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3A 3e,f'f', y
Sattait aoUege lUitact
FHOM THE FUND
PROFESSORSHIP OF
LATIN-AMERICAN HISTORY AND
ECONOMICS
ESTABUSHBD I9I3
-%
^
%
* •
GUADALAJARA.
APUNTES
HISTÓ1IC03, BIOGRÁFICOS, ESTzU)tSTiaOS
Y bESCillPTÍVOd . .
I>7. J,\ €Ál»ITATi
I3EL ESTADO DE JALISCO,
t r>ESDB su Ja'2si>Aí'lo:> rOK llh CONQUISTADO»
ÑUÑO BELTRAN DE GUZMAN
HASTA NUESTIÍOS l>lAi^,
■ BSCIUTA POR
JO^Q.l/iN í\0|VIO,
MIEMBRO DE LA JUNTA DIRECTIVA DE LA PRENSA
ASOCIADA DE MÉXICO.
':o::
Contiene esta obra minuciosas instrucciones, todo género
de noticias tiriles para loá'visitcintes de esa
iiietórica ciudad y está ilustrada
con Iámina«(. ■ ^^ '
. ""'ÉXICO.
1MP., LIT. Y BNCÜADERls ACIÓN DE IRENEO PAZ,
Callejón dg Santa Clara número 6.
• «t • *
HARVARD COLLEQ£ UtfWKf
UTilMIIERiCMI -
>SA 3¿€8',y
Pocas veces he tenido mayor gusto
en unir mi humilde nombre á una
. nueva obra como ahora que se trata
de Guadalajara, de mi querida tierra
natal en donde pase los años más flo-
ridos de mi juventud, en donde mi
buena y santa madre me prodigó sus
primeras caricias, en donde sentí tan-
tas veces estremecerse mi corazón con
las impresiones más delicadas y en
donde tomaron cuerpo todas mis úl-
timas ilusiones y mis últimos goees^
para que se empezara á formar la
dura cort^eza fabricada por] las de*
sazones de una vida turbulenta .
IV
La historia de aquella ciudad tan.
querida para sus hijos, tan simpática
para los que han llegado á conocerla y
tan llena de atractivos para los que
no la han visitado todavía, es lo que
ha trazado el laborioso Joaquín Eo-
mo en las siguientes páginas; la his-
toria de Guadalajara antigua y mo-
derna, que no ha existido nunca mas
que en el recuerdo y en las tradicio-
nes de los jaliscienses, es lo que, no
diré con mano maestra sino con in-
tención delicada y amor de hijo agra^-
decido, ha escrito Joaquín Romo, acu-
mulando datos verdaderamente pre-
ciosos.
Modesto, como lo son los hombres
que desconflan de su propio mérito
y los que realmente prestan señala-
dos servicios á sus semejantes, élmi^-
mo dice que no ha hecho más que
ii^ciar la obra que los historiadores
nteligeutes deben proseguir; pero á
mi juicio ha hecho tanto como podía
pedírsele para presentar el primer
libro que se ha escrito de esa natu-
raleza.
Guando se tienen á la mano lo que
otros han hecho^ cuando se siguen las
huellas que otros han dejado traza-
das, cuando se recogen en uno o más
volúmenes las memorias, los docu-
mentos, las relaciones manuscritas,
las reseñas que han sido ya com-
I)iladas con más ó menos habilidad,
sin duda que pueden encontrarse el
mérito del buen estilo, del buen mé-
todo, de la precisión, de la exactitud,
pero no el de la novedad que e^ el
primero de todos los méritos.
Por lo mismo la recomendación
principal que puede hacerse de la
presente obrita es la de que es nueva,
la de que consigna por la primera
vez en un volumen todo lo más inte-
VI
reinante t^espeeto de la por mil títulos
célebre ciudad de Grnadalajara.
De la misma manera tiene el méri-
to de la oportunidad porque se da á
luz en los momentos históricos más
solemnes para toda la región de . Oc-
eidente^ cuando se inaugura la linea
del ferrocarril que la une con el res-
to del país lo mismo que con la Capi-
tal de la Eepública y cuando la gran
ciudad que se considera como la rei-
na de tan extensa zona se engalana
con toda coquetería para recibir dig-
namente á tantos huéspedes como
van a visitarla.
Béstame decir que la obra de Joa-
quín Ilomo,esencialmente descriptiva»
se ha pulimentado con dato^ irrecusa-
bles recogidos en las mejores fuentes,
de manera que pueda servir de consul-
ta para los hombres formiidos y de es-
tudio para la juyentud jalisciense,
VII
que se acostumbrará eon el tiempo á
ver en ella nna joya de alta estima.
Permítaseme pronunciar la última
palabra como corolario de estas lí-
neas. Esa palabra es la siguiente: de-
seo ardientemente que el concienzu-
do trabajo de mi compañero y amigo
el Sr. Joaquín Romo, obtenga el pre-
mio merecido. ¿Y cuál es el mejor ga-
lardón para el autor de una obra?
Que se atraiga la atención del pue-
blo á quien se destina y de las perso-
nas ilustradas que puedan juzgarla.
¡Ojalá y todos los jaliscienses íicojan
este trabajo, que mucho me honro en
apadrinar, no solo con benevolencia?
sino eon verdadera estimación y ese
será el colmo de la gloria á que más
habrá querido aspirar el autor de la
obra importantísima que llevará por
título el más querido y el más simpá-
tico de los nombres: ^^Guadalajara."
México, Marzo 25 de 1888.
Ireneo Paz.
Señor General D, Ramón Corona.
No al actual gobernante que lleva sobre
sus hombros el enorme peso de una adminis'
tración tan laboriosa como la del Estado de
Jqlisco, y cuyo elevado encargo desempeña
con buena féy coa honradez y con patriotismo;
no al entendido y prudente diplomático
que supo dejar un nombre muy estimado en
el extranjero á la vez que hacia conocer y
apreciar el de su patria; nó al valiente mi-
litar que supo llenarse de gloria en los com-
bates, manifestándose en su rápida y bri-
llante carrera tan bizarro como entendido y
tan popular como patriota; no por último
al ciudadano llamado por sus elevadas cua-
lidades á ejercer quizás en el porvenir deci-
dida influencia en los destinos de la Repú-
blica, es á quien dedico este humilde traba-
jo, sino al jalisciense amante como pocos del
suelo en que vio la luz primera, al hijo del
Estado de Jalisco que siempre tuvo para su
tierra el afecto más entrañable^ al que con*
sidera este como su primer deber y com^ su
grande orgvÜ9 ^er Mjo de JaMsoo: al duda -
daño jalisciense Ramón Corona es á qvÁen
tengo la mayor satisfacción en dedicar este
libro, como un sencillo homenaje de simr
patia y también como un salvo conducto pa-
ra que pueda tener ^ si no por su mérito^
porque carece de él, porque lleve al frente de
sus páginas el nombre de uno de losjalis*
cienses más lleno de amor ál suelo en que
naciera y más empeñoso en labrarle un por*
venir lisonjero.
Reciba el Sr, GraL Corona mi dedicato*
ria con la benevolencia que le es genial, se^
guro de que el coraión del autor también
palpita con el ardor y d patriotismo de un
corazón jalisciense,
foaquin Romo.
^ • \doij%
(h/i^JUl^
J^ püAOAL.AJAÍ\A.
Hace veinte años quje vivo lejos de tu
guelo bendito ¡oh Sultana del Occidental
pero como amante hijo no he cesado da
pensar en tí, de consagrarte mis más ca-
riñosos recuerdos 7 de seguir paso & paso
tu marjcha, ya por escabrosa senda que te
ha producido dias de amargo duelo, ó por
amplio y seguro camino por el cual haa
marchado hacia tu engrandecimiento y
bienestar.
Muy duro ha sido para mí no haberte
contemplado, en cuatro lustros, sentada
con magestad en el extenso y pintoreseo
valle que te sirv^ de trono, coronada por
tus altas y esbeltas torres y rodeada de
XIT
los monumentales edificios que forman tu
cortejo. p
Desde rai juventud no he vuelto á re-
correr tus anchas y rectas calles, tus pla-
zas llenas de verdura y de frondosos ár-
boles, ni á respirar el perfume de tus na-
ranjos y de tus gardenias.
Yo debo mucho á tu munificencia: la
gloria de haber nacido en tu seno, el teso*
ro precioso de la religión que profeso, los
pocos conocimientos que poseo y llaman-
te esposa que solícita endulza las horas
amargas de mi vida. Por eso es que esti-
mulándome la gratitud, me he propues-
to, pese á mi insuficiencia, darte á cono-
cer á los numerosos admiradores que ten-
drás, hoy que el vapor une ya.tus domi-
nios al Golfo de México.
No es tu importantísima historia la que
hago en este libro: no meatrevo á tanto;
son simples apuntes que ofrezco al viaje-
ro, con el fin de presentarle siqaiera sea
la silueta de tus encantadoras formas:
XIII
son algunos datoB que por tu amor he re-
(Togido con afán enastes ^nte años de au-
sencia, y que gustoso pongo en el pupitre de
tanto hijo inteligente que tienes, para que
una pluma digna de tí, diga con ampli-
tud y en bella forma, lo que en el pasado
has sido, quién eres ahora, y lo que me-
reces ser en lo porvenir.
Recibe mientras mis felicitaciones en-
tre el estruendo de la primer locomotora
que ruede por tu privilegiado suelo, y en-
tre los aplausos de los innumerables via-
jeros que te contemplen. Acepta misplá-'
cernes por tu progreso ¡querida Guadala-
ra! ciudad dichosa, en donde han amado
las mujeres más hermosas de América en
donde vivió el Santo Obispo Alcalde y na-
cieron López Cotilla, Matute y Hallen;
en cuyo lugar han pensado Leonardo Oli-
va, Ignacio Acal, Agustín de la Rosa y Vi-
gil ; donde han cantado Aurelio L. Gallardo
Ireneo Paz, Puga y Acaly Becerra y Cas-
tro j en donde han declamado Mariano Ote-
ro, Robles Gil, Lanoaeter Jones 7 Atendí*
genei Silva; en cuyo foro han litigado,
Corro, Del Castillo, Vallarta, Terán y Ló-
pez Portillo; por cuya honra han peleado
Alatorre, Molina, Arce, Sánchez Ochoa
y Corona; por cuya humanidad se han fa-
tigado, Támes, Francisco Torres y García
Diego; y por último, por cuya felicidad
han rogado al Omnipotente los C amacho,
Fray Francisco Jiménez y el Padre San-
cho.
Sf, recibe mis felicitaciones, y si algún
dia recibes también mis cenizas para que
reposen juntas con las de mi amado padre,
este será el último beneficio que. me ha-
brás dispensado.
México, Marzo 15 de 1888.
Joaquín Romo,
rty
CAPITULO I.
ÑUÑO BELTRAN DE OUZMAN.— CONQUISTA DE
JALISCO.
Gofris el «fio d« 1628: Heraaa Cortés, después de dos lustros
de iamense» lAtigM y de lucha canstante, se trasladó á la Cor
ta de Bipalia, no «do para expresarle elocttentementesti flde'
lidad & Carlos Y, destruyendo las calumnias que le hablan pt»%,
tado eomo un rebedde al soberano, sino también púa que éste
M f QiBianí un eenoepto vAs elevado ato del país qu» habia uní-
do ¿laComma de CastlUs» Mientras que el conquistador ofre-
ei* & loe pies del monanss el mAt rico obsequio que soberano
•liono fasibla reetbido hasta enMnee»: entre tanto que, como
pMuilDi sometablee sei^idos; eia paresentado ante los gtm*
áüs á» ttspttfla «m cu titulo de Marqués del Valle da OnacK
nfláitilttíi que el'PapatfIeuente VQ, atendiendo ft loSeSfnersoí
dé éste caudillo ^r el piMfirreso del catoíicUÉió en el peSs con-
qur«(»do, expedía dos BtilM én im ^ftvor, una legitfanindol^
2 GUADAL AJARA
losfaijofl ii»tunü«ft<iiM tavo6B diversas muj«r«g, y otra, con.
cediéndole el patronato del Hospital de Jesús Nazareno: mien. ^
ta»s que todo «ato Bucedía, repetimos, la Nueva Espafia quedó
gobernada por una nueva audiencia, que presidida por Nuflo
Beltrán de Guzman, la formaron los oidores Francisco Maído,
nado, Alonso de Parada, Juan Ortiz de Matienzo y Diego Del.
gadillo.
Era Nufío Beltran de Guzman de carácter duro y altanero
hasta lo indescriptible, ambicioso de mando y de riquezas, in-
transigente é insubordinado aun 6. los mandatos de la Corona;
Cuando marchó hacia MéJcico, gobernaba la provincia de Pá«
nuco, siendo generalmente odiado.en ella por su tirftnica con^
ducta.
Desde que llegó & la capital de sus nuevos dominios, empe*
zó á inquirir informes sobre el interior dol país; y cuando los
tuvo perfectos de que hfcbia territoirios vastísimos, fértiles y más
ricos aunque los que Cortés habia logrado someter, comenzó los
preparativos de su viaje al pafs de los ChiclÜmecas que se pro-
puso conquistar, deteniéndose algún tiempo más, sólo i>ara d«*
jar terminada la obra sugerida por una de sus más bastardas
pasiones, la envidia hada Cortés, á quien en el juicio de resi'
deasia qae se le formaba en México quería perd^ ante la Coro<
na de Espatla. Después de alistar para la exp9di«i^o, diez mil
GUADALAJARA 5
tlaxcaltecas, catorce mil quinientos mexicanos, y quinientos
españoles, entre ellos doscientos ginetes, solicitó del tesoreiro
Alonso de Estrada la cantidad de seis mil pesos, que le fué ñe 3
gada por pertenecer al ramo de minas (fie correspondía al real
tesoro; pero Ouzman extrajo la suma referida y puso preso al
tesorero Estrada y á los demás empleados de la Tesorería.
Pocos dias después pasó revista & las tropas de que hemos ha«
blado, compuestas de veinticinco mil hombres, algunos artille*
ros con seis piezas de artilleiia y abundantes municiones. Dis«
puso llevar en la expedición, al rey de Michoacan, Francisco
Caltzontzi & quien habia retenido hasta entonces en México con
el objeto de hacerse entregar de él los tesoros que Guzman
Biponia debía tener en la capital del reino tarasco; Iban conato
capellanes, el Bachiller D. Bartolomé de Estrada y Alonso Gu
tierrez, á los cuales se agregaron después los padres Fray Juan
de Padilla y Fray Juan de Badillo.
Era el mes de Diciembre de 1529, cuando al frente de este
ejército salió de México el terrible general, Nufio de Quzman,
dejando á los habitantes de la Capital, muy s atisfechos vién-
dose con un tirano menos.
Cuando ya en la provincia de Michoacan <areyó el ambicioso
Nufio, llegar al logro de sus aspiraciones, poco satisfecho que*
dó de que Calsontii lo obsequiara con diez mil manos deidata
0.-2.
4 dCPA»Á£ÁJABA>
^ mi ÍHttrfié étaküáné én oro, hácitode'q^e el téy iñdié mejó-
«wv po^ (Sm v«cas él ^fttfvo; peni caño la iasacbl^' ootáeltk
M 9(»(ini«^(ior aún n{k quefl9k1»% 89dbiAlAp]»k; oowd^CMÉm-
^Ui Ifi Qgepnü:q|i¡ie ysBOiio ten!» metalpreciou, y.aok» lo quad^^-
ba^eblce, lleno de im, fe mandó prender; y en un pneblecille
inmedMtító k Pum&ncfiro, no obstante los naevos regalos de más
'oro y pftita que los nobles del reino le hicieron, y sin oir las
l^úpIiáhB de ^'sacerdotes que se interesaban por la inocente
vldiiha, el f eros conquistador lo mand6 quemar vivo. Sus m&s
f- ■
adictos se disgustaron con semejante acto de barbarie y fué
acusado de ¿1 ante Carlos Y.
^ Después del horrii>ilante . hecho que hemos referido, pae^
Oúzman con sus tropas ál territorio de los Chichimecas que an>
!^elaba conquistar, y tomando luego & la izquierda del Rio
^XJrande, atravesó por La Piedad y La Barca hasta llegar al
grandioso lago de Chápala, cuyas orillas llenas de hermosos
- pueblecülos cubiertos de frondosos y corpulentos árboles, de
.verdura y de flores, dejavon extasiados ft los guerreros españo-
- leí. IMe lago^ el mayor, el m&s bello y admirable de la Amé-
rica, tiene treinta leguas de longitud (desde la orilla de Jocote-
ip9k hatfta laé haciea^M Moreftas) por odio de latitud; por
• esanadio'dáél pasa.coma un» Qoxrieate'de plata el gran tío de
.' léVpmt ain «outiuidiK luftji^iuui coa H» del lAgo.
iiajmw^ «I BOAnibAdo dfiSCttiflo b&ci& 1a HftantfJ neiDo -loLindiaA
^C^t^ 9 «ünexo d«. doce mU, i«uopffiQix)a&,«i| sm^
ron prodigios de valor, YAU^odoi^ Gi!i|muui,^^ia^ )tf^^Kl:4%M!9
«HMr flB virliid dfii l«ciof;a)ift «o» 1% MÉUted» <»u8te»:.ác]iirJri<
dio|i, «sitó «Qr Qa»ttea. «A dtíaá». diá diyMiiH 4 mok te)|Wf> 3M»¿
ffioi^ 1^ «Kpediaión. paA la oooqiiÜiÉ» de. ISépio dáitdaftMiMí
comprttntei «1 OApttan Ohliiiioi^ Iquiea fué conÜoda-'MtA^aiK
Se dirigió en seguida & la pobladón de Tonalá, recibiéndole
ia viuda del último cacique de este lugar, con visibles muei
' tras de afecto, pero pocos momentos después de instalado QuZ'
man en su «ilojamiento, aparecieron numerosos escuadrones
de guerreros, empeñándose una sangrienta lucha en la coa-
NUfio, por primera vez en las batallas de la conquista, fué del
sarmado y puesta en grave peligro su vida.' Después de una-
heróica defensa por los indios, buyeron estos á lafi montañas
dejando eja el campo, m&s de dos mil cadft veres.
,9e p^ en mucha Quzman b&ci;^. el plntQr<Mlpp . ^usblo <e
ItaEajJAn: en él permaneció con parte de sus tropas, miéi^tra^
j^jpwojídf 0yicapiti^f|9.cpn^lj«mtíntrtl, iK)n^»tii^i íl los ^uc-
6 aiTADlLAJABA
blos imnediatos, á la obediencia del monarca espeAoL Uno de
esto9 capitanes, Cristóbal de Ofiate, después de vatios hechoc de
aarmas en hM cuales siempre briUaba el heroísmo en los indíOB
de Jalisco, lofr6 someter & todos los pueblos inmediatos & los
fxtensos valles de Toluquilla y Atemajac.
' Kufio de Guzman consideró estos territorioÍH mu^ superiore*
& los qué Cortés habla i^fregado & la Corona de Castilla, y pa«
la opacar la importancia de las conquistas de 8u émulo, puso
por nombre & la parte sometida por sus armas "X* Mii^or Es-
pafía" aunque m&s tarde la llamó oficialmente *'Nueva Qali-
cia».
Poco tiempo después el gobierno de España dictó severas ór-
denes para la prisión del célebre Ouzanan, altamente indigna-
do por el martirio & que sujetó al rey Caltzontzi y por otros ac-
tos de crueldad ejercidos por aquel inhumano general. A tiem-
po supo Ouzmán la desgracia que le amenazaba y reuniendo
los grandes tesoros de que era poseedor, salió del territorio de
Jalisco dej&ndolo gobernado interinamente por Cristóbal de
Ofiate. 89 dirigió en seguida á Panuco: recogió las riquezas que
había acumulado en el tiempo que gobernó esta provincia: pa-
8ó después á México con el fin de arreglar con violencia su Via-
je hacia Qénova en donde tenía un hermano; pero un dia én
que entró al palacio del virey para arreglar alguhoii negocióla
/
güadalAjárA 7
importantes, fué aprehendido por su Jaez de residencia D. Die«
go Pérez de^la Torré, que acababa de llegar de Espafia. Ambof
entraron al despacho del virey D. Antonio de Mendoraii quien
no obstante la elocuencia que U86 en un discurso pronunciado
en su defensa por Ñuño de Guzman, fué enviado pocos días des-
pués á España, bi«n custodiado por agfntes c(e confianza. In-
mediatamente que llegó el conquistador & su patzia, fué
confinado & Torrejón de Velasco^ en cuyo lugaarqLurió dos años
después.
ExA este hombre extraordinario, de mediana Mbatura, mtiy
elocuente para hablar y sobre todo versadísimo en la ¡|oi«iKte
del derecho.
Los cuantiosos bienes que dejó en Jalisco, F&nueoy México^
acumulados con grande solicitud por Ñuño, fueron secuestra-
das por orden de la corona de Castilla.
No abundarían los tiranos si abrigarán el temor de ser algnn
día castigados como lo fué el terrible conquistador de Jalisco.
«•' »
CAPITULO II.
ftTHBACION DE OüADALAJAltA.
«
:ia^MMlodeJ«lflbo»Qtaalmeiite esttl fonaado d* oiift ptB?t«
«
dll^ttoñltdrio c«B<|aÍ8todo por auzmán. Sa situadon. énttt los
19 grados 8' y 28 grados 24' de latitud septentrional^ y entre
Um 2 grados 90' y 6 grados 48' longitad O. de México. Stu U-
mites Son: por el N« Sinaloa, Ihirango, Zacatecas -y Águasca-
'lentes; por el E. Quanaji&toy Michoacan; por el S. Michoa-
can y Colima y por el O. el Pacifico y el Territorio de Tepic.
El primer Cantón se halla sitaado en el centro del mismo
Estado. Linda al N. con los cantones de Lagos y Teocaltichef
por el S; con el de Sayula; por el R con el de "La Barca" y
por el O. con el de Tequila.
Ouadalajara, Capital del Estado y cabecera del primer can-
tón, se halla situada k los 20 grados 40' laUtud N. y 6 grados
auADÁirÁJÁBÁ 9-
88' de longitud O. (Meridiano de México.— Chapultepec)¡Su al-
tura sobre el nivel del mar es de 1,666 metros.
. Fv6 fundada por Ñuño de Guzmao, el día 5 de Febvero^f^
.alio de 1,642, dándole el nombre de Guadalajara, en memoria
de la que en Espafta se llama asi, d^ dpnde era originario en
Castilla la Nueva.
Quadalajaiá, significa i2ta^M{«vpo«o, odmpúéMo^ dos pAl*»
ímA ásabes Wadü'ad jota, las cuales mal ptpgnnriadits por
IÓ8 mpAUtéHi las convirtteróu en OUadalaíéfat ^Siátk títbdad ••
iá tercera de las qtte con el mismo nombre trasladó á. diverscA
tusares el fundador por distintos motivos. La ' primera t¿i&t(
lisiento éñ un valle ceibi de Nocfaistlan, con d nombre de W-
l^xitn^áñtó' y fué t^bandóníMla k i)oeo tiempo porla'plfo^Uitti^
tfed de los cMeldmeeaB que molestaban oonéfáátemente & loé
habftittites, y que til fin se Uderon fuertes en el e«aro del *'Mis«
U>ú** en donde se- libró el combate en que murió i^dro de Ah
Varado; Xa Segunda, en lairibera Noftedel rio Téldlc«lan, ei)
el punto llamado "Mascuala." En este lugar permuieció til
población cerca de dos afíos, hasta que una insurrección de las
tribus inmediatas, hizo sostener á los moradores un largo sitio,
de cuyas fatales consecuencias fueron librados por los oportu-
nos auxilios que se les remitieron de México. Amedrentados
12 GíuitíU&Jur&Bii
f^Jlzb: én torear léiteino m pereibt «l.'cMro M«kiotao, de regu-
lar elevadon, prdeeütuido un floioo pvelQndo 6 ofnrte que
l^iírte de 1» düspide, extendláuéoee obttoiimuiíite IiMa «ue f •!•
¿tas: en coarto ténnino, Be vé h; serrana de kí TtsptOMj que m
interna hacia el N.
Al O. se presentan en primer término las lomas de San Há-
mon que descienden al taJwegpor donde pasa el riachuelo
de la ciudad; parte de este lomerío se extiende hacia el NE.:
en segundo término aparecen las lomas de Tonalan, en cuj'o
extremo S.está la población de este nombre; en tercer término
se divisa la mesa de los Coyotes, y en cuarto el cerro Gordo y
serranías anexas.
Al SE. las lomas del Álamo y cerritos de San Pé'drb: detras
se percibe la elevada serrania de CuyutTan, que sé pierde & lo
lejos.
Al S. están en primer término algunos lomeríos de suave de-
elive y son dependencias del cerro de Toluquilla, que se halla
en segundo término; desciende este hacia el O. formando una
depresión entré dos eminencias, y alli se encuentra el Puerto
de Santa Maria.
' * " . • * ' , * •
' Al SO. hay t^erunos lomlniosí qttepaften del ceno de «Saata
4b téi^MIr tíftdiiiid «0 dIviiR ft lo feJOi <d MtM «leirttfo de Ahtiiv-
itaóvr
Al Occidente est&n en segundo término el cerroniel ColU y
las senanías del HuUusteqúe se divisan en lontananza: el Co-
Ui, es un ceno ru^^oso, acantilado, 6 con declives fuertes en
■US pendientes, tiene todas las apariencias de una montaña
volc&nica, como lo es, y probablemente de formación relativa-
^ merfte moderna: sigue del Oeste h&cia el NO. la serranía de
Ocotan y los cerros del Astillero. Los lomeríos del Poniente
vienen en varios declives hasta la explanada en que está, la
ciudad.
Al NO. se perciben los lomeríos blanquiscos de Zapopan
y la Mojonera; á lo lejos se ven las serranías recortadas del Te-
comazuchil y Santa Lucia, y aproximándose al N, \m ramal de
roca volcánica desnuda y de un color rojizp. El plano en que
está, la ciudad se ve como una explanada que parte de la base
de los lomeríos que est&n al Occidente y Sur; se conserva con
» ♦ '. . .
poca inclinación en un gran espacio de su superfície; pero en
las calles de la ciudad, al £. de la plaza de armas, desciende e^
terreno, rápidamente al taliDeg del riachuelo de San Juan de-
Bioa. De la plaza á este riachuelo habrá doce metros^de desni
14 . GUADALAJÁRA
v«l, el terreno vuelve & Meender bnuciunente del otro lado, for-
mando despaes la pendiente en que esti sitiiado el bani» de
Analco y se extiende con pocos accidentes en dilatado espacio,
constitayendo la vega oriental del riachuelo referido."
Dice el mismo Sr. Barcena, que siendo de 22 <^ centesimales
la temperatura media anual de Quadalajara, debe clasiflcarse
gu clima como cálido, pues el de este nombre se baila compren-
dido entre 25 &, 20 ^ . Los meses en que se siente mayor calor
»
son Abril y Mayo pues al comenzar la estación de lluvias, el ca-
lor se va haciendo menos sensible, no obstante qne debía as-
cender hasta Agosto. Sucede que desde el mes de Junio son
frescas las mañanas, por la evaporación de la lluvia caída el dia
anterior, y las nubes comienzan & poblar el cielo desde el me-
diodía, aumentándose los nublados de las dos & las cuatro de la
tarde.
En el invierno y en la estación de la seca, los campos vecinos
á la ciudad están áridos, con excepción de algunas cañadas y
lugares húmedos en que se conservan yivas algunas plantas.
Persisten en los campos algunas especies como son la Lobelia
Jalisciense y una planta de las BorragineaSt que se encuentran
con profusión en los bordes de los sanjones y barrancos.
En la estación de las aguas los campos se visten con explen-
didez de Gramíneas y de multitud de plantas de las Oompuet^
OT7ADAI.AJABA.
15
tat y otras f anUliM vegetales, abundando las Borrag^neas so-
bre todo el género JBeliotropum,
En los jardines vegetan con lozanía, en todas las estadonef
del afio las plantas mas esquisitas y propias de distintos climas!
al lado de las, Qmiferas, de las tierras frias, crecen las clavelli-
nas, los tabachines las atmosféricas y otras especies de los
climas tropicales.
CAPITULO III
LA CIUDAD EN LOS DOS PRIMEROS SIGLOS DE Sü
EXISTENCL^.— LA CATEDRAL.
Los religiosos frandsouios, que hablan extendido sus miaio-
nes estableeiéndose en el pueblo de Tetlan, oomenaaron k en-
riquecer con hermosos edificios la ciudad; pues viendo que ha-
* —
bia ya seguridad de que no sufriera una nuevn trasladan y bus-
cando un centro mejor para su propaganda, se cambiaron k lo
que hoy esun barrio de la ciudad, llamado Analco y en esa
época era un pueblecillo con el nombre dé "La Sidud." Inme-
diatamente comenzaron la obra del gran templo y claustro de
lo que definitivamente fué el convento de S. Francisco.
Poco & poco adquirió creces la nneva población y ft prindpioa
del siglo XYII ya tenia tal importancia que los reyes de Es-
paña la hicieron cabecera del OUspadoque suprimieron da
Compostela, y además, residencia de la Audiencia que «e nom*
WAPÁI4JAikA 1¡7
hr(ip^,\9 qneeotánc^s se Uaipaba '/Nu^ya OaUcia'» V^g^P
hemos referido
Como era natural, dado el espftitu de la época y la drcuns*
tanda de que los religriosos trajeron el poderoso elemento de
i
la civilización, tomaron para si y para las demás comunidades
de amlK» sqxos^ los principales lugares de la población cons
tru>'e.odo templos y monasterios bajo el sistema mismo de las
da944 ciudade» que fueron edificando los eonquistadores;
Sueesivamente y después de San Fkaueisoo se edificó la Cate*
dial, <quo confíame á una inscripción que se encuentra en el
intedoc de ella, fu<$ comenzada el año de 1919 y concluida un
«glQ desputs) Santa Harifk de Oraoia, San Agustín, Santi^ li^q-
ñica, Jesús Maiia, Sania Teresa, "SI Cámien," **Ia Meread/
*<E1 Beaterío" y por último el Santuario de GFuadalupe y San
Felipe Keri.
LA CATEDRAL, se fundó á instancias del segundo obispo de
la diócesis, Sr. D. Pedro Ayala, poniendo él personalmente la
primera piedra el 81 de Julio del afto dtado, bajo el proyecto
del célebre arquitecto D. Marüa Casillas. ^ frente de este be-
Ulsimo y mageetuoso edificio estA al P. donde hay una píasele*
ta limitada al'K. por él palacio arzobispal, al S. por uno de los
portales y alo. por edificios de partioularesi aflado K. de esta
18 OUADALAJARA
basílica, está la plazuela de la Soledad, al S. el Sagrario, y dá
la espalda á la calle del Seminario.
Su planta tíene la forma de un paralelógramo cuj^a long^itud
es de 78 metros por 33 de latitud. Está dividida en su interior
»
por dos naves laterales y una principal, cuya dirección es pa-
ralela & su longitud: sus bóvedas, de arista, cargan sobre cua-
renta y ocho, arcos de punto redondo, que rompen á una mis-
ma altura sobre treinta hermosas columnas de 6rden dórico,
•(que 68 «1 que reina en todo el interior) de las cuales las diez
y seis correspondientes & los lados N. y S. de la nave princi-
pal, estftn formadas por grupos de cuatro cada uno. En la nave
central y bajo su penúltima bóveda, se encuentra c<Hoeado el
altar mayor, el cual en otra época era un ciprés de plata y
ahora es de nutrmol blanco, de gusto muy exquisito, con ador-
nos de bronce dorado. Cuatro magnificas estatuas de dos me
tros, de marmol de Carrara, representando á los evangelistas,
adornan sus ángulos. Este grandioso monumento fué mandado
traer de Oénova, por el Sr. Arzobispo D. Pedro Espinosa en
1863 y costó 30,000 pesos. Apoyados en los muros h^y once al-
tares de orden corintio, conteniendo imágenes trabajadas por
los mejores escultores del siglo XYII. En otra época decoraban
•1 templo más de treinta candiles de plataj seis blandones im^
GüADALAJAltA 19^ '
periales y otnM muchos puamentos del mismo metal» que áh»
xa 8oa de bronce doradd. . .
La Catedral tiene tree puestas M'P. las que dan Balida á ua
extenso atrio cerrado por una mo^iñca verja de hierro ador-
nada con bronce dorado, que mandó colocar el Sr. Espinosa.
En el costado N. del ediñcio hay otra puerta que le da salida
para la plaza de la Soledad y tiene además otras puertas que
comunican con . la sacristía y demás encinas anexas que e8,táii
colocadas á los lados O. y S.
Hasta el afto de 1827 el coro estuvo cubriendo la entrada de
la nave central; fué cambiado al extremo opuesto de la misma
navCf bajo la dirección del arquitecto D. Mariano Mendoza,
quien además construyó sobre el nuevo coro la cópyla que
hoy tiene.
Debajo del coio existe te cripta en que se conservan IM tes*
tos de los obispos de Ouadalajan.
Elévanse sobre el frontis del edificio, en los iuigulos P. S. y
P. N. doi eébéltM torres qoe tienen una attnra total de 70
— t i ess des r s B Ss n éstas sobf la eomisa gsnetal» de laques»
iTttttMi lot dos pstoiew eosipos «n foma'da pUnt* oda*
énáá, que tionsa 4 SMtrot por lado y U ds élovMioo» sir-
Hirió dtcMqcDirio» 0a onaiiiMitieioBpeitsiMSo alardea
0.-«
20 QUADALAJARA
toteftno: §obre éstoü eit&n eoioeados un S6gfundo cue i pa
de 5 metros de altura que sirve de iMse 6, la gran pirlUnid*
oct<^^nal <oon qae termina cada torre. Los adornos d«l se*
gundo cuerpo bou grandes lucernas de forma oral sobre las
•cuides est&n colodadoe hermosos escudos con las armas de I»
Iglesia. La distancia que hay entre las torres, es de 23 metros:
en este tramo se encuentra colocado un gran semicírculo que
«orona el edificio, ornamentado con estilo ojival y en su cen-
tro está el reloj. En el cubo 6 pié de ambas torres existen
capillas, una de las cuales la del lado S. pone en comuni-
cación la Catedral con el Sagrario.
La campana mayor de esté gran templo, fué consagrada con
el 'nombre de María, y pesa cuatrocientas artobas.
Durante todo el siglo XVII la ciudad no pasó de un corto
perímetro, y aunque «mi* eápital de la vasta presidencia de
"Nueva Galicia, su población, se^un todos los datos, nunca as-
cendió, ám&s. de 20,000 habitantes.
En los primeros sigleftiBüfrió Guadalajara gvandes' québran-
., toftcen ^ llie0uenJbes-:iasap<)iDQ«s de lod YDlo(UMB>de<-Oolitta,
«^£3 Canteo" y.iMdn «on-eMlomada^eiTar dsHjfoiUr tpte se
halla 8itufi4o j3u l^s eevduilas de ia;siudad, . como se.|pa jüSUtibe.
. £1. itfia de 4750, :un luerte^y prelsngadfk áemlilor «^ooaaieiiAdo
GUADAL A JARA 21
por tales erupciones, arruinó muchos ediñcios, eontánd(Me en>
trelas principales desgracias que produjo, la caída del frontis
de la Catedral y la de haberse secado por algún tiempo el ma-
nantial conocido con el nombre de "El Rosario." Sin embargo,
«n esa época el comercio florecía, las artes y la industria esta
ban en su apogeo, la agricultura prosperaba notablemente y
los comerciantes llevaban sus efectos hasta las lejanas provin-
cias de Tejas y Nuevo México. En el siglo XVIII todas las tri-
bus y pequeños reinos estaban del todo sojuzgados.
Los hijos de los conquistadores se habían enriquecido hasta
el exceso; y como ningún punto del litoral del Pacifico les ofre-
<cia las grandes ventajas que Guadalajara, casi todos los que
IKtseían negociaciones agrícolas, industriales ó mercantiles én
lugares re.T:otos, como California y Chihuahua, fonnaron casa ,
y solar en "La, Capital de Nueva Galicia," dando por resultado
que el censo de la ciudad aumentara notablemente. Mota Pa>
<lilla, que escribía 5. mediados del referido siglo, asegura que
la ciudad tenia más de cien mil almas.
Los efectos de industria del país habían adquirido gran re>
putación y por lo mismo tenían tal demanda, que )os gremios
de artesanos, con dificultad podían dar cumplimiento á. los in-
numerables pedidos que se les hacían de todas partes.
22 GUADALAJABA
La fuña de Quadalajara llenaba la nueva EapaSa y llegando
hasta Madrid, el Bey Be pn^uso íavoreeer el comercio de ía»
otxas provlndaa poniéndolo en contacto Intimo con el poderoso
mercado de la **Naeva Galicia,*' y expidió un decreto estable-
ciendo la "Feria de San Juan," que por más de ciento cincuen-
ta años ha sido la más grandiosa del paii .
CAPITULO IV.
FRAY ANTOjnO ALCALDE.— CURIOSA TRADICIÓN.—
EL UOSPITÁL DÜ BELEM.
Al aproximarse el af\o de 1771, Guadala jara recibió poderoso
i mpulso con la llegada de un notabilísimo benefactor que nw
ha tenido Igual, estamos sc<^iros, no solo en aquella zona, pe-
ro ni aun en todo, el territorio mexicano. Fué trasladado del
Obispado de Yucatán al de Guadalajara Fray Antonio Alcalde,
originario de Etípafia y de la orden Dominicana, cuya promo>
m
ci6n vinoú hacer época en los fastos de aquella ciudad. Con
r
Sandísimos poderes se presentó & su Bue^'a diúce&is, pero cou
miUi suma de caridad, se dedicó ^ benoñciar al público, & los
pobrej en pai-ticular 3 íi la humanidad doliente en gencraL
PrQpicia oportunidad se le presentó al poco tiempo, paia ejer-
cer 9US filantrópicos instintos. El terrible año de 1786 llamad»
del káinbfef había comenzado cojí todo su horror.
24 guadXlajara
Sabido es que tal calamidad provino de que en el año ante-
rior, (1785), ant'cipftndose las lieladas 6. la estación, destruye-
ron todas las sementeras de maiz, present&ndoee el hamlnre de
una manera imponente entre la clase pobre de toda la Nueva
España, cuyo principal alimento lo constituye el maíz. £1 3r.
Alcalde organizó de tal manera su programa para practicar el
bien, que puede decirse que hizo más que todos los que hubie>
ran querido baoerlo. Grandísimas sumas empleó en abastecerse
de víveres para los indigentes: según aparece en su libro d»
memorias, que con respeto hemos ojeado, gastó ese afio ciento
diez mil pesos solo en maíz que repartió griltis & los necesita-
dos.
Pasó el hambre, pero su caridad quedó en pié: se dedicó en.,
tunees con grandísimo afán S, muchas mejoras que reclamaba,
la ciudad. Por su cuenta se construyó el famoso hospital de-
23an Miguel dé Belcm, en 1791, lo mismo que el panteón que
hay en este local, dotando con explendidéz al primero. Edificó-
el Santuario de la Virgen de Guadalupe y un colegio i>ara ni-
ñas pobres llamado "El Beaterío," dotándolo también con sie-
te manzanas de casas que mandó construir/
í¿uitó el Campo Santo qtie existía en el centro do la ciuda<l,.
en donde hoy es la plaza de Venegas. Hizo donaciones cuan-
tiosas ú los conventos de monjas JesCis María y Santa Teresa..
GUADALAJARA 25
Ministró fuei-tes sumas para el empediado de las calles y 1»^
compostura de los caminos; y más pródigo fué aún para prote
jer la instruoción primaría, ft la cual eonsagró siempre sus ateu«
clones más eficaces.
£1 Paso por Jalisco de este hombre extraordinario, fué se&a*
lado por una huella de beneficios tan notables á Guadalaja*
la, que han hecho imperecedera su memoria, al exlv^mo de
que» un notable publicista JaliadeDse, dice que; "OuadaUjaKa
reiia con más gusto un monumento erigido á la mesaofia de
Fray AntonioAlcalde, que á la de todos los héroes de la inde-
penclenola natjioiíal."
Nosotros» aunque somos del mismo parecer, preguntamos;
¿Qué monumento á su memoria mejor que ese conjunto do
establecimientos levantados por su munificencia, los cuales du-
rante un siglo han llenado ciim]>lidamente los deseos del fun-
dador? ¿Qué corona votiva mas estimable que las bendiciones
de millares de indigentes que &un siguen siendo objeto de la
sublime caridad del Sr. Alcalde?
Ahora los cuantiosos bienes cou que dotó al hospital de Be-
lem "£1 Beaterío'* y varías escuelas de primeras letras, ya no
existen, pasaron al dominio de algunoi particuláre».
Aquí es oportuno decir, que asi como la historia ha rocogido
26 GUADALAJARÁ
«oa 0<dicitud el nombre del Sr. Aleald«parft eonsignarlo eo mu
páginas OOQ caracteres de oro, deseosa de qne las generaciones
futvnras lo pronnocien con veneración, de la misma manera, Ik»
reunido los nombres de aquellos gobernantes cttya rapacidad
no respetó los sagrados bienes de beneficencia; de los que des-
pilfarraron ese patrimonio legado & la humanidad doliente por
el gran filántropo: estos repugnantes nombres, repetimos, tam-
bién los ha recogido la historia para Ianz9Crlos á la execración
de la posteridad.
La caridad sin limites del Sr. Obispo Alcalde, ejercitada en
mil formas y con innumerables personas, se admira también
«m Yucatán, en donde aun refieren las piadosas madure» & bom
hijos, el siguiente caso, ocurrido según dicen, en esa ciudad.
Una pobre mujer se presentó un día al Prelado, llena dé la
niós profunda tristeza. Su esposo habia sido conducido á la
c árcel por una deuda, y no terminaría aquel gran pesar para
c lis, sino llevaba 25 pesos al juez que era riguroso é inque.
brantable.
La miseria pública había llegado hasta el Obispo, y por más
que registró en sus gavet as y buscó afsnoEo entre los exhaus>
tos bolsillos de sus vestidos, no pudo halUr cosa que Tallera
aquella pe<iueSa svuna.
GUADALAJARÁ 27
Por el rdstra del Obispo coirrió una Ugrima, refleje del puro
tBentimiento que agitaba su pecho.
—Hija mía, dijo á la mujer, no tengo oro ni plata
Cuando esto deda, un enorme alacrán, un borripilante escor-
pión del género de los ar^cnides, goorpio mneviáia'nus, se des
lizó de entreoíos papeles removidos, y subia Ugero por el mu»>
ro.
La mujer en vista del arácnido se echó para atrás horrori-
zada:
— ¡Oh! dijo el Obispo sonriendo, hemos salvado la dificul-
tad.
Tomó al temible animal por la cola, cual Moisés lo hiciera
con la serpiente en que su vara se habia convertido, le encerró
en un pequeño estudie que envohió en un papol, y entreg&n-
lo á la infeliz mujer 1» dijo:
— Id al Monte de Piedad, empefíad esta alhaja en veinticinco
• ■
pesos y remediad vuestra necesidad.
La mujer, obediente y llena de confianza, se presentó & la
casa de empeños, y vio admirada que sacaron del estuche que
rey aba, una valiosa joya, rioa por la materia y primorosa por
el arte; era un alacrán de oro, adornado de esmaltes y de pie-
dras preciosas.
28 GUADALAJARA
El desgraciado que fué conducido & U prisión por deudas, vol-
ri6 ft su oísai, y con atan Indedblo tmbajó por devolver al be-
■éflco Prelado los 25 pesos.
Vuelve la mujer al empefio, saca la misteriosa prenda la
lleva al Obispo, y al recibirla éste toma el alacrán por la cola,,
le eeloca en el mismo muro de que ftntes le de^nrendiera, j
dejándole ir libremente:
— ^Yé. le dice, el Señor ha querido obrar el bien por tu m«e-
dio, mereces la libertad.
En adelante esta anécdota referida por la mujer & las gentes
del pueblo, hacia que mirasen al ilustre Obispo como á un
bienaventurado.
Fl de Agosto de 1.792 el anciano Pastor bajó al sepulcro,
dejando como únicos biones sus pobres muebles, rc^MS, uten<
•Ulos y alhajas por valor de 9262 95 es , pues sus vestidos epis-
copales estaban forrados de manta ordinaria, y los objetos de
su uso, con excepción de una sola bandeja de plata, para or-
namentos sagrados, eran sumamente pobres.
Los venerables restos de Fray Antonio Alcalde están sepuU
tados en Guodalajara, en el presbiterio del Santuario de la Yir-
S«n de Guadalupe, erigido por él como tenemos dicho.
GÜADALAJARA 29
<^
El grandioso Ho^ifeal de Belem, tiene ta planta general de
la fonna de un cuadrado» con 850 metroe por lado, en el coal Je
halla el templo, el panteón y el hospital, siendo su situación
al extremo N. de la ciudad.
En el año de,1792 se terminaron la iglesia y el hospital, que-
dando desde entonces al servido del público. La parte ocupa-
da con estos edificios, es un cuadrilongo de 200 metros de Ion-
l^tud, por 150 de latitud, contenlendo.ademfo las casas destina-
das para el capellán y el administrador del establedmientoi
nene dos entradas, una al O. que comunica con un departa-
mentó compuesto de una sala para los médicos, una piesa pa-
ra recibir, tres salones y un patio con corredor: este departa-
mento está hoy destinado para una escuela y un asilo de niffes..
En el costado S. están la casa del administrador con un de-
partamento i)ara los empleados del hospital, las bodegas, laa
«ccinafi y la botica que est& bien abastecida y despacha actual-
mente medicinas para el hospital y el hospicio de pobres. Si-
Cuen la iglesia con frente al S., la casa del capellán y la puer-
ta principal del edificio sobi'e la cual se lee esta inscripción:
"Fray Antonio Alcalde, k la humanidad doliente.*'
Del centro del cuadrilongo, rompen en forma de estrella sei»
salones dedicados para enfermerías, de las ciuiles, las del O.
30 GUADALAJARA
t&n dedicadas para hombr«s y las del E. para mujeres: cada
uno de ellos tiene 80 metros de longitud por 7 de latitud.
Existen además otros salones que solo se ponen en uso cu
tiempo de peste eu la ciudad: siendo, el total de camas qae pue-
den colocarse cómodamente en todos, setecientas veinticinco;
estas inmensas galerías se encuentran en la actualidad en per-
fecto estado de aseo, están bien ventiladas y hay entre ellas es-
paciosos patios con jarüiries bien cultivados.
Por el costado N. y partiendo del centro del edificio, se en-
cuentran la ropería, losbafios y el departamento de practican-
tes, que consta de las habitaciones de estos, de las piezas para
enfermos de distinción y del anfiteatro ó salón de autopsias.
Al lodo O. y después de las enfermerías est.\n dos departa^-
mciitodpara dementes: uno, que consta de dormitorio, comedor:
diez y bebo bartolinas y dos patios, estíi dedicado para mujeres;
el destinado para los hombtcs, tiene dormitorio, quince barto-
linas, comedor y dos patios. En el primero de estos departa-
mentos, hay unos lavaderos para toda la ropa del establecimien
to, siurtidos con abundancia de agiia.
La existencia de enfermos, es por término medio, de 275, cal-
• culándose ima eiitraia y salida diaria de diez fi doce; las def un .
«ÜADALAJARA 31
«iones nunca bajan de veinte al mes, y llegan & subir & treinta
j cinco en algunos.
Los enfermos son asistidos gratuitamente, y basta para qu» :
sean recibidos en el establecimiento, la consignación que de
ellos se haga por cualquiei-a de las oficinas de policía.
La planta do empleados está formada en la actualidad, de un
administrador, un capellán, un comisario, un boticario y su
aj'udante, tres medióos, siete practicantes de medicina y cin-
cuenta empleados subsJtemos, encargados del cuidado de to-
das las dependencias del hospital.
La Junta de Beneficencia Pública es laque paga el presu-
puesto del establecimiento y la que atiende á todos los gastos
de aseo y reposición del edificio.
Son grandes las dificultades con que ahora se tropieza para el
sostenimiento del hospital, debido & quoya no existen, com»^-
antes dijimos, los bienes con que fué dotado por la prCdiga ma-
no de su ilustre fundador.
Cttaodo las santaa mujeres llamadas MADRES DE LA C ARI-
PAD iun DO eian expulsadas por una ley inhumana esta
obra del Sr. Alcalde llenaba oon satisfacción el objeto á qu»
itté consagrada.
CAPITULO V.
IEn la guerra de la independencia,— hidalgo. ~d. jóse de la
crdz.— la batalla de mescala.— origen de la virgen br
xaporan.— fundación del convento de este nombre.
Concluyó el siglo XVIII.
Llegó el presente, fecundo en episodios terribles y lleno
<le trastornos públicos que á pesar de que muchos no tu-
vieron su cuna en el estado de Jalisco, resonaron de una ma-
ncra estrepitosa en todo su territorio.
Cuando se proclamó la independa, los hijos de aquel Estado
■ ■ ' • • ' ■ • ■ ■ ■ . ..
tomaron activa parte en la insurrección y los nombres de To-
rres, Quzman Mercado y otros han quedado inscritos en el mar-
ti rolos:io de la Patria.
GUADALAJARA 83
El 16 de Novietnbre de 1810 lle^ Hidalgo & Guadalftjara^
único lugar donde puede decirse que organizó un gobierno for-
jnikl; iiues nombró ministros, despacho pletripoteilciarioavá lo»
E. U. ; expidió varios decretos, entre otros el célebre de< I»
emancipación de los esclavos en la Nueva Espafía, que tanto
prestigio le dio, demostrando hasta qué punto eran avanzadas
y^ humanitarias las miras de este caudillo; y envió, por último^
comisionados activos & todas las provincias inmediatas par»
propagar el fuego de la revolución.
El 30 del mismo mes llegó también & Guadalajara la hermo-
sa ahijada muy estimada¡de Hidalgo, que como es sabido, dea-
de (üuanajuato viajaba con él, en coche con las cortinas echa-
das y disfrazada de Capitán; iba destinada al "Bcatciio," colé-
gio de niñas de que hemos hablado 3* que había alcanzado gran
celebridad.
El misterio y los solícitos cuidados de que Hidalgo rodeaba
á su ahijsida, dieron lugar á que el vulgo liiclera^circular la vos
de que el individuo que acababa dfe llegar ritorera'ótro quo Fer-
niindoiVII, ó VFéi|iaiiditb" eoloo getieinlaieate se le llamaba.
El dia' 12'cí^*'bi<áéín>)re sb' Ve fnciotpotó Áflibnde > y el l*de
Enero á mediodía salió de Guadalajaira el humérdso cjéréito
compuesta de veintemil caballos, ochenta mil infantes v no
84 GU A DALA JABA
Y«»tey cinco ca&ones, á cuja cabeza iban Hidalgo y Allende»
cubriendo la retaguardia, el célebre insurgente del Sur, I>. Jo-
sé ^ntonio Torres. Jalisco fué el teatro de la desastrosa bata-
lla en que este gran ejército terminó por dispersión, el 17 de
Enero de 1811, después de |>ocas horas de combate, en el
puente de Calderón, en el cual halló Hidalgo acampado al bri-
gadier Calleja.
Después de este golpe terrible sufrido por la insurrección»
las plazas pdblicas y las prisiones de Guadalajara se inundaros
con la sangre de las víctimas del feroz Calleja.
Quedó gobernando la provincia el general D. José de la
Cruz, hombre en quien hacian contraste una figura arrogantí-
sima 7 su fiero car&cter unido & una'energla que mucho se ase*
mojaba & la crueldad; pero que apesar de esto, poseía algunas
prendas que le hacian estimable, entre otras, la profunda con-
miseración h&da el pueblo bajo, por cuyo progreso y bien es«
tar se interesó muehisimo.
H ejoió Ift najor paite de los edificios públicos. Hiso que s»
ptetsmo las fachadas de todas las casas y quese reformaran»
las r^mítmm de éstas» que en esa época eran muy saliente* y
«bsInüaB el psM por las baoquetsSL Aoaentó las tm&alm f
QUADALAJARA 85
«rregl6 un acuedocto para surtir con abundancia de agua & la
población.
Al general Cruz se debe el paseo que comenzando en un* de
las avenidas de la Alameda termina cerca de la presa del Moli*
no de Joya. Formó un bando de policía, reconocido por todos
«orno el mejor. Organizó la Hacienda p&blica imponiendo seve-
xlsimas penas & los defraudadores de las rentas de la coronad
Sin autorización, y aprovechando el estado de desorden en que
«staba la parte oriental del país, habilitó el puerto de San Blas
para el comercio con Europa y China. Todavía hace treinta
años se hablaba con entusiasmo en Guadalajara, del célebre
tiempo de los panameños, ricos comerciantes que con este mo*
tivo sé avecindaron en la ciudad & la cual trajeron cuantiosos
capitales que imprimieron unlmpulso extraordinario al co-
mercio.
Jamas ha vuelto & tener Jalisco la animación de entonces: oa-
«i ni se sentían los horrores de la guerra de insurrección. |
Guadalajara en esos años memorables, adquirió con justicia
«1 honroso titulo de segunda capital del territorio mexicano.
Por este tiempo, el año de 1818, otro temblor de una trepida-
ción violenta ocasionó la cáKla de las torres de Catedral: este,
terreni3t;o tiú co:a3ei'aeacU Je Lis erupciones del volcan de Co-
G.— 4.
