FROM THE LIBRARY OF
REV. LOUIS FITZ GERALD BENSON, D. D.
BEQUEATHED BY HIM TO
THE LIBRARY OF
PRINCETON THEOLOGICAL SEMINARY
Scctíoa
HIMNARIO.
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¡n 2015
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HIMNARIO 8 1934 ,
PARA USO DE LA
IGLESIA CRISTIANA ESPAÑOLA.
COLECCIONADO \ IR PARTE COMPUESTO
.ÍUAX B. CABRERA,
Pastor de la Iglesia evangélica del Redentor en Madna,
MADRID.— 1878.
1 M l'R LXTA DE JO.-iÉ C RUZADO,
Galle del Peñón, 7.
La forma del presente Himnario, y los himnos
suscritos por J. B. Cabrera, son propiedad del
mismo.
Queda hecho el depósito que previene la ley.
PREFACIO.
Al dar á luz el presente Himnario , cúmplenos
decir dos palabras á nuestros hermanos en la fe del
Evangelio. Desde que se estableció la libertad reli-
giosa en nuestro país, hemos sentido un vivo deseo
de que las iglesias cristianas españolas tuvieran una
colección de himnos , la más perfecta y abundante
que fuera posible, para su uso en los cultos públi-
cos y de familia. A este deseo respondió nuestra
primera tentativa del año 1871, al publicar en Sevi-
lla el «Himnario para uso de las iglesias evangéli-
cas;» y á este mismo deseo respóndela publicación
del actual. No podemos desconocer que habia mu-
chos defectos en aquel, ni pretendemos tampoco
que éste sea perfecto; pero abrigamos la esperanza
de que nuestros lectores hallarán en el presente al-
gunas mejoras y lo estimarán como un pequeño pro-
greso en este género de libros.
Al dedicarlo á la Iglesia Cristiana Española, de-
seamos: primero, rendir un tributo de ñlial cariño
y gratitud hacia la iglesia que tanto amamos; y se-
gundo, ofrecer una base que pueda servir en su dia
para otro libro mejor y más acabado. Si entre tanto,
ías congregaciones de dicha iglesia, como también
las de otras denominaciones, creen de algún valor
este eusayo y le dispensan el favor de su acepta-
ción, nuestros desvelos quedarán cumplidamente
satisfechos.
Debemos dedicar ahora algunas lineas á los him-
nos que no nos pertenecen y dejar sentada su pro-
cedencia en los casos que nos ha sido dable descu-
brirla.
Primeramente manifestamos nuestro cordial
agradecimiento á los Sres. D. Pedro Castro y don
llamón Bon, por el permiso que con tanto desinte-
rés como espontaneidad nos han concedido de uti-
lizar aquellos de sus himnos que creyéramos ade-
cuados para nuestra colección.
Hemos incluido algunos del Reverendo Joaquín
de Palma, rector de la Iglesia española de Santia-
go en Nueva York, y del Reverendo Cárlos Brans-
by de Bogotá.
También han sido puestas á contribución la «Lira
Sagrada» de D. Mateo Cosido, y la colección de
Mora publicada en Inglaterra por Cárlos Wood.
Los himnos suscritos por R. son de la colección
Sublicada en G-ibraitar por el Reverendo Gr. H.
tule.
Los que llevan las iniciales H. M. son de los pu-
blicados en Buenos Aires el año 1870.
Las letras E. de B. indican la «Estrella de Be-
lén.» periódico ilustrado "que salia á luz años atrás
en los Estados Unidos.
Los que tienen H. R. son de los usados por las
iglesias de Méjico á cargo del Dr. Henry C. Riley.
Los suscritos por Ñ. Y. pertenecen á la magnífica
colección de «Himnos y Cánticos» que acaba de pu-
blicar la Sociedad de Tratados de Nueva York.
Y de los que no llevan firma alguna, la mayor
parte son de los usados en nuestras iglesias de Es-
paña, entre los cuales hay algunos (dicho sea sin
ofensa) de escaso mérito, pero que el uso ha hecho
generales y no hemos creído prudente eliminarlos,
si bien nos hemos tomado la libertad de introducir
en ellos algunas ligeras modificaciones.
De esta manera el presente libro está formado
con himnos de las diversas iglesias que en ambos
mundos elevan á Dios sus cánticos en el bello y
majestuoso idioma español; y puede considerarse
como un vínculo más entre los que aquí y allende
los mares tributamos culto en espíritu y verdad al
Hacedor Supremo, por la mediación de nuestro úni-
co Redentor el Señor Jesucristo, cuya aprobación
y bendición imploramos para esta pequeña obra.
Madrid, Marzo de 1878.
Juan B. Cabrera..
ASUNTOS BE LOS HIMNOS.
Himnos,
I. — Fe 1 al 3
II. — Alabanza 4 » 28
III. — Vida de Jesucristo. ... 29 » 72
IV. — Al Espíritu Samo 73 » 78
V. — A la Trinidad Sacrosanta. . 79 » 84
VI. — La Palabra del Señor. . . 85 » 92
VII. — Exhortación a los pecadores. 93 » 114
VIII. — Arrepentimiento y confianza. 115 » 138
IX. — En la tribulación 139 » 162
X.— La Oración 163 » 169
XI. — Himnos generales de vida cris-
tiana 170 n 242
XII. — Ocasiones especiales:
Pata las diversas horas del dia. 243 » 255
Para el Domingo 256 » 259
Para el dia de Año Nuevo. . 260 » 261
Rogativa* y Acción de gracias. 262 » 267
Plegaria por la patria. . . 268 » 269
Dedicación de Templo. . . . 270 a 271
Pastores, Evangelistas , Mi
siones 272 » 275
Matrimonio 276 » 277
Bautismo 278 » 279
Cena del Señor 280 » 286
Muerte y entierro 287 » 293
Himno de Luí ero 294
Te Deum laudamus. . . . 295
Padre nuestro, Mandamien-
tos, Credo 296 » 298
Fifi del culto. Doxokguu. . 299 »> 300
TEXTOS BÍBLICOS.
El Señor está en su santo templo: ealle
delante de él inda la tierra. — Hab. n. 20.
Me levantaré, é iré á mi padre, y le diré:
Padre, he pecado contra el cielo y contra tí;
ya no soy digno de ser llamado tu hijo. —
Loe. xv. 18, 19.
Jesús dijo: Dejad á los niños, y no les im-
pidáis de venir á mí; porque de los tales es
el reino de los cielos. — Mat. xix. 14.
Y oí una voz del cielo, que me decía: Es-
cribe: Bienaventurados los muertos que de
aquí adelante mueren en el Señor. También
dice el Espíritu, que descansau de sus tra-
bajos.— Apoc. xiv. 13.
El Señor nos bendiga, y nos guarde: el
Señor haga resplandecer sobre nosotros su
rostro, y tenga de nosotros misericordia: el
Señor alce á nosotros su rostro, y ponga en
nosotros paz. — Exo. vi. 24-26.
La gracia del Señor Jesucristo, y el amol-
de Dios, y la participación del Espíritu San-
to, sea con nosotros todos. Amen. — 2.' Corin-
tios, xm. 13.
HIMNÁEIO.
1. Oh Señor, yo no deseo
Tus misterios penetrar;
Yo ta omnipotencia veo,
Y en tu omnipotencia creo:
Nada quiero preguntar.
2. Si tanto amor nos tuviste
Siendo la eterna razón,
Señor, consuelo del triste,
Dame la luz que encendiste
En la santa redención.
3. Dirígeme, sé mi guia
En la densa oscuridad,
Ilumina el alma mia,
Y á ella una chispa envia
De) sol de tu eternidad.
I.— FÉ.
FÉ,
2.'
Señor, en ti yo creo,
Y siempre creeré;
Que brilla dentro el alma
La antorcha de la fé.
Ai cielo ¡cuántas veces
La vista en mi aflicción
Volví, y dulce consuelo
Bajaba al corazón!
Si cuando en torno miro,
No encuentro humano ser .
Que mis dolores pueda
Calmar ni aun comprender,
¿Cómo curar la herida,
Cómo aliviar la cruz,
Si el alma no inundára
De fé la santa luz?
Es grato, si sufrimos
En horas de ansiedad,
Saber que desde el cielo
Nos miras con piedad;
Que cuentas nuestras penas,
Que ves nuestro dolor,
Que escuchas nuestros ayes,
Y en vi as tu favor.
¡Señor, bendito seas,
Bendito veces mil!
Porque si artero el mundo
Su red nos arma hostil,
En nuestro pecho enciendes
La llama de la fé,
FÉ.
Y mundo y red podemos
Hollar con nuestro pié.
5. La fé que al hombre anima,
Tu más precioso don,
Es luz en las tinieblas,
Alivio en la afliciou;
Amparo al desvalido,
Al náufrago salud,
Venero de alegrías,
Cimiento á la virtud.
6. Por eso yo te adoro,
Por eso creo en tí,
De quien dádiva tanta
Sin precio recibí.
Confirma y acrecienta,
Señor, mi humilde fé;
Y cual soy tuyo ahora,
Por siempre lo seré.
1 . l)e Dios el don eterno es siempre cierto,
Por Cristo lo tenemos;
Y si por el momento está encubierto,
Creyendo ya lo vemos.
2. Del cielo hablamos siempre con certeza,
Lo que hay en él sabemos;
Y todo lo que Dios nos dá en promesa,
Creyendo ya lo vemos.
o. Nosotros somos hechos para el ciclo,
J. B. Cabreka.
hn en gloria viviremos:
1
ti.
Ahora el ir allá es nuestro consuelo:
Creyendo ya lo vemos.
4. ¡Oh Dios! tus obras han de conocerse,
Y de ellas gozaremos;
Aquello que sin fé no puede verse,
Creyendo ya lo vemos.
M. Cosido.
1 . Primero, eterno Ser, incomprensible;
Patente y escondido;
Aunque velado en gloria inaccesible,
De todos conocido!
2. Santo Jchová, cuya divina esencia
Adoro, mas no entiendo,
Cuando su influjo y celestial presencia
Dichoso estoy sintiendo!
3. Mientras más te contemplo y con más ánsia
Te sigo, más te alejas;
Y tu bondad inmensa y mi ignorancia
Tan solo ver me dejas.
4. Y ¿cómo, si los cielos de los cielos
No bastan á encerrarle,
De mi flaca razón los tardos vuelos
Llegarán á alcanzarte?
5. Ella s<; pierde en el excelso abismo
II.— ALABANZA.
ALABANZA.
5
De tu luz esplendente,
Y te adora, Señor, por esto mismo
Más ciega y reverente!
6. Que á la osada razón tu lumbre ciega;
Y una voz en mi oido
«Contempla, — dice, — adora, admira y ruega;
Y gózame escondido.»
7. Yo así abismado en tanta maravilla,
Con miedo reverente
Ceso; y humilde inclino la rodilla
Y la devota frente.
J. Mklendez.
O.
1. Al Dios, cuyo poder en cielo y tierra
Sabio y piadoso brilla,
Al que adoran los ángeles postrados.
Dóblese tu rodilla.
2. Canta su nombre y su poder bendice,
Su mandato obedece,
Y aspira ansioso al galardón suave
Que en la gloria te ofrece.
o. No ante un leño de joyas adornado
Dobles la ilusa frente,
Ni en él profanes el excelso nombre
Del Dios omnipotente.
4. Ni el nombre sacro temerario insultes
Con vano juramento,
Si no quieres que postre tu osadía
Destructor escarmiento^
6
ALABANZA.
5, En tu espíritu graba estos preceptos
Como en la piedra dura,
Para que se derramen en tu vida
Torrentes de ventura.
Mora.
1. ¡Santo! Santo! Señor de los cielos!
¿Quién podrá definir tu grandeza?
¿Quién decir tu poder donde empieza.
En qué espacio termina tu acción?
Para tí el infinito es un punto;
Mide el tiempo sus siglos en vano;
Y los orbes que brota tu mano,
Las arenas de un piélago son.
2. Incansable, renuevas de vida
Donde quiera el dichoso atributo;
Para darte el debido tributo
Cada objeto recibe una voz:
Su rugir les has dado á los vientos,
A las aves su canto sonoro,
A los hijos de Adam el tesoro
De una lengua que ensalza á su Dios.
3. ¡Salve! Salve! Señor increado,
Manantial de perpétua delicia,
Centro eterno de paz y justicia,
Fuente y fin de la excelsa virtud!
En tu gran creación, al insecto
Más humilde un amparo previenes.
Cielos, orbes, publiquen tus bienes!
¡Providencia divina, salud!
N. Y.
ALABAMZA.
7
7.
1 . Dios obra por senderos misteriosos
Las maravillas que el mortal contempla:
Sus plantas se deslizan por los mares,
Y atraviesa el espacio en la tormenta.
2. En el abismo de insondables minas,
Con infalible y eternal destreza,
Atesora sus fulgidos designios,
Su soberana voluntad despliega.
3. Nuevo valor cobrad, medrosos santos;
Esas oscuras nubes que os aterran
Derramarán, de compasión preñadas,
Bendiciones sin fin al alma vuestra.
4. No juzguéis al Señor por los sentidos,
Confiad en su gracia que es inmensa:
Y tras de su indignado ceño esconde
Plácida faz que el corazón serena.
5. Ciega incredulidad yerra el camino,
Y su obra en vano adivinar intenta:
Dios es su propio intérprete, y al cabo
Todo lo ha de esplicar al que en él crea.
i. Dios se deleita en contemplar al justo
Que obedece y adora,
Y el corazón dó la virtud humilde
Como en su templo mora.
Mora.
s
.ALABA.NZA.
2. Desde su trono, en esplendor ceñido.
Contempla nuestros males,
Y prodiga al que implora su clemencia
Consuelos celestiales.
3. Desde el sublime alcázar en que reina
Y en que su gloria brilla,
Al abatido, al penitente exalta
Y al orgulloso humilla.
4. Bendiciones envía á quien acata
Su voluntad suprema;
Y al que sus iras y poder arrostra,
Perdición y anatema.
5. Adórele el cristiano en puro celo
Y en amor encendido,
Y penetrado de dolor agudo
Por haberle ofendido.
6. Adore su bondad inagotable
Y su poder inmenso,
No con la pompa de profano rilo,
Ni con fugaz incienso.
7. Adórele en espíritu, y entone
Con fervoroso canto
Reverente loor al Padre, al Hijo,
Y al Espíritu Santo.
i. Cuanto soy y cuanto encierro
Manifiesto es para tí;
Pues tu vista escrutadora,
Oh Señor, penetra en mí.
Moka.
ALABANZA .
9
Si se agita mi conciencia.
Tú percibes su emoción;
Razonar ves á la mente,
Meditar al corazón.
Ves mis dudas ó esperanzas.
Mi sosiego ó mi inquietud,
Mis tristezas ó alegrías,
Mi dolencia ó mi salud.
Y hasta el íntimo deseo
Que en mi pecho se abrigó,
Sin que el labio lo expresara
En tu oido resonó.
Ya despierto ó ya dormido,
Me circunda tu poder;
Y es tu aliento que dá vida
El que aspiro por doquier.
¡Oh gran Dios! cuando contemplo
Tu infinjta perfección,
El asombro llena mi alma,
Se confunde mi razón.
Y oigo un eco en mi conciencia
Que me dice: «Puro sé
En deseos, lengua y obras,
Porque Dios siempre te vé.»
1. La diestra del Excelso
Mostróme su poder:
En la tenaz batalla
Me ha ayudado á vencer.
J. B. Cabrera.
i o
ALABANZA,
Ella me dio la vida,
Y ya no he de morir,
Porque de su excelencia
La gloria he de decir.
2 Cuando me vi afligido
A Jehová clamé,
Y en su enefablc nombre
Tan sólo tuve fe:
El corrigió mis yerros,
Viendo mi corazón,
Y así veré la eterna
Tierra de promisión.
3. A ti, Señor, deseo
Mi canto enderezar;
Sobre mi tosca lira
Elevo mi cantar:
Del polvo levantado
Por tu poder me vi;
Por eso, Dios eterno,
Mi voz levanto á tí.
4. Sólo él del universo
Es la piedra angular.
La redondez del mundo
Es de Jehová el altar.
Cantemos pues su gloria
En plácida canción,
Y nuestras voces lleguen
A la eternal mansión.
1 . ¡Dios santo y fuerte! — Tú por tu Amado
Pe horrible muerte, — ¡Padre y Señor!
ALABANZA.
Nos has librado; — Con él la suerte
Nos has legado. — Tai es tu amor.
2. De tí alcanzamos — Todos los bienes
De que gozamos, — ¡Padre y Señor!
Tú nos detienes — Si tropezamos,
Y nos mantienes. — Tal es tu amor.
3. Siempre fecundo — Tú nos prodigas
Tu amor profundo, — ¡Padre y Señor!
Y tú mitigas — En este mundo
Nuestras fatigas. — Tal es tu amor.
4. Tú nos preservas — De todos males
Y nos conservas, — ¡Padre y Señor!
De tus caudales — Tú nos reservas
Los celestiales. — Tal es tu amor.
5. La gran victoria — Que nos destinas,
Será en memoria, — ¡Padre y Señor!
Por tus doctrinas — Hácia la gloria
Nos encaminas. — Tal es tu amor.
1. ¡Señor, tú eres santo! yo adoro, yo creo:
Tu cielo es un libro de páginas bellas,
Do en noches tranquilas mi símbolo leo
Que escribe tu mano con signos de estrellas.
2. Plegadas de espanto las trémulas alas,
Delante del trono tus ángeles ves.
¿Quién sabe tus glorias? ¿Quién cuenta tus galas,
Si el sol es el polvo que pisan tus piés?
3. El mar á la tierra pregunta tu nombre,
M. Cosido.
12
ALABANZA.
La tierra á las aves que tienden su vuelo;
Las aves lo ignoran, preguntan al hombre;
El hombre lo ignora, pregúntalo al cielo.
4. ¡Señor, tú eres santo! yo te amo, yo espero:
Tus dulces bondades cautivan el alma.
Mi pecho gastaron con diente de acero
Los gustos del mundo vacíos de calma.
5. Son gustos falaces que pasan cual flores,
Efímeras dichas, verdura en las eras.
Ah! dame la vida de dias mejores,
Sin hoy, sin mañana, sin horas ligeras.
6. Concede á mis penas la luz de bonanza,
La paz á mis noches, la paz á mis dias,
Tu amor á mi pecho, tu fé y tu esperanza,
Que es bálsamo puro que al ánima envías.
¡Señor, yo te conozco! La noche azul serena
Me dice desde lejos: «Tu Dios se esconde allí.»
Pero la noche oscura, la de nublados llena,
Me dice más pujante: «Tu Dios se acerca á tí.»
Te acercas, sí; conozco las orlas de tu manto
En esa ardiente nube con que ceñido estás;
El resplandor conozco de tu semblante santo,
Cuando al cruzar al éter, relampagueando vás
J. Arólas.
L
2.
3.
Conozco de tus pasos las invisibles huellas
ALABANZA.
13
Del repentino trueno en el crujiente son;
Las chispas de tu carro conozco en las centellas,
Tu aliento en el rugido del rápido aquilón.
4.
¿Quién ante tí parece? ¿Quién es en tu presencia
Mas que una arista seca, que el aire vá á romper?
Tus ojos son el dia, tu soplo es la existencia;
Tu alfombra el firmamento, la eternidad tu sér.
5.
;Sefíor, yo te conozco! Mi corazón te adora; ■
Mi espíritu de hinojos ante tus piés está:
Pero mi lengua calla, porque mi lengua ignora
Los cánticos que llegan al grande Jehová.
J. Zorrilla.
14.
1 . Dios nuestro apoyo en los pasados siglos,
Nuestra esperanza en afios venideros,
Nuestro refugio en hórrida tormenta,
Y nuestro hogar eterno.
2. Bajo la sombra de tu excelso trono
En dulce paz tus santos residieron.
Tu brazo sólo á defendernos basta,
Y nuestro amparo es cierto.
3. En nuestra vida toda y en la muerte
En tu promesa nuestra fé ponemos;
Y nuestros hijos cantarán gozosos,
Cuando hayamos ya muerto:
4. Dios, nuestro apoyo en los pasados siglos,
14
ALABANZA.
3,
4.
estra esperanza en años venideros,
tú nuestra defensa en esta vida,
Y nuestro hogar eterno.
Proclamen las naciones,
Divulguen ciclo y tierra
Del Dios que adora mi alma
La paternal clemencia.
Levántense a su gloria,
Con resonancia eterna,
De bendición mil himnos
Que llenen las esferas.
Tú eres, mi Dios, tú eres
Misericordia inmensa,
Poder inenarrable,
Fidelidad suprema.
En tanto, ¡gloria! entonen
Los cielos y la tierra,
De bendición mil himnos
Llenando las esferas.
Y en lo interior del alma,
Con voz que él sólo entienda,
Del Bienhechor divino
Bendito el nombre sea.
Mora.,
N. V.
ALABANZA.
16.
Por siempre, Señor, tu nombre
Bendecirá el labio mió:
Proclamaré tus bondades,
Cantaré tu poderío.
Para que el desventurado
Que suerte enemiga hiere,
En tus piedades confie,
En tu protección espere.
Porque tú al humilde exaltas,
Y tú al orgulloso humillas;
Y en uno y otro decreto
Justo y poderoso brillas.
Cántense doquier las glorias
De nuestro Dios, almas justas,
Del que mora omnipotente
En las regiones augustas.
Él la oración no desdeña
Del fiel que su amor implora;
Y nuestros llantos enjuga
Su mano consoladora.
Mora,
Del uno al otro polo,
Oh pueblos y naciones,
Con plácidas canciones
A Dios glorificad;
ALABANZA.
Pues su bondad inmensa
Revela á cada instante,
Para que el hombre cante
Eterna su verdad.
De un siglo en otro siglo
Pasando las edades,
Eternas sus bondades
Sin número serán;
Y sin cambiar en nada,
Nuestros hijos y nietos
De su verdad completos
Los dones gozarán.
Al trono majestuoso
Del Dios omnipotente
Humildes vuestra frente,
Naciones, inclinad.
El es el Sér Supremo,
Señor de cuanto existe;
Y nada al fin resiste
Al grande Jehová.
Del polvo de la tierra
Formónos complacida
Su mano, y diónos vida
Su aliento creador.
Y ai vernos después ciegos
En la maldad sumidos,
Cual padre á hijos queridos
Salud nos proveyó.
ALABANZA.
L7
La gratitud sincera
Nos dictará canciones,
Y en coro dulces sones
Al cielo subirán:
Con los celestes himnos
Armónica alianza
Formando, su alabanza
Doquier resonará.
Señor, á tu palabra
Los mundos obedecen,
Y del mortal perecen
La ciencia y altivez .
Tu amor y verdad solos
En linda habrán menguado,
Después que hayan cesado
Los siglos de correr.
Dad á Dios inmortal alabanza.
Su merced, su verdad nos inunda;
Es su gracia en prodigios fecunda.
Sus mercedes humildes cantad.
Al Señor de señores dad gloria,
licy d<i reyes, poder sin segundo;
Morirán los señores del mundo,
Mas su reino no acaba jamás.
Las naciones vió en vicios sumidas,
Y sintió compasión en su seno;
De prodigios de gracia está lleno.
Sus mercedes humildes cantad.
J. B. Cabrera.
a
18
ALABANZA,
A su pueblo llevó por la mano
A la tierra por él prometida;
Por los siglos sin fin le dá vida,
Y el pecado y la muerte caerán.
3. A su Hijo envió por salvarnos
Del pecado y la muerte inherente.
De prodigios de gracia es torrente.
Sus mercedes humildes cantad.
Por el mundo su mano nos lleva,
Y al celeste descanso nos guia.
Su bondad vivirá eterno dia,
Cuando el mundo no exista ya más.
1. Cantad alegres al Señor, ahora
Que en maravillas se señala tanto,
Un nuevo canto, que en humana lira
Nunca sonára.
2. Con el auxilio de su diestra solo,
Sin más apoyo que su fuerte brazo,
Rompido el lazo de la muerte dura,
3. Triunfa, y glorioso Salvador al orbe
Claro se muestra en inmortal victoria,
Y hace notoria su verdad al ciego
Fiero pagano.
4. La tierra toda á nuestro Dios aclame,
Festivo canto en su recinto suene,
Que el aire llene de alegría, y todo
Mora.
Salva su pueblo.
Júbilo sea.
T. G. Carvajal.
ALABANZA .
19
21.
t. Cantad alegres al Señor,
Mortales todos por doquier;
Servidle siempre con amor,
Obedecedle con placer.
% Con gratitud culto prestad
Al Creador que el ser os dió;
El nombre augusto venerad
Del que cual hijos os amó.
3. Su pueblo somos: salvará
A sus ovejas el Pastor;
Ninguna de ellas faltará,
Si fuere íiel á su Señor.
1. De su promesa el alto don
Pió nos dió y sabrá cumplir;
A nuestra vez el corazón
Démosle puro hasta el morir.
22.
1 . Cantad alegres al Señor divino,
Vosotros todos que habitáis la tierra;
Servidle; con placer, con alegría,
Y entrad con alborozo en su presencia.
2. Y s:»bed (pie <•! Señor es el Dios solo
A quien puede adorar el alma nuestra,
Y es el único Dios, á quien debemos
Culto y honor, amor y reverencia.
20
ALABANZA.
3. Porque fué quien nos hizo, y no nosotros,
Pues sin él nuestro ser la nada fuera;
Y solo de su amor y sus bondades
Tener pudimos vida y existencia.
4. Que somos pueblo suyo y su rebaño,
Que en sus pastos benévolo sustenta.
Venid, pues, todos á ofrecerle gracias
Por beneficios de tan alta esfera.
N. Y.
23.
1. Al Señor nuevo salmo conviene
Cantar que resuene
Hoy con tonos y música nueva;
De sus santos ta iglesia le alabe;
Ningún otro sabe;
Fuera de ella ninguno se atreva.
2. Con su Dueño y autor soberano
Alégrese ufano
Israel, y haga mil regocijos
A su Rey y Señor poderoso
Sion venturoso;
Con placer le festejen sus hijos.
3. Pues también el Señor se complace
Y grato se hace
Con su pueblo, y con él se recrea;
Y por manso y humilde le estima
Y en alto sublima,
Y le dá la salud que desea.
4. Rebosando gloriosa alegría,
ALABANZA.
Los santos un dia
Vivirán en eterna bonanza,
Descansados en paz y serenos,
De males ajenos,
Y entonando por siempre alabanza.
T. G. Carvajal.
24.
Al Rey glorioso de tierra y cielo
Gratos rindamos adoración,
Y celebremos acá en el suelo
Sus maravillas que eternas son.
El nuestro escudo, la fortaleza
Donde radica nuestra salud.
Él oscurece con su belleza
Los resplandores de la virtud.
Ante sus iras el mundo calla,
Cuando enojado por la maldad
Viene en las nubes, y el rayo estalla
Y es su carroza la tempestad.
Cuanto la tierra bueno contiene
En sus entrañas y en su exterior,
Tu poderío creó y sostiene
En benelicio nuestro, oh Señor.
De tus bondades, que son sin cuento,
¿Quién el tesoro podrá apreciar?
Flotan en nubes, [luvias y viento,
Montes y valles, rios y mar.
De humilde barro flacas hechuras,
Corrido habernos del mal en pos;
ALABAN/ A ,
Mas tú te muestras á tus criaturas
Padre amoroso, benigno Dios.
7. Tu amor, cual deben, solo en el cielo
Los serafines saben cantar....
¡Oh! si sus cantos en este suelo
Nos fuera al ménos dado imitar!
J. B. Cabrera.
25.
1. Aquí juntos reunidos
Alabárnoste, Señor:
A tus hijos muy queridos
Les concedes este honor.
Adorarte y alabarte
Sea nuestra ocupación:
Que podamos proclamarte
Dios de nuestra salvación.
2. Siempre seas alabado
Por tu inmensa caridad,
Oh gran Dios, y celebrado
Seas en la eternidad.
Tú, Señor, eres benigno,
Tú perdonas con amor;
he tus hijos tú eres digno
De recibir el loor.
M. Cosido.
ALABANZA
26.
Venid, los que al Señor amáis de veras,
Vuestra alegría y gozo proclamad;
Dadle expresión en cantos armoniosos
Y el trono rodead.
Desterremos los tristes pensamientos,
Desterremos el duelo y el pesar;
La religión no se propuso nunca
Nuestro placer menguar.
Los que nunca á su Dios reconocieron,
Los que él rechace, niegúense á cantar;
Mas los queridos por el Rey del cielo,
Su amor publicarán.
Los hombres de la gracia han descubierto
Que la gloria en la tierra brotó ya.
La esperanza y la fó en la tierra humilde
Pueden sus frutos dar.
La cumbre de Sion sacros productos
Nos brinda y de dulzura sin igual,
Aun ántes de llegar á los coníines
Del campo celestial.
Mil cantos, pues, gozosos entonemos,
Cesemos de gemir y de llorar:
Por los campos de Dios vamos marchando
A la gloria eternal.
Mora.
-2A
AJLABANZA
27
Nunca, Dios mió, cesará mi labio
De bendecirle, de cantar tu gloria;
Porque conservo de tu amor inmenso
Grata memoria.
Cuando perdido en mundanal sendero,
No me cercaba sino niebla oscura,
Tú me miraste, y alumbróme un rayo
De tu luz pura.
Cuando inclinaba mi abatida frente
Del mal obrar el oneroso yugo,
Dulce reposo y eficaz alivio
Darme te plugo.
Cuando los dones malgasté á porfía
Con que á mi alma pródigo adornaste;
«Padre, he pecado,» con dolor te dije,
Y me abrazaste.
Cuando en sus propios méritos fiaba,
Nunca mi pecho con amor latia;
Hoy de amor late, porque en tus bondades
Sólo confia.
Y cuando exhale mi postrer aliento
Para volar á tu eternai presencia,
Cierto hallaré con tu justicia unida
Dulce clemencia.
Oh! nunca, nunca cesará mi labio
De bendecirte, de cantar tu gloria;
Porque conservo de tu amor inmenso
Grata memoria.
J. B. Cabrera,
ALABANZA.
28.
¡Gloria a Dios! porque su gracia
En nosotros abundó,
Y su fiel misericordia
En nosotros se mostró.
¡Gloria á Dios! porque no mira
Nuestra vieja iniquidad,
Mas bondoso nos reviste
De justicia y santidad.
Gloria áDios! que de fé pura
Hinche nuestro corazón,
Y del Hijo que ama tanto
Nos concede el sumo don.
¡Gloria á Dios! que aquí nos une
En perfecta y dulce paz,
Por su diestra protegidos,
Alumbrados por su faz.
¡Gloria á Dios! á quien complace
Recibir nuestra oración,
Nuestros cantos de alabanza,
Nuestra pura adoración.
¡Gloria á Dios! que en abundancia
Sus bendiciones nos da.
Y si esto es en la tierra,
En los cielos ¿qué será?
J. B. Cabrera,
VIDA DE JESUCRISTO.
VIDA DE JESUCRISTO.
Cual bálsamo que mitiga
Tenaz y acerbo dolor,
Es para el alma angustiada
Saber que Dios es amor,
Venero que proporciona
Riquezas de gran valor, .
Es para el alma salvada
Sentir que Dios es amor.
¡Amor el Dios de los cielos!
¡Amor el excelso Rey!
;Amor su invicta potencia!
; Amor su corona y ley!
Palpita, corazón mió,
Gozoso por tanto amor;
Y eleva con tus latidos
Utí cántico en su loor.
Amor bendito, que tienes
De los mortales piedad,
Y en abundancia deparas
Salud á la humanidad!
Por tí desciende á nosotros
El Hijo eterno de Dios,
Y vida y paz y consuelo,
De él descienden en pos.
Por ti los cielos sonríen,
La tierra siente placer....!
VIDA DE JESUCRISTO.
27
Lo que otros siglos no vieron.
Nosotros podemos ver.
Bendice á Dios, alma mía,
Abraza á tu Salvador;
Adórale y testifica
Que es infinito su amor.
Cuando el mundo ciego yace
Olvidando á su Señor,
De los celestiales coros
Resuena la dulce voz:
Gloria sea en las alturas
Al omnipotente I)ios.
No hay ya paz sobre la tierra,
Roto el lazo fraternal;
Solo del hombre en el pecho
Arden codicia y afán;
Mas de Dios los mensajeros
A la tierra anuncian paz.
En su ceguedad el hombre
Quebranta de Dios la ley,
De su voluntad se aparta;
Pero Dios que es Padre fiel,
Perdona al hombre, y demuestra
Buena voluntad por él.
Pues al humano linaje
Con tantas veras amó,
Que i su Unigénito onvi;i.
J. B. Cabrera.
•2s
VIDA DE JESUCRISTO.
Por salvar al pecador,
Sin que al pecador exija
Más que fé y adoración.
5. Bendito, Señor, por siglos
Seas por tanta bondad;
Publiquen tus alabanzas
Nuestros labios sin cesar,
Y disponnos con tu auxilio
Para hacer tu voluntad.
J. B. Cabrera.
31.
1 Venid, pastorcillos, — Venid á adorar
Al Rey de los cielos — Que nacido está.
Sin ricas ofrendas — No temáis llegar,
Que al Niño le agradan — La fé y voluntad.
2. Un rústico techo — Abrigo le dá,
Porcuna un pesebre, — Por templo un portal.
En lecho de pajas — Incógnito está,
Quien vé las estrellas — A sus piés brillar.
3. Hermoso lucero — Le vino á anunciar,
Y mag-os de Oriente — Buscándole van:
Delante se postran — Del Rey de Judá,
De incienso, oro y mira — Tributo le dán.
N. Y.
32.
1 . Suenen dulces himnos, gratos al Señor,
Y óiganse en concierto universal!
VÍDA DE JESUCRISTO.
29
Desde el alto cielo baja el Salvador
Para beneficio del mortal.
Coro. — ¡Gloria! gloria sea á nuestro Dios!
¡Gloria! sí, cantemos á una voz.
Y el cantar de gloria que se oyó en Belén,
Sea nuestro cántico también.
Montes y collados fluyan leche y miel,
Y abundancia esparzan y solaz.
Gócense los pueblos, gócese Israel;
Que á la tierra viene ya la paz. — floro.
Salte, de alegría lleno el corazón,
La abatida y pobre humanidad;
Dios se compadece viendo su aflicción,
Y le muestra buena voluntad. — Coro.
Lata en nuestros pechos noble gratitud
Hacia el que nos brinda redención;
Y á Jesús el Cristo, que nos dá salud,
Tributemos nuestra adoración. — Coro.
One hizo Dios co| bondad suma,
En Judea se consuma,
Y el imperio del mal cesa.
•í. Del seno virgíneo nace
J. B. Cabrera.
I.
Que humilló la idolatría,
Lucen ya más que albo dia
Ráfagas esplendorosas.
2.
Pues ya la inmortal promesa
30
\ 1 1> A DE JESUCRISTO.
La esperanza de la tierra,
En quien nuestro bien se encierra,
En quien Jehová se complace.
4. Nace el Niño que á los hombres
Ha de dar un bien cumplido:
El Justo, el Santo, ei Ungido,
Ei Redentor, son sus nombres.
5. Al que darán testimonio
Gozosos los firmamentos;
El que romperá en fragmentos
Las cadenas del demonio.
6. El que triunfante en la lid
Contra el poder del inlierno,
Fija su dominio eterno
En el trono de David.
1. Oid un son en alta esfera:
«En los cielos gloria á Dios,
Y al mortal paz en la tierra,»
Canta la divina voz.
