf insertas en el periódico literario de Madrid denominado
El PensU ¿d belh sexo: la titulada Al Escorial, y las que el año pasado publicó la
Gaceta del bello sexo en Madrid, denominadas La Violeta ^ A una amiga. Ha-
llándose la casa solariega de su esposo en Berlanga , provincia de Soria , en este
pufíblo reside boy esta ilustre señora. — P. i, 267.
SUH[CALDAY, Cayetano do. Gentil bombre de entrada de S. M. la Reina, caballero
de Garlos UI, etc. Nació en Lima, capital de la república peruana, el i 7 de julio de
i 8 25. Es autor de las obras dramáticas siguientes, representadas en Madrid: Una
noche en Veneda, drama en cuatro actos, compuesto en unión de D Rafael San
Millan. — Un Voto y unavenaanzaf drama en cuatro actos, en unión de D. Manuel
de Llano.-— ¿a Corte y la aldeas comedia en tres actos. Sus poesias se ven en va-
rios periódicos de Madrid, de que ba sido redactor.— P. ii. 647.
TAP[A, Eugenio de. Abogado. Caballero gran cruz de la orden de Isabel la Gatólica,
ex-redactor en jefe y director en varias épocas de la Gaceta del f^obierno, ez-diputa •
do en varias épocas, v senador del reino electo ñor dos veces, director de esludios y
▼ocal del Consejo de Instrucción pública, y ex ni rector y bibliotecario mayor de la
Nacional en Madrid, etc. Sus obras son las siguientes: Elementos de jurisprudencia
mercantil. — Manual de práctica forense. — Id. de inventarios y particiones de be-
rcncias. — Febrero Novísimo, dos ediciones, una en Valencia en i 829, en once lo-
mos, y otra en Madrid en Í8i6, en diez. ^Historia de la civilización española.— Los
Cortesanos y la revolución, novela. — Colección de poesias líricas, satíricas y drama •
ticas. — La Bruja, el duende y la inquisición, poema heroico burlesco. — Guia de la
infancia. — Discurso bistórico-crítico sobre la decadencia del imperio musulmán en
España, y restauración de la monarquía. — Viaje de un curioso por Madrid. — El Mu-
seo literario. — Cartas á Sofía, en prosa y verso» sobre la física; traducciones del
francés v otras obras p t Q72
TAVIRA Y ROMERO, Andrés.' Abosado del Colegio de Madrid. Nació en la villa de la
Solana, provincia de Ciudad-Real, el día 30 de agosto de i822. Han publicado los
periódicos algunas de sus poesías. — P. i, 471.
TENORIO DE CASTILLA, Miguel. Gran cruz de Isabel la Católica , gobernador civil
de la provincia de Zaragoza, habiéndolo sido de las de Huelva, Barcelona , Cádiz,
Tarragona, Málaga, Alicante y otras. Nació en la villa de Almonaster , partido de
Aracena, en la provincia de Huelva , el año 1818 , siguiendo la carrera de jurispru-
dencia, la que abandonó por la de la administración civil. Colaborador de varios pe-
riódicos de Andalucía, en que se leen poesías suyas, fundó el titulado Lira Andaluta.
Es autor de un poema fantástico, titulado La Resurrección de un hombre , el cual
fue censurado por el célebre D. Alberto Lista , en cuatro ó cinco artículos publicados
en Cádiz , y por los escritores duque de Rivas, D. Leopoldo Augusto de Cueto, don
José Amador de los Ríos y otros de la corte, en donde se hizo por Boix una nueva
edición.— P. i, 220.
THOMPSON, Juan. Abosado americano, caballero de la orden de Carlos HI, etc. Nació
en Buenos-Aires (república argentina) en el primer tercio de oste sij^lo. Educado en
Paris, contrajo el hálbito de versiGcar en francés. Sus obras son: Artículos de crítica
literaria, en el Diario de la Tarde de Buenos-Aires, en El Nacional de Montevideo
y en El Libertador de Corrientes, periódico fundado por él.— *&l discurso prelimi-
nar al poema de Caa-^guazú, de D. José Rivera Indarle. — Sus artículos do política
en los Mríódioos argentinos, y en los de Barcelona El Fomento y El Sol. — Un fo-
lleto sobre los principios protectores del comercio é industria española. — Artículos
áirmdí^^i MptUotir los principios fundamentales del orden, hermanados con la li«
beroidl^ lotáe le valieron la condecoración que ostent'i.-4Jna colección de poe-
sías éüí^lraocés, publicada en Montevideo. — La Oda á Isabel II, en francés, de la Co-
rona piálica puaMcada por el Sr. Ovilo y Otero , y otras poesías siempre en fran-
cés, pues oté waiasa que no puede versificar en español, por Ja costumbre que ad-
3uirió desdft J|líi4)i Mcerlo eaifguel idioma Sentimos no pinler insertar la biografía
e este vate, eiM|MP,ja eoMÍMota el poeta Magariños y Cervantes.— P. ii, 602.