36 GUADALAJARA
lima, de las cuales una de ellas, la de 1806, olvidábamos decir,
produjo la destrucción de la iglesia parroquial de Zapotlan en
los momentos en que con motivo de un acto relli^ioso estaba
lleno el templo, pereciendo en tal siniestro cerca de mil per-
sonas.
En esta erupción de 1806 las cenizas del volcan llegaron has»
til Guanajuatb.
No debemos continuar sin hacer mérito de la famosa campa-
ría llamada de Mescala.
Después de la batalla de Calderón, los indios del pueblo d&
Mescala, situado á la orilla del lago de Chápala, se hicieran
fuertes en un islote de éste, conocido con el nombre de "Isla
ele Mescala," capitaneados por el cura de **La Palma" D. Mar-
cos Castellanos. Desde este punto se pusieron en comunicación
con los independientes del Sur de México y de Michoacaa, sin
que fuera posible reducirlos.
£1 general Cruz emprendió la lucha haciendo grandes esfuer
zos para acabar con 'aquel foco de rebelión, alegrado de tener
que construir buques á propósito para establecer un riguroso-
'Woquco.
Uto obstante que el número de los indios solo era de mil, re-
sistieron varios é infructuodos atíiques por las tropas délgene-
GUADALAJARA 37
ral Cruz, quien en los partes que daba al Yirey trasparentB.ba
su admiración al valor y aptitudes estratégicas del Padre Caste-
llanos y de su secundo, el cacique José Santa-Ana. Este puña-
do de valientes patriotas, con una constancia y heroicidad qu«
pasman, se sostuvo durante cinco años en aquel peñón, sufrien-
do todo género de privaciones, hasta que en fuerza de una te-
rrible epidemia que los diezmó, y del hambre originada por la
tala completa que Ci-uz mandó hacer de los sembrados que ha-
bla en las riberas inmediatas, tuvieron que someterse, y esto
en virtud de una formal y honrosa capitulación. Por conse-
cuencia de tal convenio, el 25 de Noviembre de 1816 fué ocu-
pada la isla de Me'scala, en la que encontraron diez y siete ca-
iiones de varios calibres y otras armas con diez cargas de mu
nieiones. £n la isla dejó Cruz un destacamento cuj'o mando
dio al mismo Santa- Ana pot quien cobró ví\1b simpatías: dictó
las órdtínes necesarias para que en ese lugar se construyera un
presidio, el cual existe aunque en" estado ruinoso y regresó S^
Guadalajara en donde se le hizo mía expléndida recepción.
Hace seis años dice un amigo nuestro, ¿lun conocí á José San-
ta Ana: lo vi remando en una pequeña canoa, ciego, ayudado
por sus nietos: iban & vender leña y carbón al pueblo de Clia-
pala. No obstante la decrepitud de este hombre, sus faculta*
88 GÜADALÁJABA
^es MtabMi en perfecto ejercido, y recordaba con entcudamo
las hftmflan de Caatelliuioe, Roeas y otros que ni aparecen en la
Jiistocia de la independencia mexieanar Me en8efi6 el deqiacho
"de brigadier expedido por Moreloi, que conservaba como la
más estimable reliquia.
La causa de la independenda babia tomado un gran incre-
mento. La división que tenia el virey Yenegas situada en el
pueblo de '<La Piedad," poniéndose en comunicadon con Itur-
bidé, aceptó su plan y fué comisionado desde luego el brigadier
D. Pedro Celestino Negrete, compadre de D. José de la Oruz,
para apoderarse de Ouadalajara, avanzando hasta el pueblo
de San Pedro, & una legua de esta dudad, en donde proclamó
la independencia de la "Nueva Espafia" el 13 de Junio de
1821. Inmediatamente que esta noticia lleg6 á Ouadalajara, el
coronel de dragones de Nueva-Qalida, D. José Antonio Andra-
de y el jefe de laArtillerfa, capitán D. Eduardo Laiiz, proda-
aoaron tunbien la independencia. Como esta fuerza jironim-
ciada era el único apoyo que D. José de la Craz tenia en I*
dudad, después de inútiles esfuerzos para reprimir la subleva-
don, en los cuales dejó bien sentados su valor y lealtad, tuvo
que huir & deshora, saliendo por la puerta de la espalda de pa-
lado á pié hasta el cercano pueblo de Zapopan, de donde se
dhigió & Zacatecas y de esta dudad & la de ]>uraDgo con la di
6UADALAJABA 39
TlsiOB que luandaba el gomaiKlaiite D. Hennenegildo Bevuel*
tMh En esta plaza, después de un sitio de cerca de dos meseft
puesto por Negreto, se flnn6 el 3 de iSétiexnbre una capitular»
don entre¡él y Cruz, quie»fi poco tiempo, en unión de muchot
de los capitulados, yerificó su embarque para España.
El IB de Junio del referido »&o de 1821, se solemnls6 el Ja*
ramento de la Independencia en Ouadalajara, cuyo acto tur»
liigur en la Catedral con una pompa extraordlnaiia.
La Virgen tanyenerada poclos jalisciensesen la iglesia do
Zapopan, fué traida de España por el franciscano Fray Anto»
nio de Segovia, quien en el año de 1542 fundó en compañía de
Nicolás de Bobadilla, la villa de Zapopan, y colocó en un pe-
queño templo la im&geb cuya advocación es de "La Especta-
clon" ó de la O, y su festividad estík asignada para el 18 de Di-
ciembre. Desde luego comenzaron los habitantes de aquella
eomATca & publicar multitud de prodigios que les hacia, siendo^
tanta la veneración que por ellos se atrajo, uo solo de los pue-
blos inmediatos, sino aun de otros muy lejanos, que cien a&04(
después, es decir, en 1642, mandó el obispo de Guadalajara D.
Juan Ruiz Colmenero, levantar acerca de los milagros, una in-
f ormadon juñdica. Con esto«e aimaentaba m&s cadadia la.
devodon de los habitantes de Guadalajara, quienes no satisfe-
chos del tonplo primitivo, determinaron levantar otro y es el
40 GUADALAJARA
suntuoso y bellísimo Santuario en que hoy es venerada'. Hubo
algunas dificultades que vencer para la fabricación de este
temiólo, pero una vez allanadas, fué solemnemente dedicado
«a Setiembre de 1720 por el Sr. obispo D. Nicolás Gómez de
Cervantes.
£a unos apunt«s que sobre esta mateiia logramos obtenev,
hace«l autor la desorijKíion de la Virgen, ea los términos si-
gxdentq^:
**La Santa Imagen es Je escultura de poco más de media va-
ra; si bien es cierto que artísticamente considerada no es una
obra de mérito, ni por sus formas, ni por su consistencia, pues
es de madera vciny deleznable; sin embargo, arrebata con dul-
ces emociones el corazón del orejéente, cuando en ella adora ñ.
la Madre de Dios que está en el cielo."
El año de 1734 fué jurada por la ciudad, patrona contra las
tempestades, y desde entonces comenzó la costumbre de He-
rarla anualmente á Catedral y demás templos, el 13 de Ju-
nio volviéndola á su Santuario el 5 de Octubre; en ambas pro-
cesiones, que en otra época fueron las mfis populares de Gua-
dalajara, manifestaban los habitantes un regocijo extraordina-
rio, y le formaban un cortejo de mis de quince mil personas.
El año de 1821 fué esta venerada Virgen, proclamada solera-
GUADAL A JAR A 41
. . . ' I
neníente Generala de las armas "del Estado de Jalisco, y desde
•entonces, son prendas qne adornan í\ la pequeña estatua, una
banda azul y un diminuto bastón de oro. ,
En otra época era recibida en la ciudad por el gobierno civil,
con mía salva de 21 disparos de canon.
Al Santuario de que liemos hablado, está unido un cDnvento
con el nombre de "Colegio Apostólico de María Santísima dcZa-
popan,*' fundado ú, instancias del Sr. obispo D. Juan Cruz Ruia
de Cabañfts e» 1616, quien liizo venir & los fundadores del Con-
vento de Guadalupe de Zacatecas, religiosos reformados do la
órdeD fianciscana que siempre goisarcn de gran reputación en
el país, por sus vi:tudes y celo verdaderamente apostólico. ..'
El grutx) de fundadores que llegaron, lo componían Fray
Francisca Borrón, presidente, loa padres Lazo, Velasco j' Fi*
gueroa, y un lego profeso, Aza de apellido. A ellos entregó el
Sr. Obispo Cabanas para la construcción del monasterio, la su-
ma d« ^120.060, legado que para dicha fundadou, dejó Bori&td^
ríft Manuela de la Presentación Barrena, al hacer su profesiou
Eolemne en el convento de Santa Mónic» de Guada^j^ro.
A los pocos años ya habia en Zapopan una numerosa comu-
nidad, y los miembros de ella, consagrados á las misiones en
los pueblos mas remotos del Estado, pronto adquirieron un
42 GVADALAJABA
]>rwtÍgio extraordinario por su Uustra^on y virtudes eminen^
tm. Hijos de ese monasterio fueron los venerables Fray Fr«n,
dsco Jimenex j Fray Bamon MunguSa; los notables te61ogo>
Fray José Kaila CbaTez, Fray Luis Barbosa (hoy cura del s»-^
grano de Guadalajara) Fray Luis y Fray José Kaila Portugal
los sabios moralistas Fr. Buenaventura Portillo y Fray Fraa*
ciseo Anguiano, aetual guardián, y el virtuoso Fray Teófilo O.
Sancho Comisario general de toda la 6rden franciscana de 1»
Bepública, miembro de una familia distinguida, que dej6 oon^^-
liderables Menes de fortuna por abrazar la pobre» de este-
instituto. Hoy Fray Buenaventura Portillo es el ilustre Obispo-
de Chilapa, y el primer acto de sus funciones episcopales fué
•1 de consagrar el Santuario de Zapopan, conforme al Pcmtifi-
cal Bomano, el dia primero de Diciembre de 1880.
Algunas obras sobre materias morales ascéticas y místicas
circulan con profusión y muy bien aceptadas, escritas por él
padre Fray José Maria Portugal, miembro, como hemos dicho».
de esa respetable comunidad.
* PUBCILIÁKO SAtrciBBBj
CAPITULO VI.
BEBFUES DE-LA INDEPENDENCIA. — PRISGILIANO
SÁNCHEZ.— EL DB. YELEZ.— EL HOSPICIO.
Esta ciudad quedó siempre como cabecera del reino de Nue-
-nirClalicia, hasta que la Carta de 1824, al fijar los limites dees-
te territorio, le dio el Dombre de "Estado de Jalisco»"
Bajo muy buenos auspicios para el Estado se Inav^fuió Ui
«ra de la independencia. Fué su primer gobernador el inmer-
tal Prisciüano Sánchez, hombre, aunque de origen oscuro»
mventajadisimo ft su época como demócrata, de inteligencia
tiara y de una energía pococomuti. Aun son el asombro de
muchos en^nuestros días, sus iniciativas Uepas de ideas avan-
xadas, considerándosele en justicia como el fundador de la fo^
44 GUADALAJARA
(teraclón. Aquí i fuer de verídicos j para no usurpar la parte
que lo corresix)iida de gloria á otro hombre célebre, debemos
decir que Sánchez se inspiraba entonces en el ilustrado asesor
que fué del general Cruz, el Dr. D. Pedro Velez, eminente abo-
gado, autor de las bases para la Constitución de 1824 y que se
separó de Sánchez jmra ocupar en México el cargo de senador
por el Estado do su origen. Algunos han dicho erróneamente
que Veloz fué jalisciense: era de Zacatecas, pero el hecho de
haber contraído matrimonio con una hija del canciller de la
Real Audiencia de Nueva-Galicia, I). Miguel Torres 3' Daza,
hizo que se avecindara por muchos a£Cos en QuAdalajmra. Ta
en México, fué presidente de la Suprema Corte de Justicia y
por esta circunstancia ocupó el poder ejecutivo do la Nación
del 23 al 31 de Diciembre de 1829.-
Ya desde el gobierno del general Cmz, el Sr. Obispo D, Jcaa
Cruz Rulz do Caballas en 1803 había emprendido la construc»
clon de un hospicio de pobres: obra gigantesca en que este
pesiado inmortalizo su nombre y que concluida ddspues de
consumada la independeneia, presen^», con orurullo Guadalajs^
ra como uno de los mejores establecimientoí de su género, no
solo en la República sino en América.
Es el ho<?pieIo un ■\-a6to ediflciq que se encuentra nUcado en"
GUADALAJ^UIA 45
la parte Oriente déla chidaJ ú ocho oua 'ras déla pirita ilc ar
mas 3- calle recta del costado X. de la misma.
Hasta ISIO fué el arquitecto D. José fJutiurrez el director
la obra que se suspendió por la g-iiera de entonces, hasta 134
en que 9l Sr. Obispo I). Dicp> Aranda la continuó hasta termi-
narla bajo la dirección del arquitecto D. Jlaíiual (Jómei: Ibarra
que reformó comp^Qtaoi&ute ol proyecto sobre lai^^Ic^ia, cons-
tmyéodola bajo una idea enteranieiite nueva: el costo de la
iglesia úiiicamente, fu^ de 4 12,000«
La planta del edificio tiene la forma dcuij paral el agramo, cu-
ya longitud, en la dirección de Poniente á Oriente, es de 185
metros por 170 en latitud t*c N. á S: la entrada ó frente princi-
pal ve al P. en donde t'one un elefante pórtico con seis cohim-
ñas que pertenecen al (irden toscano. El edificio en auparte in-
terior está, dividido an lo ¿"eneral en das d erar tomentos: el del
S; está, dedicado jiara mujeres y el del N. para hombres. Cons-
ta de 23 patios, los cuales en su nia3or parte est\n circundados
por corredores que pertenecen al orden toscano: el mayor de
ellos, es el que sijrue & la iglesia que se encuentra colooada en
e! centro del edificio, y míete 93 metros de P. C O. potf 54 de S. &
«
N. En todos los patáos hajr plantados bfellíflinios ^^^rdines oulti- •
vados «on noteUé esmero.
46 GUADALAJABA
Ia igl«sift es Bín duda alguna digna de admizadon por laior-
prendente cúpula que la corona; obra es esta que ha inmortaU'
sado al Sr. Gómez Ibana, 7 que debe figurar entre las mas be*
Uas y atrevidas del mundo arquitect6nioo,
La f oima de su planta, es la de una cruz'griega prolongada por
los lados N. y S. 7 en la parte P. que comunica con el patio prin«
dpal tiene un gracioso p6rÜco coronado por un campanario en
él cual se encuentra el reloj, ysirre de entrada á \ma nave
que tiene 12 metros de longitud por 6 de latitud 7 18 de altura?
ella forma uno de los cuatro brazos de la cruz, siendo los otros
enteramente iguales, con la diferencia de que en la prolonga^
don de los lados N. 7 S. ,8on tr^ naves en lugar de una como
son en los lados 0. 7 P. En el centro de este crucero es en don-
de se eleva la cúpula, que tiene una planta formada por ua
enadiado perfecto de 12 metros por lado: en sus cuatro ángulos
Se levantan 8 pilastras que sostienen los cuatro arcos torales so-
bre que descansa la cúpula 7 tienen 12 metros de elevacioa
hasta la cornisa, de la cual rompen los arcos que son de punta
redondo, con un radio de 6 metros: sobre ellos se encuentra el
anillo interior de la cúpula que- tiene, 12 metros de diámetros
de él rompe una bóveda hasta la alWa de 4 metros, esto es, al
tercio de ella, donde se corta horizontalmente pan redbir el
tambor, l^que Uéne dos ^órdenes de columnas, uno interior 7
GÜADALAJAKA 47
ébto exterior, wpondos uno del oCro por ob metro: tente el
dreido interior oono el exterior llenen 10 eolnmnM qne eepe^»
ten un eonüeemento sobre el coel le elera I* Mredft qoe cf^
ira este bellisiina obr».
La altura de este cúpula, haste su dave, es la slgulwite:
del pavimento haste el anillo inferior, 18 meteos, haste ei
' corundo anillo 4 metros, haste el cornisamento que corona Um
«olumnatas, 7 metros, y de esto á la daye 5 metros, total M
metros. El plomo 6 centro de gravedad del 6rden interior do
«olunmas, estíl un metro fuera del plomo de los arcos torolar»
La cúpula por la parto extorior est& adornada con un balauf-
irado de piedra colocado sobre el cornisamento j sobre la bó-
▼eda: como remato tiene un pedestal en el ^ual descansa I*
estatua de la Miseiioordia, de 6 metros de altura. El orden ar-
qnitectonico de la iglesia por su interior es el dórieo, y el d*
la cúpula en su intorior y extorior, el jónico.
En el departamento de mujeres hay nlfias pensionistas qu»
pagan doce pesos cada mes, andanas y ñiflas pobres: éstas úl*
timas redben en el eatebledmiento instrucción, ropa y ali-
mentos.
La educación est& dividida mi primaria, que conste de los
jramos elementales; y en secundaria que comprende Áritmé*
48 GUÁDALAJARA
tica, Algebra, Cco^rafiíi, Astronomía' y Gramíltica. Hay ade-
más cátedras de iJionias extranjeros, 15iT)uJo, Mdsica, bordados
y tejiíloS.
Hasta hace dos años habia en el departamento de niñas po-
trea 147, }■ 12 ancianas que rejibian toda clase de recursos en
el establecimiento.
En ISSO habia en el orfanatorio 13 nifíos y 16 niñas: é8ta3
permanecían hasta la edad de siete años y después pasaban á
BUS respectivos departamentos.
£n el salón de la cmia habia en el año referido, 13 niños ex-
I)ósitos que ll«van el apellido de Cabaílas, el llustBO fun-
dador.
En el ^epai-tamento de hombres habia ©n 1880, 188 niflos
' que recibían instrucción ptímaria y secundaria y además 0e
les enn^ñaban varios ofiolos.
Para la admisión de huérfanos, se dirigen los soHcitkntes al
Director de la Benefioenda Pfibli^
^ el Hospicio s6 hacen los aumentos para los asilados y
también se fabrica el pan que se consume en el Hospital de
Belem.
Antiguamente, cuando' existían los bienes legados por el
Sr. Cabafías par¿ el sostenimiento del Hospicio, era mucho
GUADALÁJARA 49
mayor el número de los beneficiados, y mus esmerada su asis-
tencia. Ahora s61o cuenta el establecimiento con escasos re-
cursos: hace ocho años ministraba únicamente la Beneficencia
Pública $12Q semanarios, los efectos de abarrotes mis indis-
pensables, diariamente tortillas por valor de ocho pesos, y
9 arrobas de carne.
En otra época* el Director era alepín miembro muy caracte-
rizando del Cabildo, y ahora: dirige la casa una señora con algu-
nas otras que le ayudan.
Las Hermanas de la Caridad dejaron también en el Hospicio
un vacío que jamás llenarán las manos mercenarias. Es impo-
sible que los sirvientes de los pobres por el interés de un suel-
do, pue<lan reemplazar á los que por amor á ellos, por compa-
sión únicamente hacia la humanidad desvalida, se consagran
al sublime ejercicio de la caridad.
Después de la muerte de D. Frisciliano Sánchez y como con>
secuencia del estado de anarquía en que se hallaba el país, no
escasearon en Jalisco varios disturbios locales. En uno de ellos
el gobierno abandonó la ciudad, declarando á la de Lagos capi-
tal del Estado, mientras que el Gobierno general daba garan-
tfas & las autoridades locales molestadas constantemente por
los comandantes militares que enviaba. Uno de ellos, D. Igna-
50 CUADALAJABA
<io Incluí, se hizo oélebre por el hecho, el primero en el pais»
de aprehender al impresor D. Juan M. Brambila, en cuya tipo-
grafía se imprimió una hoja en que se le ridiculizaba. Inclaa
junaf6 con la muerte & Brambila hasta el grado de encapillMS
lo para ser ejecutado si no confesaba quien era el autor; peto
Brambila con un valor y entereza extraordinarios, guarda el
secreto, no sin habérsele originado notables perjuidoe.
CAPITULO VIL
ESCOBEDO Y LA PENITKNC LAHIAi
Con düerentes sistemas continuó siendo regido el Estcdo
hasta que apareció el Sr. D. Antonio Eseobedo como gobemft»
dor emanado del sufragio público. Fué otro notable beneflMí^
tor de Gnadalajara. Por sus esfuerzos se fundóla Penitendtt*
lia de aquel Estado, obra tan colosal, que á pesar de que hace
enfrenta y cinco años que se comenzó y que solo por cortos ia»
fterválos se ha suspendido, &un no estíL del todo terii^adai.
Este edificio comensó k construirse el a&e de IMS bajo el
proyecto y dirección del arquitecto espaAol D. José Bamói^
Cuevas. Est& dividido en tres depart«mentoa: el pviinero éet-
tánado para el tribunal» los juzgados de lo oriminal, de locLvil,,
0.-5
S2 «UADALAJABA
7 dem&8 ofidnas de la administración de Justicia: el segando,
paca las celdillas en que deben vivir a-alados los pres s; y el
tercero para los talleres que fueren necesarios. El segundo de-
partamento contiene además un lazareto y el local bastante
para un hospital con salas bien ventiladas. Todo el edificio
puede cómodamente contener tres mil doscientas personas en-
tre empleados, escoltas y presos, pues se ampliaron considera-
l)lemente los talIereS; en la época en que el Sr. Vallarta fué
gobernador del Estado, sin que por esto se crea que los ar(iui-
teetos sucesores del Sr. Cuevas han dejado de interpretar fiel-
mente su pensamiento.
la. penit^eqoiarla está situada al P. de la ciudad, distante nue-
' y^cAjadrasde.Ia plaza de armas. Su planta general tiene la
ifigsMf de im cuadi:ib)ogi> de 30Q metros de longitud por 160 de
.Ifl^udkal ír^nte pnlnc^pal ve al O. y tiene en el centro un pdr-
$kK>-moiiu9ieQta]4f de óxdea dórico que abraza loa dos pisos del
ifdiflóo; á.l9S lados, jr. en toda la extensión de la fachada, hay
iin%4.efi0xd^.TeataBa>, con fuertes rejas de hierro; los cuatro '
«feigoIds>itofotaíosi tantos baluartes de imponente aspecto, pro-
pios pari^aih cafio ée 4eten8a. Pasado el pórtico se llega & mi
^«MbeneopttCio dé dos t^soB con corredores eñ sus cuatro lados;
^nfm (HÉipliftV^te^eM ¡qtte lo rodean están las oficinas de la ad-
.1
> GüAPAliAJABA 53
mmistr&clon de justicia y las de la Fotografía: al viento N.
de este patio existe otro semejante, conim 8oI<^ piiio,y esi&
destinado para cáro^ de mujeres, laseuáles pvepflxan todos los
alimentos de la prisión, al S. se encuentra otro patio igual»
^ocupado por los presos que aún no han sido sentenciados. La
«ntrada general de la prisión se halla al O, en; ella e8tá,n las oil_
«inas del gobernador de la penitenciaria. En la mtema direc-
ción sigue la cárcel solitaria, dividida ^en diez y seis galerías
que convergen en forma radiada á un patio circular en el cuid
se pondrá la capilla, cuj-a bóveda deberá apoyarse sobre co-
lumnas, dejando libres diez y seis espacios que corresponde-
rán cada uno á las galerías, que tienen de uno y otro lado pe-
quenas celdillas para los presos, combinación ingeniosa del au-
tor del plano por lo cual los condenados .1 cadena, podrían pre-
senciar desde las puertas de sus celdas la misa que se les dije-
ra en la capilla, las galerías del Ia3o N. tienen salonej para
talleres, y las del S. están destinadas para la prisión. En el
fondo del ediñcio hay un gran patio para baños y huerta, con
el objeto de que puedan solazarse en esta aquellos de los sen-
tenciados quej>or su buena conducta se hagan acreedores & tal
distinción
Hace tiempo que el edificio esta ocupado por la prisión aun>
■que sin plantear?e ©I rojb.3i?ñto iv-e :crr:";ron¿l8.
54 OUABALAJABA
Si llega á establecerse el sistema penitenciario, en la form».
•n que, fegipi los adelantos de la época se estft construyendo
ca México, la penitendaila dé Guadalajara^en lugar de que seft-
una ca^:a para el Estado, ft la ves que produciii una renta im-
portante, dari en el 6rden moral los resultados humanitarios
exigidos por la civilización y redamados pov nuestou institu-
ciones, de regenerar k los malhechores haciéndolos útiles & la
flodedad, en vez del salvajismo de quitarles la vida, presentan-
donos con frecuencia, la llamada vindicta pública, los cuadroa
liorripilantes del cadalso.
Escobedo solo vi5 los fundamentos de su obra: la guerra ci-
vil que no había desaparecido, lo hizo separarse de la escena
política sin que hubiera podido dar cima & multitud de pensa-
mientos benéficos para la ciudad, que con anterioridad habla-
descubierto ásus amigos. Quadalajara hace de Escobedo muy
grata memoria y ha inmortalizado su nombre en el hermoso-
jardjn que sir^'e de plazoleta al importante edifido de que noo^
hemos ocupado.
CAPITULO VIII
YRIMEROS Sinos QÜB SUFRB LA CIUDAB.— BL OOLEKA.— BL 8R. OBU»
po Aranda.— D. Joaquín ANevu>.~D* Jbbds Lopbs Por-
tillo.
Onadalajara vid ix>r primera vez ensangrentado su suelo oon
los horrores de un sitio. El 20 de Hayo de 1846, un pronuncia»
miento en contra de las autoridades federales, promovido por
«I entonces coronel D. Josa Maria Yafiex, dio principio & la lu*
eha que después hÍEO cambiar el gobierno de la Nación dejan-
do el poder el general D. Mariano Paredes y Arrillaga & D. An-
tonio López de Santa- Anna.
El general Pacheco, enviado de México, llegó S. las goteras
de la eindad eon una fuerza que no bajaba de ciño» mil hom-
bxes de las tres amias. Dló varios é infructuosos asaltos, en vta»
56 eüADALAJARA
é& loa cuales muri6 el célebre general Oaiferos Arévolo; y des-
pues de sesenta dias de asedio» levantó el sitio, retir^doaa
•OB muchas bajas ea sus fuerzas» & Lagos, en donde supo el
«amblo de gobierno ocurrido en la capitiü de la República.
Guadalajara volvió & reanimarse; y como el plan procIamado^
en olla había triunfado, cambiando por completo la faz política
del pa!s, los desastres de la guerra fueron indemnizados con la
paz que sigruló disflratando Jalisoo; pues . el est^iendo ocasio-
aado en 1847 con la invasión americana, apenas se sintió. Los
oontingentes del Esitado ingresaron al ejército nacional y solo
Jas tristes noticias de la guenu llegaban á esas Apartadas le»
(iones.
Por este tiempo f u^ elegido goberncwior el notable juriscor. "
pulto D. Joaquín Ángulo: hombre honrado y do carácter cnér-
gico á la v^z que conciliador y una de lasñguras más prominen
tes entro los hombaes de Eslado.
. Suff esf aerzos constantes se dirigieron & mantener la pa? oa
Jbtiisco, donde germinaban ya ios elementos do una nueva con-
moción política; pero debido & su tacto y & las simpatías quo
adquirid en todos los bandos, pudo con tranquilidad concluir su
periodo, sin que ocurriera en él otro «contecimiente notable
^e la invasión del colera morbu» en la BepúbUca, en cuyas
0UADAL4JABA ^^
^4)uiataucias d¡ct6 i»btiw disposit^fmQS «sesqra^o pox un oonr
Í^Jo46 insignes médicos, que qombró al efecto.
. Ya el^kgo de 1883, esta asplt^dora epidemia había Ixecho •»>
tngoa homl^les en el^Bstadoy según dtutoa escru2>uloaaI^•Q^|
recogidos, diezmó la población, cubriendo de luto & todas lai»
fomilias de Jalisco. Debemos hacer constar qp.e los esf ueraos
del 8t, Ángulo, para remediar las necesidades de la clase psole-^
taria empeorada» con la peste, fueron secund&dps por elSr. Dr^
I>i;piego Aranda 7 Catpinteiro, 61Uuu^o)H8p<^die ajfiUAUa áilk^
tis, quien de su prjplo pesUlio di5 groasaa sumai para 01 «oxi«/
lio de tos enfermos. Hemos llamado al Dr. Asanda, ¿Ititnoobii»'
po, porque su sucesor en aquella ngdtra el J>r. Du Peiro Bspino-
sa, fué prjmdviJo ca 1S34 al p^ip arzobispal, rango áqueelif
v6 Koinaa'. torrl&oa:!», con el iiombce de "Arzobispado Ocoiden*
tal de Guadalajara." ^2
Por e«te tiempo comenzaron k construírselos dos dltimos eoexy
pos de las t'irres do Cateiral, que hoy admira el vJA^^o-. Diri<«
fió la obra el arquitecto D. Uanuel Gómez Ibarra.
£1 a&o do 1S5J se eligió 'g.bernador, al Sr. Lie. D. Jeaus Ló-
pez Portillo. Fué en lo general bien recibido por los habitantes
^ue conocían su ilustración y lo patrióüso de sus miras. Inme>.
^latamente se propuso plantear el reglamento de policía hecbo
58 0^AI>AI>A1ABA
-phtél gmaítittl D. Jofédt bkCrds; 7 pNton<di» oon iuiaotbi»
«nanttoM d» nuiat Intondones, háctr todo «1 bl«ii poan>1« al
Iktetf O, enáiido dnoo maiwi áupank d« sa «levfteloii Ü poder
<9ée«iiTo, «I di» tB d^ulio, uña «Mmada-TiBoi perturbar 1* jtm
A iquénoa paebloi.
D. José M. BUmcute le pronixnei6 7 aiAttó el pelasld apode*
itádúaé défodoelae elementos del gobierno, y la» Autoridades se
f étíxaron, piüneio al ceroimo pasíblo de San Pedro, despaea a|
4* ZapoíSaaeje f per éhteoAJami su residencia en Lagos, ola-
dad ÜDiitraia coa ai Estado de Oóanajoato, en donde reonlen-
•de loepodoe eteaftentos qja» en Jalisoo les quedaban pudieron
báoer frente á loto sablevados.
La vacilación y debilidad caracterflrticas én la administración
del g«aieral D. Uariaiio Arista, hideron que lo que al principio
polo fué un motín en Ouadalajara, se convirtiera con rapidez en
«n gran foco de rebelión que al fin trastom6 el orden pAbUDo
en la Nación.
Casi duco meses despnes del pronunciamiento de Blancarte,
podo el gobierno del centro mandar una brigada & las órdenes
del general Vázquez, juzgando esta fuerza suficiente para redudr
% los pronunoiados¡ pero la tardanza para obrar con la actividad
que el caso requería, originó que los amotinados se pusieran en
OÜÁBAX/AJARA 69
ioiitiusto e<m los pMcddaxios del |¡:en«ral ^anta-Anna, qtüenot
iM'MferaciMtroii ft-eambiar por completo las bases londamenta*
leadel pla^ qtie al prinéipio proelamaroft.
BetaeMos loe ptoBunciadM ft resistir, fortífiearon la dudad»
silaatadoB con la presAnda de los Srea. Juan Suaréx Navarro f
Perd^;oa Qaray, principales agenta de Santa-Anna. redoUán-
^doaa su entusiasmo oon la adquisición que hicieron del coronel
•
José López Ura|;a qae se les incorpor6} disgustado por haber A^
do destituido del mando de la brigada qué iba al asedio de Gua-
dtlajara. Este hecho desleal por parte de Uraga Justificó elo*
cuentemente su destitución dispuesta por el g^eneral Arista, quo
conodasu carácter versátil, del cual doce aflos después dló tan
lamentable testimonio con la defección al gobierno republicano
para alistarse en las filas del imperie. Este último error le oca-
sionó el mks cruel remordimiento de diez años, muriendo ha>
ce tres en oí ostracismo, repelido por su Patria, desconocido por
«us'compafieros de armas y abandonado de sus áhiigos. -
Después de muchos retardos y vacilaciones provenientes,
los primeros, de la falta de recursos en el gobierno del centro,
se acercó el ejército á Guadalajara, mandado por el valiente ge<
neral D. José Vicente Miñón, & quien por orden superior lo en-
trego el general Vázquez.
.60 XlüApALAJiRA
Kl 15 de Diciembre de 1352, lieg6 el enunige á la ciudiid, ak
loando el ouftitel general en el pueblo de Sao Pedro* Direnu»
•o oonflanacion de la penuria del gobieoio q\ie un dia antes se
lukbia presentado 6 la Cámara de dipiAtados el.Ministvo. de Ha'
«lenda D. OuiUermo Prieto, exeitlndola á que arbitrara reonr-
jK>a para contener los avances de esta revolución . y disgustado
•1 presidente de ella porque los nfinistros do baoienda siempre
esurren & la C&marapara adquirir uumerario, dijo esta^*, por lo-
jg^a3lo3;>, cilebrcs palabras: "¿j (7i>nj»/'a de diputadss, Señ^r
Ministro t nóes eos:» de moneda," Inmediatamente el presiden"
te i^gibó la cam;^QÍlla y levantó la sesión interrumpiendo al
9r. Prieto quo ss dUp^nia 6. contestar.
La fuerza que atacaba, aunque escasa, era la mejor que ha-
bla en el país; pero los sitiados tcniiiu sobro- sus contrarios la
inmensa ventaja de las posiciones.
Se dk6 un terrible asalteo á la fartiñcacion de San FelipuNe*
ri, dirigido personalmente por Miñón, que resultó heriJo en la
nariz; se b jmbardej el convento de San Francisco y ilodpuoj de
doce días de asedio, el general en jefe viendo sus esf ueizos inú-
tiles, los recursos agotados y mis que todo esto, la popularidad
^ue en la mayoría de la Repúbica alcanzaba el plan proclama-
do en Guadalajara, levantó el sitio el 27 del mismo mes, retí-
rtodose hicia la capital.
aüABALAJÁRA 61
Tcr wganñm vm l».«iacUul libiiAdoee de l<fi- horram «ofitf
|^eates.& un tiiiuiío por aaalto« volvi6 & «mploar ras podero*
^M ^m^atos en. onsar sua betidaí y en proseguir su «iuQftÍa<r
de reconstrucción, no obstante la serie de disturbios que siguie^
ion eosaxigre^taDdo el país oc^ionados por la última adnúni»-
tracioix dictatorial del general Santa- Anna q,ue pesaba horrible*
mente sobre la nación. En esa última época tomó este hombre
Tanidoslsim4'''el tratamiento de Alteza Serenísima y Rehizo
más odioso aún con la venta del territorio de la Mesilla.
A poco tiempo comenzó íi organizarse la revolución en el Sur
de Mlchoacan y pronto cundiendo por todo Jalisco volvió & po'
ner en alarma á Ouadalajara.
; El 17 de Enero de 1854 pasó cerca de la ciudad D. Santos De*
gollado, con una pequeña fuerza que á todo rigor llegaba á 40O
hombres mal armados, con la esperanza de sorprender !a plaza
y aunque no logró su intento, se le incorporaron varios indivi-
dúos montados y armados.
Fungia en esa vez de Gobernador y Comandante militar del
Departamento, el general D. JosG María Ortega y tenia & sus
Órdenes fuerzas suñcientes para impedir la alarma de Ins habi-
tantes saliendo á batir & Degollado, seguro de obtener en po-
ca» horas la destrucción completa de su guerrilla pues no me-
recia otro nombre; pero se limitó el prudente Ortega á cubrir
62 «n7AX>iXAJi,RA
4»iokl«doi iMftltonti 7 & cbdftfftr lA dndadw éatadséetitío.
Degollado M rvttiró nimbo «1 pttoblo do Ooeid* en oí ea»I«
yrtéUam de un* ioipfwa, fo^-donoUdo por íaenm OBYfaidM os
Loi fmiidei tnwtomoi púUioof se muUIplicabeii. 13 gobior*
no de Santft-Anna obraba con actividad para conjurar la tem-
pestad, mas su desprestigio ^redoblaba la esperanza de los can*
dillos de la revolución que con diligencia prodigiosa cnuabaa
«n todas direcciones el país, con grupos de fuerzas regulariza-
das. El entusiasmo era mayor en Jalisco, por cuyos pueblos
pasaban constantemeute guerrillas de pronunciados m&s 6 me-
nos moralizadas y algunas capitaneadas por individuos de ins-
tintos bandilicos, que tenían en constante zozobra & los habí*
tantes pacíficos, principalmente & los acomodados. Estos co-
menzaron á emigrar en grandes carabanas robusteciendo el cen-
90 de Ouadalajara, & donde se dirigían en busca de garantías j
de tranquilidad.
Alarmado el centro cou el gran incremento que en el Estado
tomaba la revolución y desconfiando del pequeño espíritu del
.l^neral Ortega, nombró Comandante militar á D. José Maxla
-Gamboa, hombre en quien sobraban la aptitud. y la energía
que faltaban en aquel.
CAPITULO IX.
EW BL TEIÜNFO DB LA REVOLUCIÓN DR AtUTLA. — COMON PORT. — 1>^
Santos DsaoLLADO.— El Tbatro Dbqollaoo.— El genbbjliá
Parrodi.
Basde esta época debemos señalar una nueva era para la
dudad.
D. Ignaeio Comonfort se presentó en Jalisco precedido de la
fama adquiridapor su relevante patriotismo, por su valor y tam-
bien'por la Justa reputación que le dieron sus repetidos rasgos.
Bobilisimos de humanidad después de sus frecuentes triunfos:
razón por la cual la sociedad formó siempre de este hombre un
•levado concepto.
Pocos días después de su aparición en aquel territorio, tom a
por asalto á Zapotlan sin fusilar á nadie y hace capitulad á Co-
66 GUADALAJABA
El pórtico Mtft al P., formado por ocbo oolumiuui arquüra-
liadas de orden corintio coronadas por un ático. Pasada esta
TÓgia entrada se encuentran cuatro elegantes portadas con can-
celes de hierro, que dan acceso & un patio con oorredor oval en
forma de rotonda que tiene 10 metros de lon^tud por 6 metros
SO centimentros de latitud, con diez columnas que sostienen
igual número de arcos. A los costados, est&n: un restaurant,
eantina, la entrada & las escaleras que conducen & las plateas
7 palcos y demás oficinas del teatro. La. entrada al sitlon asta
al O. del patio descrito, ^ecorada con columnas de orden <xh
Tintio: entre la entoada j el salón, haj por ambos lados un et
pació de 9 metros ocupado por el ambulatorio respectivo y los
gabinetes de desahogo para cada platea.
£1 diámetro mayor del salón es de 20 metros 00 centímetros
y el menor, de 17 metros 95 centímetros: está dividido en«iaoo
órdenes de palcos sestenidos por graciosas columnas de órdea.
compuesto: sobre ellos descansa la atrevida bóveda plana ctnq^'
traída con piedra pómez y decorada con una bellísima pintura
al óleo que representa el canto lY de la Divina Comedia del
(
Dante, ejecutada con maestría por Oi^vce y el Insigne pinter
jalisciense Gerardo Suarez.
El gr&n arco del proscenio tiene 15 metros de ancho por 14
GUADAL A JABA 67
<bB eleyaddn hasta la parte inferior de la clave, est& aostenido
]por columnas de orden compuesto y decorado en su parte infe» •
rior tx>n diez casetones de exquisita talla j un bajo relieve que
^representa el tiempo y las horas: en las pechinas que están so-
l>re el lyjco, liay dos famas en actitud de tocar sus trompetas,
portando en la mano izquierda coronas de laurel. Un &guila
eolosal, también en relieve de oro, est& en la clave, soportando
«ñitre sus garras la bandera nacional.
Cinco entradas tiene este salón, una al frente y cuatro late-
rales; la decoracifin toda es de estuco, fondo azul, y las comi-
flftg, ecriumnns, bases, capiteles k, &. de blanco y oro.
El foro é8t& techado con hierro: su longitud es de 31 metros
por 18 de latitud: á sus costados N. y S. hay a]tnplias galerías
de^rden toscano y después de ellas, ima serie de gabinetes
pata los actores,
folnre tma caja acdsilca eátSn los asientos de la orquesta, y
el Bubterráuóo de ella, se prolonga con ascenso h&ciala entra-
da y por lo mismo, la colosal tarima que sirvo de pavimento,
queda susceptible de nivelarse con el foro, para formar un in-
tütOMo salCn de cerca de 55 metros.
Todos los ambulatorios, gabinetes de desahogo y demás de-
pendencias de este grandioso teatro, son cómodas y bien venti-
ladas. El foro tiene «na inmensa puerta parala calle,
68 GÜADALA^TABA
' *- •• • '
palda del «dificio; en el caso de incendio, los Mtores 7 4epeit
dientes de escena, tendrán una f&cil salida, para que no suceda
lo que no ha mucho tiempo en París, en el Teatro de la Opera
Cómica, que no pudieron salvarse los actores ni demás indJTi-^
dúos que habia en el foro, por cuyo lugar comenzó sus estra*
gos el destructor elemento.
Degollado no concluyó su periodo: una acusación, tal ves
lua de las causas de la guerra extranjera que más tarde tuvi-^
mos que lamentar, le trajo & México queiando oomo gobemsk*
dor interino el Sr. Dr. I<piacio Herrera y Cairo.
Pocos meses después, D. José Muría- Blancartojeíe de laguar^
nicion de La Paz (Baja California) abandonó su puesto: iba &
marchas forzadas sobre Guadalajara, con el objeto de apodtirar-
se de los abundante elementos que habla en esa capit^. La.
ciudad se fortífioó y por tercera vez so preparaba & resistir; pe--
ro la oportuna.Uegada del generen D. Anastasio Parrodi, pn*
80 fin & esta violenta situación, haciendo rendir & Blancarte, que
pasó preso a la capit;al de la República.
Coincidiendo la renovación de* los poderes del Estado, con la
permanencia del general Parrodi en la ciudad, fué nombrada
gobernador do JalÜco.
Suspendamos la triste narración de aquellas luehas f ratripidan
^ hablemos d« ftlgo fcttiftjador. ^ ^
\
/. »
Jd.
CAPITULO X.
El SsioirABio.— Obispos y otros boiibbbs pBOMcnsNTüs qttb vs
XL ESTUDIARON— Otros establecimbbntos ds enseí axza en Bb
Estado—— D. Justo Corro.— D. Valentín Gómez Farias.—»
B. MARIANO Otero.
Sn «I afio de 1700 el Sr. Obispo Galiíido fundd el Colegio Se*
«
aiinario en el lugar en que hoy estíl, recibiendo cuarenta afíofl
después notables mejoras tanto en lo materia! como en su plan
jSe estudies por el Sr. Obispo D. Juan Gómez de Parada. El edí-
fldo oeupA una manzana, y por lo mismo presta todas las como-
didades para el objeto & que fue destinado» Ttfk dividido en do*
l^iflos: tiene tinco patios, capilla, amplios dormitorios, salas pa<
70 GÜADJLLAJARA
I» tal cfttedrM , habitedonei par» lof catediUícos, refeetoiio»
bodcfllM, etc.
SI gran salón de actos 6 aula mayor, está decorado con refi-
nado gusto. Muchos sabios que hemos admirado, en él alcanza-
ion triunfos, en la Juventud que los prepararon para otros ma-
yores que han redundado en gloria positiva do nuestra patria^
Desde el Sr. Gómez de Parada hasta la fecha, ningún obispo
ha dejado de velar con especial solicitud por el progr<»o de es^
le hist6rÍco plantel. Después de la p>romulracion de las Leyes
deBeforma, pas6*el edificio aVddmlnio dd gobierno: ahora él
Seminario está en el exconvente de Santa M6nica; pero la ins*
titucion en nada ha desmerecido, sigue en progreso creciente,
Bin que haya sido un obstáculo para aquella ilustrada mitra,
haber perdido en comodidad y valor material, con el cam-
bio de local: en lo moral es el mismo que ha dado tan premi-
nentes miembros & la sociedad mexicana.
Desde el siiglo pasado, en l(is &ula^ del Semii^a^q se h^ eivse-
fiado Latinidad, Retórica, Bellas Letras, Lógica, Metafisica,
Historia de la Filosofía; Eticaí Religión, Física, Astronomía,
Geografía, Elementos de Geometría, de Aritmética y Algebr^
Pexech,» Civil y Canónico, i;folo^!ad<)^pn4Uca y.i«()raljri3%
jn^ada Elscritura., Después, los s^^bios eolesiástipea que han diri-
gido el estableciml^ntD, mejoraron l^te^^tos d^a^gaatun^
<¡ ^
<íítíÁ:í)ÁtAÍi&k 7Í
de aca«rao con los progresos de la época, aumentando las mv
teriaa de ensefiansa.
• ■ ' ■ - ¡ ■ . • • ■ , , . ;
No serit'con jostícia el cargo que se nos haga de paicialefl, si
«dentamos aquí que la enseñanza en este Seminario ha dado re*
saltados muy superiores & los obtenidos en establecimióntos áú
igual género en los demás estados de la Itepúblíca, si con el U-
bro de matriculas pr5bamo6 qtie de Chihuatitia, Borango»'
No»VQ Leoii, COabttilá; Zaoatecás, San Luis Potíosl, QnevétaM .
Gtianájaátó', S6nor«, flÉialóa, Oolima^y d« Agiíasetdientes, htta
ido 7 siguen ocurriendo jóvenes enviados por sus padres en
busca de la ciencia que alli se adquiere; y como mejor democ^
tracion, tenemos el número actual de alumnos que se aproxim* '
& mil, 140 internos y 800 extemos/
tíó^/üdéhiú'Úh las materias q^íe hemos anotado, sé tínsethuí*
Derecho Natural, Éomaiio,'ililatem&ticas y los ÍdÍon)U líéitíck!^
no, C^tellano, Oñegó, Francés é Iiiglés: son diez y ocho laff
cátedras que se cursan en este planteL
Siempre ^e han liechp esfaerJEOs pfun^.^e. 1» c&tedQi de fisic»
teaga todos los aparatos é. instromentos que ?« Jian i^o estl.
m^dp C090 modernos; en la actualidad Mj un ga^jinete^oai*
pltetoftt&flRbioMíeerdotéeft.^eatediátióo. <
72' GÜADALAJARA
»
Por mncbos «fiot ha sido el oejntrO de Im canena Kcleíd&stl>
'•'*-■' ' '
«ft, de JuríQMrupencia y de Medicina.
Hat^nido por rectores, entre otros, & los sabios doctores D.
José Miguel Gordoa, D. Pedro Espinosa, D..Juan N. Camadbo^
D, Francisco Espinosa,. D. Francisco Vargas y D. Ratael P. Ca>
macho, obi8ix>s después los primeros y los dos tSiltimos. Ahora
lo es el ilustrado Canónigo Br. D. Miguel Baz.
»
De Ms 9áí\A» hatt sldiao los oUspos ya difuntos, Dk, D« Jusyi
Cf QOJMi Portagal, Dr. D. Salvador ApodiK»^ J>, JRra^ Francis-
co QaT<»a Diego, Dr. D. Pedro ^Espinosa, Dr. D Pedro Barajas;
Dr. D. Francisco de P. Vercfk^ Dr. D. Carlos M, Colina, Dr. D.
Igaacio M. Guerra, Dr. D. Bamon Camacho y Dr. D. GersuMs
YOlaJvazo. Actualmente gobiernan varias diócesis, estos ilus>
tiijijA3S obispos, hijos también del mismo plantel: la^de GoU-
inj» el Sr, Dr. D,. Francisco Vargas prelado tan lleno de caridad,
que hace cuatro afios, agotados sus fosd3S partieulajres para
auxiliar a los enfermos de fiebre amarilla en el Manzanillo y
otros puntos de su diócesis, que tueron-atacados de tan terrible
plaga, ren^tió hasta su dñál y anillo pastoral: la de Linares, el
Br. Dr: D. Jacinto tópez, la de Zacatecas, el Sr. Dr. D. J. del
Iteftigio Guerra, la de Quérétaro, el Sr.jMf. D. Rafael S. Cami«.
^ho, y la de Chilapa,.el St DrFjsay Baenaveatm*«PoitUlo. A ;
GrtJÁDALA JARA 73
-piropósito de «ste distingraidd prelado debemos consig^nar de pa>
«o, que él debeprecidirla peregrinación que hacia Boma saldr&
^e México ei día 7 de Abril del presente año. Cúpole la honra
Jalisco dé que uno de sus obi ^pos conduzca h, más de cuatrocien-
tos catdücos que obedeciendo á un sentimiento de fé, muy dig-
no del respeto de todos, van & postrarse & los pies del padre co- .
>miinde los fieles, del Papa mts es'^larecido que ha tenido pí c^
4olidsmo;& tributar los Justos homenajes, •i<iaiera^nlopar-
Scular, á nombre de los mexicanos, que con motivo de su jubi -
*
leo sacerdotal]no le negaron oficialmente ni los emperadores j
reyes de los pueblos májs disidentes de la<fé romana.
£3 8r^i>. BYay Bagioii Iforeno, renundd el ]g^}1l>lerno de la
mitoa de Chiapas que tenia y eat& radicado en^Tacubaya.
ES Sr. Pr. D. José Migruél Gk>rdoa. eétuiló en Iféxíco en el
colegio de San üdefontfd, pasando después á Gaadalajara, de
enye oof<6 fué euidn%e y injts taidé obispo de esa diócesis, an-
te.-'of «1 Sr. Amida.
No f«é blJO^l fiítado, peM> si de'H dióeesis, por que Hnoo
lugar de su nacimiento perteneció & la de Ouadalara, áñtes de '
jque Sma Ln&i Fotosi m erigiera en Obispado.
Ka osohlsUrioo^eelégio des&1ñc« ^esduela de obispos, esta
díaron, el Sr. Dr. D. Aguetin de la Rosa, insigne escritor quo
b»;eiiÜqi(e«ldo 1m biblJote^at oon obras, no solo sobre mate-
74 CUADAI/AJABA
xím teológicas j monlM, sino tratando de cieooiaa fMcas, d* ^
Historia j de Bellas Letras. £1 Sr. Dr. Agustín Biirara¿ osritotl.
YO notable escritor y orador distinguido qae desde hace SO afios-
vive en Lagos consagrado al estudio j & practicar el bien. Los
eminentes oradores, canónigos D. Juan N. Camacho, cuyo»
sermones morales ccmmorian profundamente al páblioo, al ex*
tremo de tener que su«];>ender con frecuencia el uso de la p*«
labra, mientras cesaba el llanto del auditodo; D. José Oayeta-
no Orozco y D, francisco Espinosa, cuyo poético estilo en los
panegíricos siempre les atraía un concurso numeroso. £1 eru-
dita Franciscano Fray Pedro Cobieya, lleno de citas de los
Santos Padres y de los m:ís esclareeitlos teólogos; Fray Isidro
Gascón, mercedario de voz poderos^ y de discurso elegante y
f&cil; el clérigo modesto P. José :|{»ria Sanobes^ton iqiegado ft
la Retórica y que ti^to fué escúebado pArjcUstingiudo auditsaeio-
•en la Catedral; y actualmente, losnúeinbros dei eaibUi^Dr. IK
Florencio Parga y Dr. D. Atenógenes Silva» tan proltoAdes «&
eradiicidí;!, tan lógicos en si nudodiiio y tan «nreedM tm la «z-
presión..
Los notables teólogos Iqísiias Bre9;lXF Juss^N. €?«É«na% IX
Luis Verdia» D. Felipe de, 1» ^osa, D. Mign^ IgMniOi](sq«lBr-
^o y D. Miguel Sas.
ton los dMdioetf nittsbiqi Di» ff«»^
dro Tamos, D. FranctecbTorñs, t).'Aiit<>nÍd PÉélMeo-LéU, "bí-
VAXAoiSMiwnÉf B. Alejo Bomo^, D.' Leouurdo Óli»% etfdritor
ctí^RiTÜdo 011 ma(iena Qufmiba; D: MÍMiuAl Bomo, X>. Jtaa.
CatÜllo IX Be3'ea Flotea, J). Juan Hijar y Báro que desde hace '
doce aftos está en Europa ocupando ea la dlplpmacia on puesto
Importante; D. Ignacio Torres, D. Francisco de P. ChacCn y
D. Salvador García Diegpo.
Nuestros poetan inolvidables D. Pablo Yillaseñor, D. Miguel
Ciruz Aedo, que además fué un patriota emitiente, X>, Uanuel
Román Alatorre, B. Epitaciode los Xtios, D. Aurelio Luis Oa*
llar lo, D. Clemente Viltasellor,' B. Frandseo E. Trejo, B. José
Harta Vi'gil, que lioy es director déla Biblioteca Kaolonal, B. '
¿reñeó Paz,- B.' Joaquín G<m&í V¿rgftm>B. MÁuúel (Tatalle-
16, en «T'seminario eomenaumi ft^ter praihtJté^ iA» gttkáM '
«¡lÜMdM'pdra el «rt»4e HoBíefOr
HÍ!H« dé arte SttniAatlo han M4»I1 Viiintín OoBlez. Faite»»
y IX ^osC Justo Cctaro, qoe f oevotí pMsMootfls^a 1» BepabUeaii
left*IS6gBllasÍiisl]B;ne4 2X JCB^ Ba«loQtPlke]^eoD,;9oMl« di^(>*^
iiittIflo/IX. liNlanoOtaiD, odiiMNíiild»' OR»dorf»c^i»9f#>4o4
Di^JuanJo^é Bai^ gobernador ea|fé^«o y.|fiii|stre degeber- .
q»9l^ii,B. Je«u# JÜpes Poriia]<»,. <!fmli%rfc» tn)Wrl*U > ^* Po-
dio OkS^oü, Itísdsti» de la Qumn^ B. Igi>W^/ V VaUaffta, Ifti-
%|alr» de Belacieiiea y Bntsiden1i^d« la Supmma Coste da,.