Con los cielos alabemos
AI eterno Rey, cantemos
A Jesús, á nuestro bien,
Con el coro de Belén.
Canta la divina voz:
«¡En los cielos gloria á Dios!»
2. El Señor de los señores,
El Ungido celestial,
A salvar los pecadores
Mora.
VIDA DE JESUCRISTO.
Bajó al seno virginal.
Loor al Verbo encarnado
En la humanidad velado;
Gloria al Santo de Israel,
Cuyo nombre Emanuel.
Canta la divina voz:
«¡En los cielos gloria á Dios!))
Príncipe de paz eterna,
Gloria á tí, Señor Jesús;
Entregando el alma tierna,
Tú nos traes vida y luz.
Has tu majestad dejado,
Y buscarnos te has dignado;
Para darnos el vivir
A la muerte quieres ir.
Canta la divina voz:
«¡En los cielos gloria á Dios!))
1 . ;Oh gloria indescriptible!
¡Prodigio sin segundo!
Dios mismo viene al mundo
Naciendo de mujer:
Y vemos en sus brazos,
Al seno recogido
Cual niño desvalido,
De ciclo y tierra al lley.
2. ¡Venid, gentes y pueblos,
Venid con alan santo!
No os cause iñudo espanto
La densa lobreguez;
VIDA DE JESUCRISTO.
Pues brotan de esta noche
Divinas claridades,
Que todas las edades
Verán resplandecer.
Venid, que al natalicio
Del Niño dulce y tierno,
Se estremeció el averno
Con todo su poder;
Y coros celestiales
Cantando el nacimiento,
Con jubiloso acento
Nos llaman á Belén.
Mas no en soberbio alcázar
Busquéis al regio infante,
So púrpura brillante
Ni expléndido dosel.
Su cuna es un pesebre,
Sus galas la pobreza,
Sus timbres de nobleza
Olvido de Israel.
¡Oh célico Monarca,
Que tan sin pompa vienes,
Aunque en tus manos tienes
De todo el órbe el ser!
Que siempre nos inspire
Tu santo nacimiento
Feliz desprendimiento,
Modestia y sencillez.
N. Y.
VIDA DE JESUCRISTO .
33
36. .
t . ¡Oh ciudad de David, Belén dichosa,
En tí nos es nacido un Salvador!
Saltad llenas de júbilo, naciones,
Y de coros celestes en unión
Entonad con acordes armoniosos,
¿Gloria al recien nacido Redentor!
2. El Verbo, el unigénito del Padre,
De tierra y ciclos cternal Señor,
Con nuestra carne su Deidad velando,
Entre nosotros á morar bajó;
Del seno puro de una virgen nace:
¡Gloria al recién nacido Redentor!
3. En humilde pesebre recostado
Mirad al Niño, de Justicia Sol;
Su gloria deja y á los hombres viene,
A elevar á los hombres hasta Dios;
Nace, y al hombre de la muerte exime:
¡Gloria al recién nacido Redentor!
4. Su pobreza á los hombres enriquece,
Su humildad nos eleva á grande honor.
Es el Maestro que adoctrina al mundo;
Penetre su enseñanza al corazón.
Y agradecidas canten nuestras lenguas,
¡Gloria al recien nacido Redentor!
J. "B. Cabrera.
VIDA DE JESUCRISTO.
37.
Venid, fieles todos; á Belén marchemas
De gozo triunfantes, henchidos de amor,
Y al Rey de los cielos humilde veremos:
Venid, adoremos á Cristo el Señor.
El que es Hijo eterno del eterno Padre,
Y Dios verdadero que al mundo creó,
Al seno virgíneo bajó de una madre:
Venid, adoremos á Cristo el Señor.
En pobre pesebre yace reclinado,
Al hombre ofreciendo eternal salvación,
El santo Mesías, el Verbo humanado:
Venid, adoremos á Cristo el Señor.
Cantad jubilosas, célicas criaturas;
Resuenen los cielos con vuestra canción:
¡Al Dios bondadoso gloria en las alturas!
Venid, adoremos á Cristo el Señor.
Jesús, celebramos tu bendito nombre
Con himnos solemnes de grato loor;
Por siglos eternos adórete el hombre.
Venid, adoremos á Cristo el Señor.
J. B. Cabrera.
Los heraldos celestiales
Cantan con harpada voz:
¡Gloria al Rey recién nacido,
VIDA DE JESUCRISTO.
Que del cielo descendió!
Paz, misericordia plena,
Franca reconciliación
Entre Dios, tan agraviado,
Y el mortal que le ultrajó.
2. Al potente Rey de reyes,
Eternamente Señor;
Al Ungido, que en lo alto
Se le rinde adoración,
Y ante quien los serafines
Su faz cubren con temor,
Vcdle de mujer nacido,
Refugiado en un mesón.
3. La Divinidad sublime
En la carne se veló;
Ved á Dios morando en carne
Y adorad al Hombre-Dios.
Emanuel, Dios con nosotros,
A la tierra descendió;
Y hecho hombre, con los hombres
Tiene ya su habitación.
4. ¡Salve, Príncipe glorioso
De la paz y del perdón;
Salve á tí, que de Justicia
Eres el divino Sol!
Luz y vida resplandecen
A tu grata aparición,
Y en tus blancas alas traes
La salud al pecador.
5. Nace manso, despojado
De su gloria y esplendor,
Porque no muramos ioioñ
Kn justa condenación;
36
VIDA DE JESUCRISTO.
Nace, sí, para que el hombre
Tenga en él resurrección;
Nace para que renazca
A la vida el pecador.
6. Ven, oh tú de las naciones
Deseado con ardor;
Ven, simiente vencedora
Que Moisés profetizó;
Ven, aplasta la cabeza
Ponzoñosa del dragón
Que el veneno del pecado
En nosotros infiltró.
7. Borra tú la semejanza
Que el primer Adam nos dió;
Y á la tuya, Adam perfecto,
Forma nuestro corazón.
Desde el trono do te sientas
Como Hombre y como Dios,
¡Oh Jesús! pon en nosotros
Tu maravilloso amor.
P. Castro.
39.
1. ¡Cristianos! media noche: hora solemne
En que Dios bajó en hombre trasformado,
Para borrar las manchas del pecado
Y del Padre aplacar así el furor.
2. Se agita lleno de esperanza el mundo,
Porque esta noche un Salvador le diera;
Y libertad arrodillado espera;
¡Nueva feliz! ¡hé aquí ya el Redentor!
vida DE JESUCRISTO.
37
3. Que de la fé la luz ardiente sea
A la cuna del Niño nuestro guia,
Como á los Magos del Oriente un dia
Condujo de la estrella el resplandor.
4. Si por nosotros nace, sufre y muere,
Que nuestra gratitud á Dios mostremos;
De libertad el cántico entonemos:
;Hosana! ¡hosanas mil al Redentor!
J. de Palma,
40.
1. Jesucristo nació pobre
En un mesón de Belén;
Y yo abundancia que sobre
Quiero para mi sosten.
El despreció su riqueza,
Para darme ejemplo á mí;
Yo aborrezco la pobreza...
¡Ay! su lección no aprendí.
2. Mi Jesús no tuvo cuna
Que le pudiera mecer;
Yo persigo la fortuna,
Y la anhelo poseer.
El sufrió necesidades
Para darme ejemplo á mí;
Busco yo comodidades...
¡Ay! su lección no aprendí.
3. Jesús á humildes pastares
Anunció su navidad;
Yo busco do altos señores
VIDA DE JESUCRISTO,
El aplauso y la amistad.
El recibía al pequeño,
Para darme ejemplo á mí;
Al humilde yo desdeño...
;Ay! su lección no aprendí.
4. Jesús desde el alto cielo
Al mundo bajó á morar;
Yo, vil gusano del suelo,
La gloria quiero escalar.
El paciente se humillaba,
Para darme ejemplo á mí;
Yo estimulo á quien me alaba...
¡Ay! su lección no aprendí.
5. Jesús manso y compasivo,
Lleno de amor y bondad;
Yo en mis defectos altivo,
Y en mis obras sin piedad.
El en nacimiento y vida
Fué el modelo para mí;
A imitarle me convida,
Pero yo no le seguí.
6. No te seguí, Jesús mió,
Aunque supe tu lección,
Porque el carnal poderío
Siente aun mi corazón.
Da á mi deseo eficacia,
Da fortaleza á mi fé,
Ayúdame con tu gracia,
Señor, y te imitaré.
J. B. Cabrera.
Vil' a DE JESUCRISTO ♦
41.
La antigua ley fenece
De la circuncisión,
Cuando el Cristo hace su pacto
Con el fiel corazón.
Mas ántes se sujeta
Con heroica humildad
A la ley, obedeciendo
De Dios la voluntad.
Su tierno infantil cuerpo
No rehuye el dolor,
Y á derramar se apresura
Su sangre con amor.
Y á costa de esc precio
El Niño cclesti.il
Jesús recibe por nombre,
Pues cura nuestro mal
Jesús, Señor divino,
Sé nuestra salvación;
Y tuyo sea el afecto
De nuestro corazón;
Mirad al celeste Niño
En los brazos de María,
Y cómo la virgen madre
A su pecho le aproxima.
J. B. Oabkeka.
40
2.
3.
o.
6.
VIDA DE JESUCRISTO.
¿Por qué con tiernos vagidos
Corresponde á las' caricias,
Y el corazón atribula
De su madre dolorida?
¡Ay! como á hijo del hombre
La ley mosáica le aplican;
Y el que nació sin pecado.
Humilde se circuncida.
¡Tan tierno, y ya sufre tanto!
Para ser ejemplo y guia
Del hombre que no obedece
A la voluntad divina.
; Jesús mió! si mi orgullo.
Pensando en tí, no se humilla.
Lléname de santa gracia
Y mi soberbia domina.
Limpíame de trasgresiones,
Mi corazón circuncida
De todo afecto mundano,
De toda ambición impía.
Y solo tu nombre alabe.
Y solo á tu causa sirva,
Y solo por tí suspire,
Y solo contigo viva.
De entre las ciudades todas
La más noble es Betlehem,
Pues de ella salió el Caudillo
Que gobierna á Israel.
J. JB. CáBBKBA
VIDA DE JESUCRISTO.
Lúcida estrella en Oriente
Da á la tierra el parabién,
Y publica que humanado
Ya su Dios se deja ver.
Á su cuna van los sabios
Ricos dones á ofrecer;
Comino y dones que prueban
Reconocimiento y fé.
El incienso á Dios proclama.
El oro se ofrece al Rey,
Y la mirra indica al Hombre
Que ha venido á padecer.
¡Mi Jesús, mi Dios, mi hermano.
Mi Soberano, mi bien!
Aunque pobres, yo mis dones
Quiero afrecerte á mi vez.
Mi corazón te dedico,
La prenda de más valer;
De mi oración el perfume,
Mis sufrimientos también.
Y en la vida y en la muerte
Todo tuyo quiero ser;
Pues tü reinas con el Padre
Y el Espíritu. Amen.
Jerusalem! despierta,
Tu Salvador ya vino;
\ vanza en su camino,
Tocando esté á tu ptierta
42
2,
.3.
4.
L.
2.
3.
VIDA DE JESUCRISTO.
Despierta; en alegría
Conviértanse tus penas;
Arroja tus cadenas;
Sion, este es tu dia.
Que el júbilo en rumores
Se eleve raudo al cielo:
Cubran el campo y suelo
La púrpura y las flores.
Agítense las palmas,
La música resuene,
Que libres á hacer viene
El Redentor las almas.
¿Del madero tú, amor mió,
Pendes próximo á morir?
¿Y te miro yo, y no muero?
¿Cómo puedo aun vivir?
O no conozco tu amor,
O no comprendo mi error.
Ignorára que mis culpas
Te colocan en la cruz,
Si tu gracia no inundara
Mi conciencia con tu luz;
Mas desde que tengo fé,
Oh Señor, todo lo sé.
Sé que son mis trasgresiones
Quien te azota sin piedad;
Quien tu rostro abofetea
vH)A DE JESUCRISTO,
Es mi impune iniquidad;
Y mi orgullo y altivez
Quien le pone en desnudez.
Sé que son mis malas obras
Quien tus manos traspasó;
Y mis vanos pensamientos
Quien tus sienes taladró;
Y el haber yo sido infiel,
Quien te obliga á beber hiél.
Sé también que, aunque soy nada,
Me amas con tan fuerte amor,
Que por mí viertes tu sangre,
Para ser mi Redentor:
Sé que gravan sobre ti
Las iras que merecí.
Sé que está Dios satisfecho
Con tu sagrada pasión;
Sé que para mis pecados
Tengo el más ámplio perdón!
Porque me aclara tu luz
El misterio de la cruz.
Voz de amor y de clemencia
En el Gólgota sonó;
Y al oiría, con violencia
El Calvario retembló.
«Consumado es,»
Fué La voz que ,lesus di<V
J. 13. Cabrera..
i J VÍDA DE JESUCRISTO.
2. Voz de escarnio y de ironía
Vil pronuncia el hombre audaz,
Mientras Cristo en su agonía
Hace al sol nublar su faz.
«Consumado es,»
Fué la voz de un Dios veraz.
3. Entre angustias y dolores
Sin amparo se encontró
El Señor de los señores,
El que al débil amparó.
Consumado es;
Y su espíritu entregó.
4. La promesa es consumada
Que hizo al hombre Jehová;
De la sierpe, quebrantada
La cabeza queda ya.
Consumado es
Cuanto ai hombre salud dá.
5. Ya el infierno está vencido,
Y la muerte es sin horror
Para el hombre redimido
Que confia en su Señor.
Consumado es .
El rescate del amor.
6. El inmenso beneficio
Que operó la caridad,
El cruento sacrificio
Que expió nuestra maldad,
Consumado es.
¡Hombres, creed y esperad!
J. B Cabrera.
VIDA DE JESUCRISTO.
45
47.
1 . Tus palabras postreras
Mi salvación serán,
Promesas duraderas
Que aliento al alma dán.
2. Mi dolor haz que acabe
Con tu última oración;
Di: «Lo que hace no sabe,
Dale, Padre, el perdón.»
3. Como á aquel reo amigo,
Díme, Jesús, también:
«Hoy estarás conmigo
En el celeste Edén.»
4. Cual tú al Padre, levanto
Mi humilde y débil voz:
«iAy! ¿por qué en mi quebranto
Me abandonas, oh Dios?»
5. Cuando sin tí me aflijo,
Tu palabra diré:
«Madre, hé ahí tu hijo;
Hijo, á tu madre vé.»
6. Solo tu nombre aclamo,
Ampárame, Señor;
«Tengo sed,» yo me inflamo
Sediento de tu amor.
7. Cuando yo esté muñendo,
Recuérdame tu voz:
«Mi espíritu encomiendo
\ ti, mi Padre y Dios
VIDA DE JESUCRISTO.
Y al partir á tu lado
Repita, ;oh buen Jesús!
«Todo está consumado,»
Tal como tú en la cruz.
Oid cual ruega al Padre
El clemente Jesús
Por los que le sujetan
A la afrentosa cruz.
uNo saben lo que hacen;
Oh Padre, da el perdón.»
Tal la víctima dice,
Ardiendo en sacro amor.
Apenas se arrepiente
El pobre malhechor,
Escucha que ha alcanzado
La eterna salvación.
Así Jesús lo expresa:
«Yo te digo en verdad,
Que en la mansión de gloria
Hoy conmigo serás.»
De angustia el alma llena,
Cubierto de aflicción,
Jesús eleva al Padre
La dolorida voz:
«¿Por qué me desamparas
Por qué, Dios mió, así?»
Y espera resignado
De su pasión el fin.
De su querida niadiv
VIDA DE JESUCRISTO.
47
Despídese al morir,
Diciéndole: «Tu hijo,
Hélo, mujer, ahí.»
Y al discípulo amado
Que la acompaña fiel
Encárgale: á mi madre
«Por madre tuya ten.»
5. En medio la agonía
Larga, acerba y cruel,
Abrasados los labios,
Esclama: «Tengo sed.»
Divino amor le inflama,
Sed tiene de sufrir;
Que sólo así a los hombres
Le es dado redimir.
0. Los ángeles se cubren
Su rostro con dolor,
Mientras sigue la ira
De aquel pueblo feroz.
Y el Redentor divino
Con moribunda voz,
«Oh Padre, te encomiendo
Mi espíritu,» exclamó.
7. El cruento sacrificio
Hecho sola una vez,
Termina; y Jesús dice:
«Ya consumado es.»
Tembló el averno, y rota
Quedó la esclavitud;
Y recibió gozoso
El hombre la salud.
3, Con azotes, y espinas,
Con clavos, lanza y cruz,
VIDA DE JESUCRISTO..
Obró nuestro rescate
El Dios-Hombre Jesús.
El solo el Medianero
Es entre el hombre y Dios;
Pero del hombre exije
Fé, esperanza, amor.
Al pié de la cruz llorando
La madre estaba, mirando
Clavado al hijo y Señor;
Pues su alma dolorida,
Contristada y afligida,
Una espada atravesó.
¡Oh cuán triste y angustiada
Fué la bienaventurada,
La madre del Redentor;
Que tierna se condolía,
Mientras piadosa veia
De su hijo la pasión!
Lágrimas ¿quién no vertiera,
Si á María visto hubiera
En angustia tan cruel?
¿Quién no se contristaría,
Contemplando cuál sentía
De su hijo el padecer?
Vio á Jesús, por el pecado
!)c su pueblo despreciado
Y azotado con furor;
Yióle desnudo y sufriendo.
J. B. Cabrera.
VIDA DE JESUCRISTO.
19
Desamparado muriendo,
Hasta que el alma entregó.
¡Oh Jesús, fuente de amores!
Haz que sienta tus dolores,
Para llorar yo también;
Que mi corazón se inflame,
Para que sin cesar te ame,
Y te sirva siempre fiel.
¡Rostro divino — Ensangrentado,
Cuerpo llagado — Para mi bien!
Calma benigno — Justos enojos;
Lloren los ojos — Que así te ven.
Manos preciosas — Tan lastimadas,
Por mí clavadas — En una cruz;
En este valle — Sean mi guia,
Y mi alegría, — Mi norte y luz.
Bello costado, — En cuya herida
Gustó la vida — La humanidad;
Fuente amorosa— De un Dios elemente,
Voz elocuente — De caridad.
Tus pies heridos, — Jesús paciente,
Yo indiferente — Los taladré;
Y arrepentido, — Porque te adoro,
Perdón imploro: — Señor, pequé.
Crucificado — En un madero,
Manso Cordero, — Mucres por mí.
J. B. CABRERA.
VIDA DE JESUCRISTO.
Por eso el alma — Triste y llorosa
Suspira ansiosa — Morir por ti.
M. Mavíllard.
; Dulces momentos consoladores,
Los que me paro junto á la cruz!
Allí sufriendo crueles dolores
Veo al amigo de pecadores,
Cristo Jesús.
Veo sus brazos de amor abiertos
Que me convidan á ir á El;
Y haciendo suyos mis desaciertos,
Por mí sus labios ya casi yertos
De sus heridas la viva fuente
De pura sangre veo manar;
Y salpicando mi impura frente,
La infame nota de delincuente
Oigo álos necios decir, «no pudo,
Salvando á otros, salvarse á sí.»
Y esclamo, «Cristo, yo te saludo;
Porque en tu muerte vida, no dudo,
Veo su angustia ya terminada,
Hecha la ofrenda de expiación,
Su noble frente mustia, inclinada;
Y quedo cierto que es consumada
Gustan la hiél.
Logra borrar.
Hay para mi.»
Mi redención.
VIDA DE JESUCRISTO.
51
¡Dulces momentos, ricos en dones
De paz y gracia, de vida y luz!
Sólo hay consuelos y bendiciones
Que satisfagan los corazones,
Junto á la cruz.
Yo escucho, buen Jesus,
Tu dulce voz de amor
Que desde el árbol de la cruz
Invita al pecador.
— Yo soy pecador,
Nada hay bueno en nn:
Ser objeto de tu amor
Deseo, y vengo á ti.
Tú ofreces el perdón
A toda iniquidad,
Si el llanto inunda el corazón
Que acude á tu piedad.
—Yo soy pecador,
Ten de mí piedad,
Dame llanto de dolor,
Y borra mi maldad.
Tii ofreces aumentar
La fé del que creyó,
Y gracia sobre gracia dar
A quien en tí esperó.
— Creo en tí, Señor,
Sólo espero en tí
Dame tu infinito amor
Y basta para mi.
J. B. Cabrera
J. J3. ' ABREUA.
vida de Jesucristo,
53.
1 . Vida hay por mirar al Cordero inmolado;
Vida puedes ahora tener:
Mira pues, pecador, mira á Aquel (y sé salvo
Que en el leño suspendido fué.
2. Solo expía la sangre el pecado del alma,
No el contrito gemir ni el orar:
En Aquel que la suya vertiera, dercarga
Todo el peso de tu iniquidad.
3. ¿En la cruz sus terribles angustias has visto?
¿Has oido su intenso clamor?
Si pues El de la ira el rigor ha sufrido,
¿Se te puede negar el perdón?
4. Hemos sido sanados por sus cardenales;
Y hecho nuestra justicia El quedó:
El te manda vestir el celeste ropaje;
¿Dónde hay otra gala mejor?
5. De tu buena acogida no dudes; Dios mismo
Que hecho está todo ya, declaró:
Que en el tiempo postrero una vez ha venido,
Y la obra empezada acabó.
6. Con placer pues acepta la vida al momento
Que Jesús, tu justicia, te da:
Y pues El vive siempre, conoce por cierto
Que no puedes morir tú jamás.
7. Vida hay por mirar al Cordero inmolado;
Vida puedes ahora tener:
Mira pues, pecador, mírale, y serás salvo,
Y serás puro y limpio cual El.
3 . B. Cabrera.
VIDA DE JESUCRISTO.
53
54.
1. De la cruz en que dignóse
Nuestro Salvador morir,
¿Qué dulces voces escucho,
Que llegan aún hasta mí?
«Completóse el rescate del amor:
Ven, bienvenido ven; ven, pecador.»
2. «Salpicado en sangre el trono,
No te agravan culpas ya.
Descansa en mi cuerpo herido;
La deuda pagada está.
Besa postrado al Hijo del Señor.
Ven, bienvenido ven; ven, pecador.»
3. «Para tí se abre el convite,
Pródigo en manjares mil;
Te abraza el Padre y devuelve
Pura inocencia infantil.
Ya no te alejarás de tu Señor:
Ven, bienvenido ven; ven, pecador. »
4. Pronto acabarán tus dias;
Yo á recogerte vendré,
Y á mansión de paz eterna
Tu espíritu llevaré.
A 1 hogar celestial de tu Señor
Ven, bienvenido ven; ven, pecador.»
Moka.
54 VIDA DE JESUCRISTO/
55.
1 . Adam de la tierra probando
El fruto del árbol de ciencia,
La muerte nos dió por herencia
Y esclavos nos hizo del mal.
El Rey de los cielos, cual fruto
Del árbol de amor, nos convida;
La pátria nos vuelve y la vida,
Por padre al Eterno nos da.
2. Del áspero leño en los brazos
Bañadas en sangre se ostentan
Las manos que al orbe sustentan,
Las manos que rigen al sol.
Allí entre gemidos se ahoga
La voz que á la nada fecunda,
Velada por sombra profunda
La luz de la gloria de Dios.
3. Tú espiras, ¡Autor de la vida!
La muerte contigo se ensaña;
Mas rota quedó su guadaña
Al darte su golpe cruel.
Subiendo á tu trono sangriento
Su trono por siempre derrumbas...
Los muertos rompiendo sus tumbas,
Recogen tu aliento postrer.
4. Te acaten pasando los siglos,
Y tú los presidas inmoble;
Y toda rodilla se doble
Al pié de tu eterno vigor.
Los cielos, la tierra, el abismo,
Se inclinen si suena tu nombre,
VIDA DE JESUCRISTO.
;Tú ostentas á Dios hecho hombre!
;Tu elevas al hombre hasta Dios!
N. Y.
En la cruz mi pecado
Vi cargar á Jesús,
Y por eso he buscado
La paz en esa cruz.
Mi culpa él ha lavad.»
Sobre el lefio al morir,
V vi del lefio amado
La paz con Dios surgir.
Yo leo en el madero
Mi culpa y mi perdón,
Que inmolado el Cordero
Fué por mi salvación.
Ningún mérito mió
De nada servirá:
Solo en la cruz con lio
Do mi rescate está.
A ella mi alma corre
En horas de dolor;
Que es ella eterna torre,
Refugio al pecador.
Ella es quien me defiende
Ella me da el laurel;
Que por salvarme pende
De ella el Cordero fiel
Junto á la cruz tranquilo
Deseo descansar,
Hasta que al sumo asilo
VIDA DE JESUCRISTO,
Pueda el alma volar.
Y entonces reclinado
En brazos de Jesús,
Ya libre de pecado
Celebraré su cruz.
La víctima fenece,
Espira el Salvador;
El Hijo de Dios muere
Con muerte de traidor.
Naturaleza rug-e
Con ira celestial,
Al ver al Enviado
Morir cual criminal.
Mientra en el mundo estuvo,
Ni una sonrisa halló;
Consuelo, amor y pátria
El hombre le negó.
El predicó no obstante
De Dios la caridad,
El perdón y la gracia
Por su excelsa bondad.
Al ver sobre el madero
A nuestro Salvador,
Lo demás todo es vano,
Solo El tiene valor.
El nos lavó en su sangre;
Jurémosle amor fiel:
De Dios hijos nos hizo,
Y herederos con EL
VIDA DE JESUCRISTO.
57
58.
1 . De su trono mi Jesús
A morir aquí bajó,
Y clavado en la vil cruz
Mis pecados expió.
Coro. — Por mi Jesús dió
Vida preciosa;
Mis culpas expió
Con muerte penosa.
2. Bien me quiere el Salvador
Que sufrió por mi maldad;
Te bendigo, mi Señor,
Reconozco tu bondad. — Coro.
3. Guarda fiel mi corazón
Tú que en vela estás por mí;
Y haz que en tierna devoción
Viva yo siempre por tí.— Coro.
E. DK B.
59.
1 . Allá arriba en la cumbre del Gólgota
Mira enhiesta, alma mia, la cruz,
Afrentoso y horrible patíbulo
Donde muere inocente Jesús.
Palidece á su vista el empíreo,
Triste apaga hasta el sol su esplendor,
Y aun las rocas más duras hendiéndose
Acompañan del Cristo el dolor.
8
VIDA DE JESUCRISTO."
^Sólo tú, alma mia, sin lágrimas?
¿Solo tú cuál tenaz pedernal?
¿Sólo tú ciega, imbécil, indómita,
Sin prever tu ruina cternal...?
De mi Padre y buen Dios, hijo pródigo
Sin cariño ni amor, me aparté;
Y del vicio en las sendas ¡ay mísero!
Con hidrópico afán caminé.
Pobre ahora, desnudo é inválido,
Abatiendo. mi frente el rubor,
¿Resta fuera del llanto otro bálsamo
Que mitigue mi acerbo dolor?
;Ay! mis obras son vanas y estériles;
Arbol malo buen fruto no dá.
¿Cómo, pues, satisfago mi débito?
¿Quién propicio á mi Dios tornará?
No yo, nó: solo tú, sacra víctima
De infinito y eterno valor;
Tú que pendes clavado y exánime
En lugar de este vil pecador.
Tú expiaste, Cordero sin mácula,
Los pecados que yo cometí.
La justicia eternal del Altísimo
Quedó ya satisfecha por tí.
De mi justa sentencia la cédula
Es contigo clavada en la cruz,
Y tu sangre ha borrado sus cláusulas:
Libre soy; tú me salvas, Jesús.
Tu holocausto es al Padre gratísimo;
El en tí se complace, lo sé.
Tú me fias: por él sin obstáculo
Yo también aceptado seré.
J. B. Cabrera.
VIDA DE JESUCRISTO.
59
60.
1 . Mirad en la cruz clavado
A Jesús el Salvador;
Ved qué prueba nos ha dado
De su celestial amor.
2. A la tierra sus gemidos
Hicieron estremecer,
Y los muertos, revividos,
De muchos se hicieron ver.
3. Por cumplir nuestro rescate
El su sangre derramó,
Y muriendo en el combate
A la muerte destruyó.
4. En sus cárceles la muerte
No le pudo retener,
Que Jesús con mano fuerte
Aniquiló su poder.
5. Alabemos al Cordero
Que nos ama y nos amó,
Y muriendo en un madero
Nuestra vida rescató.
6. A Jesús sea la gloria,
El honor y todo bien;
Sea eterna su memoria
Por siglos sin fin. Amen.
VIDA DE JESUCRISTO.
61.
El Señor resucitó,
Muerte y sepulcro venció;
Con su poder y virtud
Cautivó la esclavitud. — Aleluya!
El que al polvo se humilló,
Triunfante se levantó;
Y hoy canta la cristiandad
Su gloriosa majestad. — Aleluya!
El que abatido sufrió
Y en desamparo se vió,
Hoy en gloria celestial
Reina vivo é inmortal. — Aleluya!
El que su vida entregó,
El que así nos redimió,
Es el Cordero pascual
Que remedia nuestro mal. — Aleluya!
Hoy está al lado de Dios,
Y allí escucha nuestra voz;
Por nosotros rogará,
Con su amor nos salvará. — Aleluya!
Jesús, nuestro Salvador,
De la muerte triunfador,
Haznos en tí confiar;
Y cantemos sin cesar: — Aleluya!
J. B. Cabrera.
VIDA DE JESUCRISTO.
61
62.
1. Jesús vive! ya no más
Causará la muerte pena.
Jesús vive! desde aquí
Ya el sepulcro no encadena. — Aleluya!
2. Jesús vive! ya el morir
Es volar al alio cielo:
Este nos alentará
Al abandonar el suelo. — Aleluya!
3. Jesús vive! aunque murió,
Alcanzó triunfal victoria;
En ella parte nos dá,
Demos pues á Jesús gloria. — Aleluya!
4. Jesús vive! el corazón
Sabe bien que él es su suerte:
Jamás nos separarán
De su amor, vida ni muerte. — Aleluya!
5. Jesús viv<;! de esplendor
En trono eterna] sentado;
Y á sus pies por escabel
Dios el mundo ha colocado. — Aleluya!
H. Jesús vive! si para él
Vivimos acá en el suelo,
Con él podremos reinar
Para siempre allá en el cíete. — Aleluya!
J. B. Cabrbea.
62
VIDA DE JESUCRISTO.
63.
1. Unidos en espíritu
Al coro celestial,
Cantemos con los ángeles
Un cántico triunfal:
Y si vertimos lágrimas
Al frente de la cruz,
Rebose hoy el júbilo,
Pues vive el buen Jesús.
2. Lo que en el triste 6ólgotha
Derrota pareció,
En el sellado túmulo
Triunfo se mostró.
Vencido está ya el báratro,
Menguado su poder;
Y no el mortal su súbdito
De hoy más habrá de ser.
3. Del Moria allá en la cúspide
Se obró la salvación,
Allí se ostenta el lábaro
De nuestra redención;
Y sueltos ya los vínculos
De la mortalidad,
La tumba abierta es símbolo
De nuestra libertad.
4. ¿Dó están, hades tiránico,
Tus glorias y blasón?
¿Quién teme de tu cólera,
Oh muerte, el aguijón?
El Hijo del Altísimo
Triunfó por su Israel,
VIDA DE JESUCRISTO,
63
Y en la victoria incólumes
Somos también por él.
5. Jesús, de gloria Príncipe,
Autor de nuestra paz,
Dirígenos benévolo
Tu explendorosa faz;
Y acepta el dulce cántico
De nuestra gratitud,
Por tu valiosa dádiva
De la clernal salud.
¿Y dejas , Pastor santo,
Tu grey en este valle hondo, oscuro,
Con soledad y llanto;
Y tú, rompiendo el puro
Aire, te vas al inmortal seguro?
Los antes bien hadados
Y los ahora tristes y afligidos,
A tus pechos criados,
De tí desposeídos,
¿A dó convertirán ya sus sentidos?
¿Qué mirarán los ojos
Que vieron de tu rostro la hermosura,
Que no les sea enojos?
Quien oyó tu dulzura,
¿Qué no tendrá por sordo y desventura?
Aqueste mar turbado,
¿Quién le pondrá ya (reno? ¿Quién concierto
J. B. Cabrera..
64 VIDA DE JESUCRISTO.
Al viento fiero airado?
Estando tú cubierto,
¿Qué norte guiará la nave del puerto?
5. ¡Ay! nube envidiosa
Aun de este breve gozo, ¿qué te aquejas?
¿Dó vuelas presurosa?
¡Cuán rica tú te alejas!
¡Cuán pobres y cuán ciegos, ¡ay! nos dejas;
Fray Luis de León.
65.
1. Jesús bendito, ya no más
En tierra te verán,
Hasta aquel dia que á tu faz
Los orbes huirán.
2. Miradle, cielos, y admitid
Su carro triunfal;
Al Rey eterno recibid
Que vuelve ya inmortal.
3. El de la muerte es vencedor
Y torna á su mansión;
Es vuestro Rey, y es el autor
De nuestra salvación.
4. Vendrá otra vez para cumplir
Lo que nos prometió:
Los justos ha de conducir
Por donde él mismo entró.
5. Los redimidos entrarán
Con él en sociedad;
YiDA DE JESUCRISTO. 65
Y en paz y gloria reinarán
En la inmortalidad.
R.
66.
1. Sube á los cielos, Redentor divino,
Tú que á la tierra por mi amor bajaste,
Y sufriendo mil penas, el camino
Que á tu reino conduce, me ensenaste.
2. Sube a los cielos, triunfador glorioso,
Y á la diestra del Padre toma asiento;
Y da á tu humanidad gloria y reposo,
Yaque el mundo le dió penas sin cuento.
3. Y deslumhrando con preciosas galas,
Alábente tus ángeles en coro,
Raudos batiendo las sonantes alas,
Himnos cantando con sus arpas de oro.
4. Mas tus hijos sin tí, Señor eterno,
¿Dónde hallarán consuelo en su amargura,
Si en contra suya se agitó el averno,
Y á par el mundo entero se conjura?
5. ¡Ah! los que vieron rotas las cadenas
Que á dura esclavitud les sujetaban.
No pueden ver al Redentor, apenas
Su cautiverio y su penar acaban.
6. Mas tú oirás su fervoroso ruego,
Que eres padre de amor y de clemencia;
Y bajará tu Espíritu cual fuego
Que lo^re reanimarles en tu ausencia,
5
66
VIDA DE JESUCRISTO.
7. Y con su inspiración fortalecidos
Los que moramos en el triste suelo,
Podremos á tus ángeles unidos
Adorarte sin fin allá en el cielo.
1. Señor, cuando á los cielos ascendiste
A prepararnos eternal mansión,
A tu esposa la Iglesia concediste
En arras de tu amor tu bendición.
2. Con estruendo de raudo torbellino,
Heraldo de tu santa voluntad,
Le enviaste el Espíritu divino,
Que habia de enseñar toda verdad.
3. Con la celeste llama enardecidos,
Tus apóstoles salen sin temor,
Y anuncian á los hombres aturdidos
La fé en el despreciado Salvador.
4. Miles y miles con oido atento
Escuchan el mensaje de la paz;
Y al ver del vaticinio el cumplimiento,
A tí convierten la contrita faz.
5. El Evangelio por doquier resuena,
Y es recibida por doquier tu cruz;
La Iglesia se propaga, crece, y llena
El universo de esplendente luz.
6. A tus hijos, Seíior, en este dia
Llena de paz, de gozo y santidad;
J. B. Cabrera.
VIDA DE JESUCRISTO.