TOLEDO, N. ProfiáÍffl|¡lBMiiá¿;;M compuesta en honor de Azara para
osla obra.es un áHHMIÍÉUUifiPÉíWQri fírofesor. — P. i, 311.
— 9il —
eltgante, en id.— Juana y Enrique, reyes de Castilla.— Vm Oda ata Paz.— La
Amníitia.—La Comedia dt (oí partidos. — Su obra Educación del bello ae^co fue
ninndaila inutilizar, y se lo cnu.-iusú pnr ella. — Un Rey abnluto, Irai^edia represen-
tuda en Viilencia. — Historia de la vuta y reinado de Fernando Vil. tres tomos en
4.*, Madrid, elogiada en E«pa3(i y en el estrunjero, y por Príncipe eo Tirios y Tro-
yanos. — Eljudío Errante en España, aoveh oñgioii en siete tomos, Manrid. —
La Hija del Aeia. en un tomo, id. -El Poema del Cid , del cual iia publicado so-
lo una prueba. Eo fin, este autor cuenta basta el dia publicados, 40 tomos oriei-
iiales y i 30 traducidos, entre los que figuran la República de Cicerón, vertida del la-
tin. A pesar de tanto trabajar, ni una sola distinción ha merucido de su país este es-
critor, que se ha creado con sus obras un patrimonio y una biblioteca que es citada
Sor la rareza de sus arllculoa en los manuales de vinjes por Europa: su casa es
icna de verse por el gusto i la par que sencillez que revela en su interior. —
P. H, 590.
VELASCO, Antonio José. Profesor do medicina déla ciudad y cárcel de Málaga, y es-
poso de la ilustrada poetisa doña Dolores Gamez, de Cádiz. En el final de su composi-
ción gitana, impresa i la páa. 263 de la primera parte, se lee la siguiente bio-
grafía en aquel dialecto: Médico de ¡a ciudad de Málaga y de la cárcel, admirador
de las talento», de la» virtudes, y del valor del moio rnas cumplido que ha nocido
de madre en toda la redondea de la tierra. ¡Juy, MariaSantiiima! Mas vale callar.
Silencio. Vid. la composición suya, en donile la tiene en caló. — P. i, 263.
VGLAZQUEZ, Felipe. Sacerdote, natural de Segovia. Es autor del poema religioso pu-
blicado eo Madrid en tflSO, titulado Las Siete Patitítras, y tiene inéditas las obras
siguientes: Uu tomo de poesías saturadas. — Dos de poesías proraoas. — En la actuali-
dad escribe un poema religioso. Algunas poesías de este vate castellano se han publi-
cado en los periódicos. — P. i, Í3S.
VELAZQUEZ V SÁNCHEZ, José. Nació en Sevilla. Este modesto autor , de quien se
conocen poesías en los pcriúdicos, nos mandó esta nota biográñca:
—Joven, cuéntanos tu historia.
—Nada os puedo yo contar
que sea digno de memoria;
Sue tengo ambición de gloria,
!, y anhelo de estudiar.
De muchos en parangón
grandes dimensiones toco;
consulto A mi corazón,
mis alíenlos y ambición,
señor, y me encuentro poco.
Dejad al joven mediano
su oscuridad aFanosa,
y salga A la luz ufano
cuando el mísero gusano
se convierta en mariposa.— P. t, 27S,
VERDEJO V DURAN, Marta. Poetisa navarra, Tiija del brigadier de ingenieros y caba-
llero de la orden de San Hermenegildo, D. Nicolás, y de doña Águeda Duran y Ca-
salbon. Nació en Cascante, ciudad de la provincia de iSavarra. Algunas de sus poesías
m han nublicado en los periódicos de Zaragoza, y dispone i la prensa un tomo do
ellas.— P. tt, eS8.
VIETA, Antonio. Boc ...
lona, en rnvn cnli^sio An E^olapios empezó fi aprender I
obruson: Mi-murí.i solirp \.\ fnili-nsia v ta fiMfenacian mental, publicada en 1812.
— Memofi.i ■i.ii ili>Zir,i«nza, del queruemédico director
de locos, li 1, |iiiM(i-,Ltla en 1843. — Proyecto acercada
la orgMni/ . '.■■ K^i líi i, y un resumen de otro general
parala ü'!i : 'ii l'<i<l,— Defensa de la protección méd i-
— in —
Huelva, Lérida, Puntevedra, Málaga, Soria -f Zamora . útiicas ile luí qne
no se haa publicailo escudos grabadas en la Vida civil \¡ jKiítica de Asara,
ni en esta Corona. En el centro del arco se ostenta el escudo ^neral del ac-
tual marques de NJbbiano , y á sus lados se ven senlndas en los arranques
del arco á la Gspañ.-) y í In Fama. Al pin del srco están personiKcRilos los
rios Ebro y Alcanadre, aquel en representación do Aragón, y eslo de Bar-
buñales: y á su lado se ve el sepulcro de Aznra, tal y como se halla en la par-
roquia del espre&odo pueblo cu la capilla de los Azaras.