JilrtM*»»^ Anecio 'B. poirtaig^ ^ B. Crispiaiano del Ca»^
76 GCADÁXjAiJÁJS^yj
tiOb, sMgiftn^dQf-did Tribunal Superior de Jo«tU^ de Kéxl-
«o. B. Joaquín IL £gooto j P. ^«pstin Caravastes, ^ue fue*
t(ta lubMcvetariM de estado en la época del Sr. Jttares, D. Mi»
guel J. Bomo que fué juez del ramo cxiiñhial, D. Luis Oo-
tierrez Otero, D. Alfonso 1#. Joqes, D. Aguatin Arroyo de Anda
y D. Juan B. Esparza que se han hecho un lugar distinguido en
«1 foro de la Capital; D. Diego Baa, que ocupa un importante
puesto en la administración de Justicia, de la misma y D. Car-
los Rivas, secretario intimo del Sr. general D.^anuel Gonz&les.
Otros abogados de gran nombre eu aquel foro, como D. José
Guadalupe Altamirano, J>. Plutarco Qarcta Diego, • J>. Grego-
rio Davila^ D. JesusCamarena» A J^^l^ ^> MaUen, D. Joaquín.
y D, Leonai^o Ángulo, D^ José María Ortiz, D. Manucd^ de la
Hoz, D. Remigio Tovar, D. Trinidad 8. Aldwaa D« Jnaafifjpaan
SoIIb, D. Jesmi L., Ottóiaíeiia D.Juan A. Behlea» D. I^noel
Ifanciiía, D, Juan-Robles Martínez, D; Miguel EspaJSa,IX Eme-
terio Roblee Ofl| D. hatí^ Terdía, D. Andrés TOiifin, i>, miil>
'aad'?^i^ b. f^nnJSra.'Rieskia, D« liUfsO/'lEMmeiillo, IK
JiQíBé M-Gutierrez tiomo, I>.Jo8é li. Poriüto y Hojas y etiíoe, ca<>
ja lista seria ifiienninftble, toubien estudlteon en el feemifeaHek^
ixM ilustrados' y honrados' acotarlos f).MatfÍn Román, BJesoé'
Romo, D. tiúls' Arreóla; I>^ Juan'Riestra,'ty. Celso CebafkMí
^ D. Heraclto dardadiego de «qaéflas atúáÉ'ütdiéron'taiiibieB.'
GUADALAJABA 7T
ci48 que ban dado honor á Jalisco, é igoomBOSv «n 4|tt6^
tablcdmientos de enseñanza de Qiiadidajara se fonnaron, eo*.
mo D. Santiago Guzman, autor en 1813 del primer plano de la
4
ciudad, el agrimensor tan notable por sus vastos conocimien-
tos en Matemáticas, D. Antonio Lozano, los muy ilustrados in-
genieros D. Longinos y D. Nicolás Banda, el Sr. D. Joan Ignacio
Ifatute, y el sabio D. L&zaro Pérez, & quien propiaiüente se le
puede llamar el consultor de la ciudad, en la maj^or parte de-
las ciencias físicas y naturales.
Elmuy inteligente ingeniero D. Mariano B&rcena, hijo de
jalisco, se formó en México, en donde hizo una brillante carre-
Ya ocupando desde luego puestos muy mportan-'tes. Nadie co-
mo él tiene el gran número de relaciones con sodedades den-
tificas del extiranjero.
El no menos ilustrado ingeniero D. Ignado Guevara, fué
«lumno del Seminario, y nos sentimos honrados recordando que
Juntos cursamos aquellas aulas, dendo él regento de estudios en
FUosofia, puet desde la niftei deniego unadodioadon iorpioa-
4eiite. Nueftro maestro queridísimo é inolvidable, fué esa inm-
bnra del clero de Qoadalajava, ese hombro tan intéUgente eo*
mo modesto, tan caritativo como erudito, que se llama él Pr.
D. Felipe de la Bosa, para quien guardamos un eterno rooo»
^Ofsimiento por sus y eoaddecad<nies h&oia nosotros tas-
CAPITULO Xt
HOfSeasA hi matusu iuoí ahí aKn.7-AaiiiaAcitti RsgnoM áu
OSNBBAL BoSTi^MAirra.
El muy antiguo Colegio de San Juan, recien f andado, lab el
centro principal de la onsefianza profesional, que produjo le-
arados de Hombre. Hoj estS convertido en Escuela de Medid-
• . • • •
.- ■ » ....
nft y en este local se halla, también la de Ingenieros.
J¡)t¡piús> úk U> muxü&B^Qcia del Sr» . Olvspp 4J^c{^4e .q^u» jd^¡^
g^t^ aciaurtr9.4eDqp|i9re8.i0í^X?^^^^..í4«^
OUADALAJARA
En este edifldo M(á hoy 1» Escnel» de Jorispradencia, por ha-
ber p«Mdo ál dominio del gobierno. Estas tres escuelas, de Me-
dicina, Jurisprudencia é Ingenieros, constituyen el Instituto de
Ciencias del Estado.
En el año escolar que terminó en 1880 se matricularon 189
alumnos para la carrera de Médico, 184 plira [la de Abogado,
25 para la de Farmacéutico y 6 para la de Ingeniero.
En el mismo afiore<sibieroQ titulo de Abogado, 08, deMócUeo,
12, de Notario Público 8, de Farmacéutico 8, y de Agrimonia-
res é Hidroinensores 6;
Ea ollioeo davaianeri se «nsafia Latía, Franotfs, Ingles Bii^
toria, Cronología, Oram&tica geueral y Castellana, principios
de Literatura, FUosofia, Geografía, Astronomía, Matem&ücas,
Física, Teneduría de Libros, Dibujo natural y de perspectira»
pintura, Esgrima y Gimnasia:
. En la cátedra de pintura está una colección de grandes ooa-
cfro9 que representan rarios pasajes de la vida de San Frands-
eo de Asís, que antes fué del convento cte franciscanos y ador^»
naba los cuafíro corredoVes prlndtttles. Dicen algunos peritos
an el arte, que tí. estas pinturas no fueron hechas por el inmoxu.
tal Muidlo, si se «le^Uron bajo tu Inmed^i^ dirección. "Hi^
«dtof «uadros déla antigua escuela mexicana, de gran mérito^.
Ito eftledra esM tf saigoáel líottfble piatw 1>, Fiktdo TaSdea
OUÁI>AliAÍJARáL &I
témiiiio medio la conanrenda' al Liceo, es de 400 alum»
nos.
Los exámenes tienen lu^r en Julio, y las vacaciones son déX
18 de Agosto al 18 de Octubre: costumbre establecida en el Semi-
nano también, con el fin de que los estudiantes puedan solazar-
se j descansar de sus fatigas escolares, en la estación en que el
campo ostenta sus más hermosas galas.
El Liceo de Niñas, es otro plantel que desde hace veintiocho
afios está dando los uús satisfsictorios resultados. Pasó al do«
» *
minio del gobierno desde la profmulgacion de las Le3'es de Be
forma. Antes se llamaba Colegio deSan JHegay se fundó el %
de Febrero de 1703 por D.*^ Ana deSan^ José su primera di>
rectora, destinado i)or ella para educación de niñas, Fué dotado
con liberalidad por el Sr. Obispo D. Diego Camacho, quien lo
di6 el nombre referido en 1713.
El establecimiento es amplio, muy bien ventilado j de, agrá-
dable aspecto. Consta de dos pisos: en el inferiojr hay on |)atio«.
coDvextido en jardin y rodeado de altos eorredores, varios salo*
ñas para refectorio, para' las clases de Geografía, Música, idio<^
BUtf Francés, Itialianoé Ingles, Literatura y labores de manos,
I
jr otrftfl piezas destüíadaspara ofidnaa de segando orden: en él
(iao superior eitftn loi dormitorios, la ropexfa, las cátedra» do
82 jíü^PAiíAíA^A
Dibujo, Fipton^ y B^sriliua. fi^ ttenM de9or^<i«» «^ jg^ft-
des, C91I obiM may bi«ii eJecatedM por las alomnas.
Adem&f de las c&tedras referidas, reciben las edacandas loo-
dones de Gramática, Historia de México, Moral, Eoonomia Do-
méstica, Litografía, Bot&nica, Historia general, Matem^Éteui,
Teneduría de Libros, flores artificiales y jardineiia.
Actualmente hay 211 educandos: 65 internas, 40 de medio pu-
pilaje y 106 externas.
El curso de los ramos expresados y en seis afios, m el pres-
erfto pot la ley que rige al establecimiento, y no obstante, son
musbas ya las profesoras de primeras y segundas letras que
han salido de estd Liceo, & difundir sus conocimientos en los
diversos planteles qu» dirigen en el Estado.
£7omo es natural, el movimiento de alumnos de las escuelas
«de instrucdon superior, eát& en relación con el que hay en los
. establecimientos de educación primaria, que son muchos, sos-
tenidos por el municipio, por el clero, por varias asociaciones y
poY particulares.
Desde los primeros años dé la existencia de Guadalajara ve-
' . ■
mos el pran empeílo que han tenido todas las clases sociales por
la instrucción, y que siempre han corrcsponcJiJo 6. 61 los resul-
tados. Lqs alumnos que se.instruyen on todos .los plaatolee dt
Av-
éÜADAÍrAJARA :^$3
eittdlIftQXi) nnácft^añ bagado d« ^^fiOO^y «i «1 afiotfiíld80 %na -
8,920, flegim asienta en nn informe que Si este respecto rlndlpt; : ; .- .
A 1» StoONtMtekde ]?Vnnent«, el Sr.' logtenino'D. Mariano iSfií^. ¿:;
na; ou^ oifra óomiMaada''oon «iceaso dala dudadi habla jomV " •
alto en fayor do loa habitantes. En su oportunidad, nonoenpai
remo» .de D. Manuel LopesiCMlUé, pieoftestov de to ^ n iega n»
an Guadalaiaras
Notables por su saber han sido les profesores de instrafc?
don primaria que ha tenido lardad y no teróálnaMmoo e«é^
ligera rese&a, sin hacer mendón espedal de a3guno8<dé los nrtfl
airdlentes propagandistas del. saber «ut«« la nlfiei, euno D^
Faustino CebaUos, D. JTosé Maiia iteadon, D« Bamon Bomerp,
P. Ignado Bóveda y D. Juan Santos Ortega, siendo de mis f%-
ma el «stablQcimiento d«l Sr. CebaUoSy desde 9I a•g3^^U> teido
d»l presenta siglo. El oúnero de profesores de instruceion pri-
maria que hay. en el Estado y f u^ra de ^1, 99. inmeosfo: ha habido
afio en que se reciban 129 profesores y i2 prpfesoras.
D. José Justo Corro tt%fii6 en Quadali^ara de padrei acomo-
dados y distlBgjiidos.po» so ccSgiainobiUaiio £[isojpdm«ro tn
el Seminario y después en la Universidad, una lucidl^|ima oa^
rera, 0uyo resuUadoftte w^epdon deaSK>gfkdoy,^neste<dtu-
lotavo ea aquel foro i6s négOdoi de mayor cuantía.
0.-7.
llon d« 28 de Febrero de 1880, le nombró pieifdeate Íii<MrÍQO,
.|^9Mt.#«W4o«l4lit «1 DBopMMio lo eift entonce^, el general
...if»t» AiiBfti«i]««e4i*Ueib»-e»^Qi eitedos-delüortoi de U, V^pd
fiMmeteiroiiMlnlMi eKHi«qQélI«]pw»«l8r*X!DitiH'oa=4w
tl^^^penfuria del- erario gehaetmentirpeamH B i nUf ceB el Mimetito
extraordinario de impuestos, ft Ibd hidiitaiitefl, oonviotlTO-de
pt'gti9rtñ'99/íiTtftigi vosiplie&idofle esU BlIcMeiofteoirl» ootieia
que He recibió tres meses después, de la captura de Santa An-
ua por los tejan6s:'esta nueva produjo aumcoito en la lita-
ción del mar de las asftoM^ones, pretendiendo cada uno de
loi políticos m&s prominentes de-entoncesíser lií tbico que po-
' dzfaMIvar la Pi(tri»dé*-lfc* 4 s t e sp eg ttito sitMM!etreii' que' fe
•tedli^iA.
- Fo Airémosle e^^< <h»f& hBUBH de na -éspisltti Jttimw»,
ni mucho sienosir peto i/»ffcwB»aos:iO» momUnbaMM- «do
t90jiciMi93VQ^ lpo«q«B>«n «M:4p6ca en tjaa U ^MlflAtéad. ¿va
tan Gomna j(iio pofqd)e«}k«a w^cii^eie) bn/ie6 e^ta yiit«4»iii]te
que otras, en la9 persooM de qae 86 rode6*
Uno de Iqs prin^paleft motiroflpMra su d^aqtiBMttifl^ie toáJfk tUr»
duccion & la mitad de su valor, de la moneda da col^,4|8*
posición que dictó acosado por los mil falsificadores que h|kbia
entonces de esta moneda sin que la escasez del erario le hubic*
ra permitido indemnizar & los muchos tenedores de eUa que
perdieron un ciento por ciento.
Hecha la elección para presidente, recayó en el general
Anastasio Bustamante á quien entoeg:ó el poder el Sr. Cotto
el 19 de Abril de 1837.
Alejado de los negocios politioos y descepcionado de las
aparentes ¿lorias del mundo, se volvió á Ouadalajara el Sr«
Corro, en donde consagrado & los negocios de su profesión que
alternaba con las pr&cticaa religiosas, en las cuales fué edu*
cado, <a< ttl 6 t^ e ad » áé Itirfmenos amigos que supo crearse
oenirAabet»Sldady <o« «w 'WMtím- dUNÜng^doÉ y coií-su
OMEitftér¿<iMns|almento'ponoIlMder.
¿B. TáMátíd^QtemiTÉMtasiiftdÓ eñ^OttodálaJara di 14 a« F«<
bMMDtfstlTiU. '
^ I
86 GUABAIiAJáBA
H¡£oenelSeiiiÍBariovmabfin«nt6catteMtliÍ0facift. ll«fltn^
bft grandei deseos de saber, entregándose ftoonttaates'estadioi
de todo aquello que pudleíA pevfeeoienñ 1RUI faccOtades faite-
lectuales y ponerlo en aptitud de ocuparse de los aettiitoe pú-
blicos. Se propuso aprender f ranees para eoútagrarse'á la lec-
tura de varias obras en esa lengua, proliibidas por leyes ecle-
siásticas y que poco tiempo después lela ocultándose de todos,
al extremo de tener que cubrir las rendijas de la puerta pan
no ser observado. Sustentó en Quadalajara un lucido examen
para recibirse de médico y asombró á sus réplicas, con multitud
de proposiciones desconocidas hasta entonces, délas cuales de"
dujo consecuencias esencialmente materialistas, quearraigwlM
en su cerebro, más tarde llevaron su nombre á los registros de
la Inquisición.
No se de jicó solamente aj ejercicio de sa profesdoo, sino qt»
prestó grandes servicios á la causa sagrada de la independencia.
Después firmó la proposición para que Itarbide íoera electo
Emperador, solución politica que emtonees aparecB»pomo,l» ¿ni-
ca para obtener 1» paz y afinnw la iadepeBdenda; |íi«roiMnb»*
tió & Iturbide, tan luego como ereyó que w teiíamba del ca-
'mino de la ley, é influyó considerablemente^ en la d«<don de
Victoria para >residente j después en la de Pednufti quie^te
oüíbXIiAJába 87
taembrd desde luésfó hünlitro de Hacienda 7 Be esforzó en que
fnera TÍce-presldente.
Becaidoft^sn Suto-Anna los votof paia la presidencia y refao^
•ándosei tomar posesión desde luego» lo bizo elviee-presidente
Gómez Parlas, en Abril de 1833.
. Hé aquí lo que de este hombre notable dice el Se. J>, Manuel
Bivera Cambas, en Los Gobernantes de Jlíé«ho:
"Hombre de principios, siempre trató de que el progreso no
fuera aplazado, pero tuvo el d6¿ oto de querer que fuese plan-
teado brevemente, sin dejar el tiempo preciso que exigen por
necesidiul ftemejantes obras; sin embargo, en unión de sus
Munigoe dló un grande impulso á las. efectuadas en 1838 y 1834*
<;onooedor de las cosas y de los hombres, erraba sin embitfgo
«n los¡medio0; & causa de que al tratarse de reformas politicas>
Itomaban gran parte su acalorada imaginación y sus pasiones
A] Sr. Gómez Fallas se debe el haber iniciado la reforma des
#»1831; pues si el Dr. Hora escribió acerca de ella, sentándolos-
pxHneipioa que desarrolló más tarde D. IHguel Lerdo de T««
j«dii, ]olif»>J|Ppu]sado por el Sr. Gómez Faiias. Gustaba afron-
tar las ta^pciBsas peligroras, y lejos de debilitar su enérgico
temple de 9^ib^ los peligros que presentaban, las aooUietia,
dando prue» V> ^ ^ inquebrantable y de perseverante carácter
S8 GXUDALAXMU
•n todo lo qne tendiera & re^ia» wwi ideas piogretís^ui. Kuy
(» apdó & !•» Tíai de rigor j>ara ver plaotM^oi «tf.pinytcteMI,
AÜomát iiaitft iln iniii liliiai al <lni" *"**^"*^fiatii dn — líia
Donde fole» qne encontraba el mérito, &iin en bus enemi-
goii lo reconocía, confeeaba y respetaba, y la cualidad proml-
B«Bl« de«» eaffieler, era el deseo de ser justiciero. Jamas ocu*
p6 SB ooraaon la ambición de honores, distinciones y riquezRa
dando pruebras de ser demócrata por natural inclinación, y
qulA) ver repartidos le» bienes físicos, con tanta igualdad, qc^
en esto se aproximaba mucho & las ideas de Zavala. Moderado
en sus placeres, medido en sus modales y sin pretensiones, na-
da solicitaba, ni rechazaba aquello que creía iba dirigido al
iilen público; siempre procuró captarse el afecto de sus con*
ciudadanos y jamas dio señales de disgusto al pasar de unpues-
(O'Olevado á otro inferior.
Su gobierno en esta primera época fué de corta duración^
aunque fecundo en peligros y sucesos memorftbles que núes-
tros lectores deben conocer ya en la historia.
Santa- Anna jnzgó necesaria su presencia en el poder y el 10
de Mayo de 1833 lo recibió de Gómez FariaSi devplviéndolo y
recibiéndolo sucesivamente otnMl,t(f 9. voceen unp^i
É
pevfoddF,' liMte ^e 0B«ronfa!&Dd6ia el tiaHátlo optieitoif ftcé^doS*-*
^toidodal cargo de vice-presidente |ncali}OBgBeK>^:S88Sv^
8Ui9(itUjrépdoiB el Oraíu J>^ Miguel SanagOLH* ■
El Sr. Q&mw WñíáM «ifid det toiioJa INiíevn-Oiáateg^ #DJri« ^
dfi.p«nBá&adÓLliA«6K pdssipiqiMie lfi8& 0ie yegraaá'li«i{i«Mft i
en dond^ por seguir ^ti»bajaiido^<eD U«aHMft.4e.la refonnftf-oqB-.
la eonstancia y ardor que le distingtiiaii, nuevos di8turbiof{.po«^
Uticos le hicieron volrer al destierro en Setiembre de 1840. Se
dirigió primero & Nueva- York, después á Yucatán, y más tarde
residió en Nueva-Orleans hasta que en 1846 derrocado el gobier-
no de fitoita-ABna,-vdlvid á Héádco;' FuéLnosybrade InmeiMat»-
meBie::8eiH^or por tí pvHldeiite tíenettA áespuM tixiS Ifit^tM^'r
de Hadend» y por flltim<rel congreso do 1846 l0'eligi(^e inteTO ' '
vice-presidente de la RepábHca, en "^Irtád de Ib bueña armoF-
nía que^rolvf5 ft reinar eMtr%=«l-Ár.-FáHM 7 8aiHII»rá9ln«,-ft ^
qiiien habia nuevamente llamado al fodeiri^^voQaadamienAo"'
* de.Yafies.en Qju^dalfkjan» como tenemos xeieridifer r
VolvtG^ en 1847 4 oeiqMur Is :prMld«itti» 4e hk Btíj^VÜtáfta ■-
pUendoal génenal-Saatai'Antta qtte>saUdlb I» cámiAlE» eonéi^ :
el ejército a&i\sri0ano>- luohanda &^ su res CJdüiéK TtaiM ten-oiM -
■ituadon desesperante, par» obtener los tecnteoiidñiMpeaMe.m'
\ bles que (femiiad&btin los eotutMiitM ga8to$'de H guemH 7 conr
90 guadAlAj^rA
ioliiiitaf oomplicadpnes qu« Bigoiflron tilas diqp<MkÍon<Ni hA*
cfodaríM qna M dictuoB. -
D« Ta«lta Santa-Amiftdé ésAno intérftunpidA serle de de*
rrotai q«e ndMó por. tos smerioanas, el 8r« G^es FarSas posó
ft4íenpiurniiraeitoeiiélC<mgiiiO, ymáf tudese retiióá lA
vida pfirRda Aunque trabftfftndo rilempre por la eausa refor«
mista;
^ 1850 filé postulado por ''El Tribuno*' para presidente de
la Bepública.
Luego que triunl^ el plan de Atutía coneunió á Cuemavaca
pan» formar parte de la junta de representantes qoese ios-
tfl^ó en 1865; y por fin, ya anciano, losjó ver consignados los
principios que desde la Juventud tanto le hablan preocupado,
jurando oomo diputado por Jalisco, a Constitución de 18 7 d
♦
di% 6 de Febrero devise año.
Acibarados les tiltlmoBdias de su vida con los nuevos txínV'
ioB que obtuvpel partldoconfenurio, y con la oonviAdon intima
qiV» lastimaba sus homanitMios instintos, de 1» macha saugre-
que costaría áan el triunfo radical de sus ide«i, murió el di»
6 de Julio de 1858.
^ la sepultura d^ su oad&ver que 8« Y6|dOc6. en el pueblo dtf
OUADAIrAJARA. 91
MixcoAC^ a6i8ti«roD personas de todos los <x>lore9 poUticofl qtt»
rendían josto homenaje & la honradez que siempre demostré
en todos los actcMS de su yida pública y privada; 4 la con9jtaifc<
cía en eud opiniones que no fueron parte á modificar, ni lo9
halagos del poder, ni la soledad de los calabozos, ni los sinsa^
bores del destierro; y al cariñoso padre de familia y amiga
siempre leal y desinteresado.
En la huerta de la casa que poseen sus hijos en Mixcoac, hé'
mos visto un sencillo monumento erigido & la memoria deí
8r. Gómez Farías y en él están depositados sus restos.
]?aci6 D. Mariano Otero en la ciudad de Guadalajara el afto
de 1817, habiendo sido su padre el Dr. D. Ignacio, qué por sü
posición y sus conocimientos fué en su época el más renombra^
do médico de la capital de Nueva Galieia. Sin embaído, la oi-
/andad á que D. Mariano quedó sujeto desde sus primeros afioa
y trastornos sobrevenidos en los negocios de su íamUiá, hi-
cíeron.qixe los recursos para atender & su educación y estüdíoil
no hieran abundantes, debiéndose en gran parte & 0us sit-*
perfores dotes qne desde luego se adivizarcn pof álgünad
personas, como el distinguidísimo eclesiástico y humanista
Lie. D. Luis Verdia, que pronto ádqüirieía las consideraciones
de sus profesores, que se formaron acerca de su suerte, las m&i
halaglleñas ptedicolones, que alcanzka.con brillante éxito el
92 oyADALAJARA
tfltdo de ftbogado á los 18 afioa de edad «of notables «deiantos
en otros ramos del saber, y que verificase con paso firme su
entrada al terreno de la activa vida social.
Fa4 otra de las personas que desde sos principios tarieiott alte-
estima' por Otero, el notable Jnrisconsulto qne dirigid con
aplauso y durante largo tiempo, uno d<e lospitoieros bufetes
Cít Guadalajara, el Sr. Lie. D. Crispiniano del Castillo, maestro»
puede decirle de dos generaciones de abogades de aquel foro,
que ha sido siempre tan distinguido en la Itepúbliea.
En en esa capital, en este estudio y en los negocios que direc-
tamente le eran encomendados, Otero^dió muestras desuspo 'e>
rosas dotes, de que tan relevantes pruebas vino á rendir luego
& México, & donde los acontecimientos políticos y la amistad d«l
mismo Sr. Castillo, le hicieron trasladar su residencia, desde el
aüo de 1842^
Mi^mbro^de uno de nuestros más notablfftCongre^.coASt..
tituy entes, no. dilató Otero en afianzar su fama como.die^trp..
político^ elocue»te orador <5 inteligentisiino^^ffo&BSoriledw- •
cl)o, y todas las puertas quedaron abiertas para él desde en? .
toncos,: la fortuna le sonrió Justiciera con sus favores; el cíccu|q ,
de sus amigos creció exti'aordinariameinte, mereció las conside-
raciones y respetos de sus adversarios, fué temido en¡Ia tribun}»
desde la ciud alcanzó aplaudidos triunfos; los gobiernos pro^-
^pA^^J^^^^fi^ ^
tt^uíenerl9 como ©oceper^r ensa^^t]^of^^^U%mmSÍ
hombres de negocios colocaron los jn^p8)>^^^(tí|:p^^..^A
hábil en el orden judicial.
Campeones tan expertos como Tomel y Qómez Pedraza, n*
conocieron sus, méritos, y el nombre de Otero corri6 los &mbito8
de la nación como el de vno de sus m&s afamados estadistas.
La prensa lo tuvo en su seno, y el Siglo XIX lo contó en el
número dé los redactores que mayor reputación atrajeron & es*
te diario en la época de su apogeo.
Oteiko fOé diputado, senador, secretario del despacho, y en
la lutuosa época de la guerra con los americanos acompafió
« • • • .
ál Ck>biemo & Querétaro, prestándole «1 concurso importantlsi-
mo de sus luces y su patriotismo. Arrastrado por su amor ft
México fué uno de los cuatro diputados que en esa capital vo-
taron contra la paz. Cuando en 1848 ocup6 la cartera de Re*
laoionesH la habla rehusado ya dos veces en el año anterior.
&fa,nQcnhre pQllt>BOtadquhi& grande brillci con la publicación
d« un. *'Itifl%yD Jobee el verdadero estado de lá-cueetion social
ypoliUea que •« agitábala Eepdblioa M^doona:*' Stistímbres
patrióticos aumentarpn con su conducta, en la célebre cuestión
on que se encontró envuelto con un representante extranjero
ett Méxioo, su fama oratoria con loA lauros conquistados en laa
0«ii9osfl¿dsl MIUKÍ9 disattte «1 itto de i»; y 8U denci» y tacto le-
94 6UADALAJARA
gUMrb Mhte «inrobadon casi ¡total de su voto particular
«iMUido M trataba de reformar en 1847 la conetitadon de 24» y
de oojro debate ooiiiiilt6 que se le llamMa '*el legislador de su
paü."
A las consideraciones que obtenía en su patria, correspotí''
dian las que se le dispensaban en el extranjero, j de !as cua**
les fué signo la concesión que de la Gran Cruz de la orden Pio-
na, le otorgó el Pontifioe Fio IX. A este pririlegio se uiñeron
otras gradas personales que aun disfruta la familia de Otero.
Tan brillante carrera, fué repentinamente cortada por 1»
muerte, que hirió sin piedad ft Otero en la flor de su vida. El
eólera morbus lo arrebató en unas cuantas horas, del seno de
los suyos, al haber cumplido apenas 83 afios de edad: murió
el 81 de Hayo de 1860. AI fallecer dejó uno de los nombres de
que con mayor Justicia puede enorgullecerse Jalisco, y que oen
qiis legítima satisfaodon se repiten huta ahora [en México.
Uno de suS ^ejores .timbres, es el que alcanian aquellos, que
sin haeer derramar una sola l&grima, se consagran & enjugar
cuantas miran correr.
El Sr. D. Anastasio Bustamante no es Jallsciense, come va<
rios asegunm; nació en JiquUpam (Michoacao) el día 27 de Ja-
llo de 1780; .pero la.elreuostanci^ds que tus padres se establo-
guadalájabA 95
cieraii en Zapotlan el Oraude y de que en el Seminuk) de Oeat*
dalajara hizo sus eatudios, oon la protección del Merques de
Yizcam, hasta concluir Filosofía, ha hecho que se le tenga por
la generalidad, como hijo de aquel Estado.
Silo fueron, y olvidábamos decirlo, los Sefiores D. Juan de
Dios Cañedo, Ministro de Relaciones en tiempo deí gobierno
del citado general Bustamante, D. José María Castaños y el
general D. Antonio Corona, Ministrolde la (Guerra, de Abril
de 1859 & Diciembre de 1860 tomando algunas veces durante es-
te tiempo, el mando de la Capital. El Sr. Corona fué ademSs
gobernador de Veracruz en 1854.
También dejábamos de consignar que el capitán de fragata y
notable ingeniero topógrafo, D. José María Karvaes, d^o hi-
jo de Jalisco, levantó en 1840 la carta geográfica del EalMlcí
por encargo d«l Sr,.D. Antonio Escobedo.
CAPITULO XII.
Sb dR. JriiBi T m OiBixnB.-^Piiom7iroiAMiBirro dbj obri-
RAL D. Amtonio Lahdá.— MroüBL Cküz Aido t AirroNio Mou-
'- TKJL.^mU[aSJ3t tilSTlOlS DB J^ARKl t ■Üg MUlB ' mOM .-^-^hTItMR»
MientrM que varios Sitados del paii ie faftbian deelarado por
•1 pluí prw^lamado en Tacubaya, el general D. Anastasio Par*
rodi sostenía en Jálisoo la Constitución de 1857, reconociendo
por lo mismo & D. Benito Juárez como Presidente de la Repú-
blica, por el ministerio de la ley, puesto que ejercia el entonces
importantísimo cargo, de presidente de la Suprema Corte de
Justicia: yComonfort, con el golpe de estack), nada era ya en
el sentido GonstltocionáUsta; habla roto eon If Carta fondameo-
GüADAIiAJABA 97
tal y también oon sus correligionarios/ desde luego que aceptó
. el 17 de Diciembre la prisión del Sr. Juárez.
Puesto D. BenHio en libertad por el mismo Gomoiifoit» el It
de- Enero de^858, salid de la Capital al día siguiente^ aoinq»
fiado de flus mejores amigos y miembros promiaeateadel Inu)-
do GoBtitucionali&ta:6e dirigió primerol& Qtierétaro y deiqmes
ft Ouaoajuate, en donde con el apoyo de los generales D.. Ma«
> nuel Doblado y D. José Haría Arteaga, estableció su gobierno
el .19. del referido Enero.
El Gabinete que nombr5, lo co7n;onia& D.. Melchor Ocampo,
•neargado d« las carteras de relaciones, guerra y gobernación ;
D. Manuel Buiz, de la de ju0ti.'ia;D. Guillermo Fxieto, de!a
de^baoieñda y D. Le<m Guzman, de la de Fomento.
El general Parrodl habla marchado de Guadalajara hacia el
estado de Guanajuato, con la mayor parte de sus¡f aerzas, de-
jando al presidente del tribunal de justicia D. Jesús Camare*
n», con el carácter de gobernador interino de Jalisco: y & la
ciudiad, guracedda con el 5^ de infantería, dos batallones del
güttnHa nacional y otros piquetes de pocas plazas, al mando de
general D; Silverio ^fiez.
D. Benito Juárez, dejando en el Estado de Guanajuato al
i^aaiteA^tftoéi tni^éstldo de gran suniá de facultades, se tra»>
4ad6ft 0«ltdftU^*, ft donde llegó el IX de Marzo, en los mo«
98 GÜADALAJAHA
tnentofl en qr.o tica conspiración tenia lugar, per algunos
aniembros del partido conservador, entrólos cuales estaban'cl
^en^iml D. Paataleon Horett, el Lie. D. José Maxla Peón Taldez,
D. BuDon Barbosa, D. Francisco Berrueco, el general D. Ante*
nio Landa qae íeaia el ma ndo del 5^ , y otros indlyiduos.
B. Benito se alojó con sus nünlstros en una habitación quQ
le lé dispuso en palacio j aunque se le participó el rumor qu«
corría, de que el general lianda no era adicto á la Constitu.
clon, oyó esto con indiferencia, encargando que se le vigükra
y consagró ol día 12 {i visitat la dudad y al despacho de los ne
arcólos.
lÜ día 13 muy temprano se projpuso el Sr. Juárez tomar un
V
bafiQ W un punto llamado **Lo8 Cblomos'^ & dos leguas de 1»
ciudad; lo acompañaron los señoras Ruiz, Ocampo y Qu^n^tn.
^utre tanto el general Lauda, aprovechando el relevo en ^1
'lervido de guardias que se efectuó ese día entre nueve y dles
4e la mañana, se pronuncio con el 6 *^ y otros piquetes, procla^
niaudo el plan de Tacubaya. Inmediatamente redujo i prisiou
al presidente de la República con los ministros que acababan
de llegar del baño y al general D. Silverio.Náflei, en loj mo-
montos en que recibió Juárez el parte de la derrita da Sala-
manca. T>, QuiUermo Prieto pudo salvarte, pero quiso correr la
GüAPALAJAHA 99
miflBu^iaerié ^ue tus comp»fi«roB y también quedó preso; en
lo« momentos de preeentane ft Lando, un oácial le dio una ter^
*
rible bofetada que le hizo caer en tierra.
La guardia nacional fiel á la causa do la Constitución, no
Baéondó'el pronunelámientoy cubrió inmediatamonte las áltu«
na de sus cuarteles: en San Francisco, un batallón ft cuyo
frente se pusieron los yallentes ynuüogrados Miguel Cruz Aédo
y'Dr. Antonio Molina; y en San Agustín, el lAe. Miguel Con*
treras Medellin, de cuyo lado no se separó el' gobernador in«
terino D.{Jesus Camarena.
El gwieral Linda cubrid también las alturas de palacio, Ca-
tedral, la Compafiia, San Telipe ySanta Teresa; y esperando
por momentos un ataque formal de oualqutera de ambos blui-
dos, pañioo la noche los habitantes de la ciudad, enmedio de
ima tarcible angustia. A JD. Benito y sus ministros se les encer-
■6 bien custodiados en laaapilla, que hoy es salón de sesfonea
de la lesM^^^vn y ft toda hora eran insultados desde el ttagalua
6 lintemilla de aquel local por la sohez canalla que cubría la
aaotea, expecialmehte por un individuo á quien el diá anterior
et Sr. Juurez indultó de la pena de muerte que le fué im«
puesta por varios asesinatos que habla comeUdo; pues olvidá-
banos detír que el general Landa improvisó un batallón coq
100 GUÁDAtÁ^AAÁ
prefM de em oaroel; nna bala dirigida da la torra de San ágoa*
tín, hfaaeaer fin Tlda al ingrato üktúnoxoBo, dejando asombra-
dos semejante coincidencia, álos ilustres presos.
Desde que se vetifleó el pronundamientOi grande fu^ el em-
pello de muohos, porque los presos íueran íusUados; pero Lan*
dase opuso con energía & sem^ante pretensión, hasta que al
dia siguiente, lé, un incidente, vino & ponef en grave peligro
tus TidM. Mientras que los generales Nuiles y Horett confa-
rendaban sobre lospuntos de un parlamento, el primero en
representación del Sr. Juárez j el segundo, en la de Landa,
Crus Aedo y Molina que ignoraban si se parlamentaba 6 no,
salieron de Sn. Francisco al frente de un grupo do 80 hom-
bres de su conflamsa, deseosos de arrancar á los presos del po-
der de sus enemigos, y se dirigieron resueltamente & palacio
atacando con brío & la guardia que habla en una de sus piMr*
tas, pretendiendo ^Kiderarse de una pieza de artillexia que
ouModiaba; pero recibidos los asaltantes con im nutrido y mor-
tífero fuogo apoyado por la fuerza que cubria las azoteas, fue-
l
ron reehaiadoseon lamentables pérdidas y quedó herido en
un» pierna el Taliente Dr/Molina. JEIn los momentos del asalto, ,
el comandante de la guardia de los presos Dn. Filomeno Bra-
vo, lleno de ira, siqponlendo que el eiiemifo faltaba & la oImmt*.
GÜiJOAtiÁ^TAltÁ Idi*
.* • ■ ■ . • • ¡
vancla úú parlamento y que tal vez el genera^ Nufiez dirigía
personalmente aquel ataque, pues habla salido este bajo su
palabra dé hotíot & eonf érérenciar con Morett, fliandó bajar &
\o9pt9MHétaMaáol9a «1 «oadro respecÜTo para ser ejecuta-
do97 ya Iba á darla voz de fuego al pelotón del 5 P que lea
apuntaba, onándo D^Gidllermo Prieto, el orador favorito del
pueblo, el poeta' que más lia conmovido & un auditorio, elevan*
do aa poderosa voz, dijd estas palabras, que después el mis-
mo «a ha servido repetimos: "Vais á derramar sangre inocente
KahMttos <idó^ jfusgtidofl ttaá se nos puede castigar: Dejal
vuesttM Arpias para defender loa derechos sagrados del pueblo
no'para cotúeter con ellas un crimen terrible. Tq siempre lie
vitftO'tMIétates' £ loS'SOl^dOB'del- S^P, nunci» asesinos'' tios*
designados para la ejcucion se quedaron -álSpeñsóiífálgilhoS
UonüMA y.twciaodo todos sus armas eiperaioD,: Bravo no sé
attetfó 6 iosisttf ; Lauda lle¿6.eiieso9mom«iitóiyest« «tu« ^
po, el mis prominente entonces del partido U1iera»\ se salró ^
de regar con su sangre el palacio de Guadalajara. Jueces se.
■^ $ portó en este lance con un valor frió y tranquilo.
dlh ^ llegada del general Juan B. Díaz al cual m sabajitanMMVi»
^ lo4 jefes constitucionálistas, jpiuo término & Jia discu^iOQ Sol^M .
i0 los pantos del parlamento, en- el cuál ae oiit»pid6: sptb ls« >p>9^ *
102 ÚTJÁX>Á.hljlRÁ.
m
ioi fueran puestos en libertad: que Landa evacoaiia la plaza
con las fuerzas que le eran adictas y que todas las personas del
partido conservador comprometidas en este pronundamiento»
podían libremente quedarse en la dudad sin que en sos- peno-
ñas 4 intereses sufrieran el m^s leve perjuicio por parte del
Gobierno Constitudonajista. Todo se observ6 al pié de la letra.
SI 10 el Sr. Juares en una expresiva proclama, dio las gra-
cias en nombre de la nadon, & los leales ^ valientes soldados
que formaban la guardia nacional.
Un amigo nuestro entró ese oüsmo dia al pajado caus&ndo^
le^funda tristeza ver el destrozo Jiecbo pof 1^ pronuiMia*
dos,, en el arehiyo del tribunal de justida, en el elegante mo-
vi|iaifi<) de las oficinas todas y en ^is vidrierAfi Mpc|]oii y oorti^
oas del salón de recepdonei. . , .
ül general Parrodi con parte del ejerdto que el dia 10 de ese
mismo mes fué derrotado por D. Luis OsoUo en Salsmanoai lie-
g6 ft la capital de Jalisco el 19, j en esa fecha salió de la du-
dad Juárez con direedon al Manzanillo escoltado por una fuer-
xa al mando del coronel Yniestra dejando á Parrodi investido
dd cargo de ministro de la guerra con facultades extraordina-
rias mientras que llegaba & VeracnoE, cuya plaza le era adicta;
pocos diag deqpttes Parrodi renuncié la cartera.
GulDALÁJAItA 103
El dJA 23 de Marzo del referido afio de 69, tma «apitulaeion
de Parrodi estipulada con el general Oaollo en el pueblo de
Ban Pedroi salvó á Quadalajara de nuevos traiftomoB; aunque
en Mayo del mismo afio, estando al frente de la placa el geno-
ral D. Francisco Casanova, se volvió & ver en los honores de
un sitio más, que le pusieron las fuerzas de loe generales De-
gollado 7 Blanco D. Miguel, que en refüdos ataques intentaron
asaltarla, retirándose por .fin ^ 21' de Jtmlo por apcozimarfe
las fuerzas del general Miramon.
Ouadalajara estaba condenada & ser el teatro do grandes
acontecimientos: |)oeas ciudades de la RepúUie» ha» sufrido
con tanta frecuencia el estruendo de la guerra y lotf perjuicios
tremendos que ocasiona.
CAPITtTLO XIII.
SlOUXN LOB Sinos.— A8ESIKAT06 BS BLANGARTE, PIBLAOO T HO-
' 'lUTOi**IiAK)á^M0IOK4>BIiPAXcACÍO.-^lkUll()UEZ t MuiAMOir SK
. ISAtYAK.
Después del descalabro que sufrió D. Santos Degollado en
las barrancas de Atenquique por las fuerzas del general D.
Ifiguel Miramoui volvió en Octubre del mismo afio de 59 & si-
tiar Guadalajara que estaba mal guarnecida y la defendían los
generales Casanova y Blancarte. Nunca sufrieron más los edi-
fltios de la dudad que en esta vez, por haber apelado los sitia-
dores al destructor recurso de las minas subterráneas, y sesen-
ta de estas practicaron en varios puntos simultilneamente, las
euales hicieron explosión el dia 27, sepultando en los escombros
de grandes edificios, & infinidad de 8oldado0 que los defendían.
'• TMidBÍlotsitiailQftlo§ BuachoB p«rjuido8 q^ Ia pobluioioa ni-
bte ^qiM flot reconoAe Mnentn»^)Mi &g]»apKÍ?A, oalebn4»n
tt&a^a^tifluefoii; el 28 do OctObre, autoriMd* por lot oomialo-
MmIOi llt)0nl«t D. Bmilfió Ooioes Pwias y D. Esteban Corona-
do, y por los conservadores D. Teodoro Kunfaacdt cónsul de
Parusia y D. Santda^ro Aj^uUar. Depilado concedió & los gene«
. nMei defeoforeSi toda elaae de garantías, en virtud de las
«uslM^* flanearte se quedó en la ciudad, eligiendo como babi-
iiMTinn.la etaa de D. Antonio Alvares del Castillo.
'ISÍitreles Jefes irtcmlantes figuraba el célebre bandido» y fe>
rot asesino Antonio Bg^os, terror del Estado de Jaliseo, quien
Asgtistado con la^pitulacion pactada, envió grupos de la
fuensa que mandaba, en busca de los tenientes coroneles Fie-
lago y Monayo á quienes encontraron, al primero, herido de
{pravedad en la defensa que el 25 hizo del puato de Sao Felipe,
y apoderándose de ellos, fueron ahorcados. Pleiteo, éa uno de \^
los balcones del arzobispado y Monayo en la plaza de armas.
Mucho consternó á la ciudad este acto de barbarie, pero mu-
.. (sbo XD&B, el hecho de que Sojas personalmente asesinara en la
Biadiugadft del 2d & D. José María Blaucaste, & cuyo fin se in-
. tcodttjo opa -óteos bandoleros en la casa de Alvarez del Castillo
dtijl^ndo ( 1» ind^ieiiM vtoUma «qiblUada de heridas. Indig-
/
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j
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106 OUADALiJAftÁ
nado B. Santot Degollado por este taecfte, por medio do un
decreta pueo faem de la ley & BoJaf,*qiiieii d^ memento te
ocultó. Poco tiempo después, el O de Mayo de X860, el ntano
Degollado, derogó el decreto, rehaMHtando 4 HojM «n fofl
grados y derechos legales.
Degollado qne tenia el don de acfamtdar pronto grandee ele-
mentos, pero también el de perderlos con facilidad, fué dñto-
tado uua vez mus por Miramon en las Barrancas de BelbfMi, en
Diciembre del mismo afio. Después de esta jomada^ el renco-
úot regresó & la capital de Jalisco, de tlonde eragol^emador y
Comandante militar D. Leonardo Mávfpei. EIdla 10 de Sno^
ro recibían. Miramon y aquel en el pala^ de Guadalajara Uut
felicitaciones por el triunfo en las Barrancas, cuando & las on-
oe menos cuarto de la ma&ana, voló una parte del edificio, 4
causa de la explosión que hizo el depósito de pólvora que ha-
bía y que accidentalmente se incendió. Espantosa fué la deto-
nación, cayenio & tierra las paredes y techos de una gran par-
te áol palacio, sepultando & más de doscientos soldados, á va-
rios Jefos y ofleiales, y algunos paisanos entre ellos eí notable
abogailo D. Antonio Escoto. Cuanáo Márquez y Miramon, por
medio de una cuerda que fijaron en un balcón, iban descen-
diendo h&da la calle, se hundió el i^so de la pieza en qne es-
taban. La consternación en la ciudad fné indesoripUble. Algo-
nos aonqtie sin foudamento, atribuyeron este IftoieutabLe acd*
ctonte, k varios individuos del partido libetal h quienes llega-
ron k señalar; pero la verdad es que fué casual.
El ]ect(Mr que no conozca Guadalajara, supondri por lo que
dejamos asentado, que es una plaza muj fuerte, no es así: le
faltan obras de defensa; aunque bien fortificada, con unaguar
nicion pundonorosa y abastecida de los recunM necesarios
puede recibir el empuje de numerosos asaltantes y resistir por
algún tiempo; pero le habla llegado & la hermosa ciudad un
período de cruel s sufrimientos y los sitios se sucedian & cor*
tos intervalos. Aim no se reparaba ni la mitad de los ediñcios
arruinados por el de Octubre de 59, cuando el 23 de Mayo de 60
Uegó el general TJraga & las goteras de la ciudad, intimando
rendición al general ¿onservadcr D. Adrián Woll, que lo guar-
necía con escasísimos elementos. El intrépido Woll no quiso
reniirsé; y al dfa siguiente & las dnco de la mafiana, la ciudad
malúb el más rudo ataque^de qtret ss hace memoria, poniendo
en Juega losMaltsntss t&^wsSia'da artUIerfa y dnco mU hom-
bres, en una carga & columna cerrada y simultánea por cuatfo
puntos del recinto provisionalmente fortificado*
Ooafcro Jioras deq;>ue8, las calles quedaron llenas de centén»*
«ts de oádikveres de les valientes asaltantes, y aun su ewidUIo
108 fiüADALAJARA
\
UToJado en tíerra estaba herido«de uua pierna. Los liberalef
emprendieron la retirada dejando abandonados 16 cafk>nes,
gran número de armas, abundantes municiones y multitud de
prisioneros, entre ellos el General Uraga, quien & pocos dias
vufrfó la amputación de la pierna. Woll se portó con el prisio-
nero con una caballerosidad admirable, alojándole en su propia
' casa.
Caminaba la ciudad h^cia el calvario ft que habla sido ocnide-
hada por los designios de lo alto; &un se hablaba en ella de los
estragos ds Mayo, cuando efl Setiembre del mismo afioun nue-
vo sitio, si bien el últiaio que ha sufrido, vino á poner en con-
modon á sus sufridos habitantes. D. Severo delCastillo jaliscien-
se general ilustrado y valiente, defendía la plaza con 8,000 hom-
bres, cercada por li.000 al mando del general D. Je^us Oouzales
.Ortega,. desde el 27 del mes referido. Una conlerencift. celebrada
« ^porlosdos caudillos en la g^ltade San Pedro» «l<iia28^.90
produjo arreglo ninguno y se. cempfasroa lo» f <M0ot 9«r ambiui
partes, ^
Todo el mes de Octubre se pasó és^eehítndoBe el irttlo cada
diamás. Los vtreres empozaban & escasear enlaofcidlMij^'los
<l«f ensores de la plaza dlsmtnwto diariamente fia la iii^a,
6UADALAJARA 109
mientras los sitiadores aumentaban sus fuerzas con gaenilias
que ¡legraban de distintos puntos.
En este memorable sitio, D. Severo del Castillo, falto de nu-
merario para socorrer la guarnición, mand6 acufiar muchos
quintales de plata que produjeron los candiles, blandones, caa-
deleros, frontales j el ciprés de la catedral, de cuyas alhajas
dispuso sin la voluntad de aquel cabildo.
La derrota que sufrió el 1. '^ de Noviembre D. Leonardo M&r«
quez en el pueiite de CAlderen» por un tjéreito^que mandó des-
prender Oomsalez Ortega délas fuerzas sitiadoras al mando del
.^rállente genetal P. IgnaoiiK-ZaQi^iaza, puso fin á este sltfor fir-
mfn^ese el día 8 usa boaiosft capitolacien, en virtüd<le lá dual,
«1 general Castillo evacuó la playa dedpues de cuarenta-dias de
suprema angustia y de sufrimientos indeseiiptiUles d«A«9habl-
¿antes.
' hOái.
CAPITULO XIV.
Fboobsmb oa MB vLuí juaak^D. Jan» GoxaüutE Rubio.—
P,€mw BksjOÁMÁM^D* VaMKmoo^QoKtuxM RuBto.-^. Vio-
«OEUHOACDftJu-irDrjAOOaO CULVUi— D. ObBARDO StTAUB.
Stuipendunos la historia de cuadros desastaroios y de escenas
de sangre, para dar una idea, aunque imperfecta, del estado
que guardaban en esa ¿poca las bellas artes, no obstante la
agitación en que Ouadalajara se hallaba desde 1849 en cuyo
año comenzaron sus padecimientos*
£ra consolador ver en medio de la deshecha tormenta de las
pasiones poUticas, avanzar al través de mil dificultades ft lofl
adoradores del arte, dando palpitantes pruebas del talento que
JESÚS GONZÁLEZ,
OUAPALAJÁBA 111
para todo concedió «1 oitlo á los ]ií|m d«l hormgio y psIrOt*
giado suelo jaÜBdense.
MuciMur aut«ridAdc9 oq d divino ittict4« TUS% cc«b» F»nis-
gua, XiOn»^ Delgado y oiroi, hMhMKÜtíqíLe les Jalieclenoev wn
mtüsicoe por organización. Un porlMieo de Ifaeva Orleanseti
tre otras recomendacionoi qno IU20 de wi grfta clarinotieto,
una de eTIas faé que eri h^o de Oufidala^ara en «I Estado de
Jalisco.
Ciertamente han sido ntmierosia Um notabilidades -que ha
dado j sus noníftres son bien eotaoddos en el nuindo 4tel attOk
pata que podamos abrigar el temor de ser tachados de parda-
Udad, al hablar de ellos,' siquiera sea en muy pocas palafaras;
0. Jesns CkmflileiB Bnbio fsrt desde el segwido tendodel pie-
SfiUte siglo, un organista notable en el psfs, un aventajado
maestro de capilla y celoslsime propagitdor dfl divino arte en
Guadalajara,
Las fiestas religiosas, teatrales 6 patrióticas, no tenían para
el público un acentuado cftriMster de solemnidad, dejando de
tocar la numerosa orquesta que dirigía^ lo que sucedía raras
voces. *
Nadie en su tiempo tuvo como ¿1 un arehlvo más variado dé
música edectiuriic», ni repertorio mejor de iM obras qne in«
112*
m«Hilliini ftktgMBdti iMéiibiiMiiteliHMNli todaalnMnimeD-
FNié id aM»«n VMiMiM MBiímkvl» d« vBOákth y^ «a va-
ri<»«fto*«i'ttaü«Q qfiíe Ivtlrfit íul tak «ladadt rf«m|wÉ tenia un
gran nAmtfio de dipeipoloi^ Aila da poblaciones lejanas, qae
apNii4iaQ & toca^ todadate do inslrusientos, con la muy aten-
di1il0 0|iíeiii|itiii«ia do %tte JAP^ oota^ uii.«olo eoatavo por la
ensefiann, antes en innumerables casos, los aluinhos taiás po*
0»BMrti'CfaiopeBit»,a<tos«:eeiiaa»^tton ia aellvidad que. lo
ora fonial, al ojeioicio do tam boUp^arte y & practicar con ioda
iq}laitado|bisn«.
Los dMittgitUkMawdÉlM jr át^eatMUsffm trate foo )o carae-
terisaban 1* granjeacoa fjj^mpí^ o^spredo )r.lA.,eonsideracion
déla sociedad entera.
Muchos filarmónicos notables que &un figuran ventajosa-
mente en varios Estados de la Repúblioa, y la mayor parte de
los que residen en Ouadalajara, fueron discípulós/ie tan inteli*»
gente profesor.
Conocimos en San Luis Potosí al entendido t>ianÍ8ta Sr. Bo<
mualdo & del Castillo, que con lágrimas de gratitud referia los
beneficios que lecibid de sa amado maestroi
GUABAIrÁJABÁ lis*
En Aaüan de la Onma vivía no ha mucho tíeixy;Kx el Sr, An*
tonio Cuellar, también pianista de mérito, que, como titulo
para el crédito que adquirió en la población, |e referia que exa
uno de los millares de discípulos del Sr. González,
Don Adrlaa&atevtia, distinguido clarinetista, Don Oleine&te
Agoifi*, doniposLbolr célebre, los afamados violinistas Don
Juan Espinosa y tkm Gregi^río Inostrosa, los aplaudidos pianit*
tac Dqu José María Bojas Vertiz y Dpn Jesús González, este
Altinio jradleado hoy en el ^tado de Guanajuato, fueron discí-
puIo8l»mbien dé Don Jesús Genzalez; recibiendo alguno de
ello9 de este hombre eminentemente caritativo, isen'icios de
padre carifipso, al Ixtremo de ligarlo & su familia, haciendo
qna Apadrinara el bautismo de uno de sus lujos.
l&i sos 'tltüBoa momento^ al recibir el Sagrado ^^tíoo, dis»
puaaqua totora la orquesta él *'Stabat Mater" de RoEStni^
Lleno de méritos y llorado por toda la sociedad JalisdehBé,
mulló «k Üa S« de éML de 1^71.