Y tú Espíritu Santo nos cnvia,
Que nos confirme en toda la verdad.
J. B. Cabrera.
68.
1. Allá lejos del suelo,
En las regiones fúlgidas del cielo,
Y hasta eldia del juicio,
A la diestra del Padre está sentado
Quien por los malos fué sacrificado.
2. Y por sus hijos que ama
A Dios excelso de continuo clama,
Para que sus pecados
Pío perdone y su maldad que es mucha;
Y Dios clemente su plegaria escucha.
J. de Palma.
69.
L Ya consumada su mortal carrera
En holocausto de infinito amor,
Subió á los cielos y glorioso vive
El Salvador.
2. Vive á la diestra del eterno Padre,
Que dulcemente se complace en él;
Y allí intercede por sus hijos lodos,
Mediador fiel.
3. En tierra y ciclos el poder le es dado,
Esto ásus hijos declaró al subir;
VIDA DE JESUCRISTO.
Lo que á su iglesia prometido tiene,
Sobre su trono de esplendor sentado
El alma siempre con amor le ve;
Que entre nosotros y Jesús no hay nube
Para la fé.
Verbo divino, que ensalzado reinas,
Y nos preparas celestial mansión;
Ténnos por hijos, y benigno escucha
En esta oscura terrenal morada
Tú nuestro amparo, nuestro guia sé;
Hasta que en gloria la visión eterna
Supla á la fé.
J. B Cabrera.
¡Oh Jesús, Señor del cielo!
En tu ausencia como errantes
Caminamos en verdad;
Mas hallamos el consuelo
En los dones abundantes
De tu liberalidad.
Aunque ausente, siempre habitas
Con los tuyos en la tierra,
Del Espíritu en unión;
Y á los goces nos invitas
De lo que tu gloria encierra
En la célica mansión.
Tú, según tu fiel promesa.
Sabe cumplir.
Nuestra oración.
VIDA PE JESUCRISTO, 69
Nos reservas las inoradas
Que en los siglos durarán:
Recostados á tu mesa
En el sitio que preparas
Los creyentes gozarán.
4. Por nosotros intercedes
Con funciones de Abogado
Y de Sacrificados
De tu Padre las mercedes
Por los tuyos has logrado,
Y su paternal favor.
5. Grandes son las bendiciones
Que del Padre nos alcanzas
Con la gracia y la salud:
Y así en nuestras reuniones
Entonamos alabanzas
Celebrando tu virtud.
6. Mientras que dure tu ausencia
Tomarás á los finados,
Y á los vivos harás bien;
Y después con tu potencia.
De este mundo arrebatados,
Nos recogerás también.
7. En la hora prefijada,
Cuando el tiempo esté cumplido,
A la Iglesia tomarás;
Y con ella, por tí horn ada,
Para siempre estando unido,
Victorioso volverás.
M. Cosido.
VIDA DE JESUCRISTO,
71.
Jesús ha de reinar mientras el mundo
Alumbre el sol en su eternal carrera.
Se extenderá su imperio á toda orilla,
Y abarcará por ftn toda la tierra.
Por él se harán plegarías incesantes,
Que serán cual corona á su cabeza;
Su nombre subirá como un perfume
A la mansión donde por siempre reina.
Relatará su amor en dulce canto
Toda nación en toda humana lengua;
Será alabar sus pródigas mercedes
Primer esfuerzo de la infancia tierna.
Donde él está la bendición abunda,
El preso rompe su cruel cadena,
Come el hambriento, duerme el afligido,
Descanso eterno el fatigado encuentra.
La maldición, la muerte desparecen
Donde él sus medios de curar despliega;
Y las tribus de Adam por él recobran
Bienes mayores que en aquel perdieran.
Que toda criatura se levante
Y al pié del Rey con su tributo venga;
Los ángeles desciendan con sus cantos,
Y el largo ¡Amen! repetirá la tierra.
Ved cual desciende en las nubes
Quien por nos se hizo matar.
MOEA.
VIDA DE JESCcaiSTü.
.Millares de santos forman
Su cortejo celestial.
¡Aleluya! Jesucristo
Ya por siempre reinará.
Todos le verán envuelto
En terrible majestad.
Los que impíos le entregaron
Y en la cruz vieron clavar,
Tarde gimiendo y llorando
Al gran Mesías verán.
Huirán cielos y tierra,
Montañas, islas y mar.
Los que le odian, confundidos
La trompa oirán clamar:
Venid al juicio; este dia
A todos se va á juzgar.
Redención tan esperada
Viene en pompa celestial.
Los santos lodos, proscriptos
Por los hombres, á él se van.
¡Aleluya! este es el dia
De Dios, que aparece ya.
A tu esposa atribulada
Acude, Dios de bondad,
Y tus desterrados lleva
A su mansión celestial.
Te rogamos que apresures
La sentencia general.
¡Amen! le adoramos lodos.
Sentado en trono inmortal.
¡Salvador! toma tu reino,
Gloria y poder sin igual.
AL ESPÍRITU SANTO ¿
Ven pronto, pronto. ¡Aleluya
Señor, no esperemos más.
Moka.
—AL ESPÍRITU SANTO.
Concédenos tu presencia
Santo Espíritu de Dios;
Aviva con tu influencia
Nuestra débil fe y amor;
Y con tus dádivas
Llena benéfico
Nuestro pobre corazón.
Da á las mentes luz divina
Y en las almas gracia pon;
Los pechos á Dios inclina
En sincera adoración;
Y nuestros cánticos
Y nuestras súplicas
Lleva al trono del Señor.
Ante el Dios supremo tenga
Nuestro culto aceptación,
Y sobre nosotros venga
En raudales bendición.
Esto concédenos,
Divino Espíritu,
Celestial Consolador.
J. P. Cabreka.
M ESPIRITO SANTO.
73
74.
1 . Cumple, Señor, tu promesa:
Del cielo á los hombre baje
El Espíritu divino
En quien tu amor se complace.
2. Concede que nuestros pechos
En sagrado amor se inflamen;
Humildes te lo pedimos,
Señor poderoso y grande.
3. Nuestros cuerpos templos tuyos
Se tornen; nuestros afanes,
Nuestro amor, nuestros deseos
A tí solo se consagren.
4 Tus bendiciones imploran
Los que redimió tu sangre;
Sin ellas no nos despidas
Tú, nuestro Dios, nuestro Padre.
Morí.
75.
1. Ven á nuestras almas, — Paracleto Santo,
Y á la tierra envía — De tu luz un rayo.
2. Padre de los pobres, — Ven de dones franco,
Ven, de corazones — Esplendente faro.
3. Fuente de consuelo — Dulce y soberano,
Huésped de lns almas, — Celestial regalo.
71
Al espíritu samo.
4. En las aflicciones— Sin igual descanso,
Del calor refresco, — Y solaz del llanto.
5. Ven, divina llama, — Prende en el cristiano,
Y su pecho llena — Del amor sagrado.
6. Sin tus beneficios— Que prodigas tanto,
Nada hay en el hombre — Que no sea malo.
7. Con tus aguas puras — Limpia lo manchado,
Riega lo que es seco, — Pon lo enfermo sano.
8. Todo lo que es duro — Dóblelo tu mano,
Vigoriza al débil, — Rige al descarriado.
9. A tus fieles todos — Solo en tí confiados,
Dales paz que abunde — Y el reposo ansiado.
10. Dales de tu gracia — El favor preclaro,
La salud eterna, — Gozo continuado.
Desciende, Paloma santa;
Con tu vuelo nos levanta
Sobre el fragoroso estrépito
De nuestra impura mansión.
Raja, Espíritu divino,
Y en tus alas nos conduce
A la región en que luce
Sentado en trono magnífico
El Dueño de la creación.
2. Desciende, y en fuego santo
Inflama los corazones;
Rompe las duras prisiones
L.
Desciende ya de los cielos,
Ai. ESPÍRITU SANTO.
75
En que, tenaz y maléfico,
Nos ligó el genio del mal.
Desaparezca álu influjo,
Si nos escuchas propicio,
La odiosa mancha del vicio,
La simulación hipócrita
Y el deseo criminal.
3. Tú, que del Padre y del Hijo,
Igual á los dos, procedes,
Con tus suaves mercedes,
Cual con esencia aromática,
Da «á nuestras almas salud.
Para que adore la tierra
De su Creador las piedades,
Y en infinitas edades
En el orbe brille candido
El reino de la virtud.
1 . Desciende, Espíritu divino,
Desciende á nuestro corazón;
Y preparándolo tu gracia,
En él instala tu mansión.
2. Ven, nuestras mentes ilumina
Con los fulgores de tu luz,
Y penetremos los arcanos
Del sacrificio de la cruz.
3. Arraiga más en nuestras almas
La té en Jesús el Redentor,
Mura.
AL ESPÍRITU SANTO.
Y haz que sintamos cada uno
Que es nuestro propio Salvador.
4. Inspíranos sabiduría,
Enséñanos toda verdad,
Y guíanos por los senderos
De la justicia y santidad.
5. Mantén activa en nuestros pechos
La ardiente llama del amor,
Amor que impulse á conducirnos
Cual siervos fieles del Señor.
6. Con tu sagrada unción nos sella,
Protégenos con tu poder,
Y de esta vida nos traslada
A la que ansiamos poseer.
1 . Ven, criador Espíritu amoroso,
Ven y visita el alma que á tí clama,
Y con tu soberana gracia inflama
Los pechos que criaste poderoso.
2. Tú que Abogado fiel eres llamado,
Del Altísimo don, perenne fuente
De vida eterna, caridad ferviente,
Espiritual unción, fuego sagrado:
3. Tú te infundes al alma en siete dones:
Fiel promesa del Padre soberano:
Tú eres el dedo de su diestra mano:
Tú nos dictas palabras y razones.
J. B. Cabeeka.
AL ESPÍRITU SAMO.
77
4. Ilustra con tu luz nuestros sentidos,
Del corazón ahuyenta la tibieza;
Haznos vencer la corporal flaqueza,
Con tu eterna virtud fortalecidos.
5. Por tí nuestro enemigo desterrado,
Gocemos de paz santa duradera;
Y siendo nuestra guia cu la carrera,
Todo daño evitemos y pecado.
6. Por tí al Eterno Padre conozcamos,
Y al Hijo soberano omnipotente,
Y á tí, Espíritu de ambos procedente,
Con viva fé y amor siempre creamos.
V. — A LA TRINIDAD SACROSANTA.
1. Ya brille el sol refulgente,
Ya reine la noche umbría,
Difunde en las almas todas
Tu luz, ¡Trinidad divina!
2. Para que así cual te cantan
Las celestes jerarquías,
Los míseros desterrados
Te alaben y te bendigan.
3 Al Padre y al Unigénito,
Y á Ti, Espíritu de vida,
Honor y gloria, ahora y siempre,
En cielo y tierra so rindan.
Tii. D. GONZALEZ.
Ni Y
78
i.
2.
3.
Á LA TRINIDAD SACROSANTA.
A nuestro Padre Dios
Alabe nuestra voz:
Gloria á él.
Tal nos amó, que dió
Al Hijo que murió,
En quien espero yo.
Gloria á él.
A nuestro Salvador
Demos con fé loor:
Gloria á él.
Su sangre derramó,
Con ella nos lavó,
Y él ciclo nos abrió:
Gloria á él.
Espíritu de Dios,
Elevo á tí mi voz:
Gloria á tí.
Con celestial fulgor
Revélame el amor
De Cristo mi Señor.
Gloria á ti.
Con gozo y con amor
Cantemos con fervor
Al trino Dios.
Mora en la eternidad
La santa Trinidad;
Sin cesar alabad
Al trino Dios.
E. de B,
Á LA TRIMDAD SACROSANTA.
Sólo á tí, Dios y Señor,
Adoramos,
Y la gloria y el honor
Tributamos;
Sólo á Cristo, nuestra Luz,
Acudimos,
Y tan solo por su cruz
Te pedimos.
Un Espíritu no más
Nos gobierna,
Y con él, Señor, nos das
Paz eterna;
El es fuego celestial
Cuya llama
En amor angelical
Nos inflama.
Disfrutamos tu favor
Solamente
Por Jesús, fuente de amor
Permanente;
Sólo él nos libertó
De la muerte,
Sólo él se declaró
Nuestro Fuerte.
Sólo tú, oh Creador,
Dios eterno,
Nos libraste del furor
Del infierno;
Y por esto con placer
Proclamamos
Á LA TRINIDAD SACROSANTA,
Que tan sólo en tu poder
Confiamos.
82.
1. Padre, Creador divino,
Hijo, Redentor amado,
Santo Espíritu increado:
Eterno Dios, Uno y Trino.
2. En vos espero y confío
En vos creo firmemente,
A vos amo tiernamente,
Con todo el corazón mió.
N. Y.
83.
1.
¡Santo, sanio, santo! Señor omnipotente,
Siempre el labio mió loores le dará.
¡Santo, santo, santo! te adoro reverente,
Dios en Tres Personas, bendita Trinidad.
2.
¡Santo, santo, santo! el numeroso coro
De tus escogidos te adoran sin cesar,
De gratitud llenos, y sus coronas de oro
Alredor inclinan del cristalino mar.
3.
¡Santo, santo, santo! la inmensa muchedumbre
De espíritus puros hacen lu voluntad.
Á LA TRINIDAD SACROSANTA.
SI
Ante lí se postran bañados en tu lumbre,
Ante tí que has sido, que eres y serás.
4.
¡Santo, santo, santo! por más que estés velado
Con sombras, y el hombre no te pueda mirar,
Santo tú eres sólo; y nada hay á tu lado
En poder perfecto, pureza y caridad.
5.
¡Santo, santo, santo! la gloria de tu nombre
Publican tus obras en cielo, tierra y mar.
¡Santo, santo, santo! le adore todo hombre,
Dios en Tres Personas, bendita Trinidad.
J. 13. Cabrera.
84.
Coro. — Dios uno y trino, á quien tantos
Arcángeles, querubines,
Angeles y serafines
Dicen: Santo, santo, santo.
1. En vos, Trinidad inmensa,
Con el corazón y labios
Una esencia en tres Personas
Creemos y veneramos:
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
Gloria al Espíritu Santo. — Coro.
2. Padre de inmenso poder,
Hijo sin término sabio,
Espíritu consolador,
Rendidos os confesamos:
Santo el Padre, santo el Hijo
Santo el Espíritu Santo. — Coro.
6
82
Á LA TRINIDAD SACROSANTA.
3. Vos, Padre Eterno, asistidnos,
Hijo divino, ilustradnos,
Santo Espíritu, movednos
Para creeros y amaros:
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
Gloria al Espíritu Santo. — Coro.
VI. — LA PALABRA DEL SEÑOR.
Eres un tesoro aquí;
Tú contienes con verdad
La divina voluntad;
Tú me dices lo que soy,
De quién vine, y á quién voy.
2. Tú reprendes mi dudar,
Tú me exhortas sin cesar;
Eres faro que á mi pié
Va guiando por la fé
A las fuentes del amor
De mi dulce Salvador.
3. Eres infalible voz
Del Espíritu de Dios,
Que vigor al alma dá
Cuando en aflicción está;
Tú me enseñas á triunfar
De la muerte y del pecar.
4. Por tu santa letra sé
Que con Cristo reinaré,
I.
Santa Biblia, para mí
LA PALABRA DEL SEÑOR.
Y el castigoa terrador
Del rebelde pecador.
¡Santa Biblia! para mí
Eres un tesoro aquí.
La Biblia es una lámpara
Que con fulgores nítidos
Del hombre el paso trémulo
Dirige siempre al bien.
Consuelo encuentra el ánimo
En sus dolencias hórridas,
Si en ese libro fúlgido
A Dios los ojos ven.
Entre los montes ásperos
Y por llanuras áridas
Se goza tierno júbilo
Mirando el arrebol;
Pero es mucho más plácida
Nuestra delicia férvida
Sabor que la luz bíblica
Es de nuestra alma el sol.
Que la doncella púdica,
El bello niño candido,
El joven y el decrépito
La estudien sin cesar.
Que esté esc dulce bálsamo
.1 unlo al enfermo mísero,
Y hasta quedar exánime
Lo aplique á su pesar.
P. Castro.
H. R.
LA PALABRA DEL S£ÑOR.
87.
1.
Desplegue el cristiano su sania bandera
Y muéstrela ufano del mundo á la faz:
¡Soldados valientes! el triunfo os espera;
Seguid vuestra lucha constante y tenaz.
2.
Desplegue el cristiano su santa bandera,
Domine baluartes y almenas á mil;
La Biblia bendita conquiste do quiera,
Y ante ella se incline la turba gentil.
3.
Desplegue el cristiano su santa bandera,
Y luzca en la frente de audaz torreón:
El monte, la villa, la hermosa pradera
Contemplen izado tan bello pendón.
4.
Desplegue el cristiano su santa bandera,
Predique á los pueblos el Libro inmortal;
Presente á los hombres la luz verdadera
Que vierte ese claro y eterno fanal.
5.
Desplegue el cristiano su santa bandera,
Y muéstrese bravo, batiéndose fiel:
Para él no habrá fosos, para él no hay barrera;
Que lucha á su lado el divino Emanuel.
H. E.
LA PALABRA DEL SEÑOR.
85
88.
1. Mi delicia tu Ley es
Que alegra el corazón;
Ella dirige mis piés,
Ella será mi canción.
(loro. — Es la pura Luz
Que alumbra al mortal.
Tu palabra es, buen Jesús,
Mi faro celestial.
2. Ella mis sendas limpió
En mi menor edad;
La guardé en mi corazón,
Y lo nutre de piedad. — Coro.
3. Cuando afligido me vi,
Mi í'é corroboró;
Cuando hablaron contra mi,
Meditaba en ella yo. — Coro.
4. Es más dulce que la miel
Tu Ley al paladar;
Hazme ser más y más fiel
Para poderla guardar. — Coro.
I . ¡Qué venturoso es el hombre,
Que la voz de Dios oyendo,
Cumple de noche y de dia
Con su ley y sus preceptos!
R. Bon.
86
LA PALABRA DEL SEÑOR.
2. Tranquilo trabaja y vive
En dulce paz y sosiego,
Sin que los vicios mundanos
Turben su sencillo pecho.
3. Con él está decontíuuo
La gracia del Dios excelso;
Gracia dulce, saludable,
Que nos encamina al cielo.
4. No perdamos los auxilios
Que en amor y en todo tiempo
Para eterna g-loria nuestra
Nos concede el Ser eterno.
1. ¿Cómo resguardaremos del pecado
El corazón en nuestra edad primera?
Tu palabra nos da leyes divinas
Para purificar nuestra conciencia.
2. Luz esplendente por do quier esparce,
Cuando en nosotros con vigor penetra.
El alma más mezquina allí se instruye,
Y á nuestro Dios su pensamiento eleva.
3. Es como el sol, luz de celeste origen,
Que nos conduce por segura senda,
Que alumbra los oscuros precipicios,
Y disipa el terror de las tinieblas.
4. Tus preceptos me dan sabiduría:
Aborrezco el pecado que me tienta,
Aborrezco mis vanos pensamientos;
Pero adoro, Señor, tu ley eterna,
LA PALABRA DEL SEÑOR.
2.
3.
Tu palabra es verdad que siempre vive,
echado de bondad y de pureza,
i santo libro guía nuestra infancia,
en la vejez nos da invencible fuerza.
Justa, esplícita y sin velo
Es la ley de mi Señor;
A los tristes da consuelo,
Y.les libra del dolor.
Su palabra revelada
Es raudal de puro amor,
Donde el alma atribulada
Bebe siempre á su sabor.
Mira, pues, mortal, al cielo
Donde está tu Redentor;
Para siempre cese el duelo,
Haz la paz con tu Señor.
Llama al Salvador, y el alma
Le confía, ¡oh pecado r!
El te volverá la calma,
Dando íin á tu dolor.
Mora.
L.
Despide ahora tu grey
En paz y bendición,
Y las palabras de tu Ley
Conserve el corazón.
88 LA PALABRA DEL SEÑOR.
Coro. — Tu Ley para mí.
Gran delicia es;
Ella es mi consuelo aquí,
Ella guía mis piés.
2. Semilla y sembrador
Sé tú nuestro a la vez;
Y con tu Espíritu de amor
Apaga nuestra sed. — Coro,
3. Ensénanos, Señor,
Tu Ley á meditar,
Vivir unidos en amor,
Y en él por siempre andar.— Coro.
R. Bon.
VII— EXHORTACION A LOS PECADORES.
1. Caido de su estado primitivo,
Sin Dios, se aleja el hombre de sus reales
Y olvida que en la tierra es un cautivo...
Tal es ¡ay! el vivir de los mortales:
En todo alaban vanos
Las obras de sus manos.
2. El hombre, complacido de sí mismo,
Pretende que sus obras son portentos;
Y todo lo ambiciona en su egoísmo,
Dejando de su nombre monumentos;
Mas solo es grande el nombre
Del Cristo, Hijo del hombre.
EXHORTACION Á LOS PECADORES. 89
3. El hombre adorador de la materia
Será en la tierra siempre confundido;
Si Dios le deja sólo en su miseria,
Allí postrado yace y abatido;
4. Mas viendo al fin que su existencia es vana,
Si por Jesús de Dios pide clemencia
El hombre, por la gracia soberana
Adquiere entonces fuerza y prepotencia;
Y todo lo posee,
Si en Dios y en Cristo cree.
5. Así tan sólo el hombre halla la vida,
La vida celestial que no termina:
Su frente en otro tiempo oscurecida,
Una aureola entonces la ilumina.
6. Viviendo, oh Dios, sin tí, sin esperanza,
Salvarse es para el hombre un imposible.
Por Cristo en él se vé tu semejanza...
Y al fin le das la gloria inmarcesible.
Señor, por tu eficacia
Vivamos de tu gracia.
M. Cosido,
1. En medio de este mundo tenebroso
Un punto resplandece luminoso
Que brilla refulgente:
Su vivo resplandor es la luz pura
Y toda su grandeza
No es más que vil flaqueza.
De Dios todos los fieles
Reciben los laureles.
90 EXHORTACION Á LOS PECADORES.
Que alumbra en la pesada noche oscura
Con claro permanente
2. De todos los humanos caminantes
Dirige fiel los pasos inconstantes
Y aclara el buen camino.
Es luz que por sí sola al mundo alumbra;
Su disco arroja rayos, y deslumhra
Por su fulgor divino.
3. Es para los que pasan las veladas,
Sufriendo del invierno las heladas,
La estrella matutina;
Es para los que siguen navegando
El astro que en el polo está marcando
Y al término encamina.
4. Es luz que se alimenta de sí misma,
Que brilla aún á través de un denso prisma,
Y se entra en lo escondido;
Es faro que se vé en todos los mares,
Mayor que los más grandes luminares,
Que siempre está encendido.
5. ¡Oh Cristo, eterna luz del mundo entero!
; Imagen del Dios vivo y verdadero!
¡Jesús, luz de las luces!
Tú sólo en este mundo has demostrado
El fin para que el hombre fué criado:
Tú solo el bien produces.
6. Por tí los convertidos resplandecen,
Mas lodos á tu lado palidecen,
Cual hojas sin las ramas;
Tú sólo de la luminaí milicia,
Jesús, eres el sol, Sol de Justicia,
Y la salud derramas.
M. Cosido.
EXHORTACION Á LOS PECADORES.
91
95.
Preste oidos el humano
A la voz del Salvador;
Regocíjese el que siente
El pecado abrumador:
Ya resuena el Evangelio
De la tierra en la ancha faz,
Y de gracia ofrece al hombre
El perdón, consuelo y paz.
Vengan todos los que sufren,
Los que sienten hambre ó sed,
Los que débiles se encuentran
De este mundo á la merced:
En Jesús hay pronto auxilio,
Hay hartura y bienestar,
Hay salud y fortaleza,
Cual ninguno puede dar.
Vengan cuantos se acongojan
Por lograr con qué vestir,
Y á su afán tan solo rinden
Servidumbre hasta el morir:
Un vestido hay más precioso,
Blanco, puro y eternal,
Y es Jesús quien da á las almas
Ese manto celestial.
¿Por qué en rumbo siempre incierto
Vuestra vida recorréis?
A Jesús venid, mortales,
Que muy cerca le tenéis:
El es vida en tierra y cielo,
Y el exceso de su amor
92 EXHORTACION Á LOS PECADORES.
Os mejora la presente
Y os reserva otra mejor.
J. B Cabrera.
96. "
Jesus con brazos abiertos
Desde el cielo todo el dia
Espera a los pecadores,
Para darles mejor vida.
Como pastor cuidadoso
Llama al que se descarría;
Pero él sordo á sus clamores
Más se aleja y estravía.
¡Oh pecadores tenaces!
Desechad vuestra malicia,
Y venid apresurados,
Que en él tendréis acogida.
El corazón que á Dios busca
Con fé constante y activa,
Tendrá ahora grato asilo
Y después la eterna vida.
B.
97.
1 . Venid, oh pecadores; buscad vuestro refugio
En Cristo, y vuestros pechos heridos curará:
El grato dia es este del Evangelio santo,
En que abundante gracia á todos se dará
2.
3.
EXHORTACION Á LOS PECADORES.
93
Amó Dios nuestro mundo y le entregó su Hijo,
A fin deque bebiese la copa del dolor;
Y Cristo no desecha á pecador alguno
Que busca con fé viva su amparo salvador.
1. Mortales moribundos
Sumidos en pecado,
Oid el Evangelio
Que Dios ha revelado.
Coro. — Oid, oh pecadores:
La fuente celestial
A todos nos ofrece
Su límpido raudal.
2. No más pretextos vanos,
No desechéis los ruegos;
Oid, oid Jos pobres,
Los mancos y los ciegos. — Coro.
3. Oid La buena Nueva
Que Cristo nos revela;
Por ella el desdichado
Al punto se consuela. — Coro.
4. De todas sus palabras
No faltará ninguna ;
Es fiel en sus promesas:
La hora es oportuna. — Coro.
Mora.
1.
2.
3.
4.
5.
EXHORTACION Á LOS PECADORES.
Regresa, regresa — Tranquilo al hogar,
Y acepta el abrazo — De amor paternal.
Coro. — ¡Oh! pródigo hijo, — Regresa al hogar.
Ven, ven, — Para ta bien.
Regresa, regresa; — No sufras ya más
Desnudo y hambriento — Cruel soledad. —
Regresa, regresa, — Y sin vacilar
Desecha el pecado — Con noble ansiedad. —
Regresa, regresa; — Que el Padre al umbral
Te aguarda y te brinda — Perdón, gracia y
paz. — Coro.
Regresa, regresa, — Y aquí gozarás
De amigos y hermanos — Cariño sin par. —
Coro.
1. Ven á Cristo, ven ahora,
Ven así cual estás;
Y de él sin demora
El perdón obtendrás.
2. Cree y fija tu esperanza
En su muerte por tí;
La paz y gozo alcanza
Quien lo hiciere así.
J. B. Cabreka.
EXHORTACION Á LOS PECADORES;
95
3. Ven á Cristo con fó viva,
Piensa mucho en su amor;
Y no dudes reciba
Al más vil pecador.
4. El anhela recibirte
Y mostrarte merced,
Y las puertas abrirte
Al cierno placer.
1. A Jesucristo — Ven sin tardar,
Que entre nosotros — Hoy el está
Y te convida — Con dulce afán,
Tierno diciendo: «Ven.»
Coro. — ¡Oh cuán grata nuestra reunión,
Cuando allá, Señor, en tu mansión
Contigo estemos en comunión,
Gozando eterno bien!
2. Piensa que él solo — Puede colmar
Tu triste pecho — De gozo y paz;
Y porque anhela — Tu bienestar,
Vuelve á decirle: «Ven.» — Coro.
3. Su voz escucha — Sin vacilar,
Y grato acepta — Lo que hoy le dá.
Tal vez mañana — No habrá lugar.
No te detengas, ven. — Coro.
E. DE B.
J. B. Cabkera.
96 EXHORTACION A LOS PECADORES.
102.
1. La vida es cual tierna — Y efímera flor;
Del sol, á la tarde, — La agosta el ardor.
Antes que se mustie — La debes llevar,
Cual ofrenda grata, — De Dios al altar.
2. Sí, desde la infancia — Hasta la vejez,
Se pasan los años — Con gran rapidez;
Y llega la muerte — Sin verla venir
¿Y el alma?... [Quién sabe — Adonde ha de ir!
3. No esperes, no esperes — A tu última edad,
Conságrate joven — Al Dios de verdad;
Pues pasando el tiempo — Lejos del Señor,
Se entibia, se apaga — El más vivo amor.
4. ¡Guay! de aquel que pasa — Su primeraedad
En el antro horrible — De la oscuridad.
El brillo del mundo — Es sombra y ficción:
Solo es brillo eterno — Nuestra redención.
5. Incierta es la hora — De tu incierto fin;
Y ¡ay de aquel que tema — Del juicio el clarín!
Reflexiona, hombre, — Qué de tí va á ser...
¡0 eterna desdicha, — O eterno placer!
1. Yenid, pecadores, — Que Dios por su amor
Al cielo nos llama, — Que es patria mejor,
Do nunca la aurora — Perdió su fulgor,
Do brilla la gloria — Del Dios creador.
EXHORTACION Á LOS PECADORES. 97
¡Sí, sí, venid! ¡Sí, sí, venid!
El cielo es del alma — La pátria mejor;
Allí son eternos — La paz y el amor.
2. Dejemos, hermanos, — Aparte el dolor,
Que arriba en los cielos — El coro canlor
De espíritus puros — Proclama Señor
A Cristo Dios-Hombre, — Nuestro Redentor.
¡Sí, sí, venid! ¡Sí, sí, venid!
Los ángeles cantan — La gloria y honor
De Cristo Dios-Hombre, — Nuestro Redentor.
3. Trabajas y sufres — Aquí, pecador,
Y el pan que te comes — Regó tu sudor;
Mas Dios te reserva — Por suerte mejor
Primicias celestes — De eterno yalor.
¡Sí, sí, venid! ¡Sí, sí venid!
Primicias celestes — De eterno valor,
Si sigues la senda — De tu Redentor.
Coro. — Ven áél, pecador, — ven á él, pecador,
Que te espera tu buen Salvador;
Pecador,
Ven á él, pecador, — ven á él, pecador,
Que te espera tu buen Salvador.
2, Si cual hijo que loco pecó
Vas buscando á sus piés compasión,
Tierno padre en Jesús hallarás
Y tendrás en sus brazos perdón.— Coro,
I.
Pecador, ven al dulce Jesús
Y feliz para siempre serás,
Que según le quisieres tener
Al divino Señor hallarás.
¡
98 EXHORTACION Á LOS PECADORES.
3. , Si de enfermo te sientes morir,
El será tu doctor celestial,
Y hallarás en su sangre también
Medicina que cure tu mal. — Coro.
4. Ovejuela que huyó del redil,
Da balidos al buen Salvador,
Y en los hombros llevado serás
De tan dulce y amante Pastor. — Coro.
P. Castro.
105.
1. Sacude el pesado sueño,
Pecador, despierta ya;
Antes que veng-a tu Dueño,
Te conviene despertar.
Coro. — Que en el borde del sepulcro
Nadie debe dormitar;
Pues Jesús se encuentra cerca,
Vela y ora sin cesar.
2. A las vírgenes prudentes
Imitemos con ardor;
Esperemos al Esposo
Con fe viva y con amor.— Coro.
3. El mundo que tanto amamos,
Es preciso abandonar;
Las riquezas, los honores,
Otros los han de heredar.— Coro.
4. Si todo el mundo ganares,
¿De qué te ha de aprovechar?
Si después te condenares,
; Dónde ¡rías á parar? — Coroé
R, Bon.
EXHORTACION 'Á LOS PECADORES.
106.
1. No os detengáis, venid á Cristo,
El os llama con amor;
No os detengáis, Jesús ha visto
Vuestras culpas y dolor.
Coro. — Vamos á marchar,
Vamos sin temor,
Caminando sin cesar
Con Jesús el Salvador.
No os detengáis, perdón alcanza
Quien confía en el Señor;
No os detengáis, y sin tardanza
Acudid al Redentor. — Coro.
3. No os detengáis, Jesús ha muerto
Por el pobre pecador;
No os detengáis, camino cierto
Es Jesús el Salvador. — Coro.
4. No os detengáis, Jesús consuela
Al cargado de dolor;
No os detengáis, que siempre vela
Por los suyos el Señor. — Coro.
E. DE B.
1. Hoy Jesús te quiere hablar,
Pobre pecador;
No le quieras rechazar,
De tu corazón.
100 EXHORTACION Á EOS PECADORES.
Coro. — A tu puerta llama ahora,
Oye su voz, sí;
La visita bienhechora
Es hoy para tí.
2. ¿Nada vale ya su voz
En tu corazón?
¿Nada puede en tí el amor
De tu Salvador? — Coro.
3. Corazón, ¿por qué vivir
En condenación?
¿Y por qué has de resistir
Mas á tu Señor?— Coro.
4. Basta! basta! sin dudar
Hoy responderé.
Él te espera; sin tardar
Ven, ven hoy á él.— Coro.
R. Bon.
108.
1. ¿Te sientes casi resuelto ya?
¿Te falta poco para creer?
Pues ¿por qué dices á Jesucristo,
«Hoy no, mañana te seguiré?»
2. ¿Te sientes casi resuelto ya?
Pues vence el cási, con Cristo ven,
Que hoy es tiempo, pero mañana
Sobrado tarde pudiera ser.
3. Sabe que el cási no es de valor
En La presencia del justo Juez,
2.
3.
i.
2.
EXHORTACION Á LOS PECADORES. 101
¡Ay del que muere cási creyendo!
¡Completamente perdido es!
?. Castro.
Allí la puerta franca está,
Su luz es refulgente,
Y la cruz brilla más allá,
Señal de amor ferviente.
»*o. — Oh! cuánto me ama Dios así!
La puerta franca está por mí.
¿Por mi? Por mí,
Si quiero entrar por tí.
Y los que buscan salvación
La entrada franca tienen,
No hay pobres, ricos, ni nación,
Para los que á ella vienen. — Coro.
Pasando el rio, mas allí
En la feraz pradera,
La pagft de la cruz está:
¡Eterna primavera! — Coro.
R. Bon.
Aun hay lugar, — Escucha, pecador,
En el banquete eterno del Señor.
¡Oh! si; ¡oh! sí; — hay sitio para tí.
Entra al festín — Que muchos gozan ya,
IOS EXHORTACION Á LOS PECADORES.
Y allí Jesús un sitio te dará.
¡Oh! sí; ¡oh! sí; — hay sitio para tí.
3. Aun hay lugar,— La puerta franca está;
Mas entra pronto, que á cerrarse vá.
¡Oh! sí; ¡oh! sí; — hay sitio para tí.
4. Angeles mil — Te dicen con amor:
Entra á gozar la gloria del Señor.
¡Oh! sí; ¡oh! sí; — hay sitio para tí.
5. Pronto, hoy tal vez,— Del mundo mar-
charás;
Pasa al banquete, ó luego clamarás:
¡Ay, me perdí! — No hay sitio para mí.
P. Castro.
111.
1. Pobre peregrino — Que vagando estás
Fuera del camino, — ¿Dónde pararás?
Con vara y cayado — Hoy el buen Pastor
Te brinda, á su lado — Ven ¡oh pecador!
2. Tu vida pasada — Te causa dolor,
Tu alma lacerada — Tristeza y pavor;
Tu suerte futura — Eterno sufrir.
De tanta amargura — ¿No querrás salir?
3. ¡Ay! ¡y cuántos dias — Dejaste pasar
En vanas porfías — Que te han de pesar!
