La Gramática teórico-práctica de la lengua mexicana, escrita por el sacerdote Francisco Rosales y Malpica con el propósito principal de facilitar la conversión y enseñanza de los libros sagrados a la población indígena, se basa en síntesis tomadas de anteriores expertos que se ocuparon igualmente del estudio de la lengua náhuatl, como los clásicos Carochi y Molina. A pesar de que pueda ser considerada sólo un estudio gramatical más, de todos los que se han ocupado de esta lengua indígena, debiéndole mucho (si no es que todo) a los estudiosos que ya lo precedieron, la gramática del padre Rosales y Malpica aventaja a todos los demás en que él se asegura de explicar las reglas de pronunciación, gramática y sintaxis desde los conceptos más básicos, para que a todos pueda ser factible el familiarizarse con las reglas poéticas con las que se maneja la lengua náhuatl.