8iii exeqi^as fueron fpntoosisimas en el templo dé Sanf raa« .
(dsoQy&dcmde se dieron cito- todos los fllarmónicoi de la dti-
dad.
]&i TailoQ! punios déi Estado le iiicieron lionrás fúnebres tus
aisdp^of, , CoEUSien^amos por ciMraaUdad ig¡»a invitaeion impta*
114 atJABALAJABA
M que drculó en Autlan al mes aiguieute de >u f alledmiento
y )a cuAl e8t& concebida en estos términos.
*'E1 que suscribe iBtiplica á sus amables disdpulas^ se sin-ftii
concurrir de luto & la Santa Iglesia Parroquial de esta ciudad,
el dia 32 del iNresente, fi las nuevn de la mafiana, donde se ce-
lebrará una solemne misa de Réquiem por el alma del hombre
religioso, cui^lido caballero, afamado profesor j maestro en
el Divina Arte, el Sr. D. Jesús González Rubio, por cuyo faror
lea vivirá siempre agradecido Antonio Cuellar.-— Autlan Hayo
2:) de 1874.»'
Hace catorce años que murió el Sr. González, y un^ bimül-
de lápida señala el lugar donde reposan sus restos; ya que 89M
numerosos discípulos no han levantado un monumento á su
memoria, debia el municipio hacerlo, tratándose de un JaUs>
cíense que tuvo el doble título de filántropo y "de artista pro-
minente.
P. Ignacio Goray fué un magnifico barítono, IX Florentino
Lomelln un bajo profundo potable y D. Dionisio Rojas, tenor
de mucho mérito; á estos artistas invitaba González jiara ean«
tar los papeles de mayor compromiso en los conciertos ó en las
grandes solemnidades religiosas. Garoy fué además, militar, j
por algún tiempo luchó en iM ftltf del partido conserriilor. .
OCADALAJARA 115
**B1 Vt^Buaüá de la Javanlta" le llamuron en México & D. Jo<
•éSeiMft, de OvftdaUJara, ovHuido Bejwesentden varios c<hi-
ciertós & tocar en la vihuela quinta. Nadie como él ha pulsado
este instramento: Murió hace m&s de veinticinco afios.
fin la época del Sr. González, brilló D. Craz Balcázar, ó Pa-
eheco, sesean era más generalmente conocido: fué violinista
que no tuvo «nnpetidor en la Bepüblica, según la opinión de
respetables peritos que lo calificaron; Muchos violinistas que
&un figuran en primera Unea en aquella capital, entre otros el
muy notable D. Diego Altamirano, fueron . diidpulos de Bal*
cazar. Alguna vez nos refirió este sefior, con. muestras visibles
4e la profunda impresión que aun sentía, la violenta, aunque
poética muerte, del muy inteligente organista D. Guadalupe
*
Gudifio. Era una tarde tempestuosa de verajio, nos decia: el
a|^ caía k torrente, sueediéndose con rapidez terrible los ra-
yos, como es costumbre en aquel pródigo cielo; se cantaban
vlqperas solemnes en Catedral, tín recordar en honor de qué
ífíka €mpijttmu^iamiine al flñ del libro 'seBalaremos lail
'étüiaB notables, nb queremos que nuestros lectores prodigan
* ■
'<íüa la péSittia'impresion que les debe haber tusado en la pá-
gina 111 linea It. i*1eer Thalia por Euterpe, corrección que hi-
iBÓ 00 el original un oaJisbioQcioso:
" O.— 9.
1X6 GÜADALAJABA
Baoto: GuJiilo deleiUba al auditorio con las melodioflas notas
arrancadas de. las mejores aiixtoras de uno de los 6igano6: ra*
pentinamente un estruendo espantoso dejó & todos llenos de
estupor, quedando mudo el órgano, era que Gudifio cayó de txi
asiento vlclima de un rayo, enviado exclusivamente para él,
pues no causó otro dafio.— Fueron sucesores del ilustre difunto
en aquel puesto otros organistas también muy entendidos oo>
mo D. Espiridion Valle y D. Francisco Diaz.
D. Clemente Ag^uirrese ha disting^iido también, no solo en el
pistón que toca admirablemente, sino.como director de orques-
ta y uno de nuestros mejores compositores. En toda la Repft»
blica son muy conocidas sus notables producciones, fruto de sa
génie y de sus profundos oonocimieBtos en armonía.
Pronto llegará á decirse lo mismo que de Aguirre, del inteli-
gente compositor D. Benigno de lá Torre, pUCnista que goza ya
en Guadalajara de mucha popularidad. .
El primer clarinetista de América, como le llamó & D. Adriaa
Galarza la prensa de los Estados Unidos, es hijo de Jalisco y
discípulo de D. Jesús González. También la prensa nacional se
ha ocupado muy & menudo de este genio, al hablar de varios
conciertos dados por él en el Gran Teatoo de México, y de los
positivos triunfos que alcanzó en el extranjero cuando lorma*
ba parte de la Orquesta típica mexicuna*
GÜADALAJARA 117
Entre lo8-inüsi<$dB eminentes de Jalisco, que según I» opinión
del maestro Joaquin Luna., podia haber lucido en el extranjero,
nxa. en la misma Italia, debe figurar el malogrado Francisco
González hijo del maestro D. Jesús, de quien ya hemos habla
m
do: baste decir que & los doce años tocaba á. primera vista la.
música m&s complicada que se le presentara, y que era de un
oido tan prodigioso, que Ift^piesa que escuchaba por primen
vez, &un la más difícil.la ejecutaba buhediataáiente 7 sib papel,
no perdiendo una sola nota m la más leve pausa. Kuri^ este
genio al nacer, pudiendo haber sido una de las glorias míM po-
sitivas del arte en Guadalajara.
Pero dejemos & Pablo J. Villaseñor, con el bello estilo que le.
distingue, decir quien era ese artista.
"El di» 12 de Abril de este tisí^ (1652) caminaba una procesión
idnelwe con na «tá.ud háeia li igii^a del o(mvento de írahote-
canos de Guadalalara: formaban el triste cortejo, ^venes lite-
ratos y filarmónicos: dentro del at&ud iba el oad&ver de. un Jo-
ven de diez y ocha años de edad: este joven se Hamo D. jB'ran*
dico QoriEales iUibio.
Nada ha^ de pompeen su entierro, porque era el encierro
de un jdvea. artista, iesdechr, de un pobre. La religión sola*
meiite y el sentimieiitD le manif estaban.' La rdig^oi», por que
118 aüAD ALA JARA
•Ua no distingue iM dases; el BeBtimieBto,\pov<|ae Um aiBigos
del moeito UocftbAii.
No8otto0 vemos todos los días fi esós ricos o^firaSoBos qae lle-
van BU soberbia hasta el sepiücro y lechemos qtxerido decir
con un poeta:
*'Oai;i:a ¡oh mortal! coa uairqsoles la un»
I>o tu eenim fétida reposa,
<^ pirfmide itmiensa í6 polñre tosa
Fenetoanr loft s^ttsanoí & la par.'
*•
Si; es dulce pensar que la muerte nos iguala, es bello creer
que todo es polvo cuando vemos alzarse ese polvo miserable y
querer dominar al mundo con la fuerza del dinero.
fMOAOBWEtmvla el dolor. Heaioé presMCÚdádo tti^muerte de
-irita joven que en tan tierna edad pfgmétla Ufo^eess espenii-
«lásttfMlIriaylldü fafeñilía. .
&íÍo ú dfreedron de un tan h&bfl prof eMnr ooúb to péáíé,
-Odiado de btttaítiteB dispóMciones pstra la taOalQBk 7 Bobre todo
de fecunda imaginación, habria ítido un'gfffeiMídeiHMifea: deftde
muj niño le olmos tocar el piano con adndrable deSitresa: &I08
catorce años ya cotaponia atgunes ensaype y & los dSes j seis
f0cribi6 la múrtea del Umno que se oan«6 eneliprimeraidvw*
sario dala fhilange ietttudiost poco después compuso xmalln-
ú^poOMf que de<fioó á la misma sociedad liteiaria» de la que
era socio.
Cuando H. Herz visitó nuestra lejana ciudad, cuando tuvi*
mos la fortuna de oír á ese hombre admirable, González se en-
tusiasmaba á la presencia sola de ese maestro; sus ojos brilla-
ban de entusiasmo ál oír solamente su nombre; y cuando aquel
artista hacia temblar de placer & su i^uditorio, nuestro amigo
entcaba en una conmoción que ya le datlaba, y aumentaba la
maligna enfermedad que lo arrebató ál mundo en la flor de sus
afios.
Acaso su fanaginacion abrevió sus dias; yo lo encontraba fre-
cuentémente triste y abatido, y aunque procuraba calmar con
palabras de amistad sus duros padecimientos, él con una son-
risa de resignación me decía; "No viva vd. descuidado
Guadalajara es fatal para los poetas, para los músicos y para
los pintores." ¡Triste verdad que salia deunoelábies que pron-
to ya no hablariao!
Hace quince dias que vimos entrar & la iglesia de Mexicalcingo
un joven loco; lo llevaban de la mano como & un nifio, como &
un imbécil.... Era Ireneo Gil ¡un poeta! .
120 GUADAJ^AJÁBA
O9ho dias después, algunos artistas aoompafiabaa un f éretio:
' adentro iba el cad&ver de D. José Castro, que murid en el
abandono mas triste ... . ¡era un pintor!
Hoy la sociedad ha visto morir & Gk>nzalez, le vio consumirse.
en el estudio, se deleitó con sus armonías y al ver su cad&ver
diria con indiferencia ¡era un músico!
Pero no se muera un usurero vü.
No deje de existir un rico. »
hoa carruajes se atrepellan tras del féretro y la inmensa
concurrencia de hombres q,ue asisten & los entieroe por ceremo-
ma llena las calles — ^
¡Triste, muy triste es hacer estas reñecxi<Mies! *Fero si la so-
«iedad aborrece S, lo^ r rtistas ^y s^ma á los que la devoran sin
piedad, dejénusla, q.'.o oiuinpre ha sido lo mismo, y coloquemos
una flor pálida en el sepulcro que encerró tantas ilusiones, tan-
tas esperan ;ra3 y tan ::uiiograda juventud/'
I^^ElenaTopete de Llano Salvador Órnelas, Florentino Lomelin
Jmó Haría Qomez, Gregorio Inostrosa y José Marta Rojos
Tertiz, estos son nombres que se pronuncian con respeto e:i
Guadalajara, cuando se habla de inteligentes pianistas. Inos-
trosa es adem&s un violinista de quien se expresa muy venta-
josamente el maestro Bivas, de México, y ocupa en la actúa-
OtTAl^i^IiAJABA 121
lidAd un paesto entre tos vioUnes primeros de la gran orquesta
del Ckxbservatorlo de la Cafetal.
BoKfirio Diaasie Uain6 un flautista quese atrajo justamente la
«teneioa. Fué ca]Uxosam«nte aplMulido en México á donde vi-
no & dar varios oondertoe.
Innumerables han sido los filarmónicos y ios maestios enten-
didos que re^^tra Ouadalajara en los fastos del divino arte, y
por lo mismo seria una empresa difícil la de darlos & conocer
á todoe-en estM apuntes.
En el arte de Apeles también ha t«iido' esta fecunda tierra
«sclSMcidQa hijos. En el primer tercio de este siglo figuraron
D. José Macfa' Uñarte, notable retratista» que enriqueció con
jus obras las mejores galerías y los más distinguidos salones
de la ciudad;
D. Félix Zarate, dedicaba su taller & las obras que del pincel
sallan para recibir culto en nuestros templos: fruto de sus
desvelos son multitud de cuadros que representan escenas de
la pasión de Jesucristo, sobre cuyo asunto le agradaba pin- *
tar.,
El inolvidable Jacobo Qalvez fué gloria de la pintura en Ja-
lisco. Los mejores cuadros que se conocen en la ciudad son
jDbra suya, entre otras, una magnifica copia de la Asunción, orí-
122 »UAiHMJAjK4
gizial de Huiillo quaie haUamil» CaMsil: «Ik BBtMJbp- dd 8i^
«
Araobiapo D. Pedro Eipinoea; pwU de 1» DiTfiíiSCIoaiedte del
]>«B(e, que» eomo teneaot dfdw, adoni» l^hetmni béyedadei
jMlon del gnn Te«faco Deg<rtUdo; ima oófiift exaste d«La««te
Grieto de Yan-Dik y oftioe machoe que mtía álíSiQSk mendMM»
Gftlvez también fué im distinguido arquiteoto, inmortelizO sa
nombre, como y* saben nuestros leetores» en él gxaa Teateo
que tenemos4Íesciito, juzgado por todos eomo el más grande» «I
mfis bello y el más adecuado á su objeto, que Ym^ 0« te Rej^
blica, según el gusto y exigencias de la épodh.
Foó maestro de la mayor parte d« les que aetualmente eid-
tlvan las bellas artes en JaUtoo.
J>. Felipe Castro, discípulo de Clavé, esotro pintor de altare^
putadon. Los cuadros de este artista se hallan eñ los mejores
templos de Guadalajara.
Por el bello estilo que le oaracteria y el don de trasmitir
sus vastos conocimientos, ha sido el profesor en loS principales
establecimientos de enseñanza; entre otros en el Liceo de NI*>
fias de San Diego.
El malogrado artista D. Gerardo Suarez, fué el discípulo más
distinguido de Calvez y su colaborador en la obra de la Divi>
' na Comedia en el Teatro.
Laa coiMdoQeB de m» heimomw cuadros m e«cB«Dtapia, 9^
mo lb« de Oalves y CMtio> en loe ealosfe de oves^vos mtsi^eo-
«odudoi peJauíof 7 en los mejoree edüloiae p&Uiooi^ reprapea-
taa4o arantoe pttteióticoe 6 religioeoei eecenMi de faiaiUmnitak-
tcp 7 paiegges ^Jeeutedoe oon aieeeteia.
Murió en temprana edad, dejando mi gnovado en.Uii
bellMartee, que fundaban en él^muyUeonyecasesperanaM* *
P. Pablo Yaldez, artista muy aventajado, es ahora el cate*
diitico 4e Fintuna en el Liceo de Yaronee del Estada
Hizo una carrera brillante en la Academia de San Carlos, de-
México, y en varias exposiciones han sido premiados sus her?
nuwos cuadros.
Hay también en Gadalajara algunas lefioms que se dedican
á la pintura oon muy buenos resultados, entre otras las señoii¿-
tas Dofia María Guadalupe Rincón Gallardo y Dofia Tlrginla
Silva que ya han expuesto sus obras en varios certámenes deL
airte..
B. Manuel Gómez Ibarra fué otro arquitecto célebre, & quien
el muy ilustrado Sr. Obispo D. Diego Aranda, confiábalas obras
de más importancia y aquellas para las cuales deseaba toda
la belleza y el mérito del arte. Obras suyas son las que
más llaman la atención en el Hospido, eomo la atrevida r
124 CfüADALAJABA
liennorfaiiiiA cúpnla de la capilla y el póitieo: él panteón
de Belén con mi larcófago-capllla, de entilo egipcio, corona-
da por vaa magestaoaa pixftmide de 40 metroe: la* t(nres
de catednl, ^ue oomo dijimos en otro lugar, desde el afio
1813 faltaban en esa grandiosa basílica; y otras macfaas oliras
ea que dejó Inmortalizado su nombre.
Debemos hacer constar que' este arqnitecto fué además muy
■caritatiTo:'.& las'personas de pocos recursos les dirigía algunas
pequefias obras 6 las aconsejaba en materia de solidez y
"buen gusto en varios trabajo) de su arte, sin cobrar hono-
rario algimo.
No es menos inteligente D. David Bravo, encargado en otra
época de todas las obras del Gobierno: el dirigi6 el grandioso pór-
tico de la Penitenciaria; la obra del palacio y otrss bastante
importantes que le dieron alta reputación.
Ta en la época en que se consumó la independeneia, era cé-
lebre el taller de escultura del insigne D. Victoriano Acufia»
jalisciense tan conocido en la República por haber enriquecido
con magnificas imágenes muchos templos de las principales
«iudades. Si alguna vez el lector se ha quedado extasiado
contemplando la imagen de la Virgen del Carmen en su igle-
üia de Guadalajara, ó la estatua del profeta EiSas, en la mis-
6UADALAJABA 125
ma, 6 las tres imágenes de Jesús María j JoBé, eñ la capilla
del Santuario de Zapopan, sepa que fueron obra de esta glo«
zlft del arte. *
Acuña vi^ió muchos affos, y por esa circunstancia dejó tantas
obras de su prodigioso buril en Jalisco.
D. Jesús- Lomelin, como arquitecto y decorador, es actual-
mente muy estimado en Quadalajara: las obras de éste género
en que más campean el buen gusto y la elegancia, son suyas.
¿Por qué no cerrar .este capitulo en que se trata de artistas
jaliscienses, con el genio de Tonalá llamado pajar 6 pajarito
comió se le decía?
Si bien es cierto que carecía de toda escuela y aun del tra-
to necesario para vivir en una sociedad culta, es siu embargo dig-
no de que|la historia le consagre una página, en gracia de su ha-
bilidad prodigiosa para retratar en barro á todo el que lo desea-
ba con un parecido extraordinario y sin otra herramienta que
una especie de esp&tula pequeña, aguda por una extremidad.
'So solo en Jalisco, sino también en muchos estados, figuran
en los museos y en gabinetes de hombres, notables las obras
de tan distinguido indígena.
CAPITULO XV,
El esinsKAL D. Pxdbo Ogazon.— B. Iokacio L. YaxJiAbta. — 1^-
bilamiento de un saceitdotb.— convenios db pochotitlah. —
El general D. José María Arteaoa.
La célebre campaña d» Calpulalpam en la cual Miramon per*
dio los mejores elementos del partido conservador el 22 de IHr
ciembre de 1800, determinó el triunfo de los constitudonaUsta»
en la mayor parte de la República, que por espacio de tres aflot
pas6 por una crisis terril^le y sangrienta. Los habitantes de
Guadalajara, asi como todos los progresistas y Iwnrados de la
Nación, suponiendo que los hombres que se hallaban al frente
del gobierno que acababa de triunfar, aprovecharían las leo
clones ée la experiencia; y q^e la cordura y la prudencia ñor-
marian sus actos por el camino del más severo patriotismo.
aüABALAJAÉA 127
ereyeron con finnftlma f é que habia llegado la hora de la Uni-
cidad y del verdadero e&grandesimiento de nuestro inf ortiuub-
dopaís.
Los comicios en él Estado de Jalisco ñamaron en IS&L al gé-
neral D. Pedro Ogazon, al gobierno', casi con aplauso de sus ha
hitantes. Mucho habia que esperar de un miembro ¡lustrado dé
Aquella sodedad, elevado & tan importante puesto.
D. Pedro Ogazon hizo con mediano fruto una carrera máfei
Men literaria que militar: era apreciado .en lo general, y cotto
ahogado no caréela de reputación; pero fi les pocos días de Wol
elevación al gobierno, grande fué el desencanto de lóS jallsdeii-
«M, Rofando que no exun la prudencia y la estricta Jastída las
«y&Mjerás de aquél magisfecado; y que una debilidad, eloeoeii-
fettiente demostrada cm sti actitud para con el guerrillero Anto-
nio Eojas, el asesino de'Blancarte y de quien haUáremof del-
fmaí», de]iU)aá loi habitantes del Estado ún garantías de tüogun
género. Honto el mayor descontento «6 tiiMlujo coa lá emigM-
cüon de ínultitüd de familias, al vecino Estado de GuanaJuaítO,
buscando en el paternal gobierno ¿el general D. llanuel Dobla^
do, la seguridad que no se hallaba en el del Sr. Ogazon que
aceptaba & Bojas enemigo de la sociedad, y era intransigente
con los miembros dignos de ella. Desde entonces el censo de la i
/
128 GUAJ>ALAJABA
IK>bl»don se redujo notablemente, enriqueciendo el de 1» clu-
diul de León.
Parte de la guarnición de Guadalajarala formaban un eseua-
droade facinerosos con el nombre de ^^Oaleana" mandado por
Bojas: los asesinatos, los robos y los raptos más escandeJosos
Be sucedían diariamente, perpetrados por aquella falange, sin
que el gobernador diera el menor síntoma de energía para re*
primir ttJes excesos. Pocos meses después de su elevadon al
poder, el Sr. Ogazon emprendió la campaña contra Iiozada en
la Sierra de Alica, dejando á su secretario, el lie. D. Ignacio L.
Yallarta al frente del gobierno dei Estado.
>Iucho hemos estimado siempre las cualidades que adornan
& Mte notable hijo de Jalisco: reconocemos sus virtudes priva-
das, sus vaistísimos conocimientos en la eienda del derecho» y
otras muy relevantes prendas que hacen del sabio ex-ministeo
de la Suprema Corte de Justicia, un hombre verdaderamente es-
timable en nuestra sociedad; pero & fuer de imparciales
debemos decir con la franqueza que nos distingue, que como
gobernante no lo hizo mejor que D. Pedro Ogazon. De pasio-
nes más cicaltadas que su antecesor en razón de su Juventud y
de carácter algo rencoroso, necesarífunente debía salirse & me-
nudo del camino de Justificación y prudencia que debe seguir
un buen gobernante.
GUADALAJABA 129
En Mayodel tAo de 18(0., fué acusado por conspizador eloapo>
Han del hospicio Don Ck^bino Gutie^$zi:«a»le redujo & priídon»
eneerr&ndosele en la Penitendaria» y oonsis^i&ndosele por 6r»
den del gobernador interino, al juez de distrito lie Don Leoni-
des Torres. Se le instruía el proceso respectivo y este marcha-
ba eon esa lentitud que todos sabmhos se emplea en asuntos
potttleos, cuMido el espíritu, en muchos cas(», es el de tener
inac^o á un Individuo que molesta; y trat&ndose del padre
^ Gutiérrez, se deda, que no habla pruebas que Justificaran los
cargos que se le hacian: lejos pues, muy lejos estaba la causa
de ser sentenciada, siquiera con visos de legalidad} cuando &
prime^ilos de Jtmio del ref ^do afío, llegi^ & Guadalajara la
muy 'brbte noticia del íudlamfento de! inóltidable Don Mel^
chorOeaonpo^Ungitto de Just» hídSgnadbín se laasó contra
Márqoes, autor de semejante asesinato: la exallacloa de lo»
liberales llegó con es^ motivo & la.mayor efervescencia y las
represalias siguieron & tan lamentable sueeio;pero las repre*
sallas, aunque reprobad^,' ejercidas en los. Jefes eapturadoa
por los que sostenían al gobierno coastitudonalista: se quitaba
la vida & los que con las armas en la mano atiK»b^ el poj^er
establecido. M Bt, yaUart^ no atendió tales oonsideraeioiMi y
polo oyendo la voz de sus pasiones de pwtido, hiso q^e él oono-
dmiento de la causa se lo avoc&ra la c oma ndi mc ia miUtart b^
180 OUADALÁJABÁ
•eiMil,«l]niiinodiftpor )» tarde mBikd& fOBUftr al desdichado
lÉoenitote. A tiempo ee le expoaiefea al gobernador todas las
monee que se agolpaban ea eontra de semejante ateatado;
multitud de peisoinas eaiaeterisadae del partido Uberal» eatrs
ellas el abogado del padre Gutierres Lie. l>on Jesús L. Porti-
llo 7 ánn el mismo Jues TorreSi sosteniendo hk Ineompetenda
militar, clamaron en oootra de esa determioadon que uHialába
los fueros de la faumanidad y ediabft un borteft indeleble en
la vidapftblioa del maglsteado: nad» ojr6 el Sr. VaUarta y 1*
«cden fuá ejecutada al dia sigoiente. ... Diesde e&toneM M
«ni^en6 las stnqiattaa del Estado de Jldisoo; .
. Poeos afies deQ>nes»ios escritos luminoBisiBflos de «stot in-
fligne abogado j«is setos en la Suprema Corte de Juitieiiw
todos en pro de les dsrfcftac del 4oto6fv»iiosliaeeB suponer que
ia sombra del padi» Outlsnes le inroduda tioeliet de inMamld^
yqtuseproirasDSftflsfihieerlosdesi^taer^squeeü contrft de Iib
fmtitia eoBMMtt «B 1* J«vwBtéidi él liombre floUéy de tdetttb,
^Mvufurepaivt SOS eitons alguna Tes.
Después de task aunpatüi costoéa, lie«(ha Un IM difihiodttkiéi^
te y slti lalOkbBifladqtté fhfii thurde empleó paiea lifcoeálb oon
froto él QuMtado y^iente gttMnl Den iToié OebsÓét» vélti6
tütenetalOgasoAá^iíadailaíarayeonélla ooltníina dé «¡Nh
4«iiiwiet| que^pMMV üsdécfbles tcabaj(« én AHea, dejaadofenn»-
0\?ADALÁJABA 181
do el 24 de Snero de 1802 un convenio qtto celebró con Lozada,
«
por medio de boa apoderados, en la lagaña de Pocbotitlan, en
el cual se comprometió Ogaaon & que se derog&ran todas las
leyeü y decretos que se hubiesen dado parajpo]rseguir & Loza-
da; y éste* convino, aanque no lo cumplió, en disolver todas
9
ras fuensas. Tiempo, sangre y dinero perdidos. •
Clon motivo del trastorno que conmovió al pafs, orig^ado
por la invasión fiancesa, que tra}o ft Ma'timinano, fué inte-
rrumpido el régimen constitucional en Jalisco, y por 6rden
superior llegó cJ general Don José Maiia Arteaga, & Ouadálaja-
n, como gobernador y comandante militar de la plaa^, & me-
diados del aff o de 1802.
Ya en esta época, la ciudad comenxó & reparar lAS grandes \
arezlascaanda* por las luchas constantes de que fué teatro
por espacio de dies aflos: los propietarios levantaron las casas
caldas: la gefatura dictó acertadas disposiciones prohibiendo
las canales exteriores, como molcftas & los transeúntes: puso
en vigw los bandorrelativos & la conservación de la bigieno
pt&Uic», y OuAdalaJAift volvió 4 ofreces el xifaeftoMipecto de
otros tietnpotfp
I
1
\
\
a>io
CAPITULO XVI.
Em EL lairEIllO.—LOS EJUrLEABCS IUPKRIAU18TAH.-^L0 <IVE 9U«
FREN LOS UÁSVSAmVi BB <nrADAMjiÁA.«-Qunsf SIU ASfrO"
Kio Rojas.
Tódfli sabemos (fáe tfáiaát^aimmtAhoa^jáal^bmibM. dal 81
d» itisyo de 18«8, ialidrea doll^adeo «m diree«iDii & gfka Iiota
Fot(M&»el Sr.Jum:^ m» Mioistpop y^les homlupes ii|i»pio^
xxdiMQtes del putidotUIDeiral» «& virtand de ]a«9voxi»iMtoft del
ejórciio francés, el ciul despaesde ocupar 1» ti&tUtol decOft Re-
pública, siguió inya(nends lós principales SstadoÉ de nñefftra
infortunada patriar
£1 día 2 de Enoro de 1894, tuTO noticia el ffeneral D. JoséMa
ría Arteaga, de que lo9 tavaiores bal) las negado & TepatlUan
guíente, flaoMMk) lo» elemfnUw» <ie ^iMrüqieBia y tovd'el «án'
minp del Sur eon ásxotn^w & Celtofü
.£1^7 Mwaiiealnda^serieiÁl w JefrBanliie, tf f^n-
to4fiJ»4lyM«ii, JsuedioM'éntnsiáSBMtle túgonofl j del»
eéwMMMlcÉrdefs^ináxóiia.^
El dia 8 eonyoo6 á una Jimta de nota^I^ & la.enftl cti}eiMC{pp£l#
nombramiento de auWdad^ P<3l];it4<9)IV j^ljl^MM ^ lOOnM^.
palea. Resaltaron agraciadas ^ e^tre. otras^ lai j[j/|p})ie|)|üMi |^
0ona8: Prefecto político, D. Mariano Morett, antiguo jMMMl'
y oomerciante AojtiTA4o^ XOAj^flta^i^ Mjfcr^NMtSipniMr, K
José. JU9ti9 jCI;(VIQ« IL, Ju^€^n^VCp iJErntHlr D. Asrt^JPMÍl'W*
d^ P. Te9^ M««in$M>«7"l>* Ig*ttcio:8»Ioéd»lferaB)«. «á-
pVfiff^ii, 'infHdáftQU, I^.^^nodscoCamai^nat-Ih ¿^
ios: 0. Agústin S. YUlai B. Agustin Porti-
Uó, I\EafimÍo Alonso y D. Tálente Quevedo. Suplantes: J>.
Antonio O. Guerra, D. Antonio A. del Castillo, D. Pablo .Qn*
ttéireí, D. Lorenso Bodrigues y D. Pascual Agnsí
Begidores propietarios: D. Ignacio Somero, B. ^esot ^to/h
134 auADiLÁJÁKÁ
Qómes Ibmm, X>. EmiUo Alv«m, D. Antonio Gn«m, B. Be-
nito PerM» D. Süroiferi Órnelas y D. Fnuiclfoo GiU
Begidoreí fuplentef: D. Fmntiifco Ahumada, P. A^foirtln Gil,
D. Emilio Cafttllo Negrete, P. Oeleo Fnneo^ D: Joequin Son-
M, P. Tleente Somero, P. Severo O GneR% D. FApe Her*
nendes Bojee, D. Jeens Bodrignes, D. Urbaoo JQ^mieeo, D.
Domingo Argttello y J). Bemon Bomero.
Trae diee después entr6 con tu división el genere! D. Mi^rael
Ifiramon, haciende sos faerzás mal equipadas y hasta hara-
pientas, un papel muy desairado Junto á loe lujoioe soldodoi
El general Báttbie, después de distar algunas Órdenes reía-
tiTas &.Ia cawpafia contra las numerosas partidas de republica-
nos que hfkhia en Colima, Kiohoacan, Slnaloa y otres Estados
limitrefes & Jalisco, regresó & Héxico, dejando con el carieler
de comandante militar al general Douay quien á loe pocos me-
ses fué sustituido en este puesto por el barón general Keigd.
Mucho se dejó sentir en Jalisco, como en todas partas, la
presión extranjera; pero mucho más con la comandancia de
Neigri, quien pretendía que todos los ciudadanos pacifieos de
las poblaciones cortas, le ayudaran Ai perseguir despartidas
de repañ[>Ilcano8 que habla en el Estado. Se indignaba cuando
sabifrqu.elQihMeQdftdoiífguavdMido un» prudente iie«tn4l«
dftd, 89 alMrt€»lan do p«rtid9»r.& 1» roiii»ndiMf>ftj» Ii^Botud* d«
tal 6 eiul faena á ras fincas/la coa} muchas yecM penoanada
•n eÜM algan tiempo y se proveía de varioi reotmoi. .En Ko-
Tiembre 21 de 1864 imptiBo variaa multas por este motivo: al
propietario de la Hadeoda de *5E1 Plan*', mil pesof * al de *>Lai|
Navajas", doscientos, al de *'E1 SSapQte", mil pesos, j al de
"Potrerilloa", seiscientos.
Si 4 lo anterior se agrega la persecución en Ouadali^ara 9,
las personas que no eran adictas al imperio; Jos abusos de con-
sideración que cometían en el seno de las familias los oficiales
alojados por 6rden de la comandancia, en las casas de |MirtÍca^
lares; los frecuentes casos que se dieron de que insultados en
las oaUes-nuestros paisanos per saldados fEsneeses^rfti seles
flpaola la mas leve resistenda> wan iHpgeeliendidoP 7 ^eslaiados
enemifoidela Fcaa^cia, si^etindoloa & la Coste Marcdal; la
saiu^ie de nuestros compatriotas que e^te sinies^ tribibial
dernm^^ sin piedad; si se] atíende' & todo esto, lepetimoB, S6
«ompsenderi hasta qué giado eran «reeLetites el disguato y la
constante ansiedad en que vlvian los habitantes de aquella
. Ba.fbieqido de ia verdad debemos dsdr que la majnr
parte de las moloitias, de las humiUaeionef y auii de lof
tÉ«l«<Mi6Ímkiy»iAtte de lor dMrgiittiá5íí''<í^{ot
tiné eonmíiBStí3£6imo ú'liáljlkii'adb^ziad' títk títerreocióa
"En «I Éftíbrérno mip«riál sucesivamente fueron nombrados
étahíJíiiktAihSim,' 1>* "Úánainigo' ÜaouMi, I^. Jesús Lopes
Poifdlfo y el general' D'. IgfhíMsió Outieires. Mucho atonuA «1
segundo, en su época, los desmanes de los extranjeros, inter-
íkAifóndd ieOn ír^áiéBclasii influjo poderoso en favor desús
Í^Uianós', y sise \dó con profundo sentimiento por los republi-
cfüKM, que un liberal dé los antecedentes del Sr. López Forti-
lió sirvierá'at Im|>eiTo, en cambio se lé estimaron Ibs'servieioá
Qfté 1ün> ' & mizebds en esa ^poca terrible.
Entrétantolaspóblaéoíiétf del Gtar del ISMó, B^éédUÉft
ttéiiM'q«e lc« fatolfitústes • de Ouadalajará ébn 'W láéám'éé
ffépiMlealAM^ \|&lo|^néM dwfiorgoUñzadlta/^Wite'ÚMuí'VBtf-
||ld»1i&bi*«i6 régióD) Sobl^ iMi>t con laí dé- jS^fittní'iStitiferéez;
^loelilnr las áttassú» deV etftéhlelM tetMMt'iilriiétote^BiiiR
>4.Birémos ya^eoa Btett^weteMatth^^deii-éift ftlt yW B SfaéUtt ibJ
lAJe.
Antonio Bojas fué un^errillero feroz, caid un ban^lBiy^ ft
IIBievel'p«rtldolibér«I Jaüi&s debió lfab4rI«'aé)^(Mifi^ftalí'i[ÍM^
vS^iOfR «M de ttb |ftiiA>te d^ Bm dé^7aS|ctf, ^¿FcMiili'diüItip
6r4DAI¿AJASA 1S7
la cjrwíinirtuaoift de «flu la burba en tdda la oar% de íaltade al
fimo» éi^tp9, de toser la voe vonca y la minda no lolo'desa-
padble sino de fierarhacian de él tin tipo repT^antislmo. Era
mny ¡vaHeotef pero de Instíntos Terdaderamente sal^Jes.
' liaiidabaiuirefl^Mtode onatroeleiitoe hembreSt r4elata>
dos tmo0, delofl gaviHaft do bandoleros qne gozaban de mayor
celebridad; y el reito, de escapadoer de los preiidíes.
ISn laa épocas de revolución, dejaba siempre ti su paiío por
Wpoblacfo'neS, una huella terrible de sangre, de deshonra para
las familias y de escombros, por que incendiaba loS pueblos
no adictos & la cauBa que defendía.
Una vez, en Zapotlan, en la época delimperio, dictó una tardo
la bárbara orden de que fuera .quemada en medio de la plaza
la diligencia que lle^ de un punto ocupado por los franceses,
' asi como estaba, con pasajeros, bultos, cochero y caballos: al-
gunas personas lograren, no sin trabajo, salvar de tal senten-
cia & los pasajeros; pero el coche ardió hasta eonsiunixie y el
cochero fué fusilado y colgado en la orilla de la población *
En esta ocasión hubo en Zapetlan y al dia siguiente en Sajrula,
multitud de honrados vecinos asesinados, por que defendían de
laviolacioa á isiud esposan, O del pUlage svtít int«r9Se9i'
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OüADALAJABA 189
lAünNrta d« ért» ydot «fiot máf terd«, al fraitod* cton lion-
bni montftdot 7 bi«i «nnadof , btno6 eon «hinco ft BeftlMlio,
qne jra habla Mcendido & «pronel. El 10 de Noriembro d« laM
Iba Mte eon ciento eljicaenta hombres en el camino de JeÜNo
ft Colima, hidaia ponto llunado **E1 Guayabo:" Ganfa lo en-
•onti6, M^tEab6 nna Ivdia terrible que duró poco tiempo:
él republcano triunfó de lot fianeeeefl y eumpUd su Juramento
partiendo di penonalmento de un tablazo, la cabeza del co-
nme^BcrtlitUii.
188 mJj>ÁXMÁ3U
Eta «no de tatei iMétaM de Binafl 4tíe gOBtoro, CftjOui» Tes
.en BU poder el eapttea 6 Jete de Ut partida denotada, y atktm
de fmilwlo, mandó quitorle ]a piel de U planta de Kmi plé<7
lo biso andar algan tiempo en tan lattímoio estado.
Iniquidad no menos lUNOible oometió en otra oeaüon oon
los prisioneros José Antonio Qonxaliiz j HJatUde Mnrillo, & quie*
nes les mandó sacar los ojoe con un puSai: & estas deigraeia^
das victimas^ jie les pasaba una^nsion decente, deeretada por
Maximiliano, en Octubre de 1869.
Este monstruo que tanto combatió por las Instituciones re-
pubicanas sin comprenderlas, derramando m&s sangre humana
que todos los tiranos del mundo, como dice Ireneo Paz en su
obra '^Algunas Campafias"; este hombre que fué el terror de los
pueblos de Jalisco; este desgraciado que debió haber muerto
den ocasiones en un patíbvlo, pereció gloriosamente disparan-
do sus armas contra los Invasores. El 23 de Enero de 1865 e«-
tando en laVauchezía de Potrexlllos, al Sur de Jaliaeo, dando des_
canso k su fuerza, fué sorprendido por el capitán francés Ber
fhelin. ' Aunque en medio de la confnsion natural que produce
una sorpresa resistieron las fuerzas republicanas tdgun tiempo,
después tuvieron que emprender la fuga. Bntre los sesenta
muertos republicanos que hubo en este lance, ve halló el cadi^
ver de X(ojas junto ú rifle que vsaba.
GtJADALAJABA 189
ItaMnJgods Bo}«i, el goiMiál 0. JuUo aaida, ]«t6 ▼eagar
1a iñutrle d« ésto jdot «fiot máf terde, •! fnnte de den hom-
brei montMlot 7 bien «miados, buscó con ahinco & Berihelin,
que 7a habla aacendido & opronel. £1 10 de NoTÍembre de 1366
Iba este con ciento cljicaenta hombrea en el camino de Jalisco
á Colima, hiciana pnnto llamado "El Guayabo:" García lo ea-
oonti6, M^tzabó una lucha terrible que duro poco tiempo:
el repttblcano ttfunfó de loi franceses 7 emnpHó su jonunento
partiendo él personalmente de un lablazoi la cabeza del co-
10
CAPITULO XVIIv
ANGELA P£BALTA«— PRISIÓN DE IRSKIO B4&
En compensación, otros buenos hijos de Jaliseo repartidos
por todos los Estados en que habia fuerzas republicanas, lu-
charon sin cesar contra la intervención: unos & las órdenes del
general Bé^Ies, en Michoacan; otros con D. Mariano Escobe-
do, en Tamaulipas, la mayor parte, con el inmaculado Jalisden-
se D. Bamon Corona, en Sinaloa, y no faltaron otros & las ór-
denes del general Díaz, en Oaxaca. Muchos jóvenes que por
diversas circunstancias de familia, no pudieron continuar lu-
chando con las armasen la mano, lo hicieron en el periodismo.
Ireneo Paz, por ejemplo, fundó "El Payaso," periódico de es-
tilo jocoso, que saltó & la liza con un brio extraordinario. En
obsequio de la verdad, aunque con pena, debemos decir, que
OlAAAJUOáBA il4L
mil» <VQMw:itM[!tt6 4# vmMlb$iíl^fim ümH^ -mUi^' «Mlt
diable. Fué **E1 Payaso" de tuita popularidad,? 4119 .4tau»rfl
]RiQP«(ador mandó pedk un» coleeejoBJpcv c^^ductcr del Oofxüo
'^ iá l«aa«ir»l¿HÍil|fo¿^il¡fi)l^^ Itt^ "t^
Kottdoflo/*
Eá Odttíltí« flé^áíl^ ms!ó áfruadlOaJára, nuésin Inolvidable
oompatrioto 7 dütbgulda artista Angela Peníta de Casteía:
ella efferenó el gran *'Teatoo Degollado", aungue fait^n^ole
entonces, el mageetooso íreñtitfpicio, la mayor parte de ipi o^
oamentadon interior y el .elegante mobi^^iip guft abo^ üenji.
La ciudad goz6 por algoi) tiempo de )acf o]>na inmortalefl d^
' « * •
Yerdi,Meyerb«er»IH>i)jl^^J!^llinJi,iS^)fl^ igtmám
xnaMtrofl|.admJi|%bl^epte, iftt^qneejbadQB po^ ti r jafOsefiof mtf
xlcano: «asi olYidacdo lotbal4tuat«j|^)<)».1^Bqtq)^^^|b^^
de la patria, sojuzgada por el sable francés.
IJA noche en que la Peralta cant$,por última vez en esta
. • • .,*
temporada, el público concurrid en masa con elfin de tributar
• . ' ■ */ " ■
fas más ardientes hozpénajes & la distinguiclA prima donna.
La funáon promotia «Ñftr'biÉ^IAffflda, jr poé^lA tarde ya se
ofradao grande c»&U4ifM| t9>9l^.mt.V»:^w t^reoro. So
142 náMLUUAJL
Irento Pu, tn fa obM liiter«ttnti8imft <*AIgtinu Campa-
ftM^** wflw», «mo <t ailia h ai ntlp » un iacideiita oeonido en
«M nochf nmnozaUa: daJáBMilali,^ la rpalalinik iKm I» «val
saldrán gananciofloi nneitioi lectonf. ■.
*'£1 j6von Mpo0o de la Peralta que habla sido mi oompekftero
de colegio 7 á quien no oonociamos en Quadalajara como Cas-
: • /i - ■ ' ■ •
tera sino como Eugenio Kicol, por haberse educado en la casa
r . i.. . <
del viejo Nicol, me comprometió deltUite de ella, con quien
también cultivé amistad intima, á que le dijera algo aque-
lla noche. ¿Qué habla de hacer? El talento de esa gran ar-
tista me tenia extasíado; adem&s, hubo otras drcunstanciAS
i^e no podé desatendéSr, y & rieSgo de todo, me presenté dn
pleno teatro al ler Üamada & la escena por la centésima vez, y
tave; qtflétl sabe si él valor 5 la insensfttes de recitarle uha
poesía compuesta por mi para aquella noche, con sus alusiones
indispensables.— Una de mis estrofas decia:
lAhl de tantas alegrías,
Kos quedará la memoria! ....
I|9y las penas son impías . « . .
Tal veas en mejores días
AmsdwaoMJUif th ffkttSa.
OVlDMJtSJmi^r^ íiB
m
con frenesí. EBtibaiqos donOaados por U tojr del tftble j divi<^,
^iJlMings en el porvenir un* persp0ctlva d9 ^beictad* ¿eómo qo
•h»bieino8 de dur expwatoaeg inuestca aprifliost^.^ptn* .
sliunno?- • *.
Aog^Pen|lto«onni9i4dfti4oM[9^0«tiI|»dftpof la flokn'*
niduádelmomeoto^M precipita en ni» brwqti rigntUgand»*
asi, qw e^ferediaba eo«o MQO ^todpi b» Iwenog ne^deanoi;
el p&bUc» «e pwaa entonees delirante. El efeen^ ie iauad6
materiálment^eiltxceSf y enando jajia ^láUaflom qi^mh -
jar, Uovieron sombrero*, eapas, abrigos da M!fi4>c» y ffwpto.ffo^ ,
encontraba que pudiera isignificar.Y|n% loapifMMop áfi pim-,
Xa oiqíuifea, . pqgt Ü <a]|b4^Iywr Imp Bliii^ . p^ jm41fl^ ;lQp6. .
OoBH^ pdr «Quinto se Ueii6 il teatro dO'iillos .«ntoadMoi pi•^
rat>agM? «npiawiiQn t la qiwiW»j>sti|t»jw » Bd l| w n »» Algow^l» »
jo eik medio del tumulto, que era ntcesaiia esta oyAaIob, y M4
he^iiSLtodolO'qua'fla fliqeatrift«'floii:lfkynmtÍtnA«» iwn^
liO0«ritai'de «otositAnO' eeatfamiuro^ikkiafttm Angila Pe* -.
natfk 9imbi*ba dci ti»Jf 7 yo pudo M«»t^tiHM l^«yo&d^ «1 ^
144 a^attí^liák
■ idkia 'flÁ iaa*JíAi¿iy^iá¿ Illa» Skt^ib -rtiMX'-i^toát >him iiiM^Éá.t^fct ^á.
a]]Siudt''d0loir ^qí» (biai-eit éñarlnarzícnttMBion, «mpotanl» ft -
pediimeá ▼ooM. Salí •! balcón y saludé: pero trinani í it ua»
glMMMpVftd tt ^tfi^^^ÉM á^jMA cMNa*B*tt0MBBto0vpnMii«
QMI9 «r onm » iflr Forinva pMW i wpuuuui invjor tío nrw^[w*
iMBwpWBnwL 'Wor » couihivb wwiik (i6vniAnr<MUBoe aemv^
cll%ittMlUévMlM«WiN:
**¡diáuÍo al gáiioi iSaündo t lof qñe'to comprtttdttl ylo admt«^
lan! En eite toftante ae pnaentaft noaofcroa eomo él afmlñliy^
d4/^b0tt»dí;''ttétáb!Íft ^t(j^ ^aátr rti liwA
en foBilei y qoe todoe aeoa oocannea in<MMiioépl|tatMr4* '
vft pasara adelante; pera como lamnltitad insistta en 4M
QVáBAJUUAIU ^ ÍA&i
ces paia ser nevado & ima prisloii. La mia no debia tardas, te*
puestos aquellos aatecedentM y desde luego mededique á ha-
cer mis ineporativQS parj^ evadlnne de Quadalajanw Alguoon:
aisiagos estskbaa dispuestos i aoompa^arme, y solo uos laltaU
pcoporeio|i«nigi.ux)os pasaportes que yo podia adquirir^ pues-
no bábia cao^o ^e no estnylfl^ra extrietamente vigilado. La .
ley marcial estaba deeretftda y sin necesidad de ella se fallaba
& todos los Bospediosos que eran encontrados fuera de laspo«
blacioBes. ^
I Me íH tft S Itu aden aesMiAe deeldiise con la órdén de saS^MU*
Blon dictada por eloomisario imperial contra ««BLIlettfllMO**
que yo redactaba. Esto di6^inai8ttn A otia^aueva In^^rfiMiieia
mia>.ptes n i o nrti l ei» b fc ya ittlwMbl»]Bemejan^ y*g^ Iisiidé11«
Jar en todos los lugares pftblicbs unitfi tiras con el siguiente re*
laio: **Pbr 6itten del general D. Ignado Gutiérrez, se stispende
la pubíleadon de SI NotkioéoV Se despide de sus lectores hasta
mejores dlaa"
Se prodÉjo el «setedÉlo eonsigiiieiite; la p6lidá fué enMigíi^ '
da de arrancar teUns y Ae bosear al editor kespossable» 1^-
nia, pues, tiempo de hidr vüeniSM se t)factieaba la faiquieitoiia.
Ya fiod^iqs^ilft lU»ir Jolo ms isttiilMi xtwesK ilgw
146 auÁXUZJLJAttA
mif eUeiitif piv» dejtt «flAgiiiidA la mAtítk&aéñáñ'tiú Uñ
nSÜK
El dia 12 de Noviembre de 1866 foé él deelgni^opam saUxme
de la cindad. Me leranté temprano y 8aU & la calle para haeev
mü tütfanof arreglos. En la noche a&terior faenm aprehendí-
doi el coronel Cailmiro Paz j CelfaCehellofl, tfnmottn» qap
Jusüflcara el procedimiento. Qniz&s era tiemi>o de salranaQ
todavía observando algunas peqneSai precauciones.
Vélvl & mi casa llevando ua pequefto obsequio & mi esposa.
.«^Yoy otea vez &laciúlela dije: si bo vuoKfO ft rnmsi m po«-
qae estoy prsMt
^i-pmsnp «a«as, me dUo Uocando.
--Ito4«toaopvate pmcisolff sgnt^sts <ihHiil»«lol>i y 1119
marché»
^eni^n^da m^nosqn^ recoger 4elaPreí«GtQy%loSj>QfisisriffS
piignpqrtes en blanca que debia propordonaime^un amigo.
XJn Jí^«» llamado Juan YiUa, que habla tido mi oondisdpa*
lo a» cói^9 y que 4 la vez so enoontraba emplesdoi me salo»»
cftf íntf y •'wtuoso y xs^ ^. j^ tomando ftt soAkiMo:
^,CW*«<«> "^ alegro da verte p<w aquit
j^,,go«»nago«iomiiy|nipó,rt^taqwe«iiwilssrtt, Bácta.
fectO, o; • í:
jíé 9pe Juitn YUlft :íuem un dotator.
. Tn¿%Bé éeMftbflS de vúf le prergantd eaando volvidé - ^
— l<rádft, me contestó con la V09 alterada, creía que traías al"
gun negocio en que pudiera servirte.
~¡AhI comprendo, murmuré tristemente, 7 nos despedimos.
Al salir del palacio, me encontré con ^09 poUclM (^Vi ^^
-^¿Quién avisó & Vds« que aquí me encontraba? les preg:untd<
-^Él señor Tilla, me contestó uno de ellos.
El'otio nie insiimd' que volviera con disimulo la cabeza. '
£i denimeiaiile estaba en el balcón solazándose en su obra!
iSélBipre me reis^sto & encontrar sentimientos pervesos en
J
personas educadas y siempre soy victima de ellos .... Sin aqno
lia denuncia, la tarde y noche habrían sido bastantes pava^o*
nezme fuera del alcance del general Gutiérrez.
,pQm^,M^líO «\ie.h%y enb:e ell^a^iio y la:SeiatAii€MaLdo
f^nVkdfa^lalaiaM^faa^tMt^ Intgo, eojBayó ow^Bods eonduotoreB at
rejunto d« ,U se^m:^* ofi^éndolfs Imtfi to .qw» «to pMifr
«, 0.-11.
148 GüABÁLAJTABA
ctuoiAlrieff; peto solo uno do ellos sé mostró floxible. Apelar &
la violencia no en posible por que no estabaannaao.
Al llegar a la piisioa Mee otro impulso que también me 8aU6
*
fallido. Cuando llegpomoB ft una galería enteramente soUiarfo,
próxima & la puerta de hierro que babia de cerrarse tras de ai
^n pesados cerrojos^ me detuve resueltamente. Creía oontar
con uno de aquellos hombres que se hablan manifestado ei|
mi favor.
--Áqui lo arref lamoi por bien ó por la fuerza les dije: Uds.
me van á dejar escapar.
Se cambiaron ambos algunas palabras en secreto y me dijo
Vno de ellos.
—Esta bien, v&monos arreglando.
Tomé mi relox de oro qon todo y cadena, reeoji de mis bolsi^
lloS cuanto dinero lle\'aba, me saque del dedo una sortija, é iba
& entregarles todo esto, cuando aparejó un hombre & nuestra
espalda que dijo con tono imperioso:
•\ «-«¿Qué hacen uds, aqui?
•*>¡E1 Jefe! exclamó uno de mis goardlAses.
- Ya no hubo recurso alguno: fui encerrado en aqtdDa cSreel
hidmeda y sombña, en el galerón abovedado donde se eneon-
tatími t9do9 los infelices consignados & las cortes mar^lefl. '
QUASAIiÁJAIU.
149
^ Carooloro que •» un sargeato de gnndei bigoiM, coa mi»
cicatriz «■ la «ara, abrió nn calaboio qu« estaba i U ixqiiierda
del portón, me empajó áUÍ tín deeirm^ una palabra ^ en segui
ida e«h6 los cerrojo8\ ..."
• •• ••♦ •
CAPITULO xvm.
Li Coan ]íaboial.~El ooboril D. Eulooid PABKA«->DiBuyrA
tm LOS PAAHCBBBS Bl LA. GOKOlfIUiA.^jALIB00 VUBLVB ÁLBÉtOl-
MBM ConmrVCIOHAL FRDOBO «Ul inVOCir UlAOOyPlBIDO AL
amSAL COROVA*
fintrt ios caudillos npablicuos k quienes Iiabia tocado la
bunonsa íortona do hállane con nuoYOS y favorables vientos,
despaos de la deshecha tempestad que por pooo hace navínear
la nave de la República, fué al general Corona, en Occidente.
B hecho de qae en esa importante pacte de la Bepúbliea^sos-
Imrieía, mías tsoss coa éadto adverso y las mis con favorable
te digMMadnag|»nal,no dejando un solodia de disparar fof
amnB tonim los ihuiceses 6 ras ftliadós, iodeol« de un gran
prestigio 7 con él turo los elementos suficientes para levantar
bien pronto un ejercito respetable, en el enal figuraron desde
luego eomo subalternos del c&udillo, los bien acieditados Jefes
B&valos, Saaved», Bnbí, Salsum, Donato Onen», ]ttvque&*
Eulogio Pana» Ángel MutiBei, Toled^ anttadcMCdlgnMio.Bii'
cudero. Una brigada de esta division-mandd 4 mediados 4o Oc« .
tubre de 1806, & expedieioaa» i JaU^bixi, kU^ MaaeA del «u
líente coronel Eulogio Parra.