Por tu bien atiende— La voz del Señor,
Y tu mano extiende — Hácia el Salvador.
4. Tu vista levanta,— Eleva tu voz,
Dirige tu planta— Hasta el Salvador;
Tu hora ha llegado, — Conócela, pues
El que te ha llamado— Tu Salvador es.
K. Bon.
EXHORTACION Á LOS PECADORES.
Noventa y nueve ovejas, sí,
En el aprisco están,
Mas una sola, sin Pastor,
Por la montaña va;
La puerta de oro traspasó,
Y vaga en triste soledad.
Señor, ¿no bastan para tí
Las que mirando estas?
¡Oh, no! no bastan; el Pastor
Responde con afán,
Y al tenebroso bosque voy
Mi pobre oveja á rescatar.
No sabe el redimido bien
Qué amargo y hondo mar
Atravesó su buen Pastor
Llorando de ansiedad
Por su ovcjucla, á quien halló
A punto casi de espirar.
¿De quién, Señor, la sangre es
Que señalando va
Al indeciso viador
La senda celestial?
Por una oveja la vertí
Hasta poderla recobrar.
Mis manos hoy el bosque hirió
Con harta crueldad,
Mas yo mi pobre oveja en él
Busqué sin descansar.
Oveja que hoy estás aquí,
Ven á mis hombros sin tardar.
104 EXHORTACION Á LOS PECADORES.
6. La tierra toda de una voz
El eco alegre dá:
Mi cara oveja al fin hallé;
Mi gozo celebrad.
Y en tanto el cielo dice así
Lo suyo Dios restaura ya.
1. ¿Qué significa ese rumor?
¿Qué significa ese tropel?
¿Quién puede un dia y otro así
Las muchedumbres conmover?
Responde el pueblo en alta voz:
«Pasa Jesus de Nazarct.»
2. ¿Quién es, decid, ese Jesus
Que manifiesta tal poder?
¿Por qué, á su paso, la ciudad
Se agolpa ansiosa en torno de él?
Lo dice el pueblo, oid su voz:
«Pasa Jesus de Nazaret.»
3. ¡Jesús! quien vino acá á sufrir
Angustia, afán, cansancio y sed;
Y dió consuelo, paz, salud
A cuantos viera padecer.
Por eso alegre el ciego oyó:
«Pasa Jesus de Nazaret.»
4. Aún hoy viene el buen Jesus
Dispuesto á hacernos mucho bien,
Y amante llama á nuestro hogar
Y quiere en él permanecer.
P. Castro.
EXHORTACION Á LOS PECADORES. 105
Se acerca ya; ¿no oís la voz?
«Pasa Jesús de Nazaret.»
Los que sufrís tribulación
Venid, descanso y paz tendréis;
Los que alejados camináis
De Dios, su gracia poseed;
Si sois tentados, hed ahí:
«Pasa Jesús de Nazaret.»
Mas si su gracia rechazáis,
Su amor mirando con desden,
Entristecido marchará,
Y <:n vano luego clamareis.
«¡Es tarde ya! — dirá la voz —
Pasó Jesús de Nazaict.»
La tierna voz del Salvador
Nos habla conmovida;
Oid al médico de amor,
Oue da álos muertos vida.
Coro. — Nunca los hombres cantarán,
Nunca los ángeles de luz
Nota más dulce elevarán
Que el nombre de Jesús.
Borradas ya tus culpas son,
Su voz hoy te pregona;
Recibe, sí, su bendición
Y goza la corona. — Coro.
(Cordero santo, gloria á tí!
Por Salvador te aclamo;
J B. Cabrera.
EXHORTACION Á LOS PECADORES.
Tu dulce nombre es para mí
La joya que más amo. — Coro.
La amarga copa del dolor,
Jesús, has apurado,
Para que goce el pecador
Tu nombre bien amado. — Coro.
Varones fieles, proclamad
La gloria de su nombre;
Mujeres santas, alabad
Cantando al Dios y Hombre. — Coro.
Venid, oh niños, y cantad
El nombre del Cordero
Que vino á daros libertad
Muriendo en un madero. — Coro.
Y cuando al ciclo del Señor
Con él nos elevemos,
Arrebatados en amor
Su nombre cantaremos. — Coro.
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA.
A tí mi voz elevo,
De penas rodeado:
Señor, propicio escucha
La voz de mi quebranto.
Del pecador enfermo
Que tiene en tí su amparo
P. de Castro.
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA. 107
4.
L.
2.
3.
Escucha los clamores,
Consuelo da á su llanto.
Yo estoy de culpas lleno,
En mí creció el pecado;
Mas tu bondad inmensa
Perdonará mi agravio.
Pues como tú tan solo
Perdonas al culpado,
En tí tan solo espero
Y vivo confiado.
Oh buen Jesús que hoy me veis
Llegar triste á vuestras plantas,
Compadeced mi flaqueza,
Y dad consuelo á mis ansias.
Vos sois mi dueño y mi Rey,
Vos el esposo de mi alma,
Y el Sah ador de mi vida,
Y el amigo que más me ama.
No miréis la indignidad
De mi alma, que ha sido ingrata
De vuestro amor infinito
A las más sublimes gracias.
Ved que me arrepiento hoy
De aquellas culpas pasadas,
Y que en la cruz vuestra sangre
Se vertió para lavarlas.
N. Y.
108 ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA.
117.
1. ¿Oh Padre eterno! — ¡Oh padre amado!
Perdón te pido—Por mis pecados.
Todos mis dias — He malgastado;
Mas hoy mis ruegos — A tí levanto.
Coro. — ¡Oh Padre eterno! — ¡Oh Padre amado!
Perdón te pido — Por mis pecados.
2. Sé que merezco — Tü desagrado,
Porque en tus sendas — Ni un paso he dado.
Mas ¡oh Dios mió! — Vé que soy flaco;
Dame tu gracia, — Dame tu amparo. — Coro.
3. Ya reconozco — El mal que he obrado;
Y á tu presencia- — Vengo llorando.
Ten de mis penas — Piedad, Dios santo,
Por Jesucristo — El muy amado. — Coro.
4. Oh! no permitas, — Dios soberano,
Que en adelante — More en pecado.
Hazme en tu gracia — Odiar lo malo,
Y en tu camino — Guía mis pasos. — Coro.
I.
Piedad, piedad, Dios mió
Piedad el alma implora
Fiada en la grandeza
De tu misericordia.
2.
Y pues que de piedades
Tal caudal atesoras,
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA. 109
Con ellas de mi culpa
La fea mancha borra.
Crea un corazón limpio
En este pecho, y forma
Mi espíritu de nuevo
Con rectitud heroica.
No enojado me arrojes
De tu vista amorosa,
ISi tu Espíritu Santo
De mí apartes ahora.
Vuélvele tu alegría,
Felice precursora
De su salud, al alma
Con fuerza vigorosa.
A tu piedad infinita,
Señor, humilde me acojo;
Avergonzado y confuso
Tú misericordia imploro.
Nací en pecado, en sus redes
Me aprisionó cauteloso,
Bebí su veneno impuro,
Anegúeme en viles gozos.
Desconocí los caminos
Que conducen á tu trono;
De tus oráculos santos
Desoi los testimonios,
T.G. Carvajal.
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA.
Mas por tu bondad divina
Ya mis errores conozco,
Y ya á tus plantas, cubierto
I)e amargo llanto, me postro.
Sostenme con los auxilios
Que prodigas generoso,
Cuando el hombre á tí se entrega
Con absoluto abandono.
A tu Hijo, el Verbo Santo,
Por mediador interpongo;
Por su sangre limpio y puro
Aparezca yo en tus ojos.
¡Oh gran Dios! yo soy un vil
Miserable pecador,
Que falté mil veces mil
A la ley de mi Señor,
Que tus sendas olvidé
Y tu amor menosprecié.
En mi alma no hay verdad,
Y mi pobre corazón
Por su grande iniquidad
Lleno está de confusión;
He perdido mi vigor
Y fallezco de dolor.
Tengo sed. Señor, de tí,
Y te llamo sin cesar
Para que quites de mí
Este terrible penarj
Mora.
ARREPENTIMIENTO Y C "\ FIANZA, íll
Duélete de mi aflicción
Dándome tu bendición.
4. Son las lágrimas mi pan,
Es mi lecho de dolor,
Y te llamo con afán
Para ser mi Salvador;
Ven mis culpas á lavar
Y mi alma á consolar.
5. Ten ¡oh Dios! piedad de mí,
Que debilitado estoy;
Dame, por amor de tí,
La salud que busco hoy;
No me dejes perecer,
Ven mi cárcel á romper.
6. Nadie á tus puertas llamó
Que no le dieras salud;
No quieras que solo yo
Gima en triste esclavitud;
Dame, dame libertad,
Dios de paz y caridad
Piedad, Señor, de un mísero
Que de rubor ya muere,
Y su esperanza quiere
Tan sólo en tí fundar.
Con tus divinas alas
De bondad lleno cúbreme,
Y haz que mis sueños pc'rfi Jos
Me dejen descansar.
P. CASTRO,
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA .
Entre zozobras trémulo,
La voz triste y doliente
A nuestro Dios clemente
Con fé levanto yo.
Y esperando su ayuda
Invocaré al Altísimo,
Que con su voz benéfica
Su gracia me ofreció.
¡Oh gran Dios tres veces santo!
Tú que miras desde el cielo
Las miserias que en el suelo
Sufre el pobre pecador;
Muévate á piedad su duelo,
Dá consuelo á su quebranto,
Y cambiando en gozo el llanto,
Muéstrate su bienhechor.
Yo, Señor, arrepentido
Ante tí me hallo postrado,
Confesando mi pecado
Y pidiéndote perdón:
Sácame de tal estado;
Y al hallarme redimido,
Haz, Señor, que confundido
Reconozca mi baldón.
Sea en la tierra mi destino
De Jesús seguir la huella,
Y una vez entrado en ella,
Continuarla con ardor;
H. M.
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA. 11
Y en el mundo, cual la estrella
En el polo es del marino,
Ser el norte y el camino
De algún pobre pecador.
Dios de mi salvación, Señor, escúchame
Y ayúdame á creer.
Llégome á tí con esperanza férvida;
Tu bendición ansio poseer.
Lleno de culpa estoy, lo reconozco.
Mas me refugio en ti.
Amigo de pecadores,
Cordero sin mancilla,
Tu sangre corrió por mí.
Nada tengo, lo sé, Señor, que básteme
Tu gracia á procurar.
No me despidas sin consuelo y mísero,
Que tú solo me puedes remediar.
Soy vil ceniza, y mi existencia toda
El pecado agostó.
Amigo de pecadores,
Cordero sin mancilla,
Tu sangre por mí corrió.
Sin dinero, sin joyas y sin méritos,
De mis propias maldades avcimiénzomc,
Y el primer pecador me he de llamar.
Recíbeme aun así, Señor, y deja
Que me confunda en tí.
Amigo de pecadores,
Tu amor vengo á comprar.
8
114 ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA.
Cordero sin mancilla,
Tu sangre corrió por mí.
Mora.
1 . Dios mió, consuela — Mi límida alma,
Que triste camina — De culpas cargada,
En busca de Jesucristo
Estrella de la mañana.
2 De tí separóse— Vagando alejada
Por valle de muerte — Pecado y desgracia,
Sin pensar en Jesucristo
Estrella de la mañana.
3. Cosecha de males — En horas amargas,
Con llanto de fuego — Segó por su falla,
Ausente de Jesucristo
Estrella de la mañana.
4. Mas pronto, Dios mió, — Tu santa palabra
Mostróselas dulces, — Suaves y gratas,
En nombre de Jesucristo
Estrella de la mañana.
5. Entonces, Dios mió, — Cobrando esperanza,
Humilde se puso— Postrada á tus plantas,
En nombre de Jesucristo
Estrella de la mañana.
6. ¡Oh buen Dios! escucha — Los ayes del alma,
Que pobre y herida — Implora tu gracia,
Por amor de Jesucristo
Estrella de la mañana.
P. Castro.
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA. 115
125.
Oh tú , cuya mirada escrutadora
La oscuridad como la luz penetra,
Mira mi corazón que á tí se inclina,
Libértalo rompiendo sus cadenas.
Limpíalo de sus culpas y sus manchas,
Y mis afectos en tu cruz concentra;
Mis pensamientos todos santifica,
Y mi interior, oh Cristo, regenera.
Si en este oscuro yermo me estravío,
Que tú mi luz y mi camino seas;
No temeré violencias ni enemigos
Mientras tú, mi Señor, de mí estés cerca.
Sin temor ni cansancio yo te sigo
Doquier, oh Salvador, veo tus huellas;
Oh! guíeme tu mano al santo monte
Y potente me anime y me sostenga.
Lleno de tierna confianza
Cual un hijo, te confieso
Mis penas y mi esperanza
En tu afecto salvador,
Y á tus pies depongo el peso
De mis culpas y dolor.
Acógeme y me conforta
Con sonrisa de consuelo,
J. de Palma..
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA.
Dame tu maná y me exhorta
En el fervor y la fé;
Y el camino que va al cielo
Seguro hallará mi pié.
Do estuvieron los dolores
Y las penas enojosas,
Hoy hay riquezas y amores
De tu divina piedad:
Espinas vueltas en rosas
Por tu inefable bondad.
Tal como soy, sin una sola escusa,
Porque tu sangre diste en mi provecho,
Porque me mandas que á tu seno vuele,
¡Oh Cordero de Dios! acudo, vengo.
Tal como soy, sin esperar siquiera
A borrar ni una mancha de mi seno,
A tí, que todas borras con tu sangre,
¡Oh Cordero de Dios! acudo, vengo.
Tal como soy, de penas combatido,
De torpes dudas, de conflictos lleno,
De luchas y temores rodeado,
¡Oh Cordero de Dios! acudo, vengo.
Tal como soy, tan pobre, ciego y débil,
Vista, riquezas y salud encuentro,
Y cuanto necesito, si á tus plantas,
¡Oh Cordero de Dios! acudo, vengo.
Tal como soy, Jesús, recibirásme
H. M.
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA. 117
Con perdón, con alivio y con consuelo;
Y porque en tu promesa he confiado,
¡Oh Cordero de Dios! acudo, vengo.
Tal como soy, tu amor desconocido
Rompió toda barrera en mi provecho;
Y ora para ser tuyo y tuyo sólo,
¡Oh Cordero de Dios! acudo, vengo.
Tal como soy, para probar la gloria
De esc profundo amor, gratuito, inmenso,
Por poco tiempo aquí, después arriba,
¡Oh Cordero de Dios! acudo, vengo.
Mora.
128.
Alma, basta de gemir;
Cristo en tu lugar sufrió,
Y en la cruz al sucumbir
Su gran obra consumó.
Alma, ya no llores más;
Mira á Cristo y vivirás.
En el justo se cargó,
Sin reserva, tu maldad;
Su Padre le condenó,
Porque tengas libertad.
Mira, triste pecador,
A Jesús tu Salvador.
Si te entregas lodo á Él,
Tú recibirás perdón;
Hallarásle siempre fiel,
Pronto á darte salvación.
1.18
4.
1.
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA.
Mira a Cristo por la té,
Sin demora mira le.
¡Ah, Señor! propicio sé
A mí pobre pecador;
Hémc aquí con poca fé,
Dame más, ;oh Redentor!
Ven, te pido, ven á mí;
Sollozando corro á tí.
Solo en tu pura sangre,
Oh Redentor, confío;
En ese limpio rio
Donde me lavo yo.
En ella solamente,
Por su virtud divina,
Gloriosa medicina
El pecador halló.
Solo de tí desciende
La pura luz que brilla,
Y soy cual nubecilla
Que luce frente al sol.
A tí tan solo sigue
Mi alma fascinada,
Buscando tu mirada
Cual pobre girasol.
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA.
11Ü
130.
Abismado — En pecado
A tí clamaré, Señor;
Mira el llanto — Y el quebranto
De este pobre pecador.
Dios clemente, — Indulgente
Líbrame de todo mal,
Para amarte — Y gozarte
En la patria celestial.
2. Cada dia — Gozaría
A tu lado, buen Jesús,
Adorando— Y ensalzando
Al Autor de toda luz.
Mas cargado — De pecado,
¿Quién me librará, Señor?
De contritos — Los delitos
Borra, Cristo Redentor.
3. Dios piadoso — Y amoroso,
Padre eterno de verdad,
Confesamos — Y esperamos
Redención por tu bondad.
Rey del cielo, — Mi consuelo,
Mi esperanza y mi sosten,
Sé mi guía — Y alegría
En la senda del Edén.
R Bon
1.
Hay una fuente sagrada
Que mi Jesús abrió;
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA.
En ella mi alma bañada,
Sus manchas limpias vió.
Dolor y muerte sufriendo,
Al hombre vida dió;
Y á los cielos ascendiendo,
Gloria le preparó.
Yo sé que nunca fenece
Por mí, Jesús, tu amor,
Aunque tanto no merece
Un pobre pecador.
En cambio ¿qué podré darte?
Es pequeño mi don,
Pero deseo agradarte:
Toma mi corazón.
Hay una fuente, cuyos raudales
Las venas nutren del Salvador:
Bañado en ellos se encuentra limpio
De sus pecados el pecador.
El moribundo ladrón, tal fuente
Vió en sus angustias, y se gozó;
Cual él impuro, lavadas veo
También mis culpas en ella yo.
Su fuerza activa, manso Cordero,
Perder tu sangre podrá jamás,
Hasta que toda la Iglesia tuya
Salvada sea y no pequ^ más.
E. DE
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA. 121
4. Desde que viera por fé tu sangre
En abundancia por mi correr,
De mis cantares tu amor el tema
Fué, y mientras viva tendrá que ser.
5. Y cuando muda, deshecha en polvo,
En el sepulcro mi lengua esté,
Tu poderío que me ha salvado,
Con nuevo canto celebraré.
6. Que estoy seguro me has preparado,
Aun cuando indigno de tanto don,
Un premio eterno con tus dolores,
Y un arpa de oro de dulce son.
7. Para infinitos siglos templada
Cual instrumento divino está;
Y en los oidos de Dios el Padre
Sonar tan solo tu Nombre hará.
J. B. Cabrera.
133.
1. ;Oh mi bienhechor eterno!
Postrando ante vos mi faz,
Vuestras bondades ensalzo.
Cual gimo mi indignidad.
Humildemente confieso
Que no merecí jamás
Las mercedes que me otorga
Vuestra mano paternal.
2. Y pues por eso me obliga
Mucho más vuestra bondad,
Y nada bueno en mi hallo
Con que poderos pagar;
122 ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA.
Permitid que aquesta deuda
Que gravando mi alma está,
Jesús mi bien satisfaga
Con tesoro sin igual.
3. Sus méritos son herencia
De toda la humanidad,
Y en ofrenda de vos digna
Los presento en vuestro altar.
Con ellos mi alma y mi cuerpo
Pido, oh Dios, que recibáis,
Para que os sirvan sumisos
Según vuestra voluntad.
1. ¡Roca eterna, por mí quebrantada,
En tu seno me deja esconder!
Que la sangre y el agua que fluyen
Cual raudal de tu abierto costado,
Sean doble remedio al pecado,
Líbrenme de su mancha y poder.
2. De mis manos la obra más pura
No podría á tu ley agradar;
Aunque ardiese yo en celo constante,
Aunque llanto perenne vertiera,
Expiar la maldad no pudiera:
Tú eres sólo quien puede salvar.
3. Nada traigo en mi mano; tan sólo
A tu cruz me deseo adherir:
De tí imploro desnudo el vestido,
Débil, busco tu gracia potente;
N. Y.
ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA. Vio
Soy inmundo, y recurro á la fuente:
¡Lávame!... ó me siento morir.
4. Mientras soplo de vida respiro,
Cuando arroje mi aliento postrer,
Cuando el alma á regiones ignotas
Vuele, y sea á su Juez presentada;
¡Roca eterna, por mí quebrantada,
En tu seno me deja esconder!
1. No ya he de gloriarme jamás, oh Diosmio,
De aquellos deberes que un dia cumplí.
Mi gloria era vana: confio tan solo
En Cristo y su sangre vertida por mí.
2. Por í'é conociendo su amor que redime,
Hoy llamo tinieblas lo que ántes mi luz;
Mi propia justicia se torna en oprobio,
Y clavo mis glorias al pié de su cruz.
3. Sí, todo lo estimo cual perdida vana,
Y acepto las obras del buen Salvador.
Oh! pueda anidarse mi alma en su seno,
Vivir de su vida, gozar de su amor.
4. Por más que á tus leyes viviera sumiso,
No puedo, Dios mió, llegar hasta tí;
Mas sé que en tu gracia la le me habilita,
Si alego las obras de tu Hijo por mí.
J. B. Cabrera.
Mora.
124 ARREPENTIMIENTO Y CONFIANZA.
Míralas siempre, tendrán vigor;
Serán el norte de tus pisadas,
Ellas te groan al Redentor.
Coro. — Miro tus manos, Señor Dios mió,
Por mí clavadas en el madero;
Mirar tus manos tan sólo ansio,
Ellas me indican mi derrotero.
2. Mira mis manos y tendrás vida:
Alzate Iglesia, ve tu blasón.
Mi grey en ellas tengo esculpida;
Nadie arrebata mi posesión. — Coro.
3. Mira mis manos, pobre culpable;
Quieren limpiarte de tu maldad:
Venga el leproso y el miserable;
En ellas tienen la sanidad. — Coro.
4. Mira mis manos, colman de bienes,
Están dispuestas á bendecir;
Sostén y ayuda en ellas tienes;
Mira y no quieras en mal vivir. — Coro.
I.
Mira mis manos por tí llagadas,
R. Bon.
i.
Corazón, alienta ya,
Deja el llanto y el dolor,
Que á tus umbrales está
El querido Salvador.
ARREPE.XTLMIENT» I Y 80JJFIANZA. 1*25
2. Prontamente corre á él
Que te espera con amor;
Quiere ser tu amigo fiel
El bendito Salvador.
3. El te quiere redimir,
Ven sin pena ni temor,
Que por tí quiso morir
El querido Salvador.
4. , Ven y póstrate á sus pies,
El te infundirá vigor,
Que tu resurrección es
El bendito Salvador.
E. Box.
L.
Tengo de Dios el amor,
En él debo confiar,
Pues así mi corazón
Nunca puede desmayar.
2
Aunque brame en derredor
La furiosa tempestad,
Siempre fiado en el Señor,
Nunca puedo desmayar.
3.
Lléveme mi buen Pastor
Rectamente, con verdad,
Y obtenido su perdón.
Nunca debo desmayar.
4.
¡Oh querido Redentor!
No me dejes cstraviar,
EN LA TRIBULACION.
Y aunque viva en el dolor
Nunca debo desmayar.
N. Y.
.—EN LA TRIBULACION.
139.
1. Todo el que en Dios confia
Halla dulce sosten;
Que en la aflicción sombría
Aumenta nuestra fe.
2. Con su paterna mano
Alivio dá á su grey,
Porque el Dios soberano
Nos infunde la fé.
3. El me ofrece esta calma,
Me brinda este placer,
Pues sabe de mi alma
Alimentar la fé.
4. Gloria al Dios soberano,
Gloria al Dios de Israel;
Que al corazón humano
Le dió esperanza y fé.
H. M.
140.
1. Para todo viajero
Que camina con tesón
EX La TRIBULACION.
127
Por la senda que conduce
A los brazos de su Dios,
Hay un faro luminoso
Que le presta su fulgor,
En el santo Jesucristo,
El bendito Salvador.
2. Para aquel, á quien el mundo
Desgarró su corazón,
Deshojó sus ilusiones
Y su alma marchitó,
Hay un bálsamo suave
Que le dé consolación,
En el tierno Jesucristo
El bendito Salvador.
3. Para el hombre, que abatido
Por el mal que practicó,
De su suerte desespera,
Y fallece de dolor,
Hay un médico divino
Que le brinda redención,
En el dulce Jesucristo,
£1 bendito Salvador.
4. Para el huérfano, que solo
En la tierra se quedo,
Y suspira por un alma
Que le cuide con amor,
Hay un padre cariñoso
Rico en toda compasión,
En el tierno Jesucristo,
El bendito Salvador.
P. Castko.
128
EN LA TRIBULACION.
141.
1. Al cansado peregrino
Que en el pecho siente fé,
El Señor ha prometido:
«Con mi brazo te guiaré.»
Coro. — Con mi brazo, con mi brazo,
Con mi brazo te guiaré;
El Señor ha prometido:
«Con mi brazo te guiaré.»
2. Cuando sus lazos el mundo
Arrojare ante tu pié,
Te dirá Dios tu refugio:
«Con mi brazo te guiaré.» — Coro.
3. Si tu esperanza se aleja
Cual sombra de lo que fué,
Oye atento la promesa:
«Con mi brazo te guiaré.» — Coro.
4. Cuando la muerte á tu estancia
Con afán golpeando esté,
Ten consuelo en las palabras:
«Con mi brazo te guiaré.» — Coro.
Si un dia el dolor — Te oprime, oh moi
Y sientes tu alma — En horfandad,
Acude á Jesús — Que es todo bondad,
Y el llanto del triste — Enjugará.
C. BllANSBY.
l.N LA TRIBULACION.
129
2. No tengas temor, — Porque sin cesar
Ofrece á los hombres — Salud y paz;
Acude á Jesús, — Y en él hallará
Tu alma afligida — Tranquilidad.
3. El camino es él, — El es la verdad,
Y la vida eterna — En él está;
Acude á Jesús, — Que es el manantial
De la verdadera — Felicidad.
4. El nos preparó — En Sion celestial
Morada do al alma— Recibirá.
Mi buen Salvador, — Jesús de bondad,
Mi alma por siempre— Te adorará.
143.
1. Los que en el mar de la vida
Gemís en dolor profundo
Desheradados del mundo
Por seguir á la verdad,
Venid á la fuente viva
Del bien y de la ventura,
De la divina hermosura,
De eterna felicidad.
Coro. — Dios os llama
Y os dice: A todos amé,
Venid á mí,
Que yo os aliviaré.
Los que vivís en pobreza,
Entre raudales de llanto,
Todos los que sufrís tanto
Cuanto se puede sufrir,
Y no hay una mano amiga
9
130 EN LA TRIBULACION.
Que endulce vuestra amargura,
Buscad en Dios la ventura
De un eterno porvenir. — Coro.
3. Los que de amor deseosos
Buscáis amor en el mundo,
Y en su lodazal inmundo
Tan sólo encontráis dolor,
Venid; los brazos abiertos,
En el Gólgota sangriento,
¡Ay! de vuestro amor sediento,
Jesús os dará su amor. — Coro.
4. Venid lodos los mortales,
El Redentor os espera;
Venid, ¿quién ingrato fuera
Que no escuchase su voz?
Venid, porque él es la vida,
La luz, el bien, el camino;
Y es sólo su amor divino
El puerto de salvación.— Coro.
144.
1. Santo afligido, al Salvador acude;
Escucha su dulcísima promesa:
Su ñel palabra
Así lo espresa:
A lo que exija el dia
Ajustaré tu fuerza.
2. No amengüe tu valor ni digas tímido:
«¿Qué he de alegar el dia de la prueba?»
Su amor al hombre
Esto decreta;
EN LA TRIBULACION.
131
A lo que exija el día
Ajustaré tu fuerza.
3. Flaca es tu fe, tus enemigos fuertes;
Pero si dura mucho la pelea,
Vencerá Cristo
Al que te tienta,
Que á lo que exije el dia
Ajustará tu fuerza.
4. Cuando te agobien con la cruz pesada
De agudas aflicciones y de penas,
O de dolores,
O de pobreza,
A lo que exija el dia
Ajustará tu fuerza.
5. Cuando la muerte pálida se acerque,
El calmará tu horror con su presencia;
Que él á tu alma
Vendrá á dar suelta,
Y á lo que exija el dia
Ajustará tu fuerza.
Moka.
1.
Ten valor sin fin, cristiano,
Que es Jesús tu fiel amigo;
Ten valor sin fin, cristiano:
El es tu Protector
•2.
Por nosotros dió su vida,
Pues nos ama con ternura;
Por nosotros dió su vida
El que es nuestro Señor,
EN LA TRIBULACION.
En su muerte confiemos,
Pues por ella somos salvos;
En su muerte confiemos:
Es nuestro Redentor.
De la gloria gozaremos,
Pues nos dá su misma herencia;
De la gloria gozaremos
Con nuestro Salvador.
E. DE B.
Tenebroso— Mar undoso
Vas surcando, pecador;
Y al presagio— Del naufragio
Se acrecienta tu temor.
¿Ves no lejos — Los reflejos
De una amiga blanca luz?
Ese bello— Fiel destello
Es el faro de la cruz.
Deseado— Puerto amado,
Fuente viva de salud;
En tí el alma.— Dulce calma
Goza libre de inquietud.
¿Qué es el mundo?— Foco inmundo;
De él me quiero retirar,
Y el tranquilo— Grato asilo
De los justos disfrutar.
Sólo ansio,— Jesús mió,
Revestirme de tu amor;
Y adorarte— Y acatarte
Cual humilde servidor.
EN LA TRIBULACION.
133
2
Roca fuerte, — Que la muerte
Ni los siglos destruirán,
De los fieles — Los laureles
En tu cumbre lucirán.
Cuando las negras dudas
Me asaltan en tropel,
Cual nubes que amenazan
Mi mente oscurecer;
Disípalas bien pronto
La clara esplendidez
Conque incesante brilla
La Estrella de Belén.
Si noche de tristeza
Mis vacilantes pies
Aparta del sendero
Que guía al sumo bien,
Y del abismo al borde
Me lleva á perecer;
Brilla, me alegra y salva
La Estrella de Belén.
Si hierven las pasiones
Y en rápido vaivén
Cual hondas en borrasca
Azotan mi bajel;
No temo, que el seguro
Puerto me deja ver
Y á salvo me conduce
La Estrella de Belén.
Si tentación pretendo
EN LA TRIBULACION.
Mis pasos detener,
Y enluta mi horizonte
Con densa lobreguez;
No cederé á su empuje
Ni el rumbo perderé,
Porque es mi norte y guía
La Estrella de Belén.
5. No hay nube que oscurezca
Su limpia brillantez,
Ni sol que á deslumhrarla
Alcance en su poder;
Porque en el firmamento
Es de los astros rey
El astro que me alumbra,
La Estrella de Belén.
6. En ella el alma encuentra
Su luz, vida y placer,
Y de ella conducida
Va al puerto del Edén;
Porque el recien nacido
Mesías, Emanuel,
Es mi adorada estrella,
La Estrella de Belén.
J. B. Cabrera.
148.
1. Oh! si pudiera á Dios aproximarme,
Tranquila el alma en celestial recreo!
Oh! si una luz tuviera en el camino
Que me conduce al celestial Cordero!
2. ¿Dónde está aquella paz que conocía
£>' LA TRIBULACION,
135
Cuando llevé al Señor mi ardor primero?
¿Dó el reposo que hallé cuando buscaba
En la palabra de Jesús consuelo?
3. ¡Cuan dulces horas disfrutaba entonces!
¡Cuan grato y dulce aun es su recuerdo!
Mas hallo ahora un árido vacio
Que solo Dios disipará del seno.
4. Santa Paloma, dulce mensajera,
Vuelve el descanso á mi afligido pecho,
Que ya el pecado impuro y vergonzoso,
Que de mi hogar te desterró, detesto.
5. Y así podré hácia Dios aproximarme,
Tranquila el alma en celestial recreo,
Y luz divina alumbrará el camino
Que me conduce al celestial Cordero.
Y á flor de tierra ha solido
Del surco donde oprimido
Estaba su corazón;
El alma mia suspira
Al encontrarse en el suelo,
Y á flor del cielo su anhelo
Dirige ansiosa
Hasta brotar en Sion.
¡Cuándo veré mis amigos,
Que entonan suaves canciones,
En las celestes mansiones,
Mora.
Cual semilla que germina
EN LA TRIBULACION.
Gozando siempre de lí!
¡Cuándo seré desatado
De esta penosa cadena!
Mi alma suspira de pena,
Y mis lamentos
Van dirigidos allí.
Cual gime el pobre cautivo
En prolongada agonía,
Llamando al lejano dia
De su santa libertad;
Cual el pobre desterrado
En la emigración suspira,
Y por su patria delira;
Cautivo lloro
Yo por la Santa Ciudad.
Jesús, Hijo del hombre,
Eterno Hijo de Dios,
Amigo del que sufre,
¡Bendito Salvador!
Permite que te esponga
Mi triste condición,
Y vé lo que me falta
Sabiendo lo que soy.
Altivo y asediado
De propia estimación,
Con paso vacilante
Por tus senderos voy.
Me falta ser humilde,
Me falta abnegación,
E.
E.\ LA TRIBULACION.
137
3.
Me falta ardiente celo...
¿Me lo darás, Señor?
Yo leo tu Palabra,
La estudio con ardor,
Ilustro así rni mente,
Pero ¿y mi corazón?
Me falta aquella ciencia
Que dá tan sólo Dios,
Me falta luz y gracia...
¿Me lo darás, Señor?
4. Yo sé que nada impuro
Tendrá tu aprobación,
Y sé que en tu presencia
Continuamente estoy.
Me falta hácia el pecado
Sentir honda aversión,
Me falta ser perfecto...
¿Me lo darás, Señor?
5. Jésus, Hijo del hombre,
¡Bendito Salvador!
Ya ves cuánto me falta,
Ya ves cuán pobre soy.
A tu piedad me entrego,
De mí ten compasión,
Tú puedes darme todo:
Dámelo, pues, Señor.
Jesús, dulce refugio de mi alma,
Permite que me anide.' yo en tu seno,
J. B. Cabrera.
138
EN LA TRIBULACION.
Mientras las aguas hacia aquí se acercan,
Y aun brama la tormenta desde lejos.
2. ¡Oh Salvador! ampárame entre tanto
Que el turbión de esta vida pasa hirviendo,
Y recibe por fin mi alma afligida,
Abriéndole tu bien seguro puerto.
3. No alcanza otro refugio á mis peligros,
Y esta alma desvalida á tí la entrego.
¡Oh dulce Salvador! no me abandones;
Apóyame y confórtame en mi anhelo.
4. Toda mi confianza en tí reposa,
Solo en tí apoyo á mi flaqueza encuentro;
Mi indefensa cabeza ampare y cubra
De tus brillantes alas al reflejo.
5. Tú, Cristo, eres la fuente de la vida:
Beba yo en ella hasta apagar mi incendio;
Luego en mi corazón brote abundante
Y por siglos sin fin siga corriendo.
Moka.
1.
Alma mia, — No delires,
Ni suspires — De dolor,
Que posees — En el cielo
Tu consuelo, — Tu Señor.
2.
Jesucristo — Del pecado
Te ha librado — Con la cruz,
Y derrama — Sobre el alma
Gozo, calma, — Paz y luz.
3.
El conoce — Tu conciencia,
EN LA TRIBUIA, m v
Tu dolencia — Y frenesí;
Y con ánsia — Te bendice,
Y te dice: — Ven á mí.
No más llanto, — No más penas,
Tus cadenas — Romperás.
Y en los brazos — De tu Dueño
Dulce sueño — Dormirás.
¡Hémc aquí, Jesús bendito!
Agobiado vengo á tí;
Y en mis males necesito
Que te apiades hoy de mí.
No, no puedo con la carga
Que me oprime sin cesar.
;Es mi vida tan amarga!
¡Tan intenso mi penar!
Por auxilio clamé en vano,
Aunque lo busqué doquier:
Ni el amigo, ni el hermano
Me han podido socorrer.