PARTE SEGUNDA.
A lo* Icotoroi,
Hma Catalana , BO5
Barcelona. , so7
Gerona , 547
Lérida 533
Tarragona 535
Música de D. Baltasar Saldoni. U Parcatrol*.
Mma TalenciaBa j Balsar. g[)
Alicante. ' * \ 543
Baleares (Islas). Mútica de D. P. raUdmota. fií Voo-vabihiou, letra de don
J- Bover 3lg
Castellón. 558
Murcia .'.'.'...'.'.' 380
Valencia , SS2
Músieade D. J. ¿oAos, letra dt D. E. C V. Jon VuEtiaiifA.
MoM VaMoogada j Hoi'bm, . . ■.-. ,.■.,, 601
Álava < , , . . í ,^ B03
Guipúzcoa \' i (IOS
Viicaja ........; Q(6
Navarra. 620
Jftitiea d« fi. redro AV,eniis , tetra de D. J. V. Bchegaran. Zontico.
Moa OoloaUjAnaioaBa 023
África. eas
Amirica 627
Asia 629
Ocoanía.— FüipiM» 631
Americanoi-tepafioles de
Buenos-Aires. «31
Traducción déla anterior 133$
M*jico mu
Perü |-,^^
Venrauela Olí)
tírii^nay . 6a3
pDFaiaa de nuUires de varioa provincias que no lleguon á tiurapo de iosortarse
fa líia musas provinciales respectivas 055
KotM A la Corona Poética. Traducdon de ilgnnai do !u poesías insertadas on
dialncloBproTüidales, aclaracione* y cartas que 1»eipfícan 69t
119
Notai al dÍMono antariBr,
Catálogo , por áiglos | orden alfabelico, de los poetas drarníticos, que sabemos
lia liabido en Espaua desde el siglo xv al aüo t6S4 inclusÍTe 834
Razón de algunos artistas músicos españoles del siglo iix, de los cuales aun
viven la mayor parle 83!!
Ilota final al diicana loli» la mAÑoa,
De los tnstrumcnlos músicos españoles 84<
/ns (rítmenlo; de golpeo.
Del pandero, adufe li pandera, tambor, atabal, crútalo, sonajas, castañuelas,
címbalo, hicrreciiios, caácabeles, ote 8*3
¡nalTvmenUis de utenlo.
De In caracola, cuerno, órgano, flauta, clarinete, dulzaina , gaitas de todas
dates, Tole, chiriinias, sacabuche, albogue, zampona, silbo, ananí, etc. ... S47
Instmmenlas de cuerda.
De la lira, arpa, vihuela i} guitarra, bandola, cllarn , laúd, bandurria, tiorba,
salterio, sinfonia, vialin, piano, etc SÍÍO
Lámina.— Proyecto de sepulcro para Azara, en (toma, por Canov a 8üt
Dümno Hiitólifio-AniaMiúgK» sobre el baile en general, y en parlicitlar del
español, escrito en lienor ú la buena memoria del célebre Aiara, por eu bís-
toriador D. Basilio Sebastian Castellanos de Losada SSS
Parle primera.— Del orfgen del baile en general , y de las danuu sagrados y
religiosas de los j>ueblo$ antiguos, de las que se derivan loa que de esta clase
se usan en España 888
Parte Mgiuida.— Del origen de los bailes de espectáculo , de los de sociedad, y
(le los nacionales en España 869
Parte teñera. — De los bailes espaüoles 879
Notai al discurso anterior sobre el baile 892
Adiertenoia final sobre la música sacra en España Sflt
Catilago KogT^fico-BibliogcáGao de los autores que liaD escrito en esta
Corona 897
La portada de la segunda parte representa la apotedsis de Azara, cuyo bus-
to, ü la rumana y con láurea, se ve sobre una columna, que tiene una pira
encendida delante, deboin da un arco exornado con diez medallones de re-
tratos de otros tantos célebres eacritores españoles. El arco eslá coronado per
el escudo real d« España , i cayos lados, en los arranques, se ven las cuatro
Musas que mas couriennn al oénero de esla obra, caracterizadas con sus res'
poclivoa atributos, sosteniendo dos de ellas una cinta en que fe lee: Poit in-
^ntia ficta Deorum ín lempta reeepttn.
En primer lórmino se ven, al lado derecho de la pira, las cinco partes del
mundo, personificadas, y con sus atributos característicos , en otras tantas
matronas, ofreciendo caronas de laurel al liérue ; y d la Izquierda, las pro-
vincias de España, personilicidas en bellas doncellas, eomnadas de laorel y
do flores, traen también i la pira sita coronas de perpetuas, laurel y siempre-
vivas, Bn el campo, y en último término, se ve el templo de la Inmorta lidad
■obre el monte Parnaso, del que se lama volando el Pegaso.
DATE QUE
STANFORD UNIVERSITY LIBR
STANFORD, CALIFORNIA 9430!