Las noticias desoonsoladoraA b^b»: losimpeiiÜlstMy de iotí
triiftUoe aleaoadoa por^geacoeal Corona- eo Ba&9n»,'lá Oea»
cepoion Acaponeta y Saa Feérocla de que el 19* de Noviembre
habla ooiQ)ado éí puerto de Ifcasatlaii) y la de la i^ttoxiltttfolen
de la- brigada de operaeicties mandüdJa por Parra, próduJeMüi
en él apocado genend Ignacio OhidMves, Cottiiiidaato ndlüav
de JUlíkiO, una desmoransadon extraordinaria, aunque está
'no le biza deponer su earitcter despótico y cruel.
Continuaban las prisiones y los fusilamientos: en el último
mes del gobierno imperial en Quadalajara, fueron encerrada en
la PenitOnc&ria, ocbente y seis individuos, & dSspodTcion dé la
Corte Marcial; y de estos se ejeoutaion nueve: los qub fie
aprehettdiecon,,. q¡mámji^ esmigiMiiMh i^ fttegrotipflawtei lütfr'
15¿ oüAdIUCjXbá .
ron treinta jiniAtiú, por MOn^politicofl, entre ellos, los co-
nocidos miembrof de aquella sededad Ireneo Fas, üe quien ya
hablamos, P. José M. Caftanes, D. Celso Ceballos, P. Miguel
Perer., P, M»uri«"i" Vnf?ez.^ el or»^«l"r popular P. Kmetcrio I»o-
1<e'iiuir(«r )«rt» <k; IM que' «ran juxpidoii porlri (*<*rte Mai**
vM, Artn l»«f sentenvUrlos k muerte, de so,*» ocian el íleíito de
que se les sctHaba. Las autoridadcír-de los pueblos coniij^ua-
ban á todo el que querían, muchas vecez satisfaciendo odios
twisoiiaiss, manifestando en el parte, que aquel individuo, per»
tenefia, hsbia j>eteneoido 6 se süspeciiaba que píestenedera á
tol.¿ enal gavilla de, ladrones 6 ^alibecales, y eso exa bas-
tante para perder al s«usado. £1 bárbaro triifunal se ItmitalA
& preguntarle si tenia descarga que hacer 6 alguna manera de
probi^r su inoeeneia: el consignado» que rara vez negaba &
comjprei4jler de lo que se farataba^ respondía cualquiera ooea^
muchas veces en su perjuicio, y. los jueces íallftban exponienr»
do, que en virtud de no haber sido desvanecidos los cargos, se
«e&dénaba al presunto reo & tal O cual pena, según era el bu-
mor de los togados militares, siendo las más veces, á la de
muerte,.
lEí «i^fstbm a# 1% F«idte&oiaif»}lBfotm^ |i1i«ii«o Fas, qv» en
lo«tUtímo|m«fl6SdelImp9ijo»]iabiaiM»aiipalU4o «loiftttimlo
i 179 individuos, Qondenadofl por U Corte JUwcial . , -•
¡Qué imnenM iMpontaUlidad oontrajeron loa qtie no «A-
tisfechos con' leí rioe de skngrc derramad» por la indcpehdcn<ia
r CU niiGfitrvus constonte« hH;ím$ frRtrM*i«Hi9, llamaron ♦^erdnjjoí
extmuferoi» {lAffl eol^fiftpar nijU non «Uh e^te riit«ddo 9ue]6'*T.m
hi.stttriik los itiAldice: r|t>«otr«>4 l«xi |icr<loiiainb«i, auiiqiio no«e»»t.'
lan {woluudo horror.
La bri^a de D. Eulogio Parra se componía de trés sécele*
nes: la primera, formada con el cuerpo ftamirez y el batallozí
DégoUadOf iba al mando del mismo coronel Parra; la segtmdd,
compuesta del I ataUon Guias de Jalisco y del Lijero de JátU*
«o, esia1>a &. las Ordenes del coronel D. Francisco Tolcntino; y lá
tercera, á ctiyo frente marchaba el coronel Donato Querrá, se
componía de las guerrillas Bl SattOf Ocamjpo, Indepvndeiwia y
Martínez, al mando snceslramente de los jefes Bernabé Ramt-
rez,' Jesús Arteaga, Celso Cosío' y Bamon Martínez; del escua-
drón Guerrero, mandado por el comandante D. Flor6ncÍ9 Fa-
cbecó y del batallón Miteto & los órdeneá del .teniente coronel
D. José Palacio. Cuando por la orden general se dio k recono-
.eer esta brigada como la de vanguardi» del Ejército de Occl«
d«ate« le dlecon & jeconocer también ( FttfM «omo^ Jefe 7 por
15á qx^ádájU^áWL
•
iegünd» é'l>teflloatt0Rft¿ Ak^ñoMf M te* «dmcA^ di* iM&r-
bnmüMito dvOomaJBdMto uiillter del Altado de JtnsM.
FwtTi^ d^q^ilAfl do expodloldiiAr por «1 Sor del SsUdo, mmw-
06 & OnadAiajara ol 17 de Diciembre del referido afio, solo coa
el objeto de moleatar i Oatteiier, coya faltado .inimo- lo mn
ooiuMida7 acaaqpó OH él paeito de danta Marte» & doo' logiiir
de la oiudad} petó ya entrada la jioche, fué advertido por ent
exploradores de que había salido de Zapotlan el 16 tina ootaa&i>
na desetedentos hoAbres^ la cual se hallaba pernoctando en
él rapchode laf CéboUatt «ercade Zaooaleo: entonces dispaso
que & las tres de la madrugada oontramardiaran sut fuereña
par» salir al encuentro del enemigo, enviando^en observaeioa
al comandante D. Hipólito Loreto que mandábala vanguardia»
j quien & las once de la mañana del 18, comenzó & batirse con
la descubierta imperialista. Dictadas oportunas diquelónos
por él coronel Parra, dio & mandar la derecha; al coronel Donato
Guerra, la izqui^rdaí al coronel D. Miguel Feregrin, Parra to-
mó el centro, y cubrió la retaguardia el coronel D. Francisco
ToIéñtIn'<).
La columna imperialista al mando del coronel francas Sa-
yan, compuesta de doscientos sesenta franceses del batallón do
caladores, y et resto de mexicanos, atacó briosamenie & los
vepaBIISaik}»; pt^ efftoü; batiéndose «oniiotbéDbr ftrfcÍ€9fto^
tallft M bis» en bMTii iastantes gienenl. Lm trancefes'^Tóff-
vIeiúnálttisáiiMcoiií]ttp0tti(e«iÍbiépovB4VQtite rft,
Hiendo Ifttdtflurpor aqpeíaltr delhmi y rntüte. Aqvl,
oauM penS) tielMmos decir, foa te iiHgiw peMerdéloi efifidBdni -
mexieanos iBapexUúistM, huyeroQ desde el primer a^qi^e, .
El eoronel Fura» com|nreBdiendo que una c^rga decisiva po-
dia darle la victoria,, mand6 una columna por la retajj^oardia
del enemigo, & la vez que la caballería le atacaba por los flan-
eoe. Los franceses demostraron en esos momentos, un valor
que correspondía á la fama adquirida por el soldado francés.
Resistiendo el choque de los que con pujanza terrible los aco-
mutian, lucharon con denuedo, muriendo en esta car¿a, el oo-
ronel Sayan, Jefe de la columna, el capitán H. Bourwel, el te-
niente Aniye y ros subtéiiéntetf'trOiichoil y Petity considera-
ble número de soldados. Viendo los pocos que kan quedaban
eon vida, que no era posible resistir por másüempo É súscóh"
traribs, se retiraron hacia la hacienda del ^'Pláñ", batiéndose
ineeüítí&i^liieAté, atm<iae péiÍ6¿ttii^dé cerca péi dW eóltúüi^- '
uMth^áíbtSíeíiiíi^títílíKAÚ^^ A UrwiHk Somaté-
Ilegüo& Imtakteat tí. éérro de *nM C^brarf** f en tM p(h
tMiáú quétéil ph>|»fcfóilaW algui^ VeiitaTa iMtnt r^tíH^fkW*
158f OUAl)AtAJARJL
Excasado es decbr que los republicanos tñtoron con machas
oonsideraciones & los prisioneros franceses. Él comandante l¿r'
Seré de XÜUrtí» éBbOmiA tóíóñ^'^9 vcttv^títb'ttn lédbai 25
de Dldembre^ y ]« decia, entre otras,' las sfgoienteff palabras:
*<DeSde el ¿Ba de llk (denota hasta' ilitestra üegada'ft OasdáIa|a-
ra, 4ta# tora lugar el d!^ 21» hemossldo objeti» de la mayorflO'
lidtad por parte del saronel Parra, del geüenil*Qiiadarrama y
de tódós sos oficiales y soldados: lo mismo ha sido de los habi-
tantes d!e Quadalajara y de nuestros c(»ni$8itriotos residentes
en esta ciudad."
La derrota sufrida en La Coronilla por los unperialistas, lle-
nó de un pánico terrible al general Gutiérrez: increíble parece,
pero' el hecliü es^MStóricó: había tóñra guariüdon \^ cer^a de
tres mil hombres muy bien equipados, setenta y una piezas de
artiUeifa de todos caUtnrás^iúiiP «risteiísto^HJdiiSitltmblé'de pio-
y ectttés, taiontUMia, gaaado vaetmd, MuchAB «6¡eg6M ' útí &&ina,
abufidtote-niHiftéfo de'ittttSyi, uUifbriñes/ fusiles, muhi'clohes
y gíé» eioMéád' 9é éfeétdS de áivéráfur elátfes qtidüeiiiaii &&íai¡B^
cenÍMibs; y áA éttlltoirtit> de táuoaaiitírpsos' elementos, capaces
paraihslMirkoctKi rsMvafdejnitfni jil 8i»al eAronü AiH^,.!»;
Ignacio Qutienres evacuó la eiudad e^ la mafianadel J^Mdien-
d 7 h&eia Lagos y dejando, paca ir á la lijera . tet^M Aot el^eib
tos gtifi 2^bAmQ9 de apvnt^. ünlú|toii4dormgj..con^(N|bip-
te, dice:
**Ei material de gaeita, vivejrefl, vestoMo y otros ef^ietos
. ■ »» ••
gae en la plaza encontró el coronel Parra, pertenecientes il Jas
tropas imperialistas, al tomar posesión de ella^ ascendía en ya«
lor & trescientos mil duros,'*
tos mlúiinos. je|«s.jfejp|)l?li«anpf , jtam. se imaginaron aome-
js^^, desmoralización en el inimo de QatiarraSr.y enQiren4^'
ron la retirada en vez de avanzar h&cia Ifb dudad, iiKirg^e^aifi-
,^enqued^muy.malpf«a4a la brigada oon esteiifclio d«ar-
maSi liffil» qw «1 dia ao wiii«oinisiQia» del .oomQrsi0 de .GuAdfk-
lajaca'fl]é;& darles pairfte de lo oevnrído, deseosa á» que ooaato
•iitcAo(si||iH9^PaKM;'la plaza JVM»-9Fa tenia do6diafl.d*Leil»r
gnamecida solo por los comeniantes asmadoa ^ 3Sse patenodla
mandó con 'doscientos caballos al general Quadarrama & tomar
posesión de la pli
Al dia sigoiente, 21, hizo sn entrada & la dudad el pequefio
ejército del coronel D. Eulogio Parra, en medio délas aclama
dones dt la multitud.
Cúpole la gloria al activo y valiente gdnersJ Corona, de que
mientrai los demfii Estados de la República quedaban ion 8o«
160 elvAi>Ái.Aj£RÁ
metldM «t Imperio, A IfkbUk Izado 1* bandera nackmal ea Jift*
Ufloo y Sinaloa.
La ciudad no BuíriO nada absolutamoite en esta broBca (ni|«
ildon.
IxMi presos polítloM se salieron de la Penitendaila el día 19f
Babedoref de la buida del general Gutiérrez.
1£I dia 21 nombró Parra al lie. Ireneo Paz Secretarlo tafO, J9*
fe Político, S D. Beglno de la Mora y director general de!Íentaí
i D. José Haiia Hijar y Haro.
Pocos días después, la población ooaSbidefleKiptible entoslas*
mo engalanaba con flores y cortinas las puertas, ventanas y
balcones de la dudad, y llena de giatitod vitoreaba al béroe de
Occidente, al modesto gruerrero repnblicaao general Ramón
Corona que llegaba de M^featJan.
160 éVADÁLlJlRÁ
m«tidM ai Imperio, tfl AbU lado 1* bMiden nacioiud ta Jift>
Uieo y SliMloa.
Ia ciudad no BufriC nada absolutamente en esta brusca tni|->
sicion.
hOB presos políticos se salieron de la Penitenciarla el dia 19,
sabedores de la huida del general Gutierres.
IQ dia 21 nombró Parra al Lie' Ireneo Pas secretado suyo, Je<f
fe Político, & D. Reglno de la Mora y director general de ifentas
i t). José Halla H! jar y Haro.
Pocos dias después, la población coa^indeseripttble entuslas-
mo engalanaba con flores y cortinas las puertas, ventanas y
balcones de la dudad, y Uena de gratitud vitoreaba al héroe de
Ooeidente, al modesto guerrero repubUeano general Bamoo
Corona que llegaba de Matatlan.
CAPITULO XIX.
Otra vbc Faát Aktokio Algáldb.— El oamóxigo D. If anubl Ar-
TRAGA.— D. Manuel López Cotilla. ->D. Dionisio RoBRiaúKZf
— B. JüAN GirriBRRBZ MjkUiÍ]f.~SL Db. D. AftPMIN DB ^
EOSA.—D. Ignacio CaSedo.—D. José Palomab.— Otros no3(«
BRES GARTTATIYOS EN GVAOALA JARA.
Vamos 2i ocuparnos de los que vivieron practicando elblet)
h 1a sombra, en el misterio mi&s profundo: de aqueUos que si
pudieran levantarse del sepulcro, lo harían pan impoBemeetH-
lencto: de los ^e se&tfaka btmedoslos o^ copudo eniogaban
<
UgiíMSSs; y opáoMb el eórason coAndo aaitígabu dolores: d9
los que, om. fin, se identifieaban eon láft desgracias.
Aunque ya hemos hablado de las larguezas del Sr. Alcalde,
noiKHlemos resistir & la tentación de insertar lo que el Sr. Ka<
162 ' QUADALAJARA
vanete, en su obia, 4Joe respecto & otzfts mnoat qae gaató ea
loe ramMde beneácend* é instrucción pública: "Di6 pan la
fundación de la Universidad 60,000 pesos, pan aumento y do-
tación de lai c&tedns del Seminario 10,700; para tres oiitedzas
en el colegio de San Joan, 14000; para esencias de primeras le*
traSi UOOO: para lagares de gracia en el colegio de nifiasde San
BiegOi 10,000; para la fundación de un Beaterío y colegio de ni
fias con escuela pública, 70,440; para el magnifico Hospital de-
»
Belem 200,000; para el Santuario dcOaadalupoi^n capellanías
y dotaciones 140,800; para los conventos de Capuchinas, que
no tenían dotes en Quadalajara y Lages, 26,000; para la Casa
de fecegfdas y 4)obns de la eárnel, 12,200; jiara los oplogios de
nü&as de Cuesoomutitan y Cajltitlan, 1,000: para el,Hospital de
San Juan de Dios, 2f00; para los o^ros conventos de monjas, es
.d^cir^ Sftfita Kaija de Orada,, Jesús Maiia, Santa Móniea y San-
^.TereBí^, 18,200; .p^ura socorrer á los pp\)re8 en las epidemias,
f^O^OQO^pAEaAl .convimto de, Santo Doniingo, 192,oqp; para la
^MostnicdoD ú^ templo, del Sacnoio» iQjQ(»; jr |»or fin, biso
«teMileoiMalonif 7 UmmmiVúi»i^,i^ 44lVV9 pLm .c<ni*
tavo; de suerte que el tótál qae<did para ebcas d^ban^llefiicla,
ascendió íl L097,820 pesos.**
GUADAL A JABA 163
No estto comprendidas en esta suma las grandes cantidades
^e di6 el Sr. Alcaldd para los pobres el ailo de 1786 UamMlo
del hamXn-et que como tenemos dicho llegaron & llO/XX) pesos,
ni las que gastó en empedrar las calles y componer los. cami-
nos.
Este hombre extraordinario era tan minucioso para haoer los
beneficios, tan amigo del pormenor y del detalle, que fíjá,ndo-
se en la tendencia que tienen todos los niños á comer algxma
golosina al salir del colegio, dejó una casa con el exclusiro ob-
jeto de que la renta se empleara precisamente en bizcochos
que deberían distribuirse tocias las tardes á, las niñas do la es-
cuela pública del Beaterío, al salir dfel establecimiento. ¡Qué
grande era esa alma ocupándose de pequeneces de este género!
Un ascendiente de la estimable familia Palomar, era amigo
del ilustre prelado, y conociendo su desprendimiento de cuan-
to poseía, al extremo de que muchas veces no tenia ropa que
ponerse, acostumbraba regalarlo cada año, entre otras prendas,
varias docenas de pañuelos de fino cambray: una vez, habien-
do pasado pocos dias del obsequio, fué & visitarlo: lo halló con
un tuerte dolor do cabeza y que ésta la tenia amarrada con un
andrajo despreciable.
—¿Pero qtié clase de trapo tiene S. I. en la cabeza? le pre-
guntó.
O.— 12.
164 0UADALAJAIU
— LomitaioainietaeiteiKNtiiiade cUmüm qa« cáalqolerft
«fa[»«Ma, oontMtd «1 Sr. AleaMe.
-^¿Fefo kM pftfioeltNi en dónde estánf
-iAh1 loe pañuelos'. . . .pn^r yano irectierdo qnién se Kns
UeT«.
Siempre vivió así, en la miseria, se puede decir, pues sus po-
bres como él los llamaba (rnü pobres,) consumían hasta el últi-
mo centavo de sus sueldos, y esto que en esa época eran muy
respetables^
Mas taráe apareció el Sr. cora de Zacoalco, D. Manuel Artea-
ga, quien en las parroquias que sirvió Jamás quiso cobrar & los
pobres estipendio de ninguna clasé^ al extremo de que cuando
fué promovido & un asiento en el coro de la Cat^r^ de Guada-
lajara, los vecinos acomodados de Zacoalco le facilitaron co<^e
y recursos para hacer el viaje. Una vez en posesión de su ele-
yado puesto, la Claveria ó tesorería de aquel cabildo, le hiza
«
im corto anticipo para comprar los muebles más precisos del
ajuar de su modesta habitación.
Besde luego fué su casa el'punto de cita do los indigentes,
para los cuales se diiqwnian diariamente abundantes alimen-
tos. Kuestro uñado padre fué testigo una vez de que & uno de
tantos ancianos que comían en sn casa, le envió de la meia mí
ptaé^tocqMfiUa.^pie Sft le dUpMiJa pot «1 jmJ «atado de sa^e^-
— Señor, ¿por qué manda Ud. su plato? le preguntóla señor»
que liada cabe2a en la casa.
— ^He visto hoy S, un viejecito'que como yo no tiene dientes,
dijo el Sr. Arteasra.
—Es que ya no tenemos poUo para Ud.
— ^Eso qtdere decir, contestó, que mañana se dispondrá en
mayor cantidad, para ese pobre que seguirá viniendo, y pa-
ra mi,
IJ«g6 basta la dignidad de Dean, con aujaento notable de su
sueldo; peto en esa proporción aumentó • también sus carida-
des; 3^ entonces pagaba los lugares do algunos huérfanos en
varios colegios; dió.de alta en el refectorio de su casa á nue-
ves indlgvtites y hacia o'tros beneficios dé importancia: .
El Sr. Arteaga sostuvo la carrera del inteligente médico D;
Jesús Castillo, que aun vive en Ooadajara gozando del aprecio
y consideración de aquella sociedad: en la casa de su pro-
tector halló Castillo, mienttafl fué ostodiante, ropa, alimasfos
tibios y las consMeracionOtf d« «n padr» iottdtot
Murió el«r. Arteaga octogenario en 1M8, tan pobre cf^Md
«00 piOtegiéoS) al ^xtar^mo de que <tiAa<i> Usvaisoa h,- «a .«%8a
166 aVáDALÁJÁJA
hM VandoBM imperiales de Cttfcednü, no taabia dineio p«n
comprar los cirios que debían arder «ate el cadáver. Lúa abo*
nos de D. Jesiis Castillo, que &ua antes de recibirse de médico
tenia alguna dientela, llenaron esta necesidad }* se emplearon
además en los gastps del suntuoso entierro que se propuso ha-
cer & su ilustre benefactor.
Llevó á su última morada el Sr. Arteaga un inmenso séqui-
to, además del invitado para sus funerales: eran los que comían
en su casa, erain los huérfanos y las viudas, que llorando, acom-
pañaban hasta el sepulcro á. su caritativo bienhechor.
A fines del afio último del siglo pasado, nacia otro hombre
admirable por su caridad para con los desgraciados y por lel celo
con que se consagt5 al fomento de la* instrucción públij», en
el Estado de Jalisco: era I>. ICanuel Ldpez Cotilla. Quedú
huérfano de padre cuando estudiaba Filosofía en el Beminano
de Guadalajara: esta circunstancia y la de haber perdido la
mayor parte de su fortuna én virtud de los sucesc» de 1810^
ocasionaron su salida del Seminario; sin embargo, en lo priva-
do se consagró al dibujo y al estudio de las Matemáticas. '
8u vida privada, era' uñ modelo por su honradez, por su con.
du(ta para con su madre, i^ quien amaba apasionadamente, por
en protección á los- desvalidos y. por au desprendimiento, al
ixtremo de que poseyendo en "Eepa&Vk un.mayoiasgo, lúza de
GUADALAJABA 167
él una absoluta donación de los f ratos y d« la luropiedad al in-
madiafa» Baceaor del vtnciilQi retmnciando hei6icamento & las
oomodldades qne podo haber disfmtado eoa aquella f ortana^
En 1835 fué nombrado regidor del ayuntamiento oon la- oo-
míaioii de instrucción pública. Persttadido de la impoitaacia
del ramo que se le confió, desde ese-dla y' cob' una constancia
imperturbable, no dejó de trabajar por la insfaruocion.
Inmediatamente aument6 en la capital seis escuelas de ni-
ftf0 y tres.de niflos; fundó para ambos sexo» las de San Pedro.
Mezqaitaii^ Santa Matia^Toluquilla y San Sebastian.
Siendo después miembro de la Junta Departamental, hi»> el
primer plao-deensefianzapilnaKiaeb el Estado, y aprobado por
el gobierno, se publicó el 28 de Enero de IQSQ, En este puesto
se le presentó un campo m&s yt^ para poner en acción sds
deseos de cdevar la instrucción k una altara extmordínaria-
oomrigaiendOydebido & (fu actividad, qutf en poco tiem|K> no
baUera en el Estado ni un éólo pveblo, aun el m&s peqaeflA»
sin esonela.
> Kadie mejor que el Sr. Cotilla conocía toda la importancia
de que los maestros que servían las escuelas fueran ilustarados^
y á este cuidado se debió tenedoe en número eroddo. Los
Bilimbros de la Jonta Departamental, por iniciativa del Br.
fesorestateUgentoi, «ate» oIkmi» S» Jcdio Meyec, ^nn imtH U I m
liM tftide faé nottbnMtolntpeetéir g«vxM»l de U iMbrineion
pKiiiiMia» 7 w pBopiiM taidM VDft«B«ae]*nonBal de lyetaw
IM, compiendiendo qm cad» preceptov ia^ieitaliK laito- mmc
una efcneU 7 máa qqe una eséoBl^ n» debiendo meHilrie- me-
die algoso para atendw & la petfeota UotbMden deii»nfeHi
xado. Estos desvelos hkieron vor.la Itia &iiii beUo tniha}» qdC
ppUtoó en 1^1, bi^ el tUüih) de; "Inferné qne pmeBt» el
Iníipeetor general deínsbrtfocion iMbeaiiai ár la JuRtotSMmttm
da Estadios del Estado de JsiUsco." Los tr^yitoroofí politkoa de
1813 ocasionacon que este gran pensaQúeato no se hubififaiea-
Xn 1860' tradujo é* impiiutift el guiso de Psdaffogfá de Mr* Jlí
Bfindú con que obfleauii6 k km ivofsaeces». |Knr cuyo pragnso
tfabaJ6 siempre.
Veinte a£k)S cont|agBó el Se Cotilla al Bfp^ido de la instnw-.
«toiip4bHcar sin reriMrfloSliio en iiiaguno dele» puestos q«»
peQp&, antee de su-inedestapeeeli6 oóSteó Tavhtf infwssioftoB
mies para leg pfl>i i H e üi e> y tiam Icg almnm» y om^hM vcMK
N
GKDADÁUUA^Et^ 169
pin MÜmnlurlk-loi sáñoB, de Éa bolM Mliao lo8 piemlM qno
recibiftn por mano dal sutertro. .
El x6pido jpxoffcm» que la ensefianza adquirió en este, peifo*
dp, es incalculable, y la fama deí "Sr. Cotilla se extendió per.
todas partes. En 1841, en una honrosísima comunicación, el
Ministerio de Justicia^ por acuerdo del Presidente de la Repú-
blica, le pedia los reglai£ento8 por medio de los cuáles habia
prosperado la instrucción en Jalisco, rog&ndole que los remi-
tiera al Sr. D. Juan Rodríguez Puebla, secretario de la Junta
de Instrucción Pública de México.
Por fin, sus enfermedadejí le hicieron renunciar en 1855 el
expurgo de inq^ectorj con sentimiento un&nime del gobierno y
de U-spcifidad.. »
Despoeede 4Qi* a&>i <^ e^eienrp en mi oaea, «onsagcado úni-
«mente & diqxmetse pam la eterbiUadi marió M St,. Oortülm
d^ando e^ pequeños bienes ¿Líos pobres y una pensión vita-
lida & la pexsonib que lo aaistió en U)s últimos afios de su vidfk
Un ejbagante.eseritor Jalisdense, amigo del .Sr. Cotilla, dice:
<*NefK)troa le i4moa recibir el Vi&tico de los moribundos 7 en
imMtro interior dedamoe: "Si esa boea, celerada por el rece-
gimientoseábiiera de repente,' cantaria «orno suirpira un wmgel
j gemiría como canta un mortal" También lo vimos exhalar
170 QÜADALAJABA
él último inspiro y d^imos: *<didio0o« lot que mmeren
descanse en paz:" ese dia fué el 27 de Octubre de 1881."
Entre sus papeles se encontró uno que dice: "Mi epitafio.
Los restos mortales de un pecador arrepentido, esperan aquí
la resurrección de la carne/' y después: "Como creo perjudi-
cial k los vivos el entierro de los muertos, en gavetas, encargo
que el entierro de mi cadáver sea en la tierra,- es decir, un ver-
dadero entierro.'*
«
Pocos días después de su muerte "El Espejo," periódico que
entonces se publicaba en Ouadalajara, deda e;i un artículo
muy sentido: "El Sr. D. Maauel L. Cotilla prestó muchos ser-
vicios k su patria y en lo particular & sus semejantes. Prueba
de ello és el sentimiento general y expontúneo que ha causado*
su muerte: el duelo que han manifestado los sogetos mis dis-
tidgoides de todos los colores políticos y el gran cortejo de do»
6 tres mil personas que acompasaron su cadáver hasta él ce-
menterio de Santa Paula. Al depositar sus restos en el lugar
que se le tenia destinado, se oyeron varios sentimentales diS"
cursos sobre sus eminentes virtudes y relevantes servicios, por
varios ciudadanos preceptores, estando presentes á la ceremo-
nia una comisión del H. Congreso, otra de la Junta Directíva
GUAD ALA JARA 171
de EstadioBi otza del L Ayuntamiento, el cuerpo de profesorei
de instrucción primaria de esta capital, .un gran número de ni-
fios de todas las escuelas municipales y particulues y gran
parte 'de los habitantes de esta ciudad que conocieron al Sr»
Ck>tUla, admiraron sus virtudes, palparon sus eminentes serví
dos y quisieron derramar una l&grina de gratitud, ante el se*
pulcro de tan esclarecido ciudadano. Si algún jalisciense me-
rece llamarse benemérito de la patria, es el Sr. J>. llanael
liópez Cotilla; porque extárafio & las disenciones políticas de
los partidos, solo se ocupó en los mejores afios de su vida, dej.
Uen de sus semejantes."
Un deeire^ de Is legislatura del Estado, expedido el mismO'
dia, le declaró benemérito y dispuso que por tres dias Uer&ran.
luto por el ilustre finado, las autoridades y demás empleados.
civiles y militares de JaUsco.
CAPITULO XX.
SIGUE LA MATERIA DEL ANTERIOB.
'^D.lMonisio Bodrigaez fiaé otro hombre que prodigó muchos
tienes á Gxiadalajara. Era amigo de López Cotilla por la iden-
tidad de sus sentimientos caritativos.
Fué rico y esta circunstancia le proporcionó hacer el bien ea
mayor escala.
Nadó en Gnadalajara el diaS de Abril de 1810^ y si» pa
dres se propusieron darle una esmerada educadon religiosa.
Sus estudios los hizo en el Seminario, hasta FilosoAa, pa>
Bando después & la Uiúversidad, en cuyo plantel hizo su canre-
jra de abogado, obteniendo el titulo respectivo, el 28 de Jauto
4el83S.
lA muerta delSefioc su jpadre, ocunida dl« «fioi deqpoes, le
pnao en posesión del establecimiento, tipográfico y litegr&fico
m&B acreditado que ha tenido aquella ciudad. En estas ofid-
DAS, la juejor escuela del huérfano pobre, hallaron trabajo
muchos, que adem&s eran vestidos y alimentados por su gene-
rosa mano.
Como hombre religioso por convicción, practicaba la cari-
dad oon el mayor sigilo, halúendO'Bido en mueiios cases-^oiidi-
oloDa) la penslonal aneiano 6 & la viuda, no pAibliQafclo jamtt.
lAméoenigo de esa ostMitadlon que emplean ata?0(M}OBelde>
HNrade deseo de s^tar plasa áé fOátaf'opoti
l^esde 1859 fué encargado de la ESenela de- artes, eel»bleei-
ifúettto á que consagré un oaidade extiaordS&ario, ceitistlta*
yéndose es el pádr» mS» afeekioeo^dé'los nlíloe que co|icanlaa
á^^MM muiereft^ Bni^ en esla «mñriaa kaite n mnerterJtn
que hubiera dejado de concorHr á eSta casa^de benefieenda ni
im solo día.
Nada esa'tan atciadivo {Mea el ar. Bodrignea, eomo el benefi-
cio á la aoeiedadr j eeto le demestoó d» nna^maowra élocfuento'
con sus trabi^o8|Mvca coosegfíir <|iie v^n^m al peto la«flerm(^
ttM^de Ia:Oaridad. Oomenzd ws gaftlones en 1360, de^pnev <|^
1» viaje que hizo & Eiiropa» en^onde y¡6 loa bfiíjxeflcios. qoe 1»
binnniiidad:deBv«iBd»Ndl}ifi dn ikquéUi* iKbnlaiUlWJAVjfRflIs
174 aUADALÁJARA
y éitas negaron & Gnadalajara en ld68, Tiendo el iniciador lo-
grados BUB humanitarios deseos.
Fundada en 1864 la Junta de Caridad, para atender con más
4
solicitud & la intruccion y beneficencia de la niñez, fué nom-
brado presidente el Sr. Rodiguez, cuyo eargo desempeñó has-
ta su muerte.
La casa de Caridad de Sao F«Upe ha denamado desde en-
tonces los beneficios m&s positivos en la clase desvalida y en
* éUa üi]nortaÜ06 su nombre el iniciadcHr. Ko satisteche con el
bienestar material que impartía & fussemejantes, trabajaba con
ahinco pwa su mejoramiento en el ttámi espirituali y ft cete
fin costeaba- cada alio en el templo de Santa Mónica, nueve
^ dias de ejercicios «onsagrado» á Josas, Maifa y José, sin eoono-
miflur gasto algunO'Conducente& la may (Ni pompa en els«n4-
do divino, y & que los mejores oradores desempefianuí los ser-
mones diarios.
Por fin mnifó, eomo dejan la vida los hombree de alma ele-
vada, lerignado eon sos doloras y eon la miisáia fija en Diof»
el día 1 o de Mayo 'de 1877. I>él Sr. Bodriguez se pueden de^
dr aquellae palabras q«e la Iglesia dedica á los confesores:
««Bienaventurado el varón que es hallado sin colpa y que no
aada (vaiel oto, ni pone su espesansa ea el dinero y en los te-
ÍOZO& ¿QaiéB «9 «lito, y ]fi elasB^pejaMUS? pozgvfi él ha Ixeobo
Soda activísimo del Sr; Bodriguez «n todas las empireaaB
de caridad, fofe «u anügo ffitímo, el distingtddo jturisconsiü-
to D. Juan Gutíerrez Mallen, de qaieji puede deelrse ala ex^-
^rar que solo el estudio y la j^ráctica del.biea fuer(Mi las
'grandes preocupaciones de su vida; pov que si bien tuvo gfrares
cuidados de fam^ia, su aljqoa levantada supo aceptarlas con he-
roica resignación dándoles un lugar, en la aparíQncia, seQUn.
daño.
. Sste hombite exoepeionfd hacia . tres pai:^es de lop productos
desuacreditado bufete: una, destinaba $ sú f auxilia, otra, sepa-
raba para la b6^>¡^iceacla, y la tercera, llenaba las exigencias de
BU ilustración, sirviendo paca enriquecer con obras muy selec-
tas su biblioteca, que fué una do las mejores de los letrados de
Quadalajara, y para cubrir el valor de las suscriciones á los
peñódicossque gozaban de más celebridad en Europa.
A los pobres, jamás leí cobró honorarios por los negocios que
les patrocinaba.
Fué también uno de los mejores colaboradores del Sr. Co-;
tilla en todo lo concerniente á la instruccjLon de la niñez.
Tenemos la convicción intima de que el Sjr. Pr. D. Agustín de
17d QVé3>ÁS*áS^WíA
hiBoM ao leni^ite litoo. BodMdo com» h* vtviéo riefttpve^»
las obrM imperecedena de loe sabiotr ettes^ao iMmillMuí ^o»
■I Tlate Ila0B á jraeitro mictoMópisD taftbado. Por eao §• que
j|0 >brigiP>og rt tomof de tortimag ro modegtfai en laa pecaajf-
I
• «as qtte le eensagiamoii
Ssto^ hombre admirable fior-salntoligeBoia yporsa eradi*
«k», ba sido Juagado ya pprla sociedad eiitera,.ymá8 taxde faaj
T&i «a i^Iogia pluna tan doetas eomo la saya^
No 8er&, de estos dos atributos pues, de lo que hablaremos;
en primer lugar, por.inoompetenda, y en segundo, por que na-
da nuevo diriamos & nuestros lecto re s . Pero lo qne no es «oao-
ddo de todos, annque muy Cadlmente pueden presundr la ge^
neralidad, es el ardiente amor que le disüngúé'lfiiácia sus seme-
jantes. De esto Si podemos Jmogstrtlesde luego, que solo se trata
de hechos que presenciamos én uña época en qtie lo trátame
muy de cerca.
NoQBabemos si ya practicaba la Gtai^fA, no obstante la pobre-
za en que vivia cuando termin6 su brillante carrera eclesjiástl-
ca; pero desde este intante ya tuvo tres elementos para hacer-*
1 á: pequeffo uno, cu sueldo come profesor del Seminario; gran-
des los otros, su ministerio y la f eeunda pluma que le etmoet*
alé la Pivvfdendft.
guadalájabí. 177
El SoelcU) ha sido Biempr« y en sa mayor parte, para f ornen*
tar la carrera de incontables estudismtes pobres, sin reservar
para Si más que el pequeño importe de la modestísima ropa
que ha usado siempre: libros j alimentos los ha tenido én el
Seminario aun antes de ordenarse.
¿Cómo ha empleado su ministerio augusto en bien de sus se-
mejantes? En las cicunstancias más terribles para el hombreí
cuando más necesita la voz de un sabio consejero y de un ver-
dadero amigo, en el lecho del dolor, aguardando por momen-
t0í| la terminaeion de su viaje por la tierra, lanzándose á ■ esa
desconocida región que se llama etenüdad.
Teníamos trece años cuando nuestro inolvidable padre en.
tragaba su espíritu alentado con las consoladoras palabras del
Dr. D. Agustín de la Rosa, y ya estaba consagrado hacia tiem-
po & esta piadosa tarea de asistir á los agonizantes. En ella ha
seguido hasta el día sin'que hayan sido jamás \m obstáculo*
lafi múltiples ocupaciones á que ha vivido consagrado. Siem-
pre ha estudiado, siempre ha escrito, siempre lia enseñado y
nunca ha dejado de ocurrir á la cabecera del enfermo solici-
tante de 9US exhortaeiones y de 8U9 poderosos consuelos. Es el
gftn CasBJto de GuBfiUüaJwAi
.■T#iii»iiiiafiaBO»¿Í»««tlvft«naqtifilla CatodraJ y perdió lo»
178 GUADALAJARA
emolumentos de ella por atender de preferencia & la caridad.
Entre las utilidades pecuniarias del cof o y las que hallaba sn
alma clevadísima auxiliando un moribnndo, ó escribiendo pa-
ra aprovechamiento de la sociedad no habia que vacilar: optó
por lo segundo y ahora solo 'es canónigo honorario, ante el
mundo, pero un verdadero apóstol ante Dios.
D. José Palomar fué un prominente miembro de la buena
Sociedad de Guadalajara, como rico, honrado, laborioso 7 ca -
ritativo.
Presidió desde el año de 1851, hasta su muerte, la Compañía
dueña de la gran fábrica de hilados y tejidos de Atemajac y
de la de papel, conocida con el nombre de "El Batan" en cuya
negociación el Sr. Palomar representaba la mayor parte de las
acciones.
Siempre estaba abierta su eaja para auxiliar toda empresa
benéfica y para socorrer con liberalidad las necesidades publi-
cas y privadas.
D. Ignacio Cañedo, dueño que fué de una de las más valio-
sas haciendas del Estatlo de Jalisco y la mks productora de
maíz, *'E1 Cabezón," se distinguió siempre por su desprendi-
miento y por la protección que impte,rtiá^ los desvalidos.
Muchas veces en que el maíz esa semilla indispensable para
- GÜADALAJARA 179
los indigentes estuvo á un predo subido, se abrieron las trojw
4e su casa para expenderlo únicamente & los pobres, k un pro-'
do relatívamente bajo respecto al que guardaba en él mer-
cada
Varios estudiantes debieron & su munificencia el titulo que'
adquirieran después, tanto en Guadalajára como en México.
El inteligente ingeniero Sr. Macano B&rcena, á él debió lar
brillante esurrera que Idzo en México, en dóhde 6on sumli; de'
*cencia lo éosturo desde el principio de suS estudios.
El Dr. D. Ignacio Torres Altamirano, que murió en tempra-
na edad 7 fué uno de los más insignes médicos de Jalisco, á ex-
pensas del Sr. Cañedo vivió también en México, desde el primer
afto de Medicina, hasta su recepción y regreso á Guadalajára.
También sostuvo en México la carrera del notable artista D.
Pablo Yaldez. «-
Seria imposible dejar consignada en la estrechez de este ca«
pitólo, la historia de los beneficios hechos por los mil bienhecho-
res que ha tenido aquella sociedad, cuando ni compendiada po-
dría contenerla el libro todo.
No hemos podido hablar de D. Juan Matute, que recogía per-
sonalmente las limosnas para los asilados del hospicio, de loi 68"
timables Sres. D. José María Leal, D. Francisco^ Martines Ne-
18Q Gl[AI>Ai;.AJABA
grete, D. Hmiu«1 Rivtn, D. Ramón Somellera, D. Ignacio Gil
Boméroy D. Caaianü Esjnnos», qu.e han muerto dejando un va-
tío inmenso en la beneficencia pública.
Por fortuna de Quadalajans viven otcot imitadores discipu-
loi de semejantes maestree, y en la actualidad se leoí eo loere-
gistij^ de caridad, los nombres de los miembroa de la familia
Ifartinez Negrete, distinguiéndose las señoras; de loeseftores ca-
aOoigos Micbel, y Di. D. Felipe de la Rosa, deD. Agostin L. Gó-
mez, de D. Manuel Corcuera, de D. Agustín Palomar, de D. Tñ- •
midad Yerea, de D. Gonndo Anclra y de otros agentes aot vos de
bien público, cuyos nombres nos complacemos en cit-ar aquí,
eomo un homenaje de admiración, aunque temerosos de lastimar
n modestia.
CAPITULO XXI.
D. AirróNio OoHíz C(tBRV0.— St acüsacioit ajttb ml Obait Jf«4
DO.— Estado di la ciudad xmtokcbs ~El Sk&or arzobispo
Dr. D. Pedro Loza.— Caída db Gómbz Ccbrvo.
PRsaion los terribles Boceiofl de QuerétRro y México, cuya
resonaneíR Ueg<6 & las cortes europeas, Ueaando <2e daelo & la
Aostria y la Bélgica. Del imperio, solo babiao quedado, el ca-
d&TSdr de un inlortonado prineipe, en poder del alBoirante Te-
gethoff, runibo á Viena; una ilustre loca en H Iramar; dee nea-
petableo tumbas en San Femando, de México, y un desgracia-
do hombre re<rfuizado de sus ooncindadanos, en ■ el ostracismo,
acusado de asesino.
Triunió la causa de la justida: D. Benito Juárez entró & la
ciudad lie México en 1867 y el régimen constitucional se resta-
Meció en todo el país.
Guadalajara tenia ya seis meses de gozar una tranquilidad
perfecta, y se notaba la animación de todos, con la esperanza
de que la paz fuera duradera, para reparar les males causado»
por tan repetidos trastornos.
182 OUADALAJARA
Ea ni oportunidad foé convocAdo el pueblo jaliscieiiBe &
elesdonei de poderes del Estado, las que se verificaron con la
mayor tranquilidad, y quÍE& por la primera vez, se vio en la»
autoridades un absoTuto apego á la Iby electoral, respetando
el voto público, que faroredó para el gobierno, á D. Antonio
G6me fe Cuwva
Era este s^or un honrado comerciante, adornado de nota-
tablee virtudes sociales, celoso por la seguridad pública, aman-
te de la instrucción del pueblo y de las mejoras materiales.
Inmediatamente nombró para secretario del despacho, ál
muy ilustrado Jurisconsulto B. Alfonso Lancaster Jones, miem-
bro de loe mis prominentes del drcuto patriótico de aquella
sociedad.
Con tan poderMO auxiliar comenzó & desarrollar su progra*
ma el nuevo gobernante, haciendo Importantes iniciativas
la Legislatura. Como resultado de una de ellas, se expidió una
ley para salteadores y plagiarios, suspendiéndose las garantías
* oonstitudonales; pues eran muchas las gavillas de bandidos
que merodeaban en el Estado, cometiendo toda dase de depre-
daciones, tanto en los caminos como, en las pequefias can-
cherias.
Todas las personas amantes de la tranquilidad pública, cele-
OFADALAJAKA 18S
bnuron 1» lexpedicion de una I«y que debi& acabAt pronto con
el bandolerismo; pero el grupo de «silgos del Lie. D. Ignacio
Vallarta, que desde un principio combatid á Cuervo de caaii-
tas maneras le fué poeible» ayudado por su Jefe, que entonces
era Ministro de Qobemacion de T>. Benito Juárez, lo acusó
Mito el Cottj^iK» de la ünion, fundado en las infracciones
constitaciondes que entrañaba la citada ley, logrando la sus-
pensión del gobernador, por algún Üempo.
El presidente del Tribunal de Justida, D. Jesús Camarena,
fué el gobernador interino, mientras que la sección del Gran
Jurado de I« Oimara de «fiputadoe, presentaba el dictamen co-
Lleg6 el dia én que sé vio la causa instruida contra Gómez
Cuerro, víctima m&s bien de manejos políticos que tendían á
mermar los elementos del entonces Ministro de Relaciones Uc.
D. Sebasl^n Lerdo de Tejada, á quien el acusado y su cfreulo
eiañ adictos, y cuya candidatura para el próximo cuatrienio
prtflideAcifú ya oomenaabaft & popularhar sus numerosos
tasaron,
' 8d pteaeaió á la c&mara con los poderes del acusado, su pro>
pió secretario, D. Alfonso Laneaster Jones, quien en un brillan»
tlsimo discurso, varias veces interrumpido por los aplausos, hl-
184 OUABAB^MRA
so la 4«f«oM d«l fol^mador» con «o éxUo.inoflpflrado por asm
eoemSgps. L« mayoda <i« la oámaim loatMolvSó^ y eon aatís&o-
don de la parto verdaderamoote progresktade Jallaoo, volvió &
empafiar las rienda* del poder.
En la admioUtraeion de Odones Caervo, debido k la tenas
perMcndon que ee Uso á loe malhechovei, renació laeon^jii-
sa pAbliea: el comercio, la agricultura, la min^iiik j la indus*
iria, coniaKMi con su decidida protección» j volvieron á ser en
la escala q.ue antes, las fuentes de los mejores recorsoe para d
erario del Estado.
Desde entonces/ comenzó & despertarse en loe pcppiotatioa d<ft
Ouadalajara, cierto estímulo para conservar les fabada* de sos
casas, en un perfecto estado de aseo; muchos hicieron desapa-
recer la mayor pártele aquellos edificios ennegrecidoe por el
tiempo, sustituyéndolos eQ el frontis con otros en que campea
el gasto arquitectónico de la época y da':,piincipa!!]nente al
c^ntao, un aspecto verdaderAmente seductor. Desdo entonces
tamUen se g eneralisó la costumbre de t«ier abiertas las puer-
tas de los saguanea en la mayor parte de las casas aun en los
barrios, en euyoa patios se ostentan en lo general, encantado»
res jardines, en donde abundan los cedros enanos, los naranjos,
los limoneros, loe arrayanes, las gardenias, las atmosféricas, los
, O0ADALAJARA 18S
cuamactttes, las axaloa? mttltieototes y IO0 tkbadibieé, cay«
conjunto dé1elk¿^& los tmnaemitAS por aqtietUis eaUes taa ]iia«
p]A«'7rd(!fea8, j'gaam táseaSa wá los ptiífumes que exha-
lan las flores de aáhar, délos naraojotéolooados ealas-pla*
»8 y en las más amplias avealáas. Ta «Atónees no vagabas. It
Iwemento por la dudad; conoto en o6*a épOFsa tvisHsltAa, lo9 ro«
JaftdS, bandidos tle patibularios rosto», BÍ.I09 iiMolentes ar;e-
HM^det' tiempo iatperial> y las ventanas, puertas y balcoaes
▼olWtfftm & oontenérenlas^tardeS'le priiiíayeta, grrap3S de bes-
m¡oM>aTiSBjOe>t4pie<»a la »I»p<a e t<» flt e risttca d^ tes tau^Ukf
sostenían aiiiqiadlsimMP«onvecsa«iones 4 ss- deleitaban ooit tai
dh]lses^iiotas>del veelno ptano.
Casia la vez que se verificaban las elecciones en favor de
Cuervo, la Silla Apostólica trasladó al Sr. Dr. D. Pedro Loa^
obispo ue Sonora, al ar»>bÍó>ado de Ouadalajara, en virtud de la
vacante' que por muerte, dejó el Sr. Dr. D. Pedro Espinosa; Úé»
g6 b Jiilisco en 1803 con aplauso un&nime de los habitantes. '
Notables fueron los esfueftos del^iueVo prelado para que tal
doslds ramos de la adminlstiaeion ecleirfástlea progresftraa, coo^
mignúá» esjpecial estaeto al de la kstraedoa p&blioa catfiHea.
Desde lUegto^tM las ptatvidinteiM ÉMÍeiidtt?¡as al«staM«oimk*«'
to ifé essueitti primacáur d^ambob sskos en to Jas 1«« ^^kítth
186 OUAIULAJABA
■oIm dMii •ciiiiWóomIíM'QmmMmIoIm <90ii loiidoi d9 Ut cnrift y
<wii^t\«wAi: miA fuMmi dizscfeftiiiaiitA Tfirllirtm dqt Ioa ■ftimcoL
'AmdAttn 1839 élnuMOiifioo sÜintáliWBft OBMfiMUA imMriflr
«011 «1 nmnture d« "LMo Cat6]k»/' sojiteiiido «on donatiTM
dcQoteSt mím é fdtoiím tfptt m sstiuUML
- Fundó la Acadimki.Pioiit i ño to «a twtttq d on . del aiitfgiii»
CMtM^rv d0 X^oetoref^ myo gnipo de fláhlip laoreAdot b»MH
■icntádo noteblemeate y gottk eboi» de Ul Ívdm, qpw iMioe
>oeo inte de vn •Sis», « u te id o te de U laltia dft PneUis Iké ft
TCdbir lee gndoe de doetor & eee hooMÉbie cuerpo;
Huy td princi|)io de su gebienxo, le fiuid6 en €aada]a|em 1»
Escuela de Jurisprudencia de la Socieded Cat61ica, que haala
lioy súbele.
En esa catedral no pasa lo que en la de México, que todos
loe capitulares entran por gracia al coro: hay cuatro canongf as
que se adquieren por oposición y deben ser doctores loe aq>i-
]^t^: la. Magistral, un doctor en Teología; la Penitenc iáiia
Aljque lo-sea en Teología ó Cftaones; la Doctoiel, al bodado ea
Q^Boaes, y la Lectora!, en Teo]á9g!%, j;pta«, oposidonei Ummu ■
l9gu de lw««|icra ináe pública enl» cateclral, j^-^e invitecto*
nes, en les cuales ^parecen las.prqpoaietenesque soetenditél
OUADALAJABA 18?
opositor. Son may eoncniridos ertoi «olof Htonriot por tod*
dMedofaombffit dofilMr. ElcerttaMiiMoniMUn yonpi»*
MMto éol «OMpode dectotM ó AoMlomí» Fontifloi». Pom
bien, el Sr. Lon, Jamás liad^Jsde depfesidltlee, dlta^etes bmh
yor poIemnldMl y hMiendo siempce Jusüciaoott' su voto en el
Jurado callficedor.
Adem&s de los cuionglas de oposición y de 1m dignidades de
aquel CalÜldo, que 'como es sabido, son cinco, Dean, Arcedia-
no, Chantre, Maestreescuela, y Tesorero, hay cuatro preben-
das, que el Sr. Loza, de'acuerdo con los capitulares, ha pro-
veído en su tiempo coa eclesiásticos muy ameritados por sus
virtudes, ó por su saber. Junto coa les grandes servicios que .
han prestado en el exato cumplimiento de su misión.
La dedicación del Sr. Loza & su importante ministerio, con
las repetidas visitas que hace & los pueblos que gobierna, la
frecuente expedición de cartas pastorales parala instrucción de
sus diocesanos, su cooperación para et culto de -los muchos
templos de la ciudad, y para la construccfon de varios que se '
han levantado dentro y fuera de ella: sus desvelos por que eí
dero esté dem^pre sobre el estadio, & íln de que no pierda la^us
t»iama que ha tenido sfen^re del m&s tetellgvnte 4 ilustrado
del país; y por último, su prudencia para dirigir los negodos,
188 GUABAI^AXáiKA
•V MoJ<tri>« «adak» «nto jr dcm^ irirtmles privadas, te haii
gwwgiadpiincMMtorinccüoy lacontidanuioii mte profunda
d* iq* gobenadoi y insta de alguna» a«toridadw del éidcn
cítU, 411* algimat v«om tvMleB pecar de Intcatuigaiites.
Eldia 19 de ManEo de este* afio, ceteln6 su jubileo sacerdo*
tál con gran pompa.
^\>co dttr6 B. Antonio tiómez Cuesco, al ficonte del gobierno
de Jali8(x>: era un pa<3iota y hoorac^ ciudadano, y tenia que
ser victima de las maquinaciones del Centro, en esa época, co-
mo en otras muchas; olvidado de los preceptos constitoeio-
nales. Deddida la reelección de D. Benito Juárez y siendo,
D. Ignacio Yallarta, como era natural, uno de sus mis fieles
é inteligentes partidarios, se le crearon nuevas dificultades
al gobenador constitucional, haciéndolo sucumbir ante la fuer-
za bruta. El 10 de Marzo de 1871, salió de I& ciudad acompaña-
do de 'sus amigos m&s aclictos, hacia la capital de San Luis
Potosí, aceptando la bondadosa hospitalidad que allí le ofre;.
cío el general D. Mariano Escobedo.
Volvió & quedar al frente del gobierno D. Jesús Camarena,
presidente del Tribunal. Después, todos los soceeos postefioce»
fueron preparando ^ tenrible eso&odalo que tuvo logar el 28
de Mayo, fecíha niietmorablMPttra los habitantes de Quadalajv
ra, en la ctud grandes partidas do agenten vallartistasreconiaa
OUADÁLAJARA 189
IM calles, puñal y rewolver en mano, atr<^)ellando é hiriendo
á ma«hoe electores independientes y poniendo en fuga & loe
rtetantee, para lograr que su candidato obtuviera la investidu-
ra de gobernador de Jalisca
CAPITULO XXII.