Pero tú, Jesús, me invitas
Con cordial solicitud,
Simpatizas en mis cuitas,
Y me brindas la salud.
Héme, pues, en tu presencia;
Líbrame de mi ansiedad:
Que es tan grande tu potencia
Como es grande tu piedad.
Y jamás han recurrido
P. Castro.
EN LA TRIBULACION,
Sin buen éxito á tu amor,
Por descanso el afligido,
Por perdón el pecador.
Por veredas extraviadas,
¡Dulce Salvador!
Buscaba mi alma reposo
Y encontró dolor.
. — A los piés de Jesucristo
Yo me siento hoy;
Habla, Señor, á mi alma,
Que escuchando estoy.
En mis fuerzas confiado
La verdad busqué,
Y tan sólo error y fraude
Por mi mal hallé. — Coro.
Tengo sed de vida eterna,
Quiero en tí beber;
Que lejos de tu presencia,
Voy á perecer. — Coro.
A tus piés quiero sentarme,
Y morir después,
Y en la eternidad hallarme
Sentado á tus piés. — Coro.
A tus piés halló María
La eterna salud;
A tus piés quiero sentarme,
Mi dulce Jesús.— Coro.
J. B. Cabrera.
E> LA TRIBULACION.
141
6.
Si aquí sufro privaciones,
Tristeza y dolor,
En mi carrera me animan
Los pies del Señor. — Coro.
R. Bon.
1. Cuando entre dudas y miedos
El alma abatida lucha,
Y apenas de la esperanza
Un débil rayo me alumbra;
Jesús, a tus piés me arrojo,
Tu socorro el alma busca.
2. ¿No eres tú quien me ha salvado?
¿Podrás negarme tu ayuda,
Cuando tu santa Palabra
Me ofrece paz y ventura,
Esa Palabra que al orbe
Sacó de niebla profunda?
3. En esa Palabra santa
Mis esperanzas se fundan:
Si tú vives, nada temo;
Yo viviré, si tú triunfas;
Porque esta promesa hiciste
Compasivo á tus criaturas.
4. En esa grata promesa
Toda mi fé se asegura,
Ni bastan á conmoverla
Del hondo infierno las furias;
Que mientras Jesús me ampare,
Nada mi pecho atribula.
Mora.
Í42 Éfl LA TRIBULACION.
156.
1. Cuando me cercan negros nubarrones,
Es triste el dia, y huyen los amigos,
Yo descanso en Jesús, porque no en vano
Toda pena mortal sufrió en sí mismo:
Lo que me falta él ve, mi temor caima,
Y cuenta y atesora mis suspiros.
2. Si el amor lastimado el seno agita,
Si ingratitud responde á mi cariño,
El que mayor dolor sufrió en el mundo,
Con su piedad acudirá en mi auxilio:
Aquel que fué negado y entregado
Por quienes con su pan fueron servidos.
3. Cuando me agiten tristes pensamientos,
Y desfallezca el ánimo abatido,
Aquel que se dignó sobre sus hombros
Llevar la cruz de angustias y martirios,
Aplacará mi pecho palpitante,
La fuente secará del llanto vivo.
4. Si acongojado inclinóme en la piedra
Que encubre el polvo del que fué mi amigo,
Que de su voz, su mano y su sonrisa,
Por breve espacio me separa; digo:
«Mi Salvador mis lágrimas contempla,
Pues que él lloró por Lázaro dormido.»
Mora.
EN LA TRIBULACION.
143
lo/.
•i.
3.
¿Oyes cómo el Evangelio
Al cansado ofrece paz?
Pues segura, oh alma mía,
La promesa á ti se da.
Bien alguno en mi no veo,
Corrupción tan solo hay;
Cansado estoy, y el cansado
Busca alivio con afán.
En el arca la paloma
Encontró do reposar:
Para mi alma atribulada
El Señor arca será.
Combatido vengo, y crece
El diluvio sin cesar:
Abreme, Jesús, y en vano
Rugirá la tempestad.
Cobijada ya en tu seno,
Puede el alaria respirar,
El reposo que prometes
Siempre da segura paz.
Oh! cuan dulce en mis oidos
Suena tu voz celestial;
«Ven á mí, ven; que el descanso
Sólo en mi podrás hallar!»
J. B. Cabrera.
Claman los afligidos
Al Todopoderoso,
144
EN LA TRIBULACION.
3.
Que acude piadoso
En tal necesidad:
Disípales las sombras
De horror, de muerte llenas;
Les quita las cadenas,
Les pone en libertad.
De puertas y cerrojos
Los hierros y los bronces
El solo pudo entonces
Con su mano romper.
Mil hostias de alabanza
Pura le sacrifiquen;
Sus obras se publiquen
Con alegre placer.
De tan altas bondades
Apláudase la gloria;
Eterna la memoria
Sea de su poder.
El pueblo reunido
Ensalce su grandeza;
Alabe la nobleza
Su noble y alto ser.
Cuando veo claro el título
Que me asegura los cielos,
Digojidios á mis recelos, ¡
Dejo'ai punto de llorar.
Si el mundo mi alma combate
Y contra mí el mal conspira.
T. G. Carvajal.
E* LA TRIBULACION,
145
1.
2.
Puedo despreciar su ira.
Y al mundo desafiar.
De males diluvio inúndeme,
De dolor torrente duro,
Si á mi hogar llego seguro,
Mi Dios y mi salvación.
Bañaré mi alma en los mares
De aquel celestial descanso,
Y ni un soplo el gozo manso
Turbará del corazón.
Si aquí sufrimos tanto,
Nos brinda el Salvador
Descanso en sus mansiones
De gloria, paz y amor.
Corramos presurosos
La oferta a disfrutar,
Y pronto nos veremos
Sin cuitas ni pesar.
Jesús, el Rey del ciclo,
Nos llama con alan
Allá donde los santos
Con Dios el Padre están.
Mas hoy debemos todos
Luchar hasta vencer,
Quitando al enemigo
Su cetro y su poder.
Jesús en esta lucha
Nos fortalecerá;
Moka.
146
EN LA TRIBULACION.
2.
Su Espíritu potente
El triunfo nos dará.
Clamemos con fé viva,
Pidamos sin cesar,
Que Cristo victoriosos
Nos lleve a descansar.
Es el cielo mi morada,
Es mi centro mi Jesús,
Y del alma atribulada
Es camino, vida y luz;
Este suelo de amargura
Es la senda de ventura,
Es* la vía de la cruz.
Si las fuerzas desfallecen
En la prueba donde están,
En paciencia do se mecen
Hasta Cristo llegarán;
Corazones afligidos,
Al hallarse redimidos,
Gloria, gloria cantarán.
Gloria canta el arroyuelo
Al salir del manantial,
Gloria cantan tierra y cielo,
Gloria canta el vendaval;
Gloria cantan las alturas,
Gloria dan las criaturas
Al Cordero celestial.
R. Eon.
EN LA TRIBULACION.
147
162.
1. Cuando el dolor y la tristeza invaden
Esta de polvo terrenal prisión,
Dulce es tender la vista entre las rejas,
Y desear huir a otra región.
2. Dulce es volver los ojos hácia adentro,
Y escuchar los consejos de su amor;
Dulce mirar arriba, y ver á Cristo
Interceder, pedir nuestro perdón.
3. Dulce es pensar que la divina gracia
Mis pecados en Cristo descargó;
Y dulce recordar que con su sangre
Ha pagado mis deudas de dolor.
4. Dulce es senlirse firme en su justicia,
Que de segunda muerte nos libró;
Dulce cspcrimenlar dia tras dia
De su Espíritu aliento animador.
5. Y dulce es, de la fe en la confianza,
Creer en la promesa que me dio;
Dulce yacer pasivo entre sus manos,
Y solo hacer la voluntad de Dios.
1. ¿Qué es la oración? Es un deseo puro,
Que espresa ó calla el alma que lo abriga;
Mora.
X.— LA ORACION.
148
LA ORACION.
Incendio que en el pecho se alimenta;
2. ¿Qué es la oración? Suspiro que se exhala;
Es lágrima que al alma vivifica,
Es sublime mirada hacia lo alto,
Que solo en Dios se fija.
3. ¿Qué-es la oración? Del pecho del cristiano
Soplo vital que al alma vigoriza:
Pronúnciela al morir, y de los cielos
La entrada facilita.
4. ¿Qué es la oración? La voz del penitente,
Desahogo del alma arrepentida:
Al oiría, los ángeles entonan
Canciones de alegría.
5. También de la oración los dulces ecos
Suenan del cielo en la mansión divina,
Cuando Jesús desarma en pró del hombre
Del Dios Padre las iras.
6. Oh tú, por quien á Dios nos acercamos;
Tú, nuestro Salvador; tú, nuestro Guía;
Enséñanos á orar para que el cielo
i. ¡Dulce oración, dulce oración,
Que del cuidado terrenal
Sabes llevar mi corazón
Hasta el buen Padre celestial!
Oh! cuántas veces tuve en tí
Es llama que lo agita.
Piadoso nos reciba.
Mora..
LA ORACION.
149
Auxilio en ruda tentación,
Y cuántos bienes recibí
Por tu valor, dulce oración!
Dulce oración, dulce oración,
Al trono excelso de bondad
Elevarás mi petición
Hecha con lábios de verdad.
Será mi rueg-o oido allí,
Y la divina bendición
En abundancia sobre mí
Descenderá, dulce oración.
Dulce oración, dulce oración
Que aliento y gozo al alma dás,
En esta tierra de aflicción
Consuelo siempre me serás,
Hasta el momento en que veré
Francas las puertas de Sion.
Volando entonces le diré:
Adiós, adiós, dulce oración!
Es la plegaria un consuelo
En las horas do agonía
Para el que espera del cielo
El amparo del Señor,
Para el que espera y confia
En el dulce Redentor.
Fija de Dios la mirada
Sobre el que triste le implora,
Calma divina y sagrada
J. B. Cabrera.
150
LA ORACIOS.
Su vista 1c infundirá;
Como el aura á flor que llora
Nuevo aliento y vida dá.
Vuelve, oh Dios, pues que te invoco,
Hácia mí tu rostro santo;
Sé que mi fervor es poco,
Pero es inmensa tu luz,
Y quiero secar mi llanto
En el amor de Jesús.
1. Al dirigirnos de la gracia al trono
implorando piedad y compasión,
Recordemos que el Hijo que intercede
Es Hombre al par que verdadero Dios.
2. Fué rico y por nosotros se hizo pobre
El que habitó la celestial mansión:
En un establo humilde vino al mundo,
Y en un bote prestado predicó.
3. Comprende los peligros de la tierra,
De este mundo conoce al tentador;
Le persiguió el maligno en la montaña,
Y un discípulo ingrato le vendió.
4. El cáliz apuró de la amargura,
Mas siempre hubo consuelos en su voz;
Testigos son los ciegos, los tullidos,
Y todo aquel que su favor buscó.
5. Imploremos nosotros su ternura,
Sabiendo que es el solo Mediador
H. M.
LA ORACION.
151
Entre el cielo y el mundo en que vivimos,
Y que él es nuestro hermano y nuestro Dios.
H. R.
1. Aparte del mundo, Señor, me retiro,
De lucha y tumultos ansioso de huir,
De escenas horribles, do el mal victorioso
Estiende sus redes y se hace servir.
2. El sitio apartado, la sombra tranquila,
Convienen al canto de ruego y loor;
Tu mano bondosa los hizo sin duda
En bien del que humilde te sigue, Señor.
3. Allí, si tu Espíritu inspira á mi alma,
Y llega la gracia mi pecho á locar,
Con paz y cariño, con gozo podría
A tí fervoroso tributo elevar.
4. Allí solitaria su canto derrama,
Cual suele en el bosque feliz ruiseñor;
Ni quiere testigos que escuchen sus notas,
Ni aspira al aplauso de humano loor.
5. Oh tú, que mi vida creaste y defiendes,
Oh luz que de lejos admira mi fé,
Y (nombre armonioso que todos compendia)
Oh tú, Salvador, eres mió, lo sé.
6. Te debo tributos de amor y de gracias
Por este abundante glorioso festín;
Y cantos que puedan oirsc en los cielos
Por años sin cuento, por siglos sin fin.
Mora.
152
I/A ORACI0H.
168.
2.
3.
4.
5.
Haz, Señor, que el pueblo tuyo
Tu causa abrace con celo,
Siempre íá tus piés humillado
Y obediente á tus preceptos.
El pueblo que has escogido
Solo á tí doble su cuello,
Y solo tu voz escuche
Y en tí solo halle consuelo.
El tu nombre glorifique,
Ya que su origen excelso
Solo eres tú, y de tu imágcn
En la frente lleva el sello.
Enséñanos, Dios piadoso,
A transitar tus senderos,
Como el amoroso padre
Enseña á sus hijos tiernos.
Con tu santa voz nos guía,
Ya que de tí procedemos,
A fin de que consigamos
Morar contigo en el cielo.
Señor, los que sumisos de tus manos
pan de la verdad pura reciben,
íploran tu favor por sus hermanos
Que en las tinieblas viven.
Mora.
LA ORACION.
153
Abre sus ojos á la luz del dia,
Enciende en santo amor sus corazones,
Porque logren romper la tiranía
De las supersticiones.
Que busquen su perdón en tu dulzura,
De tu incansable amor en los destellos;
Y no en la vana acción de criatura
Pecadora como ellos.
Y sepan que, al perdón siempre dispuesto
Del que por tu perdón gime y suspira,
Un solo Mediador has interpuesto
Entre el hombre y tu ira.
Que atentos al precepto alto y divino
Que nuestra salvación fomenta y labra,
No acepten otra guía en su camino
Que tu santa Palabra.
Y ricos han de ser en su pobreza,
Si su fé va á Jesús en rumbo cierto;
Que la esperanza en él es fortaleza,
Y es el único puerto.
Mora.
XI.— HIMNOS GENERALES
DE VIDA CRISTIANA.
¡Elevemos á Dios un noble canto!
Alma miu, prepárale, despierta:
154
VIDA CRISTIANA.
Hosana, hosanas mil al nombre eterno
Y proclamemos su bondad inmensa.
2. ¡Cuál la refleja de Jesús el rostro,
De la gracia la imágen más perfecta!
Si, Dios en la persona de su Hijo
Ha escedido sus obras más soberbias.
3. ¡La gracia! encantador y dulce asunto:
De gozo el seno al proclamarlo tiembla.
Angeles, repetidlo en el espacio;
Y tú, cielo, refléjalo á la tierra.
4. Oh! pueda yo llegar al alto asiento
Do descubre Jesús su faz serena,
Do su nombre se canta en arpas de oro,
Do toda su hermosura se contempla!
Mora,
1
Los moradores del cielo
Y los de la tierra unidos,
Ensalcen, Jesús, tu nombre
Con dulces y alegres himnos.
2.
Bendigan eternamente
Ese amor tan cscesivo,
Que manifestaste al hombre,
Muriendo por redimirlo.
3.
Tú, Señor, le rescataste
Del tiránico dominio
Del poder de las tinieblas
A que estaba sometido.
VIDA CRISTIANA.
155
4 Canten los coros celestes,
Cante el hombre agradecido
El triunfo maravilloso
Del Dios que tanto nos quiso.
B.
172.
1 . En los floridos años
De nuestra primavera,
En nuestra edad primera,
En nuestra juventud,
A Cristo consagremos
Los nuestros corazones,
Sean nuestras canciones
Loores á Jesús.
2. Cantemos en el mundo
Al que es luz esplendente,
Al astro refulgente,
A nuestro Redentor;
A Cristo bendigamos,
A Cristo prediquemos,
A Jesucristo demos
Toda gloria y honor.
R. Bon.
173.
1.
Hijos del celeste Rey,
Dulces cánticos alzad;
Al Pastor de nuestra grey
VIDA CRISTIANA.
Alabanzas entonad.
Solo del benigno Dios
Viene la felicidad,
Si marchamos de él en pos,
Mostrarános su bondad.
Si algún dia con razón
Temimos al tentador,
Hoy alienta el corazón
Jesús el libertador.
Lejos pues huya el temor,
Que es cierta la redención,
Y pensemos con amor
En la eterna salvación.
¡Oh Redentor amado,
Dulce salud del hombre,
Fuente de nuestro ser!
No hay música tan dulce
Como tu dulce nombre,
Ni que dé tal placer.
Háblanos de continuo,
Siempre tu voz oigamos,
Y será gran merced.
En tí gran Sacerdote
Eterno nos gozamos,
¡Oh gran Melchisedec!
De todos nuestros cantos
Jesús será el objeto,
En humildad y fé,
VIDA CRISTIANA.
157
Durante nuestra vida,
Y cuando ya sujeto
Todo á sus piés esté.
4. Y allá en la vida eterna,
Cuando alegres estemos
Entre su corte fiel,
Con más vigor y fuerza
Sus glorias cantaremos,
Las glorias de Erna nucí.
Mora.
175.
1. Ni en la tierra ni en el cielo
Hay un nombre cual Jesús:
Sobre todo él solo reina,
El es solo eterna luz.
2. Jesús cura el alma mia,
Médico del corazón;
En su amor encuentro alivio
En las penas y aflicción.
3. Es Jesús mi gran riqueza,
Hallo en él todo mi bien;
Valen más que todo el oro
Los tesoros de su Edén.
4. Es Jesús mi gran sustento
Mi pan suave y celestial;
De mis dichas y mi gozo
Es el rico manantial.
5. Jesús brinda como el árbol
Fruto dulce como miel,
158
6.
1.
2.
3.
4.
5.
VIDA CRISTIANA.
Y separa de las almas
Todo vicio y toda hiél.
Infinita en su ternura,
Imposible de sondear;
Con los ángeles hoy quiero
Su grandeza pregonar.
¡Cuán dulce el nombre de Jesús
Es para el hombre fiel!
Consuelo, paz, vigor, salud
Halla el creyente en él.
Al pecho herido fuerzas da
Y calma al corazón;
Al alma hambrienta es cual maná,
Y alivia su aflicción.
Tan dulce nombre es para mí
De dones plenitud,
Raudal que nunca exhausto vi
De gracia y de salud.
Jesús, mi amigo y mi sosten,
Mi Rey y Salvador,
Mi vida y luz, mi eterno bien,
Acepta mi loor.
Es pobre ahora mí cantar;
Mas cuando en gloria esté
Y allí te pueda contemplar,
Mejor te alabaré.
VIDA CRISTIANA.
159
2.
En tanto dame que tu amor
Proclame sin cesar;
Y torne en gozo mi dolor
Tu nombre, al espirar.
Jesús, tu dulce nombre
Recrea el alma mia:
Y suena en mis oidos,
Cual célica armonía.
Con tal vigor quisiera
Poderlo proclamar,
Que todo el universo
Lo oyera resonar.
Riquezas mi deseo
Fuera de tí no alcanza;
Til solo mi delicia,
Tú sólo mi esperanza.
Las joyas, tan buscadas
Con ansiedad febril,
A tí son dijes vanos,
Y el oro polvo vil.
Cuanto de bello y grande
Codicia mi deseo,
En tu bondad divina
De sobra lo poseo;
Ni es tan cara á mis ojos
Del sol la claridad,
Ni al corazón tan dulce
La sincera amistad.
J. B. Cabrera.
160
4.
Tu gracia bienhechora
VIDA CRISTIANA.
Hizo en mi pecho estancia,
Y en él copiosamente
Esparce su fragancia;
El bálsamo más noble
A todo su dolor,
Y á todos sus cuidados
El cordial mejor.
5. Las glorias de tu nombre
Proclamaré contento,
Mientras el suelo habite
Y en el postrer aliento.
Entonces en tus brazos
Tendré vida eternal,
Pues eres de la muerte
Antídoto inmortal.
1 . Un nombre existe que escuchar me agrada,
Y hablar me place del valor que encierra;
No hay otro nombre que en dulzura iguale
Sobre la tierra.
2. El testifica del amor sublime
Del que muriendo libertad me ha dado,
Siendo su sangre redención perfecta
Por el pecado.
3. Que hay un amante corazón, me dice,
Que sentir puede mi dolor profundo;
Cual él quien pueda compartir mis penas
No hay en el mundo.
J. B. Cabrera.
VIDA CRISTIANA. 161
El regocija mi doliente pecho,
El de mis ojos desvanece el llanto,
Y dice al alma que confie siempre
Libre de espanto.
[Jesús! el nombre que escuchar me agrada
¿Cuál de los santos, el valor que encierra
Nombre tan dulce, referir podría
Sobre la tierra?
J. B. Cabrera.
179.
De Jesús al nombre santo
Toda rodilla se doble.
Dios lo manda: á su precepto
Dócil humíllese el hombre.
Dios manda que se tributen
A su Hijo altos honores:
Todo poder le obedezca
En el cielo y en el orbe.
El trono excelso no usurpa
En que igual á Dios se pone,
Y desde aquellas alturas
Bajó á morar con los hombres.
Aunque revestir se digna
Nuestros males y dolores,
Ante su divina esencia
Toda rodilla se doble.
Miradle blando y sumiso,
Miradle Abatido y pobre;
Sin compasión le condenan
Y al pueblo en la cruz le esponen.
ii
4.
5.
VIDA CRISTIA.nA.
Después en su oscuro seno
La í'ria tumba le acoge;
Pero es Dios, y al nombre santo
Toda rodilla se doble.
Vedle romper victorioso
La piedra que le cubría;
A los santos se presenta,
Y al pueblo caro acaudilla.
Glorioso triunfo es el suyo:
Alza su frente ceñida
De esplendor, y á su presencia
Dóblase toda rodilla.
Velado en rayos de gloria
Preséntase á nuestra vista;
Y la angélica falanje
Su victoria solemniza.
Ningún nombre al suyo iguala;
Y á su majestad divina
En los ciclos y en la tierra
Dóblase toda rodilla.
La trompeta en altos ecos
Nos anuncia su venida.
Jesús llega, confundiendo
Las catervas enemigas.
Jesús á su pueblo amado
Se acerca con faz benigna.
A su presencia gloriosa
Dóblese toda rodilla.
Mora.
Solemnes resuenen los férvidos cantos
Unámonos todos en voces de amor:
VIDA CRISTIANA»
163
Los ángeles puros, los fieles y santos,
De Dios al Cordero tributen loor.
Coro. — Son de triunfo
Retumbe solemne al gran Salvador.
2. ;Es digno el Cordero! los justos esclaman;
¡Es digno el Cordero de eterno loor!
Repitan constantes aquellos que le aman,
Su sangre vertida viendo en su favor. — Coro.
3. Postrados de hinojos, Jesús, te adoramos,
Pues nos rescataste de eterno dolor:
La muerte sufriste, porque no muramos;
Dignísimo eres del más alto honor. — Coro.
4. Los cielos triunfantes, la tierra salvada,
Su júbilo muestren; y al santo Señor
El oro, el incienso, la mirra preciada
Le ofrezcan con puro, con férvido amor. —
Coro.
1. Venid, nuestras voces alegres unamos
Al coro celeste del trono alredor;
Sus voces se cuentan por miles de miles,
Mas todas se inflaman en un mismo amor.
1 «Es digno el Cordero que ha muerto, pro-
De estar exaltado en los cielos asi.»
«Es digno el Cordero, decimos nosotros,
Pues él por nosotros su vida dió aquí.»
3. A ti que eres digno, se den en los ciclos
claman,
164
VIDA CRISTIANA.
Poderes divinos y gloria y honor;
Y más bendiciones que darte podemos,
Por siempre á tu trono se eleven, Señor.
4. Que todos los seres que pueblan las nubes,
La tierra, y el aire, y el fuego, y el mar,
Unidos proclamen tus g lorias eternas,
Y dénte alabanzas, Señor, sin cesar.
5. El nombre sagrado del Dios délos cielos
A una bendiga la gran creación,
Y lleve al Cordero sentado en el trono
El dulce tributo de su adoración.
1. Canciones nuevas alegremente
Cantemos todos á nuestro Dios;
Por él tenemos á Jesucristo,
Al mundo dado por bendición.
— Elevemos sin cesar
Dulces himnos en loor
De Jesús el Cristo
Nuestro Salvador.
— Cantemos todos con alegría
Suaves himnos á nuestro Dios.
2. La paz hallóse con la justicia
En el suplicio del Redentor;
Allí se dieron eterno beso
La verdad santa con el amor.
— Elevemos sin cesar, etc.
— Cantad gozosos á Jesucristo,
El esta obra realizó.
Mora.
VIDA CRISTIANA.
3 La roca firme de la justicia
En beneficio del pecador,
Está, mortales, entre nosotros,
Dios por su gracia la eonfirmó.
— Elevemos sin cesar, ele.
— Alzad las manos con alegría,
Loemos todos á nuestro Dios.
4. Nosotros somos amado pueblo,
Doradas mieses del Redentor;
Tan grande obra Jesús amante
Con sus dolores nos alcanzó.
— Elevemos sin cesar, etc.
— Oh gentes todas, venid á Cristo,
Cantad alegres su gran amor.
5. Serán eternas sus maravillas,
Inagotable su bendición;
Y los que cantan sus alabanzas
Bendito siempre por el Señor.
— Elevemos sin cesar, etc.
— Cantemos todos con alegría
El don eterno de nuestro Dios.
Grato canto de férvida alabanza
A mi amado Señor elevaré,
Y diré con el coro de los santos,
Jesús todas las cosas hizo bien.
¡Cuan soberano, libre y asombroso
Por mí, pecador torpe, su amor fué!
P. Castro.
166
VIDA CRISTIANA.
El me arrancó á las garras del infierno.
Jesús todas las cosas hizo bien.
3. Y desde que su amor comprende el alma,
¡Cuánta en ella vertió dulce merced!
Mercedes que me colman de alegría.
Jesús todas las cosas hizo bien.
4. Y siempre que mi Dios blando castigo
Opuso á mi pasión y á mi altivez,
Claro lo veo y franco lo proclamo:
Jesús todas las cosas hizo bien.
5. Ya pronto he de cruzar el negro valle,
Y en su seno :i moroso dormiré,
Y aun entonces dirá mi alma dichosa:
Jesús todas las cosas hizo bien.
6. Y cuando suba á la mansión celeste,
Mi voz al coro augusto juntaré,
Y esta nota será la más pujante:
Jesús todas las cosas hizo bien.
Jesús, amigo fiel,
Refugio del que huye
Del adversario cruel;
Sujeta compasivo
A tí mi corazón,
Ya que para salvarme
Sufriste la pasión.
2. Delicias de mi alma,
Mora.
1.
Tesoro incomparable,
VIDA CRISTIANA.
167
Pan de la eternidad,
Del cual yo me alimento
En mi necesidad;
En mi flaqueza estrema
Se cumple tu virtud,
Y en medio de mis males
Ser quieres mi salud.
3. Dirige á mí tu rostro,
Jesús, lleno de amor,
Sol puro de justicia,
Dulce consolador.
Sin tu influencia santa
La vida es un morir;
Gozar de tu presencia,
Esto solo es vivir.
4. Jesús, riqueza mia,
Mi amante Salvador,
Eres en mis flaquezas
Mi fuerte protector.
Mi paz el enemigo
Turbar podrá jamás;
Por más que lo intentar.?.
No lo permitirás.
5. Al mundo de falacias
No pertenezco ya;
El cielo es mi morada,
Allí mi amado está.
A donde Cristo habita
Con ánsia quiero ir;
En sempiterno gozo
Con él quiero vivir.
FU8TBR,
16S
VIDA CRISTIANA.
185.
1. Salvo en los tiernos brazos
De mi Jesús seré,
Y en su amoroso pecho
Dulce reposaré.
Este es sin duda el eco
De celestial canción,
Que de inefable gozo
Llena mi corazón.
Coro. — Salvo en los tiernos brazos
De mi Jesús seré,
Y en su amoroso pecho
Dulce reposaré.
2. Tiende Jesús los brazos,
Bríndame su amistad:
A su poder me acojo;
No hay para mí ansiedad.
No temeré, si ruge
Hórrida tentación;
Ni causará el pecado
Daño en mi corazón. — Coro.
3. De sus amantes brazos
Tierna solicitud
Líbrame de tristeza,
Líbrame de inquietud.
Y si tal vez hay pruebas,
Fáciles pasarán;
Lágrimas si vertiere,
Pronto se enjugarán. — Coro.
4. Y cruzaré la noche
Lóbrega sin temor,"
VIDA CRISTIANA.
Hasta que venía el dia
De perenal fulgor.
¡Cuan placentero entonces
Cabe Jesús morar.
Y en la mansión de gloria
Siempre con él reinar! — Coro.
Un buen amigo hallé,
Mi buen Jesús;
Su amor no perderé,
Mi buen Jesús.
Si amigos y solaz
Aquí no encuentro más,
Me brinda eterna paz
Mi buen Jesús.
Pobre y débil seré,
Mi buen Jesús;
Mas sostendrá mi fé
Mi buen Jesús.
Su brazo cerca está,
Y gracia me dará
Mi buen Jesús.
Es el mundo mortal,
Mi buen Jesús;
Y en el juicio final.
Mi buen Jesús;
¡Oh, qué placer sin par
Alli á mi rey mirar
J. B. Cabrera.
Él me socorrerá,
VIDA CRISTIANA.
Su gloria celebrar!
Mi buen Jesús.
187.
Jesús es mi Pastor,
Nada me faltará;
Su voz suena en mis oidos,
Mi alma le seguirá.
Es ameno jardin
Su palabra de amor,
Allí encuentra el alma pastos
De csquisito sabor.
No del lobo voraz
Las garras temeré;
El buen Pastor por mí vela,
Su defensa tendré.
Si tropiezo infeliz,
Su brazo estenderá;
Y si incauto me estravío,
Tierno me buscará.
Si rendido me vé,
Me dará su virtud;
Para todas mis dolencias
El será mi salud.
Por mí su inmenso amor
Mostrará sin cesar,
Hasta que al redil celeste
Me lleve á descansar.
Allí en manjares mil
VIDA CRISTIANA.
171
2.
3.
4.
Abundancia tendré,
Y en gloria y santo reposo
Feliz siempre seré.
J. B. Cabrera.
Dios clemente y justiciero,
Luz de luz, Dios eternal,
Y Dios de Dios verdadero,
Tu misericordia espero
Para mi alma criminal.
Tu sangre preciosa diste
Y espiraste en una cruz;
A los hombres redimiste;
Mas ¿cuánto, Señor, sufriste
Para mostrarnos la luz!
Fué un misterio tu agonía,
Pues fuiste hombre siendo Dios:
El hombre en la cruz moria,
Mas siempre Dios existia
Y no iba del hombre en pos.
Tú existias espirando
En tu inmenso padecer,
Tu sangre estaba brotando,
Y tú morías pensando
En la redención del sér.
La sangre de las víctimas
Que vertió el pueblo hebreo prosternado,
N. Y.
VIDA CRISTIANA»
No acrisola su pecho, ni de él borra
La mancha del pecado.
El celestial Cordero
Carga con el pecado y su amargura:
Más noble y elevado sacrificio,
Y su sangre más pura.
En tí mi fé se apoya,
En tí, Jesús, mi gloria y mi embeleso,
Mientras que penitente y afligido
Mi culpa yo confieso.
Fijo en tí mis miradas
Cuando pendes del árbol de la vida,
Y en tu bondad espero que mi culpa
Quedó allí redimida.
Nada tuyo, pecador,
De valor será;
Todo lo hizo el Salvador
Largo tiempo há.
Cuando del cielo bajó
A obrar y morir,
Todo completo quedó.
Oyele decir:
«¡Consumado es!» Oh! sí;
Hecho todo está.
¿Qué más necesitas, di?
Nada, nada ya.
Mora.
VIDA CRISTIANA.
173
6.
7.
Tu fatiga estéril es,
Pobre pecador,
Desiste, desiste pues;
Ya lo obró el Señor.
Mientras de tai obra el don
Dejes de aceptar,
Las tuyas fatales son,
Muerte han de llevar.
Reconoce humilde pues
Su ningún valor,
Y arrójalas á los pies
De tu Redentor.
Busca en Cristo la salud
Con deseo fiel,
Y hallarás tu plenitud
Sólo, solo en El.
J. B. Cabkera.
En Jesús mis pecados
Declino por entero,
Porque él es el Cordero
Sin mácula de Dios:
Tomándolos por suyos,
De todos él se encarga,
Y de la horrible carga
Liberta al pecador.
A Jesús mi delito
Presento confiado,
Pues él por mí ha pagado
174 VIDA CRISTIANA %
Sobre la cruz; lo sé.
Con su preciosa sangre
Lavar mis manchas puede,
De modo que no quede
Sombra de ellas siquier.
3. A Jesús mi pobreza
Declárole y encuentro
Socorro; él es el centro
De toda plenitud:
Su amor la medicina
Que mis dolencias cura,
Y él sólo me asegura
Del alma la salud.
4. A Jesús mis pesares
Confio y mis dolores,
Mi llanto y sinsabores
Mis dudas y temor.
A tales sufrimientos
Me ofrece lenitivo,
Y toma compasivo
Su parte en mi aflicción.
5. En Jesús el reposo
Encuentro para mi alma,
Que anhela dulce calma
Cansada de sufrir.
Su diestra cariñosa
Me abraza, y en su pecho
Reclino satisfecho
Mi frente y soy feliz.
6. Del buen Jesús bendigo
El sacrosanto nombre,
Del Cristo dado al hombre,
Del santo Emanuel.
VIDA CRISTIAN A,
175
Cual plácido perfume
Del céfiro llevado,
Su nombre venerado
Se esparce por doquier.
Como Jesús deseo
Ser manso y amoroso,
Humilde, generoso,
Y lleno de bondad.
Como Jesús deseo,
En él siendo adoptado,
Ser hijo bien amado
Del Padre celestial.
Y con Jesús ansio,
Dejado el triste suelo,
Morar allá en el cielo
Por toda eternidad;
Para cantar sus glorias
Uniéndome á los santos,
Para aprender los cantos
Del coro angelical.
Dejé todas mis cuitas á Jesús
Y clavé mis pecados en su cruz,
El magnífico dia que por fé
En la cruz por salvarme le miré.
El ka carga terrible
De mis hombros quitó;
Y su voz apacible
Mi dolor disipó.
J. B. Cabrera.
VIDA CRISTIANA.
Dejé todas mis cuitas al Señor,
Porque quita á la pena su amargor,
Y las lágrimas dora del mortal
Con su tierna sonrisa celestial.
El desierto miramos
Que se torna vergel,
Cuando peregrinamos
Apoyados en él.
Dejé todas mis cuitas al Señor;
De mí siempre benigno protector
En el puerto seguro al fin anclé,
Y reposo en sus aguas encontré.
Tengo en él mi consuelo,
Es mi guía, mi luz,
Y vivir en el ciclo
Es vivir en Jesús.
Ven con tus cuitas todas al Señor,
Alma martirizada del dolor;
A su lado la paz encontrarás
Y librada de angustia vivirás.
En su seno divino
Hay lugar para tí,
Y seguro destino,
Alma, tienes allí,
¡Mi espíritu en tus manos
Divinas encomiendo!....
Así en la cruz muriendo
Clamaba el Redentor.
P. Castro.
Vida cristiana.
El alma así abandono
A la clemencia pía;
No temas, alma mía,
Que vas de Cristo en pos.
¡Dios Padre! tus decretos
Bendigo á cada hora;
Mi voluntad adora
Tu santa voluntad.
Anhelo complacerte
A tí no más, Dios santo,
Si lloro, con mi llanto,
Si rio, con mi paz.
Me elevo á tí siguiendo
Del Mediador las huellas,
Clavando siempre en ellas
El vacilante pié.