Las urrab ex Jaluoo.— Psbiodutas t bbcritorbs DBVDroüi*
DOS.— D. lOHACIO CUMFUDO.— DotA ISABBL PRORO.-— D. JOSB
María ViaiL.— D. Irbnbo Paz.— D. Luis Outibrriix Otero.*
A mediados del siglo paMulo, el gusto por Vas letras, tan ca
racterlstico á los Jaliacienses, aumentaba en relación al impul-
so que iba recibiendo la ensefionza, en los establedmientoi
que se fundaban: poco antes de la guerra de independencia, ya
habia algunas personas que gozaban de reputación como litera*
tos; pero les faltaba el aliciente del arte tlpogr&fico, para que
•US prodttooionea fueran conoddas en el público; pues la prl-
GUAPALAJARA. 191
mera imprenta que se vio en Oaadalajtta^ fué la de D. Joeé
Frutos Romero, el afio de 1808.
Máe taurde, D. Joeé Bunon Pacheco, D. Joaquín Ángulo, D.
Ignacio Acal y otros, alentaban .& la Juventud para asociarse
en el cultivo de la literatura, y apareció la ''Falange de Estu-
dios," sociedad en la cual figuraban D. Pablo Villasefior, D.
Manuel R. Alatorre, D. José MarlaVlgO, D. Miguel Crus Aedo,
D. Estado 4e lo» Bios, D. Smeterio Bobles Qü, D. Aurelio
Hermoso y otros tan inteligentes como estudiosos, que desde
luego comenzaron & publicar en pequefios cuadernos, sus her*
mosas producciones. Después apareció "La Esperania" y á po-
co tiempo "El Ensayo Literario," sociedad fundada por Jóve-
nes más apasionados por el estudio 6 más activos, que traba-
Jando [^por el engrandecimiento de la asociación, lograroír
atraerse & los miembros principales de las otras dos. Entre to9
fundadores de este centro de eéltfmulo, figuraban: Aurelio L».
Gallardo, Clemeaite Villasefior, Alfonso Laáicaster Jones, tre-
neo Vtiz, Celso OebaUós, Francisco E. Trejo, Agustín Caravan-
tesyotros muchos.
En la época de mayor apogeo de (*B1 Ens^o," celebró una yer
lada literaria para obsequiar al distinguido poeta D. Guillermo
Prieto, qué acababa dé llegar & esa dudad. Grande fué la satis-*
iMedOB y Bs sorptesa'que'matiifestd éí- popidar «Mdóv viendo»'
192 GUADALáJABA .
á más de cincuenta Jóvenes, lodos de talento, consag:ndos con
«hinco si cultivo de las letras sin desentenderie de las ciencias,
¡mes la mayor parte Mtaban dedicados & diverjas carreras
profesionales y otros ya hablan adquirido el titulo de alguna
de ellas.
PeipaeCf'oon distintos nombraSi no bao faltado otras socáeda-
del de idéntica fndcde, en doné» tieilHtft se haa adUvado eoa
éxito las letraiL
Actualmente existe *'La República Literaria*' compuesta de
la Juventud más ilustrada de aquella ciudad.
Del seno de las tocledi4es que desde <<La Falange" han sido
•staUedcMi salieron ixMtas^ periodistas y escritores, dé la im-
portancia de D. Pablo Yiilaseaor, D. Hauuel Román Alatorre »
D. Miguel Cruz Aedo, D. Estado de los Rios, D. Aurelio Luis
Gallardo, D. José María Vlgil, D. Ireneo Paz, D. Joaquín ft.
Escoto, D. Ouilleruo del Valle, D. Frandaoo O'ReylU, D.
Francisco B. Trejo, D. Clemente YUlasefior, D, Manuel Uaao-
la, D. Joaquín Góm^ Veigwra, J>. José de J«sus Qaviba^, D.
Aotonio Qil OcboiH P. Adolfo Carrillo, D. Salvador Quevedo y
2ttbieta« D, José Ló^mz Portillo y Sojas, D. Mftoa«l M. Gk^nik-
l«s, D. Antonio Zsiftfowf H. ManoelPiigay Acal, I>. Ci|?risao
QUADALAJABá. Í93
C. CovarrobiM, D. Ludo I. aatierrez, D. Vi«tor H. T^MgM,
P. Antonio Beserray Casivo» D. Anaeteto CMtUloft 7 I>. Mb*
nuel Caballero.
Oradores, como D. Emelepcio Robles Oil, D. Lois Ouiierraz
Otero, D. Alfonso Laosaster Jones, J>, Luis Peres Verdia y D.
Celso Ceballos, quienes además son escritores.
Sentimos estar restringfidos por la estrechez de este peqne-
fio libro j solo daremos & conocer, aunque sea & grandes rasirosi
aljpinos de estos distinguidos hijos de Jalisco.
Antes, digamos aunque sean pocas palabras, respecto & los
primeros periodistas de Jalisco.
Estamos seguros de que después de "¿1 Despertador de Amé-
rica," primer periódico que vÍ6 la luz en la capital del Estado
de Jalisco, hasta la mitad del presente siglo, han existido pe-
riodistas de que no hemos hecho mérito en estos apuntes, por
la falta de tiempo para adquirir sus nombres; sin embargo, &
Jalisco le cabe la honra de que sus hijos no fueran de los últi-
mos que brillaran en el periodismo, &un en la capital de la Re-
públi;:a. En 1829 D. Ignacio Cumplido, que aunque trabajaba
como impresor también escribía, co'aboró en "EU Correo de la
Feieracion" órgano del partido yorquino en aquella época. En
ldS2 fundó con otros Jóvenes letr&dos *'EÍ Fénix de la Liber-
tad'* y despue» "El Atleta*'. En 1843 escribió varios artículos
194 GUADAI.AJABA
•n **ai MMÜeo Mexicano/' inicfauído át8á6 entónees el tiste-
B» penltencbrio pam nnestoM c&iceles, y por fin, en 1841 fun-
dó **£1 Siglo XIX," periódico el m&s antiguo delpafs, que hoy
ezitte. en el caftl comenzó & escriíSr desde luego el notable li
tentó é insigne orador parlamentario D. Mariano Otero.
Ta en 1850 el estro déla inspirada poetisa Doña Isabel Prie-
to, era]>ien conocido en el mundo literario: Ouadalajara era el
asiento de esta gloria de México, cuyas obras ahora enriquecen
las mejores bibliotecas de la América y tal vez de todo el mundo
Aunque la Sefíora Prieto fué de la Villa de Alcázar, (Esx>a-
fia), como sus padres se establecieron en Guadalajara, tenien-
do ella cinco años, profesó á esta ciudad un cariño profundo
estimándola coúio su patria, según se expresa en varics pasa-
jes de sus composiciones.
T
Kació el dia 1. ^ de Marzo de 1833 esta gloria de nuestras le-
tras, honra de su sexo y ornamento precioso de la sociedad me-
xicana, como justamente la llama el Sr. Yigil.
Desde los primeros añpB de su vida, prefirió leer los poetas
y ensayar oomposiciones en venso sobre diversos arántos, & los
juegos propios de su edad. Más tarde alternaba el estadio con
las labores propias de su sexo, pues jam&s descuidó los deberes
de tierna hija y cariñosa hermana, en todos los pormenores d«
(HtABAXiAJABÁ iftS
■i» Vid» demésttoAy • que tenia pwa este poetíM un «nemte tx^
teftonttiiario.
Bien pronto tormind sa educación litOTHto con lot «iqtldot
adelantamientos que hizo en el estudii^de laOiamitifia* de los
idiomas, Francée, Inglés, Alemán é Italiano, de la Blstoria y
de las Bellas Letras.
Como BU familia ocupó una posición distinguida en la Socie*
dad de Guadalajara, su ilustrado padre D. Sotero Prieto la im-
piilsaba con amplitud en sus inclinaciones literarias, entreg&n-
doee libremente & boa estudios fswrorttos.
YéAw afios pasaron sin que tan ilustrada j6ven diese & Itift
liingüna de sus coüiposiciones, pues su modestia las ocultaba
06o cuidado, hMta que en 1861, el poeta jaliseiense B; Pabld
^OHasefior, las comenzó & publicar anánimas y sin eontfeiHlA
miento déla autora, en la colección de ensayes lirloúe que M*
dactaba con el titulo de Aurora poétioa de JalisQo.
IXespues asombraba la fecundidad de la Sra. Prieto, que con
éxito brillante ensayó el drama y la comedia, y con igual |or'
tuna todcu9 los géneros y estilos. Al género dramático pertene*
cen las quince composiciones originales, que siguen: Las dos
flores f Los dos s^njaeores. Oro y oropel. Abnegación, La escuC'
¡adelas cufiadas, Un lirio entre zaorgas, SI ángel áél hogttr.
196 OUADALÁJARA
Al «2 pecado la peniterutiat Una noche de eama^eal, ¿ Duende 6
eerafinH TJn corazón de mujer ^ Espinea de un error, y Un <^
del did j dos pleais liii título.
Las oomporidones líricas, flon abuBdantisimas, y si el lector
»
devea recrearse con la lectura de estas producciones de su nu-
men fecundo, desde el año de 1884 las colecoionó y publicó con
un prólogo muy bien trabajado, el sabio jalisciense D. José Ma-
ría VigU.
En 1806, contrajo matrimonio la Sra. Prieto, con emprimo el
Sí, D. Pedro Land&zuri. Electo este sefLor, diputado por Jalis-
co al Congreso de la Union en 1869, se trasladó & México la
ilustre poetisa, en donde vivió hasta Febrero de 1874, en que
nombrado su esposo cónsul de la Repúbliea en Hamburgo, tu-
ro que dejar el país.
Después los deberes de esposa y de madre, que llenó cum-
plidamente hasta morir, en virtud del ejercicio del segundo,
no fueron parte & distraerla de su gusto por la poesía, que si-
guió cultivando, pues en Setiembre de 1876 la sorprendió la
muerte, escribiendo, se puede decir, la bella composición que
el Sr. Vigü colocó como epilogo en el tomo de las obras lírica*
que »• dio 6 lus> como tenemos dicho. .
GUADALAJABA Í97
La eriaD2a de su tercer hijo le ocasionó un tumor en el pe-
eho: el mal en sus principios no inspiró inquietud, pero sigaid>
avanzando la enfermedad, hasta que el dia 28 de SetiembrO^
del citado afio de 1876, murió á las die2 y media de lamaEíana.
Pocos días antes de su enfermedad, bajo la influencia de un^
fatídico presentimiento, había es(»:ito las siguientes estrofas:.
"Tal vez cercana al ñu do mi existencia
Que en medio de agiv^Vimos dolores,
Ha ornado Dios con las benditas flores
Que solo los afectos pueden dar.
No quiero que este cielo nebuloso
De abrigo sirva ú. mi mansión postrera;
En esta tierra helada y extranjera
No quiero el sueño eterno reposar.
Quiero que me trasporten algún dia,
Aunqne se encuentre pot mi mal distante,
A'ese rincón de tierra que anhelante
Doquiera el alma en sus ensueños ve.
Quiero dormir en el modesto asilo
Bajo la misma funeraria losa
En que su sueño postrimer reposa
El padre que en la tierra idolatré."
Ko logró este genio morir en Quadalajara: tal vez sus reitoí
Mx&a. tra9lfkUd9l9 de Hamburgo algua dia, como lo r^comiOQ^ld
198 aUADALáJAItá.
y feria de dcseazte qtie el gobierno del Estado tomáH» á (Mtoáii
provIdeBeias «ctírM, de aouerdo con 1» apreciable tai]^li».de
♦m dkittitgaida esevliom.
Ktte e fac e qaerido oondiscipulo y amigo Joaquín GNSmes VajCga
l»i'jiUisienfe que mtiy ventajosamente ha figurado en «1 perio-
dismo, era en 1878 ntiestro compañero en la redaodon de Jtutn
JHegOt (periódico el primero que tuvo la alta honra de postular
parala presidencia de la República, ed muy distinguido juiiscon-
Vulto Sr. D. Sebastian Lerdo de Tejada) y en el¡cual publicó los
ttpuntes biográficos del sabio escritor jalisciense D. José Haxfa
Vigil» que en seguida copiamos literalmente.
Antes de comenzar & escribir los apuntes biográficos' que nos
hemos propuesto, sobre el distinguido escritor cuyo nombre,
demasiado conocido en el pais, encabeza estas lineas, tenemos
la obligación de decir dos palabras, lector amable, en descargo
de nuestra conciencia, y así misino para explicarte algo que no
queremos que en el tintero se nos quede.
Sabes de sobra que escribir una biografía que merezca e
kiombre de tal, es un asunto más difícil de lo que á primera vista
parece, si ha de llenar las couclicioncj de verídica, imparcial y
completa; por lo tanto, no pretendemos ahora— ¡Dios nos Ubre
d9 ello! — sino hacer unos ligeros apuntes que te basten para
GüADALAJABA. 1&&
foElBarte una idea aproximada de lo que hasta la fecha ha sido.
el ciudadano con cuyo retrato te regalamos los redactores át
Juan Diego, pues si ardua eniT)resa nos pareci6 siempre, hacer
liiografiai, en general, ¿que te diremos de la que hacer se pr&*
tenda de un escritor cuja vida carece de peripecias y cuyos di4|
han trascurrido invariables para él, viéndole inclinado sohieiRi
papelera^
La biografía de un escritor debiera reducirse & hacer un jui-
Qlo-sassonadp de sus obras, y careciendo nosotros de la ilustra
okm (juepara esto se requiere, nos abstenemos de acometer la
empresa, y*vamos s61o á hacer do la vida de Yigil, Ic^ ligeriWI
apuntamientos que siguen, dictados por la simpatía y poreLdo*
8^ de que en algún modo sea conocida.
Nació en Ouadalajara el 11 de Octubre de 1829 é hizo SUS
«Btudios de Latinidad y Filosofía en el Seminario, y cursd des-
pués Jurisprudencia en la Univei-sidad de aquella ciudad, no re-
cibiéndose de abogado cuando concluyó el estudio, por haberse
dedicado con vehemencia á defender los derechos del pueblo,
dominado entonces por el partido conservador.
El gusto de Yigil por la literatura, se manifestó en él detfdo
muy joven, haciendo rápidos progresos por la sola fuerza de bt)
200 GÜADALÁJÁRÁ
Yoluntad, pues carecía de protección y de dirección en tan diff-
dl carrera.
En 1849 publicó su primera composición en El Álbum, peri5«
'dico literario que salía de las prensas de D. Ignacio Oumidiilo,
'en esta capital, y en 1851 se representó en el Teatro Principal
•de Guadalajara su primer drama llamado Dolores, recibiendo
una verdadera ovación del publico todo, que recibid con aplau-
fio sincero la primera obra del joven poeta.
En 1857 viu la luz pCiblicasLi primera colección de poesías t>a-
jo el nombre de Idealidades y Quimeras, en un tomo de cerca
■de 500 paginas, y en 1866 publicó la segunda que lleva el nom-
\ae de Mores de Amihiíae, y que comprende dos tomos; uno de
poesías cpie consta de 710 páginas y otro de obras dramáticas,
«n 410, en las que puede aJiniraráe la más perfecta corrección
tie lenguaje.
Tigil no ha cultivado cu sus versos ningún género con prefe-
rencia á los demi\s, encontrándose en sus composiciones tanto
el estilo clásico como el romíintico tocados con igual acierto, y
•I
no^escaseando la^Jpocsías filoiúücas, erótica?, satíricas etc. etc. ^
Ha tocado la leyenda y la epopeya con felicidad, y son dignas*
de llamar la atenSon sus traducciones del latin, del francés
■del inglés del portiisiiés, del italiano y del alemán, porque sin
Variar la forma, en cuaiito es posible, ha conservado en ellaS
' atJADALAJABA 201,
el pensamiento del autor y el sabor del original. Por no hacer
t
demasiado largos estos apuntes, no copiamos aqui algunas oom'
posiciones de estos diversos géneros.
Merced á sus propios esfuerzos, Yigil posee con bastante per-
fección los idiomas indicados, Jo que le ha proporcionado la
ventaja de leer en su9 fuentes las obras notables. de los auto-
res de mis nombradla.
Sus esudios favoritos han sido la literatura latina, la espafid-
la y la fran(ftsa; la Historia, y la Filosofía, en todas las cuestiones
sociales y religiosas. El autor que más influencia ha ejercido
en su estilo es Voltaire, y á él debe la precisión en las ideas y
la inflexible lógica que distinguen sus escritos.
Yigil redactó en Guadalajara los periódicos literarios La Au-
rora Poética y La Mariposa, y ha pertenecido y pertenece &
las principales sociedades científicas y literarias del país.
Su vida política comenzó en el áñg de 1855, pues al ocupar
la plaza de Guadalajara el ejército que mandaba D. Ignacio
Comonfort, Yigil, Cruz-Aedo y otros jóvenes entusiastas co-
•
menzaron á publicar un periódico llamado I/a Hevoltteion, en
el cual hioiecon la exposición y la defensa de las ideas radica-
les que después se encamaron en la Constitución y las leyes
de Reforma. En el mismo a&o fué nombrado por D. Santos
20? GüADALAJABA
DegoHado, catedrático de Latinidad y Filosofía en el Liceo del
Estado, permaneciendo en dicho puesto hasta Marzo de 58 en
qne se entronizó el partido reaocdonario en Jalisco. En esfca
época Yigil tuvo ft su cargo la redacción de £{ J'&íb; peiiódieg
cecial del Estado, redacción que tuvo que dejar por el {«omm*
ciamieato de Landa en aquella íecha^
Durante la guerra de reforma estuvo ontregado & fw 9lrti|k>
dios favoritos, y, escribió un "Método tedrico-pr&ctioo 4e la
engua latina," cuya obra es ajuicio der los inteli^j^ent^s^ de
bastante mérito, y la cual permanece inédita, porque su autor
DO ha tenido recursos para emprender su publicación.
En Noviembre de 1860, al ocupar el gobierno liber{J'*& Guada-
lajara, Yigil volvió S. encargarse de la redacción del periódito
oficial del Estado; & mediados de 61 fué nombrado oficial ma-
yor de la secretaria del Congreso, y cuando el general Arteaga
se encargó del mando político y militar de Jalisco, le encargó
la organización de la Biblioteca pública, trabajo ^ne habia de-
jado incompleto & su muerte el ilustrado D. Ignacio Acal.
El dia 81 de Diciembre de 1868, al acercarse las tropas frangí
cesas á Guadalajara, salió Yigil de aquella ciudad, dejando & bu
familia, y no contando m&s que con sus acasos recursos, se em»
barco enManzanillo con dirección & San Francisco de California^
para seguir defendiendo por la prensa la independencia de la
aUADAIíAJABA, 208
BíqMU>lio», y ostableoid al efeeto, con fondos de D. Sotero Prie-
to y d« P^ Ignacio Madrid, M Niw» Mundo, ^áxaio que «h»
dlTeewi variaciones subsiste todavía. Con¡ motivo deélescri-
td^ ^Cuarez & yi$ril una satisfactoria carta, aplaudiendo sosplk»
tiióticos y desinteresados esfuerzos en bien del peíi
Kopudiendo subsistir en San Francisco por habérsele agptili*
do los pocos recursos que llevó, Vigil tuvo necesidad de volver
& Guadalajara, euando ya habia la seguridad de que no se le
exigiria ning^un acto de sumisión á las autoridades imparialeiL
E^to fué en 65, y al llegar se le ofrecieron varias colocaciones,
ventajosas en el ramo de instrucción pública; pero él, conse-
quente con sus ideas y sus principios, se rehusó & tomar el
más pequeño participio en un orden de cosas que repugnaba jk
1(11 corazón republicano y mexicano.
EJn Julio de ese mismo año comenzó & publicar un periódica
titiüado El Boletín de Noticias destinado á defender la :^púbU>
Cfk y atacar el llamado imperio y la intervención, y sostuvo su
publicación catorce meses, luchando con la arbitrariedad de lafl
autoridades de aquella época; hasta que de orden superior fué
ffaprimido el j>eriódico. Siguió entonces escribiendo La Prenr
ia que corrió la misma suerte.
Privado con eate metivo de los pequeños recunos que le
204 6UADALAJABA
pKKporeimiaban eos escritos, emprendió la publicadon de ras
poeifM 'en la coleodoa que llamó Motes de AnáhuaOt y con
stü productos pudo subsistir hasta el restablecimiento de la
Bepüblica en Qoadalajara, acontecimiento que tuvo lugar el
18 de Diciembre de 1866, volviéndose & encargar desde luego
de la redacdon de M País y de la dirección de la Biblioteca de
Estado.
Sien lo notorias la honradez á toda prueba -y la firmeza de
principios de que tantas muestras ha dado en todos tiempos el
ciudadano que nos ocupa, ha sido electo diputado al 1 ® 2 o
4 o , 6 "^ , y 6 ® Congresos Contituciorfales, no habiendo con-
currido á los tres primeros por habérselo impedido diversas
causas.
Siendo electo diputado al 5® Congreso por el segundo dis-
trito de Guadalajara en 1869, vino por primera vez á esta capi-
tal. En Noviembre de 70 ingresó á, la redacción áel Siglo XIJT,
y en Enero de 71 apareció ya como redactor en jefe de dicho
diario, permdneciendo hasta fínes de 73 con este carácter.
Al 6® Congreso fué electo por el 2 distrito de Durango, y
como una prueba de estimación la Legislatura de Toluca lo
declaró ciudadano del Estado de México.
Bn su vida pública, Vigil ha pertenecido siempre al partido
eUADALAJABA 205
radieal democr&tíco, aunque nunca ha aprobado ninguno de
6808 atentados & que Suelen apelar loa gobiernos. Ha sido»
siempre consecuente con sus ideas, al grado de resentir por es-
ta causa graves perjuicios en sus intereses y la pérdida de al-
ganos {mtignoa amigos.
Los escritos de Yigil han sido calificados favorablemente por
personas verdaderamente ilustradas, tanto del país como del
extranjero, y han sido reproducidos con elogio.
Subordinando las cuestiones de personas á las de principios,
no le ha guiado respecto á las primeras más que la idea de sa
capacidad, de su energía y de su^ñrmeza de opiniones para de-
sarroUar y plantear los principios en que reposan el bienestar
«
y grandeza futura del pa!9.
Su privilegiacla inteligencia y su mucho estudio hacen de él
lo que puede llamarse un erudito, y por consiguiente su con-
versación es amena é instructiva, haciendo que su compafila se
apetezca por todos los que tienen el- gusto de tratarle» Este jui-
cio formaron de Vigil los ilustrados D. Ezequiel Montes, D.
Francisco Zarco, D. Manuel Doblado y otros cuya opinión me-
rece crédito.
Yigil tiene ademas la excelente cualidad de ser sumamente
modesto, al extremo de- que no dando la menor importancia fi
206 GUADALAJABA
iOB eseritos, w sorprende cuando alguien hace de ellM Um-élA
glos que merecen, consider&ndolos como un efecto de banevo»
lenci», pues uno de los raemos fundamontideB de su caxacter es
una excesiva desconfianza de sus propias fuerzas. Bato b* ha.
cbo que jamas haya aspirado á ningún puesto público.
Ademas, Vigil es un leal amigo y en todas ^laa épocas de
BU pobre pero honrada vida, h& partido con algunos el producto
do sos asiduos trabajos intolectuales.
Nosotros tenemos la satisfacción de contamos en el ntlmefo
de sus amibos, pero nuestras palabras no se separan lui punto
de la ver 'ai, 'ni creemos haber exajerado al escribir estos
ligeros apuntes cuya veracidad está comprobada por todas las
personas que le conocen intimamente.
Hasta aquí nue^ítro compañero Gómez Vergara.
Después ha figurado el Sr. Vigil como diputado en todM los
congresos i^steriores al 6® , con excepción del antortor y el ac-
tual, en que ya deaempefiaba el honroso puesto de director de
la Biblioteca Nacional.
En este importante encargo'ha desplegado una actividad ex-
traordinaria y emprendido obras de notoria utilidad al públi-
co, provenientes de su reoanocida ilustración. La parte vaáa
culta de nuestra sociedad estima el acierto é inteligencia coa
áUADALAJARA 207
't¡tie dirige ios trabajos de tan útil institución y aplaude ftoa
constantes iniciativas & la Secretaría de Justicia, para su me-
fMamSento, hasta nivelarla con las m&s acreditadas de Europa.
Soh tftkbajós literarios desde 1874 hasta la fecha, han sido lOB
siguientes:
Fundó y redactó "El Porvenir," de 74 á, mediados de 76.
Escribió en "El Monitor," de Agosto de 78 Nbre. de 80.
Fundó y redactó "La Revista Filosófíca," de 82 á mediados
de 83. ,
Fundó "La Biblioteca Mexicana'* iDublicando **La Historia
de las Indias" por Las Casas, "La Crcinica Mexicana" por Te-
zozomoc, y el "Códice Ramirez."
SBflO y publicó la traducción ^i verso del poetalaitino(A.
P«rli&
Escribió en «La Patria,'* de Enero de 83 á Dbre. de 84.
Fundó y redactó "La Prensa," de fines de 83 á Marzo de 84.
Publicó un tomo de poesías líricas de la Sra. Prieto de Lan-
diizuri, con un estudio biográfico-literario.
Escribió y publicó un informe y noticia de la inauguración
de la Biblioteca Nacional en 84. «
Publicó unos discursos de polémica filosófícA pronunciados
•n la Escuela Preparatoria en 85 .
208 aUADALAJÁBA
B* fonnado y próximamente se comenzarán & imprimir los
catálogos do la Biblioteca Nacional.
Ha escrito y se está publicando la Historia de la Beforma,
la Intervención y el Imperlb, que formará el tomo Y de **MéKi-
co á través de los siglos."
En 1875 fué electo magistrado de la Suprema Corte de Jus
ticiv. En 1874 estuvo encargado de la dirección del Archive ge-
neral de la nación. Ha prestado ademes servicios á la instruc-
ción pública: do 74 á 76 sirvió la cátedra de Español en laEs-
cuela Preparatoria -de 78 á 80 la de historia en la Escuela Se-
cundaria de niñas, y de 80 á la fecha la de lógica en la Prepa-
ratoria.
Es socio de número de la Academia Mexicana, de la Sodedad
de Geografía y Estadlstica> del Liceo Hidalgo, correspondiente
de la Real Academia Española y miembro, en fin, de muchas
Bodedades científicas y literarias del país y extranjeras.
Hé aquí á glandes rasgc», imperfectamente bosquejada, tma
gran figura jalisciense, para que más tarde plumas competen-
tes hagan la pintura fiel que dó á conocer al mundo esta gloria
de las letras mexicanas;
CAPITULO XXI 11.
. CONTINUA LA MATERIA DEL ANTRERIOR.
Ireneo Faz es jalisciense; nació en Guadalajara el día 3 de
Julio.do 1836.
Huertano de padre desde niño no tuvo más cuidados que los
de su virtuMÍsima madre, la que se dedicó con supremo es*
fuerzo & la educación de su hijo, tropezando con las difieultA-
des consiguientes & la estrechez de sus recursos.
A los trece años comenzó sus estudios preparatorios en aqvftl
Seminario j á dar desde entonces las pruebas mfis elooaentM
de lAiMgjiidiid, rirtud que desde nifio le h»Q 4Ul^ffc4d9, D^
210 tíüADÁLAJABA
*
seoso de ftlivior de aJguna manera & su querida madre el poaó
de uua educación que demandaba gastos superiores á sus fuer*
cas, alternaba el estudio con un trabajo manual que le produ-
cía los elementos'necesuios para proveer & los gastos de ropa
decorosa, libros, etc, etc. No obstante esta circunstancia que le
ocasionaba notable pérdida de tiempo, su talento y aplicación
lo suplieron 7 terminó sus estudios de Bellas letras, Filosofía y
Física con aplauso de sus condiscípulos y satisfacción de los in-
teligentes profesores que tuvo, los cuales, de paso sea dicho,
le guardan hasta el dia el aprecio y consideraciones á que des-
de entonces se hizo acreedor, entre otros, el sabio y virtuoso
Sr. Obispo de Colima Dr. D. Francisco Vargas.
Una feliz casualidad ha pueáto en nuestra papelera de tra-
bajo, los certificados siguientes, en comprobación de lo que de-
jamos asentado.
"SI que «asoribe, Catedrático de Latinidad y BeflaA lietras
«B el. Seminario Goncibar de Quadalajara, «eftifica: que Mi
jAModiscIpalo D. Xteneo Paa, ha^urs^dola cátedra de Mayio-
tes, por mía de oebo mieees, habiéndose portado en todo este
tteof^con-mividiable juicio, decidida aplicación y mtry venta-
J l o Japw reohMPiento, sotpo lo demostró en el exSíOtítñ qué
ateba-dei8uftte«ide.las materias siguientM: trsHJhiootoiide hi
oüabjUíAJába 211
ponnma Eneida y diez Églogas de Yirgilio, la Carta de Horacio
ík loe Pisonee, las once Elegías de San Pedro, nueve de las ora-
dones .de Cicerón y las traducciones de Kebri Ja^ De memoria;
tu compendio de Retórica» otro de Mitología y el Arte de Ke'
brija.
• Conlfestó fl^tisfactoiiamente y con expedición & todas las pro-
gantas que le hicieron los sinodales; quienes atendiendo ade.
más, á su conducta irreprochable, & su comedimiento, caballe-
roflas maoens y dewás virtudes que le han grangeado el apre-
cio «le sus eompafferoB, lopremiaron con la califleacion 8i:^pre-
ma de S. S. S.
"Seminarto OOBelilarde OwMWaJara, Julio SO de 1851. —
»t
''Antonio AlcoooTí Secretario de la Universidad Nacional de
esta capital, certifico: queD.Ireneo Fas ha presentado en esta
Secretarla, el certificado que previene el articulo 16 del decre-
to número 200, por el que consta, que el referido Joven Paz, ha
sido examinado y aprobado en las materias designadas en el
artículo 1. ® del 18 de Agosto de 1848, para formar los estudios
preparatoriM de los Mayores en el Semioiurlo Conciliar de edta
• <í
213 6UADALAJAJtA
En cuy» virtud y en eumplimiento del dtado decreto, le tOL-
pido el preiente que le servirá oomo titulo de Bachiller en H-
loeofia/'—OuadalaJara, Julio 24 de 186L— Antonio Alcocer.**
PMódeqpues & la Universidad Kacional y consajj^n-
dofe con BU genial dedicaron & la ciencia [^del IDerecho qne
|d«dic6 en uno de los bufetes m&s acreditados de aquel foro*
en el del Sr. Lie D. Jesús L6pez Portillo, obtuvo en 1861 el tl-
ttlo de abogado.
Desde que en las primeras c&tedras se familiariad eon y¡iiKi>
lio y Horado, cládcoe & quienes ha tenido dempre u& afecto
decidido, comenauron sus aficiones & la literatujca; y era de ver
c6mo en las jxáginas bUuuM de sus libros de texto hat»a mul>
titud de epigramas dedicados k sus catediáticos 6 k sos oontya-
clpulos, y algunos sonetos l3obre los asuntos patrióticos que
mág conmovían su alma fogosa.
Alguna vez dijo un es.ritor amigo üuestro 6on gracia y con
verdad, que Ireneo hace versos como el &rbol éclía hojas. Cier-
tamente: desde sus primeros añ(» fué asombrosa ladisposidon
que manifestó para la poesía, y desde entonces abundui sus
composiciones de mil géneros en la prensa del país y extranje-
la, en periódicos que él ha redactado y en multitud de albums
de familia, cuyas producdones pocas veces ha cuidado de oo-
6tTADÁLÁ;)rÁBA 213
leedonar; vtpteeesítuiíáo porto micono una parte pequeña fíu»
que publicó con el nombre de [álbum del Alma en Bu ob^a
**Cardo«yVleletütf.»'
Siendo &un practicante de Leyes siuti6 loe primeros itk4)ul'>
sos de 8u amor & las instituciones democráticas, y entusiasma-
do por el estruendo del combate que entonces conmovía al
país, púsose desde luego al lado de los principios proclamados
por el plan de Ayutia, ingresando como subteniente & un bata-
llón de guardia nacional.
Conocidas ya sus opiniones y las aptitudes que le distinguian
como abogado, fué llamado pocos meses después de recibidp, &
desempeñar un empleo en la Secretaria de gobierno, el cual
dejó m&s tarde para dedicarse al ejercicio de su profesión. '
Su bufete fué invadido desde luego por una escogida clien-
tela y litigó con éxito brillante en aquel foro, no obstante sus
multiplicadas ateneiones; pues debe advertirse, que el general
•
B. Santos Degollado, siendo gobernador de jaiiaeo, dio á Paz
<.. * '
el nombramiento de capitsm y con este carácter servia en \m
cuerpo de guardia nacional que mandaba el general t). Miguel
Contreras If edellin.
Ireneó Paz empufiaba la espada & las boras de servicio mi-
litar, edlas que no lo eran concurría & los tribunales en i9er-
214 aüADAI»ÁJABA
Ticio de 8U8 dientes, y Ias que podían ser da Mo las empléate
en tareas periodísticas y literarias.
Por este tiempo publicó <'£1 ludepend^te,'* "ElDU/'y
"Sancho Panza.'*
En Diciembre de 1863, cuando las tropas francesas se acer-
caban & Guadalajara, abandonó aquella ciudad y se dirigió al
Estado de Colima en donde permanecían algunas fuerzas repu-
blicanas. Inmediatamente el gobierno de ese Estado, que oo-
nocla la importancia de Ireneo, lo confió el periódico oflcia],
nombr&ndolo ademas magistrado del Tribunal de Justicia.
Un año duró desempeñando tan honoríficos cargos, teniendo
que salir al evacuarse aquella plaza por la aproximación de los
imperialist»J9.
Tomó después parte muy activa en una penosísima campaña
de ocha meses, en los lugres más insalubres de las mortíferas
costas del Pacífico. En ella dio k conocer desde luego su acen-
drado patriotismo y el valor frió y tranquilo, que puede D»-
marse org&nlco en Si, mereciendo los despachos, primero, de
comandante y después de teniente coronel, expedidos por los
gtfoerales Echagaray y Arteaga.
Después de la derrota que sufrieron las tropas republicanas
en ZapotUn, fué comiiionade por loi genenúei QnnI^ y SohA-
OUÁDÁLAJAKA 215
garay para arreglar las condiciones de una capitulación con el
general imperialista Oronoz, encargo que desempeñó con un
tino reconocido por todos, dejando bien puesto el honor militar
7 los demás InUtea&i de sus podéf dajites.
Conflnado ^ Guadalajara por Oronoz, dedicóse con ahínco á>
trabajar por la causa republicana, ajmdado únicamente de SUS
patrióÜcos impulsos, luchando con grandes dificultades pecu-
niarias y con la tenaz vigilancia de que era objeto poi^lUJ ftu->
toridades imperialistas.
Poco tiempo después laiuza & la publicidad "El Payaso," pd-
■ riódico satírico y audaz, en el cual combatía rudamente las
ideas monárquicas. Esta chispeante publicación, como dijimos *
en su oportunidad, llegó á interesar al mismo MaximüianOj
que solicitó una colección por conducto del Comisaria imps*
nal.
Más tarde publicó **E1 Noticioso:" este periódico escribía
cuando con motivo de su discurso al pueblo que acompañaba
á su casa á la Sra. Peralta, después de su función de gracia, y
de los otros incidentes que hemos referido, fué reducido 6pri«
sion el 12 de Noviembre do 1S66..
El triunfo obtenido en La Coronilla por las fuerzas repabll«
216 QVADALMJARA
caoM el 18 de Diciembre del mismo «fio, poso fin i to dm» «i«
tuMion que guard6 en la corcel.
Deade el momento en que el coronel D. Eulogio Parm oca-
p6 Guadalajara, aprovechó los tervicioe de Pai, nombiándole sa^
secretario y expidiéndole ademas el despacho de coronel. Se-
paróse de su lado cuando el general Corona Uegó con el ejérci*
to de Occidente, para acompañarlo á las expedición^ que ai-
gnieronhasta la rendición de Colima.
Después de haber pasado por todas las visicitudes y contra-
tiempos que durante algunos afios pusieron á prueba el patrio^
tismo y constancia de los buenos mexicanos; después de la co<
lebridad que adquirió como abogado, como valiente y oomo
•
escritor en la tremenda luchade la segunda independenda,
fué llamado en 1867 d> desempefiar la secretaria del gobierno
de Slnaloa, cuando la República aseguraba su completo triunfo.
A los seis meses de ocupar ese puesto, que desempefió coa
actividad é inteligencia, tuvo Ireneo que lanzarse do nuevo &
la revolución, complicado en la apariencia en los disturbios que
ocurrieron en Slnaloa el año citado; pero en el fondo aspiraba
& más su patriotismo, descepcionado por el rudo golpe inferido
por el Sr. Juárez & los prindplos constitucionales, en la convo-
catoria expedida p&ralas elecciones de los poderes de laledo»
aVABALAJABA 217
ación* ]>68de ese momento no aceptó más (&!. 6rden de cosas:
se ptopvao trabajar con ardor por la celda de un gobierno an-
üpaMdtico, impiimiendi oon su influencia, en ese sentido, el
giro posterior á la revolución, y desde entonces proclamando
la candidatura del Sr. general Díaz.
Sofocada esa revolución, un afio después sufría IrenA por
segunda vez ios honores de li^eircel en S^^Uago TJi^telolco.
Más tarde fué trasladado á la Dilatación, en donde sigui6 con
la pluma atacando él gobierno-de T>. Benito, en "El Padre Ce»
bos/' periódico tan popular que ninguiia otra publicación de
su género ha logrado en nlngon tíemp > expender el gran nú-
mero de ejemplares que ésta, tanto en la capital como en los
1 *
Estados.
Be^Mies de once meses de prisión fué puesto en libertad y
c(Hitinu6 luchando en el periodismo, en |os clubs populares que
se establecieron cuando en 1871 se combatía la reelección del .
Sr. Juares, y en los trabajos secretos que prepararon la revo-
lución de La Norid en la que tan activa parte tomó por la
causa del general Diaz.
Seguir i Ireneo en las mil peripecias ocurridas en estfi revo-
lución y en la de Tuxtepec, cuatro años después, seria materia
difícil de releiizse en ni^ capítulo de este pequeño libro; bastft
218 «ÜADALAÍÁBÁ
decir que dos veces m&s volvid á perder sa libertad é igoal nú-
mero de ocasiones k poner en riesgo la yida por rer realfasado
BU ideal poÜtico, el triunfó de los p«iacl|do8 que desde bace
treinta años ha venido sosteniendo valerosamente con la piñ-
ma y con la espada, la fiel olnervancia de esa Constitución qae
I
tanta sangre cuesta ya á México.
Hay dtra razón poderosa, ademas, para qoe no sigamos paso k
poso al leal amigo del genénl Dias» en sus artíeagadas aventa-
rios militares: las ha publicado todas en esa olnra interesantísi-
ma', que fbima una parte ya de la historia de México, con el mo>
desto tttulo de "Algunas Oampaflas.*'
Por sus primeros escritos, algunos] admiradores del tono
agudo y sentencioso que caracterizaron á los periódicos qae t9*
dactó, como Sancho Panza, El Payaso y El Diablillo Colorado
juzgaron que solo el estilo humorístico le era familiar: mfis
tarde se vio en otras publicaciones, como El Mensajero j La
• ' í ' '
Patria, que su talento abarca todos los estilos.
''■•'.■'<■'
Después en las dos épocas en que volvió á publicar el Padre
Cobos, se decia en varios círculos literarios, que Ireneo como
poeta', daba la preferencia al género satírico: no es exacto: y
pueden verse en sus Cardos y Violetcts las compositíones d6di<^
Versos géneros, en donde no escasean las poesías flltysóficas y
GüADALAJARA. 219;
eróticas. £lmplea para todas sus obras, el estilo que más cua-
dra con el espíritu de ellas, tocado con Igfial acierto.
Citar aquí las comedias que tanta popularidad le han dado,
conocidas liace tiempo en todos nuestros teatros, las novelas
que ha escrito y otras muchas producciones de su fecunda plu-
ma, seria lo mismo que trasladar estérilmente aquí» el catálo-
go que con frecuencia publica La Patria y anualmente repro-
ducen aumentado, los almanaques que escribe y en los cuales
constan las obras con que su poderosa imaginación háenrique
cido nuestras letras él, por lo fecundo, Manuel Ferfiandez y
González mexicano.
Desde el triunfo de la revolución de l^tepec, hasidorepre
sentente del pueblo en el Senado y en la Gftmara de diputados;
tras %£Lo8 ha desempeñado el cargo -de regidor con la comisión
de paseos, desplegando en las obras que emprendió, actividad,
economía y buen gusto, por todos reconocidos.'
Como director de "La Patria" ha sido miembro de la Prensa
Asociada, ocupando tres años la presidencia de la sociedad.
Miembro del Liceo SUdalgo, fué una vez presidente de ton
ilus(zada corporacioi^ literajrla.
Fué presidente un año del Circulo jalisdense, y siu trabajo»
220 OÜÁDALAJÁRA
máf activos se oDcamitiBion siempra & todÓ lo qae ^gniflcab»
un positivo bien pata 8l Estado.
Sus amigos, unánimemente creen, como nosotros, que la
Nftcion no ba retribuido todavía sus valiosos servicios; aunque
nos satisface 4 todos que la historia baya recogido su nombre
para consignarlo con caracteres indelebles en los fastos de la
patriSh
Es miembro de todas las sociedades literarias del país y de
muchas del exiranjero.
En lo privado, el Juicio de la sociedad habla muy alto en pro
de sus relevantes cualidades.
Servicial, modesto por organización y afable con todo al
munido, podemos asegurar que es uno de los hombres más po<
pulares que hemos conocido.
Sensible, con hechos prueba cuando el ageno dolor lastima
su alma nobilísima.
Una vez un amigo & quien aprecia, era victima de grave do-
lencia, y no satisfecho Paz con el modesto mMico que lo ca-
raba, envi6 con inirt^rucciones privadas k un dJUitinguido facul-
tativo que asistió por cuenta suya al enf ei^o, hasta su o^sft-
pleto alivio.
•4
69ADÁLAJABA 221
Ba» pMOflf como hombre de valer y su caja, están con íre -
paenda al servicio de madios.
Valiente hasta lo inverosímil, sus ojos se Ilenají de lágrimas
con él recuerdo de algún pasaje conmovedor de nuestra histo-
ria patria, con la memoria de su adorada madre ó con alguna
eaoena tierna de familia.
Franco por carácter, siempre dá el consejo en el sentido en
que él obraría en igualdad de circunstancias.
Laborioso 7 metódico como Frankiin, en medio de sus muí-
tiplicadas atenciones, siempre tiene tma hora que dedicar á los
inocentes placeres del hogar, á las francas expansiones de la
ff«rii<diftH y para depositar un haz de flores en la tmnba má«
queilda del Panteón de Dolores: la de su inolvidable madre.
Demócrata por convicción íntima, á esa escuela ha amold<^
do siempre sus actos, aun los del orden privado, respetando el
sentir de todos 7 atendiendo cortesmente lo mismo al pobre
industrial que a] opulento banquero.
QenerosopoftMnperamentQ, muchas veces, sin indicio de
repugnancia, ha i.'oeito k dar su leal mano á individuos que al-
gún mal le han causado en su carrera pabUca 6 en sus intere-.
ses pecuniarios.
Firme en la amistad, Jamáa dá« oapiUvo. ^a^ que se gasten loei,
222 aüABALAJABA
deUetklo» resortes de ella y comb mejor demostraeion, ahí estíl
la enorme lista de sus amij^os, machos de ellos, desde la nifies.
Como amanüe padre de familia, no economizó medio algnno
para que sus hijos adquirieran la brillante educación moral 4
intelectual que los distingfue.
Si lo asentado aquf^ no estuviera comprobado con el sentir
unánime de sus amigos, temeríamos que se nos acusase de ^
exagerada parcialidad.
Para corroboradon de nuestro aserto, emplearemos al con-
cluir, las misa.as palabras con que terminó irnos apuntes bio-
gráficos que de Paz hizo, en Julio de 1S73, nuestro inolvidable
amigo, el periodista jallsciensc José de Jesús Oaribay:
«Al escribir estos apuntes, no nos hemos dejado gidar ix>r
la amistad que á Ireneo nos liga, ni por el mucho cariño que
le tenemos; los personas que, como nosotros, lo traten intima-
mente, verán que no exageramos ni un panto en lo que de
nuestro amigo hemos escrito."
SlSr. Lie. D. Lai« Gutiérrez Otero nació el 1& de Julio de
18d9, en Quédala jara, su padre fué de jma diáting«:dUhbiamili»
de Zacatecas, y su nsAdre de otra, tuBubien m^iable» de Quad»
lajara y hermana del eminente orador parlamentaiioD. Maiia-
no Otero*
S aiTHBBBSZ OTERC,
.onXDAL^JAB^ 228
Hi20 sus estudips j>reparatorio8 y p(ofesio^ales en el Seinina>
jrio y Uniyersidad de Quadalajara, ocupando siempre los m&s
distinguidos lugares en las cátedras que carsó y sosteniendo
actos públicos en las de Filosofía y Física, por las cua'es ya se
... * .
presentía el brillante porvenir que le estaba reservado, debido
ft BU despejado talento y & la dedicación con que desde sus más
tiwnos a&QS se consagró al estudio. Fueron sus profesores per-
sotas de elevado renombre en ciencias y letras, como el lílm6.
ñti Dr. D. José M. del Refuto Guerra, actual obi^x) de Zacate-
cas, el finado Dr. D. Juan N. Camarena, uno de los primeros ca-
nonistas qne la Iglesia Mexicana ha tenido en los últimos tiem-
pos, y el Dr. D. Agustia Rivera, tan conocido como sabio, y
enjtantos ramos del saber entre sus contepomráneos: de todas es-
tas personas como era natural recibió tan aventajado discípulo
altas muestras de distinción y aprecio.
Se recibió de abogado sustentando un examen lucidísimo el
bSLo de 1864, y cuando desempañaba el encargo de oficial mayp'
ei^ una de las salas del Tribunal 4p Justada; muy pocp después
ascendió & secretario y ocupó ademas el honroso puesto de sin-
dioo del Ayuntamiento de la capital.
Separóse no muy tarde de esos puestos y se consagró exfilusl-
TAmsnte al eje««ieÍo Uhro ó» jriproleilQD, ft Ift q«e d,unate
2i^4 gttadalajaba
tree« afioi permttuedó dedicado en lu dudad natal, gozando d«
Justa reputación en aqoel foro como hombre probo é tnteli-
gente.
Bus aficiones literarias j peitodisticas, le bideron tomar par-
fidpadon desde muy Joven en loe trabajos de la prensa, y en
Ouadalajara fundó y redactó dos periódicos, *<La Esperanza" j
el "Olub Jalisdense;" redactó ademAsen unade sus épocas *<Ia
Civilizadon" j fonnó parte de las redacdones del peri¿d|fiO
ofldal 7 del semanario intitulado **La Religión y la Sociedad."
ft cuyo frente se encontraba y se encuentra todavía el eminen-
te Dr. D. Agustín de la Rosa.
En la misma dudad de Ouadalajara pronundó diversos discur-
sos politíoos, religiosos y dentíficos con motivos ofidales» en el
senodela'Sodedad Católica, en la Universidad y en solemni*
dades de la instrucdon pdblica*
Fué mío de los iniciadores y fundadores de la Escnek de Ju-
risprudencia y de la Sodedad Católica en aquélla capital, que
basta hoy subsiste: y como todos sos comi>a1ieros de idea y tra-
bajos en ese Establecimiento, desempeñó gratuitamente una
de sus c&tedras.
La revoludon de Taxtepec lo bi20 cambiar inopinadamente
dé residencia, porque á favor de la libertad que se gozó en las
éUADALAJAÉA . ¿¿5
primeras elecciones verileadas después, se encontró soipendi-
do con la credencial de diputado al Congreso de la Unl(Mi, que
le otoi^ el distrito de la Encamación, de su Estado, y pampM-
sentarla y ejercerla, á instancias de sus amigos, se trasladó en
1877 & la capital de la República, de la que ya no se ba separa-
do desde entonces.
Ya desde Guadalajara gozaba de la reputación de orador no-
table; pero en los diversos discursos que pronunció en la Cáma-
ra de diputados, fué juz^iado por extraños <M>mo un aventajado
tribuno, reconociendo algunos de los que admicaion & su tío
D. Mariano Otero, gran semejanza en la pulcritud del lengua-
je, en la extensión de la voz j Actitud en la dadamacion.
Tomó parte en casi todas las discuslonéifVi^ hubo en el seno
de aquel Congreso, é bizo siempre en ellas la manifestación
franca j decidida de sus ideas religiosas y políticas, atrayéndo-
se por esta circunstancia el aprecio de mucbas personas nota-
bles de ideas opuestas, que estiman la lealtad y la franqueza
dende se halla con la latitud que en el Sr. Gutierres Otwtf;
Concluyó sü encargo y volvió oomo en Quadalajara al ejerdeio
libre de la profesión. Ingresó k la redaeefon de la "Vos de lié-
xico" en donde sus notables escritos, impregnados siempre de
lógica & la vez que de moderación en el estfló, lé oonqitíttoi*
226 GUADAJ^fTABA
yoa gr andef rimpatfiw Fué catedr&tioo de I>er«cho, también en
1a ISMoel* de Jnjásfixüáfn^ciM de eeto ceiiitid; recibió el nombí»-
niitiite de iOQk> del "Ateneo" erando el genenl SUv» Palado
y otros de nuestros primeros literatos procuraron el estableci-
miento de esa Sociedad de ana manera brillante; fué nombra-
do miembro de número de la Academia Mexicana, y pertenece,
por fio, en calidad de correspondiente extranjero, & la Real Aca-
demia Española.
|Iá trabi^ado activamente y como le ha sido posible pot avi-
var los detees de la construcción de un ferrocarril que una &
Onadalajara con el Pacíflco, y sebre este asunto pabUe6 una
enturiasta carta exdtsndó el e^ritu de empresa del Estado,
A fin de qjoe en su «pno formara una oompaília que tomase & Su
car^o el proyecto y las tareas relativas. Como apoderado de
aquel gobierno, y en unión de los Sres. Pió Bermejillo y ICa-
daño B&rcena, prestó sus servicios para celebrar un cmitrato
hace áfios, que Uevari pronto, á Jalisco los rieles del Central.
Baartado aquí stempte entre loe deflBosoves ardñvites de 3a
entidad federal & que pertenece, y harevindicado sus derechee
en la foima dable cuaoü^ «retaque se desconocían 6 at acaban;
Oon metiyo de la legregaeion de Tepltf, proeui^ «n unión de
ailA0Al4UAKA tVt
yUuBeii ü« laanesit «lu* jio%«ec|«a dividido é- i^tenuniplda «r
terreno qa»á«i]|^at4e de-Ab», y qtuete foWflcftBeit «írróres qito
noftasrobatabon ua-paMto ^tié án» es nuesfero/én Im co^tiB def
9)M!íflco.
Varias veces fué nombrado Tresidéiite del "Circulo Jaliscieh-
stf^'^fittablecido' en esta capital y trabajó con ahinco por toda
Idea que entrañara el bienestar j- engrandecimiento del Es-^
tudo.
tomo abogado ha cabidole la suerte de intervenir en litigio»
notables, y entre ellos, en uno que bajo cierto aspecto ofrecia
interés, internacional, por que era procedimiento abierto k ins-
tancias de k)S Estados Unidos contra un jefe de fuerzas mexi-
canas de quien se decia haber penetradoj& aqnel tenitcwi», viof
Undoío & mano armada y persiguiendo dentro de él & tn^MM
enemigas. Recibid el negocio cuando el primer Consejo de Qu*>
rra habia declarado culpable al acusado, y pudo, no obstante,
conseguir en el segundo, que estaba llamado & imponer la pena,
im resultado entevamente satisfactorio. Ese y otros trabajo
f órense^ suyos huí salido á luz.
Cuando en Pldembrs de 1^ m alteró tan profundamente *a
traoqtiittdad en Quadalajara y tanto tuvieron que sufrir sus
prioeipalet veeioes, «I Sr. Gutierres Otero se coloeó áUertft
238
«UADAI^JABA
XBéMtedfltdQ ««ai allAdo de loriMiWfitidM y «n gtmn parte se
■4lek4(iá.jnift «sfnenMi activútadj^ <]rekMioB»i^ qve se dictinue
|ior el centre les uieUidse j^se Mumiéee 1& ectitaé que eoatri
..buyeron de un modo tan eflcarfi que esa situación y aquello*
padecimientos tennináran.
Sus modales distinguidos» suoarÁcter esenciaimente rnnirWi
dor y la cordura que le es propia cu todos sus actos, han sido
cualidades que unidas á sus vastos conocimientos en la cSeiteia
del Derecho y fi. su honradez, le haceh disfrutar en el foro y en
}a sociedad de grandes consideraciones y del aprecio generaL
^- ■>
/ '
- J . . - fi '
K^o'
CAPITULO XXIV.
En sl gobikrno de i>. Igxacio VjUíLakta.— La Batall.a »■
'«La Hojosaiu."— EL • Palacio vi;l Gobimsc».— La üibíio'
TBC'A Pusuca.