¿Qué más seguro guía
En áspero camino
El débil peregrino
Pudiera apetecer?
Mi 'cuerpo, vida y alma,
Mis lágrimas, mi duelo,
Son del autor del cielo,
Del mar y de la luz.
Son suyos mis cuidados,
Y son en cambio mias
Las dulces alegrías
De mi Señor Jesús.
El bien es mal, si falta
La bendición divina,
Y es toda paz mezquina,
Gozada aquí sin él.
Mas yo veré mis glorias
VIL) A CRISTIANA .
Surgir del mismo lodo,
Si mi querer en todo
Se cine á su querer.
En los amantes brazos
Del Dios que me perdona
Mi alma se abandona
Con fe, esperanza, amor,
Por ello ul nombre augusto
De Dios bendito sea
Por cuanto el mar rodea!
Por cuanto alumbra el sol!
Por la vía terrenal
Guíeme tu clara luz
A la patria celestial,
Oh santísimo Jesús.
El Espíritu de Dios
Amoroso infunde en mí,
Y diré con grata voz,
Que salvado soy por tí.'
Yo soy débil, oh Jesús,
Ténme muy cerca de tí,
Ya que distes en la cruz
Muestra de tu amor por mí.
Yo te pido tu sosten,
Viva fé, perenne amor:
Dame tan precioso bien
Tú que pupdes, mi Señor.
T. Medina.
& DE B,
\ ii» v Gitísn \ \a.
195.
Señor, á quien los cielos
Entonan su armonía,
Gozosa el alma mía '
Siento elevarse á tí;
— A tí, á tí,
Siento elevarse á tí.
En dicha se convierte
A tu mirada el duelo;
Que Rey eres del cielo,
Y Rey también aquí;
* Rey también aquí.
Que en tí pensado siempre,
Encuentre en tí mi encanto,
Y en tu Evangelio santo
Halle la paz, Señor;
-La paz, la paz,
Halle la paz, Señor.
Escucha, oh Dios, benigno
La férvida plegaria
De un alma solitaria
Qne se dirige á tí;
—A tí, á ti,
Que se dirige á tí.
. «J. de Palma,
196.
Voy á Cristo que es mi RoV'
Por mis culpas se inmoló;
i So
VIDA CRISTIANA.
Por su descarriada grey
En la cruz muerte sufrió.
Con confianza, sin temor!
Pues de los que van á él
Es Jesús lleno de amor
Un amigo siempre fiel.
2. Mi precioso Salvador,
Viva yo cerca de tí;
Con ternura, mi Señor,
Protección préstame aquí.
Guía y único sostén
Para mi ánima inmortal,
Oh! concédeme tu bien
Y presérvame del mal.
3. Al celeste resplandor
Llegaré por tí, Jesús,
Ya pasado mi dolor
Por tu dolor en la cruz.
En la pátria celestial
Gozo guardas para mí;
Tu presencia perenal
Gozaré feliz allí.
E. deB.
197.
1. La voz patente— Que al pecho llama
Continuamente—Del pecador,
La voz que inflama — Mi amor latente,
Es la voz santa — Del Creador.
;Voz de ventura
Que debe oir humilde
La criatura!
sida CttSTIAKA.
Oigo un lamento, — Débil quejido
Que en el tormento— Causa el dolor,
Del Elegido— Los aves siento.
Es el suplicio — Del Redentor.
¡Suplicio santo,
Precio de mi rescate,
Mi solo manto!
[Cuánta es la pena — De los moríalo!
Larga cadena — Llena de horror,
Largos sus males, — Larga condena,
¡Cuánto precisan — Del Salvador!
¡Haz que le vea;
Y la voz que le anuncia
Bendita sea!
Célica brisa — Siente mi alma,
Dulce sonrisa — Llena de amor
M<i da la calma, — Mi fé divisa
El paraíso — De mi Señor.
¡Amado esposo,
Ven, concede á tus hijos
Dulce reposo!
K. Boy.
198.
1 . ¡Oh Jesús, Señor divino!
Dame el perdón y la paz;
Oye mi ferviente ruego
En la gloria donde estás.
Eres tú la luz del mundo;
¡Guíame, mi buen Jesús!
Por mí con amor profundo
VIDA CRISTIANA .
Diste la vida en la cruz.
oro. — Tu loor sin cesar
Debo yo proclamar:
¡Gloria, gloria á mi Jesús,
Que por mí murió en la cruz!
Dulce paz y gozo cierno
Voy al ciólo á disfrutar;
Que de Cristo la ternura .
Ale convida sin cesar.
A mi patria yo cristiano
Me dirijo con fervor,
Con certeza, que salvado
Soy por tí, mi buen Señor. — Coro
Por tu muerte de carino
Me has abierto, oh Salvador,
Amplio y único camino
Al celeste resplandor.
En la gloria felizmente
Al estar con mi Jesús,
De dolor y pena ausente
Viviré en su dulce luz. — Coro.
Tu vía, oh Dios, no la mía,
Aunque estrecha, seguir quiero;
Guíame pues bondadoso
Al camino verdadero.
Sin tu luz ando en tinieblas
Y equivocaré, el camino.
E. DE B.
VIDA ClUSllA.NA.
183
.).
6.
Ah! para alumbrar mis pasos
Luzca tu esplendor divino.
Yo sé que merezco nada.
Mas tú conoces mi anhelo:
Mi voluntad es servirte
Mientras more acá en el suelo;
Si en tribulación me pones,
En tribulación amarle;
Si me cerca la alegría,
En La alegría alabarte.
Si del vicio al falso allnu<>
hudoso mi pié ílaquea,
Ven, mi Dios, á socorrerme,
Tu gracia mi auxilio sea.
Y en ti puesta mi esperanza,
Siendo fiel hasta la muerte,
La corona de la vida
Sé que me darás por suerte.
[Oh Salv ador, tierno Jesús,
Del mundo hi la clara lüz!
Dame perdón, dame sosten.
Auxilíame con lodo bien,
•o. — Tú moriste, buen .Ir-u^,
Por mis pecados en la cruz.
Con gratitud tu fiel amor
Ensalzaré, mi Redentor.
Tú me amas, ¡sumo bien!
Vmarle anhelo yo también,
J. B. Cabrera.
184
VIDA CRISTIAN A .
2. Tu corazón ardiente amor
Siente por mí, oh Salvador.
Siempre serás mi amigo fiel;
Confío en tí, oh Emanucl. — Coro.
3. Siempre feliz mi alma será,
Ahora aquí, después allá
Do vivirá con su Señor,
Y cantará su fiel amor. — Coro.
1 . Firme como la roca es tu Evangelio,
Señor, mi amor, mi fé;
Y si en las manos de Jesús me pongo,
Jamás me perderé.
2. Su palabra empeñó: de su rebaño
Salvará hasta el menor;
De cuanto el Padre celestial le entrega,
El es fiel guardador.
3. Muerte ni infierno han de lograr los suyos
De su mano arrancar;
Y ellos podrán en su amoroso seno
Por siempre descansar.
E. DE B.
Mora.
1. Honra al hombre de valor,
Pronto á obedecer
VIDA CRISTIANA.
1S5
2.
El mandato del Señor,
Como hizo Daniel.
Coro. — A Daniel imita,
Dalo á conocer;
Muéstrate resuelto y firme,
Aunque solo estés.
2. Muchos yacen sin valor,
Que pudieran ser
Campeones del Señor,
Como fué Daniel. — Coro.
3. Pronto viérais el error
Desaparecer,
Si se alzaran con valor
Hombres cual Daniel. — Coro.
-i. Lucha en nombre del Señor
Sin destallecer,
Y en la lucha vencedor
Serás cual Daniel. — Coro.
J. B. Cabrera.
[Oh Dios! ¡oh manantial de mi alegría,
Vida de mis afectos,
Gloria de aquellos dias más felices,
De la noche consuelo!
Si en la mayor oscuridad asoma,
Amanece al momento;
De mi alma es la estrella matutina,
Sol de mis pensamientos.
L86
VIDA CRISTI Alí A.
4.
5.
1.
A mi alredor con sacrosantos rayos
Se iluminan los ciclos,
Cuando Jesús me dice que él es mió,
Y que vivo en su seno.
Al oir esta voz, quisiera el alma
Romper lazos terrenos,
Volar á su Señor, y arrebatado
Estrecharle á su pecho.
Sin temer al pecado ni ála muerte,
Vencería al infierno,
Y en alas del amor y de l'é pura
Alcanzada el cielo.
¿Has creido en el Señor?
Tendrás meyor riqueza.
¿Gozas ya de su favor?
Tendrás mayor riqueza .
Rico en gracia el Padre está. . . .
Tendrás mayor riqueza.
jY de gracia nos la da!
Tendrás mayor riqueza.
Coro. — En el regio festín
Tendrás mayor riqueza;
Siempre más y más sin fin
Tendrás mayor riqueza.
¿Hasta tí Jesús llegó? (J)
¿Su presencia te alegró?
(1) Repítanse el moto y el coro de ta primera en las rlemí^
estrofa?..
VIDA CRISTIANA.
187
;Cuánto ama el Salvador!
;Y de gracia da su amor!
Del Espíritu el poder
¿Has llegado á conocer?
¿Qué poder le igualará?
Despertad, oh cristianos,
Basta ya de dormir;
Que al Esposo divino
Se le siente venir.
Coro. — Llega ya glorioso
Cristo el Salvador,
Y lamentan las naciones.
¿Alentad, corazones,
Que esperáis al Señor."
Viene ya el refrigerio,
Y con gloria y poder
A Jesús en las nubes
Todos hemos de ver. — Coro.
Vemos las profecías
Completar su misión,
A la Iglesia expectante,
Y al mundo en confusión.— Coro.
Y «ven» dice el Espíritu,
Dice la Esposa «ven,»
Y «ven» dice el cpie oye;
Ven pronto. Cristo. Amen. — Coro.
; Y de gracia nos le da!
P. Castro.
188
Sil» A CRISTI A.N A.
206.
Despertad, despertad, ;oh cristianos!
Vuestro sueño funesto dejad,
Que el cruel enemigo os acecha,
Y cautivos os quiere tomar.
Despertad, las tinieblas pasaron.
De la noche no sois hijos ya,
Que lo sois de la luz y del día
Y tenéis el deber de luchar.
Despertad y bruñid vuestras armas,
Vuestros lomos ceñid de verdad,
Y calzad vuestros pies aprestados
Con el grato Evangelio de paz.
Basta ya de profundas tinieblas,
Basta ya de pereza mortal;
Revestid, revestid vuestro pecho
Con la cota de fé y caridad.
1. ¡Camaradas! en los cielos
Ved la enseña ya.
Hay refuerzos; nuestro el triunfo,
No dudéis, será.
«Estad firmes; yo voy pronto,»
Grita el Salvador.
Si, estaremos por tu gracia
Firmes, con vigor.
P. Castro.
VIDA CRISTIANA.
189
3
4.
Nada importa nos asedien
Con rugiente afán
Las legiones aguerridas
Que ordenó Satán,
^so os arredre su coraje;
Veden derredor
Cómo caen los valientes
Casi sin valor.
Tremolando se divisa
El marcial pendón,
Y se escucha de las trompas
El guerrero son.
Y.n el nombre del que viene,
Fuerte Capitán,
Rotos nuestros enemigos
Todos quedarán.
Sin descanso ruda sigue
La furiosa lid.
¡Sús, amigos! ya cercano
Ved nuestro Adalid.
Viene el Cristo con potencia
A salvar su grey.
Cantaradas, ¡alegría!
¡Viva nuestro Rey!
Desechemos pueriles temores,
Olvidemos antiguo terror.
Recorred la carrera celeste,
Revesüdos de noble valor.
J. B. Cabrera.
1 90
VIDA CRISTIANA.
2. En verdad os estrecho el camino,
Y muy débil y flaco el mortal;
.Mas se olvida que el Dios poderoso
Da á sus santos vigor perenal.
3 ¡Oh mi Dios, cuya fuerza infinita
Siempre dura constante en tu ser,
Mientras ves á millares los siglos
Su carrera sin fin recorrer!
4. En tu fuente que nunca se agota
Nuestras almas su fé beberán,
Mientra aquellos que en sí solo fmn
Agostados, sin fé, morirán.
5. Como el ave veloz subiremos,
Y en tu trono te habremos de ver;
Con las alas de amor, sin cansancio,
El camino podremos correr.
Un ancla tenemos — Que el túmido mar,
Por mucho que ruja, — No puede quebrar:
La dulce esperanza — Que infunde Jesús,
Legada en su muerte — De angustia en la cruz.
Allá de los cielos, — Del trono de Dios
Que reina supremo — Con reino de amor,
Esta ancla colguemos — Que fija estará,
Pues Dios bondadoso — No nos faltará.
Y cuanto más ruja — Tempestad cruel,
Mas firmes cojamos — El cable de fé.
Que furia de vientos, — Ni embates del mar,
Ño pueden del puerto— La entrada yedar,
Mora.
H. M.
v IDA I tUSTlAN \ .
210.
A los montos elevo la vista,
A los montes eternos del cielo;
Allí encuentra mi alma consocio,
Allí vive mi eterno Señor.
Israel, por su mano bendita,
Allí encuentra descanso constante.
Pues el santo y el fiel vigilante
No desmaya en su celo y su amor.
Si en tu mal se conjura el infierno,
Has de ir y volver puro y sano,
Pues te lleva tu Dios por la mano,
Y estás salvo con tal defensor.
Contra tí nada puede el maligno;
V al perder de esta vida la prenda,
Querubines dirán te la senda
Por do al trono lias de ir del Señor.
[Fuera el temor y la duda.
Que, del Señoreen la ayuda,
Vo — rebelde y condenado —
¡Soy salvado! ¡soy salvado]
Fué Jesús, alma piadosa,
Quien con su sangre preciosa
Vino á lavar mi pecado.
¡Soy salvado] ¡soy salvado!
M OBA,
VIDA CRISTIANA.
La perfidia del infierno
No puede, no, el don cierno
Quitarle ya al desgraciado.
¡Soy salvado! ¡soy salvado!
Ya Jesus me muestra el cielo
Que es mi patria de consuelo.
¡Feliz yo, pues Dios me ha amado!
¡Soy salvado! ¡soy salvado!
¡Salvación! Bella palabra,
Tierno y plácido sonido,
Que regala nuestro oido
Y deleita el corazón!
Bálsamo en nuestras dolencias
Que nuestras heridas cura,
Y que un porvenir augura
De perfecta redención.
¡Salvación! En otro tiempo
Hundidos en el pecado,
Nos estaba reservado
Un siniestro porvenir.
Pero la gracia divina
El contento nos depara
De ver á Dios cara á cara
Y en su morada vivir.
¡Oh salvación! Que repita
La tierra este dulce acento,
Y suene á cada momento
Esa espresion celestial.
H. M.
VIDA CRISTIANA.
193
•2.
3.
4.
Recibe nuestra alabanza,
Jesús, porque cariñoso
Te muestras y bondadoso
Salvas al pobre mortal.
Llanto y gritos se oirán
En el dia del terror;
Mas los fieles velarán
Esperando á su Señor.
Los impios temblarán
Rodeados de pavor;
Mas los justos entrarán
Al reposo del Señor.
Los rebeldes llorarán
Anegados de furor;
Mas los santos contarán
El reinado del Señor.
I Los soberbios sufrirán
Consumidos de dolor;
Mas los pios gozarán
En el seno del Señor.
Los inicuos bajarán
Al gran lago abrasador;
Mas los mansos reinarán
En el trono del Señor.
H. E.
194
VIDA CRISTIANA.
214.
I.
La viña de Jesucristo
Velada está con empeño.
Este aviso es halagüeño
Para el que combate fiel.
Su iglesia está resguardada
Y sin cesar protegida;
De todas sus flores cuida
El Señor en su vergel.
2. El anciano como el niño,
La planta antigua y la nueva,
Llevan consigo la prueba
De su inefable bondad.
En el libro de la vida
Todos están registrados,
Y son sus hijos amados
Por toda la eternidad.
3. Apóyese solo el hombre,
Por la le pura y ardiente,
En el Salvador potente
Que le dice, «Ven á mí;»
Nuestras humanas flaqueza^
No nos separen de Cristo,
Que por esperiencia ha visto
Cuanto peligro hay aquí.
N. Y.
1, Iglesia de Cristo,— Reanima el amor,
Y alegre en h noche— -Espera al Señor,
VIDA CRISTIANA,
191
Jesús el Esposo — Vestido de honor,
Viniendo se anuncia — Con fuerte clamor.
Coro. — Levántate, Iglesia, — Sacude el sopor,
Que viene en las nubes — Tu Esposo y Señor.
2. Si algunos dormitan — Sintiendo el dolor,
La fé sea en todos — El despertador.
Velad, compañeros, — Velad sin temor,
Que está con nosotros — El Consolador. — Coro.
3. El hombre en sus males— Infiel pecador
Se entrega en los brazos — Del sueño traidor;
Mas el que es amado — Del buen Salvador,
Velar esperando — Prefiere mejor. — Coro.
4. La noche difunde — Su negro pavor,
Mas pronto del alba — Saldrá el resplandor.
En tanto esperamos— El primer albor,
Cantemos en coro — Con gracia y ardor: —
Coro.
M. Cosido.
1. Oh! cuan grato observar los hermanos
Apretarse en abrazos estrechos,
Enlazados alegres sus pechos
Con los grillos de santa piedad!
Y de Cristo el amor á torrentes
Descenderé inundarles el alma,
Que en celeste y dulcísima calma
Da consuelo y remedio á su mal!
2. Es cual óleo de vaso divino
Que se entiende de Aaron en la frente,
1% VIDA CRISTIANA .
Cae luego impregnando el ambiente,
Y las gotas perfuman sus piés.
Es rocío del alba brillante
Al caer de Sion en la cumbre,
Do de amor celestial á la lumbre
Se destila la gracia cual miel
Moka.
217.
í. Amémonos, hermanos,
Con religioso amor;
Seamos sólo un alma
Y un sólo corazón.
2. Amémonos, hermanos,
Que así lo quiere Dios,
Con hechos y con obras,
No con palabras, no.
3. Amémonos, hermanos,
Pues quien no siente amor,
Cadáver es errante
Que la tumba arrojó.
4. Amémonos, hermanos,
Y al mundo tentador,
Amándonos, digamos
Que Cristo nos salvó.
H .
218.
1. Jesús, fuente de bien inagotable,
Dulcísimo Señor!
VIDA CRISTIANA. 197
Benigno mueve nuestros corazones
A procurar tu amor.
2. ¿Qué tesoros podremos ofrecerte,
Si el mundo tuyo es?
¿Qué hay rico para tí, si el alio cielo
Es alfombra á tus piés?
3. Mas tienes en el mundo hermanos pobres,
Que te aman con verdad,
Y esperan de tus manos el auxilio
En su necesidad.
4. «Lo que hiciéreis con estos pequeñuelos,
— Dijiste, — á mí lo hacéis.»
Por tanto, buen Maestro, conocemos
Ya lo que vos queréis.
5. Queréis vernos dar pan á los hambrientos
Y agua al que tiene sed;
Visitar al enfermo, al desvalido
Mostrar gracia y merced.
6. Consolar en La cárcel al que gime,
Al desnudo vestir;
Con el necesitado peregrino
Nuestro hogar compartir.
7. Así, cuando levante el infortunio
Su doliente clamor,
Tu suplicante voz reconozcamos
Que llama á nuestro amor.
S. Y en tu nombre el socorro dispensemos;
Que solamente así,
Sirviendo á tus hermanos, te servimos,
Señor Jesús, á tí,
J. B. CABREEá.
19S
VIDA CRISTIANA,
219.
1. Los santos de la tierra y los del cielo
Componen una sola comunión:
Todos la gracia del Señor reciben
Unidos por los lazos del amor.
2. Una sola familia en él formamos,
Una iglesia no más arriba, aquí,
Que hoy tan sólo separa estrecho arroyo,
Aquel arroyo estrecho del morir.
3. Un ejército solo del Dios vivo,
Su voz nos es forzoso obedecer;
Una parte ha cruzado ya el torrente,
Y la otra parte cruzará después.
4. Vedlo! millares su inmortal morada
Van cada dia alegres á buscar;
Nosotros ya llegamos á la orilla,
Pronto tras ellos hemos de pasar.
5. ¡Señor Jesús! sé siempre nuestro guia:
Aplaca de las olas el furor,
Y al fin haznos anclar allá en el cielo,
Como en puerto de eterna salvación.
Mora.
1.
Dime la antigua historia
Del celestial favor:
De Cristo y de su gloria,
De Cristo y de su amor.
VIÍ>A CRISTIANA.
199
Dímela con llaneza
Propia de la niñez,
Porque es mi mente flaca
Y anhela sencillez.
Coro. — Dime la antigua historia,
Cuéntame la victoria,
Háblame de la gloria
De Cristo y de su amor.
2. Dime esa grata historia
Con lentitud, y así
Conoceré la obra
Que Cristo hizo por mi.
Dímela con frecuencia,
Pues soy dado á olvidar;
Y el matinal rocío
Suele el sol disipar. — Coro.
3. Dime tan dulce historia
Con tono claro y fiel:
Murió Jesús, y salvo
Yo quiero ser por él.
Dime esa historia siempre,
Si en tiempo de aflicción
Deseas á mi alma
Traer consolación. — Coro.
4. Dime la misma historia,
Cuando creas tal vez
Que me ciega del mundo
La falsa brillantez.
Y cuando ya me alumbre
De la gloria la luz,
Repíteme la historia:
"Quien te salva es Jesús.» — Coro.
J. B. Cabreka
200
VIDA CRISTIANA
221.
1. Grato es decirla historia
Del celestial favor:
De Cristo y de su gloria,
De Cristo y de su amor.
Me agrada referirla,
Pues sé que es la verdad,
Y nada satisface
Cual ella mi ansiedad.
Coro. — ¡Qué bella es esa historia!
Mi tema allá en la gloria
Será la antigua historia
De Cristo y de su amor.
2. Grato es decir la historia
Más útil al mortal,
Que en glorias y portentos
No reconoce igual.
Me agrada referirla,
Pues me hizo mucho bien;
Por eso á tí deseo
Decírtelo también. — Coro.
3. Grato es decir la historia
Que, antigua sin vejez,
Parece al repetirla
Más dulce cada vez.
Me agrada referirla;
Pues hay quien nunca oyó,
Que para hacerle salvo
El buen Jesús murió. — Coro.
4. Grato es decir la historia;
El que la sabe ya,
VIDA CRISTIANA.
201
Parece que de oiría
Sediento aun está.
Y cuando el nuevo canto
En gloria cantaré,
Será la antigua historia
Que en vida tanto amé. — Coro.
1. Soy un gusano del suelo,
Cuyo anhelo
Se alza á tu eterna bondad:
Soy una sombra que pasa,
Mas se abrasa
Ardiendo en sed de verdad.
2. Soy hoja que el viento lleva,
Pero eleva
A tí un susurro de amor:
Soy una vida prestada,
Que en su nada
Tu infinito ama, Señor.
9. Soy un perenne deseo,
Y en tí veo
Mi objeto digno, inmortal:
Soy una inquieta esperanza,
Que en ti alcanza
Su cumplimiento final.
J. B. Cabrera.
N. Y,
VIDA CRISTIANA.
223.
En Jesús mi esperanza reposa,
Mi placer es tan sólo Jesús;
Y mi vida por él es gloriosa,
Cual gloriosa su muerte de cruz.
Alma pura que al cielo se eleva,
Que palpita del hombre en amor,
En Jesús mi gozar se renueva,
Porque en él se templó mi dolor.
Yo sufrí mil pesares del mundo,
Yo las dichas del alma perdí;
Era acíbar mi llanto profundo,
Era inmenso el dolor que sufrí.
Pero luego en Jesús la mirada
Con amor entrañable fijé;
Y mi alma quedó consolada,
Porque en él mis venturas hallé.
Junto a mi Dios deseo
Siempre morar,
Aunque jamás el mundo
Me quiera amar.
Que del mundo no soy;
Solo por el transito,
Al cielo voy.
H M.
VIDA CRISTIANA.
20S
2. Solo á mi Dios el alma
Sabe querer,
Porque de amor él llena
Todo mi sér.
Veraz es mi Señor,
Que dice en su palabra,
«Dios es amor.»
3. ¡Mi Dios, mi bien, mi todo!
Llégate á mi;
No permitas que more
Léjos de tí.
Tú me recibirás;
Que estar sin tí no puedo
Hay para mí solo un bien en la tierra,
Y es Dios, que inflama sin cesar mi ardor;
Solo mi Dios consuelo y paz encierra
Y ansioso vuela á solo Dios mi amor.
Mi Dios, mi Dios, mi corazón sosten,
Porque eres tú mi solo Dios, mi bien.
Sólo mi Dios toda dolencia cura,
Sólo á mi Dios el alma buscará,
Sólo mi Dios consuela mi tristura,
Y nada ya sin Dios me bastará.
Nunca, jamás.
J. B. Cabrera.
Su ternura bendigo,
Y sin cesar le digo:
Repita mi alma en tanto
De paz el dulce canto;
204
VIDA CRISTIANA.
Mi Dios, mi Dios, mi corazón sosten,
Porque eres tú mi solo Dios mi bien.
3. ¿Qué sinsabor amarga la alegría
Del corazón que Dios llega á elevar?
¿Quién temerá, gran Dios, si en tí confía?
No hay males, no, para quien sabe amar.
Es la canción del celestial Edén:
Mi sólo Dios, mi amor, corona y bien.
Do todos cantarán
Eternos himnos al Señor
Y dichosos serán.
Coro. — Voy allá, voy allá,
Mi corona de triunfo á llevar,
Con Jesús en la gloria á morar.
2. Hay, sí, un mundo mejor,
Do no podrán entrar
Ni el alma enferma, ni el dolor
Que nace del pecar. — Coro»
3. Hay, sí, un mundo mejor
Que el mortal hoy no ve,
Mansión del pobre pecador
Salvado por la fé. — Coro.
4. Hay, sí, un mundo mejor,
Léjos de todo mal,
Do nos convida el Salvador
A vida celestial. — Coro.
Amar al Dios del cielo
Desde este pobre suelo,
Hay, sí, un mundo mejor,
l'IDA CRISTIANA.
•>05
227.
Por fé ardiente inspirado,
Cordero inmaculado,
Yo te contemplo:
Atiende mi oración,
Pues diste redención
Con tu grande expiación
Y con tu ejemplo.
Plegué á tí que tu gracia
Me aliente en la desgracia,
Y me consuele;
Que con profundo amor
Te sirva yo, Señor,
Aunque acerbo dolor
Cruel me desvele.
Mientras que peregrino
Por el mundo camino,
Sé tú mi estrella:
Entre la oscuridad
De culpa y de maldad,
La luz de tu verdad
Clara destella.
Cuando la muerte fiera
De esta vida ligera
Cortare el hilo,
Divino salvador,
Sostenme con tu amor,
Y dame por favor
Celeste asilo.
C. Bransbt
206
VIDA CRISTIANA.
228.
2.
a.
Peregrino en el desierto,
Guárdame, gran Jehová.
Yo soy débil, tú potente;
Tu diestra me sostendrá.
Nútreme con pan del cielo,
Que alimento al alma dá.
Abreme la fuente pura
Cuya agua me ha de curar.
Que la columna de fuego
Sea mi guía inmortal.
¡Oh defensor! sé mi fuerza,
Mi escudo y seguridad.
Líbrame de todo miedo
Cuando me acerque al Jordán,
Y al morir, contento y salvo
Desembárcame en Canaan;
Y cantares de alabanza
Eternos he de entonar.
Jesús mió, á tu mandato
Lanzo mi barca atrevido
jo á mi pátria, do en hondo pecado
Yace cada cual dormido.
Todo lo abandonaría
Para bogar hácia el cielo
En tu dulce compañía,
Mora.
VIDA CRISTIANA.
¿Qué importa si el mar es ancho
Y las olas encrespadas?
¿Y qué si los vientos combaten furiosos
Mis velas despedazadas?
¿Qué son todos sus furores,
Si voy pensando en el Cristo,
Amigo de pecadores?
Cristo es mi firme piloto,
Y su palabra es mi norte:
Desprecio huracanes, si tengo tal amo
Que me guíe y me conforte.
Amoroso, fiel y fuerte,
Confío en que ha de salvarme
En el trance de la muerte.
De escollos por todas partes
, Sembrado está el océano;
Mas Él libraráme de todo peligro
Guiándome con su mano.
No me hundiré en el profundo
Si se digna sostenerme
Aquel que sostiene al mundo.
Por la fé ya el puerto miro,
De descanso eterno lecho:
¡Oh alma! despliega tus alas y vuela
De Jesús al dulce pecho.
A esas playas celestiales
Llegue yo, do ya no agitan
Oleadas ni vendavales.
Ven, aura celeste, y dame
De gracia soplo divino,
Que impela mi barca de abajo á los cielos
El puerto de mi destino.
Con toda vela empujado,
208
VIDA CRISTIANA.
Coro.
2.
3.
4.
5.
Entro, dejando gozoso
Este mundo y el pecado.
Mora.
Rota la egipcia cadena
Que nuestro cuello oprimía,
A nuestra dulce morada
Nuestros pasos se encaminan.
¡Aleluya! Esta es la senda
Que á Dios nuestro Rey, nos guía.
De Cana á la sacra tierra
Marchamos, á donde habitan
La libertad y el reposo
Y perdurable delicia. — Coro.
Cesarán nuestros pesares
En esa mansión querida,
Do no es dable que la pena
Emponzoñe nuestra vida. — Coro.
Pero callad, que á lo lejos
Resuena grata armonía:
¡Dios en Caná triunfa y vence;
Ya Dios en Caná domina! — Coro.
Allí en himnos celestiales
Mil voces le solemnizan,
Y en amor de Dios se inflaman
Los que á su poder se humillan. — Coro.
Nuestras voces a sus voces
Y á la suya nuestra dicha •
Se unirán, y cantaremos
Al que del yugo nos libra. —Coro.
VIDA CHJ&TIAXA.
209
•Qué venturas nos aguardan!
,Cómo el corazón se anima,
Pensando en el lin dichoso
Que tendrán nuestras fatigas? — Caro.
Voy al cielo, soy peregrino,
A vivir eternamente con Jesús;
El no> abrió ya veraz camino,
Cuando murió por nosotros en la cruz.
-Voy al cielo, soy peregrino.
• A vivir eternamente con Jesús.
Muerte, duelos, amarga pena
Nunca, nunca se podrán sentir allá:
Preciosa vida de gozo llena
El alma mia sin fin disfrutará. — Coro.
Pátria santa, bendita y pura,
A ti llegaré salvado por Jesús;
Y gozaré célica ventura,
Viendode su rostro la divina luz. — Qjro
ilOEA.
E. DE B.
Al cielo iré; peregrino
Por los senderos del mundo,
Por su piélago profundo
Tú eres, Jesús, mi camino
14
VIDA CRISTIANA.
Al cielo iré; si mis huellas
Ensangrientan las espinas,
Tú te ceñiste con ellas,
Jesús, las sienes divinas.
Al cielo iré; si ahora triste
Vago entre abismos oscuros,
Por mí el acíbar bebiste,
Jesús, con tus labios puros.
Al cielo iré; no más nieblas
Me robarán su alma luz,
Jesús rasgó las tinieblas
Muriendo por mí en la cruz.
Al cielo iré; ya son ciertas
Las esperanzas de mi alma,
Que Jesús le abrió las puertas,
Y allí le espera la palma.
Al cielo voy, al cielo voy;
Yo confío en mí Jesús.
Salvado soy, salvado soy,
Por su muerte en la vil cruz.
Yo sé que vive mi Señor,
Yo sé que dura aun su amor;
Yo sé que en gloria y esplendor
Viviré con mi Jesús.
Al cielo voy, al cielo voy;
Yo confio en mí Jesús.
Salvado soy, salvado soy,
Por su muerte en la vil cruz.
J. de Palma.
VIDA CRISTIANA.
Yo sé que su sangre vertió.
Con ella mis manchas lavó;
Si pues de tal modo me amó,
Viviré con mi Jesús.
AI cielo voy, al cielo voy;
Yo confío en mi Jesús.
Salvado soy, salvado soy,
Por su muerte en la vil cruz.
Feliz el que confia en él,
Porque es amigo siempre fiel.
Jamás seré a su amor infiel;
Viviré con mi Jesús.
Yo voy viajando, sí;
Al cielo voy.
Sea mi canto aquí:
Al cielo voy.
Tus penas en la cruz
Me llevan á la luz
Do le veré, Jesús.
Al cielo voy.
Si duelos hay aquí,
Al cielo voy;
No se tendrán allí:
Al ciclo voy.
Contigo, mi Señor,
En gloria y en amor
No sentiré dolor.
Al ciclo voy.
K. DE B.
VIDA CRISTI AIS A.
Del mundo del dolor,
Al cielo voy,
En paz y sin temor,
Al ciclo voy.
¡Qué gozo me dará
Ver á Jesús allá!
El mi placer es ya.
Al ciclo voy.
Meditad en que hay un hogar
En la márgcn del rio de luz,
Mas allá,
Donde van para siempre á gozar
Los creyentes en Cristo Jesús.
Mas allá, más allá.
Meditad en que hay un hogar
Más allá, más allá, más allá,
En la márgcn del rio de luz.
Meditad en que amigos tenéis
De los cuales marchamos en pos,
Más allá;
Y pensad en que al fin los veréis
En el alto palacio de Dios.
Más allá, más allá.
Meditad en que amigos tenéis
Más allá, más allá, más allá,
De los cuales marchamos en pos.
En que mora Jesús meditad
Donde seres que amamos están,
Más allá;
E. DE B.
VIDA CRISTIANA.
213
Y á la tierra bendita volad
Sin angustias, temores ni afán.
Más allá, más allá.
En que mora Jesús meditad
Más allá, más allá, más allá,
Donde seres que amamos están.
Reunido á los mios seré,
Mi carrera á su fin loca ya;
Más allá;
Y en mi hogar celestial entraré
Do mi alma reposo tendrá.
Más allá, más allá.
Reunido á los mios seré,
Más allá, más allá, más allá;
Mi carrera á su íin toca ya.
¡Descanso á la ansiedad
Y al horrible temor!
Descanso, sí, esperad
Hallar en el Señor.
¡Cuán dulce y grato para mí,
Señor, será el descanso en lí!
Sin sombras de dolor
Allí podréis gozar
La paz y dulce amor
Que el pecho han de llenar.
;Cuán dulce y grato para mí,
Señor, será estar junto á ti!
El corazón allí
Fuerza y vigor tendrá,
P. Castro.
VIDA CRISTIANA,
Y el pesar cual aquí
Ya no lo turbará.
¡Cuan dulce y grato para mí,
Será, Señor, amarte allí!
Hay un redil: ni una oveja
Se estravia de él ni pierde;
Hay un prado siempre verde
Que jamás la noche vió.
Sobre collados eternos
A la luz de Dios se tiende,
Su sonrisa á él desciende
Y de gozo lo colmó.
Si hondo valle y turbias aguas
Esa tierra apartan de esta,
Tengo un Pastor que se apresta
Seguro á llevarme allí.
De mi alma será morada;
Que aunque frió esté é inerte
Mi cuerpo un dia, la muerte
Perdió su poder en mí.
Sí; después de muchas lágrimas
Y después de ansiedad mucha,
Durante la larga lucha
Contra el mundo y contra el mal,
Saldré de este mundo vano
Triunfante del enemigo,
A vivir siempre contigo,
Oh Salvador celestial.
J. de Palma.
VIDA CRISTIANA.
215
238.
J. Contemplamos del mundo dichoso
Los placeres que Dios nos dará,
El país lo creemos hermoso;
Mas hallarnos allí ¿qué será?
2. Meditamos el gozo, la gloria,
La grandeza sin fin que tendrá
El mortal que ganó la victoria;
Mas hallarnos allí ¿qué será?
3. Presentimos el dia esplendente
Que en el santo país brillará,
Por Jesús el Cordero inocente;
Mas hallarnos allí ¿qué será?
4. Bien sabemos que llanto, ni duelo,
Ni pecados, ni males habrá
En la casa de Dios, en el cielo;
Mas hallarnos allí ¿qué será?
1. En las regiones— Inmaculadas,
Ricas mansiones — Que el Señor dá,
Hay muchas cosas — Grandes y amadas
Y muy preciosas:— Cristo allí está.
2. Ciclo provisto — De las delicias
De Jesucristo, — Cielo de amor:
Los convidados — Cantan albricias,
Siendo llamados — Por el Señor.
H. M.
216
VTDA CRISTIANA.
3. Sitio sagrado, — Dó la ventura
Se ha conservado, — Sitio del bien;
Gloria inefable — Siempre segura
Y perdurable, — Gloria de Edén.
4. Los que creemos — Con esperanza,
Eso leñemos — Que desear:
A eterna vida, — Vida de holganza,
Dios nos convida — Para gozar.
5. Los que en tí esperan, — ¡Dios santo y
bueno!
Y te veneran, — Creen aquí:
Los que tú llamas, — Siempre en tu seno,
Porque los amas, — Gozan allí.
6. En su existencia, — Goces del alma,
Por tu presencia — Tienen la paz;
Y allí en tu gloria — Lie van la palma
De la victoria,— Viendo tu faz.
M. Cosido.
240.
1. Una región existe en las alturas,
Donde reinan en goces celestiales
Aquellas almas puras
Que la muerte libró de nuestros males.
2. Allí la eterna primavera habita,
Allí domina eterna bienandanza,
La flor de la esperanza
Nunca allí se deshoja ni marchita.
3. Más que en los valles de Canaan serenos,
Todo es allí esplendor, todo hermosura,
VIDA CRISTIANA.
Donde, de gozo llenos,
Los santos ven de Dios la esencia pura.
4. ¡Cuándo será que, suelta nuestra vida
Del yugo del error en que penamos,
Partícipes seamos
De la gloria a los justos prometida!
Mora.
241.
1. Oh! ¡quién en tí morara,
La celestial Sion,
Del redimido patria
Y alcázar de mi Dios!
Allí, sin inquietudes,
Seria mi canción
Un Aleluya cierno
Al Rey mi Salvador.
2. Oh! ¡quién allá morára!
Tu pronta aparición,
Estrella matutina,
Espero con ardor;
Tráemc alegres nuevas
Del dia que en Sion
Veré en su plena gloria
Al Rey mi Salvador.
3. Oh! ¡quién allá morára!
Prodúceme aflicción
Pensar que aun al mundo
Tan apegado estoy.
Las cuerdas que te atan
Quebranta, corazón,
218
VIDA CRISTIANA.
Y sube á la presencia
Del Rey mi Salvador.
4. Oh! ¡quién allá morara!
Mi agradecida voz
Alegre cantaría
Los himnos de Sion;
Y allí, do resplandece
En dia eterno el sol,
Vería en su hermosura
Al Rey mi Salvador.
5. Oh! ¡quién allá morára!
¡Si yo en su derredor
Tuviera ya tendido
Mi blanco pabellón!
A su agradable sombra
Disfrutaría yo
La gloria de la gracia
Del Rey mi Salvador.
1. Dador celeste de la eterna vida,
Divino Salvador,
Tú formas á la Iglesia tan querida,
Objeto de tu amor.
2. Si en esta tierra, efímera existencia,
La suerte es el morir,
Tú tienes de la vida la potencia,
Y nos harás vivir.
P. Castro.
3.
Los cuerpos de los muertos, trasformados
Por tu virtud serán:
VIDA CRISTIANA. 219
Del seno de la tumba levantados,
En gloria existirán.
4. La muerte causa en su total miseria
La descomposición;
Mas tú, Señor, harás de la materia
La regeneración.
5. Por tí, Jesús, en la palingenesia, (1)
Con cuerpo celestial,
Cual vives, vivirá tu amada Iglesia
Gloriosa é inmortal.
M. Cosido.
XII— PARA OCASIONES ESPECIALES.
PARA LA MAÑANA.
243.
1. Despierta, mi alma, — Basta de sueño;
Levanta y ora — Al Dios eterno.
2. Ve que este dia, — Sin merecerlo,
Dártelo quiso — En tu consuelo.
3. Deja el regalo — De ese vil cuerpo;
Busca el del alma — Util y cierno.
4. Ve que has pecado, — Mira que has hecho
En la ley santa — Poco progreso.
(1) Palingenesia significa regeneración.
220
PAftA LA MAÑANA.
5. Ya es tiempo, ¡oh alma!— Mires al cielo,
Y que en él busques — Placer sin riesgos.
6. Solo allí puedes — Gozar sin miedo
Bienes plausibles, — Reales y eternos.
R.
1. En buen hora vengas, — Benéfico dia,
Mostrando á los hombres — Con tu luz benigna,
Con tus resplandores — Y tus melodías,
Las bellas hechuras — Del Dios que te envia.
2. ¡Señor poderoso! — Gracias infinitas
te ofrece y tributa — Mi alma rendida,
Por tantos favores— Con que le acarician
Tu bondad excelsa, — Tu piedad divina.
3. Haz, Padre amoroso, — Que todo este dia
A tí lo consagre — La gratitud mia;
Y pues eres dueño — De mi alma y vida,
Mueve mis deseos, — Mis acentos guía;
4. Mi atención dirige, — Mi ternura escita,
Para que á tí solo, — Bondad infinita,
Con ardiente anhelo — Y voluntad fina
Te quiera, te ame, — Te adore y te sirva.
J. Chacón.
1. Soy ante vos, Rey del cielo,
Polvo humilde y ruin escoria;
PARA LA MAÑANA.
Mas permitidme el anhelo
De alzarme del triste suelo
Para ensalzar vuestra gloria.
Y pues mandáis nuevo dia
Que de la noche el capuz
Rasgue, esparciendo alegría,
No neguéis al alma mia
De vuestra gracia la luz.
Que ella ámis obras presida,
Pues dedicarlas á vos
Osa esta alma agradecida,
Que á su Dios debe la vida
Y la consagra á su Dios.
Autor de todo, Dios mió,
Mandas al dia nacer,
Al sol desplegar su brío,
A la noche fenecer:
Manda crezca, — manda crezca
En mi corazón la fé.
Tu dedo, Dios bondadoso,
Fué mi guia protector;
Mi sueno no fué afanoso,
Ni hube penas ni temor:
Dame gracia, — dame gracia
Y nueva vida y vigor.
Reina en mi alma, luz del cielo;
A tí me quiero entregar,
X. Y.
222
PARA LA MA.NA.NA.
Tu solo amor es mi anhelo,
Tus riquezas mi gozar;
Yo le ofrezco, — yo te ofrezco
Mi corazón en tu altar.
H. M.
247.
1. Despierta, mi alma, y con el sol recorre
Del diario deber la noble senda;
Sacude tu letargo, y de alabanzas
Eleva á Dios la matutina ofrenda.
2. Redime el tiempo malgastado, y vive
Cual si fuera este dia tu postrero;
De los medios de gracia te aprovecha
Para el dia del juicio postrimero.
3. Sincera y en verdad sea tu vida,
Tu conciencia cual limpio firmamento;
Pues Dios contempla sin cesar tus obras,
Tus caminos y oculto pensamiento.
4. Despierta, corazón, y alas alturas
Do los ángeles moran, te levanta,
Y al coro une tu voz, que en incansable
Acento al Rey eterno gloria canta.
5. Gloria átí, que en la noche me has guar-
dado,
Prestándome vigor mientras dormía.
Haz, Señor, que del sueño de la tumba,
Despierte á un inmortal y feliz dia.
J. B. Cabrera.
PARA LA f ARDE.
223
248.
PARA LA TARDE.
1. Habita en mí, Señor, vive conmigo;
La tarde tristemente se apresura,
Las tinieblas condensan su pavura,
Y estoy contento porque pienso en ti.
Aunque amigos ingratos me abandonen,
Y aunque me falte el mundanal consuelo,
Cesarán las angustias de este suelo,
Con tal que habites, buen Jesús, en mi.
2. ¡Amparo del que sufre y del que llora!
Aunque me engañe y atormente el mundo.
Con tal que goce de tu amor profundo,
Estoy contento porque pienso en tí.
Anhelo tu presencia en cada instante,
Solo tu gracia sostenerme puede,
Y el tentador ante ella retrocede
Con tal que hábiles, buen Jesús, en mí.
3. Pasa la vida con sus falsos goces,
Huye el placer y la ilusión fenece;
Mas quien está contigo no perece,
Contento vive porque piensa en ti.
En el madero de la cruz moriste
Para darle al cristiano vida y ciclo;
Yo gozaré tan plácido consuelo
Con tal que habites, buen Jesús, en mi.
H. R.
TARA LA TARDE.
249.
Mientras que el sér me anime.
Do quiera tienda el pié,
Tu clemencia sublime.
Señor, anunciaré.
El sol desde occidente
A mí tendido vio
Tu brazo omnipotente,
Que del mal me salvó.
Invocóle, Dios mió,
Porque quiero vivir;
Y mi alma á li confio,
Mi gloria y porvenir.
A tu sombra paterna
Tranquilo dormiré,
Pues dicha sempiterna
En paz en tí hallaré.
PARA LA NOCHE.
De la aurora en el silencio
Y de la noche en la calma,
Gracias mil os rinde mi alma
Por vuestra bondad, Señor.
Mi vida, que es obra vuestra,
Benigno habéis conservado.
h. M.
PARA LA NOCHE.
225
1.
•2
Y el sustento me habéis dado
Con un paternal amor.
Reconocida seáis,
Oh Providencia infinita,
Glorificada y bendita
Por toda la creación;
Mientras mi pobre homenaje
Yo os tributo reverente,
Y os demando humildemente
Vuestra santa bendición.
En el curso de este dia
Nos cercó tu dulce amor;
Tu poder nos protegía,
Y con cantos de loor
Saludamos, — saludamos
A lí, nuestro Redentor.
Danos horas de reposo.
Déjanos en paz dormir;
Cuídanos, Señor bondoso,
Nuestros males haz huir:
De peligros, — de peligros
Tú nos puedes encubrir.
Y en el fin déla existencia
Cuando tú á llamarnos vas,
Esperamos tu clemencia
Y morir en dulce paz,
Y de entonces, — y de entonces
No apartarnos de tí más,
N. Y.
H M.
15
22(5
PARA LA NOCHE,
252.
1. Loor á ti, mi Dios, en esta noche
Por todas tus bondades de este dia;
Guárdame, y sean tus potentes alas,
Rey de los reyes, la defensa mia.
2. De cuantas faltas hoy he cometido
Perdóname, Señor, por tu Hijo amado;
Y con vos, con el prójimo y conmigo
Quede ántes de dormir, reconciliado.
3. Enséñame á vivir, que no me espante
Más la tumba que el lecho del reposo;
Enséñame á morir, para que pueda
En el juicio despertar glorioso.
4. Oh! logre reposar en tí mi alma,
Y mis párpados cierre dulce sueño,
Sueño que pueda más vigor prestarme
Para servirte al despertar, mi Dueño.
5. Y si en la noche permanezco insomne,
Inspira ámi alma ideas celestiales;
No turben mi quietud malos ensueños,
Ni me acosen las fuerzas infernales.
1. ¡Oh sol del alma, Salvador preciado!
No estoy á oscuras si te tengo ai lado.
No se alce nube terrenal, oscura,
Que á mis ojos esconda tu hermosura,
J. B. Cabrera.
PARA LA XOCTÍE.
227
2. Cuando en blando rocío el dulce sueno
Se apodere de mí cual grato dueño,
Mi última idea lú; y tu seno manso
Déme eterna] y salvador descanso.
3. Permanece á mi lado noche y día,
Que imposible sin tí vivir seria,
Cuando el cáliz final al labio llevo,
Porque sin lí ni aun á morir me atrevo.
4. Si algún hijo infeliz que el vicio inclina,
Hoy rechaza sin fé tu voz divina,
Sálvale de su error, ponte á su lado,
Y no vuelva á yacer en el pecado.
5. Vela por el enfermo, ampara al pobre;
Haz que el cieg-o en el mal la luz recobre;
Del afligido alivia la dolencia
Con el puro dormir de la inocencia.
6. Bendíceme al nacer, Jesús divino,
Sostcumc de este mundo en el camiuo,
Hasta que de tu amor en el torrente
Mi ser confunda en el celeste ambiente.
PARA CUALQUIERA HORA.
Ya en el mar el sol apaga
Sus encendidos torrentes,
Y las azules corrientes
Su esplendor último halaga,
Mora.
Pero tu fuego perenne
PARA CUALQUIERA HORA.
Eterna Trinidad Santa,
Brilla con igualdad tanta
Que jamás ocaso tiene.
Al ver los astros del cielo
En la noche te alabamos,
Y cuando aurora miramos
Prodigar risas al suelo.
Te ensalzamos cuando doran
Solares rayos primeros
Los montes mal altaneros
Que entre nubes al fin moran.
Te cantamos cuando el dia
Se adelanta, y cuando vemos
La llama que en medio habernos
De su rubicunda vía.
Otra vez te bendecimos
Cuando concluyen sus luces,
Viendo como nos conduces
Por el mundo en que vivimos.
Ven á mí, Señor Dios mió,
Cuando el sueño de mí alejo,
Cuando en ténue reflejo
Ya se deja el dia ver;
Y en mi corazón levanta
Pensamientos, que hasta el cielo
Cual perfume en blando vuelo
Logren puros ascender,
N. Y.
PARA CUALQUIERA HORA.
229
Ven á mí cuando el sol vierto
De calor y luz raudales,
Y en negocios terrenales
Engolfado estoy tal vez:
No me eclipsen la luz pura
De tu rostro cariñoso,
Ni mi dia esplendoroso
Se convierta en lobreguez.
Ven á mí cuando la tarde,
Puesto el sol, queda sombría:
Y si incauto de tu vía
Se apartó mi corazón,
Haz que á tí sumiso vuelva:
Y hazme ver tu faz divina,
Cual estrella vespertina,
Sonriendo en dilección.
Ven á mí cuando el silencio
De la media noche llega,
Y tardío el sueño niega
Su balsámico vigor:
Que mi espíritu cansado
Su reposo, no en el lecho,
Mas cual Juan, halle en el pecho
De mi amado Salvador.
Ven á mí en cada momento
Triste ó grato de mi vida;
Y al ser esta fenecida,
¡Oh mi Dios y sumo bien!
Mándame que á ti yo vaya:
Y en la pátria de ventura
Do resides, tu crin tura
Residir pueda tambion.
J. B. Cabrera.
230
PARA Ei. DOMINGO.
256.
PARA EL DOMINGO,
1. Del trabajo seis dias concluyeron,
Y otro sábado santo ya empezó;
Vuelve, alma mia, á disfrutar tu holgura,
Aprovecha deldia que bendijo el Señor.
2. Oh! gracias al que al ánimo cansado
Da tal holgura en su incesante amor,
Que esta muestra del cielo nos concede,
Y el pan de siete dias en uno reunió.
3. Oh! suban nuestros gratos pensamientos,
Como nube de incienso en suave olor;
Baje del cielo aquel reposo dulce
Que solo aquel conoce que su influjo sintió.
4. Esta calma celeste en nuestro seno
De un descanso glorioso es el albor;
Para la iglesia del Señor eterno
Fin de todas las penas, fin de todo dolor.
5. Que entre santos deberes y placeres
Se deslice este dia, y en amor.
Dulce es gozar así tan santo dia,
Esperando el eterno de nuestra salvación.
Mora.
1.
Hoy es dia del reposo,
Dia santo de solaz;
PARA EL DOMINGO.
231
Es el dia venturoso
Que nos trae dulce paz.
Este dia señalado
Con el sello del amor,
Nuestro Dios lo ha designado.
Es el dia del Señor.
2. Celebremos á porfía
Al autor de este gran don,
Que nos dá el festivo dia
Y se goza en el perdón.
Aceptemos con buen gusto
El descanso semanal,
Esperando el dia augusto
Del reposo celestial.
3. Dios trabaja con su Hijo
Para hacernos reposar;
En el tiempo que él predijo
Vino el Cristo á trabajar:
Y Jesús por nuestra suerte
Hasta el hades descendió;
Mas al hades y á la muerte
Con poder juzgó y venció.
4. Los que á tí nos allegamos
Por Jesús, Dios de verdad,
Hoy alegres te cantamos,
Que es eterna tu bondad.
De este dia la memoria
Siempre se celebrará,
Y en los cielos con la gloria
Por los siglos durará.
M. Cosido.
23£ PARA EL DOMINGO,
258.
1 . Calle el ruido, cese el negocio
Con los afanes que lleva en pos!
Disfrute el alma
Reposo y calma
Hoy, y ejerciendo su sacerdocio
Bendiga á Dios.
2. Eleve al cielo sus alabanzas
En nobles cantos de gratitud,
Y ensalce el nombre
Del Dios y Hombre,
En quien ha puesto sus esperanzas
Para salud.
3. Calle, y silencio guarde profundo
De las pasiones la agitación!
Solo resuene
Firme y perenne
La voz divina que anuncia al mundo
Paz y perdón.
4. Y los mortales presten oidos,
Y abra sus ojos celeste luz,
Y ansien pura
Dicha y ventura,
Y se cobijen arrepentidos
Bajo la cruz.
5. Este es el dia por excelencia
Que entre los dias hizo el Señor!
En tierra y cielo
Con dulce anhelo
PARA EL DOMÍ.NGO. 233
Todos le rindan en competencia
Gloria y loor.
J. B. Cabrera.
259.
1. Eleva, alma mia, tu mente a los cielos,
Y allí en luz y gloria contempla al Señor;
No temas humilde llegarte á su trono,
Que es trono de gracia fundado en amor.
2. Temiera, Dios mió, si en propia justicia
Osara apoyado llegar hasta tí;
Mas ora tu misma justicia soy hecho
En Cristo que ha dado su vida por mi.
3. Me acerco cual hijo que viene á su Padre,
Cual hijo que acude gozoso al hogar,
Y el grato reposo, las tiernas caricias
Que explayan el alma, desea gozar.
4. Me acerco, y postrado delante del trono
Do irradian la gracia, perdón y salud,
Humilde te adoro, y ansio ofrecerte
El dulce homenaje de mi gratitud.
5. Ansio mis voces unir á las voces
Del coro que eleva cantar celestial;
Y en santa armonía loar tus bondades,
Tu eterna justicia, tu gloria inmortal.
6. Acepta, Diosmio, mi ofrenda, aunque pobre;
Conozco humillado su escaso valor;
Mas hágala grande, valiosa á tus ojos.
El nombre adorado de Cristo el Señor.
J . B. Cabrera.
234 AÑO SUEVO.
260.
AÑO NUEVO.
1 . ¡Dios Eterno! en tu presencia
Minutos los siglos son,
Y un segundo la existencia
De cada generación.
2. Mas el hombre que á tu lado
Ansia volar con fé,
En su curso prolongado
;Cuán lentos los años vé!
3. Otro año ha fenecido
Que nuestra vida acortó,
Y al descanso apetecido
Un paso nos acercó.
4. Gracias mil por tus mercedes
Tu pueblo, Señor, te da;
Y pues tú todo lo puedes,
Tu diestra nos sostendrá.
5. Llena el año que hoy empieza
De gracia y de santidad,
Y cólmalo con largueza
De paz y felicidad.
6. Pió las faltas perdona
De nuestra amada nación;
Y sus esfuerzos corona
De ventura y bendición.
7. Elígela por morada,
Brille en ella la virtud,
ANO NUEVO .
235
Y tu Palabra sagrada
Resuene de norte á sud.
3. Haz que se conserve pura
En nuestras almas la fe;
Y de tu sonda segura
Jamás se deslice el pié.
9. Visita nuestras familias,
Y bendice nuestro hogar;
Si tú, Señor, nos auxilias,
Nada nos podrá faltar.
10. Doquier te venere el hombre,
Y te sirva, haciendo el bien;
Y ensalce tu augusto nombre
Por siglos sin fin. Amen.
.T B Caerle a.
261.
1. Oh nuestro Padre, eterno Dios,
Que guia al mortal,
El año nuevo nuestra voz
Te viene á consagrar.
2. El ciclo, el orbe, el hombre están
Dicictido tu poder:
La vida, el tiempo pasarán
Cuando sea tu placer.
3. Venírnoste hoy á Prometer
En tu servicio ardor,
Un nuevo corazón, y un sér
Celoso de tu amor.
236
AÑO ISUEVO.
4. Mas nuestro esfuerzo es vano, ¡oh Dios!
Sin tu apoyo y sosten:
Aliente el corazón tu voz,
Padre de todo bien.
5. Enséñanos la vanidad
De cuanto existe aquí:
Grandezas, bienes, potestad,
Todo perece al fin.
6. Haz que con la tranquilidad
Que solo da la fé,
Esperemos la eternidad,
A do irémos. Amen.
Nuestras necesidades;
Solo aliviarlas puedes
Tú, nuestro Dios y Padre.
Oye esta humilde súplica,
Y muestra tus bondades:
Con tu divino auxilio
Ven, oh Señor, no tardes.
2. Cuando el pecado envia
Rudas calamidades,
¿Quién mitigarlas puede?
Tú, nuestro Dios y Padre.
Desfallecemos débiles
En tantas tempestades:
ROGATIVAS.
i.
Mira, Señor, piadoso
ROGATIVAS.
•237
Ven, y la calma dános,
Ven, oh Señor, no tardes.
Hijos rebeldes somos,
Llenos de iniquidades;
Mas con amor ser quieres
Tú nuestro Dios y Padre.
Ya de Jesús los méritos
Borraron las maldades;
Fieles queremos serte:
Ven, oh Señor, no tardes.
Tú nuestro fuerte apoyo
En todas las edades;
Tú nuestro bien y gloria;
Tú nuestro Dios y Padre.
¡Ay! compasivo míranos,
Y muestra tus piedades;
Con tu divino auxilio
Ven, oh Señor, no tardes.
Invocación.
Dios el Padre celestial,
Te rogamos, óyenos.
Dios el Hijo coeternal,
Te rogamos, óyenos*
Dios el Espíritu, amor,
Te rogamos, óyenos.
Dios trino y uno, Señor,
Te robamos, óyenos.
J. B. Cabrera.
ROGATIVAS.
Jesús! Jesús!
Por tu encarnación gloriosa,
Por lu navidad dichosa;
— Te rogamos, le rogamos,
Líbranos de todo mal
Con tu gracia perenal.
Jesús.' Jesús!
Por tu ayuno y tentación,
Por tus noches de oración;
— Te rogamos, etc.
Jesús! Jesús!
Por tus obras de ternura,
Por tu cruz y tu amargura;
— Te rogamos, etc.
Jesús! Jesús!
Por tu sangre venerada
Por nosotros derramada;
— Te rogamos, etc.
Jesús! Jesús!
Por tu muerte valedera
Que dá vida verdadera;
— Te rogamos, etc.
Jesús! Jesús!
Por tu fiel resurrección,
Por tu admirable ascensión;
— Te rogamos, etc.
Jesús! Jesús!
Que estas de Dios Padre al lado,
De gloria y luz rodeado;
—-Te rogamos, etc.
Jesús! Jesús!
Que con el Padre intercedes,
ROGATIVAS. '239
Y nos colmas de mercedes;
— Te rogamos, te rogamos,
Líbranos de todo mal
Con tu gracia perenal.
J. B. Cabrera.
264.
ACCION DE GRACIAS.
Dios mió, cuando pienso en las mercedes
Que tu bondad sin par me prodigó,
Mi espíritu se enciende en alabanzas,
En gratitud y amor.
innumerables bienes en mi alma
Tu cariñosa mano derramó.,
Antes que el manantial adivinase
Mi tierno corazón.
Cuando la juventud con sus peligros
Mi inexperiencia férvida tentó,
Tu brazo poderoso me sostuvo,
Y al puerto me llevó.
Enfermo, tu bondad me dió el remedio,
Y la salud mi cuerpo renovó;
Sumida en ol pecado, con tu gracia
El alma se ensanchó.
Tus dones á millares me prodigas,
Y no es entre estos dones el menor
El que inundarme pueda en su deleito
Con grato corazón.
¿40
ACCION DE GRACIAS.
6. En todos los periodos de mi vida
Yo tus bondades cantaré, Señor,
Y luego llevaré mi dulce tema
A la inmortal Sion.
7. Por siglos sin cesar en tu alabanza
En canto ardiente elevaré la voz;
Para alabanzas tributarte es breve
La eternidad, Señor.
1. Oh Tú, cuya bondad llena mi copa
üe tanta bendición con mano larga!
Gracias por cada gola te prodigo,
Por la dulce y la amarga.
2. Gracias á tí por la desierta senda,
Por la orilla del rio reposado,
Por cuanto tu bondad pone á mi alcance,
Por lo que me has negado.
3. Gracias por la sonrisa y por el ceño,
Por ganancia y por pérdida igualmente,
Por la futura celestial corona,
Y por la cruz presente.
4. Gracias por el aumento en que .me gozo.
Por la alegría que decline en breve,
Por esta calma y paz, sólida, estable,
Mora.
Que ya nada conmueve.
Mora
ACCION DE GRACIAS
241
266.
Henchida el alma de placer,
Hoy al Señor cantemos;
Salud obró con su poder:
Su nombre celebremos.
Las obras de su amor
Proclaman su loor:
En la necesidad
Mostrónos su piedad.
¡Adórenle sus santos!
Cuando nos vio en tribulación.
Tendió el brazo divino;
Atento oyó nuestra oración.
Y á socorrernos vino.
No hay padre como él
Tan amoroso y fiel.
Con honda gratitud
Loemos su virtud.
¡Aflórenle sus santos!
Alabad con dulce canto
A nuestro Dios bueno y santo:
— Pues aun su piedad dura.
Siempre fiel, siempre segura.
Alabad al que sostiene
Firme al sol de luz perenne;
— Pues aun, etc.
J. B. Cabrsf.a.
242
ACCION DE GRACIAS.
a.
4.
5.
6.
7.
8.
Y la luna plateada
Guia en la noche callada;
— Pues aun, etc.
Alabad al que abundante
Da la lluvia fecundante;
— Pues aun, etc.
Y a la tierra en rico fruto
Hace rendir su tributo;
— Pues aun, etc.
Alabad al que atesora
Manjar en troj bienhechora;
— Pues aun, etc.
Y á las almas da sustento
Con celestial alimento;
— Pues aun, etc.
Alabad con dulce canto
Al Dios que nos ama tanto;
— Pues aun su piedad dura,
Siempre fiel, siempre segura.
GARIA POR LA PÁTRIA.
Oye la voz, Señor,
Que el pueblo con ardor
Eleva á tí;
Clama con ansiedad,
J. B. Cabrera.
PLEGARIA POR LA PATRIA.
Pidiendo libertad
Para echar la impiedad
Léjos de sí.
Tú la divina luz
Diste al mundo, Jesús,
Al fenecer;
Y no permitirás,
Dios de bondad y paz,
Que sig-a el pueblo aún más
Tu luz sin ver.
Libre quiere adorar
Tu nombre sin cesar
El pueblo, oh Dios.
Haz que todo poder
Opuesto á tu querer,
Te venga á obedecer
Y oiga tu voz.
De tu pueblo el clamor
Acog-e, oh Redentor,
En tu bondad;
Sí, bcnig;no Jesús,
Y al par haz que tu cruz
Dé á sus almas la luz
De libertad.
No permitas, oh Dios,
Sobre él la peste atroz
Ni otro algún mal.
Evita con tu amor
De la guerra el furor,
Que deja en derredor
Luto mortal.
Libra á tu pueblo aquí,
Que humilde viene á tí,
244 PLEGARIA POR LA PATRIA.
f De esclavitud. .
Muéstrale dulce faz,
Y en él abundar haz
Consuelo, gozo, paz,
Gracia y virtud.
269.
1. Al trono excelso do en inmensa gloria.
Supremo Dios, tu majestad reside,
Suban las voces puras del ferviente
Pueblo que pide.
2. Sobre la tierra, que por pátria amada
Te plugo darnos, libertades brillen;
Y np consientas que se forjen nunca
Yugos que humillen.
3. Pió derrama la esplendente lumbre
De tu Evangelio que suaviza al mundo;
De tu Evangelio, manantial de bienes
Siempre fecundo.
4. Caigan las aras de mentidos dioses
Que al hombre vana salvación le brindan:
Sé tú el Dios nuestro; y el debido culto
Todos te rindan.
5. Míseros somos, lo confiesa el labio;
La iniquidad los corazones vicia:
Haznos creyentes y reviste al alma
De tu justicia.
6. Tu reino sea nuestra amada pátria,
Tu voluntad la ley que veneremos,
La cruz del Cristo la gloriosa enseña
Que tremolemos.
PLEGARIA POR LA PATRIA.
245
Y nunca rujan los horrendos bronces,
Y nunca brille la fulmínea espada;
Mas en los pechos de cristianos more
Nos una á todos fraternal abrazo;
Nadie sus pechos á rencores preste.
Danos benigno la salud, y evita
Cólera y peste.
Hinche los rios, fecundiza el campo.
Llena las eras, el taller visita;
Y á cada hombre la abundancia dale
Danos tu gracia y bendición constante
Mientras tengamos por mansión el suelo,
Hasta el momento que nos des la nueva
Patria en el cielo.
J. B. Cabrera.
DEDICACION DE UN TEMPLO,
¡Cómo tembló mi corazón de gozo,
Cuando el eco escuché de voz amiga:
«Marchemos á Sion la pura y santa,
Y celebremos el solemne dia!»
Amo sus puertas, amo su camino.
La iglesia, á que la gracia se prodiga.
Cual palacio por Dios edificado.
Su bondad, su cariño testifica.
La paz preciada.
Que necesita.
243
DEDICACION' DE UN TEMPLO.
Las santas tribus marchan á sus atrios,
Con noble y pura y férvida alegría.
El Hijo de David está en su trono,
Y allí reparte celestial justicia.
Reine la paz en este santo sitio;
Por siempre el gozo puro aquí resida.
La gracia celestial, á sus sirvientes
Con santos dones y con íé bendiga.
De Sion cantaré dulces loores,
Mientras dure el aliento de mi vida.
Allí viven mis deudos, mis amigos,
Mi Dios, mi Salvador, mi bien, mi guia.
Mora.
1.
Espíritu divino,
Fuente de caridad,
Desciende, y el sacro templo
Llena de santidad.
2,
Aquí tu gracia envías
Al hombre pecador,
Y disipas las tinieblas
Que produce el error.
3.
Aquí recibe el hombre
Del alma la salud,
Y desecha del pecado
La dura esclavitud.
4
Aquí en dulce suspiro
Se esplaya el corazón,
Y cual perfume á los cielos
Eleva su oración.
DEDICACION DE UN TEMPLO. 247
5. Aquí del pan sagrado
Que Cristo instituyó,
La fiel alma se alimenta,
Que su amor conoció.
6. Aquí participamos
En santa comunión,
Del cáliz que da en memoria
' Jesús, de su pasión.
7. A Dios del ciclo place
También aquí morar,
Y prueba al alma que anhela
De su reino gozar.
8. Al Padre, al Hijo, al Santo
Espíritu, se dé
Toda gloria por los siglos,
Con amor y con fé.
J. B. Cabrera.
272.
ORDENACION DE PASTORES.
1. Tú, de los fieles eternal Cabeza,
De tierra y cielos divinal Señor!
Sobre tus siervos abre con largueza
Puros raudales de tu inmenso amor.
2. Ellos al mundo tus preciados dones
Enseñarán; proclamarán salud:
Dales tu gracia, da á sus corazones,
Por ornamento, santa rectitud.
248 ORDENACION DE PASTORES.
3. Cuando á los hombres con amor ensenen
De tu Evangelio celestial verdad;
Su ministerio santo desempeñen,
Ardiendo el pecho en férvida piedad.
4. Sabiduría, mansedumbre y celo
De tí reciban, y sagrada unción,
De salvar almas incansable anhelo,
Y el estimable don de la oración.
5. Al pecador con caridad corrijan,
Del flaco sean eficaz sosten,
A los santos con júbilo dirijan,
Los senderos mostrándoles del bien.
6. Brillen cual astros en tu diestra mano,
Mientra en el mundo moren del dolor;
Y al poseer tu reino soberano,
Coronas ciñan de inmortal fulgor.
J. B. Cabrera.
273.
EVANGELISTAS.
1 . Brille ó no el sol, verano ó invierno sea,
Recorre la montaña, el soto, el llano;
Cual Jesús la palabra en Galilea,
Sembrar es tu misión, si eres cristiano.
2. Siembra doquiera la verdad divina,
Siémbrala con afanes, con dolores;
Que al soplo del Espíritu germina
Planta que al cielo da frutos y flores.
EVANGELISTAS.
249
Siembra, no temas, en la peña dura,
Deja en la estéril roca caer el grano,
Que suele hallar la gracia una hendidura
En el granito del orgullo humano.
Quizás alguna vez tu mano herida
Sientas por las espinas del sendero;
¿No ves con ellas de Jesús ceñida
La frente augusta en el fatal madero?
No importa, no, que el labrador sucumba
Antes que la simiente rompa el suelo;
Que al despertar del sueño de la tumba
Su mies guardada encontrará en el cielo.
Al Calpe nebuloso,
Del Tajo caudaloso
Al fértil Guadalviar,
Del Evangelio santo
La dulce voz resuene;
De paz y gozo llene
Las almas sin cesar.
J. DE P.4.LMA.
\| ÍSIONES.
Del frígido Pirene
Las sombras disipando
De todos los errores,
Esparza sus fulgores
Cual esplendente luz;
250
MISIONES.
Y anuncie á los mortales,
Que borra su pecado
El que menospreciado
Murió sobre la cruz.
3. De vanos simulacros
Húndanse los altares,
Que levantó á millares
La humana ceguedad;
Del hombre con fé viva
El culto reverente
Se rinda solamente
A la Divinidad.
4. No más profanos ritos,
No más supersticiones;
A Dios los corazones,
Pues suyos son, se den.
Del Hijo sacrosanto
Venere el dulce nombre;
Que en él encuentra el hombre
Salud, reposo y bien.
5. Señor! la mies es mucha,
Son pocos los obreros;
Levanta misioneros
En esta tu nación:
Hasta que tu Evangelio
Resuene por do quiera,
Y obtenga España entera
De tí la salvación.
J. B. Cabrera.
MISIONES.
251
275.
De la trompeta el son
Despierte á la nación;
Y escuchen la nueva
Que alegre les lleva:
Hoy se proclama libre perdón,
Este es el dia de redención.
El Padre celestial
Salvar quiere al mortal,
Y á su Hijo el amado
Al mundo ha enviado:
Vengan los hombres sin escepcion,
Que para todos hay salvación.
Jesús el Redentor
Por su infinito amor
A todos convida
Y quiere dar vida.
Todo el rescate pagado está;
Libertad plena de gracia da .
Del Evang-clio el don
Acepte la nación
Con fé verdadera,
Creyendo sincera
Que es solo Cristo quien puede dar
Paz á los pueblos y bienestar.
J. B. Cabrera,
MATRIMONIO.
276.
MATRIMONIO.