.En Setiembre de 1871 Uegpú & Gttatlftlajaní el Sr. Vallart*»
•. ," . ■ • ■•
-froce4eiite de la eapital, en donde, eo;nio se tiene dicho, de
«lempeftab» el cargo de Ministro de D. Benito Juárez. Despuet
de la protesta de estilo ante la Legislatura, pronunció un mag*
nifico discurso oon ese estilo elegante y fkcil que le es propio,
«n el cual, ofreció el mus grande respeto á la ley, realizar im-
imitantes 'mejoras materiales, ser un celoso guardián dé 2it
230 OltADALAJARA
tranquilidad pAblica, atender al arreglo de la liactenda, y todo>
lo que en semejantes eaeoa er eoetumlMre dedr para hacer ca^u-
cebür á todos, lUonjeiM eeperaa»».
Como ya el ür. Vallarta era tan conocido, los habitantes y W
prensa oyeron tan halagUeñaa promesas con la desconfianza
que era natural; pero sin embargo, esperaron los hechos para
juzgar " "* n Justifícacion .
Pronto sus iniciativas & la legislatura, las cuales entrafiaban
el fin de centralizar los poderes públicos, produjeron un gran
descontento que se aumentó con los errores cometidos en ma~
teria fiscal, poy ló^,cu^es, s^jjfuu aseguraron los periódicos de-
esa ciudad sufrieron terribles dañoii el comercio y la industria.
L*a Ciisma prensa, y, como es lógico suponer^ era la de pposi-
cioa» lAmeiitabí)' )»l iCkbaudono deliiuportsaite nun» de .Iftsegru-
ridad pAblíca, resultando el bandallsmo que se desíató ea to-
do el Estado.
Se le acusaba de reucoro;io; y llegaron á señalarse alg'uuos
Jactos de arbitrariedad, & 1 1 ¿ombra de las facultades extmor-
dinarias que entonces reinan, con motivo de los trastornos ori^
gínadoj por la revolución de "La Noria. "
Vemos con trístesa profunda que los odios de farti lo SK>a
iuestingulbles: han pasado trece a:i09 4e«ds que este g0b«r»
'OÜAl^AÍÁJA¿k 581
•«^lie áejS lite rknStaíáét potfoV en' Jütooo', ^ «us enemigos ¿é
•cnMnoes iriguen ritoüolo «.hom: no dc^Kmen tnt «oHttad fao9>
ftil, ni «Ble eFTemiMlanto <i(tee li^gtttafáft el 'Sr.'WlIft^ta.
Jleede qué 1» jirem» anunof d te finblléanloA' «te:««b e» «pontet*
■Vos han «Ido remittdoti por ctíUfcbbradoiwt áefMJonoddos, folle-
toe y periódicos, en que se refieren ^hechos arbitrarlos hasta
inhitmanos ootietidos por oT Sr. Vailairta; pero como no 'es
nuestro &A{mo oonétituirnos e'n vehfcvito de malas pasiones: ni
el dodcspertar' adormecidos rencores/prescindimos de réiertr
tales acontecimientos, dejando la triste relación de ellos &
otros historiadores que juzgarán un deher no omitir ninguno
•de lós detalles del sombrío cua 1ro que aquí no queremos tra>
zar.
En la éiJoca del Sr. Vallarta comenzaron » recibir mayor im-
]>ul80 las mejoras materiales, y en esta pai-te sí cumplid sus
■ofrecimientos. Fué, debido á sus esfuerzos, Ile\ sida ü, cabo la
•obra abandonada por tantos alos de la reediflcal'ion del pala-
cio, arruinado por la cafistrofe de 1859; en ella se gastaron cua-
•ffentamil pesos. Se prostijuieron laJ obras de la iienitenciaríR
eon m '«suctividad qae nanea y 8e,oo«ieti2aron las ref<Nrmas di
.1M eátfld js deitltiftH»'p<Má laa esettetaa4e Medlebiá y é%í>é.
vrecho, al frente de Ia9 eaales se puso al entendido «rqnltcoto
?32 S^VÁDAh^AHX
U. David Ümv o^ «ue lo w» il«ide lywift uuicbos «Aw» «l« U i;»-
iakiAiMlo iMnélloM tvformMea vatios estaMacimteato* d»
•oaefianca.
«Debido á tus AlMies, neibiO utotsrtiHft rncdotí» ki BibUotoca^
IHíbUcft} entre otms la impresicHi de un caUlogOi en el cual con
tedaa los reglas de BibltograCTa y campeaodo un méiodj» senci*
lio» e«táu comprendidaiilas muchas obras que contiene: se abñó
el IS de Diciembre de 1S73.
E» un bocbo que el Sr. ^'allarta uo desmintió la Jtista repu^
tacioii que tiene como hombre honrado, .v que hasta donde le
fué posible cuidó de que en !as manos secundarlas hubiera la
mikma probidMl.
En Xobiembre de 1^72, p. Manuel Lozada,>l tigre de Alica
como algi^nos le llamaron, quería imponerse al gobierno ha-
ciendo valer la grande influencia que ejercía en lo» pueblos de
la Sierra de Alica pretendiendo ser porfuem al colaborador de
las autoxldades nombradas por el supremo gobierno tu el dia-
tvlta de Tei»ÍC| é intervenía muy direcUmtnta con «1 acuacéo
atiei mismo gobierno, en la sumisión de los babitanteajlc aqua-
Uiit ngiotite; «1 efecto, oXm fechk 5 del dtodomé^, noia^v^ co-
ittMoDftdoe i»rft txator eetü punto ton el Preeidente de 1»' B^-^
yáliiiM, álo(iSefiM«8]fánttét Zehiyeta, Femftúdo Ifontftfiov'
CMm Pérear flaadi y Mipirt Oeeipiei». Eito conleton te^ prr-
•entó ftlSr. Lerdo en loeprímeíof díftsdel mes de Diciembre^
conferenció algo aobre las inatruccioiieg que recibieron de Lo*
sada, y le entregaron unas bases bajo las cuales pretendía
aquel cabecilla celebrar el arreglo. Con fecha 11 del pitado
mea recibieron los comiatoaados por conducto de la secretaria
respectiva, i» retelucion dictada por el pi'esidente de que el go<
bierno no podia fijar otra« bases, que las establecidas por la
Constitución y demás leyes que regían en el pafs.
Lozada quedó entonces sumatnénta contrariado y convocan*
do & los principales capitanes de las innumerables cuadrillas
que formaban su ejército, celebró una junta en el pueblo de
San Luis, con fecba 17 de Knero de 1873. De este conciliábul<>
resultó lo que ellos llamaron í>¿«»íí líbertauioi', en virtud del cual
■e proponían dar una nue\'a administración política á la RepCi-
bUea,y acordaron desde luego, por iniciativa' del director de
Lozada, D. Pl&cido Vega, apoderarse de lo3 Estados de Jalisco»
y'Sinaloa.
En los dlttiQOS dita del citado mes salió el ejéroito tihertadm-
«ondlreodon & Giiadstajaiikj cuya oénpacíon creían se^r*.
<xwo|PMila4ejnii.<Hie|»8iÍI bomkveiiif It» tres annasa da-
laiMl» llM "* ****>* vmtonamlfíM Am fu |Mtt>. ñor Imm pnM>ffMWlW dft
tffti^W«]Mi!t»l«y««^ta,^«l.A)itil}eto > cujr^ |)íU)Jí« Ui^ «1,
día 26.
Eptre tanto, l09 habitantes todofl de la biudad eran presa d«
la m&8 espantosa alarma. Atendían i las pocas fuerzas que en-
tónces tenia disponibles la 4. ' división, & los cuantiosos ele-
montos que traía Lozada, a lo aguerridos que estaban los in-
dios de Allca en esa ttscuela de Incbás instantes éosteiüdaft
por e<ipa^o'de «lies y siete 11IÍ09; y deducán de todo «éto; que
la irttamieMii se baria fuerte en Ma ^asa á la euat pondrían
yitio las bordas aalvajes dé Alica» quedando el vecindario «x-
puetto a los mayores suf rimi entoa.
' Pero el intrépido general D. Ramón Corona puso fin á esta,
«uprema angustia, saliendo 4e la ciudad el 87 por la tarde á re-
cibir al enemigo, con una fuerza que muy poco pasaba de dos
mil hombres, y pernoctando en el pueblo de Zapopan, salió el
28 «i las seis de la mañana. Al poco tiempo, en el punto llama-
do "La Mojonera'* á cuatro leguas Noroeste de Ouadalajara,
divisó las primeras a^-anzada^ del enem}g<>: hiso aHo: tomó po-
Bícloncs convenientes y dictó acertadas órdenes para la terri-
ble lucha que iba á sostene.*. Mooientos después oomensó «el
coa^bateeonuQbrio terrible, por anbas puctes» tostenHo-en
lipdo ese ,djlik jpairte del aijri)ieiiite,^o que ías^b^sn^ l^ecider
éÜÁDALXJARX éSS
. Km huyeron fracctonskdaspoi' 'dfvewÉoí'iíilotós, d^j^ido el citjn-
yiez»i4«aMÍI]«Há;
nUrtlintOf «l|r<l%«fifactoi^ V0UiMa« de «att«fd0 eon el geiie-
■' raT ITiltigtüto.^etftmftmkiilje-ftdcklentol de ]» plkrva, di»taba muy
• apotioniuí ifi0t^MÍeone3 jMbtft 1« %eg^idad de'I« petblueion, e» la
cual solo quedo una peqiMflía guarnición de 1ft« -t^es armas». Etf-
ta pretirfon'def Sr. Vallarta, evitó lof desmanes «toe hullera
- eemetád^nua oolumna áe eaballería que ae presentó. al mando
• de D. Plácido Vega en la g{|.iñ,ta de Mexicaldngo la noche 4^
veintiocho.
Es indescriptible la ansiedad que en todos reinaba mientras
se oia el nutrido fuego de cafion sostenido por }as fuerzas del
gobierno én la Mojonera. No se trataba en esta vez de partidos
politicos queiucharah en el campo, teniendo sus aspiraciones
dividida & la ciudad eoma en los divei^is- combates de que ha-
bla sido testigo en otras épocs^: iilidra era la lucha del órdan,
e la ley yde la civilización contra torda-s terribles de indios
semibirbaros, lanzadoa & eombatir por audaces y eoftedmes
refonnistas que en realidad no tenían mas plan que el de tras-
tomar la sociedad para enriquecerse cojo. el pil'aje k que sin
freno se entregaban, explotando ademas la sangre y el cars^c-
ter pasivo y fanático de los índ'genas q ue empujaban en sus
g turas.
236 QyADALJLJARA,
Vo9 lo mifnio eo esta ocMiim todos/ cftd» uno do lot h^bí-
iMitt do Quadal^jaim oitébm idontWcitdiot, too el gobiom»;.
y cuando á 1» mitad del dk 29 Uegó 1» notJkta d#l trinato ob-
tenido por el«WMi»l Corona, «I Jubilo aé/i gfvuto que taait«
•nt6nce8 ee había vieto, por . la unanimidad del eentlmionto-
4ue lo producía, ce deJ6 ver en la ciivlad exiMreeandoso e<Ni ro^
piquee, ealvae, cohetee jr auituas feUcitacionee.
JamTts fué para sus paisanos luás grande, mis \'aUettte y
más patriota el genwal Corona, que en eeta-Jomada en que ea
actividad, su inte1ij{eucia y su valor, salvaron k las veinte mil
familias de aquella capital, de hAhet sufrido horribles' cense*
cuencias en el caso de un revés en los campos de la Mojonera:
consecuencias, que solo pensando en ellas, en las que lótrica-
mente habrían sido, nos estremecemos de horror.
Hubo en las distintas peripecias do la batalla, un detalle que
revela la expedicimí que distingue al general Corona, conee*
cnencia de su Mdor frió y tranquilo. Por un descuido del res-
ponsable de la artUlerfa, no fueron, antes de la salida de la
ciudad, registradas todas las cajas del parque, y en los míMnen-
toa en que la lucha era más reftlda y los fuegos de la artillería
mks n^esarios, se vio con espanto que los saquetes de pólvora
que sobraban, estaban rotos y que esta le salía id ser coudu*
GÜADALAJABA 237
cid» por los artillero6 que servían las piezas: !o supo el gene'
.r»li y sin reflexionar, sin detenerse nUk^üipL un minuto partt
patear en lo que debia haoer, cBsjhiso que ¡xiBMditttamteatar s»
despojara la trqpe;' de los páüot de sol/ estos sit\1eron eixt^n-
ees para envolver los saquetes, y la artiUeria siguió- funcionan-
do con su mortífero acierto del principio.
I>ebemos hacer constar que en este glorioso heclio de anuas >.
fué bizarro como siempre y digno de elogio, al comportamien •
■ to de los generales Prisciliano Jb'lores y Gregorio Saavedra« eíf
de os coroneles Leopoldo Romano, Rafael Barron y el de to-
, ' - . i; •
dos los jefes y oficiales que concumoron & la acción .
■ • »'
En medio de las aelamaeiones de un pueblo agi^idecido, rebo-
sando entusiasmo porque el vencetlo^) el héi'oe d^ aquella jor-
Bada era un juiisoiense, entró el SO el bizarro general QQfona*^
En México y, en todas partos íu^ muy aplaudido, por mii tí-
tulos, el triunfo de la Mojonera. ^
El Palacio del gdbiemo es un hermoso ediñcio que tiene-
frente para el Oriente de la graeios» piaBa d« annasi-fué cons-
truido por la Audiencia en el año de 1643 é importó diez j
nueve mil dosdentos noventa j tre» pesos.
El desást e que toiéttKMi referido que ocurrSé el 10 de Enero -
de 1859, no. eatuó dafi« Alguno ftledifloio en U parte ext«cior. .
238 ÓÜADALAJARÁ
pero arrabiado en la interior, naciie, antes que el 8r. Vallarta,
liabUl puesto manos á tma obra lañ costoM.
La pianta general tiene la forma de un caadraQo perfedo
"de 60 metros por lado, es decir, ooupa una mamana, pues eata
«8 la medida general de las de Guadalajara. Kl frente re al
P., está decorado con una suntuosa fachada de orden dórico y
tiene tres grandes puertas que le comunican con las dirersas
•oflcinas que allf existen. La puerta principal dá entrada al pa-
• lado: la izquierda & la Jefatura y la derecha á la recaudación
general de contribuciones. AI costado N. se encuentra otra
;puertaque comUtaica con las oftcinas del Registra Civil, y al
lado S. hay otra, que dá entrada al cuartel de gendarmes, que
'se comunica interiormente con la jefatura. Por la puerta prin-
cipal, se entra inmediatamente & un gran patio -con cuatro c«-
«rod^res y al S. de di está la escalera decorada con una muy
bella perspectiva, obra del pintor italiano D. CárloH Fontana.
^ En la parte alta del ediflciOr hacia el r.> se htdla el vasto y
<«legante salen de recepciones, decorado coii exquisito gusto.
-«1 S. la secretaria y despacho del gobernador y al N. 1» Direc-
«don general de Reutas. En el O. estv construido uu precioso
¡pórtico corintio en intercolumnio de orden compuesto, que dá
-entiada &l saloh de sesiones de la legislatura: el p6rtieo, que
-compremlela gallería est I eo«t>Aado por un ático qn« contiene
OUADALAJARA 2^9
1» techumbre del salón: la planta de él ea de forma semicireu-
lar y bu radio, de 7 metros áO centímetros. También se nota.
un gusto refinado en la decoración de esta gran sala, y el mo-
biliario que en él se encuentra, corresponde á la importancia
• ' ■ . ...... . .
de su objeto.
En un segundo patio, están todas las oñcinas de la leg^lsla^u-
ra y algunas otras del. Ejecutivo del Estado.
Antiguamente existia Ifi capilla en el lugar en que se mand(>
construir el salón de sesiones.
Ya. hemos dicho que en esta obra se gastaron cuarenta mi)
p^so% y ahora agTiQgaren^QS.que le hacen honor 9.1 Sv.. Vallar-^
t«^, el buen^pisto y decoso que. campean eu lo^pfiíici^e» . ^de-
partamentos de tan importante edificio.
Sobre la portada principal,, se encuentra hoy iwa elegante
torre, en todo conforme con la arquitectura de la fttchada, en
la cual ae colpcó un mirífico reloj con carátula traspa^eu^e,.
cu^o conjunto ha emb^ctiidoel exterior del palapiOk
¥st(v importante mifjií^akA^ dftbe'al. Sr.^xieral P. Ffwieisc»
Tolentino.
Hablamos en este capítulo de la Biblioteca Publica, que^
aunque ya existia desde 1861, el Si;. Vallartaj como teqemo»
dicho, trabajó con ardor para que con una or^n|zao¡on máa
conveniente en las numerosi^ obras que la forman y con otras.
240 GUADA LA JARA ^
notables lu.ejoraíi, la tuviera el público á su servicio, ante-} de
•<\nt espirara su periodo constitucional.
Los bibliotecas de 8an Agustín, la lleroed, el' Carmen, San
Francisco, ^nto I>oiuliigo, San Felipe y Zapepao, cotí ven toe
-«:ctinguidos por las Le3-e3 de Reforma, vinieron ú formar esta
•grtHi biblioteca, sin que basta ahora eexMímos {lor qué dispuso
«I gobierno de las del Seminario y lal^niversida'.!, que también
pasaron al dominio del ^tado, sin qué en este casóse tratara de
^comunidades religiosas, sino de establecimientss delnstruccion.
Este local fué segregado del antiguo Seminario y lo forman»
vn vestíbulo donde está el deparmento del conserje, la escale*
j tres grandes salones muy Uen ventilados, con vista los pnn*
«¡pales al S., que es la misma que tiene la entrada, y cubiertos
con estantería, llena de libros desde el parimento hasta el
techo.
El sistema que M siguió en la colocación de los libros, es
suuy sendbo y proporciona lá graádé^f»eÍKdad pan encontrar-
los inmeáiatauente. Los salones «stán Indica los en el cátalo»
go, con letras mayúsculas; los estantes c<mi aúmeros romanos;
los entrepaños con números arál>igo6 y los libres que contiene
«1 entrepaño, est&n mareados con numeración progresiva. En
censecuencia, cada volumen porta en el dorso una etiqueta
' • •. . . . . . . • ", I
-con las respectivas indicaciones, supongamos la siguiente:
güÍd'alaíÁrá 24Í
A. X V« 9. 3., lo cual quiere decir que el libro está en el salón
.H, estante XV, entrepaño 99 y es el volumen número S.
La existencia de obras completas, se aproxima íi 24,000 vo-
lánicnes, habiendo una gran cantidad de truncas, que tal vez
«1 tiempo y la constancia en directores activos, Se enoarg-arslíí
^ <le completar.
La circunstancia de que ttAx» libros, hubieran sido en su
mayor parte, de las comunidades extinguidas, explica el i)or
■ que de la abundancia que se nota en aquel catálogo, de obras
.que tratan de ciencias sagradas; sin embargo; no escasean las
.4le otraé ciencias y abundan las de Filosofía é Historia.
El reglamento es muy liberal y no podía ser de otra mane-
ra, dada la ilustración que distingue ft los habitantes de Gua-
' dalajara. Se abre el establecimiento diariamente, basta los
. días festivos, desde las nueve de la mafiana hasta la una de la
- tarde, y 4esde1as tres hasta las seis de la misma, excepto los
. domingos: ^
Los periódioos más importantes de la BepAblica, ten remiti-
• dos & la BiSlioteea y hay el cuidado de ooleedonsrios y em-
, pastarlos & fin de aíio.
En Tirtvd del registro que se lleva diaria^ieute, en el cual
consta el nombre de loe ooncurrentei y las obras que piden, se
forma f&cilmente la estadística del establecimiento.
242
OyAPALAJAXA
Do una noticia oficial que tepemos & la vista, dada en 13S(|:
por el ilustrado director -del establecimiento, Sr. Uc; D. Fran-
cis^ O'KeUly» aparece que en el citado afio ooncurriwon 10^432^
lectores, cifra bien respetable j relativamente muy superior &
la que Q06 dá el movimiento de lectores de la Biblioteca Na»
ciosal de México.
La Biblioteca esti sujeta á la Junta Directiva de Estudios^
del Estado.
CAPJTUT.O XXV.
P. Jesi'S L. Camarexa. —El general D. Johí: OrralTíOA. —
Tbu'xka la kevohtiok pk Tixtki'kc.
El Sr. ValIartíDipreiiArú en 1375 la elección de sii íntimo Amijfo
y loat {mrtidario, ci Sr. V. Jesús Leandro Caniarena, honrado e
Intell^'ente abc^jadn; {teroqne dtirú]¥>co tlemix) en el ixMÍer, cu
virtud de lialier subido k él en una época de turbulencias y de
•ons|Hraciotie8, agregándoije ;i esta circunstancia, la de que ini
ciada la revolución de Tuxtcpec, para nadie fué un secreto la
I>ai-tici|iaí'ioü que «u el directorio revolucionario, tuvieron loa
miftmbros u4s caracterizados del partíalo vallartii>t& y p«r lo
0.~17.
244 güadalajaba
misino, no podía el Centro entres^, & sus enemigoi el imporUa-
te EstAÜo de Jalisco, dejándolo á las órdenes del Sr. YaUarta.
Bien pronto vino, en consecuencia, el estado de sitio, nombiin-
dose para gobernador y comandante militar, al Sr. general D,
José Ceballos.
Diremos &ntes de proseguir, aunque sea & grandes rasgoa,
quien era el nuevo gobernante del Estado.
Nació en Durango el afio de 1831, en cuya ciudad fué dedicado
& los primeros estudios, pasando eportnnament^ & continuarlos
al Colegio Milit9r^^d9n(i^biK>u^a-fii|r|p^i>KUlantÍBlma. Sua
ascensos fueron lentos, y siempre los obtuvo, después de alguna
campaftaen que su.bizanrUi Uam01aitt^9$Í<Mid«lo9BU])erio*
íes»
Enérgico, sin prescindir jamás de los modales distinguidos
que le son propios, se ha captado siei^pire el . carifti» de Im qu«
le han estado subordioadqs. i
nuBtrado «D varios nuncNi del saber binm^no^ »3l tnto h« si*
do siempre solicitaioen todo tiempo, jioboIo pet ^ eompaHe*
ros de armas, sino también por hombres décienaiMí y dsl«4faa;
y esta cfarcunstanciáj lia Influido notabiementiei fttt» la <oid«ra
y el acierto coü ^e se h« saMdo s«fiálarcMa<}^berBaakÍ«. -Bii
hoja de lerridkM es una de las más hcuroMs qtte flb feeti tti -
« t 5'
GüADALAJARA ' 'ííS
Escalafón tlel Ejdi'íilfco, y olla contiene las premisas de los día,
tinguidos puestos (pie ha ocupado.
En Enero de 1873, siendo general de brigada, aparece en el Es
tado de Sinaloa, en combinación con las demás fuerzas que el
gobierno general puso en movimiento para perseguir á Lozada,
y con la brigada de su mando, libra en El Rosario, un combate
reñidísimo en que Agaton Martínez, con fuerza tres veces supe-
rior en número á las del general Ceballos, pues tenia 4,00q
hombres, fué derrotado completamente.
• • ■ »
Sigue la campaña de Alica con una actividad que asombra él
los cabecillas lozadeños, que jamás habían visto coronadas con
artillería las elevadas crestas de Malanochey Jazmin y Ottéiina*
motai sostiene luchas sangrientas con las hcwdasdeaqueUasse-
rraniaSi en una de las cuales fué herido el valiente y entonces
coronel jallscionse D, Jaau N. Ibarra; espanta hasta lorfaiéc»,
criptible á los capitanes más valerosos del ítoitthre (aei Uwnfthan
los indios & Lozada) y uno de ellos, el coronel Andfes Rosales
compadre y amigo intimo de éste, viendo lo aprisa que iba en siül
operaciones el general Ceballos, se propone atraerse su simpa-
tin, saU^arse y poner término & esa lucha que con tanta Mugre
empapaba ya aquellas montañas: se pone al habla con sus pef«
seguidores: ofrece entregar á su caudillo j-poco tiempo despvft
246 GUADALAJARA
cumple Bu'palftbnk, haciendo qae fuera sorproudido en la Caua-
da do los^Arrayaiies. Tetiomos iíla vista el teUHsTanuí quo ol 16 de
Julio de 1873 dirij^ióde Tepic al general Ceballos, el eualdiee á
la letra: "C. Presidente de la Ucpúbliaa: Las operaciones que
dispuse sobre el cernMie los Arrayanes, donde supe que se ha-
llaba Lozada, dieron i)or resultado la captura de este famoso
cabecilla y la destrucción completa de su banda, haciéndole
muertos y prisioneros. Al intati^ble y valiente coronel An-
dres Rosales, se le debe el triunfo que ase^^ra para siempre la
tranquilidad de Tepic. En el acto de tener noticia de este suce-
so, dispjss anoche saliera el general Carbó, con trescientos ca-
ballos Tv ífecibir los prisioneros, y ya > icnen en marcha para esta
plaza.
Fué sujetado á un consejo dcifucrra el faínoso D. Manuel Lo-
lada, asesorado iwr el Lie. 1>. Antonio L Morolos, condenad >
{^muerte y fusilado en scj.'tüda, on la"Iioniáde los Metates"
inmediata & Tepic.
Llegó el rumor íi esa plazii, un día antes de cüte suceso, deque
el Sr. Lerdo pretendía ciue Lozada viniera á México, 6 inmedia-
tamente el gcnoKil Coballos, mandó cortar la^coniunicaciou te-
legráfica, i>ara evitar que se dioi-a tan impiiidentc onlen, que
poflia ocasionar la fuga del cabecilla, o que organizailas aliru-
na9 tuerzas de éste, protendlerop quKarlo á los conductores.
OUADALAJARA 247
Ileuha la completa paciflcacion de la Sierra de Alica, fue pre*
miado cl.Sr. Ceballos, con el ascenso fi general de división.
Todas las poblaciones de Jalisco, limlbrofcs á la Sierra y la
ciudad de Tcpic, celebraron con jubilóla terminación deesa
campaña que desde el año de ISGl fué emprendida sin Oxito por
el Sr. Ogazon, como tenemos dicho: la cesación definitiva d«
los padecimientos que durante diex y seis años les determinó el
dominio autocrítico de T.ozada quien sin «ontar con la instabili-
dad de las cosas humanas, se creyó siempre invencible. ^
Con tan honrosos antecedente?, se presentó en la capital del
Estado de Jalisco, el nuevo gobernador accidental, en una épo-
ca en que la revolución asolaba al país, y i>or lo mismo era una
inmensa garantía contar con un hombre de tal irapertancifl, ve*'
laudo por el orden y tranquilidad de aq^iella plaza.
Desde. luego tuvo en Guailalajara el aprecio y consideracionea
de los miembros más caracterizados de aquella sociedad, que
reconocían, además del mérita personal del Sr. Ceballos, la
cuantiosa suma de buena voluntad de que estaba animado para
contribuir con tollos los oleujentos de su jiosicion oficial, al bie-
nestar de los jaliscienses.
En c-ambio, al i>artido vallartista, identificado, solo por con ve-
2iS GUADAIJ^JAR^
iil«DCi* mu}' especial, con la rcvolacion iniciada en Tuxtepec
lo oombaüa coa iuUos sus esfuerzos.
Una vei alj^nos malhechores hicieron una infructuosa des-
carga sobre la casa que habitaba el Sr. Ccballos, en horas en
que él estuba en día. '
Has tarde, en noche oscura, un asesino deja sin vida hirién-
dolo por detrás, al capitán D. Antonio Lara, & quien suponia ser
el comandante militar, por usar im traje semejante al qu3 este
portaba ese dia.
Todos creyeron estos hechos como ordenados por el directo-
rio vallartista, (nadándose en aquello de que el autor de tm
"^Hmeii, ti por io coniún aquel <i quien éste aprovecha.
fintie otras mejoras iniciadas por el Sr. Ceballos, debe c¿eor-
dañe la pintom de todas las tachadas de los edificios públicos
7 de las casas .de partioalares: la reposición del empedrado, y
de las banquetas de la ciudad; y por último, los bandos de poli-
tía puestos en vigor, que castigaban con energía & los infrac-
tores.
£1 dia 15 de Marzo de 1876, la población fué presa de grande
alarma: la división del Sr. general Donato Guerra, compuesta
de más de tros mil hombres de las tres armas, so aproximaba
a la ciuilad: pero el general Ceballos destacó oportiniameiite
una columna ni mando del general Carb6, qiic l>atlendo al ene-
QUAPAtAJARA 2149
mi|^ el (lia 17, en el paeblo de.San Pe Jro, Untasveces citado en
esto3 apuntes, lo derrotó completamente. Én este hecho de m-
' ■■■ " ■' • ■ ■ .. /- , - ,. i . l )IIIW<fi,
mas, fu^ herido el mu^- estimable general jalisciense D. Pedro
Galvan, sufriendo la ainputasion de una pierna.
El triunfo de la revolución de Tuxtepeo, determinó en Diciem*
bre de,18:6. la salida del Sr. Ceballos, del Edtado de Jalisco, y
kun del territorio aiexicauo, dirijfióndose primero & San Fran*
cieeoCalíforuiaydedpuas.á Guatemala, cuando vio que sus ges^
tiou^s BjfMQE^ ,vu]iyer %1 pats^ eran infructuosas. Después dealgu
uoj años de ausen .*ia, el Sr. Lie. D. Juaiuin Alcalde su mejor
amigo, pudo conse^^uir en el Congreso de la Unioñ que fuera
rehabilitado el Sr. Ceballos,- quien durante su pemiianencia en
Guatemala, prestó sus valiosos 8crvi;:ios como director do laTIs
'.*• -• ». . I • .• • - . ■
cuela Politécnica de aquella República. »
• • • ■ , I
Ya en Méxioo, representó k Sinaloa, cotno diputado, y ahora,
& Uurango, como senador.
El día 8 de Diciembee de 13S5, fué encargado del gobierno de!
Distrito Federal, en donde continúa dedicándose ¿ tedas aque-
llas mejoras que su ilustración y patriotismo le sugieren.
K *
Volvió el Sr. Camarcaa á. encargürsc del Gobierno del Esta-
do, repueeto personalmente, se pue le dcir, por el Sr. genera}
250 ürAfjALAJARÁ
IK IVrlirio Iiiax «|iic se hallalia cu Cluaüalajara, tlcspu s de ha-
Ixír RomctUio á las iioquoñas partidas pruiiuiiviadas pjrcl Sr
Lie. ]>. Jo!$c María Ijflc'sias, en lus últimos dios de Noviembre
do 1876.
No dcMiiititiú el .Sr. Caniarcna la jtiata fama que de amante
do la'instniceion -ha disfrutado siempre, y f\u¿ notorio el vvtlo
con que se de-l¡<'ó k mejorar varios estable<tÍmieiitos de tan iu«
portante raTiio. TamUcn pur^'» la administración en {peiierat, de
ali^iinos cnqt1c;vlo9ú quienes la opinión p(lb1i'.*a sefíalaba como
ineptos y sin probidad.
Si bien fue acusadlo de (pie no dalu un solo [laso en su admi-
nistración, 8iii C(»nsultarlo antes con el Sr. Vailarta, también es
vcrd:vl (pie toJos sus actos administra*ivos revi«ticroa la uiis-
liia honnule:; ({itccn materia de hacienda, su^k) iin]»rimir á los
Buyofl el Sr. Vallarta, . |
CAPITULO XXVI.
LaEíícikla dk Aktkíí.-La indiíítkia.— El comercio»— Cexíío'
DK íírAI>A?,A.IARA,
La KhchoU de Artcí» recoi cC3 por orí {¿en, el ardieiitM deeco
(iuc animaba al «.ciieral 1). Mariano larcilos i>ara combatir el
batidaliüiuo, cuando en isil fué íjobcrnador de Jalisco. Nom-
bró al efecto una, comi'^ion de siete pcrsírtiaH ilustradas y de
notorio sentido práctlfo, qi e le pi-opusieran los nicdioij que t!e-
beria emplear, parala realización de su leNantr.d'» pioju'bito; y
ú la ilustración de esta junta no so ocultó, des<le lue;fo, que
c: a indii^pensable per<eyru!r la vas;ancia que désele la niñez ln<
crna :'i los vicios', prcviniemlo r>í el delito, mejor que castisfar-
252 OUADALAJABA
lo mis tarde, cuaitdo Us malas iiicUiiadoáos arraigadas en el
indivi luo, le conducen necesariamente á él. rrfq[N]iieron en
con»e;;uencÍa de tan Juiciuso raciocinio, el establecimiento de
una RMuela de Arte^. Acéptalo el pensamiento eon satisfac-
cion por el gobieruo, te ptiso desde lue^o en práctica, regrla-
ment&ndoseel establecimiento, y fmidándose en el anticuo
e lifluio'do la Alhóndijfa. DejJe lueg^o se abrieron alipiuos ta-
Iteren que fueron después aumciit&ndoee, seípin los recursos
lo permitieron.
lAas tarde, cftaliioCitucioB leciblúnotilbl^ impiUeo, con un
legrado testamentario del fllántropo D. Martilf Gutiérrez, j con
atij^iuias aplicaciones que del íi^bienio del Itr. Lápez Portillo,
obt a vieron sas de JÜidos protectores D. Dionisio Rodríguez y
D. Juan Gutierres Mayen, y quedaron establecidos los talleres
de herrería, platería, carpintería, sastrería, zapatería, y rebo-
cería. La enseñanza era de loa siguientes ramos: Lectura, Es-
critura; Dibujo, Gramática castellana. Geometría, Aritmética,
Música y Doctrina cristiana. Fué dotado de catedráticos y
maestros intelijrentea, y se notaron bien pronto los frutos de
tan benéfico plantel.
Kl eatablocimiento en al^runas époqts descuidado y en otras
atendido, seifuu las circunstancias, ha cambiado de local alsfu-
QUAJ>ALAJARA ^
HAS veces, pero no ha llegado & faltar absolutamente. En la ac-
tualidad es uno de lofl establedmientos á que de^iica su aten-
don, el progresista general Corona.
£n un informe que en 1879,publie0 la Junta DirecUvft, en*
conti-anios los aiguitfntcA pormenores:
Capital puesto á rédito. . . .' ? 3"»,Id3 76
Eéditoanual ..„ Í,l58 «2
IXORESOfi MKXtflAL]»):
Producto de lo^ réditos menciona Jos 9 1<I9 07^
Auxilio del gobierno del Estado ,, 137 r»0
Producto eventual do laa pensiones de 94 monsua-
sualos que pagan varios Ayunlaiaientos .vj«r-
ticulares jioralumnos », 219 12^
Cuarenta pesos mensuales, que se reciben ix>r le*
gado del Sr. Lio. D. Dionisio Rodríguez, hanta
el completo dem,000 „ 40 00
Auxilio de las loterías de esta dadad >, 4 00
Importe de un donativo. . .^ „ S 33^
.Suma $ &::s 0S|
Úoi dUADALAJARA
Kuiir.^oS CURRKiíl-UXDlBNTB"* A CADA MKS.
Huelüo!! Uü celador, iwcocptor, maestro de zapate-
ría, cte. /...a 99 165
Alimentos, albaíiilería, car|iiiiterta, útiles Ue es-
cuela, lavaílo de ro^a, alumbrado y gastos ine-
j»ore« I ........ .- ... 374 36
llopa y i-alzado ; 2í> 70
Kxáuiciios, premios y \ a<;aciouc8 » 1-* '^^h
Kédito al h p» sobre el dcfuioiite „ 7 (UJ
Suma !$ 528 57^
CoMrAUACloN.
lui]Kii'ta el iiiKvesy en ol año ^ 7,5á6 3¿
id.^ el csreso...., ...,i ií,2íí2 S7
Sobrante * 1,253 51
Ksta cantidad do >}l,'l'yo 51, se alK>n6 d la deuda
<iue cu Diciembre del año i>asado resultó &
earffo de la Ks;uela, \x>v vab»r de >< 1,547 58
>. — —
Deficiente ^ 204 07
OU ABARAJABA 255
Las basos para la admisión de los alumnos, hau sido siempre
estas: la orfandad y la «iijBia ix)brc/a 6 vicio de los i>atlrcs. I^a
' edad que debe tener el alumno aspirante, debe ser 8 años,
cuando munos, y 14 cuando más. El i)adre, pariente ú tutor, fir-
ma una oblis:acion, por la cual renuncia en favor del estable-
cimiento, los derechos que tiene sobre el júven, comprouíe>
tiéndose á que lo hará pernianecer todo el tiemj>o necesario
para adquirir el aprendizaje respccti\o.
Después d.eqne el alumno aprende ú leer y escribir, }ia8a al
taller que elije, y seg:im sus a^lelantos, se Je va pasando soma,
nariamente, quinta parte de su trabajo, cuarta, tercia, mitad
y hasta sueldo de ofícial, cuyos productos se le van deixisitan-
do en una pe(iucruv caja que tiene su nombre. Kstos fondos se
le cntrofifan el dia de su salida, acomjtañados de un certi^cado
en el que consta el tienqto que permaneció en el cátableeimicn-
to, los conocimientos que adqiiiriú y su buena ó mala conducta.
En la estadística de Jalii^co, publicada en 1878 |»or el sefior
Injfcniero 1). LoMginos Banda,, encontramos que en 18r»C Imbia
en Ouadalajara, los cstablotindoutus industriales sijfuieutcs:
4 carrocerías, 4 encuademaciones, 8 fábricas de pastas, 5 lúbri-
cas de velas, 14 souibr«trorías, 21 heiToHas, 4 iu^prentas, 1 la.
tenería, 4 tintorerías, 12 platerías, 71 rel>ocerías, 32 sastrería?,
256 (JüADALAJÁRA
11 tenerlas, 12 tihñcaa de tejiübs de lana }* algodón, y ti zaspH'
teríaa. Veamos la notable diferencia que ha habido tá años
denpaes, en 18S0, en que el sefior Ingeniero D. Mariano Barce-
na, citaba los establecimientos industríales de Guadalajara,
seipin las constancias que recoció de los registros munldpales:
12 carrocerías, 80 carpinterías, 4 curtidurías, 2 doradurísi^, 4
encuademaciones, 1 f&bríca de medias, 3 idem de tojidos de
atyodon, 1 de tejidos de seda, 38 de rebozos, 4 f&brícas de ja-
bón, 12 de velas, 1 de loza fina, l de vidrio, 3 do ahnfdon; 1 de
hielo, 2 de fustes, 2 de naipes, I de instrumentos de música, 8
de toneles, 1 de pegadura, 1 de charoles, 3 de cerillos, 1 de
chocolate, 3 de postas de harina, ^7 herrerías, 14 hojalaterías,
6 imprentas, 6 litografías, 2 latonerías, 3 molinos de harina, 12
platerías, 6 tabaquerías, 11 ta!abart«rías, 2 tintorerías y 57 za-
paterías.
Han aumentado, como se v¿, ciertas artes industriales, qué
son el termómetro, digamos así, del aumente d<el censo de la
ciudad. So nota con positiva satisfacción, el crecimiento tam-
bién de otras, como la litografía y tipografía, el cual siempre
est& en ahalogSa con los progresos intelectuales de les j^ebloa
El Sf.'l>. Longinos Banda, dice con Verdad, que el comercio
del Estado sufrió una verdadera trasformacion.á principios ile
•si* ilg^N Hasta esta época» el conurcio hábiía Mo i|b f ontoeo
liÍbaterio<]«l dé México, en virtud de las leyes d« ontoncea,
pérO'kM tmstomo» ocasionados por Id guerra de indepeBdeneia,
Bieféíon difícil la comunicación entre Guadálajara y Iféxico, y
el ¿enera! B. José de la Cruz, corno dijimos en el Cafiíltiilo Y
dr este obra, habilitó sin autorltaeion alguna, el puerto de San
Blas para el comercio extranjero, haciéndose la capital de la
Nueva Galicia, un centro mercantil de mucha Importanda, &
donde concurrían los nesfoclanies do otras provincias. Después,
ha sufrido constantes alternativas, según las circunstancias de
jmx pública, seguridad en los caminos y otras que muy direc-
tamente afectan este ramo, tan importante en la vida de las
sociedades.
Aetualmente no es muy bonancible el estado general del co-
mercio, pero evidentemente recibirá, de Mayo próximo en ade*
l»nÍÉ»aiieztMK)rdlfiwrio impulso, con el establecimiento de^
lenoeafifi que ligará á Quadalajara con 1a capital de la Bepú*
I
Ustec ocho años habla eii la dudad, 17 almacenes, 4 agendas
de ne^oeios» l ídem de publicaciones, 7 idem^ de mfiquinas, 22
b^MoM» 2 bfdiehes!, 37 centínai, &. cañuelas, 6 ceiveceitas, 8
ceMrfeiii 8 c«^i^ 5 c^^ooUteriiwt, $ Uep^itos de baiíoat é 4ui*
258 oüadalajAra
CArías, 22i ca9a« de cuiiieilo, 0^> expmidios de ctum«, 61 de c-ar-
boii, 5 de cal» 7 do niaUera, 19 de iiasturas, 33 do loza ocHrrioitte,
2 do cristal, 29 de IciHa, 94 de maíz, 5 de hilodia, 12 de ferrete-
rfa eorrieiitc, 3 de id flua, 4 librerías, 8 mercerías, 20 mesones,
1 maraiolerfa, 4 muoblerf as,. 26 onlerias do vacas, Siiastcleras,
86 ¡lanaderfas, 2 paraj^lterias, lo relojerías, 2 sederías, 16 soia-
brerürfas, 5 tocinerías, 4 tlapalerías, 42 tortUlerías, 39 tiendas
de ropa, 80 de abarrotes, 27 mixtAS, 12 de efectos del ]ials, 15
de corambre, 11 de rebozos y tejidos do lana, H de jarcia, 439
tendajoiies y 48 vinaterías.
l>ebeii a^^e^arse, los imichus puestos de (ruta, de legumbres,
do a¿;ua fresca, de dicn c y de otros efectos que se eucueatran
en lus merca los; y Itm alacenas do los portales, que son otros
tantos iMjqueñois exjMjndios tle dulces, de caleailo, d« juguete*,
'lie se.lería, Uc librus, dé cigarros, etc.
Los artículos <{ae puedtAi cuiisiderarso como dominante en
la imiv3rtaelon y oxiiortacion, son los sijjrulentes: Trodttetog
a^fi'icitlü^t coniu aicites de w>:o y lina?^, al;rodon, arroz, azii-
car, ca'>uo, cbile, cebada, maderaS|, barina, maiz, frijol, pano-
cba, salvado, tabaco, trigfo y vino do mezcal. Ganadería y
pi'Offu^fot ffmumUii'. rosos, cerdos, pieles, laaaj jabón y queso.
f^ryUnctM mlimalesi plata, plomo, greta, cal, flerro y «il. Pt'o-
GÜA^ALAJABA 259
duetot úidmlrialoí: mantas y otros tejidos úa algodón, hilazas,
papel, y doctos extranjeros.
De algunos años á esta parte, el comercio ilc efectos cxtrau-
Jeros ie hace con México, y íl esta circunstancia se debe la di-
OMleneia de las plazas de Colima y Tepic en las costas del P»-
eifioo.
Con Diotivo de los trastornos públicos y de la jiésima admi-
nistraeion de Jalisco, á que nos referimos en el Capítulo XVt
M ha calculado que en 1800 emigraron á León, mfis de 20,000
habitantes, principalmente familias de artesanos de los que on
Ooadalajara se dedicaban al ramo de rebocería, que como se
Té en los datos anteriores, ha disminuido un 75 ü SO p§ .
Los productos del Estado que han aumentadlo en estos últi-
moe afiof , son el vino de Tequila, trigo, hioiTO y aeúcar.
Jalisco consume de Colima, algodón, sal y arroz; do Guana*
juato, trigo; de San Luis Potosí, Aguascalientes, Chihuahua,
Dorango y Zacatecas, pieles, algodón, chile, jarcia, plomo, la-
nft, greta y pita.
Atendiendo á la área do la ciudad, al consumo de víveres, &
la BMHrtalidad, al número de educandos y otras circunstancia,
relacionadas al censo, la población está calculada actualmente,
•n IKMKX) babitMites; sin que deban (ornarse en consideraeieni
2r>6
GUADALAJiRA
Im obeervaciones que en contra se hacen relacionadas & la
área, f andándolas én las muchas casas doshabitadas j en ruim 8
que e\i«it€U en los suburbios de la ciudad; pues los habitantes
se han concentrado en los barrios* céntricos, e.i busca de la ma*
Tor ie|furi«lai1 y del agua, que s^ntes fscftseab^.
>o'
.1
CAPITULO XXVII,
El Lie. D. Fki^min O. Rikstra.— 15|:i Lie. D. Antonio I. Mo-
RELOB.— D. PKDRO LAxñÁ2Dltí.— MUBRTE DS LUDOVICO QI*
ItAlD.--£lf OBSUUI* D» F1USCI4Q0 T^UtNTIXO.
Al espirar el periodo del Sr. Camarena se buscú sucesor, que
entre otras cualidades, tuviera, la de unaadheslon cierra al Jefe
del circulo polHlco que entóncet dominaba & Jalisco, y se tra-
bajó sin vacilar, pt^rla candldatora del Sr. Uc. J), Fermín Gon-
&\leg Biestra, aboyado de muchos negocios en aqtiel loro y que
tan conocido era en esa sociedad, en su gasto por las letras,
el cual manHestaba, ^aoepbiui«<o siempre las invitaciones fre*
cuentes que se le biKisin para réplici^ en los actos públicos qn?
262 QUÁDALAJABA
tentau ]ugiir sobre materiufiI(w6ficM y morales, en varios es-
tablecimientos de enseñaoia. Aprecütbasele mucho, por bus
modales distinguidos Juntos con el bello carlcter que le ha sido
habitual y por su conversación aguda j sentenoioea, que á me<
nudo era solicitada por los numerosos pasantes de abogado que
tenia en su bien acreditado bufete.
A los que no vivian del trftflco de la politica, les agrado la
candidatura del Sr.Riestra quien como era natural, resultó en
las elecciones respectivas, favorecido con la mayoría de votos
legal para gobernador del Estado, cuyas riendas empuñó en
Marzo de 1879.
Desde luego comenzó i batirlo un circulo de oposición, que
bien puede clasificarse en esta'.forma: una parte, Jo compo-
nian personas de las qué, solo pot ser amigo intimo del Señor
Yallarta, lo juzgaron severamente d prior i, digamos asi, y des<
confiaban do que sus actos revistieran la independencia nece-
saria: otra, la formaban loe que viendo la eobtinuidad de la
administración anteríOlr potlaliga^ueestü^iíhába al Sir. Rics-
tra con el Sr. Comárena, desesperaren de foi^üM parto entre
los favorecidos por el presttpiíestoj y el resto, que ' ora «1 más
temible, lo compmiereil lotf aqplran^es ei^ mayor soeala,' liga-
dos por vínculos esti^chos con el partido . qde ya sostenía la
GUADAL A JARA 263
candidatura dol Sr. General Gon^lez para la presidencia de la
RepfibUca'que no, juzgaron eon veniente si sus intereseSi^ «n lo
porvejilr, la inñuencia vallartista, en un Estado de la in^por-
tanda del do Jalisco.
El Sr. Riostra, aunque leal amigo del Sr. Vallarta, y de pa
so sea dicho, la lealtad lo ha distinguido siempre, entró & des
empoilar sus mipprtaatisimas funciones, animado de los más
sanos propósitos, lUjos de un patriotismo dv que ya tenia da-
das elocuentes pruebasj4,e, lina ilustración que solo ánimoi
prciocupa^osuo le otorgacin y déla ho^irjBMleis d.emostrada con
hechos palpitantes.
Consagróse á su ministerio .con empeño, no obstante las ne*
, gras luibes que ya veía irse aglomerando, para formar sobre sit
* ¡eafoeu una tempestad terrible en, no lejano dia. ^
De todos los ramos de la adininistracion pública, al que dedi'
có. particular empcüo fué al de hacienda, que tantas dificulta*
des ha opuesto sien^>re & los gobernantes de .aquel Estado ,
buscando la mayor ecpnomla en los gastos.
Continuó siendo un yaanlian eelpslsimo de lainstruecion
visitaba con frecuencia todos los establecimientos que la im-
partían, y acordaba eon ijfolicitud las reformas quo á su juicio
eran míis convenientes.
264 OUADALAJARA
La boueflcencia y las mejoni materiales, f aeron objetos tam-
bién de su especial cuidado.
Mandó pintar la parta exterior del palacio del gobierno y ha-
biendo aparecido en esta obra, una inscripción latina, 50 centi*
metros abajo de la comisa, grabada con grandes caracteres, sin
duda desde que la Audiencia construyó el edificio, y que po^
tantos años habla cubierto una gruesa contra de cemento, fué
respetada por la ilustración del Sr. Rlestra la piedad que im-
pulsara á los antlguba gobernantes de Guattalajara, en '}m, ter
minante declaración de fé que entraffa esa inscripción, y no es
otra que lii segunda parte'ael versículo primeio del Salmo 120
de David: Ni9i Lominut cntiodierit citittUtnijf nutra vigilui
qui etfttodit eanu Esto es: Si el seftor no gtiardare la ciudad,
inutütnente vela el que la gtmrda* El verso comienza en ej
costado Norle del edificio, abraza* todo el fíente y termina en
la parto Sur.
Grande impulso recibió en esta admin Istracion la obra de
teatro Degolloclo, que se propuso el Sr. Riostra terminar en su
periodo, y lo habría conseguí Jo, si obstáculos de fuerza mayor,
no se hubieran opuesto en su comiQo.
Bioii pronto se multiplicaron las dificultades; eVCentro com*
priniia al gobern.ador en un circulo de hierro, haciendo todo
GUADALAJARA ÍJ65
esfuerzo por violentar su caída; y la prcscuc!» en la misma ciu-
dad del Jefe de las aniiis federales, que estaba desi<>:iia-.lo pa-
ra suco lerle en el gobierno, envalentonaba á sus opositores,
que excitando de mil maneras al popn!a ;Iio, para armar gn-
ves escándalos, entre otrod, el famoso 3 de Diciembre, dieron
el pretexto que se buscaba para la intervención de la referid»
fuem federal.
No pudlendo luchar el Sr. Hie^tra contra un poder superior, f,
se vid obt{ga<lo a ocultarse, dejando el gobierno C\ quien lo des*
pojaba de 6\.
♦
La ligereza 6 ei rencor, h:ui pretendido después lastimar la
limpia reputación de este gobernante, señalándolo comV> á uno
d« tantos, que medran á la sombra del ix) Jor. Nos con ta, y no
solo á nosotros, sino á muchas personas caracterizadas, que se-
p«raJo el Sr. Rlestra del Estado de Jalisco y por lo mismo, de
fos negocios, tuvo^ue vivir ^ primero, de la realización úa una
pequefta casa, fruto de ^us econonilas como abogado; después,
de 1» venta de sus muebles; y más tardo, mientras que su la*
boríosida«l encontraba como en Ir. actaali<la;l, un camix) expe-
dito donde trabajar con la dedicación que él acostumbra, su
familia necesit<j entregarse Ti varios Jiuehaccres manuales pa-
ra sttlivenir A sus necesidades. Esto habla muy alto en pr>> ' '
26C GUADA LA JARA
Ift honra del Sr. lUettta, que está mu}- por encima de sos de-
turpodurefl.
El Sr. Lie. D. Antonio 1. Morclus se liizu 'c&v¿o de aquella
admini:str<icioii,*cuuio prc:iidciitc del Tribunal Superior de Jus-
ticia. Peicmpefió las fundones de su elevado puesto» oon acier-
t3 y prudencia, haciéndose por lo mismo de no pocas sinipatlai,
no obstante su corto intcrirmto.
El Senado nombra más tarde al Sr. D. Pedro Laiidáeuri» go-
bernador interino de Jalisco y con las debidas instrucciones p»»
ra prevenir Ir elección respectiva on favor del Sr. General D.
Ffftncisco Tulentino, marchó a Oua-.laTaJai'a íl desempoQar su
~ conietido.
•■(
Para dar una idea acentuada del carácter esencialmente afee
tuoso y hospitalario que distlngrue á los habitantes de Guada -
lajara citaremos un acontecimiento ocurrido en 1882, époaadel
interinato del Sr. Landáxuri.
Actuaba en el Oran Teatro De^^ollado una maj^nlftca compa-
fila de ópera italiana: el tenor favorito del páV'ieo, era Ludovi*
co Giraud, joven con voz de poderosísima extensión y de una
diilKura extraordinaria: la presencia del artista, era agrraiable
y su trato, atiayente i.K>r lo disthi^uidp.
<5üadalajara 267
una noche, en "Trovador," cantando el aria en que m$8
atención presta el auditorio, enmudece bruscamente Manri'
que, y llevándose anibas manos al corazón, cae desplomado on
la escena. Uo rumor de profunda sorpresa so escucha en los
espectadores: todos se levantaron de sus asientos: el telón ca«
70 para descorrerse & poco rtSto, én que un actor anunció que
Ofiind éstaW moribundo.
. £$ enl^rmo fué trasladado ív su ho¿el, se^uiio de numeroso
eoucurso, del eual se desprendió después, una comsion compuea
(a de simples particulares y de médicos, que asistiéndolo con-
•smerosa solicitud no se apartaron del lecho del paciente hasta
tus últLuos momentos.