Escucha, oh Cristo, la oración
Que dirigen á tí
Los que en indisoluble unión
Se enlazan hoy aquí.
Una mirada de bondad
Dirige, buen Jesús,
E infunde en ellos la piedad,
Y dales pura luz.
Su amor bendice, Dios de paz,
Para que se amen bien,
Y sin verter llanto jamás,
Unidos siempre estén.
Sus almas une tanto aquí,
Que una sean las dos,
Para que al dirigirse á tí,
Oigas solo una voz.
Sobre ellos haz, Señor, bajar
Tu santa bendición,
Para que puedan alcanzar
La eterna salvación.
Desde tu eternal mansión,
Dios de amor, mira gozosos
MATRIMONIO.
Cual á tí tierna oración
Elevan estos esposos:
Haz que llenos de fervor,
Sean felices con tu amor.
Haz, Señor, que viva fé
Les aliente, les conduzca;
Haz que en sus almas esté
Y que en sus semblantes luzca.
Y dígnate bendecir
El lazo que los vá á unir.
Sus deseos hasta tí,
De la Iglesia dulce esposo,
Subir logren: colma, sí,
Sus corazones de gozo.
Y su indisoluble unión
Corone tu bendición.
Siembra en su casa la paz,
Y sus empresas protege;
En el mal, Señor, jamás
Tu mano caer les deje;
Y alcancen de tu bondad
Perenne felicidad.
Y tras de cumplir aquí
Tu ley de amor y consuelo,
Llámales, Señor, á tí,
Y dáles por premio el cielo.
Dáles hoy tu bendición,
Que es eterna salvación.
BAUTISMO.
278.
BAUTISMO.
Oh Dios de paz y de bondad,
Celeste Padre, hé aquí
El hijo dado á nuestro amor
Para traerle a tí.
Prohija su alma, oh Creador,
Su mancha borra, sí;
Concede parte en tu heredad
Al que se acerca á tí.
Acoge con bondad, Jesús,
Aqueste servidor;
Y un nuevo aliado mira en él
Del pacto de tu amor.
Cual hijo á bendecirle ven,
Y que él en tí, Señor,
Feliz á ver la eterna luz
Alcance por tu amor.
Oh Santo Espíritu de Dios,
Que luz y aliento das,
En su alma pon ardiente fé
Que crezca mas y más.
Sus pasos guía por doquier,
Mantenle en dulce paz,
Y viva siempre con amor
Delante de tu faz.
BAUTISMO,
255
279.
1. Oh Padre celestial, de cuanto existe
Bondoso Creador;
Mira al infante que ante tí traemos
Fiados en tu amor.
Tu bendición derrama en él
Para que á tí sea hijo fiel;
Padre eternal!
2. Hijo de Dios, que por nosotros diste
Tu vida en una cruz,
Tómalo, cual Pastor, en tu grey santa,
Infunde en él tu luz;
En su aflicción amparo sé,
Por tus sendas guia su pié;
Hijo de Dios!
3. Consolador Espíritu, desciende
Su alma á renovar;
Lávala de sus manchas, porque pueda
Vida eterna gozar.
Ser con tus dones puede aquí
Sagrado templo para tí;
Consolador!
4. Oh Trinidad, la iglesia aplica el rito,
Mas tuyo es el poder:
Por este infante nuestras preces logren
A tu trono ascender.
Dale en tu gracia fé y amor;
Sea su vida en tu loor,
Oh Trinidad!
J. B. Cabrera.
256
CENA DEL SEÑOR.
280.
CENA DEL SEÑOR.
1. Tristísima está la noche
Y en calma los elementos,
No son ayes ni lamentos
Los que se dejan oir;
Triste y el alma angustiada
Se encuentra Jesús amado
De los doce rodeado;
Les dá la cena,
Y se prepara á morir.
2. El, que es la vida y dulzura
De nuestra firme esperanza,
El, que nuestra dicha alcanza,
El, que es nuestro Redentor;
A su mesa nos invita,
Y nos ofrece en su seno
Su corazón de amor lleno.
Que está latiendo
Por el pobre pecador.
3. Desea tu compañía,
La desea en gran manera;
Antes que la hora postrera
Se acerque de su dolor,
De su amor quiere vestirte,
Con su amor quiere cercarte,
Y en su amor quiere dejarte,
Hasta que vuelva,
Una señal de su amor.
CEV\ DEL SEÑOR.
257
4. Toma pan, y bendiciendo
Lo parte y dá á sus amigos
Que con él serán testigos
En toda la tentación:
Toma la copa y dá gracias,
Y cual tipo es presentada
De su sangre derramada,
Precio infinito
De la eterna salvación.
5. Ven, Señor, y con tu sangre
Lava nuestros corazones,
Danos tus benditos dones,
Y comulguemos así:
Con santo amor preparados
Estemos los reunidos,
De tu justicia vestidos,
Para la cena:
Preparados para tí.
Que supiste juntar
Al tiempo de espirar
Ser Cordero y Pastor;
Confieso con dolor
Que mal hice en huir
De quien por mí quiso morir.
2. Cordero Celestial,
Mi pascua encuentro en tí;
Si hijo rebelde fui,
R. Bon.
1.
Altísimo Señor,
258
CENA DEL SEÑOR.
Tú pagas por mi mal:
En la noche fatal
Do la liberación,
Tu sangre signa mi perdón.
3.
Venid, hijos de Adán,
Al Segundo acudid;
El pan con él partid,
Que del cielo es el pan.
Los hijos cantarán
Las glorias de Jesús,
Muerto por ellos en la cruz.
1. Obedeciendo tu palabra dulce
Que en humildad oí,
Así lo haré, mi Dueño moribundo:
Me acordaré de tí.
2. Por mí tu cuerpo ajado, pan del cielo
Ha de ser para mí;
Beberé de tu sangre, y de este modo
Me acordaré de tí.
3. ¿Cómo podré olvidarme del Calvario?
¿Ver tu conflicto allí,
Tu pena y tu agonía, sin que al punto
Me acuerde yo de tí?
4. Al contemplar la cruz en que tu cuerpo
Clavado fué por mí,
¡Oh celestial Cordero! es necesario
Me acuerde yo de tí.
R. Bon.
I i S V DEL SE$OR.
259
2
3.
Recuerdo tus dolores, las bondades
Que á tu amor merecí:
Sí, mientras tenga aliento y bata el pulso,
Me acordaré de tí.
Y cuando desfallezca, y llegue el dia
En que yo he de morir,
Cuando tu reino venga, oh Jesús mió,
Acuérdate de mí.
Celeste voz que nos convidas
Al gran banquete del amor,
Con gratitud el alma acepta
La dulce y tierna invitación.
Recuerda al alma este convite
El íiel carino del Señor,
Su amor profundo, sus bondades,
La angustia horrible que sufrió.
Oh! cómo ahora su recuerdo
Disipa dudas y temor,
Y acrecentando la esperanza
De gozo llena el corazón!
Señor Jesús, que le complaces
En concedernos tanto don,
Haz que sumisos te sirvamos
Con más constancia y más amor.
Mora.
J. B. Cabrera,
CENA DEL SEÑOR i
284.
¡Oh pan del cielo, dulce bien
Más excelente que el maná!
Si el alma busca tu sosten,
Eternamente vivirá.
¡Oh nuevo pacto del Señor
En santa copa de salud!
Reconciliado el pecador,
Se acerca á Dios por tu virtud.
Hambrienta el alma, vengo á tí,
Mi buen Jesús, con viva íe:
Tu mesa es franca para mí,
Y en humildad me acercaré.
Sé tú mi pan consubstancial
Que al alma nutra y dé vigor;
Y en vida y júbilo inmortal
Diré las glorias de tu amor.
Amoroso nos convida
Jesús á su comunión,
Y nos dá el pan de la vida,
Y el cáliz de redención.
A tu dulce llamamiento
Acudimos, oh Señor;
¡Que el augusto sacramento
Doble nuestra íe y amor!
J. B. Cabreba.
CE>A DEL SESOK.
261
En cambio de tantos dones
¿Qué te hemos de ofrecer?
Toma nuestros corazones,
Nuestras almas, nuestro sér.
A tu mesa, prometemos
En tu santa ley vivir,
Y que fieles te seremos,
Buen Jesús, hasta el morir.
Más cerca, oh Dios, de tí.
Más cerca, sí.
Aunque sea una cruz
Mi única luz,
Mi canto será así:
Más cerca, oh Dios, de tí.
Más cerca, sí.
Si como al caminante,
La luz del di a
Me abandonase á mí,
Piedra seria
Mi lecho, y sonaría
Más cerca estar de tí,
Más cerca, sí.
Que el camino hácia tí
Yo mire haz,
Y áng-cles vengan, sí,
Con dulce faz,
Para llevarme á mí
J. B. Cabrera.
262
CENA DEL SEÑOR.
Más cerca, oh Dios, de ti,
4,
Más cerca, sí.
Entonce al despertar
A tu voz fiel,
Sin duelo he de elevar
Nueva Bethel;
Y al fin llegaré asi
Más cerca, oh Dios, de tí,
Más cerca, si.
Por el vacío,
Dejando el mundo atrás,
Iré, Dios mió,
Iré cantando así:
Más cerca, oh Dios, de tí,
Más cerca, sí.
1. Con profundo terror el sepulcro miramos,
Y de espanto nos llena el haber de morir;
Que la tumba es el lecho de paz olvidamos,
Y la muerte el principio de eterno vivir.
2. ¿Qué es la vida mortal que en la tierra vivimos,
Sino efímera sombra que pasa fugaz?
¿Qué dulzura, qué dicha en el mundo sentimos,
Sino dicha de nombre, dulzura falaz?
3. ¡Oh principio inmortal! rompe, rompe gozoso
5.
O volando fugaz
MUERTE.
MUERTE. 26o
La que asi te aprisiona terrena mansión!
Y á los cielos levanta tu vuelo glorioso,
A vivir de los santos en plácida unión.
4. Allí espera Jesús, que alcanzó la victoria,
Y las puertas abrió de la patria eternal;
De su mano tendrás la corona de gloria,
Y con él vivirás una vida inmortal.
T. B. Cabrera.
1 . Morir solo es resucitar
En eternal mansión de amor,
Donde el mortal del Salvador
Los ricos dones vá á gozar.
Esta existencia solo es
Sombra fugaz ante la luz
De la que ofrece el buen Jesús
A quien á él vá con sencillez.
2. Morir solo es resucitar
Para el discípulo, que fiel
Sus huellas sigue y cree en El
Con pura fé sin vacilar.
El hombre vá á gozar allí
Yiendo sin fin el mismo Dios,
Sin padecer el mal atroz
Que le agobiara siempre aqui.
3. Morir solo es resucitar
Para el que Dios lleno de amor
Llama, infundiendo al pecador
Gracia que él solo puede dar.
No es tu justicia, oh hombre, no,
264
MUERTE.
Ni de hombre alguno la virtud;
El que te da eternal salud
Es quien en cruz por tí murió.
4.
Morir solo es resucitar
Para el que en tí creyó, Señor;
Y es tal la gracia de tu amor,
Que quien te amó, se ha de salvar.
Acoge el alma que de aquí
De eterna dicha vuela en pos;
Abre tu seno puro, oh Dios,
Y eternamente viva en tí.
El trabajo, cesar de gemir;
Es con Cristo Jesús reposar,
Y empezar, sin dolor, á vivir.
Coiv. — A gozar con Jesús
Al Palacio de Dios llegaré;
Rodeado de luz,
Mi corona de vida tendré.
2. Es morir hacia Cristo volar,
Es morir hasta el cielo subir,
Es morir en Jesús habitar,
Es morir empezar á vivir. — Coro.
3. Es sentir una dicha sin par,
Es llegar al regazo de Dios,
Es la célica brisa aspirar,
Es beber en la fuente de amor. — Coro
1.
El dormir en Jesús es cesar
E. Bo:.\
MUERTE.
265
290.
1. Los que en Cristo Jesús confiáis,
Suprimid el dolor, no lloréis;
Que á su seno bendito voláis,
Y con Cristo sin fin gozareis.
Coro — No hay dolor para el fiel;
Que dormir en Jesús
Es vivir en la gloria sin fin,
Es morar en el Reino de Luz.
2. El camino Jesús preparó;
Sus pisadas debemos seguir.
¡Qué feliz á quien Cristo llamó!
¡Qué feliz es con Cristo vivir! — Coro.
3. Cesa el llanto, la pena y dolor,
Al pasar el dintel celestial,
Al sentir de Jesús el amor,
Al ceñir la corona eternal. — Coro.
4. Llámanos, buen Jesús, hácia tí,
Haznos pronto contigo reinar.
Mientras lloran los hombres aquí,
¡Qué feliz es con Cristo gozar! — Coro.
1 . ¿Por qué lamentamos si marcha el hermano?
¿Por qué ante su cu jrpo temblamos de horror,
R. Bon.
ENTIERRO.
266
ENTIERRO»
Si todos creemos que vive su alma,
Y Cristo la estrecha en sus brazos de amor?
2. Pues todos marchamos camino del cielo,
Y todos seguimos del tiempo el volar,
Jamás deseemos retraso en la hora
Que al dulce Dios nuestro nos ha de llevar.
3. Medrosos temblamos trayendo á la tierra
El cuerpo que yerto dejamos aquí;
Mas bien recordemos que Cristo, muriendo,
Eterno perfume dejó tras de sí.
4. Jesús de los santos bendijo la tumba,
Y el lecho de todos su gracia ablandó;
Allí nuestros miembros tendrán el descanso,
Allí donde Cristo Jesús reposó.
5. Del frió sepulcro subióse á los cielos,
Y al fiel el camino dignóse enseñar;
También nuestros cuerpos serán levantados
El dia terrible del gran despertar.
6. Resuene del ángel la aguda trompeta;
Hermanos, el sueño letal sacudid.
Salid de las tumbas, alzáos, oh muertos;
Oh santos benditos, al cielo subid.
1. Hermano querido, — Que vives en paz
La vida que Cristo — Por gracia te dá;
Ya libre te hallas — De angustia mortal,
Gozando en losbrazos — Del Dios de bondad.
Mora.
ENTIERRO.
267
Coro. — Quien crea en el Cristo, — Resucitará,
Y glorificado — Por siempre será.
2. La fé te hizo salvo: — Ya puedes mirar
Feliz frente á frente — De Cristo la faz;
La luz de la vida — En tu rostro dá
Para sustentarte — Con su santidad.— Coro
3. ¡Oh Dios, Padre eterno! — Al reino de paz
Condúcenos salvos — Para disfrutar
El dulce reposo, — La dicha sin par
De vivir con Cristo — Por la eternidad. —
Coro
P. Castko.
293.
1 . Oye lo que la voz celeste dice
De los que en paz con el Señor murieron:
Su nombre exhala aromas y perfumes;
Plácido su dormir, blando su lecho.
2. Murieron en J^su-, y son benditos:
Su espíritu acarician gratos sueños;
Y de las asechanzas de este mundo
Incólumes y Cándidos salieron.
3. Purificado^ de terrena mancha,
Dios los acoge en su benigno seno;
Y en aquella mansión de santa holgura
Gozan felices galardón eterno.
Mora.
263
HIMNO DE LOTERO
294.
HIMNO DE LUTERO.
1. Castillo fuerte es nuestro Dios,
Defensa y buen escudo:
Con su poder nos librará
En este trance agudo.
Con furia y con afán
Acósanos Salan:
Por armas deja ver
Astucia y gran poder.
Cual él no hay en la tierra.
2. Nuestro valor es nada aquí,
Con él todo es perdido;
Mas por nosotros pugnará
De Dios el Escogido.
¿Sabéis quién es? Jesús,
El que venció en la cruz,
Señor de Sabaoth;
Y pues él solo es Dios,
El triunfa en la batalla.
3. Aun si están demonios mil
Prontos á devorarnos,
No temeremos, porque Dios
Sabrá aun prosperarnos.
Que muestre su vigor
Satán y su furor,
Dañarnos no podrá,
Pues condenado es ya
Por la Palabra santa.
TE DEUM LAUDAMUS.
269
4
Sin destruirla dejarán,
Aun mal de su grado.
Esta Palabra del Señor;
El lucha á nuestro lado.
Que lleven con furor
Los bienes, vida, honor.
Los hijos, la mujer...
Todo ha de perecer....
De Dios el reino queda.
TE DEUM LAUDAMUS.
1. A ti, oh Dios, con júbilo alabamos,
Y de todo Señor te confesamos.
2. Eterno Padre, sin cesar la tierra
Toda te adora, y cuanto el orbe encierra.
3. Loor te dan por todas las edades
Angeles, cielos y altas potestades.
4. El querubín y el serafín amantes
Te proclaman con voces incesantes:
5. Santo, santo, santo, Dios indecible,
Señor de los ejércitos terrible.
6. Tu majestad gloriosa el cielo llena,
De majestad igual la tierra es plena.
7. El colegio de apóstoles glorioso,
El coro de profetas numeroso,
J. B. Cabrera.
270 TE DEUM LAUDAMUS.
8. Y las huestes de mártires triunfantes,
Todos en alabarte son constantes.
9. Confiésate la Iglesia universal
De inmensa majestad Padre etcrnal.
10. A tu Hijo verdadero y venerado,
Y al paráclito Espíritu Sagrado.
11 . Tú eres Rey de la gloria, oh Cristo eterno:
Tú eres del Padre el Hijo sempiterno.
VI. Tú, cuando redimirnos te dignaste,
El seno virginal no desdeñaste.
13. Tú de la muerte el aguijón venciste,
Y el cielo á los creyentes nos abriste.
14. Tú á la diestra de Dios estás sentado,
De la gloria del Padre rodeado.
15. Y creemos que el dia postrimero
Volverás como juez justo y severo.
16. Te rogamos pues, sean socorridos
Tus siervos con tu sangre redimidos.
17. Haz que en gloria perenne colocados,
Con tus santos se vean numerados.
18. Señor, salva á tu pueblo que á tí clama,
Y en tu heredad Ja bendición derrama.
19. Gobiérnalos benévolo y clemente,
Y ensálzalos sin fin, eternamente.
20. Cada dia tu nombre veneramos,
Y por siglos de siglos te alabamos.
21. Dígnate hoy guardarnos sin pecado;
Muéstrate de nosotros apiadado.
22. Tu gran misericordia consigamos,
Asi como de tí siempre esperamos.
PADRE NVESTRO.
271
2
3.
i.
Eu ti espero, Señor, continuamente;
) seré confundido eternamente.
EL PADRE NUESTRO.
Padre nuestro, que en los cielos
Habitas, tu nombre sea
Santificado, y tu reino
A todos los hombres veuga.
Tu voluntad sacrosanta
Cúmplase sobre la tierra,
Cual tus santos en los cielos
Y tus ángeles la observan.
El cotidiano alimento
Dénos hoy tu providencia;
Y nuestras faltas perdona,
Cual nosotros las ajenas.
No permitas que caigamos
En tentación, si nos cerca;
Y tu auxilio poderoso
De todo mal nos defienda.
Tuyo es el reino y la gloria,
Tuyo el loor y potencia:
Pues por los siglos de siglos
Solo tú, Dios nuestro, reinas.
J. B. Cablera,
272
MANDAMIENTOS.
297.
LOS MANDAMIENTOS.
1 Amarás á tu Dios ántes que todo,
Y culto no darás á ídolo alguno;
Tan solo Dios es Dios; ninguna obra
De mano de escultor merece culto.
2. Dios oye tus palabras, ve en tu mente,
Jamás su nombre invoques con falsía;
Dá un dia de descanso en la semana
Para adorar á Dios: ese es su dia.
3. Honra á tus padres: con cuidados tiernos
Alivia sus pesares y dolores;
No quites lo que es suyo á otro alguno;
No pienses ni hagas nunca cosas torpes.
4. No calumnies á nadie; no desees
Los bienes que tu prójimo atesora,
Ni su siervo, ni sierva; ni codicies
O con lascivia mires á su esposa.
5. Guarda fiel estos santos mandamientos
Que á cumplir y esplicarnos vino Cristo:
Amarás á tu Dios con toda el alma,
Y al prójimo amarás como á tí mismo.
CREDO, FIN I>EL CULTO.
273
298.
EL CREDO.
Creo en Dios Padre todopoderoso
Del ciólo y de la tierra Creador;
Y creo en Jesucristo, único Hijo
Suyo, y nuestro Señor.
Del Espíritu Santo concebido,
Jesús del seno virginal nació;
Por nosotros sufrió bajo Pilato,
Y en una cruz murió.
Fué sepultado y su alma á los infiernos
Bajó, sus escogidos á llamar;
Surgió al tercero dia; subió al cielo,
Y nos vendrá á juzgar.
Creo en el Santo Espíritu; en la Iglesia
Universal, y santa comunión
De sus miembros; la eterna vida creo,
Por el final perdón.
FIN DEL CULTO.
Con tu bendición despídenos;
Llénanos de dicha y paz.
<8
FIN DEL CULTO.
Dueños de tu amor triunfemos
Con tu gracia sin igual.
Redimidos por tu sangre,
Haz, Señor, que descansar
Podamos, este desierto
Del mundo al atravesar.
Alabanzas te daremos
Por tu Evangelio sin par,
Que nuestro pecho afligido
Vino de gozo á llenar.
De la salvación el fruto
Pueda en la tierra abundar,
Y tu presencia en nosotros
Vivir por siempre jamás.
Y cuando de huir del mundo
Oigamos dar la señal,
De tus ángeles en alas
Con gozo hemos de volar;
Alegres obedeciendo
El grito de liberlad,
Que nos hará eternamente
Con Jesucristo reinar.
DOXOLOGÍ AS.
Falanges celestiales,
No cese vuestro canto:
Load al Padre, al Hijo,
Y al Espíritu Santo.
Mora.
DOXOLOGÍAS.
Eterna gloria al Padre
Que lodo bien nos dió;
Gloria al que con su sangre
Pura nos rescató;
Y gloria al Santo Espíritu
Que inflama nuestro amor:
Gloria á Dios que se apiada
Del pobre pecador.
Al Padre, al Hijo, al Santo
Espiritu, se dé
Toda gloria por los siglos
Con amor y con fé.
Alto honor, virtud y gloria
Con el Hijo al Padre demos,
Y al Espíritu divino,
Mientras existan los tiempos.
Toda gloria al Padre, al Hijo,
Y al Santo Espíritu dad:
Sin íin sean los loores
A ta excelsa Trinidad.
Al Dios Supremo del cielo
Los hombres rindan loor:
A Dios Padre que es consuelo,
A Dios Hijo Redentor,
Y á Dios Espíritu^Santo
Que nos guía con su amor.
Al Padre sea todo honor,
Todo al Hijo también,
Y al celestial Consolador,
Eternamente. Amen.
276
DOXOLOGÍAS.
8. Creamos con fé pura y entonemos
Con fervoroso canto,
Reverente loor al Padre, al Hijo,
Y al Espíritu Santo.
9. Gloria al Padre y al Hijo, y gloria al Santo
Espíritu también;
Y por siglos sin fin suba este canto
A los cielos. Amen.
10. Gloria al Padre y al Hijo, y gloria al Santo
Espíritu, raudal de todo bien;
Y por siglos sin fin suba este canto
A los cielos. Amen.
11. Celestes y terrestres criaturas,
Load á Dios, de toda gracia fuente:
Load al Padre, al Hijo, al Paracleto,
Por los siglos sinfín, eternamente.
12. Que Jesús nos llene de gracia divina,
Que el Padre amoroso nos dé su sosten,
Y que el Santo Espíritu se nos comunique,
Ahora y por todos los siglos. Amen.
HICE ALFABÉTICO DE LOS HIMNOS.
Páginas:
Abismado— en pecado 119
Adam de la tierra probando 54
A Jesucristo — ven sin tardar 95
Alabad con dulce canto 241
Al cansado peregrino 128
Al cielo iré; peregrino 209
Al cielo voy, al cielo voy 210
Al Dios, cuyo poder en cielo y tierra. ... 5
Al dirigirnos de la gracia al trono 150
Alma, basta de gemir 117
Alma mia,— no delires 138
A los montes elevo la vista 191
Al pié de la cruz llorando 48
Al Eey glorioso de tierra y cielo 21
Al Señor nuevo salmo conviene 20
Altísimo Señor 257
Al trono excelso do en inmensa gloria.. • . . 244
Al trono majestuoso 16
Allá arriba en la cumbre del Grólgota. ... 57
Allá lejos del suelo 67
Allí la puerta franca está 101
Amarás á tu Dios ántes que todo 272
Pága.
Amémonos, hermanos 196
Amoroso nos convida , . . 260
A nuestro Padre Dios 78
Aparte del mundo, Señor, me retiro. . . . 151
Aquí juntos reunidos 22
A tí mi voz elevo 106
A tí, oh Dios, con júbilo alabamos 269
A tu piedad infinita 109
Aún hay lugar 101
Autor de todo, Dios mió 221
Brille ó no el sol, verano ó invierno sea. . . 248
Caido de su estado primitivo 88
Calle el ruido, cese el negocio 232
Camaradas! en los cielos 188
Canciones nuevas alegremente 164
Cantad alegres al Señor 19
Cantad alegres al Señor ahora • 18
Cantad alegres al Señor divino 19
Castillo fuerte es nuestro Dios 268
Celeste voz que nos convidas 259
Claman los afligidos 143
¿Cómo resguardaremos del pecado. .... 86
Cómo tembló mi corazón de gozo 245
Concédenos tu presencia 72
Con profundo terror el sepulcro miramos. . 262
Contemplamos del mundo dichoso 215
Con tu bendición despídenos 273
Corazón, alienta va 124
Creo en Dios Padre todopoderoso 273
Cristianos, media noche, hora solemne. . . 36
Pág-s.
Cual bálsamo que mitiga , . 20
Cual semilla que germina 135
Cuando el dolor y la tristeza invaden. . . . 147
Cuando el mundo ciego yace 27
Cuando entre dudas y miedos 141
Cuando las negras dudas 133
Cuando me cercan negros nubarrones. . . . 142
Cuando veo claro el titulo 144
Cuán dulce el nombre de Jesús 158
Cuanto soy y cuanto encierro 8
Cumple, Señor, tu promesa 73
Dad á Dios inmortal alabanza 17
Dador celeste de la eterna vida 218
De Dios el don eterno es siempre cierto. . . 3
De entre las ciudades todas 40
De Jesús al nombre santo 161
Dejé todas mis cuitas á Jesús 175
De la aurora en el silencio 224
De la cruz en que dignóse 53
De la trompeta el son 251
Del frígido Pirene 249
Del madero tú, amor mió 42
Del trabajo seis dias concluyeron 230
Del uno al otro polo 15
Descanso á la ansiedad 213
Desciende, Espíritu divino 75
Desciende ya de los cielos 74
Desde tu eternal mansión 252
Desechemos pueriles temores 189
Despertad, despertad, oh cristianos .... 188
Despertad, oh cristianos 187
PáffS.
Despide ahora tu grey 87
Despierta, mi alma 219
Despierta, mi alma, y con el sol recorre. . . 222
Desplegue el cristiano su santa bandera. . . 84
De su trono mi Jesús 57
Dime la antigua historia 198
Dios clemente y justiciero 171
Dios de mi salvación, Señor, escúchame. . . 113
Dios el Padre celestial 237
¡Dios eterno! en tu presencia 234
Dios mió, consuela 114
Dios mió, cuando pienso en las mercedes.. . 239
Dios nuestro apoyo en los pasados siglos. . . 13
Dios obra por senderos misteriosos 7
Dios santo y fuerte 10
Dios se deleita en contemplar al justo.. . . 7
Dios uno y trino, á quien tantos 81
Dulce oración, dulce oración 148
Dulces momentos consoladores. . . , . . 50
El dormir en Jesús es cesar. . . . . . . 264
Eleva, alma mia, tu mente á los cielos. . . . 233
Elevemos á Dios un noble canto 153
El Señor resucitó 60
En buen hora vengas 220
En el curso de este dia 225
En Jesús mi esperanza reposa 202
En Jesús mis pecados 173
En la cruz mi pecado 55
En las regiones — inmaculadas 215
En los floridos años 155
t En medio de este mundo tenebroso 89
Pág-9.
En regiones tenebrosas 29
Escucha, oh Cristo, la oración 252
Es el cielo mi morada 146
Es la plegaria un consuelo 149
Espíritu divino 246
Eirme como la roca es tu Evangelio. . . . 184
Euera el temor y la duda 191
Gloria á Dios, porque su gracia 25
Grato canto de férvida alabanza 165
Grato es decir la historia 200
Habita en mí, Señor, vive conmigo 223
¿Has creído en el Señor? 186
Hay para mí sólo un bien en la tierra. . . . 203
Hay, sí, un mundo mejor 204
Hay una fuente, cuyos raudales 120
Hay una fuente sagrada 119
Hay un redil: ni una oveja ' 214
Haz, Señor, que el pueblo tuyo 152
Héme aquí, Jesús bendito 139
Henchida el alma de placer 241
Hermano querido 266
Hijos del celeste Rey 155
Honra al hombre de valor 184
Hoy es dia del reposo 230
Hoy Jesús te quiere hablar 99
Iglesia de Cristo 194
¡Jerusalem! despierta 41
Págf*.
Jesucristo nació pobre 37
Jesús bendito, ya no más 64
J esus con brazos abiertos 92
Jesús, dulce refugio de mi alma 137
Jesus es mi Pastor 170
Jesús, fuente de bien inagotable 196
Jesus ha de reinar mientras el mundo.. . . 70
Jesus, Hijo del hombre 136
J esus mió, á tu mandato 207
Jesus, tu dulce nombre 159
¡Jesus vive! Ta no más 61
Junto á mi Dios deseo 202
Justa, esplícita y sin velo 87
La antigua ley fenece 39
La Biblia es una lámpara 83
La diestra del Excelso 9
La sangre de las víctimas 171
La tierna voz del Salvador 105
La víctima fenece. 56
La vida es cual tierna 96
La niña de Jesucristo 194
La voz patente 180
Loor á tí, mi Dios, en esta noche 226
Los heraldos celestiales - . 34
Los moradores del cielo , . . . 154
Los que en Cristo Jesus confiáis 265
Los que en el mar de la vida 129
Los santos de la tierra y los del cielo. . . . 198
Llanto y gritos se oirán 193
Lleno de tierna confianza 115
Más cerca, oh Dios, de tí 261
Meditad en que hay un hogar 212
Mi delicia tu lev es 85
Mi espíritu en tus manos 176
Mientras que el ser me anime 224
Mirad al celeste Xiño 39
Mirad en la cruz clavado 59
Mira mis manos por tí llagadas 124
Mira, Señor piadoso. » 236
Morir sólo es resucitar 263
Mortales moribundos 93
Nada tuyo, pecador 172
Ni en la tierra ni en el cielo 157
Xo os detengáis, venid á Cristo 99
Noventa y nueve ovejas, sí 103
No ya he de gloriarme jamás, oh Dios mió . 123
Nunca, Dios mió, cesará mi labio 24
Obedeciendo tu palabra dulce 258
Oh buen Jesús que hoy me veis .... 107
Oh ciudad de David. Belén dichosa .... 33
Oh cuán grato observar los hermanos . . . 195
Oh Dios de paz y de bondad ...... 254
Oh Dios oh manantial de mi alegría. . . . 185
Oh gloria indescriptible 31
Oh gran Dios tres veces santo 112
Oh gran Dios yo soy un vil 110
Oh Jesús, Señor del cielo 68
Oh Jesús, Señor divino 181
Oh mi bienhechor eterno 121
Oh nuestro Padre, eterno Dios 235
Págs.
Oh Padre celestial, de cuanto existe. . . . 255
Oh Padre eterno 108
Oh pan del cielo, dulce bien 260
Oh quién en tí morára 217
Oh Redentor amado 156
Oh Salvador, tierno Jesús 183
Oh Señor yo no deseo 1
Oh si pudiera á Dios aproximarme .... 134
Oh sol del alma, Salvador preciado .... 226
Oh tú, cuya bondad llena mi copa. . : . . 240
Oh tú, cuya mirada escrutadora 115
Oid cuál ruega al Padre 46
Oid un son en alta esfera 30
Oye la voz, Señor 242
Oye lo que la voz celeste dice 267
¿Oyes cómo el Evangelio 143
Padre, Creador divino 80
Padre nuestro, que en los cielos 271
Para todo viajero 126
Pecador, ven al dulce Jesús 97
Peregrino en el desierto 206
Piedad, piedad, Dios mió 108
Piedad, Señor, de un mísero 111
Pobre peregrino 102
Por f é ardiente inspirado 205
Por la vía terrenal 178
Por siempre, Señor, tu nombre 15
Por veredas estraviadas 140
¿Por qué lamentamos, si marcha el hermano. 265
Preste oidos el humano 91
Primero, eterno Ser, incomprensible. ... 4
Págs.
Proclamen las naciones 14
¿Qué es la oración? Es un deseo puro. . . . 147
¿Qué significa ese rumor? 104
Qué venturoso es el hombre 85
Eegresa, regresa 94
Eoca eterna, por mí quebrantada 122
Eostro divino 49
Eota la egipcia cadena 208
Sacude el pesado sueño 98
¡Salvación! bella palabra , . 192
Salvo en los tiernos brazos 168
Santa Biblia, para mí 82
Santo afligido, al Salvador acude 130
¡Santo, santo, santo! Señor omnipotente. . . 80
Santo, santo, Señor de los cielos 6
Señor á quien los cielos 179
Señor, cuando á los cielos ascendiste. ... 66
Señor, en'tí yo creo 2
Señor, los que sumisos de tus manos. . . . 152
¡Señor, tú eres santo! yo adoro, yo creo. . . 11
¡Señor, yo te conozco! la noche azul serena. 12
Si aquí sufrimos tanto 145
Si un dia el dolor 128
Solemnes resuenen los férvidos cantos. . . 162
Solo á tí, Dios y Señor 79
Solo en tu pura sangre 118
Soy ante vos, Eey del cielo 220
Soy un gusano del suelo 201
Sube á los cielos, Eedentor divino 65
Págs.
Suenen dulces himnos, gratos al Señor. . . 28
Tal como soy, sin una sola escusa 116
Tenebroso — mar undoso 132
Tengo de Dios el amor 125
Ten valor sin fin, cristiano 131
¿Te sientes casi resuelto ya? 100
Tesoro incomparable 166
Todo el que en Dios confia 126
Tristísima está la noche 256
Tú, de los fieles eternal Cabeza 247
Tus palabras postreras 48
Tu vía, oh Dios, no la mia 182
Un ancla tenemos 190
Una región existe en las alturas 216
Un buen amigo hallé 169
Unidos en espíritu 62
Un nombre existe que escuchar me agrada. . 160
Ved cuál desciende en las nubes 70
Ven á Cristo, ven ahora 94
Ven á mí, Señor Dios mío . 228
Ven á nuestras almas 73
Ven, criador Espíritu amoroso 76
Venid, fieles todos, á Belén marchemos. . . 34
Venid los que al Señor amáis de veras. . . 23
Venid, nuestras voces alegres unamos. ... 163
Venid, oh pecadores; buscad vuestro refugio. 92
Venid, pastor cilios 28
Venid, pecadores. . . 96
Vida hay por mirar al Cordero inmolado. . . 52
Pégs.
Voy á Cristo que es mi Rey 179
Voy al cielo, soy peregrino 209
Voz de amor y de clemencia 43
Ta brille el sol refulgente 77
Ya consumada su mortal carrera 67
Ya en el mar el sol apaga 227
Yo escucho, buen Jesús 51
Yo voy viajando, sí 211
i Y dejas, Pastor santo 63