La noticia de «) muerte consternó á todos, hasta 4 los que
BoitftoottQciaii y que solo por los circunstancias que eoncurric*
fOB'|pi»ia (Utima ealenneáaJ, y la de que hulera muerto Gi-
Mua U9w4o lU-patiia» aentian un profundo pesar.
Eu la capilla ardiente, abundaron los cirios las coronas y los
nunilletos enviados ]x>r las principales familias de la ciudail.
Se le 'hicieron suntuosos funerales en la Iglesia del santua-
rio de' Quadalupo, con asistencia do todas las daniad abonadas
& la ópera, que conmovidas, oraban por el malogradlo artista. Kl
eaJftver puesto en rico atau-.l, que cubrían iiirinida I d^ coro-
2(>8 GUADALAJARA
ñas, fue conducklo í gu áltiiiia monda, loami^hmío por kt
cabftirefot uiit distinguidos d« aquella aociedad, y por irarae-
ro9o puaUo, qna participaba inipeiraamente del aentindeata
C^raaraL
fin otros caso8*s«mejantes& esta, euj-a relación taUtiflaos de-
•eosos de la brevedad, la conducta noble de aquellos h4bi«aa-
tas, ha sido igual á la que emplearon con Ludo^ioo Qiíand.
El Sr. Land&Kori, no obstante que su misión al frant* dt
aqtf«t gobierno, era mus bien la de un agente electoral, no se
ocupó únicamente en cumplir con sus compromisos da pMti*
do, y de<Ucúse :t mejorar algunos ramos de la administiiidoa
publica.
Aqni es conveniente rectificar 16 que dijfmos en la pigin» 58
de estas memorias, que la Penitenciaria aun no tiene «1 raca-
mento correspondiente. Débase «1 Sr. Laadáatfi, la sxpedfcioa
de un reglamento, con fecha 17 de Agosto 188S,sa alqnaae ba-
tían los principios del si!item& carcelario m&s en armonía coa
las doctrinas y pr'icticas modernas.
Cuidó con enipeíi) que las ele:;cioue8 se, verificaran sa al Bi-
taio sin niiigun trastorno del órvlen y entregó el Qobiemo en
Marzo de 1S33, al designado por los comicios para el perfoilo
constitucional hasta Marxo de 18S7.
QUADALAJARA ' 269
Empuíló el tímon d« aquella nave, el Sr. general D. Francls
co Toicniino, hombre ii^nien no se ha querido bien, entre otros
motívós, por aquel acto de deilealtad consumadlo en Apizftco y
que tan conocido es en la historia de los últimos dias de la a:l«
ministracion del Sr. Lerdo de Tejada. >^
099de luego tuvo, lobie todo en Iféxioo, una ruda opoeieion,
mal fundada en lo general. Nosotros, entre varios miem^ r ^s de
la prensa, censuraa.oS muchos de sos actos, que mái tarde, con
presencia de mejores datos, Juzgamos desfigurados 6 exagera-
dos por el odio de partido, aunque sin de jar de reconocer toda-
Wa, sus muchos errores en su administración.
€km gusto positivo y como amantes del progreso y bienestar
de nuestro suelo, vamos & ocupamos de lo mucho bueno que
biso el general Tolentino en su periodo, desentendiéndonos
absolutamente, de los cargos que se le siguen haciendo; deje*
mos ü la historia que los consigne en sus pftginas, cuando ten-
gan la eompfobadon debida.
Logró por completo, ntantener e! orden y la seguridad en log
caminos y las pobladones de todo el Estado, cesando en conss,
cnencia, los frecuentes asaltos & los caminantes y & las dUigen*
cias, que ninguna otra administración, desile la Indepemlencia
de México to habto eonseguido.
270 OUAD ALA JARA
Pftrá oí erario, fué tie g^ran trascendencia el revalüo que man*
Uú practicar de toda la propiedad rais. Antes eu Jali«ooeta des-
cuno.'ido cl verdadero valor de ella, y por suposición es ó por cál-
culos mád ó menos aproximados &la verdad, se estimaba la rí-
qqeza del EstaJo, debido & la imperfecdon do k» aiitiqufñmos
catastros qno constituían la Mse de operaciones en las ofieiius
de haiáenda.
Notables lian sido las mejoras materiales que so res^istran en
la ópoca del Sr. Toleutino.
£u cl Hospital de Bülum reparó varios dopartamentos, mejo-
ró laeuírala, dispaso la plantación délos siete jardines qae ea
él se encuentran, se constru}'6 ün observatorio meteorúli^túo,
so introdujo uu caudal mayor de ag'ua, cuya necesidad se hacia
Bciitir hacia mucho tiempo^ y se llevaron d cabo, otras muchas
reformas que mcjoi-aron notablemente tan importciito estable-
cimiento.
Eu el Hospicio, fundó una escuela do Artes para mujeres, qne
ha dado ya frutos de muclia consideración.
luiciú la constracjion de un ccQiciitcrio cu las loma3 de Pie-
día» Negras.
En la Penitenciaria se concUi3'erottha')tasuaplan8ulo« los diez
y seis ambulatorios, colo?anílo sete:ñentas puertas de hierro cu
.(SUADALAJARA 271
las celdillas respectivas, se rci)ar6 elpavimciit) do muchos de-
partamciifcos, 3* se asearon las paredes de varias oficinas.
Se compró una ma^níflca imprenta i>ara los obras del gobler-'
no, que ha producido una garande economía al erario.'
£1 roloj do Palacio, de que ya nos hemos ocupado, se debe al
general Tolontino.
Introdujo i ta ciudad eííkgua del manantial conocido con el
nombro de '*Agua Azul," establedéi^ose al-e(eeto, una «bomba
de csmera'Ja constraedon americana, con una potencia de an-'
cuenta cal- altos de vapor. Del tanque de depósito, una parte áeA
agua vaá la antigua caja, y se distribuye en las«ttfi«ríM qUe.
ya existían, y la otra, pasa por la parte media de la ciudad, entu-
- ^ •
bada en gruesa cafíerta do hierro, con ramifícaciones de tubos
i
delgados h&cia ambos lados, alimentando pequeñas bombas
instantáneas, colocadas en el centro y puntos principales de la
ciudad, asi como en sus mas vistosos jardines. Actualmente, se
gasta un millón de litros de agua, elevada pordia, con la venta
ja de que semanariamente se arrojan por la cloaca principal do
la ciudad, cerca de irnos ochocientos mil litros, lo que di\ por
resultado la limpieza continua de dicho desagUe.
Al general Tolentino se debo también, el establecimiento de
la luz eléctrica en la ciudad, Tara los nueve portales del centro
!)
272 eUADALAJARA
y «1 kiosko d« UpUza d« atruiM, se atdqiitó U lux incande8cefi<
te, en náiuero de 120 UmpAras; y p*n una parte de la poUacioii,
el «faitema de arco, en uámero de 60 lámparas, con una intmiei-
•dad de 2,000 bujiaa cada una, y en ua.drcutto qvM aleanza k
ocho cuairas desde U plaza priucipalt
Mandó plantar en la plazuela de La Universidad, no hermoso
jardín, adoroMoeon euatro fuentes d» tironee. Jarrones y esta*
lúas clásicas: en el centro deberá colocarse un monumento & la
memoria de Prisoiltano Sánchez, primer gobernador coíistitu*
cional del Estado;
Compró la mas^niñca sillería que hoy existe en el gx^xt Tm-
^ tro Decollado.
En fin, no se quedaron los demás ramos de la administración,
• sin ser mejorados notablemente, como el de Justicia, com-
pletando la codificación, y sustituyendo con Jueces letrados los
antiguos alcaldes; y en el de instrucción pública, aumentando-
se en la ciudad y en les cant.>nc8, los establecimientos de ins-
' ' '
tracción primaria.
Pocos, muy pocos gobernadores ha tenido Jalisco, que en tan-
breve tiempo, hubieran realizado las grandes mejoras que supq
llevaría ct^bola activldaJ dfl general Tolentlno.
OUADALAJARA
273
AqvS debemos comiifnMr que este senoriuvo como le^retarlo
<l«l dtespacha, %\ iluttnuio jurisconsulto, honra de aquel foro,
ür. Dt Mariano Coronado, á quUh debemos suponer inspirando
.•n nuchos de sus actos, al gobernante de que nos hemos ^eu-
pAd».
ffi
CAPITULO XXVIII.
El gexrral Corona t bv admikistracio:;.— El pbrrocarriu—
El Monte de Piedad.— El Lie. D. Lpm C. Curku
Nadó el general Corona en Puruas^ia, munMfialidad deTux*
cueca, cantón de la Barca, Estado de Jalisco, en las pintor eacm
márg^enes del espacioso lag^o de Chápala, el dia 21 de OctubN
de 1837, siendo sus padres D. Esteban Corona y la Sra. Dofia
Dolores Ma<]ríg;al.
DeslizTtronse sus primeros años en medio de las caricias de ta
virtuosa madre, do los silenciosos encantos del campo, resiiirati-
■do los oxls^enadat emanaciones de las montaSai y alternando el
J
aUADALAJARA 276
midimeiital estudio con soB juegos en la playa, ibnüdo por la
frescura de la brisa y el alegro rumor de las olas.
Más tarde, deja lleno de amargura su tranquilo hogar, regado
« ■ -
con lágrimas vertidas sobre el «adáver de su adorada madre, ^
se retira al Mineral de Montage» de cuya negociación fué em-
pleado por algún tiempo.
. En este género de vida, comenzó, casi niño,'& dar pruebas de
un valor seteno y de sus ideas ^ 6rden y equidad, rechasando
oon notable everglai la tfar&nica opresión del .%re 4f! Alisfk ft lo^, .
pueblos por él sojuzgados; y ensa^^ando la carrera militar eon la
defensa de bienes de particulares, en constante amago por las
hordas dol feroz Lozada, creció al estruendo de esta lucha. Des<
pues, los generosos sentimientos de su alma elevadíslma, aspi«
raron á darle & su valor, una aplicación más amplia: & la lusí de
un criterio sano ya, aunque incipiente en su ejercicio, analizó^
las causas de nuestras contiendas fratricidas: valorizo su volun-
tad enérgica: sondeó su profunda abnegación, y evocando la me*
moria de su inolvidable madre, lanzóse resueltoíá U^vldá agita-
da de los campamentos.
Se propuso cooperar con Éus esfuerzos valiosísimos, al triun-
fo de la causa de la Reforma, y en 1858, á la edad de 81 años,
proclamó corea de Acaponeta, en el cantón de Tepic, la Consti-
• »
tucion de 1857.
0.-X9.
276 GÜADALAJARA
En toda la cpjapafift de Occidente, en esa epopeyv^ qae oomen-
z6 & darle tan Justo renom1)re en esa época, j en la del Impe-
rio, siguió probando en cien co'mbates, con sa asoinbn>9a acti-
vidad y con su sang^re, el valor y patriotismo que tan en relie-
ve ha puesto su ñgura en los anales de la historia patria.
En varios capítulos de esta obra, hemos hecho mérito de sus
acciones gloriosas, de su honradez, de sus dotes adniinistratívas'
y de la graii simpatía que ha inspirado Siempre á todos sus com-
patriotas, el esclarecido hijo d^'JPuruagua. Ápropósito: de este
p$>étic<fvinottlo, dónde el héroe fie Occidente vi6 la haz prime-
ra, solo quedan ahora algunas <^ozas, varios paredones, y cimien*
tos de edificios, que el abandono hizo desaparecer lentamente,
Este distinguido ciudadano, fué ascendiendo en analogía con
6U8 brillantes hechos militares, hasta llegar & la suprema geror-
quía del ejército; el Sr. Juárez en 1867, dio la envidiable banda
azul, al héroe de Veranos, de Palos Prietos, de Mazatlan y del
Cimatarío.
Foco tiempo d'espues del glorioso triunfo de la Mojonera, el
valiente soldado de la República, marchó á Europa» y represen*
tando á. México en la coi-te de España, dio por más de doce años,
elocuentes pruebas de que si su valor fué bastante para llenar-
se de gloria en los campos de batalla, su talento y patriotismo
no han sido menos, para adquirir el justo tlt^ulo de prudente y
entendido diplom&titoo, que supo colocar bien alto el nombre
de su patria, entre lot nobles hijos de Pelayo*
Hé aqvd al gobernador de Jalisco, desde eldia 1«^ de Marzo
de 18S7, en que tomó poB«don.
PiJpitantes pruebas comensó & dar desde luego^ de que se
'proponía cumplir estrictamente la promesa que hizo en tan me-
morable fecha, ante los representantes del pueblo, de consagrar
sus esfuerzos todos, al bienestar y engrandecimiento de aquel
' * * • ' * *
Buélo en que vio la luz primera.
' ' bedicS su atención & Ta tranquilidad pública, base f oiraúnen-»
M «iñitfe dÁfben descansar IM iodediules Mw constituidas,
obteniendo hasta hoy, que se conserve inalterable, & la Vez que
l^lhfféeia,Iasegd)ridliba9e4qiiérf(«í!háU "^
4Múdttáe»Btf itíénos prelerentes te debe la instlniodon, vigf''
lando que todos los «MablecfmientoB proé9)eren, y tirdenaadd'
que algunos d^.enseflaiisa primaria, que encontró éUiwunslos
por la penuriftde varios munic^osi se volverán ft poner al si^r* .,
vicio de la nifiez. A muchos ha dotado de los muebles y ütilct-
necesarios» . .
Muy solicito ha sido para obtener en poco tiempo mejoras de
itaiportancia para el Estado y para la ciudad. Ha quedado ter*
minada la Unea eieéctrica que une k Guadalajara con Autlan*
7l8e propone ligarla tüoibieoi con toc|<^Io« cantones del £0ttir
278 GUADA LA JAR A
do. Tft M fltU conitrajendo él PanUon de Piedna Vegnm, qam
dejó iffoyectado el general Tolentino. Ck>n grande mctii'idjul se
tnbej» en el Mercido de Venegas, que mucho embellécela e|
otntro dt U pebUdon. Ha dotado de muebles muy decentes
t , • • :- • . • ■ f
hasta de lujo, todas las ofldnas del despacho, en la Capital. Ter^
•I . • • • •;'
minóse ya el Jardin de la Plazuela de la Univeisidad, j el déla
I 'f • ■ } *
Plam del Santuario de Guadalupe, notablemente ha sido me.
jorado tambiei?, el Jardin'de laPlaza de Armas, poniéndosele pa.
yiment^uevo^' enriqueciéndose los pirados o<Hi,03(fUi Itas^An-
exeltior.
Sabdmos que actyi^l^Qte tr»^jpt. tf. 9k. iQK^Pft» f <|'1|»ST n»
r.^lalns&^i%tf•t organi^w^ )a s s todVrtiff adsi Jii^tíhH «ngMJBft-
lora daiá> ii> mftd i/*-***-"* «»»fe<» bsnéfioss eesoltadaa.
A} SBSMÍftose áa ig^bMiMi' él fi^. Corena, noySh •» balfft ito
r JonrsÓB, tího con el tropiezo de todas las administraciones: ía
hacienda eti desorganización. Desde luego, comprendió, que sia
la base ñrme ds un» ley que corrigiera el desequilibrio que en
ette ramo siempre ha existido en Jalisco, no podría marchar
oon la regularidad qne se proponía. Sin recursos no es dable ini«
siar nada proVeaildso ni deutilidad para los pueblos ¿De qué si^
'yf que un góbernsotf sst^ animado de los mejoisi deieei per
GÜADAI^^J^R^ g^9
el Itdelantáiniento de sus gobernados, si no tiene medios eflc»*
ees para conseguirlo? Penetrado de esta verdad, inició anteU
legislatura, un pro3'ecto de ley hacendaría, ^ue se Mqrobó «i 0%»
tubre último, reglamentándola inmediatamente. £nsi|s aplica*,
dones, se han pulsado grande3 dificultades; perotenem<Mil^
■eguridad, de que las sabrán allanar la prudencia y la equi-
dia' qué distMgttéñ' kí gobem&dor, en concurso siempre, cen
M cordura que deben emplear los causantes, persuadidos, de
r
^6 ÜM ñ6bl6s miras del miciador de esa evolución hacenda«
na, tienden única y exclusivamente al progreso y bienestar de
• •: «.j ... .• . - * • '
aquel suelo.
t>9 suma trascendencia han sido también otras iniciativas que
ha hecho & la legislatura, probando que su celo por el bien pú
Buco, no descansa» Como consecuencia plausible de esta ver
dií(*« tenemos enifquecrda ya aquella legis!aoion, oohlaá impor*
Mtislmas leyes del ncrtatiad» y de las avanzadas refómat ál
|Aan de estudies, en lo ¿elativo á la carrera de meditó^
' A propon de^MIs ÍnlciatiT«8, es de6elehrairse;qüe en «quel
templo de las leyes, no hayan degenerade, como én oti at parte^i
IM pÁctlcaJff democacátícas: la oposición fué tenaz en ¿1 de!>a^
t«,'deim)Strando en su vigor Umlhoría,;ia saludable independen*
cia que exídte' entre el poder legislativo y el eJ3cutivo de Ei-
280 OÜÁDÁLAJAR
Al hftbltt deltf meJorM que h» «mpraullilo el genenl Coro-
ron», DOf tál46 sefialur, U del piio de los oorredorw del Palacio:
Ik relativa & la pintara de todas las fachadas de los edificios de
la dudad jr algunas en la renitem-iarSa, y en otros edificios
1
del Estado.
Objeto de suma solicitad también, ea su gobierno, ha ai*
do el beadfloo establecimiento de la Escuela de Artes, que no*
tableodente ha reformado y dispuesto para dar mejores recolta*
dos que los obtenidos anteriormente, procurando asi proveer i
las exigencias de una de las claseflTde la sociedad, que él tanto
estima, la desvalida.
Sus mayores esfuerzos, han tendido'á la violenta oondusioo
del ferrocarril que próximamente deber& llegará Quadalajara^
entroncando en Irapwkto, en la Vnea del Central; y si bien, es-
ta empresa fué eficazmente auxiliada por el Sr. Gcal* Diaz, loa
solícitos cnidfdos del gobernador de JsUsoo por allanar todas las
dificultades que se han presentado, deben tovMse en oouside-
ración y agradecérsele eternamente sus desvelos, por que Oua.
dalajara viera realizada esta mejora de tan alta trascendencia.
Reservada le estaba tan positiva gloria al general Cotona como
Justa remunen^ion del profundo y decidido amor que danpre
ba profesado á su suelo natal. Sf, en medio del estruendo que
produzca el Júbilo de la multitud al cUvaise el Altimo riel: en-
GUADAL A JAR A 281
tre el estrépitio de la locomotora^uo Ile^ y los aplausos fren^
ticos do los habitantes de Quaialajara, queUa!recihcQ, debe es-
caehiirse uu ¡hurrai d« ^*atitud, pot.elprogrewstagobe^UAate
qtie tan eficazmente lia cooperado paarala unioa de Jalisco, ocfOf
el muado todo, por medio del vapor.
El establecimiento del Monte de Piedad, se -debe también Ü
tan ñlíintropo gobernante: desde que tomó posesión de aquella
investidura, comenzó sus trabajos & este fin, l^asta log:rar que la
clase desvalida de Quadalajara, tuviera una casa de prestamos
coiynteres pequeño, que la salve de la voraz rapacidad ao los
empeñeros.
Inició taniUicn la idea de una exposición de productos del Es-
tajo, la que por acuerdo do la Junta directiva qué organizara
estos trabajos, deberíi inaugurarse el dia 15 de Mayo prdximo
pora celebrar dignamente la llegada del ferrocarnl Sk Guadala-
jara.
Hasta ahora, los actos del Sr. general Corona, en aquella enti-
dad federativa, pronostican, que terminará su periodo, en medio
de los unánimes aplausos de un pueblo profundamente agrade»
cido.
Por nuestra parte, deseamos & tan digno gobernante, que
pjronto llegue & emplear sus grandes virtudes cívicas, en bene-
ficio de sus compatriotas, en un puesto, mas promiu^nto aun, de
la RepClblica Mexicana.
282 OÜADALAJASA
i
Dfgimol abo», aunque sea & grandes plomadas, quien <« ei
Secretarlo, del general f>. Banlbn Corona, LSe. D. Luis C. Cuiiel*
Bs hijo del Estado, d« una muy estimable familia que de Li-
gof pasó k radicarse & Guada]ajai»t eti los primeros años de Ca-
yWL Sos estadios piiaaviM, en los cuales descubrió desde lúe-
ffo, el claro tálente que posee, los hizo con notable aprorecha-
miento, pasando después & los preparatorios, que por circuns-
tancias alSictivas de familia, tuvo que interrumpir, con el fin de
prestar sus servicios en la acreditada Escríbanla Pública, de su
tío e^r. D. Juan Biestra. Alternaba d estudio, sin embargo,
con las labores que le estaban encomendadas en esa oflcia», y
asi logró suplir con sü dedicación é inteligencia, el curso de las
aulas, para adquirir los conocimientos necesarios en Filosofía y
dencias físicas.
•
Trasladóse peeos afios después, á Duiango, y en 1867, & lléxloo,
sin dejar» no obstante las ocupaciones & que se dedicó, el es-
tudio de la ciencia del derecho, al cual, desde sus primeros afios,
cpbró grandes aficiones.
Bu car&cter agradable y franco, la variada instrucción que ya
habla adquirido, el despejo que desde la niñez habla manifesta-
do para la resolución de negocios complicados, la discreción que
siempre le ha caracterizado, y otras muchas circunstancias, le
jonjearon valiosas amiftades en esta capital^ cultivando con
GÜADALAJARA
mayor cuidado, la de aquellos pollticoa, que ya desde eotoaces,
trabajaban por la causa del general D. Porfirio Diaz, de quien
era ardiente partidario.
Uno de sus amigos, reconociendo las dotes que concurrían en
Curiél, Bo obstante su edad, que solo érala de veinticinco anos,
lo puso en contacto con los principales jefes que debian acau-
dilláis la revolución en el Estado de Moreios, & dónde inibéno
en 1870, con el cargo dé Secretario del coronel t>. Rosario Ara
gon. Pocos dias dtespueS, en la áccíóa del cérro'cíe 7oina<ia^-
• ••■• •• )
pee, selló con su sangre, su adhesión al general Dias, & quien
todavía entonces ni conocía: una herida, que tuvo al prlúcipio
el carácter de morta^, le hizo caer prisionero del vencedor, que
To fué el generAl D. Francisco Ley va. ' ' ^'"
Después de grandes sufrimientos en Cuernavaca, i causa de
la herida, que debido al \'igor de sü edad cicatriza ftlgmid me-
ses después, volvió 4 México, con el caxftcter déprefi»,.! disper
■idob de lA fiomftudancia militar, qn» }o yut9 en Ub«rti4 tMjo
dsfianBiL
Ko perdió el tiempo, sig^ loi estmlioB «r. srriimpidQt fíoi
ftt ardor patriótico, basta que se inició 1» revoluoion do *'L»
Noria," en laóial tomo aotl va parte, fungiendo en tpda ell»,
como secretario del valiente y mmdonoroso general V, Donato '
Guerra.
284 OUADALAJARA
Ia muerte del Sr. Joarec, piue tmninó & esarevolucioii» y
Curiel llegó de naevo & México, precedido de U justa fam» que
adquirió en las mil peripecias ocurridas en ella, como hombre
• • •
inteligente en la papelera de un caudillo de esa talla, sereno
( tu lado en el combate, acertado en sus Juicios, leal en todos
•fus procedimientos y enérgico en sus resoluciones. Se puede
dec^r, qne la reputación adquirida acerca del general Guerra,
tffi esta revolución, le abrió las puertas del porvenir.
Continuó con empeftosa dedicación sus estudios, y poco
tÍ4 mpo después, esquivando la prevención que en México pu«
diera habérsele tenido como ene nigo del poder establecido, uiar-
<
cb > h&da Durango, provisto de to:Io3 los certificados re pectivoa,
para sustentar, como lo hizo, en un terreno neutral, digamos
asi, el lucido ex&men, ante aquel Tribunal d e Justicia, por el
eual adquirió, ^ unanimidad, el titulo de abogado, en 1874.
Trasladóse al puerto de Matamoros: ejerció en él la judicatu-
ra; escribió en varios periódicos; y cuando llegó la oportuni-
dad de probftr su constante sUhesioiv áloe principios polHiooQ
que habla defendido, incorporóse al general Diaz, sirviéndole
de Secretario inteligentísimo, en toda la revolución de Tuxte-
. .. • *
tepee, y ocupando además en el ejército, el puesto distinguiílo
'*'> coronel de cabiUIería,
GüADALAJARA 285
Después del tarionfo, desemp^fló guoesivamente, los otagüs
de subsecretario de Gobernación y de Justicia, y en 1977, el de
Gobernador del Distrito Federal, en todo el primer, periodo
de la presidencia dei general Diaz.
La cordura, la justificación y la honradez, normaron sus ac-
tos como gobernante, dejando por lo mismo, una grata memo*
ría de su administración, en la entidad más importante, de la
República.
Más tarde ha desempeñado las comisiones del cónsul deFran*
eia y de representante del Hiaisterio P&blico; no ha dejado de
ser diputado ó senador on el Congreso de la ITuion, y hoy, el
I
acierto del Sit, general Corona, lo tiene á su lado, como Secreta
Mó del despacho más complicado é importante q«e existe en
los Estados del país.
Es pues, garantía muy estimabre para Jalisco, que un hom-
bre de tan honrosos antecedentes, de la ilustración y de la
práctica, que concurren en el Sr. Curiel, colabore con tan im*
portante encargo, en la adoünistracion del Señor general Co*
roña.
CAPITULO XXIX.
Estado actual de Guadalajara.— Sus timplos, PObTALBs, pla-
"^ cAfl, mama, cfncnmtftioB) noTBLsa, imofhni, iürvaii^ *9amdt»
. Jfn, SlmiCAOOB, PAflEOS, SAlt<» ^^ VIA^ PB C0MDKICAqQy«^L4
Ctempanito DEL coRRnOé
Remos terminado nuestro pobre trabajo, con este d^iftalo»
que destinamos para hablar de Guadalajara, tal cual hoy está,
i^fregando, lo que por seguir el hilo de nuestras narraciones,
noie ha faltado consi&^nar de esta histórica capital, como la aid-
mirará el tourísta, en el próximo Majo, en que sin duda déb«
inaugurarse el ferrocarril.
La ciudad comienza á contemplarse mucho antes de que el
viajero llegue al extenso valle de Atemajac, en que est& sito*-
sM rrres de Catedral, de San Francisco, de San f*eUpe
GUADALÁJABA Ú6Í
d« San Agustín, de San Juan de Dios, de la Parroquia de Jesús;
latf bellísimas cópulas del Hospicio y del Sagrario; y la esbelta
pirámide d'el Sarcófago del Panteón de Belem, son lasconstiuo
cionet más salientes de todos los edificios y en las que primero
se fija el que se aproxima á la capital del Estado de Jalisco,
principalmente, por las entradas O. y S.
^\, «. r . -ii • * - . •. ./ o- - . .'• í- -
Solo por las distancias & que se refiere en sji estadísti^. el
sefior Ingeniero D. Longinos Banda, puede formarse una idea
r - '• ■ J • • • ' '■■;.:■-'■ ' í'.'í t' • {
muy exacta de la área de la ciudad: estas distancias son las
siguientes: de la garita de San Pedro, látuada al O., á la de Za'
popan, que está al P., hay 4,800 metros: de la garita de Bueni».
'*-
,*{' ^ -'•
vls^, al 17., á la dé Mexicaltzingo, que está al S., 3,670 metros:
diámetro medio de la ciudad, 4,235 m: perímetro 6 circunf oreo-
cia media, 13,300 m.
,j(ia»l;MafilMa|>Mrvioio, «en .SVi Cf^tedsal» él SagnalOy San
I^MM>«>tf Smi ÁffmOnfStaiWéñf, La UaivenüAMl^H ttórlts»
d^ #>te t«nplOv situado e» el e0ftto(»yos vesdadsnuMnte gfVMi*
dioM> j. qn<i|j[pya arqoiteotásáea) k» FMibqitfft jM fkntmt/í» dur
Cosdalii^, JesHsVMKa, GapUeMnas, SanCh Teresa, Santa Mó-
alcay Wátkim Magia de Orada, La Merced, El C?ánnen, San Joa^
de Anaihfi», aba Sebastian de Analco, San JTuan «le Dios, la Pa-
r^tt{« de ^esim, Aranz^sa, L« Soledad, Sao Diego, la Parró-
288 OUADALAJABA
quift del Pilur, 1« Parroquia de MesdcaltciofO, Beiem, Capilla d«
Loreto» y Capilla del Clerical. Loe que se est&n f abricaadoj son
cinco: La Concepción, Loe Dolores, San José, (este templo os
magnífico por sus dimensiones, bellísimo por su ornamentación
y exquisito en todos sus detalles: se cree que podrá «atreBarse
dentro de dos afios, y que, por su. magnificencia, ocupará el ter-
cer lugar de los templos del Estado) el Sagrado Corazón de Je-
9ÜS y La Trinidad.
Va dijimos en el Capítulo III, que la plazoleta de Catedral
est& limitada al N. por el Palacio arzobispal. Este elegante y
et^jadoso edificio, es la residencia del limo, señor Arzobispo, y
en él estáUi las principales oficinas del gobierno eclesiástico:
otras existen en un local anexo & Catedral^ por la parte poS'
tértor. "'
AdeniiA de loe edificios en que existen los establedmientos
de instraoeioii eoLesiástlca y religiosa, de que hemos hablado.
ejeree Juriscdocion aquella mitra, en tres casas de ejerdeio» m-
í*»i**«*le«, una de ellas, construida don ese objeto y- con todas
laa coBso^,]^^ apeteoiblss, está junto al templo duA Bantoa-
^ ^® C(uadali4>e, fundada por el filántropo caateigo de aiqae«
* Catedral, D. José del Refugio (Jordoa: el edificio esámpUo y
^^'^^ilado, con una apariencia monástica: tiene extensa
capilla
» ambulatorios, celdas, varios patios con fuentes, un
güaoalajarA S8d
* • * • > \
jardín, refectorio y todas las dem&s oficinas qu* reclama un
establecimiento de est» naturaleza: en lois muros de la capilla*'
hajr grandes pinturas que representan pasajes alutávos al ob je-
to, como la conversión de San Pablo, la ptúr&bola del ñijo prd-
>■?
digo, etc. Las otras dos, están, una en San Sebastian de Analco,
u ' ^ ■ .. ■ i-
y la otra, en el edificio que en un tiempo se llamó. Capilla ds
-< ' ' • • . .■.',«<
Jesús.. En varias estaciones del año, grandes grupos de diver*
' • . ' '4 ■ • .- .
sas clases de aquella sociedad, practica con f re<^enc¡a estos
actos de fervor.
Qi los portales se cíuentan por puadi^» ^i;i Oi;^tdal(jfri4J|$^4f^.
dedrse que h^y catecoe, J)« (Ln^pUos y elegaiitof^ ^^rlptuitf^ ^
por sus cuatcor costados, la manzana que Unüjba al P. 1 laJE^-I^kza
de Armas: lo mismo se halla la manzana inmediata Inicia el S«
de la citada: la cuadra que limita al S. la^Plaza da Armas, '^fÁ
»
igualmente formada de arcos, en ndmero del9:1o« Jaídos de lai
otras man^anae^ tieneu 18 aróos. La'TnanUftn» que comprende».
el Geaa Teatro Degollado^ 08t& ltm<tada por hermosos portales^ .
y en San Juan de Dios existe otra cuadra de ellos.
21 son las plazas que^xlsten enla dud^d, coo éstos nctmWes:
de Áxmaa( Catedral, Soledad» Santo Domingo, Santttiiio, Mt^
meda, Jesús, Uaivenidad, Esci»bedo, C&írmen, Kueve Bsqvl^
ñas, Hexlealt9!liig0}'A<iQtMí, SiMl^mBdioOrSa]»Í!«íii«ades.T«<
290 güadalajara
ii«ps, Aniüoo, Sao Sebastian, Alcalde, Hospicio y Santa M6^
nica.
1 1 i>. •
La^hormoBi^ioia Plaza c^e Arpias. est& limitada al N. por un
postado dol Sagrario, ^uo ostenta su arquitectora dórica: al O.
por el palaeio de gobierno, de igual orden arquitectónico: al S.
per el Portal Quemado 5 de Quintanar, y al P. por el Portal de
Bolívar. Todos esos costados que limitan & la plaza, son de muy
* ■ • .V . .
• . J : í ; , . . I • •
bella apariencia, principalmente el del Sagrario, con su mages
toMo pórtico, sus graciosos balanstrados, sus bien trabajados
conMañAftióry^la arrogante eilpala qtte oorresponé* &. la dl-
reedott* áéi pStittOt vMndose eit sugundo ténaíno, Uta elevadas
y góticas' dbrrés dé CatediníT, y pon^fhi, otra galfard» cúpula que
ccfrrespondé ál coro de la matrüí.
L'i^lcaaflene efiiittaK>^esÍMii6iaBaff banquetes, sepMrada^íada mu»,
sftdoiMaotiStasatlBtfgttiirtiwalw, por aQ»üétie:de eopttéos nacan-
fmj dtt asientet d^bterMí, susteatado» también en.lo8.bordes
intanu» y flxtemo de las banqaotas^El eúadM inferior de la pla-
za, es un bermosteftáo Jiunfin, dividido en prados esttieradtanen<*
te-siUtívadoSi Uso^ abara deplantas^eK^uisitaS) entre las- cua^
letfaay nMdiSsnmmiias, eono- tenemos dU^ia Sa el centro,
•xtsl»ni.paseÍosokteflkoiqueUi4Bttna^ con.lus eléctrica, en
él4MrookMa.ike»'l«it noobe» ft^vm pméA x^ilitais para liacei?
gfatM laf liQras & 1^ fa*Bilias, que en crecido numero frecuen-
GDAIULAJAiU. , 291
tan eSf^iMuno. En ,l«s fingiilofi d» la plazn' Ijoj «HfM;o epn^tHMMi
fuentes de roja cantería. Bajo la Influencia de aquel dima 9X*.
cepcional, este magnifico jordin se halla siempre cubierto de
flores, sobre todo, en la Primavera en cuya estación, encantan
& los concurrente», la belleza de aquel sitio y el embriagador
•' '
aroma del azahar.
Casi eu todas las plams citadas, hay jardines, ó cuando m e- '
nos Arieles que las adormtn, siendo los más notables, él" Vtt' '
que Alcalde, situado cérea de Beiem; el Jardín Bot&n!c6^ juñ- '
to á Santa Karfa de Gracia; él de Santo Ddnikigó, El Santua- -
rio, El €&rmen, Santa Mónica, y ^an Francisco. En estos jar-
dines dominan los naranjos, las gardenias, las atmosféricas,*
las camelias y las azaleas de guía: puede decirse que estas lin*
das plantas, son las til>ica8 de los jardines^e Guadalajara: mu
chas de ellas, como las camelias y las gardenias, solo detienen
Bü floresceneia por dos meses, ea el invierno: los nafwjos y las
atmosféricas, la repiten.
#
Los puentes que existen, sobre tod^ hacia el O» pi^ eonii*
hicar las dos partes de la población dividida por el rio-deSaa
Juan de Dios, son catorce: el de Medrano, S.~ Joan ds ,
Píos, Águila, Boliche, Damas, Caballos, Joya, Kaniano, Ver*
G.-20.
■f. _«■_ _
y HeiqultáD.
B Cementerio de Belem es el finico qae ahora está en ser-
-. . • •.•.".,'•." - ..-..-.-
licio: es «mpUo, con doegrandes galerías de bóveda, y con cin-
coenla aicot cada una, dende se enettentran los nichos 6 gave
tal eono aliase les llama, para los cadáveres; contiene en sa
|isttB idncipal vastos naoseleos y sepilieras de etafanW ewié-
tnsciea; todas tes eattesestfidioAUidMeonváiaiMeH, Hias y
l%anlfQSft: en el oentoo de esta pMIOrM levanta nagestaMsai
menta «B ssfoMaffede estüo empelo» con del oa p li l a e^ «ñaal-
to y otn subtarr&nea coi>-04 nichos, en donde mtigUMnente ae
fihuipahan los cad&veres de los can6nIgoa,y labora se conside-
ran de distinción: este hermoso monumento, está coronado pw
nna pirámide de 40 metros de altura total.
El cementerio de Piedns Negras, se construye actu^hnento
como tañemos dicho.
«. i
El pasajero tiene bótales muy cómodos y elegantes pam s»
alojamiento: como el "Hidalgo," <*E1 J^uevo Mundo,** «El
IWIiw^i" *«ítPi»¿feíb*'yt)itros. -
Í¿é>dos los barrios de la ciudad, hay i^ mesones, muchos
de ellos bien situadotr, cómodos y aseados sobre todo.
Én la actualidad, hay 32 fondas en las cuales le sirven pliv-
GUADALAJARA 293
; »
qü^'etihinMidii' éri CMWialáJan por lu exquisito Bason.
tífí • '1-' ■ '• .' ,'. ■
Cantinas de 1 « 2. * y 3. * clase, las hay magníficas y en nú-
".'' V--*' . "•'•': *,■-;..' ' ■ "
mero, que desearíamos fuera menor del qué es.
I^ SQ^,l|;0^piij^ipales palseos ó lugares de recreo) en^ la eiu»
d»d;«l df S^q Juaq áe Dios y el caiifiino de San Pedro: el prl^; ^
mnot^ds^nm. desde la j;anta de Mexloaltzlqgo prolpnfi|fi^do<^
M «1 O, hasta el puente de.los caballos y de alli, da vuelta 8i->
ffuiendo la oriUa d<d rio basta la Alameda; es ima palzada do
recular anchura, limitada con fresnos por ambos lados. En una
-9 < .,-.;., ,..' i.í.i ,•. s. ir», ii ,■:> :»;..:. 1'.. r:"*-% ' .< • ;.'
mM mrte del afÍo.xM>ncurren en sus coches las familias & este
paseo. ,en>^ialmente en ej tramo comprendido entre el puen-
te de San Juan de Dios y la Alameda.
fita.. ' . ,^ . , _ - . ^ ' I
En la estación de las acUM, 6Q fti«»;]ft.a«lM. fampias se feras;
UKia» A Tetaft«ac & la.viU»^ San Vedi^sUa; & ef^Q, ^^vi^;
treé i^O?dá l«^«Mdj i» ««taida ^lue «09001. & lit .viUa^jdftJ».
capÜM, n dbadt akpuwiáii 0(iiiiQl«it09:i;refivM H «tros f rpm^ ;
Bcitj<üíll«í«i( o«rM lugwr d« paseo en todaslas tt^es de latem-
pPfítdB»''
Dn<^i (4n« os el iKi&i céQtfko y el tv»l próximamente qued%-
294 C^UADAtAJABA
rX tomünado con leforniM talea, que embeUcoeíA mociio á |n
parte de la pebiadoo.) Placa da Totet y San Joan d» DioflL
En alfanas calléis se f ofmao tambiea agropaiwfantoa.da vk*
t>eDdedores de legumbres, semillas, frota, paof tortiUaay otna
efectos de los que en México se venden en las réeavderiat,
£ki el mefcadode Veaegas, es mny activo el comercio dlaiío
de boc^plicas, semillas, frotas de todos los eliffias, carnes, aves,
pescados de distintas clases etc. etc. En la Flaca de tonm, as
Venden en menor escala estos artículos, pero de preflUeneia
tas divennts clases de losa y juguetes que se- fabrican en les
pueblos de las cerCanfas^ especdalmente en l^onalá.
Según datos municipales, existen en la dudad, 23 establa*
cimientos de bafios de inmersión, que son los más abundan
tes, de agua tibia, de regadera y de ducha. Los baflos ú9 in>
mersion, están formados per amplios estanques llanos de agua
liiiipia, que generalmente bioita de ellesi
Se hallan en diversos trastos espssialBiente en kw eercic
nias^el tah^g del rio^desde la Alataeda lisata el axtr«iao &
de la ciudad. Easslst «Itimosafios, se han lisJSMéD üwtable»
menté; hay algunos muy elsgaAtss, prtocodHdes de hurmoBcm
jardines» Xjos princ^les; son los de la Providencia El Hoaita^
fSl Fresno, l4isiNadas^A8mZMca,BaM:d«&inMS0^ 4t8MI
QirlDAI^JARA 295
Aguftin, ^e La Trinidad El Colomito y Calderón. En muchos
lof tenquM loñ ai>K^)dflito para la natación, y más extensos
%tt*.0l«OB<KddotD México, con el nombre de Alberca de Ohapiil
t«|MC.
JPor todos kM visotos de la ciudad, atraviesíui numerosos y
•legaotss wagones; V para traspprt^^r.&lM personas á donde
no hay tranvía, «xisten «n -el otfttio eos sitios con coches, ascA-
tfosi«dfnode« y su sufidénto eaBlidadpaca llenar» aun en dias
do gvan demanda» lat neoesidadeB déla población^ hoA oami9<
Josdepartwolares, son en número mayor que loa de plaza y
/en lo genaxal de mucho jjfuato y de lujo.
Hay 180 teléfonos para el servicio de la cKidad; y el telégTa*
tú la pone en oomunlcadoví con toda la fibipdUica y aun oou el
éttraujero.
' Correo hay diariamente para México y los puntos enlasados
con el ferrocarril ^Central; y cada tercer dia, para todas la» po«
Uasciones al -N. 8. y F. del Estado.
Rabiar de todo ío que hay en Guadalajara y no consagfror
unas cuantas lineas siquiera, á ese agente poderosísimo, que ha
conmovido hace cerca dé un siglo, y sigue, con su mágica voz,
haciendo latir violentamente los coi-azones tapatfos, llamado
pampanita del correo^ seria imperdonable. En una^e las torres
296 GHADALAJABA
• r- .. . > .
♦♦•
r
de Catedral» está la hietórica eampatüta, de voz agud*, caiMus d«
ser escuchada á cuatro 6 cinco kilómetros de distancia: cornado
el gobierno recibe alguna grata noticia que afecta loa líiteréBes
pAblicos del país, 6 los partlculates de JaBscb te mitíaám^áBt»
por espacio de un cuarto de hora: su vor es un mandato It MBA
los encargadas de los Í20 templos de la ctadMF, pati qhm^ptñai-
tan al pueblo apoderarse- de las torrwt; de iodos los finknos ss
desbefda el JfibOo; los o w nent ia atiM de IO0 mercados, y los msh
sos délas casas, se proveen da «ohetos, aduchas veces sm saber
la noticia ifue motiva «(jaella^ttiihnadon; paro la caimpanik$ di-
ce; *alégretide/' y todo el mundo obedece su mandatolkaeabe-
sas de casa, salen para hacer indagaciones sobre la fatót* nueve »
y pocos momentos después, el repique genera íu aaívas dé ar-
tílHnia, los cohetes, las músicas y las dianas de las baod^ mi*
litares, tienen ]»ofundamente alborotados á esos ánimos de su
yo entUuastas. Esta campanita» anunció en ífoviembre de ISlc*
1» llegada de Hidalgo ft Guadalajara; en Junio de 1821, 1» inde*
pendencia de México, en 1847| la salida de los americaaos, del
territorie nacional; en Mayo de 1862, el triunfo sobre los Iraa-
, ■ ' ■ • -
ceses en Puebla; en Diciembre de 1866, la entrada del ejérdto
..í
que triunfó de los franceses en la Coronilla; el 29 de Envro de
* - ♦ • ,
1973, el triunfo de la Mojonera; y por fin» en Mayo del presen-
OUADÁLAJÁRA 297
te año» esU Bimpáüoa cam^nita aDiincÍar& k loB UpatfoB (l)
la fecha memorable en que llegará á Ouadalajua el primer
tren de pasajeros, qu^Murtirá de México, & contemplar &la her-
molísima cepita! de uno de los Estados más importantes de la
República: si nuestro humilde nombre no figura en la lista de
tan dichoBosas pajeros, entiendan los JaliscienseSi que aguí,
nuestro corazón palpitará con el mismo ardor y entusiasmo que
el suyo.
FUS.
(1) TAPATIO.~-27apa¿ú>¿2.->Moneda usada en Jalisco antes
de la conquista espafiola, compuesta de tres unidades.— Dícese
del natural del jBstado de Jalisco, en cnya capital las tortUlai
6 pan de maSs se venden por temos, Uamadofl toporo.
• - a
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. Advertencia Importante^
. Ii|ts pequeiMts dimeiuáones die ^te
libro y su dimuiiLtD tipo^impreyis^s
por el antoír» oaasiojBfironJUí bii]^6»oii
de las citas que en el original se ha-
cian, de las respetables autoridades
consultadas para escribirlo. £stas
fueron: Bernalí)iaz del Castillo.— Do-
cumentos de la residencia que se ac-
túo á Nnffo de Guzman^ en los cuales
consta!el verdadero género de muerte
que sufrió el rey de Michoacan, en
contra de lo asentado por otros liisto-
riftdore».— P, G&rlos Haria Bnstaman-
300 OUADALAJARA
te. Gacetas de México en los primeros
años del presente siglo.— Mota Padi-
lla.— El Padre Fray Francisco Frejes.
— Oobemantes de México por elSr. D.
Manuel Birera Cambas.— Periódico
oficial del Oobierno del Estado de Ja-
lisco.— l)iário tífieiái dé írf¿xicot— Es-
tndio presentado á la Secretaría de
Fomento por el ^. Ingeniero D. Ma-
riano Barcena.— ^^Compendio de la
historia de Jalisco" por el Sr. Lie. p.
Igiiáéío •1íark¥Me*-^»ff6cíteife' gco-
gtáfiédd solÁ^ JáH^ó/^ esfei^ftas p6r
él dt; fñ^jgrO V; Ii<^ngi%ár3ánda.
El Autor.
índice.
.1 f: - ,• ' ■ -r •
Eli PRBBÍSTB TRABAJO..... ....■...;..... III
SkSOK éiKjeti. D. tUStó» Corona.'..'. 1 TÉ
A GuADÁbAJÁRA : : XI
CipiTüiiO I.' NQflo Beltnni de Qazn&n.— Conquista de Jr*
Meo.. ... ;... ;:;..;...;.....' .:....:.:;..:'. i
CAP.li. Fandacion de OuadalaJara.->De8cripcl6n del va-
lie..:.; ..::...: : ..: 8
Cap. liL La ciudad «n |oÉ dos primeros siglos de su exis*
tencíai'— La Catedral. ,./, 10
Cap. iV.iSfáy Antonio ÁÍcaIde.--Curío6a tradición*— £l
Hospital de Belem. : . .: . . . ! / 2S
Cap. V. 'Ún la guerra de independencia.— Hidalgo. — I>.'«fo«
Sé de la Cruz.— La Campaña ue Mescala.— Origen de la
"' ■ r. • • - i
Virgen de Zapopan.— Fundación del convento de este
noipbre « * .... * < . . 32
302 oüAdalXjXbá
Cap. YL Vetpau d« 1» independcndA.— PriieStfiíM) 8mi«
ches.-sEl Dr. Veles.— £1 Sr. Obiipo CftbftüM.— ST
Hoepida ; tt
Cap. VII. BKobedoyl» PenitendMÍa 51
Cap. VIIL Primeros ^tios qjoe ktfn bn eiiidad.— d Cóle-
ra. —El Sr. Obispo ArMidA.— D. Joaquin Ángulo.— D.
JeiusL. PorfcUlo 66
Cap. IX. Eo el triunfo de 1* levolncloii de Ayutla.— C^-
monfort— D. SMitoe Degollado.— El teatro Degollado.
-*E10ral.PaR9di....»n ...« es
Oap. X. El Seminario.— Obispos y hombres pcominentee
que en él estttdiaroQ.— Otros estableebnlentos de en*
seftanza en el Estada— D. Justo Corro.— D. Valentín
Qomez Farías.-->D, Kariaao Otero W
Cap. XL Contínda la materia del anterior.— Aclaración
respecto al general Bastamente 70
QAPjteXII. El Sr. Juárez j su gabinete.— Pronunciamiento
de) general D.Antonio Lauda.— Bliguel Crus-Aedo y
Antonio MoUna.— Peligran las vidas de Juares y sus
ministros.— Guillermo Prieto.... ...rf..,. 06
CAP. XIIL Siguen los sitios.— Asesinatos de Blancarte, Pié*
lago y Monaco.— I^a eic)9losÍon d» PaUkOo.— Marques y
GUADALAJIRA 30á
MiiMnon 86 «avail ¿....i....... 10*
CAr.JMT. Pwgrewid^taa Bell^i Artes.— D.. Jesua Gou*
ttlM RuWo.r-D. Cruz Biac&aiuf.— D.Francisco Gonza-
lez Rublo.— D. VictoriMio AcuÜ».— D. Jacobo Giav^z*
D* Gerardo Suarea.— D. FeKpo Castro. 110
CAT» XV. El gtnei^l D. Pedro Ogaw>n.— D. Ignacio L. Va-
tlartot— FasOamiento de un sacerdote.— Convenios de
Fochotitlu,— Kl general D. José liaría Arteaga 12Ú
CAP. XVI. En el imperio.— Los empleados imperiáUstas»—
tiO que tulren los habitantes de Ouadaiajara.— QuieU
waijrtonlo Rojas 1Í2
CiF. tViL Angela Peralta.— Prisión de Ireneo Rtó 140
CiF. XVlIt La Corto Itaídia.— Él cofoífél D.EulOgfoP»»
Ma.— Derrota de los franceses en la Coronilla.— Jalisco
vuelve ál'régimen eonstitucional» primero que nibguil
fistado, debido ftl general Cotona . « «... 150
Oat. XtX. Oti^ ves Fray Antonio Alcalde.— fi) canónigo
t>. Ifaauel Arteága.-^^^ Uteuél Ixpex CotbUk— !>*
Monillo R«drigtie2.— D. Juao Otttleh«z Ma^yen.-^'El
I>r. Ó. Agustín de la Rosa.— 1>. Ignacio Caftedo.— D*
Joié Momar.'-Otiof hembtes cnHtAttvoB en Guada*
laja». » ........I.. M
304 guadalajAbá
Cap. XXL b. Antonio Qomex Cuervo.— la itcíiáilcíoii aiitar-
•1 j^tan jurado.— Estado de \i ciudad entonces.— 13 '
8r. Anóbtspo bt. D. Pedio Loza.— Cáidá ~d<i Oomés
Cuervo 181
Cap. XXII. Las letras en jalisco.— Periodistas y eécritores
• ,1. ' . -f . i .
distinguidos.— D. Ignacio Cumplido. — Doña ^bel
Fjrieto.— í). José M«na TlgiL— D. Ireneo Faz. D. Luis
... I •■» ,•.'■- , . . . . . • • . . ."*_■
Gutiérrez Otero, , .100
•^ . » --
GiP, XXin. Contlnlla la materia del ant^or ....».« 90B
Cap» XXrv. E9 el fQbierno dal Lio.D. iKQftdo.^.Ysllw-
t%. rrl^lmfo en loi eaippot de la <<l|«iJweMu*'— Kl Fa- ^.,
lado del gobierno.— La Biblioteca Púl>ll«a., ... .^ 229
Cap. XXV. D. Jesús L. Camareoa.— El general D. José Ce-
ballos, —Triunfa la revolución de Tuxtepec 248
CAP, XXVI. La Escuela de Artes,— La Indu8tria.-7E1 Co*
»«!<áOjr<5sn«>^«v>9«fdateí|r». ...j^^v..- -t -.-ir— • •• ^^
Antonio L Morolos.— D. Pedro Landftsurí.— Muerte de,,
Lujdoyiep Giraud.— El general Jk FranciKo.Tol«Bi^nQ,.S01
Cip. ^liXVllh . ^ genert^ .corona, jr su adnlolstradov.-^ .
ElMoote.dePiadad.'^Blfeiróebiiilt €tai£]al«|Ara.v^ . &
9tX4e. P. LuitC. Ctti«»l., , 274
GUADÁLAJABA 305
Cap. XXIX. Estodo actual de Ouadalajam.— Sos ttmplofl,
portales, plazas, fuentes, cementerios, hoteles, meso*
nes, fondas, jardines, mercados, paseos, ba^os y vías
de comunicación. ~La cantpanita del correo 289
AsYianNou iMPoaiAKn 296
Erratas y omisiones notables.
Pag. L.
DlGB.
Lbask.
X
IS un corazón
su corazón
20
4 lucernas
luceras (ó claraboyas)
24
10 ojeado
hojeado
45
8 director la obra
director de la obra
45
4 134
1834
56
8 deando
dejando
69
en el lug:ar en que hoy
Eu el lugar en que hoy
está
est&el Liceo de varo-
nes.
72
6 los primeros
los do3 primeros
73
2 precidir
presidir
77
24 sus y con3Íderaoion«f3
sus consideraron es.
83
15 á otro inferior
á otro inferior.'*
90
14 187
1857
91
22 se formaron.
se formarán
92
1 de edad
de eda I ,
92
10 en en esa.
en esa
. 93
11 lutuosa
luctuosa
94
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97
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111 8 Thalía
111 22 e ;lij'.-iastica
117 2 podia
12Ó 10 i>ijar ü pajarito
128 3 foima'naii
188 17 chu//jiaa
155 11 cumi^iirion
183 2 o itr'j oíros I). Jviiio Mj-
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175 . 8 a ;e:^t.iria3
176 8 ]>luma
176 9 No sí.n*i le estos atrihu-
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2)4 11 co:itltA'ño.aa^e3
209 8 lo han
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235 24 e.itiiraá '
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233 5 txnoidk 3 Je Dl-;;e abro
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